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Federico Villarreal
Profesionales formando profesionales
SEPARATAS URBANAS
PROXÉMICA
LA COMUNICACIÓN NO VERBAL
EDICIÓN Y RECOPILACIÓN
ARQ. MANUEL DE LA BARRA CHÁVEZ
UNFV – FAU SEPARATAS URBANAS: PROXÉMICA
PROXÉMICA
EDWARD T. HALL
INTRODUCCIÓN
No cabe duda que existe la necesidad territorial en los seres humanos, se sabe que el
hombre tiene este sentido del territorio como una la necesidad de protección alrededor de
sí mismo. Esta capa puede variar desde la ajustada cáscara del habitante de la ciudad, a
la burbuja algo más amplia de cada habitante del medio suburbano y a los amplios
espacios libres que disfruta el hombre del campo, y no se sabe con exactitud cuanto
espacio requieren sólo se conocen las reacciones ante esta invasión cuando ve
amenazada su territorialidad.
Muchos estudios se han realizado para averiguar qué relación existe entre la reacción a
la invasión del espacio personal y la personalidad, entre ellos el Dr. Roberto Sommer
descubrió todo el conjunto del lenguaje corporal que el individuo emplea cuando su
territorio es invadido y observó una serie de señales preliminares como balancearse en la
silla, mover las piernas, golpetear, entre otras, primeras señales de tensión y significan
que otro está demasiado cerca y que su presencia molesta, tal como sucede en el caso
de: los ojos cerrados, el repliegue del mentón sobre el pecho y el encorvamiento de los
hombros, que quiere decir "váyase", no lo quiero. Esta manera de defender la zona y la
de agredir es parte integrante de la forma de relacionarse de unos con otros.
El Dr. Edward T. Hall, a quien se atribuye el empleo de la palabra proxémica, con la que
designó el estudio de las relaciones del hombre con el espacio que lo rodea, en el que se
comunica con hechos y señales, estableció cuatro zonas distintas en las que, la mayor
parte de los seres humanos interactúan, y son: la distancia íntima, la distancia
personal, la distancia social y la distancia pública. (Knapp, 1992 , 25).
El uso que hacemos del espacio (nuestro espacio propio o el de otros) puede afectar
dramáticamente nuestra capacidad para conseguir ciertas metas deseadas de
comunicación. En nuestra propia casa, el padre tiene su silla particular, y aunque
tolere que un visitante la ocupe, es de mal grado. La madre tiene su propia cocina, y
no le gusta nada que su madre cuando viene a visitarla se adueñe de "su" cocina.
El Dr. Edward T. Hall, al estudiar el espacio personal del hombre, acuñó la palabra
proxémica, que abarca sus teorías y observaciones sobre las zonas de los territorios y
cómo las utilizamos.
c. Zona social (entre 1,23 y 3,6 metros). Esa es la distancia que nos separa de los
extraños: el lampista o el carpintero que hace reparaciones en casa, el cartero, los
proveedores, el nuevo empleado en el trabajo o la gente que no conocemos bien.
3. Concepto de territorialidad.
La necesidad de espacio personal era conocida por Freud, que organizaba sus
sesiones de modo que el paciente estuviese acostado en un diván mientras él se
sentaba en una silla fuera de la vista del enfermo. De este modo no había intrusión en
el espacio personal del paciente.
Los policías también tienen conciencia de ello y lo utilizan en los interrogatorios de los
presos. Un manual de interrogatorios criminales y confesiones sugiere que el
inquisidor se siente cerca del sospechoso y que no haya mesa, ni otro obstáculo
alguno entre ellos, esto dará al oficial de policía una ventaja psicológica sobre el
preso ya que cuando las defensas territoriales de un hombre se debilitan, o son
amenazadas, su firmeza tiende también a debilitarse.
Pero ¿qué pasa cuando alguien invade nuestro territorio?, ¿cómo se siente uno
cuando el coche que lo sigue va demasiado cerca? o ¿cómo nos sentimos cuando
alguien se sienta en "nuestro" asiento?.
La serie siguiente de señales son ojos cerrados, repliegue del mentón sobre el pecho
y encorvamiento de los hombros. Todo eso quiere decir: "Váyase. No lo quiero aquí.
Usted se está entremetiendo".
Pero no todas las invasiones territoriales son iguales. Lyman y Scott reconocen tres
tipos:
b. ¿Por qué han violado nuestro territorio? Si se siente que el violador "sabía lo
que hacía", la reacción puede ser más violenta que si se tiene la sensación de
que "no pudo evitarlo" o lo hizo "con ingenuidad".
c. ¿De qué tipo de territorio se trataba? Es posible que la violación del territorio
personal se sienta como más grave que la de un territorio público.
estamos fuera de él, o usando "marcas" tales como sombrillas, ropas, agendas, etc.;
o bien utilizando una jerga o dialecto especial para advertir a los demás que un
espacio determinado está reservado a quienes "conocen el lenguaje".
Pero no sólo no queremos que los demás violen nuestro territorio, sino que
generalmente tampoco nos gusta el papel de violadores territoriales.
5. Densidad y aglomeraciones.
6. Distancia conversacional.
Los árabes también son propensos a pegarse los unos a los otros. Pero, en
privado, en sus propias casas, los árabes, casi podría decirse, tienen
demasiado espacio. Las casas de los árabes, si es posible, son amplias y
vacías, pero, pese a su deseo de espacio, paradójicamente, no desean estar
solos y aun en sus espaciosas casa se amontonan siempre.
Pero el árabe también necesita estar solo y para ello corta sencillamente las
líneas de comunicación, se retira. El acto de retirarse es interpretado en
lenguaje corporal del siguiente modo: "Necesito aislamiento. Aunque me
encuentro entre ustedes, los toco y vivo con ustedes debo retirarme a mi
cáscara". Si los norteamericanos hicieran la experiencia de esa retirada
tenderían a considerarla insultante.
Pero no sólo hay diferencias espaciales entre culturas dispares como lo son el
Oriente y el Oriente Próximo en oposición a Occidente. Aun entre las naciones
occidentales hay grandes diferencias. Hay una clara diferencia entre la manera
en que, por ejemplo, un alemán maneja su espacio vital y la manera que lo
hace un norteamericano. El norteamericano lleva a todas partes consigo su
cáscara de aislamiento de 60 centímetros, en cambio para un alemán toda una
habitación de su propia casa puede ser su cáscara de aislamiento.
6.3. Tema o asunto. Erickson determinó que los cambios proxémicos pueden
marcar segmentos importantes del encuentro, por ejemplo, comienzos, finales
y cambios de tema.
6.4. Ambiente para la interacción. El ambiente social tiene que ver mucho con la
distancia a que nos colocamos de los otros en la conversación. La
iluminación, el ruido, la temperatura y el espacio disponible afectarán la
distancia e interacción. Algunos autores han formulado la hipótesis de que a
medida que aumenta el tamaño de una habitación, la gente tiende a sentarse
más cerca entre sí. Si se percibe el ambiente como formal, es predecible una
mayor distancia de los desconocidos y una mayor proximidad con los
conocidos.
a) Liderazgo. Parece una norma cultural el que se espera encontrar a los lideres
a la cabeza de la mesa. El dominio a través de la altura es un truismo que rige
desde el reino animal hasta el hombre. Todos tenemos conciencia de lo
tradición de humillarse delante de un rey, delante de los ídolos, delante de los
altares.
Competición: competir a fin de ver quién será el primero en resolver una serie
de problemas.