Está en la página 1de 3

Katherin Cecilia Sánchez Sierra

Universidad Tecnológica de Pereira


Maestría en Historia.

¿Cómo se pueden relacionar los criterios del paisaje cultural cafetero desde nuestras
experiencias?

Desde el ejercicio reflexivo que me propongo a construir y ahora con unas bases teóricas y
metodológicas un poco más claras con respecto a la importancia del paisaje en la construcción
de una cultura, es necesario reconocer que, en nuestro contexto, carecemos de un
conocimiento sobre la importancia de nuestro patrimonio cultural material e inmaterial el cual
hace parte viviente de nuestra cultura y que nos representa.

Es importante destacar la importancia de conocer el proyecto de la UNESCO con respecto a la


conservación del paisaje cultural cafetero ya que en la actualidad no existe una difusión
suficientemente fuerte para reconocer todos estos elementos que hacen parte de la
construcción de nuestra historia.

Los criterios del PCCPH construidos por la federación nacional de cafeteros y el ministerio de
cultura, dan un acercamiento para abordar a lo rural desde una mirada patrimonial, sin
embargo es interesante hacer el ejercicio de contrastar dichos criterios con el paisaje real con
el que nos encontramos día a día y el manejo que el estado y las grandes multinacionales con
miras a la expansión económica, están dándole a dichos paisajes y recursos naturales, que se
supone debemos preservar al tratarse de un patrimonio histórico de la humanidad.
Con el fin de contextualizar, quisiera tomar como referencia un artículo de Diego Alejandro
Mayorga C, donde describe de manera resumida de qué se trata este proyecto:

“Se asume que la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero Patrimonio de la Humanidad
(PCCPH), aprobada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura (Unesco) es una de las múltiples estrategias político-económicas acogidas por las
instituciones estatales y privadas de orden nacional y mundial, con el fin de representar un
sistema paisajístico preponderantemente cafetero, bajo ciertos atributos culturales, históricos,
económicos, geográficos, al consolidarlo como un bien patrimonial de valores universales
excepcionales.”1

Al tratarse de un proyecto de tipo político, donde se intenta reivindicar la cultura, es inevitable


que se presenten algunas reconfiguraciones de tipo territorial que hacen que varios
académicos se pongan en la tarea de indagar sobre el manejo que se le da a este proyecto y
los matices y trasfondos que este conlleva.
En este punto de la discusión y siendo consecuente con la intencionalidad de esta, es
importante tener claro el concepto de paisaje donde se tomará como referencia a Guhl:

1 Mayorga, C. D. A. (2015). Paisaje Cultural Cafetero, Patrimonio de la Humanidad. La cuestión del


discurso patrimonial en contraste con el paisaje de la caficultura. Territorios, 32, 35-59. Doi:
dx.doi.org/10.12804/ territ32.2015.02
Katherin Cecilia Sánchez Sierra
Universidad Tecnológica de Pereira
Maestría en Historia.

“Los paisajes no son únicamente la expresión física de la interfaz ser humano-entorno, sino una
construcción cultural propia de un momento específico en el espacio y en el tiempo. En otros
términos, el análisis de los paisajes y su transformación no se limita a un estudio de las
características espaciales y temporales de los cambios físicos, sino también de aquellos
relacionados con las sociedades que los moldearon. El paisaje es el escenario en que se
reproducen transformaciones permanentes que son resultado de los valores, políticas y
condiciones económicas en constante evolución (Guhl, 2009, p. 35).”
Posterior a esta aclaración, es importante destacar la relación tan estrecha que se tiene entre lo
natural y lo cultural y que, a la hora de ubicar la temática de discusión desde la mirada de
patrimonio histórico, es imposible desligarlas como una categoría individual ya que el paisaje se
complementa directamente con la sociedad y esta se apropia del mismo para configurarlo
desde sus necesidades, lo cual transforma dicho paisaje.

Una vez se conocen los criterios del paisaje cultural cafetero llegan una serie de
cuestionamientos, entre ellos que este proyecto posiblemente no solo es presentado para
exaltar los valores de la cultura cafetera como símbolo que nos ha representado, no solo al eje
cafetero sino a todos los colombianos y se llega a pensar que este tipo de propuesta
claramente tienen una intencionalidad económica, posiblemente buscando sostenibilidad del
mismo y la forma de explotar esos recursos naturales con el impulso del turismo cultural
aprovechando la categoría de patrimonio histórico de esta región.

Antes de relacionar los criterios del paisaje cultural cafetero con la experiencia que tengamos
desde las bases teóricas y metodológicas que se han ido adquiriendo en la academia, y la
transformación de los imaginarios una vez reconociendo las categorías y los conceptos bajo los
que se rigen este tipo de proyectos que incluyen al paisaje como parte de nuestra historia, era
obligatoriamente necesario aceptar que nos enfocamos actualmente en temas relacionados
con la construcción de un capital económico y en el afán de ponernos al tanto con la
tecnología, observamos con ignorancia el paisaje en el que desarrollamos gran parte de
nuestra vida.

Entre los atributos que se pueden reconocer y destacar por un mayor porcentaje de habitantes
de la región, se encuentra el del patrimonio arquitectónico donde podemos encontrar en la
mayoría de pueblos del eje cafetero gran variedad de construcciones donde el bahareque tiene
su protagonismo y donde la comunidad se une en colectividad para llegar al consenso de
homogeneizar todas las construcciones desde la paleta de colores hasta la forma de los
postigos y balcones con el fin de adornar el pueblo con un elemento tan representativo como es
el bahareque, así como también podemos encontrar algunas de las edificaciones de la carrera
7ma con calle 21 los cuales se han logrado mantener casi que intactos con el fin de exaltar en
la avidez con la que los habitantes consiguieron configurar el espacio de acuerdo a sus
necesidades y haciendo uso de los recursos que tenían a la mano..
El solo hecho de contar con evidencias que nos muestren que hace más de 10.000 años ya
existía presencia humana en el eje cafetero, nos permite apropiarnos de las costumbres y
Katherin Cecilia Sánchez Sierra
Universidad Tecnológica de Pereira
Maestría en Historia.

comprender mucho mejor esas formas de supervivencia que nos han quedado como legado y
hemos ido transformando. Es así como se pueden rastrear esas técnicas agrícolas que pueden
ser usadas en la actual producción de café, donde sus cultivos tienen predominancia sobre
otros al ser el cultivo que representa por excelencia la región del eje.
Finalmente se puede inferir entonces, que los atributos establecidos para expresar los valores
excepcionales del paisaje cultural cafetero son elementos observados y desarrollados desde
las instituciones para enmarcarlos dentro de las necesidades de configuraciones económicas
que permitan impulsar sus actividades económicas y crecimiento regional, tomando provecho
de esos atributos que la destacan como patrimonio histórico de la humanidad.

También podría gustarte