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CAPÍTULO I: LA PREVENCIÓN DEL DELITO

I. La prevención del delito: Un campo y discurso emergente

A día de hoy no existe una definición aceptada de lo que son las políticas de prevención
del delito.

Crawford hizo hincapié en que la prevención del delito es un concepto flexible porque
puede definirse en un sentido estricto o amplio como cualquier intervención que pueda
considerarse beneficiosa para reducir el delito.

Es importante no cometer el error de asumir que existe unanimidad sobre qué es la


prevención del delito.

1. Prevención del delito ¿política criminal?

Para ciertos grupos de juristas y legisladores, las políticas de prevención del delito son
equivalentes a las políticas criminales, especialmente a aquellas que ayudan al sistema
de justicia penal a identificar, detener, procesar, condenar y castigar a los delincuentes.

Heredamos el concepto de prevención del delito de los pensadores ilustrados que en el


siglo XVIII cuestionaron los fundamentos del derecho penal del Estado absolutista y
utilizaron el principio persuasivo para legitimar el derecho penal y controlar el poder del
Estado en lo que respecta a la justicia. Desde esta perspectiva, la información se envía a
la sociedad y a los delincuentes, es decir, el delito es inaceptable y los delincuentes
pagarán por ello.

En España, la gente sigue creyendo que el sistema de justicia penal juega un papel clave
en el control de la delincuencia, aunque existen formas más eficaces de prevenir la
delincuencia, tienden a votar en las Cortes Generales por el fortalecimiento de la
justicia. Las sanciones penales son un mecanismo para controlar el delito.

Sin embargo, la eficacia de las instituciones de justicia penal es cuestionable. La policía


notó solo la mitad de los delitos comunes. El alcance del delito es tan amplio que es
imposible imaginar que la justicia penal pueda producir los medios para controlar el
delito. A pesar de los conservadores y moralistas, la impunidad del de los delitos sigue
siendo y seguirá siendo una norma universal. Su significado es disuasorio e impotente.
Es una estrategia de control delictivo.

La inflación criminal exacerbó este problema. Además, los ciudadanos tienen una
capacidad limitada para informar sobre cualquier incidente. Las encuestas a las víctimas
muestran que para los ciudadanos, las violaciones graves de muchos de los derechos
legales más importantes se consideran triviales para ayudar a los ciudadanos a
denunciar, lo que genera inconvenientes.

Aparte de las limitaciones del sistema de justicia penal para comprender y responder a
los delitos, las evaluaciones empíricas del impacto del derecho penal y las acciones del
sistema de justicia penal también muestran que su efectividad es limitada.

Felson habló sobre la “falacia del sistema de justicia penal” y mencionó un mito común
de que las acciones de los jueces, fiscales y policías tienen un impacto en el nivel de
delincuencia. Para el autor y la mayoría de los criminólogos, duplicar los recursos del
sistema de justicia penal equivale a llenar un balde con dos gotas de agua en lugar de
una.

2. Prevención del delito: ¿política social?

Los pioneros de la criminología positivista ya habían determinado medidas para reducir


o prevenir la delincuencia en otros campos a finales del siglo XIX.

Ferri propuso una serie de intervenciones sociales y situacionales que pueden afectar el
nivel de delincuencia (sustitución del papel de moneda por metálica, eliminación de
barrios miserables, mejora del transporte, simplificación de las leyes, alfabetización del
pueblo). Estas políticas ayudan a integrar a los sectores más desfavorecidos de la
población y aumentan el nivel de igualdad.

Las medidas del sistema social son más eficaces para reducir las tasas de delincuencia
que aumentar las penas.

Muchas de estas medidas no forman parte de la llamada política criminal, ni son la base
última para reducir la delincuencia. El objetivo principal de la política social es mejorar
la calidad de vida y crear un mayor nivel de igualdad, no reducir la delincuencia,
independientemente de que se trate de un impacto secundario. Los defensores de un
concepto más amplio de prevención del delito señalan que, si bien estas medidas solo
tienen un impacto indirecto o secundario sobre el delito, su alcance y extensión pueden
ser mayores que otras medidas temporales.

El primero es la convicción de la llamada política social. El peligro evidente de este


fenómeno es que la delincuencia puede convertirse en el principio básico que determina
la distribución de los productos sociales. Tiene dos dimensiones:

- Desplazamiento de los objetivos. Desde la perspectiva del estado de derecho


social y económico, hacer de la prevención del delito uno de los objetivos
prioritarios de la política social puede reemplazar los otros objetivos de estas
intervenciones igualmente importantes.

- Desdibujamiento de los límites potenciales: cómo la cooperación entre la policía


y los servicios sociales para resolver ciertos problemas oscurece el propósito de
la intervención social. (Bienestar y Castigo). A través de la gobernanza del
crimen. (Simón)

Además, mejorar las políticas de bienestar, igualdad o desarrollo no siempre significa


reducir la delincuencia. La innovación tecnológica, los cambios en los hábitos de vida
provocados por una mayor libertad e igualdad generada por las políticas sociales y la
proliferación de bienes de consumo promovidos por el bienestar material crean en
ocasiones nuevas oportunidades para la delincuencia.

Partiendo de la discusión de los derechos sociológicos, se propone que la expansión del


estado de bienestar no solo no puede prevenir la delincuencia, sino que también
proporciona motivación para la delincuencia. Obviamente hay implicaciones
ideológicas y políticas, dependiendo del modelo social, económico y político que
persigamos, conceptualizaremos la prevención del delito de una forma u otra.

3. El “giro preventivo”: el desarrollo de la prevención del delito como campo


específico de actuación política

Garland señaló en "Cultura de control" en 2002 que una de las transformaciones que se
caracteriza por lo que él llama "la transición de una sociedad del bienestar a una
sociedad controlada" es el desarrollo de instituciones y departamentos específicos
dentro de la organización. Abordar directamente las disposiciones de los organismos,
instituciones, programas y políticas de prevención del delito. Por cambios en las
condiciones sociales, la politización de la inseguridad ciudadana y el reconocimiento de
las limitaciones del sistema de justicia penal en el control del delito. El nuevo discurso
estará lleno de inquietudes de amplio alcance sobre los cambios sociales, las identidades
personales y nacionales y la calidad de vida, pero al mismo tiempo, también
representará una nueva forma de entender la gobernanza y el papel del Estado.

A grandes rasgos, representa un paso en la reflexión sobre derecho-política penal y


política social, que se considera un mecanismo que ayuda a controlar la delincuencia,
contribuyendo así a desarrollar el campo político entre políticas penales. Por tanto,
redefinir las operaciones realizadas y las personas que las realizan.

El desarrollo de la transferencia preventiva en Europa no es uniforme y existen


similitudes y diferencias obvias. En un caso extremo, el Reino Unido inicialmente hizo
hincapié en el plan de prevención de la trama local, que ignoraba la exclusión social
como causa del delito. En el otro extremo, el modelo francés se considera sinónimo de
un modelo de delincuencia social más preventivo, que enfatiza políticas de tolerancia
social, solidaridad y bienestar. Esto requiere que el municipio desempeñe un papel más
importante que la policía o el poder judicial.

Con el tiempo, las diferencias fueron eliminadas, en parte porque el proceso de


integración europea promovió un mayor diálogo y fue el resultado de una profunda
reorientación ideológica y cultural dentro de Europa tras la caída del Muro de Berlín.
Promover la transferencia de políticas de prevención entre diferentes miembros de la
Comunidad Europea. En la década de 1990 se formuló la Política Europea de
Prevención del Delito y Seguridad Ciudadana, enfatizando la necesidad de desarrollar
políticas inspiradas en información estadística actualizada y completa, involucrando a
todos los sectores de la comunidad en las políticas de prevención y desarrollando la
cooperación entre la policía y la comunidad. modelo. La Red europea de prevención del
delito se creó en 2001.

La Comisión Europea define la prevención de la delincuencia como todas las medidas


destinadas a reducir o de alguna manera reducir la delincuencia y la inseguridad
ciudadana en cantidad o calidad o mediante la disuasión directa. Actividades delictivas
realizadas a través de otras políticas e intervenciones diseñadas para reducir la
probabilidad y las causas del delito. Incluirá actividades realizadas por gobiernos,
autoridades competentes, organismos de justicia penal, asociaciones especializadas,
sectores privados y voluntarios, investigadores y público con el apoyo de las redes
sociales.

En 2004 se aprobó el Plan de La Haya, que fija los objetivos para 2010 y establece las
prioridades y objetivos de la UE en el ámbito de la prevención del delito.

- Reducir la posibilidad de delincuencia

- Debilitar los factores que animan a las personas a iniciar o mantener una carrera
delictiva o prevenir la victimización

- Reducir la inseguridad

- Promover la cultura jurídica

- Evitar que los criminales penetren en la estructura económica

 La Comisión Europea también recomienda adoptar un enfoque interdisciplinario de la


prevención, formulando claramente políticas de seguridad con otros campos políticos
relevantes, estableciendo asociaciones entre diferentes roles importantes y formulando
métodos cercanos de policía judicial o comunitaria.
Sin embargo, en gran medida, el giro preventivo no se ha realizado plenamente y el
optimismo inicial ha ido disminuyendo gradualmente. El llamado gobierno integrado es
una acción conjunta de diferentes gobiernos para resolver problemas, que suelen
enfrentar más enfrentamientos y conflictos de intereses que cualquier otra organización.
En muchos países, entre ellos España, la tendencia más preocupante es el giro punitivo,
es decir, la tendencia a sanciones más severas y severas, que consume el presupuesto
nacional y por tanto no propicia más innovación. O medidas de control del crimen
efectivas, menos invasivas o exclusivas. Ambos están próximos a la policía judicial o
comunitaria.

4. ¿Giro preventivo en España?

En nuestro país, aparte de aquellas políticas que buscan controlar la delincuencia


mediante sanciones penales, no contamos con una política nacional de prevención del
delito. No tenemos una agencia municipal de prevención del delito, ni los gobiernos
central o regional evalúan, promueven o monitorean activamente las posibles
actividades de prevención del delito. Excepto por la falta de investigación básica. En
general, la mayoría de los políticos españoles cree que las buenas políticas sociales y
económicas son el único complemento necesario a las políticas de mano dura de los
criminales. Aunque de forma paulatina, sobre todo a nivel local, se ha comenzado a
prestar atención en nuestro país a estos temas.

Hasta cierto punto, en respuesta a la ambigüedad causada por el término prevención del
delito, el término "seguridad comunitaria" ha comenzado a usarse con más frecuencia
en el Reino Unido, similar al concepto de "seguridad ciudadana".

 Quienes apoyan el término "seguridad comunitaria" señalan muchas ventajas ...

- La prevención del delito no es solo responsabilidad de la policía y el


estado, sino que también involucra a grupos de ciudadanos locales,
organizaciones comunitarias y empresarios

- El delito no ocurre en el vacío, tiene un trasfondo comunitario, lo que a


su vez tiene sus efectos. La delincuencia local se basa en el entorno
comunitario en el que ocurre, y las condiciones sociales y económicas
del barrio se ven afectadas por el nivel de delincuencia.
- El concepto de comunidad se refiere a métodos descentralizados y
procesos de toma de decisiones que parten desde abajo de la comunidad
y el carácter colectivo de las consecuencias del delito. Dado que las
consecuencias del delito son parciales, se asume que la solución debe ser
parcial.

- El concepto de seguridad comunitaria muestra que no basta con formular


políticas de seguridad ciudadana orientadas a reducir la delincuencia. Por
tanto, se enfatiza la palabra "seguridad", que tiene una dimensión
objetiva y medidas subjetivas. Afirma que es necesario formular políticas
e intervenciones que no solo brinden una mayor seguridad objetiva, sino
que también mejoren la sensación de seguridad.

5. Prevención del delito, seguridad comunitaria y seguridad ciudadana

El problema con términos como comunidad y seguridad ciudadana es que ambos


plantean el problema de la delincuencia callejera o la delincuencia común y prestan
suficiente atención a la delincuencia organizada. Según la clasificación ideológica de
prevención del delito la realidad es más complicada y los discursos suelen mezclar
elementos de diferentes modelos:

- Modelo conservador: enfoque en estrategias generales y especiales de disuasión,


incapacidad, situacionales y de vigilancia. Ignora las causas sociales de la
delincuencia y considera la participación pública y ciudadana como un elemento
de ayuda y apoyo, más que como su propósito.

- Modelo liberal: Tratar la delincuencia como un problema social. Es


comprensible que el delito sea un comportamiento patológico que debe tratarse a
nivel individual y comunitario. Deben identificarse los factores de riesgo
individuales, familiares y comunitarios, y deben intentarse estrategias de
tratamiento individual o intervenciones familiares o comunitarias para reducir o
compensar estos factores de riesgo.
- Modelo radical: El crimen y las conductas antisociales son objeto de luchas
políticas ligadas a una profunda desigualdad social. Enfatiza la necesidad de
abordar la desigualdad social y poner el foco del sistema de justicia penal en los
delitos cometidos por naciones poderosas.

Otra clasificación:

- Prevención primaria: todas las intervenciones para la ciudadanía, que pueden


incluir acciones realizadas en el entorno social o natural. Reducir generalmente
la causa del crimen. Son criticados porque actúan como actividades de
propaganda en la superficie.

- Prevención secundaria: dirigida a grupos de riesgo. Las personas con datos o


características sociodemográficas y personales pueden hacerlas propensas a la
delincuencia

- Prevención terciaria: dirigirse a los delincuentes conocidos para reducir sus


posibilidades de participar en actividades delictivas. Ocurre en el marco del
sistema de justicia penal.
Torny y Farrington (1995) clasificaban los modelos de prevención en 4 grandes
categorías

- Prevención a través del castigo penal: Se asume que el sistema de justicia penal
tiene cierta eficiencia en su concepto tradicional y puede desempeñar un papel
en todos los niveles. Al enviar mensajes sociales o a los delincuentes que han
sido identificados y procesados, el delito puede evitarse como un delito y debe
ser castigado, o los delincuentes pueden ser retirados de la circulación a través
de su trabajo de resocialización.

- La prevención comunitaria: inspirada en la teoría de la ecología del delito y la


sociología urbana, destaca el papel de los antecedentes comunitarios en el origen
del delito y enfatiza diversas intervenciones para prevenir el delito a nivel
comunitario

- Inspirado en la psicología evolutiva y la criminología, así como en los conceptos


laborales y de bienestar social, las intervenciones para niños y adolescentes
destacan la necesidad de promover programas e intervenciones que contribuyan
a la socialización efectiva y aseguren una atención adecuada a la niñez, juventud
y familia.

- El modelo de prevención situacional: se inspira en la teoría de la actividad diaria


de Cohen y Felson (1979) y otros modelos que enfatizan el papel de las
oportunidades criminales. La idea principal es reducirlos. El segundo, tercero, y
este modelo no tiene que ser manejado por la policía. Los modelos comunitarios
y de prevención temprana a menudo se asocian con agencias administrativas que
tienen como objetivo promover la salud, la educación o el bienestar social,
aunque la policía ha podido funcionar más o menos. En los últimos 30 años,
muchos pensamientos sobre la policía se han centrado en encontrar un modo
más eficaz de combatir el crimen.

CAPÍTULO VI: LA PREVENCIÓN SITUACIONAL DE DELITO

1. Introducción: Las teorías de la oportunidad criminal

Se especula que la criminología "tradicional" ha concebido la prevención del delito


como mecanismos destinados a interferir directamente con las causas del delito.

Para la criminología tradicional, lo fundamental es explicar qué factores conducen a


delitos personales.

Criminólogos con formación psicológica han insinuado malos patrones sociales


familiares, deficientes capacidades cognitivas de los delincuentes, psicopatología
especial (como el trastorno de personalidad antisocial) y otros factores personales
similares. Criminólogos con formación sociológica señalaron factores como la pobreza,
los valores subculturales, la injusticia social, el bajo grado de socialización y fenómenos
similares principalmente de carácter social.

Para estas teorías, lo fundamental es explicar la presión, la experiencia y el poder de


hacer que los delincuentes cometan delitos.

Si queremos reducir el número de delitos en una sociedad determinada, no tenemos más


remedio que intervenir en las razones que hacen que las personas cometan delitos de
alguna manera inevitable. Solo a través de ambiciosos planes de desarrollo social y
económico o mediante la "rehabilitación" personal para cambiar el entorno social de
estas personas y transformarlas en ciudadanos mentalmente más sanos y adaptables
podremos abordar eficazmente los problemas delictivos.

Los delitos no se distribuyen aleatoriamente en el tiempo y el espacio, sino que ocurren


en lugares y momentos específicos, y se enfocan en ciertas categorías de personas u
objetivos, por ejemplo, de acuerdo con el estilo de vida y el concepto de victimización
repetida.

Aunque existen diferencias entre las diversas teorías del crimen, lo que tienen en común
es el concepto de oportunidad. La razón que hace que la delincuencia se concentre en un
espacio y momento específicos está relacionada con las oportunidades de delincuencia
que existen allí.
Una de las teorías más famosas del crimen o la oportunidad criminal es el "método de
actividad rutinaria" o método de actividad diaria. La teoría cree que para que ocurra un
delito, los siguientes tres elementos deben estar integrados en el tiempo y el espacio: la
existencia de delincuentes motivados, la existencia de metas alcanzables y la ausencia
de tutores que puedan prevenirlas.

La relevancia de la oportunidad es un elemento clave para comprender el


comportamiento delictivo y la distribución social, temporal y espacial del delito, y ha
sido probada en numerosos estudios.

La oportunidad también es un factor importante para comprender la distribución social


del delito. Según la teoría del estilo de vida, las diferencias en la probabilidad de
victimización entre las diferentes sociedades y grupos de población pueden explicarse
por las diferencias en los estilos de vida de los miembros de estos grupos.

Desde esta perspectiva, es comprensible que determinados estilos de vida sean más
riesgosos que otros, porque implican una mayor exposición a lugares, situaciones o
personas peligrosas. En este sentido, el tiempo que pasamos en casa reduce el riesgo de
victimización, mientras que el tiempo que pasamos en lugares públicos aumenta este
riesgo. En cuanto a la clase social, se señaló que los bajos ingresos reducen la
posibilidad de vivir y realizar actividades en comunidades o familias más seguras.

Cornish y Clarke creen que el comportamiento delictivo es útil y tiene como objetivo
satisfacer las necesidades comunes de los delincuentes, como el dinero, el género, el
estatus y la aventura. La naturaleza de sus herramientas significa que se toman
decisiones y elecciones, pero pueden ser limitadas en términos de información y tiempo
disponible. Estos autores distinguen la decisión de cometer un delito específico en un
momento y lugar específicos de la decisión de iniciar o terminar la "profesión criminal".

Brantingham y Brantingham entienden que los criminales toman decisiones diferentes


cuando cometen un crimen, y estas decisiones se basan en su conocimiento previo de lo
que es un buen objetivo o víctima. Cuando un delincuente encuentra señales de una
buena oportunidad para cometer un delito en una situación determinada, es más
probable que decida cometer un delito.

También demostraron el uso de la "imaginación geográfica" para analizar la


delincuencia y el desarrollo de la criminología ambiental que se centra en las
dimensiones espaciales y temporales. La imaginación geográfica nos permitirá darnos
cuenta del papel del espacio y el lugar en la biografía personal y el comportamiento
diario y el funcionamiento de las organizaciones. Estos autores también enfatizaron que
la distribución espacial del crimen está relacionada con la distribución espacial de los
objetivos y los patrones de actividad diaria de los criminales. Las actividades diarias de
los delincuentes los hacen más propensos a cometer delitos en el tiempo y el espacio.
También es particularmente relevante para el momento del crimen que los delitos se
concentran en franjas horarias específicas de la misma manera que se concentran en
determinados espacios, en respuesta a patrones generales de actividades cotidianas que
limitan la asignación de oportunidades.

Primero, se entiende que los criminales son personas que responden a las necesidades
humanas comunes. En segundo lugar, es comprensible que seamos más o menos
vulnerables a la tentación de las oportunidades criminales en determinados contextos y
situaciones.

El crimen no es una actividad llevada a cabo por personas particularmente malvadas,


sino simplemente un producto del "egoísmo y la codicia humana".

El mensaje es que el crimen suele ser un hecho común en la vida moderna al que
tenemos que acostumbrarnos, pero solo desarrollando técnicas prácticas e inteligentes
para aprender a evitarlo.

Si queremos prevenir el crimen de manera efectiva, debemos reducir la posibilidad de


crimen cambiando el entorno o la situación. Por lo tanto, este método se denomina
prevención del delito situacional. Hasta cierto punto, los delincuentes son actores
racionales: si piensan que las posibilidades de cometer delitos se reducen y piensan en
los costos y riesgos asociados con el delito, estarán menos inclinados a cometer delitos.

La prevención del delito situacional es una idea del departamento de investigación del
Ministerio del Interior británico, cuando Ronald Clarke era el director.

Este modelo implica la transición de un modelo policial pasivo a un modelo policial


activo, en este modelo la policía diseña una estrategia de prevención situacional para
acabar con los problemas que conducen a la concentración del delito en el tiempo y el
espacio.

II. Aspectos básicos de la prevención situacional

1. Técnicas de prevención situacional

La prevención del delito situacional depende de mejorar el medio ambiente, hacer que el
delito sea más difícil y peligroso, y reducir la satisfacción debido a la reducción de
beneficios o recompensas.

Según Clarke, las medidas para reducir las oportunidades: a) deben apuntar a formas de
delincuencia muy específicas; b) deben participar en la gestión, diseño o manipulación
del entorno circundante de la manera más sistemática y permanente posible, y c) Debe
establecerse de manera que aumente los esfuerzos y riesgos percibidos por la empresa y
reduzca sus beneficios.
Cada proyecto de prevención de situaciones pasa por varias etapas sucesivamente: a)
Recopilar datos sobre la naturaleza y el alcance de problemas específicos delictivos; b)
Analizar las circunstancias y condiciones que permiten o promueven la delincuencia en
el entorno específico estudiado; c) La investigación sistemática puede obstaculizar las
oportunidades existentes; d) Implementar las medidas más prometedoras, económicas y
sencillas; e) Evaluar experiencias, difundir resultados y modificar intervenciones
cuando no se alcancen los resultados esperados.

En 1980, Hough, Clarke y Mayhew hicieron una clasificación preliminar de las técnicas
de prevención situacional, incluidas ocho categorías. En 1992, debido a la gran cantidad
de investigación en ese momento y la incapacidad del método de clasificación original
para capturar algunas tecnologías nuevas, Clark agregó cuatro más. Finalmente, en
1997, Clarke y Homel agregaron cuatro clasificaciones más a las doce clasificaciones
existentes.

El primer conjunto de técnicas incluye aquellas que intentan incrementar la intensidad


de la percepción. Si el criminal tiene que esforzarse demasiado, la posibilidad de
cometer un delito es menor. Se mencionan cuatro técnicas: mejora de objetivos, control
de acceso, control de facilitadores y transferencia de delincuentes. El endurecimiento
del objetivo implica el establecimiento de barreras físicas, como candados, materiales
de refuerzo, mecanismos de rechazo de máquinas falsificadas en máquinas que
funcionan con monedas, etc. El control de acceso es similar al control de acceso
anterior, significa dividir el espacio físico colocando barreras, puertas o recepcionistas.

El traslado de delincuentes es una medida diseñada para reducir la convergencia


espacial y temporal de delincuentes. Finalmente, la última tecnología de este grupo es el
control de facilitadores, que controla los elementos que facilitan el delito. Un ejemplo
obvio es el control de armas.

El segundo grupo de tecnologías incluye aquellas que aumentan el riesgo percibido.


Este sistema incluye inspección migratoria, vigilancia formal, vigilancia de empleados y
vigilancia natural. Las inspecciones de entrada y salida son muy similares al control de
acceso. Sin embargo, el propósito no es excluir a las personas, sino aumentar el riesgo
de encontrar personas que no cumplan con los requisitos de inmigración.

La vigilancia formal se refiere a la vigilancia realizada por la policía o el personal de


seguridad privada con el fin de disuadir a los posibles delincuentes.

La supervisión de los empleados se refiere al rol de agente de control social que los
empleados pueden y hacen cuando realizan sus funciones típicas.

La vigilancia natural se refiere a las tareas de vigilancia que todos realizamos todos los
días.
El tercer conjunto reúne técnicas diseñadas para reducir la ganancia o recompensa del
delito. Este método incluye objetivos móviles, determinación de la propiedad, reducción
de la tentación y eliminación de beneficios. La lógica del cambio de objetivo es obvia.
Si no se encuentra el objetivo, no hay beneficio posible.

La determinación de la propiedad no solo conduce a la recuperación de los materiales


robados, sino que su objetivo básico es reducir en cierta medida el producto del delito,
de modo que dichos materiales marcados sean más difíciles de vender en el mercado
negro y, por lo tanto, de menor utilidad.

Finalmente, la eliminación del beneficio como las etiquetas de tinta comúnmente


utilizadas en ropa de alta calidad, si el vendedor no libera las etiquetas de tinta, la tinta
se desprenderá en la ropa y evitará su uso. O, por ejemplo, un dispositivo electrónico
que no se puede usar a menos que se ingrese un código o contraseña que solo el
propietario conoce.

El último grupo de técnicas incluye todas las técnicas diseñadas para aumentar la
vergüenza o el sentimiento interior de los delincuentes: establecer reglas, fortalecer la
condena moral, controlar los inhibidores y promover el cumplimiento. La formulación
de reglas se refiere al establecimiento de procedimientos para regular el
comportamiento de las personas y normas claras, aceptables y consistentes en
determinadas situaciones, organizaciones o situaciones.

El propósito de fortalecer la condena moral es aumentar directamente el costo del


crimen en término de vergüenza.

El control de inhibidores como el alcohol reduce la disponibilidad de medios para


neutralizar los sentimientos internos y los procesos mentales superiores relacionados
con la conciencia.

Finalmente, los procedimientos que promueven el cumplimiento pueden ayudar a los


ciudadanos a seguir sus impulsos de comportamiento ético.

Aunque muchas de estas tecnologías no son nuevas, la prevención del delito situacional
les proporciona un marco organizativo y una base teórica.

2. Algunos ejemplos de prevención situacional

2.1. La eliminación del grafiti en el metro de NY y la seguridad en los transportes


públicos

Durante muchos años, los grafitis en el metro de Nueva York se han convertido en un
problema importante para el gobierno de la ciudad. Además de los costos económicos
directos e indirectos en dólares estadounidenses, debido al deterioro de la imagen de la
ciudad, muchos estudios también han mostrado la conexión entre el graffiti y la
inseguridad ciudadana de los neoyorquinos, lo que lleva a situaciones extremas, como el
caso "Goetz”.

Bajo la sugerencia del equipo de criminólogos, los gerentes del metro encontraron una
solución al problema: el vagón no podía pasar hasta que estuviera completamente
limpio. Los grafiteros pintaban los vagones para que en el futuro pudieran ver circular
su obra por la ciudad, cuando se tomaron las medidas de limpieza inmediatas, la
negación del bienestar alcanzó su punto máximo. Los resultados fueron que ya no se
pueden ver graffitis en ningún vagón y tratar de pintar el tren ya no es un problema para
las autoridades de transporte público de la ciudad.

2.2. El control de la movida juvenil

En muchas ciudades de la mayoría de los países occidentales, las noches de fin de


semana son cuando los adolescentes salen a divertirse. Esto está relacionado con ciertos
problemas, como el consumo de alcohol por menores de edad, el vandalismo, la
violencia callejera, el ruido, la suciedad o la conducción imprudente de vehículos bajo
los efectos del alcohol. En Arlington, una pequeña comunidad de Texas, las autoridades
locales, la policía, los empresarios y las asociaciones de vecinos decidieron permitir que
los jóvenes se concentraran en otra zona sin molestar a los vecinos ni molestarlos. A
pesar de la sospecha inicial, los vecinos nunca sufrieron los problemas provocados por
este fenómeno.

2.3. Prevención de delitos contra pequeños establecimientos comerciales

Los pequeños establecimientos comerciales, especialmente los que están abiertos las 24
horas del día o cerca de las carreteras, son particularmente vulnerables a los robos
violentos. Se instalaron medidas basadas en el modelo de prevención situacional en 60
tiendas. La comparación de los delitos cometidos por estas tiendas y las 60 tiendas del
grupo de control demostró la efectividad de estas medidas.

En otras ocasiones, las medidas que se toman no son para hacer más difícil el delito,
sino para hacerlo más fácil, o las medidas implementadas no funcionan por un mal
análisis del problema o por no considerar el impacto en el medio ambiente.

Según Clarke, estas fallas o problemas no prueban que la prevención del delito
situacional sea inútil. Su sugerencia es que el uso de estas fallas o problemas requiere
una atención cuidadosa y cuidadosa a los problemas a resolver en cada caso específico.
Señala que a veces la situación es más complicada de lo que piensan las personas que
implementan estos planes.

2.4. “Productos calientes”, diseño y prevención

Ronald Clarke introdujo el término "productos calientes" para referirse a objetos que
son particularmente atractivos como objetivos criminales.

Clark insiste en que una mejor comprensión de qué productos son "populares" y por qué
puede ayudar a nuestros consumidores a evitar el uso de estos productos puede ayudar a
la policía a combatir de manera más eficaz las actividades del mercado contra los
productos robados, y puede ayudar al sector privado a diseñar un producto que no solo
es más atractivo sino también más seguro.

Cabe destacar la iniciativa presentada por el Centro de Investigación de Diseño contra la


Delincuencia. El centro tiene como objetivo promover el desarrollo sostenible y el
diseño socialmente responsable teniendo en cuenta las necesidades a menudo
conflictivas de los diferentes grupos de usuarios en un contexto determinado.

III. Responsabilización y prevención situacional

Tradicionalmente, la gente ha aprendido que el estado tiene el monopolio de controlar el


comportamiento delictivo. Sin embargo, el estado nunca ha estado solo en el desempeño
de sus funciones de control social. La sociología tradicional distingue dos formas de
control social: control social formal y control social informal. El control social formal
suele ser identificado por agencias como la policía y otras agencias reguladoras, cuyas
acciones están sujetas a ciertas regulaciones. Por otro lado, el control social informal lo
ejercen instituciones como la familia, la iglesia, los medios de comunicación, la escuela
o la comunidad.

Felson y Clarke propusieron que existe un tercer mecanismo de control social, al que
denominan medidas preventivas rutinarias. De esta forma, comprenden las medidas
diarias que toman los ciudadanos o las organizaciones sociales para evitar ser
perjudicados.

Estos autores creen que debido a las limitaciones resultantes, la sociedad en el futuro
verá comprometidas cada vez más las medidas preventivas rutinarias, y estos daños van
en detrimento de las formas actuales de control social formal e informal. Insisten en que
el control social informal sigue perdiendo efectividad debido a los cambios sociales,
como el ingreso de las mujeres al mercado laboral, la tendencia a construir escuelas más
grandes, la existencia de un mercado laboral basado en empleos más temporales y
temporales, y el hecho de que la juventud de hoy gana fuerza económica.

Por otro lado, dado el creciente anonimato y la movilidad de hoy, junto con el
crecimiento de las oportunidades criminales para todo el desarrollo económico y
tecnológico, el alto costo económico del sistema, la efectividad del control social formal
será más limitada. El sistema de justicia penal y la posibilidad práctica de enjuiciar toda
la nueva gama de delitos involucrados en cada nueva reforma del derecho penal.

¿Por qué es importante hablar de medidas preventivas de rutina en esta situación? Es


precisamente porque autores como Felson y Clarke creen que debe haber un camino
entre la prevención situacional y la prevención convencional, lo que a su vez expresa su
interés en la prevención situacional, no solo en una herramienta nacional. Aunque estos
autores creen que el estado (especialmente a través de la policía) puede beneficiarse
enormemente del uso de técnicas de prevención situacional para lograr sus objetivos
todavía creen que el uso de estas técnicas no debería ser monopolio estatal.

Parte del deber de un criminólogo debe ser estudiar qué medidas preventivas
convencionales son efectivas y cuáles no, a fin de informar al público para que asuma la
responsabilidad de una prevención efectiva del delito.

Felson y Clarke consideran que los ciudadanos y las empresas privadas son los
responsables de la prevención del delito, para ellos esto básicamente significa que
toman medidas preventivas convencionales o situaciones en las que las medidas
preventivas son efectivas en sus respectivos contextos. Estos autores creen en particular:

- Toda persona y organización tiene la obligación ciudadana de tomar medidas


periódicas de prevención del delito para reducir la tentación;
- Toda empresa y organización debe tener obligaciones éticas y legales para
proteger al público y a sus empleados y empleados de los delitos al utilizar sus
servicios o instalaciones;
- Toda empresa tiene una obligación cívica, y en ocasiones debería ser legal, para
reducir las oportunidades de delitos que brindan sus bienes y servicios.

De manera similar, Clarky y Newman argumentaron que el gobierno necesita establecer


departamentos destinados a promover productos más seguros. Estos departamentos: 1)
deben prevenir el aumento de la delincuencia mediante la detección temprana de nuevos
productos que pueden ser problemáticos, y 2) desarrollar la capacidad de adoptar un
enfoque orientado a problemas que pueda responder rápidamente a amenazas criminales
imprevistas debido a productos nuevos o existentes. Sin embargo, estos autores
reconocen que existen múltiples razones por las cuales el gobierno tiene dificultades
para tomar estas medidas: las empresas y el sector privado han expresado resistencia a
su rol en la generación y prevención del crimen; sin embargo, enfatizaron que en
muchos escenarios gubernamentales, han adoptado ejercer mayor presión sobre los
diferentes sectores empresariales para persuadirlos de que tomen medidas de prevención
del delito.

IV. Críticas a la prevención situacional

El modelo de prevención situacional ha recibido muchas críticas del campo más


tradicional de la criminología. Estas críticas atacaron dos aspectos de este modelo de
prevención. Por un lado, se cuestiona su efectividad; por otro lado, también se cuestiona
su legitimidad moral y política. A su vez, la crítica a su eficacia apunta a dos aspectos:
las limitaciones de estas tecnologías y los resultados transitorios y localizados. Desde el
punto de vista político, la gente más conservadora cree que la única forma de combatir
el crimen es con mano dura, por lo que creen que estas técnicas no son las más
adecuadas. Por otro lado, partiendo de la izquierda, se piensa que estas tecnologías
representan una reducción significativa de las garantías básicas, llevándonos a una
sociedad "orwelliana".

1. La eficacia de la prevención situacional del delito: el problema de su alcance y


del desplazamiento

La primera crítica a estos métodos es que solo se aplican a delitos con elementos
oportunistas, especialmente delitos menores como el hurto o el vandalismo. Los críticos
de la prevención del delito situacional entienden que este modelo nunca puede
combinarse con la garantía de prevención del delito violento, porque en el delito
violento no hay razón y todo está lleno de emoción.

En segundo lugar, aunque en realidad la oportunidad no siempre tiene la misma


importancia en diferentes delitos, lo cierto es que en todos los delitos, incluso los
cometidos por desesperación o ira extrema. Por otro lado, la noción de que la violencia
es el resultado automático del descubrimiento de emociones fuertes o frustración está
siendo reemplazada por modelos teóricos que muestran que existe un componente
racional en todas las conductas violentas y cuestionan la diferencia entre violencia
instrumental y violencia no instrumental.

Tedeschi y Felson desarrollaron una teoría de la psicología social de la psicología


violenta o comportamiento coercitivo, que tienden a llamar comportamiento racional.
Los dos autores consideran que las acciones coercitivas tienen finalidades distintas,
como defender la identidad social, sancionar conductas que se consideran delito, o
simplemente obtener determinados beneficios. Sin embargo, la crítica más importante a
este modelo acapara el debate entre partidarios y opositores de la prevención del delito
situacional, se refiere a la efectividad temporal de estas tecnologías, es decir, al
problema del desplazamiento. Los críticos creen que la prevención del delito situacional
no previene el delito, sino que solo reemplaza el delito.

Repetto describió cuatro tipo de desplazamiento:

- Temporal: cuando el delincuente cambia el tiempo en que comete crímenes


- Espacial: Cuando el criminal cambia de área
- De objetivo: Cuando el infractor cambia de objetivo a otro
- Métodos o tácticas: cuando el infractor cambia la forma en que ataca al objetivo.
- De forma criminal: cuando el delincuente cambia una forma de delito por otra
forma.

Para estas cinco categorías, Barr y Pease añadieron el desplazamiento de delincuentes


que ocurre cuando nuevos criminales reemplazan a criminales previamente prevenidos.
Hesseling agrega desplazamiento múltiple, cuando diferentes formas de desplazamiento
ocurren simultáneamente o en combinación.

Si hay ciertas fuerzas que inducen a los delincuentes a cometer delitos se puede evitar
que los delincuentes ataquen ciertos objetivos, pero la delincuencia nunca se reducirá. A
su vez, esta crítica parte de la premisa correcta de que la mayoría de los delincuentes no
suelen ser expertos, pero han cometido una variedad de delitos y la certeza menos
correcta proviene desde la perspectiva de los delincuentes, la teoría delictiva de que
todos los delitos son iguales trata el desplazamiento desde otra perspectiva. La teoría de
las actividades diarias nos lleva a esperar que si los objetivos vulnerables disminuyen y
la vigilancia aumenta, el crimen disminuirá sin causar una seria amenaza de
desplazamiento.

Por otro lado, la visión de la elección racional sostiene que la posibilidad de


desplazamiento dependerá de otros delitos que tengan beneficios similares sin traer
mayores riesgos o incrementar los esfuerzos. Desde la perspectiva de la elección
racional, el desplazamiento no es ciertamente inevitable.

Si bien el desplazamiento puede explicarse como el producto de la presión inevitable


que ejercen fuerzas poderosas sobre las motivaciones de los delincuentes, también
puede explicarse correctamente desde la perspectiva de la elección racional. Sin
embargo, la evidencia más reciente parece indicar que este modelo de prevención puede
reducir la delincuencia. En 1992, Clarke publicó 20 presentaciones de muestra, que no
mostraban este problema. Posteriormente, dos revisiones de la literatura brindaron un
apoyo importante para este modelo de prevención. Eck estudió 33 de tales
procedimientos y concluyó que no hay evidencia de que el desplazamiento sea mayor al
100% y que el desplazamiento absoluto sea imposible. De estos 33 procedimientos, 3
mostraron evidencia considerable de desplazamiento, 12 fueron desplazamiento
moderado y 18 no tuvieron desplazamiento.
Ante esta evidencia, los críticos tienden a responder criticando las limitaciones
metodológicas inherentes al estudio a la hora de medir el desplazamiento. No es que no
haya desplazamiento, sino que no se detecta con los métodos adecuados. Por lo tanto,
los críticos creen que la muestra utilizada puede ser demasiado pequeña para detectar el
desplazamiento. Casi siempre se utilizan estadísticas oficiales para medir el
desplazamiento. Las áreas o grupos controlados pueden haber recibido parte del delito
de desplazamiento, lo que no es el caso. Todas las formas posibles de desplazamiento se
controlan o miden, y otros factores existentes en la comunidad pueden explicar la
reducción de la delincuencia.

En cuanto a este modelo, los autores que lo apoyan han promovido el debate teórico
sobre el desplazamiento desde tres aspectos interesantes: la diferencia entre
desplazamiento benigno y maligno, la investigación del principio de funcionamiento del
desplazamiento y el desarrollo de la comprensión del desplazamiento. En 1990, Barr y
Pease propusieron el concepto de reemplazo benigno, pero hasta ahora, el concepto de
reemplazo maligno sigue siendo dominante. Desde la perspectiva de estos dos autores,
el problema no es si hay desplazamiento, sino cómo diseñar programas de prevención
para que los delitos se distribuyan de manera más equitativa, o los delitos de menor
importancia o gravedad.

Para estos autores, el desplazamiento es vicioso solo cuando el cambio de delito ocurre
de una manera socialmente indeseable, por ejemplo, si el delito es más grave que el
delito antes de la intervención.

Cuando un plan de prevención da como resultado una transición a una forma de delito
menos grave o una forma de delito menos dañina, estos autores creen que esta transición
debe considerarse benigna y, por tanto, deseable.

En segundo lugar, se han realizado esfuerzos interesantes para comprender las


condiciones en las que se produce el desplazamiento. Si queremos diseñar programas de
prevención situacional más efectivos, entonces se considera esencial comprender el
mecanismo de este fenómeno. Al comprender cómo funciona el desplazamiento,
podemos asignar recursos para reducir la posibilidad de implementar programas de
prevención situacional. Heal y Laycock argumentaron que la posibilidad de
desplazamiento es mayor: a) Cuando los factores motivacionales que afectan al
delincuente son muy fuertes; b) Cuando hay muchos objetivos alternativos disponibles o
cuando sea un objetivo alternativo; c) Cuando la persona que diseña el plan de
prevención no considere la forma más obvia de desplazamiento en su plan de
intervención y diseñe contramedidas, d) Cuando un objetivo altamente vulnerable se
acerca a un objetivo protegido.

Gabor propuso el concepto de adaptabilidad del delincuente, que incluye dos aspectos:
características personales y alcance procesal. Ciertos delincuentes tienen más
probabilidades de desviar sus actividades delictivas en determinadas circunstancias: por
ejemplo, los delincuentes jóvenes son menos móviles y tienen menos experiencia en la
comisión de delitos más complejos, por lo que es poco probable inferir que cambiarán
su delito a delitos más complejos. Por otro lado, si un área solo protege ciertos
objetivos, el delincuente no necesita un alto grado de movilidad para encontrar metas
alternativas.

Eck propuso el concepto de disminución de la familiaridad. Según el autor, es más


probable que una persona desplazada se mueva hacia un lugar, tiempo, meta y
comportamiento con el que el criminal está más familiarizado, mientras que él cree que
la posibilidad de desplazamiento es menor. Si las oportunidades se restringen a áreas
con las que los criminales están familiarizados, es probable que los desplazados sean
trasladados a otras áreas cercanas que los criminales también conocen bien, en lugar de
áreas con las que no están familiarizados.

Cornwall y Clark desarrollaron el intento más completo para comprender las


condiciones bajo las cuales ocurre el desplazamiento basado en el concepto de las
propiedades de la selección estructural. El punto de vista de la elección racional sostiene
que los delincuentes responderán selectivamente a las características de un delito en
particular al decidir si desviar la atención. Un delito específico se comete por razones
específicas, y la decisión de cometer un delito determinado depende de las
características del delito y del delincuente y de la interacción entre los dos.

Cornish y Clarke entienden que la posibilidad de que el delincuente sustituya un


comportamiento delictivo por otro dependerá de si el delincuente tiene características
que el delincuente cree que son compatibles con sus objetivos y capacidades.

Finalmente, el debate sobre el desplazamiento también ha producido otro concepto


teórico: la difusión de beneficios, aunque el desplazamiento es una posible
consecuencia, aunque hemos visto que los programas de prevención de situaciones no
son inevitables, se comenzó a revisar las consecuencias más positivas de estas
intervenciones. Por tanto, este efecto se produce cuando la reducción de la delincuencia
supera la situación en la que se previenen oportunidades. Evidentemente, existen dos
mecanismos para explicar este fenómeno: la disuasión y la desmoralización. Dado que
los delincuentes no entienden las aleaciones, puede producirse una difusión de
beneficios y la medida en que ha aumentado el riesgo (disuasión), o porque piensan
demasiado que la recompensa por un acto delictivo en particular ya no compensa el
esfuerzo necesario.

De acuerdo con la investigación de Clarke y Weisburd, se pueden optimizar ciertos


mecanismos para obtener estos resultados: a) Distribución gratuita y aleatoria de
equipos de seguridad, que no se pueden proporcionar a todos por su alto costo; b)
Medidas preventivas que se centran en los objetivos más vulnerables y obvios, y c)
utilizar anuncios para que los posibles delincuentes comprendan la existencia de estas
medidas de seguridad. Estas estrategias pueden promover que los delincuentes se vean
afectados por el mecanismo de difusión de beneficios, de modo que se pueda mejorar el
desempeño del programa de prevención situacional.

2. El debate sobre la legitimidad moral de las técnicas de prevención situacional

Las críticas a este modelo de prevención se centran en su legitimidad moral. Los


defensores de la prevención situacional tienden a ignorar posibles problemas éticos, y
los críticos tienden a ver este modelo de prevención como una inmoralidad global. El
autor que organizó la crítica más sistemática del modelo de prevención situacional
desde un punto de vista moral y filosófico fue el célebre jurista Andrew van Hirsch.

Hirsch considera tres aspectos o circunstancias que hacen que estas intervenciones sean
particularmente contradictorias o difíciles.

En primer lugar, la prevención del delito situacional es diferente de las intervenciones


tradicionales en el sistema de justicia penal, tiene un alcance más amplio y afecta a
todos los ciudadanos, sean delincuentes o no.

En segundo lugar, la novedad de estas intervenciones nos sitúa en un contexto donde no


existe una garantía legal claramente definida para prevenir su abuso. En tercer lugar,
sigue sin resolverse la cuestión de quién está vigilado. La característica especial es que
las empresas privadas pueden implementar planes de prevención de situaciones.

Van Hirsch entiende que las cuestiones éticas de estos proyectos se pueden dividir en
dos categorías: las limitaciones de la libertad personal y las cuestiones de justicia social.
La primera categoría incluye cuestiones que pueden surgir de la exclusión de ciertas
personas en lugares semipúblicos, porque involucran prácticas discriminatorias, sobre
regulación o prácticas policiales de "tolerancia cero" que pueden resultar en
restricciones a la libertad. En la segunda categoría, Hirsch mencionó restricciones al
acceso a ciertos bienes públicos, y que estas tecnologías solo son aplicables a áreas
residenciales de clase media o alta sin beneficiar a las personas con menos recursos
socioeconómicos.

En cualquier caso, cabe señalar que los defensores de este modelo de prevención tienen
sus propias opiniones sobre el problema. Estos autores creen que el plan de prevención
del delito situacional, después de un cuidadoso diseño e implementación, es moralmente
superior a los métodos actualmente implementados en la sociedad.

V. Consideraciones finales: ¿La prevención situacional en España?


Como marco teórico organizacional, este modelo de prevención es realmente
desconocido. Incluso entre los criminólogos más calificados, es difícil comprender
algunos de los matices conceptuales de este modelo de prevención. Si nos comparamos
con otros países en un entorno cultural, entonces este atraso sigue siendo el resultado de
una falta de comprensión académica y social razonable de la criminología.

Sin duda, el uso de estas medidas en nuestro país tiene mucho que ver con las
tendencias descritas por Felson y Clarke en términos de control social. El uso de
videovigilancia para prevenir la violencia callejera es un ejemplo de tecnología de
prevención situacional. Nuestro país se caracteriza por la falta de una definición de
medidas preventivas para esta situación, y casi ninguna evaluación de las medidas que
se han implementado. Por lo general, nuestra sociedad no evalúa o evalúa muy poco.

Es conveniente sacar conclusiones, en España también debemos ser conscientes de las


cuestiones morales asociadas en ocasiones a estas intervenciones y diseñar estos
procedimientos respetando los derechos fundamentales de la ciudadanía. Por otro lado,
aunque los defensores de estos métodos afirman que los criminólogos que utilizan estas
técnicas y tratan a los criminólogos como expertos en tecnología de control son
políticamente neutrales, no debemos olvidar: 1) La neutralidad no es más que
conservadurismo ideológico, 2) Estas declaraciones se producen en un determinado
contexto político y social. España se define a sí misma como un país social, lo que nos
obliga a mostrar una especial sensibilidad por los temas socialistas.

En una sociedad democrática, es importante no solo prevenir los delitos, sino también
cómo cometerlos, y ser éticos y responsables. El caso es que se considera una solución
técnica sin valor que va más allá del objetivo final de reducir la delincuencia, razón por
la cual estos temas no suelen ser discutidos con claridad.

CAPÍTULO VII: PREVENCIÓN A TRAVÉS DE LA ADOPCIÓN DE MODELOS


POLICIALES PROACTIVOS

1. Introducción

La policía juega un papel vital en la prevención del crimen porque es una agencia estatal
que está abierta las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para combatir el crimen.
La Ley Orgánica N ° 2/1986 de Fuerzas e Instituciones de Seguridad Nacional de 13 de
marzo estableció que una de sus funciones es "prevenir el delito" e "investigar,
planificar y aplicar métodos y técnicas para la prevención del delito".

En el ordenamiento jurídico español, la seguridad ciudadana es competencia exclusiva


de estas fuerzas y organismos, y parece que se está implantando un modelo en el que la
policía debe jugar un papel fundamental absoluto en la formulación de los planes de
prevención del delito.

Ha habido cambios importantes en la historia de la comprensión de la prevención como


una función policial. Estados Unidos ha propuesto una versión relativamente popular y,
aunque no está exenta de críticas, ha propuesto una historia de las instituciones
policiales, funciones y estrategias de control del crimen en Estados Unidos. El profesor
George Kelling y el profesor Mark Moore fueron coautores de un artículo titulado
"Estrategia de desarrollo policial". En este trabajo, Kelling y Moore compararon tres
momentos clave en la concepción de la policía estadounidense y la forma en que
controla el crimen. Estos autores señalaron específicamente que en la década de 1970,
muchos conceptos establecidos sobre el trabajo policial entraron en crisis. En las
primeras décadas del siglo XX se defendió en Estados Unidos el modelo de una fuerza
policial profesional e independiente.

Los reformadores policiales de la época defendieron el modelo policial, que debe


respaldar su legitimidad en el derecho penal y la profesionalidad. En este modelo, el
objetivo básico de la policía se define como controlar la delincuencia y detener a los
delincuentes, mientras que la ejecución de otras actividades de servicio comunitario se
considera incompatible con las funciones policiales "reales". La idea básica es trasladar
los métodos científicos de gestión y organización a la policía. Los ciudadanos son los
destinatarios del departamento de policía y no tienen otras responsabilidades en la
prevención y el control de los delitos, solo pueden cooperar con la policía quejándose y
proporcionando información que pueda ayudar a esclarecer la conducta delictiva.

Sin embargo, la adopción de estas ideas sirvió de poco para frenar la ola de delincuencia
que sacudió a los Estados Unidos y otros países occidentales durante los 70 y parte de
los 80. A raíz de estas críticas se generaron una serie de ideas sobre cómo redefinir la
labor y función policial para adaptarlas a las nuevas realidades sociales y económicas
del siglo XX y para hacerla presuntamente más eficaz.

2. La crisis del modelo tradicional

Un estudio del Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos


designó estos métodos de prevención como "modelos policiales estándar". El
modelo se basa en la idea de que las estrategias de reducción del delito se
pueden utilizar en cualquier área, independientemente del nivel del delito, la
naturaleza del delito u otros cambios. Ejemplos de este modelo: aumentar el
número de policías, responder rápidamente a la llamada de emergencia 091,
fortalecer la política de redadas ...

Estas ideas socialmente reconocidas reproducen la teoría de la disuasión y la


incompetencia. Sin embargo, no ha evaluado su posible impacto social.
Tienen las características de "cosméticos" y tienen la función de reducir
temporalmente ciertos problemas para tranquilizar al público, pero no
resolverán permanentemente estos problemas. Un resumen de algunas
conclusiones extraídas de la investigación sobre la estrategia policial en los
Estados Unidos y otros países en la década de 1970:

1. Aumentar el número de agentes de policía

Una idea que mucha gente acepta es que más policías, mayor seguridad, lo
que significa que el número de policías está directamente relacionado con el
nivel de criminalidad. pero, realmente importa? Solo recientemente se llegó
a un consenso de que se puede decir que el número de policías contratados
no tiene ningún efecto sobre la tasa de criminalidad. Hay otros factores
socioeconómicos que afectan el nivel de delincuencia y son más importantes
que el número de policías. Por el contrario, la abolición completa de la
presencia de la policía puede conducir a un aumento de la delincuencia, y la
presencia de la policía en determinadas zonas puede tener un impacto en
estos niveles.

Las últimas investigaciones de la nueva generación muestran que el aumento


de la presencia policial en la calle está relacionado con la disminución de la
delincuencia. Al final, el consenso general sigue siendo que el trabajo de los
agentes de policía es mucho más importante que el número de agentes de
policía.

2. Aumentar el número de agentes patrullando en la calle

En la sociedad occidental, entre el 60% y el 65% de los agentes de policía


están asignados a tareas de patrullaje porque proporcionan una presencia
evidente y teóricamente impiden que los delincuentes cometan delitos. La
efectividad de las patrullas de delitos de automóviles se evaluó a través del
Experimento de Patrulla Preventiva de Kansas City, uno de los experimentos
más famosos en criminología. Este estudio muestra que los cambios en el
nivel de patrulla de vehículos no tienen ningún efecto sobre el nivel de
delincuencia. La tasa de criminalidad en áreas con más policías no es menor
que en áreas con menos policías. Además, los cambios en los niveles de
patrulla no afectarán la tasa de arrestos ni el nivel de miedo al crimen o la
inseguridad ciudadana.

A pesar de la relevancia de los hallazgos, el impacto del estudio en las


operaciones policiales es limitado porque la policía continúa utilizando las
patrullas como una de sus principales herramientas de trabajo. El estudio de
Newark Foot Patrol es casi tan famoso como los estudios anteriores.
Verificaron si las patrullas a pie y las patrullas en automóvil tenían
resultados diferentes. Se ha descubierto que las patrullas a pie no tienen
ningún efecto en las tasas de criminalidad, pero la presencia de caminar
puede ayudar a reducir el nivel de miedo al crimen y aumentar la
satisfacción con la policía.

3. Proporcionar una respuesta rápida a las llamadas a los número de


emergencia policial

La respuesta rápida se considera importante por varias razones. Primero,


porque cuanto antes partan, más probabilidades hay de que arresten a los
criminales en sus acciones. En segundo lugar, porque la gente piensa que
cuanto antes se vaya, mayor será la satisfacción del público. En tercer lugar,
evite cualquier daño o perjuicio causado por el delito. A mediados de la
década de 1970, se llevaron a cabo una serie de estudios para evaluar estas
ideas. Llegaron a la conclusión de que la autenticidad de las respuestas de la
policía a los pedidos de ayuda no tiene ningún efecto en las tasas de
arrestos, no son importantes para satisfacer al público y rara vez se utilizan
para prevenir daños.

La razón parece ser que las llamadas del público a la policía se demoran
tanto que no importa lo rápido que vayan, porque siempre llegan mucho
después del crimen. La primera reacción de la víctima fue sorpresa y
parálisis. Luego, la víctima se puso en contacto con familiares o amigos y
llamó a la policía. Lo más sorprendente es que las personas que responden
más rápido no están más satisfechas con la policía que las que esperan más.
Además de la velocidad de respuesta, la audiencia también necesita estimar
realmente el tiempo de aparición.

4. Investigar de forma general los delitos

Para muchas personas, la investigación criminal es la principal estrategia


policial para combatir el crimen. A pesar de que solo participan unos pocos
agentes de policía, las investigaciones penales todavía se consideran la
actividad principal del trabajo policial. En la década de 1970, se realizó una
investigación para responder si los departamentos de investigación criminal
estaban organizados de manera más efectiva que otras organizaciones. Se
entiende que la realidad de la investigación criminal es el trabajo diario,
generalmente con poco efecto, que se puede resumir en:

- La mayoría de los delitos investigados por la policía no son


descubiertos por ellos, sino por el público para llamar la atención. La
mayoría de las investigaciones se centran en delitos que ya se han
cometido, no en delitos que están a punto de cometerse.
-El elemento básico para resolver cualquier delito es casi siempre que
el público identifique al sospechoso. Si la víctima o testigo no
encuentra al delincuente, la probabilidad de que la policía resuelva el
caso es solo del 10%. Otra fuente común es la confesión de
delincuentes que han sido detenidos o condenados por otros hechos.

- Casi siempre comienzan con la identidad del sospechoso, y luego


parten de allí buscando pruebas para poder procesarlo penalmente.

- Los detectives de la policía tienen más información sobre delitos específicos de


la que pueden absorber, y la evidencia forense juega un papel pequeño en la
identificación o procesamiento de los delincuentes.

De hecho, estos estudios se realizaron en la década de 1970, la práctica ha cambiado y


los avances en la ciencia forense han podido promover diferentes dinámicas. Pero la
conclusión principal sigue siendo suficiente para ilustrar las limitaciones de la
investigación policial.

3. Crisis y Reforma policial: Innovaciones policiales originadas en los Estados


Unidos

Garland (2002) señaló en el libro "Controlling Culture" que uno de los síntomas del
control social es el malestar y la baja moral, lo que afectará al sistema de justicia penal.
Este sentido de crisis está relacionado con el desarrollo y consolidación de
"pensamientos", ideas que creen que las instituciones de justicia penal no funcionan, no
por falta de recursos, sino por fallas en la estructura del propio sistema. Por ello, los
diferentes modelos desarrollados para hacer que la policía "funcione mejor" no solo
pueden interpretarse como contramedidas tecnocráticas para hacer que la policía sea
más eficaz en la prevención del delito, sino que también tienen objetivos explícitos o
implícitos. La re-legalización de las instituciones policiales tiene una importancia
política importante.

A continuación esbozaremos las características de algunas de estas “innovaciones”


policiales y los debates que han generado.

1. Policía comunitaria y prevención

Una de las primeras respuestas a la crisis de legitimidad y efectividad policial fue el de


brindar unos servicios policiales con mayor vinculación a la comunidad. La
introducción de las políticas de policía comunitaria estaban orientadas a resolver una
serie de problemas:

- Los conflictos entre minorías raciales y la policía


- La falta de eficacia de los métodos tradicionales de combatir la delincuencia
documentada por estudios criminológicos
- La necesidad de reconocer que muchos de los contactos entre la policía y los
ciudadanos no tienen como objeto actos de naturaleza delictiva

Nuestra aspiración es mejorar la relación entre los grupos sociales excluidos y las
agencias policiales. Desde una perspectiva policial, estos métodos pueden ayudar a
mejorar su imagen y ganar apoyo que pueda generar información en la lucha contra el
crimen. La idea de la policía comunitaria de origen estadounidense se ha exportado al
mundo, alcanzando un nivel considerable de institucionalización internacional, y es
considerada por muchos como el avance más importante en la reforma de las
instituciones policiales. Es difícil definir el concepto de policía orientada a la
comunidad, pero todas las definiciones aceptan que se trata de un modelo policial, que
es una respuesta al modelo policial tradicional. La policía comunitaria es un concepto
estratégico y organizativo que permite que los residentes de la comunidad y la policía
trabajen juntos para resolver los problemas del crimen, el miedo al crimen y las
epidemias en el vecindario de maneras innovadoras.

Varios estudios sobre planes de policía comunitaria muestran que, de hecho, solo un
número muy reducido de personas acepta las características de la definición. Mucha
gente cree que el término no es más que la falta de una herramienta de relaciones
públicas que la policía utiliza para mejorar su imagen social. Parte del problema
conceptual proviene del término "comunidad". La comunidad se puede definir en un
sentido político, geográfico y cultural. Cuando hable de policía comunitaria, use el
lenguaje de la comunidad para imaginar los intereses colectivos de los diversos y
diversos orígenes cívicos culturales y demográficos.

La policía comunitaria requiere que las organizaciones descentralicen sus poderes; que
patrullen de una manera que fomente la interacción amistosa con los residentes; que se
comprometan con los principios de seguridad orientados a los problemas; que presten
atención a los requisitos de los ciudadanos para que puedan tomar decisiones para
resolver sus propios delitos. contribución. Fundamentalmente, la policía comunitaria es
un método policial en el que la comunidad juega un papel vital en la respuesta de la
policía al crimen y al malestar social; una estrategia organizativa que permite a los
residentes y a la policía local puede determinar conjuntamente las prioridades y los
medios para alcanzarlas. La comunidad participará en el proceso de toma de decisiones
con respecto a la definición de problemas locales que requieren respuestas policiales y
proporcionará a la policía respuestas a estos problemas.
Este modelo se construye sobre dos afirmaciones normativas: las comunidades locales
deben construirse a sí mismas como actores políticos y el Estado debe reconocer a estas
comunidades como actores políticos.

1.2 La policía comunitaria en la práctica

La investigación sobre la policía comunitaria intenta evaluar hasta qué punto esta
filosofía se ha transformado en práctica de acuerdo con sus principios. Los dos aspectos
básicos de la policía comunitaria son la introducción de cambios organizativos que
contribuyan a estos programas y el desarrollo de la cooperación con la comunidad.
Cuando los defensores de la policía comunitaria hablan de cambio organizacional, se
refieren a tres elementos diferentes: cambios en la estructura organizacional, cambios en
la cultura organizacional y cambios en el liderazgo y los estilos de liderazgo.

Se señaló que los cambios estructurales solo comenzaron a fines de la década de 1990,
lo que es consistente con los principios de la policía comunitaria, la descentralización
del trabajo policial y la adopción de estructuras de poder más locales. Aun así, la gran
mayoría de los agentes de policía todavía cree que su papel es combatir el crimen, y el
trabajo sugerido por la policía comunitaria está más relacionado con el trabajo social
que con la policía real. La investigación sobre cambios organizativos basados en los
principios de la policía comunitaria muestra que, aunque estos cambios son posibles, en
la mayoría de los departamentos de policía de los Estados Unidos, esto es más una
excepción que una norma.

Un elemento esencial de la policía comunitaria es el establecimiento de una asociación


entre la policía y la comunidad. Mediante la creación de un foro comunitario de toma de
decisiones, se aclara fundamentalmente este tipo de participación ciudadana local.
Dadas las limitaciones del control de las operaciones policiales a través de leyes o
reglamentos profesionales, estos foros se consideran mecanismos de control
democrático de la policía. En cualquier caso, la representatividad y el poder de estos
foros en la determinación de prioridades y soluciones suele ser más restringida.

La mayor parte de la investigación realizada hasta la fecha se ha centrado en el


funcionamiento de estos foros comunitarios, más que en el impacto en las tasas de
delincuencia u otros aspectos. Algunos de los problemas más comunes son que muchos
departamentos son reacios a aceptar que los residentes consideren los temas más
importantes en sus comunidades, los conflictos entre estas prioridades locales e
indicadores de desempeño y las políticas nacionales para controlar la seguridad pública.
Por ejemplo, la participación de la población local en el foro es baja.

El problema subyacente es que la capacidad de la comunidad y la policía ha soportado


demasiada presión y expectativas. Con recursos limitados que deben priorizarse, la
visión de la policía comunitaria puede contribuir a las comunidades con mayor capital
social y capacidades organizativas de clase media o alta, aunque estas comunidades
tienen la mayor cantidad de recursos y menos los necesitan. En cualquier caso, el grado
de implementación del concepto de policía comunitaria ha sido muy desigual, aunque
algunas ideas y estrategias han tenido éxito y han sido bien aceptadas e implementadas,
algunas de las ambiciosas propuestas son difíciles de implementar.

1.3. El impacto en la comunidad de la policía comunitaria

En una de las evaluaciones más ambiciosas del modelo, documentaron una disminución
del nivel subjetivo de inseguridad ciudadana en las zonas donde se recibió la
intervención. La intervención aumentó con éxito la visibilidad de la policía, lo que se
tradujo en una reducción en la satisfacción de la seguridad pública local y el miedo al
crimen, y redujo la proporción de residentes que creían que el abuso de la autoridad
policial y la brutalidad policial eran un problema. Es aún más difícil determinar hasta
qué punto estos planes han afectado el nivel de delincuencia selectiva.

En la revisión preparada para el Congreso de los Estados Unidos, puede proporcionar un


equilibrio más complejo. Él cree que la policía comunitaria puede reducir la
delincuencia por las siguientes razones: el éxito de los programas de vigilancia
ciudadana de vecindarios; estos programas brindan a los oficiales de policía
información útil para mejorar su efectividad, y este modelo mejora la policía. Legalidad.
Algunas personas escribieron que la delincuencia y la inseguridad mantienen o incluso
aumentan el nivel de exclusión social en comunidades y barrios marginados, indicando
que allí se debe abordar la delincuencia y la inseguridad. Sin embargo, algunos estudios
han demostrado que otros factores sociales sí determinan la trayectoria de desarrollo
económico de las comunidades marginadas.

Como han enfatizado muchos autores, en este sentido, otorgar a la policía comunitaria
este papel central en el proceso de reconstrucción comunitaria es útil para el proyecto de
"gobernanza a través del crimen". Mejora el poder y los intereses de la policía sobre
otras instituciones estatales que se preocupan por el bienestar de los ciudadanos. No
existe consenso sobre la efectividad de estos planes, algunos autores creen que son
prometedores, mientras que otros son más negativos, especialmente si se considera su
impacto en los niveles de criminalidad. Sin embargo, parece haber una mayor tendencia
a aceptar esta estrategia y el método afectará el miedo de las personas al delito y la
satisfacción con el trabajo policial.

1.4. ¿Policía comunitaria en España?

La policía comunitaria es un invento angloamericano vendido en el mercado global y es


el único modelo de pensamiento policial. En Europa continental, el sistema policial
tradicionalmente ha tenido un mando más centralizado que en los países / regiones de
habla inglesa. En los países / regiones de habla inglesa, la policía ha sido
tradicionalmente local. España, junto con Francia, Italia, Portugal, Austria y Bélgica, se
encuentra en la tradición policial de Napoleón. Tiene fuerzas policiales paramilitares,
como la Guardia Nacional y la policía civil, es decir, la policía nacional, todas
dependientes del gobierno central. En el caso español convivieron con la policía
municipal apoyándose en el gobierno municipal.

En España, el concepto de “policía vecina” se introdujo durante el período de transición.


En la segunda mitad de la década de los noventa se tomaron otras medidas, como el
llamado Plan Belloch, todas estas medidas fueron diseñadas para promover la idea de la
policía cercana, pero también fue la llamada policía del 2000. El proyecto (Police
Project 2000) apoya estas ideas. Pensamiento más concentrado de "nueva gestión
pública". Posteriormente, el "Plan Anti-Crimen" volvió a mencionar las ideas de la
policía comunitaria y la policía vecinal. En España, ningún plan del Ministerio del
Interior ha desarrollado un conjunto de medidas encaminadas a evaluar el grado de
ejecución de la política policial cercana, lo que de por sí muestra una falta de
compromiso real. En la práctica, la idea de estar cerca del orden público no ha cambiado
sustancialmente el trabajo ni las funciones policiales de España.

En lo que todos los observadores concuerdan es que en España las ideas de la policía de
proximidad han adquirido especial vigencia sobre todo en el desarrollo de las labores y
funciones de la policía municipal. Existe un claro convencimiento entre los autores de
que el nivel municipal es donde las iniciativas pueden funcionar mejor aunque siguen
faltando rigurosos estudios empíricos que describan la situación en distintos municipios
del territorio español.

2. Policía orientada a la solución de problemas

2.1. Introducción: delimitación conceptual

En respuesta a la crisis del modelo policial tradicional, otra innovación policial que
ocurrió en la década de 1980 fue la vigilancia policial orientada a problemas
desarrollada por el profesor Herman Goldstein. Goldstein insistió en que la policía
fracasó en la lucha contra el crimen debido a la confusión entre lo que llamó "medios" y
"objetivos". Para Goldstein, aunque los agentes de policía tienen capacidades de
aplicación de la ley, esto no significa que la aplicación de la ley y la aplicación de la ley
sean las principales actividades de la policía. Considera que la esencia del trabajo
policial es abordar los "problemas restantes" de la sociedad, los diversos problemas
sociales y de comportamiento que han surgido en la comunidad, y llamar la atención de
la policía porque nadie más ha podido resolverlos.

Goldstein sugirió que en lugar de tratar a los agentes de policía como vigilantes,
deberían ser tratados como profesionales que buscan resolver activamente los
problemas. Propone un modelo diseñado para prevenir los problemas a los que se
enfrenta la policía, lo que tiene una amplia gama de implicaciones.

Eck y Spelman con la colaboración de Goldstein, propusieron el llamado modelo SARA


para el análisis de problemas. SARA es el acrónimo que hace referencia a "scannning"
(exploración e identificación de prioridades y problemas), "analysis" (análisis del
problema), "response" (respuesta y desarrollo de soluciones) y "assessment" (valoración
y evaluación de las respuestas ofrecidas).

El modelo de la policía orientada a la solución de problemas presenta una conexión


íntima con la idea de policía comunitaria y, de hecho, a veces ambas ideas se venden
como parte del mismo conjunto.

La vigilancia policial orientada a los problemas centra la atención de la policía en los


problemas que enfrenta la comunidad local. Por ejemplo, este método de vigilancia
pone gran énfasis en analizar la naturaleza de estos problemas, encontrar soluciones
entre varias opciones e implementar estas soluciones mediante la cooperación con los
residentes locales y otras agencias administrativas. Servicios en la zona. Sin embargo,
cuando se trata de seguridad comunitaria, las personas tienen diferentes prioridades. La
policía comunitaria enfatiza la necesidad de establecer una relación con la comunidad,
que es un fin en sí mismo. Por otro lado, al centrarse en la resolución de problemas
locales, las estrategias de resolución de problemas tienen una dimensión de herramienta
más obvia. Aunque esto obviamente requiere la cooperación de la comunidad.
En cualquier caso, conviene señalar que la actuación policial orientada a problemas no
solo está relacionada con el concepto de policía comunitaria, sino también con la
prevención de delitos situacionales. La prevención situacional "puede ser el desarrollo
intelectual más importante para fortalecer y orientar el pensamiento policial en la
resolución de problemas". Clarke ha publicado un manual policial práctico sobre cómo
analizar y resolver problemas de forma proactiva.

2.2. La implementación de la policía orientada a la solución de problemas

Otra característica común compartida por la policía orientada a problemas y la policía


comunitaria es la dificultad histórica de realizar el ideal utópico propuesto por Goldstein
hace 30 años. Muchos observadores creen que la mayoría de las soluciones policiales
orientadas a la resolución de problemas implican poco análisis y casi ninguna solución
creativa, que generalmente requiere estrategias de disuasión. Los defensores de este
modelo creen que no es realista esperar que la introducción de nuevas ideas en unas
pocas décadas cambie por completo la organización policial: tal estructura se resiste al
cambio y rara vez asume riesgos, y requiere que usted lo enfrente desde afuera " Ahora
y ahora”.

Para Goldstein, parte del problema es que la implementación del modelo se deja en
manos de los peatones, en lugar de involucrar directamente a todo el departamento de
policía, incluidos los comandantes y superiores. Reconoce las presiones y limitaciones
que afectan el trabajo de los mandos policiales, en todo caso, las autoridades policiales
deben asumir mayores compromisos para desarrollar la capacidad de análisis e
investigación policial para implementar este modelo. En este sentido, enfatiza la
necesidad de establecer una agencia de investigación dentro del departamento de policía
para estudiar verdaderamente los temas de la comunidad y profundizar en los temas de
la comunidad, o complementando la capacitación y los recursos de los analistas
policiales, o creando una nueva figura profesional en el departamento de policía.
Otros autores, en cambio, consideran que, al margen de mejorar la capacidad analítica
de la policía, es poco realista esperar que el modelo se vaya a cambiar sin la creación
paralela de mecanismos que sirvan para incentivar su uso.

Hasta el momento está claro que en España el modelo no ha tenido el mismo impacto y
relevancia que en el contexto internacional ni a nivel discursivo ni a nivel práctico.

2.3. Evidencia empírica sobre la policía orientada a la solución de problemas

Al igual que con otras intervenciones policiales, aunque uno de los elementos de estos
modelos es la evaluación de los resultados de las medidas implementadas, no hay
mucha evaluación de estas medidas. En algunos casos, en cualquier caso, los resultados
de la investigación realizada hasta el momento indican que este es uno de los modelos
más prometedores para mantener la fuerza policial en una revisión narrativa de
estrategias policiales efectivas para combatir la delincuencia. Weisbird y sus colegas
publicaron una revisión sistemática de la literatura sobre la resolución de problemas de
seguridad pública y registraron "resultados sorprendentes e inesperados". Su entusiasmo
puede ser peor de lo que se pensaba anteriormente.

Weisburd y sus colaboradores concluían que, a pesar de la popularidad en el discurso


oficial de este modelo, no deberíamos esperar grandes reducciones en los niveles de
delincuencia y desorden como resultado de las intervenciones que siguen este enfoque.

Enfatizaron que la revisión y la evaluación son procesos, no estrategias específicas, y la


diversidad de los problemas a resolver y las estrategias utilizadas serán limitaciones
importantes del metaanálisis. En esencia, estos autores creen que existen pocos estudios
de calidad suficiente para sugerir la reorganización de la organización y funciones
policiales sugerida por el modelo policial orientado a problemas.

3. Policía de calidad de visa, policía de “tolerancia cero” o policía de


mantenimiento del orden

3.1. La base teórica de la policía de mantenimiento del orden: la teoría de las


ventanas rotas

Junto con la policía comunitaria y la policía orientada a los problemas, el tercer modelo
principal es la llamada policía de calidad de vida, a veces también llamada policía
policial, policía ciudadana o policía llamada policía por los críticos. "tolerancia cero".

Desde mediados de la década de los 70 comenzaron a aparecer estudios sociológicos y


psicológicos vinculando las percepciones individuales de lo que se denominó, en el
contexto norteamericano, desorden social y físico con sentimientos de inseguridad. El
desorden social hace referencia a situaciones como la presencia visible en espacios
públicos de prostitutas, drogadictos, jóvenes haciendo gamberradas…

El desorden físico, por su parte, hace referencia a signos de abandono como basura en la
calle, edificios, terrenos o vehículos abandonados, pintadas y grafitis, objetos
vandalizados, etc.

Estos primeros estudios vinculaban, a nivel individual y de forma transversal, la


presencia de percepciones de desorden con sentimientos de inseguridad y miedo al
delito.

Wilson insiste en que los ciudadanos comunes no tienen nada que ver con el asesinato y
la violación, sino con estos problemas a los que el sistema de justicia penal rara vez
presta atención. La teoría de las ventanas rotas esencialmente cree que la concentración
de signos de obstáculos físicos y sociales en ciertas áreas provocará una sensación de
negligencia estatal y social en estas áreas, transmitiendo así el mensaje de que todo está
permitido y nada. La gente se preocupa por hacer algo al respecto.Este modelo distingue
vecinos y forasteros de una manera simplista y maniquea, ignorando así la dinámica
social de comunidades con problemas caóticos y criminales.

El modelo causal de Skogan, políticamente menos a la derecha que Wilson y Kelling,


planteaba que, al afectar estas dimensiones, el desorden social y físico contribuía por sí
mismo, es decir, de forma independiente a la presencia de otros factores estructurales al
declive de los barrios marginados.

En su opinión, en todo caso, hay dos razones del caos en la comunidad: el caos social y
la desigualdad en la distribución de los recursos públicos, que a su vez tienen un
impacto directo en la distribución. El área geográfica del crimen. Un pequeño número
de estudios que inyectan la dimensión temporal de la comunidad y controlan otras
causalidades han planteado serias dudas sobre la validez de la teoría de la ventana rota.

Después de completar un ambicioso proyecto de encuesta comunitaria longitudinal y


observar sistemáticamente el nivel de caos en diferentes comunidades de la ciudad,
concluyeron que la asociación entre caos y crimen a nivel comunitario es una asociación
falsa. Las comunidades con altas tasas de criminalidad también tienen un alto grado de
caos, no porque el caos conduzca a la delincuencia, sino porque los factores
estructurales y los procesos sociales que explican la distribución geográfica de la
delincuencia también son factores relevantes para comprender la delincuencia. La
distribución geográfica de la enfermedad. Esto es particularmente sorprendente dado
que aún no hemos tenido evidencia empírica convincente para probar el estatus icónico
y la influencia política de la Teoría de la Ventana Rota.
3.2. De la teoría a la práctica

Wilson y Kelling creen que la policía puede jugar un papel clave para romper el círculo
vicioso de caos y crimen definido por su modelo. El principal motivo del caos en las
ciudades norteamericanas es que la policía dejó de prestar atención a estos temas para
concentrar recursos en la lucha contra delitos más graves. Para Kelling y Coles, la
solución a los problemas del caos y el deterioro urbano es permitir que la policía asuma
y recupere el poder en la lucha contra estas formas menores de delitos, que suelen
clasificarse como caos social y físico.

¿Cuál es la solución a los problemas de desorden? En opinión de Kelling y Coles la


policía debe aprender cuáles son los problemas locales de desorden o falta de civismo
que molestan a los residentes y comerciantes en cada barrio para tratar de desarrollar, a
partir de ahí, soluciones a estos problemas.

Otros defensores de Kelling y su modelo siempre han insistido en que dentro del ámbito
del derecho penal, el nivel de conducta o desorden que debe considerarse tolerable debe
fijarse a nivel de cada comunidad; en este sentido nada puede distinguir a la policía
policial de la policía comunitaria. La idea de la policía policial fue particularmente
importante en la década de 1990, porque fue adoptada por el jefe de policía de Nueva
York, William Bratton.

Por tanto, este trastorno es individualizado por sujetos incivilizados, porque la policía
puede actuar directamente contra estos sujetos sin tener que cooperar con otras
agencias. Breton ha adoptado una política de paradas de búsqueda e identificación
relativamente amplia, especialmente para los jóvenes. El propósito es desalentar a los
jóvenes que sacan armas a la calle. El aumento de las detenciones por delitos menores y
las políticas de búsqueda y disuasión más agresivas han llevado a muchos a equiparar a
la policía policial con la policía de tolerancia cero.

Durante su mandato Bratton, Nueva York pasó de ser una de las ciudades con la tasa de
criminalidad más alta del país, especialmente la tasa más alta de delitos violentos, a una
de las ciudades con la mayor disminución en la tasa de criminalidad. La medida en que
la política de Bratton ha afectado la tasa de criminalidad de Nueva York se ha
convertido en un punto controvertido en las discusiones académicas, políticas y
sociales. En el contexto de Estados Unidos, esta controversia es predecible. En Estados
Unidos, la elección de una solución al problema criminal es costosa. Varios autores
reconocen que estas políticas pueden jugar un papel en la reducción del crimen, pero
señalan que otros factores demográficos, económicos y sociales que no están
relacionados con las operaciones policiales, como estabilizar las rupturas del mercado,
también son importantes.
Bajo el liderazgo de Bratton, el Departamento de Policía de Nueva York adoptó un
conjunto completo de medidas, no solo una estrategia de aplicación de la ley, sino que
también aumentó considerablemente el número de agentes de policía. Esto dificulta
determinar qué factores específicos en las reformas emprendidas por Bratton pueden
haber contribuido a la caída de la delincuencia en la ciudad. Además del tema de la
efectividad, otros autores también han enfatizado que los temas básicos de estas técnicas
policiales son morales. Pansarella describió estas estrategias como "acoso policial", que
aumenta de manera desproporcionada el poder de la policía y la posibilidad de abuso
policial, que se sufre proporcionalmente entre los miembros de minorías étnicas,
especialmente los negros.

Finalmente, algunos críticos apuntan que aunque estas estrategias sean efectivas en el
corto plazo, traerán una serie de efectos negativos, que se manifestarán en el mediano y
largo plazo. En definitiva, lo cierto es que a pesar de las declaraciones exageradas de los
simpatizantes, es difícil saber qué tan efectivas son estas políticas. Lo único que se
puede decir con certeza es que este método ha despertado muchas críticas por parte de
algunos activistas de la academia y la comunidad, y no ha sido evaluado de acuerdo con
las normas de las ciencias sociales, por lo que su efectividad no ha sido probada.

3.3. La expansión y reinterpretación de la policía de mantenimiento del orden

La teoría de la ventana rota y el pensamiento policial han tenido un impacto


significativo en el mercado internacional de ideas, y también han inspirado “nuevos”
métodos y medidas dirigidas a controlar el caos doméstico en Estados Unidos. Estas
políticas llegaron por primera vez a Europa a través de British Gate, que es una
inspiración directa muy conocida y bien documentada para las políticas del gobierno del
Partido Laborista británico desde 1997. Conocido como "comportamiento desordenado"
en los Estados Unidos y "comportamiento antisocial" en el Reino Unido, destaca la
individualización y personificación desordenada de ciertos grupos y ayuda a separar
estos comportamientos de su entorno económico y estructural.

Como resultado, se han adoptado en la legislación medidas administrativas altamente


controvertidas porque estas medidas constituyen una condena penal encubierta,
restringiendo severamente los derechos civiles y fundamentales de las personas cuyas
acciones pueden ser consideradas como "antirracistas", y de hecho, cuenta con la clase
social más joven, minoritaria y más marginada, lo que promueve el proceso de
exclusión social que esta legislación intenta combatir. En España, una tendencia global
inspirada en la teoría de las ventanas rotas llevó al desarrollo de la normativa municipal
de ciudadanía, primero en Barcelona en 2006, y luego en otros ayuntamientos de todo el
país. Copiaron descaradamente el reglamento modelo aprobado originalmente en
Barcelona.
A pesar de las similitudes entre el movimiento de las ordenanzas del civismo y la
policía orientada al mantenimiento del orden varios autores han destacado que existen
también diferencias notables entre el desarrollo de este modelo en los países de habla
inglesa y el contexto español.

Por otro lado, aunque la base ideológica y teórica de estas medidas puede existir hasta
cierto punto implícitamente en los argumentos de la teoría de la ventana rota o en el
pensamiento comunista más serio, no se han insertado explícitamente. Ésta es la base
del enfoque anglosajón y no parece conducir a una política agresiva de arresto policial
por delitos. Cabe destacar que la Ley de Ciudadanía de España parece apostar por un
modelo en el que el culpable de la enfermedad no se negocia directamente con la
comunidad a nivel de cada comunidad, y no menciona la finalidad de lograr la
discreción. Para quienes aplican esta normativa, las sanciones son la prioridad.

Podemos concluir que el tema de la "enfermedad" ciertamente seguirá desempeñando


un papel importante en la agenda del gobierno local y puede tener un impacto en el
trabajo policial. Si bien el desorden no conduce a la delincuencia, como asume la teoría
de la rotura de la ventana, también es obvio que bajo esta etiqueta, de manera
simplificada y posiblemente muy contraproducente, se han sumado problemas sociales
y urbanos muy diversos, y estos mismos problemas.

4. Policía de puntos calientes, victimación repetida y policía inteligente: el uso


de la inteligencia policial en la lucha contra la delincuencia

En la década de 1990, se espera que las nuevas ideas tengan efectos policiales más
eficaces. Los desarrollos informáticos y tecnológicos durante este período permitieron a
las agencias de aplicación de la ley usar la información de manera más inteligente al
establecer prioridades, asignar recursos y tratar de controlar y prevenir el crimen.

4.1. La policía de puntos calientes

El avance de la geografía informática y el desarrollo de sistemas de información


geográfica han desencadenado una revolución en la gestión pública y privada. En
comparación con los mapas de papel tradicionales, estos sistemas de análisis por
computadora pueden resumir y analizar el crimen y la información criminal en poder de
la policía de una manera más compleja. El análisis geográfico de estos datos puede
determinar el espacio geográfico y temporal de diferentes actividades delictivas; la
relación entre estas actividades delictivas y las características ambientales de estos
lugares; determinar las series y patrones delictivos que solo se pueden descubrir bajo el
nivel adecuado de descomposición de datos; delincuentes La distancia entre la
residencia y la residencia del cómplice, así como la distancia al lugar del crimen, etc.
Una de las aplicaciones más comunes de estas tecnologías consiste en la identificación
de "puntos calientes", zonas y momentos en los que se concentran determinadas
activida- des delictivas.

La "policía de puntos calientes" asume básicamente la concentración de recursos


policiales en estos lugares. La idea de centrar los recursos en estos puntos calientes se
basa en esta idea, por lo tanto, la reducción de la delincuencia en un número limitado de
sitios puede tener un impacto muy significativo en el volumen mundial de delincuencia.
Es importante señalar que el uso de información no necesariamente se traduce en
contramedidas solo con el propósito de incrementar la presencia de la policía, es decir,
limitarse a un modelo basado en el pensamiento disuasorio. Por otro lado, no está claro
qué impacto podrían tener las actividades policiales de alto nivel en estos puntos críticos
sobre otros aspectos importantes, como la confianza en la policía o las relaciones con la
comunidad.

4.2. Victimación repetida

En el Reino Unido, el profesor Ken Pease observó que el patrón de experiencia de


victimización no es aleatorio. Su análisis muestra que para ciertos delitos, la
victimización es uno de los indicadores más confiables del riesgo de nueva
victimización. Estos estudios muestran que es muy probable que el apartamento o la
casa saqueados sufra más saqueos, de hecho, este riesgo es especialmente alto en los
días inmediatamente posteriores al primer saqueo. El foco está en prevenir la
revictimización, porque se entiende que en algunos casos la victimización previa
constituye un factor de alto riesgo para la victimización posterior.

Para Pease, las virtudes de esquemas preventivos policiales construidos sobre estas
ideas son múltiples:

- Ayudan a concentrar los esfuerzos y recursos allí donde son más necesitados por
las personas que exhiben un riesgo mayor de victimación;
- Ayudan a determinar en qué períodos intervenir, no solamente con quién o
dónde;
- Ayudan a fusionar la prevención del delito con la atención a la víctima;
- Pueden ayudar a detectar y capturar a los delincuentes reincidentes que podrían
ser responsables por, al menos, buena parte de las instancias de victimación
repetida.

Ha tenido un impacto importante, al menos a nivel discursivo y simbólico a la hora de


orientar las prácticas policiales. Sin embargo, no hay una evidencia experimental sólida
sobre las ventajas de estos esquemas.
4.3. Policía basada en la inteligencia

La idea de policía basada en la inteligencia también sienta sus raíces en la experiencia


británica

La Comision de Auditoría del gobierno británico argumentaba que era preciso que la
policía hiciera un uso más eficiente de sus recursos y que centrara sus actividades en
tratar de controlar a los delincuentes de forma proactiva más que en tratar de controlar
los delitos.

Cuando se trata de inteligencia, se refiere a información que ha sido objeto de algún tipo
de análisis y evaluación para informar el comportamiento futuro de control social. La
estrategia de reducción del crimen se enfocará en prevenir y controlar las actividades de
los criminales, especialmente el uso de inteligencia criminal para combatir criminales
prolíficos y graves. El aspecto revolucionario de la policía inteligente incluye el uso de
inteligencia obtenida a través de información secreta como un recurso del plan
estratégico, más que como un elemento de evidencia en casos específicos, porque la
inteligencia ha sido ampliamente utilizada de manera tradicional.

Otro aspecto "revolucionario" del concepto de inteligencia criminal es que no solo


recomienda su uso en casos de crimen organizado, sino que también intenta controlar
delitos que suelen ser de corta duración pero que constituyen delitos, a menudo
denominados "delitos masivos". La mayoría de los comportamientos reflejados en las
estadísticas policiales generalmente no están sujetos a ninguna investigación forense o
criminal debido a su gran número. Este modelo no es una estrategia o un conjunto de
estrategias, sino un modelo de organización de servicios y acciones, el modelo estipula
cómo utilizar la información disponible para la policía para combatir las actividades
delictivas de manera más proactiva e integrada.

El modelo de inteligencia nacional distingue una serie de niveles. A nivel local, los
equipos de policía de barrio gestionan el crimen y los disturbios adquiriendo
información y utilizando inteligencia criminal local. En el segundo nivel, se encuentran
las acciones dirigidas a delincuentes o grupos criminales que realizan actividades en
múltiples jurisdicciones. Aunque ubicado en el tercer nivel, es una acción desarrollada
por un organismo especializado para combatir la forma más grave de crimen organizado
a nivel nacional o internacional. Los agentes de policía interpretan los "productos
inteligentes" como representaciones objetivas del entorno delictivo, pero desconocen las
limitaciones que les imponen los métodos de generación de estos productos, por lo que
se les otorga racionalidad y relevancia, lo que puede generar problemas.

5. Policía, productividad y rendimiento: la influencia neoliberal en la gestión


del trabajo policial
Se ha ido observando que los discursos y prácticas comunes en la gestión de la empresa
privada han ido penetrando de forma gradual también los debates sobre la gestión de la
función pública y, en particular, de la policía y de los organismos responsables de la
coproducción urbana de seguridad ciudadana.

En el Reino Unido, estas influencias han llevado a la adopción de los llamados


principios de "nueva gestión pública", especialmente desde que el gobierno del Partido
Laborista llegó al poder en 1997. Los defensores de la Nueva Gestión Pública
conceptualizan este movimiento como un intento de trascender el impulso de
privatización neoliberal más radical, como una forma de revitalizar las funciones y el
sector público, desafiando así el dogma neoliberal, excepto por la privatización. No hay
alternativa fuera del sector público. McLaughlin y Murji creen que la nueva gestión
pública es un producto híbrido de la teoría y la política, que debe entenderse como
"tecnología posburocrática compleja, a veces contradictoria.

La adopción de estas ideas por el gobierno laborista resultó en la institucionalización de


una cultura de auditorías y gestión del rendimiento. Los regímenes de gestión del
rendimiento parten de la pre- misa de que existe un consenso sobre cuáles han de ser los
resultados de la función pública.

Sin embargo, estos mecanismos de gestión del desempeño tienden a priorizar lo que se
puede medir y lo que no se puede medir en la práctica, en este sentido tienden a limitar
las actividades de la organización en base a lo que generalmente ya existe. Se mide; en
el lado policial: el nivel de criminalidad se determina mediante estadísticas policiales.
Como ha observado Gillling, estos sistemas de gestión del desempeño también pueden
limitar el grado de adaptación a las condiciones y problemas locales y dar lugar a
prácticas inadecuadas. Todas estas cuestiones son especialmente evidentes en la
encarnación de estas ideas en España, que se expresa claramente en el "Plan Policial
2000".

Una de las manifestaciones más conocidas o populares de estas ideas es lo que en


Estados Unidos se conoció como COMPSTAT. Ésta fue una de las varias estrategias
que William Bralton adoptó cuando fue nombrado supervisor de policía en Nueva York.

El asistente de Bratton, Maple, es responsable de presionar a varios distritos policiales


de la ciudad para generar estadísticas de delitos semanales, computarizarlas y agregarlas
en un documento llamado "Compstat Book". El documento clasifica las jurisdicciones
en función del crimen e indirectamente proporciona una medida de la eficacia policial al
proporcionar una medida de la tasa de arrestos. Este documento se convierte en una
herramienta de gestión que se utiliza para identificar a los jefes de policía que han
logrado la reducción de la delincuencia en sus jurisdicciones y a los que no. Silverman
enfatizó que una de las características básicas de COMPSTAT es devolver la
responsabilidad de la prevención del delito a la policía. COMPSTAT parte del siguiente
principio: El trabajo de la policía puede tener un impacto en el nivel de criminalidad,
por lo que es necesario responsabilizar a estos niveles de policía.

Moore destaca que COMPSTAT constituía un mecanismo administrativo que servía


para medir resultados y diseminar la responsabilidad para cumplir la misión de la
reducción de la delincuencia.

Elementos novedosos del COMPSTAT:

Utilizar sistemas de información geográfica para analizar el delito y su trasfondo social


y natural. El grado de interacción facilitado por esta nueva tecnología, la velocidad a la
que se realizan los análisis y la cantidad y variedad de información que se puede
integrar en estos análisis son desarrollos importantes. La segunda característica
especialmente destacable de COMPSTAT es el drama y la publicidad del litigio.
Discutir frente a todos los comandantes y parte del público, y una evaluación cuidadosa
de los datos locales en cada región significa que cada comandante de nivel medio ha
sido durante mucho tiempo el centro de atención.

Este carácter público, por otra parte, sirve para facilitar el intercambio de ideas, buenas
prácticas e información que puede servir para resolver los problemas. Que las reuniones
sean públicas facilita una oportunidad para que los miembros de comunidades locales
ofrezcan su voz en la definición de prioridades, análisis y solución de problemas.

Los partidarios de este modelo, incluidos Bratton y el criminólogo George Kelling,


están de acuerdo en que la disminución de la tasa de criminalidad de Nueva York es un
resultado directo de las políticas policiales de la ciudad (incluida COMPSTAT). El
hecho es que casi no existe una evaluación rigurosa del impacto de este modelo en los
niveles de delincuencia: la mayoría de los modelos tienen demasiadas deficiencias para
proporcionar respuestas aceptables sobre su impacto en los niveles de delincuencia.
Además, la cuestión del precio que se debe pagar por determinados aspectos de
COMPSTAT no es una cuestión económica sino de legalidad del sistema, que ha
provocado serios problemas.

6. De la policía de aseguramiento a la policía de barrio

6.1. Aseguramiento y “delitos señales”

Otra innovación policial con marcado acento británico es la denominada "vigilancia".


Este modelo aparece en los albores del nuevo milenio, generalmente relacionado con el
trabajo del profesor Martin Innes, y representa una combinación de policía comunitaria,
policía orientada a problemas y conceptos policiales.
En su formulación original, Povey definió el seguro como el producto de tres
componentes: para lograr su propósito, el modelo asumirá que los agentes de policía
deben tener las siguientes condiciones adicionales: 1) Visible, 2) Accesible. 3)
(Individual) es conocido por los residentes locales. Aumentar el número de policías que
patrullan las calles a pie no es solo un problema, no solo un cambio en los métodos de
patrulla para mejorar la calidad de las relaciones con los ciudadanos. Sin embargo,
aunque estos elementos se consideran necesarios para la implementación de las
siguientes estrategias aseguramiento, formulaciones posteriores vinieron a añadir otros
elementos.

Por tanto, es comprensible que la policía también deba aceptar las demandas y la
atención del público. En este punto, el concepto de “delito señalado” propuesto por
Martin Innes y sus colaboradores juega un papel clave. Según la definición de Innes,
"delito señalado" se refiere a "cualquier comportamiento o delito que cambie el
comportamiento". Son "delitos que indican peligro para los seres humanos y sirven
como señales de advertencia de amenazas y peligros", o "suponiendo que los eventos
tienen una visibilidad cognitiva específica, limitando así la percepción pública de riesgo
y seguridad".

De hecho, Innes enfatizó que aunque ciertos hechos graves, como ciertos homicidios,
pueden incluso a veces ser signos, “para la mayoría de las personas, la mayoría de las
veces, la señal para obtener una conexión especial y responder es un delito y, a menudo,
el sistema penal no la toma en serio ". Por otro lado, los delitos específicos que
constituyen "pequeños signos" difieren de una comunidad a otra, es decir, los incidentes
delictivos o incidentes caóticos que ayudan a generar conciencia de riesgo entre los
ciudadanos difieren a nivel local. Aunque los residentes locales han llegado a un amplio
consenso sobre qué delitos señalados están afectando a las comunidades, a menudo
existen grandes diferencias entre las comunidades en lo que definen como problemas.

Al estudiar la relación entre la policía y algunos de los modelos anteriores, Innes


enfatizó que estos modelos no deben considerarse incompatibles entre sí. Él cree que
cada uno de los modelos anteriores solo enfatiza las diferentes funciones de la policía
moderna.

En resumen, los tres elementos principales de la policía de aseguramiento son:

- Presencia de policías más visibles, accesibles y familiares;


- Identificar y hacer frente a los “delitos señalados” locales que constituyen
inseguridad en la comunidad;
- Confiar en la cooperación pública entre instituciones y, cuando sea posible, la
participación ciudadana para producir conjuntamente soluciones sostenibles.
6.2. El Programa Nacional de Policía de Aseguramiento y la metamorfosis de la
policía de aseguramiento en la policía de barrio

Las ideas descritas en la sección anterior ayudaron al Reino Unido a desarrollar un plan
nacional de garantía policial. El programa es de naturaleza experimental y tiene como
objetivo evaluar la efectividad y efectividad de las intervenciones policiales destinadas a
"proteger" al público. El plan tenia como objetivo combinar el aumento de la visibilidad
de la presencia policial, la construcción de relaciones más estrechas con la comunidad y
el desarrollo de estrategias de resolución de problemas para los llamados delitos
señalados.

El Ministerio del Interior explicó el éxito del experimento en Inglaterra, y su


importancia es que la función policial debe estructurarse de manera que tenga en cuenta
las prioridades locales. En el proceso, el concepto de vigilancia policial securitizada se
transformó en el llamado modelo nacional de vigilancia policial de vecindario, que se
considera más atractivo en el sector gubernamental y más fácil de comunicar con el
público. Pero el nuevo modelo también presenta importantes diferencias.

Aunque la policía de aseguramiento se centra fundamentalmente en reducir el miedo y


la preocupación por el delito mediante la identificación y el procesamiento de delitos
señalados, el modelo de policía comunitaria que surgió más tarde es particularmente
interesante. Desarrollar formas de proporcionar servicios policiales a nivel comunitario
de una manera que reduzca el crimen y el miedo al crimen, y aumente la legitimidad y
la confianza en la policía.

IV. Conclusiones

Aunque las reformas policiales están luchando y las medidas policiales "innovadoras"
se han introducido continuamente, el trabajo policial todavía se basa significativamente
en el "modelo estándar" de respuesta. Aunque el discurso oficial es exagerado, de
hecho, los cambios en el trabajo policial son relativamente pequeños y la adopción de
innovaciones policiales ha encontrado muchos obstáculos culturales e institucionales.
Para el observador más perspicaz, el enfoque de la policía no ha cambiado mucho
debido a estas innovaciones.

A lo largo del siglo XX, y recientemente, se han producido cambios fundamentales que
han llevado a las personas a configurar su trabajo con una perspectiva más profesional,
posibilitando que la policía sea menos violenta y más democrática. Por eso, Bittner
enfatizó que ya hay una gran cantidad de agua fluyendo, y es absurdo no reconocerlo,
porque la gente ha aceptado el dicho literal de "contratar a la policía para golpear a los
migrantes en la cabeza". Al leer este capítulo, es obvio que ha habido un debate
profundo y no concluyente sobre la mejor manera de que la policía prevenga el crimen,
controle el caos y asegure las actividades delictivas. Sorprendentemente, aunque se trata
de un debate que afecta al sistema básico del país, ha recibido poca atención dentro de
nuestras fronteras.

Al mismo tiempo, se puede argumentar que la falta de debates más abiertos y concretos
sobre estos temas en nuestro país debe partir de una comprensión de la trayectoria
específica del debate político y público sobre seguridad civil en el mundo.

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