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La presente ley tiene por objeto establecer los principios y normas generales que rigen la
contratación pública, relacionada con los bienes, obras, servicios y concesiones del Estado,
así como las modalidades que dentro de cada especialidad puedan considerarse, por lo
que el Sistema de Contratación Pública está integrado por estos principios, normas,
órganos y procesos que rigen y son utilizados por los organismos públicos para adquirir
bienes y servicios, contratar obras públicas y otorgar concesiones, así como sus
modalidades.
Están sujetos a las regulaciones previstas en esta ley y sus reglamentos, los organismos del
sector público que integran los siguientes agregados institucionales:
-El Gobierno Central
-Las instituciones descentralizadas y autónomas financieras y no financieras
-Las instituciones públicas de la seguridad social
-Los ayuntamientos de los municipios y del Distrito Nacional
-Las empresas públicas no financieras y financieras
-Cualquier entidad que contrate la adquisición de bienes, servicios, obras y
concesiones con fondos públicos.
-Dos o más personas que presenten oferta como un conjunto actuando como una
sola, estableciendo en un acto notarial que actúan bajo esa condición, que no son
personas diferentes, las obligaciones de cada uno de los actuantes y su papel o
funciones y el alcance de la relación de conjunto y las partes con la institución objeto
de la oferta.
Las personas naturales o jurídicas interesadas en participar en cualquier proceso de
licitación o contratación deberán estar inscritas en el registro nacional
correspondiente.
La persona natural o jurídica que desee contratar con el Estado deberá demostrar su
capacidad satisfaciendo los requisitos expresados en el artículo 8.
Las compras y contrataciones públicas se regirán por las disposiciones de esta ley y su
reglamentación, por las normas que se dicten en el marco de las mismas, así como
por los pliegos de condiciones respectivos y por el contrato o la orden de compra o
servicios según corresponda.
Todo funcionario público que participe en los procesos de compra o contratación será
responsable por los daños que por negligencia o dolo causare al patrimonio público, y
será pasible de las sanciones contempladas en la presente ley y su reglamento.
Todo contrato de concesión que implique inversión de recursos por parte del
concesionario y cuyo plazo sea mayor de cinco (5) años de duración, se considerará
legalmente perfeccionado cuando cuente con la obtención de la Resolución del
Órgano Rector de Contratación y Concesiones y el correspondiente Decreto del Poder
Ejecutivo. Si la concesión implica exención de impuestos y/o enajenación de
inmuebles deberá ser ratificado por el Congreso de la República. En el caso de los
municipios, en adición, recibirán aprobación de la Sala Capitular.
La Ley 155-17 define al beneficiario final como “la persona física que ejerce el control
efectivo final sobre una persona jurídica” o “tenga como mínimo 20% del capital” de
dicha persona jurídica.
También define los “Bancos Pantalla” como las “entidades financieras que no tienen
presencia física significativa en donde se haya constituido y no haya declarado por
ante las autoridades su vinculación con algún sujeto económico local”, prohibiendo a
los Sujetos Obligados realizar operaciones con ese tipo de bancos.
En otro orden, la Ley 155-17 asimila los delitos financieros, tributarios y los
enriquecimientos no justificados como infracciones precedentes o determinantes.
Un aspecto importante de la Ley 155-17 es que prohíbe a toda persona física o moral
aceptar la liquidación o el pago de actos u operaciones mediante el uso de efectivo o
metales precisos, por un monto superior a DOP 1,000,000.00 si se trata de derechos
sobre inmuebles, DOP 500,000.00 si se trata de vehículos de motor, y DOP 250,000.00
si se trata de acciones o partes sociales de empresas.
Las sanciones previstas por la Ley 155-17 van de seis (6) meses a cuarenta (40) años
de prisión, y multas de veinte (20) a cuatrocientos (400) salarios mínimos, o de DOP
300,000.00 a DOP 5,000,000.00; además de otras inhabilitaciones y/o disoluciones,
según aplique.
La Ley No. 155-15 tiene como objeto establecer: (i) Los actos que tipifican el lavado de
activos, las infracciones precedentes o determinantes y el financiamiento del
terrorismo, así como las sanciones penales que resultan aplicables; (ii) Las técnicas
especiales de investigación, mecanismos de cooperación y asistencia judicial
internacional, y medidas cautelares aplicables en materia de lavado de activos y el
financiamiento del terrorismo; (iii) El régimen de prevención y detección de
operaciones de lavado de activos, financiamiento del terrorismo y del financiamiento
de la proliferación de armas de destrucción masiva, determinando los sujetos
obligados, sus obligaciones y prohibiciones, así como las sanciones administrativas
que se deriven de su inobservancia; y, (iv) La organización institucional orientada a
evitar el uso del sistema económico nacional en el lavado de activos, el
financiamiento del terrorismo y el financiamiento de la proliferación de armas de
destrucción masiva.