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LA

RELIGIÓN CATÓLICA
VINDICADA DE LAS IMPOSTURAS RACIONALISTAS

POR

EL PADRE JOSÉ MENDIVE


DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS

PRECEDIDA D E UN PROLOGO

POR

D» J U A N M A N U E L ORTI Y L A R A
Catedrático de Metafísica de la universidad de Madrid

CUARTA I C É ADICIONADA POR EL AUTOR

CON L I C E N C I A DE LA AUTORIDAD ECLESIÁSTICA

MADRID
L I B R E R Í A CATÓLICA DE GREGORIO D E L AMO
Calle de la Paz, núm. ñ

1 898
V I N D I C A D A DE LAS I M P O S T U R A S RACIONALISTAS
LA

VINDICADA DE LAS IMPOSTURAS RACIONALISTAS


POR

EL PADRE JOSÉ MENDIV


DB L A COMPAÑÍA D E J E S Ú S

PRECEDIDA DE UN PRÓLOGO

POR

El autor se reserva todos los derechos consignados en la Ley.


D, J U A N M A N U E L ORTI Y L A R A

Catedrático de Metafísica de la Universidad de Madrid

CUARTA EDICIÓN ADICIONADA P O R EL AUTOR

CON L I C E N C I A D E LA AUTOR I DAD HCLMS IÁ KTi (' A

MADRID
LIBRERÍA CATÓLICA DE G R E G O R I O DEL AMO
Calle de la Paz, núm. <>

1 897
MADRH), l»97.-liirpre»t:. 'V h» Yunto r H¡j¡i do fite Fm-nU-nebro. Ilordadoiea. ! 0 .
PRÓLOGO Á LA TERCERA EDICIÓN.

^PIÜANDO traté de dar por pri- ficar esta obra de monumental


jHlp mera vez á luz el libro que en las esferas de la ciencia.» El
í. H . S. ahora se presenta de nuevo al erudito Sr. Caminero, en el n ú -
público, no pude menos de ex- mero 351 del periódico La Unión
Cum opus, cui titulus est La Religión Católica vindicada de las periiiientar en mí un cierto te- Católica, después de haber hecho
imposturas racionalistas a P. Josepho Mendive nostrae Societatis mor de que permanecería siem- notar que mi libro «no deja a p e -
pre ignorado en algún oculto rin- nas sin contestación ninguno de
sacerdote compositum aliqai eiusdem Societatis revisores, quibús ,1
cón de las librerías. Una obra
!

los ataques del famoso filósofo


id commissum fuit, recognoverint et in lucem ediposseprobaverint;
facultatem concedimus, ut typis mandeiur, si ita iis, ad quos per-
oí seria, escrita por un autor espa- (Draper) y da á la vez una a p o -
ñol desconocido y dada á luz en logía de la Religión Católica, que
tinet, videbitur. A nuestra patria, donde en la a c - durará como tal, aun en el terre-
In quorum fidem has litteras manu nostra subscriptas et sigillo tualidad no se leen con gusto, no de las ciencias físicas y natu-
por desgracia, sino periódicos, rales, por muchos años, mien-
muneris nostri munitas dedimus.
novelas y otras producciones se- tras éstas no sufran un cambio
Burgis die 2 4 Aprilis anno i8gj.
mejantes, llevaba todas las trazas casi radical;» añade que «las más
de correr muy mala suerte en el sanas doctrinas teológicas y filo-
oi'loattIka* c/kl)ab, campo délas letras. Sin embargo, sóficas, y los más serios estudios
Pra-p. Prov. Castell. S. .1. pronto vi con agradable sorpresa de cuanto se ha publicado en los
que mis temores habían sido in- últimos tiempos en materia de
fundados : la prensa católica la ciencias naturales, dan á este li-
alabó grandemente y excitó la bro un interés excepcional para
curiosidad de los que, amantes cuantos lo lean;» y concluye por
de su Religión, deseaban ardoro- fin su artículo crítico con estas
sos tener armas con que rebatir palabras: «Tenemos verdadera
á los enemigos del Cristianismo. complacencia en recomendar en-
FA Popular, en su número del carecidamente esta obra á c u a n -
21 de Marzo de 1883, escribía tos sientan algún decaimiento ó
de ella, entre otras cosas, lo si- tentación en fuerza del clamoreo,
guiente: «Son tan bellas las teo- general hoy, contra nuestra san-
rías que emite para refutar los ta Religión, y á los que por v o -
errores racionalistas y demues- cación ó celo tengan necesidad
tran tanta erudición y fuerza ana- de armarse en su defensa.» La
lítica, que no dudamos en cali- Ilustración Católica, en su n ú -
VIII PRÓLOGO Á LA TERCERA EDICIÓN.

mero del 2 5 de Marzo de 1883, es- les elogios le han prodigado A


cribía en esta forma: aEl libro del Ordem en Portugal, La Setenta
P . Mendive es, al mismo tiempo Italiana en Italia, y otras p u -
que una refutación completa y blicaciones católicas en Austria
acabada del libro de Draper, una y Alemania. Pero el mayor de
PROLOGO A LA C U A R T A EDICIÓN.
apología del Catolicismo, desti- todos ellos, según mi juicio, es el
nada á vivir y á perpetuarse entre que la edición, no obstante la se-
los estudiosos. E n ella hace gala riedad de las materias que el li-
el autor de grandes conocimien- bro trata y la falta de adornos
tos teológicos y filosóficos, y de retóricos con que han sido todas la tercer^ edición de
^^GOTADA mente refutado. Sin embargo, el
haber estudiado las ciencias físi- ellas expuestas, se haya agotado ¿ g i n e s t a obra en diez años, cosa, deseo de completarla en todo lo
cas y naturales en todos sus m o - en tan breve espacio de tiem- por decirlo así, prodigiosa, consi- que fuese posible sin aumentar
numentos de alguna importancia, po. Esto yo no me lo explico derado por una parte lo crecido de su volumen, me ha movido á aña-
así de los antiguos como de los sino recurriendo al amor de la la tirada, que fué de 2 . 0 0 0 ejem- dir algunas cosas, entre las cua-
modernos tiempos.» El sabio se- Religión y al deseo de defender plares, y por otra lo poco que se les figuran, en primer lugar, la
ñor Sarda y Salvany, en su exce- nuestra fe, que todavía arde en suelen leer en estos tiempos de refutación del dualismo m a n i -
lente Revista Popular, corres- los corazones españoles. Este frivolidad las obras serias en queo, resucitado en estos aciagos
pondiente al 2 9 de Marzo del a m o r y este deseo son sin duda nuestra patria, te presento, ama- tiempos por los jefes más altos
mismo año, escribía las siguien- los que han hecho necesaria una do lector, esta cuarta, que ha de la francmasonería, ciertos h a -
tes líneas: «Doctrina maciza y tercera edición de esta obra, que sido enriquecida con algunas llazgos recientes con que han
abundante, expuesta en correcto ahora presento nuevamente al nuevas adiciones para que no se metido vanamente ruido los par-
y castizo lenguaje, conocimiento público corregida y aumentada omitiese en ella nada notable de tidarios del hombre-mono, y una
nada común de las ciencias ecle- con notables adiciones, entre las cuanto en estos últimos años se breve rectificación de las ideas
siásticas ad mentem D. Thomae, cuales no merece el último lugar ha escrito contra nuestra adora- inexactas vertidas no ha m u c h o ,
y no menos sorprendente domi- el capítulo IX, que ha sido a ñ a - ble Religión Católica. Podía h a - aunque con sanísima intención,
nio de las profanas al uso del día dido todo entero para que se vea berla reimpreso cual salió en la por un docto y piadoso autor
y á tenor de los más recientes más claramente que los miste- edición anterior, sin añadirle ni católico, sobre la manoseada
descubrimientos; he aquí lo que rios del Catolicismo no pueden quitarle una sola palabra, por- causa de Galileo. Y esto baste
desde el primer momento se echa en manera alguna ser atribuidos que los descubrimientos recien- para prólogo de la edición p r e -
de ver en este libro, uno de los á las antiguas religiones de la In- tes nada arrojan de sí que merez- sente, á la cual Dios conceda la
más contundentes que ha des- ca especial consideración, y los
dia y del Egipto. Si con ella con- buena suerte de las anteriores
cargado la apología católica es- enemigos de la Iglesia nada han
sigo ayudar á mis compatriotas para mayor gloria de Dios, bien
pañola sobre el desventurado li- podido objetar en estos últimos
á pelear por nuestra sagrada R e - de la Iglesia y provecho de mi
bro de Draper... Cuantos pro- años que no quede ya anterior-
ligión, proporcionándoles armas amada patria.
blemas pueden ofrecerse sobre
con que derriben por tierra el
Dios, el hombre y el mundo, es-
monstruo fiero del racionalismo,
tán tocados en él, ó de propósito
juntamente con su hijo genuino,
ó por incidencia; de suerte que
esa hidra de cien cabezas llama-
tal obra resulta, por este lado,
da herejía liberal, mis deseos
verdadera y completa enciclope-
se verán completa-mente satis-
dia religiosa.» Finalmente, igua-
fechos.
P R Ó L O G O Á LA S E G U N D A E D I C I Ó N .

yga\A.RA dar a n t i c i p a d a m e n t e a l g u n a reina e n t r e las e n s e ñ a n z a s de la reve-


l£C%*¡ idea fiel y verdadera de la p r e - lación y los t e o r e m a s y c o n c l u s i o n e s
s e n t e obra, b a s t a r í a n o s repetir l a s s i - de las ciencias; sino a d e m á s nos p a -
g u i e n t e s p a l a b r a s con que le p o n e tér- rece j u s t o indicar, por lo m e n o s , a l -
m i n o su esclarecido a u t o r : « H e m o s g u n o s de los a n t e c e d e n t e s y r a z o n e s
recorrido, dice en efecto el P a d r e que hacen de esta obra uno de los m á s
Mendive, los p u n t o s m á s c u l m i n a n t e s preciosos é i m p o r t a n t e s m o n u m e n t o s
de la ciencia, d o n d e se r e ú n e n , como que el g e n i o v e r d a d e r a m e n t e c i e n t í -
en otros t a n t o s focos l u m i n o s o s , las fico, formado é i l u m i n a d o por la s a b i -
v e r d a d e s todas de la Filosofía. E n los duría c r i s t i a n a , h a erigido ú l t i m a -
t r e s g r a n d e s objetos del saber h u m a - m e n t e en n u e s t r a p a t r i a .
n o , Dios, el mundo y el hombre, h e m o s N o es á la verdad cosa n u e v a i m -
c o m p a r a d o las d o c t r i n a s capitales de p u g n a r á la Religión Católica sus ene-
la ciencia con las e n s e ñ a n z a s del C a - m i g o s m á s ó m e n o s declarados, invo-
tolicismo; y lejos de hallar oposición c a n d o los fueros de la r a z ó n y de la
a l g u n a entre aquélla y éste, h e m o s ciencia, y c a l u m n i a n d o las d o c t r i n a s
d e m o s t r a d o en cada u n o de dichos ra- r e v e l a d a s a c u s á n d o l a s de e n e m i g a s
mos que el conflicto entre la v e r d a - irreconciliables de esas dos fuentes de
dera ciencia y el C a t o l i c i s m o , blanco luz y de p r o g r e s o . D e s d e los p r i m e r o s
de los a t a q u e s del a u t o r de Los con- siglos del C r i s t i a n i s m o , ésa fué la
flictos, es de todo p u n t o imposible.» t á c t i c a de la falsa sabiduría p a g a n a :
P e r o h a b i e n d o a c e p t a d o el honor de poner e n e m i s t a d e s e n t r e la verdad
escribir a l g u n a s l í n e a s , por vía de in- predicada por los Apóstoles y las sen-
troducción ó prólogo á este magnífico tencias de los filósofos g r i e g o s , sin
libro, p a r a presentarlo en ellas á las advertir que e n t r e e s t o s ú l t i m o s n o
personas a m a n t e s del s a b e r , c o n el ho-
hay conformidad n i n g u n a , que n i n g u -
nor que le corresponde, s e g ú n el j u i -
no de ellos e n s e ñ ó n i n g u n a verdad
cio que h e m o s formado de su m é r i t o ,
sin m e z c l a r en su d o c t r i n a m u c h o s
no nos parece b a s t a n t e decir que en
errores, y por c o n s i g u i e n t e que n o era
él están discutidas y r e s u e l t a s m a g i s -
razón c o n s i d e r a r lo q u e e n s e ñ a r o n
t r a l m e n t e las cuestiones m á s g r a v e s
c o m o n o r m a y criterio de lo v e r d a d e -
é i m p o r t a n t e s de la Filosofía n a t u r a l
ro y de lo b u e n o , y m u c h o m e n o s opo-
y de m á s a l t a sabiduría en s u s r e l a -
ner los delirios y falacias de la filoso-
ciones con la fe divina, y d e m o s t r a d a
fía gentílica á u n a s a b i d u r í a del todo
l a concordia í n t i m a y perfecta que
celestial, e n s e ñ a d a por la m i s m a V e r -
PKÓLOCO D E LA £ EGUNDA EDICIÓN. XIII
XII PRÓLOGO Á L A S 5GUNDA EDICIÓN.

dad en p e r s o n a , donde no s o l a m e n t e 1
esta consideración á los t é r m i n o s e s - t r u n c a d o ó desfigurado, ó de donde t a m e n t e p a r a maravillar á n i n g u n a
se contienen los m á s altos conceptos trictos del hecho q u e ha dado ocasión n o saque algún p u ñ a d o de cieno que persona reflexiva. E l secreto de d i c h o
á que puede elevarse el espíritu h u m a - á esta h e r m o s a apología de la verdad poder arrojar á la faz s a n t í s i m a de la prestigio está en haber recogido el
q u e t e n e m o s a n t e les ojos. m i s m a Iglesia; q u e a b u n d a en suposi- pseudo-sabio a m e r i c a n o en su o b r a
no, sino t a m b i é n d o g m a s y m i s t e -
E l caso á q u e m e refiero es el i g n o - ciones falsas y g r a t u i t a s , como es h a - todas las especies falsas d i s e m i n a d a s
rios incomprensibles, que sobrepujan
minioso libro que escribió a l g u n o s cer incrédulos á todos l o s sabios q u e bajo diversas formas en libros y a u -
a b s o l u t a m e n t e la luz de n u e s t r o e n -
a ñ o s a t r á s el famoso J u a n G u i l l e r m o e n el m u n d o h a n sido; que s u s errores tores p a n t e i s t a s , m a t e r i a l i s t a s , escép-
t e n d i m i e n t o . G r a c i a s á la providencia
no tienen n ú m e r o , y son t a n graves ticos, fatalistas, ateos y d e m á s e n e -
de D i o s , aquella perversa t r a z a , idea- Draper, C a t e d r á t i c o de Fisiología de
q u e no respetan los principios m á s migos de la verdad, formando de t o -
d a por los enemigos de la Religión la U n i v e r s i d a d de Nueva York, con el
seguros de h u m a n o discurso, cuales das ellas un como archivo de los erro-
Cristiana para desacreditar al Cristia- t í t u l o de History of the confliets between
son el de c a u s a y el de s u s t a n c i a ; q u e res m o d e r n o s , expuestos de m a n e r a
n i s m o a n t e los ojos de las p e r s o n a s Religión and Science. E s t a o b r a , t r a d u -
en el suyo brilla la lógica por su a u - que, sin dejar de imponerse al c o m ú n
i n s t r u i d a s en las artes y disciplinas cida del inglés á otras l e n g u a s , i n c l u -
sencia, reduciéndose todos s u s a r g u - de los lectores bajo el n o m b r e y con
h u m a n a s , convirtióse luego en oca- sa la e s p a ñ o l a , y r e i m p r e s a m u c h a s
m e n t o s á miserables sofismas; que al ciertos caracteres y g r a n d e s p r e t e n -
sión de l u m i n o s a s apologías, en las veces, ha circulado y circula profusa-
t r a v é s de ellos se echan de ver las siones de ciencia, cautivan su i m a g i -
cuales h u b o de m o s t r a r s e la verdad m e n t e , difundiendo por t o d a s p a r t e s
preocupaciones de q u e está Draper
católica confirmada y vindicada por la p o n z o ñ a de s u s errores c o n t r a la nación con el estilo propio de los m a -
poseído, entre las cuales descuella el
las m i s m a s ciencias á las que d e - fe y contra la ciencia m i s m a e n t r e las los vulgarizadores modernos. Mirada
i n d i a n i s m o , ó sea el p e n s a m i e n t o pre-
cían s u s e n e m i g o s que era c o n t r a r i a . clases sociales p r i n c i p a l m e n t e que s e por este aspecto la historia de los
concebido de derivar al C r i s t i a n i s m o
¿Quién hay que no recuerde á este tienen por i l u s t r a d a s . Meditando a c e r - consabidos conflictos entre la religión
de las fábulas de la India; y por ú l t i -
propósito los n o m b r e s de T e r t u l i a n o , ca del éxito e x t r a o r d i n a r i o de la obra y la ciencia del fisiólogo Draper es
mo, que la tal historia no es de los
C l e m e n t e , J u s t i n o y otros ilustres de D r a p e r , se p r e s e n t a por sí m i s m a v e r d a d e r a m e n t e original, y no sin
conflictos entre la Religión y la cien-
c a m p e o n e s de la fe, a n t e los cuales a n t e los ojos u n a cuestión que á p r i - motivo se ha gloriado este a u t o r en
cia, sino e n t r e Draper y la verdad.
hubieron de reconocerse vencidos y m e r a vista no parece fácil de r e s o l - ser «franco y p u n t u a l relator de la
Ahora, ¿no es, por ventura, extraño y
h u m i l l a d o s los sofistas de su tiempo? ver. Convienen g e n e r a l m e n t e las p e r - (soñada) c o n t i e n d a , » recogiendo y
h a s t a inverosímil q u e l a o b r a d e se-
Y á este tenor, siempre que en la s u - s o n a s q u e gozan de v e r d a d e r a a u t o r i - a p u n t a n d o en su m e m o r i a l t o d o lo
m e j a n t e e m b a u c a d o r y sofista, t a n
cesión de los tiempos ha comparecido dad científica, en que de la Historia que puede decirse y se h a dicho en
i g n o r a n t e en cosas de Dios y del a l m a
algún pseudo-sabio e n e m i g o de la r e - de los s u p u e s t o s conflictos entre la Re- n o m b r e de la ciencia, t o m a d o en
racional del h o m b r e , c o m o dispuesto
velación divina, la providencia del ligión y la Ciencia del profesor a n g l o - v a n o , contra la verdad y la s a n t i d a d
por su propia malicia á falsificar la
S e ñ o r ha suscitado h o m b r e s superio- a m e r i c a n o están d e s t e r r a d o s , no sola- de la religión católica (contra quien
historia h u m a n a y la filosofía n a t u -
res en razón de s u s singulares t a l e n - m e n t e la verdad, sino a u n el simple ú n i c a m e n t e h a n sido inventados los
r a l , h a y a conseguido t a n g r a n d e como
tos y de las luces adquiridas con el c o n o c i m i e n t o de uno de los t é r m i n o s tales conflictos), y j a c t á n d o s e « d e q u e
funesto prestigio e n l a E u r o p a de
estudio, que las c o n s a g r a r o n noble- de ese s o ñ a d o a n t a g o n i s m o , h a s t a ej nuestros d í a s , que t a n t o se precia de nadie t r a t ó h a s t a a h o r a la cuestión
m e n t e á defender la Religión c o n t r a p u n t o de mover á c o m p a s i ó n la i g n o - ilustrada, y que t a l tejido de sofismas bajo este concepto,» y de que «por
las falsedades é i m p o s t u r a s de los r a n c i a y los desatinos de D r a p e r acer- groseros v e n g a n ocupando de algunos aquí se explica su actualidad y palpi-
nuevos Celsos, no m e n o s m a l i g n o s , ca de los misterios y d e m á s d o c t r i - años á esta p a r t e , distrayéndolos de t a n t e i n t e r é s , superior al de n i n g u n a
a u n q u e por v e n t u r a m e n o s temibles n a s pertenecientes al depósito de n u e s - sus g r a v e s estudios y disquisiciones otra cuestión.» Añádase á esto q u e
que el a n t i g u o sofista de este n o m b r e . tra s a n t í s i m a fe. R e c i e n t e m e n t e h a científicas, á t a n t o s sabios católicos el m u n d o está desde hace m u c h o
No sería difícil c o m p r o b a r esta ley d e m o s t r a d o un sabio italiano que la c o m o vienen d e s p l e g a n d o en la obra t i e m p o p r e p a r a d o por los m a e s t r o s y
a d m i r a b l e con que la historia da tes- obra del autor y a n k e e estriba t o d a de confundir á D r a p e r , convenciéndo- predecesores de D r a p e r — l a m a y o r
t i m o n i o al especial cuidado que tiene ella en equívocos, no atreviéndose el le de impostor, las fuerzas de su i n - p a r t e de ellos vulgarizadores de e r r o -
Dios del h u m a n o linaje considerado desdichado soñador de conflictos a genio y las riquezas de su erudición res y s a z o n a d o r e s de blasfemias—•
en el orden intelectual, ó sea en sus definir los t é r m i n o s religión y ciencia, y sabiduría? para recibir al por m a y o r todo género
relaciones con la verdad; m a s t r a t a n - e n t r e los cuales los s u p o n e ; que e n l a de i m p o s t u r a s , y dejará de m a r a v i -
historia de la Iglesia no h a y suceso P e r o bien considerado el caso c o n l l a r q u e t a l obra h a y a tenido éxito s e -
do de lo que p a s a en n u e s t r o s d í a s , y
que, al ser tocado por D r a p e r , n o s e a t o d a s s u s c i r c u n s t a n c i a s , no es cier- m e j a n t e .
nos toca t a n de cerca, r e d u c i r e m o s
XIV PRÓLOGO Á LA SEGUNDA EDICIÓN. PRÓLOGO Á LA S E G U N D A EDICIÓN

E s t a m i s m a razón h a obligado á las ciencias h u m a n a s , i l u s t r a d a con ' pausa y consideración, y con a m o r á m o s a obra, g o c é m o n o s en la b o n d a d
los sabios á descender á la a r e n a de la l u m b r e divina, y servida de los c o n o - la verdad y al estudio que pide su in- del S e ñ o r , y d e m o s g r a c i a s á s u b e -
p o l é m i c a , y á no desdeñarse de medir c i m i e n t o s físicos y de la historia, l a s vestigación , le reconocerá a d e m á s n i g n í s i m a providencia que así vuelve
sus a r m a s con tan ruin a d v e r s a r i o : cuestiones principales a c e r c a de D i o s , e s t e otro valor m u y subido: que cada por su c a u s a y cuida de su S a n t í s i m a
así lo pedían la causa de la religión, del universo y del h o m b r e . E l ilustre uno de sus capítulos viene á ser un Iglesia y de la salud de sus hijos,
el a m o r de las m u c h a s a l m a s q u e sin P a d r e Mendive c o m p a r a á la ciencia t r a t a d o suficientemente e x t e n s o , de valiéndose del saber y de los t a l e n -
esta defensa podrían caer r e n d i d a s y con el Catolicismo en s u s relaciones rica y selecta d o c t r i n a , claro y gallar- tos y d e m á s dones con que se ha d i g -
morir á los pies de los sofistas, y el con los p u n t o s m á s graves y d e b a t i - d o en la forma del decir, donde n a d a n a d o de prevenir y enriquecer á a q u e -
honor y los intere.se-s de la v e r d a d e r a dos hoy día t o c a n t e s á esos objetos, s e afirma sin p r u e b a s , ni se c o m b a t e llos á quien destina para c a p i t a n e s y
ciencia, que no puede ni debe h a c e r y de esta c o m p a r a c i ó n , precedida del sin razones siempre sólidas, que no caudillos en e s t a l u c h a c o n s t a n t e y
j a m á s paces con la i m p i e d a d , ni ser- estudio y consideración detenida d e p e r m i t e n d u d a r de la verdad de las c a d a vez m á s viva e n t r e la verdad y la
vir á los e n e m i g o s de la religión sin sus t é r m i n o s , saca siempre la m i s m a conclusiones al lector de b u e n a fe. m e n t i r a disfrazada de ciencia; e n t r e
suicidarse y quedar sus restos cubier- consecuencia, conviene á saber, la E r u d i c i ó n , escogida; filosofía, la del la razón á un m i s m o t i e m p o católica
tos de i g n o m i n i a . Muchos son y a los Ángel de las E s c u e l a s y su eximio ex- y científica, y el sofisma á un m i s m o
m á s perfecta conformidad que conc ;-
positor el P a d r e S u á r e z ; los d a t o s t i e m p o grosero y criminal; entre la
a t l e t a s que c u e n t a la s a g r a d a c a u s a birse puede e n t r e la razón y la fe,
científicos, y aun técnicos, t o m a d o s civilización y el progreso v e r d a d e r o ,
de la verdad en esta gloriosa l u c h a , e n t r e el h u m a n o saber, c o n s i d e r a d o
de las ciencias físicas y n a t u r a l e s en p e n e t r a d o y vivificado por el espíritu
e n t r e ellos no pocos e s p a ñ o l e s , a l g u - en la i n m e n s a a m p l i t u d de s u s d o m i -
copia m á s que suficiente, aportados de la ciencia transfigurada por el
n o de los cuales ha adquirido por su n i o s , y las luces superiores de la r e -
con r a r a discreción, como por quien C r i s t i a n i s m o , y el falso progreso, q u e
ilustre victoria un n o m b r e e s c l a r e c i - velación divina y s o b r e n a t u r a l , cuyo
no es ciertamente peregrino, ni m u c h o | consiste en echar á Dios del entendí -
do; m a s a h o r a sólo se a t r a e n u e s t r a s incorruptible tesoro se ha d i g n a d o
m i r a d a s y nos obliga á tributarle u n confiar la Verdad m i s m a por esencia m e n o s , en ellas. P o r todo lo cual, m i e n t o y del corazón de los h o m b r e s ,
h o m e n a j e de singular y merecida e s - á la Iglesia católica. Bajo este c o n - a u n q u e h a b i d a consideración á su es-
y t o r n a r l o s en esclavos de la c a r n e ,
tima, el sabio escritor que, después de cepto, la obra del P a d r e Mandive es t r u c t u r a , no sea esta obra r i g u r o s a -
en viles i n s t r u m e n t o s de sus viles s e -
haber h o n r a d o á La Ciencia Cristiana u n a verdadera apología del C a t o l i c i s - m e n t e didáctica, pero en el fondo lo d u c t o r e s . G o c é m o n o s , repito, en c o n -
con l u m i n o s í s i m o s artículos en defen- m o , y por cierto m u y completa y a c o - e s m u y de verdad; y así d e s e a r í a m o s
tar u n a obra apologética m á s de la
sa de la religión, desconocida y u l - m o d a d a á las necesidades de n u e s t r a q u e fuese p u e s t a s i n g u l a r m e n t e en las
religión, un nuevo m o n u m e n t o c o n -
t r a j a d a por D r a p e r , los saca n u e v a - m a n o s de la j u v e n t u d estudiosa, d e s -
s a g r a d o á ella por m a n o d e la v e r d a -
época; porque no hay a p e n a s n i n g u n a
pués, sobre todo, de t e r m i n a r sus e s -
dera ciencia, del cual resulta gloria
m e n t e á luz, revisados con s i n g u l a r objeción de las que hoy suelen o p o -
tudios filosóficos, como c o m p l e m e n t o
p a r a D i o s , honor p a r a n u e s t r a p a t r i a ,
esmero y diligencia, y reunidos y a u - nerse á la revelación divina, que n o
y confirmación de ellos, y c o m o rico y fruto s u a v e y exquisito p a r a los q u e
m e n t a d o s con un índice copioso, en esté aquí victoriosamente refutada, n i
a r s e n a l de a r m a s ofensivas y defensi-
quieran a p a c e n t a r en él su e n t e n d i -
la magnífica obra en dos v o l ú m e n e s , hipótesis a l g u n a f a l s a , de c u a n t a s
vas, de que todos habernos m e n e s t e r m i e n t o . No es otra, c i e r t a m e n t e , la
que t e n e m o s delante de los ojos. A oponen los m o d e r n o s incrédulos á los
la cual no se la debe considerar, sin hechos referidos en los s a g r a d o s l i - « n tiempos de t a n t o peligro como son c o r o n a que e n e s t e m u n d o p r e t e n d e
e m b a r g o c o m o simple refutación del b r o s , por seductora que parezca, que éstos para la fe y aun para la s i m p l e ' su docto y,piadoso a u t o r ,
sofista a n g l o - a m e r i c a n o , hecha á s e - n o venga por tierra en el p r e s e n t e , ni luz n a t u r a l de la r a z ó n .
m e j a n z a de a l g u n a s otras cuyos a u t o - s o m b r a s , en s u m a , que no h u y a n a n t e Viendo, pues, y considerando la ate
res h a n seguido á D r a p e r capítulo por la luz con que se m u e s t r a n aquí las a m p l i t u d y excelencia de esta her-
capítulo, rebatiéndole con fuerza y verdades que debe tener y profesar
precisión, sin dejarle, como dicen, tod.o fiel cristiano para recorrer con
hueso sano ; sino, a d e m á s de esto, paso firme el c a m p o ilimitado del
forma la presente obra un o r d e n a d o h u m a n o s a b e r . J u s t o es a s i m i s m o
conjunto de disertaciones ó e s t u d i o s , a ñ a d i r que, con ser g r a n d e el valor
como hoy se dice, donde se ven t r a - apologético de esta obra, no es c i e r t a -
t a d a s con g r a n copia de erudición y m e n t e ei único que atesora; t o d o el
doctrina, á la luz de la m á s alta de que La lea como debe ser leída, con
INTRODUCCIÓN.

u n hecho c o n s t a n t e m e n t e o b - s u s p l a n t a s , s i g u i e n d o las h u e l l a s de
\ servado en la historia d e la Igle- s u s predecesores y recorriendo el c a -
s i a , que n u e s t r a s a g r a d a Religión, m i n o t r a z a d o por el dedo de la Provi-
desde s u s p r i m e r o s principios, n u n c a dencia á los perseguidores del verda-
h a dejado de ser fuertemente c o m b a - dero C r i s t i a n i s m o .
tida por las t u m u l t u o s a s p a s i o n e s de
Aquella m u l t i t u d i n n u m e r a b l e de
los h o m b r e s . A p e n a s v i o la l u z del
sectas a n t i c a t ó l i c a s que, c o m o r a m o s
día en J e r u s a l é n , c u a n d o se v i o for-
secos y estériles, fueron c o r t a d a s p o r
z a d a á refugiarse en el desierto de la
J e s u c r i s t o , en la d i l a t a d a serie de los
g e n t i l i d a d , perseguida p o r aquella
siglos, del árbol fecundo y lozano de
bestia feroz del j u d a i s m o , que p r e t e n -
su Iglesia, perdieron bien p r o n t o con
día a h o g a r l a en su m i s m a cuna, aver-
s u separación la vitalidad a n t i g u a , y
g o n z a d o d e su e s p a n t o s o deicidio y
m á s ó m e n o s t a r d e e n t r a r o n en su n a -
t e m e r o s o de su propia r u i n a . Coloca-
t u r a l período de descomposición, h u n -
da luego en medio del p a g a n i s m o , su-
diéndose p a r a siempre en las e t e r n a s
frió por espacio de t r e s c i e n t o s a ñ o s
tinieblas del olvido. D e la m i s m a h e -
los m á s violentos a t a q u e s , q u e j a m á s
rejía p r o t e s t a n t e , l a n z a d a al m u n d o
h k sostenido en el m u n d o institución
a l g u n a i n v e n t a d a por los h o m b r e s , en estos ú l t i m o s tiempos por el o r g u -
pudiéndose decir con t o d a verdad q u e llo y liviandad de u n fraile a p ó s t a t a ,
el C r i s t i a n i s m o es u n a religión levan- n o q u e d a y a m á s , t n r e a l i d a d , que el
t a d a sobre l a s t u m b a s de s u s propios espíritu de rebelión p u r a m e n t e d e s -
. m á r t i r e s . T r i u n f a n t e y a con su p a - tructor y c o m ú n á todo r e v o l u c i o n a -
c i e n c i a i n q u e b r a n t a b l e de la idolatría, rio, incluso el á n g e l d e las t i n i e b l a s ;
¿Bmo había triunfado desde s u s p r i - espíritu que , a n a l i z a d o con atención
riíeros pasos de la S i n a g o g a , se v i o por la h u m a n a i n t e l i g e n c i a , viene á
e n r e d a d a en otro g é n e r o de c o m b a t e ! resolverse por necesidad en el p u r o y
m u c h o m á s peligroso y t e m i b l e que ! escueto r a c i o n a l i s m o de los i m p í o s .
, e | anterior, siendo a c o m e t i d a de s u s L a s sectas p r o t e s t a n t e s , en la a c t u a -
i p i s m o s h i j o s ; los c u a l e s , rebeldes á lidad, n o tienen otro e l e m e n t o de vida
s u s celestiales e n s e ñ a n z a s , p u g n a b a n que la acción calculada de los G o -
por destruirla con el fuego d e la d i s - biernos, los cuales le t i e n d e n s u m a n o
c o r d i a . Mas al fin salió vencedora p r o t e c t o r a , deseosos de conservar en
¡•también en e s t a tercera refriega, y la los pueblos a l g u n o s principios de r e -
ligiosidad necesarios p a r a la c o n v e -
<|jrgullosa herejía quedó p o s t r a d a á
niente s a n c i ó n d e l a s leyes. E l día
iría
XVIII INTRODUCCIÓN.
UCCIOK. XÍX

que los Gobiernos les retiren su favor de arrogancia, desplegando con sin . "minado los f u n d a m e n t o s de su ver- h a n averiguado, por fin, q u e y a el
y h a g a n con ellas lo q u e ejecutan d e igual altanería la p o m p o s a bandera d a d , y que no lo e x a m i n e n sin h a b e r - Dios p e r s o n a l y consciente de los cris-
ordinario con el Catolicismo , t o d a s de la ciencia, y a m e n a z a n d o pulve- s e primero despojado d é l o s i m p u r o s tianos es u n a de t a n t a s fábulas q u e
ellas perecerán sin remedio ; y los rizar por completo con el ariete de afectos que suelen oscurecer la luz hay que d e s t e r r a r de las conciencias
m i e m b r o s q u e las c o m p o n e n v e n d r á n s u s afirmaciones esa g r a n roca de gra- c l a r a y serena del h u m a n o e n t e n d i - de los h o m b r e s ; p o r q u e n o existe otro
n a t u r a l m e n t e á colocarse , ó bajo la nito que n o han podido derribar en m i e n t o . E s t a petición no puede s e r Dios que el destino, fuerza ciega de
égida suave y b i e n h e c h o r a del C a t o - el espacio de diecinueve siglos los m á s razonable; pues las pasiones del la m a t e r i a cósmica, c o n d e n a d a por su
licismo, ó bajo la bandera horrible m á s poderosos de la t i e r r a . L a E s p o - á n i m o mal dirigidas p e r t u r b a n el u s o m i s m a n a t u r a l e z a á h a c e r y deshacer
de la Revolución, c a p i t a n e a d a por el sa de J e s u c r i s t o , g r a c i a s á D i o s , no d e la razón, y los juicios p r e c o n c e b i - i n c e s a n t e m e n t e los m u n d o s con los
racionalismo. t e m e á este n u e v o a d v e r s a r i o . Si bien d o s sobre u n a m a t e r i a cualquiera i'm - seres en ellos c o n t e n i d o s .
Así vemos q u e la herejía h a corrido no desconoce por u n a p a r t e la g r a n - piden e x a m i n a r l a con ojos v e r d a d e r a - U n o d e e s t o s n u e v o s Colones d e la
y a la m i s m a suerte de s u s p a d r e s el deza de la l u c h a que la espera, aguar- m e n t e imparciales , siendo á veces ciencia filosófica religiosa a c a b a de
j u d a i s m o y la idolatría, y q u e , próxi- d a por otra con c a l m a s u s a t a q u e s , c a u s a de los errores m á s funestos. dar á luz en el N u e v o Mundo una
m a á expirar, e n t r e g a hoy s u e s p a d a confiada en la celestial p r o m e s a de su E s t a falta de imparcialidad, estos o b r a p o r t e n t o s a d e e s t a especie, en
al r a c i o n a l i s m o , p a r a que éste, al su- divino F u n d a d o r , c u m p l i d a fielmente juicios innobles a n t i c i p a d o s , son los que el C a t o l i c i s m o q u e d a p a r a s i e m -
cederle en el oficio d e hacer la g u e r r a en la d i l a t a d a serie de los t i e m p o s , y q u e m á s p o d e r o s a m e n t e influyen, de pre p o s t r a d o y h u n d i d o en tierra bajo
á la Religión Católica, la e s g r i m a con verificada hoy m á s que n u n c a por El ordinario, en la inteligencia de los el peso de s u s manifiestos e r r o r e s . Si
denuedo y valentía en contra de todo en medio de la horrible persecución r a c i o n a l i s t a s para que no vean la ver- h e m o s de creer á este confeccionador
lo s o b r e n a t u r a l , peleando c o n t r a todo que en todo el m u n d o p a d e c e . Tan d a d palpable del Catolicismo, si es que de n u e v a s d r o g a s filosóficas ', la reli-
c u a n t o se dice haber bajado del cielo. lejos se h a l l a de m a n i f e s t a r flaqueza a l g u n a vez se llegan á hacer sobre ella gión católica es un cierto paganismo
E n efecto , el n a c i m i e n t o de n u e v a s enfrente de su e n e m i g o , que sin z o - u n detenido estudio. Y decimos si es pulimentado, mantenido hasta ahora
herejías en n u e s t r o s t i e m p o s se h a z o b r a s de n i n g u n a clase le sale al en- que se llegan, porque la soberbia de en el m u n d o por el a r t e a d m i r a b l e de
hecho de todo p u n t o imposible: d a d o c u e n t r o en su c a m i n o , s e g u r a de que, e s t o s señores no les p e r m i t e , por lo un cierto poder político espiritual, t a n
el estado presente de la s o c i e d a d , en m e d i a n t e la protección del Todopode- l e g u l a r , a c o m e t e r un trabajo de esta e n e m i g o s i e m p r e de las luces c o m o
el m u n d o de las ideas ya no puede roso, h a de t r i u n f a r , a h o r a como •especie. P a r a ellos el Catolicismo no favorecedor del despotismo. S e g ú n
h a b e r m á s que dos c a m p o s : el c a m p o s i e m p r e , en la pelea. m e r e c e la atención de los sabios: es afirma en su luminoso prólogo, n o s
del r a c i o n a l i s m o , dirigido por S a t a - u n a cosa y a j u z g a d a en la historia, y h a l l a m o s y a «en vísperas de u n a r e -
L a ciencia, h a dicho con mucha
n á s , enemigo por excelencia de t o d o cuyas ridiculas creencias sobre el ori- volución intelectual, en la cual l a s lec-
verdad el ilustre conde de M a i s t r e , es
lo s o b r e n a t u r a l , y por consiguiente el gen del hombre ya h a n e n t r a d o , por t u r a s frivolas tienen q u e dejar el pues-
el enemigo m á s formidable de c u a n -
p r i m e r o de los r a c i o n a l i s t a s , y el c a m - fin, en el n ú m e r o de las fábulas a n - to á u n a l i t e r a t u r a a u s t e r a y grave
tos se pueden p r e s e n t a r en el palen-
po del C a t o l i c i s m o , presidido por t i g u a s . El Catolicismo, e x c l a m a n , ya con la fuerza y la pasión q u e le c o m u -
que c o n t r a u n a doctrina falsa que pre-
pasó para no volver jamás; ya en la nicarán los i n t e r e s e s de la Iglesia en
J e s u c r i s t o en la persona del P o n t í - t e n d e pasar por verdadera. E l Catoli-
opinión de los sabios no es más que. una peligro;» y á ser verdad lo que e s c r i -
fice R o m a n o , defensor de t o d o lo cismo sabe m u y bien esta verdad; mas
sombra vana disipada por los vividos ful- be e n el ú l t i m o capítulo, «el P a p a d o
sobrenatural , y g u a r d a por excelen- confiado en la j u s t i c i a de su causa y
gores de los descubrimientos modernos, h a pasado c o m o el h o m b r e por las
cia en la t i e r r a de todo lo celestial y seguro de la protección del cielo, que
que 'h.m puesto en clavo su falsedad y da- luchas de la infancia, h a desplegado
divino. vela en su favor, lejos de ocultar á los
ñosa superchería. s u energía e n la edad d e la m a d u r e z ,
E l racionalismo y la Iglesia se h a - sabios s u s d o c t r i n a s , las presenta ante
y cumplido su t i e m p o , cae en la debi-
llan hoy día frente á frente p a r a d i s - la faz de todo el m u n d o , repitiendo Así hablan y escriben estos filóso-
lidad y en el h u m o r enojoso de los a n -
p u t a r s e la p r i m a c í a en la h u m a n a s o - aquella voz celestial que oyó un día fos sapientísimos, nuevos apóstoles
cianos; su j u v e n t u d no puede ser r e -
ciedad: ese nuevo e n e m i g o es el q u e el g r a n sabio de H i p o n a : Tolle, lege) •de la h u m a n i d a d , echados por el des-
a h o r a se presenta en la a r e n a , p e r t r e - tolle, lege; t o m a , lee; t o m a , lee. t i n o á este m u n d o para que saquen 1
El Sr. Draper es un químico americano, Y
chado de c u a n t a s a r m a s h a podido r e - U n a sola cosa pide á los q u e se con sus l u m i n o s a s lucubraciones al sin duda, entre los experimentos de sus retortas,
coger en los i n m u n d o s arsenales del j u - llegan á c o n t e m p l a r l o , p u e s t o s á las g é n e r o h u m a n o del misero error en lia dado por carambola ron la piedra filosofal, que
que t r i s t e m e n t e yace. P o r q u e es de ha tenido á bien comunicarnos en su famoso pro-
d a í s m o , del p a g a n i s m o y de la herejía: a l m e n a s del bando contrario, á saber: ducto intitulado: Los confliclnt entre la cinicia ¡/ la
con ellas se l e v a n t a orgulloso y lleno que no lo j u z g u e n a n t e s de haber exa- s a b e r que los tales pozos de ciencia rclir/inn. ¡Pobre Geroiirio!
XX INTRODl
INTRODUCCIÓN. XXI
n o v a d a ; s o l a m e n t e le queda la fuerza de los m á s encarnizados» P o r eso
p o d e r d e m o s t r a r el origen m e r a m e n t e á deshacer l a c a d e n a de i m p o s t u r a s
del recuerdo;» de s u e r t e q u e así c o m o procuran con este impío director de la
•natural del C r i s t i a n i s m o , nos salie y falsedades que c o n t r a el C a t o l i c i s -
R o m a p a g a n a cubrió, «por m u c h o Revolución y jefe principal de la Alta
t o n , no h a m u c h o s a ñ o s , con u n a mo ha formado el a u t o r de Los con-
t i e m p o t o d a v í a , con su s o m b r a al V e n t a acudir á medios m á s sutiles,
J l i s t e novela en q u e , á fuerza d flictos entre la ciencia y la religión,
m u n d o n u e v o y lo m a r c ó con su sello, valiéndose p r i n c i p a l m e n t e de los que
t r u n c a r los textos de los E v a n g e l i o s , a m o n t o n a n d o h e c h o s , ó i m a g i n a r i o s ,
así t a m b i é n R o m a cristiana proyecta c o r r o m p e n el corazón, p a r a llegar asi
se forjó R e n á n su personaje ideal y ó t o r p e m e n t e desfigurados, para d e -
sobre E u r o p a , al m o r i r , su s o m b r a á la corrupción de la inteligencia. fantástico, a c o m o d a d o al g u s t o de s u s nigrar al Pontificado. N u e s t r o fin es
g r a d u a l m e n t e borrada.» E s t o s medios n o h a descuidado a m i g o s . Ahora nos viene D r a p e r con vindicar á la Religión d e las f a l s e d a -
¡ L á s t i m a g r a n d e que el p o r t e n t o s o c i e r t a m e n t e el autor arriba mencio- e l m i s m o objeto, colocándose en el des que le i m p u t a n los r a c i o n a l i s t a s
profeta a m e r i c a n o n o p u e d a v e r c o n s u s n a d o , m i e n t r a s que con sus palabras pomposo campo de la ciencia; y en lu en el terreno de la ciencia, p r e s e n t á n -
ojos tan a d m i r a b l e suceso como d e - a s e g u r a no haber tenido otro intento g a r de a r g u m e n t o s p a r a c o m b a t i r en dola en perpetua lucha con ella, como
b e r á ser, sin d u d a , la m u e r t e del C a - sino el de citar á la religión a n t e el ella al Catolicismo, nos saca única si a l g u n a vez h u b i e r a n existido esos
tolicismo! P e r o es el caso que la p r e - t r i b u n a l de la filosofía. P o r q u e , al m e n t e las p u r a s y n e t a s afirmaciones conflictos que su r e p r e s e n t a n t e D r a -
dicción d t a p e r i n a se viene ya hacien- paso que por u n a parte a m o n t o n a ca- d e s u s aliados. Quiere a p a r e n t a r im per se i m a g i n a . P o r esta razón, de los
do desde el siglo V de la Iglesia, y l u m n i a s y falsedades, n o sólo contra parcialidad, diciendo que lo q u e se h a hechos aludidos por este a u t o r c o n s i -
ésta sigue viviendo todavía, y dando P a p a s respetables, sino t a m b i é n con- p r o p u e s t o en su obra es «exponer de d e r a r e m o s t a n sólo aquellos q u e , á
p o r t o d o el m u n d o p r u e b a s n a d a tra P a d r e s s a n t í s i m o s y venerandos u n a m a n e r a imparcial y clara las opi ser en realidad de verdad c u a l e s en la
equívocas de su vitalidad y lozanía. de la Iglesia, á quienes los cristianos n i o n e s y los a c t o s d e los dos p a r t i d o s c i t a d a obra se s u p o n e n , e s t a r í a n en
«Piensan (decía S a n A g u s t í n c o n t r a r e n d i m o s culto en los a l t a r e s , n o cesa (católico y racionalista), que están p u g n a manifiesta con uno de los d o g -
los racionalistas de su é p o c a ) que por otra de predicar el positivismo, in- frente á frente;» y ya en el prólogo m a s d e la Iglesia m á s f u n d a m e n t a l e s ,
la religión c r i s t i a n a viviiá en este c i t a n d o á los h o m b r e s á que no se cui- m i s m o de su obra c a n t a victoria en cual es la infalibilidad de los r o m a n o s
m u n d o h a s t a cierto t i e m p o y que den sino de gozar c u a n t o p u e d a n de favor de los r a c i o n a l i s t a s , y nos p r e - Pontífices c u a n d o h a b l a n ex cathedra
d e s p u é s dejará de existir; pero se e n - la vida presente, por ser ella la única s e n t a al Catolicismo siempre derrota- sobre m a t e r i a s m o r a l e s y religiosas.
gañan-, p o r q u e p e r m a n e c e r á m i e n t r a s real y verdadera, y no tener el alma d o en cuantos conflictos ha tenido du- Con respecto á los d e m á s , nos c o n -
el sol a l u m b r e á los mortales.» h u m a n a n a d a que esperar ni temer r a n t e diecinueve siglos con la c i e n - t e n t a r e m o s con observar que la R e l i -
¡Ah! Si los racionalistas no t r a j e - después de haberse d e s a t a d o de las li- cia. E n su ciego furor contra esta R e - gión Católica e s , no sólo u n a doctri-
r a n á la p a l e s t r a , p a r a l u c h a r contra g a d u r a s de su cuerpo. ligión p u r í s i m a y s a n t í s i m a , n a d a e n - n a , sino t a m b i é n u n a sociedad c o m -
l a Iglesia, o t r a s a r m a s que las q u e k s H e c h a abstracción de estas impie- c u e n t r a en ella g r a n d e y elevado, y puesta de h o m b r e s frágiles y m i s e r a -
s u m i n i s t r a l e a l m e n t e su flaca razón ó d a d e s , y a t e n d i e n d o t a n sólo al dicta- h a s t a se atreve á posponerla á la re- bles, capaces de ser vencidos por el
su bien p r o b a d a experiencia, poco m e n de la ciencia, el libro de Draper p u g n a n t e y carnal religión de M a h o - t u m u l t u o s o desconcierto de las pasio-
cuidado nos darían todos s u s a r g u - es m u y poca cosa; y si n a d a m á s só- t n a . Cierto que la religión de este i m - nes, como pueden serlo los d e m á s
m e n t o s . P e r o saben m u y bien estos lido tienen los racionalistas que opo- p o s t o r se h a l l a m u c h o m á s en a r m o - h o m b r e s q u e se h a l l a n fuera del Cris-
a m a n t e s a p a s i o n a d o s de lo visible ner á n u e s t r a adorable R e l i g i ó n , des- iíía con los g u s t o s y aspiraciones de t i a n i s m o ; y que, por c o n s i g u i e n t e ,
q u e por esta vía a l c a n z a r í a n muy de luego podemos a s e g u r a r que el ra- estos nuevos sabios que el e s p i r i t u a - n a d a tiene de e x t r a ñ o el que, en m e -
poco c o n t r a la Religión Católica. c i o n a l i s m o viene al m u n d o t a n mise- l i é m o sublime de la fundada por J e s u - dio de t a n g r a n d e m u l t i t u d de P a p a s ,
C o n s e r v a n m u y presente aquella o b - rable é i m p o t e n t e como han venido cristo. ¿Qué han de hacer, decir y d e - se h a y a e n c o n t r a d o a l g u n o m e n o s
servación de N u b i u s , que «al C a t o l i - los padres que le dieron el ser, es de- s e a r estos h o m b r e s que se i m a g i n a n ajustado á las r e g l a s de la m o r a l i d a d ,
cismo n o se le acaba con picarescas cir, el j u d a i s m o , la idolatría y la he- t e n e r su procedencia del mono, y s u s - á pesar de que, c o m o jefe de t o d a la
c h a n z o n e t a s ó con ilógicas deduccio- rejía. p i r a n por la llegada de u n t i e m p o en c r i s t i a n d a d , e s t a b a obligado á p r a c t i -
nes; porque tiene la vida m á s fuerte D e s p u é s de m u c h a s a l h a r a c a s J q u e p u e d a el género h u m a n o p r a c t i - carlas m á s q u e otro a l g u n o . N o t a r e -
que todo esto, y después de haber lu- b a l a d r o n a d a s con que se j a c t a b a n de c a r sin n i n g ú n rebozo ni m i r a m i e n t o mos, sin e m b a r g o , con el ilustre c o n -
c h a d o con los m á s implacables y te- l a s m i s m a s c o s t u m b r e s que vemos en de de Maistre, que el Pontificado, a u n
rribles a d v e r s a r i o s , los h a visto su-
1
Puede verse el importante documento Je I* e s t e a n i m a l t a n d e s h o n e s t o y t a n obs- considerados todos los defectos que se
c u m b i r , llegando con frecuencia á de-
sociedades secretas aquí aludido, en la excelmt ceno? h a y a n podido a d v e r t i r e n a l g u n o s p o -
obra de Ciélineau Joly. L'Eglise en face de laR<-
r r a m a r a g u a bendita sobre la t u m b a seedores de esta s u b l i m e d i g n i d a d ,
volution, lib. III, t. 11, pág. 82 y siguientes. N o nos d e t e n d r e m o s en este escrito
X X I I INTRODUCCIÓN.

e s t á m u y lejos de avergonzarse a n t e existir sino e n la c a b e z a d e los q u e


los ojos del género h u m a n o ; porque con d e m a s i a d a precipitación, poco e s -
estos defectos, mirados desde la altu- t u d i o de la Religión Católica y d e m a -
ra «adonde es preciso elevarse para siado deseo de vivir á sus a n c h u r a s ,
considerar todo el conjunto de tan afirman que todo lo s o b r e n a t u r a l , i n -
g r a n d i o s a y saludable i n s t i t u c i ó n , se cluso el m i s m o Dios, autor de la n a - LA RELIGIÓN CATÓLICA
p r e s e n t a n tan d i m i n u t o s , que ni si- t u r a l e z a , n o es sino un vano f a n t a s m a
quiera pueden ser sentidos por el ojo creado por la t í m i d a ignorancia d e VINDICADA DE LAS I M P O S T U R A S RACIONALISTAS.
del observador» ' . n u e s t r o s a n t e p a s a d o s . Pero a n t e s d e
N u e s t r a atención, p u e s , se limitará j e n t r a r en m a t e r i a estableceremos pri-
exclusivamente á d e m o s t r a r la armo- i mero la noción de la verdadera c i e n -
nía que reina y por necesidad debe j cia, para ver si merece t a n honroso
r e i n a r entre el Catolicismo y la ver- j n o m b r e lo que el autor que motiva e s -
d a d e r a ciencia, i n s t i t u y e n d o al efecto j t a s líneas nos r e p r e s e n t a como t a l ,
u n p a r a n g ó n , siquiera sea breve y su- j sin p a r a r s e siquiera á t r a e r n o s la m á s CAPÍTULO PRIMERO
perficial, como lo pide la n a t u r a l e - ligera p r u e b a que justifique su c o n -
z a de este escrito, entre las doctrinas d u c t a . E s t o obtenido, c o m e n z a r e m o s
que él e n s e ñ a y las que d e m u e s t r a l a ; n u e s t r o trabajo por la cuestión p r e l i - LA CIENCIA VERDADERA Y LA CIENCIA MODERNA.
razón h u m a n a en su propio terreno; ; m i n a r relativa al criterio de la v e r -
es decir, en el estudio de aquellas i dad; cuestión que Draper, con m a l í -
t r e s g r a n d e s cuestiones que c o n s t i t u - ¡ ¡ m o m é t o d o , h a dejado para el capí-
s

yen el objeto de la filosofía: ¿Qué es' tulo V I I I de su obra, es decir, casi


ADA m á s c o m ú n e n t r e los filó- poseen bien la g r a m á t i c a , ó e n t i e n -
Dios? ¿Qué es el hombre? ¿Qué es e / j p a r a el fin; pues toda ella n o c o n s t a
sofos de n u e s t r o s t i e m p o s que den m u c h o de caligrafía, y p u e d e n
¡nuncio? De esta m a n e r a h a b r e m o s d e - ; ¡ o de doce capítulos, de los c u a l e s
s n
apellidar con el n o m b r e de ciencia á e n s e ñ a r á los n i ñ o s las c u a t r o reglas
m o s t r a d o al autor de Los conflictos, y ! i último es u n a recapitulación de lo
e
todos y cada uno de los r a m o s á que fundamentales del c á l c u l o : s u m a r ,
á c u a n t o s t e n g a n la desgracia de p a r - dicho en todos los anteriores, p u e s t a pueden aplicarse los conocimientos restar, multiplicar y partir. L o s v e r -
ticipar de sus s e n t i m i e n t o s , que los j enfrente de la d o c t r i n a católica, r e - h u m a n o s . H a s t a el primer a ñ o de l a - daderos sabios siempre han d i s t i n -
tales conflictos no existen ni pueden i presentada en el Syllabus y en la E n - tinidad, en que los niños a p e n a s co- guido con m u c h a diligencia e n t r e las
i Mnisire, Del Papa, Iib. n i , c«p. V. ! cíclica Qunnta cura. mienzan á vencer los p r i m e r o s r u d i - nociones de ciencia y de arte, colocan-
m e n t o s de la g r a m á t i c a latina, se le d o las a r t e s , a u n q u e fuesen liberales
ha condecorado por a l g u n o s con el y de las m á s nobles y l e v a n t a d a s , en
fastuoso n o m b r e de Filosofía; los un lugar m u y inferior respecto del
cuales , en consecuencia , deberían que corresponde á lo que con razón
también l l a m a r ciencia al estudio del merezca el título de ciencia. S a b i d o
francés y del a l e m á n , y lo que es m á s es que ya los a n t i g u o s , con P i t á g o r a s
ridículo todavía, al estudio del arte y Filón, d a b a n el n o m b r e de rudimen-
zapateril y al de confeccionar todo tos (TTpoiraiSsúiJLata) y preparativos para el
género de guisados. estudio de la Filosofía, en la cual
L a ciencia n o es u n a s e ñ o r a de t a n hacían consistir la v e r d a d e r a ciencia,
baja condición que la h a y a m o s de á las siete artes liberales: g r a m á t i c a ,
llevar a r r a s t r a n d o por los talleres, retórica, dialéctica, m ú s i c a , a r i t m é t i -
por las oficinas y por cualquier r i n - ca, g e o m e t r í a y a s t r o n o m í a , l l a m a d a s
cón de la c a s a , l l a m a n d o sabios á los t a m b i é n por ellos circulares (¿YxuxXtxat),
zapateros y s a s t r e s , p o r q u e saben p o r q u e c o n s t i t u í a n á la sazón el
bien su oficio, ó á los d ó m i n e s y círculo de la e n s e ñ a n z a de los n i ñ o s
maestros de primeras letras, porque
2 LA CIENCIA VERDADERA Y L A CIENCIA MODERNA.

L a v e r d a d e r a ciencia t i e n e u n o b - sobre s u origen, sobre s u d u r a c i ó n , rechazándola como falsa, lo cual su- a ñ a d a n mayores perfecciones al e d i -
j e t o m u c h o m á s elevado que el p e r - sobre las p a r t e s que la c o n s t i t u y e n . cede en la opinión; s e u n e á ella fir- ficio c o m e n z a d o . E n este sentido es
teneciente á u n arte cualquiera; el P o r fin, de l a s c o s a s corporales s e l e - m í s i m a m e n t e con t o d a s las fuerzas m u y cierto y verdadero que t o d a s las
cual, por el m e r o h e c h o de hallarse v a n t a al estudio de las incorpóreas, y n a t u r a l e s de su inteligencia, sin q u e ciencias son susceptibles de progreso,
en esta categoría, no puede p a s a r m á s d i s c u t e los a r g u m e n t o s q u e s e a d u c e n pueda tener en esto n i n g ú n influjo la porque así no se hace sino a u m e n t a r
allá del h u m i l d e r a n g o de colección de en favor de la verdad.» voluntad p a r a hacerle decir lo c o n t r a - y perfeccionar el tesoro de los c o n o -
reglas sacadas de la experiencia y obser- H a s t a aquí el filósofo español, u n a rio; porque entonces ve la cosa con los cimientos adquiridos; el cual siempre
vación para hacer alguna determinada de las mayores l u m b r e r a s de la filoso- ojos del espíritu, de la m i s m a m a n e r a puede crecer m á s y m á s en cualquier
cosa, que así definen g e n e r a l m e n t e el fía p a g a n a . O t r o t a n t o decía P l u t a r - que ve los objetos m a t e r i a l e s con los r a m o del saber, siendo infinito el n ú -
a r t e . L a ciencia es un c o n o c i m i e n t o , co definiendo la Filosofía con estas
1
ojos del cuerpo, sin q u e p u e d a darse mero de verdades q u e e s t á n e n c e r r a -
no c o m o q u i e r a , sino metafísico y a p a l a b r a s : Qettüv x a i ávQpÚTctvoiv í-Kiaz-t^, U1I en tales actos error a l g u n o , ni peligro das en cualquiera parte del m u n d o es-
priori, ó sea sacado de la c o n t e m p l a - conocimiento claro y cierto de las cosas de equivocarse. piritual, de la m i s m a m a n e r a q u e ca-
ción de la n a t u r a l e z a i n t e r n a de las divinas y humanas. E n los m i s m o s tér- V e m o s , pues, que el carácter pro- rece de t é r m i n o el n ú m e r o de radios
c o s a s . Scieniia est cognitio rerum per m i n o s se e x p r e s a b a t a m b i é n Cicerón pio de la ciencia verdadera es la in- que p o d e m o s t r a z a r en un círculo
causas: la ciencia es un c o n o c i m i e n t o en el libro I I De Officiis, capítulo I I ; movilidad del e n t e n d i m i e n t o en a d h e - cualquiera.
de las cosas por sus c a u s a s , decían y no sólo Cicerón, m a s también Cle- rirse á la verdad conocida; y que, por L a ciencia, p r o p i a m e n t e h a b l a n d o ,
los a n t i g u o s al querer d a r n o s la defi- m e n t e Alejandrino y O r í g e n e s , y
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c o n s i g u i e n t e , no merece ni puede m e - no consiste en un conocimiento aisla-
nición de la ciencia ' . c u a n t o s h a n escrito sobre esta m a - recer el n o m b r e de t a l la adhesión i m - do que p o d a m o s tener sobre a l g u n a
« L a sabiduría ( e s c r i b e Séneca t e r i a . perfecta y fluctuante que t e n g a un d e t e r m i n a d a m a t e r i a , por g r a n d e q u e
queriendo d a r n o s u n a descripción de Mas si la ciencia por razón de su filósofo cualquiera en orden á un de- sea la luz de la evidencia con q u e
la ciencia por a n t o n o m a s i a , ó sea de objeto s e diferencia e n g r a n m a n e r a t e r m i n a d o objeto todavía no condeco- h a y a sido él concebido; la ciencia e s
la Filosofía) *, la s a b i d u r í a nos e n - del a r t e , aun del m á s elevado y subli- rado con la l u m i n o s a auréola de la m á s bien un cierto conjunto a r m ó n i c o
seña la n a t u r a l e z a de Dios, q u é son m e , por versar é s t e sobre l a s s i m p l e s evidencia. Quien sabe v e r d a d e r a m e n t e de verdades ciertas y evidentes, í n t i -
los infiernos, q u é los lares y los g e - reglas del bien obrar en a l g u n a deter- u n a cosa, no d u d a r á n u n c a de ella, m a m e n t e unidas y e n t r e l a z a d a s l a s
nios, qué se hace de las a l m a s des- m i n a d a m a t e r i a , y elevarse a q u é l l a por m á s que vengan cien mil filósofos u n a s con las otras, y pertenecientes
p u é s de esta vida, dónde viven ellas h a s t a la i n t e r n a constitución de los á persuadirle lo contrario; no la re- t o d a s ellas á un d e t e r m i n a d o r a m o del
después d e p a r t i r s e d e este c u e r p o , s e r e s , b u s c a n d o s i e m p r e el por qué d e c h a z a r á j a m á s c o m o falsa, aun c u a n - saber. Así, por ejemplo, todos a q u e -
qué hacen allí, qué pueden, qué quie las cosas; no se halla m e n o s d i s t a n t e do se a m o n t o n e n infinita copia de ra- llos conocimientos claros y evidentes
ren. E s t o s son los principios y rudi- de l a opinión, la cual es u n a cierta m a - zones q u e t i e n d a n á persuadirle su que tienden por su propia n a t u r a l e z a
m e n t o s por los cuales s e llega, n o á nera de conocer imperfecta y delezna- f a l s e d a d ; porque entonces ve que á d a r n o s u n a idea cabal y completa de
u n a fiesta cualquiera religiosa, donde ble, c o m o fundada e n m e r a s r a z o n e s aquello n o puede ser de o t r a m a n e r a , la í n t i m a esencia de n u e s t r a a l m a ,
se manifiestan los misterios de la r e - probables, que fácilmente pueden per- sino como él lo percibe, y q u e , por lo c o n s t i t u y e n un s i s t e m a de verdades
ligión conocidos de t o d a la g e n t e p l e - der su valor e n presencia de o t r a s m i s m o , todos c u a n t o s j u z g a n de otro l l a m a d o ciencia psicológica, ó Psicolo-
beya, sino al m i s m o t e m p l o de los n u e v a s m á s fuertes y poderosas, y q u e modo se hallan en un error m a n i - gía; otro t a n t o p o d r í a m o s decir de los
dioses, y por los cuales se nos abre de n u n c a l o g r a n a v a s a l l a r la inteligencia fiesto. relativos á la n a t u r a l e z a de Dios, del
par en par el m u n d o m i s m o con toda excluyendo de su asiento la d u d a . E s t a inmovilidad, sin e m b a r g o , no m u n d o , del derecho, de las leyes físi-
su g r a n d i o s i d a d . . . Después vuelve su L a ciencia e s u n c o n o c i m i e n t o c l a - es t a l que no sea dable al e n t e n d i - cas y de otros mil objetos propios de
consideración á los orígenes m i s m o s ro y e v i d e n t e , i n c o m p a t i b l e , por lo m i e n t o h u m a n o hacer nuevos progre- d e t e r m i n a d o s e s t u d i o s , los cuales for-
d e l a s cosas, á la razón e t e r n a , que se m i s m o , c o n d u d a a l g u n a r a z o n a b l e á sos en el conocimiento de aquella ver- m a n sus propias y d e t e r m i n a d a s cien-
halla g r a b a d a en la totalidad del con- causa de la certeza absoluta que en sí d a d , que sabe ó conoce con evidencia; cias.
j u n t o , y á la fuerza g e r m i n a l y for- encierra. D e d o n d e r e s u l t a q u e q u i e n lo que ú n i c a m e n t e impide, es la posi- Aún m á s : como todos los c o n o -
m a d o r a de cada uno de los seres. llega á adquirir ciencia sobre a l g u n a bilidad de r e c h a z a r l a como falsa, ó de cimientos humanos, principalmente
L u e g o comienza á hacer s u s i n v e s t i - cosa, n o puede y a a n d a r fluctuando destruir el edificio científico sobre ella c u a n d o llegan á un alto grado de per-
gaciones sobre la n a t u r a l e z a del a l m a , sobre la verdad de la m i s m a , a h o r a fabricado como sobre b a s e firme y fección, g u a r d a n cierta relación í n t i -
abrazándola como verdadera, ahora d u r a d e r a . G u a r d a d a esta condición, m a entre sí, no h a b r í a dificultad en
1
Véase á Clemente Alejandrino, Slrom., li- el e n t e n d i m i e n t o puede ir siempre conceder á los filósofos m o d e r n o s q u e
bro I.cap. XX; á Orígenes, Epist. ad Gregor. Tltau- De Placiiis ph.ilosoplioru.rn, l i b . I, Procem.,
1
a h o n d a n d o m á s y m á s en el c o n o c i - todas las ciencias p a r t i c u l a r e s se e n -
malurgnm; á F i l ó n . De Cong. ervd. qumrendi tomo I V . , part. 2.
gratia. m i e n t o de aquella verdad, y d e s c u - lazan y e s l a b o n a n m u t u a m e n t e , for-
2 Slrom., lib. I . cap. V .
i
Epist. 9 0 .
:> Conlr. Cdsinn, lib. III, cap. LXXII.
briendo en ella relaciones n u e v a s que m a n d o u n a especie de o r g a n i s m o t o t a l
4 LA CIENCIA VERDADERA Y LA CIENCIA MODERNA. &

que p o d e m o s l l a m a r , en cierto s e n t i - á c a d a i n s t a n t e los progresos a d m i r a - blime región del absoluto, en cuyas en modificaciones y d e t e r m i n a c i o n e s
do, la ciencia universal, ó s i m p l e m e n t e bles llevados por ellos á cabo en el es- a l t u r a s se cernió m u y á su sabor suyas, y l e v a n t a d o s á la s u b l i m e c a -
la ciencia. E s t o y a lo habían e n s e ñ a d o tudio de la Filosofía; pero en medio b a t i e n d o l a s a l a s de su imaginación tegoría de dioses. P o r q u e es d e s a b e r
en los pasados tiempos B o n a - S p e s y de s u s fanfarronadas no a d v i e r t o , por fogosa. Viene después H e g e l , el gran que este filósofo , que t a n tímido y
Pico de la Mirándola; y el agudo filó- lo r e g u l a r , sino v a n o s s i s t e m a s , h i p ó - inventor de la idsa-nada, y e n c u e n t r a modesto se presenta al principio, a d -
sofo Arriaga, de la C o m p a ñ í a de J e - tesis m á s ó m e n o s brillantes, s u e ñ o s hallarse fundados sobre la arena m o - mitiendo ú n i c a m e n t e la percepción
sús, á m e d i a d o s del siglo X V I I , t r a - fantásticos q u e p a s a n cual leves y fu- vediza de la fantasía t a n t o el subjeti- de su propia personalidad y d u d a n d o
t a n d o de la reducción de t o d a s l a s gitivas s o m b r a s , castillos de n a i p e s , v i s m o del uno como el objetivismo de c u a n t o le rodea, d e s p u é s , calenta-
ciencias á u n a sola, n o t a s a b i a m e n t e finalmente, d e r r u m b a d o s en tierra por del otro, y arroja al m u n d o su idea do con el d i s c u r s o , no t e m e l a n z a r s e ,
q u e n o h a y dificultad e n hallarla en l a el m á s suave soplo de la razón severa metamórfica, unión y c e n t r o del suje- como su m a e s t r o Schelling, á la vista
forma indicada, con t a l que se dé por y e s c u d r i ñ a d o r a . E n la ciencia m o - to y del objeto, verdadera materia real del Infinito. Y se atreve á m á s
supuesto q u e a l g u n a s ciencias par- derna, á lo m e n o s en su parte filosó- prima capaz de t r a n s f o r m a r s e en t o - todavía; porque diciendo y e n s e ñ a n d o
ticulares, v. g r . , la Medicina y las Ma- fica, h a y poco d e sólido y firme; su das las cosas: n a t u r a l e z a en l a p r i m e - que el Ser S u p r e m o funda y esencia
t e m á t i c a s , se hallan t a n d i s t a n t e s en- condición principal es la volubilidad, r a excursión que hace al ponerse á sí en sí m i s m o á todas las esencias y
t r e sí, que el estudio de la u n a no es la m u d a n z a c o n t i n u a , la duda perpe- m i s m a ; espíritu en la s e g u n d a al ad- realidades finitas, no pone en el m u n -
necesario, ni como c o m p l e m e n t o , ni tua, el tejer y destejer de la famosa quirir, con el progresivo desarrollo de do sino un solo ser, del cual son s i m -
como condición a n t e c e d e n t e , p a r a el tela de la mujer de Ulises. su n a d a , conciencia de sí propia; h u - ples modificaciones ó d e t e r m i n a c i o -
estudio de la o t r a . m a n i d a d m á s t a r d e en la t e r c e r a , al nes todas las realidades p a r t i c u l a r e s ,
V i n o K a n t al m u n d o de la ciencia
H é aquí en breves p a l a b r a s la n o - con su Crítica de la razón pura, p r e t e n - j u n t a r en u n o la n a t u r a l e z a y el espí- al modo que el círculo es u n a m e r a
ción g e n u i n a de la verdadera ciencia: diendo invertir los polos del saber y ritu; D i o s , finalmente, e n la ú l t i m a d e t e r m i n a c i ó n del espacio que le con-
h é a q u í t a m b i é n los c a r a c t e r e s q u e á fijar las c o l u m n a s d e H é r c u l e s en el verificada h a s t a el p r e s e n t e , convir- tiene, y la redondez u n a modificación
la ciencia son propios y esenciales, m u n d o de los h u m a n o s c o n o c i m i e n - tiéndose en centro s u p r e m o de toda de l a cera que la s u s t e n t a . Y todo
por razón de la certeza y evidencia tos; m a s lo que hizo fué encerrar al la idealidad particular y en síntesis esto n o s lo espeta el pretendido filó-
con que deben presentarse a d o r n a d a s espíritu h u m a n o en el círculo e s t r e - universal de todo lo p a r t i c u l a r finito. sofo, s i n q u e n i n g u n o h a y a s e n t i d o
en sí m i s m o la t a l vista real, sin q u e
t o d a s s u s verdades, á saber: la fijeza cho de un subjetivismo absoluto, que Aparece al fin de todos K r a u s e , po-
é inmovilidad absoluta en todo c u a n t o n a d a le p e r m i t e afirmar con certeza, seído del m i s m o espíritu reformador; h a y a b a r r u n t a d o siquiera a l g u n a r a -
á ella p r o p i a m e n t e pertenece; i n m o - sobre todo c u a n t o se e n c u e n t r e m á s y queriendo lucir sus habilidades con zón sólida para inferirla , y m u c h o
vilidad y fijeza que n o p u g n a n en allá de la triste región de los fenóme- un s i s t e m a nuevo , según lo exige l a m e n o s todavía p a r a h a c e r n o s á n o s -
m a n e r a a l g u n a con el p r o g r e s o d e los nos. Sucedióle F i c h t e , y este filósofo m o d a de la ciencia m o d e r n a , r e c o n s - o t r o s , m í s e r o s insectos q u e n o s a r r a s -
h u m a n o s conocimientos, sino a n t e s estrechó todavía m á s los circunscri- truye todo lo edificado por sus antece- t r a m o s por l a t i e r r a , p a r t í c u l a s de la
bien son u n a condición previa y esen- tos límites de su antecesor, diciendo sores , después de h a b e r d e s t r u i d o , Divinidad, m a n e r a s de ser del m i s m o
cial p a r a el m i s m o ; de suerte q u e la en su loco escepticismo: «No existe por s u p u e s t o , el edificio por ellos le- Dios, ó sea Dios m i s m o en t a n limi-
ciencia no puede a v a n z a r un solo paso el ser. Yo m i s m o no existo... E n r e - v a n t a d o . P a r a esto n o s regala n a d a t a d a forma d e t e r m i n a d o . ¿ S e h a b r á
en s u s descubrimientos benéficos sin dedor de mí todo se h a t r a n s f o r m a d o m e n o s que la s a b r o s í s i m a vista real, visto j a m á s delirio t a m a ñ o en el m u n -
la fijeza é inmovilidad referidas. d á n d o n o s de b a r a t o la preciosa per- do? E s t o es lo q u e h a l l a m o s s i e m p r e
en un extraño sueño, sin que h a y a
cepción yo de que n i n g u n o tiene con- por último resultado en estos n o v í s i -
Ahora bien: ¿hay acaso algo de esto una vida real que soñar, ni un espí-
ciencia, y que él considera como el mos constructores de la ciencia.
en lo q u e se d e n o m i n a la ciencia mo- ritu p a r a formar este sueño.»
1

derna! ¿Hay algo de fijeza y estabili- p r i m e r p u n t o de su j o r n a d a , lleván- ¿Y es esto filosofar? p r e g u n t o y o


A F i c h t e siguió S c h e l l i n g , c o n t i -
dad en todo c u a n t o n o s h a n traído al n u a n d o la m i s m a t a r e a de c o n s t r u i r donos después por u n a especie de tú- ahora. ¿ E s acaso siquiera a l g u n a cosa
m u n d o los m o d e r n o s sabios? Y o veo la ciencia; y de t a l m a n e r a la c o n s - nel t e n e b r o s o , m o l e s t a d o s á cada paso que de lejos se le parezca? ¿O no lleva
á estos h o m b r e s , en verdad, darse truyó que, rompiendo cual brillante por los espantables f a n t a s m a s de la m á s bien en s u s m a n e r a s los visos
m u t u a m e n t e á boca llena el n a d a m o - mariposa el d u r o capullo e n q u e s e d u d a , y s a c á n d o n o s por fin, cual otro m á s inequívocos de u n a j u g u e t o n a y
desto epíteto de sabios; veo que á cada había encerrado el Yo puro de su a n - Ingenioso H i d a l g o , á los espaciosos I bulliciosa poesía ? E n s u e ñ o s v a n o s
paso n o s están a t r o n a n d o l o s oídos tecesor, se lanzó atrevido á la su- c a m p o s de M o n t i e l , donde p o d a m o s .son á la verdad estos discursos, p r o -
con el altisonante n o m b r e de ciencia. tener la dicha de gozar á m a n e r a de pios d e q u i e n e s p r e t e n d e n p a s a r p o r
«L'íire. n'est pas. Moi-meme je n e s u i s p a s . . b i e n a v e n t u r a d o s la vista clara del S u - filósofos sin haber saludado los u m -
1

P e r o en medio de todas sus a l h a r a c a s Autour de inoi la rcalités'esl iransformée en un son-


y c l a m o r e o s , yo encuentro en s u s t e o - ge bizarre, sans qu'il y ait une v'ie réelle á rever, un p r e m o Ser, á D i o s m i s m o en s u p r o - brales de l a verdadera filosofía , ó
rías filosóficas m u y poco que s e p u e d a sprit ponr en rever.» (Deslination de Vliommc de pia e s e n c i a , y de h a l l a r n o s en E l ¡ bien ardides a s t u t o s para ocultar con
Finhle, Iradnil de VaHe.mtvnd par M. Harchau de i el m a n t o de la a p a r e n t e profundidad
l l a m a r fijo y estable. Oigoles cacarear Penhoe.n. — L:\ Science.) «esenciados y fundados,» convertidos
6 LA CIENCIA V E R D A D E R A Y L A CIENCIA MODERNA.

científica el a t e í s m o horrible que d e - jándose? S u efecto n a t u r a l é inevita- Iglesia, ó de que se tienen por axiomas a b s o r b e n t e q u e a c a b a por destruir á
v o r a l a s e n t r a ñ a s de u n a g r a n p a r t e ble sería el d e s c a r r i l a m i e n t o , la r u i n a de la razón cosas que no pasan de ser t o d a pluralidad y hace imposible al
d s estos filósofos. del tren y de los pasajeros por él con- vanas opiniones. m i s m o o r g a n i s m o científico q u e se
E s t e a t e í s m o disfrazado , envuelto ducidos. E s t o m i s m o sucede á l a E s t a verdad i m p o r t a n t í s i m a que- pretende establecer.
con la capa del p a n t e í s m o , m a t e r i a - c i e n c i a , si en ella no se consiente d a r á bien evidenciada, lo e s p e r a m o s No es cosa r a r a en la historia del
l i s m o , p a n e n t e í s m o y otros n o m b r e s n a d a estable ; su- fin ú l t i m o en este en el discurso de esta obra; y de ella espíritu h u m a n o la a p a r i c i ó n de e s t a s
parecidos, es la idea m a d r e que a c á - icaso es el e s c e p t i c i s m o , la d e s t r u c - es b u e n testigo el c o n t r a h e c h o libro m o n s t r u o s i d a d e s c a u s a d a s por la exa-
rician con predilección e n el d í a l o s ' ción de la ciencia m i s m a con l a s u s - de D r a p e r , como lo iremos d e m o s - geración de u n a idea en sí b u e n a y
e n e m i g o s de lo s o b r e n a t u r a l y los a r - 1titución de las v a n a s y m a l fundadas t r a n d o al t r a t a r de cada u n o de los v e r d a d e r a . L o s c o m u n i s t a s por u n a
d i e n t e s e n c o m i a d o r e s de la filosofía! opiniones. conflictos que su d e s m a ñ a d o autor se parte, y Bonald por la contraria, h a n
m o d e r n a . U n o de ellos e s , á n o d u - ¿Y es ésta la ciencia q u e se opone h a forjado en su c a l e n t u r i e n t a fanta- sostenido en política esa clase de u n i -
d a r l o , el d e s v e n t u r a d o a u t o r d e Los al Catolicismo? ¿Y de esta ciencia se sía. P e r o a n t e s es preciso advertir dades a b s o r b e n t e s , d e s t r u c t o r a s de
conflictos entre la ciencia y la religión, dice que e n t r e ella y la religión e x i s - u n a cosa m u y i m p o r t a n t e , que pone toda multiplicidad y c o n t r a r i a s á la
q u i e n con p a l a b r a s h a r t o significati- ten y h a n existido conflictos? C i e r t a - m u y en claro lo ruinoso y pestilencial idea de u n a verdadera república. D i o s
vas viene á decir, en s u s t a n c i a , que m e n t e , e n t r e e s t a ciencia y el C a t o l i - de esta m a l l l a m a d a ciencia. L o s filó- nos libre de v a n a s utopías, que n o
D i o s en realidad no e s sino el anima cismo existen conflictos v e r d a d e r o s ; sofos a l e m a n e s , jefes de esta revolu- sirven sino para ^ h a r á perder l a s
mundi e n s e ñ a d a por los a n t i g u o s filó- b u e n a p r u e b a de ello son las defini- ción filosófica, en su vano e m p e ñ o de causas m á s legítimas.
sofos p r o c l a m a d o r e s del m a t e r i a l i s - ciones del Concilio V a t i c a n o , que h a dar á la ciencia u n a unidad de que No se m e oculta que los a m i g o s de
m o , ó, mejor dicho, que la Divinidad reprobado sus afirmaciones. P e r o c o n - n o es capaz m i e n t r a s vive el h o m b r e K r a u s e p r o t e s t a r á n c o n t r a esto, d i -
es el Dios impersonal de H e g e l , ó s e a flictos de esta clase en n a d a d a ñ a n á sobre la tierra, se h a n creado un ciendo q u e ellos a d m i t e n pluralidad
el conjunto de fuerzas materiales que la Religión, p o r q u e son los conflictos ideal de unidad, que no es otra cosa, de esencias , y con ello pluralidad
a g i t a n y tienen en m o v i m i e n t o á e s t a que tiene la verdad con el error, la en s u s t a n c i a , sino el desnudo y e s - t a m b i é n de ciencias c o r r e s p o n d i e n t e s
i n m e n s a m á q u i n a del m u n d o . P e r o de luz con las t i n i e b l a s . «Tií varías, p o - cueto p a n t e í s m o . F i c h t e puso el Yo al estudio de l a s esencias d i c h a s .
e s t o h a b l a r e m o s m á s a d e l a n t e : por d e m o s decir á esta m e n t i d a ciencia puro, el ideal abstracto de su propia Pero s e m e j a n t e protesta hace en m í
a h o r a b á s t e n o s t a n sólo haber proba- como B o s u e t decía al P r o t e s t a n t i s m o ; personalidad, por fuente y origen de poquísima i m p r e s i ó n , sabiendo q u e ,
d o que la ciencia m o d e r n a n o es v e r - tú varías, y lo que varía no es la ver- toda la realidad; Schelling hizo esto en sentir de K r a u s e , todo conoci-
d a d e r a ciencia, sino u n a novela c o n - dad.» Mas si este f a n t a s m a de cien- m i s m o con el Absoluto; H e g e l con la miento particular mío no es s i n o u n a
t i n u a d a , d o n d e , á vuelta de a p a r e n - cia, ó ciencia de falso nombre, c o m o Idea; K r a u s e , en fin, con el Ser. P a r a modalidad del c o n o c i m i e n t o ú n i c o ,
tes discursos filosóficos y de c o n t i n u a s j u s t a m e n t e la l l a m a el citado C o n c i - F i c h t e , t o d a s las ciencias no son sino total y p e r m a n e n t e que t e n g o en la
d u d a s , se presentan en la escena n u e - lio ', puede e s t a r e n p u g n a con la R e - m e r a s determinaciones del Yo puro; vista c o n t i n u a del Ser; así como t o d a
vos personajes á medida que van des- ligión, no puede e m p e r o de n i n g u n a p a r a Schelling, m e r a s d e t e r m i n a c i o - esencia finita y p a r t i c u l a r n o es m á s
a p a r e c i e n d o los a n t i g u o s , donde todo m a n e r a suceder otro t a n t o respecto nes ó m o d a l i d a d e s del Absoluto; para que un modo de ser de la E s e n c i a ú n i -
c a m b i a sin interrupción á m a n e r a de de la v e r d a d e r a ciencia ; la cual, p o r H e g e l y Krause, m e r a s d e t e r m i n a c i o - ca, que las «esencia» á t o d a s , y de
sueños fantásticos, donde n i n g ú n ca ser verdad , está fundada, del m i s m o n e s de la Idea y del Ser. D e este las cuales ella no se d i s t i n g u e s i n o
r á c t e r de verdad se p r e s e n t a . modo que la Religión, en D i o s , fuen- m o d o las ciencias tienen verdadera como la s u s t a n c i a de los modos q u e
te y origen de todo lo v e r d a d e r o ; y unidad, porque en realidad no son la d e t e r m i n a n . P e r o y a es t i e m p o d e
E s t o lo reconoce el m i s m o Draper;
por estar fundada en D i o s , como la m u c h a s , carecen de multiplicidad, que p a s e m o s á t r a t a r del criterio d e
pero j u g u e t e él m i s m o de esa volubi-
Religión m i s m a , no puede m e n o s d e son u n a m i s m a cosa mirada bajo d i - la verdad, p a r a ver si puede ó n o
lidad del p e n s a m i e n t o h u n i a n o , d e -
hallarse en a r m o n í a con ella , c o m o ferentes aspectos, el gran P a n que se existir conflicto e n orden á la d e t e r -
c l a m a furioso c o n t r a el Catolicismo,
todo lo que e m a n a de D i o s , a r m o n í a nos p r e s e n t a vestido de diferentes ro- minación del m i s m o entre la Religión
diciendo que con la inmovilidad de
por excelencia. pajes; pero esta unidad es la unidad y la verdadera ciencia.
s u s doctrinas impide al filósofo m o -
verse en el c a m p o de la ciencia, como El vano fantasma de contradicción
si la inmovilidad no fuese la base entre la religión y la ciencia, dice s a -
f u n d a m e n t a l y la condición primera b i a m e n t e el m i s m o Concilio , t o m a
J

del m i s m o m o v i m i e n t o . ¿Qué sería de su origen muy principalmente de no


un t r e n , por ejemplo, si al e m p r e n d e r haber sido entendidos y explicados los
su m a r c h a no ofreciesen los rails un dogmas de la fe según la mente de la
f u n d a m e n t o sólido, si se s e p a r a s e n el
i Cunstit. dogniat. De Fide, c. IV.
u n o del otro, torciéndose y d e s e n c a - 5 En el lugar prúximanicule cilado.
TOCANTE AL CRITERIO DE LA VERDAD. 3
que sería debida á un V i c e - D i o s . „ que ella puede dirigirse. E n los q u e
« C i e r t a m e n t e , dice en el c a p í t u - ya son católicos y tienen por verda-
lo V I I I , si se a d m i t e n los principios dera la divinidad de la Iglesia r o m a -
fundamentales del c r i s t i a n i s m o i t a - n a , y por consiguiente a d m i t e n la i n -
liano, la consecuencia lógica es un falibilidad de la Iglesia docente, la
Papa infalible. No es necesario i n s i s - disposición previa consiste en estar
tir sobre lo que h a y de antifilosófico í n t i m a m e n t e persuadidos los fieles d e
CAPÍTULO II en esta concepción. B a s t a conocer la que la Iglesia no yerra ni puede e r r a r
historia del P a p a d o y leer las biogra- en sus definiciones d o g m á t i c a s . A é s -
fías de los P a p a s . Aquélla da e j e m p l o s t o s n o tiene la Iglesia que p r e s e n t a r -
EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL CRITERIO
de todos los errores á que están suje- les credenciales, puesto que ellos m i s -
DE LA VERDAD. tos los poderes de la tierra; é s t a s son m o s la reconocen c o m o m a e s t r a s u y a ,
con d e m a s i a d a frecuencia la historia y como m a e s t r a infalible en las cosas
de las v e r g ü e n z a s y de los c r í m e n e s propias de su misión. L a s c r e d e n c i a -
de la h u m a n i d a d . » les las debe presentar á aquellos so -
H é a q u í las ideas del r a c i o n a l i s m o l a m e n t e que pretende introducir en
respecto al criterio de la verdad en- su s e n o , haciéndolos m i e m b r o s s u -
Sl|t^A constitución d o g m á t i c a , es- y ú l t i m o . H a y m u c h a s religiones en señada por la Iglesia; ideas e n t e r a - yos, cuales son los herejes y los g e n -
^aoj cribe D r a p e r en el capítulo ú l t i - el m u n d o , y de ellas a l g u n a s m á s ve- m e n t e falsas y fundadas en un princi- t i l e s .
m o de su obra, c e n s u r a n d o la d o c t r i - nerables a ú n por la a n t i g ü e d a d y por pio a b s u r d o , e r r ó n e a m e n t e a t r i b u i d o L o s p r i m e r o s , cuando n o son i n c r é -
n a del Concilio V a t i c a n o relativa á la el n ú m e r o de sus adheridos q u e la á la Iglesia Católica. F i g ú r a n s e los dulos y p e r m a n e c e n todavía en algu -
fe s o b r e n a t u r a l y divina, pide desde Iglesia r o m a n a . ¿Cómo hacer u n a racionalistas que la Iglesia exige de n a secta cristiana, sin haberse p a s a -
luego q u e se reconozca que la I g l e s i a elección entre ellas si n o es v a l i é n d o - tal m a n e r a la fe á sus e n s e ñ a n z a s , do al r a c i o n a l i s m o , ó al j u d a i s m o , ó
r o m a n a obra por orden de Dios y en se de la razón? L a religión y la c i e n - que á ellas deba todo el m u n d o a s e n - al m a h o m e t i s m o , conservan la í n t i m a
virtud de un m a n d a t o que le h a sido cia se ven m u y forzadas á s o m e t e r tir c i e g a m e n t e y sin previo e x a m e n persuasión de que la Religión f u n d a -
e n t r e g a d o especial y e x p r e s a m e n t e . a m b a s sus discusiones y sus preten - de n i n g u n a clase, c o m o si n u e s t r o en- da por Jesucristo es de origen divino,
E n n o m b r e de esta g r a n a u t o r i d a d siones á su t r i b u n a l . C o n t r a esta n e - t e n d i m i e n t o fuera u n a potencia a b s o - y por consiguiente verdadera. A éstos
exige de los h o m b r e s la sumisión i n - cesidad p r o t e s t a el Concilio del Vati - l u t a m e n t e sujeta á los antojos de la así dispuestos les dice la Iglesia:
telectual, y de las naciones la s u b o r - c a n o . Coloca la fe por c i m a de la r a - voluntad p a r a afirmar ó n e g a r sin ton «Volved al redil que habéis m a l a m e n -
dinación del poder civil. Mas u n a t a n zón. P r e t e n d e que c o n s t i t u y e n dos ni s o n c u a n t o á é s t a se le o c u r r i e s e te a b a n d o n a d o ; vuestra c o m u n i ó n n o
a l t a pretensión debe apoyarse en las medios distintos de llegar al c o n o c i - m a n d a r . Mas la cosa e n realidad s u - es la verdadera Iglesia de J e s u c r i s t o ,
m á s positivas credenciales; son pre- miento; que corresponde el u n o á los cede m u y de o t r a m a n e r a : la fe q u e sino un m i e m b r o cortado de la m i s -
cisas pruebas claras, fuertes, e x a c t a s , misterios y el otro á los fenómenos . pide la Iglesia á s u s e n s e ñ a n z a s debe ma: por t a n t o , permaneciendo en ella,
pruebas que sea imposible p o n e r en P r o c l a m a n d o la p r e e m i n e n c i a de la ser u n a fe, n o necia, s i n o r a c i o n a l , vais c a m i n o de perdición, s e g ú n aque-
c u e s t i ó n . Sin e m b a r g o , la Iglesia de- fe, ofrece al espíritu, que los r e c h a z a , conforme á aquellas p a l a b r a s d e l llas p a l a b r a s del divino M a e s t r o : El
clara que no s o m e t e r á sus t í t u l o s al el milagro y las profecías. P o r o t r a Apóstol: Rationabile ves- que no está conmigo,
obsequium está contra mí
arbitraje de la razón h u m a n a ; pide p a r t e , la ciencia se a p a r t a de lo i n - trwn '. el que no oyere á la Iglesia, sea tenido
que sean a d m i t i d o s y reconocidos comprensible y se refiere á la m á x i m a en la clase de los gentiles y publícanos
Quiere, sí, la Iglesia que el a s e n t i -
c o m o artículos de f e . . . Se podría d e - de Wicleff: «Dios no obliga al h o m - el que desprecia á mis enviados me des-
miento prestado á s u s definiciones s e a
cir con verdad que todo el d o c u m e n t o bre á. que crea lo que no p u e d e c o m - precia á mí mismo, y despreciándome á
firme, exento de t o d a d u d a , absoluto
entero es u n a instancia a p a s i o n a d a prender.» A falta de credenciales s u - mí desprecia al Padre celestial, cuyo en-
é incondicional ; pero a n t e s ha de
h e c h a á la razón p a r a o b t e n e r de ella ficientemente claras en poder de su viado soy . Si queréis e n t r a r en c a m i -
3

hallarse ya el á n i m o de quien la e s c u -
que se sacrifique al cristianismo r o - adversario, e x a m i n a la ciencia si h a y no de salvación, volved á mí, que soy
cha c o n v e n i e n t e m e n t e preparado p a r a
m a n o . Colocadas en p u n t o s de vista en la historia del P a p a d o y en las bio- la verdadera Iglesia; estáis en un
que este su a s e n t i m i e n t o sea p r u d e n -
t a n diferentes, es imposible que la grafías de los P a p a s algo con que sos- error creyendo lo contrario: escudriñad
t e y fundado en las reglas de la s a n a
ciencia y la religión vean las cosas lo tener su pretensión á u n a misión d i - las Escrituras, ellas os darán testimonio
razón n a t u r a l . E s t a preparación es
m i s m o . T a m p o c o se puede llegar á vina, algo que justifique el d o g m a de varia, s e g ú n la variedad de sujetos á
u n a conclusión c o m ú n sino dirigién- la infalibilidad del P a p a , algo que 1 Malli., cap. XIII, vers. :¡(i.
2 Id., cap. XVIII, veis. 10.
dose á la razón como al j u e z s u p r e m o merezca á éste la p r o n t a obediencia 3 Luc , cap. X. vers. 10.
1
Ro>ii., cap. X I I , veis. 1
10 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL CRITERIO DE LA VERDAD. 11

de mi verdad '; escudriñad t a m b i é n el t a la s a n a razón? P e r o p a s e m o s á la se pueden ver ni probar a priori, y se d e la tribu de J u d á cuando e m p e -
sentir de la primitiva Iglesia, que vos- consideración de los que h a n r e n u n - deben a t e s t i g u a r con otros hechos zaran á cumplirse las s e t e n t a s e m a -
otros a d m i t í s ser v e r d a d e r o , y en él ciado e n t e r a m e n t e á J e s u c r i s t o , ó no que p o n g a n en claro \ \ veracidad y n a s de Daniel *, y q u e había de ser lle-
veréis la p r u e b a inequívoca de mi ver- lo h a n conocido j a m á s , por ser genti- ciencia del que los n a r r a , la Iglesia vado al suplicio por los mismos de su
dad: poned, por fin, en m í m i s m a los les, judíos ó r a c i o n a l i s t a s . aduce en t e s t i m o n i o de la revelación nación , saliendo después triunfante
3

oj os, volviendo desapasionados v u e s t r a A éstos los supone y a la Iglesia per- dicha y de ser verdad c u a n t o ella del sepulcro , subiendo así r e s u c i t a d o
4

a t e n c i ó n á las condiciones caracterís- suadidos de la existencia d e D i o s , la anuncia, ó sea, presenta como creden- y glorioso á los cielos , y enviando 5

ticas que m e a d o r n a n con mi u n i d a d , c u a l , como dicen los teólogos católi- denciales positivas de su embajada desde allí sobre sus discípulos al E s -
con mi s a n t i d a d , mi catolicidad; y si cos, es uno de los preámbulos de la fe. los hechos s o b r e n a t u r a l e s sucedidos píritu S a n t o , para que los i l u m i n a s e
no queréis o b s t i n a r o s n e c i a m e n t e en Si los e n c u e n t r a e m p e r o m a n c h a d o s en la fundación del C r i s t i a n i s m o , y con su luz é inflamase con s u ardor,
v u e s t r o error, veréis con t o d a eviden- de errores con respecto á esta verdad, ejecutados por Dios en t e s t i m o n i o de y ellos así dispuestos predicasen con
cia que yo, y no otra, soy la verdade- p r o c u r a persuadirles con r a z o n e s na- ser E l m i s m o quien h a b l a b a á los valor el E v a n g e l i o por todo el m u n d o ,
r a esposa de Jesucristo.» turales la a b s u r d i d a d del error en que hombres por medio de su e n v i a d o , el sin t e m o r alguno á la m u e r t e . 6

divino Mesías. E s t o s h e c h o s son:


E s t e es el lenguaje de la Iglesia están, h a s t a que por fin a d m i t a n como 2.° E l c u m p l i m i e n t o exacto de
i.° L a s profecías c o n t e n i d a s m u c h o s I
con respecto á los herejes: n o les pide hombres racionales esta verdad f u n d a - todas estas profecías en el F u n d a d o r
años a n t e s en los libros de los j u d í o s ,
á éstos, como á los católicos, que se m e n t a l , que n i n g ú n e n t e n d i m i e n t o ! del C r i s t i a n i s m o , el cual era p r e c i s a -
los cuales las c o n s e r v a n t o d a v í a en
s o m e t a n sin e x a m e n previo de n i n g u - m e d i a n a m e n t e desarrollado puede ig- m e n t e de nación j u d í o , vino al m u n -
nuestros t i e m p o s con s u m a religiosi-
na especie á sus decisiones, sino, por n o r a r sin c o m e t e r g r a v í s i m o p e c a d o . do c u a n d o el pueblo hebreo había per-
dad. E n e s t a s profecías se h a l l a p r o -
el contrario, les exhorta primero á ( P u e s t o s y a en este e s t a d o , les a n u n - dido su i n d e p e n d e n c i a , c o m e n z a n d o á
metido q u e Dios había de suscitar en
que la e x a m i n e n con detención, á cia que ese D i o s , criador de cielos y formar u n a provincia r o m a n a y á ser
la nación j u d í a u n g r a n profeta n a d a
q u e miren con diligencia las c r e d e n - tierra y próvido g o b e r n a d o r de los regido en p a r t e por un presidente ó
inferior á Moisés, y c u y a s d o c t r i n a s
ciales inequívocas de su divinidad, h o m b r e s , se h a dignado favorecer á g o b e r n a d o r de R o m a , y en p a r t e por
debían ellos seguir '; profeta que h a -
que les presenta en el testimonio de éstos de u n a m a n e r a especial y g r a - el i d u m e o H e r o d e s , que no p e r t e n e -
bía de rescindir el pacto de la a n t i -
las E s c r i t u r a s a d m i t i d a s por ellos t u i t a , haciéndoles u n a revelación s o - cía á la nación hebrea. P o r esta razón
gua ley con la p r o m u l g a c i ó n de o t r a
como divinas; en la profesión de fe de b r e n a t u r a l que les sirva de g u í a s e g u r a los m i s m o s j u d í o s , al ver esto, c l a -
nueva m á s perfecta , y había de a b r o -
2

la primitiva Iglesia, t e n i d a por ellos y fácil en el c a m i n o de la salvación m a b a n que ya había llegado el tiem-
gar el sacerdocio levítico c r e a n d o otro
por s a n t a é i n m a c u l a d a en s u s c r e e n - e t e r n a , y les a ñ a d e que la misión po de la v e n i d a del Mesías
según el orden de Melquisedech, m u -
cias; en los caracteres propios, en fin, de publicar al m u n d o esta su p a l a - F u n d ó J e s ú s su Iglesia, y por m e -
cho m á s perfecto y excelente que el
de que vive ella m i s m a a d o r n a d a , y bra se la h a d a d o á ella m i s m a , fun- dio de ella h a desterrado la idolatría
judaico ; profeta a d m i r a b l e y s a n t o
3

que dan á conocer c l a r a m e n t e su i n - d á n d o l a p a r a este efecto; p o r q u e el del m u n d o , h a abolido el sacerdocio


que, j u n t a m e n t e con el sacerdocio, h a -
terior v i d a , espiritual y s a n t a , al fundador de esta s a g r a d a Religión y a n t i g u o , creando otro n u e v o , cuyos
bía de abolir los sacrificios c r u e n t o s de
m o d o que los buenos colores y d e m á s n u n c i o e n v i a d o por D i o s p a r a que sacerdotes no deben por necesidad
la ley m o s a i c a , s u s t i t u y e n d o á t o d o s
manifestaciones e x t e r n a s de u n i n d i - revelase é hiciese p a t e n t e á los h o m - pertenecer á la tribu de Aarón, sino
ellos uno solo infinitamente m á s puro
viduo revelan á las claras la robustez bres su p a l a b r a , l l a m a d o Cristo J e - q u e pueden ser de t o d a s las g e n t e s de
y a g r a d a b l e á la divinidad *, y había
y fuerza de su vida interior, m a t e r i a l s ú s , eligió doce Apóstoles que fuesen la tierra; h a dado fin t a m b i é n á los
las c o l u m n a s de su Iglesia, y les e n - de desterrar del m u n d o l a i d o l a t r í a
y corpórea. sacrificios sangrientos, p o n i e n d o en s u
con la predicación de u n Dios único,
A n t e s , pues, de pretender s o m e t e r - cargó el oficio de c o n t i n u a r su obra dueño de todo lo criado ; profeta s
lugar el único sacrificio de la Misa,
los á sus decisiones, procura la Iglesia por todo el m u n d o h a s t a la c o n s u m a - deseado de las g e n t e s , q u e h a b í a de
| que fuese c o n m e m o r a t i v o de su pasión
que a d q u i e r a n la disposición de á n i - ción de los siglos, dándoles al m i s m o venir al m u n d o c u a n d o faltase el cetro
y m u e r t e , sufrida v o l u n t a r i a m e n t e
m o que abrigan los católicos, h a c i é n - t i e m p o la comisión de elegirse s u c e - ' p o r los pecados de los h o m b r e s .
doles a b a n d o n a r el error en que e s t á n sores en el oficio de predicar y gober- 1
Propbetam (ilice el Deuleronom¡o, cap. XVII], N u e s t r o Señor Jesucristo a d e m á s
con respecto á la n a t u r a l e z a de la n a r á los fieles; pues ellos, como que vers. lo) de gente tua et defratribus tuis sicut me, fué conducido al suplicio por la envi-
Misdlabit tibí Dominus Deus tuus; ipsum audics.
Iglesia católica, y obligándolos á r e - e s t a b a n sujetos á la m o r t a l i d a d , n o í hai., cap. X X X I I , vers. 31.
conocer este error por medio de p r u e - h a b í a n de vivir sobre la t i e r r a sino ' Ps. C l X , v e r s . 4: Isai., cap. LXVI, vers. 18 ' Cenes., cap. XLIX, veis. 10.
b a s manifiestas, que ellos no pueden m u y pocos a ñ o s , y su Iglesia h a b í a de
y 19. 2 Dan , cap. I X , vers. 2 4 .
4
C a n . , cap. IX, vers. 26: Malach., vers. 10 3 hl, ¡bul., cap. XXVI; Zachar.. cap. X I I ,
r a c i o n a l m e n t e recusar. ¿Puede h a b e r d u r a r t a n t o como el h u m a n o linaje. y U. vers. 10, X I I I , vers. (i.
en esto a l g u n a p u g n a con lo que dic- A n u n c i a d o y a así el hecho de la d i - '-' Genes., cap. XXII, vers. lí>, y cap. XLIX, * Ps., XV, vers. 10.
vers. 1 0 ; Ps II, vers. 8 ; Isai., cap. XLIX, * Ps., L X V I I , veis. 19; Ps. CIX, vers. 1.
vina s o b r e n a t u r a l revelación , como vers. 0, y cap. I I , vers. 2; Sophon., cap I I I , Joel, cap. II, vers. 28.
fi

i Joan., ra]). V, vers. 30. los hechos l i b r e m e n t e e j e c u t a d o s n o wrx. 9; Zaehar., cap. XIII, vers. 2 . " Matth., cap. II.
12 8¡L CATOLICISMO Y L A CIENCIA TOCANTE AL CRITERIO DE LA VERDAD. 13

dia y m a l a s artes de los de su nación, E s t o s son los hechos q u e p r e s e n t a t a s e , h a s t a el Obispo q u e hoy n o s rige; perar con prudencii un acto de fe firmí-
y resucitó después al tercero d í a , la Iglesia en t e s t i m o n i o de su origen t i é n e m e , en fin, el m i s m o n o m b r e de simo sobre ella.
como E l m i s m o lo había predicho ', divino, y c o m o credenciales positivas católica que ll¿va la Iglesia, el c u a l , Aún m á s ; el acto d i fe, si bien se
subiendo á los cielos con su propia de su misión s o b r e n a t u r a l sobre la no sin c a u s a e n t r e t a n t a s herejías, mira, no lleva por condición esencial
virtud , y m a n d a n d o desde allí á s u s
a tierra, á c u a n t o s se acercan á c o n s i - ella sola ha logrado poseer.» 1
el que su objeto sea propuesto por la
discípulos el Espíritu S a n t o , según derar la n a t u r a l e z a de su fundación; No e s , p u e s , verdadero, sino a n t e s a u t o r i d a d de la Iglesia. Si tal a c a e -
se lo había prometido . 3 hechos irrefragables, que hacen t a n bien debe r e p u t a r s e e v i d e n t e m e n t e ciera, a d m i t i r í a m o s los católicos los
3. 0
L o s milagros públicos y e v i - e v i d e n t e su divinidad, que es imposi- falso, el que la Iglesia Católica exija d o g m a s de la existencia de la Iglesia
d e n t e s hechos por Jesucristo á la faz ble rechazarlos sin u n a t e m e r i d a d ex- un a s e n t i m i e n t o e n t e r a m e n t e ciego é y d e su infalibilidad porque la Iglesia
de todo el pueblo judaico en t e s t i m o - t r e m a ó sin u n a ceguera espiritual irracional á sus definiciones, p u e s t o lo define así; porque lo esencial al
nio de su misión. sumamente culpable. Principalmente que da á todos los que quieran exa- acto de fe ha de hallarse por fuerza
4. 0
L a m u l t i t u d i n n u m e r a b l e de esta culpabilidad es m á s palpable en minarla pruebas inequívocas é irre- en todos y cada u n o de los actos de
milagros hechos por s u s Apóstoles y p e r s o n a s i l u s t r a d a s , que tienen b a s - cusables de su divinidad, las cuales esta clase. M i s esto no puede s e r ,
discípulos, según É l m i s m o lo había t a n t e cultivada la razón para sentir el hacen p r u d e n t e el acto de e n t r a r en su porque el d o g m a de la existencia de
a n u n c i a d o , para llevar á cabo l a p r o - peso de la evidencia moral por ellos pro- seno y de a d m i t i r con un a s e n t i m i e n - la Iglesia y el otro de su infalibilidad
pagación del E v a n g e l i o y el estable- ducida. to e n t e r a m e n t e firme, como revelados no los creemos porque la Iglesia los
c i m i e n t o del C r i s t i a n i s m o . F u n d a d o e n estos h e c h a s decía s a - por Dios, c u a n t o s d o g m a s sobrenatu- propone y define. J a m á s la Iglesia h a
5. 0
E l testimonio de los doce b i a m e n t e Ricardo de S a n Víctor h a - rales creen y profesan los fieles. definido q i e ella es u n a sociedad s o -
Apóstoles de J e s u c r i s t o , que vivieron blando con Dios: «Señor,si e r r a m o s en T a n d i s t a n t e se halla de ser i r r a - b r e n a t u r a l é infalible en la definición
y conversaron con su divino M a e s - creer los d o g m a s de n u e s t r a R e l i g i ó n , cional el acto indicado, q u e p a r a emi- de los d o g m a s revelados; esto lo supo-
tro, le vieron hacer los milagros que en verdad q u e el error á t i m i s m o debe tirlo debe primero constar con certeza ne siempre conoci do y cierto entre s u s
n a r r a n , le oyeron la doctrina q u e des- a t r i b u i r s e ; porque con t a n g r a n d e s el hecho de la revelación. ¿Y quién hijos por todos aquellos motivos de
pués, deseosos de cumplir su m a n d a - señales y prodigios, y con p o r t e n t o s puede l l a m a r irracional el acto de fe crelibilidad q u e la presentan á ella
m i e n t o , pregonaron por todo el m u n - de tal n a t u r a l e z a los vemos confirma- sobre u n hecho histórico de certeza m i s m a como v e r d a d e r a m e n t e divina,
do; le lloraron m u e r t o e n u n a c r u z , y dos, q u e sólo e n ti pudieron t e n e r su indubitable? «Para que el objeto de la y fundada p o r Dios para servirles de
luego á los tres días le c o n t e m p l a r o n origen.» ' A estos hechos se refería fe, escribe S i á r e z h a b l a n d o d e e s t a guía s e g u r a é infalible en el c a m i n o
r e s u c i t a d o , y á los c u a r e n t a le a d m i - el profundísimo filósofo S a n Agustín m a t e r i a *, se halle suficientemente de la s a l v a c i ó n . F u n d a d a en esta s u -
raron en su ascensión á los cielos. c u a n d o , al d a r c u e n t a de los motivos propuesto á la r a s ó n , debe p r e s e n t á r - posición de hallarse así ciertos los
6.° E l establecimiento del Cris- que le t e n í a n en la Iglesia de J e s u - sele e v i d e n t e m e n t e creíble, como d i - rieles de su infalibilidad, y cierta t a m -
t i a n i s m o p o r todo el m u n d o d e u n a cristo, se e x p r e s a b a con estas p a l a - cho por Dios, y por c o n s i g u i e n t e i n - bién ella m i s m a del referido don s o -
m a n e r a t a n rápida y m a r a v i l l o s a , bras: « M a c h a s cosas h a y q u e m e t i e - falible y cierto». «Aún m á s , a ñ a d e ; b r e n a t u r a l que la asiste, habla á s u s
como á todos es notorio, sin género nen con j i s t í s i m a razón en el gremio no basta p a r a esto q u e se le p r e s e n t e hijos como m a e s t r a infalible, exígeles
a l g u n o de fuerza, y por sola la per- de la Iglesia Católica: m e tiene el e v i d e n t e m e n t e creíble, sino es n e c e - con justicia la profesión e x t e r n a de la
suasión, siendo s u s pregoneros solos c o n s e n t i m i e n t o de los pueblos y n a - sario q u e lo vea la razón e v i d e n t e - fe propuesta á los m i s m o s en s u s i n -
doce pescadores, viles á los ojos del ciones; m e tiene la a u t o r i d a d incoada m e n t e m á s creíble q u e c u a l q u i e r o t r o falibles definiciones, y a m e n a z a á los
m u n d o , i g n o r a n t e s , d e s t i t u i d o s de con los m i l a g r o s , n u t r i d a con la e s - objeto ó doctrina á él contraria.» E s refractarios con arrojarlos de su seno
t o d a protección h u m a n a ; a u n m á s , peranza, a u m e n t a d a con la caridad, verdad q u e en la fe cristiana el enten- como á rebeldes y c o m o á herejes
obligados á l u c h a r contra todos los consolidada con la a n t i g ü e d a d ; tiéne- d i m i e n t o dice: Creo, porque Dios, ver- c u a n t a s veces ellos con su r^baldía
poderes c o m b i n a d o s de la tierra. me la sucesión de los sacerdotes desde dad sama y sabiduría infinita, lo ha re- por sí m i s m o s se apareen de su co-
el m i s m o Pedro a p ó s t o l , á quien enco- velado; pero a n t e s de este acto firmí- m u n i ó n , r e c h a z a n d o a l g u n o de los
7. 0
E n fin, l a m i s m a s u b l i m i d a d
m e n d ó d e s p u é s de su resurrección el s i m o y s o b r e n a t u r a l , i m p e r a d o por el d o g m a s del C r i s t i a n i s m o ' .
y perfección de la doctrina c r i s t i a n a ,
Señor s u s ovejas para que las a p a c e n - piadoso afecto de la voluntad, h a de-
e v i d e n t e m e n t e verdadera e n t o d a s s u s Y esto es c a b a l m e n t e lo q u e f u h e -
bido preceder otro con q u e diga el cho la Iglesia en el Concilio V a t i c a -
p a r t e s accesibles á la razón h u m a n a , nismo los autores siguientes: Eusebio César., De-
e n t e n d i m i e n t o : Es cierto el hecho de la
y e v i d e n t e m e n t e creíble en todos s u s monsl. evnmj.; Iluet, Demnnsl. evang ; Houtlevil- no , de q u e t a n t o se ha escandalizado
le, La reí gitm chrét. prouvée par des faits; liullct, revelación divina; y asi hay completa
misterios s o b r e n a t u r a l e s .
4

Hist. de Velubl. du Clirisl. lirée des seuls anlcurs


el Sr. D r a p e r por no h a b ; r p e n e t r a d o
evidencia de que la voluntad puede im-
' Mallh.. cap. X X V I I I , ver:,. 6, 12, 40. juifsel jiaytns; Duvoisin, Demonst. evang.; Mayer, bien su m e n t e , confirmando así la
Acl., cop. I, ver? 9 .
4
Sjiecimen defensionis et exposiliimis hisinricc Jesv
3 Id., cap. I I . ver*. 24: Joan. , eap. XIV Christi; Jansens, Hermenéutica, l. II, par. 2bG,etc. San Agustín, lib. cont. episl. FunJamenti,
1
Aliqui neganl, escrib." el• eanlénal de Lug«
1

vers.16. 17. < Hieardo de San Víctor, lih. I. II? Trinit., eap. I V . (iracl. De Fidc, disp. I , secl. 12 11 tí fui 2'il), 251),
Pueden vorsr siilir- la d ¡ r s ' n d del Ct'islin- [ eap. I I .
1
- SuarM, De Fue, disp. i , secl. 2. niims. í y 0. pnsse credisine Ecclesi.-p, propusilioiie.;. Dico-lamen
14 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA TOCANTE AL CRITERIO D E L A V E R D A D . 15

doctrina del m i s m o Concilio. É s t e , en y e n c u a n t o á la s u s t a n c i a n a t u r a l e s , que d i e z , y a ñ a d e e n prueba de esto, que ella tiene de e n s e ñ a r á s u s s u b d i -


s u s definiciones, se dirigía á s u s hijos, y sólo s o b r e n a t u r a l e s en c u a n t o al voyá convertir este palo en una serpiente, t o s la doctrina de Jesucristo y las c o -
es decir, á los católicos, y h a b l a n d o modo con que son producidos, e n t r a n admiraré su habilidad, pero no quedaré sas pertenecientes á la salvación e t e r -
á católicos, no podía proceder de otra en la esfera propia de la razón h u m a - por esto convencido» ' ; c u a n d o r a z o n a n a . L u e g o su m i s m a razón n a t u r a l , ó
m a n e r a : debía advertirles que los dog- na, la cual los discute y e x a m i n a p a r a de este modo , repito , no toca en lo sea su criterio filosófico i n t e r n o é i n -
m a s definidos por él los h a b í a n d e ver, en p r i m e r l u g a r , si son hechos rea- más m í n i m o la teoría católica sobre dividual, le dice que a d m i t a sin e x a -
creer sin hacer de ellos un previo e x a - les y no fingidos ó a p a r e n t e s ; en s e - el criterio; lo que hace es forjarse, á men previo ejecutado por sí m i s m o ,
m e n i n q u i s i t i v o , en q u e anduviesen g u n d o , si son sobrenaturales , e s t o e s , m a n e r a del I n g e n i o s o H i d a l g o , un lo que la I g l e s i a infalible le propone
dudosos de su verdad; porque obrando incapaces de ser producidos por l a s m o n s t r u o i m a g i n a r i o , para tener el como revelado ó como n e c e s a r i a m e n -
de este modo , rechazarían por eso fuerzas de la m a t e r i a , y tales , p o r g u s t o de partirle p o r medio de un solo te ligado con la revelación, porque y a
m i s m o , de h e c h o , el d o g m a f u n d a - consiguiente, q u e a r g u y a n i n d e f e c t i - tajo y arrogarse luego la gloria de ser sabe de a n t e m a n o que lo así propuesto
m e n t a l del Catolicismo sobre la ver- blemente la acción de una c a u s a e s - un vencedor de g i g a n t e s . Si alguien h a de ser verdadero n e c e s a r i a m e n t e .
dad de la Iglesia , y dejarían de ser piritual s u p r a s e n s i b l e , á la cual d e b e n me viene haciendo cosas s o b r e n a t u - E l racionalista, y lo m i s m o sea di-
fieles de J e s u c r i s t o . su e x i s t e n c i a ; en t e r c e r o , finalmente, rales , que t i e n d a n á p e r s u a d i r m e cho del p r o t e s t a n t e , no tiene por cier-
Mirado así, como debe m i r a r s e , el si a d e m á s de s o b r e n a t u r a l e s son divi- como verdaderas cosas manifiesta- ta la existencia de s e m e j a n t e d o g m a ,
criterio de la verdad seguido por la nos , esto es , producidos i n m e d i a t a ó m e n t e c o n t r a r i a s á mi razón, como y así queda a b a n d o n a d o á su propia
Religión, ¿qué le puede oponer el e s - m e d i a t a m e n t e p o r Dios, de forma q u e sucede hoy día con los fenómenos es- razón: vive m u y contento c i e r t a m e n t e
critor a m e r i c a n o p a r a decir con razón deban ser c o n s i d e r a d o s como u n a e s - piritistas y c o m o sucedía en tiempo con poder por esta causa a b r a z a r como
que entre ella y la ciencia existe un pecie de sello de la Divinidad, que del p a g a n i s m o a l g u n a s veces con los verdadero y r e c h a z a r como falso lo
conflicto perpetuo desde la aparición hace fe de ser Dios m i s m o quien m a - ídolos, á este tal le diré, después de que m á s se le antoje, pero yace mise-
del Catolicismo en el mundo? N a d a nifiesta aquella revelación ó d o c t r i n a , a s e g u r a r m e q u e s u s hechos son reales r a b l e m e n t e convertido en v í c t i m a de
a b s o l u t a m e n t e : la Religión , en esta en cuya confirmación se e j e c u t a n . y suprasensibles, que la c a u s a de los sus extravíos y hecho presa por fin del
p a r t e , e n s e ñ a lo que la m á s p u r a y P a r a lo cual tiene la razón filosófica m i s m o s no puede ser D i o s , porque escepticismo d e s g a r r a d o r . C o m o no le
s a n a filosofía; y así, es de todo p u n t o s u s reglas de b u e n a crítica , q u e n o Dios no puede hacer n a d a para a t e s - g u s t a n los milagros al racionalista,
imposible q u e t e n g a con la ciencia p u e d e n fallar siendo bien a p l i c a d a s ; t i g u a r cosas que p u g n e n con m i r a z ó n . a n t e s los cree de todo p u n t o i m p o s i -
v e r d a d e r a colisión alguna. E l acto de una d e las cuales es q u e , c u a n d o lo V é a s e , pues, si el católico u s a ó no bles, así por las ideas a b s u r d a s y m a -
fe del católico se r e s u e l v e , por razón que se da por milagro va e v i d e n t e - de un criterio verdaderamente racional terialistas que se h a formado acerca
de los actos previos que esencialmen- m e n t e c o n t r a verdades m a n i f i e s t a s d e en la adhesión firme que presta á las d é l a n a t u r a l e z a de Dios y del m u n d o ,
t e requiere, en los motivos de credibili- la s a n a r a z ó n , entonces el hecho m a - cosas de la fe, m a n i f e s t a d a s por el ór- c o m o por el deseo que tiene de vivir
dad) y é s t o s , por ser hechos sensibles, ravilloso podrá ser, si se quiere, r e a l g a n o infalible de la Iglesia su m a d r e . en la tierra e n t r e g a d o á s u s antojos,
y n o fingido ; p o d r á t a m b i é n ser s o - P a r a conocer en p a r t i c u l a r los d o g m a s por esto establece aquella m á x i m a de
brenatural ó s u p r a s e n s i b l e , pero en revelados, se s i r v e , en verdad, de un no creer lo que no puede comprender,
primo, Ecclesia! propositionem non essc conditio n i n g u n a m a n e r a será divino , esto e s ,
ncm ex natura re i requisilam ad crcdcndum, sed criterio externo á su razón individual, a u n q u e se lo a s e g u r e el m i s m o Dios.
sufficere inieidum propositionem hominis privati producido por Dios ; porque D i o s no cual es el m a g i s t e r i o de la Iglesia; Pero esta m á x i m a es a l t a m e n t e i m -
proponenlis olijrctum cu ni deliilis circumslantiis ut es a u t o r de l a m e n t i r a , y en este c a s o , pero a n t e s de a b r a z a r esta Religión, pía, pues p a r t e del principio a b s u r d í -
reddalur prudenter credibile. Ila?c est communis
si fuese Dios m i s m o ó un ángel , m i - •el criterio i n t e r n o de su propia razón, s i m o en toda s a n a filosofía de que n o
i nter recentiori s.» lín la misma sección escribe lo
siguicnle (núni. 247): «Suppono primo non prajre- nistro s u y o , quien en n o m b r e d e D i o s el criterio filosófico, ó s e a la eviden- hay verdad a l g u n a superior á la razón
i[uiri ad crcdcndum audirc res fidei ab Ecclesia, ut produjese aquel efecto s o b r e n a t u r a l
habente antecedenter auctoritatem infallibilem in cia dé s u s juicios propios y r a c i o n a - h u m a n a ; lo cual quiere decir, en otros
proponendo ex nssistenlia Spiritus Sancli, et cog- dirigido á confirmar u n a doctrina evi- les, le h a dicho q u e el C a t o l i c i s m o es t é r m i n o s , que la razón h u m a n a es la
noscere in Kcelesia lianc auctoritatem propterassis d e n t e m e n t e falsa, Dios sería c a u s a de una religión v e r d a d e r a m e n t e revelada fuente de toda verdad, única diosa que
tentiam Spiritus Sancli, ita eam gubernantis, ut
n u e s t r o error y testigo de u n a false- por D i o s , y q u e , por lo t a n t o , tiene deben reconocer los h o m b r e s .
numquam jumsil proponere aliquid falsum.» Véase
toda esta sección de Lugo, que es muy importante, dad , lo cual r e p u g n a á su s a n t i d a d estrechísima obligación de e n t r a r y Y c i e r t a m e n t e no es otra la d o c t r i -
para entender cómo creen los cristianos racional infinita.
mente los niislcnos de la fe. Téngase presente, sin perseverar en su seno, creyendo los na del racionalismo m o d e r n o , v a n a -
embargo, la proposición X X I de las condenadas P o r lo dicho se ve q u e , c u a n d o sagrados d o g m a s que el Catolicismo m e n t e condecorado por D r a p e r con el
en el Syllabus. que dice: «La Iglesia no tiene po- encierra. Ahora bien; e n t r e estos dog-
testad para definir dogmáticamente que la religión Draper, p a r a b u r l a r s e , b i e n n e c i a m e n - honroso n o m b r e de ciencia: pues todo
de la Iglesia Católica es la única verdadera.» Es de te por cierto , de la fuerza d e m o s t r a - mas, u n o , y m u y principal, es el de la él está reducido á un p a n t e í s m o d e -
fe que fuera de la Iglesia Católica no bay salva t i v a de los m i l a g r o s , apela á l a s p a - infalibilidad de la Iglesia en el oficio t e s t a b l e , p r o d u c t o r de u n fatalismo
eión; y está claro que tanto osla como cualquiera
otra verdad revelada pueden ser objeto de una de labras de un escritor árabe q u e d e c í a : u n i v e r s a l , que hace imposibles, t a n t o
finicirtn dogmálica. «Si u n o m e afirma q u e tres son m á s ' Draper, lug. cit., cap. U . los milagros obrados e n la n a t u r a l e z a
16 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA T O C A N T E AL CRITERIO D B L A VERDAD.

por la libre v o l u n t a d de su A u t o r , cierto q u e D r a p e r en esta m a t e r i a , n o


como la m i s m a l i b e r t a d h u m a n a con pudieron h a l l a r en t o d a la historia d e
la moralidad que le es consiguiente. los P a p a s sino dos hechos en que s e
Pero estos a b s u r d o s ya quedarán atreviesen á fijar con a l g u n a especie
suficientemente c o m b a t i d o s c u a n d o de r a z o n e s a p a r e n t e s su confianza.
t r a t e m o s m á s a d e l a n t e de los tres E s t o s h e c h o s son la c o n d u c t a del
p u n t o s que constituyen el estudio de papa Liberio en la condenación del CAPÍTULO III
la Filosofía, á saber: qué es*Dios, qué a r r i a n i s m o , y la del papa H o n o r i o en
es el m u n d o , qué es el h o m b r e . Por la causa de los m o n o t e l i t a s . Así es q u e
a h o r a baste el haber evidenciado que el conde de Maistre en su t r a t a d o Del
E L C A T O L I C I S M O Y LA C I E N C I A T O C A N T E Á LA I D F A D E D I O S .
el Catolicismo y la verdadera ciencia Papa, en que pretende defender l a
se hallan tan perfectamente acordes doctrina católica relativa á las prerro-
tocante al criterio de la verdad, que gativas d e los R o m a n o s Pontífices en
es imposible de todo p u n t o que pueda orden al gobierno de la Iglesia, no s e
surgir e n t r e a m b o s conflicto alguno hace cargo sino de estos dos a r g u -
sobre esta m a t e r i a ; porque a m b o s di- mentos. pH^h e c h a m o s u n a rápida ojeada por A éstos siguió S t r a t o n , al cual no
cen y enseñan una m i s m a cosa, ni E l Sr. D r a p e r , sin duda, e n t e n - v^g) los filósofos de la a n t i g ü e d a d , satisfacía c o m p l e t a m e n t e la dicha
pueden t a m p o c o enseñar otra diferen- diendo la infalibilidad de un m o d o hallaremos q u e m u c h o s de ellos tu- teoría, porque n o e n c o n t r a b a en ella
te, siendo la doctrina por ellos enseña- e n t e r a m e n t e s u y o , y atribuyendo á vieron ideas m u y pobres y miserables la explicación del s e n t i m i e n t o y vida
d a u n a doctrina de eterna verdad. los P a p a s errores que propiamente n o sobre la n a t u r a l e z a de Dios. Anaxi- que vemos reinar en los h o m b r e s ,
U n a cosa, e m p e r o , quiero n o t a r les pertenecen, y que, c u a n d o m á s , m a n d r o , el primero quizá de los filó- a n i m a l e s y d e m á s seres vivientes; y
a n t e s de concluir este capítulo, y es fueron sostenidos por algún P a d r e 6 sofos ateos, no a d m i t i ó m á s que u n a así puso la m a t e r i a d o t a d a de cierta
que el S r . Draper, al no a d m i t i r los Doctor católico, personas particulares materia e t e r n a é infinita, incorrupti- actividad vital, la cual, colocada en
milagros y las profecías porque los re- y falibles c u a n d o siguen su razón i n - ble por u n a p a r t e y d o t a d a por otra convenientes c i r c u n s t a n c i a s por la
chaza el espíritu, debe referirse sin dividual, se ha forjado u n a m u l t i t u d de un cierto m o v i m i e n t o n a t u r a l , de casualidad de los sucesos, había de
d u d a al espíritu racionalista, entera- de errores papales que no tienen otro donde h a c í a t o m a r origen á ciertas tener en unas p a r t e s m o v i m i e n t o p u -
m e n t e impío y ateo, n o al de la ver- f u n d a m e n t o sino su ignorante i m a g i - cualidades ó formas s u s t a n c i a l e s , que r a m e n t e m e c á n i c o , en otras s e n t i -
dadera Filosofía, que los ha a d m i t i d o nación; si es que en su malicia, a r d o - luego, merced á los movimientos c a - m i e n t o , en otras, finalmente, i n t e l i -
siempre j u n t a m e n t e con la idea de un rosamente materialista y apasionado suales de la m i s m a m a t e r i a , perecen gencia y conciencia de sus propios
D i o s personal y distinto del m u n d o . por lo positivo de este m u n d o , no h a como habían n a c i d o . L e u c i p p o y D e - actos.
L a idea de que puede hacer Dios mi querido ir contra la verdad, e s c r i - mócrito conservaron en el fondo la Mas como esta d o c t r i n a , con su ori-
lagros está n a t u r a l m e n t e g r a b a d a en biendo con la p l u m a lo que en su i n - doctrina materialista de A n a x i m a n - gen casual de las cosas, no explica la
el corazón del h o m b r e , y no se la terior no sentía. Otro t a n t o se diga dro; empero j u z g a r o n modificarla por regularidad de las acciones que v e -
a r r a n c a r á n de él con sus impías doc- d é l o que escribe s r b r e las vergüenzas aquella p a r t e en que se e n s e ñ a b a el m o s en toda la n a t u r a l e z a , los estoi-
t r i n a s los ateos de n i n g ú n t i e m p o , y los crímenes hallados por él en l a s nacimiento y destrucción de las for- cos, a d m i t i e n d o el principio a n i m a -
porque ella le es tan necesaria como biografías de los P a p a s . mas sustanciales, apoyan r o s e e n aquel dor de la m a t e r i a excogitado por
la m i s m a confianza que tiene por ins- S e hace ruido con estos p a l a b r o - su tan g r a t o principio: Ex nihilo nihil S t r a t o n , le a t r i b íyeron u n a n a t u r a l e -
t i n . o n a t u i a l en su Providencia. nes, se hace creer á los candidos é fit, et in nihilum nihil potest revertí. za plástica, diciendo que en toda esta
A eslo a ñ a d i r é otra observación, y i g n o r a n t e s lectores que los P a p a s , en Así que, q u i t a d a toda forma de la es- universidad de cosas visibles se ocul-
es que el referido autor rechaza la in- efecto, h a n sido el azote de la h u m a - pecie dicha, no consintieron sino la ta una cierta fuerza formatriz de los
falibilidad del P a p a poique en la his- nidad, y con esto ya se tiene c o n s e - desnuda y escueta m a t e r i a , d i s e m i n a - seres con regularidad y a r m o n í a , así
toria del Pontificado se figura encon- guido el propósito de c a l u m n i a r á la da por el espacio infinito en diferen- como la fuerza interior que se halla en
t r a r ejemplos de todos los errores á que Religión. L a ciencia, sin e m b a r g o , e s tes especies de á t o m o s a r m a d o s d e las p l a n t a s ejerce sus funciones con
han estado sujetos los diferentes Puiití h a r t o m á s seria y severa que todo ganchos y puestos en c o n t i n u o movi- r e g u l a r i d a d , desarrollándose g r a d u a l -
fices Romanos; y no sabe el ignorante esto, para que preste, no digo a s e n - miento p a r a formar, al e n t r e c h o c a r s e , m e n t e y llevando sus efectos á u n a
que los defensores m á s acérrimos y so, pero ni siquiera atento oído á s e - las diferentes a g r u p a c i o n e s de m o - cierta y d e t e r m i n a d a perfección.
m á s poderosos d t l g a l i c a n i s m o , ene- m e j a n t e s c h a r l a t a n e s , que tienen tan léculas, y con ellas la m u l t i t u d i n n u -
E s t a fuerza, según e l l o s , era in-
migos declarados de la infalibilidad pervertida la inteligencia como co- merable de m u n d o s que ahora pue-
consciente, d e s n u d a de razón y de
pontificia, y algo m á s entendidos por r r o m p i d o el c o r a z ó n . blan los espacio*. i
sentido, pero capaz de producir con
18 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE Á LA IDEA DE DIOS. 19

s u s evoluciones ciegas y f a t a l m e n t e r e c h a z a n d o el p a n t e í s m o como i n a d - la corporal como la espiritual c r i a t u - s i s t e m a s , les r e s p o n d e m o s n o s o t r o s ,


ejecutadas tal c o m b i n a c i ó n de p a r t e s misible , p r o c l a m a n la doctrina del ra, esto es, la angélica y la m u n d a n a , a n t e s que intentéis oponerla al C a -
m a t e r i a l e s , que de ellas resulte, ora panenteísmo; según la cual Dios n o es y a d e m á s la h u m a n a , c o m ú n e n t r e tolicismo. »
el sentido en los brutos, ora la razón p r o p i a m e n t e el m u n d o , pero el m u n d o ambas en cierto modo y c o m p u e s t a P e r o d i g a m o s algo m á s en p a r t i c u -
y juicio e n t r e los h o m b r e s . Según está en Dios como u n a m a n e r a de ser de cuerpo y espíritu '. Y todo c u a n t o lar sobre cada uno de estos errores.
esta teoría, Dios no es p r o p i a m e n t e suya, como u n a d e t e r m i n a c i ó n y li- crió, Dios lo conserva y g o b i e r n a , to- Y c o m e n z a n d o por el a t e í s m o , ¿quién
un ser, sino la fuerza formatriz de los mitación de la divina esencia. O t r o s , cando del un fin al otro fuertemente no ve que su absurdidad es g r a n d í s i -
particulares individuos de la n a t u r a - finalmente, como los d e í s t a s , confie- y disponiendo t o d a s las cosas suave- m a y que no tiene su origen sino en
leza, y subsistente en ellos m i s m o s á san la existencia de u n Dios personal mente . P o r q u e t o d a s las cosas están
2
la p u r a perversidad del corazón h u -
m a n e r a de principio vital inconscien- y creador del m u n d o , pero le niegan desnudas y a b i e r t a s á s u s ojos , aun 3
mano? L a existencia de Dios es t a n
t e , que los a n i m a é informa. su p r o v i d e n c i a , diciendo que Dios no aquellas m i s m a s que h a n de existir manifiesta, que casi no se necesita
Otro t a n t o sucede hoy día e n t r e los se m e t e para n a d a en el gobierno de por la libre acción de las criaturas.» discurso alguno para conocerla. «Pre-
secuaces de la ciencia moderna. sus c r i a t u r a s , sino que á t o d a s las h a Como se ve, entre las d o c t r i n a s de g u n t a á las bestias y te lo e n s e ñ a r á n ,
U n o s , como P r o u d h o n y toda la caterva a b a n d o n a d o á sí m i s m a s , como si no la Religión Católica y las de la c i e n - dice e l o c u e n t e m e n t e J o b ; á las aves
d e filósofos m a t e r i a l i s t a s , p r o c l a m a n - fueran cosas s u y a s , para que c a d a u n a cia m o d e r n a hay u n a oposición r a d i - del cielo y te lo dirán. H a b l a con la
do a b i e r t a m e n t e el a t e í s m o , dicen con h a g a y obre según sus fuerzas y corra cal, que no puede ser m a y o r ; pero no tierra y te responderá; y te lo referirán
el m a y o r descaro que Dios es un m i t o , la suerte q u e le d e p a r a el a c a s o . por eso tienen que e s p a n t a r s e los ca- los peces del m a r . ¿Quién ignora que
q u e el D i o s real y verdadero son las Así h a b l a n y escriben los que en tólicos, pues la ciencia m o d e r n a no es la m a n o del Señor hizo todas estas
fuerzas d e - l a m a t e r i a . O t r o s , c o m o n u e s t r o s días quieren pasar plaza de lo m i s m o que la verdadera ciencia. cosas?» * L o s cielos y la tierra, en
E s p i n o s a , Schelling, H e g e l y todos sabios y, despreciando la Religión de ¿Qué es lo que nos dice la v e r d a d e r a efecto, están p r o c l a m a n d o á voz en
los d e m á s p a n t e í s t a s de n u e s t r a épo- J e s u c r i s t o , se p r e s e n t a n a n t e los hu- ciencia en orden á la n a t u r a l e z a divi- cuello las glorias de su divino H a c e -
ca, echándola en s u s lucubraciones mildes m o r t a l e s como los grandes na? L o m i s m o que nos e n s e ñ a la dor; y se necesita g r a n d í s i m a perver-
filosóficas de sabios y profundos pen- sacerdotes de la ciencia. E m p e r o , á t o d o s Iglesia en las p a l a b r a s del Concilio sidad de corazón p a r a e m p e ñ a r s e en
sadores, escriben con el m a y o r aplo- ellos el Concilio Vaticano opone las Vaticano que a c a b a m o s de m e n c i o - no querer oir esta voz, obstinándose
m o que el ú l t i m o t é r m i n o de s u s i n - e n s e ñ a n z a s s i g u i e n t e s , que h a l l a m o s nar. ¿Puede ser verdadera ciencia la en afirmar que todo c u a n t o en el
vestigaciones científicas ha sido con- escritas en el capítulo p r i m e r o de la que b o r r a á D i o s del n ú m e r o de las m u n d o vemos con toda su magnifi-
vencerse í n t i m a m e n t e d e q u e la F i l o - Constitución Dei Filius: «La S a n t a , verdades filosóficas, ó la que le c o n - cencia y h e r m o s u r a , es una simple
sofía no hay que buscarla sino e n t r e Católica, Apostólica, R o m a n a Iglesia vierte en un ser q u i m é r i c o , c ú m u l o de obra del a c a s o . P o r eso dice con
los sapientísimos b r a c m a n e s de la I n - cree y confiesa que hay un solo Dios todas las c o n t r a d i c c i o n e s y a b s u r d o s , m u c h a razón S a n J u a n Crisóstomo 1

dia, donde se profesa la ciencia del vivo y v e r d a d e r o , Criador y S e ñ o r del lo cual es lo m i s m o que destruirle? No, que «el cielo calla, pero con su sola
Ser universal, del g r a n P a n , q u e lo cielo y de la t i e r r a , o m n i p o t e n t e , c i e r t a m e n t e , porque sin Dios no hay presencia da u n a voz m á s fuerte que
a b r a z a todo y lo contiene todo en su eterno, i n m e n s o , i n c o m p r e n s i b l e , i n - ciencia posible; t o d a verdad e t e r n a é la de la t r o m p e t a . »
insondable seno, del Dios i m p e r s o n a l , finito en su e n t e n d i m i e n t o , voluntad inmutable p e r e c e , q u i t a d o Dios, que E s t a voz vivísima la siente en sí
en u n a . p a l a b r a , que no es n a d a y por y t o d a suerte de perfección: el c u a l , es la fuente de t o d a v e r d a d . con g r a n d í s i m a fuerza todo el linaje
m e d i o de l a evolución viene á ser t o - siendo u n a s u s t a n c i a singular, e n t e - Y sin e m b a r g o , eso h a c e n los ateos h u m a n o , el cual por esta causa h a
d a s las cosas. O t r o s , c o m o K r a u s e y r a m e n t e s i m p l e é i n c o n m u t a b l e , debe negando la existencia de D i o s ; eso tenido siempre por u n o s m o n s t r u o s
todos los de su escuela, sacan á Dios ser predicado real y e s e n c i a l m e n t e también los p a n t e í s t a s , los p a n e n t e í s - detestables y mirado con una especie
de las nebulosidades de la i m p e r s o n a - distinto del m u n d o , s u m a m e n t e bien- t a s y los deístas, p r e s e n t á n d o n o s un de horror á los ateos. De aquí es que
lidad inconsciente, y le d a n u n a con- a v e n t u r a d o en sí y por sí, é inefable- Dios m o n s t r u o s o , que no es Dios ni ni un solo pueblo se h a e n c o n t r a d o
ciencia de su propio ser s e m e j a n t e á m e n t e excelso sobre todas c u a n t a s c o - es nada, sino un puro ente de r a z ó n , j a m á s en el m u n d o , en que no aparez-
la n u e s t r a ; pero queriendo j u n t a r en sas hay y pueden ser concebidas a d e - síntesis de g r o s e r í s i m o s e r r o r e s . ¿Con ca p r o f u n d a m e n t e g r a b a d a la idea de
u n o la u n i d a d a b s o r b e n t e del pan- m á s de E l . E s t e solo verdadero Dios qué derecho, pues, pueden venir esos Dios. «Si viajas por la tierra, decía
t e í s m o con la multiplicidad v a r i a d a con su bondad y o m n i p o t e n t e virtud, autores diciendo que el Catolicismo y a en su t i e m p o P l u t a r c o , podrás e n -
del m a t e r i a l i s m o , sostienen que la no p a r a a u m e n t a r su b i e n a v e n t u r a n - se halla en p u g n a a b i e r t a con la cien- c o n t r a r ciudades sin m u r o s , sin l e t r a s ,
esencia absoluta é ilimitada de Dios za, ni para a d q u i r i r l a , sino para m a - cia? «Dejad en pie la ciencia y no sin reyes, sin c a s a s , sin r i q u e z a s , sin
recibe en sí t o d a s las esencias finitas, nifestar su perfección por medio de la destruyáis con vuestros a b s u r d o s d i n e r o . P e r o una ciudad sin t e m p l o s ,
esenciándolas y fundándolas y con- los bienes que concede á s u s c r i a t u - d o n d e no se ore, ni se p o n g a por
virtiéndolas en m e r a s d e t e r m i n a c i o - ras, con libérrimo consejo crió de la
1
Concil. Lateran. IV, cap. [, Firmiler.
1
Sap.,VII,l. • Job, X X I , 7-9.
nes y limitaciones s u y a s . Por d o n d e , n a d a en el principio del tiempo t a n t o 3
Hebr., IV, 13. !
S. Crisosi., ílomil. í) adpopul. Antioch., n. 2.
20 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA TOCANTE Á L A IDEA D E DIOS. 21

t e s t i g o á la divinidad, ni se h a g a n p a r a convencerse. Mas con t o d o s s u s te religioso, y la irreligiosidad no nace | pues de la presente vida, fugaz y p a "
sacrificios, ni se p r a c t i q u e n actos de deseos y m e n t i d a s r a z o n e s no logran, en él sino con la corrupción del cora- sajera? Decidle al ateo que a t i e n d a á
religión, no la h a visto nadie nunca.» 1
c u a n d o m á s , sino alucinarse por u n zón, con el influjo pestilente de los los d i c t á m e n e s de la razón, que siga
Y lo que dijo en su tiempo el filósofo m o m e n t o ; p a s a d o el c u a l , la duda r e - vicios. ¡Ah! que los legisladores veían los e n c a n t o s de la virtud , que h a g a
griego, lo p o d e m o s repetir ahora con nace de n u e v o al i n s t a n t e y les h a c e en sus subditos g r a b a d a la idea de la g u e r r a con energía á s u s pasiones
la m i s m a verdad nosotros: no h a y sentir p a l p a b l e m e n t e la inutilidad de Dios por el m i s m o Autor de la n a t u - para hacerse d u e ñ o de sí m i s m o .
pueblo a l g u n o , por salvaje que sea y s u s esfuerzos. raleza, y ellos no hicieron m á s que «Todo- eso es m ú s i c a celestial , os
por rezagado que se halle en el c a - Dicen que la i g n o r a n c i a de las leyes aprovecharse de ella para dar sanción responderá él m u y sereno ; los dictá-
m i n o de la civilización, que no t e n g a de la n a t u r a l e z a es la que h a d a d o á sus leyes; porque veían que la a u t o - m e n e s de la razón m e dicen á mí q u e
por cierta la existencia de Dios. M u - origen á la creencia de los pueblos en ridad h u m a n a es e n t e r a m e n t e ineficaz goce c u a n t o pueda en este m u n d o ,
chos han errado c i e r t a m e n t e sobre su la existencia de D i o s . Mas ¿qué i g - é impotente si n o se halla apoyada porque s o l a m e n t e en él puedo s a t i s -
n a t u r a l e z a , cayendo en las a b s u r - norancia es e s a , que en todos los por la divina. facer el i n s t i n t o i n n a t o de gozar.» « L a
didades del politeísmo y teniendo por hombres del m u n d o h a producido el Y hé aquí otro a r g u m e n t o irrefra- virtud y la honestidad , os a ñ a d i r á ,
dioses á viles y bajas c r i a t u r a s ; pero m i s m o efecto? ¿Qué ignorancia es esa gable contra los ateos, al cual n i n g u - son cosas m u y bellas para p e n s a d a s y
la existencia de la divinidad ha sido que, a u n después de disipada, sigue no puede dejar de r e n d i r s e , si no se p u e s t a s en el c a m p o de la mera idea-
siempre, y lo será p a r a todos, u n a todavía e n g e n d r a n d o la m i s m a c r e e n - e m p e ñ a en ir contra la m á s clara evi- lidad; pero no ofrecen atractivo sufi-
cosa e n t e r a m e n t e cierta. cia? P o r q u e los sabios han e s t u d i a d o dencia. L a idea de Dios es tan n e c e - ciente p a r a quien sólo ansia felicidad
¿Quiénes son, pues, los ateos para las leyes de la n a t u r a l e z a ; y su e s t u - saria entre los h o m b r e s , que sin t i l a maciza.» «Las pasiones, os dirá con-
l e v a n t a r s e contra esta voz universal, dio, lejos de disipar la tal creencia, la no hay orden, ni m o r a l i d a d , ni dere- cluyendo su d i s c u r s o , son la p a r t e
p e r e n n e y c o n s t a n t e de todo el género ha confirmado, por el contrario, ha- chos, ni deberes , ni autoridad posi- m á s principal del h o m b r e , porque
h u m a n o ? ¿Qué razones t i e n e n para ciéndoles ver que es u n a locura n o ble. S u p r i m i d la idea de D i o s . ¿ Q u é ellas le indican qué es lo que debe
i n t e n t a r corregir el juicio de la h u - rendirse en esto al grito e s p o n t á n e o fundamento dais á vuestras leyes? b u s c a r p a r a ser feliz ; y si necesitan
m a n i d a d entera y a p a g a r el grito es- de la n a t u r a l e z a . ¿En qué hacéis d e s c a n s a r la morali- el freno de la r a z ó n , este freno no ha
p o n t á n e o con que todos los h o m b r e s E n t o d o s t i e m p o s h a habido c i e r - dad? ¿De dónde t o m á i s el origen del de ser para d o m a r l a s y a m o r t i g u a r -
p r o c l a m a n la existencia del divino t a m e n t e a l g u n o que otro ateo e n t r e deber? ¿Adonde acudís p a r a dar apo- las, sino p a r a enderezarlas y darles
Hacedor? N i n g u n a a b s o l u t a m e n t e , si los filósofos. Pero ¿qué cosa d i s p a r a - yo á vuestros derechos ? T o d o esto o r d e n a d a m e n t e p á b u l o , de modo que
n o nos quieren dar por r a z o n e s los t a d a h a y q u e , como escribía Cicerón, cae por el suelo c o m o c o l u m n a arran- la razón sea un m e r o sirviente suyo,
innobles afectos de que está poseído no la h a y a dicho algún filósofo ? L a cada de su pedestal. Sin el precepto y n o el a m o de la casa que las p o n g a
su corrompido corazón, deseando que generalidad de los filósofos, digo m á s , de D i o s , que m a n d a vivir conforme á bajo su jurisdicción y dominio.»
n o exista Dios p a r a no verse obliga- su totalidad m o r a l , siempre ha tenido razón, dictando los superiores leyes E s t o os responderá el ateo , y su
dos á t e m e r l e y darle algún día cuen- á los tales por unos h o m b r e s e x c é n - justas y útiles á sus s u b d i t o s , obede- respuesta no puede ser m á s c o n s e -
t a de su perversa c o n d u c t a , y p a r a tricos, estrafalarios , r a r o s , d e s t i t u í - ciendo éstos religiosamente á sus su- c u e n t e ; porque para él n o puede ha-
poder vivir en este m u n d o e n t r e g a d o s dos de toda a u t o r i d a d y e n t e r a m e n t e periores en lo que l e g í t i m a m e n t e ber otros bienes reales y macizos sino
á sus a b o m i n a b l e s apetitos. despreciables , porque iban c o n t r a la m a n d a n , r e s p e t a n d o , finalmente, cada los m a t e r i a l e s de esta vida. «Salid de
D i g o m á s : ¿están ellos ciertos s i - luz clara y manifiesta de la evidencia. uno los derechos de sus s e m e j a n t e s , la idea de u n Dios j u s t o , decía en u n o
quiera de lo que con t a n t a a s e v e r a - Añaden que la idea de Dios se debe ¿quién hay que se halle r e a l m e n t e de sus m o m e n t o s lúcidos el impío
ción afirman? ¿Han llegado á persua á la a s t u c i a de los primeros legisla- obligado á n i n g u n a cosa? R o u s s e a u ; yo no veo m á s que injus-
dirse de que en efecto Dios es un puro dores. P e r o ¿cómo es que todos los Sin Dios, la m o r a l del h o m b r e e s ticia, hipocresía y m e n t i r a entre los
ente de razón creado por la i g n o r a n - legisladores dieron en esa m i s m a a s - un n o m b r e v a n o , que no tiene signi- h o m b r e s . E l interés particular, que
cia de los h o m b r e s ? No los creáis, tucia? ¿Cómo es que los pueblos t o - ficación n i n g u n a v e r d a d e r a ; los vicios en la concurrencia le estimula nece-
a u n q u e tal os aseguren. E l l o s , p a r a dos, sin excepción, hallaron tan r a - y las virtudes, meros f a n t a s m a s que s a r i a m e n t e sobre todas las cosas, en-
d a r s e aire de sabios y despreocupa- cional su i n v e n t o , que lo recibieron se deben desterrar del m u n d o para no s e ñ a á cada uno de ellos á cubrir el
d o s , os dirán que no a b r i g a n sobre sin la m e n o r dificultad? ¿Cómo es q u e buscar sino el placer de los s e n t i d o s , vicio con la m á s c a r a de la v i r t u d .
ello la m e n o r d u d a . Pero otra cosa les esta invención se les h a podido m e t e r á la m a n e r a de los b r u t o s . P o r q u e Q u e todos los h o m b r e s labren mi d i -
q u e d a en su interior; lo que t i e n e n , t a n í n t i m a m e n t e en las e n t r a ñ a s , que ¿qué ha de b u s c a r 'un h o m b r e ateo, cha á sus expensas, que todo sea p a r a
sí, es deseo de persuadirse que no no h a y fuerza a l g u n a capaz de a r r a n - que no tiene otro n o i t e ni guía sino mí s o l o , q u e el género h u m a n o m u e -
h a y D i o s , afán de buscar r a z o n e s cársela, pues forma , por decirlo a s í , el egoísmo , que no a m a ni puede ra, si es preciso , en el dolor y en la
parte de la m i s m a n a t u r a l e z a h u m a - amar sino los bienes m a t e r i a l e s de la miseria para e v i t a r m e un m o m e n t o de
i Plutarco, Contra Colot. Epicur. na? P o r q u e el h o m b r e e:-, n a t u r a l m e n - tierra, que n a d a espera ni t e m e des- disgusto ó de h a m b r e . T a l es el l e n -
22 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE Á LA IDEA DE DIOS. 2o

g u a j e interior de todo incrédulo,cuan- existencia de Dios ; porque sin Dios principiando por las ideas p u r a s , ¿de que yo digo, ¿dónde , di , v e m o s esto?
do piensa. Sí: yo lo s o s t e n d r é toda mi no puede en m a n e r a a l g u n a subsistir dónde vienen la universalidad , la in- Ni yo en t i , ni t ú en m í , sino a m b o s
vida; el que dice en su corazón: no el orden m o r a l , y sin orden m o r a l no movilidad y la eternidad de que se en aquella i n c o n m u t a b l e verdad, q u e
hay Dios, y habla de otro m o d o , no es hay sociedad h u m a n a posible, la cual, presentan siempre a d o r n a d a s estas está sobre n u e s t r a s inteligencias.» 1

sino un e m b u s t e r o ó un i n s e n s a t o . » sin e m b i r g o , es n a t u r a l al h o m b r e . ideas á todos los hombres? Desde que Pero v e n g a m o s • á otro género d e
Y Voltaire: «El ateo , escribe , falso, Y si del orden m o r a l p a s a m o s al el m u n d o es m u n d o , digo m á s , desde ideas metafísicas , que con razón p o -
ingrato, calumniador, ladrón, san- físico, v e n d r e m o s á las m i s m a s conse- toda la eternidad , h a sido siempre d e m o s llamar mixtas , porque no p e r -
g u i n a r i o , r a z o n a y obra consecuente- cuencias. P o r q u e ¿cómo podemos con- verdadero , y lo será p e r p e t u a m e n t e , tenecen al orden ideal p u r o , sino q u e
m e n t e , si está seguro de la i m p u n i d a d cebir este magnífico orden del m u n d o , que el ser r e p u g n a al no ser , que el participan algo del físico y c o n c r e t o ,
por p a r t e de los h o m b r e s . P o r q u e , n o que llena de a d m i r a c i ó n á quien lo bien no puede estar en a r m o n í a con que nos s u m i n i s t r a n las cosas c r i a d a s .
c r e y e n d o en D i o s , este m o n s t r u o es contempla, sin u n a inteligencia s a - el mal , ni la virtud con el vicio ; que En todas las s u s t a n c i a s de este m u n -
él m i s m o su Dios : así i n m o l a á su p i e n t í s i m a y poderosísima que lo h a - nada puede existir sin razón suficien- do sensible vemos a l g u n a s p r o p i e d a -
propia persona todo lo que le sirve de ya ideado y producido ? V a n a m e n - te y n i n g ú n efecto sin su causa p r o - des cuya consideración pertenece á l a
obstáculo.» Y en o t r a p a r t e : «Yo n o
1
te recurren los ateos al acaso p a r a porcionada , y así otras mil cosas á Metafísica , á saber : su d e p e n d e n c i a
quisiera, a ñ a d e , tener cuestión con explicarlo , diciendo que h a podido este tenor. ¿ Q u i é n da la inmovilidad de otro en el existir , su m u t a b i l i d a d
u n príncipe ateo que tuviese interés tener su origen en el casual concurso y perennidad á estas verdades univer- en los modos de ser, su c o n d i c i o n a b i -
en h a c e r m e m a c h a c a r en un m o r t e r o , de los á t o m o s . ¿Cómo puede la c a s u a - sales en medio de la variación y m u - lidad en su existencia y en sus o p e r a -
p o r q u e estoy bien seguro que sería lidad, fuerza ciega y destituida de t o d a danzas c o n t i n u a s á que están sujetas c i o n e s . T o d o s los seres de este m u n d o
m a c h a c a d o . No querría, si fuera s o - intención a n t i c i p a d a , producir efec- las cosas t o d a s de este m u n d o s e n s i - visible son producidos por otro; c a d a
b e r a n o , tener cuestiones con ateos tos tan maravillosos, que superan con ble? Cavílese c u a n t o se q u i e r a , la uno de ellos existe , porque ha recibi-
c o r t e s a n o s cuyo interés fuese envene- m u c h o la maravillosidad de c u a n t o s causa de esto no la e n c o n t r a r e m o s do de otro la e x i s t e n c i a . E s t o lo co-
n a r m e ; p o r q u e m e sería preciso e s t a r puede producir el h o m b r e con toda su sino en que existe u n a R a z ó n univer- nocemos por la m i s m a experiencia^
h a c i e n d o t o d o s los días uso del con- inteligencia? Aún m á s ; para sólo e n - sal , i n m u t a b l e y eterna , fuente pe- no hay ser en la tierra que no t e n g a
t r a v e n e n o . E s , pues , a b s o l u t a m e n t e t e n d e r p l e n a m e n t e el a d m i r a b l e a r t i - renne de toda verdad , asiento i n m o - recibida la existencia de otro ser ; y
necesario p a r a los príncipes y p a r a ficio que reina en el m á s m í n i m o de ble de todos los i d e a l e s , según los esto acaece t a m b i é n á la tierra m i s -
los pueblos que la idea de un Ser su- los seres n a t u r a l e s , en un mosquito, cuales h a n sido m o d e l a d a s t o d a s las m a , razón por la cual se fatigan t a n -
p r e m o , criador y g o b e r n a d o r , r e m u - por ejemplo , se necesita u n a i n t e l i - cosas c r i a d a s , i n m e n s o foco de donde to los geólogos en indagar su m a n e r a
n e r a d o r y v e n g a d o r , esté p r o f u n d a - gencia p e n e t r a n t e , a y u d a d a de un e s - parten los rayos que vienen á ilumi- de formación. L o que decimos de la
m e n t e g r a b a d a en los á n i m o s . » 2
tudio profundísimo ; y p a r a producir nar n u e s t r a s débiles inteligencias. L a tierra , lo p o d e m o s afirmar de todos
Sin esta idea, en efecto, la sociedad el m u n d o entero con toda su m u l t i t u d verdad absoluta está m u y por e n c i m a los d e m á s cuerpos celestes y de los
n o es sino un rebaño de fieras que se i n n u m e r a b l e de m a r a v i l l a s e s t u p e n - de n u e s t r a flaca razón ; á ella deben seres q u e en ellos h a b i t a n . ¿Quién h a
d i s p u t a n h a m b r i e n t a s la m i s m a p r e - das , ¿no será necesaria inteligencia rendirse y ajustarse t o d a s las i n t e l i - d a d o á estos seres la existencia? ¿Al-
sa. , que no buscan sino su propio alguna? E n verdad que para proferir gencias finitas como á un ser superior g ú n ser c u y a existencia dependa á su
bien , que no se r e c a t a n , finalmente, t a m a ñ o a b s u r d o se necesita e s t a r m u y suyo que las a v a s a l l a y las hace feli- vez de otro? E n tal caso, con r e s p e c t o
d e hacer el m a l y de d a ñ a r á sus se- obstinado en el error y e m p e ñ a r s e en ces con la presencia de su soberana á este ser h a r í a m o s la m i s m a p r e -
m e j a n t e s , sino c o n t e n i d a s por la fuer querer palpar espesísimas tinieblas en lumbre. L a verdad , por t a n t o , no g u n t a ; y así no p a r a r e m o s h a s t a que
za brutal del m á s poderoso y valiente. plena luz del medio día. ¿Y quién h a puede ser hija de inteligencia a l g u n a d e m o s con un ser q u e no h a y a recibi-
Digo m á s : los individuos de u n a so- dado al h o m b r e la inteligencia y la limitada y v a r i a b l e , sino que debe do su existencia de n a d i e , que exista
ciedad a t e a deben ser a ú n peores que libertad , si todo c u a n t o hay en el tener su asiento en u n a inteligencia en virtud de su esencia p r o p i a , q u e
fieras ; p o r q u e , poniendo su r a z ó n al m u n d o es obra del ciego acaso? infinita, inmoble y p e r p e t u a , que sea , por consiguiente , el Ser S u p r e -
servicio de las pasiones , h a r á n con abrace dentro de la i n c o n m e n s u r a b i m o , la c a u s a de todas las causas , l a
P e r o no d i s c u t a m o s m á s esta m a -
ella m u c h o s m á s estragos en la repú- lidad de su esencia una é i l i m i t a d a , de c a u s a primera , el Ser a b s o l u t í s i m o ,
teria , que ha de ser después t r a t a d a
blica que el que pueden hacer las fie- una m a n e r a p u r í s i m a y perfectísima, actualísimo y perfectísimo , d e quien
m á s l a r g a m e n t e , c u a n d o h a b l e m o s del
r a s g u i a d a s por sus n a t u r a l e s i n s - la variada multiplicidad de las esen- todo ser finito recibe su perfección
m u n d o . V e n g a m o s al orden metafísi-
tintos. cias finitas. E s t a inteligencia es la p a r t i c u l a r , y á quien nadie puede d a r
co, el cual t a m b i é n , lo m i s m o que el
divina; á ella se refería con razón el perfección a l g u n a , p o r q u e E l es la
Vese, pues, con toda evidencia que físico y el moral , nos dice á g r a n d e s
gran filósofo de H i p o n a , c u a n d o decía: fuente de t o d a perfección, en u n a p a -
e s a b s o l u t a m e n t e necesario a d m i t i r la voces que es preciso a d m i t i r la e x i s -
«Si a m b o s vemos que es verdad lo que
tencia de Dios , y que el a t e í s m o es
• Voltaire, Homilie sur VAlhéisme. tú dices, y a s i m i s m o que es verdad lo
2 Voltaire, Diciion. pililos., art. Athéisme. u n a b s u r d o evidente á t o d a s luces. Y 1
San Agustín. Confesión, lib. XII, cap. X X V ,
24 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA TOCANTE Á L A IDEA D H DIOS. 25

l a b r a , la Divinidad. Y henos aquí con- del divino H a c e d o r . Ábranse los l i - además en la producción de s u s cria- que en boca del filósofo r o m a n o opo- 1

ducidos por este nuevo c a m i n o al co- bros de los p a n t e í s t a s , e x a m í n e n s e las t u r a s , porque E l se b a s t a á sí propio nía Veleyo á P l a t ó n , burlándose de
nocimiento de la existencia de Dios; >bras de E s p i n o s a , de Schelling , de y no tiene necesidad de n i n g u n a cosa su d o c t r i n a relativa á la n a t u r a l e z a
las propiedades metafísicas de los se r l e g e l , y de c u a n t o s h a n opinado distinta de El m i s m o p a r a ser feliz y de D i o s , doctrina por la cual h a b í a
res criados nos llevan infaliblemente como ellos, y se verá clara Tiente que dichoso. Mas los p a n t e í s t a s lo e n c e n a - convertido P l a t ó n á Dios en a l m a del
á Dios, lo m i s m o que las d e m á s cosas su Dios no tiene de tal sino el n o m - gan con todas las i n m u n d i c i a s de los m u n d o , y había hecho de la m e n t e d i -
finitas que h e m o s considerado en los bre , y que en todo lo d e m á s se dife- vicios, haciendo que todos ellos q u e - vina y de la m a t e r i a un solo y único
a r g u m e n t o s precedentes; y así es p u - rencia r a d i c a l m e n t e del Dios real y den divinizados , por ser la m i s m a ser ( K o a u . 0 7 ) , lo q u e nosotros l l a m a -
rísima verdad q u e todo c u a n t o nos verdadero. N o n o s d e t e n d r e m o s ahora sustancia divina la que produce y mos mundo. C o m o Veleyo ridiculiza-
rodea en este m u n d o n o s a n u n c i a á en refutar l a r g a m e n t e el p a n t e í s m o , quiere t a n t o los actos deshonestos ba la tal doctrina diciendo q u e , s e -
g r a n d e s voces la existencia del divino porque esta m a t e r i a la dejamos para como los honestos ; y por lo que toca g ú n ella, Dios sería redondo, y que
Hacedor. ¿Qué tiene que oponer el c u a n d o t r a t e m o s de la n a t u r a l e z a del á la libertad, la borran de Dios com- mientras tenía unos m i e m b r o s a r -
ateo á este invencible r a z o n a m i e n t o ? m u n d o . P e r o b a s t a n a l g u n a s sencillas pletamente, convirtiéndolo en u n a es- diendo, los otros e s t a r í a n helados de
¿Recurrirá á la serie infinita de seres reflexiones p a r a hacer ver con toda pecie de m á q u i n a , que obra siempre frío, así t a m b i é n del k r a u s i s m o n o s es
producidos por otro? E s t a m i s m a se claridad que los p a n t e í s t a s , lejos de arrebatado de un irresistible i m p u l s o , lícito á nosotros afirmar que p i n e un
rie n o es concebible sin un ser no p r o - presentarnos u n a idea de Dios , tal sin poder dejar d e h a c e r e n c a d a mo- Dios m a q u i n a d o r de conspiraciones
ducido por nadie , del cual h a y a reci- cual es en sí, lo desfiguran, por el con- mento c u a n t o e n aquel m i s n o m o - con los revolucionarios, y c a s t i g a d o r
bido la existencia; porque la serie en- trario, horriblemente, no dejando de mento ejecuta. E l Dios real y v e r d a - furioso de las m i s m a s con los g o b e r -
tera es un ser condicional, dependien- El sino el solo n o m b r e . E n efecto : el dero, finalmente, es f u n d a m e n t o de la nantes, fornicador con los d e s h o n e s -
te de otro en el existir, é i n c a p a z , por Dios real y verdadero es un ser e n t e - moralidad y del derecho , fuente p r i - tos, al m i s m o tiempo que a m a ardien-
lo t a n t o , de darse á sí m i s m o la exis- r a m e n t e simple , infinito en su p e r - maria de toda obligación , r e m u n e r a - cemente la castidad con los limpios y
tencia. Pero ¿ para qué d e t e n e r n o s fección , i n c a p a z de recibir ni de per- dor de los b u e n o s y castigador de los puros; y, finalmente, obrador de t o -
t a n t o en u n a cosa t a n manifiesta? No ier perfección a l g u n a , a b s o l u t a m e n t e malos , p o r q u e t o d a s estas cosas d e - las c u a n t a s contradicciones podemos
f o m e n t e m o s con n u e s t r o s a r g u m e n t o s i n m u t a b l e , t a n t o en el modo de ser ben afirmarse de aquel s u m o Ser que i m a g i n a r en el vasto c a m p o de los s e -
la necia vanidad del a t e o , que se cree como e n el ser m i s m o ; pues t o d o s es- es principio y fin d e todos los s e r e s . res quiméricos y a b s u r d o s .
algo porque ve que se le refuta , y n o tos a t r i b u t o s corresponden al primer Mas con el Dios de los p a n t e í s t a s toda C i e r t a m e n t e , aquello de no a d m i t i r
p a r a con esto m i e n t e s en la futilidad Ser, al Ser por excelencia, al que todo moralidad desaparece, no hay dere- en el orden de la realidad otra cosa
de los suyos propios ' . P a s e m o s á de- lo tiene e n virtud de su esencia pro- chos, ni deberes, ni leyes, ni c a s t i g o s real y positiva sino la divina esencia,
cir dos p a l a b r a s sobre s u s c o m p a ñ e - pia , al que todo el género h u m a n o de ningún género ; porque todo a b s o - aquello de hacer á la esencia absoluta
ros los p a n t e í s t a s . define diciendo que es lo mejor y más l u t a m e n t e , sin excepción a l g u n a , que- l e Dios esencia de t o d a s las esencias,
E->tos a d . n i t e n la existencia de un perfecto que podemos decir y pensar. Los da sujeto al horrible y desolador fata- fundamento de todo lo real, y sujeto
Ser a b s o l u t a m e n t e necesario, q u e ape- p a n t e í s t a s , por el contrario , hacen á lismo, q u e hace imposible la libertad donde todo lo finito d e s c a n s a á m a -
llidan con los n o m b r e s de Absoluto, Dios v e r d a d e r a m e n t e c o m p u e s t o de en todas partes. Véase, pues, si t e n e - nera de modificación y modo di ser
Incondicional, Dios, e t c . , p r e t e n d i e n d o diversas partes ; ponen en E l t o d a la mos razón p a r a afirmar q u e los pan- suyo, y para poner un ejemplo, como
así separarse de los a t e o s . Pero ¿lo- m u l t i t u d de límites é imperfecciones teístas no logran s e p a r a r s e con s u s descansa en mi inteligencia el p e n s a -
gran , acaso , conseguir esta separa- que vemos e n l a s s u s t a n c i a s finitas; sistemas de los ateos, porque e n r e a - miento de ella e m a n a d o , es p a n t e í s -
ción? N ó : su i n t e n t o es a b s o l u t a m e n - le convierten en un ser p i r a m e n t e po- lidad el p a n t e í s m o no es sino un ver- mo t a n puro y neto como puede serlo
te vano, porque en realidad el panteís- tencial , que necesita ir siempre des- dadero a t e í s m o disfrazado. el de H -gel y E s p i n o s a .
m o no es sino un ateísmo disfrazado. arrollándose y perfeccionándose á ma- ¿Y q u é decir d e los panenteístas? E n vano los k r a u s i s t a s , p a r a li-
L o s p a n t e í s t a s hablan de Dios ; pero nera de pobre y miserable c r i a t u r a ; lo Los k r a u s i s t a s con su p a n e n t e í s m o brarse de esta i n f a m a n t e n o t a de p a n -
el dios por ellos proclamado n o es en sujetan , finalmente , á u n a serie de piensan, ó á lo m e n o s afirman, que teísmo, h a n dicho q u e ellos no son
realidad sino la colectividad de los continuas t r a n s f o r m a c i o n e s , c o m o si están libres de todo c u a n t o a c a b a m o s panteístas, uno panenteístas, poniendo
seres finitos , existente por sí m i s m a fuera la variación m i s m a . E l Dios de escribir c o n t r a los p a n t e í s t a s . todo lo finito en Dios, pero no con-
y en virtud de su propia e s e n c i a ; y real y verdadero es s a n t o por esencia Pero s e m e j a n t e afirmación es p u i a - fundiéndolo con E l . E n vano t a m b i é n
esa colectividad es la única q u e a d m i - y aborrece t o d a inmoralidad , todo mente v a n a , porque el s i s t e m a de S a n z del R í o en E s p a ñ a , y T h i b e r -
te el ateo c u a n d o niega la existencia vicio ; porque n a d a hay m á s d i g n o y K r a u s e es t a n p a n t e í s t a c o m o e l d e E s - ghien en Bélgica, al hacerse p r o p a g a -
que m á s p r o p i a m e n t e c o n v e n g a á la dores de este s i s t e m a , h a n querido
pinosa ó el de cualquier otro p a r t i d a -
Do esla materia hablaremos después más lar- Divinidad que el a m o r á la virtud y el
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rio del t r a s c e n d e n t a l i s m o g e r m á n i c o .
gamente, cuando tratemos sobre el origen del odio y detestación del vicio; es libre
mundo. A K r a u s e le podemos oponer lo m i s m o 1
liib. I, De natura fícormn.
26 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA T O C A N T E Á L A I D E A D E DIOS. 27

purgarlo de esta i n m u n d a m a n c h a , h a g a de él y de sus cualidades n a t u - sión ilimitados, son verdaderos a t r i - porque está en sí m i s m a y no tiene un
diciendo, en el capítulo q u e a m b o s rales el uso q u e mejor le p a r e c i e r e . butos suyos, y en c o n s e c u e n c i a atri sujeto que le sirva de f u n d a m e n t o . A
ponen sobre la relación del m u n d o E n este sentido, a l t a m e n t e filosófico butos t a m b i é n secundarios de la s u s - los dos atributos espíritu y extensión
con Dios, que el m u n d o no es Dios ni y verdadero , t a m b i é n el Catolicismo tancia divina. F i n a l m e n t e , concluía, los l l a m a r í a s u s t a n c i a s de segundo
p a r t e i n t e g r a n t e de su divino ser, e n s e ñ a que el m u n d o e s t á en Dios, sir- cada u n o de los p a r t i c u l a r e s espíritus orden; porque, m i e n t r a s están debajo
p o r q u e Dios está sobre todo lo finito, viéndose de a q u e l l a s p a l a b r a s de San y cuerpos es sujeto de los infinitos es- d é l o s espíritus y cuerpos p a r t i c u l a -
c o m o el espacio sobre c u a n t a s figuras P a b l o : In ipso enim vivimus, et move- tados que pueden tener, y tienen en res, que son modos de ser s u y o s ,
l i m i t a d a s se quieran en él t r a z a r . E n mur, et sumus . Omnia per ipswn et in
f
efecto, con el progresivo desarrollo de ellos á su vez existen en la s u s t a n c i a
v a n o , en fin, para d i s t i n g u i r s e de E s - ipso creata sunt, et ipse est ante omnes, et su peculiar actividad; siendo por lo divina, c o n s t i t u y e n d o su propio modo
p i n o s a , ha dicho el a u t o r de la Metafí- omnia in ipso constant . Mas no es ésta
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mismo los tales e s t a d o s , a t r i b u t o s de ser. A los espíritus finitos y á los
sica ideal, S a n z del R í o , que el filóso- la relación q u e los k r a u s i s t a s i n t e n - propios de estos espíritus y cuerpos cuerpos d e t e r m i n a d o s les daría el ca-
fo holandés no a d m i t í a sino u n a sola tan e x p r e s a r por m e d i o de la referida particulares, y a t r i b u t o s t a m b i é n ter- lificativo de s u s t a n c i a s de teresr orden,
sustancia, m i e n t r a s q u e K r a u s e esta- partícula, sino o t r a m u y diferente; la ciarios de la s u s t a n c i a d i v i n a . porque s u s t e n t a n á sus propias m o d a -
blece i n n u m e r a b l e s , a t r i b u y e n d o este cual hace al m u n d o de la m i s m a n a - Come» se ve, E s p i n o s a no niega lidades, al paso que son ellos m i s m o s
carácter á todos y á cada u n o de los turaleza de D i o s , convirtiéndole en que h a y a p l u r a l i d a d de s u s t a n c i a s , s u s t e n t a d r s por las s u s t a n c i a s de s e -
seres finitos. S e m e j a n t e s e s c a p a t o r i a s propiedad s u y a , al m o d o q u e mi p e n - porque sólo la s u s t a n c i a divina sea g u n d o orden. A las m o d a l i d a d e s de
son de n i n g ú n valor a n t e los ojos de s a m i e n t o es propiedad de mi i n t e l i - sujeto y f u n d a m e n t o de las propieda- los espíritus finitos y de los c u e r p o s
la s a n a Filosofía, y no parecen tener gencia, de d o n d e e m a n a y en donde des que de ella e m a n a n y que en ell-i particulares no les podría dar el epí-
otro objeto que d e s l u m h r a r á los poco existe como en su propio sujeto y existen, pues concede esta m i s m a fa- teto de sustancias; porque ellas no
a d v e r t i d o s , p a r a hacerles caer en el como u n o de s u s p a r t i c u l a r e s modos cultad de ser sujeto de sus propias s u s t e n t a n á o t r a s m o d a l i d a d e s , sino
lazo del error con m a y o r facilidad. de s e r . E n e s t a relación p r e c i s a m e n t e emanaciones, no sólo á s u s dos a t r i - son p u r a m e n t e s u s t e n t a d a s , así c o m o
N i n g ú n p a n t e í s t a h a dicho j a m á s consiste el p a n t e í s m o . P o r ella el butos primarios, el espíritu y la e x - la s u s t a n c i a divina es p a r a m e n t e s u s -
con palabras t a n c r u d a s y d e s e m b o - m u n d o no es Dios, c o m o ni mi p e n - tensión, sino t a m b i é n á las dos clases tentante.
z a d a s que Dios es el m u n d o , y n a d a s a m i e n t o t a m p o c o es mi ser, pero es de a t r i b u t o s s e c u n d a r i o s , ó sea á los ¿En qué, pues, se diferencia el s i s -
m á s q u e el m u n d o ; a n t e s al c o n t r a - un m o d o de ser de Dios, c o m o mi diferentes cuerpos y e s p í r i t u s particu- t e m a de Krause del de E s p i n o s a ,
rio, h a n p r o c u r a d o todos ellos e n v o l - p e n s a m i e n t o es u n m o d o de ser m í o , lares que pueblan el universo. L a c u a n d o aquél, l l a m a n d o fundamento y
ver su p o n z o ñ a en teorías m á s ó m e - identificado c o n m i g o m i s m o . verdadera c a u s a de n e g a r esta plura- causa, y t a m b i é n eseicia, á lo que éste
n o s fascinadoras, que le sirviesen de E s t o y no o t r a cosa es lo que in- lidad la t o m a de que sólo la sustancia llama sustancia, dice que no hay m á s
a t r a c t i v o y la hiciesen t r a g a r á s u s t e n t a b a m a n i f e s t a r E s p i n o s a c u a n d o divina es sujeto de propiedades ó a t r i - que u n a sola esencia a b s o l u t a , de la
lectores sin s e n t i r l a . n e g a b a la pluralidad de s u s t a n c i a s y butos, sin ser ella á su vez a t r i b u t o ó cual son modificaciones y d e t e r m i n a -
C u a n d o los k r a u s i s t a s afirman que sostenía q u e no h a y sino u n a sola con propiedad de otra cosa m á s alta, en la ciones todas las esencias r e l a t i v a s ,
el m u n d o e s t á en Dios y que, por diferentes a t r i b u t o s . E l , en efecto, cual radique y se halle fundada como como el modo lo es de la s u s t a n c i a á
c o n s i g u i e n t e , ellos no son p a n t e í s t a s , decía, q u e D i o s es u n S e r cuyos dos en su propio sujeto, que es precisa- que está unido, y con la cual forma un
sino p a n e n t e í s t a s , dirían u n a verdad únicos a t r i b u t o s primarios son el espí- mente la propia noción de s u s t a n c i a . solo y único ser? ¿Por v e n t u r a no d i -
si con aquella p a r t í c u l a en quisieran ritu y la extensión, a m b o s infinitos en A d m i t i d o esto, j u n t a m e n t e con la ría E s p i n o s a , c o m o K r a u s e , q u e el
significar la relación de dependencia su propia línea, y por c o n s i g u i e n t e doctrina por él establecida de ser el e s - espíritu no es Dios, sino que está en
r e a l y verdadera q u e tiene el m u n d o infinitos de segundo orden, p u e s t o que píritu y la extensión modos de ser de la Dios como la propiedad ó a t r i b u t o en
de D i o s , no m e n o s en c u a n t o á su infinito s i m p l e m e n t e d i c h o , y por sustancia divina, y los espíritus y cuer su s u s t a n c i a , como lo fundado en el
conservación y al ejercicio de su acti- todas p a r t e s t a l , n o existe ni puede pos finitos modos de ser del E s p í r i t u in- f u n d a m e n t o , y que c u a n t o se dice del
vidad propia, que en c u a n t o al prin- existir otro que la s u s t a n c i a divina, la finito y de la extensión ilimitada, así espíritu ha de entenderse de la e x t e n -
cipio de su ser; relación, digo, de cual los a b r a z a á e n t r a m b o s . E s t o s como las acciones p a r t i c u l a r e s de los sión ó n a t u r a l e z a y de la síntesis de
siervo á señor, del artefacto al artífi a t r i b u t o s , a ñ a d í a , por r a z ó n de su infi- cuerpos y.espíritus finitos se c o n s i d e - e n t r a m b o s , ó sea de la h u m a n i d a d ?
ce, y q u e , para v a l e r m e de un ejemplo nidad peculiar, son, c a d a u n o en su ran como modos de ser de estos m i s m o s ¿No diría, lo m i s m o que Krause, que
m a n u a l , se a s e m e j a á la q u e tiene el propia línea, el sujeto de todos los par- cuerpos y espíritus, no t e n d r í a dificul- mi yo no es D i o s , sino u n a propiedad
b a s t ó n con respecto al d u e ñ o q u e lo ticulares espíritus y p a r t i c u l a r e s cuer- tad E s p i n o s a en a d m i t i r pluralidad de de la h u m a n i d a d , v por c o n s i g u i e n t e
h i z o , siendo en verdad u n a propiedad pos que existen; los cuales á su vez, s u s t a n c i a s , con tal que se l l a m a s e n de t a m b i é n de Dios; pudiendo, por lo
s u y a , teniendo en sí la forma q u e de por existir en el espíritu y en la e x t e n - segundo y de tercer orden. Así, á la t a n t o , concluir con toda verdad q u e
él h a recibido, y h a l l á n d o s e en s u s sustancia divina la l l a m a r í a sustancia una acción m í a , por ejemplo, es l a
1 . l e í . , cap. X V I I , vers. 28.
m a n o s y á su disposición p a r a que de primer orden y p r o p i a m e n t e d i c h a , ú l t i m a modalidad de Dios, el último
2 Cotos., cap. I , vers. 16-17.
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TOCANTE Á L A IDEA D E DIOS.
28 HL C A T O L I C I S M O Y LA CIENCIA

mundicias del vicio. ¿ E s éste el Dios siempre que se les antoja, á los ino-
estado con que l a E s e n c i a a b s o l u t a pontaneidad en c a d a m o m e n t o lo que
real y verdadero, el Dios que r e c o n o - centes. E l Dios real y verdadero ha
se d e t e r m i n a en el s e n t i d o de u n a en aquel d e t e r m i n a d o m o m e n t o le
ce y aprueba la r a z ó n , el Dios que de ser, no sólo criador, sino t a m b i é n
es ú n i c a m e n t e realizable , como que
p a r t i c u l a r d e t e r m i n a c i ó n suya, l l a m a -
confiesa y a l a b a , llevado del impulso conservador y gobernador de t o d a s
d a m i yo, mi propia personalidad? aquello se halla ú n i c a m e n t e c o n t e n i -
de la m i s m a n a t u r a l e z a , el g é n e r o h u - las cosas, conduciéndolas á s u s fines
P o r eso Krause y s u s díscipulos, lo do en el estado próximo anterior. Por
mano? B a s t a hacer la p r e g u n t a para y d a n d o á los h o m b r e s , al fin de su
propio q u e E s p i n o s a , rechazan con e s o . . . pero ¿para qué fatigarnos en de
ver en ella la r e s p u e s t a : el Dios real vida, su merecido. Aquí, en este lu-
t o d a s s u s fuerzas la idea católica de m o s t r a r u n a cosa que se e s t á m a n i -
v verdadero dista t a n t o del de los gar de prueba y de m e r e c i m i e n t o , p o -
la creación, ó bien de producción ex festando por sí m i s m a , c u a n d o el
deístas como la luz de las tinieblas. drá permitir que cada uno use como
nihilo sui et subjecti, y establecen como k r a u s i s m o n o s dice que u n a sola y
Los deístas podrán idearse, si así les guste de su libre albedrío, y que los
único género de causalidad posible la u n a m i s m a es la esencia de Dios y de
place, un Dios á su g u s t o , que les deje malos, en fuerza de este m i s m o u s o ,
e m a n a c i ó n panteística, que deja á la todas las d e m á s cosas? S u s t a n c i a y
obrar en este m u n d o como se les a n - persigan y ejerciten por algún t i e m p o
cosa e m a n a d a formando un solo y úni- esencia no son dos cosas realmente
toje, sin t e m o r de e x p e r i m e n t a r , ni en á los buenos, lo cual al fin no será
co ser con el principio e m a n a n t e ; y d i s t i n t a s , sino u n a sola, m i r a d a por
esta vida ni en la otra, los rigores de para éstos sino ocasión de mayor c o -
proclaman c o m o a x i o m a de filosofía n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o de dos* diferen-
su justicia. P e r o el Dios real y verda- rona. Pero pensar que á unos y á
el t a n a m a d o principio de los ateos y tes lados. Si p u e s u n a m i s m a es la
dero, el que reconoce la s a n a razón y otros ha de dejar para siempre sin
p a n t e í s t a s : Ex nihilo nihil fit, et ad esencia de Dios y de todas las demás
proclama á u n a voz el género h u m a - ejercer con ellos su soberana j u s t i c i a ,
nihilum nihil potest reverli. P o r eso dice cosas, u n a m i s m a será t a m b i é n la
no, no se c o n t e n t a r á con dar el ser á es v e r d a d e r a m e n t e u n a locura.
S a n z del R í o , en su Metafísica ideal, s u s t a n c i a .
sus c r i a t u r a s y conservárselo , sino C o n c l u y a m o s , pues, diciendo que
que si fuera cierto pertenecer á la Y así, en efecto, el Concilio Vatica-
que cuidará a d e m á s , como próvido la idea verdadera de la Divinidad no
esencia de n u e s t r a a l m a el estado de no con el m i s m o rayo hiere a l espino-
Padre, de g o b e r n a r l a s y conducirlas se e n c u e n t r a en la ciencia m o d e r n a ,
c o n t i n u a sucesión de s u s actos, llama- sismo y al k r a u s i s m o , escribiendo en
sabiamente, s e g ú n la condición y n a - sino en el Catolicismo; y que si entre
do vida, podríamos concluir a priori el c a n o n 3 , De Deo rerum omnium
turaleza de cada u n a , á s u s propios éste y aquélla hay verdadera oposición
q u e la vida de n u e s t r a a l m a existe creatore: «Si a l g u n o dijere que una
fines. Lejos de m o s t r a r s e indiferente en orden á la n a t u r a l e z a divina, esto,
s i e m p r e desde la eternidad y existirá sola y m i s m a es la s u s t a n c i a ó esen-
al bien y al m a l , á la virtud y al vicio, lejos de humillar, ensalza y e n g r a n d e -
p e r p e t u a m e n t e , porque las esencias cia de Dios y de t o d a s las cosas, sea
prohibirá s e v e r a m e n t e todo pecado y ce á la Religión de Jesucristo; porque
son u n a e m a n a c i ó n de D i o s , t a n eter- a n a t e m a t i z a d o . »
encargará la g u a r d a de s u s m a n d a - la ciencia m o d e r n a no ha proferido so-
n a y necesaria como el m i s m o D i o s . Mas v e n g a m o s y a , por fin, á los mientos, c a s t i g a n d o con graves penas bre la n a t u r a l e z a de Dios sino solem-
P o r eso afirma t a m b i é n T h i b e r g h i e n , deístas. E s t o s señores se forjan allá
á los infractores de su s a n t í s i m a ley n í s i m o s d i s p a r a t e s .
otro discípulo de Krause, que el m u n - en su fantasía un Dios m u y particular,
y r e m u n e r a n d o con premios dignos Aquí h a b í a m o s acabado en la e d i -
do es t a n eterno y t a n necesario como que n a d a tiene de tal sino el haber
de su l a r g u e z a á los que con diligen- ción anterior n u e s t r a s reflexiones filo-
el m i s m o Dios, y que t a n t a imposibi- dado la existencia á s u s c r i a t u r a s ; un
cia le sirven. ¿ D ó n d e estarían la s a n - sóficas sobre la n a t u r a l e z a de D i o s ;
lidad se e n c u e n t r a en que viva Dios Dios á lo m o d e r n o , que reina y no g o -
tidad de D i o s , su j u s t i c i a , su sabidu pero a h o r a , p a r a c o m p l e m e n t o de lo
sin el m u n d o , como en que exista el bierna; que, a c a b a d a su obra criadora,
ría, su p r u d e n c i a , si no obrase de esta expuesto, v a m o s á a ñ a d i r dos p a l a b r a s
m u n d o sin Dios; porque el m u n d o n o hace sino p a s e a r s e y divertirse allá
suerte? ¿ H e m o s de hacer á Dios m e - acerca del d u a l i s m o pérsico, doctrina
pertenece á la esencia de D i o s , y es en las a l t u r a s , sin tener n a d a que ver
nos honesto y p r u d e n t e en el gobier- e n s e ñ a d a por Z o r o a s t r o á los E r a m o s
de todo p u n t o imposible que un ser con s u s s u b d i t o s , como suelen hacer
no del m u n d o q u e lo es un padre de allá en los r e m o t o s t i e m p o s del p a g a -
exista sin la esencia que le c o n s t i t u - acá en la tierra los Reyes constitucio-
mediana virtud y prudencia en el g o - n i s m o , t r a í d a después á Occidente
ye. P o r eso a s e g u r a S a n z del R í o que n a l e s ; un Dios que h a dado la exis-
bierno de su familia? ¿ H e m o s de n e - por los G n ó s t i c o s en los primeros
todo ser, incluso el h o m b r e y aun el tencia al m u n d o y luego le h a abando-
g a r á Dios la perfección que adverti- siglos del c r i s t i a n i s m o , conservada
m i s m o Dios, realiza indefectiblemen- n a d o á su propia s u e r t e , sin cuidarse
mos en u n a pobre avecilla al verla m á s tarde en la E d a d Media por los
te en cada m o m e n t o aquella porción ya m á s de él, c o m o suelen hacer las
fatigarse por s u s polluelos? U n Dios perversos discípulos de Manes y p r o -
de su esencia que sólo en aquel d e - m a d r e s d e s c a s t a d a s , q u e dejan des-
sin providencia y sin cuidado a l g u n o c l a m a d a a h o r a en s u s a n t r o s por los
t e r m i n a d o m o m e n t o es realizable ó a m p a r a d o s á s u s hijos después de ha-
de r e m u n e r a r la virtud y de castigar a b o m i n a b l e s secuaces del p a l a d i s m o
factible; estableciendo de esta m a n e - berlos sacado de s u s e n t r a ñ a s ; un
el vicio, es u n dios de palo, q u e ni como el non plus ultra de la h u m a n a
r a el fatalismo m á s c o m p l e t o , propio D i o s , finalmente, á quien t a n t o le im-
oye, ni ve, ni sirve p a r a n a d a b u e n o , s a b i d u r í a . « S í : Lucifer es D i o s , y
del s i s t e m a de la e m a n a c i ó n p a n t e í s - p o r t a q u e s u s c r i a t u r a s sean infelices
y sí solamente p a r a dejar t r a n q u i l o s Adonai t a m b i é n lo e s , por desgracia,
tica, y no concediendo á Dios y á la como d i c h o s a s , q u e sigan ardorosas
á los m a l v a d o s , que sólo t r a t a n de escribía Alberto Pike el 14 de Julio
voluntad h u m a n a sino u n a libertad de la belleza de la virtud como q u e co-
regocijarse en esta vida, a t r o p e l l a n d o , de 1889, en el a ñ o j r dé su s u p r e m o
n o m b r e , colocada en realizar con es- rran desaladas t r a s las torpezas é in-
so EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE Á LA IDEA DE DIOS. 31

Pontificado masónico á los 23 S u p r e - a t e s t i g u a n la crueldad, la perfidia, el premo H a c e d o r al crearlos; y en el [tienden á la u n i d a d , y todo lo m ú l t i -


m o s Consejos Confederados del m u n - odio al h o m b r e , la barbarie, la repul- Ser increado es la inclinación á c o - ple y c o n t r a p u e s t o se halla colocado
do entero P o r q u e la ley eterna es sión á la ciencia», que son palabras municarse, haciendo en un modo ú bajo un principio superior que lo a b r a -
que no haya esplendor sin s o m b r a , n¡ del m i s m o P i k e en el d o c u m e n t o p r ó - otro particioneros de su bien á los que za y c o m p r e n d e en sí m i s m o , d á n d o -
h e r m o s u r a sin fealdad, ni blanco sin x i m a m e n t e citado; al paso que atribu- carecen de él. le la u n i d a d de que él carece. El Ser
negro: porque lo absoluto no puede, yen á Lucifer todo bien, y lo p r e s e n - E s un error p e n s a r que puede h a b e r increado es infinitamente perfecto, no
existir sino como dos; porque las t i - tan como la fuente de la benignidad, un ser malo por su intrínseca n a t u r a - teniendo en sí sino perfección p u r a
nieblas son necesarias á la luz para de la fidelidad, de la filantropía, de leza. E l m a l no es, c o m o dicen los sin mezcla a l g u n a de imperfección ó
servirle de r e v e r b e r o , como el p e - la civilización y del a m o r á la ciencia. filósofos con los S a n t o s P a d r e s , s i n o capacidad r e c e p t i v a , que otro a l g u n o
destal es necesario á la e s t a t u a y el C o m o si Dios nuestro Señor, que crió .una cierta privación del bien que á ó él m i s m o se la p u e d a llenar p a s a n -
freno á la locomotora. E n d i n á m i c a al h o m b r e , que le conserva con su alguno le corresponde por n a t u r a l e z a , do de la potencia al a c t o ; y lo infini-
analógica y universal no se t o m a por a m o r o s a providencia, que le redimió resultando de aquí que la n a t u r a l e z a t a m e n t e perfecto no puede ser m á s
p u n t o de apoyo sino lo que opone re- bien á costa suya encarnándose en la á nadie da m a l , sino bien; por donde que u n o . E l Ser increado es lo que es
sistencia. E l universo t a m b i é n está s a n t í s i m a H u m a n i d a d de C r i s t o , e n - se ve que un ser m a l o por su m i s m a en virtud de su m i s m a esencia, y por
balanceado por dos fuerzas que lo señándole por sí m i s m o el c a m i n o ás naturaleza es u n a contradicción m a - lo t a n t o en él su individualidad ó
m a n t i e n e n en equilibrio; la fuerza que la salvación y m u r i e n d o por él igno- nifiesta, porque la naturalezayno priva singularidad es su esencia; y no sien-
a t r a e y la que repele. E s t a s dos fuer- m i n i o s a m e n t e en u n a cruz, hubiera á nadie del bien que ella m i s m a r e - do la esencia del ser increado sino
z a s existen en física, en filosofía y en dejado en algún t i e m p o de d e r r a m a r clama en él como u n a perfección u n a , la individualidad del m i s m o
religión. Y la realidad científica del sobre él s u s i n c o m p a r a b l e s beneficies; suya. ¿Y qué sería un ser increado, tampoco puede ser m á s que u n a . D e
d u a l i s m o divino está d e m o s t r a d a pol- y como si L u c i f e r , enemigo de Dios- malo por su m i s m a naturaleza? ¿A aquí es que todos los h o m b r e s , por
los fenómenos de la polaridad y por y j u s t a m e n t e castigado por él, á causa quién había de privar del bien que instinto de la n a t u r a l e z a , reconocen
la universalidad de las s i m p a t í a s y de de su rebeldía sin igual, á e t e r n o s tor- por n a t u r a l e z a le p e r t e n e c e ? ¿A sí de una m a n e r a m á s ó m e n o s clara la
las a n t i p a t í a s . E s t a es la razón por- m e n t o s , hubiera hecho n u n c a otra mismo? Pero si el ser increado tiene, unidad de Dios ; y aquellos m i s m o s
que los discípulos inteligentes de Zo- cosa que perseguir á los buenos é in- en virtud de su esencia, n e c e s a r i a - pueblos que a d m i t i e r o n multiplicidad
roastro, así como t a m b i é n después de citar á los h o m b r e s á toda s u e r t e (le mente el bien que por n a t u r a l e z a le de dioses, reconocían uno que era su-
ellos los G n ó s t i c o s , los M a n i q u e o s y torpezas y obscenidades, de robos y pertenece; ni lo puede perder ni a d - perior á los d e m á s , el cual, por c o n -
los T e m p l a r i o s han a d m i t i d o como a s e s i n a t o s , de blasfemias y perjurios, quirir, porque este bien no es cosa s i g u i e n t e , sólo podía ser v e r d a d e r o
solo concepto metafísico lógico el sis- en una palabra, á toda suerte de crí- distinta de él m i s m o . ¿A los d e m á s Dios. H a s t a los m i s m o s E r a n i o s , que
t e m a de los dos principios divinos, menes reprobados por la razón a m i g a «seres? Al increado nó; porque, como profesaban la doctrina de los dos
que se c o m b a t e n desde toda la e t e r - de lo r e c t o . Principios, llegaron á reconocer esta
a c a b a m o s de d e c i r , c u a n t o p e r t e n e -
n i d a d , y no puede creérsele al uno ce por n a t u r a l e z a al ser increado , verdad; porque su d u a l i s m o lo p u s i e -
Nó: Lucifer no es un ser increada,-
inferior al otro en poder. Por t a n t o , •lo tiene éste n e c e s a r i a m e n t e . A los ron por fin bajo un P r i n c i p i o s u p e -
como i m a g i n a n los sectarios d e la
la doctrina del s a t a n i s m o es una creados t a m p o c o , porque siendo el rior, en que se hallaba la unidad pri-
alta masonería: Lucifer es u n a c r i a -
herejía: la verdadera y p u r a religión ser increado independiente de todo mordial. «Por u n a p r i m e r a t e n t a t i v a ,
tura y n a d a m á s ; un ángel c a í d o por
filosófica es la creencia en Lucifer, otro ser en producir los seres que escribe M o n s . de H a r l e z persona
su soberbia del alto asiento en que
igual á Adonai, pero Lucifer dios de cría con las perfecciones que le son muy c o m p e t e n t e en ' m a t e r i a de m a z -
lo colocara el Criador al l l a m a r l o á í s
luz y dios del bien, l u c h a n d o por la propias, t a m b i é n lo será en c o n s e r - d e í s m o , se quiso que al politeísmo
existencia, vistiéndolo de la gloria y
h u m a n i d a d c o n t r a Adonai , dios de várselas, y así nadie podrá privarlos de los antiguos E r a n i o s r e e m p l a z a s e
h e r m o s u r a , que él perdió d e s p u é s por
las tinieblas y dios del mal.» de n i n g u n a de ellas sino en c u a n t o el d u a l i s m o ; m i e n t r a s que por la s e -
su m a l a c o n d u c t a . Ni es m a l o por
él se lo p e r m i t a . g u n d a , que fué m á s radical, se p r o -
E s t a es la doctrina de los nuevos n a t u r a l e z a , sino por elección de su
Maniqueos, que en sus instrucciones libre albedrío, del m i s m o m o d o q u e Pero se dice: Siendo los dos P r i n - curó el triunfo del m o n o t e í s m o . »
m á s reservadas r e p r e s e n t a n á Adonai, sucede e n t r e los h o m b r e s . L a n a t u r a - cipios rivales e n t r e sí por n a t u r a l e z a A d e m á s , decir que estos dos p r i m e -
ó sea al Dios de los C r i s t i a n o s , como leza en todos es b u e n a , a u n eti el é iguales en poder, el u n o podrá t r a - ros Principios son rivales por n a t u r a -
el principio del m a l «cuyos a c t o s m i s m o L u c i f e r , que está lleno d e tar de hacer d a ñ o á las obras del otro, leza y q u e , por lo t a n t o , lo q u e hace
maldad, c u a n t o puede estarlo e l ser sin que éste se lo pueda impedir. A b - el uno lo procura deshacer el o t r o , es
1
Véase La R u é en su importante libro La m á s perverso; porque la n a t u r a l e z a surdo manifiesto. E n p r i m e r lugar,
¡eninie el Venfant duns la francmaconnerie uni- en los seres creados no es sino el im- dos primeros Principios no pueden lio el art. Ileligión mazilea ó avéslica, del Dic-
1

verselle, París, 1894, cliap. XI, pág. 0 8 8 , donde, cionario apologético de J. B. Jaugey, traducido
pulso á lo b u e n o , á la consecución d e existir; el p r i m e r Principio es sola-
se encuentra el documento, del cual tomamos estas poco lia á nuestro idioma por la Sociedad Editorial
textuales palabras, traduciéndolas á nuestro idioma. su propio bien, que les ha d a d o el sti- mente uno; porque t o d a s las cosas de San Francisco de Sales.
TOCANTE Á LA IDEA D E DIOS. 38
32 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA

ignorancia n o s a b í a n c ó m o explicar P a r a explicar el origen del m a l n o


poner por principio de gobierno en el t u r a l e z a h a de e n t a b l a r s e entre ellos
de otra m a n e r a el origen del m a l en es necesario recurrir en n i n g u n a m a -
m u n d o la división y la g u e r r a . ¿Qué debe ser p e r p e t u a é i n e x t i n g u i b l e ,
el m u n d o . P e r o á fines del siglo X I X , n e r a á la a b s u r d a d o c t r i n a de los dos
sería de u n a casa, de un navio, de un porque n i n g u n o de ellos p o d r á n u n c a
cuando la razón h u m a n a h a hecho ya Principios. E l m a l , f o r m a l m e n t e h a -
r e i n o , de un ejército, e t c . , en que hu- vencer al o t r o ; y así e s t a g u e r r a no
admirables p r o g r e s o s , c u a n d o en las blando, tiene su origen en la s i m p l e
biera dos a m o s p e r f e c t a m e n t e iguales puede t e n e r por fin la paz sino á sí
ciencias se p r e t e n d e reducirlo todo á defectibilidad de las c r i a t u r a s , que
é i m p u l s a d o s por su m i s m a n a t u r a l e - m i s m a con t o d o s s u s m a l e s y con to-
la u n i d a d , c u a n d o e s t a t e n d e n c i a al c o m o finitas se pueden por a c c i d e n t e
z a á h a c e r s e p e r p e t u a m e n t e la gue- dos s u s d e s ó r d e n e s . ¿Y q u i é n n o ve
unitarismo se lleva h a s t a el exceso a p a r t a r de su fin y carecer, en c o n s e -
rra ? ¿ No h a b r í a p e r e n n e m e n t e en que esto es un a b s u r d o capitalísimo?
de convertirla en m o n i s m o p u r o , no cuencia de esto, del bien que por n a -
ellos un caos h o r r e n d o , una confu- P o r q u e poner por fin de la n a t u r a l e z a
admitiendo sino un solo ser en la rea- turaleza les corresponde. C u a n d o las
sión m o n s t r u o s a , un desorden s u p e - el desorden en sí m i s m o , es afirmar
lidad de las c o s a s , ¿recurrir á s e m e - c r i a t u r a s , por u n a c i r c u n s t a n c i a a c c i -
rior á toda ponderación? P u e s esto es que el desorden en sí m i s m o es un
jante simpleza? E s t a es u n a verdade- d e n t a l cualquiera, son privadas de
lo que habría en el m u n d o si él fuese bien, no p u d i e n d o t e n e r razón de fin
ra locura; y no p u e d e explicarse sino este bien, entonces sufren en sí un
regido por los dos p r i m e r o s P r i n c i - sino el solo bien , siendo así que el
porque Lucifer, deseoso de ser tenido m a l , que en s u s t a n c i a n o es s i n o
pios i n d e p e n d i e n t e s , que por n a t u r a - desorden c o m o tal no envuelve sino
como dios en el m u n d o y de recibir la privación del bien c o n v e n i e n t e .
leza se odian y detestan , y que en razón de m a l . P o r esto h a s t a los mis-
para sí los t r i b u t o s de adoración que ¿Quién produce este mal? O r d i n a r i a -
virtud de este odio inextinguible se mos E r a n i o s , que en su r u d a i g n o -
sólo al verdadero Dios le son debidos, m e n t e u n a c a u s a finita criada por
h a c e n m u t u a m e n t e la g u e r r a con to- rancia a d m i t i e r o n el d u a l i s m o avésti-
se aparece de c u a n d o en c u a n d o á sus Dios y a b a n d o n a d a por él al ejercicio
d a s sus fuerzas. Ahora b i e n ; contra co, reconocieron la superioridad de!
adeptos y les p e r s u a d e que él t a m - de la actividad que le es propia. ¿Tie-
s e m e j a n t e d o c t r i n a p r o t e s t a n los he- Principio del bien sobre el Principio
bién es verdadero d i o s , y que ellos, ne Dios razón p a r a a b a n d o n a r así sus
chos c o n s t a n t e m e n t e observados en del m a l , p u e s t o que e n t r e los d o g m a s
siguiendo s u s e n s e ñ a n z a s , pueden c r i a t u r a s á este ejercicio? L a t i e n e , y
el universo y las reglas de la razón por ellos profesados se c u e n t a el s i -
ser felices en la o t r a vida, g o z a n d o en s u m a m e n t e fundada: por lo que ya se
recta. L o s l e n ó m e n o s cósmicos nos g u i e n t e : que á los t r e s mil a ñ o s , á
su reino de inefables delicias. E s t o ve q u e , sin r e c u r r i r á la existencia de
a t e s t i g u a n por t o d a s p a r t e s la e x i s - partir de la m u e r t e de Z o r o a s t r o , ha-
no es nuevo t n el diablo: a n t e s de la dos Principios opuestos y rivales y
t e n c i a de uri orden a d m i r a b l e , que lo bía de venir al m u n d o un Profeta des-
venida de Jesucristo lo p r a c t i c a b a en con sólo la existencia de un D i o s , s u -
d o m i n a todo y reina h a s t a en las par- cendiente de este filósofo , llamado
todas p a r t e s con toda seguridad, y de premo hacedor y g o b e r n a d o r de t o d a s
tes m á s insignificantes; razón por la S o s h v a n t , el cual e n t a b l a r á un c o m -
esta suerte extendió por el m u n d o el las c o s a s , se explica p e r f e c t a m e n t e .
cual á e s t a universidad de cosas s e n - bate s u p r e m o con los secuaces del
p o l i t e í s m o : después ha seguido y si- ¿Y cuál es esta razón? Hela aquí: L a
sibles dieron los griegos el n o m b r e Principio m a l o , y a y u d a d o de los ge-
gue a ú n en la hora presente obrando permisión de un mal la puede Dios, en
de cosmos, que significa h e r m o s u r a , y nios celestiales arrollará á todos los
de la m i s m a m a n e r a e n t r e los g e n t i - su a l t a providencia ordenar á la c o n -
los latinos el de mundo, que quiere malos genios, los a r r o j a r á del m u n d o
les, adonde no se h a extendido t o d a - secución de un bien superior, el cual
decir limpieza y p u l c r i t u d . L a s reglas y los e n c e r r a r á en el infierno con los
vía el reino de n u e s t r o adorable S a l - no podría tener lugar en el m u n d o sin
de la recta razón nos a s e g u r a n que la m a l v a d o s \ Y esto m i s m o creen t a m -
vador: en la E d a d Media y m á s t a r d e la p e r m i s i ó n s o b r e d i c h a . Si no p e r m i -
n a t u r a l e z a por sí m i s m a no inclina bién los L u c i f e r i a n o s , e n s e ñ a n d o á
se aparecía en los pueblos c r i s t i a - tiera Dios que el lobo, por ejemplo,
al d e s o r d e n , sino al orden m á s c o m - sus a d e p t o s que Lucifer, d e n t r o d e no
nos á aquellos p a r t i c u l a r e s que o c u l - hiciera m a l á la oveja, m a t á n d o l a y
pleto, y que este .orden es lo que ella m u y largos a ñ o s , t r i u n f a r á por fin de
t a m e n t e , allá en los a n t r o s , le invo- c o m i é n d o s e l a , y que la oveja h a g a
b u s c a por t o d a s p a r t e s , y lo procura Adonai p a r a s i e m p r e , a c a b a n d o con
caban, y c o n t r a ellos tiene d a d a s sus mal á la hierba c o r t á n d o l a y t r a g á n -
conseguir aun en m e d i o de aquellas la Iglesia católica , que es su obra
leyes la Iglesia, que en otros tiempos dosela, no podría criar á estos a n i m a -
cosas que por un a c c i d e n t e c u a l q u i e - predilecta, y estableciendo en el m u n -
más felices eran d e b i d a m e n t e aplica- les, p o r q u e ellos no pueden n a t u r a l -
r a se hallan d e s o r d e n a d a s , y que por do su i m p e r i o contrario á ella, q u e no
das á los c u l p a b l e s : a h o r a , finalmen- m e n t e vivir sino con este género d e
e s t a causa l l a m a m o s desórdenes. • t e n d r á n u n c a fin en la duración de los
te, destituida la Iglesia del auxilio acciones; y como u n a cosa s e m e j a n t e
siglos.
F i n a l m e n t e , decir que los dos men- que los G o b i e r n o s deberían prestarle, sucede con todos los d e m á s seres fini-
cionados Principios son por n a t u r a l e - E s , pues, evidente que la doctrina vuelve á recobrar su a n t i g u o d o m i n i o tos que h a y en el m u n d o , pues todos
z a iguales en poder, es establecer en del d u a l i s m o persa r e p u g n a á los en todo el m u n d o , y s u s apariciones ellos no suelen p r o c u r a r s e su propio
el m u n d o la g u e r r a por sí m i s m a , y principios de la s a n a r a z ó n , y no pue- son m á s r u i d o s a s . Pero esto sucederá bien sino á costa de acciones que á
no por la paz que á ella se sigue , lo de ser profesada por n i n g ú n a m a n t e poco t i e m p o , como está ya c l a r a m e n - otros les c a u s a n un m a l , r e s u l t a r í a
cual es un a b s u r d o manifiesto. Si los de la v e r d a d e r a filosofía. L o s Era- te anunciado hace m u c h o s siglos en que D i o s n o podría c r i a r cosa a l g u n a .
t a l e s Principios son por n a t u r a l e z a nios l a | s i g u i e r o n , porque en su crasa nuestros L i b r o s S a n t o s ' . Con lo cual ya se ve que el mal sería
rivales é iguales en poder, la guerra 1
Apoc.,XX,Z. m á s poderoso que el bien, y que éste
i De liarle/, arl. Rrlifiinn aréslka, en el Diccior
que por necesidad de esta m i s m a n a - navio apolnijélico de Mr. J. B. Jaugey, anles citarle»
34 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA TOCANTE Á LA IDEA DE DIOS.

se hallaría siempre bajo el dominio de j mo que á ella le dio la existencia. L a s


aquél; porque Dios, por impedir el | diferentes fuerzas del universo, que
bien m e z q u i n o y transitorio de l o s ! lo mueven y a g i t a n conservándolo
p a r t i c u l a r e s , tendría que r e n u n c i a r al ] p e r p e t u a m e n t e en equilibrio, lejos de
g r a n d i o s o y perpetuo que brilla en i favorecer al d u a l i s m o , proclaman
la a d m i r a b l e a r m o n í a del conjunto, i a l t a m e n t e la doctrina c o n t r a r i a , que
CAPÍTULO IV
D i o s , por consiguiente, tiene razón, i e n s e ñ a ser uno solo el Principio que
p e r f e c t a m e n t e fundada, p a r a p e r m i t i r rige y gobierna todo este admirable
los m a l e s particulares y pasajeros que ¡ conjunto de seres sensibles, en el cual
acaecen en el m u n d o ; porque todos se hallan escritos con indelebles ca- VANAS CAVILACIONES DE DRAPER SOBRE LA DOCTRINA
ellos los puede ordenar á la consecu- racteres los a t r i b u t o s de la unidad en
DEL CAPÍTULO PRECEDENTE.
ción de un bien superior y estable, en la variedad y de la m á s perfecta a r -
;

el cual brillan de u n a m a n e r a a d m i r a - ; monía. E s t o m i s m o indican los fenó-


ble sus excelentes perfecciones, ha- ; menos de la polaridad y todos los de-
ciendo así que el m i s m o m a l sirva al j m á s que alega en su favor el p a t r i a r -
bien y quede vencido por él, como j ca del p a l a d i s m o ; y sería u n a verda-
d i c t a n las leyes de la verdadera sabi-1 dera fatuidad el pretender sacar de '¡Tifo que dejamos expuesto en el ca- m a n a . Define las bases filosóficas del
d u r í a . Y en la permisión del mal e n - j ellos la consecuencia de los dos Prin- 'vj^l pítulo anterior d e m u e s t r a h a s t a Catolicismo, pero vela los rasgos d e s -
t r a t a m b i é n la del m a l moral, que es cipios. la última evidencia la absoluta impo- agradables á la razón de la fe popu-
el pecado; p o r q u e el pecador, cuando A los francmasones no g u s t a el sibilidad d e q u e exista conflicto a l g u - lar. Habla de los atributos de Dios, el
peca, no se s u b s t r a e t o t a l m e n t e á la Dios o m n i p o t e n t e y vengador que no entre la Religión verdadera, cual es criador de todas las cos.is, en términos
divina providencia, sino lo que hace j a d o r a m o s los cristianos, porque q u i e - el C a t o l i c i s m o , y la verdadera ciencia, que corresponden á una concepción subli-
es s u b s t r a e r s e de un orden para en ¡ ren un dios que en este m u n d o los deje en orden á la n a t u r a l e z a divina; me; pero se abstiene de h a b l a r del Dios
trar en otro, y así servir con el m i s m o ¡ vivir á sus a n c h u r a s . ¡Infelices! T i e m - puesto que la idea de Dios dada por la E t e r n o , nacido de u n a mujer y de la
a b u s o d e s u libertad á la m a n i f e s t a - j po llegará, y no puede estar m u y leja- fe, es la m á s a l t a y s u b l i m e idea que esposa del carpintero, convertida en
ción de las divinas perfecciones y pu- i no p a r a n i n g u n o de ellos, porque todos puede adquirir la razón con todo el Reina de los cielos. El Dios que ella
blicar la s o b e r a n a j u s t i c i a del Criador | han de dejar m u y p r o n t o esta presen- trabajo de su n a t u r a l discurso. Cono- pinta no es el Dios de la Edad Media,
sufriendo el castigo debido á s u s crí- j te vida, en que ese fingido dios que ció esto m u y bien D r a p e r e n el ú l t i - sentado en su trono de oro rodeado de
menes. i a h o r a t a n t o los halaga, les m o s t r a r á mo capítulo de su obra al ponerse coros de ángeles, sino el Dios de la filo-
B a s t e esto para n u e s t r o propósito, | en los infernales a b i s m o s su a t o r m e n - ante los ojos la idea m a j e s t u o s a de sofía. L a constitución n a d a dice de
q u e es el de refutar en breves p a l a - I tadora fiereza, siendo su implacable Dios, p r e s e n t a d a por el Concilio V a t i - la T r i n i d a d , n a d a del culto á la V i r -
bras la a b s u r d a doctrina de los n u e - j verdugo, si n o hacen en tiempo opor- cano. Por eso, sin saber qué hacerse I gen María, que v i r t u a l m e n t e se e n -
vos m a n i q u e o s . E l q u e quiera m á s j t u n o saludable p e n i t e n c i a . E l Dios en presencia d e u n a r g u m e n t o t a n c u e n t r a en ella c o n d e n a d o ; n a d a de la
largas explicaciones sobre este a s u n - j verdadero a m e n a z a en esta vida á los evidentemente contrario á sus g r a t u i - t r a n s u b s t a n c i a c i ó n ; n a d a de la invo-
to, lea las Veladas del Conde de Mais- pecadores, y á veces los castiga, para tas afirmaciones, acudió á ún m u y cación á los S a n t o s . E s t e acto lleva
tre, d o n d e h a l l a r á bien defendida la que a r r e p e n t i d o s de sus c r í m e n e s se
;
pobre recurso, que al fin no le h a ser- en t o d a s sus páginas el sello del pen-
divina providencia en el gobierno del ¡ e n m i e n d e n y busquen la salvación vido sino p a r a poner en claro su c r a s a s a m i e n t o del siglo, la m a r c a del p r o -
m u n d o . C a u s a l á s t i m a ver al s u p r e m o eterna. No quiere la m u e r t e del peca- ignorancia a u n e n el r a m o d e l a s c o - greso intelectual del hombre» '.
sacerdote de la f r a n c m a s o n e r í a , míster dor, sino que se convierta y viva; no sas históricas, donde parece h a b e r co- H a s t a aquí el a u t o r de Los conflic-
P i k e , apelando á razones tan frivolas es cruel con nadie, sino con todos locado su fuerte. tos entre la religión y la ciencia; el
p a r a establecer la doctrina de los dos bondadoso, puesto que todos reciben Dícenos el pretendido crítico que cual ha m o s t r a d o bien en este l u g a r
Principios. L a s tinieblas no son el re- de E l c u a n t o s bienes poseen; y si cas- tal idea la había t o m a d o el Catolicis- su crasa ignorancia, como d e c í a m o s ,
verbero de la luz, sino su p u r a y sim- tiga en el infierno á los malos, es por- mo de la filosofía, y q u e el Dios del y su poca m a ñ a para ocultarla. H u -
ple carencia: el reverbero propio de la' que así lo exige la g r a n d e z a de su san- Concilio V a t i c a n o no es el Dios de la biera e v a c u a d o la cita del Concilio
luz es un cuerpo opaco, que la recibe tidad y la p u r e z a de su justicia. Edad Media, sino el Dios de la filoso- L a t e r a n e n s e I V , celebrado en p l e n a
y refleja y que tiene por a u t o r al m i s - fía, posterior á ella. «Otra c o n t r a d i c - E d a d Media -, indicada allí por el
ción característica de la constitución
dogmática, escribe, es el homenaje
1
Draper, en el capítulo último, ile su obra ante-
riormente citada.
forzado que rinde ala inteligencia h u - * El Concilio Lateranense IV fué celebrado el
36 VANAS CAVILACIONES DE DRAPER
SOBRE LA DOCTRINA DEL CAPÍTULO PRECEDENTE. 37
m i s m o Concilio V a t i c a n o al describir nidad d a d a en la E d a d Media por el
cosas á que puede llegar la razón.na- n a l i s m o m o d e r n o . « E m p e r o para que
en breves rasgos la n a t u r a l e z a de Concilio L a t e r a n e n s e I V , que la d a d a
tural, se p r o p o n e n á n u e s t r a fe m i s - Dios con m á s facilidad a c c e d a á n u e s -
Dios y d a r n o s de él la idea que el en n u e s t r o s t i e m p o s por el Concilio
terios escondidos en Dios que, á no t r a s súplicas y á las v u e s t r a s , y á los
m i s m o Draper apellida sublime; y se Vaticano? ¿No son, al c o n t r a r i o , u n o s
mediar u n a revelación divina, nos- ruegos y deseo?', de t o d o s los fieles,
habría evitado el bochorno d e soltar m i s m o s los t é r m i n o s con que se ex-
otros no p u d i é r a m o s conocer.» Y lue- dice allí el i n m o r t a l P o n t í f i c e , ponga-
la tan evidente falsedad de que el presan uno y otro Concilio, de s u e r t e
go, en el párrafo correspondiente de mos con entera confianza por media-
Dios del Concilio Vaticano no es el Dios que se puede decir con verdad h a b e r
los c á n o n e s , propone, en p r i m e r lu- nera p a r a con E l á la I n m a c u l a d a y
de la Edad Media, sino el Dios de la copiado el V a t i c a n o del L a t e r a n e n s e
gar, el que pertenece á esta diferencia S a n t í s i m a Madre de D i o s , María, que
filosofía. Oiga lo que nos dice el Con- sus p a l a b r a s ? P e r o la constitución
esencial que media e n t r e a m b o s ó r - ha destruido t o d a s las herejías en el
cilio L a t e r a n e n s e I V en el capítulo d o g m á t i c a d e a q u é l , replica D r a p e r ,
denes, n a t u r a l y s o b r e n a t u r a l , di- universo m u n d o . . . y que, como R e i n a
Firmiter á que nos r e m i t e el V a t i c a n o nada dice de la T r i n i d a d . N a d a dice,
ciendo: «Si a l g u n o dijere que en la que se halla á la diestra de su u n i g é -
en su capítulo I de la constitución en verdad, sobre este a s u n t o ; y la
revelación divina no se contiene m i s - nito Hijo, Nuestro S e ñ o r J e s u c r i s t o ,
d o g m á t i c a De Fide, d o n d e t r a t a de razón de ello es bien clara p a r a quien
terio alguno, verdadero y p r o p i a m e n - cubierta de oro y variadas v e s t i d u r a s ,
Dios, criador de todas las cosas. « F i r - t e n g a presente el propósito del C o n c i -
te dicho, sino que pueden todos los todo lo podrá alcanzar de El con s u s
m e m e n t e creemos y sencillamente lio V a t i c a n o , que era p r e c a v e r á los
dogmas de la fe ser entendidos y de- r u e g o s . P i d a m o s t a m b i é n la i n t e r c e -
confesamos, dicen los P a d r e s del Con- fieles d e los errores m o d e r n o s e n s e -
ducidos con evidencia por la razón sión del b i e n a v e n t u r a d o P e d r o , P r í n -
cilio L a t e r a n e n s e citado, que no hay ñados por los r a c i o n a l i s t a s . E s t o s
convenientemente i m p u e s t a en los cipe de los Apóstoles, y de su c o -
sino un solo Dios verdadero, eterno, filósofos, lejos d e a t a c a r el misterio
principios n a t u r a l e s , sea a n a t e m a - apóstol P a b l o , y de todos los S a n t o s
inmenso é inconmutable, incompren- de la T r i n i d a d , quieren hacer de él
tizado.» del cielo,» e t c .
sible, o m n i p o t e n t e é inefable, P a d r e , u n a verdad filosófica p a r a constituir
Por lo d e m á s , el Concilio V a t i c a n o ¿Cómo pensar del Concilio V a t i c a n o
Hijo y E s p í r i t u S a n t o . H a y cierta- sobre su asiento el s i s t e m a general
no oculta su fe, aun en la m i s m a otra cosa, c u a n d o en él se ha definido
m e n t e en E l tres p e r s o n a s , pero u n a del p a n t e í s m o , a p l i c a n d o á la relación
constitución d o g m á t i c a citada, sobre la infalibilidad del P a p a , y con ella
sola esencia, s u s t a n c i a ó n a t u r a l e z a entre Dios y el m u n d o lo m i s m o q u e
el profundísimo misterio de la s a n t a todo c u a n t o los R o m a n o s Pontífices
a b s o l u t a m e n t e s i m p l e . E l P a d r e no los católicos d e c i m o s en orden á la
y a u g u s t a T r i n i d a d ; puesto que co- han enseñado en la Iglesia como P a s -
procede de n a d i e , el H i j o d e solo el esencia divina y á las tres d i s t i n t a s
mienza p r e c i s a m e n t e su p r e á m b u l o tores universales del r e b a ñ o de J e s u -
P a d r e , el E s p í r i t u S a n t o de entram- Personas.
confesando la divinidad del P a d r e y cristo, y, lo que es m á s todavía, si
bos j u n t a m e n t e , sin principio siempre P o r esto el Concilio V a t i c a n o , si-
del Hijo, y hace luego m u c h a s veces cabe, cuando en la m i s m a c o n s t i t u -
y sin fin; el P a d r e es e n g e n d r a n t e , el g u i e n d o r e l i g i o s a m e n t e l a s huellas
mención del E s p í r i t u S a n t o y de su ción d o g m á t i c a citada han a p r o b a d a
Hijo engendrado, el E s p í r i t u S a n t o de los a n t e r i o r e s C o n c i l i o s en la cons-
divinidad en todo el discurso de los y llenado de elogios al s a n t o Concilio
procedente; los tres son consubstan- t a n t e y sabia c o n d u c t a de n o dar de-
capítulos. de T r e n t o , en que fueron c o n d e n a d o s
ciales y coecuales, coomnipotentes y finición a l g u n a sino c u a n d o la nece-
P o r lo que h a c e al culto de la Vir- los errores de los p r o t e s t a n t e s , y e n t r e
coeternos, un solo principio de todas sidad de los fieles lo exige, e n s e ñ a
gen María y de los S a n t o s , está m u y ellos p a r t i c u l a r m e n t e los que se refie-
las cosas, un solo Criador de las cosas con m u c h o cuidado en la referida
lejos de tener sobre él la m á s m í n i m a ren al culto de la Virgen María, al de
visibles é invisibles, de las espiritua- constitución que h a y dos g é n e r o s de
dificultad ó vergüenza, habiéndose los S a n t o s y al de sus reliquias?
les y corporales; quien con su o m n i - conocimientos: uno n a t u r a l , y otro
p o t e n t e virtud creó de la n a d a j u n t a - hallado presidido por un P a p a que, S o l e m n e m e n t e ridiculo y digno de
s o b r e n a t u r a l ; doctrina d i a m e t r a l m e n -
m e n t e en el principio del tiempo una con g r a n d e gozo de la cristiandad, de- l á s t i m a por su ignorancia se m u e s t r a
te contraria á la que profesa el r a c i o -
y otra criatura, á saber: la angélica y finió el d o g m a de la I n m a c u l a d a Con- el escritor a m e r i c a n o , cuando n o s
nalismo p a r a a c a b a r con la Iglesia y
la m u n d a n a , y a d e m á s la h u m a n a , cepción de María y elevó al honor de asegura que el no haber m e n c i o n a d o
con todo lo s o b r e n a t u r a l . « T a m b i é n
como participante de e n t r a m b a s , com- los altares, rodeado de g r a n multitud el Concilio en su constitución la T r i -
ha tenido, dice en el cap. I V De fide
puesta de espíritu y de cuerpo.» de Obispos, un considerable n ú m e r o nidad, ni el culto de María, ni las r e -
et ratione, y tiene el perpetuo consen-
¿Es otra acaso la idea de la D i v i - de m á r t i r e s . liquias, ha sido un acto que lleva en to-
t i m i e n t o de la Iglesia católica, que
El Concilio V a t i c a n o c i e r t a m e n t e das sus píginas el sello del pensamiento
hay dos órdenes de verdades, distin-
hubiera concluido cualquiera de sus del siglo, la marca del progreso intelec-
aiin 121o: ni el fueron cuiiden.idos, entre otros, tas por r a z ó n , no sólo de su princi-
constituciones d o g m á t i c a s , c o m p o r - tual del hombre. E l progreso intelec-
los errores ile los alliifjenses, lns atribuidos al abad pio, sino del objeto t a m b i é n ; por ra-
Joaquín y los de A Imanen. 'Llamó ;¡ los de este úl- tándolo así la n a t u r a l e z a del a s u n t o tual del h o m b r e en el siglo X I X , en
zón del principio, porque el uno lo
limo más una locura t\w. herejía; y adviértase que en ellas t r a t a d o , con aquellas m i s m a s m a t e r i a de conocimiento de Dios y d e
id fundamental de todos los de este novador era el c o n o c e m o s con la razón n a t u r a l , y el
palabras que se leen al fin de la E n c í - sus c o s a s , n o ha hecho m á s que repe-
panteísmo profesado hoy día por los racionalistas; otro con la fe divina: por razón del
Almariro no iba en zapa á los panteístas de nues- clica Quanta cura, e m i t i d a por Pío I X tir n e c i a m e n t e los m i s m í s i m o s e r r o -
objeto, porque a d e m á s de aquellas
tros tiempos. contra los i n m u n d o s errores del racio- res de Almarico, calificados de locura
S8 VANAS CAVILACIONES DE DRAI'EIl, ETC.

por el Concilio L a t e r a n e n s e I V . E n este progreso intelectual d e s a r r o l l a d o


efecto; estos errores se reducían á de- á principios del siglo X I I I ? V a m o s ,
cir que Dios no era o t r a cosa que la que los m o d e r n o s en esta p a r t e no h a n
materia prima (la idea-nada de H e g e l ) , ido m u c h o m á s allá. Y sepa el profe-
d e la cual e m a n a n todas las cosas y en sor d e la U n i v e r s i d a d de N u e v a York
la cual todas se convierten; que, por que Almarico n o debió su a d m i r a b l e
c o n s i g u i e n t e , todo h o m b r e es t a n ver- y p o r t e n t o s o desarrollo intelectual á
d a d e r o hijo de Dios como lo había las luces de la filosofía á r a b e , p o r q u e
CAPÍTULO V
sido J e s u c r i s t o ; que el P a n eucarístico Almarico sacó t o d o s s u s i n v e n t o s de
es Dios á la m a n e r a que lo son t o d o s los libros de Aristóteles, traídos de
los d e m á s panes del m u n d o ; que lo C o n s t a n t i n o p l a y vertidos del griego EL C A T O L I C I S M O Y LA C I E N C I A T O C A N T E Á LO S O B R E N A T U R A L .
m i s m o había hablado Dios por boca al latín. Y sepa t a m b i é n que este
del infame J u d a s ú otro h o m b r e cual- a m a n t e de la ciencia era clérigo, como
q u i e r a , que por boca de los Profetas; Copérníco y la m a y o r p a r t e de los
q u e la Religión cristiana de aquel sabios que él nos cita e n t r e los a n t i -
t i e m p o e s t a b a corrompida, y que á guos p a r a hacer g u e r r a á la Religión;
ella se le debía sustituir otra en que, la cual les había c o m u n i c a d o a q u e l ^ | p | | E M O S T R A D A y a la n a t u r a l e z a de con ellos el Ángel de las E s c u e l a s ,
dejados á un lado los S a c r a m e n t o s , el m i s m o saber y ciencia de que a l g u n o s í j j j g Dios en el capítulo tercero d e S a n t o T o m á s , colocan la noción del
sacrificio y todo el culto externo, se abusaron e n s e ñ a n d o torpes e r r o r e s , este nuestro t r a b a j o , y p u e s t a en claro S u p r e m o H a c e d o r sobre la de t o d a s
había de e n t r e g a r cada uno á los afec- como acaeció á A l m a r i c o . contra los p a n t e í s t a s la distinción sus criaturas; y al i n t e n t a r expresar-
tos del corazón; y, finalmente, que P e r o de esto h a b l a r e m o s m á s d e t e - completa que existe entre Dios y el la, advierten con m u c h a s a b i d u r í a
todo c u a n t o uno hiciese á impulsos n i d a m e n t e en su propio l u g a r , así m u n d o , fácil cosa es hacer ver á que Dios, p r o p i a m e n t e h a b l a n d o , n o
del s a n t o amor, ora fuesen estupros, como t a m b i é n del culto que profesa la nuestros lectores l a imposibilidad a b puede ser definido; porque É l es el
ora adulterios, ora cualquiera otro gé- Iglesia á los S a n t o s y á sus r e l i q u i a s . soluta de conflicto alguno e n t r e la infinito, el i n m e n s o , el i n c o m p r e n s i -
n e r o de m a l d a d e s , se debía tener por Ahora p a s a r e m o s á t r a t a r , en el capí- Religión y la ciencia en orden á lo ble, de suerte que las m á s s u b l i m e s
h o n e s t o , etc., e t c .
1

tulo siguiente, de lo que e n s e ñ a la R e - sobrenatural. inteligencias creadas no tienen s i n o


¿Qué le parece á D r a p e r de todo ligión católica acerca de lo s o b r e n a t u - Desde luego hay que advertir que ideas m u y incompletas de aquella i n -
ral, para decir después algo de los Dios, por razón d e su esencia absolu- finita belleza, bondad y poder que en
Véase á Rigordo, en el año do 1209, autor misterios que t a n t o e s p a n t a n á l o s r a -
1
tísima é infinitamente perfecta , se E l se e n c u e n t r a n de u n a m a n e r a m a -
contemporáneo de Al marico, y también á Cesáreo cionalistas.
halla á infinita distancia de todos los ravillosa, a b s o l u t a m e n t e a p a r t a d a s d e
lleisterbacen.se, Dialog. I . lib. V, cap. XXI, don-
de ¡e trata más á la larga de estos mismos errores. seres c r e a d o s , y es en sí m i s m o todo criado e n t e n d i m i e n t o . P o r eso
un Ser v e r d a d e r a m e n t e s o b r e n a t u r a l . también advierten que, c u a n d o h a b l a -
Dios, en efecto, se e n c u e n t r a en u n a mos de Dios, son t a n t o m á s verdade -
esfera infinitamente superior á c u a n t o ras n u e s t r a s palabras , c u a n t o m á s
en el m u n d o existe y puede existir, n e g a m o s de E l t o d o c u a n t o v e m o s y
siendo E l por su m i s m a esencia el conocemos de este universo v i s i b l e ;
absolutísimo, el a c t u a l í s i m o , el infi- porque D i o s , h a b l a n d o con todo r i g o r ,
n i t a m e n t e a c a b a d o en todo género de no es cuerpo, ni espíritu, ni s u s t a n -
perfecciones, la fuente siempre i n e x - cia, ni ser, sino sobrecorporal, sobrecs-
hausta de t o d a realidad, m i e n t r a s que piritual, sobresustancial, sobreesencial y
sobre c u a n t o podemos afirmar ó c o n -
toda c r i a t u r a , por el m i s m o hecho de
cebir acerca de cualquiera c r i a t u r a . Y
serlo, es n a t u r a l m e n t e imperfecta, se
halla sujeta á c o n t i n u a variación en esto significó el m i s m o Dios en l a
su ser, depende de Dios en todos los S a g r a d a E s c r i t u r a c u a n d o , al i m p o -
momentos de su existencia y en el nerse á sí propio el n o m b r e con q u e
Moisés le h a b í a de a n u n c i a r á los
ejercicio de t o d a s s u s potencias, d e s -
pués de h a b e r recibido de E l todo hijos de I s r a e l , se l l a m ó El que es,
cuanto t i e n e y posee. o Í2v, como t r a d u c e n los S e t e n t a , ó sea
Por esto los P a d r e s de la Iglesia, y el que p r o p i a m e n t e es, el que es p o r
40 E L CATOLICISMO Y L A CIENCIA
TOCANTE Á LO
SOBRENATURAL. 41
excelencia, el q u e de tal m a n e r a es, Con ejemplos se e n t e n d e r á mejor
cuales unos se podían conocer por vía fin, una verdad sobrenatural, que sólo
que en su c o m p a r a c i ó n las c r i a t u r a s lo q u e q u e r e m o s manifestar. E l que
del discurso n a t u r a l ; otros, al contra- por vía de revelación divina puede ser
todas son como si no fueran. venga al m u n d o un h o m b r e por la vía
rio, siempre hubieran quedado desco- conocida , recibe el n o m b r e de miste-
Mas no es Dios el único objeto r e - general de la unión e n t r e el p a d r e y
nocidos al h u m a n o discurso , si Dios rio; porque ella de suyo es una verdad
conocido como s o b r e n a t u r a l e n t r e los la m a d r e , es u n a cosa n a t u r a l , puesto
no los h u b i e r a revelado; el conoci- oculta á la investigación h u m a n a ; y
católicos; la Religión cristiana p r o - que este efecto lo hace c o n t i n u a m e n t e
miento de los primeros objetos era so- a u n después de revelada , sólo se c o -
fesa a d e m á s otra clase de s o b r e n a t u - la n a t u r a l e z a h u m a n a , a y u d a d a del
brenatural sólo en c u a n t o al modo, noce en c u a n t o á su existencia, m a s no
ralidad de orden finito, la cual consis- concurso general de la C a u s a p r i m e -
porque, a u n sin revelación divina, en c u a n t o á su esencia; porque con la
t e , como el m i s m o n o m b r e lo indica, ra , q u e siempre presta su influjo
Adán, con el desarrollo progresivo de revelación se nos dice, sí, que aquella
en hallarse la cosa así l l a m a d a en u n a correspondiente á los efectos de las
su razón, los hubiera podido adquirir, cosa existe, m a s no cómo es en sí m i s -
esfera superior á la de t o d a s las s e g u n d a s , siendo éstas sin él i n c a p a -
y sólo el m o d o de adquirirlos por re- m a ; al modo q u e u n ciego d e n a c i -
fuerzas y exigencias de la n a t u r a l e z a , ces de producir la m á s m í n i m a acción.
velación divina era s o b r e n a t u r a l ; al m i e n t o sabe por la narración de otros
ora en c u a n t o al modo en que la t a l Mas, si en lugar de ser hecho este
contrario , el conocimiento de los s e - h o m b r e s dotados de b u e n a vista, que
cosa n a t u r a l es p r o d u c i d a , o r a en h o m b r e por vía de generación, lo pro-
gundos era a b s o l u t a é i n t r í n s e c a m e n - hay colores en el m u n d o , m a s no cono-
c u a n t o á la s u s t a n c i a de la cosa m i s - duce Dios con la fuerza omnipotente
te s o b r e n a t u r a l , porque no los pudo ce qué son ellos en sí y cómo existen,
m a , l l a m a d a por esta razón intrínseca- de su p a l a b r a , él en sí, a u n q u e pro-
en m a n e r a a l g u n a obtener sino por siendo para esto último necesaria u n a
mente sobrenatural. P o r q u e lo i n t r í n s e - ducido por fuerza s o b r e n a t u r a l , siem-
revelación. intuición sensible de que él carece.
c a m e n t e s o b r e n a t u r a l no p e r t e n e c e á pre será el m i s m o que si hubiera na-
E s t a es la doctrina del Catolicismo Ahora bien: ¿qué tiene que d e c i r l a
este orden de cosas que nosotros cido de mujer por obra de varón; el
tocante á lo s o b r e n a t u r a l , e n s e ñ á n - ciencia v e r d a d e r a c o n t r a t a l doctrina?
l l a m a m o s n a t u r a l e s , sino á otro m u y modo s o l a m e n t e h a b r á variado, siendo
donos el Concilio V a t i c a n o en el ca- ¿Es posible que existan conflictos s o -
superior y puesto sobre n u e s t r a m i s - n a t u r a l en el caso de generación or-
pítulo I V d e la constitución d o g m á - bre ella entre la religión y la ciencia?
m a inteligencia; de m a n e r a q u e , á no dinaria, y sobrenatural en el caso de
tica De Fide , según ya lo d e j a m o s C i e r t a m e n t e , si por ciencia hubiéra-
revelárnoslo Dios n u e s t r o Señor, nos- cualquier otro género de producción.
observado en el capítulo precedente, mos de entender los delirios y d e s a t i -
otros no podríamos tener noción al- T e n e m o s , p u e s , un ejemplo de u n a
que hay dos órdenes de c o n o c i m i e n - nos de la filosofía panteísta, ya refu-
g u n a de E l , si no es por aquel con- cosa s o b r e n a t u r a l , en c u a n t o al modo,
tos , unos n a t u r a l e s y otros s o b r e n a - t a d a en los capítulos precedentes , lo
cepto general de que n u e s t r a i n t e - y no en c u a n t o á la cosa en sí. Perdo-
t u r a l e s , y q u e estos s e g u n d o s pueden s o b r e n a t u r a l sería imposible.
ligencia es l i m i t a d a y la esencia n a Dios los p e c a d o s á un pecador
ser t a l e s , ya en c u a n t o al modo con E n el s i s t e m a p a n t e í s t a n o existe
d i v i n a carece de límites, debiendo, arrepentido, y le infunde en su a l m a ,
que son producidos , ó sea por parte sino un solo ser que se desenvuelve
por c o n s i g u i e n t e , c o n t e n e r en su seno con su o m n i p o t e n t e virtud, la gracia
del principio eficiente , ya en c u a n t o por infinitos lados y bajo infinitas for-
u n n ú m e r o infinito de verdades para santificante, con la cual q u e d a hecho
á la cosa m i s m a producida, ó s e a por m a s por un ciego é irresistible impul-
nosotros inaccesibles y de todo p u n t o amigo de Dios y heredero de la gloria
razón del objeto, incapaz de ser cono- so de su propia esencia: n a d a hay allí
sobrenaturales. ó visión beatífica , en n i n g u n a m a n e r a
cido por otra vía que l a s o b r e n a t u r a l . sobrenatural; todo es n a t u r a l e z a p u r a ,
E s t o d a lugar á que se establez- debida á l a n a t u r a l e z a h u m a n a : aquí
Cuando u n a cosa s o b r e n a t u r a l , en fatalismo desolador. Mas entendiendo
c a n dos especies de cosas sobrenatu- ya t e n e m o s por lo m e n o s d o s cosas
cuanto al m o d o , es un efecto sensible por Dios lo que la recta y s a n a filoso-
rales : u n a s extrínsecamente tales por intrínsecamente ó en sí m i s m a s sobre -
y divino , esto es, producido por Dios fía n o s dice que e n t e n d a m o s , á saber:
razón del m o d o s o b r e n a t u r a l y con- n a t u r a l e s , á saber: la gracia santifi-
c o m o . c a u s a principal, si no efectiva, un Ser infinito en su perfección, libé-
t r a r i o á las t e n d e n c i a s propias de la cante y la visión beatífica , dones en-
al m e n o s i m p e r a n t e , a u n q u e interven- r r i m o en los actos que miran á la
n a t u r a l e z a con que son producidas, t e r a m e n t e indebidos á la naturaleza
gan t a m b i é n en su producción como existencia y acciones de s u s c r i a t u r a s ,
o t r a s intrínsecamente, por ser la m i s - h u m a n a ; la cual de sí m i s m a y con el
causas i n s t r u m e n t a l e s l a s c a u s a s s e - o m n i p o t e n t e para hacer de ellas lo
m a cosa e n sí s o b r e n a t u r a l y tener su concurso general de la c a u s a primera,
gundas; entonces este efecto recibe el que j u z g u e m á s a p t o al c o n s e g u i m i e n -
propio asiento en otro orden m á s su- por m u c h o q u e se perfeccione, n u n c a
nombre de milagro. C u a n d o es un co- to de los fines que su absoluta inde-
perior y elevado , que los teólogos puede llegar á un conocimiento de
nocimiento s o b r e n a t u r a l de u n a cosa pendencia se proponga con libre elec-
l l a m a n j u s t a m e n t e divino , porque Dios que no s e a abstractivo , ó bien
futura, que h a de ser l i b r e m e n t e e j e - ción ; en este caso la ciencia m i s m a
t o d a s estas cosas i n t r í n s e c a m e n t e so- sacado de la c o n t e m p l a c i ó n del u n i -
cutada por a l g u n o , y q u e , por consi- nos dice que entre ella y la Religión
b r e n a t u r a l e s participan de la condi- verso.
guiente, sólo Dios puede revelar, sien- cristiana no puede haber conflicto a l -
ción de la esencia divina en c u a n t o Otro ejemplo p a r a aclarar m á s el
do el conocimiento cierto de las cosas g u n o por esta parte ; porque la R e l i -
que t a m b i é n ellas son superiores á a s u n t o . Adán en su creación recibió
futuras u n a propiedad exclusiva d e la gión cristiana e n s e ñ a , ni m á s ni m e -
toda h u m a n a y a u n angélica inteli- de Dios la ciencia infusa sobre una
Divinidad; entonces este conocimien- nos , aquello q u e s e debe e n s e ñ a r , y
gencia. grande variedad de objetos , d e los
to recibe el n o m b r e de profecía. E n que d e m u e s t r a con su l u m b r e n a t u r a l
42 10 L C A T O L I C I S M O Y LA CIENCIA TOCANTE Á LO SOBRÉNATUKAL. 43

Ja h u m a n a razón m i s m a . E n efecto, lagro? U n a suspensión de las leyes de que siempre de u n a m a n e r a conforme terminadas causas naturales produz-
ésta nos dice que son posibles los m i - la n a t u r a l e z a . L a ley del fuego es á su infinita sabiduría; y prestándolo can d e t e r m i n a d o s efectos, sino en que
lagros y las profecías ; que son posi- q u e m a r el objeto puesto á convenien- libremente, lo puede n e g a r á un de- los p r o d u z c a n c u a n d o se hallan en las
bles, y existen de hecho, reales y ver- te distancia; la ley del cuerpo pesado terminado individuo de cierta especie condiciones requeridas para su p r o d u c -
daderos misterios ; ó sea verdades es caer y moverse hacia el centro de particular de seres, v. g r . , al fuego ción; y siendo una de estas condiciones
p a r a nosotros incomprensibles. atracción; la de la vida corporal d i - A, m i e n t r a s que á todos los d e m á s el c o n c u r s o de la C a u s a primera, el
L o s filósofos r a c i o n a l i s t a s , c u a n d o solverse y reducirse á polvo el cadá- individuos de la m i s m a especie se lo cual falta en el caso del milagro, n o
oyen hablar de estas cosas, se echan ver que ella h a a b a n d o n a d o , y así de concede, en cuyo caso el fuego A no se puede decir que se altera ó d e s t r u -
á reir n e c i a m e n t e , dando por supues- otras mil leyes que cada día está des- quemará l a s m a t e r i a s combustibles ye la i n v a r i a b i l i d a d d i c h a .
t o y teniendo por u n axioma de la cubriendo la física. ¿Puede Dios s u s - que se le arrojen, v. g r . , un h o m b r e , L a s c a u s a s n a t u r a l e s , en la h i p ó -
ciencia el principio de que lo sobre- pender u n a ley de esta n a t u r a l e z a ? mientras los d e m á s fuegos a b r a s a r á n tesis de querer D i o s negarles su c o n -
n a t u r a l es de todo p u n t o imposible. E s evidente que sí. P a r a esto bástale todo c u a n t o e n c u e n t r e n . curso para cierta y d e t e r m i n a d a a c -
E n vano les pediréis pruebas de lo suspender el concurso necesario por Aún m á s : p u e d e la C a u s a p r i m e r a ción, son v e r d a d e r a m e n t e impotentes
que contra t o d a s las leyes de la c i e n - parte suya, con lo cual ya no podrá no querer concurrir con el m i s m o p a r a producir e s t a m i s m a acción, y
cia s u p o n e n , porque su esclarecida obrar la causa s e g u n d a . S u s p e n d i d o fuego A á la c o m b u s t i ó n de tal objeto así r e s u l t a de ellas el fenómeno q u e
razón ni siquiera se dignará descen- este concurso, la causa s e g u n d a , por determinado, v . g r . , P e d r o , hallán- en dicha h i p ó t e s i s por necesidad debe
der á s e m e j a n t e s p a p a r r u c h a s . necesaria que sea en el obrar y por dose r e s u e l t a á hacer lo contrario con suceder. L e j o s , por consiguiente, de
U n orador famoso de n u e s t r o s p r e p a r a d o que t e n g a el objeto en que respecto á todos los d e m á s objetos. destruirse ó alterarse la r e g u l a r i d a d
t i e m p o s , el R d o . P . Félix, ha provo- haya de ejercer su acción, no p r o d u - Por lo c u a l , p o d r á suceder q u e , m i e n - dicha, lo que se hace con el milagro
cado á estos profundos sabios desde cirá su efecto, porque le falta u n o de tras el fuego A tiene entre sus l l a m a s es confirmarla. L o que sucedería en la
lo alto de la cátedra s a g r a d a á que los requisitos esenciales para la p o - á Pedro sin poder ejercer de hecho hipótesis e n u n c i a d a , si produjese l a
manifiesten al m u n d o las poderosí- sibilidad de su acción, cual es el con- sobre él su acción c o m b u s t i v a , abra- causa n a t u r a l sin el concurso o r d i n a -
s i m a s r a z o n e s con que se han d e m o s - curso de la causa p r i m e r a , como si sará furiosamente á c u a n t o s se le rio de Dios el m i s m o efecto q u e l a s
t r a d o á sí propios la imposibilidad de p u s i é r a m o s , por ejemplo, un ojo per- arrimen. Y esto es p r e c i s a m e n t e lo o t r a s causas de su especie producen
lo s o b r e n a t u r a l , prometiéndoles p r o - f e c t a m e n t e dispuesto de su p a r t e para que sucedió en el h o r n o de B a b i l o n i a , con este concurso, sería destruir l a
c l a m a r l a s desde allí m i s m o y publi- producir la visión, y luego no apa- donde al m i s m o t i e m p o que el fuego ley s u y a de obrar, consistente en p r o -
carlas a n t e la faz del m u n d o e n t e r o . reciese la luz, uno de los c o a g e n t e s no podía hacer el m e n o r d a ñ o á t r e s ducir ciertos y determinados efectos
E s t a s razones están todavía por a p a - con que la tal visión h a de ser p r o - jóvenes h e b r e o s , que fueron arrojados bajo ciertas y d e t e r m i n a d a s condicio-
recer, y no aparecerán j a m á s , porque ducida. en él por no h a b e r querido adorar n e s . L a razón es clara, puesto q u e ,
n o las tienen los racionalistas, ni las Si el sol, v. g r . , fuese libre en emi- la estatua del rey N a b u c o d o n o s o r , v a r i a d a s l a s condiciones esenciales d e
pueden tener, á no ser que recurran tir sus rayos luminosos sobre la abrasó con rapidez maravillosa á los la causa, todavía ésta continuaría p r o -
al s i s t e m a fatalístico y a b s u r d o de los tierra, ó en m a n d a r l o s á cierta y d e - ministros del R e y , que p a r a arrojar- duciendo los m i s m o s efectos.
p a n t e i s t a s . Así que bien seguros po t e r m i n a d a p a r t e de ella, m i e n t r a s que los se h a b í a n a r r i m a d o á dicho fuego; Así, p u e s , con respecto á los fenó-
d e m o s e s t a r los católicos por esta á todos los d e m á s objetos se los n e - ejemplo que infinitas veces se repitió, m e n o s de la n a t u r a l e z a , debemos e s -
p a r t e , y bien podemos despreciar sus g a s e , ¿no d i r í a m o s que el sol tiene en con otros m u c h o s de la m i s m a índole, tablecer con la recta y verdadera cien-
antifilosóficas afirmaciones, fundadas su m a n o el suspender la visión na- en la fundación del C r i s t i a n i s m o , cia las dos siguientes leyes n a t u r a l e s ,
ú n i c a m e n t e en su necia soberbia. tural del ojo ó el producirla, el h a - siendo por esta razón llamados magos que indican el m o d o de obrar n e c e s a -
P e r o la caridad cristiana no se cer que m i e n t r a s los d e m á s hombres y encantadores los cristianos. rio de las c a u s a s s e g u n d a s p u e s t a s
c o n t e n t a con poseer la verdad; g u s t a viesen los objetos, u n o ó varios fuesen Hácense u n a g r a n d e ilusión los bajo las condiciones esenciales de s u
a d e m á s de hacerla conocer á los otros, incapaces de producir el m i s m o efec- racionalistas c u a n d o , p a r a a t a c a r la acción:
p a r a que se aprovechen de sus ful- to, á pesar de no padecer lesión al- posibilidad de los m i l a g r o s , nos dicen i. a
L a s causas naturales produ-
gores y no anden t r i s t e m e n t e en ti- g u n a orgánica en aquel sentido? P u e s que las leyes de la n a t u r a l e z a son in- cen n e c e s a r i a m e n t e ciertos y d e t e r m i -
n i e b l a s . Por eso d e m o s t r a r e m o s á los lo que es el concurso de la luz para variables, c o n s t a n t e s y u n i f o r m e s . n a d o s efectos cuando se e n c u e n t r a n
racionalistas, si es que quieren b u s - producir la visión, eso y m u c h o más Cierto que lo son; m a s e s t a i n v a r i a - bajo t o d a s s u s condiciones esenciales,
car la verdad y proceder como filó- es el concurso de la causa primera bilidad, c o n s t a n c i a y uniformidad n o e n t r e las cuales debe c o n t a r s e m u y
sofos, que la posibilidad de los m i - con respecto á todas las segundas quedan a l t e r a d a s ni d e s t r u i d a s c u a n d o p a r t i c u l a r m e n t e la de querer c o n c u -
lagros y profecías y la existencia de para que é s t a s p u e d a n producir sus Dios hace un m i l a g r o . P o r q u e la u n i - rrir con ellas á su acción la C a u s a
los m i s t e r i o s es u n a cosa evidente en n a t u r a l e s efectos. Ahora bien; Dios formidad, c o n s t a n c i a é invariabilidad primera.
filosofía. E n efecto, ¿qué es un m i - presta l i b r e m e n t e este concurso, aun- no consisten p r e c i s a m e n t e en que de- 2. 11
L a s causas n a t u r a l e s dejan d e
41 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA TOCANTE Á LO S O B R E N A T U R A L . 45

producir n e c e s a r i a m e n t e los d e t e r m i - en fin, que u n t a l m a g i s t e r i o no lurales que á veces producen los es- otros, t a m b i é n los puede Dios r e v e -
n a d o s efectos indicados, c u a n d o les es indigno de la majestad divina, ni píritus en el m u n d o s e n s i b l e . P u e s lar; y no faltan razones de s u m o peso
falta a l g u n a de las condiciones e s e n - a r g u y e imperfección en Dios; p e r t e - bien; la especie h u m a n a p o r su propia que persuaden la g r a n conveniencia
ciales p a r a los m i s m o s ; y la ausencia neciendo a n t e s bien al cuidado de su naturaleza es débil y miserable en de que sean revelados á los h o m b r e s
d e estos efectos será un verdadero p r o v i d e n c i a atender á las necesidades cuanto al conocimiento de la verdad, a l g u n o s d e ellos, aquellos p r i n c i p a l -
m i l a g r o c u a n d o la única condición de sus c r i a t u r a s , y dirigirlas h a c i a su según lo p r u e b a n con la m a y o r e v i - m e n t e que a t a ñ e n á la intrínseca n a -
esencial p a r a obrar que les falta es la propio fin por los medios acomodados dencia los esfuerzos inútiles que ha t u r a l e z a de Dios y al orden de la pro-
sustracción del concurso divino, que á su p a r t i c u l a r n a t u r a l e z a . practicado d u r a n t e t a n t o s siglos p a r a videncia, que el Criador h a y a t e n i d o
por razones de su infinita sabiduría E n t r e estos m e d i o s , el principal •conseguirla. E s esto t a n v e r d a d e r o , á bien escoger e n t r e los infinitos p o -
les puede n e g a r la C a u s a p r i m e r a . con respecto al h o m b r e , es el divino que no h a n faltado filósofos (y de sibles. D e esta m a n e r a será mejor
Ante estas leyes naturales e v i d e n t í - m a g i s t e r i o , pues e n t r e los m i s m o s ellos hace t a m b i é n m e n c i ó n D r a p e r conocido de s u s c r i a t u r a s , y al c o n o -
s i m a s no tienen otro recurso los ra- h o m b r e s , esto es lo que pide el buen en su obra) que creyeron ser absolu- c i m i e n t o se s e g u i r á el a m o r , y éste
cionalistas que e n m u d e c e r , si quieren orden y disposición de las cosas: que tamente imposible al h o m b r e venir traerá consigo m a y o r a l a b a n z a y glo-
proceder como filósofos; ó afirmar r e - los m á s sabios i n s t r u y a n á los i g n o - con el trabajo de su propia razón á ria de la m a j e s t a d d i v i n a .
s u e l t a m e n t e que la C a u s a primera no r a n t e s . Sería u n error m u y grosero ponerse en posesión de la verdad a b -
L a existencia de los misterios, h a -
puede negar á las s e g u n d a s la c o o p e - pensar, como p r e t e x t a n , sin e m b a r g o , soluta. A u n q u e en esto t a m b i é n se
blando en general y sin bajar al caso
ración que por parte suya se requiere los e n e m i g o s de la revelación divina, excedieron los t a l e s escritores, l l a -
concreto de c a d a u n o , es lo m á s e v i -
p a r a que ellas p u e d a n obrar, ó, en fin, que Dios m a n i f e s t a r í a con la revela- mando absoluta y físicamente i m p o -
dente que podemos desear, s u p u e s t a
deben sostener que las c a u s a s s e g u n - ción de su doctrina a l g u n a imperfec- sible lo que n o e n v u e l v e sino u n a im-
la n a t u r a l e z a de Dios, ya d e m o s t r a d a
d a s no necesitan el concurso de la ción en su m a n e r a de proceder, como posibilidad moral, y ésta h a b l a n d o t a n
en lo que l l e v a m o s e s c r i t o . D i o s , e n
C a u s a p r i m e r a p a r a producir sus n a - si se t r a t a s e de perfeccionar en cierta sólo de u n cuerpo c o m p l e t o de verda-
efecto, por razón de su infinita p e r -
turales efectos, sino que ellas solas se m a n e r a y de a c a b a r con su revelación des morales y religiosas sin mezcla
fección, contiene en su seno un s i n -
b a s t a n p a r a producirlos sin depender, s o b r e n a t u r a l la o b r a que no h a b í a po- alguna de error; que por lo que hace
n ú m e r o de verdades s u m a m e n t e r e -
por consiguiente, en el obrar, de la dido s a c a r perfecta de sus m a n o s . Nó: á alguna que o t r a verdad, aun del
cónditas é inaccesibles á las débiles
C a u s a p r i m e r a . Mas estas dos ú l t i m a s Dios no h a c e la revelación p o r q u e no mismo orden m o r a l y religioso, no se
fuerzas de la flaca razón h u m a n a .
proposiciones son a b s u r d a s á t o d a s h a y a podido sacar en u n principio puede d u d a r sino que la razón h u -
T a n t o m á s , que á n u e s t r a razón no
luces y destruyen la idea de Dios, que perfecta su criatura; no necesita a n - mana puede con b a s t a n t e facilidad
le corresponde por n a t u r a l e z a u n c o -
con la verdadera ciencia y la s a n a dar e c h a n d o r e m i e n d o s á s u s obras á conocerla con certeza, ¿cuánto m á s
nocimiento intuitivo de la esencia
filosofía nosotros h e m o s d e m o s t r a d o guisa de poco instruido artífice. Lo llegándose á esto el estudio v o l u n t a -
divina, sino s o l a m e n t e a b s t r a c t i v o , y
e n los capítulos a n t e r i o r e s c o n t r a los que puede, sí, es producir obras de rio y la meditación continua?
tal que no n o s m u e s t r e á Dios en sí
panteístas y ateos. m a y o r ó m e n o r perfección absoluta; S i e n d o , p u e s , la razón h u m a n a m i s m o , sino en s u s propios efectos,
Con la m i s m a facilidad con que como puede un artífice h u m a n o hacer •de su propia condición flaca y pobre los cuales nos h a g a n r a s t r e a r algo de
h e m o s evidenciado la posibilidad de un artefacto p r i m o r o s o , y luego otro de fuerzas p a r a la invención de las lo m u c h o é infinitamente g r a n d e que
los m i l a g r o s , p o d e m o s evidenciar m á s b a s t o y a c o m o d a d o á otros fines verdades que m á s le i m p o r t a s a b e r , hay en E l . D e aquí r e s u l t a que t o d o
t a m b i é n la posibilidad de la revela- m e n o s elevados. nada tiene de e x t r a ñ o el que D i o s cuanto constituye á Dios en su propia
ción divina y la existencia de los m i s - Y esto es lo que ha hecho D i o s , en quiera suplir e s t a su imperfección na- esencia es para nosotros un verdadero
terios. E n c u a n t o á lo primero, b a s t e efecto, produciendo un cierto número tural con el m a g i s t e r i o g r a t u i t o de su misterio; y que m i e n t r a s vivamos en
notar: que Dios sabe m u c h a s ver- de especies de seres, u n a s m á s perfec- revelación; a n t e s es m u y conforme á e s t a peregrinación terrestre, q u e d a r á
dades que nosotros i g n o r a m o s , y que, tas que o t r a s ; entre las cuales d e s - razón que así lo h a g a , siendo E l t a n siempre p a r a nosotros velado con las
por c o n s i g u i e n t e , no le faltan cosas cuella por su perfección la especie misericordioso y t a n liberal en d a r de venerandas s o m b r a s de la fe, al m o d o
que poder revelar; 2°, que en los t e - h u m a n a , hallándose á la cabeza de sus dones con a b u n d a n c i a á s u s cria- que por fe y no por intuición debe
soros de su o m n i p o t e n c i a no le falta- todas las o t r a s visibles y naturales; turas. conocer los colores u n ciego á quien
r á n medios seguros y ciertos de hacer que de lo que a t a ñ e á los ángeles, Con esto q u e d a d e m o s t r a d a h a s t a no h a cabido n u n c a la dicha de ver
penetrar en n u e s t r a m e n t e s u s ideas, puros espíritus y m u c h o m á s perfec- la última evidencia la posibilidad d e la luz del día.
p u e s t o que aun e n t r e n o s o t r o s , c r i a t u - tos que los h o m b r e s , n o puede tener la revelación divina; y no sólo la p o - Agregúese á esto que la m i s m a
r a s miserables é imperfectísimas, un conocimiento cierto la razón h u m a n a sibilidad, m a s t a m b i é n la s u m a c o n - n a t u r a l e z a con s u s misterios n a t u r a -
h o m b r e puede instruir á otro t r a s l a - a b a n d o n a d a á sí m i s m a , s i n o , cuando veniencia de la m i s m a . les nos induce á j u z g a r que en el t e - .
dando á su inteligencia las ideas que m á s , a l g u n a m á s ó m e n o s fundada Mas ¿y los misterios? se r e p l i c a r á . soro infinito de la n a t u r a l e z a divina,
él m i s m o tiene en la suya propia; conjetura por los fenómenos sobrena- Los misterios, r e s p o n d e r e m o s n o s - infinitamente superior á c u a n t a s n a -
46 E L CATOLICISMO Y L A CIENCIA TOCANTE Á LO SOBRENATURAL.

se cree. Si aplicasen este su principio


t u r a l e z a s criadas p u e d a n i m a g i n a r s e , seres destituidos de razón y d e l i b e r - nadie n e g a r á t a m p o c o que con la vi-
existen de hecho g r a n n ú m e r o de general á las cosas h u m a n a s , ¿qué tad? P u e s p a r a este estado de m e r e - sión de la divina esencia se d i s m i n u y e
verdades del todo inaccesibles á n u e s - sería del mundo? Si nadie h u b i e r a de cimiento n o conviene la visión de la en g r a n parte la indiferencia p a r a
t r a l i m i t a d a inteligencia. ¿Quién ha creer sino lo que viera con s u s propios divina esencia, la cual nos q u i t a r í a la elegir e n t r e dos objetos h o n e s t o s , s u -
sabido ó s a b r á j a m á s cómo se j u n t a ojos, ¿que sería de la sociedad? H a s t a libertad necesaria p a r a a m a r á Dios friendo la voluntad u n a s u e r t e de
n u e s t r a a l m a i n m o r t a l con el cuerpo los vínculos m á s s a g r a d o s que nos con aquel dominio de n u e s t r o s p r o - presión moral p a r a que elija siempre
corruptible; cómo de u n a p e q u e ñ a u n e n con los d e m á s h o m b r e s , cuales pios actos que a h o r a t e n e m o s . Quien lo m á s perfecto '. Por eso es tan difí-
c a n t i d a d de m a t e r i a h e d i o n d a y a s - son los vínculos de familia, perecerían ve á Dios cara á c a r a , c o m o le ven los cil de explicarla libertad de J e s u c r i s t o
q u e r o s a depositada en el útero de la en este c a s o . P o r q u e ¿cómo s a b e m o s , bienaventurados en el cielo, no puede en los m i s m o s actos libres que ejercía
m u j e r resulta al cabo de algún t i e m - si no es por la fe l l a n a y sencilla que menos de a m a r l e . A este tal le es i m - en este m u n d o como viador, t e n i e n -
po un h o m b r e formado y perfecto; t r a e m o s desde la n i ñ e z , que son n u e s - posible servirle con aquella potestad do al m i s m o tiempo en su h u m a n i -
c ó m o de un m i s m o a l i m e n t o i n t r o d u - tros padres y h e r m a n o s aquellos que de elegir e n t r e el bien y el m a l , que dad s a n t í s i m a , c o m o c o m p r e n s o r , la
cido en el e s t ó m a g o y luego converti- p a s a n en la sociedad con el n o m b r e es al h o m b r e c o n n a t u r a l en este visión de la divina esencia. L a v i -
do en s a n g r e por la fuerza vital del de tales? V é a s e , p u e s , qué principios mundo. sión beatífica, por c o n s i g u i e n t e , no
a n i m a l , se van repartiendo por t o d a s tan a b s u r d o s se ven precisados á e s - No se m e oculta que la visión bea- debía dársenos en este lugar de m e -
s u s p a r t e s las moléculas convenientes tablecer los q u e , p a r a a t a c a r los m i s - tífica n o q u i t a a b s o l u t a m e n t e la l i b e r - recimientos y en esta palestra de la
p a r a que se formen los h u e s o s , la terios de n u e s t r a s a g r a d a R e l i g i ó n ;
tad para obrar el bien dentro de la e s - virtud; convenía, por el contrario,
carne y las d e m á s p a r t e s del cuerpo? n i e g a n la conveniencia de la revela- fera de la h o n e s t i d a d y sin poder sa- que nos fuese reservada para la otra
P u e s por lo que hace á la conve- ción divina. lir j a m á s de ella c o m e t i e n d o algún vida, en que fuese concedida como
niencia de la revelación de los miste- P e r o a ú n h a y u n a razón poderosa pecado. P o r e s t a c a u s a o p i n a n g r a v í - digno premio á los que en ésta se h a n
rios dichos, ésta se hace manifiesta que n o s revela la g r a n conveniencia simos teólogos que el e s t a d o de vía h u m i l l a d o a n t e Dios sometiéndose á
considerando que con ella obtiene de la revelación en orden á las ver- no nos es absolutamente necesario p a r a su revelación , creyendo lo que no
D i o s el obsequio propio de n u e s t r o dades i n d i c a d a s . Con la revelación merecer, sino que de potencia absoluta ven, por ser D i o s , verdad infinita, el
e n t e n d i m i e n t o , el cual n i n g ú n sacri- nos manifiesta el Altísimo así la n a - podría un b i e n a v e n t u r a d o merecer que lo cuenta, y a j u s t a n d o la conduc-
ficio ejecuta rindiéndose á la eviden- t u r a l e z a i n t e r n a de su divino ser, en- aumento de gloria esencial '. P e r o ta á las m i s m a s verdades reveladas.
cia de la verdad, y entonces se some- t e r a m e n t e i m p e n e t r a b l e á nuestro
te v e r d a d e r a m e n t e á D i o s , c u a n d o le flaco e n t e n d i m i e n t o , como los a d m i - ' «Vera igilur sententia cst (escribe el P. Je- Alberto Magno, Solo, Vázquez y otros varios. Por
suíta Martínez de Ripalda en su excelente tratado aquí verá Draper si los católicos ponemos en el
dice: «Señor, vuestro e n t e n d i m i e n t o rables consejos de su s a p i e n t í s i m a Be Ente supernuiurali, disp. 77, sect 2, a. 14) cielo la fastidiosa inmovilidad de una misma y per-
es infinitamente superior al mío: Vos p r o v i d e n c i a ; h a c i e n d o que de esta t\ax statum via3 requirit ad meritum solum ex petua escena, ó si dejamos también allí al espíritu
lege Dei, bcatis([ue in patria meritum gloria», ejsen- con su facultad libre de interrumpir y variar sus
veis cosas que á mí m e es de todo suerte p r o r r u m p a m o s en a,ctos de ad-
tialis concedit de potenlia absoluta.» Y luego cita actos, como no sea el de la visión de Dios, que
p u n t o imposible e n t e n d e r con mis miración y a l a b a n z a á su divina M a - en favor de esta doctrina á Suárez, Conink, Grana- siempre es el mismo. ¡Cuánta ignorancia en estos
fuerzas n a t u r a l e s : lo que Vos veis, y j e s t a d , actos que j a m á s h u b i é r a m o s do, Zumel, Decano y otros varios. Aún más: de- sabios sobre lo que reprueban en nuestra sagrada
fiende el referido autor como más probable en la Religión! ¿No merecerían alto desprecio sus nece-
y o no veo, m e m a n d á i s creer, dicién- podido producir a b a n d o n a d o s á nues- misma disputación, sect. I, que los bienaventurados dades? Pero la caridad cristiana lleva con paciencia
d o m e que existe: yo lo creo y rindo t r a propia i g n o r a n c i a . merecen de beclio con sus actos libres premio de y compasión su miserable ceguera: Diosles alumbre.
m i juicio.» E l e n t e n d i m i e n t o h u m a n o P e r o se dirá: «Si D i o s quiere hacer- gloria accidental para sí mismos, y algunos favores • Véase sobre esto i Santo Tomás, in 2 Sent.,
de parte, de Dios para los que todavía estamos aquí dist. 2b, q. 1, a. 4 . Utrum libertas arbilrü augeatur
con este acto rinde á la Divinidad el nos el beneficio de d a r n o s á conocer •en este lugar de combates. En favor de su opinión vel minualur.
culto m á s s u b l i m e y elevado que su interior vida divina, ¿por q u é no •cila á Santo Tomás, San Buenaventura, Gabriel,
puede t r i b u t a r l e ; porque con él c o n - nos d a la visión intuitiva de sí mismo?
fiesa a b i e r t a m e n t e el a t r i b u t o que Así, conociéndole m á s perfectamente,
m á s conviene á D i o s con respecto le a l a b a r í a m o s con m á s intensidad.»'
á s u s c r i a t u r a s : la i n c o m p r e n s i b i - ¿Por qué? L a razón es m u y obvia y
lidad. evidente: hela aquí. Mientras e s t a m o s
L o s r a c i o n a l i s t a s , t a n llenos s i e m - en este m u n d o , nos h a l l a m o s en un
p r e de sí m i s m o s como poco a m a n t e s estado de prueba; vivimos en e s t a pe-
d e sujetar su razón al m i s m o D i o s , regrinación p a r a c o n q u i s t a r n o s con
c u a l si fueran iguales á E l y en n a d a n u e s t r o s propios m é r i t o s u n a corona,
n e c e s i t a r a n de s u s divinas e n s e ñ a n - la corona de n u e s t r a felicidad; ¿nos la
z a s , no quieren creer sino lo que ven: h a b í a de d a r D i o s sin m é r i t o s de
e s decir, n a d a , p o r q u e lo q u e se ve n o n u e s t r a p a r t e , cual si fuéramos unos
REALIDAD HISTÓRICA D E LOS MILAGROS OBRADOS, ETC. 49

locaban e n t r e los d i o s e s . No fué el I el a p a r a t o de su s o b r e n a t u r a l i d a d p o -


escepticismo griego el que volvió es- dría crear a l g u n a s dificultades al lec-
céptica á R o m a ; las locuras religiosas tor sobre la suficiencia de la tal expli-
contribuyeron m á s que todo á zapar cación! Ni u n a p a l a b r a se dice de los
la religión. i n n u m e r a b l e s milagros que hizo d u -
»En u n a de las provincias de Asia, r a n t e su vida nuestro adorable S a l -
CAPÍTULO VI
en Siria, a l g u n o s h o m b r e s de h u m i l d e vador para probar al pueblo hebreo su
condición se h a b í a n asociado con un misión d i v i n a . N a d a se dice t a m p o c o
REALIDAD HISTÓRICA DE LOS MILAGROS OBRADOS EN EL ESTABLECI- objeto de caridad y de religión. S u s del g r a n m i l a g r o de su resurrección,
MIENTO DEL CRISTIANISMO: VANAS OBSERVACIONES DE DRAPER doctrinas e s t a b a n en a r m o n í a con prometido en vida á los j u d í o s c o m o
SOBRE ESTA MATERIA. aquel s e n t i m i e n t o de fraternidad u n i - el ú l t i m o y el m á s evidente t e s t i m o -
versal, nacido de la paridad de situa- nio de ser E l aquel famoso y p r e p o -
ción entre los reinos c o n q u i s t a d o s . t e n t e S a l v a d o r que desde t a n t o s s i -
Eran las doctrinas e n s e ñ a d a s por glos a t r á s e s t a b a n e s p e r a n d o . N a d a
Jesús... L o s preceptos de caridad y de de los p o r t e n t o s i n a u d i t o s o b r a d o s
fraternidad h u m a n a que había El e n - por sus Apóstoles en la conversión
g j ^ E S P U É s de h a b e r d e m o s t r a d o en Con u n a desdeñosa tolerancia p e r - señado sobrevivieron á este a c o n t e - del m u n d o y dirigidos á probar á los
gas© el capítulo precedente, de u n a mitió que fuesen todos a d o r a d o s . La cimiento (de su muerte). E n vez de dis- h o m b r e s que la religión del Crucifi-
m a n e r a general, la verdad de la doc- alta autoridad de que cada divinidad persarse los discípulos, se o r g a n i z a - cado venía v e r d a d e r a m e n t e del cielo.
t r i n a católica sobre los m i l a g r o s , particular había gozado en su propio ron. S e asociaron con la b a s e del co- N a d a de la e s p a n t o s a resistencia q u e
sobre la revelación s o b r e n a t u r a l y país, desapareció en medio de la turba munismo, poniendo c a d a uno en l a encontró en los h o m b r e s esta religión
sobre la existencia de los misterios, de dioses y de diosas venida de todos comunidad s u s bienes y g a n a n c i a s . Ii p a r a establecerse por fin t r i u n f a n t e
c u m p l e a h o r a á n u e s t r o propósito los rincones del m u n d o . Y a , como De estos ensayos nació u n a sociedad I en el m u n d o con el d e r r u m b a m i e n t o
h a b l a r de estas m i s m a s cosas en par- h e m o s visto, los descubrimientos geo- nueva y todopoderosa; n u e v a , porque de la idolatría. N a d a de los torrentes
ticular, haciendo aplicación de ellas gráficos y la crítica filosófica habían nada semejante había existido en la d e s a n g r e q u e t u v i e r o n q u e d e r r a m a r
á la Religión católica, p a r a ver si por q u e b r a n t a d o p r o f u n d a m e n t e la fe de antigüedad; poderosa, por c u a n t o las los cristianos p a r a d e f e n d e r l a verdad
esta parte puede e n c o n t r a r algo contra las edades a n t i g u a s . L a política ro- iglesias p a r t i c u l a r e s , al principio ais- de los hechos s o b r e n a t u r a l e s por ella
ella la razón h u m a n a y convencerla m a n a acabó de destruirla. L o s Reyes ladas, n o t a r d a r o n en confederarse en a n u n c i a d o s , d e j a n d o a d m i r a d o s con
de falsedad en sus afirmaciones. Con- t a m b i é n habían desaparecido; las di- un interés m u t u o . Y por esta o r g a n i - su fortaleza n u n c a vista á s u s m i s m o s
v í d a n o s á ello el libro del autor a m e r i - n a s t í a s particulares d é l o s reinos c o n ' zación el C r i s t i a n i s m o h a o b t e n i d o v e r d u g o s . N a d a , en fin, del odio y
cano t a n t a s veces citado; el cual, par- q u i s t a d o s habían dejado el puesto á todos sus triunfos políticos... ¡execración universal que pesaba e n -
tiendo, como buen racionalista, de la un E m p e r a d o r universal. Consideran- «Misioneros que se d e s p a r r a m a r o n tonces por t o d a s p a r t e s sobre el n o m -
falsa idea de que r e p u g n a in terminis do la e s t r e c h a ligazón que h a existido en todas direcciones á la vez, a p r e s u - bre c r i s t i a n o .
y es u n a pura q u i m e r a todo lo sobre- siempre e n t r e las ideas religiosas, era raron su propagación. N i n g u n a de las P a r a escribir de este m o d o la h i s -
n a t u r a l , da por v a n a s supersticiones n a t u r a l que el politeísmo manifestara antiguas filosofías se había valido de toria, n o h a y necesidad de fatigarse
t o d o s los milagros creídos por los u n a t e n d e n c i a á reducirse al m o n o - semejante medio.» m u c h o en e s t u d i a r t o d a s las c i r c u n s -
cristianos, a t r i b u y e n d o el triunfo del t e í s m o . P o r c o n s i g u i e n t e , comenzóse Aquí t e n e m o s la doctrina del p r o - t a n c i a s de los sucesos, y en m e d i t a r
C r i s t i a n i s m o sobre la idolatría al n a - á t r i b u t a r honores divinos al E m p e - fesor a m e r i c a n o sobre el estableci- a t e n t a m e n t e acerca de la n a t u r a l e z a
t u r a l desarrollo de la razón h u m a n a rador m u e r t o p r i m e r a m e n t e , y más miento del C r i s t i a n i s m o . Con ella se d e las c a u s a s que h a y a n podido i n -
y á las c i r c u n s t a n c i a s políticas de t a r d e al E m p e r a d o r vivo. L a facilidad pretende explicar de u n a m a n e r a n a - fluir en ellos. P a r a esto b a s t a dejarse
h a b e r pasado el pueblo r o m a n o de la con que se creaban así los dioses tuvo tural, y sin intervención de m i l a g r o llevar algún t a n t o de la i m a g i n a c i ó n ,
forma republicana á la m o n á r q u i c a un poderoso efecto m o r a l . A medida alguno, el g r a n d e y maravilloso a c o n - fingir escenas á su propio t a l a n t e , sin
en el m i s m o m o m e n t o que se presentó que se hacían dioses n u e v o s , se e x t e n ' tecimiento de la propagación rápida curarse n a d a de su verdad histórica.
al m u n d o la religión fundada por J e - día el ridículo sobre los a n t i g u o s . Las del Cristianismo con el d e r r u m b a - Así se escribe la filosofía de la h i s t o -
sucristo. encarnaciones en Oriente, las apoteo- miento de la idolatría. Pero ¡qué s u - ria: ¡esto se l l a m a filosofar! Mejor,
«La república victoriosa (escribe sis en Occidente, poblaban r á p i d a m e n ' perficialidad reina en t o d a la explica- sin e m b a r g o , d i r í a m o s q u e e s t o es
en el capítulo I I h a b l a n d o de la ciudad t e el Olimpo. Allí los diosesdescendíai> ción! ¡Qué p o r t e n t o s a m a l a fe p a r a poetizar y crear ideales d e m e r a fan-
d e los Césares) h a b í a traído á R o m a del cielo y t o m a b a n forma h u m a n a ; ocultar con d i l i g e n t í s i m o a r t e todo tasía. De que la desenfrenada a m b i -
los dioses de los pueblos vencidos. aquí se elevaban de la tierra y se co- aquello que por su g r a n d i o s i d a d y por ción de a l g u n o s r o m a n o s h a y a i n t r o -
50 REALIDAD HISTÓRICA D E LOS MILAGROS OBRADOS EN E L ESTABLECIMIENTO DEL CRISTIANISMO. 51

d u c i d o en el m u n d o , al t i e m p o d e de B a b i l o n i a , u n a e s t a t u a colosal gables p o r o t r a , las divinidades se I m p e r i o h u b o llegado al apogeo de su


venir á él N u e s t r o S e ñ o r J e s u c r i s t o ,para ser a d o r a d o en ella c o m o Dios a u m e n t a r o n d e u n a m a n e r a prodigio- g r a n d e z a en el sentido político y m i -
u n a cierta m o n a r q u í a universal, se en vida. E s a dificultad d e proclamar sa. L o s R e y e s h a b í a n sido hijos de litar, había t a m b i é n a l c a n z a d o el col-
p ú b l i c a m e n t e el m o n o t e í s m o experi-
q u i e r e inferir g r a t u i t a m e n t e l a t e n - dioses en u n principio: el b a s t a r d o mo de la i n m o r a l i d a d bajo el p u n t o
d e n c i a t a m b i é n universal de los p u e - m e n t a b a n aquellos g r a n d e s filósofos Lago e r a hijo de J ú p i t e r ; Seleuco, de vista religioso y m o r a l . H a b í a lle-
blos c o n q u i s t a d o s por el pueblo r o - cuando el g r a n Alejandro h a b í a sido hijo d e Apolo; y p a r a p r u e b a mejor g a d o á ser p r o f u n d a m e n t e epicúreo.
m a n o á d e s a m p a r a r el politeísmo y á s a l u d a d o c o m o Dios en vida p o r los de la filiación, todos los seléucidas Su m á x i m a favorita era q u e la vida
poner en el cielo u n m o n a r c a pareci- pueblos de Oriente y Occidente suje- llevaban sobre el m u s l o la m a r c a del debe ser u n a fiesta, en la cual n o e n -
d o al de l a t i e r r a , d e r r i b a n d o de s u s tos á su m o n a r q u í a , c u a n d o este h o - anillo g r a b a d o con u n a á n c o r a , q u e el tre la virtud m á s q u e como c o n d i -
t r o n o s á los infinitos reyezuelos ce- n o r lo t r i b u t a b a n los referidos pueblos dios había dejado en el lecho d e su m e n t o del placer, y la t e m p l a n z a como
lestiales. ¡Como si en los t i e m p o s h a s t a á los generales de este gran madre. Después de su m u e r t e h a b í a n medio de duración. Salas de festín r e -
a n t e r i o r e s á la d o m i n a c i ó n r o m a n a conquistador. ¿Cómo no se inclinaban sido m a n d a d o s sus restos al cielo; b o s a n d o en oro y pedrerías, esclavos
n o h u b i e r a n existido en el m u n d o m o - e n t o n c e s al monoteísmo? ¿Cómo era, hízose de ellos dioses vivos, y no se e s p l é n d i d a m e n t e a d o r n a d o s , las s e -
por el c o n t r a r i o , t a n peligroso el pu-
n a r q u í a s s e m e j a n t e s , sin n o t a r s e en vieron por t o d a s p a r t e s , así en Siria ducciones de las mujeres m á s d i s o l u -
los pueblos c o n q u i s t a d o s t e n d e n c i a blicarlo? como en E g i p t o , como en P é r g a m o tas, baños magníficos, espectáculos y
a l g u n a al a b a n d o n o de s u s propios «Alejandro (escribe R i a n c e y h a - y aun e n t r e los P a r t o s , sino dioses sal- c o m b a t e s de gladiadores, eran e n t o n -
dioses! b l a n d o d e estos sucesos) *, h a b í a sido vadores, dioses presentes y manifiestos, ces los nobles objetos de la a m b i c i ó n
dioses vencedores. E n t o n c e s sobre las r o m a n a . L o s conquistadores del m u n -
P u e s q u é , ¿no fueron g r a n d e s l a s Dios al otro lado del H e l e s p o n t o : en
medallas aparecían las coronas r a - do h a b í a n llegado á adorar s o l a m e n t e
m o n a r q u í a s de N a b u c o d o n o s o r en m e n o s d e veinte a ñ o s obtuvieron este
diantes, las águilas, los lotos, los la fuerza.»
B a b i l o n i a , d e Ciro en P e r s i a , d e Ale- | m i s m o honor, a l u n o y al otro lado
cuernos de A m m ó n . E n t o n c e s se so-
j a n d r o M a g n o en M a c e d o n i a , de An- de dicho lugar, n o sólo é l , m a s tam- ¿ E r a n estas ideas t a n propicias al
licitaba el h o n o r de ser la Canéfora
tíoco en gran p a r t e del Asia, sin que bién s u s m i s m o s g e n e r a l e s . L a bri- planteamiento subitáneo y maravi-
de u n a Arsinoe, la Athlófora d e u n a
en los pueblos á ellos s o m e t i d o s se l l a n t e A t e n a s dio á los d e m á s el lloso de la idea del verdadero D i o s ,
Berenice ó de u n a Cleópatra, cuyos
advirtiese el fenómeno q u e a t r i b u y e ejemplo; y su vil adulación, digna que como chispa eléctrica se propagó
desarreglos se c o n s a g r a b a n con el tí-
á la r o m a n a el q u í m i c o d e N u e v a m e r c a n c í a d e la d e m o c r a c i a antigua, por todas las partes del i n m e n s o I m -
tulo de diosa de la fertilidad.»
York? Y a m u c h o a n t e s q u e los E m - ofreció sacrificios al dominador de la perio r o m a n o al impulso de la p r e d i -
peradores r o m a n o s fuesen adorados tierra, á D e m e t r i o , aquel dios salvador, E s t e e r a el m u n d o t r e s c i e n t o s a ñ o s cación evangélica de doce h u m i l d e s
en vida como dioses, venía sucedien- cuyas p a l a b r a s t o d a s sin excepción antes de J e s u c r i s t o , y sin e m b a r g o , pescadores? L o q u e en ellas e n c u e n t r o
do esto m i s m o entre los pueblos m á s eran santas, y cuyos decretos igual- las tendencias al m o n o t e í s m o , q u e yo, por el contrario, es u n a tendencia
civilizados; y sin e m b a r g o la idea del m e n t e e r a n sagrados. L o s R e y e s no sueña el a u t o r de Los conflictos entre i n t e n s í s i m a de oposición para que n o
m o n o t e í s m o e s t a b a t a n lejos d e g e r - vieron esto con m a l o s ojos. E r a cosa la ciencia y la religión, e r a n c o m p l e - cundiese en las m a s a s y a r r a n c a s e con
m i n a r en aquellos pueblos, q u e á S ó - dulce para la vanidad h u m a n a ver á tamente n u l a s . L o q u e produjo este su i n m a c u l a d o y heroico esplritualis-
c r a t e s le costó el beber la cicuta su todo u n pueblo postrado á sus plan- estado de cosas en la g e n t e i l u s t r a d a , mo á los hombres de s u s a b o m i n a b l e s
a t r e v i m i e n t o de p r o c l a m a r l a ; y P l a - t a s , y oirse l l a m a r con el n o m b r e de tanto griega c o m o r o m a n a , no fueron placeres. L o q u e noto a n t e s bien es
t ó n , para evitar esta m i s m a desgracia bajado del cielo ( c a t a b a i t e s ) , vestirse á tendencias a l m o n o t e í s m o , sino á la que á la conservación de tal estado d e
en su propia persona, se vio precisado la m a n e r a de B a c o , y g o z a r s e á la negación c o m p l e t a de la Divinidad y cosas conspiraban fuertemente l a s
á servirse de e n i g m a s e n s u s c a r t a s . par con los privilegios celestiales y al refinamiento c o n s i g u i e n t e d e los pasiones h u m a n a s de todos c u a n t o s
«Me hallo en la precisión, escribía á con l a s adoraciones de la muchedum- goces sensuales. E l epicureismo e r a formaban aquella voluptuosa y m a t e -
Dionisio, de apelar á los e n i g m a s bre. ¿Qué n e g a r í a n á este ídolo los la filosofía q u e m á s privaba en t o d a rializada sociedad. L o s E m p e r a d o r e s
para h a b l a r t e , á fin de que, si llega á ' a t e n i e n s e s y l a s s e ñ o r a s d e Atenas? la gente principal de la sociedad, q u e e s t a b a n interesados en la tal c o n s e r -
c a e r esta c a r t a en m a n o s d e a l g ú n E s t e derecho divino n o e r a de un es la que suele d a r el tono á las o t r a s vación, porque en ella g o z a b a n de los
profano, no pueda ser e n t e n d i d a . » 1 precio mediocre á los ojos de aquel clases y acaba de ordinario por hacér- honores celestiales y g o b e r n a b a n en
que t o m a b a los lugares m á s sagra- selas s e m e j a n t e s en las ideas y cos- la tierra como señores o m n i p o t e n t e s ;
E s t o es lo q u e sucedía trescientos
d o s del P a r t e n o n p a r a t e a t r o d e sus tumbres. los sacerdotes, porque explotaban á su
a ñ o s a n t e s de J e s u c r i s t o , después q u e
obscenidades y o r g í a s . C o n l a ayuda Reconoce esta e v i d e n t í s i m a verdad sabor, con aquella religión t a n grosera,
el g r a n N a b u c o d o n o s o r h a b í a hecho
del orgullo por u n a p a r t e , y con el el mismo a u t o r á quien e s t a m o s refu- la necia credulidad del vulgo, vivien-
l e v a n t a r en el c a m p o D u r a , provincia
influjo d e las bajezas siempre infati- tando. E n el m i s m o capítulo citado, do de s u s sacrificios y ofrendas; la
' <I>paox¿ov <¡-f\ ata Se' átvi-^Giv/tv' Sv TfíjSáX- hablando sobre este a s u n t o , escribe g e n t e a m i g a de placeres, porque con
1
Hiuncey, Hisloire dit monde, tom. IV, lih. IX,
las siguientes p a l a b r a s : «Cuando el t a n i n m u n d a s divinidades n a d a t e n í a n
parte II. cinquiémen périoile.
52 REALIDAD HISTÓRICA D E L O S MILAGROS OBRADOS EN EL ESTABLECIMIENTO DEL CRISTIANISMO. 53

que violentarse p a r a ser perfectos i m i - P o r eso el C r i s t i a n i s m o n o pudo con a q u e l l a peste de la república, como de m a n e r a q u e , p a r a establecerse
tadores de s u s dioses, y porque l a s alcanzar pacífica posesión en el m u n - ellos l l a m a b a n á los discípulos de aquél en la sociedad y ser ésta d e -
ideas de otra vida m á s perfecta q u e do sino después de u n a l u c h a la m á s Cristo. ¿ E r a ésta t a n b u e n a d i s p o s i - r r u m b a d a , e r a preciso practicar la r e -
la presente eran p a r a ella v a n a s i l u - e n c a r n i z a d a y p e r t i n a z q u e s e vio ción de á n i m o p a r a a b a n d o n a r los volución m á s e s p a n t o s a y e n t e r a m e n -
siones de rústicos necios; los pobres obligado á sostener c o n t r a todos estos falsos dioses y a b r a z a r s e con el Dios t e radical q u e j a m á s h a b í a n conocido
é i g n o r a n t e s , que formaban la g r a n e l e m e n t o s d u r a n t e el largo período de de los cristianos? ¿ E r a esto d e s a r r o - los siglos, imposible de ocurrirsele á
m a y o r í a de la sociedad, porque se t r e s siglos e n t e r o s ; lucha terrible y llarse e s p o n t á n e a m e n t e e n los pueblos filósofo a l g u n o de c u a n t o s h a s t a e n -
h a l l a b a n bien con aquellas d i v i n i - n u n c a v i s t a en los fastos de la his- la t e n d e n c i a h a c i a las ideas del m o - tonces h a b í a n existido, m á s imposible
dades a n t i g u a s , y sobre t e n e r l a s , en toria, en la cual los cristianos c o m - noteísmo; c u a n d o , al cabo d e t a n t o todavía de ser r e a l i z a d a con las p u r a s
su ignorancia, por v e r d a d e r a s , con- batían d e r r a m a n d o v o l u n t a r i a m e n t e tiempo de lucha, y á pesar de h a l l a r - fuerzas n a t u r a l e s , y e m p r e n d i d a sin
t e m p l a b a n en ellas s u s propias pasio- su s a n g r e , y perecían á m a n o s de sus se el C r i s t i a n i s m o en g r a n m a n e r a e m b a r g o y ejecutada por doce m i s e -
n e s divinizadas, pudiendo e n t r e g a r s e , verdugos en medio de los t o r m e n t o s floreciente en medio de t a n horrorosas ' rables p e s c a d o r e s , i g n o r a n t e s , d e s c o -
por consecuencia, á su i m i t a c i ó n , á m á s inauditos, sin oponer la m e n o r persecuciones, a b o g a b a n todavía los nocidos y desprovistos de toda h u m a -
la práctica de los placeres m á s obsce- resistencia á s u s verdugos, sino antes filósofos del p a g a n i s m o , C e l s o , P o r - n a protección y amparo? ¿Por q u é n o
nos y al libertinaje m á s desenfrenado; bien r o g a n d o por ellos al Dios de las firio, J u l i a n o , p o r los ridículos dioses decir ni u n a p a l a b r a de los dieciocho
los filósofos, en fin, ya por acomodar- misericordias; l u c h a maravillosa, en de Platón? millones de m á r t i r e s que tuvo q u e
se, según su c o s t u m b r e , en esta parte que la s a n g r e de los cristianos se d e - F á c i l m e n t e se fabrica u n a idea bri- ver sacrificados e n el t o r m e n t o l a
al g u s t o de la m u l t i t u d hablándole de r r a m a b a á torrentes y perecían á m i - llante con el objeto de ilusionar á Religión cristiana d u r a n t e el espacio
sus divinidades en la forma por ella llares en los cadalsos los discípulos los lectores, dejando sin explicar los de tres siglos para q u e d a r por fin
apetecida, ya por querer h a l a g a r á los del Crucificado, m u y c o n t e n t o s y go hechos de la historia q u e , mirados dueña del c a m p o contra el p a g a n i s m o ?
E m p e r a d o r e s , ya por la secreta envi- zosos de padecer m u e r t e afrentosa de frente y e n s u totalidad, sobreco- ¿Por q u é p a s a r en silencio aquella
dia de no haber sido ellos los p r i m e - por testificar la divinidad y santidad gen y e s p a n t a n c o n su grandeza. S e profecía de J e s u c r i s t o , en la cual e s -
ros en p r o c l a m a r la idea de D i o s , de la revelación cristiana; lucha sor- quiere p r e s e n t a r el e s t a b l e c i m i e n t o t a b a vaticinado este triunfo, d i c i é n -
viéndose en esto precedidos y s o b r e - p r e n d e n t e sobre toda p o n d e r a c i ó n , en del Cristianismo en el m u n d o como dose que había de ser quitado d los
pujados por unos pobres é i g n o r a n t e s q u e la horribilidad d e los t o r m e n t o s , una cosa m e r a m e n t e n a t u r a l ; p a r a judíos el reino de Dios, ó sea la Iglesia,
galileos, gente vil, en su concepto, y lo cruel y d u r o de las persecuciones, esto se le despoja de todo aquello q u e para ser entregado á la gentilidad, la
la m á s detestable por s u s c r í m e n e s ; lo ignominioso del n o m b r e cristiano, pudiera chocar en su desenvolvimien- cual con esto había de practicar obras de
y a sobre todo, y m u y p r i n c i p a l m e n t e , lo penoso é i n a g u a n t a b l e de la mise- to con l a s pasiones de los h o m b r e s y gran santidad, y a ñ a d i é n d o s e que cuan-
por parecerles u n a insigne necedad la ria y pobreza sufridas por abrazarse con los d i c t á m e n e s orgullosos d e la tos fuesen contra este reino así estable-
fe en un Dios hecho h o m b r e y colgado con la cruz de C r i s t o , no r e t r a í a á los falsa filosofía. Se saca á plaza sola- cido quedarían destrozados, y que á
en u n a cruz por los pecados de los hombres de correr á b a n d a d a s al Cris- mente lo que podía en a l g u n a m a n e r a cuantos él acometiese quedarían entera-
mortales. t i a n i s m o , pudiendo decir con esta favorecerle, si estuviera aislado de mente deshechos! ¿Por q u é no c o n t a r
1

E s t a idea e r a e n t e r a m e n t e n u e v a ocasión T e r t u l i a n o q u e la s a n g r e ver- todo lo d e m á s r e p u g n a n t e y difícil, á la t a n a s o m b r o s a m e n t e rápida p r o p a -


p a r a ellos, y t a l q u e les c a u s a b a u n a tida en el suplicio p a r a testificar á Je- saber: la idea del m o n o t e í s m o , t a n r a - gación del C r i s t i a n i s m o al t r a v é s de
especie de horror, como lo n o t ó el sucristo e r a semilla de nuevos cris- cional y conforme á la razón h u - estos invencibles obstáculos, que y a el
apóstol S a n Pablo, c u a n d o al h a b l a r t i a n o s : Sanguis marlyrum semen est mana, y la feliz casualidad (?) d e unir- m i s m o apóstol S a n P a b l o p u d o escri-
del concepto que d e Cristo tenían for- christianorum. se firmemente entre sí las p a r t i c u l a r e s bir á los r o m a n o s diciéndoles que su fe
m a d o los judíos y g e n t i l e s , escribía á Y a d v i é r t a s e que en t a n atroz per- iglesias, y formar de esta m a n e r a un era anunciada en el universo mundo , 1

los fieles de Corinto estas p a l a b r a s : secución por p a r t e de los gentiles, solo cuerpo c o m p a c t o y poderoso; y y el e v a n g e l i s t a S a n Marcos p u d o e s -
«Los j u d í o s nos piden milagros, los t a n t o los E m p e r a d o r e s c o m o los sa- con esto ya se tiene el efecto expli- cribir en su E v a n g e l i o q u e los Após-
griegos b u s c a n sabiduría; m a s n o s - c e r d o t e s , así el pueblo c o m o los filó- cado. Mas ¿por q u é no decir u n a sola toles, en c u m p l i m i e n t o de su misión,
otros p r e d i c a m o s á J e s u c r i s t o crucifi- sofos, trabajaron con u n a tenacidad palabra de l a oposición q u e e n c o n t r a - e n c o m e n d a d a por J e s u c r i s t o al s u b i r -
c a d o , escándalo p a r a los j u d í o s y n e - v e r d a d e r a m e n t e infernal p a r a acabar ban los d o g m a s del C r i s t i a n i s m o , e n s e á los cielos, predicaron por todas
cedad p a r a los gentiles; pero Cristo especial el de la cruz, en las inteligen- partes, cooperando el Señor y confirman-
de Dios y virtud y sabiduría de D i o s célente obra alemana de Franz Hettinger, traduci- cias de los sabios? ¿Por q u é callar do con milagros su palabra?
da al francés por los Sres Julián Lalobc de Fel.
para los que de entre los j u d í o s y g e n - court y J. l i . Jeaunin. Su titulo es Apologie du la contrariedad absoluta que existía
E s t o s son hechos t a n s o b e r a n a -
tiles h a n sido l l a m a d o s á la fe.» ' entre todas las doctrinas y c o s t u m -
Chrislianisme, par Franz Hettinger; consta de cinco mente grandes , tan h u m a n a m e n t e
tomos en 4.", el artículo citado está en el último bres, así m o r a l e s c o m o religiosas, del
1
I Cnr., cap. .1, vers. 22-23. Véase el impor- tomo. Esta obra se halla ya traducida A nuestra Cristianismo y de l a religión p a g a n a , i Mallh., cap. X X I , vers. 43-44.
tante capítulo Clirisiianisme et paganisme de la ex- lengua, en lo relativo i la Teología Fundamental. Rom., cap. I, vesr. 8.
!
54 R E A L I D A D HISTÓRICA D E LOS MILAGROS OBRADOS
EN E L ESTABLECIMIENTO D E L CRISTIANISMO. 55
i n c o m p r e n s i b l e s , q u e en v a n o preten- su excelente o b r a i n t i t u l a d a Las ver- tones, á los c i m b r o s , á los g e r m a n o s , dor q u e hiciese á su pueblo dueño de
derán los r a c i o n a l i s t a s paliarlos y daderas actas de los mártires, documen- recapitulando su n a r r a c i ó n con estas todo el m u n d o .
d i s i m u l a r l o s con s u s artificiosas omi- tos irrefragables que confirman la opi- palabras: Atque, til semel dicam, omne S u e t o n i o c u e n t a en otro lugar q u e
1

siones. E n vano se p r e t e n d e r á t a m - nión c o m ú n de los fieles. hominum gemís nationesqne omnes in- ya bajo el imperio de Claudio las
poco explicarlos, si no es recurriendo Otro t a n t o se h a querido hacer con duxerunt piscatores nostri et publicani, d i s p u t a s de los judíos r e l a t i v a s á J e -
á la única explicación aducida por los la propagación portentosa del C r i s - ut Crucifixi leges acciperent. E n A r a - sucristo habían sido c a u s a de q u e se
1

c r i s t i a n o s . L a realidad d e los m i l a - t i a n i s m o , rebajándola y d i s m i n u y é n - bia se celebraron Concilios ya en los les expeliese de R o m a . E l apareci-
gros hechos por J e s u c r i s t o y s u s Após- dola p a r a que pudiese e n t r a r en la es- tiempos de Orígenes, siendo este sabio m i e n t o de m u c h o s falsos mesías es
toles en p r u e b a de su divina misión, fera de los fenómenos n a t u r a l e s . Pero llamado á ellos c o m o doctor; en P e r - t a m b i é n notado por Josefo y Celso *.
se impone aquí con u n a fuerza i r r e - este i n t e n t o es t a n m a r c a d a m e n t e a b - sia, ya desde el c u a r t o siglo sufrió Josefo escribe, como S a n L u c a s , q u e
sistible. E n efecto; el a r g u m e n t o de surdo, que sólo él basta, sin otro docu- grandes persecuciones la I g l e s i a , la bajo el presidente Quirino se i n t e n t ó
S a n Agustín no tiene v u e l t a , y en m e n t o a l g u n o , p a r a convencer á los cual por lo m i s m o debía y a hallarse hacer u n c a t a s t r o de t o d a la J u d e a , lo
vano se a t o r m e n t a r á n los incrédulos racionalistas de su m a l a fe. Y a S a n allí m u y extendida. S a n J u s t i n o , hacia cual excitó u n a sedición general *. J u -
p a r a darle u n a solución satisfactoria. Pablo escribía en su tiempo á los Ro- la mitad del s e g u n d o siglo del Cris- liano habla de la m i s m a cosa sin
Si la Religión c r i s t i a n a se estableció m a n o s que la fe p o r ellos profesada tianismo, escribe en su Diálogo con ponerla en duda *. Macrobio refiere
en el m u n d o , al c a b o de tres siglos era a n u n c i a d a en el universo m u n d o ; Trifón, n. 1 1 7 , las siguientes pala- como u n hecho público y notorio e n
d e e n c a r n i z a d a l u c h a , sin haberse y S a n Mateo refiere en su E v a n g e l i o bras: «No existe clase a l g u n a de gen- la ciudad de R o m a la m a t a n z a de los
verificado en su favor milagro a l g u n o , que los Apóstoles predicaron la buena tes, ya sean de los g r i e g o s , ya de los niños inocentes y del m i s m o hijo de
v e r d a d e r a m e n t e este fenómeno es de nueva por t o d a s p a r t e s , confirmando bárbaros, ya de cualquier n o m b r e que H e r o d e s , ejecutada por este tirano en
los m á s milagrosos que se pueden Dios su predicación con milagros m a - sean, como los h a m a x o b i o s , q u e h a - la J u d e a p o r q u i t a r la vida á Jesucris-
i m a g i n a r en el m u n d o , y supera su nifiestos. S a n Pedro recorre el P o n t o , bitan e n c a r r o s , ó los n ó m a d a s , q u e to . Celso hace mención de este m i s -
5

maravillosidad á los m i s m o s milagros la G a l a c i a , la B i t i n i a , la Capadocia y no tienen c a s a s , ó los s c e n i t a s , q u e mo h e c h o sin poner oposición a l g u -


creídos por los cristianos. los pueblos del A s i a ; funda por sí pastorean los r e b a ñ o s y viven e n t i e n - n a . C a l c i d i o , filósofo platónico del
6

¿Así se d e r r a m a n t o r r e n t e s de san- m i s m o la iglesia de Antioquía; m a n - das, d o n d e n o se h a g a n g r a c i a s al c u a r t o siglo, refiere con señales de


g r e p a r a defender u n o s hechos falsos da á su discípulo Marcos á Alejandría Padre y Criador d e t o d o s p o r el n o m - veneración y e s t i m a la aparición de la
é i n v e n t a d o s , c u a l e s dicen los racio- para q u e h a g a lo m i s m o en aquella bre del Crucificado.» D e l a m i s m a estrella que condujo á los Magos al
n a l i s t a s h a b e r sido los actos s o b r e - ilustre ciudad, y establece definitiva- suerte h a b l a n S a n I r e n e o , C l e m e n - pesebre donde s e h a l l a b a reclinado el
5

n a t u r a l e s atribuidos á J e s u c r i s t o ? m e n t e su C á t e d r a en R o m a , para te Alejandrino ' y T e r t u l i a n o *, a u t o - divino Infante, y l a adoración q u e


P a s a n de dieciocho millones los m á r - ejercer en ella el p r i m a d o de jurisdic- res, como s e s a b e , de l o s p r i m e r o s postrados éstos le rindieron . Celso, 1

tires que dieron la vida en medio de ción sobre toda la Cristiandad por siglos. conforme en esto c o n l o s j u d í o s , a c u s a
los m á s exquisitos t o r m e n t o s para medio de s u s sucesores h a s t a el fin
Pero volviendo á l a a u t e n t i c i d a d d e á J e s ú s de haber a p r e n d i d o la m a g i a
a t e s t i g u a r l o s . ¿Se creerá acaso posible del m u n d o . L o s d e m á s Apóstoles pre-
los milagros o b r a d o s p o r J e s u c r i s t o y e n t r e los egipcios, a d o n d e se h a b í a n
que t a n t o s h o m b r e s h a y a n sido t a n dicaron t a m b i é n cada u n o en aquella
sus Apóstoles, h a s t a los m i s m o s g e n - retirado con él s u s padres por huir de
necios despreciadores d e su vida, q u e parte del m u n d o que le tocó por suer-
tiles y j u d í o s la h a n reconocido, t e - la persecución de H e r o d e s *. L a p r e -
fuesen á perderla por defenderlos sin te, fundando allí s u s iglesias de cris-
niendo por verdaderos los h e c h o s dicación, virtudes y m u e r t e injusta
e s t a r p l e n a m e n t e convencidos de su tianos.
narrados en los E v a n g e l i o s . Así, s e - del B a u t i s t a nos las c u e n t a Josefo en
v e r d a d , sin ver en los que se los a n u n - E s un error m u y grave el del señor gún T á c i t o , S u e t o n i o y Josefo
5 6
por s u s Antigüedades judaicas *. D e los
ciaban pruebas evidentes é irrecusa- Draper decir q u e las condiciones políti- el tiempo en q u e n a c i ó J e s u c r i s t o se milagros d e J e s u c r i s t o h a b l a Celso
bles de su divino origen? E s t a s p r u e - ticas determinaron los límites de la nueva había esparcido el rumor, ya antiguo y en s u s dos primeros l i b r o s , o c u l t á n -
b a s eran los milagros manifiestos y religión, siendo éstos los del Imperio ro- constante, de que por e n t o n c e s debía
palpables que veían con s u s m i s m o s mano. E u s e b i o y T e o d o r e t o n o s r e -
1

salir de entre los judíos un conquista- ' Suetonio, in Claudio.


ojos ejecutarse en confirmación de fieren que el E v a n g e l i o había pasado ' Orígenes, Contra Celsum, lib. I , n . bO.
ellos. m á s allá del imperio de los Césares. 3 Josefo, Antigüedades judaicas, lib. X V I I I ,
1
Véase i Teodoreto, serm. 9, De legibus; y á cap. I.
F i n a l m e n t e , h a n i n t e n t a d o Dodvvel, E s t e último n o m b r a á los escitas, á Eusebio, Demonslral. evang., libro III, cap. V I I . 4
S. Cirilo Alejand., lib. V I , Contra Julionum.
G i b b o n , G u i z o t , Bayle y otros e s - los s á r m a t a s , á los indios, á los etío- 1
Iren., lib. I . Cont. liares., cap. X, n . 2 . 5
Macrobio, Saturna}., lib. I, cap. IV.
critores d i s m i n u i r el n ú m e r o de los pes, á los p e r s a s , á los chinos, á los
3
Ciernen. Alexand., Stromat., lib. V I . ca- 6 Orígenes, Contra Celsum, lib. 1, n. 58.
pitulo XVIII.
h i r c a n o s , á los b a c t r i a n o s , á los bre-
7
Calcidio, Commenl. in Tim.
m á r t i r e s c r i s t i a n o s ; pero el sabio 4
Tertnl., Apologel., cap. X X X V I I . 8
Orígenes, Contra Celsum, lib. 1, mims. 2&
R u i n a r t h a salido al e n c u e n t r o de 5
Tácito, Hisl., lib. V, cap. XIII. y 67.
" Sueton., in Vespas.
t o d a s s u s cavilaciones, t r a y e n d o , en Josefo, Antigüedades judaicas, lib. XVIII,
0
1
Draper, /. c , cap. I I .
~ Josefo, De bello jud., lib. VI, cap. X X X I . cap. V I I .
56 REALIDAD HISTÓRICA D E LOS MILAGROS OBRADOS E N HL ESTABLECIMIENTO BEL CRISTIANISMO.
57
dose bajo la p e r s o n a de u n j u d í o . 1
ble benevolencia, debió ser la ilusión romano, á San Ignacio m á r t i r , á S a n
la Iglesia s e m e j a n t e m a n e r a - d e com-
Bergier, después de copiar por e x - de estos pobres h o m b r e s m u y extraor- Policarpo y á P a p i a s , autores del p r i -
probar la inocencia? Saquen los ra-
t e n s o las m i s m a s p a l a b r a s de Celso dinaria; pues se les desaparecieron el mer siglo, c o e t á n e o s d e los m i s m o s
cionalistas algún d o c u m e n t o oficial
referidas por O r í g e n e s , cuyos lugares pez y el p a n a l , j u n t a m e n t e con la vi- Apóstoles y discípulos suyos; á S a n
de algún Concilio universal presidido
a c a b a m o s de citar, dice con profunda sión que se los h a b í a devorado, y ellos Justino, filósofo y m á r t i r ; á A t e n á -
y g o b e r n a d o por el P a p a , ó del P a p a
verdad y exactitud m a r a v i l l o s a : «Cel- á su vez m a t a r o n s a b r o s a m e n t e el goras, S a n I r e n e o , C l e m e n t e A l e j a n -
m i s m o h a b l a n d o ex cathedra, sobre
so, como se ve, no era m á s comedido h a m b r e con s o m b r a s y f a n t a s m a s de drino, T e r t u l i a n o , eruditos t o d o s y
esta m a t e r i a y a p r o b a n d o tal género
en s u s p a l a b r a s que los incrédulos de peces, a s a d o s t a m b i é n en s o m b r a s y sabios, los cuales vivieron desde prin-
de acciones. E n t o n c e s , y sólo e n t o n -
n u e s t r o s días; ellos h a n copiado s u s f a n t a s m a s de fuego. cipios del siglo s e g u n d o h a s t a p r i n c i -
ces, h a b r á n probado que la Iglesia e n -
objeciones y su estilo. E s t e filósofo D e l d e s e o ' v a n o de e n g a ñ a r á sus pios del t e r c e r o ; á E u s e b i o Cesariense,
s e ñ a y a p r u e b a t a l m o d o de investi-
t e n í a á la vista el E v a n g e l i o , cuya secuaces, atribuido á los Apóstoles, historiador d e g r a n nota, y á Orígenes,
gar la verdad, t a n irracional y c o n -
historia sigue s u m a r i a m e n t e . Opone n a d a se diga, c u a n d o s a b e m o s que t o - de pasmosa erudición y sabiduría, en
trario á las leyes de la s a n a p r u d e n -
á los milagros de J e s u c r i s t o : i . ° , que dos ellos dieron su vida y su sangre el tercer siglo de la Iglesia; y así se
cia. Mientras n o h a g a n esto, pierden
no son a t e s t i g u a d o s sino por s u s m i s - por a t e s t i g u a r la verdad de los hechos puede ir c o n t i n u a n d o el c a t á l o g o , des-
el t i e m p o m i s e r a b l e m e n t e en necias
mos discípulos, los cuales los han que referían, sin esperar de su m u e r t e , cendiendo por los siglos posteriores
d e c l a m a c i o n e s , sin tocar á la Iglesia
exagerado n o t a b l e m e n t e ; 2 . , que J e -
0
fatigas y trabajos utilidad a l g u n a . hasta nuestros d í a s .
1 en lo m á s m í n i m o .
s ú s los h a obrado por medio de la A s e m e j a n t e s necedades responderá Después de todo esto — y n ó t e s e
¡Ah! que en los d o c u m e n t o s oficia-
m a g i a con la invocación y auxilio de siempre el sentido c o m ú n con aquella que no h e m o s t o c a d o t o d o s los a r -
les dichos hallarían todo lo contrario
los d e m o n i o s ó genios; 3 . , que otros
0
profunda s e n t e n c i a de P a s c a l : Gús- gumentos q u e aducen los católicos de lo que ellos desean, es decir, la
i m p o s t o r e s h a n hecho t a m b i é n cosas tanme los testigos que se dejan dego- para probar el divino origen de nues- expresa reprobación y prohibición de
s e m e j a n t e s , á las cuales prohibe Jesu- llar *. tra s a g r a d a Religión —¿qué p u e d e n tales b a r b a r i d a d e s . P o r eso g u s t a n
1

cristo prestar fe. E n c u a n t o á su r e - Nada d i r e m o s de Porfirio, de H i e - valer las l e v í s i m a s b a g a t e l a s á q u e m á s de c a l u m n i a r al C r i s t i a n i s m o ,


surrección, dice Celso que s u s discí- rocles y del a p ó s t a t a J u l i a n o , porque recurre el profesor a m e r i c a n o p a r a a t r i b u y e n d o á la Iglesia lo que n o es
pulos no vieron sino un f a n t a s m a , ó no q u e r e m o s a l a r g a r n o s d e m a s i a d o en burlarse de los milagros? ¡Que en la sino de a l g u n o s i g n o r a n t e s m i e m b r o s
q u e h a n i n v e n t a d o ellos u n a p a t r a ñ a este capítulo; n a d a t a m p o c o de los Edad Media se r e c u r r í a al m i l a g r o suyos '.
p a r a e n g a ñ a r á sus secuaces.» 5
j u d í o s , en cuyos libros t a l m ú d i c o s se como único m e d i o de c o m p r o b a r la
T o d a v í a es m á s necio lo que se dice
Así discurría aquel filósofo incrédu- a d m i t e n como ciertos los m i l a g r o s de inocencia; que los milagros a b u n d a n
de la a b u n d a n c i a de milagros en t i e m -
lo, a t r i b u y e n d o á la m a g i a los m i l a - Jesucristo en razón de h e c h o s ver- entre los c r i s t i a n o s , c u a n d o no son
! po de n i n g u n a necesidad, y de la a b -
g r o s de J e s ú s . P o r lo que h a c e al d a d e r a m e n t e s o b r e n a t u r a l e s . Véalos necesarios, y luego, en el t i e m p o de
soluta escasez en los casos n e c e s a -
f a n t a s m a soñado por este r a c i o n a l i s t a quien guste todos r e u n i d o s en B e r - la necesidad, n o se h a c e ni uno solo,
rios. Dios h a c e los milagros cómo y
en el delirio de su i m p í a i n c r e d u l i d a d , gier, párrafos 8, 9 y 10 del l u g a r ci- y que así sucedió c u a n d o los p e r s a s
c u a n d o m á s le a g r a d a á su infinita
bien p o d e m o s decir que f a n t a s m a s t a d o , donde hallará los testimonios se apoderaron de J e r u s a l é n y se l l e -
s a b i d u r í a , y para los fines que E l se
c o m o é s t o s , que dan origen en el m á s claros de todos estos g e n t i l e s y varon la s a n t a Cruz! ¿A qué vienen
sabe en su s a p i e n t í s i m a providencia.
m u n d o á hechos t a n portentosos y sa- judíos en favor de la verdad de los mi- semejantes p a p a r r u c h a s ? Si los bár-
N a d a , p u e s , tiene de e x t r a ñ o el que
l u d a b l e s , deben ser de u n a condición lagros dichos, en razón de hechos baros en la E d a d Media recurrían al
1 quiera hacer a l g u n o p a r a atender á
m u y especial. C i e r t a m e n t e , c u a n d o reales y obrados por fuerza superior milagro por medio del duelo, del a g u a
| las súplicas ó necesidades p a r t i c u l a -
J e s u c r i s t o se apareció á sus discípulos á la de los agentes de la naturaleza. fría y del fuego p a r a c o m p r o b a r la
res de a l g u n o s , m i e n t r a s deja á los
en el C e n á c u l o , y en presencia de ellos I n ú t i l j u z g o d e t e n e r m e en probar inocencia, m i r a d a la cosa en sí, obra-
e n e m i g o s de s u Iglesia triunfar v i c -
comió parte de un pez y de un panal de que los P a d r e s de los primeros siglos ban b á r b a r a m e n t e y c o m o ellos e r a n ,
toriosos e n lo m a t e r i a l , destruir los
miel que le p r e s e n t a r o n á petición tenían t a m b i é n por verdaderos los porque se p o n í a n á t e n t a r á D i o s con
t e m p l o s y a p o d e r a r s e de las c o s a s
s u y a ; c u a n d o se les volvió á a p a r e c e r hechos que se e n c u e n t r a n narrados tal género de c o n d u c t a . C u a n d o m á s ,
m á s s a g r a d a s por motivos altísimos
n u e v a m e n t e á la orilla del lago de T i - en los cuatro E v a n g e l i o s : sobre la su ignorancia y su pueril simplicidad
que E l se sabe ' . L o s católicos no j u z -
beríades y les dio á c o m e r u n o s peces, verdad de estos hechos d e s c a n s a b a su los excusaría, n o viendo ellos pecado
que t e n í a a s a n d o en el fuego, con fe y la de toda la Iglesia, c o m o des- en tales acciones.
g r a n d e s m u e s t r a s de cariño y de a m a - cansa en n u e s t r o s d í a s . Consulte, Por lo d e m á s , ¿cuándo h a e n s e ñ a d o el 1artículo Véase en el Diccionario Apologético de Jaugey
Juicios de Dios, donde se Irata más lar-
quien quiera convencerse de la verdad gamente sobre este asunto.
Sabido es que los católicos recobraron la cruz
1
1
Orígenes, Contra Celsum, lib. VI, núnis. 28 de nuestro a s e r t o , á S a n Clemente 1
Véase sobre esta materia la reciente obra
del Salvador, liaóbndo vencido llcraclio en tres
y 38; lib. I , n. 41 y siguientes; lib. II, n. 4 7 . del P. Perrone, intitulada: De D. JV. Jesu-Cliristi
batallas consecutivas á Cosroes, cuando éste se ba-
5
Bergier, Tratado lúsl.-dogma!., etc., parte 1 J'aime des témoins qui se fonl égorger. (Pen- divinilale adversus hvjus aetatis incrédulos, ralio-
ilaba muy envalentonado con sus triunfos. Sabido
cera, cap. I I , 1 , par. 8 . séis de Pascal.) mlislas el mythicos, libro I I I .
es también que este malvado rey persa fué asesi-
58 REALIDAD HISTÓRICA D E LOS MILAGROS OBRADOS
EN HL ESTABLECIMIENTO D E L CRISTIANISMO. 59
g a m o s de las p e r s o n a s y de las cosas s u s p l a n t a s las e m b r a v e c i d a s olas que No quiero dejar aquí sin el debido
los h o m b r e s perversos l e v a n t a n con- dos cuerpos de los S a n t o s Gervasio y
por la prosperidad m a t e r i a l que las correctivo la i n s i g n e c a l u m n i a con
t r a ella, enfureciéndose un m o m e n t o P r o t a s i o , que yacían desconocidos en
a c o m p a ñ a , sino por la virtud y s a n t i - que el d e p r a v a d o escritor a m e r i c a n o
en vista de sus s a n t í s i m a s a m o n e s t a - la basílica de Milán; y como con oca-
dad de que se p r e s e n t a n a d o r n a d a s . mancha la m e m o r i a del s a n t í s i m o y
ciones, y d e s a p a r e c i e n d o luego para sión de este d e s c u b r i m i e n t o los m á r -
L e j o s de v a l e m o s de un tal criterio, sapientísimo D o c t o r de la Iglesia S a n
n o reaparecer j a m á s . Las puertas del tires dichos hubiesen hecho varios
t e n e m o s s i e m p r e fijas en la m e m o r i a Ambrosio. E n el capítulo V I I I de su m i l a g r o s reales y verdaderos, que los
y en el corazón aquellas p a l a b r a s del infierno no prevalecerán contra ti , le 1

desventurado libelo escribe de este arríanos no podían n e g a r , siendo ellos


Apóstol: Todos los que quieren vivir h a dicho su divino F u n d a d o r . Tú ilustre D o c t o r que en su disputa contra incapaces al m i s m o tiempo de hacer
piadosamente ajustando su vida á la de eres, le a ñ a d e , la piedra desprendida los arríanos presentó posesos que, al con- otros s e m e j a n t e s , dieron estos h e r e j e s
Cristo Jesiis, padecerán persecución '; y del monte del cielo sin industria de hom- tacto de las reliquias de ciertos mártires, en decir que S a n Ambrosio h a b í a S O '
aquellas otras de n u e s t r o divino S a l - bre *, y te hallas colocada en el mundo se pusieron á dar grandes gritos diciendo b o r n a d o á los testigos con d i n e r o . M a s
vador: En el mundo tendréis apretura *; para signo de los pueblos , signo de 3

que la doctrina del concilio de Nicea, re- el pueblo , q u e veía con s u s ojos lo
no es mejor el discípulo que su maestro; salud y de resurrección para muchos, de lativa á la Trinidad, era verdadera; pero q u e p a s a b a , y p r e s e n c h b i el h e c h o
si me han perseguido á mí, también á contradicción y de escíndalo y ruina
que los arríanos le acusaron de haber so- real y verdadero de haber a d q u i r i d o
vosotros os perseguirán . L o que s a b e - para otros . Tú eres la piedra, le ha
3 4

bornado á estos testigos infernales con la vista r e p e n t i n a m e n t e , con sólo el


m o s , sí, con certeza es que de t o d a s d i c h o en fin, que hará pedazos á todo una gruesa suma de dinero. Y l u e g o , c o n t a c t o de las d i c h a s reliquias , un
e s t a s t r i b u l a c i o n e s c a d a u n o p u e d e , cuanto diere contra ella, y desmenuzará uniendo su acusación á la de los h e - ciegro de n a c i m i e n t o , á quien s i e m p r e
si quiere, salir t r i u n f a n t e ; n o , llenán- y convertirá en polvo á aquello sobre que rejes dichos, concluye con esta epifo- h a b í a conocido d e s t i t u i d o de ella,
dose de riquezas y de bienes t e m p o - ella cayere . s

nema: Empezaban ya á estar en uso las supo m u y bien á que a t e n e r s e : des-


r a l e s , que J e s u c r i s t o n o h a venido al E s t o es lo que s a b e m o s los católi- ordalías.—¿Dónde se h a visto s e m e - preció las c a l u m n i a s de los herejes
m u n d o á e n s e ñ a r n o s la m a n e r a de cos, y lo e s t a m o s leyendo, n o sólo en jante género de crítica, decir q u e a c u - y se confirmó en la fe de J e s u c r i s t o ,
enriquecernos, sino a d o r n á n d o n o s de t o d a s las p á g i n a s d e la h i s t o r i a a n t i - saron s i m p l e m e n t e los e n e m i g o s á su cesando desde entonces de perseguir
virtudes , que son los bienes m á s g u a , sino t a m b i é n en los h e c h o s to- adversario, sin n o t a r q u e probasen al S a n t o la reina de S i r m i o , J u s t i n a ,
apreciables y d i g n o s del h o m b r e , p r o - davía recientes de la n u e s t r a . L a Igle- con testimonios fehacientes la l e g i t i - p a t r o c i n a d o r a de los a r r í a n o s .
c u r a n d o e s p e c i a l m e n t e adquirir la sia tiene h o y a p r e t u r a , c u a l n u n c a la midad de su a c u s a c i ó n ; y luego p r o -
preciosa y heroica virtud de la pacien- h a tenido d e s p u é s de la d e r r o t a del O i g a m o s cómo cuenta todo el s u -
nunciarse en favor d e éstos, a u n q u e
cia. Por eso o í m o s frecuentemente en p a g a n i s m o ; pero con la d i v i n a virtud ceso P a u l i n o , a m a n u e n s e del m i s m o
se sepa ser la p e r s o n a a c u s a d a de u n a
la Misa aquellas p a l a b r a s de n u e s t r o del q u e la sostiene c u m p l i e n d o su San Ambrosio, en una carta q u e , d e s -
conducta i n t a c h a b l e , y que n o h a b r í a
divino Salvador: In patientia vestra celestial p r o m e s a , v e n c e siempre , pués de m u e r t o el S a n t o , dirigió á
cometido u n a iniquidad por todo el
possidebitis animas vestras. q u e d a n d o en pie, firme y vigorosa en San Agustín refiriéndole en breve lo
oro del mundo? Pero t a l m a n e r a de
medio de las idas y v e n i d a s de las m á s principal de la vida, v i r t u d e s y
L o que sí s a b e m o s t a m b i é n es que discurrir es m u y frecuente en los ene-
d o c t r i n a s r a c i o n a l i s t a s é i m p í a s , que, m i l a g r o s del i n s i g n e Obispo, s e g ú n l a
la Iglesia en todos t i e m p o s h a de ser migos de la Religión Católica, cuan - '
á m a n e r a de o l a s h i n c h a d a s , se pre- h a b í a presenciado con s u s m i s m o s
c o m b a t i d a , pero n u n c a vencida. P o r - do se t r a t a de poner a r g u m e n t o s
s e n t a n un m o m e n t o en el alborotado ojos.
q u e la Iglesia, cual roca inmoble c o - contra ella. L o cual prueba una falta
m a r del m u n d o p a r a b r a m a r desafo- L a c i t a d a c a r t a s e e n c u e n t r a á la
locada por la m a n o de Dios en m e d i o completa de razones sólidas para
r a d a s c o n t r a ella y luego deshacerse cabeza de l a s o b r a s del S a n t o , sir-
del O c é a n o de este m u n d o , perpetua- opugnarla, puesto que se recurre á
por c o m p l e t o , a b a t i d a s con el viento viendo de biografía del m i s m o , y p u e -
m e n t e alborotado por las pasiones tan miserables artificios. ¿Pero de qué
del desprestigio y con la sucesión de de verse en la Patrología latina de
h u m a n a s , verá s i e m p r e estrellarse á sirven tan oprobiosas iniquidades,
otras n u e v a s de la m i s m a especie . 6 Migne, t o m o X I V de toda la c o -
si no es para poner m á s en claro la
lección, y p r i m e r o de las obras de
nado por su hijo mayor de resultas de las tres men- < Malth., cap. X V I , vers. 18.
verdad p u r í s i m a que defendemos, y
San A m b r o s i o . Dice así , en los n ú -
cionadas derrotas. ¿Por qué no cuenta esto Draper, 5
Dan., cap. II, vers. 3 4 . que siempre han defendido los c a t ó -
y a q u e tanto se afana en ponderar los descalabros hai., cap. X I , vers. 10. meros 14, 15 y 16 : «Por este m i s m o
licos?
3

de los ejércitos cristianos sufridos en tiempo de 4


Luc, cap. I I , vers. 3 í . t i e m p o se aparecieron al s a c e r d o t e
Cosroes? La imparcialidad no es lo que más carac- '•> Malth., cap. X X I , vers. 44. San Ambrosio no p r e s e n t ó en dispu- (Ambrosio) los s a n t o s m á r t i r e s P r o -
teriza á los racionalistas. Sobre los designios de la 6
Véase en la citada obra del P . Perrone, volu-
ta alguna poseso de n i n g u n a clase, tasio y Gervasio. P o r q u e se h a l l a b a n
Providencia en permitir las guerras, léanse dos men III, sect. altera, el párrafo 3.° del articulo 2.'
cartas bellísimas de Donosu Cortés, para quien la perteneciente al eap. XI. En dicho párrafo, intitu- ni sobornó t a m p o c o á g e n t e perversa colocados en la basílica , en q u e hoy
guerra es en el plan divino un instrumento de ex- lado De multiplici Chrisli iñcloria ex cujnsvis spe- para que i n v e n t a s e m i l a g r o s en favor están los cuerpos de los m á r t i r e s N a -
piación y un medio de civilización de los pueblos. ciei incredulis, verán tratado magníficamente nues-
i II Tim., cap. 111, vers. 12. tros lectores este asunto de la victoria que está ad-
del C r i s t i a n i s m o . L o q u e sucedió fué bor y Félix ; pero m i e n t r a s estos dos
* Joan , cap. XVI, vers. 3 3 . quiriendo la Iglesia en nuestros días contra todos que en tiempo d e este O b i s p o v e n e - s a n t o s m á r t i r e s e r a n celebrados con
3 Malth., cap. X, vers. 2 1 . los esfuerzos de la incredulidad reunidos. rable fueron d e s c u b i e r t o s los sagra- m u c h a frecuencia d e g e n t e q u e visi-
6
KBALIDAD HISTÓRICA D E LOS MILAGROS OBRADOS B N HL E S T A B L E C I M I E N T O DEL CRISTIANISMO. 61
60

t a b a sus r e l i q u i a s , p e r m a n e c í a n des- riores á los j u d í o s . P o r q u e éstos de- i hacérsenos palpable y manifiesta: Iglesia m e d i a n t e el magisterio vivo
esta cosa es la falsedad intrínseca de de su Vicario el Pontífice R o m a n o ,
conocidos t a n t o los n o m b r e s como los cían del S e ñ o r que lanzaba los demo-
los dogmas cristianos. Si los e n e m i g o s ¿es acaso a b i e r t a m e n t e opuesta á la
cuerpos de los m á r t i r e s P r o t a s i o y nios en nombre de Beelcebub ( L u c a s ,
del Cristianismo nos hiciesen ver con s a n a razón h u m a n a ? L o s racionalis-
G e r v a s i o , en t a n t o grado que por en- cap. X I , v. 1 5 ) , y ellos afirmaban de
sus razones filosóficas ser falsos los tas, por s u p u e s t o , lo afirman con m u -
c i m a de s u s sepulcros p a s a b a n c u a n - los m á r t i r e s y del sacerdote de Dios
dogmas e n s e ñ a d o s por J e s u c r i s t o y cha a s e v e r a c i ó n , teniendo los m i s t e -
t o s querían llegarse á las rejas con no ser e c h a d o s los espíritus inmundos
conservados en la Iglesia Católica; rios cristianos por cuentos ridículos
q u e eran defendidos de todo atropello por la gracia de D i o s que obraba en
entonces, al i n s t a n t e , c o n v e n d r í a m o s y a b s u r d o s ; m a s en lo de aducir r a -
los sepulcros de los s a n t o s Nabor y ellos , sino haber sido forjada una
m e n t i d a posesión diabólica por unos con ellos en que las tales obras m a r a - zones que d e m u e s t r e n la rectitud de
Félix.
h o m b r e s c o m p r a d o s con dinero. Por- villosas no fueron verdaderos m i l a - s u s juicios, n o se hallan tan fuertes
«Pero a p e n a s fueron sacados los
que los d e m o n i o s d a b a n voces dicien- gros, y afirmaríamos con Celso y con y contundentes.
cuerpos de los s a n t o s m á r t i r e s , y c o -
do: Ya sabemos que sois mártires, y los los judíos deberse atribuir á la m a g i a V e a m o s a h o r a qué es lo que dice
locados en literas, m u c h o s enfermos
a r r í a n o s replicaban : No sabemos que y á la operación diabólica. la s a n a filosofía acerca de estos d o g -
recobraron m i l a g r o s a m e n t e la salud;
' seáis mártires... ¿Mas aducen tales a r g u m e n t o s los m a s e x a m i n a d o s á la luz de la razón
y un ciego, de n o m b r e S e v e r o , el cual
« E m p e r o D i o s , que a c o s t u m b r a ser racionalistas? L a doctrina e n s e ñ a d a n a t u r a l . P e r o esto pide y a capítulo
hoy día sirve religiosamente en la
por Jesucristo, y c o n s e r v a d a en su aparte.
m i s m a basílica l l a m a d a A m b r o s i a n a , liberal con su Iglesia en la concesión
a d o n d e fueron t r a s l a d a d o s los cuerpos de sus g r a c i a s , no p e r m i t i ó que fue-
d e los m á r t i r e s , no bien h u b o tocado sen sus S a n t o s i n s u l t a d o s por largo
el vestido de éstos, c u a n d o de repente t i e m p o de esta gente^ pérfida. Porque
recibió la vista. L o s que h a b í a n sido uno de la m i s m a m u l t i t u d arriana
c u r a d o s de la posesión del d e m o n i o , arriba indicada, a r r e b a t a d o súbita-
q u e se h a b í a apoderado de s u s cuer- m e n t e del espíritu i n m u n d o , comenzó
pos, volvían á s u s casas d a n d o á D i o s á c l a m a r q u e , en la m i s m a forma que
m u c h a s g r a c i a s . Con estos beneficios él era a t o r m e n t a d o , así lo serían tam-
d e los m á r t i r e s crecía la fe de lá Igle- bién c u a n t o s negasen á los mártires,
sia Católica, y á medida d e este c r e - ó no creyesen en la T r i n i d a d enseña-
cimiento iba d i s m i n u y e n d o la perfi- da por A m b r o s i o . Pero los arríanos,
d i a de los a r r í a n o s . confundidos con esta voz, en lugar de
convertirse y hacer u n a penitencia
«Por fin, desde este t i e m p o c o m e n -
digna de tal confesión, añadieron el
zó á apaciguarse la persecución, que
homicidio á la perfidia : mataron á
se encendía con el soplo y furor de
aquel h o m b r e y le arrojaron en una
J u s t i n a , e m p e ñ a d a en que fuera echa-
piscina.»
do de la iglesia el sacerdote ( A m -
brosio). H a s t a aquí las p a l a b r a s de San
»Sin e m b a r g o , d e n t r o del palacio P a u l i n o , por las cuales se ve clara-
l a m u l t i t u d de a r r í a n o s , que en él vi- m e n t e qué juicio d e b e m o s formar de
vía con J u s t i n a , hacía b u r l a de t a n t a la c o n d u c t a observada por el libre-
gracia como D i o s se h a b í a d i g n a d o pensador de Nueva York. No revien-
conceder á su Iglesia por los méritos tan de escrúpulos esta clase de gen-
de los m á r t i r e s de Jesucristo; y decía tes; a n t e s bien la c a l u m n i a les pa-
que el venerable varón Ambrosio h a - rece m u y a c e p t a b l e , c u a n d o con ella
bía g a n a d o con dinero á a l g u n o s hom- pueden inferir algún d a ñ o á la Iglesia
bres p a r a que fingiesen hallarse ator- de J e s u c r i s t o .
m e n t a d o s de los espíritus i n m u n d o s , U n a sola cosa podría poner en duda
y añadiesen á esto sentirse ellos m i s - la divinidad de los milagros obrados
m o s apremiados no menos de A m b r o - por J e s u c r i s t o y sus Apóstoles, y aun
sio que de los m i s m o s m á r t i r e s . h a s t a obligarnos á r e c h a z a r l a y á te-
«Mas esto decían los a r r í a n o s con ner estos hechos maravillosos por
boca j u d a i c a , m o s t r á n d o s e poco infe- o b r a s del espíritu m a l i g n o , si llegara
CONFORMIDAD D H LOS MISTERIOS D E L CATOLICISMO CON L A SANA RAZÓN. 63

dición discursivas con respecto á las s o l u t í s i m a , s u b s i s t e n t r e s P e r s o n a s ,


esencias de todos los seres s u p r a s e n - í n t i m a m e n t e relacionadas e n t r e sí, y
sibles, y m u c h o m á s respecto del Ser u n i d a s con estrechísima lazada, P a d r e
por excelencia, infinitamente superior
la u n a , H i j o la otra, y E s p í r i t u S a n t o
á todos los d e m á s , por g r a n d e s y le-
la tercera; que el P a d r e es principio
vantados que s e a n .
CAPÍTULO VII del Hijo y lo e n g e n d r a e t e r n a m e n t e
L a razón h u m a n a no puede c o n o - de su propia sustancia, c o n t e m p l á n -
cer á Dios sino l e v a n t á n d o s e á E l por dose y e n t e n d i é n d o s e á sí p e r f e c t a -
sus c r i a t u r a s , y formando, por c o n - m e n t e ; y q u e e s t a s dos d i v i n a s P e r -
CONFORMIDAD DE LOS MISTERIOS DEL CATOLICISMO
siguiente, un concepto de la D i v i n i - s o n a s , m i r á n d o s e y complaciéndose
CON LA SANA RAZÓN dad que d i g a e s e n c i a l m e n t e relación la u n a en la o t r a con inefable c o n t e n -
á los objetos criados, c o m o c u a n d o se to y gozo, se a m a n i n f i n i t a m e n t e : d e
nos r e p r e s e n t a bajo los conceptos de donde r e s u l t a u n a m o r recíproco y
Ser no producido por otro, p r i m e r o , s u s t a n c i a l , l l a m a d o E s p í r i t u S a n t o ,
a b s o l u t a m e n t e n e c e s a r i o , fuente y el cual procede de e n t r a m b a s c o m o
origen de todos los d e m á s , infinita- de único principio; que t o d a s tres son
MffiN v a n o a d u c i r í a m o s los católi- que t e n g a m o s u n a idea exacta de k mente superior en perfección á t o d o s iguales en todo , eterno el P a d r e ,
5 j 3 s j ¡ eos, como lo d e j a m o s a p u n t a d o proporción que g u a r d a toda la doc- los seres finitos capaces de salir de eterno el H i j o , eterno el E s p í r i t u
al concluir el precedente capítulo, t r i n a de Jesucristo con los dictáme- sus m a n o s e t c . , etc. Conceptos son S a n t o ; o m n i p o t e n t e el P a d r e , o m n i -
hechos verdaderamente sobrenatura- nes de la s a n a razón h u m a n a . estos todos que siempre llevan e n - potente el Hijo, o m n i p o t e n t e el E s -
les, cuya realidad no p u e d a n i n g u n o E n t r e estos m i s t e r i o s , los m á s fun- vuelta en sí a l g u n a comparación por píritu S a n t o ; Dios y S e ñ o r el P a d r e ,
p o n e r en d u d a , producidos en favor d a m e n t a l e s y que forman, por decirlo parte de n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o , con Dios y S e ñ o r el Hijo, Dios y S e ñ o r
del C r i s t i a n i s m o , si las d o c t r i n a s pro- así, la base de toda la religión enseña- la cual e n u n c i a m o s c u á n t o excede la el E s p í r i t u S a n t o , sin que por esto
fesadas por esta Religión fuesen irra- d a por n u e s t r o adorable Salvador, son perfección d i v i n a , o c u l t a á n u e s t r a sean tres eternos, como ni t a m p o c o
c i o n a l e s , ó s e a , c o n t r a r i a s á la s a n a los t r e s s i g u i e n t e s : el de la Santísima intuición, á la perfección de t o d a s las tres o m n i p o t e n t e s , ni tres dioses, ni
filosofía. El origen del C r i s t i a n i s m o T r i n i d a d , el de la E n c a r n a c i ó n del criaturas, efectos s u y o s . tres señores; p o r q u e todas tres sub-
en este caso debería en verdad ser atri- Verbo, y el de la Redención del género El misterio de la a u g u s t í s i m a T r i - sisten en una y m i s m a divinidad, con
buido á u n a causa s o b r e n a t u r a l ó su- h u m a n o , caído de su p r i m e r estado nidad, por el c o n t r a r i o , nos l e v a n t a la cual p e r f e c t í s i m a m e n t e se i d e n -
p r a s e n s i b l e , pero i n m o r a l y perversa. por el pecado de n u e s t r o s primeros mucho más arriba en este c o n o c i - tifican, sin perder, e m p e r o , la m u t u a
A f o r t u n a d a m e n t e en el C r i s t i a n i s m o p a d r e s . E l primero de estos t r e s mis- miento, m a n i f e s t á n d o n o s , si bien por y real distinción . i

n o hay que t e m e r u n error s e m e j a n t e : terios nos revela la n a t u r a l e z a internavía de revelación oscura y a l t r a v é s


de D i o s , y nos dice cómo es E l para sí E l s e g u n d o de los t r e s misterios
s u s d o c t r i n a s morales son las m á s del misterioso velo de la f e , lo q u e indicados nos da á conocer el sapien-
p u r a s y e s p i r i t u a l e s ; t a n t o , que h a n m i s m o sin relación a l g u n a á s u s cria-
Dios es en sí y p a r a sí en el piélago tísimo plan de la divina Providencia
logrado a r r e b a t a r por su m i s m a b e - t u r a s ; cosa que nosotros n u n c a hubié- insondable de su realidad a b s o l u t a . en el gobierno de los h o m b r e s , cosa
lleza, s u m a m e n t e e n c a n t a d o r a , y s u - r a m o s podido descubrir con los dis- El nos dice, por una parte, que Dios tan i m p o r t a n t e p a r a todos nosotros
b l i m e , á sus m i s m o s e n e m i g o s . cursos de n u e s t r a flaca razón, no sién- en la esencia es uno, y q u e , por t a n t o , y q u e , sin e m b a r g o , n i n g u n a i n t e l i -
L a s e s p e c u l a t i v a s , ó lo q u e p u d i é - donos posible otro conocimiento de la la pluralidad de dioses es u n a b s u r d o , gencia criada es capaz de c o m p r e n -
r a m o s l l a m a r su T e o l o g í a , en lo que divina esencia, sino el que formamos o habiendo m á s q u e un solo D i o s der, por la alteza s u m a y profundidad
n

concierne á las verdades de un orden por c o n c e p t o s generales y abstractos, verdadero y vivo, Criador y S e ñ o r del maravillosa que en sí encierra. P o r él
p u r a m e n t e n a t u r a l , son á t o d a s luces b a s a d o s en la c o n t e m p l a c i ó n de las
universo, o m n i p o t e n t e y eterno, in- s a b e m o s que D i o s en tanto grado amó
verdaderas, y además profundamente cosas c r i a d a s , p e q u e ñ í s i m o s efectos
menso é incomprensible, d o t a d o de al mundo, que dio á su unigénito Hijo,
filosóficas. N i n g u n o h a expuesto con de su infinito poder y pálidos des- ntendimiento y voluntad, é infinito para que todo el que cree en El no pe-
m á s verdad y profundidad las ideas tellos de su luz inaccesible. n todo género de perfección '. rezca, sino tenga la vida eterna; porque
r e l a t i v a s á la n a t u r a l e z a de D i o s , del P a r a conocer á Dios como es en sí, Pero al m i s m o t i e m p o n o s a ñ a d e , no le envió su Hijo para que le juzgase,
m u n d o y del h o m b r e , que la Religión j n o s seria n e c e s a r i a la intuición in- orotra, q u e en e s t a esencia única, sin pidiéndole c u e n t a d e s u s p e r v e r s a s
cristiana. m e d i a t a de su divina esencia; y esta 1 menor d e t r i m e n t o de su u n i d a d
a c c i o n e s , sino para que por El se sal-
S o l a m e n t e , pues, resta inquirir c u á l intuición el a l m a h u m a n a no la puede implicísima y de su perfección a b -
sea la condición de los m i s t e r i o s per- obtener con sus solas fuerzas natura-
Concil. Vatio., Const. dogmat. De Fide, e. i ;
1

t e n e c i e n t e s á dicha Religión, p a r a j les, por ser é s t a s de su propia con- "ik'il. Lator. IV, e. Firmiler. Concil. Lateran., /. cit.; Símbolo Ataña»
1

siano.
«4 CONFORMIDAD D E LOS MISTERIOS D E L CATOLICISMO CON L A SANA RAZÓN. 65

vase, recibiendo la vida eterna *. P o r E l les del o r g a n i s m o sensible que le aquella sujeción del cuerpo al a l m a , y nal, nos sale diciendo que la m o r t a l i -
s o m o s advertidos del don i n e s t i m a b l e c o n s t i t u y e , y á que vive í n t i m a m e n t e de las potencias inferiores á la r a z ó n , dad del h o m b r e es u n a cosa n a t u r a l .
de n u e s t r a redención, por el cual h e - u n i d a su a l m a . No le corresponde por con que fué criado el p r i m e r h o m b r e , ¿Qué doctor católico ha habido j a m á s
m o s sido sacados de las tinieblas á la n a t u r a l e z a el que n o se levanten con- y con que h u b i é r a m o s venido todos en el m u n d o que h a y a e n s e ñ a d o lo
luz, de la m u e r t e á la vida, del cau- t r a su v o l u n t a d ciertos s e n t i m i e n t o s al m u n d o á no haber mediado la la- contrario? Antes bien, ¿qué m i e m b r o
tiverio de S a t a n á s á la libertad p r e - y afectos en la p a r t e inferior de su m e n t a b l e desgracia del pecado origi- hay de la Iglesia católica que no
ciosa de los hijos de D i o s , y c o m p r a - ser, á que no le es lícito rendirse. E s - nal, no era debida á la n a t u r a l e z a hu- sepa ser al h o m b r e la m u e r t e un efec-
dos con la s a n g r e y m u e r t e de Aquel tos s e n t i m i e n t o s n o son sino los gri- m a n a , n i formaba p a r t e ^ d e su inte- to n a t u r a l , causado por la disolución
que, siendo por n a t u r a l e z a i n m o r t a l , tos de las p o t e n c i a s s e n s i t i v a s , que gridad n a t u r a l . Y fundados en este del o r g a n i s m o corpóreo, y que el don
se vistió v o l u n t a r i a m e n t e de n u e s t r a advierten á la r a z ó n la presencia de m i s m o principio, advierten que un de la i n m o r t a l i d a d , concedido por
carne m o r t a l y pasible, y recibió en ciertos bienes m a t e r i a l e s que pueden h o m b r e p u e s t o en el estado de p u r a Dios á n u e s t r o s p r i m e r o s padres , fué
ella g u s t o s o , clavado en u n a cruz, el ser a b r a z a d o s en a l g u n o s casos, p a r a n a t u r a l e z a no se diferenciaría de los un beneficio e n t e r a m e n t e g r a t u i t o , de
castigo de n u e s t r a s iniquidades, t o - que vea ella si en aquellas d e t e r m i - que a h o r a v i e n e n al m u n d o m a n c h a - que se hicieron indignos por su peca-
m a n d o sobre s u s espaldas los pecados n a d a s c i r c u n s t a n c i a s p u e d e n ser por dos con la culpa original, sino en u n a do? L a existencia del pecado original
d e t o d o s los h o m b r e s .5
ella h o n e s t a m e n t e apetecidos. E l l o s m a n e r a s e m e j a n t e á l a que se distin- y de los efectos por él causados en
Y este exceso de a m o r y misericor- en sí m i s m o s no son pecados, ni se guen, con respecto á las v e s t i d u r a s n u e s t r a n a t u r a l e z a , n o es cosa que
dia es lo que se encierra en el tercer peca t a m p o c o por padecerlos ó sen- corporales, dos p e r s o n a s e n t e r a m e n t e d e b a m o s i n v e s t i g a r con el estudio de
m i s t e r i o , el cual se refiere á la reden- tirlos, sino ú n i c a m e n t e por darles e n - d e s n u d a s , de las cuales la u n a h a sido esta n a t u r a l e z a m i s m a , como preten-
ción del h u m a n o linaje, m e d i a n t e la t r a d a en la v o l u n t a d , aprobándolos y despojada e n castigo d e s u s m a l d a - de n e c i a m e n t e el i g n o r a n t e profesor.
m u e r t e y méritos de N u e s t r o S e ñ o r complaciéndose en ellos, ó ejecutando des, al paso que la otra n u n c a las ha L o s efectos dichos se hallan fuera del
J e s u c r i s t o , y al estado de perdición las acciones á que ellos i n d u c e n , tenido. E n c u a n t o á lo físico que en orden n a t u r a l , y por t a n t o n o nos
e n que los h o m b r e s yacían á c o n s e - c u a n d o no es lícito p r a c t i c a r l a s . ellas queda, a m b a s son c o m p l e t a m e n - puede constar su existencia con el es-
cuencia de aquel p r i m e r pecado, que O t r o t a n t o se diga de la g r a c i a te i g u a l e s , n a d a les falta de lo n a t u - tudio de la simple n a t u r a l e z a h u m a -
d e r r a m ó su veneno mortífero sobre santificante y de los derechos que ella ral, a m b a s tienen todo c u a n t o perte- na; la cual hubiera podido m u y bien
t o d a la descendencia de A d á n y E v a . confiere t o c a n t e á la posesión de la nece á la i n t e g r i d a d perfecta de su ser criada en un principio con las
E n aquella l a m e n t a b l e t r a g e d i a , que e t e r n a b i e n a v e n t u r a n z a , bienes t o d o s ser; la diferencia sólo está en cierta m i s m a s enfermedades n a t u r a l e s que
t u v o lugar en los j a r d i n e s del P a r a í s o , p u e s t o s m u y por e n c i m a de n u e s t r a cosa moral, con que en la u n a l a des- ahora trae al nacer como efectos de
c a í m o s todos m i s e r a b l e m e n t e de la n a t u r a l bajeza. P o r q u e al h o m b r e n o nudez es u n a simple carencia de ves- dicho pecado. E l único medio posible
s o b e r a n a altura y dignidad á que ha- corresponde, como p r e m i o de sus a c - tidos, y en la otra u n a verdadera pri- de conocerlos es recurrir á la t r a d i -
bíamos sido l e v a n t a d o s en un princi- ciones v i r t u o s a s , practicadas con l a s vación, con despojo de lo a n t e r i o r - ción de los pueblos, fundada en los
pio por el divino H a c e d o r , sin mérito solas fuerzas de su n a t u r a l albedrío m e n t e poseído . 1
hechos de la revelación primitiva; por
a l g u n o de n u e s t r a p a r t e , y sin reque- en esta vida, la vista clara de la divi- Si esto es así, como no cabe la m e - lo cual la Iglesia no puede obrar con
rirlo así t a m p o c o la h u m i l d e condi- n a esencia en la otra con aquel gozo nor d u d a de que lo es, según lo deja- m a y o r prudencia y sabiduría c u a n d o ,
ción, de n u e s t r a n a t u r a l e z a . P o r q u e inefable que h a c e felices á los mora- mos indicado, ignorancia m á s que para d a r n o s de ello noticia , nos t r a e
los bienes g r a n d í s i m o s y sobre toda dores del cielo, sino u n conocimiento- supina d e m u e s t r a el t r i s t e m e n t e céle- el t e s t i m o n i o de las S a n t a s E s c r i -
p o n d e r a c i ó n apreciables de que con de la Divinidad m u y inferior á esta bre a u t o r de Los conflictos entre la turas.
aquel pecado fuimos despojados, d o - visión d i c h o s a , a u n q u e m á s perfecto ciencia y la religión c u a n d o , p a r a c e n - Pero dejemos esta cuestión á u n
n e s eran s o b r e n a t u r a l e s y al h o m b r e que el presente, y m á s lleno dé gozo surar á ésta porque tiene e n t r e sus lado, y p a s e m o s á averiguar lo que
n o debidos. E s t e , de su propia condi- y b i e n a n d a n z a que c u a n t o s bienes po- doctrinas el d o g m a del pecado origi- forma el objeto de este capítulo. T e -
ción, es un ser c o m p u e s t o de a l m a y s e e m o s en este m u n d o . n e m o s ya expuestos en b r e v í s i m a s
c u e r p o , y como t a l , se halla n a t u r a l - T o d o s estos eran bienes s o b r e n a - cum etiam in daemonibus naluralia post peccalum palabras los tres principales misterios
m e n t e sujeto á la influencia de los turales y no debidos á n u e s t r a n a t u r a l permanserint, ut Dionys. dicit. 4 De div. nont.» de n u e s t r a Religión s a c r o s a n t a . Aho-
1
Véase á Suárez y i Ripakla; al primero en
a g e n t e s externos que le r o d e a n . L o s condición. P o r lo cual e n s e ñ a n los el Prolegómeno IV á sus libros de Gracia, y al ra p r e g u n t o yo á todos los raciona-
m o v i m i e n t o s de la sensualidad, las d o c t o r e s , con S a n t o T o m á s , que 1
segundo en sus dos libros compuestos contra los listas del m u n d o : ¿en los misterios
e n f e r m e d a d e s del cuerpo, los dolores errores de Hayo, y puestos, por vía de apéndice, a
sus Disputaciones de Ente supernalurali. Los teó-
dichos e n c u e n t r a acaso la razón h u -
y t r i s t e z a s del a l m a , y la m i s m a logos di.-puian sobre si en el estado de la naturale- m a n a algo que los h a g a e v i d e n t e m e n -
i lié aquí las palabras del Santo Doctor, segú»
m u e r t e corporal, son efectos n a t u r a - se encuentran en su Summa Theolñgica (I p. q. 9t>, za pura el hombre sería menos tentado por el de- te reprobables y contrarios á las ver-
a. I): «Manifestum est quod illa subjectio corporis monio de lo que lo es en la naturaleza caída; pero
nada hay de cierto en esta parle. Véase á Suárez, dades de la s a n a filosofía ? P u é d e n s e
1
Joan., cap. III, vers. 16-17. ad animam et inferiorum virium ad rationem non
' lsat'.,cap. Lili, vers. H . eral naturalis; alioquin mansisset post peccatum, «'<., cap. IX. esforzar c u a n t o g u s t e n en d e m o s t r a r -
66 CONFORMIDAD DJJ L O S M I S T E R I O S DEL CATOLICISMO CON LA SANA RAZÓN. 67

noslo ; bien seguros e s t a m o s de que sa c u a n t o b u e n o se e n c u e n t r a en las otro c u a l q u i e r a filósofo; digo m á s : si Catecismo p a r a conocer con t o d a evi-
no lo c o n s e g u i r á n j a m á s . L a razón c r i a t u r a s , á saber: el principio de d i s - los m i s m o s cristianos se la atribuye- dencia que en el misterio de la E n -
nos dice, es verdad, que es un absur- tinción y el principio de identidad, r a n á J e s u c r i s t o , teniéndole no m á s carnación profesa la Iglesia Católica
do la doctrina del politeísmo ; pero identificándose en t o d o el sentido de que por un puro h o m b r e , dotado de una d o c t r i n a m u y diferente. Allí se
esta doctrina t a m b i é n la condena la palabra con c a d a u n a de las tres a l t a penetración y sobresaliente en dice á t o d o s los cristianos que D i o s ,
a b i e r t a m e n t e la Iglesia católica, pro- distintas personas, y distinguiéndose sus concepciones filosóficas, entonces para ejecutar este m i s t e r i o , de la p u -
p o n i é n d o n o s entre sus creencias la de ellas v i r t u a l m e n t e ; de m a n e r a que el misterio de la T r i n i d a d sería lo r í s i m a s a n g r e de la Virgen María
existencia de un solo D i o s . E l l a nos viene á ser f u n d a m e n t o de v e r d a d e r a más g r a n d e y a r r e b a t a d o r que j a m á s formó un cuerpo perfectísimo, creó
dice y e n s e ñ a que la n a t u r a l e z a d i v i - multiplicidad en D i o s , sin d e t r i m e n t o ha e n t r a d o en e n t e n d i m i e n t o h u m a n o . un a l m a de la n a d a , y á este cuerpo
n a es n u m é r i c a m e n t e u n a , y que no de su infinita u n i d a d . ¡Cómo se d e s h a r í a n en elogios y a l a - y a l m a se unió el Hijo de D i o s , co-
existe, por consecuencia, m á s que un De esta suerte d e s a p a r e c e n de la b a n z a s n u e s t r o s filósofos p a r a poner m e n z a n d o de esta suerte á ser Dios y
solo Dios verdadero. Divinidad aquella soledad é inacción sobre las nubes al privilegiado m o r t a l h o m b r e verdadero el que a n t e s era
A esto a ñ a d e en seguida que la tal que t a n t o ofenden á los p a n t e í s t a s d e que t a n alto supo elevarse en sus sólo D i o s .
única y simplicísima esencia subsiste n u e s t r o s t i e m p o s . P a r a que Dios n o especulaciones metafísicas ! ¡ Cómo E l Verbo divino n i n g u n a m u d a n z a
en t r e s P e r s o n a s r e a l m e n t e d i s t i n t a s ; sea un ser solitario y u n a s u s t a n c i a nos e x h o r t a r í a n , llenos de científico sufrió en su divinidad al tomar carne
cosa que nosotros n o podemos com- i n a c t i v a por t o d a la eternidad , re- e n t u s i a s m o , á que todos a d m i r á r a m o s en las e n t r a ñ a s de la i n m a c u l a d a Vir-
p r e n d e r , porque no t e n e m o s intuición curren estos filósofos á la peregrina este i n c o m p a r a b l e portento del genio gen: en c u a n t o D i o s , tan impasible
de esta esencia perfectísima, sino u n a idea de s u p o n e r al m u n d o e m a n a n d o de la h u m a n a filosofía! Pero esta idea é i n m o r t a l se quedó después de en-
noción i m p e r f e c t a , parecida á la que p e r p e t u a m e n t e de la s u s t a n c i a divi- se dice ser venida de Dios m i s m o , c a r n a d o , como a n t e s e s t a b a ; si tuvo
tiene u n ciego acerca de los colores. na, al modo que los rayos del sol bro- revelada al m u n d o por la divina sabi- m a d r e , si lloró en un pesebre, si p a -
P e r o a u n q u e no e n t e n d e m o s el cómo tan sin cesar de la s u s t a n c i a y activi- duría y no i n v e n t a d a por el h o m b r e . . . deció h a m b r e y sed y c a n s a n c i o , si
de la cosa, bien vemos que no a p a r e - dad de este a s t r o desde el m o m e n t o ¡Ah! en este caso no presenta ya á la fué a z o t a d o , coronado de e s p i n a s ,
ce contradicción a l g u n a en los t é r m i - en que principió á existir. E l m i s t e - razón h u m a n a , sino contradicciones clavado en u n a cruz y m u e r t o e n t r e
nos; porque los conceptos de esencia rio a u g u s t o de la T r i n i d a d b e a t í s i m a y necedades. ¡Triste razón h u m a n a dos l a d r o n e s , todo esto lo tuvo en
y d e p e r s o n a son d i s t i n t o s . nos p r e s e n t a á e s t a s tres divinas Per- que así hace c a m b i a r la faz á los o b - c u a n t o h o m b r e , todo lo recibió en s u
Dirán los r a c i o n a l i s t a s que , esto s o n a s p u e s t a s en p e r e n n e é indisolu- jetos que c o n t e m p l a , según c a m b i a n s a n t í s i m a H u m a n i d a d , á que e s t a b a
no o b s t a n t e , e c h a m o s por tierra con ble sociedad y acción : al P a d r e e n - los g u s t o s y afectos de quien la posee! h i p o s t á t i c a m e n t e unido, subsistiendo
el tal misterio el principio de i d e n t i - g e n d r a n d o p e r p e t u a m e n t e al H i j o , al Pero en el misterio de la E n c a r n a - la n a t u r a l e z a h u m a n a y la divina en
dad ; p o r q u e siendo u n a m i s m a cosa Hijo siendo e n g e n d r a d o del P a d r e ción, por lo m e n o s , ¿no encontrará la una sola persona, cada una según el
la esencia y las personas , é s t a s per- desde t o d a la e t e r n i d a d , al P a d r e y al m e n t e del filósofo a l g ú n c o n t r a s e n t i - modo suyo p r o p i o . ¡ Q u é ! Nosotros
m a n e c e n d i s t i n t a s e n t r e sí. Pero á Hijo uniéndose siempre con un estre- do? ¡Dios h o m b r e , Dios nacido de mismos, ¿no experimentamos que,
esto r e s p o n d e r e m o s nosotros que el cho é inefable lazo de a m o r , y produ- una m u j e r , colgado de los pechos de por razón de la unión í n t i m a y s u s -
tal principio es m u y verdadero c u a n - ciendo al E s p í r i t u S a n t o , y á esta su m a d r e , llorando en un pesebre, tancial del a l m a con el cuerpo, s o m o s
do se refiere á objetos finitos , en los s a n t í s i m a P e r s o n a c o n s t i t u y e n d o el clavado y m u e r t o en u n a cruz! ¿No mortales é i n m o r t a l e s , terrenos y es-
cuales su intrínseca y esencial l i m i t a - vínculo s a g r a d o y e s t r e c h í s i m a l a z a d a son t o d a s estas cosas e m i n e n t e m e n t e pirituales, sensibles é i n t e l i g e n t e s , y
ción hace que el uno no pueda t e n e r con que las otras dos a p r e t a d a m e n t e absurdas? A b s u r d í s i m a s , si las e n t e n - otras cosas á este tenor, entre sí
la m i s m a n a t u r a l e z a n u m é r i c a del se a b r a z a n . ¿Qué acción m á s exce- d i é r a m o s dichas de la m i s m a divini- opuestas y contrarias? P u e s u n a cosa
o t r o ; pero que no h a lugar c u a n d o se lente, ni qué c o m p a ñ í a m á s s o b e r a n a dad, pretendiendo significar con ellas parecida sucedió al Verbo h u m a n a d o ;
t r a t a de un medio infinitamente per- p o d e m o s atribuir al S u p r e m o Ser, que que la s u s t a n c i a divina se ha con- el c u a l , por el m e r o hecho de unirse
fecto, cual es la divina esencia ; la la c o m p a ñ í a y acción profesadas por vertido en h u m a n a , y que, así conver- h i p o s t á t i c a m e n t e á su s a n t í s i m a H u -
c u a l , en virtud de s u i l i m i t a d a per- el Catolicismo? tida , h a salido del vientre de u n a m a n i d a d , haciendo que las dos n a t u r a -
fección, es c o m u n i c a b l e , la m i s m a en Ante tan a d m i r a b l e y p o r t e n t o s a mujer, h a pasado por todas las inco- lezas, divina y h u m a n a , subsistiesen
n ú m e r o , á las tres divinas P e r s o n a s , e m a n a c i ó n , ¿qué viene á ser la e m a - modidades y estrecheces de la infan- en u n a sola persona divina, recibió
distinguiéndose de c a d a u n a por cier- nación p a n t e í s t a ? E n verdad que si cia, c o m u n e s á todos los n i ñ o s , y ha en sí las propiedades de e n t r a m b a s ;
t a m a n e r a v i r t u a l , no formal ó real. tan sublime y profunda d o c t r i n a , cual sufrido los dolores de su pasión, aca- de suerte que, siendo Dios desde t o d a
P o r q u e esta esencia a b s o l u t í s i m a , es la que profesa la Religión católica bada en un afrentoso p a t í b u l o . Pero la eternidad por razón de la d i v i n a ,
c o m o u n i d a d perfectísima que es , y en este incomprensible m i s t e r i o , la el d o g m a católico no e n s e ñ a t a m a ñ o s comenzó á ser h o m b r e en el t i e m p o
origen de t o d a suerte de v a r i e d a d , h u b i e r a n hallado n u e s t r o s r a c i o n a - d i s p a r a t e s , sino, al contrario, alta- por razón de la h u m a n a , desde el
e n c i e r r a en su simplicidad maravillo- listas en los libros de P l a t ó n ó de m e n t e los reprueba. B a s t a saber el m o m e n t o en que por un acto de s u
68 CONFORMIDAD D E LOS MISTERIOS D E L CATOLICISMO CON L A SANA RAZÓN. 69

libérrima voluntad se unió e s t r e c h í - Verbo por u n a m a n e r a i n d e b i d a á su concedido por Dios á los h o m b r e s en P o r esto los m i s m o s filósofos g e n -
s i m a m e n t e á ella con la unión s u s - naturaleza. la persona de n u e s t r o s primeros p a - tiles, destituidos de la divina revela-
t a n c i a l y física en que está p u e s t o P u e s viniendo a h o r a á la c o n v e - dres, A d á n y E v a , era u n don g r a t u i - c i ó n , con sólo m i r a r este d e s o r d e n ,
todo este misterio. niencia de este misterio, ¿quién puede to y superior á las exigencias n a t u r a - concibieron fundadas sospechas de
¿Qué e n c u e n t r a aquí la razón hu- n e g a r que ella sea g r a n d í s i m a y les del género h u m a n o . que el h o m b r e , al salir de las m a n o s
m a n a contrario á sus principios n a t u - sobre t o d a ponderación apreciabili- P e r o a u n q u e por lo m i s m o podía de D i o s , no debió sentir en sí m i s m o
rales? N a d a a b s o l u t a m e n t e . S u s prin- s i m a ? P o r q u e con él brillan de u n a Dios n u e s t r o S e ñ o r habérselo n e g a d o esta rebeldía é inclinación al m a l que
cipios n a t u r a l e s no le dicen que la m a n e r a especial los a t r i b u t o s d i v i n o s : desde un principio, y criarlos por esta a h o r a t r a e m o s todos desde el seno de
n a t u r a l e z a h u m a n a deba subsistir por la caridad de D i o s se m u e s t r a en su p a r t e e n estado de p u r a n a t u r a l e z a , nuestras propias madres.
fuerza en u n a persona t a m b i é n h u - m a y o r esplendor, llegando á t a n g r a n - no se p u e d e n e g a r sino q u e el tal don P u e s lo que la h u m a n a filosofía,
m a n a , sin que por virtud divina pueda de exceso por r e m e d i a r las m i s e r i a s era conveniente en g r a n m a n e r a p a r a g u i a d a por los solos principios de la
hacerse lo contrario; lo que única- h u m a n a s , como es h a c e r s e Dios h o m - que el h o m b r e pudiese practicar la vir- luz n a t u r a l , llegó f u n d a d a m e n t e á s o s -
m e n t e a s e g u r a n es que en el curso bre m o r t a l y pasible. E s t e misterio es t u d sin dificultad y conseguir holga- pechar, y j a m á s pudo ver con eviden-
ordinario de los a c o n t e c i m i e n t o s los el g r a d o de c o m u n i c a c i ó n s u m a e n t r e d a m e n t e el fin de su felicidad e t e r n a . cia, a b a n d o n a d a á sus propias fuer-
h o m b r e s existen con la personalidad Dios y su c r i a t u r a ; es, por decirlo a s í , Y como Dios suele ser m u y liberal en zas, esto m i s m o nos lo enseña la
h u m a n a que á su n a t u r a l e z a corres- el esfuerzo m á s g r a n d e de la o m n i p o - el r e p a r t i m i e n t o de sus d o n e s , y acos- Religión C r i s t i a n a en el misterio del
p o n d e . P e r o u n a cosa es lo natural y tencia infinita, que h a llegado así á t u m b r a conceder á sus c r i a t u r a s , prin- pecado original, en que a h o r a nos es-
o t r a lo esencial; sin esto s e g u n d o n i n - j u n t a r en uno los e x t r e m o s m á s d i s - c i p a l m e n t e al h o m b r e , m u c h o m á s de t a m o s ocupando. E l l a nos dice que el
g u n a cosa puede existir en el m u n d o , t a n t e s , cuales son lo finito y lo infini- lo que es debido á la flaca n a t u r a l e z a e s t a d o de felicidad existió v e r d a d e r a -
pero sí sin lo primero. Así, esencial to; es la manifestación m á s s u b l i m e , de las m i s m a s , de aquí es que se hace m e n t e en un principio, merced á la
es al fuego ser lo que es, y no otra t a n t o de la misericordia divina como m u y probable á cualquier filósofo que g r a t u i t a liberalidad de Dios n u e s t r o
cosa; y sin esto j a m á s podrá existir de la justicia, a p a r e c i e n d o en él la raciocina g u i a d o por los solos p r i n c i - Señor; pero que el género h u m a n o lo
en la n a t u r a l e z a , ni aun por virtud g r a n d e m a l i c i a del pecado al m i s m o pios de la s a n a razón n a t u r a l , h a b e r perdió en la persona de n u e s t r o s p r i -
d i v i n a , porque un fuego sin fuego es tiempo que lo extraordinario de s u concedido el Criador g r a t u i t a m e n t e meros padres, q u e d a n d o con esto su-
un absurdo manifiesto; pero bien p u e - remedio. en un principio á los h o m b r e s el refe- jetos los h o m b r e s á la ley de la c o n -
de existir sin q u e m a r los c o m b u s t i b l e s A d e m á s , la E n c a r n a c i ó n del Verbo rido d o n , y haberlo éstos perdido cupiscencia, y á todos los m a l e s
que se le arrojen, por m á s que esta nos d a la clave p a r a soltar t o d a s c u a n - después con sus pecados. traídos por a q u e l p r i m e r p e c a d o . E l l a
acción le sea u n a cosa n a t u r a l . t a s dificultades se nos p r e s e n t a n en E n efecto; n o t a m u y bien el Ángel nos enseña a d e m á s que si n u e s t r o s
L o s racionalistas confunden s i e m - vista de los i n n u m e r a b l e s males q u e de las E s c u e l a s , S a n t o T o m á s , que primeros p a d r e s , Adán y E v a , nos
pre estos dos conceptos de natural y afligen al género h u m a n o . P o r q u e ella m i r a n d o al desorden que g e n e r a l m e n - perdieron con su pecado, J e s u c r i s t o ,
esencial, fundados en aquel a b s u r d o nos revela la c a u s a d e todos estos te reina en la h u m a n a n a t u r a l e z a , tal Hijo de D i o s vivo, nos h a salvado con
principio, que niega i m p l í c i t a m e n t e á males, que es el pecado original; y cual hoy día se e n c u e n t r a en el m u n - su redención, p a g a n d o en la cruz las
la Divinidad, á saber: Lo que estí sobre j u n t a m e n t e t a m b i é n la razón de h a b e r do, se puede inferir con probabilidad d e u d a s del h u m a n o linaje, y h a c i e n d o
mi razón es contra mi razón, un absurdo. permitido el S e ñ o r este m i s m o p e c a d o la caída del género h u m a n o de un que un h o m b r e s a n t í s i m o nos trajese
L a unión de la n a t u r a l e z a h u m a n a en n u e s t r o s p r i m e r o s p a d r e s , c u a l cierto estado de integridad en que la vida de la g r a c i a , así como un
con el V e r b o , por la cual es aquélla fué el t o m a r de allí m i s m o ocasión fuera colocado en u n principio. «Pec- h o m b r e prevaricador, en quien todos
l e v a n t a d a á subsistir en é s t e , no para h a c e r n o s u n beneficio s u m a m e n t e cati originalis (escribe en el libro IV p e c a m o s , nos la había q u i t a d o .
subsistiendo ya en personalidad p r o - apreciable, el beneficio de e n c a r n a r s e Cont. gent., cap. L I I ) , in h u m a n o g e - ¿Quién, al considerar esta e n s e ñ a n -
pia, es u n a cosa s o b r e n a t u r a l y p u e s - por nosotros y r e d i m i r n o s , l e v a n t á n - n e r e probabiliter q u a e d a m signa a p - za de la Iglesia, no se a s o m b r a viendo
t a sobre las fuerzas de n u e s t r a flaca donos m á s alto por el misterio de la p a r e n t . . . Si q u i s r e c t e c o n s i d e r e t , satis la conformidad de sus d o g m a s con lo
i n t e l i g e n c i a , pero no a b s u r d a ni r e - cruz de lo que nos h a b í a l e v a n t a d o en probabiliter poterit a e s t i m a r e , divina que está r e c l a m a n d o n u e s t r a propia
p u g n a n t e á las leyes i n m u t a b l e s del el P a r a í s o con la v e s t i d u r a de la providentia supposita, q u a e singulis razón en vista de los males que sufre
p e n s a m i e n t o . E l a b s u r d o estaría en gracia. perfectionibus c o n g r u a perfectibilia la h u m a n a naturaleza? V e r d a d e r a -
q u e Dios con esta unión recibiese al- P e r o esto ya nos conduce á que di- coaptavit, quod D e u s superiorem na- m e n t e , el que considera sin pasión los
g u n a m u d a n z a en su propia esencia; g a m o s algo sobre el tercer m i s t e r i o t u r a m inferiori ad h o c c o n j u n x i t , ut ei tres misterios indicados, la a d m i r a b l e
pero ya h e m o s dicho que el Verbo arriba indicado, ó sea sobre el m i s t e - d o m i n a r e t u r , et si quod h u j u s d o m i n i i a r m o n í a en que ellos se e n c u e n t r a n ,
con ella se queda a b s o l u t a m e n t e el rio del pecado o r i g i n a l . S a b i d o es, p o r i m p e d i m e n t u m ex defectu n a t u r a e lo s u m a m e n t e r a z o n a b l e s que se pre-
m i s m o : la m u d a n z a no existe sino en lo que dejamos escrito en el capítulo c o n t i n g e r e t , ejus speciali et s u p e r n a - sentan en su conjunto á la razón h u -
la h u m a n i d a d , la cual subsiste en el anterior, que el e s t a d o de integridad turali beneficio tolleretur.» m a n a , ¿cómo puede dejar de e x c l a m a r
'70 CONFORMIDAD D E LOS MISTERIOS DEL C A T O L I C I S M O CON L A S A N A RAZÓN.

a s o m b r a d o : Digitus Dei est hic , aquí ! t u r a l e s , tan v e r d a d e r a en todo c u a n t o


está el dedo de D i o s , esto es verdade- e n s e ñ a , sin m e z c l a del m á s m í n i m o
r a m e n t e sublime y e n c a n t a d o r ; esto error; t a n a l t a m e n t e benéfica á la h u -
lleva el sello m á s m a r c a d o de la ver- m a n i d a d , y que c u e n t a en su favor,
d a d ; esto c o n d u c e n a t u r a l m e n t e á para su fundación y conservación
persuadir que los tales misterios han c o n t i n u a en el m u n d o , con u n a m u l - CAPÍTULO VIII
sido en efecto revelados por el Dios t i t u d de hechos maravillosos y s o b r e -
•de las misericordias? ¡Desventurados n a t u r a l e s , c o m o son los m i l a g r o s y
los racionalistas que , en medio de las profecías , no p u e d e ser sino hija FALSO ORIGEN ATRIBUIDO Á LOS MISTERIOS DE LA RELIGIÓN
t a n t a luz, se ciegan t e m e r a r i o s por su v e r d a d e r a m e n t e del cielo. L o s efectos
p r o p i a voluntad , y no quieren ver lo | revelan siempre á s u s c a u s a s n a t u r a - CRISTIANA POR LOS RACIONALISTAS

que está p a t e n t e á los ojos de todo el les y c o r r e s p o n d i e n t e s ; y un efecto


mundo! tan g r a n d e , t a n s u b l i m e , t a n s o b r e -
Nosotros e n t r e t a n t o c r e e m o s h a b e r n a t u r a l y t a n divino como es la I g l e -
d e m o s t r a d o con la m a y o r e v i d e n - sia de J e s u c r i s t o , n o p u e d e tener por
c i a la m a r a v i l l o s a conformidad que c a u s a sino á un a g e n t e de la m i s m a
^|P|EMOSTRADA ya en los capítulos que estalló primero en E g i p t o — er
r e i n a e n t r e los misterios de n u e s t r a clase, esto es , la fuerza o m n i p o t e n t e
'Jjf® precedentes la divinidad del E g i p t o era la tierra de las T r i n i d a -
s a g r a d a religión y los d i c t á m e n e s de é infinitamente benéfica de la d i v i n a
C r i s t i a n i s m o , excusado parecería d e - des, — el principal p u n t o del litigio
l a razón h u m a n a . L o c u a l , j u n t o con esencia '.
tenerse á refutar el falso origen que consistía en definir la relación del
lo que llevamos expuesto en los pre-
a s i g n a n los racionalistas á sus m i s - Hijo. H a b í a en Alejandría u n s a c e r -
cedentes capítulos , manifiesta con 1
Sobre los misterios de la encarnación y Re-
terios y d e m á s doctrinas en él conte- d o t e , de n o m b r e Arrio, c a n d i d a t o des-
t o d a claridad, sin dejar lugar á la dención puede verse, entre otras, la importante
obra de Donoso Cortés, titulada : Ensayo sobre el n i d a s . Sin e m b a r g o , creemos conve- airado p a r a el E p i s c o p a d o , que t o m ó
d u d a p r u d e n t e de h o m b r e a l g u n o catolicismo, el liberalismo y el socialismo, en cuyo
n i e n t e d i s i p a r s u s v a n a s cavilaciones por p u n t o de partida de su a r g u m e n -
cuerdo y r a z o n a b l e , el divino origen libro tercero se hallarán cosas muy importantes, si
de u n a m a n e r a directa y expresa, por- tación que el Hijo no había existido
del C r i s t i a n i s m o . P o r q u e u n a religión bien no siempre tratadas con aquella exactitud teo-
lógica que hubiera sido de desear en tan delicadas que con ello g a n a r á m u c h o en evi- siempre, porque el P a d r e es n e c e s a -
t a n sublime en s u s d o g m a s sobrena- materias.
dencia la verdad de n u e s t r a d e m o s - r i a m e n t e m á s viejo que el Hijo.»
tración. D e j e m o s p a r a otro capítulo S e m e j a n t e idea de considerar á
la n o t a de p a g a n i s m o l a n z a d a por Arrio como el p r i m e r p r o m o t o r de l a s
D r a p e r c o n t r a la Iglesia c a t ó l i c a , á d i s p u t a s relativas á la T r i n i d a d , y d e
la cual considera él, y con r a z ó n , atribuir, por c o n s i g u i e n t e , á los c a t ó -
como la v e r d a d e r a e n c a r n a c i ó n de la licos residentes á la sazón en Egipto,.
idea cristiana, n e g a n d o este h e r m o s o la tierra de las Trinidades, la i n v e n c i ó n
carácter á las s e c t a s p r o t e s t a n t e s . E n del m e n c i o n a d o d o g m a , es verdade-
éste y en el siguiente nos o c u p a r e m o s ramente peregrina, y arguye una ig-
tan sólo en los misterios , e x a m i n a n - norancia m á s que m e d i a n a en la h i s -
do el origen que los e n e m i g o s de la toria eclesiástica y u n a intención
religión les s e ñ a l a n . m a r c a d a de n e g a r a priori todo lo s o -
Y c o m e n z a n d o por el a u t o r que b r e n a t u r a l . Arrio se puede decir q u e
a c a b a m o s de m e n c i o n a r , p i e n s a el in- no hizo sino m e t o d i z a r y poner bajo
crédulo r a c i o n a l i s t a que el m i s t e r i o u n a forma m á s ordenada la herejía
de la S a n t í s i m a T r i n i d a d t u v o su ori- a n t i t r i n i t a r i a sostenida por u n a infi-
gen en Alejandría con el levanta- nidad de d o g m a t i z a d o r e s h e l é n i c o '
m i e n t o de Arrio y con la p r o c l a m a - j u d a i c o s desde el p r i m e r siglo de l a
ción de la n a t u r a l e z a de J e s u c r i s t o Iglesia. Arrio comenzó á d o g m a t i z a r
p u r a m e n t e c r e a d a , é infinitamente hacia principios del siglo I V , y y a en
r e m o t a , por lo t a n t o , de la n a t u r a l e - los siglos anteriores h a b í a n e x i s t i d o
z a divina. « E n la d i s p u t a sobre la m u c h o s herejes i m p u g n a d o r e s de e s t e
T r i n i d a d , escribe en el capítulo I I , misterio. E n el siglo I I I t o p a m o s con-
72 FALSO ORIGEN ATRIBUIDO P O R LOS RACIONALISTAS Á LOS MISTERIOS D E LA RELIGIÓN CRISTIANA. 73

N o e t o , el cual decía ser Cristo el mismo t í s i m o por e x t r e m o , y s u b l i m í s i m a que era leída en t o d a s las iglesias de todos h e m o s sido redimidos con la
que el Padre y el Espíritu Santo, con- manifestación de su divino ser ' . P o r Oriente s a n g r e de J e s u c r i s t o y comprados con
fundiendo en u n a sola las tres s a - esta razón T e r t u l i a n o se irrita j u s t a - B a s t a leer el libro de T e r t u l i a n o este precio t a n grande? ' ¿Nada dicen
g r a d a s P e r s o n a s ' . Sabelio, en este m e n t e c o n t r a las doctrinas de P l a t ó n , c o n t r a P r á x e a s p a r a ver con t o d a evi- todas estas doctrinas sobre el pecado
m i s m o siglo, sostenía que el Padre, el diciendo que s u s errores h a b í a n o c a - dencia cuan a b s u r d a es la afirmación original, sobre el estado feliz en q u e
Hijo y el Espíritu Santo no son sino sionado graves d a ñ o s á la Iglesia p o r de Draper al a s e n t a r q u e en Alejan- fué el h o m b r e puesto en un principio,
una solapersona con diferentes nombres*. medio de los sectarios i m b u i d o s e n dría fué donde se fraguó el m e n c i o - y sobre la reposición en el m i s m o por
L o m i s m o v e n í a á e n s e ñ a r t a m b i é n en ellas. «Doleo, escribe (lib. De anima, nado d o g m a bajo el influjo de las los m é r i t o s , pasión y m u e r t e de n u e s -
dicho tercer siglo P a b l o de S a m o - capítulo X X I I I ) , b o n a fide P l a t o n e m doctrinas religiosas del E g i p t o . T a n tro adorable Salvador? A d e m á s , si el
s a t a *. haereticorum omnium condimenta- a c e r t a d o a n d a en esto el profesor m u n d o no necesitaba de redención, y
R e m o n t á n d o n o s m á s a r r i b a en los r i u m esse factum.» a m e r i c a n o , como en lo que afirma si este d o g m a fué i n v e n t a d o en t i e m -
a n a l e s de la historia eclesiástica, h a - V é a s e , p u e s , si el d o g m a de l a T r i - sobre el pecado original. E s t á visto: po de S a n Agustín por los c r i s t i a n o s ,
l l a m o s á E s q u i n e s y P r á x e a s , los nidad a u g u s t a nació en Alejandría á la m a n í a de este escritor es la m i s m a contra quienes se l e v a n t ó P e l a g i o ,
c u a l e s , según n o s refiere T e r t u l i a - principios del siglo I V , al calor de de aquellos médicos que allí piensan ¿por q u é los cristianos llamaron d e s -
no e n s e ñ a b a n lo m i s m o q u e en el las r e p u g n a n t e s d o c t r i n a s del E g i p t o , hallarse el origen del m a l , donde éste de los primeros tiempos de la Iglesia
siglo siguiente N o e t o , Sabelio y Pablo la tierra clásica de las Trinidades. se manifiesta de u n a m a n e r a p a l p a - á su Maestro el Salvador del mundo?
s a m o s a t e n o . A ú n m á s : en el siglo I, y H a b í a que d a r a l g ú n colorido á la n a - ble. El pelagianismo tuvo su origen ¿Por q u é , para darse entre sí á c o n o -
e n t i e m p o de los m i s m o s A p ó s t o l e s , rración, y se recurrió al m í s e r o a r t i - en África en t i e m p o de S a n A g u s t í n cer en aquellos tiempos de p e r s e c u -
profesó esta doctrina herética S i m ó n ficio de la poesía p a r a ocultar bajo por las i m a g i n a c i o n e s de u n monje ción sin ser e n t e n d i d o s de los g e n t i -
M a g o , diciendo que él era quien en su m a n t o brillante la ignorancia del i n g l é s , l l a m a d o Pelagio. P u e s y a esto les, recurrían á la p i n t u r a de un p e z ,
tiempo de Moisés-había dado la ley á los h i s t o r i a d o r . D e b í a h a b e r sabido el basta á este s a p i e n t í s i m o a u t o r para á causa de contenerse el símbolo e n -
hebreos en el monte Sinaí (esto e s , el autor de Los conflictos que los P a d r e s escribir que el d o g m a del pecado o r i - tero del C r i s t i a n i s m o en el n o m b r e
P a d r e ) , quien en tiempo de Tiberio se del Concilio Alejandrino, al c o n d e n a r ginal y el de la necesidad del b a u t i s - griego lyjjut;, con que esta clase de v i -
había visiblemente mostrado bajo la for- en el siglo I V á Sabelio, decían sobre mo no d a t a n sino del t i e m p o de S a n vientes se significaba, y cuyas letras
ma del Hijo, y quien vino después, bajo el d o g m a católico de la T r i n i d a d : Así Agustín. ¿Y lo q u e n o s dice en el eran las iniciales de los s i g u i e n t e s
el título de Espíritu Santo, envuelto en lo confesaron los Santos Padres, y nos E v a n g e l i o de S a n Marcos ( c a p . X V I , títulos de J e s u c r i s t o : 'haouc; Xpwtof (

lenguas de fuego . 5
encargaron que lo creyésemos y profesá- versículo 16) el m i s m o Jesucristo con 0 e o ü u i o ^ , 'StoTTip, Jesucristo, hijo de Dios,
T o d o s estos herejes querían a m a l - semos . N o debía ignorar este sabio
s
aquellas p a l a b r a s : El que creyere y Salvador? J

g a m a r el d o g m a f u n d a m e n t a l del que lo m i s m o p r o c l a m ó el Concilio I I fuere bautizado será salvo, pero el que V a n a m e n t e recurre el d e s v e n t u r a d o
C r i s t i a n i s m o con la doctrina j u d a i c a de Antioquía, celebrado en el siglo I I I no creyere se condenará? ¿Y lo q u e e s t e incrédulo al Apologético de T e r t u l i a -
de la u n i d a d de persona por u n a contra P a b l o s a m o s a t e n o *; que e n - m i s m o Señor n o s a n u n c i a en el E v a n - n o , diciendo que allí n a d a se e n c u e n -
p a r t e , y con el p l a t o n i s m o por otra, señaron en t é r m i n o s expresos este gelio de S a n J u a n , diciendo: Quien no t r a de estas cosas, y q u e , por c o n s i -
q u e ponía en Dios ciertas e m a n a c i o - adorable misterio ya en el p r i m e r renaciere con el bautismo y el Espíritu g u i e n t e , la fe del C r i s t i a n i s m o enton-
n e s v i r t u o s a s , por medio de las cuales siglo de la Iglesia, C l e m e n t e r o m a n o , Santo, no puede entrar en el reino de ces no a b r a z a b a el d o g m a del p e c a d o
se u n í a la esencia de la divinidad con P a p a , en su carta p r i m e r a á los fieles Dios ( J o a n . , c a p . V, vers. 5); el pan original ó de la caída del primer
la m a t e r i a , la a r m o n i z a b a y reducía de Corinto; S a n I g n a c i o , m á r t i r , en su que yo daré, mi carne es, que yo he de h o m b r e . Aunque así fuera, que n a d a
á orden s a c á n d o l a del caos p r i m i t i v o , c a r t a á los m a g n e s i a n o s , y en otras entregar á la muerte por la vida y sal-
y h a c í a , finalmente, de todo el u n i - no m e n o s a u t é n t i c a s ; y , finalmente, vación del mundo? (Joan., cap. V I , ver- » 11 Cor., cap. VI, vers. 20; I Petri, cap. I ,
verso u n verdadero hijo s u y o , perfec- San Policarpo e n su famosa c a r t a ? sículo 52) ¿Y lo q u e n o s p r e g o n a n versículo 18.
los santos Apóstoles sobre la m u e r t e 2 Sobre el jeroglífico del pez (r^Ooc), así como
también sobre otros relativos al Cristianismo, véase
1
San Agustín, lib. De. Haeres., cap. XXXVI; de J e s ú s por la salvación del m u n - la excelente Hagioglypta de Juan L'Hereux, anota-
San Epifanio, herejía 57. i Véase sobre esta materia á Petavio, Ce dirinit
do *, sobre la m u e r t e de todos los da últimamente por el P . Rafael Garrucci, de la
5
Teodoreto, lib. I I , Falmlarum haereiicarum. doi/matibvs, tomo II, lib, I, y á Prudencio Maran, Compañía de Jesús, autor también de una notabi-
3
San Epifanio, herejía Oo. presbítero y monje de la Congregación de San Mau- h o m b r e s en A d á n , y la resurrección lísima obra de esta clase, recientemente dada á luz,
4
Tertuliano, lib. De pracscriplionibus, ca- ro, en la segunda parle de su prefación á las obras de todos ellos en Cristo , sobre que3
intitulada: Storia della arle cristiana nei primi
pit. L U Í ; lib. Contra Praxeam, cap. I. de San Justino, cap. I , Patrología griega de Migne, siecoli della Chiesa. —Tertuliano cita este jeroglífico
5
San Agustín, lib. De Haeres., cap. 1, innata. tomo VI. en el libro De baplismo, cap. I , diciendo: «Sed nos
Véase i Pelavio, De Incamalione, tomo I , cap. II,
!
San Dionisio, en la epístola sinódica contra 1
Eusebio Cesar., lib. IV. Hittor. eccles.. capí- pisciculi secundum e^Oov noslrum Jesum Cbristum
donde se da cuenta de las herejías de Cerinto, Car- Pablo de Samosata. Véase á Labbe, tomo 1, p í - tulo X V . in aqua nascimur, nee aliter quam in aqua perma-
pócrates, de los Ebionitas, Ilelceseos, e t c . , nacidas gina 854. 2
/ / Cor., cap. V, vers. 14; / Tim., cap. I I , : nendo sal vi sumus.» Véase la erudita nota á este
3
Véase á Labbe, tomo I de los Concilios, pá«
en el primer siglo, por negar la divinidad de Je- versículo 6. j lugar de Tertuliano en Migne. Pal. /oí., tomo I,
sucristo. gina 8 4 3 . página 1.198.
3
Rom., cap. V, vers. 12-21.
74 FALSO ORIGEN ATRIBUIDO POR LOS RACIONALISTAS Á LOS MISTERIOS D E LA RELIGIÓN CRISTIANA. 75

dijese T e r t u l i a n o en su Apologético Dios; q u é las o t r a s iluminador y alum- n i s m o sobre los t r e s m e n c i o n a d o s gracia libro Vida de Jesús , u n a o b r a
s o b r e e s t á m a t e r i a , n a d a se c o n c l u i - brador del género humano, sino el ofi- misterios, se esfuerzan por r e m o n t a r - en d o s v o l ú m e n e s en octavo, cuyo t í -
ría c o n t r a el d o g m a d i c h o , y n o fluiría cio d e R e d e n t o r , c o n q u e había v e n i - se m á s a r r i b a q u e la religión m i s m a tulo , t r a d u c i d o al español, es el s i -
la consecuencia q u e de esto infiere el do Cristo al m u n d o ? ¿Qué, en fin, la de J e s u c r i s t o , y a v e r i g u a r l a s fuentes g u i e n t e : La doctrina secreta de Cristo y
d e s g a r b a d o lógico. T e r t u l i a n o podría misión de r e s t a u r a r la disciplina a n - de donde t o m ó , según ellos i m a g i n a n , la llave de la ciencia, ó historia de los
t e n e r sus r a z o n e s p a r a obrar de esta t i g u a , sino la d e sacar al h o m b r e del n u e s t r o a d o r a b l e R e d e n t o r la idea d e apócrifos. E n la revista intitulada:
m a n e r a , y su silencio n o valdría a b - pecado cometido en Adán? Mas si se los misterios q u e al p r e s e n t e n o s ocu- Revue de Deux Mondes , n o s h a d a d o
s o l u t a m e n t e n a d a en presencia de los quieren p a l a b r a s de T e r t u l i a n o en q u e p a n . R e n á n , en la novela infame q u e M. E m i l i o Burnouf, en el n ú m e r o
g r a n d e s gritos q u e d a n sobre este se exprese con m a y o r claridad t o d a - c o m p u s o para forjar al gusto d e su c o r r e s p o n d i e n t e al i . ° de D i c i e m b r e
a s u n t o las S a n t a s E s c r i t u r a s y t a m - vía el d o g m a del pecado o r i g i n a l y la fantasía l a vida de J e s u c r i s t o , p i n t a á del m i s m o a ñ o , un r e s u m e n . d e la ci-
bién los S a n t o s P a d r e s anteriores al salvación del h o m b r e m e d i a n t e la r e - nuestro adorable Salvador como u n t a d a obra bajo el epígrafe de Les ori-
m i s m o T e r t u l i a n o . E n t r e éstos dice dención d e C r i s t o , léanse en el l i b r o h o m b r e de elevado ingenio, pero sen- gines du Christianisme d'apres M. Er-
S a n Ireneo, en el lib. I I Contra las he- s u y o De testimonio animae, el c a p . I I I , cillo e n e x t r e m o y falto de l a ciencia nest Bunsen, haciendo de paso u n elo-
rejías, De carne Christi los c a p í -
c a p . X V , n ú m . 3 : A todos vino en el o t r o práctica del m u n d o , j u n t a n d o con gio de la m i s m a , y dando y a por d e -
á salvar Cristo, Aun A los niños y pár- tulos X V I y X V I I , en el De resur- esta sencillez é inexperiencia la her- m o s t r a d a la tesis q u e el escritor in-
vulos que por él renacen A la vida de rectione. carnis el cap. XXXIV, en mosura de u n a l m a poética é i m p r e - glés se h a propuesto poner en eviden-
Dios. Y en el libro V , cap. X V , n ú - el libro V Contra Marción el capítu- sionable. L l e v a b a en esto el raciona- cia al publicar sus p e n s a m i e n t o s . C i -
m e r o 3 : Porque en aquella formación lo X V I I , y finalmente, en el libro De lista francés el m a r c a d o objeto de q u e t a r e m o s d e este r e s u m e n lo q u e h a c e
de los hombres en Adán, e s c r i b e , fueron anim.i, el c a p í t u l o X X X I . P a r a n o su personaje i d e a l , á la vista de los á n u e s t r o propósito , p a r a q u e se e n -
éstos hechos en pecado, por eso necesita- ser d e m a s i a d o m o l e s t o , citaré sola- e n c a n t a d o r e s paisajes de su lugar n a - tienda bien la m e n t e del autor y
ban del baño de la regeneración. L o m e n t e las p a l a b r a s del libro De testi- tal, pudiese sentirse v i v a m e n t e poseí- nosotros le p o d a m o s hacer las obser-
m i s m o hablan S a n J u s t i n o y S a n timonio animae : « S a t a n a m denique
1
do de ideas g r a n d i o s a s y s u b l i m e s , vaciones correspondientes: «El Zend-
I g n a c i o , m á r t i r *. (escribe á los g e n t i l e s ) , in o m n i aver- creerse á sí m i s m o el Mesías, y pre- Avesta, dice, encierra de u n a m a n e r a
tender, por fin, c o m u n i c a r á su pueblo explícita t o d a la doctrina metafísica
¿Pero es verdad que T e r t u l i a n o satione et a s p e r n a t i o n e et d e t e s t a t i o -
estos m i s m o s s e n t i m i e n t o s s u y o s , h a - de los cristianos , la unidad de Dios,
n a d a dice de este misterio en su Apo- ne p r o n u n t i a s , q u e m n o s d i c i m u s
ciendo q u e le reconociesen c o m o el del Dios vivo, el E s p í r i t u , el V e r b o ,
logético? L é a s e el magnífico c a p í t u - malitiae a n g e l u m , totius erroris a r t i -
E n v i a d o d e D i o s , a n u n c i a d o por los el Mediador , el Hijo e n g e n d r a d o por
lo X X I de esta obra, donde habla el ficem, t o t i u s saeculi i n t e r p o l a t o r e m ,
per quem homo a primordio circit inven- Profetas. Mas esta teoría e m i n e n t e - el P a d r e , principio de la vida para el
escritor africano de la misión celes-
tus, ut praeceptum Dei excederet, et pro- mente superficial, q u e hace de J e s u - cuerpo y de santificación p a r a el
t i a l de J e s u c r i s t o , donde e n s e ñ a
pterea in mortem datus, exinde totum ge- cristo un pobre iluso, y funda las con- a l m a . E l contiene la teoría de la caída
a b i e r t a m e n t e y en t é r m i n o s expresos
mís de suo semine infectum, suae etiam cepciones m á s s u b l i m e s del C r i s t i a - y de la redención por la gracia, la
la divinidad de las tres a u g u s t a s per-
damnationis traducem fecit.\) ¿Se puede' nismo, nunca soñadas ni imaginadas coexistencia inicial del Espíritu infi-
sonas q u e existen en Dios, c o n s t i t u -
exponer en t é r m i n o s m á s explícitos el por los filósofos m á s profundos, así nito con Dios, u n esbozo de la teoría
y e n d o u n a sola esencia, d o n d e p r u e b a
d o g m a del p e c a d o original, y la fe como t a m b i é n la moral m á s p u r a y de las e n c a r n a c i o n e s , la doctrina de
con evidentes a r g u m e n t o s la d i v i n i -
universal del pueblo c r i s t i a n o sobre elevada q u e j a m á s conocieron los s i - la fe, la de los ángeles buenos y m a -
dad del c r i s t i a n i s m o . Allí, al h a b l a r
el referido d o g m a ? 1
glos, en la sola e s p o n t a n e i d a d de u n a los, conocidos bajo los n o m b r e s de
del motivo de la E n c a r n a c i ó n del
P o r eso los r a c i o n a l i s t a s m á s a v i - imaginación n a d a i l u s t r a d a , n o h a amschaspantas y de darvantas, la de la
V e r b o , dice estas t e r m i n a n t e s p a l a -
sados n o caen en a b e r r a c i o n e s t a n merecido g e n e r a l m e n t e de los sabios, desobediencia al Verbo presente en
b r a s : « V i n o , p u e s , el q u e e s t a b a
e n o r m e s . P a l p a n d o la evidencia de la aun r a c i o n a l i s t a s y n a d a afectos al n o s o t r o s , y la de la salvación. E n fin,
a n u n c i a d o q u e había de venir á res-
fe universal y p e r p e t u a del C r i s t i a - Cristianismo, sino el m á s alto y so- la religión del Avesta excluye todo
taurar la disciplina y á i l u m i n a r l a ,
lemne desprecio. sacrificio s a n g r i e n t o expiatorio, y al
aquel Cristo, hijo de D i o s . E l m a e s - 1 Véase la disertación de D. Le Nourry, puesta
Los pensadores de Alemania é I n - pasar á los israelitas debía por nece-
tro, pues, y dueño d e esta gracia y en la colección de Migue al principio de las obras
de Clemente Romano. En ella, después de exponer glaterra esperaban algo m á s q u e u n a sidad suprimir la m u e r t e del cordero
disciplina, i l u m i n a d o r y a l u m b r a d o r
las herejías de Simón Mago, de Menandro, de Ce-
novela para satisfacer s u s a n s i a s de p a s c u a l , r e e m p l a z á n d o l a con u n a víc-
del género h u m a n o , era a n u n c i a d o
rintho, de líbion y de los Nazarenos , coetáneas á.
derrumbar el C r i s t i a n i s m o . Así es q u e t i m a idea!. E s t o e s , en efecto, lo q u e
hijo de Dios,» e t c . ¿Qué significan los mismos Apóstoles, hace ver este autor, en el
tuvo en u n principio lugar e n t r e los
las p a l a b r a s maestro y Arbitro de la capítulo IX, cómo por la condenación que bacía la han creído necesario recurrir á otro
Iglesia de estas herejías en el primer siglo mostra-
sistema, y el inglés E r n e s t o B u n s e n esenios y los t e r a p e u t a s , y después
gracia con que somos hechos hijos de ba tener entre las verdades más fundamentales de
la fe la divinidad de Jesucristo. ¡Tan lejos estuvo ha dado á luz en 1865, p o s t e r i o r m e n - e n t r e los cristianos.»
1
S. Just., Dial., cum Triphone, n. 88. la Iglesia de crear este dogma en los siglos poste- te al famoso y harto célebre p o r d e s -
S. Ignal., Episl. ad Trallianos. riores!
E x p l i c a d a a s í , según se lo i m a g i n a
7
76 tfALSO ORÍGEN A T R I B U I D O POR LOS RACIONALISTAS Á LOS MISTERIOS DE L A RELIGIÓN CRISTIANA. 77

el a r t i c u l i s t a con su idolatrado B u n - R e c o g i d a por S a n L u c a s , no c o m e n z ó chos así e n u m e r a d o s son a b s o l u t a - r a d a por su vida, se d u d a r í a si S ó c r a -


s e n , la gran conformidad de ideas filo- á establecerse con solidez en R o m a , m e n t e a b s u r d o s , y m á s increíbles mil t e s c o n t o d o s u i n g e n i o fué o t r a cosa
sóficas e n t r e la doctrina de Z o r o a s - sino después de la destrucción de J e - veces que no la fundación del C r i s - que un sofista. ¡ D i c e n que él i n v e n t ó
t r o y la de J e s u c r i s t o , p a s a á e x p o n e r - rusalén y de la m u e r t e de P e d r o y t i a n i s m o tal cual la creemos los c r i s - la m o r a l ! O t r o s a n t e s que él la h a -
n o s el m o d o en que pudo p e n e t r a r la P a b l o . tianos. bían p u e s t o e n p r á c t i c a ; él no hizo
d o c t r i n a del I r á n h a s t a el m á s oculto i» E n t r e t a n t o la i g n o r a n c i a q u e se L a p e r s o n a adorable del S a l v a d o r sino poner en lecciones sus e j e m -
s e n o de E u r o p a . P a r a esto nos habla tenía d e los c r i s t i a n o s d i o origen á a p a r t a t a n lejos de sí toda idea de im- p l o s . . . Mas J e s u c r i s t o , ¿dónde h a b í a
d é l a m a n e r a s i g u i e n t e : « E n t i e m p o las opiniones d i s i d e n t e s que a t a c a b a n postura, que el impío R e n á n no ha po- t o m a d o e n t r e los suyos esta moral
de la cautividad de Babilonia, la re- la doctrina, n e g a n d o las u n a s (ebioni- dido m e n o s de r e c h a z a r t a m a ñ o a b s u r - elevada y p u r a , de que él s o l a m e n t e
ligión persa, cuyos d o g m a s se hallan tas) la divinidad de C r i s t o , y a t a c a n - do. Por eso ha p i n t a d o a Jesucristo co- nos ha d a d o las lecciones y los e j e m -
c o n t e n i d o s en el Avesta, d i o origen á do las o t r a s (marcionitas) su h u m a - mo un iluso. E l m i s m o Rousseau ha plos? D e s d e el seno del m á s furioso
u n a secta c c u l t a e n t r e los j udíos, cuya n i d a d . L a I g l e s i a e s t a b a s ó l i d a m e n t e visto con evidencia lo a b s u r d o de una fanatismo la m á s a l t a s a b i d u r í a se
d o c t r i n a , t r a n s m i t i d a por la tradición establecida: llegó el m o m e n t o p r o p i - tal hipótesis, que p r e s e n t a r í a al funda- hizo e s c u c h a r , y la sencillez de las
oral, se manifiesta de t i e m p o en t i e m - I ció para la publicación del secreto, y dor del Cristianismo como el tipo m á s más heroicas virtudes honró al m á s
po, pero de u n a m a n e r a i n c o m p l e t a . entonces fué c u a n d o , á m e d i a d o s del acabado de la hipocresía y de la m a l - vil de los pueblos. L a m u e r t e de S ó -
L a secta apareció dos siglos a n t e s de siglo I I , fué e n t r e g a d o á los fieles en dad m á s a b o m i n a b l e . Así, nos ha de- crates, filosofando t r a n q u i l a m e n t e con
J e s u c r i s t o con el n o m b r e de esenios, y su propia l e n g u a el E v a n g e l i o s e g ú n jado este incrédulo una descripción sus a m i g o s , es la m á s dulce que se
bien pronto con el otro de terapeutas, S a n J u a n . E l misterio, p u e s , h a b í a tan e n c a n t a d o r a de su vida y virtudes, I puede desear; la m u e r t e de J e s ú s e x -
cierta clase de religiosos que vivían sido g u a r d a d o en secreto d u r a n t e s e - que nos h a parecido ponerla a q u í para pirando en los t o r m e n t o s , i n j u r i a d o ,
r e u n i d o s en los c o n v e n t o s . L a d o c t r i - tecientos a ñ o s : todo este intervalo consuelo de los fieles y baldón eterno burlado, es la m á s horrible que se
n a apareció en un principio en el Li- había sido necesario para que los pue- de todos los r a c i o n a l i s t a s . « ¡ Q u é dulzu- puede t e m e r . S ó c r a t e s , t o m a n d o la
bro del Eclesiástico, de J e s ú s , hijo de blos de Occidente se pusieran en e s - ra, escribe este impío filósofo pintado á copa e m p o n z o ñ a d a , bendice al q u e ,
S i r a c h , en el Libro de la Sabiduría, y tado de a c e p t a " los principios de fe Jesús ' , qué pureza en s u s c o s t u m b r e s , llorando, se la presenta; J e s ú s , en m e -
en las alteraciones i n t r o d u c i d a s en la legados por Z o r o a s t r o . » qué gracia e n c a n t a d o r a en s u s i n s - dio de un suplicio horrible, ruega por
B i b l i a por los t r a d u c t o r e s g r i e g o s , D e s d e luego s e ofrece c o n t r a e s t a trucciones! ¡Qué elevación en s u s m á - s u s v e r d u g o s e n c a r n i z a d o s . Sí; si la
l l a m a d o s los Setenta. L a secta y la teoría u n a dificultad g r a v í s i m a que la x i m a s ! ¡Qué profunda s a b i d u r í a en vida y la m u e r t e de S ó c r a t e s son de
d o c t r i n a h a b í a n a d q u i r i d o un gran destruye por c o m p l e t o . J e s u c r i s t o , sus discursos! ¡Qué presencia de espí- un s a b i o , la vida y la m u e r t e de J e -
desarrollo bajo los P t o l o m e o s , c u a n d o í>egún ella, no sería sino un feliz i m - ritu, qué delicadeza y q u é e x a c t i t u d ! s ú s son de un Dios.»
l l a m a r o n la a t e n c i ó n , un siglo a n t e s postor que h a b r í a logrado con s u s ¡Qué imperio sobre s u s pasiones! Así el impío filósofo de G i n e b r a ,
d e n u e s t r a era, con la l u c h a de Hillel m a l a s a r t e s persuadir al m u n d o que ¿Dónde está el h o m b r e , dónde está cediendo, lo m i s m o que R e n á n , á los
y S c h a m m a i . L a doctrina secreta ha le tuviese por hijo de Dios; y en e s t a el sabio que sepa obrar, sufrir y m o - e n c a n t o s de la persona del Salvador,
bía p a s a d o casi e n t e r a , pero recibien- i m p o s t u r a h a b r í a n e n t r a d o t a m b i é n rir sin debilidad y sin ostentación? y no pudiendo concebir en ella la m á s
d o a l g u n a a l t e r a c i ó n , á los libros del sus discípulos c o m o a g e n t e s p r i n c i - Cuando P l a t ó n p i n t a su j u s t o i m a g i - m í n i m a señal de superchería y ficción.
j u d í o h e l e n i z a n t e F i l ó n , el cual vivía pales para h a c e r l a triunfar en el m u n - nario cubierto de todo el oprobio del ¿Y qué ficción y superchería había de
en Alejandría en tiempo de J e s u - do. A d e m á s , los h e c h o s evangélicos crimen, y digno de todos los premios c o m e t e r el que sufrió tan p a c i e n t e -
cristo. no serían sino u n a novela c o m p u e s t a de la virtud, p i n t a rasgo por rasgo á m e n t e , por sostener la verdad de los
» E s t a es la d o c t r i n a que J e s ú s en- por los m i s m o s Apóstoles para mejor Jesucristo; la s e m e j a n z a es tan m a r - hechos que a n u n c i a b a , la m u e r t e m á s
señó s e c r e t a m e n t e á sus discípulos, persuadir al m u n d o la divinidad de su cada, que todos los P a d r e s la h a n sen- horrible y afrentosa que se le podía
sobre todo á P e d r o , S a n t i a g o y J u a n , Maestro; y por no e x t e n d e r n o s en tido, y no es posible padecer en esto presentar?
m a n d á n d o l e s tenerla oculta para t i e m - otras consideraciones que m o l e s t a r í a n equivocación. ¡Qué preocupaciones,
Y todavía es más inconcebible la
pos mejores, m i e n t r a s que él m i s m o , á los lectores, S a n P a b l o , sin saberse qué c e g u e r a n o son n e c e s a r i a s p a r a
m u e r t e d e s ú s A p ó s t o l e s , sufrida pol-
por medio de la predicación, pre- de qué m a n e r a , h a b r í a debido e n t r a r osar c o m p a r a r al hijo de Sofronisca
la m i s m a c a u s a . ¿ Q u é móvil pudo
p a r a b a las a l m a s á r e c i b i r l a . L o s en la c o n s p i r a c i ó n , u n i é n d o s e á los con el hijo de María! ¡Qué distancia
i m p u l s a r á estos e m b a u c a d o r e s (pues
Apóstoles la c o n s e r v a b a n secreta en discípulos de J e s ú s y t r a b a j a n d o con del uno al otro! S ó c r a t e s , m u r i e n d o
tales d e b e n ser los Apóstoles e n la h i -
J e r u s a l é n , al m o d o de los esenios de ellos p a r a que todos los h o m b r e s de sin dolores, sin i g n o m i n i a , s o s t u v o
pótesis de B u n s e n y de Burnouf), á
otro t i e m p o , c u a n d o P a b l o , q u e la co- la tierra tuviesen por verdadero hijo hasta el fin fácilmente su papel; y si
e m p r e n d e r t a n difíciles c a m i n o s por
n o c í a , se t o m ó la misión de esparcirla de D i o s á aquel perverso g a l i l e o , que esta fácil m u e r t e no h u b i e r a sido h o n -
m a r y tierra, á sufrir t a n t a s privacio-
e n t r e los g e n t i l e s , es decir, e n t r e los j a m á s h a b í a n visto s u s ojos en t o d a
n e s y fatigas, á padecer, en fin, la m i s -
griegos y r o m a n o s p r i n c i p a l m e n t e . su vida. Ahora b i e n ; todos estos h e - 1
Housseau, Emilio, tomo III, lib. IV. m a m u e r t e , en medio de los t o r m é n -
78 FALSO ORIGEN ATRIBUIDO POR LOS RAGIONALISTAS Á LOS MISTERIOS D E L A RELIGIÓN CRISTIANA. 7S>
t o s m á s terribles, por a m a r t a n perdi- s e ñ a d o en la s i n a g o g a y en el t e m p l o , Si Jesucristo h u b i e r a estado afilia- d o c t r i n a t a n a l t a c o m o es la del C r i s -
d a m e n t e á su Maestro?¿Y c ó m o , e n t r e á d o n d e todos los j u d í o s se r e ú n e n , y d o á la secta d e los esenios, t a l m o d o tianismo.
t a n t o s discípulos como tuvo J e s u c r i s - n a d a h e h a b l a d o en oculto. ¿ Q u é m e d e h a b l a r del pueblo h e b r e o , y e n par- Cuál h a y a sido la m a t e r i a de s u
t o , y q u e p a r t i c i p a b a n sin duda del p r e g u n t a s á mí? P r e g u n t a á los q u e ticular de s u s p a i s a n o s , h u b i e r a sido secreto, es cosa que no se h a podido
secreto de su d o c t r i n a , n o h u b o ni m e h a n oído qué es lo que les h e h a - d e todo p u n t o imposible. P o r q u e los a v e r i g u a r j a m á s , porque ellos fueron
uno solo que revelara la conspiración blado; ellos saben bien c u a n t o les h e •esenios, a n t e s de iniciar á u n a s p i - en g u a r d a r l o con e x t r e m o d i l i g e n t e s .
fraguada por su ambicioso Maestro? dicho.» 1
r a n t e á su secta en los misterios de Quizá formaron parte d e ella ciertas
T o d o s , al contrario, m u r i e r o n , ó su- N o puede ser m á s infundada, p o r e l l a , exigían t r e s a ñ o s de probación, d o c t r i n a s supersticiosas relativas á
frieron t o r m e n t o s suficientes p a r a re- o t r a p a r t e , l a hipótesis de s u p o n e r á lo cual no podía hacer J e s u c r i s t o sin los A n g e l e s , que S a n P a b l o r e p r u e b a
cibir con ellos n a t u r a l m e n t e la muer- J e s u c r i s t o iniciado en la secta de los saberlo todos los de su tierra. como c u e n t o s de viejas '; pues Josefo
te; y n a d i e , nadie reveló los p r e t e n d i - esenios. J e s u c r i s t o , en p r i m e r l u g a r , A d e m á s , los m i e m b r o s de esta cor- nos c u e n t a que estos sectarios c o n -
dos misterios á ellos solos c o m u n i c a había vivido s i e m p r e en el h o g a r d o - poración e s t a b a n divididos e n varias servaban consigo los libros de su secta
dos. ¿Qué es esto, sino que los tales méstico, n o h a b í a frecuentado l a s e s - clases, y los a n c i a n o s e n t r e ellos t e - y los nombres de los Angeles 5
. Y cier-
m i s t e r i o s en realidad n o existían, y cuelas, ni se h a b í a a g r e g a d o á c o r p o - n í a n t a n t a superioridad sobre los j ó - t a m e n t e d a n f u n d a m e n t o para p e n s a r
que los Apóstoles predicaron sencilla ración a l g u n a . E s t o e r a t a n e v i d e n t e , v e n e s , que ni siquiera se dejaban t o - de esta m a n e r a los errores sobre los
y f r a n c a m e n t e aquello m i s m o q u e de que todos le conocían como el h i j o car por ellos; si esto h u b i e r a sucedido E o n e s («uvec;), ó sea sobre cierta e s -
su Maestro habían a p r e n d i d o , sin c e - del carpintero, y a u n le l l a m a b a n t a m - a l g u n a vez, se hubieran creído m a n - pecie, de genios nacidos u n o s de o t r o s ,
lar á los fieles cosa alguna? bién así . Y p o r q u e e s t a b a n ciertos-
2
c h a d o s y necesitados de purificación. que fueron propalados por los Gnós-
Se h a dicho q u e J e s u c r i s t o tenía de que n o h a b í a recibido instrucción Por otra p a r t e , todos e s t a b a n o b l i g a - ticos en los primeros siglos de la I g l e -
s u s c o n v e r s a c i o n e s secretas con s u s a l g u n a de n a d i e , e x c l a m a b a n l l e n o s dos con j u r a m e n t o á g u a r d a r con s u m a sia, s e g ú n s a b e m o s por S a n Ireneo . 3

discípulos, y que en ellas les c o m u n i - de admiración al oirle decir cosas- diligencia el secreto sobre las cosas P o r q u e e s t a herejía tiene m u c h a rela-
c a b a la ciencia que ocultaba á los de- t a n a l t a s : ¿De dónde á éste tanta cien- d e su secta, que al ser iniciados se les ción con la otra de C e r i n t o , de nación
más- Pero esto n o h a nacido sino de cia y virtud sobrenatural de hacer mila- exigía, según c u e n t a Josefo ; y las 1
j u d í o , el cual e n s e ñ a b a en el p r i m e r
u n a m a l a inteligencia de los E v a n g e - gros? Y esto lo decían los de su m i s - faltas en esta m a t e r i a h u b i e r a n sido siglo de la I g l e s i a , c u a n d o todavía n o
lios, y de no haberlos e s t u d i a d o cual m a patria, los q u e le conocían perfec- s e v e r a m e n t e c a s t i g a d a s , p u e s t o que había m u e r t o S a n J u a n E v a n g e l i s t a ,
c o n v i e n e . J e s u c r i s t o , es verdad, tenía t a m e n t e , y sabían m u y bien que a q u e - empleaban g r a v í s i m o s castigos c o n t r a que en J e s u c r i s t o se debían d i s t i n g u i r
s u s conversaciones particulares con llo n o le había venido de i n s t r u c c i ó n aquellos que ss hacían i n d i g n o s de su dos c o s a s , á saber: la persona p u r a -
sus discípulos; pero en ellas no h a c í a h u m a n a . H e aquí las palabras de S a n profesión, y n a d a los hubiera hecho m e n t e h u m a n a , la cual había tenido
m á s que aclararles las d u d a s que de Mateo: Viniendo (Jesús) á su patria t más indignos de ella que la infrac- origen al nacer de su m a d r e María, y
las instrucciones generales y públi- enseñaba á sus paisanos en sus sinago- ción de dicho j u r a m e n t o . ¿Cómo, pues, u n a cierta virtud celestial , que h a b í a
cas les h a b í a n q u e d a d o , p a r a lo cual gas; de suerte que, admirados, decían; hubiera podido J e s u c r i s t o , joven de venido sobre él en el m o m e n t o del
les explicaba, como ellos m i s m o s se lo ¿De dónde á éste esta sabiduría y virtu- solos treinta a ñ o s , q u e b r a n t a r t a n im- b a u t i s m o , y luego lo había a b a n d o -
suplicaban, las parábolas y ejemplos des? ¿Acaso 7io es éste el hijo del artesano? p u n e m e n t e este s a g r a d o a c t o , p u b l i - nado para volverse al cielo al t i e m p o
que había propuesto á la m u l t i t u d . ¿Por ventura n'o se llama María su ma- cando el secreto que se s u p o n e , r e - de su pasión; virtud en la cual, según
T a n lejos estaba el divino Maestro dre, y sus hermanos Santiago, José, Si- uniendo discípulos y f o r m a n d o escue- él, consistía el verdadero Cristo.
de querer que s u s discípulos tuviesen món y Judas? Y sus hermanas, ¿no están la aparte de la referida secta, sin que C o m o quiera que esto sea, no pue-
ocultas aquellas explicaciones, q u e , todas entre nosotros? ¿De dónde, pues, á el juicio de los a n c i a n o s se hubiera le- de caber la m e n o r duda , a t e n d i d a s
a n t e s al c o n t r a r i o , les e n c a r g a b a que éste todas estas cosas? Y e s t a m i s m a a d - vantado c o n t r a él, y sin que le hubie- las razones indicadas , que J e s ú s n o
las hiciesen públicas, diciendo: «Lo miración, según cuenta S a n J u a n , 3
sen aplicado u n a p e n a proporciona- pudo t o m a r su celestial d o c t r i n a de
que os digo en las tinieblas, decidlo á m o s t r a b a n t a m b i é n los j u d í o s en g e - d a á su delito? Sin e m b a r g o , de u n la secta de los esenios, porque ni J e -
la luz del día; y lo que oís aquí, p r e - n e r a l , d i c i e n d o : ¿Cómo sabe éste letras, a c t o d e esta clase n o queda r a s t r o al- sús tuvo relación con e l l a , ni e s t a
dicadlo sobre los tejados;» esto es, á cuando no las ha aprendido? g u n o , ni en los libros de los c r i s t i a - secta era capaz de t a n t a s u b l i m i d a d
la faz de todo el m u n d o . P o r esto 1 nos, ni en los de los j u d í o s . F u e r a de de doctrina como se e n c i e r r a en el
p u d o responder á A n a s con plena s e - i Joan., cap. XVII, vers. 20-21. que los esenios no eran g e n t e d a d a á C r i s t i a n i s m o . Y esto se confirma t o -
guridad y confianza, siendo interro-
1
Marc, cap. V I , vers. 3. profundos estudios, ni por lo m i s m o davía m u c h o m á s , si c o n s i d e r a m o s
3
Joan., cap. V I I , vers. 15. El Evangelio, si- eran capaces de poseer en su seno u n a
g a d o en juicio: «Yo p ú b l i c a m e n t e h e guiendo la cúslumlire de los hebreos, llama licrma- que S a n P a b l o , fariseo d e profesión,
h a b l a d o al m u n d o : yo siempre h e e n - nos y hermanas de Jesús á sus parientes. No han
fallado, sin embargo, algunos necios que, fundados 1 I Tim., cap. IV, vers. 7.
en este lenguaje de la Escritura, han proferido 2 Josefo, De bello judaico, lib. I I I , 8-9.
i Matth., cap. X, vers. 27. barbaridades descomunales sobre esta materia. i
Anliquit. hebr., lib. X V I I I , cap. I I . 3 Contra Aderes., lib. I, cap. I .
80 • FALSO ORÍGEN A T R I B U I D O POR LOS RACIONALISTAS 1 LOS MISTERIOS D E LA R E L I G I Ó N CRISTIANA. 81

s e g ú n él m i s m o nos c u e n t a y por caso, los cristianos somos los más dig~ enemigos del C r i s t i a n i s m o i m a g i n a r P o r lo que hace á F i l ó n , n i n g u n a
consiguiente no iniciado en la secta nos de lástima entre todos los hombres . L
diferencias de d o c t r i n a e n t r e S a n Pe- necesidad t e n e m o s , para explicar s u s
de los e s e n i o s , e s t a b a t a n i n s t r u i d o U n hombre como San Pablo, que dro y S a n P a b l o , con ocasión de la d o c t r i n a s , de recurrir á la secta de los
en la doctrina de Jesucristo c o m o . l o s n o desea sino padecer t r i b u l a c i o n e s , conducta m e n o s p r u d e n t e que usó e s e n i o s . Vivía en Alejandría, y allí
d e m á s Apóstoles, sin haber visto en c á r c e l e s , t o r m e n t o s , p o r q u e todos San Pedro en Antioquía con los cris- estudió la filosofía de los p l a t ó n i c o s ,
vida al Salvador, ni conversado con crean en J e s u c r i s t o ; que no t i e n e tianos recién c o n v e r t i d o s . L o que que tiene, por su idealismo, a l g u n a
él, ni con s u s discípulos , a n t e s ha- puesta su gloria sino en la C r u z y en hubo allí n o fué diferencia de doctri- s e m e j a n z a con la s u b l i m i d a d de la
biendo buscado en un principio con los p a d e c i m i e n t o s de su pasión; que na, sino diferentes a p r e c i a c i o n e s en Religión C r i s t i a n a . A u n q u e , en r e a -
g r a n d e furia á los cristianos p a r a quiere ser u n a cruz para el m u n d o , la resolución de cuestiones prácticas lidad de verdad, la d o c t r i n a de P l a t ó n
aprisionarlos y llevarlos cautivos á así como el m u n d o lo es p a r a él; un tocante á lo que convenía hacer p a r a se halla m u y d i s t a n t e de la c r i s t i a n a
Jerusalén '. h o m b r e de esta clase, repito, no p u e - no escandalizar con ciertas acciones, en lo que a t a ñ e al V e r b o , hijo de
Si pues la doctrina de J e s u c r i s t o de obrar de otra m a n e r a sino p l e n a - buenas y h o n e s t a s en sí, á ciertos Dios. E l p l a t o n i s m o no es en s u s t a n -
era el secreto robado á los esenios, m e n t e persuadido de que J e s ú s , el judíos convertidos y débiles t o d a v í a cia sino el m i s m o p a n t e í s m o de los
¿quién faltó n u e v a m e n t e al j u r a m e n - fundador del C r i s t i a n i s m o , el m a e s t r o en la fe. orientales un poco p u l i m e n t a d o . E l
to de estos sectarios p a r a instruir al de los Apóstoles, con quienes h a con- Otro t a n t o se diga del libro de la Aof>c de P l a t ó n dista infinitamente
Apóstol en lo que de o t r a m a n e r a n o ferenciado él d e s p u é s de su c o n v e n Sabiduría y del Eclesiástico, que quie- del A o y o c ; c r i s t i a n o . Aquél es la m i s m a
podía saber? ¡Ah! Que S a n Pablo nos sión , es el Mesías a n u n c i a d o por los
2

ren presentar como de diferente doc- esencia y razón divina u n i d a á la m a -


c u e n t a otra m a n e r a m u y diferente de Profetas, el Hijo verdadero y n a t u r a l trina que el P e n t a t e u c o y los Profe- teria cósmica , a n i m á n d o l a , o r d e -
venir en conocimiento de la divini- de Dios, como él lo a n u n c i a en s u s tas. L a diferencia s u p u e s t a no es sino n á n d o l a y f o r m a n d o con ella un solo
dad del C r i s t i a n i s m o . E l nos refiere c a r t a s y lo predica por t o d a s p a r t e s . i m a g i n a d a , y los dos libros dichos y único ser, l l a m a d o R ó j ^ o ; - , ó sea
q u e , c u a n d o iba con m á s furor en Y pues de la doctrina de S a n P a b l o eran n o m e n o s venerado en J e r u s a - Mando; éste, por el c o n t r a r i o , es la
p e r s e g u i m i e n t o de los cristianos, e n - e s t a m o s e s c r i b i e n d o , ¿cómo es que lén que en Alejandría. Y como es ima- s e g u n d a p e r s o n a de la T r i n i d a d b e a -
tonces le convirtió Dios N u e s t r o S e - los Apóstoles P e d r o y S a n t i a g o no se ginaria la diferencia dicha, t a m b i é n t í s i m a , creadora, j u n t a m e n t e con las
ñor , dándole por revelación divina levantaron contra él al ver que iba, lo es la oposición que se finge e n t r e otras dos, del m u n d o y de c u a n t a s
claro conocimiento de la verdad. P a r a contra el m a n d a t o de su Maestro, ha- la versión de los S e t e n t a y el A n t i g u o s u s t a n c i a s en él se e n c i e r r a n , q u e -
q u e nadie dude de su relato , pone á ciéndole Hijo de Dios antes de t i e m - T e s t a m e n t o h e b r e o . L o s hebreos usa- d á n d o s e ella en sí m i s m a y en el seno
D i o s m i s m o por testigo de que no po, y n o e s p e r a n d o á que los á n i m o s ron d u r a n t e m u c h o s a ñ o s indiferen- del E t e r n o P a d r e , sin unirse en m a -
miente . 3
de los fieles e s t u v i e s e n preparados,, t e m e n t e de uno y otro t e x t o , a n t e s y n e r a a l g u n a á la universalidad de las
¿Se querrá decir t a m b i é n que el como dicen n u e s t r o s adversarios que después de la venida de J e s u c r i s t o , cosas '.
s a n t o Apóstol había e n t r a d o en la hizo S a n J u a n , d e j a n d o su E v a n g e l i o sin soñar siquiera la m e n o r oposición Y h e n o s aquí conducidos como por
conspiración de e n g a ñ a r al m u n d o , escrito para que fuese publicado en entre ellos. Más t a r d e , al verse apre- la m a n o á lo último que nos falta t o -
haciéndole creer la divinidad de un t i e m p o y sazón p o r los iniciados en miados por los cristianos con los a r - davía que t r a t a r en este capítulo p a r a
h o m b r e que ni había visto siquiera en los altos misterios del Cristianismo? g u m e n t o s que de la versión dicha, defender los d o g m a s del C r i s t i a n i s -
vida, y que á sus ojos no podía p a - P o r q u e San P a b l o , d e s p u é s de su con- como libro m á s conocido que el texto mo, y r e c h a z a r las v a n a s cavilaciones
sar, en la hipótesis que e s t a ñ o s e x a - versión, v d e s p u é s de haber estado hebreo, s a c a b a n contra ellos, hacien- n o v í s i m a m e n t e fabricadas por el i n -
m i n a n d o , sino por el m á s ambicioso predicando d u r a n t e catorce años la do palpable á todo el m u n d o , así el glés B u n s e n y por el francés B u r n o u f
y m á s perverso de todos los hombres? divinidad del S a l v a d o r , fué á J e r u s a - cumplimiento de las profecías en J e - en la teoría en que nos e s t a m o s ocu-
¡Ah! ¡Bien claro t e s t i m o n i e t e n e m o s lén á verse con S a n Pedro y S a n t i a g o sucristo como la divinidad del Verbo, p a n d o . ¿ E s verdad que los d o g m a s
en el m i s m o s a n t o Apóstol de que no y conferir con ellos su E v a n g e l i o , comenzaron á recusar la versión de del C r i s t i a n i s m o se e n c u e n t r a n en l a
procedía en su predicación con t a n p a r a que no acaeciese haberse fatigado los S e t e n t a por i n e x a c t a é infiel con d o c t r i n a de Z o r o a s t r o , y que de ella
r u i n e s i n t e n c i o n e s ! E l m i s m o nos en vano ó fatigarse de esta manera en respecto al original hebreo. han podido ser derivados?
dice, todo lleno de candor y sinceri- adelante. Y conferido su, Evangelio, fué
E s t o es lo que h u b o , y n a d a m á s , L a d o c t r i n a religiosa de los iranios
dad, que si Cristo no ha resucitado, es aprobado de los demás Apóstoles, y así aunque el tal recurso poco les vale, fué quizás en un principio m á s p u r a
vana su predicación y vana también la conferido y aprob ido lo anunciaba á los ni ha valido n u n c a á los j u d í o s ; por- que la de los otros pueblos, si excep-
religión por él profesada '', y que, en tal fieles de la Ga lacia 3
.
que los t e s t i m o n i o s relativos al Me- t u a m o s el hebreo, al cual no han lle-
Injustamente han pretendido los sías y á su divinidad se h a l l a n toda- g a d o , ni con m u c h o , los d e m á s . Mas
2

* Philip., c a p . III, v e r s . "i,


vía con m á s fuerza y energía en el
* Galal., cap. I, vers. 13. < Id., i'bid., veis. lí). 1
Véase la Prefinían de Marán á las obras de
* Galal., cap. I , vers. 2 0 . 2 Galal., cap. I , vers. 18-19.
original hebreo que en la versión d e San Justino, que dejamos indicada más arriba.
* 1 Cor., cap. XV, vers. 14. 3 Galal., cap. II, vers. 1-2. los S e t e n t a . s
Hace observar también esto el Sr. Ayuso en
82 FALSO' O R I G E N A T R I B U I D O P O R LOS RACIONALISTAS Á LOS MISTERIOS D E LA RELIGIÓN CRISTIANA. 83
si la m i r a m o s cual se e n c o n t r a b a al m i e n t o s á los h o m b r e s , así c o m o y no p r e s e n t á n d o s e esta Divinidad la T r i n i d a d , de la E n c a r n a c i ó n , del
t i e m p o en que los hebreos fueron A h r i m a n lo es de ángeles m a l o s , lla- absoluta, fuente y origen de l a s divi- pecado original y de las j e r a r q u í a s
t r a n s p o r t a d o s por N a b u c o d o n o s o r á m a d o s devas, p o r t a d o r e s de p e n s a - nidades p a r t i c u l a r e s , con los c a r a c t e - angélicas. E n el p r i m e r versículo del
Babilonia, hallaremos q u e ya la idea m i e n t o s m a l o s ; pero al m i s m o t i e m p o res b a s t a n t e definidos p a r a q u e se la G é n e s i s y a t e n e m o s aquel bereshit
de un solo Dios e s t a b a s u m a m e n t e tiene cuerpo c o m o los d e m á s seres pudiese distinguir de todas e l l a s . 1
baráElohim het ashamaimvehet haaretz,
desfigurada. E n t o n c e s los persas ad- sensibles y se h a l l a identificado con ¿Y de e s t a i n n u m e r a b l e m u l t i t u d en el principio las divinidades (Dios) creó
m i t í a n el d o g m a de los dos principios, el S o l , astro que aparece h o n r a d o en de dioses y d i o s a s , de este p a n t e í s - el cielo y la tierra; donde se pone el n o -
u n o del bien, l l a m a d o Ormuzd, y otro el Avesta como lo m á s alto q u e se p u e - mo grosero se quiere hacer derivar la m i n a t i v o de la oración en plural
del m a l , l l a m a d o Ahriman. E s t o s dos de i m a g i n a r . T i e n e a d e m á s varias es- doctrina p u r a y elevadísima del C r i s - (Eiohim),ye\ verbo en singular (bará);
principios, s e g ú n su c r e e n c i a , y se- posas, q u e no se sabe de dónde t o m a n tianismo? ¡A q u é cosas no induce el señal n o m u y o s c u r a del d o g m a de l a
g ú n la doctrina del Zend-Avesta, eran su origen, y , por fin, viene á conver- deseo de a t a c a r la realidad y existen- T r i n i d a d , D i o s u n o en esencia y m ú l -
e n t r e sí independientes y contrarios tirse en u n a m i s m a cosa con u n a cia de lo s o b r e n a t u r a l ! E n las religio- tiple en personas ' . E n el tercer c a p í -
en todos s u s afectos é inclinaciones. suerte de genio s u y o , el cual no p a r e - nes de los gentiles n a d a se e n c u e n t r a tulo del m i s m o libro h a l l a m o s a n u n -
Al principio del bien, sin e m b a r g o , lo ce ser sino lo m á s subido de la divi- que á mil leguas se acerque á los dog- ciada la caída del p r i m e r h o m b r e y la
consideraban como m á s poderoso, y nidad, y u n a especie de a l m a q u e m a s altísimos de n u e s t r a s a g r a d a R e - promesa de un L i b e r t a d o r . Pondré ene-
á él creían q u e se había de r e n d i r por a n i m a y da vida al m i s m o O r m u z d , ligión; de m a n e r a que la m i s m a c o - mistades, dice el S e ñ o r á la s e r p i e n t e ,
fin A h r i m a n en lo último de los m u y diferente, por t a n t o , del Verbo y m u n i d a d de doctrinas q u e , en c u a n t o ó bien al demonio, que de ella se h a -
tiempos. del E s p í r i t u S a n t o cristianos *. al fondo, existe en todos ellos respec- bía servido como de i n s t r u m e n t o ,
C o m o se v e , aquí i m p l í c i t a m e n t e Ni esto b a s t a t a m p o c o : los e l e m e n - to de la revelación p r i m i t i v a , no p u e - pondré enemistades entre ti y la mujer,
se a d m i t í a la doctrina del Dios único, tos, los a s t r o s , el fuego, el a g u a , la de ser descubierta sino por uno q u e ya entre tu semilla y la suya; ella quebranta-
porque en el mero hecho de c o n s i d e - tierra, el S o l , la L u n a , Sirio, divino de a n t e m a n o sepa su existencia. S i n rá tu cabeza, y til armarás asechanzas á
rar c o m o inferior en poder al princi- conductor de las estrellas, l a s h o r a s , las e m b a r g o , p a r a no afirmar q u e el Cris- su calcañal . 2

pio del m a l , y a confesaban q u e no era diversas épocas del a ñ o , e r a n para los tianismo es la simple evolución n a t u - E s t a idea de un celestial L i b e r t a -
verdadero Dios. Pero esta consecuen- persas ó iranios otros t a n t o s dioses. ral de la Religión j u d a i c a y de c u a n t o dor era a n t i q u í s i m a en todos los p u e -
cia e s t a b a n ellos m u y lejos de sacarla; T o d o s ellos t e n í a n t a m b i é n su propio en los libros s a g r a d o s del Antiguo blos primitivos, y dice de ella Plutar-
ni la hubiera sacado t a m p o c o el q u e , genio, así como t a m p o c o le faltaba el Testamento hallamos y a m á s ó menos co que se la e n c u e n t r a por todas p a r -
yendo á aquellas tierras de otra p a r t e , suyo á cada u n o de los h o m b r e s , a b i e r t a m e n t e a n u n c i a d o , cosa la m á s tes, sin saber de dónde ha venido . 3

no hubiera llevado ya en sí m i s m o la g u a r d a n d o con ellos la m i s m a clase clara del m u n d o , recurren los incré- E n el m i s m o Génesis se n o s p r e -
idea de un solo principio productor de de proporción que en el s i s t e m a pla- dulos á mil invenciones fantásticas y s e n t a t a m b i é n bajo el velo de miste-
todo lo d e m á s . tónico g u a r d a n las Ideas, s u s t a n t i v a s buscan relaciones q u e son imposibles riosas s o m b r a s , en aquella m a r a v i l l o -
A e n t r a m b o s principios s u p r e m o s y s u b s i s t e n t e s en sí m i s m a s , con c a d a de e n c o n t r a r . sa aparición de los tres ángeles h e c h a
a t r i b u í a n los persas la producción de uno de los individuos de su especie. ¿Se quieren p r u e b a s manifiestas de por el S e ñ o r al p a t r i a r c a A b r a h a m ;
todos los seres creados, y no á uno De s u e r t e que la doctrina del Avesta que las doctrinas religiosas del C r i s - en la cual ahora es un ángel solo el
s o l a m e n t e ; ni consta t a m p o c o q u e la es, en s u s t a n c i a , un p u r o p a n t e í s m o , tianismo no son m á s que el d e s a r r o - que allí figura, a h o r a son tres *. E n
m i s m a producción de los seres hecha como lo era en general la de todos los llo progresivo de lo q u e ya estaba el s a l m o X X X I I , vers. 6 , se hace
por estos dos principios fuese para los pueblos gentiles, e m a n a n d o de la D i - contenido, de u n a m a n e r a m á s ó m e - c o n m e m o r a c i ó n del Verbo con q u e
iranios verdadera producción ex nihi- vinidad cierta m u l t i t u d , m á s ó m e n o s nos clara, en los libros del Antiguo Dios ha criado los cielos, y del espíri-
¡o, ó sea creación. n u m e r o s a , de dioses y de diosas par- T e s t a m e n t o ? P u e s de ellas a p u n t a r e - tu de su boca, con que ha establecido la
Aún m á s : la m i s m a n a t u r a l e z a de i c u l a r e s , m á s ó m e n o s p o d e r o s o s ,
t mos a l g u n a s . P a r a t r a e r l a s y d e s e n -
O r m u z d se halla en el Avesta t a n m a l pero siempre i n d e p e n d i e n t e s e n t r e sí, volverlas todas, sería preciso aducir
1 Puede verse bien tratado este asunto en la
definida, ó, mejor dicho, t a n confun- c u a n t o s a r g u m e n t o s forman los T e ó - obra ya citada del P. Perruno, vol. I, cap. II. Pue-
dida con la de los otros seres, que en i Véase en La Controverse del año 1881, mi- logos católicos sobre los d o g m a s de de verse también á Drach: Deuxieme lellre d'iui
Rabin convertí aux ¡sraelites ses peres; Ítem De
realidad no se d a allí otra idea de este meros X X I I I y XXIV, la refutación de estas ideas
de M, Burnouf, hecha magistralmenlo por el ilus-
1
La doctrina de los sacerdotes egipcios, escribe rharmonie entre VEgliseel lu Synagoyue, l. 1, ca-
principio sino la que tienen los p a n - tre Profesor de la Universidad de Lovaina, monse- Uohrbachei (Hisl. unió. del'Eglis., t. I , lib. VI), pítulo I. Algunos no ven en este lugar sino un plu-
t e í s t a s de la India. O r m u z d es c r e a - ñor de llarlez, en dos excelentes artículos intitula-^ haciendo un extracto de las doctrinas de (¡uigniaud, ral de majestad; pero les falla el fundamento para
dos: Les origines persancs ou indoues de la Religión Creuzer y Gíienes, así como también la de los opinar de este modo, pues ninguna prueba traen
dor, sí, de ángeles buenos y de a r c á n - réoélée. liste mismo autor ha publicado también brahmanes de la India y la de los magos de Per- que satisfaga.
geles, portadores de buenos p e n s a - varios artículos sobre este asunto en el Diccionario sia, se presenta bajo la doble forma de una teogo- 2 Genes., cap. 111, vers. l o .
apologético de J. I!. Jaugey, que ha traducido re- nia y de una cosmogonía; está fundada, en sustan- 3
Plutarco, De Iside et Osiride. (V. Perrone, De
su importante obra: Los pueblos iranios y Zoro- cientemente del francés al castellano la Sociedad cia, sobre un panteísmo, ora físico, ora intelectual, Incarnat., n. 13.)
aslro. Editorial de San Francisco de Sales. ora mezclado de entrambos. 4
Genes., cap. X V I I I .
84 FALSO ORIGEN ATRIBUIDO POR LOS RACIONALISTAS Á LOS MISTERIOS D E LA RELIGIÓN CRISTIANA. 85

virtud de los mismos ' . E n el p r i m e r Dice, pues, el inspirado I s a í a s en llevado al m a t a d e r o , y c o m o cordero ¿Se puede dar u n t e s t i m o n i o m á s
capítulo del G é n e s i s se h a b l a del E s - los capítulos L I I , L I I I y L I V de su delante del que lo t r a s q u i l a e n m u d e - claro del Mesías, de su h u m i l d e v e n i -
píritu de D i o s , que era llevado sobre profecía: «Preparó el Señor su s a n t o cerá, y no abrirá su boca. Desde la da p r i m e r a , de su inocencia i n m a c u -
las a g u a s , ó que las estaba f o m e n t a n - brazo, viéndolo t o d a s las gentes, y to- angustia y desde el juicio fué levan- lada, de su m u e r t e sufrida por la sal-
do y vivificando, según vierten otros*. dos los t é r m i n o s de la tierra verán al tado en alto: su g e n e r a c i ó n , ¿quién la vación del m u n d o , de los gloriosos
Y en el c a p . X X I I del m i s m o libro se S a l v a d o r de n u e s t r o D i o s . R e t i r a o s , contará? porque fué cortado de la tie- triunfos de su pasión con el e s t a b l e -
le p r o m e t e á A b r a h a m que de su des- retiraos, salid de a h í ; no toquéis cosa rra de los vivientes, por la m a l d a d de cimiento de su I g l e s i a universal y
cendencia ha de nacer el que h a de a m a n c i l l a d a : salid de e n m e d i o d e mi pueblo lo he herido. Y á los impíos perpetua, de su divinidad, en fin, re-
q u e b r a n t a r la cabeza de la serpiente, ella, purificaos los que traéis los va- dará por s e p u l t u r a y al rico por su conocida y confesada en toda la tie-
y por cuyo medio h a de d e r r a m a r sos del S e ñ o r . P o r q u e n o . saldréis en muerte; porque no hizo m a l d a d ni rra? Cotéjese el c a r á c t e r de J e s u c r i s -
Dios sus bendiciones sobre todas las t u m u l t o ni en fuga a p r e s u r a d a , por- hubo malicia en su boca. Y el S e ñ o r to descrito por R o u s s e a u con el q u e
gentes . E n el D e u t e r o n o m i o p r o m e -
3
que el Señor irá d e l a n t e de v o s o t r o s , quiso q u e b r a n t a r l e con trabajos: si en este pasaje le a t r i b u y e Isaías, y se
t e el Señor «suscitar un Profeta, le- y os congregará el Dios de Israel. Mi- ofreciere su vida por el pecado, verá verá u n a conformidad t a n p a s m o s a ,
gislador como Moisés, á quien los J u - rad que mi siervo t e n d r á i n t e l i g e n c i a , una descendencia m u y d u r a d e r a , y la que deja sobrecogido al corazón de
díos estarán obligados á obedecer» . 4
ensalzado y elevado será, y s u b l i m a - voluntad del Señor será prosperada e s p a n t o . I s a í a s , seiscientos años a n -
E n el salmo C I X , vers. I, dice el Pa- do en g r a n d e m a n e r a . C o m o m u c h o s por su m a n o . P o r c u a n t o t r a b a j ó su tes de la venida de J e s u c r i s t o , n o pa-
dre E t e r n o á su Hijo, el Mesías, que se p a s m a r o n sobre ti, así será sin glo- alma, verá y se h a r t a r á : aquel m i s m o rece escribir su profecía sino s e n t a d o
«se siente á su diestra h a s t a que pon- ria su aspecto e n t r e varones, y s u justo, mi siervo, justificará á m u c h o s á la c u m b r e del Calvario, después de
ga bajo su escabel á todos sus e n e - figura e n t r e los hijos de los h o m b r e s . con su ciencia, y él llevará sobre sí haber visto morir á su R e d e n t o r y de
migos.» E n I s a í a s dice el Mesías
5
E s t e rociará m u c h a s g e n t e s , sobre él los pecados de ellos. Por t a n t o le daré haber presenciado los triunfos de la
que el « E s p í r i t u del S e ñ o r está sobre cerrarán los reyes su boca; porque le por su porción á m u c h o s , y r e p a r t i r á Iglesia, su E s p o s a , con el d e r r u m b a -
E l , » que por esta razón «hale ungido vieron aquellos á quienes n o se c o n t 6 los despojos de los fuertes; porque en- miento de la S i n a g o g a y de la ido-
y enviado á evangelizar á los pobres, de él, y los que no le oyeron le c o n - tregó su a l m a á la m u e r t e , y con los latría.
y á s a n a r á los contritos de corazón.» t e m p l a r o n . ¿Quién ha creído lo q u e malvados fué c o n t a d o ; y él cargó con Al leer estas i n s p i r a d a s páginas del
Pero ¿para qué fatigarnos multipli- no h a oído? Y el b r a z o del S i ñ o r , ¿á los pecados de m u c h o s , y por los Profeta, cesen ya los r a c i o n a l i s t a s
cando textos del A n t i g u o T e s t a m e n t o , quién ha sido revelado? Y s ubirá c o m o transgresores rogó. Regocíjate, e s t é - de decirnos que la R e l i g i ó n Católica
que hablan en t é r m i n o s expresos del ramito d e l a n t e de él, y como raíz de ril, que no pares; c a n t a a l a b a n z a y ha t o m a d o sus d o g m a s de la doctrina
P a d r e , del Verbo, del Espíritu de tierra s e d i e n t a ; no hay buen parecer grita la que no parías; porque m u c h o s de Z o r o a s t r o ; confiesen, por el con-
Dios, del pecado original, del S a l v a - en él ni h e r m o s u r a , y le vimos y n o los hijos de la d e s a m p a r a d a , m á s que t r a r i o , que todos ellos no son otra
dor y del Legislador del m u n d o , etcé- era de mirar, y le e c h a m o s m e n o s : los de aquella que tiene marido, dice cosa sino el d e s e n v o l v i m i e n t o y ex-
tera, etc.? B a s t e por todos el siguien- despreciado y el postrero de los h o m - el Señor. E n s a n c h a el sitio de tu plicación de c u a n t o e s t a b a c o n t e n i d o
te lugar de I s a í a s , el c u a l , por haber bres, varón de dolores, y que sabe de tienda y extiende las pieles de t u s en los libros de los Profetas, ó bien
existido y m u e r t o en J u d e a a n t e s del trabajos; y como escondido su r o s t r o pabellones, no seas escasa: haz l a r g a s el c u m p l i m i e n t o fiel de la p a l a b r a
cautiverio de Babilonia, no puede m a - y despreciado; por lo que n o h i c i m o s tus cuerdas y refuerza tus e s t a c a s . d a d a por Dios al pueblo hebreo d e
nifiestamente haber recibido sus m a g - aprecio de él. E n verdad t o m ó sobre Porque te extenderás á la derecha y m a n d a r l e s u n L i b e r t a d o r espiritual,
níficas inspiraciones de los libros de sí n u e s t r a s e n f e r m e d a d e s , y él c a r g ó á la izquierda, y tu prole heredará las que librase á sus a l m a s del c a u t i v e -
Z o r o a s t r o , ó, mejor dicho , de sus con n u e s t r o s d o l o r e s ; y nosotros le gentes y poblará las ciudades desier- rio del d e m o n i o , y l a v a s e con la s a n -
d o c t r i n a s ; porque es m u y incierto to- r e p u t a m o s como leproso y herido de tas. No t e m a s , no serás a v e r g o n z a d a , gre de su pasión las m a n c h a s c o n t r a í -
davía si se conserva n a d a de lo escri- Dios y h u m i l l a d o . Mas él fué llagado ni sonrojada, pues no t e n d r á s de qué das por todo el g é n e r o h u m a n o con
to por este filósofo, habiendo sufrido por n u e s t r a s i n i q u i d a d e s , q u e b r a n t a - afrentarte; porque te olvidarás de la sus culpas, y l a s que en a d e l a n t e h a -
t a n t a s alteraciones la religión que él do fué por n u e s t r o s pecados: el casti- confusión de tu mocedad, y no te bían de ser c o n t r a í d a s por los peca-
profesó . 6
go p a r a n u e s t r a faz fué sobre él, y acordarás m á s del oprobio de tu viu dores.
con sus cardenales fuimos s a n a d o s . dez. P o r q u e reinará en ti el que te
Si h e m o s de decir que u n a de estas
T o d o s nosotros c o m o ovejas nos e x - crió, el Señor de los ejércitos es el
1
Verbo Domini, diré, cocli lirmati sunt, et dos religiones, la h e b r e a ó la p e r s a ,
spiritu (iris ejus omnis virtus eoruin. t r a v i a m o s , cada uno se desvió por su nombre de él; y tu R e d e n t o r , el S a n t o
ha copiado de la otra (lo cual, sin
2 Genes., cap 1, vers. 2. c a m i n o ; y cargó el .Señor sobre él la de Israel, será llamado el Dios de
3
Genes., cap. XXII. veis. 18.
embargo, ninguna necesidad tenemos
iniquidad de todos nosotros. E l s e toda la tierra»
* Deul., cap. X V I I I , vers. 15. de afirmar, puesto q u e a m b a s p u d i e -
5
Isai., cap. LXI, vers. 1. ofreció, porque él m i s m o lo quiso, y ron haber t o m a d o los d o g m a s v e r d a -
Véase el cap. I de la obra de Ayuso, arriba
1
Isaías, desde el vers. 10 del cap. LII hasta el
no abrió su boca; c o m o oveja s e r á
6

citada. vers. 6 del cap. LIV. deros de la revelación p r i m i t i v a , y l o s


Stí FALSO ORIGEN ATRIBUIDO POR LOS R A C I O N A L I S T A S Á LOS MISTERIOS DE LA RELIGIÓN CRISTIANA. 87

to riaron efectivamente), m á s bien d e - ciéndose , llevó á t o d a s p a r t e s las en escritos griegos m u y a n t i g u o s , jes. Y no se c o n t e n t ó con esto, sino
b e m o s creer que los persas h a n sido ideas e x a c t a s de la D i v i n i d a d y del p r e g u n t a d o s por la época en que v i - que ofreció a d e m á s c u a n t i o s o s d o n e s
ilustrados por los h e b r e o s , q u e éstos Mesías libertador q u e e s p e r a b a , con vió el fundador de su r e l i g i ó n , res para su reedificación y para el c u l t o
por aquéllos. E s t o s , los h e b r e o s , ya todo lo d e m á s q u e pertenecía á su p o n d í a n que bajo el rey Vistaspa ó His- del verdadero Dios, á quien no d u d ó
a n t e s de la cautividad de Israel, p r o - religión, infinitamente m á s p u r a q u e taspes ' . Ahora bien; el r e y H i s t a s p e s l l a m a r Dios del cielo '.
d u c i d a por Salrnanasar, poseían u n a la de los otros pueblos orientales, en- por excelencia, ó s e a el m á s g r a n d e y L o s j u d í o s tuvieron gran cabida
religión m u y p u r a y e s p i r i t u a l , c o m o tre q u i e n e s se h a l l a b a d e s p a r r a m a d o . poderoso de este n o m b r e , y que debe, con los reyes p e r s a s , c o m o la h a b í a n
puede verse en los libros s a n t o s a n t e - Con esto se debieron renovar las r e - por lo t a n t o , ser s o b r e n t e n d i d o c u a n - tenido con los babilonios; y eran s u -
riores á aquella d e s g r a c i a ; m i e n t r a s m i n i s c e n c i a s de la tradición p r i m i t i v a do se le l l a m a de este m o d o , es D a r í o , m a m e n t e r e s p e t a d o s por su religión y
q u e los persas h a b í a n y a desfigurado e n t r e t o d o s aquellos pueblos, r e m i n i s - sucesor de C a m b i s e s , á pesar de la santidad, entre éstos, Daniel, Esdras-
la tradición p r i m i t i v a h o r r i b l e m e n t e , cencias q u e produjeron m a y o r efecto conspiración del falso S m e r d i s p a r a y N e h e m í a s , como consta en los l i -
i n t r o d u c i e n d o e n su reino el politeís- en el país del I r á n . usurparle el t r o n o , a p a c i g u a d o r de bros de Daniel y de E s d r a s . E r a ,
m o m á s a b s u r d o con l a m u l t i t u d i n - Bien puede ser que e n t o n c e s , y a n - los l e v a n t a m i e n t o s producidos en S u - p u e s , n a t u r a l q u e , con el influjo r e -
n u m e r a b l e de dioses y diosas que por tes de la c a u t i v i d a d de B a b i l o n i a s u - siana, Babilonia, A r m e n i a y Media ligioso de estos h o m b r e s s a n t o s y p r o -
e l m i s m o t i e m p o d o m i n a b a n e n t r e los frida por los j u d í o s , se l e v a n t a s e en- bajo F r a o r t e s , y debelador en die- fetas de Dios, se moviesen Darío y los
asirios y babilonios , c o m a r c a n o s s u - tre los p e r s a s a l g ú n h o m b r e f u e r t e - cinueve b a t a l l a s de s u s n u m e r o s o s persas en general, á volver á las t r a -
y o s . H a b í a n perdido l a idea del v e r - m e n t e i m p r e s i o n a d o del deseo de enemigos. diciones a n t i g u a s , y a de nuevo a l t e -
dadero D i o s , noción t a n obvia y con- hacer volver á su pueblo á las ideas El autor q u e a c a b a m o s de citar no r a d a s después de los m u c h o s a ñ o s
forme á l a razón ; ¿y s e h a b í a n de p r i m i t i v a s , que veía profesar á los tiene por verdadero este juicio, fun- que habían corrido desde la a n t e r i o r
conservar entre ellos m á s claras y ex- israelitas dispersos, y q u e este refor- dándose en que Darío H i s t a s p e s , se- reforma.
p r e s a s q u e e n el pueblo h e b r e o , de m a d o r se llamase Z o r o a s t r o , el lla- gún c o n s t a de l a s inscripciones c u - E s t e m i s m o influjo sintieron por
-continuo ilustrado por los Profetas, m a d o Spiiama por a l g u n o s p a r a d i s - neiformes p e r s a s poco h a descifradas, entonces los h a b i t a n t e s de la C h i n a ,
o t r a s c o s a s m á s difíciles de e n t e n d e r , t i n g u i r l e de otro m á s m o d e r n o en su profesaba la religión de Z o r o a s t r o con pues de aquel m i s m o tiempo son L a o -
c u a l e s eran: la creación, la existencia m a n e r a de opinar Pero este Z o - ardor, l l a m a n d o á Ahtiramazdá ú Or- T s e u y Confucio; el p r i m e r o de l o s
t e m p o r a l de lo m a l o , la r e s u r r e c c i ó n , r o a s t r o , si acaso existió , no es cier- m u z d el Grande, el Omnipotente, el cuales conoció á D a n i e l en B a b i l o n i a ,
el destino del a l m a d e s p u é s de la t a m e n t e el Z o r o a s t r o famoso, filósofo Dios de la sabiduría, de la luz y de la y llevó á su n a c i ó n la noticia de q u e
m u e r t e , la eficacia de l a s b u e n a s de P e r s i a y fundador de la religión verdad. Mas este f u n d a m e n t o sirve de d e n t r o de cinco siglos había de v e n i r
o b r a s , el purgatorio, la s a b i d u r í a sub- profesada por los arios. E l Z o r o a s t r o muy poco , á n u e s t r o parecer, p a r a «del Occidente al m u n d o la c o n s u m a -
s i s t e n t e y o t r a s d o c t r i n a s análogas? *. fundador de la religión persa vivió apoyar la opinión indicada; porque el ción de toda s a b i d u r í a , el Sabio por
S a b e m o s que los persas i n t r o d u j e - dos siglos m á s t a r d e , en tiempo de celo de D a r í o por la religión a n t i g u a excelencia, el g r a n Salvador;» n o t i c i a
ron u n a reforma en su religión, co- Darío H i s t a s p e s , sucesor d e C a m b i - y por el culto de O r m u z d se explica que repetía t a m b i é n Confucio.
r r o m p i d a poco á poco con el contacto ses en el imperio persa ; el cual g o - perfectamente, diciendo q u e a él fué E n la m i s m a ciudad debió ver t a m -
de los pueblos vecinos. ¿Cuál fué el bernó después de Ciro , á quien se movido por algún hecho extraordina- bién á D a n i e l Z o r o a s t r o ; porque e n -
origen de esta vuelta hacia l a s ideas debe la fundación de dicho imperio rio que no se había visto en las e d a - tonces B a b i l o n i a e r a el emporio d e
p r i m i t i v a s ? P r o b a b i l í s i m a m e n t e las con la destrucción de B a b i l o n i a . L o s des p a s a d a s , anteriores al a d v e n i - las ciencias, y á ella acudían t o d o s
nociones esparcidas de la religión del persas en los siglos I I I , I V y V a n - miento de Ciro y de C a m b i s e s . los deseosos de s a b e r algo, h a s t a q u e
pueblo israelítico, llevado cautivo á tes de la venida de J e s u c r i s t o , s e g ú n Y c i e r t a m e n t e este hecho se pre- fué d e r r u i d a por los persas.
Nínive en tiempo de S a l r n a n a s a r , dos nos refiere el Sr. Ayuso a p o y á n d o s e sentó m u y palpable y visible en la A n i m a d o allí Z o r o a s t r o á d e s t e r r a r
siglos a n t e s de la victoria de Ciro persona de D a n i e l , g r a n profeta del las novedades i n t r o d u c i d a s en la r e -
contra los babilonios , d e s t r u c t o r e s i La opinión general, sin embargo, es que no
lia habido sino un solo Zoroaslro. «Todo esiá lleno
pueblo j u d í o , y cautivo j u n t a m e n t e ligión de su p a t r i a con lo que veía y
del imperio de los asirios ó ninivi de incertiduuibre en lo que tocad este hombre cé- con él en Babilonia bajo los reyes b a - oía del pueblo judío, y en especial
tas. E l pueblo de Israel se esparció lebre, dice .1. B. Glaire (Dic. univ. des scienc. bilonios, m e d o s y persas. S a b e m o s , del g r a n profeta D a n i e l , e m p r e n d e r í a
ecclesiasl., art. Zoroastro). Se podrían contar más
e n t o n c e s e n t r e las naciones del Orien- por lo que se c u e n t a en el libro I de la reforma religiosa, d e s t e r r a n d o l a s
de seis Zoroaslros si atendiéramos á los diversos
t e para no volver j a m á s á verse r e - autores que sobre eslo han escrito; pero la opinión E s d r a s , que este rey concedió al p u e - a b s u r d i d a d e s n u e v a s , pero d e j a n d o
unido alrededor de la ciudad de S a - casi general es que no ha habido más de uno, muy blo j u d í o la licencia p a r a edificar el o t r a s m u y a n t i g u a s , p a r a lo cual h a -
antiguo. La mayor parle de los escritores persas y
m a r í a en su a n t i g u o asiento; y espar- árabes lo creen de origen judío, ó al menos educa- templo de J e r u s a l é n , a c o r d a d a por llaría p r o t e c c i ó n en D a r í o . E s t e m i s -
do en la Judea por alguno de los Profetas.» ¿Quién Ciro, y r e t i r a d a después por A r t a j e r - mo rey n o s dice, en la inscripción de
1
Véase en el Diccionario apologético de nion- sabe si es el profeta Daniel, predicador del verda-
sieur J B. Jaugey el articulo La Biblia y el Avesta, dero Dios en Babilonia y Persia i la sazón? Na 1
Ayuso, Estudios sobre el Oriente.—Los pue-
fscrito por Mons. de Harlez. [ han faltado quienes han opinado de esta suerte. blos iranios ij Zoroaslro, art. I . pág. 12. 1
Esdras, lilu I, cap. V I .
88 FALSO ORIGEN ATRIBUIDO POR LOS RACIONALISTAS Á LOS MISTERIOS DE LA RELIGIÓN CRISTIANA. 89

Bisuntun que d u r a n t e la expedición las ideas j u d a i c a s y c r i s t i a n a s . L o de D a r í o ( B e h . I, 16; I I I , 13), apare- «Una p r e s u n c i ó n , cuya fuerza n o
d e C a m b i s e s al E g i p t o el pueblo cayó cual es m u y n a t u r a l , pues d u r a n t e ce bajo la forma a l t e r a d a B a k e h d h i , puede ser desconocida, nos es casi
en la impiedad, y las falsas creencias los primeros siglos de la R e l i g i ó n no puede subir m á s arriba que el s i - i m p u e s t a por el silencio de dos a u t o -
cobraron gran pujanza en los países cristiana floreció m u c h o en Siria la glo s e g u n d o de la era a n t i g u a . No es res g r i e g o s , que tuvieron la mejor
de la Persia, de la Media y de otras Universidad de E d e s a , fundada ó al probable que este pasaje h a y a podido proporción p a r a conocer las cosas de
provincias. E n lo cual m u e s t r a el celo menos a c r e c e n t a d a por Sin Efrén; y estar s e p a r a d o de todo lo r e s t a n t e : la a n t i g u a P e r s i a . H e r o d o t o , que visi-
que t e n í a de r e s t a u r a r la religión a n - á esta U n i v e r s i d a d , d o n d e reinaban por lo t a n t o todo es de la m i s m a tó la Media y á los m a g o s , y fué tes-
t i g u a , r e l a t i v a m e n t e m á s perfecta, las ideas c r i s t i a n a s , a c u d í a n , e n t r e época.» tigo de s u s p r á c t i c a s ; y Jenofonte,
a u n q u e idolátrica t a m b i é n y fundada otros, los estudiosos de la Persia. U n a «2.0
L o s § § 130-154 del F a r - que vivió en Persia y procuró por t o -
en la multiplicidad de los dioses, de estas o b r a s , de composición b a s - gard I V , que c o n d e n a n al apóstol del dos los medios realzar y a d m i r a r la
c a d a uno propio de un solo p a í s . t a n t e reciente, como n o t a el sabio celibato y de la a b s t i n e n c i a y que, sabiduría persa ; a m b o s i g n o r a n la
P a r e c e , pues, i m a g i n a r i a la a n t i - orientalista L e - H i r ', intitulada Mi- según la t r a d i c i ó n , deben aplicarse á existencia de Z o r o a s t r o y de su n o m -
güedad que atribuye Ayuso á Z o r o i s - nokhired, ó sea Sabiduría celestial, da Mazdfk, sectario que vivía á fines del bre. Sin e m b a r g o , la leyenda avéstica
t r o diciendo que vivió unos dos mil manifiestos indicios de haber ejecuta- siglo V p. C h . E n rigor se podría ver no podía e n t o n c e s e s t a r relegada á las
a ñ o s a n t e s de J e s u c r i s t o . ¿Dónde e s - do su autor a l g u n o s plagios en los l i - en ellos u n a p r o t e s t a c o n t r a el b u - m o n t a ñ a s del n o r t e ; porque los m a -
t a b a n e n t o n c e s los Histaspes? Darío bros s a g r a d o s de los cristianos. L a dhismo, que se introdujo en el norte gos, que fueron s u s p r o m o t o r e s , y en
no pone en la inscripción de B i s u n - a r m a d u r a espiritual del parsi e s t í allí de la Persia d u r a n t e el segundo si- cuyo n o m b r e fué contado Z o r o a s t r o
t u n ya citada sino ocho a s c e n d i e n t e s descrita con las m i s m a s p a l a b r a s de glo a. C h . ; pero no se puede ir m á s a p e n a s conocido, g o z a b a n á la sazón
suyos que hubiesen obtenido el poder San Pablo en la epístola á los E f e - allá.» de favor en la corte de Persia.»
real; de ellos sólo su padre era H i s - sios, cap. I V , vers. 13. Allí es donde « 3 . E l Y a c n a X I X , donde se dice
0
« H a y a d e m á s otro hecho que no
taspes. P o r otra parte, la opinión de por p r i m e r a vez, á juicio d i Spiegel, que la ciudad de R a g h a ó de R a i no permite referir á t i e m p o s r e m o t o s la
que Z o r o a s t r o vivió en t i e m p o de traductor del Avesta, aparece en los está s o m e t i d a sino al poder sacerdo- composición del Avesta, el cual con-
D a r í o es la que g e n e r a l m e n t e se s i - m o n u m e n t o s del M a z d e í s m o la s a b i - tal; esta indicación nos lleva al t i e m - siste en la descomposición del l e n -
gue. Véase á Riancey en el t o m o ter- duría s u b s i s t e n t e y p e r s o n a l . po de los reyes partos, es decir, á las guaje en que este libro ha sido escri-
cero d e su historia (lib. I I , cap. I I , Aun el m i s m o Avesta dista m u c h o proximidades de la era cristiana.» co. D e c i m o s descomposición y no a l -
p á g . 70, edic. P a r í s , 18/0). E l señor de la a n t i g ü e d a d que a l g u n o s le a t r i - «4. E l Y e s h t de M i t h r a (2), el
0
teración. E l griego de H o m e r o , por
Ayuso se h a dejado alucinar por cier- buyen. H é a q u í lo que sob:e este p a r - cual en su ú l t i m a redacción no parece ejemplo, se halla m u y a l t e r a d o y m u y
tos escritos persas, que parecen de ticular escribe el sabio o r i e n t a l i s t a que h a y a podido preceder á la r e n o - d i s t a n t e de la l e n g u a primitiva, pero
época m u y a n t i g u a , c u a n d o no fueron m o n s e ñ o r de H a r l e z : «Ya n o e s t a m o s vación del culto de este Genio y al no en estado de d e s c o m p o s i c i ó n : las
h e c h o s sino pocos siglos a n t e s de J e - en aquellos t i e m p o s en que se conside- lustre que le dieron los ú l t i m o s reyes formas en él son fijas, a u n q u e m ú l t i -
s u c r i s t o . Al reformarse la religión raba la composición del Avesta como Aqueménidas, i n t r o d u c t o r e s de este ples y á veces t o m a d a s de varios dia-
persa en tiempo de Z o r o a s t r o , e s c r i - anterior en doce ó veinte siglos al culto en P e r s i a . P o r c o n s i g u i e n t e , lectos. O t r a cosa muy d i s t i n t a sucede
biéronse libros religiosos en el i d i o m a c o m i e n z o de la era cristiana. Se h a cuando m á s , p o d r á ser del tercer en el Avesta: en él las formas son flo-
a n t i g u o p a r a dárseles m á s a u t o r i d a d ; llegado aun á fijar la d a t a de su r e - siglo.» t a n t e s y tienden á desaparecer; así los
lo m i s m o se hizo m á s tarde hacia la dacción en los primeros siglos de «5. E l Y e s h t de A n a h í t a , el cual
0 t e m a s en 11 tienen el g e n i t i v o de sin-
primera m i t a d del siglo I I I de la n u e s t r a era. E l m i s m o Avesta lleva se halla en el m i s m o caso que el p r e -
Iglesia. Así, p a r a quien no se halle guiar en aus, eus, aos, avo ó vo; el vo-
cedente. E s t e c a n t o contiene a d e m á s
}

en sí ciertas d a t a s , ciertos c o m o j a l o -
bien versado en las a n t i g ü e d a d e s de nes, que p e r m i t e n d e t e r m i n a r aproxi- una p i n t u r a de la diosa, única en su cativo en v, au, ao, á y ó; el instru-
la Persia, podrían pasar estos libros m a d a m e n t e su a n t i g ü e d a d . » género en el Avesta, y q u e verosímil- m e n t a l baja h a s t a u. F u e r a de esto,
por a n t i q u í s i m o s y de época m u y a n - mente no es sino la descripción de la los casos se confunden unos con
«He aquí los l u g a r e s del Avesta que
terior á la de la cautividad de los j u - estatua que le erigió Artajerjes Mem- otros: el a c u s a t i v o hace veces de n o -
pueden ser referidos á u n a época d e -
díos en Babilonia, siendo así que en non contra los principios religiosos de minativo-acusativo, como en esta ex-
terminada:
realidad m u c h o s de ellos son m u y sus subditos.» presión yatha dámdn c.raestais (tam-
«1." E l F a r g a r d I, 22, en el cual el
posteriores al a p a r e c i m i e n t o del Cris- «6.° L o s pasajes a r r i b a citados, q u a m c r e a t a p u l c h e r r i m i s ) , c o m o las
n o m b r e de la ciudad de B á k h t r i , con-
tianismo. donde se hallan indicios de u n a civi- m á s h e r m o s a s c r i a t u r a s . E s t e hecho
servado i n t a c t o en las inscripciones
lización a v a n z a d a , puesto que un e s - se p r e s e n t a con d e m a s i a d a frecuencia
E n estas o b r a s , r e l a t i v a m e n t e m o -
Pueden verse sobre el Mazdeísmo los lumino- tado semejante de a d e l a n t a m i e n t o n o para que pueda ser a t i i b u í d o á error
d e r n a s , se v e n no pocas huellas de
1

sos artículos que escribió Le-Hir en su excelente ha podido recibir su desarrollo sino del copista. C i e r t a m e n t e es preciso no
1
Puede verse esta inscripción en Uianccy: His- obra Eludes bibliques, los cuales nos lian ser» ido
con el contacto de la Asiría.» inferir con d e m a s i a d a precipitación
toria universal, lomo l l l , I I , párrafo i." mucho en esta materia.
90 FALSO ORIGEN ATRIBUIDO POR LOS RACIONALISTAS Á LOS MISTERIOS DE LA RELIGIÓN CRISTIANA. 91

del estado de un lenguaje su edad; m u y p o s t e r i o r e s , m e r c e d al c o n t a c t o de a d o r a c i ó n , es decir, el d o g m a ab- origen de la divina revelación. G u s t e


pero aquí no se puede t a m p o c o de- que tuvieron con los j u d í o s y los c r i s - surdo de Jos dos principios, y la reli- ó no g u s t e á los r a c i o n a l i s t a s , esta
fender que este estado del idioma tianos. gión g r o s e r a de la idolatría. C o n c l u - es la p u r a v e r d a d , y v e r d a d ciertísi-
avéstico d a t e de t i e m p o s lejanos. Ni No quiero p o n e r fin á este c a p í t u l o y a m o s , p u e s , con lo que dejamos m a , que n a d i e puede n e g a r sin r e -
a u n el a n t i g u o persa bajo los últimos sin aducir u n n u e v o a r g u m e n t o con- asentado al principio de este capítu- n u n c i a r c o m p l e t a m e n t e á su razón,
A q u e m é n i d a s llegó á t a n t o : hállase en vincente en pro de la d o c t r i n a q u e lo, á saber: q u e los d o g m a s de la Re- ó lo q u e es lo m i s m o , sin dejar d e
él cierta perturbación en las formas c o n t r a B u n s e n y B u r n o u f en él h e ligión cristiana no tienen otro origen ser racional en s u s juicios y deci-
d e radicales, por ejemplo bíimán por d e f e n d i d o ; a r g u m e n t o que expone sino el que ella m i s m a les s e ñ a l a , el siones.
búmín, t e r r a m : ó la supresión de la t a m b i é n el g r a n orientalista francés
f o r m a del genitivo, que precede al de que poco h á h e m o s hecho m e n -
n o m b r e de que va r e g i d o : Darayavus ción. T o d a su fuerza e s t á fundada en
khsáyathiyahiya, D a r i u s regís filius, la c o n d u c t a que o b s e r v a r o n los persas
pero n a d a más.» en el c u a r t o siglo de la Iglesia con
«Otra fuente de inducción se e n - relación á los c r i s t i a n o s . S a b e m o s p o r
c u e n t r a en la c o m p a r a c i ó n de las con- Sozómeno 1
la horrible persecución
diciones intelectuales de los d e m á s que en P e r s i a l e v a n t ó c o n t r a los cris-
pueblos. ¿Es creíble que el I r á n s e p - tianos Sapor I I , e n t r e los a ñ o s 310
t e n t r i o n a l h a y a sobrepujado á t o d a s y 380 de la era de Jesucristo : son
las naciones en el c a m i n o de la filo- i n n u m e r a b l e s los fieles que en aquel
sofía, aun á la G r e c i a , la cual podía tiempo perecieron, en medio de los
c i e r t a m e n t e pretender el cetro de la t o r m e n t o s m á s e s p a n t o s o s , por d e -
inteligencia? E l b r a h m a n i s m o filoso fender la verdad de la Religión cris-
fico n o s u b e m á s arriba que el si- t i a n a . Si la d o c t r i n a por ellos p r o -
glo V; la filosofía griega n o comienza fesada h u b i e r a sido la m i s m a que
r e a l m e n t e sino en el siglo V I , ó á lo venían creyendo los p e r s a s d e s d e
m á s en el V I I ; ¿y se querrá que los tiempo i n m e m o r i a l , sobre todo e n t o n -
h a b i t a n t e s de los m o n t e s del m a r C a s - ces que a c a b a b a n de hacer la reforma
pio ó del K o r a s s a n se h a y a n a d e l a n - religiosa , volviendo con t a n t o a r d o r
t a d o en mil y a u n m á s a ñ o s á los s a - á la profesión de las ideas a n t i g u a s ,
bios de las regiones m á s ilustradas? ¿hubiera sido posible tan atroz y pro-
E s t o nos parece del todo increíble; y longada persecución ? De n i n g u n a
si algún autor griego lo piensa, es que m a n e r a : los persas h u b i e r a n recibido
se h a creído de ligero, fiándose en la con los b r a z o s abiertos á los cristia-
s i m p l e p a l a b r a de los m a g o s . »1
nos, y lejos de a t o r m e n t a r l o s con los
Con esto ya se ve cuan manifiesta- t r a t a m i e n t o s m á s horribles , los h u -
m e n t e caen por tierra las v a n a s teo- bieran c o l m a d o de h o n o r e s y r e g a l o s .
rías de B u n s e n y de B u r n o u f sobre la L o s p e r s e g u í a n porque la d o c t r i n a
doctrina oculta de los esenios; pues del C r i s t i a n i s m o e c h a b a por tierra
los p e r s a s , lejos de s u m i n i s t r a r á los c u a n t o ellos h a b í a n t o r p e m e n t e a d o -
cristianos, por medio de estos secta- rado y respetado como lo m á s digno
rios, la idea de la sabiduría subsistente
y per.\o:i<d, y lejos t a m b i é n , por con- 1 «Cum autem tempore promedíenle (escribo
en el libro I I , cap. V I I J di' su Historia) numerus
siguiente, de haber dado origen á los cornm fchrislianormn) vclientcnlcr crescerct, adeo
dos libros de la S a b i d u r í a y del Ecle- ut convenlus agere, et sacerdotes ac diáconos ba-
siástico, no han podido adquirir estas bero coeperint; baec res non mediocriter offende-
bat ánimos magorum, qui, velut tribus alíqua aut
ideas sino en t i e m p o s r e l a t i v a m e n t esacerdotalis slirps, successione quadam, religionem
persarum indi; fere ab initio administravcrant.> Y
luego cuenta lo sucedido en la persecución levan-
i La Conlroverse, 16 de Octubre 1881, artículo tada por Sapor, el cual estaba empeñado en que
Les prctendues origines persanes, etc., de llarlcz. los cristianos, dejando su Religión, adorasen al Sol.
OTKOS O R Í G E N E S ATRIBUIDOS F A L S A M E N T E POR LOS RACIONALISTAS, ETC. 93

como nuestro adorable Salvador. El libro de las leyes de M m ú , probable-


racionalista a l e m á n l l a m a d o doctor mente es posterior al sigl> I I . E n el
Mario, suponiendo, como Jacolliot y libro I se t r a t a de los Paliiavas , cuyo
Burnouf, q u e la India es la fuente y n o m b r e , bajo esta forma , no puede
origen de todas las sociedades h i m a - ser m á s a n t i g u o que el segundo siglo
nas , ha t r a t a d o de d e m o s t r a r que en después de J e s u c r i s t o . J.íimini, á
CAPÍTULO IX
la T r i m u r t i indiana, c o m p u e s t a de quien Jacolliot hacía anterior á S >
B r a h m a , Vishnu y Siva, se hallan los crates , vivía después del g r a m á t i c o
primeros orígenes de la T r i n i d a d cris- Pánini, el cual escribía al í i i del pri-
OTROS OKÍÜENKS ATRIBUIDOS FALSAMENTE POR LOS RACIONALISTAS tiana. 0 : r o s , finalmente, h a n apelado mer siglo de n u e s t r a era.» ( V é a s e
Á LOS DOOMAS DEL CRISTIANISMO. á las tríadas de E g i p t o , s e ñ a l a n d o la A. W e b e r , op. cil., p á g i n a s 234,
de Isis, Osiris y H o r o c o m o la m a d r e 338 3 57) '•
de nuestra T r i n i d a d s a c r o s a n t a . A los Véase en qué para la r e m o t a a n t i -
cuales parece haberse querido a r r i m a r güedad de los V e d a s : el P e n t a t e u c o
en nuestra patria el t r i s t e m e n t e céle- es m á s a n t i g u o que ellos c i e r t a m e n t e ,
bre profesor Morayta , diciendo en su pues se r e m o n t a h a s t a los tiempos de
cristianos h a b l a n del C r i s t o , de su discurso de a p e r t u r a pronunciado el Moisés. E s t o sólo b ista para d e m o s -
i\f§^o dicho en el precedente capítulo
Madre, de la cruz, del Evangelio, e t c . año 18S5 en la Universidad c e n t r a l trar que los d o g m a s cristianos no
^3si| es m á s que suficiente p a r a de-
Mas ¿qué cosa es el Cristo? ¿qué su de Madrid, que «la religión faraónica pueden tener su origen en los tales
m o s t r a r que los>dogmas de la Reli-
Madre? ¿qué la cruz? Nada de esto sa- no reconoció en sus orígenes l i i n - libros. En el P e n t a euco se hallan y a
gión cristiana no han podido tener su
ben ellos, y n a d a pueden responder. fluencia de otra a l g u n a m á s perfec- todos ellos a n u n c i a d o s , a u n q u e de
origen ni en las doctrinas religiosas
Nosotros v a m o s , ó, por mejor decir, la ta» (pág. 18), y a ñ a d i e n d o q u e e l pueblo una m a n e r a obscura, que será después
del I r á n , ni en las de n i n g ú n otro
ciencia se lo va á e n s e ñ a r . E s t a s egipcio «adivinó, a u n q u e imperfecta- poco á poeo d i c l a r a d a o n n u e v a s re-
pueblo p a g a n o que h a y a florecido en
ideas, e s t a s creencias son ecos lejanos mente , el monoteísmo , y explicó la velaciones, sin que en ello interven-
el m u n d o a n t e s de la venida de J e s u -
de las d o c t r i n a s d e l a l n d i a a n t i g u a . L a noción d e la T r i n i d a d por t a n t a s reli- g a n p a r a n a d a las d o c t r i n a s religiosas
cristo, sino que deben ser a t r i b u i d o s
Madre del Cristo es la m a d r e de B u d - giones admití la» (pág. 86). de los pueblos p a g a n o s . L a religión
á la revelación divina, manifestada
dha; el Cristo m i s m o es el dios A g n i ,
s u c e s i v a m e n t e por los P a t r i a r c a s , por P a r a refutar b r e v e m e n t e , y con el de Moisés gira t o d a entera sobre la
los Profetas y por n u e s t r o divino el dios-fuego de los V e d a s ; la cruz es orden d e b i d o , todos estos errores, idea de un Mesías l i b i r t a i o r , que es
R e d e n t o r al pueblo hebreo. Sin e m - una n u e v a forma de los leños por me- vamos por partes , y p r e g u n t e m o s en a n u n c a d o y a en el Génesis y en el
; 2

dio de los cuales producían los a r y a s


b a r g o , p a r a que la d e m o s t r a c i ó n sea primer luga-: ¿ E s verdad q u e los V e - Deuteronomio , y f j r m a en t o l o s los
3

m á s completa y t e n g a n al m i s m o primitivos el fuego del sacrificio.» das de la I n d i a tienen la a l t a a n t i - tiempos posteriores, desde David h a s t a
t i e m p o nuestros lectores algo deter- Mr. Jacolliot, cuya ignorancia y mala güedad que les atrib.iyen los a u t o r e s M alaquias, el objeto principal de los
m i n a d o que oponer á los que , en su fe h a n sido p u e s t a s en manifiesta evi- citados? D i n i n g a n a m a n e r a . « L a Profetas. E s t a idea del M i s í a s , desen-
odio contra todo lo s o b r e n a t u r a l , acu dencia por Mons. de H a r l e z en un ciencia seria, escribe el sabio profesor vuelta t o t a l m e n t e por el m i s m o Me-
den en n u e s t r o s días á las fábulas de libro que lleva por título La Biblia en belga Mons. de H a r l e z , ha hecho sías en persona, conforme á lo que es-
la India y del E g i p t o , ansiosos de ha la India *, e n t r e o t r a s i m p e r t i n e n c i a s , justicia c o n t r a toda t e n t a t i v a de se taba ya a n u n c i a d o en los b b / o s del
llar en ellas los orígenes de nuestra se h a atrevido á decir que la vida y ñalar á los Vedas u n a época m u y r e - Antiguo T e s t a m e n t o , es la que ha re-
R e l i g i ó n , h a r e m o s ver aquí brevemen- nechos de Nuestro S e ñ o r Jesucristo mota. E l Yij ir Veda , q u e n o e s el velado al m u n d o el d o g n a de la S a n -
t e cuan sin f u n d a m e n t o es lo que cier están calcados sobre la vida y h e c h o s más reciente , está reconocido haber l í s i n a T r i n i d a d , el de la E n c a r n a -
t o s r a c i o n a l i s t a s h a n escrito sobrede un fabuloso personaje indio , hijo sido redactado en el siglo I I I a n t e s de ción, el de la Redención y todos los
este a s u n t o . de B r a h m a , a n u n c i a d o de a n t e m a n o Jesucristo. E l R i g - V i d a , que es el m á s d e m á s q u e c o n s t i t u y e n la s u s t a n c i a
en los libros s a n t o s del I n d o s t á n , con- antiguo de los cuatro , h a sido c o m - del C r i s t i a n i s m o . P e r o v e n g a m o s y a
Mr. E m i l i o Burnouf, para quien la
cebido en las e n t r a ñ a s de u n a vir- puesto d u r a n t e un período d e t i e m p o á otra cuestión.
I n d i a es la c u n a del género h u m a n o ,
gen, perseguido desde su n a c i m i e n t o , que comienza lo m á s t a r d e en el ¿Qué r a z o n e s hay para afirmar que
y en sentir del cual los V e d a s se can-
venido al m u n d o p a r a la redención del siglo X I V y se extiende q u i z á s h a s t a
taban y a en aquella región miles de
h u m a n o linaje , y llamado finalmen- el V. (Véase A. W - b e r , Ak.idemische
a ñ o s antes que en E g i p t o hubiese 1 Harlez, en La Conlravcrsr, de l . " d e Enero
te con el n o m b r e d e Jezeus Christna, Vorlesangen ü i b e r die I a d i s c h e L i t t e - de 1882, articulo Prclendues oriyine* indoues du
ciudad a l g u n a , en un libro lleno de
ratur G i s c h i o h t e , 2 . edic. , B e r -
a
Christiiinisme, p. 14.
falsedades y titulado La ciencia de las i Genes., III, 15.
lín, 1876, págs. 17-43.) E.i c u a n t o al
religiones , escribe lo s i g u i e n t e : «Los i La líihlc dans t'Inde, par M. de Harlez. 3 Deuleron.. XVIII, 15.
94 O T R O S O R Í G E N E S A T R I B U I D O S P O R L O S R A C I O N A L I S T A S
Á L O S D O G M A S D E L C R I S T I A N I S M O .
95
María, madre de Jesús, es la misma i pues, que la identificación de la Vir- para engañar con él á j i i í o s y gen- propios ojos. ¡ A dónde llegan los de-
que Maya, madrede Buddha? Ninguna gen Maiía con la malre de Buddha es tiles. ¿Cabe en persona de juicio se- lirios de los que con fanático furor se
absolutamente. Burnouf se funda en una mera puerilidad, que sólo puede mejante suposición? ¿Tan necios eran empañan en declarar la guerra á todo
la semejanza de entrambos nombres. tener cabida en la c; b¿¿& de quien á los judíos de aquellos tiempos, que lo sobrenatural y en no admitir los
Pero esta semejanza es nula: porque todo trance se empeña en poner ne- nunca acudieron á este medio para indubitables dogmas de la revelación
el verdadero nombre de María es Mi- ciamente entre los personajes fabulo- librarse de la ignominia que pesaba cristiana! Y si el misterio de l i Cruz
riam, pues así se llamaba entre los he- sos y míticos á Nuestro Señor Jesu- sobre sus cabezas con la sola memo- no es sinoun simple mito conmemo-
breos; y Miriam con Maya no tiene cristo. ria del Cristianismo? ¿Tan desprecia-
1

rativo del sacrificio ofrecido al dios


nada de parecido. Fuera de que la r ¿Es más fundado lo que asienta dores de la vida eran los hombres en del fuego por los antiguos aryas,
de María, ó Marian, como la llama San Burnouf acerca de nuestro divino Sal- ios primeros siglos de la era cristia- ¿cómo es que la Iglesia el día del sa-
Lucas, difícilmente podrá ser deriva- vador, diciendo que Jesús es el dios- na que con sólo oir anunciar la men- bido santo, al celebrar el misterio de
da de la y de Maya, siguiendo las re- fuego de los Vedas? Esta es u n í pue- tida existencia de aquel hombre fan- la renovación del fuego sagrado, echa
glas déla Filología. Mucho menos se rilidad tan grande y aún mayor que tástico, corrían á bandadas á la Igle- mano del pedernal y no apela á los
podría apelar á la significación de di la precedente. ¿En qué se funda tan sia cristiana, abandonando su religión dos leños de que se servían para pro-
chos nombres: porque el de Maya sig- extraña afirmación? Oigamos al soña- para ir á derramar su sangre y perder ducirlo los aryas primitivos? ¿Cómo
nifica ilusión, y el de María señora. Y dor racionalista: «El Cristo, escribe, sus vidas, en medio de horribles tor- es que en ese mismo día, al cantar en
si queremos buscar sus raíces, Maya es el dios-fuego de los Vcdfs, rorque mentos, por la defensa de un puro la solímne Angélica los triunfos de su
viene del sánscrito ma, que significa este dios se llamaba Agni y el Cristo mito, que acab iba de ser inventado divino Fundador y su resurrección
formar; y María, del hebreo rum, que ha sido calificado de Anius Dei.« por unos miserables pescadores de gloriosa, nada dice que ni aun remo-,
quiere decir ser alto, excelso ó sublime. ¡ Poderoso razonamiento! ¿N'o sabe el Galiha? ¿Tin rematadamente locos tamente se refiera al fuego de los
Alguno podría pensar que María es zurcidor de personajes ideales que eran los Apóstoles que, sabiendo ser aryas? Porque en las ceremonias de
una copia de Maya, porque también quien le dio esta calificación, ó sea falso y de pura invención todo cuanto dicho día la Iglesia sólo canta la re-
de Maya se cuenta que concibió, sin San Juan Bautista, no hablaba en la- como testigos oc ¡lares anunciaban en surrección de Jesús y los bienes que
obra de varón y quedando virgen, al tín, sino en ara neo, y que, por consi- todas las partes del mundo entonces con ella ha traído á los hombres el
fundador dtl buddhismo. Pero seme guiente, no usó la palabra A gnus, sino conocido, sin embargo, todos sellaron Triunfador divino , comparando la
jante pensamiento va totalmente fue la de emroh, al llamar á Cristo corde- •con su propia sangre la verdad de sus noche de la resurrección con aquella
ra de camino. Porque, si bien Bud- ro? ¿Y 1 é tiene que ver Agni ó fuego u
asertos, sufriendo gustosos por su fin- otra noche en que, purificados los ju-
dha ó 0 ikyamuni es anterior en algu- con cordero de Dios, para identificará gido Jesús los tormentos atroces del díos con la sangre del cordero pas-
nos siglos á Jesucristo, pero no lo es "nuestro divino Salvador con t i dios martirio? De suposiciones como ésta cual, recobraron su liberta!, saliendo
la leyenda da que nació milagrosa- del fuego? Si San Juan llamó á Jesu- poco tiene que temer ciertamente la precipitadamente de Egipto. Convén-
mente de madre virgen, antes esta le- cristo cordero, no pretendió hacer con Religión cristiana '. zase, pues, el mal aconsejado racio-
yenda es posterior al advenimiento esto la más mínima alusión á fuego Y por aquí se entenderá también nalista de que la gloriosa cruz de los
del Cristianismo; y así, en el caso de alguno; lo que quiso significar sola- cuan sin sustancia es lo que añade el cristianos nada tiene que ver con los
afirmar que hay plagio, más bien de- mente fué que en el ara de la cruz mismo autor diciendo que la cruz de in nundos é impúdicos leños de los
bemos decir que los buddhistas co- había de ser Jesús inmolado por los Cristo no es sino «una nueva forma i antiguos aryas.
piaron de los cristianos y dieron á su pecados de los hombres, como verda- de los leños con los cuales producían Pero vengamos ya al imaginado Je-
Buddha la perfección que oían perte- dero cordero inocente, significado ya los aryas primitivos el fuego del sa- zeus de Mr. Jacolliot. No es cierta-
necer á Jesucristo. Lo cual no se hace desde el tiempo de Moisés por el cor- crificio.)) Sí; que Jesús es un persona- mente este autor el primero que ha
muy difícil de creer; porque, por una dero pascual de los judíos. ¿Y por je ideal, que ni ha predicado en Jeru- pretendido ver en Jesucristo una sim-
parte, el Cristianismo fué predicado dónde habían de saber los Apóstoles salén, ni ha sido crucificado en el ple copia del mitológico personaje
en la India por el apóstol Santo To- que existiese entre los j udíos la creen- Gólguta, y su muerte en el ara de la Kristna: ya en el Diccionario compa-
más, formándose iglesias que perse cia en semejante dios Agni, para to- cruz es una pura ficción, persuadida, rativo de todas las religiones, escrito por
veraron después largo tiempo, hasta mar de ella su modelo? Fuera de que sin embargo, como cosa verdadera á el abate Bertrand ypjbltca lo en 1859
que se apoderaron de ellas los herejes Mr. Burnouf, en su argumento, supone los judíos, que ellos han visto con sus por Mign?, leemos lo sig líente en el
nestorianos; y por otra, los naturales que Jesús es un personaje ideal, fin-
vocablo Krichn.v. 1 Paralelo de Krichna
de aquel país han sido siempre muy gido á su talante por los Apóstoles 1
Vé.nso sobreestá ni ileria el contii'i lente ser-
món de la resurrección. • 1.-1 ['. Carlos Fray de N'eii- con Jesucristo.-— Nuestros lectores ha-
propensos á engalanar á sus dioses yille contra las incrédulos; sermón que recomen- brán observado sin duda, sobre todo
con todo cuanto han podido idear de i Véase en el Diccionario apolngéllcq de mun- damos á los predica lire-; para que se sirvan de él
maravilloso y estupendo. C o n s t a , siour J. H. Jaugey, antes citado, el artículo lindi*- eonlra los incrédulos de nuestros días, en nada en el primer parágrafo, ciertas ana-
m o, de Morís, de liarle?.. • diferentes de | ,. del siglo pasado.
c s logías bastante extraordinarias entre
96 O T R O S O R Í G E N E S A T R I B U I D O S P O R L O S R A C I O N A L I S T A S A L O S D O G M A S D E L C R I S T I A N I S M O . 97

lo que se cuenta de Krichna durante Kerclma, como lo habían convertido' servar que este es un grande error, una sola tríada, dejando á los fieles
su juventud y los primeros hechos ya en una encarnación de Vishnu en debido á las apreciaciones de los pri- libertad para que diesen culto á aquel
históricos del Evangelio. Esta con- otros tiempos más antiguos para opo- meros sanscritistas, los cuales no es- de los tres que más les agradase.
coidancia y estas semejanzas son to- nerse á la propagación del buddhis- taban en disposición de distinguir los Esta amalgama en lo perteneciente
davía mucho más numerosas, cuando mo. Finalmente, que el personaje libros nuevos de la India de los más al punto doctrinal, á los bracmanes
se llega á entrar en los pormenores de Kristna se halla formado sobre el antiguos. «La India antigua, añade, no les importaba nada; porque ellos
la vida de Krichna: las cuales no han modelo de Jesucristo, y no al revés, no ha tenido jamás la menor noción profesaban el panteísmo, y así á sus
dejado de ser advertidas por los india- si bien difiere mucho de él en todo el de la Trinidad divina: el Dios uno y iniciados les decían que Brahma,
nistas ilustres, sacando de ellas cada conjunto, es cosa tan evidente , que trino no ha sido nunca conocido en Vishnu, Siva y todos los demás dio-
uno consecuencias opuestas, según todos los sabios lo reconocen , aun ella. La Trimurti ha tenido el origen ses, en realidad no eran sino una mis-
que fuera enercrgo ó favorable al Cris- aquellos mismos que son extraños á que dejamos aquí indicado , y ha na- ma cosa; y en lo relativo á la prácti-
tianismo.» Pero Mr. Jacolliot ha que- toda idea religiosa, y más bien hosti- cido en la Edad Media. No se la en- ca , les era sumamente provechosa,
rido sobrepujar á todos los de su cla- les que favorables al Cristianismo. cuentra sino en los Puranas y en los porque así quedaban todas las sectas
se en el cficio de inventor. Porque no Véase, por ejemplo, á A. Weber \ libros dependientes de ellos, los cua- debajo de su jurisdicción , y ellos
se ha contentado con cambiar el nom- Angelo de Gbb-rnatis , Dowson y les datan de la mitad de la Edad permanecían seguros en lá sublime
2 3

bre de Kristna en Chrisina, sino que Reinaud *\ Pasemos ya á lo de la Media.» En efecto ; como observa altura de su casta. Véase, pues, cuan
1

se ha atrevido además á añadir el Trinidad indiana. el ya citado escritor, Vishnu es ya lejos está la Trinidad cristiana de ser
otro de Jezeus; para que así juzgasen La Trimurti indiana es una tríada nombrado en los Vedas, cuando una derivación de la indiana, cuando
sus lectores que Jesucristo (Jesús de dioses llamados Brahma, Vishnu y Brahma no había sido todavía ima- probablemente la noticia del Evange-
Christus) no es sino el mismo Jezeus Siv.i: de los cuales el primero repre- ginado por los indios, para los cuales lio dio margen á los bracmanes para
Christna, adorado por los indios como senta la fuerza creativa de la Divini- Vishnu no era entonces sino un dios juntar en uno los tres mencionados
octava encarnación de Vishnu, la dad, el segundo la conservativa, y el secundario, personificación accesoria dioses; como se habían aprovechado
más célebre y la más popular de la tercero la destructiva. Estos tres dio- de la fuerza generatriz y conservado- de él para hacer más alegre y más
India. Mas ¿qué ha conseguido con ses, si bien tanto ahora como siem- ra del So!. En la mayor parte de los placentero á su ya antes transforma-
semejantes falsificaciones? Nada, sino bre , desde su origen , representan Brahmanes y en las Leyes de Mant'i, ó do Kerchna . 1

engañar á algunos ignorantes. En entre los indios tres divinidades per- sea en los libros de los brahamanitas, Vengamos, finalmente, á las tría-
primer lugar, Jezeus y Christna, son fectamente distintas , sin embargo, Vishnu es todavía un dios inferior, | das egipcias. No se necesitan largos
nombres manifiestamente importados son considerados como cosas que mu- puesto muy por debajo de Brahma. discursos, ciertamente, para hacer ver
de fuera á la lengua sánscrita de los tuamente se completan, formando un En la Bhagavad-gila , en el Hari-
que no tienen relación alguna con la
antiguos indios: puesto que el sáns- todo necesario é inseparable ; razón vansa y en los demás libros Vishnui-
Trinidad cristiana. En primer lugar,
crito no tiene z ni eu, ni permite que por la cual aparecen á veces en las tas, por el contrario , Vishnu es el todas ellas están compuestas de un
las letias A' ó Ch vayan antes de r; estatuas como reunidos en un solo dios supremo, el ser universal. Siva padre, una madre y un hijo, cosa en-
cosas todas que se necesitarían, sin cuerpo con tres cabezas. ¿Cuál es el es desconocido en los Vedas; en los teramente opuesta á la Trinidad so-
embargo, para que los dos nombres origen de esta Trimurti? Hasta ahora libros posteriores parece confundirse bredicha. En segundo lugar, las rela-
citados pudiesen pertenecer á dicha muchos habían creído que era preciso con el dios de las tempestades, llama- ciones genealógicas entre los miem-
lengua. Además, consta positivamen- ver en ella una idea desfigurada del do R-.idra; después se distingue de é! bros de las tales tríadas y los de la
te, como nota el citado abate Ber- dogma de la Santísima Trinidad re- y comienza á ser á su vez en cierto* Santísima Trinidad son también muy
trand, que el culto dado á Kristna no velado por Dios en los primeros tiem- libros la divinidad principal, el séi diversas. En la teogonia egipcia el
comenzó siró en el siglo VI de la era pos á Adán y Eva, cabezas del géne- universal. dios abstracto no es sino un ser único
cristiana, después que la Religión de ro humano; y así lo habían enseñado Esto prueba claramente que los sin segundo, infinito, eterno, inefa-
Jesucristo había tenido muchos discí- generalmente los defensores del tra- tres referidos dioses estuvieron sepa- ble, incomprensible, que no ha sido
pulos y sido muy conocida por lar- dicionalismo religioso. Pero el emi- rados y sin formar triada alguna per engendrado por nadie, pero tampoco
gos sig'os en el Indostán. Lo cual da nente profesor de la Universidad de largos años, hasta que los bracmanes, se perpetúa sino á la manera de los
manifiestos indicios de que los br?.c- Lovaina, Mons. de Harlez, hace ob- mucho tiempo después de la difusión hombres, esto es, por generación, ha-
rranes, al ver que en su región hacía del Evangelio, con el fin de juntar en ciendo el esposo concebir á su esposa
muchos progresos el Cristianismo, re- ' Wtbcr Krshnagebvrts, Fesl. A l j h . d , K . A c a - uno todas las sectas, hicieron de ellos un hijo, que es el mismo padre. Por
dcinic. liiiliii, J8C7.
vistieton de nuevos caracteres pareci- * Eveieluprdia indiana, fng. 2'i2.
dos á les del niño Jesús á un perso- 3 C.hissiral Dirliunary, arl. Vishmi Krsna.
1
C. de Harlez, La prrsonalité hislorique dn Véase en el Diccionario apologético de mon-
1

dirigí, etc.; articulo publicado en Lo Conlrovcrse sieur J li. Jaiígry el artículo La Trinidad fuera
naje histérico muy antiguo llamado i'cinnire gioyi aplm¡ve, Iiiüuriqve el scienlifi'
de lo de Mayo de 1882. del Cristianismo, escrito por .Mon*. de Harlez.
(¡ve .tur rinde, págs. 119 IT.i.
O T R O S O R Í G E N E S A T R I B U I D O S P O R L O S R A C I O N A L I S T A S
Á L O S D O G M A S D E L C R I S T I A N I S M O . 99

eso en la tríada tebana, primer esla- to las diversas agrupaciones de dio- de Dios; y encargó á sus discípulos Cristianismo todo entero, con toda la
bón de toda la inmensa cadena de ses, indica claramente que las tales que bautizasen á todas las gentes en colectividad de sus dogmas, no es otra
dioses egipcios, Anión es el marido tríadas son cosa muy distinta de la el nombre del Pudre, del Hijo, y del cosa que el desarrollo espontáneo de
de su propia madre Mith; y en la Trinidad cristiana. E n efecto; los Espíritu Santo, ó sea de las tres divi- la Religión judaica con el adveni-
tríada compuesta de Osiris, I-ds y dioses de Egipto al principio no eran nas Personas. miento del Mesías, que en ella estaba
Horo, los cuales formaban el último adorados en todo el país, sino uno en No se cansen, pues, en vano los ya muchos siglos antes anunciado, y
anillo de dicha cadena, Horo es el un nomo particular y otro en otro: racionalistas buscando en los dog- con el cumplimiento exacto de las di-
nuevo Osiris, que ha nacido de Isis Amón recibía culto en Tebas; Phtha, mas cristianos orígenes que en nin- vinas profecías, como dejamos pro-
para ocupar el lugar de su padre. En en Menfis; Rah, en Heliópolis; Khem, guna manera les corresponden. El bado en el capítulo precedente.
tercer lugar, las tríadas egipcias no en Coptos; Osiris, en Them, etc. El
son tales sino de nombre, puesto que mismo Set ó Tifón en un principio
en realidad forman grupos de cuatro no fué otra cosa que un dios dañino y
ó más dioses, que tienen íntima rela- maléfico, siendo muy celebrado por
ción entre sí. Así, Osiris, Isis y H J I O los egipcios por haber dado la muer-
están íntimamente relacionados con te á la serpiente Anophis, símbolo
Tifón, hermano de Osiris, con Neph- del mal y de las tinieblas, como nota
ty, esposa de Tifón, con Harpócra- Mr. Pierret '. Después un cambio de
tes, otro hijo de Osiris llamado dios dinastía lo derribó de su altura, convir-
del silencio, y con Anubis, hijo de tiéndolo los vencedores, de dios bueno
Nephty y Tifón. Por lo cual el mismo y benéfico, en malo y perverso, por
doctor Mario confiesa que, para ob- haber sido el dios de los vencidos.
tener la trinidad venerada en Egipto, ¿Y por dónde, habían de influir las
hay que formar la agrupación de los tríadas egipcias en la formación de
ocho dioses siguientes: Osiris, Tifón, nuestra Trinidad sacrosanta? ¿Por
Nephty, Horo, Harpócrates, Amón, Moisés? En los libros de M >isés nada
Phtha y Kneph. En cuarto lugar, la hay que pueda referirse á ellas: en el
idea expresada por las tríadas egip- Pentateuco reina un monoteísmo pu-
cias no tiene absolutamente nada que rísimo , diametralmente opuesto á
ver con la de la Trinidad cristiana; aquella innumerable turba de dioses
pues toda ella se reduce á significar que inundaba el Egipto al tiempo de
los efectos del Sol y de las tinieblas salir de él, ya libre de su esclavitud, el
en la madre Tierra, siendo aquél la pueblo hebreo. ¿Por Jesucristo? Jesu-
causa de la fecundidad y de la ale- cristo no pudo aprender nada de los
gría, y éstas, por el contrario, las de egipcios: cuando salió de la tierra de
la muerte y de la tristeza. Osiris es los Faraones para volver á su pa-
simplemente el Sol, que se pone y va tria, era todavía demasiado niño para
á su ocaso después de haber fecunda- que humanamente hablando, pudies
do á la tierra y alegrad ) á los morta- aprender ciencia alguna; y después no
les con su luz y calor. T.fón es el ge- salió nunca de su país. ¿Por los dis-
nio de las tinieblas, que reinan en la cípulos del Salvador? El dogma de la
Tierra durante la noche y después de Santísima Trinidad fué ya anunciado
la puesta del Sol, llevando consigo la antes que lo predicaran los Apóstoles;
suspensión de la vida y el sueño de lo anunció el mismo Salvador, el cual
los vivientes. Isis es la Tierra, que fué precisamente puesto en el igno-
en su movimiento diurno recoge los minioso madero de la cruz por los de
miembros esparcidos de su marido su nación, pjrque se presentaba ante
Osiris y le hace renacer en su hijo ellos como Mesías y verdadero Hijo
Horo. Finalmente, el mismo modo
on qae se fueron formando en Egip- 1
Pierivl, Petil. Manuel de iíi/thotoijie.
F A L S Í S I M A I M P U T A C I Ó N H E C H A P O R D R A P E R , E T C .
101
co en su corte. Eran los j fes de este de los Pontífices de R o m a . Las fiestas
movimiento los mismos miembros de y las conmemoraciones de los Santos
su propia familia.» se multiplicaron con los pretendidos
2.
a
«El Emperador , como hom- descubrimientos de reliquias. El ayu-
bre ocupado únicamente en asuntos n o se hizo el gran medio de ahuyen-
CAPÍTULO X humanos, y para quien eran de poca tar al demonio y de aquietar la cólera
importancia las opiniones religiosas, de D i o s . Se erigió en virtud de pri-
pensó que lo mejor para el Imperio, mer orden el celibato. Se hicieron pe-
FALSÍSIMA IMPUTACIÓN HECHA P O R D R A P E R Á LA R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A , para los partidos beligerantes y para regrinaciones á Palestina y á la tum-
sí mismo , era que cristianos y paga- ba de los mártires. Se trajo de los
D E HABERSE PAGANIZADO CON EL A D V E N I M I E N T O D E C O N S T A N T I N O .
nos se fusionasen y se dejaran amal Santos Ligares polvo y tierra, que se
gamar lo más posible. Parece que los vendía á precios enormes, c o no antí-
cristianos más sinceros no eran , por doto contra los demonios. Se encomió
otra parte , opuestos á esto. Elena, la virtud del agua bendita. Se intro-
madre del Emperador , ayudada en dujeron en las iglesias imágenes y
esto por las mujeres de la corte , tra- reliq lias, á las cuales se rindió culto
f | f ¡ p W lo dicho en los dos preceden-
al Imperio , no fué jamás lo bastante bajó la primera en operar la amalga- como hacían los paganos. S i preten-
tes capítulos queda demostrado
para destruir á su enemigo el paga- mación. Para contentar su deseo se dió (ellos también habían pretendido)
hasta la última evidencia , si mucho nismo. El término de la lucha entre sacaron de una cavernade Jerusalén... ¡lúe se realizaban prodigios y mila-
no nos equivocamos, no poderse atri- ellos fué una fusión de principios. El la cruz del Salvador y las de los dos gros en ciertos lagares. Las almas de
buir á la doctrina de las religiones Cristianismo no se pareció en esto al ladrones. Se comprobó la autenticidad los bienaventura ios fueron invocadas,
paganas el origen de los misterios mahometismo, el cual aniquiló com- por medio del milagro. Se instituyó y se creía que vagaban errantes por
cristianos. Veamos ahora en el pre- pletamente á sus adversarios é hizo un verdadero culto á las reliquias. A la tierra, y partic ilarmente alrededor
sente si es verdad lo que el raciona- reinar sus doctrinas sin mez:l>. Cons- medida que transcurrían los años, la •1e las tu nbas. S i multiplicaron los
lista Draper, con sus queridos maes- tantino hizo ver constante nente en fe descrita por Tertuliano se cambia- templos, 1 )s altares, los hábitos de
tros los protestantes , asienta contra su conducta que se creía (bligado á ba en otra menos pura y más cargada
nuestra inmaculada Religión, dicien- ser el soberano imparcial de todo su penitentes. S i inventó la fiesta de la
de ornamentos. Se fundía con la mi-
do que al advenimiento de Constan- pueblo entero , y no quería ser sola- Purificación de la Virgen para satis-
tología griega. El Olimpo se reforma-
mente el representante coronado d e
tino , con la política indiferentista de facer á los que echaban de menos los
ba; solamente los dioses habían cam-
este príncipe , se fundió con el paga- una facción afortunada. Si tLvó igle- lupercales ó fiestas de Pan. El culto
biado de nombres. L a s provincias
nismo y se transformó en una reli- sias cristianas, restauró también tem- de las imágenes, de partículas de la
cuya influencia en el Estado era más
gión semipagana. Oigamos al mismo plos paganos. Si d i o oídos al clero, verdad ¿ra cruz, de huesos, clavos y
poderosa, llegaron hasta hacer admi-
Draper , para que podamos examinar escuchó del mismo modo á 1 >s arús- otras reliquia-i, verdadero culto feti-
tir sus antiguos mitos. Se comenzó á
mejor la exactitud de sus afirmacio- pices. Si reunió el Concilio de Nicea, chista, fué conságralo.» «La canoni-
concebir la Trinidad conforme á las
nes. Dice así en el cap. II del ya va- tributó honores á la estatua de la zación reemplazó á la ap ¡teosis: los
tradiciones de Egipto. No solamente
rias veces citado librejo : « Hay dife-Fortuna. Si recibió el bautismo, hizo santos Patronos suceiieron á las di-
fué restablecido con nuevo nombre el
rencia del Cristianismo en los tiemposgrabar una medalla que llevaba su vinidades tutelares. Luego vino el
culto de Isis , sino que reapareció su
de Severo al Cristianismo en los de título de dios. Su estatua, elevada so- misterio de la transubstanciación, ó
misma imagen de pie sobre el cuarto
Constantino. Muchas doctrinas c o - bre una grandiosa columna de pírfido cambio del pan y del vino por el sa-
de luna. La bien conocida figura de
rrientes en el segundo p ríodo eran enen Constantinopla, era una antigua cerdote en cuerpo y sangre de Cristo.
esta divinidad , que tiene entre sus
el primero desconocidas. Dos causas imagen de Apolo, cuyas facciones fue- A medida que pasah i el tiempo, la
brazos al niño Horo, ha llegado hasta
produjeron la amalgama de la religión ron borradas para poner en su lugar paganización se completaba cada vez
nosotros en las billas creaciones ar-
cristiana con ti paganismo: primera, las del Emperador, y alrededor de su rnts.»
tísticas de la Madonna y del B.unbino.
las necesidades políticas de la dinas-cabeza, figurando rayos de gloria, fue- H í aquí el capítulo de culpas for-
tía; segunda, la marcha adoptada por ron colocados clavos, que se decía »Se tomó todo el aparato del viejo mado por Draper á U Iglesia Católi-
la nueva religión para procurar su haber servido en la crucifixión d¿ Cris- culto; se introdujeron en la Iglesia un ca, siguiendo en esto, como decía-
propia expansión.» to. Juzgando que era preciso acordar ritual pomposo, magníficas vestidu mos, la conducta de sus legítimos
ras , la mitra:... se elevaron iglesias padres los protestantes; 1 J S cuales, á
i.
a
«Aunque el partido cristiano compensaciones al partido pagano, sobre todas las tumbas de los márti- su vez, no hicieron en esta materia
fué bastante fuerte para dar un dueño vio con favor el movimiento idolátri- res, se las consagró con ritos imitados sino repetir neciamente las acusacio-
102 F A L S Í S I M A I M P U T A C I Ó N H E C H A P O R D R A P E R
Á L A R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A . 1 Ob-

nes de Fausto y Vigilando hechas á pera poder disipar los errores dif ludidos tenía al paganismo; desprecio que, en tiniano, lib. III, tít. XII, 1. 3, y es
los católicos en el siglo V, y victorio- como á placer sobre este punto de la his- sentir del mismo M. Beugnot, ya de dei año 321, anterior á la derrota de
samente refutadas en el mismo por toria, por Eusebio y los que le han co- muy antiguo conservaba este príncipe Licinio. Hállase otra ley del mismo,
las dos lumbreras de la Iglesia San piado. eh su corazón. Como prueba de este dada en Cerdeña en Junio de 321,
Agustín y San Jerónimo. Dos cosas Mis, gracias á Dios, no habrá ne- desprecio no consintió que se celebra- aunque más templada en la forma
tenemos que vindicar en este capítu- cesidad de recurrir á error alguno sen los juegos seculares, en los cua- que la anterior '.
lo: la conducta guardada por el gran oara defender en esta parte á tan re- les cifraban los paganos la prosperi- Y si tales disposiciones dictaba
Constantino con respecto á la profe- ligioso príncipe: los documentos pú- dad de todo el Imperio. Otro tanto Constantino cuando se veía precisado
sión de fe cristiana, tal cual nos la blicos y auténticos le def mderán bas- ejecutó, presentada la ocasión en que, á tener miramientos con Licinio,
presentan los actos ciertísimos de su tantemente. En primer lugar, es un según lis costumbres del pueblo ro- compañero suyo en el Imperio y pa-
vida pública, y la seguida por la Igle- hecho cierto y averiguado q ie la con- mano, debía celebrar las fiestas de gano en religión, bien se deja enten
sia durante la dominación de este versión de Constantino se debe á la Júpiter. Por su clase de emperador y der cuál sería su conducta respecto á
príncipe. Obrando de esta suerte se- celestial aparición que tuvo de aque- pontífice supremo, debía él presidir- la Religión cristiana después de la
guiremos paso por paso al calumnia- lla cruz luminosa forma la en el aire, las marchando al frente desús tropas derrota y muerte de su rival. Así es
dor racionalista, que se atreve á re- donde se leían las siguientes palab-as: al Capitolio, puesto que á la sazón se que todos los escritores convienen en
petir sin vergüenza las calumnias ya In hoc signo vinces: con esta eiseñx hallaba en Roma. Constantino recha- que ésta fué desde entonces mucho
por otros lanzadas contra el primer vencerás. Es verdad que Mosheím, zó con desdén tal usanza, y no quiso más favorable á los cristianos. En
protector del Cristianismo y contra la Chauffepié la Enciclopedia , Ma- J

presentarse á las dichas fiestas; dejó, efecto , la victoria obtenida contra


misma Religión Católica, y cien, mil ter y otros modernos han osado po-
3

sí, obrar á los sacerdotes paganos para este tirano le dejó dueño absoluto del
veces refutadas con argumentos de nerlo en duda; pero Divoisin, en una que las celebrasen, si quisiesen, por mando, y le decidió á declararse pú-
todo punto irrefragables. disertación dada á luz en 17 14, ha no exaspeíailos demasiado; pero pro- blicamente enemigo de los falsos dio-
Comencemos por la primera. ¿Es dado pruebas irrefragables que lo de- curó al mismo tiempo que se tornaran ses. Ya en 313 había igualado en dig-
verdad que Constantino el Grande muestran, y lo mismo ha hecho Ber- todas aquellas ceremonias en ridicu- nidad á los sacerdotes cristianos con
fué un verdadero indiferentista en gier en su Dicciomrio Teológico, en la las '. los de los ídolos, emprendiendo así
materia de religión, que sólo cuidaba palabra Constantino. poco á poco su tarea de ir acabando
En los años 319 y 321 promulgó
de sus asuntos temporales, y que, no Este príncipe, no bien hubo triun- leyes muy severas contra los que fue- con suavidad y sin tumultos con la
creyendo más en el Cristianismo que fado de su rival Majencio, cuando ya ra de los templos públicos ejerciesen antigua religión . Mas después que
2

en la religión pagana, trató de fundir al instante comenzó á dar muestras el arte divinatorio, ó sea contra los con la muerte del pagano Licinio no
á entrambas religiones en una sola? de favor al Cristianismo. En 312, de arúspices, las cuales pueden verse en tenía ya por esta parte obstáculos que
Si preguntamos á los racionalistas, concierto con Licinio, dio una ley en el Código Teodosiano, lib. IX, títu- superar, ni miramientos que guardar,
ellos nos responderán que sí; mas si que mandaba cesar la persecución lo XVI, 1. 2. La primera de estas durante toda su vida, que duró hasta
hacemos esta misma pregunta á la contra los cristianos, y permitía á leyes, su fecha el i.° de Febrero, pro- el año 337, colmó de favores á los
historia de los hechos reales y nada éstos libertad completa para tener sus hibe á los arúspices, bajo pena de ser cristianos, edificando iglesias, dotán-
imaginarios, la respuesta que obten- reuniones religiosas y haeer lo que quemados vivos, l i entrada en cual- dolas con rentas sacadas de su erario
dremos será muy diferente. mejor les pareciese para el acrecenta- quier casa particular para ejercer su y honrando extremadamente á los
No es Draper el primero de los in- miento de su Religión. Esto fué el ministerio de agoreros; y á las perso- sacerdotes. En el Código Teodosia-
crédulos que ha osado echar este bo- nismo año en que derrotó á Mijen- nas que los llamen para este mismo no se hallan insertas muchas leyes de
rrón sobre la condrcta de Constanti- cio; y así, se puede decir que ésta fué fin les impone las penas de confisca- esta clase, que dan testimonio de la
no; ya en esto le han precedido otros su primera disposición ó acción polí- ción de bienes y deportación. Y para gran religiosidad de este Emperador
de su clase, que han usado su mismo tica después de su entronizamiento, que se animen los ciudadanos á dela- por este tiempo.
lenguaje, sin duda por el deseo de ejecutada en acción de gracias por el tar á los criminales , el acusador es Y no se contentaba con favorecer al
tener compañeros en la maldad y en triunfo obtenido y en testimonio de en ella declarado digno de premio. En Cristianismo, sino que pasaba más
la irreligión. Entre otros, el francés su nueva fe, contraria s. la religió.i la dirigida por este Emperador á El- adelante, y hacía abiertamente la
A. Beugnot, en su obra intitulada: del Imperio. A comenzar desde el pidio se manda á los jueces, á las cor- guerra á la idolatría. El mismo com-
Histoire de la destruction du paganisme, año 314 dio públicos y manifiestos poraciones y á los habitantes de las puso un edicto latino, que hizo publi-
al cap. III del libro I, dice también, testimonios del alto desprecio en que ciudades que no trabajen los domin- car en todos los pueblos del Imperio;
como Draper, que Constantino jam s ;
gos; encuéntrase en el Código de J u s -
empleó el poder de que disponía para 1 Supplément au Diclion. de Bayle. « Cod. Theodos., lib. II, tít. V I I I , 1 . 1 .
* En la palabra Visión de Conslanlino. » Kusi'b., Hisl., lib. X. cap. Vil, Cod. Theodos.,
atacar á la religión nacional, y que es- 3 Hisl. univ. de la Iglesia, tomo I . 1
Zósimo, I. I I . lib. X V I I , tit. II, 1. 2.
Á L A RELIGIÓN CATÓLICA. 105
FALSÍSIMA I M P U T A C I Ó :N H E C H A P O I t DRAPER
104 sólo en Roma, sino también en la po- en estos términos: «Personas muy há-
en el cual representaba la ceguera que plos y la potestad de las tinieblas. pulosa ciudad de Serapis, eran permi- biles creen que cuando Constantino
sus predecesores habían tenido en el Esto ciertamente aconsejaría yo á todos tidos los sacrificios paganos. Pero esto prohibió sacrificar, se ha de entender
culto de los faLos dioses, y exhorta- los hombres, si esta conspiración y rebe- puede muy bien conciliarse con lo que esto de los sacrificios particulares que
ba á sus subditos muy extensamente lión violenta del perverso error, para es ribe Eusebio, diciendo que las le- se hacían en las casas, y no de los
á adorar al único Criador del Univer- ruina y perjuicio de la reparación del yes de Constantino, por cierta pru- sacrificios públicos en los templos.
so, y á poner su esperanza en su uni- género hw-nano, no estuviera dem isiado dencia política, no eran ejecutadas en Pero semejante interpretación no está
génito Hijo Jesucristo, el Salvador arraigada en los ánimos de algunos.'» todas partes, contentándose el Empe- tan fundada como debiera, porque no
del mundo. Tráelo traducido al gric Así acaba el gran Constantino su
rador c m que constase su voluntad se alegan sino leyes de los años 319
go Eusebio, en la vida de Con«.tanti • edicto, manifestando á todos los sub-
á todo el Imperio, y luego advirtien- y 321, como si Constantino no hu-
no, lib. II, cap. XLVII. Vese en él ditos de su vasto Imperio los ardien-
do secretamente á sus subalternos biera podido, una vez llegado á que-
mucha p edad, y son admirables las tes deseos que le abrasaban de aní-
que allí donde su aplicación hubiera dar dueño absoluto del mando, y ya
acciones de gracias que allí rinde á qui ar por completo los ritos y cere-
de traer graves inconvenientes, no se más fortificada su fe, hacer lo que
Dios. Deja á los paganos sus templos nonias de la superstición pagana, lla-
llevase á i jecución. Esto es lo que al- antes no había tenido valor de ejecu-
y la libertad de seguir sus antiguas mada por él con mucha exictitud po-
gunos opinan; mas otros explican las tar. Y sin embargo, esto es lo que se
mentiras, pero asegurando al mismo testad di lis tinieblas, y aaidien lo que,
leyes de Constantino en el sentido de ve por las mismas leyes que se ale-
tiempo que se duele de su error y que á no temer irritar demasiado á los que sólo se prohibieron con ellas los gan. Porque él tolera todavía los
desea que todos abracen la verdad. que todavía se hallaban tan apegados sacrificios particulares , y no los pú- arúspices. Y esto no obstante, no sólo
Concluye, en fin. con estas memora- á ellos, y trier así dañjs ma/ores al blicos, por no ir de prisa en el ani- nos aseguran Easebio, y Sozómeno
bles palabras, dignas de un príncipe Imperio, ya todos estos ritos y cere- quilamiento de la idolatría, con peli- después de él, que prohibió general-
cristiano , y que debieran ponderar monias hubieran completamente des- gro de exacerbar demasiado los áni- mente con una misma ley el uso de
bien cuantos han tenido l i osadía dt aparecido. mos de los gentiles, que todavía for- los sacrificios y de las adivinaciones,
pintaile como un hombre político Quien tanto deseo mostraba de aca- maban un partido respetable, y de sino también Zósimo dice que traba-
atento únicamente á sus intereses ma- bar can los ritos gentílicos, no podía ocasionar de este modo graves disen- jó para abolir el arte de predecir las
teriales, é indiferente por lo demás menos de coartar cuanto pudiese la siones en el Imperio. cosas futuras... Libanio asegura que
en materia de religión. ¡Oh! Dénos ftcultad que los gentiles habían teni- Como quiera que esto sea, siempre Constantino nada cambió en la reli-
Dios muchos príncipes tocados de do de hacer sus sacrificios y ceremo- se infiere con evidencia que el ánimo gión pagana, que todo se hacía como
esta clase de indiferencia, que no es nias religiosas. Así es que mandó de Constantino estaba muy lejos de antes en los templos, y afirma en tér-
sino el Catolicismo más puro, más cerrar las puertas de los templos pa- mostrarse indiferente en materia de minos formales que nada había in-
prudente y más sincero. ganos }" no permitir la entrada en
ellos, ni á los soldados , ni á los de- rd gión, sino que hacía cuanto esta- mutado en los sacrificios. Pero á la
Dice, pues, así: «Por lo demás,
más ciudadanos; y prohibió todo gé- ba buenamente en sus manos para aut >ridad de Libanio nosotros opone-
nadie se propase á cometer tropelía^
nero de sacrificios gentílicos, según acabar con la idolatría. Para esto se mos la de los hijos mismos de Cons-
con los otros, dejándose llevar desús
nos lo refiere el mismo Ejsebio en el valió de una política sabia y prudente, tantino, los cuales (Cod. Theod., li-
particulares sentimientos, sino ayude
lib. IV, cap. XXIII de la vida de este teniendo siempre puesta la mira en bro VI, tít. X, 1. 2, pág. 261), pro-
cada uno á su prójimo como mejor le
príncipe, vedando á todos con continuas
proceder por medios suaves, pero fir- hibiendo la superstición y aboliendo
diere Dios á entender; y si esto no
leyes y constituciones sacrificar á los ído-
mes y constantes, no dando nunca la locura de los sacrificios, declaran
pudiere, déjelo. Porque una cosa es
los, consultar curiosamente í los adivi-
ocasión á tumultos populares, y aspi- que ellos no hacen sino seguir la ley
emprender voluntariamente la defen-
nos y erigir ídolos '. Dio además una
rando sin cesar al deseado término de de su padre y ordenar su ejecución.
sa de la verdad peleando por la in-
ley mandando que cesasen ya en ade- acabar para siempre con el error Sozómeno dice también que, siguien-
mortalidad, y otra forzar á abrazarla pagano. do ellos las leyes y el ejemplo de
lante de existir cierta clase de sacer-
con el terror de los suplicios. He di-
dotes andróginos de Alejandría, los Sin embargo, muy probable pare- Constantino, su padre, prohibieron
cho todas estas cosas, y he disertado
cuales celebraban con torpísimas obs- ce que esta segunda interpretación, los sacrificios, la adoración de los ído-
sobre ellas con mayor amplitud y pro-
cenidades las fiestas del Río Nilo. según la cual sólo los sacrificios pri- los, y cualquier otro ejercicio de la
lijidad de la que pedía el proposito vados fueron prohibidos, debe ser religión pagana.»
de nuestra mansedumbre, porque no Bien es verdad que L'banio, en su
co npletamente rechazada; y de este Hasta aquí Tillemont, cuyo racio-
quería ocultar ni disimular la verdad oración pro templis, cuenta que, no
parecer es también el gran crítico Til- cinio, fundado en las leyes de los hi-
de mi fe. Principalmente cuando a l - lemont, el cual en el tomo IV de su jos de Constantino y en el testimonio
gunos, según llega á mis oídos, dicen 1 liusob., ¡Iitt., I. cit., cap. X X V . I.o mismo
escriben Tcodorelo. lib. V, cap. XX; Orosio, li- Historia de los Emperadores, art. LIII de Sozómeno, parece -del todo con-
que han sido completamente arranca- bro VII, cap. XXV'lll. v Sozómeno. lib. I I , capí- de la vida de Constantino, se expresa vincente.
dos los ritos y c.remonias de los tem- j lulo x v i r .
106 F A L S Í S I M A I M P U T A C I Ó N H E C H A P O K D R A P E R Á L A R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A . 107

Parece, pues, cierto que Constan- gundo, á causa de sus pretendidos nista se debe la paganización del referida estatua; antes por el contra-
tino prohibió, no sólo los sacrificios milagros, porque en ellos se cometían Cristianismo? ¿Con qué razón asegu- rio, mostró bien á las claras, y en pú-
privados, sino también los públicos; obscenidades horribles, que ni siquie- ra que restauró templos paganos el blico, que el tal culto era vano y dig-
y si no mandó arruinar los templos, ra pueden ser contadas. En los dos que derribó cuantos pudo; que escu- no de reprobación. Otro tanto se diga
esto fué porque la superstición paga- primeros era adorada Venus; y bien chó á los arúspices el que dio leyes de la consulta de los arúspices. El
na estaba todavía muy arraigada, se deja entender qué cosas harían los tan severas contra los que fueran á Senado pagano continuaba en sus su-
como observa Teodoreto (lib. V, sacerdotes y los adoradores de esta consultarlos; que tributó honores á la persticiones antiguas lo mismo que
cap. XX). Mas si no los arruinó, los diosa, tipo de la deshonestidad. El estatua de la Fortuna el que tan irri- antes del advenimiento de Constan-
despojó completamente, di. jando á los tercero estaba dedicado á Esculapio, soriamente trató á los ídolos; que vio tino; una de ellas era la de consultar
adoradores de los ídolos solamente y á él acudían las enfermas para que con favor el movimiento idolátrico los arúspices: el Senado hacía todas
las paredes y los mismos ídolos, feos el dios las visitase y curase durante el que en un edicto público dado á los aquellas cosas, pero el príncipe nada
y deformes, desnudos de todas sus al- la noche en el templo, abusando con numerosos subditos del Imperio ex- tenía que ver con ellas; las toleraba,
hajas, para socorrer la pobreza de losI este artificio torpemente los sacerdo- horta á todos á que dejen las tinie- y nada más
menesterosos. E-,to nos consta por lo tes de U credulidad de aquellas mise- blas de la idolatría, encarga á los Es verdad que en las mismas leyes
que escribe Eusebio y por confesión rables. Dannos noticia de estos h e -
1
cristianos que hagan cuanto puedan arriba citadas contra los arúspices se
de Juliano apóstata. chos Eusebio ', Sócrates *, Sozóme- para convertir con sus razones á los les permitía ejercer en los templos
Aún mas: el mismo Libanio lo no , y el mismo E-tnapo, sofista gentiles, y afirma, en fin, que con públicos sus funciones divinatorias, y
3

dice expresamente en la citada ora- gentil, el cual dice que Constantino gusto acabaría con todos los ritos y :ue en la promulgada el 3 2 1 ordena-
ción pro iemplis. El despojo fué lleva- elevó templos á los cristianos y arrui- ceremonias gentílicas de un solo gol- ba el Emperador se la diese cuenta
do tan adtlante, que hizo el empera- nó los más ilustres de los gentiles. pe, si esto no trajera graves trastornos ie cuanto observaban aquellos ago-
dor sacar de los templos todas cuantas Véase, pues, si con todo lo que al Imperio? reros. Pero esto, como sapientísima-
estatuas de arte en ellos se encon- acabamos de escribir de Constantino, Abusan torpemente los racionalis- mente observa el ya citado P . Gus-
traban, para ctr.bcdlecer con ellas á ciertísimo y fuera de toda duda, ten- tas de ciertos hechos de Constantino, ta *, lejos de probar que Constantino
Bizancio, su nueva corte. Lo cual dremos razón para afirmar que este que en circunstancias especiales de su diese oídos á los arúspices, demuestra
fué ejecutado á las mil maravillas príncipe no fué cual le pintan los ra- crítica posición no podía menos de todo lo contrario. Porque en la pri-
por los dependientes de Constantino; cionalistas, sino cristiano de corazón ejecutar. Constantino, mientras tuvo mera de dichas leyes llama expresa-
y así se veían en las calles, plazas y y muy cristiano. Y si no le faltaron el mando dividido con el gentil Lici- mente superstición al arte divinatorio
salones de Constantinopla, y no en tampoco sus defectos, muchos de nio, no podía proteger tan franca- (superstitioni sitce serviré cupienta); en
los templos, las estatuas más primo- ellos,empero,fueron debidos á su mis- mente al Cristianismo como lo hizo la segunda dice que falsamente pien-
rosas y estimadas de los dioses anti- ma hombría de bien. No pudiendo luego. Aun después de la muerte san los paganos traerles utilidad el
guos. Allí aparecían los célebres Apo- juzgar mal de los demás, á todos los de este tirano no podía acabar de un tal uso de adivinar; mas, pues tan
los de Scithia y de Sminthia, los trí- creía sinceros; y así cometió algunos golpe con la idolatría, y la prudencia empeñados están en ello, vayan á las
podes de Delfos, las Musas de Heli- desaciertos, engañado por los hipó- dictaba que no fuese más violento en aras piíblicas y celebren allí las solemni-
cón, el famoso Pan consagrado por critas, que se fingían amantes de la atacarla. En el mismo Senado, si bien dades de costumbre (.¡uod vero id vobis
todas las ciudades de la Grecia des- virtud, estando interiormente llenos se encontraban muchísimos senado- existimatis conducere, adite aras publicas
pués de la guerra de los persas. Hizo de malicia *. res cristianos, pero también había ¿t delubra, et constietuiine veslra celé-
aún más: demolió los vestíbulos de ¿Con qué razón, pues, podrá decir otros muchos obstinados en su genti- brate solemnia); en la tercera, final-
algunos templos, desmanteló otros el profesor de Nueva York que Cons- lismo, los cuales en la sala de su re-
para que ellos mismos se viniesen tantino fué indiferentista en materia unión tenían la estatua de la Fortuna t Vita di Constantino il Grande, tomo I I , .Rea-
al suelo; algunos demolió hasta los ci- de religión, y que á su política fusio- y le rendían culto en corporación, sin me critico su diversi jntti detla Sturia di Constan-
tino, etc., párrafo 4. Se dopo l'apparizione delta
mientos. Entre estos últimos los más que el Emperador lo pudiese reme- Croce abuia seynitato (MnsUinlino ad idtdatrare.
célebres fueron los de Afaco y H e - Euseb., Prtrpar. reangrl., lib. I V , cap. X V I ;
1
diar. ¿Era esto tributar honores á la 1 No puede ponerse en duda, escribe llaronio.
liópolis, en la Fenicia, y el de Eges, Vida de Constant., lib. 111, caps. XXXV, I.Vl estatua de la Fortuna? Sí, como tri- al año 31á, párrafo 67, que un principe que apare-
y LVIIl. ce siempre tan celoso por la gloria del Cristianismo
en la Cilicia. Se atrevió á dar este 2 Sócrates, lib. 1, cap. XVIII. buta honores á la usura uno que, for- no haya tratado de inspirarlo á los romanos, en
paso, á pesar de la gran celebridad Soy.ómeno, lib. V, cap, X.
3
zado de la necesidad, se presenta en cuanto lo permitía la prudencia, en una ciudad de
* Véase sobre es'e asunto la excelente Vidn d'
de que gozaban, y de la estimación Constantino casa de un logrero á pedirle dinero dquien se puede di cir haLer sido el C' nlro y el asilo
é l a idolatría. Porque ésla reinó allí, sobre todo
(lib 1V, cap. I V ) , escrita el siglo pa-
en que eran tenidos, sobre todo el se- sado en italiano por el jesuíta Gusta, barcelonés prestado. Constantino jamás tomó entre los senadores, basta Teudosio el Grande.»
romo Masdeu, hermano suyo en religión y amigo parte en el supersticioso culto que tri- «Esto, añade Tillemont (Vida de Constantino, ar-
íntimo, según el mismo Masdeu cuenta en su His- ticulo obligó á Constantino y á sus sucesores
butaban los senadores paganos á la á tolerar muchas cosas que no podían aprobar..*
i Euíebio, Vida de Ccmtla.nl , lib. 1 1 1 , cap I. toria de España.
9
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Á L A R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A . 109
108
conversión de Constantino á la Reli- ca grabar monedas de esta especie;
mente, quiere Constantino que se le sino en el testimonio de algunos bi-
gión cristiana había cesado de perte- esto lo haría el Senado ó algún otro
dé cuenta de cuantas observaciones zantinos, que habían recibido la cosa
necer aquel cargo á los Emperadores. entre los gentiles, y él los dejaría ha-
hagan los arúspices en las funciones por tradición meramente vaga. Tille-
Lo cual se hace más patente todavía cer según su conciencia obstinada en
públicas, no porque creyese aquellas mont trae ésta y otras cosas semejan-
considerando que entre tantas leyes el error, habiendo advertido á todo el
cosas que él mismo llamaba en pú- tes sobre la tal estatua en la nota 59
imperiales como salieron de los Em- mundo que él no reconocía otro Dios
blico supersticiones, sino porque que- ala Vida de Constantino, desprecián-
peradores cristianos, y que se pueden verdadero y real que el Dios enseña-
ría impedir que con los falsos agüe- dolas como infundadas é indignas de
ver en el Códice de Teodosio y Justi- do por los cristianos.
ros de aquellos funcionarios del Se- crédito. El título que pone á dicha
niano, jamás se apropian ellos el r e -
nado pagano y enemigos del Cristia- nota es el siguiente: Quelques actions Lo que el profesor americano aña-
ferido título. ¿Hubieran procedido los de déla estatua de Apolo convertida en
nismo se soliviantasen los ánimos de idoliUres mal attribnées a Constantin.
Mayor dificultad podría ofrecer lo referidos Emperadores de esta suerte, estatua de Constantino con sólo mu-
los gentiles y se produjese alguna re-
si hubiesen aceptado el oficio de Sacer- darle las facciones del rostro, lejos de
volución contra su persona. Ya que que dicen algunos autores sobre el tí-
dotes Sumos que los gentiles les ofre- ir en contra de nuestro propósito, le
no podía impedirlos en sus funciones tulo de Soberano Pontífice atribuido
cían? Cierto, antes de Constantino favorece infinitamente; pues con se-
divinatorias y supersticiosas, porque por los gentiles á Constantino. Algu-
bien se arrogaban el título menciona- mejante acción quedaría demostrado
así lo quería el Senado, trataba á lo nos católicos, como Baronio, son de
do en los documentos oficíales. el poco aprecio que hacía el Empera-
menos de refrenar la malicia de los opinión que lo tomó efectivamente
agoreros haciendo que pasasen las para gozar en pro del Imperio de las Lo que hizo Constantino, y lo mis- dor de los dioses de la gentilidad. El
observaciones por su mano, y que de grandes prerrogativas que este título mo se diga de sus sucesores, fué dejar hecho empero no parece cierto, al me-
esta manera no abusasen ellos de la le confería, sin hacer uso, empero, de á los gentiles que pusiesen por su pro- nos en su totalidad, porque de los
credulidad pública con peligro de ar- esta dignidad; por lo cual piensan que pia voluntad el dicho título en las ins- clavos con que fué crucificado el Sal-
marse grandes alborotos. Por esta no cometió acto de idolatría. Otros, cripciones, monedas y otras cosas pú- vador escriba Sozómeno las palabras
razón de augurarse en las tales fun- con Tillemont y Gusta , rechazan
1 J
blicas que ellos mismos determinaban, siguientes: «Quod ad clavos attinet,
ciones públicas sobre la misma suer- esta sentencia, diciendo que el referi- y no aceptarlo él nunca por no pare- quibus corpus Christi crucifixum
te de los Príncipes reinantes, con pe- do Príncipe jamás tomó ni aceptó se- cer mezclarse de manera alguna en erat, memorant imperatorem ex illis
ligro de grandes trastornos en el E s - mejante título. Ciertamente, las razo- sus actos idolátricos. Aunque el oficio sibi confecisse galeam et frenum
tado, llegaron á prohibir estas funcio- nes que estos dos últimos alegan, de Sumo Sacerdote del verdadero equi.D Más cierto es lo que narra
1

nes los mismos emperadores paganos prueban con toda evidencia ser infun- Dios, criador de cielo y tierra, hecha Tillemont, apoyado en Eusebio y
Tiberio, Alejandro Severo y otros. dada la aserción de sus adversarios; manifestación pública de que detes- otros autores, diciendo: «En la prin-
Constantino no se manifestó tan duro, porque los argumentos por éstos adu- taba la idolatría, bien lo podía haber cipal sala del palacio, Constantino
pero supo precaver con mucha pru- cidos sólo demuestran que los genti- tomado con respecto á los gentiles; hizo poner en el medio del techo una
dencia el daño que de allí podía re- les siguieron dando este título tanto á porque éstos, como todavía no eran cruz, toda de riquísima pedrería en-
sultar. Constantino como á otros Emperado- cristianos, estaban fuera del dominio gastada en oro. Veíase en la Plaza
res posteriores, y aun al mismo Gra- de la Iglesia, y eran capaces de tener Mayor una estatua de Constantino y
También sobre la estatua de la otra de Elena, y en medio una cruz,
ciano, el cual evidentemente lo recha- un Sacerdote Sumo para el culto pú-
Fortuna han esparcido los enemigos con esta inscripción: Jesucristo, solo
zó, mas no que ellos lo aceptasen y blico de la verdadera Divinidad.
del Cristianismo muchas falsedades
mucho menos que lo tomasen. De una manera análoga debe razo- Santo y solo Señor, para la gloria de
contra Constantino. Zósimo dice que Dios su Padre.» -
hizo fabricar dos templos en la plaza Parece claro además que los E m - narse sobre el otro cargo que hace
mayor de Constantinopla para dos es- peradores cristianos jamás aceptaron Draper á Constantino, de haber hecho
tatuas, una de la Fortuna y otra de el título en cuestión, por más que grabar una monedaque llevaba el títu- • Sozóin., lib. II, cap, I.
Cibeles. Serían dos nichos para pre- apareciese en inscripciones, en mone- lo de Dios. Constantino no hizo nun- * Tillomoni, Vida de Consl., arl. C.">.

caverlas de la intemperie, si es que das y en otros documentos públicos


no miente el autor gentil, no pocas levantados espontáneamente por los
veces cogido en actos de esta especie. gentiles; porque Sozómeno escribe de
La crónica de Alejandría, cuenta que Juliano, como una cosa nueva y des-
Constantino, al salir de Roma, se acostumbrada, que sé atribuyó el ofi-
llevó el Pulladium, colocándolo, luego cio de Sumo Sacerdote, indicando de
sobre la gran columna de pórfido una manera implícita que ya con la
puesta en medio de lá Plaza Mayor; Vida de Constantino, art. 28.
1

pero semejante aserción no la funda * Exame critico, ole., pár?cHado.'


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D R A P E R Á L A R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A . 111

por los católicos á los Santos y á sus destello del divino Ser y una cierta
imágenes y reliquias es idolátrico é espacie de participación suya. Así
ilícito; y la segunda, que este culto íue, cuando honramos á los Santos y
idolátrico fué introducido por los cris- a l a Santísima Virgen, y aun á la
tianos del siglo IV. Veamos cómo po- mismaHumanidad Santísima de Cris-
CAPÍTULO XI nemos en claro la vanidad de tama- to, no les damos un culto enteramen-
ñas acusaciones, procurando empero te igual, sino en alguna manera infe-
la brevedad; porque, á pesar nuestro, rior y más m o d e s t o . A los Santos 1

nos vamos alargando mucho más de los honramos como á siervos de Dios
CONTINÚA LA MISMA MATERIA Q U E EN EL P R E C E D E N T E . — D E M U É S T R A S E
lo que quisiéramos. muy queridos y como á amigos suyos
CÓMO LA IGLESIA NADA HA INNOVADO .TAMAS E N LOS SAGRADOS Por lo que hace á la primera, la que, por razón de la gracia y amistad
DOGMAS cosa no puede ser más manifiesta. S- que gozan en la bienaventuranza del
nosotros rindiéramos á todas estas soberano Señor de cielos y tierra,
cosas el mismo culto que rendimos á pueden alcanzarnos de El, con sus
la Divinidad, tendrían razón los pro- ruegos, muchos beneficios.
testantes en acusarnos de idolatría; ¿Puede haber en esto alguna idola-
mas sucede todo lo contrario: nos- tría? En reconocer públicamente que
^É^ICABAMOS de ver cuan limpióse naturales, por hallarse apoyada úni- otros adoramos á Dios solamente, y no los Santos son en el cielo siervos de
~éI?|L halla el gran Constantino de camente en la frágil y mudable natu- á los Santos, ni á la Santísima Vir- Dios muy queridos, y seres muy en-
la mancha que se le imputa de haber raleza humana. gen siquiera. La adoración es un cul cendidos en su amor, adornados de su
paganizado á la Iglesia. Ya es tiempo En efecto: si la Iglesia se hubiera -to en que reconocemos públicamente gracia santísima, con la cual son y
de que pasemos á tratar de la segun- paganizado en el siglo IV, entonces á Dios Criador y Conservador de todo serán perpetuamente inmaculados,
da cuestión, mucho más importante mismo hubiera dejado de existir la cuanto poseemos y podemos poseer, exentos de todo pecado y felices con
que la primera, por verse en ella ata Religión de Jesucristo, saliendo falsa dueño absoluto de cielo y tierra, é in- la vista y posesión plena del sobera-
cada nada menos que la santidad é su profecía de que contra su Iglesia finitamente distante de todos los San- no Bien, ¿puede acaso haber sombra
infalibilidad de la Iglesia misma. ¿Es no habían de prevalecer las puertas tos, Angeles, Arcángeles, de la misma alguna de idolatría? Y en rogarles que
verdad que el Cristianismo en el si del infierno, y de que, á pesar de to- Virgen Santísima, y aun de la Santí- pidan á Dios por nosotros, como bue-
glo IV, deseoso de atraerse á sí á los dos los ataques de sus enemigos, ella sima Humanidad de Nuestro Señor nos amigos nuestros, hermanos en
secuaces de la idolatría, se fusionó se había de extender por todo el mun- Jesucristo. Este culto confesamos que Jesucristo y miembros de una misma
con esta superstición, convirtiéndose do y permanecer en la tierra mientras estamos obligados á tributar ala Di- Iglesia, pues los que caminamos al
en una religión semipagana, como durase el género humano. Una reli- vinidad todos los seres racionales cielo y los que allí nos esperan de-
pretenden los protestantes, y con ellos gión así paganizada y envuelia en los criados, aun la misma Madre de seosos de nuestra salvación, á una
sus hijos legítimos los racionalistas? torpes errores de la idolatría, no pue- Nuestro Señor Jesucristo, y el mismo sola Iglesia pertenecemos, á la Igle-
Nada hay más absurdo que esta pro- de llamarse con verdad Religión de Jesucristo en cuanto hombre, ó sea sia de Jesucristo, ¿puede por ventura
posición, y sin embargo ha tenido eco Jesucristo; y no habiendo durante por la parte que tiene común con
entre los protestantes, merced á los tantos siglos otra religión en el mun- nuestra propia naturaleza, criada y
perversísimos medios de que se han do que la profesada por los católicos, finita, y absolutamente dependiente No quiere decir oslo, sin embargo, que nos-
1

valido los principales autores del pro es fuerza decir, en la hipótesis protes- de la Divinidad. Este culto es abso- otros no rindamos culto de.latria i la Humanidad
testantismo para propalarla y deni- tante, que la Religión de Jesucristo Santísima de Cristo en cuanto hipostáticamente
luto y tributado á Dios por sí mismo, unida al divino Verbo; pues esto sería un error ma-
grar á la Iglesia católica. A ser ver- dejó de existir en el siglo IV. y por su mérito intrínseco absoluta- nifiestamente contrario ¡i lo enseñado por los Pa-
dad lo que los protestantes aseguran, Dos cosas asientan los protestan- mente suyo, y no dependiente de otro con dres del Concilio Alejandrino, donde se dice que
«no sola adoración adoramos d iodo Crislo. Lo
los racionalistas habrían triunfado, tes contra la Iglesia católica, ambas alguno; pues todo cuanto tiene Dios, que sí únicamente signilica, es que en esta misma
diciendo que la religión de Jesucristo soberanamente falsas y dichas sola- de sí mismo lo tiene, y ningún otro adoración única se encierra, por parte de nuestro
es un fenómeno meramente natural, mente con la mira de justificar su re- aféelo interno, un diverso modo de adorar la divi-
se lo ha podido dar, siendo El princi- nidad y la humanidad de Cristo. Esto es lo que en-
tan natural como todos los demás que belión, fundada en el demasiado amor pio y fin de todas las cosas. seña expresamente el Damascenof'orní. I, Deimag.)
se encuentran en la historia del espí- que los domina de vivir á sus anchu- con estas palabras: Non maleriam. sed materia
ritu humano, y añadiendo que, por lo ras sin freno alguno de superior que Por eso de suyo no conviene sino á auctorem adoro, qui propler me materia factus

mismo, debe estar sujeta á las mis- los gobierne en materia de religión. la Divinidad únicamente, porque toda esl... malerium vero, per quaii milii salus parla-
cst, caleré non desinam, non (amen ut Deum; absit.
mas mudanzas que las otras cosas La primera es que el culto tributado bondad de cualquier otra cosa es Véase á Lugo, De Incarnat., disp. 3 i , sed. 2, nú-
siempre una bondad criada, cierto meros 32 y 33.
118
K H E C H A P O R D R A P E R
112 F A L S Í S I M A I M P U T A C I Ó Á L A R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A .

encontrarse la más mínima mancha cosas que debe saber y profesar todo unos por otros al que está sentado á Leibnitz haber sido enseñado por el
del citado error? cristiano. En virtud de esta verdad la diestra de Dios Padre, Jesucristo, cardenal Belarmino. Véase, pues, si
Si así fuera, mucho menos podría- bellísima, y en extremo consoladora, Cabeza de toda la Iglesia, y por Jesu- por esta parte podrá haber entre la re-
mos pedir aquí en la tierra unos á todos los fieles somos miembros de un cristo al Señor absoluto de todo lo ligión y la verdadera ciencia conflicto
otros que nos encomienden á Dios, mismo cuerpo místico de Jesucristo: criado y de la misma Humanidad del de ninguna clase.
que rueguen á su Divina Majestad por el cual cuerpo místico tiene en la tie- Verbo, Dios uno en la esencia y tri- Vengamos ahora á lo de las reli-
nuestro bien y por el próspero suceso rra, como quien dice, sus pies y sus no en las Personas? Pues qué, ¿no es- quias. ¿Qué cosa puede haber de ido-
de nuestros negocios; porque los jus- manos, y trabaja en ella por medio de tamos haciendo esto continuamente latría en el culto que á ellas tributa-
tos de este mundo no viven tan segu- los fieles, que todavía corren presuro- en la sociedad civil, cuando rogamos mos? Si nosotros pusiéramos en ellas
ros de la amistad y gracia de Nuestro sos con el ejercicio de sus buenas unos por otros, cuando interceden és- alguna especie de virtud maravillosa
Señor, como los bienaventurados en obras á la Santa Sión; en esta patria tos por aquéllos con el Poder supre- para producir efectos sobrenaturales,
el cielo. Sin embargo, San Pablo pide bienaventurada descansa su Cabeza, mo de la nación, sin que por eso á semejante á la que posee el imán con
frecuentemente oraciones á los fieles, Jesucristo, junto con los miembros este poder se le disminuya lo más mí- respecto á los fenómenos que todos
tanto para sí mismo como para los principales y más felices que ya están nimo su grandeza? ¿Por qué, pues, no conocemos, en hora buena que fuése-
demás miembros de la Iglesia, y aun gozando seguros de su felicidad, solí- sucederá otro tanto en la sociedad es- mos llamados fetichistas, idólatras, ó
para los Reyes y Emperadores paga- citos solamente de la nuestra; en el piritual? ¿ Por ventura los Santos no lo que se quiera. Pero nosotros no
nos. Ruégoos, hermanos, escribe á los Purgatorio, finalmente, lavan sus cul- son en ella los proceres que asisten reconocemos en las reliquias de los
fieles de Roma que me ayudéis con pas hasta obtener su completa purifi- de continuo al palacio del Príncipe so- Santos virtud alguna intrínseca, que
vuestras oraciones delante de Dios. Rue- cación y limpieza aquellos que han berano de la gloria, y nosotros los po- no la tengan, también los restos de
go, pues, ante todo, dice á San Timo- salido ya de esta vida de prueba, y ha- bres necesitados que vivimos en re- cualquier otro hombre muerto, aun-
teo , que se hagan súplicas,
2
oraciones, llándose en gracia de Dios no han lle- giones más apartadas? ¿Por qué, pues, que haya sido éste un racionalista, 6
peticiones, acciones de gracias por todos vado la pureza conveniente para pre- no podremos hablar con ellos en el jefe más endiablado de la masone-
los hombres, por los Reyes, etc. En el sentarse al instante delante de su di- nuestras oraciones, reconociendo y ría secreta, cuyas almas estén ahora
lib. I de los Reyes, cap. VII, vers. 8, vino Hacedor. confesando su felicidad y su valimien- llorando en los infiernos las locuras
vemos que todo el pueblo en masa se ¿Qué cosa más bella, sublime y con- to para con Dios, y pidiéndoles inter- de la vida pasada.
encomienda en las oraciones de Sa- soladora al mismo tiempo que esta pongan sus oraciones en nuestro fa-
Un hueso de un mártir, un utensi-
muel, diciéndole: No ceses de clamar doctrina? Por ella los Angeles y los vor por los méritos de Jesucristo?
lio que él tuvo en vida, los instru-
por nosotros al Señor, Dios nuestro, para Santos del cielo, los justos que se ha- Nada hay aquí que no sea santo, mentos con que se le aplicó el marti-
que nos salve de la mano de los filisteos. llan acabando de purificar sus man- sublime y consolador al mismo tiem- rio, físicamente hablando, son lo mis-
Lo mismo cuenta ¡a Escritura de chas en el Purgatorio, y los que aquí po. Confiésalo abiertamente el hom- mo que un hueso de uno que murió
Loth, con respecto á los dos ángeles luchamos, deseosos de alcanzar la vir- bre más grande que han tenido los consumido por sus vicios, ó que un
que se le aparecieron, diciendo que, tud, contra la concupiscencia de nues- protestantes, el profundo Leibnitz, el utensilio de un asesino de profesión, ó
postrándose en tierra, los adoró y les tra sensualidad y de nuestras malas cual en su Sistema teológico (par. 35, que la soga con que fué ahorcado el
dijo: Suplicóos, señores, etc. \ Lo cual pasiones , somos ciudadanos de una edición de Lovaina, 1815, pág. 94) hombre más facineroso del mundo. El
hizo también Josué, como consta en misma ciudad excelentísima, la Sión se expresa con estas palabras: «Gene- aprecio, estima y veneración que pro-
la misma Escritura \ celestial; sólo que los unos han llega- ralmente debe tenerse que el culto de fesamos á los tales restos y reliquias
En verdad que los protestantes se do ya á ella después de un penoso los Santos y de sus reliquias no debe se funda únicamente en una cosa mo-
empeñan, llevados de su furor antica- viaje; los otros se esfuerzan por obte- aprobarse sino en cuanto se refiere á ral: en que todo aquello fué en otro
tólico, en destruir uno de los dogmas ner en ella puerto seguro, donde des- Dios, y ningún acto de religión debe tiempo propiedad más ó menos intrín-
más hermosos, más consoladores y cansen de sus trabajos y fatigas; los haber que no se resuelva en el honor seca de un amigo de Dios, que ahora'
más evidentemente conformes á la ra- otros, finalmente, están próximos á de un solo Dios omnipotente. Así, está gozando de la gloria, que lo es
zón humana, cual es la comunión de tomar ya posesión de la misma, en- pues, cuando se tributa honor á los nuestro también, que es nuestro bien-
los Santos, profesada desde el primer trando felices en el lugar de sus Santos, esto debe entenderse del modo hechor, que conserva cierto cariño
siglo de la Iglesia, y puesta en el Sím- deseos. que se dice en la Escritura: Honrados natural á lo que fué aquí en la tierra el
bolo de los Apóstoles .como una de las ¿Qué mucho, pues, que todos estos han sido ¡oh Dios! tus amigos, y Ala- instrumento de sm méritos para con Dios,
miembros se unan espiritualmente, se bad al Señor en sus santos.» Esto, ni que espera además unirse á algunos de
< Rom., can. XV, vers. 30. ayuden en sus necesidades por medio más ni menos, es lo que decimos y aquellos restos en la resurrección uni-
-5 I Timolh., cap. II, vers. 1 de la comunicación mutua de sus han dicho siempre los católicos, y esto versal con la unión íntima y suma que
3 Genes., cap. XIX, vers. 1.
; deseos y pensamientos, recurriendo es también lo que nota allí el mismo respecto de los mismos tuvo en vida,
Jj¡ ti, o i,). V, v e r s . 4 3 .
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¿Qué hay en este aprecio, estima y sino por la que tienen sus antiguos Uníamos, adoramos á Cristo y venera- liquias de los Santos, sino levantar y
veneración, sino un afecto altamente' dueños. Nosotros en las reliquias ve- mos á los Santos, cuya semejanza llevan ennoblecer un instinto natural que
racional, sumamente laudable, funda- neramos á los mismos Santos, así ellas en sí. Lo cual ya fué en otro hemos recibido todos los hombres del
do en las más sanas y sublimes leyes como á los Santos los respetamos y tiempo establecido en los Concilios, Autor de la naturaleza; instinto por
de la amistad? Pues qué, ¿no conser- honramos porque son amigos de Dios. principalmente en el Niceno, contra el cual nos sentimos inclinados á vi-
va con sumo respeto y amor una es- De modo que la veneración de las re- los impugnadores de las imágenes.» vir en sociedad, á reconocer el mérito
posa los utensilios de que se sirviera liquias se resuelve por fin en venera- Hasta aquí el Concilio Tridentino. de nuestros hermanos y amigos, tri-
en otro tiempo su difunto marido? ción y culto de la Divinidad, única Leibnitz alaba por este acto á los butándoles honor de alabanza y res-
¿No hace lo mismo un hijo amante fuente de toda santidad y fundamento Padres del citado Concilio y reco- petando todo cuanto á ellos pertene-
con cuanto perteneció á su tierna y supremo de toda venerabilidad, que mienda su doctrina. «El acto, añade, ce. El Catolicismo ha obrado con ad-
cariñosa madre? ¿No vemos espontá- es lo que pedía el gran Leibnítz. llamado adoración de la imagen de mirable sabiduría aplicando á la
neamente practicada esta misma con- Lo que decimos de las reliquias Cristo, en realidad de verdad es a d o - 1 espiritual sociedad de los Santos las
ducta con todos los restos mortales téngase también entendido de las ración del mismo Cristo, realizada mismas cosas que continuamente se
por cuantos hombres pueblan y han imágenes, ya vengan con este nombre con ocasión de hallarse presente su están ejecutando en la sociedad civil
poblado en otro tiempo la redondez designadas las pinturas, ya también imagen; hacia la cual se vuelve el de los hombres, instituida por el mis-
de la tierra? ¿Quién no se ofenderá al las estatuas. No ponemos en ellas cuerpo como hacia el mismo Cristo, mo Dios.
ver que al cuerpo de su difunto padre nada sobrenatural, ni pedimos cosa para que así se haga más patente su Hasta los restos de un torero fa-
se le trata como al cuerpo de un pe- alguna á las imágenes mismas; las presencia, y el ánimo levante más moso sabe conservar con veneración
rro muerto, que se le maltrata, que respetamos y veneramos, como res- alto el vuelo en la contemplación de un público mundano; ¡y luego se nos
se le pone á la afrenta pública, como petamos el retrato de un amigo, de su Señor. Porque ninguno que esté en echa en cara á los católicos que ha-
si fuese la cosa más abominable del un padre, de un hijo y de una perso- su sano juicio dirá con el espíritu de cemos esto mismo con las reliquias y
mundo? Pues el motivo de ese senti- na, en general, á quien debemos aten- esta suerte: Dame, imagen, lo que pido: las imágenes de los Santos!
miento, que se halla fundado en la ción y respeto. gracias te doy, mármol ó leño, sino que Soberanamente ridículos se mues-
misma naturaleza, y por lo tanto es No las honramos por sí mismas, ni hablará de esta otra manera: A tí, Se- tran los protestantes, y con ellos tam-
laudable y no supersticioso, es el mis- por su belleza intrínseca, pues lo mis- ñor, te adoro; tus alabanzas canto... bién los racionalistas, cuando nos di-
mo que tienen los católicos para tri- mo veneramos una imagen mal hecha Supuesto, pues, que en la veneración cen con seriedad que la canonización
butar honor.y veneración á las reli- que otra de mucho mérito, con tal de las imágenes no hay propia nente de IOÍ Santos ha sustituido, entre los
quias de los Santos. Son algo que les que ambas representen un mismo ob- otra cosa sino la veneración del mis- católicos, á la apoteosis de los anti-
ha pertenecido en otro tiempo, que jeto. LaS honramos únicamente por mo prototipo en presencia de la ima- guos paganos, y cuando con aire de
por razón de esta pertenencia merece lo que representan, veneramos en gen, no habrá en la tal veneración burla añaden que tributamos honores
respeto y veneración, como por razón ellas á los mismos representados. más idolatría que en la veneración de divinos á las imágenes, poniéndolas
de la misma pertenencia merece res- Oigamos á los Padres del Concilio de los nombres santísimos de Dios y de en los altares, encendiéndoles luces,
peto el cadáver de un hombre honra- T rento hablar en la sesión 25 sobre Cristo. Porque también los nombres descubriéndonos y aun prosternándo-
rado y honesto para no ser tratado esta materia. «Manda, escriben, el son signos, y ciertamente inferiores á nos ante su presencia. La apoteosis
como el de un perro, ó el de un faci- santo Sínodo á los Obispos y demás las imágenes en la fuerza que tienen de los antiguos héroes hecha por los
neroso y enemigo de la república. personas que tienen cura de almas, de representar. Cuando, pues, se dice gentiles colocaba á los tales en la ca-
Pero nosotros nos descubrimos ante que expongan en los templos á la ve- que se tributa honor á una imagen, tegoría de verdaderos dioses, mientras
las reliquias de los Santos, oramos neración de los fieles las imágenes de no debe esto entenderse en otra forma que la canonización de los Santos no
delante de ellas. ¿Y qué? ¿Pedimos Cristo, de la Madre de Dios y de los que cuando doblamos la rodilla en el hace más que dar un testimonio p ú -
'con esto algo á aquellos restos ináni- Santos, y que se les tribute honor y nombre de Cristo, ó bendecimos el fiam- blico á los fieles de que se hallan en
mes? ¿Les tributamos siquiera el mis- veneración; no porque se crea existir tn bre de Dios y lo glorificamos '.» la gloria, entre los amigos de Dios y
mo género de veneración que tributa- ellas la Divinidad ó virtud alguna por Verdaderamente es necesario estar patrocinadores nuestros, aquellas al-
mos á los Santos, sus antiguos po- la cual hayan de ser reverenciadas, ó se ciego de furor contra el Catolicismo mas justas que con sus esclarecidas
seedores? De ninguna manera: nos- haya de poner en ellas la confianza para no ver la sublimidad de su doc- virtudes cristianas se han hecho en
otros nada pedimos á aquellos seres (Ps. 134, 18), sino porque el honor que trina en esta parte. El Catolicismo esta vida acreedoras á nuestra imita-
inanimados, sino á los Santos, cuyas á ellas se les muestra se refiere á los pro- no ha hecho con el culto de las imá- ción, y con su santa muerte han m e -
propiedades ellos fueron. Nosotros no totipos por ellas representados; de suerte genes y con la veneración de las re- recido entrar finalmente en el gozo
veneíamos aquellos restos por la e x - que por las imágenes que besamos, y en de su Señor.
1
I.eibnilz, Si/.tlenia íheol., p a r . 34, p á g . 84
celencia intrínseca que en ú tengan, cuya presencia nos descubrimos ó pros- (l.mivain, 1845) ] ¿Dónde está aquí la apoteosis de
116 FALSÍSIMA IMPUTACIÓN HECHA POR DRAPHR -i LA RELIGIÓN CATÓLICAt 117
los gentiles? ¿Dónde las divinidades católicos el culto de los Santos en sí aquí cómo escribe el autor del Apolo- los cristianos de aquellos remotas
creadas por los católicos? Los Santos mismos, y en sus reliquias ó imáge- gético, en el capítulo III del libro De tiempos la mayor parte de las cosas
en el cielo son verdaderos siervos de nes, siendo esto una cosa en extremo Corona: «Oblationes pro defunctis, que movieron á sus antepasados á se-
Dios; no dioses, ni dignos del sobera- honesta y conforme en gran manera dice, pro natalitiis annua die facimus: pararse de la Iglesia católica. Allí ve-
no culto de latría. El culto de latría á la razón? De esta suerte también die dominico jejunium nefas ducimus rán creído el Purgatorio, el dogma de
lo reservamos únicamente para Aquel deberíamos abstenernos de tributar vel de geniculis adorare. Eadem im- la Eucaristía, el del sacrificio de la
que es Señor de todos los Santos. De culto al verdadero Dios, porque exis- munitate a die Paschse in Pentecos- Misa, el de la jerarquía eclesiástica, y
las imágenes nada diremos, pues ya ten en este mundo criaturas tan infe- tem usque gaudemus. Calicis aut pa- otros varios que tienen ellos por no-
hemos visto que en ellas honramos á lices que rinden tributo de adora- ñis etiam nostri aliquid decuti in ter- vedades introducidas por los católicos
sus prototipos '. ción á los falsos dioses, y aun al mis- ram anxie patimur. Ad omnem pro- de tiempos posteriores. «Eucharistiae
Si con todo eso persistiere alguno mo príncipe de las tinieblas inferna- gressum atque promotum et ad om- sacramentum, dice entre otras cosas,
en su necio empeño de criticar á la les en persona. Mírese únicamente si nem aditum atque exitum, ad cal- et in tempore victus et ómnibus man-
Iglesia por esta causa, diciendo que la cosa es buena y honesta en sí mis- ceatum, ad lavacra, ad mensas, ad datum a Domino, etiam antelucanis
la canonización de los Santos se ase- ma, y capaz de fomentar la verdade- lumina, ad cubilia, ad sedilia, qu<B- coetibus; nec de aliorum manu quam
meja en alguna manera á la apoteo- ra devoción, como lo es ciertamente cumque nos conversado exercet, fron- Praesidentium sumimus.»
sis de los gentiles, aunque en realidad el culto de los Santos y sus reliquias, tem crucis signáculo terimus.» Lo ¿Quiere saber más nuestro flamante
sea cosa muy diferente, á éste tal le tal cual lo enseña y manda la Iglesia cual en nuestro idioma quiere decir: teólogo sobre este asunto? Pues allá
responderemos con aquellas hermo- católica. El no contentarse con esto «Todos los años ofrecemos sacrificios va un texto de la Iglesia de Esmir-
sas palabras de San Jerónimo, que y querer antes bien andarse en busca por los difuntos y celebramos el na- na, el cual fué escrito nada menos que
hicieron enmudecer á Fausto y Vigi- de semejanzas traídas más ó menos cimiento de los mártires á la vida de en el siglo II, con ocasión del marti-
lando: «Idólatras apellidas, dice á por los cabellos, señal es manifiesta la gloria: tenemos por ilícito ayunar rio de San Policarpo, su pastor: «Vien-
este último, á esta clase de hombres. de un ánimo poco amante de la ver- los domingos y orar de rodillas en do el centurión, escriben los presbíte-
No niego que todos cuantos creemos dad, y deseoso de hallar aparentes ellos. De este trabajo estamos tam- ros de esta iglesia á todas las iglesias
en Cristo hemos venido del error de razones para salirse siempre con la bién libres desde Pascua hasta Pen- de la cristiandad, en el cap. XVIII de
la idolatría. Porque no nacemos cris- suya. tecostés. Sufrimos con pena que se su Carta, que habían dado los judíos
tianos, sino renacemos. Y porque en Pero si en el culto de los Santos y nos caiga al suelo algo del pan y vino, principio á una contienda, quemó el
otro tiempo dábamos culto á los ído- de sus reliquias queda muy limpia de aun ordinarios y no eucarísticos. Para cuerpo del Santo poniéndole en medio
los, ¿no lo hemos ahora de tributar á toda mácula la santidad de la Iglesia todo movimiento que hacemos, para del fuego. Y de esta suerte nosotros
Dios, para que no parezcamos vene- católica, por lo que hace á la hones- entrar y salir de casa, para calzarnos, colocamos después en lugar conve-
rarle con honor semejante al de los tidad intrínseca de estos actos, ¿se lavarnos, tomar el alimento, encen- niente sus huesos, más preciosos que las
ídolos? Aquello se hacía á los ídolos, podrá decir otro tanto por lo que ata- der luz, acostarnos, sentarnos, y, en perlas de sumo valor y más estimados que
y debe detestarse; esto se hace á los ñe á la fe revelada por Nuestro Señor fin, para cualquier otra obra que prac- el oro. En este lugar el Señor nos hará
mártires, y debe recibirse. Porque sin Jesucristo? Porque ésta es también ticamos, nos persignamos haciendo la gracia de que celebremos en la me-
reliquia alguna de mártires encién- una cuestión que debe ser aquí venti- en nuestras frentes la señal de la jor manera posible, juntándonos al
dense luminarias por todas las igle- lada con sumo cuidado por nosotros, cruz.» efecto, con fiesta y regocijo, el día de
sias del Oriente en plena luz del día, tratándose en ella nada menos que de ¿Qué le parece á Draper de esta doc- su martirio, ya para memoria de aque-
cuando se ha de leer el Evangelio, no nuestras sagradas creencias y dogmas trina, corriente en la Iglesia en los llos que han muerto peleando por la
ciertamente para disipar las tinieblas, cristianos . El químico de Nueva tiempos de Severo, según testimonio fe, ya para que los venideros estén
sino para dar señales externas de York, como hemos visto más arriba, del mismo Tertuliano, cuya autoridad dispuestos á una lucha semejante.»
alegría» .2
no teme asegurar en esta parte que él invoca? Y cierto que el presbítero ¿Lo quiere más claro el atolondrado
Porque la apoteosis sea una cosa la fe descrita por Tertuliano se cambió africano no la trae como una nove- escritor racionalista? Ya ve cómo en
detestable, ¿hemos de abandonar los en otra menos pura, y que muchas doc- dad, sino como una cosa muy vene- el segundo siglo de la Iglesia se creía
trinas corrientes en los tiempos de Cons- randa por su antigüedad inmemorial y se hacía aquello mismo que él y sus
1
Véase ¡i lielarmino, De Cammizationc San- tantino eran desconocidas en los de Seve- entre los cristianos. padres legítimos, los protestantes, nos
etorum, y Benedicto XIV, De Beal ificaliane Servo- ro. Mas el buen señor ha debido es- Aquí quiero advertir de paso á los quieren hacer pasar ahora por puras
rvm Dei. Quien lea estas dos obr.is, de seguro no
conservará por mucho tiempo sus preocupaciones
tudiar muy poco el Cristianismo de protestantes, á quienes sigue Draper paganizaciones del primitivo Cristia-
contra el cullo de los Santos y sus reliquias, si es los primeros tiempos, y ocupado en en esta materia, que lean la obra de nismo.
que no se obstina de intento en sostenerlas. sus retortas, sin duda no ha saludado Tertuliano arriba citada. En ella en- Esto bastaría para convencer al
5
S. Dieron., Cont. Vigilant., núm. 8. (Opera
lib. II. edit. Migne).
siquiera las obras de Tertuliano. He contrarán creídas y practicadas por más obstinado y sacarle de su error.
118 F A L S Í S I M A . I M P U T A C I Ó N H E C H A P O R D R A P E R
Á L A R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A . 11»

Pero todavía quiero añadir á lo dicho ción y saludable providencia determi- lajustic a de nuestra causa. Y co-
;
la otra celestial (el cuerpo
denles) y
algunas palabras de San Cipriano, naron que ningún hermano nombrase menzando por el primero de los dog- de Jesucristo), así también nuestros
autor del tercer siglo, por las cuales al tiempo de morir á clérigo alguno mas sobredichrs, San Ignacio, mártir, cuerpos, recibiendo la Eucaristía, de-
se pone muy en claro la verdad de para testamentario de sus bienes, y discípulo del apóstol San Juan, escri- jan de ser corruptibles y tienen espe-
nuestra proposición. «Siempre, como qae, si tal hiciese, no se ofreciese por be las siguientes palabras: «Los he- ranza de resucitar gloriosos.» Con- 1

sabéis (escribe hablando de varios él, ni se celebrase el sacrificio por el des- rejes se abstienen de la Eucaristía y sulten, si gustan, Draper y sus pro-
mártires que habían dado su vida por canso de su alma.» de la oración, porque no creen que la genitores los protestantes, á Clemen-
Jesucristo), ofrecemos en honor de En la misma forma se explica el Eucaristía sea la carne del Salvador, te Alejandrino , á Tertuliano *, á 2

ellos el sacrificio cuantas veces cele- gran Padre de la Iglesia San Agustín, Nuestro Stñor Jesucristo, atormentado Orígenes y á San Cipriano , auto- s

bramos la pasión y fiesta de los már- hablando de ello como de cosa muy por nuestros pecados.» Por estas pala- res todos anteriores al siglo I V , y
1

tires en los días correspondientes á su sabida. «El pueblo cristiano, escribe bras se ve cómo la Iglesia universal verá en todos ellos atestiguada la mis-
martirio» '. Aquí tenemos la misma contra Fausto, celebra con religiosa en el primer siglo creía, de la misma ma creencia de la Iglesia. Nada digo
fiesta de la Misa, celebrada en honra solemnidad las memorias de los már- manera que los católicos en el pre- de los siglos posteriores, porque en
y gloria de los mártires que celebra- tires, no menos para imitar su ejem- sente, en el dogma de la Eucaristía; ellos los testimonios de dicha creen-
mos los católicos. Aquí tenemos tam- plo que para hacerse participante de pues tenía por herejes á los que ne- cia abundan hasta lo infinito, y la
bién la acción sacrificadora del sacer- sus méritos y ser ayudado de sus ora- gaban la presencia real de nuestro Se- hacen más clara que la misma luz
dote, que convierte con sus místicas ciones. Mas de tal manera las celebra, ñor Jesucristo en el Sacramento. del día.
palabras, en virtud del poder omnipo- que nosotros á ningún mártir levan- San Justino dice también, en su Pues por lo que hace al otro dog-
tente de Dios Nuestro Señor, las sus- tamos altares, sino al mismo Dios; si Apología al emperador Antonino : ma de la Transubstanciación, la fe de
tancias del pan y del vino en el cuer- bien es verdad que los construímos en «Como por la palabra de Dios se hizo la Iglesia en los primeros siglos no
po y sangre de Jesucristo. memoria de los mártires. Porque hombre Jesucristo nuestro Salvador, puede ser más manifiesta. Según Dra-
El mismo San Cipriano, en otra ¿qué Prelado, asistiendo al altar en y para redimirnos tuvo carne y san- per, á la apoteosis de los héroes cris-
parte ' , hace mención expresa de la los lugares de los santos cuerpos, ha gre, así también se nos ha enseñado tianos se siguió más tarde la creación
costumbre que tenía entonces la Igle- dicho jamás: Te ofrecemos, Pedro, ó ser la carne y sangre de este mismo Je- de este dogma; y cierto que hasta el
sia de ofrecer á Dios el sacrificio in- Pablo, ó Cipriano? L a oblación se hace sús encamado el alimento con que hizo mismo calvinista Blondell no se atre-
cruento de la Misa por los difuntos, á solo Dios, que coronó á los márti- gracias á Dios al instituir la Eucaris-! ve á pasar más arriba del siglo V I ,
así como ahora lo hacemos los cató- res; y si se eligen para hacerla los lu- tía con su palabra, y con que son ali- siendo lo más común entre los pro-
licos. Un tal Germinio Víctor había gares donde descansan las reliquias mentadas nuestra carne y sangre, testantes creer que tuvo origen en el
dejado al morir por testamentario de de estos siervos suyos, la causa de siendo mudadas y transformadas en siglo XI, porque entonces fué impug-
sus bienes á un presbítero, contra lo ello está en que con esta acción que- él.» Como se ve, el mismo hecho nado por Berengario. Mas cuan gran-
5

establecido en tiempos anteriores por remos avivar en nuestros pechos el histórico atestigua aquí San Justino, de haya sido el error de ios sectarios
un concilio. Pues bien; el santo Pre- afecto religioso al acordarnos de sus á saber: la creencia universal de la en esta parte, muéstranlo muy bien
lado, al tener noticia de este delito, triunfos, y procuramos producir en Iglesia en el dogma de la Eucaristía las palabras usadas por los Padres al
manda se aplique al difunto la pena nosotros un aumento de amor, no sólo en su tiempo. hablar de la consagración del pan y
decretada por dicho Concilio. La pena hacia aquellos cuyas acciones glo- Pues San Ireneo no es menos ex- del vino en la Eucaristía; pues mu-
de que hablamos consistía en no ofre- riosas podemos imitar , sino hacia plícito que estos dos santos mártires chos de ellos llaman este acto trans-
cer el santo sacrificio de la Misa en Aquel que nos presta fuerzas para y sabios. «¿Cómo dicen los valenti- elementación, transmutación, conversión
descanso del alma del dicho difunto, imitarlos» '. nianos, escribe, que no ha de resuci- del pan y del vino en el cuerpo y sangre
ni hacer en ella oración alguna por él; Enojoso sería recorrer aquí ahora tar, y que se corrompe para siempre de Jesucristo. Además, Tertuliano dice
lo cual manifiestamente significa que la tradición de los Padres para probar la carne de los cristianos, cuando esta de Jesucristo, en el libro IV contra
entonces también, como ahora, lo or- á nuestro confeccionador de drogas carne es alimentada con el cuerpo y Marción, cap. X L , que tomando en sus
dinario era aplicar la Misa por los di- antirreligiosas la antiquísima creen- sangre del Señor? Porque así como este manos el pan, que en el Antiguo Testa-
funtos. cia de la Iglesia en los dogmas de pan terreno, en virtud de la consa- mento había sido figura de su cuerpo, lo
Pero oigamos las palabras del mis- la presencia real de Jesucristo en la gración de Dios, deja ya de ser pan convirtió en su propio cuerpo con aque-
mo Santo Padre, que son las siguien- Eucaristía, y de la Transubstancia- común , y es . Eucaristía compuesta
San Ireneo, lib. I, Conl. haeres , eap. V I .
1

tes: «Los Obispos antecesores nues- ción. Citaremos solamente algunos de dos cosas, la una terrena (los acci- Clem. A l e s . , Paeday., lib. 1 cap. V I .
1

tros, escribe, con religiosa considera- que sirven por sí solos para evidenciar 1
San Ignacio M., Episl. ad Smyrtwises, capí-
3 Tertul., lib. De ldololat., cap. V I I , y lib. D*
Resurred. carnis, cap. V I I I .
tulo V i l .
' San Cipriano, Episl. 30, n . 3 .
1
San Aguslín, lib. XX, Contra el manique»
4
Orig., Hom. 7 in Numer., n. ¡J.
San Justino, Apoloy. 2." (al. 1.*), n. 65. •> San Cipriano, lib. De lapsis, n. 18 y \6.
h

* San Cipriano, Episl 66, n. 2. Fausto, cap. X X I .


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lias palabras: Este es mi cuerpo. San frecuentemente reconocen en esto los cieron en la Iglesia horrendos erro- míelos y fajas que había usado San Pa-
Cirilo de Jerusalén, en una de sus antiguos la [ m a s T c t ^ i w j i v que los lati- res, recibe gran refuerzo la causa de blo,' desapareciendo con esto la falta de
doctrinas á los recién bautizados, les nos tradujeron bien con la palabra los arríanos y samosatenos, los cuales fuerzas y los malos espíritus ' . Y ha-
advierte que el pan y el vino en el sa- transubstanciación; aquí también, pues, ponen en aquella misma época el ori- jcíéndose esto en vida de los mismos
crificio de la Misa dejan de serlo con como en otras partes, ha de explicar- gen del error, y con razones oscuras Apóstoles, claro está que no podían
las palabras de la consagración, y se la Escritura por la tradición que defienden que el misterio de la Trini- menos de ser tratados con gran vene-
añade, para persuadirles este misterio, nos ha transmitido hasta nosotros la dad y la idolatría tuvieron principio á ración los cuerpos de los mártires.
la razón siguiente: Mudó en cierta oca- Iglesia, guardadora de la misma.» 1
un mismo tiempo... y aún pasará más Ya hemos visto qué hizo en el se-
sión Cristo el agua en vino, ¿y no será' Vengan, pues, ahora Draper, y sus adelante la sospecha de los ingenios gundo siglo del Cristianismo la Igle-
digno de que le creamos que convirtió el legítimos padres los protestantes, á audaces, porque les causará admira- sia de Esmirna con las reliquias de
vino en su sangre? 1
decirnos que la Iglesia Católica se pa- ción el que Cristo, tan largo en prome- San Policarpo. Lo mismo sucedió con
Estos dos escritores fueron cierta- ganizó en el siglo VI, dando entra- sas para con su Iglesia, haya conce- el cuerpo de San Ignacio, mártir, tam-
mente anteriores al siglo VI. El uno da en su seno á las gentílicas doctri- dido al enemigo del género humano bién del segundo siglo: recogieron
griego y el otro latino, amb3s dan nas del culto de los Santos y de sus que, derrotada la idolatría antigua, sus restos los cristianos, corriendo
testimonio de la fe que sobre la Tran- reliquias; y que, andando adelante en entrase otra en su lugar; y de dieci- gran peligro aun en sus propias vi-
substanciación profesaba la Iglesia en la comenzada obra de corrupción gen- séis siglos que lleva de existencia la das, y los conservaban como un tesoro
su propio tiempo. San Ambrosio tam- tílica, inventó en los siglos posterio- Iglesia, apenas se encuentre uno ó dos inestimable dejado por Dios á la Iglesia.
bién, para persuadirla verdad de este res el dogma de la Transubstancia- en que se haya conservado con dificul- Véanse las verdaderas Actas de los
misterio, escribe recurriendo á la di- ción. Ya hemos visto cuánta false- tad íntegra la fe entre los cristianos, Mártires, recogidas por Ruinart, don-
vina omnipotencia con estas palabras: dad encierran estas afirmaciones, y siendo así que vemos las religiones de se notará este ardiente deseo, ma-
«Si tan poderosa fué la palabra de con cuánta evidencia son desmentidas judaica y mahometana haber perse- nifestado siempre por los cristianos,
Elias, que hizo bajar fuego del cielo, con la irresistible fuerza de los he- verado bastante puras, según el pro- de procurarse reliquias de este géne-
¿no lo será tanto la de Cristo que mude chos, y hasta con el sapientísimo tes- pósito de sus fundadores, muchos si- ro, á veces con grande riesgo de ser
la naturaleza de los elementos? El que timonio del hombre más grande y glos. ¿En qué vendrá, pues, á parar ellos mismos martirizados. Sabían
pudo hacer de la nada lo que no era, profundo que han tenido los protes- el consejo de Gamaliel, que decía de- esto los gentiles, y por lo mismo ha-
¿no podrá mudar lo que ya es en una tantes. berse juzgar de la Religión cristiana cían muchas cosas para impedirlo,
cosa que no era?» . Pues San Ambro-
2
Aún hay más: este eminente sabio y de la voluntad de la Providencia por mezclando los' cadáveres de los márti-
sio también vivió antes del siglo VI. confesó en términos explícitos ser cier- el suceso que aquélla tuviese? ¿O qué res con los de hombres facinerosos, y
Como él hablaron San Crisóstomo to cuanto defendemos los católicos habría que pensar del mismo Cristia- luego quemándolos juntos ó arrojan-
San Gregorio Niseno y otros . 4 5
sobre la antigüedad del culto de los nismo, que tan malparado quedaría do sus cuerpos al mar, y otras veces
(

al ser sometido á la mencionada prue- sus cenizas, etc. Mas los cristianos
De aquí es que, considerando Leib- Santos y de sus reliquias, y señaló
!

ba?» Hé aquí cómo el gran Leibnitz se ingeniaban como podían para ha-
1

nitz estas y otras semejantes palabras además con mano previsora el peligro
presentía en el seno de la Reforma al cerse con los cuerpos de los mártires,
de los antiguos Padres de la Iglesia, de los grandes daños que ahora están
hijo nefando de la Revolución é in- y luego los colocaban en lugares pre-
no dudó en purgar al Catolicismo de sintiendo por haber sostenido lo con-
credulidad. ¿Desengañaránse por fin parados al efecto, los cuales se lla-
la vergonzosa mancha de innovación trario los mismos protestantes. " E s
los protestantes de buen corazón? maban aposentos (cubicula), martirios
con que lo querían denigrar los pro- cierto, dice, que ya en el segundo si-
testantes para cohonestar su rebeldía, glo de la cristiana Iglesia eran cele- Si de la antigüedad del culto de los (martyria), memorias (memoria), al-
A este fin escribió las palabras si- bradas las fiestas natalicias de los Santos pasamos á considerar la de sus tares (altaría). De ellos escribe larga-
guientes: «La piadosa antigüedad, mártires, y que se celebraban sagra- reliquias, hallaremos que también ella mente el cardenal Baronio al año 226,
con palabras bastante explícitas, de- das reuniones en sus monumentos» .
3
fué grandísima, y que comenzó con par. 7, 12 . 3

claró que el pan se muda en el cuer- «Debe temerse, continúa, que los que la misma Iglesia. Ya la Escritura nos Célebres son, entre estos túmulos
po de Cristo y el vino en su sangre; y tienen por idolatría el culto de ios cuenta que los fieles llevaban los en- de mártires, los sepulcros de los San-
Santos abran el camino á la destruc- fermos al príncipe de los Apóstoles, tos Pedro y Pablo en Roma, los cua-
i S. Cyrill. nitroso!., Calechcs. mijslag., ción entera del Cristianismo. Porque para que los tocase siquiera su sombra les eran visitados de los fieles ya en
si ya desde aquellos tiempos prevale- y quedaran sanos , y que se aplicaban
e
cap. V I . n . 2 0 .
3
S. Ambros., lib. Deiniliandis seu de mysle.r., á los enfermos y endemoniados los pa- < Acl., cap. X I X , vers. 12.
cap. IX, n. 52. 2 V. Trombelli, De cultu Sanctorum, diserl.
3 S. Cbrysost., Homilía 83, in Mallh. (al 82.) Leibnitz, Syslem. thcolog., par. ¡H. Véase
1 r
7 y 8.
4
S. Gregor. Misen., Oral, catechisl., capí- Esslin jer, Apolngie de la relig. catUol. par des au- 3 También se puede consultar sobre lo mismo
tulo XXXVII. leurs prolcslanls.
1
Leibnitz, ibidi,<ytoi 57, pág, 102. á D'Agincourt, Sloria deW arle coi monumenli:
'
r
V. Belarmino, Conlrovers., lib. III, c a í . XX. 2 Leibnitz, ibid., pág. 37, pág. 100.
i
Acl., cap. V, vers.-15. Prato, 182C, vol. 2 .
122 f ' A L S Í S I M A I M P U T A C I Ó N H E C H A P O R D R A P E R Á L.A R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A . 1 2 3

los primeros siglos, como puede verse nos presentan hasta en el Antiguo otro culto de dioses que el suyo. Por- tia, capítulos VII y X, escrito cuando
en la excelente obra de Gretzer A Testamento. Dios mismo mandó á que en aquellos tiempos era una su- ya era montañista.
ellos apela en el siglo III el presbítero Moisés colocar las efigies de dos queru- perstición muy común el creer los Y no sólo la imagen del Salvador,
romano Cayo para opugnar la herejía bines de oro á los dos lados del arca del hombres que podían y debían dar cul- sino también las de los Santos, de los
de los Catafrigas, diciendo á estos Testamento ' ; Dios mismo también or- to á otros dioses, además del tributa- Angeles y de la misma Virgen María
sectarios que allí tenían, en el Vatica- denó al citado legislador de los he- do al suyo propio, al dios de la tierra se encuentran en aquellos lugares. 1

no, los sepulcros de estos dos Apósto- breos que fabricase una serpiente de en que habitaban.» Por eso al arca Sobre lo cual es de notar la maliciosa
les, donde los podían ver si querían, bronce y la pusiese en alto, para santa, que era el escabel de sus plan- ocurrencia de Draper, quien nos ase-
y donde se mostraban á todos los pe- que cuantos la mirasen sanasen de tas y la imagen ó símbolo de su ma- gura que los cristianos de Alejandría
regrinos . 5
sus heridas . De J o s u é , el gran
2
jestad, no prohibe el Señor tributar en el siglo IV fueron los que introdu-
Para distinguir los cuerpos de los caudillo de Israel que introdujo al veneración, antes nos exhorta á ello jeron en la Iglesia la imagen de la
mártires de tas que no lo eran, solían oueblo de Dios en la tierra de promi- por David en el lugar citado; como Virgen María con el Niño en los bra-
poner encima de sus sepulcros unas sión, cuenta la Sagrada Escritura que la veneración y adoración del zos, copiando la pintura, d i la diosa
ampollitas llenas de su misma san- ]ue, rompiendo sus vestiduras, postróse arca son la veneración y adoración del Isis. Ya antes de dicho siglo se pin -
gre, y luego alguna señal que atesti- en tierra del.inte del arca del Señor y mismo Dios único y verdadero. taba en Roma á la Santísima Virgen
guase su gloria en los cielos, como perseveró así, tanto él como los ancianos En el Nuevo Testamento el uso de de este modo, como se puede ver en la
una palma, una paloma, etc. Por 3
leí pueblo, hasta la tarde 3
. David, las imágenes data también de los pri- Hagioglypta de Juan L'Heureux y en
fin, para honrar á los santos mártires arrebatado de su espíritu profético, meros siglos; y es esto tan cierto, que la Storia dell'arte cristiana del P. Gar-
se ofrecía, no á ellos, sino en su ho- "xhorta á cantar al Señor y á adorar el con razón ha podido escribir el Padre rucci. Por otra parte, no era ésta la
nor, el santo sacrificio de la Misa, escabú de sus pies, porque es Santo \ Perrone sobre esta materia las si- forma ordinaria en que representaban
como hemos ya visto en cuanto deja- Salomón, en fin, se ocupa en edificar guientes palabras: «Después de los los egipcios á aquella deidad impura.
mos escrito sobre el culto de los San- una casa, en la cual descanse el arca de trabajos llevados á cabo con tanta di- La diosa de las obscenidades egipcias,
tos, citando los testimonios de Tertu- la alianza del Señor y el escabel de los ligencia por los eruditos para investi- llamada Isis en las riberas del Nilo,
liano, de San Agustín y otros. Son pies de nuestro Dios 3
. gar é ilustrar las antigüedades cristia- Anaitis en las llanuras de la Armenia,
además testigos de esta costumbre Por donde se ve que el mismo Dios nas, se ha adquirido sobre esto tal evi- Astarte en Siria y en África, Mylitta
las Actas de San Esteban, Papa \ y incitaba á adorar el arca santa, esca- dencia histórica, que más merecen des- en la Caldea, Pracriti en la India, y
el libro antiquísimo intitulado: Las bel de sus pies y representación de su precio que refutación los que todavía Venus en los bosques de Idalia, otra
Constituciones apostólicas de San Cle- divina gloria, ó, lo que es lo mismo, persisten en la negativa.» Por medio 1
forma llevaba, por cierto, que la in-
mente *. imagen pálida de su grandeza. E s ver- de las imágenes eran representados maculada Virgen María. «Lo más co-
Sería nunca acabar si hubiéramos dad que el Señor mandó á los hebreos en aquellos primeros siglos los miste- mún, escribe P . de la Escosura en
de traer todos los documentos que no fabricasen imágenes ni estatuas, rios de nuestra sagrada Religión. ' ¿
su Manual de Mitología , pág. 256,

comprueban la antigüedad del culto cuando les dijo que á El solo adora- Nada más frecuente en los cemen- Madrid, 1845, era representarla con
aquí defendida: lea quien guste, para sen °. Pero, como interpretan los ex- terios de los tres primeros siglos que cuernos de vaca, emblema de la fuer-
extender algún tanto sus conocimien- positores, incluso el mismo protes- la imagen del Salvador, ora sentado za y de la luna, con un sistro, emble-
tos sobre esta materia, el tratado teo- tante Rosenmüller, con aquellas pa- en el monte y haciendo salir de sus ma del movimiento, en la mano de-
lógico del P . Perrone sobre el culto labras sólo les prohibió fabricar ído- plantas cuatro ríos, símbolos de sus recha; y en la izquierda una urna, je-
de los Santos y sus reliquias; él solo los ó imágenes de dioses falsos, ad- gracias y doctrina, ora llevando sobre roglífico de la fertilidad del Nilo.»
basta para adquirir evidencia de la virtiéndoles que á El solo debían ado- sus hombros la oveja perdida, ora «Sus estatuas, dice hablando de Horo
verdad de nuestra tesis. rar y no á otro dios alguno. «Con esta apacentando sus ovejas. Vese á me- el mismo autor, le figuran niño y faja-
ley quiso significar á los israelitas, nudo pintado en el fondo de los vasos do á manera de momia, ó bien vestido
Por lo que hace á la antigüedad de
dice el protestante citado en los esco- sagrados, que entonces eran de vidrio, de una túnica abigarrada de losanjes,
las imágenes, su uso y veneración se
lios á este lugar de la Escritura, que de cuya costumbre hace expresa men- asiendo una vara terminada á un ex-
1 De Saeris peregrina!ionibus. lib. II, cap. I, el El en ninguna manera aprobaba la ción Tertuliano en el libro De Pudici- tremo en cabeza de pájaro y al otro
alibi.
2 Puédese ver este testimonio de Cayo en la mescolanza de varias religiones ni en látigo ó azote.»
Historia eclesiástica de líusebio. lib. II, cap XXV. 1
Perrone, De cultu Sanctorum, cap. V. De Sa-
:
' Véase á Ilosio, Huma sotterranea, lib. I, ca- ' Exod., cap. XXV, \ers. 18-1». crarumimaginum usu ac venerátione, prop. 2.",
pítulo XX, y lib. III; item Aringhi, Roma sotterra-
5
Num., cap. XXI, vers. 8. n. H 8 . Uarcinone, 1808. 1 V. Mamaehi, l cit., lib. I I I , cap. I ; lloltari,
nea nnvissima, tomo 11, lib. IV, cap. XLV11I. 3 Josué, cap. VII, vers. 6. s
V. Clemente Alejandrino, Pa'dugog., lib. III, Scullure e pitlure sacre eslralte dai cimet*rii; Bol-
* Bolandns, día dos de Agosta. ¿ Ps. XCVIII, v e r s . ü. íap. I I ; ilem Aringhi, op. cit., lib. I I I ; y Buona- detti, Osservazione sopra i cimeleri de sanli marli-
3
Lib. I V . cap. XXX. Véase también Mamaehi, s Paralipom., cap. X X V I I I , vers. 2 . rruotli, Osscrvazioni sopra alcuni frammenti di ri, lib. I I , cap. I I ; Ciampini. Velera monimenta,
Origines el anliquilates ckristianrn, toin. 1, lib. I . • Exod., cap. XX, vers. 4. «asianlichi di retro. Firenze, 1716. parte 1.", cap. X V I I .

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En las catacumbas se servía de or- ciesen en ellos sacrificios al verdade-
¿Qué tiene que ver esta inmunda cristianos, echando de menos los lu-
namentos pobres y de cálices de -vi- ro Dios '. Y en este género de con-
deidad con la Reina de la pureza, para percales ó fiestas de Pan, instituyeron
drio, por hallarse perseguida y nada ducta no hacía más que imitar á su
que este incrédulo deslenguado haga la fiesta de la Purificación de María.
abundante en bienes temporales. Mas querido apóstol San Pablo, maestro
derivar el culto de la una del culto de Antes bien para acabar con aquella
cuando salió de ellas triunfante y se de las gentes, el cual decía que se
la otra? Sin duda, como buen positi- costumbre, llena de obscenidades, ó,
vio protegida por el poderoso brazo de había hecho enfermo con los enfermos
vista y amante de lo que se palpa con lo que parece más probable, para des-
un príncipe religioso y magnífico, des- para ganarlos á Cristo, y jy.dío con los
las manos y se goza con los sentidos, terrar de Roma la fiesta Amburbial,
plegó bien pronto, como era natural, judíos para que fuese), mis los que se
no le asienta bien la idea de la pureza en que los gentiles andaban por la
gran lujo de esplendor y de magnifi- salvasen, y todo con todos para ganarlos
inmaculada de María, y quiere con- ciudad con candelas encendidas en
cencia en el culto, dejándose llevar de á todos para su divino Maestro *.
fundir á la purísima Virgen con la honor de Plutón, que creían haber he-
los impulsos de su enardecido cora-
adúltera Isis ' . Por eso también, e n - cho lo mismo para buscar á Proser- Por esta razón, allí donde era con-
zón lleno de amor para con Dios y su veniente admitir y.promover el culto
tre las muchas acusaciones que for- pina, fué para lo que se instituyó en
divino Esposo Jesús, y no dando oídos de las imágenes, lo admitía y promo-
mula contra la Iglesia, se encuentra Roma la fiesta de la Purificación ó
á raquíticos pensamientos é indignos vía; mas donde veía peligro de idola-
la de haber ésta puesto la condición Candelaria, la cual en la Iglesia grie-
de su santidad y grandeza. ¿Qué ne- tría por la propensión idolátrica an-
del celibato á los que voluntariamente ga ya se venía celebrando desde los
cesidad tenía la Esposa de Jesucristo tigua y no bien desarraigada todavía
y por elección propia se resuelvan á primeros siglos
No necesitaba la Iglesia andarse de andar mendigando fusiones indig- de los recién convertidos, no permi-
vivir en el santuario. ¡Tanto le pesa
copiando de nadie los ritos externos nas y degradantes con el paganismo, tía tal género de actos religiosos. Así,
la sublime espiritualidad del Catoli-
del culto con que había de honrar á llegado el día de su victoria y triunfo andando el tiempo , permitió se pin-
cismo !
Dios, en sí mismo y en sus Santos, universal en el mundo, cuando opri- tase á los Santos coronados de una
Bien es verdad que, según sabe- mida, maltratada y perseguida por los auréola de gloria; lo cual antes no se
teniendo en la vida y actos de su di-
mos por Apuleyo , Isis era llamada
2

tiranos más sangrientos, había des- podía hacer por la ocasión que con
vino Fundador un objeto harto subli-
también, como María, reina del cielo. arrollado por todas partes una vitali- esto se hubiera dado para idolatrar
me y elevado para inspirarse, y en los
Pero muy diferente era el sentido de dad tan prodigiosa, una fuerza de asi- viendo pintados á los Santos de la
ritos del Antiguo Testamento, deter-
estas palabras, aplicadas por los pa- milación tan admirable que, ya antes misma manera que lo estaban los ído-
minados por el mismo Dios, una fuen-
ganos á Isis y por los cristianos á Ma- de serle concedida la paz por Cons- los del gentilismo. Sobre lo cual dice
I te perenne de imitación suavísima.
ría. Estos hacen á la Virgen reina de tantino, reinaba triunfante y pode- Cristiano Lupo estas palabras: «La
Bastábale recordar la historia de la
los Angeles y de los Santos, ó, lo que rosa, dueña de todo el mundo civili- extinción del paganismo quitó la ofen-
presentación de la Virgen en el tem-
es lo mismo, reina de los siervos y zado?
plo, narrada por San Lucas (cap. II), sión y escándalo, y de esta suerte
amigos de Dios; mas los gentiles ha-
y tjecutada por la purísima Señora Lo que hizo, sí, la Iglesia fué prac- la costumbre de coronar se hizo, de
cían á Isis reina de todos los dioses,
con objeto de conformarse á lo que ticar una prudencia suma en la abo- impía y gentil , piadosa , religiosa y
principio primordial de todas las cosas.
estaba por Dios establecido en la An- lición de los usos y costumbres gen- cristiana.» Así también, para con- 3

María es la esclava del Señor, Isis la


tigua Ley sobre la purificación de las tílicas, condescendiendo con la de- cluir por fin est° largo capítulo, el
reina y señora de todos los dioses ce-
paridas, para que concibiese la idea bilidad de los flacos y enfermos, adop- empleo de las estatuas fué posterior
lestiales, independiente de todo otro
de pintar á la Madre con el Niño en tando á veces ciertas cosas en sí al de las imágenes de mera pintura,
ser y de ninguno esclava.
sus brazos, y de celebrar la fiesta de indiferentes, usadas entre los paganos á pesar de que, mirada la cosa en sí,
Movido Draper sin duda del mismo la Purificación de María, sin que fue- con espíritu idolátrico, pero santifica- no se diferencian la estatua y la pin-
horror á la pureza y odio á la inmacu - se á inspirarse en una deidad tan im- das y purificadas por ella con la inten- tura absolutamente en cuanto al ofi-
lada Madre de Dios, asienta que los pura como Isis. Bastábale también ción pura de dirigirlas al culto y ser- cio propio de representar al prototipo.
1
Asi la llama Julio lurmiru en el libro Tic traer á la memoria lo que había sido vicio del verdadero Dios. Por lo que, Con las pinturas no se impresiona la
errort'bus profonarum veligiomini, diciendo que el el sacerdocio en el pueblo hebreo, la triunfante ya de la idolatría, y no gente ruda tanto como con las esta-
marido propio y legítimo de Isis no era Osiris, sino
magnificencia del templo de jerusa- viendo peligro en que permaneciesen tuas, y está menos expuesta á imagi-
Tifón, y que Isis, fallando al deber conyugal, an-
duvo enredada en torpes amores con su propio her- lén, el lujo de riqueza desplegado allí en pie los antiguos templos, donde narse que se encierre en ellas alguna
mano Osiris, de quien tuvo varios hijos. en los vasos sagrados y demás orna- habían sido ofrecidos sacrificios al de- virtud sobrenatural, en lo que consis-
1
Lab. XI. «Regina coeli, la dice, sive tu Ce res,
alma frugum parens originaliü, s; u tu coelestis Ve-
mentos del culto, para que hiciese ella monio, no quiso destruirlos, corno
n u s . . . sen Piíoebi sóror... triformi facie larvales otro tanto luego que pudiese. había hecho'en otro tiempo, sino pre- • V. Baronio en las Notas al Martirologio roma-
Ímpetus eumprimens. terraeque claustra rohihens » firió conservarlos, para que, purifica- no, día 2 de Febrero, y en los Anales aclcsidslicot al
Pignorio cita esta inscripción de Capua: Te Ubi
tina, quae es onmia dea Isis. Arrius Balbinus. Véa-
dos y santificados, sirviesen de lugar año 45, núm. 23 y s ú m e n l e s .
i Véase en el Diccionario de Morcri la palabra 2 (l. Corinlhios. cap. IX, vers. 20-22.)
se á Visconli, Museo Chiaramonti. (César Cantó, de reunión á los cristianos y se ofre- 3 Dissertatio de séptima Synodo, a c l . C>.
I Purificación» delta 8 . Vtrgine Marín.
lliü. m i ú ' . . t . !, lili. 11, cap. XXII, nota.)
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tía precisamente el error de adorar á rocidad del mahometismo, cuyos s e -


los ídolos, y en lo que consiste tam- cuaces no han tenido otro modo de
bién la superstición de los amuletos y establecer su religión en el mundo
talismanes, practicada por muchos sino el de llevarlo todo á fuego y san-
mahometanos y judíos. gre. Digamos, por el contrario, que
Lejos , pues , de recriminar á la la religión de Mahoma, como hija de
Iglesia en su manera de destruir el las tinieblas y fundada en el error, C A P Í T U L O XII
gentilismo y de echarle en cara un fué bárbara y sangrienta con los ven-
paganismo que nunca ha tenido, ad- cidos, aniquilando por completo todo
miremos, por el contrario, su táctica lo que entre ellos no era suyo; y que EL CATOLICISMO Y LA. C I E N C I A TOCANTE Á LA IDEA
sapientísima en el modo de salvar á la religión de Jesucristo, como hija
todo el mundo sin perderse ella mis- de la luz y fundada en la verdad, fué DEL MUNDO

ma en medio del inmenso mar de suave y civilizadora, asimilándose todo


errores que desde su nacimiento la lo bueno de las civilizaciones pasa-
han rodeado, forcejeando siempre con das, y transformando sabiamente en
gran furia para sumergirla en su seno. su ser sobrenatural y bajado del cielo
No seamos tan injustos que nos atre- todo cuanto malo é imperfecto halló •^jfffifloN lo dicho en los capítulos a n - Tiempo es ya de que pasemos á la
vamos á reprenderla por no haber en la ciega gentilidad por ella con- SH®!' tenores parécenos quedar harto segunda parte del problema que for-
usado con los vencidos la bárbara fe- quistada. evidente la imposibilidad de conflicto ma el objeto de este nuestro trabajo,
alguno entre la religión y la ciencia haciendo ver á nuestro incomparable
en cuanto atañe á la idea de Dios, filósofo americano que tampoco puede
que es el primer objeto de la Filoso- existir conflicto alguno entre la reli-
fía. En efecto: en ellos dejamos evi- gión y la ciencia en orden á la idea
denciado que cuanto el Catolicismo del mundo. Para esto es preciso que
enseña en orden á este sublime obje- consideremos todas aquellas ideas
to es, ó manifiestamente verdadero, fundamentales y filosóficas á que da
por hallarse demostrado con el dis- margen la vista atenta y reposada de
curso natural de la humana inteligen- todo ese conjunto de seres sensibles y
cia, ó evidentemente creíble, ya por sujetos á continua variación, desig-
contener en sí las señales más claras nado con el nombre magnífico de
de verosimilitud que en cosas supe- mundo '.
riores á la razón del hombre se pue- La primera cuestión que en esto se
den desear, ya también por hallarse nos presenta es la relativa á la natu-
rodeado de toda aquella certeza his- raleza interna de esta misma univer-
tórica que en materia de hechos se sidad de seres. ¿Es el mundo una
puede exigir. El hecho de la revelación cosa increada, dotada de existencia
católica es históricamente tan cierto
propia y no recibida de nadie, ó, por
como pueden serlo los hechos anti- el contrario, ha sido producido por un
guos más averiguados que hallamos Ser superior á él, y por tanto depende
narrados en los libros de los historia- en su existencia de este su Autor y Ar-
dores, y los dogmas contenidos en tífice supremo? En otros términos: ¿es
este mismo hecho son en verdad su- este mundo una cosa producida por
periores á la capacidad d la flaca ra- Dios y distinta de El, ó se identifica
zón humana, mas no contrarios á
ella, antes la engrandecen y levantan < La palabra mundo viene del latín, y denota
á un orden muy superior al suyo, des- una cosa exenta de toda mancha; se aplica á esta
universidad «le seres visibles para significar el ad-
cubriéndole nuevos horizontes de luz, mirahle concierto y armonía con que todos ellos su
á que ella nunca hubiera podido lle- hallan entrelazados y hermosamente tienden uni-
ar abandonada á sus propias fuerzas. dos d la consecución, así de sus fines particulares,
como de todo el sistema por ellos formado.
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con el mismo Dios, ora constituyen- no con una voluntad exenta de toda repugna ó nó la creación ab aeterno Dios á la vida, y que es voluntad ar-
do todo su ser, como quieren los ma- necesidad, sino con la necesidad con Ninguna de estas cosas necesito para bitraria la que ha impuesto las leyes
terialistas , ora siendo una simple que se ama á sí mismo; ó negare que hacer ver que el mundo es cosa dis- por las cuales se ha dignado que es-
emanación suya, y formando uno de el mundo ha sido criado para gloria tinta de la Divinidad, y que ni siquie- tuvieran regidos sus?movimientos, ó
sus naturales y espontáneos modos de de Dios, sea anatematizado.» ra puede ser considerado como una bien creeremos que'todos estos siste-
ser, como place á los panteístas de Hasta aquí el Concilio Vaticano, emanación de la sustancia divina, ó mas se han formado, no ya en virtud
nuestros dias? ¿Qué dicen la religión de cuya oposición con la ciencia mo- bien como una propiedad del divino del fíat divino, sino por la operación
y la ciencia sobre este punto? ¿Puede derna en esta parte no se puede du- Ser, inmanente en Dios al modo que de la ley?... Si admitimos que la sus-
existir sobre él conflicto alguno entre dar un solo momento. mis pensamientos están inmanentes tancia de que se compone el sistema
una y otra? Mas, por dicha grande de la huma- en mi alma que los concibe. Diga- solar ha existido en otro tiempo en
Ciertamente, si por ciencia hubié- na naturaleza, la doctrina aquí con- mos cuatro palabras para demostrar el estado de nebulosa, y que se halla-
ramos de entender las necedades éim- denada es también rechazada por la esta verdad, comenzando por comba- ba en rotación , todos los hechos en
píos absurdos excogitados por los ma- verdadera ciencia, la cual se goza en tir la absurda hipótesis panteístico- los cuales insiste Laplace se encade-
terialistas y panteístas, desde luego extremo de hallar en la idea cristiana materialista. El autor de Los Conflic- nan como efectos mecánicos y nece-
sería preciso afirmar que el conflicto,la noción exacta y verdadera en orden tos tiene la palabra para defender la sarios.» «En la India es donde el hom-
no sólo es posible, sino real y efecti á la naturaleza del mundo. causa de estos desalmados: «¿Debe- bre por vez primera (escribe en el ca-
vo; porque el Concilio Vaticano ha En efecto: nada más evidente que mos, pues, deducir, escribe en el ca- pítulo V, tratando sobre la naturaleza
condenado expresa y formalmente los la distinción esencial y absoluta en- pítulo I X , tratando del gobierno del del alma, ha comprendido y recono-
errores del materialismo y del pan- tre la naturaleza de Dios y la del universo , que el sistema solar y el cido el gran hecho de la eternidad y
teísmo. He aquí los cánones dogmá- mundo. Todas las propiedades natu- mundo estelar han sido llamados por de la indestructibilidad de la fuerza.
ticos relativos á estas inmundas doc- rales é inherentes á su divino Ser nos Esto implica la idea más ó menos
trinas, según los hallamos en la Cons- están clamando que Dios es una cosa authographo in bibliotheca Collegii Romani asser-
distinta de lo que llamamos ahora la
titución Dei Filius, par. i.°, de Deo infinitamente más perfecta que todo vato. Militan también en favor de esta segunda conservación y la correlación de las
opinión Ocatn, Gregorio, Avicena, Algacel; Ma- fuerzas. Consideraciones ligadas á la
reram omniuní creatore: Si alguno cuanto grande y perfecto se encierra níanla probable Durando y Gabriel en los lugares
negareáDios, únicoy verdadero, Cria- en esta universidad de seres variables citados por dicho Cardenal en el art. 4.° de la cues- estabilidad del universo apoyan esta
dor y Señor de las cosas visibles é in- y finitos que llamamos mundo. tión 7." arriba mencionada. Con Toledo sienten opinión, supuesto que es cierto que,
además Vázquez, Ulloa, Benediclis y otros filóso-
visibles, sea anatematizado. 2 . Si Prescindo enteramente de si es ó
0
fos y teólogos de no pequeña autoridad, entre los
si las fuerzas llegasen á aumentar ó
alguno tuviere la desvergüenza de no infinito el número de seres finitos cuales bien podemos señalar también á nuestro á disminuir, cesaría el orden del mun-
insigne Raimes, pues sólo rechaza el número in- do. Una determinada suma de ener-
afirmar que nada existe sino la mate- que pueblan la variada multitud del finito en cuanto á la coexistencia de estados incom-
ria, sea anatematizado. 3 . Si alguno universo; prescindo también por com-
0
patibles en unos mismos seres. Véase su Filosofía gía universal invariable debe, pues,
dijere que una sola y misma es la sus- pleto de si el mundo ha existido siem- fundamental, tratado del Infinito. ser aceptada como hecho científico.
tancia ó esencia de Dios y la de todas pre, de manera que no se le pueda
1
La misma variedad de opiniones que sobre la Los cambios de que somos testigos
cantidad infinita, continua ó discontinua, se nota
las cosas, sea anatematizado. 4 . Si encontrar cabo en su duración pasa-
0
también sobre la posibilidad de un mundo ab
no pueden consistir en otra cosa que
alguno dijere que las cosas finitas, da, como es imposible hallársele en aeterno. Santo Tomás sostiene que es posible un en la distribución de esta energía.
tanto corpóreas como espirituales, ó la que todavía le queda por pasar.
inundo de esta clase, notando que sólo por la re- Pero puesto que el alma ha de ser
velación podemos saber que no haya existido
al menos estas últimas, han emanado Cuestiones son estas que no puede siempre este mundo en que habitamos. iMundum considerada como un principio acti-
de la sustancia divina; ó que la divi- resolver con certeza la humana filo- non semper fuisse, escribe en la Suma teológica vo, llamar un alma á la existencia
(I. p , q. 46, a. 2 ), sola líde tenetur, et demons-
na esencia con la manifestación ó evo- sofía abandonada á sus propias fuer- Irative probari non potest.» Y 5'esto añade la si-
sacándola de la nada sería necesaria-
lución de sí misma se hace todas las zas, hallándose discordes los filóso- guiente reflexión: «Et hoc utileest ut consideretur; mente añadir una fuerza á la nueva
cosas; ó, finalmente, que Dios es un fos sobre si es posible ó nó el número
ne forte aliquis, quod fidei est demonstrare praesu- suma de la fuerza precisamente exis-
mens, radones non necessarias inducat, quae prae-
ser universal ó indefinido que, deter- infinito de seres creados , y sobre si 1
beant matei'iam irridendi infidelihus existimanti- tente en el universo.»
minándose, forma esta universidad de bus nos propter bujusmodi rationes credere quae
fidei suril » ülros defienden, por el contrario, que «¿Hay, pues, una vasta existencia
cosas dividida en géneros, especies é 1 La opiniOn más común os que repugna tanto
repugna absolutamente la producción ab aelerno espiritual en el universo (continúa
la extensión como la multitud infinitas, y por esta
individuos, sea anatematizado. 5 . Si parte milita Santo Tomás en la Suma teológica
0 de criatura alguna, juzgando que de lo contrario
en el mismo capítulo, después de ha-
habríamos de admitir la posibilidad del número
alguno no confiesa que el mundo y (I. p . . q. 7., aa. 3 y 4). Pero dista mucho de ser infinito. Suárez sigue una opinión media, defen- berse esforzado en demostrar que no
cuantas cosas hay en él, aTsí espiri- improbable la opinión contraria, peleando por ella diendo la posibilidad de un mundo eterno en cuan-
hay diferencia esencial entre las fuer-
el sapientísimo cardenal Toledo, jesuíla , en su to á la sustancia, pero negando que sea posible
tuales como materiales, han sido sa- excelente obra teológica recientemente dada á luz zas moleculares de la materia , las
un tiempo eterno en la serie de los momentos ya
cadas por Dios de la nada en toda su en Roma, cuyo Ululo es: Francisci Toleli e Socie- pasados. (Véase su Metafísica, tomo I, disp. 20, que gobiernan el organismo de los
sustancia; ó dijere que Dios las crió, tale Jesu S. R. E. pmbyieri Cardenalis in Sum- sec. o."
seres organizados y las que constitu-
mum Theologiae S. Thomae Aquinalisenarratio ex
130 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A T O C A N T H Á L A I D B A D E L M U N D O .
131
yen la inteligencia y voluntad d e 1
nuevo este sistema, pues lo profesa- cíese el movimiento dicho, éste por Así, pues, demos al profesor ame-
hombre), como hay una vasta exis- ron los estoicos con el padre de todos fuerza habría de ser inalterable, como ricano el número infinito que desea
tencia material? ¿Un espíritu que, se- ellos, el filósofo Zenón de Elea. Su es inalterable la naturaleza lumínica de transformaciones acaecidas á las
gún la expresión de un gran poeta absurdidad, empero, no puede ser más del sol, por ejemplo, que consiste en nebulosas agitadas del movimiento
alemán, duerme en la piedra, delira palpable, pues introduce en la escena su inclinación á iluminar. ¿Quién, rotatorio, para que de ellas broten
en el animal, se despierta en el hom- un ser enteramente inconcebible é pues, repito, ha comunicado este mo- cuantos sistemas solares se le antojen.
bre? ¿Se deriva el alma de la una, inexplicable, ó sea el mundo material vimiento rotatorio á la nebulosa, para Lo cual, sin embargo, nunca pasará
como el cuerpo de la otra? ¿Regresan llevado por impulso de su propia n a - que de él resulten los innumerables de ser una hipótesis gratuita, incapaz,
los dos de la misma manera al origen turaleza á formar sistemas estelares astros que en ordenada variedad y ar- por tanto, de constituir loqueen buena
de donde emanan? Si así es, podemos sin cuento para volverlos á deshacer, monía constituyen lo que apellidamos filosofía recibe el nombre de ciencia.
interpretar la existencia del hombre y con- y condenado á consumir toda su exis- con el nombre de mundo? Con esto no habrá conseguido sino
ciliar nuestras ideas con la verdad cien- tencia eterna en tejer y destejer, á Responderá sin duda Draper, con dar una explicación parcial de cada
tífica y con nuestro concepto de la esta- guisa de artífice que nunca está con- todos sus materialistas, que el movi- uno de los sistemas estelares y de las
bilidad y de la invarlabilidad del uni- tento con su obra. miento rotatorio de la nebulosa es el nebulosas rotatorias que se proponga
verso .» En hora buena que todo este sis- resultado del sistema estelar anterior, examinar. La colección total de los
E s decir que, según este escritor, tema estelar, que llamamos el univer- resuelto en la nebulosa dicha y pro- sistemas solares .y de las nebulosas
Dios no es en sustancia sino esta so, haya podido salir de una sola ne- ducido á su vez por otra que tuvo un dichas, sea finita ó infinita, siempre
grande máquina del universo dotada bulosa puesta en rotación é impulsada semejante nacimiento. Porque, como quedará sin correspondiente razón su-
de una cierta cantidad de fuerza que á lanzar fuera de sí masas más ó la nube sucede á la nube, el sistema es- ficiente, si no se recurre á un ser su-
se transforma diversamente en la va- menos considerables, que participen telar—el Universo para nosotros—sucede perior á la nebulosa y al sistema, que
riada multiplicidad de seres , y que del movimiento adquirido y giren al- d un número infinito de otros sistemas haya dado á entrambos la existencia
con esta transformación pone en mo- rededor del centro de atracción, siendo que le han precedido. Mas esto no re- sin haberla él recibido de ellos. Como
vimiento continuo, en virtud de su ellas mismas á su vez nuevos focos suelve la dificultad; lo que hace es la colección total de huevos y de ga-
misma espontaneidad, esta gran masa de otros globos por ellas lanzados trasladarla toda entera á los tiempos llinas permanece de todo punto inex-
de materia de que se componen los y puestos en continuo movimiento. anteriores, sobre los cuales se puede plicable y sin debida razón suficiente
astros y demás cuerpos celestes. Por Todo esto concedido, todavía queda hacer la misma pregunta. Tenemos para existir, sea ella finita ó infinita;
eso, dando á esta fuerza universal, una importantísima cuestión por dis- aquí la cuestión del huevo y la ga- si no nos remontamos á la causalidad
perpetua é indestructible, el nombre cutir. ¿Quién comunicó ese movimien- llina, ¿Quién produjo el huevo? La de un ser que, no siendo ni huevo ni
de inteligencia infinita, se explica de to de rotación á la nebulosa? Porque gallina. Y la gallina, ¿de dónde ha sa- gallina, haya dado á entrambos la
este modo en el poco há citado ca- esta clase de movimiento, como ni lido? De un huevo. Si no saltamos á existencia, ora á la gallina por medio
pítulo I X : «El universo no es otra otro ninguno tampoco, no es esencial otro ser que sea causa y origen de en- del huevo, ora al huevo por medio de
cosa que una nube, una nube de soles á la materia; ésta, según consta por trambos; estaremos siempre en un la gallina.
y de mundos. Por grande que nos pa- la experiencia, permanece de suyo in- círculo infinito de causas y efectos, Es verdaderamenta ridículo creer
rezca, no es para la inteligencia eter- diferente á recibir el impulso y direc- que se producen mutuamente sin tener que en un número determinado de
na é infinita sino una neblilla flotan- ción que de fuera se le comunique. cada una la razón suficiente total de veinte huevos, por ejemplo, y veinte
te. Si existe una multitud de mundos Fácilmente se supone la tal nebu- la existencia de la otra. Porque el gallinas, haya habido necesidad de
en el espacio , existe también una losa agitada con el pretendido movi- huevo en tanto da la existencia á la un ser distinto de éstas y aquéllos
multitud de mundos en el tiempo. miento de rotación; pero hay que gallina, en cuanto que ésta se la con- para poder explicar su existencia; y
Como la nube sucede á la nube, el explicar la causa de ese mismo movi- cede á él, y viceversa: por donde ni el luego pensar que, en aumentando la
sistema estelar—el universo para nos-miento. La materia no se ha podido huevo es la causa y razón suficiente serie hasta el infinito, la necesidad de
otros— sucede á un número infinito poner á sí misma, en virtud de su total de la gallina, ni ésta de aquél; recurrir á un ser distinto de toda ella
de otros sistemas que le han prece- propia esencia, en el estado de rota- sino que parte de esta razón suficiente cesa por completo. La necesidad per-
dido, y es seguido por otra sucesión ción dicha; puesto que, si así fuese, la deberán tener uno y otro en sí mis- siste la misma, fundada en que toda
de sistemas igualmente infinita. La este estado le sería esencial, y por mos ; dándose, por consiguiente, el la serie, sea finita ó infinita; está esen-
metamorfosis de la materia, el enca-consiguiente perpetuo é indestructible huevo la existencia á sí propio, y lo cialmente compuesta de seres produ-
denamiento de los efectos y de las como ella misma. Toda esencia es ne- mismo la gallina; y existiendo antes cidos por otro, y por consiguiente
causas, no tienen principio ni fin.» cesariamente lo que es, y no puede que hayan existido. Porque para cau- también la serie total es esencialmen-
sar es preciso ser antes, puesto que te producida, siendo evidente aquel
No es, como hemos visto más arriba ser de otra manera; por donde, si de
nada puede hacer lo que nada es. principio de que lo que conviene esencial-
al tratar de la naturaleza de Dios, la esencia de la materia cósmica na-
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133
mente á las partes, conviene de la misma ser en manera alguna un ser que ten- puestos que se encuentran en la na- rentes piezas contribuye maravillosa-
manera esencialmente al todo. ga la razón suficiente de su existencia turaleza. La elaboración de los mine- mente á producir la armonía en virtud
Allégase á esto que en la doctrina en sí mismo, sino un ser dependiente rales sirve á las plantas para que su de las mismas leyes de la materia.
materialista el mundo, ó, mejor dicho, de otro superior á ella, de quien reci- principio vital ejecute en ellas opera- Mas dígase también al mismo tiempo
la materia y las fuerzas universales be el existir, así como los determina- ciones más complicadas y perfectas, que esas leyes han sido dictadas por
de que el mundo se compone y que dos modos de su existencia misma? que serían imposibles sin la previa un supremo Legislador; que esa i n -
siempre permanecen las mismas, será Hay además, fuera de esto, una ra- elaboración de los minerales. Los ani- mensa máquina ha sido fabricada por
un verdadero ser increado, no teniendo zón manifiesta, que pone por sí sola males, á su vez, usan de las plantas un Artista de inteligencia suma; que
de producido sino la infinita variación en plena evidencia laabsurdidad gran- como de instrumentos para practicar la sabia disposición de sus piezas es
de estados que en serie continua y dísima del materialismo. Veo yo un las acciones de su vida propia; accio- obra, no de la ciega fatalidad, sino de
nunca interrumpida se suceden. Ten- reloj, é inmediatamente concluyo que nes que superan en perfección á las la eterna Sabiduría; que el armonio-
drá, pues; la materia cósmica, ani- aquel artefacto no se ha hecho á sí realizadas por las plantas, pero que so concierto de los sonidos, finalmen-
mada así de su fuerza original, todas solo, sino que es efecto de una mente dependen de ellas como de condicio- t e , se debe á la portentosa habilidad
aquellas cualidades esenciales que la ordenadora. Ninguno me convencerá nes necesarias para poderlas ejecutar. del Artista que imprime continuamen-
razón encuentra en la noción del ser jamás, ni convencerá tampoco anadie El hombre, por fin, echa mano de los te en el teclado la deleitable armonía
no producido por otro, ó sea en el ser que no tenga perdido el juicio, que la animales para mantenerse y conser- de su arte. Establecido esto, no habrá
que existe en virtud de su propia esen- Eneida de Virgilio, por ejemplo, y var su organismo, semejante al de las ningún inconveniente en que todo el
cia. Ahora bien: nada más contrario aun el mismo librejo de Draper, son bestias, y se sirve de este organismo sistema estelar del universo salga, con-
á las referidas cualidades que la natu- obras de la ciega fatalidad, llamada para efectuar las funciones propias de forme á la hipótesis de Laplace, de
raleza de la materia dicha. Porque el ley por los materialistas modernos. su vida intelectiva, de esta vida a l - una grande nebulosa puesta en rota-
ser increado, todo cuanto tiene lo po- Nó; lo que está en tinieblas nunca tísima y sublime por la cual adquiere ción, como no lo habrá tampoco en
see en virtud de su misma esencia; produce la luz; lo que en sí mismo no las ideas universales, corrige los erro- excogitar otras más ó menos inge-
por ningún otro puede ser modificado tiene orden, jamás lo podrá comunicar res de los sentidos, contempla en su niosas conforme al talento de cada
ó perfeccionado; debiendo tener las á sus efectos; lo que carece de inteli- bellísima armonía el ordenado movi- uno '.
modalidades correspondientes á su gencia, nunca podrá echar al mundo miento de los astros, y asiste lleno de Pero aquí nos encontramos ya con
mismo ser, el cual no depende de na- seres adornados de ese hermoso atri- admiración á este concierto musical los sectarios de la emanación panteís-
die. Y teniéndolo todo en virtud de su buto de concebir ideas de orden y ar- ejecutado á cada instante por la ma- tica, para los cuales este mundo no es
esencia, debe tener en acto todo aque- monía, de dirigir sus acciones al con- ravillosa máquina de este mundo sen- otra cosa que una manera de ser del
llo que es capaz de poseer; puesto que seguimiento de un fin, de determi- sible. Todo, pues, aparece aquí ligado mismo Dios. Estos amantes apasio-
nadie se lo puede dar sino él mismo, narse á sí mismo en el ejercicio de su y artísticamente dispuesto para el des- nados de la unidad absoluta y destruc-
y para dárselo es preciso que lo tenga actividad, de ser dueño de sus pro- arrollo de un plan concebido en la tores acérrimos de toda variedad real,
antes. Resulta de aquí que el ser in- pias acciones con el don precioso de mente del Artífice divino; todo revela no advierten que en el Ser supremo y
creado debe ser acto purísimo, incapaz la libertad. en este mundo la existencia de una absoluto no cabe modificación ni mu-
de hallarse en potencia para recibir inteligencia ordenadora, que lo ideó danza real alguna, y que todo cuanto
Digan lo que quieran los materia-
cosa alguna; incapaz, por consiguien- y sabiamente lo gobierna. está sujeto á variación no puede me-
listas, el mundo entero revela orden,
te, de transformación de ninguna cla- armonía , belleza por todas partes; ¿Diráse que todo esto es el efecto nos de ser una criatura finita sa-
se, plenísimo en la razón de ser, como nada hay en él que esté dé sobra, nada natural y espontáneo de una fuerza cada por Dios de la nada y dependien-
que nada puede tener de su contrario, que falte. Lo grandle y lo pequeño, fatal é irresistible, movida porel ciego te de su infinito poder en todos los
ó sea de potencialidad actuable. todo tiende en el mundo á su peculiar impulso de su naturaleza é inclinada momentos de su existencia.
La materia, por el contrario, aun y propio fin, con una constancia y re- á desarrollarse progresivamente en Aunque supongamos al mundo, ó
dotada de aquella fuerza primordial gularidad admirables; y tiende á él de virtud del impulso mismo que ciega- á una sustancia espiritual finita, exis-
que se le supone, está siempre deter- tal manera, que el conseguimiento de mente la agita? Mas lo que no tiene tiendo sin término alguno de duración
minada á la recepción de transforma- su fin en los seres inferiores es verda- conciencia de sí mismo, ¿cómo podrá tanto en el tiempo pasado como en el
ciones diferentes, á la perpetua suce- dero medio, respecto de otros más ele- darla á ninguna de sus obras? Lo venidero, todavía se hallarán infinita-
sión de estados, al progreso continuo vados, para que éstos obtengan tam- que carece de libertad, ¿cómo podrá mente distantes de la eternidad per-
y al aumento de perfección en los di- bién el suyo propio. Los minerales comunicarla á sus naturales efectos? teneciente al Criador de estos seres;
versos seres que sucesivamente van elaboran sus combinaciones químicas, Afírmese en hora buena, si se quiere, porque la eternidad de Dios es acto
poblando el universo. ¿Quién no ve, y con esto consiguen su propio fin de que este mundo visible es un órgano
i V . Hcttingcr. obra c ¡ ' í . , t o m o I , cap. III, T
pues, que la materia dicha no puede formar los diferentes cuerpos com- inmenso en que cada una de las dife- Reusch, La Bible el la Nalure, lección XV.
134 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A
T O C A N T E Á L A I D E A D E L M U N D O . 135
sino el eficiente y activo. Porquetas la materia con la forma; mas la Causa
purísimo, totalidad de actualidad, si- nido? ¿del que para tener una realidad
cosas criadas no están fundadas en y Fundamento universal de todos los
multaneidad de toda perfección, po- efectiva fuera de nuestro entendi-
Dios, á la manera que lo está el ac- seres ninguna perfección recibe en sí
sesión plena y acabadísima de una miento necesita cierta modalidad que
cidente en la sustancia, el acto en la misma con el influjo de su acción,
vida interminable; mientras que los lo determine y contraiga á alguna es-
potencia, la forma en la materia, la sino que únicamente la infunde á sus
seres sujetos á variación no tienen pecie determinada? Pues éste no es
modalidad en la cosa modificada, for- efectos, los cuales tienen de ella todo
en cada parte del tiempo sino una el Ser que llamamos Dios; el Ser di-
mando con ella un solo ser, sino como cuanto son y poseen. En una palabra,
parte infinitamente pequeña de cuan- vino no admite en sí modalidad al-
los efectos en sus causas, como la Dios es causa eficiente y no material
tas realidades pueden ir poseyendo guna, no tiene potencialidad, es acto
estatua sobre su pedestal, como la del mundo; como causa eficiente, n o
con sus interminables mudanzas, que- purísimo y simplicísimo. Ese ser que
nave sobre las aguas del mar, como hace otra cosa que dar á sus efectos
dándose en estado de mera potencia vosotros imagináis es una pura abs-
tracción lógica, que no tiene realidad el rayo del sol sobre la fuerza activa el propio ser finito y conservárselo
respecto de todas las demás.
de este astro que lo echa de sí y lo continuamente. Los panteístas hacen
Esta imperfecta vida de perpetua fuera de la mente, sino con los límites
muestra resplandeciente en las mo- á Dios causa material del universo, y
sucesión quieren atribuir á la Divini- formales que son esenciales á todas
léculas del aire; como el báculo, final- por lo mismo lo suponen determinado,
dad los patrocinadores de la emana- las criaturas, y cuya indeterminación
mente, en la mano del que á su pro- modificado, perfeccionado por las cosas
ción panteística, volviendo en estos es un mero efecto de nuestra manera
pio arbitrio lo gobierna. criadas, de quienes recibe, según ellos,
tiempos de progreso al viejísimo pan- de concebir. Ese ser, en sí mismo,
Dios, en efecto, funda y sostiene su última manera de ser, su último
teísmo de la filosofía india. Este es ni exige los límites, ni los rechaza; se
con el influjo activo de su acción con- estado en el tiempo presente. Nada
el gran adelantamiento que ha reali- há indiferente á ellos, ó lo que es lo
servadora todas las cosas criadas, in- más contrario á la idea de Dios que
zado la razón humana, después de mismo, no es infinito sino de una
flujo sin el cual todas ellas se volve- esta manera de ser fundamental fin-
haberse emancipado orgullosa de la manera negativa; mientras que el Ser
rían á la nada de donde salieron; mas gida por los panteístas: porque el ver-
suave tutela que le prestaba la fe cris- divino rechaza de sí los límites de
este modo de fundar y sostener es dadero Dios es en sí mismo la deter-
tiana . Incapaz de concebir otra vida una manera positiva y formal, porque
más perfecta que la que en sí misma es infinito positivamente. muy diferente del que ejerce la sus- minación infinita, la actualidad suma',
tancia en sus accidentes, la potencia y el ser fundamental en cuestión es
experimenta, ha trasladado á Dios su Así, pues, Dios es también el In-
mismo modo de ser finito y delezna- finito, pero el Infinito positivo y formal en sus actos y la materia en la forma. la indeterminación misma, la potencia-

ble, atribuyéndole la perpetua varia- que rechaza de su perfección suma y En el primero, la relación de lo fun- lidad absoluta.

ción de sus propios estados; es decir, actualísima toda potencialidad, todo dante á lo fundado es relación de per- Véase sobre esta importante mate--
que se ha forjado un Dios á su límite, toda indeterminación , toda fección para el fundante; en el s e - ria la excelente obra del Padre jesuíta
imagen y semejanza, de la misma ma- modalidad finita. Está infinitamente gundo, de perfección para el fundado. Kleutgen que, traducida al italiano-
nera que se lo forjaron en otro tiem- distante átllndefinido panteístico, que La sustancia se perfecciona con sus lleva el título siguiente: La filosofía,
po los antiguos paganos al crear sus para existir fuera de nuestro entendi- accidentes, la potencia con sus actos, antica esposta é difesa.
repugnantes ídolos. miento necesita ser determinado, mo-
Y no son poco frivolas por cierto dificado, contraído á alguna especie de
las razones que han movido á los pan- seres con algún aditamento extrín-
teístas modernos á pensar de esta seco, y que, por consiguiente, es un
manera. Consisten todas ellas en mi- infinito negativo, un no-finito, un in-
serables equivoquillos, que el hombre determinado concepto lógico. Dios, co-
menos instruido es bastante á des- mo infinito, contiene en sí la perfec-
hacer, si se le presentan en una ma- ción de cuantos seres finitos existen y
nera conveniente. Dios es, nos dicen pueden existir, pero sin convertirse
con mucho aplomo, el S e r , el Infini- en un simple agregado suyo y ence-
to, el Fundamento absoluto de todas rrando en sí la sobredicha perfección
las cosas. El Ser, continúan, encierra de una manera eminencialy purísima,
dentro de su seno todas las especies al modo que la razón humana contiene
de seres, el Infinito á todo lo finito, en sí la perfección del instinto propio
el Fundamento á todo lo fundado. de los animales.
. Perfectísimamente. ¿Pero de qué Del mismo modo Dios es el Fun-
ser habláis? responderemos á estos damento de todo lo fundado, pero no
señores. ¿Del ser. potencial é indefi- el fundamento material y potencial,
B L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A M O D E R N A T O C A N T E A L O R I G E N D E L M U N D O . 137

remos ver cómo todas las sustancias por medio de la generación. Por el
creadas han recibido, en efecto, su contrario, el alma del mismo hombre
ser por verdadera creación ex nihilo. es hecha por creación, y no por gene-
La palabra creación suele tomar va- ración; porque todo lo que la consti-
rios significados, pues si decimos que tuye comenzó á ser con ella misma;
el artista crea sus ideales, que el Rey nada de lo que pertenece á su esencia
CAPÍTULO XIII crea sus Ministros, y el Papa sus Car- existía físicamente antes de ser ella
denales, también solemos afirmar que producida, sino que toda ella comen-
Dios ha criado todas las cosas, y que zó á ser de nuevo, sin recibir parte de
EL CATOLICISMO Y LA C I E N C I A MODERNA TOCANTE es el Criador de todas ellas. Pero todas su sustancia de la sustancia de su
esas creaciones humanas son muy in- autor.
AL ORIGEN DEL MUNDO
feriores á la verdadera creación ex ni- Este comenzar á ser total y comple-
hilo hecha por Dios al dar al mundo to en cuanto á todos los elementos
la existencia. Se le asemejan, es ver- físicos que constituyen la esencia de
dad, en cuanto hacen ser real y efecti- una sustancia dada, es lo que han lla-
va una cosa que antes era meramente mado los Padres de la Iglesia, si-
^JpjjEjAMOS demostrado en el capítu- de la nada, y que la acción productora posible ó factible; pero se apartan mu- guiendo las enseñanzas de la divina
yjgKlo precedente que el mundo ni se de Dios ha sido en último resultado cho de ella, por cuanto no producen Escritura, y con ellos los escolásti-
confunde con la Divinidad, ni es tam- una verdadera creación. Digo en último al sujeto ó materia en que tales crea- cos, creación ex nihilo, creación de la
poco una emanación inmanente de la resultado porque no es mi intento exa- ciones se reciben. nada; no porque quisieran significar
misma, porque entonces las criaturas minar aquí si el mundo material, con El artista no hace la materia en que que en la creación uno de los elemen-
se convertirían en simples modalida- el orden admirable que ahora conser- encarna su ideal, ni da la existencia á tos constituyentes del ser creado sea
des ó accidentes de la sustancia divi- va, ha salido inmediatamente de las su propia mente creadora, donde ese la nada, al modo que en la generación
na. Al mismo tiempo, y en el discurso manos del Criador, ó solamente la mismo ideal tiene su asiento. Dios con lo es la materia de que consta el ser
de la argumentación, hemos hecho materia caótica sujeta á las leyes que la creación hace efectivo todo el ser engendrado, sino porque á la produc-
ver á nuestros lectores que todas estas le marcó su infinita sabiduría, y de posible, su materia y su forma. La ción de aquel ser ninguna de sus par-
sustancias, finitas y sujetas á conti- las cuales, andando el tiempo, haya creación ex nihilo es una producción tes constitutivas ó esenciales le pre-
nuas variaciones, han recibido de otro resultado más tarde el presente orden total del ser que por ella es llamado á cedió en la existencia.
su propio ser, y que, por consiguien- de cosas. Decimos solamente que la la existencia; hace efectivo al ser que Si cuando los Padres y los Docto-
te, se hallan destituidas de la aseidad. materia de que consta el mundo, así antes no era, ni en sí mismo, ni en res de la Iglesia decían que el mundo
En efecto, el ser a se es por su natu- como también todas las sustancias es- parte alguna de los elementos que le había sido hecho por Dios de la nada,
raleza actualísimo, acto puro, incapaz pirituales que en él existen, han sido constituyen. Cuando alguno de los hubieran querido significar que de la
de recibir en sí variación alguna '; producidas por Dios de la nada. elementos que entran en la naturale- nada, como de materia preexistente, for-
mientras que todas estas sustancias Pero he aquí que estas palabras, za interna de un ser, ya existía antes mó Dios las sustancias del mundo, al
finitas se hallan sujetas á una serie creación de la nada, espantan mucho de constituir á este ser, ora aislado modo que un alfarero hace sus ollas
continua de mudanzas. á nuestros racionalistas, los cuales de todos los demás, ora formando con del barro de la tierra, entonces sí
Resulta, pues, de aquí que cuantas creen ver en ellas un logogrifo inex- ellos alguna otra sustancia, entonces tendrían razón los racionalistas para
sustancias finitas pertenecen á este plicable, y hacen, en consecuencia, mil el ser por él constituido no ha venido afirmar que la creación es un logo-
mundo, ora sean materiales, ora espi- aspavientos para ridiculizar la doctri- al mundo por verdadera creación, sino grifo inexplicable , una repugnante
rituales, han recibido su existencia de na cristiana. En muchos de ellos este por otro género de acción, que llama- quimera. La nada no puede ser ele-
manos del Criador por vía de creación espanto nace sin duda de una mala in- mos generación, transformación ó cosa mento constitutivo de nada. Otro
teligencia de la palabra creación ex ni- semejante. Así, un hombre es engen- tanto se debería decir si por aquella
JSccesse esl, dice sabiamente Santo Tomás drado y producido por generación, mas palabra ex nihilo entendiéramos un
1

(I. p . , q. 3 , a . 1.), id, qnod cal primum eiis, esse


hilo, si bien en otros muchos estas al-
in aclu el millo modo in polenlia. Licet enim in uno haracas no son en realidad sino un no sacado de la nada ó producido término positivo, una especie de ca-
et eodem, qund exil de potentia in actum. prius sit pretexto para encubrir su materialis- por creación; porque la parte material vidad vacía, donde se hallase deposi-
polenlia quam actus tempore; sitnpliciler lamen ac-
tus prius cst polenlia, qnia quad est in polenlia non mo y su incredulidad impía. suya, que es uno de los elementos que tada la sustancia creada antes de ser
reducilur in actum ni si per ens aclu. Con estas so- Nosotros en este capítulo, para qui- le constituyen esencialmente, ya exis- producida; porque la nada no puede
las palabras caen enteramente por tierra todas las
tar la máscara á los unos y sacar de tía en el mundo antes que él comenza- ser nada positivo y real; ni puede, por
doctrinas panteístas y materialistas de nuestros
filósofos modernos, su miserable engaño á los otros, ha- ra a ser; se la comunicaron sus padres consiguiente, recibir en sí cosa algu-
138 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A M O D E R N A T O C A N T E A L O R I G E N D E L M U N D O .
139
na positiva, que luego se saque de allí cimientos que sobre ellas adquirimos, otro motivo tienen en sustancia sino de su sustancia al hijo producido, ó
para ser trasladada á otra parte. Si envuelven siempre relación á los de el del materialista Bretrísais, cuando en aquella con que el alma saca de la
esto quisiéramos significar con los vo- estas cosas sensibles que vemos y decía : «Yo siento , como muchos suya los modos de ser que la deter-
cablos creación ex nihilo, no indicaría- palpamos, y que forman el objeto pro- otros, que una inteligencia lo ha or- minan.
mos producción alguna de ser, sino pio de nuestro entendimiento. Por denado t o d o ; indago después para Esto quiere decir la palabra ex
una mera traslación de una cosa de un esto no podemos concebir las cosas averiguar si puedo concluir de aquí nihilo, ó de la nada; y como se ve, no
lugar á otro, siendo así que usamos espirituales sino negando de ellas lo que todo lo ha creado;- mas no lo pue- indica sino negación de todas estas
las sobredichas palabras para mani- imperfecto que vemos en estas terre- do conseguir, porque la experiencia no clases de acciones propias de las
festar, no el traslado de una cosa que nas, y atribuyéndoles un género de me da la representación de una crea- causas finitas, que nosotros conoce-
ya tenia existencia física en algún perfección más alto y excelente. Así, ción absoluta... En vano se me dirá: mos y experimentamos, juntamente
lugar fijoy determinado, sino la acción al espíritu nos lo representamos come «La naturaleza no ha podido hacerse con una perfección superior á todas
de dársela enteramente nueva. Cuan- una sustancia dotada de actividad á sí misma. Luego es necesaria una ellas. Porque en la creación el agente
do se dice que una cosa es hecha de la vital, pero independiente de la mate- fuerza inteligente que la haya hecho.» no depende de las condiciones de la
nada, escribe Santo Tomás, esta pre- ria en sus operaciones y existencia, y Yo responderé: «Sí, mas yo no puedo materia ó del sujeto que ha de recibir
posición DE no designa la causa mate- por consiguiente de una naturaleza formarme idea de esta fuerza.» la existencia, como sucede en las ac-
rial, ó sea la materia que entra en la superior á la de los cuerpos. Las mis- No es la imaginación, sino la inte- ciones de los agentes finitos; los cua-
constitución de la cosa creada Cuan- mas sustancias materiales, por no ligencia la que ha de formar concep- les en todas sus operaciones requieren
do afirmamos que Dios ha creado el tener de ellas intuición inmediata sino to de esta acción; y la inteligencia por necesidad una materia ó un sujeto
mundo de la nada, dice San Agustín, al través de sus manifestaciones ex- misma, al concebirla, no se ha de preexistentes, que no producen y que
no concedemos con esto una existencia á trínsecas, las percibimos como suje- parar en meros conceptos de cosas tan sólo pueden transformar. En la
la nada; lo que tínicamente intentamos es tos de estas modificaciones y como sensibles, sino que se debe levantar creación Dios llama á la existencia,
separar la esencia de Dios de la esencia sujetos tales, que ellos á su vez no se más arriba y sacar, por la naturaleza con un acto de su voluntad omnipo-
de las criaturas *. Es decir, que por hallen inherentes á otros á manera de del efecto producido, la de la acción tente, á la materia de que constan
las palabras de la nada queremos de- accidentes suyos. misma con que le ha sido dado el ser. las sustancias corpóreas y á la forma,
cir aquello mismo que hemos demos- Del mismo modo la creación la El efecto producido en la creación á los accidentes de una sustancia y á
trado en el capítulo precedente con- percibimos con un concepto relativo á del mundo son las sustancias creadas la sustancia misma.
tra los panteístas, haciendo ver que las demás acciones de que tenemos en la totalidad de su ser; de manera Lo único que requiere el principio
las esencias físicas creadas no han intuición, cuales son las que introdu- que nada se encuentra en ellas que creante, es que no haya repugnancia
sido producidas al modo que es pro- cen mudanzas accidentales ó sustan- no haya comenzado á existir. Estas intrínseca por parte del sujeto en ser
ducido en mi inteligencia el pensa- ciales en estos seres sensibles y te- sustancias no han sido sacadas de la producido, y que haya una mente
miento, de suerte que sean modifica- rrenos. Por donde negamos de ella lo esencia divina, como salen de la mía creadora que conciba primero con su
ciones de la esencia divina, propieda- que en éstas hay de imperfecto, esto las diversas cualidades que la modi- fuerza intelectual la idea de ese mis-
des inmanentes suyas, algo de la es, el no ser una sustancia lo que se fican y determinan; no son accidentes mo objeto para que la voluntad pueda
naturaleza de Dios que esté inherente produce, sino un accidente, ó el no ó modos de ser de la sustancia divina, decir: Quiero que exista. Lo cual no
en El como en su propio sujeto, sino ser producida de nuevo toda la sus- sino seres reales , absolutos en sí indica dependencia alguna del Cria-
que su producción ha sido un acto tancia, sino una parte de la misma; y, mismos, y sujetos últimos de sus de- dor con respecto á la cosa criada;
verdaderamente transeúnte puesto fue- por el contrario, atribuímos un géne- terminaciones, que imitan á su ma- porque, aunque la omnipotencia de
ra de la esencia divina, al modo en ro de perfección más alto y más su- nera al Ser Divino en existir en sí Dios requiere, por parte del objeto que
que el artífice pone fuera de sí propio blime, que no se encuentra en estas mismos sin ser accidentes ó modifi- ha de llamar á la existencia, la posi-
el artefacto por él causado. acciones de cosas sensibles. caciones de otro sujeto. bilidad de ser llamado á ella; pero ésta
Sucédenos en esta materia lo pro- Formamos, pues, concepto de la Por consiguiente, la creación es posibilidad tiene su fundamento en la
pio que en las demás cosas suprasen- creación con la razón pura, no con una acción que produce la sustancia misma esencia divina; y así, con
sibles, que no conocemos por intui- simples intuiciones sensibles; y quien toda entera de la nada; esto es, sin aquella especie de dependencia no se
ción sino por conceptos abstractos, osara rechazarla porque no tiene ex- que haya sido necesaria materia al- significa otra cosa sino el que la om-
conforme á nuestra propia manera de periencia de ella, este tal se mostraría guna preexistente de que haya sido nipotencia de Dios sólo puede pro-
percibir todo lo espiritual. Los cono- bien ignorante en materia de filosofía, formada, y sin que haya sido sacada ducir aquello que la esencia le pre-
y más digno de desprecio que de re- de la sustancia del sujeto que la pro- senta como capaz de imitar en algún
i S. Thom.. 1 p . , q . 15, a. i ad 3 . futación. Sin embargo, los raciona- duce, como sucede en la acción con grado su perfección infinita.
s
S. Aug., Opus impcrf. cont. Julián., lib. V,
n . 42. listas, bien mirada la cosa, ningún que los padres aquí en la tierra sacan En este sentido no habrá incon-
]]
uo E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A M O D E R N A T O C A N T E A L O R I G E N D E L M U N D O . 141
veniente alguno en afirmar que Dios el raciocinio siguiente: «El mundo es geología moderna, muy lejos de tra- pone salida de un estado primitivo
no hace de la nada las cosas, sino de un ser criado, puesto que todas s u s bajar en pro del panteísmo, del m a - gaseoso, no tiene explicación sino por
su potencia objetiva y del arte divino propiedades naturales nos están reve- terialismo y del ateísmo, conduce medio de un poder distinto de la ma-
que se las representa como factibles. lando que no puede tener la existen- antes bien, tanto por sus resultados teria y de las fuerzas de la naturaleza,
Porque con esto se quiere decir tan cia de sí mismo, sino de una fuerza como por sus principios, á una con- poder que domina todas estas fuerzas
sólo que entre las condiciones previas inteligente que lo ha ideado y produ- clusión enteramente opuesta. Y en y elementos materiales, y, por consi-
para la creación de un ser ha de con- cido. Ahora bien: es imposible que particular demuestra que la teoría guiente, no puede en manera alguna
tarse la posibilidad de este mismo ser, esta fuerza inteligente lo haya sacado más en boga hoy día sobre la forma- pertenecer á una sustancia del mundo
ó, lo que es lo mismo, la imitabilidad de su propia sustancia, en tales tér- ción de la tierra, á la cual se la su- material.»
de la esencia divina en aquel grado minos que ésta sea el sujeto propio al
de perfección determinado, y la cau- cual esté inherente el mundo, como lo
salidad de la idea ejemplar que Dios, está el accidente al sujeto, ó el modo
como artífice inteligente, debe for- de ser á la sustancia. Luego el mundo
marse primero de la obra para poderla ha sido hecho por Dios de la nada, ó
llamar á la existencia. Pero este modo sea de njnguna materia y de ningún
de hablar, á saber: que Dios no crea sujeto preexistente.» Nada hay que
de la nada, sino de la potencia objeti- resista á esta demostración; y así, el
va de las cosas y de su arte divino que dogma católico, que enseña haber
las representa como factibles, no es Dios criado el mundo de la nada, está
usado entre los filósofos, ni encierra tan lejos de poder excitar conflicto
tampoco exactitud en el lenguaje. Por- con la verdadera ciencia, que antes
que la potencia objetiva de las cosas bien la ciencia, para serlo en realidad,
no envuelve causalidad sino la idea de debe admitir como una verdad evi-
mera condición, y l i causalidad del dentemente demostrada con sólo los
arte divino no es material, sino ejem- principios naturales la doctrina sobre
plar; siendo así que la partícula de la creación ex nihilo.
en todas las producciones indica la Con razón, pues, escribe el doctor
materia de que es fabricada una cosa. Reusch en su excelente obra 'La Bi-
Por eso, aunque la esencia divina sea blia y la Naturaleza , citando la doc- i

fundamento de la posibilidad de las trina de Hermán Ulrici, las siguien-


cosas, y su imitabilidad ad extra sea tes palabras: «Un sabio filósofo de
condición esencial para que la Omni- nuestro tiempo, Hermán Ulrici , par- 2

potencia las pueda producir; no se tiendo precisamente de los resultados


puede decir, sin embargo, que Dios de la geología moderna, infiere de
hace las cosas de su propia esencia ó ellos que Dios es el principio creador
de su misma omnipotencia; porque ni la de la naturaleza. El prueba que la
esencia ni la omnipotencia entran
como constitutivos del ser creado,
Reuseh, La Bible et la Nature, traducida al
1

sino solamente como requisitos ó francés de la segunda edición alemana por el abate
como causas eficientes del mismo. Javier llellel, París, 1807. lee. 5. La crealinn ex
niliilo: ¡Lástima que este hombre, después de haber
¿Qué hay, pues, en esta idea de la merecido tan bien de la Iglesia con esta obra, haya
abrazado la secta de los católicos viejos! Dios nos
creación que pueda ser rechazado por conserve con su divina misericordia, haciendo que
la sana filosofía? Nada absolutamente, no nos dejemos llevar del orgullo, que tanta fuerza
antes bien la filosofía no puede menos suele tener en los hombres para precipitarlos en el
abismo de la incredulidad, cuando no tienen cuida-
de estar acorde en esto con lo que do de juntar virtud con letras. Aviso á los que en
acabamos de explicar. Porque la tal sus estudios buscan la gloria vana de este mundo,
doctrina es una verdad del orden na- ó se dedican con demasiado afán á saber lo que
quizá les conviniera ignorar.
tural, demostrada con sólo los princi- 1
Hermán Ulrici, Gotl und die Nalur (Leipzig,
pios de la sana razón contenidos en 1862). pág. 2bo y siguientes, 327 y siguientes.
E L C A T O L I C I S M O Y L A C I B N C I A R E S P E C T O Á L A A N T I G Ü E D A D D H L M U N D O . 143

sino también que con su omnipotente Iglesia cree firmementey publica ser
virtud crió de la nada desde el principio Dios criador de todas las cosas , y
Y enseñando
del tiempo tanto las unas como las otras : que las crió cuando quiso.1

la cual doctrina está también repetida esto mismo el Concilio Vaticano, en


«n el Concilio Vaticano (Const. dog- el lugar poco há citado, advierte que
mat. De Fide, cap. I), y de ella hizo Dios con su bondad y omnipotente po-
CAPÍTULO XIV una saludable aplicación el Papa der, no para aumentar su propia bien-
Juan XXII, condenando las siguientes aventuranza , ni para adquirirla, sino
proposiciones de Ekkardo: Tan pronto para manifestar su perfección por medio
EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA RESPECTO Á LA ANTIGÜEDAD 1
como Dios existió, crió el mundo. Se de los bienes que concede ¿í sus criaturas,
puede conceder que el mundo ha existido creó de la nada con libérrima determi-
DEL MUNDO , Y PARTICULARMENTE DE LA TIERRA
ab celerno. En el momento mismo en que nación ambas clases de sustancias, á sa-
Dios existió y engendró al Verbo, coecual ber: la espiritual y la material, ó sea la
suyo y coeterno, creó también el mundo? * angélica y la corpórea, y además la hu-
Por donde se ve que, según la doctri- mana, común á entrambas en cierta ma-
n a de la Iglesia, el tiempo ha tenido nera, y compuesta de cuerpo y espíritu
¡5p|U el mundo fuera una emanación Iglesia en orden á la creación ex nihilo principio, y por consiguiente no siem- Esta importante doctrina la ha que-
>$Í!j¡) espontánea de la divina esencia, del mundo. Por otra parte, si la razón pre ha existido. rido Dios nuestro Señor revelar expre-
como pretenden los panteístas, ó bien humana fuera capaz de probar con Sobre esto notan oportunamente sa y terminantemente al género hu-
si toda esta universidad de cosas que alguna clase de argumentos convin- San Ambrosio y San Agustín que el mano, para que todos supiésemos
conocemos con los sentidos constitu- centes la repugnancia de la creación mundo más bien debe decirse haber por una parte agradecerle tan grande
yera al Ser por excelencia, llamado ab cslemo, podríamos concluir con sido creado con el tiempo, ó el tiempo largueza, y pudiésemos por otra vivir
con el nombre de Dios, como nos di todo derecho que este mundo no tiene con el mundo, que no en el tiempo. siempre preservados de los pestilentes
cen los materialistas; entonces fácil una existencia interminable en el Porque el tiempo no existía antes del errores del panteísmo. Porque si el
nos sería determinar con fijeza y pre- tiempo que lleva transcurrido, ni aun mundo, siendo, por el contrario, una mundo lo crió Dios con un acto libre
cisión la antigüedad de este universo en cuanto á la materia y sustancia de cosa que hacen las mismas sustancias de su omnipotente voluntad , es i m -
sensible, al menos en lo que atañe á que consta. Pero ya hemos notado creadas con sus continuas variacio- posible que sea una espontánea evo-
las sustancias de que se compone. también más arriba las opiniones en- nes. In principio temporis, escribe el lución de la divina esencia ; y si lo
Estas sustancias en tal caso serían contradas que los filósofos cristianos- primero de los dos Padres dichos , crió cuando le plugo darle la existen-3

eternas, conforme al gusto del tantas sostienen en esta parte. Resulta, Deus ccelum et terram fecit. Tempus cia, ya por esto mismo se ve abierta-
veces citado profesor americano, y al pues, que la razón humana, a b a n d o - enim ab hoc mundo, non ante mundum; mente que no por necesidad ha debido
de todos los materialistas y panteís- nada á sus propias fuerzas, no puede y San Agustín : Procul dubio, dice, existir desde la eternidad, sino que ha
4

tas de su escuela. Porque las emana- resolver, por falta de datos suficien- non est factus mundus in tempore, sed podido muy bien tener principio en su
ciones de una esencia son propieda- tes, con certeza el problema relativo cum tempore, denotando que el tiempo duración sucesiva.
des naturales y necesarias de la esen- á la antigüedad de las sustancias es una propiedad de las cosas creadas I Por lo demás , la misma filosofía
cia misma, y deben, por lo tanto, ser creadas. y producida por ellas mismas. con la lumbre de la sola razón natu-
tan antiguas como ella; lo cual, tra- Mas donde acaba la razón, allí co- La revelación nos enseña además ral demuestra que la creación del
tándose de la esencia divina, es lo mienza la fe; y la revelación divina que Dios crió el mundo con un acto mundo es por parte de Dios, no una
mismo que afirmar que son eternas, nos ha dado noticia de lo que nos- libérrimo de su voluntad. En el de- acción natural ó necesaria, sino com-
porque el primer Ser no puede menos otros no podíamos saber. Ella nos en- creto dirigido á los jacobitas por el pletamente libre; ni á propósito para
de ser eterno, repugnando á su natu- seña que el mundo ha tenido p r i n c i - Concilio Florentino, se escribe que la granjear perfección alguna al mismo
raleza lo mismo el principio que el fin pio en la duración de su existencia y Dios, sino para comunicarla á sus
en la existencia. Pero nosotros ya he- que por lo mismo no puede ser eterno criaturas, haciéndolas, según la me-
1
Qui sua omnipotonti virtute sirnul ab inilio
mos demostrado con argumentos cía por esta parte. El Concilio Lateranen- temporis utramque de nihilo condidit creaturam, dida limitada y diminuta que sufre la
rísimos, tomados de la ciencia filosó- se IV, en el capítulo Firmiter, enseña spiritualem et corporalem .(Concil. Lnler., loa. cit.) capacidad de cada una , felices á su
fica, ser falsas y absurdas las dos hi- como dogma de fe á todos los fieles * Véanse estas proposiciones en el Enchifidion
modo y particioneras de la bienaven-
•de Denzinger. manual sumamente útil para toda
pótesis enunciadas, deduciendo de cristianos, no sólo que Dios es cria- •persona estudiosa que desee conocer á fondo los turanza divina.
ellos con evidente consecuencia la dor de todas las cosas, visibles é in- 'Inginas del Catolicismo.
< Cune. Vat., Const. Dei Filius, c. I . — Conci-
verdad de la doctrina enseñada por la visibles, corporales y espirituales,
3
S. Ambr., in Hexaemer., lib. 1, cap. VI.
lio Laler. IV, cap. Finniler.
* S. A u g u s t . , l i b . II De Ciint. Dei. cap. VI.
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Dios, en efecto, se basta El solo á les desde el momento que han co- la semana divina, en que Dios estuvo al caso saber el modo con que la crea-
sí propio para ser feliz, y no necesita menzado á existir en la naturaleza, ó como trabajando en el mundo para ción y el ornato del mundo se habían
para ello de cosa alguna que no sea acudir á las fuentes de la revelación formarle y perfeccionarle y hacer de verificado para que el hombre tuviese
El mismo. Si pues se comunica á sus divina , si es que el Señor en esta él así una digna morada del hombre bien presente la referida obligación,
criaturas, esto no lo hace porque ne- parte se ha dignado manifestarnos á cuyo servicio lo quería destinar, son y como por lo mismo no ent aban es-
cesite tal acción para su propia bien- alguna cosa. las dos verdades fundamentales que tas cosas como objeto directo y pri-
aventuranza, sino porque en su altí- La revelación divina empero nada se propuso el Señor inculcar á su mario en la revelación divina, el Se-
sima sabiduría tiene por conveniente dice, al menos con claridad y de una pueblo, para que tuviese muy presen- ñor, de intento, no habló de ellas con
darse á conocer á las mismas en el manera cierta para nosotros, respecto te la gravísima obligación que le in- claridad. Y si bien en sus palabras no
grado que ubérrimamente ha escogi- de la longevidad del mundo, ni en lo cumbía de amarle y servirle con suma se puede encontrar cosa alguna con-
do para que de ellas sea glorificado, que toca al tiempo desde que fué diligencia por tan grandes beneficios. traria á la realidad de los hechos que
y conozcan y alaben su infinita gran- creada la materia con sus fuerzas y Cuando contaba con tanto cuidado tuvieron lugar en el mundo hasta la
deza. Universa propter semetipsum ope- virtudes naturales, ni en lo que per- los días de la creación hasta el núme- creación del primer hombre '; pero
ratus est Dominus, dice la Escritura '. tenece á la disposición particular que ro de siete, tenía puesta la mira el tampoco tiene nada de extraño el que
Todo otro fin hubiera sido indigno de ahora presenta en los diversos cuer- inspirado legislador Moisés en que el no arrojen ellas de sí un pensamiento
la divina Majestad ; y así el Criador pos celestes del universo. Al querer pueblo escogido descansase también tan claro y preciso, que no se presten
no se podía proponer, al sacar de la Dios hablar á los hombres, no se ha de sus trabajos corporales al fin de á diversas interpretaciones probables.
nada á sus criaturas , sino la glorifi- propuesto hacer un tratado de astro- cada semana, á imitación de su Cria- De aquí es que, mientras sobre la
cación de sus propios atributos, per- nomía, ni de geología, ni cosa alguna dor, y dedicase todo aquel día á las revelación de las dos verdades indica-
fectísimos y eternos. científica que no tuviese relación di- divinas alabanzas y al cumplimiento das han estado siempre acordes los
Mas volviendo á nuestro propósito, recta con la perfección de la voluntad especial del gravísimo deber religioso intérpretes católicos, en todo lo de-
resulta de todo lo dicho que, depen- humana y con nuestra salvación eter- de servir y glorificar á su divino Bien- más ha reinado siempre entre ellos
diendo de la libérrima voluntad de na. E l fin de la revelación divina ha hechor .1
gran diversidad de opiniones desde
Dios el que el mundo haya tenido sido siempre religioso y moral, y nada De aquí es que estas dos verdades, los primeros siglos del Cristianismo
una edad más ó menos avanzada en más. Así como Nuestro Señor Jesu- tan sumamente importantes para la hasta nuestros días, sin que haya ex-
la serie de los siglos, siéndonos á nos- cristo vino al mundo á formar santos práctica de la religión, aparecen en el perimentado ninguno por parte de la
otros naturalmente ocultos los actos y no comerciantes , ni economistas^ primer capítulo del Génesis y princi- Iglesia la menor oposición que pusie-
interiores de la libertad divina , nos ni políticos, así también Moisés reci- pios del segundo con una evidencia se coto á su libertad de opinar en este
es de todo punto imposible determi- bió la misión divina de instruir á su clarísima ; porque ellas eran lo que punto. San Agustín, cuyo extenso tra-
nar d priori el número de siglos que pueblo en lo que le importaba saber principalmente quería inculcar el Se- tado sobre la interpretación del Géne-
han debido transcurrir después que para hallar el camino del cielo con el ñor, como base y fundamento que sis atestigua bien á las claras sus
las cosas criadas comenzaron á exis- conocimiento de su Criador, y con la son del gran deber que tenemos todos profundas meditaciones acerca de esta
tir en virtud del libérrimo y omnipo- práctica de los deberes morales y re- de servirle y guardar su santa ley. materia, confiesa francamente la suma
tente fiat de su Criador. Por la mis- ligiosos. Para desempeñar esta mi- En todo lo demás, como hacía poco dificultad que existe en averiguar el
ma razón debemos decir otro tanto sión celestial le inspiró el Señor todo verdadero sentido de la Escritura en
del modo que tuvo en criarlo ; pues el caudal de verdades morales y reli- 1
"Habiendo establecido el sábado, escribe
Dios fué completamente libre en ele- giosas que hallamos mandadas guar- Heuscli (loe. cil., lecc. X I ) , y queriendo motivar 1
Los libros del Antiguo y del Nuevo Testamen-
dar á los descendientes de Abraham esta institución, Dios debía revelar al bombre que to los tiene por sagrados y canónicos la Iglesia, no
gir la forma que más le agradó, como la semana de aquí abajo, que se termina por el sá- porque habiendo sido compuestos con sola indus-
es dueño todo artífice de comunicar á en el Pentateuco. De esta suerte en- bado, tiene su tipo original en una semana divi- tria human;, hayan sido después aprobados con su
sus obras el género de perfección que señó Dios á su pueblo en el Génesis na compuesta de seis períodos sucesivos, durante autoridad, ni por la sola causa de contenerse en
los cuales Dios ba ejercido su actividad creadora, y ellos la revelación sin mezcla de error, sino porque,
á él le place. el orden de la creación , no para ha- de otro período séptimo, el del repuso Esto es lodo escritos con la inspiración del Espíritu Santo, tienen
Por tanto, en lo que atañe á la du- cerle sabedor de verdades curiosas, lo que Dios debía revelar: decir más era cosa in- á Dios por autor y como tales le fueron entregados á
que poco ó nada le importaban para útil, si quería conservar á la revelación su carácter la Iglesia Ksla es la verdad católica enseñada por
ración de los siglos que cuenta la religioso. Mas si Dios, sin dar más campo ¡i su re- la Iglesia en el Concilio Vaticano. (Consl. Dogmat.
existencia de este mundo , no nos el conseguimiento de su salvación velación, y sin pierisar la duración de las diversas Dei Films, cap. II): y de ella se inliere ninniliesta-
queda otro recurso sino, ó sacarla por eterna, sino para que supiese las obli- unidades de tiempo empleadas en las obras de la niente que los autores inspirados, al escribirlos, no
creación, quería, sin embargo, hacer resaltar la
inducción, considerando los efectos gaciones que del hecho de la creación importancia especial del número setenario, debía
pudieron proferir error alguno, ni grande ni pe-
queño, ora versase sobre materias doctrinales, ora
que han producido las cosas materia- le resultaban, y para que observase designar estas unidades de la misma manera que sobre simples hechos de cualquier clase narrados
la ley del sábado que le quería impo- lo están en la semana de aquí abajo, la cual es co-
por ellos como verdaderos: porque la narración lo
pia de la semana divina, empleando la palabra
ner. El dogma de la creación y el de es, no sólo de los dichos autores, sino también del
dia. >
1
Prov., cap. X V I , vers. 4. mismo Dios.
146 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A K B S P E C T O Á L A A N T I G Ü E D A D D E L M U N D O .
147
las palabras de la narración mosaica. Nada temía el Santo en la inter- por los bienaventurados, como en ter- sagrados. E s esto tan cierto, que la
Tan ardua empresa le parece este pretación de estos misteriosos días sísimo cristal, en la divina Esencia, Iglesia ha dado permiso expreso para
descubrimiento, que ni siquiera se tanto como el desprecio de la divina y que por esto mismo representaba imprimir este linaje de libros presen-
atreve á decir que ya se han pasado Escritura por parte de los infieles, á las mañanas de los referidos días. tados á su censura, diciendo que nada
los días de la creación, sospechando causa del grande peligro que con esto Por aquí se ve cómo esta opinión aparecía en ellos contrario á los s a -
que, lejos de ser pasados, son quizá, naturalmente se les había de ofrecer del santo Obispo coincide con la grados dogmas del Cristianismo. E n -
por el contrario, una cosa inherente á de quedarse para siempre en la triste de aquellos que no ven en la narra- tre otros autores católicos, el difunto
las sustancias criadas, y por lo mis- noche de sus errores. Por esto, para ción mosaica sucesión alguna de días P. Pianciani, de la Compañía de Je-
mo duradera hasta el fin de los siglos. alejar de la Iglesia este peligro cuanto creadores, sino tan sólo representa- sús, profesor de celebrada nombradla
«Arduo es ciertamente, escribe*, y le fuese posible, ideó una interpreta- ciones parciales de un objeto total en el Colegio Romano, dolorosamente
difícil á las fuerzas de nuestra inteli- ción atrevida que, aunque poco con- creado por Dios en la manera que extinguido por los impíos secuaces de
gencia, penetrar con la vivacidad del forme en apariencia con las palabras más le plugo escoger á su infinita sa- la Revolución, publicó no ha muchos
ingenio lo que el escritor quiso expre- del texto sagrado, como escribe San- biduría. años un libro intitulado: Cosmogonía
sar en estos días...; difícil es indagar] to Tomás, ha merecido, sin embargo, Entre los Escolásticos, San Alber- naturale comparata col Genesi; donde,
si ya pasaron aquellos días, ó, por el la aprobación de varios Padres de la to Magno, Santo Tomás, Sixto Se- defendiendo en sus partes sustancia-
contrario, permanecen en las mismas Iglesia , y del mismo Doctor de Aqui- 1
nense y otros se adhirieron á esta ex- les el sistema de Laplace, en cuanto
condiciones de las cosas, mientras se no '. Consiste esta interpretación en plicación del Obispo de Hipona; pero á la formación de la Tierra y de los de-
van con incesante revolución mudan- suponer que Dios nuestro Señor no la mayoría optó por las creaciones su- más cuerpos celestes, atribuye á nues-
do los tiempos.» Y la misma dificul- creó las cosas de este mundo sucesi- cesivas, é hizo los días de la creación tro globo innumerables años de exis-
tad confiesa en otro libro, que escri- vamente, como parece indicarlo la Sa- de veinticuatro horas, como los nues- tencia, y explica los días de la sema-
bió también con maduro estudio y grada Escritura mirada sin reflexión tros. No es necesario empero advertir ma mosaica tomándolos por otras
atenta meditación, diciendo: «Deque y á la ligera, sino todas de una vez. que los defensores de esta segunda tantas épocas de una extensión in-
condición sean estos días, nos es su- Con esto l i s días genesíacos no eran sentencia no sostenían su parecer mensa y para nosotros desconocida.
mamente difícil y aun imposible el ya para el santo Doctor diversas crea- como cierto, ni mucho menos. Res- Su libro salió en Roma, y con permi-
pensarlo,¿cuánto más el explicarlo?» * ciones reales, sino distintos y sucesi- petaban demasiado la autoridad de so de la autoridad eclesiástica; la
Por eso en el escoger de las opinio- vos conocimientos angélicos de cada San Agustín para atacarle tan fuerte- opinión en él sostenida podrá ser más
nes sobre esta materia inculca mucho una de las partes de la creación ente- mente, que juzgaran ser falsa é im- ó menos fundada científicamente, en
el santo Doctor que se tenga cuidado ra, producidos por Dios en estas s u - probable su doctrina. Por otra parte, razón de los argumentos intrínsecos
con dos cosas: primera, que se guar- blimes inteligencias con la luz vesper- tenían muy presente la juiciosa ob- que en su favor se aduzcan; pero bien
de firmísimamente la verdad de la tina de las especies infusas y con la ma- servación, hecha por este santo Doc- segura puede estar por lo que toca á
Sagrada Escritura; y segunda, que tutina de la Esencia infinita. Los co- tor, de no defender en este género la autoridad de la Iglesia '.
prestándose ésta en la narración de nocimientos naturales é imperfectos de cuestiones ninguna interpretación Otro de ellos , el sabio cardenal
los días genesíacos á diversísimas in- de las cosas criadas, vistas en sí mis- como cierta; por donde ya se ve que, Wiseman, ha sustentado por su par-
terpretaciones, ningunose apegue con mas directa é inmediatamente, mer- en resumidas cuentas, no hicieron los te -, y no le han faltado por cierto
tan decidido empeño á su propio pa- ced á las ideas infusas de las mismas, Escolásticos sino defender como más entre los católicos respetables parti-
recer, que siga defendiéndolo aun des- representaban, en sentir de San Agus- probable una opinión, que así les pa- darios, que la Tierra, después de su
pués de demostrada su falsedad con tín, las tardes de cada día genesíaco, recía en el estado impeifecto de las formación y ornato, después de haber
evidentes argumentos. Y añade, en por ser estos conocimientos pálidos y ciencias de aquellos tiempos, en lo producido las infinitas plantas y ani-
comprobación de su doctrina, que es oscuros, decoloratiores et vespertini, como cual nadie puede ver cosa alguna vi- males que con el proceso de los si-
preciso obrar de esta manera para que él mismo los llama, en comparación tuperable ni indigna, por lo tanto, deglos llegaron á poblarla en una m a -
no tomen de aquí los infieles ocasión del otro más alto y más sublime con la más sana y severa crítica. nera semejante á la que tiene lugar
de ridiculizar la Santa Escritura, y que estas mismas cosas son vistas
Los modernos, con los descubri- en nuestros d'.as, sufrió una inmensa
no se les cierre á estos infelices la
mientos que ha hecho en estos últi- catástrofe, en que fué por completo
puerta de la fe regeneradora . 5

1 Clem. Al.j . lib. VI. Slromal., cap. X V I , mos tiempos la ciencia geológica, han asolada y reducida al estado informe
edit. Poler pág 813, Origen., lib V I Contra Cel- recibido nueva luz para emprender
sam, n. 30; S:in Atanasio, orat. 3. Contra arríanos,
1 San Agustín, lib. IV De Genesi ad lili., capí- n 2 9 . San Gregorio, lib. 111 Moral., cap. XII, dice nuevas clases de interpretaciones so- 1 Véase el par. 3.° de la primera parte, pág. 82
tulo 1. que las sustancias creadas todas fueron producidas bre el mismo asunto, sin que la Igle- y siguientes, ed. de Roma, 1862.
2 ídem, Ve Cicilale Dei, lili. X I , cap. VI.
3
á un mismo tiempo, y que sólo hubo creaciones
í d e m , l i b . I V , De Genesi ad lilteram, capí- sucesivas en el ornato del mundo.
sia les haya puesto el más mínimo 2 Wiseman, Sulla connet. dellc scienze colla
relíg. rivel. Ragionamenli: 5." edic. Milano, 18o6,
fulo I ; y lib. I X De Civilale Dei. cap. V I I . 2 Santo Tomás, 2. Sent., dist. 12, q. I, a. 2 . obstáculo en este género de estudios pág. 209 y siguientes.
148 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A R E S P E C T O V
Á L A A N T I G Ü E D A D D E L M U N D O .

de su primitivo origen. Esta doctrina te, la vida en nuestro globo, aislando tiempo de una duración indetermina- mente curiosas y cuyo conocimiento
piensa el referido Cardenal hallarla unas generaciones de otras. Pero esto da. 3 . Los seis días son períodos
a
nada importa para la salvación eter-
contenida de una manera bastante allá se lo entenderán ellos con su cuya duración deja el Génesis inde- na, una libertad amplia y absoluta,
explícita en aquellas palabras del pri- ciencia; que la sagrada Biblia se halla terminada; podrían ser espacios de diciéndonos que Dios ha entregado el
mer capítulo del Génesis, en que, in- muy por encima de todas estas inter- tiempo de veinticuatro horas , ó de inundo A las disputas de los hombres '.
mediatamente después de haber con- pretaciones, y su misma oscuridad la una duración más ó menos conside- ¿Con qué cara, pues, nos viene el
tado el inspirado autor del Pentateuco hace invulnerable en esta parte. rable, pero reciben el nombre de días autor de Los conflictos entre la ciencia
que Dios crió en el principio el cielo Otros escritores han recurrido á á causa de la analogía que guardan y la religión pintando á la Iglesia como
y la tierra, dice de esta segunda que otra clase de sistemas para explicar con los seis días de trabajo de la se- defensora de las doctrinas más dispa-
se hallaba inane y vacía, como vierte los mencionados días , y ellos t a m - mana. 4 . Los seis días no pertene-
a
ratadas que han imaginado jamás los
la Vulgata, ó confundida y desolada, bién gozan de perfectísima libertad cen sino á la forma exterior de la na- hombres en materia de cosmogonía?
como dice literalmente el texto origi- para opinar de este modo por parte rración del Génesis, y designan direc- Si alguno de los que pertenecen por
nal hebreo. Y añade el ilustre escritor de la Iglesia Católica ; la cual deja tamente sólo las fases principales de su fe religiosa y profesión católica á
que Moisés no cuenta por menudo en correr libremente sus escritos, porque la actividad creadora de Dios; por la Iglesia verdadera de Jesucristo, si-
su narración sino lo que plugo á Dios en ellos quedan completamente intac- tanto , la sucesión de los días no es guiendo sus particulares concepcio-
nuestro Señor hacer en los tiempos tos los dos sobredichos dogmas, y rigurosamente cronológica , sino del nes, ha dicho despropósitos en geo-
posteriores á dicha catástrofe, porque nada se advierte que huela á raciona- todo ó al menos principalmente lógi- logía, ¿qué tiene que ver la Iglesia
esta segunda creación es lo único que lismo en el modo que tienen de inter- ca. 5 . Los seis días no pertenecen
a
con su manera privada de razonar en
se refiere al estado presente de los pretar la Escritura. sino á la forma en que fué revelada cosas que á ella nada le importan?
hijos de Adán, y la que, por lo mismo, Nosotros no nos detendremos ni en al hombre la historia de la creación. ¿Responde la ciencia acaso de los dis-
nos importa á nosotros conocer bien exponerlos siquiera, por no dar exce- No se puede decir en manera alguna parates y locuras en que haya dado,
y circunstanciadamente para darle sivas dimensiones á esta obra; nos que sea inadmisible, exegéticamente por desgracia, alguna vez alguno de
gracias por los insignes beneficios en contentaremos solamente con enume- hablando, alguna de todas estas opi- sus aficionados, llevado de su excén-
ella recibidos. rar las diversas opiniones defendidas niones.» trica manera de ver las cosas? ¿Pues
Esta opinión también, como la del entre los católicos sin el menor obs- Pregunto yo ahora: con amplitud por qué se han de atribuir á la Iglesia
P. Pianciani , tiene libre curso en la táculo por parte de la autoridad ecle- tan absoluta como deja en esta parte las particulares opinionesde sus hijos,
Iglesia, sin que haya dado la autori- siástica, trayendo al efecto unas pa- la Iglesia y permite la narración ge- relativas á asuntos en que deja pen-
dad religiosa la menor muestra de labras del doctor Reusch, en que se nesíaca en orden á las opiniones geo- sar á cada uno como le parezca? ¿O
juzgarla contraria á las sagradas Es- hallan brevemente enunciadas. Dice lógicas, ¿puede haber conflicto alguno se querrá que la Iglesia haya recibido
crituras ó á los dogmas del Cristia- así el referido escritor ': «Hemos vis- entre la religión y la ciencia acerca de su divino Fundador la mezquina
nismo; y á ser verdadera, dejaría muy to hasta aquí cinco interpretaciones de la formación y origen de la Tierra? misión de formar geólogos, astróno-
ancho campo á la multitud innume- diferentes de los seis días: i . Los a
Multipliquen los geólogos cuanto se les mos, ingenieros de minas, colectores
rable de siglos que á manera de mon- seis días son espacios de tiempo de antoje los siglos transcurridos desde de conchas y maestros de Historia
tañas inmensas colocan , uno sobre veinticuatro horas, y comienzan in- la creación hasta nosotros; hagan Natural?
otro, nuestros modernos sabios para mediatamente después del primer acto salir, si les parece, de una nebulosa Dejen los geólogos á la Iglesia en
dar una explicación satisfactoria de creador; de suerte que todo el tiempo cualquiera, todo el sistema estelar que su propio y elevado cargo de conducir
los diferentes fenómenos geológicos. antehistórico (anterior á la creación denominamos con los nombres de mun- á los hombres al cielo, enseñándoles
Con ella bien seguros podrán estar del hombre) no comprende sino seis do y universo: sus sistemas estarán los caminos de la religión y de la
los geólogos de que no les faltará veces veinticuatro horas. 2 . Los seis
a
más ó menos fundados en la imagina- moral, y no la metan en cosas que á
tiempo por parte de la divina Escri- días son espacios de tiempo determi- ción ó en los hechos, serán más ó ella nada le interesan. Lo que deben
tura para la formación de los terrenos nados por una sucesión sola de luz y menos admisibles en el tribunal de hacer estos señores es guardar á la
en que se encuentran las faunas y las de tinieblas, y, por consiguiente, a l o la ciencia geológica; pero nada ten- Iglesia el respeto y miramiento que
floras de las edades primitivas. menos de veinticuatro horas para los drán que ver con los dogmas del Cris- ella por su parte suele guardar con
Sólo que esta hipótesis del referido tres últimos ; pero antes del día pri- tianismo, que dejan amplia libertad diligencia suma á todos los verdade-
Cardenal se halla ya muy despresti- mero puede haber transcurrido un á. todo el mundo para que razone ros sabios. Así fueran ellos tan mira-
giada entre los sabios, los cuales no como mejor le parezca, en esta parte. dos y circunspectos en lo pertene-
admiten hoy tal género de cataclis- < Reusch, loe. cü., lecc. XII. págs. 172-173. La misma sagrada Escritura nos dice ciente á la religión y á los sagrados
mos que hayan hecho cesar por com- Véase la ubra del P. Malignon, S. .1., intitulada expresamente que Dios ha concedido
La liberté de Vespril humain dans la foi calhol.,
pleto, siquiera sea momentáneamen- pág. 180.
sobre esta clase de materias, entera- < Eccles., cap. 111, vers. 1 1 .
150 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A R E S P E C T O Á L A A N T I G Ü E D A D B E L M U N D O .

dogmas, como lo es la Iglesia en l a s


bérrimamente en la interpretación de un principio la parte más exterior de verdaderamente plausible, y se halle
cuestiones propias de la ciencia. No los días genesíacos, por no hallarse la sobredicha nebulosa; pero más tar- adornada de todas las dotes que bas-
tendríamos entonces que deplorar la en las palabras de la Escritura sufi- de se quedó separado de ella, y siguió tan para ponerla en la categoría de
triste ceguera y preocupación de varios ciente claridad para que fuesen e n - girando en torno de la misma con las opiniones probables, ¿ha llegado
de ellos, ni la perversa intención de tendidas y explicadas de una sola aquella velocidad que la nebulosa te- acaso á merecer un asenso firme y
otros muchos, al vernos precisados á manera. ¿Dónde, pues, ha dado mues- nía en su superficie al tiempo de ve- exento de razonable duda, por más
rebatir sus torpes y maliciosas ca- tras de retroceder, dando á sus fieles rificarse la separación dicha. Roto que ande muy en boga entre los sa-
lumnias, Por atacar á la Iglesia se una libertad que antes no concediera, después por la parte más dtlgada, y bios? De ninguna manera. «Por más
salen muchos de ellos, arrebatados y aprendiendo en sus derrotas nuevas reducido á la forma esférica por ha- plausible que parezca esta hipótesis,
de su incredulidad y materialismo, lecciones de prudencia? ¿No se ve en berse ido retirando los cuernos resul- escribe Pozzy ', ha dado, sin embar-
fuera de la órbita que como á geó- la sobredicha aserción del fisiólogo tantes hacia la parte más hinchada go, lugar á objeciones de gran peso.
logos les pertenece, y se meten á materialista, ó una insigne ignoran- del mismo, sigue girando en torno de Según M. Dalmas, la incandescencia
definir ex cathedra que el mundo ha cia de la conducta siempre observada la tierra con el nombre de luna ó sa- de la costra mineral del globo por oxi-
existido siempre: sin principio en la por la Iglesia, ó una marcada inten- télite, y emplea en recorrer su trayec- dación explica tan bien como la men-
duración, y sin causa alguna distinta ción de manchar con sus calumnias toria el mismo tiempo que empleaba cionada teoría los fenómenos aquí in-
de él mismo que lo haya producido y á quien no puede confundir con sus la Tierra para dar una vuelta entera dicados. (V.Anuales déla Société géo-
ordenado. ¿Son estas cuestiones de argumentos? sobre su eje cuando su masa llenaba logique de France, sesión de 16 de Fe-
geología? ¿Qué tiene que ver el geó- Pero la Biblia está en abierta pug- todo el espacio comprendido dentro de brero de 1852.) Además, hay hechos
logo con ellas, cuando no pertenecen na con las demostraciones de la Geo- la órbita de dicho satélite. que en esta teoría quedan sin explica-
sino al dominio exclusivo de la m e - logía.—En primer lugar y ante todo, Esta es, en sustancia, la hipótesis ción. Tales son los cometas y el movi-
tafísica? ¿cuáles son estas demostraciones? No de Laplace, ingeniosa en extremo y la miento retrógrado de los satélites de
Pero no faltará quien al observar negaré á la Geología los resultados más apta de cuantas hasta el presen- Urano. Sin embargo, entre todas las
el fino comportamiento de la Iglesia ciertos que los dedicados á esta cien- te se han encontrado para explicar los tentativas de explicación, ella es, sin
en orden á la ciencia geológica, lo atri- cia han sacado por fin de sus estudios fenómenos celestes. A convertirla en contradicción alguna, la más plau-
buya á una política humana, juzgan- continuados y prolijos. ¿Pero son cier- tesis conspiran: i.° La misma figura sible.»
do que la Iglesia disimula en esta tas y evidentes las doctrinas que en de la Tierra, aplanada por los polos y Hasta aquí el ilustre geólogo fran-
parte por no verse confundida por los este ramo nos dan muchos de ellos ensanchada por el Ecuador; lo cual cés, á cuyas reflexiones tenemos nos-
sabios, y teniendo por vano este disi- por conquistadas á la ciencia, como ellos parece que ha debido ser efecto de su otros que añadir un hecho sumamen-
mulo á causa de la abierta contradic- dicen? Mírense con imparcialidad, y movimiento rotatorio, cuando todavía te ruidoso observado desde Washing-
ción que se figura hallar entre las se verá que todavía no han salido del no había tomado la forma consisten- ton por el profesor Asaph Hall á
demostraciones de la Geología y las terreno de lo probable. Es general- te que ahora tiene. 2.° La figura de mediados de Agosto de 1877, y opues-
enseñanzas de la Biblia. Este es ca- mente seguida, y con razón, la hipó- los demás planetas, los cuales se ase- to, al menos en apariencia, á la s o b r e
balmente el juicio que se ha atrevido tesis de Laplace, según la cual la Tie- mejan en todo á nuestro globo, á sa- dicha teoría de Laplace. Esta teoría,
á estampar en su obra el mal aconse- rra, en su estado primitivo, fué una ber: en su forma esferoidal, aplanada en efecto, se resume en la siguiente
jado Draper, diciendo que con la de- nebulosa gaseiforme que en virtud de por los polos y ensanchada por el conclusión formulada por el mismo
rrota sufrida en la causa de Galileo su propio peso tomó naturalmente la Ecuador, en su movimiento de trasla- Laplace: «Habiendo sido formados
la Iglesia ha aprendido á proceder forma esférica, y puesta en rotación ción alrededor del Sol, y en su movi- todos los cuerpos que circulan alrede-
con cautela en esta clase de materias, por un impulso cualquiera, se aplanó miento rotatorio, ó sea verificado en dor de un planeta, según esta hipóte-
dando, en consecuencia, libertad á sus algún tanto por los polos e hinchó por torno de sus propios ejes. 3 . Los ex- 0
sis, por las zonas que su atmósfera
afiliados para discurrir á su manera; el Ecuador. Luego, andando el tiem- perimentos de M. Plateau, el cual ha ha abandonado sucesivamente, y sien-
pero que la narración mosaica está en po, por la diferencia de temperatura obtenido en una masa de aceite, pues- do cada vez más rápido el movimien-
abierta oposición con los dictámenes entre ella y los espacios planetarios ta en circunstancias análogas á las to de este mismo planeta, el tiempo
de la ciencia. se fué enfriando, y con el enfriamien- que se supone haber estado someti- empleado por él en ejecutar su completa
Dejemos á un lado la causa de Ga- to se redujo á menor volumen, cre- do el Sol al tiempo de dar origen á revolución debe ser menor que el emplea-
lileo, en que nos ocuparemos más ciendo con esto en ella la velocidad de sus satélites, los mismos efectos que do por los satélites susodichos; y ésta se
adelante. ¿Dónde aparece aquí la hu- rotación, recogiéndose cada vez más había de producir dicho astro, á ser verifica de la misma manera en el Sol
mana política de la Iglesia? Ya h e - hacia el centro de la faja ó anillo que verdadera la hipótesis del astrónomo con respecto á sus planetas.» Ahora
mos visto cómo ella en todos tiempos por el Ecuador constantemente la ce- francés. 1
Pozzy i La Terre el le recilbiblique de lacren*
ha permitido á sus hijos opinar li- ñía. Este anillo había constituido en Mas aunque la tal doctrina sea tion, liv. 1, chap. H. nolc. París. 1874.
152 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A
R E S P E C T O Á L A A N T I G Ü E D A D D E L M T J N D O . 153

bien; el hecho observado por Hall va generalmente seguida de los sabios, ni uniforme, porque en ciertas minas casi infusible; y en segundo lugar,
directamente contra esta conclusión. si bien no faltan tampoco entre ellos aumenta el calor un grado por cada sobre todo, el haber sido descubiertas
Hall descubrió en 1877 dos satélites personas de reconocida ciencia, y 42 pies de profundidad; y en otras, con el auxilio del microscopio algu-
de Marte, el mayor de los cuales y muy esclarecidas por sus escritos, que para obtener este mismo resultado, nas partículas de agua en el cuarzo,
más cercano al planeta ejecuta alre- la combaten. La probabilidad de esta es preciso ahondar hasta 355 pies; en el feldespato y aun en la misma
dedor de éste su revolución en un hipótesis se halla fundada primera- fuera de que este mismo aumento de mica. Adiiuc sub judia lis est.» 1

tiempo más que tres veces menor que mente en las razones aducidas para temperatura se ha notado en las mi- En efecto; tiene razón el ilustre
el empleado por el mismo Marte para apoyar la anterior. En segundo lugar, nas situadas muy por encima del ni- geólogo en decir que la causa todavía
dar una vuelta entera sobre su eje. tienden á persuadirla: el cons- vel del mar, y por consiguiente más está por sentenciar. Porque toda la
Este fenómeno ha llenado natural- tante aumento de los grados de calor distantes del núcleo incandescente de cuestión entre neptunianos y pluto-
mente de sorpresa á los astrónomos, á medida que se va penetrando por donde habían de recibir el sobredicho nistas está reducida á determinar cuál
quienes, en consecuencia, han tratado medio de excavaciones en el interior calor. Y a u n cuando fuera regular y haya sido el origen de las rocas gra-
de hacer particulares estudios sobre de la tierra; 2 . , la existencia de vol-
0
uniforme, añaden, no demostraríamos níticas, conviniendo unos y otros en
el caso, empleando todos sus esfuer- canes esparcidos por todas las partes con él la existencia de un fuego cen- que así el agua como el fuego han
zos para conciliario con la doctrina del globo, así en el presente como en tral; porque nadie sabe si hay un má- intervenido grandemente en la pro-
del sabio francés. Las explicaciones los más remotos tiempos de la anti- ximum de aumento antes de llegar al ducción de otras muchas rocas que se
empero dadas por ellos hasta el pre güedad; 3 . , finalmente, la salida de
0
centro de la tierra, siendo infinita- hallan ahora formando la costra de la
senté distan mucho de llevar al ánimo aguas termales, que se notan también mente insignificante respecto del diá- tierra. Si existe el fuego central, como
la evidencia que fuera de desear. Uno en las diferentes partes de la tierra, metro terrestre la más honda profun- pretenden los plutonistas, las rocas
de ellos, el profesor Daniel Kitkvvood, algunas de las cuales son sumamente didad de nuestras minas. A estos ar- graníticas que se hallan en inmediato
después de haber pretendido explicar- calientes. Todo esto parece probar gumentos . negativos, nada desprecia- contacto con él no han podido ser for-
lo por lo que acaece á uno de los ani- que nuestro globo en un principio se bles, agregan otros positivos de gra- madas por el agua; y por el contrario,
llos de Saturno, que también ejecuta halló todo entero en estado de incan- vísimo peso; los cuales están tomados si á este elemento deben su forma-
su revolución en menos tiempo que el descendencia; que después, con el de la constitución intrínseca de las ción , es consecuencia evidente el
mismo Saturno, escribe lo siguiente: transcurso de los siglos, se fué en- rocas graníticas, y parecen indicar decir que no existe un tal fuego cen-
«No es imposible que algo semejante friando en su superficie, de cuyo en- que no han podido éstas ser formadas tral, ni ha existido jamás en la tierra,
á esto se haya realizado en el primer friamiento resultaron las rocas graní- por el fuego, como pretenden los par- debiéndose atribuir la existencia de
período del sistema de Marte. Si no ticas, que siempre se encuentran de- tidarios del fuego central, sino por la los volcanes á otras causas particula-
se puede dar una explicación seme- bajo de las otras capas cuando se vía húmeda del agua. Oigamos al ya res, distintas dé esta general, falsa-
jante á ésta, el corto período del sa- hacen excavaciones en la tierra; y, citado Pozzy, que los propone breve- mente supuesta.
télite interior será mirado sin duda finalmente, que el núcleo de ésta es mente, añadiendo hallarse todavía Lo que sí parece cierto, sin tomar
como un argumento en contra de la una masa fluida é incandescente, la por decidir la causa entablada por para nada en cuenta lo que dejamos
hipótesis nebular.» Así es que por
1

cual se halla encerrada dentro de las plutonistas y neptunianos en orden á escrito sobre las dos hipótesis sobre-
estas y otras fuertes razones no faltan rocas graníticas que acabamos de la manera con que ha sido formada la dichas, es que, atendiendo á los he-
entre los mismos sabios quienes se mencionar, teniendo comunicación costra de la tierra. chos claros y patentes esparcidos por
oponen abiertamente á la opinión in- con el exterior por medio de los vol- «La explicación, escribe, que aca- todas las partes del globo, la tierra,
dicada, acogiéndose á otros sistemas canes que le sirven de respiraderos. bamos de indicar, supone que la masa en la formación de su costra exterior,
para explicar el origen de la Tierra.
Pero si bien es muy plausible la fluida primitiva era ígnea. Esta hipó- ha debido emplear un número in-
El estado de ignición de toda la referida hipótesis, no faltan tampoco tesis, aunque generalmente admitida, calculable de siglos, y que, por consi-
masa terrestre en los primeros tiem- á sus adversarios los neptunianos ra- no lo es sin embargo umversalmente. guiente, es mucho más antigua de lo
pos de nuestro globo y de su núcleo zones muy poderosas para rechazarla. Existe toda una escuela de geólogos, que hasta aquí se la habían imagina-
central en el presente, es otra hipó- A lo de ir aumentando el calor de la llamados neptunianos, los cuales ven do generalmente los hombres. E s
tesis sumamente plausible como la tierra, responden los tales, comba- en el granito un producto acuoso. esta una proposición en que hoy día
anterior é íntimamente relacionada tiendo uno por uno los argumentos Sus principales razones son las si- convienen todos los geólogos , sea
con ella; razón por la cual es también de los plutonistas, que esto puede ser guientes: primeramente, la imposibi- cual fuere la escuela á que pertenez-
atribuido á causas electro-químicas, lidad de reunir en una masa ígnea, can; ora sostengan, con los plutonis-
1 Les Mondes del 27 de Diciembre; de 1877, pa- sin necesidad de recurrir á la hipóte- por una parte el feldespato y la mica, tas, la primitiva incandescencia de la
jina 687. —Véasela revista belga fíevue des ques-
lions scieniifiques, Avril, 1880, pag. 319 y si- sis de un fuego central. A lo que aña- que se. funden á una moderada tem-
guientes. den que el tal aumento no es regula peratura, y por otra el cuarzo, que es 1
Pozzy, loe. cil., lib. 1, cap. II.
164 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A R E S P E C T O Á L A A N T I G Ü E D A D D E L M U N D O . 155

tierra, ora aboguen, con los neptunia-! ta un número de volúmenes mayor seno de la tierra en virtud de estos »2. Una parte muy grande del
a

nos, por el estado lúteo y acuoso de que la mía, y que su precio es su- movimientos, que han transformado suelo de los continentes geológica-
sus primeras formaciones; de suerte perior al de todos mis bienes. Sea, el fondo de los mares en tierras, y mente explorados , á saber: Europa,
que La Civilta Cattolica, en el núme- pues, cual fuere el desacuerdo de los viceversa, y finalmente, la acción ejer- las dos Américas , una buena parte
ro correspondiente al 2 de Abril del geólogos en la evaluación del tiempo cida por las corrientes de las aguas del Asia, de la Australia y de las islas,
año 1 8 8 7 , no duda en tener por necesario para las formaciones de que en esas masas salidas de la mar, pa- el Norte y Mediodía de África , han
una cosa insensata el pensar lo con- se trata, y por muy inciertas que pa- rece indudable que, para dar lugar á estado bajo las aguas del mar , y de
trario En combatirla no parece rezcan, por confesión de ellos mis- todas estas mudanzas, es preciso ad- ellas han quedado más tarde emer-
que hayan procedido con mucho acier- mos, las cifras que aducen, siem- mitir espacio de tiempo de una gran- gentes.
to Keil, Veith, el P . Bosizio y otros, pre estarán todos acordes en afir- deza inmensa.» 1
»3. Los depósitos sediméntales
a

que han querido defender la doctrina mar con la mayor seguridad, aparte Oigamos al señor de la ValléePous- marinos, que forman por lo regular el
antigua de los escolásticos, introdu de algunas insignificantes excepcio- sin , profesor de la Universidad ca- fondo de los países habitados por el
ciendo el pirronismo en la Geología. nes, que no bastan para esto dos ó tólica de Lovaina, desarrollar con hombre, en su conjunto total han de-
E s verdad que los geólogos confiesan tres mil años» '. más amplitud este mismo argumento. bido efectuarse de una manera lenta.
á las claras y sin rebozo la imposibi- Si estos estratos ó capas terrestres «¿Qué dicen los hechos? escribe: lo Es imposible atribuir su origen á una
lidad de determinar á punto fijo, y se hubieran formado de repente, y no que dicen es que la mayor parte del precipitación rápida de materias lapí-
aun á veces hasta aproximadamente, de una manera lenta y sosegada, en- suelo de los continentes está compues- deas ó terrosas , venida del seno del
el número de años que han debido tonces podrían ser atribuidos á catás- ta de inmensas placas ó capas mine- océano universal que haya estado po-
emplear las fuerzas de la naturaleza trofes momentáneas, semejantes á la rales, apiladas unas sobre otras , pre- blado de seres vivientes ; y la idea de
para la formación de un determinado acaecida en el diluvio, de que hacen sentando un espesor enorme. Cada relacionarlos , en cualquier manera
terreno. Pero todos ellos convienen, mención los Libros Santos. En este una de estas placas ó yacimientos mi- que sea, con un cataclismo tan corto
sin abrigar el menor género de duda, caso no necesitaríamos gran número nerales, ora esté compuesta de arena, como el mencionado por la Biblia
en que este número ha debido ser de siglos para explicar las formacio- de piedra arenisca , de arcilla , de es- bajo el nombre de diluvio , no vendrá
muy superior al supuesto por estos nes que aparecen en la costra de la quistos, de margas , de calcárea ó de jamás á quien tenga conocimientos
autores; los cuales, no concediendo al tierra. Pero la interna constitución de otra sustancia, contiene casi siempre, de los hechos. Porque los lechos con-
mundo sino unos seis mil años de estas mismas formaciones nos está sobre porciones más ó menos consi- chíferos, sucesivamente incorporados
duración, no pueden señalar para la indicando todo lo contrario: ella nos derables de su extensión superficial y con las capas , han constituido , uno
formación de los estratos anteriores dice que las referidas capas se han á casi todas las alturas , acumulacio- en pos de otro, el fondo de la mar; la
al diluvio sino un período de unos ido sobreponiendo lentamente unas nes innumerables de organismos ma- cual, por consiguiente, ha debido per-
veinte ó treinta siglos , cosa muy sobre otras, hasta formarse grandes rinos. Si se ponen en parangón estos mitir en ellos la estabilidad suficien-
insignificante para lo que muchos dt depósitos en el fondo de los mares, y organismos con sus análogos de hoy te para que pudiesen crecer y d e s -
ellos necesitan. que éstos se han ido luego retirando día, se advierte, ya sea por su estado arrollarse los moluscos , los pólipos y
«Yo ignoro, escribe Reusch refu- poco á poco, y han dejado en seco de conservación , ya por la posición los otros seres marinos , no pudiendo
tando á Bosizio, cuántos libros con- aquellas localidades. De esta manera que ocupan , que la mayor parte de éstos vivir fuera del agua, y teniendo
tiene la biblioteca de nuestra Univer se halla formada, : en su inmensa ma- ellos han vivido , poco más ó menos, que perecer irremisiblemente si de re-
sidad, así como también me es desco- yoría, la superficie de todos los conti- en el mismo lugar donde ahora se en- pente los cubre alguna sustancia m i -
nocido cuánto vale. Y si varios peri- nentes; lo cual es prueba manifiesta cuentran. neral. Estas pruebas y otras análogas
tos en la materia quisieran fijar el de que la realización de todos estos »De estos hechos universalmente de una marcha muy poco acelerada
número de volúmenes y el precio de fenómenos no ha podido tener lugar reconocidos , en términos que cada en las acciones sedimentarias , se r e -
toda la colección después de haber sino en el transcurso de un incalcula- uno, si lo necesita, puede cerciorarse piten á cada instante en la serie e s -
echado una simple ojeada por las ble número de siglos. Con razón e s - de ellos en el mismo lugar donde ha- tratificada. Esto indica que , sacadas
salas, es probable que no convendrían cribe Federico Pfaff: «Si considera- bita , se infieren infaliblemente las algunas excepciones locales y m o -
exactamente en sus cálculos, y que mos la estructura de las rocas forma- siguientes consecuencias: mentáneas, el fondo de los océanos
mirarían las cifras como inciertas y das en el agua y por el agua, los »i.a
L a totalidad casi entera de primitivos se iba llenando , por regla
fundadas en simples conjeturas. Sin múltiples levantamientos y hundi- las capas que entran en la composi- general, con lentitud, y que los depó-
embargo, no se puede dudar sino que mientos de la costra terrestre, los ción de los terrenos ha sido deposita- sitos donde hay gruesos lechos de
la biblioteca de la Universidad cuen- cambios importantes realizados en el da en el seno de los mares. fósiles han necesitado un tiempo muy
considerable para formarse hoja á
i La Civilld Cattolica, 2 aprile 1 8 8 7 . - A r t . / 1
Fr. Pfaff, Algemeine Geologie ais exacle Wi- hoja. Por las mismas razones las
terremoli, § I I . I 1
Reusch, La liiltlc el la IS'alvre, lee. XVIII- senschaft. Leipzig, 1873, cap. X V .
156 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A
R E S P E C T O Á L A A N T I G Ü E D A D D E L M U N D O .
15T
capas profundas han debido ser allí una longitud de 15 á 20 millas geo- mismos. Se ha hecho subir hasta I del primario, y el terciario después
depositadas antes que las otras más gráficas con una latitud de 5 á 1 0 , 40.000 pies el espesor de los terrenos del secundario; aunque, absoluta-
superficiales ; de forma que la suce- mientras que por debajo de la tierra paleozoicos. Este cálculo natural- mente hablando, sea quizá el secun-
sión vertical de estas mismas capas continúa hasta unas 50 millas, con mente no es cierto, pero he aquí al dario de una región posterior al ter-
nos da la sucesión de los hechos ó el dimensiones mucho más considera- gunas cifras apoyadas en hechos ave- ciario de otra. Nótalo muy bien Cred-
orden cronológico de los mismos.» 1
bles. Toda Inglaterra ocupa, en riguados. La arenisca roja, uno de los ner en su importante tratado de geo-
Reusch formula el mismo argu- más de 3.000 minas,'unos 300.000 terrenos de la formación permiana, logía y paleontología con estas pala-
mento fundándolo en sólo los terrenos hombres, los cuales extraen por año se divide en el Mansfeld y en la T u - bras : «El cambio de los mundos
hulleros , los cuales , por la inmensa más de 1.000 millones de quintales ringia en tres pisos de 500 á 800, de vegetal y animal, en la carrera de los
multitud de vegetales sucesivamente de hulla. En ciertas regiones de la 200 y de 80 á 300 pies de espesor. La períodos que se suceden, no ha tenido
desarrollados en grandes comarcas América del Norte el terreno ocupado arenisca de los Vosgos, que forma un lugar al mismo tiempo en todo el
donde han tenido en otro tiempo su por las minas de hulla es todavía más piso de las tres divisiones del trías, globo. Por una parte, las condiciones
existencia , y por el gran número de considerable.» tiene en los Vosgos 1 . 2 0 3 pies de es- locales de transformación y de in- 1

capas de sustancias minerales con que pesor; otro piso tiene 150 en algunas migración eran más ó menos favora-
«Ha s i d o , pues, necesario que la
se hallan incorporados, necesariamen- masa enorme de vegetales necesarios comarcas, y en otras más de 400.» bles; por otra pasábanse grandes in-
te han debido formarse en un período para la formación de estas capas car- A este último argumento, comun- tervalos antes que llegasen las nue-
de tiempo mucho más largo, sin com- boníferas haya brotado en estas r e - mente admitido entre los geólogos, vas formas á irradiar de su patria á
paración, que el que pueden conceder giones y haya sido convertida en car- responden los patrocinadores de la las comarcas vecinas; y, finalmente,
los defensores de la opinión sostenida bón; ha sido necesario además que opinión escolástica que la formación el desenvolvimiento de los habitantes
por el P . Bosizio. «El espesor ordina- los montones de arena, arcilla, barro, sucesiva de los diversos terrenos es de un continente aislado ó de un lago
rio de los lechos hulleros, escribe, etcétera, necesarios para la formación cosa que está todavía por probar. cerrado se hacía con independencia
varía entre algunas pulgadas y veinte de estos lechos, que alternan con los Aunque esto fuera asi, todavía queda- completa de los otros continentes y
pies ; pero hablando en particular, de h u l l a , hayan sido aglomerados ría completamente cierta la doctrina lagos. De aquí resulta que el carácter
Dombrowa, en la Polonia rusa, posee sobre estos lugares y se hayan conso- de los geólogos, contraria á esta opi- orgánico de la superficie de la tierra
un lecho de 48 pies de espesor, el lidado en ellos; ha sido necesario, nión en lo que hace á la antigüedad en estas épocas antiguas presentaba
cual se continúa sin interrupción en finalmente, que se formaran las capas del mundo. Porque el espesor de también diferencias locales, y que el
un espacio de más de 7.000 pies. que recubren á los terrenos hulleros. cada terreno, y los elementos que él desenvolvimiento del conjunto de los
Hánse hallado lechos de lignita mu - Ahora bien; yo no puedo creer que encierra en sus entrañas, dan claras organismos podía ir muy adelante en
cho más gruesos; cerca de Zittau los todo esto haya tenido lugar en el e s - muestras de haberse empleado en su un punto, mientras que en otras par-
hay de 180 pies de espesor. Ordina- pacio de dos ó tres mil años, por más formación muchos más años de los tes se quedaba estacionario. A pesar
riamente los lechos considerables de que la turba aumente rápidamente que pueden conceder los defensores de la identidad ó la semejanza extra-
hulla se encuentran separados por cuando las circunstancias le son favo- de los seis días genesíacos semejan- ordinaria de sus caracteres paleonto-
otros depósitos de arena y esquisto, rables; por más que Gopper haya tes á los nuestros. Pero ni a u n esto lógicos, pueden muy bien no ser sin-
que yacen intercalados con ellos , y cambiado en lignita ó en hulla, en el se les debe conceder, porque no pare- crónicas las formaciones, sino haber
son más ó menos voluminosos, aun- espacio de uno ó dos años, un puña- ce se pueda poner en duda la referida antes bien adquirido simplemente,
que siempre supera con mucho su do de plantas tenidas día y noche en formación; lo cual, sin embargo, no más tarde ó más temprano, un mismo
grosor á los de la hulla. En Newcas- una temperatura de 60 á 100 grados quiere decir que en todas las partes grado de desarrollo con entera inde-
tle, sobre el Tyne, hay 40 lechos de centígrados; por más que grandes del mundo los terrenos de posterior pendencia entre sí. Si se dice, por
hulla de mediano espesor, los cuales inundaciones, finalmente, amontonen formación hayan venido después de consiguiente, que la formación cretá-
yacen uno sobre otro, separados al- algunas veces en muy poco tiempo alguno determinado perteneciente á cea se encuentra en el Norte de Aler
ternativamente por lechos de esquis- masas considerables de sedimento.» 1 los antiguos. No es éste hoy día el mania y en California, esto no quiere
to y arena. El espesor total de la for- «Añádase á esto, continúa en el mis- sentido de los geólogos al clasificar significar sino que en ambos países
mación hullera en el sud de Hunds- mo lugar, que el terreno hullero no los terrenos en primarios, secunda- se encuentra un mismo depósito de
ruck es de 338 pies, y de 500 en Co- es sino uno de los terrenos estratifi- rios, terciarios y cuaternarios, pues rocas que contiene fósiles idénticos ó
lebrook-Uale, país de la Inglaterra cados, y, por consiguiente, dos ó tres ellos no hablan de la antigüedad ab-
occidental. En esta región se extien- 1 mil años serían bien poca cosa para soluta de ninguno de ellos. Lo que
El Si*. Credncr es partidario ilel transformis-
f

den por la superficie de la tierra en I poderse formar la serie entera de los únicamente quieren decir es que, en mo, y por esto habla aquí siguiendo la doctrina y
una región dada, por regla general, lenguaje de los transformistas; pero esta falsa opi-
1
Iteuuedes questions scienUfiques, Janvier, 1879, el secundario se ha fundado después nión nada influye en el valor del argumento que
pdgs. 20-27. | f Reusch, La Biblc et la Natarc, lee. XVIII. forma en este lugar la cronología geológica.
168 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A R E S P E C T O Á L A A N T I G Ü E D A D D E L M U N D O .

muy semejantes; lo cual da motivo de nuestros países, es cosa que á nos-


para considerarlos homólogos ó equiva- otros nos puede ser indiferente: en
lentes. E n otros términos, no repre la historia del desenvolvimiento de la
sentan sino un mismo grado en la tierra no tenemos punto alguno de
historia del desenvolvimiento de la partida para calcular el valor absoluta
tierra, y la cuestión de si son ó no de de período alguno.» Hasta aquí el 1

la misma edad, no puede con esto de- referido geólogo.


cidirse. Ciertamente, el hecho universal, CAPÍTULO XV
«La confusión que amenazaba caer constantemente observado en la apa-
sobre la Geología estratigráfica con rición de los terrenos, de que cuantas
este hecho importante, recientemente veces se los encuentra juntos en algún PROSIGUE LA MATERIA DEL CAPITULO ANTERIOR. — INTERPRETACIÓN
averiguado, de que las formaciones lugar siempre guardan el mismo or-
DE L O S DÍAS GENESÍACOS
semejentes no son necesariamente de den de superposición, indica con bas-
una misma edad, en el fondo no es tante claridad que la marcha del des-
sino aparente. L a marcha del desen- envolvimiento terrestre ha sido por
volvimiento ha sido, de una manera todas partes la misma, y que en una
general, la misma por todas partes, región determinada todos los terrenos
y en todas ellas ha pasado por esta- geológicos han venido al mundo uno E lo dicho en el capítulo prece- dolo á manera de zona, ora estuviera
dos semejantes: así se puede observar en pos de otro. Si no, ¿cómo explicar dente se infiere que nuestro glo- ya reducida á la forma esférica que
que las formaciones se suceden regu- esta regularidad? Si en una misma bo lleva ya un número incalculable ahora tiene? A este estado de tinie-
larmente y en armonía en países muy región se han formado sincrónica- de siglos en su existencia. Pero ¿sufre blas y de confusión se sigue la crea-
apartados los unos de los otros. Y mente terrenos de diferente naturale- con esto algún detrimento la verdad ción de la luz, según el Génesis, con
esta es la razón de que las formacio- za, ¿por qué no habían de aparecer del texto bíblico, en orden á la manera aquel sublime: Fiat lux, que pone en
nes equivalentes tengan una misma en un orden invertido al que constan- con que fue hecho este mundo? Nó, boca de Dios Nuestro Señor el caudi-
edad relativa. En todas partes donde temente observan? La regularidad ciertamente. Digo más: aunque demos llo del pueblo hebreo; y esto es preci-
se la conoce, la formación devoniana universal, pues, en el proceder indica á la Geología como verdades demos- samente lo que dice la segunda hipó-
es más reciente que la silúrica y más que la tierra en todas partes ha s e - tradas las dos hipótesis sostenidas ge- tesis.
antigua que la carbonífera; es decir, guido la misma marcha, y que en una neralmente por los geólogos, é indica- Antes de Laplace, los astrónomos
que en todos los lugares donde se ha- región determinada han ido formán- das más arriba, sobre el estado nebu- atacaban estas palabras de la narra-
llan juntos estos tres terrenos, el de- dose los diferentes terrenos en el mis- loso de toda la masa terrestre en un ción mosaica diciendo que en ellas se
voniano está situado entre los otros mo orden que viene designado por los principio, y sobre la presencia del fue- profería un absurdo, porque se supo-
dos. E n Asia, en América y en Euro- geólogos. Esto basta para decir que go central al presente, ningún daño nía la luz anterior al Sol. Ahora la
pa el terreno terciario es la formación la tierra ha debido emplear inmensos sufrirá por cierto la verídica narración aparición de la luz antes que el Sol
más reciente, y el gneis laurenciano siglos para la formación de todos es- del Génesis. Mas ¿qué digo daño? es una cosa muy sabida de todos los
la más antigua, y, por consiguiente, tos terrenos, y que, por consiguiente, antes con esto la haremos mucho más astrónomos, y se sigue naturalmente
la que está debajo de todas ellas. ella misma es de una duración a n t i - natural y menos misteriosa. E n efec- de las dos hipótesis en cuestión. Por-
Ahora, el saber si la formación devo- quísima por extremo. to: después de comenzar su narración que la nebulosa de oscura pasó á ser
niana de la América del Norte, por el inspirado autor, diciendo que en el brillante y lúcida, después de inmen-
1
Crednor, Traite de géolngie et de paléontologie,
ejemplo, tiene algunos millones de traduit sur la troisiéme edilion allemande, par principio crió Dios el cielo y la tierra, á sas combinaciones químicas que pro-
años más ó menos que la devoniana fí. Monier. París, librairio d e F . Savy, 77, boul<> renglón seguido escribe de esta se- ducían ráfagas luminosas y grandes
vard Saint-Gcrmain, 77, 1879.
gunda, que estaba tohu vabohu, infor- resplandores; y el Sol mismo, antes
me y desnuda, ó bien áopáxof xií ÜXTJ, de poder ser Sol para nosotros, ó sea
según vierten los Setenta, lo cual antes de ejercer con nosotros el oficio
quiere decir en nuestra lengua que se de iluminar y de medir el tiempo, lo
hallaba invisible y desordenada. ¿No cual comenzó á practicar mucho más
tenemos aquí el estado caótico de la tarde; ya en sí mismo por espacio de
materia terrestre, ora formara enton- muchos siglos fué verdadera luz,
ces parte de la nebulosa solar, ora se como lo es en la actualidad. Aún más:
hallara desprendida del Sol y ciñen- en la misma Tierra al estado caótico
I N T E R P R E T A C I Ó N D E L O S D Í A S G E N E S I A C O S . 161
180 P R O S I G U E L A M A T E R I A D E L C A P Í T U L O A N T E R I O R .

agua toda la superficie de la tierra. Al narración cronológica de los fenóme-


y d e tinieblas siguió inmediatamente, nes del cielo y de la tierra, en el d' .
1
ix
cabo de otro espacio igual de tiempo, nos geológicos, establecen el mismo
según la hipótesis arriba indicada, el en que hizo Dios el cielo y la tierra.» 1

retira las aguas á determinados luga- orden de sucesión en la formación de


de luz brillantísima, convirtiéndose Este día de que habla aquí Moisés, res, seca la tierra en un momento, y los terrenos y en el desarrollo de la
nuestro globo en un verdadero Sol; no puede ser de veinticuatro horas,, la hace brotar toda clase de vegetales, vida. La creación de la materia caó-
por donde también en ella se cumplió como nota muy bien Orígenes, sino hasta los más perfectos. Pasadas otras tica es lo primero; luego viene la pro-
al pie de la letra el Fiat lux que sigue una época en que están comprendidos veinticuatro horas purifica de repente ducción de la luz con la reducción de
inmediatamente á la presencia de las todos los días de la creación entera. la atmósfera, y aparecen el sol, y la la nebulosa primitiva al estado de in-
tinieblas. Oigamos al mismo Orígenes, el cual, luna, y las estrellas. Luego, de la candescencia; á esto se sigue la pro-
Esto con respecto á las dos hipóte- refutando á Celso, escribe las siguien- misma manera, en veinticuatro horas ducción de la atmósfera terrestre y de
sis mencionadas. Mas ¿qué diremos tes palabras: «Quoniam vero clara puebla de peces la mar y el aire de una gran cantidad de vapor acuoso,
de los días de la creación en vista del sibi et aecurate intellecta videntur aves; lo cual ejecutado, llena al día merced al gradual enfriamiento de la
incalculable número de años que con quae objicit de creationis mundi die- siguiente de animales la tierra con la tierra, cuyo calor primero se oponía á
razones, a l o que parece incontrasta- bus, quorum alii coeli, solis, lunae, misma rapidez del relámpago, cría al | la formación del agua. Más tarde, en-
bles, exigen los geólogos para la for- stellarum creationem praecesserint, hombre fuera del Paraíso, lo traslada friándose todavía más la tierra, debió
mación del mundo? ¿Qué? Diremos, alii subsecuti sint; hoc unum ex illo allí, le envía un sueño misterioso, y condensarse sobre su superficie una
óiganlo bien los enemigos de la Bi- quaesierim, num fugerit Moysem ante entretanto forma de su costilla á la gran parte del agua que se hallaba en
blia, diremos que la doctrina de los ab ipso dictum fuisse: In sex diebus mujer. ¿Quién no ve que toda esta estado de vapor en la atmósfera, con
grandes períodos hace más admisible perfectus est inundas; num sui oblitús manera de proceder encierra un no sé lo cual se hizo la separación de las
y racional, aun exegéticamente ha- addiderit: Hic est líber generationis lio- qué de fantasmagórico, indigno, por aguas señalada en el Génesis ; de
blando, la interpretación del capítulo minum in die quo fecit coelum et terram. lo menos en apariencia, de la sobera- suerte que las unas se quedaron so-
del Génesis, que la contraria, soste- At nullo modo probabile est Moysem,. na grandeza de Dios? Para hacer las bre las nubes, y las otras en los ma-
nida en otro tiempo por los Escolás- post factam de sex diebus mentionem,. cosas con tanta precipitación y de ma- res, mediando entre ambas la atmós-
ticos, y en el nuestro por Bosizio. Los nullo consilio dixisse: Qua die creavit nera que la obra de un día no fuese fera, llamada extensión y cielo por la
Escolásticos no creyeron lo mismo, Deus coelum et terram. Quod si quis disposición próxima para la del día Biblia
porque se hallaban imbuidos en las haec existimet referri posse ad istud:: siguiente, ¿á qué fin emplear diversas
doctrinas aristotélicas en orden á la In principio creavit Deus coelum et te- Andando el tiempo, mientras los
creaciones? Por eso los grandes in-
constitución del mundo; pero no deja- rram, sciat is ante hoc: Fiat lux, et recios vapores de las nubes tenían en-
genios, como San Agustín, Orígenes
ron de advertir la grande multitud de jacta est lux, et ante istud: Vocavit capotada la tierra y no permitían to-
y otros, no estaban por esta opinión,
misterios á que daba lugar su inter- Deus luccm diem, dictum fuisse, In davía en ella la aparición del sol, de
y echaron mano de otras explicacio-
pretación bíblica, misterios que des- principio creavit Deus coelum et ter- la luna y de las estrellas, las aguas
nes menos expuestas á las burlas de
aparecen ahora por completo con la ram.» ~ del mar, que al principio habían cu-
los incrédulos.
exigida por la ciencia. En efecto: en bierto toda la superficie terrestre, se
Finalmente, presentaba también la Pues bien; todos estos misterios y fueron recogiendo á ciertos y deter-
la interpretación escolástica quedaba sobredicha explicación un misterio
lleno de misterio el que hubiese ha- impenetrable en la manera extraña toda esta multitud de inconvenien- minados lugares. Con esto fué salien-
bido tres días, cada uno de veinticua- con que se iban sucediendo las crea- tes gravísimos cesan entendiéndose do de las aguas la tierra, y se pobló
tro horas, sin que todavía existiese la ciones una á otra en el término de las palabras de la Escritura en el sen- por todas partes de exuberante vege-
causa natural de los días y de las no- veinticuatro horas, por una cierta es- tido reclamado hoy día por la ciencia tación, que ha dado origen al terreno
ches, que es la aparición y desapari- pecie de acción como de magia, poco geológica. Si los días de la creación hullero. Así sucede que aquella época
ción del Sol: permanecía también mis- digna de la Majestad soberana. Por- referida por Moisés no son días de del globo terrestre con razón ha mere-
terioso el que el día séptimo, día del que en la opinión á que nos referimos, veinticuatro horas, sino períodos de cido ser llamada la época de las plantas,
descanso del Señor, fuese, no de las cosas hubieran pasado en esta for- tiempo más ó menos largos, entonces en conformidad con la Sagrada Escri-
veinticuatro horas como los demás, ma: Dios, por un decreto de su omni- la narración del Génesis aparece llana
sino de una duración indeterminada, potente voluntad, crea la materia caó- y sencilla, al mismo tiempo que llena ' Genes., cap. I, vers. 8 . lil inlérprele latino,
pues no ha de acabar hasta el fin del tica; al instante, en virtud de otro de magnificencia y esplendor, por ra- siguiendo á los Selenta, verlió la palabra hebrea
mundo: era además misterioso el que, decreto, produce la luz. Pasadas vein- zón de la admirable conformidad que rakiahh, que signilica extensión, por la palabra fir-
mamenlum. Pero lanto el aTEp¿oj|xa de los Setenta
habiendo puesto el escritor sagrado ticuatro horas, forma las nubes de guarda con los hechos de la Geología. como el firmumenlum del intérprete, latino fueron
los sobredichos días, concluyese su nuestra atmósfera y deja cubierta de En efecto; tanto ésta como la Biblia, traducciones impeifectas, hijas del error, vulgar á la
sazón, que atribuía á la extensión de los cielos un
narración con aquellas palabras en entendida en el sentido que muchos estado sólido. La JJiblia hebrea no dice que el cielo
que decía: «Estas son las generacio- i Genes., cap. II, vers. 4 . le atribuyen, creyendo ver en ella la sea sólido, sino solamente extendido.
* Orígenes, Cont. Celsum, lib. VI, 3 ' . §<X.
162 P R O S I G U E L A M A T E R I A D E L C A P Í T U L O A N T E R I O R . I N T E R P R E T A C I Ó N D E L O S D Í A S G E N E S Í A C O S . 163
tura, que pinta á la tierra vistiéndose moral. Añádase á esto que, como nota dicar en sustancia esta misma idea todos debemos seguir en la exposición
de verdura y cubriéndose de árboles muy bien Santo Tomás tratando de del geólogo francés. «Spiritus Domi de la Escritura, no empeñándonos en
apenas acabó de salir de las aguas. los días de la creación Moisés ha- ni in Scriptura, dice, nonnisi pro Spi- sostener una explicación cualquiera,
En verdad, no todas las plantas vi- blaba á un pueblo ignorante; y así, ritu Sancto consuevit poni , qui aqnis cuando consta con certeza que la tal
nieron al mundo antes de la aparición acomodándose á su rudeza, no escri- superferri dicitur , non corporaliter , sed explicación pugna con alguna verdad
del sol; pero basta que hayan comen- bió en la Biblia sino las cosas mani- sicut voluntas aríificis superfertur niate- averiguada. Llegada, empero, la cien-
zado algunas de ellas á existir en tan fiestas á los sentidos. ¿Qué habían de riae quam vult formare.» Pero no t e - cia geológica á la altura de nuestros
1

grande abundancia y con tan exube- saber aquellos campesinos y pastores nemos necesidad de apelar á este días, ya no parece que ninguno pueda
rante lozanía antes de la aparición de de zoófitos y crustáceos criados en el medio, aunque aceptable; bástanos lo fluctuar razonablemente en este asun-
este astro, para que podamos decir fondo de los mares? Llamaban peces dicho en las dos explicaciones ante to, y seguir adhiriéndose á la doctrina
con verdad que la época de las plan- solamente á los animales vertebrados riores. de los escolásticos. El temor de la
tas es anterior á la completa purifica- que pueblan la mar, como hoy día Finalmente , tanto la Biblia como novedad, por otra parte, en esta clase
ción de la atmósfera y al descubri- también los llama comunmente la la Geología enseñan que los últimos de interpretaciones, á ninguna perso-
miento de los astros, conforme al re- gente no dedicada á la historia n a - en la serie de las diversas creaciones na medianamente instruida en teolo-
lato de Moisés. Las otras plantas tural. vienen los animales terrestres perfec- gía podía arredrar aun antes de haber
fueron entonces producidas virtual - De éstos , pues , habló únicamente tos, y entre éstos el hombre , el cual sido patentizada la suma antigüedad
mente, digámoslo a s í , porque su pro- Moisés cuando escribió que fueron pone fin á todas ellas. Y esto no puede le la Tierra; ya porque á buscar una
ducción ya estaba contenida de una criados en la quinta época de la crea- menos de causar admiración suma á interpretación nueva en orden á los
manera general en el decreto divino, ción, después de haberse hecho visi- quien considera la multitud de siglos días de la creación nos excita San
que han debido transcurrir para que Agustín ; ya también porque no se
1
creador de la vegetación entera. Por ble el sol sobre la tierra ; y su narra-
fin, aclarándose la atmósfera penetró ción concuerda admirablemente con los hombres amigos de la ciencia ha trataba sino de cosas muy secunda-
el sol en la tierra, y entonces comen- los descubrimientos de la Geología. liaran en los estratos terrestres la rias y no relacionadas sino de una
zaron á ejercer en ella el sol y la luna Fuera de que , si quisiéramos apelli- marcha de la creación divina, hoy día manera indirecta con el fin propio de
el oficio de iluminarla y de marcar dar con este nombre á los animales averiguada, y tanto tiempo há expues- la revelación.
los días, meses y años, conforme á lo mencionados , tampoco nos faltaría ta por el inspirado caudillo del pue- «Si para hacer ver , escribe sabia-
que vemos por la experiencia y halla- fundamento para decir que Moisés blo hebreo. mente el P . Pianciani % que entre la
mos relatado en la divina Escritura. habló de ellos antes de haber narrado Sin embargo, á pesar de tan admi- verdad natural y la revelada reina
Entonces las aguas del mar, que la producción de la luz. Porque po- rable conformidad como guarda con aquella concordancia que no puede
hasta la aparición del sol no habían dríamos sostener con el geólogo Poz- la Geología la narración mosaica, in- faltar entre dos hijas de la Verdad pri-
producido en sus profundidades sino zy * que aquellas palabras del Géne- terpretada en el sentido indicado , no mera, fuese necesario dar una nueva,
algunos zoófitos, crustáceos y molus- sis: Et spiritus Dei ferebatur super pocos teólogos se han inclinado en pero no absurda interpretación á algún
cos, pudieron ser morada conveniente aquas , se refieren á la fecundación nuestros tiempos á la opinión de los lugar de la Biblia, en el cual al fin no
3

de los verdaderos peces y cetáceos, así de las aguas hecha por Dios en la escolásticos, ya porque temían de- se trata ni de dogma, ni de moral, ni
como también la atmósfera ó cielo lo tierra, cuando todavía se hallaba ésta jarse llevar de la novedad en la inter- de culto, y sobre cuya inteligencia no
fué de las aves y de todo género de en completas tinieblas, para que desde pretación de la Escritura, ya también están acordes los antiguos Padres de
volatería. Por donde la creación así entonces diesen principio á la intro- porque les parecía hacerse con la e x - la Iglesia , ¿sería éste un gran mal?
de los peces como de las aves fué pos- ducción de la vida en el fondo de los posición moderna alguna violencia á Parece que nó. En los autores griegos
terior á la producción de las plantas, mares. las palabras día, noche y mañana, em- y latinos más fáciles se encuentran
sin que en esto discrepe un punto la Ciertamente el Angélico Doctor, pleadas por el Génesis; ya, finalmen también á veces dificultades insupe-
Biblia de la Geología. Porque los zo- refutando la opinión de aquellos que te, porque no veían claro el argumen- rables, que al fin vienen á ser resuel-
ófitos, crustáceos y moluscos que ha- no ven en estas palabras de la Escri- to aducido por los geólogos en pro de tas cuando aparece el verdadero sen-
llamos en las capas superiores del sis- tura sino un viento fuerte, viene á in- la doctrina contraria. Y este último
«Quisquís crgo, escribe el Sanio Doctor (De
1

tema cámbrico, y por todas las del era el motivo principal que les impul- Genesiadlitl , lib. I V , cap. XXVIII). non eam
silúrico, anteriores, según parece, á • «Considerandum e s t , escribe el Doctor de saba á quedarse en la opinión antigua. quam pro modulo nostro vei ¡miagare vel putare
la producción de las plantas terres- Aquino (1. p. q. 68, a. 3 , c . ) , quod Moyses rudi Porque , por lo demás , ya sabían lo potuimus, sed aliam requirit in illnrum dicruní
enumeratione sententiam, quae non prupliclia figú-
tres, en el lenguaje vulgar no se populo loquebatur, quorum imbecillitali conde- que dice S i n Agustín en esta m a t e - rate, sed ¡n bac creaturarum conditione. proprie
scendens, illa solum eis proposuit, q u » manifestó
llaman peces; y la Biblia no habla sensui apparent.» ria , y cuál es el canon general que meliusque possil intelligi; quaerat, et divinitus ad-
científicamente, sino con el lenguaje 2 Pozzy, La Terre et le récit biblique de la crea- julus ¡nveniat.»
2 Pianciani, Cosmogonía natnrale comparata
vulgar propio de su fin religioso y lion, lib MI, cap. IV. ' S. T h o m . , 1 . p. q. 66, i a d 2 . col Genesi. lntrod., par. 1, pág. l o . Roma, 1 8 6 2 .
3 Genes., cap. 1, vers. 2 .
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I N T E R P R E T A C I Ó N D E L O S D Í A S G E N E S Í A C O S . 165-
tido del autor con el descubrimiento dez y su complemento, como lo tie- su altísima sabiduría. Cada uno de
Lo que al presente queda todavía
de un monumento cualquiera, ya geo- nen los días de nuestra semana. estos días encerraría entonces su hhe-
de hipotético son las opiniones que se
gráfico, ya histórico; ya, finalmente, Por lo demás, harto daba á enten- reb y su boker, ó sea sus tiniebhs y su
pueden emitir sobre los días de lase-
propio de la historia natural.» der Dios nuestro Señor, en el miste- luz, su confusión y su distinción, su
mana divina, inquiriendo si el escri-
Lo que dejamos escrito del temor rio con que nos presentaba envueltos vacuidad y su plenitud, en una pala-
tor sagrado ha querido hablar crono-
de la novedad, debe también tenerse aquellos días admirables, que los ta-
lógicamente, y de manera que su in- bra, su tarde y su mañana, en que di-
entendido acerca de la violencia que les días no debían haber sido de la vidimos nosotros cada uno de los días
tención al anunciar los sucesos haya
se temía hacer al texto hebreo, toman- misma condición que los nuestros. naturales de nuestra propia semana.
sido de narrar también el mismo or-
do la palabra día en un sentido menos Por eso el gran Doctor de la Iglesia Porque en todas las obras de los días
den cronológico con que tuvieron lu-
estricto y poco usual. San Agustín y San Agustín, en el lib. I sobre el Gé- mosaicos hallamos aquellas dos par-
gar en la tierra, ó si, por el contrario,
Orígenes, al dar sus explicaciones nesis, escrito contra los maniqueos, tes de tiempo de que habla San Agus-
sólo pretendió hablar filosóficamente,
poco conformes á la exterior aparien- cap. XV, n. 20, á esta misma expli- tín en las palabras próximamente ci-
ó sea prescindiendo de este orden, y
cia de las cosas, no se habían deteni- cación recurrió, diciendo: «Restat tadas, como lo haremos ver dentro de
no atendiendo sino á las diversas par-
do por este género de escrúpulos en ergo ut intelligamus, in ipsa quidem poco exponiendo la segunda de las ra-
tes de un todo visible, dividido metódi-
una cosa que no afectaba nada al dog- mora temporis , ipsas distinctiones zones indicadas. Si pues le bastaba al
camente en siete épocas distintas, sea
ma ni á la moral. Además, la palabra operum sic appellatas, vesperam pro- Señor proceder de esta manera, ¿por
cual fuere el orden con que se hayan
día no dejaba de quedar también con pter transactionem consummati ope- qué hemos de decir que se puso á con-
verificado en la serie de los tiempos.
su significación estricta en la nueva ris, et mane propter inchoationem tar á los hombres una cosa curiosa
exposición del Génesis, siquiera fuese futuri operis, de similitudine scilicet Yo por mi parte no dudo en pro-
nunciarme por esta segunda opinión, que nada les importaba para su salva-
tomada en un sentido más lato y me- humanorum operum, quia plerumque ción eterna, haciendo con ellos oficio
nos riguroso. Porque el fin del escri- a mane incipiunt et ad vesperam de- no obstante la admirable conformidad
que reina entre los días de la crea- de sabio geólogo?
tor sagrado en la enumeración de los sinunt. Habent enim consuetudinem
ción, entendidos cronológicamente, y Podía hacerlo ciertamente; pero en-
días genesíacos no son los días mis- divinae Scripturae de rebus humanis
las doctrinas de los geólogos. Y mué- tonces la Biblia ya hubiera tomado un
mos, sino la semana divina; la cual ad divinas res verba transferre.»
vome á pensar de este modo, ya por- carácter científico, muy distinto del
había de servir de modelo á la sema- Sea dicho todo esto, no para zahe- que el orden cronológico de los suce- puramente religioso y moral que en
na de aquí abajo para que los hom- rir á los católicos, á quienes un temor sos de nada servía para el fin pura- realidad de verdad le conviene. Lue-
bres trabajasen durante seis períodos demasiado excesivo de violentar el mente religioso y moral que tuvo el go, si no se opone á ello el sentido
de tiempo consecutivos, y descansa- texto sagrado ha impedido en estos divino Hacedor en manifestar á los natural y obvio del tc;xto sagrado, así
sen el séptimo, á imitación de lo que últimos tiempos pronunciarse por la hombres la semana celestial de sus debemos afirmar que procedió el Se-
había hecho Dios Nuestro Señor en interpretación moderna, sino para res- obras, ya también porque á ello me ñor en la enumeración de los días
la creación del universo. ponder de antemano á las réplicas que incita la misma consideración del genesíacos. ¿Hay esta oposición por
Para que la semana divina sirviese nos opondrán seguramente los patro- texto sagrado ; el cual, entendido de parte de la Biblia? Tan lejos está de
de modelo á la humana, ¿qué impor- cinadores del racionalismo, diciendo esta manera, resulta sumamente bello haberla, que precisamente el contexto
taba el que los días fuesen períodos que, forzados por la evidencia de los y maravilloso. Para explicar mi pen- mismo de la narración mosaica es el
de veinticuatro horas ó de veinticua- hechos, hacemos nosotros á la vez samiento, diré algo brevemente sobre que principalmente me ha movido á
tro millones de siglos? Lo que hacía violencia al texto del Génesis, para las dos razones que acabo de apuntar. sostener esta interpretación. Veamos
al caso era que en la semana divina sacar de todos modos á flote su ins- Y comenzando por la primera, es lo que dice el inspirado autor del Gé-
hubiese verdaderos periodos de tiem- piración divina. Nó; ninguna violen- evidente á todas luces que, para im- nesis en orden á la creación del uni-
po á que se pudiesen aplicar los nom- cia inferimos á la Sagrada Escritura poner á los hombres el precepto del verso.
bres propios de la nuestra; y estos pe- al explicarla en esta forma: la expo- descanso religioso fundado en el des- Comienza su narración diciendo
ríodos realmente existían en la sema- sición que de ella damos,ya la había canso de la semana divina, ninguna que en el principio creó Dios el cielo y
na divina, sea cual fuese la duración dado en sustancia hace muchos siglos necesidad tenía el Señor de narrar el la tierra ', con locual ya tiene asen-
de cada uno, ora fuesen todos igua- el gran Obispo de Hipona; sólo que orden cronológico déla creación. Bas- tada la verdad fundamental que en
les, ora nó; ora comprendiesen gran él la ofreció como una hipótesis, y tábale para esto dividir metódica- toda ella quiere inculcar, á saber: que
cantidad de siglos, ora un muy pe- nosotros la debemos presentar ya mente todas sus obras en el número Dios, como criador y dueño de todas
queño número de horas. Cada uno de como una tesis, en vista de la verdad de seis, y luego irlas contando con las cosas, es sumamente digno de
estos períodos contenía su hhereb y su luminosa que sobre la grande anti- los nombres de primera, segunda, ter- nuestras adoraciones; y que, por con-
boker, ó sea su oscuridad y su luz, su güedad del mundo ha puesto en claro cera, etc., conforme al orden ideal
confusión y su distinción, su desnu- la Geología. que El mismo hubiese escogido en 1
Génesis, cap. I, vers. 1.
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siguiente, es muy justo dedique el breras que habían de presidir respec- los pueblan, y con la presencia del Todo, pues, se halla en esta narra-
hombre algún tiempo á rendirle este tivamente los días y las noches, así hombre, rey de la creación entera. ción aitísticamente dispuesto; todo,
tributo, máxime habiendo Dios cria- como también el innumerable ejérci- ¿Quién no ve en esta narración, tan por consiguiente, revela en ella un
do todas las cosas del orden sensible to de estrellas que sirven de adorno á metódicamente dispuesta, la distribu- orden de descripción filosófico y ajeno
para servicio del mismo hombre y la bóveda celeste y envían su luz á la ción filosófica de un todo en sus par- de toda idea cronológica. Hasta la
para que le ayuden en la prosecución tierra; en el aire no cantaban las aves, tes, según el fin que el narrador se manera con que son contados los días
<le su propio fin sobre la tierra, como ni se movían los peces en las aguas; ha propuesto al hacerla, sin contar y las noches conspira á la manifesta-
explica más adelante. Enunciada así los continentes, finalmente, que des- para nada con el orden cronológico de ción de este mismo objeto. En todos
en general la creación de todas las co- pués se formaron merced á la virtud los sucesos? Todo da en ella á cono- ellos dice Moisés: Y fué tarde y fui
sas comprendidas bajo los nombres creadora de Dios omnipotente y be- cer el orden racional y filosófico se mañana, etc.: vayehí hhereb, vayehí
de cielo y tierra, pasa el escritor sa- néfico, no abrigaban animal alguno guido por el escritor; nada hay que boker. E s decir, que en cada una de
grado á hacer una enumeración deta- en su seno. Todo esto es lo que que- induzca á creer que tuvo en su men- las creaciones, así propias de la dis-
llada de las mismas; para que de esto ría decir el escritor sagrado con aque- te, al escribir aquellas líneas, la idea tinción como de la ornamentación,
infieran los hebreos la gran conve- llas concisas palabras: La tierra, empe- de trazar una cronología. Primero se hubo un hhereb y un boker, ó sea una
niencia de la ley dictada por Dios ro, estaba informe y desnuda, las tinie- indica la obra de la creación en gene- cierta especie de oscuridad y de clari-
nuestro Señor sobre la celebración del blas se cernían sobre la faz del abismo, ral: luego se apuntan en globo las dad, una tarde y una mañana. En el
sábado. y el Espíritu de Dios era llevado sobre cosas que era necesario ejecutar para primer día la tarde está representada
Viniendo, pues, á esta narración las aguas. hacer de la tierra una digna morada por aquellas palabras: Et tenebrae-
circunstanciada, refiere en primer lu- del hombre, y después se cuentan las erant super faciem abyssi'; la mañana
Indicadas, pues, esta confusión de
gar el estado caótico de los elemen- obras de distinción y de ornato con por aquellas otras: Et ficta est lux . El 2

los elementos y esta carencia absoluta


tos, advirtiendo implícitamente á su que lleva á su último cumplimiento segundo lleva indicada la tarde en las
de ornamentación de la futura mora-
pueblo lo mucho que todavía faltaba el divino Artífice su idea. A los tres siguientes: Et Spiritus Dei ferebatur
da del hombre, pasa luego el inspira-
á la tierra en el momento de su crea- días primeros, en que se describe la super aquas ; y la mañana en éstas:- 3

do autor á narrar las obras divinas


ción para ser digna moiada del hom- distinción de los elementos, corres- Et fecit Deus firmamentum, divisitque
con que atendió el Señor á una y otra
bre. E n el principio, les dice, creó Dios ponden respectivamente los otros tres aquas quae erant sub firmamento, ab his
necesidad, poniendo al mundo en el
pertenecientes á la ornamentación. Si quae erant super firmamentum. La tar-
d cielo y la tierra. La tierra, empero, estado actual antes de criará nuestros
en el primer día de los tres primeros de del tercero se halla en estas pala-
estaba informe y desnuda, y las tinieblas primeros padres. Seis fueron estas
es creada la luz, para que con ella bras: Terra autem erat inanis et vacua
se cernían sobre.la faz del abismo, y el obras divinas, y ellas constituyen f

nazca la distinción entre las tinieblas y la mañana en estas otras: Congre-


Espíritu de Dios era ILvado sobre las otros tantos días de la semana miste-
agitas '. E n otras palabras les quería
y la claridad de los días, en el primero gentur aquae in lecum unum et appareat
riosa, que había de ser tipo de la nues-
decir que la tierra, para ser digna mo- también de los tres segundos son he- árida. Et facium est ita Et
tra. Tres de ellas pertenecen á la obra
rada del hombre conforme al plan sa- chos los diversos focos de luz, regula protulit térra herbam virentem '. La tar-
de la distinción: las otras tres á la obra
pientísimo del divino Hacedor, nece- dores de los tiempos. Si en el segun- de de los tres últimos días, finalmen-
de la ornamentación. En las tres pri-
sitaba de muchas cosas al tiempo de do de los tres primeros se dice haber te, se halla representada por la ca-
meras son distinguidas la luz de las
ser criada; porque en ella no había el sido hecha la atmósfera para que ten- rencia de todas aquellas cosas que son
tinieblas, las aguas superiores de las
orden admirable que en los seis días ga divididas las aguas del cielo de las en ellos producidas por el Señor con
inferiores, y los mares de los conti-
de la creación produjo el Señor: no aguas de la tierra, en el segundo de su acción sobrenatural y divina, la
nentes, los cuales brotan al instante
había luz que alternase con las tinie- los tres siguientes se afirma haber sido cual por lo mismo forma su mañana
una vegetación lozana. En las tres se-
blas; no había un firmamento ó cielo criados por Dios los habitantes del respectiva.
gundas recibe el cielo su ornato con la
donde se formasen las nubes porta- cielo, donde moran las aguas superio- Así se ve claramente por qué el
aparición de los astros, engendrado-
doras de las benéficas lluvias, y que res, y los habitantes de los mares, historiador pope antes la tarde que la
res de la luz, y con la presencia de las
impidiese con su peso la total evapo- asiento de las aguas inferiores. Y, mañana en cada uno de los días, á sa-
dos lumbreras, reinas de la noche y
ración de los mares; no había en la finalmente, si en el tercer día de la ber: porque, en general, por la tarde
del día, y reguladoras de los tiempos;
tierra partes secas aptas para la vege- creación aparecen los continentes, re- viene significada la carencia de aque-
es también adornado el lugar de las
tación y el cultivo, cubriéndola toda tirándose de ellos los mares, en el lla perfección qué produce el Señor
aguas, así superiores como inferiores,
la inmensa masa de las aguas; en el sexto, ó sea tercero de la segunda se-
con la producción de las aves y de los
cielo faltaban las dos hermosas lum- rie, son poblados estos mismos con-
peces; y se introduce, finalmente, en Genes.,'cap. ), vers. 2 .
1

tinentes de multitud innumerable de « Ídem, i b i d . , vers. 3 .


los continentes la hermosura de la 3 Ídem, ¡bid., vers. 2 .
animales y del mismo hombre.
i Génesis, cap. I, vers. 2 .
vida con los infinitos animales que ídem, ibid., vers. 9-12.
168 P R O S I G U E L A M A T E R I A D E L C A P Í T U L O A N T E R I O R .
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con su virtud omnipotente, y por la sino la misma forma en que acaba la
distinción de las mismas, y ornato; y bre la marcha primitiva del globo e"
mañana esta misma perfección así narración entera de las acciones crea-
añadiendo que los tres primeros días la formación de los terrenos ; mas
producida, que es precisamente lo que doras, está diciendo que allí el escri-
pertenecientes á la distinción se co- ¿quién sabe lo que puede suceder más
enseña San Agustín con aquellas p a - tor no lleva la idea de describir cro-
rresponden con los otros tres relati- adelante? No que la Geología pueda
labras arriba citadas: «Restat ergo ut nológicamente los sucesos , sino de
vos á la ornamentación. jamás destruir lo que ya tiene sólida-
«intelligamus in ipsas quidem mora disponer sistemáticamente una serie
Entre los modernos no han faltado mente edificado sobre la antiquísima
«temporis ipsas distinctiones operum de creaciones apta para hacer brotar
autores respetables que han sido del existencia de la tierra , pues en esto
»sic appellatas, vesperam propter in- en el ánimo de los lectores el juicio
mismo parecer. «Se puede, siguiendo ya parece que han salido los geólogos
«choationem futuri operis, de simili- sobre la gran conveniencia de la ins-
el ejemplo de algunos modernos, es- del terreno de las probabilidades,
utudine scilicet humanorum operum, titución divina del sábado. Istae sunt
cribe Reusch, desenvolver el pensa- sino que el orden cronológico de las
»quia plerumque a mane incipiunt et generationes coeli et terrae (escribe el
miento que ha servido de base al ra- edades geológicas establecido por los
»ad vesperam desinunt.» 1
caudillo del pueblo hebreo, terminan-
ciocinio de San Agustín, y dar una sabios puede quizá sufrir alguna va-
El séptimo no tiene tarde ni m a - do su narración genesíaca) quando riación con los nuevos descubri-
nueva interpretación á los seis días
ñana, porque no se produce en él cosa creata sunt, in die quo fecit Dominus mientos.
del Génesis, exegéticamente admisi-
alguna, sino que, como dice la Escri- coelum et terram. Al conjunto de todos
ble.» ' Luego, después de haber ex- Tomen, pues, los geólogos cuantos
tura, en este día descansó el Señor de los días de la creación se le llama en
puesto brevemente la opinión por nos- miles y millones de años les sean ne-
tod.is las obras que había producido. Et estas palabras un solo día, para dar á
otros defendida, concluye en esta for- cesarios para la explicación de los fe-
requievit die séptimo ab universo opere entender que la creación entera , mi-
ma: «Sin vacilación alguna vuelvo á nómenos terrestres , seguros de que,
quod patraratY es que este día re- rada en su síntesis general, constitu-
decir que esta interpretación de los por mucho que aumenten esta cifra,
presenta el complemento y perfección ye también un verdadero día seme-
seis días genesíacos es teológicamen- jamás se pondrán en pugna con la
de las obras de Dios: Complevitque jante á los demás, y compuesto de su
te admisible.» - Y á estas palabras Biblia; porque la Biblia, al describir
Deus die séptimo opus suum, quod fece- hhereb, ó sea carencia absoluta de se-
añade las siguientes, en la nota: «Tal los días de la creación, prescinde por
rat , en las cuales no puede haber res antes de ser éstos criados por
3

es también el sentir de Waterkayn, de completo de la cronología, y sola-


desorden ó confusión alguna, ó sea el Dios , y de su boker, ó bien produc-
Michelis, Natur und offenbarung (1, mente enseña á los hombres la ver-
vayehí hhereb de la divina Escritura. ción de estos mismos seres en virtud
100; 2, 57; 3 , 299), de Schultz (die dad religiosa y moral de que todo
Porque las obras del Señor están he- de un decreto de la divina Omnipo-
Sch ¡pfungsgech,
:
p. 329); de Walworth cuanto existe en el mundo ha sido
chas todas ellas in numsro, pondere, et tencia.
Broumson's Review, 1863, 218.» 3
hecho por Dios Nuestro Señor para
mensura, ó sea perfectamente; y por Nadie puede negar que esta inter-
A nuestro juicio, esta interpreta- bien y servicio del hombre.
eso el mismo Señor, después de ha- pretación de los días genesíacos es
berlas criado, vio el conjunto de todas racional en extremo, y con ella apa- ción no es sólo admisible teológica- Solamente se pondrían en pugna
ellas, y halló que eran cosa muy bue- mente, sino mucho más natural y ob- con ella si, en lugar de quedarse en
rece la narración mosaica bellísima, el campo de la Geología, contentán-
na : vidit Deus cuneta quae fecerat, et via que todas las demás ; razón por
ya por razón del método admirable- dose con el número finito de años ne-
erant valde bona . Fuera de que el
4 la cual creemos que debe ser preferi-
mente filosófico que en ella resplan- cesario para la explicación de las épo-
descanso del Señor significa también da á todas ellas, teniendo además la
dece, ya también por el arte sumo cas geológicas, se trasladasen al t e -
la eternidad bienaventurada del mis- incomparable ventaja de señalar al
con que es conducida por el historia- rreno de la metafísica, asignando á la
mo Dios; y en aquel día felicísimo escritor sagrado su fin propio y pecu-
dor para que de ella resulte el fin re- materia una eternidad que jamás p o -
no hay tarde ni mañana , sino puro liar de instruir á los hombres en lo
ligioso y moral propio de su misión drán probar con todos los argumen-
mediodía, exento de toda sombra y perteneciente á la salvación eterna, y
divina. En el fondo , si reparamos tos del mundo. Porque sabemos por
de toda vicisitud temporal , como de preservar á la B.blia de todo a t a -
bien, ninguna otra se asemeja tanto la revelación divina que todas las sus-
nota el apóstol Santiago en su epísto- que por parte de los racionalistas, á
como ésta á la interpretación de San tancias finitas han sido de hecho cria-
la canónica '. r que siempre queda expuesta en las
Agustín , si bien en algunos detalles das por Dios, no en la eternidad, sino
otras opiniones. En la actualidad
Finalmente, no sólo la manera de se aparta de ella para ganar mucho en el tiempo; ó bien, diciendo lo mis-
existe verdaderamente maravillosa
contar los días poniendo en cada uno en sencillez y naturalidad. mo con otras palabras, que todas
conformidad entre los días de la Bi-
de ellos una tarde y una mañana, Ya Santo Tomás en su Suma Teo- blia, interpretados cronológicamente, ellas tienen principio en la duración
1
S. August., De Genesi coiil. Manichaios, li lógica (I. p., q. 70, a. 1, y q. 7 1 , a. 1 ) y las afirmaciones de los geólogos so - de su ser, y por tanto no vienen exis-
b r o X V , cap. 1, n . 20. la había preludiado en alguna mane- tiendo desde la eternidad.
2
Genes, cap. I I , vers. 2.
ra dividiendo la obra entera de la 1
V . Reusch, La nible et ta Nature, lee. X I I , Pero procediendo de este modo ya
3 ídem, ibid.
* Ídem, cap. I, vers. 3 1 . creación en las tres partes fundamen- pág. 106, deuxiéme edil. París, 1867.
no obrarían como geólogos, sino como
tales de: simple creación de las cosas, Loe. cit., pág. 168.
1
•'• Jacob, cap. I , vers. 17.
3
Loe. cit. filósofos, y como filósofos de mala
170 P R O S I G U E L A M A T E R I A D E L C A P Í T U L O A N T E R I O R . I N T E R P R E T A C I Ó N D E L O S D Í A S G E N E S Í A C O S . 17t

índole; porque quien pretenda probar ! nos hombres mal avisados la ponen orden cronológico de los sucesos geo- Otra cosa sería si los geólogos, de-
a pyiori que la materia del mundo es en contradicción con la Santa Biblia. lógicos; y bajo este supuesto, con mu- jando su terreno propio, se metiesen
eterna, este tal está muy cerca de Somos de parecer que todo naturalis- chísima razón se afirma que no puede á filósofos, afirmando, como hemos
afirmar también que no ha sido crea- ta está obligado á estudiar la natura- haber pugna entre ella y la ciencia, dicho más arriba, la eternidad del
da por Dios, y por consiguiente que leza con el solo objeto de que brille siendo Dios autor de entrambas, ver- mundo, ó sosteniendo que las cosas
no existe otro Dios en el mundo sino en todo su esplendor la verdad; y si dad infalible que ni puede engañarse •materiales no han sido hechas para
el monstruo repugnante de los mate- encuentra que alguno de sus resulta- ni engañarnos. Pero ya hemos obser- servicio del hombre. Entonces sí que
rialistas y panteístas. dos parece oponerse á la Biblia ó al vado nosotros que la Biblia en la des- se hallarían los que tal hiciesen, fren-
En vista de las reflexiones emiti- sentido en que él la entiende (sentido cripción de los días gentsíacos pres- te á frente con las enseñanzas de la
das en este capítulo, bien puede todo que puede ser erróneo), no debe afir- cinde por completo de la cronología, Biblia; mas es preciso advertir que
geólogo suscribir con plena seguridad mar con seguridad que su conclusión dejando esta cuestión curiosa, y nada en este caso la pu^na no existiría pro-
la declaración hecha á fines de 1864 es exacta y falsa la doctrina de la necesaria para la salvación eterna, á piamente entre la Religión y la cien-
por más de doscientos sabios ingleses Biblia, sino, por el contrario, debe las disputas de los hombres. cia, sino entre la Religión y algunos
para confesar públicamente la impo- poner ambas doctrinas una junta á Por consiguiente, la armonía entre individuos particulares que, sin ra-
sibilidad de conflicto alguno entre la otra, hasta que tenga Dios Nuestro la ciencia y la Biblia en esta parte es zón alguna, antes contra toda razón,
Biblia y la ciencia. Esta declaración Señor por conveniente manifestarnos completísima, y jamás podrá ser per- se habrían arrogado el título de re-
nosotros la pondremos aquí, tomán- la manera de conciliarias entre sí. turbada, por más que varíen al infi presentantes de la ciencia; pues la
dola del doctor Reusch el cual á su Entretanto, en lugar de ponderar las nito las opiniones de los sabios acer- verdadera filos )fía no está por nin-
vez la copió del Ateneo de 17 de Sep- contradicciones que parecen existir ca de la cronología geológica, porque guna de las dos proposiciones enun-
tiembre, pág. 375. Dice así: «Nos- entre la ciencia y la Biblia, pensamos esas opiniones nada tienen que ver ciadas, sino antes bien altamente las
otros los naturalistas abajo firmados que sería más acertado apoyar nues- con la Biblia. condena.
expresamos con este acto el verdade- tra fe en los puntos en que ambas
ro pesar y disgusto de que algunos convienen.
en nuestros días hagan uso de la cien- «Esto es lo que debe hacer todo
cia natural para impugnarla verdad hombre que quiera proceder por ra-
y la autenticidad de la Sagrada E s - zón, y no guiado de bajos y aviesos
critura . Miramos como imposible intentos. L a verdad y autenticidad de
toda contradicción entre la palabra de la Biblia son dos hechos histórica-
Dios impresa en el libro de la natu- mente ciertos, de que ningún hombre
raleza, y la contenida en la Escritura medianamente instruido en materia
Santa, sea cual fuere la diferencia de religión puede razonablemente du-
que pueda parecer existir entre ellas. dar; y como tales, es imposible se
No olvidamos que la ciencia natural hallen en pugna con los hechos escri-
no ha llegado todavía á sus últimas tos en el libro de la naturaleza. Dios
conclusiones; que hasta el presente mismo es el que nos ha dejado escri-
no se halla sino en vías de progreso, tos ambos libros, el libro de la reve-
y que en la actualidad nuestro espíri- lación sobrenatural que tenemos en
tu no puede ver sino en enigma y como la sagrada Biblia, y el libro de la re-
en un espejo. (I Cor., cap. XIII, ver- velación natural que hallamos abierto
sículo 12.) Estamos en la firme per- día y noche en las obras admirables
suasión de que llegará un día en que de la creación universal. Siendo,
será reconocido el acuerdo completo pues, Dios e^ autor de entrambas re-
de entrambos hasta en sus mínimos velaciones, es imposible pueda existir
pormenores. No podemos menos de contradicción alguna entre ellas, por-
lamentar el que miren muchos con que Dios no puede negar con una pa«
desconfianza la ciencia natural sin labra lo que afirma con otra.»
haberla estudiado, sólo porque algu- La presente declaración, como se
ve, se halla redactada en la hipótesis
1
Reusch, La Bible et la Nalure, lee. V I . de que la Biblia cuenta también el
E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A E N O R D E N A L F I N DB¡ L A C R H A C I Ó N . 11S

velaciones añaden que encima de la cias políticas que se sigui"ron de todo


cúpula cristalina del firmamento hay esto, colocaron al Papado en una si-
una región de eterna dicha y de eter- tuación muy dificultosa. Sus tradicio-
na luz, á la cual llaman el cielo, mo- nes y su política le prohibían admitir
rada de Dios, de las cohortes angéli- que la tierra pudiese ser otra cosa
cas, acaso t a m b e n del hombre des- que una superficie plana, supuesto
CAPÍTULO XVI pués de su muerte, y que debajo de la que así lo habían revelado las Escri-
tierra hay una región de eternas ti- turas. Por otra parte, imposible negar
nieblas, de eterno dolor, morada de ú ocultar los hechos.»
EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN AL FIN los malos. Se cree ver en el mundo Luego da fin y remate á la historia
visible el mundo invisible. Más de un de la expedición emprendida por Ma-
DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
gran sistema religioso ha sido funda- gallanes y por su segundo, Sebastián
do en estas ideas respecto á la es- de Elcano, con estas palabras: «La
tructura del mund">; por consiguien- Santa Victoria había vuelto al punto
te, grandes intereses materiales se de partida, navegando siempre al
han encontrado ligados á la conser- Oeste. Las doctrinas teológicas acer-
acabar el precedente capítulo que soporta la cúpula de los cielos,
á f ^ j L vación de aquéllas, y éstos las han ca de la figura de la tierra estaban
JplL dejamos observado que la Reli-
l
con un firmamento que separa las defendido algunas veces con el cri- decididamente derribadas.» «La a u -
gión se pondría efectivamente en pug- aguas inferiores de las aguas superio- men y la muerte, no queriendo per- toridad eclesiástica, prosigue en el
na con todo el que negase haber sido res; nos muestra los cuerpos celestes, mitir que se tocara á la localización mismo capítulo, se había decidido
creado el mundo en beneficio del el sol, la luna, las estrellas, siguiendo del cielo y la tierra, y tampoco á la ciertamente, por consideracióu de las
hombre. Esta actitud de la Iglesia, su curso del Este al Oeste, en un mo- preeminencia del hombre en el uni- consecuencias á que debía llevar el
depositaría de la revelación divina, vimiento lento alrededor de la tierra verso, i) sistema de Copérnico, á den andarlo
escandalizará sin duda á los que dan nmóvil, y proclamando con su p e - Al leer estas líneas todo el mundo como contrario á la revelación. Arran-
por cierto hallarse habitados por seres quenez comparativa su inferioridad entiende que se habla en ellas expre- car á la tierra su importancia preemi-
racionales los demás globos celestes en este concepto. De todas las formas sa y determinadamente de la Reli- nente en el sistema del universo, dar-
que andan moviéndose como la tierra orgánicas que rodean al hombre, nin- gión cristiana, por más que el escri- la en otros astros sus iguales y supe-
en la inmensidad del espacio. Los guna le iguala en dignidad; y de aquí tor americano haya querido disfrazar riores, parecía disaiinuir sus derechos
partidarios del racionalismo han creí- parece autorizado á deducir que todo su pensamiento echándola de filósofo ante Dios. Si cada una de las innu-
do, en efecto, sorprender á la Iglesia ha sido criado para su uso, el sol para y extendiendo á todas las religiones merables estrellas del firma nento era
en un error muy grave sobre esta ma alumbrarle durante el día y la luna en general lo que supone constituir la un sol rodeado de satélites, poblado
teria con las demostraciones que últi- durante la noche. La teología compa- base de las ideas cristianas. Más ade- de seres responsables como nosotros;
mamente se han dado sobre el moví rada nos hace ver que tal ha sido la lante, hablando en el mismo capítulo si nosotros habíamos caído tan fácil-
miento de la tierra, y con los últimos concepción que se tenía de la natura- del sistema de Ptolomeo, se expresa mente y no habíamos podido ser res-
descubrimientos verificados por los as- leza en cierta época de nuestra histo- en estos términos: «El sistema de catados sino á costa de la muerte del
trónomos sobre la posibilidad de estar ria intelectual. Tal es la creencia de Ptolomeo era, pues, un sistema geo- Hijo de Dios, ¿qué era de todos aque-
habitados como el nuestro otros mu- todas las naciones, en todas las par- céntrico. Dejaba á la tierra su posi- llos seres? ¿Para ellos no había habi-
chos globos del mundo. Oigamos al tes del mundo, en los albores de la ción en el mundo, y por esta razón no do caída? ¿Para ellos no había habido
abogado de esta gente, al tantas veces civilización; creencia geocéntrica, hizo sombra á los teólogos cristianos Salvador?»
mencionado Draper, razonar á su pues hace de la tierra el centro del ó mahometanos.» Después, habiendo Vese, pues, por todos estos luga-
modo sobre este supuesto error: «Ten universo; antropocéntriea, pues supo- narrado el viaje de Gama y los fenó- res del citado autor que, en su sentir,
go ahora, escribe dando principio a ne que el hombre es el principal ob- menos observados por este marino al toda la doctrina cristiana sobre el fin
cap VI de sus imaginarios conflic- jeto de la creación. Y estas ideas no pasar la línea ecuatorial, los cuales se de la creación del mundo descansa
tos, que dar cuenta del conflicto que son solamente consecuencias ligera- avenían perfectamente con la teoría en que la tierra es una superficie
surgió sobre el tercer gran problema mente sacadas de una observación de la esfericidad de la tierra, hace plana que soporta la inmensa cúpula
filosófico: la naturaleza del mundo superficial; son también el fruto filo- esta reflexión, muy conforme con el del cielo, y ha sido constituida por
Una observación superficial y no crí- sófico de las diversas revelaciones que carácter distintivo de los racionalis- Dios centro inmóvil de todos lo s
tica de la naturaleza nos hace conce- Je tiempo en tiempo se ha dignado tas, profundamente impío y continua- cuerpos celestes; los cuales se mue-
bir la tierra como una superficie plana Dios hacer á la humanidad: Estas re- mente calumniador: «Las consecuen- ven en derredor suyo día y noche, á
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C R E A C I Ó N
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D E L M U N D O .

guisa de humildes servidores, para güedad y se forman aún hoy día las palabras de los racionalistas citados, vemos extendido sobre nuestras cabe-
hacerle la corte y rendir vasallaje al gentes poco instruidas; es decir, como nada dice sobre la superficie de la zas una cúpula cristalina encajada so-
hombre que la habita. Y que sea esta cosas accidentales, como lumbreras y tierra, ni sobre la pretendida cúpula bre la superficie de la tierra. Ya lo he-
la idea común entre la gente enemi- cronómetros puestos al servicio de la del cielo. No enseña otra cosa sino mos notado en el capítulo precedente,
ga de la revtlación, se deduce clara- tierra . 1
que Dios hizo el cielo y la tierra; q u e y aquí lo volveremos á repetir: el Se-
mente, tanto de lo que escribe en el Ya tenemos , pues, á los partida- á ésta le formó luego una atmósfera, ñor, al revelar por medio de su sier-
ya citado capítulo el mencionado au- rios de la incredulidad escandaliza- ó extensión destituida de cuerpos só- vo Moisés á su pueblo el origen del
tor, trayendo en confirmación de sus dos de que haya presentado la Biblia lidos, á la cual dio el nombre de cielo, cielo y de la tierra, no intentó darle
afirmaciones la observación de uno de á iodo el mundo con su inmenso cor- y que en esta atmósfera ó cielo hiz.i un tratado de Astronomía, ni de Geo-
los más grandes matemáticos modernos, tejo de . astros y planetas puesto al aparecer dos luminares, el uno mayor logía, ni de ninguna ciencia de este
como de lo que dicen otros escritores servicio del hombre, como si éste fue- para que presidiese al día, el otro me- mundo; puesto que, como él mismo
de la misma estofa. La no ha muchos ra la criatura más principal del uni- nor para que presidiese á la noche, y nos advierte por el Eclesiastes', Dios
años fundada revista belga, cuyo tí- verso; y ya los vemos también saltar entrambos para que sirviesen al hom- entregó el mundo á las disputis de los
tulo es Revite des questions scientifiques, llenos de júbilo y de placer creyendo bre de cronómetros en la división de hombres para que 110 hallen la obra que
publiée par la Société scientifique de Bru- que toda la doctrina cristiana se ha los días, de los meses y de los años. El hizo desde el principio hasta el fin.
xelles, en la segunda entrega (Abril, venido al suelo con inmenso fragor ¿Hay algo en esta narración que Lo que pretendía era instruirle en
1877), nos presenta á M. Camilo mediante la venturosa demostración indique ser plana la superficie de la las verdades religiosas y morales, las
Flammarion hablando en la misma heliocéntrica que destierra del mundo tierra, ni que ésta soporte cúpula al cuales únicamente se hallan relacio-
forma que Draper en su Historia del el absurdo sistema geocéntrico, y con guna? Si algo pudiera inducirnos á nadas con la salvación eterna de los
cielo. Para refutar sus aberraciones se él al mismo tiempo la doctrina antro- creer que en el sagrado texto se habla hombres. Las materias de pura curio-
escribió allí el artículo que lleva por pocéntrica. Verdaderamente, con di- de la referida cúpula, sería sin dula sidad las dejó para el estudio privado
epígrafe las siguientes palabras: Com- ficultad se podrá encontrar gente más la palabra firmamento, que para signi- de cada uno, si es que por su propia
ment s'esl formé l'univers. precipitada que esta clase de personas ficar el cielo ó atmósfera terrestre usa voluntad quiere tomarse el trabajo de
Antes que estos proclamadores de en la formación de sus teorías. De la Vulgata, siguiendo la versión de examinarlas. Por eso se contentó con
la incredulidad había hablado el im- ellas se puede decir con toda razón los Setenta. Mas la palabra hebrea enseñarle que todo cuanto veía, aire,
pío Strauss en los mismos términos, que se hallan tocadas de la misma rakiah, de que usó Moisés, no significa cielo, mar, tierra, sol, luna y estre-
diciendo: «La astronomía moderna enfermedad que el Ingenioso Hidal- propiamente firmamento, sino exten- llas, lo había producido libremente,
ha hallado ser absurdo, no sólo el que go; pues su loca mania de impugnar sión ó espacio vacío de cuerpos só- queriendo hacer con todas estas cosas
nuestro planeta haya sido creado an- á la Iglesia les hace forjar por todas lidos, y corresponde con mucha exac- otros tantos beneficios al hombre para
tes que el sol, el cual es el centro de partes trasgos y fantasmas, para go- titud al y.otXov griego y coelum latino, que de ellas se sirviese en la prose-
su movimiento, mas también el que zarse en seguida con el sabroso pla- los cuales indican la extensión de cución de su propio fin, en el cual
la sucesión del día y de la noche por cer de partirlos por medio de un solo este espacio vacío que vemos sobre está cifrada la salvación eterna. Para
una parte, y por otra la separación de mandoble. ¿No tenemos aquí el mis- nuestro horizonte. inculcarle todas estas cosas se sirvió
los elementos y la producción de los mo caso de los cueros de vino, pre- Bien puede ser que tanto los Se- del lenguaje común á la sazón entre
vegetales, hayan tenido lugar antes sentados ante la imaginación calen- tenta como San Jerónimo, al inter- los individuos del pueblo hebreo, y se
de la producción del sol. Ella acusa turienta de Don Quijote como un ejér- pretar el texto hebreo, participaran de icomodó al estado intelectual que en
de falsedad á la Biblia, cuando cuen- cito de gigantes los más desaforados las opiniones astronómicas comun- materia de ciencias tenían entonces,
ta que cinco días enteros han sido del mundo? mente recibidas en aquellos tiempos, hablando á aquel pueblo ignorante
empleados en crear y organizar la tie- Se acusa en primer lugar á la Bi- y que por eso se hayan servido los como hablaría hoy mismo un sabio á
rra, mientras que un solo día ha bas blia de haber enseñado á los hombres primeros del término axzoz^xt, y el se gente ruda si quisiese tratar con ella
tado para crear el sol, todas las estre- ser la tierra una superficie plana que gundo del otro, firmamentum, para de cosas ajenas á la ciencia.
llas fijas, los planetas y sus satélites. soporta la cúpula de los cielos. Mas traducir el original raki.ik. Pero de
He aquí cuan sabiamente se expre-
Espántase principalmente de que to- ¿dónde han encontrado los racionalis- esto no tiene ninguna culpa el texto
sa Keppler sobre este punto en su
dos los otros cuerpos celestes, que los tas que la Escritura contenga una de Moisés.
Epítome de la astronomía copernicana: 1

últimos descubrimientos nos mues- doctrina semejante ? Moisés, á cuya Mis aun suponiendo que en el Gé- «La Astronomía, dice, enseña á c o -
tran ser esferas, con frecuencia mu narración genesíaca se alude en las nesis se hallara precisamente la mis- nocer las causas que obran en la na-
cho más grandes que la tierra, sean ma palabra firmamento, no hay dere- turaleza , y rectifica ex professo las
representados en la Biblia según la < David Slrauss, Les doctrines du ChrislianísniC cho alguno para concluir de esto que
dans levr dereloppement liislorique el dans lev?
idea que de ellos se formaba la anti- Intte conlre la science moderne. con ella se enseñe ser este cielo que * Éreles., cap. 111, vers. 2.
2
Epitome astronomiae Copernicae, pág. 138»
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ilusiones de óptica. La Santa Escri- por dar una satisfacción particular al Lo que sí importa mucho para la que la parte principal para cada uno
tura, que enseña verdades más subli- siglo diecinueve, porque el vigési- misión dicha es que los hombres ten- es la casa en que vive.
mes, se sirve de las locuciones usua- mo no hubiera ya experimentado la gan bien entendido haber criado Dios De aquí el que el inspirado autor
les á fin de ser entendida; ella no misma satisfacción» '. libremente los cielos y la tierra, y del Génesis, colocado en este punto de
habla sino por incidencia de los fenó- Si Strauss, Flammarion, Draper y haberlos dispuesto de manera que vista religioso y moral con respecto á
menos de la naturaleza; y cuando lo todos los demás racionalistas hubie- toda esta máquina sensible tienda por los habitantes de la tierra, para quie-
hace, emplea los términos de que se ran tenido presente esta idea tan sen- su misma naturaleza á prestar su nes él únicamente escribe, pase con
sirve el común de los hombres. Y la cilla, al par que obvia y racional, ayuda y sus servicios al hombre: la rapidez por todo aquello que se halla
Escritura no se hubiera expresado de sobre la misión puramente religiosa tierra, sustentándole y ofreciéndole su fuera de nuestro globo y de su atmós-
otro m o d o , aun cuando todos los de la Iglesia santa de Jesucristo y de alimento; los mares, abriéndole los in- fera, sin decirnos nada de los días que
hombres conociesen la causa de las la Sagrada Escritura, no hubieran mensos depósitos de sus aguas para pudieron emplearse en la formación
ilusiones de óptica. Porque nosotros proferido ciertamente tantas sandeces que, formándose con sus vapores las del sol, de la luna y de las estrellas,
los astrónomos no perfeccionamos la é inepcias, echando sobre sí mismos nubes, lleven luego la fecundidad á y no hablándonos de todas estas co-
ciencia astronómica con la idea de el ridículo con que pretendían oprimir los campos; el sol y la luna sirvién- sas sino por razón de los servicios que
modificar el uso del lenguaje, sino á una y á otra. Antes de ponerse á dole de esplendentes y luminosas an- prestan á los habitantes de la tierra,
intentamos abrir las puertas á la manchar con sus inmundos labios torchas que alumbren su habitación á causa de su posición relativa en el
verdad sin atentar contra la lengua. la Sagrada Escritura, debían haber día y noche, la vistan de verdura y espacio. Da la tierra, por el contrario,
Nosotros decimos como el puebl >: aprendido de San Jerónimo que multa lozanía, y trabajen para sazonarle los nos cuenta muchos más pormenores,
Los planetas se detienen, vuelven... El sol in Scripturis sanctis dicuntur iuxta opi- frutos que le han de prestar alimento; de su parte seca, de los mares que la
se levanta y se pone, sube hacia la mitad nionem Ulitis iemporis quo gesta re- las estrellas, finalmente, embellecien- cubren, de la atmósfera que la rodea,
del cielo, etc. Nosotros hablamos como feruntur, et non iuxta quod veritas rei do y adornando su morada, derrama- de las nubes cargadas de aguas que
el putblo, expresamos lo que parece continebat *; y debieran haber leído das como finísimos diamantes por fecundan , convertidas en lluvia, los
acaecer á nuestra vista: aunque nada en Santo Tomás que la Escritura toda la extensión del horizonte , y campos; de los animales, en fin, t e -
de esto sea verdadero, todos los as- habla según la opinión del pueblo: ofreciendo á su contemplación un es- rrestres, volátiles y acuáticos, porque
trónomos convienen en esto. Debe- jfuxta opinionem populi loquitur Scri- pectáculo sublime que levante su e s - todas estas cosas tocan mucho más de
mos ser tanto menos exigentes en este ptura. * píritu á admirar la grandeza y majes- cerca á los hombres para quienes él
punto con la Sagrada Escritura, cuan- ¿ Qué le importaba al inspirado tad del Criador y le mueva á pro- escribe. Y aún más: ¿no hace esto
to que, abandonando el lenguaje or- autor del Génesis para su misión ex- rrumpir en un himno de perpetuas mismo al trazarnos la historia del gé-
dinario paia tomar el de la ciencia y clusivamente moral y religiosa, y lo alabanzas y de cordialísima acción de nero humano y al describirnos los
hablar en términos oscuros é ininte- mismo á la Iglesia católica, que el gracias en retorno de tan incompara- diversos puntos habitados de la mis-
ligibles de todo punto para aquellos sol, la luna y las estrellas fuesen ma- bles beneficios. ma tierra? Las cosas más insignifican-
á quienes intentaba instruir, hubiera yores ó menores qne la tierra, que ¿Quién no ve que, mirada toda esta tes relativas al pueblo hebreo tienen
desconcertado á los fieles sencillos y ésta estuviese quieta é inmóvil en el universidad sensible desde este punto para él mucha más importancia que
no hubiera conseguido el objeto que espacio, y que todo se moviese en religioso y moral, único elegido por las grandes naciones del mundo.
se proponía.» derredor suyo, ó que girase ella sobre Dios en la revelación del Pentateuco, Mueve verdaderamente á compa-
En la misma forma discurre el su eje y se moviese alrededor del sol? los objetos se presentan á la conside- sión y lástima ver á los racionalistas
Ausland (1861, pág. 410), diciendo: ¿Que los astros estuviesen enclavados ración humana expresa y determina- prorrumpir en tan solemnes neceda-
«Supongamos que un fundador de en la bóveda celeste á manera de damente tales como se hallan descri- des por no haber podido salir de su
religión como Moisés hubiese estado finísimos diamantes, y formasen con tos en el Génesis? El sol y la luna en- subjetivismo astronómico y naturalis-
ya en posesión de los conocimientos ella una vistosísima cúpula á la tierra tonces no pueden aparecer sino como ta para considerar la doctrina del Gé-
más recientes, que ahora se tienen inmóvil y plana, ó que todos ellos las dos grandes antorchas del cielo, nesis en su verdadero sentido, atribu-
sobre Astronomía y Geología: ¿no le giraran, como la tierra misma, en como los reyes del día y de la noche, yendo por esta causa al autor del
hubiera silo mucho más nocivo que torno de sus propios centros, haciendo infinitamente superiores en importan- Pentateuco una misión científica que
útil hablar la lengua de Copérnico, sus revoluciones en la inmensidad del cia á las estrellas; la tierra misma, á jamás se le pasó por las mientes al
de Newton, de Laplace, de Werner, vacío? pesar de ser insignificante su valor describir los días de la creación. ¿Qué
de L . de Buchón , de sir Charles astronómico en presencia del sol y de mayor aberración puede concebirse
Lyell? Durante dos mil años no hu- Véase Reusch, obra cit . lee. I I I .
1
otros astros muy superiores á ella en que considerar la doctrina religiosa y
« San Jerón., X X V I I I , 17 (Migne, Pal. lal.
biera ciertamente sido entendido, y T
magnitud, deberá ser tratada como la moral del legislador hebreo fundada
tomo XXIV, pág. 855).
se hubiera juzgado mal de él; y esto 3 1 . 2. q. 98. art. 3. ad 2. parte más principal del mundo, por- en que la tierra sea una superficie pía-
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na y el cielo una superficie convexa? cuantos ha habido ni habrá jamás en Ni el Génesis ni la Iglesia hablan hecha primero la salvedad de que
¿Por ventura las ideas de mansión de la tierra ': Venid, benditos de mi Pa- nada de habitantes que pueda haber, Dios es libérrimo en dispensar sus
los bienaventurados y de círcel horrenda dre, al reino que os está preparado desde ó nó, en los demás globos celestes. dones, sólo debemos inferir lo siguien-
de los pecadores se fundan en semejan- la constitución del mundo: id, malditos, Cada uno puede opinar en esta parte te, á saber: que si en los celestes glo-
tes ridiculeces de que la tierra es pla- ¿il fuego eterno. Estas palabras , y como mejor le diere á entender su bos hay habitantes, á ellos también
na ó esférica, y de que el cielo es cón- aquellas con que cierra, el celestial ilustrada razón, sin temor de que por los ha amado Dios con la caridad que
cavo ó convexo? ¿No saben los enemi- Maestro su sermón del juicio final, ello sea molestado por la autoridad á él le corresponde por maueras ad-
gos de la Religión que los teólogos diciendo que los malditos irán al supli- eclesiástica. Católicos hay que pien- mirables en verdad é impenetrables á
católicos y los Padres de la Iglesia cio eterno y los justos á la vida eterna s
, san ser la tierra el único globo habi- nuestra razón. Porque la divina bon-
han distinguido siempre muy bien en- nó la forma plana de la tierra ni la tado; católicos hay también que opi- dad ni es más estrecha que su inmen-
tre la doctrina dogmática relativa á la cúpula de los ciclos por ella soporta- nan todo lo contrario. Entre estos sidad, ni inferior á su poder.» 1

eternidad de las penas y de los pre- da, son la base y fundamento de la últimos sólo citaré dos autores nota- Así el profesor de Filosofía en el
mios en la otra vida, y la que perte- religión de Jesucristo. bles por la profundidad de sus cono- Colegio Romano hace muy pocos
nece al lugar material donde gozan ¿Y qué diremos de la consecuencia cimientos científicos, y conocidos en años. Oigamos ahora á su colega y
los buenos y padecen los malos? ¿Igno- moral sacada por el gran lógico de todo el mundo por sus luminosas lu- hermano en religión, el renombrado
ran acaso que sobre la primera de es- Nueva Yoik, el Sr. Draper, cuando cubraciones. Los dos han sido profe- P. Secchi. Poco antes de la conclusión
tas doctrinas la Iglesia no ha vacila- dice: «En Astronomía queda comple- sores en el famoso Colegio Romano; con que pone fin á su excelente obra
do nunca, mientras que sobre la se- tamente por el suelo el sistema g e o - los dos han ilustrado con sus obras la Le Soleil, escribe las siguientes pala-
gunda deja opinar á sus hijos como céntrico: luego también en moral y perseguida Compañía de Jesús, á que bras (tomo II, pág. 4 8 0 , París, 1 8 7 7 ) :
mejor les parece, sin meterse á deci- religión el antropocéntrico.» ¿En qué se gloriaron de pertenecer mientras «¿Qué decir de esos espacios inmen-
dir cosa alguna? escuela ha aprendido el profesor ame- se hallaron en el apogeo de la gloria; sos y de los astros que los ocupan?
No esté el infierno en las entrañas ricano semejante manera de discu- los dos han pasado también á mejor ¿Qaé pensar de esas estrellas, que son
de la tierra; lo tendrá Dios en otra rrir? Porque la tierra se mueva alre- vida y se hallan ahora gozando del sin duda, como nuestro sol, centros
parte, donde paguen su merecido por dedor del sol, ¿ya el mundo no ha fruto de sus penosos trabajos, como de luz, de calor y de actividad, desti-
eternidad de eternidades los que aho- sido hecho para uso y beneficio del podemos piadosamente creer, vista la nados como él á conservar la vida de
ra desprecian su santa ley y quieren hombre? Porque la tierra sea la que excelencia de sus religiosas v.rtudes. una multitud de criaturas de toda es-
vivir á sus anchuras. No vivan los se mueve, y no el sol, como creían Uno de ellos, el sabio P. Tongiorgi, pecie? Por lo que á nosotros to^a, nos
bienaventurados en el cielo empíreo los antiguos, ¿dejará el hombre de después de aducir las razones que parecería absurdo mirar estas vastas
que se imaginaban los antiguos, guia- percibir de la tierra, del sol, de la hacen probable la doctrina dicha, se regiones como desiertos inhabitados:
dos por Aristóteles y Ptolomeo, y no luna y de las estrellas los mismos expresa en estos términos: «Nótese deben estar pobladas de seres inteli-
por Moisés ni por escritor alguno sa- bienes que antes? ¿Dejará, por consi- que esta hipótesis, al paso que se gentes y racionales, capaces de cono-
grado ó por las enseñanzas de la Igle- guiente, de estar igualmente obligado compagina perfectamente con la no- cer, de honrar y de amar á su Cria-
sia: ¿le faltará al Omnipotente lagar á su Criador y Bienhechor? ción de Dios, no se opone en manera dor. Y quizá estos habitantes de los
en la'inmensidad del espacio donde se ¡Qie puede haber también seres alguna á los dogmas de la Religión astros son más fieles que nosotros á
manifieste á sus escogidos en la gran- vivientes en los demás globos celes- cristiana, como lo coufiesan ya con los deberes que les impone el recono-
deza y majestad propias de su divi- tes! En hora buena que los haya. Pero gusto los teólogos. En verdad, no en- cimiento para con Aquel, que los ha
no ser? dad> todo esto á los racionalistas, seña la fe cristiana que todos los hom- sacado de la nada: plácenos abrigar la
Cuando esperamos los católicos una ¿dejarán el sol, la luna y las estrellas bres posibles ó todos los seres i n t e l - esperanza de que no se encuentran
vida feliz y bienaventurada con la vi- de servir de antorchas en el día y en gentes semejantes al hombre deben entre ellos esosseres infortunados que
sión intuitiva de aquella soberana la noche á los habitantes de la tierra? tener su origen en Adán, sino sola ponen su orgullo en negar la existen-
lumbre que ilumina las inteligencias, Pues si esto no dejan de hacer, que- menté los que en la tierra nacen de cia y la inteligencia de Aquel á quien
y tememos la desgracia sin par de la dará en pie, como estaba antes del otros hombres. Y si á los hombres de ellos mismos deben, no sólo su pro-
condenación eterna, no nos acorla siglo XIII, la doctrina antropocéntri- este humilde planeta, que en tan pia existencia, sino también la facul-
mos ciertamente de si es plana ó es- ca en el orden moral y religioso, en- grande multitud de mundos apenas
férica la superficie de la tierra, ni de señada por el autor del Pentateuco y puede parecer cosa, Dios les ha amado 1 Tongiorgi, Cosmología, n ú m . 2.'i3. Bruxellis,
de tal suerte que les h.i dado su unigéni- 1864. Véase también sobre esta materia l:i obra de
si soporta ésta ó n ó , la cúpula de los por la Iglesia con respecto al mundo Juli-s Boiteux, Leltres a un maleí ialísle. Caris,
to Hijo, ¿qué concluir de aquí? No
cielos, sino de aquellas palabras que físico. 1876, principalmente el artículo ó carta veintitrés,
dirá nuestro adorable Salvador el día ciertamente que la tierra es la única cuyo título es el siguiente: Le don me. c'iri'íen n'esí

más solemne y más grandioso de


i Mií/i., cap. XXV, ver.-. 31-41. morada de seres inteligentes, sino, pan inconciliable acec i idee de la pluralite des
- I d . , ibi.l., vers. último. mondes.
E N O R D E N A L F I N D E L A C R E A C I Ó N D E L M U N D O . 181
180 B L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A

tad ele conocer tantas maravillas.» quien es capaz de estudiarla y con- ción el libro del hombre; del hombre, der así; porque la idea del marino ge-
¡Oh si fuera éste el discurso de todos templarla. Porque la naturaleza in- digo, donde quiera que él se encuen- novés era extraordinariamente nueva
los astrónomos! sensible por sí misma no puede ala- tre, del hombre habitante en la tierra á la sazón, y, por otra parte, no se
Si acaso es verdadera la opinión bar ni engrandecer al divino Artífice ó en el sol, ó en los astros más remo- hallaba apoyada en sólidas razones.
tos, si es que en ellos se ha dignado Esta falta de solidez en los argu-
sustentada por estos autores, la doc- que la sacó de la nada, siendo las
el Supremo Hacedor criar seres inte- mentos que aducía Colón para justi-
trina general y cierta de que este mun- alabanzas propias y exclusivas de los
lectivos semejantes á nosotros. El ficar su aserto, fué causa de que en
do sensible ha sido criado en beneficio seres racionales, y careciendo ella del
mundo entero, por consiguiente, ha su propia patria fuese tenido por un
y utilidad Jol hombre, lejos de pade- precioso é inestimable don de la inte-
cer algún detrimento, recibe, por el ligencia. Lo que puede hacer única- sido hecho para el hombre, y tiene visionario, y desatendido en la corte
contrario, gran amplitud y esplendor. mente es servir de libro magnifico á por fin propio y peculiar suyo ejercer de Portugal, donde se cultivaban las
Con ella los innumerables mundos las inteligencias creadas, para que toda su actividad en beneficio del ciencias geográficas y astronómicas,
que se hallan sembrados por la inmen- éstas vean, en el orden admirable de hombre, ayudando á éste con todas ardiendo los ánimos en deseos de
sidad del espacio no prestarán su ser- todas sus partes, en la multitud pro- sus fuerzas y acciones á cantar y en- nuevos descubrimientos; y aun no
vicio al hombre solamente en cuanto digiosa de los seres que la constitu- grandecer la infinita sabiduría, bon- faltan quienes dicen que esto mismo
ofrecen un objeto magnífico de con- yen, en la variedad, belleza y armo- dad y poder de su Autor, fin natural le acaeció en todas las cortes de E u -
templación á su inteligencia y sirven nía de todo su conjunto, en la gran- de la creación entera. Esto es lo que ropa, excepto la española. Oigamos al
de adorno y de brillantes antorchas á diosidad , finalmente, y excelencia nos dice la lumbre natural de nuestro Sr. Cavanilles, cuya crítica, en lo que
entendimiento. pertenece á la historia, no tiene nada
su habitación, sino también en cuanto sublime de todo su ser, la suma sa-
de crédula ni de apasionada, y merece,
le proporcionan el sustento conve- biduría, y poder, y magnificencia de No quiero dar fin á este capítulo sin
por tanto, nuestro respeto y aprecio.
niente para mantener su cuerpo y con- quien la crió. poner el debido correctivo á una in-
servarle la vida, que debe él consagrar justa apreciación del ya muchas veces «No se sabe, escribe, que de orden
Estas inteligencias, para quienes
á la gloria y servicio de su Criador. citado profesor de Nueva York, tocan- superior fuese Colón á Salamanca á
sirve naturalmente de libro la natura-
Los seres inteligentes que habiten los te á la Universidad de Salamanca en consultar con aquella Universidad,
leza, no son las inteligencias puras,
diversos mundos estarán dotados tam- el negocio de Colón. Dice este autor, que era entonces una de las más fa-
destituidas de cuerpo y llamadas vul-
bién de sensibilidad como nosotros, siguiendo indudablemente á ciegas á mosas del orbe; no hay documento
garmente espíritus ó ángeles; porque el
serán compuestos de un cuerpo sensi- Washington Irving, ó, para hablar con alguno que así lo diga. Mas si no fué
objeto propio de estos seres sublimes
ble y de una alma racional; y así en- más exactitud, exagerando extraordi por real precepto, iría por su volun-
es el mundo espiritual y suprasensi-
trarán en la clasificación genérica de nariamente la relación de este escri- tad; pues es lo cierto que se hospedó
ble, mucho más perfecto que éste ma-
hombres, sea cual fuere la diferencia tor, que el concilio de Salamanca con- en el convento de Dominicos de San
terial y accesible á los sentidos. La
que puedan tener con respecto á los denó como irreligiosa la doctrina del Esteban; que en él, y en una granja
naturaleza corpórea es el libro de los
hombres de la tierra. Cada astro hará, marino genovés. Nada más injusto que tenían los religiosos, se celebra-
seres racionales al mismo tiempo que
con respecto á los seres racionales que que este modo de discurrir. ron las conferencias, y que fueron los
sensitivos; los cuales, por razón de su
sustente, lo propio que la tierra con Dominicos los más entusiastas pro-
corporeidad y espiritualidad, forman Pase lo del concilio, aunque conci-
respecto á nosotros; y servirá de an- tectores de Colón. Es sabido que en-
una como especie de anillo admirable lio no se reunió en ninguna parte para
torcha más ó menos brillante á los tonces ejercían los Padres de esta
con que se continúa el mundo corpó- poner en tela de juicio las ideas astro-
habitantes de los demás, según sea Orden presión sobre el claustro, y no
reo con el espiritual, participando de nómicas y geográficas, entonces poco
mayor ó menor la distancia que les se concibe que la Universidad diete
las cualidades de entrambos, como fundadas, del citado marino. ¡Pero
separe de ellos. un voto negativo. El gran protector
nota sabiamente el Concilio Latera- decir que los teólogos salamanquinos
fué el P. Fr. Diego de Deza, confesor
Asi, multiplicados los seres inteli- nense IV y no pudiendo contemplar condenaron la doctrina de Colón por
del príncipe Don Juan, catedrático á
gentes en todos los mundos habita- lo espiritual sino encarnado, por de- irreligiosa! ¿De dónde ha sacado Dra-
la sazón en Salamanca, uno de lor
bles, la naturaleza corpórea cantará cirlo así, en lo material y sensible de per tamaña especie? La Universidad
hombres más eminentes de su tiem-
mejor las divinas alabanzas, habiendo las cosas terrenas. de Salamanca ningún juicio dio con-
po, á quien, según el mismo Colón,
más seres racionales que lean en to- He aquí, pues, cómo la Filosofía tra ella. Lo que sucedió, sí, en la Uni
se debe el descubrimiento del Nuevo
das sus páginas la gloria y magnifi- viene á comprobar por medio de sus versidad citada, como era natural en
Mundo. No habría sido tal vez unáni-
cencia de quien las escribió; y llenará razonamientos naturales lo que la Re- aquellos tiempos en que dominaban
me el dictamen; pero sin duda hubo
de este modo más plenamente el fin ligión nos dice acerca del fin propio las doctrinas filosóficas de Aristóteles,
muchos votos en favor, y la Univer-
natural que lleva en su interna y esen- de este mundo material y corpóreo. fué que algunos doctores se debieron
sidad de Salamanca no merece la nota
cial condición, á saber: el fin de ma- La naturaleza es por su propia condi- mostrar adversos á las ideas nuevas
con que quiso afearla, sin dato escri-
nifestar la gloria de su Hacedor á de Colón. Y no podía menos de suce-
1
Later. IV. cap. Firmiler.
182 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A E N O R D E N A L F I N D E L A C R E A C I Ó N D E L M U N D O . 183

to, sin apoyo histórico, Washington de conocer á fondo estas materias? El mismo Irving confiesa que las Colón en el adelantamiento de su em-
Irving. El protegido por la Reina y »Sirve, sin embargo, á extranjeros réplicas de Colón tuvieron grande peso presa: Fray Juan Pérez de Mirchena,
por los frailes no podía abrigar tal indoctos la repulsa que algunos cos- para con muchos de sus examinadores '; Guardián del convento de la Ribida,
recelo, y consideramos esto como una mógrafos dieron á Colón para tachar- y del dominico Deza añade lo siguien- le favoreció en la corte; Fray Diego
vulgaridad; que hasta entre los sa- nos de ignorantes. ¿Sabíase más e n - te: «Entre muchos á quienes conven- de Deza en el claustro de Salamanca,
bios hay vulgo.» 1
tonces en el mundo? Genova, la ciu- cieron los raciocinios é inflamó la elo- Sin estos dos protectores suyos, pro-
Con la misma injusticia han dis- dad marítima, ¿tenía mayores conoci- cuencia de Colón, se cuenta Diego de bablemente el marino genovés hubie-
currido los extranjeros, tratando de mientos? ¿Teníalos acaso Portugal, el Deza, digno y docto religioso del Or- ra sido llevado al sepulcro sin verja-
ignorantes á nuestros compatricios país más adelantado en esta clase de den de Santo Domingo, entonces ca- más cumplido su deseo.
porque no se rindieron luego á las ra ciencias? Y si, como ordinariamente tedrático de Teología del convento de El mismo Colón y la misma reina
zones de Colón. Qaiero traer las pa- se cree, á Francia é Inglaterra fué San Esteban y después arzobispo de Isabel, que le prestó elementos para
labras del mismo autor citado, por- Colón ofreciendo en vano su empresa, Sevilla. Este hábil y erudito sacer- realizar su idea, ¿á qué pensamiento
que pone muy en claro la verdad de y si recordamos cuándo empezó la dote poseía un entendimiento libre de obedecían al querer intentar tamaña
nuestro aserto. «Los sabios, dice en importancia marítima de ambas n a - estrechas preocupaciones y sutilezas empresa? El celo de la Religión cató-
el mismo lugar, no lo entendieron. Y ciones, ¿podremos figurarnos que es- escolásticas, y apreciaba la sabiduría lica fué el móvil principal que puso
en verdad, esto nada tiene de extraño: tarían mucho más adelantadas?» aunque no saliese de labios doctora- en movimiento aquellas dos almas su-
trataban de mares no surcados, de Tan lejos estuvo el marino extran- les. No fué, por consiguiente, espec- blimes. ¡Tan lejos estaba la doctrina
países nó conocidos; eran comunes jero de ver condenada como herética tador pasivo de esta conferencia, sino de Colón de ser condenada como irre-
los errores cosmográficos; padecíalos su doctrina entre los doctores de Sa- que tomando un generoso interés en ligiosa en parte alguna de las escuelas
el mismo Colón, que colocaba, si- lamanca, que precisamente de las la causa de Colón, y favoreciéndola sostenidas por los católicos! «Uno de
guiendo á Marco Polo, al Japón mu- conferencias celebradas con ellos le con todo su influjo, calmó el celo cie- los grandes motivos, escr be Irving,
cho más oriental de lo que se encuen- resultó el ser tenido en grande estima go de sus preocupados compañeros, que animaban á Colón en su proyec-
tra, que ignoraba la verdadera mag- por los españoles, especialmente por y pudo conseguirle una apacible, ya to, era la propagación de la fe cristia-
nitud del grado terrestre, siguiendo Sus Majestades los Reyes Católicos, que no una imparcial audiencia. Con na.» «Isabel, continúa, se llenaba
1

en esto á Alfragano, cosmógrafo ára- quienes le agregaron en este concepto sus unidos esfuerzos se dice que atra- de piadoso celo á la idea de realizar
be, que iba á buscar la India y no á su real comitiva, honrándole con jeron á su opinión á los hombres más tan grande obra de salvación.» -
podía prever que había de encontrar este acto de singular aprecio, á pesar profundos de las escuelas.» - Es muy fácil que en el claustro
un continente intermedio. Y si esto de ser él un desconocido y extranjero. Por lo que hace al honor que de universitario de Salamanca hubiese
pasaba al hombre que de sí mismo «No alegándose (en aquellas conferen- estas conferencias resultó á Colón, en tiempo de Colón algunos espíritus
dice: «Desde muy pequeña edad entré cias), escribe Muñoz, por una ni otra escribe Irving en el mismo sentido bastante estrechos para creer que la
en la mar navegando, é lo he conti- parte pruebas demostrativas, no es de que Muñoz, añadiendo que la causa idea del gran marino fuese opuesta á
nuado hasta hoy. Ya pasan de cua maravillar que los ignorantes persis- de las dilaciones sumas en examinar los sagrados dogmas. Espíritus de
renta años que voy en este uso. Todo tiesen en sus preocupaciones, y que á fondo el proyecto del citado genovés esta clase se encuentran en todos
lo que fista hoy se navega todo lo los doctos, unos suspendiesen el jui- estuvo en que andaban muy ocupados tiempos, y sin ir más adelante, no se-
he andado. Trato y conversación he cio, y otros se dividiesen en varias á la sazón los Reyes Católicos en sus ría difícil encontrar también en el
tenido con gente sabia, eclesiásticos sentencias. Pero la misma división y guerras con los moros . Por donde nuestro hombres semejantes, siempre
3

é seglares, latinos y griegos, judíos y el calor de los partidarios sirvieron se ve que el mismo Irving no difiere llenos de pavor á cualquier adelanta-
moros, con otros muchos de otras para dar nombre y consideración al mucho en sustancia de lo que asienta miento de la ciencia, y recelosos con
sectas. El Señor en la marinería me sujeto y aumentar el número de sus el citado Cavanilles, y que, lejos de demasía de todo lo que en materia de
fizo abondoso, de astrología me dio lo protectores. Y fué así que á Colón se poder avergonzarse la Religión cató- doctrinas, aun las no relacionadas con
que abastaba, y ansí de geometría y reputó, no ya como un arbitrista vano, lica con el descubrimiento del Nuevo el dogma y la moral, tiene algún viso
aritmética; y engenio en el ánimo y sino autor de un designio conducente Mundo, en él, por el contrario, encuen- de cosa nueva y no enseñada por los
manos para debujar esfera, y en ellas al bien de la República. Por este con- tra una sublime página de gloria. Los antiguos. Pero la Iglesia, así en los
las cibdades, rios y montañas, costas cepto se le agregó á la real comitiva, frailes fueron los que protegieron á tiempos de Colón como en el nuestro,
y puertos, todo en su propio sitio;» honrándole con la recomendación y no participa de estas estrecheces: s e -
¿qué extraño que dudasen y vacilasen las franquicias en alojamientos, cami- ' Vida, y viajes de Cristóbal Colón, escrita en in- gura de su verdad, no teme á la cien-
glés por el caballero Washington Irving, y tradu-
hombres teóricos, sin tanto motivo nos y posadas que solían concederse á cida al castellano p o r l J . José tiaron de Villalla. cia por sus descubrimientos, si bien
los que seguían la corte.» 1
Madrid, 1833, lib. II, capítulo IV, pág. 190.
i Cavanillcs, Historia de España, tomo V, pil- 4
Loco citato, pág. 193. 1 Irving, foco cítalo, pág. 240.
1
Muñoz, Historia del Nuevo Mundo, I. II, p. .'>9.
o n a 32. .Madrid, 1803. I n
I d . , lugar citado, cap. V. 2
l.lem, loco citato. pág. 2 4 2 .
184 H L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A E N O R D B N A L F I N D H L A C R E A C I Ó N D E L M U N D O . 185
procura, y con razón, que todo sabio Lo que yo creo que opondrían, no El P. Cámara, en su excelente refu-
hombres atravesar la inmensidad del
en sus estudios proceda siempre bajo sería propiamente la Escritura, sino tación de Draper, cap. IV, par. I, pá-
Océano para pasar de un hemisferio
el supuesto de que, cuanto ella ense- el dogma del pecado original; no ha- ginas 212-216, pretende probar que á otro; y así consiguientemente, negó
ña como revelado por Dios, es nece- llando modo de explicarse á sí mis- el santo Doctor no negó propiamente la existencia de los antípodas, ins-
sariamente verdadero y en ninguna mos, con las erróneas ideas que tenían la existencia de los antípodas, sino el
truido como estaba por la fe en que
manera opuesto á las demostraciones acerca de la tierra, cómo habían podi- solo derecho de afirmarla, por carece!
todos los hombres de la tierra vienen
de la ciencia. do pasar los descendientes de Adán los hombres á la sazón de suficien- de una sola pareja criada por Dios
Y este espíritu ancho de la Iglesia al hemisferio opuesto, razón por la tes pruebas para emitir este juicio. para que de ella se propagase te lo el
no falta tampoco á aquellos sabios ca- cual se movió también San Agustín á Pero la apreciación de este esclarecido
género humano.
tólicos que, inspirándose en las subli- negar la existencia de los antípodas. escritor nos parece manifiestamente Estas, pues, serían las dos autori-
mes enseñanzas del Cristianismo, sa- A esto añadirían, para corroborar su equivocada, y así les ha parecido tam-
dades que aducirían en favor de su
ben juntar en uno el estudio de la opinión, la autoridad de dicha Padre y bién á los anotadores de Lactancio y opinión aquellos sabios vulgares que
Teología con el cultivo de las letras la del retórico Lactancio; el cual, aun- de San Agustín, como puede verse en dejamos apuntados más arriba. En
y demás ciencias profanas. El Padre que muy buen literato, en esta cues- las notas á las palabras de estos doslo c u a l , si bien se mostraron igno-
Marchena, que tanto favoreció á Co tión de la existencia de los antípodas, autores, según se hallan en la edición
rantes y menos advertidos que otros
lón, era uno de estos sabios, pues el lo mismo que los grandes sabios Era- de Migne. (Pat. lal., tomo VI, pági- teólogos mejor informados de las co-
mismo Irving asegura que el Guar- tóstenes, Polibio, Strabon, Lucrecio na 425, y tomo X L I , pág. 487.) sas; no merecen , sin embargo , las
dián de la Rábida era un hombre de y otros antiguos, no discurría mejor El P. Cámara hace muy bien en burlas y el desprecio con que habla de
vastísimos conocimientos, y que se había que la gente ignorante del vulgo, si refutar la calumniosa inculpación deellos el escritor americano.
dedicado algo al estudio de la Geografía bien al opugnar la existencia de los Draper, quien había presentado á San ¿Qué sabio hay, por muy grande
y de la Náutica '. antípodas de ninguna manera la juzgó Agustín discurriendo en materias pu-que sea, en el mundo, que no tenga
No todos, empero, son capaces de contraria al dogma ramente físicas con el solo criterio de
sus preocupaciones más ó menos no-
levantar tan alto el vuelo de los co- San Agustín, sí, rechaza esta doc- la Escritura, cual si ésta fuese la única
civas, las cuales le hagan desviar del
nocimientos humanos; y muchos, ya trina arrastrado por la falsa idea de fuente de verdad aun en el terreno de
verdadero camino en alguna cuestión
sea por cierto encogimiento natural, que, para admitirla, sería necesario la ciencia. Su objeto lo tiene perfec-
no relacionada esencialmente con su
ya por el aciago conjunto de circuns- afirmar que la Sagrada Escritura nos tamente conseguido haciendo ver con ciencia favorita? Preguntad á ciertos
tancias que les rodean, yacen desgra- ha engañado contándonos la propaga- las mismas palabras del santo Doctor matemáticos por la fuerza demostra-
ciadamente en la mísera clase del vul- ción del género humano como venida que San Agustín no negó la existen- tiva de algunos argumentos morales
go, que también entre los sabios hay de un solo hombre y una sola mujer. cia de los antípodas por la sola razón
fundados en el sentido común , ó en
vulgo, como nota muy bien el ilustre Porque los hombres de este hemisfe- de que no los hubiese nombrado la la ciencia y veracidad de los testigos;
autor de la Historia de España, antes rio, decía, no pueden atravesar la in- Escritura, sino porque tanto ésta y los veréis encogerse de hombros,
citado. Los que opusieron á Colón mensidad de los mares, ni por consi- como las historias profanas, fundadas
dando á entender que ellos no cono-
razones escripturísticas, eran segura- guiente situarse en el hemisferio en la observación de los hechos, pasan
cen otra evidencia sino la producida
mente de esta clase de sabios vul- opuesto, y así aquellos hombres no en silencio la tal clase de gentes. por los números. Hablad á un diplo-
gares, y no de los otros; si es que, en vendrían de Adán. Pero hace caso omiso de otra tercera mático de sinceridad en las relaciones
verdad, apelaron á la Escritura para razón apuntada por el Santo, en la internacionales , y no entenderá una
combatir la idea del marino genovés. 2
cuales, á su vez, son mantenidos en su existencia cual precisamente funda éste su argu-palabra de todo vuestro discurso. De-
por el lley y Señor de todo lo criado. mento para negar en absoluto la exis-cid á un general que confie en el va-
1 ídem, loco cítalo, pig. 2"i3. 1
«Quid illi, escribe en el libro I I I De dininis
2 La Escritura, lejos de oponerse á la redondez Inslilulionibus, cap. X X I V , qui esse contrarios tencia de los tales individuos. «Ni- lor y arrojo personal de sus soldados
de la tierra, parece, por el contrario, indicarla. En vestigiis nostris antípodas putant. num aliquid lo- misque absurdum est, escribe, ut di- para que no tema entrar en batalla
efecto: el lieclesiasles, en el cap. I, escrilie: ürilur q u u n l u r ? Num est quisquam tam ineplus , qui catur aliquos homines ex hac in illamcontra un enemigo que le es muy su-
sol, el occidil, el ad locum suum reverlitur; lo cual credat esse domines, quorum vestigia sint superio-
parere dar a entender que el sol acaba su vuelta ra quam capita? aut ibi quae apud nos jaeent su- partem, üceani immensitate trajecta, perior en número; todos vuestros es-
por el lado opuesto de. la tierra al que visita cuan- periora penderé? fruges et arbores deorsum versus navigare ac pervenire potuisse, ut fuerzos se estrellarán contra la roca
do sale. Además, el Eclesiástico, en el cap X X I V , crescere? pluvias et nives, et grandinem sursum
introduce asi, hablando, á la Sabiduría: Gyum
etiam illic ex uno illo primo homineviva de sus preocupaciones , que le
versus cadere in terram?» Como se ve, Lactancio
coeli cirevici so/u: lo que, en términos bastante ignoraba las leyes de la gravedad y nada más; no genus iustitueretur humanum.» ' tienen oscurecido el entendimiento y
Le parecía demasiado absurdo al no le permiten ver en sus batallones
claros, significa lo mismo que el texto anterior. combatía la existencia de los antípodas con razo-
Pero con palabras mucho más expresivas lo halla- nes tomadas de la Escritura, sino con otras natu-
mos escrito en el libro de Job, cap. IX, v. \3, rales sacadas de su falsa física. Discurría como un santo Doctor que hubiesen podido los sino otros tantos grupos de materia
dunde se dice : Sal) quo curvantur qvi yorlanl filósofo cualquiera de su tiempo y de los posteriores, inerte puestos en movimiento con la
orbem. Aquí se pinta i la tierra como un globo en que se ignoraban las leyes físicas, hoy día cono- fuerza de su palabra.
llevado en hombros por los seres invisibles, los cidas de todo el mundo.
1
San Agustín, De. Civil Dei, lib. X V I , cap. IX
186 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A

Pues ¿por qué se ha de querer que el presbítero Virgilio, que después fué
los teólogos del siglo XVI estuviesen Obispo y mereció el honor de los al-
exentos de toda preocupación, y juz- tares, diciendo que en ella el sobre-
gasen de las materias geográficas y dicho Pontífice consideró como heré-
astronómicas como juzgaría en nues- tica y contraria á la Escritura la
tros tiempos un hombre que hubiese creencia en la esfericidad de la tierra.
pasado toda su vida dedicado á estos CAPITULO XVII
Nada más falso que semejante impu-
estudios? ¿Tan exentos se hallan de tación: el referido Papa mandó , sí,
preocupaciones nuestros racionalis- que Virgilio fuese procesado y expe-
tas, que tanto las critican y zahieren lido de la Iglesia, si se hallase ser ver- IMAGINADA VICTORIA DE LA CIENCIA CONTRA LA RELIGIÓN
en los sabios de los pasados siglos? dad lo que desde Alemania se le h a - ACERCA DEL MOVIMIENTO DE LA TIERRA
Ciertamente la loca manía, que á to- bía escrito contra él ; pero la acusa-
dos tilos generalmente les persigue, ción no versaba sobre la esfericidad
de no juzgar á los hombres de otras de la tierra, sino sobre habitantes en
generaciones sino por las ideas y cos- un hemisferio opuesto al nuestro que
tumbres de nuestro propio siglo , es no procedieran de Adán , lo cual, en
una preocupación de las más vitupera- efecto , hubiera sido una verdadera 'jÍMKNO de los argumentos á que con lo de primer profesor de Matemáticas
bles, y que será sin duda censurada herejía. He aquí las palabras textua- '¿xB-JO más frecuencia recurren en y de Filosofía, que le confirió el gran
con severidad en las páginas de la les del papa Zacarías , según se en- nuestros días los enemigos de la Reli- duque de Toscana, y solicitando el
historia venidera. cuentran en su carta X al arzobispo gión católica para hacerle la guerra, rey de Francia el favor de que se pu-
Dejemos á cada siglo con sus vir- Bonifacio, copiada por Harduin en es lo acaecido en Roma en la causa siese por nombre Borbón á la primera
tudes y con sus imperfecciones, y no su colección de Concilios, tom. III, de Galileo con ocasión de la doctrina estrella que fuese descubierta. En
ridiculicemos la memoria de los sa- pág. 1 9 1 2 : ( i De perversa autem et sostenida por este astrónomo en orden Roma también tuvo buena acogida;
bios pasados porque no gustaron de iniqua doctrina ejus. qui contra Deum al movimiento de la tierra. Habíase pues consta que, habiendo ido á esta
pasar toda la vida, como los nuestros, et animam suam locutus est, si cla- propuesto el ilustre florentino, á prin- ciudad Galileo poco tiempo después
entregados á la ciencia de los núme- rificatum fuerit ita eum confiten, cipios del siglo XVII, arrancar á Pto- de haberlo dado á luz, fué sumamen-
ros ó al materializador escudriñi- quod alius mundus et alii nomines lomeo el imperio que venía ejercien- te agasajado de los Cardenales y hasta
miento de las cosas naturales, con el sub térra sint, seu sol et luna ; hunc, do en las inteligencias de casi todos del mismo papa Paulo V; el cual,
poco noble fin de dar abundante pá- habito consilio , ab Ecclesia pelle, los doctos desde el siglo II, merced á contra lo que se hallaba prescrito en el
bulo á las bajas pasiones de los sen- sacerdotií honore privatum.» Lo cual su inmensa reputación y á la gran ha- ceremonial acostumbrado, no consin-
tidos; antes cifraron toda su gloria en en nuestra lengua quiere decir: Cuan- bilidad desplegada en su Mecánica ce- tió que Galileo le hablase de rodillas.
saber levantarse á especulaciones mu- to á la perversa é inicua doctrina del que leste. Para conseguir su objeto, des- Fué tan brillante el suceso que obtuvo
cho más elevadas y sublimes, que co- contra Dios y su conciencia ha hablado, pués de hacerse público partidario del el autor del Nuncio sidéreo en esta su
locan el alma en la región de lo so- si se averiguare que, en efxto, él confie- sistema copernicano, enseñado ya en primera ida á la Ciudad Eterna, que
brenatural y divino, haciéndola seme- sa que existen debajo de la tierra otro los tiempos antiguos por Pitágoras, y el cardenal del Monte, uno de sus más
jante á los ángeles. Con tanto preco- mundo y otros hombres con su sol y luna; resucitado no mucho tiempo había por apasionados patrocinadores, pudo es-
nizar el estudio de la materia, no ven- í éste, formándole causa, échalo de la Nicolás de Cusa y Copérnico, Carde- cribir el 31 de Mayo de este mismo
gamos á despreciar los goces purísi- Iglesia, privado del honor sacerdotal. nal el primero y Canónigo el segundo año al gran duque de Tos-cana lo si-
mos del espíritu y á convertirnos en Así se vela malignidad con-que siem- de la Iglesia católica, ambos muy guiente: «Galileo ha dado y, según
verdaderas bestias, como vemos acae- pre proceden los que á todo trance honrados por ésta á causa de sus co- creo, recibido también mucha satis-
cer tamaña desgracia á los impíos se empeñan en sacar mentirosa á la nocimientos astronómicos , publicó facción durante su viaje; porque ha te-
racionaHaáas de nuestros tiempos. Iglesia. Pero sus esfuerzos siempre en 1610 un libro titulado: Nuncio si- nido tan buena ocasión de mostrar
Esto seríaciertamente algo más gra- serán vanos, porque en todos se cum- déreo (Nuntius sydereus), en el cual sus descubrimientos, que todos los
ve que negsr la existencia de los an- plirán en ella aquellas palabras del daba cuenta de sus descubrimientos, hombres instruidos de Roma los con-
típodas por no haber cultivado sino la Salmista : Levantáronse contra mi
1
señalando en ellos todo cuanto le pa- sideran, no sólo como muy verdade-
Teología. falsos testigos , y mintió la iniquidad recía, á su modo de ver, acomodado ros y muy reales, sino también como
A propósito de antípodas, se ha contra sí. para demostrar la rotación de la tie- sumamente maravillosos.» El mis- 1

querido también traer á plática cierta rra. Este libro hizo mucho ruido en el 1
Opere di Galileo Galilei. lomo V I I I , pági-
disposición del papa Zacarías contra -mundo, valiéndole á su autor el títu- na 143. Kiionze. 1842-1850.
1 Fs. X X V I . v. 12.
'4
188 LA R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A
Y E L M O V I M I E N T O D E L A T I E R R A . 189

mo Galileo da cuenta á sus amigos de con mucha razón César Cantú ha- así como hoy sería imposible dudar conseguir demostrar la rotación de la
esta tan favorable acogida, escribién- blando de Galileo ', no podía tenerse de aquella teoría en vista de los ar- tierra de una manera irrefragable. Da
doles las siguientes palabras: «He por indudable según los conocimien- gumentos de irrecusable evidencia esta suerte habían corrido con plena
sido recibido con favor por muchos tos de entonces, cuando no se habían que ignoraban los contemporáneos de libertad, en tiempos no muy lejanos
Cardenales, Prelados y diversos Prín- observado aún los fenómenos de la •Galileo.» al suyo, las doctrinas de Nicolás de
cipes, los cuales han querido conocer aberración, la depresión de la tierra En efecto; los argumentos demos- Cusa y el libro de Copérnico De revo-
mis observaciones.» «Por lo que
1

por los polos, el levantamiento de las trativos de la rotación de la tierra es- lutionibus orbium coeleslium, en que se
hace á mis negocios particulares, to- aguas en el Ecuador, ni la variación taban reservados á los trabajos pos- enseñaba la rotación de la tierra al-
dos los entendidos los miran con bue- del péndulo según varía la latitud; teriores de Newton, Bradley, Lapla- rededor del sol; porque ha de saber-
nos ojos, y en especial los Padres J e - antes bien se dudó de los experimen- ce, etc., y al novísimo experimento se que este libro no fué puesto en el
suítas.» Estos, en efecto, al revés
2

tos, hasta que se pensó que la atmós- de M. Foucault, practicado con el índice romano en vida de Copérnico,
de lo que han escrito los enemigos de fera de la tierra gira con ella. Gran- péndulo en Santa Genoveva. Riccio- sino más tarde, con ocasión de haber
la Religión para desacreditarlos, ha- des dificultades ofrecía, sin embargo, li, en su Almagestum novuin, publica- sido delatado Galileo á la Inquisición
bían reconocido y confesado la verdad en tal sistema la maravillosa distan- do en 1 6 5 3 , examina los que enton- romana Pero el ímpetu y rudeza na-
de las observaciones hechas por Gali- cia de las estrellas fijas, porque falta- ces se aducían por Galileo y sus se- tural de este grande hombre en su
leo; pues interrogados por el cardenal ba todavía paralaje anual. No olvida- cuaces, y hace ver la falsedad aun de manera ordinaria de atacar á sus con-
Belarmino los astrónomos del Colegio remos decir que Copérnico creía, aquellos • que se consideraban más trincantes, no le dejaron mantenerse
Romano, que á la sazón eran los P a - como sus contemporáneos, que la ór- fuertes, y que eran dados como ente- firme en su terreno propio. Bien es
dres Clavio, Griemberger, Malcozzo bita de los astros era necesariamenie ramente convincentes é irresistibles. verdad que merece alguna disculpa
y Lembo, sobre las estrellas rijas, la circular; por lo cual, si bien explicaba
Sin embargo, todo esto no hubiera en esto, por haber sido sus adversa-
vía láctea, la naturaleza de Saturno, la alternativa de las estaciones m e - perjudicado nada á la opinión de Ga- rios los que le indujeron á ello. Un
el cambio de figura de Venus, la su- diante el paralelismo que conserva lileo si, permaneciendo éste siempre religioso llamado Sizi, en un libro ti-
perficie desigual de la luna y el n ú - todo el año el eje de la tierra, se veía en el terreno propio de las ciencias tulado Dianoia astronómica, fué el pri-
mero de estrellas móviles alrededor precisado á atribuir tal conservación naturales y astronómicas, no se hu- mero en apelar á los argumentos de
de Júpiter, dieron una respuesta con- á un tercer movimiento. Descartes biera metido á explicar la divina Es- la Escritura para refutar la doctrina
forme á las observaciones escritas en negó en algunos puntos la doctrina critura echándola de teólogo sin ha- copernicana. Bien pronto sus ideas y
el Nuncio sidéreo copernicana; Gassendi no se atrevió á ber cultivado este estudio, queriendo modo de discurrir se propagaron á
Sin embargo, era muy natural que proclamarla; Bacon se burló de ella corregir la plana á toda la inmensa otras personas menos instruidas, y la
las ideas manifestadas en el citado como repugnante á la Filosofía natu- multitud de escolásticos y Padres gran duquesa Cristina, ayudada de
libro sobre la rotación de la tierra tu- ral, y el mismo Galileo dudó en abra- antiguos de la Iglesia sin razones su- algunos profesores, sostuvo contra el
viesen también sus impugnadores, zar aquel sistema, siendo de notar que ficientes para ello, y dictándoles leyes benedictino P. Castelli, amigo íntimo
siendo por una parte nuevas y con- /íi¿- razones que en apoyo de su opinión
de interpretación que no estaban con- de Galileo, que la doctriaa de éste
trarias al torrente común de los doc- aducía, «He leído, conti-
eran falsas.»
formes con el criterio católico y ver- era contraria á la Sagrada Escritura.
tores, formado con las aguas de tan núa el mismo autor en la nota -, en el daderamente justo. Lo que debiera Encendida ya así la disputa en el te-
larga y pacífica prescripción del siste- riquísimo archivo de Rinuccini, de haber hecho el autor del Nuncio sidé- rreno déla Teología, un fraile domi-
ma de Piolomeo, y hallándose por Florencia, un autógrafo de Galileo, reo era no meterse en interpretaciones nico, llamado Caccini , cometió la
otra todavía lejos de la evidencia, á de los últimos años de su vida, en el de la Escritura, sino reforzar más y imprudencia de lanzar desde lo alto
pesar de todos los razonamientos de cual, sea cual fuere la causa, se separa más sus raciocinios naturales, presen- de la cátedra sagrada, en una de las
su autor. Porque ha de saberse que de la teoría de Copérnico, dando las tando nuevas y más luminosas obser- iglesias de Florencia, acerbas diatri-
Galileo jamás presentó en sus escri- razones físicas que le inducían á ello. vaciones físicas y astronómicas hasta bas contra la referida doctrina, nom-
tos ni explicaciones un solo argumen- Y á la verdad, eran tales que no po- brando á Galileo por su propio nom-
to concluyente en favor de la rotación dían dejar satisfecho á ningún sabio"; menli fisici clie ve lo indussero. 15 per verilá era- bre, y diciendo que allí mismo, en
de la tierra: las razones por él aduci-
no tali che un savio non poleva acchetarsi del tutto aquella ciudad, la enseñaba, siendo
iu quesla senlenza.. Estas últimas palabras signi-
das no eran más que probables, y al- fican que las razones traídas en aquel escrito por
contraria á la Sagrada Escritura.
Historia unió., traducida de la séptima edi-
1

gunas de ellas no llegaban á tanto si- ción al español por l). Nemesio Fernández Cuesta, llnlileo eran tan poderosas que ningún sabio al Empero, á pesar de todo esto, el ma-
lomo V. pág. 3S-Í-38S, Madrid, 1856. considerarlas podía quedarse tranquilo en la sen- temático y astrónomo no debiera ha-
quiera. «La teoría de Copérnico, dice tencia.copernicana. En la versión este pensamiento
Ibid., pág. 385, ñola.
2

berse dejado alucinar, emprendiendo


no parece expresado con la debida claridad, y al-
Más clara nos parece que hubiera sido presen-
3

i Opere di Galileo, lomo V I , pág. 157. tada la idea del texto original si el traductor le hu-
gún lector irreflexivo podría imaginarse quizá, por un camino escabrosísimo y nuevo en
* lliid., ¡LUÍ. J"l contrario, que á ningún sabio podían dejar sa-
biera conservado la misma forma que allí tiene. El
tisfecho de su propio valor.
su modo privado de interpretar la E s -
3 ibid., tomo VIH, páginas 160-101. texto italiano dice asi: «Metlein ovidenza gli argu»
190 LA RELIGIÓN CATÓLICA
Y EL MOVIMIENl } DE LA TIERRA. 19j

critura. Bastábale, por esta parte, con P. Lorini, quien se creyó en el deber Oído lo cual, mandó el Papa á Gali- lomeo y el de Copérnico, y defiende este
la satisfactoria respuesta que el Ge- de delatarla al Cardenal presidente leo, por medio del cardenal Belarmi- último... Los intrigantes envidiosos
neral de los dominicos le había dado de la Congregación del índice. Luego no, que se abstuviese en lo sucesivo ab- consiguieron volver en su contra la
en contestación á una carta suya, en dirigió otra del mismo tenor á la gran solutamente de enseñar ó defender la tal benevolencia de Urbano VIII; y éste,
que se quejaba del mal comporta- duquesa Cristina; la cual, como de- doctrina, ó tratar de ella, y dispuso que ofendido de que Galileo, que había
miento guardado por el P. Caccini. jamos ya observado, creía ser la nue- fuese encarcelado si rehusase obedecer el sido tan bien tratado por él, faltase á
En efecto, el Rdo. P. General de la va opinión contraria á las Santas Es- precepto '. No hubo necesidad de re- las consideraciones debidas y á su
religión Dominicana, en carta de 10 crituras. Por otra parte, manifestaba currir á este medio extremo. Galileo promesa, y de que acaso le pintase en
de Enero de 1 6 1 5 , le manifestó el siempre un ardor tan desmesurado obedeció, y prometió guardar fielmen- su Diálogo en el grosero personaje de
gran disgusto que le había causado por que todo el mundo opinase como te lo ordenado por Paulo V; empero Simplicio, encomendó su examen á un
la conducta de dicho padre, escribién- él, que con razón se podían temer estuvo muy lejos de cumplir lo pro- Consejo de Cardenales, y éstos le re-
dole, entre otras cosas, lo siguiente: graves daños para la Iglesia, según metido. Pidió en primer lugar que el mitieron á la Inquisición. Del proceso
«Aunque conocía el carácter del indi- se iban envenenando los ánimos de Papa y el Santo Oficio declarasen el aparece claramente que la Iglesia pro-
viduo, fácil en mudar de opinión, y la los contrincantes. Los Cardenales sistema de Copérnico fundado en la hibía sostener la inmovilidad del Sol
categoría de quien le había inducido del Monte, Borghese, Orsini, y otros Biblia *. Además, no contento con como tesis, pero no como hipótesis, en
quizá á hablar, jamás hubiera creído •varios miembros de la Congregación defenderlo como mera hipótesis, y atención á que, si la demostración
que llegase á tanto su locura. Esta del Santo Oficio, le habían recomen- sin meterse en el terreno de las San- hubiera sido evidente, se hubiera con-
salida ha sido reprobada por todos dado la moderación en la manera de tas Escrituras, según le había sido venido en explicar con arreglo á ésta
los hombres prudentes, é impedirá, á defender sus ideas, diciéndole además permitido , lo volvió á enseñar nue- los pasajes de la Escritura, al paso
3

lo que pienso, que el P. Caccini sea que, si quería conservar su opinión, po-
vamente como una verdad cierta é in- que no había necesidad mientras no
teólogo del cardenal Arrjgoni, cargo día guardarla en paz, pero que no hi-
concusa en su Diálogo sobre los dos sis- pasase de ser una mera opinión. G a -
que intentaban procurarle sus parien- ciese tantos esfuerzos para convencer a
temas principales del mundo, habiendo lileo tuvp conocimiento de la prohi-
tes. Ya en otra ocasión había hecho los demás y hacérsela adoptar ' . Mas
engañado para su impresión al Maes- bición, pero no se cuidó de ella, y en-
con una acción semejante, predicando todo esto era perder miserablemente tro del Sagrado Palacio, y presentado tonces el Tribunal procedió según se
en Santo Domingo de Bolonia, que el tiempo. «El se exalta en su opi- probablemente en él, bajo la persona acostumbraba en aquel tiempo.» Este
el cardenal Justiniani, á la sazón Le- nión, escribía Guicciardini, á la sazón de un necio llamado Simplicio, al Tribunal, en efecto, después de los
gado en esta ciudad, le obligase á re- ministro de Toscana en Roma; tiene mismo papa Urbano VIII, que tan correspondientes exámenes conforme
tractarse. » 1
en sus modos una violencia extrema aficionado se le había mostrado siem- al formulario acostumbrado, puesto
Pero Galileo no era hombre que se que no puede domeñar, ha hecho más pre y tantos favores le había dispen- que en todos ellos negaba el reo ha-
contentase en estas materias con cual- caso de su parecer que del de sus sado. «En 1632, escribe César Cantú ber creído en su interior ser verdade-
quier género de satisfacción: había amigos, i ) en el lugar arriba citado, publicó con ra la doctrina copernicana, reprobada
impugnado siempre á los peripatéti- ¿Qué había, pues, de suceder, dado aprobación del Maestro del Sagrado ya antes en 1616 por la Congregación
cos con una rudeza extrema, creán- el estado de gravedad á que las cosas Palacio, aprobación que, si no fué ob- del índice como contraria á las San-
dose con esto muchos enemigos y ha- habían llegado? El papa Paulo V juz- tenida con violencia, lo fué con aque- tas Escrituras, lo declaró vehemente-
ciendo no poco daño al triunfo rápido gó que era ya tiempo de intervenir en llos artificios que conoce demasiado mente sospechoso de herejía, y en
de sus propias ideas. Ahora, al verse el asunto, y encomendó el negocio al el que tiene que habérselas con la consecuencia le obligó á hacer delan-
acometido por esta parte, quiso per- Tribunal del Santo Oficio, á quien por censura, el Diálogo en que se discurre te de los mismos inquisidores profe-
seguir también á sus adversarios en su propia condición pertenecía. Pues en cuatro días de reunión sobre los dos sión de fe y abjurar los errores en
el campo mismo que ellos se habían ya no se trataba propiamente de ma- mayores sistemas del mundo, el de Plo- que, según ellos, había incurrido al
elegido. Escribió primero una carta terias científicas, sino de religiosas y defender el sistema de Copérnico.
Manusc. del proceso, ful. 378.
10J9.
1

al P . Castelli, en que pretendía reba- pertenecientes á la fe. El resultado de 3


Dispacio tli (jitieciivdinide
La malignidad de los hombres ene-
tir las razones de Caccini, protestan- esto fué que la Congregación dicha 3
Vida del Cardenal
llartoli, en la migos deRelarmino.
la Iglesia y del Santo Tri-
do contra las interpretaciones de la encargó á los teólogos calificadores Decreto del 5 de Marzo prohibiendo la lectura de
ilunec airrifpuur.
la obra de Copéniieo bunal de la este'
Sobre Inquisición se ha compla-
Escritura comunmente aceptadas, y el examen de la doctrina delatada, y
asentando como principios otros mo- éstos la calificaron de absurda en filo-
Ahnar/estum
decreto escribe Riceioli en su cido ennovum,
esparcir la grosera calumnia
tomo II. pág 4<j(i, lo siguiente: -Seripta Oopernici de que Galileo recibió malos trata-
dos nuevos de interpretar. Esta carta sofía y formalmente herética, ó cuan- probibenda esse censuerunt ea ratione, quia prin-
cipia de molu el sito terreni glubi, Sacrae Seriptu- mientos en las cárceles del Santo Ofi-
llegó á manos de otro dominico, el do menos errónea en materia de fe» raeejusque verao el calholicae ¡nterprelationi re- cio, y á esta idea ha dado acogida con
pugnantia, quod in bomine chrisliano mininie to-
lerandum, non per hypothesim traclare sed ut avidez el incrédulo Draper, diciendo
1 Opere, tomo V I I I , pág. 337. ' Opere, tomo VI, páginas 227-228. i erissima adslruere non dubilat.'. en el capítulo VI de su mencionada
Y E L M O V I M I E N T O D E L A T I E R R A . 193
192 L A R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A

embajador de Toscana. Al día si- orden del cardenal Barberini, dio al-
obra que á Galileo, después de haber Por fin se le dio por cárcel definiti- guiente vino á verme el padre comisa- gunas disposiciones por escrito acerca
hecho el infeliz la abjuración manda- va su misma quinta de Arcetri, donde rio Lancio, y llevándome consigo en de las exequias que se habían de ha-
da, se le volvió á conducir en seguida á se hallaba comodísimamente, según
coche, me hizo por el camino varias cer al difunto, del epitafio y de la ora-
la prisión, donde fue tratado con rigor consta de sus mismos escritos '. Y
preguntas. Entre estos diálogos lle- ción fúnebre, con el objeto de impedir
inhumano durante los diez últimos años aun de allí hubiera sido trasladado
gamos al palacio del Santo Oficio... el fausto y pompa excesivos, que en
de su vida, y cuando murió se le negó la bien pronto á Florencia, por la que é!
Al punto fui presentado por el comisa- aquellas circunstancias hubieran po-
sepultura en tierra santa. Empero nada suspiraba, si un amigo suyo, llevado
rio á Mons. Vitrici, asesor, y con él dido parecer una especie de protesta
más falso que semejante acusación: de un celo imprudente en favor de su hallé dos religiosos dominicos. Ellos contra el Tribunal del Santo Oficio.
Galileo, durante todo el tiempo que causa, no hubiera esparcido por la me intimaron cortésmente que produ- De aquí nació la fábula, inventada
duró el proceso de su causa, vivió en ciudad de Siena, en un impreso anó- jese mis razones en plena Congrega- por los enemigos de la Iglesia y acogi-
el palacio del embajador Nicolini; de nimo que publicó al efecto, que el a r - ción, y que se daría lugar á mis dis- da con fruición por Draper en su in-
allí era llevado en una litera al Tri- zobispo Piccolomini, no sólo estaba culpas en el caso de ser juzgadoreo...; famante libelo, de que no se consintió
bunal del Santo Oficio siempre que se enteramente en las ideas de Galileo,. finalmente, fui obligado á retractarme enterrar en lugar sagrado el cadáver
le había de tomar declaración, y ésta sino que además decía haber sido de esta mi opinión, y en pena me fué de Galileo, sino que se mandó arro-
verificada, inmediatamente estaba de injusta la sentencia de la Congrega- prohibido el Diálogo; y licenciado de jarle á un muladar. Bien se ve que los
vuelta á su morada. Hízose esta ex- ción -. Este impreso, puesto en noti- Roma á los cinco meses, me fué dada racionalistas son tan amantes de la
cepción con él en atención, no sólo al cia del referido Tribunal, impidió que por cárcel con generosa piedad la ha- moral como de la religión.
gran duque de Toscana, su protector, el ilustre,reo pasase pronto á vivir en bitación del amigo más querido que Ahora bien; en todo el proceso de
sino también á la dignidad de su mis- Florencia, como él lo deseaba; hasta tenía en Siena, el señor arzobispo esta causa, ¿qué cosa se puede encon-
ma persona, tan ilustre por sus des- que al cabo de cinco años, yendo un Piccolomini, de cuyo finísimo trato trar que con razón pueda ser llamada
cubrimientos científicos; y además inquisidor á informarse del estado de gocé yo con tanta quietud y satisfac- victoria de la ciencia contra la religión?
porque, á causa de su edad ya avan- su salud, y dando al Tribunal un in- ción del ánimo, que allí volví á em- Ninguna absolutamente. Las demos-
zada, no podía ser tan bien cuidado forme del gusto de Galileo, fué trasla- prender mis estudios, encontré y de- traciones dadas posteriormente sobre
en la cárcel, adonde había sido con- dado éste á su amada Florencia, don- mostré gran parte de mis conclusio- el movimiento de la Tierra alrededor
ducido cuando comenzaron los inte- de vivió todavía tres años, siendo vi- nes mecánicas sobre la resistencia de del Sol, si demostraciones pueden lla-
rrogatorios. Y no se crea que el breví- sitado de sus amigos . Murió á los 3

los sólidos, con otras especulaciones; marse, prueban que tanto la Congre-
simo tiempo que estuvo Galileo en- ocho años después de haber sido con- y pasados cerca de cinco meses, cesa- gación del índice en 1 6 1 6 , como la
carcelado le tuvieron oprimido en las denado por el Tribunal de la Inquisi- do que hubo en mi patria la peste, me de la Santa Inquisición en 1 6 3 3 , se
mazmorras, como se complacen en ción, y no á los diez, como dice el in- fué conmutada por Su Santidad la engañaron juzgando ser falsa y absur-
pintárnoslo los que tienen por arma la trépido en toda clase de mentiras, se- estrechez de aquella casa en la liber-1 da en Filosofía, y errónea ó contraria
mentira: Galileo habitó en los aposen- ñor Draper, para que se vea que nada tad del campo, tan agradable para mí, á la Sagrada Escritura en Teología,
tos mejores y más cómodos, según lo hay de verdad en sus calumniadoras de donde me volví á la granja de 13e- la opinión de Copérnico sobre el mo-
había ordenado Urbano VIII '. Aca- palabras. Oigamos al mismo Galileo- llavista, y después á Arcetri, donde vimiento de la Tierra. Hé aquí lo úni-
bado el proceso, y pronunciada la sen- contar toda la historia de sus infortu- todavía me encuentro respirando este co que ha obtenido la ciencia; ha sa-
tencia, el Papa al punto le conmutó la nios en una carta escrita al famoso aire saludable, vecino de mi cara pa- bido más que los dos tribunales di-
'pena decretada por elTribunal en otra Padre Ranieri, discípulo suyo: «Des- tria Florencia.» chos, ha corregido S'i error, y en esta
más benigna, dándole por cárcel el pués de la publicación de mis Diálo-
mismo palacio del embajador Nicoli- gos, le dice, fui llamado á Roma por Pasado que hubo á la otra vida este parte los ha vencido. ¿ M a s es esto
ni, donde se hallaba. Luego recibió el Santo Oficio; y habiendo llegado á hombre célebre, los florentinos qui- vencer á la misma Iglesia? Los decre-
la orden de trasladarse á Siena, don- aquella ciudad el io de Febrero sieron levantarle inmediatamente una tos de las dos Congregaciones salie-
de moró por espacio de cinco meses de 1 6 3 2 , fui sometido á la suma cle- estatua dentro de la iglesia de la San- ron en nombre de ellas mismas: no
aposentado en el palacio del arzobispo mencia de aquel Tribunal y del sobe- ta Cruz, en Florencia. Mas el Papa era el mismo Papa quien hablaba en
Piccolomini, muy afecto y devoto a rano pontífice Urbano VIII, el cual... se opuso á ello por no parecerle bien ellos á la Iglesia universal, sino úni-
su persona, recibiendo de este Prela- me creía digno de su estima...; fui que un hombre condenado por la In- camente sus delegados; y el don de la
do excesivas muestras de cariño, be- arrestado en el delicioso palacio de la. quisición fuese así honrado, y dio avi- infalibilidad no lo ha prometido Dios
nevolencia y cortesía, como el mismo Trinidad de los Montes, en casa del so de ello al embajador Nicolini'. Ade- á los delegados del Papa, sino al
Galileo nos lo cuenta ~. más, el inquisidor de Florencia, de Papa mismo '. Y aún más; este don
1
Opere., tomo V I I , pag. 304.
• Opere, lomo I X , pág. 437. - Manusc. del proceso, fol. 547. 1
Opere, lom. XV, págs. 403, 404. 1 No convenimos en eslo con et ¡lustre abate
a JbkL, tomo V I I , pág. 3 1 . 3 Opere, lomo X, páginas 281-290.
194 LA RELIGIÓN CATÓLICA Y EL MOVIMIENTO D E LA TIERRA. 195
de la infalibilidad no lo tiene el mis- en el Concilio Vaticano ', y de esta Papa, ó el Papa mismo hablando ex ! les nombrados por él, y dio por legíti-
mo Papa en todo cuanto obra ó ense- misma manera se había entendido cathedra, esto es, hablando él mismo, mo lo que legítimamente habían ellos
ña, como algunos neciamente se lo siempre la infalibilidad del Papa; y no sus oficiales; y hablando, no de ejecutado, sin ponerse él á examinar
han imaginado, sino sólo cuando, al pues todos los teólogos han creído en cosas cualesquiera, sino de las perte- la causa ni á enseñar nada á la Iglesia
ejercer el oficio de Doctor y Pastor de todo tiempo que el Papa puede equi- necientes á la fe y costumbres; y aun en materia de doctrina. ¿ Cuántas
de todas los cristianos, define, en virtud vocarse cuando discurre, obra ó en- de éstas hablando, no como doctor veces hacen esto mismo en las causas
de su suprema autoridad apostólica, que seña como doctor particular, porque particular, sino como Pastor universal civiles los Reyes ó supremos gober-
debe ser tenida por la Iglesia universal para estos casos no tiene prometido que ejerce el oficio de enseñar á todos nantes del reino? ¿Han de examinar
alguna doctrina de fe ó costumbres. Esto el auxilio del cielo. los cristianos, y les intima, en virtud ellos por sí mismos todas las causas?
es lo que ha definido la Iglesia misma Los enemigos de la Iglesia, viendo de su suprema autoridad apostólica, Sentenciadas por sus Tribunales, las
que, entendida así la infalibilidad del la obligación que tienen todos ellos dan por legítimamente sentenciadas
J. II. Jaugcy, el cual en el interesante artículo Papa, todos sus triunfos vienen á de tener por revelado ó cierto lo que y mandan se ejecute lo decretado en
Galileo, de su Diccionario Apologético, sostiene que,
no sólo las Congregaciones susodichas, sino-.tam-
convertirse en meras idealidades y él como tal les presenta. ¿A qué nos ellas. Pero claro está que aquel juicio
bién el mismo Papa, aunque como doclor
v particu- vanos fantasmas, claman contra este vienen los racionalistas con tamañas no es absolutamente último, y que falta
lar, dio una sentencia contra la opinión de Galileo modo de proceder de los católicos , y. vaciedades , diciendo que ellos no todavía el del Poder supremo. Se repli-
condenándola cuino contraria á la Escritura. No:
el Papa no d i o por sí mismo sentencia alguna:'la
dicen que ellos no entienden de seme- entienden de sutilezas porque deci- cará que, á lo menos, no debiera haber
dieron únicamente las Congregaciones y en su nom- jantes sutilezas. A esto les responde- mos los católicos que ni el Supremo consentido el Papa que á Galileo le
bre propio. En vano afirma el citado escritor que remos nosotros que, si no entienden Tribunal de la Inquisición ni el del exigiese el Tribunal del Santo Oficio
«los decretos de las Congregaciones debieron, para
ser publicados, haber obtenido el asentimiento del la doctrina católica, no se pongan á índice son el Papa mismo hablando la retractación franca y sincera de lo
Papa.» Porque esto no hace que los tales decretos hablar contra ella; y si la entienden ex cathedra? ¿Por ventura la Sala últi- que él falsamente consideraba como
hayan salido en nombre del Papa, sino solamente (como es lo cierto , que muy bien ma de Audiencia en un reino es lo un error, sabiendo que el Tribunal se
con su consentimiento. En vano añade que el Papa
presidió la sesión en que la Congregación del Santo saben, por lo menos muchos de ellos, mismo que el Rey de la nación? ¿Sus podía equivocar en sus sentencias, y
Oficio formuló su decreto contra Galileo. El Papa lo que decimos y creemos), no calum- decretos no son todavía reformables que, por consiguiente, obligando al
no hizo más que presidirla para que la Congrega-
nien torpe y villanamente, llamando por éste? Pues lo que es la última reo á profesar como verdadero lo que
ción por sí. y con la autoridad delegada que tenía
de Su Santidad, formulase el decreto en su nombre Iglesia lo que no es tal. Con seme- Sala de Audiencia en un reino, esto podía ser un error, le obligaba á par-
propio y no de su Santidad misma. El P a p a . e s jante manera de combatir no conse- mismo son los tribunales de la Inqui- ticipar de la misma equivocación. No
verdad, abundaba como doctor particular en los
mismos sentimientos que la Congregación; pero no
guirán otra cosa sino manifestar su sición y del índice en la Iglesia, cada han faltado católicos ciertamente á
aprobó el decreto de ésta en tal forma, que lo h i - mala fe y la perversidad de sus cora- cual en su género. Juzgan con autori- quienes ha parecido haberse extrali-
ciese suyo hablando á la universal Iglesia. En vano, zones. Los católicos saben muy bien dad suma, pero delegada; juzgan en mitado en esto el Santo O.icio, exi-
finalmente, alega que en la carta enviada á los
Nuncios é Inquisidores de toda la cristiandad por
á qué atenerse: cuando se habla de nombre del Papa, ó sea en virtud del giendo una profesión de fe que, según
el Prefecto de la Congregación del Índice, junta- Iglesia docente, saben que por ella se nombramiento ejercido por el Jefe ellos, no podía exigir, por no estar do •
mente con el decreto formulado por ella, se decía entiende el Concilio universal de Obis- supremo de la Iglesia, pero con res- tado del don de la infalibilidad. Pero
que la Sagrada Congregación del índice, por pro-
pio mandato de Su Santidad (d'ordine anco di Sua pos legítimamente presidido por el ponsabilidad propia, y no del Papa. el error de éstos es refutado plenísi-
Saiililíi) lia condenado algunos libros que eran Por consiguiente, si se equivocan en mamente por el P. Franzelin, el cual
considerados como peligrosos, y dado respecto á los
mismos el adjunto decreto.» Porque e.sto sólo prue-
Papa quien habla, son los Cardenales, es un decre- sus juicios, no es el mismo Papa en el tratado De divina Traditione , 1

to de la Congregación.» Si pues no es el Papa


ba que el Papa ordenó á la Congregación citada quien habla, no es el Papa quien enseña el error. quien se equivoca, sino unos depen- hace ver con la mayor evidencia que
que hiciese uso lio sus atribuciones delegadas y A u n sabiéndose que él profesaba el mismo error, dientes suyos, como en el caso de también las Congregaciones del índi-
mandase, en consecuencia de esto, á los Nuncios é aun sabiéndose que la errónea sentencia se consul-
Inquisidores la observancia del decreto pronuncia-
equivocarse la Suprema Audiencia no ce y de la Inquisición pueden obligar
tó con el Papa y se publicó de acuerdo con Su San-
do por ella sola en \irlud de su autoridad propia. tidad, y aun por s u mandato, el acto público y es el Rey, sino ella, quien padece la á recibir sus decisiones con asenti-
Dice muy bien el traductor español del sobredicho oficiales el de la Congregación, á la cual el Papa equivocación. miento interno, aunque no tan perfecto
artículo (t. 1, p. 1451, nota): «Aplaudiendo la doc- había manifestado con actos privados s u parecer
trina de este luminoso articulo y la solución que y s u voluntad. Se dirá quizá que el Papa no corri- y absoluto como el que corresponde
el .sabio Jaugey da á la dificultad propuesta contra ' Const. dog. De Eccles. Chrisli, cap. IV. Las gió el juicio d e s ú s delegados, antes al acto de fe sobrenatural, sino con
la infalibilidad de la Santa. Iglesia con motivo del palabras del Concilio son éstas: «Docemus et divi- otro de un orden inferior é intrínseca-
famosísimo procoso de Galileo, nos permitimos ob- nitus revelatum dogma esse delinimus: Ilomanum obró en consecuencia de él, ratifican-
servar que no hay necesidad de rechazar ó desesti- Ponliiicem, cum ex eatbedra loquilur, id cst, cum do la pena por él decretada y conmu- mente falible, como fundado, no pre-
mar la respuesta negativa que se puede dar á la omniuin ebristianorum Pasloris el Doctoris muñe- tándola luego en otra más benigna. cisamente en la autoridad divina, sino
proposición tercera de las cuatro en que arriba se re fungens, pro suprema sua aucloritale doctrinam
Mas esto nada perjudica á su infalibi- en un motivo humano de prudencia.
propuso la ob.eción (col. 1445). Puedo muy bien de lide vel moribus ab universa Eccl sia lenendam
sostenerse que el Papa no din una sentencia conde- delinit, per assistenliam divinam, ¡psi in beato Pe- lidad; obrando así, nada enseñó á la En efecto : el asentimiento interno
nando la opinión de Galileo como herética por con- tro promissam ea infallibilitale pidiere, qua divi-
traria á la Escritura... Con efecto, pocas lineas más Iglesia: se remitió solamente al juicio
nus Ilcdemplor Ecclesiam suam in deíinienda do- 1
Thes. XII Schol, princip. VI, cornil. 2, pági-
arribaba dicho el autor: «en este decreto no es el ctrina de lide vel moribus instructam esse voluit.» dado por los miembros de los Tribuna- na 1 2 8 e t s e q . Romae, I S / o .
L A R E L I G I Ó N C A T Ó L I C A
Y E L M O V I M I E N T O D E L A T I E R R A . 197
puede tener un grado de adhesión observado religiosamente todos Ios- explicar la Escritura de un modo dis- abandonar el sentido material, y alzó-
más ó menos perfecto : cuando el Padres de la Iglesia al interpretar el tinto del presente: ésta es la opinión en su consecuencia la prohibición he-
maestro que enseña es infalible, el sagrado texto, y lo guardan siempre del cardenal Belarmino.» Lo mismo cha en 1 6 1 6 , apoyándose en el mismo
1

asentimiento debe ser firmísimo, como los jueces de las sociedades humanas expresaba el P. Fabri, Penitenciario canon de interpretación escrituraria
fundado en la veracidad del mismo en la interpretación de las leyes que mayor de Roma, al escribir el año de que la había motivado. Porque el
Dios infalible, que le ha dado la infa- les sirven de regla en sus juicios. Por 1661, poco después de la condena- canon que manda interpretar el s a -
libilidad. Cuando, empero, no tiene tanto, mientras que la razón no de- ción de Galileo, las líneas siguientes grado texto, ateniéndose al sentido
esta infalibilidad, la prudencia dicta mostrase con sus argumentos natura- en un opúsculo sobre Saturno: «Cuan- | material, manda también al mismo
que nos sujetemos á sus decisiones en les que la Tierra se movía alrededor tas veces se ha preguntado á vuestros tiempo que esto no se haga, sino an -
cuanto podamos y con la ñrmeza de del Sol, los del Tribunal debían d e - corifeos si tenían alguna demostra- tes bien se recurra al metafórico,
asentimiento que nos sea posible, cir que la doctrina copernicana era ción sobre la cual se pudiese fundar cuando el material pugna con alguna
siempre que no veamos con evidencia contraria á la Escritura; porque en el movimiento de la Tierra, ellos no verdad natural evidentemente de-
que es un error lo que se nos manda esto no afirmaban sino la purísima han osado responder afirmativamen- mostrada, ó con algún dogma eviden-
profesar como una verdad, ó que es verdad, esto es, que la tal doctrina te: nada se opone, por tanto, á que la temente enseñado por la Iglesia.
una verdad lo que se nos manda de- era contraria al sentido material, úni- Iglesia entienda estos textos en el Los racionalistas quisieran que los
testar como un error. co admisible en el estado en que en- sentido literal, y declare que se les católicos abandonásemos por comple-
Cuando la Congregación del Santo tonces se hallaba la ciencia. Por eso debe entender así hasta que venga á to las Sagradas Escrituras, y no tuvié-
Oficio exigió de Galileo la retracta- su juicio no era enteramente absoluto, establecerse lo contrario con alguna de- semos para con ellas miramiento algu-
ción dicha, entonces la doctrina del ni estaba concebido en tales términos mostración. Y si por casualidad llega no en nuestras investigaciones cien-
movimiento de la Tierra distaba to- que no permitiese discurrir á los sa- el día en que vosotros imagináis una, tíficas. Pero mientras no nos demues-
davía mucho de la evidencia, no era bios acerca del movimiento de la lo cual se ms hace muy difícil de tren que nuestra Religión sacrosanta
más que probable; y así el Tribunal, Tierra por vía de hipótesis, hasta que creer, la Iglesia no dudará un instan- no viene de origen divino, y que las
aunque falible, estaba en su derecho esta hipótesis se convirtiese en tesis, te en declarar que estos pasajes deben Sagradas Escrituras no han sido ins-
al demandar al reo la retractación andando el tiempo, con las nuevas ser entendidos en un sentido figurado piradas por Dios, lo cual no podrán
dicha; y éste á su vez, no teniendo observaciones. Así, el papa Urba- é impropio, como estos versos del hacer jamás, nosotros oblaremos con
evidencia de que el Tribunal se equi- no VIII, en una conversación par- poeta: Terraeque urbesque recedunt.» sanísima prudencia conservando al
vocaba en su juicio, estaba obligado á ticular tenida con el cardenal Hohen-
Esto es precisamente lo que hizo texto sagrado el respeto que se mere-
adherirse á él en cuanto con su buena zollern, dijo las siguientes palabras:
la Congregación del índice: cuando ce, y siguiendo el canon de interpre-
voluntad pudiese. Y por aquí se verá «Jamás ha condenado la Iglesia, ni
la demostración del movimiento de la tación sapientísimo observado en t o -
también la prudencia con que proce- condenará tampoco, la opinión coper-
Tierra fué dada por los astrónomos, dos tiempos por la Iglesia Católica.
dieron uno y otro Tribunal en esta nicana como herética, sino solamen-
entonces, al instante, levantó la pro- Con esto tendremos por enemigos á
causa, por más que entrambos se hu- te como temeraria.» Porque, en1

efecto, era á la sazón temerario apar- hibición que había dado de leer los los racionalistas, pero no á la razón
bieron equivocado; porque juzgaron
tarse del sentido literal de la Escritu- libros en que se defendía como tesis ni á la ciencia '.
según la ciencia que se tenía entonces. La
la doctrina copernicana, y todos los
Sagrada Escritura decía en algunos ra, no presentando la ciencia todavía
cristianos fueron libres en escribir
lugares que el Sol gira alrededor de razones convincentes que obligasen á Sobro esta malcría pueden verse los impor-
1

sobre esta materia cuanto se les an- lanles artículos de la Itrvne des qveslions scientifi-
la Tierra, saliendo en Oriente y po- explicar el sagrado texto en el senti-
tojase. Había cesado de ser temerario qves, escritos por Jl. Ph. (¡ilberl, profesor en la
niéndose en Occidente; por otra par- do que ahora se le atribuye. Y el Pa- Universidad católica de Lovaina , los cuales nos
interpretar los textos de la Escritura han servido mucho para este capitulo. Poslerior-
te, la prudencia dicta que en el inter- dre Grassi, jesuíta muy entendido en
en un sentido metafórico é impropio ! mente La Ciencia Cristiana ha dado ;i la luz piibli-
pretarla nos atengamos siempre al materias astronómicas, contemporá- , ca en nuestra patria, traduciéndolo del alemán, un
con la demostración que obligaba á excelente trabajo del P. II. (irisar, S. J., que puede
sentido material, á no ser que razo- neo de Galileo, á quien había refuta-
;

' verse en los tomos V, V I . IX y X. También La


nes gravísimas y evidentes nos obli- do en su libro intitulado Libra astro- Cicilla Cattolica ha escrito en diferentes ocasione?'
guen en algún caso á tomarla en sen- nómica, y nada ignorante en lo perte- 1
Opere, tomo IX, pág. 6 o . ! sobre este tan manoseado asunto.
tido metafórico. Este es un canon de neciente al dogma, no dudó en pro-
interpretación dictado por la pruden- ferir las siguientes palabras: «Cuando
cia, puesto que de otra manera no se encuentre una demostración de
quedaría nada cierto en la Escritura, este movimiento, entonces se deberá
y sería ésta una revelación entera-
mente inútil. Este canon lo habían 1
Opere, tomo V I , pág. 296.
E L C A T O L I C I S M O Y L A R E L I G I Ó N C R I S T I A N A R E S P E C T O A L D I L U V I O .

germanos ', y, en fin, los romanos ' . 2


merables que en todos los demás
Ya Josefo en su tiempo escribía que países antiguos, y, por otra parte,-
ésta era la tradición común de todos nada se presenta en ella que revele la
los pueblos, y luego cita en compro- creación del mundo, mientras que t i
bación de ella á varios escritores an- Dios del Génesis es único y criador de
tiguos, pertenecientes á distintas na- cielos y tierra.
ciones del mundo. En nuestros días Tiene gracia la ocurrencia del pro-
CAPÍTULO XVIII han sido descubiertas entre los escom- fesor americano, dirigida á rechazar
bros de Nínive unas tablillas de barro la autenticidad del Génesis; pues dice
cocido, verdaderas hojas de los libros que, á ser de Moisés este libro, no se
EL CATOLICISMO Y LA RELIGIÓN CRISTIANA
usados por los asirios, en las cuales viera en él puesto el Mediterráneo al
se halla también descrita la tradición Occidente, sino al Norte. ¿Quién ha
RESPECTO AL DILUVIO del diluvio. Formaban parte de la dicho á nuestro profundo observador
gran biblioteca del rey Assurbanipal ó que Moisés escribió su libro en Egip-
Sardanápalo, y en ellas se halla escri- to, como supone, y no en el desierto,
to haber sido tomada toda aquella re- al Oriente del mar Mediterráneo? No
lación de la biblioteca real de Babilo- pensaba así su gran patriarca Voltai-
nia. Draper hace también mención de re, cuando para negar la autenticidad
N los capítulos VI y VII del li- un incrédulo cualquiera, enseña con estas tablillas; y en lugar de inferir de dicha escribía que en el desierto no
^Jl§l|bro del Génesis se halla referido toda evidencia que el tal cataclismo ellas, como era razón, la verdad de la podía haber papiro para el efecto. Así
el gran cataclismo del diluvio uni- ha tenido lugar efectivamente en el narración mosaica, ha concluido todo se retuerce siempre la incredulidad,
versal, ejecutado por Dios con los mundo. De él nos dan cuenta los ba- lo contrario, diciendo que aquello deseosa de hallar algún arrimo para
hombres á causa de sus muchos pe- bilonios ', los fenicios , los frigios , 2 3

también es una leyenda, y ha proferi- no creer lo que no le agrada. ¿Falta-


cados; diluvio en el cual descargó el los sirios *, los persas '\ los chinos , 6

do además la profunda sentencia de rían á Moisés tablillas de barro en el


Señor la terrible inundación en que | los indios ', los griegos los egip- que ha sido tomado de allí cuanto se desierto? .
fueron anegados todos ellos, excepto cios , los mejicanos , los perua-
9 1 0

cuenta en el Génesis. Cada uno ve las


Noé con su familia y con los anima- ¡ nos " , los habitantes de Tahiti , del l2 Es tan clara y manifiesta esta tra-
cosas como se le antoja. Sin embar- dición de todos los pueblos en orden
les que por orden de Dios habían sido ; Orinoco y de la América del Norte go, si el sapientísimo escritor hubiera
introducidos en el arca salvadora, i los japoneses " , los celtas , los 1 5 al diluvio, que hasta los mismos i m -
querido tomarse el trabajo de compa- píos, Bailly, Fréret, Boulanger y
Esta narración es considerada por los rar narración con narración, hubiera
racionalistas como una de tantas fá- • i Deruso (edic. Richtcr), pág. 52; ¡lem Syn- otros, á pesar del odio inmenso que
visto con la mayor evidencia que en- profesaban á la Religión cristiana, n o
bulas de las que se leen en los libros \ cello, Chronograf.,\)á<¿. 20. trambas tienen en verdad un fondo
* .lóselo. Antiquit., tom. I , pág. 4, y Sancho-
de la mitología pagana, y contra su ; niaton han podido menos de sucumbir á su
(cdic. Orelli), peg. 3 2 . común, y vienen, por consiguiente, de irresistible fuerza, y han rendido tri-
verdad se levantan orgullosos en nom-; 3 Comp. Butlman iibe.r den My'.hus der Suud- la tradición primitiva, originaria de
bre de la ciencia. Hovelacque se ex- flutli, Berlin, 1810, pág. 3 5 . buto abiertamente á la veracidad de
Luciano, De dea Si/ra, caps. XII y XIII.
I la familia de Noé, pero que difieren la Escritura. «¿Por qué, dice Bailly
presa acerca de ella en estos térmi- Roundelicsch, lomo III, pág. 7.
5
demasiado entre sí en los pormenores
nos: «Es un mito el diluvio univer- en sus Cartas sobre las ciencias, el de--
<> Klaprotli, Asiapolyg., pág. 1 2 . para que pueda decirse copiada una
sal, una fábula, una leyenda... En ' Bopp, Die Siindflutli nebsl drei Episoden des rramamiento del agua forma la base
Mahabarala, Berlin, 1829, pág. 3. de otra. Por lo demás, si hubiéramos de todas las fiestas antiguas? ¿Por qué
ninguna parte se han hallado vesti- Bullmann, obra cit.
8
de pensar esto último, más bien de-
gios geológicos de un verdadero dilu- '•> Platón, Tiniaeo, pág. 23, y Diodoro, tomo I , estas ideas de diluvio, de cataclismo
biéramos decir que los babilonios co- universal? ¿Por qué estas fiestas, que
vio.» Lo mismo escribe nuestro hé- pág. 10.
1

piaron de los hebreos, que no éstos de


Herrera, déc. 1.", lib. I X , cap. I V ; Clavige- no son sino conmemoraciones? L o s
1 0

roe americano , añadiendo que el es- ¡ ro, Historia de Méjico, tomo I. los babilonios; porque en la descrip-
tado del mar y de la atmósfera hace Gomara. Historia de las Indias (edic. Riva-
I I caldeos tienen su historia de Xixutro,-
ción babilónica se encuentra la mis- que no es sino el Noé desfigurado; los
imposible semejante catástrofe. Sin deneyra), pag. 233; loco cit ; Clavigero, lomo II;
Ilumbolilt , fíeise in die /Ei/uinoclial Gri/rnden, ma turba de dioses y de diosas innu-
embargo, la tradición de todo el gé- | tomo III, pág. 40 i; Aiisicliten, Der Gordill, pág 26. egipcios decían que Mercurio había
ñero humano, la cual en materia de; W EHis, Polynesian Research,
u >
Londres, grabado los principios de las ciencias
1
Kdda, Doemasage, cap. V I . Pueden verse re-
hechos históricos vale por cierto algo j 1830, Gumilla,
tomo I, pág. 57.
unidos los testimonios citados en Lamben, Le dé-
en columnas que podrían resistir al di-
Historia natural, civil, política, etc.,
1 3

más que las simples negaciones de del Rio Orinoco. Sobre las tradiciones del diluvio luge mosaique, 1870; en Gainet, Accord de la Bible luvio. Los chinos tienen también su
entre los indios, tomo II, cap. I .
et de la Géologie, 1876, y en Marcel de Serres, La Perrun, mortal amado de los dioses,
Cntmcg. de Moisés, tomo I, cap. II.
1 1
Stulir, Religión de Oriente, pág. 4 1 .
* Ovidio, Melamorph.. lib. I .
que se libra de la inundación general.'
1
hHlre sur l'hommeprchislorique, pág. 0,1873 I
1 5
Mone, Nordisch Heidenlh, tomo 11, pág. 191.
200 E L C A T O L I C I S M O Y L A R E L I G I Ó N C R I S T I A N A
R E S P E C T O A L D I L U V I O . 201

en una barca. Los indios cuentan que larmente nuestra atención es que los mación en las sobredichas creencias parte de la Gaula, y se encuentran á
el mar ha inundado la tierra, excepto pueblos más aislados entre sí en o r - de los diferentes pueblos al influjo la entrada de las grutas vestigios de
una montaña situada hacia el Norte; den á las relaciones sociales, concuer- que sobre ellas hayan podido ejercer fortificacionesdepiedras brutas amon-
una sola mujer con siete hombres se dan, sin embargo, en colocar este su- los misioneros con las máximas del tonadas \ Hánse observado medios
retiró á ella, donde se salvaron igual- ceso, poco más ó menos, en el mismo Cristianismo.» ' análogos de defensa en la parte exte -
mente dos animales de cada especie.» tiempo, ó sea cuatro ó cinco mil años Si de la tradición pasamos á la rior de las grutas del Vivarais . Mon-
2

«La idea del diluvio, dice Fréret, tal antes del presente.» ( 1 8 2 a ) No de 1

Geología, hallaremos en ella algunos sieur Alfred Fontan ha hallado en las


3

como la encontramos entre los dife- Otra suerte que los escritores a n t e - hechos que parecen significar él paso cavernas osíferas de Massat (Ariége)
rentes pueblos, es la tradición de un riores se expresa A. de Humboldt, de este cataclismo universal. Las ca- cenizas, carbin, un puñal de hierro y
hecho histórico. No se trata en mane- diciendo: «Estas antiguas leyendas de vernas osíferas nos suministrarán al- dos medallas romanas, una de las
ra alguna de perpetuar la memoria de la especie humana, que nosotros h a - gunos de esta especie. No todas cier- cuales lleva la imagen de Gordiano;
un hecho que nunca ha sucedido. llamos esparcidas por la tierra como tamente nos pueden servir para este La Historia misma nos proporciona
Estas historias, diferentes en la forma restos de un gigantesco naufragio, efecto; algunas de ellas se conoce documentos que comprueban la mora-
é idénticas en el fondo, en las cuales presentan un vivo interés al filósofo haber servido de vivienda al hombre, da de los hombres en las cavernas de
aparece siempre un mismo hecho, que profundiza en el estudio de la y otras de sepulcro. «La mayor parte Périgord. F l o r o cuenta que César
4

aunque siempre transformado; este humanidad. Por todas partes m s ofre- de las cavernas de Francia, escribe mandó ásu teniente Crasso encerrar á
consentimiento unánime de los pue cen las tradiciones cosmogónicas de Godron de Alemania y de Inglate- los astutos habitantes de la Aquitania
blos es, en mi parecer, una prueba de los pueblos una semejanza tal en la rra, en las cuales se han encontrado en las grutas adonde ellos solían reti-
la verdad de este hecho.» Y Boulan- exposición y en las ideas, que excita huesos pertenecientes á nuestra espe- rarse. Aquitani,callidum gemís, dice, in
ger: «Es preciso, escribe en su Anti- nuestra admiración en el más alto cie, contienen también productos de speluncas se recipiebaut, Caesar jussit in-
güedad descubierta, ver en estas tradi- grado. Las diferentes lenguas habla- su industria, mezclados, como ellos, eludí. El historiador Eginhart" cuen-
ciones de los hombres un hecho cuya das por tribus que parecen entera- con restos de animales. Al lado de ta que el rey Pipino, después de una
verdad sea reconocida. ¿Qué hecho es mente aisladas unas de otras, nos re- estos objetos, los más groseros de la lucha prolongada contra los aquita-
éste? Yo no veo otro cuyos monu- fieren los mismos hechos. Los datos época céltica, tales como hachas de nos y los vascones, se hizo dueño de
. mentos sean más generalmente ates- reales relativos á la dispersión de las piedra , puntas de flechas silíceas, la mayor parte de los castillos, rocas
tiguados que el de esta revolución tribus y á las catástrofes de la natu- agujas de hueso, collares de conchas y cavernas en que se defendían los
física, la cual se dice haber cambiado raleza ofrecen pocas variantes; sólo y de dientes de animales, se han ha- subditos de Waifre, último duque de
en otro tiempo la faz de nuestro glo- que cada pueblo imprime á su rela- llado también en dichos lugares ob- Aquitania.»
bo, y ha dado origen á una renova- ción un carácter particular. Tanto en jetos de origen incontestablemente « Las grutas, continúa el mismo
ción completa de la sociedad huma- lo interior de los continentes como en romano; por ejemplo, pequeñas esta- Godron, han servido también algunas
na. En una palabra, el diluvio me la-más pequeña isla del Océano Pací- tuas y lámparas de bronce y de tierra veces de lugares de sepultura. Así,
parece la verdadera época de la histo- fico, la montaña más alta de cuantas fina, vasos de barro rojo con relieves, Rosenmüller ' ha averiguado que en
ria de las naciones.» aparecen allí cerca es el lugar adonde fragmentos de tejas con bordes ele- la gruta de Gaylenreuth (Franconia),
se refugiaron para preservarse de la vados, vasos recubiertos de esmaltes existían, entre varios huesos de osos
Esto mismo repite en La Antigüe-
inundación algunos individuos de la pintados de color, brazaletes de jade de las cavernas y de otros mamíferos
dad justificada , diciendo que sería
raza humana, los únicos que queda- ó de metal. Se encuentran además diluvianos, esqueletos humanos ente-
preciso ser el más limitado y el más per-
ron en salvo. Cualquiera que estudie allí mismo objetos de una industria ros, cuyos huesos no se hallaban e s -
tinaz de los hombres para dudar de este
con atención las antigüedades meji- más reciente todavía. Por consiguien- parcidos y dispersos, como sucede
hecho, si se consideran los testimonios de
canas en la época que precedió al des- te, estas cavernas han sido frecuen- siempre con todos los habitantes an-
la Física y de la Historia, y el grito
cubrimiento del Nuevo Mundo, si co- tadas por el hombre en diversas épo-
universal del género humano. Este gri
noce, así el interior de los bosques del cas. Las cavernas del Quercy y del
to del género humano es el que mo- üesnoyers , Dictionnairc d'liistoire
1
nalurelle
Orinoco como las costumbres de las Périgord tienen las marcas más evi- de á"Orbigny, tomo VI, pág. 3 9 S ,
vió al sabio Cuvier á escribir las si-
tribus independientes, y luego com- dentes del trabajo y de la morada de De .Malljos, ilullelin de la Société génlogique
2

guientes palabras: «Diversos pueblos


para todo esto con la estrechez y pe- de France, tomo X, 1 8 3 9 .
las antiguas tribus de los Petrocorios 3 Comptes rendus de la Acadcmic des Sciences de
han conservado un recuerdo más ó
queñas divisiones de nuestras insta- y de los Cadurcos, que habitaban esta París, 1 8 5 8 , tomo L X V I , pág 9 0 1
menos confuso de esta catástrofe, .
laciones europeas, se convencerá de L. Annaeus Florus, nerum romanorum
4
epito-
donde comienza de nuevo por necesi-
que no es posible atribuir esta aproxi- HumboliU, Ileise in die ¿Equinoctiat Gegen- me, lib. III, cap. X I .
1

dad la historia de los hombres, en la den, tomo 1 1 1 , p á g . 4 0 8 . & Eginbartbus, Aúnales Francorum, Pipinus,
forma que ha podido llegar hasta nos- * D. A. Godron, De Vespéce el des races dans les p a r . 7 0 8 .
¿tres organisés, e t c . , deuxiéme edit. París, 1 8 7 2 , Rosenmüller, Dcscriplion de l'ours d^s enver-
6

otros. Y lo que merece muy particu- C u v i e r , Discours sur la révolation du Globe.


1
tomo I, car. VII, págs. 2 0 2 - 2 9 4 . nes, p á g . 2 .
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tiguos de estas guaridas subterráneas. to en grande confusión, conociéndose dos huesos con algunos utensilios hu- acabaran de perecer, siendo así que
Los hombres á quienes pertenecen bien haber sido precipitado todo ello manos. En otra no pudo bajar el ci- han pasado en aquellos lugares una
estos restos habían evidentemente por las hendiduras de la cueva con tado geólogo sino descolgándose por serie muy notable de siglos, puesto
sido sepultados allí . En la gruta de grande estruendo, á manera de es-
1
una cuerda nudosa asegurada en la que pertenecen á especies ya extin-
Povyland, en Inglaterra, se ha encon- pantosa cascada ó de furiosa avenida. boca de la cueva. Bien es verdad que guidas? En 1799 descubrieron unos
trado casi entero un esqueleto de mu- Oigamos al mismo Godron, que con- estos hechos por sí solos no prueban pescadores tungusos, al norte de S i -
jer, con objetos de adorno muy bas- tinúa de esta manera en el lugar ci- con toda evidencia haber sido sepul- beria y á orillas del Lena, el cuerpo
tos y del todo semejantes á los que tado: «Por otra parte, se encuentran tados allí hombres y animales juntos de un mammuth perfectamente con-
se hallan en los antiguos sepulcros también con bastante frecuencia hue- por medio de alguna inundación que servado, y lo mismo les ha acaecido
bretones; Buckland ~ ha observado sos humanos en las cavernas, de tal los hubiese sorprendido en vida. Pero en este siglo, el año 1877, á unos
que la presencia de este esqueleto en manera confundidos en el cascajo di- no por eso dejará de probar este fe- pescadores rusos; tanto que han po-
esta caverna ofrecía los caracteres de luviano, que parecen haber sido intro- nómeno la existencia de un grande dido comer los perros la carne del
una sepultura antigua cavada en el ducidos allí al mismo tiempo. Esto cataclismo, por el cual fueron arras- animal. ¿Quién ha podido conducir á
barro osífero. La caverna de Burring- es lo que ha observado M. Schmer- trados todos estos restos á los sobre- tales lugares b s cadáveres de estos
don, también en las Islas Británicas, ling en las grutas de Engis y Cho-
1

dichos lugares, ora hayan coexistido animales sino alguna fuerte inunda-
contenía tan grande número de esque- kier, en Bélgica. Las observaciones con el hombre las especies de mamí- ción que los arrebató en su precipita-
letos humanos, colocados de una ma- hechas en las cavernas del Mediodía feros cuyos huesos allí aparecen, ora da corriente, pues las regiones árticas
nera regular, que ha sido preciso con- de Francia han parecido igualmente hayan vivido en otra época más leja- no son consideradas capaces de criar
siderarla como un lugar de sepultura favorables á esta manera de ver, y ex- na. La suma elevación de las caver- tal linaje de elefantes? Lo natural
antigua . La gruta de Miallet (Gard), plican la opinión de algunos sabios
3
nas mencionadas está diciendo con parece pensar que estos animales vi-
explorada con una sagacidad exquisi naturalistas que las han explorado. toda claridad que el acarreo de las vían en el centro del Asia al tiempo
ta por M. Teissier *, ha mostrado á Los huesos humanos de la caverna aguas en ella ejecutado no pudo tener de la inundación universal descrita
este observador huesos humanos de de Bize han parecido además á origen en los ríos comarcanos, sino por la Biblia, y que, juntamente con
tal suerte amontonados, que presen- M. Tournal presentar el mismo es-
2

en una inundación enteramente ex- una multitud innumerable de otros


taban todas las apariencias de haber tado y la misma alteración que los traordinaria y parecida á la descrita de su especie, perecieron en ella, sien-
sido depositados en una fosa excava -' huesos de los mamíferos antiguos, por la Escritura, cuando cuenta el do arrojados de improviso por las
da al efecto en un terreno cascajoso, que se hallan allí mezclados.» cataclismo del diluvio aguas hacia el Norte con una veloci-
donde abundaban los huesos de oso. Ninguna de estas cavernas ha po- El mismo argumento se podría for- dad suficiente para que no pudiesen
Estos hechos parecen demostrar que dido ser morada de hombres, ni lugar mar con los huesos humanos y uten- corromperse en el camino.
los esqueletos humanos hallados en destinado para sepulcro de cuerpos silios propios del hombre que se en Para explicar este precipitado curso
algunas cavernas son de tiempos pos- muertos. En una de las que exploró cuentran á veces mezclados con hue- de las aguas bastaría decir que la
teriores á la época diluviana, que se- Schmerling hay que entrar arrastran sos de varios animales en las quebra inundación provino en parte de la
pultó en ellas los restos de otra clase dose por el suelo tres metros de dis- duras de las sierras entre el cascajo, aparición repentina del Himalaya, el
de mamíferos, á pesar de que ahora tancia para llegar á una especie de arcilla y arena; signos manifiestos de | cual, según enseñan los geólogos,
se encuentran todos juntos en un mis- galería muy baja, donde no se puede haber sido conducidos á aquellos ele- lleva todas las seniles de una forma-
mo terreno.» Hasta aquí el citado estar sino de rodillas, la cual conduce vados lugares todos los referidos ob- ción relativamente reciente. General-
Godron. á una cámara de dos metros de alto, jetos por alguna inundación extraor- mente se ha creído hasta aquí que las
Pero hay también otra clase de ca- lugar donde se encuentran los referí- dinaria. regiones árticas, en tiempos muy dis-
vernas adonde evidentemente los hue
Jlecherclies sur les ossemenls ¡assiles de la pro-
1
¿Y qué diremos de los animales tantes del nuestro, disfrutaban d i un
sos humanos han sido acarreados de vince de Liege, lomo II, páginas 32 y 176. helados que á veces suelen encontrar- clima más benigno que el actual, y
fuera por un fuerte aluvión, junta- * Alíñales de sciencies vahirelles, serie 1.", se en las regiones septentrionales, que, por consiguiente, pudieron ser
lomo X VIII, 1829, pág. 244. Reuscli, en la lec-
emente con cascajo, barro, piedras y ción X X I de su obra arriba citada, trae los razona-
con las carnes tan frescas como si morada del mammuth y de otros ani-
huesos de otros animales; pues todo mientos de f.yell y de Vogl, que tienden á probar males que ahora no podrían vivir en
este amasijo de cosas se halla revuel- la coexistencia del bonibre con los animales cuyos ' Más adelante diremos, sin embargo, cómo han ellas. No me opongo á esta opinión,
buesos se bailan mezclados con los suyos en varias podido ser los ríos comarcanos la causa inmediata y quizá con ella se podría explicar de
1
Dcsnoyers, Diclion. d'hist. natur. de á"0r- grutas, pero bien pueden los tales animales haber de tal acarreo, sin que por eso deje de ser verdad
vigny, tomo VI, pág. 392. pertenecido á tiempos muy anteriores al hombre, i lo que afirma el ilustre francés. El diluvio mosaico otra manera la gran inundación de
* Tiuckland, fíeliquiae dilucianae, pág. 87. pesar de que los buesos de unos y otros se hallen en pudo traer á nuestro globo la época de las grandes que venimos hablando, como hare-
un mismo terreno. Los aluviones juntan en uno inundaciones, y así introducir pur medio de ellas,
3 Id., ibid., pág. 165.
cosas que lian estado en otros tiempos muy sepa- cuando ya no existia en sí mismo, sino en sus efec-
mos ver más adelante. Pero no carece
* Bullelin de la Sociélé géologiqve de France.
tomo II, páginas 56 á 04.
radas entre sí. tos, los huesos de que aquí se hace mención. de probabilidad la hipótesis próxima-
•5
204 E L C A T O L I C I S M O Y L A R E L I G I Ó N C R I S T I A N A R E S P E C T O A L D I L U V I O .
203
mente enunciada, por la cual se atri- derados los tales animales como muy de algunas piedras, llamadas general- las comarcas vecinas á la costa. Al
buye la aparición de los sobredichos posteriores al diluvio mosaico mente cantos erráticos, en ciertos y de- norte del continente europeo no se
elefantes en las regiones árticas á la Pero dígase de todo esto lo que se terminados lugares muy distantes de elevaba sino una isla , la Escandina-
formación repentina del Himalaya. quiera, por lo que hace á la inundación las montañas de donde se suponen via , cuyos contornos no eran los de
«Se ha creído hasta ahora general- extraordinaria de que hablamos más haber procedido. Para hacerlas llegar hoy día , y cuya superficie estaba cu
mente, escribe La Ciencia Cristiana arriba, exponiendo los fenómenos geo- desde los montes de Escandinavia bierta de ventisqueros '. Grandes
tomándolo del Anuario científico, que lógicos de las cavernas , no todos los hasta las grandes llanuras del conti- masas de hielo partían desde las mon-
los mammuths hallados en las regio- sabios convienen en que la tal inun- nente europeo, fingen que todo el es- tañas de Noruega por Suecia, y lle-
nes septentrionales han vivido anti- dación fuese la narrada por la Biblia; pacio intermedio estaba ocupado por gaban á la costa cargadas de frag-
guamente en estas regiones, y que los antes bien opinan muchos de ellos que la mar del Norte , y que siendo aca- mentos y de peñascos desprendidos
lugares donde se encuentran son los no debe considerarse sino como un rreadas á ella por los grandes ríos de de las crestas abruptas de los montes.
mismos en que murieron. Un sabio caso particular de las frecuentes ave- hielo que salían de los sobredichos La extremidad del ventisquero avan-
distinguido, M. Bayle, profesa una nidas que tuvieron lugar en tiempo montes y desembocaban en el mar, zaba lentamente , y llegaba por fin á
opinión muy difcrtnte, sosteniendo del período cuaternario , muy an- eran después transportadas á la playa la mar para continuar su marcha
que estos animales no han vivido terior , según ellos , al cataclismo opuesta en inmensos carámbanos de largo tiempo bajo el agua mientras
nunca en Siberia, sino que proce- que hallamos descrito en el libro de hielo. He aquí cómo se expresa sobre que la presión vertical no los sacaba
den del Himalaya, desde donde, en Moisés. este particular el geólogo Credner en de su lugar. Sabemos que las monta-
un gran cataclismo, sus cuerpos han Generalmente se admite hoy día su Tratado de geología y paleontología, ñas de hielo son cabos de los ventis-
sido transportados á Siberia por gran- entre estos geólogos un cierto espacio al hablar del período cuaternario: «La queros que, sumergidos en la mar, se
des corrientes de agua, las cuales de tiempo llamado período glacial , de costa Sur del Norte de Europa en la desprendían y quedaban en libertad
se han congelado después. Según una duración inmensa é inmediata- época glacial, dice , puede delinearse con la presión de las aguas. Pronto
M. Bayle, el tiempo necesario para mente posterior á la de los tiempos con bastante precisión. Dirigiéndose estas masas de hielo eran arrastradas
este transporte es mucho más corto terciarios. A ser verdad lo que ellos de Calais , por Bélgica , en la direc- por las corrientes que venían del Nor-
de lo que generalmente se cree. Los afirman, durante este largo período la ción de Boon, iba al N E . por West- te, las cuales las acarreaban á la costa
cuerpos de los elefantes, bastante nu- extensión entera del Norte, y una falia y al S. de Hannover hasta el de Europa, extendida como una barre-
merosos en esta época, no han sido parte muy considerable de la zona borde N. del Harz, al cual rodeaba en ra de E. á O., estrellándose en ella y
llevados todos á Siberia, sino que mu- templada , se hallaron sujetas á una dirección SO. hasta Turingia, donde dejando en el suelo, al fundirse , las
chos de ellos se han quedado en el rigurosísima temperatura de frío, re- formaba un golfo profundo. De allí rocas de Escandinavia que habían
camino, y sólo han llegado á esta co- sultando de aquí quedarse todas ellas corría oblicuamente por Sajonia, al transportado.» 2

marca despojos suyos, como los hue- cubiertas de una inmensa capa de S. de Zevicka, Chemnitz, Dresde,
Esta hipótesis ingeniosa, sacada
sos y los colmillos. De ellos exclusi- hielo. Además , desde los Alpes y los Lobau y Zittau , todo lo largo de
de la consideración de lo que ahora
vamente es de lo que se sirven des- Pirineos se extendían enormes mon- los montes de los Gigantes y de los
acontece en los ventisqueros de los
de hace mucho tiempo los chinos para tes de hielo, de un espesor de más de Sudetas, por Polonia y Rusia hasta
Alpes y de otras regiones muy eleva-
sus esculturas de marfil.» Quizá es mil metros , por las regiones circun-
1
Tela, y por consiguiente al S. de Mos-
das, será probable hasta el grado que
tos animales no tienen ni siquiera la vecinas en una extensión de muchas cou; entonces volvía hacia el N E . y
se la quiera suponer ; pero no puede
antigüedad del diluvio, pues el Athe- leguas; montes que, en sentir de estos llegaba á la mar glacial, en la extre-
pasar de esta categoría en el presente
naeum inglés, en Octubre de 1873, escritores , constituían otros tantos midad de los montes Urales.
estado de la ciencia. Sirve, en efecto,
anuncia que un habitante de la Sibe- ríos de hielo dotados de un cierto mo- »Casi todas las partes de Europa para explicar el misterioso fenómeno
ria Alta se encontró un día con un vimiento de avance hacia las regio- situadas al norte de esta línea esta- de los cantos erráticos, hasta ahora
mammuth vivo, y que más tarde vio nes más calientes, donde, al fundirse ban todavía bajo las aguas. El Océa- atribuido al diluvio descrito por Moi-
con sus mismos ojos lo menos otros con los rayos del s o l , dejaban los no , por consiguiente , se hallaba en sés; mas para esto se presenta ella
dos diferentes, también vivos. Esto no grandes peñascos que sobre ellos ha- comunicación inmediata con el mar misma tan misteriosa como el mismo
ha podido comprobarse; pero el esta- bían caído de las altas crestas de los Glacial de nuestro tiempo , en térmi-
do de los huesos que sobre la misma montes mientras continuaban su mar- nos que las corrientes bañaban direc- 1
La palabra ventisquero, que aquí ponemos, no
superficie del suelo sedejan ver con cha. Así quieren explicar la presencia tamente los países hoy día continen- corresponde á la otra ij\a:ier, de que usan comun-
frecuencia en la América del Norte es tales , siguiendo la línea de las costas mente los franceses; pero es la que más se le aseme-
ja en nuestra lengua , y asi liemos apelado ú ella,
tal, que con razón pueden ser consi- 1 Puede verse sobre este particular la obra de de entonces; y acarreaban montañas siguiendo el ejemplo del Sr. Vilanova en su Geo-
Suthall intitulada: The receñí origin of man, don- y bancos de hielo , y bajaban por lo logía.
de se bailan reunidos los datos que comprueban * Credner, Traite de Geolngie el de t'aUonlolu-
i
La Ciencia Cristiana, vol. VII, págs. 287-288. este aserto. mismo la temperatura de la mar y de gie, cinquiéme partie. Quaternuire, págs. 041-623.
R E S P E C T O A L D I L U V I O .
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diente que tenga menos de tres gra- que lo recubre, sería uno de los pri-
íenómeno que pretende explicar. ¿De lado norte de los Alpes suizos desem- dos. Los ventisqueros antiguos no te- meros efectos de esta retirada de los
dónde ha venido á esta región tan ri- bocaban en sus valles los principales nían esta pendiente. Añádase á esto hielos. Así piensa Agassiz; pero tiene
gurosa temperatura para que se hayan ríos helados, que se extendían por que la mar de hielo estaba encajada por adversarios á los defensores de las
formado en ella capas tan inmensas toda la llanura y continuaban su mo- por su base en los valles. ¿Cómo, causas lentas, los cuales no se avie-
de hielo, así en la extensión como en vimiento de avance; los del Arve, del pues, han podido ser transportados en nen con acción alguna repentina.» 1

la profundidad? ¿Cómo no se derre- Ródano, del Aar, de Reuss y de Linth, ella los cantos erráticos? Agassiz ha- Hasta aquí el citado jesuíta.
tían á la presencia del sol en las dila- que llenaban el ancho valle situado bía sentido esta dificultad, y la resol- El fundamento en que estriba toda
tadas llanuras que ocupaban, pues los entre el Jura y los Alpes, elevándose vió introduciendo en la serie de los la teoría de los inmensos hielos son
hielos de los Alpes se conservan por- hasta la cresta del Jura, y, por consi- sucesos una grande catástrofe. Al fin las estrías paralelas que se notan en
que se hallan resguardados de la ac- guiente, á una altura de 1.300 me- del período geológico que ha precedi- algunas rocas, y la superficie alisada
ción solar en profundos valles? La tros.» 1

do al levantamiento de los Alpes, de- y como torneada de algunas otras.


causa de este enfriamiento tan ex- ¿Cómo es posible, repito, la forma- cía Agassiz (para este geólogo el pe- Mas estos fenómenos pueden provenir
traordinario en esta determinada re- ción de tan enormes masas de hielo ríodo glacial es anterior al levanta- también de otras causas distintas del
gión del globo, es cosa que todavía no en una zona templada yante la acción miento de los Alpes), la tierra se cu- movimiento de los hielos. El agua y
ha podido ser ideada satisfactoria- directa del sol? ¿Cómo pueden tener brió de una inmensa capa de hielo, la arena, puestos en acción conve-
mente por los geólogos, á pesar de su movimiento de avance sin el decli- en la cual fueron sepultados los ele- niente, pueden producir efectos seme-
habtrse dado varias explicaciones más ve necesario, y con el obstáculo de fantes del Norte (el mammuth de Si- jantes; cualquiera puede asegurarse
ó menos plausibles. Para que la ac- los altos montes en que se encuen- beria), y cuya extensión por la parte de ello observando el lecho de los ríos
ción directa del sol no fundiese aque- tran empotradas? «La dificultad, es- del Sud era tan grande como se coli que tienen bastante pendiente y en-
llas masas extendidas por llanuras in- cribe el Padre Haté, refutando esta ge por los rastros que ha dejado en los cuentran rocas en su carrera, ó fijan-
mensas, parece que debió hacer allí teoría, no está precisamente en ima- cantos erráticos. Esta capa hacía des- do la vista en los surcos paralelos
un frío sumamente intenso. Y con un ginarse lo que fié el antiguo ventis- aparecer todas las desigualdades de la producidos en algunas peñas con el
frío de esta naturaleza, ¿cómo conce- quero del Ródano. No comienza uno superficie de Europa anteriores al le- deslizamiento prolongado del agua de
bir en las demás partes del globo una á reparar en los puntos débiles de la vantamiento de los Alpes. Los lagos l l u v i a . No habría dificultad ningu-
2

evaporación suficiente para alimen- teoría de los ventisqueros pasados alpinos estaban helados, las nieves na en admitir el período glacial, redu-
tar, por espacio de innumerables si- sino cuando desciende á los pormeno- cubrían las cimas del Jura. Pero de cidos los hielos á menores propor-
glos, aquellos ventisqueros tan colo- res y cuando trata de aplicarles los repente se levantaron los Alpes. De ciones, pues sabemos por la historia
sales? Añádase á esto que no se con- resultados obtenidos con el estudio de resultas de este fenómeno los hielos que en tiempos anteriores al nuestro
cibe cómo han podido moverse ni una los actuales. Así, nuestros ventisque- fueron rotos, sus fragmentos se des- ha hecho bastante más frío que ahora
sola línea aquellas portentosas mon- ros se hallan colocados en los recodos lizaron sobre las pendientes, así como en los países de Europa. Pero enton-
tañas de hielo, faltándoles por una de las montañas, en los valles estre- también los restos de las rocas, y estos ces esta hipótesis no serviría para ex-
parte la pendiente necesaria para la chos que están protegidos contra la movimientos tuvieron por resultado plicar el misterioso fenómeno de los
posibilidad del movimiento, y hallán- acción directa de los rayos solares. la acumulación de los cantos rodados cantos erráticos, y así no adelantarían
dose por otra enclavadas y como en- Sabemos que si, por efecto de un co- y de arena junto á las rocas, que ellos nada con ella sus autores.
sambladas con el terreno por ellas cu- rrimiento, cambia la superficie exte- han pulido y llenado de estrías con el
bierto; puesto que siendo de un gro- Por lo dicho se ve que el único fun-
rior de los flancos de las montañas, frote y la presión. Después del levan- damento verdaderamente sólido para
sor de más de mil metros, no podían en términos que los rayos del sol pue- tamiento de los Alpes, ó al mismo confirmar de una manera segura, por
menos de contener bajo sus enormes dan calentar durante más largo tiem- tiempo, la superficie de la tierra se ha medio de la razón humana, la revela-
masas profundos valles y elevados po el lugar donde se encuentra el hie- calentado de nuevo, y esta elevación ción mosaica en orden al diluvio, es
montes. «El espectáculo que presen- lo, t i ventisquero disminuye. Mas de temperatura ha hecho se fundiesen el consentimiento unánime de todos
taba Suiza en la época diluviana, los ventisqueros antiguos presentaban las masas de hielo, que se han reti- los pueblos; consentimiento que no
escribe el citado Credner, era muy di- una ancha superficie á la acción del rado sucesivamente á sus límites ac puede haber tenido origen sino en la
ferente del que ofrece hoy día. No sólo astro del día, y sin embargo se exten- tuales, dejando en pos de sí, como
estaban llenos de potentes masas de dían, según se dice, á largas distan- testigos de su pasada existencia, los i P . Halé, Eludes religieuses, etc., cinquiéme
hielo los valles de los Alpes, sino ade- cias, á 20, ¿o y 60 leguas. Además, •cantos depositados sobre ellas ó em- serie, tomo V I I , págs, 00-61.
más se hallaba cubierta por un depó- nuestros ventisqueros no ejecutan su pujados por las mismas en su movi- logie, ' Véase á Ilamard, Eludes critiques d'Archéo
París, 1880, páginas 245-246, dundo observa
sito de hielo de más de mil metros de movimiento de avance en una pen- miento de avance. El depósito de el eminente arqueólogo romo pueden ser pruduci-
espesor la parte unida de Suiza, jun cantos rodados del Rhin y el lehem dos por el movimiento de las aguas todos los efectos
lamente con los países vecinos. Al atribuidos al avance de los hielos.
' Credner. loco citólo, pág. 024.
206 E L C A T O L I C I S M O Y L A R E L I G I Ó N C R I S T I A N A R E S P E C T O A L D I L U V I O . 209

misma realidad del hecho. Los demás grandes aluviones por fuerza debe neciendo siempre constante la rela- Todos los geólogos confiesan que
argumentos tomados de la Geología coincidir con la de los grandes ven- ción de las temperaturas medias del los Alpes, el Himalaya y los Andes son
carecen de fuerza suficiente, y no pue- tisqueros, no pudiendo éstos ser muy invierno y del estío , la cantidad de relativamente recientes y contem -
den ser traídos como pruebas irrefra- poderosos sin una grande elevación evaporación sea, por decirlo así, siem- poráneos á nuestra época. Mr. Elias
gables, siendo sumamente probable de temperatura que produzca en abun- pre la misma. Porque si disminuye la de Beaumont llega á afirmar que el
que su causa verdadera no está en el dancia los vapores congelables , y evaporación , caerá menos lluvia ó hombre ha presenciado los levanta-
diluvio, sino en los aluviones del pe- siguiéndose por necesidad de esta nieve en las montañas , y con esto mientos de los Alpes y de los Andes,
ríodo cuaternario, originados quizá misma elevación de temperatura un habrá menos alimento para los ven- y añade que estos levantamientos, ya
de algún otro agente de la naturaleza. deshielo muy grande en las estaciones tisqueros, y éstos vendrán á desapa- juntos , ya cada uno de por sí, han
Sin embargo, ¿no podemos afirmar estivales. Nótalo muy bien Tyndall recer con el deshielo del verano. podido dar origen al diluvio con el
que estos mismos aluviones son de- en su célebre tratado Del calor, capí- No se puede , por consiguiente, hundimiento repentino del suelo, que
bidos al estado atmosférico producido tulo VI, núm. 239 y siguientes, re- idear gran cantidad de nieve en las no pudo entonces menos de tener lu-
en la tierra por el diluvio, y que éste, darguyendo á los geólogos que con montañas sin suponer al mismo tiem- gar en la tierra.
por consiguiente, es la causa remota sobrada ligereza han querido introdu- po gran elevación de temperatura en Parece, pues, sumamente probable
de los fenómenos geológicos que aca- cir en toda la tierra una época de in- las otras partes de la tierra para pro- que todos los fenómenos, así del pe-
bamos de referir? La temperatura de
1
tensísimo frío para explicar los fenó- ducir gran cantidad de vapores acuo ríodo glacial como de todo el tiempo
la tierra antes del diluvio debió ser menos glaciales. «Los tales, dice, sos. ¡Y qué! ¿no estamos viendo con cuaternario, tienen su verdadera cau-
generalmente, poco más ó menos, la olvidan que la enorme extensión de la experiencia en nuestros días que á sa en el diluvio mosaico , y en este
misma que la de los países tropicales los hielos en los tiempos pasados es las grandes nieves se siguen necesa- sentido se puede decir que los huesos
de nuestros tiempos, y aun quizá más debila no menos á la acción del calor riamente grandes avenidas al tiempo hallados en las cavernas y en los de-
elevada, como lo prueban, entre otras que á la del frío. . Lo que principal- del deshielo? ¿No son estas avenidas más terrenos de aluvión antiguo dan
cosas, la fauna y la flora, enteramen- mente debieran ellos buscar es la ele- mucho más formidables allí donde testimonio del diluvio, como el efec-
te tropicales, que entonces reinaban vada temperatura de la época glacial. las nieves ó los hielos han tenido lu- to lo da de su propia causa. Si en al-
en las regiones del Septentrión. Esta Es del todo manifiesto que, debili- gar en mayor abundancia, pues al lle- gunas partes el terreno característico
temperatura debió menguar conside- tando la acción del sol, se corta por gar el estío salen los ríos de madre de los ventisqueros, llamado lehem ó
rablemente con el diluvio, entre otras esto mismo la fuente de los mismos de una manera espantosa? Añádase á loess, se halla debajo de otros terre-
razones, á causa del mucho calor que hielos.» esto que probabilísimamente antes nos cuaternarios , esto no ha debido
debió emplearse para la vaporización del diluvio no había grandes monta- suceder sino porque , retirándose el
Por eso ya habían escrito mucho
de las aguas que no entraron en las ñas donde se pudiesen formar los ventisquero hacia su origen, y produ-
antes que Tyndall los geólogos Lecoq
entrañas de la tierra. Con esto es ventisqueros característicos del pe- ciéndose entretanto grandes aguace-
y Prevost haber sido la antigua exten-
fácil adquiriera la atmósfera el grado ríodo glacial. Las grandes montañas, ros, han debido depositarse nuevos
sión de los hielos un fenómeno que natu-
de calor suficiente para crear los va- como los Alpes , el Himalaya y los terrenos de aluvión cuaternario sobre
ralmente debía suceder al llegar la tierra
pores de agua que , convertidos luego Andes, debieron ser ó causa ó efecto el mencionado lehem ó loess. Mas para
á cierto grado de enfriamiento, pero ha-
en nieve, alimentasen los ventisque- del diluvio, ó quizá uno y otro en esto no es necesario recurrir á otro
llándose dotada de un clima mucho más
ros de las montañas, y cayesen, fi- parte, debiéndose al repentino levan- tiempo que el del mismo período gla-
caliente que el de hoy día. Las mismas
nalmente, sobre los valles en forma tamiento de alguno de estos altos cial : basta decir que los sobredichos
condiciones que señala este último
de aluviones torrenciales, realizando montes el ser arrojadas las aguas con aguaceros se produjeron principal-
geólogo para la formación de los ven-
así al mismo tiempo y en una misma gran furia á los continentes habita- mente hacia el fin del mismo período.
tisqueros están demostrando clara-
época los fenómenos del período gla- dos por el hombre, y dando luego A algunos parecerá, sin duda, de-
mente que la época de éstos, ó sea
cial y los de los tiempos cuaternarios. origen la presencia de estas mismas masiado corto este espacio de tiempo
el período glacial , es la época de
Los geólogos comunmente han los grandes aluviones: «Para que los aguas en los continentes dichos, ayu- para que dentro dé él hayan podido
asignado á estas dos clases de fenó- ventisqueros puedan formarse , basta, dadas de las otras que en enorme realizarse todos los fenómenos gla-
menos dos épocas distintas é inme- en sentir de M. Constant Prevost: cantidad caían del cielo, á espantosas ciales y cuaternarios, acostumbrados
diatamente sucesivas, alargando así que el agua caída de la atmós- erupciones volcánicas por haber pe- como están á conceder una inmensa
de una manera extraordinaria la serie fera pueda permanecer en el suelo en netrado, merced á su inmensa pre- multitud de siglos á las formaciones
de los tiempos. Pero la época de los forma de nieve ó de hielo; 2 ° , que^ sión, en el núcleo candente de la tie- geológicas. Pero deben advertir los
la temperatura estival no derrita toda rra, y sido en un instante reducidas al tales que los terrenos de aluvión no
1
Esta idea do atribuir al diluvio mosaico lodo la nieve que haya caído en la esta- estado de vapor con aquella tempera- guardan las mismas leyes que los se-
el aluvión evalirnnrio nos la suministra Moigno
ción del invierno; y 3 . , que perma- 0 tura extraordinariamente elevada: dimentarios de los períodos anterio-
«¡n Los Esplendores de la fe, lom. I I I , cap. X I .
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res, y que sólo se necesita para su cascajo alguno, como se ve en todos libro publicado por Mr. Chambrun: meno, cuyo principio y cuya mayor
rápido crecimiento abundante evapo- los valles donde se muestran los de- « Hacia el fin del período cuaternario, intensidad corresponderían á la época
ración , con abundante lluvia ó d e s - pósitos cuaternarios. Todo el cascajo el Var llenaba un lecho inmenso de de la dispersión y del establecimiento del
hielo por parte de la atmósfera , y del valle de Amiens es de una sola algunos kilómetros de anchura y más hombre sobre la tierra. Nada, pues, tie-
mucha tierra movediza por parte del formación, perfectamente homogénea de siete metros de profundidad. El ne de extraño el que se hayan encon-
suelo de donde haya de ser tomado el en sus caracteres minerales y orgáni- volumen de sus aguas era más de trado en el lehem ó loess, que es el
depósito aluvial, cosas ambas que no cos, y pertenece á la misma edad que cien veces mayor que el actual, y, último término de los depósitos gla-
faltaron ciertamente en el globo te- Abbeville y Saint-Acheul, edad poco por consiguiente, la abundancia de ciales, restos del hombre ó de su i n -
rrestre al terminar el diluvio. Porque distante de una época vecina al perío- lluvias era también cien veces ma- dustria, los cuales, sin embargo, son
las montañas entonces no estaban do histórico. Las inundaciones que yor: puede evaluarse en 80 metros la tan raros que con razón deben consi-
lavadas como al presente , sino muy han dado origen á estos cascajales capa de agua que caía cada año. Estas derarse como meros accidentes,» 1

cubiertas de tierra movediza , y la debían llegar á una altura por lo me- grandes lluvias duraron largo tiempo Como se ve, M. Collomb fija la
temperatura era mucho más alta que nos de 26 metros. El agua del Soma, y tuvieron un paroxismo de corta du- época de los tiempos glaciales en los
en nuestros días, según dejamos in- en la época de estas inundaciones, ración. El período de las grandes llu- años inmediatamente posteriores al
dicado más arriba. Fuera de que no llenaba todo el valle desde el fondo vias coincidiría con la época glacial; acontecimiento del diluvio bíblico;
es tan corto el espacio de tiempo hasta la cima. Los depósitos de cas- el paroxismo de las grandes aguas, la pues entonces fué cuando los hom-
transcurrido desde el diluvio hasta la cajo y de loess llegan á veces á una inundación por excelencia, sería el bres, multiplicados ya en gran nú-
fundación de R o m a , tiempo en que altura de 35 metros sobre el actual último de los sucesos grandiosos en mero en la llanura del Senaar , y
el Tíber todavía presentaba un carác- nivel de este río. Estas inundacio- la historia física de nuestro globo.» ' confundidos por Dios, en su loca em-
ter cuaternario , según consta de los nes suponen y demuestran un período Nosotros hemos supuesto el diluvio presa de la torre de Babilonia, con la
estudios del geólogo Rossi para que pluvial, de la misma manera que los á la cabeza de estas inundaciones; multiplicidad de las lenguas, se re-
no puedan caber dentro de él los fe- peñascos erráticos demuestran un pe- pero para el objeto que nos ocupa es partieron por las diversas partes del
nómenos arriba indicados. ríodo glacial. Este período pluvial ha esto una cosa muy indiferente: en globo, llevándose cada uno el género
Aún más: el período cuaternario debido preceder inmediatamente al todos los casos la época glacial es de habla que le había sido infundido
<

todavía debe aproximarse más hacia origen verdadero de los tiempos his- muy reciente y llega á tocarse con los por el supremo Hacedor en castigo de
nosotros, haciéndolo llegar hasta los tóricos. Si hubiéramos de juzgar de tiempos históricos. Esta misma es la su vanidad y soberbia. H i a q u í , pues,
tiempos de la República romana, la edad de estos depósitos por la nin- idea de Mr. Ed. Collomb, de quien cómo la ciencia conspira á hacer ad-
como se infiere de las observaciones guna alteración que han sufrido de escribe Moigno las siguientes líneas: misible la proposición por nosotros
hechas por el mismo Rossi al notar parte de los elementos atmosféricos, «Para Mr. Eduardo Collomb, el primer arriba enunciada, de que probabilísi-
las formidables avenidas de dicho río ó por el hecho de no haber sido atra- instante en que comenzaron á apare- mamente el diluvio bíblico ha sido la
verificadas entre los años 505 y 531 vesados nunca por río alguno, los co- cer los antiguos hielos se hallaría en verdadera causa de las dos épocas,
de la fundación de Roma, y contadas locaríamos casi en el período histórico. una época geológica muy reciente, glacial y pluvial, averiguadas por los
por los Pontífices en el número de los Las capas de loess de Amiens son después de la época terciaria, y muy geólogos, ó que, por lo menos, está
verdaderos prodigios. La misma con- enteramente semejantes á las del probablemente muy pocos instantes íntimamente ligado con ellas y con
clusión ha sacado de sus profundos Rhin y de los otros ríos.» La misma antes de la aparición del hombre. El todos los tiempos cuaternarios.
estudios sobre el Soma el geólogo clase de inundaciones ha averigua- fenómeno glacial, después de haber ¿Qué puede, por consiguiente, ob-
inglés Mr. Tylor en una Memoria do Mr. Belgrand en sus particulares tomado un grande desarrollo por una jetar la verdadera ciencia contra el
intitulada: Sobre el cascajo de Amiens, estudios sobre el álveo del Soma en causa llena todavía de oscuridades, relato de Moisés, en orden á la gran-
contra lo que hasta entonces habían las edades antehistóricas y cuater- después de haber extendido su manto de inundación vulgarmente llamada
opinado Prestwich, Lyell, Hebert y narias. de hielo por comarcas hoy día habi- diluvio? ¿Será acaso la masa enorme
otros muchos geólogos, fundándose tadas y cultivadas, ha disminuido l e aguas que se necesitaron para pro-
También Mr. de Chambrun de Ro-
en la mucha altura á que en otro poco á poco, gradualmente y por in- ducirla? ¿Será la inmensa capacidad
semont ha llegado á casi idénticas
tiempo habían llegado sus aguas. «El termedios, para entrar en sus límites del arca donde se salvó N )é con su
consecuencias en sus investigaciones
terreno cretáceo del Soma, escribe actuales, es decir, en las altas cade- familia? ¿Será, finalmente, lo que en
sobre el Var y el Ródano; sólo que,
Tylor, había tomado su configuración nas de montañas y en las regiones él se cuenta acerca de los animales
en sentir de este geólogo, el diluvio
actual antes de recibir en su seno polares, donde los hielos son, por de que fueron introducidos en el arca?
bíblico es la última de las inunda-
cirio así, los restos de un gran fenó - Todas estas son dificultades misera-
ciones de la época pluvial. Hs aquí
1
Rossi, Examen de un opúsculo intitulado:
Roma y las inundaciones del Tiber bajo el doble cómo reúne Moigno, de quien toma- 1
Moigno, Les Splendeurs de la foi, vol. I I ,
aspecto histórico y geológico. mos todos estos datos, la doctrina del íliap. VIH, pág. 7 t i l . t Moigno, Les Splendeurs de la foi, pág. 7 9 0 .
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bles, propias de la pobreza y peque- de los- Macabeos, cap. I, vers. 3., que* vía. Nosotros juzgamos, por el con- llaba Noé. Y tanto menos nos vemos
nez de quien las opone, no conside- calló la tierra ante su presencia; de Cé- trario,, muy razonable la interpreta- forzados á tomar en su sentido ente-
rando el infinito poder de Dios, que sar Augusto escribe San Lucas, capí- ción que de todo este relato del Gé- ramente estricto la expresión: todas
fué la causa primera y principal del tulo I I , vers. 1, que dio un decreto nesis da el doctor Reusch, sin querer las montan is que están debajo del cielo,
mencionado cataclismo. ¿Faltaba po- mandando se empadronase TODO EL condenar por eso la aducida por el cuanto que en otros lugares usa la
der á la divina omnipotencia por ven- MUNDO (universus orbis). Sin embargo, abate Moigno con la generalidad de Sagrada Escritura frases semejantes,
tura para ejecutar cuanto hallamos ambos personajes estuvieron muy los doctores católicos. He aquí cómo en las cuales no es posible atenerse al
referido en el Génesis en orden á esta distantes de hacer llegar su domina- discurre: «¿Representa Moisés el di- sentido rigurosamente material de las
inundación? Si quería castigar al ción á todos los confines de la tierra. luvio como una inundación universal, palabras. Así, por ejemplo, en el Deu-
hombre con un acto extraordinario de En la historia del patriarca José se y en qué sentido? Si la relación m o - teronomio (cap. II, vers. 25) dice Dios
su justicia, ninguna dificultad halla- cuenta que, cuando este ilustre varón saica descansara sobre una revelación al pueblo de Israel: Hoy comenzaré á
ría por cierto para realizar su propó- brillaba por su ciencia, virtud y po- divina, la respuesta sería fácil. Reve- enviar el terror y espanto de tus armas
sito en la forma que más le pluguiese der en Egipto, hubo una grande ham- lando Dios á Moisés que todas las á todos los pueblos que habitan bajo del
á su infinita sabiduría. Es verdad que bre en toda la tierra: In universo orbí altas montañas puestas bajo la capa cielo, á fin de que con sólo oir pronun-
el fenómeno del diluvio bíblico, como /ames praevaluit (Genes., cap. X L I , del cielo fueron cubiertas de agua, y ciar vuestro nombre tiemblen y se lle-
quiera que se le imagine, nunca po- vers. 5 4 ) . E n los Actos de los Após- que ésta todavía se elevaba quince nen de terror.»
drá ser explicado sin recurrir al mi- toles hallamos que, cuando bajó en codos más arriba, á nosotros no nos A estas palabras añade el sabio ale-
lagro. Pero ti milagro, ¿qué tiene de Jerusalén el Espíritu Santo sobre los tocaría sino creer que el agua cubrió mán, en la nota, este lugar de H. Mil-
contrario á la razón humana, ó á la Apóstoles, había en aquella ciudad literalmente todas las montañas, y ler, tomado de su obra Teslimony, p á -
verdadera filosofía, por más que con- varones religiosos de todas cuantas que la inundación fué universal en el gina 259: «Si los hombres de aquel
tra él se levanten todos los raciona- naciones existían á la sazón bajo la sentido más estricto de la palabra. tiempo se hallaban reducidos á los
listas sin aducir en favor de su ab- capa del cielo: Erant autem in Jerusa- Este es el sentido que han dado algu- medios naturales de sus propios sen--
surdo veredicto razón alguna, á no lem habitantes Judaei, viri religiosi ex nos exegetas á esta relación. Yo no tidos, nada podían saber sobre la ex-
ser que se tengan por tales sus prin- omni natione, quae sub coelo est. (Actos, creo, sin embargo, que las palabras tensión del diluvio. Es verdad que
cipios materialísticos y panteísticos, cap. II, vers. 5). Sin embargo, ¡cuán- de la Santa Escritura obliguen á adop- Dios podía revelar al hombre lo que
que desterrando del mundo á la Di to faltó en uno y en otro caso para tar esta interpretación. La relación éste no podía saber por sí mismo,
vinidad, proclaman abiertamente el que la universalidad allí indicada fue- del Génesis, como ya lo tengo demos- como lo ha hecho en gran número de
fatalismo? se enteramente absoluta! Por donde trado, es ante todo la historia del re- casos. Sin embargo, las revelaciones
Y hablando más en particular de le ninguna manera puedo aprobar el lato de Noé y de sus hijos (es decir, la divinas se hacen generalmente con la
cada una de estas cosas, ¿qué dificul- demasiado empeño del abate Moigno relación histórica de un hecho sabido por mira de un fin exclusivamente moral
tad puede haber por parte de la can- en sostener, contra Lambert, que la tradición de padres á hijos, hecha por ó religioso. Ahora bien: en el diluvio
tidad de agua que se necesita para la universalidad absoluta del diluvio está inspiración divina). Siendo esto así, las hay un hecho de muy grande impor-
producción del diluvio? En primer ^altamente proclamada por el Génesis, y palabras: todas las montañas fueron cu- tancia religiosa: este hecho consiste
lugar, podemos sostener con varios en afirmar que un diluvio parcial, ó biertas por el agua, fueron dichas en en que Dios, para castigar la malicia
sabios católicos, tales como Lambert, mejor dicho una universalidad lata y orden al punto de vista de Noé, y ya del género humano, lo exterminó en-
Pianciani y otros, que las aguas del relativa en la extensión del diluvio, en este caso no es necesario entender teramente, exceptuando á un solo jus-
diluvio no cubrieron toda la tierra. no puede concillarse con los hechos de la por ellas sino las montañas que esta- to con su propia familia. Pero ningún
Ciertamente, para defender el texto relación bíblica Si el eminente es- ban en el horizonte de este Patriarca. interés religioso hay en saber si el di-
bíblico no es necesario recurrirá este critor hubiera dicho que la universa- Hay en el capítulo VIII, vers. 5 , una luvio, que fué el instrumento de las
extremo: basta decir que el diluvio lidad absoluta del diluvio le parece advertencia que cuadra bien con este divinas venganzas, se ha extendido,
fué universal, sin descender á las cla- más conforme á todo el contexto de sentido. El primer día del décimo mes, no solamente á las regiones habitadas
ses de universalidad que pueden exis- la relación genesíaca, nada hubiéra- se dice allí, comenzaron á aparecerías á la sazón por el hombre, sino tam-
tir. No faltan lugares en la Sagrada mos tenido que oponerle; pero presen- cimas de los montes á los ojos de los bién á la tierra del Fuego, á las islas
Escritura donde las palabras tocia la tar su opinión de una manera tan ab- hombres que estaban en el Arca. Así, de Tahiti y de Falkland.»
tierra, todas las gentes que están bajo soluta, nos parece que es ir más ade- naturalmente, no tendríamos necesi
del cielo, y otras parecidas, no desig- lante de lo justo en una materia de dad de admitir la inundación de todas
Reusch. loco chalo, loe, XXII, págs 308-30'J.
1

nan sino cierto género de universali- que nada ha hablado la Iglesia toda- las montañas sin excepción alguna, Eslc es también el raciocinio del P. Pianciani.
dad lata y meramente relativa. De sino solamente la de aquellas tierras como puede verse en su Comentario sobre el dilu-
Alejandro Magno se dice en el libro I que estaban en la región donde se ha- vio, par. l o , de donde parece haberlo tomado
' Moi gno, obra cil., lomo III, cap. II, pág. 1118. Reusch.
214 E L C A T O L I C I S M O Y L A R E L I G I Ó N C R I S T I A N A
R E S P E C T O A L D I L U V I O . 216
Esta observación de Millernos pone venganzas, y de no provocar su justo
pretendida capa esferoidal se habría atmósfera, puesto que así fueron di-
en camino de responder á una dificul- enojo con nuestros pecados; mas lo
convertido en un simple casquete, vididas en un principio por el Supre-
tad que los partidarios del sentido ab- otro de si cubrieron ó no toda la ex-
que podría ser formado, mediante la mo Hacedor el segundo día de la s e -
solutamente restricto de las palabras tensión de la tierra las aguas del dilu-
virtud divina, con solas las aguas del mana mosaica. Esto es lo que cabal-
citadas podrían oponer á la interpre- vio, ¿qué interés nos podría propor-
mar ahora existentes. Y a u n supo- mente piensa Cornelio á L a p i d e con
tación contraria, diciendo que de esta cionar para la salvación eterna? E s
niendo que hubiera de ser una verda- otros muchos,escribiendo las siguien-
suerte Noé hubiera ignorado el mis- preciso ciertamente confesar que el
dera capa esférica, ¿por qué había de tes líneas: «Cum hebraice sit, escri-
mo exterminio del género humano, diluvio no fué propiamente parcial,
pasar su altura quince codos á la al- be comentando este lugar de la E s -
puesto que no podía saber, natural- sino universal en algún sentido, pues-
tura del Chimborazo? ¿Existía acaso critura, non theomot, id est, abyssi;
mente, si todos los hombres habían to que con palabras terminantes lo
esta montaña, ni otras semejantes á sed theom, id est, abyssus; et rabba,
perecido en el diluvio. Dios Nuestro dice la Sagrada Escritura; pero esta
ella, al tiempo de la inundación? id est, multa, per enallagen hebraeis
Señor, al mandar á Noé la fabrica- universalidad puede entenderse muy
¡Cuántas suposiciones gratuitas para familiarem, idem sit quod magna, ut
ción del arca, ya le reveló expresa- bien en un sentido lato y relativo á
hacer la guerra á la palabra divina! vertit Noster; verius censent alii abys-
mente que iba á destruir por medio de sólo el género humano. Sin embargo,
Y aunque existieran las tales monta- sum magnam hic vocari ba.rathrum,
las aguas á todos los hombres. Por aun en lo físico, el diluvio fué también
ñas, ¿por qué había de ser tan rigu- sive voraginem illam, maximam et
eso esta verdad nos la enseña clara y general en alguna manera, á saber:
rosa la universalidad que también profundissimam, quae tum ex aquis
terminante la Sagrada Escritura, en cuanto á que la inundación, para
ellas hubiesen de ser cubiertas del in ea initio mundi a Deo reconditis,
cuando nos dice que de los tres hijos levantarse hasta los montes altos de
todo? ¿Dice esto acaso la narración tum ex mari, aquis est plenissima.»
de Noé «se ha propagado el género Armenia, debió comprender una ex-
mosaica? En ella sólo hallamos ha- Ciertamente si, conforme á esta e x -
humano por toda la tierra» ó, como tensión enorme y extraordinariamen-
ber sido cubiertos con las aguas del plicación, queremos suponer grandes
reza el original hebreo, «por ellos ha te dilatada, lo cual supone una inun-
diluvio iodos los montes que están deba- depósitos de agua en las entrañas de
sido poblada toda la tierra,» ab his dación verdaderamente maravillosa.
jo dd cielo '. Mas nadie nos impide de- la tierra, ninguna cosa diremos con-
dispersa est omnis térra, que es lo
Pero, en fin, demos á los raciona- cir, con Cayetano y con algunos anti- traria á la ciencia; antes, por el con-
mismo; y cuando nos advierte por listas, aunque esto no sea necesario guos intérpretes, de quienes habla trario, suministraremos por este m e -
San Pedro que ocho fueron las perso- para defender la Escritura, que las San Agustín en el libro XV De Civi- dio uní* explicación probable de la
nas que se salvaron en el diluvio ". aguas del diluvio, según la relación tate Dei, cap. XXVII, que los montes dirección fija y determinada que sue-
Y este es el común sentir, así de los de Moisés, hayan cubierto todas las muy elevados no están debajo del cielo, len tomarlos terremotos, explicación
Santos Padres como de los Escolásti- partes del globo sin exceptuar ningu- puesto que levantan su cresta sobre! á la cual han apelado algunos geólo-
cos: por donde no parece al menos por na. ¿Qué se seguirá de aquí? Nada las nubes; y por cielo entiende la E s - gos. Pero nada digamos de esto: e n -
ahora probable la, opinión de aquellos absolutamente. Habrá que añadir un critura la extensión atmosférica don-, tendamos por el abismo las aguas de
católicos, que en nuestros días abo- poco más de agua para que la tierra de tienen éstas su asiento. los mares simplemente, en cuanto
gan por la no universalidad del dilu- puedasersumergida enteramente, y h e
vio en cuanto á los hombres, librando Pero seamos generosos y concedá- que, en virtud de la elevación repen-
aquí todo el negocio concluido. «Pero moslo todo á los adversarios de la Bi- tina del Himalaya, ó de los Alpes, ó
de él á la raza negra . 3

esteesun negocio mucho más difícil de blia. ¿Q Jé dificultad hayen que el To- de los Andes, ó de todas estas m o n -
Esta verdad era la que nos impor- lo que parece,» exclaman los enemigos dopoderoso, al criar el cielo y la tierra, tañas juntamente, ó de otra causa ex-
taba á nosotros saber para el fin reli- de la Biblia. «Hay que sacar de las y las fuentes del abismo, y las cata- traordinaria, la mar fué lanzada á las
gioso y moral de temer sus divinas fuentes del abismo y de las cataratas del ratas del cielo, haya depositado en el tierras secas de los continentes. ¿Fal-
cielo una capa esferoidal de agua su-
abismo y en el cielo, cualquiera que tará todavía agua en la atmósfera
« Genes., IX, 19. ficiente para pasar quince codos más sea la cosa significada con estas pala para hacer subir la inundación á la
» 1 Petr., 111, 2 0 .
arriba de la cima del Chimborazo, y bras, la cantidad de aguas suficiente altura marcada por la Biblia?
3
Vé.ise el artículo de Morís. Lamy, Universa-
lilé du délugc en La Conlrnverse del año 1883, hay que decir á dónde fueron estas que preveía le había de ser necesaria Si la atmósfera terrestre, antes del
tomo VI, pág. 296 y siguientes. Mr. J. B. Jaugey, aguas después de haber cumplido su
en el artículo Diluvia de su Diccionario apologético, para el caso del castigo? El sentido diluvio, se hubiera hallado en las mis-
expone brevemente las razones alegadas por los
misión vengadora.» ¿Y por qué se ha obvio de las dos sobredichas palabras mas condiciones de ahora, no podría-
abates Motáis y Robert en favor de dicha opinión de sacar la tan inmensa capa esfe-
parece ser que por la primera se e n - mos hallar en ella ciertamente los
sin pronunciarse por ella, pero advirliendo que, roidal que se nos objeta? ¿No pode-
«como hasta ahora no se ha lanzado contra este tiendan las aguas de abajo deposita- elementos necesarios para sumergir
nuevo sistema censura alguna, le parece que no está
mos sostener que la universalidad de das en la tierra, y por la segunda las en sus aguas la tierra entera. «El
prohibido al apologista valerse de él > El harnahi- la inundación no fué simultánea, sino
Ui Somería el 14 de Diciembre de 1892 llegó hasta sucesiva, puesto que la Escritura
aguas de arriba depositadas en la peso total de la atmósfera (aire y
el extremo de emitir en la Congregación de Propa- agua), escribe Mr. Bertrand, es igual
ganda Kide un juicio favorable á ella. nada dice de esto? En tal caso, la al peso de una masa de aguasuficien-
1
Genes., cap. VII. vers. 19.
-216 E L C A T O L I C I S M O Y L A R E L I G I Ó N C R I S T I A N A R E S P E C T O A L D I L U V I O . 217

te para envolver al esferoide terres- otra parte, que las sustancias terrosas ¿qué dificultad puede haber en esta ninguna dificultad seria se puede opo-
tre en una capa de diez metros de del globo contengan en estado de parte, cuando Dios mismo fué quien ner á la Escritura por parte de la fa-
elevación.» Pero la atmósfera a n t e -
1
mezcla mucha cantidad de agua, es dio el plan para fabricarla? ¿Acaso di bricación del buque.
diluviana debía ser muy diferente de cosa que no necesita de prueba: por remos que Nuestro Señor no supo Mayor dificultad hay en lo que se
la nuestra; prueba de ello son bien consiguiente, e:i ellas también se ha- ideada cual convenía á sus intentos, dice de los animales. ¿Perecieron todos
manifiesta, así la edad sumamente llará una gran cantidad de la referida ó no pudo realizar, por medio de su en las aguas del diluvio , y entraron,
avanzada á que antes del diluvio lle- masa líquida. Lo demás necesaiia- siervo Noé, cuanto había ideado y por consiguiente, en el Arca ejempla-
gaban comunmente los hombres mente ha de ocupar las cavidades sub- había mandado á éste ejecutar? Ta- res de cuantas especies había á la
como las enormes lluvias torrenciales terráneas del globo. En la atmósfera maña blasfemia no cabe en boca de sazón en toda la redondez de la tierra?
á que sabemos haber estado sometido no parece pueda ser colocada parte persona alguna que no sea completa- La respuesta á esta pregunta depende
en los tiempos pasados nuestro globo. alguna de aquella inmensa masa, si mente atea. Las proporciones del Arca de la opinión que se quiera adoptar
Moigno llega á suponer que era en- bien quizá la atmósfera antediluviana, son tan perfectas, que ellas mismas sobre la universalidad del diluvio.
tonces tal la atmósfera terrestre, que á medida que se ha ido descargando están diciendo haber sido reveladas Quien sostenga que el diluvio fué uni-
nunca se formaba la lluvia aérea, y del ácido carbónico en que abundaba por Dios á Noé. Trescientos codos versal en todo el rigor de la palabra,
q u e , a s í , los hombres de aquellos muchísimo más que la presente, ha tenía de largo, cincuenta de ancho y deberá sostener también, en conse-
tiempos nunca vieron el arco iris. adquirido alguna mayor riqueza en treinta de alto; es decir, que la anchu- cuencia, que todas las especies de ani-
Sea de esta suposición lo que se oxígeno é hidrógeno, poniendo así ra se encontraba con la largura en males actualmente existentes en el
quiera, la mayor cantidad de vapor en ella también su contingente para ha- proporción de uno á seis, y con la al- globo tuvieron sus representantes en
la atmósfera de aquellos tiempos es cer desaparecer del globo la gran can- tura en la proporción de cinco á tres. el Arca ; pero quien se contente con
una consecuencia natural de su más tidad de agua que lo inundó. Era seis veces más larga que ancha, una universalidad lata y relativa á las
elevada temperatura. Además, ¿qué Esto es lo que hay que decir del y tres quintas partes más ancha que partes habitadas á la sazón por el
sabemos si sobre esta atmósfera exis- estado presente de las aguas vengado- alta; condiciones que, como dicen los hombre , no necesitará recurrir á tal
tía entonces aquella otra más sutil y ras; porque apelar á una anihilación entendidos en el arte, son las más extremo para explicar la conservación
más aérea de que habla Moigno, depo- suya, afirmando que fueron reducidas propias para juntar en uña nave la se- de las especies. Por esta parte no ca-
sitada en un principio por Dios para por Dios á la nada después de cum- guridad con la ligereza en el movi- rece ciertamente de muy grandes di-
usar de ella en su debido tiempo, em- plido su oficio, no parece muy filosó- miento. ficultades la opinión que está por la
pleándola toda entera en el castigo del fico. Además, semejante aserción es- ¿Cómo sino por una revelación di- universalidad enteramente absoluta.
linaje humano? taría en pugna con la misma relación vina había de fabricar Noé tan artís- No porque el Arca no fuese suficien-
Y bien, se dirá: ¿qué se ha hecho bíblica; pues la Escritura parece indi- ticamente perfecto un buque de pro- temente capaz para recibir en su seno
de tan gran cantidad de agua? En la car que las aguas, pasada la inunda- porciones tan colosales, que sólo el á todas las especies de animales hoy
actualidad gran parte de ella debe ción, volvieron al abismo ó lugar de buque monstruo llamado Great-Eas- día existentes en el mundo , pues lo
hallarse absorbida por la tierra, ora las aguas, sea el que fuere el objeto .tem, entre todos cuantos ha producido contrario ha sido demostrado por di-
convertida en otras sustancias, ora designado por esta palabra. « Y vol- la industria humana, puede compa- ferentes autores , y últimamente por
mezclada con otros cuerpos terrosos. vieron las aguas de la tierra, dice el rársele en capacidad? Aunque el Great- el abate Moigno *, sino porque no se
Sabemos que los elementos constitu- sagrado texto, yendo y volviendo.» Eastem todavía era menos capaz que ve cómo se han podido propagar des-
tivos del agua son el hidrógeno y el Por consiguiente, no fueron reducidas el buque construido por Noé, si bien pués por todo el mundo , pareciendo
oxígeno; ahora bien, cada uno de estos á la nada. Lo que sucedió en un p r i n - le superaba algo en longitud, y por eso físicamente imposible esta difusión
dos cuerpos simples puede entrar en cipio fué que parte de las aguas subió era menos manejable. sin recurrir á la acción sobrenatural
composición con otros cuerpos: con á la atmósfera reducida al estado de Por lo que hace á la construcción de Dios ó de sus ángeles. «Harto
razón, pues, podemos suponer que vapor, y lo restante debió entrar en de tan extraordinario buque, ninguno más cierta es, escribe el P. Pianciani,
parte de aquella inmensa masa líqui- las cavidades de la tierra. Después, debe pensar que sólo Noé con su fami- la incapacidad de explicarse la pre-
da ha pasado al estado sólido. Por puesta en contacto con ésta, habrá lia intervino en ella. Noé fué el direc sente distribución de los animales
sufrido las transformaciones consi- tor de las obras, y bajo su dirección sobre la superficie de la tierra, supo-
guientes que dejamos arriba indi- tuvo cuantos obreros quiso, ofrecien- niéndolos á todos originarios de un
1
Bertrand, Lellres sur les révolulions du Glo-
he, édit. de Mr Joseph Bertrand, pág. 311. cadas. do á cada uno su salario, por más que mismo centro , y esparcidos de allí á
2
Por la divina Escritura sabemos que antes del
los obreros no creyesen nada de lo los diversos puntos del globo por me-
diluvio los hombres solían vivir 700, 800 y a u n Pero pasemos á la segunda dificul-
que vaticinaba su director. Además, dios naturales. E n la opinión vulgar
900 años, siendo así que, segün consta del sagrado tad que oponen los racionalistas á la
texto, la vida de los primeros postdiluvianos no
pasaba ya de 400: luego bajó todavía mucho más y relación mosaica, fundándose en la en la fabricación empleó nada menos i Moigno, Les Splendeurs, etc., tomo III, pági-
muy rápidamente. naturaleza del Arca salvadora. Pero que cien a ñ o s ; por donde se ve que na H 4 8 y siguientes.
218 E L C A T O L I C I S M O Y L A R E L I G I Ó N C R I S T I A N A R E S P E C T O A L D I L U V I O . 219

acerca del diluvio, esta distribución sí, y han servido maravillosamente •habla la Biblia, una conservación de Asia todas las especies que ahora tie-
no puede entenderse sin recurrir á la para propagar la especie humana; las especies antiguas que una creación nen su lugar propio y peculiar en las
acción sobrenatural , como dijo muy pero los mares algún tanto dilatados de otras nuevas, y la acción de conser- diversas partes del globo, con esto
bien Vallisnieri (Lett. II intorno al di- son un obstáculo insuperable para var no deja Dios de ejecutarla aun en quedará ciertamente disminuida no
luvio), aunque en esto fué opugnado muchas aves y más para los cuadrú- el séptimo día. Por eso decía Nuestro poco la dificultad; sin embargo, no
por un anónimo anotador suyo , por pedos y para los reptiles terrestres. Señor Jesucristo: Pater meus usque será desatada del todo. Pero esta h i -
Constantini y por Nicolai (hez. XLI1I Así, el Atlántico impide á los anima- •modo operatur, et ego operor '. pótesis dista mucho de ser comproba-
del Gen.). Cierto número de animales les propios de la América tropical Así, pues, no queda otro recurso á da con los hechos; porque, á ser ver-
originarios del Asia han seguido al pasar á Europa y al África , y vice- los partidarios de launiversalidad en- dadera, deberían hallarse restos de
hombre , y se han difundido con él versa. Las altas cadenas de monta- teramente absoluta de la inundación toda clase de animales en la región
por las otras partes del globo , como ñas son también algunas veces barre» mosaica sino decir que Dios por me- donde fué fabricada el Arca, y en las
el perro, el buey, el caballo , el asno. ras naturales que señalan el término dio de sus ángeles transportó algunos circunvecinas á la Armenia, siendo
Algún volátil, como el ánade salvaje, á los viajes de los animales: los dos hijos de los diferentes animales con- así que sucede todo lo contrario. Nin-
se ha espaicido por todas partes desde lados de los Andes se hallan poblados tenidos en el Arca á los países adonde gún resto de ciertas y determinadas
la Laponia hasta el cabo de Buena por animales los más diferentes entre ns podían ellos extenderse por los especies americanas se encuentra en
Esperanza, y desde los Estados Uni- sí. Hallan también los animales im- medios naturales. Esto no lo dice en los lugares observados del Asia y Eu-
dos de América hasta la China y el pedimento para pasar de un lugar á verdad la Escritura, pero, una vez ropa, siendo así que han debido vivir
Japón. Mas las especies enteras de otro, tan acomodado para ellos como interpretada su narración en el senti- en ellos, según esta hipótesis, no poco
cuadrúpedos terrestres no habrán pa- el que ocupan , en la interposición de do que llevamos indicado, se despren- tiempo; puesto que por una parte
sado á nado el Atlántico , ó cualquier una comarca de clima menos conve- de de ella naturalmente; porque las antes del diluvio se supone la tempe-
otra grande extensión de m a r , para niente; el lama se apacienta en los especies se hallan hoy día adonde no ratura del clima muy apta en aque-
tener la satisfacción de establecerse altos pastos del Perú y de Chile, cua- han podido llegar naturalmente desde llos lugares para conservarse allí t o -
en América. Seguramente las peque- tro ó cinco mil metros sobre el nivel la Armenia. Ni sería cosa muy extra- [ das ellas, y por otra la irradiación
ñas partidas de hombres que poblaron del mar, y al Mediodía sé extiende
-
ordinaria apelar al ministerio de los que había de ejecutarse después del
en algún modo la América y la Ojea- hasta la extremidad de la Patagoniar ángeles para un fenómeno de esta diluvio, desde la Armenia hasta los
nía , sin llevar consigo ni bueyes ni y , sin embargo , no ha penetrado en especie, pues sabemos por la fe que últimos confines de la tierra, debía
caballos, no llevaron al nuevo Conti- Méjico ni en el Brasil, adonde no po- estas sustancias superiores tienen re- ser naturalmente lenta y progresiva.
nente una fann.i , compuesta casi por día llegar sino atravesando lugares cibida de Dios la misión de atender Es, pues, necesario afirmar que Noé
completo de especies diversas de las demasiado calientes.» 1
al gobierno del género humano; por no pudo introducir en el Arca las es-
del nuestro, ni transportaron á la Aus- Recurrir á la acción creadora de donde con este acto no harían sino pecies esparcidas á la sazón por todo
tralia otra más diferente todavía de la Dios para producir las especies an- desempeñar en alguna manera su el globo sin un auxilio sobrenatural
nuestra. Ni pudieron tampoco pasar á tediluvianas en los lugares adonde oficio, amueblando, como quien dice, de Dios Nuestro Señor; y que, por
las partes cálidas del Nuevo Mando no podían naturalmente penetrar los la habitación del hombre, que un te- consiguiente, recibió este auxilio, si la
embaícídos en carámbanos de hielo '.jemplares salidos del Arca ó sus des- rrible cataclismo habría despojado de universalidad del diluvio fué absoluta
procedentes del Polo ó de los Apeni- cendientes, parece contrario al fin que su ornato primero. Tanto más que, y simultánea.
nos , tantos cuadrumanos ó carnívo- ,e propuso el Señor al mandar poner- para introducir tanta diversidad de
Mucho más desembarazada sin
ros, cuyas especies no se encuentran los en el Arca. Además, algunos en animales en el Arca como existen en
duda se encuentra por esta parte la
en el viejo mundo, aunque hayan po- esto no dejarían de tener cierta espe- todas las partes del globo, parece ser
opinión contraria de los que, admi-
dido pasar, y hayan pasado en efecto, cie de escrúpulo, pareciéndoles repro- también necesaria una acción sobre-
tiendo una universalidad lata y rela-
de un continente á otro, en las regio bado por la Escritura en aquellas pa- natural de Dios Nuestro Señor. ¿Cómo
tiva en la inundación referida, sólo
nes boreales , el reno , el oso blanco, labras del Génesis, en que nos dice el había de encontrar si no el patriarca
ponen en el Arca de Noé algunas es-
el armiño, el castor , etc. Allí las inspirado autor^que Dios descansó de Noé medio de hacerse con toda esta
pecies propias de los lugares donde
tierras se hallan próximas unas á ms obras el día séptimo . Esta razón,
2
multitud de especies, por grande que
vivía el hombre culpable; las cuales,
otras ; la América está separada de 1

sin embargo, no parece tenga mucha fuese su diligencia en procurárselas?


salidas del Arca, inmediatamente se
Asia prr sólo el estrecho de Behring, insistencia , porque la tal reproduc- Si se dice que por razón de la ele- desparramaron por toda aquella re-
y la Groenlandia y la Islandia la po- .ión más bien sería, en el sentido que vada temperatura de que entonces gión, buscando cada una el lugar más
nen en comunicación con Europa.
disfrutaba la tierra, se hallaban en el acomodado á su particular natura-
Los mares más bien contribuyen á 1
Pianciani, Cosmogonía e Genesi: Apéndice
leza.
unir que á separar los pueblos entrt pra il diluvio, par. 18.
1
Genes., cap. I I , vers. 2 .
1
Joan , cap. V, vers. 17. Qué es lo que haya sucedido en
220 E L C A T O L I C I S M O Y L A R E L I G I Ó N C R I S T I A N A R E S P E C T O A L D I L U V I O .

realidad, nosotros no lo podemos de- Moisés, concerniente al diluvio de Noé,


terminar absolutamente, teniendo una alegando que el hombre no ha apare-
y otra opinión graves y sólidas razo- cido sobre la tierra sino después del
nes en que apoyarse. Pero en cual- gran sacudimiento geológico que pro-
quiera de las dos que se quiera ele- dujo la inundac ón de las comarcas
gir,'es claro que ningún peligro c o - situadas al pie de la larga cadena del
rrerá ninguna de ellas por parte de la Cáucaso. Los descubrimientos de di- CAPÍTULO XIX
ciencia, porque ésta no rechaza la in- versos geólogos, y sobre todo de Bu-
tervención inmediata del Supremo cher de Perthes, Lartet , Christy,
Hacedor en los fenómenos del uni- Edward,Dupont, Troyon,Desor, etc., LA RELIGIÓN Y LA CIENCIA RESPECTO Á LA P R O V I D E N C I A DE DIOS
verso, y por otra parte ambas opinio- han puesto completamente fuera de EN EL GOBIERNO DEL MUNDO
nes no se diferencian entre sí sino en duda la existencia del hombre en esta
cuanto que la una pretende haber época, probando que la tierra estaba
sido la intervención milagrosa y so- habitada por la raza humana antes del
brenatural de Dios en los tales fenó- diluvio asiático, y justificando así la
menos mucho mayor de lo que á la narración del historiador sagrado.» Así
otra le parece. se verifica cada día más y más aquel ® A Providencia! He aquí uno de más apartada de los cielos, sin poner
Concluyamos ya con estas palabras célebre dicho de-Bacon, de que la poca
l ¿
gl!¿S| los puntos capitales en que ata- atención en nuestras cosas, como ya so-
de Figuier, en que los mismos geólo- ciencia aparta de la Religión, pero, al ca con mayor denuedo á la Religión ñaban los deístas del tiempo de Job,
gos confiesan paladinamente la gran- contrario, la mucha conduce á ella. cristiana la falsa filosofía. ¿Quién pue- soñando lo que querían '.
de armonía que reina entre la ciencia Examinen los geólogos sin ánimo de contar el número incalculable de Entre los mismos naturalistas no
y la Religión en orden á la existencia hostil á nuestra sagrada Religión los blasfemias que vomitaron en el siglo faltaron en el pasado siglo quienes se
del diluvio. L a s traducimos de la edi- fenómenos terrestres, y con deseo pasado contra este consolador atributo atreviesen á declarar la guerra á la
ción séptima de su obra intitulada: La sincero de hallar la verdad; entonces de la Divinidad los impíos secuaces Providencia, desterrando á Dios para
Terre avant le déluge, P a r í s , 1874.: verán cómo el sagrado texto encierra del deísmo? Los escritos de Carlos siempre del mundo después de haber
«Ha sido puesto fuera de duda por una sabiduría mucho más grande y Blount, de Antonio Collins, de Shaf- dado la existencia á la materia cós-
los trabajos de data reciente otro excelente de lo que muchos de ellos, tesbury, de Mandeville, de Woolston, mica. E l famoso Lamarck no tuvo
acuerdo más entre la Geología y la llevados de su furor antirreligioso, se Tyndal, Clubb , de Argens , To- vergüenza en proclamar esta absurda
revelación bíblica: nos referimos á la imaginan. Esperamos que un día de- land, Edelmann, Rousseau, Voltaire doctrina, según la cual desaparece el
existencia de la raza humana en la jarán por fin esa mala disposición de y otros infinitos filosofastros causado- Criador de la escena del mundo para
época del gran diluvio del Asia occi- ánimo con que no pocos practican sus res de la Revolución francesa, no son dar lugar al acaso en las diversas
dental. Largo tiempo se ha creído investigaciones, entrando así en la en sustancia sino una continuada pro- transformaciones de la materia. El
poder batir en brecha la relación de saludable senda de la verdad. testa contra el precioso atributo de la universo, según él, es obra de la mera
Providencia divina. No gusta á este casualidad, en virtud de la cual los
linaje de hombres corrompidos un seres materiales, obedeciendo á sus
Dios que se meta mucho en el go- propiasleyes,y puestos bajo la influen-
bierno de las cosas humanas , que cia del azar, han ido realizando poco
cuide en el mundo la guarda de la mo- á poco sus innumerables transforma-
ral, que tenga reservados sus premios ciones hasta obtener el estado mara-
a l a virtud y al vicio sus castigos, que villoso de orden y de armonía en que
intervenga en nuestras cosas mirán- hoy los vemos esparcidos por todos
donos como criaturas suyas, hechas á los ámbitos del mundo. Esta pesti-
su imagen y semejanza, y ayudándo- lente doctrina, precursora del ateís-
nos, en consecuencia,con sus próvidas mo, ha sido no ha muchos años lle-
disposiciones á conseguir la eterna vada hasta sus últimas consecuencias
bienaventuranza. E l dios que sabe en una obra anónima escrifa en i n -
bien al paladar de estos impíos es glés y traducida por Vogt á la k n g u a
aquel que tiene oculto su asiento en las I
nubes, y se anda paseando en la región
I 1 Job, cap. XXII, vers. 14. . .;
: ,
222 PROVIDENCIA DE DIOS EN EL GOBIERNO DEL MUNDO. 223
francesa con el título de Histoire na- vez que aspira á que se le considere manera alguna alterar con su omni- quenas vesículas de que estaba com-
turelle de la création. En ella no se li- como intermediario entre la oración potencia absoluta. Para él «las leyes puesta esta nube provienen de la con-
mita el atrevido autor ó autora, que del devoto y la acción providencial. de K --plero son resultado de la nece- densación del vapor de agua preexis-
para el caso es lo mismo, á explicar Su importancia aumenta por el poder sidad matemática , y es imposible tente en la atmósfera por reducción
la formación de todos los globos ce- que pretende tener de determinar la que fueran de otro modo que como de la temperatura, y demostramos
lestes con sus maravillosos y bim índole de esta acción...; el clero afir- son;» el sistema solar, no sólo no es cómo adquieren las formas que pre-
1

concertados movimientos por medio ma que por su intercesión puede t r a - interrumpido jam ís por intervencio- sentan... Nunca nos ocurre invocar
del casual encuentro de los átomos, zarse el curso de los sucesos, adver- nes algunas providenciales, «sino que la intervención del Todopoderoso en
sino que hace lo propio en la tierra tirse los peligros, asegurarse los bie- está bajo el dominio de las leyes irre- la producción y aspecto de estas for-
con todos los fenómenos de la vida; nes, obrarse milagros, y hasta cam- sistibles, que á su vez son resultado mas fugitivas. Explicamos todos los
de suerte que el hombre, según esto, biarse el orden de la naturaleza. Pero déla necesidad matemática.» s

fenómenos que con ellas se relacio-


no es sino un conjunto de átomos el ordinario movimiento de los cielos E n fuerza de esto, considera Dra- ¡ nan por leyes físicas , y quizá duda-
combinados en una particular y deter- no podía dejar de hacer en todos per como un absurdo la producción ríamos reverentemente en traer á es-
minada forma por el ciego impulso de tiempos una profunda impresión en de cualquier milagro y de todo efecto tas operaciones el dedo de Dios. Pero
la casualidad, malamente llamada ley los observadores reflexivos... Las pre- sobrenatural no contenido en las fuer- el universo no es más que una nube
por los materialistas, puesto que no dicciones astronómicas de todas cla- zas mismas de la naturaleza creada. semejante, una nube de soles y mun-
admiten un supremo Legislador que ses dependen de la admisión de este «La cristiandad latina, dice , en su dos; y por infinitamente grande que
la dicte y ordene. Y no sólo en lo fí- hecho: que nunca ha habido y nunca forma papal , es absolutamente con- parezca á nuestra vista, para la inte-
sico está reducido el hombre á la tris- habrá intervención alguna en las ope- traria al principio del gobierno por ligencia infinita y eterna es tan sólo
te condición de un mero autómata, raciones de las leyes natuiales. El leyes. La historia de esta rama de la un celajillo flotante. Si hay una mul-
según esta repugnante teoría, mas filósofo científico afirma que la con- Iglesia cristiana es casi un diario de tiplicidad de mundos en un espacio
también en lo moral, resultando de dición del mundo en cualquier mo- milagros é intervenciones sobrenatu- infinito, hay también una sucesión
aquí el fatalismo más completo en to- mento dado es el resultado directo de rales.» 3
de mundos en tiempos infinitos. Así
dos los órdenes de la sociedad, la le- su condición en el momento anterior. Así, apelando á la hipótesis de La- como las nubes se reemplazan unas á
gitimación de los instintos más abo- La ley y el azar no son sino diferentes place para explicar la formación del otras en el cielo, así el sistema este-
minables y groseros, la extinción de nombres de la necesidad mee ¡nica.» mundo sin intervención alguna de la lar — el universo — es el sucesor de
toda ley civil que tienda á reprimir I ¡La necesidad mecánica! ¡He aquí Divinidad, afirma que cada fenómeno otros innumerables que le han prece-
las desenfrenadas pasiones del hom- Iel gran principio de nuestro filósofo cósmico está por necesidad contenido dido, y el predecesor de otros innu-
bre y á castigar sus extravíos. sapientísimo! Esto es lo que entiende en el anterior, y que la serie de los merables que le seguirán. Hay una
No obstante la natural repugnan- este gran sabio por el nombre de ley, tales fenómenos no tiene verdadera- metamorfosis incesante, una serie de
cia que una doctrina de esta especie sin tener cuenta para nada con el so- mente ni principio ni fin, resultando hechos sin principio ni fin.» 1

produce al buen sentido del género berano Señor del universo. Si con de esto la eternidad de la materia, Pero no se contenta nuestro posi-
h u m a n o , nuestro intrépido químico esto no se quisiera decir otra cosa tan grata á todos los materialistas. tivista con este determinismo eterno
se ha atrevido á proclamarla abierta- sino que las causas naturales carecen «Hemos sido á menudo, escribe, tes- de los agentes naturales que obran en
mente en el capítulo IX de su famoso de libertad en la producción de sus tigos de la formación de una nube en todo el mundo sensible: su ideal se
libelo, acusando con gran descaro á efectos , y que el orden universal y un cielo puro. Un punto neblinoso halla en el sistema de la transmuta-
la Iglesia católica porque nunca le ha constante con que en todos tiempos apenas perceptible, una pequeña faja ción darvviniana, con la ruina com-
querido dar entrada en el número de las vemos obrar es ejecutado fatal- de humedad aumenta de volumen, y pleta de la libertad en las humanas
sus creencias, sino antes bien la ha mente por ellas conforme al plan di- se hace más densa y oscura hasta que acciones y con la práctica del suicidio,
combatido siempre como á su capital Vino del Supremo Hacedor, nada se cubre una gran parte del cielo. Forma conforme á las teorías fatalísticas de
enemigo. «Dos interpretaciones pue- diría diferente de lo que la Religión fantásticas figuras, y toma su luz del los estoicos. «Semejantes considera-
den darse (escribe al comenzar el re- católica enseña y la sana filosofía de- sol; es arrastrada por el viento, y tal ciones, pues (escribe después de ha-
ferido capítulo ') acerca del gobierno muestra. Pero á Draper no gusta vez, como gradualmente vino , gra- ber aplicado su doctrina del fatalismo
del mundo: ó por intervención divina nada de plan divino ; conténtale tan dualmente desaparece, fundiéndose á todos los organismos de nuestro
incesante, ó por la acción de una ley sólo la pura y simple necesidad mecá- en el aire transparente. globo), claramente nos obligan á venir
invariable. El clero se inclina siem- nica obrando con independencia ab- »Ahora bien; decimos que las pe- á la conclusión de que el progreso or-
pre á la adopción de la primera, toda soluta de la Divinidad, y desenvol- gánico del mundo ha sido conducido
viéndose en una forma fatal é irresis- 1
Draper, loco cítalo, páü. "247.
1
Draper, Historia de los conflictos, traducida - Id., MI.
por Augusto T. Arrimis, cap. I X .
tible, que ni el mismo Dios puede en I d . , ibid., pág. 201. i Draper, loco citato, páginas 261 y Xtt.
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por obra de una ley inmutable, no dores de Roma; sistema que excluía para que nos socorra en nuestras ne to escribe, y se verá que allí no hay
quebrantado ni determinado por in- el azar de todo y que consideraba los cesidades, alterando, si es preciso para ni sombra siquiera de argumentación.
tervenciones arbitrarias de Dios. Nos sucesos como dirigidos por una ne- ello, los elementos, y aun haciendo, Hipótesis, afirmaciones gratuitas, fal-
inducen á considerar favorablemente cesidad irresistible hacia el perfecto cuando así conviene á la divina gloria, sedades manifiestas: he aquí el nervio
la idea de transmutación de una for- bien; sistema de energía, austeridad, verdaderos milagros. La oración es de todo su discurso. Para echar abajo
ma en otra, más bien que la de crea- virtud, severidad, protesta viva en cosa de todos los fieles, no de los el dogma de la Providencia divina,
ciones repentinas. La creación im- favor del sentido común de la hu- sacerdotes solamente. Nada nos reco- creído en todos tiempos por todos los
plica una aparición brusca; la trans- manidad.» 1
mienda á todos los cristianos Nuestro pueblos de la tierra, ¿basta, por ven-
formación un cambio gradual. De Aquí tenemos la doctrina de nues- Señor Jesucristo con más ahinco que tura, sacar á plaza meras hipótesis,
este modo se presenta á nuestra in- tro imperturbable alquimista en orden el ejercicio continuo de la oración; y la hipótesis filosófica del atomismo^
teligencia la gran teoría de la evolu- al gobierno del mundo. Como se ve, esta misma conducta la hallamos tam- la hipótesis astronómica de Laplace,
ción . Todo ser orgánico ocupa un en ella se presenta la ciencia moderna bién observada en los Apóstoles, como la hipótesis naturalística y errónea de
lugar en la cadena de los aconteci- vestida á la última moda, ataviada se ve claramente en los escritos de Darwin? Para negar la posibilidad de
mientos; no es un hecho caprichoso con el novísimo ropaje del positivis- estos varones santísimos, que han lle- las intervenciones sobrenaturales en
y aislado, sino un fenómeno inevi- mo. Ya los sabios comienzan á seguir gado hasta nuestros días. Y por lo que los fenómenos del mundo sensible,
table.» «Para completar nuestra
1
en sus lucubraciones científicas la hace á los milagros é intervenciones ¿es motivo suficiente el afirmar que
opinión en este asunto, continúa, vol- conducta observada en los salones del sobrenaturales, que tanto ofenden á los fenómenos dichos están sujetos á
vamos finalmente la vista á lo que en gran mundo. Y, en efecto, ¿para qué nuestros naturalistas, el clero católico la necesidad matemática? ¿Sabe Dra-
un sentido puede considerarse como queremos ese fantasma de rey invisi- no ha sido mucho más fecundo en per ni pizca siquiera de filosofía al
de poca significación, si bien en otro ble y todopoderoso inventado por la esta clase de fenómenos que los de- proferir tan absurdos desatinos?
es de muchísima importancia. ¿Mues- necia imaginación de los antiguos? más fieles, cuya vida santísima ha ¿Qué tiene que ver la necesidad
tran las sociedades humanas, en su Por semejantes antiguallas ya nadie sido frecuentemente ilustrada por el matemática, puramente ideal y de un
carrera histórica, señales de un pro- aboga en nuestros tiempos, sino es el cielo con hechos de esta especie. Ahí orden infinitamente superior al sensi-
greso predeterminado en una senda clero, que desea vivir de este modo á están las vidas de los Santos y las ble, con la necesidad física á que se
inevitable? ¿Hay alguna prueba de costa de los ignorantes, vendiéndose- actas de los Mártires cristianos que hallan sujetos los agentes de la natu-
que la vida de las naciones está so- les como intermediario entre la oración dan buen testimonio de esta verdad, raleza corpórea? Las matemáticas no
metida á una ley inmutable? En las del devoto y la acción providencial de este sabida hasta de los niños en la Igle- expresan sino meras relaciones de nú-
fases de toda existencia, si aquéllas terrible Ser imaginario. sia católica. meros abstractos, por los cuales lo
son completas, hay caracteres comu- El profesor Draper podrá ser un ¿A qué, pues, sacar en esta materia mismo puede ser indicada una cierta
nes y como uniformidad, lo que re- pobre hombre en materia de metafí- el interés del clero, cuando se sabe multitud de sustancias espirituales
vela que todos viven bajo el reino de sica, de lógica y de historia; pero lo que todos los católicos estamos inte- y libres, que otra de materiales y
la ley; podemos de esto inferir que la que es intención no le falta en sus resados de la misma manera? E s que destituidas de libertad. De lo físico
vida de las naciones, y ciertamente el discursos. Ya se ve, ha vivido tanto con esta bufonada se predispone el no tratan sino por vía de aplicación,
progreso de la humanidad, no tiene en el mundo, y por otra parte sus pro- ánimo del lector en contra de la rea- y esto en las condiciones que nos-
lugar por azar ó capricho; que la in- genitores, como parientes del mono, lidad de los milagros y de toda inter- otros queramos gratuitamente supo-
tervención sobrenatural nunca rom- han sido unos perros sabuesos tan vención sobrenatural; y así, justa ó ner, ó que nos sean suministradas
pe la cadena de los hechos históri- excelentes, que á mil leguas huele el injustamente, ¿qué importa? se tiene por la misma naturaleza de los seres
cos; que todo suceso tiene su origen buen señor la sórdida avaricia del conseguido el objeto de introducir con sometidos al cálculo. Por esto se dice
en otro anterior y engendra otros clero y el empeño, en que todavía per- maña el fatalismo. de ellas, con muchísima razón, que no
posteriores. Pero esta conclusión es sisten los aborrecibles sacerdotes, de ¡Oh! calumniares mucho más fácil crean objeto alguno, sino que única-
el principio esencial del estoicismo, trastonar la fábrica del universo con que excogitar razones sólidas para de- mente lo suponen tal cual él es en sí
aquel sistema filosófico griego que, la palanca poderosa de sus milagros. fender una tesis cualquiera. ¿Qué ra- mismo, con sus propiedades' internas
como ya he dicho, ofreció un apoyo Antes de lanzar contra el clero tan zones presenta Draper para excluir á y esenciales.
en sus horas de prueba y una guía se- atroces imposturas, debiera haber ad- la Divinidad del gobierno del mundo ¿Qué tenemos, pues, que ver con
gura en las vicisitudes de la vida, no vertido el positivista americano que y poner todas las cosas, incluso el las matemáticas para averiguar si las
sólo á muchos gtiegos ilustres sino á los católicos no hacemos exclusivo mismo destino de los hombres, en relaciones entre los fenómenos de la
algunos de los grandes filósofos, hom- de los sacerdotes el oficio de mover á manos del fatalismo más inexorable naturaleza y sus causas naturales y
bres de Estado, generales y empera- la Divinidad con fervientes ruegos y cruel que jamás han conocido los corpóreas son relaciones de necesidad
i Draper. loco cilalo, pág. 256. mortales? Examínese bien todo cuan- ó de contingencia? Las matemáticas,
1
Draper, ibii.. páginas 258-260.
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aplicadas á estos objetos, no expresa- biduría infinita, impidiese la tal caída, Nuestro Señor, usando de su poder Decir que el gobierno del mundo es
rán sino las relaciones que en ellos claro está que en este caso habría una absoluto, no quisiese acomodarse á la arbitrario porque el Criador, en el
existan, ó que nosotros les atribuya- intervención sobrenatural, un verda- natural condición de L s causas natu- conducir las cosas á sus propios fines
mos por nuestros juicios anteceden- dero milagro. Pues lo que puede hacer rales, sino antes bien produjese con por medio de leyes fijas y estables,
tes; si estas relaciones son de cone- Dios con una piedra inclinada natu- ellas los efectos más extraños que se se reserva algunos casos excepciona-
xión física, esto es lo que indicarán ralmente á producir el fenómeno de le antojase ejecutar? El efecto con- les y extraordinarios en que no obra
las matemáticas; y si de conexión la caída , lo puede ejecutar con el siguiente á esta conducta, enteramen- conforme á estas leyes, es afirmar
meramente física, nada más que co- fuego, inclinado naturalmente á que- te destituida de prudencia y sabiduría que en una nación reina la arbitrarie-
nexión física nos será representada mar, y con el sol, inclinado natural- por parte del supremo Gobernador del dad porque el supremo gobernante,
por ellas. Ahora bien: ¿qué conexión mente á alumbrar, y en general con género humano , habría de ser por en la confección de sus le /es genera-
existe entre un fenómeno natural, la toda causa criada, inclinada por el fuerza que los hombres no podrían les y permanentes, ha puesto algunas
combustión, por ejemplo, de una ma- peso de su propia condición interna á servirse para nada de las causas na- excepciones en que, para bien de la
teria inflamable y la causa que la pro- producir los fenómenos que le son turales, no estando seguros de los fe- nación misma, quiere seguir un ca-
duce, ó sea el fuego? Conexión mera- naturales. nómenos que ellas habían de produ- nino diverso.
mente física, y no metafísica. La co- Cuando el filósofo científico afirma cir en ciertas y determinadas circuns- ¿En qué nación se niega al Sobe-
nexión de equivalencia que existe que «la condición del mundo en cual- tancias. Así, ni se podrían servir del rano la facultad de dispensar de las
entre los tres ángulos de un trián- quier momento dado es el resultado agua para extinguir la sed, ni del pan leyes generales en algún caso par-
gulo, v. gr., y los dos ángulos rectos directo de su condición en el momento para saciar el hambre, ni del fuego ticular, cuando la tal dispensa es
formados por dos líneas que se cortan anterior,» supone que Dios ha dejado para calentarse, etc. , etc. ; porque conveniente al bien de la nación mis-
perpendicularmente, es metafísica, y á las causas físicas seguir su propio ninguno de estos efectos, que ahora ma? Pues lo que se concede, y con
ni el mismo Dios con su omnipoten- curso y natural inclinación, concu- producen las causas naturales con- justísima razón, á tolo gobernante
cia la puede destruir; mas la que reina rriendo con ellas á la producción de forme á su propia y peculiar inclina- político, ¿por qué no se ha de conce-
entre un fenómeno natural y la causa sus espontáneos efectos, según lo pide ción en ciertas y determinadas cir- der también al Gobernador supremo
física de donde procede, no es sino la naturaleza de ellas mismas. Y esta cunstancias, tendría entonces lugar de todo el mundo, reconociendo en El
física, vencible en muchos casos por suposición la hace el filósofo científico de una manera constante y fija, sino la facultad de hacer milagros en a l -
las fuerzas superiores del hombre con justísimo motivo; porque Dios, que en cada caso particular resultaría gunos casos excepcionales, que nada
libre y siempre por las de la divina aunque puede con su voluntad omni- lo que Dios quisiese producir, y El alteran la marcha general del univer-
Omnipotencia. Entre una piedra, por potente impedir los efectos naturales solo, por consiguiente, podría cono- so, y que sirven en gran manera para
ejemplo, suspendida en el aire y la de las causas criadas, y hacerles pro- cer de antemano con certeza. conducir á los hombres por la smda
caída de la misma hacia el centro de ducir otros muy diferentes de los que Por aquí verá el Sr. Draper que el de la virtud y de la santidad? Cierta-
atracción, hay una conexión física ó ordinariamente producen; sin embar- dogma de la Providencia creído por mente, negar al Supremo Hacedor
sea necesidad natural. Mas ¿quién go, no lo suele hacer sino en casos los católicos , en conformidad con una facultad de esta especie es lo
duda que, á pesar de toda esta co- muy excepcionales y raros, y esto en todos los pueblos del orbe entero, no mismo que negar al Hicedor mismo,
nexión, el efecto de la caída puede algún individuo particular de alguna pugna con el gobierno del mundo por y no admitir otro Dios que el conjun-
ser impedido por la libre voluntad del determinada especie, dejando á los leyes fijas y estables, antes bien lo to de las fuerzas materiales distribuí-
hombre, y por consiguiente con mucha otros que sigan su curso natural y or- supone como una cosa necesaria para las por toda la extensión de los es-
más razón por la libre voluntad de dinario. Y la razón de esta conducta, la conservación del orden que debe pacios. Y, en efecto, así lo ha reco-
Dios, infinitamente más poderoso que constantemente observada por Dios reinar en los seres criados. Entre la nocido el mismo Vogt, encomiador
todos los hombres del mundo criados Nuestro Señor, está en que no es arbitrariedad que este escritor i m - de la obra inglesa arriba citada, es-
y por criar? Sólo que cuando el hom- conforme á su sabiduría infinita el pugna y el fatalismo horrendo que de- cribiendo las siguientes palabras: «Un
bre impide esta caída no se puede invertir sin peso ni medida el natural fiende, hay un medio dictado por la ser que teniendo conciencia de sí
decir que hay milagro alguno ó inter- orden de las cosas, como no sería con- sana razón y enseñado por la Religión mismo, y no confundiéndose con el
vención sobrenatural, porque la fuer- forme á la sabiduría de un rey andar de Jesucristo. Este medio es el de la mundo, se entrega al reposo después
za humana que se interpone entre el siempre mudando las leyes de su reino altísima y sapientísima Providencia de haber dado la existencia á la ma-
fenómeno de la suspensión de la pie- sin dejar á sus subditos un momento del Criador, atenta siempre á cada teria y de haberla dictido sus leyes,
dra y el fenómeno de la caída de la seguro en que supiesen lo que habían una de las cosas criadas para condu- es un ser ridículo. No hay razón para
misma, no es una fuerza sobrenatural, de hacer para conducirse como verda- cirla á su propio fin por los medios atribuirle más bien la creación de la
sino natural y creada. Mas si fuera deros ciudadanos. adaptados á su particular naturaleza materia que la imposición de las l e -
Dios solo quien, por motivo de su sa- y al conveniente orden del universo. yes de la naturaleza, pues ambas son
¿Qué sería de nosotros si Dios
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cosas necesarias que se suponen la y ya queda suficientemente refutada mana, puesta bajo la acción de este si nunca le hubiera pertenecido, y
una á la otra, y que, en la hipótesis en lo que dejamos escrito acerca de la universo sensible que le anuncia á como si no le importase nada el que
indicada, no tienen necesidad de un naturaleza de Dios. El ateísmo, sean grandes gritos la suprema magnifi- consiga ó nó aquel fin para que expre-
tercero para recibir de él la existen- cualesquiera los nombres que haya cencia de su Autor. samente la había hecho? ¿No vemos á
cia.» Esto mismo escribe también el querido tomar en el mundo para dis- Otro tanto se diga del dogma de la todos los seres armados más ó menos
krausista Salmerón en su disertación frazar su negrura y hacerse menos Providencia: los ateos haráa cuanto de su providencia particular para con-
preliminar al libro de Draper, tradu- odioso á los hombres, siempre ha quieran para oscurecerlo y aniquilar- seguir el fin propio á que les impele
cido á nuestra lengua por Arcimis, sido mirado con horror por el género lo; pero esta creencia, innata, por de- su propia naturaleza? Hace el pájaro
donde se hace un elogio especial de humano, y la doctrina del materia- cirlo así, al género humano, sobrena- su nido para criar sus hijuelos; bus-
este capítulo IX, donde se admiten lismo panteístico es la doctrina mis- dará siempre en el mar de las creen- can las plantas los jugos convenientes
todas las ideas materialistas y fata- ma del ateísmo. Todo el mundo, al cias religiosas, por ser la Providencia para su aumento y natural desarrollo;:
listas en él vertidas por el autor de la pronunciar el nombre de Dios y al una verdad tan palpable y manifiesta tienen todos los animales un cuidado
Historia de los conflictos; donde se re- afirmar con íntima persuasión su que ningún hombre dotado de sana sumo de sus pequeñuelos, en térmi-
chaza, finalmente, la creación mis- existencia, pretende significar un Ser razón la puede ignorar, y que aun los nos que llegan á veces á poner en
ma. Además, posteriormente se ha sobrenatural, dotado de inteligencia mismos ateos la proclaman instinti- gran peligro su propia vida para sal-
explicado con más claridad, si cabe, suma, y distinto realmente del Uni- vamente cuando se hallan de impro- vársela á ellos; ordena el hombre t o -
el revolucionario español sobre este verso, hallándose plenamente c o n - viso acornéalos por algún grave pe- das sus acciones á la consecución de
a s u n t o , diciendo abiertamente, en vencido de que identificar á Dios con ligro de la vida. ciertos y determinados objetos; en las
una de sus conferencias celebradas en el mundo es lo mismo que suprimir Todo el género humano, en efecto, familias hay uno siempre encargado
París, que la lucha hoy día trabada la Divinidad y quedarse con el sim- ha vivido siempre en la íntima per- por la naturaleza de proveer al bien
entre los sabios consiste en si ha de ple conjunto de los seres finitos . suasión de que Dios gobierna el mun- común, y esto mismo sucede en toda
ser admitido lo sobrenatural ó h a d e En vano dirán los panteístas que do, y en particular las cosas humanas sociedad bien organizada, donde ne-
reinar en la ciencia la doctiina del esta idea es la de un Dios antropo- con su benéfica providencia; y por cesariamente debe haber un ordena-
panteísmo materialístico. He aquí morfo, y que es preciso sustituir á esto en todas partes han levantado dor universal, á cuyo cargo esté enco-
cómo resume uno de sus oyentes la ella la del Dios-universo, descubierto los hombres templos y altares á la mendada la guarda del bien públicor
conferencia aludida, que se verificó por la ciencia. El género humano, en Divinidad para aplacarsusjustas iras, ¿y sólo Dios, fuente y origen de todas
en el boulevard de los Capuchinos el toda esta palabrería, no verá sino el para darle rendidas gracias por los las providencias particulares, carece-
año de 1877, según lo hallamos es- lengu ¡je impío del que pretende ocul- beneficios recibidos, para pedirle, rá de providencia? Aquí sí que vienen
crito en El Siglo Futuro, en el núme- tar maliciosamente el veneno del finalmente, su protección y amparo bien aquellas palabras del salmo:
ro 6 de Marzo del mismo año, con el ateísmo. El género humano no en- en las necesidades y peligros. Este \Qui plantavit aurem non audict? aut
epígrafe de Carta de Francia: «Muy tiende por Dios sino un Ser infinita- grito de la naturaleza racional, dado qui finxit oculum, non considerat? '
bien, escribe el tal relator, oculco mente perfecto, é infinitamente dis- en todos tiempos y lugares por todo ¿El que creó los oídos no oirí, y el que
bajo el nombre de Pico de la Mirán- tante de la bajeza del mundo univer- el género humano, debe en verdad fabricó los ojos 110 verá? El que ha d o -
dola, sentó el problema el Sr. Sal- so: y si á este Ser se le quiere dar el tener un valor algo más grande que tado á sus criaturas de providencia, á
merón: la crisis religiosa se resume, nombre de antropomórfi ;o, porque no el de cuatro ateos desmoralizados, cada una según la capacidad de su
en efecto, en la lucha pendiente.entre se confunde con el conjunto de los más ó menos vergonzantes, que qui- propia naturaleza, ¿no tendrá cuidado
lo sobrenatural y el panteísmo, entre seres mudables y finitos, sino, por el sieran no hubiese Dios para que no alguno ni providencia de sus cosas?
los que pretenden que hay algo supe- contrario, está dotado de unidad y sean castigadas en su día sus malda- ¡Ofi con cuánta razón podemos re-
rior á la materia que domina sus le- conciencia personal, al modo que lo des. ¿Hay necesidad de que nos de- dargüir á los perversos secuaces del
yes, y las viola cuando así le acomo- está también dotado cada uno de los tengamos nosotros ahora ni un solo ateísmo, diciéndoles: Intelligite, insi-
da, como que éstas no son sólo obras hombres, poco le importará el que los instante á probar la providencia de pientes, in populo: et stulti aliquando sa-
suyas, sinc que ptnden de su impal- panteístas ateos apelen á tal linaje de Dios en general sobre todas las cosas piteX : entended vosotros los que os
2

pable intervención para funcionar, y palabras para ridiculizar su creencia. criadas, y en particular sobre el géne- tenéis por sabios y sois los verdade-
los que aspiran á concentrarlo todo El género humano seguirá creyendo ro humano? ¿Qué hombre mediana- ros insipientes y necios del pueblo;
y referirlo á las combinaciones quí- siempre en un Dios de esta naturale- mente sabio y prudente cometería tan entended y tened por fin alguna vez
micas.» za, mal que les pese á todos los ateos enorme desatino, como es criar una juicio. Noliie fieri sicut equus et mulus,
La doctrina, empero, del materia- de la tierra; porque la idea de este cosa para un fin determinado, y lue-
lismo panteístico es un absurdo ma- Dios distinto del mundo es un fruto go abandonarla á sí misma y á su suer-
nifiesto á todo hombre de sana razón, espontáneo y natural de la razón hu- te sin cuidarse ya más de ella, como 1 Psal. XCIII, vers. 9 .
2 Id., vers. 8.
230 P R O V I D E N C I A D E D I O S E N E L G O B I E R N O D E L M U N D O - 231

quibus non est intellectus ': No queráis á la ley suave y flexible de la libertad, variedad de sus episodios, por la sol guna ni en 'el cielo ni en la tierra lo
asemejaros á los brutos a?iimales, que no y no á la horrible y desconsoladora tura en la narración , por el vuelo pueda impedir. Con semejante doc-
tienen inteligencia, del fatalismo? libre de la fantasía y del sentimiento, trina, el hombre, dominado del des-
Pero lo que hace más detestable Gloria es grande de la Religión por la amplitud y sublimidad de sus aliento por juzgar que le es inútil
esta doctrina fatalística es que sus cristiana haber introducido entre los concepciones ideales. ¿Quién ha teni- oponerse á las corrientes deletéreas
defensores la extienden aun á las mis- hombres esta vida práctica de liber- do paciencia para leerse sin descansar de la época en que vive, se rinde á
mas cosas humanas, destruyendo po tad, esta conciencia íntima de que toda la Eneida de Virgilio ó la Ilíada ellas cobardemente, y se entrega sin
completo la preciosa libertad del nuestros negocios é intereses no se de Homero, no obstante ser éstas las rebozo á los vicios más degradantes,
hombre, y encadenando de tal suerte hallan sujetos al destino fatal, sino dos obras clásicas de la antigüedad diciendo que es imposible obrar de
los acontecimientos sociales, políticos que nosotros mismos nos los promo- artísticamente trabajadas y verdade- otra manera. Así se cohonestan las
y religiosos, que ninguna fuerza po vemos y procuramos libremente. ¿A ramente admirables en su género? La costumbres más perniciosas, y se da
si ble sea bastante á modificar ni aun quién no se le llena el corazón de tris- novela, una vez comenzada su lectu- rienda suelta á las bajas pasiones,
en lo más mínimo su arrebatado cur- teza al contemplar al miserable E d i - ra, no se puede soltar de la mano sin entregando al olvido la sublime má-
so. Si esto es así, ¿por qué se afanan po, entre los antiguos, víctima y j u - concluirla, cuando está bien hecha; xima de que nuestro espíritu está des-
tanto estos hombres por desmoralizar guete del ciego destino, cometiendo no se lee, sino que se devora su con- tinado, por razón de su misma natu-
la sociedad? ¿Por qué luchan tanto los las atrocidades más horribles, á pesar tenido. Es que en ella hay vida y mo- raleza inmortal, á enfrenar los apetites-
partidos políticos por empuñar el ti • de su buena voluntad, sólo porque vimiento: todo un mundo de afectos de la carne, y á dictarles como sobe-
món del Estado? ¿Por qué el maldi- así estaba determinado por los hados? y sentimientos se desarrolla en el co- rano la ley que ellos hayan de cumplir,
ciente Draper ha escrito su libro im- La Religión de Jesucristo es la que ha razón dtl lector al recorrer sus pági- para que todo cuanto hay en el hom-
pío, sentina inmunda de cuantas abo- ens'-ñado al hombre á luchar contra nas, mientras que en las composicio- bre se halle ajustado á las reglas de
minaciones se han vomitado en los todos los obstáculos de la naturale- nes antiguas dominaban las formas la honestidad y decencia. Es imposi-
siglos pasados contra la Iglesia, con- *a, inculcándole con sus doctrinas y exteriores plásticas é inmóviles del ble evitar la ruina completa de la mo-
tra la moralidad, contra la razón y ejemplos el dogma santo de que contra artista '. ral con esta malhadada hipótesis de
contra todo, lo que hay de bueno y nuestro libre albedrío nada pueden las La literatura antigua era el r e f l suponer í j o á las humanas sociedades-
santo en el mundo? ¿No le hubiera leyes fatales de la necesidad, nada la del fatalismo inerte que dominaba en puestas bajo la dominación férrea del
sido mucho mejor dejar á la sociedad fuerza de los astros , nada el mismo la sociedad pagana; la literatura mo- determinismo fatal: la moralidad no
humana desenvolverse y transformar- artificio y malicia infernal de los d e - derna es la expresión del libre albe- puede subsistir suponiendo al hom-
se espontáneamente con la fuerza monios. De la predicación continua drío, animada y embellecida grande- bre destituido de libertad; y sin mo-
irresistible de su ímpetu natural, que de estas doctrinas saludables y con- mente por la purísima y sumamen- ralidad, la sociedad entera se convier-
fatigarse vanamente por llevarla ha- soladoras ha nacido ese espíritu de te espiritual Religión de Jesucristo. te en inmenso campo de escombros»
cia la profunda sima del ateísmo con vida interior, infinitamente vario en Nada más horrible y desconsolador sucediendo al suave imperio de la r a -
la publicación de tamañas impieda- sus formas , enemigo hasta lo sumo que suponer las cosas humanas some- zón el duro y despótico absolutismo
des? Si la sociedad humana vive su- de la inercia é inmovilidad oriental, tidas á la ciega necesidad; el corazón de la fuerza.
j e t a en sus transformaciones sucesi- propia del autómata. A él se debe esa se oprime al pensar que un estado Bien es verdad que los hombres,
vas á la ley fatal que invenciblemente hermosa literatura romántica de nues- social trae necesaria é irrevocable- con todo su libre albedrío, tienen
la domina, ¿á qué cansarnos ni un tros esclarecidos dramáticos antiguos, mente otro estado, sin que fuerza al también su ley y manera constante
solo instante en modificar su curso? enemiga del clasicismo plástico de los de obrar; de forma que también los
Lo que vemos acaecer todos los días griegos y romanos, dirigida totalmen- 1
Aunque parece excusarlo, queremos advenir, actos de la libertad pueden ser some-
en el mundo con las perpetuas con- te á pintar la vida interior del espíri- sin embargo, que al hablar de este modo no es tidos al cálculo del observador filóso-
tiendas de los hombres, pugnando los tu, y atenta al exterior ropaje de la nuestro ánimo recomendar la frecuente lectura de
fo. De lo Contrario, las cosas h u m a -
unos por el triunfo de su particular palabra no más de en cuanto ésta es novelas, ni mucho menos elogiar los productos
impíos é inmorales de ciertos novelistas modernos, nas no guardarían entre sí orden ni
opinión, y esforzándose los otros para la expresión exterior del pensamien- sino únicamente atribuir al Catolicismo lo que la concierto, y carecerían de aquel sello
sacar victoriosa la contraria, ¿no es to. Producto suyo en gran parte ha novela tiene de bueno y laudable. Consumir toda
su vida en la lectura de esta clase de libros, aunque de regularidad con que suelen andar
un testimonio evidente de que todo sido esa maravillosa epopeya de nues- sean buenos y honestos, que buenos y honestos impresas todas las obras de la divina
el género humano juzga con la mayor tros tiempos, incapaz de ser ideada deben ser para estar según las reglas del arte, es per
Sabiduría. Pero esta ley no es tan
firmeza hallarse las sociedades, no por los antiguos, la novela, mil veces der lastimosamente el tiempo precioso que Dios nos
concede para cosas más serias, y exponerse además fija ni estable como la de las causas
menos que los individuos, sometidas más arrebatadora que los tan celebra- á los extravíos del corazón, creándose un mundo naturales: es la ley preciosa de la l i -
dos poemas de Virgilio y Homero por fantástico, enteramente contrario al real y verda-
dero, donde abunda mucho más la prosa que la bertad, la cual acostumbra seguir un
« Psal. XXXI, vers. 9 .
la viveza de sus descripciones, por la poesía. cierto y determinado camino en cier-
232 P R O V I D E N C I A D E D I O S E N E L G O B I E R N O D E L M U N D O . 233

tas y determinadas circunstancias, no gencia le sirven, el que no come, por tor se ha atrevido á publicar en su doctrina de estos filósofos , enemigos
por necesidad de naturaleza, sino por regla general, perecerá de hambre, Historia de los conflictos. En el capítu- de la libertad humana y proclamado-
libre elección, como conviene á los por más santo que sea; y de la misma lo X, donde trata «del Cristianismo res del suicidio, constituye «un siste-
seres espirituales. manera, el que no trabaja para procu- latino en sus relaciones con la civili- ma de energía, virtud, severidad, pro-
Así, los hombres por lo regular, con- rarse los medios necesarios á la vida, zación moderna,» después de lanzar testa viva en favor del sentido común
siderado el pequeño caudal de virtud carecerá de ellos; y así podemos ir mil imprecaciones contra la Iglesia de la humanidad?» ¿Quién ha dicho
que suele poseer la inmensa mayoría discurriendo sobre cada una de las porque no ha conducido las cosas hu- jamás con verdad, que la doctrina del
•de ellos, cuando se ven acometidos de cosas sujetas á la libertad humana. manas en los siglos medios por el ca- suicidio es «un sistema de energía?»
alguna fuerte tentación que con vehe- Por eso nuestra sagrada Religión, mino materialístico que ahora se le Todo el mundo sabe que este espan-
mencia los solicita, sucumben gene- aunque admite como una verdad in- antoja á este escritor positivista, se toso crimen es debido precisamente á
ralmente á ella. Pero al obrar de este concusa la posibilidad de los mila- objeta él mismo en esta forma: «Pero la falta de energía. El que se quita á
modo, opuesto á las reglas de la ho- gros, y aun la misma existencia de tal vez alguno puede decir que hay lí- sí mismo la vida es un manit.esto co-
nestidad, no les faltan fuerzas para ellos, sin embargo, cuenta, y con jus- mites para nuestros esfuerzos, cosas barde: se suicida porque no tiene bas-
hacer lo contrario; y si se dejan arras- tísima razón, entre los pecados que que ningún sistema político, ningún tante fortaleza de ánimo para sobre-
trar de la pasión, es porque no quieren quitan la vida del alma y la hacen poder humano, por buenas que sean llevar el peso de tristeza que en con-
hacerse violencia para dominarla, y rea de los castigos eternos, el pecado sus intenciones, puede realizar; ¡no secuencia de algún gráveme! presente
por tanto pecan y son responsables de de tentar el hombre á Dios con la pe- es posible sacar al hombre de la bar- oprime su corazón. De aquí ha venido
sus actos. Mas esto no quita que nos- tición irrazonable y temeraria de barie, ni civilizar un continente en un aquella famosa canción italiana:
otros, estudiando diligentemente la obras milagrosas. A pensar de esta día!» A esta objeción responde con
Non é, ver che sia la morle
marcha que los hombres suelen seguir manera la enseñó su mismo divino las siguientes palabras: «El poder ca-
11 maggior di tutl'i mali;
por propia elección en semejantes oca- Fundador cuando, incitado por el de- tólico no puede, sin embargo, jungar- E il conforto dei niorluli
siones, podamos concluir ápriori, con monio á precipitarse del pináculo del se por tal norma, puesto que rechaza- Che son slanchi di soffrir.

una especie de certeza moral, que así templo sin temor de recibir daño al- ba con desprecio, y rechaza hoy día, ¿Y la doctrina del suicidio es «un
obrarán también en adelante puestos guno, respondió con aquella senten- un origen humano y pretende ser so- sistema de virtud?» ¿Quién puede oir
en semejantes circunstancias; porque cia de la Escritura: Non tentabis Do- brenatural. El Soberano Pontífice es con paciencia tamañas barbaridades?
ésta es la manera regular y ordinaria minum Deum tuum: «No tentarás al el Vicario de Dios en la tierra: infali- Cierto: lo será para los ateos , quie-
con que suelen ellos poner en juego la Señor, tu Dios.» Y siendo éste el per- ble en sus juicios, tiene el poder de nes obrando en conformidad con su
libertad misma. petuo sentir de la Iglesia, ¿cómo viene ejecutarlo todo milagrosamente si lo egoísmo feroz , cuando el goce de
Y ésta también es la causa por que ahora acusándola el desatentado es- necesita.» 1

los placeres terrenos se les imposibi-


la divina Sabiduría, si bien tiene de critor americano de no haber civiliza- Algo más reprensible, por cierto, que lita por una causa cualquiera, no pue-
continuo una providencia particular y do al mundo entero en un instante con la Iglesia católica es el autor citado den buscar otra felicidad que la de
especialísima con las cosas de los la virtud omnipotente de los milagros cuando, para ponderar las ventajas echarse un lazo al cuello y ahorcarse.
hombres, esto no obstante, deja ácada que blasona poseer aquí en la tierra? del fatalismo, se atreve á encomiar la ¡Esta es la virtud de los positivistas,
uno desenvolverse y ejercitar sus ac- ¿Cuándo ó dónde ha dicho la Iglesia doctrina del suicidio practicado por enemigos de todo lo sobrenatural, in-
tos siguiendo las condiciones de su semejante despropósito? ¿Dónde ha los estoicos . ¡Cómo! ¿Con que la
a
cluso el mismo Dios! Los demás
propia libertad. Porque Dios, en el enseñado jamás que Dios hace los todos sabemos que el suicidio es un
gobernar las cosas criadas, según lo milagros de una manera arbitraria, ó 1
Draper, loco citato, cap. X, pá¡riñas 291-293. crimen horrendo contra el cielo y con-
2
Puede verso la caria LXX de Séneca (l.ip-
dejamos apuntado más arriba, se aco- que ella puede obtener de la divina siae, 1770, pág !>78 y siguientes), donde este es- tra la tierra; contra los derechos del
moda á la condición de cada una de omnipotencia, en todo instante y á toico alioga por el suicidio Entre otras lindezas, Criador, á quien pertenece únicamen-
ellas; y como se escribe en el libro de cualquiera petición suya, cuantos mi- dicelo siguiente: «Ilinjue sapiens \ivil. quantum
te disponer de nuestras vidas; contra
ilebcl, non quantum polesl. Videbil ubi viclurus
la Sabiduría (cap. VIII, vers. i ) , al- lagros se le antojen? ¿No es esto ca- sil, eum quibus, quid aclunis: cogitat seniper qua- la caridad que se debe tener el hom-
canza de fin en fin con fortaleza, y todo lumniar á la Iglesia de la manera más lis vita, non quanta sit Si inulta occurninl molesta bre á sí propio, no cometiendo pecado
et Iranquillilalem turbanlia. emiltit se: nec lint- lan-
lo dispone con suavidad. Para gobernar descarada? tutn in necessilale ultima fácil, sed cuín priinum alguno, ni privándose por un acto de
á los hombres no ha de estar hacien- Pero no crean nuestros lectores que illi cueperil susperta esse fortuna, diligenler eir- despecho del tiempo precioso que Dios
cumspicit mi¡IKIIIKI illo (lie desinenduui sit. In
do milagros á cada instante, que esto exageramos al proferir estas quejas, ó 11
lilla re niagis. quam in niorte, morcm ,111110o ge- lero. A nosotros nos agrada más aq uel antiguo re-
sería una manera de gobernar impru- que nosotros somos los que verdade- rere debemos: exeal qua inipetuní eepil, s h c l'errum
frán easlellano: ]'<ra la gaHina, tj cica catt su }i?¡n-
dente y nada cuerda. Así, aunque ramente calumniamos á Draper po- appetil, si ve laqueuin , sive aliquaní polioiieni
tn; porque al lio, como dice nue>!ro maeMro Aris-
venas '«•rupanlem , pergal el vincula servilulis
ejerza una amorosísima providencia, niendo en su pluma una acusación de abrumpal.» No es mala la lección para quien guste
tóteles, entre tojas las cosas suaves, la más suave
de todas ellas es la vida; cuanto más viejos son los
principalmente con los que con dili- esta especie. Ahí está lo que este au- marcharse cuanto antes á las calderas ile Pedro lio -
hombres, más alieiunados á la vida se encuentran.
P R O V I D E N C I A D E D I O S MN E l , GOBIERX O DEL MUNDO. 235

Nuestro Señor le ha concedido para religión á que ellos hayan perteneci- de los sucesos humanos, y violar, en daña, sino en inmanencia esencial,
merecer; y contra los deberes que do, ha reinado siempre la creencia de suma, la esencia de los seres, son irra- inside en cuanto existe según el lími-
como ciudadano tiene contraídos con que las oraciones de los hombres pue- cionales y falsas representaciones.» 1
te y grado de su peculiar composición,
la sociedad. Por eso el acto de suici- den mover á la Divinidad á compade- Pero poco hay que cuidarse de seme- y á la par trasciende sobre lo finito
darse es mirado por los hombres ge- cerse de ellos , disponiendo los fenó- jante opinión , tan impía y contraria que orgánicamente se determina y
neralmente, no como una protesta viva menos de la naturaleza en la forma al grito constante de la humanidad desenvuelve en el Todo», es una 1

en favor del sentido común de la huma- por los mismos deseada. No se encon- entera. Una doctrina cuyo único fun- doctrina ya juzgada por sí misma,
nidad, según afirma el autor que mo- trará pueblo alguno en la historia de damento es la idea de un Dios «que porque en sustancia no es otra cosa
tiva estas líneas , sino como un acto todas las religiones donde no aparez- no en mera trascendencia extramun- que el ateísmo disfrazado.
de locura , opuesto diametralmente á can plegarias , sacrificios ú otra suer- 1
Salmerón, Disert. prelim. á la obra de Draper, 1
Salmerón, Disert. prelim á la obra de Draper,
lo que piensa el común buen sentido te de acciones semejantes, dirigidas á ya citada, páginas 63-64. ya citada, página o'i.
de los hombres. La naturaleza ha de- obtener de la soberana deidad á quien
jado íntimamente impreso en todos ellos tenían por verdadero Dios , ya
los animales el instinto de su propia sea la concesión de algún bien par-
conservación , y este mismo instinto ticular relacionado con las causas na-
lo ha grabado también en cada uno turales, como, por ejemplo, la lluvia,
de nosotros con caracteres indelebles. el buen tiempo, las buenas cose-
Este instinto natural hace que todos chas, etc., etc., ya el apartamiento
sientan espontáneamente un grande de algún mal producido por los agen-
horror al oir contar un acto de esta tes de la naturaleza , cuales son las
especie; sólo algunos, cuya inteligen • pestes , las devastaciones de los ríos
cia ha sido pervertida con la lectura ó de los nublados, y otras cosas pare-
de libros inmorales, ó con el continuo cidas. Este hecho , que por otra parte
trato de hombres malvados, dejan de se halla en completa armonía con la
sentir con viveza este horror, y miran razón, como que por él pedimos á
el suicidio como el medio de librarse Dios Nuestro Señor que se compadez-
para siempre de toda angustia , figu- ca de nosotros , miserables hechuras
rándose ¡infelices! que en la natura- suyas, necesitadas en todo tiempo de
leza humana no hay más que materia su particular asistencia, indica bien á
organizada y que todo concluye con las claras, por su generalidad , cons-
la muerte. Pero éstos siempre serán tancia y perpetuidad, ser un grito es-
muy pocos respecto de todo el género pontáneo de la naturaleza racional, y
humano, por más que se empeñen los por consiguiente un testimonio in-
materialistas en encomiar esta acción concuso de la verdad por él significa-
monstruosa. Porque los monstruos da , á saber: que las oraciones de los
siempre son raros en todas las espe- hombres tienen, de una manera indi-
cies de seres, y lo que es natural en recta, pero real, verdadero influjo en
una naturaleza cualquiera, se halla gran parte de los acontecimientos na-
comunmente en todos ó los más indi- turales. Al autor de la Historia de los
viduos de ella. conflictos esto parece un absurdo, y lo
mismo opina el krausista Salmerón,
Para concluir esta materia de la
quien en la disertación anteriormente
divina Providencia en el gobierno del
citada , escribe las siguientes líneas;
universo , digamos una palabra sobre
«Sin duda que la concepción antropo-
el influjo que pueden tener en los
mórfica de Dios y la arbitrariedad de
efectos naturales las oraciones de los
su gobierno , que todavía se supone
fieles y de la santa Iglesia. No sólo
accesible á sacrificios y exhortaciones
entre los cristianos, sino también en-
para operar milagros, perturbar el or-
tre todos los individuos del humano
den de la naturaleza , torcer el curso
linaje , cualquiera que haya sido la
P R O V I D E N C I A D E D I O S E N E L G O B I E R N O D E L J I Ü N D O .
237
misma obra Dios se halla indife- zón filosófica de este acto tan espon-
rente, ó si concede su protección, no táneo á nuestra flaca naturaleza. Para
la dispensa sino al valor y al trabajo. quien esto hace, la explicación de este
Trabajando, pues, y no formando vo- fenómeno, que á algunos se les hace
tos es como hemos de salir triunfan- tan difícil de entender, es la cosa más
tes. Al correr en una llanura, siento obvia del mundo. El universo es un
CAPÍTULO XX
de repente que el suelo se hunde bajo todo orgánico, en el cual las partes
mis plantas, y que voy á caer en un inferiores están subordinadas al bien
precipicio; entonces instintivamente y provecho de las superiores. Así, los
PROSIGUE LA MATERIA DEL C A P I T U L O ANTERIOR. R E F U T A S E LA F A L S A exclamo: ¡Dios mío, salvadme! Este minerales están subordinados á la
D O C T R I N A D E MR. J U L I O S I M Ó N S O B R E E L I N F L U J O D E LA O R A C I Ó N es el grito de la naturaleza. ¿Mas cómo vida de las plantas, éstas lo están á
me ha de salvar Dios? ¿Acaso por un su vez á la vida de los animales, y
milagro, suspendiendo la acción de la éstos, finalmente, á los usos y necesi-
gravedad? Nó; esta esperanza ni si- dades de la especie humana, superior
quiera se me viene entonces á las en perfección á todos los seres de la
mientes. Lo que yo pido es que Dios naturaleza sensible. De la misma ma-
M|Ps claro y manifiesto, como consta tales. «Si no se dijera otra cosa, es- me proporcione una rama salvadora nera todo este orden sensible que ve-
^Mil de lo dicho en el capítulo prece- cribe M. Julio Simón sino que la de donde me pueda asir con seguri- mos y contemplamos con toda su
dente, que nosotros podemos influir voluntad de Dios se halla presente en dad. Mas he aquí q íe esta rama apa- I magnificencia, se hilla enderezado al
con nuestras oraciones en la produc- todas partes del mismo modo que la rece allí precisamente: si estaba antes ! bien espiritual é inteligible del mundo
ción de ciertos fenómenos físicos, inteligencia, de buen grado conven- de mi súplica, yo he orado en vano; y le los espíritus. De aquí es que el
aunque éstos, por otra parte, vengan dríamos en ello; mas no es ésta la si no estaba y Dios la pone de repen- Supremo Hacedor, al disponer en su
á la existencia do una manera fatal y cuestión. Lo que se pide en el sistema te en aquel lugar, ya nos encontra- eternidad el orden determinado que
necesaria. ¿Mas cómo puede suceder que ahora examinamos no es que Dios mos con un milagro nada inferior á la habían de guardar entre sí los seres
esto, preguntará alguno, habiendo pueda obrar en todas partes, ó que suspensión de la ley de la gravedad. de la naturaleza creada, y al escoger
sido ordenadas en un principio por el obre de hecho; sobre esto nosotros no Por tanto, si mi súplica es seria, yo entre los infinitos posibles aquel que
Supremo Hacedor todas las causas tenemos nada que objetar, sino que pido con ella nada menos que un mi- más le plugo á su infinita sabiduría,
naturales, de suerte que cada uno de modifique sus resoluciones, que inte- lagro. Es que, en el fondo, la tal s ú - dio á la máquina del universo un tal
estos fenómenos se realiza sin liber- rrumpa el curso de sus leyes genera- plica no es sino un acto instintivo de género de movimiento inicial, que en
tad y bajo la ley fatal de la necesidad les en consecuencia del uso que hayan un ser débil que se siente próximo á virtud de las mismas leyes naturales
física? Para algunos sabios modernos, hecho los hombres de su libertad. En perecer, é invoca á Dios, de quien ha hubiesen de resultar en tales y deter-
cultivadores de las ciencias naturales una palabra, se pide que el plan del recibido la vida. Si supiéramos siem- minados tiempos y lugares aquellos
y poco conocedores de la filosofía y de universo no sea estable', que las reso- pre qué es lo que hacemos cuando ora- mismos objetos que preveía habían de
la teología, es ésta una dificultad in- luciones de Dios no sean inquebran- mos, no pediríamos milagros con tan- ser pedidos á su benignísima liberali-
superable; y cuando llegan á perder la tables, que sus miradas no sean exclu- ta facilidad, y no los pediríamos para dad por alguna criatura inteligente.
fe, no titubean un momento en negar sivamente generales, que su acto no •vivir un día más sobre esta tierra lejos De modo que la oración del hombre
rotundamente que con nuestras ora- sea único, que su serenidad no sea de Dios.» I en tal tiempo y sazón, prevista por la
ciones podamos influir por manera absoluta; sino que, por el contrario, Hasta aquí el escritor racionalista, I Inteligencia infinita desde toda la
alguna en los tales fenómenos. Lo reciba Dios en sí mismo movimientos para quien es un verdadero misterio eternidad, debe ser ^considerada como
que únicamente conceden estos natu- causados por su criatura, que respon- la oración, á causa de reconocerla, por influyendo moralmente y de una ma-
ralistas, es que las tales plegarias sir- da por resoluciones nuevas á nuestros una parte, como un grito instintivo de nera indirecta en el orden futuro de
ven para alcanzarnos de Dios pacien- votos y á nuestras faltas, ó bien, en 3a naturaleza racional criada por Dios, las cosas sensibles, en cuanto que,
cia y fortaleza en los trabajos. Oiga- otros términos, que Dios caiga con y de parecerle, por otra, que con ella prevista por Dios, es causa en la inte-
mos á uno de estos hombres que, ha- nosotros en el tiempo.» «En el com- pedimos á Dios una cosa contraria á ligencia divina de que su divina omni-
biéndose puesto bajo la bandera del bate que se establece entre nuestros la razón, un absurdo manifiesto. Mas potencia haya dado JL la máquina del
racionalismo, todavía fomentan en su deseos, escribe en otra parte de la todo esto nace de no haber profundi- universo aquel estado inicial conve-
corazón la doctrina de un Dios perso- zado tanto como era debido en la ra- niente para que por las mismas leyes
nal, conservador y gobernador del físicas, en él existentes, resultase na-
mundo, y padre cuidadoso de los mor- Jules Simón, La Religión nalurelle, ileuxiéme Julos Simón, La Religión nalurelle, ijuntrió-
1 1

parlie, ctiap. IV. me partie, chap. I. tural aaenteá su debido tiempo la cosa
238 P R O V I D E N C I A D E D I O S
E N E L G O H I E U N O D E L M U N D O . 239

«uplicada. He aquí, pues, cómo sin cia, dispensada en atención á algún? Para que un milagro sea efecto de tural siquiera. Porque no es contra la
ningún milagro ni mudanza alguna súplica particular, sin que para ello la oración, es preciso que se pida al naturaleza mecánica y sensible el que
de los decretos divinos puede influir haya de mudarse decreto alguno en cielo expresamente la suspensión de los seres espirituales dirijan en cierto 1
la oración de los hombres en la exis- la voluntad de Dios, esto mismo se alguna ley de la naturaleza, y que la sentido su curso, y la hagan producir
tencia de ciertos y determinados efec- puede afirmar de muchos efectos na- tal suspensión se verifique en virtud con sus fuerzas internas y meramen-
tos naturales, como son, por ejemplo, turales debidos á las oraciones de los de la sobredicha plegaria. Mas ora- te materiales ciertos y determinados
la lluvia, la cesación de una peste, la fieles. Al disponerlos Dios en su eter- ciones de esta especie no se suelen efectos, que ellas no producirían nun-
dirección de alguna dañosa tempes- nidad, dispuso también las oraciones hacer comunmente, ni por los fieles, ca abandonadas á sí mismas. Así,
tad, etc., etc., á pesar de que estos por razón de las cuales habían ellos ni por la Iglesia: para hacerlas como aunque los ángeles, conmoviendo la
efectos son producidos de una manera de ser producidos; y así, ambas cosas conviene es preciso tener motivos atmósfera en algún punto, levanten
fatal y necesaria por los agentes na- fueron incluidas en un mismo de- graves y poderosos, que no por cual- un huracán ó alguna tempestad en el
turales. creto. quiera cosa ha de hacer Dios un mi- mar, y hagan con esto venir la lluvia
Pero hagamos ver al escritor fran- lagro; obrando de otra manera se c o - á algún determinado país, donde los
Entenderáse bien esto por lo que
metería un verdadero pecado, tentan- hombres la piden al cielo con grande
sucede en la predestinación divina cés lo injusto de su acusación con su
do á Dios Nuestro Señor. Véase sobre instancia; aunque aparten los nubla-
con respecto á los hombres; la cual, misma doctrina. ¿No concede el im-
esto á Santo Tomás, 2. a, q. 97, a. 2. dos de algunas partes de la tierra para
no obstante ser enteramente gratuita pugnador de la oración que ésta pue-
por parte de Dios, tomada en toda su de obtener de Dios valor y fortaleza Además, muchos de los efectos fí- que no hagan daño á sus moradores
plenitud, ó sea en cuanto comprende para el suplicante? sicos obtenidos por medio de la ora- cuyas oraciones fervorosas se ha dig-
toda la serie de gracias sobrenatura- Pues he aquí que, según Mr. Julio- ción pueden ser atribuidos á pertur- nado el cielo oir bondadoso, y aunque
les, comenzando por la de la vocación Simón, ya con esto habría mudado- baciones atmosféricas causadas por practiquen otras mil cosas semejan-
á la fe, no por eso se opone á que las Dios su resolución primera, y habría los ángeles, sin que por esto hayan tes, no por eso producen propiamente
oraciones de los unos influyan en la caído con nosotros en el tiempo; por- de ser constituidos en la clase de ver- un efecto milagroso. Porque esta in-
distribución de las gracias conferidas que sin las tales plegarias Dios no daderos milagros. Los ángeles, como tervención suya en los fenómenos de
á los otros. La razón de ello, como hubiera concedido á aquel hombre el su mismo nombre lo indica, son cria- la naturaleza física no es contraria al
nota Santo Tomás, está en que Dios, valor y la fortaleza sobredichos. Lo turas espirituales puestas bajo las curso regular de las cosas, antes bien
al disponer gratuitamente la serie de que sucede en uno y otro caso es que órdenes de Nuestro Señor para des- debe considerarse como muy confor-
r

gracias que quiere conferir á cada una cuando en atención á las plegarias de empeñar las comisiones que guste su me á él, por formar todas las cosas
de sus criaturas, no pretende destruir alguno Dios dispone en cierta forma Divina Majestad encomendarles ; y criadas un todo armónico, en el cual
el orden de las causas segundas, y así determinada las causas segundas, la •como nos lo enseña la fe, todos ellos lo que es de un orden inferior está
determina libremente que tal gracia oración y la cosa pedida entran jun- andan ocupados en nuestra salvación sujeto y subordinado á lo que se halla
dada á uno sea conferida en atención á tas en el orden de la disposición mis- ¿terna por disposición Por con-
divina 1
. en un orden más elevado.
las oraciones del otro. «Providentia (es- ma, la una como causa, y la otra siguiente, en el plan ordinario de la ¿No intervienen los hombres con.
cribe) cujus praedestinatio est pars, como efecto debido á su moral in- Providencia entra también el que ven- sus acciones libres y espirituales en
non subtrahit causas secundas; sed flujo. gan estos espíritus á nuestra tierra á una infinidad de fenómenos de la na-
sic providet effectus, ut etiam ordo ejercer el oficio de ministros del Altí- turaleza, producidos por ésta única-
Estos efectos son, sí,providenciales..
causarum secundarum subjaceat pro mas no milagros. El milagro va con- simo en los empleos que la sabiduría mente bajo la dirección inteligente de
videntiae. Sicut igitur sic providentur tra la inclinación natural de las cau- divina tenga por conveniente encar- aquéllos, sin que por esto podamos,
naturales effectus, ut etiam causae sas físicas, y estos efectos son produ- garles. Pues si el Señor en su altísi- decir que los tales fenómenos son
naturales ad illos naturales effectus cidos conforme á la inclinación de la ma providencia juzga convenir que contrarios á las leyes mecínicas del
ordinentur, sine quibus illi effectus naturaleza; si bien ésta ha recibido en estos ángeles reciban el encargo de universo? ¿Qué efectos tan admirables
non provenirent; ita praedestinatur a un principio una cierta disposición ini- escuchar nuestras súplicas, dándoles no producen el vapor, el agua, el
Deo salus alicujus, ut etiam sub or- cial más bien que otra cualquiera, por- acogida favorable, y alterando por fuego y una multitud innumerable de
dine praedestinationis cadat quidquid que Dios quiso tomar en cuenta las esta causa algún tanto los elementos; agentes físicos bajo la mano sabia y
hominem promovet in salutem, vel futuras oraciones de los hombres. No esto en ninguna manera puede ser previsora del hombre; los cuales no
' orationes propriae, vel aliorum,» etc. tienden, pues, estas oraciones, de suyo
1 llamado milagro, ni acción sobrena- hubieran tenido jamás lugar en nues-
Pues lo que dice Santo Tomás de y por regla general, á pedir efectos tro globo, á no haber existido en él
la colación de una determinada gra- milagrosos, sino puramente providen-
1
JVbnne omnes sunt administratnrii spirilus, in un ser inteligente que se sirviese de
ciales; ni se pide con ellas que Dios
minislerium missi prnpler eis qni h-iereditalem ca- los tales elementos para producirlos?
pient salulis? dice de los ángeles el apóstol San
Sin embargo, nadie ha imaginado si-
' S. Tliom., r p.,- |. 23, a. 8.
(
mude su resolución primera. Pablo. (Ilebr., eap. I , vers. 14.)
240 P R O V I D E N C I A D E D I O S E N E L G O B I E R N O D E L M U N D O .

quiera que semejantes efectos sean del espiritismo, hoy día tan en boga
sobrenaturales, antes todo el mundo por desgracia, para que dejen por fin
los ha tenido siempre por naturales de tener por fábula todo cuanto se en-
y ordinarios; y la razón de pensar así cuentra más allá de las fronteras de lo
los hombres no es otra sino que todas visible. Y la misma razón, fijando los
las fuerzas físicas y mecánicas de los ojos en este universo criado, no puede
seres materiales están por naturaleza menos de hallar algunas congruencias CAPÍTULO XXI
destinadas á ser instrumentos del poderosas, que la induzcan á admitir
hombre para sus usos particulares. la existencia de otros seres espiritua-
Pues esto cabalmente es lo que debe les como una cosa muy conveniente.
IDEA GENERAL ACERCA DE LA NATURALEZA DEL HOMBRE
decirse de estas mismas fuerzas con Porque la escala de los seres parece
respecto á los ángeles, cuando éstos indicar que sobre la naturaleza hu-
seres espirituales quieren servirse de mana, colocada por su misma consti-
ellas para bien y utilidad nuestra. En tución intrínseca en los límites del
tales casos ellas no hacen sino cum- mundo material y del espiritual, par-
plir el oficio que por su misma condi- ticipando de las cualidades de entram-
ción material y corpórea les toca, á bos, hay una gran multitud de seres os hallamos ya en presencia de I teria discutiremos nos darán una idea
'la tercera y última cuestión bastante completa de la naturaleza
saber, el oficio de servir á las como- i puramente espirituales y desnudos de
filosófica que nos hemos propuesto humana, por ser ellos los más princi-
didades del hombre bajo la dirección toda clase de materia, los cuales van
examinar en esta obra, poniendo en pales y los que nos importa más sa-
de unos seres espirituales é invisibles, acercándose por grados en la perfec-
parangón la doctrina del Catolicismo ber en orden á la conclusión práctica
que han sido puestos por el Criador ción de sus esencias hasta llegar á
con la doctrina de la ciencia. ¿Qué es de buscar nuestro último fin y con-
para procurar la salvación eterna de uno más perfecto que todos ellos, y
el hombre? pregunta el filósofo al vol- seguir la felicidad por todos natural-
este mismo hombre, y para servirse que participa, por una manera altí-
ver sobre sí mismo los ojos de la con- mente apetecida.
al efecto de los agentes naturales, sima, de las perfecciones del Crea-
sideración científica, hallándose colo- Para averiguar cuál sea la esencia
cuando así lo estiman conveniente. dor. Esto hasta el mismo Platón lo
cado en medio de esta universidad de de la naturaleza humana, es preciso
De seguro que los racionalistas, al columbró con su razón natural: ¡cuán-
cosas sacadas de la nada por el Cria- conocer en primer lugar sus internos
oir esta nuestra explicación, soltarán | to más lo debe admitir la moderna dor y puestas á su servicio. Para res- constitutivos, y luego las relaciones
muy erguidos la carcajada, teniendo filosofía, mucho más ilustrada que la ponder dignamente á esta pregunta necesarias que pueda ella tener con
por meras fábulas y cuentos de viejas antigua! nos sería preciso escribir un libro en- los demás seres, cuya existencia nos
todo cuanto cree la Iglesia católica Concluyamos: el dogma de la Pro- tero, y no de pequeña dimensión por consta por la lumbre de la razón na-
en orden á los ángeles. Pero con esto videncia, profesado por la Religión cierto, sin que abrigáramos, no obs- tural. Los elementos componentes
no harán otra cosa que dar una prueba católica, lejos de hallarse en pugna tante, la convicción de haber agotado del hombre, mirados de una manera
más al mundo de su insigne necedad con la verdadera ciencia, guarda con la materia. Desde que existen filóso- general y confusa, no hay nadie que
y estupenda altanería. La existencia ella, por el contrario, la más perfecta fos sobre la tierra, ha formado siem- no los sepa discernir, por flaca é in-
de los ángeles es un hecho reconocido armonía. Contra él sólo puede levan- pre el objeto predilecto de sus particu- culta que sea su razón. Cada uno
por todos los pueblos de la antigüedad, tarse la turba execrable de ateos, que lares estudios, presentando en todos lleva al hombre consigo mismo, lo
los cuales no han podido convenir con infestan hoy día el campo entero de tiempos nuevos horizontes á la con- siente en su mismo ser, se compene-
uniformidad tan maravillosa y sor- los humanos conocimientos, ocultán- templación científica y abrumando tra é identifica con él; de manera que
prendente en una creencia de esta es- dose bajo los nombres de panteístas, con su inmensidad la curiosa mente el sujeto pensante y el objeto pen-
pecie, sino en cuanto, al separarse los panenteístas, darwinistas, evolucio- de los sabios. No cumple á nuestro sado no son aquí dos cosas realmente
unos de los otros después de la confu nistas y otros parecidos, y que, en propósito discutir en este pequeño es- distintas , sino una sola puesta en
sión babilónica, todos llevaron consi- lugar de ser tenidos por los legítimos crito todo cuanto sobre ella han pro- una especie de relación ideal consigo
go esta tradición como parte del depó- representantes de la verdadera filoso- ferido los amantes de la antropología, misma. Sintiéndose cada uno á sí
sito de la revelación primitiva. Por fía, de ningún varón prudente deben y así tenemos en parte abreviado el propio, se percibe y conoce como
lo demás, harto les dicen y amones- ser mirados sino como verdaderos camino con tratar solamente de aque causa y como sujeto de las particula-
tan á estos incrédulos los fenómenos azotes del género humano. lias cosas que más hacen al caso en res acciones, emanadas natural y es-
el plan que nos hemos propuesto. Sin pontáneamente de su actividad á la
embargo, los puntos que en esta ma sola presencia de ciertos y determi-
242 IDEA ÜBNBRAL A C E R C A D E L A N A T U R A L E Z A D E L H O M U K K

nados objetos. Es decir, que nosotros percepciones con que me conozco en razón de hechos, como que se hallan que tienen con respecto á nuestro en-
nos conocemos á nosotros mismos con el estado directo y de espontaneidad, unidas á nuestra facultad perceptiva tendimiento, es conocida de éste la
una vista, intuitiva, sí, y directa, se- siempre encuentro en ellas significado inmediatamente y en virtud de su fuerza activa de los seres, incluso el
mejante á aquella con que percibimos á mi Yo, no como ser puro, sino como misma perceptibilidad; mas sobre lo ser á que el entendimiento mismo
las cosas exteriores, y por consiguien- tal causa y tal sujeto. que está debajo de esas manifesta- pertenece, porque es percibida por él
te exenta de toda suerte de raciocinio, Grandemente se ilusionan los filó- ciones, ó sea sobre la naturaleza in- la acción emitida por ella; y nueva-
pero fundada en la percepción de sofos dichos cuando para defender terna del sujeto que las sustenta, mente es conocido el ser ó la natura-
nuestra actividad espontánea, que se su opinión dicen que el Yo es anterior nunca han faltado dudas entre los leza de una sustancia, porque son per-
desarrolla bajo la acción de los obje- á todo acto, y por consiguiente ante- hombres, estableciendo unos el espi- cibidas las fuerzas con que ella obra.
tos externos. Nos percibimos como rior á toda percepción. Ciertamente, ritualismo y otros el materialismo, El ser en sí mismo se externa par-
causas y como sujetos de nuestras ac- en el orden físico ó de las cosas, el diciendo éstos que el alma humana tiendo del centro, que es su naturaleza
ciones, siendo por consiguiente éstas ser es anterior al causar, y por consi- está sujeta á destrucción y muerte, ó esencia, á la circunferencia, que es
el principio determinante de la per- guiente al acto causado; pero cuando no menos que el principio vital de el acto emanado de su actividad; el
cepción de nuestro ser, la luz, digá- hablamos de percepciones, no trata- una planta ó de una bestia, y soste- entendimiento, al contrario, en razón
moslo así, con que éste aparece ba- mos del orden físico, sino del lógico. niendo aquéllos que es incorruptible de principio cognoscitivo, llega pri-
ñado y alumbrado, y sin la cual nues- Mi Yo, como ser, es anterior metafí - é inmortal por su propia esencia. mero á las manifestaciones del ser,
tro Yo quedaría para nosotros en sicamente á sí mismo como causa, y Todo esto nace de que nuestro Yo á la circunferencia, digámoslo así, y
perpetuas tinieblas, á pesar de hallár- en este segundo sentido es también no nos es dado en la percepción, sino por éstas se interna más adentro,
senos físicamente presente. anterior á su acción; antes es ser que en cuanto modificado y determinado hasta llegar á la misma naturaleza
por sus percepciones espontáneas, re- que las produce y sustenta.
E n esto cometen un gravísimo error causar, y antes es causar la percep-
los secuaces de la filosofía krausista, ción qua ver con ella el objeto perci- lativas á objetos exteriores. Con un Esta es la causa por que vemos con
diciendo que la percepción de nuestro bido. Mas aquí no se trata de este mismo acto percibimos el Yo y su luz más clara las manifestaciones de
ser es anterior á todo acto de nuestro orden de causalidad, sino del orden acto cognoscitivo, dirigido hacia fuera, los seres que su naturaleza interna;
espíritu, y poniendo en consecuencia subjetivo y lógico de la percepción y por esto el conocimiento de nosotros porque ésta no es vista en virtud de
al Yo esencialmente luminoso por sí causada. Esta debe tener un objeto mismos no es un verdadero raciocinio; su luz propia, sino en virtud de la
mismo, en términos que nos sea vi- iluminado por la luz espiritual que mas en el objeto múltiple y complejo luz que le proyecta el acto emanado
sible en su interior esencia sin recibir mueve y determina al entendimiento de dicha percepción, una parte es prin- de su actividad, luz que por lo mismo
la luz del acto que le informa. Como á percibir, y esta luz para nosotros se cipio determinante, y otra principio no puede ser tan intensa como la co-
si afirmáramos, por ejemplo, hablan- halla únicamente en las acciones con determinado; una objeto formal, y rrespondiente al mismo acto.
do de los objetos externos, que éstos, que se determina y circunscribe nues- otra objeto material. El principio de- Siendo, pues, conocido por nosotros
para ser vistos por el ojo del observa- tro ser, las cuales nos lo tornan lumi- terminante, ó razón suficiente, ú ob- nuestro Yo por razón de sus emana -
dor, no necesitan ser bañados de la noso y perceptible. En una palabra, jeto formal en la percepción de nues- naciones naturales y espontáneas, mi-
luz externa que los hace visibles, sino nuestro Yo es visible para nuestro en- tro Yo, es el acto cognoscitivo de los remos cuáles son estas emanaciones,
que de sí mismos son luminosos. Si tendimiento, de la misma manera que objetos exteriores, por los cuales siem- para que por ellas penetremos hasta
pre y de una manera continua se halla
de esta manera nos percibiéramos, lo son los cuerpos para los ojos cor- el fondo de donde nacen. Las accio-
tendríamos también una palabra con porales: necesitan ambos objetos, para afectado; el principio determinado y nes emanadas de nuestra sustancia
que expresar esta percepción; y al re- ser vistos, una luz distinta de ellos objeto material, conocido sin racioci- pertenecen á cuatro clases, como lo
volver sobre nosotros mismos con la mismos que los ilumine, la luz de sus nio alguno y con evidencia inmediata, puede observar cada uno en sí mismo.
fuerza de la reflexión, nos hallaría- modificaciones, emanadas de su inte- es el Yo, causa y sujeto del acto cog- Unas nos son comunes con todos los
mos percibiéndonos del modo krau- rior actividad; porque estas modifica- noscitivo mencionado. cuerpos de la naturaleza en general,
siano . Mas nada de esto sucede : ciones propiamente son las que cons- Es decir, que en nuestras percep- otras con las plantas solamente, otras
cuando yo vuelvo los ojos de la con- tituyen el objeto formal de nuestras ciones seguimos, por condición esen- con los brutos, otras, en fin, nos son
sideración hacia mí mismo, me en- potencias perceptivas, no el sujeto cial de nuestra propia naturaleza, un propias y exclusivas, en términos que
cuentro pensando en alguna cosa y que las sustenta. orden inverso al que los seres tienen por ellas nos distinguimos de todos
teniendo conciencia de mi ser en De aquí es que en cuanto á las ma- en sí mismos. Estos en su natura- los seres con quienes nos hallamos
cuanto que percibo la emanación de nifestaciones, tanto de nuestra pro- leza intrínseca son activos, porque en relación. Las primeras son produ-
tal pensamiento. De aquí es que, ob- pia sustancia como de las pertenecien- son seres reales; producen acciones, cidas por las fuerzas materiales; las
servando las distintas voces con que tes á los otros seres sensibles, nadie porque se hallan dotados de fuerza segundas por las fuerzas orgánicas;
me nombro, y por consiguiente las disputa; todo el mundo las admite en activa: mas en orden á la objetividad las terceras por las fuerzas sensitivas;
244 1DJBA G E N E R A L
A C E R C A D E L A N A T U R A L E Z A D E L H O M B R E .
245
las cuartas, finalmente, por las fuer- toria. E l fin natural, sí, lo puede al- finito é infalible, y cumpliendo obe- dad que haya llegado á conquistar con
zas espirituales. canzar la filosofía estudiando las e s - diente con obsequiosa voluntad cuan- la fuerza irresistible de sus demostra-
Resulta de todo esto que el hombre, pontáneas tendencias de los pricipios tos preceptos le sean impuestos por ciones. La ciencia no vuelve nunca
en su interior naturaleza, es una sus- constitutivos del hombre. Porque ellas su Majestad soberana. atrás, así como tampoco la religión;
tancia dotada de actividad material, le revelan la capacidad interna que He aquí delineada en breves rasgos porque ambas están plenamente cier-
orgánica, sensitiva é intelectual, que tiene su parte más principal, ó sea el la naturaleza del hombre; delincación tas de hallarse en posesión de la ver-
es lo que intentaban significar los es- alma, para vivir perpetuamente sin que, á pesar de su brevedad, pone muy dad. Si se han de mover, este movi-
colásticos, con Aristóteles y Santo To- que fuerza alguna criada la pueda de relieve la admirable armonía que miento ha de ser hacia adelante, edi-
más, diciendo que el hombre es un destruir, y el propósito marcado del reina entre las enseñanzas de la Igle- ficando nuevas verdades sobre las só-
animal racional; porque enla última Criador, que le ha dado la existencia sia y las conclusiones de la más pura lidamente establecidas. La opinión,
de estas dos palabras se halla expresa- para que, rota la casa de barro en que y sana filosofía, haciéndose patente y sí, puede andar en mudanzas conti-
da su intelectualidad propia, que es j esta sustancia espiritual habita, siga manifiesto ya desde el principio de nuas, atrás y adelante; pero ésta no
enteramente discursiva, y en la pri- viviendo por toda la eternidad una
1

esta última parte de nuestro trabajo, se puede presentar al palenque con el


mera se contienen las otras tres cua- ¡ vida semejante á la de los puros es- que aquí también, como en las dos intento de derribarlas afirmaciones de
lidades dichas. píritus. cuestiones anteriores, el confl'wto en- la religión, hallándose con gran mi-
Bajo este concepto, la naturaleza Tocante á los demás seres con quie- tre la religión y la ciencia t s de todo | seria suya en el campo de la duda y
humana es considerada en su forma nes vive en relación, fácilmente se punto imposible. Porque si la religión, de la probabilidad inconstante.
absoluta, hecha abstracción de las re- concibe que el hombre es por su en lo perteneciente á la naturaleza Para que nuestra demostración en
laciones que le son propias, y la orde- naturaleza señor absoluto de todo del hombre, enseña aquello mismo esta parte salga con la claridad y evi-
nan ya á los individuos ó supuestos cuanto en la tierra le rodea, hallán- que la verdadera filosofía demuestra dencia que deseamos, trataremos por
en que pueda encontrarse, ya á su ori- dose él solo dotado del precioso don con sus razones científicas, ¿qué con- separado en los siguientes capítulos
gen yantigüedad en el mundo, ya á su de la inteligencia, y por consiguiente flicto ó contradicción puede existir sobre cada uno de los puntos que he-
propio y natural fin, ya á los seres dispuesto para ejercer dominio sobre entre una y otra? Ambas son inmuta- mos indicado relativos á la naturaleza
inferiores ó superiores con los cuales ¡ la materia insensible y sobre los ani- bles en sus enseñanzas: la Iglesia no del hombre; los cuales, como se ve,
haya de formar armonía en el vasto males que pueblan el globo. Por don- puede desdecirse jamás rechazando dan en sustancia lo más principal que
conjunto del Universo. Mas conside- de se ve cuan grande sabiduría se como falso lo que una vez ha enseña- en esta materia se puede desear, y
radas estas relaciones, hallamos que halla encerrada en aquellas palabras do á los fieles como verdadero y como por otra parte presentan la cuestión
el hombre vive esparcido sobre la tie- dichas por Dios á nuestros primeros contenido en el depósito de la revela- en el campo que los enemigos del
rra, formando diversas sociedades ó padres al tiempo de criarlos: Creced y ción; á la filosofía tampoco es permi- Cristianismo libremente se han esco-
repúblicas, y esto en virtud de su multiplicaos, y llenad la tierra, y some- tido negar ó poner en duda una ver- gido para combatir á la Iglesia.
misma naturaleza eminentemente so- tedla á vuestro poder, y dominad en los
cial, en términos que por esta razón peces del mar, en los p ijaros del aire y
fué llamado con mucha sabiduría por en los animales que se mueven sobre la
los antiguos animal político. Mirado su tierra *; pues, en efecto, en la tierra
origen, concluímos que ha debido sa- sólo el hombre puede ser señor: las
lir de las manos de Dios, no pudien- demás cosas todas son hechas para
do t e r considerado como una trans- estar bajo su dominio. Mas así como
formación de la materia el principio su natural superioridad le constituye
inteligente y espiritual que constitu- dueño y señor de todos los seres cria-
ye la parte más levantada y noble de dos que se hallan sobre la tierra, así
su ser. La antigüedad la debemos in- también su condición esencial de cria-
quirir preguntando á la tradición de tura llamada por Dios á la existencia,
nuestros antepasados, ó investigando y dependiente de El en todos lqs ins-
los restos que de ella nos han queda- tantes de su vida, le hace por natura-
do en el mundo; puesto que ella en sí leza siervo del divino Hacedor, y le
es un hecho histórico incapaz de ser obliga á tributarle culto de adoración
conocido á priori por las abstraccio- y reverencia, sometiendo su falible y
nes filosóficas, y sólo perceptible al limitado entendimiento al divino, in-
modo que los demás hechos de la his- Genes., cap. 1, vers. 2 8 .
1
E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A
247
R E S P E C T O D E L A L M A H U M A N A .

L a filosofía de nuestra época, des- mano verdaderamente maestra la lí-


pués que se ha divorciado tristemente nea divisoria que separa el alma hu-
de la Religión para tener el gusto de mana de los espíritus angélicos. E n el
vivir independiente y libre de toda Concilio Lateranense IV expresó de
especie de trabas, ha seguido el mis- una manera más explícita esta dife-
mo camino trazado por la filosofía an- rencia, colocando al hombre en una
tigua. Unos han resucitado el siste- esfera intermedia entre la sustancia
CAPÍTULO XXII ma de Platón, haciendo de cada alma corporal y la angélica, y atribuyendo,
un espíritu angélico condenado á vi- en consecuencia, al alma humana una
vir en esta cárcel de barro hasta que aptitud natural parainformar su cuer-
EL CATOLICISMO Y LA C I E N C I A RESPECTO DE LA NATURALEZA adquiera la perfección de los espíritus po, propiedad de que carecen por su
puros, que es la doctrina enseñada propia condición los espíritus. E n el
DEL ALMA HUMANA
por los espiritistas y por varios filó- Concilio Vienense enseñó más tarde
sofos alemanes , proclamadores del que el alma intelectiva ó racional in-
peri-espíritu ó camisilla interior de los forma su cuerpo en virtud de su pro-
ángeles. Otros han profesado el sen- pia naturaleza, confirmando lo mismo
sualismo, adhiriéndose á la doctrina que había dicho en los otros Concilios
M W A idea que el Catolicismo nos da lugar de castigo donde está condena- de Condillac relativa á las sensacio- anteriores, y condenando la doctrina
acerca del alma humana es la da á vivir mientras more sobre la nes transformadas. Otros, en fin, han contraria como errónea y enemiga de
más pura y sublime, al mismo tiem- tierra. Pitágoras, antes que Platón, bajado hasta el inmundo lodazal del la fe católica. Esto mismo definió des-
po que verdadera. No ha habido ja- había venido á decir poco más ó me- materialismo, proclamando la teoría pués el papa León X en la Bula Apos-
más filósofo en el mundo que en esta nos la misma cosa, enseñando la doc- de la transformación de las fuerzas tolici regiminis, y añadió á lo procla-
parte haya podido llegar con la pene- trina de la metempsícosis ó transmi- materiales; teoría según la cual Dios, mado por Clemente V en el sobredi-
tración de su ingenio adonde llega gración de las almas, desenterrada síntesis universal de todas las fuerzas cho Concilio de Viena, que cada uno
con sus celestiales enseñanzas nues- del polvo pagano por los espiritistas cósmicas, vive aletargado en la pie- de los hombres posee un alma racio-
tra Religión sagrada. Tan cierto es de nuestros tiempos. Otros, por el dra, duerme profundamente en la nal, suya propia y no común al alma
que, por donde quiera que miramos á contrario, optaron por el materialis- planta, sueña desaforado á lo Don de los demás, y que esta alma racio-
laReligión católica, hallamos siempre mo ó por el sensualismo, teniendo Quijote en el animal, y se despierta na], propia y peculiar de cada uno, e s
en ella el sello de su origen sobrena- por alma á cierta virtud ó fuerza de la vivaz en el hombre para pasmar al inmortal por naturaleza, debiendo,
tural; pues una religión que así habla materia organizada , ó confundiendo mundo con la concepción de la ciencia por tanto, ser rechazado el error de
«obre las cosas más profundas de me- torpemente con la sensibilidad la in- y con el alumbramiento del nebulismo Averroes; según el cual todo el género
germánico. Esta es la teoría que, como humano piensa con una misma alma
tafísica, como no habla ningún filó- teligencia, con la cual, no sólo cono-
sofo, no puede ser sino venida del cemos las cualidades de los cuerpos y lo dejamos ya enunciado, ha mereci- racional é incorruptible por naturale-
mismo cielo. Aristóteles, con ser el percibimos la armonía de los sonidos, do la preferencia en la docta pluma za, pero las almas propias de cada
hombre más perspicaz y profundo que y gozamos de la deliciosa amenidad del profundísimo Draper, flor y nata uno de los hombres son naturalmen-
en sus fastos registra la Filosofía, de los paisajes, y revolvemos en nues- de la filosofía andantesca, desfacedor te mortales y corruptibles.
habló de una manera tan oscura so- tra fantasía todo un mundo de seres de entuertos cometidos por los cató-
No se puede explicar con más cla-
bre la naturaleza del alma, que mu- imaginarios fabricados por nosotros licos, y predicador ardiente de la más
ridad ni con mayor exactitud la natu-
chos han llegado á tenerle por con- mismos, sino también medimos la sublime de todas las teorías, el fla-
raleza del alma humana. Establécese.,
trario á la doctrina de su inmortali- distancia de los astros, corregimos el mante positivismo.
por una parte, contra los sensualis-
dad. Platón hizo del alma una sus- error de nuestros sentidos, y creamos La Iglesia católica, en esto como tas y materialistas, su espiritualidad
tancia separada, no unida al cuerpo la misma sublimidad de la ciencia con en todas sus cosas, ha mostrado bien esencial, y su aptitud consiguiente-
sino en razón de motor, al modo que todas sus ideas universales. Así reco- la celestial sabiduría con que está re- para vivir una vida eterna, incapaz de
« 1 jinete va unido á su caballo y el rrieron todo el campo de los errores gida por el Espíritu Santo. Ya en el ser extinguida por criatura alguna; y
piloto á su nave; en términos que, que en materia de psicología se po- siglo VI, reunida en el quinto Conci- se hace observar al mismo tiempo,
según él, nuestro cuerpo es para el dían excogitar, pasando desde el es- lio universal, había condenado formal- por otra, que la incorruptibilidad é in-
alma que lo habita, no un dulcísimo piritualismo más absoluto hasta el mente la doctrina pitagórica de la mortalidad así definidas convienen al'
consorte con quien se halla estrechí- materialismo más abyecto y ver- transmigración de las almas, profesa- alma propia y peculiar de cada u n o r

simamente ligada, sino una cárcel ó |gonzoso. da por los origenistas, trazando con y no á esa inteligencia universal,.
248 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A
R E S P E C T O D E L A N A T U R A L E Z A B E L A L M A H U M A N A .
249
común á todos los hombres en la fan- necesidad , mostrando así en su c o n - es nuestra suerte. Oprimamos al po- maldades ha de ser condenado des-
tástica idea del mahometano Ave- ducta el espíritu divino y sobrenatural bre justo, y no perdonemos á la viuda, pués de muerto á reencarnarse una y
rroes. Luego, para que nadie pueda que la dirige. ni respetemos las canas del viejo de otra vez eternamente. ¿Cómo ha de
caer en el error contrario, enseñado Si nuestra alma fuera tenida por mucho tiempo. Y sea nuestra fuerza temer este castigo el que con gusto se
por Pitágoras y Platón, creyendo con corruptible y perecedera, como la de- la ley de la justicia , porque lo que es quedaría aquí en el mundo para siem-
estos filósofos que nuestra alma es un sean los materialistas, en este caso la flaco se reputa por inútil.» Este ha pre, deseoso de continuar la vida bes-
1

espíritu caído, condenado á vivir en la virtud y honestidad serían miradas de ser por fuerza el modo de pensar tial que ahora lleva, y que únicamen-
cárcel de este cuerpo por los pecados en consecuencia como nombres vanos de todo materialista, y por desgracia te apetece?
cometidos en una vida anterior más é imaginarios fantasmas ; pues los bien lo estamos palpando hoy día en
noble y más perfecta, se añade que el hombres no podrían ya concebir otro La ley moral, pues, queda destituí -
todos los civilizados á la moderna. da de sanción conveniente en la hipó-
alma racional del hombre es forma bien sólido y sustancial sino el placer Si, por el contrario, viviera el hom- tesis espiritista; y quien admita en su
sustancial del cuerpo humano, multi- del cuerpo y de los sentidos. Un hom- bre en la creencia de que su alma es corazón esta doctrina engañosa, no
plicable y multiplicada en cada uno bre que se halle persuadido de que un espíritu caído, condenado á hacer tendrá de seguro otra norma en todas
de los individuos, y producida, por para él todo acaba con la vida presen- penitencia en esta cárcel de barro, sus acciones sino el humillante ape-
consiguiente, cada vez que viene á te, no puede menos de concluir en esta reencarnándose repetidas veces, y rean- tito del placer sensible , cual si fuera
la existencia una persona particular. forma , haciendo el razonamiento de dando siempre, sin conciencia de sus una bestia destinada á vivir en un es-
«Sacro approbante Concilio (dice el los impíos: «Corto y enojoso es el estados anteriores, el triste camino de tablo. El espiritista, si es lógico , no
Papa León X), damnamus et reproba- tiempo de nuestra vida, y no hay r e - la vida; entonces, ó se consumiría de puede buscar sino la vida de los sen-
mus omnes asserentes animam in- frigerio en el fin del hombre, ni se ha tristeza al considerar que el tiempo de tidos: todo lo que los moralistas le
tellectivam mortalem esse, aut uni- conocido quien haya tornado de los su destierro no tiene límite determi- digan sobre la belleza de la virtud lo
cam in cunctis hominibus, et haec in infiernos. Porque de nada hemos n a - nado , y hasta se entregaría no pocas tendrá por pura poesía, ni más ni me-
dubium vertentes; cum illa non solum cido, y después de esto seremos como veces, llevado de la desesperación, al nos , como si no admitiera otro dios
veré per se et essentialiter humani si no hubiéramos sido ; porque humo suicidio, ó correría exhalado tras toda que la materia , ni otra alma que la
corporis forma existat, sicut in ca- es el resuello de nuestras narices , y suerte de vicios con la esperanza de de los brutos. Así vemos en esto, como
none felicis recordationis Clementis la habla, una centella para mover nues- que en otras reencarnaciones más afor- en otras muchas cosas, que los extre-
.Papae V, praedecessorisnostri, in ge- tro corazón; la cual apagada , ceniza tunadas sería más honesto y virtuoso; mos se tocan , y que por los caminos
neran" Viennensi Concilio edito, con- será nuestro cuerpo, se difundirá como y así, de hecho, su vida en este mundo opuestos se viene al fin á parar á un
tinetur; verum et immortalis, et pro el aire blando, y pasará nuestra vida sería la vida del ateo.
corporum, quibus infunditur, multi- como el rastro de la nube, y se desva- mismo término. La metempsícosis y
¿Quién puede contar el espantoso el materialismo rematan concorde y
tudine singulariter multiplicabilis, et necerá como niebla que es ahuyenta-
da de los rayos del sol y oprimida de número de suicidios que ha producido uniformemente en la ruina completa
multiplicata et multiplicanda.»
en sólo este último siglo la perversa de la moral; y quien arruina la moral,
¿Qué cosa más grande, y más exac- su calor , y nuestro nombre con el secta del espiritismo? ¿Y quién es ca- claro está que tiende por lo mismo á
ta al mismo tiempo, que esta doctri- tiempo caerá en olvido, y ninguno paz de calcular la corrupción y desen- arruinar la sociedad entera, porque la
na, en que se traza con mano verda- tendrá memoria de nuestras obras. freno que cada día va cundiendo en sociedad está basada toda ella sobre
deramente divina la definición más Porque paso de sombra es nuestro las masas , con la diabólica idea de este sólido cimiento.
adecuada y completa de la naturaleza tiempo, y no hay vuelta de nuestro que á una encarnación siguen otras y No es nuestro ánimo detenernos
humana? La filosofía con todos sus fin , por cuanto se le pone el sello y otras cien mil por siglos infinitos, sin aquí á refutar el espiritismo ; esta
raciocinios no ha dicho ni dirá jamás nadie vuelve. Venid, pues, y gocemos que, por consiguiente, hayamos de empresa nos apartaría demasiado de
cosa más excelente; porque de la Re- de los bienes que son, y usemos de la temer el infierno tan espantoso de los nuestro propósito. Lo que sí haremos
ligión en esta parte han brotado t o - criatura á toda prisa como en la ju- cristianos? Ciertamente , quien tiene será desenvolver filosóficamente la
rrentes de luz vivísima para que vea- ventud. Llenémonos de vino precioso puestas todas sus delicias en los bie- doctrina del Catolicismo relativa a l a
mos en su plenitud la naturaleza de y de perfumes , y no se nos pase la nes materiales de la tierra ; quien no naturaleza del alma, con lo cual caerá
nuestra alma y de nuestro propio ser. flor del tiempo. Coronémonos de rosas aspira á otra cosa mejor que los goces por su mismo peso el error funda-
Era esto necesario , porque esta n o - antes que se marchiten; no haya prado sensuales, y puede alcanzarlos sal- mental del espiritismo, que consiste
ción es para nosotros sumamente alguno por el que no pase nuestra li- tando resueltamente la valla de la en hacer de nuestras almas unos es-
fundamental, estando cifrada en ella cencia. Ninguno de nosotros quede moral y de la ley divina , poco se en- píritus caídos y de nuestros cuerpos
toda la suerte de nuestra vida , tanto sin parte de nuestra disolución; en tristecerá al oir que en castigo de sus las mazmorras de estos espíritus pre-
presente como futura. Por eso nuestra cada lugar dejemos señales de alegría,
varicadores.
Religión adorable no ha faltado á esta porque esta es nuestra porción y esta
.S'aji., cap. II, vers l - H . • Comencemos por la espiritualidad,
1
•250 E L C A T O L I C I S M O V L A C I E N C I A RBSPECTO DE LA NATURALEZA DEL ALMA HUMANA.
251
propiedad importantísima de nuestra obras con la misma perfección, tanto gánica que produce sus actos sin con- da y concreta, no universal y abstrac-
alma, por la cual nos hallamos á in- las primeras como las segundas, y las curso intrínseco é inmediato del or- ta. A la decapitación pública de un
finita distancia de las bestias. Las segundas como las terceras, y así su- ganismo corporal, está muy por cima malhechor, para servirme de un her-
razones que la patentizan son tan cesivamente. de todo lo material y corpóreo, y por moso ejemplo usado á este propósito
claras y evidentes, que sólo pueden Y esto sucede así en los padres lo mismo imprime á sus actos ese por el sabio conde de Maistre, podrán
ser rechazadas por quien se obstina como en los hijos; de suerte que los sello de universalidad é infinidad que asistir muy bien, así el perro que suele
en renunciar á la vida noble del es- animales siempre viven estancados en sólo puede hallarse en el mundo de acompañar á un hombre, como el
píritu, y tiene su corazón hundido en lo mismo, como lo está la naturaleza los espíritus. Todo el mundo sabe que hombre mismo. En este caso ambos
el cieno de la materia. Santo Tomás bruta y material á que pertenecen. No las ideas de nuestra inteligencia están verán con los ojos materiales del
nos las ha recopilado brevemente en progresan porque carecen de un ideal, dotadas de una cierta especie de infi- cuerpo el sobredicho fenómeno; pero
su preciosa Suma contra los gentiles superior, por razón de su natural uni- nidad, que las coloca en un orden en la aprehensión interna del mismo,
(lib. II, cap. LXVI), donde demues- versalidad, á todas las circunstancias infinitamente superior á los objetos ¡qué diferencia tan grande no habrá
tra que el entendimiento humano es de tiempo y espacio; sólo pueden dis del mundo sensible. ¿Cómo, pues, se entre uno y otro! El perro no perci-
una fuerza superior á los sentidos y poner de sus percepciones sensibles, podrá negar con razón esta misma birá sino lo puramente sensible, la
verdaderamente inorgánica. Desen- enteramente materiales y concretas. cualidad á nuestra inteligencia que separación repentina de la cabeza
volvamos un poco estas razones, y Así , aunque poseen cierta sombra las produce, siendo una verdad evi- I cortada, como si fuera un trozo de
hagamos ver á los defensores del ma- de raciocinio , ejercido con aquella dente á todas luces que ningún efecto carne destinado á ser presa de su vo-
terialismo que el alma humana está facultad que los Escolásticos llaman puede superar la perfección de su racidad. El hombre, por el contrario,
muy por encima de todo cuanto mate- estimativa; pero este mismo acto no causa, porque ésta en tal caso le daría verá en él todo un mundo de ideas
rial y sensible contemplan ellos so- pasa de ser material y orgánico, por- lo que no tiene? Pero sigamos adelan- enteramente espirituales é inaccesi-
bre la tierra. En efecto; si en nuestra | que no versa sino sobre cosas mate- te en nuestra demostración. Por ser bles por completo á la facultad per-
alma hay alguna potencia verdadera- riales y concretas, y por tanto tam- incapaces los sentidos de formar con- ceptiva del bruto; porque notará des-
mente espiritual, ella misma debe ser bién la fuerza que lo ejecuta es mate- ceptos universales, imprimen á todos i filar ante los ojos de su espíritu el
también en sí espiritual é inorgánica, rial, ó sea aligada necesariamente al sus actos el carácter de particularidad orden de la justicia divina acompaña-
puesto que ninguna potencia puede organismo é incapaz de obrar sin su y determinación que les es común con do de toda la inmensa multitud de
superar en perfección á la naturaleza asistencia. En esta especie de discur- la materia; por el contrario, por ser las razones morales y religiosas que
ó sustancia de donde emana, como es so imperfecto que practican los ani- muy propio de la inteligencia formar nada afectan á los sentidos.
imposible que el efecto sea más per- males, no comparan los dos extremos ideas universales, á todo cuanto pien-
Quizá no falte entre los defensores
fecto que su causa. Ahora bien; que del raciocinio con un tercero universal sa le comunica una cierta forma de
del materialismo quien haga del hu-
la inteligencia del hombre sea una y que los comprenda á entrambos; lo universalidad , característica de los
mano entendimiento una cierta fuerza
potencia inorgánica, lo demuestra la que hacen es deducir el particular del espíritus. Hasta lo mismo material
de imaginar muy perfecta. Pero nada
naturaleza de nuestras ideas, que no particular espontáneamente y sin ver lo percibe bajo conceptos universales,
más falso que este pensamiento. Si
se circunscriben á objetos materiales la legitimidad de la consecuencia. L i que indican bien la naturaleza espiri-
reparamos bien en los actos de la fa-
y concretos, sino que pasan más allá legitimidad del raciocinio la ve Aque! tual de la fuerza que los produce. Y
cultad imaginativa, observaremos que
y representan objetos universales. Los que les dio el impulso para obrar de no sólo de lo material y corpóreo
todos ellos versan siempre sobre ob -
brutos, por perfectos que sean, no van este modo, como ve el artista lo que se forma ideas propias, sino tam-
jetos materiales y positivamente fini-
guiados en sus acciones sino por las ejecuta mecánicamente su instru- bién de los objetos enteramente in-
tos. Con la imaginación podremos
solas impresiones del sentido; ninguna mento. materiales é insensibles, como son
agrandar el objeto cuanto queramos,
idea universal poseen, todas sus per- Por el contrario, el hombre, como Dios, los espíritus puros, la justicia,
transformarlo á nuestro gusto, y ha-
cepciones son concretas. De no tener dotado de una fuerza intelectual, pro- la belleza, la bondad, la posibilidad
cer de él cuanto se nos antoje, dán-
esta clase de ideas, que están sobre el ductora de ideas universales, superio- y sus contrarios, ó sea la injusticia,
dole las formas más raras y capricho-
tiempo y el espacio y revelan en quien res á todo lo particular sensible, es la fealdad, la malicia, la imposibili-
sas; pero el objeto imaginado siempre
las posee una esencia correspondiente capaz siempre de ulterior perfección dad, etc. Lo cual es una razón evi-
será una cosa sensible y por todas
y por tanto superior á toda sustancia en sus artefactos; fórmase sus ideales dente de que el entendimiento no es
partes limitada, cerrada, circunscrita.
corpórea, les nace el obrar siempre las cada vez más acabados, y luego rea- una potencia orgánica, sino espiritual;
En la inteligencia, por el contrario,
cosas de la misma manera. En la liza conforme á ellos sus obras exte- porque, á ser orgánica, no podría
el objeto es un universal superior á
misma forma trabajan hoy día las riores, no teniendo límite en la capa- formar concepto sino de los objetos ¡
todos los límites, un ideal infinito,
abejas que en tiempo de Virgilio; cidad de perfeccionarlos. Y es que el materiales, y esto percibiéndolos de
adonde la fantasía no llegará jamás,
todos los animales hacen siempre sus entendimiento, como potencia incr- una manera enteramente determina- ]
aunque multiplique sin fin los objetos
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de su propia esfera. Podrá suceder drío, en la práctica obran con la pie" to cierta clase de acciones, que lla- orgánica. Por eso los brutos, cuyas
muy bien que este ideal verse sobre nísima convicción y seguridad de que man voluntarias, de otras más auto- fuerzas cognoscitivas y apetitivas no
cosas corporales; pero lo corporal en son dueños de sus actos. Porque se máticas, á que dan el nombre de ins- salen de la esfera de la corporeidad
él será la parte menos acomodada á dan citas como los demás, hacen sin- tintivas. Así piensan haber descubierto sensible, son incapaces de esta refle-
la naturaleza del entendimiento, ó ceras promesas de hechos que han de alguna razón nueva, que no conocie- xión tan perfecta. Ningún mono, por
sea el objeto material, el contenido cumplir ellos mismos en el tiempo ron los antiguos; como si éstos, al ejemplo, que es el animal m i s cerca-
de aquella idea; la parte principal y convenido, se enfadan furiosamente negar la libertad de los animales, no no al hombre en la perfección de sus
que más armonía guarda con la na- contra los que les faltan á lo pactado, tuvieran bien experimentada la mali- actos animalescos, será capas de ad-
turaleza de la inteligencia será la for- y aun á veces los citan por ello á j u i - cia del gorrión, la prudencia de la quirir jamás esta facultad de reíl;xio-
ma de que está revestido aquel con- cio. Cosas todas son estas que reve- hormiga, y otras mil propiedades de nar sobre sí mismo, de to narse cuen-
cepto, el continente, digámoslo así. lan claramente la firme persuasión, los irracionales que nos dejaron es- ta de sus propias accionas, de p)der
de aquella materia dada. Esta forma depositada en ellos por la madre na- critas en sus libros. Las bestias, en pronunciar la palabra Yo, pasa-ulo de
ó continente, llamada por los anti- turaleza, y que persiste en sus inteli- verdad, tienen en ciertas acciones una su esfera á la nuestra, y adquiriendo
guos objeto formal, porquees pecificay gencias aun á pesar de sus teorías como sombrade libertad, que remeda el noble y altísimo título de persona.
caracteriza la naturaleza de la poten- inmundas y de su vituperable empeño á la libertad humina. Pero esta liber- Instruyasele cuanto se quiera: él po-
cia á que corresponde, es una idea de rebajarse hasta la vil condición de tad animalasca no pasa de ser un im- drá aprenier muchas cosas, remedi-
ilimitadi, infinita, imposible de ser los brutos, perfecto remedo de la nuestra; c o n o rá maravillosamente cuanto vea ha-
confundida con ningún acto de los Pues bien; esta libertad es el testi- la estimativa, que la regula, es tam- cer á otro cualquiera; perj nunca
sentidos ó de la fantas'n. Por donde monio más irrefragable de la espiri- bién una muy tosca imagen de nues- aprenderá á reflexionar, á tomarse á sí
se ve que los actos de la inteligencia tualidad de nuestra alma; porque sólo tra prudencia. El hombre, á j n en el propio por objeto de su considera-
no pueden ser hechos por facultad al- el espíritu, como superior á la mate- mismo estado de locura, cuando no ción, á filosofar, en una palabra, di-
guna orgánica, sino que pertenecen á ria, está sobre las leyes de la fatali- goza de su liberta! natural por tener rigiendo la actividid desús potencias
un orden infinitamente superior: al dad; y como destinado naturalmente impedido el uso de la razón, se mues- internas á la adquisición y cultivo de
orden de las facultades espirituales y á la posesión del soberano Bien, que tra infinitamente superior al bruto la ciencia. Le falta la hermosa fuerza
puestas sobre las limitaciones de los es Dios, tiene virtud para rechazar mis perfecto. Y es que, aun en su espiritual é inorgánica, donde resida
cuerpos. cualquier bien finito no necesario para misma locura, es hombre y no bestia; la reflxtibili.la.i; y así siempre obra
Allégase á esto otra circunstancia su felicidad. Las potencias apetitivas su alma inteligente obra en él de una por necesidad en el sentido directo, en
particular, propia de nuestros actos de los sentidos, por razón de la parte manera espontánea, pero real, for- el sentido del impulso natural y ciego
espirituales. En virtud de la misma corporal y orgánica que entra en su mando ideas generales y espirituales, que le mueve y arrastra.
universalidad que llevan siempre con- constitución interna , participan de de que el bruto más avisado carece
Esta falta de reflexión en los ani-
sigo los objetos de nuestra inteligen- las condiciones de la materia bruta, por completo.
males es la causa inmediata y próxi-
cia, sucede que ningún objeto finito y por tanto son, como ella, en cierta En virtud de esta libertad y consi- ma por la cual son incapaces de hacer
puede arrastrar hacia sí irresistible- manera inertes, en términos que in- guiente dominio de nuestros propios algún progreso en la producción da
mente á nuestra facultad expansiva venciblemente los arrebata el centro actos, podemos hacer una reflexión sus obras; si bien la causa remota y
racional, vulgarmente llamada volun- atractivo externo de los bienes par- total sobre nosotros mismos, imposi- última se halla en la ausencia de
tad. Todo objeto finito lo queremos ticulares que las solicitan. El bruto, ble de verificarse por potencia alguna ideas generales, puesto que en estas
libremente, y de tal manera que pu- puesto en presencia del objeto delei- que tenga su residencia en algún ór- ideas se encuentra la raíz y funda-
diéramos no quererlo y aun odiarlo, si I table, es arrastrado de una manera gano corpóreo. Porque las partes de mento de la libertad natural en los
quisiéramos: en una palabra, somos automática, si es que otro más pode- la materia se pueden, sí, plegar unas seres inteligentes. El hombre, en vir-
libres en el ejercicio de nuestros ac- roso no le atrae hacia sí con más sobre otras, p ;ro no sobre sí mismas. tud de la voluntad libre, que le hace
tos; sólo la felicidad, mirada de una | fuerza, ni vence á la virtud atractiva Quien tiene suficiente virtud para eje- dueño de sus propios actos, siempre
manera general y sin concretarla en del primero. cutar esta reflexión plena y completa, que su rudeza no llegue hasta el ex-
ningún objeto determinado, es amada Los materialistas , sin embargo, tomándose á sí propio por objeto de tremo de imposibilitarle el uso de la
por nosotros necesariamente. Este es pretenden conceder al bruto la misma su consideración, necesariam ente debe razón, reflexiona más ó menos sobre
un fenómeno de nuestro espíritu, de libertad que hallamos en el hombre, ser espiritual en aquella parte que todo cuanto hace y ve hacer á sus se-
que cada uno tiene conciencia en su para lograr de este modo persuadir al practica este género de reflexión; por- mejantes: con esto se va perfeccio-
interior; aun los mismos materialis- mundo que el hombre es un bruto que éste tal entra en sí mismo total- nando poco á poco en sus acciones; y
tas, que se empeñan en negar nuestra perfeccionado. Con tal objeto distin- mente, ss repliega sobre sí como no á veces lleva tan adelante su fuerza
espiritualidad, y con ella el libre albe- guen muy cuidadosamente en el bru_ es capaz de hacerlo potencia alguna de reflexión, que logra reconcentrarse
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en sí mismo con la mayor facilidad, cual es cosa muy diminuta el globo percepciones de los sentidos, donde llaman los filósofos á los sentidos
aislarse del mundo exterior y abis- en que habitamos. encuentre la materia ú objetos de las puertas del alma; porque mientras el
marse en las profundidades de su prc- Si la razón fuera una potencia or- suyas propias. Así, pues, en el actual alma vive encerrada en la casa del
pio ser para contemplar asombrado el gánica, como los sentidos y la misma estado de unión en que vive el alma cuerpo, si no se le abren las tales puer-
mundo inteligible de las ideas qne imaginación, el error en estos casos con el cuerpo, el entendimiento pro- tas, se quedará á oscuras; mas no le
brotan á millares en su inteligencia sería inevitable; porque ella también duce, sí, sus actos peculiares por sí sucederá esto cuando salga de su h a -
Así llega á hacerse verdaderamente á su vez recibiría la misma clase de solo y con la fuerza inorgánica que bitación y sea llevada por el Criador
sabio, y logra coordinar sus pensa- determinación que se imprime á las internamente lo constituye; pero de- á la noble mansión de los espíritus.
mientos de una manera científica, en otras fuerzas perceptivas, y juzgaría pende de la imaginación y de los sen-
Lo que acabamos de escribir del en-
términos que le es muy fácil expre- necesariamente por solas las aparien- tidos, como de ministros que le pro-
tendimiento con respecto á los sen-
sarlos y trasladarlos con orden y cla- cias externas. ¿Quién no ve, pues, en porcionan la materia, en cuya presen-
tidos, debe aplicarse al alma misma
ridad al entendimiento de sus oyentes esta nobilísima propiedad de nuestra cia ha de ejercer sus actos. L a imagi-
I en orden al cuerpo por ella informa-
ó lectores. La reflexión, y la reflexión inteligencia la señal más evidente de nación y los sentidos son con respecto
do. E l alma, unida sustancialmente á
imperada por la perseverante energía nuestra espiritualidad? ¿Quién no ad- al entendimiento, en el estado presen-
la materia, forma con ella un com-
de la libre voluntad, es la madre de vierte en esta poderosa virtud que te de nuestra alma, una cierta espe-
puesto físico y sustancial que llama-
las ciencias y de las artes; á ella es á tiene nuestra razón para corregir Ios- cie de sirvientes, que le traen de fue-
mos hombre; y así como requiere para
quién se dtbe propiamente todo el juicios erróneos de los sentidos, la ra los materiales para que él ejerza
comunicarle la vida ciertas condicio-
progreso de las mismas; sin esta ener- inmensa distancia que media entre sobre ellos su interna actividad espiri-
nes previas por parte de la materia
gía, los hombres y los pueblos vivi- nosotros y los brutos? ¿Quién no se tual, formándose á su presencia sus
misma, así también le son necesarias
rían siempre estancados en un mismo convence, finalmente, de que la parte ideas universales: estos ministros de-
estas mismas condiciones para seguir
grado de civilización. Por carecer los superior de nuestra alma es á todas ben trabajar con sus fuerzas propias
animándola y continuar este estado
brutos de esta libre energía y ser in- luces espiritual, superior á toda fuer- y orgánicas para poner el objeto sen-
de unión, y dar á los órganos las fun-
capaces de adquirirla, se hallan abso za sensitiva, é intrínsecamente inde- sible dentro de la esfera de la inteli-
ciones que les son propias. De aquí
lutamente imposibilitados de hacer pendiente de todo órgano corpóreo? gencia; pero una vez puestos allí los
es que, cuando el cuerpo está sano y
progreso alguno en la producción de Digo intrínsecamente; porque alguna objetos, ya la inteligencia por sí mis-
robusto, parece que esta misma salud
sus obras. He aquí un argumento bien clase de dependencia con respecto á ma, con su fuerza inorgánica y espi-
y robustez se produce en el alma; y,
manifiesto de que el alma de los ani- los sentidos es preciso reconocer en ritual, emite sus propios actos, y per-
por el contrario, cuando padece enfer-
males es material y corruptible, al nuestras facultades superiores. Mien- cibe, y juzga, y raciocina como si
medad, como que se le comunica
paso que demuestra con la misma evi- tras el alma vive en este mundo uni- nada tuviera que ver con el cuerpo.
también al alma esta misma afección
dencia que la nuestra es un espíritu da físicamente al cuerpo y formando Esta dependencia, como se ve, es orgánica.
inmortal, dotado de fuerzas, verdade- con él la unidad indivisa y sustancial puramente extrínseca y relativa al
ramente inorgánicas, y capaz de se- El estado de unión sustancial que
del compuesto humano, por necesidad modo de ser que corresponde al en- tiene el alma con su cuerpo formando
guir viviendo eternamente en sí mis- ha de existir entre ambos elementos tendimiento en el presente estado de con él una sola sustancia, establece
mo, una vez desatado de las ligaduras algún género de dependencia mutua unión; una vez salida el alma del cuer- entre ambos co-principios una especie
del cuerpo. en su modo de ser y en sus actos. En po, se llevará consigo su fuerza inte- de fusión y compenetración mutua,
Esta misma fuerza de reflexión es esta especie de maridaje (permítase- lectual inorgánica juntamente con la parecida á la que resulta en los ele-
causa de que podamos corregir los nos la expresión) que en el hombre voluntad, que es una potencia de la mentos químicos después de verifica-
falsos juicios, á que de otra suerte nos tiene el alma con el cuerpo, hay cier- misma clase, y entonces no necesitará da la combinación. E l alma humana,
arrastrarían los sentidos, haciéndo- ta comunidad de bienes é intereses; y de los servicios de la imaginación, ni aunque racional por una parte, y cer-
nos juzgar de las cosas, no como son así es natural que el alma dependa del de los sentidos, porque se hallará ya cana, por consiguiente, de este lado á
en sí, sino como á ellos se les presen- cuerpo, y el cuerpo del alma, para la desligada de la materia y puesta en I I esfera de los espíritus puros, que
tan. Así, por ejemplo, vemos el astro prosecución desús objetos correspon- las mismas condiciones de los espíri- son incapaces de animar cuerpo a l -
del día con los ojos corporales; y á la dientes. Los actos del entendimiento, tus puros. La aproximación del obje- guno, por otra es también sensitiva y
distancia en que se halla de nosotros, en el presente estado de unión, no to en aquel nuevo estado le vendrá se halla sumergida en la materia,
nos parece mucho más pequeño que la pueden naturalmente ejecutarse sin por otro modo más alto y más subli- combinada, por decirlo así, con ella,
tierra; mas viene luego la razón refle- las acciones previas de la facultad me, que nosotros ahora no podemos y formando con su cuerpo un solo
xiva, movida por el acto libre de la imaginativa; así como ésta, para fun- sino rastrear, porque no tenemos ser, no menos que las almas materia-
voluntad, é infiere por medio del ra- cionar, necesita de la vitalidad del ideas -intuitivas de aquel nobilísimo les de los brutos forman con los s u -
ciocinio su enorme magnitud, ante la alma por una parte, y por otra de las orden de cosas. Por esto con razón yos propios las sustancias completas
EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA
RESPECTO D E LA NATURALEZA DEL A L M -V H U M A N A . 257
razón de esto se encuentra en que ro de conceptos, y por el propio ím- '
de sus particulares especies. De aquí unión de nuestra alma con el cuerpo
debe haber correspondencia perfecta petu y tendencia de nuestra natura-
es que nuestra alma constituye el fuera violenta, todos desearíamos, por
entre la potencia y el objeto, entre la leza intelectual; al modo que, de no
anillo, digámoslo así, con que el mun- impulso de nuestra naturaleza, reco-
naturaleza de un ser y el bien propio sernos posible percibir las negaciones
do puramente espiritual se une y en- brar el estado primitivo en que fui-
de este ser. Ahora bien, á nosotros y privaciones de las cosas sino por re-
cadena con el mundo puramente m a - mos criados; puesto que todo ser es-
nos sucede todo lo contrario: lo espi- lación á las perfecciones positivas que
terial. El alma humana, ni es espíritu pontáneamente se inclina á estar en
ritual puro no lo percibimos sino por ellas niegan, inferimos que el objeto
puro, como los ángeles, ni principio su natural elemento, luchando por
medio de negaciones. El fondo de propio y primario de nuestro enten-
vital corruptible y perecedero con la conservarlo cuando se lo quieren arre-
nuestras intuiciones intelectuales es dimiento no es el no ser, sino el ser.
disolución del organismo que anima, batar, y esforzándose para llegar á él
siempre una cosa material, si bien la Si pues nuestra inteligencia no
como el alma de los brutos. Es espí- cuando lo ha perdido. Bástanos mirar
forma de las mismas revela, por su tiene por objeto formal y primario lo
ritu, no puro, sino ordenado natural- lo que hace una planta, para conven-
carácter propio de universalidad, in- espiritual puro, sino lo espiritual mez-
mente á la información déla materia; j cernos de esta tendencia universal de
mutabilidad y necesidad, la naturale- clado de materialidad, no puede de
participa de la naturaleza angélica en todos los seres formados por la madre
za verdaderamente espiritual de la cirse que ella misma pertenezca al or-
su aptitud interna para vivir y ejercer naturaleza. En su elemento propio,
potencia que las produce. Consulte den intelectual puro, como pertenecen
eternamente los actos de sus poten- ella vive muy lozana, contenta y sa-
cada uno sus ideas, y verá que á lo las inteligencias separadas. El lugar
cias más principales, sin el concurso] tisfecha; mas cuando la sacan de él,
espiritual puro no nos elevamos sino que por su categoría le corresponde
de agente alguno físico; mas tiene de lleva una vida, á su modo, triste y en-
por conceptos análogos á los que ver- es el de lo espiritual mixto; siendo
común con las almas de los animales fermiza. ¿Experimentamos nosotros
san sobre objetos materiales; nega- de suyo una sustancia inteligente é
el ser, como ellas, naturalmente capaz este deseo innato de que cese cuanto
mos de lo espiritual las imperfeccio- inorgánica, pero ordenada por su pro-
de estar unida sustancialmente á la antes el presente estado de encarcela-
nes que vemos en lo material, y le pia condición á informar un cuerpo
materia, y el no poder producir accio- miento? No por cierto; antes por el
atribuímos las perfecciones depuradas sensible, de cuya unión física y sus-
nes de la vida sensitiva y vegetativa contrario, ninguna cosa nos es tan
de tales límites, y sublimadas, por tancial resulte un solo ser compuesto
sin la cooperación intrínseca del or-1 grata como la vida: nos es ésta tan
suave y deleitable, aun en medio de decirlo así, á una esfera superior que de dos elementos heterogéneos, el
ganismo corpóreo.
las tribulaciones y padecimientos, que en su ser material no les conviene. uno corpóreo y humilde, colocado en
No es, pues, un espíritu caído, ni Por eso no tenemos ni un solo nom-
con razón es y ha sido siempre con- la baja región de la naturaleza inerte,
una fuerza material corruptible, como bre en todos los diccionarios del gé-
siderado como un monstruo quien y el otro espiritual y nobilísimo, le-
pretenden por una parte los platóni- nero humano que no exprese relación
quiera que osa quitársela con sus pro- vantado á la sublime esfera de las
cos, y por otra los materialistas y á algún objeto sensible: hasta el mis-
pias manos. La vida la miramos to- formas subsistentes. Por eso vemos en
sensualistas; sino un espíritu natural- mo nombre de espíritu está tomado
dos, y con razón, como el mayor de todas las acciones del hombre esa
mente inferior á las sustancias angé- de una cosa material; pues su signi-
los bienes que podemos recibir de la mezcla de los dos elementos indica-
licas y superior al principio vital de ficación primera es la de indicar el
madre naturaleza; señal evidente de dos, gran valentía en concebir y aco-
los brutos. aire que emitimos con la respiración,
que el presente estado dista mucho meter empresas sublimes y dignas de
Por esta causa su unión con el y luego, por la relación que tiene este
4
de ser para nuestra alma una cosa los mismos ángeles del cielo, y una
cuerpo no puede decirse violenta, sino cuerpo sutil é invisible con los seres
violenta é impuesta como castigo de debilidad suma para llevarlas á cabo,
natural; y por tanto es un error el inteligentes puros, ha sido trasladad^,
culpas pasadas. nacida de la flaqueza de nuestra car-
pensar que nuestras almas se hallan á designar estas sustancias desnudas ne. El spiritus promptus est, caro autem
encarceladas en sus cuerpos por casti- Vése además la verdad de lo que
de toda concreción corpórea. Esta es infirma, dicho por Nuestro Señor J e -
go y pena de pecados algunos. La vamos diciendo por lo que experimen- una señal manifiesta de que el objeto sucristo á sus Apóstoles en una oca-
unión con sus cuerpos es en todo con- tamos en nosotros fnismos, con res- propio de nuestro entendimiento no sión muy solemne, tiene lugar en nos-
forme á su propia condición de formas pecto al modo de funcionar de nues- es lo espiritual puro, sino lo espiri- otros siempre que tratamos de realizar
sustanciales: por eso las almas se ha- tras facultades superiores. Si á nues- tual mezclado de alguna materia; alguna idea grandiosa, que agitamos
llan tan bien con ella, y forman con tra alma no fuera natural informar la esto es, lo que, conservando su ele- ardorosos en la parte superior de nues-
la materia un compuesto tan natural materia, sus actos verdaderamente mento sensible en el fondo, sea espi- tra alma. Esta mezcla de sublimidad
como puede serlo otro cualquiera. espirituales no tendrían orden al- ritual é insensible en la forma. Por- y de flaqueza, propias de nuestro e s -
Señal manifiesta de ello es el horror guno á lo material y sensible; el ob- que si lo espiritual puro no lo perci- píritu, la significaron muy bien los
que experimenta instintivamente el jeto propio de sus potencias cog- bimos sino por relación á lo espiritual Escolásticos diciendo que el alma hu-
hombre, no menos que los animales noscitivas sería lo intelectual puro, mixto, esto segundo lo debemos per- mana es por su naturaleza forma del
irracionales, con respecto á la sepa- y en ninguna manera mezclado con cibir sin relación á ningún otro géne- cuerpo; doctrina que novísimamente
ración de estos dos elementos. Si la elemento alguno de materialidad. La
258 E l . CATOLICISMO Y L A CIENCIA RESPECTO DE LA NATURALEZA D E L ALMA HUMANA. 259

ha confirmado la Iglesia, enseñando ó debe reencarnarse indefinidamente, «Anima (escribe el Santo Doctor En semejante hipótesis el alma sería
Pío IX, contra los errores de Gunther, conforme al gusto de los espiritistas, hablando de Adán, y lo mismo dice un espíritu paro, y así no diría bien
que el alma racional del hombre es para no hallarse fuera de su natural más adelante de todas las almas h u - con
< su naturaleza el informar al cuer-
verdadera, propia é inmediata forma elemento, ó es fuerza que vuelva á la manas en general) cum sit pars huma- po. ¿Y quién sabe si tal género de
del cuerpo. «Sabemos, escribe el men- nada y realice los deseos de los ma- naenaturae, non habet naturalem per- unión le seria entonces posible, ni
cionado Papa, que en los mismos li- terialistas. El estado de separación fectionem,. nisi secundum quod est aun hablando de potencia absoluta?
bros (de Gunther) queda vulnerada la están natural á nuestro espíritu como corpori unita. Unde non fuisset con- Porque los ángeles, que son espíritus
sentencia y doctrina católica, que en- el de unión; porque la muerte está en veniens animam sine corpore creari.» puros, nunca reciben tal género de
seña estar de tal manera constituido la misma constitución interna del (S. Thom., I. p., q. 90, a. 4.) unión, y quizá ni aun pueden reci-
el hombre de alma y cuerpo, que su hombre, y así ésta exige que, al llegar Si á la naturaleza del alma humana birlo en manera alguna. Si pues el
alma racional es verdadera, propia á cierto desarrollo, la vida del orga- corresponde animar al cuerpo, no de- alma humana anima natural nente al
é inmediata forma del cuerpo.» nismo corpóreo vaya decreciendo por
1
be dejar de animarle por la fuerza de cuerpo con que viveestrechísimamen-
te enlazada, señal manifiesta es de
Siendo, pues, el alma racional del grados, y por fin desaparezca por com- la misma naturaleza, sino á causa
que entonces principia á vivir en el
hombre una parte sustancial suya, pleto con la separación del alma y del de los impedimentos accidentales pro-
mundo, cuando comienza á estar u n i -
fuerza es confesar que se une física- cuerpo. Libre ya entonces aquélla de ducidos por los agentes del universo,
da al organismo de su propio cuerpo,
mente al cuerpo, no por pecados de las ataduras de éste, no exige para obrando sobre el organismo del hom-
la vida pasada, sino porque su propia seguir viviendo que se la una de nue- bre, y ocasionando de esta manera la y á formar con él la sustancia com-
condición es vivir unida inmediata- vo á materia alguna, como no pide muerte. El estado de separación es pleta que llamamos hombre. En una
mente con él, y formar de este modo esto tampoco el elemento corporal en nuestra alma una consecuencia es- palabra, el estado de separación no
una sola sustancia naturalmente com- que estaba informado y animado por pontánea de la misma corruptibili- es natural al alma sino en cuanto se
pleta. Si se hubieran penetrado bien ella. Lo natural es que cada uno de dad del compuesto humano; y por lo sigue al estado de unión por el influjo
los filósofos de esta idea luminosa, los elementos que constituían al hom - mismo que es consecuencia, supone accidental de las causas externas. Por
que nos presenta de un solo golpe toda bre antes de la unión siga después de otro anterior y más conforme á cada consiguiente , el alma no tiene un
la naturaleza del alma humana junta- ella existiendo en el modo que le es una de las partes de dicho compuesto, tiempo de existencia antes de comen-
mente con la del hombre mismo, no propio: el cuerpo volviéndose al polvo es decir, el estado de unión. La na- zar á informar al cuerpo, sino después
hubieran disparatado en sus escritos de que había sido formado, y el alma turaleza, pues, en su tendencia pri- de haberlo animado y vivificado en s u
de una manera tan lastimosa, forjan- continuando el nuevo modo de vida mera tiende al estado de unión de estado de unión; ó, lo que es lo mismo,
do sistemas gratuitos y descabellados, que, como á brillante mariposa salida ambos elementos, y no al opuesto: de el alma humana no ha preexistido a l
no sólo en orden á la naturaleza del del capullo, le corresponde en su n a - donde se sigue que no es conforme á cuerpo que anima, sino que ha sido
alma, sino también en cuanto al modo turaleza incorruptible. Lo que exige, la sabiduría divina poner desde un creada por Dios en el momento que
que ésta tiene de formar sus ideas y sí, la naturaleza del alma, por razón principio á las almas de los hombres era reclamada por las leyes de la n a -
conceptos universales. El ontologismo de ser una sustancia incompleta y en el estado que adquieren después turaleza para formar un nuevo com-
panteístico de Krause, el idealismo verdadera forma sustancial del cuerpo de la disolución del cuerpo: porque la puesto en el mundo. Véase sobre esta
subjetivo de Kant, la idea innata del humano, es que no comience á existir sabiduría dicta hacer que las cosas importante materia lo que escribe
Ser defendida por Rosmini, y otras sino cuando su unión es reclamada comiencen á ser por aquel modo que Santo Tomás en la primera parte de
tantas aberraciones, no hubieran des- por las condiciones preexistentes de más les corresponde; y al alma, como su Suma Teológica, cuestión j5, y en
honrado la alta capacidad de hombres la materia generativa. El alma de parte que es de un todo, más le co- el art. 3 . de la cuestión 118 de la
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tan eminentes, si hubieran conside- suyo es parte de un todo; y entonces rresponde estar en el todo que fuera misma parte citada. Además, en el
rado bien la naturaleza del alma según debe ser producida, cuando el todo la de él. Si nuestra alma fuera de tan capítulo LXXXIII del libro II de la
la acabamos de explicar. , necesite para venir á la existencia. elevada condición que exigiera de Suma contra los gentiles rechaza larga-
Dios no hace las cosas á medias, suyo ser criada antes de animar cuer- mente el Santo Doctor la opinión de
De lo dicho, sin embargo, no se in- como escribe á este propósito Santo po alguno para vivir en sí misma y los platónicos y pitagóricos, que sos-
fiera que nuestra alma no puede vivir Tomás: Lis primeras cosas que pro- para sí únicamente, en este caso ja- tenían la preexistencia de nuestras
separada del cuerpo, ó que á lo menos duce no las pone en el estado imper- más se vería unida físicamente á la almas antes de ser unidas á suscuer-
el estado de separación le es violento, fecto, sino en el completo y perfecto; materia. Porque la tal unión no le pos. En estos lugares hallará el lector
sacando por última consecuencia que, y así, no crió el alma del primer hom- sería natural, y Dios hace cada una cuanto todavía le falte para adquirir
1
Nosciinus, iisdem libris laedi calholicam sen- bre antes de formar el cuerpo, y de las cosas poniéndolas en aquel es- un conocimiento pleno sobre el asunto
lentiam ac doclrinam de hornillo, qui corpore et
otro tanto hace con las almas de los tado que á cada una le corresponde. aquí ligeramente tratado.
anima ¡la absolvalur, ut anima, eaipie rationalis
sit vera, per se, alijue ¡mmediala corporis forma. demás.
(Pió IX, Ilrev. ai arcli. Colon., 15 Jun. 1857.)
E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A R E S P E C T O A L O R I G E N D E L A L M A H U M A N A . 261

pestilente principio; y, en efecto, por se cuaja la leche y se hiela el agua,


ellos se pronunciaron los proclama- B r a h m a , sin necesidad de ningún
dores del hombre-bestia. Los que da- medio exterior, se modifica y trans-
ban al alma un ser espiritual é inco- forma. L a araña teje la tela con su
rruptible, aunque corpóreo y extenso, propia sustancia, los espíritus toman
generalmente la hacían emanar de la formas diversas,» etc.
CAPÍTULO XXIII misma divinidad, y la consideraban Así es que todas las aspiraciones
como una pequeña porción de la sus- del indio se dirigen á la unión íntima
tancia divina. No admitían, por con- con el Ser, deseando adquirir una
EL CATOLICISMO Y LA C I E ! \ X I A RESPECTO AL ORIGEN Y AL DESTINO siguiente, que las almas naciesen perfección tal, que su sustancia finita
DEL ALMA HUMANA
unas de otras, al modo que vemos sea absorbida por la sustancia infinita
propagarse las plantas y los animales de Brahma, al modo que por el Océa-
sobre la tierra; sino las suponían á no son absorbidas las aguas de los
todas tan eternas comoel mismo Dios, ríos. Con esta unión y aniquilamien-
de cuya sustancia procedían por ema- to de su propio ser espera librarse de
nación, y las encerraban en un círcu- la transmigración, á que de otra suer-
£$xW lsrA
ya la naturaleza de nuestra cían distinción, poniendo en éstos de lo inmenso de emanaciones fastidio- te debería estar condenado sin aca-
C7$(£g a l m a , réstanos ahora averi- aquí abajo, donde nosotros vivimos, sas, que no habían de acabar jamás; bar nunca el círculo eterno de sus re-
guar su origen y su fin para que nues- una materia gruesa y corruptible á hasta que llegado por fin el momento encarnaciones. Triste y miserable filo-
tro estudio sea completo. E n esta causa de las continuas mudanzas y de su carrera, entrasen de nuevo en sofía, que asigna como fin último á la
parte también la Religión cristiana transformaciones á que los vemos su- el insondable piélago de donde habían porción más principal y noble del
nos manifiesta la más alta sabiduría, jetos cada día, y dando á la corporei- partido, para juntarse allí y confun- hombre, el sueño perpetuo de la nada,
enseñándonos una doctrina sublimí- dad de los espíritus una naturaleza dirse con la Divinidad misma, per- disolviéndola, aniquilándola, hacién-
sima al mismo tiempo que verdadera incorruptible é inmortal. Con tan diendo para ello su personalidad dola perder su propia personalidad
y consoladora en extremo para todos erróneas ideas por fuerza habían de propia. para sepultarla en el inmenso piélago
los amantes de la virtud. T a n lejos proferir también solemnísimos dispa- Esta es también la doctrina que ha del ser, donde ninguna conciencia
está la ciencia en esto de mostrarse rates al hablar del origen y del fin úl- reinado desde tiempo inmemorial en- conserve de sí propia. ¿Qué me im-
reñida con la Religión, que antes bien timo del alma humana; puesto que es tre los pueblos de la India, de donde porta á mí que mi sustancia se trans-
á ella le debe la facilidad con que al cosa sabida de todo el mundo que en la tomaron Pitágoras y Platón para forme en la de otro ser más perfecto
presente conocen los sabios este gé- materia de metafísica, no menos que esparcirla por todas las naciones del que el mío, si para ello es preciso que
nero de verdades, envueltas en otros en otra cualquiera, un error llama á universo mundo. «Profesan los ve- deje yo de existir, si pierdo mi indivi-
tiempos en densísimas tinieblas. otro error y un abismo á otro abis- dantas, escribe César Cantú, descri- dualidad y con ella la conciencia de
Los antiguos ignoraron por com- mo. Nada digamos de los materialis- biendo la doctrina teológica de los in- que soy algo en el mundo? Si en esto
pleto el origen verdadero del alma tas y sensualistas, porque éstos ya se dios *, como doctrina soberana, que consistiera la felicidad de las cosas,
humana, y sobre su último fin tuvie- sabe que no habían de asignar otro el Ser Supremo es causa material y la aspiración más continua de toda
ron también ideas muy imperfectas y origen y destino al alma de los hom- eficiente del universo. Brahma, di- criatura debiera cifrarse en ser cada
aun completamente falsas. Era esto bres sino el que señalaban al princi- cen, es causa y efecto; el mar es la una de ellas devorada por otra de un
efecto natural de las nociones equi- pió vital de las bestias. El hombre
1
misma cosa que sus aguas, aun cuan- orden superior, para mtjorar de este
vocadas que se habían formado acer- para ellos no era sino un trozo de ma- do se diferencien entre sí la espuma, modo su fortuna, é irse acercando
ca de la naturaleza, tanto de la divi- teria llevada á cierto grado de perfec- las olas y la marea. Un efecto no se poco á poco á la perfección suma de
nidad como del alma misma. Por ción por medio del organismo: su diferencia de su causa. Brahma es el la soberana Esencia. Por donde la fe-
lo regular no pudieron remontarse alma, por consiguiente, no podía te- alma, y el alma es Brahma. La mis- licidad de un pavo, por ejemplo, de-
más arriba de las percepciones de los ner otro origen ni otro fin que el or- ma tierra ofrece diamantes, cristales bería hallarse en pasar muy bien gui-
sentidos y de la imaginación, ni eran ganismo del cuerpo, el cual nace por y oropimente; el mismo suelo produ- sado al estómago de un hombre ilus-
capaces de concebir cómo puede ha- medio de la generación y perece con ce gran variedad de plantas; el mismo tre, teniendo en él su verdadera se-
ber una cosa real que no sea cuerpo. la disolución. El traducianismo en alimento hace crecer la carne, las pultura. Y por lo mismo la felicidad
E l espíritu y aun la misma divinidad cuanto al origen, y el nihilismo en uñas y los cabellos. A la manera que de un reino pequeño habría de colo-
eran para ellos cosas corporales y ex- cuanto al destino del alma, eran las carse en ser aniquilado y deshecho
C a n t ú , Hist. vniv., t . I . l i b . I I , c a p . X I V , Fi- por otro mayor para vivir en él con-
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tensas; sólo que entre los cuerpos ha- dos consecuencias que fluían de tan lote* fia india.
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fundido cual gota insignificante de opiniones que suele reinar entre ellos mos determinada en un cierto sentido suyo, y apta para seguir viviendo per-
agua depositada en la inmensidad del sobre una infinidad de cosas , así fosforescente y alumbrador de los petuamente aun después de separada
Océano. La primera condición de la prácticas como especulativas, dijo que sentidos. ¡Oh! Con tan grata teoría de este cuerpo mortal, ha sido criada
felicidad es la existencia del individuo este entendimiento universal se halla bien pueden estar contentos los que para vivir una vida sempiterna.
que ha de ser feliz; y así, perdida mi unido á cada uno de los individuos de han tenido el espíritu bastante fuerte No admite la Iglesia católica ese
personalidad y mi conciencia, mal la especie humana por medio de una para hacer un dios de su vientre y perpetuo círculo de reencarnaciones
podré yo llamarme bienaventurado, cierta especie inteligible proyectada correr desaforados tras sus bestiales ridiculas, en que el alma va siempre
por más que las reliquias de mi des- por él, á manera de luz espiritual, y apetitos. Nosotros, los que todavía tras un ideal que no ha de realizar
hecha entidad se las planten al hijo recibida en los fantasmas de la ima- no hemos llegado á este grado de for- jamás, y corre continuamente hacia
de la aurora. ginación según las condiciones par- taleza y vivimos miserablemente en- un término que á cada instante se va
Pitágoras y Platón no parece que ticulares de cada hombre. De esta vueltos en las necias ranciedades de mudando con ella, y alejándose más
llevasen tan adelante, al menos de suerte el principio vital, propiamente los antiguos, no gustamos de tanta y más en castigo de las culpas come-
una manera expresa y formal, esta constitutivo del hombre, venía á ser, sublimidad, ni tenemos por cosa gran- tidas en las reencarnaciones pasadas.
absorción de los seres finitos por el no el alma racional, pues ésta, en de buscar nuestra propia felicidad La perpetuidad de los premios y cas-
Infinito; sin embargo, el segundo de sentir suyo, no era otra que el mismo oprimiendo al justo que se nos pone tigos, merecidos en esta vida y distri-
ellos, principalmente con su teoría de Dios, sol de todas las inteligencias é delante en el camino, y no perdonan- buidos en la otra, es su lema alta-
las formas separadas y subsistentes en sí iluminador universal de todos los es- do á la viuda, ni respetando las canas mente filosófico á la par que profun-
mismas, estableció con bastante pre- píritus, sino el alma sensitiva, de- del viejo por satisfacer nuestros ins- damente verdadero. Digamos algo-
cisión el panteísmo, el cual lleva con- pendiente en su esencia del organis- tintos animalescos. sobre cada uno de estos pensamientos,
sigo la absorción dicha. Así es que mo material, comunicada consiguien- Algo más digna, por cierto, nos para poner en claro la admirable sa-
Orígenes, desenvolviendo esta misma temente por la generación, mediante parece la doctrina de la Iglesia en este biduría que brilla en esta doctrina so-
teoría en el tratado IUpí &?y&v, ó sea la virtud germinal de la semilla, y asunto, que todas las teorías materia- beranamente celestial, aunque poco
De los principios, llega á divinizar to- sujeta á la corrupción juntamente con lísticas y panteísticas, así de los an- agradable á los que para gozar de este
adas las sustancias materiales y espi- el organismo del cuerpo. El hombre tiguos como de los modernos. La mundo quieran ver su origen en la
rituales, incluso el mismo demonio, en tal caso no se diferencia de las doctrina del Catolicismo, por lo que manera de los darwinistas y su fin en
haciéndolas entrar al fin del mundo bestias sino en que á la fuerza imagi- respecta al origen y al fin del alma la muerte de las bestias, que nada
en el seno de la Divinidad para que nativa de éstas no se une sustancia humana, no sólo es altamente filosó- tienen que esperar ni temer en otra
Dios sea en todos todas las cosas. Aun espiritual alguna, iluminando sus fica en sí misma, sino además lleva vida más duradera.
al ilustre Estagirita no han faltado fantasmas con la luz intelectual de el consuelo á los corazones atribula- i.° El alma humana no es una por-
quienes le hayan colocado por esta sus especies. Pero, por lo que hace á dos y oprimidos bajo el peso de los ción de la sustancia divina. ¿Habrá aca-
parte en la misma categoría de Pla- todo lo demás, el alma propiamen- males que de otro modo les serían so necesidad de proferir una sola pa-
tón, juzgando que dicho filósofo esta- te humana sería tan corruptible como insoportables; alienta á las almas ho- labra para demostrar esta verdad, d e
bleció un cierto entendimiento uni- la del bruto: roto y deshecho este nestas á correr ardorosas por el ca- la cual tenemos pruebas tan convin-
versal común á todos los hombres, estado de unión con la disolución del mino de la virtud; enseña al hombre centes en nuestras propias acciones y
con el cual se hallan éstos unidos de organismo y con el advenimiento de á domar sus pasiones y á imponerles en el testimonio de nuestra concien-
una manera misteriosa. Santo Tomás, la muerte, perecería por completo y el saludable freno de la razón, y nos cia? ¡Buena por cierto sería la sustan-
sin embargo, ha tratado de purgarle no conservaría en manera alguna con- arranca de estos bienes mezquinos y cia divina, si tan abominables y re-
de esta mancha en el libro II de su ciencia de sí misma, sino que volve- caducos para transportarnos á otro pugnantes hediondeces hubieran d e
Suma contra los gentiles. ría indefectiblemente al abismo de su mundo mejor y más perfecto, con salir continuamente de su seno, como
nada. grande ennoblecimiento nuestro y no son las acciones inmundas y crimina-
Nosotros dejaremos opinar á cada
uno sobre esto como mejor le parez- Nuestro Draper en esto no había pequeña utilidad de la sociedad hu- les de ciertas almas corrompidas! E n
ca: lo que sí diremos es que Aye- de faltar: su afición al positivismo lo mana. La Religión católica enseña verdad que, si por la muestra se cono-
rroes, famoso filósofo mahometano había de llevar por fuerza á conge- que nuestra alma no ha emanado de ce el paño, como suele decirse, cier-
-del mismo tiempo que Santo Tomás, niar con el filósofo mahometano en la sustancia divina, como emana el tas porciones de la divina esencia nos
quiso apoyarse en Aristóteles para lo que tiene de materialístico; que en agua de la fuente, identificándose sus- dirían á grandes gritos que ésta es lo
enseñar la doctrina indicada, y sos- esotro de iluminar los fantasmas, nues- tancialmente con ella; que tampoco más detestable de cuanto podemos
tuvo que uno solo y mismo e s el en- tro americano entiende muy poco. es transmitida del padre al hijo por pensar é imaginar sobre la tierra. ¿Y
tendimiento de todos los hombres. Así, para él la inteligencia humana la generación, sino creada de la nada; qué idea se han formado estos hom-
Para explicar, empero, la variedad de no es otra cosa que la fuerza del cos- y, finalmente, que como espiritual de bres de la naturaleza divina para que,.
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á protestar contra el osado represen temente ateos; y aun me atreveré á
con alguna apariencia siquiera, pue- oriental de la India, presentándola
tante del racionalismo moderno; y decir que muchos racionalistas en
dan decir que los espíritus finitos son como la cosa más sublime del mundo,
bien seguro estoy de que protestarán tanto sustentan la referida doctrina,
porciones suyas? ¿Es acaso Dios al- con el marcado objeto de probarnos
también conmigo todos cuantos con en cuanto ven contenido en ella el
gún cuerpo alguna ó fuerza material que las fuerzas sensitivas de los b r u -
servan todavía algún sentimiento de materialismo ateo, que no se atreven
divisible en partes, que así se hacen tos no son sino las mismas fuerzas
su propia dignidad y no han perdido á defender abiertamente. Los indios,
desprender de su esencia los particu- de los minerales transformadas en
aquel precioso sentido común que les por el contrario, se adhieren á ella
lares espíritus como se desgajan de virtud de algunas circunstancias ac-
dio la naturaleza. No nos venga aqu porque la creen revelada, y se figuran,
un árbol los esquejes que han di ser cidentales, y que la fuerza intelecti-
el profesor americano con sus fantás conforme á esta supuesta revelación,
plantados en la tierra? B;lla manera va del hombre es la misma con que
ticos conflictos entre la religión y la que la práctica de la virtud les es ab-
por cierto de enseñar el ateísmo de- siente el bruto, aunque algún tanto
ciencia; el conflicto verdadero no exis solutamente necesaria para llegar al
cir que existe difundida por el mundo modificada; para concluir de todo su
te sino entre la ciencia misma y el aniquilamiento por ellos suspirado,
una fuerza universal, adonde se reco- discurso que todas las fuerzas del
abyecto defensor del ateísmo.
gen todas las fuerzas particulares Universo sensible, aun las racionales perdiéndose para siempre y desha-
cuando cesan de existir, como existe y espirituales de la especie huma- El Dios de la verdadera ciencia es ciéndose en el seno de la Divinidad.
una vasta existencia material, centro na, constituyen una sola fuerza total, muy diferente del patrocinado y acá Además, la misma revelación en que
de todos los cuerpos determinados. llamada Dios generalmente por el riciado por los materialistas: su natu- se fundan es una protesta práctica
Dígase francamente y sin rodeos que vulgo. raleza espiritual le coloca en un grado contra el dogma del panteísmo por
nc hay otro ser sino el Universo, ni Cuando se llega á estos abismos de infinitamente superior á es2 agregado ellos profesado; pues supone evidente-
otro Dios sino las fuerzas materiales abyección en el terreno de la ciencia vil con que ellos se complacen en con mente á los hombres distintos en su
con que se mueven y transforman de para combatir á la Religión católica, fundirle para vivir como bestias sobre esencia y personalidad de la sustancia
continuo las moléculas de los cuer- ésta ciertamente, lejos de recibir daño la tierra. El Dios de la verdadera divina, que también queda personal
pos. Establecido un Dios de esta es- alguno de tales eneirrgos, se levanta ciencia es un ser perfectísimo, actúa en el mero hecho de hablarles y reve-
pecie, nuestro espíritu en verdad será triunfante y llena de gloria sin haber- lísimo, personal y distinto de las sus larles sus pensamientos y mandatos.
una pane infinitesimal de su existen- se preparado siquiera á la pelea. El tancias finitas, incapaz de sufrir la Por consiguiente, nada tiene de extra-
cia, y salará en cierto modo del seno ser combatida por hombres de esta menor división en su sustancia, por ño el que practiquen la virtud; porque
de la Divinidad por un instante para especie es la honra más grande que que no tiene en su sustancia parte al en sus acciones no se guían sino por
volver muy pronto á su estado primi- puede apetecer sobre la tierra; porque guna. Podráse decir en algún sentido el principio religioso de que'el Ser S J -
tivo de absorción en esta fuerza uni- así se hace patente á todo el mundo lato que el espíritu humano es de la premo es un Dios personal y distinto
versal é inconsciente, y adquirir el re- la inmensa distancia que media entre sustancia divina, en cuanto que imita realmente de sus criaturas, lo cual
poso eterno de la nada. ¡Vergüínza sus purísimas doctrinas y el lodazal la naturaleza de Dios, teniendo cono- echa por tierra el dogma por ellos fal-
causa el ver rebajada en tales térmi- inmundo del materialismo ateo en que cimiento de sí propio, de los seres de samente creído. Pero en los raciona -
nos á la naturaleza humana, que nos se revuelca sin vergüenza su adversa- este Universo sensible y del Criador istas esto no puede tener lugar, por-
sea preciso pelear contra unos hom- rio. Un Dios cuya esencia consista en de todos ellos; pero de ninguna ma- que estos filósofos rechazan toda re-
bres hundidos por su gusto propio en ser un agregado de fuerzas molecula- nera en el sentido riguroso que pre- velación sobrenatural . Establecida
el lodazal de la materia, y satisfechos res, por medio de las cuales se rige y tenden los secuaces del panteísmo in- por ellos la naturaleza de un Dios im-
de tan repugnantes inmundicias, has- pone en movimiento el conjunto del diano, resucitado en nuestros tiempos personal y en ninguna manera distin-
ta el extremo de celebrarlas y bende- Universo; un Dios, por consiguiente, por los racionalistas de Alemania, y to de la colección de las fuerzas que
cirlas, teniéndolas por lo más digno impersonal, inconsciente, dividido en predicado á los cuatro vientos por el obran en el Universo, por necesidad
de nuestras continuas aspiraciones! tantas partes cuantos son los átomos químico positivista de los Estados han de admitir el puro y escueto ma-
imperceptibles que se encuentran en Unidos. terialismo, no conservando sino por
El impío autor de la Historia de los
la materia cósmica; un Dios, final- ¿Se dirá quizá eme los indios pro- cierta especie de decencia en sus e s -
conflictos, sin embargo, no da mues-
mente, que no tiene unidad real sino fesan este panteísmo, y que sin em- critos el nombre augusto de la Divi-
tras de causarle esta doctrina muy
en la mente de quien lo considera, es bargo cultivan la virtud viviendo muy nidad.
grande empacho; antes bien manifies-
un monstruo incalificable, contra el distantes del ateísmo? Mas á esto res- Quien pone por principio de toda su
ta hallarse muy encariñado con este
cual protesta llena de indignación la ponderemos nosotros que los indios filosofía que las fuerzas moleculares,
materialismo grosero, y emplea nada
verdadera ciencia. Sí; en nombre de la se hallan en posición muy diferente sensitivas é intelectivas no son esen-
menos que todo el capítulo V de su
razón humillada y de la verdadera de la de nuestros racionalistas. Estos, cialmente distintas, sino sólo en los
obra para persuadirlo á sus lectores.
filosofía, tan horriblemente maltrata- siguiendo la doctrina de los brahma- accidentes y en el modo particular
Allí es verle saborearse y relamerse
da con tamaños desvarios, me atrevo nes y buddistas, deben ser consiguien- con que se presentan en cada indiví-
con la consideración de la filosofía
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dúo del Universo, este tal es imposi- pero el hombre no siempre es tan su incomprensibilidad á su limitada] sustancia divina es actualísimo, purí-
ble que admita lógicamente otra fuer- malo como los principios por que se inteligencia.
simo y perfectísimo, y nuestra sustan-
za en el mundo que la material : y si gobierna; con frecuencia subordina la Pues lo que sucede en orden á lo cia, por el contrario, está siempre en
luego añade á esto que la colectividad misma lógica á sus deseos. El protes- sobrenatural entre los semi-raciona- potencia para una variación de esta-
de estas fuerzas, ó sea , como dice tante, faltando abiertamente á la razón listas protestantes y los racionalistas dos sin límite alguno , y por consi-
Draper, la energía universal de los por seguir sus antojos en la interpre- puros, esto mismo acaece, en orden á guiente se halla limitada por todas
diferentes seres, es lo que debe enten- tación de la palabra divina y hallar en la práctica de la virtud, entre los in- partes , compuesta de esencia y exis-
derse por Dios, manifiestamente afir- ella únicamente lo que le acomoda, dios y los proclamadores del materia- tencia, de sustancia y accidentes, de
ma que el Dios únicamente aceptable trabaja para amalgamar lo mejor p o - lismo panteístico. Si los indios tuvie- acto y potencia. Los defensores de la
son las fuerzas de la naturaleza, en lo sible entrambos principios ; y en la ran lógica , debieran advertir que en emanación hacen del espíritu huma-
cual consiste precisamente el mate- práctica de las acciones ordinarias se la revelación por ellos profesada hay no, y en general de todas las sustan-
rialismo ateo. Cierto que los defenso- guía por los dos juntamente , siendo contradicción entre el fondo de la doc- cias finitas, un modo de ser del Infinito,
res del Dios impersonal proclamado cristiano en la creencia de la revela- trina revelada y la revelación misma, una simple determinación de la sustan-
por Draper no sacarán de su doctrina ción sobrenatural, y racionalista en et como palabra que es de un Dios per- cia divina. Pero ya se v e cuan pobre
materialística consecuencia alguna fa- modo de aplicarse á sí propio esta re- sonal dirigida á sus criaturas , perso- idea tienen concebida acerca de la
vorable á l i práctica de la virtud y del velación. De aquí naturalmente ha de nales también y distintas de Dios en Divinidad: el Infinito suyo es la inde-
culto religioso; antes al contrario, in- resultar una diferencia muy notable su naturaleza. Pero los infelices no terminación absoluta; el Ser, la poten-
ferirán de ella que se debe buscar el entre la conducta moral y religiosa advierten esta contradicción; y así, en cialidad suma; la Sustancia, la va-
placer como el único bien sólido y del protestante, que es un racionalis- la práctica de la vida , no obran , ni cuidad completa; mientras que en
verdadero , y dar de mano á la abne- ta á medias, y la del ateo , que es un como religiosos puros, ni como meros Dios nada hay indeterminado , nada
gación de sí mismos y al culto sagra- racionalista puro. En la del primero panteístas, sino como panteístico-reli- en potencia, nada vacío.
do , teniendo todas estas cosas por siempre aparecerá algo de religioso y giosos, lo cual es un monstruo en el
vanas antiguallas, fundadas en la ig- cristiano; y tanto más se notará en él orden de las ideas, lo mismo que un Nada más contrario á la verdadera
norancia del vulgo necio. Un ejemplo su cristiandad , cuanto menos afecto círculo cuadrado. He aquí, pues, por idea de Dios que el fantasma de Divi-
muy obvio pondrá más de relieve tenga á la independencia racionalís- qué los indios, á pesar de su panteís- nidad que nos ofrecen los emanacio-
nuestro pensamiento, al paso que hará tica en materia de doctrinas y más mo, practican la moral y respetan la j nistas, porque nada hay más opuesto
palpable la absurdidad de los que, ad- aficionado se encuentre al dogma so- religión, y cómo no puede suceder lo al acto que la potencia, ni más con-
mitiendo la divinidad del Cristianis- brenatural del magisterio católico, mismo en los amigos del Dios imper- trario á la determinación omnímoda
mo , abrazan por otra parte el libre que es la antítesis completa del r a - sonal profesado por Draper y por su que la indeterminación absoluta, ni
examen en materias de religión. Los cionalismo absoluto; por el contrario,, escuela epicúrea. más distante de la realidad perfectísi-
protestantes creen firmemente el divi- cuanto más predomine en sus ideas la ma que la vacuidad pura. ¿A quien
Pero quizá diga alguno: «En hora sino á estos ateos se le puede ocurrir
no origen de la revelación cristiana, y máxima racionalística del libre exa-
buena que admitamos un Dios perso- que Dios, el Ser por esencia, el Ac-
al mismo tiempo establecen que en la men, más próximo se hallará también
nal. ¿Por qué , sin embargo , en este tualísimo, el Omniperfecto, el Sobre-
interpretación de la misma debe ella á negar redondamente la revelación
supuesto.no podremos decir que nues- sustancial, el Sobreesencial, el infini-
estar sometida á los naturales juicios divina. Mas en la conducta del racio-
tro espíritu ha emanado sustancial- tamente superior en perfección á toda
de la razón humana. Con esto , por nalista puro no rige sino un solo prin-
mente de Dios? Siendo nuestra alma realidad finita, venga á confundirse
una parte, profesan como principio el cipio , el principio de la razón inde-
espiritual como el mismo Dios , bien i con la idea-nada de Hegel, con la ma-
estado sobrenatural, y por otra lo des- pendiente y absolutamente resuelta á
puede ser una emanación suya.» Esta teria prima de Almaino, con el werden
truyen con la proclamación del racio- negar todo lo que no comprende con
es una muy buena observación; pero de los alemanes y el devenir de los
nalismo en su manera de interpretár- su propio discurso; y como Dios es la
aun en este caso, nuestro espíritu no franceses? Si Dios es la indetermina-
selo y de acomodárselo á los usos de la cosa que menos podemos comprender
puede ser una emanación de la divina ción absoluta, ¿quién lo determina? Y
vida. El protestante debería, ó aban- con nuestra flaca razón, porque El es
esencia. E n primer lugar , Dios no si es la potencialidad suma, ¿quién le
donar su principio del examen priva- el incomprensible por excelencia , el
tiene partes para que hagamos de da el acto? Y si en su esencia no hay
do y hacerse católico , ó ponerse bajo racionalista se arroja atrevido á negar
nuestro espíritu una partícula de la sino vacuidad completa, ¿quién llena
la bandera del racionalismo franco y la misma existencia de Dios , y bau-
Divinidad. Además, en tal caso nues- esta capacidad? ¿Diremos que de lo
descubierto, negando una revelación tiza con este nombre al conjunto de
tro espíritu sería, ó la misma sustan- indeterminado sale la determinación,
que él inutiliza por completo some- fuerzas constantes que obran en la
cia divina, ó una modificación y deter- de la capacidad receptiva el acto, de
tiéndola al examen privado de su flaca naturaleza , porque este conjunto ya
minación suya; cosas ambas absurdas la vacuidad la plenitud, de la quietud
razón. Esto es lo que dicta la lógica; le es más accesible y no oprime con
á no poder más , porque el ser de la el movimiento? ;A dónde vamos á
IQ
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R E S P E C T O A L O R I G E N Y A L D E S T I N O D E L A L M A H U M A N A .
26»
parar con tan portentosos dislates? ora genéricas, ora específicas, ora de rechazar sin incurrir en un grave sus nuevos estudios, tuvo por mucho
¿Puede dar uno acaso io que no tiene? individuales, que concebimos de una- pecado de temeridad, por ser unánime más razonable la sentencia que ahora
Esa idea-nada, ese ser puramente manera abstracta; lo cual nosotros el consentimiento de los Doctores de es ya cierta en la Iglesia; y aun la hu-
potencial, ese devenir supositicio, ¿son ejecutamos para reducir á ciertas y la Iglesia en admitirla; pues ya sabe- biera él tenido también entonces en
otra cosa que una pura abstracción de determinadas clases nuestros concep- mos que un consentimiento de esta este mismo rango, si hubiera sabido
la mente? El ser genérico y potencial tos y poner orden en nuestros pensa- especie en materias morales y religio- explicarse cómo en conformidad con
que no tiene existencia real sino en el mientos. sas no permite duda alguna prudente
No nos venga, pues, nadie con la ella se propaga el pecado original des-
concepto abstracto de nuestro enten- en contrario; y así, q lien va contra él, de nuestro primer padre Adán hasta
dimiento, eso es lo que nos venden absurda pretensión de hacer á nuestro es claro que infringe gravemente las nosotros. Esto nos consta por lo que
por Dios los partidarios de la emana- espíritu una emanación de la sustan- leyes de la sana prudencia. Los P a - este mismo santo Do;tor escribe en
ción, diciéndonos que el Infinito se cia divina, un modo de ser de lo in- dres la enseñaron desde los primeros cierta carta á San Optato sobre esta
concreta y determina por infinitos finito en la línea de lo espiritual. siglos del Cristianismo, y por tanto materia No se contenta en ella con
lados en la infinita variedad de seres Nuestra alma tiene su individualidad con razón debe ser tenida como una rechazar como detestable la opinión de
que existen en el reino de los Espíri- propia, que no puede confundirse en verdad de tradición eclesiástica. San Tertuliano, que había dado al alma
tus, en el reino de la Naturaleza y en manera alguna con la individualidad Hilario, en el libro X sobre la Santí- verdadero cuerpo, aunque espiritual,
el reino de la Humanidad, é infiriendo de Dios; y la sustancia divina, por sima Trinidad, dice: El alma del hom- porque esto ya lo había hecho siempre
de esto que todas las cosas finitas son otra parte, es la misma inmutabilidad bre es obra de Dios; mas la procreación
este gran Padre de la Iglesia, conside-
unas ciertas determinaciones suyas, por esencia,, sin que pueda recibir en de su carne viene de la carne... Así como
rando como una doctrina enteramente
ó bien el Infinito en sus límites y úl- sí determinación alguna. Pero hable- se tomó para sí (el Verbo divino) de la
cierta la que atribuye al alma humana
timas evoluciones. El verdadero In- mos ya de otro género de origen que Virgen el cuerpo, así tambiéi se tornó de
una naturaleza espiritual y apta para
finito, el que existe en la realidad y podría alguno señalar á nuestra alma, sil poder el alma, la cual nunca es sumi-
vivir eternamente separada de toda
no en los conceptos abstractos de y que, en efecto, le han señalado no nistrada por el hombre en la sustancia
concreción corpórea; sino que añade
nuestra mente, el Ser actualísimo y pocos en los tiempos pasados, con generativa *. No de otra manera se ex-
además, á todo esto, que no se ve en
no genérico, no sufre en sí límite ni gran gusto de los materialistas mo- presa San Ambrosio cuando escribe manera alguna cómo el alma, siendo
determinación alguna; porque es posi- lernos, que acogen alborozados sus que li Escritura llama á los ángeles
un espíritu simple é invisible, pueda
tivamente infinito, y por consecuencia argumentos para oponerlos á la doc- hijos de Dios, porque ninguna alma hu-
proceder del hombre por vía de gene-
rechaza de sí todo límite; es plenísi- trina católica de la creación. mana recibe su existencia por vía de ge-
ración. «Cuando se para uno á consi-
mo en la razón de ser, y por tanto 2. El alma humana no es traspa- neración *. Y San Jerónimo: Bastante
derar, escribe el santo Doctor en la
0

repugna á su esencia todo género de sada del padre al hijo por generación, ridículos se muestran, advierte, los que
¡citada carta (núm. 15), qué es lo que
capacidad receptiva. El es el primer sino que es producida por creación; ni piensan que las almas son engendradas
se dice al proferir que el alma es trans-
motor inmoble, que todo lo mueve puede perecer por corrupción, sino sola- también con la semilla humana, y no
mitida del padre al hijo mediante la
sin poder recibir en sí mismo mudan-1• mente por aniquilamiento. Es ésta una hechas por Dios . 5

generación, por maravilla vendrá al-


za alguna; la fuente de toda realidad, verdad evidente en Filosofía en todos
á quien nadie puede dar nada, porque los miembros de la proposición que Inútil y enojoso sería traer aquí los gún sentido de estas palabras á la in-.
todo lo tiene recibido de su largueza. acabamos de enunciar. La Iglesia testimonios de los otros Padres: léalos teligencia humana. Difícil es concebir
Aún más: ni El mismo se puede dar católica no ha definido en términos quien guste en el lugar citado del car- qué es lo que con palabras significa-
cosa alguna á sí propio, porque ¿qué expresos que el alma humana sea denal Belarmino . El mismo San mos cuando decimos que del alma del
se había de dar El, que no lo tuviese criada por Dios de la nada y no trans- Agustín, que durante varios años de padre se hace en la prole el alma, ó
ya antes de recibirlo, puesto que es mitida de los padres al hijo por medio su vida se halló fluctuante sobre el que el alma es traspasada á la prole,
cosa manifiesta no poder dar uno lo de la materia seminal, y por consi- origen del alma, y aun inclinado al- al modo que una luz se enciende con
que no tiene? Ese ser potencial que, guiente no tenemos sobre esto ningún gún tanto al traducianismo, por pa- otra luz, y un fuego con otro fuego,
según los emanacionistas, se deter- dogma de fe que debamos creer ne- recerle esta doctrina más apta para la sin detrimento alguno de éste.»
mina y circunscribe contrayéndose á cesariamente para poder alcanzar la explicación del pecado original; des- A la verdad, tiene muchísima razón
los géneros, á las especies y á los vida eterna. Sin embargo, la verdad pués, creciendo en edad y viendo más San Agustín en afirmar que por ma-
particulares individuos del mundo aquí enunciada, como sabiamente claro en la materia con el trabajo de ravilla entenderemos el sentido que.
real, no se determina por sí mismo; observa el cardenal Belarmino es 1
San Hilario, loco cítalo, n. 22. (Mignc, Pal. damos á las palabras dichas, porque
nosotros somos los que lo determina- tan cierta que ningún católico la pue- to<-, tomo X, pág 339.) realmente no encierran sentido al-
5
San Ambrusio, Libro de Noe et arca, cap. I X .
mos y contraemos, añadiéndole con la guno racional, sino una construcción
3
San Jerónimo, en sus Comentarios ni capitulo
MENTE cada una de sus diferencias, Belarmino, De amissione gratiac el slalu pte-
1

üiimndd Eccleti,utes. (Migne. Pal. (ut. t. X X l l l ,


cali. lib. I V , cap. XI. » San Agustín, epist CXC ad Oplalum, edi-
Pi? 1.112.)
ción Maur. (al CI.Vll), mira 13.
R E S P E C T O A L O R I G E N Y A L D E S T I N O D E L A L M A H U M A N A .
271
270 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A

venturados que se haya de manchar cional propia y distinta de la de los


meramente fantástica. Si el alma hu- el mismo en todos los hombres, pues- nuestra alma con las torpezas, ini- otros, con la cual piensa y raciocina,
mana fuera un cuerpo sutil, como pen- to que las ideas no se reciben en la quidades y abominaciones de ciertos ama la virtud y aborrece el vicio. Pero
saba Tertuliano con algunos antiguos parte sensible, sino en la inorgánica seres degradados de nuestra especie, ¿por qué no decir que en la semilla va
filósofos, ó una fuerza material y co- y espiritual, ó sea en la inteligencia, tan amigos de nuestro positivista envuelta alguna virtud con la cual
rruptible, como opina nuestro famoso la cual sería la misma numéricamen- americano como aborrecibles y detes- brote espontáneamente el alma del
encomiador de la doctrina evolutiva, te en todos. Y teniendo todos una tables ante los ojos de quien sabe t e - feto, al modo que en las semillas
con toda la turbamulta de sus queridos mismísima inteligencia, todos ten- ner en algo la dignidad de su propia de las plantas va contenido virtual-
epicúreos, entonces no nos sería tan dríamos también en nosotros mismos persona. Esta dignidad, para los pa- mente el principio vital que las ha de
difícil concebir la sobredicha transmi- las ideas intelectuales y los actos vo- trocinadores del sueño averroístico, vivificar? De esta suerte el alma del
sión: diríamos que en la generación luntarios de los demás. ¿Como, pues, es un mito y nada más; porque la hombre engendrante pasaría al en-
del hombre pasa una especie de co- serían posibles esta contrariedad de responsabilidad de las acciones pro- gendrado, no en sí misma, sino en su
rriente espiritual del individuo engen- pensamientos, estas luchas intelec- pias de cada uno viene al suelo con virtud, y el hombre sería totalmente
drante al individuo engendrado, y con tuales que observamos continuamente este sistema. Cada uno en su fanta- producido por el hombre, como el
esto quedaría satisfecho nuestro en- entre los hombres, esta oposición de sía, en su sensibilidad y en sus órga- animal y la planta lo son por los in-
tendimiento. Pero nuestra alma ni es deseos y voluntades, cuando todos nos materiales, tendrá aquellas apren- dividuos de estas especies.» Perfecta-
cuerpo, ni tampoco fuerza material: nosotros no tendríamos sino un mis- siones imaginarias, aquellos movi- mente; esto es lo único sólido que se
es una sustancia espiritual, inextensa, mo entendimiento y una misma vo- mientos sensuales, aquellas agitacio- podría aducir en pro del traducianis-
indivisible, independiente de la mate- luntad? ¿Había de pelear encarniza- nes dei cuerpo que le vengan del alma mo; pero no tiene valor alguno, con-
ria en el existir, así como lo es en el damente el alma consigo misma, vi- universal. No habrá así en la tierra siderada la naturaleza espiritual del
obrar. ¿Cómo,pues, ha de transmitirse viendo siempre en la triste ilusión de sino una gran máquina invisible que alma humana.
del padre al hijo por medio de la gene- un delirante, ó de uno que cree divi- mueve con el impulso irresistible de
ración? ¿El padre ha de dar acaso á su sar gran multitud de hombres porque La semilla en cuestión no es sino
su fuerza todos los particulares ins- una determinada cantidad de materia
prole parte de su sustancia espiritual, se ve á sí mismo representado en trumentos unidos á ella momentánea- orgánica: es verdad que posee en sí
así como le comunica parte de la ma- multitud de espejos? mente, y arrastrados de una manera una cierta virtud germinativa; pero
teria corpórea? Esto no se puede ni Aún más: no sólo tendría cada uno
fatal en el sentido del impulso comu- esta virtud es realmente material,
imaginar siquiera, porque es un absur- en su entendimiento y voluntad las nicado. Estos instrumentos serán los como el sujeto en que radica y donde
do. El alma humana no tiene partes: intelecciones y voliciones de los de- organismos materiales de cada uno yace depositada. Por consiguiente,
es simple, inextensa, indivisible; ó no más, sino que las reconocería en sí animados por almas sensitivas distin- ella por sí sola nunca podrá producir
se comunica, ó se comunica toda en- mismo por medio de la conciencia. tas de la intelectual, organismos que otra cosa que un organismo también
tera. ¿Se dirá, pues, que el alma del Porque ¿qué otra cosa es la concien- constituirán propiamente las diferen- material, aunque apto para recibir en
padre es transmitida totalmente al cia sino la presencia de nuestros pen- tes individualidades humanas, distin- sí el principio inteligente que le ven-
cuerpo del hijo, de forma que ambos s a m i e n t o s á nuestro propio espíritu, guiéndose así un hombre de otro por ga de fuera: su actividad no puede
cuerpos se hallen animados por una los mismos pensamientos haciéndose, lo que tiene de animalesco, y no por pasar más allá del grado donde ella
misma alma, y que aun sucede esto sin necesidad de otro alguno nuevo- lo que le pertenece de racional é in- se encuentra, ni extenderse hasta la
mismo con respecto á todos los hom- presentes al sujeto pensante? Al re- teligente.
bres, según opinaba el mahometano volver, por tanto, cada uno sobre sí. producción de un espíritu; porque un
Averroes? Mas esta hipótesis no es mismo, se debería encontrar, en la Pero no nos detengamos más tiem- efecto de esta clase supera con mucho
menos disparatada que la anterior, hipótesis averroistica, no sólo con sus po en la refutación de tamaños deli- á la virtud de las causas materiales.
E n tal caso no habría, propiamente pensamientos y voliciones, sino tam- rios: pasemos á examinar la última I Por eso tampoco la materia bruta es
hablando, sino un solo hombre en bién con los pensamientos y volicio- hipótesis que en favor del traducia- capaz de dar origen jamás á un orga-
todo el mundo, puesto que no ten- nes de los demás; y no sólo con la nismo queda todavía por discutir. nismo viviente; todo organismo debe
dríamos sino una sola alma unida á conciencia de sus propios actos inte- Porque, en efecto, podría alguno ra- nacer de otro organismo.
varias cantidades de materia coloca- lectuales, sino también con las con- ciocinar en esta forma: «En hora Los partidarios de la hipótesis trans-
das en distintos lugares de la tierra. ciencias de todos los otros. Nada más buena que en la generación del hom- formista levantan todo el edificio de
Una unión de esta especie no multi- lógico ni más evidente que estas con- bre los padres no comuniquen, ni sus fantásticas afirmaciones sobre el
plica los sujetos intelectuales; lo que secuencias, y nada más contrario al parte de su sustancia espiritual, por- postulado de que las fuerzas molecu-
hace únicamente es que uno mismo mismo tiempo á lo que cada uno ex- que ésta no tiene partes algunas di- lares aptamente combinadas dan por
adquiera más extensión en el espacio. perimenta en su interior. visibles, ni tampoco toda entera, por- resultado natural un organismo; pero
El sujeto inteligente sería uno solo y que cada hombre tiene su alma ra- este postulado es puramente gratuito,
Gracias á Dios, no somos tan des-
K B S P E C T O A L O K I G E N Y A L D E S T I N O D E L A L M A H U M A N A . 273
272 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A

y aun más todavía, evidentemente el cuerpo no influye con su actividad. lectiva; tercera, en fin, porque el almauna vez, porque no tiene partes real-
contrario á los hechos de la observa- Luego es imposible que la virtud re- humana, como subsistente en sí y no mente distintas en que pueda ser di-
ción científica. E n efecto: la genera- ferida dé origen con su acción al prin- dependiente de la materia para obrar vidida. Ahora bien; esto es precisa-
ción espontánea es una falsedad re- cipio intelectivo. Además, la fuerza ni para existir, debe ser producida mente lo que intentamos designar con
conocida ya, no sólo por los filósofos, seminal obra en virtud del alma del por una acción que mire directa y ex- las palabras creación y aniquilación,
sino también por los físicos de nues- que engendra, no como quiera, sino presamente á ella misma. Con lo cual porque con ellas no significamos otra
tros tiempos; los cuales, después de como instrumento activo de las ope- previene el santo Doctor la dificultad cosa sino la producción ó destrucción
haber hecho experimentos sin número raciones anímicas : ahora bien , el que contra las dos razones anteriores total de una sustancia cualquiera.
para encontrarla, han confesado por alma racional no usa del cuerpo para podría alguno oponer, diciendo que El alma de los brutos, como no
fin, con Harvey, que omne vivum ex ovo: sus operaciones intelectuales: luego el la semilla produce de una manera di- puede naturalmente subsistir en sí
recta el alma vegetativa, é indirecta- misma, sino sólo en el compuesto,
todo ser viviente nace de un huevo. «Este principio intelectivo, en cuanto tal, no
mente la espiritual, puesto que la vida por esta causa, propiamente hablan-
axioma, escribe con mucha sabiduría puede provenir de la sustancia dicha.
Constantino James ', pareció durante Por eso el Filósofo, en el libro II vegetativa en el hombre viene tam- do, ni es criada ni aniquilada cuando
mucho tiempo algo demasiado abso- de la Generación del alma, cap. III, bién del alma racional y no de otra adquiere 6 pierde la existencia, sino
luto; mas los descubrimientos de la dice: El entendimiento viene de fuera, subordinada á ella. A esto responde simplemente comproducida ó condes-
embriología moderna han demostrado esto es, de un agente extraño á la se- el Santo que la observación tendría truída al tiempo de ser producido ó
que no es sino la expresión verdadera milla . Por fin , el alma intelectiva lugar si el alma humana no fuera destruido el animal. Por eso decían de
de un hecho universal.» Los trabajos ejecuta sus propias opciaciones sin e! subsistente en sí misma y dependiera ella los Escolásticos que es hecha ex
de Mr. Pasteur, sobre todo, han con- cuerpo, y por lo tanto es subsistente de la materia en todas sus operacio- nihilo sui, pero no ex nihilo subjecti; es
tribuido en gran manera á la demos- (q. 7 5 , a. 2 ) , y como tal tiene exis- nes; pero que siendo por su espiritua- decir, que recibe su ser con intrínse-
tración de dicho axioma. Contra este tencia propia y es verdadero término lidad una sustancia independiente de ca dependencia de la materia por ella
sabio se levantó Joubert; pero la Aca- de acción. Por otra parte, siendo una la materia para existir, debe ser pro- informada, y por tanto supone nece-
demia de París dio la razón á quien sustancia inmaterial , no puede ser ducida por una acción que la tenga á sariamente, para venir á la existencia,
la tenía, diciendo: Les faits obser- causada por generación, sino por crea- ella misma por objeto propio y direc- un cierto sujeto material que la sus-
ves par Mr. Pasteur et contestes par ción divina. Por consiguiente, decir
to, y la saque, no de la potencia r e - tente, y forme, juntamente con ella,
MM. Pouchet, Joly et Musset, sont de que el alma intelectiva es producida
ceptiva de la materia, sino de la nada una totalidad completa.
la plus parfaite exactitude por el padre ó la madre, es lo mismo con creación verdadera. No así el alma humana; pues ade-
que negarle la subsistencia propia y Y henos aquí conducidos como por más del oficio de animar al cuerpo
No se ocultó á los antiguos este ar-
decir que se corrompe con el cuerpo.» la mano al verdadero origen del alma que naturalmente le corresponde, tie-
gumento, fundado en la virtud de la
sustancia generativa, á que apelan los He aquí tres razones solidísimas, humana y al único modo de destruc- ne actos propios y peculiares suyos,
defensores del traducianismo. Santo por las cuales consta que el alma hu- ción que Dios Nuestro Señor puede en los cuales no interviene intrínse-
Tomás habla de él en términos ex- mana no es producida por la virtud usar con ella para hacerla entrar en la camente agente material alguno, sino
presos, y lo rebate maravillosamente. generativa: primera, porque la tal vir- nada de donde salió. Nuestra alma no ella sola, cual si fuera un espíritu
He aquí cómo discurre el santo Doc- tud, por razón de su naturaleza ma- ha podido ser hecha sino por crea- puro; de donde resulta que ella en sí
tor: «Imposible es, escribe en la pri- terial, es inferior en perfección á la ción, ni puede cesar en su existencia es una sustancia subsistente en, sí
mera parte de la Suma Teológica , virtud del alma humana, que es es- sino por aniquilación. E n efecto, ella misma y capaz de vivir á la manera
cuestión 1 1 8 , art. 2.°, que la virtud piritual, y por consiguiente es incapaz carece de extensión cuantitativa, y de los espíritus. Por consecuencia, la
activa depositada en la semilla ex- de darle una perfección que en sí no no está compuesta de partes realmen- acción por la cual hubiera de ser des-
tienda su acción hasta producir un tiene; segunda, porque la sustancia te distintas entre sí, sino que es una truida debería tender derechamente á
efecto inmaterial. Ahora bien; consta generativa no obra sino como instru- sustancia simple é inextensa: además hacerla cesar en la existencia, ó sea
con toda evidencia que el principio in- mento del alma, la cual no usa de en su existencia no depende intrínse- á aniquilarla, y no á quitarle el oficio
telectivo existente en el hombre es instrumento alguno en sus acciones camente del organismo del cuerpo; de de animar al cuerpo; porque, aun sin
superior en perfección á la materia, espirituales, sino solamente en las forma que puede seguir viviendo por el ejercicio de animarlo, puede seguir
puerto que tiene acciones en las cuales materiales dirigidas á producir ur> toda la eternidad despojada de toda viviendo ella sola por eternidad de
efecto materia!; de donde se sigua que materia corpórea, una vez deshecho eternidades.
* I>v dartcinismr, ou Vlwmmr-íingr, par lcdoc- la virtud sobredicha, aun obrando el compuesto físico á que naturalmen Así, pues, se ve con toda claridad
ieur Covslunlin Jumes. París, 1877, \<ág, 177. te pertenece. Luego cuando comienza que el alma humana viene al mundo
* Véase el lilirn de Mr Pasleur ¡nliluladn: Des
bajo la influencia del alma, no puede
eorpvsrules oiganhes rtpandus dans Valmosphére. tener por término de su acción un ob- á ser, toda ella comienza; y si hubie- por verdadera creación, y no puede
París, lb62; y el de G. Kalliani, Hecherehes sur les jeto espiritual como es el alma inte- ra de perecer, toda ella perecería de dejar de existir sino por verdadera
infusoires, París, lt>60.
274 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA R E S P E C T O A L O R I G E N Y A L D E S T I N O D E L A L M A H U M A N A . 275

aniquilación; al paso que el alma de dos los que en el porvenir nazcan, la determinar en un cierto sentido la las gentes piadosas en pensar que el
los brutos, por no poder naturalmente totalidad de las fuerzas iría sin cesar acción de las fuerzas mecánicas del Todopoderoso es el servidor del ca-
subsistir en sí, sino en el compuesto, en aumento.» Universo como cuando obligamos al pricho y de las pasiones del hombre,
ni es creada propiamente ni aniquila- Razón es ésta verdaderamente pe- agua, por ejemplo, á pasar por un ca- y que en cierto momento, sea de la
da, sino comproducida y condestruí- regrina, que no hemos visto en nin- nal y convertirse de este modo en concepción, sea de la gestación, está
da con la producción y destrucción guno de los autores antiguos que con agente principal de una fábrica, ó obligado á crear un alma para animar
del compuesto. No hablaría con in- tanta detención, sin embargo, han tra- cuando por medio del fuego se la hace al embrión.» No se asuste su cari-
1

exactitud quien dijese que nace por tado esta materia. No se puede negar entrar en el estado de vapor, y poner d id, hermano mío, con ese inconve-
generación y perece por corrupción; por- que algo inventan también nuestros así en movimiento á todos los coches niente: las personas piadosas están
que, aunque toda el'a de una vez vie- materialistas, y que en varias cosas de una línea férrea. ¿Qué hace allí la muy tranquilas sobre este asunto.
ne al ser, y toda ella también cesa de merecen con toda verdad el brevet que acción del hombre sino es dar direc- Ellas saben muy bien que Dios no está
existir, pero viene al ser ex praejacen- suelen conceder los franceses en sus ción á la energía del mundo sensi- obligado á crear las almas que usted
te materia, ó sea con dependencia de Exposiciones al mérito industrial. ble? ¿Qué equilibrio ni desequilibrio dice, aunque las crea de hecho siem-
la materia, y cesa de existir con la Pero es el caso que cuanto tiene de causa él con sus actos en la energía pre que, según las leyes físicas de la
destrucción del compuesto por razón peregrina, tanto tiene también de total del Universo? generación , el organismo formado
de esta misma dependencia. Pero esto fútil. Habría en ella algunas aparien- ¿Y de dónde han sacado los mate- con la virtud activa de la sustancia
pertenece únicamente al modo de ha- cias de solidez, si nuestro espíritu rialistas que la energía total del Uni- generativa exige naturalmente ser
blar, é importa poco con tal que se fuera una fuerza material, algún flui- verso es enteramente invariable? ¿No animado por un alma racional. Com-
conserve la doctrina expuesta. Así, do eléctrico, alguna cantidad de caló- puede Dios acaso destruir con su om- prenden además perfectamente que
nada diremos contra el P . Tongiorgi rico. Pero ¿qué tiene que ver nuestra nipotente virtud muchísimas fuerzas en la fornicación y adulterio hay dos
porque sostenga que del alma de los alma con todas estas cosas? Su natu- que ahora existen, y aun el mismo cosas muy diferentes que considerar,
brutos debe también decirse que es raleza espiritual la coloca muy por Universo todo entero? ¿No puede aña- á saber: la acción material de engen-
hecha por creación y destruida por encima de todo el orden sensible; fue- dir á las fuerzas actuales otras innu- drar, y el vicio moral de practicar
aniquilación. Conviene con nosotros ra de que sus actos inmateriales per- merables que se hallan ahora deposi- aquella acción en una forma prohibi-
en la doctrina, y varía solamente en manecen inmanentes en ella misma y tadas en el seno de la posibilidad? La da por la ley divina; y no se les ocul-
el modo de expresarse; y por cuestio- no pasan al mundo exterior, en el mecánica en verdad enseña que «la ta que de estas dos cosas sólo la se-
nes de puro nombre no se debe reñir cual no obra sino mediante los órga- suma de las energías de un sistema gunda es mala, y en razón de tal de-
con nadie. nos del cuerpo á que está unida. Y abandonado á sí mismo, es constante;» testada por el Creador; pero no la
Otra cosa muy diferente nos suce- aun esto no sucede sino durante su pero no dice, ni puede decir jamás, primera, á la cual da curso el Autor
de con el autor del librejo á que tan- estado de unión, pasado el cual entran que un agente exterior al sistema no de la naturaleza llevándola hasta el
tas veces nos hemos referido en este las almas humanas en el mundo de pueda obrar en él poniéndole ó qui- último término con la creación del
escrito. La cuestión que con él trae- los espíritus, dejando el mundo mate- tándole fuerzas como mejor le pare- alma para que se halla dispuesta y
mos no es de nombre, sino de cosa, y rial sujeto á las leyes propias de su ciere. ¿Y cómo prueban los materia- preparada la materia. Ciertamente,
de cosa muy sustancial, pues él re- actividad corpórea. Con esto ¿quién listas que el sistema del Universo para servirnos de una hermosa com -
chaza la creación del alma abierta- no se convencerá de que la continua está abandonado á sí mismo, y que no paración de San Jerónimo , no hay 2

mente. La razón en que se funda este creación de almas no lleva consigo hay un ser extramundano que pueda mayor absurdidad en que Dios infun-
escritor es muy curiosa, y merece ser, aumento alguno de energía en el mun- hacer en el mundo alguna variación da las almas á los fetos adulterinos,
por lo mismo, traída con toda la ori- do sensible, puesto que el número de de esta especie? ¡Buena manera de que en la acción ejecutada por la tie-
ginalidad que presenta en el libro de almas unidas á los cuerpos es, á corta justificar su ateísmo! rra al fomentar en su seno las semi-
Draper. «Puesto que el alma, escribe distancia, en todos tiempos el mis- Bien conoció el mismo Draper la llas que había robado un ladrón para
en el capítulo V, ha de ser considera- mo? Pero aunque menguara mucho ó futilidad de su argumento; por eso
da como un principio activo, llamar aumentase en algún tiempo este n ú - intentó reforzarlo forrándolo con un Draper, loco citato, cap. V.
1

un alma á la existencia sacándola de mero, poco tendría que sufrir en ver-


1
Ergo, cuoperalor est (I)eus) malnrum homi-
poco de mística. ¿Quién había de de- num (escribe contra Rufino este Santo l'adre) et
la nada, sería necesariamente añadir dad el globo terrestre por parte de la cir que nuestro químico había de en- adulteris seminanlibus corpora, inse fabricalur
una fuerza nueva á la suma de fuer- variación de energía; porque las po- trar en estos beateríos? Pues helo animas? Quasi vitium sementis in tritico sil. quod

zas precisamente existentes en el uni- tencias del alma, aun las que obran
furto licitur esse sublatuni. et non in eo qui fru-
aquí convertido en piadosísimo asce- menta fura tus *st; idcircoque térra non debeal gre-
verso. Y si esto se hubiera verificado por medio de órganos corporales, ni ta, diciéndonos en tono melifluo y con mio suo semina confovere, qoia .-ator ea inimunda
para cada individuo que ha venido al equilibran ni desequilibran á las de una cara llena de compunción: «Más projicit manu. (S. Dieron., lib. III Apolog:. contra
Rufi.no. núm. 28.) (Migne, Pal. tal., tomo XXIII,
mundo, y debiera verificarse para t o - los cuerpos. Lo único que hacen es aún: debe de haber algo irritante para pagina 478.)
376 BL CATOLICISMO Y LA CIENCIA RBSPBCTO AL .ORIGEN Y AL DBSTINO DEL ALMA HUMANA. 277

sembrarlas. Dejemos, pues, á un lado bas teológicas tomadas de la revela- tandas. Porque, en primer lugar, la justicia y sabiduría divinas reclaman
estas bagatelas, que no valen un ma- ción divina, y acudamos únicamente justicia pide que quien ha vivido en poderosamente la vida de ultratumba
ravedí, y sigamos adelante el camino á las filosóficas, que son las que a h o - este mundo practicando la virtud, y para el hombre, como el complemento
empezad". ra hacen á nuestro propósito. E n pri- sufriendo mil privaciones y tormentos y sanción de la ley moral, que está
3. 0
El alma humana con la sepa- mer lugar, con lo dicho hasta aquí ya por no quebrantar la ley santa de él obligado en conciencia á guardar
ración del cuerpo no es aniquilada, sino queda evidenciada la intrínseca apti- Dios, reciba en el otro el premio co- sobre la tierra, á pesar de los furiosos
conservada en su ser para que viva per- tud de nuestra alma para seguir vi- rrespondiente á sus trabajos; y vice- embates de las pasiones, que en mu-
petuamente. La conservación del alma viendoperpetuamente sola y sin auxi- versa, que pague en él sus delitos chos casos le empujan con no poca
humana, después de haber sido sepa- lio de materia alguna, una vezque haya quien ha pasado sus días sobre la tie- violencia á quebrantarla. ¿Qué sería
rada del cuerpo á que estaba física- sido separada del cuerpo. Ahora bien; rra entregado á los antojos de sus pa- de la ley divina sin esta sanción de la
mente unida, es en verdad una acción dada esta intrínseca aptitud, es natu- siones, sin curarse nunca de la hones- otra vida? Nadie absolutamente la
libre por parte de Dios, el cual podría, ral que Dios siga perpetuamente tam- tidad, sin temer para nada las divinas respetaría, todo el mundo se burlaría
si quisiera, aniquilarla; como puede, bién conservándola en su ser, y pres- venganzas y sin acordarse siquiera de de ella, buscaría el placer y los gus-
si quiere, reducir todas las sustancias tándole el concurso necesario para la que hay un Soberano Bienhechor, de tos de la carne, viviendo de la misma
criadas á la nada de donde salieron. producción de sus actos intelectuales quien ha recibido la existencia. manera que las bestias, como si no
Mas esto no obstante, que el Señor ha é inorgánicos. Dios, en la conserva- Esto mismo reclama con instan- hubiese Dios á quien temer. Los
de prestar de hecho por toda la eterni- ción y en el gobierno de las sustan- cia su infinita sabiduría; porque Dios ateos, por consiguiente, tendrían ra-
dad á nuestras almas su acción con- cias criadas, se ha regularmente de Nuestro Señor no gobernaría con pru- zón al afirmar que no hay otro Dios
servadora, lo persuade con razones una manera conforme á la condición dencia á los hombres si, dictándoles sino el vientre y los placeres sensua-
muy poderosas la misma Filosofía. de cada una; nada destruye en el su santa ley, dejase luego á los cui- les, y que es un necio quien busca
Nada digamos de la Religión católi- mundo sino cuando la naturaleza de dadosos y diligentes observadores de otra cosa en este mundo. En efecto;
ca, porque ésta ya sabemos que ense- las causas segundas exige su divina ella únicamente con los míseros con- un Dios que ningún caso hace de la
ña á sus hijos, como un dogma reve- cooperación para ejercer sus actos suelos de la buena conciencia, sin observancia de su ley, blanco y fin de
lado por Dios, que á nuestras almas, propios y peculiares, á los cuales se guardarles para otra vida menos tra- toda la creación, y que no reserva
después de esta vida mortal y pasa- sigue forzosamente la cesación en la bajosa otras recompensas de más sus- recompensa alguna para los buenos
jera, les aguarda otra eternamente existencia de alguna sustancia co- tancia, y no impusiese á sus infracto- ni castigos para los malos, es un Dios
feliz ó eternamente desgraciada, se- rruptible. Así es que, si por una parte res otros castigos que los débiles re- ridículo y una antigualla que es pre-
gún la dignidad de los méritos con- concurre con los agentes de la natu- mordimientos del crimen, los cuales ciso borrar de la conciencia de los
traídos en este lugar de prueba. E s raleza á la destrucción de infinitos se- son tanto más pequeños cuanto más mortales.
este un dogma tan manifiestamente res que cada día perecen, así en el se familiariza el hombre con el vicio. Así es que, considerada en sí la otra
declarado en las sagradas páginas, reino mineral como en el vegetal y ¿Quién no ve que, en tal suposición, vida, y hecha abstracción de si dura-
que no puede dejar ningún lugar á y en el de los animales, por otra si- el castigo estaría en razón inversa de rá ó nó eternamente, es una cosa tan
la duda; antes la misma claridad con gue siempre conservando los seres la culpa, y que, por consiguiente, el demostrada en Filosofía como la mis-
que es anunciado en el Evangelio es incorruptibles y nada aniquila, por- más osado contra Dios aquél sería el ma existencia de Dios. La necesidad
causa de que los hombres malvados y que la aniquilación no es demandada más bienaventurado,porque extingui- de admitir para nuestras almas un
perversos se declaren en abierta rebe- por fuerza alguna del mundo univer- ría casi por completo su pena con el cierto espacio de tiempo en que cada
lión contra el Catolicismo, viendo que so. La materia que crió en un princi- desprecio calculado de los divinos una recoja lo que con sus acciones
con él ya no pueden llevar en este pio sigue existiendo, y seguirá perpe- mandamientos? Y de la misma ma- buenas ó malas ha sembrado en este
mundo la vida voluptuosa y bestial tuamente, porque su destrucción no nera el premio de la virtud sería tan- mundo, es una cosa evidente á todas
que tanto les enamora. Si la Religión es exigida por ninguna de las causas to menor cuanto fuese ésta creciendo, luces. Ahora, que los premios y casti-
cristiana no contara entre sus doctri- segundas. Por consiguiente, lo mismo porque es cosa sabida que con el há- gos en él impuestos hayan de durar
nas el dogma de la eternidad de las debemos concluir del alma humana, bito de hacer las cosas buenas, el perpetuamente, esto ya no aparece tan
penas, no tendría ciertamente en la diciendo que nunca será aniquilada placer de hacerlas disminuye: por claro prescindiendo de la revelación
tierra tantos enemigos como hoy di i por el Criador, puesto que entre to- donde el que fuese virtuoso en sumo divina y atendiendo tan sólo á los ar-
la combaten. Este es el dogma que dos los seres criados no hay ninguno grado no recibiría premio alguno por gumentos suministrados por la cien-
más duele á los impíos; sin él nuestra que denande un acto de esta especie. sus generosas acciones. ¿Qué sabidu- cia. Porque la razón natural no alcan-
sagrada Religión sería para ellos su- Además, los mismos atributos divi- ría, pues, y qué equidad mostraría za con bastante claridad á discernir
blime y verdadera. nos reclaman en cierta manera la Dios Nuestro Señor en este modo de el grado preciso de premio ó castigo
conservación perpetua de estas sus- gobernar tan absurdo? Así, pues, la que corresponde á la bondad ó culpa-
Dejemos, pues, á un lado las prue-
•278. E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A R E S P E C T O A L O R I G E N Y A L D E S T I N O D E L A L M A H U M A N A . 279-

bilidad de nuestras acciones mora- en la felicidad se encierra como con- lo poseen en la sola inclinación de sus labras para concluir sobre el modo de
Íes '. Sin embargo, no dejamos de co- dición esencial la perpetuidad de la principios constitutivos, la cual es lla- vida que corresponde al alma huma-
nocer con bastante certeza, aun con vida, de aquí que, al considerarla tan mada por algunos apetito natural; de na, una vez desatada de las ligaduras-
la sola lumbre de la razón, que los estrechamente ligada con ella, no esta clase es la inclinación que tienen del cuerpo.
premios y castigos de la otra vida de- puede menos de amarla y desearla los graves á ir hacia abajo. Ahora 4. El alma humana no pasa por
0

<ben ser eternos, porque de otra mane- para sí; si no en el cuerpo, porque ve bien; de ambos modos se halla en las diversas reencarnaciones, sino que per-
ra no quedaría la ley moral provista que esto es imposible, á lo menos en cosas el natural deseo de existir, de lo manece sola hasta el día de la resurrec-
ción universal. Esta nuestra última
de aquella sanción eficaz que se re- el alma, que no es corruptible, y pue- cual es buen testimonio el que las.co- proposición va contra los espiritistas,,
-quiere para que los hombres la guar- de vivir eternamente. Ahora bien; sas destituidas de conocimiento re los cuales, tornándose al viejísimo
den como es debido, sin despreciar este grito de la naturaleza no puede sisten con sus propias fuerzas á los error de los pitagóricos, bracmanes y
osados á su divino Autor. Lo finito ser mirado sino como el eco de la voz seres que tienden á destruirlas, y las buddistas de la India, quieren que-
nuestras pobres almas estén siempre-
hace en nosotros poca impresión cuan- dada por su divino Autor; el cual, al que lo tienen hacen esta misma resis- recorriendo el mismo camino sin piz-
do se nos presenta en lontananza; así imprimir en nuestro espíritu este ape- tencia según el modo propio de su na- ca alguna de poesía, á manera de can-
•es que las penas del purgatorio, con tito innato de una vida perpetua, cla- tural percepción. Aquellos seres, pues, non solum ut perpetuetur esse secundum speciem,
toda su gravedad y con su duración ramente nos está diciendo haber cria- que, careciendo de conocimiento tie- sed etiam secundum individuum; quod sic patel.
para nosotros desconocida, mueven do nuestras almas para que nunca de- nen en sus principios internos virtud Naturalis enim appelitus quibusdam quidem inesC
ex apprehensione, sicut lupus naturaliter desiderat
muy poco á los hombres á apartarse jen de existir. Oigamos al Angélico para conservarse perpetuamente, de occisionem animalinm, de quihus paseitur, et homo
de la culpa; porque por una parte no Doctor Santo Tomás desarrollar con suerte que permanezcan siempre nu- naturaliter desiderat felieitalem; quibusdam vero-
-se ven con los ojos de la carne, y por la lucidez y profundidad propias de méricamente los mismos, apetecen absque apprehensione, ex sola iuclinaliunc nattira-
otra se nos presentan en el horizonte su grande ingenio este argumento: por naturaleza tener perpetuidad aun lium principiorum, qui naturalis appelitus 111 qui-
busdam dicitur, sicut grave appelit esse deorsum.
infinitamente lejano de la otra vida. «Es imposible, dice , que el deseo de
1
en su individualidad numérica. Y Ulroque antem modo est in rebus naturale deside-
Por eso el sentido común de los pue- la naturaleza quede vacío, porque la aquellos cuyos principios no tienen 'rium essendi: cuiussignum est quia el ea quae co-
blos ha proclamado la necesidad de naturaleza nada hace en vano. Ahora virtud sino para perpetuarse en la es- gnitione. cavenl, res'^tunl corrumpentibus secun-
esta doctrina, y el mismo Lucrecio la bien; todo ser inteligente es impulsa- pecie, desean asimismo esta perpetui- dum virtutem suorum principiorum naluralium, et
ea quae cognilionem habenl, resistan! eisdem secun-
ha confesado en los siguientes versos: do por su misma constitución intrín- dad. Esta es, pues, la diferencia que dum modum suae cognilionis. Illa igitur cognilione
seca á perpetuarse, y no sólo en la es- debe encontrarse entre los seres á carenlia, quorum principiis inesl virtus ad conser
¡Nam si certum finem esse viderenl
-Erumnarum Ilumines, aliqua ratione valerent
pecie, sino también en su misma in- quienes juntamente con el conoci- van<ium esse perpetuum, ita quoil maneant seniper
Heligionibus atque minis ubsislere vatum; dividualidad, lo cual se demuestra de miento les es natural el deseo de exis- eadem secundum numerum, naluraliler appctunt-
iN'unc rano nulia est, restandi nulla facultas, esta manera: el apetito natural en al- tir, á saber: que los que no conocen esse perpetuum etiam secundum Ídem numero.
Eternas quoniam pumas in morle timendum esl 2. Quorum aulem principia non habenl ad hoc vir-
gunos seres va en pos de la aprehen- el ser sino en cuanto determinado tutem sed solum ad conservandum esse perpe-
Allégase á esto la interna constitu- sión; así, el lobo desea naturalmente en la actualidad presente, desean este tuum secundum idem specie, sic naluraliler appc-
ción del hombre por una parte, y el matar á aquellos animales que le sir- ser concreto y actual, pero no la per- tunt perpetuilatem llanc igitur differentiam opor-
instinto de la inmortalidad por otra, ven de alimento, y el hombre desea petuidad del mismo, porque no la tet in bis inveniri quibus desiderium cs;endi cum
<¡ue le empuja y aguijonea en todas naturalmente la felicidad. Otros, por eognitione inest, ut scilicet illa quae non cogito--
perciben (aunque apetecen la perpe- scunl esse nisi ut nunc, desiderant esse ut mine,
sus obras. El hombre, por el peso el contrario, sin aprehensión ninguna, tuidad de la especie, aun sin cono- non autem semper, quia esse sempiternum non
mismo de su propia naturaleza, desea cerla, porque la virtud generativa or- apprehendunl; desiderant tamen esse speciei per-
la felicidad completa; todo lo puede i Conl. gentes, lib. I I . cap. LV, n. 12. Algu- denada á este fin va delante del cono pctuum absque eognitione: quia virtus generativa r

aborrecer menos el ser feliz; la felici- nos, en las palabras del Angélico Doctor que aquí cimiento y no está sujeta á él): mas quae ad hoc deservil, praeamlmla est, et non sub-
dad la ama necesariamente; y como citamos, se imaginan ver que, una vez criada el iacens cognitioni: illa antem quae ipsum esse per-
alma humana, repugna absolutamente su destruc- los que conocen la perpetuidad del ser petuum cognoseunl, et apprehendunt, desideranlí
1
«Sobre la duración de las penas futuras, dice ción, por no distinguirse físicamente de su esencia y de ella se forman idea, la desean ipsum naturali drsiderio. Iloe autem convenit
•con mucha sabiduría el Padre Tongiorgi {Psycholo- ó sustancia el apetito innato que tiene acerca de la
felicidad. Este juicio, empero, lo tenemos por un
también con amor natural. Y como en ómnibus subslantiis intellectualibus. Omnes igitur
gia, n ú m . 2'i3, edic. de Bruselas, 1864), debe ser
-consultada anle lodo la divina revelación, así como error manifiesto, porque Dios no está obligado á esto convienen todas las substancias substantiae intellectuales naturali desiderio appe-
obrar según las exigencias naturales de criatura tunt esse rjerpctuum: ergo impossibilc esl quod esse
también ella es l a q u e nos debe instruir sobre la intelectuales, todas ellas desean poi deficiant.(S. Thom., lococilato.)
naturaleza de las mismas. Sin embargo, la razón alguna Esta es la causa por la cual todo el mundo
humana, abandonada á sus propias fuerzas, si in- considera la creación y la conservación como dos naturaleza la vida perpetua, y por lo Véase á Suárez, en el tratado De Anima, lib. I,
tenta determinar algo sobre esta materia, encuentra dones realmente distintos. Además, si fuera verdad mismo es imposible que dejen de cap. X., donde se hallan desenvueltos los argu-
lo que los tales piensan, el alma humana, una vez
pruebas con que se persuade validísimamente la
criada, por fuerza tendría que alcanzar de hecho
existir.» Digamos ahora cuatro pa- mentos
1 que militan en favor de la perpetuidad del
alma humana con la solidez y claridad caracterís-
eternidad d é l a s penas indicadas. Así se ve cómo
también en esto es de todo punto imposible el con- la felicidad; porque ésta, y no precisamente la vida ticas de este insigne doctor. Puédese también cou-
flicto entre la Religión cristiana y la verdadera perpetua, es l a q u e necesariamente deseamos con 1
«Impossibile est nalurae desiderium esse ina- sullar la obra del P. Liberatoro intitulada / / com~
ciencia. apetito innato. (Véase Suárez, De Angelis, l i b . I , ne, natura enim nihil fácil frustra. Sed quodlibel posto humano, cap. IV, a. 8, y el cap. V I I , .
cap. IX, n. S.) intelligens naluraliler desiderat esse perpetuum. vol. I , de la citada Apnlogia\t\<< llettinger.
2
Lucrecio, lib. De natura Deorum, 1, 108.
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281
jilones de noria, como si no fueran la encarnación presente, y que, por 3Íncope padecemos nosotros durante disuelto; puesto que, como argumen-
capaces de ejercer sus actos espiri- tanto, ésta es la primera y la última, esta vida presente, que se dice haber tábamos más arriba con el Ángel de
tuales sin el adminículo de los órga puesto que el mismo fenómeno suce- sucedido á una infinidad de otras se- las Escuelas no fué conveniente que
nos de los sentidos. Ante todo, por lo de á todos los hombres. E n efecto, mejantes tenidas en los tiempos p a - Dios comenzase su obra por las partes
que atañe á la doctrina de la Iglesia como la unión de nuestra alma al sados; antes pensamos y discurrimos imperfectas y por lo que es preternatural.
sobre este punto, no puede caber la cuerpo por ella informado es natural en ella con la misma serenidad de Pues si no hizo al hombre sin mano ó
menor duda de que el error espiritís- y nada violenta, no puede llevar con- ánimo que pudiéramos haber tenido sin pie, las cuales cosas son partes natu-
tico está por ella formalmente conde- sigo privación alguna de bienes que en cualquiera de las encarnaciones rales del hombre, mucho menos habrá
nado. El Concilio Florentino, en el antes de ella hayan pertenecido á dichas. ¿Dónde está, pues, esta me- hecho el alma sin cuerpo.
Decreto de unión con los griegos, define nuestro espíritu; si pues hubiéramos moria de lo pasado que debiera existir Pero que, una vez deshecha la casa
expresamente que las almas, después vivido en otros tiempos anteriores al en nosotros , aun cuando dijéramos corruptible donde la colocó la natura-
de haberse separado de sus cuerpos, que ahora llevamos sobre la tierra, que el principio y el fin de cada en- leza, vuelva segunda vez á animar
van inmediatamente; ó al cielo, cuando nuestra alma conservaría recuerdo de carnación se asemejan á uno de esos otra materia y á formar otro nuevo
se hallan enteramente puras, ó al in- todos ellos y tendría en la memoria desfallecimientos repentinos en que compuesto, esto no es en manera al-
fierno, si van manchadas por alguna los conocimientos adquiridos, y los pierde el hombre por un momento la guna conforme á su esencia. ¿Qué
culpa grave; ó al purgatorio, si toda- actos practicados en todas las encar- conciencia de sí mismo? L a falta de mariposa ha vuelto jamás, después de
vía tienen algo que purgar, para ser naciones pasadas; porque todas esas esta memoria es el argumento más desprenderse de su capullo, á meterse
de allí trasladadas á la gloria, apenas cosas son las que forman, propiamen- claro de que nuestro espíritu no ha nuevamente en él para llevar su a n -
hayan cumplido su condena '. Hecha te hablando, el tesoro del espíritu. pasado por esos caminos que en su tigua vida de crisálida ó de gusano?
esta observación, vengamos á los ar- Por consecuencia, la falta de todos fecunda imaginación le trazan los ¿Qué pájaro ha estado segunda vez en
gumentos filosóficos que ponen en estos recuerdos es una prueba mani- nuevos discípulos de Pitágoras. el huevo ó en el nido de donde había
claro la verdad de nuestro aserto y la fiesta de que la hipótesis pitagórica es Pero no sólo la falta de recuerdos logrado salir para gozar durante toda
grande sabiduría de la Iglesia cató- enteramente inadmisible. Añádase á prueba ser una pura concepción fan- su vida el aire libre? Pues lo que es á
lica. Por de pronto, al instante se esto que nuestra fuerza intelectiva es tástica lo que nos vienen diciendo los la mariposa el estado de crisálida, y
echa de ver que los defensores de la como un fuego que, después de encen- espiritistas con respecto á la vida del al pájaro el estado de pequeñuelo,
metempsícosis la establecen sin fun- dido, ya no cesa de arder jamás. Una alma en otras encarnaciones anterio- esto mismo es al alma el estado de
damento alguno, pues nadie en este vez que llega á producir alguna idea, res, sino la intrínseca naturaleza del unión con respecto á este cuerpo cor-
mundo tiene conciencia de esos esta- ya esta idea la tiene en su interior, y alma confirma esto mismo. E n efecto, rruptible. Una vez desprendida de él,
dos que ellos gratuitamente se imagi- actuada con ella sigue obrando espi- que el alma humana no haya vivido y adquirida la noble condición de los
nan. Por tanto, debemos decir que los ritualmente en aquel sentido hasta nunca en un estado de espiritualidad espíritus, con que se libra de las i n -
tales dogmatizadores hablan de las que sea determinada en otro por algún pura, cual es la que posee después de numerables molestias que trae consi-
sobredichas reencarnaciones, porque objeto que la haga entrar en nuevos la muerte del cuerpo, bien se concibe. go esta vida mortal y trabajosa, poco
así se les antoja; lo cual no es muy pensamientos. Así es que, una vez El alma, por su misma constitución deseo tendrá por cierto naturalmente
filosófico por cierto. Además, esta desarrollada nuestra potencia intelec- intrínseca, es la mitad de un todo físi- el alma de volver á su antigua mora-
falta de conciencia con respecto á tiva, siempre está puesta en acción; co creado por el Autor de la naturaleza da. El Catolicismo tiene, sí, entre
otra vida distinta de la que ahora ex- y no sobreviniendo algún accidente para que ejecute las acciones que á su sus creencias el dogma de la resu-
perimentamos , nos da manifiesta- al sujeto, no se interrumpe jamás la esencia propia corresponden: por lo rrección universal, y en el Apocalip-
mente á conocer que nuestra alma, conciencia de esta vida intelectual, mismo el estado de unión le es for- sis, lo mismo que en varias epístolas
no ha conenzado á vivir antes de perenne y continua. malísimamente natural, no pudiendo de San Pablo, aparecen las almas de
desarrollar sin él sino una parte de su los Santos deseosas de volver á j u n -
Aún más: si nos acaece alguna vez
1
IIoc sacro universali Florentino approbantc actividad, pues sin órganos corporales tarse con sus cuerpos; pero éstos en
Concilio (dice el papa Eugenio I V ) , definimus illo- tener algún síncope que nos haga
le son imposibles los actos de los sen- el día de la resurrección no han de ser
rum animas, qni post baplisma susceptum nullam perder momentáneamente la concien-
omnino peccati maculan) incurrerunt; illas etiam, tidos y de la misma fantasía. Siendo pesados y molestos para ellas, sino
cia dicha, al instante volvemos á reco-
qua; post contractam peccati maculam. vel in suis esto así, vése con toda claridad que el gloriosos, adornados con los sobre-
eorporibus, vel eisdem exutae corporibus, prout brarla, apenas cesa en nosotros aque-
alma no debía ser criada en un prin- naturales dotes de agilidad, claridad,
auperius dictum est, sunt purgatae, in coelum mox lla enfermedad; y la recobramos, no
recipi el intueri clare ipsum Deum trinuin et unuin, cipio para que viviese separada del sutileza é impasibilidad, y sumamen-
como quiera, sino con el recuerdo de
sicuti est, pro meritorum tamen diversilale alium cuerpo, sino para que se uniese á él te aptos para aumentar el gozo de que
alio perfectius; illorum autem a n i m a s , qui in todo cuanto habíamos experimentado
formando un compuesto que sólo por
actuali morlali peccato vel solo originali decedunt, antes de ella en tiempos normales y
mox infernum descenderé, pocnis tamen disparibus la acción de los agentes creados sea
puniendas. de sano juicio. Ahora bien; ningún i Sumiría Tht.obig., i p., q. 118, a. '.i.
K E S P E C T O A L O R I G E N Y A L D E S T I N O D E L A L M A H U M A N A . 2S3
282 E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A

vasija nueva acudiendo á la fecundi- denados será dado un cuerpo pasible ; y poderoso para contener á los hom-
aquéllas disfrutaban en la bienaven- é imperecedero, conforme al estado ' bres en el cumplimiento de su deber;
dad de su arte. ¿Diremos otra cosa
turanza eterna. Así, pues, á un cuerpo de degradación en que ellas se colo- esto, por consecuencia, es altamente
del Artífice divino, el cual por la in-
de esta clase bien puede teñir natural caron en este mundo con su libre al- conforme á los principios de la sana
¡ finita fecundidad de su arte soberano
inclinación el alma humana; mas al bedrío. Las almas buenas tendrán filosofía.
Ijamás se repite en la producción de
cuerpo que le señalan los espiritistas por compañeros perpetuos en el gozo j La naturaleza del alma huma-
sus obras, y siempre las produce nue-
á este cuerpo que se corrompe y causa á los que fueron sus perpetuos aliados : na con su divino origen y con su
vas y de diferente primor?
tanta pesadumbre al alma, como dice en los padecimientos y dificultades ¡ destino eterno, tal cual nos lo enseña
el sagrado texto ' ; á este cuerpo que Vergüenza da el ver cómo los espi-
ritistas rebajan la infinita sublimidad que lleva consigo en este mundo la nuestra sagrada Religión católica, es
1

nos trae tantos dolores, tantas triste- práctica de la virtud; las malas tam- uno de los más claros testimonios
zas, tanta dificultad para la práctica del Criador pintándonoslo con su doc-
trina de la metempsícosis como un bién compartirán entre ellas y sus que se pueden aducir en prueba de la
de la virtud, tan grande propensión á | cuerpos el mal eterno que merecieron divinidad del Cristianismo. En vano
todo lo terreno y animalesco, ¿á este | pobre y rudo artista que hace y des-
hace mil veces su obra, sin llegar quebrantando los preceptos santos de clamarán contra tan sublimes doctri-
cuerpo ha de tener inclinación natu- la ley divina para seguir ardorosas el nas los amadores de la carne; la ra-
ral el alma, una vez desatada de sus nunca á sacarla ni siquiera mediana,
á pesar de sus continuos ensayos. No- suave camino del vicio. ¿Qué cosa se zón del verdadero filósofo estimará
ligaduras y levantada á la sociedad puede imaginar más conforme á la todos estos clamores en lo que valen,
de los puros espíritus? Jamás me per- concibamos ideas tan raquíticas y
mezquinas de la majestad soberana sabiduría divina que este último acto y encomiará con todas sus fuerzas los
suadiré de ello. El alma, una vez lle- del soberano Juez, con que se da á to- celestiales dogmas que no miran sino
gada á este estado, se quedará con- del Criador, discurriendo de la D i - dos y á cada uno la pena ó galardón al engrandecimiento del hombre y á
tenta con la vida nueva que le corres- vinidad con entendimiento tan es- merecidos con sus acciones? Esto es la glorificación más perfecta del so-
ponde Fuera de que ella en sí no es trecho. sólido, esto es racional, esto es eficaz berano Autor de la naturaleza.
sino un fragmento del artefacto pri- Otra cosa sería si se tratase de dar
mitivo llamado hombre, que salió en- á las almas un cuerpo mejor acondi-
tero de las manos del divino Hace- cionado que el que poseemos en la
dor, pero que se hizo más tarde peda- actualidad: entonces la nueva unión
zos merced á la acción destructora de ya no sería una simple repetición de
los agentes de la naturaleza. Una vez lo pasado, sino un verdadero progreso
deshecho este artefacto, á la constitu- en el camino de la vida. Un estado de
ción interna de los fragmentos no esta especie ya es apetecible de suyo
pertenece otra cosa sino seguir exis- al alma separada; porque, sin privar-
tiendo así desunidos, perpetuamente, la de su libertad adquirida, la habilita
si es que al Artífice no le viene en vo- para el ejercicio de las potencias sen-
luntad volver á unirlos de nuevo, ha- sitivas, que de lo contrario habrían
ciendo una reparación en su obra, al de quedar inactivas en el estado de
modo que suelen los hombres indi- separación por toda la eternidad. He
gentes componer los instrumentos aquí, pues, cuan grande es la sabidu-
destrozados para poder servirse de ría que resplandece en el dogma de la
ellos en las necesidades de la vida. resurrección universal profesado por
Mas esta obra de reparación sería in- la Religión católica. Las almas en-
digna del supremo Artífi e y de su tonces serán de nuevo unidas á los
infinita magnificencia. ¿Cuándo se ha | mismos cuerpos que antes tuvieron;
visto, por ejemplo, que un alfarero pero estos cuerpos se hallarán reves-
vuelva á juntar entre sí los cascos de tidos de las cualidades convenientes
una vasija que por circunstancias al estado de término que nos está re-
accidentales se le haya quebrado? A servado en la otra vida.
los cascos, cascos los deja, y hace una Las almas bienaventuradas recibi-
rán un cuerpo glorioso, digno de la
1 Sap., cap. IX, ver. 15.
alta dignidad á que habrán sido le-
2 V . Suárez, lie anima, litj. V I , cap. últ., nú- vantadas con la vista clara de la di-
mero 3 , donde se prueba con sólidas razones esla vina Esencia: á las almas de los con-
proposición. 20
D O C T R I N A D E L A I G L E S I A C A T Ó L I C A R E S P E C T O A L O R I G E N D H L H O M B R E . 2,5

mismo Dios, y que de ellos traen ori-


pecado original, según nos lo enseña
gen todos cuantos posteriormente han
expresamente San Pablo en la epísto-
poblado las diferentes partes de la
la á los Romanos, donde nos dice que
tierra. Este dogma sagrado lo hemos
el primer hombre, llamado Adán,
recibido del mismo D i o s , pues se!
trajo con su pecado la ruina á todo el
halla expresamente consignado en va- ¡
rios lugares de los Libros Santos, es- humano linaje, contenido en él á la
CAPÍTULO XXIV sazón á la manera que se halla ence-
critos con el dedo del supremo Hace-
dor, que los ha encomendado á su rrado el árbol en la semilla; pero que
vigilancia y custodia. el segundo Adán , Cristo Jesús , nos
DOCTRINA D E LA I G L E S I A RESPECTO AL ORIGEN DEL HOMBRE repuso con su pasión y muerte en el
En efecto: la divina Escritura nos primitivo estado , alcanzándonos los
dice que Dios crió á nuestros prime- I medios necesarios para poder conse-
ros padres, Adán y E v a , y que luego guir la salvación eterna.
de ellos se propagó todo el género
Según las palabras de la sagrada
humano por vía de generación. Formó
Escritura , Adán fué hecho por Dios
Dios, dice el sagrado texto ', al hom-
del barro de la tierra , pero Eva fué
1
^ | p C A B A . \ i o s de ver en el capítulo tud germinal y generativa dispone en
bre del barro de la tierra , é inspiró en
^K¿L pasado el origen del alma hu- el seno de la mujer la materia del sacada de una de las costillas de
su rostro soplo de vida , y fué hecho el
mana , y esto mismo hemos hecho embrión; de suerte que, conforme á la Adán; con lo cual se ve que la misma
hombre en ánima viviente. Y Nuestro
también , en lo que llevamos escrito exigencia intrínseca de su propio des- mujer tuvo su origen, aunque por
Señor Jesucristo , refiriéndose á esta una manera sobrenatural y milagrosa,
sobre la naturaleza del mundo , con arrollo , deba ser informada por un misma narración del Génesis, á los enel primer hombre; pudiendo éste por
respecto al otro elemento esencial y alma racional y libre. judíos que le halían hecho una pre-,'tanto decir, al encontrarse con Eva
constitutivo del compuesto humano, Pero este estado no ha existido gunta sobre la indisolubilidad del ma- después de aquel su sueño misterioso,
que es la materia. La forma, pues, y siempre: la Paleontología nos está di- trimonio , les respondió en esta for- | aquellas palabras que pone en boca
la materia de que consta el hombre, ciendo , con palabras muy terminan- ma: ¿No habéis leído que el que hizo suya el autor del Pentateuco: Esto
han salido inmediatamente de las m a - tes, que en el globo terrestre la vida al hombre desde el principio , varón y ahora, hueso de mis htiisoí y carne de mi
nos del Criador , porque uno y otro ha tenido verdadero principio, y aun ¡icmbra los hizo? "- Esto mismo anun- carne: esta será llamada Varona, porque
elemento deben su existencia á una nos añade que el hombre es de una ció al mundo el Apóstol de las gentes del varón fué tomada . 2

verdadera creación, y la virtud crea- época relativamente muy reciente, si al tiempo de proclamar en el Areó-
dora es propia y exclusiva de la O m - se atiende á los otros seres vivientes pago el divino origen del Cristianis- Así, la unidad en el principio del
nipotencia divina. que antes de él han existido sobre la mo, pues en medio de aquella grave humano linaje no puede ser más per-
Mas no basta saber cuál sea el ori- tierra. ¿Quién, pues, ha dado la exis- asamblea pronunció , como legado fecta; pues la misma mujer está saca-
gen de estos dos elementos para co- tencia á aquellos primeros indivi- da de la sustancia de su marido , y
divino, aquellas solemnes palabras:
nocer el del hombre mismo. El com- duos de la especie humana , de donde éste es el único individuo de donde,
Y de uno hizo (Dios) todo el linaje hu-
puesto humano es un todo formado se han ido derivando más tarde los como de primera ¡raíz , han brotado
mano, para que habitase en toda la haz
por la unión intrínseca y sustancial demás por vía de generación y des- por virtud divina^todos los otros de la
de la tierra
del cuerpo y del alma , y por consi- cendencia? especie humana.
En estas y en otras palabras de los ¿Corno formó Dios al primer h o m -
guiente requiere por sí solo , y aun He aquí una cuestión de la más
Libros Santos que pudieran citarse, se bre? ¿Infundió de repente al barro in-
supuesta la existencia de los dos ele- alta importancia, muy digna, por con-
ve bien claramente que todos cuantos forme é inorgánico el alma que sacara
mentos indicados , la acción de una siguiente , de ser tratada con deten-
hombres se hallan hoy día extendidos de la nada? ¿O produjo primero un
causa que le dé el ser en razón de ver- ción por los amantes de la Filosofía.
sobre la haz de la tierra tienen su ori-
:

dadero compuesto. ¿Cuáles la causa La Religión cristiana no nos ha deja- cuerpo organizado y apto .para las
gen en un solo centro de generación, funciones propias de nuestravida es-,
próxima é inmediata de esta acción? do á oscuras sobre este punto tan
compuesto por los dos primeros indi- piritual é inteligente? La sagrada Es-
¿Quién es el que con su poderosa vir- principal, en que nos convenía sobre-
viduos de la familia humana, Adán y critura no se expresa sobre este punto
tud junta en u n o , con tan estrecha manera tener ideas claras y precisas
Eva; y en esta importantísima verdad con bastante claridad ; asiesfque.no
lazada, dos elementos tan distantes para que no errásemos el camino de
está fundado el dogma católico del podemos afirmar con certeza que, el,
como son la materia y el espíritu? En nuestra salvación eterna. Ella nos
el estado actual de las cosas , esta enseña que los primeros hombres fue- 1
Génesis, cap. I I , ver.-. 7.
acción la ejecuta la naturaleza: la vir- ron hechos inmediatamente por el - ihdlh., cap X I X , veis. i. 1
Génesis, loco cítalo. ..., . . ¡ y , ; :
'- -leí., cap. XVII, veis. 2l>.
» Génesis, cap. II, v is. 27, .... y . . ;
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Criador haya seguido uno ú otro ca- éste lo fué de Abel y de Caín, y cóme- como puros instrumentos de la Divi- en un orden secundario, como crea-
mino. Lo que sí debe tenerse por lo son todos los que por medio de la nidad han intervenido los ángeles en dores del universo.» 1

cierto es que ninguna de estas sus- generación dan ahora la existencia á la producción de tal organismo así Toda esta doctrina de Suárez, sin
tancias sensibles y terrenas ha sido sus hijos. Porque el hombre no en- perfecto y próximamente dispuesto embargo, le parece enteramente i n -
causa inmediata y verdadera del so- gendra al hombre sino en cuanto que para la recepción de un alma racio- eficaz al P . Arriaga, según el cual
bredicho organismo, ora lo produjese con su virtud natural generativa pro- nal. He aquí la razón en que lo funda: los ángeles, si tuvieran virtud sufi-
Dios al mismo tiempo de infundirle duce un organismo apto para ser in- 4s Pero se dirá: dado caso que los án- ciente para producir organismos, po-
el alma, ora ejecutase para ello algu- formado por un alma racional, lo cual geles no hayan podido naturalmente drían haber hecho el de Adán en nom-
nas acciones previas , semejantes á también se concedería á la fuerza for- cooperar á la producción del tal efecto, bre de la Divinidad. Por esto, aunque
las que en el estado actual opera la mativa del mono en dicha hipótesis. todavía no se ve repugnancia alguna piensa ser filosóficamente falso el que
naturaleza antes que la materia sea Por consiguiente, Dios no hubiera én que Dios se sirviese de ellos como los ángeles hayan producido el orga-
informada por un principio verdade- usado el lenguaje que hallamos escrito de un instrumento cualquiera. nismo del primer hombre, porque á
ramente espiritual. La Escritura dice en el sagrado texto, sino otro en que »Aun concediendo la posibilidad del tanto, según su doctrina y la de los
terminantemente que Dios formó al apareciese también la causalidad de hecho, negaríamos haberse verificado Escolásticos en general, no alcanzan
hombre del barro de la tierra, siendo así j los agentes creados, que con su virtud así en la creación, puesto que tal efec- las fuerzas naturales de los espíritus
que en la producción de los otros vi- natural hubiesen formado el organis- to fuera entonces obra milagrosa, lo puros, juzga que no se debe hablarlo
vientes, tanto animales como plantas, mo dicho. cual no podemos afirmar faltos de mismo teológicamente, teniendo esta
hace intervenir las fuerzas de la na- Por esta razón el eximio Suárez no pruebas , y sin fundamento alguno doctrina por errónea y por contraria á
turaleza . Produzca la tierra, dice el duda en establecer como doctrina ca- para ello. La razón es sencilla: se se- la Escritura.
sagrado texto, hierba verde y árboles tólica la proposición en que se niega guiría de aquí haber los ángeles, jun- «Quod Suarez urget (escribe refu-
fructíferos. ' Produzca la tierra animal^ á los mismos ángeles la formación tamente con Dios, criado al hombre; tando la proposición del teólogo gra- •
viviente en su género, bestias y reptiles, .del organismo corpóreo del primer puesto que disponer la materia con su- nadino), dici in Scriptura, Deusde ier-
y animales, según sus especies. - Mas al hombre, en términos que lo dispusie- ficiencia tal, que baste para la intro- ra creavit hominem et formavit, igituv
llegar al hombre, nada se dice de las sen suficientemente para ser informa- ducción y unión de ella con la forma, Deus ipse hominem de limo produxit,
fuerzas naturales del universo. Dios do por un alma racional. «Dicendum es, físicamente hablando, producir el haec, inquam, haud ita videntur ur-
solo es el que interviene en su forma- est (escribe), corpus Adae a solo Deo compuesto; que no de otra manera en- gere, et possunt forte in ipsum Sua-
ción como causa enciente única; el fuisse inmediate productum seu for- tendemos concurrir el hombre á la ge- rium et multos alios retorqueri fa-
barro de la tierra no entra allí sino matum. In hoc puncto fuit sententia neración por vía natural de otro hom- cillime: nam eodem modo dicitur
como mera causa material y recepti- Philonis, lib. De Opific. mundi, non bre. Ahora bien; atribuir al ángel tal Exod., $2,portasse Moyses duas tabulas
va, diciéndose á sí mismo el divino solum Deum fecisse hoc opus, sed efecto, es error teológico en manifies- inscriptas digito Dei; et tamen ipse et
Artífice: Hagamos al hombre á nuestra habuisse angelos cooperatores. Qui ta contradicción con las Sagradas Es- communiter caeteri dicunt, non Deum
imagen y semejanza, etc. 3
error ex Platone in Timaeo ortus est, crituras, como aparece de los testimo-
Si alguna otra criatura de estas sen- Verumtamen assertio posita catholica nios: Gen., cap. I, vers. 1 - 5 ; Ecle- «Quod si quis dical, quamvis angelí non po-
1

sibles hubiera contribuido con su vir- doctrina est.» Luego cita en favor de siástico, capítulo XVII; I á los Cor., tuerint naturaliler cooperari illi actioni, poluisse
1

tud natural á la producción de un or- su tesis, no sólo á Santo Tomás, quien •capítulo X; y á los Coloss., cap. III, nihilominus ut instrumenta Dei illa coefficere. R e -
spondemus, esto id fuerit possibile, nullo modo
ganismo apto para ser animado por en términos expresos la defendió en con los cuales están acordes los dichos affirmari posse, ita esse factum; quia fuisset opus
un alma humana, como imaginan los su Suma Teológica (I p . , q. 9 1 , a. 2), de los Santos Padres anteriormente miraculosum, quod sine fundamento asserendum
non est. l'raesertim quia inde sequeretur angelos
patrocinadores de la transmutación sino también á todos los Teólogos y aducidos. cum Deo hominem procreasse, quia qui sufficienter
darwinista; entonces el primer hom- Padres de la Iglesia, nombrando par' »Sube de punto esta razón al con- disponil materiam ad introductionern et unionem
ticularmente, entre estos últimos, á formae, compositum producit, pbysice loquendo,
bre habría sido producido, como los siderar que, una vez admitida seme- hoc enim modo homo generat hominem: hoc autem
demás vivientes terrestres, por vía de los santos Crisóstomo, Ambrosio, Ba- jante hipótesis, se seguiría como na- angelis tribuerc, erroneum est, quia repugnat Scri-
generación natural. El mono, por silio, Epifanio, Cirilo Alejandrino T tural consecuencia, y aun con mayor pturis, ex quibus habernos solum Deum ex térra ho-
minem creasse, ut allegatum est ex (Gen., I , 2
ejemplo, que con su virtud generativa Atanasio, Hilario y Agustín, con los razón, si cabe, que tanto los seres et 5: Ecclesiast., XVII; I ad Corinth. X, et ad Co-
y plástica hubiese en esta forma dis- correspondientes lugares donde cada animados como los pertenecientes al lossenses 111) et conlirnunt omnia quae ex Patribus
uno de ellos la ha enseñado. Aún más.' adduximus. Ac denique confirmalur, quia alias
puesto el organismo, sería tan verda- reino vegetal pudieran haber sido for- etiam omnia animantia, et vegetabilia dici possent
dero padre del primer hombre como hasta llega á afirmar que ni siquiera mados con la cooperación y por mi- facta ministerio, et cooperatione angelorum: immo
nisterio de los ángeles; error mons- consequenter, et majori ralione ita dicendum esset.
Consequens autem erroneum est; nam hoc esset
1 Genes., cap. I, veis, i i. truoso que nos lleva como por la faceré angelos creatores universi, quamvis minus
2 Id., ibid., vers. 12.
1
Suárez, De oyere sex dierum, lib. III; De h"'
;> Id., ibid.. v e s . 20. tilinte crealione, cap. I,niim. 1. mano á considerar á éstos, á lo menos principales.» *
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289

immediáte, sed per angelum eam le- de producir organismo alguno, y por máquina muy bien construida. Pero los ángeles pueden hacer ó no verda-
gem scripsisse. ídem est de ómni- tanto no podían naturalmente ser em- los Escolásticos ven en el organismo deros milagros, escribe por vía de
bus locis ubi Deus dicitur apparuisse, pleados en el referido ministerio. Esta de las plantas y de los animales algo preámbulo las palabras siguientes:
dicitur locutus , dicitur vocasse vel razón filosófica también la hallamos más que un simple compuesto mecá- «Respondeo dicendum quod Augusti-
Moysem ex rubo, vel Jacob dormien- alegada por los demás Escolásticos, y nico, porque lo consideran como la nus in III De Trinit., cap. X, n. 1 5 ,
tem, etc. In ómnibus his locis explica- especialmente por Santo Tomás, en- última disposición de la materia para postquam quaestionem istam pertra-
tur id fuisse factum ministerio ange- tre otros lugares, en la primera parte la recepción de la forma; de suerte ctaverat diligenter, concludit in fine:
lorum nomine Dei: cur, ergo, quaeso, de la Suma Teológica (quaest. 65, ar- que, según ellos, producir con las Milu omnino titile est ut meminerim vi-
ex vi Scripturae et mocii loquendi, etiam- tículo 4 . ; q. 9 1 , art. 2 . " , ad 1; q. 105,
0 fuerzas naturales este organismo equi- riitm mearum, fratresque meos admo-
si Deus dicatur formasse corpus Ada- art. i . ) , y en el tratado De Potentia ,
u
t
valdría á formar el mismo compuesto \neam ut meminerint sitarían; ne ultra
mi ex limo, non poterit intelligi id q. 6, art. 3 . Por donde en ninguna 0 sustancial constante de materia y for- quam tutum est humana progrediatur in-
factum per angelos nomine Dei...? manera podemos admitir lo que acer- ma. «Dicendum (escriben los Conim- fivmitas: quemadmodum enim hoc fa-
Dixi ex vi modi loquendi Scripturae; ca de este particular afirma el P. Car- bricenses, opugnando precisamente la ciant angelí, vel potius quemadmodum
quia si aliunde ex ipsa opera osten- bonnelle en el último de sus artículos doctrina del P. Carbonnelle) praepara- Deus hoc facial per angelos sitos, nec
ditur repugnantia aliqua in eo quod sobre la Ceguera científica ', diciendo tionem materiae ad formas anima- oculorum acie penetrare, nec fiducia ra-
fíat ab angele; tum iam erit novum que la doctrina allí profesada por él lium perfectorum non consistere in tionis enucleare, nec provectu mentís com-
argumentum contra eam sententiam, en orden á la intervención de los án- sola primarum qualitatum permixtio- prehendere voleo; ut tam certus loqu.ir ad
non tamen desumptum ex locis Scri- geles en la producción de los organis- ne et temperie, sed in virtute etiam \ omnia quae requiri de his rebus possunt,
pturae, et consequenter non erit erró- mos del globo, no es contraria á la seminali et formatrici; quae, si per- quam si essem ángelus aut propheta aut
nea aut improbabilis.» (Arriaga, De enseñada por los teólogos. Sea verda- fecta sit, qualis perfectis animantibus apostólas. Unde et hac moderatione ad-
opere sex dierum, disp. 3 4 , sect. I, dera ó falsa la opinión de los teólogos congruit, perfecti quoque animantis hibita, absque assertione et sententiae me-
números 4-5.) en esta materia, lo que ellos sostie- operam desiderat.» 1
Sin embargo, lioris praeiudicio, procedendum est quan-
como esta doctrina de la materia y tum ratio et auctoritaspoterit
Esta razón del P. Arriaga nos pare- nen, con San Agustín y Santo Tomás, adiuvare.11
forma no es sino una simple opinión
ce del todo concluyente; y así juzga- es que los ángeles no pueden produ- Pero sea lo que se quiera de los
filosófica que , aunque sumamente ángeles, ningún católico puede afir-
mos exenta de toda censura teológica cir inmediatamente por sí mismos or-
probable y muy apta para explicar al- mar, sin pasar plaza de temerario,
la doctrina que atribuya á los espíri- ganismo alguno, sino sólo de una ma-
gunos dogmas del Cristianismo, no pecando gravemente contra las reglas
tus celestes, en razón de simples mi- nera mediata, ó sea aplicando por
tiene intrínseca relación con. ellos , : de la sana prudencia, que alguna de
2

nistros del Altísimo, la producción del medio del movimiento local de los
ninguno puede justamente tachar de las causas naturales y sensibles de
cuerpo de Adán, y en general la de cuerpos los elementos activos á los
temerario al P. Carbonnelle porque este mundo haya producido con su
todos los organismos del universo. pasivos -.
sostenga con los atomistas que los or- propia virtud el cuerpo del primer
Sin embargo, no afirmaremos por eso El P. Carbonnelle tendría razón en
ganismos animales de suyo no son hombre. Ninguna de ellas ha podido
que de hecho los ángeles, dado caso lo que afirma, si el organismo de los
otra cosa sino unas máquinas muy intervenir en esta obra como instru-
que tengan suficiente virtud para ello, seres vivientes fuera para los Esco-
perfectas, dispuestas para las funcio- mento de la divinidad, ni producirla
ha) an tomado parte en tal acción;
-
lásticos lo que es en la opinión de di-
nes de la vida, pero incapaces por sí en nombre del mismo Dios, puesto que
porque, como afirma el citado teólogo cho escritor y de todos los atomistas
mismas de ejecutarlas sin la intro- ninguna de ellas es capaz de desem-
;

en el mismo lugar poco ha menciona- es decir, un simple mecanismo, una


ducción del alma, criada directamen- peñar este oficio de legado y ministro
do, la sentencia más común de los 1
V . Revue des gueslions seienlifiques, Janvier, te por el mismo Dios con la acción de del Altísimo.
teólogos sostiene que Dios no hizo 1881, pág. 103. su omnipotencia. Por esta misma ra-
uso de este ministerio, sino que por sí 2
Véanse los lugares de Santo Tomás próxima- En esto el ilustre anatomista Mi-
zón no se ve con toda claridad que los
mismo é inmediatamente produjo el mente citados Véase también á San Agustín, Di
TriniC, lib. I J I , cap. I X , n ú m . 17. Suárez, De ángeles no tengan en sí mismos vir- vart, que tan egregiamente ha comba-
cuerpo del primer hombre. «Quidquid Angelis, lib. IV, cap. XXV, tiene por tan cierta tud física suficiente para producir los tido contra la teoría darwiniana en su
tamen sit de censura (escribe), omni-
organismos dichos; y no otra cosa pa- excelente libro del Origen de las espe-
esta doctrina á causa de la unanimidad de los teó-
no iudico Deum non usum ministerio logos en profesarla, que juzga sergrande temeridad
el ponerla en duda; si bien añade (jue dificilmenl' rece decir el Ángel de las Escuelas cies ', ha padecido una equivocación.
angélico in ea formatione, sed imme- puede ser probada con razones filosóficas. Por esc
cuando, al resolver la cuestión de si Su buen deseo de conciliar la doctri-
diáte per se id praestitisse; ita enim recurre á argumentos teológicos fundados en la au- na católica con la evolución transfor-
communior docet sententia.» toridad de los Concilios y de los Padres; pero e'
P. Arriaga (De Angelis, disp 19, sect. 1) liad- ver
1
Comment. Collegii Canimbricensis, in I I li- mista le ha llevado á emitir, si bien
bro. De coelo, cap. 111, q 0, a. 3 , respons. ad 1. con cierta timidez y en forma muy
En confirmación de esta doctrina que estos argumentos son de ningún valor, si bien
no deja de admitir esta doctrina como fundada en
1
Véase la carta de Mons. Czacki á Mons. Eduar-
común, añade Arriaga á renglón se- el consentimiento universal de todos los Escolás- do Ilauleoeur, Rector de la Universidad católica de
Lila.
guido que los ángeles son incapaces ticos. 1
S. G. Mivart, fí ene sis of sjiecies.
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dubitativa, la hipótesis de que quizá lidad y flaqueza. ¿Dónde están, pues, las orejas puntiagudas, las mandíbu- bastaba que Dios infundiese el alma
el cuerpo de nuestro padre Adán fué los individuos de esta clase? En todo las desarrolladas en extremo, y el ce- de Adán al embrión de un mono, y
procedente de un mono antropoideo, el reino animal no aparece uno si- rebro muy diminuto, las manos y los luego ella, con su virtud natural, se lo
y que su disposición próxima para ser quiera: todos cuantos monos existen pies con uñas larguísimas para pasar arreglara á su manera, transforman -
conveniente morada de un alma ra- en el mundo, y cuantos sabemos ha- la vida saltando de un árbol á otro, el dolo en verdadero cuerpo humano.—
cional la recibió, no de Dios por un ber existido en los pasados siglos, se cuerpo todo lleno de pelo, y todavía Esto fácilmente se afirma, pero con
efecto de su virtud sobrenatural y hallan á inmensa distancia de la per- no conformado para la estación verti- dificultad se prueba. El feto sigue na-
maravillosa, sino del simple juego de fección orgánica del hombre. Por con- cal, etc. ¿Es ésta una figura digna del turalmente el desarrollo que se halla 7

las causas naturales. secuencia , los mismos argumentos padre del género humano? ¿Cuál ha- virtualmente contenido en la sustan-
Esta opinión dista infinitamente, que con tan admirable maestría opone bía de ser el desarrollo de la inteligen- cia generativa; y siendo de un mono
en verdad, del sistema de Darwin; el Mivart á Darwin, fundándose en los cia de un hombre de esta especie? la sustancia productora de dicho or-
cual, no admitiendo diferencia esen- hechos de la Historia natural, sirven Porque, aunque la inteligencia no es ganismo, ¿por qué razón había de te-
cial entre el hombre y el bruto, echa también para derribar por el suelo la en sí misma facultad orgánica, de- ner por resultado un organismo igual
con esto abajo la espiritualidad del hipótesis suya sobre la producción del pende, no obstante, en la formación de al nuestro, y no al de los monos, por
alma humana, y proclama abierta- primer organismo humano con el solo sus actos espirituales, de las poten- más que se desarrollase bajo el influ-
mente la doctrina del materialismo. juego de los agentes naturales y sen- cias sensitivas que le han de suminis- jo de un alma racional? Este influjo
Mivart, como buen católico, admite sibles. trar la materia de sus conocimientos; algo modificaría sin duda ,el m o v i -
la espiritualidad de nuestra alma y su Contra esto se podría objetar, sin y debiendo éstas de ser por necesidad miento primero impreso á la materia
divino origen: su extravío ha consisti- embargo, diciendo que la gran distan- imperfectísimas con un cuerpo de esta por la virtud generativa del mono;
do únicamente en hacer entrar estas cia hoy día reinante entre el mono clase, los actos de aquélla no hubie- porque, una vez unida sustancialmen-
causas naturales y sensibles en la pro- y el hombre, en lo perteneciente á la ran podido menos de ser también muy te á la materia organizada el alma
ducción del primer hombre, siendo constitución orgánica del cuerpo, es imperfectos. Nada más contrario que humana, las fuerzas vegetativas exis-
así que las santas Escrituras, según debida á la naturaleza espiritual del esta idea á la verdadera formación del tentes en el compuesto físico así for-
han sido entendidas generalmente por alma humana; la cual, en muy breve primer hombre, aun hablando confor- mado serían estrictamente humanas,
los Doctores y por los Padres de la espacio de tiempo, transformó por me á los datos que nos suministra la y como tales tenderían por su intrín-
Iglesia, nos enseñan lo contrario. completo su habitación, acomodándo- ciencia. En efecto: la ciencia nos dice seca condición á elaborar un organis-
Científicamente hablando, esta hipó- la á los usos de su vida intelectiva, que todas las especies de vivientes, mo propio de nuestra especie; pero no
tesis es también inadmisible, entre infinitamente superior á la del bruto incluso el hombre, en su primera apa- podría conseguir que ya en el primer
otras razones, porque, á ser verdade- más perfecto. Esta es, en efecto, la rición presentan un organismo dotado hombre el cuerpo dejase de tener la
ra la idea de que el cuerpo de Adán idea á que recurre Mivart para la ex- poco más ó menos de la misma per- misma organización del mono. La
hubiese alcanzado en el mono tan plicación de su hipótesis. El alma, fección que en los tiempos posterio- naturaleza no obra por saltos, como
grande perfección con la fuerza evo- según este ilustre escritor, como for- res. Esta es una materia en que nos decían los antiguos, sino que ejecuta
lutiva de los agentes naturales, por ma sustancial que es del cuerpo por ella ocuparemos más adelante al hablar sus acciones y progresos de una m a -
necesidad debiera encontrarse en la informado, lo ha debido acomodar á del darwinismo; por ahora baste ha- nera lenta é insensible; por conse-
historia del reino animal una clase las necesidades de su propia condición ber consignado el hecho para sacar de cuencia, el cuerpo humano en tal caso
entera de monos cuyo organismo cor- espiritual, hasta que ha logrado, por él la consecuencia que hace aquí á no podría obtener con la primera g e -
poral fuese igualmente perfecto que el fin, transformarlo en un tipo de ar- nuestro propósito, á saber: que el or- neración apartarse gran cosa de la
elegido por Dios para materia del pri- monía y hermosura que no tiene igual ganismo humano en un principio no constitución orgánica del mono.
mer hombre. Los seres de una clase en la creación entera. Pero esta doc- fué menos perfecto de lo que es hoy
Pero demos á nuestra alma esta
no se desarrollan en tal forma que un trina, que á primera vista no deja de día en la generalidad de los mortales.
maravillosa virtud de transformar así
solo individuo de ella se adelante tan parecer plausible, está sujeta á graví- Quizá alguno, al leer las líneas que el embrión perteneciente á una espe-
enormemente á los otros, dejándolos simos inconvenientes, por los cuales acabamos de escribir, tenga por ima- cie distinta de la nuestra; todavía
atrás á inmensa distancia suya. En el se hace enteramente improbable. En ginario este inconveniente. ¿No se po- queda otro inconveniente que nos im-
sistema de la evolución hay que afir- primer lugar, nuestro primer padre, día evitar todo esto, replicará, dando pide admitir la hipótesis sobredicha.
mar necesariamente que toda la clase según ella, hubiera tenido durante al cuerpo del mono, en el momento ¿Qué vida hubiera llevado nuestro
entera avanza con un paso poco más toda su vida la misma constitución mismo de comenzar su existencia, y primer padre Adán durante sus pri-
ó menos uniforme y regular, dejando orgánica del mono: la cabeza achata- cuando todavía se hallaba en estado meros años siendo concebido en el
en el camino á los rezagados para que da é infinitamente más imperfecta de embrión, la forma orgánica que vientre de una mona, y viniendo al
perezcan víctimas de su propia debi- que la del negro más bozal y salvaje, ahora tiene en el hombre? Para esto mundo como suelen venir á él los h i -
292 D O C T R I N A B E L A I G L E S I A C A T Ó L I C A K É S P E C T O A L O R I G E N D E L H O M B R E . 2"3
juelos de este animal repugnante? no sólo por medio de la generación, tolicismo puro y sincero no le permite la doctrina católica que acabamos de
Hasta que el Señor se dignara abrirle sino también por la instrucción y el opinar de otro modo. explicar, en orden al origen sobrena-
la inteligencia y concederle el don de gobierno. Por tanto, así como le fué Mas si la doctrina comunmente re- tural del género humano; porque Dios
la palabra, Adán hubiera vivido de dado un cuerpo tal que ya al instante cibida entre los católicos nos impide solo habrá dado, con su omnipotente
una manera enteramente bestial, poco pudiese engendrar, de la misma ma- atribuir al mono, ó á otra criatura virtud, la última disposición á la ma-
ó nada diferente de la que su madre nera debió hallarse, ya desde el mis- cualquiera, la disposición próxima teria, y habrá después introducido en
le enseñara. Saltar de un árbol á mo momento de su creación, dotado del organismo corpóreo para ser in- ella y unido la forma racional, y por
otro, y hacer todas las demás cosas de un alma capaz de poder inmediata- troducida en él por la divina omni- consecuencia él sólo será quien, con-
que viese practicar á sus hermanos mente instruir y gobernar á los demás. potencia el alma del primer hombre, forme á la doctrina de las Santas E s -
los monos, muchas de ellas nada de- De donde resulta que el hombre debió ¿deberá decirse esto mismo de la dis- crituras, habrá formado el compuesto
centes por cierto; he aquí la ocupa- recibir, al tiempo de ser criado, la posición remota? Para que se entienda humano. La cuestión, pues, estará re-
ción que hubiera tenido nuestro pa- ciencia de todas aquellas cosas en que mejor el sentido de la pregunta que ducida á saber si el Señor formó á
dre durante un buen período de su los hombres suelen ser instruidos por acabamos de hacer, bueno será pro- Adán inmediatamente del barro de la
vida. ¿Quién puede admitir tan im- otros, ó sea el conocimiento de todas ponerla bajo otra forma y en términos tierra, ó se sirvió de un organismo
probable suposición, aunque nada nos aquellas verdades que se hallan vir- más concretos. Decimos, pues: Ya cualquiera, inferior en perfección al
hubiesen transmitido sobre este par- tualmente contenidas en los primeros que ni los monos, ni los ángeles, ni que por la esencia misma de las co-
ticular las tradiciones del pueblo he- principios de la humana sabiduría.» ' otra criatura alguna pudieron dispo- sas corresponde al cuerpo del hombre,
breo? Semejante manera de formar al Por otra parte, esta perfección del ner la materia del cuerpo de nuestro disponiéndolo con su infinito poder en
primer hombre desdice por completo estado primordial del hombre es una primer padre en tales términos, que á la forma conveniente á la naturaleza
de la infinita sabiduría del Criador; y cosa que vienen creyendo los cristia- esta disposición se siguiese natural- de nuestra alma. Si queremos resol-
así, no puede menos de ser rechazada nos desde los primeros siglos de la mente, según las leyes impuestas por ver la cosa á prior i, y sin tomar en
por todo el que conserve todavía al- Iglesia; y sin duda la han debido re- el Criador á las causas criadas, la in- cuenta las palabras del texto sagrado,
gún rastro del buen sentido común cibir de los hebreos, entre los cuales troducción y unión de la forma, ¿no no hay duda que podemos optar por
impreso por Dios en el ánimo de los se fué transmitiendo de padres á hi- pudo Dios haber intervenido sobrena- la afirmativa, porque á Dios tan fácil
mortales. La razón dicta pensar que jos por una tradición nunca interrum- turalmente en la formación del feto de le es formar al hombre de un orga-
Dios crió á nuestros primeros padres pida. Por consecuencia, de ninguna algún mono, de suerte que, recibiendo nismo preexistente como de la mate-
en estado perfecto; y así, aunque nada manera parece que pueda admitirse éste por virtud sobrenatural en el seno ria bruta: bastarále mandar á la ma-
dicen sobre el asunto, al menos con por un católico haber sido producido de su madre, al tiempo de ser conce- teria, ya sea organizada, ya por orga-
claridad, las Sagradas Escrituras, nuestro padre Adán en la forma di- bido, la forma orgánica de un hombre nizar, que tome la disposición conve-
ésta es la opinión común de los Doc- cha, esto es, siendo su alma infundi- perfectísimo, quedase, sin embargo, niente para que en ella pueda ser in-
tores católicos \ Oigamos al Angélico da por Dios al embrión de un mono, verdadero mono hasta que Dios, por troducida el alma humana. La mate-
Doctor Santo Tomás, quien con la y pasando por todos los estados de la otro acto sobrenatural de su omnipoten- ria entonces, al instante, oirá su
sabiduría propia de su grande talento vida comunes hoy á todos sus hijos. cia, introdujese en el cuerpo así for- omnipotente voz, y cumplirá respe-
ha sabido probar en muy breves pala- En esto conviene con nosotros el sa- mado el alma de Adán? O bien, si se tuosa su mandato, quedando conver-
bras esta verdad, haciendo ver cómo bio anatomista Mivart, á quien su ca- quiere evitar la multiplicidad de actos tida en digna comparte del alma es-
Adán, en el mismo momento de ser sobrenaturales, ¿no pudo Dios haber piritual é incorruptible.
producido por Dios, fué perfecto así 1
Quia res primitus a Deo insliluae sunt, non so- transformado de repente el cuerpo de ¿Hay alguna dificultad, por parte
en el alma como en el cuerpo. «Ha lum ut in seipsis essent, sed etiam ut essent aliorum
un mono adulto, haciéndole adquirir
principia, ideo produetae sunt in statu perfecto, in de la Escritura sagrada, en que en-
biendo criado Dios en un principio en un instante, con la virtud maravi-
epao possent esse principia aliorum. Homo auteni tendamos la cosa de este modo? Nin-
las cosas, escribe, no sólo para que potest esse principium alterius, non solum per ge- llosa de su palabra creadora, la orga-
nerationem corporalem, sed etiam per instructio- guna por parte de la sola Escritura;
existiesen en sí mismas, sino también nización del hombre, é introduciendo
ncm, et gubernationom. Et ideo, sicut prinius si bien es claro que nunca hemos de
para que fuesen origen y fuente de homo institutus est in statu perfecto quantum ad en él inmediatamente el alma racio- abandonar la interpretación común
las demás, las produjo en aquel esta- corpus, ut statim posset generare; ila etiam insti- nal creada al efecto?
tutus est in statu perfecto quantum ad animan), ul sin que primero se nos pruebe la ne-
do de perfección que les fuese apto statim posset alios inslruere et gubernare. Non Puesta- de esta manera la cuestión, cesidad de otra nueva, Las palabras
para ejercer este oficio. Ahora bien; potest autem ahquis instruere, nisi babeat scien-
ya nada tenemos que ver con las cau- del Génesis, donde Dios cuenta la
el hombre puede ser principio de otro, tiam. Et ideo primushomo sic institutus est a Deo,
ut haberel omnium scienliam, in quihus homo na- sas naturales para la producción del creación de nuestros primeros padres,
tusest instrui. Et haec sunt omnii illa, quae vir- primer hombre. Aunque la resolva- sólo parecen indicar que Dios hizo
tualiter exislunt in primis principiis per se nolis,
1
V. Suárez. JV Opere se.r dierum, lib I I I , quaecumque scilicet naturaliler homines cognoffe- mos en un sentido afirmativo, no por entrar en la interna composición del
cap. I I I . n. i . re possunt. (S. Tbom . I p., q. 94, a. 3.) eso sufrirá el más mínimo detrimento hombre un elemento terreno y otro
-2'JÍ D O C T R I N A D E L A I G L E S I A C A T Ó L I C A
R E S P E C T O AÍ. O R I G E N D B L ' H O M B R E . 295-

espiritual, sin meterse á explicarnos de una sustancia terrestre cualquiera cuanto al cuerpo terreno que en cuan- al fin de su discusión), non multum
por qué grados quiso el Señor que pa- dotada de un cierto organismo, la to al alma espiritual, había recibido urgent. Suarez probabiliorem philo-
verdad teológica siempre quedará in- su existencia de sola la divina dies- sophice censet hanc secundam opi-
sase el primero de dichos elementos
tacta; porque el referido organismo, tra, y no de criatura alguna, para que nionem (la que está por la formación
antes que pudiese recibir convenien-
en último resultado, habrá venido á supiésemos así agradecer á nuestro sucesiva del organismo del primer
te mente la unión del segundo. He
salir de la materia inorgánica, y por Criador tan inmenso beneficio; y esto hombre), quia sine dubio connatura-
aquí el texto original hebreo: n^i-n
consecuencia el hombre, por razón de es lo que únicamente nos ha revelado lius et facilius intelligitur quomodo id
este elemento, será verdadero polvo de una manera clara en sus santas Es- sit factum cum aliqua mórula ex
Estas palabras, vertidas literalmente á de la tierra. Pulvis es, et in pulverem re- crituras. Esas otras cosas, de si la ma- praejacente materia quam in instanti;
nuestra lengua, quieren decir: Y for- verteris,dijo Dios á Adán al tiempo de teria empleada para la formación del at theologice videtur in priorem incli-
mó Jehoví Dios á Adán polvo de la tie- castigarle su pecado; y pulvis es nos cuerpo de Adán pasó inmediata ó me- nare... Ego vero... sane non video ma-
rra '; lo cual en otros términos viene á dice la Iglesia al imponer sobre nues- diatamente de la forma sustancial jorem auctoritatem pro prima quam
significar que Dios hizo fuese terreno tras cabezas la sagrada ceniza el inorgánica á la humana, como menos pro secunda sententia; immo forte
uno de los elementos constitutivos miércoles antes de la primera sema- importantes, las dejó quizás á nues- plures sunt pro secunda, quia Augu-
del hombre, así como al otro le d i o na de Cuaresma. Estas palabras cier- tra consideración y estudio, para que, stinus et Chrysostomus eam defen-
una naturaleza espiritual, según se tamente no significan que en la ac - examinando con atención las obras de dunt. Abulensis et alii apud eumdem
halla indicado en el mismo lugar de tualidad seamos verdadero polvo, sino la naturaleza, juzguemos de ellas Suarez ibi: ex alio vero capite manet
la Escritura con aquellas palabras: quede él traemos nuestro origen, y á como mejor se acomoden á nuestros semper major claritas in secunda sen-
E inspiró en su rostro soplo de vida, y él será reducido nuestro cuerpo cuan- conocimientos naturales, y alabemos tentia; ergo non est cur eam non de-
fué hecho el hombre en ánima viviente !
. do paguemos nuestro tributo á la na- al Señor rasireando de alguna mane- fendamus etiam ut theologice proba-
Y esto es cabalmente lo que definió turaleza. Otro t a n t o , pues, deberá ra los investigables caminos de su in- biliorem.»
la Iglesia en el Concilio Lateranen- decirse de aquel otro texto arriba in- finita sabiduría. Como se ve, los Escolásticos tenían
se IV, diciendo que Dios con su omni- dicado, el cual por lo mismo de nin- ¿Qué nos dicen, pues, estos cono- esta cuestión por una cosa muy oscu-
potente virtud crió las sustancias, tanto guna manera nos obliga por sí solo á cimientos naturales? El eximio doc- ra, en que es lícito al teólogo católico-'
espirituales como corporales, así como pensar que el cuerpo de Adán fué tor P. Suárez trata largamente esta escoger la opinión que más le agra-
también la humana, que participa de hecho de la materia inorgánica inme- cuestión en el lugar arriba citado; dare. Si ateniéndonos ahora al juicio
una y otra, y es en cierta manera común diatamente. donde, después de exponer dos opi- del P. Arriaga optamos por la orga-
á entrambas 3
. niones opuestas sobre el asunto, él nización sucesiva, y atribuimos los ru-
Esta doctrina del Génesis la han
La Vulgata vierte el texto hebreo repetido en diversas ocasiones pos- abraza como más probable la que sos- dimentos, por decirlo así, de ella á a l -
en estos términos: «Formavit igitur teriormente los escritores sagrados tiene haber sido producido el cuerpo guna causa creada, no parece que se
Deus hominem ex limo terrae,» for- (Eccle., cap. X I I , vers. 7; Eccli., ca- de Adán inmediatamente del barro de pueda oponer, teológicamente hablan-
mó Dios al hombre del barro de la tierra. pítulo XVII, vers. 1; Job,, cap. X, la tierra. No deja, sin embargo, de re- do, la más mínima dificultad á nues-
Esta interpretación quizá parecerá á vers. 9-10; I. Cor., cap. XV, vers. 47), conocer la probabilidad de la opinión tra manera de pensar. Tanto Suárez
alguno contraria á la nuestra; pero atribuyendo al hombre un origen te- contraria, en cuyo favor cita, entre como Arriaga negaron á los ángeles
ambas se componen muy fácilmente, rreno; pero todos ellos deben ser ex- los Padres, á los santos Crisóstomo y la producción del organismo rudimen-
puesto que en ambas se afirma que el plicados de la misma manera, porque Agustín, y entre los Escolásticos, al tario del primer hombre, no porque la
cuerpo del hombre fué hecho por Dios, en ninguna parte enseñan que Dios Tostado y á Alfonso de Castro. Por creyesen contraria al dogma cristiano,
no de la nada, sino de la materia pre- haya formado el cuerpo de Adán in- esta última se decidió más tarde el pues éste se halla suficientísimamente
•existente, sin indicar el estado en que mediatamente del barro de la tierra. Y esclarecido filósofo y teólogo P . Arria- justificado con sostener que la mate-
se hallaba esta materia antes de ser en verdad, para el objeto moral y re- ga, de la Compañía de Jesús, gloria ria no recibió sino de Dios mismo su
informada por el alma de Adán. Que ligioso que se propuso Dios Nuestro y lustre del suelo riojano. En su tra- disposición última para ser informada
haya Dios formado al hombre próxi- Señor en la inspiración de los libros tado De opere sex dierum, disp. 34, por el alma de Adán, sino porque a m -
mamente del barro de la tierra, ó bien santos, ¿qué importaba que la tierra sect. 1, examina detenidamente las bos juzgaban, con la generalidad de
razones en que apoya Suárez su sen- los Doctores católicos, que los ánge-
Genes., cap. II, vers. 7 . inorgánica y muerta pasase, ó nó, su-
tencia, haciendo ver la nulidad de to- les no son capaces de producir orga-
1

•2 Id. ibid. cesivamente por los grados de vida


3
Qui sua ouinipotenti virtute simul ab initio das ellas, si bien esto mismo hace nismo alguno con sus propias fuerzas.
vegetativa ó sensitiva antes de cons-
temporis utramque de nihilo condidit creaturam, observar también acerca de las que «Si aliqua successio admittitur (escri-
spiritualem et corporalem: angelicam videlicet ct tituir el organismo corporal del primer
mundanam: ac deinde humanam, quasi commu- hombre? Lo que hacía al caso era en- militan por la contraria. «Ecce quae be el primero de los dos teólogos ci-
ncm ex spiritu et corpore constitutam. (Concilio pro utraqué parte asseruntur (escribe tados) in figuratione humani corporis-
i^iter., c. Firmiler.)
señarnos que Adán, no menos en
296 D O C T R I N A D E L A I G L E S I A C A T Ó L I C A R E S P E C T O A L O R I G E N D E L H O M B R E .

quo ad materiae quantae densationem mono, con su virtud natural, habría partes. Porque, como escribe Santo combatirlo. Mas cuando tan grande
et figurationem, sic quidem facilius elaborado los primeros rudimentos de Tomás, no cuadra bien con la perfec- empeño se muestra por algunos n a -
admitti potest aliquod angelorum mi- aquel organismo, no de forma que ción que deben tener las primeras cosas turalistas en derivar el organismo
nisterium, non vero tale quod pertin- ellos de suyo consticuyesen ya un en cualquier género, el que Dios hiciese humano de otros más imperfectos,
geret ad perfectionem corporis huma- cuerpo humano incipiente, y puesto, primero el cuerpo sin alma, ó el alma que sabemos haberle precedido en
ni, non tantum ut humanum est ve- como quien dice, en buen camino sin cuerpo, siendo entrambos compartes las anteriores edades geológicas, bue-
rum etiam ut animare prius tempore para llegar á adquirir su perfección de la naturaleza humana. Y en atribuir no es que sepamos los católicos hasta
formatum, in aliquo esse minus per- última en Adán con su espontáneo al cuerpo tal modo de formación todavía dónde nos podemos extender en el
fecto, id est, habens carnem et os- desarrollo, que tan maravilloso efecto hay más dificultad; porque el alma al campo de las concesiones, sin lasti-
sa, etc., nondum tamen apta et proxi- no es capaz de producir por sí sola la fin no depende del cuerpo, y así, en su- mar en lo más mínimo nuestros s a -
me disposita ad animam rationalem semilla de ser irracional alguno, sino ponerla creada antes que él, podría ha- grados dogmas. Sin embargo, por
sed ad aliquam minus perfectam et en cuanto que el cuerpo de este ani- ber algunos visos de probabilidad; mas ahora no hay necesidad ninguna de
quasiin via adillius introductionem . 1
mal tiene grande relación con el de el cuerpo depende del alma y sin ella no llegar á tal extremo, ni creo que la
Nam hoc etiam non potest tribuí an- la especie humana, y, conveniente- puede existir. 1
haya tampoco nunca. Por tanto, los
gelis; tum quia non est verisimile mente modificado por la virtud omni- Este razonamiento en verdad no católicos seguiremos sin ningún cui-
hunc ordinem productionis in prima potente del Criador, puede pasar á ser deja de tener bastante peso, y nos- dado siempre diciendo lo que han
hominis creatione servatum esse; tum una parte constitutiva del hombre. otros nos hallamos muy lejos de dicho los Doctores Escolásticos jun-
etiam quia etiam angelí ñeque per se Ciertamente, aunque todo esto supon- tamente con los Santos Padres, y lo
i Quídam intellexerunt corpus hominis prius
virtutem habent ad efficiendum corpus gamos haber sucedido en realidad, tempore formatum, et poslmodum Deum formato que parece significar en su sentido
illud anímale in statu imperfecto, ñe- nunca concederemos al mono un in- iam corpori animam infudisse. Sed contra rationem obvio y literal la misma Escritura; á
que etiam applicando activa passivis flujo tan directo y principal en la pro- primae institutionis rerum est, quod Deus, vel saber, que el hombre ha sido criado
corpus sino anima, vel animam sine corpora fece-
illud efficere poterant, quia etiam cor- ducción del cuerpo de nuestro primer rit; cum utrumque sit pars huinanae naturae. Et por Dios, no por vía de derivación de
pus hominis sub illo statu non fit na- padre como el que, en sentir de los hoc est magis inconveniens de corpore, quod de- otro organismo anterior, sino i n m e -
dos teólogos poco ha nombrados, hu- pcndet ex anima, et non e converso. ( S . Tilo-
turaliter nisi per virtutem formativam mas, I p . , q. 9 1 , a 4 ad 3 .
diatamente del polvo de la tierra.
seminis, quae per solam applicatio- biera podido competir á los ángeles,
nem extrinsecorum agentium supple- 'á tener estas sublimes inteligencias
ri non potest, sed tantum virtute virtud suficiente para formar por sí
divina.» 2
solas, y con solo el concurso general
de la causa primera, el organismo in-
Excusado es traer aquí las palabras
cipiente del hombre. L a obra del mono
del P . Arriaga, porque vienen á decir
de suyo siempre se quedaría en la e s -
esto mismo. ¿Por qué, pues, no nos
3

fera inferior del bruto; la obra délos


será permitido imaginar que Dios
ángeles sería un verdadero organis-
Nuestro Señor, en lugar de servirse
mo humano, incipiente sin duda, pero
de la tierra bruta é inorgánica para la
en vía de formación y dispuesto para
producción de Adán, tomó á un mono
ser conducido al término de su natu-
antropoideo, por ejemplo, y lo trans-
ral y legítimo desarrollo.
formó súbitamente en hombre por
una de las dos maneras sobrenaturales Pero se dirá: ¿á qué tan extraña
arriba indicadas ? En este caso el hipótesis, si las causas naturales no
han podido formar el organismo del
1
Suárez habla aquí conforme á la doctrina de primer hombre sino por el auxilio so-
Aristóteles y Santo Tomás, seguida comunmente brenatural de la Omnipotencia divi-
por los Escolásticos, según los cuales la materia del
feto humano, antes de ser informada por el alma
na? Para hacer intervenir de este mo-
intelectiva, lia debido pasar por l u s estallos de plan- do la virtud omnipotente del Criador,
ta y animal «ICrgo superiorihus sentenliis rejeclis. inútil del todo parece recurrir á una
escriben los Conimbricenses (In secundum Arislot.
de Anima, q . 4 , a. 2); asseivndum est materiam
idea tan peregrina; antes lo más ra-
factus primum informan anima vegetativa, deinde cional será afirmar que Dios formó al
sensitiva, postremo intellectiva.» hombre de la tierra inmediatamente,
- De opere scx dieriim, lib. III, cap'. I , n. 14.
i d . , id., disp. 3 4 . sect. 1, n. ¡i. . i haciépdolo todo de una vez y no por
D O C T R I N A D E L T R A N S F O R M I S M O A C E R C A D E L O R I G E N D E L H O M B R E . 299

Antes de Epicuro, ya Empédocles telosamente los irrefragables argu-


había sostenido lo mismo entre los mentos que aquellos sabios paganos
griegos ; pues, según nos cuenta Lu- idearon en favor de su irreligiosa
crecio en el libro V De rerum natura, filosofía.
y Aristóteles en el libro III De Coelo ¡Cosa admirable! Todo cuanto ahora
et mundo , este filósofo opinó que la nos venden como nuevo y reciente los
tierra había formado separadamente proclamadores de la evolución materia-
CAPÍTULO X X V cada uno de los miembros del hom- lista, ya lo hallamos descrito por este
bre, y luego ellos, por cierto movi- famoso poeta romano, quien nos dice
miento casual, se juntaron en uno, haberlo copiado de los filósofos sobre-
DOCTRINA DEL TRANSFORMISMO ACERCA DEL ORIGEN DEL HOMBRE
formando la armonía que ahora en él dichos. Hasta la misma selección na-
admiramos. Aún más; el mismo Aris- tural imaginada por Darwin, se en-
tóteles, si bien por una parte se in- cuentra ya allí profesada por Lucre-
clina más á la opinión de que las ge- cio en el libro I de su poema. La
neraciones de los seres vivientes no había aprendido de Empédocles, quien,
tienen principio ni fin , por haberse sosteniendo que todo en la naturaleza
venido sucediendo desde toda la eter- se ejecuta por la ciega necesidad de la
y M | N A de las cosas que más debc- al cap. XVII, fueron de opinión , que
nidad, por otra asienta resueltamente materia y por el puro mecanismo de
VS2#) mos agradecer á nuestra mar!' así los hombres como todos los demás
que , en el caso de haber comenzado los átomos puestos en perpetuo mo-
la Iglesia católica, es el hab rnos co- am'males, habían salido por casuali-
alguna vez, los primeros hombres de- vimiento, enseñaba deberse á la pura
municado la sublime enseñanza de dad de las entrañas de la tierra, sien-
bieron proceder, ya sea de algún hue- casualidad las diversas combinacio-
que tenemos al mismo Dios por Padre d o por ella formados espontáneamen-
vo, ó bien de algún gusano. Sobre el nes por ellos formadas en el discurso
y Señor nuestro, de quien hemos re- te y no teniendo entre sí diferencia
origen de los cuadrúpedos y de los de los tiempos y ser producto de la
cibido la existencia. Con esto nos esencial alguna . De esta misma doc-
1

hombres, escribe en el libro III De selección natural la permanencia de


consta de una manera infalible é in- trina hace mención Lactancio en sus
generatione animalium: «No irá fuera las más aptas y convenientes. «Aque-
dubitable la encumbrada alteza de Divinas Instituciones (lib. II, capítu-
de camino quien los imagine proce- llos compuestos, decía, cuyas partes
nuestro origen ; la cual, al paso que lo X I I ) , diciendo que, en sentir de
dentes de algún gusano (cor a/.wl-n/.or;), han tenido la buena suerte de unirse
nos pone en una especie de parentes- los epicúreos , la tierra , andando el
ó de algún huevo ( E ? I S J Ú V ) , si es que en forma tan adecuada que no la ha-
co con el mismo Dios, despierta en tiempo, se halló en disposición de
han provenido de la tierra. Por tanto, llara mejor quien la hubiera produ-
nuestros pechos los nobles .¿ntimien- producir los animales, y al mismo
si se ha de poner en los animales cido de intento, seguían conservándo-
tos de grandeza y de virtud moral que hombre, con el desarrollo de ciertos
algún principio de existencia, es cosa se como hechos por el acaso de una
deben reinar en cuantos han sido he- gérmenes encerrados naturalmente en
manifiesta que comenzaron por uno manera oportuna. Mas aquellos en
chos á imagen y semejanza del Altí- su seno . 1

de los dos modos dichos.» Lucrecio, que sucedía lo contrario perecieron y


simo , y juntamente se glorían de
contemporáneo de Cicerón , compuso perecen; cuales son, por ejemplo, los
llevar impreso en sus frentes el mag- KávxaJOa, escribe, TtáXiv r¡ u.sv •sfflv <I>otv!'/.wv
1

Í C D O Y O V I A aút¿u.axov S L A T J Y S xújv It\


un largo poema en seis libros para animales cuyos miembros unos eran
nífico nombre de hijos suyos. Y crece y.aí A'-furTÍiov
explicar esta misma procedencia, si- de buey y otros de hombre.» Es esto 1

tanto más la grandeza de este benefi- yf¡e; ámcvtiuv t e £ W I O V xai á'.8pc'oirij)V rr,v Y É V E J T V ,
(j.íay x a ! xrív auxty óu.oícoc; <pu<rtv <JÜVXUYW6>C <*JT& guiendo las huellas de Epicuro, E m - tan claro y manifiesto, que Tyndall
cio, cuanto que á los hombres desti- YlC itpoEAOetv otaYpátfOuaa, vcax' O Ü S S V X E xr|V áXo-
pédocles y Demócrito; obra que, á no ha dudado en proclamarlo abier-
tuidos de esta enseñanza sagrada , ó •YOV Siatpápsiv xf,e; Xo^i/.f^c; "JIUYTIC X E x a ! oúuiae;
pesar de toda su impiedad y descara- tamente en su famoso discurso de
hastiados de ella por su soberbia, los ÚTROTCFLOU-évi).
do ateísmo, ha podido llegar hasta Belfast, pronunciado en 1874 delante
vemos perderse miserablemente en el ' Aiunt certis conversionibus coeli, et astrorum
nosotros merced á la diligencia y cui- de los miembros de la Asociación Bri-
confuso laberinto de sus cavilaciones motibus maturitatem quamdam exlitisse anima-
lium screndorum; ¡taque terram novam, semen ge- dado de aquellos monjes de la Edad tánica, pretendiendo con ello cantar
temerarias, asignando al hombre un nilale relinentem, folliculosex se quosdam inule-
Media que ahora se ven pintados las glorias del materialismo, hoy día
origen tan vil y despreciable, que, á rorum similitudinem protulisse, de quibus Lu-
por los materialistas y ateos de nues-
no estar rematadamente ciegos, se cretius:
Crescebant vleri lerrae radir.ibus apti: tra época con los negros colores del
les debiera por ello llenar de rubor el
oscurantismo, cual si hubieran tra- E ! E1 V E X0Á~ oT Ov' J¡AEV O-JV anav-cx crovéfii], Í Ó T I T E P X X V

semblante. cosque, cuín matnrassent, natura cogenle ruplos. É Y Í V E T O , xaOxa u.£v kaióGs, a l t ó xoO

aninialia leñera profudisse. Dcinde terram ipsaiu


tado de hundir en el polvo para siem- a'Jxou-áxou aoixávxa STU-LTISEÍCOC;' 0 3 3 oí U.T, O ' J T O J C ; ,
Los fenicios y los egipcios, según humore quodam, qui esset lacti similis, exuberas- pre las riquezas artísticas de la civi- áireóXexo xa! á-óXXi>xy.;, xaOá^sp ' E U . T ; E 8 O X X T , C ;
cuenta Eusebio Cesariense en el li- se, eoque alimento animantes esse nutritas. (I.a- lización antigua, ó de ocultar cau- XÉfEi xa p o - J F Í V T , Á V O P Ó T T P O J P A . ( Arisliil., lib. I I ,
bro VII de su Preparación evangélica, I ctant., loe. cit.) Phi/sic., cap. V I I . )
21
D O C T R I N A D E L T R A N S F O R M I S M O
A C E R C A D E L O R I G E N D E L H O M B R E . 801
too tino la verdadera sabiduría; é infor- triunfar de la idolatría con la conver- jará de producir horribles estragos en
reinante en gran parte de las cátedras sión de Constantino. Entre los cris- el mundo con la ruina de todo lo gran-
mado sobre el verdadero origen de
de Europa . 1

las cosas, pudo echar en cara á los tianos ya nadie pensó, si no es para de y sublime, pues trazas lleva de
Así desbarraron tan torpemente so- gentiles lo ridículo de una teología refutarlo, en un origen tan grosero querer dominarlo todo. Pero espera-
bre el origen del hombre aquellos que hacía nacer del agua á los mismos como era el que habían señalado al mos firmemente en Dios que no sal-
pueblos y filósofos antiguos destituí- dioses ', y lo absurdo de una filosofía hombre los pueblos de la antigüedad drá jamás con su intento; ya porque
dos del don precioso de la revelación que ponía por principio y esencia de con sus filósofos más esclarecidos. El la sociedad no puede subsistir sin la
divina, hasta que ésta, abriéndose todas las cosas ya el a g u a , ya el mahometano Avicena, sin embargo, creencia en la Divinidad y sin la ley
paso con el advenimiento de nuestro fuego, ya el aire, ya los átomos in- no imitó su loable conducta, pues se moral fundada en su divino manda-
Señor Jesucristo por medio de los in- corruptibles de la materia ú otras arrimó, así en el libro De Diluvio miento, ya también porque la Iglesia
finitos errores que reinaban en el cosas semejante . Desde entonces la 5
como en el XV De Animalibus, á la de Jesucristo ha recibido del cielo la
mundo pagano, disipó las sombras de filosofía materialista comenzó á huir opinión de los filósofos sobredichos. misión perenne de conservar intacta
muerte en que yacían sumidos hasta confundida á los antros del olvido No logró empero persuadir á nadie entre los fieles la verdadera doctrina,
los hombres más grandes del gentilis- en presencia de tan purísimas ense- con sus razones; si bien, como notan y sabemos que las puertas del i n -
mo. Entonces oyeron los sabios de ñanzas, quedando del todo deshe- los Conimbricenses (in lib. Aristot. II fierno no han de prevalecer contra ella
Grecia resonar en el Areópago aque- cha cuando el Cristianismo acabó de De Coelo, c. 3 , q. 6 , a. 3), entre los mientras hubiere hombres en el mun-
llas sublimes palabras de San Pablo: escritores de más reciente fecha no do. Lamark en el siglo pasado y Dar-
«El Dios que crió al mundo y todas Quosnam igitur (escribe) o (¡raeci, religionis
1
han faltado quienes hayan atribuido vvin en el nuestro han sido los cam-
las cosas contenidas en él, siendo vestrae magistros dicilis? Poetas? At id vobis dicere á las fuerzas de la naturaleza sensi- peones de este materialismo grosero
, non proderit apud eos qui in poetis versati sunt.
como es el Señor de cielo y tierra, ¿Norunt enim illorum perridiculam de deorum ori- ble virtud suficiente para disponer el en lo relativo al origen y á la naturale-
no está encerrado en templos fabrica- gine sententiam quemadniodum ex celebérrimo organismo humano de tal suerte, que za del hombre; pero bien podemos es-
dos por hombres, ni necesita del ser-1 apud vos et principe poetarum. Homero discere le fuese debida la introducción del perar que tanto las imaginaciones del
possumus. Primo enim ¡lie generationem deorum
vicio de las manos de los hombres, I ex aqua inilium habuisse dicil. lta enim scribit: alma racional é incorruptible. «Nec uno'como las gratuitas hipótesis del
como si estuviese menesteroso de al- Oceanum deorum originan el malrem Telhyn. defuere e recentioribus philosophis otro vendrán por fin á caer en el des-
guna cosa; antes bien El mismo está (S. Just., Coliort, ad graec, n. 2.) (escriben estos célebres autores), qui prestigio que se merecen. Ambos na
dando á todos la vida, y el aliento y Tbales quidem Milesius, qui naturalis philo-
2
intempestiva audacia in eamdem turalistas desechan como ilisoria
todas las cosas: El es el que de uno solo sopbiae pertractandae princeps exslilil, reruní om- (Avicenae) sententiam abierunt, aien- multiplicidad de especies en el mund>
nium principium af(uam esse pronunliavit; es aqua
ha hecho nacer todo el linaje de los hom- enim aiC omnia fieri et in aquam omnia resolví, tes eam coeli constitutionem posse orgánico, y no admiten sino una sola
bres, para que habitase la vasta ex- fosl liunc Anaximander ex eadem Jlilcto inlinituní incidere, quae homines, non secus ac que se va modificando accidentalmente
tensión de la tierra, fijando el orden principium omnium constituir Ex eo enim fieri ranas et mures, e térra progignat. en sus diversas variedades, conforme á
omnia et in illud rediré omnia. Terlius Anaxime-
de los tiempos ó estaciones, y los lí- nes, Milesiuset ipse, aérem omnium principium esse Namque, licet minime sibi persua- las circunstancias del medio en que se
mites de la habitación de cada pue- decernit. Ex eo enim omnia fieri et in illud resol- deant posse homiuis animum a coelo mueven los seres organizados. Para
blo, queriendo con esto que buscasen vi lleraclitus et llippasus Molapontinus princi- effici (id enim non solum totius Phi- uno y otro no existe diferencia esen-
pium omnium ignem esse pronunliant. Ex igne
á Dios, por si rastreando y como pal- enim nasci omnia et in ignem omnia desine.re. Ana- losophiae placitis repugnat, sed etiam cial entre los innumerables vivientes,
pando pudiesen por fortuna hallarle, xagoras Clazomenius simililudines parlium ; Ar- decretis fidei, quae docet animam ra- así plantas como animales, que han
como quiera que no está lejos de cada cliclaus Atlieniensis, Apollodori filius, aerem in- tionalem a solo Deo creari); aiunt poblado y pueblan la faz del univer-
linituní, illiusque densilateni et raritatem omnium
uno de nosotros. Porque dentro de él principium esse dicit. lbi onines a Thalele ortieam tamen posse vi coelesti praeparari, so '; y lo que es peor todavía, esta
vivimos, nos movemos y existimos; y pbilosopbiam persecuti sunt, quam ipsi naturalem exornarique materiam ómnibus acci- diferencia debe negarse también entre
como algunos de vuestros poetas di- vocant. dentibus ad animae rationalis intro- los mismos animales y el hombre, el
j Hursus autem ab alio capite el fonte Pythagoras
jeron: Somos del linaje ó descendencia I Samius, Mnesarchi filius, principia números vocat, ductionem requisitis. Quo in eventu, cual, en sentir suyo, no es sino una
del mismo Dios.» - eorumque proporciones et concentus, et composila licet non coelum, sed Deus animam bestia más desarrollada y más perfec-
ex utrisque elementa, tum etiarn Monadem et inli- rationalem in materia producturus sit;
Entonces fué cuando, á la luz de. nitam Dryadeni. Epicurus Alheniensis, filius Neo- ta que las demás.
tan magníficos resplandores como clis, rerum principia esse staluit corpora, quae nihilo secius dicetur corpus coeleste
brotaban del Cristianismo por todas ralionc percipiuntur, vacui expertia et ingénita, .hominem gignere, quam nunc homo
quaeque nec corrumpi nec frangí possunt, uec ex Alguno quizá pensará que Darwin admite di-
1

partes, aprendió el filósofo San J u s - partibus conformari aut immutari ac propterea ra- hominem.i) ferencia esencial entre las plantas y los animales;
tione percipiuntur. Empédocles Agrigentinus, Alc- pero su sistema de la adaptación, que destruye todo
lonis lilius , quatuor elementa , ignem , aérsm.
En nuestros tiempos el materialis- principio verdaderamente interno de vida, pugna
P uede verse sobre esto el primero Je los in- a q u a m , terram, vimque duplicem impcranleni, mo pagano ha vuelto nuevamente á
1
con esta doctrina. Aún más: la adaptación darvinia-
teresaules artículos del P. Carbormelle sobre La ce- amiciti.im et discordiam, quarum altera copulandi, na va derechamente contra la misma vida de los se-
guera en materia de ciencia, el cual se baila en la altoraseparandi facúltale praedila. (S. Just., Cohorl.
levantar cabeza; y si Dios no pone res organizados, los cuales, según ella, son puras
Reme desquestions scientifi.qu.es, Janvier, J877. ad qraec, n. .')-'*.) remedio á su pestilente influjo, no de- máquinas y nada más.
2 Ad., cap. X V I I , vers. 2 4 - 2 8 .
D O C T R I N A D E L T R A N S F O R M I S M O
A C E R C A D E L O R I G E N D E L H O M B R E . 303
302
hechos positivos aduce Lamark, por que hubiese de todo en el mundo, y
Lo que decíamos poco ha haber! Lamark atribuyó toda la variedad d e .los cuales se compruebe la produc- no reinase en él la monótona unidad
Opinado los fenicios y los egipcios,' formas y de acciones que nos presen- ción de nuevos órganos? Ninguno ab- que nos quieren introducir los patro-
entre los antiguos, en orden al origen ta el mundo orgánico al diverso ejer- solutamente. Lo que dice de las ána- cinadores del transformismo con la
y naturaleza del hombre, esto mismo, cicio que tienen los órganos en los se- des, de las ocas, de la jirafa, etc., ser- negación de los tipos fijos y estables.
sin añadir ni quitar un solo ápice, en- res vivientes, en virtud de un cierto viría para explicar la teoría, una vez Pero es inútil perder el tiempo en
señan ahora los dos escritores men- instinto vago que á todos los empuja comprobada con hechos reales su ver- la refutación de estas cavilaciones,
cionados. Los animales todos y el fuertemente á buscarse su propia u t i - dad; pero no alegando en favor suyo cuando los sabios ya no mencionan el
mismo hombre, según ellos, deben lidad, acomodándose lo mejor posi- razón alguna sólida que la haga si- sistema de Lamark sino para confe-
colocarse en la humilde categoría de ble á las variables circunstancias del guiera probable, esos ejemplos se que- sar rotundamente su ineptitud é in-
puras máquinas fabricadas de una mundo externo. Esta diferencia de dan en la clase de meras conjeturas. suficiencia. Sepultado hubiera queda-
manera casual por las simples combi- uso en los órganos, según él, debe Mas ¿qué digo conjeturas? Ninguno do para siempre en el olvido y en el
naciones de los átomos; no habiendo producir á la larga una transforma- puede prudentemente admitir la expli- desprestigio más completo, si el fa-
entre las fuerzas moleculares, orgáni- ción completa en el organismo entero, cación de los fenómenos indicados, moso Darwin no lo hubiera sacado
cas, sensibles é intelectuales diferen- y con ella juntamente la transforma- por más que á primera vista aparezca nuevamente á la escena, arreglándolo
cia alguna intrínseca, sino solamen- ción de los hábitos y de las acciones. •brillante y deslumbradora. En primer á su modo y emperejilándolo con los
te accidental, nacida de circunstan- La razón de esto la encuentra en el lugar, los susodichos animales, antes mentidos arreos de la selección natural,
cias meramente casuales y pasajeras. hecho averiguado de que los órganos -de poseer los órganos en cuestión, ya de la competencia vital, de la correla-
¿Quién puede oir sin ruborizarse ta- se perfeccionan con el uso y tienden á se suponen animados de un cierto y ción de crecimiento y de la selección se-
maños desatinos? ¿Quién tiene cora- adquirir un estado rudimentario con determinado impulso de buscarse su xual. ¿Cuánto durará la moda de esta
zón para contemplar sin llenarse de la falta de ejercicio. «El pájaro, dice alimento en el agua ó en las ramas de nueva forma del materialismo en el
vergüenza el inmundo lodazal á don- este escritor, va al agua á buscarse ti los árboles. ¿Cómo recibió en ellos mundo? Si hemos de guiarnos por el
de nos quieren llevar ciertos hombres sustento, y ensancha los dedos para este instinto tal linaje de determina- juicio que hace A. R. Wallace de la
con el mentido nombre de progreso? remover el agua y ponerse á sí propio ción? selección natural, fundamento princi-
Verdaderamente, si esto es progresar en ejercicio: con la repetición de es- pal de la teoría darwiniana, bien po-
¿Diráse que las referidas aves no
en la ciencia, nos veremos precisados tos actos la piel se va dilatando, y demos decir que el darwinismo nace
podían buscar su sustento sino en el
á invertir el sentido de cuantas pala- con el tiempo se forman las anchas muerto, á lo menos en lo que enseña
agua, y que la jirafa hubiera pereci-
bras se encierran en todos los diccio- j membranas que unen unos con otros acerca del origen terreno del hombre.
do no levantando su cabeza á lo em-
narios del mundo. Porque habremos los dedos del ánade, de la oca, etc. La Wallace es considerado, y no sin
pinado de las ramas? Esto es comple-
de decir que vamos adelante, cuando jirafa habita en el interior del África, razón, como el co-fundador del dar-
tamente inadmisible, pues otros mu-
caminamos hacia atrás, que subimos donde la extrema aridez del suelo la winismo; y sin embargo, al hablar
chos volátiles frecuentaban sin duda
cuando bajamos, y que tomamos la compele á alimentarse de las hojas de este naturalista de la selección na-
al mismo tiempo aquellas mismas
derecha cuando nuestros pasos se di- los árboles, haciendo esfuerzos paia tural, confiesa con franqueza ser in-
orillas de los ríos, y hallaban de qué
rigen á la parte contraria. Lo que hay conseguirlo. Con esta costumbre, suficiente la tal selección para que
alimentarse en la tierra con menos
en esto es un verdadero retroceso á conservada por largo tiempo en to- las causas naturales puedan dar por
trabajo que el de pescar penosamente
los tiempos más remotos de la barba- dos los individuos, ha llegado á ad- su medio origen al género humano.
en las aguas; y otros animales herbí-
rie antigua; lo que se encuentra en tan quirir en el cuello y en las extremi- Por esta causa se ve obligado á hacer
voros pacían en aquellos mismos te-
humillantes doctrinas es un grandísi- dades anteriores una longitud tal, que intervenir en este asunto á las sus-
rrenos donde habitaba la jirafa, sin
mo descenso en el terreno de la ver- levanta la cabeza hasta seis metros tancias angélicas, para que estos espí-
necesidad de encaramarse por los ár-
dadera ciencia; lo que se advierte en de altura.» ritus inteligentes ejecuten en el em-
boles. ¿Cómo no les vino la gana de
los que las alaban y defienden es el El hecho empero en que apoya La- brión de algunos animales muy próxi-
estirar así el pescuezo á los rinoce-
poco aprecio de la grandeza y digni- mark todo su sistema, no ofrece nin- mos á la especie humana una cosa
rontes, á los hipopótamos, á los bú-
dad humanas, A este linaje de sabios I gún fundamento para afirmar que con parecida á la .que suelen practicar los
falos, á los alces, á los cuaggas, á los
cuadra perfectamente aquello que ha- el diferente uso de los órganos se criadores de nuevas razas en las plan-
elefantes y á otros herbívoros del
llamos escrito por el Salmista: «El creen organismos nuevos. Lo único tas y en los animales por medio de la
África? Dígase, por el contrario, que
hombre constituido en honor no ha que se sigue de él es que los ya exis- selección artificial, ayudando con el
los tales seres buscaban aquel género
tenido discernimiento: se ha igualado tentes se fortalezcan ó debiliten; cosa arte á la naturaleza, y produciendo
de alimento, porque era de su gusto,
con los insensatos jumentos y se ha que ya sabían también los antiguos, juntamente con ella lo que, abandona-
y conforme á su propia naturaleza,
hecho como uno de ellos». 1
sin que por ello se moviesen á imagi- da á sí misma, no pudiera realizar ja-
conformada así por el Criador para
i IV. XI.V1II, vers. 13. nar una doctrina tan extraña. ¿Qué
30'4 DOCTRINA DBIj TRANSFORMISMO ACERCA D E L ORIGEN D E L HOMBRE. y05

más. Esto no basta ciertamente para de Asa Gray, que es uno de sus gran-
1 nos epicúreos las alabanzas más ex- Criador y distinto del mundo '. Esto
evitar la peste del materialismo con des admiradores, por hallarlas enca- cesivas que hasta aquí han recaído es lo que le mueve á él más que todo
que así y todo queda aún inficionado minadas á conciliar el darwinismo sobre sistema alguno en el campo de á defenderla con todas sus fuerzas,
el sistema de la transformación apli- con el dogma cristiano de la divina las letras; puesto que necesitan de él por más que no la tenga sino como la
cado al hombre: porque con toda esa Providencia. Aún más: esta conducta los tales escritores para desterrar del mejor de las hipótesis halladas hasta el
intervención angélica, el hombre no del naturalista inglés ha dado oca- mundo al Dios personal y próvido del presente . El mismo juicio expresa
2

se diferencia esencialmente del ani- sión, no infundada por cierto, á mu- cristianismo, y colocar en su lugar el Hoffmann diciendo que el punto de
mal, cuyo embrión se supone haber chos escritores, así racionalistas como ciego fatalismo de la materia. vista panteístico, hoy día dominante al
sido transformado por medio del arte; creyentes, para pensar que Darwin No todos los partidarios del trans- parecer entre los naturalistas, lleva á los
como no hay diferencia esencial tam- no ha admitido la existencia de un formismo, ciertamente, son materia- hombres, por una suerte de deducción ló-
poco entre la raza nuevamente creada Dios creador de la materia, sino so- listas ni ateos: entre ellos hay algu- gica, irresistible é inevitable, á la hipó-
por la selección artificial de un hom- lamente de palabra, por no chocar nos, como Darwin y Lamark, que tesis de la descendencia; si bien proce-
bre dedicado á este oficio, y la otra demasiado con las creencias de sus admiten, al menos de palabra, la exis- diendo por inducción, ó sea por el camino
que ha servido de punto de partida. compatriotas. tencia de un Dios creador de la ma- de la experiencia, se llega á un resultado
1

Pero por lo que hace á reconocer la Pero sea de esto lo que fuere, y teria, si bien por lo demás abandonan enteramente contrario.» Lo cual, como
3

insuficiencia de la tal selección, es dejando á un lado la' duración más- ésta á sí misma y no permiten que el se ve manifiestamente, no quiere de-
claro que la confesión no puede ha- ó menos larga que pueda caber toda- Ser Supremo se entremeta lo más mí- cir en plata, sino que los hechos están
cerse en términos más explícitos. vía á la moda del darwinismo en las nimo en las acciones de los seres en pugna abierta con la teoría darwi-
No habrá ciertamente ni siquiera cátedras y en los escritos de nuestros creados, haciendo, por consecuencia, nista, admitida únicamente por m u -
un darwinista puro que consienta en modernos sabios, lo cierto es que la del hombre un montón de materia or- chos filósofos como una consecuencia
tal género de intervención suprasen- causa principal de su aceptación pre- ganizada, en que la fuerza plástica ineludible de sus teorías panteístas.
sible; y por lo que hace al mismo sente no se halla en su mérito intrín- del universo, palabras vacías de senti- Broca y Perier, entre los franceses,
Darwin, no cabe la menor duda que seco, que es muy insignificante, como do, ha adquirido en su movimiento no hablan de otra manera. El primero
la reprueba altamente, no explicando veremos muy pronto, sino en su per- ascendente el grado supremo de su de estos naturalistas, el cual á la
las transformaciones de los seres or- fecta conformidad con las doctrinas espontáneo desarrollo. Otros se acer- hora presente ya se habrá convencido
ganizados sino por el puro juego de materialistas y ateas de la época en can un poco más á la idea cristiana, de su error en el otro mundo, tenien-
las causas naturales, * y diciendo ex- que vivimos. El darwinismo con su y no admiten el progreso evolutivo do por cierta y verdadera la existen-
presamente que con la tal interven- selección natural, y con todos los de los organismos vivientes sino en cia de un Dios personal y próvido que
ción se harían inútiles por completo demás medios arriba citados, explica los grados inferiores á la especie hu- rechazó en éste, juzga con Vogt que
los medios de la selección natural, de mejor que otro ninguno de los siste- mana; en la cual reconocen un prin- vale más ser un mono perfeccionado que
la competencia vital, de la correspon- mas hasta ahora inventados el proce- cipio infinitamente superior á la ma- un Adán degenerado; se horroriza del
dencia de crecimiento y de la selec- so fatalístico del Ser uno y total que, teria, inorgánico y espiritual y produ- Dios personal de los cristianos, que
ción sexual, en que consiste toda la en sentir délos panteístas y materia- cido inmediatamente por el Criador todo lo ha criado y organizado, que en
esencia de su sistema. Por eso en listas, es preciso admitir únicamente
3 de todas las cosas. Pero los que for- todo tiene puestos sus ojos y todo lo hace;
la prefación á su libro The deseen of como real y verdadero. Mientras no se man la facción más ardorosa de la es- y se acoge al transformismo para pre-
man, alaba á Haeckel, representán- excogite otro más al gusto de estos cuela darwiniana, y los que producen caverse contra los dardos de la Provi-
dolo como el verdadero intérprete de filósofos, es muy probable que seguirá más ruido en el mundo con la exalta- dencia, y hallar en él un refugio contra
su doctrina, y ya sabemos que Haec- reinando y recibiendo de los moder- ción de su doctrina, son los materia- las ansiedades i que pueda dar origen la
kel está muy distante de admitir la listas y los panteístas. Por eso Ale- historia de nuestro planeta y de nuestros
Hable ó nó con sinceridad, en la última edi-
intervención dicha. Por el contrario, ción de
1
mania es el centro principal donde
su famoso libro sobre el origen de las espe-
Darwin no admite las explicaciones cies escribe Darwin que «hay cierta grandiosidad tiene colocado su fuerte el darwinis-
i Haeckel, General Morplwlogie, Hd. I, pági-
en considerar la vida con todas sus propiedades, mo, siendo allí sus defensores gene- na 289. Berlín, 1866.
como infundidaen un principio por el Criador» ralmente panteístas. Así Haeckel, por s ídem, Natiírliclie Schopjmigsgeschichtc, pági-
un pequeño número de formas, y quizá á una sola nas 2S-26. «Al presente, escribe en el lugar aquí
1 Puédese, ver esta confesión de Wallace en la
de ellas , y en pensar que . mientras describía
ejemplo, confiesa francamente que el citado, nos vemos obligados á admitir y defender
segunda edición de su obra intitulada: Cónlribu-
ions lo lie Theory of natural selection: a series of nuestro planeta sus revoluciones alrededor del sol. mérito verdadero de esta invención se esta teoría hasta que se encuentre otra mejor, que
issays. pág. 372, A .
en virtud de la ley inmulable de su gravedad, un halla en su perfecta conformidad con la trate de explicar con la misma sencillez los múlti-
comienzo tan sencillo daba y da todavía origen, ples fenómenos hasta ahora observados.»
2 V. Darwin, On lite origin of species, pági-
por vía de evolución, á una serie infinita de forma' teoría del monismo, ó sea con la unidad
na 517, Eilb edil. London, 1869. 3 Herm. Hoffmann, Untersuchungen zur Besli-
3 V. Darwin, The variation of animáis and
tan hermosas y admirables.» De todos modos, Dar- panteística, no siendo ya necesario mung des Wertkes von Species und Vuriclat. Ein
win niega la acción de Dios en la transformaci'"» para nada recurrir á la idea de un Dios Heitiag zur Krilik der DaririiCschen, pág. 20.
plañís under domeslicalion, vol. II, pág. 431 y si-
posterior de los organismos. Giensen, 1809.
guientes. London, 1808. i
DOCTRINA DEL T R A N S F O R M I S M O A C E R C A D E L O R I G E N D E L H O M B R E .
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habitantes.Estos son todos sus verda- doctrina, controvertida al presente, írrita contra Darwin porque ha enten- también en el mundo, los cuales han
deros argumentos, los cuales se redu- puede llegar'con el tiempo á ser una dido la vida de otro modo, creyendo entrado tan adentro como Darwin en
cen en sustancia á la simple negación verdad demostrada, y ya desde ahora necesario acudir á la omnipotencia el estudio de la naturaleza, y esto no
de Dios. Por lo demás, las razones en debe el hombre irse habituando á divina para la producción de los pri- obstante, han conservado en su doc-
que Darvvin funda su sistema le pa- mirar de frente los nuevos deberes que meros organismos, y añade que por trina el espiritualismo más puro,
recen insostenibles, y no tiene dificul- le podría imponer el conocimiento cla- esta razón merece ser rechazada su merced al buen uso de su libre albe-
tad en confesar que las causas, losagen- ro y preciso de su propio origen.» El 1
teoría como defectuosa y capaz de dar drío. Lo que significa solamente, es
tes de la transformación de los seres están motivo de su resolución no fué otro por sí sola al traste con todo el sistema de que las ideas reinantes entre los s a -
todavía por descubrir, y que cuantas sino el espíritu de la época, la filoso- la evolución '. bios racionalistas de nuestro siglo, á
teorías se han inventado hasta ahora son fía reinante en nuestros tiempos, el E n efecto: Darwin atribuye for- los cuales ha prestado nuestro natura-
insuficientes, no habiéndose ejecutado aún panteísmo materialista que se derra- malmente á una acción directa del lista demasiado atento oído, son las
la gran síntesis de la naturaleza.» 1 ma cual torrente devastador por todas Criador la aparición de la vida en el que le han echado por tan espantoso
Perier, profesor en el Museo de partes: nos lo dice el mismo Perier. mundo, y sólo concede á las causas derrumbadero. La filosofía de nues-
Historia natural de París, y partidario En una lección suya acerca del trans- naturales la facultad de poder trans- tros tiempos lleva consigo una ten-
declarado del darwinismo, escribía el formismo y de las ciencias físicas, se formar un organismo en otro indefi- dencia marcada á la unidad absor-
año 1873 en la Revue scientifique, dan- halla escrito lo siguiente: «Cuando nidamente; lo cual le coloca á infinita bente y destructora de toda variedad
do cuenta al público de la obra de una doctrina llega á producir en el distancia de los ateos y panteístas, si intrínseca; por lo que en todos los ra-
Darwin, relativa á la descendencia mundo un ruido tan grande como el bien no le libra de la nota de mate- mos del saber procura destruir las
del hombre, que todas las semejanzas causado en nuestros días por el trans- rialismo; pues no admite diferencia barreras naturales que hasta el pre-
anatómicas existentes entre el hombre y formismo, esto no proviene ordinaria- esencial, sino de grados, ó sea de sente habían sido consideradas por
los animales son para Darwin señales y mente tanto de la tal doctrina en sí accidental perfección, entre la vida los hombres como puestas por el Au-
pruebas de un parentesco efectivo, mien- misma considerada, cuanto de las re- del hombre y la de los otros vivien- tor del universo para que reinase en
tras que Agassiz no ve en ellas sino la laciones de conformidad y armonía tes, así vegetales como animales, ha- él ese hermoso conjunto de unidad y
realización de un plan de la Providencia, que guarda con el conjunto de ideas ciendo, por consecuencia, corrupti- variedad que comunmente llamamos
encaminado al establecimiento de la va- filosóficas de la época en que apa- bles nuestras almas y negándonos el mundo, y los griegos designaron con
riedad en el universo. Entonces no veía rece.» dulce consuelo de una vida inmortal el nombre de *óau.of. De aquí es que,
aún bastante claro en la cuestión, Esta es la causa de que los panteís- é imperecedera. aplicada al estudio de los seres natu-
pues decía á renglón seguido: Entre tas de Alemania y los materialistas Pero ¿cómo vino este hombre de rales y físicos, había de producir por
estas dos opiniones, elija quien sea capaz de todo el mundo hagan entrar en la tan penetrante ingenio y de tan reco- fuerza la unidad física del transfor-
de hacerlo (choisisse quipourra). En 1879 teoría del transformismo un elemento nocido saber á dar en tan extraña doc- mismo; aplicada á la metafísica ha
ya lo hallamos colocado en las filas que Darwin no se ha atrevido á reco- trina, como es la de confundir al causado la unidad filosófica del pan-
del célebre naturalista inglés. La ra- nocer jamás: este elemento es la ge- hombre con el bruto, y de hundir en teísmo, y aplicada á la religión y á la
zón, empero, que triunfó por fin de su neración espontánea. Para sostener la el polvo la noble condición de la na- política tiende á formar las mons-
ánimo indeciso, no la busquemos en inmunda doctrina del panteísmo y del turaleza humana? L a explicación de truosas unidades del indiferentismo
las pruebas intrínsecas al sistema de ateísmo, se hacía completamente ne- este hecho no debe buscarse, según religioso y de la democracia univer-
Darvvin; de ellas confiesa más tarde, cesario atribuir los primeros esbozos nuestro humilde juicio, sino en el es- sal, gobernada por la omnipotencia del
en una conferencia pública celebrada de la vida á la simple actividad de la píritu propio de la época en que le ha Estado. Estas tendencias filosóficas
en Reims el año 1880 *, no ser sufi- materia; sus partidarios, por conse- tocado nacer'al esclarecido naturalis- fueron las que impulsaron á Lamark,
cientes para sacar la teoría del natu- cuencia, no pudieron menos de pro- ta. No quiere esto decir que á un error por una manera secreta y oculta, á
ralista inglés del humilde terreno de clamarla á priori, y ahora mismo si- tan craso y degradante como el que defender con grande aparato de argu -
las meras opiniones humanas, estam- guen proclamándola á pesar de tener al presente nos ocupa, haya sido arras- mentos, en su Philosophie zoologique,
pando las siguientes palabras: «Esta en contra de su afirmación todos los trado fatalmente, cual si no hubiera dada á luz en 1809, la teoría trans-
datos de la experiencia; para lo cual tenido libertad para pensar de otra formista; ellas fueron también las que
manera aun dedicándose á la misma movieron en 1830 á Geoffroy Saint-
1
Todo lo que va subrayado con respecto ;i consideran la vida como inherente á
Mr. Broca, ha sido tomado (le una disertación suya la materia, y la confunden torpemen- clase de estudios á que ha vivido en- Hilaire á defenderla contra el gran
muy completa sobre el transformismo, publicada
te con el movimiento local de los áto- tregado una gran parte de su vida; que Cuvier. A ellas se debe el que los ale-
por la Revue des Cours seienlifiques en Julio
de 1870. mos. Tanto es así, que Büchner se otros naturalistas hay y ha habido manes Rodig , Treviranus , Oken,
2
Puede leersp esta conferencia en la Revue Trattinick, J. Kaup y otros discípu-
' KsU lección fué también publicada en la mis-
1
L . Büchner, Confcrences sur Ui théorie darwi-
scientifique de 28 de Agosto de 1880, donde ha visto
niemie, pág. 66. París, 1869. los de Schelling la profesasen antes
la luz pública. , ma Hevisla el 22 de Marzo de 1879.
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que el naturalista citado. Y aun en la había aprendido de su mismo maestr 0,


color. Porque, sembrando esta semi- de sus cualidades particulares, ha es-
misma Inglaterra ya la habían ense- Herbert Spencer. ¿Qué le quedaba, lla, la nueva planta reproducirá en la tablecido la madre naturaleza una cier-
ñado W . C. Wells en 1 8 1 3 , Patrick pues, á Darwin por inventar, sino el mayor parte de sus flores la particu- ta especie de lucha por la vida, ó con-
Matthew en 1831 , el autor anónimo juntar en uno todos estos principios, laridad de aquel determinado matiz; currencia vital entre todos ellos, obli-
de la obra intitulada: Vestiges of the y darles á todos ellos la unidad bajo y volviendo á sembrar la semilla de gándolos á ingeniarse para no pere-
Natural Hislory of Creation, publica- la idea de la selección natural, que aquella flor en que este matiz se halle cer; de suerte que esta misma especie
da en 1844 ; el mismo maestro de le atribuyen generalmente los sabios más pronunciado , los matices de la de apremio ó necesidad los espolea y
Darwin, llamado Herbert Spencer, el como cosa suya? Mas ni esta misma planta resultante serán más pronun- no les permite estancarse en el grado
cual le suministró uno de los princi- selección propiamente le pertenece; ciados también, hasta que por fin, con de perfección adquirido; porque el in-
pios de su sistema , el survival of ihe porque, bien analizada, no es otra la repetición de la misma industria, dividuo que se queda rezagado en la
fittest, ó sea la permanencia del más cosa que el survival of the fittest de lo que era matiz en un principio ha- vía del progreso, pierde por esto mis-
fuerte en la lucha por la vida: y, final- Spencer, su maestro. L a naturaleza brá comenzado á ser general en la flor mo el título á propagarse indefinida-
mente , Badén Powell, quien apeló no hace esta selección de que habla últimamente obtenida. De esta ma- mente en los siglos posteriores , ha-
en 1855 á las leyes de la evolución el sabio inglés, sino concediendo la nera se forman nuevas razas de plan- biendo ella resuelto firmísimamente
para explicar el origen de los diferen- victoria al.más fuerte en la lucha por tas y animales que jamás hubieran no dar su preferencia sino al que sale
tes organismos. Aún más: el mismo la vida. Por consecuencia , el survival existido en el mundo á no haber me- victorioso en la pelea, y no siendo
año de 1859, en que Darwin dio á la of the fittest de Spencer y la selección diado el cuidado atento y constante posible que salga en ella victorioso
estampa su famosa obra sobre el Ori- natural de Darwin en realidad vienen de la selección artificial ejecutada por sino el más fuerte, ó bien el más per-
gen de las especies, vio salir á la luz á ser una misma cosa. Lo que puso el hombre. fecto en cada clase.
pública en los Estados Unidos otra de suyo Darwin en este asunto, es el Pues lo que hace la humana indus- De esta suerte, hablando sin metá-
del americano Hudson Tuttle con el haber tratado de explicar esta victo- tria, aprovechándose artificiosamente foras y sin personificaciones de nin-
título de Arcana of nature or the histo- ria del más fuerte con lo que sucede de las fuerzas naturales de los seres gún género, la selección natural no
ry and law creation, en que se dice, en la selección artificial, sirviéndose organizados para llegar á un determi- es otra cosa, según lo dejamos ya
poco más ó menos, lo mismo que en de esta misma explicación para dar á nado fin, esto mismo ejecuta , según apuntado más arriba, que la victoria
el libro del naturalista inglés. una idea ya corriente un nombre nue- Darwin, la madre naturaleza, no per- del más fuerte en la lucha por la vida,
Y no sólo esto; los mismos princi- vo, comparando á la madre naturale- diendo ocasión alguna para aprove- y ambas requieren como condición
pios fundamentales, cuya reunión en za con aquel linaje de personas que charse de las más mínimas circuns- previa la pelea misma, ó sea la com-
un solo cuerpo de doctrina forma el tienen por oficio criar por medio del tancias, é ir poco á poco progresando petencia vital en que todos los seres
carácter propio y distintivo del siste- arte, ó sea por la selección diligente en la formación de sus artefactos con vivientes se esfuerzan para contra-
ma darwiniano, andaban ya flotantes de los individuos más acomodados al la elección continua y vigilante de rrestar á los agentes de la muerte,
en el charco materialista de la filoso- intento, nuevas clases de plantas ó aquellos seres que han obtenido una oponiéndoles las mejores condiciones
fía moderna, y estaban esperando la animales dentro de alguna determi- organización más complicada, y por de existencia. A esta selección de la
acción de un hombre que, animado nada especie, llamadas por esto mis- consiguiente m is perfecta. Con esta naturaleza, que podríamos llamar in-
del espíritu racionalista de nuestros mo variedades, para distinguirlas de operación lenta y nunca interrumpida, dividual, sigúese la otra, practicada
tiempos, los ordenase entre sí y los las especies propiamente dichas. ha conseguido la naturaleza, en sen- también por la naturaleza misma, se-
juntara en uno con la fuerza de su in- Porque es de saber que con el arte tir de este escritor, al cabo de siglos gún el citado escritor, y llamada por
genio. En efecto; la transformación puede el hombre dar origen á una va- inmensos, llegaren sus construcciones él con el nombre de selección sexual. La
indefinida de los organismos ya la riedad nueva en el reino de las plan- desde los organismos más sencillos, unión del macho con la hembra des-
habían enseñado otros muchos natu- tas y en el de los animales; en lo cual cuales eran los que aparecieron en las empeña, en la teoría que estamos ex-
ralistas antes que el transformista es admirable cuánto ha adelantado la primeras épocas de la vida , hasta la poniendo, un papel muy notable en
inglés: la lucha universal en que cada industria humana en estos últimos maravillosa máquina del cuerpo hu- orden al desarrollo de los nuevos or-
uno de los seres vivientes pugna con- tiempos. Así, por ejemplo, de una mano, que es un acabado tipo de be- ganismos y al desecho de los ya g a s -
tinuamente con todos los demás por planta cuyas flores por lo regular son lleza y hermosura. El medio inme- tados é imperfectos. Porque la dife-
conservar su existencia , ó bien el totalmente blancas, se puede obtener diato de que se ha valido para esto, ha rencia de sexos hace que tanto el ma-
principio de la competencia universal, otra de la misma especie que no pro- sido la selección dicha, pero para que cho como la hembra se esmeren natu-
ya los había visto Darwin en las obras duzca flores sino encarnadas ó violá- hubiese individuos elegibles, ó sea más ralmente en hacerse preferibles á los
de Hobbes, Adam Smith y Malthus. ceas, aprovechando las semillas de perfectos que los otros de su propia demás de su clase; resultando de aquí
La victoria del más fuerte (survival of aquellas flores en que aparezca algún clase , y por consiguiente dignos de que los más imperfectos se vean for-
the fittest) en la lucha por la vida , la pequeño matiz de aquel determinado especial preferencia en la propagación zados, por falta de consorte que los
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A C E R C A D E L O R I G E N D E L H O M B R E .

quiera, á permanecer en estado celi- perfectísimo, cual hoy díalo contem- ganizados, atribuyendo al alma hu- monos: Simia semper est simia, quam-
batario, y que los de prendas más re- plamos en todas las partes de la tie- mana una naturaleza infinitamente vis áurea gestet insignia: aunque d la
levantes encuentren siempre coloca- rra. Esto es lo que describió linda- superior á la de los brutos. Uno y mona la vistan de seda, mona se queda r

ción, con lo cual las clases van mejo- mente en una bellísima silva contra otro tienen después sus divisiones Entre los espiritualistas, Mi vart ad-
rando poco á poco, y pasando por el darwinismo nuestro poeta contem- propias y peculiares, según las miras mite el transformismo hasta el punto-
grados insensibles á una organización poráneo el Sr. Núñez de Arce, cuya y opiniones de sus particulares defen- de conceder á las fuerzas de la natu-
cada vez más complicada y más per- esclarecida inteligencia es lástima que sores. Entre los secuaces del mate- raleza sensible, abandonada á sí pro-
fecta. De esta manera piensa Darwin haya sido pervertida por las máximas rialismo, los ateos como Haeckel, y pia, la virtud de formar el organismo
que ha producido nuestra madre Na- deletéreas del racionalismo escéptico los deístas como Lamark, admiten la humano, en lo cual es mucho más
turaleza la aptitud para el canto que de nuestros tiempos. En una de sus transformación en toda su latitud, po- transformista que Wallace; pero como
se advierte en el ruiseñor y en otros hermosísimas estrofas dice de este niendo como principio de su sistema buen cristiano y filósofo que tiene por
•animales machos de ciertas especies, modo: la generación espontánea, y suponien- una verdad cierta y evidente la espi-
siendo cosa muy particular que sólo do ser una misma cosa la vida y el ritualidad de nuestra alma, no piensa
Con meditada calma y paso á paso,
á los machos les haya impreso tal Cual reclamaba el caso,
movimiento molecular de los cuerpos. que las cosas naturales puedan hacer
modo de agradar á sus consortes, y Llegó á tal perfección un mono viejo; Los darwinistas puros atribuyen con en esto otra cosa sino disponer con-
no á las hembras, que también hubie- Y la vivaz materia por si sola Darwin al Autor del universo la pro- venientemente la materia para que
Le suprimió la cola,
ran podido hacerse más estimables á Le ensanchó el cráneo y le afeitó el pellejo. ducción de los primeros organismos, Dios, con la fuerza omnipotente de su
sus galanes con la belleza de sus y niegan, por consiguiente, la gene- palabra, saque de la nada el alma ra-
.gorjeos. Todas estas maravillas ha practi- ración sobredicha, concediendo á las cional y la una estrechamente con
Finalmente, como la madre Natu- cado con el discurso del tiempo nues- fuerzas moleculares solamente la fa- ella en unidad de sustancia.
raleza es tan prudente en todas sus tra madre Naturaleza, por supuesto cultad de convertir un organismo en Otros no llegan tan adelante en este
operaciones, y nada hace que no vaya sin saber pizca de lo que hacía. Por- otro, y de llegar así hasta la fabrica- camino; admiten el transformismo-
dirigido á realizar el progreso en sus que en el sistema de Darwin, Dios, ción del artefacto más complejo, cual puro y neto para todos los seres orga-
artefactos, de tal suerte fabrica los di- una vez criados los primeros organis- es el organismo humano. Los darwi- nizados inferiores al hombre, pero no-
ferentes órganos en cada uno de los mos, ya no tiene nada que ver con nistas mitigados finalmente, como creen que las causas naturales por sí
seres nuevamente producidos , que las cosas de acá abajo; ellas se hacen Wallace, recurren á la acción de los solas sean capaces de formar un orga-
nunca olvida la correlación del creci- solas, como si ellas solas existieran espíritus celestes para que estas su- nismo tan perfecto que exija natural-
miento. Porque, de lo contrario, nin- en el mundo y Dios fuera un fantas- blimes inteligencias dirijan con su sa- mente ser animado por una forma sus-
gún órgano nuevo sería verdadera- ma vano que no tiene realidad sino biduría los movimientos de la mate- tancial subsistente por sí misma, cual
mente útil al ser viviente que lo po- en la imaginación de los hombres. ria y la ayuden á producir las trans- es el alma humana. Por lo que, dado
see, sino antes bien inútil y nocivo, Maravilla es ésta no pequeña de que formaciones que ella sola no hubiera caso que Dios Nuestro Señor haya
Así, al transformar el organismo en es preciso hacerse cargo en capítulo podido nunca practicar; pero no ad- querido tomar para materia del orga-
una parte, establece también sus mo- aparte, donde debemos examinar á la miten en los seres así transformados nismo del primer hombre el cuerpo
dificaciones convenientes en las d e - luz de la razón, siquiera sea breve- más diferencia que la que suele me- de algún mono, El mismo, ó por sí ó-
más, en términos que el conjunto sal- mente, la doctrina del transformismo, diar en las variedades obtenidas por por sus ángeles, ha debido transfor-
g a proporcionado y armónico, con para volver por el honor ultrajado de medio de la selección artificial y de la mar previamente el organismo dicho
aptitud de las partes para la conser- la humana naturaleza. industria humana. De manera que el para que fuese digno consorte del
vación del todo. Por lo que, al con- Resumiendo ahora lo que llevamos hombre queda con esto en la clase de alma racional y libre que en él había
vertir al mono en hombre, por ejem- dicho en estos dos últimos capítulos verdadero bruto; hábilmente perfec- de ser introducida. Otros, finalmente,
plo, ensanchándole el cráneo y dándo- sobre los diferentes modos de explicar cionado, es verdad, por el arte de una apelan á la intervención de las causas
le por consecuencia una viscera pode- la evolución transformista, podemos inteligencia angélica que supo modi- espirituales, ya sean los ángeles, y a
rosísima para segregar con grande reducir la materia á dos clases de ficar convenientemente el embrión de el mismo Dios, para toda transforma-
abundancia la materia fosfórica del transformismo: el uno materialista y algún animal inferior, pero bruto al ción orgánica que exija la introduc-
pensamiento, le fué imprimiendo la el otro espiritualista. El primero quita fin, y tan bruto como todos los demás ción de una forma sustancial esencial-
estación vertical, le redondeó las ore- toda diferencia esencial entre todos que andan por las selvas; pudiéndose mente distinta. Por lo que convienen
jas, le hizo más cortas las extremi- los seres del mundo orgánico, incluso por consiguiente aplicar también á los con Wallace en atribuir á los seres
dades anteriores, le quitó casi todo el el mismo hombre; el segundo estable- individuos de nuestra especie lo que espirituales é invisibles la derivación
vello del cuerpo, y asimismo la cola, ce esta diferencia esencial, al menos hasta estos felices tiempos sólo se de los organismos, pero se apartan in-
sacando de todo esto un artefacto entre el hombre y los demás seres or- había dicho de nuestros hermanos los finitamente de él admitiendo verdade--
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T R A N S F O R M I S M O
A C E R C A D E L O R I G E N D E L H O M B R E .
313
otra, hacen por sí mismos la prepara- ficial ejercida por el hombre. Por el
-ra y sustancial diferencia entre los se- organismos preexistentes para produ- ción dicha, sin concurrir á ella la contrario, los seres nuevos formados
res organizados, así como también la cir otros nuevos, de la misma mane- acción natural del fuego. Las fuerzas por la derivación espiritualista son de
fijeza de las especies, las cuales, en ra que el alfarero se sirve del barro naturales, según ellos, ni abandona- una especie superior á aquella ds don-
sentir de los mismos, no pueden por para modelarlo á su arbitrio y hacer das á sí mismas ni puestas bajo la di- de han sido derivados, y difieren de
de él las vasijas que le parezca, suje-
sí solas salir del cerrado círculo don- rección de un agente sobrenatural, ella sustancialmente. La razón de
tándolo primero á las operaciones
de las colocó la Naturaleza, ni coope- pueden producir por sí solas ser alguno esto se halla en que, como ningún ser
convenientes al efecto.
rar á una nueva transformación sus- de un orden superior al suyo propio. puede producir un efecto superior á su
Y para que se entienda mejor esta
tancial sino de un modo material y Según Wallace, sucede todo lo con- propia esencia, según el manifiesto
importante materia, en que conviene
pasivo. trario; las fuerzas mencionadas pro- principio de que nadie da lo que no tie-
tener ideas muy precisas, los espiri-
Nosotros no dirigiremos nuestros ducen con su virtud natural sola, aun- ne, los seres organizados no pueden
tualistas en esta parte no admiten la
argumentos contra el transformismo que dirigida sabiamente por el arte con la sola eficacia de su virtud dar
intervención de los seres superiores
espiritualista, al menos en aquella admirable de una inteligencia invisi- origen á otros de organización más
en los cambios de los organismos, al
parte en que niega á la simple natu- ble, los seres dichos. En una palabra: perfecta que la suya. Lo cual no ha
modo de Wallace. Este naturalista
raleza la potestad de producir órga- los ángeles, según Wallace, sacan lugar con respecto á los agentes de un
introduce los seres invisibles como
nos nuevos, y con ellos un cambio ra- unos seres orgánicos de otros menos orden superior y suprasensible, cual
simples educadores de la naturaleza, sin
dical en la organización '. El que esto perfectos aplicando los elementos activos es principalmente Dios Nuestro Se-
asignarles otro oficio que ei desempe-
asienta entre los espiritualistas, ad- á los pasivos, al modo que un maqui- ñor, puesto que todo lo sensible y
ñado entre los hombres por aquellas
mite, por lo mismo, la fijeza y realidad nista mueve una máquina poniendo terreno se encuentra muy por debajo
personas que por afición ó convenien-
de las especies y rechaza la esencia en juego la fuerza del vapor, y un sol- de su elevada naturaleza.
cia se dedican á la cría de razas nue-
del transformismo materialista, que dado mata al enemigo disparando su
vas. Los espiritualistas conceden al Hecha, pues, esta importante ob-
consiste en hacer de toda la naturale- fusil. Los espiritualistas, por el con-
Ser suprasensible que interviene en la servación, tan necesaria para deslin-
za orgánica una sola especie, diversa- trario, atribuyen al ser sobrenatural,
producción de los nuevos organismos, dar los límites que separan al trans-
mente modificada en los diferentes que según ellos ha intervenido en la
no una simple acción indirecta ó di- formismo espiritualista, enteramente
grupos de seres vivientes por las di- derivación de los organismos, no la
rectora de los agentes naturales, al inocente y defendido con razones pro-
versas circunstancias de los tiempos aplicación de los tales elementos, sino
modo de Wallace, sino verdadera cau- bables por algunos sabios católicos,
y lugares. Aún más: el que obra de la acción misma que á ellos les atri-
salidad inmediata; de forma que la del materialista, deletéreo y opuesto
esta suerte ni siquiera es transformis- buye Wallace.
materia no entra allí sino como ele- así á la permanencia de las especies
ta, propiamente dicho, sino tan sólo en
mento pasivo y capaz de ser informado De aquí nace que los seres produ- como á la real existencia de las mis-
un sentido lato; porque no admite la
por la forma que se ha de producir, cidos por la derivación wallaciana no mas, pasaremos á demostrar en los
transformación de un organismo en
mientras que el Ser suprasensible, ya •se diferencien sustancialmente de aque- capítulos siguientes, con la brevedad
otro practicada por las fuerzas de la
sea un ángel ó ya la Divinidad mis- llos que sirven de instrumento á las que exige la naturaleza de nuestro
naturaleza, ora abandonadas á sí
ma, entra como verdadero agente, y inteligencias angélicas para producir trabajo, la falsedad de este segundo
mismas, ora dirigidas por un Ser su-
él es el que propiamente produce el el nuevo organismo, como no se for- género de transformismo en lo que
perior inteligente, sino que únicamen-
nuevo compuesto, sacándolo, con la man sino simples variedades ó razas asienta con respecto al origen del
te afirma haber sido sacadas unas es-
eficacia de su virtud, de la potencia de nuevas por medio de la selección arti- hombre.
pecies de otras por un poder espiritual
la materia, convenientemente dis-
y suprasensible, que se sirvió de los
puesta al efecto. Una comparación ca-
sera servirá maravillosamente para
1
Esta es también la manera de refutar el trans-
formismo adoptada por el P. Pesch, S. J., en sus explicar la diferencia esencial en el
importantes Institutiones Pliilosophiae naturalis, género de intervención dicho. Para
como consta de las siguientes palabras que baila- Wallace, los ángeles son como el co-
mos en el núm 601 de la citada obra: «Tbesis non
contraeos dirigilur qui docent Deum, ad produ- cinero que aplica el fuego á las vian-
eendaní speciem superiorom usum esse specie infe- das para que este elemento, con su
riore, ita ut huic speciei veljirincipium vitalespe-
eiei proxime superioris indiderit, vel in ea quasi
virtud natural, produzca en ellas cier-
germina altiora posuerit, vel in ea ovula speciei tas y determinadas cualidades. En
superioris produxerit. Hace enim descendenlia non sentir de los espiritualistas, los ánge-
simplicitér, sed secundum quid esset facta. El phi-
losophum rationes deficiunt, quibus hujus genc-
i les ó el Criador de los ángeles, que
ris opinationes aut invicto probel, nut funditus I para el caso lo mismo da una cosa que
fvertat.»
O R I G E N D E L H O M B R E S E G Ú N E L T R A N S F O R M I S M O M A T E R I A L I S T A .
315
de estos agentes; lo que únicamente toca al principio genérico en que to-
pueden hacer con respecto á ella es das ellas convienen, ya algo hemos
modificar algún tanto su dirección dicho en el antecedente, y su false-
dentro de la esfera que á cada uno le dad, por otra parte, quedará harto evi-
corresponde; como en el movimiento denciada con lo que ahora pretende-
local de un cuerpo las circunstancias mos escribir precisamente para hacer-
CAPÍTULO XXVI
externas de tiempo y lugar en que el la visible á los ojos de todo el mundo.
* tal movimiento se ejecuta, no pueden Y comenzando por la generación
hacer otra cosa sino determinar su di- espontánea, es ésta una doctrina tan
F A L S E D A D D E LOS P R I N C I P I O S GENERALES EN QUE SE APOYA EL TRANS- rección y velocidad, dejándolo empero manifiestamente falsa, que ya los sa-
FORMISMO MATERIALISTA PARA ATRIBUIR AL HOMBRE UN ORIGEN en su propia y esencial categoría de bios la han abandonado generalmen-
PURAMENTE TERRENO. LA GENERACIÓN ESPONTÁNEA. movimiento corpóreo. te. Sólo los panteístas y los ateos in-
Siendo, pues, por precisión una sisten todavía en proclamarla a pvio-
misma siempre la esencia que cons- ri, obligados por la necesidad de sus
tituye al ser engendrado y á los en- sistemas. Pero el ateísmo y el pan-
gendrantes, á causa de que no pueden teísmo encierran en su seno absurdi-
éstos transmitir á aquél sino el propio dades demasiado crasas para que pue-
que haya meditado
^ © I ü a l q u i e r a acción dicha, como si quisieran con género de vida que á ellos mismos co- dan hallar cabida jamás en el campo
2¡J!j|^ un poco sobre las diferentes teo- esto significar que el nuevo ser así re- rresponde, y no haciendo nada para de la verdadera filosofía; basta tener
rías á que recurren los partidarios del pentinamente formado constituye una la formación de una nueva especie la un poco de sentido común para cono-
transformismo materialista para de- especie diferente en todo el rigor de la sola mudanza del organismo que por cer que la negación de la existencia
fender el origen puramente terreno palabra. Pero bien entendida la cosa, circunstancias enteramente anorma- de Dios y la identificación de la Divi-
del hombre, se habrá podido conven- no hay aquí verdadera transformación les haya podido producirse en el feto, nidad con el mundo no tienen su ori-
cer fácilmente de que todas ellas en- sustancial, sino mero cambio de orga- resulta claramente que la formación gen en otra cosa sino en el perversísi-
señan en el fondo ser una misma la nismo, lo cual no basta para que el lenta ó repentina de los organismos mo deseo de vivir holgadamente aquí
sustancia de todos los seres organiza- nuevo ser constituya una nueva espe- nuevos, ejecutada con las solas fuer- en la tierra, que abrigan ciertos hom-
dos, específicamente considerada, qui- cie, puesto que la diversidad de las zas naturales de los seres sensibles, bres desalmados en su corrompido co-
tando, por consiguiente, del medio la especies no viene del principio m a t e - no altera en nada la sustancia del razón, para echar fuera de sí el im-
esencial diferencia y la absoluta fijeza rial ó de la materia, sino del formal ó transformismo materialista, la cual portuno temor de que nadie al morir
de las especies. Entre ellos hay cier- de la forma: el principio vital es en consiste en suponer que todo el mun- les pida cuenta estrecha de sus a c -
tamente algunos que rechazan la doc- tal caso esencialmente uno mismo en do orgánico se halla animado de un ciones. A falta de pruebas intrínsecas,
trina de Darwin, en lo que afirma el ser engendrante y en el engendra- solo principio vital, y en no admitir, fundadas en la observación, recurren
acerca de la formación lenta y conti- do, repugnando de todo punto que los por consecuencia, sino meras diferen- estos filósofos, tan despreciadores por
nua de los nuevos organismos, pre- padres, cualesquiera que sean las cir- cias materiales, ó lo que es lo mismo, otra parte de toda otra razón que no
tendiendo que esta formación se veri- cunstancias excepcionales en que se accidentales, entre los diversos seres sea la lumbre de su individualidad
ficó en los tiempos pasados de una les quiera suponer, den á sus hijos un vivientes de la tierra, incluso el mismo propia, á la autoridad de los Doctores
manera súbita ó repentina, merced á linaje de vida de que ellos mismos ca- hombre. católicos, diciendo que así los Padres
algún accidente enteramente excep- recen. Si algunas veces sucede que como los Escolásticos han enseñado
A este principio fundamental del
cional acaecido á las causas naturales, los hijos superan en perfección á sus la doctrina de la generación sobredi-
transformismo hay que añadir las ra-
como sucede, por ejemplo, en la pro- padres, este exceso no versa sino so- cha. Pero debieran haber advertido, al
zones diferenciales con que cada uno
ducción de los monstruos, ó bien á bre algunas cualidades accidentales, discurrir en esta forma, que los refe-
de sus defensores lo explica. Estas di-
causa del influjo momentáneo con debidas á las circunstancias felices en ridos Doctores ni entendieron la ge-
ferencias se hallan representadas pol-
que alguna inteligencia angélica trans- que se verificó todo el proceso de la neración espontánea al modo de los
la generación espontánea, por la selec-
formó súbitamente el embrión, ha- formación del feto; pero el ser engen- modernos sabios, ni mucho menos le
ción natural, ejercida de una manera
ciéndole tomar, bajo el mismo princi- drado, en su sustancia, es siempre el dieron la indefinida extensión que
lenta y continua, y por la transforma-
pio vital de su causa generadora, una mismo que el de las causas engen- ellos le conceden para hacer nacer á
ción repentina, malamente llamada he-
forma absolutamente nueva. Los que drantes. Las condiciones del medio en los hombres, como los hongos, del
tevogenia. Estas tres maneras particu-
así explican la evolución, dan gene- que operan los agentes de la naturaleza barro de la tierra. Los Escolásticos,
lares son las que intentamos refutar
ralmente el nombre de heterogenia á la no varían sustancialmente la acción engañados por las apariencias y guia-
en estos capítulos; pues por lo que
16 ORIGEN D E L HOMBRE
SEGÚN E L T R A N S l ' O E MISMO M A T E R I A L I S T A . 817
dos por la autoridad del Estagirita, fici eiusmodi animantes non posse a
causados por los magos de Faraón nadas deben entenderse todas aque-
creyeron que ciertos animales, imper- coelo, ut a causa instrumentaría et
con el poder de los demonios), quia llas virtudes activas y pasivas que dan
fectos á su parecer, traían su origen minus praecipua (quae suo effectu
per illos magi resistentes fámulo Dei origen á las generaciones y movi-
de la podredumbre Persuadidos así detenor esse potest), ad eum modum
ranas et serpentes fecerunt: non enim mientos naturales. «Principium acti-
falsamente de la existencia de un he- quem diximus, produci *.
ipsi eas creaverunt. Omnium quippe vum et passivum generationum re-
cho para ellos indubitable, trataron Esta manera de generación espon-
rerum quae corporaliter visibiliterque rum viventium (escribe en la primera
de explicar el supuesto fenómeno como tánea, fácilmente se deja ver que es
nascuntur, occulta quaedam semina parte de la Suma Teológica, q. ii5,a.|2,
mejor pudieron, no dejando, sin em- muy diferente de la proclamada por
in istis corporeis mundi huius ele- hablando precisamente de esta mate-
bargo, de hacer notar su extrañeza; los ateos y por los panteístas; porque
mentis latent. Alia sunt enim haec ¡ ria), sunt semina, ex quibus viventia
porque les parecía muy raro, y con no reconoce en la materia bruta vir-
iam conspicua oculis nostris ex fru- ' generantur. Et ideo convenienter Au-
razón, que un ser inanimado, cual es tud alguna innata y natural para dar
ctibus et animantibus, alia vero occul- gustinus omnes virtutes activas et
la materia corrompida, diese origen origen por sí sola á ser alguno vivien-
t a istorum seminum semina, unde passivas, quae sunt principia genera-
á un viviente superior á él en la escala te, por ínfima que sea su condición en
iubente Creatore produxit aqua nata- tionum et motuum naturalium, se-
de los seres. El recurso á que apela- los grados de la vida, al paso que los
tilia et volatilia, térra autem prima minales rationes vocat.» Observa, em-
ron generalmente fué atribuir este fe- panteístas y los ateos atribuyen á la
sui generis germina et prima sui ge- pero, el Doctor de Aquino que estas
nómeno á cierta virtud de los cuerpos materia inorgánica virtud internapara
neris animalia. (Gen., I, 2025). Ñe- mismas virtudes no son capaces de
celestes, tenidos, así por ellos como producir naturalmente los seres en
que enim tune in huiuscemodi fetus causar las generaciones dichas, sino
Aristóteles, por incorruptibles, y por cuestión, confundiendo con este obje-
ita producta sunt, ut ineis quae pro- bajo el influjo de los cuerpos celestes y
consiguiente superiores en perfección to el movimiento molecular con la
ducía sunt vis illa consumpta sit: sed como verdaderos instrumentos suyos.
por esta parte á los tales animales. vida propia y verdadera.
plerumque desunt congruae tempera- «Quidquid ( dice), in istis inferiori-
Pero esta explicación no satisfizo á los En un modo análogo al de los Co- mentorum occasiones quibus erum- bus generat et movet ad speciem, est
Conimbricenses, para quienes el más nimbricenses se expresa también San pant et species suas peraganfc.» sicut instrumentum coelestis corpo-
ínfimo viviente era de un grado muy Agustín, suponiendo equivocadamen-
superior al de toda la naturaleza in- Qué es lo que haya entendido este ris, secundum quod dicitur II Physic.
te, lo mismo que ellos, el hecho falso
animada, siquiera fueran los cielos sapientísimo Doctor de la Iglesia con (text. 26, t. 2) quod homo generat
de que ciertos animales traían su ori-
•el nombre de semillas ocultísimas depo- hominem et sol.» Y según esta ex-
1

incorruptibles, como opinaba la gene- gen de la podredumbre. No procedía


ralidad de los filósofos. Por eso recu- sitadas por Dios en los elementos de plicación, vendría á coincidir la opi-
el santo Doctor a priori, como hacen
rrieron, con Durando, al influjo espe- este mundo para que, al presentárse- nión de San Agustín con la general-
hoy día los panteístas y los ateos,
cial de la causa primera, que se servía les una ocasión favorable, se desarro- mente recibida entre los Escolásticos
sino a posteriori: apoyado en los datos
de los cielos como de puros instru- llen naturalmente y produzcan las diver- acerca del influjo de los cielos en los
erióneos obtenidos por una observa-
mentos para producir este linaje de sas especies de animales, no lo dice en fenómenos de la generación espon-
ción incompleta, pensaba sencilla-
fenómenos, siendo Dios, por conse- sus escritos; y quizá él mismo con di- tánea.
mente que la generación espontánea
cuencia, la causa principal de ellos, y ficultad nos lo hubiera podido expli- Pero no parece que el célebre Obis-
era un hecho real y verdadero, que no
los cielos la instrumental. Fundados car si, dejándose de generalidades, po haya pensado siquiera en tal influ-
se debía negar, sino explicar en la for-
en esta doctrina, respondían al argu- hubiera intentado darnos de ello una jo de los astros: lo que arrojan natu-
ma más plausible y más conforme á
mento que ellos mismos se habían idea exacta y bien precisa. Lo que ralmente sus palabras es que la tierra
la razón humana. ¿Qué tiene que ver
puesto contra la generación espon- podemos decir con toda seguridad es y el agua recibieron de Dios en un
esta loable conducta con el proceder
tánea, con estas palabras: «Ad ar- que estas semillas ocultísimas, en sentir principio cierta virtud activa superior
tan irracional y detestable de nuestros
gumentum autem initio quaestionis suyo, deben distinguirse de las ordi- á su naturaleza, y representante, por
filósofos modernos? El medio que ideó
propositum, quod probat non posse narias y visibles que dan origen á los I tanto, de la virtud divina, para produ-
el ilustre Obispo fué suponer que Dios
animalia imperfecta a coelo gigni, di- diferentes seres vivientes. La razón cir espontáneamente las plantas y
Nuestro Señor imprimió en un prin-
cendum: recte concludere non posse de esto se palpa con las manos, pues- 'cierta clase de animales menos per-
cipio á la materia ciertas virtudes se-
illa produci a coelo, ut a proprio et to que él mismo las llama seminum fectos, siempre que se pusiesen en
minales naturalmente á ella no debi-
principe genitore; sic enim nullum semina ó sea fuente y origen de las se- conveniente disposición los elementos
das. «Nec sane creatores illí mali
vivens ab alio vitae experte generatur, millas comunes, lo cual no puede ence- en que fué depositada esta fuerza.
angelí dicendi sunt (escribe en el li-
alioqui causa principalis esset effectu rrar sentido alguno sino en el caso de «Sicut matres gravidae sunt fetibus,
bro III De Trinitate, cap. VIII, n. 13,
ignobilior. Verum nequáquam eo con- que exista real y verdadera distinción (escribe en el citado libro III De Tri-
hablando de los hechos maravillosos
entre unas y otras. Santo Tomás in- nitate, cap. IX, n. 16), sic ipse mun-
1
V. Conimliriconses, ¡n lili. II, De Coelo, <\ip¡- terpreta la mente de San Agustín,
lulu III, ([. 6, a. 2. 1
Conimbrii'., loeocilalu. diciendo que por las semillas mencio-
• S. Thom., 1 p., q. il'ó, art. 4 ad 2.
318 O R I G E N D E L H O M B R E
S E G Ú N E L T R A N S F O R M I S M O
319
M A T E R I A L I S T A .

dus gravidus est causis nascentium: do que queríamos advertir para sepa- manera de hongos, del fango de la oprobiosas al género humano; ¿y ahora
quae in illo non creantur nisi ab illa rar la generación espontánea enseña- tierra. Los animales perfectos, conti- nos quieren venir estos impíos escu-
summa Essentia, ubi nec oritur, nec da por los Escolásticos, de la profesa- núan los Conimbricenses en el lugar dándose con la autoridad de aquellos
moritur aliquid, nec incipit esse, nec da por los ateos y por los panteístas arriba citado, así como están dotados grandes hombres? Los Escolásticos y
desinit. Adhibere autem forinsecus de nuestros días. Este elemento con- de una naturaleza más excelente, así los Padres enseñaron la generación
accedentes causas, quae tametsi non siste en la extensión que dan unos y también exigen más cosas para ser espontánea restringida y diminuta,
sunt naturales, tamen secundum na- otros á la generación dicha: los E s - producidos, y por tanto no pueden apoyados únicamente en los hechos,
turam adhibentur, ut ea quae secre- colásticos, y lo mismo se diga de San ser engendrados sino' con la propaga- aunque imperfectamente observados,
to naturae sinu abdita continentur, Agustín, la circunscribían al estrecho- ción de la semilla elaborada por sus negando á la materia la virtud natu-
erumpant et foris creentur quodam- campo de ciertos animales imperfec- padres. Y esto lo confirma bien la ex- ral de producirla y concediéndosela
modo explicando mensuras, et núme- tos, que ellos creían venir de la po- periencia, porque no vemos á león al- solamente en clase d¿ instrumento de
ros et pondera sua quae in occulto ac- dredumbre; los panteístas y ateos la guno, ni caballo, ni animal cualquie- la primera causa, porque no hallaban
ceperunt ab illo, qui omnia in mensu- extienden á todo linaje de animales y ra de éstos más nobles y perfectos, medio mejor de explicar un hecho
ra et numero et pondere disposuit aun al mismo hombre. Los animales venir al mundo de otra manera sino para ellos cierto; ¿y quieren ahora los
(Sap., X I , 21); non solum mali ange- perfectos, según la sentencia común engendrado por otros de su misma ateos y los panteístas cubrir con el
lí, sed etiam mali homines possunt, de aquellos escritores, no podían traer especie.. E n lo cual fueron algunos manto de su autoridad veneranda la
sicut exemplo agriculturae supra su origen sino de otro viviente de su tan ignorantes de las leyes naturales, generación espontánea universalísi-
docui.» misma especie, cuyo primer tronco y tan insultantes para con el género ma, fundada por ellos en meras t e o -
Según esta manera de entender á hubiese recibido su existencia d i - humano, que afirmaron haber traído rías a priori, absurdísimas y descabe-
San Agustín, que es la más obvia y rectamente del mismo Dios. «Quod su origen de la tierra, no sólo los ani- lladísimas, con el maligno intento de
más conforme al sentido natural de vero ad animantia perfecta attinet males perfectos, sino también los quitar á las criaturas toda razón de
sus palabras la opinión del ilustre (escriben los Conimbricenses) ex mismos hombres.» ' . instrumentos de la causa primera, y,de
Obispo no se hallaría muy distante en communi utraquetheologorum et phi- He aquí, pues, cuan distantes se borrar de las inteligencias humanas
el fondo de lo que últimamente ha es- losophorum doctrina asserendum est hallaban de nuestros filósofos moder- la misma idea de un Dios Criador y
crito el famoso Darwin, diciendo que non posse illa gigni a coelo, uti im- nos los antiguos sabios del Cristia- distinto de la naturaleza?Imiten nues-
toda la naturaleza está llena por to- perfecta, sed egere proprio sibique nismo en materia de generación es- tros flamantes sabios el método p r u -
das partes de un cierto elemento bió- peculiari progenitore.» Fundábanse pontánea , así por lo que toca á la dentísimo seguido en esto por los
tico capaz de producir organismos do- para ello en que los tales vivientes, amplitud y extensión de la misma, autores que vanamente invocan, y
tados de vida, con tal que se halle en por razón de su excelencia en la es- como por lo que se refiere á la mane- este método les conducirá á negar
las debidas condiciones para ello. L a cala de la vida, necesitan más cosas ra de fundarla, y cuan injustamente, universalmente, con todos los demás
diferencia, no obstante, entre uno y que los imperfectos para ser concebi- por lo tanto, son invocados por ellos escritores de nuestro siglo, la genera-
otro escritor estaría en que para el dos, siendo una de ellas la semilla para sostener sus impiedades y abo- ción espontánea, que ellos negaron en
Doctor de Hipona esta fuerza germi- producida por sus padres, y esto lo minaciones. Los Escolásticos y los parte en los suyos, porque á negarla
nativa no sería natural á la materia, confirmaban luego con la experiencia Padres apellidaron en su tiempo á de este modo, y no más, les movía la
sino sobreañadida por el Criador para de lo que veían suceder todos los días; este linaje de filósofos con los nom- imperfecta observación de los h e -
que el desarrollo de la vida se obrase para que se vea cómo aquellos juicio- bres más duros que se pueden usar en chos. Si los Escolásticos y los Padres
en conformidad con las mismas fuer- sos pensadores juntaban sabiamente materia de ciencia, llamándolos con hubieran tenido la experiencia de los
zas finitas primitivamente deposita- en este género de conocimientos la noble indignación ignorantes de las le- fenómenos físicos que en nuestros
das por El en el mundo, mientras que observación con la teoría, y no sede- yes naturales y maestros de doctrinas días ha adquirido el género humano
el naturalista inglés no admite nada jaban arrebatar de especulaciones en- con la sabia y perseverante experi-
de esta clase de añadiduras, y piensa teramente a priori. Por lo cual se irri- 1
«Perfecta animantia, sicuti excellenliorcm mentación practicada por hombres
que el panspcrma es una cosa la más taban grandemente contra los que, liabent nalti-am, ita ad sui prodnctionem plura inteligentes, ellos mismos hubieran
natural del mundo. sin tener cuenta con los hechos, se exigunt; sicque notinisi propagalione seminis a
sido los primeros en rechazar una
echaban á fantasear, como ahora propriis parenlibus gigni queunt. Quod satis confir-
Además, hay otro elemento de dis- ma! experientia: nec. enim videmus leonenl, aut doctrina que aun entonces, con toda
nuestros panteístas y ateos, capricho- equum aliave eiusniodi nobilioris notae animantia su ignorancia de las causas físicas,
tinción entre los dos autores acerca
sos sistemas para sacar á todos los absque parenlum semine provenire. Fuere tamen
del modo de entender la mencionada nonnulli adeo naturae legum ignari et in gemís liu- no admitieron sino como meramente
animales, y aun al mismo hombre, á manum contumeliosi, ut dixerint, non modo per- probable.«Por la experiencia sabemos,
fuerza, y esto ya pertenece á lo segun-
fecta animan lia, sed homines etiam e térra esse
prognatos. (Conimbricenses, in lib. 11 Aristot.,
escribía sobre esto, en tiempo del E s -
i Así lo interpreta también el P . Peseb en sus Conimbric., in lib. 11 Aristot., De Coelo, ra-
1

Inslü. Pililos, nalur., n. 574. put 111, q. fi, art. 3 . De Coelo, cap. 111, q. 6, a. 3.) colasticismo , el agudo P . Arriaga,
321
320 O R I G E N D E L H O M B R E S E G Ú N E L T R A N S F O R M I S M O M A T E R I A L I S T A .

que los cuerpos celestes influyen en' n a gasa fina un trozo de carne ex- camino que han seguido aun después
u
5 A los experimentos de Mr. Pasteur
nosotros, y de aquí inferimos, con ra- puesto á los rayos del sol, y hacién-, de algunas semanas. Y todavía más: hay que añadir los del famoso T y n -
zones probables, que los tales cuerpos dolo, por consiguiente, inaccesible á para quitar toda duda se ha logrado dall, cuyos estudios en esta clase de
tienen virtud para producir con este los insectos, ningún género de larva producir en los animales domésticos materias, ejecutados con una sagaci-
influjo algunas sustancias. Si alguno aparecía en la carne dicha; lo cual esta clase de parásitos, alimentándo- dad admirable, han dejado postrada
replica que la experiencia dicha no prueba evidentemente que los anima-, los con estos huevos. Para que la tenia para siempre la causa de la genera-
basta para concederles esta virtud, le lillos atribuidos anteriormente á la se forme así, es preciso también que ción sobredicha'.
descomposición de la carne no venían estos gusanos vesiculares entren en Es, pues, manifiesto que la genera-
responderemos que, si así es, no se les
en realidad sino de los huevos depo- otro animal. En el hombre se verifica ción espontánea es un mito, y que ya
conceda.» '
sitados allí por los referidos insectos. esto principalmente comiendo carne ningún hombre sensato puede apelar
E n efecto, la tal experiencia estaba
El mismo género de origen se ha com- cruda. En los animales la propagación á ella para explicar los fenómenos de
muy lejos de bastar para conceder á
probado con respecto á los gusanos in- es todavía más fácil. Así, en el hígado la vida. Dejemos á los panteístas y á
los astros ni á cuerpo alguno inorgá-
testinales por muchos sabios moder- de los ratones y de las ratas se en- los ateos retorcerse furiosamente con-
nico efectos de esta especie; los expe-
nos, los cuales con experimentos con- cuentran con mucha frecuencia cis- tra tan evidentes experimentos, di-
rimentos modernos han hecho ver
cluyentes han demostrado que los ta- toideos que están esperando su liber- ciendo que el globo terrestre es ahora
esto hasta la última evidencia. Ha-
les gusanos, tanto en el hombre como tad. Si un gato se come un ratón de como una matrona ya esterilizada
bían pretendido algunos en nuestro
en los animales, nacen de huevos pro- esta clase, se le forma entonces la con los años é incapaz de producir
siglo que la generación espontánea
cedentes de otros gusanos, é introdu- solitaria de los gatos. Una gran mul- organismos semejantes, pero que en
tenía realmente lugar, aunque no en
cidos en el estómago al tomar los ali- titud de huevos y de embriones pere- los tiempos pasados, cuando era jo-
tan grandes proporciones como la ha-
mentos. «Es cosa ya suficientemente cen, y con esto queda impedida su ven, tuvo la fecundidad que ahora le
bían imaginado los Escolásticos, los
demostrada por nuestros médicos y excesiva multiplicación, que, atendi- falta. Semejantes afirmaciones son
cuales habían llegado á creer, con
fisiólogos, escribe Quensted, citado da la mucha cantidad de huevos, se hijas del aprieto sumo en que los tie-
Aristóteles y Plinio, que de la co-
por Reusch ' , que los gusanos intes- convertiría en un peligro inmenso.» ne puestos la luz evidente de la cien-
rrupción nacían, no sólo los caraco-
tinales no vienen nunca sino de hue- Por lo que toca, finalmente, á los cia; sobre los tiempos pasados, en esta
les, los zánganos, las avispas , las
vos. Se sabe que cada uno de los experimentos de Mr. Pasteur, se probó materia no podemos discurrir racio-
orugas, las mariposas, las hormigas, I
miembros del animal contiene una claramente que cuantos infusorios nalmente sino por lo que vemos acae-
las langostas, las cigarras, y otros
multitud de huevecillos que no pere- vienen al mundo, formados, según se cer en los presentes, no teniendo nin-
bichos parecidos, sino hasta las a n -
cen en el fango. Es cosa singular que había creído, por la generación espon- gún dato histórico ni científico para
guilas y los ratones *; animales que,
estos animalillos jamás llegan á su tánea, no traían su origen sino de obrar de otra manera. Tanto más que
como es sabido, pertenecen al tipo
perfecto desarrollo en un solo cuerpo; gérmenes orgánicos muy tenues, que los medios usados por los Sres. Pas-
más perfecto, cual es el de los verte-
es necesario que los huevecillos exis- andan volteando en la atmósfera y teur y Tyndall para conocer lo que
brados. Mas, como observaba Flou-
tentes en un suelo húmedo y capaces son introducidos en las infusiones puede por sí sola la naturaleza bruta,
rens en 1864, examinando el libro de
de desenvolverse sean tragados por generadoras por medio del aire atmos- son comunes á todos los tiempos y
Darwin sobre el Origen de las especies,
otros animales, particularmente por férico. Y, en efecto, haciendo hervir la lugares; y así, tan estéril debemos
después de Redi (1668) nadie se atre-
los puercos, para que en estos cuer- infusión y cerrando en seguida el vaso pensar que ha sido en los tiempos
vía ya á defender la generación es-
pos extraños se conviertan en g u s a - que la contiene, en términos que, ó no pasados como en los presentes la na-
pontánea de los insectos, ni la de los
nos vesiculares, cistoideos (granos de pueda penetrar en ella el aire atmos- turaleza inorgánica para producir con-
gusanos intestinales después de Van
lepra). Llegados á su madurez, expe- férico, ó entre sin germen alguno sus solas fuerzas verdaderos orga-
Beneden (1853), ni, finalmente, la de
rimentan estos animalillos una gran vivo, lo cual se consigue mediante la nismos. Pero tiempo es ya de de-
animalillo alguno después de los ex-,
propensión á peregrinar; y armados de acción del fuego, que los quema al jar este asunto para ocuparnos algún
perirrentos de Mr. Pasteur. Redi, en
unos pequeños garfios que llevan en tiempo de pasar por un tubo candente tanto en el examen de la selección
efecto, hizo ver que, cubriendo con
la garganta, se abren paso al través aptamente acomodado á la vasija, la darwiniana.
de los intestinos, de los músculos y tal generación no se verifica nunca,
1
«Corlcslia eorpora experientia novimus in- de los huesos, hasta que llegan al ce-
fluere in nos; únele probabiliter inferimus habere teniendo solamente lugar cuando falta ' Til abate Moigno ha dado á luz, en un opúscu-
virtulem mediis eis irifluxibus aliquid substanliale
rebro y á los ojos. Esto es lo que pro- uno de los dos requisitos indicados ' . lo separado, las Memorias de estos dos hábiles ex-
perimentadores relativas á este asunto. El U l u l o de)
product ndi... Hiplicabis. Ea experientia in corpo- duce el vértigo en las ovejas. Según libro es el siguiente: Les Microbes organises, leur
ribus non ¡•ufficil ad eoncedendam eis talem virtu- Küchenmeister, se puede reconocer el role dans la fermentation, la pulréfaclion et la con-
lem. Respondeo. Si non suflicit, non concedatur ne tagión. París, 1878.
' V. Reusch, en el lugar citado.
«fuidem coelis lalis virlus.» (Arriaga, De Angelis,
disput. 19, Mct. i, un. 8-9.) 1 Reusch, La Bible et la Nalure, lee. XXV, er»
* V. (Jonimbric, loco cítalo. la segunda edición, París, 1807.
E X A M E N C R Í T I C O D H L A S E L E C C I Ó N D A R W I N I A N A . 323

en algún animal ó planta ni un solo te á ciegas y por pura casualidad.


órgano nuevo, que los separe intrín- ¿Cómo, pues, poner en la Naturaleza
seca y sustancialmente de sus proge- esa vigilancia suma, ese cuidado ex-
nitores, y no con meras modificacio- tremo para no perder ocasión de ir
nes accidentales? Lo que hace la se- adelante con su progreso, cuando,
lección artificial es robustecer ó debi- echada á un lado la idea de un Dios
litar los ya existentes, pero nunca ordenador de las cosas, no queda en
CAPÍTULO XXVII crear ni aniquilar del todo. Es decir, ella sino el caos, las tinieblas, el puro
que la tal selección hace, en sustan- movimiento mecánico de los átomos
cia, lo mismo que el uso y el no uso de Epicuro y Lucrecio, guiados por
EXAMEN CRÍTICO DE LA SELECCIÓN DARWINIANA de Lamark; y así es tan insuficiente la ciega fatalidad, á manera de nave
la una como la otra hipótesis para sin timón y de ejército sin jefes? E n
sacar á flote el transformismo. este caos, en este entrechocarse ciego
Añádase á esto que la selección di - de los átomos, pone Darwin la raíz
cha contra toda razón ha recibido el primera del orden admirable que ve-
nombre que le ha impuesto su autor, mos reinar en el universo, y muy
¡M§|f a doctrina de Darwin acerca de sin crear jamás alguno nuevo, y aña- como si fuera alguna señora inteli- principalmente en las partes todas
^ S j l a selección natural acompañada diendo que Lamark citamuchos ejem- gente que está de continuo atisbando del mundo orgánico. En esta materia
de todos sus adherentes, ó sea de la plos de lo primero, pero ni uno solo con exquisita diligencia cuantas cir- caótica destituida de todo conoci-
competencia vital, de la correlación de de lo segundo. Pues bien; esto mis- cunstancias oportunas se le ofrecen miento, incapaz de toda intención
crecimiento, de la selección sexual, y mo podemos decir nosotros argumen- en cada momento para salir con su verdadera, compuesta de innumera-
finalmente, de todos los demás pun- tando contra la hipótesis del natura- empresa de establecer en el mundo bles átomos que se mueven sin. orden
tales con que se pretende sostenerla, lista inglés. La selección natural po- orgánico el progreso indefinido, lle- ni concierto, coloca nuestro filósofo
¿tiene alguna más consistencia que la drá robustecer, si se quiere, merced vando á los seres vivientes de perfec- la i d e a fija é inquebrantable de ir siem-
que acabamos de refutar? No cierta- á las circunstancias especiales en que ción en perfección por todos los gra- pre construyendo organismos cada
mente: las razones en que se funda se hallan algunos determinados indi- dos de la vida. Ciertamente, el autor vez más perfectos. ¿Puede darse ma-
son del todo nulas, y si no fuera por viduos , los órganos ya existentes; del Origen de las especies, imitando yor absurdo que semejante manera
la necesidad que tienen de ella los pero nunca será capaz de producir también en esto á Lamark, habla de de concebir las cosas? ¿Quién ha p e n -
panteístas y los materialistas, cuyos alguno nuevo, como no es capaz la la naturaleza, causadora de esta se- sado jamás que tenga la luz por ma-
detestables sistemas se hallan muy naturaleza bruta de avanzar por sí lección, en tales términos que no pa- dre á las tinieblas, el orden al caos,
en armonía con las tendencias ateís- misma un solo paso hacia el reino de rece sino que está pintando bajo este el día á la noche, el calor al frío, en
ticas de la civilización moderna y por los seres organizados por medio de la supuesto nombre al Dios infinitamen- una palabra, la realidad á la pura
esta causa privan tanto entre nues- generación espontánea. Muéstrenos te inteligente y todopoderoso de los nada?
tros filósofos incrédulos, ya el darwi- Darwin un solo ejemplo, cierto é in- cristianos. Por esta causa no han ¡Y luego Darwin y sus discípulos
nismo se hallaría á estas horas en las contrastable, en que la tal selección faltado entre los mismos partidarios nos vendrán diciendo con mucho aplo-
eternas sombras del olvido, como lo haya producido algún órgano nuevo del transformismo quienes han recha- mo que el hombre terciario es ya un
hemos notado más arriba. ¿Qué tiene en el mundo, y al punto le concede- zado la selección dicha. Pero ¿quién hecho adquirido á la ciencia, porque
la doctrina de Darwin que no lo ha- remos la victoria, al menos en lo que es esta señora Naturaleza en la teo- en ciertos terrenos de esta especie se
yan dicho ya, en términos más ó me- toca á los seres organizados inferiores ría del transformista inglés? El ciego encuentran algunos pedruscos.cuyas
nos expresos, los naturalistas que han al hombre. Este ejemplo no se en- acaso, y nada más que el ciego acaso. estrías y muescas , producidas con
precedido á este escritor? ¿En qué se cuentra en ninguno de sus escritos, ni Según Darwin, Dios no tiene nada cierto paralelismo , ofrecen señales
diferencia en sustancia del sistema en cuantos han dado á luz sus nume- que ver en cosa alguna de cuantas inequívocas de una marcada intención
de Lamark, cuya insubsistencia ab- rosos discípulos en el uno y en el otro acaecen en este mundo: crió la ma- en quien las hizo! Aquí un orden in-
soluta está hoy reconocida por todos hemisferio del globo terrestre. Vana- teria, produjo en ella los primeros significante , que por su infinita pe-
los sabios? Contra la hipótesis del mente recurre el sabio naturalista á organismos, ó, como se ha explicado quenez puede ser considerado con
naturalista francés argüía con mucho los maravillosos efectos causados en más tarde, la llenó por todas partes razón como un simple juguete de la
tino Lyell, diciendo que el uso con- nuestros días por la selección artifi- del vivífico pansperma , y luego la Naturaleza , ofrece á nuestros sabios
tribuye ciertamente al robustecimien- cial. ¿Cuándo ha producido ésta, en- abandonó á sí propia para que ejecu- señales inequívocas de haber tenido par-
to de los órganos ya existentes, pero | tre todas sus maravillas, la de crear te todos sus movimientos enteramen- te en él una inteligencia ordenadora.
324 E X A M E N C R Í T I C O D E L A S E L E C C I Ó N D A R W I N I A N A . 325
Pero ¿se presenta ante sus ojos el que crezca el trigo, sino que este s u - los tales fenómenos , es claro que se vista en sus importantes páginas , y
orden admirable del mundo , la regu- ceda por mera casualidad? Asimismo, realizan con algún fin. Ahora bien; no dejando pasar desatendida ningu-
laridad perfecta y la constancia inva- ¿por qué no se deberá afirmar que el los mismos enemigos de la finalidad na de las muchas preciosidades que
riable de los movimientos de los infi- agua no cae del cielo para destruir el confiesan que son naturales ó hechos en sí encierra.
nitos seres que pueblan la inmensidad trigo que está en la era, sino que es por impulso de la naturaleza. Luego Nosotros completaremos esta de-
del espacio, el arte exquisito con que producido este efecto por puro azar? deben confesar también que ésta lo mostración, siquiera sea brevemente,
cada uno de los innumerables vivien- Y por la misma razón, ¿por qué no realiza con el marcado fin de pro- valiéndonos del cálculo de las proba-
tes busca su bien propio y peculiar, pensaremos que las partes de un todo ducirlos. » bilidades, que tan hermosamente han
eligiendo los medios más acomodados armónico tienen este género de origen Basta contemplar con un poco de desarrollado varios escritores para po-
con exactitud maravillosa , salvando en la naturaleza? ¿Que los dientes, atención la sola mano del hombre, ner en claro la absurdidad de la doc-
los obstáculos más arduos, armándose por ejemplo, nacen así por casualidad, para ver en ella sellada la idea del trina que atribuye al ciego acaso el
de los instrumentos más aptos para los anteriores agudos y aptos para d i - Artífice divino que la ha fabricado. origen de los diferentes organismos.
el efecto ; en una palabra , obrando vidir la comida, y los molares anchos Y cierto no ha faltado en estos últi- Si las fuerzas ciegas de la naturaleza
con la sabiduría más portentosa, que y aptos para masticarla? Pues se po- mos años quien, con incomparable producen todos sus actos por absolu-
ni siquiera podemos imaginar , y que dría sospechar que no han sido pro- maestría, ha puesto en completa evi- ta necesidad y sin hallarse dirigidas
en vano buscaríamos en los mejores ducidos para este fin, sino que la ca- dencia la absurdidad de la teoría por una inteligencia que, teniendo
artistas del mundo? ¡Ah! Esto ya es sualidad los ha hecho acomodados darwiniana , por esta parte que res- preconcebido un plan de antemano,
otra cosa, exclaman: aquí, para reco- para estas acciones. En esta suposi- pecta al origen enteramente casual de use de ellas como de instrumentos
nocer la obra de una mente ordenadora, ción deberíamos decir que aquellos los organismos , sirviéndose de los para realizarlo, todas cuantas combi-
habríamos de recurrir al Autor de la artefactos cuyas partes salían fabri- mismos datos de la ciencia para hacer naciones de átomos resulten, así en
Naturaleza; mas esto no puede ser. Y cadas por el acaso con tan perfecta ver al autor del Origen de las especies el mundo orgánico como en el mine-
con esto concluyen, sin pestañear, que armonía como si un ser inteligente las maravillas del arte divino en la ral, serán puramente casuales; pues-
en tan admirable orden no hay nada los hubiera fabricado conforme á un fabricación de la mano del hombre. to que designamos con este nombre
de plan preconcebido , porque todo él plan preconcebido , la Naturaleza los El Sr. Bianconi, ilustre exprofesor de de casualidad todo aquello que se ve-
ha sido obra del acaso. ¡Oh lógica conservó como por incidencia de una la Universidad de Bolonia, dio á la luz rifica en el mundo sin un plan precon-
incomparable de estos nuestros tiem- manera conveniente; y aquellos otros pública una notabilísima obra sobre cebido, y por consiguiente sucede de
pos , que nos enseña á discurrir de en que no sucedió esto, perecieron; este asunto, que dirigió á Darwin en una manera impensada (praeter opinio-
una manera tan nueva y tan descono- como , por ejemplo , según E m p í i o - forma de carta, habiéndola escrito en nem). Ahora bien; en acciones de esta
cida de aquel sapientísimo Estagirita cles, acaeció esto á aquellos animales francés para que pudiese ser mejor clase, para juzgar de antemano qué
que compuso su famoso O p ^ a v o v , ó arle que constaban de miembros, en parte entendida de todo el mundo. Su título es lo que de hecho sucederá ó no suce-
de bien pensar! humanos y en parte boyunos.» 1
es como sigue: La théorie darwinienne derá en algún caso determinado, no
Mas nó, nos equivocamos: Aristó- He aquí el mismísimo razonamien- et la création dite indepéndante , lettre á nos queda otro recurso sino acudir al
teles conoció muy bien este género to de Darwin. Mas á él responde Aris- M. Ch. Darwin, par J. Joseph Bianco- cálculo de las probabilidades, por el
de raciocinio usado por nuestros mo- tóteles , inmediatamente después de ni , anclen pro/esseur á VUniversité de cual juzgamos del probable porvenir
dernos sabios; sólo que, conociéndo- las palabras citadas , contestando en Bologne. En ella hace ver el sabio ita- de una cosa por la mayor ó menor
lo, á pesar de ser un excelente natura- esta forma: «Es imposible que las liano al famoso naturalista inglés, inclinación á producirla que notamos
lista, lo rechazó como evidentemente cosas pasen de esta manera; porque entre otras cosas muy importantes, en las causas físicas de donde ha de
absurdo , y enseñó contra el darwi- todo lo natural ó hecho por impulso cómo la ciencia mecánica del artífice venir su existencia. ¿Qué nos dice,
nista de su tiempo, llamado Empé- de la naturaleza lleva el carácter de que ha construido tan maravilloso pues, este cálculo con respecto á la
docles , que en las operaciones de la constancia y regularidad , al paso instrumento, pasa mucho más allá de producción de los infinitos é infinita-
la Naturaleza resplandece con vivísi- que en lo casual sucede todo lo con- cuanto nosotros podemos imaginar mente variados organismos que cada
mo brillóla mente ordenadora del Ser trario. Porque ni en el invierno es fre- con todos los esfuerzos de nuestra día se fabrican en el mundo por las
inteligente de donde originariamente cuente la lluvia por casualidad , ni el fantasía. Lástima grande que los cir fuerzas de la naturaleza? Claro está
proceden. «Ofrécese aquí una duda, calor en el estío; antes por casualidad cunscritos límites de este nuestro tra- que si estas fuerzas las consideramos
escribe proponiendo la dificultad del sucederá que en el invierno deje de bajo no nos permitan extenderno- como están al presente, á saber: en-
filósofo citado: ¿qué es lo que impide llover y en el estío de hacer calor. Si algún tanto en el género de reflexio- cauzadas ya y dotadas de una deter-
decir que la Naturaleza no obra por pues no pueden ser atribuidos al acaso nes útilísimas á que nos convida su minada dirección, el cálculo de las
fin alguno , ni hace lo que es mejor, lectura. Háganlas por sí mismos nues- probabilidades nos dirá que procede-
de suerte que no llueva Júpiter para
< Aristóteles, lib. I I , Physic. , cap. VIII, tros lectores, fijando con atención la rán siempre con la regularidad y cons-
198 b. 16-29.
326 E X A M E N C R Í T I C O D E L A S E L E C C I Ó N D A R W I N I A N A . 32?

tancia que en ellas experimentamos. miento de una manera implícita, ó lia manera. Sin embargo, físicamen- ría el que un hombre sacase al primer
Pero aquí tratamos de explicar este sea por cierto linaje de sentimiento. te hablando, no repugna que aquello envite, de entre los infinitos granos
mismo encauzamiento y la dirección Vamos á decir sobre ella cuatro p a - haya sido obra del acaso; pero las di- de arena que cubriesen la Europa en-
determinada que ahora poseen. Este labras. ficultades físicas que se oponen á que tera con un metro de espesor, el ú n i -
•encauzamiento y dirección en la teo- Supongamos que, al dirigir la vista haya sido hecho por el azar son ta- co grano de carbono puro que supiese
ría de Darwin son obras del acaso, y hacia una mesa, hallamos puestas so- les, que para nosotros equivalen á existir entre ellos, mas sin tener la
del acaso afirmamos que no pudo dar bre ella una junto á otra las dos l e - una verdadera imposibilidad física. menor noticia del lugar hacia dónde,
origen al encauzamiento indicado. tras siguientes: av. Al instante nos Y no es extraño que así se nos pre- poco más ó menos, podría encon-
En efecto: antes que las fuerzas de ocurrirá la idea de que quien puso sente á nuestra inteligencia, porque trarse.
la Naturaleza tomasen la dirección aquellas letras en aquel orden deter- por el cálculo de las probabilidades ¿Qué será, pues, no de veintiséis le-
fija y constante que ahora poseen, la minado hizo esto con alguna inten- se sabe que hay la enorme cifra de tras, sino de la inmensa multitud que
combinación presente de los infinitos ción preconcebida; pero no nos a t r e - 20.922,789.888,000 grados de proba- se halla contenida en dicho poema?
átomos que concurren á la formación veremos á afirmarlo resueltamente, bilidad contra uno sólo sobre que la ¿Qué del número infinito de átomos
-de los organismos actuales era, si se porque también nos parecerá hacede- tal combinación ha sido intenciona- que entran en la composición de los
quiere, físicamente posible, pero no ro que el tal fenómeno haya sido obra da; lo cual equivale, moralmente ha- innumerables organismos con que en
.moralmente; esto es, tenía en contra del acaso. Y en efecto, el cálculo de blando, á una imposibilidad absoluta todo tiempo ha estado cubierta la su-
de su realización, dejadas las fuerzas las probabilidades nos dice q u e , si de que el tal fenómeno haya sido obra perficie de la tierra y poblada la in-
naturales abandonadas á sí propias, hay un grado de probabilidad para del acaso. mensidad de los mares? La sola for-
tan grande número de obstáculos, que pensar lo primero, también hay otro ¿Qué diremos, pues, si en lugar del mación de un órgano cualquiera, por
equivalían á una imposibilidad absolu- para pensar lo segundo. Añadamos hemistiquio indicado hallamos el ver- pequeño y diminuto que se le quiera
ta. Así, todos sabemos que si se arro- otra letra más, y supongamos que las so todo entero: Arma virumque cano, suponer, encierra una multitud por-
jan al acaso una tras otra todas las letras así halladas son arm. En este Trojae qui primus ab oris? ¿Qué, si tentosa de estos átomos: ¿qué será si
letras que componen la Eneida de caso la probabilidad por la producción aparecen dos, tres, cuatro versos se- consideramos el organismo todo e n -
Virgilio, físicamente hablando no re- casual ha disminuido mucho, aumen- guidos por el mismo orden que tienen tero? ¿Qué si atendemos á la correla-
pugna que resulte la combinación por tando, por consiguiente, la que está en la Eneida? ¿Qué, si se nos presenta ción de un órgano con otro en cada
ellas formada actualmente en el men- en favor del hecho intencionado. La todo el libro primero de este poema, animal? ¿Qué si observamos que esta
cionado poema. Pero por lo que per- razón es clara, porque el número de y mucho más el poema todo entero? correlación es fija siempre y constan-
tenece al hecho de formar la tal com- combinaciones posibles con las tres Es incalculable el número de combi- te en todos y cada uno de los organis-
binación, bien seguros estamos que, citadas letras ha pasado de dos á seis, naciones posibles que se ofrecen en mos que existen y han existido en
aun cuando se repitiese la operación y por consecuencia hay seis grados de este último caso contra la única que todos los siglos del mundo? Sería pre-
millones de veces, nunca se realiza probabilidad contra uno sobre que el forman las letras en el poema entero ciso haber perdido completamente el
ría; y cada una de las veces que se tal fenómeno ha sido intencionado. de Virgilio; cada una de ellas tiene juicio para pensar que tan perfectas y
intentase, apostaríamos con plena se- Pero al fin la diferencia entre los re- tanta probabilidad de realizarse como complicadas máquinas como son los
guridad cualquier cosa contra quien feridos grados no es enorme, y siem- ésta, no entrando en el arreglo una órganos de las plantas y de los ani-
dijese que iba á verificarse la combi- pre queda por lo mismo en dicha hi- mente ordenadora, y todas ju-ntas ha- males, cuyas partes, cada una de por
nación dicha. La razón de esta impo- pótesis la duda razonable de que quizá cen su realización absolutamente im- sí, son una obra acabadísima en su
sibilidad no la concibe el común de aquello se ha hecho al acaso. Pero probable, ó sea producen en nosotros género, y todas juntas forman el con-
los hombres de una manera perfecta, aumentemos más el número de letras, un juicio completamente cierto de que junto más armonioso y bello que j a -
ó en términos que puedan darse á sí y supongamos que las hallamos de la tal combinación no tendrá lugar en más ha podido ni podrá ser ni esbo-
mismos cuenta de ella; pero todos la esta manera: Arma virumque cano. Al el mundo de las realidades existentes. zado siquiera por el mejor artífice del
conocen por intuición directa, y la ver este hemistiquio latino, al instan- La sola disposición de las veintiséis mundo, han debido su existencia al
sienten con tal viveza, que todos ellos te concluiremos, sin titubear, estan- letras del alfabeto con el orden regu- puro acaso, á la ciega casualidad.
tendrían por loco rematado á quien do dispuestos para apostar cualquier lar que llevan en los diccionarios, á Esto equivaldría á decir que todas
pensase seriamente lo contrario de lo cosa contra quien piense de otro pesar de ser una cosa tan sencilla cuantas hermosísimas pinturas exis-
que ellos piensan. Esta razón empero modo, que aquellas letras no han sido considerándola practicada por una in- ten en los Museos de Madrid, París,
la desarrolla la filosofía en el cálculo puestas así por el azar, sino que tenía teligencia, si se la supone ejecutada Londres, Roma, Florencia y demás
de las probabilidades, haciendo explí- de antemano una intención muy mar- por las solas fuerzas de la naturaleza, partes del mundo; todos cuantos be-
cito aquello mismo que todo el género cada de producir aquella determinada abandonadas á sí mismas, se hace llísimos edificios se encuentran en las
humano tiene en su propio pensa- combinación quien las colocó de aque- tan improbable como improbable se- citadas ciudades y, finalmente, todo
928 E X A M E N
C R Í T I O O
D E L A S E L E C C I Ó N D A R W I N I A N A . 829

cuanto hay de más grandioso y exce- ducir otros semejantes, y esto de ma- plantas habrían de comenzar, desde reducida á otro centro superior que
lente en materia de ciencias y de ar- nera que los tales objetos sean inca- el momento en que cesa la vida, á destruya su naturaleza convirtiéndo-
tes en toda la redondez de la tierra, paces de obrar en otra forma. Tam- descomponerse bajo la acción de las la en una simple provincia suya? Pues
se ha hecho sin inteligencia alguna, poco es concebible la suposición de mismas fuerzas que fueron necesarias este fenómeno, que también se nos
sin el más mínimo plan preconcebi- que, partiendo de la estructura más para el mantenimiento de dicha vida, presenta en la familia y en el indivi-
do, y por un mero juego accidental sencilla, se haya podido elevar poco á si ésta había sido limitada ó determi- duo, no es otra cosa sino una aplica-
de las fuerzas de la naturaleza. Digo poco este modo de actividad á la pro- nada por los tales agentes físicos? ción de la ley dicha á los diversos ca-
mal que equivaldría, porque las obras ducción de una estructura más per- Pero no es éste el único punto por sos particulares. Esta ley universal,
del arte humano, por grandes y estu- fecta, porque cada grado intermedio donde flaquea el sistema de nuestro considerada en sí misma y como se
pendas que parezcan, no alcanzan, ni lleva consigo la introducción de nue- famoso transformista. La variabili- halla en los artefactos creados exis-
con mucho, la perfección admirable vas posibilidades que ni aun siquiera dad indefinida de los seres organiza- tentes en la naturaleza, en sustancia
que brilla en la más mínima de las se hallan contenidas en la hipótesis dos profesada por él con todos los de- viene á confundirse con el instinto de
fabricadas por el arte sapientísimo del original. Delegar un poder de esta más naturalistas de su escuela, es una conservación dado á todo ser por su
Criador, y no merecen llamarse si- naturaleza no puede ser sino un acto doctrina que se halla en abierta opo- divino Autor; instinto que impele á
quiera toscos rasguños ó informes bos- de inteligencia. En efecto, entre la sición con la fijeza sustancial de las cada uno á evitar todo aquello que
quejos de tan soberana belleza. Tan producción de un número indefinido especies proclamada por la naturale- puede destruir su existencia, y á pro-
grande es la locura de los que, en- de seres organizados, como resultado za. En efecto: es una ley general con- curarse cuanto de suyo tiende á per-
grandeciendo todas estas cosas como final de la acción de las leyes físicas, firmada con la experiencia continua petuarla en el modo que le es posible.
lo más alto y sublime adonde puede y la reproducción de estos mismos de los siglos, que cada animal engen- En virtud de este instinto, ningún ser
llegar el arte de los hombres con t o - seres por sí mismos, no existe lazo dra otros semejantes á él; de suerte considera como una verdadera perfec-
dos los esfuerzos de su pobre inteli- alguno necesario. Las generaciones que la generación no es otra cosa en ción suya el dejar de existir para que
gencia, no se avergüenzan de atribuir sucesivas de una planta ó de un ani- los designios de la Providencia sino el se conviertan sus restos materiales
al acaso las bellísimas obras del mun- mal no pueden tener, en lo que con- instrumento para perpetuar la espe- en sustancia de otros seres más per-
do orgánico y todo el armonioso con- cierne á su origen, relación alguna de cie. De los peces no nacen sino peces; fectos. Por más estúpido que sea un
junto de esta muy bien concertada causalidad con los agentes físicos, á de las aves sólo vemos procrearse pavo, y por grande que sea la sucie-
máquina del universo. Con razón, no ser que estos agentes tengan el aves, y así de toda suerte de anima- dad de un puerco, jamás entrará el
pues, escribe Agassiz, contra tan ab- poder de delegar su propia actividad, les. Nada hay más constante y fijo en instinto de estos animales por la doc-
surdo modo de discurrir, las palabras dotada d e . l a plena y entera virtud las cosas de la tierra que la fijeza é trina transformista, de que les con-
siguientes: «Se puede, hasta cierto que residía en ella al tiempo en que inmovilidad de las especies. En todos viene perder su individualidad para
punto, concebir que los agentes físi- por vez primera la tal planta ó el tal los seres criados vemos reinar conti- adquirir un modo de ser más perfecto
cos hayan podido producir algunos animal fueron producidos.» Es, efec- 1
nuamente la ley fundamental de la en el estómago de un sapientísimo
efectos análogos ó parecidos á los tivamente, una ley física el que la re- unidad en la variedad. Los tipos de discípulo de Darwin. Vienen aquí
cuerpos de los animales inferiores ó sultante sea igual á la suma de las las especies se mantienen siempre muy bien aquellas sapientísimas pa-
de las plantas más sencillas. Supo- fuerzas aplicadas en un mismo senti- fijos é inflexibles; dentro de estos ti- labras del Angélico Doctor:
niendo que hubiesen dado una vez la do. Si algún ser nuevo hubiera sido pos se presenta siempre una infinita «Todos y cada uno de los seres,
existencia á esta clase de seres im- por maravilla el resultado de la ac- variedad de individuos, que no se di- dice, llevan en sí mismos el deseo na-
perfectos, hubieran podido repetir ción de las fuerzas brutas, ¿cómo hu- ferencian entre sí sino en los caracte- tural de conservar su propio ser, lo
muchas veces el mismo fenómeno bieran podido las generaciones suce- res accidentales; los cuales hacen osci- cual no lo podrían conseguir si fuesen
obrando en las mismas circunstan- sivas originarias de este ser ponerse lar la especie al un lado y al otro, pero transformados en otra sustancia. De
cias. Mas lo que de ninguna manera en el instante de su nacimiento, con manteniéndola siempre en el círculo aquí nace el que ninguno de cuantos
puedo entender es cómo, después de respecto á estas fuerzas, en las mis- cerrado que con mano firme le trazó seres se hallan en un grado inferior
haber analizado más profundamente mas relaciones de sus antepasados, el Artífice divino al crearla. Esta ley de la naturaleza puede apetecer el
las posibilidades que lleva consigo un si es que las tales generaciones no la encontramos, no sólo en el hom- grado de otros superiores á la suya;
caso de esta especie, no se percibe al tenían en sí mismas la facultad de bre, sino también en todos los anima- porque si fuese trasladado á ella, por
momento cuan enojoso sería el que- conservar sus propios caracteres, á les y en las mismas plantas. Aún más: esto mismo dejaría de existir. En esto
rer llevar la suposición más adelante, despecho de las fuerzas productoras? hasta en el mismo orden moral la ve- la imaginación nos engaña; porque,
y el admitir que estos agentes han po- Además, ¿por qué los animales y las mos reinar. ¿Cuántos sacrificios no como el hombre desea adquirir cier-
dido delegar á los mismos objetos hace una nación cualquiera por no tos grados de perfección accidental
producidos por ellos el poder de repro- perder su autonomía propia, y no ser ¡que le adornan sin destruir su esen-
1
Agassiz, D» Vesptce, par. 17, páginas 9ij-t)G.
330 EXAMEN C R Í T I C O 1>E L A SELECCIÓN DARW1N1ANA. 331

cia, nos forjamos la ilusión de que se nuevo ser, por más que en su parte fusa? Por más que se les busca, nun- conjunto tal que nos sería imposible
puede apetecer un grado superior en material no presente diferencia algu- ca aparecen sino en la fecunda y lo- distinguir las unas de las otras. Sobre
la escala de los seres, el cual no puede na de la de otros pertenecientes á zana imaginación de los darwinis- este punto las investigaciones de los
ser obtenido sin la destrucción del i otras clases, sin embargo, en su parte tas. Los seres reales y verdaderos que modernos no han hecho sino confir-
sujeto mismo que lo reciba.» 1 I formal y específica, ó sea en el ele- encuentra el naturalista, ora en los mar las deducciones sacadas por Geof-
Porque la naturaleza tiene tan gra- mento activo y dotado de virtud for- terrenos actualmente habitados, ora froy Saint-Hilaire de sus hermosos y
bado en todos los seres este instinto mativa, el cual no es material ni, por en los paleontológicos, todos llevan prolongados trabajos en las necrópo-
de conservación y de fijeza en la pro- consiguiente, accesible al microsco- una naturaleza enteramente fija y en- lis de Tebas, y resumidas por La Ce-
pia condición de su especie, por eso pio, es esencialmente diverso. cerrada dentro de sus propios límites. péde así en una Relación que se ha
les da también á todos el mismo im- E n virtud de esta diversa naturale- Si hablamos de los animales perte- hecho célebre:
pulso irresistible á poner en práctica za formativa, el huevo de un animal necientes á los tiempos históricos, «Resulta de esta parte de la colec-
todos aquellos medios por los cuales tiende á la reproducción de este m i s - éstos los hallamos constantemente ción del ciudadano Geoffroy que estos
haya de ser realizado este fin. Así, mo animal, y no de otro. ¿Y qué no con sus mismos caracteres y costum- animales son perfectamente semejan-
para concretarnos solamente á los hacen, tanto él mismo como sus p a - bres. Testigos son de esta verdad los tes á los de hoy día.
animales, á cada uno le fabrica sus dres, para conseguir este objeto? E l antiquísimos monumentos egipcios, »La palabra ciudadano me dispensa
venas de tal suerte, que por ellas no huevo se encierra dentro de sí mismo donde se ven hoy día esculpidos; tes- de añadir que esta relación data de la
pueda circular libremente sino la san- de manera que quede aislada comple- tigos también los libros del Antiguo primera revolución. Esta semejanza
gre propia de su naturaleza; y á los tamente su fuerza vital de todos los Testamento, donde se hace mención tan perfecta yo mismo he podido ob-
globulillos de la sangre les da tal agentes exteriores, y así él sólo pueda de ellos; testigo la historia de los ani- servarla con mis propios ojos durante
forma, que sólo por aquel conducto libremente ejecutar su obra; los p a - males de Aristóteles, donde se hallan mi permanencia en Egipto al tiempo
hayan de poder caminar sin tropiezo. dres por su parte procuran ponerlo en descritos; testigos, finalmente, las de inaugurarse el canal de Suez. Así,
Como si dijéramos: hace en los ani- circunstancias tales, que ninguna de imágenes efe Homero, tomadas de la comparando los ibis embalsamados
males el cañón del fusil acomodado á ellas pueda destruirlo, antes al con- naturaleza y costumbres de estos se- procedentes de la gruta de Samoun
la sola bala que les conviene, y fa- trario todas le favorezcan, en cuanto res. He aquí cómo se explica Cons- con los ibis esculpidos, tales cuales
brica la bala acomodada únicamente sea posible, y ayuden por la parte ex- tantino James sobre la fijeza de las aparecen en los obeliscos, y con los
á aquel fusil. De aquí es que no se terior á la producción de la obra que especies, fundándola en las momias ibis llenos de vida que andan á ban-
puede inyectar en ningún animal la en la interior se está fabricando. ¿Qué de Egipto, observadas con sus propios dadas en el lago Menzaleh , no he
sangre de otro si no es de la misma' pruebas más evidentes se pueden pe- ojos: «Tenemos de ello, escribe ', otra hallado entre ellos diferencia alguna
especie; porque, de lo contrario, con dir para conocer que la naturaleza en prueba no menos evidente en los apreciable: siempre es el mismo pá-
esta operación se le acarrearía su pro- cada uno de los seres tiende siempre hipogeos que nos ha legado la anti- jaro, de formas graciosas y esbeltas,
pia ruina. Asimismo, para perpetuar con suma diligencia á perpetuar su güedad de Egipto: éstos son unas y de elegante apostura. Y nótese que
la especie, ya que no lo puede conse- especie, á fijarla de suerte que nunca colecciones maravillosas, verdaderos aquí se trata de un período de más de
guir en cada uno de los individuos, pueda ser transformada? museos que no ceden en nada á las cinco mil años.» Hasta aquí el men-
fabrica en todos ellos, cuando ya han Hasta el mismo Darwin se ve pre- colecciones y á los museos subterrá- cionado sabio.
llegado á cierto estado de robustez, cisado á reconocer este hecho univer- neos, cuyos tesoros nos ha revelado Si de los animales de los tiempos
una semilla tal que de ella no brote sal y patente á los ojos de todo el la Paleontología. Gracias á los prác- históricos pasamos á los fósiles, cuya
sino otro ser de la misma especie. El mundo. Por eso, para librarse de tan ticos en el arte de embalsamar, usado edad no se ha averiguado todavía, ha-
huevo en que cada uno de los anima abrumadora carga, apela al miserable entonces en tan grande escala que no llaremos la misma ley ni más ni m e -
les deposita la virtud generadora del recurso de decir que esta ley tiene sólo era aplicado al hombre, sino tam- nos, perpetuamente observada: siem-
ciertamente lugar en los seres que po- bién á todos los animales sin excep- pre aparecen con su forma perfecta-
1
«Est enim unicuique nalurale desiderium ad seen ya sus caracteres bien determi- ción, se encuentran intactas genera- mente determinada; nada de vaguedad,
eonservandum suiím esse, quod non conservarelur,
nados y circunscritos, pero no en los ciones enteras, extinguidas ya hace de indeterminación se nota en sus ca-
si transmularelur in alteram naluram. Unde nulla
res, quae est in inferiori gradu naturae, potest que la Naturaleza no ha logrado aún
miles de años. Si estas generaciones racteres. «Han sido explorados, es-
appelere superioris nalurac gradum : sicut asinus sino un cierto estado de transición, no pudieran de repente salir de su sueño cribe Valroger en su excelente libro
non appetit esse equus; quia, si transferretur in y de su sepulcro para mezclarse con
gradum superioris naturae, janí ipsum non esset. dando á su obra otra cosa que una sobre la generación de las especies,
.Sed in lioc iniaginalio decipitur: quia enim homo forma vaga y confusa. Mas esto es
las especies de animales actualmente los terrenos paleozoicos en las Islas
appetit esse altiori gradu quantum ad aliqua acci- echarse á fingir y fantasear según su existentes, formarían con ellas un Británicas, en Francia, en Alemania,
dentalia, quae possunt crescere absque corruplione
subjecli, aestimatur, quod possit appetere alliorem antojo, y nada más. ¿Dónde están - 1
Constantino James, l.'homme ninne, pág. it).')
en España, en Portugal, en Cerdeña,
gradum naturae, in quem pervertiré non posset, nisi esos seres de naturaleza vaga y con- J siguiente!?. en los Alpes, en Sajonia, en Bohemia,
esse desineret.» (S. Tlioin., I p . , q. 63, art. 3.1
332 EXAMEN CRÍTICO
DE LA SELECCIÓN DARWINIANA. 33»
en Escandinavia, en Rusia, en un! en la época de las grandes inundacio- (hijos de liebre y conejo) son buenos ¿Y de dónde nace á los seres así
crecido número de puntos del Asia, nes, han sido descubiertos algunos testigos, entre otros, de esta verdad: al monstruosamente engendrados esa
en las dos Américas, en el África me- granos cuya duración comprende un cabo de tres ó cuatro generaciones pos- infecundidad incontestable que se les
ridional y austral. Las floras y las número indefinido de siglos. Sembra- teriores al cruzamiento de la liebre con observa? Los darwinistas deben dar-
faunas fósiles recogidas en todos estos dos en un terreno conveniente, han el conejo, estos animalitos en nada se nos razón de este fenómeno, si quie-
terrenos han sido cuidadosamente des- producido su fruto, dotado absoluta- diferencian de los conejos comunes. ren desterrar del mundo las especies
critas; las que pertenecen á una loca- mente de los mismos caracteres b o - Lo único que pueden obtener los y sostener que cuantas hoy día exis-
lidad han sido minuciosamente com- tánicos que tenían los circunvecinos: hombres con toda su industria es ten no son en realidad sino simples
paradas con las de los otros países. la planta así reproducida se llama variar las cualidades accidentales de variedades, capaces en sí mismas de
Las regiones donde han sido estudia- Galium anglicum '. los seres , dejando siempre inmoble todo género de cruzamiento fecun-
dos los terrenos secundarios, terciarios A todos estos razonamientos, qne é intacta la sustancia que constituye do, pero esterilizadas accidentalmen-
y cuaternarios, son todavía más nu- demuestran claramente la insubsis- la naturaleza de cada uno. Podrán te por las circunstancias particulares
merosas; sus fósiles han sido descri- tencia de la teoría darwiniana, hay obtener que un caballo, v. gr., per- en que las colocó la naturaleza. Ex-
tos y comparados con tanto cuidado que añadir otro de mucho peso, y su- maneciendo siempre en la natura- traña accidentalidad, que vemos con-
como los de los lechos anteriores. De ficiente por sí solo para dar al traste leza fija é inmoble de caballo, que vertida en ley permanente y fija en
esta suerte han sido descubiertas más con todas las teorías del transformis- es lo que llamamos especie , varíe todos cuantos seres ha sido dado al
de veinticinco mil especies. Ahora mo. Este argumento está fundado en en algunas propiedades accidenta- hombre observar en todo el largo tra-
bien; estas especies están divididas la hibridación perpetua y constante les, como en tal determinado color, | yecto de los siglos históricos y pa-
en un orden enteramente diverso del de los seres organizados obtenidos en tal determinada hermosura, etc., leontológicos. Si el proceder de los
que deberían presentar, si las teorías con el cruzamiento de las especies. pero nunca lograrán producir una darwinistas no es afirmar caprichosa-
transformistas estuvieran fundadas en Por mucho que han intentado trans- nueva especie por medio del cruza- mente cuanto se les pone en el magín,
algo sólido. Ellas ofrecen además, en formar los organismos con este linaje miento de este animal con otro de contra todas las leyes de la lógica, no
lugar de caracteres vagos é inciertos, ! de ensayos, jamás han podido obte- diferente naturaleza , creando una sé qué cosa se podrá llamar gratuita
caracteres tan definidos en su género ¡ ner una clase de seres nueva que se clase de seres que se reproduzcan in- y antiracional en filosofía.
como los de las especies actuales, lo conservase por sí sola teniendo la fe- definidamente por sí mismos y dentro
«En esta teoría, escribe juiciosa-
cual prueba que son creaciones pri- cundidad de las verdaderas especies. de su particular esfera. ¿No prueba
La Naturaleza es más fuerte que mente Mr. de Quatrefages ', así como
mordiales y no derivaciones.» esto con la mayor evidencia que el
en todas las que descansan en la
No se puede dar mentís más com- todos los esfuerzos de los hombres; imaginado progreso darwiniano por
transformación lenta, la nueva especie
pleto á la teoría darwiniana. A ser éstos, no sin mucha paciencia y cons- medio de los referidos cruzamientos
comienza siempre por una variedad
ésta verdadera, las especies interme- tante trabajo, por fin llegan á conse- monstruosos no tiene fundamento al-
dotada de un carácter que al principio
dias de caracteres vagos é indetermi- guir alguna vez que se crucen entre guno en los hechos? No lo puede ob-
se halla en el estado rudimentario, y
nados no podrían faltar, porque la na- sí los animales de diferentes especies, tener el hombre á fuerza de empeño y
después se va acentuando muy lenta-
turaleza no da saltos en sus obras, y lo cual indica ya de suyo que á esta de trabajo constante, violentando la
mente cada vez más en cada genera-
porque así lo reclama la misma teoría. acción se entregan ellos forzados y natural repugnancia que tienen de
ción. Resulta de aquí q u e , entre
Mas estas especies intermedias son un contra su propia inclinación. De esta suyo los seres á las tales uniones, ¿y
todos los individuos que se van suce-
puro sueño de sus defensores, no ha- unión monstruosa , frecuentemente lo habrá ejecutado la misma n a t u r a - i
diendo, no existe jamás otra cosa que
biendo animal ni planta de la tierra infecunda, han resultado alguna vez leza con su propia espontaneidad? |
diferencias de raza. Ahora bien, ya lo
que no proteste enérgicamente contra seres mestizos que participaban de la Verdaderamente que se necesita gran-
hemos visto: entre razas de la mis-
ella. naturaleza del padre y de la madre; de afición á lo nuevo y maravilloso
pero estos seres, ó han sido absoluta- ma especie la fecundidad permanece
El mismo argumento se podría for- para tragarse sin repugnancia s e m e -
mente infecundos, ó no se han propa- constante; por consiguiente, en la hi-
mar con los granos antediluvianos, de jantes absurdos. Aun en las mismas
gado sino por dos, tres ó cuatro gene- pótesis de Darwin, lo mismo que en
razas, fruto ordinariamente de la in-
antigüedad enteramente desconocida, la de Lamark, etc., los cruzamientos
raciones, volviendo después los hijos dustria humana, se nota la tendencia
que han sido hallados en los terrenos fecundos en todos sentidos y en todos
habidos en las generaciones siguientes de los seres á volver á sus tipos pri-
formados por lo que los geólogos lla- grados confundirían constantemente
á entrar absolutamente en una de las mitivos; pues abandonadas á sí mis-
man diluvium para distinguirlo del di- la especie madre con la especie deri-
dos especies primitivas, ó en la del pa- mas, luego pierden su fisonomía y
luvio mosaico, mucho más reciente, vada que tiende á formarse. Y ha-
dre, ó en la de la madre. Los lepóridos vuelven al punto de donde partieron. 1

en su opinión. Cuenta Michelet que biendo desde el principio de las cosas


en las cercanías de Dóle, removiendo ' Constantino James, en la obra citada, pa- 1
V. Favre, La variabililédes espéces et ses limi- • 1
A. Quatrefages, Vcspccc humante, lib. I I ,
ciertos depósitos areniscos acarreados jina 21G. to.cliap. VI. l'aris, 1808.
cbap. X, u. 4, pág. 73. Paris 1880.
DE LA SELECCIÓN DARWINIANA. 835
334 EXAMEN CRÍTICO
tes de una misma especie, dando con el ser viviente no es sino el simple
producido la misma causa los mismos sobre la posibilidad de esta transfor- esto origen á los mestizos. ¿Qué con- término de una serie continua, inca-
efectos, presentaría el mundo orgáni- mación. Ya se ve sobre qué datos des- tradicción más abierta se puede esta- paz de oponer por sí mismo resisten-
co la confusión más completa, en cansa la hipótesis de esta posibilidad. blecer entre sistema alguno científico cia alguna á las innumerables y uni-
lugar del orden que todos los hombres Ahora bien; yo pregunto á todo espí- y la realidad de las cosas, para que versales influencias externas que tien-
tenemos á la vista. Por tanto, es pre- ritu verdaderamente libre, á todo hom- sea al instante desechado por todo el den á modificarlo constantemente con
ciso que Darwin y sus más exagera- bre libre de preocupaciones, que se haya que está dispuesto, ante todas cosas, más ó menos energía, puesto que en
dos discípulos admitan que, en un ocupado algún tanto en las ciencias: á seguir las reglas de la lógica? el sistema de la adaptación darwinia-
momento dado, una de las razas se ¿Sobre semejante fundamento ha de Pero es necesario desenvolver un 11a los seres organizados carecen de
hace súbitamente incapaz de cruzarse asentarse una teoría general en física poco más estas ideas, para que sea un principio interior de desarrollo, y
con las otras que la han precedido. ó en química?» puesta más en claro la referida con- sólo se desenvuelven por los impulsos
¿De dónde arrancará esta infecundi- Hasta aquí el ilustre profesor de tradicción. Los darwinistas no se can- venidos de fuera.
dad que separa las especies? ¿En dón- Antropología en el Museo de Historia san de afirmar por mil maneras que Claro está que las especies serán de
de y en qué momento se habrá roto Natural de París. Nu se puede hacer el pretendido transformismo lento é más corta duración que los géneros, y
el lazo fisiológico que une la especie más evidente la futilidad de la hipó- insensible ha existido en las edades éstos que las clases, porq'ie contienen
m a d r e a las descendientes modifica- tesis que venimos combatiendo: con- pasadas y existe en la presente; es dentro de sí un número de variedades
das, aun cuando la modificación haya tra ella protestan todos los hechos preciso, pues, demostrarles por mil respectivamente más red.icido. Aho-
sido llevada hasta el grado de formar seculares del mundo orgánico , así maneras también que esta afirmación ra bien, ¿sucede esto en la naturaleza?
la distancia que separa al buey ordi- los propios de los tiempos históricos se halla en manifiesta pugna con la Si consideramos de una manera gene-
nario del buey gnato? ¿Qué causa ha- como los pertenecientes á la Paleon- realidad de los hechos. Hagamos á ral la fauna y la flora de los diversos
brá determinado la producción de este tología. Ella pretende que nada hay este propósito algunas nuevas refle- tiempos de nuestro planeta, se nos
gran hecho, tan arraigado en toda la fijo en la naturaleza, y que todo el xiones sobre la misma materia. Y en presenta en verdad esa sucesión de
economía del imperio orgánico? En su mundo orgánico está sujeto á la trans- primer lugar, una vez establecido el organismos; mas no sucede así bajan-
libro sobre La variación, délos anima- formación ilimitada, y los hechos en- principio de la evolución continua y do á los casos particulares. Procedien-
les y de las plantas, respondía Darwin: señan que las especies nunca salen de lenta de los organismos como resul- do de este segundo modo, hallamos
«No debiendo las especies su esterili- su propia órbita, y que solamente les tado de la selección natural, por pre- muchísimas especies que han perma-
»dad mutua á la acción acumulatriz es permitido oscilar á un lado y á otro cisión hay que admitir que las espe- necido inmobles durante larguísimos
»de la selección natural, y mostrán- con las mudanzas accidentales de sus cies, los géneros, y aun las familias y siglos de existencia. Nada digo de las
»donos un grande número de consi- individuos; ella proclama la vaguedad clases desaparecen más tarde ó más muchas que se han descubierto en los
»deraciones que tampoco la deben á é indecisión de las formas orgánicas temprano de la escena del mundo, sin hipogeos de Egipto, y que todavía
»un acto de creación, debemos admi- transeúntes, que sirven de anillo para que ninguno de estos tipos pueda per- subsisten perfectamente idénticas hoy
»tir que ha debido nacer incidental- juntar una especie con otra, y la n a - manecer constante en las sucesivas día en el globo, á pesar de haber atra-
»mente durante su lenta formación, turaleza clama á grandes gritos di- épocas de nuestro globo. La vida or- vesado una duración de varios miles
»y hallarse ligada á ciertas modifica- ciendo que esta vaguedad es pura- gánica en tal caso se asemejará á los de años,, porque esto es una cosa in-
«ciones de su organización descono- mente fingida, porque todo cuanto ha diversos siglos que se suceden en el significante para los darwinistas, que
»cida.» E n las últimas ediciones del sido producido por ella en la superfi- tiempo, empujando los unos á los fingen períodos de tiempo inmensa-
Origen de las especies le hemos visto cie de la tierra y en el fondo de los otros, como elegantemente escribe el mente largos en cada una de las épo-
negarse á admitir como general la fe- mares lleva siempre las señales más autor del himno de San Vicente, már- cas de nuestro planeta. Citaré sola-
cundidad de los mestizos, apoyado en claras de pertenecer á alguna deter- tir, en los siguientes versos que se mente los restos de los pólipos que se
la razón de que no se sabe nada acerca minada especie, perfectamente limi- hallan en el Oficio español de 22 de hallan en los corales de la Florida, los
del cruzamiento entre las variedades tada y circunscrita; ella sostiene, Enero: cuales, según Agassiz ', llevan ya
(razas) salvajes. Así, para admitir la finalmente, que, en realidad, no hay
Trudnutur rapidis sácenla saecuiis doscientos mil años de vida. A éstos
transformación fisiológica de la raza en el mundo más que una sola espe-
líteursu rcvolanl irrevocabili. añadiré los huesos de cabra, que per-
en especie, hecho contrario á to- cie de seres organizados, y los hechos
dos nuestros conocimientos positivos, protestan contra semejante proposi- Porque, como sabiamente escribe tenecen al período llamado lapídeo, y
Darwin y sus discípulos rechazan los ción, hiriendo con el rayo de la este- «1 ilustre profesor de la Universidad se encuentran en los montes de Sui-
resultados seculares de la experiencia rilidad los cruzamientos monstruosos, de Lovaina, Mr. de la Vallée Pous- za. Además, antes de la época glacial
y de la observación y les sustituyen y ostentando la perenne fecundidad y sin ' , en una concepción semejante existieron especies qué todavía viven
un accidente posible y lo desconocido. La .lozanía de los legítimos, siquiera se
teoría darwinista gira toda entera hayan verificado entre razas diferen- Revue ile» questions scienlifiques, Janvier, 1877. Agassiz, De l'etpée.e, pir. l o . pág. 8 1 .
( 1
336 EXAMEN CRÍTICO DE LA SELECCIÓN DARWINIANA. 387

en nuestros tiempos, habiéndose con- cual vive todavía en los Estados Uni- Rhynchonella, al genero Leperditia de tros. «El medio físico, escribe ha-
servado, según Lyell, por espacio de dos '. ¿Quién puede calcular el tiem- los crustáceos, y al Nautilus, pertene- blando de este asunto Mr. de la Vallée
doscientos veinticuatro mil años, que po inmenso que ha debido transcurrir ciente á la clase más elevada de los Poussin, ha variado más de una vez
es un tiempo nada despreciable. Otro desde entonces hasta nosotros? moluscos, que son los cephalopodos '. en este inmenso período, como lo
tanto se diga de ciertas flores de los Así como estas especies han atra- ¿Cómo ha podido persistir tanto en atestigua muy bien la variedad mine-
Alpes, las cuales se encuentran tam- vesado tan largos períodos de dura- su misma forma todo este linaje de ralógica de las capas del país de Gal-
bién en las nevadas cimas de Sui- ción llegando intactas desde el eoceno- vivientes, si es verdadera la hipótesis les: durante el mismo intervalo se
za, en Islandia y en Groenlandia, superior hasta la época actual, no obs- deDarwin que á ningún ser organiza- han producido acciones bastante enér-
sin que aparezcan jamás en los espa- tante la múltiple y variada influencia do consiente permanecer constante en gicas para modificar la forma de los
cios intermedios, por reinar en ellos externa que necesariamente debieron un mismo estado, antes á todos ellos mares, enderezar las capas é introdu-
una temperatura demasiado elevada experimentar en tiempos y lugares los empuja irresistiblemente por la cir la célebre discordancia de las hila-
relativamente á su constitución orgá- tan distintos, de la misma manera,, senda del progreso? das de Llandovery. Por su parte, el
nica. Las plantas de donde brotan es- en los primitivos tiempos de la vida Los darwinistas pretenden desem- medio orgánico marino ha cambiado
tas flores han debido pertenecer, se- orgánica, los orthoceras angulatum, barazarse de estos hechos contrarios también de aspecto, puesto que una
gún los principios adoptados por los ibex, siibundulatum, laqueatum, y los á su sistema, diciendo que la trans- grande revolución se ejecutó mucho
darwinistas para la geografía de los trdobites Calymene Blumembachii y formación no tuvo en ellos lugar por antes de terminarse los tiempos silú-
vegetales, á un centro común, lo cual Cyphaspis megalops permanecen espe- falta de suficiente combate por la ricos: los primeros peces aparecen en
no pudo verificarse sino en un tiempo cíficamente idénticos desde el piso de vida. Es claro que por esta causa de- la escena. ¿Cómo, pues, explicar con
en que toda Europa se hallaba á la Caradoc del silurio inferior hasta los bieron de quedarse estancados los esto la inmutabilidad de estos ortho-
actual temperatura de los sobredichos Tilestones del piso silúrico superior de animales sobredichos, dada la hipóte- ceras y de estos trilobites, cuyos gé-
lugares, y que por lo mismo debe dis- Ludlow. ¿Y qué período tan largo sis darwiniana que pone como único neros, sin embargo, se prestan á tan-
tar muchísimo de la época presente, no debieron atravesar estas especies medio de transformación el combate ta variedad de formas sobre un mis-
conforme á la doctrina de los natura- cuando el terreno vertical donde han mencionado. Mas los hechos aduci- mo horizonte?»
1

listas mencionados. A esto se añade vivido contiene nada menos que cin- dos van derechamente contra la mis- Decir que en circunstancias como
que, según consta de las observacio- co kilómetros de espesor? Todavía, ma hipótesis. ¿Cómo es posible, en las que acabamos de mencionar el
nes de Lyell y Deshayes, en los ma- sin embargo, han debido vivir más efecto, que ese combate no haya exis- combate por la vida no ha tenido lu -
res actuales existen hoy día ciertos largos años las especies Atrypa reticu- tido en intervalos de tiempo tan su- gar entre los sobredichos vivientes,
lamelibranquios, que también apare- taris y Strophomena depressa, de las mamente largos, durante los cuales es afirmar una cosa contra toda ra-
cen fosilizados en el eoceno superior cuales la primera ha persistido desde las circunstancias externas han sufri- zón por sólo el empeño de salir ade-
de los alrededores de París y de la isla el silúrico medio de Llandovery hasta do tantas variaciones? Los del género lante con su sistema. El que de esta
Wight, y que, por consiguiente, han los bancos más altos del devoniano, Discina han vivido hasta en las capas manera pretende defenderse de tales
atravesado intactos épocas inmensas no cediéndole en longevidad la se- silúricas inferiores de Europa y de hechos, no hay duda que también
sin sufrir los efectos de la selección gunda. América, y en los nuestros el Océa- dará la misma respuesta al que le ob-
darwiniana. En el Mediterráneo han Si de la especie pasamos al género, no ha dado á los investigadores de los jete la persistencia de los murciéla-
sido sacados con la sonda, á una pro hallaremos una extensión de tiempo Estados Unidos gran cantidad de es- gos al través de las edades más remo-
fundidad de 6o y 100 brazas, rizópo- mucho más dilatada en que los ani- tos braquiópodos; lo mismo acaece á tas, diciendo que nunca ha tenido que
dos del género testulario, tan perfec- males han permanecido siempre los los géneros Crania, Lingula y Rhyncho- luchar por la vida este linaje de ani-
tamente idénticos á los foraminiferos mismos. El género Discina, molusco nella. El Nautilus nada hoy día en malitos. Y, sin embargo, como sabia-
de la creta blanca de Meudon y de de una clase inferior perteneciente á los mares de la India y de la China, mente observa Van Beneden, ellos
Brighton, que Ebremberg era incapaz los braquiópodos, el cual se halla hoy como nadó en otro tiempo en los ban- viven y han vivido siempre en las gru -
de distinguir los unos de los otros. día vivo en los mares calientes del cos del grupo de Quebec y en las are- tas peleándose fuertemente por procu-
MM. Jones y Paiker, autoridades mu>' Atlántico y del Pacífico, tiene repre- niscas de Terranova. Las especies de rarse el alimento, pues todos ellos se
competentes en materia de rizópodos sentantes en todos los períodos ante- orthoceras y trilobites han vivido en sustentan de una misma manera, con
vivos y fósiles, enumeran una docena riores, principalmente en los más an- el terreno silúrico tanto tiempo cuan- la caza de los mismos insectos.
de especies de rotalinas actuales del tiguos. Lo mismo sucede á los géne- to se necesitaba para formarse en La respuesta dada por estos natu-
Océano que datan de la era cretácea. ros de braquiópodos Crania, Lingula, aquellas regiones por una manera len- ralistas sería en alguna manera tole-
E n el eoceno superior de la isla de ta el enorme espesor de cinco kilóme- reble cuando nos hubieran probado
Wight ha sido descubierto un gaste - ' Véase Revue des queslions scientifiques. Jan-
rópodo pulmonar, helix labyrinthica, el vier, 1877, pág. 287. (Artículo (le Mr. de la VaUé> 1
A'éase fíeme des queslions scientifiques. Jan- \ ' Mr. Cli. de la Vallée. Reine des qucslioni
Poussin.) *¡er, 1877, páginas 281-285. ¡| scientifiques, toco cítalo, pág. 286.
388 EXAMEN CRÍTICO DH L A SELECCIÓN DARWINIANA. 33»

de antemano que la marcha general primitiva. Por tanto, estas variacio- servamos también en los terrenos con el mammuth y con el rinoceronte
de los organismos ha sido ese proce- nes no parecen sino oscilaciones tran- cuaternarios, de los cuales no se po- de narices tabicadas, hacia el período
so lento y gradual que forma la sus- sitorias; se manifiestan algunas veces drá decir con razón que no se presta- de transición, cuya fauna nos ha sido
tancia de su sistema, haciéndonos ver entre individuos contemporáneos, y ban á la lucha por la vida, habiendo conservada por el forest-bed, ha vivi-
que, en efecto, existe en los organis- por consiguiente sin influencia de las estado sujetos á una multitud inmen- do en las mismas regiones que el pri-
mos observados ese sello de continui- edades geológicas.» sa de graves perturbaciones. Ningu- mero de estos grandes mamíferos.
dad y de tendencia al progreso dicho. 4. «Entre estas 350 especies de na de cuantas especies vivieron en Tanto en las cercanías de Roma como
Mas los organismos observados nos Bohemia no existe una sola que pue- ellos nos han dejado la menor señal en la bahía de Eschscholtz, no menos
dicen todo lo contrario: si miramos la da ser considerada como fuente, mer- de tendencia á transformarse; la que en las riberas del Olenia que en Bel-
fauna y la flora de los tiempos histó- ced á sus variaciones, de una nueva no pudo acomodar su organización á turbet, en Irlanda, siempre acompaña
ricos, en ellas no vemos ni la más forma específica distinta y permanen- las nuevas mudanzas que sobrevenían al elefante primitivo. Asociado á este
mínima señal de querer ejercer un te. Por tanto, las señales de trans- en el globo, pereció irremisiblemente; proboscídeo en la Rusia de Ada, en-
progreso de esta especie. Lo propio formación por vía de descendencia en las que pudieron obviar estos incon- cuéntrasele á su lado en los aluvio-
sucede en los tiempos paleontológi- los trilobites del terreno silúrico de venientes trasladándose á los climas nes antiguos de la Europa central
cos. Mr. Barrande ha estudiado con Bohemia son completamente imper- propios de su constitución orgánica, (valle del Rhin, Schussenried, etc.),
exquisita diligencia por espacio de ceptibles.» 1
han llegado íntegras hasta nosotros, de Inglaterra (valles del O tse, del
más de treinta años los terrenos silú- No es otra la forma en que se ex- sin la más mínima mudanza en el Avon, etc.), de Francia (Blacourt,
ricos de Bohemia, examinándolos capa presa al hablar de los cefalópodos, tipo fundamental. Ahí está la obra Menchecourt, Saint-Acheul, Chauni,
por capa en un sentido vertical, y ha- pues dice que ninguna de cuantas de Mr. Dupont, intitulada L'homme Compiégne, Montmorency, Clichy,
ciéndose con un número muy grande conchas de este género han caído en pendant les ages de la pierre dans les en- Levallois, Grenelle, Etampes, Nes-
de ejemplares: la consecuencia que ha sus manos presenta la más mínima virons de Dinan-sur-Meuse, que no nos chers, Coudes, Pas-Cahis, Quatre-
sacado de sus estudios ha sido pro- traza de dar el primer paso en la vía dejará mentir. Lo que en ella se es- Coins, etc.), y aun en Italia... Esta
clamar altamente la ausencia absolu- del progreso darwiniano. Los braquió- cribe sobre la Bélgica cuaternaria especie de ciervo, por consiguiente, ha
ta del mencionado progreso en el te- podos de los terrenos ingleses, estu- tiene aplicación, con muy ligeras mo- continuado viviendo en nuestras co-
rreno citado. He aquí cómo resume el diados por Mr. Davidson, presentan dificaciones, á todos los terrenos cua- marcas después de haber desapareci-
sabio naturalista el fruto de sus tra- los mismos caracteres que los obser- ternarios del mundo. En ella se ve que do el mammuth, y ésta ha sido la
bajos en las conclusiones siguientes: vados por Barrande. A estas conclu- las especies de la época cuaternaria causa de que á este espacio de tiempo
1 . «Los trilobites de Bohemia, siones ha llegado también el natura- estaban tan deslindadas entre sí como bien circunscrito se le haya dado el
escribe, que ofrecen en sus formas la lista J. W . Dawson, comparando las las nuestras, y que varias de ellas pe- nombre de edad del reno.
señal de algunas variaciones, no pa- conchas que actualmente existen ea recieron totalmente, habiendo logra- » Cuando el equilibrio meteoro-
san de diez. Como en el día nos son las playas de los mares con sus h o - do otras emigrar á las regiones frías lógico que se había establecido en
conocidas 350 especies de esta tribu mologas de los tiempos terciarios. donde ahora todavía viven, y persis- Europa entre las diferentes estacio-
pertenecientes á esta localidad, ya se Dirigiéndose en 1875 á la Asociación tiendo idénticas las restantes hasta nes habria sido destruido por la ac-
deja entender que todavía quedan 340 americana para el adelantamiento de nuestros tiempos en los mismos luga- ción de influencias diversas, el animal,
en quienes la forma permanece inva- las ciencias, decía en estos términos: res que entonces habitaban. arrojado por estas modificaciones de
riable en toda su existencia.» «Las diversas formas que ofrecen hoy Y no se crea que la fauna de aque- los medios, se iría retirando lenta-
2. «Las variedades señaladas en día se encuentran ya perfectamente llos tiempos se hallaba muy circuns- mente con los otros mamíferos borea-
las especies que han vivido más lar- desarrolladas en el crag; de suerte crita á ciertas y determinadas regio- les á las regiones del Septentrión.» *
gamente, no se refieren sino á las di- que estos humildes moluscos habitan- nes: al contrario, el área de habi- Lo que Hamy escribe del reno en
mensiones del cuerpo, al grosor de los tes de las playas, á pesar de hallarse tación de cada especie era enton- particular se podría también , con
ojos, al número correspondiente de sujetos á las condiciones más varia- ces mucho más dilatada que al pre- muy ligeras modificaciones, aplicar á
lentejuelas, al de las articulaciones bles, siguen construyendo sus casas sente. Oigamos á Mr. Hamy hablar otros animales cuaternarios. En las
visibles del pigydium, y al de las pun- de la misma manera que hace uno ó sobre esta materia, el cual describe el grutas cuaternarias de Manster y Ey-
tas que les sirven de adorno.» dos mil siglos.» área de habitación del reno en esta zies, del valle de la Vezére, por ejem-
3. «Estas variaciones no son per- Esto mismo, ni más ni menos, ob- forma: plo, en la estación de la Magdalena y
manentes, sino puramente temporales, y «De los diferentes huesos de reno en varios terrenos antiguos de Bélgi-
en los más de los casos hemos adver- 1 Joachim barrande, Béfense des Colonies. hallados en diversas partes, resulta ca, se encuentra un gran número de
Pragne, 1870. pag. 155. (Citado por Mr. de 1»
tido una vuelta de los últimos represen- Vallée Poussin en el referido artículo de la revista
que este rumiante, que se presenta por 1
E. T. Hamy, Préeis de. Paléontologie Aumoí-
tantes de la especie á la forma típica ó belga.) primera vez en Europa , juntamente ne, pág. 149-130. Paris, 1870.
340 EXAMEN CRÍTICO D E L A SELECCIÓN DARWINIANA.

especies de aves que todavía viven en dificultad se diferencian de las silúri-


nuestros tiempos, ya en aquellas mis- cas ó primitivas. Aún se podría decir
mas regiones, ya en otras más frías, que si la serie entera de los nautilos fue-
que por esta causa se acomodan me- ra invertida de un cabo á otro en su or-
jor á su constitución orgánica. ¿Qué den cronológico , ofrecería á las teorías
prueba, pues, se puede dar más evi- (darwinianas) tantos indicios de evolu-
dente que ésta para convencernos de ción cuantos presenta en el orden real de
que los seres organizados, tales como su existencia. Esta inversión tendría CAPÍTULO XXVIII
han vivido en la realidad, se hallan también la ventaja de colocar el largo
en pugna abierta con la soñada hipó- sifón de los aturia en la edad geoló-
tesis del daiwinismo? gica de los largos sifones de los endo-
NUEVOS ARGUMENTOS QUE C O N F I R M A N LA F A L S E D A D D E L DARWINISMC*
Tan lejos están los hechos reales ceras, mientras ahora se halla, por
de atestiguar este pretendido progre- una especie de anacronismo, en las
so en las diferentes especies de seres, edades terciarias. Parece, pues, que
que antes bien los tipos más perfectos el nautilo ha sido criado y conservado
de cada una parecen haber sido tam- de propósito durante todas las edades
bién los primeros en el orden del geológicas para que sirviese de testi-
tiempo. Así lo nota Contejean en sus go irrecusable contra todo lo que nos e r o aún hay otra clase de fenó- Repentinamente se presentan t a m -
Elementos de Geología y Paleontología, enseñan las teorías sobre la evolución menos muy dignos de nuestra bién los peces hacia la segunda mitad
y así lo observa también el ilustre de las formas de la vida animal.» 1
atención, los cuales se hallan en pug- de la era silúrica, y es tanta la rapi-
naturalista Barrande, según el cual Este mismo género de mayor per- na manifiesta con la hipótesis trans- dez de su desenvolvimiento, que ya al
los paradóxides, género de trilobites fección para los primeros represen- formista que estamos combatiendo. fin de este período se cuentan cerca
que comienzan en la era cámbrica, tantes de la especie en el orden del En primer lugar, la aparición de la de unos treinta géneros distintos,
son superiores á los Philipsia, que son tiempo, debe reconocerse también en vida en el mundo no se hace sucesiva- mostrándose durante ella con carac-
los que terminan el ciclo de estos las principales tribus de los braquió- mente y por grados, como debiera ha- teres bien definidos los ganoides y los
crustáceos en la era carbonífera '. El podos y de los pólipos. Aún más: berse efectuado á ser verdadera la hi- selacios, dos órdenes de los más ele-
mismo sabio escribe que, entre las comparados los peces de los terrenos pótesis de Darwin, sino de una mane- vados de la clase. Asimismo de repen-
1.600 especies de nautílides descu- silúricos y carbonífero s con los de los ra repentina. Repentinamente se pre- te pueblan el terreno cretáceo las
biertas hasta el 1870 en la larga serie mares actuales, la victoria, según el sentan en todas las localidades los plantas dicotiledóneas, y la encina eñ
de los terrenos silúricos, las formas juicio de los paleontól ogos, no queda- nuevos organismos; de suerte que na- el período terciario. En éste se dan á
más complicadas son las que apare- ría en algunos casos por estos últi- die puede racionalmente pensar haber conocer en un modo semejante los
cen en las primeras capas; mientras mos. Los ptericthys , los cephalaspis con sido formado ninguno de ellos por una mamíferos, los cuales se desarrollan
que otras, como los ascoceras, á quie- sus placas huesosas que, apoyándose transformación lenta y gradual de los prodigiosamente, constituyéndose en
nes se podría suponer como relativa- la una sobre la otra, forman una ver- que les precedieron en el mismo terre- géneros y especies con una rapidez
mente embrionarios, no vienen sino dadera coraza; los amblypterus, los no. Es éste un hecho cierto y confesado maravillosa, bien distinta, por cierto,
más tarde . Todavía es más notable
3
palaeoniscus recubiertos de escamas por los mismos darwinistas, los cua- del proceso lento y gradual reclamado
en orden á nuestro asunto lo que afir- lisas, nada tendrían que envidiará les por esta causa acuden para expli- por la hipótesis darwiniana. «Estos
ma sobre el nautilo. «El género nau- los peces de nuestros tiempos. H u x - carlo á una nueva hipótesis, cuyo va- estudios, escribe Barrande, nos indu-
tilo, dice, puede ser considerado como ley, á pesar de su decidido empeño lor examinaremos más adelante. Re- cen á considerar como relativamente
un ser que ofrece un ciclo completo por el triunfo del transfo rmismo, sos- pentinamente aparece en las capas repentina la aparición de los trilobi-
de variaciones temporales específicas tiene que el pez más antiguo de cuan- inferiores del terreno cámbrico, en la tes de la fauna primordial silúrica, en
sin transformación. Este ciclo se halla tos hasta el presente se conocen, lla- misma aurora de la vida, toda una la cual se presentan numerosos y va-
terminado hoy día por formas que con mado pteraspis ludensis y descubierto fauna de rizópodos, anélidos, braquió- riados tipos. Este es un fenómeno se-
en la base del piso silúrico de Ludlow, podos, pterópodos y trilobites, dividi- mejante al que hemos hecho constar
no cede en nada á los siluroides a c - da en sus especies y géneros. Esto en orden á la aparición simultánea de
1
Barrande, Trilobites, pág. 13-14. mismo se ve en la formación silúrica, los cefalópodos hacia el principio de
* I d . , Dis ribulion des céphalopodes, 1870, tuales.
q. 276. (Citado por M. de la Vallée Poussin en la la cual contiene ya nada menos que la fauna segunda, y que se reproduce
Reme des questions scienlifiques, Janvier, 1877, pá- 1 Barrande, Céphalopodes, Resume general, p a - nueve mil especies diversas, todas en la aparición de los peces hacia .el
gina 296.) ginas 226-230. Prague, 1877.
perfectas y completamente distintas. fin de la fauna tercera. Nos limitamos
:342 NUEVOS ARGUMENTOS QUE CONFIRMAN
Ses-
LA FALSEDAD DEL DARWINISMO.

á citar estos ejemplos, pero todo el sin modificaciones en una enorme mas acomodadas al medio externo en
tratado de Paleontología que se quie- que por diferentes circunstancias se
mundo sabe que se repiten en todas serie de capas.» 1

ra; examínense, entre otros, los árbo-


las edades geológicas. Todas estas Y el gran naturalista Agassiz: hallan á veces colocadas, consienten-
les genealógicos de Haeckel, y se verá en perecer totalmente; lo cual prueba
manifestaciones de la vida casi repen- «Conviene no equivocarse, escribe, que en ciertas épocas el número de
tinas bajo nuevas formas típicas, al en el valor de los hechos, y no volver con plena evidencia cuan grande es la
los tipos sumamente variados que
aparecerse constantemente y por t o - á la idea de que las revoluciones físi- repugnancia natural que existe en todo
aparecen en el mismo horizonte es
-das partes con la plenitud de sus ca- cas han podido ser la causa de las di- *.ér organizado á ser transformado en
muy considerable. Tenemos, pues,
racteres distintos, están en completa ferencias que se observan entre los otro cualquiera. Mr. Godron, en su
por confesión de aquellos mismos que
oposición con la hipótesis de un desen- fósiles de los diferentes períodos. Tén- excelente obra De Vespéce et des races
quisieran hacer descender á todos los
volvimiento gradual por medio de va- gase, pues, bien entendido que, si los dans les ¿tres organisés, prueba con una
animales unos de otros por medio de
riaciones insensibles y sucesivas; por- seres organizados presentan al través infinidad de ejemplos, así propios de
transformaciones graduales y sucesi-
que esta transformación no hubiera de todas las formaciones geológicas los tiempos actuales (muchos de ellos
vas, un conjunto muy considerable
podido ejecutarse sino en una serie un orden regular de sucesión, esta su- observados por él mismo), como de
de formas muy diversas pertenecien-
indefinida de formas intermedias, de cesión también ha sido de tiempo en tes á clases, á órdenes distintos, etc ; los cuaternarios y geológicos, la rea-
las cuales no aparece rastro alguno en tiempo interrumpida violentamente en una palabra, seres enteramente di- lidad de este hecho universal y cons-
ningún lugar.» 1
por perturbaciones físicas, sin que ferentes según el testimonio de la tante, que también proclaman Conte-
De la misma manera se expresa por esto haya sufrido la menor modi- Zoología y de la Anatomía compara- jean y Agassiz, en los lugares arriba
Contejean hablando en los siguientes ficación el carácter progresivo de la da, que sin embargo son en su totali- citados.
términos: «El más interesante quizá, serie. Esto ciertamente nos prueba dad contemporáneos. ¿A qué viene á En vista de esto, pregunto yo
pero al mismo tiempo el más insolu- que el punto esencial, todo el interés parar, según esto, la genealogía? ahora: ¿dónde está la serie no in-
ole de cuantos problemas pertenecen del gran drama, consiste en el desen- ¿Diráse acaso que estos contemporá-
volvimiento de la vida, á cuya reali- terrumpida de seres sucesivamente
al estudio de la Historia Natural, tie- neos descienden unos de otros? Evi-
zación el mundo material no concurre más perfectos, que no podrían menos
ne por objeto el descubrir las causas dentemente la teoría de las transfor-
sino suministrando los elementos. La de encontrarse por todas partes, á ser
de la aparición y extinción de las es- maciones se muestra aquí imperfecta
desaparición simultánea de faunas verdadera la doctrina del progreso-
pecies. Todo lo que la observación y destituida de todo fundamento. Le-
enteras, la aparición simultánea que continuo profesada por los darwinis-
nos revela es que cada una de ellas jos de venir á apoyarla el grande he-
á ella se sigue de otras faunas, pre- tas? ¿Qué se han hecho los anillos in-
se ha presentado de repente en un de- cho que nos revela la Paleontología,
sentando en todas las formaciones termedios de la pretendida cadena
terminado nivel y con individuos al- se halla fuera de esta doctrina, y no
una gran variedad de tipos, la combi- zoológica, que en ninguna parte apa-
gunas veces numerosos, y que des- tiene otra relación con ella sino la pu-
pués de haber obtenido en un cierto nación de animales y vegetales en recen? «Si la especie del asno viene
ramente artificial establecida por el de la especie del caballo, escribía sa-
período el máximum de desenvolvi- asociaciones constantemente unidas entendimiento de quien, queriendo
miento, ha desaparecido á su vez en con determinados vínculos: he aquí biamente Buffon, esto no ha podido
unir estos seres al árbol ideal de los
otro nivel. El fin se asemeja al prin- nuevas pruebas deque el origen de los ser sino sucesivamente 3' por grados:
organismos, traza sobre un plano las
cipio; ya se extingue de súbito la es- seres organizados no puede ser atri- entre el asno y el caballo habrá debi-
ramas para unirlas al tronco. Estas
pecie á partir de la capa donde brota buido á la acción limitada, monóto- do haber una gran multitud de ani-
ramas son enteramente frutos arbi-
•con abundancia, ya sus individuos na, invariable de las fuerzas físicas. males intermedios: y ¿por qué no v e -
trarios del sistema, y no brotan en
poco á poco se van haciendo más ra- Así se ve una vez más que la inter- ríamos hoy día los representantes, los
manera alguna de los hechos.» '
ros, hasta llegar á un cierto nivel vención de un Criador se manifiesta descendientes de estas especies inter-
de una manera sorprendente en cada Añádase á esto que las especies, medias? ¿Por qué no han quedado sino
•donde cesan por completo. Las espe-
una de las páginas de la historia del así como aparecen repentinamente en los términos extremos?» Lo que
1
cies aparecen por grupos ó aislada-
mundo.» «Hay en la cuestión, escri-
1 las diversas épocas de la tierra, así Buffon preguntaba de los animales
mente, según los lugares y los terre-
be en otra parte de la misma obra, también de la misma manera desapa- intermedios relativamente al asno y
nos, y lo mismo desaparecen; en fin,
una cosa que los defensores del dar- recen sin dejar rastro de transforma- al caballo, esto mismo debemos pre-
su duración es sumamente varia; lis
winismo pasan en silencio, y que sin ción alguna en las localidades que han guntar nosotros con respecto á todas
unas, que podríamos calificar de efí-
embargo es, á mi ver, la piedra angu- ocupado. Nada más cierto que este y á cada una de cuantas especies se
meras, no se muestran sino en una
lar de todo el edificio. Consúltese el hecho común y universal en el des- conocen en el mundo universo. ¿Por
sola capa; las otras se han propagado
arrollo de la vida orgánica: lae espe- qué no han quedado sino los términos
< Contejean. Elémenls de Géologie et de Paléo»-
cies, antes de transformarse en otras extremos? Y como nosotros pregunta-
1
Barrando, Trilobites, Épreuves des théories tologie, pág. 4 6 1 . —1874. 1
Agassiz, De Vespéce, cliap. III, par. 7. Le
paléontologiques, etc. Conclusión, pag. 267. 5 Agassiz, De Vespéce, pág. 166. París, 1869. 1 Buffon, De l'Ane, lomo IV pág. 390.
Darminisme, páginas ."187-388.
344 N U E V O S A R G U M E N T O S Q U E C O N F I R M A N L A F A L S E D A D D E L D A R W I N I S M O . 345
"ba el gran Cuvier, aplastando con esta ción á los foraminíferos. Otro tanto se que, según la referida ley, deberían resultado final de nuestros estudios,
sencilla reflexión á los defensores de diga de los pólipos calcáreos debidos preceder á los verdaderos reptiles. que la observación directa contradice
la doctrina que vamos combatiendo. á ciertos ani malulos microscópicos Además, los batracios más perfectos radicalmente á todas las previsiones de
«Si las especies, decía, han cambiado que, apiñados en masas arborescen- son los que vivieron en los terrenos las teorías paleontológicas en lo que atañe
por grados, deberían encontrarse las tes, forman hoy día en los mares ca- carboníferos: así los raniceps y los pa- í la composición de las primeras fases de
señales de estas modificaciones gra- lientes del Ecuador grandes arrecifes rabatrachius tenían á veces dos metrosla fauna primordial silúrica. En efecto,
duales... ¿Cómo es, pues, que las en- y rocas no poco considerables. Si fue- de longitud. ¿Qué tenían, pues, que el estudio especial de cada uno de los
trañas de la tierra no han conservado ra verdadera la hipótesis de Darwin, pedir á nuestra pobre rana? ¿No se elementos zoológicos que constituyen
monumento alguno de una genealo- ¿no debieran hallarse estos pólipos sentiría, por el contrario, ésta en pre- estas fases nos ha demostrado que las
gía tan curiosa?» ¡Curiosa genealo- con grande abundancia en los tiem-
1
sencia de aquellos respetables vecinos previsiones teóricas están en completo
gía por cierto, que sólo se encuentra pos de la fauna primitiva, en razón suyos, tentada á desear su gigantesca desacuerdo con los hechos observados
en la fecunda imaginación de nues- de guardar tan grande semejanza con magnitud? ¿No reventaría de envidia por la Paleontología. Estos desacuer-
tros novísimos sabios los transfor- el eozoon canadense ? Sin embargo, como la de la fábula?» 1
dos son tan numerosos y tan marca-
mistas! nada de esto sucede: su aparición no Con este argumento abrumador dos, que cualquiera diría haber sido
Pero aún tenemos que indicar otro se hace sino después de las primeras acaba Barrande su admirable estudio hecha la composición de la fauna real
argumento antes que acabemos de fases de la segunda fauna del Canadá. sobre los trilobites del terreno silúri- con el determinado designio de contra-
refutar esta vergonzosa teoría. Sí la «Esta ausencia casi completa, e s - co, diciendo que, entre estos crustá- decir en todo lo enseñado por las teorías
hipótesis darwiniana fuese verdadera, cribe Mr. de la Vallée Poussin, de un ceos, los más perfectos de la fauna (de nuestros transformistas) sobre la
la marcha en el globo terrestre debie- animal tan altamente reclamado por primitiva y el eozoon canadense, de-primera aparición y sobre la evolución
ra de haber procedido siempre y por la teoría de Darwin, tipo que parece bieran haber aparecido, conforme á primitiva de las formas de la vida
todas partes de lo más simple á lo debía de haber formado montañas en- la teoría del transformismo, primero animal en el globo. Por tanto, las
más complejo, de lo menos perfecto teras, y que, si hubiera estado muy los foraminíferos, después los proto- teorías paleontológicas se hallan com-
á lo dotado de mayor perfección. Por difundido en esta época, se debiera zoarios, luego los zoófitos, más tarde pletamente destruidas por la realidad,
consiguiente, en el desarrollo sucesi- haber hallado millones de veces en los equinodermos; á los cuales debie- cuya prueba son incapaces de resis-
vo de las especies el tal progreso tantos terrenos silúricos y cámbricos ron seguir en el orden cronológico los tir. Estos resultados están en per-
exigía que al eozoon canadense, fora-como han sido explorados, esta ausen- bryozoarios, los diferentes órdenes de fecta armonía con los que nosotros
minífero ó rizópodo reticular, según cia es al menos tan chocante como la moluscos, los anélidos, y finalmente hemos colegido de nuestros estudios
la opinión de los que lo tienen por un de los protozoarios.» El mismo orden 1
los crustáceos, inferiores en perfec- sobre la primera aparición y sobre la
ser verdaderamente organizado, se inverso observamos en la clase de los ción á los trilobites, y haciendo ver distribución de los cefalópodos en los
con el breve resumen que allí pone de terrenos silúricos.»
1
siguiesen en el orden cronológico reptiles, entre los cuales aparecen pri-
otros rizópodos, como los radiolarios, mero los saurios, que tienen miem- todo su trabajo cómo las cosas han A tan abrumadores argumentos res-
los zoófitos y en general todos aque- bros propios para la locomoción, y pasado de una manera totalmente di- ponden los darwinistas diciendo que,
llos animales cuyas formas tuviesen después las serpientes, que carecen versa. Pulverizada así con tan fuerte efectivamente, la continuidad del pro -
un parentesco más ó menos cercano de ellos y se arrastran por la tierra. argumentación la hipótesis de los dar- greso vital no se ha encontrado toda-
con este primer individuo del reino Los lagartos de dimensiones gigan- winistas, no duda en escribir el sabio vía en cuanto llevan observado los
animal. De esta clase de organismos tescas y de formas diferentes tuvie- geólogo, en el último párrafo de su geólogos, pero que ya aparecerá más
debieran aparecer atestados los terre- ron su era de prosperidad durante las obra, las palabras siguientes: «Sobre tarde ó más temprano, pues deben
nos laurencianos superiores y los cám- épocas jurásica y cretácea, mientras una de las primeras páginas de estos hallarse los anillos intermedios en el
bricos, en términos que de ellos se que las serpientes no hacen su apari- estudios hemos recordado que la ob- fondo de los mares, siendo cosa sabi-
hubiesen formado masas muy consi- ción sino en los .tiempos terciarios. servación directa había maravillosa- da que con las vicisitudes de los
derables. Sin embargo, la cosa ha pa- Hasta los batracios protestan contra mente confirmado las previsiones de tiempos la forma de los continentes
sado de otra manera: los foraminífe- esta pretendida ley del progreso con- las teorías astronómicas en orden al ha sufrido inmensas transformacio-
ros no pertenecen sino á la segunda tinuo invocada por los darwinistas. planeta Neptuno. Por consiguiente, nes. Y á lo de la aparición repentina
fauna de Barrande: antes que ellos ya En primer lugar, estos reptiles meta- estas teorías se hallan en armonía de las diferentes faunas, contestan que
habían existido en la fauna primor- mórficos vienen en el orden cronoló- con la realidad. E n contraposición á el tal fenómeno no ha sido debido
dial los trilobites, género de animales gico después de los saurios, siendo así esto debemos hacer constar , como sino á las emigraciones de los ani-
articulados muy superiores en perfec- males; lo cual, continúan, explica
De la Vallée Puussin, Iiecherches geologiques,
1
' V. P. Ilaté, Dartvinisme, pág. 614 de la re-
1
Cuvier, Hisloire des révol. da globe, sixiéme en el número de 15 de Junio de 1872 de la revista vista intitulada Eludes reliqieuses, ete. Noviem-
ádit., pág. 330. belga intitulada Revue eatholique. bre, 1878. 1
Barrande, Trilobites, p á g . 284.
346 N U E V O S A R G U M E N T O S Q U B C O N F I R M A N L A F A L S E D A D D E L I I A R W 1 N I 8 M O .
317
también cómo los seres más perfectos hay que defenderla á todo trance, por- que todo el mundo conoce con el nom- bios no se espantan por eso; el espan-
en cada tipo aparecen cronológica- que así lo reclama la filosofía mate- bre de El mentir de las estrellas.to suyo está más bien en que nosotros
mente los primeros; porque ellos, rialista de nuestra época. Aplastados Acuerdóme haber leído en Constanti- los católicos no nos demos á partido,
como mejor constituidos, fueron los los partidarios del naturalista inglés no James un cuento que viene aquí dejando á un lado nuestra extrañeza,
únicos que pudieron salvarse de las con la evidencia de los hechos, ¿qué muy á pelo, y que fué referido por di- y cantando con ellos un himno fervo-
influencias mortíferas que sobrevinie- otra cosa podían excogitar sino la pe- cho autor con el fin de refutar el tal roso en loor de la materia bruta.
ron al. terreno en que habitaban, hu- regrina explicación que acabamos de recurso de los darwinistas á lo desco- El mismo Constantino James trae,
yendo á otros climas mejor acondi- oir? ¿La pretendida continuidad no se nocido. E r a un artista que había te- á propósito de la conducta darwinia-
cionados, y dejando á sus compañeros encuentra? ¿Los anillos intermedios nido la humorada de pintar un cua- na que ahora estamos censurando, el
menos fuertes que pereciesen en su que debían justificar la imaginada dro relativo al paso de los israelitas siguiente diálogo , que por ser muy
antigua vivienda bajo la acción de los hipótesis no aparecen? Pues se res- por el Mar Rojo en tiempo de Moisés. corto y expresar perfectísimamente
nuevos agentes externos. «Por esta ponde que están en el fondo de los A este fin tomó un grandísimo lienzo, nuestro pensamiento, vamos á trans-
causa, concluye Credner después de mares; ó mejor aún, para que la e s - que fijó ert su correspondiente marco, cribir aquí, traduciéndolo del original
haber expuesto sumariamente las ra capatoria sea más segura, se dice que y habiéndole dado de blanco, se con- francés. Los interlocutores son, Dar-
zones sobredichas, en la mayor parte han sido destruidos por las revolucio- tentó con poner al pie de él las pala- win por una parte, y por otra un ami-
de los casos los antepasados de una nes del globo los terrenos en que de- bras siguientes: go suyo que admira grandemente la
forma animal y los anillos con que bían encontrarse. ¿Las faunas y las
se hallan unidos, no deben buscarse floras de los tiempos pasados, mira- Paso de los israelitas por el Mar Rojo.multitud de sus conocimientos en ma-
teria de ciencias naturales. Dice así:
en un sentido vertical, ó sea los unos dos los terrenos en el sentido vertical,, Todos cuantos se llegaban á con- «Darwin.—Es preciso confesar que
sobre los otros, como ordinariamente por todas partes claman contra la so- templar aquella grande obra del inge- no me favorece la fortuna: tenía un
suele hacerse, sino sobre una línea ñada transformación darwiniana? Pues nio humano, preguntaban llenos de libro que yo apreciaba muchísimo , y
inclinada que puede ser rota en forma se escribe que hay que mirarlos de sorpresa: ¿Pero dónde están los israeli- me lo acaban de devolver todo des-
de zeta por la irregularidad de las os otro modo, ó sea «en una línea incli- tas? A lo cual respondía muy serio trozado.
cilaciones. Un corte vertical por una nada que puede ser rota en forma de- nuestro hombre: Ya han pasado. Y I »El amigo.— Esto no me admira;
serie de capas hecho en estas condi zeta por la irregularidad de las osci- preguntando ellos en seguida por los lo mismo suele hacerse con todos los
ciones, aun sobre depósitos separados laciones terrestres.» ¿No es esto echar- egipcios, que tampoco aparecían en demás.
por un débil espesor, pondría en exhi- se á idear por puro capricho? ¿En qué la pintura: Los egipcios, contestaba, no itDarwin.—Sí; pero lo que hay de
bición estadios de desenvolvimiento linaje de filosofía está permitido h a - han llegado todavía. Finalmente, como más extraño es que las hojas impares
de una forma animal, muy apartados cinar una sobre otra las hipótesis para tampoco se viese allí el más mínimo I son las únicas que faltan; hallándose,
los unos de los otros. Los primeros sostener una doctrina á s i vez hipo- vestigio de paso alguno de ningunacla- por el contrario, intactas las que tie-
que llegan á un terreno en estas emi tética é incierta? «Cuando las hipóte- se , y esto produjese naturalmente en nen el número par.
graciones de que vamos hablando, sis descansan sobre un principio me- los espectadores más admiración y ex-
«El amigo. — No te entiendo.
aparecen tan aislados entre las espe- ramente conjetural, escribe sabiamen- trañeza que todas las demás circuns-
»Darwin.-— ¡No me entiendesl Pues
cies de la fauna hasta entonces domi- te Cuvier, y luego por otra parte ne- tancias del cuadro: No se extrañen uste-
es la cosa más inteligible del mundo.
nante en aquella localidad, tan per cesitan de otras uu evas conjeturas des, les decía, que, como las aguas del
De cada dos páginas, una ha desapa-
fectamente separados de todo lo que para dar razón en particular de cada mar lo cubrieron todo al tiempo de la te-recido. E l recto existe, pero no el verso.
allí les rodea, que se ha dado el nom uno de los hechos, entonces no existe rrible catástrofe,no ha quedado nada á¿la Entiendes ahora ? Mas no es esto
bre de colonias á las regiones muy li en ellas cosa alguna científica, sino vista, y así el paso se supone estar en eltodo. Figúrate que , para colmo de
mitadas donde se han establecido es- que son un mero juguete del espíritu, fondode las aguas. Esto es cabalmente,
que nada tiene de común con la cien- burla , las páginas conservadas son
tos gastadores.» 1
al pie de la letra , lo que hacen nues-
cia sino solamente el nombre.» 1 precisamente las que condenan mi
Como se ve, con semejante mane tros darwinistas para pintarnos el
sistema , mientras que las restantes,
ra de defender la evolución darwi El acudir siempre á lo desconocido cuadro de la evolución lenta y pro-
donde debía hallarse asegurado mi
niana no se hace, en sustancia, sino y problemático para soltar las difi- gresiva: ni los más mínimos vestigios
triunfo, son las que han desaparecido
confesar rotundamente que, aunque cultades sin cuento que, á mane ra de de fenómeno semejante aparecen en
por completo.»
opuesta á la realidad de los hechos torrente devastador, se echan sobre el cuadro de la naturaleza ; ninguno
«El amigo, continúa el autor cita-
una doctrina problemática é incierta, de los anillos intermedios que unan in-
do, reflexiona un instante, mira á su
• Credner, Traite de Géologie et de Paléontolo me parece muy semejante á aquello mediatamente á unos seres con otros,
interlocutor para asegurarse si habla
gie, traducido del alemán por R. Monier. Sixiéme y que indiquen el paso de la evolución
partie. Géologic liislorique. Introduction, part. 4
1
Cuvier, Dictiunnaire des scienci naturelleS) de veras, y viendo que, en efecto, no
por aquella parte. Pero nuestros sa-
pág. 329. París. 1879. 1829. Art. Géologic. se chancea, se despide de él lleno de
S48 NUEVOS ARGUMENTOS QUE CONFIRMAN
LA FALSEDAD DEL DARWINISMO. 349.
tristeza con un pretexto cualquiera, iocupan las regiones más ó menos ex- guas como las hondonadas que las que si ciertas capas han sido demoli-
murmurando entre dientes: Está he- \ploradas por los geólogos... separan '. Los lineamentos de Amé- das y destruidas para siempre con los
cho; estos sabios todos tienen alguna caída «Sin embargo, aunque todo esto es rica y de Europa estaban ya traza- fósiles en ellas contenidos, estas mis-
de las suyas.» 1
muy verdadero, existen circunstan- dos en la época cámbrica. Las vicisi- mas capas atestadas de restos orgáni-
Los darwinistas, en efecto, siguien- cias geognósticas con las cuales que- tudes tan varias de las épocas fosilí- cos subsisten un poco más lejos y
do las huellas de su maestro , usan da justificada la confianza que deben feras, las retiradas y los movimientos cubren la superficie de países enteros.
precisamente el mismo lenguaje que inspirar los resultados obtenidos por alternativos del m a r , evidenciados Aquí han desaparecido mármoles ca-
acabamos de ver en este diálogo; y la observación. Atendiendo á ellas, con la estructura de los terrenos , se lizos, allí piedras areniscas; más ade-
tan lejos están de chancearse, que podemos muy bien pensar que los han realizado principalmente en una lante han sido respetadas las margas
antes por el contrario se sirven de él tales resultados no variarán jamás, zona litoral de anchura varia y sujeta fáciles de desmenuzar, pertenecientes
con mucha formalidad para explicar no obstante las modificaciones secun- á oscilaciones frecuentes. Estas espe- á una misma época geológica. Tal es
la ausencia de la continuidad referi- darias que no dejarán de introducirse cies de mesetas submarinas, pedesta- la irregularidad de los agentes que
da. «No podemos, escribe Credner á en los tiempos venideros con el pro- les de los continentes, son las que cincelan la superficie del globo: si no
este propósito , tener conocimiento greso de los conocimientos.» Luego
1
con sus movimientos verticales en hay privilegio absoluto para la dura-
sino de una parte sumamente limita- enumera y prueba largamente el sabio sentidos contrarios han producido los ción, tampoco existe para la destruc-
da é incompleta de los animales y de profesor estas circunstancias en tér- cambios en los contornos de las tie- ción. Todo hombre entendido en geo-
las plantas pertenecientes á los pe- minos que ningún entendimiento rec- rras emergentes. A causa de estas logía sabe que existen, no sólo pisos
ríodos antiguos; y para hablar con to y no cegado por la pasión puede de- mudanzas ya se encontró el continen- poderosos, sino también capas muy
Lyell y Darwin, la historia de la tierra jar de rendirse á la verdad de la pro- te europeo cortado por los mares in- delgadas extendidas sobre superficies
que tenemos á nuestra disposición se posición por él enunciada, dicien- teriores, como el que en la época mio- inmensas. El gran lecho hullero de
halla escrita en un dialecto que ha ¡do do que es manifiesta la suficiencia de cena unía los lagos de Kronstad y de Pittsburg.en el lago de los Apalaches,
variando progresivamente, y del cual los datos ya obtenidos por la obser- Viena con los de Constanza y de Ber- cuyo espesor no pasa de uno ó dos
no poseemos sino el último volumen, vación para formar un juicio cierto y na; ya formaron parte de la tierra metros por término medio, ha sido
relativo á algunas partes aisladas del decisivo en contra del darvvinismo. firme ciertas islas, Inglaterra se unió reconocido y explotado en una gran
globo, y aun este volumen no lo co- Nuestros lectores nos permitirán que con Francia, Irlanda con Escocia, y multitud de lugares que forman la su-
nocemos sino por algunos capítulos pongamos aquí algunos trozos en que probablemente el Spitzberg con la La- perficie de cincuenta mil kilómetros
en los cuales se han conservado algu- está resumida, por decirlo así, toda la ponia. Los geólogos americanos lle- cuadrados. El esquisto cuprífero de la
nas pocas líneas correspondientes á sustancia de su vigoroso razonamien- gan á conclusiones análogas á éstas Turingia raras veces pasa de sesenta
cada una de sus páginas.» s
to. «La primera circunstancia, dice, en el estudio de su propio país. De ó setenta centímetros de espesor; sin
Pero poco les vale tan miserable consiste en que en las capas fosilíferas donde se sigue que casi la totalidad embargo, se le encuentra con su as-
escapatoria: el camino está cerrado accesibles y que constituyen el suelo de las capas sedimentarias , por las pecto mineralógico, con su riqueza de
por todas partes , y no les queda otro de los dos continentes , están repre- cuales están constituidos nuestros sis- minerales, con sus numerosas huellas
recurso sino confesar de plano la fu- sentadas todas las fases esenciales de temas geológicos, se han formado en de ganoides á más de]¡trescientos ki-
tilidad de sus cavilaciones. «Los dar- la historia de la vida sobre el globo, los mares , á una profundidad que lómetros de distancia. El lecho pudin-
winistas, escribe sabiamente Mr. de la siendo estas capas donde la variación raras veces va más allá de cuatrocien- giforme con huesos de peces que pone
Vallée Poussin, abusan de los vacíos de las circunstancias físicas ha debi- tos ó quinientos metros , y con fre- fin al piso rético del trías, es todavía
de la Paleontología, no sólo por su do dar origen á la mayor variedad cuencia no llegan aún á tanto.» más admirable, porque se le encuen-
8

importuna costumbrede acudir á cada posible en el número de las exis- «La segunda circunstancia, conti- tra poco más ó menos el mismo en
paso á lo desconocido, afirmando que tencias. Las mayores autoridades de núa el citado escritor, proviene del Inglaterra, en el Dorset, en la Lore-
más tarde ó más temprano se halla- la geología contemporánea piensan área en que se han ejecutado ya las na, en la Borgoña,'y hasta en Suabia,
rán las pruebas de sus ideas, que no que las profundas depresiones del At- investigaciones de los sabios... Dar- á pesar de que no pasa frecuentemen-
han aparecido hasta ahora, sino tam- lántico , del Pacífico y de los otros win , preocupado por las necesidades te su espesor de una ó dos pulgadas
bién exagerando los mismos vacíos. Océanos se remontan hasta las pri- inglesas.» 1

de su causa, ha exagerado extraordi-


No hay duda que mirando una carta meras edades de la tierra , y que las nariamente los efectos de la erosión Vanamente, por tanto, recurren los
geográfica del globo entero , como el. protuberancias sobre las cuales des- causada por los mares. Consúltense darwinistas á los vacíos de los terre-
planisferio de Mr. Marcou, se admira• cansan los continentes, son tan anti- los documentos del suelo , y se verá nos geológicos, causados por la ero-
uno de'la poca extensión relativa que sión de las aguas y por otros acciden-
1
De la Vallée l'oussin, Paléonlologie el daruii- 1
Credner, Elemenls der Geologie, 2." e d i c ,
< Conslantin James, L'hommc sinye, pág. tl!2. nisme. p a r . 5, publicado en la Revuc• des quei- I872, p á g . |3íi.
'- Credner, loco cilalo, par. 2 , pág. 328. I lions scknlif. Janvier, 1877, pág. 307. - He la Yallée Poussin, loco cítalo, p á g . 3 0 8 . i Mr. de la Vallée l'oussin, loco citito, pág. 311.
350 NUEVOS ARGUMENTOS QUE CONFIRMAN LA FALSEDAD DEL DARWINISMO. 351
tes terrestres; vanamente también se rrenos recientes como de los antiguos, confianza muchos sabios de los años el desarrollo de la vida. Pero nada de
excusan con lo limitado de las obser- debería ser ese tránsito lento é insensi- pasados: el silurio de una región no esto aparece: sabemos cuál ha sida
vaciones practicadas por los sabios; y ble, y lo extraordinario el paso repenti- corresponderá, cronológicamente ha-realmente el orden cronológico de los
vanamente , por fin , añaden que los tino. L a razón de ello es muy clara; llando , al silurio de otras muy apar terrenos desde el principio de la vida
anillos intermedios de su soñada ca- porque lo natural es lo ordinario, y lo tadas , y lo mismo se entienda del orgánica hasta nuestros días; sabe-
dena existen ocultos en el fondo de ordinario sólo por accidente suele fal- devónico, del carbonífero, del pérmi- mos, por consiguiente , dónde debie-
los mares. Lo observado hasta aquí tar en todo género de cosas ; que las co, etc., etc., lo cual se halla en per- ran encontrarse los anillos de cada
es más que suficiente para conven- perturbaciones del globo, por grandes fectísima armonía con lo que nos- orden que faltan, y que buscamos con
cerse de que los tales anillos no exis- que se las quiera suponer, no son capa- otros dejamos observado al hablar de tanto anhelo para unirlos á los que ya
ten sino en la imaginación de quien ces de alterar la fisonomía general de los días genesíacos, citando unas pa- poseemos , y formar así una cadena
todavía los acaricia con el fin de sos- la naturaleza viviente. ¿No han queda- labras de Credner. Pero por lo que continua, tal como la fabricó la madre
tener una idea hoy puesta en boga por do perfectamente delineados los perío- atañe á la transformación indicada, naturaleza; pero esta picara dueña ha
los secuaces de la filosofía incrédula dos de la vida, á pesar de todas estas la aparición repentina de los tales vi- tenido siempre y en todas parles la ma-
y atea. Si el libro de la Historia Natu- perturbaciones pasajeras y, por decir- vientes no deja de ser un argumento lísima maña de ocultarnos sus des-
ral es un libro á que ha sido arranca- lo así, momentáneas? ¿No se recono- que la derrota por completo. Cuando perdicios.
da una multitud de hojas, también es cen clarísimamente los terrenos que hicieron sus emigraciones los men- A lo que acabamos de escribir , no
verdad que de él no ha sido sacado un se han sucedido en el tiempo, de suer- cionados animales , ¿cómo no se 11 faltará ciertamente entre los adversa-
ejemplar único , sino un número in- te que puedan ser colocados por los varón consigo la cadena biológica d rios quien responda que continuamen-
calculable, habiendo sido escritas cada geólogos en una serie vertical , no nuestros sabios, que en ninguna part< te va caminando la ciencia con sus
una de estas hojas simultáneamente obstante las referidas perturbaciones? aparece? Por ventura , al trasladarse nuevos inventos hacia el lugar desde
en muchísimos lugares. Así es que ¿Y por qué esto, sin.o porque los tales ellos á aquellas regiones huyendo de donde se descubran esos preciosos
con todas estas hojas borradas aquí y terrenos constituyen la marcha gene- la influencia mortífera que se iba in anillos , porque á cada paso se están
acullá, pero repetidas en gran canti- ral llevada por la naturaleza en todo troduciendo en el país habitado á la encontrando en los terrenos geológi-
dad, se puede adquirir, y se ha adqui- el globo? Pues lo mismo hubiera s u - sazón, ¿no se sintieron impulsados á cos nuevas especies intermedias entre
rido en efecto, una idea general bas- cedido con las transformaciones len- hacer otro tanto los innumerables las ya conocidas , lo cual da fundado
tante completa de lo sustancialmente tas de la vida orgánica, si éstas hubie- seres de orden inferior que con ellos motivo para esperar que por fin se
contenido en él, siquiera haya mucho ran sido el camino común y ordinario- vivían? ¿Cómo es, pues, que llegaron llegará á encontrar la cadena conti-
que desear todavía con respecto á al- por donde ha pasado la naturaleza en ellos solos , rompiéndose así , siem- nua ideada por el darwinismo. Sí;
gunos puntos particulares de menor los largos años de continuo trabajo pre y por todas partes la cadena, y no como añadiendo puntos y más puntos,
importancia. que lleva desde la aparición de los dejando en el mundo sino anillos colocándolos entre dos determina-
Pero aunque no se tuviera una idea primeros organismos. sueltos, incapaces de unirse inmedia dos extremos, se llegará por fin á for-
tan cabal como la que se ha adquirido Y con esto qued a destruida t a m - tamente sino por medio de otros que mar una línea continua. La línea ver-
ya con respecto á los terrenos geoló- bién la razón que alegan los darwi- nadie ha visto y que se finge estar en dadera
el y matemática no es un mero
gicos, el solo hecho de no encontrarse nistas para explicar la aparición re- fondo de los mares, ó haber sido destrui- agregado de puntos yuxtapuestos, por
en ninguna parte ese paso insensible pentina de los diferentes organismos- dos por los agentes de la naturaleza?pequeña que se quiera suponer la dis-
de una forma orgánica á otra, es por en cada una de las épocas de la vida ¡Cosa particular ! En ese continuo tancia con que distan unos de otros;
sí un argumento suficiente para echar sobre el globo. Demos á los tales es- pelear por la vida , siempre y en todas
así, intercalando puntos entre los
por tierra todo el castillo aéreo del critores que los animales hayan emi- parles salen libres de la batalla una
ya existentes , y poniéndolos en una
transformismo que en su loca imagi- grado en los tiempos antiguos de un sola clase de combatientes: los sar-
misma dirección, jamás se podrá ob-
nación se han fabricado los secuaces punto á otro , como sabemos haberío- gentos solos son los que se salvan; to-
tener la línea dotada de verdadera
de Darwin. Si la naturaleza hubiera ejecutado en períodos más recientes. dos los cabos que están junto á ellos,
continuidad. Pues esto mismo suce-
formado los seres vivientes de esa ma- ¿Se habrá salvado con esto la doctri-. perecen; de los soldados rasos no que-
derá siempre en el mundo orgánico
nera lenta é insensible que se preten- na fundamental del darwinismo, con- da jamás ni uno solo para muestra.
con respecto á la soñada cadena de
de, la tal manera debiera hallarse sistente en la transformación lenta y ¿Y al menos no se les encontrará
los darwinistas, por más que den con
claramente esculpida en todas y cada gradual de los organismos? De nin- muertos siquiera en el terreno donde
nuevas especies capaces de ser inter-
una de las etapas de la vida terrestre, guna manera: lo que se habrá conse- han tenido la desgracia de perecer?
caladas entre las ya conocidas. Los
antiguas y modernas; de suerte que guido únicamente será destruir uno De esta suerte reanudaríamos los ani-
anillos que faltan para formar la pre-
lo ordinario en el mundo orgánico de los fundamentos de la cronología, llos de la cadena rota , y hallaríamos j
tendida cadena han de adaptarse de
patente á nuestra vista, así de los te- geológica en que habían puesto su por fin el tránsito de la naturaleza en I
tal modo á los ya conocidos, que se
352 NUEVOS ARGUMENTOS Q U E CONFIRMAN LA FALSEDAD DEL DARWINISMO. 353

continúen con ellos perfectísimamen- E s verdad que sobre algunos seres nario juzga con rectitud y sólo se para devorarse los unos á los otros,
te, como si codos-juntos constituye- organizados andan dudosos los natu- equivoca por accidente. El error no siendo así que Dios no ama la gue-
ran una sola pieza; esto es lo que pide ralistas, sin saber á punto fijo si de- es sino una desviación accidental de rra, sino la paz, ni se entretiene en
la ley de continuidad invocada por los ben ser colocados en tal ó cual espe- la verdad, y ésta el camino recto y producir seres para destruirlos.»
tales naturalistas. ¿Se obtiene esto cie, de lo cual han pretendido tomar trillado por donde caminan las inteli- A este género de transformismo se-
intercalando nuevas especies entre las fundamento algunos partidarios del gencias abandonadas á su propio im- miespiritualista han apelado algunos
ya conocidas? De ninguna manera; transformismo para negar rotunda- pulso. darwinistas mitigados, deseosos de
como no se obtiene jamás una cir- mente la existencia de las verdaderas «Todo esto está bien, responden á explicar con él sin tropezar por una
cunferencia aumentando los lados de especies. Pero esta indecisión por lo que acabamos de escribir contra parte con las dificultades del darwi-
un polígono. Mientras haya especies parte de los hombres nada prue- Darwin los defensores de la transfor- nismo rígido que acabamos de refu-
intercaladas , faltará la continuidad ba, sino lo corto de nuestros conoci- mación repentina malamente llama- tar, y sin acudir por otra á la acción
apetecida; como no habrá circunfe- mientos: examinen los sabios con di- dos heterogenistas; pero ¿por qué noenteramente sobrenatural de la divina
rencia en ninguna línea cerrada que ligencia los organismos en cuestión, podremos admitir que la naturaleza, Inteligencia. Uno de éstos es Hart-
esté compuesta de verdaderos lados. y si llegan á adquirir con este examen ya sea por ciertas circunstancias raras mann, quien, después de haber refu-
¿Qué importa, por consiguiente, el un conocimiento pleno de los mismos, y excepcionales, ya por la interven- tado el transformismo lento y gradual,
que nuestros transformistas nos trai- bien pronto sabrán el lugar que á cada ción libre de alguna inteligencia an- ya por la falta de continuidad que se
gan el archaeopterix y el odontornix, uno de ellos corresponde en el cuadro gélica que imprimió una dirección de- advierte entre los diversos seres del
especies intermedias, el primero entre de la creación entera. Los que, apo- terminada á ciertos agentes físicos, mundo orgánico, yaporque, aun cuan-
las aves y los anfibios , y el segundo yados en semejante ignorancia de las avanzó en el camino de la vida, no do existiese, podría ser meramente sis-
entre las aves y los mamíferos, noví- cosas, toman de ella pie para negar con un movimiento continuo, sino temática é ideal y no genética, ó sea
simamente descubiertas? ¿Qué hacen en absoluto la existencia de las espe- por saltos, criando de repente nuevas producida por la descendencia física,
al propósito de que vamos tratando, cies, se parecen en su manera de ra- especies que se moviesen en curvas escribe que «la hipótesis más proba-
ni el mastodonsauro, ni elornithocé- zonar á los que negasen la existencia cerradas y perfectamente distintas de ble es que el primer huevo de la espe-
falo, ni otro animal cualquiera de al- de la moneda, porque en algunos ca- las demás, y luego permaneciendo cie nueva nace en el ovario de una es-
guna determinada especie ? ¿Todos sos es difícil discernir la verdadera de constante en la nueva etapa hasta que pecie madre, debiendo su existencia á
estos animales no tienen sus caracte- la falsa, ó al que confundiese en abso- una feliz casualidad ó un empellón la modificación de las circunstancias
res bien propios y marcados, por los luto los hombres con los árboles, por- repentino, causado por alguna sabia embriogénicas acaecidas en la prime-
cuales cada uno de ellos se halla cons- que no puede establecerse entre unos inteligencia, le hiciese dar un paso ra etapa de la evolución.» El funda-
1

tituido en su particular especie, sin y otros una diferencia clara y precisa más en la senda del progreso? Porque mento en que se apoya no es cierta-
poder ser confundido con los demás? con la tenue luz del crepúsculo. Si es cosa clara que este progreso ha mente la observación de los hechos,
Pues entonces , ¿qué tiene que ver fuera verdadera la hipótesis de Dar- existido: basta echar una simple ojea pues éstos en nada le favorecen, sino
ninguno de ellos con la soñada cadena win, la indecisión de los sabios no da sobre las diferentes épocas de la el principio filosófico de que omne vi-
de los darwinistas? Lo que hacen, sí, debería versar sobre estos puntos, Historia Natural para convencerse de vum ex ovo et omne ovum ex ovario, y
es protestar contra ella , porque todos sino sobre otros enteramente contra- que la vida ha seguido en el globo por consiguiente debe ser rechazado
tienen sus formas propias y bien de- rios; es decir, lo ordinario entonces una línea ascendente, comenzando el dogma de la creación ex nihilo.
terminadas, contra lo exigido por la debería ser que halláramos confundi- por los organismos más sencillos has- Esta opinión, empero, se halla todavía
hipótesis transformista. Fuera de que dos los organismos sin poderlos dis- ta llegar á la organización del hom- más destituida de verdaderos funda-
estas especies intermedias, que tanto cernir sustancialmente unos de otros, bre, la más complicada entre todas y mentos que la defendida por el autor
cacarean los de la nueva escuela para porque, en realidad, así estarían en la la última de todas ellas en el sucesi- del Origen de las especies; y va, no
sacar triunfante su transformismo, las naturaleza, y que sólo por accidente vo orden de los tiempos. Este fenó- menos que ella, contra los principios
más de las veces han vivido simultá- se nos representasen alguna que otra meno sin duda ha debido ser causa- de la sana filosofía. De ella escribe
neamente con las otras, á que sirven vez revestidos de cierta apariencia de do, como los demás, fenómenos de la Quatrefages las siguientes palabras:
de vínculo común, y por lo mismo distinción que nos moviese á juzgar naturaleza, á saber, por la fuerza de «Todas cuantas teorías partan de la
ningún parentesco real pueden tener equivocadamente sobre ellos. Porque los solos agentes naturales; de otra transformación repentina merecen una
con ellas, exigiendo la teoría de la nuestro entendimiento, en el juicio suerte, nos veríamos precisados á sa- censura todavía más grave, cual es
evolución, que la especie transeúnte que hace de las cosas contenidas den- car á la escena á cada paso la acción
deje de existir cuando ha tomado una tro de la esfera de su propio objeto, creadora del Todopoderoso, y atribuir V. de Harlm.'inn, Le darirint'sme, ce iju'il ya
1

nueva forma en la especie transfor- cuales son ciertamente los seres vi- á Dios mismo la producción de unos de vrgt et de fan.c dans cettc l/iéorie, Iraditil de
mada. vientes del mundo sensible, de ordí- seres que viven en continua guerra l'allemand par (¡eurgrs (Iiiérnull. París. 1878, pá-
gina 26.
NUEVOS ARGUMENTOS Q U E CONFIRMAN LA FALSEDAD D E L DAKWINISMO.

dejar sin explicación de ninguna cla- la ciega casualidad, es propio de quien, de las causas, y á efectos diferentes tas propiedades accidentales, sufra al-
se los grandes hechos generales que ó no sabe lo que se dice, ó ha perdido no podemos menos de asignar causas guna variación más ó menos profunda.
presenta el imperio orgánico. No bas- rematadamente el juicio, que para el también diferentes; obrar de otra ma- Los mismos cruzamientos monstruo-
ta explicar con una hipótesis cual- caso viene á ser lo mismo. Sería, nera sería arruinar por completo la sos y preternaturales llevados á efecto
quiera la multiplicación y la sucesión pues, necesario atribuir estos saltos filosofía y caer en el más absurdo entre seres de especies diferentes,
de los tipos principales ó secundarios: á la Naturaleza en cuanto dirigida pirronismo. Ahora bien ; los efectos dejan siempre el fruto espurio de ellos
lis preciso, sobre todo, dar cuenta de por la sabia mano de alguna inteli- constantes, universales y uniformes resultante, dentro de la órbita genéri-
las relaciones que unen á estos tipos gencia ordenadora. Mas ni con esto que vemos producirse por cada una ca en que se mueven sus progenito-
entre sí, del orden que reina en todo se adelanta nada; porque, como ya lo de las diferentes especies de seres, res; y para que no pueda resultar de
este conjunto de cosas, el cual se ha hemos advertido más arriba, este li- siempre que se halla libre su propia ellos un cambio radical en el mundo
conservado desde los tiempos geoló- naje de fenómenos tan extraños n o actividad y no impedida por ningún orgánico, borrándose los límites con
gicos hasta los nuestros al través de lo puede producir la Naturaleza con obstáculo, son propios y exclusivos de qué cada especie está contenida den-
las revoluciones del globo y á despe- solas sus fuerzas propias, aun pues- cada una de ellas: por donde legíti- tro de su propia esfera, la Naturaleza
cho de los cambios sufridos por las tas bajo la acción de una sabia inte- mamente concluimos que también la hiere á estos seres extraños con el
faunas y las floras. ligencia que las gobierne. La razón actividad interna y la sustancia mis- rayo de la esterilidad, y les impide
»E1 accidente sin regla, sin ley, in- de ello es muy clara: porque ni la na- ma en que ella radica, deben serles propagarse por sí solos en línea recta
vocado como causa inmediata de las turaleza sensible ni nadie se puede le- propias y peculiares, en términos que y con el movimiento característico de
transformaciones específicas, es evi- vantar con sus solas fuerzas más arri- jamás puedan refundirse las unas en las especies verdaderas. La vecindad
dentemente incapaz de interpretar ba de su propia esfera; el progreso no las otras. suma en que se hallan colocadas a l -
este grande hecho; y no explica tam- es posible á criatura alguna sino den- E s , pues, evidente á todas luces gunas especies, conforme al plan in-
poco la generalidad de los tipos fun- tro de la órbita que de su propia con- que las causas naturales no pueden finitamente múltiple y perfectísima-
damentales, ni las afinidades directas dición le pertenece. ¿Se dirá, por ven- producir con la sola eficacia de su pro- mente uno del Criador, hace posibles
ó laterales que existen entre sus de- tura, que estas órbitas no son abso- pia virtud transformación alguna del esta suerte de cruzamientos mons-
rivados.» ' lutamente cerradas de suyo, y que los género indicado, ora se considere esta truosos y no enteramente infecundos;
A estas graves palabras del ilustre agentes naturales pueden, rigurosa- eficacia abandonada á sí misma, ora porque entre las especies de un mis-
naturalista, que bastan por sí solas mente hablando, pasar de la una á la se la suponga colocada bajo la simple mo género hay una cierta semejanza
para refutar la hipótesis mencionada, otra, á causa de no mediar entre ellas dirección de una inteligencia ordena- de parentesco por lo muy parecido de
tenemos nosotros que añadir algunas diferencia alguna verdaderamente esen- dora. L a s felices casualidades ó los la constitución orgánica que reina en-
otras, encaminadas á este mismo ob- cial é intrínseca? Pero esta afirmación repentinos empellones que experi- tre ellas; de donde es natural que re-
jeto de hacer ver su nulidad é insub- es contraria á toda sana filosofía: la menten estas causas, nunca podrán sulte también esa fecundidad limita-
sistencia. Por de pronto, salta á la persistencia perenne de las especies sacarlas fuera de sus propias órbitas. da que da origen al híbrido, especie
vista que todo cuanto hemos escrito que hemos observado en lo que deja- Dentro de estas órbitas, merced á lo aparente y verdadero simulacro de las
contra Darwin atacando el origen ca- mos escrito; su esfuerzo inmenso anormal de sus circunstancias, ejecu- reales y macizas.
sual de los organismos, se presenta para conservarse cada una en su pro- tarán ellas ciertos movimientos irre- Produce una grande ilusión en los
aquí con toda su fuerza contra los que pio ser, no obstante la acción conti- gulares, que tendrán por último resul- transformistas la marcha ascendente
explican estos saltos generadores pornua de los agentes exteriores que tado lo que vulgarmente conocemos de la Naturaleza en la producción de
medio de una feliz casualidad de los tienden á modificarlas; su empeño con el nombre de monstruos; pero es- los organismos, cada vez más perfec-
agentes naturales. L a naturaleza sen- constante, universal y uniforme en tos mismos monstruos atestiguarán tos, que en general han poblado su-
sible no es capaz de semejantes ca- perecer del todo antes que sujetarse á la estabilidad de la Naturaleza, per- cesivamente el mundo desde el apa-
sualidades, máxime cuando se hallan las mencionadas leyes del transfor- maneciendo, á despecho de los trans- recimiento de la vida hasta nuestros
éstas repetidas en una escala tan mismo, están diciendo á grandes v o - formistas, en la órbita misma de sus días. Porque ven que esta marcha as-
enorme, cual se nos presenta en el ces que en cada una de ellas existe propios padres. Examínense cuanto cendente ha existido, al instante con-
gran panorama del universo con toda una naturaleza intrínsecamente di- se quiera los monstruos que hasta el cluyen que en la producción de este
la inmensa multitud de sus complica- versa. L a razón humana no puede presente han producido los agentes fenómeno no han intervenido sino
dísimos organismos, y con todo el ad- conocer la naturaleza interna de las del universo, y nunca se verá en ellos las solas causas naturales, sin refle-
mirable conjunto de sus leyes, perfec- cosas sino por los fenómenos exter- el nacimiento de una especie verda- xionar sobre si estas causas tienen en
tamente estables. Atribuir todo esto á nos con que éstas desenvuelven su deramente nueva: el fondo siempre sí ó no suficiente virtud para un efec-
interna actividad y se dan á conocer queda en ellos el mismo, aun cuando to de esta clase, y sin advertir que la
1
De Qualrefages, l.'espéce kumiine. lili. I I , al exterior; por los efectos j u z g a m o
s la forma exterior, consistente en cier- fijeza absoluta de las especies, procla-
chap. X, pág. 06. París. 1880.
856 NUEVOS ARGUMENTOS Q U E CONFIRMAN
LA FALSEDAD D E L DARWINISMO.
86T
mada en cada una de las páginas de lienzos están colocados sistemática-
1
en la última consecuencia de su dis- externas del medio en que vivieron,
la historia del mundo orgánica por mente, y donde los cuadros de las di- curso. La filosofía y la lógica no sólo su virtud interna? De esta suerte ten-
los fenómenos de la Naturaleza, nos ferentes escuelas se hallan dispuestos nos impiden de una manera provisio- dríamos realizado el referido progre-
prohibe raciocinar de esta manera en orden cronológico. Al pasar de un nal é interina, hasta nuevos descubri- so con la evolución sucesiva de los
tan absurda. El hoc post hoc, ergo pro-salón á otro, verá cambios tan gran- mientos, el que atribuyamos á la organismos, sin necesidad de poner
pter hoc, tan frecuente en la boca y es- des como los observados por los pa- transformación materialista la dife- j frecuentemente en escena la acción
critos de los que, ó ignoran las leyes leontólogos cuando pasan de un siste- rencia de las especies orgánicas que I creadora del Todopoderoso, y sin
de la argumentación legítima, ó, co- ma de rocas á otro. Mas porque estas han existido sucesivamente en el glo- abrazar tampoco la falsa doctrina del
nociéndolas, no hacen ningún uso obras tienen mucha semejanza entre bo durante la dilatada serie de los transformismo. ¿Se distingue sustan-
de ellas al formular sus argumentos, sí, puesto que pertenecen á tal ó cual tiempos, sino absolutamente y sin cialmente una rana de un renacuajo,
hace en las obras de estos escritores escuela, ó son de épocas muy vecinas, restricción alguna. E l conocimiento ó una mariposa del gusano á cuya
un juego maravilloso. En la Natura- tendrá el crítico suficiente motivo que tenemos ya adquirido con los da- transformación debe su origen? Claro
leza ha habido este movimiento ascenden- para suponer que los cuadros anti- tos de la Geología y de la Historia está que nó: el ser no varía en estos
te: ¡luego la Naturaleza sola lo ha pro-guos se han metamorfoseado para sobre los fenómenos de la vida orgá- casos sustancialmente; lo que hace es
ducido! ¿En qué reglas de lógica se convertirse en cuadros modernos, ó nica, nos autoriza completamente áj pasar por las diferentes etapas de su
funda tan extraño modo de discurrir? para negar que los unos y los otros concluir de la manera más absoluta vida toda y entera, necesarias para la
¿Tiene la Naturaleza poder para lle- sean verdaderos artefactos de los ar- que cada una de las diferentes es- perpetuación de su propia especie.
var á cabo por sí sola tamaña empre tistas que vivían y obraban en el mo- pecies orgánicas que han poblado y Pues una cosa semejante habrá suce-
sa? La filosofía nos dice, de la manera mento de ser pintadas estas telas? La pueblan el universo, tienen en sí su dido en la hipótesis indicada á los di-
más terminante, que en las causas cuestión de la inmutabilidad de las esencia propia é inmutable, y que, por versos seres vivientes que en la actua-
naturales no existe una virtud tan por- especies es absolutamente la misma consiguiente, no ha podido existir en lidad pueblan el universo.Todos ellos,
tentosa. que la del caso supuesto. No porque el mundo la transformación soñada excepto el hombre, habrán recorrido,
Viene muy bien aquí lo que dice las especies hayan tenido una dura- por los secuaces del materialismo. Si con su virtud interna y esencialmente
Agassiz á este propósito. «Es verdad, ción más ó menos larga en las edades transformación ha habido, no ha po- peculiar de cada uno, los diferentes
escribe, que la especie está limitada pasadas, las considera el naturalista dido tener lugar sino en virtud de la estadios del camino ya andado, antes
á un período geológico determinado: como inmutables, sino porque en la diestra.del Altísimo. de llegar al que actualmente ocupan:
es verdad también que, en todas las serie entera de los tiempos geológicos Pero entonces, se dirá, habremos nada de acción creadora para este mo-
formaciones geológicas, las especies y en toda la duración de los siglos de traer á cada paso la acción creado- vimiento; la misma fuerza interior
de los períodos sucesivos difieren en- que han transcurrido desde que fue- ra del Dios omnipotente, poniendo en que corresponde á su esencia particu-
tre sí. Mas porque difieran, ¿se sigue ron introducidos en el mundo los ani- el mundo una serie continua de ver- lar lo habrá ejecutado, acomodándose
de aquí que se hayan ellas modifi- males y las plantas, no aparece ni la daderos milagros. ¿Y de dónde sacan al medio externo en que haya funcio-
cado á sí mismas? ¿No han sido sus- más mínima señal de que una especie los transformistas tan peregrina con- nado, y transformando, en consecuen-
tituidas, reemplazadas por otras? El se haya transformado en otra. Lo que secuencia? ¿No podemos explicar el cia, el organismo. Exceptuamos de
espacio de tiempo necesario para únicamente sabemos es que hay dife- fenómeno en cuestión, diciendo, con esta ley general al hombre, porque,
la operación no hace nada á la cosa. rencia de especies en las diferentes varios católicos , que las especies fue-
1
en orden á la especie humana, ya sa-
Concédase para cada período millones épocas, cabalmente como sucede á los ron criadas todas, excepto el hombre, bemos por la divina Escritura que fué
de años; la cuestión siempre quedará cuadros de diferentes siglos y de épo- en un principio, pero que no pudieron criada en estado de perfecto desarro-
reducida á lo siguiente: cuando se eje- cas diversas. Pero mientras no tenga- desenvolver sino gradualmente, y en llo, y que no ha pasado primero por
cuta un cambio en la Naturaleza, mos sobre este punto otros datos que conformidad con las circunstancias los estadios inferiores, en que se ejer-
¿este cambio se ha realizado espon- los suministrados hasta aquí por la citan solamente las fuerzas animales,
táneamente bajo la acción de las fuer- Geología, siempre será contrario á la
' Véase Instituliones Philosopliiae naturalis del
l \ Pesrh, S. J., núm. 615. El mismo autor, en el permaneciendo las espirituales como
zas físicas y según la ley de estas filosofía y á la lógica suponer, á causa número 601 de la misma obra, escribe de esla opi- dormidas por falta de disposición con-
fuerzas, ó bien ha sido producido por de estas diferencias, que las especies nión lo siguiente: «Ñeque illis obloquimur, qui
species superiores transiisse defendunt per certa
veniente en el sujeto.
la intervención de un agente cuya cambian ó han cambiado, que se stadia inferiora, in quibus perfectio speciei superio-
Pero aun cuando supongamos las
actividad ni antes ni después se ejer- transforman ó se han transformado.» ris virtualiler contineretur. Ea enim evolutio non
est -vera unius ex diversa specie descendcntia, sed especies introducidas una en pos de
ció sobre éste objeto? Una compara- Hasta aquí el ilustre naturalista, el transformado tanlnm sladii inferioris intra unam
otra por la fuerza creadora del Todo-
ción aclarará más mi pensamiento cual harto tímido por cierto anduvo eamdemque spcciem in sladium superioris perada.
Et nos quidem nullum plañe momentum videmus, poderoso, ¿qué razón hay para espan-
Supongamos que un aficionado á la
i Agassiz, De Vespcce, par. l o , páginas 78-79 quo ad respuendam hujus generis transformatio- tarse de una proposición semejante?
pintura visita un museo donde los ñola. Jiem cogamur.»
¿Acaso porque interviene el Criado r
ÍJ58 HUEVOS ARGUMENTOS QUB CONFIRMAN LA F A L S E D A D DEL DARWINISMO.

de una manera directa y sobrenatural mos inferiores' para transformarlos


en las obras del universo? Cada día sustancialmente con su omnipotente
está interviniendo de este modo para virtud, é introducir en ellos un prin-
sacar de la nada las almas humanas cipio vital de un orden superior y más
y para unirlas sustancialmente á la en consonancia con las condiciones
materia por ellas informada, y nin- de vida que con el discurso del tiem-
g ú n filósofo de recto juicio hallará en po se hayan producido en el globo; ó CAPÍTULO XXIX
t a l clase de acciones una cosa con- bien, si este modo de producción de-
traria á las reglas de la sana razón. fendido por algunos católicos no gusta
S i la naturaleza no puede por sí sola á los que quieren otro más elevado,
R E S P Ó N D E S E Á LAS PRINCIPALES OBJECIONES DE LOS T R A N S F O R M I S T A S-
producir ciertos fenómenos que son Dios habrá dado el ser á cada uno de
necesarios para el desarrollo del plan ellos, de la misma manera que intro-
divino en la marcha general de las dujo en un principio la vida en el
cosas criadas, ¿por qué no podrá in- mundo. Pero, sea cual fuere el modo
tervenir directamente , y de una ma- que se quiera escoger, es preciso
nera sobrenatural, para ejecutarlos la siempre recurrir á la acción directa y
bien se observa, la razón prin- Pero ¿y hemos de suponer, exclaman»
acción de la divina Omnipotencia? sobrenatural del Todopoderoso. Esta
)^^)cipal que secretamente mueve á algunos muy confiados en su novísima
Antes el no intervenir en estos casos acción es exigida perentoriamente
ciertos naturalistas á defender á todo filosofía, que el Criador del universo
sería contrario á la infinita Sabidu- por las mismas condiciones intrínse-
trance la antifilosófica doctrina del emplea su omnipotente virtud para
ría; porque en tal caso pretendería cas de las causas criadas, que no pue-
transformismo, es el horror grande producir unos seres que se hacen la
Dios el conseguimiento de un fin, y den realizar el plan de la divina Sa-
que sienten al pensar que Dios inter- guerra continuamente y que necesitan
luego en la ejecución no querría echar biduría en el mundo sin este género
venga con su acción sobrenatural en para vivir la destrucción de otros?
mano de los medios necesarios para de creaciones sucesivas por parte de
la producción de los fenómenos sen- ¡Vana dificultad! De valer algo este
realizarlo. la divina Omnipotencia. Y por esta
sibles. Pero ¡cuan necia é infunda- argumento, echaría por tierra la mis-
Dígase lo que se quiera, si en el misma razón malamente se da por los
da es semejante manera de proceder! ma creación del mundo inorgánico,
desarrollo de la vida terrestre no fautores del transformismo el nombre
«¿Os espanta lo sobrenatural? pode- sacando triunfante la causa del ateís-
han obrado las fuerzas naturales pro- de milagros á esta clase de acciones,
mos decir con Agassiz á esta clase de
1
mo. Los seres inorgánicos no ejercen
pias y peculiares de cada especie de porque no van en ninguna manera
sabios: pues negadlo completamente, ordinariamente sus acciones sino a t a -
seres, en la forma que con varios contra las exigencias de la naturale-
y proclamad, con los ateos, la indepen- cando con la eficacia de su virtud á
sabios católicos acabamos de indicar, za; como no fué milagro la acción con
dencia absoluta de la materia. Si con- las sustancias que les rodean, para
la aparición sucesiva de las especies que fué criada la materia y la vida en
fesáis que Dios ha intervenido sobre- asimilárselas y acomodárselas en la
h a debido verificarse por una acción un principio, y con que todos los días
naturalmente en la creación del mun- manera más conveniente á su propia
directa y sobrenatural de la Omnipo- son llamadas á la existencia las al-
do inorgánico y en el establecimiento naturaleza. Mirad lo que hace el fue-
tencia divina. El Criador se habrá mas de cuantos hombres son conce-
de las leyes que en él rigen, porque go en un combustible cualquiera para
servido en estos actos de los organis- bidos sobre la tierra.
sin esto no es posible la misma exis- imprimirle su propia forma: observad
tencia de la materia, ¿por qué no con- el efecto producido por las combina-
fesáis también esa misma interven- ciones químicas en los seres inorgá-
ción sobrenatural en la producción de nicos, y veréis si podéis, ó nó, aplicar
cada uno de los grados de la vida, contra ellos vuestro argumento di-
siendo una cosa manifiesta que la vida ciendo que Dios no puede ser autor de
en general, y cada uno de los grados esta clase de seres, porque, al crear-
de ella en particular, no han podido los, hubiera introducido la guerra en
venir al mundo sino por la acción om- el reino de la materia. Dios produjo
nipotente de Aquel que es fuente y así éstos como todos los demás seres
origen de todos los seres y fundamen- del mundo organizado para que todos
to universal de todas las esencias?» ellos, cada uno con la virtud propia de
su específica naturaleza, conspirasen
1
Agassiz, De l'espéce de In elatsificalion en Géa- armónicamente al fin universal de la
¡ogie, pág. 8S. París. 1809.
360 RHSPÓNDHSB Á LAS PRINCIPALES OBJECIONES DE LOS TRANSFORMISTAS. 361
creación entera. L o inferior lo subor- los transformistas, pues ya antes h e - porque la primera la posee ahora en como los Alpes y las regiones polares,
dinó sabiamente á lo superior, el rei- mos observado que el transformismo un estado rudimentario y atrofiado, y es físicamente imposible la procrea-
no mineral al vegetal, éste al animal todo entero es una mera especulación de la movilidad y conformación pun- ción de los tales vivientes. ¿No es esto
y el animal, finalmente, al hombre. a priori, y de ninguna manera f u n - tiaguda de las segundas da buen tes- prueba de que en tiempos muy lejanos
Cada especie debe, según esto, mante- dada en los hechos, los cuales no c e - timonio por una parte el músculo que á los nuestros todos esos lugares in-
ner la vida de sus individuos á expen san de protestar contra ella *. todos tenemos para moverlas, sin uti- termedios gozaban de las mismas
sas de los pertenecientes á las especies Dicen, pues, los defensores de esta lidad alguna en los tiempos actuales, condiciones climatológicas que a c -
inferiores; por esto el Criador proveyó humillante opinión: y por otra la curvatura reentrante de tualmente reinan en los puntos ex-
con larga mano gran copia de indivi i.° E n la doctrina de las creacio- la oreja misma en su parte superior, tremos?
dúos en cada especie, para que cada nes independientes, ¿cómo explicarla que no puede provenir sino de haberse 5 . 0 Finalmente, los fenómenos
una de ellas ofreciese con generosidad conformación, sobre] un plan común, ido poco a p o c o encogiendo y redon- del transformismo y del dimorfismo,
la materia de su alimento á las de los de la mano del hombre, del pie del deando, á medida que perdía su movi- así como también los pertenecientes
órdenes más elevados, sin temor de perro, del ala del murciélago y de la lidad primera. á las generaciones alternantes, vienen
quedar destruida. Aquí no hay guerra paleta de la foca? Ahora bien; en el 4 . Además, la distribución geo- en confirmación de esta doctrina.
0

ninguna entre las diferentes especies principio de la descendencia, unido á gráfica de los seres organizados prue- Porque por ellos vemos de qué accio-
del mundo universo: lo que hay, sí, las modificaciones producidas por la ba esto mismo. Porque ¿de dónde, nes es capaz la selección natural, si
es subordinación y armonía entre las selección natural, tiene esto una ex- sino de la descendencia transformis- I le dan el tiempo suficiente para que
diversas partes de un todo hetero- plicación satisfactoria. ta, proviene el que las floras y las pueda introducir en los seres una
géneo, en que lo inferior debe estar 2. Tanto m á s , que á afirmar
0
faunas de los continentes conserven transformación más radical y más
sujeto á lo superior y prestarle los esta descendencia nos induce el curso cierta afinidad con las de las islas, profunda: ellos nos indican además la
servicios que proporcionalmente le co progresivo que sigue el embrión en la siempre que éstas se hallan separadas tendencia de la naturaleza á variar y
rresponden. Estos servicios duelen naturaleza humana, pasando por to- de aquéllos por una parte de mar poco á salirse de las curvas cerradas pro-
como es natural, á cada uno de los das las etapas de la vida orgánica profunda, aunque ancha á veces y di- pias de las creaciones independientes.
individuos que hayan de ser por causa antes de pararse en la última y más latada, sucediendo todo lo contrario Con estos y otros semejantes argu-
de ellos sacrificados; pero ¿no duelen perfecta, que definitivamente ocupa. cuando la distancia intermedia está mentos discurren los partidarios de la
también en la sociedad humana los ¿No significa esto claramente que el formada por un valle submarino su- teoría transformista, teniéndola m u -
sacrificios que deben hacer por pre hombre, antes de obtener en la escala mamente hondo? En el caso primero, chos de ellos por únicamente admisi-
cisión cada uno de sus miembros para de los seres el sublime grado que en ha debido transcurrir un tiempo rela- ble, y calificando de ignorantes y
el bien y conservación de la misma, la actualidad posee, vivió en épocas tivamente breve desde que fué inter- atrasados á los que todavía están por
sin embargo de ser el estado social en muy lejanas, primero confundido con ceptada la comunicación entre una y la antigua doctrina de las creaciones
el hombre una cosa natural, y consi los gusanos, después con los peces, otra parte de la tierra seca por las independientes. Pero en lo que suelen
guientemente intentado por el mismo mas tarde con los mamíferos terres- aguas del mar; y así, las floras y las apoyarse con más insistencia, es en
Dios? tres, y finalmente con nuestros abue- faunas que proceden en ambos luga- la sucesión de las diferentes faunas y
res de un mismo tronco común no floras que ha habido en el mundo
Pero éstas son ya consideraciones los los monos catarrinos? Si nó, ¿á
han podido formar todavía en las ra- desde el.primer aparecimiento de la
metafísicas, que no suelen gustar de qué hacer ahora ese camino en el
mas separadas la divergencia sufi- vida hasta la época presente. Este fe-
ordinario á la clase de gentes que va- útero donde es concebido?
3. Añádase á esto que los órga- ciente para que desaparezca por com- nómeno es para ellos una señal cierta
mos combatiendo. Ellos, como bue- 0

nos, ora rudimentarios, ora inútiles, pleto la afinidad dicha; en el caso se- de que la fauna y la flora de cada
nos físicos y naturalistas, atienden
que se notan en ciertos animales y en gundo, el tiempo transcurrido después época se han transformado espontá-
más á otro linaje de argumentos más
el mismo hombre, dan á conocer muy de la interceptación ha sido inmenso, neamente, y por la sola virtud de las
asequibles para establecer sus siste
á las claras que aquellos estuvieron y por consiguiente bastantemente lar- fuerzas físicas, en la fauna y en la
mas; y esotro de las metafísicas lo
en otro tiempo desarrollados y éstos go para que la selección natural pu- flora de la época inmediata, como sí
tienen por puro juego de personas
diese borrar todas las señales de pa- las solas fuerzas físicas hubieran po-
«ciosas, que pasan vanamente eltiem en ejercicio. Por lo cual debemos con-
rentesco. Lo mismo ha sucedido en dido intervenir en su producción, y no
po en formar sus ideales a priori. Si- cluir que el hombre en los tiempos
varios puntos de la tierra, en los cua- la causa primera, ó como si todas las
gámosles, pues, diligentemente los pasados tuvo la cola y las orejas mo-
les se crían hoy plantas y animales demás circunstancias que concurren
pasos por el terreno de la física, que vibles de los monos sus hermanos;
pertenecientes á una misma familia, á declararnos la naturaleza de este
estos señores se han escogido; aunque
1 listo mismo nota también Agassiz en su im- á pesar de que en los lugares inter- fenómeno nos indujeran á considerar-
en eso de forjarse ideales a priori portante obra De l'espéce, al examinar en el articu- medios, que suelen ser tan distantes lo como un signo cierto de la trans-
pocos hay ciertamente que igualen á lo 3.°, par. 7, la teoría darvinista.
362 RESPÓNDESE Á LAS PRINCIPALES OBJECIONES DE LOS TRANSEORMISTAS.
363
formación sobredicha. Estas circuns- en esto el sabio inglés ha padecido sas finales tiene ó no algo de científi-
sas finales explica, ó nó, científicamen-
tancias ya hemos visto cómo nos una equivocación muy lastimosa. Si co. E l Artífice supremo también, en
te la homología de los miembros men-
llevan á afirmar lo contrario, y á atri- al querer dar razón por la doctrina de la construcción de sus artefectos, tie-
cionados. Y si desp'iés de haber prac-
buir la producción de tal fenómeno á las causas finales de las diferentes ne reglas que observar, dictadas por la
ticado este examen, todavía no puede
la acción inmediata y sobrenatural ruedas que componen un reloj, dijé- eterna Sabiduría, y á ellas no puede
creer que la homología de los huesos en
del Criador de todas las cosas. Por ramos sencillamente que el funda- faltar, siendo infinitamente prudente
el brazo del mono, en la pierna anterior
eso no insistiremos aquí en probar mento de todas ellas está en la libé- en cuantas acciones libres ejecuta, y
del caballo, en el ala del murciélago y en
de nuevo esta verdad con otros ar- rrima voluntad del relojero que así no careciendo de ciencia ó de poder
¿i paleta de la foca, sirva de un uso
gumentos: bastan los aducidos para ha querido construirlas, proferiríamos para poner en práctica lo que convie-
#
particular á estos animales *, consulte
que una inteligencia recta y enemiga un solemne disparate, digno de ser ne á la sabia realización de sus pla-
sobre el caso con ánimo desapasiona-
de superficialidades quede completa- recibido entre las personas inteligen- nes. E n intentar una cosa ú otra de
do la excelente obra que en forma de
mente convencida de la futilidad de tes con una no menos solemne carca- cuantas puede producir su omnipoten-
carta le dirigió hace algunos años el
esta hipótesis materialista. Veamos jada. El relojero será libre en cons- cia, goza de libertad plena y completa,
ilustre Bianconi, respondiendo á sus
de responder ahora brevemente á los truir, ó nó, el reloj, ó sea la máquina como es libre el relojero en querer
jactanciosas afirmaciones sobre este
otros argumentos, que son los que en medidora del tiempo que designamos .fabricar, ó nó, sus relojes; pero en la
asunto; y su atenta lectura le conven-
realidad constituyen la parte más con este nombre; pero una vez que se manera de ejecutar estos intentos tie-
cerá de que la tal homología no ha
firme del sistema, á pesar de ser ellos decida á construirlo, no es libre en ne por precisión que acomodarse á
sido efecto de la unidad de plan soñada
también de muy poca consistencia. introducir en él las piezas que se le las reglas del arte divino, las cuales |
por los transformistas, sino de la ne-
El primero de ellos, sin embargo, antojen, ni en prescindir de otras ab- se hallan finalmente fundadas, no en '
cesidad mecánica importada en la n a -
parece tan satisfactorio al famoso solutamente necesarias para la con- la voluntad libre de Dios, sino en su
turaleza misma de todo artefacto pro-
Darwin, que, apoyado en su soñada secución de su intento. El tal artífice, soberana esencia, fuente y manantial
ducido en conformidad con las leyes
eficacia, no duda este naturalista en para la realización de su plan, se ha inagotable de todas las particulares
físicas de la materia. Si las extremi-
poder atribuir con seguridad las refe- de acomodar por fuerza á las leyes esencias. Estas reglas le dicen que en
dades anteriores de los animales di-
ridas estructuras á la descendencia mecánicas á que se halla sujeta la la producción de los organismos debe
chos poseen cierta semejanza en la
hereditaria, y no repara en tener por materia de su artefacto, por dispo- tener muy presentes las leyes mecá-
conformación y modo con que todas
1

rematadamente perdida (hopeless) lasición de la misma naturaleza. Según nicas, á que por razón de su misma
ellas tienen constituidas cada una de
causa de los que pretenden explicar- que se conforme á ellas con mayor ó naturaleza están sometidos todos los
sus partes, esto no ha provenido cier-
las por la doctrina de las causas fina- menor exactitud , la máquina será cuerpos; porque los organismos, aun-
tamente de que la naturaleza ciega,
les. Ya se ve; según este escritor, más ó menos perfecta; y si se empeña que vivos, no dejan por esto de ser
con sus transformaciones sucesivas,
2

los que tratan de fundar la homolo- en querer prescindir-de ellas absolu- sustancias materiales, sujetas, por
haya ido lentamente desviando estos
gía de las extremidades anteriores del tamente, no logrará fabricar reloj al- consiguiente, á las leyes físicas y ma
seres del tronco común, en que se ha-
hombre, del perro, del murciélago y guno en los días de su vida. teriales que rigen toda esta gran má-
llaran confundidos en algún tiempo.
de la foca en razones de utilidad ó quina del universo. E l soberano Artí-
Siendo, pues , esto así, ¿carecerá La naturaleza ciega y destituida de
en la doctrina de las causas finales, por ventura de carácter científico la fice, por tanto, en la construcción de
toda idea de orden, no tiene virtud en
en resolución no vienen á decir otra| explicación razonada que quiera yo sus máquinas vivientes, obra en con-
sí misma para producir tan maravillo-
cosa sino que los tales organismos dar sobre cada una de las piezas que formidad con las leyes de la mecánica,
sos artefactos, en que brilla con viví-
han sido hechos así porque ésta fué componen un reloj, siguiendo para no menos que el artífice humano en
simos resplandores el concepto orde-
la libérrima voluntad del Artífice s u - ello la doctrina de las causas finales? la fabricación de las suyas, puramen-
nador de un Artífice sapientísimo. L a
premo . Si así fuera , le sobraría Antes bien, ¿no será ésta la única ex- te inertes , y así como procedemos
razón de dicha homología le encuen-
3

razón para afirmar lo que allí mismo plicación científica que se pueda dar científicamente examinando los a r t e -
tra , por una parte , en la semejanza
escribe, diciendo que semejante expli-de este artefacto, pues en sustancia factos humanos según las leyes sobre-
I general de las funciones que debían
cación no tiene nada de científica; pero dichas, de la misma manera seguimos
no se hace con ella sino resolver un
4
practicar los seres mencionados con
un método racional y científico, j u z - |
caso de la mecínica aplicada? Pues apli- los tales miembros para asegurarse
gando de los artefactos divinos guia-
1
• W c m . i y ra/Wj allribulc lliesc slruclures lo que el naturalista inglés este ejemplo los medios de subsistencia, y por otra
inhcrilniKc (Darwin, On Ihe oriqín of spe.cies, pá- á la homología de las extremidades
dos por estas mismas leyes. Examine
en el maravilloso cuidado que tiene
gina 244, Lonciun, 1809.) el naturalista inglés, á la luz de estos
sobredichas, y verá si el explicar esta el Artífice divino de acomodar perfec-
2
ídem, pág. olO. principios, algo más racionales por
<* Darwin, On lite orín, of specics. homología por la doctrina de las cau- tísimamente sus artefactos á las leyes
cierto que el de su ciega selección na-
"We can only say lliat so it is; dial il. lias generales de la mecánica.
4

pleasoil ihe Creator to construct all Ihe. animáis and I b i s i s n o t a scienliuY cxplanation. - (Darv in, tural, y verá si la doctrina de las cau-
plañís in ivurli gival rlass on a nnil'orm plan, bul díalo.) i Darwin, On theoriyin nf species. pág. 244.
364 RESPÓNDESE Á LAS PRINCIPALES OBJECIONES
I>E L O S T R A N S F O R M I S T A S .
865
Por lo demás, aparte de esta horno- presentar á la consideración de nues- más principal de su sistema. Sin em-
logia y semejanza general, los tales tros lectores. Hablan mucho los dar- rita habían enseñado ya hace tiempo
bargo, ¡cuan fútil es y cuan nula, mi-
miembros varían muchísimo en cada, winistas de ciertos tipos generales é los Escolásticos, diciendo que la ma-
rada, como debe mirarse, con los ojos
uno de los seres sobredichos, como no indeterminados, en los cuales se h a - teria no llega al último grado de per-
desapasionados del filósofo! El em-
podía ser menos , hallándose ordena- llaban confundidas algún tiempo las fección que puede adquirir bajo el
brión, en el camino que recorre des-
dos cada uno de ellos á fines muy especies actuales. ¿Qué clase de seres influjo de las diversas formas sustan-
de que es concebido hasta que llega,
distintos. Las manos en el hombre eran éstos? ¿A qué especie pertene- ciales, sin haber pasado primero orde-
al término de su último desarrollo, |
son instrumentos de sola aprehensión, cían? Un reloj que ni sea de pared ni nadamente por todos los otros infe-
jtiene acaso alguna de esas formas
en el perro de aprehensión y de loco- de bolsillo , ¿á qué clase de relojes riores; y que, por consiguiente, en la
propiamente dichas que se dicen ha-
moción , en la foca de aprehensión y puede pertenecer? ¿No son, por consi- generación humana el feto, antes de
ber caracterizado á sus innumerables
de natación, en el murciélago , final- guiente , los decantados tipos unos adquirir definitivamente la vida inte-
ascendientes en la larga carrera de los
mente, de aprehensión y de locomo- seres puramente imaginarios, que no lectiva del hombre, ha vivido algún
siglos pasados? Ninguna absoluta-
ción, y más que todo de vuelo. E n pueden existir sino en la fantasía de tiempo con sola la vida de las plantas,
mente: lo único que en él se observa
todos ellos están destinadas á ejecu- quien se complace en inventarlos? ¿Y y más tarde con sola la vida de los
es cierta semejanza en general con
tar movimientos , y por lo mismo en cómo realizar el paso de un ser á otro animales. Oigamos al Angélico Doc-
cada una de ellas; lo cual nada tiene
todos también deben tener las mis- por medio de la descendencia , á que tor exponer esta doctrina: «Cum quae-
de extraño, puesto que la virtud plás-
mas condiciones generales reclamadas siempre apelan los transformistas? libet res mota, escribe, in quantum
tica de la naturaleza no puede produ-
para este efecto por la mecánica; pero «El problema de los intermedios, es- movetur, tendat in divinam similitu-
cir su obra sino sucesivamente y por
como estos movimientos en cada uno cribe sabiamente Bianconi, no ha sido dinem ut sit in se perfecta, perfectum
grados, pasando de lo menos perfecto
de estos seres habían de ser específi- profundizado todavía suficientemen- autem sit unumquodque in quantum
á lo más perfecto. Esta semejanza
camente distintos, así también la con- te, que yo sepa; pero yo creo que hay fit actu; oportet quod intentio cujus-
genérica y vaga no quita el que cada
formación interna de los órganos mo- muchos casos en los cuales la transi- libet in potentia existentis sit ut per
organismo, desde sus mismos principios,
tores no podía menos de ser en cada ción genética encuentra un obstáculo motum tendat in actum. Quanto igi-
se muestre perfectamente distinto de
uno específicamente diversa. Es como insuperable para conciliarse con la ' tur aliquis actus est posterior et ma-
los demás y con los caracteres de su
si un relojero quisiera hacer un reloj transición funcional ó instrumental... gis perfectus, tanto principalius in id
propia especie, como la semejanza
de pared y otro de bolsillo. Para uno ¿Qué transición, ó mejor dicho , qué ipsum appetitus materiae fertur. Unde
imperfecta que tiene el mono con el
y otro artefacto apelaría á las ruedas, estado intermedio imaginaremos e n - oportet quod in ulteriorem et perfe-
hombre no impide el que éste se dis-
puesto que sin ellas no es posible fa- tre el último animal no rumiante y el ctissimum actum, quem materia con-
tinga de aquél hasta en las más pe-
bricar una máquina reguladora del primero que rumie? Si la rumia exi- sequi potest, tendat appetitus mate-
queñas fibras de su constitución orgá-
tiempo ; y así, forzado por las leyes ge varios sacos estomacales puestos riae, quo appetit formam, sicut in ul-
nica. ¿Quién podrá decir jamás que
de la mecánica, no podría menos de en dos hileras diferentes, y la ausen- timumterminumgenerationis. Inacti-
un leño pasa sucesivamente por las
producir en ellos una cierta homología cia de esta función reclama uno ó va- bus autem formarum gradus quidam
fases correspondientes á las formas
general de las partes, que no por eso rios colocados en una sola, ¿qué forma inveniuntur. Nam materia prima est
definitivas de varios animales, cuan-
sería señal cierta de haber salido un se dará al estómago del semi-rumiante, in potentia primum ad formam ele-
do sometido á la acción formadora
reloj de las entrañas del otro, ni a m - de un animal que se halla en la a u - menti; sub forma vero elementi exi-
del artista que lo modela, va adqui-
bos de las de un tercero más antiguo rora de la rumia?» ' stens est in potentia ad formam mixti,
riendo poco á poco la figura de la per-
y distinto de ellos. propter quod elementa sunt materia
Como este caso de los rumiantes y sona humana á cuya representación
mixti; sub forma autem mixti consi-
Pero con esta homología tendría no rumiantes, se podrían aducir otros se le destina? Claró está que es un
derata, est in potentia ad animam ve-
buen cuidado de juntar otras cualida- infinitos, imposibles de explicar con absurdo el pensar de este modo: sin
getabilem, nam talis corporis anima
des propias y características de cada la doctrina de la transición referida; embargo, el leño mencionado, duran-
actus est; itemque anima vegetabilis
una de las máquinas dichas, arreglan- pero tiempo es ya de que pasemos á te los diversos períodos de su trans-
est in potentia ad sensitivam; sensi-
do en una y otra las piezas de una la solución de las otras dificultades formación, no deja de traer A la memo-
tiva vero ad intellectivam; quod pro-
manera particular, yponiendo en cada propuestas. L a que ahora nos toca ria, por cierta especie de semejanza
cessus generationis ostendit. Primo
una aquellas solamente que fuesen discutir es la fundada en los fenóme- que tiene con ellas, las formas de va-
enim in generatione est fetus vivens
reclamadas por las leyes de la me- nos de la embriología: en ella confían rios seres inferiores al hombre. La
vita plantae, postmodum vero vita
cánica. tanto los transformistas, que muchos semejanza del embrión humano con
animalis, demum vita hominis.» 1

Y á propósito de lo que acabamos de ellos la consideran como la razón algunos animales en los sucesivos es-
Pretender algo más que este proce- ;

de escribir , nos ocurre ahora mismo tados de su desarrollo evolutivo, cuan-


1
ftianconi, La théorie darwinienne et la Crea-
una idea que no podemos menos de lin'n. 3 . parlic, 1 Transilions, páginas 267-268.
c do más, probará lo que con el Estagi-
i S. TlK.ni.; COMÍ .geni . lib. I I I , ra». XXII .
S66 RESPÓNDESE Á LAS PRINCIPALES OBJECIONES
DE IOS TRANSFORMISTAS.
367
so gradual del embrión, y sostener' como imaginan los transformistas? la estructura de la mayor parte de los
con los transformistas que el feto hu- ¿No podría el tal fenómeno ser efecto con el grupo de los moluscos ó con el
equinodermos es mucho más compli-
mano pasa por ciertas fases que co- de la virtud propia y peculiar de las de los articulados. En el primer caso,
cada que la de un bryozoario ó de un
rresponden respectivamente á ciertas semillas dispuestas de este modo por á los cefalópodos seguirían los gu-
ascidio, ambos pertenecientes al tipo
formas definitivas de tipos menos ele- la voluntad omnipotente, para que sanos, y en el segundo á los insectos
de los moluscos, ó que la de un hel-
vados, es asentar una proposición que así cada generación de un orden su- los acéfalos. Finalmente, la unión
minto del tipo de los articulados, y
no tiene ningún fundamento en la perior fuese como un trasunto de las con los vertebrados se haría, ya sea
que la misma es quizá superior aun á
naturaleza de los hechos. El conoci- varias generaciones practicadas en los por medio de los cefalópodos, siendo
la del amphioxus, que es un vertebra-
miento incompleto de éstos es, como órdenes inferiores? Véase, pues, por colocada la agrupación de los molus-
do.» «Es evidente, continúa el mis-
1

dice Agassiz el que ha dado origen cuántos lados peca el tan decantado cos en el tercer lugar de la serie, ya
mo autor en el lugar citado, que
á una aserción tan absurda. No se raciocinio de nuest ros adversarios. por los insectos, si este tercer lugar
cuantas veces se pretenda formar una
puede negar que hay cierta semejanza Pero no es esto todo: los fenómenos se reserva para la agrupación de los
serie simple de todos los animales, á
entre los animales jóvenes de un or- del mundo orgánico son tales que, articulados. ¿Quién no ve, por consi-
medida que subamos en el arreglo
den superior y los adultos de los tipos aun cuando nos constase con certeza guiente, que cuanto mejor conocemos
interior de cada reino á un grado más
inferiores; pero ésta no es tanta que la sucesión de las fases mencionadas, las verdaderas afinidades de los a n i -
alto de perfección, se irá exagerando
llegue al grado adonde la pretenden nos impedirían ellos mismos atri- males, son tanto más convincentes
más y más la diferencia entre las dos
levantar ciertos transformistas. Toda buirla á la evolución de que vamos las pruebas que vemos acumularse
extremidades vecinas de la serie in-
ella está reducida á que los prime- tratando. La naturaleza no puede eje- contra la idea de que el reino animal
termedia y de la que sigue ó antece-
ros poseen transitoriamente en algúncutar las operaciones de que nos ha- está constituido por una serie sim-
de. No creo que ningún naturalista
miembro determinado una cierta pro- blan los transformistas sin formar en ple?» Hasta aquí el referido escritor.
1

tenga en nuestros días nada que ob-


piedad que en los segundos es fija y el mundo orgánico una serie simple jetar contra el siguiente arreglo de los ¿Por qué camino, pues, irá la ma-
permanente; como sucede, v. gr., en de animales sucesivamente más per- radiados: los pólipos en lo más bajo dre Naturaleza para desarrollar esta
las aves, que todas ellas sin excep- fectos, puesto que ha debido ir siem- de la escala, l>s acalefos en el esca- serie simple y perfectamente pro-
ción tienen durante su edad primera pre completando su obra por medio lón intermedio, los equinodermos en gresiva que fingen nuestros transfor-
unidos los dedos por medio de una de la selección natural, sin volver el superior; ni contra esta agrupación mistas para no caer bajo el impe-
membrana que caracteriza á las pal- nunca atrás en la vía del progreso. de los moluscos: los acéfalos en el rio de las causas finales? ¿Por el de
mípedas durante toda su vida. ¿Es Ahora bien; esta serie simple se halla grado inferior, los gasterópodos en el los radiados, moluscos, articulados
esto decir que todas las aves, al pasar positivamente negada por los hechos, medio, los cefalópodos en el más alto; y vertebrados? Este es ciertamen-
por la primera fase de su vida, poseen los cuales, por consiguiente, nos obli- ni contra ésta de los articulados: pri- te el orden que asignan más comun-
la misma forma de las palmípedas, de gan á rechazarla. Como quiera que mero los gusanos, luego los crustá- mente los zoólogos á los diferen-
suerte que sea imposible discernirlas intentemos colocar los diferentes rei- ceos, y finalmente los insectos; ó esta tes grupos en que se halla dividido el
de ellas? Las aves todas, desde sus nos en que se halla dividido el mundo otra de los vertebrados: los peces en reino de los animales, mirado de una
primeros días, muestran muy bien la entero de la Historia Natural, es im- la base, los reptiles y las aves en me- manera general. Pues ya la tenemos
especie á que pertenecen, y se distin- posible poner los animales de todos dio, y los mamíferos en la parte más fabricando en la primera jornada cier-
guen, por lo mismo, de aquellas espe- estos reinos en una sola serie ascen- elevada. De intento he evitado toda ta clase de seres que superan en per-
cies particulares á quienes dotó pró- dente, cuyos miembros vayan siem- alusión á los puntos controvertidos. fección á varios fabricados en las jor-
vidamente la naturaleza de verdade- pre creciendo en perfección y conser* Por consiguiente, si los moluscos hu-1 nadas siguientes: ¿cómo se olvidó de
ros remos para su vida acuática, ven una perfectísima semejanza con hieran de seguir á los radiados en una su querido progreso al obrar de esta
uniendo los dedos de sus plantas por los que inmediatamente les siguen y serie simple, los acéfalos estarían for- suerte, haciendo armas con los retró-
medio de una membrana muy aco- anteceden. E s este un hecho cuya mando continuidad con los equino- grados que no queremos entrar por la
modada al efecto. evidencia no deja el más pequeño lu» dermos; ó si este segundo lugar lo nueva vía de la transmutación dar-
Mas aunque así fuese, que las fases
gar á la duda. «Por evidente que atribuímos á los articulados, enton- viniana? i Y luego de los equinoder-
del embrión correspondieran verdade-
pueda parecer, escribe Agassiz, la in- ces, después de los equinodermos, mos pasamos á los acéfalos, de los
ramente á ciertas formas definitivas
ferioridad de los radiados cuando se irán inmediatamente los gusanos. De cefalópodos á los gusanos, de los in-
que se hallan en algunos animales in-
les compara con el conjunto de los la misma manera la serie comenzada sec.os á los peces! ¿A quién se le
moluscos ó de los articulados, y p ° por los radiados acabaría por los ce- ocurre dar saltos de esta clase, tan
r

feriores, ¿habría derecho para inferir


de aquí la doctrina de la evolución,
mucho que ella resalte cuando el tér- falópodos ó por los insectos, según contrarios al movimiento reposado y
mino de comparación se coloca en los que se continuase inmediatamente continuo que conviene á tan caracte-
vertebrados, es preciso no olvidar que rizada señora? Pero dejemos esto á
' Agassiz, De l'espéce, p a r . 28, pág. 18t¡. 1
Agassiz, De l'espéee, párrafo 8.°, pág. 39. i Agassiz, De l'espéee, páginas 40-41.. . ¡
DE LOS TR.
RESPÓNDESE Á LAS PRINCIPALES OBJECIONES .NSPORMISTAS. 369
368
hechos bien estudiados. No basta re- efectos á los cuales no llega su propia
un lado, y vengamos ya á la solución mediante el poder sobrenatural de la
primera Causa, que, ó por sí misma petir perpetuamente, pecudum more,virtud por ser de un orden inferior á
de la tercera dificultad. las mismas aserciones, ni seguir el ellos. Por consiguiente, los fenóme-
ó por medio de sus ángeles, ha trans-
Consiste ésta en suponer que cier- consejo de algunos sabios distingui- nos en cuestión no tienen fuerza al-
formado unos organismos en otros.
tos animales poseen algunas partes dos de que para dejar asentada una guna para demostrar la doctrina en
Los sabios que así discurren piensan
rudimentarias, residuos inútiles de otra verdad nueva es necesario tener pa- cuyo favor se invocan, teniendo otras
que, en efecto, es preciso reconocer
organización que perteneció en tiem- ciencia y más paciencia. Nó, esto no explicaciones más sencillas y más ra-
en ciertos animales algunas partes
pos muy remotos á sus antepasados, basta; porque ante todas cosas es ne- zonables. Sobre todo, la última nos
inútiles, como afirman los transfor-
pero que con la selección natural se cesario tener á la mano la misma parece muy digna de ser tomada en
mistas, y conceden á estos autores la
ha ido transformando lentamente y verdad, y después son necesarias consideración. Por lo que conocemos
consecuencia de que las tales super-
por grados hasta mudarse en otra pruebas bien claras y bien exactas bien de la naturaleza podemos conje-
fluidades no deben ser sino restos de
muy distinta. De esta clase juzgan tanto para adquirir certeza de haberla turar lo que no conocemos de la mis-
otra estructura muy distinta, negando,
los transformistas que son las últimas encontrado, como para hacérsela en- ma, y decir que nada absolutamente
empero, que el tránsito de una orga-
vértebras de la columna dorsal en el tender á los demás. Yo no sé si se po- hay en ella superfluo ó destituido de
nización á otra se haya podido ejecu-
hombre, y las partes de la oreja arri- drán dar explicaciones de los otros una función propia. Lo que sucede
tar con las solas fuerzas de la natu-
ba mencionadas, infiriendo de aquí casos que se citan de partes inútiles; con respecto á muchas cosas de este
raleza. A otros, sin embargo, no pa-
que nuestros abuelos debieron pare- pero me inclino á creer que todos ellos mundo, así orgánicas como inorgáni-
rece muy sólido el fundamento en
cerse á los actuales monos, así en lo se prestan, lo mismo que el presente, á cas, es que nosotros, con nuestra flaca
que descansa esta opinión, y juzgan
de la cola como en lo de tener las un estudio profundo de los mismos.» inteligencia, por falta de observación
1

más conveniente afirmar que la natu-


orejas puntiagudas y movibles. Esta De lo dicho se infiere que, sin re- ó por otra causa cualquiera, no cono-
raleza nunca produce parte alguna
doctrina de las partes rudimentarias en currir á la falsa doctrina del trans- cemos el fin propio á que están desti-
inútil en los diferentes organismos.
los animales es cosa puesta muy en formismo materialista, tenemos tres nadas, y así nos sentimos movidos á
boga entre los naturalistas modernos; De este parecer es el ilustre expro-
maneras probables de explicar los fe- tenerlas por superfluidades en la gran
tanto, que hasta los enemigos de la fesor Bianconi, quien, después de ha- nómenos de que vamos tratando: pri- máquina del universo. Pero harto
transmutación darwiniana toman sin ber demostrado con evidentes argu- mera, suponiéndolos objetos de ornatoclaro nos dicen las obras de Dios, con
escrúpulo alguno en boca la pala- mentos que en las extremidades del y partes integrantes de la simetría uni-su orden admirable y universal, que
bra rudimentos, como si realmente la cerdo no existe parte alguna verda- versal que debe reinar en la unidad dela naturaleza nada hace en vano en
naturaleza tuviera en sí tendencia á deramente superflua, como falsamen- plan del Criador: segunda, considerán- cuanto ejecuta. Dice muy bien á este
producir en todos los animales, don- te habían afirmado ciertos naturalis- dolos como restos de estructuras ante-propósito San Agustín: «Si in alicujus
de aparecen las tales estructuras, la tas muy notables, se expresa en los riores, transformadas en las actuales opificis officinam imperitus intrave-
otra parte que ellos imaginan faltar, siguientes términos: «Wallace nos por la virtud sobrenatural del Dios rit, videt ibi multa instrumenta, quo-
y no pudiese conseguirlo por razón de dice, á propósito de los órganos rudi- Omnipotente; tercera, finalmente, atri- rum causas ignorat, et si multum est
ciertos obstáculos accidentales; ó mentarios , que existen órganos de buyendo á estas partes del animal insipiens, superflua putat. Jam vero,
como si el Supremo Hacedor, procu- esta especie y que, en general, no des- funciones verdaderamente útiles á la si in fornacem incautus ceciderit aut
rando la simetría y buen orden en to- empeñan función alguna particular en economía del compuesto, y negando, ferramento aliquo acuto se vulnera-
das sus obras, hubiese querido poner la vida del animal, estando sobre ello por lo mismo, que sean superfluidades verit, noxia existimat ibi esse multa;
en algunos seres ciertas partes de conformes las primeras autoridades ú objetos de puro adorno. Cualquiera quorum usum quia novit artifex, insi-
puro adorno, que ningún influjo fisio- en anatomía comparada '. A decir de estas tres explicaciones es sin com- pientiam ejus irridet. Sic in hoc mun-
lógico ejercen en la economía del verdad, creo que se resuelve dema- paración más razonable que la exco- do quidam audent multa reprehende-
animal. Ya hemos visto en otro capí- siado pronto una cuestión de tan gitada por los transformistas; porque re quorum causas non vident.» 1

tulo cómo entre los mismos católicos grande importancia, como es ésta en todas ellas recurren á una inteligen-
no faltan quienes, movidos por este que se trata de saber si hay ó no par- cia ordenadora, que se propone un fin Examinen con diligencia los sabios
linaje de fenómenos, pretenden esta- tes inútiles en algunos animales. Me por determinados medios, con sufi- las obras de la naturaleza, y en par-
blecer entre las diferentes especies parece que no es grande el número de ciente poder para llevar á cabo sus ticular eso que han dado ellos en lla-
del mundo orgánico un verdadero lazo primeras autoridades que estén por la intentos: mientras que la hipótesis mar rudimentos, residuos ó superflui-
genético, en términos que unas ha- doctrina indicada. Antes de hacer en- transformista todo lo funda en el ciego dades, y verán las más de las veces
yan sido derivadas de otras; no cier- trar en la ciencia esta opinión es pre- acaso, ó atribuye á las causas físicas que nada hay allí de lo que se imagi-
tamente por la virtud natural de es- ciso traer hechos, y lo que es más, nan, sino un modo de estructura sa-
tas causas físicas y materiales que Wallace, La séleclinn nalurelle. Essais. Pa-
1
1
Rianctini, l a tliéorie darwinienne et la Créa- 1
S. August., i» 1 avper Genes, cont. Manieh..
obran en el universo sensible, sino rís, 1872, pág. 2 i . 'íon, pág. 176. Itologne, 1874. cap. X V I . "
370 RESPÓNDESE Á LAS PRINCIPALES OBJECIONES
D E L O S TR A N S F O Ü M I S l ' A S .
371
pientísimamente escogido por el divi- el grano ha adquirido su completo gran manera á que los sonidos se pro- el mundo ve que la hipótesis darwi-
no Artífice para la fabricación de su desarrollo, cesa la secreción del néc- paguen, y concurriendo en un foco niana es completamente inútil para
artefacto. ¿Cuántas cosas han pasado tar. De la misma manera el azúcar común, hagan vibrar el tímpano en explicar el fenómeno que actualmente
de esta suerte á ser consideradas como contenido en la remolacha es utiliza- una manera conveniente. Inventen nos ocupa. Para que la doctrina del
útilísimas al animal ó á la planta en do el año siguiente para la nutrición los hombres con todo el aparato de su sabio inglés fuese aceptable por esta
que se encuentran, después de haber- del tronco y de las hojas. Por tanto, ciencia un órgano mejor que éste para parte, sería preciso que se nos explica-
las tenido largo tiempo por superfluas según el pensamiento de Claudio el oficio de recibir las ondas sonoras ra con ella, no sólo la manera con que
la ignorancia de los hombres? Ahora Bernard, la finalidad de los seres ha y transmitirlas al oído , y entonces el hombre tiene en estado rudimenta-
mismo acabo de leer en La Contro- de buscarse en ellos mismos; en el convendremos con Darwin que la rio las partes sobredichas, sino tam-
verse un hecho que confirma plení-
1
organismo cada parte está construida parte superior de nuestra oreja es una bién cómo adquirieron su estado de
simamente lo que acabo de escribir. y presta su concurso para el bien del prueba de que nuestros abuelos tuvie- desarrollo en sus antecesores; pues
El hecho es el siguiente: durante conjunto.» '. Todavía se ignora para ron las suyas puntiagudas. Nada di- no cabe la menor duda de que éstos
mucho tiempo se había creído por los qué sirve el bazo en el hombre; ¿se remos del músculo motor de este á su vez habrán debido proceder de
sabios que el néctar depositado en el dirá por eso que esta viscera es una órgano: todo el mundo sabe que hay otros, que ni tenían orejas puntiagu-
cáliz de ciertas flores era una mera superfluidad, un residuo, un órgano hombres dotados de la facultad de das, ni gozaban del privilegio de la
superfluidad de la planta, inútil para inútil? Seamos más rectos apreciado- mover las orejas, lo cual no podrían cola. ¿Cómo, pues, y por qué adqui-
las funciones fisiológicas de la mis- res de las cosas. practicar sin músculos motores. Unos rieron estas preciosidades? Por los
ma. Más tarde, á fines del siglo pasa- Según esto, ¿cuál será la finalidad tienen este músculo más desarrollado beneficios de la selección natural, res-
do, Sprengel coligió de sus observa- de las partes del cuerpo humano alu- que otros; lo cual nada tiene de par- ponde Darwin, la cual se las fué fa-
ciones que esta sustancia debía servir didas en la objeción? Difícil parece, ticular, pues sucede lo propio con bricando poco á poco en el grande
para la fecundación de la planta mis- en el estado actual de la ciencia, todos los demás. ¿Para qué ha dado discurso de los siglos, las primeras
ma, atrayendo hacia sí con su azúcar hallar una respuesta completamente Dios á algunos esta facultad de poder para que sintiesen los ruidos externos,
á los insectos para que estos anima- satisfactoria á esta pregunta: espere- •mover las orejas? Qaizá un cierto in- la segunda para que se defendiesen de
litos con sus movimientos hiciesen mos que algún sabio se encargue de dividuo muy conocido en la ciudad de los insectos. ¡Pues anduvo muy des-
llegar el polen á los estigmas. Los dárnosla, haciendo un estudio detenido Sevilla, á quien le valió mucho en la pierta la diosa de nuestro filósofo!
darwinistas se apoderaron de esta y profundo sobre estos objetos, como revolución del 69 el poder moverlas, Antes que estos anti-oasados nuestros
doctrina haciéndola servir á sus par- lo ha practicado Bianconi respecto á librándose con ello de las uñas libe- pudiesen sentir los ruidos externos y
ticulares intentos: pero Mr. Gastón las uñas del cerdo. Mientras tanto, ralescas, sabría responder muy bien l.brarse con la cola de los insectos,
Bonnier, aunque partidario también ¿por qué no diremos que la conforma- á esta pregunta. Nosotros no alcanza- años y años debieron pasar. Durante
del transformismo, acaba de eviden- ción de las últimas vértebras de nues- mos á tanto. ¿Quién sabe si en un todo ese tiempo, ¿cómo buscaba la
ciar, con pruebas concluyentes, la fal- tra columna dorsal contribuye per- principio todos los hombres podían referida diosa la utilidad de sus pre-
sedad de la opinión emitida por el fectamente, no menos que los otros moverlas, y luego han perdido esta destina los, pues no hacía sino fabri-
botánico alemán. Observaciones más huesos circunvecinos, á sustentar los facultad con la falta de uso ? El po- carles ir istos inútiles? Cuand o la cola
exactas y completas han demostrado músculos de aquella región? Dichas derlas dirigir hacia la parte de donde del mono, por ejemplo, no tenía sino
últimamente que el referido néctar vértebras son necesarias en aquel viene el sonido sin necesidad de dos dedos de larga, ¿de qué servía
tiene por objeto suministrar el ali- lugar para el oficio que ejercen; ha- mover la cabeza no parece que deje para apartar las moscas? Vamos, que
mento al germen durante el período cerlas mayores ó aumentar su número, de traer su utilidad. Esta, empero, estos sabios dan á veces con su sabi-
de su desenvolvimiento. «Hoy día, sería nocivo á la economía del cuerpo no puede menos de ser para nosotros duría en unos disparates tan m a -
escribe el autor de la revista de donde humano, trayendo al hombre mil in- muy pequeña , porque la facilidad yúsculos, que ni un necio los cometie-
tomamos estas noticias, Mr. Arduin, comodidades y molestias, sin utilidad grande que tenemos de mover á todo- ra mayores. Pasemos ya á la dificul-
está ya demostrado que el azúcar pro- alguna. Por eso son las que deben ser y lados la cabeza nos excusa de hacei tad fundada en la distrib 1 :ión geográ-
ducido por los néctares sirve de ali- nada más; impropiamente, por tanto, esa operación. Después de todo, más fica de los animales y de las plantas,
mento al fruto durante su desarrollo. se llaman rudimentarias, porque el razonable parece el afirmar que los que á e'la le toca ahora su turno.
Este es un alimento elaborado por la soberano Artífice las hizo así para que músculos de la oreja no son para mo-
planta en atención al grano; cuando desempeñasen el oficio mencionado. verla, sino para mantenerla firme en Los transformistas, al invocar en
Dígase otro tanto del pabellón de la su posición natural, porque sin ellos su favor los fenómenos aquí aludidos,
oreja, cuya forma elíptica, desigual, fácilmente se podría torcer á un lado parten de la suposición de que todas
Véase la revista parisiense intitulada La Con- las especies de un mismo género, así
1

trolarse, re.üue des objecliom et des réponses en inclinada y elástica contribuye en ó á otro.
maliére de Religión. Mai, 1881 páginas, 7-29 y como también todos los géneros de
siguientes. • Revista eitada, pág. 33. Pero sea de esto lo que fuere, todo una misma tribu, y todas las tribus
372 RESPÓNDESE Á LAS PRINCIPALES OBJECIONES D E LOS TRANSFORMISTAS.

de una misma familia, etc., etc., han Esto es discurrir con tirjo y sabi- Tanto los animales como las plan- el puro azar, no es capaz de producir
salido de un mismo centro. Mas duría, no el echarse á idear vanas hi- tas tienen su área natural de habita- un orden tan admirable, tan univer-
¿dónde están los argumentos que jus- pótesis que manifiestamente se opo- ción, fuera de la cual no pueden con- sal y tan constante como en la suce-
tifiquen semejante modo de opinar? nen á la sana filosofía. E n la misma servarse; y por lo mismo, es física- sión de las referidas faunas y floras
Ninguna necesidad tenemos de recu- forma se expresa el doctor granadino mente imposible que las especies se encuentra; ni tienen tampoco las
rrir á una doctrina como esta. Los con respecto á la creación de los ani- existentes en regiones muy apartadas fuerzas de la naturaleza orgánica su-
Escolásticos, algo más dignos por males, diciendo: «Loque parece más la una de la otra, ó separadas por lu- ficiente poder para producir especies
cierto de atención que nuestros mo- verosímil en esta materia, es que gares contrarios á las condiciones de de seres nuevas y superiores en per-
dernos sabios en materia de pruden- Dios no produjo los animales en un su organismo, hayan procedido de un j fección á las ya existentes, aun cuan-
cia, no se atrevieron á hacer una su- solo lugar, sino por todo el mundo. mismo tronco. Sólo el hombre con la do se las suponga obrar bajo la direc-
posición tan aventurada; antes juzga- Porque si para un reino ó región bas- luz preciosa de su inteligencia ha po- ción de las inteligencias angélicas. La
ron ser más conforme á la experiencia taba una sola pareja, no sucedía esto dido inventar medios de conservarse transformación, por consiguiente, de
admitir distintos centros de creación. mismo con respecto á la diversidad de en todos los lugares del mundo, lo- las faunas y de las floras no podrá,
«No sabemos, escribe sabiamente el lugares, como es cosa manifiesta; y grando con la fuerza de su ingenio en tal caso, ser atribuida sino á la
eximio Suárez, cuántos individuos así, lo más natural era que en cada hacerse cosmopolita. Entre los anima- virtud omnipotente del Altísimo, que
crió Dios en cada especie de plantas; uno de ellos se comenzase por pare- les, pocos hay que puedan salir de una habrá querido derivar con su acción
también nos es desconocido si en to- jas distintas, y esto es también lo zona muy reducida, y ésta se estrecha sobrenatural y creadora unas especies
das las regiones y provincias del Uni- que hemos escrito hablando de las tanto más para cada especie, cuan- de otras y no sacarlas inmediatamen-
verso fueron producidas, ó nó, todas plantas... Y lo que de ellas decíamos, to mayor es la perfección orgánica de te de la materia bruta; lo que nada
las especies. Pero por lo que podemos tiene también aquí su aplicación; por- que están dotados sus individuos. tiene que ver con el transformismo
colegir de la experiencia, es verosí- que entre los diversos animales, unos Si pues es mucho más conforme á materialista, contra el cual únicamen-
mil que no todas las especies de ve- se procrean mejor en unas regiones y razón, científicamente hablando, ad- te dirigimos nuestros tiros, y en nin-
getales fueron producidas en todas otros en otras, y dentro de la misma mitir pluralidad de centros de disper- guna manera pugna con las enseñan-
partes, sino unas en un hemisferio y especie unos son más fuertes y más sión para los animales y plantas, ¿qué zas de la Iglesia católica, según lo
otras en otro, y unas en una región y grandes en un lugar que en otro, y puede valer, en favor de la hipótesis dejamos ya apuntado más arriba.
otras en otra de cada hemisferio, se- tienen distintas calidades según las transformista, el argumento que es- Vanamente acuden los transfor-
gún la distribución que tuvo por más regiones. Y así es verosímil que la tamos examinando, cuando todo él mistas á la localización de los tipos
conveniente el Criador. Porque Dios Sabiduría divina se acomodó en la se halla fundado en la unidad de cen- en las edades pasadas, y á la correla-
conoce muy bien los varios climas de producción de estos seres á la produc- tro? Nada absolutamente: su aparente ción universal que en ellos se observa
las tierras, las influencias de los as- ción y variedad de los mismos en la fuerza queda destruida por completo, en orden á los que actualmente pue-
tros, las disposiciones de los lugares forma indicada más arriba.» 1

como que todo el aparato de su cons- blan las mismas regiones, para con-
que guardan más proporción con es- trucción se halla minado por la base. firmar con esto su teoría. Examinada
tos ó aquellos frutos de la tierra. Y gis accommodatas. Si vero aliquae s u n t plantae,
quae ubique facile conservan aut propagari pos- Pero ¿y la correspondencia que tienen bien la naturaleza de este fenómeno
si existen algunas plantas que con sunt, fortasse illas in ómnibus regionibus, vel sal- en cada región las faunas y las floras con todas las circunstancias que lo
facilidad se pueden conservar ó pro- lem in nimis distanlibus, ad quas non poleranl fa-
de unas edades con las de las prece- acompañan, lejos de favorecerles, los
cile ex alus transferri, simul producías fuisse cri-
pagar en todas partes, de éstas lo más dibilius est.» (Suarez, De opere sex dierum, lib. Ii, dentes? ¿No prueba este fenómeno confunde y condena. A ser verdad lo
razonable es pensar que Dios las crió cap. V I I , n. 8.) que los tales organismos han proce- que ellos afirman sobre el continuo
en todas las regiones, ó al menos en i «Quod ex alia interrogationc potest penderé,
dido unos de otros por vía de descen- variar de los organismos producidos
scilicet, an Deus produxerit haec animaba tantum
aquellas adonde por su mucha distan- in uno loco terrae, vel per totum orbem. Nam pro dencia modificada? Supongamos que por la selección natural, esta misma
cia no era fácil su traslación.» 1
uno loco, id est, pro uno regno vel alio similia sea así; que en el Nuevo Mundo, por correlación se debía haber borrado,
bina sufíicere potuerunt; pro diversis aulem plura
1
«Quot vero individua Deus in unaquaque neccssaria erant, ut per se clarum est: et quamvis ejemplo, las faunas y las floras de las desapareciendo la semejanza entre
istarum specierum produxerit, incerlum nobis est. res incerta sit, haec posterior pars verisimilior vi- diferentes edades hayan sido deriva- unas y otras faunas con el largo pro-
detur, sicut et de plantis diximus... Verumtamen,
Jam an omnes isiae speties in ómnibus regionibus
sicut de plantis diximus, ita hic consideran potest
das unas de otras al modo dicho, y ceso de los siglos. Oigamos al ilustre
el provineiis universi produxerit, ,oliani est inco-
gmtum. Quantum vero experientia docet, vcrisimi- ex animalibus quaedam melius sen commodius in que esto mismo haya sucedido en Eu- Agassiz discurrir sabiamente sobre
le est non omnes vogetabiliuin speeies ubique esse quibusdam regionibus quam in alus procreari, el ropa, Asia, África y Oceanía. ¿Habrán este asunto, y sacar de su considera-
producías, sed quasdam in hoc hemisphaerio et inlra eanidem eliam speciem quaedam esse majora
alias in alio, et simili modo in variis ulriusquc re- vel fortiura, vel alus hujusmodi qualitatibus affecta conseguido con esto algo los adversa- ción nuevos argumentos para rebatir
gionibus juxla sapienlissimam Dei dislribntioncm in una regione quam in alia. Ad hunc ergo modum rios con quienes venimos disputando? á los materialistas. « Es evidente, es-
vcrisimilc est divinam sapieiiliam proporlionem el
producías l'uisse; qoia Deus óptimo novit varia te-
varíelatem in hac animalium produclione obser-
Nó, ciertamente: la selección natural, cribe, que ciertos tipos particulares
rrarum chinata, etsyderum influentias, ac regio-
num disposiciones bis vel í 1 lis fructibus terrae ma- vasse.» (Suárez, De opere sexdierum, cap. X. n. 8.) con sus acciones ciegas y regidas por de animales, antes del actual arreglo
•:374 R E S P Ó N D E S E A LAS P R I N C I P A L E S OBJECIONES D E LOS TRANSFORMISTAS. 375-

de cosas, estaban ya encerrados den- Pero demasiado complacientes he- los medios físicos de cada terreno in- plantas presentan esta misma pro-
tro de áreas determinadas. Ellos han mos estado con nuestros adversarios fluyen, también á su modo en la pro porción. Por eso es tan difícil sacar
-seguido ocupando el mismo terreno ó concediéndoles por un momento que ducción de las nuevas faunas y de las ningún animal ó planta de su propio
un territorio análogo en la época pre- la mencionada correlación entre las nuevas floras , á saber: presentando terreno sin que, ó perezca totalmen-
sente, aunque ningún lazo genético diferentes faunas de algunas determi- ciertas y determinadas condiciones de te, ó lleve una vida lánguida y enfer-
podemos suponer entre los animales nadas regiones indique haber prove- vida que se adaptan mejor á ciertos miza en la nueva habitación. Sóbenlo
de los dos períodos consecutivos. En nido las unas de las otras por vía de y determinados animales, y anuncian muy bien cuantos se dedican á la
efecto, los representantes de estos ti- descendencia transformada, aun cuan- do con esto el género de organismos aclimatación de los animales y de las
pos, en las formaciones diferentes, no do la transformación haya sido efec- que conviene introducir allí para que plantas, pues con dificultad suelen-
se hallan necesariamente contenidos tuada por la diestra soberana del Al- puedan convenientemente desarrollar salir victoriososen susempresas cuan-
dentro de un mismo género. Semejan- tísimo. Dios Nuestro Señor, en la pro- se. Esta es la causa de que en algunos do la diferencia de terrenos y de cli-
tes hechos están en plena contradic- ducción de las faunas subsiguientes, lugares aparezca, durante las sucesi- mas es muy notable. Quede , p u e s r

ción con toda hipótesis que de una pudo emplear el mismo género de ac- vas edades geológicas, un género de asentado que este argumento, lo mis-
manera cualquiera pretenda atribuir ción que había usado al crear con su estructuras orgánicas que no se en mo que todos los demás hasta aquí
su origen á los agentes físicos. A omnipotente fíat la primera. Ninguna cuentran sino en aquella determinada examinados, no tiene la menor fuerza
primera vista, el hecho de hallarse necesidad tenía de derivar unas es- región; porque el Criador, como nota para hacer de alguna manera proba-
encerrados estos animales en áreas pecies de otras, transformándolas y muy bien Suárez en las palabras que ble la doctrina del transformismo. ¿Es
geográficamente constantes, parece fa- amoldándolas, por decirlo así, á las hemos citado más arriba, se acomodó más poderoso el que se funda en los
vorable á una interpretación de este nuevas condiciones del globo, sobre- sapientísimamente en la producción fenómenos del metamorfismo , de las
género; pero es preciso no olvidar que venidas con las perturbaciones físicas. de los seres organizados á las condi- generaciones alternantes y del p o -
los seres así localizados viven ó han Este nuevo orden de cosas lo pudo ciones del medio en que estos seres limorfismo sexual? Esto es lo que
vivido en compañía de otros tipos que obtener produciendo en cada región, se habían de conservar bajo el influjo vamos ahora á examinar antes de
ocupan superficies mucho más consi- sin servirse de organlsno alguno an- de las leyes físicas, no de otra suerte poner fin á este capítulo.
derables. Todavía es más significativo tecedente, aquel género de animales que un hortelano prudente y sabio se Son curiosos sobremanera los he-
el que estos seres pertenecen á perío- y de plantas que mejor se avenían acomoda á las condiciones del terreno chos que nos ofrece la naturaleza por
dos geológicamente diversos, entre los con las condiciones topográficas de la donde ha de sembrar sus semillas, el lado de la múltiple variedad que
cuales han tenido lugar, sin duda al- misma, conforme á lo que había eje- para escoger entre ellas las que más nunca se olvida de imprimir en todas
guna, grandes mudanzas físicas. Así, cutado en la introducción de los pri- han de prosperar en aquella determi- sus obras. En medio de la constante
pues, estos hechos indican lo contra- meros organismos. Y es muy verosí- nada localidad. Que en América, por unidad y fijeza con que las ejecuta,
rio de lo que supone la teoría. Ellos mil que de esta manera, y no por tanto, haya diferentes animales y hace que brille siempre la variedad
prueban que la semejanza se continúa transformación de los organismos pre- plantas que en Europa, África y Ocea- de una manera admirable, evitando
entre los seres organizados durante cedentes, haya llevado á cabo el Cria- nía ; que en los Alpes se encuentren con diligencia la fastidiosa monoto-
la sucesión de períodos geológicos y dor la producción de las faunas y de ciertos organismos que también viven nía de las repeticiones, para que el
á despecho de los cambios considera- las floras sobredichas; porque este en las altas latitudes del Norte ; que hombre , á cuya utilidad y provecho
bles que en estas épocas diversas han modo de obrar es muy digno de la en algunas islas, si bien esto es cosa han sido dirigidas , halle siempre en
acaecido á las circunstancias predo- Majestad soberana y se acerca mucho muy rara, aparezcan seres organiza- ellas nuevos raudales de hermosura
minantes de los países habitados por á la verdadera creación, que es la ac- dos muy distintos de los que habi- al contemplarlas, é incentivos cada
estos animales. Por donde quiera que ción más propia de la divina Omni- tan en los continentes cercanos: esto, vez más poderosos para alabar, servir
tomemos la teoría que atribuye á los potencia. ¿qué tiene de particular? En cada uno y engrandecer á aquel soberano Señor
agentes físicos el origen de los seres de estos lugares produjo el Criador los de quien las ha recibido. Los tipos en
Pero de cualquier manera que esto
organizados, la hallamos impotente animales y las plantas que mejor se cada una de las especies son siempre
haya sucedido , siempre tenemos que
para sufrir ni nuestro examen ni nues- adaptaban á sus condiciones físicas, fijóse invariables;pero dentro de todos
la correlación de las faunas subsi-
tra crítica. Sólo la intervención deli- y nada más; cuando estas condiciones ellos los individuos varían indefinida-
guientes con las que inmediatamente
berada de una Inteligencia que obre son análogas en dos determinadas re- mente , sin poderse decir jamás que
les han precedido en alguna deter-
continuamente conforme á un plan giones, las plantas y los animales hay dos perfectamente iguales. Loque
minada región, queda perfectamente
único, puede dar razón de los fenóme- allí puestos por la mano del Omnipo- sucedecon los individuos de un mismo
explicada con la doctrina de las crea-
nos de esta especie.» 1
tente también guardan entre sí la mis- tipo tiene también proporcionalmente
ciones independientes; antes esta doc-
ma analogía ; cuando , empero , son lugar en los de especies y géneros
trina es la única que puede dar de ella
1
Agassiz, I)c fespece et de la elassification en diferentes, también los animales y las diferentes; todos se asemejan en algo,
Zooloijie, riár. 23, páginas 101-162.
una explicación satisfactoria. En ella
376 RESPÓNDESE Á LAS PRINCIPALES OBJECIONES DE LOS TRANSFORMISTAS.
377
pero al mismo tiempo tienen en aque- obtengan, finalmente, la perfección su producto no es un pólipo, sino una sí solo la especie entera. Esto mismo
lla misma semejanza un cierto prin- de todos sus antepasados. Aquí tene- medusa. Aquí tenemos dos clases de acontece siempre que la conservación
cipio de distinción que los caracteriza mos un caso de transformación sim- generaciones previas á la generación de la especie está encomendada á se-
y separa de los demás. Así , viniendo ple, lo que con otro nombre se llama de la medusa: la generación de la res de diferente género: el macho y la
al caso particular de que ahora trata- metamorfosis; el mismo individuo ha oruga y la del pólipo; cada una de hembra en este caso representan dos
mos, todos los seres organizados con- pasado sucesivamente por las etapas ellas es condición necesaria y esencial formas contrapuestas del mismo tipo,
vienen en pasar por los fenómenos de huevo, renacuajo y rana, sin sa- para las demás: sin medusas no hay hechas entrambas para una misma
del metamorfismo, pero se diferencian lirse jamás de la órbita trazada por orugas, sin orugas no hay pólipos, y cosa, aunque muy diferentes entre sí
en la manera con que cada uno de Dios á todos los representantes de su sin pólipos no son posibles las medu- por las cualidades propias y caracte-
ellos practica sus evoluciones ; unos especie. sas. Todas estas generaciones, por rísticas de cada una. Algunas veces
las tienen dentro del seno de sus Una cosa parecida podemos encon- consiguiente alternan entre sí, y uni- estas cualidades producen una dife-
madres, y antes de nacer; otros des- trar en otros muchísimos seres de das representan la generación total de rencia tan honda entre los dos sexos,
pués de haber venido á la luz d e este otras especies, aunque siempre se nos la especie, en la cual se verifica lo que que cualquiera los creería de diferente
mundo; unos con transformación sim- presentará también el modo propio y en toda generación verdadera, á sa- especie, á no haber sido averiguado lo
ple verificada en un mismo sujeto; característico con que en cada una de ber: que el último término del movi- contrario con pruebas ciertas é irre-
otros con generaciones alternantes ellas se verifica el ciclo indicado. La miento generador es perfectamente fragables. En el gusano de luz, por
que hacen entrar un cierto número de abeja, por ejemplo, antes de llegar á semejante al principio engendrante. ejemplo, el macho es un animal vo-
individuos diferentes en el ciclo de la la perfección que posee en el último La medusa, con todo el ciclo de las lador, mientras que la hembra se
evolución entera. Traigamos algunos término de su carrera, ha debido r e - transformaciones mencionadas, llega arrastra por el suelo como una oruga,
ejemplos que aclaren estas ideas, po- correr los estadios de huevo, larva y por fin á producir otra medusa, como señalando á su compañero, con la fos-
niéndolas al alcance de todo género crisálida, y esto mismo podemos de- el hombre con todo el ciclo de trans- forescencia de su cuerpo, el lugar don-
de lectores. Una rana pone sus hue- cir de otros infinitos insectos. formaciones por donde, en sentir de de ella se encuentra. El polimorfismo
vos y los abandona en un pantano; Pero hay otra clase de seres, en la los Escolásticos, pasa el embrión den- sexual por lo tanto es, donde existe,
estos huevos , empollados, dan á luz cual las diferentes etapas del ciclo tro del seno de su madre, engendra un hecho que entra en la constitución
unos animalillos llamados renacuajos, metamórfico están repartidas entre por fin á otro hombre. de la misma especie, y sin el cual no
que se alimentan de materias vegeta- distintos individuos de la misma; Se podrían poner, acerca de este es posible, naturalmente hablando,
les y llevan branquias y cola en lugar como si dijéramos que el huevo, la particular, otros muchos ejemplos de que la especie subsista. Algunas ve-
de patas, como si fuesen peces, mien- larva, la crisálida y la mariposa, en generaciones alternantes, á pesar de ces este polimorfismo llega á tal gra-
tras que la rana , su madre, vive de los cuales se halla contenido todo el que la invención de este fenómeno do, que los individuos sexualmente
insectos , tiene pulmones y patas , y ciclo de las transformaciones de un tiene una data muy reciente. L a tenia diversos pasan de dos; pues unos son
carece de cola, como si fuera un ani- animal, son cuatro individuos dife- "es uno de ellos: sus gérmenes, depo- machos, otros hembras y otros neu-
mal terrestre. Mas bien pronto el re- rentes, producidos con generación he- sitados en la yerba, pasan, juntamen- tros. E n la abeja, por ejemplo, tene-
nacuajo deja esa forma y hábitos terogénea cada uno por el que inme- te con ésta, al estómago de un animal j mos: la hembra ó reina, que pone los
transeúntes con que se presentó por diatamente le antecede. Cuando esto herbívoro; desarrollados en sus intes- huevos; el zángano ó macho, que los
vez primera en la escena del mundo, sucede, la metamorfosis total es, no tinos con el nombre de esenuros, cre- fecunda; las neutras, que no engen-
para tomar la forma y hábitos defini- ya simple, sino compuesta de partes cen y se propagan por gemación; in- dran, pero están encargadas de la
tivos de su madre; las branquias se le heterogéneas, que son verdaderas ge- troducidos, finalmente, estos casnuros procreación de la prole, ora fabricán-
van atrofiando, lo mismo que la cola, neraciones; y porque cada una de e s - en el estómago de un animal carní- dole la casa y acarreando del campo
y en su lugar le van saliendo las patas tas partes alterna con las demás, sien- voro, que se los ha tragado comiendo las cosas necesarias para la vida,
características de su especie, al paso do condición necesaria para su exis- la carne cruda por ellos inficionada, como las obreras, ora propinándole el
que crecen los pulmones, y con ellos tencia, por eso se dice que este género adquieren la forma definitiva de la alimento, como las nodrizas.
aparece la respiración aérea, acompa- de metamorfosis se realiza por medio ' tenia, la cual pone á su vez los gér-
ñada de todas las costumbres de la de generaciones alternantes. La medu- Otro tanto sucede á las hormigas,
menes sobredichos, comenzando de
verdadera rana. El renacuajo ha lle- sa, por ejemplo, pone huevos, cada entre las cuales hay machos, hem-
nuevo el ciclo de las generaciones
gado al último término de su desarro- uno de los cuales da origen á una bras y neutras, dividiéndose estas úl-
alternantes.
llo; ya es rana como su madre, y po- larva movible, que se transforma en timas en dos clases, la primera para
Como se ve, cada uno de los indi- las labores pacíficas, la segunda para
drá en su tiempo poner huevos como un pólipo arborescente y se propaga viduos producidos por estas genera- el trabajo de la guerra. Este número
ella, que pasen por las mismas vici- por gemación como las plantas; estas ciones es una parte esencial de la e s - de cuatro todavía está doblado en las
situdes á que él ha estado sujeto, y yemas á su vez se desarrollan, pero pecie; ninguno de ellos representa por hormigas blancas, pues en ellas se
378 RESPÓNDESE) 1 L A S PRINCIPALES, OBJECIONES D E LOS TRANSFORMISTAS. 379

encuentran reyes, reinas, obreras y todos ellos: sin mariposas no hay hue- monótona selección de la naturaleza? ciese permanentes los progresos obte-
soldados de primero y segundo orden, vos, sin huevos no tenemos larva, Pero aún hay en los fenómenos in- nidos con la selección individual? No
teniendo cada una de estas clases los quitada ésta, falta la crisálida, y sin dicados otro argumento invencible en engendrando las neutras, ¿cómo han
instintos y la estructura de los órga- crisálida no es posible la mariposa. contra de la hipótesis transformista. podido crearse definitivamente, por
nos perfectísimamente adaptados al Huevo, Jarva, crisálida, mariposa: he El polimorfismo sexual nos ofrece una medio de la selección sexual, las dos
oficio que ha de desempeñar en la fa- aquí un círculo que se repite perpe- variedad de formas pertenecientes á formas de obreras y nodrizas que
milia. tuamente de la misma manera. Nunca un mismo tipo y perfectamente dis- ahora existen? Darwin encarga este
Aquí tenemos los hechos del m e - la larva ha dado origen á una nueva tintas entre sí: ¿cómo ha obtenido oficio á las reinas y á los zánganos,
tamorfismo, de las generaciones al- especie que no haya necesitado de este último resultado la selección na- para que esta pareja fecunda, empu-
ternantes y del polimorfismo sexual. mariposas; nunca la mariposa ha po- tural, sin dejarnos el menor rastro de jada por la pretendida selección de
Pregunto yo ahora: ¿hay en ellos la dido propagarse s i n pasar por el h u - los diferentes anillos con que deben que vamos hablando, busque la utili-
más mínima cosa que favorezca á las milde estado de larva. estar unidas todas ellas? En las abe- dad, no sólo de las parejas futuras,
ideas transformistas de nuestros m o - Esto mismo hay que decir así de jas, por ejemplo, nunca aparecen sino sino también de la familia donde han
dernos sabios? Nada absolutamente: las generaciones alternantes como del reinas, zánganos y neutras. ¿Dónde de imperar estas parejas, si bien no
digo más; no sólo no presentan estos polimorfismo sexual; todas estas ge- están los anillos que juntan en uno deja de confesar que las clases neu-
fenómenos cotia alguna que favorezca neraciones son partes esenciales de la estas tres clases de insectos, hacien- I¡ tras de los insectos constituyen una
al transformismo, sino, por el contra- especie, todas ellas deben repetirse do de ellos una serie perfectamente verdadera dificultad contra su siste-
rio, nos suministran una de las prue- indefinidamente en el mismo orden continua? Aún más; las neutras, unas ma. No se puede negar que el sabio
bas más fuertes con que podemos per- que las vemos su cederse para que los son obreras, otras nodrizas, teniendo naturalista es agudo para inventar
seguirlo y derrotarlo. En efecto: ¿qué términos diversos del perenne ciclo por lo mismo cada una sus caracteres hipótesis cuando le hacen falta para
vemos en todos ellos, sino la ley fija puedan seguir viviendo en el mundo. propios en la organización; ¿qué se la solución de sus dudas; pero tam-
y constante de la naVjrale^a? Tan Asimismo , todos los individuos di- han hecho, pues, los anillos interme- bién es cierto que proceder de este
constantes son y regulares como las versos de una especie polimórfica se dios, que por precisión han debido i modo no es filosofar en serio , sino
estaciones del año en la tierra , y exigen mutuamente para poder vivir existir entre uno y otro extremo, en- fingir meras idealidades con la ima-
como los menguantes y cr3cien1.es de en el mundo; sin reina que ponga los tre la obrera y la nodriza? Darwin, ginación del poeta. ¡Cuánto más sa-
la luna; nada de alteración, nada de huevos y sin macho que los fecunde, haciéndose cargo de esta dificultad, bio y razonable es afirmar que las
mudanza, nada de tendencia ai pro- no son posibles las abejas neutras; y responde que la selección natural los neutras, así como las reinas y los zán-
greso. Los fenómenos indicados se sin abejas neutras no son tampoco eliminó, porque era útil á la familia ganos, y todos los demás elementos
verifican hoy de la misma manera posibles las reinas ni sus consortes; abejuna no quedarse sino con los dos esenciales de cada especie, son obra
que en los remotísimos tiempos de las porque, no acarreando la obrera la extremos de la clase neutra. Despier- del Artífice divino , artísticamente
edades geológicas, pues en los terre- miel y el polen á la colmena, y no su- ta señora es esa diosa que, aun con trabajada y perfectísimamente dis-
nos de aquellas formaciones aparecen ministrando la nodriza el alimento á los ojos vendados y sin ser más que puesta para el oficio que todos estos
los diferentes términos del ciclo me- las larvas, éstas perecerán irremisi- un ciego, pues en realidad no se dis- animales habían de desempeñar en la
tamóríico compuesto de generaciones blemente; y pereciendo las larvas, s e tingue del ciego acaso, atiende por Naturaleza! Concluyamos, pues, di-
alternantes. Aristóteles describe los acabó la colmena entera. una parte tan perfectamente á las ne- ciendo que el materialismo, tanto en
fenómenos del metamorfismo como lo ¿Y cómo explicar sin la idea de u n a cesidades de la familia, y por otra ésta como en todas las demás cues-
pudieran hacer los naturalistas de Inteligencia ordenadora el instinto- oculta con diligencia tan exquisita los tiones de que trata, no puede presen-
nuestros días. El polimorfismo sexual admirable que trae impreso en sus desperdicios que le pudieran producir tarse ante el tribunal de la sana r a -
es tan antiguo como las mismas e s - entrañas cada uno de estos animalitos algún sonrojo. ¿Y cómo se le ha an- zón sin sufrir la más completa é igno-
pecies donde se encuentra. ¿No es para hacer lo que hace, y solamente tojado producir ese género neutro, miniosa derrota
éste el argumento más evidente de lo que hace, y con la perfección aca- que por su incapacidad de engendrar
que las especies no cambian con el bada con que lo hace desde el primer ño puede menos de ser una imperfec- ' Véase sobre esta materia á Faivre: La varia-
tiempo, y de que la variedad de sus día en que pone manos á la obra? ¿Es ción del tipo? Mas ¿qué digo antojado? bilitédes especes, etc., cliap. I , y á Oualrefagcs,
individuos se halla siempre encerrada posible esto sin una fuerza interna, ¿Cómo ha podido crear esa clase de Mélarnorphoses de l'homme et des animaux, Pa-
en los términos de la unidad absoluta propia y peculiar de cada uno de estos neutras y fijarla definitivamente en la rís, 1862, páginas 31o y siguientes. También el Pa-
dre líate ha escrito y publicado, en la revista inti-
propia de cada tipo? Cada uno de los seres, dirigida á un determinado fin familia, cuando para esto era necesa- tulada Eludes Rcligicuses, etc., 6." serie, t. 111,
fenómenos indicados es condición por el Artífice supremo? ¿Puedeprodu- rio que la selección sexual fijase é hi- dos importantes artículos sobre esta materia del
esencial para el mantenimiento y con- cir tan estupenda maravilla de orden polimorfismo.

servación del tipo á que pertenecen y perfectísima armonía la ciega y


26
ORIGEN D E L HOMBRE. 381

•de la naturaleza, después de haber etapas, por donde se dice haber pasa-
recorrido todos los estadios inferiores do el hombre antes de llegar á la que
que existen entre los animales más actualmente ocupa. La primera de
imperfectos y el mono. Ya Lamark ellas es la monera, organismo sin ór-
había consagrado todo un capítulo de ganos, como la llama Haeckel, y tan
su Filosofía zoológica á probar cómo, imaginaria como el hombre-mono 6
1

CAPÍTULO X X X en virtud de su teoría del hábito, pue- andrapitheco, que es la última. Este
de ser considerado el hombre como andrapitheco, verdadero padre del gé-
un chimpancé transformado; aunque, nero humano, según opinan los dos
RECHÁZASE EL ORIGEN TERRENO DEL HOMBRE CON LA C O N S I D E R A C I Ó N como observa Godron , no se atrevió naturalistas citados , era un mono
s

á asignar al hombre este origen por antropomorfo, incapaz de formar pa-


DE LA SOLA ESTRUCTURA DEL CUERPO HUMANO
no oponerse á las ideas generalmente labras articuladas, y de inteligencia
recibidas entonces sobre esta materia. tan poco desarrollada, que ni siquiera
Los transformistas de nuestros tiem- tenía conciencia de sí mismo; vivía
pos han debido hallar sin duda el en los árboles, trepando por ellos y
• terreno mejor preparado; todos ellos, saltando de uno á otro, como suelen
*ifl/ dicho
0 e n
l ° capítulos ante-
s
perior á la de los brutos, y destina- sin rebozo de ninguna clase, dan por hacer los monos actuales. En esto
^H¿Sl riores nos parece más que su- da por su propia condición á vivir la cierto que el hombre ha debido pro- convienen Darwin y Haeckel; sólo que
ficiente para que todo hombre juicio- vida de los espíritus. Obrando de esta ceder, por vía de evolución natural, este segundo le niega la cola, y aquél
so y amigo de la verdad considere la suerte, puso bajo sus plantas todo de alguna de las especies de animales se la concede, poniéndolo en la clase
doctrina del transformismo como una esto material y terreno ; hízolo rey inferiores que han poblado el mundo de los monos antropomorfos armados
hipótesis enteramente infundada y del universo sensible para que , á en los tiempos pasados: sólo que en de este apéndice. Con esto Darwin
contraria á la realidad de los hechos. imitación de su soberana grandeza, la designación de esta especie no con- hace á nuestro primer padre más im-
Con esto, sin otra clase de reflexio- tuviese dominio sobre los peces del vienen todavía. Vogt, en su Memoria perfecto délo que se lo ha imaginado
nes, podríamos ya con toda justicia mar y se enseñorease así de los ani- sobre los microcéfalos, cree que tantosu discípulo Haeckel, pues es cosa sa-
afirmar que cuanto nos refieren los males como de las plantas de la tie- el tipo de los monos como el de los bida que los monos rabudos distan
partidarios de la nueva escuela sobre rra; y dióle este mundo por habita- hombres han sido derivados de otro más de nosotros por su constitución
el origen puramente natural del lina- ción temporal, donde, viviendo con- anterior y diferente de entrambos, orgánica que los antropomorfos sin
j e humano, es sobremanera irracio- forme á razón y ajustado á las r e - mientras que los darwinistas, general- cola.
nal y contrario á toda sana filosofía. glas de la sana prudencia, se pudiese mente, piensan que el tronco común Esto es lo que enseñan nuestros
Pero aún tenemos otro género de a r - labrar una corona de inmortalidad en al hombre y al mono de los tiempos sapientísimos filósofos sobre el origen
gumentos poderosos con que rebatir la gloría, mansión de dicha inenarra- presentes fué un mono distinto de los y naturaleza del hombre. ¿Qué decir
esta proposición tan humillante para ble que tiene reservada para sus fie- actuales. Haeckel se expresa sobre ahora de tan humillantes teorías? L a
la noble razón humana, y agradable les servidores. E l que ensalzaba al este particular en los siguientes tér- respuesta que á esta pregunta se nos
tan sólo á aquellos que quisieran hombre, poniéndolo muy cerca de los minos : «El género humano es una ofrece, es que todas ellas son dignas
ver rebajado el hombre á la humilde ángeles y haciéndolo á imagen y se- ramificación del grupo de los catarri de la vilísima filosofía adoptada por
condición de los brutos, para vivir mejanza suya, ¿cómo lo había de nos; se ha desenvuelto en el Antiguo estos autores. Homo, aun in honore
aquí, como ellos, entregados á la vida abatir hasta el extremo de confundir- Mundo, y dimana de los monos de ,esset, nos dice el Espíritu Santo, non
de los sentidos. Nuestra naturaleza se lo con una miserable bestezuela, ha- este grupo, ha ya largo tiempo extin- intellexit; comparatus est jumentis insi-
halla colocada á tan grande distancia ciéndolo de la misma condición del guidos.» Darwin opina lo mismo que pientibus, et similis factas est Mis '. Se
de todas cuantas cosas la rodean so- mono, y no separándolo de él sino por su discípulo Haeckel; tanto que, al han empeñado estos señores en ba-
bre la tierra, que sólo la torpe y men- ciertos grados accidentales de inteli- hablar sobre esto, se remite á la tabla jarse del trono en que los colocó el
guada filosofía de los materialistas la gencia? genealógica del género humano tra- Altísimo, para formar sociedad amis-
ha podido imaginar como derivada, zada por este autor. En esta tabla se tosa con los jumentos insipientes,
Sin embargo, esto es lo que ense-
por vía de descendencia, de los seres encuentran nada menos que veintiuna haciéndose semejantes á ellos y hasta
ñan los flamantes doctores de la filo-
irracionales é inferiores á ella. Por sofía moderna: el hombre, según ellos, llamándolos sus parientes y herma-
fuerza había de ser así: Dios Nuestro no es más que un mono pulimentado,
1
Lamark, Pltilosophie zooloyiquc, París, 1809, nos. ¿Qué mayor locura? A estos ex-
!• I, pág. 349 y sigüic.nlps.
Señor, al criar al hombre, lo dotó de un saco de :i uteria llevado á su últi- ' I). A. Ooilruii, De respe-e et des races duns
¡

un alma racional é infinitamente su- I ¡ N A perfección por la fuerza plástica les :'lres organisés, I . II. pág. 117. París, 1872. i Ps. XLVIII. > . 2.
O R I G E N DEL, H O M B R E . ORIGEN DEL HOMBRE. 883
tremo.s conduce el abandono de la. fe esta suerte, formando perfectísima les y saltar del uno al otro como ver- tad sus operaciones, hallándose el ce-
sacrosanta, que tan maravillosos ful- armonía con ellos, presentase esa e s - dadero cuadrumano, á quien corres- rebro, donde en cierta manera se eje-
gores despide sobre el origen nobilí- pecie de continuidad que debe reinar ponde la estación horizontal, con el cutan, no deprimido, sino levanta-
simo y sobre la altísima naturaleza en todo el conjunto del universo, obra vientre inclinado hacia la tierra. Di- do sobre todas las otras partes del
del hombre. Meditemos un poco sobre maestra del Artífice divino y espejo vinamente expone el Angélico Doctor cuerpo.
esta naturaleza sublime, para sacar clarísimo donde brillan con maravi- Santo Tomás esta diferencia enorme »La tercera razón es porque si el
de ella argumentos contundentes con lloso fulgor las infinitas perfecciones que, por razón de la naturaleza inte- hombre tuviera su estación al modo
que caiga por tierra el ruinoso edifi- de la soberana Inteligencia. Pero en lectual del hombre, debía existir en- de los cuadrúpedos, las manos le de-
cio levantado por estos autores sobre medio de esta consonancia los orga- tre el cuerpo de éste y el de los irra- berían servir de pies delanteros, y
el fango de las humanas concupis- nismos dichos no pueden menos de cionales aún más próximos á él en así no podrían ser de utilidad alguna
cencias. ofrecer grandísimas diferencias, como perfección. No quiero dejar de poner para los trabajos mecánicos.
Dos son los elementos que consti- no puede menos de haberlas entre los aquí sus palabras para que vean nues- »La cuarta, finalmente, consiste en
tuyen la naturaleza humana: uno, ma- diversos instrumentos de un artista tros modernos sabios cómo sabían que, teniendo la posición inclinada y
terial y terreno, en el cual conveni- que quiere ejecutar con ellos muy di^ discurrir atinadamente los Escolásti- sirviéndose de las manos para el ofi-
mos con los brutos; otro, espiritual é ferentes operaciones. E l cuerpo del cos cuando se ponían á estudiar con cio de los pies, se vería precisado á
inorgánico, por el cual nos asemeja- hombre está ordenado, por construc- detención ras obras de la naturaleza. tomar la comida con la boca; la cual,
mos á las criaturas angélicas y per- ción del soberano Artífice, á las fun- «Por cuatro motivos, dice, fué con- por lo mismo, debería ser oblonga,
tenecemos á un mundo superior é ciones de la vida espiritual y supra- veniente al hombre tener la estación con labios duros y gruesos y con una
invisible, al mundo de los espíritus. sensible del alma racional que lo recta. Primero, porque los sentidos lengua de esta misma clase, para que
E n cada uno de estos dos elementos informa; y así, por precisión, ha de han sido dados al hombre, no sólo no recibiese lesión de las cosas exter-
hallamos razones poderosas para re- tener hasta sus más pequeñas parte- para procurarse las cosas necesarias nas, como se ve en los otros anima-
batir satisfactoriamente la antifilosó- cillas en caminadas al conveniente a la vida, como acontece á los de- les. Y con esta disposición quedaría
fica doctrina del transformismo: co- ejercicio de estas funciones; el cuerpo más animales, sino también para ad- impedida el habla, que es obra propia
mencemos por el primero. de los irracionales, por el contrario, quirir conocimiento de los objetos. y exclusiva de la razón.» 1

No cabe la menor duda de que el no puede tener otro objeto que el de De donde nace que, mientras los de- Esta es la construcción propia y
hombre, por lo que hace á su orga- ayudar á las operaciones de la vida más animales no reciben deleite de
nismo material, presenta no pocos animal, única que corresponde á es- las cosas sensibles sino cuando éstas 1
«Habcrc slaturam rcctain conveniens fuit ho-
puntos de contacto con el tipo de los tos seres, y por tanto todo él debe contribuyen á la satisfacción de sus mini propter qualuor. Primo quidem, <¡uia sensus
vertebrados, y muchísimos más to- estar dirigido á este determinado fin. necesidades corporales y del apetito sunt dati homini non solum ad vitae nccessariapro-
curanda, sicut alus animalibus, sed etiam ad co-
davía con todos aquellos animales De aquí resulta que aun entre los venéreo, sólo el hombre se deleita en gnosoendum. Undecum celera animaba non dele-
que se hallan más próximos á él en mismos monos antropomorfos y el la hermosura de ellas por sí mismas ctentur in sensibilibus nisi per ordinem ad cibos
et venérea, solus homo delectatur in ipsa pulchri-
la escala de los seres sensibles. Los hombre ha de reinar por precisión una y por su mérito intrínseco. Y porque tudine sensibilium secundum seipsam. Et ideo
monos, principalmente los antropo- diferencia enorme por parte del orga- los sentidos ostentan su vigor princi- quia sensus praccipue vigent in facie, alia anima-
morfos, cuales son el gorila, el chim- nismo con que á entrambos dotó el palmente en la cara, ésta en los de- lia liabent faciem pronam ad terram, quasi ad ci-
bum quaerendum, et providendum sibi de viclu:
pancé, el orangután y el gibbon, tie- Autor de la naturaleza. Al hombre, más animales se halla vuelta hacia la homo vero babel faciem erectam, ut per sensus el
nen un cuerpo muy semejante al por razón de su inteligencia, le con- tierra, como para ayudarles á buscar praecipue per visuin, qui est sublilior et plures
differenlias rerum ostendit, libere possit ex omni
nuestro. Como el hombre es el anillo venía la estación vertical, para que la comida y á procurarse el sustento; parte sensibilia cognoscere, et coelestia et terrena:
que junta el mundo espiritual con el así pudiese tener en la parte más ele- mas el hombre la tiene levantada ut ex ómnibus inlelligibilem colligat veritatem.
material, naturalmente debía poseer vada de su cuerpo todos los órganos para que por medio de los sentidos, Secundo, ut interiores vires liberius suas operatio-
nes habcant; dum cerebrum, in quo quodammodo
un cuerpo que fuese por una parte pertenecientes á la vida de relación y principalmente el de la vista, que es periiciuntur, non est depressum, sed super omnes
perfectísimo instrumento del alma cognoscitiva, y le quedasen expeditas el más sutil y el que nos presenta ma- partes corporis clevatum. Tcrlio, quia oporterel, si
homo haberet pronam slaturam, quod uterctur ma-
inteligente y libre, mientras que por las manos, que había de emplear así yor variedad de objetos, pueda expe- nibus loco anteriorum pedum; et sic uliiitas ma-
otra se hallaba en la requerida pro- en los trabajos mecánicos como en ditamente conocer por todas partes nuum ad diversa opera perficicnda cessaret. Quar-
porción con los demás cuerpos del las obras de arte. El mono, por el las cosas sensibles, así las del cielo lo, quia si haberet pronam slaturam et uleretur
manibus loco anteriorum pedum, oporteret quod
mundo terreno. Su organismo, por contrario, había de ser un animal como las de la tierra, y colija de to- cibum caperet ore; et ita haberet os oblongum, et
consiguiente, se debía parecer muchí- trepador; toda su vida la había de em- das ellas la verdad inteligible. labia dura et grossa, et linguam etiam duram, ne
ab exlerioribus laederetur, sicut patet in alus ani-
simo á los de aquellos animales que plear en acciones puramente mecáni- »En segundo lugar, le es conve- malibus. Et talis disposilio omnino impediret Io-
tuviesen un grado más sublime en la cas, sirviéndose de sus pies y de sus niente esta posición para que las fuer- culionem, quae est proprium opus ralionis.» (San-
cli Thom., I p., q. Ul, arl. 3 ad 3.)
escala de la creación; para que de manos para encaramarse por los árbo- zas interiores ejerzan con más liber-
384 ORIGEN DEL HOMBRE. ORIGEN DEL HOMBRO. 385
verdadera del cuerpo humano, ente- yen se corresponden, como ya lo d e - do se les antoja. Pero esta réplica es drupedil, los libra de todo trabajo en
ramente distinta de la estructura de jamos indicado, casi rigurosamente, absolutamente de ningún valor: en el este estado , impidiéndoles sentir su
todo otro animal, inclusa la de los término por término. Mas estos órga- estado presente de la ciencia ya nadie peso; y por otra parte, siendo en estos
monos antropomorfos, y por consi- nos se hallan dispuestos conforme á puede acudir á tan vanos subterfugios animales más largas las extremidades
guiente imposible de ser derivada de un plan muy diferente. En el hombre como éste. L a conformación del hom- anteriores que las posteriores, la acti-
alguna otra inferior por vía de natu- su coordinación es tal, que de ella re- bre es tal, que sólo puede andar bien tud que toma todo su cuerpo al poner
ral descendencia. Considerando Qua- sulta por fuerza un andador, y la del y cómodamente guardando la línea sus cuatro manos en el suelo, es ver-
trefages esta diferencia radical de es- mono produce necesariamente un tre- vertical, mientras que al mono suce- daderamente airosa, con la cabeza le-
tructuras, no ha podido menos de pador. Esta es una distinción anató- de todo lo contrario. Si el hombre vantada, libre de todo golpe de sangre
pronunciarse altamente contra la doc- mica y mecánica que habían ya pues- quisiera andar como los animales, y perfectamente dispuesta para las
trina de Darwin, y ha demostrado vic- to muy de relieve, en orden á los mo- por fuerza tendría que llevar la cabe- funciones de relación. Por el contra-
toriosamente, con los mismos princi- nos, los trabajos de Vicq d'Azyr, de za junto al suelo , vueltos los ojos rio , la actitud bípeda les es violenta,
pios proclamados por el naturalista Lawrence, de Serres, etc. Los estu- hacia atrás y mirando por entre los no pudiendo andar largo tiempo en
inglés, que el hombre no puede haber dios de Duvernoy sobre el gorila, los brazos y las piernas, siendo éstas más dos pies, y aun entonces no van rec -
procedido del mono. Oigamos al ilus- de Gratiolet y de Mr. Alix sobre el largas que los brazos; además, en esta tos como el hombre , sino inclinados
tre profesor de Antropología, cuyo ra- chimpancé, han puesto fuera de duda posición la sangre se le bajaría á la hacia adelante, empuñando gustosos
ciocinio, claro y conciso, no deja nada la conveniencia absoluta de los an- cabeza y no podría vivir así largo un bastón para no caerse; si quisieran
que desear en esta materia. «En la tropomorfos en este carácter funda- tiempo. Por esta causa los niños, ir enteramente rectos, darían un tum-
teoría de Darwin, escribe, las trans- mental. Basta, por otra parte, poner cuando la blandura de sus huesos no bo hacia atrás.
formaciones no se efectúan como los ojos en el grabado presentado por les permite todavía andar en dos pies, Todo esto indica que la posición
quiera y en todos sentidos, sino que Huxley, donde figuran los esqueletos se ponen á gatas , con pies y manos natural en el hombre, cuando ejecuta
son imperadas por ciertas necesida- de los monos más perfectos al lado en el suelo; pero no apoyan su cuerpo sus movimientos de traslación , es la
des que lleva consigo la organización del esqueleto del hombre, para con- en los pies propiamente, sino en las bípeda , y en los monos , por el con-
misma. Una vez modificado el orga- vencerse de esta verdad. rodillas , para mantenerse en equili- trario , la cuadrúpeda. Pero aún hay
nismo en un sentido determinado, »La consecuencia de estos hechos, brio estable y tomar la postura me- otros caracteres muy expresivos que
podrá muy bien sufrir transformacio- en orden á la aplicación lógica de la> nos incómoda que puede tener aquella revelan esto mismo con toda claridad:
nes secundarias, terciarias, etc., pero ley de caracterización permanente, es edad incipiente al tiempo de ejecutar notemos siquiera algunos de ellos.
nunca dejará de conservar los rasgos que el hombre no puede descender de sus movimientos de traslación. Y aun Primeramente , la cabeza en el hom-
del tipo original. Esta es la ley de ca- un antepasado caracterizado ya como- el andar á gatas es para ellos suma- bre , sumamente pesada por la gran
racterización permanente, única que per- mono, ya sea éste un catarrino sin mente molesto , porque la cabeza les cantidad de masa cerebral que le era
mite á Darwin dar cuenta de la filia- cola ó ya con ella. Un animal anda- pesa enormemente , siendo ésta muy necesaria para los actos de la vida
ción de los grupos, de su caracteriza dor no puede descender de un animal voluminosa en el hombre y casi nulo cognoscitiva, descansa poco más ó
ción, de sus relaciones múltiples. En trepador. Esto lo ha entendido muy el tendón cervical que sirve para sos- menos por la mitad de su base sobre
virtud de esta ley es como todos los bien Vogt; quien, colocando al hom- tenerla ; razón por la cual no suelen el extremo superior del espinazo , sin
descendientes del primer molusco han bre en el número de los primates, no conservar esta posición mucho tiem- necesidad de ser sostenida por el
sido moluscos, y vertebrados todos los duda en declarar que los monos m á s po, sino que buscan bien pronto otra tendón cervical de los cuadrúpedos,
descendientes del primer vertebrado. inferiores han pasado más allá del más descansada, ora sentados, ora ni por músculo alguno poderoso des-
Ya se ve que ella constituye uno de jalón (del antepasado común), de donde tendiéndose á lo largo en el suelo. tinado á este efecto. En los monos,
los fundamentos de la doctrina. han salido con dirección divergente Todo lo opuesto acontece á los cua- por el contrario , tiene una posición
• Sigúese de aquí que dos seres per- los diversos tipos de esta familia.» drumanos; su posición, natural y des- muy diferente: no se une con la co-
1

tenecientes á dos tipos distintos pue- Sólo podrían negar los darwinistas cansada al ejecutar sus movimientos lumna dorsal sino por un extremo de
den muy bien retroceder hasta un la exactitud de este discurso diciendo de traslación por el suelo , es la de su base , necesitando para ser soste-
antepasado común, cuyos caracteres noque ni los monos son por necesidad todos los cuadrúpedos; así es que en- nida el tendón cervical dicho, á pesar
estaban todavía bien definidos; pero trepadores, ni el hombre andador, tonces tienen la cabeza en el estado de ser muy poco pesada relativamen-
no descender el uno del otro. Ahora puesto que también los monos suelen que les corresponde , sin que por lo te á la nuestra. Por donde se ve que
bien; el hombre y los monos, en ge- andar en dos pies como el hombre, y mismo reciban de ello molestia algu- no está fabricada en el mono , como
neral, presentan, desde el punto de éste en cuatro, como el mono, cuan- na. E l tendón cervical, que llevan en el hombre, para descansar sobre
vista del tipo, un contraste muy mar- muy fuerte y robusto para sustentarla el espinazo , colocado en el sentido
i De. Qualrefages. ISespéce humaine, chap. XI-
cado. Los órganos que los constitu- n. i. París, 1880. en conformidad con todo el tipo cua- vertical, sino para estar pendiente de
386 ORIGEN DEL HOMBRE, ORIGEN DEL HOMBRE. 387
él por medio de los músculos y del pierna, como pudiera parecer á pri- tege contra la compresión los múscu- posterior, sino con cierta oblicuidad;
sobredicho tendón ; lo cual, en otros mera vista; pues la pierna se mantie- los de la planta del pie; los dedos son de suerte que el animal no pisa el
términos, quiere decir que la relación ne unida á lo restante del cuerpo, cortos y con movimientos muy limi- suelo con la misma planta, sino con
anatómica de la cabeza con el espi- adhiriéndose fuertemente la cabeza tados; el pulgar, más grueso que los el borde exterior de ella, en un modo
nazo reclama para la marcha en el del fémur á la cavidad ilíaca por la otros, está colocado sobre el mismo semejante al que suele acontecer á los
hombre la estación vertical, y en el acción constante de la atmósfera que plano de los demás y no les es oponi- hombres que tienen el pie contrahe-
mono la que corresponde á los cua- por todas partes nos rodea. Así cons- ble. Este pie, por consiguiente, está cho. E l pulgar no está en el mismo
drúpedos. ta de las observaciones de Weber, admirablemente construido para reci- plano que los otros dedos, ni tiene
En segundo lugar, la conformación profesor de Leipzig, según lo hallo bir sobre sí el peso del cuerpo, pero tampoco la misma dirección, sino que
del bacinete y de los muslos en una y escrito en la obra de Zimmermann, no puede servir ni para agarrar las forma casi un ángulo recto con todos
otra especie de seres , está diciendo intitulada L'homme, al párrafo que cosas ni para trepar; no se parece en ellos, y presenta cierta curvatura
esto mismo en términos tan expresos tiene por epígrafe las siguientes p a - nada á las extremidades superiores, hacia adentro, en forma de gancho,
que no consienten la menor duda. El labras: Mode d'affermissement de la que son las manos, instrumentos per- quedando al aire cuando el animal se
bacinete en el hombre , ancho y só- jambe de l'homme. fectos de aprehensión, pero no dis- pone á imitar la marcha del hombre.
lidamente construido , al paso que Esta es la estructura del bacinete puestas para la locomoción. Por tanto, La misma curvatura se observa en los
sirve de apoyo seguro á la columna y de los fémures en el hombre, la cual el hombre debe sostenerse sobre sus otros dedos, que tampoco prestan au-
vertebral, permite á las piernas en- prueba con toda evidencia haber sido dos pies únicamente, conservando así xilio alguno para la estación bípeda,
sancharse convenientemente para que hecho nuestro cuerpo para llevar en la libertad entera de sus manos, ins- pues todos están encogidos y sin t o -
la base de sustentación en el suelo la marcha la posición vertical; porque trumentos admirables por la exten- car la tierra, sino es el más pequeño,
sea mayor , hallándose los pies sepa- sólo así pueden servir las piernas de sión, por la variedad y por la preci- que la toca oblicuamente por su borde
rados uno de otro ; las cavidades s e - columnas firmes para la sustentación sión de sus movimientos, las cuales exterior. Esta conformación de la
miesféricas que presenta en el lado del tronco, al revés de lo que sucede se hallan en esta forma perfectamen- mano posterior del orangután mani-
derecho y en el izquierdo para que en á los cuadrumanos, en los cuales el te ordenadas al servicio de la inteli- fiestamente está diciendo que no ha
ellas encaje la cabeza de uno y otro bacinete es estrecho y oblicuo, y no gencia.» Y para que estas bases del sido hecha para sustentar el cuerpo en
fémur, están mirando al suelo cuan - dirige hacia el suelo las cavidades cuerpo humano no Maqueasen dejando la estación bípeda, sino para mante-
do el hombre se encuentra de pie ; de ilíacas sino cuando el espinazo del salir de su lugar ó inclinarse hacia nerlo asido por medio de la aprehen-
suerte que las piernas quedan perfec- animal se halla puesto en el sentido adelante las dos columnas que en sión de los objetos como verdadera
tamente perpendiculares al horizonte del horizonte; señal manifiesta de que ellas descansan, y dando así con toda mano; puesto que, estando el animal
y pueden servir de columnas á todo ésta y no otra es la posición que le la carga del cuerpo en tierra, prove- sobre sus dos pies, los dedos de éstos
el resto del cuerpo. El hueso del mus- conviene para la marcha. yólas el Criador de fuertes ligaduras quedan libres sin apoyarse sobre el
lo , ó sea el fémur , se halla de tal Pero todavía se ve esto con más que impidiesen estas desviaciones y suelo, lo cual no sucede cuando el
manera encajado en la cavidad ilíaca, claridad considerando los pies del que mantuviesen fijas las tibias en los animal trepa por los árboles agarrán-
que puede moverse libremente en di- hombre y las manos posteriores del tarsos como una columna en su pe- dose á las ramas con sus cuatro ma-
versos sentidos para sustentar en di- mono: pues al paso que aquéllos están destal. L a acción poderosa de los nos. Y esto se hace todavía mucho
ferentes posiciones el peso del cuerpo, construidos para sustentar sobre sí músculos gemelos y del soleo hace más evidente al considerar que el
sin que por eso corra ordinariamente como bases firmes el peso de todo el que el peso del cuerpo no pueda do- músculo de la planta, destinado á do-
peligro de dislocación, por ser muy cuerpo, éstas no sirven sino como ins- blegar la pierna sobre el pie, dando blar los dedos, es en el hombre de
fuertes las ligaduras que lo tienen trumentos de aprehensión, siendo por así al hombre, colocado en la estación poca consistencia, porque los dedos
bien amarrado, é impedírselo la con- esta causa verdaderas manos y no vertical, las condiciones de seguro del'pie humano no son para asir las
formación de la misma cavidad donde pies como en el hombre. «En el hom- equilibrio. cosas y tenerlas fuertemente apreta-
se mueve. Además, del centro de esta bre, escribe sabiamente Godron ', el Muy otra es ciertamente la cons- das, sino para dar flexibilidad al pie;
cavidad sale un tendón robusto que pie es ancho, la pierna cae perpen- trucción de las manos posteriores del y en el orangután, por el contrario,
se adhiere fuertemente á la coronilla dicularmente sobre él, el talón es mono, pues toda ella está dirigida á es sumamente fuerte y poderoso, y
de la cabeza del fémur, haciendo que abultado en su parte inferior, y los hacer de esta parte del cuerpo un ins- además pasa por la parte más promi-
este hueso no pueda girar á ningún huesos del tarso y del metatarso for- trumento de aprehensión, y no una nente del talón; lo cual significa que
lado dentro de la referida cavidad, man una especie de bóveda que pro- base de sustentación, hallándose el la estructura de este hueso no es para
sino en ciertos límites muy marcados. cuerpo en la estación vertical. La pier- sostener sobre sí todo el peso del
Este es el oficio del mencionado ten- 1
G-odron, De l'espéce et des races dans les etres na del orangután no cae perpendicu- cuerpo, porque de esta suerte el ten-
dón , no el de sustentar el peso de la organisés, tom. I I , liv. III, chapitre I, pág. 122.
larmente sobre la planta de la mano dón flexor de los dedos quedaría opri-
París, 1872.
388 ORIGEN DEL HOMBRE. ORIGEN DEL HOMBRE. 388

mido é inhabilitado para su función dolo de lejos y por detrás agazapado, más animales traen su manto de plu- ella, finalmente, taladra las monta-
propia, sino para otro objeto muy di- fácilmente se le podría tomar por un mas ó de pelo, según las necesidades ñas y pone en comunicación unos
ferente. negro contrahecho. Los que tienen de cada uno: tampoco tiene armas mares con otros, puebla el Océano de
En el chimpancé se nota una con- poca edad huyen cuando se les persi- poderosas con que rechazar los asal- vapores que osen desafiar la braveza
formación semejante; cuando el ani- gue; mas los viejos, sobre todo si son tos de las bestias fieras; las cuales, de sus encrespadas olas, y tiende por
mal camina imitando la manera del machos, se ponen derechos, extienden llevándole grandísima ventaja en la todo el mundo una red inmensa de
hombre, se apoya sobre el talón, so- sus enormes y nervudos brazos, y se fortaleza de sus miembros y en lo ferrocarriles en la tierra , y otra de
bre el dedo pulgar y sobre el borde lanzan balanceándolos contra el ca- acabado de su armamento, pronto hilos telegráficos en el aire, para hacer
externo del pie, teniendo sus cuatro zador. Frecuentemente se golpean hubieran concluido con todos los in- de las naciones humanas una sola ciu-
dedos fuertemente cerrados, en tér- también el pecho con el puño, cau- dividuos del género humano á no ha- dad, esparcida por todos los confines
minos que no tocan la tierra sino por sando con esto un sonido cavernoso ber sido éstos proveídos por el Autor del globo.
su parte externa. Dígase otro tanto que resuena á lo lejos.» ' de la naturaleza con un instrumento Esta es la mano del hombre , éste
del gorila y del gibbon. Del primero Pero no es sólo la estación vertical sui generis, capaz de hacer frente á es el instrumento de que le dotó el
de estos dos cuadrumanos, llamado la que separa al hombre del mono todas ellas. Este instrumento admi- Supremo Hacedor al criarle, para que
hombre salvaje de los bosques por losaun en la misma parte material y or- rable y portentoso es la titano, puesta él mismo, con la industria de su inge-
africanos, y tenido por verdadero hom- gánica que pone entre uno y otro al- bajo el influjo de la razón que la go- nio, supiese aplicarla á las obras de
bre entre los antiguos, se han creído guna semejanza; la conformación, así bierna, por medio de la cual fabrica arte y hacerse de este modo cien veces
cosas fabulosas; pero el inglés Du de la cabeza como de la mano, que el hombre obras de industria que le más poderoso que las bestias más fuer-
Chaillu, que ha tenido ocasión de ob- son los órganos de que el hombre se hacen infinitamente superior á cuan- tes de la tierra ; instrumento mucho
servar sus costumbres, puesto que se sirve para concebir sus pensamientos tas bestias feroces han poblado y pue- más admirable que cuantos otros le
ha internado en los bosques del Áfri- y ponerlos en obra, establecen una blan la redondez de la tierra. Con pudiera dar el soberano Autor, porque
ca para darle caza, y lo ha persegui- barrera inmensa, que hace imposible ella ha vencido la fiereza de los leo- en él se hallan encerrados todos ellos
do hasta en el fondo de sus cavernas, por completo el parentesco real y ge- nes, persiguiéndolos en los bosques, por una manera eminentísima , con
logrando salir con su intento, las nético de entrambos seres. Nuestra matándolos en sus mismas madri- grandes creces y ventajas para quien
desmiente de una manera expresa, en mano no es un simple instrumento de gueras, ó cogiéndolos vivos para apri- lo posee. Por eso, en esta obra maestra
especial lo de llevarse las mujeres y aprehensión mecánica, que tenga por sionarlos y hacerlos servir á sus gus- de mecánica , como la llama Mr. Cru-
vivir con ellas maritalmente largo objeto solamente satisfacer las nece- tos y caprichos; con ella ha acorrala- veilhier ', se hallan tan maravillosa-
tiempo sin hacerles ningún daño. He sidades de la vida animal, como su- do á ese grande coloso de los mares, mente dispuestas todas las partes,
aquí cómo describe las cualidades ca- cede en el mono, sino que está hecha la ballena, en los helados mares del que podemos ejercer con ella toda
racterísticas de este feroz animal, ver- muy principalmente para las obras de Norte, haciéndole huir de su temible suerte de movimientos , ora fuertes,
dadero rey de las selvas africanas por ingenio en que tanto había de flore- presencia, y aun allí mismo lo persi- ora suaves , ya en un sentido , ya en
la fuerza colosal de sus brazos: «El cer la industria humana, y en que era gue con su mortífero arpón para dar- otro, no habiendo ni una sola parte
gorila, dice, habita pareado en los necesario al hombre ejercitarse para le caza y sacarle la enjundia que n e - de nuestro cuerpo á donde no poda-
cañaverales de las ciénagas africanas; sujetar á su imperio la materia y ha- cesita para los usos y comodidades de mos llegar con nuestras manos. La
no vive sino de plantas, trepa p >co, cerse dueño de la creación entera. la vida; con ella se construye elegan- estructura del metacarpo nos habilita
duerme sobre el duro suelo, apoyada Considerado físicamente el hombre, tes viviendas y se teje riquísimas te- para producir acciones poderosas con
la espalda sobre algún peñasco ó al- nace menos provisto que los demás las, que no sólo le libran de las incle- nuestros brazos, y la delicadeza de los
gún árbol. Sólo en su menor edad animales de armas suficientes para mencias del tiempo, sino que le gran- dedos, unida á su flexibilidad mara-
busca los árboles para dormir en ellos. defenderse contra todos los elementos jean el regalo y dulce bienandanza en villosa y á la propiedad que tiene el
Su marcha natural es la del cuadrú- que puedan poner algún obstáculo á este suelo; con ella deja esculpidas en pulgar de poder ser opuesto á cada uno
pedo, ó al menos el ir en dos pies le la conservación y propagación de su el bronce y entalladas en el mármol de ellos, hace de nuestra mano el ins-
causa mucha incomodidad, y sus pier- especie. Viene desnudo al mundo, sin las sublimes concepciones de su fan- trumento más apto de cuantos se pu-
nas no le permiten andar sino lenta- tener con que cubrir sus carnes para tasía, é imprime en luminosos libros dieran imaginar para el fin de servir
mente. Si quiere correr, pone en tie- defenderlas de las inclemencias del los altos conceptos que han brotado á la inteligencia en la elaboración de
rra sus manos delanteras. Estas son tiempo; siendo así que todos los de- de su inteligencia al calor de la medi- sus artefactos. Nada de esto se en-
muy largas, como también los brazos; tación sosegada sobre los grandes ob-
además, el gorila encoge en la carre- i Du Cimillo., Explorations and Advenlurtí in jetos de la Metafísica, para que vean i Cruveilhier, Traite d'Analomie descriplive,
ra las manos posteriores, haciéndolas Equnlorial África. Lomlon, 1861. (Citado por los venideros en todo ello los purísi- tomo I, pág. 26i. (Citado porBianconi en su pre-
así más pequeñas; de suerte que vién- Zimmermann en su obra intitulada L'homnte, oír., mos goces de la vida del espíritu; con ciosa obra intitulada La théorie darujinienne el la
páginas 132-133.) Creation, pág. 82.)
390 ORIGEN : PE1V HOMBRE. ORIGEN DEL HOMBRE.

cuentra en la mano del mono ; ella ro es principalmente espiritual é in- recto el diámetro longitudinal presen- cedimiento no es riguroso, tiene, sin'
puede servir muy bien, lo mismo que telectiva, y la del segundo puramente tado por esta cara , esta línea trans- embargo, lo bastante para darnos una
•el brazo, de fuertes tenazas para pren- animal. Oigamos á Mr. Godron trazar versal toca el borde anterior del agu- aproximación muy grande respecto de
der y tener asidos los objetos, porque abreve y circunstanciadamente estas jero occipital, mientras que en el la verdad. Ahora bien; de la experien-
este es el fin único á que la destinó el diferencias; aunque mucho mejor se- orangután este agujero queda en me- cia que acabo de citar resulta que la
Criador poniéndola en el cuerpo de un ría ver con los ojos del cuerpo la dio del tercio posterior de dicho diá- capacidad del cráneo del hombre, y
animal cuyas acciones nunca habían figura de todos estos animales y la metro. Los arcos cigomáticos en el por consecuencia el volumen de su
de pasar la raya de la actividad sen- del hombre , puestas una enfrente de hombre se hallan enteramente com- cerebro, son casi tres veces y media
sible; pero es incapaz de toda obra la otra, según andan impresas en los prendidos en el tercio anterior del mayores que la del cráneo del oran-
verdaderamente artística. El pulgar, libros que tratan de estas materias. plano formado por la base de la cabe- gután.» 1

mucho más pequeño proporcional - Las diferencias entonces aparecerían za; al paso que en el orangután estos En vista de tan enormes diferencias-
mente que el del hombre, no es opo- con toda su grandeza natural , y ha- arcos, mucho más salientes hacia como median entre la cabeza del h o m -
níble á los otros, y éstos sólo pueden rían más evidente la verdad de nues- afuera, están cortados en su mitad bre y la del mono, no es de maravi-
abrirse y cerrarse moviéndose siem- tro aserto. Dice, pues, el citado escri- por el diámetro transversal. El occi- llar que hasta los mismos transfor-
pre en un mismo sentido , como una tor: «La conformación del cráneo del pucio , muy combo en nuestra espe- mistas hayan reconocido la existen-
máquina destinada á una sola opera- hombre adulto, aun de raza prognata cie, está deprimido en nuestro preten- cía de un inmenso vacío entre una y
ción; por donde claramente se ve que (o sea de cerebro deprimido), comparada dido pariente. Por fin , en el hombre otra clase de seres, hallándose todo
-en el mono las manos anteriores no con la de los monos antropomorfos el ángulo facial varía de 70 á 8 5 , y
o
lo restante del cuerpo en constante
son más perfectas que las posteriores, que han adquirido ya su entero des- en el orangután adulto no pasa de 40 . o
armonía con esta parte tan principal,
y que de ellas á las del hombre m e - arrollo, presenta una diferencia enor- Ciertos autores le dan hasta 60 ; pero
o
y que aun hayan confesado rotunda-
dia una distancia verdaderamente in- me, y de seguro que esta comparación hablan del orangután joven , y aun mente no poder ser considerado el
mensa. no ha sido hecha sobre las mismas esta medida nos parece exagerada. hombre como una derivación natural
Veamos ahora la diferencia que piezas anatómicas por el autor que También el hombre al tiempo de na- de los monos hoy día existentes en el
existe entre la cabeza del hombre y la escribía, no ha mucho, esta frase: cer tiene el ángulo facial más abierto mundo.
del mono; lo cual importa mucho en «Hay casi tanta diferencia entre el que en la edad adulta, y llega ordina- Para que vean bien nuestros lecto-
la cuestión que al presente nos ocupa, cráneo de un europeo y el de un riamente á los 90 . La comparación,
o
res esta importante confesión que
pues todo el mundo confiesa que se etíope , como entre el de éste y el de para ser exacta, no debe hacerse sino acabamos de mencionar, vamos á po-
hallan íntimamente relacionadas en un mono.» La cara del orangután ó en la edad del completo desarrollo... ner aquí algunos testimonios de estos
los diferentes animales las condicio- del gorila, por ejemplo , en lugar de Según Owen , el ángulo facial del escritores, tomándolos de La Civiltá
nes del cerebro con las operaciones formar , como en el hombre , apenas chimpancé adulto no pasa de 30 á 35 , o
Cattolica, donde los hallamos reuni-
del alma. Para hacerse cargo de ella la tercera parte del volumen total de y el cráneo en esta especie parece co- dos . «Las diferencias que existen,
2

basta echar una simple ojeada sobre la cabeza, forma más de sus dos ter- locado más bien detrás de la cara que escribe Huxley, entre el cráneo de un
el cráneo del hombre y el de los mo- ceras partes. El cráneo del hombre es encima. hombre y el del gorila, son enormes.
nos antropomorfos más perfectos. Al liso y redondeado en su superficie ; el »E1 cerebro de los monos antro- Las desemejanzas entre el hombre y
instante se observará que, mientras de los monos antropomorfos adultos pomorfos presenta circunvoluciones aquellos mismos monos que tienen
todos estos cuadrumanos se asemejan está levantado con crestas huesosas mucho menos numerosas y mucho una organización más perfecta, son
maravillosamente unos á otros en la muy salientes, que limitan easi en menos profundas que en el hombre. grandes é importantes. Todos los
configuración general de esta notable todo su contorno la cavidad de la En cuanto al volumen relativo de este huesos del gorila llevan señales por
parte del cuerpo , con el hombre no sien, la cual en su parte posterior se órgano tan importante, las diferencias las cuales se pueden fácilmente dis-
guardan la más mínima proporción extiende muchísimo y es muy profun- son enormes. Yo he medido la capa- tinguir de los huesos análogos del
en esta parte. La cabeza del hombre da por delante y por debajo, á causa cidad de un cráneo europeo de mag- hombre.» . En los mismos términos
3

se aproxima mucho á la figura esféri- de la desviación de los arcos cigomá- nitud media, valiéndome de un medio se expresa Buchner diciendo: «Guar-
ca; la del mono se presenta bajo una ticos; en esta cavidad se encuentra un análogo al que ha sido puesto en uso démonos de disminuir demasiado las
forma oblonga y angular: en el hom- músculo temporal muy poderoso y por Tiedemann; lo he llenado de are- diferencias anatómicas que existen
bre las dos terceras partes, cuando destinado á mover la enorme mandí- na fina perfectamente seca, hallando 1
Godron, De l'cspccc el des races dans les ctrcs
menos , constituyen la región del ce- bula inferior. Si se mira el cráneo del ser su medida de 1,53 litro; la cavi- organisés, tomo 11, Jiv. I I I , cliap. 1, pági-
rebro ; en el mono estas dos terceras hombre por su cara inferior, siguien- dad del cráneo del orangután adulto, nas 127-128. Paris, 1872.
partes están reservadas para las man- do el método de Owen, se advierte por el contrario, no ha podido conte- 5 Véase el número de 20 de Abril de 1872 de la
citada reí isla á r¡ue nos referimos en el texto.
díbulas; como que la vida del prime- que, cortando por medio en ángulo ner sino 0,44 litro. Si bien este pro- 3 Zeugnisse, etc., pág. l i o .
392 ORIGEN DHL HOMBRE. ORIGEN DEL UOMBRB. 398

entre el hombre y sus afines de la cla- bro del orangután tiene más afinidad Haeckel, no puede ser separado de tamos directamente de esto segundo ,
se de los mamíferos. Estas diferen- con el humano que el del chimpancé. los verdaderos monos, porque bajo sino de averiguar si la estructura cor-
cias son tales, que basta al experto Deberíamos, por consiguiente, buscar todos respectos tiene él más afinidad poral del hombre ha podido ó no ser
anatomista echar una mirada sobre los delineamientos del hombre en cin- con los más elevados entre éstos que j derivada, por vía de descendencia na-
cualquiera parte un poco característi- co monos diversos, uno de América, ellos mismos con los más ínfimos de jtural, de la estructura propia de los
ca del cuerpo, por ejemplo, el esque- dos de África, uno de Borneo, otro de su grupo.» ' Lo mismo exactamente monos. Para esto importa muy poco
leto, para distinguir al hombre del Sumatra. Los primeros progenitores afirma Darwin en el capítulo primero sostener que la diferencia corporal
animal.» Y Moleschot: «El cerebro
1
del hombre estarían tan esparcidos por de su libro sobre el Origen del hombre, entre varios monos es mayor ó me-
del hombre, escribe, tanto por la mole el globo, que con dificultad se podría citando las palabras de Vulpiano; y nor que la observada entre algunos
como por la forma de sus circunvolu- pensar en un origen semejante.» 1
por lo que hace á las diferencias ori- de estos animales y el hombre. Lo
ciones, se distingue de cualquier ce- Vogt, finalmente, preguntando si «po- ginadas de la estación vertical, añade que deberían probar nuestros adver-
rebro de mono, y mucho más del de demos encontrar algunos grados in- allí mismo que todas ellas son carac- sarios es que con todas esas diferen-
los otros animales.» E l mismo len-
1
termedios con que llenar el vacío que teres de adaptación, y por consiguiente cias tan profundas como ellos supo-
guaje se observa en el libro ds siempre aparece entre el mono y el inútiles para establecer una diferen- nen entre una y otra variedad de mo-
Darvvin sobre el Origen del hombre '. negro,» «es posible, dice, que el hom- cia esencial entre el hombre y el nos, todos ellos, sin embargo, han bro-
Y el Canestrini: «No conocemos, dice, bre halle en algún lugar algún mono mono *. tado de un mismo tronco, siendo lenta
especie alguna de mono que sirva de que se acerque más al hombre que el Vanas respuestas. En primer lugar, y gradualmente separados unos de
tránsito á la nuestra. Si quisiéramos gorila ; pero fundar una conclusión aun cuando supusiéramos ser verda- otros por la acción ciega de la selec-
forzadamente derivar al hombre del sobre esta posibilidad, sería una lo- dero lo que estos autores falsamente ción natural. ¿Cómo prueban esta
mono, sería necesario buscar su ca- cura.» * afirman sobre que es mayor la distan- proposición? La suponen simplemen-
beza en aquellos pequeños monos que Así hablan los transformistas, no cia con respecto á la estructura cor- te como una consecuencia del siste-
se agrupan en torno de los cebos y de pudiendo menos de dar testimonio á poral de algunos monos muy perfec- ma, y ninguna razón sólida aducen
los uistitis, la mano en el chimpancé, una verdad tan palpable como es la tos á otros del mismo grupo, que la para comprobarla. Mas esta suposi-
el esqueleto en el siamang, el cerebro diferencia inmensa que separa al hom- que separa al hombre del mono, ¿ten- ción está en pugna abierta con los
en el orangután, el pie en el gorila. bre del mono. Sin embargo, como de- drían razón para asegurar que nues- hechos, no menos que todo el sistema
Si no se toman en cuenta los dientes, jar la cosa en este estado sería lo mis- tras razones nada prueban en contra general. La selección ciega no tiene
es cierto que en el aspecto general la mo que dar al traste con toda la teo- de su teoría? De ninguna manera. Lo virtud para producir tan maravillosas
cabeza del cebo, de los uistitis y de ría de la evolución en orden á la n a - único que se inferiría de la sobredi- transformaciones; cada uno de los mo-
las especies afines se asemeja, aunque turaleza humana, ya tienen buen cui- cha suposición es que, con todas esas nos, perfectos ó imperfectos en su cla-
en miniatura, al cráneo del hombre dado los referidos autores de advertir diferencias, podrían muy bien perte- se, tiene todas sus partes perfectísi-
bastante más que el cráneo del gori- que todas estas diferencias dejan t o - necer los monos y los hombres á una mamente adaptadas al género de vida
la adulto, del chimpancé y del oran- davía en pie la doctrina por ellos de- misma especie, si no hubiese otros que le caracteriza y á las condiciones
gután; el cuerpo del chimpancé y del fendida; porque á una misma clase, motivos concluyentes que lo impiden. locales del suelo en que vive. ¿Cómo
gorila tiene el mismo número de añaden, pertenecen todas las especies Pero la cuestión que traemos ahora ha podido el puro acaso, sin conoci-
huesos que el cuerpo del hombre, al de monos que existen hoy día en el con los transformistas no es ésta, sino miento alguno de orden, y sin propó-
paso que el orangután tiene un hueso mundo, y, sin embargo, algunos de otra muy diferente, aunque estrecha- sito, por consiguiente, de realizarlo,
intermedio particular, que se encuen- estos animales distan más entre sí mente ligada con ella por lo que hace producir tan ordenados artefactos, y
tra en todoslos otros monos; el esque- por razón de su estructura corporal, al derecho que nuestra conclusión nos tantos en número y tan constante-
leto del siamang se asemeja al huma- de lo que distan mutuamente el negro confiere en este debate, en orden á mente distintos? Para creer que todas
no en el esternón, en la forma del tó- y el mono más perfecto. «Si hay dife- inferir de ella la diferencia esencial estas maravillas del arte se han eje-
rax, en las costillas y en el bacinete rencias de conformación, escribeHux- entre el hombre y el mono. Si el cutado por el puro azar, se necesita
bastante más que el del gorila, del ley , por las cuales se distingue el hombre no ha provenido por vía de ciertamente una buena dosis de vo-
chimpancé y del orangután; nuestros hombre del gorila y del chimpancé, descendencia natural de mono algu- luntad transformista. L a razón filosó-
estudios han demostrado que el cere- no son, empero, tan esenciales como no, tenemos justísima razón para afir- fica encuentra en esto mil veces más
las que existen entre estos monos y mar que su esencia no es la de un dificultad que en decir que todas las
los inferiores.»* < El hombre, dice mono modificado. Pero ahora no tra- diferentes especies de monos han sa-
1
El hombre considerado según los resultados
4c ¡a ciencia Parte segunda.
lido directamente de las manos del
* Der Kreislauf des Lebens, p i g . 413 y si- • Origine dell'uomo, cap. I X . 1
Del origen y de ¡a genealogía del género hu- Supremo Hacedor. Tanto más que
guíenles . - Vorlesungen, 1, pág. 244. mano. nuestros sabios no nos presentan los
•i Cap. IV. ' Evidence as lo mans'place in nalure.
i
Darwin, The descent of man, vol. 1, p . 190.
ORIGEN DEL HOMBRE;
ORIGBN DEL HOMBRE. 396
anillos intermedios que por fuerza tos existen en la actualidad, y han ción los considere. Apenas fije la vista versarios. Por mucha que sea la dis-
han debido existir, a ser verdad lo existido en los tiempos anteriores, en los extremos de la serie, afirmará, tancia que medie entre los monos
que ellos nos aseguran, sobre que to- están destituidos de los tres caracte- sin poderse contener, diciendo del superiores y los inferiores, aun mira-
dos los monos proceden de un mismo res enteramente exclusivos de este negro que es un hombre, y de los dos anatómicamente, siempre estarán
tronco común. Cada uno de ellos se cuadrumano. Lo cual quiere decir, en otros dos animales que son verdade- todos ellos contenidos en el mismo
ha presentado siempre perfectamente otros términos, que el orangután des- ramente monos; señal manifiesta de cuadro; variarán los accidentes, pero
definido y distinto de los demás. Así, de un principio ya tenía todos estos que la diferencia entre el mono y el el fondo siempre aparecerá el mismo;
por ejemplo, tomemos por prueba de caracteres, y por consiguiente no los hombre es profundísima, sustancial, que tenga uno de ellos tal ó cual
ello el orangután. Este animal, según ha ido recibiendo lenta y gradualmen- pues los coloca en tipos enteramente miembro particular que, ó falta en
las teorías darwinianas , debe ser te, uno en pos de otro, por medio de diversos, al paso que la otra no es otro, ó se halla en él diversamente
oriundo, lo mismo que el hombre, el la selección natural. sino accidental, como realizada den- conformado, esto poco dañará cierta-
chimpancé y el gorila, de algún mono Pero hemos dicho que es falsa la: tro de un mismo tipo. Lo cual no mente á la unidad de tipo, por la cual
menos perfecto; pues aunque convie- proposición en que afirman estos a u - quiere decir, sin embargo, que el un la estructura general de todos sin dis-
ne con estas tres especies de seres en tores que son más hondas las diferen- mono tenga parentesco real y efectivo tinción revelará la naturaleza de un
carecer del hueso intermedio del car- cias por las cuales se distingue un con el otro, pues ambas variedades trepador, ocupado enteramente en la
po, y en distinguirse por este lado mono de otro, que las que median han podido ser producidas inmediata- vida animal é inhábil para las accio-
de los demás pitecos á quienes dotó entre el negro y los monos antropo- mente por la causa primera; y no hay nes industriales. Por el contrario, el
de este hueso la naturaleza, sin em- morfos. Esta es la segunda razón que duda que tal haya sido su proceden- negro con toda la compresión de su
bargo, en todo el arreglo general de pone de manifiesto la vanidad de la cia siempre que la diferencia entre cráneo, estrechez de su ángulo facial
la estructura orgánica es un verdade- respuesta dada por los transformistas una y otra haya sido verdaderamente y prominencia de sus arcos cigomáti-
ro mono. Pero es el caso que el oran- á lo que dejamos escrito sobre la in- específica. cos, no dejará jamás de presentar en
gután, además de este carácter dis- mensa distancia que separa al hom-
tintivo con respecto á los otros m o - bre del mono. Si paramos la atención Esta observación que acabamos de la estructura general de su cuerpo el
nos inferiores, y común con respecto solamente en algún miembro particu- hacer tocante á la identidad típica ó bimano andador, que descansa sobre
al hombre, al chimpancé y al gorila, lar, es fácil que se nos presente la esencial de todos los monos en cuanto sus dos pies puesto en la estación
posee otros enteramente suyos y pe- cosa como quieren los transformistas. á la estructura del cuerpo, al paso vertical, y tiene libre sus maravillo-
culiares que no se encuentran ni en La cola prehensil del guariba, por que ninguno de ellos tiene sino cierta sas manos para toda suerte de i n -
el hombre ni en otro mono alguno. ejemplo, coloca á este animal á gran- especie de analogía en esta parte con dustria.
Estos caracteres son el tener diez y de distancia del gorila, el cual en respecto al hombre, es cosa que salta Aún más: el solo estudio compara-
seis vértebras dorso-lumbares, el fal- esto se halla más cerca del hombre, á los ojos á primera vista; y así no tivo de los cráneos del hombre y del
tarle la uña del dedo pulgar en sus que carece, como él, de este apéndice- podemos entender cómo el juicioso mono, practicado con exquisita dili-
cuatro manos, el estar privado del Pero no es ésta la manera como deben Quatrefages, opugnador acérrimo de gencia y envidiable pulso por los se-
ligamento redondo que todos los pri- mirarse los seres para hallar la rela- la teoría transformista, en una obra ñores Bischoff y Aeby, ha bastado á
mates, así actuales como fósiles, lle- ción en que verdaderamente se e n - en que con argumentos tan conclu- estos ilustres sabios para evidenciar
van en la pierna, y el no habérsele cuentran; para esto es preciso com- yentes demuestra, por los mismos la enorme diferencia que existe entre
dividido los pulmones como al hom- parar la totalidad de los organismos principios del darwinismo, no haber el hombre y el animal, mucho mayor
bre y á los demás pitecos, pues mien- que corresponden á cada uno. Mira- podido ser derivado el hombre del que la que se puede imaginar entre el
tras que el hombre tiene cinco lóbu- dos de esta suerte los organismos del mono, ha escrito las palabras siguien- negro y el mono más perfecto. Nadie
los pulmonares, tres á la derecha y dos mono y del hombre, aun del negro tes: «Mirado el hombre desde el pun- como estos autores ha examinado con
á la izquierda, y siete los otros pri- más bozal, no cabe la menor duda to de vista anatómico, se diferencia tanta detención, con tan inquebranta-
mates, cuatro á la derecha y tres á sino que la diferencia entre estos dos menos de los monos superiores que ble paciencia y en tan grande número
la izquierda, sólo el orangután pre^ términos de comparación aparece in- éstos de los monos inferiores.» En de ejemplares las diferentes partes
1

senta sus pulmones sin lóbulo algu- comparablemente más profunda que esto el ilustre profesor de Antropolo- por las cuales están constituidos los
no, hallándose cada uno de ellos per- cuantas existen entre dos individuos gía ha padecido una evidente equivo- cráneos de entrambas especies; nadie,
fectamente indiviso. cación , rindiendo inconsciente tri- por consiguiente, puede dar sobre esta
cualesquiera de la familia de los pi- buto á las seductoras ideas de sus ad- materia un voto tan decisivo como el
tecos. Basta ponerlos unos enfrente
Ahora bien; ningún mono se en- suyo. Y ciertamente este voto ha sido
de otros para que esta verdad se le
cuentra que pueda servir de interme- 1
An point de vue anatomique, l'homme difie- tal, y las razones en que lo han apo-
entre inmediatamente por los ojos á
dio para establecer el paso de los re moins dessinges supérieurs que ceux-ci ne diffc- yado han sido tan concluyentes, que
cualquiera que con un poco de aten- rent des singes inférieurs. (De Quatrefages, Vespé-
otros pitecos al orangután: todos cuan- H humaine, liv. J, eliapilre [, par. 8. París. 1880.) ningún transformista se ha atrevido
2
7
ORIGEN DEL HOMBRE. 897
396 ORIGEN DEL HOMBRE.

hasta ahora á intentar rebatirlas. Mas la primera está todavía por encon- más degradados están á grande dis- Vese por lo dicho que nosotros no :

¿qué digo rebatirlas? Ni aun siquiera trarse.» ' tancia de los cráneos de los monos podemos tener por padre natural á
mencionar sus obras han querido, El segundo, después de haber t o - más perfectos; y tienen tan estrecho mono alguno de ninguna clase, ni de
cuando se han puesto á publicar algún mado medidas en cientos y aun en enlace con los más perfectos de la los existentes ni de los pasados. Por
nuevo escrito en favor de su decanta- miles de cráneos pertenecientes á di- misma especie, que por sola esta di- consiguiente, los darwinistas, para
do evolucionismo; temerosos sin duda versas razas, así de hombres como de ferencia de conformación puramen- que puedan derivar al hombre de al-
de que el lector, al verlas citadas, se monos, escribe con plena seguridad te morfológica deberíamos desterrar gún tipo inferior cualquiera, deben
sintiese tentado á leerlas y viese de- las siguientes palabras: «Resulta del para siempre de nuestro lenguaje por fuerza retroceder todavía más en
rribado por tierra todo el aparato de conjunto (de comparaciones practica- estas odiosas palabras de semejanza la escala de nuestros progenitores.
sus falsas afirmaciones. He aquí
1
das) que la diferencia total del h o m - monesca. En ninguna manera se pue- Tanto Darwin como Haeckel hacen á
cómo se expresa el primero de los so- bre al mono más cercano es más con- de justificar la ostentación con que los lemurídeos inmediatamente ante-
bredichos autores: «Póngase en pa- siderable que la que separa á los mo- tan repetidas veces se hace uso de riores á los antropomorfos; de modo
rangón el cerebro de un hombre con nos entre sí; por tanto, no dudo un estos vocablos, porque no guarda la que, no hallándose estos últimos en
el de un orangután, el de éste con el solo instante en afirmar que el tipo más mínima conformidad con las la línea de nuestros antepasados, na-
de un chimpancé, el de éste con el de del cráneo humano se diferencia del verdaderas relaciones de las cosas y turalmente han de concluir que nues-
un átele, y continuando en la serie, el de los monos en la manera más com- sólo sirve para producir en los enten- tros primeros padres fueron los lemu-
de un átele con el de un ilobato, el de pleta y que, señaladamente los monos dimientos ideas absolutamente erró- rídeos de las edades pasadas. Pero
un ilobato con el de un semnopiteco, antropomorfos, se acercan, bajo este neas. Ni aun la semejanza superficial ni aun esto pueden legítimamen-
y así hasta los últimos géneros de respecto, de una manera mucho más es nunca tan grande como se la ha te afirmar, según sus principios, por
monos, y en ninguna parte se encon- estrecha sin comparación, á sus alia- querido frecuentemente suponer. Si dos razones á cual más concluyentes.
trará una distancia tan grande entre dos naturales y aun á los mamíferos quisiéramos, sin embargo, tomarla en La primera de ellas es, porque los
los miembros de esta serie, aunque se inferiores, que al hombre.» * «Para cuenta, en vano la buscaríamos en los lemurídeos son también trepadores
ponga atención tan sólo en las cir- formarse una justa idea de los dife- monos antropomorfos, sino que nos como los antropomorfos, y por con-
cunvoluciones y en el desarrollo de rentes cráneos y comparar debida- sería preciso volver los ojos al gibbon siguiente son tan incapaces como
los lóbulos, como es la que existe en- mente las medidas de sus formas, no ó á alguno de los pequeños monos ellos de dar principio á la especie hu-
tre el cerebro del hombre y el del basta mirarlos por un solo punto ó americanos. E s t o s , por la forma de mana por la vía de la selección natu-
orangután ó el del chimpancé. El un solo lado, sino que es preciso ob- todo el cráneo, merecen, entre todos ral. La segunda, porque para esto de-
vacío entre el desenvolvimiento de las servarlos en todo su conjunto. Exa- los demás, el primer lugar, si bien bieran venir al mundo con la placenta
circunvoluciones cerebrales del hom- minando de esta manera el mono y el por otros respectos se les coloca más discoidal y la caduca propias del hom-
bre y el de las circunvoluciones del hombre, vemos ciertamente que en abajo.» Hasta aquí el autor citado. bre y de los monos, y así se lo había
orangután ó del chimpancé no puede el plan fundamental convienen con Efectivamente, el cráneo del gib- imaginado a priori Haeckel al consi-
llenarse, ni ser comparado con el que todos los vertebrados; mas también bon es el que más se asemeja entre derar á los lemurídeos como padres
divide al orangután ó al chimpancé advertimos que los edificios levanta- todos los de los animales al cráneo inmediatos de los antropomorfos; más
de los lemurídeos. Este lo llenan las dos sobre este plan común son ente- del hombre, como lo puede cada uno los lemurídeos carecen de la mencio-
especies de monos existentes en el es- ramente diversos. Raras veces con- observar echando una simple ojeada nada caduca; y la placenta que les
pacio intermedio: el modo de llenar cuerdan ni aun en un solo punto par- sobre el cuadro sinóptico publicado cubre en la matriz antes de ser dados
ticular; lo ordinario es que la seme- porHuxley, donde se hallan dibujados á luz, ni es discoidal, ni tiene siquiera
«Chosi! reinarquable! escribe Lccomte (Le dar-
1
janza tenga mucho más de aparente los cráneos del hombre, del gorila, la figura de zona, sino que se halla
winisme el l'origine de Vliomme, pág. 243, nota. que de real: en cuanto al conjunto, del chimpancé, del orangután y del difundida por todo el envoltorio del
París, 1873.) Tandisque les publications les plus
insignllianles, ilu mouient oü elles sonl favorables
no tienen nada de común entre sí. gibbon. Pero este animal tiene otros feto, como sucede á los ungulados,
á sos idees, sont parfaitement renseignées par Dar- E n toda la serie de los mamíferos no varios caracteres por los cuales es á los desdentados, á los cetáceos.
win avec leurs litios, l'ouvrage considerable d'Aeby se encuentra un vacío que pueda considerado por los naturalistas como Suban, pues, los dos atrevidos acró-
ne se trouve pas méme nonimé daos VOrigine de
Vhomme, comme si le naluraliste anglais craignait comparársele, ni aun de lejos siquie- inferior á los tres próximamente cita- batas todavía un grado más arriba en
de faciliter á ses lectcurs le recours personnel au ra, al que media entre el mono y el dos, y menos semejante que ellos al la escala de su imaginado transfor-
travail du savant professeur de Berne.» Biicbner y hombre. Aun los cráneos humanos
Haeckel ni siquiera citan el nombre de Aeby: el hombre. Pequeño de estatura, tiene mismo para hallar á nuestros prime-
primero en sus Conferencias sobre la teoría darwi- las extremidades anteriores tan ex- ros padres, y digan que, en efecto,
niana, y el segundo en la segunda edición de su
Historia natural de la creación: á pesar de que am- i Biscboff, Ueber die Verschiedenheil in der Sha- cesivamente largas que toca con ellas éstos han sido ciertos didelfos de las
bos ban dado á luz sus escritos posteriormente á la delbildung des Gorilla, etc., pág. 88. Mlinchen, el suelo estando en pie y sin tener i edades pasadas. ¡Los didelfos! ¡Bellí-
publicación del sabio bernés, ni palabra han dicho 1867. dobladas las rodillas. I simos progenitores! ¡Pues no s e n o s
de la importante obra del autor citado. * Aeby, Die Schadelformcn, pág, 77.
898 ORIGEN D E LI H O M B R E .
ORIGEN DEL HOMBRI. 399
parecen poco los buenos didelfos! Les otra estructura es mil veces más di-
falta la placenta, pero en cambio pa- fícil que el paso de las Termopilas? absolutamente imposible que sus or- es como el sabio alemán ha averigua-
tán los primeros días de su vida en- «El pie ambulatorio del hombre, es- ganismos estén unidos con vínculo ge- do esta marcha inversa. Mr. Broca
vueltos en la bolsa marsupial de su ma- cribe sabiamente Bianconi, y el pie nético de ninguna clase, ora deriván- acaba de probar la verdad de otros
dre, de la cual todavía deben conser- aprehensor del mono, son dos instru- dose el uno del otro por vía de na- hechos semejantes estudiando el án-
var alguna reminiscencia nuestras fa- mentos mecánicamente apartados el tural descendencia, ora procediendo gulo órbíto-occipital. Un contraste
mosas pasiegas, que suelen llevar á uno del otro. Los instrumentos inter- entrambos de un tronco común cual- del todo semejante ha sido descubier-
sus hijuelos en el cuévano de sus mer- medios ó de transición no tienen po- quiera, aun cuando á este tronco se to por Gratiolet en el cerebro mismo.
cancías. ¿Y dónde están los grados sibilidad mecánica. Un pie que cesa le quiera suponer sumamente aparta- He aquí cómo resume sus observacio-
por donde han pasado lenta é insensi- de ser aprehensor y va á ser ambula- do de uno y otro tipo. Oigamos razo- nes sobre este punto: «En el mono las
blemente hasta el que ahora posee- torio, no es ni lo uno ni lo otro: el nar sobre este punto al ilustre profe- »circunvoluciones témporo- esfenoi-
mos? Desde el canguro, armado de animal entonces ni puede arrastrarse, sor de Antropología en el Museo de «dales, que forman el lóbulo medio,
sus dos fuertes extremidades posterio- ni andar; ni es acróbata, ni pedestre. Historia Natural de París, pues sus «aparecen y reciben su último des-
res y de su cola robusta, que le sirve Su construcción sería un absurdo, y palabras tienen gran peso en esta ma- »arrollo antes que las circunvolucio-
de tercer pie, hasta nosotros, ya hay el animal no tendría las condiciones de teria. «Mr. Prüner-Bey, escribe, re- »nes anteriores por las cuales está for-
una distancia respetable. Presénten- existencia. E s preciso que sea decidi- sumiendo los trabajos descriptivos y »mado el lóbulo frontal. En el hom-
nos, pues, Darwin y Haeckel los i n - damente ó rastrero ó ambulatorio.— anatómicos hechos hasta estos últi- »bre, al revés, las circunvoluciones
numerables anillos de esta larguísima Estas nociones son harto claras en mos años, ha hecho ver cómo la com- «frontales son las primeras en presen-
•cadena, de los cuales hasta ahora no verdad. No es culpa mía el que algún paración del hombre con los antro- »tarse, y las del lóbulo medio apare-
han parecido sino el primero y el úl- naturalista las haya juzgado indignas pomorfos pone de manifiesto un hecho »cen más tarde.» E s evidente, sobre
timo, si quieren que tengamos por de todo aprecio, y es de lamentar que general, sujeto á muy pocas excep- todo según los principios más funda-
nuestros verdaderos padres á los mar- no haya podido subir hasta estos p r i - ciones, á saber: la existencia de un mentales de la doctrina darwiniana,
supiales. Hasta tanto que hayan con- meros datos de la mecánica.»
1
orden inverso en el desarrollo de los que un ser organizado no puede des-,
seguido esto, la ciencia nos dará com- Lamentable es ciertamente el que principales aparatos orgánicos. Las cender de otro cuyo desenvolvimiento
pleto derecho para afirmar que sus los hombres den en precipicios como investigaciones de Welker sobre el siga una marcha inversa á la suya
teorías no tienen otro fundamento que éstos por su loco empeño de buscar ángulo esfenoidal de Virchow condu- propia. Por consiguiente, el hombre
la fecunda imaginación de sus au- cosas nuevas en este mundo, y por el cen á la misma conclusión; porque este no puede, según estos mismos princi-
tores. temerario deseo de librar á nuestras ángulo disminuye en el hombre co- pios , contar entre sus antepasados
menzando desde su nacimiento, mien- ningún tipo de monos , sea el que
¿Y qué decir de la respuesta del na- almas de toda responsabilidad en el
tras que en el mono siempre va cre- fuere.» 1

turalista inglés, encaminada á des- otro. Pero ésta es la mísera condición


ciendo, hasta el punto de borrarse al-
hacer el argumento sacado de nuestra del hombre; y desde que ha habido
gunas veces. Sobre la base del cráneo par. 6.De Quatrefages, L'cspéce humaim, «hap. X I ,
1

estación vertical ? Con afirmar que filósofos en el mundo, se ha notado


la estructura anatómica en el hombre siempre este género de extravíos en
se halla toda ella dirigida á la esta- los que debieran ser por su ciencia y
ción vertical, y en el mono á la hori- talentos modelo de cordura á los de-
zontal por un simple efecto de adap- más. Mas dejemos á un lado estas re-
tación, ¿ya le parece que está resuelto flexiones, y pongamos fin á todo lo
todo el problema? ¿Quién es esa se- dicho sobre la estructura del cuerpo
ñora Selección para que, con todos sus humano con un argumento tortísimo,,
palos de ciego, adapte tan maravillo- traído por Mr. de Quatrefages para re-
samente, y de una manera tan uni- chazar, no sólo la descendencia, mas
versal y constante, las estructuras, aún toda suerte de parentesco real
que ni el artífice más portentoso de de nuestra especie con los monos. E l
cuantos han conocido los mortales le argumento, en sustancia, es el si-
pueda llegar á cien leguas de distan- guiente: El desarrollo orgánico en el
cia en lo perfecto y acabado de sus hombre y en el mono proceden en un
obras? ¿Y cómo ha podido producir orden enteramente inverso; luego es
las tales adaptaciones con tanta faci-
Rianconi, La thcorie danrinicnne c¡ la Crea-
1

lidad, cuando el tránsito de una á tion, p a ¡ . 267.


ORIGEN D E L HOMBRE. 401

diendo á estos actos de los animales, que perciban objetos materiales con-
ha escrito, en su notable libro sobre cretos ó juzguen sobre ellos, sino por
la especie humana, que entre la razónla virtud de formar conceptos univer-
del hombre y la del bruto no existe sales que en ellas residan.
diferencia esencial, sino de grados '. Por tanto, si queremos decir, con
Esto podrá ser verdad hablando de la Suárez, que la razón particular y la
CAPÍTULO XXXI razón del hombre, que Santo Tomás universal no son en nosotros dos fa-
llama cogitativa y también razón par-cultades distintas, sino una sola con
ticular, pero no tratándose de la razón dos funciones diferentes, no le atri-
RECHÁZASE EL ORIGEN TERRENO DEL HOMBRE CON LA CONSIDERACIÓN propiamente dicha, donde residen los buiremos la espiritualidad por todos
conceptos más elevados de nuestra in- los actos que ejecute, sino por solos
D E S U S CARACTERES I N T E L E C T U A L E S , RELIGIOSOS Y MORALES
teligencia. L a razón particular, en los del orden suprasensible, conoci-
sentir del Angélico Doctor, es una dos con los nombres de ideas y concep-
potencia orgánica más perfecta que tos universales. Por lo que hace, pues
la misma imaginación ó fantasía, pero á nuestro propósito, bien podemos'
muy inferior á la razón ó inteligencia poner en nosotros dos clases de razo
ASEMOS ahora á considerar el le es debido. Nada de esto se encuen- propiamente dicha, la cual es entera- nes, una particular y orgánica de
elemento más principal del hom- tra ni se puede encontrar en bruto al- mente espiritual y no usa de órgano suyo, y otra universal é inorgánica.
bre, que es el que con todo rigor nos guno, por excelente y subido que sea alguno en sus actos. Por eso los actos De esta razón particular decimos que
separa específicamente de los brutos; el grado de perfección con que le dotó producidos por ella versan siempre podrá no distinguirse esencialmente
pues él constituye la parte formal de el Autor de la naturaleza; porque sus sobre objetos materiales, mientras que de la estimativa de los brutos sino por
nuestra especie y nos hace verdade- facultades orgánicas, esencialmente la inteligencia tiene por objeto propio algunos grados de mayor perfección
ramente racionales, levantándonos so-ligadas á la materia, no pueden ejer- lo universal, y sólo de una manera contenidos dentro de la misma espe-
bre todas las sustancias del mundo cer sus actos sino sobre objetos ente- indirecta adquiere conocimiento de los cie, porque es muy probable que a m -
sensible. Esta diferencia es tan radi- ramente materiales. El bruto percibe particulares. Esta doctrina del Aqui- bas sean orgánicas é intrínsecamente
cal y tan honda, que ha dado suficien- también los objetos, y juzga y discurre nense no es seguida de todos los E s - dependientes de la materia en todos
te motivo á los naturalistas más emi- sobre ellos á su manera; pero en todos colásticos, pues entre ellos hay varios sus actos. Pero la razón universal es
nentes para hacer del hombre un reino estos actos no sale jamás del mundo que atribuyen á la inteligencia las dos propia y exclusiva del hombre; nin-
aparte, si bien idealmente unido con de la materia. Entre la percepción, funciones indicadas, ó sea el conoci- gún mono, por perfecto que sea, lle-
los demás por los caracteres físicos juicio y discurso del bruto, y la per- miento directo, así de los objetos par- gará jamás á producir conceptos uni-
en que conviene con ellos, así en lo cepción, juicio y discurso del hombre ticulares como de los universales. Uno versales y pertenecientes á la elevada
perteneciente á las leyes generales de hay una distancia verdaderamente in- de ellos es el ilustre P . Suárez, quien región de las ideas, porque le falta esta
la materia, como en las cosas relati- mensa. El bruto no tiene ideas uni- en el tratado De Anima, libro IV, ca- facultad inorgánica con que nos levan-
vas á la vida orgánica y á la sensibi- versales; sus juicios, por lo mismo, pítulo III, trata de esta materia larga- tamos nosotros al orden suprasensible
lidad de los animales '. E n efecto, el no son como los nuestros, en los cuales mente, esforzando las razones que y subimos al origen de las cosas,
hombre por la razón se eleva sobre siempre se encuentra algún concepto militan en favor de esta segunda sen- creando lo que se llama la ciencia, ó
todas las condiciones de la materia, suprasensible; dígase otro tanto de sus tencia. Nosotros no entraremos aquí sea el conocimiento á priori de los ob-
penetra en el mundo espiritual, des- raciocinios '.Mr.de Quatrefages, aten- en esta cuestión, que para nada nece- jetos. ¿Cuándo se ha visto á animal
cubre allí las cualidades de honestidad, sitamos; bástanos saber tan sólo que alguno entregarse á la meditación,
de obligación y de justicia, que no se 1
Algunos mirarán quizá con malos ojos esla nuestras facultades cognoscitivas no filosofar sobre los objetos inmateria-
hallan sino en el reino de los espíri- manera de hablar, tratándose de los animales; pero serán inorgánicas ó espirituales por- les, ó discurrir a priori sobre los su-
adviertan que el Ángel de las Escuelas, mirado
tus, y penetrando hasta en la fuente como nadie en sus palabras, usa también este mismo cesos futuros, como hacen los físicos
eio et non libero, quia non ex collatione, sed ex y los matemáticos, merced al estudio
primera de todo orden, de toda her- lenguaje en diferentes lugares de sus obras. »Unus-
quisque autem horum sensuum, escribe comentan- naturali instinctu hoc judicat: et simile est de quo-
mosura y de toda moralidad, que es libct judicio brutorum animalium.»
de las causas de la naturaleza? Ni aun
do á Aristóteles (lib. II De Anima, lect. 13), judicat
Dios, se postra humilde ante las plan- de propriis sensibilibusot non decipitur... scnsu
1
Plus je réfléchis, plus je me confirme dans la puesta bajo la dirección del hombre
enim communi percipimus nos vivere et discerni- conviclion que l'homme et l'animal pensent et rai- la estimativa del mono, es capaz de
tas de la majestad soberana y le rinde sonnent en verlu d'une faculté qui leur est com-
mus inter sensibilia diversorum sensuum, scilicel
ardoroso el tributo de adoración que álbum et dulce.» «Quaedam agunt, dice en la mune, et qui est seulement énormément plus dcvc- practicar lo que hace nuestra razón
Suma Teológica (I p,, q. 83, art. I), judicio sed loppée dans le premier que dans le second. (De particular; ¡cuánto menos lo que eje-
non libero, sicut animalia bruta. Judicat enim ovis Quatrefages, L'espcce humaine, chap. I, par. 8.", cutamos con la razón universal! El
J V. de Quatrefages, loco citato, cliap. 1. videns lupum, eum esse fugiendum, naturali judi- pag. lü.)
402 ORIGEN D E L HOMBRE. ORIGEN DEL HOMBRE. 403

mono con su estimativa no juzga de quia vis sensitiva in sui supremo par- y religioso podrán responder con j u s - sible; cada universal es en su género
los objetos sino por cierto impulso ticipat aliquid de vi intellectiva in tísimo derecho que esta fuerza en el un verdadero ideal, un infinito, al cual
natural, llamado instinto, el cual le homine, in quo sensus intellectui con- bruto se halla como adormecida hasta podemos ir siempre aproximándonos
lleva á mirarlos siempre del lado de jungitur. In animali irrationali fit que la razón haya obtenido el des- sin agotar jamás el contenido indefi-
la utilidad propia ó de la especie; apprehensio intentionis individualis arrollo propio de la especie humana. ciente de sus perfecciones, cada vez
nuestra razón particular, por el con- per aestimativam naturalem, secun- Efectivamente, en nosotros el sentido más excelsas. Además, un ideal llama
trario, considera los objetos en cuanto dum quod ovis per auditum vel visum moral y religioso no aparece sino á otro en virtud de la conexión in-
dicen orden á la razón universal, y así cognoscit filium, vel aliquid hujus- como una consecuencia del conoci- trínseca que guardan entre sí todos
juzga de los objetos materiales en ma- modi. Differenter tamen circa haec miento intelectual: quítese al hombre los conceptos universales; por donde
nera conveniente para que pueda esta se habet cogitativa et aestimativa. la noción de la Divinidad y despóje- comparándolos, ora entre sí, ora con
facultad nobilísima formar sobre ellos Nam cogitativa apprehendit indivi- sele de los conceptos universales, y los particulares artefactos que confor-
mismos sus conceptos universales; y duum, ut existens sub natura commu- al instante se verán desaparecer en me á ellos continuamente produci-
así como la imaginación en el hombre, ni, quod contingit ei in quantum él la moralidad y religiosidad. El mos, vamos caminando de perfección
por la dirección que recibe de la inte- unitur intellectivae in eodem subje- niño que todavía no ha salido de la en perfección y haciendo cada vez
ligencia bajo el influjo de la libertad, cto; unde cognoscit hunc hominem esfera de los sentidos y no puede le- mejores nuestras obras.
se convierte, de pura potencia natural, prout est hic homo, hoc lignum prout vantarse con la inteligencia al mundo Esto es lo que indica el Angélico
en creadora fantasía, así también la est hoc lignum. Aestimativa autem de los conceptos universales, tampoco Doctor con la distinción que pone en-
razón particular, puesta bajo el influjo non apprehendit aliquod individuum, da señal alguna de moralidad ó reli- tre la cogitativa, ó razón particular
de la razón universal y del libre albe- secundum quod est sub natura com- giosidad, porque ni conoce la ley mo- del hombre, y la estimativa de los bru-
drío, se levanta sobre el instinto de muni, sed solum secundum quod est ral ni al Autor de ella, que es Dios, tos, diciendo que aquélla, bajo el in-
los brutos y compara unas cosas con terminus alicujus actionis vel passio- objetos ambos muy superiores á toda flujo de la inteligencia á que está n a -
otras, creando combinaciones de jui- nis, sicut ovis cognoscit hunc agnum, facultad orgánica. turalmente unida, obra activamente
cios de que es enteramente incapaz la non in quantum est hic agnus, sed in Es, pues, necesario reconocer en el comparando un objeto individual con
imaginativa del animal. Oigamos al quantum est ab ea lactabilis; et hanc hombre una inteligencia esencialmen- otro, mientras que esta segunda no
Angélico Doctor, quien con breves pa- herbam, in quantum est ejus cibus. te diversa de la facultad cognoscitiva hace más que percibir estos objetos
labras, como suele, ha derramado mu- Unde alia individua, ad quae se non de los brutos; de suerte que por más individuales como útiles ó nocivos,
cha luz sobre esta materia. «Quod extendit ejus actio vel passio, nullo que los tales seres de un orden infe- sin ejercicio de actividad alguna en
sensu proprio (escribe) non cognosci- modo apprehendit sua aestimativa rior hagan con cuanta perfección se comparar uno con otro y por solo el
tur, si sit aliquid universale, appre- naturali. Naturalis enim aestimativa quiera sus propios actos, éstos se peso de su propia naturaleza cognos-
henditur intellectu... si vero appre- datur animalibus, ut per eam ordi- quedan siempre en su humilde esfera citiva. «Considerandum est (escribe
hendatur in singulari, ut puta, cum nentur ad actiones proprias vel passio- de materiales, tanto por razón del ob- en la Suma Teológica), quod quantum
video coloratum, percipio hunc homi- nes prosequendas vel fugiendas.» 1
jeto puramente concreto á que miran, ad formas sensibiles non est differen-
nem vel hoc animal, hujusmodi qui- Poco adelantaría ciertamente Mr.de como de la potencia meramente orgá- tia inter hominem et alia animalia;
dem apprehensio in homine fit per Quatrefages diciendo á los transfor- nica de donde emanan. Obsérvese con similiter enim immutantur a sensibi-
vim cogitativam, quae dicitur etiam mistas que en el hombre, además de atención el constante modo de obrar libus exterioribus; sed quantum ad in-
ratio particularis, eo quod est collativa la inteligencia, existe también el sen- d é l o s brutos, y se verá que en sus tenciones praedictas (á saber: las per-
1

intentionum individualium, sicut r a - tido moral y el de la religiosidad, cosas acciones faltan siempre los conceptos cepciones de objetos concretos, con-
tio universalis est collativa ratio - nunca notadas en los animales. Si universales: mucha regularidad, mu- venientes ó nocivos, no al sentido,
num universalium. Nihilominus ta- nuestra inteligencia no se distingue cha perfección en todos sus actos, sino al animal ó á la especie, como
men haec vis est in parte sensitiva *, sustancialmente de la inteligencia de pero también mucha pasividad, mu- cuando la oveja, por ejemplo, percibe
los brutos, siendo sólo una simple di- cho automatismo bajo la impresión al lobo como enemigo suyo y destruc-
i Sanio Tomás, como ya hemos dicho más ferencia de grados contenidos dentro de los agentes de la naturaleza. Siem- tor de su especie), differentia est.
arriba, juzga ser realmente distinta la razón par-
de una misma especie la que separa á pre hacen las cosas de la misma ma- Nam alia animalia percipiunt hujus-
ticular de la universal. Quien, como Suárez, la
crea sólo virtualmenle distinta, deberá decir que una de otra, los transformistas que- nera, sin poder dar un solo paso en la modi intentiones solum naturali quo-
por sola esta virtualidad no se distinguiría sustan- dan perfectamente victoriosos poresta vía del progreso, como si fueran me- dam instinctu, homo autem per quan-
«ialmente nuestra razón de la del bruto, no requi-
riéndose de suyo para actos de esta especie más que parte; porque á lo del sentido moral
ras máquinas movidas siempre con el dam collationem. E t ideo quae in
una facultad orgánica; pero que á causa de la otra mismo resorte, merced al impulso del alus animalibus dicitur aestimativa na-
virtualidad, mucho más excelente y subida, es in- 1
S. T h o m . , Comment. in 3 lib. Arislot. de artista. Si tuvieran conceptos uni- turalis, in homine dicitur cogitativa,
orgánica y esencialmente diversa de la estimativa anima, lee. 13, edición de Parma, 1866, tom. XX,
de los brutos. páginas 68-69.
versales, esta inmovilidad sería impo- \ quae per collationem quandam hujus-
404 ORIGEN D E L HOMBRE. ORIGEN D E L HOMBRE. 405
modi intentiones adinvenit.» Este ñas nace, corre á zabullirse en el
1
do la Metafísica; las tomaremos del de aquellas cosas que dicen relación á
comparar un objeto concreto con otro, agua como sus padres: los polluelos Doctor de Aquino, á quien todos la conservación del individuo y á la
ejercido por la cogitativa bajo el in- de la perdiz, con el cascarón todavía ellos, casi generalmente, seguían. propagación de la especie, sin que en-
flujo de la inteligencia y de la volun- en el cuerpo, echan á andar como su ¿Qué dice, pues, el gran maestro de cierren dentro de sí deleite ó desagra-
tad libre, hace que esta facultad, or- madre, y así hacen todos los demás los Escolásticos? ' . En primer lugar, do respecto del sentido; como cuando,
animales.
gánica de suyo, halle otros nuevos obje- hablando del sentido común, fuente pri-por ejemplo, la oveja conoce en el
tos concretos, como si realmente for- Mr. de Quatrefages piensa que los mera de la sensibilidad interna y externalobo al enemigo de su naturaleza, ó
mara verdaderos silogismos, compa- Escolásticos, ó los teólogos, como él y último término de las inmutaciones or- como cuando el ave, llegado el tiem-
rando dos extremos con un medio los l l a m a , negaron la inteligencia gánicas, como él lo define, escribe que po de la cría, percibe la necesidad de
común y universal, lo cual propia- propiamente dicha á las bestias por es una facultad sensitiva por la cual hacer el nido para empollar los
mente no lo puede practicar sino la falta de observación, y se pone á discierne el animal entre los diferen- h u e v o s ' .
inteligencia, donde únicamente resi- combatirlos muy seriamente porque tes y opuestos objetos sensibles, como 4. Finalmente, la memoria, á la
0

den los conceptos universales. Por niegan á los brutos el sentido íntimo, son lo blanco y lo negro, por ejemplo, cual está encomendado el cuidado de
eso, el mismo nombre de cogitativa la conciencia de sus acciones y la ra- lo colorado y lo dulce, añadiendo que retener y conservar las especies de la
expresa esa elaboración de conceptos zón. Permítanos el bueno del señor con él percibe su propia vida '. estimativa, como se infiere, añade el
materiales; pues, como nota muy bien de Quatrefages, tan honrado, franco Además, en la primera parte de la Santo Doctor, del hecho incontesta-
San Agustín, cogitare est unum cum y sincero en todas sus afirmaciones, Suma Teológica, cuestión 7 8 , artícu- ble de no poner el animal en juego
altero cognoscendo agitare. El bruto no y tan apreciable por el amor que los 3 . y 4 . , enumera las facultades esta facultad sino cuando se siente
0 0

revuelve un pensamiento con otro, no muestra siempre á la verdad , aun cognoscitivas del animal, diciendo que excitado por la percepción de algún
compara uno con otro esos objetos yendo contra las turbias corrientes de en él se encuentran, además de los objeto conveniente ó nocivo al indi-
que dicen relación de conveniencia ó la moda, que le digamos que no ha sentidos externos, por los cuales se viduo ó á la especie.
disconveniencia al individuo ó á la entendido á los Escolásticos. E s t o pone en comunicación directa con los Esto en verdad es más que sufi-
especie; porque le faltan los conceptos nada tiene de extraño; el ilustre autor objetos que le rodean, cuatro senti- ciente para probar cómo los Escolás-
universales y el dominio de sus ac- de La especie humana no es filósofo, dos interiores, á saber: ticos atribuían clara y terminante-
tos para aplicarse á hacer la tal com- sino naturalista, y así no es milagro i.° El sentido común, destinado á mente á los brutos conocimiento de
paración. Por eso «non adinvenit hu- que no haya penetrado bien los térmi- percibir las inmutaciones de los senti- las acciones por ellos ejecutadas, sen-
jusmodi intentiones,)) no inventa nada,nos usados por los Escolásticos. Cuan- dos externos, á discernir uno de otro timiento de su propia vida y una
sino que por instinto de su naturaleza do éstos dicen que el bruto no tiene los objetos que á todos ellos corres- cierta especie de juicio práctico sobre
juzga, desde que comienza á vivir en sentido íntimo, ni conciencia de sus ponden, y á dar al animal conoci- lo que les conviene buscar ó huir en
el mundo, qué es lo que le conviene acciones, ni razón propiam ente dicha, miento de su propia vida. las determinadas circunstancias para
hacer ó evitar para'el bien suyo ó el están muy lejos de negarle los actos 2 . La imaginación ó fantasía, conservarse á sí propios y para pro-
0

de su especie. Cuando la zorra, por que el naturalisla francés les atribuye. cuyo oficio es retener ó conservar las pagar la especie. Sin embargo, á pe-
ejemplo, ve las gallinas, se agazapa Los Escolásticos confiesan paladina- imágenes adquiridas por medio de los
instintivamente para atraparlas, por- mente que al bruto no le es descono- sentidos internos y externos, común He aquí cómo prueba el Sanio Doctor la
1

que conoce aquellos objetos, no bajo cida su propia existencia, ni tampoco necesidad de esta facultad en los brutos. «Rursus
y particulares, razón por la cual es considtírandum est, dice, quod si animal move-
la razón de gallinas precisamente, las acciones que ejecuta, así como llamada esta facultad archivo de las es-retur solum propter delectabile et contristabil»
sino de cosas comestibles: y cuando también es cosa clara que le conce- secundum sensum, non essel necessarium poneré
pecies sensibles: thesaurus quídam for-
in animali nisi apprehensionem formarum, quas
las gallinas la sienten, todas huyen den la facultad de percibir los objetos marum per sensum acceptarum. percipit sensus in quibus deleclatur aut borret.
de ella sin reflexión alguna; en ella materiales, y de emitir sus juicios so- 3 . " La estimativa, oscura resonancia
Sed necessarium est animali ut quaerat aliqua
ven al enemigo de su naturaleza. De bre ellos, y hasta la de proveer á las vel fugiat, non solum quia sunt convenienlia vel
de la inteligencia humana, como la non convenienlia ad sentiendum, sed etiam pro-
aquí es que lo mismo practican estas necesidades, así propias como de la llama en otra parte % que tiene por pter aliquas alias commoditaks et utilitates, sive
acciones al principio que al fin de su especie. Vamos á dar á Mr. de Qua- objeto proporcionar el conocimiento
Documenta. Sicut ovis videns lupum venientem
fugit, non propter indecentiam colorís vel ligu-
vida: nada aprenden con el estudio y trefages pruebas irrefragables de estos rae, sed quasi inimicum naturae. Et similiter
1
S. Thom. in 3 Arislot. De Anima, lee 3 , pá-
reflexión libres; todo cuanto necesitan asertos. No ¡remos á buscarlos en los gina 106 (edic. de Parma, 1866), I p., q. 78, a.. 4
avis colligit palcam, non quia delecte! sensum,
para su propia conservación y la de la libros de todos estos autores; esto se- sed quia est utilis ad nidific.andum. Necessarium
ad 2.
est ergo animali, quod percipial hujusmodi inten-
especie lo traen aprendido desde el ría muy largo, porque los Escolásti- Sensu enim communi pereipimus nos vi veré,
5

tiones, quas non percipit sensus exterior. Et liujus


etdiscernimus intcrsensibiliadiversorumsensuum,
vientre de sus madres. El patito, ape- cos han escrito mucho y muy bien, scilicet álbum el dulce. (S. T h o m . , in 2 Aristot.
perceplionis oportet esse aliquod aliud principium;
cum perceptio formarum setísibilium sit ex immu-
mal que les pese á ciertos incrédulos, De Anima, 1. 13.)
tatione sensibili, non autem perceptio intentionum
que desearían ver desterrada del mun-
3
S. Thom. in 3 Scntent., disl. 27, q. 1, ar- praediclaruni.» (S. Thom., 1 p., q. 78, art. 4.)
i S. Thom., I p., i|. 78, art. 4. tículo 4 ad 1.
O R I G E N D E L , H O M B R E .
O R I G E N D E L H O M B R E . 407

vados en los tiempos modernos, como buscaba. ¿ Pues qué más hiciera si tu-
sar de todo esto, Santo Tomás y con que son prudentes ó sagaces, no porque
las que vemos descritas por dicho viera razón?» «Otras hay, escribe
1

él los Escolásticos, por carecer el en ellos haya razón alguna ó elec-


autor hablando de la zorra, del pulpo, hablando de cierta clase de arañas,
bruto de ideas universales, le niegan ción. Lo cual bien se echa de ver con
del tigre, del gato, del león, del lobo, de que hacen sus telas en el aire, echan-
la inteligencia propiamente dicha, sólo considerar que todos cuantos
la araña y de otras varias alimañas? do los hilos sobre que la han de fun-
no obstante ver en todas sus obras pertenecen á una misma especie obran
señales manifiestas de perfectísimo de un mismo modo.» ' Hé aquí lo que, entre otras cosas, dar en las ramas de algún árbol, y
arte. La inteligencia la ponen en el cuenta de la zorra. «Tiene, pues, ar- sobre éstas hacen una perfectísima
La carencia de ideas universales
Soberano Hacedor, que dio á cada que advertían en los brutos, y no la tificio este animal, dice, para despe- red con sus mallas como las de un
uno de ellos un cierto y determinado falta de observación, es la que movió dir de sí las pulgas cuando la moles- pescador ó cazador, y puestas ellas
instinto para que se moviese, guiado á aquellos grandes doctores á privar tan. Mas ¿de qué manera? Toma en en medio esperan el lance de la caza,
por su percepción concreta é indivi- de inteligencia á las bestias. No n e - la boca un ramillo, y metiéndose en y corren por aquellos hilos tan delga-
dual, hacia aquel punto que en cada gamos que los modernos hayan des- el agua de algún río ó de la ribera de j dos como si corriesen por alguna ma-
momento les conviene, no de otra cubierto en esta clase de seres cosas la mar, y tirándose del agua poco á roma, y así prenden la caza. Donde
suerte que el ballestero imprime á la muy preciosas, que á ellos les fueron poco hacia atrás, las pulgas, huyendo es mucho para consid erar el puesto y
saeta un cierto y determinado impul- desconocidas; pero también es cierto de la parte del cuerpo que se está | lugar en que se ponen, que es en el
so para que llegue al blanco á donde que no estaban tan en ayunas sobre mojando á la que está enjuta, proce- punto ó centro de aquella circunfe-
se propuso arrojarla. He aquí cómo esta materia, que á la ignorancia de den de esta manera, metiéndose ella rencia donde van á fenecer y juntarse
se expresa el Angélico Doctor sobre los efectos maravillosos ejecutados poco á poco en el agua hasta llegar á todas las líneas que ella tiene echa-
este particular. «La virtud del motor, por los brutos se deba el haberles ne- ponérselas todas en la cabeza; la cual das alrededor. De donde viene á ser
escribe, se manifiesta en el movi- gado estos autores la inteligencia. Lo ella también de tal modo zabulle en que en ninguna de ellas puede tocar
miento del móvil. Por esto, en todas que realmente conocían de algunos el agua, que no le queda más que los la mosca que ella en ese punto no lo
aquellas cosas que son movidas por animales y lo que suponían ser ver- ojos y la boca fuera. Entonces, sal- sienta, y corriendo por la misma línea
ia razón, se descubre el orden de la dadero en orden á las industrias de tando ellas en el ramillo que dijimos no la prenda.» *
razón que las mueve, aunque las cosas otros, es tal que no tiene nada que tener en la boca, suelta el ramo y Hasta el mismo ejemplo traído por
así movidas carezcan ellas mismas de envidiar en materia de arte é ingenio salta fuera del agua, libre ya de los Mr. de Quatrefages para probar á sus
razón. Así sucede que la saeta va di- á cuanto han descubierto posterior- enemigos que le fatigaban.» Del lectores la inteligencia de los anima-
1

rectamente al blanco arrojada por el mente nuestros modernos sabios. gato escribe lo siguiente: «Pues las les, lo hallamos citado por el referido
saetero, como si ella misma estuvie- Basta leer el Símbolo de la Fe de nues- astucias y asechanzas que el gato autor. Dice este ilustre naturalista
r a dotada de razón que la dirija: y tro compatricio Fr. Luis de Granada, tiene para cazar y para hurtar, cada que muchas veces, jugando con su
esto mismo se observa en los movi- para convencerse plenísimamente de día las vemos. Bien sabe él á veces perro, fingía éste ponerse muy furio-
mientos de los relojes y de cuantas esta verdad. ¿Qué señal tan expresiva quitar la cobertera de la olla que está so, pero sin morderle jamás ni hacer-
obras ingeniosas son debidas al arte de inteligencia nos puede dar bruto recién puesta al fuego, y meter las le daño. Y mu)' satisfecho de su argu-
humano. Ahora bien; todas las cosas alguno entre cuantos han sido obser- garras y sacar la carne y huir con mento concluye con estas palabras:
naturales son, respecto del arte divi- ella. Mas yo soy testigo de otra astu- «En realidad él hacía la comedia, y la
no, lo que respecto del humano son Virtus moventis apparet in motu mobilis. Et
1 cia que aquí diré. Andaba por cima comedia H O se puede hacer sin tener
propter hoc in ómnibus, quae moventur a ratione,
las artificiales. De aquí nace el que apparet ordo ralionis moventis; licet ipsa, quae a del lomo de una pared en pos de una conciencia de ello.» * Pues bien, fray
se vea orden en los movimientos de ratione moventur, rationem non babeant. Sic enim lagartija, la cual huyendo de él, se Luis de Granada escribe sobre est»
las causas naturales no menos que •agina directe tendit ad signum ex motione sagit- metió debajo de una teja que acaso mismo las palabras siguientes: «Y
tantis, ac si ipsa rationem baberet dirigentem; el
en los de cualquiera obra mecánica idem apparet in motibus borologiorum, etomnium estaba allí boca abajo. ¿Qué hizo en- cuando vemos juguetear entre sí los
fabricada por el hombre, como se dice ingeniorum hutnanorum, quae arte fiunt. Sicut tonces él? Hizo esta cuenta: Si meto gatillos y los perrillos, y luchar lo»
autem comparantur artiíicialia ad artem humanam,
en el libro segundo de los Físicos ita comparantur omnia naturalia ad artem divinam. por aquí la mano, háme de huir por unos con los otros, y caer, ya debajo,
(text. 49, tomo II). Y de aquí provie- Et ideo ordo apparet in bis, quae moventur secun- la otra boca de la teja. Pues yo acu- ya encima, y morderse blandamente sin
(

ne también que en las acciones de los dum artem, ut dicilur in 2 Physic. (ex tex. 49, diré á eso. —¿Mas de qué manera? hacerse daño, ¿quién no ve allí el con-
lomo I I ) . Et ex hoc contingit, quod in operibus
brutos aparezcan algunas astucias, por brutorum animalium apparenl quaedam sagacita- Puso la una mano á la boca de la teja tentamiento con que esto hacen?» *
cuanto estos seres tienen inclinación tes in quantum babent inclinationem naturalemad más estrecha, y por la otra ancha
quosdam ordinatissimos processus, utpole a sumnuí
natural á ciertas evoluciones suma- arte ordinalos. Et propter hoc etiam quaedam ani- metió la otra, y de esta manera, como t Fr. Luis de (¡ranada, loco cilato, p a r . 2.
mente ordenadas, como originadas del malia dicuntur prudentia, vel sagacia, non quod i» por entre puertas, alcanzó la caza que ' El mismo, leco cítalo, cap. X V I I I , par. 3.
3 M. de Quatrefages, Vespcce humaine, cliap. I,
sumo arte divino. Y por esta misma eis sit aliqua ratio, veleltctio. Quod ex hoc appa- Fr. Luis de Granada, Símbolo de la Fe, prime-
núm. 8, pág. l o .
ret, quod omnia, quae sunt unius naturae, simili-
1

* Fr. Luis de Granada, loco cítalo, cap. XIT>


causa se dice de algunos animales ter cperantur (1, 2, q 13, art. 2 ad 3). ra parte, cap. XIV", par. 1. P A R . 3.
ORIGEN DEL 1Í0MBRB. 409
408 ORIGEN D E L HOMBRE.

Podría citar también aquí lo que en facultad espiritual é inorgánica que nocimiento del hombre y el de los ani- el lenguaje del corazón, expresado con
los libros de los Escolásticos he leído produzca conceptos universales. Los males. Los nombres de inteligencia los sonidos inarticulados de las inter-
sobre el artificio verdaderamente in- brutos ponen, por decirlo así, la m e - y de razón los reservaron para de- jecciones.
genioso de que se valieron dos lobos nor y la consecuencia del raciocinio signar nuestra facultad cognoscitiva Este uso de la palabra , propio y
para matar á un perro y comérselo. concreto y particular; pero la mayor, inorgánica y espiritual, capaz por lo exclusivo de los individuos de la e s -
Dos cazadores de nuestra especie no donde están contenidas las ideas uni- mismo de formar con su actividad pecie humana, revela clarísimamente
obrarían con más astucia para conse- versales, no la ponen ellos, porque propia conceptos universales; y á la la naturaleza espiritual de nuestras
guir su intento; pero lo dicho basta son incapaces de tan elevados pensa- sombra de inteligencia y razón que se almas, y esencialmente diversa, por
. para hacer ver á nuestros modernos mientos, sino aquel Soberano Señor descubre en los brutos, y es una consiguiente, del alma de los brutos.
sabios que si los Escolásticos nega- ' que con su inteligencia suma los ha facultad intrínsecamente orgánica, Si el alma humana y la del mono no
ban la inteligencia á los brutos, su armado de tal género de conocimien-' como apta para conocer tan sólo los son de diferente especie , como pre-
negación no procedía de falta de ob- tos materiales para que obren conve-' objetos materiales, le dieron el califi- tenden los transformistas ; si nuestro
servación, sino de otra cosa, en que nientemente sus acciones. cativo de estimativa. Por la misma ra- principio inteligente es el mismo de
no se fijan nusstros nuevos doctores, Por eso, aunque conocen que viven, zón no pensaron que al lenguaje de estos repugnantes animales , llevado
porque les falta el estudio de la Filo- no tienen, propiamente hablando, con- los animales se le debía confundir con á un cierto mayor desarrollo por una
sofía. ciencia de sí mismos, ó sea el acto es- el lenguaje propio del hombre; antes feliz reunión de circunstancias casua-
procuraron con suma diligencia dis- les, ¿cómo es que los monos no apren-
No basta ver las cosas de cerca piritual y libre con que, dejando á un
tinguir uno y otro, empleando el nom- den á hablar viviendo con los hom-
para adquirir un conocimiento exacto lado el mundo exterior, nos tomamos
bre de palabra para designar la mani- bres? No les falta ciertamente incli-
de ellas; es preciso además que la mi- á nosotros mismos por objeto de nues-
festación externa de nuestros pen- nación á imitar las acciones humanas:
rada sea cual conviene, si se quiere tra propia consideración. Este acto es
samientos, ejecutada por medio de tampoco carecen de órgano conve-
evitar que no nos abulte los objetos de todo punto imposible á los brutos,
sonidos articulados, y dejando los niente para ello ; fáltales tan sólo el
en términos que los confundamos con porque sus facultades cognoscitivas
sonidos inarticulados para la mani- don precioso de la inteligencia , la
otros. L a mirada en esta ocasión no son orgánicas, y ninguna potencia de
festación de los afectos de los brutos. capacidad de producir conceptos uni-
puede tener las condiciones debidas este género es capaz de una reflexión
El que un sonido sea articulado no ¡versales, la libertad, fundada en esta
si, al mismo tiempo que considera las total y completa. E l conocimiento
constituye la diferencia esencial del misma capacidad , para imperar á la
circunstancias materiales del fenó- que tienen de sí, es sensible y no e s -
lenguaje humano con respecto al de j lengua aquella clase de sonidos que
meno, no fija también su atención en piritual; y así podríamos decir que
los animales, pues bestias hay que constituyen la verdadera palabra. Ca-
la parte formal y filosófica del mismo. están dotados de sentido íntimo, enten-
aprenden á producir sonidos de esta reciendo de ideas, ¿cómo han de poder
Obrando de otra suerte, nos sentiría- diendo por sentido lo que suena la
1

clase , y sin embargo, no por eso tie- adquirir la facultad de transmitirlas á


mos inclinados á conceder inteligen- misma palabra. Tampoco habría in-
nen el don de la palabra. «La oveja nadie por medio de la voz articulada?
cia, no sólo á los brutos, sino tam- conveniente en afirmar que tienen in-
dice bé, y no decimos que habla,» es- Cerebrum non habet, se puede decir
bién á las mismas plantas, pues m u - teligencia y razón con tal que, al hacer
cribían sabiamente los gramáticos aquí de este linaje de vivientes, apli-
chas de ellas ejecutan acciones no uso de estas palabras, se indicase con
antiguos en la nota décima al Libro cando á ellos lo de la persona de la
menos ingeniosas que las que vemos claridad que se las toma en sentido
tercero del Nebrija. Y es que la oveja, fábula. L a mona siempre será mona,
en varios animales. Tanto en las metafórico y no riguroso, para signi-
al proferir este sonido, no enuncia una por mucho que acicalen los hombres
obras de aquéllas como en las de és- ficar que en los brutos hay ciertos a c -
idea , un concepto de la inteligenciael magín de esta ridicula bestezuela.
tos aparece ciertamente orden, pero tos cognoscitivos que imitan en cierta
universal, sino un simple afecto del
también se deja ver perpetua é inde- manera los actos espirituales de nues- ¿Y cómo adquirimos nosotros la
apetito sensitivo. L a palabra del
clinable monotonía; lo cual da á co- tra razón, si bien estos actos son en sí palabra, si es verdad lo que dicen los
hombre es el vehículo de la idea , es
nocer bien á las claras que el orden materiales ú orgánicos, y no se levan- transformistas, que- nuestro espíritu
un signo, no meramente natural como
allí es debido á la inteligencia del So- tan sobre las condiciones concretas de no es sino el mismo principio inteli-
el sonido inarticulado de los brutos,
berano Artífice, y la monotonía á la la materia. Los Escolásticos, sin e m - gente del mono pulimentado? Desde
sino convencional y libremente esco-
naturaleza material y orgánica del bargo, con justísimo motivo, nunca el grito de nuestros trepadores abuelos,
gido por la voluntad humana. Antes
artefacto. Los animales, en efecto, quisieron aplicar á los brutos estas
porque es libre el hombre y obra guia- destinado á indicar los afectos del
tienen sus percepciones, sus juicios y palabras, temerosos de que con esto
do por la razón, potencia verdadera- apetito sensible y terreno por medio
hasta también su cierta sombra de se viniese á caer en el error en que ha
mente espiritual, por eso se sirve de de voces inarticuladas, hasta la pala-
raciocinio; pero estos actos no salen incurrido desgraciadamente el autor
sonidos articulados para expresar sus bra con que expresamos en la actua-
de la esfera de lo material y concre- francés arriba citado, no poniendo
pensamientos, no contentándose con lidad los sublimes conceptos de la
to, para lo cual no es necesaria una sino diferencia de grados entre el co- inteligencia envueltos en voces a r -
ÁÍO ORIGEN DEL HOMBRE.
ORIGEN D
EL HOMBRE. -111

ticuladas, hay una distancia verdade- He aquí con qué desenfado se des- con el esfuerzo hercúleo que entonces ! les. ¿De dónde, pues, y cómo ha naci-
ramente inmensa. ¿Cómq se ha eje- embaraza nuestro filósofo de esta debió practicar, y por eso á todos los do en todo el género humano esa idea
cutado este salto portentoso por las enorme dificultad. Los monos sOn demás parientes de aquel mono feliz, tan universal , tan constante y tan
solas fuerzas de la selección natural, muy amigos de imitar: un día hubo extraordinariamente sabio, los ha deja-indestructible de otra vida posterior á
tan portentoso que en su comparación un mono extraordinariamente sabio, á do en su rudeza primera, no obstante la presente, donde cada uno ha de re-
es nada la intervención sobrenatural quien se le antojó remedar el gemido la propensión irresistible de estos ani- cibir el premio ó castigo debido á s u s
del Criador, á que acuden los defenso- de la presa que iba á devorar; después malitos á imitar cuanto ven ejecutado acciones de mano de aquel soberano
res de las creaciones independientes se sirvió de este remedo para avisar á por el hombre. Pero así y todo, no se Rey que tiene suspendida de sus tres
para explicar el origen del hombre, sus compañeros que afilasen el dien- concibe cómo tan desmesurado can- dedos la grande máquina del univer-
así como también el de las otras es- te, porque pronto lo iban á hincar en sancio le dejó fuerzas para acabar so, que gobierna con su inescrutable
pecies? ¿Y dónde están los anillos in- el apetecido botín; y ya con esto te- con todos los términos intermedios providencíalas cosas humanas, y que
termedios que junten con sus vocesse- nemos andada la primera etapa del que han debido existir entre los dos inexorablemente ha de juzgar un día
miarticuladas, con sus palabras semi- lenguaje humano. ¡Magnífica expli- remotísimos extremos representados las mismas justicias? ¿Por qué especie
inteligentes y semisabias los dos cación ! No tiene sino una pequeña por el mono aullador y el hombre par- de magia incomprensible se ha veri-
extremos tan distantes , como son el dificultad, á saber: la de que ni el lante. Mucho debe importar esta ga- ficado en nosotros una transforma-
hombre parlante y el mono aullador? sonido remedado era una voz articu- tesca operación á tan remilgada due- ción tan sorprendente, que de anima-
Oigamos al famoso Darwin hablar lada , ni el remedo era en sí mismo ña, cuando tan diligente ha andado en les puramente terrenos, destituidos de
sobre esta interesante materia: «Como expresión de idea alguna verdadera- ocultar á nuestros ojos esos desper- todo conocimiento suprasensible , y
los monos , escribe , entienden bien mente universal. Pero esto, ¿qué vale? dicios, sacando fuerzas de flaqueza. aficionados únicamente á los deleites
cuanto el hombre les dice , y en el En comenzando á imitar el mono,
Pero aún hay otras dificultades de la carne, nos hemos convertido de
estado natural dan gritos de alarma imitará lo que se quiera , sobre todo
muy gordas contra la teoría transfor- repente en seres espirituales, despre-
á sus compañeros, no parece del todo siendo tan sabio.
mista, basadas en otras dos clases de ciadores de lo material y visible, ado-
increíble que algún animal de éstos, Yo, sin embargo, no entiendo cómo actos que vemos acompañar por todas radores de un Dios criador, Señor
extraordinariamente sabio , hubiese pudo pasar después la bestezuela , á
partes á la naturaleza humana, sin nuestro y Gobernador del mundo, ad-
pensado en imitar el refunfuño de una pesar de toda su sabiduría, á proferir
antecedente alguno en cuantos ani- miradores de lo honesto y de lo justo,
bestia de presa con el fin de indicar sonidos que fuesen signos meramente
males le han precedido en la larga ciudadanos, en una palabra, de aque-
á sus compañeros la naturaleza del convencionales y no naturales, como es
serie de los siglos. L a moralidad y la lla ciudad invisible que pertenece al
esperado peligro. Y ésta habría sido éste que propone el naturalista inglés.
religiosidad son dos fenómenos que mundo de los espíritus? Explíquennos
la primera etapa en la formación del Imitar el llanto de la presa bien puede
siempre van juntos con la palabra los transformistas estas maravillas de
lenguaje.» 1
el mono, y con esto excitar el apetito en el género humano, y solamente la selección natural; maravillas que
de sus compañeros, como puede imi- en eb hombre han podido hallar ca- superan con mucho á los prodigios de
1
Darwin, The desceñí o¡ man, vol. I , pág. í>7. tar otras cien mil cosas que ve hacer
London, 1871. No quiero pasar aquí en silencio la bida. E l mono no conoce otro prin- las creaciones independientes, y que á
excéntrica humorada de aquel paisano de Draper, cada día á los animales con quienes cipio de acción que el de la utilidad Wallace , co-fundador con Darwin
que hace unos dos años se íué al centro de África á vive; pero de aquí á articular palabras del sistema de las transformaciones
estudiar la lengua del homo Iroglodites. Para lo
sensible; no sabe lo que es honestidad
hay la misma distancia que existe ni justicia. ¿Cómo ha podido producir lentas, le han parecido rayar ya en el
cual, provisto del fonógrafo de Edison en su última
perfección, se encerró mi hombre en una jaula de entre el lenguaje natural, hijo de la la selección natural ese salto tan absurdo.
hierro muy sólida, por temor de que los Icones qui- espontaneidad bruta , y el arbitrario,
sieran también enseñarle su lengua, la que él no
enorme, salvando victoriosa el abis- Sabido es que Wallace, con todo
deseaba conocer. Pero viendo luego que el mucho
fruto de la razón y libertad. ¿Y cómo, mo insondable que media entre el su amor al transformismo darwinista,
calor de, aquel clima le hacía sudar más que á al cabo de tantos años en que han obrar conforme á las animalescas r e ha proclamado abiertamente la impo-
;

nuestro famoso Hidalgo los requesones del goloso seguido vegetando los monos desde
Panza, buscó la sombra y amparo de una casa de glas del placer, y vivir según los seve- tencia de la selección natural para
misioneros católicos, que no lejos estaba, y á costa
aquel día tan lejano, no ha podido ros dictámenes de la conciencia moral,producir en el hombre las cualidades
de ellos engulló buenos bcefsleaks y confortables la madre Naturaleza aupar á estas absolutamente desinteresada y ocu- morales é inteligentes que le distin-
lunchs por una.larga temporada. Se despidió al fin pobres criaturas para que aprendiesen
de aquellos buenos religiosos, dándoles palabra, pada solamente en dar á cada uno guen de todos los demás a n i m a l e s .
que se guardó muy bien d j cumplir, de que les ahora á hablar como los hombres, sus lo que es debido, aunque para ello Las concepciones ideales del espacio
indemnizaría de los gastos ocasionados Llegado á hermanos? Sin duda se quedó rendida
Europa, pintó como quiso los resultados de su ex-
hayan de arrostrarse mil sacrificios, y del tiempo, de la eternidad y del in-
ploración, habló ante muchos gaznápiros i[ue le incluso el de la misma vida? El mono finito, el sentimiento artístico, las
quisieron oír, en lengua mímica, i hizo creer á los dad á cuyo arrimo había vivido el yankec, volví» jamás se ha puesto á pensar en otra nociones abstractas de los números y
partidarios de Danwu que dentro de poco verían la [loria verdad y contó a por a y b por b iodo loqus
luz pública la gramática y diccionario de la lengua había hecho el explorador de África, saliendo ésle
vida diferente de la actual, ni adora de la cantidad continua, no pueden,
tic los gorilas. Hasta que un religioso de la comuni- con el descalabro que su desvergüenza merecía. otra divinidad que sus apetitos sensua- según este sabio, ser fruto de la se-
28
412 ORIGEN D E L HOMBRE.
ORIGEN D E L HOMBRE.
413
lección natural, buscadora tan sólo lo mismo que todos los transformis- citívos del animal así formado siem-
de la utilidad inmediata del individuo, tas, que entre el mono y el hombre nó nos permitirá que sigamos adhirién-
pre versarán sobre objetos materiales
y mucho menoss, in comparación, el existe diferencia alguna esencial, sino donos á la doctrina de los antiguos
concretos, y no serán capaces de re-
sentimiento de la honestidad y justi- aquella tan sólo que suele mediar en- sobre esta materia, y que tengamos
presentar la más mínima parte del
cia, enteramente contrario á la utili- tre los individuos de una raza primi- la profesada por él, con grande gozo
mundo suprasensible, donde habitan
dad individual y perfectamente des- tiva y otros de la misma especie o b - de la piara de Epicuro, por un vano
los conceptos puros de orden, hones-
arrollado hasta en los mismos salva- tenidos por medio de la selección a r - sueño de un filósofo que se echa á
tidad, justicia, honor, deber, religio- andar por el mundo de los fantasmas,
jes. Aún m á s : apoyándose en sus tificial. sidad y cosas parecidas; porque su creyendo que camina por el campo de
propias observaciones sobre los crá- Esta peregrina manera de explicar principio cognoscitivo siempre será las realidades.
neos humanos pertenecientes á diver- el origen de los organismos ya queda una potencia orgánica ligada á las
sas razas, y en las cifras de Galton, refutada en lo que llevamos escrito condiciones individuantes de la m a - Resolvamos, antes de acabar este
concluye que, mientras el cerebro del en uno de los capítulos anteriores; teria, é incapaz, por consiguiente, de I capítulo, algunas insignificantes difi-
hombre salvaje está en la proporción pero por lo que hace al origen de nues- percibir otros objetos que los mate- cultades que contra lo dicho levantan
de 5 á 6 al cerebro del hombre civili- tra inteligencia, todavía tenemos que riales del mundo sensible. ¿Cuándo' los transformistas: ellas servirán para
zado, las manifestaciones de la inte- hacer aquí contra ella alguna ligera ha llegado la selección artificial á poner más de manifiesto la verdad de
ligencia se hallan en la proporción reflexión. Por mucho que intervengan mudar la esencia de las cosas, hacien- nuestra tesis. En primer lugar, dicen
de i á i.ooo. Lo cual, observa este las inteligencias angélicas en la for- do de un alma material, ó sea esen- algunos darwinistas que la línea áspe-
sabio con mucha razón, no puede mación de un nuevo cerebro, más vo- cialmente dependiente del organismo ra del fémur, y el desarrollo poderoso
tener lugar en los fenómenos de la luminoso que el de sus padres, en el en sus actos, cual es el alma de los del peroné observado en algunos hom-
selección natural; porque , por una feto de un mono producido con las monos, un alma espiritual é indepen- bres de la época cuaternaria, así como
parte, ésta no sólo no produce jamás solas fuerzas de la naturaleza, siem- diente de él por naturaleza en la pro- también la forma craneana propia de
nada nocivo, pero ni tampoco cosa pre el nuevo ser estará informado por ducción de los suyos, cual es la nues- aquellos tiempos antiguos, indican la
alguna inútil al animal, y por otra, un principio viviente de la misma es- tra? Desengáñese el señor Wallace: cercanía en que á la sazón se hallaba
inútil permanece en el salvaje tanta pecie y condición intrínseca que el el alma humana se diferencia esen- nuestra especie de todos esos nues-
cantidad de masa encefálica que tan que anima á sus padres; es decir, que cialmente del alma de los brutos, tros parientes los monos; pues todos
pequeños efectos produce relativa- el ser así producido por medio de esta como se diferencian los espíritus de estos caracteres los encontramos to-
mente á los causados por el cerebro selección artificial angélica será un los cuerpos; la vida, del movimiento davía en los referidos animales perte-
del hombre civilizado. mono, y nada más. La cantidad del local; lo universal, é insensible de lo neciendo á la especie entera. Pero
Este último argumento , fundado cerebro poco hace, si no se pone ade- particular y material; el gozo produ- ¿saben los darwinistas cuáles eran
en los mismos principios del darwi- más en el animal un principio inteli- cido por la virtud y honestidad, del generalmente los hombres de la época
nismo, demuestra con toda evidencia gente de una naturaleza más elevada, bajo y egoísta placer de los sentidos. cuaternaria? Se han encontrado algu-
lo que contra Darwin intenta Walla- para que de él resulten los concep- ¿Cuándo, por más que se alambique nos restos de cierta clase de personas,
ce, pues derriba por el suelo la doctri- tos universales y suprasensibles, y un placer sensual, esencialmente uti- que pasaban la vida entregadas á la
na de este naturalista relativa á la las ideas enteramente espirituales de litario y rastrero, se podrá transfor- caza y al duro ejercicio corporal que
formación lenta de nuestra especie honestidad y justicia, honor, casti- mar en el deleite puro y desinteresado son á ella consiguientes, y nada más;
por medio de la selección natural; go, etc., que constituyen la base de del espíritu producido por el amor de pero al mismo tiempo se ignora com-
pero ningún auxilio presta á la soste- la sociedad humana, juntamente con la virtud y honestidad? Cuando esta pletamente cuál era el género de vida
nida por él mismo juzgando que las la idea, también espiritual y supra- transformación se haya verificado, que tenían entonces los demás hom-
solas fuerzas naturales, puestas bajo sensible, de un Dios próvido remune- merced á algún juego de cubiletes' bres existentes en las demás partes
la sabia dirección de alguna inteli- rador de los buenos y castigador de empleado por algún espíritu, entonces del globo, y cuál era la conformación
gencia invisible, han podido ejecutar los malos en otra vida más duradera. creeré que de un alma esencialmente 4e su cuerpo. Andando continuamen-
de una manera súbita la transforma- El alma del mono, puesta en un cuer- dependiente de la materia en el existir te ocupados en los duros trabajos de
ción invocada por el autor del Origen po fabricado por el puro juego de las y en el obrar, cual es el alma de los la caza, propia de aquellos tiempos
de las especies. Wallace cree, con todos causas naturales, al modo que se lo monos, se puede sacar un alma espi- cuaternarios en que abundaban las
los materialistas y con su compañero imagina Wallace, obrará, si se quie- ritual superior al tiempo y al espacio, fieras , ¿ qué mucho que fuesen los
Darwin, que la mayor ó menor inte- re, con más perfección sus actos, pero libre é inmortal por naturaleza, como huesos de aquellos hombres más
ligencia es debida únicamente á la nunca podrá traspasar con ninguno de es la nuestra. Hasta que llegue el recios que los nuestros, que la línea
mayor ó menor cantidad de masa que ellos los mezquinos y estrechos lími- momento de este suceso, portentoso áspera del fémur la tuviesen más pro-
Siena la cavidad del cráneo, y piensa, tes de la materia. Los actos cognos- hasta lo sumo, el naturalista inglés nunciada, y que gozase de una forta-
leza muy grande el hueso de la pierna
ORIGEN D E L HOMBRE. 415
ORIGEN D E L HOMBRE.
414 mente desarrollados , no significan mitad del espacio, tenía dirigida la
llamado peroné! Todos sabemos que hallamos en ellos los signos inequí- otra cosa sino que toda esa fuerte cabeza hacia el punto de entrada, da
los órganos del cuerpo se desarrollan vocos de una poderosa organización contextura de los referidos arcos es grave motivo para sospechar que el
á proporción de su ejercicio; y la vida cerebral. Los cráneos son grandes; sus debida á la robustez general de todo hombre de Neanderthal fué enterrado
nómada que llevaban aquellos valien- diámetros, sus curvas, su capacidad, el cuerpo, la cual bien se puede com- en aquel lugar en tiempos quizá muy
tes cazadores era muy propia para alcanzan y aun pasan la medida pro- padecer con una inteligencia pene- posteriores á la época cuaternaria. Ni
este decantado desarrollo. L a forma porcional délos actuales.» Finalmen- trante y comprensiva. Y en verdad nos mueve por fuerza á pensar de otro
1

craneana de los tiempos cuaternarios, te, sobre el de Stangenas se expresa que si por la cantidad de masa ence- modo la suma consistencia de la tie-
lejos de favorecer á los transformis- Hamy en estos términos: «La pieza fálica hemos de juzgar de la inteli- rra cuaternaria que lo cubría, porque
t a s , protesta, por el contrario, a l - que estamos estudiando, dice, no es gencia de los hombres, el dueño de esta consistencia bien podría haberla
tamente contra todas sus teorías. Los menos interesante por sus dimensio- dicho cráneo la poseyó muy buena. adquirido la tierra posteriormente
cráneos más antiguos que se conocen nes absolutas que por las relativas. En Prüner-Bey lo ha examinado con ex- con el transcurso de los años y con
son el de Engis, en Bélgica; los de efecto, las dimensiones absolutas de quisita diligencia, y ha averiguado las vicisitudes de los tiempos. Por
Cro-Magnon , en Francia; y los de estos cráneos están muy desarrolla- ser mayor de la que suelen tener hoy otra parte, la naturaleza de las irre-
Stangenas, en Suecia. Ahora bien; das, puesto que el diámetro iníaco * día los hombres, por término medio, gularidades orgáuicas de este cráneo
todos ellos son completamente regu- es de 200 milímetros, y la curva total notando además que toda la superfi- no es tal que no se encuentren hoy
lares y tan perfectos como la genera- horizontal llega á 550. La capacidad cie de este encéfalo, sin excepción al- día otros semejantes entre los mismos
lidad de los europeos actuales. «Yo cerebral que indican estas cifras es guna, está perfectamente ajustada al europeos. «De tiempo en tiempo, es-
confieso, dice Huxley hablando del sensiblemente superior á la de los cráneos tipo del cráneo humano '. Además, cribe Hamy hablando de estas irre-
cráneo de Engis, que si este cráneo actuales; este hecho no se encuentra cualquiera que fuese la forma de esta gularidades, se pueden observar estos
fuera reciente, en lugar de ser fósil, aislado y solitario; constituye una de pieza aislada, ¿qué podría hacer ella caracteres, ya aislados, ya reunidos,
me sería harto difícil determinar á las objeciones más serias que se pue- sola, no teniendo otras compañeras en cráneos modernos, y no es cosa
qué raza pertenece. Sus formas y sus den poner á las doctrinas transformis- del mismo género que indicasen ser rara hallarlos en individuos vivientes.
dimensiones responden bastante bien tas.» El testimonio de estos autores debida la tal conformación á alguna MM. B. Davis, Carter-Blake, etc., en
s

á los cráneos de algunos australia- no puede ser más poderoso, habida causa general, y no á ciertas circuns- Inglaterra y en Irlanda; MM. R. W a g -
nos que yo he examinado. Particu- consideración de su ciencia y de las tancias excepcionales que en todos ner, G. Busk, C. Vogt, Schaaffhau-
larmente se descubre en él ese apla- ideas que profesan; así es que bien tiempos suelen dar origen á fenóme- sen, en Holanda, Alemania y Dina-
namiento del occipucio que los dis- podemos decir con toda verdad que la nos monstruosos? ¿No vemos hoy día, marca; Broca, Prüner-Bey, Ger-
tingue. Pero no todos los cráneos Paleontología está en pugna abierta entre los mismos europeos, cráneos vais, etc., en Francia, han recogido
australianos presentan esta particula- con el transformismo. tan excesivamente raros que, á juzgar hechos de este género.» Pozzy ter- 1

ridad, y los arcos de las cejas del El cráneo de Neanderthal es más por ellos solamente, los tendríamos mina la discusión de este famoso crá-
cráneo citado difieren enteramente de imperfecto que los precedentes, y á él por pertenecientes á una raza degra- neo con las siguientes palabras: «Di-
los del tipo del anterior. Por otra par- han apelado con grande instancia los dada, siendo así que debe juzgarse gamos, finalmente, para acabar, que
te, sus dimensiones corresponden con transformistas, á falta de otros mejo- de ellos todo lo contrario? Fuera de la particularidad más sobresaliente
no menor perfección á las de los crá- res argumentos para confirmar su sis- •que la antigüedad de dicho cráneo de este cráneo, ó sea el desarrollo de
neos europeos, y no hay ciertamente tema. Lo excesivamente abultado de está muy distante de tener en su fa- los senos frontales, se encuentra, se-
señal alguna dedegradación en ningu- los arcos de las cejas, y el notable vor argumentos ciertos é irrefraga- gún M. Prüner-Bey, de una manera,
na parte de su estructura. En suma, aplanamiento de la frente que en él bles; razones poderosas inducen á si no absolutamente idéntica, al menos
es un tipo medio de cráneos humanos, se observa, le dan algo de excepcional creer que el cuerpo á que el tal c r á - análoga, en cráneos aislados de todas
que lo mismo puede ser atribuido á uny extraordinario; pero no por eso tie- neo perteneció, fué sepultado mucho las épocas y aun entre nuestros con-
filósofo que á un hombre salvaje.» ' De ne nada de común con el cráneo del después de formada la capa de tierra temporáneos. Tal es el caso del hijo
los cráneos de Cro-Magnon escribe gorila, como han intentado algunos cuaternaria que con levísimo espesor del general Grouchi, poco há finado,
Broca lo siguiente: «Los trogloditas suponer. Sus senos frontales, suma- lo cubría. Y ciertamente, el haber y del Dr. Buffalini, una de las cele-
de Cro-Magnon eran salvajes. Mas sido hallado el esqueleto á solos dos bridades médicas de Italia.» Podría 2

estos salvajes eran inteligentes y per- ' Broca, Les troglodyles de la Vezere — fíecut pies de profundidad en una gruta, citaros, decía Vogt en el Congre-
fectibles; al lado de estos caracteres Sci califique, 1G Xov. 1872, pág. 473. donde el esqueleto entero estaba colo-
- Llama iniaco al diámetro trazado desde la cado de tal manera que, ocupando la
de inferioridad que acabo de señalar, protuberancia exlerna del occipucio basta el puní» E. T. Hamy, Prccis de Paléonlologic
1
humai-
de encuentro de los dos arcos de las cejas, en la ne, cap. VIH, pág. 2 4 1 . - P a r í s , 1870.
línea intermedia de la cabeza.
1
Prüner-Bey, Congrés inlcrnalional á"Aalhro- ' Pozzv, La Ierre el le récil biblique, etc.,
i Huxlcy, citado por Poüzy en La terrecí le pologie, etc., páginas 3 3 8 - 3 5 9 . - P a r í s , 1808. liv. I I I , chap. X I , pág. 387.
3 IC. '1'. Hamy, í'récis de Paléonlologic huillín-
recit bibliqvc de la crcalion, libro I I I , cap. XI, pú-
ve, páginas 1 2 0 - 1 3 0 . - P a r í s . 1870.
jíinn 3 7 7 . - P a r í s , 1874.
Alfí ORIGEN DEL HOMBRE. ORIGEN D E L HOMBRE.
4L7
so internacional de Paiís celebrado sas. E l primero de estos dos escritores nómenos , nuestros padres no serían la inteligencia del hombre y la del
en 1867, uno de mis amigos, el doc- compara el cerebro de los microcéfa- los que pretendían Haeckel y Darwin, mono hay una diferencia inmensa;
tor Emmayer, médico alienista ale- los (hombres de pequeña cabeza) al de los sino otros muy diferentes. «No son pero ésta es todavía mayor entre un
mán, cuyo cráneo es verdaderamente monos antropomorfos; el segundo los monos más perfectos , continúa mono y una lamprea.» «¿Quién duda, 1

del tipo de Neanderthal; y añadiré hace figurar en su cuadro genealógi- de Quatrefages en el lugar citado, añade, que el perro discurre lo mismo
que la vista de estas prominencias co á los idiotas, á los afectados de cre- aquellos á quienes se van asemejando que nosotros, fundando sus racioci-
enormes de las cejas, debajo de las tinismo y á los microcéfalos; ambos, los hombres cuando caen en las en- nios en el principio de causalidad? Yo
cuales brillan dos ojos chispeantes, finalmente, consideran á esta clase de fermedades sobredichas, sino los de mismo vi en cierta ocasión al mío
contribuye á darle una grande influen- seres como otros tantos casos de ata- cola prehensil del nuevo continente, Iesponerse á ladrar de repente contra un
cia sobre sus enfermos.» Lo mismo vismo, en que se reproduce incidental-
1
decir , esos platirrinos excluidos por I imaginado ser invisible que venía á
escribe Quatrefages en la Revue Scien- mente una forma que en otros tiem- Haeckel y Darwin de la genealogía invadir su territorio. Porque ¿cómo,
tifique, en su número de 10 de Febrero pos fué vulgar y común á toda la es- humana. Por donde se ve que la mis- sino de este modo, se pueden explicar
de 1872; y en el Congreso de B r u s e - pecie. Pero ¡cuan contrarios á la sana ma doctrina darwiniana protesta con- los ladridos que daba contra una som-
las, celebrado en el mismo año, aña- filosofía se muestran estos pretendi- tra este linaje de aproximación que se brilla puesta de improviso en movi-
de lo siguiente: «La forma dólico- dos sabios al proferir tamaños disla- quiere establecer entre los microcéfa- miento por el viento? El perro , al ver
plati-cefálica (oblonga y aplanada, tes! El idiotismo, el cretinismo y la los y nuestros pretendidos abuelos, aquel fenómeno, SE debió decir á sí mis-
precisamente como la del cráneo de microcefalia son meros casos de en- los pitecoideos.» mo , por un raciocinio rápido é incons-
•• Neanderthal) del cráneo no es incom- fermedad física, en que toda la orga- Y después de todo , la microcefalia ciente,que un movimiento sin cansa algu-
patible con un desarrollo intelectual nización padece. ¿Qué tienen, pues, no altera la forma del cerebro: lo que na visible era indicio de hallarse allí
tan perfecto como el que suele acom- que ver estos hechos, puramente te- hace únicamente es detener su mar- presente algún agente vivo desconocido,
pañar á otras formas menos excep- ratológicos y patológicos, con el ata- cha por un impedimento físico que se y que, sin embargo, ningún extranjero te-
cionales. Entre los dolicocéfalos mo- vismo? Y si al atavismo los hemos de ha atravesado incidentalmente en el nía derecho de meterse en su territorio.11 2

dernos figuran personas que se han referir, ¿por qué no atribuir también organismo. Por consiguiente, los mi- «¿Y no es ésta, continúa argumen-
distinguido por su saber y que han á esta causa la infecundidad con que crocéfalos , con todo su raquitismo, tando el mismo sabio, la manera
adquirido celebridad histórica: citare- todos estos seres vienen al mundo? nada tienen que ver con la doctrina como los hombres se han formado la
mos tan sólo á Kay-Lukka, gentil- Es que, obrando de esta suerte, la se- monesca de nuestros transformistas, idea de Dios? Primero se figuraron,
hombre dinamarqués, á quien ha ca- lección natural quedaría derribada y así éstos gastan inútilmente el tiem- cuando todavía se hallaban en el es-
bido un lugar muy principal en la por el suelo; y así, obrando con la po trayendo á la escena semejantes tado salvaje, que mientras dormían
política del siglo XVII, y cuya cabe- mayor arbitrariedad del mundo, se paparruchas. «Las relaciones de que venía un ser invisible á visitarlos , ó
za hemos reproducido nosotros en toman de estas personas enfermizas se trata, escribe el ya mencionado de que su alma salía del cuerpo para ha-
nuestros dibujos (Crania ethnica); á y raquíticas solamente los caracteres Quatrefages, no llegan á presentar cer sus excursiones por el mundo , y
San Masuy, obispo de Toul, en el si que podrían convenir al sistema. «La una semejanza suficiente para auto- luego volvía á su morada antes de co-
glo IV, cuyo cráneo puede también microcefalia , escribe de Quatrefages rizar las conclusiones del sabio geno- menzada la vigilia. De aquí nació en
verse delineado en nuestra obra; y, refutando estas inepcias de Vogt y de vés. Aunque con frecuencia son me- ellos la idea de los espíritus , siendo
finalmente, al héroe escocés Roberto Haeckel, no es otra cosa sino una es- nos voluminosos y menos plegados | sumamente difícil á la rudeza de aque-
Bruce. Estos hechos demuestran una pecie de detenimiento en la marcha que los de los monos antropoideos, los llos ingenios discernir entre LIS impresio-
vez más cómo se cometería un error evolutiva, sufrido por el cráneo y por cerebros d* los microcéfalos, ha dicho \nes subjetivas y las objetivas.» «Más 8

atribuyendo exclusivamente á ciertai la materia en él encerrada. Este dete- Gratiolet, sin embargo, no se tornan tarde , con el mayor desarrollo de la
formas craneanas ideas absolutas de nimiento, empero, no es una cosa ais- en modo alguno semejantes á ellos. inteligencia , llegaron á formarse por
superioridad ó inferioridad en el orden lada. Otros órganos, o a a s funciones, Esta proposición queda en toda su este camino la idea de Dios. Porque
intelectual ó en el moral.» han sufrido también en los microcéfa- verdad y entereza aun después del de la creencia en los espíritus invisibles
los. Todos ellos se han mostrado trabajo de Vogt.» 1
á la de uno ó varios dioses, el tránsi-
Véase, pues, cuan sin sustancia es
siempre infecundos , y cierto que la
el argumento que han querido formar No son más felices los transformis- to es fácil.» * «Finalmente, por lo que
infecundidad no puede ser considera-
algunos transformistas sobre el crá- tas en la otra clase de argumentos hace al sentido moral, escribe el nuevo
da como un caso de atavismo.» 1

neo de Neanderthal. Vogt y Haeckel psicológicos y morales que aducen en moralista, con razón lo podemos con-
han acudido á otra clase de razones, Fuera de que si al atavismo hubie- confirmación de su doctrina. «No se
aunque no ciertamente más podero- ran de ser agregados los referidos fe- puede negar, dice Darwin , que entre • Darwin, The descent of man, vol. 1, pág. •'(•'>.
2 í d e m , loco cítalo, pág. 67.
1
Vogt, citado por Pozzy en el lugar que aca-
1
De Quatrefages, L'espéce humaine, cliap. XI ;
1
De Quatrefages, L'espéce humaine, cliap. XI, 3 ídem, loco cilato, pág. 66.
n. 7.
t a m o s de referir. num.'7. * Ídem, lococitato. pág. 67.
418 ORIGEN D E L HOMBRE. ORIGEN DEL HOMBRE. 419
siderar como un instinto social llevadosensible:
á la inteligencia del hombre, tas impresiones orgánicas, habidas ble tener por verdadero bien sino
su última perfección . Como el hom-
1
por el contrario, es inorgánica y espi- en diferentes tiempos, á que pretende aquello á que la pasión arrastra. Esto
bre no puede impedir que sus pasadas ritual, levantándose con ella nuestras reducir nuestra conciencia el nuevo es precisamente lo que hacen los bru-
impresiones vuelvan continuamente á almas á la elevada región de lo invi- proclamador del sensismo? tos; y si ésta es la moral que nos
su espíritu, se verá forzado á compa- sible y eterno. Bien es verdad que ¡Donosa moral por cierto la de este quieren introducir los secuaces de la
rar las impresiones más débiles , del Darwin opina que tin animal cualquie- sabio, que aniquila por completo la nueva doctrina, en verdad que pro-
hambre y de la venganza, por ejem- ra, dotado de instintos sociales bien mar- libertad humana y hace de nuestro gresamos en la senda de la perfección
plo , que satisfizo, ó del peligro que cados, adquiriría infaliblemente el sen- espíritu un mero autómata, condena- á las mil maravillas; en lugar de
evitó á expensas de los demás hom- tido moral ó conciencia tan pronto do á juzgar de la honestidad de un aproximarse los monos á nosotros,
bres, con el instinto de simpatía y de como sus facultades intelectuales lle- acto según la impresión material del nosotros seremos, por el contrario,
benevolencia haciasus semejantes que gasen al mismo grado de desarrollo, momento! ¿Qué me importa á mí que, los que á grandes jornadas vamos'ca-
actualmente se hace sentir en é l , y ó poco menos, que tienen las nues- pasado el encendimiento de la pasión, minando hacia ellos. No ha mucho
nunca deja de obrar en el ánimo con tras . Pero esta opinión es solemne-
1
sienta más vivamente las impresiones que me escribía de América un cierto
algún grado de actividad. Entonces mente absurda, porque los instintos benévolas del instinto social, peren- sujeto las siguientes palabras: «El
sentirá en su imaginación que un ins- de los animales, sea cual fuere el gra- nes y constantes, que las otras malé- darwinismo enseña que el hombre es
tinto más poderoso ha cedido á otro, do de perfección á que se les quiera volas é individuales, presentes ahora una derivación del mono, adonde ha
el cual ahora parece comparativa- elevar, nunca podrán versar sobre á mi espíritu sólo por vía de recuerdo; llegado esta repugnante bestezuela
mente débil, y á consecuencia de esto otra cosa sino sobre objetos sensibles, si cuando me hallaba bajo el influjo por el camino del progreso; yo creo
nacerá en él inevitablemente este sen- materiales y concretos, mientras que de estas segundas no era dueño de que sería mucho más racional afirmar
timiento de desagrado (remordimien - el sentido moral del hombre se cierne oponerme á ellas, antes juzgaba, sin todo lo contrario, diciendo que el
to), á que están sujetos, así los hom- en la región pura de lo espiritual, in- poder hacer otra cosa, que debía s e - mono es una degradación del hombre,
bres como todos los animales, en or- material é inteligible. E l sentido mo- guir su impulso y obedecerlas, porque á la cual nos pretenden llevar nues-
den á la satisfacción de sus instin- ral ó conciencia del hombre, aunque entonces su intensidad superaba á la detros modernos sabios por la vía del
tos.» 4
versa sobre acciones concretas y sobre sus contrarias? En este malhadado retroceso.» Esto es, ni más ni menos,
Aquí tenemos toda la filosofía dar- objetos sensibles, no por eso es m a - sistema todas nuestras acciones son lo que intentan los transformistas en
winista puesta enfrente de la filosofía terial y orgánico, como el de los bru- necesariamente buenas, porque, por su loco empeño de emparentamos con
cristiana: el sensismo brutal que en tos. Las ideas universales y de un una parte, siempre obramos arrebata- el mono; la moral monesca es lo que
ella rebosa por todas partes, la tiene orden puramente intelectual que en- dos por la corriente más intensa que buscan estos señores; nada de Dios,
juzgada antes de ser llamada á exa- tran en el juicio de la conciencia, no en cada momento nos arrastra, y por nada de otra vida; los goces presentes:
men. ¡Qué manera tan indigna de pueden ser formadas por facultad al- otra en seguir esta corriente está pre- he aquí la verdadera honestidad de
tratar al hombre, diciendo que entre guna orgánica, sino que pertenecen á cisamente toda la honestidad de nues- todas sus obras.
la inteligencia de éste y la del mono otra de un orden muy superior: á la tros actos. El desagrado sentido más ¿Y quién puede aguantar la manera
hay menor distancia que entre la in- inteligencia, á la razón pura, por la tarde no es un remordimiento moral con que Darwin hace nacer en n o s -
teligencia de la lamprea y la de este cual pertenecemos al mundo de los propiamente dicho, sino una mera ne- otros la idea de Dios después de ha-
mismo animal! Nó: toda la filosofía espíritus. Los remordimientos de la cesidad física, semejante á la tristeza ber vivido nuestros abuelos largos
protestará indignada contra tan re- conciencia nacen en nosotros de no que experimenta un hombre poseído años con la misma y sola moral in-
pugnante desvarío; la distancia que haber obrado conforme á úfi ideal, de de una vehemente pasión y conven- dependiente que ahora nos quieren
media entre el mono y la lamprea, por que es absolutamente incapaz la ima- cido al mismo tiempo de que le es regalar los partidarios del materialis-
esta parte, es la que separa á un cuer- ginación del bruto, y cuya norma nos imposible satisfacerla. En ambos ca- mo? ¿No es esto decir en puridad que
po de otro, puestos ambos sobre la manda seguir el Supremo Legislador, sos hay tristeza y desagrado por la dicha idea es hija del mero subjetivis-
superficie terrestre, mientras que la intimándonos sus divinos preceptos por falta de un bien apetecible en este mo, fruto espontáneo de nuestras ilu-
interpuesta entre el hombre y el mono medio de nuestra propia razón. ¿Qué momento dado, pero tristeza física y siones imaginarias, sin saber si le co-
es la que separa al cielo de la tierra. tiene que ver toda esta serie de con- nada más. Déjate que varíen las im- rresponde ó no algo real y verdadero
La facultad perceptiva, tanto del ceptos universales, puros y suprasen- presiones y que el simple recuerdo de en el orden de las cosas? En verdad
mono como de todo otro animal, es sibles, que entran esencialmente en una acción se convierta en actual apa- que el autor del Origen de las especies,
material y orgánica, como contenida los dictámenes de la conciencia hu- sionamiento por ella: entonces lo al hablar de este modo en su libro
dentro de la esfera de lo puramente mana, con la comparación de opues- bueno y honesto será obrar conforme sobre La descendencia del hombre en
á este nuevo estado de cosas, porque orden á la idea de un Ser Supremo y
1
Darwin, The desceñí of man vol. I, pág. 106. bajo su influjo soberano será imposi- Gobernador del mundo, que todos los
5
Ídem, loen cítalo, pág. !)0. 1
Darwin, loco cítalo, páginas 71-72.
420 ORIGEN DEL HOMBRE. 421
ORIGEN D E L HOMBRE.

mortales poseen sobre la tierra con razón, al ponerse ésta en inmediato imaginaciones del perro-filósofo que la variabilidad indefinida) no se legiti-
mayor ó menor perfección, ha dado á contacto con el mundo sensible. Asi- levantan todo un sistema de metafí- ma, ni por su principio, que es una
sus lectores justísimos motivos para mismo la idea de nuestra inmorta- sica sobre las ondulantes sombras de conjetura, ni por sus deducciones, que
sospechar que el deísmo proclamado lidad nace en nosotros espontánea- un quitasol, dando, en su magín albo- en ninguna manera confirma la reali-
por él es un simple acomodamiento mente con el conocimiento claro, así rotado, cuerpo y consistencia á los es- dad, ni por sus demostraciones direc-
con las ideas generales de la socie- de nuestra libertad como de los actos píritus invisibles, son verdaderamen- tas, que apenas llegan á verosimili-
dad en que vive. Si al conocimiento espirituales que practicamos á cada te una cosa digna del siglo XIX. ¿No tudes, ni por estas dos consecuencias
de Dios no ha llegado el hombre sino momento, levantándonos sóbrela ma- diremos nosotros, con mucha más ra- extremas, que así la ciencia como la
por una serie de ilusiones producida teria y elevándonos á la esfera in- zón, que las ilusiones imaginarias tie- dignidad humana nos prohiben acep-
al través de los estados de la vigilia mortal de lo inteligible. No necesi- nen su asiento y lugar en el cerebro tar, á saber: la generación espontá-
y del sueño, ¿por qué camino ha lle- tamos de sueños ni de ilusiones fan- de aquellos que, echándose á fanta- nea y el parentesco íntimo y degra-
gado á saber el naturalista inglés que tásticas para persuadirnos de que, des- sear nuevas doctrinas, deseosos de dante del hombre con el bruto. A pe-
un Dios así imaginado y fantaseado pués de esta vida, nos espera otra más decir cosas que nadie ha pensado en sar de toda la habilidad é ingenio con
es una verdadera realidad, y no una duradera, donde han de ser recom- este mundo, dan al traste con toda la que ilustres sabios se han esforzado
simple creación de nuestro espíritu? pensadas largamente las acciones bue- herencia del sentido común que les en defender esta doctrina, la razón y
El ateísmo se impone necesariamente nas de la presente y castigadas las imprimió al criarlos el Autor de la na- la experiencia han dejado en pleno
en la suposición darwiniana, ó al me- malas. Piensen así los que no ponen turaleza? Todo el que todavía conser- vigor el juicio tan reservado como j u s -
nos el razonable juicio de que el Ser diferencia esencial entre el alma de ve un poco de buen juicio, dirá sin to que sobre ella ha proferido Cuvier,
invisible y supremo Gobernador del un hombre y la del perro que le acom- titubear que el perro de Darwin no i diciendo que entre los diversos sistemas
universo creído por todos los hombres paña. ladró contra ser alguno invisible, sino 'relativos al origen de los seres organiza-
es un mero fantasma de nuestra ima- Nosotros, por el contrario, sin de- contra el muy palpable de la sombrilla,i dos, 110 hay ninguno menos verosímil que
ginación, como fueron fantasmas los gradarnos de esta suerte , veremos que con sus movimientos insólitos se el que hace nacer de la variabilidad di-
espíritus soñados de nuestros abuelos siempre la existencia de la otra vida le representó como una cosa mons- ] cha, uno tras otro, los diferentes géneros
al pensar que un ser invisible les vi- en la necesidad de una sanción eficaz truosa y nunca vista en los días de por vía de desenvolvimiento y de meta-
sitaba mientras dormían, ó que su que nos haga vivir en este mundo morfosis graduales.» (Cuvier, Recher-
su vida.
alma hacía una excursión fuera del
cuerpo á los diferentes países de la
conforme álos preceptos de la ley di- Como conclusión de todo lo que ' ches sur les ossemens fossiles, t. I I I ,
vina. Sin la sanción de los premios y llevamos escrito sobre la teoría trans- | página 297, 3 . edición.)
1
a

tierra. Para el caso todo es lo mismo: castigos de la otra vida, la ley natu-
Dios será un ser fantástico ó proble- formista con la mira de defender el
ral queda desarmada por completo, y divino origen del hombre, enseñado
mático, y los hombres podrán vivir cualquiera puede despreciarla impu-
Faivrc, La variabililé des espéces el ses limi-
1

ya en el mundo sin esperanza ni te- por la Religión cristiana, séanos per- tes, par Erncst Faivre, professeur á la Faculté des
nemente , siendo muy leves é in- mitido poner fin á este capítulo con Sciences de Lyon. París, 1868. Puede también ver-
mor de ese espantajo que tan ahila- significantes para este objeto, así el se á este proposito la última obra de Quatrefages
dos trajo á nuestros antepasados. las siguientes palabras del profesor titulada: Les emules de Darwin. En ella se propone
castigo del remordimiento como el Faivre, que sirven de remate á su in- - su autor hacer vei el disfavor en que va cayendo el
Nó: ni la idea de los espíritus, ni la galardón del gozo que suelen acom- I darvinismo, lo deficientes que hallan sus mismos
teresante obra sobre la variabilidad j discípulos las teorías del maestro, y las dificulta-
de un Espíritu Sumo, Creador del pañar aquí á las malas y buenas ac- de las especies: «Esta hipótesis (de des que suscitan contra ellas.
mundo y próvido Gobernador de t o - ciones. Por eso vemos que cuantos
das las cosas, han sido debidas á la desprecian los premios y los castigos
imaginación del hombre, sino á su de la otra vida son gente, por lo re-
razón espiritual é incorruptible. Basta gular, entregada á toda suerte de vi-
poner los ojos en esta admirable má- cios; y aun los que creen en estas co-
quina del universo para concluir in- sas son tanto menos cuidadosos de
mediatamente que ella no se ha hecho guardar la ley natural, cuanto más
á sí misma, sino que debe la existen- olvidados están de los premios y cas-
cia, conservación y movimiento á la tigos reservados en la otra vida.
inteligencia y poder de un Artífice Esto es algo más sólido ciertamen-
Soberano adornado de inteligencia te que la peregrina ocurrencia de
suma. Por eso esta idea la adquieren igualar la humana filosofía á la de un
todos los hombres, m a s ó menos clara, pobre perro, espantado por el movi-
según sea más ó menos penetrante su miento extraño de una sombrilla. Las
UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA. 423
cual fué preservada por Dios de la ca- con mayor facilidad y rapidez fuese
tástrofe universal para que poblase la poblado el globo de aquellas clases
tierra después del diluvio. de animales y plantas que guardaban
Esta comunidad de origen procla- mayor armonía con las condiciones
mada en las divinas letras, no es cier- especiales de cada terreno. Sin em-
tamente necesaria para que los hom- bargo, no por eso pertenecerán menos
bres todos del universo formen una á una misma especie las diferentes
CAPÍTULO XXXII sola especie, aunque no deja de ser variedades de cada tipo, siempre que
claro indicio de que, en efecto, la estas variedades sean tales que dejen
constituyen. La especie ha sido defi- á los individuos dentro del cuadro de
UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA nida por el sabio naturalista Mr. de la misma naturaleza, capaz por sí
Quatrefages en términos que hacen sola de haber dado á todos ellos el
de ella «una colección de individuos mismo origen, haciéndolos nacer de
más ó menos semejantes entre sí, pero un mismo tronco.
capaces de ser considerados como des- Esto es lo que no quieren entender
cendientes de una sola pareja por una ciertos poligenistas, ó sea defensores
sucesión de familias natural y nunca de la multiplicidad de especies huma-
™[S|EMOSTRADO ya el origen divino escopetas para proporcionar de esta interrumpida;» y ésta es también la nas, al atacar el dogma católico de la
1

^IftSgdel hombre, resta ahora averi- suerte alimento á sus propios perros. idea que sobre ella han tenido, en sus- unidad de nuestra especie con cierta
guar si todos los pueblos que se hallan ¡Cuánto más agradable es en esta tancia, los sabios de todos los tiempos, clase de argumentos que sólo miran
derramados sobre la superficie de la parte la benéfica y esencialmente civi- á partir de la época del Estagirita, si á la comunidad de origen. La unidad
tierra pertenecen, ó nó, á una misma lizadora doctrina de la Iglesia católi- bien en la expresión de la misma ha en cuestión hay que combatirla, no
•especie. Este es un punto de la más ca, la cual, apoyada en las enseñan- podido existir alguna variedad de poca con la multiplicidad de obstáculos ex-
alta importancia por las consecuen- zas de la divina revelación, nos man- ó ninguna importancia. La posibilidad ternos que hayan podido experimen-
cias prácticas que lleva consigo en la da mirar á todos los hombres del del parentesco, no el parentesco efec- tar los primeros hombres en el difun-
vida social, donde va mucho de con- globo terrestre, sean blancos ó ne- tivo, es lo que entra en la definición dirse por el globo, sino con la impo-
siderar á todos los hombres como gros, civilizados ó salvajes, como ver- general de la especie. Por eso, aun sibilidad física de ser atribuidos á un
iguales en dignidad, por la comuni- daderos hermanos é hijos de un mis- cuando los individuos del linaje hu- mismo tipo los internos caracteres que
dad de naturaleza que en todos se en- mo padre! La revolución francesa, á mano reconociesen diferentes centros dedistinguen á los diferentes pueblos de
cuentra uniforme, ó ver en ellos espe- fines del siglo pasado, creyó haber creación, y, en lugar de proceder todos la tierra. Dejemos, pues, para el ca-
cies diferentes y seres destinados por llegado á lo sumo de la sabiduría hu- de Adán ó de Noé, perteneciesen á pítulo siguiente lo relativo á la comu-
su misma condición interna á vivir mana cuando, resumiendo en breves distintas familias primitivamente cria- nidad de origen: ahora sólo versará
bajo el dominio y posesión de otros. palabras los imprescriptibles derechos das por Dios, todavía no dejarían de nuestra consideración sobre los argu-
L a escuela americana que en estos del hombre, puso con orgullo en su formar una sola especie, si la natura- mentos científicos que militan en fa-
últimos tiempos ha abogado tan ar- bandera aquel famoso lema de Liber- leza de todos ellos es una misma, y vor de la unidad de especie. Estos
dorosamente, por la esclavitud, en la tad, igualdad, y fraternidad, que tan tiene, por consiguiente, intrínseca vir- argumentos no serán quizá de tal na-
diversidad de especies humanas ha mágico influjo ha ejercido en los pue- tud para transmitirse de los unos á turaleza que demuestren por sí solos la
pretendido hallar el principal funda- blos para corromperlos. Mucho antes los otros por vía de natural descen- verdad del dogma cristiano, lo cual
mento de sus asertos. Para ella, el ne- que la revolución francesa, había ya dencia. En la producción de los ani- nada importa para nuestra fe, pues
gro debe ser mirado como una mera hecho resonar en la Judea el Funda- males no sabemos que Dios haya em- nosotros no creemos los dogmas de
propiedad del blanco, al cual la mis- dor del Cristianismo estas mismas pleado el mismo modo que en la crea- nuestra sagrada Religión porque se
ma superioridad de naturaleza le hace palabras, entendiéndolas en su verda- ción del hombre, haciendo descender presente clara á nuestros ojos la i n -
su propio y legítimo señor, no de otra dero sentido, y había encomendado á á cada especie de individuos de una trínseca evidencia de los mismos, sino
suerte que lo es de los perros y demás sus discípulos la misión de predicarlas sola pareja primitiva; antes bien, porque nos consta con certeza el hecho
alimañas de la tierra. En Nueva Ho- por todo el mundo. Y en tiempos más como sabiamente observan los Esco- de su revelación divina. Su valor, no
landa algunos ingleses, llevados de remotos todavía, el inspirado autor lásticos, lo natural parece que haya obstante, es tan grande y su fuerza
esas funestas ideas, han llegado hasta del Pentateuco nos dejó escrito que seguido el camino contrario, para que tan poderosa, que si no llevan al ánimo
á cazar como fieras á los habitantes todos los hombres son hijos de Adán, la convicción, al menos la persuaden
del país, descargando sobre ellos sus y pertenecen á la familia de Noé, la 1
He Qualrefaji'S, ¡.'espire húmame, liv. 1, en términos que, aun científicamente
eliap. III, n. 2.
424 UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA. UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA .
1

425
hablando, no obraría con prudencia ( A tres clases podemos reducir los con dificultad se puede establecer el de Maistre, escribió por esta causa las
quien á ellos no se rindiese, antes tra- argumentos referidos: la primera com- punto de división entre una y otra; siguientes palabras: «El primer blan-
tase de abogar por la causa del poli- prende los designados con el nombre indicio manifiesto de que todas aque- co que vio á un negro debió quedar
genismo, defendiendo la variedad de de morfológicos; en la segunda están llas modificaciones accidentales y ac- con su vista bien admirado; el pensa-
especies humanas. Buffon, Camper, contenidos losfisiológicos,y en la ter- cesorias han sido introducidas lenta- dor, empero, que me asegura haber
J. Hunter, Blumenbach, Forster, Cu- cera, finalmente, los psicológicos.) De mente con el proceso de los siglos, sido producido éste de aquél, me cau-
vier, Weber, Tiedemann, Prichard, ellos trataremos con alguna deten- merced á los agentes de la naturaleza, sa á mí mayor admiración todavia.»
Humboldt, J. Müller, Flourens, Se- ción, cuidando , sin embargo, de no en un tipo primitivamente uniforme, No hubiera tenido ciertamente por
rres, Quatrefages, Godron, y en gene- traspasar los límites que nos hemos y ahora alterado solamente en algu- qué admirarse el incrédulo filosofo de
ral las más altas autoridades de la prefijado en este escrito. Y en primer nas cualidades secundarias. Tome- Ferney si, en lugar de gastar su tiem-
ciencia, se han pronunciado por esta lugar, comenzando por los caracteres mos, por ejemplo , las razas entre sí po en burlas y sarcasmos contra el
doctrina, teniéndola por la única ad- de forma que corresponden á los dife- más opuestas, á saber: la caucásica y Cristianismo, hubiera estudiado á fon-
misible en esta materia. «El monoge- rentes pueblos esparcidos por el globo, la etiópica, en las cuales , por consi- do la cuestión para no hablar con
nismo, escribe de Quatrefages, cuenta ellos son tales que, si bien á primera guiente , más que en ninguna otra, tanta confianza de lo que no sabía.
entre sus partidarios á casi todos los vista inducen á creer la multiplicidad debiera aparecer la línea divisoria de El color negro no es tan exclusiva-
naturalistas que han fijado su aten- de especies, mirados, no obstante, con una manera clara y precisa entre mente propio de la raza etiópica, ni el
ción en los fenómenos de la vida, y, diligencia, nos revelan una simple va- todos los individuos pertenecientes á blanco de la caucásica, que no hayan
entre ellos, á los más ilustres. No obs- riedad de razas. Todo el mundo sabe una y otra, á ser verdadera la doctrina aparecido repetidas veces invertidos.
tante la diferencia de doctrinas profe- lo que entendemos con esta palabra de los poligenistas. Claro está que, si Hipócrates cuenta de una señora ca-
sadas por Buffon y Linneo, Cuvier y que acabamos de subrayar. La raza es comparamos solamente el individuo sada con un hombre blanco como ella,
Lamark, Blainville y los dos Geof- un conjunto de individuos que here- más hermoso de la primera con el más que tuvo un hijo negro como un etio-
froy, el fisiólogo Müller y el viajero dan, por medio de la generación, cier- feo de la segunda, como suele hacer- pe, siendo por esta causa acusada de
Humboldt, todos estos autores están tas particularidades accidentales que se cuando se quiere dar una somera adulterio y defendida por él mismo, á
de acuerdo sobre este punto.» Y el 1
no alteran sustancialmente la unidad idea de entrambas , entonces la línea quien le debió la vida. Lepelletier re-
sabio Godron, después de traer en fa- del tipo. Tal es, por ejemplo, entre divisoria no será muy difícil de trazar; fiere un caso semejante, diciendo que
vor de nuestra tesis los nombres que los animales, la raza merina de las hasta los más lerdos podrán descri- de padres manifiestamente blancos y
poco ha hemos escrito, se expresa ovejas españolas y la árabe de los ca- birla, siendo tan grande la diferencia en quienes no era posible sospechar
juiciosamente en estos términos: «Es ballos andaluces, las cuales se pue- que media entre un georgiano bien comercio alguno ilícito con algún ne-
notable que, en una cuestión científi- den conservar indefinidamente con tal conformado y un negro bozal. Pero gro, nació un niño con el pelo lanoso
ca y ardorosamente debatida, se pro- que se impida el cruzamiento de ellas éste no es modo de estudiar á fondo y crespo del negro, y con la tinta,
nuncie con unanimidad en favor de con otras de la misma especie. Cier- las cosas; para ello hay que poner en fisonomía y formas del mulato.
la unidad primitiva del género huma- tamente, comparado un individuo de parangón el conjunto de caracteres de Estos dos ejemplos no son e n ver-
no una colección de hombres tan ilus- la raza caucásica con otro de la etió- una raza con el conjunto correspon- dad decisivos para el propósito de que
tres y tan especiales por la naturaleza pica ó de la mogola, á primera vista diente de los de la otra, haciendo esta vamos tratando, porque al fin y al
de sus estudios; y si todavía no pode- parecerá que no es posible hayan bro- comparación en muchos individuos. cabo podemos tener en ellos un sim-
mos considerar como definitivamente tado todos ellos de un mismo tronco, ¿Cuáles son, pues, estos caracteres? ple caso de atavismo, no sabiendo cuá-
resuelta una cuestión que cortan más con tal de que se tenga cuidado en Los principales se refieren al color de les fueron los antecesores del padre ó
bien que resuelven los maestros de la elegir aquellos en que más señalada- la piel, á la coloración y estructura de la madre de los mencionados ni-
ciencia, parécenos, sin embargo, que mente impresos se presentan los ca- del cabello, á la fisonomía del rostro, ños; pero no faltan otros que no pue-
el acuerdo de estos autores constitu- racteres de su propia raza. Pero ha- á la conformación ,del cráneo y del den admitir la menor réplica por parte
ye ya por sí solo una grave presun- ciendo después sobre esto un estudio bacinete, al sudor, finalmente, despe- de nuestros adversarios. Los abisinios
ción en favor de su doctrina, y que particular, y comparando, no los que didopor los individuos de una y otra son negros, morenos y casi blancos,
sería una temeridad casi pueril acu- sobresalen más en cada grupo , sino raza. Veamos de decir algo sobre cada sin embargo de pertenecer al tipo semí-
sarlos de error sin haber estudiado á otros en quienes no se hallan tan mar- una de estas propiedades. tico, cuya fisonomía conservan, cuya
fondo esta difícil materia.» * cados los referidos caracteres, enton- lengua hablan y cuyos caracteres usan
El color de la piel es lo que más
ces el juicio no puede menos de ex- en su modo de escribir á lo fenicio.
suele llamar la atención de los igno-
perimentar una variación notable; Los tuariks, piratas del Sahara, des-
1
De Quatrefajes, Vespéce Immaine, l i r . I, rantes. Voltaire, el pensador más
«bap. I I , a. I. porque las diferencias de raza á raza cendientes de los antiguos libios, en
profundo de los filósofos superficiales,
Godron, De Vespéce et des races dans les etreí llegan á disminuir en términos , que
1

organisés, tomo II, chap. V, pajinas 371-372. como en cierto lugar le llama el conde algunas comarcas son blancos, y en
426 UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA.
UNIDAD D E LA ESPECIE HUMANA.
427
otras partes, por el contrario, tienen fellatahs de raza pura, de aquellos gía, se explican con bastante facili- ó menos morenos que pertenecen al
la piel amarillenta y aun negra, sin cuyos caracteres han sido alterados dad. Hoy es ya cosa sabida, sin que tipo blanco, ó toma un color que tira
que en ellos se adviertan ni los caba- con la mezcla de sangre negra.»
1
pueda haber lugar á la duda, que la mucho al de las razas amarillas.» '
llos lanosos ni los rasgos característi- Véase, pues, qué valor puede tener piel del negro tiene exactamente la Efectivamente, la preñez suele pro-
cos del negro; lo cual no es muy de el color de la piel en orden á la dis- misma composición que la del blanco. ducir algunas veces en la piel de las
extrañar, sin embargo, porque ellos tinción de especies humanas, cuando En uno y otro se encuentran las mis- mujeres el género de coloración arriba
ningún comercio tienen con los ne- en una misma raza se notan todos los mas capas, la dermis, el cuerpo mucoso dicho; así como también da mayores
gros, á quienes desprecian, ni admi- matices que pasan desde el blanco y la epidermis, con la mismísima es- proporciones á la auréola negra del
ten para la procreación de sus hijos hasta el negro de una manera insen- tructura en todas ellas; sólo que estas pezón mamilar, y aun es causa algu-
alianza alguna con los de otros pue- sible; cuando esto mismo sucede en capas son más gruesas en el negro. na rara vez de fenómenos mucho más
blos. Los judíos en los países septen- el pueblo judío, de quien consta con En estas dos grandes razas, el cuerpo j maravillosos. Camper cuenta de una
trionales de Europa son blancos; en certeza haber tenido por único padre mucoso, colocado entre los otros dos, señora distinguida y de muy blanca
Portugal, atezados; en la provincia de á Jacob. Sea cual fuere la causa física es el asiento de la coloración. Hállase tez que, cuantas veces quedaba em-
Cochin y en África, en. el reino de que hace transformar el color de la formado por celdillas de un amarillo barazada, se iba inmediatamente en-
Haussa, negros completamente; sin piel, sobre lo cual no se puede dar pálido en el blanco-rojo, de un amari- negreciendo hasta el punto de conver-
que esto se pueda atribuir á su cruza- una razón satisfactoria todavía en el llo más ó menos oscuro en el blanco- tirse en una verdadera negra, desapa-
miento con otras razas, porque ellos estado actual de la ciencia, es lo cier- moreno, de un moreno negruzco en el reciendo después con el parto este
no se casan sino con los de su na- to que esta transformación es un negro. Como, por otra parte, influyen color temporal, y volviendo á mos-
ción, conservando en todas partes los efecto natural, sin que por él nos sea en el órgano las causas exteriores, se trarse de nuevo el primitivo; y Bon-
mismos instintos, las mismas cos- lícito recurrir á la multiplicidad de modifica con esto la secreción colora- mare, citado por Blumenbach, hace
tumbres. Finalmente, de los fellatahs, especies. Lo mismo sucede en los da. Simón ha demostrado que las pe- mención de una mujer francesa en
pueblos que ocupan la vasta región animales, entre los cuales las galli- cas no son sino puntos de la piel del quien tuvo lugar un ejemplo seme-
que se extiende desde el Niger hasta nas, por ejemplo, pasan con la mayor blanco que presentan los caracteres de'jante . 5

el fin de la Senegambia, escribe Go- facilidad del color blanco al negro, si la piel del negro, y ya se sabe que una
dron lo siguiente: «El color de su piel no se tiene cuidado de impedirlo. «Por Lo contrario suele suceder á los
insolación desacostumbrada en los
es generalmente oscuro, pero pasando esta falta de precaución, escribe Qua- negros, que, perdiendo su color ordi-
hombres y en las mujeres de nuestra
por los variados matices del trigueño, trefages, se ha desarrollado este lina- nario, se ven á veces atacados del al-
raza, así como también la preñez en-
rojizo, cobrizo, bronceado, y algunas je de gallinas negras en varios pun- binismo, tomando todo su cuerpo y
tre estas últimas, son suficientes para
veces simplemente blanco oscuro. En tos del globo, entre otros en las Fili- aun sus cabellos un color blanco ma-
determinar la aparición de estas man-
el wauwon su tinte no es más prieto pinas, en Java, en las islas de Cabo te, que les dura toda su vida, y que
chas "¿Qué tiene de extraño, con-
que el de los españoles y portugueses Verde y sobre la meseta de Bogotá, aun es transmitido por la generación
tinúa el mismo autor, el que un con-
de la clase inferior, y por otra parte, donde todos estos animales proceden á los hijos. Mas no se crea que este
junto de circunstancias, entre las cua-
á veces obtiene un grado decidida- de origen europeo.» fenómeno se verifica entre los negros
les figuran un calor constante, una luz
mente negro. Richard y John Lander, solamente; es común á todos los pue-
i Todos venimos al mundo provistos viva, etc., extienda al cuerpo entero
que han vivido durante un tiempo del aparato secretorio del pigmentum, blos del género humano, aunque entre
y haga durables estas modificaciones, i
bastante largo en medio de los fella- ó materia colorante depositada entre los negros suele suceder con más fre-
circunscritas y pasajeras entre nos-
tahs del Níger, dicen positivamente la dermis y la epidermis, materia á la cuencia. Blumenbach hace mención
otros? En resolución, el color de la
que tienen un tinte moreno ó un ne- cual se debe el color especial de la de una familia de albinos en Montet,
piel depende de cierta secreción que
gro de hollín. Denham y Claperton piel; pero esta sustancia en unas r a - en el cantón de Friburgo ; y según 3

puede ser modificada por una multi-


han visto también un fellatah, de zas toma un color y en otras otro, Godron , no hace muchos años que
l

tud de circunstancias, como sucede en


edad de unos cincuenta años, negro merced á las particulares circunstan- existía aún en Choise-le-Roy, cerca
otras muchas cosas. He aquí por qué
como el carbón, con la nariz encor- cias á que se hallan sometidos los de París, una familia cuyos indivi-
el indio (ario), el bichari y el moro
vnda, ojos grandes y barba muy "es- hombres en las distintas regiones del duos presentaban en la piel la colo-
(semitas), aunque de raza blanca, toman
pesa. Y sin embargo, esta colora- globo. «Las diferencias de coloración, ración albina. E l difunto cardenal
el mismo tinte y aun un tinte más su-
ción se muestra independientemen- dice el citado profesor de Antropolo- bido que el negro propiamente dicho.
Quatrefages, Vespéce húmame, cliap. V, n. 2.
1

te de toda alianza con los negros sus He aquí también por qué éste se acer- Pozzy, La Ierre, ote. Appendiee, par. 2. D. I.a
2

vecinos; porque se distinguen muy ' Godron, De l'espéce el den races, etc., I . II, ca en ciertos casos á los pueblos más couleur de la peau, etc.
bien, por la conformación tan carac- páginas 164-10.'). 3 Blunienbacli, Medicinische Biblíolhck, lomo II.
pág. o'oú. (Citado por Godron, De Vespéce el- des
terística del cráneo y de la cara, los Do Quatrefages. L'espccc hnmnine. liv, "I.
1

•.•liap. V, n. 2. races, etc. Ionio I I , pág. itii.)


1
De Quatrefages, L'espéce Aumatnp, cap. V-. •'• Godron, loco cítalo.
428 UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA.
UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA.
-429
Wiseman refiere un ejemplo seme- de estos colores es propio y exclusi-
1
podrá acaecer esto en el hombre, sin la naturaleza es muy varia, según
jante observado en una familia muy vo de raza alguna; ninguno, por con- que por ello haya necesidad de recu- son varias también las circunstancias
distinguida que vivía en las cercanías siguiente, forma carácter específico, rrir á la diversidad de especies. «El en que obra. Así como en unas partes
de Roma y contaba muchos indivi- sino, cuando más, de raza solamente. vellón lanoso de nuestros carneros, cría gentes desprovistas casi total-
duos de esta clase. En cuanto á la naturaleza del ca- escribe Quatrefages, es reemplazado mente de materia cabelluda, en otras
Lo dicho basta para persuadirse de bello , alguna mayor dificultad se por un pelo corto y liso en una parte les reparta esta sustancia con verda-
que el color de la piel nada tiene que podría ofrecer, pues ef carácter lanudo de África. En América sucede lo mis- dera profusión. Todos sabemos cuan
ver con la multiplicidad de especies, y ensortijado del cabello de los negros mo con los carneros del Magdalena extraordinario debió ser el vello, de
y de que sólo sirve para probar la di- parece muy distinto del largo y ahe- cuando no se les esquila; y, por el Esaú, pues su hermano Jacob pudo
versidad de razas, sea cual fuere el brado de los blancos. Pero esta difi- contrario, en las altas montañas de engañar á Isaac, padre de entrambos,
modo en que la naturaleza ejecuta en cultad se disipa al momento con sólo los Andes los jabalíes adquieren una ya ciego por la vejez, cubriéndose la
los hombres este tránsito de un color poner alguna mayor atención en el especie de lana basta.» Finalmente, cara y las manos con las pieles de los
1

á otro. La coloración y la naturaleza asunto. En primer lugar, no se debe comparando uno con otro el pelo de cabritos que acababa de matar para
del cabello, que suelen ser también creer que el pelo de los negros sea las diferentes variedades humanas, se prepararle la cena. En 1774 vio el
varias en las diferentes razas del gé- verdadera lana. Prichard lo ha exa- encuentra una serie continua desde el célebre Buffon un ruso que tenía c u -
nero humano, ¿tendrán acaso alguna minado cuidadosamente á la luz del cabello del blanco hasta el del negro, bierta de pelo toda la cara y hasta la
mayor fuerza demostrativa en favor microscopio, advirtiendo en él la pasando por cambios verdaderamente frente misma; y los ainos, hombres de
del poligenismo? De ninguna manera: falta de angulosidades y asperezas que insensibles; lo cual indica con toda la raza kuriliana, suelen ser tan pe-
antes bien su estudio atento y diligen- dan á la verdadera lana la forma de claridad que las diferencias están ludos, que á algunos de ellos casi todo
te nos conduce en la misma forma á sierra. «De las observaciones practi- muy lejos de ser específicas por esta el cuerpo se les cubre de pelo, lle-
no ver én ellas sino el signo distinti- cadas, dice, resulta con perfecta evi- parte. Lo mismo podríamos decir gando á brotar esta sustancia hasta,
vo de la diversidad de razas. Por lo dencia que el negro tiene cabellos acerca de la barba, que en unas razas en el mismo espinazo. -
que hace á la primera, nada tenemos propiamente dichos, y no lana. La es muy poblada y en otras muy tenue,
Pero vengamos ya á las facciones
que observar distinto de lo que aca- principal diferencia entre los cabellos en unas de un color y en otras de
del rostro, que suelen llamar tanto la
bamos de escribir con respecto á la del negro y los del europeo consiste otro. Ciertos pueblos tienen la cos-
atención de los observadores, y en las
coloración de la piel. Ambas depen- simplemente en que los unos son más tumbre de arrancarse los pelos de ella,
cuales han pretendido algunos hallar
den de una misma causa, del pigmen- rizados y más crespos que los otros; razón por la cual se imaginaron erró-
una diferencia verdaderamente espe-
titm arriba mencionado, y por lo mis- y ésta no es realmente sino una dife- neamente algunos viajeros que estas
cífica entre el negro y el blanco. En
mo suelen guardar entre sí constante rencia de más á menos, puesto que en gentes eran naturalmente imberbes.
ellas también tenemos lo mismo que
relación. Sin embargo, todavía es algunos europeos también los cabellos Algún fundamento, sin embargo, no
acabamos de escribir acerca del ca-
más variable la coloración en el ca- se presentan excesivamente crespos. faltaría para calificarlos de este modo,
bello y del color de la piel. Si todos
bello que en la piel, puesto que en una Hay también otra diferencia, á saber: porque de suyo tienen la barba muy .
los negros estuvieran cortados según
misma persona pasa á veces del negro la mayor cantidad de sustancia colo- poco poblada. Esto, empero, en nadaj
el mismo tipo, de suerte que sus fac-
al blanco, ya por razón de la edad, rante que se nota en los cabellos del perjudica á nuestra tesis, puesto que I
ciones fuesen propias y exclusivas de
ya también á consecuencia de alguna negro. Es muy probable que esta par- entre los mismos europeos no faltan
esta raza, y ningún individuo se en-
afección moral profunda, como una ticularidad se halle íntimamente re- tampoco barbilampiños, siquiera sean
contrase en las otras que en una ma-
tristeza suma ó un temor repentino. lacionada con la anterior, en términos pocos en número; así como también
nera ú otra las imitase, entonces ha-
Los hombres de una misma raza pre- de que quizá hasta debe ser considera- hay pueblos entre los americanos
bría razón para dudar por esta parte.
sentan la variedad más completa en da como su verdadera causa.» Ade- puros á quienes crece la barba como
1

Pero nada de esto sucede; antes hay


los colores del cabello, tanto que con ma?, aunque fuera verdadera lana, no á los blancos de Europa. Los che-
negros á quienes la forma de la cara,
ellos podemos formar una serie con- por eso habría razón para hacer de pewyanos en la América septentrio-
si no fuera por el color distintivo de
tinua de matices que principie en el esto una propiedad específica. En los nal, los patagones, los guatos , los
su raza, los colocaría entre los verda-
blanco y acabe en el negro. Los ca- animales el pelo se convierte en lana, guaranis y los guarayos en la meri-
deros blancos. Blumenbach observa
bellos del hombre son rubios, casta- y viceversa, según sean diferentes las dional pertenecen á esta clase, sin que
que entre los etíopes de pura raza hay
ños, rútilos, rojos, pardos y negros, circunstancias del medio en que se les pueda ser atribuido este fenómeno al
cierta clase de hombres de forma tan
y tienen otros mil matices con que se coloca; por consiguiente, lo mismo cruzamiento de sus razas con las de
los blancos.
hermosa y elegante que, hecha abstrac-
unen estos colores entre sí. Ninguno
En esto, como en las demás cosas,
ción del color, con dificultad se les podría
* Prichard, citado por Pozzy en su excelente
i Wiseman, Discursos sobre las relaciones, etc., ¡ obra: Lo Ierre el le récit biblique, Appendire.
distinguir.de los europeos . Prichard, 1

libro I , discurso tercero, primera parte. i par. 2 , D, pág. 479. 1


Quatrefages, loco cilalo, liv. I, c h . V, n . 3 . 1 Blumenbach, Decas prima calleclionis suac
UNIDAD D E LA ESPECIE HUMANA. 431
480 UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA.
riz y del labio superior, se vería que arrollado que el de algunos euro-
hablando de un negro del África cen- mente se atribuye á todos los negros. esta línea se halla tan levantada en peos.» Este resultado , como se ve,
1

tral, escribe también estas palabras: Finalmente, Bory de Saint-Vincent, las cabezas de los negros como en la es enteramente contrario al polige-
«Si en lugar de ser negro fuera blan- durante su exploración de Argelia, ha mayor parte de las cabezas euro nismo , puesto que revela existir una
co el color de la piel, nada habría en hecho pintar negros que, para servir- peas.» 1
cierta especie de fusión entre la raza
su cara por donde se le pudiese dis- me de sus mismas palabras, serían De lo dicho se infiere que en las blanca y la negra por este lado. Qua-
cernir de un europeo.» Este mismo blancos si se les pudiera cambiar el
1
facciones del rostro no presenta la trefages todavía pone más en claro
autor dice también, con referencia color de la piel. L a ausencia del raza negra carácter alguno por el esta consecuencia, disponiendo en se-
á Barbot, que en ciertas poblaciones prognatismo ' lleva consigo en los ne- cual la hayamos de considerar como rie decreciente las cantidades medias
negras de la Costa de Oro «los hom- gros la posición vertical de los dien- una cierta especie separada; veamos obtenidas por Morton. Después de
bres son generalmente bien formados tes incisivos, y modifica profunda- ahora si la conformación del cráneo trazar el cuadro donde aparecen estas
y tienen la cara agradablemente ova- mente la abertura del ángulo facial, ofrece algún motivo más poderoso medidas en la forma dicha , escribe
lada, los ojos brillantes, pequeñas las en términos que este ángulo no puede para seguir la doctrina del poligenis- las siguientes líneas: «Este cuadro,
orejas, los dientes menudos, blancos ya, como se lo había imaginado Virey, mo. Tres cosas principalmente se en- tomado de uno de los apóstoles más
y bien dispuestos, los labios frescos y suministrar un carácter de gran dis- cierran en esta cuestión: Primera, la eminentes del poligenismo, me parece
encarnados, mucho menos gruesos y tinción entre ellos y los europeos. capacidad del cráneo; segunda, su bastante eficaz para hacer reflexionar
colgantes que los negros de la costa Por otra parte, en la raza caucásica forma; tercera, la posición del orificio á todo el que desea guiarse por los
de Angola, sucediendo lo propio á la hay hombres que tienen inclinados los occipital. En cuanto á lo primero, hechos. En él vemos á los chinos c o -
anchura de su nariz.» De los habi- dientes incisivos, como yo mismo los
2
Tiedemann, sirviéndose de un proce- locados, por su capacidad media del
tantes de Tombuctú, pertenecientes á he podido observar, y otros se distin- dimiento muy exacto, comparó cua- cráneo, debajo de los polinesios, de los
la Nigricia, hace Caillié la pintura si- guen por la nariz remachada ó por renta y siete cráneos etiópicos con negros de África, de las tribus salva-
guiente: «Son de estatura regular, los labios gruesos de los negros.»
2

setenta y uno de la raza caucásica, jes de la América del Norte. ¿Es éste
bien formados y derechos, y andan Sobre esto del ángulo facial, que deduciendo de estos estudios que la el punto que les asigna su civilización?
con paso firme: su color es de un her- tanto ruido ha metido en el mundo, y capacidad media de los unos no es Además , en el cuadro de Morton los
moso negro subido, y la nariz algo á que han apelado también los polige- inferior á la media de los otros. negros criollos de América quedan
más aguileña que la de los mandin- nistas para hacer del negro una espe- Broca, Morton y otros han llegado á debajo de los negros de África por el
gos, y tienen, como éstos, los labios cie humana distinta de la blanca, es- un resultado opuesto, hallando ser menor desenvolvimiento de la misma
delgados y los ojos negros.» L o mis- cribe sabiamente Pozzy: «Observe-
3
algo mayor la capacidad de los crá- cavidad. Meigs ha confirmado este
mo escribe Godron de los yoloffs, los mos, finalmente, en orden á las mo- neos europeos. Pero las observacio- hecho curioso por muchos títulos, y
mandingos, y otros pueblos negros dificaciones que presentan los diferen- nes de estos mismos sabios demues- da números todavía más distantes;
del África. «Hay poblaciones casi en- tes tipos humanos por razón del án- tran que es muy varia, por una parte, 8o,S para los primeros, 8 3 , 7 para los
teras de negros, dice, que no tienen gulo facial, que estas modificaciones la capacidad de los cráneos de la raza segundos. Y, sin embargo , todos los
la cara comprimida, cuales son los dependen esencialmente de la posi- negra, y por otra, que en algunos ne- testimonios están unánimes en reco-
yoloffs, los mandingos, los habitan- ción de la mandíbula superior, y no gros sobrepuja á la que se encuentra nocer que los negros nacidos en Amé-
tes de Hausa y de Kachena, los del de la dirección más ó menos oblicua en varios europeos. rica son intelectualmente superiores á
curso superior del Níger, etc. Según que pueda tener la línea frontal, por-
«El doctor Morton, que ha medido sus hermanos de África. El mismo
Bodwich, la nación de los ashantis que, bajo este último aspecto, las dife-
por el método de Tiedemann doscien- Nott lo confiesa también. Entre ellos,
ofrece, sobre todo entre los hombres rencias nacionales ó típicas son harte
tos cincuenta y seis cráneos de las por consiguiente, la inteligencia crece
de la clase superior, no sólo bellas menores que las diferencias indivi-
principales variedades del hombre, es- cuando la capacidad craneana dis-
formas, mas también con frecuencia duales. Si en lugar de hacer llegar
cribe Godron, ha llegado á la conclu- minuye.»
2

rasgos comparables á los del tipo hasta la parte más prominente de la


sión de que los cráneos pertene- La forma del cráneo de la raza ne-
griego. Bien lejos están ellos de lle- mandíbula superior la línea bajada
cientes á la raza blanca le han dado gra es generalmente alongada, depri-
var el hocico de mono que gratuita- desde la raíz de la frente, como que-
un mínimum de capacidad evaluado mida en la región frontal y compri-
ría Camper, la pasáramos por el pun-
en setenta y cinco , y los cráneos de mida por las sienes ; pero no carece
to de encuentro de la base de la na-
craniorum diversarum genthtm illuslrala. Got- los negros un máximum de noventa de numerosas excepciones que quitan
lingac, 1820. ,
i Prichard, IHsloíre naturelle de Vhomme, tra-
y cuatro. De donde resulta que hay
El prognatismo consiste en ta prominencia de negros cuyo cerebro se halla más des-
1

ducción francesa, tomo I , pág. 400. Godron, Be Vespéce el des races, e t c . , t. II,>
1

las mandíbulas, la cual hace tomar á los diente? pag. 388.


1
El mismo, loco cítalo, tomo I Í , pág. 2.
incisivos la posición oblicua. 1
Pozzy, La Ierre el le récil biblique. Apéndi- . 1
Be Quatrefages, Vespéce humaine, lib. I X ,
3 .Cailliií, Trovéis through central África, Lon-
<lon, 1830. (Citado por Wiseman, discurso tercero,
5
Godron,7Je Vespéce el des races, etc., loin.IÍ, • c, par. 2, A, pág. 463.
;
cbap. XXX, n. 2, pág. 284.
segunda parte.) liv. 111, cbap. V , pág. 388.
4132 U N I D A D D E L A ESPECIE HUMANAI UNIDAD D E LA ESPECIE HUMANA. 433

á este carácter toda su importancia, humanas trazados por Mr. Prüner Bey entrar de. nuevo en consideraciones! recer echarse otro tanto hacia atrás el
y le hacen entrar en la esfera de las y por Mr. Broca. sobre las consecuencias que de estos mencionado orificio.
meras variedades de raza. «Si es ver- «De la inspección délos dos cua- hechos se desprenden en orden á la »Las investigaciones de Mr. Broca
dad, escribe á este propósito Godron, dros , escribe , resulta que entre los cuestión del monogenismo.» 1
sobre las proyecciones craneanas per-
que la forma craneana de la raza negra índices 0,74 y 0,79 está encerrado el En efecto, las consecuencias no miten plantear en modo conveniente
se aproxima á los caracteres que los número mayor de razas pertenecientes pueden ser más evidentes, y así no este pequeño problema, y dar de él
autores le han señalado, las excep- á los tres tipos fundamentales y ori- necesitan D E ulterior explicación; la una solución satisfactoria. Mr. Broca
ciones son tan numerosas entre una y ginarias de todos los países del mun- doctrina de la U N I D A D de L A especie ha comparado 60 europeos con 35
otra nación negra , y todavía más en do. Juzgo que la verdadera mesatice- humana está aquí altamente procla- negros. Representando por 1.000 la
uii solo y mismo pueblo, que bajo este falia debe estar comprendida entre mada por los hechos. Otro hecho que proyección total, halló que en los pri-
aspecto estamos muy lejos de hallar' estos límites; no intento, sin embar- también la pregona es el relativo á la meros la proyección anterior está repre-
aquella estabilidad tan notable que se go, se cambien los ya adoptados. E s - posición que ocupa el orificio occipital sentada por 475, y por 498 en los
advierte en los cráneos de los anima- tos cuadros dan harta materia para por donde la cabeza se comunica con segundos. Por consiguiente, el borde
les adultos pertenecientes á una mis- otras reflexiones , de las cuales indi- la cavidad de la médula espinal. anterior del agujero occipital dista
ma especie salvaje. No varía menos caré tan sólo las principales. Mr. Prü- Scemmering había emitido la idea de más en el negro que en el blanco del
el cráneo del europeo: no faltan tam- ner Bey ha llevado sus cálculos hasta que este agujero se halla más atrás en borde de los alvéolos, y la diferencia
poco entre los europeos cráneos alon- las milésimas , y Mr. Broca los ha los negros que en los blancos, reci- es de 23. Pero en esta proyección se
gados , estrechos por la parte de las extendido hasta las diezmilésimas. biendo de ello gran contento algunos halla comprendida también la facial,
sienes , y con la frente echada ha- Yo me he quedado en las centésimas, transformistas, que veían en esta su- además de la craneana anterior; y la
cia atrás. E. Geoffroy Saint-Hilaire para que el ojo perciba más fácilmen- puesta propiedad de la raza negra una facial es de 65 para el europeo y
y Mr. Serres han hallado , como yo te la serie formada por estos números, cierta aproximación hacia los monos. de 138 para el negro: por donde, des-
mismo lo he visto, el primero en las tan importantes en la diferencia ca- Pero Broca ha puesto las cosas en contada ésta, queda superior el negro
catacumbas de París, y el segundo en racterística de las razas. Téngase bien su verdadero punto, haciendo ver que, al blanco en la otra, siendo la dife-
un cementerio antiguo que rodeaba á presente que la mayor parte de las- por el contrario, el referido agujero rencia de 50. Estos números nos en-
la torre de Saint-Jacques-la-Bouche- diferencias son medias, tomadas sobre está más adelante en los negros que señan que el orificio occipital, relati-
rie , ejemplares de cráneos que pare- un cierto número de cráneos. Si de en los blancos, medida la cabeza como vamente al cráneo á que pertenece,
cían pertenecer á casi todas las razas cada raza se tuviera un número sufi- se debe medir, esto es, descontando está colocado más adelante en el
humanas conocidas. Weber ha llega- ciente de sujetos, y se pusiera en serie la distancia que nace de la prominen- negro que en el blanco.» '
do , por el estudio de los cráneos de el índice de cada uno de ellos, á buen cia de la mandíbula superior, la cual En la conformación del bacinete
diferentes naciones, á demostrar el seguro que la distancia del uno al otro no pertenece propiamente al cráneo, de los negros han querido también al-
hecho de que en ninguna nación exis- no sólo no sería mayor de 0,01, sino sino al prognatismo de la cara. «Scem- gunos poligenistas fundar sus teorías;
te un carácter permanente tocante á que bajaría hasta o.ooi y más allá. El mering, escribe Quatrefages, expresó pero esta parte del esqueleto humano
la conformación del cráneo. Alc.d'Or- paso de un individuo á otro por gra- el pensamiento de que el agujero no les es más favorable que cuanto
bigny y el Dr. Parchappe han sacado dos insensibles, está aquí puesto fuera- occipital está en el negro más atrás acabamos de escribir sobre las demás
de sus observaciones y estudios las de toda duda, lo mismo que en las di- que en el blanco, y esta opinión, que propiedades de la raza negra. «Aunque
mismas conclusiones.» 1
ferencias de talla. parecía ser confirmada por ciertas el bacinete, escribe Godron, sea gene-
medidas, fué fácilmente aceptada por ralmente más oblicuo y esté menos
La relación que guardan entre sí »Es inútil insistir largamente sobre
ciertos antropólogos, que veían en ensanchado en los negros, sin embar-
los dos diámetros del cráneo, antero- el entretejimiento de las diferentes
este hecho U N carácter monesco. Perogo, este carácter no es constante entre
posterior y transversal, pertenece tam- razas, puesto en tan grande evidencia
N O se llegó á este resultado sino apre- ellos, y se halla además en otros
bién al punto que estamos ahora exa- por los dos cuadros. Vese que el mis-
ciando la posición del orificio con grupos humanos, cuales son los bos-
minando, y de esta relación, no menos mo índice pone una junto á otra á las
relación á la longitud total de la ca- quimanos, los botocudos, etc. Por lo
que de lo ya dicho, se desprenden con- razas apartadas, al alemán del Sud
beza, sin excluir de ella la cara. Aho- demás, no es posible, después de los
clusiones contrarias á la doctrina del junto al annamita, al bretón junto al
ra bien; es cosa evidente que, des- trabajos de Vrolik y de Weber, atri-
poligenismo. El mismo Quatrefages kalmuco, al belga junto al tagalo, al
arrollándose ésta hacia adelante por buir una importancia exagerada á la
presenta un resumen de todas ellas, parisiense junto al malayo, al italiano
efecto del prognatismo, había de pa- configuración de esta parte del cuerpo,
después de haber copiado los dos cua- junto al maorí, etc., y que por sus
dros' de índices cefálicos de las razas índices diversos las razas blancas se que varía tanto como la cabeza en
hallan dispersas en medio de casi » 1
Quatrefages , Vespéce humaine, liv. IX, • Quatrefages, Vespéce humaine, n. 2, pági-
«: Godron, De Vespéce et des races, etc., páginas
386-387. todas las razas de color. No necesita ehap. XXX, n. 2, pág. 277. | ñas 280-281.
•134 UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA. UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA. 435
cada una de las agrupaciones de la es- entre éstos no faltan personas, y nos- to, porque los negros transportados de también Darwin ha sacado á relucir
pecie humana.» E n la misma forma
1

otros conocemos algunas de ellas, que África á los Estados Unidos lo pier- con la mira de corroborar los argu-
se expresa también de Quatrefages, tienen los miembros superiores des- den con el tiempo. Quatrefages es- mentos de su doctrina transformista.
diciendo: «Hase insistido principal- proporcionadamente largos. L a con- cribe de Lyell que , visitando este Los negros, en efecto, crían un pará-
mente en la verticalidad de los íleons, formación de la pantorrilla de los ne- geólogo las iglesias de negros en Sa- sito que sólo en ellos se desarrolla;
y en la extensión del diámetro antero- gros se halla en casi todos los poli- vannah, observó que «el olor caracte- esto, empero, nada dice que á mil le-
posterior del bacinete negro, con aire nesios, en muchos americanos, y aun rístico de la raza negra no se dejaba guas se aproxime á lo que tanto los
de querer recordar lo que se ve entre en hombres de la raza caucásica, por allí sentir en manera alguna.» Cada poligenistas como los discípulos de
1

los mamíferos en general y entre los ejemplo, en los indios. Por lo que raza parece que tiene su olor propio: Darwin sustentan en orden á la natu-
monos en particular. Pero los mismos hace al talón saliente de los negros, los indios del Perú distinguen por el raleza del hombre. «Para responderá
rasgos anatómicos se encuentran ex- falta mucho para que esta particula- olfato el olor despedido por los euro- esto, dice el sabio cardenal Wiseman
tremadamente delineados en los fetos ridad se pueda atribuir á todos ellos, peos, por los indígenas de América y escribiendo sobre esta materia, me
y en los niños aun de los mismos y por otra parte no deja de aparecer por los negros, y tienen nombres para contentaré con afirmar que hay otros
blancos. Estos rasgos persisten, sobre también alguna vez entre los eu- designar cada uno de estos olores. El ejemplos de naturaleza análoga en
todo el primero, hasta la edad de siete ropeos.» 1
de los europeos lo señalan con el nom- que es imposible explicar la existen-
años y aun más adelante. Por tanto, su bre de olor de pezuña, el de los indíge- cia de cierta clase de insectos antes
En efecto ; en la costa occidental
existencia en el negro no es otra cosa nas americanos con el de poseo , y el que haya existido la cosa misma que
del África hay tribus negras en quie-
sino el resultado de una paralización de los negros con el de grajo. Los les sirve de morada y de alimento;
nes no aparece el talón saliente hacia
relativa en la evolución de esta parte chinos sienten en los europeos un olor por ejemplo, el tinea ó tina que apare-
atrás. «En sus extremos , escribe
del esqueleto. Aquí también hay un especial que á nosotros se nos pasa ce en la lana peinada y no la toca
Quatrefages comparando á los negros
carácter fetal, un carácter infantil, y nocon los blancos, estas dos razas son inadvertido , al menos cuando no jamás cuando está en sucio. ¿Dónde
un carácter de animalidad.» 2

suda el cuerpo. Ellos , á su vez , así existía el animal antes que hubiese
perfectamente distintas. Mas en la
Este decantado carácter animalescoAbisinia, por ejemplo, donde se han como también los malayos, los tárta- lana lavada y peinada? ¿Debemos con-
también lo han pretendido hallar al- encontrado y mezclado desde muy ros, los tibetanos, los indios de Amé- siderar la lana lavada y no lavada
gunos transformistas en la mayor antiguo , no es ya ni el tinte , ni las rica , los caribes , y aun los árabes, como dos especies diferentes porque
longitud del brazo de los negros, en facciones de la cara, ni la cabellera lo tienen el suyo propio. Entre los mis- el mismo animal no puede vivir en
la conformación de la pantorrilla y en que caracteriza á los negros, sino úni- mos europeos, los que son rojos des- las dos? La larva del oinopota cellaris
la prominencia del talón. Pero nada camente la prominencia exagerada del piden un olor fuerte y distinto del or- no puede vivir más que en el vino ó
de esto sirve á los tales novadores, talón. Mas á su vez este carácter pier- dinario cuando sudan . en la cerveza: otro insecto descrito
como ni tampoco á los secuaces del de todo su valor en la costa occiden- Por otra parte, el perro turco , con por Reaumur desprecia todos los ali-
poligenismo , porque todas estas par- tal del África, donde tribus negras su transpiración abundante y distinta mentos, menos el chocolate. (Véase á
ticularidades se encuentran también enteras tienen el pie conformado lo de la de los otros perros, nos está di- Kirby y Spence , Introd. to Entornólo -
á veces en individuos de la raza cau- mismo que nosotros.» ciendo abiertamente que en esta ma- gie, 4 . edic.) ¿Cómo y dónde vivían
2 a

cásica, al paso que hay negros que Finalmente, por lo que toca al olor teria puede también caber una varie- estos animalitos antes que se fabrica-
carecen de ellas. Por donde con justí- particular de los negros, tan insopor- dad suma dentro de la especie ; pues se lo que es ahora su alimento exclu-
sima razón podemos concluir que table en algunos de ellos , no hay sabido es que todos los perros del sivo? Porque nadie supondrá que se
todos estos fenómenos son debidos cosa que merezca especial refutación. mundo, en sentir de los mejores na- hayan hallado jamás estas sustancias
únicamente á las circunstancias espe- Todos y cada uno de los hombres des- turalistas, pertenecen á una misma y preparadas anticipadamente de manos
ciales de los tiempos y lugares en que piden su olor propio, y de ello son sola especie , sin que con esto quera- de la naturaleza. Estos casos son
obran las fuerzas de la naturaleza buenos testigos los perros, que dis- mos decir que todos ellos han salido exactamente de la misma especie que
humana, abandonada á sí propia y no tinguen á sus amos por el olfato. Por de un solo y mismo vientre. el que se ha objetado ; mas hay un
guiada por selección alguna. «Hay consiguiente, el olor particular de los Con la transpiración particular de ejemplo de todo punto semejante , de
muchos negros , escribe el ya citado negros no es sino una manera deter- los negros se junta otro fenómeno que un insecto que causa una enfermedad
Godron , que en la proporción de los minada de transpiración, que puede también han querido aprovechar al- al cerdo doméstico, y que no se halla
miembros y del tronco no se diferen- provenir de ciertas circunstancias es- gunos en favor del poligenismo. Nos en el montes , aunque es cosa averi-
cian de la mayoría de los europeos, y peciales. Y de ellas proviene, en efec- referimos al pediculus nigritarum, que guada que el primero ha procedido
del segundo.» 1

1
Godron, De Vespéce, e l e , pág. 389. 1
Godron, De Vespéce, etc., pág. 390.
1
Quatrefages, Vespéce humaine, lib. V i l , cha-
- Quatrefages , L'espéce humaine, liv. I X , 2
Quatrefages, Vespéce humaine, lib. I, ebapí- pílre XXII, n . 11, pág. 191. i Wiseman , Discursos, etc.; Discurso cuarto,
e k i p . XXX, n. ti, páginas 294-295. tre V I , pág. 4 3 .
1
V. Godron, loco cítalo, páginas 216-217. segunda parte, nota. Hemos tomado la traducción
436 UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA. UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA. 437
Sabido es que la sangre de algunos psicológico, porque es de suma impor- argumentos de los poligenistas vienen europeo, sé crían bueyes pelones y ca-
hombres mata ó daña á algunas sa- tancia y esclarece, por otra parte, á refundirse en el siguiente: Hay de- longos, aquéllos vestidos de un pelo
bandijas que se alimentan con la de grandemente lo que hasta aquí lleva- masiada diferencia entre el negro y elmuy fino y muy ralo, y éstos entera-
otros muya su placer, mortificándolos mos razonado. El ilustre monogenis- blanco para que puedan pertenecer ambos mente pelados. Si entre los hombres
con sus picaduras. ¿Qué tiene, pues, ta Quatrefrages aduce tres muy nota- d una misma especie. Estos dos tipos hay algunos altos, como los patago-
de extraño que elpediculus nigritarum bles reflexiones en confirmación de son los términos más apartados de la nes, y otros pequeños, como los bos-
se nutra con la sustancia de la raza nuestra doctrina, las cuales nos pare- serie humana. Luego si se demuestra quimanos, esta desigualdad de talla,
negra, y no guste de la nuestra? Unas ce conveniente reproducir aquí, si^ que de razas á razas extremas hay fuera de que entre los hombres de una
mismas sanguijuelas se agarran bien quiera sea de una manera breve y cir- constantemente más distancia en las misma raza suele tener también lugar,
á unos, y no quieren chupar la sangre cunscrita. La primera consiste en la especies de los reinos vegetal y ani- se presenta con proporciones mucho
de otros. ¿Serán por eso los tales analogía que se observa entre los de- mal, quedará derribada por su base la más considerables en otras especies
hombres de especies diferentes? Re- más reinos del mundo orgánico y el doctrina poligenista. Ahora bien; aun de animales. Porque no mediando en-
fiere el Dr. Constantino James que lo humano, por la parte en que éste co.- dejando á un lado los vegetales, so- tre el bosquimano y el patagón sino
que acabamos de observar sobre las munica con aquél. «Tanto los anima- bre los cuales no puede caber ningu- la diferencia de o'", 023, la que existe
sanguijuelas, le sucedió á él mismo les como las plantas, dice, están su- na duda, y comparando solamente los entre el caballo de Shetlandia y el del
con dos hermanas gemelas, las cua- jetos á una variedad grandísima de animales con el hombre, órgano por cervecero es de i' ,04, y i ,023 la que
n m

les habían tenido la desgracia de he- razas contenidas dentro de la unidad órgano y función por función, no es separa al perrito faldero del perro de
rirse cayendo juntas de una altura del tipo específico: por donde la razón difícil convencerse de que la cosa es montaña. Si á las mujeres de los bos-
respetable. Llamado á curarlas, á las de analogía nos debe mover á afirmar así, en efecto, en términos que llega quimanos les sale debajo de los lomos
dos les recetó él mismo remedio: la esto mismo de los hombres, sin acu- uno á preguntarse por qué la variabi- una cierta almohadilla sebácea, esta
aplicación de las sanguijuelas á la dir á la no justificada variedad de es- lidad ha de ser menos grande entre particularidad, que por otra parte se
parte dañada. Los animalitos se ce- pecies. E n el reino vegetal la berza nosotros que entre los animales.» 1
encuentra también en algunas tribus
baron en la una, y no quisieron ni sola cuenta cuarenta y siete razas Efectivamente, si entre los hom- negras situadas muy al norte de la
siquiera picar en la otra. ¿Eran por principales, algunas de ellas muy di- bres hay unos de color negro y otros raza huzuana y aun comienza á inva-
eso estas dos gemelas de diferente es- ferentes entre sí, como el repollo, la de color blanco, este mismo hecho se dir á ciertas mujeres africanas de raza
pecie? Vean, pues, los poligenistas nabicol y la coliflor. En el reino ani- halla mucho más amplificado en las holandesa, se encuentra mucho más
qué gran fuerza podrá tener en su fa- mal la sola especie de palomas nos gallinas y en los perros; si el cerebro exagerada en ciertos carneros del Asia
vor el pediculus nigritarum. ofrece lo menos ciento cincuenta ra- del negro presenta una coloración más Central, á los cuales se les acorta na-
De lo dicho resulta que comparada, zas, derivadas todas ellas de la palo- oscura que el del blanco, en las galli- turalmente la cola de una manera ex-
no en globo y á la ligera, sino par- ma torcaz; y de la especie canina se nas también penetra el melanismo traordinaria y se les forman á los dos
ticular y circunstancialmente la raza encontraron en Francia setenta y sie- hasta el interior, y no sólo en el cere- lados de ella dos grandes bolas de
negra con la blanca, ningún carácter te bien puras y marcadas el año bro, mas también en las mucosas y sebo que pesan unas treinta ó cuaren-
determinado presenta que se pueda de 1863, en tiempo de una exposición en los planos fibrosos, llegando á to- ta libras, las cuales desaparecen de
llamar verdaderamente específico. El perruna. ¿Por qué, pues, no ha de su- mar la carne una apariencia repug- sus hijos al cabo de algunas genera-
mismo resultado obtendríamos si qui- ceder lo mismo con la especie huma- nante, lo cual no sucede en el negro. ciones, cuando se les saca de su país-
siéramos proseguir esta comparación na, debiéndose esta variedad de ra- Si en el negro toman los cabellos una natal y se les traslada á otras regio-
entre la raza negra y la mogola, ó zas, así en el reino animal como en el forma como de lana, en los carneros nes diferentes.
entre ésta y la blanca; con lo cual se vegetal, por la mayor parte á los ac- trasladados de Europa sucede mucho A veces se ven hombres con seis
ve clarísimamente que las variedades tos libres del hombre, y siendo éste más; porque se les convierte la lana dedos, tanto en los pies como en las
humanas son meros caracteres de libre en aplicar á sí mismo el género en verdadero pelo, al paso que á los manos; pero también aparecen perros
raza y no de especie. Pero lo escrito de vida que hace variar á las plantas jabalíes de las altas montañas de los con cuatro dedos solamente ó con los
basta para convencerse de esta ver- y á los animales?» Andes el pelo se les muda en verda- cinco igualmente desarrollados en los
dad, y no hemos de fatigarnos en La segunda consideración de Qua- dera lana. Si hay ciertas razas de pies de atrás; y lo que es más extraor-
balde, cansando además con nuevas trefages está sacada de la extensión hombres barbilampiños, también se dinario todavía, á algunas razas de
explicaciones á nuestros lectores. que abarcan las variaciones del géne- dan bueyes y caballos enteramente puercos se les forma un tercer dedo
Una cosa, sin embargo, quiero ad- ro humano, la cual es mucho más re- destituidos de pelo. En América, don- en medio de los otros dos, y todo este
vertir antes de pasar al argumento ducida que la de las plantas y de los de todos los bueyes son de origen conjunto se les recubre con una sola
como se halla en las Vindicias de la Biblia, de Du-
animales de una misma especie. pezuña, convirtiéndose defisípedosen
1
Quatrefages, L'cipécc humaine, liv. I , chap. V,
Clot, pág. 834. «Poco más ó menos, escribe, todos los 4 1 . . I..'
solípedos. En algunos casos muy e x -
438 UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA.
UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA. 43»
cepcionales vienen al mundo indivi- bres está en verdad sujeta á conside-
duos de nuestra especie con una vér- rables mudanzas; mas este fenómeno de los caracteres correspondientes á cómo, mirados los hombres por el
tebra de más; esto, empero, es nada se presenta en los animales mucho las múltiples agrupaciones del género lado de la talla solamente, habría que
•comparado con los bueyes de Placen- más grande y sorprendente. Porque humano; cruzamiento y fusión que á admitir las aproximaciones más a b -
tino, que ordinariamente tienen 13 no sólo dista el uno del otro por la todos ellos les quita las condiciones surdas de unos á otros, sucediendo'
vértebras dorsales en lugar de 12, con conformación de su cabeza cuanto el de específicos, dejándolos en el gradootro tanto cuando se consideran por
los puercos examinados por Eyton, hombre negro del blanco, como su- inferior de individuales. «Se sabe, es- separado la capacidad del cráneo, los
en los cuales variaban las vértebras cede al jabalí salvaje respecto del do- cribe, que todos los naturalistas mi- índices cefálicos y el peso del cere-
dorsales de 13 a 1 5 , las lumbares de mesticado ó puerco, sino que la tal ran como pertenecientes á una misma bro. «Y si comparamos, concluye el
4 á 6 , las sacras de 4 á 5, y las cau- diferencia pasa más allá de esta m e - especie toda colección de individuos sabio naturalista, no los grupos, sino
dales de 13 á 23. dida entre el alano, el lebrel y el que pasan de un extremo á otro por los individuos, colocándolos por orden
E n vista de tan grande variedad perro de aguas. Además, el buey romo grados insensibles, por muy distantes de talla, ¿no es evidente que pasaría-
presentada por las vértebras de la re- de Buenos Aires y de la Plata se ha que estos extremos se hallen entre mos del uno al otro por diferencias
gión caudal de los animales, no duda apartado también inmensamente por sí.» Después hace ver cómo este menores que un milímetro, y que la
1

•Quatrefages en afirmar que, aun cuan- este lado de los bueyes ordinarios es- paso lento é insensible se encuentra confusión de los diferentes pueblos-
do hubiese alguna raza especial de pañoles, de quienes procede. «Este en los individuos de la familia huma- vendría á ser muchísimo más grande
hombres con cola, no por eso habría buey, escribe Quatrefages, reproduce na, trayendo á colación varias propie- todavía de lo que aparece en el ad-
motivo suficiente para hacer de ellos en su especie las modificaciones aná- dades de sus numerosos individuos, y junto cuadro? Yo pregunto á todo el
•una especie separada. «Cada día, es- logas á las que presenta el alano en haciendo ver cómo ninguna de ellas que se ha ocupado algún tanto en
cribe, vamos conociendo mejor á qué la especie canina. Todas las formas es propia y exclusiva de una agrupa- zoología y zootecnia: ¿Será una co-
debemos atenernos en lo que algunos están más abreviadas y más gruesas. ción sola. Así, por ejemplo, nota que lección de especies aquella donde las
han dicho sobre la pretendida cola de La cabeza, en particular, parece h a - en Abisinia el negro no se diferencia afinidades más evidentes quedan rotas
•ciertas gentes ' . Las variaciones, em- ber experimentado un movimiento del blanco sino por la exagerada pro- con la aplicación de este procedimien-
pero, que presenta la región caudal en general de concentración. La mandí- minencia del talón, pero que esta to? ¿No es, por el contrario, el con-
los animales nos enseñan que ni aun bula inferior, aunque acortada t a m - misma prominencia falta en varias junto de diversas razas donde apare-
la prolongación considerable del coxis bién, pasa más allá de la superior, en tribus de África dotadas de pies igua- cen hechos de esta clase, como por
en un grupo humano con el aumento términos que el animal no puede pas- les á los nuestros; y advierte que, po- ejemplo en los perros?» 1

consiguiente de las vértebras que lo tar en los árboles. El cráneo está tan niendo la atención solamente en el De aquí es que ninguno ha podido
componen, sería suficiente para hacer deformado como la cara. No son las color, vendrían á refundirse en una dar una enumeración circunstanciada
a priori de este grupo una especie se- formas de los huesos las únicas que sola raza las que son clarísimamente de las especies humanas; unos han
parada.» 2
han sufrido alteración, pues aun hasta distintas, así como fijándose en la puesto muchas, otros pocas; unos han
las relaciones de las mismas han sido fosa olecraniana habría que confun- tenido por carácter específico lo que á
s

Finalmente, la cabeza en los hom-


modificadas, no quedando casi nin- dir en uno á los negros, á los anti- otros ha parecido simplemente indivi-
1
La fábula de los hombres cauda tos es ya en guna en su primitivo estado, como
guos habitantes de Egipto, á muchos dual; y es que ninguno de ellos tiene
nuestros dias estimada en su justo valor. Los úl- dice Mr. R. Owen. E s t a r a z a , perfec- europeos, tanto de la época neolítica un criterio fijo para distinguir las ra-
timos á quienes se bahía regalado este honroso como de la presente, puesto que en zas de las especies, atenidos como están
apéndice eran los Nyam-Nyam, habitantes del Sou- tamente asentada, no por eso deja de
dan, en África; pero el viajero Mr. Dejean, que en tener U N origen harto reciente; por- todos ellos se encuentra esta particu- todos ellos al puro morfologismo, sin
1860 los ha visto muy de cerca con sus propios
que, como ha poco decía, todos los laridad, sin embargo de pertenecer tomar para nada en cuenta los fenó-
ojos, ha sacado á los demasiado crédulos de este
error escribiendo que la pretendida cola no era sino bueyes americanos son oriundos D E
todas estas agrupaciones á individuos menos fisiológicos. La naturaleza h u -
un aparato destinado á cubrir lo que debe ir cubier- Europa. Esta raza S E ha dividido ya de razas muy distantes. mana, en todo lo relativo á las formas-
to por honestidad, y terminado por detrás en for-
ma de abanico. Zimmermann, en su obra titulada en el Nuevo Mundo E N dos sub-razas, Pero lo que trata con más deten- con que se presenta en sus individuos,
Vhomme, etc., pág. 139, pone el dibujo de este D E las cuales la una S E encuentra en ción es lo perteneciente á la talla de ofrece una verdadera continuidad, p o r
aparato causador del engaño en otros viajeros menos
advertidos. La üoníroverse de 1." de Enero del
Buenos A I R E S y tiene cuernos, al paso los diferentes pueblos del globo. Des- la cual se pasa insensiblemente de unv
año 1882, en la pág. 59, trae lostestimonios de De- que la otra, existente E N Méjico, ca- pués de reproducir el cuadro sinóptico extremo al otro más opuesto; y así es
jiiker y de La Iiéyublique Francaise, ambos muy rece D E ellos.»
del Dr. Weisbach, hace observar imposible querer ver en ella multipli-
1

poco sospechosos en esta parte, donde se confiesa


cidad de especies sin verse precisado*
paladinamente que «no hay observación alguna in- Finalmente, la tercera considera- * Quatrefages, Vespéce etc., chap. VI, pag. 42.
discutible, en favor de la cola del hombre parecida á multiplicarlas hasta el infinito.
Á la de los animales.» ción del ilustre monogenista francés i 'íí^áxpstvov es lo mismo que la cabeza salien-
versa sobre el cruzamiento y fusión te del codo. 1 Quatrefages, Vespéce humaine, pág. 4í>.
2
Quatrefages, Vespéce humaine, liv. I, uhap. V,
* Quatrefages, Vespéce, etc., liv. I , chap.V, n. 8 .
ARGUMENTOS FISIOLÓGICOS Y PSICOLÓGICOS 44Í
De aquí es que, en el estado salva- nos que diferían considerablemente
je, el cruzamiento de una especie con del suyo por toda suerte de caracte-
otra es un fenómeno sumamente raro; res. Sin embargo, en todas partes ha
tanto, que naturalistas muy distingui- mezclado su sangre con la de ellos,
dos han creído no haberse verificado dando origen á razas mestizas.» «En 1

CAPÍTULO XXXIII nunca, si bien otros afirman que esto la América Meridional, continúa en
debe entenderse solamente del reino el mismo capítulo, donde los blancos,
animal, pero no del vegetal, donde los negros y los indígenas se hallan
PROSIGUE LA MATERIA DEL CAPÍTULO PRECEDENTE. ARGUMENTOS
por circunstancias muy excepcionales desde muy antiguo en contacto, y
se han dado algunos pocos casos de donde la unión de los unos con los
FISIOLÓGICOS Y PSICOLÓGICOS QUE COMPRUEBAN LA UNIDAD
cruzamientos espontáneos. otros ha sido mayor que en otros paí-
DE LA E S P E C I E HUMANA No sucede así entre los seres del ses, hay estados enteros que tienen en
humano linaje: la unión sexual de mayoría los mestizos, y en que es
éstos es por todas partes y en todos muy difícil hallar un individuo de
sentidos fácil y sumamente volunta- pura raza. ¿Ha sido necesario usar de
ria, debiéndose tan sólo á algunas subterfugios y de precauciones para
ASEMOS ya á tratar de los argu- tuarse conservando su naturaleza i n - circunstancias muy accidentales, na- produeir estas uniones, y asegurar la
mentos fisiológicos, donde apa- tacta y en ninguna manera confundi- cidas más bien de los actos de la l i - fecundidad de los productos? Bien al
rece todavía con muchísima más evi- da con las de los otros que les rodean, bertad que de los instintos naturales contrario por cierto. ¿Son éstas la fa-
dencia la unidad específica de las di- no tienen otro recurso, sino el de re - de los individuos, el que algunos ex- cilidad y seguridad con que se obtie-
ferentes agrupaciones humanas. Los producirse por vía de generación ho- perimenten repugnancia en unirse con nen las ovicabras y los lepórides! Si se
caracteres fisiológicos los encuentro mogénea. Todo otro medio distinto de ios de raza diferente. Los odios de necesitara una prueba más para ates-
yo en ciertas acciones del género hu- éste acabaría irremisiblemente con raza, las guerras, las persecuciones tiguar con cuan grande facilidad se
mano que.ponen de manifiesto la ver- ellos; porque sin generación no hay sufridas por los vencidos de parte de mezclan y confunden los grupos hu-
dad de la tesis aquí sostenida. Estos perpetuidad posible, y sin homoge- los vencedores; el orgullo de creerse manos, yo la encontraría en uno de
caracteres son: i . ° , la espontaneidad neidad en los seres engendrantes, el algunos superiores á los de otra tribu estos testimonios, cuyo valor no puede
de los cruzamientos que tienen lugar fruto engendrado no puede menos de ó nación menos estimable, y otras ser puesto en duda, porque revelan
cada día entre todas las agrupaciones degenerar del tipo primitivo, siguién- cosas parecidas, son las que única- el resultado de una experiencia co-
del humano linaje sin la menor repug- dose de aquí la confusión general de mente impiden los cruzamientos bue- tidiana. En 1861, la legislatura cali-
nancia natural que tienda á impedir- todos los organismos, los cuales se nos y legítimos de unas razas con forniana declaró privado de sus de-
los; 2 . , la fecundidad indefinida del
0
refundirían en uno solo, á ser posible otras, oponiéndose como fuerte ba- rechos, y sometido á todas las inca-
fruto obtenido por medio de estos cru- la generación equivoca. Por eso la na- rrera á la formación de alianzas m a - pacidades constitucionales impuestas
zamientos. Ambos caracteres revelan turaleza ha provisto bien á estos in- trimoniales. Pero estos mismos obs- á los hombres de color, á todo indivi-
muy á las claras la identidad del tipo convenientes; guardadora inquebran- táculos adventicios no son bastantes duo blanco que quedara convencido
existente en todos los individuos de table así de la variedad como de la á estorbar las uniones ilegítimas y de haber cohabitado ó vivido mari-
la familia humana; porque consta, no unidad que deben formar la hermosu- pasajeras en que se da bien á co- talmente con un individuo negro,
menos por la experiencia que por el ra del mundo orgánico, empuja fuer- nocer la fuerza poderosa de los ins- mulato, chino ó indio. La prensa local
raciocinio filosófico, que tales propie- temente á los seres á reproducirse de tintos innatos causadores de la gran- ha proclamado bien alto que esta me-
dades no corresponden sino á seres suerte que no se alteren los caracteres de facilidad que en sí mismos ex- dida tenía por objeto impedir la fusión
de una misma especie. Hablemos de esenciales de .su particular especie. perimentan todos los hombres para de las razas.
cada uno de ellos en particular. Para lo cual, al paso que les imprime • unirse sexualmente con los de toda »¿Es de especie á especie como se
una repugnancia suma á juntarse con clase de razas. ven obligados nuestros educadores de
La espontaneidad de los cruza-
mientos, así en el reino animal como los de especie diversa, los aguijonea «Desde que Colón abrió la era de animales á tomar precauciones seme-
en el vegetal, es un indicio manifies- á formar uniones con los de la suya los grandes descubrimientos geográfi- jantes ? ¿ O sucede esto tan sólo de
to de la comunidad de especie; por eso propia, siendo éste el impulso que cos, escribe el ilustre Quatrefages, el raza á raza?»
Cuvier la puso entre los distintivos más fuertemente suelen sentir todos blanco, este término superior extre- El argumento del sabio francés no
específicos más seguros y evidentes ellos, si se exceptúan las necesidades mo de la humanidad, ha penetrado en puede ser más concluyente. La espon-
que podemos tener en esta materia. imperiosas de la vida propia é indivi- todos los países del globo. Por todas
Los seres organizados, para perpe- dual de cada uno. partes ha encontrado grupos huma- 1 (Jualrofajius, Vespéce humaine, i-ap. IX, 11. 1.
QUE COMPRUEBAN LA UNIDAD D E LA E S P E C I E HUMANA.
442 ARGUMENTOS FISIOLÓGICOS Y PSICOLÓGICOS
globo. Y eso que en este cálculo no
1
nuamente se está renovando la sangre
taneidad suma en la unión de las r e - se han visto nacer cabritillos de la entraban sino los mestizos de ori- de los mismos con el advenimiento de
feridas agrupaciones, y el resultado unión del morueco con la oveja, ni gen reciente conocidos históricamente nuevos europeos á los lugares en que
cierto y constante de irse ellas con- corderos de la del cabrón con la cabra, como tales, dejando aparte otros mu- ellos moran, y no faltan casos en que
fundiendo hasta llegar finalmente á siendo así que á veces de dos blancos chos pertenecientes á otras edades, y la esterilidad de los matrimonios con-
perderse y quedar fundidas en una sale un negro, y de dos negros ó de cuyo origen no es tan manifiesto. De traídos por personas de diferentes
sola, son fenómenos que tienen siem- dos mulatos un blanco. los documentos publicados por Ri- razas habla muy alto en contra del
pre lugar en las razas, pero nunca en ¿Con qué certeza, pues, no debe- chard en 1824 y 1830, resulta que la monogenismo.»
las especies. Si las razas de perros, mos afirmar que todos los individuos población total de Méjico, de Guate- Estas son en sustancia las reclama-
de gallinas, de caballos, etc., etc., se de la familia humana pertenecen á mala, de la Colombia, de la Plata y ciones que hacen estos autores en con-
conservan puras, esto no es debido una misma especie, cuando á la faci- del Brasil era entonces de diez y seis tra de los hechos poco ha menciona-
sino al sumo cuidado y precaución lidad suma con que todos ellos se millones cuarenta y seis mil y cien dos. Pero abundan los argumentos
del hombre que tiene interés ó gusto juntan indistintamente, sin artificio habitantes, y que el número de mes- con que podamos responder satisfac-
en conservarlas, impidiendo el cru- alguno por parte de la razón calcula- tizos pasaba de la quinta parte de toriamente á estos infundados asertos.
zamiento de unas con otras. Por el dora, vemos agregarse la fecundidad todos ellos. Aún más: en Méjico el Los griquas , mestizos de holandeses
contrario, cuando se trata de cruza- como fruto constante de estas unio- número de mestizos iguala al de los y hotentotes, se conservaron y propa-
mientos de especies, el cuidado y di- nes? Todo el mundo sabe que la unión blancos; en la Colombia es sensible- garon puros sin mezcla ni renovación
ligencia se necesitan, no para impe- del negro con el blanco es siempre y mente mayor, y en Guatemala más
en todas partes fecunda. Por donde de sangre durante siglo y medio, ó sea
dirlos, sino para producirlos. que doble. En orden á los mestizos
2

desde el año 1650 hasta principios de


Esta razón, tomada de la facilidad quiera que ha pasado el blanco, y h a de los Estados Unidos, dice Mr. Bro- este siglo, en que se unieron y forma-
suma con que se ejecutan los cruza- pasado por casi todos los lugares de la ca, rechazando los vanos temores ma- ron un solo pueblo en Griqua-town
mientos entre todas clases de agrupa- tierra, ha dejado rastros de su pre- nifestados por algunos poligenistas, con varias agrupaciones de koranas,
ciones humanas, es, como se ve, con- sencia en las razas mestizas, debidas de que una tan grande mezcla de namaquois y hotentotes, convertidos
vincente; pero todavía recibe mayor en gran parte á su ilícito comercio razas como allí tiene lugar traería como ellosal cristianismo. He aquí un
fuerza cuando se la considera acom- con los naturales del país. E n la consigo la extinción de la República caso bien patente de una verdadera
pañada de otra también muy podero- América Central y Meridional existen por medio de la esterilidad de las mu- raza de mestizos capaces de propa-
sa, fundada en la fecundidad perenne uno junto á otro los tres tipos prin- jeres, las siguientes palabras: «Cuan- garse indefinidamente sin renovar su
del fruto obtenido con las tales unio- cipales del género humano, y estos do la población , la prosperidad y la sangre acudiendo á los troncos pri-
nes. Facilidad suma en la unión tres tipos se han unido de todos los pujanza de esta nueva Europa van mitivos.
sexual y fecundidad constante, son modos posibles, resultando siempre tomando continuas creces con una En el Brasil habitan los cafusos, hi-
señales inequívocas de la unidad de las alianzas fecundas. Allí se ve nacer rapidez sin igual en la historia, no es jos de indias y de negros escapados de
especie. Con todos los esfuerzos hu- al zambo junto al mulato y al mamelu- tiempo muy oportuno para poder pres- los establecimientos europeos. Estos
manos, que han sido grandes á ma- co, todos ellos mestizos de pueblos di- tar fe á un pronóstico semejante . 3

mestizos conservan y propagan su raza


ravilla, no se ha podido obtener nunca ferentas. Donde quiera que se halla »Los poligenistas, sin embargo , á sin mezclarla con otra ninguna, vi-
esta fecundidad, tratándose de espe- una raza en contacto con otra, se ve- pesar de estos hechos tan palpables, viendo solos y separados en las solita-
cies. El fruto obtenido por el tal cru- rifica este mismo fenómeno, ya por gritan contra la fecundidad indefinida rias llanuras que les hizo buscar el
zamiento, ó es absolutamente estéril, medio de alianzas matrimoniales, de los tales cruzamientos; y mientras, amor de su propia libertad. S P Í K y Mar-
ó tiene una fecundidad efímera, que cuando á ellas no se oponen las pre- contra toda razón , se empeñan en tius, viajeros alemanes muy inteligen-
desaparece al cabo de algunas genera- ocupaciones de razas ó las creencias proclamar la existencia de verdaderas tes, que los han visitado, hacen deellos
ciones, volviendo los seres así produ- religiosas , ya al través de acciones razas de híbridos entre los animales, la descripción siguiente. «Su aspecto,
cidos á uno de los dos tipos primitivos, ilegítimas y reprobadas por la moral. niegan rotundamente la de los mesti- dicen, tiene algo de extraño , que no
ó bien á los dos; de forma que ya no No han pasado todavía cuatro si- zos entre los hombres. L a decantada puede menos de chocar fuertemente a
tiene en sus venas sino la sangre de glos desde que comenzó el cruza- fecundidad de los mestizos, dicen, no un europeo. Tienen el talle esbelto, y
una sola especie. En los casos de ata- miento moderno de las razas h u - es más que aparente , porque conti- sin embargo, su cuerpo es musculoso.
vismo el producto conserva alguna manas, y ya Mr. d'Omalius , hace
Su tinte es de un color cobrizo que
sangre de sus antepasados, puesto que algunos años , computaba en unos 1
V. De Quatrefages, Vespéce humaine, cliapi-
tira á moreno. En general sus faccio-
es capaz de dar origen á seres seme- dieciocho millones el número de lVeXXIÜ,n. 2 .
!
Poz/.y, La ierre el le récil biblujue, Appenüicc, nes se aproximan más á la raza afri-
jantes á ellos; mas en los de vuelta mestizos á la sazón existentes, los par. 3.", pág. 509. cana que á la americana. Tienen la
espontánea al tipo primitivo, observadocuales forman una parte muy c o n - 3
Broca, licclicrches sur Vhibridilé, pág. oOfJ,
traído por Pozzy en el lugar citado. cara ovalada, altos los juanetes de las
en los híbridos, no sucede así. Jamás siderable de la población total del
30
444 ARGUMENTOS FISIOLÓGICOS V PSICOLÓGICOS QUE COMPRUEBAN LA UNIDAD D E LA ESPECIE HUMANA.

mejillas, pero no tan anchos como los tianos y de quince tahitianas. Allí los «trario. Nott advierte que sus observa- lugares, críen en ellos unos hijos en-
de los indios; la nariz ancha y acha- blancos se condujeron como tiranos, ciones no habían sido hechas sino en debles y poco ó nada fecundos? Los
tada, pero no arremangada ni muy y en consecuencia de esto estalló la la Carolina del Sur, y que en la L u i - mismos holandeses no perpetúan su
arqueada; la boca grande, con labios guerra de razas. En 1793 , la pobla- siana, la Florida y la Alabama los raza en Batavia, y se hacen estériles
gruesos, pero iguales y nada salientes, ción había quedado reducida á cuatro mulatos son robustos y fecundos, no | algunas veces desde la segunda gene-
cosa que también acaece á la mandí- blancos y á diez tahitianas. Bien sólo en sus alianzas cruzadas, mas ración. Este fenómeno de esterilidad
bula inferior. Mas lo que á estos mes- pronto se volvió á encender la guerra también en las directas. El doctor acontece también en Egipto con los
tizos comunica un aire sumamente entre los cuatro jefes de la colonia; IVAIÍ, que es quien había notado el mamelucos originarios del Cáucaso,
extraño es la enorme cabellera crespa, por fin, Adams fué el único que quedó mismo fenómeno de esterilidad en los los cuales nunca han podido natura-
q u e se levanta perpendicularmente de todos ellos. Mas las uniones h a - mulatos de Java, escribió á Mr. de lizarse en aquella región. «Al verles
cosa de pie y medio sobre la altura de bían sido fecundas: los primeros mes- Quatrefages que él no había señalado subsistir por espacio ya de algunos si-
la cabeza , formando una especie de tizos crecieron y se casaron entre sí, este hecho sino como una mera ex- glos, escribe Volney á este propósito,
peluca tan extraordinaria como sucia. á lo cual se siguió numerosa prole. cepción, en contra de la cual está la cualquiera creería que se han repro-
Este tocado singular , que á primera En 1825 1 l capitán Becchey halló
e
fecundidad general de otros países ducido allí por medio de la genera-
vista parece más bien un producto del en Pitcairn sesenta y seis individuos. Mr.Hombron, aunque partidario de la ción; mas si su primer establecimien-
arte que no una cosa natural , excita Hacia el fin de 1830 habían subido pluralidad de especies, escribe dicien- to en aquellos lugares fué una cosa
la idea de la plica polonesa; y sin em- éstos hasta ochenta y siete. En 1856 do: «En nuestras colonias, las n e - singular, el modo que tienen de per-
bargo , no encierra en sí enfermedad se contaban ya ciento noventa y tres. gras y los blancos ofrecen una fecun- petuarse no es menos extraño. E n los
alguna , sino que es un simple efecto No obstante las condiciones deplora- didad mediocre;» pero «las mulatas 150 años que llevan ya los mamelu-
del doble origen de los cafusos. Su bles del principio, la raza mestiza de y los blancos son extremadamente cos en Egipto, ni uno solo ha tenido
cabellera , en efecto , ocupa un lugar Pitcairn se había, por consiguiente, fecundos, así como también los mu- línea subsistente, no habiendo entre
medio entre la lana del negro y los doblado en veinticinco años, y casi latos y las mulatas.» «Aun en el ellos familia que pase de la segunda
5

cabellos largos y tiesos del america- triplicado en treinta y tres. Ahora mismo golfo de Méjico, prosigue Qua- generación: todos sus hijos perecen
no.» Ya tenemos otro caso de una
1
bien; Inglaterra, que es el país más trefages después de transcribir este en la primera ó en la segunda edad.
raza nueva de mestizos humanos do- afortunado de Europa por esta parte, testimonio, los mulatos, según mis- Los otomanos están casi en el mismo
tados de fecundidad indefinida sin re- no dobla su población sino en cuaren- ter Rufz, están bien desarrollados, caso, y se observa que no tienen otro
novación de sangre. Los papuas en la ta y nueve años. Así, los mestizos de -son fuertes, despiertos, más aptos que medio para precaverse contra él sino
Nueva Guinea ofrecen un ejemplo se- las polinesianas y de los ingleses ex- los negros para los trabajos industria- tomar esposas del país, cosa que los
mejante: las islas llamadas Marque- patriados han pululado en Pitcairn les, y muy lascivos.» Según Mr. An- mamelucos no han querido hacer nun-
sas, despobladas de sus antiguos ha- cerca de dos veces más que los anglo- dain, en la República de Santo Do- ca por cierta especie de orgullo. Sus
bitantes por un mal misterioso que sajones puros colocados en su país mingo «la tercera parte es de negros, mujeres son, como ellos, esclavas
ataca á los moradores de la Polinesia, natal '. y las otras dos de mulatos con un in- georgianas, mingrelianas, etc., trans-
son pobladas de nuevo por mestizos En vista de esto, poco pueden va- significante número de blancos:» des- portadas de su país natal á aquellas
de otras partes. En toda la zona lito- ler las objeciones de nuestros adver- de muy largos años esta población no regiones. Expliqúese cómo unos hom-
ral del Sur las poblaciones mestizas sarios cuando dicen que en la Caroli- es alimentada por extranjero alguno bres bien formados, casados con e s -
se desarrollan rápidamente, sin dar el na del Sur, en la Jamaica y en Java que vaya á ella de ninguna parte: ella posas sanas, no pueden naturalizar á
más mínimo indicio de la esterilidad los mulatos son endebles y enfermi- se basta á sí misma . 3

orillas del Nilo una sangre formada


imaginada por los poligenistas. zos, y que su fecundidad es en tales al pie del Cáucaso, y téngase presen-
Es muy natural que en Java, en la
Pero lo que con más claridad prue- términos limitada, que sólo se extien- Jamaica y en otros lugares análogos te al mismo tiempo que las plantas
ba la verdad de la doctrina que al de á tres ó cuatro generaciones. L a sean los mulatos débiles y poco fe- de Europa se niegan igualmente á
presente nos ocupa, es lo sucedido en explicación de este fenómeno es muy cundos. Todos estos países son muy conservar allí su especie '.
el islote Pitcairn. «En 1789 , escribe fácil, debiendo ser atribuido, no á una malsanos para los extranjeros. ¿Qué En cambio, en otros lugares el cru-
de Quatrefages , á consecuencia de diferencia específica entre el blanco y maravilla, pues, que el blanco y el zamiento de razas es extraordinaria-
una revuelta, nueve marineros ingle- el negro, sino á meras circunstancias negro, ambos extraños á los referidos mente fecundo. Si en Malaca las
ses fueron á establecerse en el peque- locales. Los mismos autores que nos alianzas de los holandeses con las
ño islote de Pitcairn , en el Océano objetan estas cosas confiesan que en 1
Quatrefages, loco cítalo, núm. 3, pág. 198. malayas prosperan muy poco, en el
Pacífico , acompañados de seis tahi- otros lugares se observa todo lo con- -i
llombron, De l'liomme dans ses rapports avec
la création (ciladü por Quatrefages en el lugar ijite 1 Volney, Voyage en Syrie et en Egypte. Pa-
' Quatrefages, L'espéce humaine, eliap. X X I I I , acabamos de menciona-I. rís, au. V I I in 8.", lomo I , pág. (Citado por
1
Prichard, Hisí. nal, de l'homme, l. 1, pág. 27. num. 2, pág. 197. a
Quatrefages, lod. .,ialo. Po/./.y, /.« Ierre, etc., pág. 520.)
446 ARGUMENTOS FISIOLÓGICOS Y PSICOLÓGICOS QUE COMPRUEBAN LA UNIDAD D E LA ESPECIE HUMANA. 44?
Cabo de Buena Esperanza estos mis- | de la tesis que estamos defendiendo. «como los váidas, ora no coman sino de las diferentes agrupaciones hu-
mos holandeses, unidos á las hoten- Las principales funciones de los seres- «legumbres, como los sacerdotes de manas los podemos comprender bajo
totas, han dado origen á los griquas, vivientes tienen su modo común y «Buddha, ora, finalmente, usen estas los nombres de facultades perceptivas y
que se desarrollan prodigiosamente. uniforme en todas las variedades de «dos clases de alimentos, como los afectivas; porque con ellos vienen sig-
En el mismo Malaca y en todas sus cada especie, pero no en las especies «europeos.» Estas observaciones han nificados así los actos de los sentidos
1

colonias intertropicales, los portugue- diferentes. Así, entre los mamíferos, sido hechas en Inglaterra, en el Cabo como los de la inteligencia, y no me-
ses, para valerme de la misma frase por ejemplo, cada especie tiene su de Buena Esperanza, en la Isla de nos los afectos espontáneos del cora-
usada por Mr. Godron han pululado época propia para la generación, sus Francia, en la India y en Ceilán, en zón que las acciones libres de la vo-
como langostas. días marcados para la gestación, su- soldados ingleses, en hotentotes, en luntad , en lo cual está encerrado
No son las causas físicas solamente número de hijos en cada cría , su negros de Mozambique, y en la costa cuanto sobre esta materia podemos
las que han influido en la esterilidad tiempo determinado para amamantar- occidental del África, en negros albi- imaginar é inquirir.
de las uniones arriba indicadas. La los, etc., etc., sin que en esto sea po- nos, en sacerdotes de Buddha, en Comenzando, pues, por las faculta-
inmoralidad de los jamaiqueses y de sible confundir una especie con otra; váidas, en cipayos, en cingaleses y en des perceptivas, los enemigos del rao-
las otras colonias europeas ha con- al paso que todas las variedades de malayos. El término del crecimiento nogenismo han exagerado extraordi-
tribuido no poco á producir este efec- una sola especie concuerdan perfecta- completo varía en los animales de nariamente el embrutecimiento de al-
to. «Tómense en cuenta, escribe á mente entre sí. Ahora bien; en todas una especie á otra; en todas las razas gunos pueblos, pretendiendo inferir
este propósito Mr. de Quatrefages, los las razas humanas se observa una humanas es fijo. La duración media de este fenómeno que algunas razas
pormenores poco numerosos, pero perfectísima armonía por esta parte. de la vida es en todas las variedades son incapaces de civilización y, por
muy significativos, dados por algunos La mujer de todos los climas y países- humanas la m i s m a ; y se encuen- consecuencia, diferentes también de la
viajeros sobre la existencia de los es capaz de concebir en cualquiera tran en todas, aun en las intertro- nuestra. Los negros, los bosquimanos
europeos en las colonias, señalada- parte del año: el tiempo medio de la picales, ejemplos de longevidad ex- y los australianos son los que más
mente en la Jamaica; confróntense gestación» es en todas partes de nueve tremadamente notables. Prichard cita abundante materia han prestado á sus
estos datos con los que suministra la meses '; el de la pubertad, aunque un gran número de ellos entre los apasionados discursos. Al pintar con
observación cotidiana, y las cuestio- algún tanto vario según los lugares negros.» 1

tan negros colores á los infelices in-


nes de cruzamiento y de aclimatación y los climas, es también, con poca Viniendo ahora á los caracteres dividuos de estas razas degradadas,
se esclarecerán á maravilla. Al fulgor diferencia, el mismo en todos ellos, psicológicos, es cosa manifiesta que olvidan estos escritores las lecciones
de la lumbre así producida, será bien si bien en todas las razas se encuen- en ellos no hay diferencia alguna de la historia, y apartan voluntaria-
forzoso reconocer que la muerte de tran ejemplos de precocidad y de re- esencial entre los numerosos pueblos mente los ojos del estado lamentable
los padres, la extinción de sus des- traso ; el intervalo que separa las
a

de la tierra: nueva razón para concluir en que se encontraban al advenimien-


cendientes, no son sino la consecuen- épocas catameniales es también entre que todos los individuos humanos per- to del Cristianismo, y aun algunos si-
cia y el castigo del deplorable medio ellas generalmente el mismo, siendo tenecen á una misma especie. Los glos más tarde, los pueblos que ahora
moral que ellos se han formado y en esta parte mayor la diferencia de Escolásticos en estos solos caracteres brillan con todos los esplendores de
donde ellos han vivido.» Esto es lo persona á persona que de pueblo á
2
se fundaban paara afirmar que todos la civilización europea. ¿Qué eran los
que ha sucedido con el pequeño núme- pueblo .
3

los hombres son específicamente unos, galos en tiempo de los romanos? ¿Qué
ro de indígenas que han quedado en Además, la temperatura del cuerpo y procediendo de este modo obraban los alemanes y los prusianos? Hordas
Nueva Holanda después de la horri- humano, el término medio de su cre- con profunda filosofía. El elemento salvajes que algún poligenista de en-
ble carnicería que con una guerra de cimiento, la duración media de la formal es el que especifica á los seres, tonces habría calificado de especies
exterminio hicieron en aquella región vida, nos suministran el mismo argu- no el material, que es determinable de naturalmente inferiores á la nuestra.
los europeos. En su estado de miseria mento. «De las laboriosas investiga- suyo y sujeto á variaciones continuas. Ahora caminan tan ufanos todos ellos
y de envilecimiento se entregan á la ciones del docto John Davy, escribe Por eso decían también los antiguos por la senda del progreso, que se tie-
prostitución y al infanticidio, trayen- Godron, resulta que «los hombres de que la forma da el ser á la cosa, y que nen por la gente más civilizada del
do en torno suyo la esterilidad deso- «diversas razas, colocados en circuns- ella en sí misma es el principio de las mundo entero. Los pueblos tienen sus
ladora. 3
«rancias semejantes, tienen exacta- fuerzas y de las propiedades del ser. For- altos y bajos en el camino de la civi-
Pero aún hay otros caracteres fisio- »mente la misma temperatura; ora se ma dat esse rei: forma est principium lización, como los tienen las familias
lógicos que vienen en confirmación «alimenten exclusivamente de carne, virium et proprietatum entis. en los bienes de fortuna y los indivi-
• Godron, De Vespéce ct des races, lomo I I ,
1
Alox. d'IIumboldl, Ynijagc aux régions cijui- Todos los caracteres psicológicos duos en la salud de sus cuerpos.
cliap. IV, pág. :iü2. no.riales du Novcau Continent, tomo I I I , pág. 293. Mas no se crea que las gentes poco
4
Qualri'fagi's, loen cítalo, n. 4, páginas 198-109. * Holierlson, Ed.imburqh medical and surgirá} ' Jolm Davy , Anuales de chintie el de plu/si-
3 Pozzy, Iai ierre, ote., Appcndice, par. 3.°. journal, 1832, tomo XXXVTI1. <Jiic, 1821). lomo XXXIII, p:ig. 181.
ha mencionadas hayan llegado á un
))ag. Íí21, ,:!
Hnflbn, Hisl. nal., tomo 11, pág. 490. 2
Godron, loco eilalo, págmas 399-400. grado tal de estupidez, que no den
QUE COMPRUEBAN LA fNIDAD J>B L A ESPECIE HUMANA. - 1 4 9
448 ARGUMENTOS FISIOLÓGICOS Y PSICOLÓGICOS

señal alguna de inteligencia. Ellas El mismo Mr. Berard, cuyo testi- la raza negra han provenido del esta- perioridad intelectual y moral mere-
también, como todos los hombres de monio á nadie puede ser sospechosa do deplorable en que tienen los euro- cen tanto más nuestra atención, cuan-
todos los tiempos, saben progresar y en esta materia, hablando de mon- peos en sus colonias á estos infelices, to que no es hija del estudio, porque
hacer cada día con perfección mayor sieur Schoelcher, diligente observador tratándolos como bestias de carga, y generalmente estas gentes suelen ca-
las obras á que especialmente se de- de la raza negra, se expresa en estos no teniendo el menor cuidado de su recer de instrucción. Toda ella está
dican. No tienen universidades, ni términos: «Su arsenal, donde tuvo la educación moral. No sucede así en fundada en el contacto que tienen es-
grandes fábricas, como los europeos; amabilidad de introducirme, podía sus lugares propios, donde habitan tos negros con un medio más civili-
pero trabajan con admirable arte los pasar por una suerte de bazar ó expo- las gentes de este color; pues allí no zado. Los que logran allí la rara oca-
instrumentos que les convienen, y sición de los progresos de la industria faltan hombres de despierto entendi- sión de instruirse en las artes y en las
hacen otras muchas cosas que ningún negra. Difícilmente podría yo decir miento, si bien otros no han sido en ciencias, muestran aptitud natural
europeo es capaz de ejecutar. Yo mis- ahora todo cuanto vi en aquel lugar; esto tan afortunados. «Es cosa bien para ellas, y una perseverancia nota-
mo he visto con mis propios ojos la instrumentos de labranza armados de cierta, escribe el sabio naturalista Go- ble. En las colonias inglesas de Amé-
cabeza de un indio reducida á las pe- hierro; telas, unas elegantes y lige- dron, hablando de la isla de Haití, que rica, los jóvenes negros se muestran
queñas dimensiones del puño de un ras, otras más sólidas, todas, final- los habitantes de la antigua parte tan estudiosos y tan capaces como
hombre, sin perder su hermosa cabe- mente, tejidas y pintadas con los más española de esta reina de las Antillas los blancos. En Tombuctu los negros
llera ni borrársele las facciones con brillantes colores; ornamentos diver- son muy superiores á los de la parte se hallan en estado de leer el Alco-
que era caracterizada en vida. ¿Quién sos; brazaletes de oro macizo traba- francesa, y esta preeminencia debe ser rán, y aun lo aprenden de memoria;
enseñó al salvaje, que así hizo con- jado con bastante habilidad; empleo atribuida á las maneras infinitamente para su correspondencia comercial
traer sus dimensiones por medio del frecuente del cuero barnizado para el más suaves y más paternales de los con Jenne, hacen uso de la escritura.
fuego, á reducir á menor volumen la vestido y para, el calzado; sables de amos españoles en orden al trato de Esta raza de hombres, que algunos se
cabeza del hombre sin desfigurarla hierro, manuscritos, etc.: he aquí lo sus esclavos. Los documentos presen- complacen en presentárnosla tan em-
siquiera? El ejercicio de su razón, que será presentado en testimonio de- tados en 19 de Mayo de 1829 al Par- brutecida, ha producido, sin embargo,
que, aplicada á un solo objeto deter- la civilización de ciertas tribus negras. lamento inglés, prueban la inmensa hombres distinguidos. Blumenbach y
minado, sabe encontrar medios para En verdad (continúa Mr. Berard), se superioridad de inteligencia que tie- Bory de Saint-Vincent hacen una
obtener lo que desea. Los salvajes objetará á Mr. Schoeicher que no to- nen los hijos negros nacidos de los enumeración de ellos; nosotros cita-
del Ecuador, para ostentar la fuerza dos los que tienen el color negro son libertos en la colonia de Sierra-Leo- remos solamente á Amo, á Capitán,
de su brazo, suelen conservar las ca- de raza negra ó etiópica; que los na, en comparación de los que toda- á Santos Louverture, á Cristóbal y á
bezas de sus enemigos vencidos cuan- ashantis, los mandingos, los yolofs, vía son esclavos. Sin embargo, unos Manzano. A esta lista podemos aña-
do éstos han sido muy notables; y los habitantes de Tombuctu, de y otros habitan un mismo país; mas dir el negro Lillet-Geoffroy, hábil
como las tales cabezas en su magni- Haúsa, de Kachena, etc., no deben unos se han quedado en el estado de matemático, corresponsal de la Aca-
tud natural les serían muy engorro- confundirse con «esos negros de man- esclavitud y de ignorancia, y los otros demia de Ciencias de París. Para juz-
sas, procuran reducirlas á menor díbulas salientes, de cabellos cortos y han recibido un comienzo de educa- gar de la inteligencia de la raza ne-
volumen, lo cual consiguen maravi- crespos, de barba rala, de frente apla- ción moral y religiosa. Vense clara- gra, se puede consultar con interés la
llosamente sirviéndose de un procedi- nada, de miembros desmesuradamen- mente en esta primera edad de la ci- obra del abate Gregoire sobre la lite-
miento á ellos solos conocido '. ¿Puede te largos, de pantorrilla plana, de vilización, no sólo adquirir más des- ratura de los negros. Pero donde
hacerse esto sin inteligencia, y sin dorso encorvado, de talón prominen- arrollo las cualidades intelectuales, principalmente conviene estudiar las
una inteligencia tan penetrante como te, verdaderos elementos de la pobla- sino también hacerse transmisibles naciones negras es en el lugar donde
la del artista europeo? Otro tanto su- ción africana que está sin civilizar.» estas cualidades, en cierta manera, tienen su propio asiento y donde
cede con ciertas obras de industria de Yo mismo he hecho á Mr. Schoelcher por medio de la generación. Los ne- gozan de su natural independencia.
los australianos. «Mr. Perron, escribe esta objeción; pero él me ha respon- gros nacidos en el Brasil tienen una Entonces es cuando se advierte que
Pozzy, trajo de Australia una hacha dido que los negros entre quienes había inteligencia mucho más desarrollada hay entre ellas tanta variedad como
de piedra unida á un mango por me- recogido todos los productos citados, te- que la de sus paisanos que son trans- entre nosotros; que las diversas agru-
dio de una masa tan dura y fuerte, nían las mandíbulas salientes, el ángulo- portados allí desde el África; Mr. de paciones negras presentan diferencias
que excitó la admiración y el asombro facial agudo y los cabellos lanosos.» 1 Lisboa ha conocido negros criollos importantes entre sí, tanto en lo mo-
de todos nuestros químicos.» - dotados de las más felices cualidades, ral como en lo físico; que algunas de
La mayor parte de los juicios des- así intelectuales como afectivas, y ca- ellas tienen sus facultades muy poco
favorables que se han formado sobre paces del más fino y acendrado amor desbastadas y otras muy bien educa-
' Si no estoy nial informado , los europeos ya á sus amos. Pero esto proviene de que das; y, por consiguiente, que hay en-
han llegado, por lin, á arranear en esto á los salva-
jes su secreto.
1
llerard, Cours Je Pliysiologic, pág. 411. (CV se les trata con humanidad, y su su- tre ellas variedades inferiores y supe-
2 Pozzy, La Ierre, etc. Appendice, pág. 487. lado por Pozzy, pág. 484.)
450 ARGUMENTOS FISIOLÓGICOS Y PSICOLÓGICOS QUE COMPRUEBAN LA UNIDAD DE LA E S P E C I E HUMANA. 451
riores.» Hasta aquí las palabras de
1
de éstos al territorio africano, no co- tros antepasados como nosotros juz- Kolbe, que ha tenido ocasión de ob-
Mr. Godron. nocían el robo, según Isert. T a n t a 1
gamos con harta frecuencia de las ra- servarlos, no los cree en esta parte
Los que así obran y en tales actos los hijos á los padres, como éstos á zas extranjeras, hubieran hallado en- inferiores á la generalidad de los otros
se ejercitan, bien podemos decir con sus hijos, les profesan un amor en- tre ellos no pocas señales de infe- mortales. Entre otras cosas, asegura
toda verdad que son tan hombres trañable y verdaderamente apasiona- rioridad, comenzando por este tinte haber conocido á varios que entendían
como nosotros, y que no pertenecen á do. Condiciones son éstas muy bue- blanco de que nosotros tanto nos glo- perfectamente el holandés, el inglés
una especie inferior á la nuestra, si- nas para entrar en la senda de la ver- riamos, y que ellos habrían podido y el portugués; esto no se hace sino
quiera se hallen generalmente en un dadera civilización, harto mejores, por mirar como una especie de enferme- con un grado más que mediano de in-
grado de civilización que no llega, con cierto, que las de la culta Europa, dad irremediable.» 1
teligencia. Además, dice este autor
mucho, al de los europeos. ¿Quién quien, hastiada de todo lo espiritual Los bosquimanos, es verdad, se las palabras siguientes: «Todos los
sabe si, andando los tiempos, abrirán y divino, corre ardorosa en pos de hallan actualmente en un estado de días vemos á estos hombres emplea-
un día los ojos á la luz de la verdad todos los placeres mundanales, como degradación notable. Pero para juz- dos por los europeos en negocios para
cristiana, y entonces, al calor benéfico si no hubiera otra cosa mejor que de- garlos convenientemente es preciso los cuales son necesarios talento y
de nuestra sagrada Religión, produci- sear sobre la tierra. mirarlos, no como se encuentran hoy juicio. A s í , un hotentote llamado
rán aquellas almas ahora inertes los Los negros, finalmente, creen en día, sino como eran al tiempo de es- Cióos era á quien Mr. Van der Stel,
frutos de bendición que ennoblecen la Divinidad como todos los demás tablecerse por primera vez los holan- el último gobernador del Cabo, em-
las inteligencias y las levantan á la pueblos de la tierra, siquiera se for- deses en el Cabo de Buena Esperanza. pleaba en el negocio de comprar ga-
sublime altura de los pueblos civili- men con su ignorancia y vanas su- En aquella época los bosquimanos nado en las tribus más apartadas, y
zados? Quizá cuando esto suceda, la persticiones falso concepto de ella. formaban una simple rama de la na- rara era la vez que volvía este hom-
ilustrada Europa, que tan ufana se Todo este conjunto de cualidades ción, entonces muy numerosa, de los bre de su comisión sin haber obteni-
muestra hoy día en sus adelanta- psicológicas de la raza negra está in- hotentotes; y vivían, como ellos, muy do felices resultados.» Una cosa se-
1

mientos materiales, al paso que mira dicando con toda claridad que los ne- cómodamente dedicados al pastoreo mejante escribe Godron de otro go-
con desprecio las verdaderas fuentes gros pertenecen á nuestra misma es- de sus ganados, y divididos en diver- bernador llamado Gensses. «El joven
de la civilización colocadas en el seno pecie, y son capaces de ir creciendo sas tribus, regidas cada una con el bosquimano, dice, á quien dio acogi-
del Catolicismo, habrá recorrido el en la verdadera civilización como nos- gobierno patriarcal de sus jefes. Mas da en su casa este gobernador, estaba
círculo de las humanas miserias y otros. Si bien por lo que hace á la perseguidos, por una parte, como bes- dotado de una inteligencia bastante
se encontrará en un estado semejante cuestión de la unidad específica de tias fieras durante largo tiempo por notable, y llegó á aprender con la ma-
al que ahora agobia así al Egipto que vamos tratando, ninguna necesi- los holandeses, y oprimidos, por otra, yor facilidad el holandés y aun un poco
como á los pueblos de Oriente. Tam- dad tenemos para demostrarla de pro- con continuas guerras por los cafres, de inglés.» -
bién éstos brillaron, cuando Europa bar que los negros son tan aptos y tan capitales enemigos suyos, se han vis- En vano se respondería á esto, con
entera estaba sumida en la rudeza de dispuestos para las ciencias como los to precisados á retirarse á lo interior Berard, que nada prueban estas excep-
la barbarie; y cayeron después de su europeos. ¿Cuántos hay entre estos de los desiertos, y á llevar allí entre ciones, como no prueba el talento de
altura por haberse obstinado en se- segundos que son naturalmente inca- rocas y zarzales una vida pobre y des- Newton y de Voltaire que todos los
guir la senda del vicio, por donde co- paces en materia de ciencias, y sin graciada. Esto ha dado origen al mis- ingleses y todos los franceses son hom •
rre ahora ella desenfrenada sin hacer embargo de ninguna manera los po- mo nombre que ahora llevan, que no bres de gran inteligencia. Porque, á
caso de la religión ni de la moral. demos poner en una especie diferente quiere decir otra cosa sino hombres quien así arguyese, fácilmente le re-
Ciertamente los pueblos africanos de la blanca? que habitan en las breñas. Esta vida plicaríamos que así como el talento
no carecen por completo de aptitud A juzgar de otro modo, los egip- miserable y llena de continuas priva- de Newton y de Voltaire no es bastan-
para recibir el Evangelio. Son gene- cios hubieran podido afirmar en los ciones es la que los ha traído al esta- te para hacer de estos dos hombres
ralmente buenos y muy hospitalarios, tiempos pasados que los negros son do de degradación presente; que sabi- una especie distinta de la nuestra, así
y consideran los actos de esta espe- por naturaleza superiores á los blan- do es cuánto influye el género de vida tampoco el de los dos bosquimanos
cie como imperados por el deber, más cos. «Todos los europeos, escribe sa- para producir degradaciones de esta mencionados lo será para distinguir-
bien que recomendados por la virtud. biamente Quatrefages, eran unos ver- especie. los de la especie hotentota. Por donde,
Por naturaleza son de costumbres daderos salvajes cuando ya los chinos Mas no se crea'que la degradación constando con toda evidencia que es-
suaves, cuando á lo contrario no les y egipcios estaban civilizados. Si es- de estos hombres es tan grande, que tas dos personas del Cabo son de
empujan las injusticias y los artificios tos últimos hubieran juzgado de nues- no se encuentren entre ellos personas nuestra misma especie, con la misma
de los europeos. Antes de la llegada de despejada inteligencia. El viajero evidencia se ve también que todos los
1
Iserl, Vüi/iujes en Guiñee el dans les ¡les Ca-
1
Gotlron, De Vespéce et des enrieles, fie., t. I I : ruihes en Amériqne, INUL. franr. París, 1791!, pá-
1
Quatrefages, Vespéce humaine, cliap. X X I X , t V. Pozzy, La (erre, ele., pag. i8f>.
pág. 220. gina 200. pag. 2G0. * (¡mirón, De Vespéce, etc., tumo I I , pág. 2IH.
(

452 ARGUMENTOS FISIOLÓGICOS Y PSICOLÓGICOS QUE COMPRUEBAN LA UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA. 453-
de su raza se hallan, con respecto á hitantes de las islas del Estrecho de más al por menor de estas cosas, hombres naturales del país. De ellos
nosotros, en las mismas relaciones, se- Torres, vecinos á los australianos, pueden consultar á los viajeros de se sacaba con ventaja gente para
gún aquel principio que dice: Las co- á pesar de pertenecer unos y otros á todas las naciones, así á Darwin como hacer ladrillos, y aun para desempe-
sas que son iguales á una tercera, son una misma familia. Y la razón es, por- á Petit-Touars.» 1
ñar el oficio de gobernadores con los
también iguales entre sí. que con la abundante pesca que r e - Había interés en deprimirlos, y se de su propia tribu. En las escuelas de
Por lo que toca á los australianos, cogen, viven holgadamente, y no los deprimió, poniéndolos por debajo Puerto-Jackson, fundadas por el go-
la miseria grande en que ordinaria- tienen que padecer las hambres ni los de los mismos irracionales; pero la ver- bernador Macquarie, los niños aus-
mente viven, ha hecho de ellos una trabajos que á los otros continuamen- dad sabe abrirse paso al través de to- tralianos que acudían á ellas apren-
raza no muy diversa de la de los bos- te afligen. das las calumnias y de todos los em- dían á leer y á escribir, y aun cuentas
quimanos en lo perteneciente á la con- Pero hablemos de su inteligencia y bustes, y los australianos han apare- y dibujo, no menos que los europeos.
formación del cuerpo. Sin tener ape- de los actos que á ella pertenecen. Los cido cuales existen en la naturaleza; Y según Prichard, dos australianos
1

nas con qué vivir, famélicos casi siem- que tenían interés en que los austra- es decir, dotados de un entendimiento que fueron llevados á Inglaterra pre-
pre, y muriendo á veces acabados de lianos no fuesen hombres como nos- como la generalidad de todos los de- sentaban sus facultades tan desarro-
hambre, ¿qué había de suceder á estos otros, sino fieras ó animales estúpidos, más, capaces de instrucción como lladas como los niños ingleses de la
infelices, sino lo que suele acontecer los han pintado en este punto con los ellos, afectuosos, sensibles, reconoci- misma edad, y tanta capacidad como
á los pueblos que por largo tiempo se colores más negros que pueden ima- dos y aun accesibles á las sublimes ellos para ser instruidos.
hallan en circunstancias semejantes? ginarse; y así los han tratado, en con- influencias del heroísmo. Ni les falta «Sostener hoy todavía, escribe el
«Siempre buscando alimentos, escri- secuencia, como se trata á las fieras ingenio para las obras de industria, ilustre profesor de Antropología en el
be á este propósito Godron, no llegan del bosque, que se pretende aniquilar puesto que, antes de llegar á su terri- Museo de Historia Natural de París,
á procurárselos sino á costa de gran- por completo. Mucho se ha hablado torio los blancos, ya sabían mostrar que los australianos son lo que han
des dificultades y extraordinarias fa- por los extranjeros contra las injusti- sus habilidades en las cosas de la caza querido hacer de ellos Bory de Saint-
tigas, pues viven en un país que nin- cias de nuestros primeros colonos que y de la pesca, en la domesticación del Vincent y los antropólogos de esta
gún fruto comestible presenta á su fueron á poblar las Américas; pero perro, su perpetuo compañero, y en la escuela, es negar los hechos eviden-
vista, ninguna planta nutritiva de esas todo ello, con toda la inmensa multi- buena construcción desús viviendas. tes, atestiguados por una multitud de
que crecen en los trópicos sin cultura tud de mentiras y exageraciones, que Lo que les faltó, sí, antes de dicha viajeros de toda especie. Lo mismo
y aseguran la existencia á sus mora- no han andado ciertamente escasas- época, fué la ocasión de desarrollarse que las otras razas humanas, la aus-
dores. Su alimento lo forman los ma- en boca de nuestros detractores, no con la instrucción ajena y con la pre-' traliana no se ha mostrado absoluta-
riscos, las arañas, las hormigas, las llega, ni con mucho, á la realidad que sencia de plantas fértiles que les in- mente salvaje. Sus instituciones eran
langostas, las larvas de los insectos, han tenido que experimentar los mi- citasen á promover la industria pro- propias de un pueblo cazador: la fa-
los lagartos, las culebras, las raíces serables australianos por parte de sus pia. Puestos en disposiciones conve- milia, la tribu, la nación, estaban en
de la Pleris escalenta y los bulbos deconquistadores. «En ningún punto nientes los australianos, se muestran ella organizadas y distribuidas en
las orquídeas. De tarde en tarde la del globo quizá, escribe Mr. de Qua- tan hábiles para las obras manuales y verdaderas agrupaciones, dotadas de
caza les procura alguno que otro can- trefages, se ha mostrado el blanco tan aun para las letras, como la generali- su propio catastro. Los australianos,
guro ó casoard, ambos ya muy raros despiadado con las razas inferiores dad de las gentes incultas. «La cares- más avanzados en este punto que les
á causa de la continua guerra que se como en Australia; y en ninguna par- tía de jornaleros, dice Mr. de Brosse- de Tahití, sabían dividirse el suelo,
les hace. La pesca les podría propor- te tampoco se ha calumniado con ville en su Historia de la colonizacióny respetar religiosamente los límites
cionar alimentos más abundantes ; tanta audacia á aquellos mismos á penal y de los establecimientos de Ingla- trazados, fuera de los casos de guerra.
mas las continuas tempestades de la quienes se les llevaba la expoliación terra en Australia, ha hecho estimable Más adelante hablaré de sus caracte-
Nueva Holanda, y sobre todo las y el exterminio. Para él los australia- el trabajo de estos miserables pueblos, res morales y religiosos. Aquí no se
emigraciones de los peces, les hacen nos no han sido hombres, sino seres hasta entonces poco conocido. Se ha trata sino de los intelectuales, y yo
incierto este modo de subsistencia. En- que «reúnen en sí todo cuanto malo caído en la cuenta, cuando el interés me limito á añadir que estos salvajes
tonces es cuando se manifiesta entre se ve en los más corrompidos miem- lo ha demandado, de que ellos no tenían pueblos de ochocientos á mil
ellos el hambre con todos sus horro- bros del género humano, y añaden á eran incapaces de ejercitarse en las habitantes, que sabían fabricarse ca-
res, reduciéndolos á un estado tal esto otras varias cosas que podrían artes útiles, de que sus barracas y noas, que tejían sus redes para la
de macilencia, que parecen esqueletos llenar de rubor á los m o n o s , sus ajuares presentaban una disposición caza y para la pesca, tan grandes que
ambulantes próximos á perecer por hermanos.» (Butler Earp...) «Cono- bien ordenada. Desde 1853, doscien- tenían á veces ochenta pies de largo,
inanición.» No sucede así á los ha- cido es el resultado que han tenido es-
1
tos mil carneros tenían por pastores á
tas lecciones en Tasmania y en Aus- < Pricliard, llcseai-clics ¡uto the p/it/sicat Itisloii/
tralia; y los que deseen informarse 1
Quatrefages, L'espéce humaíne, chap. XXIII, of mankind, tomo I V , pág. 200. V . Godron, loco
i Godron, loco cítalo, torno II, páginas210-220. pág. 334. cilato, pág. 222 y siguientes.
•454 ARGUMENTOS FISIOLÓGICOS Y PSICOLÓGICOS, ETC.

y tan fuertes que podían resistir á los medio del habla. Esta cualidad prueba
esfuerzos del canguro. con toda evidencia la comunidad es-
»Léanse los escritos de Dawson, pecífica que á todos ellos les une,
-que había hecho de estos salvajes una porque sólo entre animales de una
-cierta especie de arrendatarios; los de misma especies se observan fenóme-
Salvado, que ha hallado en ellos obre- nos semejantes. Los pájaros, por
ros tan fieles como útiles; los de ejemplo, no se juntan sino con los CAPITULO XXXIV
Blosseville, quien confiesa que se tuvo de su misma especie, ni entienden el
por feliz con poder recurrir á ellos género de lenguaje informe que todos
cuando la fiebre amarilla hizo que fal- los animales tienen para manifestar
tasen los brazos europeos, y quedará UNIDAD DE ORIGEN DEL GENERO HUMANO
sus afectos, sino á los que participan
patentizado todo cuanto hay de in- de su misma naturaleza. Esto mismo
exacto en las aserciones emitidas á se observa en todos cuantos hombres
propósito de la incapacidad radical de existen sobre la superficie del globo,
los australianos. En'fin, quien conser- los cuales, apenas se ven juntos, al
ve todavía alguna duda, fije por algu- instante tienden á comunicarse sus
nos momentos su atención sobre esas ideas y sentimientos, sirviéndose de $ J P | E T A M O S al fin D E L capítulo pasa- dos por las relaciones de una misma
tribus ya asentadas y civilizadas por signos acomodados al efecto para ¿ I F T S G D O entablada la cuestión sobre si naturaleza específica, sino solamente
William Buckley, soldado desertor; ponerse en ese linaje de relación que á la unidad específica, que manifies- de los judíos y de cuantos en un prin-
y le será bien forzoso confesar que la sólo es propio de los seres de una tamente reúne dentro de sí á todos los cipio estuvieron unidos con vínculos
facilidad de levantarse sobre su esta- misma especie. Esto es, pues, lo que hombres del globo, hay que añadir de sangre en la familia de Noé. Así
do pasado existe entre los australia- de todos ellos debemos afirmar, • á además la unidad de origen. Nuestra ha renovado Agassiz en la Antropolo-
nos no menos que entre otras gentes saber: que en todos, sin excepción, se sagrada Religión, según lo tenemos gía lo que La Peyrére profirió en Teo-
cualesquiera.» 1
encuentra una misma naturaleza es- ya observado, nos enseña en esta par- logía, siendo al instante condenado
Para remate de este capítulo, ob- pecífica. Y esto baste para lo que te, como un dogma de fe revelado por por la Iglesia. El fundamento á que
servemos que todas las gentes de la nos habíamos propuesto tratar en es- Dios, que todos los hombres existen- apela el profesor de Cambridge para
tierra tienen cierta propensión innata tos dos capítulos. tes sobre la tierra, blancos y negros, establecer su sistema no es otro que
á asociarse entre sí y á comunicarse y á cualquier raza que pertenezcan, el invocado por los poligenistas, á sa-
Veamos ahora si á la unidad es-
mutuamente sus ideas y afectos, ya son verdaderamente hermanos y sa- ber: la fijeza absoluta de los tipos,
pecífica es preciso añadir además la
valiéndose de signos naturales, ya por lidos de un mismo vientre. que impide á los individuos de una
unidad de origen ; pero esto ya es
Esta bellísima doctrina, que tan misma especie pasar de un extremo á
cosa que pertenece al capítulo s i -
' Quatrefages, Vespéce humaine, núm. 12, ca-
poderosa virtud encierra para estable- otro, cuando estos extremos se hallan
pítulo XXIII, páginas 334 y 335. guiente.
cer en el mundo la paz universal, tan distantes como el blanco y el ne-
uniendo estrechamente los vínculos gro. Si en lugar de recurrir á la esencia
que ligan á unos hombres con otros, misma de las cosas hubiera el ilustre
y amonestándoles los deberes dulcísi- naturalista imitado al protestante L a
mos que á todos ellos trae la consan- Peyrére, pretendiendo derivar sus afir-
guinidad, ha sido negada, sin embar- maciones de la sola palabra divina;
go, no sólo por los poligenistas, sino entonces hubiéramos dicho que Agas-
también por Agassiz, quien conviene siz negó simplemente el hecho de la
con nosotros en admitir la unidad de comunidad de origen, sin meterse en
especie. Para este célebre naturalista, la posibilidad absoluta de lo contrario.
los hombres todos del género huma- Pero Agassiz procede como filósofo y
no participan de una misma natura- no como teólogo; y funda su teoría,
leza ideal y filosófica, pero han debi- no en la libre voluntad de Dios, que
do proceder originariamente de distin- podía haber establecido en un princi-
tos troncos. Adán, por consiguiente, pio diferentes centros de creación para
no es el padre común de todos los el hombre, como estableció uno solo,
hombres, aunque todos se hallen uni- sino en la imposibilidad física que
456 UNIDAD DE ORIGEN DEL GÍSNERO HUMANO. 457
atribuye á la naturaleza humana, de que con su caída trajo á todo el géne- las otras, cuyo parentesco no se ha concluir por analogía que también
modificarse tan ampliamente con sus ro humano, y del castigo formidable hecho patente todavía, lo tienen, sin existe una tercera lengua egipcio-afri-
•solas fuerzas, haciendo pasar á sus del diluvio. Todas estas tradiciones embargo, en realidad; siquiera esté cana, común á una tercera familia, la
individuos desde las hermosas faccio- no pueden ser otra cosa sino el eco de menos descubierto, ya por la falta su- familia de Cam, que comprende á los
nes del blanco hasta la repugnante la revelación divina, comunicada por ficiente de datos para conocerlo, ya egipcios, á los libios, á los kabilas, á
figura del negro. Dios á los primeros hombres, y luego por la pérdida quizá de los anillos in- los thuaregs, á los etíopes, á los b u -
Por eso amigos y enemigos han te- desfigurada por ellos á medida que se termedios con que en el proceso his- charis, á los africanos,» etc., etc. 1

nido á Agassiz por un poligenista mo- iban separando unos de^otros. Si no, tórico se halla unida una lengua con Estas tres lenguas corresponden
derado, y ciertamente con razón; por- ¿cómo convenir todos ellos en la otra; pues sabido es que las lenguas á las tres grandes ramas en que se
que asentar ápriori que la constitu- creencia de unos mismos hechos tan muertas pueden perderse totalmente, dividió la familia de Noé después que
ción interna del blanco, por ejemplo, extraordinarios y de ningún modo sin que sea dado á los hombres des- el Señor, para castigar su soberbia,
no puede desenvolverse en tales tér- contenidos en las simples leyes de la enterrarlas ó descubrirlas, lo cual no confundió su lengua, haciendo que no
minos que venga á resultar de este naturaleza? La universalidad de un sucede así á los anillos de la cadena se entendiesen los unos á los otros, y
desarrollo un individuo negro, sabien- efecto de esta clase no puede ser con- darwiniana. Es cosa ya averiguada dando con esto origen á que cada uno
do de cuántas variaciones accidenta- venientemente explicada sino recu- entre los filólogos, que todas las len- se fuese por su lado. La indo-europea
les es capaz la naturaleza humana en rriendo á una causa también univer- guas de la familia indo-europea, las pertenece á la raza jafética, la siro-
todas sus agrupaciones, es afirmar sal: ahora bien; en la materia de que cuales se extienden por casi toda E u - arábiga á la semítica, y la egipcio-
implícitamente que tanto en el blan- tratamos, la única causa universal ropa y por gran parte del Asia, deben africana a l a maldita raza de Cam, que
co como en el negro hay una 'cierta asignable es la realidad de los hechos su primitivo origen á una sola lengua tuvo sus tiempos de gloria en Egip-
cosa esencial é inamisible que con- así universalmente creídos. madre, de la cual han recibido, así la to, como lo demuestra la historia, en
viene á él sólo, y que no puede ser Diráse quizá que este argumento construcción gramatical, como una conformidad con la Biblia, pero que
atribuida á circunstancias especiales no encierra en sí una razón científica, cierta cantidad de nombres encami- ordinariamente lleva sobre sí el peso
de lugar ó de tiempo, en lo cual pre- por cuanto no está tomado de las en- nados á significar objetos muy usua- de la maldición de Noé, viéndose siem-
cisamente consiste la esencia del po- trañas mismas de las cosas, sino de la les, y difíciles por lo mismo de ser pre sometida á sus hermanas.
ligenismo. historia. Pero en materia de hechos sustituidos por otros en la transfor- Por el mismo método de compara-
Nosotros probaremos en este capí- libremente ejecutados por el Criador, ción continua que sufren las lenguas. ción lingüística han sido descubiertas
tulo el hecho de la referida unidad, y cual es ciertamente el de la unidad de Por último, «se demostró claramente, las referidas afinidades entre otras
haremos ver á Agassiz, así lo infun- origen para todo el género humano, escribe el cardenal Wiseman, que una lenguas del antiguo y del nuevo con-
dado de su sistema, como lo anticien- no sé qué otra clase de argumentos sola lengua, en la acepción esencial tinente, pudiendo escribir con toda
tífico de sus afirmaciones; á lo cual científicos se puedan aducir sino los de esta palabra, se extendía á una por- razón Humboldt: «Por más aisladas
añadiremos en el siguiente, por vía de pertenecientes á la historia. Los h e - ción considerable de Europa y Asia, que puedan parecer á primera vista
respuesta á los argumentos principa- chos libres no se demuestran a priori y atravesando por una ancha zona ciertas lenguas, por singulares que
les de todos los poligenistas, la enu- como si fueran teoremas matemáti- de Ceilán á Islandia, estrechaba con sean sus caprichos y sus particulari-
meración de hechos reales é incontro- cos, sino por la íntima relación que un vínculo de unidad á los mismos dades, todas ellas tienen una analo-
vertibles, en los cuales se da á conocer tienen con otros hechos patentes á que profesaban las religiones más in- gía entre sí, y sus numerosas relacio-
la aptitud intrínseca que nuestra na- nuestra vista y capaces de llevarnos compatibles, que poseían las institu- nes se descubren con más facilidad á
turaleza tiene de modificarse en sus al conocimiento de ellos. Pues de esta ciones más opuestas, y que casi no medida que la historia filosófica de las
diferentes individuos, haciéndoles pa- naturaleza son las tradiciones univer- presentaban ninguna semejanza de naciones y el estudio de las lenguas
sar, en circunstancias oportunas, de sales relativas á los primeros oríge- color y fisonomía. La lengua, ó más caminan hacia su perfección.» *
una raza á otra, aun á las más opues- nes del género humano; ellas son ta- bien la familia de lenguas cuya mar-
Los poligenistas, como ya era de
tas y distantes. les, que en la sola unidad de origen cha acabo de diseñar, ha recibido el
suponer, pretenden que ciertas fami-
Y comenzando por lo primero, el enseñada por la Biblia pueden tener nombre de indo-europea.» 1

lias de lenguas son irreducibles, para


hecho de la comunidad de origen para una explicación satisfactoria. Estas mismas afinidades existen sacar de aquí la consecuencia, con
todos los hombres de la tierra lo ha- Otro hecho, que también tiende á en las lenguas de la familia siro-ará- Crawfor, Hovelacque y otros, de que
llamos atestiguado en cuantas tradi- probar la unidad de origen de que biga habladas por los caldeos, asirios, las razas á quienes pertenecen son
ciones de los pueblos han quedado es- vamos hablando, es la afinidad que sirios, árabes, fenicios, abisinios, etc. también en sí originarias y no tienen
parcidas por todo el mundo tocante á guardan entre sí la mayor parte de «De donde, escribe Moigno, se podría
los tres dogmas católicos del estado las lenguas del género humano, pu- Moigno, Les splendeurs de la foi, lomo I I ,
1

1
Wiseman, Discursos. Discurso primero, pagi- pág. ÍÍ84.
feliz del primer hombre, de la ruina diéndose decir con razón que también na 783, De las Vindictas de la Biblia. \ * Asia polyglolta, de Klaprotli, pág. (i.
458 UNIDAD DE ORIGEN
DEL GÉNERO HUMANO.
459
vínculo alguno genético con las demás. las niegan y suben á una pareja única, las lenguas llevasen impresa los hom- de los patos, ó de cualquiera otra fa-
Pero la generalidad de los sabios no deben suponer un milagro para expli- bres la marca de lo que había sido el milia. Con la misma evidencia que lo
está por esta manera de pensar; y por car la existencia de idiomas de estruc- habla de sus antepasados antes de pueden hacer con respecto á las len-
lo que hace á la consecuencia referida, turas diferentes;y respecto de aquellas producirse la confusión dicha. Estos guas humanas las investigaciones filo-
el absurdo no puede ser más manifies- lenguas que se diferencian por sus vestigios existen , en efecto , y ellos lógicas, sean las que fueren, se proba-
to. Dios , al confundir en Babilonia raíces y otras cualidades esenciales, son los que han movido á la genera- rá que el bramido de los osos del
la lengua de los hijos de Noé, que hay que admitir el prodigio de la con- lidad de los filólogos á considerarlas Kamtchatka tiene parentesco con el
hasta entonces había sido para todos fusión de las lenguas. La admisión como relacionadas todas ellas entre sí de los osos del Thibet, de las Indias
una misma , bien pudo hacer de ma- de semejante milagro no ofende á la con propio y verdadero parentesco. orientales, de las islas de la Sonda,
nera que las lenguas repentinamente razón; porque, una vez que los restos Wiseman, en los dos sabios discursos del Nepaul, de Siria, de Europa, de
formadas no tuviesen entre sí analo- del antiguo mundo nos demuestran poco ha citados , hace ver la existen- Siberia, de los Estados-Unidos, de las
gía alguna , y fuesen, por lo mismo, evidentemente que antes de esteorden cia de este vínculo común, y trae en montañas Roqueñas y de los Andes.
irreducibles. Por tanto, de que una de cosas existía otro , es muy creíble favor de esta doctrina las grandes au- Sin embargo, todos estos osos son
familia de lenguas no tenga vínculo que duró íntegro desde el principio, y toridades de Alejandro de Humboldt, mirados como especies distintas, que
alguno genético con otra, no se sigue que en cierto período sufrió una m u - de la Academia de San Petersburgo, no han heredado de otro alguno la
legítimamente que tampoco lo tengan danza esencial.»
1

de Merian, Klaproth, Federico Schle- voz con que expresan sus sentimien-
los hombres cuyas son las sobredichas Esta diferencia esencial la mani- gel, Herder , Turner, Abel Remusat, tos. No la han heredado más las ra-
lenguas. Antes lo que parece más na- fiestan ciertamente las tres grandes^ Niebuhr y Balbi , copiando sus mis zas humanas. Otro tanto se puede de-
tural , supuesta la narración del Gé- familias á que se hallan reducidas las mas palabras y notando que algunos cir del maullido de los gatos de Euro-
nesis , es que las lenguas repentina- diferentes lenguas del universo ; pues de ellos tenían por un mero cuento pa, de Asia, de África ó de América,
mente formadas por Dios en la con- la analogía que entre sí guardan n o oriental, según consta de sus mismos y del bramido de los bueyes, cuyas
fusión de Babilonia , debieron ser en está basada en lo que tienen de acci- escritos, cuanto la Escritura refiere especies están latamente extendidas
cierta manera irreducibles. Porque no dental y variable, sino en lo que cons- en orden á la confusión milagrosa de por todo el globo.» 1

fueron derivadas unas de otras, como tituye su misma naturaleza intrín- las lenguas verificada en Babilonia, y
suele suceder cuando con el discurso seca. Diríase que en cierto modo por consiguiente no podían ser movi- ¿Qué tiene que ver el informe len-
del tiempo las forman espontánea- proviene más bien de la misma natu- dos á abrazar la referida doctrina por guaje de los animales con la espiritual
mente los hombres, sino inmediata- raleza del entendimiento humano , á la autoridad de la Biblia. é inteligente palabra del hombre? Las
mente infundidas por Dios para que cuyo servicio está consagrado el len- voces de los brutos son meros gritos
no se pudiesen entender los hijos de guaje, que de otras causas inherentes Vea quien guste estos dos discur- lanzados por la ciega naturaleza, des-
Noé en su loca empresa de fabricar la al lenguaje mismo. Dios, al infundir sos; nosotros no nos detendremos más tituida de verdadera libertad en sus
torre , y tomasen de allí ocasión de á los hijos de Noé sus lenguas dife- largamente en esta materia. Nos con- actos, é incapaz de producir otros
desparramarse por el mundo entero. rentes, se acomodó de seguro á la na- tentaremos con observar que la répli- signos que los puramente naturales:
ca de Agassiz contra la afinidad sobre- mientras que la palabra del hombre
Esta repentina formación de las turaleza intrínseca del humano en- dicha, es indigna verdaderamente de es el vehículo del pensamiento, ver-
lenguas se halla en tan grande armo- tendimiento, que en todos ellos era un hombre de su esclarecido entendí dadero signo arbitrario que no puede
nía con la unidad primitiva del len- una misma; de donde por fuerza había miento. Dice este distinguidoescritor: significar sino porque libremente lo
guaje, que con dificultad podría ésta de resultar una cierta analogía entre «Los que sostienen la unidad primiti- ha escogido el hombre para desempe-
explicarse sin aquélla. «En realidad, las lenguas de todos; pero estas len- va de la especie humana atribuyen ñar este oficio. De aquí es que la afi-
escribe el ilustre cardenal Wiseman, guas las hizo esencialmente irreduci- una grande importancia á la afinidad nidad en la voz con que los diversos
si admitimos una vez la unidad origi- bles , como que todas ellas eran pri- de las lenguas, teniéndola por un tes- osos, gatos, toros y demás animales
naria del lenguaje, apenas podremos marias é independientes. timonio comprobante del parentes- manifiestan sus sentimientos, no pue-
explicar sus divisiones subsiguientes Sin embargo , bien pudo hacer el co directo y efectivo entre todos los de menos de existir en todos ellos
sin algún fenómeno semejante. Esto Criador que los hijos todos de Noé hombres. Pero esta importancia , sea como fruto espontáneo de una natu-
lo notó el sabio y juicioso Niebuhren conservasen , cada uno en la lengua cual fuere, se la puede encontrar tam- raleza afín y semejante; mas la afini-
una de las excursiones que hallamos propia que le había tocado, algunos bién en la familia animal, aun de dad que encuentran los filólogos en
por casualidad en su libro. Este error, vestigios del habla primitiva , para aquellas que cuentan numerosas es- las lenguas es cosa que pudiera haber
dice Niebuhr, se escapó á la atención que de esta manera en el mismo fenó- pecies y géneros. Sígase sobre una dejado de existir, siendo dependiente,
de los antiguos , probablemente por- meno maravilloso de la confusión de carta la distribución geográfica de los como lo es, del humano albedrío.
que admitían muchas estirpes primi- osos, de los gatos, de los rumiantes
Wiseman, Discursos. Discurso segundo, en la*
1
Por esto ha podido escribir con ra-
tivas de la especie humana. Los que Vindicias de la Biblia, páginas 803-804. de cuernos huecos, de las gallináceas,,
i Agassi/.. I.ellre n Noticia Gliddum.
3>
UNIDAD DE ORIGEN
DEL GÉNERO HUMANO.
461
zón el filólogo y matemático Young En ayuda del argumento filológico nombre de Cham es el que tomara
las siguientes palabras:.«Parece que no viene el histórico, pues todas las his- ser el padre de los thobdianos, nombre
para sí Egipto, llamándose Cheme:
podría deducirse nada, relativamente torias están acordes en afirmar las primitivo de los iberos, de los eúska-
encuéntrasele bajo la forma de Ham
al grado de parentesco entre dos len- emigraciones de los pueblos que irra-* ros, del «pueblo del cordero.» Los
ó Hammom, en el nombre genérico
guas, de la coincidencia de sentido de diaron de Asia, de Egipto y de Fe- moscovitas deben pertenecer á Mo-
del África. Kush es el jefe de la gran
una palabra única que se encontrase nicia á las otras partes del mundo, soch ó Moshk, los tracios á Thiras
familia kushita, que reinó en las gran-
en estas dos lenguas, y que las proba- y se extendieron así por todo él en la des llanuras de Senaar, y que llevó De estos pueblos descienden todos
bilidades serían tres contra una, sobre misma forma que lo cuenta el Géne- sus descendientes hasta la Etiopía. los demás, si bien, como nota el mis-
que las dos voces no concordaban. sis. Tres fueron los hijos de Noé, y las L a figura que más descuella en esta mo Riancey -, todavía reina gran os-
Pero si tres palabras parecen idénti- familias de estos tres grandes troncos raza es el primer fundador de impe- curidad sobre la explicación completa
cas, entonces habrá diez probabilida- se fueron esparciendo por todo el glo- rios, Nemrod, el violento cazador, el de esta genealogía. Sin embargo, no
des contra una de que deben ser deri- bo, dando nombre á los diferentes rey de Babilonia. Mezraim está tam- se puede dudar sino que en la admi-
vadas en uno y otro caso de alguna pueblos de la tierra. He aquí cómo bién á la cabeza de la raza egipcia. rable enumeración de .Moisés es donde
lengua madre, ó introducidas de algún hace la enumeración de estos pueblos Phut aparece como padre de los que se halla «la memoria más auténtica
otro modo. Seis palabras darían más Riancey, derivando sus nombres de han poblado la Lybia; y Chanaam |de la filiación de los pueblos,» como
de setecientas mil probabilidades con- los pertenecientes á los hijos de las ccupó la tierra prometida y las ribe- ¡ se expresan los órganos más acredita-
tra una. y ocho, cerca de diez mil; de tres familias citadas. «Nombremos, ras del Mediterráneo hasta que Josué dos de la ciencia moderna .
:|

tal suerte, que en semejantes casos la dice, primeramente á Sem: éste es el se apoderó de estos lugares. Al argumento histórico debemos
probabilidad se diferencia poquísimo hijo primogénito del gran Patriarca, juntar el antropogénico, tomado del
Cham anda errante por el mundo:
de una certeza absoluta. En el vas- abuelo de Héber, y tronco de los he- origen que señalan al hombre los an-
Japhet es viajero y dominador. Sus
cuence, por ejemplo, ó antiguo idio- breos, cepa de Israel y padre del pue- tiguos historiadores y poetas. San-
hijos son: Gomer, Magog, Madai, Ja-
ma de España, hallamos en el voca- blo escogido. Su hijo primogénito es choniaton, según consta de un escrito
yán, Timbal, Mosoch y Titiras. En el
bulario que acompaña al elegante en Elam, el segundo Asur, el tercero Ar- suyo que nos ha conservado Eusebio
primero, cuyo nombre se escribe Ginr
sayo del barón G. de Humboldt, las phaxad, el cuarto Lud, el quinto Cesariense, copiándolo de las obras
ó Gimr, está por común consenti-
palabras hería, nuevo; ora, un perro; Aram. A esta rama semítica corres- del judío Filón '*, asigna al género
miento designado el jefe de la gran
guchi, pequeño; oguia, pan; olzoa, unponden los pueblos más antiguos y familia de los kimr ó kyinris, de donde humano el mismo modo de nacimien-
lobo, de donde el español onza; y zar- más ilustres del Asia. Elam ha dado han venido los celtas y los germanos. to que señala Moisés, diciendo que
zi (ó sliashpi, como lo escribe L A C T O - su nombre á los elamitas, y así es Los hijos de Gomer son: Ascenez, ori- Aion ¡ y Primogénito fueron procrea-
ze), siete. Pues en el antiguo egipcio, como se llaman ellos mismos los pri- gen quizá del nombre de Ascania, en dos del viento Kolpia, y añadiendo
nuevo es herí; un perro, whor; peque-mitivos persas. Asur es el fundador el Asia Menor, del nombre de la mar que de ellos nacieron después todos
ño, laidchi; pan, oik; un lobo, ounsh, deificado de la nación caldea y del ascania (Ponto Euxino); Riphat, de los hombres, los cuales fueron ense-
y siete, shashf. Y si consideramos es- imperio de Asiria. E l nombre de Lud donde descendía el pueblo nunca do- ñados por Aion á alimentarse del fru-
tas palabras como bastante idénticas se reconoce en los lydios del Asia Me- mado de los montes Ripheos; Thogorm to de los árboles. Aion y Primogéni-
para admitir que pueda calcularse por nor, y figura sobre los monumentos ó Thogorma, padre así de los antiguos to, el primero tomando la fruta del
ellas, las probabilidades serán más de egipcios, como significando los pue- frigios (thygramios) como de los mo- árbol y los dos siendo procreados del
mil contra una, que en algún período blos de color menos oscuro que habi- dernos turkomanos. De Gog ó Magog viento, manifiestamente nos están di-
muy remoto se estableció en España taban el Asia. Aram ha tenido por descienden los pueblos escitas; los ciendo que aquí se trata de Eva y
una colonia egipcia (ó tuvieron ambosdescendientes á los árameos, antigua niedos vienen de Madai; Javan reco • Adán, primeros padres del género hu-
idiomas en el origen un mismo punto denominación
de de los pueblos de Siria.
noce por suyos á todos los javanas, á mano, criados por el soplo dd espíritu
procedencia, conservando cada uno porFinalmente,
su Arphaxad es el padre de
todos los junos, á todos los jonios ó de Dios , y alimentados con el fruto
5

parte algunos fragmentos de la lenguaSalé, abuelo de Héber, quien tuvo griegos del Asia Menor y de Europa; délos árboles del Paraíso. Lo mismo
primitiva, diremos nosotros con el car- por hijo á Phaleg, padre de los israe-
y sus hijos Elisat, Tharsis, Cethim y
denal Wiseman), porque ningún dia- litas, y á Jectan, cabeza de los árabes i Rianccv, Hisl. unió., tomo I , lib. I , páginas
Dodanim han dejado impresa su me- 90-90. París! 1870.
lecto de las naciones vecinas ha con- jectanidas. moria en la Ellas (Grecia), en la Cili- * El mismo, loco cilalo, pág. 90.
servado vestigios de haber sido el 3 Uaw linson, The pee greal monarchies,
cia, donde está la ciudad de Tharsis; ancicnl Eastern World, tomo I .
afilie
Cuatro fueron los hijos de Cham:
intermedio por el cual se hayan trans-
Kush, Mezraim, Phut y Chanaam. El en la isla de Chipre, donde está Ki- •'' Euseb. Osar., Praeparal. enana., lib. I . ca-
mitido estas voces tium; en Tracia, donde estaban los pitulo X. (Edic. de Migue, Pal. gr., IONIO X X I ,
lumen CIX, pag. 1819. (Citado por AYiseman en el pág. 78.)
Cithios (kethioi), finalmente, en el '•> El inspiracit in facían ejus spiraculum vitae,
1
.íoung, Remar ks on tlw reduclion of experi- discurso segundo, pág. 796 de las Yindidas de la
ments of the pcnduhtm. .Philosoph. transad., \ o - Biblia.)
santuario de Dodona. Túbal pasa por et fadus esl homo in animam vioentem. di'-' la Es- 1

critura. (Genes., cap. I I , vers. 7.)


•462 UNIDAD D E ORIGEN DEL GÉNERO NUMANO.
463
viene á decir en sustancia el caldeo puntos de creación; esto mismo debe- áipo específico, es cosa que ningún con los hechos, es con la condición de
Beroso, según se colige de un frag- mos afirmar con respecto á la especie hombre medianamente instruido pue- tomarla toda entera, y tal como re-
mento suyo que nos ha trasmitido humana. Cada región de la tierra tiene de poner en duda. Lo que no se pue- sulta de los estudios practicados so-
Syncello; lo mismo también Diodoro sus especies vegetales y animales, así de producir son las especies, las cuales bre la distribución geográfica de todos
Sículo en las teogonias de los egip- como su propio hombre; en éste y en necesariamente tienen que venir de la los seres vivientes.» Ahora bien; es-
1

cios y de los griegos. Orfeo canta la aquéllas han influido las mismas cau- mano misma del Criador. Pero Agas- tos estudios, añade, los cuales son ya
adoración del primer hombre producido;sas locales, dando á todos los orga- siz, identificándose en esto con Dar- al presente muy numerosos, y revelan
Aristófanes llama á los hombres obras nismos de cada país una cierta espe- win, niega la distinción entre la espe- con bastante claridad la marcha gene-
lúteas, aludiendo á la creación de cie de uniformidad ó sello que los ca- cie y la raza, y no admite otra dife- ral de la naturaleza en orden á la
Adán, formado del barro de la tierra; racteriza y distingue. Así es que al rencia verdadera que la de individuo cuestión que nos ocupa, pugnan m a -
Horacio celebra el linaje audaz de Ja- tinte particular del malayo correspon- á individuo. «Después de haber re- nifiestamente conel principio de Agas-
phet, y Ovidio cuenta, casi copiando de el pelaje del orang, existente en la
x
chazado una vez más este autor, es- siz, de que cada localidad tiene su
del Génesis, en sus Metamorfosis la misma región, y al de los negritos y cribe Quatrefages, el criterio basado fauna y su flora propias, así como
creación del mundo y la de nuestros telingas el del gibbon, propio de los en el crecimiento y en los diversos también su propio hombre. «Del con-
primeros padres, los pecados de los lugares donde ellos habitan.» grados de fecundidad, añade lo si- junto de las investigaciones hechas,
hombres, que atrajeron á la tierra el Comencemos por esto último. E n guiente: Con él desaparece también la escribe, se desprende cierto núme-
diluvio universal, y la repoblación la isla de Sumatra, donde los hom- pretendida realidad de la especie, opuestaro de hechos generales que nosotros
del mundo por medio de la familia de bres, en sentir de Agassiz, tienen el al modo de existencia propio de los géne- llamamos leyes. Si la concepción de
Pirra y Deucalión, providencialmente mismo color rojo del orang, vive tam- ros, de las familias, de los órdenes, de los
Agassiz es verdadera, debe concor-
preservada de las aguas vengadoras. bién el gibbon, cuyo color negro co- reinos. Lo que en efecto posee la realidaddar con estas leyes. Ahora bien; el
Tenemos, pues, en favor del dog- rresponde, por confesión del mismo de la existencia, son los individuos.» desacuerdo se manifiesta desde el
1

ma cristiano las tradiciones de los Agassiz, al color negro de los negri^ Es decir que, en sentir de Agas- principio. Asentemos en primer lugar
pueblos, los inventos de la filología, tos y telingas. ¡He aquí cómo unas siz, las especies no son tipos reales, que esta concepción encierra dos ideas
las narraciones de los historiadores mismas causas locales imprimen á sino meramente lógicos, como los gé- muy distintas: la del cosmopolitismo
más antiguos, incluso el autorizadísi- todos los organismos de una región neros, las familias, los órdenes, etc., originario de la especie humana, y la
mo autor del Pentateuco, muy superior un cierto sello común que los carac- cosas todas que dependen en gran de un lazo geográfico entre la raza
á todos ellos, así en antigüedad como teriza y distingue! parte del punto subjetivo escogido por humana y los grupos de animales y
en autoridad histórica; finalmente, los ¿Y cómo dice Agassiz que la natu- el observador del mundo físico, para vegetales hallados en un mismo t e -
cantos de los más celebrados poetas. raleza permanece siempre fija, cuan- dar á los individuos algún orden en rreno. Veamos lo que puede tener de
¿Qué traen los poligenistas, qué el do la vemos variar á cada instante, no sus ideas. Pero esta idea peregrina se verdadero ó falso esta segunda. Para
famoso Agassiz, para que derribemos en los caracteres específicos y funda- halla en pugna abierta con el sentido Agassiz, la influencia del centro de
ahora por el suelo tan respetables tes- mentales ciertamente, que éstos siem- común y con la ciencia; pues, como aparición es general y absoluta. Ella
timonios , y sigamos ardorosos la pre quedan los mismos, sino en los advierte allí mismo el sabio que aca- se extiende á todos los productos, así
nueva doctrina del cosmopolismo ini-accidentales y secundarios? Basta ci- bamos de citar, hay un hecho conoci- á los del suelo como á los de las aguas
cial, estableciendo tantos centros de tar, para convencerse de ello, las va- do por el buen sentido del vulgo, y dulces ó saladas. Una comarca está
creación cuantas son las infinitas agru- riaciones introducidas con el discurso demostrado por la ciencia, el cual tan bien caracterizada por sus vege-
paciones humanas? Los hechos de la del tiempo en los perros, en las pa- todo lo domina é invade, así en zoolo- tales como por sus animales y por su
Historia Natural nos responden todos lomas, en los bueyes y en las otras gía como en botánica, y consiste en hombre. A su juicio, una fuerza esen-
ellos unánimemente. Veamos qué nos especies domésticas de que hemos he- que todos los seres organizados se di - cialmente local parece haber produ-
dicen estos hechos de la moderna cho mención en los capítulos pasados. viden en grupos elementales, funda- cido todos los seres, ó á lo menos h a -
ciencia. La naturaleza de cada ser permanece mentales, que se propagan en el espa- berles impreso un sello común. Esta
«La naturaleza no cambia nunca, siempre fija, es verdad, dentro de la cio y en el tiempo. generalización era inevitable. Todo el
dice en sustancia el ilustre profesor órbita que con mano fuerte le trazara, ¡Que las especies vegetales y ani- que intente unir una raza humana á
de Cambridge; es preciso reconocer al criarla, el supremo Hacedor; pero males reconocen diferentes centros de un centro de aparición, debe con ma-
en ella una fijeza absoluta. Las espe- dentro de esta órbita puede variar, y aparición! «Concedido, responde á yor motivo localizar en cada uno de
cies vegetales y animales no han po- varía en efecto, sobre todo cuando se esto el mismo Quatrefages; pero si yo ellos la causa original de todas las
dido comenzar á existir en un solo halla sometida á la influencia libre acepto esta doctrina, única conciliable formas animales ó vegetales que lo
punto de la tierra; la razón nos obli- del hombre. La producción de las rfl- ' Quatrefages, Vespéce humaine, cap. X I V ,
pueblan. Para todos los seres vivien-
ga á establecer para ellas diversos zas contenida dentro de un mismo íiúm. 2 , pág. 118. i Quatrefages, loco cilalo, pág. 120.
464 UNIDAD DE ORIGEN DEL GÉNERO HUMANO.

tes la coincidencia geográfica debe ser Este argumento de Quatrefages, ocupan en la superficie del globo. de ella, los poligenistas propiamente
absoluta. Ahora bien; lo que sucede como se ve, demuestra completamen- «Esta reducción de las áreas geo- dichos podrían invocar la difusión de
con más frecuencia es que la tal coin- te lo infundado y lo anticientífico que gráficas de los grupos animales, escri- los géneros delfín y rorcal, los mono-
cidencia no existe. Entre las aguas de es el sistema de Agassiz. Mas no se be el citado autor después de haber genistas-poligenistas de la escuela de
un río y las riberas que lo encauzan, contenta con esto el ilustre francés^ demostrado con hechos evidentes el Agassiz podrían argumentar con los
puede nacer un contraste muy nota- sino que todavía pasa más adelante. estrechamiento dicho, es un hecho hechos anteriormente citados y perte-
ble. Esto es lo que muestran los des- No sólo hace ver con razones incon- general que se encuentra también en- necientes á los géneros megáptero y
cubrimientos del mismo Agassiz so- testables que es falsa y contraria á los tre los vegetales. Escuchemos sobre sibaldio. Los unos y los otros podrían
bre la fauna ictiológica del río de las hechos la división que hace Agassiz' este punto lo que dice Ad. de Candol- decir: La ley general de acantona-
Amazonas. Para quien admite los re- de toda la superficie terrestre en nue- le: «El área media de las especies se miento presenta dos excepciones: ¿por
sultados publicados por el ilustre via- j ve reinos diferentes para la creación «presenta tanto más limitada, cuanto qué no será el hombre una tercera? La
jero, es evidente que esta fauna se de otros tantos hombres primitivos, »más completa, más desarrollada ó,en analogía, ya se ve, pecaría por la base.
divide en grupos mucho más acanto- mas también demuestra cómo, si- »otros términos, más perfecta es la or- Los delfines, los rorcales, los megáp-
nados que los de las faunas terrestres. guiendo las leyes generales del acan-* «ganización de la clase á que ellas per- teros, los sibaldios, pertenecen al úl-
El mismo hecho se muestra sobre las tonamiento progresivo de los seres or- «tenecen.» Por consiguiente, el acan- timo orden de los mamíferos; el hom-
orillas de los dos mares, separados ganizados, el hombre en un principio tonamiento progresivo de los seres or-bre, aun no tomando en cuenta sino
por una misma tierra muy angosta. ha debido habitar un espacio de tie- ganizados, que aumenta á medida que su cuerpo, pertenece incontestable-
La fauna y la flora terrestres del istmo rra sumamente reducido; de forma van creciendo éstos en perfección, es mente á un orden más elevado. Si no
de Suez son las mismas en toda su que su cosmopolitismo no lo ha debi- una ley general. La fisiología da ra- queremos hacer de él una excepción
extensión, mientras que Mr. Edwars do adquirir sino con el ejercicio de su zón de este hecho. El perfecciona- única, á las leyes de los animales su-
no ha hallado una sola especie de industria y con el uso de su libertad, miento de los organismos se ejecuta periores, y no á las del grupo inferior,
crustáceos común al Mediterráneo y mediante las cuales ha podido salvar con la división del trabajo, y éste re- es á las que ha debido estar sujeto.
al Mar Rojo, mientras que el estu- los poderosos obstáculos de la natu- quiere una multiplicación de aparatos Por consiguiente, podemos afirmar ya
dio de los anélidos me ha conducido á raleza que á los demás seres organi- operativos. A medida que los instru- desde ahora que el hombre no ha po-
mí al mismo resultado. Aún hay más: zados los tiene invenciblemente con- mentos anatómicos se hacen más nu- dido ser originariamente cosmopolita.
la misma región puede ser centro de tenidos dentro de áreas más ó menos merosos y especiales, se especializan Pero todavía podemos ir más ade-
aparición para una clase de animales, estrechas, y esparcirse desde allí por también sus funciones. Por esto mis- lante.
y no para otra. La Australia, por todos los lugares de la tierra. Su ra- mo las condiciones de armonía entre «Sin haber comenzado su existen-
ejemplo, es un centro de los más ca- ciocinio no puede ser más concluyen - el ser viviente y el medio que le ro- cia en todos los puntos donde hoy día
racterizados para los mamíferos, y se te ni más demostrativo, y está funda- dea se determinan más y más. Por se encuentra, pudiera el hombre haber
aisla en este sentido de todas las tie- do así en la razón metafísica de las consiguiente, el vegetal ó el animal tenido varios centros de aparición.
rras vecinas. Cuando se trata de in- cosas como en la observación de los no halla ya sus verdaderas condicio- Examinemos este último punto. Las
sectos, se confunde, por el contrario, hechos. La primera nos dice que cuan- nes de bienestar sino en un área cada leyes del acantonamiento progresivo
con la Nueva Zelandia, con la Nueva to más perfecto es un ser organizado, vez más restringida. Más allá de ella y de la caracterización de los centros
Caledonia y con las islas adyacentes. el mecanismo de sus órganos debe el medio es diferente, la lucha por la permiten entablar esta cuestión y re-
Este último hecho ha sido anunciado crecer en complicación y delicadeza, existencia se hace más mortífera, y la solverla. Examinemos de nuevo á este
por Lacordaire, y tiene una fuerza resultando de aquí ser menos acomo- extensión de la especie, del género, fin los grupos animales; dejemos á un
demostrativa tanto mayor, cuanto que dada su constitución física para con- de la familia ó del orden mismo, se lado todos los tipos inferiores, y no
este entomologista ha multiplicado servarse en muchas partes de la tie- encuentra detenida. tomemos en cuenta sino los antropo-
loa centros de aparición mucho más rra, y por consiguiente haber recibido
«Sólo el hombre, armado contra el morfos. En esta familia, la más pró-
que Agassiz, y ha hecho de esta suer- de la naturaleza una área de habita-
medio con su inteligencia y su indus- xima al hombre por su organización,
te más fácil la caracterización. Así, la ción muy reducida. La segunda nos
tria, es capaz de sobreponerse á las hay también grados. La ley de acan-
coincidencia admitida por Agassiz, enseña que, en efecto, esto es lo que
.condiciones de existencia, que serían tonamiento progresivo se aplica á este
lejos de extenderse á todos los seres se verifica en el orden de los hechos r
una barrera invencible para su organi- grupo particular, lo mismo que á la
organizados de una región, no existe é. saber: que los seres vivientes, á me-
zación material. totalidad del reino. La familia, mira-
en ciertos casos entre diversas clases dida que van creciendo en perfección,
«La ley del acantonamiento progre- da en todo su conjunto, se encuentra
de solos los animales.» 1
se muestran encerrados en espacios
sivo está en oposición absoluta con la en Asia, en la península de Malaca,
más pequeños, siendo por esta causa
• Quatrefages , Vespéce humaine , cap. XIV, los monos los que menos extensión
doctrina del cosmopolitismo inicial de en el Assam hasta el 2 6 N., en Su-
o

páginas 120-121. la especie humana. No haciendo caso matra, en Java, en Borneo y en las
UNIDAD DB ORIGEN DEL GÉNERO HUMANO.

Filipinas; en el África occidental, enseñanzas. Estos tipos caracterizan característico de un centro único de debido ser la cuna del género huma-
desde el i o ° Sur hasta el 1 5 N. Pero casi siempre, ya sea los centros de
9 aparición, y permiten añadir que este no, y probablemente la meseta cen-
el género gibbon, el más inferior de aparición, ya sea los centros secunda- centro no ha sido más extenso que el tral sobredicha. En esto último no
todos, ocupa él solo el área asiática rios ó regiones geográficas. Para no del gorila y el del orang.» 1
tienen razón, pero se acercan mucho
entera: el género orang está confinado hablar sino de los mamíferos, recor- Hemos querido traer este largo tro- á la verdad, porque sabemos por la
en Borneo y Sumatra. E n África, el daré que la Australia tiene sus mar- zo de Quatrefages, porque con él que- Biblia que el verdadero centro de apa-
género chimpancé va, poco más ó me- supiales; la Australia meridional, el da pulverizada por completo la teoría rición del género humano después del
nos, desde el Zaira hasta el Senegal; ornithoringo; la América boreal, el del célebre profesor de Cambridge y diluvio está en el terreno comprendi-
el gorila no ha sido hallado sino en buey moscado; la América central, los de todos los poligenistas, relativa á la do entre la Armenia y el campo de
Gabón y quizá entre los aschantis. desdentados; el África, la jirafa; el pluralidad de centros de aparición Sennaar, en Babilonia, donde vivie-
Aunque ocupara todo el espacio que Asia, el yack; el Cabo, el gnu; Mada- asignados por ellos al género huma- ron juntos los hijos de Noé hasta que
los viajeros han dejado todavía en gascar, los makis y el aye-aye; Gabon, no. Los hechos, pues, de la Historia se dispersaron con la confusión de las
blanco sobre esta parte de nuestras el gorila, etc. El hombre también es Natural, no sólo no van contra lo que lenguas. Yendo de oriente, dice el Gé-
cartas, su área de habitación no por evidentemente un tipo excepcional ó creemos los católicos en orden á la nesis de los hijos de Noé, hallaron un
eso dejaría de ser bien reducida. Así, aberrante entre los mamíferos. E l unidad de origen de todos los hom- campo en la tierra de Sennaar, y allí
á medida que el tipo antropomorfo se solo está construido para la estación bres, sino, por el contrario, lo decla- fijaron su morada. Y dijeron los unos á
eleva, el área de habitación se res- vertical; él solo tiene verdaderos pies ran altamente conforme con los resul- los otros: « Venid, hagamos ladrillos, et-
tringe. y verdaderas manos; él solo presenta tados de la ciencia. Ellos no dicen cétera. » La multiplicación de las len-
1

»E1 tipo humano, considerado úni- un desarrollo cerebral llevado al más precisamente que todos hayamos ve-
camente su organismo material, es alto grado; él solo posee esa superio- nido de una sola pareja, porque esto • Genes., cap. IX, vers. 2 . En este texto de la
incontestablemente superior al del ridad de inteligencia que le hace due- no puede ser objeto de la Historia Na- Escritura, donde se dice que los hijos de Noé mur-
orang y del gorila. Por consiguiente, ño y señor de todo cuanto le rodea. tural; pero aseguran con la mayor fir- charon de oriente al Sennaar, se funda Lenormant
para opinar, con Bohlen y otros varios críticos, que
en un principio ha debido estar tan Admitir que el tipo humano, el tipo meza que tal linaje de procedencia es el Ararat nombrado por Moisés no es el mismo lu-
acantonado como estos dos tipos de más perfecto de todos, este género verdaderamente muy posible, porque gar q u e m a s tarde, designaban los judíos con este
nombre, (5 sea la Armenia, sino el Aryavarta,
animales. Se objetará quizá que los excepcional entre todos, ha tenido su una es la especie á que todos perte- «Tierra Santa» de los iranios, situados al norte del
grandes monos están en vía de des- nacimiento en varios centros de apa- necemos, y uno también el centro Indostán, porque la Armenia no está al oriente del
aparecer, y que los pocos que quedan rición, sin haber caracterizado ningu- desde donde se han ido esparciendo Sennaar, sino al norte, lista opinión, á la cual no
deja Vigouroux en La Oíble et les découvertes, e t c .
no son sino los testigos de la población no de ellos, sería hacer de él una ex- los primeros individuos poco á poco (tom. 1. lib. I, cap. IV, pág. 181), de reconocer
numerosa de los tiempos pasados. cepción única. Por más poligenista por todos los puntos de la tierra. Aún algún grado de prohabilidad, coincide más perfec-
tamente que la común y ordinaria con la de los na-
Esto sería una hipótesis absoluta- que uno sea, y por más especies h u - más: los naturalistas todavía pasan turalistas dichos, porque hace parar el arca de Noé
mente gratuita, desposeída de todo manas que quiera admitir, siempre más adelante y señalan á la especie en uno délos extremos de la meseta oriental arriba
mencionada; pero no se halla suficientemente justi-
hecho que hable en su favor, y es per- se verá precisado á reconocer que el humana un centro de aparición que ficada para que por ella hayamos de abandonar la
mitido responder por lo menos que acantonamiento primitivo del género casi concuerda con el señalado en la otra, generalmente seguida. Los hebreos bien sabían
Biblia. que la Armenia cae al norte de Babilonia, y no al
el gorila y el orang no hubieran podi- humano en un solo centro de apari- oriente, y sin embargo siempre estuvieron en la
do durar donde viven todavía el chim- ción, y la caracterización de este cen- Advirtiendo por una parte que al- persuasión, lo misino que los babilonios, de que el
pancé y el gibbon. Ahora bien; ¿qué tro por él mismo, son la consecuencia rededor de la gran meseta central del arca salvadora paró en Armenia, y no en otra par-
le. Por consiguiente, el texto en que funda toda s u
son ias áreas ocupadas por ellos, com- lógica de todos los hechos atestigua- Asia se encuentran así los tres tipos teoría el orientalista citado no debía hacerles á ellos
paradas con la humana? dos por la geografía geológica. Con fundamentales humanos, el blanco, el gran fuerza para creer que el punto de donde par-
mucha más razón verá todo monoge- tieron los hijos de Noé hacia Babilonia eran los
«Hasta aquí he dejado á un lado negro y el amarillo, como las tres montes del lndo-Kuscb, y no los de. Armenia. Lo
nista, en la especie privilegiada que formas también fundamentales de to- que para ellos sonaban las palabras nas'am miq-
los tipos excepcionales, tales como los
domina á todas las otras, uno de estos das las lenguas, á saber: el monosila- quedem (profecli sunt de oriente), no era que el
marsupiales, los desdentados, los ma- Ararat estuviese al orieulB de Babilonia, sino que
tipos especiales que caracterizan el bismo puro, el polisilabismo por aglu-
kis, etc. No quería fundar mi argu- la marcha emprendida por la familia de Noé s e
centro, la región donde ellos han apa,- tinación y el polisilabismo por fle- hizo en un lugar puesto á la parte oriental de la
mento en las formas desviadas del ca- Judea, donde, habitaban los judíos. Un este mismo
recido; como el ornithoringo, el aye- xión, y observando, por otra, que todos
mino común; tenía puesto todo mi sentido están tomadas las palabras referidas un
aye, el gnu, caracterizan la Australia losanimales domesticados en los tiem- poco más adelante en el mismo Génesis, cuando, al
empeño en mostrar la acción de las
meridional, Madagascar, el Cabo. pos más remotos nos han venido del hablar Moisés de la separación de Abraham y de
leyes en las especies de organismo, por Lot, dice de este último (cap. X I I I , vers. 2) que
decirlo así, normal. Mas los tipos abe- »En resumen, las leyes de la geo- Asia, concluyen que esta región ha se apartó del oriente, vaissa' míqquedein (recessit
ab oriente), puesto que L o t , para separarse de
rrantes son de un valor muy subido y grafía zoológica conducen á ver con 1
Quatrefages, L'espece humaine, cap. XV, nú- Abraham, caminó de poniente á oriente, y no de
nos proporcionan otra nueva clase de certeza en la especie humana el rasgo meros ñ-7, páginas 127-130.
4
68 UNIDAD DE ORIGEN DEL GÉNERO HUMANO.

guas no tuvo lugar hasta el tiempo hasta entonces todos los hombres es-
de la dispersión délas naciones, por- taban sujetos á las influencias exter-
que la Escritura nos dice terminante- nas de un mismo clima; y por otra
mente que • antes de este aconteci- parte, las costumbres y el régimen de
miento toda la tierra habitada por la vida, que es lo que más influye en la
familia de Noé era de un solo labio: mudanza física de los cuerpos h u m a - CAPÍTULO XXXV
erat autem térra labii unius et sermonum nos, eran también para todos unos
eorumdem. La multiplicación de los mismos. Por consiguiente, bien pudo
tipos es probable que tampoco prin- ser que los hombres, una vez separa- P R O S I G U E LA M A T E R I A DEL CAPÍTULO PRECEDENTE. RESPÓNDESE Á LAS
cipió hasta esa misma época, porque dos unos de otros en el campo de
DIFICULTADES DE LOS POLIGENISTAS
Sennaar, formasen el centro de apa-
rición polimórfico alrededor de la re -
oriente ;i poniente. El movimiento lo ejecutó en
una región colocada al oriente de la Judea, punto ferida meseta; que no se hallan tan
de mira del inspirado autor del Génesis, y esto lejos todos aquellos lugares del campo
bastó para que Moisés dijese que Lot vaissa' miq-
quedem (et recessit ab oriente). Véase sobre esto á
j de Sennaar, que no hayan podido s u -
Vigouroux, en el lugar arriba citado. ; ceder las cosas de este modo. •jtaEPoNTRA lo dicho en el capítulo an- Sesostris con los escitas , aparece
terior se levantan los poligenis- entre estos últimos una tropa aliada
tas, diciendo que la derivación de una con todos los caracteres de los actua-
tan grande multitud de razas de una les mogoles del Asia central. Añá-
1

sola no parece posible, sobre todo si dase á e s t o , continúan, que todos


se toma en cuenta la poca cantidad de estos tipos han persistido constantes
tiempo que generalmente admitimos hasta nuestros días, sin que el trans-
los católicos para formarlas, no ha- curso de tantos años los haya podido
biendo transcurrido, según la cronolo- alterar aún lo más mínimo. Esto
gía de la Biblia, desde el diluvio hasta mismo podemos decir de los judíos,
Moisés, en cuyo tiempo estaban ya j los cuales conservan por todo el mun-
bien definidos los tipos, sino el espacio do, y bajo todos los climas, sus mis-
de unos cuantos siglos. Las escultu- mas facciones. Aún m á s : en unas
ras, exclaman, y los dibujos que han mismas latitudes, y codeándose los
sido hallados en el antiguo Egipto, unos con los otros, hallamos hombres
nos presentan ya tipos perfectamente que desde épocas remotísimas han vi-
reconocibles; en la gran procesión de vido siempre con la diversidad de co-
Totmes IV, la cual data de unos mil lores que ahora presentan. «Compa-
setecientos años antes de Jesucristo, rad, escribe Berard, los habitantes de
se discierne perfectamente la cabeza las islas de Viti, Salomón, Nuevas
lanosa y prognata del negro de Etio- Hébridas, con los polinesios de las
pía, con su frente aplanada, con su islas de Tonga, Otaiti y Nuka-Hiva.
nariz remachada, con sus dientes obli- Los primeros son de color de hollín;
cuos, con sus labios salientes y con su sus vecinos, quizá desde hace ya tres
ángulo facial propio y característico. ó cuatro mil años, no han tomado to-
En el cuadro que representa la victo- davía el color de los etíopes.» «La
2

ria de Ramsés II sobre los negros, zona del Sudán, dice Broca, encierra
según se ve en el templo de Beyt-el- dentro de sí á la raza blanca de los
Walee, en la Nubia, Ramsés se dis- tuaricos, la cobriza de los fellahs, y
tingue perfectamente de los negros otras varias de color de ébano... E l
vencidos, como se distinguiría un negro más puro y más oscuro se ob-
griego moderno en medio de una po-
blación del Congo. En el otro, donde i Broca, Recherches sur Vlujbridité, pág. 433.
se halla representado el combate de na' 457. Berard, Cours de physiologie, tomo I, pági-
470 RESPÓNDESE Á LAS DIFICULTADES DE LOS POLIGENISTAS. 471
serva al norte del Senegal, en los necesidad de decir que en tiempo de sus padres fueron los compañeros de rente de la africana. «No queremos
yolofs, en torno de los cuales están Ramsés II existían los tales tipos. Y Vasco de Gama y de Alburquerque. tocar , escribía Mr. Eliseo Reclus en
los moros, nada más que morenos, que así haya sucedido , bien lo pode • Muy semejantes á los monumentos la Revue des Deux Mondes en i . ° d e
los fulahs, de color cobrizo, y los mos pensar sin temeridad alguna: los que elevaron sus abuelos yque cubren Agosto de 1 8 5 9 , la cuestión candente
mandingos, de color de tabaco. Los pueblos nunca suelen andar tan solí- el suelo con sus ruinas, ellos también de la esclavitud ; no haremos sino
hotentotes, tan amarillos que se ha citos en perpetuar sus glorias como han sido heridos de la degradación y consignar un hecho cierto: el progre-
tratado de identificarlos con los mo- cuando han perdido su grandeza p r i - de la vetustez. En medio del pue- so constante de los negros en la escala
goles, tienen por vecinos á los cafres, mera y comienzan á representar un blo malayo, con quien se han aliado social. Aun bajo el aspecto físico tien-
que son verdaderos negros; y en la papel secundario en el mundo. Enton- hace ya largo tiempo, los tres mil des- den sin cesar á acercarse á sus seño-
otra extremidad de África, los negros ces es cuando, acordándose de lo que cendientes de los antiguos portugue- res. Los negros de los Estados Unidos
lanosos del Sahara septentrional, los fueron en tiempos pasados, y compa- ses son lo que hay de más feo en lo no tienen ya el mismo tipo que los
descendientes de los antiguos melano- rando su antiguo esplendor con su físico y de más degradado en lo mo- negros de África. Su piel raras veces
gétulos, están enclavados en medio de presente abatimiento , procuran con- ral. Imposible sería confundirlos con es de un negro aterciopelado, á pesar
los mozambicos, de los biscaries, de solarse grabando.en piedras y pintan- los malayos de pura raza ; no tienen de que todos sus antepasados han
los tuaricos y de otros beréberes de do en lienzos las hazañas de sus ma- ni en la mirada ni en la actitud la sido comprados en la costa de Gui-
piel blanca.» ' yores. Esto es lo que pudo haber salvaje energía de estos hombres. Di- nea. No tienen los juanetes tan s a -
Finalmente, concluyen, ejemplo de acontecido á los egipcios , que t a m - ríase más bien que han tomado de las lientes , ni los labios tan gruesos , ni
esta persistencia de los tipos huma- bién tuvieron sus épocas de decaden- razas etiópicas el carácter que les dis- la nariz tan remachada, ni la lana tan
nos tenemos en los europeos que han cia y renacimiento como los demás tingue ; sus facciones tienen algo de crespa, ni la fisonomía tan bestial, ni
ido á América y á otras regiones des- pueblos. bestial. En una palabra, sobre su fren- el ángulo facial tan agudo como sus
pués del descubrimiento del Nuevo Pero demos que las pinturas y e s - te estrecha y aceitosa llevan la señal hermanos del antiguo continente. En
Mundo. «Casi todas las naciones de culturas en cuestión sean del tiempo de un rebajamiento moral. Las pobres el espacio de ciento cincuenta años
Europa han enviado á regiones leja- de Ramsés II ó de Moisés , que viene gentes no tienen idea alguna de sus han salvado, bajo este aspecto, una
nas una parte de su población; ahora á ser lo mismo , pues el famoso con- gloriosos antepasados: la tradición, buena cuarta parte de la distancia que
bien: sea cual fuere el tiempo trans- quistador egipcio parece haber sido recuerdo consolador de las razas caí- les separa de los blancos.» En la mis-
currido, ni Inglaterra, ni Francia, ni contemporáneo del caudillo de los is- das, se ha borrado dé la memoria de ma forma se expresa Reiset , citado
España desconocen en los rasgos de raelitas. Esto sucedió, cuando menos, este pueblo. La mayor parte de ellos por Quatrefages en el Boletín de la So-
sus colonos las facciones de los habi- setecientos años después de la disper- llevan nombres ilustres , é ignoran ciedad etnológica, diciendo: «El africa-
tantes de la madre patria.» ' sión sobredicha, y en setecientos años quiénes fueron sus padres , y con qué no llega á las Antillas con todos los
Examinemos estas razones de nues- ya tenían tiempo los hombres para luz de los tiempos pasados están ilu- caracteres del negro. El criollo , hijo
tros adversarios, dirigidas á probar formar diferentes razas con la varie- minadas sus tinieblas... Causa verda- de negro y negra puros, reproduce sus
la persistencia absoluta de los tipos, dad suma de costumbres y género de deramente espanto calcular las pérdi- caracteres, pero atenuados. La cara,
pero que sólo indican una permanen- vida que debió nacer en todos ellos al das que estos hombres han sufrido. en particular, pierde su carácter de ho-
cia relativa de los mismos , siempre verse en lugares tan diversos. En el En el espacio de medio siglo quizá se cico. Los cabellos y el color persisten;
que permanezcan las circunstancias poco tiempo que ha transcurrido desde han borrado de su memoria religión, mas bajo todos los otros aspectos, el
que los han producido. Y comenzan- la llegada de los portugueses á Cali- moral, tradición, lenguaje, escritura. criollo se va aproximando cada vez
do por la que ha sido puesta en primer cut, afines del siglo XV, hasta nues- La pereza más repugnante y la ausen- más y más al blanco.» Y el mismo
lugar, toda ella se reduce á que ya en tros días , se ha formado en Malaca cia de toda necesidad se han sucedido Quatrefages añade lo siguiente: «Mon-
tiempo de Ramsés II estaban forma- una raza enteramente nueva; de suerte en ellos á los goces laboriosamente sieur Lyell también, después de haber
dos los principales tipos de la familia que , si no fuera por los documentos adquiridos.» 1
practicado numerosas investigaciones,
humana. ¿Y cómo prueban esto nues- históricos y por otras circunstancias Otro ejemplo: la mudanza pronta ya preguntando á los médicos que vi-
. tros adversarios? Las pinturas y es- que acompañan á sus individuos, sería en sentido opuesto al precedente, nos vían en los lugares donde había e s -
culturas en que fundan todo el apara- muy difícil reconocer su procedencia. la ofrecen los negros de los Estados clavos, ya recibiendo el testimonio de
to de su argumentación, podrían ha- He aquí lo que de estos hombres mi- Unidos; los cuales, con sólo participar aquellos que habían fijado su atención
ber sido hechas muchos años después serables y degradados nos refiere el de la civilización americana , y sin sobre este objeto, halló que, sin mez-
de los acontecimientos por ellas re- Dr. Ivan en las siguientes palabras: mezclar su sangre con ninguna otra, cla alguna de razas, la cabeza y el
presentados. En tal caso ya no habría «Por la mayor parte son (estos hom- han formado ya una raza nueva, dife- cuerpo de los negros, por el solo con-
bres) los descendientes de los anti- tacto íntimo que tienen con los blan-
1
Broca, Rechtrchet, etc., pág. 47S. 1
h a n , De France en Chine, l'an's, 1853. pági- cos, se acerca en cada generación más
* Berard, Cows de Phytiologie, pág. 461.
guos conquistadores de la Malasia ; nas 224-227.
472 RESPÓNDESE Á LAS DIFICULTADES D E LOS POLIO E X I S T A S . 473
y más á la configuración europea.» 1
familias de Nueva York y de Pen- en el conjunto de su organización y pueblos notable mudanza en breve es-
Y no son los negros solamente los silvania que han conservado pura su en su fisonomía se encuentran m u - pacio de tiempo. «Si no hubiese otras
que así se transforman en los Estados sangre durante uno ó dos siglos, y chos caracteres propios del tipo euro- circunstancias, escribe Mr. Reclus en
Unidos con el nuevo género de vida acerca de las poblaciones en tiempos peo, aun en la conformación de la ca- los artículos arriba citados, que con-
que allí llevan: este fenómeno se ob- más remotos establecidas en el Ken- beza, que ha dejado de ser pirami- trabalanceasen á las del clima, podría
serva también en los mismos blancos tucky y en las riberas del Mississipí. dal.» Aquí tenemos que los turcos suceder muy bien que los americanos,
1

que van á establecerse allí desde I n - ¿No ha observado, lo mismo que nos- osmanlis, con algunos siglos de vida al cabo de algunos siglos, tuviesen el
glaterra; pues de ellos ha salido una otros, una alteración sensible, no sólo civilizada semejante á la nuestra, color de los naturales, sea el que fue-
raza enteramente nueva y distinta de en las facciones, mas también en el han dejado su forma mogola para t o - re el lugar de su procedencia, Irlanda,
la inglesa, así en lo físico como en lo carácter ? Aparte de la civilización mar la caucásica ó europea. Francia ó el Congo.» La misma ob-
moral: la raza yankee. «Allí también, europea que ha ido en pos de ellos, se En vano pretenden algunos que servación se halla escrita en la Revue
escribe Pozzy á este propósito, bajo hallan ya en unos, juntamente con el esta transformación es debida al cru- des Deux Mondes, correspondiente al
la influencia del medio, se ha formado ángulo facial, la fiereza y astucia pro- zamiento de los turcos con las circa- día 15 de Diciembre de 1850, con
una nueva raza blanca, derivada de la pias de los iroqueses, y en otros el ex- sianas guardadas por ellos en sus h a - respecto á los criollos del Canadá.
inglesa, y que podemos llamar con el terior, la aspereza, sinceridad é inde- rems; porque la transformación es co- «Una larga permanencia de estos crio-
nombre de raza yankee. Los testimo- pendencia de los illineses y del Che- mún á toda la raza, y los harems son llos en América en el sobredicho lu-
nios son demasiado numerosos, dema- rokee.» 1
cosas de los ricos y de los grandes gar, se dice en ella, les ha hecho per-
siado positivos, para que sea posible En los turcos hoy día existentes solamente. L a masa del pueblo no se der los vivos colores de su propia en-
ponerlos en duda. Los poligenistas tenemos otro ejemplo de transforma- une sino con los de su propia raza, carnación . Su color ha tomado un
más decididos, aun los señores Nott ción física verificada en pocos años. porque los turcos y los griegos se matiz de gris subido. Sus cabellos
y Gliddon, se han visto obligados á Tanto los kirghis como los osmanlis odian mutuamente, y las creencias negros caen absolutamente sobre las
reconocer el hecho, si bien no han de- descienden de la ra?a antigua de los religiosas que profesan unos y otros sienes como los del indio. Ya no se
jado de esforzarse para disminuir sus turcos que ya antes de la Era cristia- los alejan sobremanera, y no permi- reconoce en ellos el tipo europeo, y
dimensiones. El aumento de la talla, na se hallaban establecidos en la Tar- ten que se verifiquen entre ellos unio- mucho menos el tipo galo.»
el ensanche de las órbitas, la diminu- taria, al norte de la China. Los kir- nes de esta especie. Ni para llegar á un alto grado de
ción de los tejidos adiposos y de los ghis, que han permanecido con su Finalmente, los colonos ingleses, civilización se necesitan más de los
aparatos glandulosos, el alargamien- vida pastoril de siempre, conservan que tan breve tiempo llevan en Aus- siete siglos arriba referidos; porque
to delcuello: tales son, entreoirás, las la fisonomía y Tos caracteres genera- tralia, ya han sufrido allí una trans- los hombres no comenzaron después
modificaciones profundas que ha reci- les que los autores asignan á los tur- formación notable. «Los currencys, ódel diluvio por el estado salvaje, sino
bido el tipo inglés en el medio ame- cos primitivos. Son pequeños y por criollos australianos, escribía Cun- que heredaron, por medio de Noé, pa-
ricano. Edwards, Smith, Carpenter, extremo feos; en sus facciones presen- ninghan en 1826, se hacen grandes y dre común de todos ellos, la civiliza-
Mr. Desor, el mismo Knox, con todo tan los rasgos característicos de la esbeltos como los americanos, y son ción antigua de los antediluvianos; y
su poligenismo, están unánimes en raza mogola, á la cual pertenecen; en general notables por la propiedad buena prueba de ello tenemos en la
reconocerlo.» Luego cita en el mis-
2

tienen la barba rala y el tinte more- sajona de los cabellos rojos y de los misma torre de Babel, que intentaron
mo lugar el testimonio del abate Bras- no, y se señalan sobre todo por lo ojos azules; pero su color, aun cuando edificar tan alta como las nubes. Fue-
seur, quien se expresa sobre esta ma- muy piramidal de su cabeza. Algunos jóvenes, es de un cñnarillo pálido. E n ra de que aun cuando quisiéramos su-
teria en los siguientes términos: «Un siglos han bastado para que todas es- una edad más avanzada, fácilmente poner á los egipcios menos adelanta-
pequeño número de años ha bastado tas cualidades hayan desaparecido de se les distingue de los nacidos en In- dos en la civilización antes de la in-
para establecer una distinción ya muy los osmanlis, que hace ocho siglos glaterra. Las mejillas rosadas no son vasión de los hicsos y en tiempo del
marcada entre los americanos moder- forman parte del Imperio otomano, de este clima, así como tampoco de primer Imperio, una vez asentados á
nos y los ingleses, de quienes ellos entrando en su lugar otras muy dife- América, donde un color fresco traerá las riberas del Nilo, bien pudieron ha-
descienden. Nosotros rogaremos al rentes. «Los turcos osmanlis, dice sobre sí indudablemente esta obser- cer rápidos progresos; que la persis-
viajero que con ojo atento haya reco- Godron, constituyen una raza muy vación: Usted es del viejo mundo.» tencia en un mismo estado de abyec-
rrido los Estados Unidos, nos diga hermosa: tienen la barba espesa y Hasta el mismo color de la piel, ción sólo acompaña á los pueblos
qué es lo que piensa acerca de ciertas larga, los ojos cortados en forma de que es lo que parece ofrecer más te- sumidos en la barbarie, y el pueblo
almendra, y no enfrenados: además, naz resistencia á las transformacio- egipcio desde un principio aparece
1
Pozzy, La Ierre el le rccil biblique, Appemli- nes, ha sufrido también en algunos civilizado en la historia. Una vez co-
i'c. páginas 548-Ü49. ' lirassi'ur, Mitotee des n a í í o n s eicílisee.s dti menzado el progreso, la rapidez en
2
Pozzy, loco cítalo. Appenilin\ par o.", pági- Aiexitjueet de I'Améríquecéntrale thirant les sitíeles ' (íodron. De Vespéce el des races, lomo I I , pá-
nas S53-S5B4. antérietirs ti C.hrislophc Colamb. ginas 321-322. desenvolverse no suele ser difícil: la
474 RESPÓNDESE Á LAS DIFICULTADES
D E L O S L'OT
.IC.KNl.s I A S . ,J7T,

dificultad siempre está en el comienzo, mación de las razas humanas, como verificados entre la dispersión de las tenecientes á la raza negra oceánica,
el cual siempre viene de fuera. ¿No con argumentos muy eficaces prueba gentes, y la salida de Egipto del pue- pertenecen evidentemente aun mismo
vemos á los antiguos mejicanos llegar Mr. Godron, no pudo menos enton-
1 blo hebreo. Sin faltar á la Biblia, po- tronco, como lo prueba la identidad
en breve tiempo á un alto grado de ces de ser muy grande, estando los demos suponer, no 700, no 900 años, de caracteres físicos y lingüísticos en
civilización, una vez puestos en este pueblos en el período de su esparci- sino aun 1.000 y 2.000, y cuantos se ellos reinante, pues en todos se ven
camino por los que habían invadido miento, sujetos á muy variadas impre- necesiten para el desarrollo histórico los mismos rasgos fundamentales y se
su territorio? Ciento treinta años con- siones, según eran muy diferentes los de los hijos de Adán, como lo hare- oye hablar la misma lengua. Sin em-
taba solamente de vida propiamente lugares que iban ocupando en el globo mos ver en el capítulo siguiente. bargo, según el género de vida que
civil aquel pueblo ilustrado á la lle- con las emigraciones continuas. Vengamos ahora á la segunda difi- cada uno de ellos está obligado á lle-
gada de los españoles, y Motezuma Por lo demás, la Sagrada Escritura cultad, fundada en la persistencia de var por las condiciones topográficas
era el noveno rey del imperio. Los 1
no nos obliga á encerrarnos en un pe- los tipos durante una larga duración del país en que reside, así también
darwinistas se complacen en pintar la ríodo tan estrecho como es el de 7 0 0 de siglos. Esta persistencia no es sino las modificaciones físicas resultantes
razón del hombre lenta y perezosa en años para explicar los acontecimientos una consecuencia natural del género son diversas. Los jefes se diferencian
su desarrollo; pero nada de esto su- de vida que han llevado siempre los mucho de la gente plebeya, así en !a
cede cuando hay uno que la instruya, ' Godron, loco cítalo, l. II, lib. III, cap. 111. pueblos en quienes se descubre el tal talla como en otras propiedades físi-
prendiendo en ella la llama del saber, Entre otras cosas, hace ver esto en los germanos y fenómeno. Así, por ejemplo, los j u - cas; y los habitantes de las islas fér-
en los antiguos galos. Sobre los primeros escribe:
y este uno siempre ha existido en la «Los germanos de Tácito, estos patagones de la Eu-
díos, donde quiera que han fijado su tiles son mucho mejor conformados
tierra después que Dios instruyó al ropa antigua, no se .-ncuenlran ya en Alemania domicilio, han conservado los rasgos que los que viven en las pobres y es-
primer hombre en el paraíso. con los caracteres que este eminente historiador le* fundamentales de su raza; pero tam- tériles. «Esta verdad se hace evidente,
atribuye, diciendo: Truccs et caerulei oculi, rutilae
Todo esto sea dicho, no porque nos- comae, magna corpora et tanlum ad impetum va-
bién han sido siempre constantes en escribe Godron, si se ponen en paran-
otros queramos defender que desde la lida; laboris atque operum non eadem patientia permanecer adheridos á sus creencias gón los polinesios de los archipiélagos
dispersión de las gentes pasaron siete
minimeque sitini aestumque tolerare frigora atque religiosas, y con esto en guardar cui- de la Sociedad, de las Marquesas, de
inediam coelo solove assucrerunl. (Tacitus, De mo-
siglos solamente, sino porque vean ribus germanorum libellus, cap. IV.) Hoy día no dadosamente las mismas costumbres los Amigos, etc., con los desgraciados
nuestros adversarios cuan sin sustan- es posible reconocer por medio de estos caracteres causadoras de los caracteres sobre- habitantes de las islas Pomotu, á
á los habitantes de estos mismos países. Mas tam- dichos. A los colonos ingleses, es- quienes la pobreza de su estrecha mo-
cia es el argumento que contra la uni- bién ¡cuan grande es la diferencia que media entre
dad de origen del género humano pre- la Germania salvaje y la Alemania civilizada! Qui- pañoles y holandeses les ha suce- rada mantiene en el estado de la más
tenden fundar en la antigua forma- zá se atribuyan estos caracteres á los cruzamientos dido otro tanto: han seguido siempre profunda barbarie, y la escasez de re-
con razas extrañas; pero ya veremos más adelante
ción de los tipos humanos. La historia con los mismos caracteres físicos en cursos obliga á vivir desnudos y á
en qué clase de circunstancias modifica este linaje
de los tiempos recientes, que todavía de causas los caracteres de una raza.» (Pág. 3 1 4 . ) sus nuevas moradas, porque no han buscar en los inciertos productos de
casi podemos nosotros tocar con las
Sobre los segundos se expresa en estos términos: variado en sus caracteres morales; la pesca los medios principales de su
«Tampoco se encuentran estos antiguos galosde las
manos, nos está diciendo á voz en provincias belgas, tan perfectamente conocidos de
cada uno de ellos ha sido firme y subsistencia. Hecha esta compara-
grito que la naturaleza humana, pues- Amiano Marcelino, que vivió largo tiempo en me- constante en vivir con los mismo usos ción, se verá que estos infelices pre-
ta en convenientes circunstancias, es
dio de ellos, y nos ha dejado el retrato siguiente: y costumbres que había recibido de su sentan de su miseria un aspecto triste
Celsioris slalurae el candidi pena galli sunt omnes
muy capaz de formar los referidos et rulili, luminumque lorvitate lerribiles, aeidijur-
madre patria, y así naturalmente, la y salvaje, y que se apartan de los tai-
tipos en el tiempo por ellos imagina- giorum et sublalius ¡nsolesccntcs. Nec enim eorum mudanza física que han experimen- tianos y nukahibianos, menos quizá
do. Tanto más que nuestra natura-
quemqnam adhibita uxore rixantem, multo forliore tado ha sido muy pequeña. No ha su- en los rasgos principales de su fiso-
et glauca, peregrinorum ferrc poterit globus: lum
i

leza ahora obra sobre tipos ya asen- máxime curu illa Ínflala cervice suffrendens, pon- cedido lo mismo á los portugueses nomía, que en sus formas corporales
tados y en circunstancias mucho me- deransque niveas ulnas el rustas, admixtis calcíbus, establecidos en Malaca, por la razón desgraciadas y desproporcionadas.» '
emitiere coeperil pugnos ut catapultas tortilibus contraria arriba expuesta. Y esto se Por lo que toca á la diferente co-
nos propicias que las que se debieron nervis excusas. Meluendae voces complurium et mi-
ofrecer después del diluvio. Con aque- naces placatorum juxla el ¿rascentium.» (Anini. ve muy claramente por lo que acon- loración de las dos razas existentes en
lla catástrofe espantosa la tierra debió
Marcell., Ilcrnm gestarum. lib. X V , cap. X I I . ) tece á los individuos de esta misma la Oceanía, antes de hablar de ella,
Ninguno de estos caracteres puede ser atribuido á
quedar muy saturada de humedad por los franceses de nuestros días, y mucho menos á las
nación en el Brasil: allí han sido fieles los poligenistas nos deberían probar
todas partes, y llena de otros agentes señoras francesas. Pero también se ha obrado una en guardar los usos de la madre pa- que la existencia de entrambas razas
muy activos que debieron influir muy
transformación completa en las costumbres de nues- tria, y su físico también ha permane- en la misma región data de muy a n -
tra nación desde los tiempos de Amiano .Marcelino.
poderosamente en el organismo del Para hallar hoy día los originales de estos retra-
cido, en consecuencia, sustancial- tiguo. Mas esto es lo que no pueden
hombre. Además, la variedad de cos- tos, que con mano maestra nos han trazado los au- mente el mismo. ellos hacer, porque ha habido trans-
tumbres, causa principal de la for-
tores latinos, sería preciso ir á la península escan- migraciones á estas islas en diferen-
dinava; allí es donde se encuentran todavía enln' En los polinesios se observa el mis-
las gentes del campo, las cuales han conservado la
mo fenómeno que acabamos de indi-
1
J. Acosla, Historia natural ¡j moral di las vida sencilla de sus antepasados. (Godron, loco cí-
Judias. Sevilla, 1590, lib. VI, cap. VII. talo, páginas 31 i-315.) car. Todos ellos, exceptuando los per- (,.>il 1-1111, ¡neo cítalo, pag. 327.
3-
476 RESPÓNDESE Á LAS DIFICULTADES DE LOS P O L I G E N I S T A S . 477

tes tiempos. «Sin que pretendamos re-1 ó no en ellos alguna transformación .nadas con los agentes físicos que con á verlo jamás en todos los días de su
solver el difícil problema relativo al notable. ¿Y si dijéramos, con Mr. Go- los fenómenos más íntimos de la or- vida. La curiosidad, el deseo de des-
origen de las gentes de la Polinesia, dron, que las causas de la coloración ganización, los cuales, en el estado cubrir nuevas tierras para enriquecer-
escribe á este propósito Pozzy, esta- de la piel no son extrínsecas al sujeto, actual de la ciencia, se nos escapan y se ó para hallar un modo de vivir más
mos autorizados para creer, por lo que sino intrínsecas? E n este caso, aun- permanecerán quizá siempre cubier- acomodado y menos trabajoso, el
se infiere de ciertos hechos, que se que estén en una misma región dos tos con un velo impenetrable á la amor á la vida, puesta en peligro con
han hecho emigraciones á ella en pueblos, bien podrá suceder que el ciencia.» 1
la invasión de algún pueblo vecino
épocas indeterminadas, las cuales ex- uno adquiera el color negro, y el otro ¿Quién sabe si la raza de Cham, en feroz y sanguinario, y otras muchas
plican la diferencia de tipos en medio se quede con el blanco, ó con el ama- castigo del ignominioso pecado que cosas semejantes, son otros tantos
de circunstancias idénticas. Un ejem- rillo ú otro cualquiera. Una enferme- cometió este mal hijo contra su p a - motivos suficientes para que el hom-
plo entre otros varios. La isla de las dad, una afección interna, moral ó dre, quedó degradada ya desde un bre abandone presuroso la tierra en
Pascuas forma parte del archipiélago fisiológica en algunas circunstancias principio, y fué invadida del color ne- que se crió, y vaya á buscar en el mun-
polinesio. Sus habitantes, como los especiales habrá determinado en un gro, oyendo el Señor la maldición que do otras más pacíficas y deleitables.
de las islas de Tonga, Otaiti y Nuka- sujeto cualquiera un modo de colora- sobre ella había echado Noé? Pero Y en lo de trasladarse de un lugar
Hiva, no tienen el tinte etiópico que ción particular, que luego habrá trans- tiempo es ya de que soltemos la otra á otro, ora por tierra, ora por mar,
caracteriza á sus vecinos de la Melane- mitido á sus hijos por medio de la ge- dificultad de los poligenistas, basada ¿quién hay que, en el estado presente
sia. Esta diferencia, á primera vista, neración ¿Cómo se verifica esta en los obstáculos externos que debie- de la ciencia, pueda poner seriamente
nos causa sorpresa; pero esta sorpre- transformación de colores en los ani- ron experimentar los hombres para algún impedimento? La Polinesia, sin
sa se disminuye con la noticia de que males? E l modo para nosotros es un difundirse por el globo, en la suposi- género alguno de duda, ha sido po-
la isla de las Pascuas, lo mismo que misterio, si bien el hecho ninguno ción de que todos ellos hayan salido blada por gente malaya salida del
la de Taiti, ha sido poblada por m a - que esté en sano juicio lo puede po- de un solo centro. Asia, como con argumentos claros lo
layos. Al menos esto es lo que se ha ner en duda. Dígase, pues, otro tanto No hay punto de la tierra, dicen, demuestra Quatrefages '. Todos los
concluido de un hecho que llena de de los hombres, los cuales en su parte ni en las islas ni en los continente s, habitantes de la Polinesia, desde la
admiración á todos los viajeros, á sa- inferior y animalesca están regidos donde no haya aparecido alguna clase isla de las Pascuas hasta las islas de
ber: de las enormes plataformas con por las reglas generales de los orga- de hombres al ser descubierto. ¿Cómo Viti, y desde Sandwich hasta las islas
que están recubiertos los sepulcros, y nismos corpóreos. Dice á este propó- es posible que desde la Armenia se Bajas, pertenecen á un mismo tron-
de las gigantescas estatuas colocadas sito Godron, después de haber refuta- hayan difundido los hombres por to- co, constando esto por las tradiciones
encima de ellas. La opinión más pro- do todas las opiniones que ponen las dos ellos, ocupando la Polinesia, la universales de los tales isleños, y sien-
bable es que los escultores de estas causas de la coloración de la piel en Australia y toda la inmensa extensión do, por otra parte, cosa averiguada
estatuas y los constructores de estas los agentes físicos exteriores al suje- del continente americano en el espa - que todos ellos tienen los mismos ca-
plataformas no son procedentes de la to: «Por otro lado, con observaciones ció de unos cuatro ó seis mil años? racteres físicos, los mismos usos y cos-
Malasia, sino de la misma India. numerosas hechas en los animales, Este es el otro argumento funda- tumbres, y la misma lengua. El punto
Efectivamente, sólo en estas islas, en principalmente domésticos, hemos de- mental que en favor de su sistema de partida, según dichas tradiciones,
Java por ejemplo, se encuentran mo- mostrado que el melanismo, el ery- aducen los secuaces del poligenismo, fué la isla de Buró, situada no muy
numentos de este género y de una thrismo, el albinismo, desempeñan el teniendo por imposible la unidad de lejos del Ecuador, en las Molucas. De
importancia aproximativa.» papel principal en la coloración de los
1
origen creída por los católicos, y por allí se extendieron hasta Nueva Gui-
mismos, y podemos concluir, con todo contraria además al instinto natural nea, donde hallaron ya establecida la
La misma consideración puede apli- rigor demostrativo, que lo propio debe que tienen todos los hombres de vivir raza negra, la cual los rechazó hacia
carse á los diversos pueblos del Su- suceder también en el hombre, h a - en el país de su nacimiento. Veamos las islas de Salomón. Llegado que hu-
dán. ¿Quién sabe desde cuándo están llándose sujeto como ellos á las mis- de responder á él con la mayor breve- bieron á estos lugares, fueron avan-
viviendo los unos junto á los otros? mas leyes fisiológicas. Las coloracio- dad posible. zando hacia el Oriente de isla en isla,
Fuera de que también se ignora en nes diversas que distinguen á las
En primer lugar, por lo que toca al hasta que se hallaron en Viti, Tonga y
qué condiciones fueron á establecerse diferentes variedades de la especie
instinto, no puede haber ningu na di- Samoa,desde donde se esparcieron por
en aquellos lugares, y qué clase de humana, están mucho menos relacio-
ficultad. El hombre, además del ins- un lado hasta Nueva Zelandia, por
conformación física llevaban cuando
tinto sobredicho, tiene otros más po- otro, hasta las Marquesas y hasta la
llegaron á ellos; lo cual, sin embargo, i La revista intitulada Les Mondes, en el nú- derosos que le hacen con frec uencia isla de las Pascuas, y por otro, final-
era necesario conocer para que pudie- mero ile lo de Octubre ile-1881, pág. 183, trae un
abandonar el país natal para no volver mente, hasta Sandwich.
se averiguarse si el medio ha obrado i-aso reciente de un francés convertido en negro por
electo de unas calenturas iiilerniileiite.s conlraid.n j
el año 00 de este siglo en la campiña romana, cuan-
1
Godron, De Vespéce el d<"> nu-cs, tomo 11, pá-
gina 290. | i (Jualrefagcs, L'espéce humaine, cap. XVII.
do era soldado del emperador .Napoleón H l .
1
l'ozzv. La Ierre el le reml, e t c . , (KÍJJS. 'ii-i-íüS.
DU LOS P O L I G E N I S T A S . 47a
478 R E S P Ó N D E S E Á L AS DIFICULTADES

•Ja tierra. Ahora bien; cuan perfecta- Nueva Guinea, y ésta se halla en re-
Hasta hace poco tiempo se había comandante Maury, las cartas del ca-
mente respondan á esta condición los lación muy fácil con la península de
creído este derrotero imposible, por no pitán Kerhallet, nos han enseñado
malayos, es cosa que todos sabemos. Malaca por medio de las Molucas,
estar todavía bien conocidos los ali- que el cloud-ring pasea sus vientos va-
Así es que los hombres que se han Macassar y Borneo, como lo puede
sios y monzones que visitan en deter- riables sobre 20 grados en la área ma-
hecho cargo de estas condiciones, observar cada uno echando una sim-
minadas épocas aquella región, y por rítima de que se trata. Sabemos, sobre
como Malte-Brun, Homme, Lesson, ple ojeada sobre una carta de la
no tenerse noticia de otros fenóme- todo, que cada año el monzón se sobre-
Rienzi, Beechey, Wilk, etc., no han Oceanía.
nos que suelen acaecer en el Pacífico; pone á los alisios y sopla hasta más
dudado un momento en mirar la Po- Resta tan sólo el Nuevo Mundo,
pero al presente ya se ha adquirido un allá de Sandwich y de Taiti; tanto
linesia como poblada por gentes que pues lo demás no ofrece la menor
conocimiento más completo de todas que, en lugar de tener vientos contra-
han avanzado del Oeste al Este.» 1

dificultad. Ahora bien: el Nuevo Mun-


estas cosas, quedando disipadas con rios los que navegan hacia Oriente, lo
él todas las dificultades. Oigamos al tienen muy favorable durante varios Aún más; no sólo consta por las do ha podido ser muy fácilmente po-
sabio Quatrefages exponer con breve- meses. tradiciones dichas lo que acabamos de blado por habitantes del Antiguo,
dad y maestría este asunto, como per- «Las consideraciones sacadas de escribir, sino también la época en que yendo á él por varios puntos. E n
sona que lo ha estudiado muy á fon- las corrientes conducen, poco más ó han sido pobladas varias islas princi- primer lugar, es cosa muy sabida la
do, dando sobre él á luz un libro con menos, á los mismos resultados. E n pales de la Polinesia hasta entonces proximidad de uno y otro continente
el título de Les polinésiens et leurs mi-el Pacífico, la corriente ecuatorial que desiertas, y la clase de canoas con que por el Estrecho de Behring. A uno y
grations. «La Polinesia, escribe, no va de Este á Oeste forma en realidad fué ejecutada la travesía. A las Mar- otro lado de dicho Estrecho habitan
está precisamente tan aislada como se dos grandes ríos oceánicos distintos y quesas llegaron los naturales de Ton- gentes de una misma tribu, que viven
la ha querido suponer. La sola inspec- separados por una ancha contraco- ga hacia el año 419 de la Era cristia- desde muy antiguo en continua co-
ción de las cartas hubiera dado á cual- rriente que marcha en sentido opues- na: los de Taiti á Sandwich, hacia municación, por medio de embarca-
quiera derecho para pensar que un to. Esta última se extiende al Norte el 701; Rarotonga fué colonizada á ciones muy sencillas. Nada más fácil
pueblo marítimo, habituado á reco- por casi toda la área polinésica, y se principios del siglo X I I I , y Nueva que el paso del uno al otro continen-
rrer el Archipiélago malayo, ha debi- abre, por decirlo así, en la desembo- .Zelandia á principios del XV. te por esta parte. Además del mismo
do extender más de una vez sus c o - cadura del Archipiélago indio. Todo Las canoas en que se hacían estas Estrecho, donde los dos continentes
rrerías más allá de Nueva Guinea. indica que ella ha desempeñado un emigraciones estaban formadas por están casi tocándose, por decirlo así,
Este hecho está hoy día puesto fuera oficio muy principal en lo relativo á dos piraguas fuertemente unidas entre hay más abajo una cadena de islas
de toda controversia. Más allá los Ar- la dispersión de las razas que ha teni- sí, de suerte que podían llevar muy llamadas Aleutias, que ponen en co-
chipiélagos de Nueva Bretaña y de las do lugar en todas las provincias de la bien nada menos que 140 guerreros municación al Kamtchatka del Anti-
islas de ¡Salomón ponen, por decirlo Oceanía y al Este de la Malasia. cada una. Además, en piraguas más guo Mundo con la península de Alas-
así, á los navegantes un poco aventu- sencillas, formadas de un solo ma- k i del Nuevo.
«Finalmente, se sabe que los fenó-
reros en la ruta de las islas Fijis. Una menos atmosféricos distan mucho de dero, saben hacer los salvajes de la Fuera de esto, más al Sur todavía,
vez llegados á este Archipiélago, por ser absolutamente regulares, no me- Polinesia viajes de 100, 200 y 400 la corriente de Tessan, llamada por
poco acometidos que se sintiesen del nos en el Pacífico que en otras partes^ leguas, guiados por las estrellas y lle- los japoneses Kuro-Sivo {Rio Negro),
deseo de descubrir nuevas tierras, de- Este mar tiene, como los otros, sus ti- vados en alas de los alisios, que ellos abre un ancho camino á los navegan-
bieron llegar á la Polinesia propia- fones, sus tempestades, que cambian conocen muy bien. Añádase á esto tes para llegar á las costas de Cali-
mente dicha. La Nueva Zelandia al instantáneamente la dirección de los que, ya por una tempestad casual, fornia. Esta corriente ha debido poner
Sur, sin embargo, y las Sandwich al vientos, los cuales arrastran á los bu- ya por la costumbre bárbara de meter sin duda más de una vez en los tiem-
Norte, quedan todavía fuera de este ques, á despecho de las corrientes^ estos isleños á sus enemigos vencidos pos antiguos en dichas costas á mu-
itinerario indicado por la geografía. con sus mujeres é hijos en pobres chos pescadores contra su voluntad,
Las islas, los islotes de que está sem-
piraguas, y de arrojarlos así á mer- como llegan hoy día los cuerpos flo-
«Para que los marinos intrépidos brado, han debido recibir hartas veces ced de las olas, han llegado muchos tantes y los juncos abandonados por
fueran detenidos en este camino, h u - á marinos extraviados; y nosotros ci- de ellos á islas que de otra suerte los orientales desde todos los puntos
biera sido necesario que los vientos y taremos ejemplos de esto. jamás habrían sido habitadas por los que baña el río Negro.
las corrientes les fuesen contrarios é «Lejos, por consiguiente, de ser hombres.
irresistibles. Mientras se ha creído en imposible la población de la Polinesia Demás de esto, la corriente ecua-
la universalidad y constancia absolu- por navegantes salidos del Archipié- De la Melanesia no hay necesidad torial del Atlántico ofrece también
ta de los vientos alisios, se les ha po- lago indio, es relativamente fácil en de escribir una sola palabra. La Aus- otro camino para llegar de África á
dido atribuir este papel. Mas los es- ciertos momentos del año, con la sola tralia se está dando la mano con la América, adonde sin duda han debido
tudios llevados á cabo con la mira de condición de que los navegantes sean- 1
(Juatri'íagi's, L'espéce. humaine, eliap. X V I I ,
ser arrojados en tiempos antiguos
facilitar el comercio, los escritos del atrevidos y no teman perder de vista algunos habitantes del territorio afri-
480 RESPÓNDESE Á LAS DIFICULTADES D E LOS POLIO EXISTAS. 4S1

cano por alguna tempestad ó cosa se- tra el oro, la plata y el cobre, pero n o la liebre, la serpiente, el mono, el pe- tierras, y hallar en ellas lugares m e -
mejante, como ha sucedido en los el hierro, cosa que no puede convenir rro y un pájaro; de todos los cuales jor acomodados para la vida. En solo
nuestros. E n efecto, en 1770 un buque al Japón, como había imaginado Kla~ es claro que ninguna aptitud natural cinco meses anduvieron el siglo pa-
cargado de trigo, por un descuido de proth, y sí solamente al Nuevo-Mun- podía haber sugerido su adopción en sado los kalmucos un espacio de 700
los marineros, fué arrebatado de esta do. Según los referidos libros, hacia los dos continentes. Esta extraña leguas, venciendo dificultades inmen-
corriente y llevado desde las Canarias mediados del siglo V partieron del coincidencia se aumenta también con jsas, ya por parte de la estación, exce-
hasta la costa de Guayra, cerca de país de Ki- Pin á Fu-Sang, misioneros el hecho curioso de que muchos de los sivamente fría, ya por parte de los
Caracas. Lo mismo, pues, habrá po- de Budha Con el fin de anunciar á sus signos mejicanos que faltan en el zo- lugares que atravesaron, ásperos y
dido suceder á otros en la antigüedad, habitantes la doctrina de este hombre díaco tártaro se hallan en los shastras fragosos en extremo, ya, en fin, por
que sin saberlo se pondrían en dicha famoso, y de ello hacen también men- indios exactamente en las posiciones parte de sus enemigos los rusos, que
corriente. ción los libros de los japoneses. Y que correspondientes; y no son menos ar- pretendían cerrarles el paso para que
Finalmente, la Groenlandia presen- llegaron en efecto á América los tales bitrarios éstos que los primeros: una no pudiesen volverse á la China, de
ta otro medio de comunicación entre misioneros, parecen confirmarlo las casa, una caña de azúcar, un cuchillo donde habían salido. «El Éxodo de los
los dos continentes mencionados, y semejanzas incontestables que existen y tres huellas de pie.» 4
kalmucos, escribe Mr. de Quatrefages,
consta con certeza que los noruegos entre los monumentos y figuras bú- Por donde se ve que no se equivo- responde á todo cuanto se pudiera ob-
y los islandeses penetraron por esta dhicas del Asia y ciertos productos caron los españoles, compañeros de jetar en orden á la imposibilidad de
parte en América, y tuvieron conti- del arte americano, según se despren- Francisco Vázquez Coronado, cuando lasemigraciones primitivas por tierra.
nuas relaciones con ella, á contar del de de las investigaciones hechas por al encontrarse en Quivira, á los cua- En ocho meses, á pesar de los rigores
siglo X de la Era cristiana. A fines del Mr. G. d'Eichtal, y de la colección renta grados de latitud Norte, con extremos del frío y del calor, á pesar de
siglo VII, Gunnbjorn descubrió la verdaderamente regia de los monu- dos «naos que traían arcatraces de los ataques incesantes de sus impla-
Groenlandia; de aquellos mares, por i.mentos mejicanos publicada por lord oro y plata en las proas con merca- cables enemigos, á pesar del hambre
medio de una tempestad imprevista, Kingsborough. derías, pensaron ser del Catayo y Chi- y de la sed, este pueblo salvó un e s -
fué arrojado á las costas de Nueva Además, como escribe á este pro- na, porque señalaban haber navegado pacio igual en línea recta, poco más
Bretaña, en 986, Bjarn Meriulfson, pósito el cardenal Wiseman, «el cóm- treinta días.» 2
ó menos, á la octava parte de la cir-
estando de vuelta para Groenlandia de puto del tiempo entre los americanos Lo dicho baste para hacer ver á los cunferencia terrestre. Tomando en
una excursión que había emprendido. ofrece una coincidencia demasiado poligenistas cómo los habitantes del cuenta los rodeos que se vio obligado
Con esto se estableció una colonia marcada en un método puramente antiguo continente pudieron penetrar á hacer, quizá será preciso doblar
escandinava en aquellas tierras, á las arbitrario, con el del Asia Oriental, en el nuevo sin dificultad alguna por esta cifra. Después de un hecho de
que fué dado el nombre de Vinlandia, para que sea de todo punto acciden- diferentes partes del globo, si bien lo esta naturaleza, ¿cómo poner en duda
á causa del vino que en ellas se cogía. tal. La división del tiempo en gran- que parece más probable es que los la posibilidad de viajes más largos
Desde aquella época, según los cro- des ciclos de años, subdivididos en lugares por donde principalmente ha todavía respecto de una tribu que ca-
nistas islandeses, floreció en Groen- porciones más pequeñas, cada una sido poblada América en un princi- mina tranquilamente por grados, sin
landia hasta el siglo XIV, bajo la de las cuales lleva un nombre par- pio, son el Estrecho de Behring y tener otros enemigos con quienes lu-
tutela del obispo de Gai-dar, una co- ticular, es, con ligera diferencia, el las islas Aleudas. Por allí la comu- char sino el suelo y las bestias fe -
nicación no ofrecía la menor dificul- roces?»
1

lonia de 200 pueblos formados por co- plan adoptado entre los chinos, los
lonos escandinavos que estaban en re- japoneses, los kalmucos, los mogoles, tad; y encontrando los hombres las Concluyamos: aquí, como en las
lación continua, por una parte, con la los mantchurios, como también entre tierras desiertas, muy pronto pudie- demás partes , el dogma cristiano
madre patria, y por otra, con sus com- los toltecas, los aztecas y otras n a - ron llegar del uno al otro cabo, lle- queda triunfante y glorioso contra to-
paisanos de Vinlandia. ciones americanas; y el carácter de vados de la curiosidad de ver nuevas dos los ataques de los falsos sabios,
Aún más: hoy día es cosa ya ave- sus métodos respectivos es precisa- valiéndose para ello de los mismos
riguada que los chinos y japoneses, mente el mismo, con particularidad 1
Wiseman, Discursos. Discurso segundo; pá- argumentos de la verdadera ciencia.
mucho antes que llegasen á América si se comparan los de los mejicanos y ginas 807-808 de las Vindicias de la lliblia.
2
Gomara, Historia de las Indias, ele . Quivira. j
1
Quatrefages, L'espi-ce humaine, cap. XVI
los españoles, tenían frecuente co- japoneses. Pero la comparación del Kdic. de Hivadeneira, pág. 288. n. a, páginas 137.
mercio con los americanos. De Amé- zodíaco, como existe entre los thibe-
rica hablan los antiguos libros chinos, tanos, los mogoles y los japoneses,
designándola con el nombre de Fu- con los nombres dados por esta nación
Sang, cuando dicen que al Este del americana á los días del mes, creo
Celeste Imperio hay una región su- que satisfará á los más incrédulos.
mamente apartada donde se encuen- »Los signos idénticos son el tigre,
C A T O L I C I S M O V LA C I E N C I A UN O R D E N Á L A A X T11.1 i' E D A D D E L H l l M l t R E . •483

incalculable de la épica terciaria, una consecuencia derivada a priori de


pues en todo ese tiempo se supone este principio. Si les fuera posible
que ha vivido el hombre. defender el origen monesco del hom-
Toda esta multiplicación de siglos bre sin recurrir á la multitud innu-
es muy natural en los secuaces de la merable de siglos que con mano ver-
prehistoria. La mayor parte de ellos, daderamente pródiga regalan al gé-
CAPITULO XXXVI por no decir casi todos, procede en el nero humano, la antigüedad del hom-
supuesto de que el hombre es un sim- bre no iría de seguro en sus escritos
ple bruto pulimentado, según lo re- más allá de 10.000 años; porque,
EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD DEL clama la teoría de la evolución profe- como lo ha demostrado Mr. Chabas
HOMBRE. EXAMÍNANSE LOS DOCUMENTOS HISTÓRICOS Y LOS AR- sada por Darwin. ¿Qué han de hacer, en su excelente obra intitulada Elu-
por consiguiente, sino extender cuan- des sur l'anliquité historique, ro.ooo
GUMENTOS GEOLÓGICOS DE LOS PREHISTÓRICOS.
to puedan la serie de los siglos pre- años son más que suficientes para ex-
históricos, para que á la sombra de plicar todos los fenómenos antropoló-
sus tinieblas se elabore la transfor- gicos de una' manera satisfactoria.
mación lenta é insensible enseñada Pero la evolución materialista del
por el naturalista inglés? Por eso po- filósofo inglés no puede subsistir sin
y l f A antigüedad del hombre! Aquí vísimos sabios los seis ú ocho mil nen primeramente estos autores una los años inmensos de la prehistoria,
sí que se imaginan haber triun- años que hasta ahora han venido
-'¡lñÁ\ época larguísima, en que los hombres y la evolución no es cosa que pueden
fado del Catolicismo los amigos de la dando los católicos al género huma- anduvieron en el estado de naturale- abandonar como quiera estos a m a n -
razón independiente. Tan ufanos y no después de su primera aparición za, errando por los bosques á guisa de tes de lo terreno y despreciadores de
orgullosos se presentan con sus des- sobre la tierra? Una cosa insignifican- fieras, distinguiéndose apenas de ellas, todo lo espiritual é invisible. Hay,
cubrimientos prehistóricos , que porte. Quién lo hace subir hasta 30.000 así en las costumbres y modo de vida, pues, que sostener á todo trance la
maravilla los veréis sufrir observación años, quién hasta 50.000, 100.000 y como en el desarrollo de la inteligen- remotísima antigüedad humana , y
alguna que vaya encaminada á sacar- 200.000, quién hasta 364.000. Algu- cia. La piedra natural ó simplemente hay que afirmar resueltamente por
los de sus regalados ensueños. «La nos le atribuyen miles de siglos; otros, cascada era durante todo este tiempo cien maneras la evidencia de la tal
cosa es evidente, exclaman con gran finalmente, no contentándose con esto, el arma única de que se servían para antigüedad, aunque los fenómenos de
aire de triunfo; sólo un entendimien- lo suponen de una duración indeter- defenderse, para cazar los animales y la antropología digan otra cosa.
to ciego y fanatizado por las leyendas minada ysuperior á todo cálculo cien- para los demás usos de la vida, por- He aquí la verdadera causa del
de una falsa revelación sobrenatural tífico. Basta decir que muchos de ellos que su tosco entendimiento no alcan- clamoreo atronador que levantan sin
dejará de ver el hecho hoy día adqui- opinan haber vivido el hombre duran- zaba á obras de mayor excelencia. cesar estos sectarios, pretendiendo
rido á la ciencia de que el hombre te toda la época cuaternaria, que su- Después, según ellos, se les fué avi- ser ya una cosa demostrada la remo-
lleva ya una serie interminable de si- ponen haber sido inmensa, y aún ex- vando ésta poco á poco, y lograron tísima antigüedad del hombre, y aña-
glos sobre la tierra. Los católicos, tienden mucho más allá sus conjetu- fabricarse algunos toscos utensilios diendo que las enseñanzas de la Bi-
claro está, jamás reconocerán esta ras, dándonos como una cosa muy de pedernal bruto, ligeramente labra- blia han sido cogidas en una falsedad
verdad tan patente, porque esto sería probable el hombre terciario. ¿Y quién do, dando origen con esto á la época manifiesta. ^Pero ambas proposiciones
suicidarse dando un eterno adiós á puede calcular el número de años que de la piedra tallada, y á las que se si- son absolutamente erróneas: ni los
las enseñanzas de la Biblia; pero con todas- estas afirmaciones preten- guieron con el transcurso de los si- descubrimientos modernos nos obli-
¿quién hace caso de católicos en estos den conceder al género humano? El glos, cuales fueron la de la piedra pu- gan á poner en el género humano la
tiempos de luz y de progreso, que período glacial sólo comprende, según limentada, la del cobre, la del bronce, antigüedad fabulosa que fingen estos
han desterrado para siempre de las Lyell, 224.000 años; Croll le atribuye y la del hierro, hasta que, por fin, pu- escritores, ni aun cuando sin género
sociedades las negras tinieblas del so- 160.ooo, Zaborowski 224.000, Blan- dieron ya establecerse y formar gran- de duda viéramos en ellos señales
brenaturalismo? La ciencia no se cura det 250.000, Julio Peroche 350.000. des agrupaciones ricas en civilización claras de haber existido sobre la tie-
ya de esta gente meticulosa y apoca- Este último afirma que desde el fin é industria, dando principio á la ver- rra seres racionales en tiempos ante-
da; sigue adelante con sus portento- de dicho período hasta nosotros se dadera historia. riores á lo que generalmente han
sos descubrimientos, y proclama á han pasado nada menos que 1.000 Esta es la doctrina de nuestros creído los católicos, hallaríamos algo
voz en grito la remotísima antigüe- siglos. Calcúlese hasta dónde llegará modernos sabios; la evolución darwi- reprobado por la sagrada Biblia j E s t o
dad del hombre.» la cifra de nuestra antigüedad, si á nista forma el principio fundamental es lo que intentamos demostrar en
En efecto: ¿qué son para estos no- los números sobredichos se añade el de ella: la prehistoria no es más que éste y en los tres capítulos siguientes,
484 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA
EN ORDEN Á LA A N T I G Ü E D A D D E L HOMBRE. 485-
conforme al plan que nos hemos tra- más tarde, por los mahometanos. novus qui ignorabat Joseph de la Biblia;hasta el día de hoy sobre esta mate-
zado en esta obra, de defender al Ca- Fuera de que nada nos queda ya de el cual, siendo de dinastía egipcia, no ria, podemos hallar una diferencia de
tolicismo contra los ataques de la es- dichas observaciones, porque perecie- podía conocer á José, ministro de los dos mil años sobre el tiempo en que
cuela racionalista. Para ello tratare- ron antes de la Era de Cristo, y así reyes usurpadores. El fué quien redu- comenzó la monarquía egipcia.» 1

mos separadamente de cada una de poco pueden probar en contra de la jo á esclavitud á los hebreos. El cau- Otros afirman que ya han llegado por
las dos proposiciones indicadas. cronología común y vulgar de los seis tiverio duró tanto como la dinastía fin á disipar sus dudas acerca de la
Y comenzando por la primera, es ú ocho mil años. Mas aunque todavía decimoctava, y bajo el reinado de referida cronología, pero han confir-
cosa muy sabida entre los que han se, conservaran, ciertamente adelan- Ramsés V , llamado Amenofis, al mado con sus cálculos la cronología
saludado un poco la historia moderna, taríamos muy poco; porque, como ob- principio del siglo XV, libró Moisés á común. «Combinando todo lo que
que los incrédulos del siglo pasado, serva y demuestra el mismo Delam- los hebreos. Esto pasaba durante la hasta el presente ha sido descubierto,
para convencer de error y falsedad á bre, la ciencia astronómica nunca sa- adolescencia de Sesostris, quien su- escribe á este propósito Riancey, ya
la sagrada Biblia en lo que cuenta lió de la infancia, tanto entre los chi- cedió inmediatamente á su padre é sea en las autoridades históricas que
acerca de la cronología, echaron mano nos como entre los mismos babilonios hizo sus conquistas en Asia, al mismo nos han quedado, ya en el estudio de
de ciertos monumentos egipcios, cal- y alejandrinos, los cuales no tenían tiempo que andaban errantes en el los monumentos, se puede asegurar
deos, indios y chinos, así como tam- sobre este ramo sino conocimientos desierto Moisés y el pueblo de Israel que los testimonios un poco dignos
bién de ciertos zodíacos maravillosos vulgares; y para llegar á este linaje por espacio de cuarenta años. Por eso de fe no hacen subir los anales huma-
que habían sido descubiertos en al- de conocimientos tan imperfectos no no deben hablar los Libros Santos de nos de Egipto más arriba de tres mil
gunos templos antiguos de Egipto. se necesitan los innumerables siglos este gran conquistador. Todos los años sobre la Era cristiana.» Y luego, 2

Ahora ya han cesado los ataques por de la prehistoria. De los monumen- otros reyes nombrados en la Biblia se en la nota añade lo siguiente: «Esta
esta parte; la cronología comunmen- tos egipcios, ya antes de Champol- encuentran en los monumentos egip- es la opinión de Mr. Brugsch, si bien,
te recibida entre los católicos salió lion constaba, por los testimonios de cios en el'mismo orden de sucesión, y conforme á un cálculo de Herodoto, la
triunfante de todos estos argumentos, Varron, Celso y otros escritores gen-
1
á las mismas épocas precisas donde hace retroceder hasta el año 3400.
cuya fuerza fué bien pronto disipada tiles, que su antigüedad no excedía son colocados por los santos libros, y Confiesa, sin embargo, que Diodoro
como el humo, apenas se les aplicó zino unos dos mil años á la de Nues- aun añadiré que la Biblia escribe me- presenta una data mucho más recien-
la piedra de toque de la verdadera tro Señor Jesucristo;;pero después que jor sus verdaderos nombres que los te. Esta es también la opinión del
crítica. este célebre francés ha enseñado al historiadores griegos.» 1
sabio Mr. Mariette, quien coloca ha-
Laplace demostró que las obser- mundo á descifrar los jeroglíficos que
1
Otros escritores han pretendido alar- cia el año 2500 la construcción de la
vaciones astronómicas de los caldeos en ellos se encuentran, la cronología gar bastante más la antigüedad egip- gran pirámide bajo Chu-Fu (Cheops),
no subían ochocientos años más arri- común ha recibido una confirmación ciaca, haciéndola subir hasta cuatro de la cuarta monarquía.»
ba de la Era cristiana, y que otro tan- maravillosa. «Yo he demostrado, es- mil años antes de Jesucristo; pero sus San Agustín ha tratado también
to sucede á las de los egipcios. El cribe Champollion Figeac en una de cálculos no pasan de meras conjetu- esta cuestión de la antigüedad egip-
mismo astrónomo hizo ver que las sus cartas, publicada por el cardenal ras. «La cronología egipcia, escribe cia, concordando con los cálculos co-
practicadas por los indios son más re- Wiseman, en cuyo poder obraba el Mariette, ofrece dificultades que hasta munes de la cronología vulgar. «Quid
cientes todavía, y posteriores al mis- original á la sazón, que ningún docu- el presente no han sido vencidas... A autem sapientiae , escribe en el li-
mo Ptolomeo. ^Nada digamos de las mento egipcio es realmente anterior toda data superior á la de Psamético I bro XVIII, cap. XXXVII De Civitate
chinas: Delambre juzga que los habi- al año Z.200 antes de nuestra Era. (66o antes de Jesucristo) es imposible Dei, esse potuit in /Egyptiis, ante
tantes del Celeste Imperio fueron ins- Esta es, en verdad, una antigüedad asignarle otra cosa que aproximacio- quam eis Isis, quam mortuam t a m -
truidos por los indios primeramente respetable, pero nada ofrece contra- nes, las cuales se van haciendo más quam deam magnam colendam pu-
en la doctrina astronómica, y después rio á las tradiciones sagradas, y aun inciertas á medida que se sube en la taverunt, litteras traderet? Isis porro
me atrevo á decir que en todos los
serie de los tiempos... La duda se Inachi filia fuisse proditur, qui primus
puntos las confirma. Adoptando, en
i Laplace, Exposiíion du syslcme du monde, aumenta cuanto más nos apartamos regnare coepit argivis, quando Abra-
lib. V cap. 1. Véase el discurso séptimo del cardenal efecto, la cronología y sucesión dadas de nuestra Era, en términos que, con- hae jam nepotes reperiuntur exorti.»
Wiseman, donde se aducen los ilustres nombres de por los monumentos egipcios es como
Bentley, Maskeline, lleeren, Cuvier y Klaproth en concuerda admirablemente la historia siderados todos los sistemas ideados Y levantando la voz contra la auda-
favor de esta misma doctrina. El último de estos cia de ciertos hombres que atribuían
autores se expresa en esta forma: «Las tablas astro- egipcia con los Libros Santos... 1
Puede verse esta carta íntegra en el Discurso
nómicas de los indios, á que se había dado una octavo del cardenal Wiseman, páginas 903-000 de
á la monarquía egipcia nada menos
antigüedad tan prodigiosa, se construyeron en el i>El jefe de la dinastía de losDios- las Vindicias de la fíiblia. La opinión más fundada
siglo V I I de la Era vulgar, y posteriormente se politanos, la decimoctava, es el re.x es que el Bamsi's contemporáneo de Moisés fué 1 Mariette, Nalice des monuments, etc. Alexan-
transportaron por medio de cálculos á una época Ramsés I I . Véase sobre esto á Vigouroux, La Bi- drie, 1864.
anterior.» (Klaproth, Memorias relativas al Asia. ble el les découvertes modernes, tomo I I , pági- * Riancey, Hisloire du-monde, tomo I, liv. I ,
París, 1824.)
1
V. Orígenes contra Celso, lib. I , n. 2 0 . nas 220 y siguientes. chap. VIII, par. II, pag. 4 1 1 .
485 J3L CATOLICISMO Y LA CIENCIA
EN ORDEN Á LA A X T H i f ' E D A D D E I . HO.MBRK

que cien mil años de antigüedad, co- para la existencia del mismo mundo: las constelaciones mismas de hoy día, del Cristianismo ha pasado ya por fin
mienza el capítulo XL del mismo ¡cuánto menos del hombre! Esta edad pero distribuidas en diferente orden. á cosa juzgada, con gran derrota de
libro con estas palabras: «Frustra es bien cierto que no va 3.000 años Con esto ya tuvieron los enemigos éste, porque la antigüedad remotísi-
igitur vanissima praesumptione ga- más allá de la Era cristiana. César de la Iglesia con que hacerle la ma del género humano es más clara
rriunt quídam dicentes, ex quo ratio- Cantú todavía pasa más adelante y guerra, diciendo que aquel estado del que la misma luz del día.
nem siderum comprehendit /Egyptus, afirma que «los hechos averiguados cielo á que correspondían los graba- ¿Y en qué argumentos fundan tan
amplius quam centum annorum mi- de la India no comienzan sino hacia dos debía datar lo menos de unos fabulosa antigüedad? ¿Qué descubri-
lia numerari. In quibus enim libris el año 1000 de la E r a vulgar.» La 1

siete mil años antes de Jesucristo, y mientos tan maravillosos son esos
istum numerum collegerunt, qui non historia de la China no la comenzó aun Dupuis llegó á sostener que eran á que apelan para revolverse así
multum ante annorum dúo millia lit- Confucio sino por Yao, el cual vivía más de veinte mil años anteriores á contra la Iglesia? Mirada bien la cosa,
teras magistra Iside didicerunt? Non hacia el año 2557 antes de Jesucristo; la Era cristiana. Pero habiendo sido los argumentos en que se apoyan no
e n i m parvus auctor est in historia y todo lo demás que añaden los letra- llevado á París el planisferio circular pasan de meras hipótesis, que, á no
Varro, qui hoc prodidit.» dos de aquellas naciones es un tejido del zodíaco de Denderah, Biot escri- estar sus inventores llenos de incre-
En esto de multiplicar los siglos de fábulas ó una mezcla informe de bió un libro para probar que no exce- dulidad y deseosos por la mayor parte
no han andado escasos ciertamente hechos verdaderos y fantásticos, in- día su antigüedad más de setecientos de que el Dios personal de los cris-
los pueblos de la antigüedad; la casta capaces de ser deslindados los unos años á nuestra E r a , porque el estado tianos sea una simple invención hu-
sacerdotal de Egipto daba á sus délos otros. Y aun la misma narra- del cielo en él representado era el que mana, tendrían muy poco valor. Los
reyes quince mil.años de existencia, ción de Confucio es muy insegura, correspondía á las estrellas solamente tales descubrimientos se refieren á
y pretendía probar á los atenienses, ya porque no se escribió sino unos siete siglos antes de Jesucristo; y ciertos restos humanos, considerados
contra toda la voluntad de estos ilus- cinco siglos y medio antes de Jesu- opinó además que el tal zodíaco había por estos escritores como muy anti-
trados ciudadanos, que Atenas era cristo, ya también porque dos siglos sido hecho después de la Era cristiana. guos, ya por la forma particular que
una colonia egipcia fundada por los antes de nuestra Era pereció total- Con esto se dieron á sospechar los sa- ofrecen, ya por los terrenos en que
habitantes de Sais 8.000 años antes mente en la devastación general de- bios que no era lo que se había creí- han sido hallados, y que á su parecer
de la Era cristiana: los indios multi- cretada contra todo libro chino por do; copiáronse las inscripciones grie- no han podido formarse sino con la
plicaban los años hasta el infinito, un emperador de aquella nación, ene- gas grabadas sobre los dos templos acción lenta de interminables siglos.
dividiendo la cronología en cuatro migo de las letras. Posteriormente fué dichos, Champollion recibió el encar- Son innumerables los hechos que
edades, cada una de las cuales, excep- restablecida por un viejo que dicen go de descifrar las que estaban expre- aducen para probar su aserto, y nos
to la última, que es la histórica, com- se la sabía de memoria; pero ¿quién sadas en jeroglíficos, y entonces se haríamos verdaderamente intermina-
prendía muchos miles de siglos: los puede asegurarnos de su fidelidad' vio que los templos de Denderah y de bles si los hubiéramos de examinar
chinos hacían otro tanto, recurrien- Añaden los chinos que un ejemplar de Esne habían sido construidos bajo la uno por uno. Gracias que esto no es
do á sus fingidos cálculos de mate- esta narración, compuesta por Con- dominación romana; que el pórtico necesario para podernos formar en la
máticas. fucio, se salvó de la ruina universal del uno de ellos estaba consagrado á presente materia un juicio exacto y
Pero harto benigno se mostrará en un sepulcro, y que por él se vio lo la salud de Tiberio, y que el mismo razonado, porque todos ellos presen-
con todos estos pueblos quien conce- fiel que había sido la memoria del planisferio llevaba el título de auto- tan ciertos caracteres generales, y así
da á su civilización una edad de tres referido viejo. Pero ¿no tenemos razón crator, nombre atribuido á Nerón '. pueden ser reducidos á ciertas clases
mil años anteriores al establecimiento para sospechar que esto no es sino ;
Como han visto, pues, los enemi- determinadas sin hablar de las cosas
del Cristianismoi>Ya hemos visto cuál una nueva fábula china, ideada para
gos de la religión cristiana que por más en particular. Por otra parte, el
es el parecer de los sabios en esta dar autoridad á un libro cuya auten-
esta parte de los monumentos histó- género de escrito que hemos empren-
parte. Los- papiros de Egipto con- ticidad era completamente nula?
ricos no podían absolutamente conse- dido no nos permite tratar detallada-
cuerdan con Maneton, Herodoto, Dio- Por lo que toca á los zodíacos de guir su intento de derrocarla, con- mente de todos y cada uno de estos
doro y Eratóstenes en poner á Menes Denderah y de Esne, descubiertos por venciéndola de falsedad y mentira, hechos, porque tal empresa nos haría
á la cabeza de todas las listas de los los franceses cuando hicieron su ex- han trasladado la guerra á otro terre- pasar los estrechos límites de esta
reyes egipcios, y la data de Menes pedición á Egipto, el petardo que con no, dándose con ardor á las investi- obra. Así, pues, siguiendo en esto el
puede ser fijada con razón hacia el ellos recibieron los enemigos de la gaciones geológicas y paleontológi- método que nos propone el P. H a t é
año 2800 antes de Jesucristo. E n la revelación fué verdaderamente solem- cas; y ahora, armados de sus nuevos en el último de sus artículos relativos
India, antes del Caly-Yuga, última de ne. Los tales zodíacos presentaban descubrimientos, gritan con más ar- á la prehistoria ', y dejando los por-
las cuatro edades en que dividen sus dor que nunca, diciendo que la causa • Halé, Les resultáis des reclierclics préhistori-
moradores el tiempo total del mun-
1
César Cantú, Hist. univ., tomo II, época 2.",
cap. XI, pág. J41, traducción de D. Nemesio Fer-
<¡ucs d'apréi leí travaux des Cungvés et Sociétés sa-
do, no queda nada de cierto, ni aun Véase ¡i Hiancey, fíñtoire <ín monte, t. I. loen vantes. (Conclusión, lio.) (Publicado en los Eludes
1

nández Cuesta. Madrid, 185Í. filnto, pág. Üi7. reliyicuses, en el mes de Septiembre de IK7ii.)
488 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. 489

menores para los que escriben deteni- contra quien tan poderosamente pa- parte, las edades de la piedra y del Semejantes hechos todavía no son
damente sobre este asunto, nos hare- tentizaba la nulidad de sus discursos. bronce, coexistiendo en Troya al tiem- muy numerosos, es verdad; pero ellos
mos cargo solamente de los hechos El ilustre oratoriano, sin embargo, no po de ser sitiada esta ciudad, y por solos bastan para hacer más que im-
principales en que más confían nues- se ha intimidado con este proceder otra revela haber existido más tarde probable la existencia de las dos eda-
tros adversarios, y que están com- indigno de sus adversarios; y despre- una nueva edad de la piedra, desnuda des de piedra decididamente distintas,
prendidos en los argumentos siguien- ciando así sus ofensas como sus gra- de todo metal y posterior á la de los y sobre la existencia de un intervalo
tes: tuitas afirmaciones, ha contestado metales, al revés absolutamente del bien marcado que separe estas dos
i.° El yacimiento de algunos res- con nuevos argumentos que ponen en supuesto orden común y universal. edades una de otra.
tos del hombre ó de su industria en evidencia la verdad de su tesis. Dice, »De la misma manera, ayer se con- »Si nos fuera permitido entrar en
depósitos cuaternarios ó en los deltas pues, en el prólogo de su preciosa venía en que las dos edades de la pie- los pormenores de la teoría, llamar,
de ciertos ríos. (Argumentos geoló-obra, recientemente publicada, Etu- dra tallada y pulimentada se hallaban por ejemplo, la atención del lector
gicos.) des critiques d'Archéologie, etc.: «La por todas partes perfectamente distin- hacia las subdivisiones introducidas
2 ° Las estaciones prehistóricas arqueología prehistórica dista mucho tas, y que un inmenso vacío, caracte- por Mr. Mortillet en la edad de la pie-
en que aparecen los restos de la in- de ser una ciencia positiva, con prin- rizado por la desaparición del hombre dra tallada, todavía hallaríamos con-
dustria humana en todas las clases cipios ciertos, datos precisos y conse- de nuestras regiones, llenaba el inter- tradicciones más notables. Se ha lle-
de su evolución, tales como las ca- cuencias indiscutibles. Todo está en valo existente en medio de entrambas. vado el espíritu del sistema hasta
vernas osíferas, los monumentos me- ella por hacer. De ella se puede decir La presencia del mammuth, del reno y querer que en la época en cuestión
galíticos, los kjokkemmodingos, los que destruye hoy lo que ayer edificó. otras especies llamadas cuaternarias, haya sido sucesivamente labrado el
palafitos, los turbales, etc. (Argumen- Aun sus teorías más fundamentales la ausencia total de animales domés- pedernal de cuatro modos ó tipos di-
tos arqueológicos.) y más universalmente recibidas, se ticos y, en orden á la industria, el uso ferentes, representados por las esta-
3. 0
La coexistencia del hombre hallan en oposición con los hechos. exclusivo de los instrumentos gene- ciones prehistóricas de vSaint-Acheul,
con ciertas especies, consideradas por Citemos algunos ejemplos. Hace muy ralmente silíceos de piedra tallada: de Mustier, de Solutré y de la Mag-
estos autores como extinguidas en pocos años era casi un dogma en tales eran, al decir de los arqueólo- dalena. El favor con que h a sido aco-
remotísimas edades. (Argumentos pa- arqueología el que las tres edades de gos, los caracteres de la primera de gida esta hipótesis no iguala sino á
leontológicos.) la piedra, del bronce y del hierro se estas edades. La segunda estaba se- su inverosimilitud. Sin embargo, los
4. 0
La craneología comparada, ó habían sucedido con regularidad en ñalada por la desaparición de las es- hechos se han encargado de contra-
sea el estudio comparativo délos crá- todos los lugares, y esto sin que la pecies cuaternarias y el reemplazo de decirlo, y recientemente un arqueó-
neos, correspondientes á las supues- una usurpase nada á la otra. Mas he las mismas con nuestros animales logo distinguido, Mr. d'Acy, le ha
tas edades prehistóricas (Argumentos aquí que una multitud de descubri- domésticos, por el uso de instrumen- dado el golpe de gracia, demostrando
•antropológicos.) mientos recientes nos ha mostrado tos de piedra pulimentada, por la apa- que aun en el valle del Soma, donde
Antes de dar principio á la refuta- objetos de estas tres categorías ínti- rición del arte del alfarero, por la Mr. Mortillet había concebido sus
ción de estos argumentos, bueno será mamente asociados, y perteneciendo, construcción de los dólmenes y de los ideas, los hechos no estaban en m a -
traer aquí unas palabras del ilustrado por lo mismo, á una misma época. otros monumentos megalíticos. Por nera alguna conformes con la teoría.
abate Hamard, en que aparece al des- Hay más todavía: su sucesión, cuan- desgracia, hechos recientes han veni- i ) Más temerarias todavía son las
cubierto la nulidad de todos ellos, do existe, ha sido á veces producida do á desmentir estas concepciones aserciones de la Arqueología prehis-
tanto que no ha tenido reparo en afir- en un sentido inverso al que acaba- teóricas. El reno haparecido asociado tórica, y más numerosas sus contra-
mar el sabio naturalista que la Ar- mos de indicar. Así sucede que-en el á los instrumentos de piedra puli- dicciones, cuando, no contenta con su
queología prehistórica no ha hecho, supuesto lugar de la antigua Troya mentada; el caballo existía en Solutré, cronología relativa, pretende estable-
hasta el presente, sino andar en un Mr. Schlieman ha descubierto recien- es decir, en plena edad de piedra ta- cer la edad absoluta de los objetos
continuo tanteo, edificando y destru- temente, encima de las ruinas de la llada; el carnero, el puerco y otros que le sirven de base.(Un americano,
yendo, sin hallar nada estable. E s antigua ciudad, ruinas por extremo animales domésticos han sido descu- Dowler, apoyándose en el tiempo ne-
verdad que los santones de la prehis- ricas en instrumentos de piedra y de biertos por Mr. Dupont en las caver- cesario para la formación del delta
toria han levantado el grito hasta el bronce, pero enteramente destituidas nas de Bélgica, juntos con los ani- del Mississipí, atribuyó 5 7 . 0 0 0 años
cielo al verle razonar de esta suerte, de hierro, otras capas en que no se males cuaternarios, y perteneciendo á de existencia á un esqueleto que h a -
porque les ponía el dedo verdadera- descubre metal alguno, sino antes su misma edad; una docena de esta- bía sido en él descubierto. Abbot em-
mente en la llaga; pero, en lugar de bien aparecen claras señales de la ciones han suministrado reliquias de prendió de nuevo estos cálculos en
razones- para refutarle, no han profe- barbarie más extrema. Este descubri- una cerámica primitiva, juntamente nombre del Gobierno de los Estados
rido sino injurias atrocss; que no po- miento tiene para nosotros un doble con restos de especies cuaternarias ó Unidos, y después de minuciosas ob-
dían sacar otra clase de argumentos interés, pues nos muestra, por una con instrumentos de piedra tallada. servaciones practicadas durante va-
EN ORDEN Á LA ANTIGl'EDAD DEL HOMBRE. •591
•180 El. CATOLICISMO<l V L A CIENCIA

ríos años, concluyó que no se habían debemos interpretar en la forma hasta Geología es la de esta grande inunda- dos. Otro tanto sucede con el depósi-
pasado sino 4.000 años desde que el aquí guardada, mientras con podero- ción cuaternaria, que ha cubierto to cuaternario de Moulin-Quignon.
delta va avanzando dentro del golfo. sas razones no se nos fuerce á hacer toda Europa y ha transportado ma- En él han sido hallados, á la profun-
Existen en Suiza ciertos depósitos lo contrario? sas tan considerables de guijarros.» didad de cuatro metros y setenta
fluviales que para formarse habían Pero veamos ya uno por uno los Y Mr. Contejean, en sus Elementos de centímetros, entre el cascajo eviden-
debido emplear , según se decía , un argumentos de la prehistoria arriba Geología y de Paleontología , publica-temente arrastrado por el agua y cu-
gran número de miles de años: en propuestos. El primero que viene en dos en 1874, dice también: «La serie bierto de otras diferentes capas, va-
ellos han sido descubiertas monedas la serie indicada es el argumento de los terrenos cuaternarios es muy rios pedernales trabajados por el hom-
que llevaban impresa la efigie de los geológico; y como es primero en este difícil de desembrollar. Es preciso bre. Mas cómo se ha formado este
Emperadores romanos. Finalmente, sentido de venir á la cabeza de todos repetirlo: cuanto más nos acercamos banco de aluvión, y de qué tiempo
en Francia de la misma manera creá- los demás, así lo es también en la á los tiempos actuales , menos claro data, no lo han podido averiguar los
banse siglos sin cuento para explicar fuerza probatoria que pueda tener vemos en el pasado. La extrema di- sabios. Tres diferentes hipótesis se
la formación de los terrenos diluvia- para obligarnos á ensanchar algún versidad en los terrenos cuaternarios, han ideado para explicar este fenó-
les del Soma: un geólogo inglés, An- tanto la cronología comunmente re- su incoherencia , su débil espesor , la meno, ninguna de ellas cierta. Elias
drews, ha hallado que estos depósitos cibida hasta el presente. E s el único ausencia de relaciones directas entre de Beaumonr/sostenía la primera, Ga-
han debido, por el contrario, formar- que se presenta con algún color y ellos, oponen grandísimas dificultades rrigou pugnaba por la segunda, y
se en algunas horas , y esto porque apariencia; aunque, por lo que atañe á la reconstrucción de la historia en Hebert por la tercera, sin que ningu-
los espacios vacíos considerables que á su valor intrínseco , este valor es este período.» no de ellos lograse triunfar de sus ad-
se hallaban en el banco de cascajo completamente nulo, como ya nos lo- Pocos terrenos de esta clase podrán versarios. Lo mismo sucede con otros
habían debido estar ocupados poco tiene probado el ilustre naturalista ser jamás examinados con tanta dili- yacimientos semejantes, donde se en-
antes por las masas de hielo que des- Hamard en las palabras que dejamos- gencia y esmero como el de Saint- cuentran restos humanos. No se sabe
aparecieroncon la nueva temperatura. transcritas.^Las diversas formas de Acheul, en Francia; y sin embar- cómo han sido formados; porque en
«Cuando una ciencia se contradice
instrumentos artísticos , y la coexis- go, después de tantas investigaciones los terrenos cuaternarios todos los
de este modo en los puntos más esen-
tencia del hombre con los diferentes nada se ha podido sacar en limpio que elementos andan confundidos, como
ciales , lo mejor es no hacer ningún
animales cuaternarios, podrán probar, se oponga á la cronología común y formados por aluvión, qne arranca de
caso de sus principios en la aprecia-
cuando más , que en cierta localidad vulgar. Se han hallado instrumentos una parte una cosa perteneciente á
ción de los hechos pertenecientes á su
determinada se sucedieron las edades de industria humana á ocho metros tal edad, y de otra las que son pro-
dominio. Solamente así, prescindien-
de la piedra bruta y pulimentada, del de profundidad en un diluvium gris, pias dé tiempos anteriores y poste-
do por completo de las ideas ya reci-
bronce, del hierro, del mammuth, del cubierto de algunas otras capas, y en riores, y luego lo confunde todo en
bidas, y renunciando á ellas, al menos
oso y del reno , pero no que estos fe- un terreno que ahora se encuentra á uno. Mucho han discutido los geólo-
provisionalmente , podrán los sabios
nómenos hayan tenido lugar en todos la altura de unos 40 metros sobre el gos sobre el modo en que han sido
hacer que alcance algún progreso la
¡os puntos del globo uniformemente, nivel del mar, y á la de unos 25 sobre formados los valles, por dónde tienen
arqueología prehistórica y sacar con-
ni que requieran infinidad de siglos. el valle del río Soma: todo aquel te- su curso los ríos, notando que á lo
clusiones legítimas de los hechos.» 1 La geología, con la consideración de rreno de aluvión ha sido formado por largo de ellos, cuando son grandes,
Aquí tenemos la arqueología tal y
los estratos y de los vestigios del la acción del agua. Mas ¿cómo ha te- hay elevadas alturas de más de trein-
como se halla en el estado presente
hombre dejados en ellos, puede racio- nido lugar esta formación? Esto es lo ta metros, bancos de terreno de trans-
de los conocimientos humanos. E s un
cinar con mayor solidez. Pero es el que no han podido resolver con plena porte, cascajos de los altos, de los
comienzo de ciencia, pero no una
caso que los terrenos cuaternarios evidencia todavía los geólogos. Hasta bajos y de los medios niveles.
donde aparecen estos vestigios no doce teorías se han formulado para la Entre otras hipótesis, ha merecido
ciencia propiamente dicha; porque
ofrecen nada de regular y cierto que explicación de este fenómeno ; algu- un favor particular la de los grandes
nada hay en ella cierto é inconcuso,
se presente á la ciencia como sólido nas de ellas favorecen á los que pug- hielos; el período glacial ha sido en
ni aun sus mismos principios funda-
fundamento para la construcción de un nan por la antiquísima edad del hom- estos últimos años la varilla mágica
mentales siquiera. ¿Qué pueden, pues,
cronómetro seguro. El presidente del bre, pero otras también sostienen todo que servía para explicarlo todo. Pero
valer sus argumentos contra la cro-
Congreso de Antropología prehistóri- lo contrario; de suerte que entre tanta ahora comienza ya á notarse que la
nología vulgar, fundada racionalmen-
ca celebrado en Bruselas el año 1872, multitud de pareceres opuestos , es hipótesis en cuestión tiene también
te en el modo de hablar que tiene la
Mr. d'Omalius d'Halloy, se expresaba imposible saber de qué tiempo datan sus dificultades, nada inferiores á los
Escritura al mencionar los patriarcas
en una de las sesiones acerca del pe- aquellos yacimientos , y por consi- mismos fenómenos de que con ella se
del pueblo hebreo; modo que nosotros
ríodo cuaternario, en estos términos: guiente el hombre cuyos eran los pretende dar razón. He aquí cómo, á
' llamaní, ¡Ululesd' Archénleiijie. Arant-projins, «La época más problemática de la instrumentos de piedra allí encontra- propósito de ella, se expresa el geólo-
I aginas 7-9. París, 188C.
33
EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. 493
492
tiempos cuaternarios está en sus prin- miles de años indefinida y tan gran- dejando los instrumentos de la indus-
go Ch. Martins: « La multitud de
cipios; para establecerlo sobre bases de, que no la podrían desear mayor tria humana junto á los restos de
cuestiones que suscita este problema
los más rabiosos materialistas. Pero
(del período glacial) distan mucho de sólidas será preciso reunir todavía otros seres mucho más antiguos.
sigamos en nuestro argumento.'Si la
hallarse resueltas, y jamás lo serán muchos materiales.» Ya lo hemos dicho al hablar del di-
1

Las bases sólidas de que habla el formación de los valles por donde co- luvio bíblico; con aquella terrible
por completo... La observación aten-
referido profesor las plantea Quatre - rren los grandes ríos hubiera de expli- inundación se debió enfriar y hume-
ta, seguida del análisis más sagaz,
| fages en los siguientes términos, t o - carse por la acción lenta y uniforme decer extraordinariamente la atmós-
apenas será bastante á desembrollar-
mándolas del geólogo Forel, y confe- de las crecientes en determinadas fera, resultando de aquí los hielos y
las. E n presencia de los progresos
sando que hasta el día de hoy no se épocas del año, como pretenden algu- las inundaciones que constituyen el
que la geografía glacial ha hecho en
han podido obtener en la práctica. nos geólogos, cierto que se necesita- período cuaternario, ó al menos una
estos últimos años, se podría pensar
« 1 . E n rigor, el fenómeno debe
A
ría una interminable multitud de si- cierta renovación de aquella época
que las causas de la antigua exten-
ser continuo y regular, cosa que no .glos para este efecto. Pero esta doc- tumultuosa. ¿Quién sabe si entonces
sión de los montes de hielo son ahora
trina no puede ser admitida en gene- fué cuando se formaron todos estos
menos conocidas que hace ocho años. se presenta j a m á s . A lo menos su
ral; hay valles que evidentemente no depósitos cuaternarios, que tan dis-
No se ha adelantado nada; ni un solo acción debe poder ser mirada como
han podido ser formados por el rio tantes quieren poner de nosotros los
paso ha avanzado la cuestión. Lejos I dando una media anual ó secular
que corre por ellos, puesto que las amantes de la prehistoria?
de esto, se complica en lugar de sim- constante, á consecuencia de las com-
aguas del tal río son desproporciona- A estos turbiones de época muy re-
plificarse. Hay lugar aún para pre- pensaciones que se producen natural-
das para este efecto, ó tomaron aque- ciente apelaba, no ha muchos años, el
guntarse uno á sí mismo cuál sea el | mente.
»2. Cuando se toman por cronó- lla dirección cuando ya estaban for- ilustre geólogo Mr. Elias de Beau-
clima más favorable á la extensión de
a

mados. Los profundos valles debieron mont, cuando para explicar el famoso
las montañas de hielo... E s fuerza metro las capas puestas una encima
recibir su existencia en muchos casos depósito de Moulin-Quignon se ex-
renunciar á la idea de una causa úni- de otra, la edad de las que sirven de
de las aguas impetuosas del diluvio, presaba en estos términos. «Yo espe-
ca y general de la extensión de estos término de comparación debe ser ri-
que pudieron en breve tiempo produ- ro, decía en la sesión de 18 de Mayo
hielos. ¿Qué pensar, qué decir en gurosamente determinada; la natura-
cir grandes inundaciones, y levantar de 1863, que mis apreciables y sabios
presencia de estas contradicciones? leza de los objetos comparados no
así las riberas á la altura en que aho cohermanos, Mr. Milne Edwards y
Callarse y esperar. El estudio de las debe dejar duda alguna.
ra se encuentran. Las aguas en aquel Mr. de Quatrefages, querrán conocer
ciencias de observación es una escue-1 9 3 . Débese tener certeza de que
a

cataclismo, dice la Escritura ', iban, que no falto á la urbanidad manifes-


la de paciencia y de reserva.» ¡Oh! los objetos hallados en una capa son
1

y venían, y en aquel movimiento de tando la opinión de que el terreno de


Si todos los geólogos observaran con propios suyos realmente; de que no
acceso y retroceso podían formar di- transporte explotado en la cantera de
exactitud esta regla de conducta tra- han sido sacados de su asiento por
ferentes depósitos, y colocar unas ca- Moulin-Quignon no pertenece al dilu
zada por Mr. Martins, no hablarían algún nuevo arreglo ó por su propio
pas sobre otras con los diversos ma- vium propiamente dicho. En mi opi-
tanto ni con tan grande seguridad de peso (turba).
teriales de los vecinos terrenos. Así, nión, el terreno detrítico de aparien -
cosas que están muy lejos todavía de »Con que una sola de estas condi- bien pueden encontrarse pedernales cía clísmica debe ser contado entre los
la evidencia. Pero ¿cómo esperar esto ciones haya dejado de cumplirse, el
labrados por el hombre sobre una capa que yo he señalado con la denomina-
de los que sólo buscan medios de ha-
resultado ha de ser necesariamente de cascajo colocada á ocho metros de ción de depósitos movibles sobre pendien-
cer la guerra á la Religión católica?
falso. Ahora bien; hasta hoy no se ha profundidad del suelo, y á veinticinco tes. Los depósitos de esta naturaleza
No todos, sin embargo, obran de este
podido satisfacer el programa puesto de elevación sobre las aguas del río, son contemporáneos del aluvión tur-
modo, y los que más brillan por su
por Mr. Forel.» - porque estos cuerpos los había labra- boso, y de la misma manera que la
saber suelen respetarse á sí mismos,
Esto confiesa Mr. de Quatrefages; do antes el hombre y dejado sobre la turba, pueden encerrar productos de
no dejándose arrebatar de tamañas
y sin embargo, en el capítulo siguien- superficie de la tierra. Además, fuera la industria humana y huesos de
exageraciones. A éstos ha querido
te de la misma obra, por fenómenos del diluvio han podido existir turbio- hombre. Mas en estos mismos depó-
prudentísimamente imitar el profesor
que no satisfacen á estas mismas le- nes extraordinarios que hayan junta- sitos, especie de postdiluvio, puesto
A. Gaudry, quien en Mayo de 1876
yes, da ya por cosa cierta y averi- do en uno con la fuerza de sus aguas que están compuestos de cosas remo-
escribía estas notables y elocuentes
guada la suma antigüedad del hom- los elementos pertenecientes á diver- vidas y arrastradas por los agentes
palabras: «El desacuerdo que existe
bre, y hasta su existencia en la épo- sas formaciones, depositando de esta atmosféricos (tempestades, heladas, nie-
entre los observadores más concien-
ca terciaria; lo cual, según sus pro- suerte en aquellos lugares productos ves), se puede también hallar conte-
zudos muestra que el estudio de los
pias teorías, exige una multitud de orgánicos de edades muy distantes, y nido al mismo tiempo todo cuanto se
1 flei.'uí des Deux Mondes, 15 de Abril de 1875.
• Malériaux, Mayo, 1876. encuentra en los pequeños depósitos
5
Quatrefages, L'espéce liunuiine, lib. I I I . ea-
(Citado porel 1'. Valroger, Hceue des quesí. Iiistor.,, pilulo X I I , mini. i . 1
Genes., cap. V I I I , vers. 'i. diluviales esparcidos por todas partes
Abril, 187C.)
494 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. 495
irrecusable y. averiguado la existencia diferencia entre estos números y los Señal es manifiesta de la poca dis-
en la superficie., y principalmente en
de armas de pedernal en los depósitos de los tiempos modernos es tan gran- tancia que media entre nosotros y la
los ángulos de las rocas, sobre todo
cuaternarios de dicho río, demuestra de, que revela condiciones diferentes época cuaternaria del Norte de Euro-
dientes y huesos de elefantes, de h i -
que los tales depósitos fueron, al m e - en el régimen del río y en el clima del pa, la temperatura por extremo rigu-
popótamos, etc.; los cuales se cuen-
nos en parte, formados durante la país. E n el solo año de 565 el Tíber rosa que reinaba en toda esta región
tan en el número de las materias que
época de la destrucción de Troya, y salió de madre doce veces. Se sabe en tiempo de los romanos, y aun en
el transporte y la acción de los agentes
al tiempo de establecerse Eneas en además con cuánta frecuencia han los primeros siglos del Cristianismo.
exteriores destruyen con más dificul-
Italia; y que las armas dichas perte- hecho mención los historiadores en El abate Hamard ha reunido con
tad. Los hombres y los elefantes, cu-
necieron á los naturales del país, co- este mismo tiempo de nevadas ex- suma diligencia, en la obra anterior-
yos huesos habrían sido confundidos
nocidos en la historia, ó á sus prede- traordinarias que presentaban un es- mente citada, los documentos de los
en un depósito de esta especie, no
cesores más cercanos. Para lo cual pesor grandísimo, y en algunas oca- escritores antiguos, que comprueban
deberán ser por necesidad contempo-
aduce en primer lugar los nombres de siones permanecían intactas hasta el rigor extremo que reinaba á la s a -
ráneos, y el diferente estado de con-
Albula, Serra y Rumon, que daban cuarenta días. En el quinto siglo de zón en la temperatura de las Galias,
servación de su materia gelatinosa
aquellos moradores á este río por la la fundación de Roma, el Tíber se de la Germania y de otras partes de
bastaría, á mi ver, para advertir que
blancura de sus aguas espumantes, heló dos veces. Estos fenómenos tan nuestro hemisferio ahora templadas y
pertenecen á épocas distintas.» 1

debida á los guijarros que arrastraba frecuentes y tan encadenados no per- apacibles. Nosotros citaremos algu-
Posteriormente un geólogo inglés, miten dudar que en esta época el cur- n o s de ellos solamente, ya que su
Mr. Alfredo Tylor, ha hecho un estu- en sus avenidas, y por la gran fuerza
de erosión que entonces tenía en su so del río era muy distinto del pre- 1 gran multitud nos impide darles á
dio profundo sobre este depósito, y sente, y que correspondía á un clima ' todos cabida en este escrito. E n el
sobre todos los otros que tienen rela- precipitada carrera.
Luego hace notar que Eneas des- muy riguroso y húmedo, el cual lo ! cuarto siglo anterior á la Era cristia-
ción con él en el valle del Soma, y ha hacía rico por extremo en aguas. L a na, refiere Aristóteles que en la Galia
dado á luz una memoria intitulada embarcó en la embocadura primitiva
abundancia de éstas puede haber con- no se criaban asnos por el excesivo frío
Sobre el cascajo de Amiens, en que de este río, cuando todavía andaba tribuido al estado arborescente del de esta región Hacia la misma época
prueba con razones inconcusas la for- formándose el referido depósito cua- suelo; pero yo creo más bien ver en cuenta Teofrasto que en Grecia no se
mación reciente y casi histórica de ternario; y, por fin, habla de las fre- todo este conjunto de cosas una con- podía cultivar el olivo á 400 estadios
todos ellos. E n el capítulo relativo al cuentes y crecidas inundaciones con secuencia natural de haberse hallado del mar, por la misma causa . F e - 2

diluvio hemos citado sus palabras, que en aquellos tiempos se desborda- esta época muy próxima á aquella en nestella escribía en tiempo de Augus-
notando además que á iguales con - ! ba, al revés de lo que suele acontecer que el río conservaba su naturaleza to que la cultura de esta planta no se
clusiones han sido conducidos mon- en los actuales. «En cuanto á las inun- cuaternaria. E l período cuaternario conoció en Italia hasta el reinado de
sieur Belgrand en sus particulares daciones del valle del Tíber, dice so- no ha acabado de un golpe, y el prin- Tarquino el Antiguo \ Julio César,
investigaciones sobre el Sena, Mr. de bre esto último, estamos en posesión cipio del moderno no es sino su pro- que tenía bien conocido el clima de
Chambrun de Rosemont en sus n o - de documentos que nos permiten afir- longación debilitada.»
tables estudios sobre el V a r y el R ó - mar haber sido en los tiempos anti- las Galias, escribe en sus Comentarios
dano, y el profesor Rossi en su lumi- guos mucho más numerosas, y tales Por fin, después de hacer un breve que los inviernos eran en ellas muy
noso trabajo sobre el Tíber; de lo cual que llegaban á niveles mucho más resumen de toda su doctrina, conclu- rigurosos (VIII, 4-5); que las muchas
consta cuan ajeno de la verdad había elevados. No era entonces raro ver ye eñ esta forma: «En realidad, el nieves las hacían intransitables en
andado Lyell al decir que el Soma y llegar las aguas á alturas de 18 me- conjunto de todas estas observaciones las estaciones frías á los mismos par-
otros ríos parecidos se habían ido ca- tros y más. Desde 1400 hasta la épo- conduce invenciblemente á la conse- ticulares (VIH, 8), razón por la cual
vando poco á poco los cauces por don- ca actual las grandes inundaciones cuencia de que el período cuaternario no emprendía él sus expediciones sino
de ahora caminan; pues estos cauces tienen lugar en la proporción de cinco del Tíber, al menos en su última fase, en el estío (I, 54; III, 9; IV, 20, 2 2 ,
ya estaban anteriormente abiertos, ó seis por cada siglo. Cuando Roma está encerrado en los tiempos histó- 36; V, 22; VIII, 46); que el reno, hoy
según lo demuestran las conclusiones estaba gobernada por la república, ricos. Estas conclusiones, esta teoría, día retirado á las regiones hiperbó-
de los referidos geólogos. E l último desde el año 505 hasta el 531 de su pueden parecer hoy día muy atrevi- reas, habitaba entonces á la latitud de
ds ellos, el ilustre Rossi, en una Me- fundación, las grandes avenidas esta- das; pero pronto quizá un examen Francia en la Selva Hercinia ó Negra
moria publicada y leída el 12 de Agos- ban en el número de los prodigios. más detenido y más riguroso de todos de Alemania (VI, 26); que por todas
to de 1871 en la Academia de los Ahora bien; aunque se han perdido los hechos relativos á esta cuestión, partes estaban las Galias cruzadas de
Nuovi Lyncei, después de haber o b - muchos documentos, en este corto les dará el carácter de certeza absolu- lagos, lagunas y pantanos, siendo por
servado que es un hecho positivo, espacio de tiempo (veintiséis años) ta, y hará sean aceptadas por todo el
hallamos trece inundaciones que p a - mundo.» ' 1 Aristóteles, Be generat. animal., cap. II.
s Appleton, History of Home, pág. l i l i .
Comjttes rendus de VAcademie, sesión de 18 saron el nivel de veinte metros. La
1

' Les Mondes, número del 12 de Junio de 1873. 3 Soulliall, The receñí origin of man, pág. 3 8 2 .
tle Mayo de 1803. J
493 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN O R D E N Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE. 497

esta causa muy difícil el acceso á las el invierno una extensión de siete e s - Plinio dice que el deseo del vino conservado de la tal existencia? To-
ciudades ( I V , 38; V, 5 2 ; V I , 5; tadios;» ' que el Ródano «descendía fué el que empujó á los galos á echar- das las artes que existen en el mundo
VII, 19, 57; VIII, 7). de los Alpes con tanta fuerza, que su se sobre Italia (XII); que la ballena, son de moderna invención, en térmi-
Cicerón, en pleno Senado, pregunta impetuosa corriente se hacía sentir hoy día retirada a los mares polares, nos que no hay una sola cuya data se
si se conoce cosa alguna más rigurosadentro del lago Leman, en un espacio frecuentaba en su tiempo los golfos esconda en las tinieblas de la anti-
que esta región '. Diodoro de Sicilia de varios estadios.» Horacio nos
4
de Gascuña y de Lyon (IX, 6); que güedad. Lo mismo sucede con el ori-
habla sobre este país en la forma si- pinta el Tiber llenando de terror á la Galia era notablemente húmeda gen de los imperios, de las leyes y de
guiente: «El invierno es allí largo y Roma con sus furiosas avenidas, cu- (XVIII, 8); que en su costa meridio- la civilización de los pueblos. En
extremadamente frío. En esta estación,bierto el Soracte de nieve, y suspen- nal había numerosos estanques (III, tiempo de Ovidio todavía se ignoraba
durante los días nebulosos, cae mu- dido con los hielos el curso de los IX), etc., etc. que estuviese habitada la zona tórri-
cha nieve en lugar de lluvia; y cuan- ríos .
3
Este estado de fría humedad, que da; de la esfericidad de la tierra nada
do el cielo está sereno, se forman ma- Ovidio describe los fríos horribles persistió en Francia y en otros países se sabía entonces con certeza; la
sas de hielo compacto en términos que asolaban en su tiempo las llanu-- del Norte durante varios siglos de la existencia de los antípodas ha perma-
que los ríos se convierten en verdade- ras inferiores del Danubio, situadas á Era cristiana, como lo prueban los necido oculta hasta Colón. Deberáse,
ros puentes naturales. No sólo los via- la latitud del mediodía de Francia. numerosos testimonios aquí citados, pues, afirmar que nuestros antepasa-
jeros aislados, sino también los ejér- «La primavera, dice, jamás se coro- y otros varios que trae Hamard en la dos, durante todo ese numeroso pe-
citos enteros con sus carros y bagajes, na de ñores; los segadores jamás se obra antes nombrada ', dan bien á ríodo de tiempo, llevaron vida de ver-
pasan por ellos con entera seguridad. quitan sus vestidos; el otoño jamás- entender que la época glacial con to- daderas bestias, sin conciencia de sí
La Galia está atravesada por ríos produce uvas ni frutas. Un viento dos sus hielos, nieves, aguaceros y mismos, sin aptitud para progresar
grandes y numerosos; casi todos ellosfrío reina todo el año; los hielos del aluvión cuaternario no se halla tan en las ciencias ni en las artes, es de-
se hielan y forman puentes natura- invierno dan al suelo la dureza y distante de nosotros como se han cir, como se los fingen los partida-
les.» 2
blancura del mármol; hiélase la nieve complacido en pintárnosla los aman- rios del hombre-mono. Este argumen-
Virgilio en sus Geórgicas ( I V , 135-y resiste al sol y á las lluvias. Los tes de la prehistoria para dar algún to de la reciente data de todo lo h u -
136), afirma que á los mismos pies de vientos del Norte la condensan y la colorido á su favorita teoría del hom- mano es de tanto peso, que no pudo
la ciudad de Tarento, situada en el hacen eterna; antes de fundirse la p r i - bre-mono, sino que, por el contrario, menos de hacer grandísima fuerza
país más cálido de Italia, el triste in- mera nevada viene otra, y con fre- tuvo lugar en los dos ó tres mil años al incrédulo Lucrecio, quien por esta
vierno rompe los peñascos con el frío y cuencia se ve nieve de dos años. E l que se siguieron al diluvio bíblico. causa escribió los versos siguientes:
detiene con el hielo las corrientes de losmismo Danubio, con toda la anchura Por donde de ninguna manera pue-
ríos; y en otra parte de la misma de sus aguas, se hiela y se endurece do aprobar la idea emitida por mon- Terra'í Praelerea, si nulla fuit genitahs origo
et coeli, semperque aeterna fuere,
obra (III, 354-383) nos da una des- en términos que entra sin ser visto en sieur Jean d'Estienne en la Revue des Cur supra bellum tbebanum et fuñera Troiae
cripción de los fríos, nieves y hielos el Ponto Euxino,» etc.
4
questions seientifiques,en el número deNon alias alii quoque res cecinere poétac?
Quo tot facía virum toties cecidere? nec usquam
horrendos que reinaban en las riberas Julio de 1881, donde concede, con Aeternis famae monumentis indita florent?
del Danubio, en términos que los ves- Eslrabon, Hisl., lib. I V , cap. 1, p a r . 3 .
1

Credner, á la época glacial y cuater- Verum utopinor babetnovitatem,summarecensque


I d . , ibid.. p a r . 1 1 .
tidos se ponían tiesos y erizada la bar- naria una duración de muchos miles Natura est mundi, ñeque pridem exordia cepit.
2

3 Horacio, Odar, lib. I, od. i." y 9.", lib. IV, Quare ctiam nunc quaedam artes expoliuntur,
ba, el vino había que partirlo con una od. 7.'' de años, y afirma que el hombre exis- Nunc etiam augescunl; nunc addita navigiis sunt
hacha, los ciervos quedaban clavados < Ovidio, De Ponto, lib. 1, eleg. 2, 3 y 8; li- tía quizás ya al principio de esta Mulla; modo organici mélicos pepererc sonoros
en la nieve helada y eran cogidos con bro II, eleg. 2; lib. 111, eleg. 1 v 8; Trislium, li- edad inmensa . ¿Qué hicieron los
a

las manos por los habitantes de aque- bro III, eleg. 10 y 12; lib. V. eleg. 2 . He aquí unos
cuantos versos de la elegía 10 del lib. I I I de Los hombres durante tan enorme número Que los cantos erráticos esparcidos
llas comarcas, que vivían en cuevas Tvistes. de siglos, que ninguna memoria se ha por las inmensas llanuras del Norte
debajo de la tierra, sin necesidad de Sacpe. sonnant moti, glaeie pendente, capulí: de Europa en una extensión lo menos
Et nitet inducto candida barba gelu. de 40.000 millas cuadradas hayan
perseguirlos con los perros. Nada de Ildaquc consistunl formam servantia testae v
i x equidem credar; sed cum sint praemia falsi
esto se ve hoy día en aquellas regio- Vina: nec bausla mcri, sed dala frusta bibutit. Nulla, ratam debel testis babere fidem. llegado al lugar que ahora ocupan en
Vidimus ingentem glacie consistere pontum,
nes; un frío de esta especie sólo se Quid loquar, ut vincli concreseunt frigore rivi, Lubricaque inmotas testa premebat aquas,
la manera expuesta por Credner, con-
Deque lacu frágiles effodiuntur aquae?
nota en las regiones hiperbóreas. Ipse papyrifero qui non angustior amne, Nec vidisse satis: durum calcavimus aequor, forme á la teoría de los grandes ven-
Miscetur vasto mulla per ora frelo, Undaque non udo sub pede summa fuit. tisqueros, es una mera hipótesis, y
Estrabon cuenta que el Var, «poco Caeruleos 1
Hamard, Etudes critiques, etc. Supplément av.
venus lalices durantibus, Ister nada más. Por ella no hay razón nin-
considerable en el estío, ocupaba en Congelal: et tectisin mare serpitaquis. gisement du moni Dol., cap. I I , par. VI, pági-
Quaque ratos ieranl, pedibus nunc itur; el undar- nas 223 y siguientes. guna para rechazar como improbable
Frigore concreías úngula pulsat equi.
2
Véanse las páginas 151, 152 y 153 de la cita-
1
Cicerón, Oral, de provinciis consularibus, pá- da Revista, en el número que acabamos de nom- t Lucrecio, De natura rerum, lib. V, vers. 323
Perqué novos pontes, subter labenlibusundis,,
rrafo 2. brar. y siguientes.
i Diodoro de Sicilia. Hist., cap. V , lib. X X V . Ducunt Sarmatici barbara plaustra bove»-
EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN ORDEN Á L A ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE.

la ingeniosa idea del abate Gainet, cibido en las cimas de las montañas; presentar inconveniente alguno , e n - ría en contra de la cronología vulgar,
que atribuye á la acción inmediata pero si es permitido hablar así , ellos cierra, por el contrario, una doctrina porque el mencionado terreno ha sido
del diluvio la dispersión de los referi- no tienen el monopolio de estos d i - sumamente probable. Si toda la época formado con el acarreo de las aguas,
dos cantos; que las aguas del diluvio versos fenómenos. El agua en el es- cuaternaria, ó á lo menos gran parte por confesión del mismo Bourgeois, y
también pudieron depositar fango en tado líquido, sobre todo cuando se de ella, con sus inmensos aluviones y éstas han podido dejar en el fondo del
algunas partes, y restos de rocas y halla cargada de arena, puede también avenidas , ha sido una consecuencia banco acarreado lo que habían toma-
cantos erráticos. Antes el tal modo de pulir y producir estrías. A veces tam- natural del estado atmosférico produ- do de la superficie '. Ciertamente,
dispersión defendido por Gainet nos bién estas estrías pueden ser debidas cido con la extraordinaria y sobrena- Mr. Daily , el más incrédulo de los
parece mucho más aceptable que el á la desaparición de los delgados file- tural inundación del diluvio, claro antropólogos, como le llama Moigno , t

de Credner, porque no tenemos por tes de carbonato de cal que estaban está que los antediluvianos debieron no ha dudado en escribir á propósito
muy admisible la época glacial carac- como embutidos primitivamente en de vivir sobre el terreno terciario. En del hallazgo del abate Bourgeois:
terizada con las proporciones enor- la roca. Mr. Ebray lo ha comprobado este supuesto nada tiene de extraño «Parece que en Inglaterra se ve en los
mes que le atribuyen sus defensores. con respecto á los guijarros que había el que alguna vez se encuentren restos pedernales tallados una tendencia al
Ya en otro capítulo hemos impugna- él mismo tomado por glaciales en un del hombre sobre este mismo terreno, papismo.» Y con razón ; porque la
<< i, con el P. Haté, esta pretendida principio. El agua acarrea igualmen- sin que por eso hayamos de admitir edad fabulosa que señalan al hombre
'.¿oca, que no parece ser sino un puro te y acumula materiales que pueden el fantástico hombre terciario, imagi- terciario los secuaces de la prehisto-
sueño, entendida como la proponen presentar el aspecto de las morenas; nado por el abate Bourgeois y defen- ria es absolutamente increíble; por
los secuaces de la prehistoria. 1
como su fuerza de transporte crece dido con tanto calor por los andantes
de la prehistoria. Los antediluvianos cuaternarios de España, y el mismo Bibeira se ma
La sola existencia, de los cantos con la velocidad y en una proporción nifestó dudoso en esta parte. Y por lo que hace a 1
también enterrarían sus cadáveres segundo punto de las talladuras , el naturalista
erráticos en algún lugar no es razón prodigiosa, puede en el estado t o -
como nosotros, y viviendo sobre el inglés Mr. Evans, persona que á nadie cede en
suficiente para que por ella hayamos rrencial arrastrar enormes cantos, que
terreno terciario claro está que sus competencia sobre este asunto, se explica en esta
de admitir el paso de los hielos por se confundirán después con los trans- forma: «Es cierto que se advierten en ellos (los silex
sepulturas se habían de internar en él de Olla) señales de haber sido golpeados, conos y
aquella región. Dice muy bien Ha- portados por los hielos, y esto con
algún tanto. nudosidades producidas en el silex, como cuando
mard á este propósito: «Las rocas tanta mayor facilidad , cuanto que la recibe algún golpe que le hace pedazos; pero todo
pulimentadas, estriadas, rizadas, las corriente no habrá tenido lugar para Por eso, aunque supusiéramos, con- esto puede ser natural, y provenir, por ejemplo, d e
morenas y los cantos rodados, cuando desmoronarles los ángulos.» tra toda probabilidad , ser verdaderas algún choque accidental. Muchas señales de golpes
1

en un mismo lugar no prueban que la quebradura


concurren en un mismo lugar, son Con lo que acabamos da observar obras de industria los pedruscos halla- haya sido intencionada.» De la misma manera, y
motivos suficientes para pensar que sobre la data reciente de la época dos por el abate Bourgeois en el terre- con términos aún más enérgicos , se expresó Vir-
allí ha habido un ventisquero; pero cuaternaria se abre el paso para la so- no terciario de Thenay ', nadase segui- chow, hombre nada preocupado, como es sabido,
por las ideas religiosas.
tomados aisladamente , constituyen lución de una dificultad que contra la Y si los silex, tanto de Olla como de Thenay, nada
una probabilidad y nada más. Sin cronología común suele moverse por i Los famosos silex del abate Bourgeois proce- prueban en favor del hombre terciario, mucho me-
dentes de. Thenay, en Francia, presentan cierta es- nos pueden servir para este efecto los de Cantal
duda los hielos en movimiento pulen los defensores del hombre terciario. pecie de retoques que, á pesar de su tosquedad, á (Francia), descubiertos por Mr. llames, farmacéu-
los guijarros, surcan y cincelan la Claro está que el hombre terciario, Mr. de Mortillet, acérrimo partidario del hombre- tico ile Aurillac. "Faltan garantías de la autentici-
mono, y á algunos otros arqueólogos, han parecido dad del silex, escribe hablando de ellos el ilustre
roca subyacente, acumulan sobre sus con las montañas inmensas de siglos ser obra intencionada de un ser inteligente. Pero arqueólogo Hamard (En el articulo El hombre-
flancos y en su base detritus hetero- que cargan sobre sus espaldas los se- el juicio común de los sabios es que los tales reto- mona, impreso en el Diccionario Apologético de
géneos con que están formadas las cuaces de la prehistoria , es un puro ques han podido ser naturalmente producidos por Mr. J. B. Jauge,) y de la edad de los terrenos á
el fuego, y asi lo ha comprobado Mr. Alejandro quCgse atribuyen, y aun de sus tallados; no se sabe
morenas ó canchales; transportan, fantasma creado por la fecunda ima- Beltrand, custodio de dichos silex en el Museo de siquiera la profundidad de las capas dundo han
finalmente, á veces á grandes distan- ginación de los que en todas partes Saint-Germain-Laye, sometiendo algunos de ellos sido descubiertos. Finalmente, para decir alguna
á la acción de este activo elemento; el cual, hacién- cosa acerca del tallado de los silex, todos convienen
cias, fragmentos de rocas que han re- quieren hallar rastros del hombre- dolos saltar, los descompuso en pedazos del todo en que es en extremo grosero.» ¿Qué argumento,
mono. semejantes á ellos. Por consiguiente, los tales silex pues, se puede fundar en semejantes datos?
nada prueban en favor del hombre terciario ima-
1
El abate Hamard, en el artículo Antigüedad Pero entendido de tal suerte que ginado por los prehistóricos, ni del hombre-mono
Nada digamos de las otras razones aducidas en
del hombre, publicado por Mr. J. B. Jaugey en su con estas palabras no se signifique otro tiempo por los prehistóricos. Ellas s o n ta-
soñado por Mortillet. Dígase otro tanto de los silex
Diccionario apologético, reconoce ya, con la genera- les, que ya ninguno las alega, ni aun el mismo
descubiertos por el Sr. Bibeira en ütta, á las ribe-
lidad de los geólogos, el periodo glacial, cual lo des- sino la breve demora del género hu- ras del Tajo, cerca de Lisboa; pues ni consta que
Mortillet, c o n ser tanto el empeño q u e muestra
cribe Credner; pero nota que los cantos erráticos mano sobre el terreno terciario en los el terreno en que fueron hallados fuese terciario,
p,ira apoyar por todos modos su ridicula teoría del
pueden ser atribuidos á otras causas. Si dicho pe- anlropopitheco ú hombre-mono. (Véase Hamard,
ríodo abraza los años que generalmente se le con-
tiempos anteriores al diluvio, lejos de ni presentan señales de percusión alguna inten-
en el artículo citado )
cionada que no haya podido ser debida á los agen-
ceden, hay que decir que el hombre no comenzó tes de la naturaleza. En el Congreso de Arqueología i Véase sobre esta materia el abate Moigno, Les
Hamard, loco cítalo, páginas 245-246. Véase prehistórica celebrado en Lisboa, el Sr. Vilanova splendeurs de la fni, t. I I , páginas 733 y siguien-
1
á existir sino en su última época, y eslo es lo
que hasta ahora se puede únicamente sacar de los sobre este asunto un importante artículo del Pa- declaró que, según su opinión, aquellos terrenos tes; y Cbabas, Eludes sur l'anliquilé historique,
fenómenos geológicos. Véase Hamard, en el ar- dre Haté, publicado en los Eludes de 1879, pagi- o n cuartenarios, porque se asemejan mucho á los páginas 560 y siguientes.
* Moigno, loco cítalo, pág. 746.
s

ticulo citado. nas 3 y siguientes.


500 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN A LA A N T I G Ü E D A D DEL HOMBRE. 501
donde, si alguna vez se llegara á pro- dice Horner, habiendo sido erigida en de diques, según cuenta Estrabon, maban los cimientos de una casa edi-
bar que , en efecto, el hombre ha vi- Menfis la estatua de Ramsés II, según tanto como en las más grandes ave- ficada por mí, ser arrebatados por la
vido en el terreno terciario, lo cual no Leipsio, hacia el año de 1360 antes nidas, y así depositaba en el valle corriente y esparcidos á lo largo del
se ha demostrado todavía, en lugar de Jesucristo, y hallándose ahora su cada año mucho más fango del que fondo del río, á una profundidad de
de envejecer al hombre , habría que pedestal hundido en la arena tres hubiera dejado sin la dirección é in- treinta ó cuarenta pies debajo de la su-
remozar el sobredicho terreno. Y esto metros y algunos centímetros, resulta dustria del hombre. Supone, en tercer perficie del terreno. Posteriormente el
es lo que ha hecho sapientísimamen- que el alzamiento secular del valle del lugar, que las inundaciones llegaron río se ha retirado de allí; ahora existe
te Mr. Chabas , al hablar de ciertos Nilo es de nueve centímetros nada siempre hasta donde estaba la estatua un nuevo pueblo en el lugar donde
hallazgos que pretenden haber obte- más. Por donde, habiendo sido halla- de Ramsés II, y esto no pudo ser, por- estaba mi casita, cuarenta pies en alto
nido algunos en los terrenos tercia- dos en dicho valle, á más de doce que los egipcios impedían que las sobre sus ruinas, y todo el que quiera
rios, escribiendo las siguientes líneas: metros de profundidad, ciertos frag- inundaciones penetrasen en los luga- cavar en dicho sitio podrá encontrar
«Si estos descubrimientos merecieran mentos de una vasija de arcilla y al- res habitados, como la ciudad de en él mis reliquias, y formar la teoría
confianza, sería preciso hacer subir la gunos ladrillos todavía más abajo, es Menfis, donde estaba la referida es que se le antoje sobre la antigüedad
edad del hombre hasta la época mio- claro que esta vasija y estos ladrillos tatúa; razón por la cual no deben re- de las mismas.» 1

cena; habría sido contemporáneo del fueron cubiertos por el fango de dicho partirse los tres metros de arena que El Nilo no guarda una uniformidad
dinotherio, el más antiguo entre los río en una edad distante de la nuestra cubren el mencionado pedestal entre tan constante en el modo de sus cre-
colosos del reino animal; habría asis- lo menos 12.000 años. los 3-247 años transcurridos desde su cidas que no podamos sospechar ra-
tido á grandes fenómenos geológicos, Lo que hay de claro en este argu- erección, sino entre los 1.400 que han zonablemente alguna muy extraordi-
tales como el levantamiento, de los mento es que está basado en varias pasado desde que fué destruida esta naria de siglo en siglo, y capaz de
Alpes. Nosotros sacaríamos de aquí suposiciones gratuitas y aun falsas. ciudad, á los 500 años de la Era cris- producir efectos semejantes al presen- y;.,^;"^
Ta consecuencia de que la época mio- Supone primeramente el Sr. Horner tiana. Esto señala un aumento regular ciado por Fergusson. Aún en nuestros/^ ? ^í.? 5

cena es mucho menos antigua de lo que las inundaciones del Nilo han más del doble del que se había imagi- días se muestra á veces amenazador.) * .?.. s

que generalmente se cree; pero toda- sido siempre uniformes, y que en los nado Horner. Aún más: 600 años bas- y en Octubre de 1863 tomó propor-V/SfV
vía no hay motivos suficientes para tiempos pasados han dejado en el tan para este aumento, porque la mis- ciones verdaderamente desastrosas.
que se pueda establecer cuestión seria valle la misma cantidad aluvial, ni ma cantidad de arena recubre el pe- Considerado por una parte lo que
sobre este terreno; es preciso esperar más ni menos, que deja en los tiem- destal de la estatua de Ramsés II, de Egipto nos han dejado escritos los
averiguaciones más seguras, más cien- pos presentes; y esto es completa- erigida en Méhahenny, y sin embargo, antiguos, y por otra lo poderoso que
tíficamente practicadas , sobre la tal mente falso, porque las avenidas de éste pedestal estaba descubierto ha- es aún hoy día el Nilo en el valle que
coexistencia.» 1
los ríos no tienen nada de regular, ce 600 años. Supone, finalmente, que
1

atraviesa su corriente, bien podemos


'Pero volvamos á los aluviones cua- y por otra parte en los tiempos anti- los fragmentos sobredichos fueron de- asegurar que el comienzo del delta no
ternarios causados por las grandes guos, cuando los terrenos no estaban positados por el hombre en el lugar sube más arriba de 5 á 6.000 años^
crecidas de los ríos , que es donde la tan lavados como ahora, y en todo el donde han sido hallados, cuando la En tiempo de H o m e r o , la única
cuestión ofrce mayor dificultad. Las período cuaternario, la materia aca- superficie del suelo no llegaba sino á ciudad notable era Tebas. Herodoto
observaciones del Sr. Rossi, de que he- rreada por dicho río no pudo menos aquella altura; y esto es enteramente cuenta, como ya tengo dicho, que en
mos hecho mención más arriba, junta- de ser incomparablemente mayor que gratuito, porque los tales fragmentos 900 años subió el nivel del terreno en
mente con la de otros autores citados, la de los tiempos actuales. Según la se han podido ir hundiendo en la tie- el valle del Nilo de siete á ocho codos,
y con las que todavía se pudieran adu- relación de Herodoto, el Nilo, en los rra fangosa por su propio peso, y han que vienen á ser unos tres ó cuatro
cir, arrojan una vivísima luz para nueve siglos que acababan entonces podido también ser allí enterrados por metros. La lengua de tierra donde
conocer lo acaecido en otros ríos se- de pasar, había levantado el terreno el mismo Nilo con la fuerza de su Alejandro edificó á Alejandría, no
mejantes, á que suelen apelar los par- unos tres ó cuatro metros. Supone1
corriente. Dice muy bien á este pro- existía en tiempo del cantor de Troya.
tidarios de la prehistoria. En primer además que el río siempre ha abando- pósito Fergusson: «De lo dicho se in- La ciudad de Roseta, que fué funda-
lugar, en los depósitos del Nilo, que nado sus depósitos en todo el valle, sin fiere cuan falaces deben ser, así las da hace mil años á orillas del mar,
recubren el pedestal de la estatua de mezclarse en esta operación la in- conclusiones sacadas de las excava- dista ahora de él ocho kilómetros. E n
Ramsés II, han creído hallar un argu- dustria del hombre, y esto también ciones que se practican en los estratos veinticinco años ha recibido una pro-
mento suficiente para concluir que el es enteramente erróneo; porque los de los deltas, como los cálculos fun- longación de dos kilómetros el cabo
hombre ya debe llevar, cuando me- egipcios en las crecidas pequeñas lo dados en los depósitos locales. Yo de esta misma ciudad.
nos, 12.000 años de existencia sobre hacían subir por medio de canales y mismo he visto los ladrillos que for-
El mismo Fergusson, cuyas pala-
el valle del mencionado río. Porque, 1
Herodoto, lib. II, cap. X . Traducción de 1
Moigno, Les Splendeurs de la fot, tomo I I , 1 James Fergusson, Journal of tlie Geologícal
i Chabas, loco cítalo, pág. 566. Larcber. pág. 770. Sociely, pág- 327, Agosto 1863.
EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE. 60S
faras citábamos poco ha, resume en americana, todavía existente, de los tre los siglos VIII y IX de la Era cris- mango de madera; á 6 , un manubrio m

los siguientes términos las observa- natchez, lo cual no ha debido influir tiana, viniendo después más tarde á de cuerno de ciervo para sostener el
ciones que acerca del Ganges hizo él poco en el ánimo de Lyell para que se este mismo lugar las tribus algonqui- hacha y manejarla sin necesidad del
mismo durante su larga permanencia mostrase receloso y no viese en este nas é iroquesas, las cuales atravesa- mango.
en las Indias. «Largos estudios, dice, hecho confirmada la tesis de los pre- ron el valle del mencionado río, echa- Felizmente, para determinar el
hechos sobre estos lugares, me han históricos. ron de allí al pueblo cuyos singulares tiempo que había empleado el río en
convencido de que todo el delta y la Y cierto que no le faltaban razones monumentos forman hoy día el estu- la deposición de todas estas capas,
forma actual del valle del Ganges son para ello; porque es cosa sabida que dio de los sabios, y avanzaron hasta halló varios objetos de la edad galo-
de origen muy reciente, y todas estas este formidable río en sus avenidas la costa, y aun mucho más hacia el romana en una capa situda á 2 , 5 0
transformaciones han debido hacerse arrastra montes enteros de árboles, Sud, sin tener que combatir con na- encima de la otra que dijimos pertene-
con mucha rapidez. Tres mil años los cuales naturalmente han de i r á de- die porque la región estaba desierta y cer á la edad del bronce, y entre ellos
antes de Jesucristo, el único punto positarse en la embocadura del mar, ellos eran sus primeros moradores una medalla de Tétrico, quien tom6
habitable de la llanura de Bengala donde suelen formarse los deltas. En Si los depósitos de algún río nos la púrpura en Burdeos el año 268 y
era la parte que se extiende entre el el Mississipí desembocan sus aguas pueden servir de verdadero cronóme- voluntariamente se entregó al empe-
Sutledge y Jumne; hacia la época del otros ríos de mucha consideración, y tro para medir el tiempo que han de- rador Aureliano el año 275. «La capa
nacimiento de Cristo no hubiera sido éstos también llevan consigo, en tiem- bido pasar los hombres sobre la tierra, galo-romana, escribe el ilustre inge-
posible todavía edificar ciudades sino po de grandes crecidas, árboles infini- éstos son ciertamente los estudiados niero, se hallaba, por consiguiente,
en las colinas meridionales y al pie tos en número; por donde con solas por el ingeniero Kerviler en los alu- datada, y se podía deducir de ella que
del Himalaya; hasta mil años des- cuatro inundaciones extraordinarias viones de la ensenada de Penhoüet, á mediados del siglo III de nuestra
pués de Jesucristo no estuvo bastan- que queramos suponer en el Mississi- en la desembocadura del Loira. Por Era el fondo de la bahía de Penhoüet
te seca la llanura regada por el Gan- pí , tendremos más que suficiente dos métodos diferentes, llevados con estaba situado lo menos un metro más
ges para que se pudiese edificar allí, para que este río haya amontonado en suma exactitud, ha llegado á unas abajo que las bajas mareas actuales...
á alguna notable distancia de las c o - su embocadura, durante brevísimo mismas conclusiones, hallando en los constando además que los seis metros
linas, una ciudad como Gour; el del- tiempo, los cuatro bosques que se aluviones dichos la edad reciente de de fango que existen encima de la
ta, propiamente dicho, no se hizo ha- imaginan nuestros adversarios, j u n - los hombres que en los tiempos pasa- capa galo-romana han empleado 1.600
bitable hasta el siglo XIV, y en el si- tando en uno los árboles arrancados dos han visitado las riberas del men- años en formarse. Esto da por cada
glo pasado se dieron trazas todavía por sus aguas y los acarreados por cionado río. El depósito fangoso del siglo una capa de aluvión de o ,37 de m

para poder aprovechar mucho terreno sus afluentes en varios años á sus valle de Penhoüet, al revés de lo que espesor.» 1

<jue antes estaba hecho un cenagal orillas. ~, suele suceder en los aluviones de otros Con esto ya tuvo los datos suficien-
lleno de juncos.» Hé aquí en qué vienen á parar los ríos, presenta una serie de capas ho- tes para demostrar con la más severa
Los amantes de la prehistoria cálculos fundados sobre la pura ima- rizontales colocadas unas sobre otras. lógica que la sobredicha capa de la
opondrán, sin duda, á la reciente for- ginación de nuestros modernos s a - En una de estas capas, sita á unos edad del bronce databa del siglo V an-
mación de este delta, la del Mississi- bios. Ya hemos visto más arriba, ci- cuatro metros debajo de las bajas terior á nuestra Era, y la pequeña es-
pí, que al doctor Dowlerle pareció an- tando las palabras del abate Hamard, mareas actuales, halló el citado inge- pada, del VI; no encerrando, por con-
tiquísima , nada menos que de 57.007 cómo Abbot, comisionado por el Go- niero una gran multitud de objetos siguiente, la edad del bronce en Saint-
años. En el moderno delta de este río bierno de los Estados Unidos para pertenecientes á la edad del bronce, Nazaire más que 2.500 años.
cerca de Nueva Orleans, haciendo estudiar dicho río, de todas sus lar- como son ciertas armas de este metal, «Mas ¿quéprobabilidad próxima á la
unas excavaciones, ha sido hallado un gas y diligentes investigaciones con- cuernos de ciervo trabajados, piedras certeza—prosigue el mismo autor—•
esqueleto humano á dieciséis pies de cluyó que no han pasado sino unos de fondeadero, vajilla de barro, hue- no se podría obtener si se llegase
profundidad,debajo de cuatro bosques 4.000 años después que el delta va sos de buey, caballo, ciervo, carne- al mismo resultado por un método ab-
sepultados en tierra y puestos uno entrando en el golfo. Mr. de Quatre- ro, etc. Haciendo nuevas excavacio- solutamente diverso? Una feliz casua-
encima de otro, según cuentan los fages todavía avanza más: apoyado nes, halló á 4"' una hacha de piedra lidad vino á principios del año 1877
partidarios de la nueva escuela. Para en las tradiciones de los americanos, pulimentada con su mango mismo; á á proporcionarme esta confirmación.
la formación de cada uno de estos bos- sacadas por el abate Brasseur de los 4 ,5o una espada pequeña de bronce;
ra
Recorriendo un día el perímetro de
ques exige Vogt 14.000 años, por lo libros sagrados de los quiches, ó con- á 5™, otra hacha de piedra pulimenta- la cantera en compañía de un arqueó-
que el hombre allí enterrado debe per- servadas por Heckevvelder, y compa- da, encajada, como la precedente, en logo muy conocido, Mr. du Chatelier,
tenecer á una edad antiquísima. Sin radas con los hechos de la historia una vaina de cuerno de ciervo con
embargo, la configuración de su crá- mejicana, sostiene que los Pieles Ro- > Kerviler, Le chronomélre historiquc de Saint-
neo manifiesta que pertenece á la raza jas no llegaron al Mississipí sino en-
1
De Quatrefages, L'espéce humaine, capítu- Nazaire, publicado en la Bevue des qucstions je/en»
lo XV11I, miro. 5, páginas 153-154, ti fiques, Jan vi i i , M .' | ; ; . : 1 .
504 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA E N ORDEN Á LA A N T I G Ü E D A D D E L HOMBRE. 505

llamóme la atención el aspecto del tratificación abriendo al efecto un Las habitaciones lacustres, sin em- la regularidad en la formación de los
corte vertical del terreno fangoso que, pozo de treinta metros de espesor bargo, por sí mismas nada dicen con depósitos no es posible en un torrente
en lugar de ser liso y homogéneo, total, es decir, hasta unos cuarenta relación á la antigüedad del hombre: formado por las lluvias, nieves y des-
presentaba señales evidentes de estra- siglos antes de nuestra E r a . . . Herodoto habla de un pueblo cons-
1
hielos, cual es el Tiniére. Un torrente
tificaciones regulares y muy unidas «Tomando en cuéntala compresión truido de este modo en la Tracia, so- de esta naturaleza puede en un solo
entre sí. Los estratos eran horizon- inferior que daría un espesor secular bre el lago Prasias, y todavía estaban día acarrear más materiales que un
tales, y parecían tener o' ,oo3 de es-
n
medio de o ,33 por siglo, se ha lle-
m en uso en el siglo pasado en Suiza, río regular en muchos siglos.
pesor... gado á fijar en un máximum de seis según Keller . Por eso han recurrido
2
Por eso Quatrefages ha acudido á
»Un estudio atento me permitió re- mil años antes de nuestra E r a el prin- á calcular el tiempo que habrá de- los depósitos formados por el Ródano
conocer que cada estrato se compone cipio de los aluviones modernos del bido pasar para que se fuesen reti- en el lago Leman, adonde entra muy
de tres hojas ó elementos, que se su- Loira, y, por consiguiente, del período rando de ellas los lagos á la distan- turbio en las crecidas, saliendo des-
ceden siempre en el mismo orden: geológico actual. Este límite de data cia en que hoy se encuentran; pero pués con aguas muy clarificadas. Pero
arena, arcilla, restos vegetales. Las se aproxima mucho á la suputación nada han podido todavía averiguar: aquí tampoco se ha podido obtener
capas de arena son las que varían más bíblica tradicional, á las cifras de Ma- todo se ha reducido á meras conjetu- un cronómetro seguro. Forel, poruña
en espesor. Las pequeñas capas de ve- nethon y al mínimo indicado por ras, como lo había predicho ya Rüti- parte, y Arcelin, por otra, han procu-
getales compuestas de hojas, y sobre Mr. Arcelin, estudiándolos aluviones meyer, profesor de Basilea, en Suiza' . 1
rado hacer este cálculo, pero sus resul-
todo de restos herbáceos, indican el del Saona.» 1
La suputación hecha sobre el cono tados han salido muy contradictorios.
depósito anual del otoño y forman la ¡Qué triunfo éste para la cronolo- de deyección del Tiniére, en el lago Otros han apelado á las materias
superficie aisladora. En el intervalo gía común y vulgar! Los prehistóri- de Ginebra, es la que ha podido ha- diluviales halladas en las cavernas,
la arena y la arcilla se separan por la cos han bramado de rabia contra los cerse con más fundamento. El Tiniére donde han aparecido huesos ó utensi-
densidad. Así, el espesor del conjunto razonamientos de Mr. Kerviler, lle- es un riachuelo que entra en el lago lios humanos, enterrados juntamente
de estas tres capas, que varía (en las nando de injurias á su autor; pero es- •sobredicho, y que ha formado en una con huesos de animales, cuyas espe-
profundidades de 6 á 7 metros) entre tos razonamientos han quedado vic- de sus riberas, con sus aluviones to- cies se hallan actualmente extingui-
o"',ooi y o" ,005 (salvo los casos ex-
1
toriosos, sin tener quien los pueda de- rrenciales, un cono de varias mate- das, y cubiertas con una gruesa capa
traordinarios de depósitos arenosos), bilitar ni aun lo más mínimo. rias amontonadas confusamente. Este de estalagmitas, para cuya formación
representa un depósito anual y regu- Al argumento de los deltas añade cono ha debido ser cortado para la creen que ha sido necesaria una mul-
lar; y el conjunto de 100 grupos de la nueva escuela otros fundados en •construcción de una vía férrea: debajo titud innumerable de siglos. Sobre
tres capas varía de o'",33 á o'",37. Se las habitaciones lacustres, bautizadas de tres diferentes pisos, á una profun- todo, la caverna de Kent, en Inglate-
puede, por consiguiente, sin temor de con el nombre de palafitos, en los co- didad de 19 pies, se han hallado va- rra, ha metido un ruido incalculable,
equivocarse, señalar un espesor secu- nos de deyección de los torrentes, en sijas muy bastas, carbón y algunos deduciendo de ella los amantes de la
lar medio de unos o'",35 á los aluvio- los depósitos de turba, en las estalag- huesos de animales fracturados. Mor- prehistoria que el hombre ya vivía en
nes que han llenado la ensenada de mitas y estalactitas de las cavernas y lot calculó que la deposición de todos aquella isla hace 264.000 años. Sin
Penhoüet y decir con seguridad: en otras cosas semejantes; las cuales, estos objetos en aquel lugar debe da- embargo, la poca consistencia del ar-
»i.0
Que en el siglo VI antes de á su parecer, han debido emplear un tar, cuando menos, de hace siete mil gumento basado en esta clase de lu-
nuestra Era estaban en uso todavía tiempo inmenso en su formación len- años. Pero Rütimeyer la cree de data gares es reconocida por los buenos
en la embocadura del Loira las hachas ta y sucesiva. Pero todos ellos son de más reciente, fundándose en que los geólogos. «Los resultados de las ex-
de piedra bruñida encajadas en el levísimo peso. animales cuyos huesos han sido allí cavaciones ejecutadas en las caver-
hueco de un cuerno de ciervo, y pues- depositados en nada difieren de los nas, dice Hamy ', no tienen general-
Las habitaciones lacustres son pe-
tas en un mango de madera. actuales. Vogt tiene por muy dudoso mente el valor demostrativo de las
queñas casas edificadas sobre estacas,
» 2 . ° Que la introducción del bron- el principio de donde parte Morlot observaciones recogidas en los alu-
que se hallan clavadas en el fondo de
ce en esta región data del siglo VI, para sus cálculos, á saber: que el pri- viones estratificados. La ausencia de
los lagos. Varias de estas habitacio-
esto es, de hacia los tiempos de la mero de los tras pisos dichos se re- relaciones geológicas ciertas en el ma-
nes fueron halladas en Suiza y en
fundación de Roma. monte hasta el tiempo de los roma- yor número de estas cavidades, entre
otras partes, juntamente con algunos
»3. Que mil años antes de nues- nos, con lo cual queda en el aire el el depósito osífero y los que le han
instrumentos de piedra; lo cual ha
0

tra Era se usaban hachas de piedra valor de todo el argumento. Además, precedido ó seguido en la sucesión de
bastado á nuestros sapientísimos ar-
pulimentada mucho más primitivas los tiempos; las dificultades que sur-
queólogos para fabricar en su fanta-
que las precedentes. ' llerod., lib. V, cap. VI. gen cuando se trata de determinar
sía un mundo de infinita duración. 2
Moigno, Les splendeurs de la foi, lomo 11, pá-
«Debo añadir que se ha podido pro- gina 8 6 3 .
seguir la observación exacta de la es- • Kerviler, lóeo cilato, páginas 31-33.
3
Die Fauna, etc., pág. 239. 1 Précis de paléonlologic liumaine, pág. 1 Í 2 .
06 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA
EN O R D E N Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE. 507
las condiciones en que fueron aban- muchos vegetales que allí se criaban. escuela afirma, con mucha solemnidad, depósito de turba en el fondo. E l agua
donados allí aquellos objetos; la posi- Resulta, por consiguiente, que el que depósitos de esta especie requie ha llenado estas cavidades, y como se
bilidad de que hayan sido después re- agua del suelo, al descender á la roca, ren para su formación muchos miles hallan en medio del bosque, los árbo-
movidos, sin que esto sea fácil de no va ya cargada de ácido carbónico, de años; pero funda todos sus cálcu- les han ido creciendo á sus orillas, y
averiguar, son la causa del desfavor y así cae de la bóveda sin descompo- los en el aire, porque nadie sabe to- después, por la fuerza de las lluvias
en que se hallan hace ya mucho tiem- ner el carbonato de cal. davía de fijo cómo se produce la tur- y de otros agentes de la naturaleza,
po las investigaciones de las grutas y ba, y consta, por otra parte, que en al- han sido precipitados en el fondo de
En los tiempos antiguos abundaban
del poco crédito que todavía prestan el ácido carbónico y el agua, porque gunos lugares se ha formado en muy las mismas. Por la clase de árboles
algunos naturalistas á los descubri- ambas cosas eran en grande cantidad poco tiempo. E n una laguna de E s caídos se ve que tres distintas gene-
mientos en ellas practicados.» cocia fué hallada una marmita roma- raciones de flora se han sucedido unas
suministradas por el frondoso monte
na en un turbal, á ocho pies de pro- á otras. Como en lo más hondo se en-
Todos los naturalistas saben que que se extendía sobre la cueva, y'por
fundidad. En las lagunas de Hatfield cuentra una turba fangosa y amorfa
las capas de estalagmitas se deben á tanto se producían las estalagmitas
y en otras partes se encuentran las de un metro de espesor, y debajo de
la acción del agua, que se carga de con la misma rapidez con que hoy se
calzadas romanas cubiertas con dos ella aparecen instrumentos de la in-
ácido carbónico al pasar por el carbo- producen en otras partes. Luego fal-
metros de turba; hasta hachas roma- dustria humana, y por otra parte, la
nato de cal. Donde, pues, abunden sísimamente se infiere del tiempo que
nas se han hallado debajo de esta formación de las tres faunas diferen-
estos tres elementos, es claro que al se necesita en la actualidad para la
materia cenagosa clavadas en los ár- tes requiere bastante multitud de
gotear del agua en las bóvedas de las formación de una capa incrustante en
boles. E n Groninga recogieron una años, han concluido de aquí algunos
grutas se ha de seguir naturalmente la sobredicha caverna, el que debió
medalla del emperador Gordiano, bajo geólogos que el hombre en Dinamar-
la formación de estalagmitas podero- transcurrir en circunstancias entera-
un turbal de treinta pies de espesor. ca debe contar una antigüedad exce-
sas en el suelo que la recibe. Grutas mente diversas para la producción del
Así es que Lyell no duda en afirmar, sivamente dilatada.
hay actualmente en el mundo donde, mismo efecto. El mismo raciocinio
en sus Principios de Geología, que todas Este argumento, empero, Maquea,
por esta razón, se forman con rapidez podemos aplicar á otra gruta cual-
las armas y utensilios hallados en los tur-
como todos sus compañeros, por la
maravillosa grandes depósitos de car- quiera. Para probarnos algo los geó-
bales de Francia y de la Gran Bretaña parte del tiempo que se exige gratui-
bonato de cal. L a caverna de Kent, logos sobre esta materia, deben de-
son romanos. Y añade: «Hemos averi- tamente y contra los hechos de la ex-
en el estado presente, tarda mucho mostrarnos primero que las circuns-
guado que la destrucción de un bos- periencia para la formación de las
en formarle, por carecer de la abun- tancias locales en la formación de las
que por una tempestad á mediados tres faunas dichas. El P. Haté hace
dancia que en otros tiempos poseía; estalagmitas han sido siempre las
1

del siglo XVII, dio origen á un turbal un extracto de un artículo de Mr. Osear
y así, los defensores de la grande a n - mismas. Si bien se advierte, en todos
en Lochbroon, en el Ross-shire, y Leclerc-Thouin, publicado en la Max-
tigüedad del hombre se han prevalido sus raciocinios siempre parten del
que los habitantes extraían de allí la son Rustique du XIX siecle, tomo I, ca-
del argumento sofístico que este h e - principio, gratuitamente establecido y
turba cuando todavía no había trans- pítulo X, Des assolements, donde se ci-
cho les presenta, logrando hacer ruido nunca probado, de que los agentes
currido medio siglo después que fué tan fenómenos de esta misma especie
en presencia de la multitud ignoran- naturales han obrado en todos los
derribado el bosque.» verificados en estos últimos tiempos
te. Mas es cosa manifiesta que sus tiempos y lugares de la misma m a -
cálculos son absolutamente nulos, nera y con la misma intensidad. Como Por otra parte, la turba á veces se en muy corto número de siglos. Así es
como fundados en una suposición me- esto es absolutamente necesario para halla en un estado líquido, y permite que el mismo Mr. Steenstrup, defensor
ramente gratuita y aun contraria á la su ciencia, y no lo pueden probar, por á los objetos pesados llegar hasta el de la doctrina prehistórica, no se atre-
realidad de los hechos. Suponen los eso siempre lo suponen; m a s lo que fondo; otras se solidifica y resiste aun ve á dar á esta clase de turbales más
tales que, en los tiempos anteriores al debieran hacer es convencerse de que á las piedras, conservándolas en laj que cuatro mil años de duración; lo
nuestro, la formación de las estalag- la Geología, en esto de servir de cro- superficie. Nada, por consiguiente, se cual, sin embargo, también se podría
mitas procedía allí con la misma len- nómetro histórico á la evolución del puede sacar en claro para la cronolo- discutir, pudiendo bastar menor n ú -
titud que al presente, cuando la mis- género humano, tarde ó nunca podrá gía con la sola consideración de los mero de siglos para la renovación de
ma posición del terreno está claman-- salir con su intento, por serle impo- objetos hallados en el fondo de los las faunas mencionadas.
do todo lo contrario. En efecto; en la sible partir de un principio estable y turbales. Una clase de éstos, sin em- También han apelado nuestros mo-
actualidad falta el bosque que en los científicamente demostrado. bargo, llamada por los geólogos skow- dernos historiadores á otros fenóme-
tiempos pasados existía sobre la ca- moser, ó turbal de los bosques de Di-nos que seria largo de enumerar, pero
No es de mayor consideración el
verna dicha, y por lo mismo no se argumento que oponen recurriendo á namarca, podría ofrecer alguna difi- cuya fuerza demostrativa, en orden á
puede formar el ácido carbónico con cierta clase de objetos que se encuen- cultad. Consisten estos turbales en la tesis de estos escritores, es tan dé-
aquella abundancia de entonces, de- tran en los turbales, algunas veces á unas pequeñas excavaciones de unos
i Eludes religieum, A pisto ile 1874, pájr. 2."ti.
bida á la incesante putrefacción de los diez metros de profundidad. La nueva diez metros de profundidad, con un nota.
EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA
EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE. 509
bíl como la de los hechos ya presen- tigüedad de nuestros prehistóricos.
tados. Las innumerables conchas de Toda esta multitud de hechos geo- recientes, que fueron denominadas nómeno se produjo en el siglo XIII,
ostras, por ejemplo, halladas en Sue- lógicos que citan en favor de su tesis las aguas de esta vasta extensión con entre los años 1205 y 1282.
cia y Dinamarca sobre las costas del los partidarios de la nueva escuela, y el nombre de Océano Escítico por los En los dieciséis siglos que median
mar, juntamente con algunos instru- otros varios que se pudieran todavía hombres que la conocieron. Consoló entre el emperador Severo y nosotros,
mentos de piedra, si algo prueban en alegar, quedarán siempre sin valor al- cincuenta centímetros que se haya el territorio de Puzol, en Italia, se
orden á la edad del género humano, guno en orden á la prehistoria; cons- levantado allí el suelo cada siglo, ó ha elevado lo menos veintitrés pies,
más bien parece que deben conside- tándonos por una parte que la época sea medio centímetro cada año, ya y vuelto á bajar otro tanto, como lo
rarse como favorables á la cronología actual no sólo sigue inmediatamente tendremos realizada la separación de prueban los agujeros producidos por
vulgar que contrarias á ella, al revés á la cuaternaria, mas también es una los dos lugares sobredichos, tal como un molusco llamado modiola lithopha-
de lo que se figuran nuestros adver- verdadera continuación suya, según se encuentra al presente, en el espa- ga en las tres columnas todavía sub-
sarios. Tan enorme multitud de con- se desprende de los fenómenos del cio de tres mil años. E s decir, que no sistentes del antiguo templo de Júpi-
chas recogidas por el hombre no pue- globo terrestre, y siendo de mucha concediendo al levantamiento gradual ter Serapis, restaurado por el sobre-
de concebirse sin un pueblo mu}' nu- consideración los efectos que aun en de esta región sino la mitad del co- dicho Emperador en el segundo siglo
meroso, que viva en comunidad y ca- los tiempos históricos de la misma rrespondiente al golfo de Botnia, mil de la Era cristiana. Estos animalillos
rezca de afición al aislamiento, propio han sido producidos por los agentes años antes de nuestra Era el inmenso no viven sino en la parte más alta del
de los salvajes. La razón en que fun- de la naturaleza. Esta continuación espacio comprendido entre las dos mar; por donde, habiendo sido tala-
da Lyell la suma antigüedad de estos de entrambas épocas, unida á la mag- mencionadas ciudades estaba cubierto dradas por ellos las mencionadas co-
bancos de concha es rechazada por nitud de los fenómenos realizados en por las aguas. Las tradiciones en esto lumnas á una altura que ahora se
Vogt, el cual á su vez trae otra que la segunda de ellas, aun en'tiempos se hallan en perfecta armonía con las encuentra á veintitrés pies sobre el
no es mucho más valedera por cierto. sumamente recientes, nos está di- observaciones directas. Las practica- nivel del mar, es claro que éste ha
Este naturalista sostiene que debe ser ciendo á grandes voces que estos úl- das por el capitán de Estado Mayor subido y bajado, durante el tiempo
muy grande la antigüedad de los refe- timos son el remate de los primeros, Mr. Roudaire, demuestran que, en dicho , toda la altura comprendida
ridos bancos, porque entre otros hue- y que, por consecuencia, no puede ser África, la cuenca de los chotis no es entre la base y los agujeros más altos
1

sos de animales, aparecen también muy grande la distancia que debe me- sino un sumidero de aguas excavado de las columnas; pues no es de creer
allí los del gallo silvestre, linaje de diar entre unos y otros. Indiquemos por el viento, que ha arrebatado de que el templo fuera edificado en un
ave que ya hace muchísimo tiempo algunos de estos fenómenos, pertene- allí las arenas tostadas por el grande principio dentro de las aguas , así
debió haber desaparecido de aquellos cientes á la época actual. El golfo de ardor del sol, transportándolas al Me- como tampoco es probable que el em-
lugares con la extinción de los abedu- Botnia, que en tiempos pasados esta- diterráneo ó al Océano. «Si se dejara perador Severo, al restaurarlo, hubie-
les, cuyos tiernos renuevos le sumi- ba unido al Mar Blanco, ahora se á esta causa obrar, escribe Chabas á ra dejado con sus agujeros las colum-
nistran el alimento en la primavera. halla separado de él por una grande este propósito, sin contraponerle otras nas, si éstas se hubieran hallado per-
E n primer lugar, esta ave, que toda- extensión de terreno, merced al levan- por medio del riego y de la cultura, foradas á la sazón.
vía no ha desaparecido del globo, no tamiento gradual de esta región, que en algunos centenares de años se ve- En 1707 apareció en el mar, cerca
sólo come los sobredichos renuevos, todavía continúa en su movimiento rían formados con ella grandes mares de la isla de Santorín, una isla que
sino también otras muchas cosas y ascendente de un centímetro por año, sobre el continente africano. El fondo tenía cinco leguas de circunferencia
por consiguiente, no hay razón para y aún más en algunos lugares, según de estos nuevos mares ofrecería pro- y cuarenta pies de altura. En 29 de
afirmar que la falta de los abedules le consta de observaciones practicadas bablemente á los arqueólogos venide- Septiembre de 1755, la montaña de
haya ocasionado la muerte en Dina- con gran diligencia. Mientras tanto, ros problemas bien dificultosos, si no Jorullo, en una superficie de cuatro
marca. Además, aunque en los tiem- en estos últimos cuatro siglos se han quedara algún recuerdo acerca de su millas cuadradas, fué vista por los
pos históricos de esta región no bro- ido abajando gradualmente las costas reciente formación.» • habitantes de Méjico levantarse en
ten árboles de esta especie, bien pu- de Groenlandia en una gran exten- En Holanda, los movimientos del forma de cúpula, entre el estruendo
dieron haber brotado en tiempos ante- sión de terreno. Los estudios de suelo han hecho que el mar se haya horrible de los fuegos subterráneos, á
1

riores, cuando Dinamarca estaba se- Mr. Moreau de Jonnes han hecho apoderado del territorio comprendido una altura de 1.670 pies, que todavía
5

pultada en el salvajismo, y reinaba la ver cómo el mar juntaba á Sebas« entre Wiringen y Medemblick, el cual conserva; alrededor de toda la nueva
civilización en Egipto y en varios pue- topol con San Petersburgo, y cubría era antes un dilatado bosque bañado montaña salían llamas en una exten-
blos de Oriente; tiempo que dista mu- las estepas de Rusia en tiempos tan por un río que entraba en el mar sión de varias millas, y la superficie
cho de pertenecer á la imaginada an- cerca del Texel. Todo este gran fe- de la llanura subía y bajaba como las
Los cholls son unas lagunas fangosas, cuyas
olas de un mar alborotado. 1

Pozzy, La Ierre, ete , pág. 10.


1 1

' Véase La Creación, Ilislor. Nat., tomo IV, 2


Moreau de Jonnes, Géograp/iic prchixtnrique aguas tienen poca profundidad.
páginas 179 y siguientes. Harrolona, 1872-187(>. ile l'Europe. * Chabas, Eludes sur 1'antii/uHé, e l e , Stalions 1 Pozzy, La ierre, etc. Exemples de soultvt-
préhistoriques, pág. 5oo. ment. pági ñas 9-10.
510 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE.
511
Tolento, del país de León, duerme pas sumamente profundas. Dice muy bios- Así, nadie debe extrañarse de chos que en estos últimos años han
bajo las olas en la embocadura del bien Mr. Chabas á este propósito: «Si ver al Sr. Rossi, cuya autoridad en metido algún ruido entre los que se
Aber-Urach; las ruinas de Occismor hemos hallado á millares los utensi- semejantes materias no puede ser dan al estudio de la Antropología. El
yacen olvidadas á seis kilómetros de lios considerados como prehistóricos puesta en duda, emitir la opinión de primero es la existencia de un cráneo
Lesneven, é Is, la Babilonia bretona, en la superficie del suelo de las e s - que, al llegar Eneas á Italia, el Tíber humano, hallado pocos años ha en
expía en el fondo de la bahía de taciones, ó en capas sumamente so- no desembocaba todavía sino en su Calaveras (California, vertiente occi-
Douarnenez la vida licenciosa de sus meras, se hallan también á profun- valle cuaternario, y no directamente dental de Sierra Nevada), en terreno
habitantes; una ciudad gala, habitada didades considerables multiplicados en el mar.» 1
plioceno, según Mr. Skertheley, ó aun
todavía en tiempo de los romanos, restos de la época romana y aun de «He aquí, concluye el referido mioceno, y que aduce Mr. Laing en
está ahora sepultada á la entrada del tiempos más modernos) En el recinto autor, el estado cuaternario, la época su obra titulada Human Origins, Lon-
Paso de Calais, en un lugar invadido que constituye el períbolo del templo aluvial descubierta científicamente en don, 1892, como confirmación de la
por el mar en las altas mareas. 1
de Efeso, ha hallado Mr. Wood, á el octavo siglo antes de nuestra Era. existencia del hombre terciario. Pero
En el monte Dol han tenido lugar seis metros de profundidad, restos de Más allá de esta data, las exigencias no se prueba, lo que sería necesario
fenómenos semejantes durante la Era sepulturas colosales; el camino que históricas que al principio de esta ante todo hacer, que el cráneo en
cristiana, como lo demuestra el abate conducía de la ciudad al templo esta- obra hemos expuesto (pero que concuestión sea contemporáneo del terre-
Hamard. 2
ba cubierto con cuatro metros de razón no admiten otros sabios, según no lo (grava y cantos rodados acarrea-
En Cádiz, el antiguo templo de tierra. que dejamos indicado al principio de estedos por las aguas) en que fué halla-
Hércules está hoy día cubierto por las »En el promontorio meridional de capítulo), nos dejan todavía más de do. Por su conformación el tal cráneo
aguas. En Italia las partes cercanas Santorín, llamado Acrotiri, han apa- siete mil años de margen, y la crono- se asemeja mucho al de los indios
á Gaeta se han abajado 9 metros en recido, bajo una capa de peperino que logía bíblica, en su cómputo más es- (Diggers) que habitan en el país; y
el discurso de nueve siglos, y se han no tenía menos de 20 y 30 metros de trecho, tres mil años después de apa- según el Dr. Leidy, se hallan en el
levantado 6"',7o durante seis, como espesor, habitaciones dadas de cal, y recido el hombre sobre la tierra. ¿Está mismo lugar dientes de Equus, muy
consta de las observaciones practica- luego pintadas encima de encarnado acaso bien demostrado que alguna de semejantes á los del caballo actual y
das sobre estos lugares en todo este muy subido, vasijas delicadamente estas cifras es insuficiente? Nosotros en tan buen estado de conservación,
espacio de tiempo. :i
trabajadas, y una sierra de bronce.» ' no lo creemos así; los progresos lleva- que dicho naturalista no vacila en ca-
Todo esto no data sino del primer dos recientemente á cabo en la cien- lificarlos de relativamente recientes.
El año 1881, el estrecho compren-
milenario antes de nuestra E r a , lo cia prehistórica han reformado ya no- El segundo hecho es el de una figu-
dido entre Tchesme yChío se levantó,
cual nos puede dar alguna idea sobre tablemente las opiniones exageradas rilla humana, hallada pjco ha en
en el espacio de algunas horas, nada
lo que ha sido, aun en la época histó- de los que han sido los primeros en Nampa (Condado de Ada, Estado de
menos que 30 brazas *.
rica, el poder de la acción volcánica este género de investigaciones; los Idaho, en los Estados Unidos), en la
A todos estos fenómenos geológi-
que obra aún en nuestros días con tan nuevos progresos, con los cuales se cuenca del río Snake, afluente del
cos hay que añadir otro de gravísima
grande fuerza en el Nebraska y en puede contar de seguro, acabarán esta Colombia, debajo de un depósito de
importancia en la cuestión que va-
Montana, donde los geysers lanzan reforma.» a

lava de 15 pies y diversas capas de


mos tratando, porque nos enseña muy
á las claras con cuánta cautela deben torrentes de fango, que se transforma Estos progresos ciertamente no arena fina y arcilla, mezcladas con
ser recibidas las mismas indicaciones en hermosa creta silicatada. han faltado, y entre otros los estu- grava, que miden 200 pies de altu-
estratigráficas, que son las que más El hombre ha vivido durante todo dios del abate Hamard, citados por ra. Antropólogos tan notables como
confianza suelen inspirar, á los geólo- el período cuaternario, esto es ya un •nosotros tantas veces en este capítu- MM. Wrighit y Putnam tragaron sin
gos prudentes^El fenómeno consiste hecho indubitable; pero no significa lo, contribuirán no poco á derribar vacilación su autenticidad; pero exa-
en que los instrumentos industriales en manera alguna que haya vivido por el suelo el castillo de naipes le- minada detenidamente la figurilla y
tenidos por prehistóricos se encuen- durante centenares de millares de vantado en el aire por los secuaces de comparada con otras que se hallan
tran á veces en la misma superficie años. E n presencia de la eternidad,, la prehistoria. en otros lugares, hase reconocido que
del suelo, ó en terrenos muy poco pro- los siglos no son nada; mas para el Aquí podríamos dar fin á este capí- fué un petardo de los peones, que la
fundos; y, por el contrario, los verda- hombre que obra, cien años son una tulo, como lo habíamos hecho en la enterraron en un pozo artesiano que
deramente históricos aparecen en ca- porción de tiempo considerable, y con edición anterior; pero para mayor sa- estaban abriendo, con la esperanza de
la actividad á las veces fecunda y nu- tisfacción de nuestros lectores vamos recibir por el hallazgo alguna buena
tritiva de la naturaleza, mil años pue- á dar brevemente cuenta de tres he- propina. (Revue des Quest. Scientifi-
Chabas, Eludes sur Vantiquité, etc., pág. 0 0 6 .
ques, Oct., 1892, pág. 379.)
1

- Hamard, Eludes critiques, etc. den encerrar en su seno grandes cam- 1


Chabas, Eludes sur Vanliquité Itislorique, pá- Finalmente, el tercer hecho es un
3
Id., ibid., páginas 29 y siguientes.
1
Cample rendu du Congrés préhistor. Kolognr- ginas 558-559.
«"' Ünivers de 15 de Abril de 1881. — Derniéres * í d e m , loen citato, páginas 539-560. casquete de cráneo, un fémur y dos
nmivellcs. pág. 342.
E L CATOLICISMO Y L A CIENCIA E N O R D E N Á L A A N T I G Ü E D A D D E L HOMBRE.

molares, hallados en Trinil (isla de taban á 15 metros de distancia del


Java), en 1S91 y 1892 por Mr. Du- fémur, pero Dubois pretende que son
bois, quien los atribuye á una especierestos del mismo individuo. Mr. Hou-
intermedia entre el mono y el hom- zé juzga que son humanos todos estos
bre, que califica lindamente de Pi- restos esqueléticos; pero el fémur lo
thecan Anthropus erectas. (Revue destiene por teratológico ó patológico. En
Quest. Scientif., Juillet, 1896.) 1896 se hallaron en Santos (Brasil) CAPÍTULO XXXVII
El fémur se asemeja mucho al hu- restos de otro individuo parecido, que
mano; el cráneo y los molares, á los se cree ser hombre, con caracteres
del mono. El cráneo y los molares es- muy degradados. PROSIGUE LA MATERIA DEL CAPÍTULO PRECEDENTE. EXAMÍNANSE LOS

A R G U M E N T O S ARQUEOLÓGICOS DE LOS PREHISTÓRICOS

\SEMOS ahora á examinar el se- rudeza é ignorancia primitivas, y pa-


gundo argumento de estos se- saron en todas partes, generalmente,
ñores , tomado de la Arqueología. por diferentes edades sucesivamente
Toda la fuerza que le atribuyen sus más perfectas. La escuela danesa no
autores se halla en las siguientes p a - pone sino tres distintas edades, que
labras de Bucher de Perthes: «Cual- marcan otros tantos grados de civili-
quiera que sea el número de siglos en zación: la edad de la piedra, en que
que se oculta un pueblo, hay un me- los hombres no conocían todavía los
dio para interrogarle y conocer cuáles metales; la edad del bronce, en que
han sido su talla y su inteligencia: ignoraban la manera de sacar el hie-
este medio consiste en medir su obra.» rro; la edad, finalmente, del hierro,
De aquí infieren que, (examinando la en que ya llegaron á ingeniarse para
estructura de los instrumentos artísti- hacer uso de este metal. L a escuela
cos fabricados por los antiguos y con- francesa no se contenta con tan poca
servados hasta nuestros días, podre- cosa: en la primera de estas tres eda-
mos averiguar á qué grado de civili- des vuelve á hacer otras nuevas divi-
zación llegó cada uno de ellos y por siones para que el género humano
qué camino fué subiendo el género proceda con más lentitud en el cami-
humano al grado de perfección que no de sus progresos. La edad de la
presentan los pueblos históricos del piedra la divide, en primer lugar, en
globo.) Porque es de saber que, como paleolítica y neolítica, representando
ya tenemos indicado más arriba, los con la primera los tiempos más anti-
defensores de la prehistoria proceden guos, y con la segunda los más r e -
en el supuesto de que el estado primi- cientes de la misma La paleolítica
tivo y natural del hombre es el salva- nuevamente la subdivide en otras
jismo;\lo cual no podía menos de ser cuatro, cada una de las cuales indica
así en la hipótesis darwinista, por un modo particular que los hombres
casi todos ellos defendida, de ser el tenían de arreglar los instrumentos de
hombre una simple bestia perfeccio piedra, único que conocían á la sazón^
nada. Así, se esfuerzan en probar, por
toda suerte de argumentos, que los i Paleolítica es un nombre griego compuesto il R

hombres fueron saliendo poco á poco, TcaXoctós, antiguo, y XÍOOCJ, pindra; la palabra neo-
lítica asimismo se deriva de véoj, nuevo, y Xi8o<x,
con el proceso de los tiempos, de su
piedra.
514 E L CATOLICISMO Y LA CIENCIA
E N ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE.

y en el cual está representado el gra- guiente, de lo que se la han imagina-


do de civilización de aquella época. do hasta ahora los hombres de la
Cada una de estas divisiones y subdi- cronología vulgar y común.)Mr. Mor-
visiones contiene, en la doctrina de tillet, que es quien guía los escuadro-
estos arqueólogos , un período de nes en esta escuela arbitraria, ha sido
tiempo sumamente largo y distinto de el inventor de estas subdivisiones. El
todos los otros; de suerte que solas abate Hamard nos ha dado un resu-
ellas, sin tomar en cuenta para nada men de toda esta doctrina, reducién-
la edad del bronce ni la del hierro, dola, para mayor claridad, á un cua- *2 c

representan una serie de siglos in- dro sinóptico, que nosotros ponemos
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mensa, y mucho mayor, por consi- á continuación: j co -o —
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510 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN ORDEN Á L A ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. 517

Aquí tenemos el proceso de la ci- Así, pues, los defensores del argu- ¿Qué cosa más fácil que este fenó- revolucionarios y ateos, pues contra
vilización según las ideas de nues- mento en cuestión empiezan por su- meno? Sabido es que la civilización él exclusivamente convierten todos
tros modernos sabios. No se puede poner una cosa que forma la base de los pueblos abandonados á sus sus tiros, como si no hubiera otra
negar que está bellamente concebido: fundamental de su sistema, y que propias fuerzas, y no socorridos de cosa en el mundo que pueda hacer
ni un solo punto le falta para su per- nosotros no estamos obligados á ad- una manera especial por la benigna frente á sus anárquicos esfuerzos.
fección; sólo que esta perfección es mitir, antes debemos rechazar á fuer mano del Criador, tiene por último Por lo demás, no es la corrupción
puramente ideal y fantástica y, lo de verdaderos filósofos, mientras no término la molicie, y con la molicie de costumbres la única causa que
que es peor, opuesta por extremo á la nos demuestren que todo el género la corrupción; la cual, como observa pueda hacer caer á un pueblo civiliza-
realidad de los hechos. Suponen, en humano ha estado perpetuamente sabiamente Bonald, no necesita sino do en el estado de barbarie; la mise-
primer lugar, estos autores sapientí- equivocado en orden al estado primi- andar un solo paso más para llegar ria é ignorancia que pudieron sobre-
simos que el hombre salió de las ma- tivo del primer hombre. Porque no al salvajismo. Y cierto que este paso venir á algunos descendientes de
nos de Dios, ó mejor dicho (pues casi parece muy racional que creamos más es bien fácil de darse, una vez pues- Adán y de Noé, una vez arrojados por
todos ellos son transformistas) de las bien á cuatro incrédulos y ateos, sin tos los hombres en la pendiente de la. I la emigración á países incultos, ais-
entrañas del mono, en el estado de la ]pruebas de ninguna clase, que á todo inmoralidad asoladora. Cuando los lados de todo centro civilizador y
rudeza más absoluta, considerando el linaje humano, con quien se hallan pueblos entran en este período de ci- poco acomodados para la vida, tenían
como una mera fábula lo que nosen oposición manifiesta; y que pense- vilización sibarítica, teniendo por nor- bastante poder para producir este
cuenta la Sagrada Escritura sobre el mos haber sido mejor conocidos los te y guía de todas sus acciones el pla- triste fenómeno. Ahí están los habi-
estado primitivo del hombre en el hechos históricos pertenecientes á los cer y la vida de los sentidos, enton- tantes de ciertas islas de la Oceanía,
Paraíso. Pero ésta es una suposición primeros tiempos por unos cuantos ces bien pronto se desencadenan en á quienes ha sucedido esto mismo
gratuita, y además contraria á las recién llegados, que por los pueblos y los pechos de los ciudadanos las pa- que acabamos de observar. El espíri-
antiguas tradiciones del género hu- naciones de la antigüedad más r e - siones más aviesas, y todo el mundo tu aventurero los sacó del continente
mano. En todas ellas hallamos una mota. desea empuñar el timón del Estado asiático donde reinaba la civilización;
misma idea fundamental, aunque Por consiguiente, mientras los de- para disfrutar de los gajes y emolu- y luego, avanzando en el Pacífico de
transformada más ó menos y revesti- fensores del hombre prehistórico no mentos del mando, y nadie aguanta isla en isla, ora llevados del deseo de
da de diferentes caracteres particula- nos demuestren la legitimidad del el pesado yugo de la autoridad, y la ver nuevas tierras, ora arrojados por
res . por las condiciones propias de punto de partida que toman para su nación arde sin cesar en discordias alguna tempestad que los sorprendió
cada pueblo, según la cual el hombre argumento, estamos en el derecho y civiles, y al suave cultivo de las le - en sus trabajos de pesca, ora lanza-
en los días primeros de su existencia, en el deber de rechazarlos.Tanto más, tras suceden los rudos mandobles del dos á la mar en pobres piraguas por
feliz á maravilla, vivía en amistad con cuanto que ^ la misma historia nos sable, subiendo al trono la barbarie sus inexorables enemigos, para ser
Dios y recibía instrucciones de El i n - cuenta el tránsito de la civilización á armada, y rigiendo desde allí con el arrastrados por la corriente ecuato-
mediatamente ; mas luego cayó de la barbarie verificado en algunos pue- látigo de la fuerza al pueblo converti- rial combinada con los alisios y los
esta sublime altura por su propia cul- blos. Buen testimonio tenemos de esta do en un rebaño de fieras. ¿Qué sería monzones, llegaron á nuevas islas
pa, envolviendo á sus miserables hi- verdad en las antiguas naciones, así de la infeliz Europa, en medio de la desiertas, donde una vegetación ex-
jos en su propia desgracia.]Vea quien de Oriente como de Egipto, las cua- gran disolución social que hoy día la uberante y una fertilidad engañosa
guste en Hettinger los testimonios les en otros tiempos vieron florecer
1
invade por todas partes, si no estu- los decidieron á fijar definitivamente
que comprueban esta universal tradi- en sus tierras las ciencias, las artes y viera el Catolicismo de por medio su morada. Allí, al cabo de algunas
ción de los pueblos, los cuales no hu- la industria, y ahora vegetan en la sosteniéndola con su poderoso influjo, generaciones, sin otro ejercicio acti-
bieran podido convenir con tanta uni- inacción más lastimosa^ Y sin acudir con su doctrina de orden, unión y vo que las ocupaciones de la pesca,
formidad en la creencia de un hecho á tiempos tan lejanos, la patria del desinterés, con su sublime esplritua- sin posibilidad de caza ni de cultivo
histórico como éste, si el hecho no famoso Aníbal rivalizó poco antes de lismo, con su caridad heroica, con su agrícola, acosados muchas veces por
hubiera sido verdadero. L a universa- la Era cristianaconla orgullosa Roma firmeza inquebrantable, con su abne- el hambre cuando llegaron á escasear
lidad del fenómeno revela la univer- en civilización y poder, y animada gación sin límites? Hasta los mismos los víveres con la multiplicación de
salidad de su causa, y una causa uni- más tarde con la vivificante lumbre protestantes juiciosos, que discurren sujetos, se degradaron de una mane-
versal en materia de hechos históri- del Evangelio, supo producir hom- con frialdad y ven los objetos con ra lastimosa, así en lo físico como en
cos no puede hallarse sino en la mis- bres como Tertuliano, San Cipriano ojos desapasionados , confiesan ya lo moral, apoderándose la fealdad de
ma realidad del hecho por todos um- y San Agustín. Ahora yace en las ti- que en este naufragio universal de sus cuerpos, y borrándose de sus al-
versalmente creído. nieblas de la ignorancia, bajo el peso ideas y de cosas no queda otra tabla mas muchas veces hasta las mismas
humillante de la cimitarra musul- de salvación sino el Catolicismo. Y tradiciones de familia. Toda vida es
1
HeUinger, Apolfíqia del Cristianismo, lomo 111,
, mana. esto bien lo advierten los mismos de importación extranjera en aquellas
•ap. V I .
518 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. Olí*

islas formadas de arrecifes de coral; aumento de población le deja entre- De la misma manera, ¿dónde suelen, salvaje al de civilización, sino á los
tanto las plantas como los animales ver el peligro del hambre, el senti- por lo regular, encontrarse los vesti- descendientes de los aventureros, á
y el hombre mismo, todo ha sido miento de la concurrencia vital, esa po- gios de la edad de piedra? No cierta- quienes el deseo de independencia, el
allí llevado de fuera; y sin embargo, derosa palanca del transformismo, ¿le mente en los lugares donde la tradi- gusto por la caza y la afición á lo des-
el hombre á veces ningún recuerdo hará acaso realizar alguna maravilla? ción de los pueblos conviene en esta- conocido han arrojado, como al pue-
conserva de lo acontecido en otro Nó; él buscará en el infanticidio el blecer la cuna del linaje humano y el blo de los atolls, fuera de los límites
tiempo á sus mayores, y tienen á su remedio al mal que le amenaza.» teatro de los primeros albores de la del mundo habitado? En los vastos
isla por la única parte habitada de la «¡He aquí, sin embargo, adonde civilización, sino en Europa, y sobre bosques frecuentados por bestias sal-
tierra. ha venido á parar este hombre por no todo en las partes occidentales y sep- vajes que detenían hasta nueva orden
«La isla lo ha recibido todo de fue- haber guardado comunicación alguna tentrionales de esta región, que es el vuelo de la cultura, estos atrevidos
ra, escribe de estos isleños monsieur con el foco vivificador de donde había donde más abundan estos vestigios. aventureros, precursores de los caza-
de Lapparent, refutando la idea-ma- sido atropelladamente separado! E n Cuanto más pobre es un país en do- dores americanos, han perdido poco
dre de nuestros prehistóricos, ó sea la lugar de perfeccionarse, se ha degra- cumentos históricos antiguos , más á poco los usos de una civilización
evolución transformista; sus vegeta- dado, y para sacarle de este envileci- rico se muestra en restos de las diver- cuyo yugo les pesaba. Viviendo inco-
les son especies de un orden superior, miento será preciso que se establez- sas edades de la piedra. El interesan- municados con el centro de su propio
que proceden, sin la menor duda, de can nuevos lazos entre él y aquellos te trabajo recientemente publicado origen, han debido improvisarse bien
granos importados por el mar ó por que, con mejor acuerdo, no han roto por Mr. Arcelin en la Revista, eviden- pronto una vida nueva, sin otras co-
los vientos; las aves que vienen á pa- jamás la cadena que les unía á lo pa- cia el hecho de que la época paleolíti- modidades materiales que las sumi-
rarse en sus bosques, han atravesado sado.» 1
ca, ó sea de la piedra simplemente nistradas por el medio ambiente don-
el Océano á fuerza de alas; entre ellas Con razón afirma, en vista de esto, tallada, ha dejado impresas sus hue- de se encontraban ; el doble cuidado
y el salvaje que habita estas islas no á reglón seguido, el sabio profesor de llas en Francia, España, Italia, Suiza, de buscar su alimento en la caza y
hay un solo escalón, un solo tipo in- Geología de la Universidad católica Alemania, Bélgica é Inglaterra; mas pesca , y de defender su vida de las
termedio; delante de esta ausencia de París, que existe cierta analogía sobre el Asia Menor , y aun sobre bestias fieras, por las cuales se veían
total de cuadrúpedos, aun de los an- entre el estado de los que habitan Grecia, no hay cuestión alguna. Así, constantemente amenazados, es el
tropoideos, de quienes se pueda querer esos arrecifes y el de esas tribus que bien se puede afirmar que las regio- que les ha hecho entrar en lo que lla-
derivar al hombre de estos arrecifes, no nos han dejado otro recuerdo sino nes donde ha existido la edad de la man «estado de naturaleza.» «Este es
los evolucionistas más furiosos no los pedernales tallados y los huesos piedra tallada formaban, alrededor de el modo con que la lucha por la exis-
se negarán de seguro á confesar que que aparecen en los aluviones y en las los países en que se desarrolló pronto tencia (struggle for Ufe) se impone al
aquí no ha podido haber sino un caso cavernas. «Comparemos, dice, prime- la civilización, una zona exterior, una hombre que ha renunciado al benefi-
de transmigración. Ahora bien; este ramente sus situaciones respectivas: cierta especie de auréola, si es permi- cio de la grande sociedad humana,
hombre tenía una patria, tradiciones, los primeros ocupan las extremidades tido aplicar á un cuadro tan triste un siendo para él una causa de degrada-
utensilios. De todo esto ningún ves- del mundo habitable en el Pacífico, nombre de esta clase. Esta auréola ción , que no será disipada sino con
tigio le ha quedado. Empujado por el porque los atolls forman, delante de
2
retrocedía hacia el Norte á medida el influjo de una intervención ex-
espíritu de aventura á un mundo des- las islas propiamente dichas, una ca- que iba ganando terreno la civiliza- tranjera.» 1

conocido, seducido al principio por la dena avanzada, más allá de la cual ción y se hacían habitables las regio- Estas reflexiones de Mr. de Lappa-
facilidad de alimentos y por el abrigo solamente existen las profundidades nes septentrionales, apenas abando- rent tienen tanta mayor fuerza, cuan-
que le ofrecía una tierra virgen to- casi insondables del Océano, pudién- donadas por los hielos. Así, la Escan- to que, como él mismo observa en las
davía de todo contacto humano, ha dose, por tanto, decir de ellos que son dinavia, donde la época paleolítica no últimas palabras que acabamos de
visto después poco á poco estrecharse los lugares marítimos más remotos ha dejado vestigios, nos ofrece seña- citar, los pueblos, una vez caídos en
su vida y hacérsele cada vez más di- donde puede el hombre establecerse, les bien claras de que la edad de la la barbarie, no salen nunca de ella
fícil; de generación en generación, el puesto que acaban de salir en cierto piedra pulimentada, ó neolítica, y la sino cuando por una intervención ex-
insular ha perdido hasta la noción de modo del fondo del mar. edad del bronce, reinaban allí todavía, tranjera se hace prender en sus áni-
todas las cosas que no se encuentran con exclusión de las otras, en los pri- mos la llama vivificante de la civili-
1
Lapparent, L'élat de natura et les iles coral-
y a representadas á su alrededor; su meros siglos de nuestra E r a .
Heniles; artículo publicado en la ¡tevite des ques- zación. Y muchas veces , y aun casi
existencia, desprovista por completo tions scienli/iques en Julio de 1877, págs. 124-125.
Esto supuesto , ¿ qué cosa puede siempre , ¿qué trabajos no hay que
de todo lo imprevisto, así como de Atoll es una isla de forma anular, constituida
1

por una faja estrecha de terreno, la cual separa del haber más natural que ver en los pue- sufrir para sacarles de este miserable
toda poesía, no tiene otras necesida- Océano, ya en todo, ya en parte, á una laguna in- blos de la edad de la piedra, no unas estado? Porque ellos están contentos
des que satisfacer sino las materiales; terior, que más tarde, levantándose el arrecife cir-
cunstante sobre el nivel del mar, viene á convertirse
tribus autóctonas que se levantan á
y cuando llega el instante en que el
en una superficie seca, vestida de verdura. duras penas y por grados del estado < Lapparent, L'élat de nalure, etc., págs. 125-127"
520 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA BN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE.
521
con su pobreza , y miran con desdén »Los razonamientos que se le atri- los han hallado tales como los obser- su vida salvaje al duro trabajo de los
el brillo de una manera de vivir que, buyen para hacerle adoptar el estado vaba hace veinte siglos el almirante que tienen con la civilización muchas
si Its trae grandes ventajas, también social, ¿no contienen una manifiesta de Alejandro.
más necesidades que cubrir. ¿No ve-
les es fuente de dolorosas privacio- petición de principio? ¿No se mueven »Lo mismo sucede á los salvajes mos esto en nuestro mismo reino, en
nes; y si les ofrece el grande aparato en un circulo vicioso? Estos razona- descritos en la antigüedad por Aga- esa raza extraña que anda siempre
y lujo de la riqueza, también les pre- mientos suponen ya existente el esta- tárgidas, y en nuestros días por el ca- errante por nuestros campos y aldeas,
senta los negros vicios é injusticias do social: es imposible conocer los ballero Bruce. Rodeadas de naciones sin tener domicilio propiamente di-
enormes de los hombres civilizados. beneficios de este estado sin haber civilizadas, vecinas á ese reino de cho, desnuda de todo y contenta con
Por eso los mejores , y aun más , los primero gozado de sus ventajas. La Meroe , tan conocido por su sacerdo- su miseria, porque á ella va unida la
únicos civilizadores de esta clase de sociedad en este sistema sería el re- cio, igual así en poder como en cien- vida holgazana y vagabunda, que es
gentes, son los misioneros; los cuales sultado del desarrollo de la inteligen- cia al sacerdocio egipcio, estas hor- su ocupación favorita? Si en este es-
les hablan en nombrede Dios al anun- cia, mientras que este mismo des- das han quedado en su embruteci- tado hubieran sido creados nuestros
ciarles su propia religión , y de esta arrollo no es, á su vez, sino el resul- miento. Unas fijan su morada debajo primeros padres, en él hubieran vivi-
suerte logran sacarlos ante todo de la tado de la sociedad. / de los árboles, contentándose con do- do perpetuamente sus hijos, sin resol-
barbarie religiosa y moral en que ya- »Invocar el acaso, es tomar por blegar sus ramas y fijarlas en tierra; verse nunca á poner en prensa su in-
cen , y al mismo tiempo enseñarles causa una palabra vacía de sentido; otras arman emboscadas á los rino- genio para salir de laceria; porque
las artes conducentes á los buenos el azar no triunfa de la naturaleza: el cerontes y á los elefantes, cuyas car- esta laceria, juntamente con las otras
usos de la vida. Así ha civilizado la azar no ha en manera alguna civili- nes ponen á secar al sol; otras persi- cosas que suele llevar consigo en los
Iglesia católica á todos los pueblos de zado las especies inferiores , que , en guen el pesado vuelo de los avestru- salvajes, les hubiera sido mucho más
América y á los del Norte de Europa, la hipótesis de nuestros filósofos, ha- ces; otras, finalmente, recogen en- estimada que el trabajo de nuestros
y así sigue civilizando todavía en Áfri- brían debido de hallar sus felices ca- jambres de langostas arrojadas por jornaleros, necesario para el progreso
ca, Asia, Oceanía , y en todas cuan- sualidades. los vientos á los desiertos, ó los res- de las artes y de las letras y de toda
tas regiones se encuentran estos des- »La civilización por los extranje- tos de cocodrilos y de caballos mari- la civilización entera.
graciados. ros deja el problema intacto. Usted nos que la muerte les abandona. Y
Por eso Dios Nuestro Señor, sa-
j E s cosa tan manifiesta que el gé- me muestra unos maestros que están las enfermedades que describe Diodo- s

pientísimo en todas sus obras, crió á


nero humano no ha comenzado su instruyendo á sus discípulos , pero ro, como producidas por estos alimen-
nuestros primeros padres en un esta-
existencia por el estado de salvaje, nada me dice de los que han instruido tos impuros, afligen todavía á los des-
do perfecto, tanto en lo moral como
malamente llamado de naturaleza e n - á esos maestros: esto es dejar una cendientes de estas razas desgracia-
en lo físico, según observa Santo'To-
tre los secuaces de la prehistoria, que cadena suspendida en el aire. Aún das, sobre cuya cabeza han pasado los
más ', de suerte que no sólo pudiesen
hasta los mismos racionalistas han hay más: los salvajes rechazan la ci- siglos sin traer para ellas ni mejoras,
engendrar á otros, sino también ins-
visto levantarse en su propio campo vilización cuando se les hace ofreci- ni progreso, ni descubrimientos.» 1

truirlos y gobernarlos, enseñándoles


filósofos que proclamen resueltamen- miento de ella. El hombre abandonado á sí mismo todas aquellas cosas que son necesa-
te esta verdad clarísima. Oigamos á «Cuanto más próximo está el hom- puede, absolutamente hablando, salirrias para la conservación y progreso
Benjamín Constant explicarse sobre bre al salvajismo, más estacionario del estado salvaje con sus propias de una bien ordenada república. No
esta materia. «En la cuestión de si el se encuentra. Las hordas errantes fuerzas; porque no está tan oscureci- quiere decir esto, sin embargo, que
género humano, escribe , ha comen- que hemos hallado esparcidas en las da su inteligencia que no pueda, s¿ Adán recibiera la ciencia de nuestros
t a d o ó nó por el estado salvaje , los extremidades del mundo conocido no quiere, aplicarse á mejorar su suerte, matemáticos, ni de nuestros mecáni-
filósofos del siglo XVIII, con grande han dado ni un solo paso en el cami- trabajando un poco y entregándose á cos, ni de nuestros filósofos, ni de
ligereza, se han decidido por la afir- no de la civilización. Los habitantes las fatigas corporales que suele llevar nuestros teólogos. Ni aun significa
mativa. Todos sus sistemas religiosos de las costas que visitó Nearco son consigo la civilización. Pero, por lo siquiera que nuestro primer padre su-
y políticos parten de la hipótesis de ahora todavía lo que eran hace dos que toca al hecho, bien seguros pode- piera por ciencia infusa la manera de
una raza reducida primitivamente á mil años: entonces, como ahora , las mos estar de que no saldrá nunca de beneficiar los metales, ó de cultivar
la condición de los brutos, errante por hordas sacaban del mar una subsis- él si no es por intervención extranje- las tierras, ó de domesticar los ani-
los bosques y peleándose con ellos por tencia incierta ; ahora , como enton- ra; porque las gentes de esta clase se males; que todo esto bien lo podían él
el fruto de las encinas y de la carne ces , sus riquezas se componen de están muy contentas con su pobreza, y sus hijos inventar, una vez dotados
de los animales. Mas si éste ha sido huesos acuáticos arrojados á la ribera y prefieren la holgazanería propia de por Dios del conocimiento y ciencia
el estado natural del hombre, ¿por por las olas. L a necesidad no les ha suficientes para ello.
qué medio ha logrado salir de él abierto los ojos; la miseria no los ha Benjamín Constant, De la Religión, liv. I ,
1

j'hap. VIII; citado por Po/.zy en La Ierre el Ir récil


porfin? iluminado , y los viajeros modernos J'ililique, cap. XII, par. 1, páginas 402-403.
i S. Tliom., I p., ((. 94. arl. III.
EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN ORDEN A L A ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. 52S
522
mo, ó por medio de sus ángeles, los- de arquitectura, sino que, por el con-1 la época de la piedra es de todos los
Lo que significa solamente, es que
sobredichos vestidos de pieles?J Más trario, estaría reducida á una simple tiempos; pues tanto los libros sagra-
todas estas cosas las recibió de Dios
adelante, en el cap. IV, versículos 2 o , agrupación de pobres casuchas. \ dos como los profanos nos hablan del
de una manera implícita ó virtual,
21 y 2 2 , se refiere que entre los nietos Lo que acabamos de escribir es uso de instrumentos de piedra, y los
siendo criado con suficiente instruc-
de Caín, dos, llamados Jabel y Júbal, más que suficiente para probar á los historiadores griegos y romanos h a -
ción para que por sí mismos pudiesen
fueron respectivamente padres, el u n o secuaces de la prehistoria que es com- cen mención de pueblos salvajes que
hacer él y sus hijos los inventos que
de los que habitan en tiendas, y el otro pletamente falso el supuesto sobre el en su tiempo se servían de instru-
llevan á cabo los ciudadanos de un
de los que cantan con cítara y órgano, cual edifican ellos su teoría particu- mentos de esta especie. Los salvajes
pueblo puesto ya en las vías del pro- y que otro tercero, de nombre Tubal-
greso y de la civilización. En las co- cain, el Vulcano, á lo que parece, de lar del salvajismo imaginario de los de la Oceanía han sido hallados por
primeros hombres. Veamos ahora qué nuestros navegantes en plena edad de
sas religiosas y morales lo instruyó, los gentiles, fué forjador y artífice de
hay de verdad en lo que afirman acer- piedra, si bien no les eran desconoci-
sí, largamente, dándole de ellas una toda clase de obras de cobre y de hierro.
ca de las edades de la piedra, del bron- dos los metales, ni ignoraban el modo
ciencia infusa muy completa; mas en Esto parece significar que á ellos se
ce, del hierro, etc. de fabricar instrumentos de hierro.
las otras bastaba que lo instruyese al deben los inventos de las tales indus-
¿ Por algún breve espacio de tiempo Aun ahora, según me escribe de Mé-
modo dicho, haciéndolo como uno de trias, ó que al menos ellos fueron los
es fácil, como dejamos observado, que jico un misionero español de mi mis-
nuestros campesinos bien impuestos que les dieron el verdadero impulso.
los primeros hombres viviesen sin ha- ma religión, hay muchas familias y
en las cosas de la Religión, y armado Además, las mismas profesiones de cer uso de metal alguno, y esto mis- quizás pueblos enteros en cuyas casas
de suficientes conocimientos para ha- los hijos de Adán tienden á probarlo
mo se podría conceder con respecto no se encuentra un instrumento de
cer progresos en las ciencias y en las mismo que vamos diciendo; porque al uso del bronce, con exclusión del hierro ni de bronce. Por consiguien-
artes, principalmente políticas y mo- de ellos no se lee que fuesen grandes hierro; si bien no existe ningún argu- te, todas estas cosas nada tienen que
rales1
matemáticos, ni grandes filósofos, ni mento con que se pueda demostrar ver con las supuestas edades de los
Por esta causa, ninguna dificultad grandes mecánicos, sino que el u n o , que el uso de todas estas cosas no prehistóricos, los cuales sostienen que
hay en pensar que los primeros hom- Abel, se dedicó al pastoreo de los ga- haya existido desde un principio. En todos los pueblos generalmente han
bres, por algún breve espacio de tiem- nados, y el otro, Caín, al cultivo del este sentido no hay ningún inconve- pasado, en sus orígenes, por el lento
po, se sirviesen únicamente de ins- campo. Fuit autem Abel pastor ovium, niente en suponer las tres edades di- proceso de las tres edades dichas, de
trumentos de piedra, de hueso y de et Caín agrícola, dice la Escritura ' , chas, con tal que sean de corta dura- la piedra, del bronce y del hierro,
madera, sin recurrir á los metales, y ! ¿Y para qué quería Adán tal género ción, en los principios del género empleando en cada una muchos mi-
que ignorasen también algunas cosas de conocimientos, especulativos por humano. Tampoco se ve ninguna re- les de años; de suerte que antes que
de industria fáciles y caseras. L a mis-1| la mayor parte, como son las Mate- pugnancia en que los pueblos degra- naciese en el mundo la civilización,
ma Sagrada Escritura nos da funda- máticas, la Filosofía, la Astronomía dados, así antes como después del el género humano vivió, según ellos,
mento para pensar de este modo, y muchas cuestiones de Teología? diluvio , por haberse aislado de su una multitud innumerable de siglos
pues nos dice en el cap. III del G é - j Sin cosa alguna de éstas podía orde- centro civilizador, cayendo misera- envuelto en las tinieblas del salvajis-
nesis, vers. 2 1 , que Dios Nuestro S e - narse á sí mismo y á sus hijos per- blemente en el salvajismo, hayan vi- mo, y luego fué saliendo poco á poco
ñor, antes de echar á Adán y á Eva fectísimamente á la consecución de la vido largos años valiéndose solamen- de ellas con sus propias fuerzas.
del Paraíso, fecit eis túnicas pelliceas etbienaventuranza eterna, y enseñar á te de las piedras, huesos, palos, etc., ¿Dónde tienen los partidarios de la
induit eos, «les hizo unas túnicas de los primeros hombres las cosas más para su defensa y para los necesarios prehistoria argumentos sólidos que
pieles y los vistió.» Si tan adelantado esenciales á la civilización naciente usos de la vida.) Esto es lo que afir- hagan ni siquiera probable esta afir-
hubiera estado Adán en la industria de un pueblo nuevo y puesto en feli- ma Mr. Arcelin de una parte de Euro- mación ? Los pueblos más antiguos
como los europeos de hoy día, ¿á qué ces vías de progreso. Por consiguien- pa, y de algunos otros países salvajes de la tierra son el egipcio y los asiá-
fin había Dios de hacerles por sí mis- te, lo natural era que nada de esto le colocados fuera del movimiento de la ci- ticos; de ellos se han propagado los
i Esta es también la idea del P. Hrucker, infundiese Dios sobrenaturalmente, vilización del Viejo Mundo hombres á las demás partes del mun-
S. .1.; el cual, en los Eludes de Noviembre de 1878, sino que dejase á la naturaleza h u - do, como consta por los documentos
escribe lo siguiente: «Les savanls se trompenl forl mana desenvolverse y adquirir por sí Mas todos estos pueblos coexistían
históricos y por las mismas tradicio-
de croire qu'une bumanité ignorante de ce que sait con los civilizados, y así no podían
aujourd'bui un simple bacbelier és sciences soit misma esas perfecciones accidentales. nes de las gentes. Pues bien; esos
pour cela nécessairement barbare ou sauvage... Un formar una edad absoluta de la piedra,
^Caín fué el primero en edificar una pueblos, desde los tiempos más remo-
degré elevé de vie religieuse n'a nécessairement sino relativa á otra que han podido
pour correlativo un haut degré de culture scientili- ciudad; pero probablemente esta ciu- tos, aparecen haciendo uso juntamen-
tener ellos mismos. E n este sentido,
que, arlistiquc ou industrielle. II se peut done fort
dad no contendría grandes prodigios te de los metales y de los instrumen-
bien que la premiére société humaine n'ait pasélé 1
Adrien Arcelin, La elassi/icalion prélúslóri- tos dé piedra} Esta verdad la ha de-
plus cwancéc au point dé. vie de nolre civilisation <¡ue, par. 2; artículo publicado en la Revue des
moderno qu'une famille de bons paysans de lire- mostrado hasta la última evidencia
1
Cienes., cap. IV, vers. 2. tjtieslian identifiques, Abril de 1877, pág. 411.
lagne on de la vieille Suisse.»
35
524 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN O R D E N Á L A ANTI G Ü E D A D D E L 1IOMURE. 525
el ilustre egiptólogo Mr. Chabas, en su pedernal ni el bronce más duro de fá- próximos á las ciudades, á las rocas j atribuye á la Troya de Homero? Se-
excelente obra intitulada: Études sur brica egipcia pueden haber sido bas- donde hizo sus excavaciones, á las ne- gún dice, en sus excavaciones ha vis-
f antiquité historiqae d'aprés les sources
tantes á tallar estatuas á veces colo- crópolis, y algunas veces alrededor to que «las señales de la civilización
égytiennes et les monuments reputes pré- sales, inmensas arcas de sarcófagos, de los mismos cofres funerarios y aun aumentan con la profundidad;» es
historiques. En ella hace ver cómo el obeliscos de 40 metros cubiertos de en el interior de ellos, todos los géne- decir, lo inverso de lo que se observa
uso de los metales, incluso el mismo signos jeroglíficos, los cuales tienen ros de pedernales tallados, trabajados en las otras estaciones de la antigüe-
hierro, es en Egipto de todos los tiem- á veces nada menos que quince cen- ó sin trabajar, que se encuentran en dad, ó, por mejor decir, de lo que de-
pos, sin que se pueda hallar allí una tímetros de profundidad. Obras de Francia y en otras partes en las esta- bería observarse según la prehisto-
pretendida edad de piedra, y cómo esta naturaleza podrían acobardar á ciones llamadas de la edad de la pie- ria.» 1

este uso no impedía que al mismo los escultores de nuestros días, arma- dra; hachas, cuchillos, punzones, mar- En estacartadecía Mr. Schliemann,
tiempo fuesen empleados por los po- dos de los mejores instrumentos que tillos, raspadores, flechas, etc. Estos entre otras cosas, lo siguiente: «Vues-
bres de aquella nación los instrumen- existen. E s muy dudoso, en efecto, instrumentos, como lo ha averigua- tra opinión sobre la edad de la piedra
tos de piedra tallada. Lo mismo se que con todos los recursos de la me- do Mr. Mariette, son todavía más está refutada por los hechos que yo
debe decir de los pueblos asiáticos, cánica moderna se logre hoy día sa- abundantes en la época de los lágidas he presentado á vuestra vista. Las
los cuales, como dice Mr. Adriano Ar- car de la cantera, tallar, bruñir, es- y de los romanos, al menos en lo que capas de escombros de la edad de la
celin ', aparecen de repente en plena his-
culpir, dorar y poner en su sitio dos concierne á los sepulcros, que en las piedra deberían por necesidad hallar-
toria, proveídos de un desenvolvimiento obeliscos como los de Karnak, en el épocas antiguas; sólo que el trabajo se en lo más profundo, sobre la tierra
completo. El abate Hamard ha demos- espacio de 19 meses, como lo hicieron del pedernal es cada vez más descui- virgen, y debajo de todas las otras
trado esto largamente en sus intere- los obreros de la reina Hashepsu hace dado. Los instrumentos más perfectos capas de las ruinas. Pero nada de esto
santes artículos publicados en La más de quince siglos antes de nuestra son los más antiguos, mientras que sucede, como he tenido la honra de
Controverse, en los últimos meses del Era.» 1
los exploradores de las estaciones de explicároslo más de una vez. Las se-
año próximo pasado 1881. Con este y otros poderosos argu- la edad de la piedra consideran gene- ñales de la civilización aumentan en
«Cuando se reflexiona, escribe el mentos prueba el autorizado escritor ralmente la tosquedad del trabajo el solar de Troya con la profundidad,
precitado Mr. Chabas, que desde el que los egipcios conocieron y usaron como una señal de antigüedad.» y justamente las más hermosas vasi-
principio del antiguo Imperio los egip- el hierro desde el alba de su civiliza- Esta inversión en el orden de las jas están entre diez y quince metros
cios han grabado el basalto, la sieni- ción; y no es maravilla, porque el industrias no es cosa propia solamen- debajo de la superficie del suelo. Las
ta y las piedras duras, no superficial- modo de beneficiar el hierro y otra te de Egipto; Mr. Schliemann ha ha- vasijas tienen siempre allí dos tubos
mente, sino en algunos casos á una clase de metales ya fué conocido por llado un fenómeno igual en el solar de á cada lado, y en la misma dirección
gran profundidad y con una delica- los hombres antes del Diluvio, y este la antigua Troya, llenando de admi- una abertura en la boca, para ser sus-
deza que recuerda los procedimientos conocimiento se transmitió á los post- ración á los partidarios de la prehis- pendidas por una cuerda; todas las
de la glíptica, se pregunta uno natu- diluvianos por medio de la familia de toria, los cuales pretendieron, por lo tazas tienen largos tubos horizonta-
ralmente con qué instrumentos pu- Noé, muy rica y poderosa. Sin em- mismo, falsificar los hechos para no les de suspensión. Esta vajilla, tanto
dieron llevar á cabo estas obras pro- bargo, en el capítulo V de la misma ver tan contrariado con ellos su bello por su calidad como por sus adornos,
digiosas. Como observa Mr. Mariette, obra, el cual lleva por epígrafe: Usa- ideal. Mr. de Schliemann protestó supera, con mucho, á todo cuanto se
este trabajo tan ingrato parece haber ge et utils de pierre chez les égyptiens, contra esta villanía escribiendo á los encuentra en las capas donde existen
sido muy fácil para ellos, puesto que hace ver el referido autor cómo los redactores de los Materiales para ser-los restos de las naciones siguientes.
han multiplicado sus productos, por instrumentos de piedra de todas cla- vir á la historia natural y primitiva del Entre estos adornos, grabados y lle-
decirlo así, hasta lo infinito. Un en- ses fueron siempre, desde el principio hombre una carta que ellos publica- nos de arcilla blanca para que hieran
sayo practicado en el Museo de Saint- de su civilización hasta el fin, así en ron, haciéndole preceder la observa- la vista, se encuentra representado el
Germain con instrumentos de bronce tiempo de los lágidas como en el de ción siguiente: «Es cosa generalmen- swastika * y la cabeza de mochuelo,
antiguo, ha demostrado que este me- los romanos, de uso muy frecuente. te admitida hoy día que la mayor
tal se aplasta y achata sobre el gra- «El Egipto, nos dice en la pági- parte de los pueblos han pasado, en Malériaux pour sercir a l'histaire nalureUe
1

nito sin hacer mella en la roca. Con 337i n a


hecho uso solamente
n o n a
el período de la infancia, por las mis- et primilive de l'homme, 1874, pág. 3 ( í .
s líl swastika es el lauburu de las Provincias
hachas de pedernal se ha grabado en del pedernal bajo la forma de los ins- mas vicisitudes industriales. Los res- Vascongadas, ú sea una especie de cruz de San
hueco una hacha sin mango y otra trumentos perfeccionados que acaba- tos de la civilización rudimentaria de Andrés, la cual se ve pintada en los navios donde
con él; pero evidentísimamente ni el mos de describir, sino que nos presen- la edad de la piedra están siempre en fué llama á la conquista de las Indias y de Ccilán,
en los templos indios, sobre las urnas y piedras
ta además esparcidos en los lugares la base de otras ruinas. ¿Habrá halla- sepulcrales célticas, y hasta en las Catacumbas y
1
Adrien Arcelin, La classification préhislori- do Mr. Schliemann una excepción á en la Cátedra de San Ambrosio de Milán. ¿(Jué
que; artículo publicado en la lievue des queslioñs • Chabas, Eludes sur l'antiquilé, e t c . c b a p . I I , significaba esta cruz? Parece ser signo de alguna
identifiques. Abril de 1877, pág. 400. páginas 48-40. París, 1873.
la ley general en las ruinas que él cosa religiosa: otros, sin embargo, como Carlaillae
EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. 527
526 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA
hio, y así poco es lo que nos pudieron solemnizar sus contratos, se herían
lo cual es prueba de que esta primera La explicación natural de estos fe- referir acerca de sus costumbres bár- las palmas de las manos con piedras
nación era de la raza arya. Allí he nómenos es que la civilización y la baras y salvajes. Mas por lo que nos afiladas; que los egipcios, para embal-
hallado cincuenta botones, un cuchi- barbarie han coexistido en otros tiem- han dejado escrito, ya de ellos, ya de samar los cadáveres, les hacían en el
llo de bronce ó de cobre dorado, una pos, lo mismo que en los nuestros, y otros salvajes contemporáneos, bien costado una abertura con una piedra
lindísima horquilla de plata , cien que en épocas anteriores á nuestra E r a podemos asegurar que el uso de la de Etiopía; finalmente, que los etío-
hermosas tijeras, hachas y otros ins- hubo irrupciones de bárbaros, como- piedra se prolongó entre ellos, á pesar pes, en el ejército de Jerjes, con sus
trumentos de piedra. Yo os juro que las ha habido en la nuestra. Estos- de tener conocimiento de los metales, largos arcos de palmera arrojaban
los escombros de esta capa enorme, hechos, por consiguiente, no destru- hasta la E r a cristiana, y aun quizá piedras afiladas, y en sus venablos
de cuatro á seis metros de espesor, no yen la hipótesis fundamental, pero sí mucho más adelante; razón por la ponían cuernos de corzo puntiagu-
se hallan en lo más mínimo mezcla- la debilitan grandemente, haciendo cual es bien claro que la sola presen- dos '. El mismo Herodoto escribe que
dos con los de los verdaderos troya- ver que en ningún tiempo de los cia y uso de los instrumentos de pie- los libios mandados por Massagés,
nos, entre diecisiete metros debajo pasados aparece la barbarie sola y dra en los referidos pueblos nada prue- hijo deOario, también en el ejército
de la tierra; porque no he hallado ja- abandonada á sí misma para sacar de ban en favor de su pretendida anti- de Jerjes, no llevaban sino venablos
más en estas capas el menor vestigio sus entrañas á la civilización, su güedad prehistórica. endurecidos en el fuego; siendo así
de la hermosa cerámica de los prime- hija.
Diodoro cuenta de los trogloditas que los mismos libios, algunos siglos
ros habitantes, ni entre éstos tampo- Los secuaces de la prehistoria, sin ictiófagos de la Persia Meridional, antes, tenían armas de metal muy te-
co la menor reliquia de vajilla troya - embargo, pretenden ver en las e s t a -
que mataban los peces con cuernos mibles, y carros de guerra . 2

na. Entre los troyanos he hallado ciones prehistóricas de Francia y d e


agudos, y los partían con piedras cor- Los germanos, en tiempo de Tácito,
lómenos veinte veces más instrumentosalgunas otras partes de Europa e s t a
tantes . Según el mismo autor, los no vivían sino en familias aisladas, y
1

de piedra, y sobre todo de diorita, que anterioridad absoluta de la barbarie,


escitas fabricaban con costillas de construían sus casas con sola madera
en la primera nación; y quizá tam- «Porque, dicen, la vida histórica y c i -
buey raspadores para arrancar la piel en bruto . Según el mismo Tácito, 3

bién otras veinte veces lo menos más vilizada de Egipto y de los pueblos
de las cabezas de sus enemigos ven- los éstios conocían el hierro, pero no
de vajilla, pero de una clase entera- asiáticos no es nada en comparación
cidos, y convertían en copas los crá- se servían de él sino raras veces, sien-
mente diversa. Entre siete y cuatro de la alta antigüedad que requiere el
n e o s aserrados. Este uso de emplear do sus armas habituales unos palos , 4

metros se ve un pueblo del todo dife- salvajismo de ciertos pueblos euro-


cráneos en lugar de copas era también y los fenos no llevaban otra arma que
rente. Yo creía haber descubierto en peos.» Esto es lo que dicen, mas están
común á los tracios, según refiere el arco flechado con puntas de hue-
esta nación la edad de la piedra, por- muy lejos de poder probar su aserto.
Amiano Marcelino . Sin embargo, sos . Los bárbaros del Norte, según
5
5

que se me presentaban allí á miles los Toda esa parte de Europa á que ape-
los escitas conocían todos los metales. Plinio , iban armados con picas, que
6

instrumentos de esta materia; sólo lan estuvo sumida en el salvajismo


Según el mismo Diodoro, cierta clase llevaban en la punta un cuerno de oro.
las tijeras están excelentemente tra- hasta la Era cristiana; y aún más-
de etíopes mataban las bestias fero- Los bretones, según Julio César , 7

bajadas; los demás instrumentos son tarde, durante los primeros siglos de
ces con palos endurecidos al fuego, llamaban oppidntn á un lugar de mu-
todos muy toscos. Sin embargo, entre la Iglesia, los bárbaros la recorrían
con piedras y con flechas (III, a i ) ; cha espesura, fortificado con un para-
ellos los hay de cobre, aunque raros. continuamente, acechando el momen-
otros, llamados struzófagos, ó come- peto y un foso. El mismo autor refie-
Además, toda la vajilla muestra una to oportuno para arrojarse sobre el
dores de avestruces, atacaban á sus re de los galos que delante de Alesia
inferioridad muy grande respecto de Imperio romano. Hasta unos dos s i -
enemigos con cuernos de antílope hacían uso de las piedras y de las
la troyana.» 1
glos antes de Jesucristo, ni palabra- muy afilados (III, 27); otros, de nom- hondas. 8

sabían los griegos ni los romanos de bre trogloditas , ó habitantes de las Pausanias cuenta que los sármatas
(Matériaux, tomo IX, pág. 369), no ven en ella
sino una cierta especie de romana para pesar los
lo que pasaba en el interior de todas cavernas, al Oeste del mar Rojo, co- situados al Este del Don no tenían
objetos. esas tierras, según nos cuenta P o l i - menzaban el combate arrojándose hierro ni comercio alguno, sirviéndose
• Schliemann, en los Matériaux arriba citados.
El abate Hamard ha publicado en La Controverse piedras, y luego venían á las flechas únicamente para sus guerras de huesos
( 1 . " de. Octubre de. 1881) un importante artículo 3." Que si la piedra predominó un momento, esto- (III, 33); y, finalmente, otros, que en forma de lanza. Amiano Marceli- 9

sobre estos descubrimientos de Mr. Schliemann, no sucedió al principio, como lo quisiera la teoría,
donde, entre otras cosas, dice lo siguiente: 'Estas sino después de una civilización brillante, y , cuan- habitaban en la región del elefante, se
1 Ilerodito, llisl., I I I , 8; I I , 86; VII, 69.
atirmaeionos reiteradas de Mr. Schliemann no han do más, unos ocho ó diez siglos antes de nuestra servían de los colmillos de este ani- ídem, ibid , cap. VII. lib. LXX1.
1

podido triunfar de las ideas preconcebidas. Sin Era. 4." Que la industria local tuvo una decadencia mal para abrir sus cisternas (III, 28). 3 Gerntania, párr. 16.
embargo, no por eso queda menos demostrado para continua hasta la época griega. 5.° Finalmente, * Tácito, Gemianía, párr. 45.
todos cuantos miren esle asunto sin pasión: 1." Que que el uso de la piedra no es en manera alguna in- Herodoto dice que los árabes, para •'• ídem, ibid.. párr. 4 6 .
los habitantes primitivos de la Tróada conocieron compatible con un estado social floreciente, puesto >' l'linio, Hist., l i b . X I , cap. XXXVII.
desde su origen una civilización avanzada. 2." Que que en la parte mayor de nuestras capas prehistó- " César, De bello f/alliio, lib. V.
1
Diodoro, Bibl. hist., lib. I I I , cap. XV.
durante varios siglos utilizaron simultáneamente ricas hemos averiguado la presencia de objetos de- '* Ídem, ibid., lib. I V , 64-Cü. « Ídem, ibid., cap. VIH, lib. LXXX1.
el bronce y la piedra, sin que ninguna de estas dos esta naturaleza asociados á los productos do una s Libro XXVII, 4 . •'> l'ausanias, lib. I , II.
sustancias fuese entre ellos de un uso exclusivo. industria más avanzada.»
528 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA
EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE. 529

no refiere la misma cosa de los hunos, Así, pues, si no nos atuviéramos á finamente trabajados El mismo fe- carnos la asociación de este género de
diciendo que usaban agudos dardos de otra cosa que á las fuentes históricas,, nómeno se ha observado en una gran objetos.» «Porque, dice, conviene
1

hueso, maravillosamente entrelaza- nos hallaríamos autorizados á negar multitud de sepulcros antiguos, cuyos tener en cuenta que hasta hace unos
dos (acutis ossibus pro spiculorum acu- que haya existido jamás una edad de lugares nombra el citado Hamard, re- quince años los arqueólogos no hacían
mule arte mira coagmentatis). Mr. de la piedra. Esta edad, sus subdivisio-
1 firiendo brevemente las piezas de pie- caso de los trozos de pedernal, y si
Ampére, en su Histoire littéraire de la nes y las otras edades reputadas pre- dra y de otras materias más finas en encontraban alguno en sus excavacio-
France avant le douzicme siccle, cita un históricas, son concepciones teóricas ellos encontradas, y poniendo por re- nes, rara era la vez que hacían men-
fragmento épico del siglo V, donde apoyadas en descubrimientos n u m e - mate de su enumeración las palabras ción de él. Hoy sucede lo contrario;
dos héroes aparecen combatiéndose rosos, pero con frecuencia demasiado siguientes: «Es verdad que los instru- hay una escuela que no ve sino los
con dos hachas de piedra. San Ouen, contradictorios para que al presente mentos de piedra han sido hasta una pedernales: lo demás le es indiferen-
en el siglo VII, habla también de ha- se puedan hallar en ellos los elemen- época muy reciente, y lo son aún hoy te. Ahora bien; todo el mundo sabe
chas de piedra en la Vida de San Eloy. tos de una clasificación cronológica día en algunas regiones, objeto de un que las cosas indiferentes fácilmente
Los anales de Irlanda traen de la mis- indiscutible '. culto supersticioso; lo cual basta, al se nos pasan inadvertidas. E s preciso
ma manera á colación los proyectiles menos en ciertos casos, para dar ra- no olvidar esto cuando se trata de in-
Bien puede ser que todos estos pue-
de piedra, á propósito de una batalla blos europeos de que vamos hablando zón de su presencia en los sepulcros... terpretar los descubrimientos que no
dada contra los dinamarqueses cerca hubiesen vivido algún tiempo sin ha- Pero no creo, sin embargo, que sea han sido severamente examinados.» 1

de Limerick, hacia el año 920 ~. posible explicar de esta suerte todos Por lo que dejamos escrito, se verá
cer uso alguno de los metales; pero-
los hechos que acabo de señalar. F r e - cuan infundado es lo que los enemi-
Chabas, después de citar algunos también es cierto que el uso de las
cuentísimamente estos utensilios de gos de la cronología vulgar nos dicen
de estos testimonios y otros semejan- armas de piedra duró entre ellos, jun-
piedra se encuentran con otros obje- acerca de las diversas edades prehis-
tes, relativos á los pueblos salvajes tamente con el de los metales, por lo
tos de uso ordinario; es de creer que tóricas, dividiéndolas y subdividién-
que existían en tiempos de los roma- menos hasta la Era cristiana. Así es-
unos y otros fueran utilizados real- dolas conforme á sus propios capri-
nos y de los griegos, continúa en esta que las mismas investigaciones ar-
mente por el difunto en las necesida- chos, atribuyendo á cada una de ellas
forma: «Se podrían, analizando las queológicas han confirmado con la
des domésticas. Lo cual es tanto me- la extensión que se les antoja, y po-
relaciones de los historiadores, multi- mayor evidencia esta verdad, pulveri-
nos dudoso, cuanto que los pederna- niendo entre unas y otras cierto va-
plicar estos indicios de un estado de zando por completo la tesis de nues-
les y las hachas de piedra se encuen- cío intermedio que las divida per-
cosas que reproduce ciertos caracteres tros adversarios.
tran, no sólo en las sepulturas de la fectamente.(La piedra tallada y la pu-
particulares de la edad de la piedra, El abate Hamard, en el libro ante- época galo-romana, sino también en limentada, y aun los mismos instru-
pero en una época que no está aparta- riormente citado, trae gran multitud
las estaciones que están á cielo des- mentos de piedra y de metal, han
da de nosotros sino unos dieciocho de hechos de esta especie, que no de-
cubierto, donde los galos, los roma- coexistido durante mucho tiempo ge-
ó veinte siglos. Más recientemente jan lugar á la menor duda -. La mayor
nos y los francos han dejado rastros neralmente entre los pueblos euro-
todavía, en el siglo IV de nuestra Era, parte de los lugares de las Galias
de su industria privada.» 2
peos, donde pretenden vanamente
los hunos, imberbes y disformes, se- donde habitaron los romanos, como-
A la colección de sepulturas añade fijar sus reales los secuaces de la pre-
mejantes á unos animales de dos pies, la antigua Bibracto, Gergovia, Alise
el mencionado autor, á renglón segui- historia, y esta coexistencia ha dura-
ó á monstruosas cariátides, vivían de Sainte Reine, Alaisa, Novalaise, el
do una lista muy larga de campa- do hasta bien entrada la Era cristia-
raíces ó de carne apenas calentada monte Ganelon, el monte de Noyon,
mentos antiguos de las Galias, donde na. Aún más: es muy probable que
entre sus muslos; no tenían necesidad Rhuis, la ciudad de Limes, sita á
han sido recogidos en gran número los franceses se sirvieran de estos ins-
alguna de fuego, ni de casas, ni aun cuatro kilómetros de Dieppe, Izel, y,
objetos de la misma clase, observando trumentos de piedra en una gran
de chozas de cañas; aunque llevaban finalmente, todas las vías romanas-
que «sería fácil prolongar en cierta parte de la Edad Media, cuando, por
espadas de hierro, peleaban también han ofrecido á cuantos han querido
manera hasta lo infinito el catálogo efecto de mil calamidades públicas,
con flechas armadas de huesos afila- hacer en estos lugares observaciones
empezado, si se hicieran investiga- se vieron muchas veces reducidos los
dos; vivían vida de nómadas en carros diligentes, objetos de piedra mezcla-
ciones en este sentido, y sobre todo pueblos á la miseria.) «¿Quién nos
cubiertos con cortezas de árboles y dos con otros de industria más avan-
si no se hubieran las más veces des- dirá, escribe á este propósito el citado
llevados por ellos á los lugares donde zada, como medallas, monedas, ins-
cuidado los investigadores en indi- Hamard, cuáles eran los utensilios
les convenía acampar. Los alanos te- trumentos de bronce y aun de hierro,
de estos pueblos rurales infortunados,
nían, poco más ó menos, las mismas
cuando la barbarie iba tomando entre
costumbres; pero eran grandes y her- 1
Para todas estas estaciones se pueden ver las
' Cimbas, Etvdes sur Vanliquité historique, ele», ellos aquellas nuevas creces causadas
mosos, y se vestían con más cuidado. cap VIII, párrafo segundo, pág. 490. obras de Citabas, Eludes sur Vanliquité histori-
que, etc , páginas 539-547, y los artículos del Padre
Hamard, Supplémenl au gisement du Mont
1

Halé, en los Eludes religieuses de 1876. 1 Hamard, Supplémenl, etc., pág. 163.
i Nist., lib. III, cap. I . Dol, páginas 153 y siguientes de su obra intitulad»
* Hamard, loco cítalo, páginas 157-158. 2 í d e m , ibíd.
s Suulbal, The recent origin of man, pág. 420. Eludes critiques d'Archéologie, e t c . , París, 18S0.
580 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE. 531

con las invasiones de los germanos y toscos, que el suelo donde vivían les la guerra á Egipto bajo el reinado de niente para poder llegar hasta nos-
de los normandos; con las mil y una proporcionaba sin gran dispendio. Sa- los Ramsés, fueron también uno de otros: el hierro se gasta fácilmente
calamidades que en diversas épocas bemos que la civilización fué impor- los pueblos que importaron á los paí- con la roña, convirtiéndose en óxido
consumieron á Francia; con las tur- tada de Asia y de Egipto á los pue- ses habitados por estas gentes los ob- terroso; de aquí el que en las capas
bulencias, los latrocinios, las guerras blos europeos por el Mediterráneo; las jetos de la industria usada en otros de la época romana se encuentren ob-
civiles, las hostilidades perpetuas, que costas de este mar interior fueron las lugares más civilizados. «Un descu- jetos de este metal casi del todo des-
pusieron con frecuencia á los habi- primeras en ponerse en comunicación brimiento reciente de una sepultura truidos con no poca frecuencia, los
tantes en la necesidad de buscar re- con los fenicios y con los egipcios; etrusca, escribe á este propósito el cuales hubieran desaparecido por
fugio en las montañas y abrigo en las después esta comunicación fué exten- egiptólogo y naturalista Mr. Chabas, completo á haber mediado circunstan-
cavernas; con aquellas epidemias y diéndose más 5' más hacia el Norte verificado en Eygibilsen, cerca de cias más favorables para la oxidación,
carestías, en fin, que obligaron más mediante los grandes ríos que venían Tongres, á la ribera izquierda del ó si hubiera transcurrido un tiempo
de una vez á los miserables hambrien- á desaguar en el Mediterráneo, y que Mosa, prueba que los etruscos habían más largo.
tos á alimentarse con la yerba de los ofrecían libre paso á los que en pe- atravesado la Europa ó dado la vuel- Entre estos mismos salvajes, los
campos, con las cortezas de los árbo- queñas piraguas quisiesen navegar ta alrededor de ella con sus naves unos se hallarían en continuo contac-
les, y, lo que apenas se puede decir, por ellos en toda la longitud de su antes que hubiese tomado vuelo el to con los habitantes de las colonias
con trozos de carne humana sacados corriente. Así, los salvajes de Europa poder romano. De aquí la pregunta de extranjeras, que se internaban poco á
de los sepulcros?» 1
podían procurarse varios objetos de cómo este pueblo, que conocía el hie- poco en sus tierras, siguiendo el curso
Para muchas cosas los instrumen- su gusto, elaborados en los puntos rro, no había de comunicarlo jamás á de los ríos; pero mientras tanto los
tos de piedra valen tanto como los de civilizados del Asia y del Egipto, sus correspondientes septentrionales, otros vivirían retirados en las monta-
metal, y cuando la dificultad de pro- dando, en cambio, á los que con ánimo y la respuesta ha sido poner en cues- ñas vecinas, ya por odio á los nuevos
curarse estos segundos es muy gran- mercantil se acercaban á sus tierras, tión la serie de las edades prehistóri- usos y costumbres importados de fue-
de, ya por razón de la suma pobreza otras cosas que ellos miraban con cas con que ha sido embarazada la ra y enteramente contrarios á los
de los pueblos, ya por el subido pre- poco aprecio. Esto mismo es lo que ciencia.» ' suyos, ya por el deseo de verse libres
cio á que deben comprarse habiendo sucede hoy día con los diferentes sal- Así, los salvajes de Europa, pues- de las persecuciones que contra ellos
de ser traídos de fuera, es muy natu- vajes del globo, de lo cual pueden dar tos en comunicación con estas gentes moverían los recién llegados. De don-
ral que los pobres apelen á los prime- buen testimonio los ingleses. Por eso más civilizadas, y con otras de Asia y de resultaría que en una misma co-
ros, y sólo los ricos se sirvan de los se encuentran, entre los instrumentos de Egipto que se llegaban á comer- marca habría dos civilizaciones yux-
metales. Así, pues, la suma miseria de piedra usados por los antiguos ciar con ellos, no podían menos de tapuestas, y aun mezcladas la una
de los franceses en los tiempos men- europeos, algunos cuya materia está participar algo de los adelantamien- con la otra. Esto es lo que sucedía en
cionados por Hamard, y el alto precio indican lo claramente su procedencia tos industriales llevados por ellas á los tiempos de Tácito entre los roma-
de los utensilios metálicos en la época oriental, no hallándose sino en el Asia cabo; si bien, como es regular, los nos y los germanos; pues de estos úl-
galo-romana, y más todavía en las piedras de aquella especie. El jade, por objetos de industria traídos de fuera timos, sólo los que vivían más próxi-
épocas anteriores, harían que los pue- ejemplo, no se encuentra en el an- tendrían entre ellos un precio muy mos á las provincias romanas apre-
blos europeos usasen juntamente los tiguo continente sino en las tierras de subido, y por lo mismo serían usados ciaban el oro y la plata. Los demás,
instrumentos de piedra y los de me- Asia; y sin embargo, ha sido hallado de pocos, los cuales tendrían gran metidos en lo interior de sus bosques,
tal, y esto mismo debió acaecer con entre otros instrumentos de piedra cuidado en conservarlos. Esto explica no tenían en mayor estima estos m e -
el uso de la piedra tallada y el de la usados por los pueblos septentriona- cómo en ciertas estaciones llamadas tales que la arcilla de su país, por
pulimentada. Los que tenían más les de Europa. Las mismas flechas prehistóricas no se encuentra hierro más que viesen con sus propios ojos
ocio y más vagar que otros pueblos aladas de pedernal, ¿qué otra cosa son ni otros metales; el sumo precio de los presentes de oro y plata regalados
vecinos, pulirían sus instrumentos, y, sino un remedo de las metálicas, fa- los utensilios metálicos importados por los romanos á los grandes de su
si eran ricos, los harían labrar ó los bricadas en esta forma? Los salvajes de fuera por los traficantes extranje- tierra, y se servían muy poco de la
traerían bien trabajados de lejanas veían estas flechas metálicas,., y sa- ros , hacía que estas cosas fuesen espada, de la coraza y del casco para
tierras. Por el contrario, los que vi- bían muy bien, por triste experien- guardadas por aquellos hombres anti- los usos de la guerra '.
vían muy ocupados con los trabajos cia, su mortífera actividad; siéndoles guos con la misma diligencia que Los partidarios de la prehistoria se
de la guerra, ó no tenían dinero ni á ellos difícil el procurarse otras de ahora se emplea para no perder el oro levantan contra tal género de razona-
tiempo para procurarse utensilios más la misma materia, daban á las suyas y la plata. Fuera de que las piezas de mientos, que les arrancan de las ma-
elegantes, se servirían de otros más de piedra una forma semejante para hierro tenían además otro inconve- nos la serie interminable de siglos re-
obtener el mismo efecto.
1
Chabas, Eludes sur VantiquiU historique, etc.,
Los etruscos, cuyas naves llevaron Tácito, Germania, párrafos 5 y 6.
1

i Hamard, Supplément, etc., pág. 167. '«ap. V I H , párrafo tercero, pág. 524.
532 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMI1RB. 533

clamada por el hombre-mono, y ar- sin atraer sobre sí los oj os de los geó- los dólmenes se encuentran casi en son muy pequeños y menos aptos para
guyen diciendo que de tan reciente grafos ni la atención de los historia- la misma proporción los instrumen- este oficio que los pedernales en bru-
uso de la piedra entre los referidos dores. Algunas de estas ciudades ex- tos de piedra tallada y bruñida, y los to. Fuera de que ninguna señal mues-
países no hacen mención los historia- trañas estaban todavía ocupadas en metales se hallan también en ellos tran de haber sido empleados jamás
dores clásicos. Pero es vana por com- los tiempos merovingios y aun en la con frecuencia. Sobre un total de ex- para cortar cosa alguna, y así bien
pleto semejante reclamación; ya por- época carlovingia. cavaciones tomadas al acaso por Ha- dan á entender que el fin de sus po-
que es falso que no hagan la mención »No nos extrañemos, pues, de que mard en los Matériaux, y practicadas sesores no fué el que les señalan los
indicada, como lo dejamos probado, sean tan poco conocidos en la histo- en los dólmenes, menhires y caminos amigos de la prehistoria. Todo esto
ya también porque, aun cuando así ria los utensilios de piedra y de otras cubiertos , que son otros tantos mo- indica que los pueblos de los sobredi-
fuera, ninguna fuerza tendría este si- materias duras, que durante largo numentos megalíticos , ha observado chos monumentos se hallaban en un
lencio contra los hechos positivos que tiempo han debido ser el recurso or- este ilustre arqueólogo que se halla- grado de civilización bastante avan-
prueban manifiestamente la verdad dinario de los pueblos que, conocien- ban 83 veces objetos pertenecientes á zada, pues el comercio y el lujo no
de nuestra tesis, según lo hemos evi- do muy bien los metales , no tenían la edad neolítica,, ó de la piedra puli- son cosas sino de gente que va ya en-
denciado más arriba. bienes suficientes para procurarse ins- mentada , y 74 relativos á la paleolí- trando en vías de civilización y de
Dice muy bien Chabas á este pro- trumentos de esta clase ya labrados, tica, ó edad de la piedra tallada *. El progreso.
pósito: «El silencio de la historia no ni habilidad para fabricárselos.» 1
mismo autor asegura que , «sobre un Todavía hay otro argumento graví-
tiene sino muy poca importancia en A propósito de monumentos mega- total de 192 excavaciones hechas en simo que poneen manifiesta evidencia
esta cuestión. Ningún historiador ha líticos y de palafitos , sabido es que los dólmenes descubiertos ó soterra- esta verdad , porque en estos monu-
sabido reparar en los monumentos los secuaces de la prehistoria dan á dos, y cuyos resultados han sido publi- mentos se han hallado monedas y vasi-
megalíticos que nos consta haberse unos y otros una antigüedad extrema. cados con conocimiento suyo, 82 han jas de la época galo-romana, las cuales
hallado esparcidos en todo el mundo En favor de la suma antigüedad de dado bronce y 23 hierro;» y añade que indican lo reciente de su data. Ha-
antiguo, y que recientemente han sido los primeros han aducido la tosquedad la proporción sería aún mucho mayor mard cita un gran número de luga-
1

descubiertos, así en el nuevo conti - de los sobredichos monumentos y la si se tomara en cuenta todo el con- res de esta clase donde han sido h a -
nente como en ciertas islas del Pací- naturaleza de los objetos hallados en junto de monumentos megalíticos, llados tal género de objetos; y añade r

fico. Las personas que han visto las ellos, y una cosa parecida han venido cuales son los dólmenes, menhires, con mucha razón, que tendríamos no-
alineaciones de Carnac ó el Stone- á "decir acerca de los segundos. Pero cromleches y túmulos ; porque «en- ticia de muchos más á no haber sido
henge de Salisbury, ó que han leído nada más fútil que semejantes razo- tonces en 320 excavaciones se presen- violados por los antiguos, que se de-
las descripciones de estos monumen- namientos. La tosquedad de una cosa tan 141 veces el bronce ó el cobre, y bieron llevar cuantas medallas se les
tos extraños , podrían fácilmente de- nada prueba en favor de su antigüe- 63 el hierro.» 2
presentaron en sus excavaciones, y á
jarse convencer de que en tiempo de dad: al lado de un artífice muy exce- Todos estos hechos demuestran con no haber procedido los exploradores
César no había allí dólmenes ni men- lente puede muy bien hallarse otro plena evidencia que los tales monu- modernos con la idea preconcebida
hires , pues este historiador no se ha que haga obras de poco ó ningún mé- mentos entran en el terreno de la his- de que los tales monumentos son ex-
dignado consagrarles ni aun una lige- rito artístico , acomodándose á las toria , siquiera se llamen prehistóri- cesivamente antiguos; pues esto ha
ra mención. Todos los otros historia- condiciones de las personas que las cos con respecto á los lugares donde hecho que cuantas veces han venido
dores han guardado la misma reserva. desean. En todos tiempos ha habido han sido hallados. Añádase á esto que á sus manos los objetos galo-roma-
Los geógrafos han hecho lo mismo, pobres y ricos , y el pobre no puede entre los utensilios de piedra mencio- nos, los han despreciado teniéndolos
no diciendo de ellos palabra.» ' menos de obrar en todas partes con- nados hay algunos de jadeíta y cloro- por cosas de una época muy poste-
«El otro género de monumentos que forme á los recursos de su pobreza. melanita importados del Asia por me- rior, y así no los han dado á conocer
debieran haber llamado vivamente la La vajilla fina de los ricos y los gran- dio del comercio, y cuyo destino, así al público. Uno de ellos, sin embar-
atención de los antiguos, continúa el des palacios en que habitan , ¿supri- como el de otros muchos de piedra go, ha procedido con más exactitud y
mismo escritor, son las habitaciones men acaso en nuestros tiempos los bruñida , llamados por los latinos ce- haescrito las palabras siguientes: «En
lacustres. Herodoto ha hablado de oí- toscos cacharros ni las miserables raunias, y piedras del rayo por la genteciertos dólmenes de Locmariaquer,
das sobre las del lago Prasias (lib. V, chozas de los pobres? Esto mismo ha vulgar de nuestros tiempos, ha sido sin hablar de objetos más modernos,
16). Mas desde la épocadel padre de la sucedido siempre en los tiempos a n - servir como objeto de mero lujo ó han sido hallados, aun á una notable
historia , los palafitos de los lagos de teriores. adorno, y no como instrumentos de profundidad, ladrillos con rebordes,
Suiza, de Italia, de Saboya y del Del- Pues de la naturaleza de los obje- acción alguna, pues muchos de ellos monedas imperiales, fíbulas de bron-
finado han durado cerca de diez siglos, tos mencionados nada digamos. E n 1
Hamard, Eludes critiques d'Archéologie, pá-
gina 132. 1 Hamard, Eludes critiques d' Archéologie, pá-
1
Chabas, Eludes sur Vanliquilé, etc., pág. 497.
1
Chabas, Etudes sur Vanliquité, etc., pág. 498. * Ídem, ibid., pág. 193. gina 195.
mi EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA
535-
E N O R D E N Á LA A N T I G Ü E D A D DEL HOMBRE.

ce, vasijas y estatuas de tierra blan- romanos. San Gregorio de Tours r e - 1

después se fué levantando con los de- Señor, formando un verdadero crom-
ca que no van más allá de la época fiere que en el siglo VI los bretones pósitos abandonados por los bancos lech. Y como recuerdo de este mis-
-galo-romana.» 1
todavía conservaban la costumbre de de hielo venidos de Noruega, y con mo hecho, Josué mandó poner otras
Y para que no se diga que estos ob- erigir túmulos; los cuales, en su ma- los que acarreaban á aquellos lugares doce en aquella parte del río donde
jetos han sido depositados allí en yor parte, por estar compuestos de el Rhin, el Mosa, el Escalda, el Ems los sacerdotes habían estado susten-
épocas posteriores á la que vio levan- criptas formadas con piedras brutas, y el Issel, y comenzó á ser habitado tando en hombros el arca santa ' .
tar los tales monumentos, basta saber eran verdaderos dólmenes, sólo que no por los que construyeron los referidos Aún más: hoy mismo se usa este
•que Mr. Miln ha hallado hace algunos estaban soterrados como éstos, sino monumentos, gente bárbara y feroz, linaje de monumentos entre los in-
a ñ o s , debajo de algunos menhires de dispuestos al aire libre. Los túmulos como los llama Julio César A estos dios . Y esto nada tiene de extraño,
5

-Carnac, numerosos fragmentos de te- de Dinamarca, como los sepulcros de primeros habitantes sucedieron más porque es muy natural que hayan sido
j a s con rebordes, y de vasijas rojas Gorm y de la reina Thyra, sobre la tarde los bátavos, sin arrojarlos, em- construidos en todos tiempos. Como
llamadas samias, las cuales estaban costa oriental de Jutlandia, y el de pero, del territorio, pues los vencidos observa muy bien el abate Hamard,
«entre las piedras que servían de base Harald, en la isla de Seeland, son vivieron mezclados con los vencedo- «la idea de acumular piedras para
áestos monumentos,» , y, por consi-
2
también monumentos megalíticos en res, como consta de los túmulos fa- perpetuar el recuerdo de un suceso, y
guiente, por fuerza han debido ser toda la fuerza de la palabra, y sin em- bricados por aquéllos en los primeros sobre todo para fijar el lugar preciso
colocadas allí antes de su fabricación. bargo pertenecen al siglo X de la E r a siglos del Cristianismo. Los objetos donde descansan los restos veneran-
Además, bajo las ruinas de una villa cristiana -. En Irlanda todavía se eri- que se encuentran en estos túmulos dos de un pariente ó de un amigo, es
ó quinta galo-romana próxima á las gían dólmenes en el siglo V de nues- son pedernales, ya casi del todo bru- la cosa más obvia del mundo, y en
alineaciones de Carnac ha descubier- tra Era. tos, ya elegantemente pulimentados, todos los tiempos ha debido ocurrir á
to el citado Mr. Miln el mismo mue- Lo mismo se diga de los hunne- y vasijas toscas y groseras en unión los hombres.» :!

blaje de los dólmenes, á saber: lanzas bedden, ó sepulcros de los hunos de con otros objetos de una civilización Finalmente , para concluir esta
y pedazos de pedernal quebrado, ce- Holanda, los cuales consisten en cá- mucho más avanzada, y comprendi- cuestión de los monumentos megalí-
raunias de diversas clases, vasijas maras formadas con piedras brutas de da, según escribe Mr. Pleyte, entre el ticos, basta nombrar el pueblo que
toscas hechas á mano, gargantillas grandes dimensiones, recubiertas con primero y sexto siglo de la Era cris- los ha construido en Europa, y con
-de ámbar ó de otras materias; y jun- un gran montón de tierra en forma de tiana .a
esto sólo se conocerá que no pueden
to á todas estas cosas ha hallado ob- montículo. Los proclamadores de la La Sagrada Escritura nos ofrece datar de una épo ca muy antigua. Este
jetos de mármol, de bronce y de hie- extrema antigüedad del género huma- también en el pueblo hebreo otra pueblo es sin género deduda el de los
rro, medallas y vasijas romanas; se- no habían afirmado que estos monte- prueba de que este género de monu- celtas, como con argumentos irrefra-
ñal manifiesta de que todos estos cilios, atendida su construcción su- mentos no lleva consigo la antigüe- gables lo ha demostrado el abate Ha-
utensilios formaban el ajuar del señor mamente tosca, y considerada la n a - dad que á su antojo han querido se- mard confirmando con ellos lo que
de la quinta, siendo los primeros usa- turaleza de los objetos en ella sepul- ñalarles los partidarios de la prehis- ya se venía cr eyendo desde tiempo
dos por los criados y los segundos por tados, debían contar una multitud toria. Basta examinar algunos lugares inmemorial entre los hombres. Nos-
los de la familia.» 3
muy grande de siglos; pero los estu- de la Biblia para convencerse de esta otros no nos extenderemos en estas
¿No indica esto claramente que los dios practicados sobre estos lugares verdad. Vea quien guste los siguien- consideraciones por no hacernos ex-
mencionados dólmenes pertenecen á han inducido á los sabios á juzgar t e s : Genes., XXVIII, 18; XXXI, cesivamente prolijos: véalas quien*
la misma época que la sobredicha que la mayor parte de estos monu- 45-52; Deuteron., XXVII, 2-5; Jo- guste en el lugar que dejamos apun-
quinta, y que por lo mismo no tienen mentos no son anteriores á la época sué, VII, 26; VIII, 29; XXIV, 26; tado.
la antigüedad extrema que vanamen- romana, y Mr. Pleyte, uno de los ob- II Reg., XVII, 17, donde hallará casi Por lo que mira á los palafitos, nin-
t e les atribuyen los secuaces de la servadores que con más diligencia los todos los monumentos de esta espe- guna necesidad tenemos de añadir
prehistoria? La mayor parte de las ha examinado, hace descender algu- cie. El primero de estos lugares nos nada á lo dicho sobre los monumen-
monedas halladas en los monumen- nos de ellos hasta el siglo V de la ofrece un menhir levantado por Jacob tos de que acabamos de tratar, siendo
tos megalíticos de Carnac son de los Era cristiana \ Antes de la llegada en honor de Dios Nuestro Señor. poco más ó menos idénticos los obje-
últimos tiempos del Imperio romano; de los romanos casi todo el país de Cuando los hebreos pasaron el Jordán,
Holanda era anualmente inundado; Josué, IV, íi-20. V. Chabas, loco cítalo, pági-
1

y así, es muy probable que no han tomaron del álveo del río doce pie- nas 484-489.
sido erigidos sino después de haber dras, que después fueron puestas en - V. Matériaux, año de 1870, pág. 18.".
sido ocupados aquellos lugares por los a Hamard, Eludes critiques, etc., pág. 85.
1
Hislor, Franc , I V , 4 . un lugar vecino como testimonio de '• Hamard, Eludes critiques, etc., páginas 81-Ki^
s
Fergus.ion, Les monumenls mégalithiq ues de aquel acontecimiento, por orden del (Véase el párrafo segundo de la disertación preli-
* Hamard. Eludes critiques, etc., pág. 197. lous les pai/s, páginas 297 y 311. minar puesta por el mismo autor á la tradüccrórt
. i Miln, Eeuilles faites u Carnac, 1877. 3 Odiabas, Lindes sur l'antiquilé historique, e t c . , 1
César, De bello gallico, liv. IV. francesa de la obra de Kergusson, intitulada Monu-
a Hamard, loco cítalo, pág. 201. páginas 532 y siguientes.
* Cimbas, Eludes sur l'antiquilé, etc. menls mégalilhiques.)
.536 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. 537
tos arqueológicos que en ellos han fecunda imaginación de nuestros ad- el hierro. L a de las múltiples formas rias de Pontlevoy, de Thenay y S a u -
sido hallados. Basta notar que entre versarios, que se forjan á placer suce- de la edad paleolítica se ve por los vigny; en la gruta llamada de Exci-
estos objetos tampoco han faltado las siones de formas paleolíticas para dar datos siguientes, reunidos con este deuil (Dordoña), y, finalmente, en So-
monedas romanas del tiempo de los más extensión á su pretendido hom- objeto por el abate Hamard. «En di- lutré, donde dice que han sido halla-
Emperadores; que la fauna y la flora bre prehistórico. Que en alguna loca- versas localidades de las Landas, es- dos, juntamente con los objetos c a -
de estas estaciones, falsamente llama- lidad hayan venido, una en pos de cribe el ilustre arqueólogo, han sido racterísticos de esta estación, varios
d a s prehistóricas, son las mismas de otra, algunas de las formas indica- hallados in situ, y en los mismos ya- huesos tallados, hojas, raspadores, y
hoy día; señal manifiesta de que no das por Mortillet, bien se puede con- cimientos, los tipos de Saint-Acheul, hasta un silbato de falange de reno,
ha debido transcurrir gran número de ceder, que en esto cabe también la de Moustier y de la Magdalena (Re- absolutamente como en Laugerie-
siglos entre ellas y nosotros. moda, como en otras muchas cosas vue Antropologique, 1875, II. livr.) ,!
Basse y en Bruniquel, que son dos
Allí también, así como en los dól- indiferentes; pero que esta sucesión En la gruta de Germolles, pertene- estaciones pertenecientes á la época
menes, se han visto aparecer varias se haya verificado en una extensión ciente á la común de Mellecey (Saona magdalénica.
sustancias preciosas, como el jade, la considerable como Francia , y por y Loira) las hachas de Saint-Acheul, Añade más el mismo autor: «El
jadeíta, la calláis y el ámbar, llevadas el motivo que alegan nuestros n u e - los raspadores de Moustier y los hue- orden de sucesión, dice, cuando exis-
á aquellos lugares por los comercian- vos historiadores, fundando todos sus sos tallados, característicos de la te, parece ser á veces lo inverso del
tes del Asia; y en los palafitos t a m - cálculos en la ineptitud de los salva- Magdalena, han aparecido todos jun- propuesto por Mortillet. Así, en Cli-
bién, como en los monumentos me- jes mencionados para dar á sus ins- tos, lo que hace creer á Mortillet que chy, si hemos de creer á Mr. Reboux,
galíticos, se ha observado la data su- trumentos las tales formas en un ha habido allí alguna nueva recom- las de la Magdalena se encuentran
mamente reciente de algunos de ellos, breve espacio de tiempo, esto es lo posición del terreno; tal es la manera debajo del tipo de Saint-Acheul.» '
pues en el lago Paladrú (Isére) duró que de ninguna manera es admisible. ordinaria empleada por su escuela Después de esto, concluye Hamard
el gusto de morar en habitaciones la- Por consiguiente, siendo por una par- para explicar los hechos de esta na- diciendo que «sería inútil insistir más
custres hasta la época de los Cario- te muy nuevo el uso de la piedra pu- turaleza (ibid., 1875; L livr.) En cr
en este punto de la clasificación pre-
vingios, y Abulfeda menciona los pa- limentada, unido al de los pedernales Thorigné-en-Charnie (Mayenne), el histórica, porque los numerosos con-
lafitos de los cristianos en Siria en el sin labrar, y constando, por otra, que abate Maillard ha hallado reunidos tradictores que ha encontrado en el
siglo XIII \ las formas de estos segundos han los raspadores de Moustier y los cu- seno mismo de la escuela muestran
Pues bien, se dirá: todo esto no coexistido todas juntas en los luga- chillos de la Magdalena (Matériaux, bastante su inanidad.» 8

prueba sino que la edad neolítica se res aludidos, es cosa manifiesta que 1876, pág. 287). E n el mismo Saint- En los mismos términos se expresa
extendió en los pueblos septentriona- no puede distar mucho de nuestra Acheul, localidad cuyo estudio ha Mr. Chabas, diciendo: «Se encuen-
les de Europa hasta la Era cristiana, Era la época de la piedra tallada per- sido el punto de partida para la clasi- tran en Solutré, estación de la época
y que además, juntamente con la pie- teneciente á los pueblos europeos, ficación de Mr. Mortillet, la forma del reno y del mammuth, cuchillos
dra bruñida, se usó entre ellos du- porque entre esta época y la siguien- mousteriana coexiste con la forma de de pedernal, lanzas y raspadores,
rante algunos siglos el pedernal sin te no hay interrupción alguna. almendra (ibid., 1875, pág. 281). A cuya perfección no ha sido superada
pulimento alguno. Pero antes de esto, El hombre no tiene la procedencia orillas del Vezére, en Dordoña, las en ninguna parte. La generalidad de
¿cuántos años no debieron transcu- monesca que una gran parte de estos mismas grutas que se traen como los pedernales tallados, recogidos en
rrir con sólo la piedra tallada? Los autores asegura, y así no carece de características de las diversas épocas el campo de Catenoy por Mr. Pon-
cuatro tipos que ha designado Mortil- inteligencia para dar á las cosas de su paleolíticas han presentado á Mr. Re- thieux, no presentan trazas de un
let requieren un tiempo inmenso para uso la forma que más le agrade: bas- verdit una frecuente mezcla de los di- trabajo más delicado que los de las
que lentamente se fuesen sucediendo ta que le venga en voluntad el hacer- ferentes tipos.» 1

grutas-abrigos de Rully y de Germol-


entre los salvajes de Francia; porque lo, teniendo tiempo para ello. Por Así continúa el referido escritor les, los cuales se hallan caracteriza-
los pueblos de esta especie no aban- tanto, dará esta forma ú otra á sus designando la reunión de las sobre- dos por los restos del mammuth y
donan como quiera los usos y cos- utensilios, según le acomode, y aun dichas formas paleolíticas en Belcay- del oso de las cavernas, y sin embar-
tumbres en orden á la forma de sus buscará en algunos de ellos la ele- re-Haut y Belcayre-Bas, en Balutie, go, la estación de Catenoy abunda en
instrumentos, tanto bélicos como do- gancia, puliéndolos si tiene tiempo en Arcy-sur-Cure, en Coincourt, en hachas pulimentadas. Los vastos ta-
mésticos. ¿Y de dónde consta que los suficiente para ello. Así es que los Sauvigny-les-Bois, en el mismo Mu- lleres de Charbonniéres, en el Ma-
tales tipos se hayan sucedido el uno hechos arqueológicos, como hemos seo de Saint-Germain, á pesar de las connais, notados por Mr. de Ferry, y
al otro? Todo eso no existe sino en la visto, demuestran la coexistencia du- ideas preconcebidas con que ha sido atribuidos á la época paleolítica, pro-
rante mucho tiempo de los simples dispuesto; en las estaciones cuaterna- porcionan en abundancia las hachas
* Véase en la Revue tlcs qveslions identifiques pedazos de pedernal con las piedras
de Abril de 1877, pág. 417, el articulo ele Mr. Arce- t Hamard,Eludes critiques, etc., págs. 126-127,
lin, La classification pvéliislorique.
pulimentadas, y aun con el bronce y 1
Hamard, Eludes critiques, etc., págs. 125-126. 2 Ídem, ihid., pág. 127.
538 E L CATOLICISMO Y L A CIENCIA E N O R D E N Á L A A N T I G Ü E D A D D E L HOMBRE.

de piedra tallada del tipo cuaternario diversas edades prehistóricas no p u e -


de Abbeville, y una multitud de obje- de ser probada si no es por la estrati-
tos'de este género, de un trabajo ge- grafía.» Ya hemos visto cuál es el
1

neralmente más tosco que el de los valor de la estratigrafía en la cuestión


depósitos del Soma y del diluvio pa- que al presente nos ocupa.
risiense; pero al mismo tiempo se en- Con lo que dejamos escrito acerca
cuentran en la misma localidad, re- CAPÍTULO XXXVIII
del argumento arqueológico, bien p o -
partidos sobre la vasta superficie hoy demos asegurar que, lejos de prestar
día desmontada, cuchillos, puntas, apoyo alguno á los partidarios de la
lanzas, flechas, y, sobre todo, raspa- prehistoria, nos ofrece, por el contra- PROSIGUE LA MISMA MATERIA. DISCÚTENSE LOS ARGUMENTOS
dores de un trabajo perfecto.» 1
rio, motivos poderosos para afirmar PALEONTOLÓGICOS DE LOS PREHISTÓRICOS
Estos hechos hacen ver hasta la que el uso de la piedra tallada en
última evidencia la falsedad de la teo- Europa por sí solo no nos autoriza
ría ideada por Mr. de Mortillet. Así para atribuir al género humano m á s
es que Mr. Arcelin , que en Abril que unos dos ó tres mil años anterio-
de 1877 había manifestado alguna res á nuestra Era. En efecto; si el
adhesión á la clasificación arqueoló- empleo de los instrumentos de piedra L argumento paleontológico ex- prende tres cuestiones: i . ¿El hom-
a

gica de este naturalista *, tres años bruñida y sin bruñir se extiende casi | puesto en toda su forma es el bre ha sido acaso contemporáneo de
más tarde, vistos los trabajos de mon- generalmente por todo el milenario siguiente: El hombre ha sido contem- estas especies? 2 . * La evolución, emi-
sieur Acy, dirigidos á refutar las ideas anterior á la venida de Jesucristo,. poráneo de los grandes carniceros y gración y extinción de los referidos
del fundador de las edades paleolíti- como de lo dicho se infiere, y con ar- " paquidernos que constituyen la fauna tipos, ¿exigen los vastísimos períodos
cas, ya se expresa en otra forma. gumentos irrefragables prueba m o n - cuaternaria de Europa, y que actual- que se suponen? 3 . ¿Cuál es el espa-
a

«Las explicaciones de Mr. Acy, es- sieur Chabas , harto tiempo cierta-
2
mente ó no existen, ó se hallan con- cio transcurrido desde la extinción
cribe en Abril de 1880, después de mente dejamos á los referidos pue- finados en climas muy diversos. Bien completa de muchas especies hasta
insertar una larga carta que este s a - blos para que durante el milenario se atienda al tiempo transcurrido en nuestros días? La respuesta á estas
bio le había dirigido, refutando las anterior, ó algunos siglos de él, u s a - adquirir la fauna pleistocenaó cuater-tres preguntas nos dará la solución
ideas de Mortillet, me parecen decisi- sen solamente la piedra tallada, si es- naria todo el desarrollo que nos reve-del argumento que del campo de la
vas en lo concerniente al valle del que ha tenido jamás lugar en época lan sus restos; bien al tiempo necesa-Paleontología nos traen los amantes
Soma.» Por lo demás, Mr. Arcelin,
3
alguna. Porque el uso de pulir Ios- rio para verificarse la emigración y de la prehistoria. Procuraremos darla
tanto en uno como en otro artículo, instrumentos es muy natural, y así extinción de tantas especies; bien, con la mayor claridad posible.
dice que «el argumento arqueológico no puede suceder que exista largo finalmente, al inmenso espacio que Tres puntos se pueden considerar
por sí solo es absolutamente insufi- tiempo pueblo alguno sin pulirlos en nos separa de la extinción definitiva en la primera de las tres cuestiones
ciente,» y que «la sucesión entre las
4
alguna manera, siquiera sea imper- de muchos tipos no puede ponerse en propuestas. El primero es como sigue:
fectamente. Pero ya es tiempo de que duda que el hombre cuenta innumera- La simultaneidad de yacimiento en
• Citabas, Eludes sur Vanliquité, etc., pági- pasemos á examinar el tercer argu - bles siglos de existencia. L a coexis-los depósitos cuaternarios, ¿prueba
nas 548-549. mentó de nuestros adversarios, fun- tencia del hombre con los mamíferos la coexistencia'de las especies en el
1
La classificalion préhistorique, par Mr. Adrien
Arcelin; artículo publicado en la Revue des ques-
dado en los datos de la Paleontología, emigrados; el espacio que suponen la tiempo y en el espacio? Claro está que
tions scientifiqves, Abril, 1877, pág. 403. evolución, extinción y emigración de no:ljos fenómenos extraordinarios que
3
La classificalion archéologique appliquée a 1
Mr. Adrien Arcelin, en el artículo de AbriP muchas especies; el tiempo pasado se llevaron á cabo en el período cua-
Vépoque quaternairc, par Mr. Adrien Arcelin, en de 1877, Revue des quesl. scient., pág. 404. .
la citada fíeme de Abril de 1880, pág. 6 2 4 .
desde la extinción completa de otras, ternario, y el modo especial de obrar
Chabas, Eludes sur Vanliquité historique, ele.,,
s

4
La classificalion archéologique, etc., pág. 627. cap. VIII, páginas 158 y siguientes. son los tres argumentos generales sa- que por precisión debieron tener las
cados de la Paleontología para probar corrientes diluviales, removiendo los
la remotísima edad del género huma- terrenos por donde pasaban, arras-
no sobre la tierra. Veamos cuál es su trando los restos en ellos contenidos,
pretendida fuerza, examinando una alterando y mezclando cosas que per-
por una las cuestiones que en sí en- tenecían á muy distantes edades y re-
cierran. giones, prueban hasta la última evi-
La coexistencia del hombre con las dencia que la simultaneidad en el ya-
especies extinguidas ó emigradas com- cimiento cuaternario no lleva consigo
36
540 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA
EN O R D E N Á LA A N T I G Ü E D A D D E L HOMBRE 541
la coexistencia dicha.^Los aluviones, tes ó seguros. E s verdad que los hue- llega á la conclusión de que los tales en otros varios casos consta con toda
no sólo barren los objetos que encuen- sos de estos animales han sido halla- dientes deben estar fuera de su lugar, certeza haberse cometido fraudes de
tran en la superficie, sino que además dos en los mencionados depósitos, y en un yacimiento que no es el suyo esta especie, así en el presente como
abren grandes surcos en los lugares juntamente con elementos paleonto- propio. «Porque si no, escribe, ¿cómo en los pasados siglos '.
por donde pasan, y ejecutan un gran- lógicos ó arqueológicos humanos; pero es que se encuentran solamente mo- Pero, en fin, demos á nuestros ad-
de trabajo de erosión en las riberas de ya hemos visto en el punto anterior lares, y no esqueletos ó miembros versarios , aunque sea sin pruebas
los arroyos y en las partes salientes que esta simultaneidad no lleva ne- enteros? E n estas condiciones de es- irrefragables, lo que con tanta firmeza
que ponen obstáculos á su precipitada cesariamente consigo la coexistencia queletos ó de miembros enteros, es nos aseguran. Entre los mismos ca-
carrera. Con esto se ponen bien pron- de que vamos tratando. como se presentan, por regla general, tólicos no faltan autores verdadera-
to al descubierto los terrenos de dife- En opinión de Mr. Mortillet, «la 1
los vertebrados, y más particular- mente graves y respetables que dan
rentes edades, y son arrebatados por simultaneidad del hombre y de las mente los mastodontes, los rinoce- esta simultaneidad por un hecho cier-
las aguas torrenciales, que los dejan últimas especies extinguidas está am- rontes, los hipopótamos del valle del to y averiguado. Oigamos al sabio
mezclados y confundidos en otros lu- plia, sólida é irrevocablemente proba- Arno en terrenos verdaderamente geo- egiptólogo y naturalista Mr. Chabas
gares muy distantes, como si todos da con el descubrimiento de los pro- lógicos y depositados en su asiento explicarse sobre este asunto: «Las
ellos hubieran pertenecido á una mis- ductos industriales del hombre, mez- con regularidad, los baleanópteros y dudas, escribe, que podía dejar en pie
ma época y se hubieran hallado en clados en grande abundancia con los los sirenoides de las capas pliocénicas la presencia de huesos humanos ó de
una misma localidad antes de ser tras- restos de los animales extinguidos ó en las lignitas de Leffé, los antraco- objetos industriales del hombre en los
ladados. Además, muchas veces su emigrados en capas cuaternarias in- cerios de las miocénicas, los paleoce- terrenos movibles del cuaternario an-
cede que por la acción de los varios tactas y en los depósitos de cavernas nos del gipso, los saurios de los te- tiguo, han desaparecido por completo
agentes de la Naturaleza se corren las nunca removidos por nadie.» Pero, rrenos secundarios.» 1

con los descubrimientos, hoy día tan


tierras superficiales depositadas en las como observa sabiamente Moigno , a
Los que están por la simultaneidad numerosos, de estaciones donde los
vertientes de las montañas, y enton- ora hayan quedado intactos, ora nó, mencionada dicen que, además de esa restos de la primera fauna cuaterna-
ces aparecen otras de muy distintas los tales depósitos, todos ellos son coexistencia de yacimiento, hay otro ria se hallan asociados á huesos labra-
épocas, las cuales son arrastradas con terrenos de transporte, acarreados las argumento muy poderoso, cual es ha- dos, á pedernales tallados y á otros
gran furia con los aluviones que de más de las veces por las aguas, donde berse encontrado en algunos terrenos productos en que es imposible desco-
nuevo sobrevienen. Lo que hacen los por lo mismo la coexistencia en el cuaternarios dibujos de mammuths y nocer el trabajo del hombre. En la
corrimientos, ejecutan también los te- yacimiento no es señal infalible de la de otros animales coetáneos: lo cual, mayor parte de estas estaciones, prin-
rremotos, los levantamientos y hun- simultaneidad en el tiempo ó en el añaden , no ha podido hacerse sino cipalmente en las grutas, no se pue-
dimientos, y otras mil causas exis- espacio. Los materiales amontona- teniendo á la vista el animal delinea- de atribuir esta asociación á fenóme-
tentes en la Naturaleza, y señaladas dos por los ríos sumamente crecidos, do. Este argumento sería, en verdad, no geológico alguno posterior. E s
por los geólogos. Véanse sobre el por fuerza deben pertenecer á diferen- decisivo si pudiera probarse que los preciso, por consiguiente, reconocer
particular, entre otros, á Cuvier tes épocas geológicas, ordinariamente tales dibujos pertenecen realmente á como cierto, y nosotros ya lo hemos
Paul de Gervais y Philips , quienes
s 3
hablando; porque las aguas en tales la época que se les atribuye, y que no reconocido, que el hombre ha sido
tratan con más detención esta ma- casos, con su elevada altura, se e n - han sido trazados por algún falsario contemporáneo del mastodonte, del
teria. cuentran en el camino con capas de de nuestros tiempos. La perfección, mammuth, del oso y de la hiena gi-
El segundo punto se reduce á saber edades muy diversas. Esta es la causa empero , y valentía con que están gantescos, y de otras clases de ani-
si el hombre ha coexistido ó nó con por qué se suelen hallar en los tales hechos dan grandes motivos para sos- males ahora extinguidas. No está
tocias las especies cuyos restos apare-
terrenos dientes de estos animales, y pechar esto segundo; no son una obra menos comprobado que otros anima-
cen en los depósitos cuaternarios. E n no sus esqueletos. Dice muy bien á maestra en su género ciertamente, les todavía existentes han habitado,
el estado presente de la ciencia, difí- este propósito Mr. Barth. Gastaldi, pero revelan no poco aprovechamien- al mismo tiempo que el hombre, en
cil es probar con argumentos convin- citado por Mortillet en los Matériaux to en el arte de dibujar. ¿Cómo puede países donde al presente no aparecen;
centes ni una ni otra cosa. Los datos (t. III, p. 384), que, haciendo abstrac- compaginarse esto con los toscos pe- tales son el reno, el hámster, el antí-
con que se cuenta para resolver esta ción de los pedernales tallados con dernales y demás instrumentos de lope, el león, el canis lagopus, etc.
cuestión no parecen del todo suficien- que á veces se encuentran mezclados piedra meramente cascada, ó simple- »La comprobación de estos hechos
los dientes del elefante primitivo, y mente tallada, propios de aquellos no modifica en nada los datos de la
1
Cuvier, Les récolutions de ¡a sur/ace du globe, considerando á estos últimos bajo el tiempos, según el mismo parecer de
pág. 131. cuestión relativa á la antigüedad del
aspecto puramente paleontológico, se estos antropólogos ? JTanto más que
*' Paul de Gervais, Recherches sur Vanciennelé hombre sobre la tierra; todavía nos
de la période quaternaire, pág. 3C.
3 V. Pliilips , Addresse huiuq. d l'hislit. 1 Matériaux, lomo V, pág. 429.
<>/<., 1868.
1
Moigno, Les splealeurs de la fui. i V . M o i g n o , en el l u g i r e i t a i l o .
2
Les splcndeurs de la foi, tomo I I pág. 874.
542 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. 543

queda que investigar si la desapari- letos ni miembros enteros del m a m - •mámente han sido introducidos en no podrán conseguir jamás , porque
ción de ciertas razas animales impli- muth ó de los otros animales. Aunque •ellos más tarde por la mano del hom- consta precisamente lo contrario, s e -
ca necesariamente, ó nó, una larga se- todas estas especies extinguidas ha- •bre, ó por los agentes de la naturale- gún se infiere de lo que dejamos e s -
rie de siglos.» 1
yan coexistido con el hombre desde za, que han removido de nuevo los crito. Más arriba , en efecto , hemos
Hasta aquí el citado autor; sus úl- su primera existencia en el mundo, ó terrenos y los han dejado en un orden traído pruebas irrefragables sobre este
timas palabras nos indican el punto cuando menos desde el principio del .enteramente invertido. asunto , y hemos citado además en
capital de la cuestión. Antes de en- período cuaternario, producido proba- En resumen: de ¿odo lo visto en nuestro favor los nombres de respe-
trar en él, sin embargo, es preciso blemente por el diluvio mosaico, se- -esta primera cuestión se infiere que, tabilísimos geólogos , cuyas conclu-
que digamos dos palabras sobre el gún dejamos observado en otra par- habida consideración de los fenóme- siones científicas concuerdan perfec-
tercer punto, que, según tengo dicho, te no por eso deberán hallarse n e - nos pertenecientes al solo período cua- tamente con nuestras ideas. Uno de
se contiene en la que venimos t r a - cesariamente los huesos humanos en- ternario, nos es imposible saber con ellos, el ingeniero Belgrand , resume
tando. £1 punto es el siguiente: dado los aluviones más profundos. Estos, certeza si el hombre y los animales así sus completos y concienzudos es-
que el hombre haya coexistido con las naturalmente, deben contener en su susodichos han coexistido, ó nó, du- tudios sobre el Sena: «El relieve ac-
especies sobredichas, la contempora- seno á los objetos más pesados, cua- dante el mencionado período ú otro tual del álveo del Sena es debido á
neidad del hombre con estas especies les son sin duda los instrumentos de •cualquiera, y que esta nuestra igno- unas grandes corrientes de agua, pro-
ya extinguidas, ¿se extiende á todo el piedra usados á la sazón por el hom- rancia se extiende hasta no poder de- bablemente de muy corta duración, que
período de las mismas, ó sólo á su úl- bre, y los molares del mammuth; y terminar á punto fijo si los restos de han surcado el valle de arriba abajo,
tima época? Razones ciertas tampoco sólo más arriba, encima de los refe- las especies ya extinguidas y los ele- después de haber sido depositados los
aquí las tenemos para afirmar lo uno ridos objetos, pueden aparecer los mentos arqueológicos humanos se re- terrenos miocenos.» Chabas también
ni lo otro. Pero si atendemos por una huesos humanos, los cuales son rela- •fieren á animales y á hombres del resume los suyos sobre el Saona, d i -
parte á los pocos hechos bien é im- tivamente mucho más ligeros, y por referido período ó de una época más ciendo que «estos yacimientos no pue-
parcialmente observados que se pre- lo mismo, al ser arrastrados por las antigua. La razón de ello es porque los den remontarse más allá del año iooo
sentan para probar la contemporanei- aguas juntamente con los molares y aluviones juntan en uno objetos de antes de nuestra Era.» 1

dad de nuestra especie con los tipos los pedernales en cuestión, han debi- lugares y tiempos muy diversos; y Pero aún tenemos otra razón pode-
extinguidos, y por otra á la falta com- do quedar sobrepuestos á entrambos así ha podido suceder muy bien que rosa que tiende á confirmar esto mis -
pleta de huesos humanos en los alu- en el término de su carrera. los animales sobredichos estén sepa- mo , la cual se halla contenida en la
viones antiguos, parece bastante pro- A esto podríamos añadir que no es rados, en el tiempo de los hombres enunciación de la segunda cuestión
bable que el hombre no coexistió con del todo absoluta, según algunos, la llamados cuaternarios, por medio de que nos hemos propuesto tratar acer-
los referidos animales en los tiempos ausencia de huesos humanos en estos una gran serie de siglos , ó que unos ca del argumento paleontológico. E n
primeros de las mencionadas espe- lugares; pero nos abstendremos de y otros hayan vivido juntos, así antes efecto, esta proposición es la siguien-
cies; aunque, á decir verdad, este ar- aducir este argumento , porque la como después del diluvio. te: ni la evolución numérica , ni la
gumento, fundado en la ausencia de mandíbula de Moulin Quignon, ha- Pero para que no digan nuestros emigración y extinción de las espe-
los tales huesos, tampoco lo tenemos llada por Mr. de Perthes cerca de Ab- adversarios que andamos con ellos por cies cuaternarias , exigen un espacio
por concluyente. También los restos beville, en Francia, y otros objetos extremo rigurosos, démosles muestras de tiempo muy extenso ; antes bien
del mammuth y de los demás anima- semejantes que se alegan á este pro- .de verdadera generosidad concedién- las especies domésticas, cuyos restos
les cuaternarios hallados en los suso- pósito, tienen muy poco valor cientí- doles cuanto sin pruebas suficientes se hallan confundidos con los de las
dichos terrenos son de un valor in- fico; ya por ser considerados entre los tienen por cierto, á sabei: que el hom- otras llamadas cuaternarias, prueban
significante, por no presentar miem- sabios como supositicios y fraudulen- bre ha existido con las especies ya la corta duración del mismo. Comen-
bros enteros y por haber sido condu- tos ya también porque probabilísi- extinguidas del período cuaternario, cemos por la primera parte de esta
cidos á aquellos lugares por las co- desde el principio de dicho período. proposición. La evolución numérica
rrientes impetuosas de las aguas; y Véase lo que dejamos escrito sobre esle par-
1 •Con esto, empero, no habrán adelan- de una especie no es proporcional al
así, bien pudo suceder que el hombre ticular en el cap. X V I , al hablar del diluvio. tado nada todavía en el asunto de que tiempo en que se la quiera hacer exis-
coexistiera con las tales especies en La famosa mandíbula de Moulin Quignon, tir , sino á las condiciones de exis-
1

•vamos tratando, si no nos prueban al


que tanla materia did á las discusiones de los sa-
toda la duración de las mismas, sin bios los años pasados, puede ser ya considerada mismo tiempo que este período ha tencia en que se halla colocada. Si
que á los terrenos de aluvión antiguo como una moneda de mala ley, fraudulentamente sido de muy larga duración ; lo cual estas condiciones son favorables, en
hayan llegado huesos de hombre, introducida en el campo de la ciencia por quien, .breve tiempo puede adquirir un gran
ó deseaba adquirir con ella moneda verdadera, ó
como no han llegado tampoco esque- se quiso divertir á costa de los que andaban en bus- .sobre ella mi requiescat in pace en el Alhenaeum desarrollo. Buen ejemplo tenemos de
ca de hallazgos de esla especie. El doctor Evans, de 4 de Julio de 1869. No hay que tratar ya de
f Cimbas, Eludes sur Vanliquité, etc., capilu- en su obra intitulada: Ancient slone implemento, .este objeto.» V. Moigno, Les splendeurs de la foi, i Chabas, Eludes sur Vanliquité hisloriquc, etc.,
|u VIH, p a r . 5, páginas 566-507. pág. 617, decía el año 1872: «Yo ya he pronunciado lomo I I , páginas 864-768. páginas 518-519.
EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE. 545

esto , entre otros muchos que se pu- caza, ni hallando en otro género de tanto una gran multitud de aves ápte- nes, como vivía en tiempo de Julio
dieran aducir, en las especies domés- vida medios de subsistencia, no ha- ras y de grandes cetáceos, como cier- César '. Si el que vive hoy día no
ticas importadas en América por los llaremos ser necesario un gran es- tas especies de focas y de otarias ó puede pasar en Rusia del paralelo 63,
europeos. Los bueyes adquirieron en pacio de tiempo para la explicación leones marinos, serán del todo ani- esto no se debe sino á que sus proge-
aquellos países tan prodigiosas pro- del fenómeno que vamos examinando. quiladas por el hombre. Ni puede ser nitores siempre vivieron en las hela-
porciones en la propagación de su En menos de dos siglos , como lo menos, porque un solo buque ameri- das regiones del Norte, no sólo en
especie, que en pocos años se vieron ha demostrado Mr. Milne Edward en cano capturó en dos meses, el año tiempo de Julio César, sino también
inundadas de ellos las campiñas. Lo una memoria intitulada Rechcrches sur de 1 8 2 1 , unas veinte mil otarias en mucho antes. Buena prueba de ello
mismo sucedió con los caballos , los la faune ancienne de l'íle Rodrigues, y las costas de Patagonia. es el que en las Tongusas baja hasta
cuales, recobrado el estado de su pri- presentada por el célebre naturalista La rhytina, perteneciente á la fa- el paralelo 50, y aún más al Sur to-
mera libertad , se multiplicaron en á la Academia de Ciencias, una n u - milia de los sirenidos, y descubierta davía, y en América hasta el 45, ó
breve de una manera portentosa. Pero merosa multitud de especies vivien- en los mares del Norte en 174^1 ha sea á la misma latitud que ocupaba
no tenemos necesidad de recurrir á tes, así animales como vegetales , ha desaparecido en veintisiete años Si en la Sslva Negra al llegar á ella con
estos fenómenos para explicar la evo- quedado extinguida y casi en el estado el reno permanece hoy todavía en las sus legiones el sobredicho Emperador
lución que tuvieron las mencionadas de fósil *. Ocho ó diez siglos han bas- regiones boreales de Europa, esto se romano.
especies en los tiempos cuaternarios. tado para hacer desaparecer comple- debe á que el hombre ha juzgado más «En vista de esto, escribe Chabas,
Los restos de ellos hallados en los tamente al elefante de Mesopotamia, conveniente conservarle la vida que no será necesario hacer hipótesis muy
terrenos pertenecientes á aquella épo- acantonándolo en la región de la In- aniquilarlo; de otra suerte, ya hace atrevidas sobre las variaciones clima-
ca no indican que fuese á la sazón dia . En la isla Mauricio, próxima á
2
muchos siglos que hubiera perteneci- tológicas de Europa, ni sobre los
muy grande el número de sus indivi- la isla Rodríguez, de que acabamos do á las especies extinguidas. cambios de la especie animal, para
duos. Por consiguiente, bien podemos de hablar, y situada como ella en el Estos hechos sirven para probar la admitir que el reno ha vivido hace
p a s a r á la segunda parte de nuestro Océano Indico , desapareció el dronte suma brevedad de tiempo en que ha unos dos mil años á 49 y aun 44 gra-
aserto, relativa á la extinción y emi- en el siglo X V I I , y en una época en- podido ser llevado á cabo, con la dos de latitud en el Mediodía de Fran-
gración de las especies sobredichas. teramente reciente ha quedado extin- mano mortífera del hombre, así el ex- cia. Su emigración hacia el Norte en
Mas ¿qué pueden probar ni una ni guido el moa en Nueva Zelandia. Aún terminio completo de las especies veinte siglos no lo ha llevado más le-
otra en favor de la suma antigüedad más: el león, tan abundante en tiem- mencionadas, como el parcial; resul- jos que la suya al hipopótamo en siete
del hombre, cuando sabemos que en po de los romanos , que reunían cen- tando de aquí que, ó no existiesen ya hacia el Ecuador. Aclimatado en las
brevísimo espacio de tiempo han des- tenares de estos animales para los en parte alguna animales de esta regiones tropicales el hipopótamo, no
aparecido del globo faunas enteras, ó juegos del circo , ahora ha desapare- clase, ó quedasen acantonados en al- viviría hoy ya en las embocaduras del
emigrado á otro país, puesto en me- cido completamente de Europa, y en guna determinada región, donde, no Nilo sino mediante nuevos períodos
jores condiciones para la conserva- los lugares donde habita va merman- sufriendo una persecución tan viva de aclimatación, los cuales serían
ción de su existencia? Dos solos si- do cada día su número , merced á la por parte del hombre, se propagasen también indispensables para traer á
glos han bastado para que la fauna del acción destructora del hombre ; de libremente por espacio de varios si- nuestras regiones el reno polar.» •
2

África, perfectamente semejante á la suerte que no tardará mucho en des- glos con una constitución orgánica En efecto, el hipopótamo, que no
cuaternaria del Norte de Europa, des- aparecer por completo , si no se pone acomodada tan sólo á aquel determi- pasa hoy día del grado 19 de latitud,
apareciese merced á la influencia del especial cuidado en conservarlo. E s t o nado país. Esto es lo que ha sucedido era cazado por los antiguos egipcios
hombre civilizado. Cuando los colo- mismo sucederá bien pronto á la ba- con el reno y con otros linajes de ani- en las lagunas del Bajo Egipto; y en
nos ingleses llegaron al Cabo de Bue- llena , que en tiempo de San Alberto males que en los tiempos pasados tiempo de Abd-el-Latif vivía todavía
na Esperanza , habitaban todavía en Magno se veía perseguida por los pes- ocupaban una área de habitación mu- en el brazo de Damieta. Otro tanto
aquellos^países el león, el elefante, el cadores en el Estrecho de la Mancha, cho más dilatada que la presente, y sucede al cocodrilo; hoy no pasa
rinoceronte , el anta y otros mamífe- y ahora se halla arrinconada en los que ahora se hallan contenidos en lu- del 27 paralelo, mientras que hace
ros que ahora ya han desaparecido.j helados mares del Norte , próxima á gares más limitados, siendo ésta la unos treinta siglos habitaba en las
Aunque los salvajes del Norte hayan perecer por completo. Desde ahora causa de que algunos digan que han bocas del Nilo.
empleado en la destrucción de las es- mismo se puede prever la época, dice emigrado. Si el reno no hubiera sufri- Aún más: en tiempos históricos
pecies mencionadas, no dos siglos, ni Mr. Alfonso Milne Edward , en que do en Francia y Alemania la perse- abundaba Macedonia en leones, au-
doce, sino veinte, ó sea dos mil años, cución que allí le acarreó la muerte, rochs y osos, así como también en
que harto concederles es para obtener 1
Véase sobre esto la obra de Hamard, Eludes hubiera vivido ahora en estas regio-
el mismo objeto, no teniendo en todo critiques. Supplement, etc.. pág. 66. 1 César, De bello yallico, lib. VI, cap. XXVI.
2
Chabas, Eludes sur Vanliquité, etc. Slations « V. la Revue des Deux Mondes, 1866, t. LX1V, 2 Chabas, loco cítalo, Stalions préhisloriques,
ese tiempo otro oficio que el de la préhisloriques, pág. 576. pág. 221. pág. 570.
546 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA UN O R D E N Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE. 547
boas la Calabria; y ahora estos ani- ternarios antiguos, son una señal i n - geognósticos sobre los cuales estable- cia, en las del Norte de Italia y de
males se hallan confinados á otras re- equívoca de la data reciente de estos ce este sabio su cálculo cronológico Austria, en los alrededores de Odessa,
giones. Y para citar un ejemplo to- animales. Efectivamente, las especies en orden á los restos orgánicos de las en Alemania y hasta en la misma Si-
davía más reciente, apenas se han domésticas indican un estado social cavernas, yo no puedo llegar sino á beria.» 1

pasado dos siglos desde que los habi- bastante avanzado en el hombre que este resultado: es preciso admitir que Estos descubrimientos notados por
tantes de Aulas obtenían de su señor las propaga, por confesión de nues- los restos de los animales domésticos Steenstrup y Dupont, no sólo indican
permiso para cazar en los Cevennes tros mismos adversarios; y siendo las suben hasta la misma época, y que, la edad reciente de los depósitos cua-
(Francia) el ciervo, el jabalí, el oso, mismas que ahora poseemos, revelan por tanto, los pueblos del mammuth y ternarios en cuyo seno han sido halla-
el lobo, etc. '. Por lo cual se ve cuan una época separada de la nuestra por del reno han poseído también la ma- das las especies extinguidas ó emigra-
infundadamente exigen los partida- un espacio de tiempo tan breve, que yor parte de nuestros animales domés- das de que vamos tratando, sino que
rios de la prehistoria una inmensa no puede contar sino, cuando más, ticos, ó han podido procurárselos de además quitan á nuestros adversarios
multitud de años para la extinción algunos cuantos miles de años. Ahora los pueblos vecinos, por ejemplo, ro- un arma á que se les ha visto recurrir
universal ó local de las especies lla- bien; juntamente con las especies lla- bándolos. Mas de cualquiera manera con gran frecuencia para confirmar
madas cuaternarias. Basta que el madas cuaternarias han aparecido en que los animales domésticos hayan sus propias ideas. Esta es la multipli-
hombre se empeñe en ello, y se empe- los yacimientos más antiguos gran llegado á sus manos, la presencia de cidad de edades sucesivas que solían
ña siempre que de su acción destruc- multitud de nuestras especies domés- estos restos en las cavernas prueba, á establecer en las faunas antiguas, de
tora reporta alguna utilidad notable, ticas. El buey, el carnero, el puerco, mi ver, que la civilización del período la misma manera que en la industria
para que en breve tiempo acabe con la cabra, la oveja, etc., han sido ha- del mammuth y del reno no puede en de los hombres correspondiente á cada
las fieras que habitan en la comarca llados en estos depósitos al lado de modo alguno tener la fisonomía que una de ellas. La edad del mammuth,
donde él ha querido fijar su residen- las otras especies en cuya extinción se le atribuye, ni ir tan allá como se la edad del oso gigantesco, la edad
cia. Por eso se dice, con razón, que á ó emigración pretenden fundar nues- supone.» del reno, puestas una en pos de otra
medida que en un lugar van aumen- tros filósofos flamantes la remotísima A esto responde Mr. Dupont (loco por los paleontólogos Lyell, Lartet,
tando las especies domésticas, dismi- antigüedad del hombre. Oigamos á £Ítaio, pág. 2 1 1 ) : «Es cierto que afir- Lubbock, Dupont y otros, han venido
nuyen las salvajes; porque el hombre los señores Steenstrup y Dupont dis- mar la existencia en Bélgica de cin- á confundirse en una sola por hallarse
no halla interés, sino por el contrario currir sobre esta materia: «Entre los cuenta y dos especies de mamíferos juntos en unos mismos yacimientos
muchos inconvenientes en que sigan huesos, objetaba el primero de ellos durante una misma época, la época los restos de los animales pertene-
viviendo, y aun procura darles caza al secundo en el Congreso de Bruse- del mammuth; declarar que junta- cientes á todas ellas; como hemos
hasta que llega á extirparlas por com- las de 1872 (Compte-rendu, pág. 211), mente con las especies hoy día exis- visto refundirse también en una sola
pleto. Y esto cabalmente es lo que nos entre los huesos que, juntamente con tentes en este país habitaban otras todas las edades arqueológicas, ha-
cuentan las historias de los pueblos, los de los antiguos paquidermos, han veintiocho, cuyos tipos genéricos ó llando la piedra con toda su varie-
envueltas á veces en las ficciones de sido extraídos de las capas pertene- específicos no viven ya, ó viven sólo dad de formas asociada á los metales
la fábula. De Hércules y otros héroes cientes á las edades del mammuth y en regiones distintas, es plantear un en una gran multitud de estaciones
antiguos se escribe que limpiaron la del reno, á las délos restos de cocina problema de geografía bien extraño, y reputadas prehistóricas. Oigamos á
tierra de monstruos, y lo mismo se y de la piedra pulimentada, se en- evidentemente de los más complica- Mr. Fraas explicarse sobre este asun-
dice de otros personajes históricos. cuentra un número bastante conside- dos. Sin embargo, estos son hechos to en los siguientes términos. «Háse
Estos monstruos no eran sino las fie- rable de los que caracterizan á los ani definitivamente demostrados, cuya hablado, dice, de la época glacial, de
ras alimañas que infestaban las co- males domésticos, como el buey, la explicación debemos intentar sin atre- la edad del elephas antiqutts, del mam-
marcas, y que, por consiguiente, al cabra, la oveja, el puerco. Yo, por mi vernos á negar su posibilidad.» Más muth, del reno. Esto se habrá visto
entrar en ellas el hombre, debían des- parte, no he podido hallar distinción adelante, en la pág. 225, hace exten- quizás en Francia, m a s e n Alemania
aparecer bajo el influjo de su mortífe- alguna entre estos huesos y los de las sivo Dupont este fenómeno á otros no sucede así: allí no hay ni edad del
ra acción, como seres dañinos que especies actuales, ni cuando los exa- muchos puntos de Europa, diciendo: mammuth, ni edad del oso ni edad
estaban continuamente poniendo en miné durante mi permanencia en Bél- <No se debe perder de vista que la del reno. Todos estos animales vivían
grave peligro su vida. gica, ni cuando más tarde comparé fauna llamada de la edad del mam- y eran comidos por el hombre en la
Pero hemos dicho además que las mis notas con las colecciones de Co- muth, y que comprendía en Bélgica misma época. Sus restos están mez-
especies domésticas, con las cuales se penhague. E n presencia de estos ha- más de cincuenta y dos especies de clados en la gruta de Hohlenfels, y
hallan mezcladas en los depósitos cua- llazgos, que para mí son hechos zooló- mamíferos, no era especial á nuestra lo que allí falta es la fauna moderna:
gicos, y en presencia de estas estrati- región. E s cosa sabida que se la en- el ciervo, la bicerra, el carnero, etc.
1
Cazalis de Fondouce, Derniers temps de l'age ficaciones en las cavernas, que son cuentra en los aluviones exteriores y
de la pitrre polie dans l'Aveyron, pág. 72. (Citado para nuestro amigo Dupont hecho* 1 Moigno, Les splendeurs de la foi, tomo I I ,
por Chabas, loco cítalo, pág. 570 ) en las cavernas de Inglaterra y Fran- pág. 880.
548 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. 54f>
Se ha hablado de pedernales cuater- opina que el mammuth y el león han A todos estos ilustres sabios ale- completa del elefante del Asia Central
narios. ¿Qué es eso? Bien se puede ver debido subsistir aun en el período his- manes hay que añadir el gran egip- y Occidental, no muy diferente del
en Bélgica que no ha faltado la vaji- tórico, en tiempo de los germanos y tólogo y no menor naturalista fran- mammuth, llevada á cabo en tiempos-
lla en los tiempos del reno y del mam- de César.» Luego trae, á renglón se- cés Mr. Chabas, quien para probar posteriores á Totmes I I I , de la deci-
muth, y que las cosas han pasado allí guido, el testimonio de otro natura- precisamente esta verdad ha com- moctava dinastía egipcia, y otros ar-
como en Alemania y en Francia.» ' | lista alemán, Mr. Thomé, nada sos- puesto y publicado un libro cuyas pá- gumentos no menos poderosos, son
Estas palabras de Mr. Fraas, y las I pechoso de clericalismo, el cual con- ginas han sido con frecuencia citadas las razones principales en que funda
que á este propósito escribe el P. Haté firma plenamente las ideas de este en este escrito. Al tratar especial- la reciente extinción del mammuth,
en el artículo que acabamos de citar, [autor. «He aquí, escribe, cómo juzga mente sobre esta materia, nota muy del oso de las cavernas y de otros
nos ponen en camino para resolver la otro sabio al Dr. Fraas en la Revue bien el distinguido autor que «ni la animales, moradores en otros tiempos
tercera de las tres cuestiones propues- trimestrielle des sciences naturelles, p u - masa de tierra caída con que estaba de varias regiones de Europa.
tas al comenzar el examen del argu- blicada por la redacción del periódico cubierta la entrada de las grutas de Nada menos que ciento veinte
mento paleontológico. ¿Cuál es el es- científico La Gaea.n ( T . I, Histoire Rully y de Germolles, donde han sido elefantes, dice un oficial del sobredi-
pacio, decíamos entonces, transcu- Iprimitive, p a r T h . (Thomé), 1873.) «Á hallados los restos del mammuth y cho Rey, cazaron de una vez en el t e -
rrido desde la extinción completa de Mr. Fraas, dice, pertenece la gloria del oso gigantesco, asociados á los del rritorio de Nínive, según se halla es-
muchas especies hasta nuestros días? de haber sido el primero en combatir reno, ni el espesor del terreno de crito en una inscripción de Egipto de
Desde luego se advierte que no ha- con razones científicas y con grande transporte que existe ante estas gru- aquellos tiempos, citada por el referi-
biendo existido sino en la imagina- fuerza las teorías exageradas que ten- tas, exigen gran multitud de siglos do escritor , para que se vea lo abun-
1

ción de los afiliados á la escuela dían á hacer muy anteriores á la a u - para su formación:» á lo cual añade dantes que eran entonces en aquella
1

moderna sucesión alguna de edades rora de la historia de Asiría y de que «en Chassey, para recoger las región estos animales. Y no se crea
paleontológicas, ni arqueológicas, el Egipto los productos de industria ha- hachas bruñidas, las hermosas flechas que sólo Nínive los criase; porque,
tiempo transcurrido desde que pere- llados en las cavernas (pág. 121).» aladas y la variada vajilla de tierra, como observa muy bien el mismo
cieron por completo ciertas especies En cuanto á sus conclusiones, añade pertenecientes, sin género alguno de autor á este propósito, en la inscrip-
llamadas cuaternarias, no puede ser el P. Haté: «Mr. Thomé las adopta duda, á la época céltica ante-romana, ción «no se nos señala la región de
muy grande. E l doctor Fraas es de enteramente diciendo que al presente se cava hasta sesenta ú ochenta cen- Nínive como último límite, sino s o -
parecer que todavía vivían en Alema- no es ya posible dudar que los caza- tímetros de profundidad, y á veces lamente como un punto sobre el cual
nia en tiempo de Julio César. «En dores de renos de las cavernas de todavía más.» Observa en seguida era entonces común el elefante; pu-
2

1860, escribe el P . Haté, * Mr. Fraas Suabia, y generalmente de la Europa que «á esta misma profundidad apare- diéndose, por consecuencia, inferir le-
descubrió en el Hohlenfels, caverna Central, hayan vivido en una época cen delante de las gradas de Rully y gítimamente de este hecho que dicho
del valle del Ach, en Suabia, peder- que presentaba en otras regiones del de Germolles los restos del mammuth, animal penetraba á la sazón hasta
nales de forma reciente, y pedazos de globo Estados ya regularmente cons- del oso de las cavernas, del reno, etc., el Tauro, y probablemente hasta las
vasijas mezclados con una grande tituidos, con una civilización avanza- y que no es necesario cavar más hon- riberas del Mar Negro, y aun hasta
cantidad de huesos, todo en la misma da. Con mucha más razón es preciso do en Solutré.» Finalmente, después las orillas del Mediterráneo , en la
s

capa. Los huesos, algunos de los cua- decir esto mismo de la edad que nos de advertir que «en todo caso, ni el re- Alta Siria, en el Asia Menor, en la
les llevan señales evidentes de percu- ha dejado los kjokkenmoddingos, los lleno de las cavernas, ni el levanta- Armenia, etc.» Por lo cual , con 1

sión, hicieron claramente reconocer j restos sepultados en los turbales y en miento del suelo costanero obedecen á razón, podemos suponer que los tales
la fauna del mammuth y la del reno. las construcciones lacustres. Podemos leyes fijas, no siendo, por lo mismo, elefantes pertenecían á la misma va-
Así, los habitantes del Achthal vi- proclamarlo muy alto: las datas a t r i - posible hallar en ellos señales cronoló- riedad de mammuth, porque el ele-
vían con el mammuth, el reno, el buidas en los principios á estos obje- gicas que ofrezcan el más mínimo viso fante en las regiones frías necesita de
oso de las cavernas, el león, etc. A tos no han sido sino una colosal fan- de certidumbre,» ' pasa á otro género un buen manto velloso que lo proteja
pesar de esto, el sabio osteólogo no tasmagoría (pág. 128).» Así el ale- de reflexiones que puedan arrojar una contra los rigores del invierno, corno-
cree que su emigración á Alemania mán arriba citado, nada sospechoso luz más viva y esplendorosa sobre este vemos haberlo poseído el mammuth,
suba más arriba de mil años antes de de clericalismo. Lo mismo ha opinado asunto. Las emigraciones recientes de y las regiones que acabamos de n o m -
la E r a cristiana. Por lo demás, él Mr. Schaafhausen, uno de los más algunos animales , la desaparición brar eran sumamente frías en aquella
distinguidos naturalistas de Alema- época; tanto que, aun mil setecientos
nia, en el Congreso de Antropología años más tarde, en tiempo de Ovidio,.
1
Véase sobre esta misma materia un excelente 1
Chabas, Eludes sur Vantiquilé historique, etc.
articulo del I*. Halé, publicado en los Eludes de celebrado en Salzburgo (Austria) r e - Slations préhisloriques. pág. 567.
1875, livraison d'Avril, páginas 545 y siguientes. cientemente.
1 1
í d e m , ibid. 1 Chabas, Eludes sur Vantiquilé historique, pá-
* Eludes religieuses, etc., loco cítalo, pág. 501, 3
í d e m , ibid. gina 568.
nota. 1 V. La Controverse, Janvier, 1882, pág. 60.
4
ídem, ibid., pág. 568. J
ídem, ibid., pág. 575.
550 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE. 55E

una gran parte del Mar Negro se he- miento, que si el mammuth no vive simple variedad, y éste era también hipopótamo, ya hemos observado que
laba de suerte que podían caminar todavía en el globo, no debe hacer el juicio del gran naturalista Blain- por los tiempos de Abd-el-Latif vivía
sobre él los hombres á caballo, y aun muchos siglos qne ha desaparecido de ville. Ahora bien; los osos duran toda- en Egipto, en el brazo de Damieta, es
ios mismos bueyes con sus carros '. él, porque tal conjunto de circunstan- vía en Asturias, en los Pirineos, en los decir, más al Norte del 30 paralelo.
o

Ciertamente, cuando se considera cias no permite juzgar otra cosa. Alpes y en Francia; además, nume- Bien pudo ser que en los tiempos
que los huesos del mammuth se en- Tanto más, que el reno y el uro ó rosos documentos atestiguan que se cuaternarios ocupase una área de ha-
cuentran asociados á los de nuestras buey primigenio, pertenecientes á los conservó en los Vosgos y en Alsacia bitación más extensa, existiendo en
especies domésticas, así en Alemania mismos tiempos de este animal, h a - hasta el siglo XVIII. La mayor cor- Europa y en la India algunas varie-
como en Bélgica, Francia, y sobre bitaban la Selva Hercinia en la época pulencia le debió provenir sin duda al dades de este animal, acomodadas á
todo en Inglaterra, como consta de lo de Julio César, como con argumentos oso de las cavernas del mayor salva- las condiciones topográficas del país,
que llevamos escrito, y de los testi- irrefragables lo prueba Hamard, en el jismo de los lugares en que habitaba, como sabemos haber sucedido esto
monios de Lyell y de Southall ; Suplemento á sus Estudios críticos de
3 J
de la mayor libertad que entonces mismo con el mammuth, que es una
cuando se atiende al hecho incontes- Arqueología y del uro hay que a ñ a - disfrutaba, y de las otras circunstan- simple variedad de la especie elefan-
table de que los yacimientos de los dir además que su existencia se pro- cias de lugar y tiempo que pudieron tina, según opina Blainville, y no una
mismos son, no sólo los terrenos an- longó en las Galias hasta entrada la contribuir á un desarrollo especial de verdadera especie aparte . Después,
1

tiguos, sino también los de data muy Edad Media, y quizá hasta el fin de todos sus miembros; circunstancias la persecución viva que sufriría por
reciente, como el leehem de nuestros ella, pues hacen mención de él, en el que duraron ciertamente por todo el parte del hombre acabaría con estas
valles, y los aluviones relativamente siglo VI, como de un animal existente Norte de Europa, inclusas las Galias, variedades, quedando solamente la
modernos de nuestros ríos; cuando se á la sazón, San Gregorio de Tours y en todo el tiempo anterior á la Era que ahora existe en el Nilo.
advierte que en los depósitos aurífe- Venancio Fortunato. Cario Magno lo cristiana y-áun durante algunos siglos
ros de California han sido hallados los cazó en 805 en la Selva Negra ; y 2
.de ella.
' Hamard, Eludes critiques, ele., páginas H
restos de este animal, juntamente con consta, de numerosos testimonios r e - Finalmente, por lo que respecta al y siguientes.
los del mastodonte, asociados á obje- cogidos por Gérard, ' que en Alemania
tos de industria humana tan notables duró, juntamente con el bisonte ú
como los morteros con sus manos orochs, lo menos hasta el siglo XVIII.
correspondientes, las cucharas de es- Lo que acabamos de escribir del
teaíta, las puntas de lanza, los anillos, mammuth lo podemos asegurar en la
flechas y agujas de piedra, etc., y que misma forma del rinoceronte, insepa-
en la Luisiana estaban dos pies más rable compañero del elefante en todos
abajo que las hachas de piedra, que tiempos. «La historia, escribe H a -
las horquillas de madera, que los mard, permanece muda en orden á la
restos de cuerda, y que los fragmen- presencia de este animal en nuestras
tos bien conservados de un cesto de regiones; pero la Arqueología nos lo
caña *; cuando se piensa, finalmente, ha mostrado, como al elefante, en
en los mammuths enteros y frescos las tierras heladas de Siberia, t o -
-que nos ha revelado en este mismo davía revestido de su carne, de su piel
siglo la Siberia, y en los muchos y del manto que lo defendía del
huesos de cuadrúpedo que existen en frío.» *
el Norte de América sobre la superfi- En cuanto al oso de las cavernas,
cie, todavía despidiendo olor y recien- su diferencia de los actuales no se
temente despojados de su carne, bien funda sino en la talla: era más corpu-
se puede asegurar, con pleno asenti- lento que los de ahora, lo cual no e s
razón para que lo consideremos como
i Ovidio, lib. III, Trislium, eleg. 1 0 . de especie distinta, sino como una
' Lyell, Principes de Géologie, Irad. franc.,
ionio I , pág. 710.
3
Southall, The receñí origin of man, 187o, 1 Hamard, Eludes critiques, etc. Supplément,
pág. 32o. etcétera, páginas 173 y siguientes.
4
Comptes-rendus du Congrés préhist. París, 2 Eckhart, Franc. orient., capí I I , pág. 3 2 .
18G7, páginas 100-101 (citado por Chabas, Elu- 3 üérard, Essai d'une faune lúslorique, p. 383.
des, pág. 572.) * Hamard, loco cítalo, páginas 172-173.
E L CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN ORDEN Á LA A N T I G Ü E D A D DEL HOMBRE. 553

ticular de sus costumbres se siguió, zas, cuando pueden ser simples varie-
por consiguiente, lo peculiar de su fiso- dades de una misma?. En las mismas
nomía, creándose con esto la distin- razas hoy día existentes es muy difí-
ción de razas, que cada vez se fueron cil determinar la forma predominante
asentando más y más en algunos, y del cráneo, teniendo tanta multitud
CAPÍTULO XXXIX diversificándose en otros, según el de individuos en quienes se pueden
modo de vida que cada uno de ellos tomar las medidas; ¿y por unos cuan -
llevaba, constante y uniforme, ó múl- tos cráneos que se han descubierto en
tiple y vario, en los lugares donde los terrenos cuaternarios, muchos de
C O N C L U Y E LA M A T E R I A R E L A T I V A A LA A N T I G Ü E D A D D E L H O M B R E . moraba. Las razas asentadas desde ellos mutilados y casi del todo infor-
D I S C Ú T E N S E LOS A R G U M E N T O S ANTROPOLÓGICOS DE LOS P R E H I S T Ó R I C O S . largos siglos tienen profundamente mes, ya se quiere concluir resuelta-
CRONOLOGÍA DE LA BIBLIA
grabada en su seno la acción que la mente que en tal ó cual región ha ha-
naturaleza ha ejercido en ellas siem- bido esta ó aquella variedad de razas?
pre en un mismo sentido; y así no es Seamos más justos apreciadores de
tan fácil convertirlas en otras, como las cosas, y miremos los objetos con
si se las hubiera tomado en sus prin- lógica más severa. Cuando más, se
cipios. podrá decir que entre los hombres de
¿^¡^/ENGAMOS ya al cuarto y último otros puede parecer algún tanto favo- A pesar de todo esto, sabemos que la época cuaternaria existía probable-
cyy/¡¡g argumento de nuestros adver- rable á sus ideas, esto no proviene varios pueblos, con la mudanza de mente una raza de dolicocéfalos y otra
sarios, sacado de la craneología com- sino de que no se pone la debida costumbres y trabajos, han transfor- de braquicéfalos. Pero poner entre
parada. Sobre él poco tenemos que atención en la naturaleza así de los mado grandemente su fisonomía en ellos nada menos que seis razas dife-
•observar, habiendo refutado en los hechos como de las causas que los corto número de siglos.: ¿Cómo, pues, rentes por cuatro huesos humanos que
capítulos antecedentes las ideas dar- producen. se podrá decir que en un princi- han sido hallados en los depósitos de
winianas ó evolutistas que le sirven Una vez formados los tipos, no es pio, cuando no había estas dificul- aquella época, nos parece exageración
de principal apoyo, y habiendo pro- tan fácil transformarlos como cuando tades que vencer por parte de la na- exorbitante.
bado en ellos, con hechos positivos, todavía no ha sido determinada la turaleza con respecto á los tipos que Por lo que toca á los de la nueva
pertenecientes tanto al reino animal acción de la naturaleza, haciéndole había de crear, no los pudo formar en escuela, que fundan la suma antigüe-
como al humano, que se pueden muy seguir alguna dirección partioular. brevísimo tiempo, puesta en conve- dad del género humano en la teoría
bien formar las razas en un corto nú- Cuando un río no tiene madre y corre nientes circunstancias? de la evolución, y en consecuencia
mero de siglos. Mr. de Quatrefages, al acaso por cualquier lugar que se le t Además, Mr. de Quatrefages exage- hacen progresar lentamente al cráneo
que tan hermosamente ha combatido presenta, entonces es cosa fácil mar- ra notablemente las cosas para hacer del mono hasta que llegue á la per-
en sus escritos las doctrinas de Dar- carle una dirección determinada, más razonable su doctrina. Dice que fección del cráneo humano de los eu-
win, aquí, al tratar de la antigüedad abriéndole un cauce que lleve encajo- ya en la época cuaternaria se advier- ropeos, después de haber recorrido, en
del hombre, parece que se olvida de nadas sus aguas sin permitirlas diva- ten tres razas principales, de dolico- la infinita serie de los siglos, las eta-
sí mismo, y asienta que la multiplici-' gar por otras partes; pero una vez céfalos, braquicéfalos y mesaticéfalos, pas del negro bozal y del malayo,
dad de razas en el g'énero humano no abierto este cauce, y ahondado más y y luego otras sub-razas comprendidas citaremos solamente las palabras
se puede explicar sin un desarrollo más con el proceso de los siglos, se entre estos tres extremos. Todo esto de Mr. Chabas, que ponemos á conti-
lento é insensible, ejecutado por el necesitan no pequeños trabajos para es puramente hipotético: los huesos nuación. «Se hace memoria, escribe,
hombre en un número incalculable de hacerle tomar otra vereda. ^Las razas que se han encontrado en los depósi- de la importancia atribuida á la man-
años. Así es que llega á admitir sin se formaron prontamente en los des- tos cuaternarios no son suficientes díbula de Moulin-Quignon, á la de
dificultad alguna hasta el hombre ter- cendientes de Noé con los diversos para formular proposiciones de esta la Naulette, á los cráneos de Engis,
ciario. Este proceso lento, sin em- usos y costumbres que introdujo en especie. La dolicocefalia, la braqui- al de Neanderthal, el más bestial de
bargo, en la formación de las razas ellos la dispersión por todo el globo. cefalia, la mesaticefalia y las otras todos ellos; no se han echado en ol-
humanas, es para este sabio una mera Después, cada familia fué tomando formas craneanas intermedias, las ha- vido tampoco las ardientes discusio-
suposición á priori, y nada más. De sus costumbres propias, acomodadas llamos hoy día en individuos de una nes sobre la perforación de la cavidad
Quatrefages no la prueba con argu- á las condiciones topográficas del te- misma raza. ¿Con qué derecho, pues, olecraneana del húmero. ¿Qué es lo
mentos científicos, ni puede probarla rreno donde por elección ó por nece- se puede afirmar que los cráneos ha- que ha salido de todo esto? Aprecia-
tampoco, porque la experiencia le es sidad le había tocado vivir durante llados en los referidos depósitos per- ciones contradictorias sobre los crá-
contraria en muchos casos; y si en algún espacio de tiempo; y á lo par- tenecen á personas de diferentes ra- neos en cuestión; dejar fuera de com-
554 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD D E L HOMBRE. 555

bate el de Neanderthal; averiguar que obligarnos á abandonar la cronología Setenta intérpretes, y aun en la actua- que esotro de la cronología, el saber
la perforación del olecrano no es en 1
vulgar, constantemente seguida délos lidad le conserva este mismo aprecio. si han pasado tantos ó cuántos años
manera alguna un carácter monesco, sabios hasta este siglo, y que el estu- Ahora bien; entre la Vulgata latina de- después que tuvo lugar la catástrofe
ni aun siquiera un signo de inferiori- dio diligente y concienzudo de todas clarada auténtica por el Concilio Tri- del diluvio, ó después que fué criado
dad de raza. Después vino la cuestión estas cosas va, por el contrario, disi- dentino y la Versión de losSetenta, hay el primer hombre, importaba muy
magna de las razas braquicéfalas y pando de día en día entre los hombres no pequeñas diferencias en materia de poco para que fuésemos muy santos
dolicocéfalas, resuelta en el sentido doctos y prudentes los fantasmas de cronología. Aún más: según la crono- y muy perfectos en esta vida.
de que los cráneos de los monos pre- antigüedad maravillosa señalada en logía de la Vulgata, el diluvio sucedió Y á esto también sin duda debe
sentan uno y otro carácter; de que ni estos últimos tiempos al género h u - unos 2.500 años, y la creación del atribuirse el que la Sagrada Biblia no
la longitud ni la anchura del cráneo mano por los amigos de la prehistoria. hombre unos 4.200 a. de Jesucristo; y contenga una cronología propiamente
influyen en las facultades mentales, y Pero aun cuando hubiéramos de re- según el Martirologio romano, Jesu- dicha. Sólo se dice en ella que tal ó
de que, en definitiva, puede haber bajo nunciar á aquella para dar á los días cristo nació en Belén «5.199 después cual patriarca vivió tantos años, y que
este aspecto más semejanza entre un ya transcurridos del humano linaje de la creación del mundo y 2.957 ^ "es
á tal edad engendró á tal hijo, sin
dolicocéfalo y un braquicéfalo que una extensión de ocho ó diez mil años pues del diluvio.» Sin embargo, uno dársenos jamás un número total que
entre dos individuos del mismo índice y aún más, si fuere menester, por r e - y otro libro están aprobados por la comprenda todo el tiempo transcurri-
craneoscópico *. Además de esto, se clamarlo así con absoluta imperiosidad Iglesia, la cual no juzgó conveniente do desde la aparición del primer hom-
puede acudir en tal cuestión á la cien- los hechos ciertos de la historia del reformar estas cifras del Martirologio bre hasta un determinado aconteci-
cia antropológica para verla contrade- hombre no por eso nos pondríamos cuando declaró auténtica la Vulgata. miento de la historia. Para tener una
cirse y rectificarse á sí misma. Toda- en pugna con las enseñanzas de la Sa- Y es que la Iglesia sabe muy bien cronología basada en la Biblia, es pre-
vía conviene seguir sus evoluciones y grada Escritura, como se imaginan que en estas cosas no relacionadas ni ciso formarla sumando las diferentes
examinar sus descubrimientos. Si las los enemigos de nuestra sagrada Reli- con el dogma ni con la moral, los li- partes de tiempo en que cada uno de
sepulturas exploradas por el señor gión, ni ésta quedaría convencida de bros sagrados han podido sufrir algún los individuos allí nombrados vivió
doctor A. Baudin, en Angy (Oise), haber abrazado algún error en sus detrimento, así en el original hebreo antes de tener hijos. De esta manera
no hubieran sido clasificadas con una creencias. Esto es lo que vamos á d e - como en las versiones griega y latina, han calculado los cronólogos cristia-
certeza absoluta en la época merovin- mostrar ahora brevemente, cumplien- por descuido de los copistas é intér- nos la edad del género humano, sien-
gia, ¿qué cementerio tan admirable de do lo que tenemos prometido sobre pretes. El Espíritu Santo ha inspira- do, empero, tan poca la seguridad que
razas salidas de los primates no se este asunto. No necesitaremos cierta- do las Sagradas Escrituras para que han podido obtener en sus procedi-
hubiera visto en esta reunión de es- tamente escribir largas páginas para nos sirviesen de norma segura en el mientos, que la diferencia entre unos
queletos de cráneos dolicocéfalos con conseguir nuestro intento. camino de la salvación, enseñándo- y otros resultados ha llegado hasta
protuberancias superciliares muy sa- Supongamos que, en efecto, nada nos las verdades de la religión y de la 2.343 años nada menos. En efecto:
lientes, senos frontales desarrollados hemos dicho en las páginas preceden- moral, y por lo mismo ha cuidado en unos ponen entre Adán y Jesucristo
y prognatismo, que presentan la fiso- tes; supongamos que los defensores todos tiempos la integridad de las 3.968 años, y otros 6.311. Y esta di-
nomía bestial de las viñetas aquí del hombre prehistórico hayan de- mismas en este punto. Mas en lo per- ferencia que se advierte en la totali-
copiadas?» 3

mostrado ya, ó lleguen á demostrar teneciente á la cronología, que es una dad del tiempo transcurrido desde
un día, la existencia del hombre en cosa muy secundaria en orden á la Adán hasta Jesucristo, reina también
Lo que hasta aquí llevamos escrito
tiempos muy anteriores á los admiti- vida eterna, no ha sido necesario este en varias cantidades parciales de este
en este capítulo nos demuestra que
dos por la cronología vulgar. ¿Habrá cuidado; porque importaba muy poco mismo tiempo; lo cual da bien clara-
ni las exigencias históricas de los
resultado con esto algún verdadero que se conservase ó no íntegro el texto mente á entender que en la Biblia, tal
pueblos, ni los fenómenos de la geolo-
conflicto entre la ciencia y la Religión primitivo en esta parte. Así también como ha llegado hasta nosotros, no
gía, arqueología, paleontología ó cra-
católica? No, ciertamente; porque ni la Iglesia, al declarar auténtica la tenemos un cronómetro seguro para
neoscopia estudiados con tanto ardor
la Iglesia ha determinado nada sobre Vulgata latina, no ha definido que se medir con toda exactitud los años que
hasta el presente, son bastantes para
la edad del género humano, ni la E s - halle encerrado en ella con perfecta nuestros antecesores han llevado so-
1
Olrcrano (úi/á/.p«vov) es la cabeza salienle
critura en esto nos habla en términos exactitud el mismo número de años bre la tierra.
del hueso del cudo.
tan precisos que no podamos ampliar que fué escrito en el original primiti- Añádase á esto que, como observa
- De dus hermanos que han logrado alcanzar un
puesto elevado en las ciencias exaclas y que se ase- la cronología hasta aquí comunmente vo por los inspirados autores de las Reusch con Reinke (Beitriige zur
mejan en lodos sentidos, el uno ha sido hallado
recibida, sin oponernos á sus divinas Santas Escrituras, sino que se ha con- Erkliirung des A. T., I, I), «en mu-
por Mr. Pruner-Hey, compás en mano, decidida-
mente dolicocéfalo. y el otro maicadamente bra- enseñanzas. La Iglesia ha tenido tentado con decir que existe su inte- chos lugares es claro y manifiesto que
quicéfalo. (Nota del mismo Chabas.) siempre en grande estima la Versión gridad en lo relativo á los dogmas y á los textos de la Biblia no han sido
3 Chabas, Eludes sur l'antiquilé, etc. Slations
griega del Pentateuco hecha por los la moral. Esto era lo que hacía al caso, conservados en su integridad, por lo
préhistoriques, páginas S8i-o'86.
37
556 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD DEL HOMBRE. 557

que respecta á la cronología, y que ciese siempre el mismo número ca- intitulada L'dge du monde et de l'hom-actualmente por el texto hebreo. Pero
muchas datas han padecido alguna torce; así también el mismo Moisés, me (páginas 66-67), ^ice c o n
él en si la ciencia llegase un día á demos-
alteración;» lo cual hace muy creíble al escribir en un principio las genea-
1
estos términos: «Silvestre de Sacy trar la necesidad de reconocer en los
que esto mismo haya sucedido á otras logías, y más tarde otro cualquiera era ciertamente excelente j uez en las días pasados del género humano a l -
muchas cifras del texto hebreo, cuya al transcribirlas, pudieron llevar el cuestiones que al presente nos ocupan. gunos siglos más de duración, bien
variación nos es desconocida. Nada marcado propósito de reducirlas á Ninguno de nuestro tiempo le ha tranquilos podemos concedérselos, en
más fácil, ciertamente, que este géne- nueve ó diez generaciones principa- igualado en el estudio comparativo la cantidad que fuere necesario, sin
ro de alteraciones; varias letras del les, haciendo caso omiso de otras de las lenguas y literaturas semíticas. temor de causar el más mínimo per-
alefato hebraico tienen grandísima menos importantes ó indignas de ser T a n t o más convencido del carácter juicio á la autoridad de las Santas
semejanza entre sí, y por lo mismo contadas por los pecados de los com- divino de la Biblia, cuanto más per- Escrituras; porque la oscuridad del
aun los más diligentes copistas han prendidos en ellas. Así, San Mateo, fecto conocedor, así de la Biblia mis- sagrado texto es mucha en esta parte,
podido escribir una en lugar de otra, en su genealogía, omitió de intento ma como de la historia profana, no y la conducta constantemente obser-
variando de este modo, sin intentarlo, tres generaciones; porque, como con pensaba, sin embargo, que se debiese vada por la Iglesia en este género de
las cantidades significadas con ellas; San Jerónimo escribe el Angélico Doc- nadie inquietar por defender la crono- materias es dejar opinar á sus hijos
pues los hebreos, como otros muchos tor Joram se había mezclado con el li-
1
logía bíblica. Y una de las razones de la manera que mejor les pareciere.
pueblos, en la numeración se servían naje de la impiísima Jezabel; y por la que daba, á lo que se dice, para cal- Así vemos que ha dejado correr li-
de letras. misma causa es omitida por San Juan mar á los cristianos que se turbaban bremente la poco fundada sentencia
Y no sólo poniendo una letra por en el Apocalipsis la tribu de Dan en con este motivo, era que para las de Alfonso el Sabio, que ponía entre
otra, más aun suprimiendo varios la lista de los escogidos pertenecien- épocas primitivas no hay cronología Adán y Nuestro Señor Jesucristo seis
nombres y fechas, sin pensarlo, pu- tes al pueblo hebreo bíblica.» 1
Nosotros no iremos tan mil novecientos ochenta y cuatro
dieron dar origen los amanuenses á la Por estas y otras razones seme- adelante como estos escritores en ta- años, al paso que ninguna palabra de
alteración del texto primitivo. E n al- jantes escribió hace ya algunos años, les afirmaciones; bástanos observar censura ha tenido tampoco para el
gunos capítulos que se componen de con juiciosísimo criterio, el ilustre n a - que en la Biblia puede haber algún ilustre veneciano del siglo XVI, Luis
nombres y de fechas casi en su tota- turalista P. Bellynk, de la Compañía vacío en la cronología de los.Patriar- Lippomano, quien reducía este espa-
lidad, esto puede suceder con la ma- de Jesús, las siguientes palabras: «No cas . 2
cio de tiempo hasta tres mil seiscien-
yor facilidad del mundo, sobre todo hay cronología en la Biblia (antes de Véase, pues, si estando así las co- tos dieciséis, es decir, á menos de la
cuando la integridad en esta parte no Abraham). Las genealogías de n u e s - sas por parte de la Iglesia y de la E s - mitad '. v

ofrece grande interés al que hace la tros sagrados libros, de donde han critura en orden á la cronología, ten- La prudencia dicta, sin embargo,
copia. Aún más: no es inverosímil sido sacadas varias series de fechas, dremos algo que temer-contrario á que mientras no se nos traigan razo-
que las listas genealógicas descritas presentan á veces vacíos. ¿Cuántos nuestra sagrada Religión en ningún nes más poderosas en contrario, per-
por Moisés fuesen mucho más largas son los anillos que faltan á esta cade- tiempo. En el estado actual de la manezcamos firmes en la cronología
de lo que al presente aparecen en la na interrumpida? Es imposible saber- ciencia no hay razón todavía sufi- seguida hasta aquí por los cronólogos
Biblia, y que posteriormente hayan lo. Bien puede, por tanto, la ciencia ciente para que extendamos la crono- cristianos. Esta cronología está basa-
sido reducidas de intento por alguno atrasar el diluvio cuantos siglos le logía vulgar, dando al género huma- da en fundamentos nada desprecia-
que sólo quiso conservar los nombres sean necesarios para explicar sus fe- no una edad mayor que la que halla- bles, y tiene en su favor, además de
más principales. En el capítulo XI nómenos.» 3
mos en la Versión de los Setenta in- los innumerables sabios que han bri-
del Génesis el texto griego trae la «Mucho antes que el P . Bellynk, térpretes, ó sea unos ocho mil años. llado en los siglos pasados, el respe-
generación de Cainán, padre á los 130 escribe á este propósito Mr. Cosquin Aún más; ni siquiera nos vemos pre- tabilísimo derecho de la prescripción;
años, la cual no se encuentra en los después de haber citado las mencio- cisados á hacerla pasar de seis mil, que también entre las doctrinas reina
otros. Como San Mateo en la genea- nadas palabras, uno de los más ilus- apartándonos de la Vulgata; porque este principio, como nota sapientísi-
logía de Jesucristo contó los ascen- tres sabios de este siglo, Silvestre de ningún monumento geológico, ni ar- mamente nuestro Balmes.
dientes del Salvador de manera que S a c y , manifestaba la misma opi- queológico, ni histórico, nos lleva con Finalmente, si otra razón no tuvié-
en las generaciones comprendidas en- nión.» * Y apropiándose unas palabras certeza más allá del tiempo marcado ramos para salvar la cronología bíbli-
tre Abraham y David, entre este gran del P . Valroger, que toma de su obra ca y poner nuestra sagrada Religión
Rey y la transmigración de Babilonia, .Mr. Emmanuel Cosquin, en la Revue des ques-
1

tions scientif., Janvier, 1880, pág. 286.


en buen recaudo contra los ataques de
entre esta transmigración, finalmen- 1 S . Thom., 3 , q. 31 a. 3 ad 4.
!
Todas estas reflexiones que acabamos de ba- la impiedad, diríamos que Moisés en
te, y el nacimiento de Cristo apare- S_. Juan, Apocal., cap. V I I .
5
eer sobre la cronología sacada de los libros santos, el sagrado texto cuenta solamente la
3 Eludes relig., Avril 1868, pág. 5 7 8 . las hace también el sabio y prudente Vigouroux en
* Mr. Emmanuel Cosquin, en la Rente desques- el primer tomo de su Manuel liiblique, números 314 1 Reon, Estudios de. Cronología universal, par-
1 Housch, loe. XXXI, páginas 540-541. lions scientif., .lanvier, 1880, pág. 2 8 6 . y siguientes. te primera, til. I V , cap. II, pág. 114.
558 EL C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A E N O R D E N Á L A A N T I G Ü E D A D D E L HOMBRE.

historia de la especie humana proce- Wiseman, con otros católicos, en or-


dente de Adán y Eva, sin proferir una den á la vida de los demás vivien-
sola palabra sobre los otros seres ra- tes que poblaron el mundo en las eda-
cionales que hayan podido habitar en des geológicas; lo mismo podríamos
nuestro globo antes que tuviese prin- sospechar nosotros en orden á otra
cipio la serie de las generaciones pre- generación de seres racionales distin-
sentes. E l sagrado texto no se opone ta de la nuestra. El tohu vabohu del
á que hagamos esta suposición; antes primer capítulo del Génesis nos ofre- C A P Í T U L O XL
podríamos apelar á él para sospechar cería suficiente fundamento para ello.
que en épocas anteriores á la nuestra Pero no hay ninguna necesidad de
estuvo poblado el mundo por otros se- apelar á este recurso extremo; baste
EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL PODER CIVIL
res racionales que parecieron antes de el haberlo indicado solamente para
Adán, sin que éste ni otro alguno de advertir á los enemigos de la R e -
los hombres hoy día existentes sobre velación que se fatigan en vano e s -
el globo se hallen unidos con ellos por forzándose por sacar mentirosas las-
medio de un vínculo genético. Esto enseñanzas de nuestra Religión a d o -
es lo que sospechó el sabio cardenal rable. ^ E X P L I C A D O ya el origen del género dos crearon la autoridad; que ésta,
humano , resta tratar ahora del por consiguiente, debe considerarse
poder social con que los hombres son como una obra meramente humana, y
gobernados y tienden juntos á la con- los gobernantes como unos puros fun-
secución del fin que les dio la natura- cionarios públicos y ministros de la na-
leza. Aquí también la falsa ciencia, la ción, la cual sola es esencialmente so-
ciencia impía y atea, que pretende berana y puede derrumbar los tronos
desterrar del mundo la idea de Dios, á su antojo, despachando á sus go-
clama furiosa contra el Catolicismo, bernantes como despide un amo á sus
porque esta sagrada Religión enseña criados.
que la autoridad civil y política vie- La Iglesia católica, por el contra-
ne de Dios, y que, por tanto, no es rio, ha condenado enérgicamente esta
lícito oponerle resistencia en lo que doctrina, enseñando, con San Pablo *,
legítimamente manda. Nada más co- que todos deben estar sujetos á las auto-
mún entre los filósofos panteístico- ridades legítimas, porque toda potestad
materialistas de nuestros días, que de esta especie viene de Dios, y siendo tal,
negar el origen divino de la autoridad está ordenada por el mismo Dios; por
y erigir en principio la Revolución, ó donde el que resiste á las potestades legí-
sea el derecho de rebelarse contra las timas hace resistencia á la ordenación di-
autoridades legítimas, las cuales son vina y se merece con ello la condenación
consideradas como simples depen- eterna. Como se ve, entre aquella
dientes del pueblo soberano. No se ciencia impía y revolucionaría y la
quiere que Dios entre para nada en el Religión católica existe, en efecto, ver-
gobierno de los hombres; se sostiene dadero antagonismo; mas esta oposi-
que éstos vivieron al principio en un ción, lejos de amenguar la grandeza y
cierto estado de naturaleza salvaje, dignidad de nuestra sagrada Religión,
departiendo con las fieras sus coher- la realza, por el contrario, y la enno-
manas; que luego se reunieron en so- blece. Antes no sería religión verda-
ciedades por mera comodidad y por dera si aprobara tamaños desatinos.
un acto libérrimo de su voluntad, al En efecto: la filosofía áque nos referi-
•modo que un comerciante, por ejemr mos no profiere tan horribles abomi-
j)lo, se hace miembro de una sociedad
mercantil; que los hombres así reuni- * Rom., c a p . ' X I I , versículos i - 2 .
5G0 E L CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL PODER CIVIL. 561

naciones sino porque juzga, con Prou- sus horrores; las fuentes del abismo uno goce de los honores, de las rique- y en los males sin cuento que acom-
dhon, que Dios es el mal, y establece, están próximas á abrirse para hundir zas, del fausto y de la abundancia en pañan para siempre á la perversidad
con Hobbes y Rousseau, que la mora- en sus infernales aguas á los morado- las elevadas regiones del poder, mien- del vicio. Ella nos anima á despre-
lidad es una cosa puramente conven- res de la tierra. L a Revolución está tras otros gimen en la miseria y arras- ciar lo presente y á arrostrar las m i -
cional entre los hombres. Está visto; ya tocando el último término de su tran desheredados una vida vil, pobreserias de esta vida breve y pasajera,
la sociedad moderna respira ateísmo carrera. Comenzó en Lutero, mani- y trabajosa, • se ha considerado como fortaleciendo nuestro corazón para
por todas partes; no hay error de al- festó la impetuosidad de su juventud el mayor de cuantos monstruos han que se levante sobre sí mismo, y as-
guna consideración en ella, que no en Voltaire y Rousseau, y ahora ame- aparecido sobre la tierra. La nivela- pire , por medio de las buenas obras,
presente, bajo una ú otra forma, el naza en su edad madura atar á su ción, pues, absoluta y general, el anar- á la corona inmarcesible de la gloria.
ateísmo que la consume. A esto lla- triunfante carro el mundo entero con quismo más completo han sido su Ella robustece la debilidad del pobre,
man nuestros flamantes sabios el espí- la franca y abierta profesión del ateís- fruto espontáneo. Sin Dios, sin res- esforzándole á resignarse en sus tra-
ritu de la época, la tendencia marcada mo y con la inmunda y bestial deifi- peto al orden moral, sin esperanza en bajos y miserias, con la esperanza de
de la sociedad actual. Si á la profesión cación de la carne. la otra vida, ¿qué pueden hacer los ver coronada dentro de muy breve
franca y abierta de esta infernal doc- He aquí la consecuencia natural y hombres sino proclamar con todas tiempo su perseverante paciencia en
trina llegara algún día el género hu- espontánea de haber querido desterrar sus fuerzas la guerra contra todo pri- el reino de los cielos; al paso que
mano, ¡desgraciada humanidad! Este á la Divinidad de las sociedades. La vilegio, contra toda superioridad, con- ablanda la dureza del rico excitándole
día habría traído á los hombres un idea de Dios y de la moralidad funda- tra toda autoridad, contra toda fuerza á ser misericordioso y liberal con los
horror semejante al descrito por el da en sus santísimos preceptos es tan que tienda á contener el desborda- necesitados , para hallar luego en la
gran profeta de Idumea; horror es- necesaria á las repúblicas humanas- miento brutal de los instintos más gloria centuplicados sus tesoros. Ella
pantoso que habita en la región de las corno el agua al pez y á nosotros la aviesos, de las más bajas pasiones? predica la obediencia fiel y respetuosa
tinieblas, y no permite otra cosa en atmósfera que nos rodea. Los procla- ¡Ah! ¡Cuánto deben las humanas á las autoridades legítimas en lo que
el mundo sino devastación y anarquía. madores del ateísmo se han empeña- sociedades á la Religión católica por legítimamente ordenan , al mismo
Una sociedad de ateos es una manada do en sacar á la sociedad de este su haberse ella opuesto con tanta firme- tiempo que inculca á éstas la estric-
de fieras que rugen furiosas y van vital elemento, y la sociedad, en con- za y tesón al torrente devastador de tísima obligación que les incumbe de
corriendo por todas partes buscando á secuencia, se desorganiza y va en- estos principios infernales! Sin el Ca- guardar la justicia con los ciudada-
quien devorar. Una sociedad de hom- trando en un estado de corrupción y tolicismo, el mundo civilizado no sería nos , y de procurarles con diligencia
bres que tienen los preceptos del De- muerte, cual se desorganiza el pez en la actualidad sino un vasto montón aquel grado de felicidad y bienan-
cálogo por una mera convención hu- cuando se le saca fuera del agua. Ne- de ruinas, formado por los salvajes de danza que la misma naturaleza les
mana, está muy pronta á deshacerse gada la existencia de Dios por los la incredulidad, mucho más feroces y impele á buscar en el estado social.
de todos ellos, proclamando en su lu- ateos metafísicos, y hecha abstracción desoladores que los antiguos bárbaros Ella condena, finalmente, la rebelión
gar los usos y costumbres del mono completa de ella en el gobierno de la del Norte. Ella fué en otro tiempo la en los subditos, y advierte á los sobe-
para llevar una vida semejante á la sociedad por los ateos políticos, de- más indestructible barrera contra los ranos que sobre todas las potestades
suya y volver al salvajismo de los fensores del ateísmo legal, la morali- ímpetus asoladores de aquellas hor- de la tierra existe un Poder sumo y
tiempos antiguos. Ya estamos oyendo dad se ha quedado sin fundamento das sanguinarias, ignorantes y em- absoluto , el cual les ha de pedir un
el clamoreo de estos hombres sangui- que la sustente, y ha comenzado á brutecidas; y ella lo está siendo tam- día cuenta estrechísima de sus accio-
narios, que miran muy cercana la ser considerada por los hombres como bién al presente contra los ataques nes, juzgando á las mismas justicias.
presa, y se acuerdan de los magníficos un mero objeto de conveniencia, ó co- de la Revolución descreída , materia- Sentadas estas saludables y conso-
festines, celebrados hace casi un siglo mo una cosa de mera urbanidad re- lizada y atea. Esta Religión sacro- ladoras doctrinas, la Religión católica
por sus progenitores los discípulos de clamada por las leyes variables de la santa es la que mantiene firme , en levanta con razón su voz poderosa en
Voltaire y dé Rousseau. Ya se agitan moda. Con esto la ley santa de Dios medio de este naufragio universal de el mundo , diciendo á cuantos gozan
nuevamente para sepultar en un lago es conculcada por muchos, maltrata^ las verdades filosóficas.Uos saludables la dicha de tenerla por maestra: Toda
de sangre á la Europa entera, como da vilmente y mirada como un vano principios que sirven de asiento á la alma esté sometida á las potestades supe -
sepultaron el siglo pasado á la des- espantajo que nos ha legado la crasa sociedad , sin los cuales nada puede riores; porque no hay potestad sino de
venturada Francia. Ya se sienten de ignorancia y las necias preocupacio- existir entre los hombres sino con- Dios; y las que son de Dios, son ordena-
nuevo los gritos de los jacobinos, que nes de nuestros mayores. fusión , horror y espantosa carnice- das. Por lo cual el que resiste á la potes-
suspiran con ardor diabólico por el ría. Ella nos enseña á creer en la tad , resiste á la ordenación de Dios. Y
Mirada desde este punto de vista la
pronto advenimiento de la liquidación existencia de Dios, en su providencia los que le resisten , ellos mismos atraen
moralidad, la idea de vivir los hom-
universal. L a irrupción de los bárba- universal, en los bienes imperecederos sobre sí la condenación. Porque los prín-
bres sujetos á unaautoridad cualquie-
ros modernos nos amenaza con todos de la otra vida, reservados á la virtud, cipes no son para temor de los que obran
ra ha parecido muy disforme: el que
562 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL PODER CIVIL. 563
lo bueno , sino lo malo. ¿Quieres tú noriedad y la tiranía en los gobernantes. contenida en el mismo orden natural, hombres están clamando á voz en
temer á la potestad? Haz lo bueno, y Inútil parece nos detengamos á en términos que no es lícito á los cuello todos sus instintos y propieda-
tendrás alabanza de ella. Porque es mi-demostrar la verdad de todas estas hombres el destruirla y vivir en so- des naturales. El estado de sociedad
nistro de Dios para tu bien. Mas si doctrinas para hacer ver en ellas que ciedad sustraídos á su benéfica in- política es necesario á todos los mor-
hicieres lo malo, teme; porque no en vano
la Religión cristiana, lejos de tener fluencia, cual si no fuera uno de los tales, así para el completo desarrollo
trae la espada. Pues es ministro de Dios;
conflicto alguno con la ciencia al pro- elementos sociales este principio or- de sus potencias intelectuales como
vengador en ira contra aquel que hacefesarlas,
lo no enseña sino lo mismísimo denador á cuyo cargo se halla enco- para la fácil consecución del alto y
malo. Por lo cual es necesario que leque con sus luces naturales demues- mendada la guarda del bien público. elevado fin á que están destinados
estéis sometidos, no solamente por la ira,
tra la verdadera filosofía. Ya el in- Nada de sobrenatural profesan en esta por su propia naturaleza. Una familia
mas también por la conciencia '. comparable Balmes las ha desarro- parte; lo que hacen, sí, es confesar aislada no puede cultivar por sí sola
Nada más sabio, ni más grande, ni llado , con la claridad y profundidad que Dios, por boca de su Apóstol, se todas las artes necesarias á la vida; y
más verdadero al mismo tiempo, que propias de su talento, en su obra i n - ha dignado enseñarnos gratuita y libe- así necesita para este objeto, entera-
esta admirable doctrina de nuestra mortal El Protestantismo comparado con ralmente, para bien nuestro, aquello mente natural, ponerse en relación
Religión sacrosanta. E n ella está en- el Catolicismo, á quien parece ha que- mismo que por medio de nuestra pro- con otras varias que la ayuden con
cerrado todo cuanto de noble y subli- rido imitar, en contrario sentido, el pia razón podemos descubrir nosotros sus esfuerzos é industria, dando con
me puede encontrar con su propia positivista Draper en su infamante mismos en la esencia íntima de las esto principio á un cierto consorcio
razón la humana sabiduría. E n ella libelo intitulado Los conflictos entre la cosas. Ahora bien; ¿se quiere ver que de familias, donde el bien particular
se enseña el origen divino del poder ciencia y la religión, probando con ello la doctrina de la Iglesia en esta parte esté subordinado al bien común, y
civil y el verdadero fundamento del una vez más que el diablo siempre es conserva perfectísima armonía con donde este segundo sea procurado por
derecho que tienen los gobernantes la mona de Dios, como dijo sabiamen- los dictámenes de la más sana razón todos de común acuerdo, como un
legítimos en las humanas sociedades te Tertuliano. Indiquemos , empero, natural? E n verdad que no es difícil verdadero complemento del primero.
para hacer guardar en ellas el orden siquiera algunas razones para hacer- satisfacer este deseo. Bástanos para Además, la facultad misma del habla,
y armonía, sin los cuales no podrían las palpables á todo el mundo, pre- ello demostrar las dos proposiciones dada por la naturaleza á cada hom -
subsistir. Al enseñar la Iglesia á los sentando brevemente los fundamentos siguientes: 1 . El hombre por su propiabre, revela muy á las claras esta n a -
a

hombres que la autoridad política en que se apoyan. •naturaleza está inclinado á vivir en so- tural condición de que vamos tratan -
viene de Dios , fuente suprema de En primer lugar, la divinidad de ciedad, ó sea, la sociedad civil no es unado. El habla no ha sido dada por Dios
todo orden y de toda armonía , ya al origen atribuida por la Religión cató- creación meramente humana, un ser ac- al hombre para que converse con los
subdito no se le hace humillante é lica á la autoridad civil es una verdad cidental formado por el mero capricho yárboles ó departa con los animales,
ignominioso sujetarse por medio de sencillísima, que hasta por los más libre albedrío del hombre, sino una crea- sino para que se sirva de ella como de
la obediencia á otro igual suyo ; por- ignorantes puede ser entendida. Se ha ción divina, un ser natural, encerradoinstrumento en la transmisión de sus
que en esto no obedece el hombre al metido mucho ruido en el siglo pasa- en el plan de la Providencia de la misma ideas, siempre que, ó por conveniencia
hombre , sino el subdito al ministro do declamando contra el derecho divi- manera que los demás seres naturales ódel por necesidad, haya de tratar con
de Dios. Con esto queda desterrada no de los reyes, como si la Iglesia mundo universo. 2 . La autoridad civil
a
sus semejantes. Los animales también
del mundo la abominable ley del más enseñara que éstos son una cierta es- ¿s una propiedad natural é innata de este tienen su especie de lenguaje con que
fuerte, ese principio bárbaro y sal- pecie de divinidades infalibles é im- ser colectivo, y por consiguiente entra se comunican mutuamente los afectos
vaje , propio de los bandidos y de las pecables , enviadas del cielo por el también en el plan divino, juntamente y las sensaciones agradables ó peno -
fieras, pero proclamado naturalmente mismo Dios para tener á los pueblos con el ser á que pertenece; ó, como dicesas;la pero este lenguaje no es verda-
por los secuaces de la revolución ma- bajo su dominación soberana y gober- Escritura , es una ordenación divina,deramente palabra, porque ño expresa
terialista y atea. E n las enseñan- narlos á su antojo en nombre suyo. contra la cual no se puede ir sino yendoidea alguna universal en que se halle
zas sobredichas se designa además el Pero en esto, como en otras cosas, al mismo tiempo contra el mismo Dios.contenido un bien común, capaz de
blanco adonde deben mirar en todas no se ha hecho sino calumniar á la Este es el origen divino del poder, mover á todos los individuos de la
sus leyes y demás actos gubernativos Religión de Jesucristo, la cual en esta profesado por los católicos. Pues bien; misma especie y apto para constituir
los representantes de la autoridad , á parte se limita á confirmar lo estable- ¿qué persona medianamente instrui- aquel vínculo común que da origen á
saber: el bien general de la nación, cido por la misma ley natural, sin da; ó, para hablar con más exactitud, la unidad de tendencia en las ver-
no el particular suyo propio ó de a l - poner ninguna nueva obligación á los qué hombre sensato, aun destituido daderas sociedades. La palabra del
gunas personas determinadas, con lo hombres. Así es que cuando dicen los de todo género de letras, no advierte, hombre es el vehículo del pensamien-
cual quedan condenadas la arbitra- católicos ser la autoridad civil de á primera vista y sin discurso alguno, to, el ropaje exterior de la idea; el
origen divino, no pretenden significar la evidencia de estas dos proposicio- vínculo común, por consiguiente, des-
i Rom., cap. XII, versículos l - o . con esto otra cosa sino que se halla nes? Por la vida social de todos los tinado á juntar á los hombres en uni-
564 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA TOCANTE AL PODER CIVIL. 565-

dad de aspiraciones y de tendencias y ejercitando las virtudes políticas ciudadanos cuando con sus virtuosos I ciedad se hace imposible. En la s u -
para la consecución de un bien cono- que reclaman las leyes de una bien esfuerzos se esmeran en fomentarlo, puesta hipótesis, la voluntad de los
cido y querido por todos. ordenada república. Así es que un que ponga orden y armonía, finalmen- ciudadanos tendrá ciertamente uni-
Los filósofos del siglo pasado se hombre separado del consorcio social, te, en todas las operaciones sociales, formidad en el buen deseo de procu-
dieron á imaginar un cierto estado de como dice sabiamente Aristóteles, es ¿cómo es posible que la sociedad po- rar el bien común y de poner en prác-
naturaleza anterior al estado social, y un verdadero monstruo, ya sea en lo lítica consiga su fin propio y peculiar tica, para conseguirlo, aquellos medios
semejante al de los brutos que andan bueno, ya en lo malo; es decir, ó un de hacer felices á los ciudadanos? que parezcan más convenientes; pero
errantes por los bosques sin orden ni ángel por sus virtudes extraordinarias ¿Cómo es posible que ni aun subsista en la elección determinada de estos
concierto, con el perverso fin de for- y nada comunes á la generalidad de siquiera, y no perezca como una nave medios nacerá por fuerza entre ellos
mar una sociedad sin Dios, basada úni- los mortales, ó un demonio por sus puesta en medio de las olas sin gober- una discordancia indecible, teniendo
camente en las libres voluntades de los vicios detestables y costumbres faci- nalle y sin capitán que la dirija? Los uno por nocivo ó inútil lo que á otro
hombres. El Contrato social de Rous-nerosas, que le hacen digno morador hombres miran por lo común á sus parece muy conducente al bien común
seau fué su idea favorita, y de él se de las selvas y celoso émulo de los particulares intereses; cada uno tiene y á la prosperidad pública. La inteli-
sirvieron como de palanca poderosa animales salvajes, con los que se com- sus aspiraciones propias y peculiares; gencia del hombre es de su propia
para derrumbar los tronos de los reyes, place en habitar, cual si fuera uno el bien público les mueve muy poco, condición muy limitada, y de esta li-
que habían sido asentados en las eda- de ellos. lo que buscan es lo suyo propio, y des- mitación nace el que los hombres,
des pasadas sobre los saludables ci- De todas estas consideraciones y graciadamente, para conseguirlo, se aun con la voluntad mejor dispuesta
mientos del principio cristiano. Pero de otras muchas que se pudieran adu- valen de medios muchas veces repro- en cuanto al fin y en cuanto á la elec-
con todos los encomios ardorosos, cir, se infiere con toda evidencia la bados por la sana razón y enteramen- ción general de los medios convenien-
prodigados en sus escritos á este no- verdad de la primera proposición por te contrarios á la bienandanza de la tes para obtenerlo, discrepen grande-
bilísimo estado de libérrimo salvajis- nosotros enunciada, en que decíamos república. ¿Qué ha de suceder, pues, mente en cuanto á la elección prác-
mo, jamás se les vio abandonar la pe- ser el estado de sociedad civil una en una sociedad donde no exista nin- tica y concreta de estos mismos me-
sada vida de las ciudades para volver- cosa verdaderamente necesaria para guno encargado de procurar el bien dios. Lo que á uno parece bueno y
se á los montes, de donde habían ve- la generalidad de los hombres, y por común poniendo en práctica los me- útil, al otro se le representa como
nido sus abuelos, y llevar en ellos muy consiguiente ordenada y dispuesta en dios convenientes para conseguirlo? perjudicial y dañoso; y así se verifica
á su sabor la vida solitaria y salvaje, los planes del Criador; de suerte que Que los ciudadanos no reportarán de que en toda reunión de hombres, aun
dictada por la madre naturaleza. La el vivir á lo salvaje, al modo ideado la sociedad las utilidades y ventajas animados de los mejores sentimientos
fuerza de ésta podía más en ellos que por el filósofo ginebrino, lejos de cons- que buscan en ella por impulso de la y deseos, haya tantos pareceres cuan-
todas sus declamaciones; y así, contra tituir un estado de verdadera natura- naturaleza; que con esto comenzarán tas son las cabezas: quot capita, tot
todas sus teorías, se quedaban entre leza, es enteramente contrario áella, á odiar tal género de vida, y que por sententiae.
sus semejantes, atraídos de la suavi- y por consiguiente reprobado por las fin se irá cada uno por su camino. No Vese, pues, con toda evidencia que
dad que se experimenta en el trato leyes de la sana prudencia. existiendo en la sociedad alguno que la sociedad necesita para la ordenada
con los de su misma especie; y aun No aparece menos claro lo que de- procure de oficio, con atenta y cons- realización de sus actos públicos y
procuraban huir de los pueblos peque- jamos escrito en la segunda, afirman- tante diligencia, el bien de la multi- comunes, y para que pueda tender
ños para engolfarse en los goces y do que la autoridad es una cosa nece- tud, éste bien no se conseguirá jamás; eficazmente al fin propio de su natu-
placeres del gran mundo, á pesar de saria á la república, y como tal orde- y esto traerá, como último y natural raleza, una fuerza ordenadora seme-
que nada hay más contrario á su ima- nada también por Dios en el acto de resultado, la disolución total del cuer- jante á nuestra razón individual. P o r
ginario estado primitivo que esta in- querer criar al hombre para el estado po político. eso la autoridad política es llamada
mensa reunión de gentes. social y político. Digamos algunas Fuera de esto, aun cuando supusié- comunmente por los filósofos razón
Esa es la causa por que se nos hace palabras sobre este particular, aunque ramos entre los hombres la mejor vo- social, en contraposición á la razón
tan difícil y penosa la vida aislada y en verdad de suyo es bien claro y no luntad del mundo, lo cual ya se ve que particular de los individuos humanos,
solitaria, cuando por cualquiera razón necesita de muchas explicaciones. Sin es una hipótesis prácticamente absur- Y si esta fuerza es necesaria al indi-
tenemos que pasar algún tiempo se- un principio ordenador que tenga á da, habiendo siempre tantos díscolos viduo moral, llamado república, como
parados del comercio de nuestros se- su cuidado la guarda del bien público, y malvados en todas las sociedades es necesaria la fuerza intelectiva al
mejantes. La naturaleza nos ha hecho que aguijonee á los perezosos cuando políticas; todavía esta voluntad sería individuo físico, claro está que tanto
para vivir reunidos en sociedad, co- se descuidan en procurarlo, que cas- incapaz de producir en la república la una como la otra son de origen di-
municándonos nuestras ideas y senti- tigue á los malvados cuando con sus aquella armonía y orden que son ne- vino, porque los seres á que pertene-
mientos, ayudándonos mutuamente acciones criminales tienden á des- cesarios para la uniformidad de las cen también reconocen este origen.
con nuestras facultades é industrias, truirlo, que remunere á los honrados tendencias sociales, sin la cual la so- | Llevemos más adelante la compa-
566 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL P O D E R CIVIL. 56?

ración, que es muy exacta; como que nunca. De lo cual infieren que siem- inherente la razón á la naturaleza no dependen estas cosas directa y ex -
la persona moral ó la república es pre queda libre el pueblo para recha- humana, y como son inherentes en presamente del hombre que con sus
una perfecta imitación de la persona zar las leyes excogitadas por sus go- general á todos los seres las fuerzas actos libres contribuye á la produc-
física. Así, pues, como á ninguno es bernantes, y aun para derribar á éstos con que hayan de ejecutar sus opera- ción de estos efectos , sino, cuando
lícito en conciencia ir contra los dic- sin fundamento alguno del poder en ciones. Por tanto, nadie puede decir más, de una manera indirecta, á saber,
támenes de su propia razón en lo que el momento que se le antoje. No es con verdad, en ninguno de los dos poniendo las causas naturales en con-
d e parte de Dios ordena, de la misma posible ponderar en términos suficien- sentidos indicados, que la autoridad venientes condiciones para que con
manera á ningún ciudadano es per- temente eficaces los horribles estra- civil tenga su origen en la voluntad sus fuerzas propias los produzcan. De
mitido ir contra los dictámenes de la gos que ha producido en el mundo la del pueblo. lo contrario , debiéramos decir tam-
¡razón social en lo que legítimamente Revolución con este raciocinio tan Las palabras referidas, sin embar- bién que nuestra alma, forma física y
manda; que no por otra causa es defi- apto para atizar el fuego de las más go, tienen un cierto sentido verdade- sustancial de nuestro propio cuerpo,
nida la ley una ordenación de la razón,aviesas pasiones por una parte, y tan ro, y por esto causan ilusión en los tiene su origen en la libre voluntad de
promulgada por aquél á cuyo cuidadolleno, por otra, de engañosos sofismas, ánimos de los que, sin suficiente dis- nuestros padres , porque ellos libre -
¿stá encomendada la comunidad. Ir con- que hacen caer en perniciosos errores cernimiento, las pronuncian. Signifi- mente nos engendraron ; lo cual no
tra esta autoridad en la forma dicha, á las personas incautas y poco acos- can , en efecto , que cada uno de los puede ser más absurdo.
es lo mismo que inutilizarla por com- tumbradas á las meditaciones filosó- ciudadanos vive de hecho vida social, Fuera de que ni aun esta misma
pleto y atacar los planes é intentos ficas. Distingamos en él cosas de co- porque así lo quiere libremente con su dependencia indirecta que tiene la
-del Criador. Porque inútil sería que sas, para que sea puesta de manifies- voluntad física ; y que, por tanto , el autoridad civil en cuanto á su exis-
el representante legítimo de la autori- to la verdad en una materia tan i m - hecho de vivir en sociedad con todas tencia con respecto á los hombres, es
dad dictase cualquiera disposición ci- portante y delicada como es la que al las otras cosas que lleva naturalmen- tan absoluta, que á la sola voluntad
vil y política, si los miembros de la presente nos ocupa. Dicen, en primer te consigo este estado , depende en humana deba su conservación y s u b -
república quedasen tan libres como lugar, que la autoridad civil tiene su realidad de verdad de las libres vo- sistencia. Ya hemos visto cómo, aun
antes para hacer todo lo contrario. La origen en la voluntad nacional. ¿Qué luntades de los hombres. Si todos en esto mismo , la causa principal de
autoridad, para poder lograr su obje- se pretende significar con semejantes ellos quisieran irse al monte , y vivir la conservación dicha es la naturaleza
to, ha de tener fuerza de ligar los en- palabras? ¿Que los hombres son tan allí separados unos de otros , cierto misma de los hombres , que los im-
tendimientos y las voluntades de los libres en vivir vida de ciudadanos que ni existiría la sociedad , ni seria pele fuertemente á vivir en esta for-
-subditos; ó lo que se dice con otros como pueden serlo en pertenecer á tampoco un hecho la autoridad polí- ma, sin que nadie , moralmente h a -
términos, ha de llegar hasta la con- una sociedad de comercio ó de bellas tica, la cual es una fuerza natural de blando, pueda resistir á sus suaves y
ciencia de los ciudadanos. Ella en sí letras? ¿Que queriendo vivir reunidos la república. Mas esto no prueba lo poderosos impulsos. Cada uno tiene,
no es sino una fuerza moral, y por en sociedad y formando un verdadero que intentan los revolucionarios di- en verdad, libertad física para a b a n -
tanto debe tener por efecto propio y pueblo, pueden prescindir por com- chos , los cuales , con las citadas pa- donar la sociedad y dirigirse á los
natural suyo una cosa también moral, pleto de la autoridad política, sin c u - labras, quieren significar algo más, á bosques, donde goce de la felicidad de
-ó sea una obligación, ó un deber, al rarse para nada del buen orden y a r - saber: que la autoridad política es las fieras; pero bien seguros estamos
cual no sea lícito resistir sin grave monía en la república, y sin poner una cosa enteramente humana y abso- de que serán muy pocos en el mundo
ofensa del Ordenador supremo, que otro freno á los antojos de c a í a uno lutamente derivada de la voluntad los que se resuelvan á tomar una de-
es Dios, fuente de todo derecho y que las solas fuerzas físicas de sus del hombre. ¿Quién diría, por ejem- terminación de esta especie ; porque
creador de todo orden en el cielo y en vecinos? Una cosa y otra son absur- plo , que el calor del fuego tiene su tal género de vida está en abierta
l a tierra. dos manifiestos, y su falsedad, tan origen en la libre voluntad humana, pugna con las inclinaciones innatas y
Los revolucionarios de nuestros obvia y patente por otra parte, queda porque el hombre, de hecho, puede con las comunes necesidades de l a
tiempos, mal avenidos con todo gé- ya abundantemente evidenciada en lo encenderlo ó apagarlo á su antojo ; ó humana naturaleza. Tanto más que,
nero de deberes que tengan su razón que dejamos escrito. L a vida civil es que la autoridad doméstica tiene su por regla general, el hombre n a c e
última y fundamental en Dios, como una cosa natural al hombre; y el es- origen en la voluntad de los cónyuges, atado con mil géneros de lazos socia-
ateos que son y materialistas y des- tado salvaje, por el contrario, le r e - porque éstos han querido , de hecho, les , que le es imposible romper de
tructores de todo orden moral, se le- pugna en tales términos, que no pue- celebrar matrimonio? El calor es una una manera absoluta; y así, forzosa-
vantan contra esta doctrina, diciendo de ser considerado sino como una de- propiedad natural é inherente á la mente tendrá que vivir en sociedad,
,que la autoridad civil tiene su origen gradación adquirida con actos más ó esencia constitutiva de.l fuego; y esto aun cuando por una de esas rarezas
en la voluntad del pueblo, y que por menos libres. L a autoridad política mismo sucede á la autoridad , tanto singulares quisiera morar, como los
tanto reside esencialmente en la na- es también á su vez inherente á la na- civil como doméstica , respecto de la salvajes, en las selvas. Por eso, aun-
ción, sin que pueda ésta enajenarla turaleza del estado social, como es sociedad y de la familia. Por tanto, que el hecho de permanecer en socie-
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dad es en cada uno de los hombres meros representantes de la nación, y no nicos impresos en todas direcciones trina será lo que se quiera, pero por
libre, físicamente hablando, no lo es admitiendo en la sociedad otros sub- desde aquel determinado punto. Es esta parte se presenta bien limpia é
hablando de necesidad moral; y así, ditos que los mismos gobernantes; decir, que en lo que hace á la unión inmaculada. Basta considerar, para
sería una grandísima locura pensar porque éstos son los únicos que deben sustancial de los dos elementos men- convencerse de ello, estas solas pala-
que los hombres han de dejar un día obedecer ejerciendo la autoridad en cionados, han seguido los tales filóso- bras del Angélico Doctor: «Cum mi-
el agradable estado de sociedad civil nombre del pueblo soberano , y pro- fos la doctrina que algunos sostienen nus principale sit propter principa-
en que al presente viven reunidos, curando acomodarse cuanto puedan á en orden á la constitución intrínseca lius, materia est propter formam
para irse en busca de la miserable los gustos y caprichos manifestados del compuesto humano, designando substantialem; sed e converso forma
independencia que gozan los salvajes por medio de la opinión pública. al alma en esta persona moral un accidentalis est propter completionem
en los bosques. Esto sería un verda- Separemos también aquí lo verda- asiento particular y determinado, des- subjecti.» Si la autoridad es la for-
1

dero monstruo en materia de accio- dero de lo falso , y hagamos luz para de donde debe dictar sus órdenes á ma sustancial de la nación, ella será
nes morales y físicamente libres, y un que cada cosa aparezca en el lugar todos los demás puntos del individuo lo más noble y principal de todo el
monstruo sin igual en todas las espe- que real y verdaderamente ocupa. ¿Es y hacerse presente á ellos, no con su ser político, y al bien de la autoridad
cies de monstruos; porque éstos no verdad que la autoridad política es la misma sustancia ó realidad, sino con deberá ser subordinado el bien de to-
afectan jamás á una especie entera, forma sustancial, el alma misma de la sola eficacia de su virtud; sólo que dos los ciudadanos y de la sociedad
sino á alguno que otro individuo de la nación? En estos últimos tiempos le conceden la facultad de fijarse, ya entera, como deben ser subordinados
ella, siendo, por lo mismo, una cosa no han faltado ciertamente filósofos en un punto, ya en otro,de dicho cuer- al bien del alma en el hombre los
rara y extraordinaria. cristianos que han opinado de esta po, trasladando, como quien dice, la bienes particulares de los miembros y
Lo que acabamos de escribir en suerte. Apoyados en este principio, corte adonde más le acomoda. aun el universal de todo el cuerpo.
orden á este primer axioma de la Re- que á ellos les ha parecido verdadero Libre es cada uno de adoptar esta Porque, como lo menos principal sea
volución , tiene también lugar en el é inconcuso, han pretendido derribar opinión, si así le place, puesto que por lo que lo es más en el mismo gé-
segundo. La autoridad, dicen los r e - por el suelo la célebre doctrina de los nada ha dicho en contrario la Iglesia; nero, y la forma sustancial en todo
volucionarios, reside esencialmente enEscolásticos, relativa al sujeto natu- antes, así en ésta como en otras co- compuesto supere en perfección y
la nación ; es una propiedad esencial ral de la autoridad política, diciendo sas semejantes, sabe dejar gustosa dignidad á la materia; es evidente á
suya, su alma ó forma sustancial, y que toda ella estaba fundada en un ancho campo á las especulaciones de todas luces que, en la mencionada hi-
por lo mismo debe hallarse siempre simple paralogismo, por ser la autori- sus hijos para que cada uno defienda pótesis, todo cuanto hay en el cuerpo
necesaria é irresistiblemente difundi- dad uno de los elementos constituti- las verdades católicas y reveladas político deberá ir encaminado al bien
da por todo el cuerpo político, al modo vos de la nación, anterior, por consi- como mejor le pareciere. Nosotros, y pujanza del poder que sustan-
que el alma humana, por ser la forma guiente, á la nación misma, é incapaz empero, nos hallamos muy distantes cialmente lo anima. Pero ¿quién no
sustancial del cuerpo físico, se halla de ser recibido en ella como en suje- de abrazarla, porque tenemos por ve que en la autoridad sucede preci-
siempre y por necesidad difundida por to. Al opinar de este modo, sin em- verdadera la antigua y solidísima samente todo lo contrario, y que, le-
todas y cada una de sus partes , sin bargo, han procurado evitar con gran doctrina de los Escolásticos; los cua- jos de estar subordinado á ella el
que sea posible impedir esta separa- cuidado la consecuencia que de aquí les no suelen cometer paralogismos bien de todos los ciudadanos, ella es
ción de otra manera que destruyendo podían sacar, y sacan, en efecto, los tan burdos y exorbitantes como el la que ha de dirigir todos sus actos
el compuesto. Por tanto , concluyen, revolucionarios, sosteniendo que por que aquí se les achaca, antes acos- al bien de la sociedad y estar consa-
la nación es esencialmente soberana, esto mismo la autoridad debe estar tumbran fundar sus teorías en razo- grada perpetuamente al complemento
y tiene derecho para dar y quitar los siempre, necesaria é irremisiblemen- nes fuertes y poderosas, sobre todo y perfección de la república; como
tronos á su antojo á quien quiera y te, difundida por todo el cuerpo so- cuando no es uno ú otro, sino toda la debe precisamente suceder, siendo un
cuando le parezca conveniente. cial, como lo está el alma humana escuela entera, como aquí sucede, simple atributo emanado de su esen-
He aquí otro sofisma de los revolu- por todo el cuerpo físico, so pena de quien unánimemente las proclama. cia, y no la esencia misma ó la forma
cionarios ; sofisma mucho más temi- causarle irremisiblemente la muerte. La autoridad no es la esencia de la constitutiva del compuesto?
ble que el anterior , por los estragos Para esto han puesto entre la materia sociedad, sino un atributo emanado La misma causa por que es consi-
espantosos que cada día está produ- y la forma del compuesto social y po- de ella. Por eso los Escolásticos, al derada como necesaria la autoridad
ciendo en el mundo. En él descansa lítico una unión sustancial de tal na- sostener que el sujeto natural del po- en la república, está diciendo clara-
como sobre ancha base todo el sis- turaleza, que sola una parte insigni- der civil no es alguna persona deter- mente que ella no es la forma consti-
t e m a de la revolución impía, haciendo ficante de la primera haya de ser en minada, sino el cuerpo entero de la tutiva del ser social, sino un simple
de esta suerte imposible todo gobier- realidad de verdad animada por la se- nación, estaban muy lejos de incurrir atributo suyo, una fuerza emanada
no firme y estable en el mundo, con- gunda, quedando todo lo demás sujeto en el vergonzoso paralogismo que
virtiendo á los príncipes políticos en á los movimientos puramente mecá- falsamente se les atribuye. Su doc- | i S. Thom., I p., (j. "7, a. G.
570 E L CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL
PODER CIVIL. 571

de la esencia. En efecto: ¿para qué es de nuestro ser, el elemento constitu- son más lógicos en afirmar, conforme una fuerza emanada de su esencia y
necesaria la autoridad? ¿Para unir tivo más principal de nuestra propia á su teoría, que aun estas mismas dirigida á servirle de instrumento en
simplemente las inteligencias y las esencia? Esto equivaldría á decir que leyes son creaciones propias de la la ordenada y constante prosecución
voluntades de los ciudadanos en la la esencia del hombre está constituida autoridad, porque las leyes, por ser de su fin, claro está que la sociedad
intención del bien común, en lo cual por la prudencia; pues la razón prác- fundamentales, no dejan de estar real podrá localizar esta fuerza donde me-
está constituida la esencia de la so- tica es lo mismo que esta virtud. Pues y verdaderamente contenidas en la jor le acomode, desprendiéndose de
ciedad civil? No, ciertamente; esta dígase lo mismo de la razón pruden- categoría de fuerzas sociales. Mas ella en todo ó en parte, según juzgue
unión de las inteligencias y de las vo- cial de la república, que es la autori- esto es un absurdo intolerable, porque serle más conveniente, entregándola
luntades, ya la tienen todos los hom- dad: tanto la una como la otra son hace de los pueblos una mera máqui- para siempre ó para determinado
bres producida por la misma natura- simples fuerzas emanadas de la esen- na puesta al servicio de la autoridad, tiempo á alguno ó algunos de los
leza, merced al impulso general que cia; fuerzas que tienen sus propias y y proclama el absolutismo puro, atri- miembros de la nación, los cuales la
ella imprime á todos y cada uno de peculiares funciones, como todas las buyendo á los gobernantes cuantos hagan funcionar en el sentido propio
los hombres, moviéndolos á querer la fuerzas de los seres. ¿Cuándo se ha derechos pueden poseer los ciudada- que á su naturaleza corresponde, ó
vida social con todas las cosas inhe- visto que el elemento constitutivo de nos, lo cual de ninguna manera se sea buscando en todas sus acciones el
rentes á ella. El oficio propio de la un ser sea una fuerza? Las esencias puede admitir. Y asimismo, que la bien público, y no el particular y ex-
autoridad no es producir esta unión, de los seres están formadas por ele- voluntad general, uniforme y constan- clusivo de algunos ciudadanos. H a -
sino idear los medios prácticos con que mentos que no son formalmente acti- te, que todos los hombres tienen de ciendo esto , no quedará la nación
conviene tender de hecho á la prosecu-vos, aunque son fuente primera de vivir en sociedad, no sea fruto de la convertida en un puro autómata, y
ción de dicho fin, é intimarlos á los toda actividad. Si la autoridad políti- autoridad política, lo ve y siente en sí destituida de la vida social; porque su
ciudadanos para que los ejecuten, ha- ca fuera la forma sustancial de la so- todo el mundo. Porque cada uno ad- alma y forma sustancial verdadera
ciendo efectivo lo que ya habían in- ciedad humana, ella en sí misma, y vierte en su propia conciencia que, permanecerá siempre difundida por
tentado de una manera general al sin las fuerzas emanadas del ser so- si tiene obligación de vivir reunido | todos los miembros, reinando en ellos
querer vivir reunidos en sociedad. E s cial, no debiera de ser activa, como no con otros de su misma especie, esta la voluntad general, impresa por la
decir, que la autoridad, con todos sus lo es en nosotros la esencia de nues- obligación no nace de que así lo man- naturaleza, de seguir formando una
actos y funciones, pertenece al orden tra alma. den las autoridades civiles, sino de la corporación verdadera. Ni se suicida-
ejecutivo y no al intentivo, y produ- Pero aún hay otra razón muy pode- sola ley natural, fundada en la nece- rá la república porque se desprenda
ce, por consiguiente, armonía y orden rosa, que demuestra hasta la última sidad que de este género de vida co- de la autoridad, localizándola en a l -
en las acciones prácticas de la vida evidencia la tesis que estamos defen- munmente suelen tener todos los guna familia determinada por medio
política, pero no .en la vida misma diendo. La forma sustancial en los hombres. de sus leyes fundamentales ; puesto
sustancial y anterior á estas acciones, seres es fuente y raíz de todas las E s , por consiguiente, del todo ma- que, obrando de esta suerte, no hará
la cual es efecto de la misma natura- fuerzas y operaciones pertenecientes nifiesto que la autoridad en la repú- más que ceder á uno de sus miembros
leza humana. á estos mismos seres. Ahora bien; es blica no tiene el lugar que en el hom- un derecho que á ella naturalmente le
Acaece en esto lo mismo que en los cosa del todo manifiesta que hay bre físico ocupa el alma ó la forma pertenece; como no se suicida un hom-
actos prudenciales del hombre físico. fuerzas y operaciones en la sociedad sustancial, sino otro más inferior. bre particular que ha nacido libre y
Para excogitar lo que debemos hacer civil que no emanan de la autoridad, Porque ningún carácter de cuantos quiere hacer cesión de su independen-
en cada momento determinado, he- sino de otro principio más alto; tales corresponden á la forma sustancial cia entregándose á otro en clase de es-
mos sido dotados por el cielo de la son las leyes constitutivas y la volun- del compuesto es propio de la autori- clavo, por juzgar que esto es lo que
razón práctica, que es la que debe en- tad general que tienen los hombres de dad política: no el estar esencialmentemás conviene á sus intereses persona-
tender en estas cosas; pero esta razón vivir reunidos, ayudándose mutua- difundida por todo el cuerpo; no el sel- les. El derecho de gobernarse por sí
supone en nuestra naturaleza una in- mente en la prosecución de un mismo lo más noble, á cuyo bien y pujanza mismo, llamado autonomía, conviene
clinación general hacia el bien, y una fin. Luego es también evidente que hayan de ser ordenados todos los ac- por naturaleza á todos los hombres
voluntad, también general, de poner no es la autoridad el alma y forma tos de los ciudadanos que forman el que han llegado ya á cierto grado de
en ejecución todos cuantos medios sustancial de la república, sino una elemento material de la república; no madurez, por el cual se hallan puestos
nos fueren dictados por ella como ne- cosa muy diferente. Que las leyes fun- el ser formalmente inactiva; no, final- fuera de la autoridad paterna. De este
cesarios para alcanzar la felicidad. damentales no emanen de la autori- mente, el ser fuente y origen de todas derecho se pueden desprender volun-
Porque á nuestra razón práctica per- dad, lo confiesan claramente varios las fuerzas sociales, llamadas vulgar- tariamente cuando les conviene, po-
tenezca poner orden en estos actos de los autores contrarios á la doctri- mente derechos. niéndose para siempre, 6 para un
determinados, ¿quién puede decir con na escolástica que estamos defendien- Si pues la autoridad política no es tiempo determinado, bajo la depen-
verdad que ella es la forma sustancial do; si bien otros de la misma escuela el alma misma de la sociedad, sino dencia de otro que los gobierne y diri-
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572 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA TOCANTE A L P O D E R CIVIL.
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ja según razón. Pues esto mismo pue- mente necesitados á querer perseve- pleto, y la persona moral muere, for- ticos , sin excepción alguna. Santo
de hacer todo pueblo, despojándose de rar en la asociación dicha. mando los individuos otras agrupa- 1

Tomás aduce, para probarla, esta cla-


su autonomía natural y poniéndose Y porque esta forma ó voluntad ge- ciones distintas de la primera. Así rísima y sencilla razón: «La ley, pro-
bajo la obediencia de alguna persona neral está siempre difundida por todo acarrea la muerte á la nación la fal- pia y principalmente, tiene por punto
ó familia que con leyes sabias y pru- el cuerpo, no sucede jamás que indi- ta de regularidad en el ejercicio del
de mira el bien común. Ahora bien;
dentes lo gobierne, promoviendo con viduo alguno de la república se halle mando , no dejando éste de animar á
ordenar una cosa al bien común .es
cuidado y diligencia el bien público. muerto socialmente ó destituido de los ciudadanos, sino omitiendo todas
propio, ó de toda la comunidad, ó de
Y esto es lo que, en sentir nuestro, vitalidad intrínseca, y convertido en aquellas funciones vitales sin las cua-
aquel que tiene sus veces en este ofi-
conforme á la doctrina de los Esco- mera masa inerte, en mero autómata, les no puede durar mucho tiempo la
cio. Por tanto , el establecimiento de
lásticos, hacen efectivamente las di- que necesite ser movido extrínseca- vida sustancial del organismo políti-
la ley pertenece á toda la multitud ó
versas naciones al elegirse un supe- mente por el alma localizada en algún co; es decir , dejando de conservar
á la persona pública que tiene el c u i -
rior que las gobierne. De esta manera, miembro particular, como deben e n - por medio de sus funciones operativas
en el elemento material de la repúbli- dado de la multitud entera , porque
en una parte los hombres dan á la señar por fuerza los que sostienen ser lo ordinario y constante en todos los se-
sociedad por ellos compuesta la forma la autoridad política el alma de la n a - ca, fuertes y vigorosas, aquellas dis-
posiciones previas que se requieren res es que la ordenación de los medios al
política republicana, en otra la aristo- ción. Todos y cada uno de los miem- fin corresponda á aquel mismo cuyo es
crática, en otra la monárquica, en otra bros sociales están internamente ani- para que la verdadera forma sustan-
cial persista en su unión con la m a - este fin.» Según estas palabras, la fa-
1

la de un compuesto mixto de estas mados de esta voluntad habitual, co- cultad legislativa , en la cual princi-
tres diferentes formas simples, según mún á todos ellos y propia al mismo teria.
palmente está colocada la autoridad
lo estiman más conveniente al interés tiempo de cada uno. Ni aun entre las Cedida la autoridad por la repúbli- civil, pertenece propia y primaria-
de la nación, al bien común de todos mismas discordias civiles ó en el tiem- ca á las personas que de una manera mente á la nación , y de una manera
los ciudadanos. En esta cesión de de- po de anarquía cesa de animar al cuer- tácita ó expresa se nombra siempre secundaria y derivada á la persona ó
rechos la nación pierde tanto de su po social; lo que sucede entonces es ella misma, ya no le es lícito quitar - personas que de ella tienen las veces,
autonomía natural é innata, cuanto que la fuerza principal de la repúbli- sela ó dejarles de obedecer en lo que por haber sido nombradas superiores,
derecho de mandar deposita en la per- ca, la autoridad, no funciona con la estas personas legítimamente man- recibiendo así, por voluntad tácita ó
sona ó personas que comienzan á ser regularidad debida. L a sociedad se dan; puesto que las tales personas se expresa de los ciudadanos, una auto-
en ella superiores; pero su esencia encuentra entonces en estado de con- hallan ya en posesión de un verdadero ridad que no les viene del derecho
sigue siempre la misma, puesto que vulsión, en una especie de delirio que, derecho político , del cual nadie es natural. Y da la razón de ello Santo
los ciudadanos permanecen unidos por si se prolonga demasiado, puede aca- capaz de despojarlas sino es faltan- Tomás, diciendo que en todo ser el mo-
medio de la misma forma sustancial rrearle la muerte. do abiertamente á las leyes mora- verse hacia el fin corresponde al mismo
que junta en uno sus entendimientos y Por eso juzgan los de la opinión les impresas por Dios de un modo ser cuyo es este fin. Suárez también se
voluntades. Esta forma consiste en la contraria que la autoridad es en la na- indeleble en las conciencias de todos expresa en los mismos términos. «La
voluntad habitual y constante de vivir ción lo que el alma en el cuerpo; pero los hombres. Ni la república, ni per • potestad legislativa, escribe '-, por la
juntos y tender unidos todos los ciu- no van más derechos en esta manera sona privada alguna, pueden ir jamás sola naturaleza de las cosas no existe
dadanos á la consecución del bien de discurrir de lo que iría quien hicie- en contra del referido derecho; y así, en particular alguno, sino únicamente
público y universal con la práctica de se consistir la esencia del hombre en la rebelión contra el legítimo sobera- en la comunidad. Esta conclusión es
aquellos medios que fueren designa- la facultad digestiva, porque, pertur- no, ora sea éste una cámara de dipu- común y cierta.»
dos por la persona ó personas en quie- bada ésta gravemente en sus funcio- tados con su presidente á la cabeza,
nes se hallare depositada la autoridad. nes, es muy capaz de acabar con el En esto todos los teólogos conve-
1

ora una junta de personas principales


Por tanto, no se localiza en ninguna individuo entero. La falta de orden y nían sin excepción alguna; solamente
ó nobles de la nación, ora, en fin, una
parte , sino que permanece siempre regularidad en las operaciones socia- sola persona, llamada rey ó empera- I Lex proprie primo et principalitor rospicit or-
1

difundida en la masa entera de la n a - les hace menos firme aquella volun- dor, queda gravemente prohibida pol- dinem ad bonum commune. Ordinare autom ali-
ción, á manera de alma que todo lo tad general que tienen los ciudadanos la ley natural dictada por el mismo quid in bonum commune est vel lolius mullitudinis
vel alieujus gerentis vicem mullitudinis. El ideo
invade, sin dejar una sola partícula de vivir reunidos en un solo cuerpo, y Dios , Rey y Señor universal, así de comiere legem vel perlinel ad tolam multitudi-
destituida de la vida social; ni deja en que consiste la forma sustancial subditos como de soberanos, y Juez nem vel perlinel ad personam publican! , quae
lolius mulliludinis curain babel; quia et in ómni-
de existir en instante alguno animan- de la nación; y á medida que esta supremo de todos cuantos se atreven bus aliis ordinare in finem est ejus, etijus esl
do á los ciudadanos, porque en todos falta se prolonga y aumenta, la fir- á quebrantarla. proprius Ule finís. (S. Thom., 1 - 2 , q. 90, art. 3 . )
los momentos está obrando en ellos meza de la voluntad dicha va men- •2 «Dicendum ergo est, hanc potestatem (leyis-
La doctrina que acabamos de ex- lalicam) ex sola rei natura in nullo singular! no-
la misma naturaleza humana, por la guando, hasta que por fin llega un
poner se halla enseñada manifiesta- mine oxistcre, sed in bominum eolleclione. Con-
cual se sienten impelidos y moral- momento en que desaparece por com- clusio esl communis et cerla.» (Suárez, De Ltgibas,
mente por todos los doctores escolás- lib. I I I , cap. I I I , n. 3 . )
TOCANTE AL
57á EL CATOLICISMO T LA CIENGIA PODER CIVIL. 576

reinaba entre ellos alguna diversidad dueño legítimo de cualquier derecho Esta doctrina de los dos ilustres Hé aquí cómo los mismos que sos-
sobre una cuestión secundaria , que de mandar en una nación sino con el dominicos se refiere á la primera de tenían entre los antiguos la comuni-
tiene poquísimo interés, una vez su- consentimiento, tácito ó expreso, de las dos citadas cuestiones, y á ella se cación inmediata en orden á la potes-
puesta la verdad de la otra principal la nación misma, y queriendo ella adhiere Molina, como todos los demás tad civil de los reyes y demás perso-
por nosotros enunciada Consistía estar desposeída de este mismo dere- teólogos. Sin embargo, el ilustre j e - nas particulares, se hallaban muy le-
esta cuestión secundaria en averiguar cho. Ahora, la diferencia entre unos suíta más adelante, en la cuestión 26 jos de negar la doctrina generalmente
si los reyes , emperadores , cuerpos y otros versaba sobre si este consen- de la misma obra, plantea en términos recibida de que primera y principal-
legislativos de una república y demás timiento creaba aquel derecho, ó era expresos la segunda cuestión con es mente sólo la república recibe, por
personas revestidas de verdadera a u - sólo una mera condición esencial para tas formales palabras: Ulrum regia comunicación inmediata del mismo
toridad en las diferentes naciones, que Dios mismo, y no la nación, lo potestas de jure naturali sit. Antes de Dios, la potestad sobre cada uno de
según la diferente forma política que confiriese á la persona dicha. resolverla aduce en favor de los que sus miembros. Antes bien, como se
ellas mismas se hayan' dado , tienen están por la afirmativa, entre los cua- ve por las palabras de Molina que
Los que en estos últimos tiempos
su autoridad inmediatamente de Dioshan combatido á los Escolásticos, no les se encuentra el mismo Victoria, acabamos de copiar, en la misma
ó sólo de una manera mediata, á sa- han sabido distinguir estas dos cues- las dos razones siguientes: «La po- doctrina general se fundaban para
ber , por el intermedio de la nación tiones, tan diferente la una de la otra; testad de la república sobre cada una decir que también á las particulares
que se la cede. E n esto la generali- han confundido las dos en una sola, de las partes es de derecho natural, personas confiere Dios por sí mismo
dad de los teólogos estaba por la co- y consiguientemente han afirmado como se ha demostrado en la disputa- la autoridad cuando de ella hace ce-
municación mediata; de suerte que que la doctrina por ellos combatida ción 22. Es así que esta misma po- sión y abdicación la república.
Suárez no duda en llamar esta opi- no era común á todas las escuelas. testad es la trasladada por la repúbli- Sin embargo, aun en esto mismo
nión «egregium Theologiae axioma» Este error, sin embargo, hubiera po- ca al rey, puesto que, creado el rey, muy raros fueron los que siguieron á
egregio axioma de Teología . Algunos, dido ser fácilmente disipado, si los
2 no quedan dos potestades, una en la Victoria. Molina no cita sino á Co-
empero, aunque muy raros, sostenían tales autores hubieran leído con aten- república y otra en el rey, sino sola- varrubias; después asienta su propo-
la comunicación inmediata, sin que ción y diligencia las obras de los E s - mente la de este segundo, que ha en- sición por la contraria con Durando,
por esto negasen la otra doctrina co- colásticos mismos. Así Molina, por trado en el poder con la abdicación Driedon y Alfonso de Castro. Y esta
mún que Suárez sapientísimamente ejemplo, en su excelente tratado De de la primera. Luego... etc. En se- doctrina de Molina sobre la comuni-
llama cierta , y que consiste en afir- justilia etjnre, tomo primero, disputa- gundo lugar, no sólo nace del derecho cación mediata de la potestad civil á
mar no hallarse nunca la autoridad ción 22, tratando del origen de l a p o - natural la potestad de la república, los reyes y demás personas particula-
política en persona alguna particular testad civil, expone la doctrina de sino que además el entregarla á uno res es lo que llama Suárez egregio
por la sola naturaleza de las cosas, Victoria y de Soto en estos términos: ó á muchos proviene también de la axioma de Teología y verdad evidente-
sino únicamente en la nación. Para «Victoria, en la relección sobre la po- misma lumbre y derecho natural; mente demostrada y enseñada general-
que un particular cualquiera entre en testad civil desde el número 6, y Soto porque la república no puede ejercerla mente por los doctores. Para lo cual no
posesión de aquel grado de autoridad en el libro IV De justitia, q. 4 , a. 1, por si misma en toda su colectividad; faltaban ciertamente al profundo teó-
que conforme á las leyes fundamen- afirman que por el solo hecho de luego, ya sea que la república se elija logo granadino razones poderosas, al-
tales suelen tener los gobernantes en juntarse los hombres en un solo cuer- el régimen real, ora prefiera la aristo- gunas délas cuales quiero poner aquí,
los diferentes pueblos, es preciso, se- po de república nace naturalmente en cracia, ó la democracia, la suprema copiando sus mismas palabras. «Ex
gún la doctrina de todos los Escolás- la comunidad la potestad de gobernar potestad elegida por ella, según me- vi rationis naturalis, dice, nulla po-
ticos sin excepción, que la sociedad á cada una de las partes, dictándoles jor le pareciere, será siempre de dere- test excogitan ratio cur haec potestas
ceda primero aquella autoridad, y leyes, sentenciando sus causas, é im- cho natural.» 1

quiera verdaderamente desposeerse poniéndoles penas y castigos. Por eadem est potestas quam respublica transferí in re-
rant, eo ipso quod Ilumines ad iutegrandum unum gen); quippc cuín, créalo rege, non maneant duae
de ella, nombrando la persona en que donde dicen que como Dios es el au- reipublieae cor|jus conveniunt, jure naturali oriripoleslates, una in república et altera in rege; sed
ha de ser depositada, y revistiéndola tor del derecho natural, esta potestad poteslatem eorporis tolius reipublieae i n s i n g u l a s
abdicante a se república suam poteslatem eamque
de aquella potestad restringida por viene inmediatamente de Dios, á partes ad eas gubernandum, ad leges illis feren- in regein transfercnle, remanet una sola potestas
dum, jusque illis dicendum et ad eas puniendum. regís; crgo... Secundo, non sola poteslas reipubli-
las leyes fundamentales. E s dedi- quien corresponde dar forma y ser á Quare, inijuiunt, cuín Deus oplimus máximos auc- eae oritur ex juro naturali, sed etiam quod eam
que, según la enseñanza indicada, la naturaleza, si bien el reunirse los tor sit juris naturalis. sane hujtismodi polestas alicui vid aliquibus conimitlat, proficiscilur a lu-
ningún particular puede venir á ser hombres en cuerpo de nación es una immediale est a Íleo naturam inslituenle; tametsi mine ipso jureque naturali, eo quod respublica
bominum adunalio in unain rempublicam condilio tota nequáquam secundum so lotam possil illam
condición sin la cual la tal potestad .sit, sine qua ea potestas non resultare!. (Molina, exereerc; crgo sive respublica sibi elig.il regium
1
En El Protestantismo comparado con el Cato-
licismo, cap. LI, desarrolla perfectamente Balmes
no resultaría.» 1
Dejusl. etjnre, t. 1, d. 22.) régimen, sive aristocratiam, sive deniucraliam,
1
«Suadtri autem id potest. Primo, quoniam sane suprema civilis potestas, quam pro suo arbi-
este pensamiento.
potestas reipublieae in síngalas partes est de jure iralu elegerit, seniper eril de jure naturali.» ( I d . ,
' Suárez, Defensio fidei caiholicae, l i b . III, ca- • Victoria, m'Heleciione de potestate civili, a. n ú -
naturali, ut disputatione 22 ostensum est; sed ibid., disp. 26.)
ju'tulo II, n. 1 0 . mero 6, et Sotus, 4 De justitia, q. 4, a. 1, assevo-
E L C A T O L I C I S M O Y L A C I E N C I A
TOCANTE AL P O D E R C I V I L . 577

determinetur ad unam personare, vel formidad en sus juicios. Los unos en ciertos casos como verdadera alma matum politicum in illa communi-
ad certum numerum personarum in- recurren á la paternidad creyendo ser de la república. Mas esto ya se ve á tate.» 1

fra totam communitatem,magisquam poco fundado el argumento del domi- dónde conduce: á proclamar nada me- El argumento contenido en estas
ad alium; ergo ex vi naturalis conces- nio territorial aducido por los otros; nos que el derecho de la fuerza, hoy | palabras se reduce á lo siguiente: La
sioríis solum est immediate in com- los cuales, á su vez, tienen por insub- día, por desgracia, demasiado triun- sociedad política es una reunión de
munitate. Declaratur denique, quia sistente el formado por los primeros. fante en el mundo. familias independientes entre sí , por
ex vi solius rationis naturalis non de- ¿No es esto una señal manifiesta de El título fundado en la paternidad donde los hijos de Adán no pudieron
terminatur principatus politicus ad que ambos títulos son verdaderamen- ya tiene alguna mayor apariencia, y formar con él verdadera sociedad po-
monarchiam, vel aristocratiam sim- te nulos para la cuestión de que se por eso el Doctor Eximio tuvo buen lítica mientras se hallaban bajo la
plicem vel mixtam, quia nulla est ra- trata? cuidado de examinarlo. Pero lo en- autoridad paterna , sino cuando se
tio quae deflnitum modum regiminis Por lo que hace al segundo de ellos, contró falto de solidez, y por tanto emanciparon de ella y comenzaron á
necessarium esse convincat. Quod el gran Suárez ni siquiera lo creyó pudo escribir con verdad las palabras formar familias separadas, de las cua-
usus ipse confirmat: nam propterea digno de ser nombrado. Tan clara y precitadas, diciendo que «nulla est les fuesen ellos sus respectivos jefes.
diversae provinciae vel nationes di- evidente le pareció su insuficiencia. ratio quae definitum modum regi- Ahora bien ; en razón de cabeza de
versos etiam gubernationis modos La obligación que tiene de poner or- minis necessarium esse convincat.» familia, Adán no tenía más autoridad
elegerunt, et nulla illarum contra ra- den en su territorio el dueño de una Ciertamente, si á algún padre hubie- que sus hijos, porque cada uno era
tionem naturalem aut contra imme- finca cualquiera, es un mero deber de ra podido corresponder por derecho perfectísimo señor en su propia casa.
diatam Dei institutionem operatur. caridad, que no obliga sino cuando se de naturaleza la soberanía política, Luego no entrando Adán á constituir
Quare signum est potestatem politi- puede cumplir sin grave detrimento éste hubiera sido nuestro padre Adán; la república como padre de los hijos
cam non esse a Deo immediate dona- propio, y que persiste aun entre los y sin embargo, de él dice expresa- emancipados , sino como cabeza de su
tam uni personae, principi, regi, aut hombres constituidos en sociedad y mente Suárez que la sola paternidad propia familia , y no llevando en esto
imperatori; alioqui illa esset monar- puestos bajo la jurisdicción del que no le pudo conferir otra potestad sino segundo ventaja alguna á los demás,
chia immediate a Deo constituía; vel legítimamente manda. ¿Qué tiene, la económica ó señorial. Oigamos la ninguna razón de justicia podía alegar
uni, vel alicui particulari senatui, pues, que ver el derecho fundado en razón en que funda su aserto, que á para que recayese el mando por dere-
aut particulari congregationi pauco- esta obligación con el de poner orden nuestro juicio es demostrativa. «Ex vi cho de naturaleza en su propia perso-
rum principum, alioqui illa esset aris- en las acciones sociales, el cual per- solius creationis et originis naturalis, na. No sucede así en la sociedad con-
tocratia a Deo immediate instituta; tenece á la justicia y no á la caridad, dice, solum colligi potest habuisse yugal, á la cual suelen apelar algunos
idemque argumentum de quacumque y obliga aun con grave detrimento Adamum potestatem aeconomicam, para poner en el padre el derecho de
mixta gubernatione fieri poterit '.» del que lo posee? ¿Quién ha pensado non politicam; habuit enim potesta- preeminencia política. En esta socie-
jamás que la obligación de caridad tem in uxorem et postea patriam po- dad el hombre entra esencialmente como
Los que en estos últimos tiempos
que todos tenemos de impedir los pe- testatem in filios quamdiu emancipa- varón, y la mujer como hembra , y así
han opugnado la doctrina escolástica,
cados de nuestros prójimos, cuando ti non fuerunt; potuit etiam discursu la misma naturaleza de los elementos
han creído ser falso lo que aquí afirma
buenamente podemos, y que nos da temporis habere fámulos et comple- que la componen establece la preemi-
el eximio Doctor al escribir que «nul-
derecho para ejercer con ellos la co- tam familiam et in ea plenam po- nencia en uno de ellos , haciéndolo
la est ratio quae definitum modum
rrección fraterna, nos eleve alguna vez testatem, quae aeconomica appellatur. superior nato de la familia.
regiminis necessarium esse convin-
á la altura de verdaderos superiores Postquam autem coeperunt familiae Este argumento del Doctor Eximio
cat;» y han visto, ora en el hecho de
suyos para corregirlos, no fraternal- multiplicari et separari, singuli no- lo ilustra , como suele , con su es-
la paternidad, ora en el del dominio
mente, sino como verdaderos legisla- mines, qui erant capita singularum clarecido ingenio, el gran filósofo de
territorial, esta razón convincente que
dores y como dueños absolutos de familiarum , habebant eamdem po- este siglo, nuestro insigne Balmes,
se escapó á la perspicacia de nuestro
vida y muerte? A ser verdadera esta testatem circa suam familiam. Po- cuyas palabras no podemos menos de
insigne filósofo. Pero la nulidad de
doctrina, no el que fuese dueño del testas autem política non coepit do- citar aquí, por ser de gran peso en la
entrambos títulos en la presente cues^
territorio, sino el que tuviera mejores ñee plures familiae in unam com- presente materia. «La naturaleza mis-
tión salta á la vista con sólo fijar un
puños para hacer cumplir su voluntad munitatem perfectam congregari coe- ma, escribe, ha señalado las personas
poco la atención en ellos. Bien se
á sus semejantes, sería el que por dis- perunt. Unde sicut illa communitas en quienes reside la potestad patria;
echa de ver esto en la misma con-
posición de la naturaleza-debería ejer- non coepit per creationem Adae , nec las necesidades de la familia marcan
ducta observada por estos escritores;
cer el derecho de superior en una per solam voluntatem ejus , sed om- sus límites ; los sentimientos del co-
porque, á ser verdad lo que con tanta
reunión cualquiera; porque,,ninguno nium qui in illa conveniunt; ita non razón le prescriben el objeto, y regu-
firmeza aseguran, tendrían más uni-
mejor que él puede cumplir con el de- possumus cum fundamento dicere
ber de caridad que se nos pretende dar Adamum ex natura rei habuisse pri-
• Suárez, Defcns. fidei, lib. I I I , cap. II, núm. 7. i Suárez, De Legibus, lib III, cap. II, núm. 3 .
578 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA TOCANTE AL P O D E S C I V I L . 579

lan su conducta. E n la sociedad acon- la diferencia del orden doméstico al ninguno de éstos puede probar su le- canónigo Mr. Fernando J. Moulart,
tece de otra manera: el derecho del social, el distinto objeto de ambos, la gitimidad si se pretende apoyarla en profesor ordinario de Teología en la
poder civil anda revuelto en el torbe- diversidad de las reglas á que deben semejante título. E l primer monarca Universidad católica de Lovaina, y
llino de los acontecimientos huma- estar sujetos, y que los medios de que como el último vasallo saben que son Mr. Augusto Nicolás. El segundo de
nos: aquí reside en uno, allá en mu- se echa mano en el gobierno del uno, hijos de Noé, nada más. Ni en Santo estos tres autores, en su obra intitula-
chos; hoy pertenece á una familia, son muy diferentes de los empleados Tomás, ni en otro de los principales da L'Eglise et l'Etat, Louvain, 1879,
mañana habrá pasado á otra; ayer se en el otro. No negaré que el tipo de teólogos he podido encontrar esta páginas 79-80, se expresa en los s i -
ejercía bajo cierta forma, hoy bajo una sociedad no se encuentre en la teoría; y subiendo más arriba, no sé guientes términos: «Aunque ni la fe
otra muy diferente. El niño, llorando familia , y que la primera sea tanto que se la pueda fundar tampoco en la ni el orden social se hallan interesa-
en el regazo de su madre , le está re- más hermosa y suave cuanto más se doctrina de los Santos Padres, en las dos en este debate, no podemos me-
cordando bien claro la obligación de aproxima, así en el mando como en tradiciones de la Iglesia, ni en la Sa- nos de observar, sin embargo, que la
alimentarle y cuidarle; la mujer flaca la obediencia, á la imitación de la se- grada Escritura.» 1
opinión de la comunicación mediata
y desvalida está diciendo al varón que gunda; pero las simples analogías no No podía menos de sentir así un se concilia incomparablemente mejor
ella y su hijo han menester amparo, bastan á fundar derechos, y queda ingenio tan claro y tan profundo, que con los hechos de la historia. Los
y la infancia , débil, sin fuerzas para siempre como cosa indudable que los tenía tan bien estudiadas las doctri- cambios tan numerosos y tan varios
sostenerse , sin conocimiento para del poder civil no pueden confundirse nas de los Escolásticos. Con razón que en todas las épocas y en todos los
guiarse, enseña al padre y á la madre con los de la patria potestad. dice este gran pensador que semejante pueblos han sufrido los gobiernos y
el deber de mantenerla y educarla. »Por otra parte, la misma natura- teoría, sobre ser enteramente infun- sus constituciones, no se explican de
Allí se ve clara la voluntad de Dios; leza de las cosas está indicando que dada, no sirve para el fin que se una manera verdaderamente satisfac-
el orden mismo de la naturaleza es su la Providencia, al ordenar los desti- proponen sus autores. En efecto: toria, sino suponiendo que la socie-
expresión viva; los sentimientos más nos del mundo , no estableció la po- ¿cómo explicar con ella la transmisión dad misma es quien hace la delega-
tiernos, su ecovy su intérprete. No testad patria como fuente del poder del poder? El derecho puramente per- ción del poder. La otra opinión es in-
hay necesidad de atender á otra cosa civil, pues que no vemos cómo hubie- sonal del padre, ¿con qué razón había suficiente para resolver los problemas
para conocer la voluntad del Criador; ra podido transmitirse semejante po- de poder ser transmitido á un hijo fundamentales de la ciencia.
no hay necesidad de cavilaciones para der, ni por qué medios sea posible jus- cualquiera? Y en los casos tan fre- a) Como veremos dentro de poco,
buscar el conducto por donde ha ba- tificar la legitimidad de los títulos. cuentes de intrusión en el mando con todo el mundo conviene en que por
jado del cielo la patria potestad. De- Fácil es concebir el pequeño reino de el despojo del legítimo posesor, ¿cómo medio del pacto de unión ó contrato po-
rechos y deberes de padres y de hi- un anciano, gobernando una sociedad legitimar lo que en un principio fué lítico la sociedad puede limitar el po-
jos, escritos están con caracteres tan compuesta únicamente de dos ó tres una injusticia? En vano apelan al de- der, sometiéndolo á tales ó cuales
claros como hermosos. Pero ¿dónde generaciones de su descendencia; pero recho de prescripción, adquirido con condiciones ó garantías. Ahora bien;
encontraremos esa expresión tan in- en el momento en que esta sociedad el tiempo, los defensores de esta doc- ¿cómo explicar esto, si no es la socie-
equívoca en lo tocante al poder civil? crece, se extiende á varios países, y trina. E n la ley puramente natural no dad misma la encargada de delegar la
Si el poder viene de Dios , ¿por qué por consiguiente se divide y subdivi- hay prescripción que valga, y al cabo autoridad? Sería necesario afirmar
medios le comunica? ¿De qué conduc- de, desaparece el poder patriarcal, su de cien mil años el derecho usurpado que Dios interviene personal é inme-
tos se vale? Esto lleva á otras cues- ejercicio se hace imposible, y no se será siempre ajeno, si no cede volun- diatamente en cada cambio, en cada
tiones secundarias, pero encaminadas acierta á explicar cómo los preten- tariamente el dueño del tal derecho. combinación y de algún modo en cada
todas al esclarecimiento y resolución dientes al trono alcanzarán, ni á en- ¿Es esto lo que sucede en materia de artículo de las constituciones políti-
de la principal. tenderse entre si, ni con los demás, autoridad política? Claro está que no; cas. La sabiduría divina, siempre sen-
«¿Hay algún hombre , ó le ha h a - para legitimar y justificar su mando. y esto prueba la falsedad de esta opi- cilla en sus caminos, no nos permite
bido nunca , que por derecho natural La teoría que reconoce en la patria nión de una manera manifiesta. pensar nada que á esto se parezca: el
se hallase investido del poder civil? potestad el origen del poder civil po- Como nuestro filósofo de Vich han Criador ha dado para siempre á los
Claro está que si esto se hubiese ve- drá ser tan bella como se quiera; po- pensado, entre otros, en estos últimos hombres, con la naturaleza, todo lo
rificado, no habría tenido otro origen drá reclamar el apoyo que parecen años, el P . Fr. Zeferino González, que es necesario para constituir la so-
que el de la patria potestad; es decir, darle los gobiernos patriarcales que actual Cardenal de Sevilla ; el sabio 2
ciedad y el poder.
que el poder civil debiera, en tal caso, observamos en la cuna de las socieda- b) Además, limitar el poder, po-
considerarse como una ampliación de des; pero tiene en contra dos cosas: 1 Raimes, El Protestantismo comparado con el nerle condiciones, ¿no es por ventura
esa potestad , como una transforma- i . , que afirma, pero no prueba; 2.",
a
Catolicismo, ele., cap. X L V I I I . ejercer un acto de jurisdicción, de so-
ción del poder • doméstico en poder ¡ que es inútil para el objeto que se pro- 5 Fray Zeferino González, Pliilosophia elemen-
taría, tomo 111. Veontologia seu Etílica spccialís,
beranía? ¿Qué fundamento tendrá el
civil. Por de pronto , salta á los ojos pone de solidar los gobiernos, pues cap. 11, art. 1.°, Tlicsis 2.% pág. 137. Matrili, 1808. pacto constitucional, si antes no exis-
BED- EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL PODER CIVIL.

te derecho alguno político en la co- posesión de la soberanía, puede esta- están de acuerdo y reproducen la doc- aquéllos debían á éstos una sumisión
munidad? La grande querella que se blecer una ú otra de las formas sim- trina anti-revolucionaria. absoluta, de la cual nada debía dis-
mueve contra la teoría del derecho ples de gobierno, ó combinarlas en di- «Pero ¿en qué difieren éstas? pensarles, y que les era requerida por
divino mediato se reduce á decir que ferentes maneras.» 1
«Helo aquí: la emanación inmediatamente divi-
con ella deberíamos estar siempre en El último de los tres autores cita- »La escuela protestante y galicana na del poder real. Esta última doctri-
el orden abstracto, sin poder jamás dos, ó sea Mr. Augusto Nicolás, es profesa que los reyes reciben su poder na respira en todo la Política sacada
constituir realmente la sociedad y el mucho más enérgico en su manera de inmediatamente de Dios; que, por de la Escritura, de Bossuet. 1

poder. En efecto: la comunicación de refutar esta opinión. No se contenta consiguiente, no están sujetos á nin- »Tal es la escuela galicana y pro-
la soberanía, dicen, supone que el con desecharla simplemente, sino que guna legislatura humana, sino en testante: no discuto; solamente ex-
pueblo está ya constituido en cuerpo la llama protestante y galicana y la cuanto la juzgan á propósito; que son pongo.
social, puesto que antes de esto no considera como la personificación del constituidos por sólo Dios, á quien »La otra escuela, la grande escuela,
hay sino una multitud de individuos despotismo, al paso que á la contraria únicamente deben dar cuenta de sus la escuela de Santo Tomás de Aqui-
aislados, sin autoridad civil de los le da el nombre de católica, presen- actos; que la nación no se pertenece; no, de Belarmino, de Suárez, etc.,
unos sobre los otros. Ahora bien; un tándola además como la expresión que no existiendo sino porque es go- que se ha inspirado en la antigüedad
cuerpo social constituido supone un más viva del sentido común y de la bernada, no existe más que en aquél y en la tradición, tanto como en el
jefe real; luego la comunicación del cordura, que camina entre los dos es- por quien es gobernada, el cual no de- sentido común y en la naturaleza de
poder en este sistema supone necesa- collos de la soberanía popular y del pende de potestad alguna del mundo, las cosas; la escuela católica, profesa,
riamente ya hecha esta comunicación. absolutismo de los reyes. Oigamos sino de Dios solo. Esto es el legiti- por lo contrario, que si el poder en su
He aquí, concluyen, un círculo de sus palabras, que son muy dignas de mismo absoluto, el cual fué formula- esencia es de Dios, no lo reciben los
donde es imposible salir. atenta consideración. «¿Cómo se ve- do en la famosa frase de Luis XIV: príncipes sino de la nación; que ésta
Me parece, sin embargo, que se rificará, escribe, el desprendimiento, «El Estado soy yo.» tiene la provisión de él en la natura-
puede retorcer este razonamiento con- el tránsito y la encarnación del poder »Dos documentos memorables han leza social de la humanidad, de donde
tra los defensores de la comunicación en un jefe? Esta es la cuestión. inaugurado esta doctrina. El uno se hace su devolución al gobierno que
inmediata. Si es verdad que el pueblo «Aquí hay dos sistemas, dos doc- produjo en la consagración de Eduar- ella se da.
no es en ningún momento depositario trinas; la doctrina católica ultramon- do VII, hijo de Enrique VIII. El ar- »No hay potestad que no provenga de
de la soberanía; si es verdad, por con- tana, y la doctrina protestante y ga- zobispo apóstata Cranmer, con gran Dios.—¿Qué decís á esto?—¿Todo
secuencia, que antes de ser constituida licana. asombro de los ingleses, se atrevió en príncipe es, pues, constituido por
la sociedad por la elección de un jefe »Estas dos doctrinas se hallan de esta ceremonia á reemplazar la inte- Dios?—No digo esto, puesto que no
no hay en el pueblo sino una multi- acuerdo en este punto común: que el rrogación del pueblo, interviniendo hablo de ningún príncipe en particu-
tud de individuos aislados, sin autori- poder proviene de Dios. Puede hacer- como parte estipulante, con una alocu- lar, sino de la cosa en sí misma; es
dad civil ó política de los unos sobre se un soberano, pero no se hace la ción en que decía que este príncipe decir, de la potestad. Afirmo que la
los otros, es absolutamente imposible soberanía; y como no hay verdadero tenía la corona, no de la voluntad del existencia de los principados es obra
explicar cómo estos individuos (ó me- soberano sin soberanía, se está en el pueblo, sino de su solo nacimiento, é de la divina Sabiduría, y que ella es
jor dicho la mayoría de ellos) pueden caso, ó de no tener sino un jefe de inmediatamente de Dios. Esta doc- la que hace que todas las cosas no
elegir la persona del soberano, deter- aventura, de sorpresa ó de fuerza, sin trina fué sostenida en seguida teórica- sean entregadas á una temeraria ca-
minar la forma de gobierno, limitar raíces ni autoridad, á quien el movi- mente por Jacobo I. E s la doctrina sualidad. Por esto el Apóstol no dice
las atribuciones del poder, etc., é im- miento facticio ó tumultuoso que lo del protestantismo, que, por lo demás, que no hay príncipe que no provenga
poner su voluntad á la minoría de la na-ha elevado no cesa de amenazar hasta es consecuente en esto con su princi- de Dios, sino que, hablando de la cosa
ción. E s , pues, evidente que, una vez que lo arrebata, y el cual necesita h a - pio de la confusión de los dos poderes en sí misma, dice: No hay potestad que
admitida esta segunda opinión, no se cerse tirano para resistir á él, ó bien en la persona del soberano. no provenga de Dios. Así hablaba des-
puede salir del orden abstracto, ni de volver al principio superior de la »E1 segundo documento es la de- de los primeros siglos San Juan Cri-
constituir el gobierno real. Los defen- soberanía verdadera, proveniente de claración de 1682, en que se estable- sóstomo, y esta doctrina no ha varia-
sores del otro sistema se desembara- la naturaleza divina, por medio del cieron las premisas de esta doctrina.
zan de esta dificultad diciendo que es cual únicamente puede constituirse un En este documento, en efecto, para t En ella se leen, por ejemplo, proposiciones
preciso concebir como existente, al legítimo y sólido gobierno. libertar al Estado de la inspección como éstas: Cuando ha juzgado el rey, no lia lugar
ú otro juicio —Sólo Dios puede juzgar sus juicios y
menos por un momento, el estado «Sobre este punto las dos escuelas de la Iglesia, que había sido durante su persona.—La única defensa de los particulares
primitivo natural de la democracia toda la Edad Media la patrocinadora contra el poder real debe ser su inocencia.—El
absoluta. De esta suerte la comuni- -de los subditos contra los excesos de principe se puede realzar por si mismo cuando con-
viene en que obra mal; pero contra su autoridadno
dad universal, estando realmente en 2 . » sección,
Ford. J. Moulart, L'Église etl'Éíat, lib. I ,
a
c. 1, art. 2.", párrafo 2 . los soberanos, hubo que declarar que puede haber remedio sino en su autoridad misma.
582 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA
TOCANTE AL PODER CIVIL. 583
do en la gran corriente católica hasta moralmente al soberano á respetarla. mo veneno que se quiere combatir en pueden quedar sobre lo que consti-
nuestros días. Hay en esto varios temperamentos y las contrarias. ¿No vemos haber su- tuye la esencia de la nación-, antes
»Por derecho divino no debe, pues, un equilibrio que sería difícil descri- cedido esto al pie de la letra en nues- deben estar sujetas y subordinadas á
entenderse, en sana doctrina, que el bir, y cuyo juego normal nos ofrece tro mismo siglo con el tradiciona- lo que es por su naturaleza la fuente
hombre que ejerce la soberanía sea la historia de Francia en aquel con- lismo? Sus autores también llevaban de todo derecho social, ó sea el alma
promovido á ella por una orden que sorcio de los soberanos con la nación, las miras más sanas en proclamarlo; de la república, que en esta doctrina
emane inmediatamente de Dios. No. que ha estado durante tantos siglos creían levantar con él una fuerte ba- es la autoridad política.
Dios sin duda suministra la sobera- exento, si no de turbaciones, al m e - rrera contra las oleadas crecientes del Henos, pues, aquí en el absolu-
nía, en cuanto la ha anexionado á la nos de tiranía y de divorcio, y que se racionalismo; pero lo que hacían en tismo de Jacobo I de Inglaterra y
naturaleza social de la humanidad, de puede llamar, en la elevada y primi- realidad era socavar los cimientos de de los reyes galicanos , absolutismo
que es autor, y donde la ha puesto en tiva acepción de la palabra, un régi- la Religión misma, hundiendo las in- que intentaban evitar los Escolásticos
potestad, como en su sujeto. Pero la men verdaderamente liberal. teligencias en la sima del escepticis- cuandojsostenían tan ardorosamente
nación es la que la hace pasar en acto i)La consecuencia contraria á la so- mo más absoluto. No diré yo que su- la doctrina de la comunicación me-
á su objeto, realzándola en tal princi- beranía del pueblo es, que el pueblo ceda otro tanto con la doctrina de la diata. Ahora los tiempos han cambia-
pio ó tal otra institución del poder, no es la fuente, sino el reservatorio comunicación inmediata; sus defen- do, y al absolutismo de los reyes pro-
según la forma de los gobiernos. de la soberanía, puesto que la con- sores , por lo regular , procuran sal- testantes y regalistas ha sucedido el
«Tal es el derecho divino mediato; fiere para hacer cesar su estado anár- varla de los absurdos á que por su absolutismo de las masas populares,
mediato, en cuanto es la nación quien quico; y es, en segundo lugar, que al intrínseca naturaleza conduce; y para heredero plenísimo suyo en sus arbi-
lo confiere; divino, en cuanto es cons- ejercer este derecho de conferirla, la conseguirlo, niegan á la autoridad el trariedades ; y contra este segundo
tituido sobre las leyes naturales y fun- agota, y sólo dispone de ella para obe- derecho de cambiar por sí sola las absolutismo quieren pelear hoy día
damentales de las sociedades, de que decer. Obedece, no á su representan- leyes fundamentales de los reinos. los defensores de la comunicación in-
es autor Dios, y de cuya inviolabili- te y á su imagen, sino á la imagen de Pero ¿con qué razón proceden de esta mediata, oponiéndoles la doctrina i n -
dad participa. Dios, que es el verdadero título del manera? ¿Qué lógica les autoriza para ventada precisamente por los defen-
«Para volver á nuestra compara- poder perfecto, porque es su única hacer excepciones semejantes , des- sores del primero.
ción sacada del árbol, el hombre plan- fuente. Obedece al poder, porque aun pués de haber asentado que la autori- Algo más sabia , por cierto, nos pa-
ta, pero Dios suministra la virtud que elevándolo sobre su cabeza no ha he- dad es, no una propiedad inherente, rece la conducta observada por aque-
hace que el árbol prenda. Así, respec- cho más que obedecer á la ley de su al ser social y espontáneamente ema- llos grandes maestros del saber huma-
to del poder, el pueblo nombra; pero naturaleza social que lo reclamaba, nada de su esencia , sino la esencia no, que sostenían con fuerte brazo la
la virtud que valida el mando, y que que para esto lo contenía, y de donde misma de la sociedad, la forma sus- libertad de los pueblos sin peligro de
honra la obediencia, es de Dios; el no ha hecho más que extraerlo. No tancial del compuesto político ? En conducirlos con sus doctrinas á nin-
hombre coopera, pero Dios es quien es, pues, su autor, sino su editor.» 1
esta suposición, es imposible, lógica- guno de los dos escollos precitados.
opera. Bien es verdad que los católicos de mente hablando, no afirmar que todos ¿Y qué? ¿No pueden volver todavía á
»De aquí dos consecuencias: la nuestros tiempos que abogan por la los derechos sociales, inclusos los cambiar de nuevo las formas políticas
una, contraria al absolutismo real ga- comunicación inmediata del poder es- contenidos en las mismas leyes fun- de las naciones , entrando á mandar
licano; la otra, contraria á la sobera- tán muy lejos, por regla general al damentales de los reinos, son simples soberanos absolutos a l o Jacobo I, sin
nía revolucionaria del pueblo. menos, de querer proclamar el abso- criaturas del poder civil. Y si son sombra alguna de subordinación á la
»La consecuencia contraria al a b - lutismo; sus intenciones son bien sa- criaturas suyas, de él dependerá su Iglesia? ¿Quién , pues , será capaz de
solutismo real es que el poder, por nas por cierto, y nacen de un corazón conservación en la república ; y du- poner entonces diques a su omnipo-
inviolable que sea en cuanto es divi- verdaderamente noble, que aborrece rarán en ella hasta que el soberano tente soberanía , cuando las mismas
no, no puede olvidar su extracción la tiranía donde quiera que se encuen- tenga por conveniente mudarlas. Si leyes fundamentales queden á merced
nacional (lo cual, por lo demás, la tre , y sólo desea oponer un fuerte queremos proceder con rigurosa lógi- de su disposición y arbitrio? No se
Iglesia en la ceremonia de la consa- dique á los furiosos embates de la ca , debemos decir que la autoridad, ataca impunemente una teoría filosó-
gración no dejaba de recordarle), y soberanía del pueblo. Pero con las i n - en la hipótesis de la comunicación fica, sostenida con tanta unanimidad
asimismo que la nación, por sometida tenciones más puras se pueden defen- inmediata , lo puede todo en la na- y por espacio de tan largos años por
que se halle, y por más que se le haya der doctrinas altamente perniciosas, ción , y no reconoce otras barreras en las diferentes escuelas católicas. Lo
agotado su poder constituyente, re- y que oculten en sus entrañas el mis- el ejercicio de sus funciones sino las que sucede en estos casos , por lo
tiene, no obstante, un derecho de re- que la ley natural presenta á todo regular , es que , al abandonarla, se
presentación ó amonestación, y aun ' El Estado sin Dios, por Augusto Nicolás, tra- hombre. Las leyes fundamentales al cae en aquellos abismos profundos
ducido al castellano por U. José Vicente y Cara-
de concurrencia, que obliga é interesa vanles, p a r . V I H , páginas 1 4 5 - 1 5 0 .
fin son leyes como las demás , y no | que precisamente para evitarlos había
584 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL P O D E R CIVIL.
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sido ella inventada con grande razón ser viles aduladores. Para establecer buscando el género de servidumbre natural del hombre, y por eso se suele
y cordura. los derechos de los pueblos no habían que le acomoda. Así oponían una fir- decir que viene de la misma natura-
Pero se dirá: en efecto, los Escolás- menester, como los modernos dema- mísima barrera á los dos absolutis- leza; y sin embargo , puede ser el
ticos evitaron perfectamente la sima gogos, destruir la Religión, con ella mos, que tanto en su tiempo como en hombre privado de esta libertad y
del absolutismo, pero con ello dieron cubrían así los del pueblo como los el nuestro forcejeaban por hundir en reducido á servidumbre, ya por pro-
en la sima opuesta de la revolución; del Rey. La libertad no era para ellos el profundo la hermosa barquilla de pia voluntad, ya también por alguna
sus doctrinas sobre la comunicación sinónima de licencia y de irreligión; la libertad. otra justa causa. Luego de la misma
mediata del poder abrieron de par en en su concepto, los hombres podían Respondiendo, pues, según esta se- manera la comunidad perfecta, aun-
par la puerta á la soberanía popular, ser libres sin ser rebeldes ni impíos; gurísima doctrina, á los revoluciona- que por la naturaleza de las cosas sea
que ahora está llevando por todas la libertad consistía en ser esclavos de rios, les diremos que confunden tor- libre y á ella pertenezca la potestad
partes la devastación y la muerte. la ley, y como sin Religión y sin Dios pemente lo natural con lo esencial,política, puede, sin embargo, ser des-
Así lo han escrito, por desgracia , al- no concebían posible la ley, también siendo la soberanía una propiedad na- pojada de la misma por alguno de los
gunos defensores de la comunicación creían que sin Dios y sin Religión era tural de la nación, y no su esencia. modos dichos. En lo cual es de consi-
inmediata, salvando , empero , como imposible la libertad. Lo que á ellos Les añadiremos que la forma sustan- derar que si las propiedades físicas
era debido, la sana intención de aque- les enseñaban la razón, la historia y cial del cuerpo político debe, en efecto, que emanan de la naturaleza suelen
llos grandes maestros ; pero sus afir- la revelación , á nosotros nos lo ha estar siempre difundida por todos sus ser de suyo inmutables , no sucede
maciones inconsideradas distan mu- evidenciado la experiencia. Por lo que miembros, pero no sus fuerzas, las esto mismo con las políticas, las cua-
cho de la verdad, por no decir de ellas toca á los peligros que las doctrinas cuales no ocupan sino una parte de- les se asemejan á las morales, y s i -
otra cosa. La doctrina de la sobera- más ó menos latas de los teólogos terminada del individuo, como vemos guen la condición de los dominios ó
nía popular no debe su origen cierta- podían acarrear á los Gobiernos, ya suceder en todos los vivientes criados, derechos, y por consecuencia pueden
mente á los Escolásticos, sino á aque- nadie se deja engañar por afectadas é por convenir así á las funciones pro- ser traspasadas de uno á otro por con-
llos mismos que en los últimos siglos insidiosas declamaciones : los Reyes pias de cada una y al bien general de traria voluntad, como ellos, por más
defendieron con tanto ardor la comu- saben muy bien si los destierros y los todo el compuesto. A esto agregare- que hayan sido recibidas de la n a -
nicación inmediata. Ábranse las his- cadalsos les han venido de las escue- mos que, conviniendo al bien general turaleza.» 1

torias, y se verá con la mayor eviden- las teológicas.» 1


de la república el que ella pueda des- Y un poco más adelante: «Esta po-
cia que los verdaderos autores de la Y es que los Escolásticos con j u s - prenderse de la autonomía con que testad, dice, no es de institución posi-
revolución fueron los protestantes y tísima razón enseñaban que la auto- primitivamente nace, y ponerse bajo tiva, sino que viene de la naturaleza,
los galicanos, con su proclamación te- ridad no es el alma de la nación, sino la obediencia de alguna ó algunas y por tanto es dada en aquella forma
meraria de la absoluta independen- una propiedad natural de la misma; personas determinadas, en sus atri- que cuadre bien con la naturaleza ra-
cia de la soberanía política. ¿Quién que, por consecuencia, ni á la autori- buciones naturales se encuentra el cional, según razón y sana prudencia.
enseñó á los revolucionarios de hoy dad le compete ser fuente de todos los hacer esta cesión nombrándose un Ahora bien; la razón natural dicta no
día á proclamar el absolutismo de las derechos sociales, ni hallarse necesa- superior que la gobierne, y revistién- ser necesario ni aun conveniente s i -
masas, sino los que en los siglos pa- ria é irremisiblemente difundida por dolo de toda aquella autoridad que
sados levantaron hasta las nubes el toda la masa del pueblo; porque esto estime conveniente para el bien pú- i Licel hace poteslassit veluli pruprietas natura-
absolutismo de los reyes? Los Esco- no sucede sino á las propiedades que blico. Dice muy bien Suárez á este lis perfectae communilatis liomiriuin, ut lalis esl,
nihilominus non est in ea inimutabiliter, sed per
lásticos supieron muy bien hacer fren- constituyen la esencia de la república propósito: «Aunque la autoridad po- consensmn ipsiusmet communitalis, vel per aliam
te á uno y otro con sus prudentísimas y son su verdadera alma ó forma sus- lítica es una como propiedad natural juslam viam potest illa privari el in alium trans-
enseñanzas, refutando con igual vigor tancial. E s que, en consecuencia de ferri: lioc satis constat ex usu, et ex sequenlibus
de la comunidad perfecta en cuanto illationibus amplius explicabilur Nunc ostenditur
así las arbitrariedades de éstos como esta sanísima teoría, juzgaban que la tal, sin embargo, no está en ella de ex adductoexemplo seu proportione ad nliud; nam
las locuras de aquéllos. sociedad se puede desprender de su una manera inmutable; sino que, ó libertas a serví tute propriclas esl natural is homi nis,
et ideo dici solet esse de jure naturae,el nihilominus
Sabiamente escribe nuestro Bal- autonomía natural, cediendo á alguna por quererlo así la misma comuni- per propriam voluntatem pote»! se homo illa priva-
mes á este propósito acerca de aque- persona determinada el derecho de dad, ó por otra justa causa, puede ser re, vel etiam ex justa causa illa privari, et in ser-
llos grandes doctores. «Guiados, dice, armonizar en sus miembros ó ciuda- trasladada á otro, quedando en con- vitulem redigi; ergo siniili modo r.umniunilus hu-
mana perfecta, licet ex natura rei libera sil, et po-
por la sana filosofía, sin perder nunca danos las acciones públicas y sociales secuencia despojada de ella la repú- testatem in se babeat. potest aliqun mod" er prae-
de vista el norte de la revelación, sa- por medio de leyes sabias y pruden- blica. Esto se demuestra con el ejem- diclis illa privari: unde considerare licet ouod, licel
proprietates physicae manantes a natura solean!
tisfacían con sus doctrinas los deseos tes, al modo que un hombre libre pue- plo ya aducido, ó sea con la propor- esse immutabiles naturaliter, nihilominus hae pro-
de dos escuelas opuestas, sin caer en de despojarse de su libertad natural ción que con él guarda lo que vamos prietates (juasi morales, quae sunt veluli dominia
sus extravíos; eran democráticos sin diciendo; porque la libertad, contra- seu jura, mutari possunl per conlrariam volunta-
tem, quamvis a natura sint accepla. (Suárez, De
lialmes, El Protestantismo comparado con el ria á la esclavitud, es una propiedad Legibus, lib. I I I , cap. 111, nüm. 7.)
1

ser anarquistas, eran monárquicos sin Catolicismo, cap. II.


586 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA
TOCANTE AL PODEH CIVIL. 587

quiera á la tal naturaleza, que la so- uno lo que es suyo. Oigan los que en Y un poco más adelante: «Por la Por eso, mientras que los enemigos
bredicha potestad permanezca inmu- nuestros tiempos miran con malos misma razón, escribe, no es lícito al de la Iglesia católica quemaban pú-
table en toda la comunidad, porque ojos esta opinión por creer, como el pueblo, una vez que se halle puesto blicamente en las plazas de Londres
la comunidad apenas puede usar de rey Jacobo, que en ella se halla ence- debajo de la obediencia, restringir la y de París el libro De defensione fidei,
ella, no determinándola ni modificán- rrado el principio de la Revolución potestad del rey más de lo que haya escrito contra el rey Jacobo, entre
dola en algún sentido. Luego la na- misma. «Respondemos, dice, que nin- sido restringida al tiempo de comu- otras causas porque con la doctrina
turaleza y su Autor se la conceden en guno de los sobredichos inconvenien- nicársela; porque esto no lo permite que aquí estamos tratando proclama-
tal forma, que pueda introducir en tes se sigue de la resolución propuesta. aquella ley de justicia, según la cual ba la sedición de los pueblos y per-
ella aquel género de mudanza que Y en primer lugar, ninguna ocasión deben guardarse los pactos legítimos turbaba la tranquilidad de los reinos;
tenga por más conveniente para el ofrece al pueblo de rebeliones ó sedi- y no se puede revocar ni en todo ni el papa Paulo V llenaba de elogios
bien público.» ' ciones; porque, después que el pueblo en parte la donación ya ejecutada, esta misma obra, escribiendo al padre
máxime cuando es onerosa. Todavía Suárez la carta siguiente.
Nombrado así el superior, y adqui- traspasó al rey su potestad, no puede
más: ni aun siquiera las leyes justas
rido por él legítimamente el derecho ya con justicia, confiado en la misma
del príncipe puede el pueblo abrogar Dilecto filio Francisco Suárez
de mandar en la república conforme potestad, recobrar su libertad primera
apoyado en su propia autoridad, sino
al modo establecido en las leyes fun- á su antojo y cuantas veces quiera. PRESBÍTERO SÜC1ETAT1S JESU
solamente confiado en el consenti-
damentales de la nación, ningún de- Si cedió al rey una potestad que éste P A U L U S , P A P A V.
miento tácito ó expreso del mismo
recho tiene ya ésta para negarle la aceptó, ya el rey por esto mismo ad-
príncipe, como lo notó Santo Tomás,
obediencia en las cosas contenidas quirió verdadero dominio sobre ella; «Dilecte filis, alutem et Apostoli-
y nosotros también lo probaremos en
dentro del círculo de esta potestad, por consiguiente, aun cuando el rey cam benedictionem.
otra parte. No es, pues, absolutamen-
ni para privarle, ni en todo ni en par- haya entrado en posesión de este d o - »Accepimus librum a te pro Catho-
te verdadero que el rey dependa del
te, de este derecho. Porque la tal minio en virtud de una donación ó licae Religionis atque hujus Sanctae
pueblo en su potestad, aunque la ha-
persona se halla en legítima posesión contrato, ya no puede ser desposeído Apostolicae Sedis defensione elucu-
ya recibido de él; porque puede ser
de una cosa que en realidad de verdad de ella sino por medio de una injusti- bratum. Libentissime illius lectione
que dependa de él en el recibirla, mas
le pertenece, y no puede, por conse- cia. Como una persona particular, que delectati sumus; nam a viro tantae
no en el conservarla: lo cual sucede
cuencia, ser despojada de ella sino hizo renuncia de su libertad vendién- pietatis et eruditionisnonnisi magnae
siempre que la cesión por parte de
con una infracción grave y punible dose en clase de siervo ó haciendo utilitatis opus expectandum erat. In-
donación de su persona, no puede ya aquél es absoluta y plena. Por tanto, terim tibi, maximeque piis laboribus
del séptimo precepto del Decálogo.
después eximirse de su esclavitud por después que uno ha sido constituido tuis benedicimus,» etc.
Nótalo muy bien el eximio Suárez rey conforme á derecho, tiene en sí el
su propio arbitrio. Lo mismo, pues, El mismo Papa, habiendo sabido lo
respondiendo á una dificultad que poder, aun cuando le haya venido por
sucede con la persona moral, que es ejecutado en París por el Parlamento
contra la comunicación mediata, ense- el intermedio de la nación: porque
la nación, después que se ha despoja- francés q u e , en ausencia del Rey,
ñada por el cardenal Belarmino propo- esto es lo que exige la ley de la jus-
do de su propia libertad. El pueblo, había hecho quemar en la plaza p ú -
nía el rey Jacobo de Inglaterra. Había ticia, como lo dejamos declarado.» 1
con la cesión que hizo de la autoridad, blica como sedicioso el mencionado
escrito este protestante coronado que
quedó privado de ella; luego ya no Así se ve con cuánta sabiduría vin- libro, por sus doctrinas relativas á la
la doctrina escolástica relativa á la
puede justamente levantarse contra dicaba el Doctor Eximio la doctrina comunicación mediata del poder p o -
comunicación dicha, era un perpetuo
su príncipe, fiado en la potestad s o - escolástica de la infamante nota de lítico, escribió una carta llena de celo
semillero de sediciones adonde acudirán bredicha; porque la tal potestad ya revolucionaria con que pretendía de- á sus Majestades Cristianísimas, para
con avidez los facciosos y rebeldes parano le pertenece, y así el uso que h i - nigrarla aquel rey protestante, procla- que tratasen de reparar el escándalo y
negar la obediencia al príncipe cuandociera
se de ella no sería un uso legítimo,
mador de la comunicación inmediata. restituyesen á su autor la fama qui-
les antoje, y para coartarle su autoridad
sino una verdadera usurpación.» tada; lo cual ellos cumplieron con
1

y hasta desposeerle de ella totalmente. A licebit populo dominium illud regis auferre, nec li-
esto responde el ilustre filósofo espa- bertatem suam iterum usurpare. Sicut parlicularis sumo gusto y religiosidad maravillo-
Itespondemus, nullvm ex bis incommodis se- persona, quae suae libertali renunciavil, et se in sa. De todo lo cual bien se echa de
ñol que ninguna de las consecuencias
1

servum vendidit aut donavit, non potest postea suo


qui ex resolutiune sentenliave proposita. Nam in ver cuan distante se hallaba el referi-
mencionadas por el proclamador de primis negamus, ex ca occasionem rebellionum aut arbitrio se a servitute eximere. ídem ergo est de
persona fíela seu communitatc. postquam sealicui do Pontífice del juicio que algunos
la comunicación inmediata se contie- seditionum contra legítimos principes populo dari.
principi plene subjecit. ítem postquam populus católicos han formado en nuestros
Nam postquam populus suam potestatem in regen*
ne en la doctrina referida; porque suam potestatem regi contulit, jam se illa privavit;
ergo non potest illa fretus juste in regem insurgere, días sobre esta doctrina, teniéndola,
transtulit, non potest juste, eadem potestate fretus,
los hombres todos están sujetos á la suo arbitrio, seu quolies voluerit, se in libertatem
quia niletur potestate quam non babel, et ila non como los protestantes y galicanos,
ley natural, y ésta manda dar á cada vindicare. Nam si potestatem suam regi concessit,
erit usus justus, sed usurpatio potcstatis. (Suárez,
quam i 1 le acceptavil, eo ipso rex dominium acqui-
Dt.fe.ns. Fidei, lib. 1 1 1 , cap. I I I , n: 2.)
por favorable á la Revolución y ene-
sivit; ergo quamvis rex babuerit a populo illud do- 1
Ídem, ibid., ruim. 4. miga de la tranquilidad de los pue-
• Suárez, ibid., mim. 8 minium per donationem vel contractum, non ido*
39
588 HL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL PODER CITIL.

blos. No nos detendremos más tiem- | le confiere los derechos de la sobera-


po en evidenciar la falsedad de este nía, sino que solamente designa la
juicio; lo dicho es más que suficiente persona.» Pero estas palabras no las
para que ningún hombre reflexivo dice Su Santidad para herir en lo más
pueda abrigar en su ánimo los más mínimo la doctrina referida, pues de
mínimos recelos contra ella. ella no hace allí la más ligera men- CAPÍTULO XLI
No concluiremos este capítulo sin ción, sino para significar que el pue-
recomendar á nuestros lectores el es- blo no crea la soberanía, por ser ésta
tudio de la magnífica Encíclica D'iu- una derivación del Supremo Hacedor; EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LAS RELACIONES
turnum ittud, de nuestro Santísimo lo cual nada tiene que ver con lo e n -
Padre León XIII, relativa al origen señado por los Escolásticos, pues Q U E M E D I A N E N T R E LA RAZÓN Y LA F E

del poder público. Medítenla con todos ellos sostienen unánimemente


atención y diligencia; en ella encon- que toda potestad es de Dios, y que
trarán argumentos poderosísimos para por Dios reinan los reyes y hacen jus-
rebatir las doctrinas revolucionarias ticia los poderosos. Y esto baste para
que niegan en absoluto el origen divi- defender el origen divino de la sobe-
no del poder, y contra las cuales úni- ranía, y para volver por la honra de
camente va dirigida. Quizás alguno, los Escolásticos, injustamente ajada
f |NÚTiL parecería decir ya cosa al-
* guna sobre esta materia después
de lo que dejamos escrito en los capí-
la admita. Estos motivos no deben
dejar duda alguna prudente sobre el
hecho de la Revelación, antes produ-
sin embargo, se imagine ver en cier- en esta materia; que son las dos cosas
tulos anteriores, principalmente en cen en quien desapasionadamente los
tas palabras de la misma la reproba- que nos habíamos propuesto en este
los relativos á la divinidad del Cristia- considera la segurísima certeza de
ción de la teoría escolástica, por de- capítulo. Quien desee más amplias
nismo. Sin embargo, diremos algo en que Dios ha hablado al hombre. Una
cirse en ellas que el pueblo, al nom- explicaciones, lea las dos obras de
éste todavía para completar lo ya ex- vez adquirida esta certeza, la misma
brarse soberano que lo gobierne, «no Suárez arriba citadas.
puesto é indicar al mismo tiempo las razón natural, apoyada en los princi-
grandes ventajas que resultan á nues- pios y leyes esenciales de su modo or-
tra flaca razón de hallarse bajo la de- dinario de obrar, manda prestar el
pendencia de la fe, una vez dado el asentimiento dicho, que es precisa-
hecho sobrenatural de la Revelación mente el acto de fe, haciendo que la
divina. voluntad quiera creer y desprecie los
Ya hemos visto, al tratar del crite- vanos temores de error que todavía se
rio de la verdad, cómo la Revelación le ofrecen por no presentársele el he-
sobrenatural, en cuanto á la certeza cho de la Revelación iluminado con
que tenemos de su existencia, depen- los fulgores de una evidencia riguro-
de en algún modo de nuestra propia sa. Porque si la razón humana manda
razón; puesto que ésta, por las leyes creer á los hombres pecables, flacos y
mismas naturales que le sirven de falibles, cuando le consta con certeza
norte y guía en todos sus actos, no que le han anunciado alguna cosa, y
puede dar un asentimiento pleno y que siendo veraces en sus palabras
absolutamente firme á las palabras de saben además que no se equivocan,
Dios Nuestro Señor, sin que primero ¿cuánto más nos intimará esta obli-
se haya asegurado de la existencia de gación cuando es moralmente cierto
las mismas, en términos que no le sea que Dios ha hecho alguna revelación
permitido ponerlas en duda. L a fe en extraordinaria, y cuando consta por la
verdad es ciega en sí misma, por cuan- misma lumbre natural que ni puede
to cree lo que no ve, lo que no pene- engañarse ni engañarnos?
tra en su interna naturaleza; pero no Por consiguiente, una vez que cons-
lo es tal en el conocimiento de los te con seguridad el hecho de la Reve-
motivos que asisten á la razón huma- lación divina, la razón queda estrechí»
na para que con sanísima prudencia simamente obligada á someterse á
690 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN ORDEN Á LAS RELACIONES ENTRE L A RAZÓN Y LA F E . 691

ella y á trabajar con su mismo dis- sido revelados por Dios á los hom- infestados con certeza por la Revela- Más detalladamente nos enseña el
curso natural por sacudir las dudas bres. E s decir, que estos incrédulos ción, es lo que han llamado los teólo- citado Pontífice esta misma doctrina
imprudentes que contra ella se le pue- convienen también, con todas las de- gos católicos subordinación de la razónen el párrafo II del Syllabus, conde-
den ofrecer, sabiendo que Dios es i n - más clases del género humano, en la á la fe, diciendo con grandísima sabi- nando las siguientes proposiciones del
falible en sus juicios, y que su infini- idea que acabamos de expresar, afir- duría que aquélla debe servir á ésta y racionalismo moderado: «VIII. Como
ta veracidad le impide engañarnos mando con su conducta la absoluta no mandarla; no prescribir lo que se hala razón humana se equipare á la mis-
y hace, por lo mismo, infinitamente imposibilidad de pugna alguna entre de creer, sino abrazarlo con obsequio mara- religión , débsnse por esto tratar
dignas de fe sus sapientísimas ense- las doctrinas real y verdaderamente cional; no escudriñar la profundidad lasde teológicas disciplinas de la misma
ñanzas. Además, la razón humana, reveladas y las verdades del puro or- los misterios de Dios, sino reverenciarla
manera que las filosóficas.—IX. T o -
con sólo considerar la condición inter- den natural. piadosa y humildemente. Y esto mismo,dos los dogmas de la Religión cristia^
na de la verdad en general, la cual L a razón humana es , con respecto con los propios términos que acaba- na, sin distinción, son objeto de la
consiste en tener su origen y funda- á los misterios revelados por la Razón mos de usar, expresó el papa Pío IX ciencia natural ó filosofía; y la razón
mento en Dios, sabe á priori que divina, lo mismo que un ciego de na- en su Breve al obispo Wratislaviense, humana, perfeccionada tan sólo histó-
aquella verdad revelada no puede ha- cimiento en orden á los colores , el cuando en 30 de Mayo de 1857 , re- ricamente , puede con sus fuerzas y
llarse en pugna con verdad alguna del cual no puede formarse idea cabal y probando los errores de Gunther , le principios naturales llegar á la verda-
orden natural; porque Dios, verdad exacta de su naturaleza, y sólo puede decía: «En verdad , no sin dolor de dera ciencia de todos los dogmas, aun
absoluta y unidad simplicísima, es adquirir noticia de su existencia por nuestro ánimo paterno manifesta- los más recónditos , con tal que le
fuente inagotable de toda clase de la relación verídi ca de otros que tie- mos que no pocas cosas, ni de peque- sean propuestos como objeto de consi-
verdades y perfecciones, pero no prin- nen la dicha de contemplarlos con sus ña entidad, se encuentran en los refe- deración.—X. Siendo una cosa el filó-
cipio de contradicciones y absurdos. propios ojos. ¿No incuniría en una ridos libros (de Gunther), que tanto sofo y otra la filosofía, aquél tiene el
en las palabras como en la doctrina derecho y obligación de someterse á
Así, pues, cuando nos hallamos gravísima temeridad, el que así se ha-
se apartan, no ligeramente, de la ver- la autoridad reconocida por él mismo
moralmente ciertos de que la Revela- llase destituido de la vista , si dijera
dad católica. En este número se cuen- como verdadera; pero la filosofía ni
ción divina es un hecho real y verda- con seriedad que él veía mejor aque-
ta principalmente lo que el autor de- puede ni debe someterse á autoridad
dero, y por otra parte con nuestros llos objetos y tenía de ellos ideas más
fiende y afirma sobre la augustísima alguna.—-XI. La Iglesia, no sólo no
raciocinios naturales llegamos á algu- exactas y verdaderas que cuantos con
Trinidad , sobre el sacramento de la debe castigar y purgar la filosofía,
na proposición que nos parece oponer- los ojos sanos los estuviesen contem-
Encarnación, sobre la creación, sobre sino también debe tolerar sus errores
se á la doctrina revelada; si queremos plando ? Pues esto mismo haría la
las relaciones que deben mediar entre y dejarla que se corrija ella á sí pro-
obrar con prudencia, debemos decir razón humana con respecto á la divi-
la Filosofía y la Teología , entre la pia.—XIV. La filosofía ha de tratarse
que, ó no hemos entendido bien el na, si por unas leves apariencias , en
ciencia y la fe. Porque no ha llegado sin tener consideración alguna de la
sentido de la divina palabra, ó en que se le representa como falso lo que
á entender que de la Filosofía es pro- Revelación.»
nuestros propios discursos se nos ha ella nos muestra como verdadero , ó
1

pio, en las cosas que pertenecen á la Reli-


deslizado ocultamente algún error; y viceversa, desechase orgullosa las en-
gión, no dominar, sino servir; no dictar VIH. Quum ratio h u m a n a ipsi religioni sequi-
que, por tanto, la contradicción entre señanzas de Dios y pretendiese necia 1

lo que ha de ser creído , sino abrazarloparetur, idcirco theologicae disciplinae perinde ac


uno y otro orden de cosas no es más entender mejor las cosas que la Razón
con racional obsequio; no escudriñar philosophicae
la tractandae sunt.
que aparente. Esto dicta la sana filo- eterna de todas ellas. L a Razón divi- IX. Omnia indiscrimínatim dogmata religionis
alteza de los misterios de Dios, sino re-
sofía y aun el mismo sentido común na se halla en grado infinitamente ehristianae sunt objectum naturalis scientiae seu
verenciarla piadosa y humildemente.»philosophiae
'
y el consentimiento unánime de todos superior á la razón h u m a n a ; y así,
; et humana ratio histórico tantum
scultapotest ex suis naturalibus viribus et princi-
los mortales. Por eso los racionalis- cuando nos constan con certeza los pas ad veram de ómnibus etiam reconditioribus
tas, que en su loca temeridad han juicios pronunciados por esta Razón Et re sano vera, quod non sine palerni animi dogmatihus scicntiam pervertiré, modo hace dog-.
1

mata ipsi rationi tamquam objectum proposita


procurado persuadirse de que toda soberana, la misma conciencia de
Nostri dolore signiíicamus , ñeque pauca ñeque
leria in commemoratis libris reperiuntur, quae tum fuerint.
revelación sobrenatural es un puro nuestra limitación propia nos dice verbis tum rebus a catholica veritate non mínimum X. Quum aliud sit pbilosophus, abud philoso-
mito, una vana imaginación de perso- que es prudencia verdadera someter- discedunt. Quo quidem numero ea praesertim
censentur, quae auctor tuetur et affirma^ de augu-
phia, ille jus et ofh'ciuin babet se submittendi au- ,
Ctoritati, quam veram ipse. probavcrit; at philoso-
nas ignorantes, ó una falaz superchería nos á ellos, y rematada locura, por el stissima Trinítate, de sacramento Dominicae I n - pliia ñeque potest, ñeque debet ulli sese submittere
de perversos embaucadores, trabajan contrario, y perversísima malicia el carnationis, de rerum creatione, de habitu philo- auctoritali.
con todo empeño por demostrar que no querer admitirlos, por más que
sophiae ac theologiae, scientiae ac fidei. Ñeque • XI. Ecclesia non solum non debet in philoso-
enim satis intellexit, philosophiae esse, in iis quae pbiam unquam animadverltre, verum etiam debet
los dogmas cristianos pugnan con las nosotros con nuestro pobre entendi- ad'religionem pertinent, non dominan, sed ancil- ipsius philosophiae tolerare errores, eique relinque-
verdades de la razón natural ó con los miento no los podamos comprender. lari; non praescribere quid credendum sil , sed
rationabili obsequio amplecti; ñeque altiludinem
re ut ipsa se corrigat.
XIV. Philosopbia tractanda est, nulla superna-
'hechos reales y físicos, para sacar de Esta deferencia de nuestros juicios scrutari mysteriorum Dei, sed illam pie humíliter- turalis revelationis habita ratione. (Syllabus, pá-
aquí la consecuencia de que no han ñacos y enfermos , á los divinos ma- „ne revereri. (Pío IX, en el Breve citado.) rrafo II, Iialionalismus moderattis.)
592 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA B N O R D E N i. L A S R E L A C I O N E S E N T R E L A R A Z Ó N Y L A F E . 593

Así, pues, según las enseñanzas de baucador que espera sacar algún pro- perfeccione con sus actos, jamás lle- razón de su intrínseca sobrenatural!-
la Religión católica , el filósofo, para vecho de aquellos trampantojos, ú gará á levantarse por sí misma á tan dad y por hallarse apoyada en la mis-
examinar los dogmas de la Revela- operaciones diabólicas dirigidas á elevada esfera de poder contemplar á ma palabra divina, pertenece á un or-
ción , no ha de acudir primero á su persuadir á los hombres alguna cosa Dios en su intrínseca naturaleza y den de ciencias infinitamente superior
razón individual, y preguntarse si mala. La razón es clara; porque Dios, sustancia. E l objeto propio de la fe al de las ciencias naturales, y repre-
aquellas doctrinas fluyen ó no como verdad por excelencia y fuente de son los misterios altísimos de la Di- senta á la misma Razón divina, infi-
consecuencias necesarias de los princi- toda veracidad, no puede inducirnos vinidad, enteramente impenetrables á nita, suprema y absolutamente infa-
pios naturales, como si fueran verda- con sus milagros á que admitamos la razón humana; al paso que ésta, lible, mientras que los conocimientos
des de un orden puramente natural y como verdadero lo que pugna mani- abandonada á sus propias fuerzas, humanos, por más perfectos y eviden-
se hallaran encerradas , por consi- fiestamente con los principios de sólo puede contemplar las humildes tes que sean, no representan sino á la
guiente, dentro de la esfera de su pro- nuestra propia razón. Aún más: en verdades que relucen en este mundo humana razón, limitada, dependiente
pia inteligencia , y como si no pudie- semejantes ocasiones ni aun siquiera sensible, y con dificultad alcanza en de la divina é intrínsecamente falible.
ran existir otras cosas sino las que la puede Dios permitir que el demonio ellas algunos pálidos destellos de la La ciencia humana, con toda su exce-
ñaca y enfermiza razón del hombre nos envuelva tan artificiosamente en lumbre soberana del Criador, á quien lencia y perfección, no se libra jamás
sea capaz de comprender; sino que sus redes, que admitamos prudentemen- no puede conocer sino por vía de ne- de su intrínseca defectibilidad; siem-
debe mirar primeramente, y ante todo, te el error á que él nos empuja con gaciones, sabiendo de El lo que no es, pre es capaz de error, aunque acciden-
si la Revelación divina, en lo que toca sus acciones sobrenaturales; porque á y no penetrando jamás en el fondo de tal y debido á las influencias torcidas
á estos misterios, es un hecho cierto y la providencia divina corresponde no su divina Esencia. Además, el moti- de las cosas que á veces por un inci-
averiguado ; y luego , adquirido que consentir entre los hombres, criatu- vo por que se mueve la fe en la pro- dente cualquiera la sacan de su cami-
haya este conocimiento, así del hecho ras suyas hechas á su imagen y se- ducción de sus actos es la luz increa- ¡ no. La fe, por el contrario, como
de la Revelación como del sentido de mejanza y destinadas á la posesión da de la divina ciencia que resplande- ciencia de Dios y que afirma siempre
la misma , ha de abrazarlos humilde- de la bienaventuranza, error alguno ce en la infalible palabra del supremo I aquello mismo que Dios ve con su
mente como revelados por Dios , aun que nos aparte de esta bienaventu- Hacedor: por el contrario, este moti- j inteligencia soberana, no puede caer
cuando se le presenten envueltos en ranza, sin haberle dado nosotros e n - vo en nuestros actos naturales es la jamás en error alguno, ni por su i n -
impenetrables sombras , y aunque le trada en nuestra inteligencia libre- luz pálida y descolorida de nuestra trínseca naturaleza, ni por la influen-
ocurran algunas dificultades en con- mente y faltando á las reglas de la pobre razón, tan inferior en nobleza cia casual de los objetos extrínsecos.
trario. Porque dado el caso de que la sana prudencia. á la divina cuanto es inferior lo fini-
Juzgúese, pues, si no será filosófico
Revelación sea cierta, y cierto tam- to á lo infinito, ó sea la figura á la
Dice más todavía el Soberano Pon- hasta lo sumo afirmar que en las co-
bién el sentido de la doctrina en ella tífice en las palabras del Syllabm realidad y la criatura al mismo Dios.
sas de la religión pertenecientes al
contenido, es imposible de toda impo- arriba citadas. En ellas nos enseña Finalmente, el principio de la fe es
dominio de la fe y sobre las cuales
sibilidad que estas dificultades sean que, no sólo el filósofo, mas también Dios en cuanto causa y autor de todos
puede también la razón adquirir al-
otra cosa que objeciones, es decir, la misma filosofía, está subordinada á aquellos dones sobrenaturales que San
guna clase de conocimientos, aunque
meras apariencias é ilusiones de la la fe; en lo cual profiere una verdad Pedro llama grandes y preciosos por 1

imperfectos, la fe ha de corregir los


razón, y no verdaderas demostracio- evidentísima aun á los ojos de la r a - hallarse contenidos en el orden divino
errores casuales de la razón, y no im-
nes en que se vea con evidencia ser fal- y decir intrínseca relación á la vista
zón natural aban donada á sus propios poner ésta sus dictámenes á aquélla.
sa la doctrina revelad!. Ya hemos di- conocimientos. Porque la fe, tanto de la Esencia increada; mas el prin-
Cuando dos maestros tratan una mis-
cho, al hablar sobre el criterio de la por razón de su origen como por r a - cipio de la razón es el mismo Dios en
ma materia, ¿quién es razón que
verdad, que cuando consta con entera zón de su objeto y de su intrínseca verdad, pero obrando en un orden
lleve la preferencia: el infalible por
evidencia ser una doctrina positiva- naturaleza, pertenece á un orden muy muy inferior, en el orden de estas co-
esencia y superior en dignidad á todos
mente contraria á alguna verdad na- superior al que corresponde á la razón sas naturales y visibles, que distan
los maestros posibles, ó el que se
tural claramente demostrada, enton- humana; y ésta, por tanto, debe subor- tanto de las sobrenaturales y espi-
equivoca á cada paso y está palpable-
ces, por más prodigios que se aduz- dinarse á aquélla, como á nosotros se rituales cuanto dista el cielo de la
\ mente sintiendo su intrínseca debili -
can en favor de ella, no puede ser nos subordinan todas las cosas del tierra.
dad en los errores portentosos con
considerada como procedente de Dios, mundo material y sensible por la Así, pues, es altamente filosófico que en todos tiempos ha cubierto de
sino antes bien como un verdadero misma causad La fe es en sí un hábi- el afirmar que no sólo el filósofo, sino i ignominia sus enseñanzas? Enhora-
error, hijo del padre de la mentira. to ó potencia sobrenatural pertene- también la misma filosofía se halla buena que la ciencia, antes de some-
E n tal caso los pretendidos milagros ciente al orden de la visión intuitiva subordinada á la fe; porque ésta, por terse y subordinarse al magisterio de
que la confirman son, ó meras super- de la divina Esencia; mientras que la la fe, investigue primero si existe 6
cherías de algún hombre astuto y em- razón humana, por mucho que se 1
II Petri, 1, 4. no en el mundo ese infalible Maestro.
594 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA E N O R D E N Á L'AS R E L A C I O N E S E N T R E L A R A Z Ó N Y L A F E . 505

que se le presenta como mandado por buen sentido; como pierde su absolu- trario , si no hubiera estado cierto de preocupaciones de los hombres todo
Dios á los hombres para enseñarles ta y omnímoda soberanía en una pro- que las tales verdades eran reales y cuanto en el mundo se cree sobre la
con facilidad, seguridad y certeza las vincia un gobernador, cuando se pre- macizas , desmayara fácilmente al excelencia del orden moral, sobre la
cosas pertenecientes á la salvación senta en ella, de parte del rey y cabo de algunas tentativas infructuo- belleza de la virtud y sobre las dulces
eterna. Enhorabuena también que no supremo príncipe de la nación, otro sas , y diera por imposible lo que se esperanzas de la vida futura. Regís-
se le subordine hasta habérsele certi- enviado de superior dignidad, conde- hallaba al alcance de sus propias fuer- trense los escritos de todos los que
ficado su existencia con la presenta- corado con atribuciones mucho más zas. Entonces el filósofo, para servir- desde el tiempo de Descartes hasta
ción de las credenciales divinas que amplias que las suyas. Mas esta su- nos de una comparación de Bal- nuestros días han cultivado la Filoso-
este maestro trae consigo. Esto es bordinación y dependencia ninguna mes es como aquel que , seguro de fía sin tomar para nada en cuenta la
muy justo, no lo negamos; antes por perfección intrínseca le quitan, nin- la existencia de una mina en algún Revelación , y se verán en ellos pro-
el contrario, afirmamos que lo debe gún daño le acarrean, ningún grado lugar , no gasta tiempo en vano para fesados todos cuantos absurdos y de-
practicar todo filósofo antes de poner- de grandeza le disminuyen en lo que descubrirla, sino que fijándose luego lirios puede fabricar la más loca fan-
se á examinar los sagrados dogmas. la libertad tiene de bueno y racional- sobre el verdadero terreno, aprovecha tasía. No se advertirá en ellos otra
Pero una vez cerciorada la razón hu- mente apetecible; antes por el contra- ya desde un principio todas sus in- cosa que una sustitución continua de
mana de la venida de este maestro rio, la aquilatan y avaloran en gran vestigaciones y trabajos. sistemas á sistemas, un perpetuo tejer
excelentísimo é infalible, debe por manera trayéndole grande abundan- Buen ejemplo tenemos de todo esto y destejer, un eterno edificar sobre
fuerza reconocer humildemente su cia de verdaderos bienes, entre los en cuanto vemos acaecer á las dos filo- arena. Todos quieren traer algo nuevo
intrínseca superioridad; acatar sus cuales no es ciertamente el menor esa sofías cristiana y racionalista, ambas al campo de la ciencia; el mérito con-
soberanas decisiones en las materias especie de infalibilidad que la reviste apoyadas en los solos principios de la siste en decir lo que otros no han
propias de su misión, aunque por su de maravillosa firmeza en la resolu- razón natural, siempre que tratan de dicho, siquiera sea lo más desatinado
pobreza y miseria no las comprenda; ción de los problemas filosóficos pro- elaborar sus argumentos , y sin em- del mundo ; pero siempre y en todos
deferir siempre á sus excelentísimas pios de su esfera, librándola de innu- bargo , muy diferentes la una de la los casos lo que se trae es aéreo , in-
enseñanzas; servirse de ellas para merables errores que de otra suerte otra en el resultado de sus investiga- I subsistente , una flor efímera , que
discurrir con más acierto y seguridad dificultosamente evitaría, abriéndole ciones científicas. La filosofía racio- I brilla por la mañana y por la tarde
en los mismos objetos sobre los cua- camino seguro para nuevas excursio- nalista discurre y se mueve mucho está sin vida.
les puede ella filosofar con sus propias nes en el campo de la ciencia, indi- por todas partes; corre en busca de la ¡Qué de cosas pudiéramos escribir
y naturales luces; evidenciar, si pue- cándole muchas veces el género de verdad con una especie de agitación sobre esta materia, si hubiéramos de
de, con sus raciocinios lo mismo que procedimiento que conviene practicar febril, blasona siempre de luces , de soltar la rienda á nuestros pensamien-
ese maestro sobrenatural enseña dog- para llevar á cabo una demostración progreso , de adquisiciones portento- tos y dejar correr libremente nuestra
máticamente y sin aparato alguno de científica y avisándole otras que la tal sas; pero en realidad no hace otra pluma! Pero es preciso mirar algún
demostraciones científicas, pero ja- demostración no es imposible. Porqué cosa que recorrer siempre un mismo tanto por la brevedad: baste lo que
más levantarse contra su divino ma- no es pequeña ventaja, al emprender círculo de errores , pasando del dog- dejamos ya indicado sobre esta ma-
gisterio pretendiendo dictarle la ley ó una investigación cualquiera , saber matismo más absoluto al escepticis- teria en cuanto llevamos escrito. Ver-
habiéndose con él como si no existie- ya de antemano que es posible hallar mo más desesperante , del esplritua- daderamente la filosofía racionalista
se sobre la tierra '. lo que se busca ; lo cual posee el filó- lismo más exagerado al materialismo de nuestros días, con sus delirios é
La ciencia, pues, ó, en otros térmi- sofo cristiano con respecto á muchas más grosero, acabando por la divini- impiedades, ha llegado á hacer que los
nos, la razón, al aparecimiento de la verdades naturales de altísima impor- zación de todo lo sensible y negación hombres se formen acerca de la cien-
fe, queda sujeta á ésta naturalmente tancia , merced á la lumbre sobrena- de todo lo verdaderamente divino, y cia el mismo juicio que antes de la
y pierde por esto mismo su libertad tural de la fe , que le da un conoci- teniendo, en consecuencia, por vanas venida de Jesucristo tenían de ella
nativa, según lo enseñan los mismos miento cierto de su existencia. Al concebido los paganos. El nombre de
dictámenes de la sana prudencia y saber con plena certeza que aquellas 1
El Protestantismo, e t c . , cap. LXIX. Ningu- filósofo ha venido á ser equivalente al
verdades existen, y que, por consi- na que lea con ánimo desapasionado este excelente de impío, de ateo , y de cuanto malo
guiente, son accesibles á la luz de la «apítulo de nuestro insigne escritor, y los demás
se puede excogitar sobre la tierra. L a
1
Sobre esta materia de las relaciones entre la fe razón , entonces el investigador se restantes basta concluir su obra, podrá menos de
y l a razón, así como también sobre otras varias reconocer los inmensos bienes que trae á la débil más alta y sublime de las ciencias
de las que llevamos tratadas en este nuestro traba- anima y trabaja con confianza; y, se- razón humana el hallarse subordinada al magiste- naturales, la Metafísica , ha venido á
jo, puede ser consultada y leída con fruto la obra guro del éxito, se esfuerza para hallar rio de la fe. La maestría incomparable con que está
del P . Causette, Vicario general, superior d é l o s tratada en dicho lugar la cuestión que al presente ser postergada , pisoteada , vilipen-
sacerdotes del Sagrado Corazón deTolosa de Fran- el camino que le ha de conducir á su nos ocupa, nos dispensa de entrar aquí en más diada y escarnecida, no logrando tener
cia, titulada: Le bon seas de la Foi exposé en re- posesión , y no ceja hasta que por fin largas explicaciones sobre el asunto. Todo cuanto
ponte aux objections philosophiques et scienlifiques logra su intento; cuando , por el con- dijéramos nosotros sería muy pálido puesto al lado
estimación entre los sabios sino unos
dujour. París, 1872. de tan hermosas y brillantes páginas. cuantos conocimientos experimenta-
596 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA E N O R D E N i . L A S R E L A C I O N E S E N T R E L A RAZÓN Y L A P B .
697

les , más propios para recrear el áni- y le transportaba á aquellas mansio- una preocupación de la multitud igno- tudio perteneciente á la especulación
mo de quien los contempla, que para nes celestiales donde mora la Divi- rante la creencia de que todos cuantosmetafísica,
se se ha entregado total y ex-
formar lo que con título verdadero nidad con sus escogidos; permanecía ocupan en el estudio de la Astronomía ó clusivamente á las ciencias de obser-
merece el nombre de ciencia. Enho- ciertamente en el terreno de la especu- vación,
de las ciencias que tienen relación con ella para sacar de ellas lo que en
rabuena que los hombres se den al lación, pero esta especulación era lo se hallan en la pendiente del ateísmo '. todas sus acciones busca, á saber: los
estudio de las ciencias que llaman de más grande que el hombre puede ape- No merece tales inculpaciones, por goces y regalos de la vida presente,
observación; los objetos materiales y tecer en este suelo. Ni carecía tampo- cierto, tan apreciable ciencia, como ni únicos sólidos y verdaderos conforme
sensibles los ha hecho también el Se- co por completo de su parte práctica, tampoco las matemáticas, ni otro á su gusto estragado. L a metafísica
ñor para que los contemplemos y en porque cultivaba con suma diligencia ramo cualquiera del saber humano de de hoy día no es ya otra cosa que el
ellos admiremos los resplandores de su la moral, la más noble y digna de las esos que hoy día andan tan en boga positivismo, es decir, el estudio de lo
soberana belleza. Pero ¿porqué se ha ciencias prácticas y la que más i m - entre los hombres. Porque con el cul - palpable, para hallar con que satisfa-
de poner en esto toda la grandeza y porta al hombre conocer para vivir tivo de todas las ciencias se puede cer los apetitos de la carne.
sublimidad de la investigación huma- como racional y para conquistarse juntar muy bien la virtud y el amor Algo más elevada y noble, cierta-
na? ¿Por qué se ha de pensar y hablar una corona de gloria inmarcesible en más acendrado y puro respecto de las mente, fué la sociedad en otro tiem-
de estos estudios, como si ellos fueran la patria de los bienaventurados con cosas divinas; de lo cual, gracias á po, cuando se hallaba sometida al
lo más noble y excelente á que se el ejercicio continuo de las virtudes Dios, se pueden traer muy gloriosos influjo y dirección del Catolicismo en
puede aplicar el humano entendi- cristianas. La ciencia que hoy día ejemplos. El mal está en la predilec- todas sus acciones. Descuidaba en
miento? ¿Por qué no hemos de reco- anda en boga entre los sabios, deja ción exclusiva que atribuyen hoy día á verdad las comodidades del cuerpo, y
nocer y confesar que todos ellos valen sumergido al espíritu en el fango de esta clase de estudios generalmente se regía por reglas de costumbres más
muy poco puestos enfrente de los rae- la materia; jamás le transporta m á s los hombres, poniendo en ellos todo severas que las nuestras; pero era más
tafísicos, religiosos y morales , que allá de lo corporal y visible, y no tiene su afecto, como si nada hubiese en el espiritualista y menos sensual que la
ahora se postergan? otro objeto en todas sus investigacio- mundo que igualase su grandeza. presente, aspiraba á lo celestial y di-
Se ha criticado con rigor , y hasta nes que el de proporcionar en abun- Harto se conocen también en esto el vino en todas sus empresas, cuidaba
con acrimonia , á los antiguos , por- dancia los goces y comodidades de la materialismo y sensualismo que cun- con sumo esmero de los bienes perte-
que dirigían toda su actividad intelec- tierra. La misma Astronomía, que den por todas partes y forman el alma, necientes á la vida del alma y á la sa-
tual al estudio de las ciencias especu- entre las ciencias hoy día reinantes es por decirlo así, de la sociedad presen- lud eterna, aunque no anduviese tan
lativas y descuidaban por completo la más digna y la que más ensancha te. L a s ideas de religión, de honesti- holgada en lo temporal y terreno. Así
las experimentales. E n esto habrá lo el espíritu con la revelación de un es- dad y de virtud se van desterrando de es que estas tendencias de los ánimos
que se quiera de razón, aunque no pacio inmenso, poblado de innumera- ella sistemáticamente por cierta es- se reflejaban naturalmente en su mar-
falta tampoco bastante de exagera- bles astros; esa misma ciencia, repito, cuela que en el fondo profesa el ateís- cada afición á los estudios religiosos,
ción é injusticia. Pero si los antiguos materializa también insensiblemente mo, y que con ardides y sofisterías ha á la Teología, á la Moral, al Derecho
faltaban en cultivar tan sólo las cien- al espíritu por no presentar jamás logrado apoderarse más ó menos de Canónico, á la Metafísica y á todo
cias especulativas, ¿obramos mejor á su consideración sino materia y ciertas inteligencias influyentes en la lo verdaderamente noble. Hasta las
nosotros no cultivando sino las expe- pura materia, puesta en continuo m o - opinión pública. En su lugar han en- mismas artes mecánicas y liberales
rimentales? Aquéllos convirtieron to- vimiento por las leyes indeclinables trado á reinar las pasiones más abyec- consagraban todas sus fuerzas al ser-
das sus fuerzas al estudio de cierto y que la rigen. L a tendencia de la As- tas, el egoísmo, la voluptuosidad, la vicio de la Religión, cantando cada
determinado ramo del saber; otro tan- tronomía á materializar al hombre y á sed insaciable de placeres y goces te- una á su modo las divinas alabanzas
to hacemos nosotros, pero con la tris- hacerle desterrar á Dios del universo, rrenales, el cuidado del cuerpo, el en la fábrica de templos maravillosos,
tísima desventaja de que ellos se to- hundiéndole en la sima del ateísmo, amor del dinero y otras cosas pareci- en la fundación de universidades y
maron la parte más noble y principal se nota fácilmente en las ideas que das. Con tan depravados afectos, na- gimnasios, en la edificación de mo-
de la ciencia y la que importa más al profesan tocante á la Divinidad no tural era que en materia de ciencias nasterios y conventos, en la pintura
hombre conocer, mientras que nos- pocos astrónomos de nuestros tiem- la sociedad moderna no apeteciese de imágenes sagradas, en las armo-
otros nos hemos apasionado por la pos. Gran parte de ellos son ateos, no sino aquellas cuyo resultado inme- nías sublimes de la música eclesiás-
más baja y vil, por la que podrá servir viendo en todos los fenómenos, del diato fuese proporcionar comodidades tica, en las composiciones religiosas,
más ó menos á las comodidades de la mundo sideral sino la acción de las y delicias. Y esto es lo que ha hecho, cuyos versos celebraban las grandezas
vida, pero importa muy poco para la leyes mecánicas y fatalmente inmuta- en efecto; pues despreciando todo es- de Dios y las glorias de sus Santos.
eterna bienaventuranza. La ciencia bles de la materia; lo cual viene o b - Con razón escribía á este propósito
de aquellos tiempos levantaba el espí- servándose desde muy antiguo, pues 1
Platón, De. Leg., XII, Apolog. Socral., pági- el sublime marqués de Valdegamas:
ritu á Dios, le arrancaba de la tierra ya Platón en su tiempo notaba como na 18. Véase Hettinger, Apolog., etc., tomo I, pá- «A esa portentosa civilización se debe
gina 143.
;598- EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN O R D E N Á LAS RELACIONES E N T R E L A RAZÓN V LA F E . 5&9
todo lo que admiramos y todo lo que egipcio lo grandioso, del griego lo bella latinidad, para salvarlos del res á la Iglesia. Por todas partes se
vemos. Sus teólogos, aun considera- brillante, del romano lo fuerte, y sobre naufragio universal y transmitírnos- fundaban universidades , en que se
dos humanamente, afrentan á los filó- lo fuerte, lo brillante y lo grandioso, los íntegros á nosotros. Las Ordenes cultivaban toda clase de estudios; la
sofos modernos y á l o s filósofos anti- algo que vale más... lo inmortal y lo monásticas fueron en aquella época mayor parte de ellas debía su institu-
guos; sus doctores causan pavor por perfecto.» 1
de barbarie, como observa un ilustra- ción á la Iglesia y se mantenía con
la inmensidad de su ciencia: sus his- Sabido es que al influjo del Cato- do escritor moderno de nuestra pa- rentas de los eclesiásticos, los cuales
toriadores oscurecen á los de la anti- licismo se debe todo el impulso lite- tria ' , la institución salvadora que es-en ninguna cosa pensaban emplear
güedad por su mirada generalizadora rario y científico que recibió el mundo taba destinada á conservar en inestimable mejor sus rentas que en sostener es-
y comprensiva. La Ciudad de Dios, de civilizado después del advenimiento depósito la luz de las ciencias y de las tos focos de ilustración para difundir
San Agustín, es aun hoy día el libro de Constantino. A datar de esta épo- letras, que sólo podía resplandecer ya enla ciencia y demás conocimientos
más profundo de la historia que el ca, todo cuanto ha habido de más n o - el retiro. útiles entre sus conciudadanos. Y sa-
genio iluminado por los resplandores table en las artes y ciencias ha sido Más tarde, con las necesidades de bido es á cuan alto grado llegaron las
católicos ha presentado á los ojos ató- producido por personas religiosas del los tiempos, vinieron en auxilio de ciencias religiosas, metafísicas y mo-
nitos de los hombres. Las actas de clero secular ó regular. Basta hojear estos incansables operarios otros nue- rales al impulso de este universal mo-
sus Concilios, dejando aparte la divi- algún tanto la excelente Patrología de vos de refresco con la institución de vimiento científico comunicado á la
n a inspiración, son el monumento Migne, para ver en ella el rico y abun- las Ordenes de Santo Domingo y San humana razón por la Iglesia.
más acabado de la prudencia. Las le- dante minero que, en materia de lite- Francisco y con la de la Compañía Nunca la razón del hombre ha dis-
yes canónicas vencen en sabiduría á ratura, historia, filosofía, teología y de Jesús. Porque, como nota sapien- currido con mayor aplomo, facilidad
las romanas y á las feudales. ¿Quién demás ciencias, nos han dejado los tísimamente nuestro insigne Balmes, y solidez sobre los puntos más arduos
vence en ciencia á Santo Tomás, en Padres y los otros escritores de la ésta ha sido siempre la perenne fe- de la filosofía. El edificio científico
genio á San Agustín, en majestad á Iglesia. Apenas comenzó á salir del cundidad y profunda filosofía del e s - construido por la razón humana bajo
Bossuet, en fuerza á San Pablo? caos la sociedad en Occidente después píritu católico: levantar una nueva la guía y dirección de la fe es tan
¿Quién es más poeta que Dante? de aquel grande cataclismo produci- institución religiosa que tuviese por vasto, tan sólido y tan completo, que
¿Quién iguala á Shakespeare? ¿Quién do por los bárbaros del Norte, cuando fin propio y peculiar atender á las en vano han intentado los raciona-
aventaja á Calderón? ¿Quién, como al instante empezó la Iglesia su per- necesidades particulares de alguna listas derribarle: ha resistido siempre
Rafael, puso jamás en el lienzo ins- severante trabajo de reconstrucción determinada época , armándola de inmoble á todos sus ataques, quedan-
piración y vida? Poned á las gentes á | social y política, presentando ante la pertrechos convenientes para el des- do firme en todas sus partes funda-
la vista de las pirámides de Egipto, y faz del mundo un brillante foco de ci- empeño de la alta y civilizadora mi- mentales; y si en algunas menos im-
os dirán: «Por aquí ha pasado una vilización en la docta y santa religión sión que había de tener sobre la tie- portantes ha tenido que experimentar
civilización grandiosa y bárbara.» de San Benito, donde tuvieron su rra. La Iglesia católica llevó de este algunas variaciones, esto ha sido pre-
Ponedlas a l a vista d é l a s estatuas principal asiento las ciencias y las modo la civilización y el cultivo de cisamente en aquellos puntos en que
griegas y de los templos griegos, y os artes hasta el advenimiento de las las ciencias á todos los rincones de la fe había abandon ado á la razón á
dirán: «Por aquí ha pasado unaf civi- Ordenes mendicantes de San F r a n - Europa, á Inglaterra, á Francia, á sus propias fuerzas. La física, la quí-
lización graciosa, efímera y brillan- cisco y Santo Domingo. ¿Qué hubie- España, á Alemania y aun á todas mica, la astronomía eran ciencias na-
te. » Ponedlas á la vista de un monu- ra sido de las ciencias y de la litera- las partes del mundo por medio de turales que poco ó nada tenían que
mento romano, y os dirán: «Por aquí tura de Europa sin esta sagrada m i - sus misioneros. A medida que el im- ver con las enseñanzas de la Religión;:
ha pasado un gran pueblo.» Ponedlas licia de sabios cristianos? Los reli- perio de Oriente iba declinando y ca- porque el objeto á que ellas pertene-
á la vista de una catedral, y al ver giosos Benedictinos son los que nos yendo en la barbarie mahometana por cen se roza muy poco con los dogmas
tanta majestad unida á tanta belleza; han conservado las obras literarias de- su necio empeño de formar congrega- revelados. Pues aquí es cabalmente
tanta grandeza unida á tanto gusto; la antigua Roma y de la culta Grecia a ción aparte, separándose del centro de donde la doctrina de los Escolásticos
tanta mesura junta con tanto atrevi- No contentos con difundir sus luces la Iglesia y sustrayéndose al saluda- ha manifestado su parte flaca, donde
miento, tanta morbidez en las piedras por todas partes con la enseñanza de ble influjo de los Papas, el de Occi- la razón humana discurre únicamen-
y tanta suavidad en sus contornos, y todo lo perteneciente á los diversos dente se robustecía y prosperaba co- te con sus propias luces, sin recibir
tan pasmosa armonía entre el silencio ramos del saber, empleaban aquellos locado bajo la égida y protección del influjo alguno de la Revelación divi-
y la luz, las sombras y los colores, os santos monjes el tiempo que les de- Papado, égida y protección que le na. ¿Se quiere prueba más manifiesta
dirán: «Por aquí ha pasado el pueblo jaban libres sus ocupaciones religio- eran tanto más eficaces, cuanto más del inmenso beneficio prestado por la
más grande de la historia, y la más s a s en copiar los libros clásicos de la sumisos se mostraban los Emperado- Religión católica á la razón humana
portentosa de las civilizaciones hu- en habérsela subordinado y hecho de-
manas: ese pueblo ha debido tener del • . J , Donoso, Ensayo sobre el Catolicismo, el libe-i
1
Amador de los Míos, Historia critica de la li-
; alismo y el socialismo, lib. III, cap. III. , teratura española, tomo I, lib. I, pág. 297.
j pendiente en las materias que dicen
•600 EL CATOLICISMO T LA CIENCIA B N ORDEN Á LAS RELACIONES ENTRE LA RAZÓN Y LA VE. 601

relación á la salvación eterna? La ha añadido el racionalista alemán. para el hombre con la muerte, despre- será adquirir un conocimiento cierto
«ola Suma de Santo Tomás, ese mo- Los Escolásticos también dijeron, co- cian la solidez y firmeza en el discu- de su existencia, conocimiento con el
numento imperecedero de sabiduría mo Kant, que el objeto propio y pro- rrir que á nuestro entendimiento le cual quedará enriquecido el tesoro de
profunda, construido con arte mara- porcionado de nuestra inteligencia en granjea la Revelación divina ; así las verdades por ella poseídas. Si, por
villosa, donde reinan la amplitud de este estado de unión del alma con el como también consideran como c*>sa el contrario, es del orden natural, tan
los conocimientos, la agudeza de los cuerpo son los seres de la experiencia de muy poco valor esa especie de in- libre y expedita se encontrará para
discursos, la claridad de los argu- posible. Pero no por eso afirmaron, falibilidad que de someterse á ella le emprender su demostración científica
mentos, juntamente con un método como este filósofo, que en ninguna resulta. A estos nuevos sabios les im- apoyándose en los solos principios de
admirable en toda la disposición de manera podemos conocer las cosas porta poco la posibilidad de equivo- la humana filosofía, como si nunca le
•sus partes, bastaría para hacer ver espirituales; antes bien enseñaron con carse, y aun el mismo hecho de caer hubiera hablado el cielo sobre aquella
con la mayor evidencia el inestimable profundísima sabiduría y sanísima en gravísimos errores pertenecientes materia. Digo más: para hablar con
y nunca bastantemente ponderado prudencia que á lo espiritual podemos á las cosas más sustanciales de la más exactitud, la Revelación en tal
beneficio que ha recibido la filosofía subir de lo material por medio de con- filosofía. Todo esto lo tienen en nada caso le facilitará la demostración di-
de la Religión católica. ceptos análogos, ó sea por vía de r e - comparado con la preciosa libertad en cha, anunciándole la existencia de la
Se ha ponderado mucho la Crítica moción y de excelencia, salvando así que cifran toda su dicha para poder verdad demostrable y aun indicándole
de Kant en nuestros días, y cierto el escollo del escepticismo, que no ha divagar á su antojo, á manera de ca- quizá el camino que le conviene se-
•que entre las obras filosóficas que ha sabido evitar el autor del formalismo ballos indómitos, por el inculto campo guir para llegar con el ejercicio de
producido en estos últimos tiempos el subjetivista. Y es que los Escolásticos de la ciencia. A trueque de tener esta sus propias fuerzas á su conocimiento
racionalismo alemán, ésta es la única sentían en sus almas un elemento facultad de pensar y decir cuanto con- perfecto.
que tiene algún mérito '. Mas, quita- purísimo y nobilísimo que faltaba al ciba y fabrique su loca fantasía, ad- Dicen muy bien á este propósito los
do el idealismo que ha impreso el filósofo racionalista; elemento por el mitirán con gusto la posibilidad de Padres del Concilio Vaticano : «No
filósofo de Koenisberg á todos sus cual quedaban libres sus corazones equivocarse en las cosas más sustan- sólo es imposible todo conflicto entre
discursos, en el cual precisamente es de ciertos afectos terrenos que suelen ciales, y la ignorancia de las verdades la fe y la razón, sino antes por el con-
donde se muestra Kant más infunda- oscurecer la luz de los más nobles en- más apetecidas. Con el conocimiento trario ambas se prestan mutua ayuda.
do, más vulnerable y verdaderamen- tendimientos, quedando para ellos en- claro y evidente de la verdad queda- Puesto que por una parte la razón de-
te reprensible, ¿qué tiene la Crítica de vueltos en densísimas tinieblas lo que rían esclavizados, y ellos no quieren muestra los fundament os de la fe, é
la razón pura que no lo hayan ense- toda alma bien nacida ve claramente sufrir otro yugo que el de su propio ilustrada con la luz que de ella recibe,
ñado ya los Escolásticos con Santo por cierto instinto de la naturaleza. desenfreno. Por eso claman contra el cultiva la ciencia de las cosas divinas;
Tomás de Aquino? He tenido la pa- Ese elemento era la fe, la cual fortifi- magisterio de la Iglesia, diciendo que y por otra la fe libra y defiende á la
ciencia de leer y estudiar con deten- caba sus inteligencias anunciándoles con él se corta el vuelo al pensamien- la razón de los errores, y la enriquece
ción esta obra tan ponderada del pa- que lo espiritual existe, y que lo invi- to y se encadena la inteligencia. Mas con multiplicidad de conocimientos.
dre del racionalismo moderno; y en sible de Dios puede ser conocido por la éste es el clamor del libertinaje, no Por donde tan lejos está la Iglesia de
verdad que en toda ella no se me ha razón humana mediante el estudio y con- de la razón severa, que de nada gusta oponerse al cultivo de las artes y
presentado otra cosa sino la doctrina sideración de las cosas criadas tanto como de verse sojuzgada por la disciplinas humanas, que antes bien
de los Escolásticos sobre el objeto Grandes son por cierto las ventajas evidencia. le es útil y lo promueve de muchas
propio del entendimiento humano, que resultan á nuestra flaca razón de ¿Qué libertad coarta la Revelación maneras. Porque no ignora ni des-
afeada, empero, con el subjetivismo é hallarse subordinada al principio so- á la razón humana, cuando le enseña precia las utilidades que de ellas re-
idealismo que de su propia cosecha le brenatural de la fe en la investigación en nombre de Dios una verdad que sultan para la vida humana , antes
de aquellas verdades naturales que antes no conocía? La libertad de vivir confiesa que así como tienen su ori-
i Algunos tienen á Hegel por superior á Kant; tienen estrecho parentesco con todo en la ignorancia ó en la duda con res- gen en Dios, Señor de las ciencias, así
confieso francamente que no veo en qué puedan
fundar un parecer tan extraño. He leído la Lógica cuanto dice orden á nuestra salvación peto á ella, y nada más. Si la doctrina también, debidamente tratadas, llevan
de uno y otro, encontrando en el segundo un ver- eterna. Los racionalistas, empero, á revelada es del orden sobrenatural, ó á Dios con el auxilio de su gracia. Y
dadero pensador y en el primero un simple no-
velista. La Lógica de Kant merece una refuta-
quienes los celestiales dones de la sea un misterio, la razón humana tan no prohibe ciertamente la fe que estas
• -ción seria, por estar llena de errores presentados religión y de la bienaventuranza futu- impotente quedará para demostrarla disciplinas usen, cada una en su esfe-
con algunas apariencias de verdad; la Lógica de ra les parecen muy poca cosa, por ha- ó combatirla por los principios de la ra, de sus propios principios y de su
Hegel no m»rece, a mi juicio, sino el desprecio, por
no verse en ella «¡no delirios , creíbles tan sólo
llarse muy satisfechos con los terre- luz natural después como antes de la propio método; sino que, reconocien-
para quien tiene ganas de equivocarse. Kant dis- nos , y por pensar que todo perece Revelación, hallándose la tal doctrina do en ellas esta justa libertad, se li-
curre y yerra como filósofo ; Hegel no hace otra en una esfera muy superior á la suya; mita únicamente á cuidar de que no
cosa que disparatar, profiriendo sin prueba algu-
na los más estupendos absurdos. • Ai Rom., 1 , 2 0 . lo que le habrá sucedido únicamente caigan en algún error que las ponga
602 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA E N ORDEN Á L A S RELACIONES E N T R E L A RAZÓN Y LA FE. 603
en contradicción con la divina doctri- es justo que vigile por la pureza de estas mismas personas, que trabaja- curiam residere contigerit, necnon in
na, y á impedir que, traspasando sus entrambas, ad virtiendo á los fieles de ban por preparar de esta suerte á la parisiensi et oxoniensi, bononiensi et
propios límites, se apoderen de las las aberraciones de la razón en esta Iglesia dignos ministros del santuario salmantino studiis providimus erigen-
cosas de la fe, y lleven á ellas la con- clase de materias. é ilustrados predicadores de la pala- das: Statuentes ut in quolibet locorum
fusión y el desorden.» 1
,Aquí Draper , como siempre , si- bra divina? ¿Ignora , acaso , el profe- ipsorum teneantur viri catholici sufñ-
Nada se puede dar más justo ni guiendo su ordinaria costumbre , se sor americano que la Iglesia en todas cientem habentes hebraicae, arabicae
más prudente que esta medida: en el echa á proferir mil blasfemias contra las catedrales mandó crear una nueva et chaldeae linguarum notitiam: dúo
derecho y en la obligación de la Igle- la Iglesia. Complácese en pintárnosla prebenda, con el título de Maestres- videlicet uniuscujusque linguae periti,
sia está el cuidar de que la razón como enemiga perpetua de la ilustra- cuela, para que se diese más calor y qui scholas regant inibi et libros de
humana, con las limitaciones propias ción, y ocupada de continuo en impe- actividad á los estudios y floreciesen linguis ipsis in latinum fideliter trans-
de su pequenez, y con los extravíos á dir que se difunda por el pueblo el de esta manera por todas partes las ferentes, alios linguas ipsas sollicite
que la suelen arrastrar de continuo amor á las letras , á las ciencias y á letras humanas; que pasó más ade- doceant, earumque peritiam studiosa
las pasiones del corazón, no intro- las artes, recel osa de que, haciéndose lante , mandando fundar en las uni- in illos instructione transfundant; ut
duzca en el mundo errores contrarios apto con todas estas cosas para juzgar versidades clases de caldeo, de hebreo instructi et edocti sufficienter in lin-
á las verdades reveladas , metiéndose de su doct riña , descubra su falsedad y de árabe , además de las del griego guis hujusmodi, fructum speratum
á dogmatizar en cosas que ni puede y acabe con el dominio que viene i n - y del latín , para que pudiesen ser possint, Deo auctore, producere,
comprender, ni siquiera son de su justamente ejerciendo en las humanas estudiadas con ventaja las letras sa- fidem propagaturi salubriter in ipsos
incumbencia; puesto que obrando de inteligenci a s . A esto añade que nada gradas y tuviesen los fieles con qué populos infideles.»
otra suerte se seguiría entre los fieles vigiló con tanto cuidado en los siglos confundir á los caldeos , hebreos y La sola Religión dominicana basta-
una grande perturbación de lo divino de la Edad Media, como el que no es- musulmanes, valiéndose de la Escri- ría para hacer callar á este desvengon-
y humano, con el consiguiente peligro tudiasen los fieles el griego ni el he- tura y del Koran , como se hallan en zado calumniador con sus nunca inte-
de las almas que tanto han costado á breo , para que no pudiesen consultar sus mismos originales? Lean los ami- rrumpidos estudios del árabe y hebreo,
su celestial Esposo , y que se hallan en sus originales las Sagradas Escri- gos del maldiciente yankee el docu- que tan útiles han sido á la cristian-
encomendadas á su custodia. turas; y se irrita sobremanera porque mento de la Edad Media que ponemos dad. Para ceñirnos á nuestra España,
La Iglesia no puede abstenerse de los sacerdotes, en lugar de dedicarse á continuación , y palparán con las sabemos que en 1287 abrieron curso
dar pasto espiritual á sus hijos: renun- al estudio de las doctrinas religiosas manos, si entienden algo de latín , lo de arábigo los hijos de esta sagrada
ciar á esto sería faltar gravemente á y morales , no pasaban las noches y absurdo de semejantes afirmaciones. Religión en Valencia, y en 1312 hi-
la elevada misión que ha recibido de los días como los caldeos y los babi- «Illius , cujus vicem in terris , licet cieron otro tanto en Játiva. Hoy mis-
su divino Fundador. Para ello ha sido lonios, contemplando los astros.,y re- immeriti, gerimus, decía el papa Cle- mo, como observa el erudito é ilus-
dotada del don inestimable de la in- solviendo problemas de matemáticas. mente V en su Constitución ínter sol- trado orientalista Sr. Simonet ', los
falibilidad en las cosas que atañen á Está visto: el furor que le arrebata en licitudines, inserta en el Derecho ca- Dominicos de Mosul, en la Mesopo-
la fe y á las buenas costumbres; y así su deseo de impugnar á la Iglesia ca- nónico (Clement. , lib. V , tít. I), tamia, tienen una imprenta árabe,
tólica le impide advertir los desatinos imitantes exemplum , qui ituros per donde salen á luz muchas obras de
y vaciedades que profiere para deni- universum mundum ad evangelizan- propaganda católica. Para prueba de
1
Ñeque solum lides el ratio Ínter se dissidere
grarla y oscurecerla. dum apostólos in omni linguarum esto mismo baste nombrar al sapien-
numquam possunt, sed opem quoque sibi mutuam
i'erunl; cum recta ratio lidei fundamenta demon- ¿La Iglesia católica enemiga de la genere fore voluit eruditos, viris ca- tísimo Raimundo Martín, entre otros
stre!, ejusque lumine illuslrata, rerum divinarum tholicis notitiam linguarum habenti- varios hermanos suyos que se señala-
scienliam excolat; iides verorationem ab erroribus
ilustración de los pueblos? ¿La Iglesia
liberet ac tueatur, eamque multiplici cognitione católica empeñada en fomentar la i g - bus, quibus utuntur infideles, praeci- ron en el conocimiento del hebreo y
instruat. Quapropter lanlum abest, ut licclesia hu- norancia, temerosa de que, penetran- pue abundare sanctam affectamus del árabe, de la Biblia, del Koran y
manarum arlium el disciplinarum cullurae obsistat,
ut hanc mullís modis juvet atque promoveat. Non do entre los hombres el conocimiento Ecclesiam, qui infideles ipsos sciant del Talmud. Su libro de oro intitula-
enim commoda ab iis ad bominum vitam dima- de las lenguas y de las ciencias, que- et valeant sacris institutis instruere, do «Pugio fidei» Puñal de la fe, es-
nantia aut ignorat aut despicit; fatetur imo, eas, dase en descubierto la falsedad de la christicolarumque collegio per doctri- crito para refutar á los mahometanos
queniadmodum a Dco, scientiarum Domino, pro-
feclae sunt, ita si rite pertractentur, ad Deum, ju- doctrina por ella profesada? ¿Pues nam christianae fidei ac susceptionem y á los judíos por medio de sus pro-
vanle ejus gratia, perducere. Neo sane ipsa vetat, quién enseñó todas estas cosas d u - sacri baptismatis aggregare. Ut igitur pios escritos, revela un conocimiento
ne bujusmodi discipünae in suo quaeque ambitu
rante esos mismos siglos en todas las peritia linguarum hujusmodi possit profundísimo de estas dos lenguas, y
propriis utanlur principiis et propria metbodo; sed
justam banc libertatem agnoscens, id sedulo cavet, partes de Europa, sino las personas habiliter per instructionis efficaciam será en todos tiempos una de las me-
ne divinae doctrinae repugnando errores in se eclesiásticas? ¿Quién las introdujo obtineri; hoc sacro approbante Conci-
súseipiant, aut fines proprios transgressac, ea, quae lio scholas in subscriptarum lingua- i Artículo III, El ascuranlismn, publicado por
sunt lidei, occupent et perlurbent. (Concil. V a i i c ,
hasta en los más ocultos rincones del
Conslil. üngmal. dvFidc, cap. IV.) mundo civilizado á la sazón , sino rum generibus, ubicumque romanam el referido autor en La Ciudad dr ¡Mus, tomo I, pá-
gina 2 Í 2 .
JO
604 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA E N O R D E N Á L A S R E L A C I O N E S E N T R E L A R A Z Ó N Y LA F E . G05
jores armas que podrán manejar los ¿El clero enemigo de la ciencia? non serviam de Lucifer, y siguiesen nero humano y á las ciencias mismas:
cristianos contra estos infieles. Nada Cierto que el ilustre arzobispo de T o - sus propios antojos cubriéndolos con porque tanto á éstas como á aquél
digamos de la Compañía de Jesús, en- ledo, D. Raimundo, se mostraba muy la brillante capa de reforma. perjudica muchísimo todo género de
viada por Dios al mundo para hacer enemigo de la ciencia cuando hacía Por lo demás, nada inventó de superstición, y en particular el de la
la guerra á los proclamadores de la con grande solicitud que fueran tra- nuevo el Protestantismo para produ- Astrología. Entre los que se daban á
falsa ciencia. Los innumerables y es- ducidas del griego al latín las obras cir su revolución; repitió únicamente esta clase de estudios había muchos
clarecidos escritores que han brillado de Aristóteles, por Juan Gundisolvi, los errores proferidos por los Valden- que pretendían hallar en la revolu-
en el mundo durante estos tres últi- su Arcediano, y por Juan el Hispa- ses y por los otros herejes de los tiem- ción de los astros la causa fatal é
mos siglos con todo género de litera- lense, judío convertido; siendo luego pos anteriores. ¿Qué tenía que ocul- irresistible de los acontecimientos hu-
tura, claman demasiado alto para que propagadas de nuestra patria á otras tar la Iglesia que no lo hubiesen des- manos, ocultos bajo el velo del porve-
ningún enemigo de la Iglesia se atre- naciones, y logrando gran aceptación cubierto ya los sectarios de todos nir. La Iglesia se levantó contra es-
va á tacharlos de ignorantes ú oscu- entre los sabios de Europa. En ver- los tiempos, comenzando por Simón tos insensatos, que destruían con sus
rantistas. Testigos también son bien dad que la Iglesia profesaba mucho Mago y los ebionitas, contemporá- necios cálculos el dogma católico de
abonados del amor que en todos tiem- horror á la enseñanza de las lenguas neos de los mismos Apóstoles? Fácil la libertad humana. He aquí explica-
pos ha profesado esta Religión á la orientales y á la propalación de la cosa es forjarse una calumnia á su do todo el odio de la Iglesia contra
ciencia, los colegios donde educa á doctrina de los mahometanos, cuan- modo allá en su magín, y luego vo- las Matemáticas y la Astronomía. N.>
la juventud, y cuya poderosa influen- do por la diligencia de un abad de mitarla al mundo para que los igno- iba ella contra estas dos hermosas
cia en el adelantamiento del saber Cluni, Pedro el Venerable, se hizo la rantes y sencillos queden can ella ciencias, sino contra el abuso que de
excita tanto las iras de los revolucio- primera traducción del Alcorán al trastornados. Pero la ciencia es algo ellas hacían los aficionados á la astro-
narios, que por esta causa los cierran latín. ¿Y la célebre Poliglota del car- más digno que todo eso, y no admite logía juiiciaría.
siempre que pueden, aunque para ello denal Cisneros? ¿Y los vastos cono- jamás otra clase de armas sino las Otro tanto se diga así de la Física
sea preciso atentar contra las leyes cimientos en las lenguas sabias de fabricadas con el noble y purísimo como de la Química. Por eso distin-
más sagradas de la justicia. ¿Cuál ha Arias Montano y de Erasmo? ¿Y la fuego de la inteligencia, esclava de la guían muy bien los antiguos entre la
sido sino éste el verdadero motivo por excelente literatura de nuestro famo- verdad y aborrecedora perpetua de la magia blanca y la magia negra, ala-
que los sectarios del vecino reino, so Vives, etc., etc.? E n verdad, estos mentira. bando y recomendando la primera
llevados de una rabia infernal, han ejemplos, y otros innumerables que se ¿Y á qué viene irritarse contra la porque su estudio era inocente y lau-
cometido en nuestros días, con todo podrían citar, prueban con clarísima Iglesia porque no tuvo en la Edad dable, como que se limitaba única-
género de religiosos, las abominacio- evidencia el grande horror que la Media el peregrino gusto de convertir mente á la observación científica de
nes que todo el mundo conoce? Iglesia ha profesado siempre á la di- sus templos en observatorios astronó- los fenómenos naturales y á la reso-
fusión de los conocimientos lingüísti- micos? ¡Como si ésta hubiera sido la lución de los problemas algebraicos,
Se quiere que la Iglesia no influya
cos. ¡Como si para hacer la revolución misión que le encomendara el Padre é hiriendo con el rayo de sus exco-
de manera alguna en el Estado; y
religiosa que se verificó en el Norte celestial al ponerla en el mundo, mi- muniones á esta segunda por ser de
como las Ordenes religiosas cultivan
de Europa á principios del siglo XVI rar de hito en hito las estrellas! De condición diabólica y contener en su
aun las mismas ciencias profanas con
hubiera sido necesario á los hombres un Rey sapientísimo de nuestra pa- seno errores hereticales y nocivos.
no menos ardor que otro cualquiera,
el conocimiento de las lenguas orien- tria se cuenta que por andar mirando ¿En esto la Iglesia merece otra cosa
y por este medio hacen que la Reli-
tales, y no les hubiera bastado el la- continuamente los astros se le vino que alabanza? La Astrología judicia-
gión ocupe su debido lugar en la re-
tín, enseñado por la Iglesia! Con éste al suelo la corona real que llevaba en ria, científicamente hablando, es una
pública, los hijos de la Revolución se
y con el abundante fuego de desho- la cabeza. Esto mismo hubiera suce- necedad, uña cosa propia de gitanos
esfuerzan por acabar con ellas, ó por
nestidad que abrasaba á Lutero y dido á la Iglesia si, olvidada de su que dicen supersticiosamente á los
impedir, cuando menos, su acción,
á sus compañeros de apostasía salidos oficio propio, que es moralizar los hombres la buena ventura; en el sen-
prohibiéndoles la enseñanza. ¡ Así
del santuario, con el otro fuego de la pueblos, se hubiera entregado á la tido teológico añade además varios
muestran estos hipócritas el amor que
codicia inflamado en los grandes para contemplación de las estrellas y al es- errores contrarios á la religión y á la
tienen á la ciencia! Incapaces de lu-
apoderarse de los bienes de la Igle- tudio exclusivo de las Matemáticas. sana moral. L a Iglesia, trabajando
char con los religiosos en el terreno
sia, y con el de la independencia y " No despreciaba ella el cultivo de estas para desterrar del mundo esta vana
de la legalidad, apelan á los procedi-
libertinaje de los príncipes políticos cosas, ni mucho menos perseguía á superstición, merecía bien de la cien-
mientos que ellos mismos condenan,
para sustraerse á la obediencia de su los que á tales ciencias se dedicaban. cia y de la sociedad humana: de
cerrando la boca de sus adversarios
legítimo Soberano y Emperador, ha- Lo que persiguió únicamente fueron aquélla, porque le quitaba la escoria
por medio de la fuerza. ¡Esta es la li-
bía más que suficiente para que aque- las necedades de la Astrología, sir- que la afeaba; de ésta, porque al de-
bertad de la Revolución! Pero volva-
llos sectarios repitiesen el antiguo iendo con ello en gran manera al gé- fender de este modo nuestro libre al-
mos á nuestro asunto.
606 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA
E N ORDEN Á L A S RELACIONES ENTRE L A RAZÓN Y LA F E . 607
pre que ésta se ha mostrado en un ya victoriosos, el deseo de saber; de
bedrío, protegía uno de los más sóli- superior á los sabios cordobeses. L a
sujeto digno y no manchado con tor- suerte que con toda verdad debe de-
dos principios que le sirven de base y tiara pontificia recompensó los méri-
pes vicios ó con errores contrarios á cirse no haber sido los árabes los que
fundamento. tos del monje francés Gilberto, d e s -
la religión, aquí había una razón par- introdujeron en región alguna del
No obraba así por cierto el maho- pués de haber pasado de Francia al
ticular de utilidad para la cristiandad globo la civilización propia de su país,
metismo, que tanto encanta al autor condado de Barcelona con el objeto
entera. A la Iglesia, en efecto, conve- sino que, por el contrario, ellos fueron
de Los Conflictos, á causa de la afición de hacer allí sus estudios en las es-
nía mucho el que se hiciesen progre- los que en todas partes la recibieron
á las matemáticas que se apoderó de cuelas cristianas y de aprender las
sos en estas ciencias para poder arre- de los vencidos. En el Oriente, los
algunos pocos musulmanes. Estos fa- matemáticas bajo la dirección de tfat-
glar el calendario y fijar con exacti- cristianos de Edesa, de Damasco y de
náticos de ordinario no buscaban en to, obispo de Vich. La dignidad car-
tud el tiempo en que se había de ce- Alejandría los iniciaron en los cono-
sus ponderados cálculos la ciencia denalicia fué el galardón de los estu-
lebrar la Pascua; obra inmensa que cimientos filosóficos, matemáticos y
matemática, sino únicamente el modo dios matemáticos y de otros géneros
requería conocimientos no pequeños literarios que poseían ya ellos antes
de adivinar por la cabala; eran astró- de ciencias concedido á Nicolás de
en este ramo. de la invasión sarracena. Ellos fue-
logos más que verdaderos cultivadores Cusa, primer restaurador del sistema
Sobre esta materia de ciencias y li- ron los que les dieron á conocer los
de la Astronomía. El mismo califa pitagórico en Astronomía y maestro
teratura han ponderado algunos en autores griegos, cuya superioridad de
Almamun, que se mostró protector del canónigo Copérnico. En 1435 dió-
extremo la civilización árabe, y hasta conocimientos los sacó de las tinie-
de los sabios, no era movido tanto á luz este ilustre sabio un libro inti-
se han atrevido á darle la preferencia blas en que yacían '. En Occidente,
del amor hacia las matemáticas, tulado De docta ignorantia, y dedica-
comparándola con la cristiana. Nues- ó sea en nuestra patria, la civilización
cuanto de la necia superstición de la do al cardenal Cesarini, en el cual se
tro famoso yankee no se contenta con la recibieron délos cristianos del país,
Astrología judiciaria, cuando rogó al afirmaba la realidad del movimiento
esto, sino que se desata en denuestos donde reinaba á la sazón el pueblo
emperador Teófilo que permitiese ir dé la tierra alrededor del sol. En el
contra la Iglesia de Jesucristo por- godo con una cultura luxuriante hasta
á su corte de Bagdad, en clase de pro- Concilio de Basilea señaló la necesi-
que en la Edad Media mantuvo á los tal grado, que ya degeneraba en mue-
fesor, al gran matemático León. Este dad de reformar el calendario, y luego
pueblos cubiertos con el negro manto lle y corrompida. En nuestra penín-
y Almamun estaban totalmente entre- más tarde, en 1448, en atención á sus
de la ignorancia, mientras los árabes sula entraron los mahometanos llenos
gados á la investigación del arte de méritos, le honró el papa Eugenio IV
en Oriente y Occidente brillaban por de salvajismo, y no de ilustración.
adivinar por medio de las matemáti- con la alta dignidad sobredicha.
sus muchos conocimientos. No nega- Berberiscos en su gran mayoría, y
cas; así como entre los filósofos cris- Nada se diga del famoso Copérni- ré que el pueblo árabe, después de por lo tanto poco aptos para las cien-
tianos hubo muchos que andaban en- co, el cual ha dado su nombre al sis-
sus rápidas y grandiosas conquistas, cias de reflexión, ni siquiera fueron
loquecidos con la invención de la tema que ahora se sigue en Astrono-
hubiese llegado á un cierto grado de ellos los que hicieron brillar en la
piedra filosofal, haciendo por esta mía, merced á su famosa obra astro-
civilización bastante desarrollada. Es España árabe las ciencias y las artes;
causa innumerables experimentos de nómica De revolutionibus orbium eos-
este un efecto natural en la historia sino que el tal brillo se debió á los in-
química. lestium. Ya canónigo, ejercía el oficio de las humanas sociedades, las cua- dígenas cristianos, que vivían mez^
Cuando las ciencias matemáticas y de profesor de matemáticas en Roma les con el estruendo de las armas y ciados con ellos, ora permaneciendo
astronómicas se hallaban limpias de á principios del siglo XVI, y como á con las victorias por ellas consegui- fieles á la Religión de Jesucristo con
estos errores perniciosos, la Iglesia maestro en la profesión le consultó das suelen adquirir una cierta eleva- el nombre de mozárabes, ora pasándo-
era la primera en fomentarlas; si bien, en 1512 el Concilio de Letrán para ción de temple que las hace propias
como era justo, siempre daba la pre- hacer la reforma del calendario. Más: para el cultivo de las letras. Pero lo f «El mismo Sedillol, observa el Sr. Simonet
ferencia á los estudios propios de su la reforma que acabamos de indicar, que de ninguna manera puedo conce- en el primer» de sus eruditos artículos sobre la
literatura arábigo-hispana, publicados el año 1808
profesión religiosa. Así es que no ¿quién la practicó sino la Iglesia? der, es que la religión de Mahoma, ni en El Bien, revista católica de Granada, considera
faltaban en las universidades profe- Bien lejos estaba ésta, por cierto, de el elemento indígena propios de los á los nestorianos de la antigua escuela de lídesa
sores de estas materias para quienes oponerse al estudio de las ciencias descendientes de este falso profeta,
como los maestros de los árabes en la literatura
griega.. «Pero no hay que olvidar, añade, la in-
gustasen cultivarlas, y no dejaba de matemáticas y astronómicas, cuando hayan sido los que dieron impulso á fluencia de la escuela católica de Damasco, tan al-
honrar la Iglesia á los que en ellas se así trataba á los que en ellas se dis- la civilización sobredicha. Los árabes, tamente representada por el gran filósofo y teólogo
San Juan Damasceno, uno de los primeros doctores
distinguían. La mitra sagrada ornó tinguían. Y no podía menos de suce- al emprender sus conquistas, no eran que con las armas de la razón y la fe combatieron
en nuestra España al obispo llamado der sino que de esta manera se hu- sino un pueblo nómada y salvaje, que los errores muslímicos. Cristianos finalmente fueron
Recemundo, conocido entre los árabes biese con cuantos brillaban con este ignoraba por completo las ciencias y
Isaac ben tlonain, Costa ben Luca, Juan ben Me-
sué, los Serapiones, los liajtixüa y otros filósofos T
con el nombre de Rabí ben Zaid, fa- linaje de conocimientos. Porque ade- las artes. El contacto que por medio médicos insignes que, traduciendo é ilustrando las
moso por sus conocimientos astronó- más de haber sido su constante y pe- de las guerras y conquistas tuvieron obras maestras de la ciencia griega, revelaron á los
árabes un mundo desconocido de saber y civiliza-
micos y filosóficos en el siglo de oro renne costumbre honrar con lustro' con los cristianos, despertó en ellos, ción . >
de la literatura arábigo-española, y sas condecoraciones la ciencia, siem-
608 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA
E N ORDEN Á LAS RELACIONES ENTRE LA RAZÓN Y LA P E . 609

se á la religión de Mahoma para li- A esta causa se debe el que la civi- la echó en el crisol alquímico de los petentes han desempeñado perfectísi-
brarse de las vejaciones continuas que lización de los mahometanos españo- profesores de sus escuelas, é hizo de mamente este oficio, así en nuestra
recibían de sus conquistadores, y to- les fuese muy superior á la de los ma- ella algo oriental que en todos sus patria como en el extranjero ', y con
mando el nombre de mulladíes. «Ni de hometanos de Oriente. E n España la desenvolvimientos muestra la huella dificultad se pueden decir cosas mejo-
árabes ni de africanos, escribe el dis- gente muslímica predominante era de la intervención sostenida de los res que las ya escritas sobre esta ma-
tinguido arabista poco ha menciona- originaria del mismo país; y aunque mozárabes.» teria. Pero sí afirmaré con toda la
do ', vino á España bastante multi- profesaba la brutal religión de Maho- Hasta la gran mezquita de Córdoba efusión de mi alma, que eso que los
tud para llenarla toda Particular- ma, conservaba siempre mucho del tiene por cierto el Sr. Simonet que incrédulos y herejes, y aun algunos
mente la raza árabe, superior en in- esplritualismo propio de la Religión filé hecha, así como también otros católicos demasiado aficionados á las
teligencia y cultura á la berberisca, cristiana, á que habían pertenecido monumentos arábigos del reinado de ideas modernas, han considerado como
fué muy escasa en nuestro país; y así sus abuelos, y de los hábitos y cos- Abderrahmán I, por mano de arqui- un exceso de rigor y como una remo-
la mayor parte de la población fué til mbres que había heredado de la ci- tectos mozárabes que los fabricaron ra para el progreso de las ciencias, ha
siempre española, ó sea hispano- vilización antigua. Por otra parte, las al estilo latino-bizantino, usado á la sido en realidad de verdad lo que ha
romano-gótica con todas las ventajas cualidades físicas é intelectuales de sazón en las iglesias cristianas. F ú n - salvado á las ciencias mismas del
y caracteres de estas distintas razas. esta raza eran muy superiores á las dase para opinar de esta suerte en universal naufragio á que con sus pro-
Dominados por los musulmanes y de las otras dos, árabe y africana, y la que las basílicas construidas por pias aberraciones las hubiera condu-
muchos de ellos pasados al islamis- hacían infinitamente más apta que aquel tiempo en las Asturias, merced cido la inteligencia humana arrastra-
mo, los españoles contribuyeron po- ellas para el cultivo de las ciencias, á la religiosidad de los primeros reyes da por las pasiones del corazón. Para
derosamente con su número y sus sobre todo las de reflexión. Así es que restauradores, presentan aun hoy día discurrir bien no basta tener libertad,
dotes, así físicas como intelectuales, los más notables en los diferentes ra- el mismo género y estilo que el de los sino que es necesaria además la in-
al progreso y prosperidad que llegó á mos del saber entre los musulmanes sobredichos monumentos muslímicos. fluencia de un principio regulador que
contar la España sarracena. Y como españoles consta haber sido de raza , Quien desee adquirir ulteriores n o - ponga freno á las inteligencias licen-
siempre lo más absorbe á lo menos, indígena, así como también los que ticias sobre este asunto de la civiliza- ciosas y á los ingenios excéntricos,
la raza árabe y la berberisca llegaron profesaron doctrina más pura y eleva- ción, árabe en nuestra patria, lea los que no tienden, de ordinario, á otra
casi á desaparecer entre la inmensa da. «Para realizar en pocos días la citados artículos del referido autor; y cosa sino á demoler hasta los mismos
mayoría de la española; y del todo obra ordinaria de los siglos, escribe se convencerá de que no fueron los fundamentos de la humana ciencia.
hubiesen desaparecido dentro de dos Circourt, citado por el Sr. Simonet árabes quienes vinieron á civilizar á En la república de las letras, para
ó tres siglos, á no ser por las innu Abderrahmán I (el fundador del cali- los. españoles, sino éstos los que co- que éstas puedan progresar con buen
merables hordas de tribus africanas fato cordobés) tuvo necesidad de apo- municaron su civilización á sus con- orden y concierto, no es menos conve
que acudieron á nuestra península el yarse en los mozárabes, de conceder- quistadores, en cuanto lo consentía la niente que en las sociedades políticas
siglo X, sosteniendo el vacilante im les honores y protección, y de obli- bárbara y brutal ley de Mahoma por un centro moderador que las gobierne
perio musulmán. A principios del si- gar á los conquistadores á que con- ellos profesada. y dirija. Pues este centro nos lo ha
glo XIV de nuestra Era, la población templasen á los vencidos... El gran La misma clase de autores que deparado el cielo en el magisterio in-
de la ciudad de Granada se componía movimiento intelectual que fomentó tanto han magnificado la civilización falible de la Iglesia; y la Inquisición,
casi toda de raza española, pues con- este emir se habría desvirtuado, si no árabe para deprimir la cristiana, ha que ha sido el instrumento ordinario
tándose en ella doscientas mil perso hubiese querido desde luego deste- proferido mil blasfemias contra el es- de que se ha servido nuestra santa
ñas, ño se hallaban quinientas que rrar las preocupaciones religiosas.,. píritu represivo de la Iglesia, diciendo Madre para llenar su cometido en esta
fuesen moros de naturaleza, siendo Los árabes, nacidos ayer, no tenían que con sus calabozos y con sus ho- parte, no merece de todo hombre jus-
todos los demás hijos ó nietos de arquitectura ni literatura, apenas his- gueras ha tenido aherrojado durante to y prudente sino agradecimiento y
cristianos, y subiendo á cincuenta mil toria: en Filosofía lo ignoraban todo... largo tiempo el entendimiento huma- elogios. Dejemos á los libertinos é im -
Abderrahmán I se atrevió á tomar de no sin permitirle explayarse libremen- pacientes de todo yugo declamar va-
el número de los renegados. Asi lo
los mozárabes y de sus aliados de te por el campo de la ciencia. ¿Qué namente contra los excesos de este
afirmaron por cosa cierta los embija
Constantinopla el tesoro de la ciencia de sandeces y qué de calumnias no se Santo Tribunal. Porque ¿qué otra
dores del rey D. Jaime II de Aragón
antigua. A sus ojos y á los de sus han escrito á este propósito contra el cosa pueden hacer los ladrones y los
al Sumo Pontífice Clemente V duran
subditos, todo cuanto venía de los tribunal del Santo Oficio, y principal- malhechores sino hablar mal de la
te la celebración del Concilio general
cristianos era ciencia cristiana; y sin mente contra la Inquisición española? justicia? Mas los justos apreciadores
de Viena, año de 1 3 1 1 , según lo re-
embargo, la escogió sin desconfianza, No es nuestro intento vindicar en esta
fiere el diligente Zurita.» 1 Kntre otras es muy recomendable la del fer-
parte la inmaculada conducta de la
ventísimo católico y distinguido escritor Sr. Orli y
' Circourt, Jlistoire des Maures Mudexares et Iglesia, puesto que plumas muy com- Lara, la cual lleva por tituloi La fiiquisición.,
* Simonet, ¡ 'ííaío, art. I I , pág. 18. des Marisques.
(ilO EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN O R D E N Á L A S R E L A C I O N E S E N T R E L A R A Z Ó N Y L A i ' H . Gil

de las cosas no dudarán un momento denadas por la doctrina católica. Los Draper pretende que, con la des- ¡Tan lejos está de echarle por esta
en confesar deberse al tribunal de la hechos son en sustancia los siguien-, trucción del Serapeo, juntó el pa- parte en cara el menor defecto!
Inquisición en gran parte el adelanta- tes: El emperador Teodosio había ce- triarca Teófilo la de la gran Bibliote- L o único que ofrece alguna dificul-
miento de las mismas ciencias, mer- dido al patriarca Teófilo un templo de. ca de. la ciudad, habiendo solicitadotad es un texto oscuro de Orosio
ced al cuidado que siempre ha puesto Baco para que lo transformase en del emperador Teodosio el edicto para(Histor., lib. IV, cap. XVI), en que,
en cortar el vuelo á las aberraciones iglesia. Al querer hacer esta operación destruirla '; y por lo que mira á la refiriendo el incendio casual de la Bi-
de la razón humana. La prudencia y el Obispo, halláronse en los lugares hija de Teón, afirma que fué asesina- blioteca de Alejandría, acaecido en
cordura de la Inquisición romana son subterráneos unos ídolos indecentes;, da por orden de San Cirilo. «¡Hipatia tiempo de Julio César, dice este escri-
proverbiales. Por eso los enemigos de los cuales, puestos en pública exhibi- y Cirilo! escribe. La filosofía y el fa- tor haber visto él con sus propios ojos
la Inquisición han dirigido sus tiros ción para que de ellos se avergonza- natismo no podían existir juntos, y en los templos de dicha ciudad algu-
principalmente contra la española, ran los paganos, dieron origen á un. reconociéndolo Cirilo, obró según esta nos armarios de libros despojados por
motejándola de bárbara y enemiga tumulto popular por parte de éstos. idea. Cuando Hipatia se encaminaba ciertos hombres, á quienes da el nom-
de la ciencia. Pero aun esta misma In- Los paganos, irritados, tomaron las á su academia, fué asaltada por las bre de nuestros (exinanita ea a nostris
quisición bien puede presentarse con armas y mataron á muchos cristianos. turbas de Cirilo.» Empero ni Teófilo hominibus). Quiénes hayan sido estos
2

la cabeza erguida ante la faz de la Heladio, sacerdote de Júpiter, se glo- solicitó edicto alguno para destruir la nostri homines, si los cristianos con los
ciencia, siendo cosa averiguada que riaba de haber él solo quitado la vida Biblioteca de Alejandría, ni San Ci- cuales vivía en comunidad de religión,
nunca ha perseguido á nadie por el á nueve. El Serapeo, ó templo de rilo tuvo la más mínima parte en el ó los hombres del Imperio romano,
mero hecho de ser sabio, y que debe, Serapis, fué donde ellos se fortifica- asesinato de Hipatia. Ábranse los li- dentro del cual escribía su historia,
por el contrario, decirse que los mejo- ron. Los magistrados de la ciudad bros de los historiadores contemporá- no es cosa fácil de averiguar con en-
res días para las letras españolas han informaron á Teodosio de lo que pa- neos de estos sucesos, y se verá que tera certeza. Sin embargo, lo natural
sido precisamente aquellos en que ella' saba, y el Emperador mandó demoler no hay nada de verdad en cuanto es- es pensar que con las mencionadas
ha desplegado su poder con mayor el templo; lo cual se ejecutó como cribe el profesor americano. Ni Só- palabras no quiso designar lo prime-
energía. E s esta una proposición que había sido ordenado, sin oponer nin- crates, ni Sozómeno, ni Teodoreto ro, sino lo segundo, porque en este
ha sido en estos últimos años puesta guna resistencia los gentiles. Porque hablan una palabra acerca de la Bi- último sentido las toma cuando las
fuera de toda duda por la docta pluma éstos, apenas tuvieron noticia de la blioteca de Alejandría, ni de solicitud usa en otras partes de la misma obra.
del joven Menéndez Pelayo en sus orden del Emperador, al instante d e - alguna que hubiese presentado el pa- Así, poco más adelante, en el capítu-
dos inmortales obras intituladas: His- pusieron las armas. El otro hecho es triarca Teófilo al emperador Teodosio lo XVII del mismo libro VI, escribe
toria de los heterodoxos españoles y La la trágica muerte de la filósofa Hipa^ para conseguir el mencionado edicto. hablando de las guerras civiles que
ciencia española. tia, hija de Teón, gran matemático Lo que únicamente nos cuentan de se siguieron á la muerte de César:
Teófilo estos autores, es que mostró «Nuestra Roma, asesinado César, ¿qué
No quiero poner fin á este capítulo alejandrino. Era esta doncella de
grande celo en destruir la idolatría y de ejércitos armados no hizo brotar
sin decir siquiera dos palabras acerca grandes prendas, así en el alma como
en derribar los templos del paganis- de sus cenizas?» De la misma m a -
de ciertos hechos desagradables que en el cuerpo; había acabado sus estu-
1

mo. De lo cual cada uno puede cer- nera se expresa en otros lugares, re-
tuvieron lugar en Alejandría en tiem- dios en Atenas, y tenía abierta cáte-
ciorarse por sí mismo consultando firiéndose, no á sus correligionarios,
po de San Cirilo y de Teófilo, su tío. dra de filosofía en la ciudad de Ale-
los lugares donde tratan de este asun- sino á sus conciudadanos. Lo que se
Draper, acudiendo siempre á su arma jandría, con mucho séquito de perso-
to, y que ponemos á continuación se- infiere, pues, de las palabras de Oro-
favorita de calumniar á nuestra Reli- nas que iban á oir sus elocuentes
gún los hallamos en la Patrología de sio es que los romanos despojaron los
gión sacrosanta, quiere sacar de ellos discursos. Un día que salía de su casa
de Migne: Socrat., Hist. eccles., li- armarios que había visto él vacíos en
partido para probar que la Iglesia es para volver á ella dentro de poco, fué
bro I I I , cap. I I , y libro V, cap. XVI; los templos de Alejandría; pero no
enemiga de las letras y de la civiliza- acometida de una tropa de furiosos,
Sozómeno, Hist. eccles., libro VII, que este despojo hubiese sido efec-
ción. ¿Pero qué pueden hacer sus im- capitaneada por un Lector llamado
cap. XV; Teodoreto, Hist. eccles., li- tuado por los cristianos, ni que los li-
potentes iras contra la Esposa inmacu- Pedro. Cogiéronla, y después de h a -
bro V, cap. XXII. Este último llama bros sacados de los tales estantes hu-
lada del Cordero? Aun cuando fuese berla llevado arrastrando hasta la
por esta causa á Teófilo varón de suma biesen sido destruidos por nadie. Qui-
verdadero todo lo que él cuenta á este iglesia principal, allí la asesinaron tor-
prudencia y de ánimo esforzado, ávn.p zás fueron llevados á otro lugar,
propósito, no lograría poner la más pemente, haciendo pedazos su cuerpo
mínima mácula en la Iglesia de Jesu- y cometiendo con ellos mil actos de
ituxvóc; TE xác; fpévae;, xal ávSpsroe; t ó tppcivTjp-a. donde se formó la nueva Biblioteca

cristo; lo que haría tan sólo sería ma- salvajismo, hasta que por fin los que- mont, Hisl. eccles., tom. X I V ; Saint Cyrüle
con los libros venidos di Pérgamo
nifestar que dos determinados Obis- maron en un lugar llamado cinaron '. d'Alexandrie, art. I I I .
' Draper, Historia de los conflictos, etc., ca- ' Noslra autem Roma, Caesare occiso, quauta
pos faltaron á su deber cometiendo pitulo I V . pág. 106. i'l'rad. de Arcimis.) de cineribus ejus agrnina annata parturiil? (Orosio,
acciones reprobables y siempre con- I i Sócrates, Hist., lib. V i l , cap. X I V ; Tille- * Draper, Historia, cap. I I , pág. 56. Histor., lib. VI, cap. XVII.)
612 EL CATOLICISMO Y L A C I E N C I A
E N O R D E N X L A S R E L A C I O N E S E N T R E L A R A Z Ó N Y LA KE.

después de incendiada la antigua. no quiso reconciliarse con él por más iban á visitarla, San Cirilo tuvo en- moderación y su desinterés reconoci-
Porque es de saber que la Biblioteca que el santo Obispo se lo había roga- vidia de aquella gloria con que bri- dos de todo el mundo, le ponen á cu-
quemada por los soldados de Julio do con grande instancia, ápetición del llaba una filósofa gentil, y concibió la bierto de tan detestables ataques, con
César estaba en el Bruchium, cerca mismo pueblo. Y como Hipatia fre- abominable idea de hacerla asesinar. que se ensañó en él la malicia de los
de la playa, y la que se formó des- cuentaba la casa del prefecto^ el pue- Mas esta acusación, sin prueba de gentiles y con que se ensañan hoy día
pués con los libros llevados de Pérga- blo se imaginó que ella tenía la culpa ninguna clase, hecha por los enemi- los racionalistas, mucho más perver-
mo se hallaba en unas casas conti- de su dureza é inflexibilidad en no gos de la Religión cristiana, tiene sos, sin comparación, que los secua-
guas al Serapeo. El mismo Draper querer avenirse con el Prelado; por- -caracteres manifiestos de una perver- ces del paganismo antiguo
asegura que el incendio no alcanzó que ella era gentil y no parece, que sísima calumnia. La santidad del vir-
á todos los libros de la Biblioteca tuviera mucha intención de abrazar el tuosísimo Patriarca, su sabiduría, su
1
Véase el mismo Tillemont, en el art. 152 det.
lugar citado.
quemada, sino solamente á más de la Cristianismo. Con esto comenzaron á
mitad mirarla con malos ojos, y no faltaron
Lo cierto es que el califa Ornar, al algunos fanáticos que osaron asesi-
apoderarse de Alejandría en tiempo narla. Estos fueron quizás unos m o n -
de Juan Filopono, halló en aquella jes alborotados de las montañas de la
ciudad una biblioteca sumamente nu- Nitria, los cuales debieron de formar
merosa, de medio millón de libros, la perversa traza, capitaneados por el
según escribe el mismo Draper . Tan sobredicho Lector, sin saber nada de
2

grande era, que mandada quemar por ello el santo obispo Cirilo. Ya estos
aquel bárbaro mahometano, sirvió por monjes en tiempo de Teófilo, tío de
espacio de varios meses para calentar este Santo Prelado, habían cometido
los hornos de la ciudad. De alguna algunas tropelías saliendo de su reti-
parte salió tan grande multitud de li- ro y marchándose á Alejandría. Aho-
bros. Si los cristianos de Alejandría ra, oyendo sin duda los alborotos pro-
hubieran sido tan enemigos de la ducidos en la capital por los judíos y
ciencia como finge Draper, no hubie- gentiles, y la gran matanza de cris-
ran guardado con tanta diligencia tan tianos ejecutada por ellos, fueron á
rico tesoro. Quien desee ver más lar- ella en número de quinientos; y ha-
gamente tratado este asunto, lea el llando al mencionado prefecto en Ta
libro de Gorini, intitulado Défensede calle, públicamente le llamaron gen-
VEglise, tomo I, cap. I I I , páginas 64 til, y aun lo apedrearon, hiriéndole en
y siguientes. la cara uno de ellos llamado Ammón,
El lamentable asesinato de Hipatia el cual fué por esta causa sometido
no fué sino el resultado natural de la por Orestes al tormento en presencia
excitación de los ánimos producida de la multitud y tratado en él con
por los judíos y gentiles, enemigos de tanta barbarie, que de ello murió
los cristianos. Los judíos habían qui- Exasperados así los ánimos de los
tado la vida, en una conspiración, cristianos con tantas vejaciones de
á gran multitud de fieles, teniendo los gentiles, nada tiene de extraño
de su parte á los gentiles y confiando que cometiesen ellos también aque-
en la disposición de ánimo en que se lla tropelía con la infeliz Hipatia, á
hallaba á la sazón el prefecto Orestes. quien, con razón ó sin ella, conside-
Este representante del imperio estaba raban como la causa principal de t o -
enemistado con el obispo San Cirilo, dos estos disturbios. Los paganos di-
por la envidia que le causaba la con- cen que como la casa de Hipatia
fianza que de él hacía el Emperador, y estaba siempre llena de personas que

* Draper, Historia de ios conflictos, etc , capí-


turo V I , pág. 106 de la edición citad». i Véase á Tillemont en su Hisloire ecclet., lo-
* Lugar citad", nág. 107, mo XIV, Saint Cyrille d'Alexandrie, art. 3."
E L CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN L A S R E L A C I O N E S , E T C .

así negaron en redondo que Jesucris- de su comunión, por ellos mismos crea-
to hubiese establecido jamás sociedad dos, y la autoridad civil. En lo cual
alguna. Esto ciertamente encerraba ya se ve que toda la cosa depende ex-
una falsedad manifiesta, porque toda clusivamente de la voluntad de los
la esencia del Cristianismo está di- mismos protestantes, no de otra suer-
ciendo á grandes voces que nuestro te que si vivieran bajo la sola ley
CAPÍTULO XLII
adorable Salvador dio, en efecto, á su natural ; puesto que Jesucristo, en la
religión la forma orgánica de real y opinión de estos sectarios , no ha es-
verdadera sociedad, adornándola con tablecido nada sobre el asunto.
EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN A LAS RELACIONES sus leyes fundamentales y demás co- Por lo que acabamos de escribir
Q U E D E B E N M E D I A R E N T R E LA I G L E S I A Y E L ESTADO sas correspondientes ; pero era abso- sobre las ideas de los protestantes
lutamente necesario para que pudiese acerca de la naturaleza del Cristia-
subsistir el dogma fundamental del nismo, se deja entender que, antes de
protestantismo , según el cual , como ventilar la cuestión propuesta en este
todo el mundo sabe, en el negocio de capítulo, es preciso demostrar que hay
la salvación eterna cada uno queda verdaderas y propias autoridades ins-
jjfffo dicho en el capítulo precedente la otra, ó sea cuando las dos proceden libre para vivir y gobernarse á su ma- tituidas por derecho divino en la Re-
^ a | 2 ¡ nos abre el camino para tratar ordenadamente. ¿Qué clase, pues, de nera, sin otro superior que el Padre ligión de nuestro adorable Salvador;
de la importante cuestión aquí pro- relación es la que debe intervenir en- celestial, sin otro códice de leyes que ó, en otros términos, que Jesucristo
puesta, en que se consideran las esen- tre estas dos potestades? Esto es lo la Biblia, sin otro juez y magistrado ha fundado una verdadera sociedad
ciales relaciones que deben mediar que vamos á investigar en este pre- para examinar estas leyes y explicar religiosa en que vivan los hombres
entre la Iglesia y el Estado , una vez sente capítulo. los lugares oscuros de las mismas que bajo el gobierno de alguna autoridad
supuesta la existencia de estos dos Los protestantes , para legitimar la propia razón individual de cada visible á la cual estén sujetos todos
poderes sobre la tierra. La Religión de algún modo su revolución impía uno. La cuestión propuesta, por tanto, ellos en lo espiritual, así como, en
cristiana no es solament; un cuerpo y poder proceder en el negocio de la en la hipótesis protestante, no en- razón de ciudadano, debe vivir cada
de doctrina dogmática y moral ense- salvación eterna con aquel género de cierra sentido alguno. Cada uno de uno bajo la obediencia de las autori-
ñada por Dios á los hombres para que libertad que reclamaban sus brutales los cristianos vive, según ella, unido dades civiles y políticas. Esta cues-
sepan hallar con certeza, y sin peli- apetitos , negaron toda autoridad en espiritualmente á su cabeza, Jesucris- tión preliminar no es difícil de resol-
gro de equivocarse , la senda de la materia de religión , y erigieron en to ; las asociaciones que demás de ver; los protestantes en este punto
salvación eterna ; es , además , una principio el libre examen. Esto equi- esto quiera formar , uniéndose con han manifestado ideas tan abierta-
verdadera sociedad , en la c u a l , por valía á afirmar que Nuestro Señor otros cristianos, son puramente libres mente falsas, que sólo esto bastaría
institución divina, deben hallarse Jesucristo no había establecido en el y se asemejan, por su naturaleza en- para demostrarles lo absurdo de sus
todos los organismos que correspon- mundo sociedad alguna verdadera, teramente accidental, á las socieda- herejías y lo errados que andan en el
den á una bien ordenada república. sino que se había contentado con pre- des de mera conveniencia , como lo camino de la salvación eterna. «En el
La potestad religiosa, por consiguien- dicar su doctrina , para que cada uno son las de los músicos, las de los ar- negocio de tu salvación, tú haces-
te , y la política , deben ejercer sus se la entendiese á su modo , sin de- tesanos, las de los mercaderes, y otras cuanto se te antoja, podemos decir á.
actos con algún género de armonía y pendencia de nadie. La razón es cla- infinitas. El protestante no tiene otro cada uno de estos infelices, y te com-
correspondencia mutua que las haga ra; porque en toda ordenada repúbli- superior, en lo espiritual, sino á Dios places en no depender de nadie sino
funcionar ordenadamente y sin impe- ca, ya sea terrenal, ya espiritual , es Nuestro Señor; y así, no viviendo su- de tu sola razón individual. Esto te
dirse una á otra , como lo exigen los preciso que exista un centro ordena- jeto á autoridad alguna eclesiástica será tan dulce y sabroso como quie-
mismos principios de la sana filoso- dor que regule los actos públicos y sobre la tierra, mal puede admitir ras; pero en cuanto á servirte y apro-
fía. Porque tanto la una como la otra sociales; por donde negar la fundación que sea posible relación alguna en- vecharte para la vida eterna, no es-
han de imperar en unos mismos indi- divina de este centro y admitir, esto tre la potestad política de cada na- peres que tal género de conducta te
viduos , y así éstos están obligados á no obstante, el origen divino de la so- ción y la autoridad universal de la produzca otra cosa que infelicidad y
obedecerles en todo cuanto legítima- ciedad cristiana , es incurrir en una Iglesia. La única cuestión posible desventura. Jesucristo, al venir á este
mente les es mandado por ellas ; lo contradicción palpable y manifiesta. para los secuaces de Lutero y Cal- mundo, no se ha contentado con en-
cual en ninguna manera puede suce- Los protestantes, al menos los que vino es saber cuál sea el género de señarnos algunas doctrinas saluda-
der sino cuando los mandatos de la entendían algo de lógica, no incurrie- relación en que deben hallarse los bles que nos sirvan de guía y norte
una no pugnan con los mandatos de ron en tan evidente contradicción , y particulares ministros del culto propio en el camino de la salvación eterna,.
«16 E L CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN L A S RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO. 617
sino que ha establecido además una os digo que quitado os será el reino de A este su reino espiritual llama la rabia, Babel espantosa, confusión de
verdadera sociedad visible y palpable, Dios y será dado á un pueblo que haga divina Escritura unas veces familia ', ideas y de creencias, imagen de la Ba-
bajo cuyas autoridades, también visi- los frutos de él. Por donde el mismo otras ciudad colocada sobre un monte bel ~, infernal de Lucifer, donde nada de
bles y palpables, es preciso permane- Salvador, al ser interrogado por Pila- otras ejército bien ordenado , otras re-orden se advierte, sino confusión per-
3

cer para cumplir sus santísimos man- to si en realidad de verdad era rey, dil y rebaño puesto bajo la dirección de petua y horror sempiterno. Lo que es
damientos. Para agradar y servir á como le acusaban sus enemigos, al un solo pastor , otras, finalmente, casa . de Dios, es ordenado, como dice el sa-
4 5

Dios verdaderamente no basta guar- instante confesó.su imperio espiri- Nombres son todos éstos que dan á grado texto '; y en la turba innumera-
dar alguno ó algunos de los preceptos tual, añadiendo que su reino no e r a . conocer bien á las claras la unidad ble de sectas protestantes que cubren
que El nos impone; es necesario de este mundo, sino celestial y divi- verdaderamente orgánica de este rei- la haz de la tierra, no reina la menor
cumplirlos todos, sin infringir ningu- no '. Porque la Iglesia que El había no, basada en las leyes fundamentales apariencia de orden, todas se comba -
no. Esto no sólo nos lo dicta nuestra venido á fundar es un reino muy su- qne había de dictar Nuestro Señor Je- ten y destrozan entre sí y no se unen
propia razón, sino que nos lo advier- perior á estos frágiles y mezquinos de sucristo á su Iglesia, y conservada sino en una idea eminentemente nega-
te además el apóstol Santiago, di- los hombres, como eterno que es y con las leyes orgánicas y disciplinares tiva y destructora, que consiste en pro-
ciéndonos: Cualquiera que guardare universal, según lo habían anunciado . qué habían de emanar de aquellos á testar contra los dogmas de la Igles ia
toda la ley é infringiere un solo preceptoya los Profetas . Por esto le fué
2
quienes El encomendase el oficio de católica. En esa turba de sectas, por
suyo, se hace reo de todos. Porque el que puesta en la cruz la causa de su con- continuar su misión divina sobre la tanto, no está Dios, sino el demonio:
dijo: No fornicarás, ha dicho también: denación en estas palabras: Jesús Na- tierra, ó sea del Papa y del Episcopa- ese horrible agregado de discordantes
No matarás; y si no fornicando matas, zareno, Rey de los judíos . Y el Evan-.
3
do. ¿Cómo se podría llamar reino la elementos no puede ser el reino de Je-
te has hecho transgresor de la ley '. Degelista San Juan, hablando de la e n - Iglesia de Jesucristo, si cada uno de sucristo, sino la sinagoga de Satanás,
otra suerte, lo mismo podría decir el trada triunfante de Jesucristo en Je- los cristianos pudiese forjarse á su para usar de una frase del apóstol
racionalista sosteniendo que para ser- rusalén el día de Ramos, escribe: Y manera su religión, entendiendo la San Juan lanzada contra los protes -
vir á Dios le basta la ley natural, y halló Jesi'ts un jumentillo, y se sentó Biblia como mejor le pareciera y tra- tantes de su tiempo . 2

que, por tanto, no piensa inquietarse sobre él, como está escrito: No temas, zándose á su arbitrio un modo de Aún hay más: no sólo llama la Sa-
en manera alguna por cuanto enseña hija de Sión; he aquí tu Rey, que viene servir á Dios exclusivamente suyo, grada Escritura con los referidos nom-
la Religión cristiana y se halla con- sentado sobre un pollino de una asna. como si él solo estuviese en el mundo? bres á la Iglesia de Jesucristo, sino que
tenido en los santos Evangelios; con Las mismas palabras pone también ,¿ Puede acaso llamarse un reino á también nos da cuenta, clara y ter-
lo cual quedaría inutilizado por com- San Mateo .
4
Europa, por ejemplo , porque entre minantemente, del organismo que por
pleto todo el magisterio de Nuestro El reino del Mesías era una cosa todos los europeos se note cierta co- institución divina debe reinar en ella
Señor Jesucristo y condenada al mis- tan sabida entre los judíos, que esta munidad de ideas , de gustos y de hasta el fin del mundo. Porque por di-
mo tiempo la conducta de los Após- misma idea les perjudicó en gran ma- costumbres? Pues con menor razón se vina institución debe haber en esta
toles y de los mártires, quienes por nera para que no admitiesen á Nues- podrá aplicar este mismo nombre á la Iglesia mayores y menores, gobernan-
no querer seguir este camino sufrie- tro Señor Jesucristo como tal. Por- Iglesia de Jesucristo, si por Iglesia tes y gobernados, diciendo el divino
ron tantos tormentos y aun la misma que no veían en E l los caracteres del hemos de entender ese agregado de Salvadoren el Evangelio de San Lucas
muerte.» reinado que ellos se habían forjado sectas infinitas en que cada uno vive (cap. XX, vers. 26): El que es mayor
y practica la religión á su antojo y entre vosotros, hágase como menor; y el
Nadie puede dudar cuál haya sido en su imaginación carnal y terrena,
como más le place, sin tener otro que guía ( T j - p ' ^ s v o c ; ) , como el que sirve.
en este punto la mente de nuestro torciendo el sentido de las santas E s -
vínculo con los pertenecientes á las Por la misma ordenanza y disposición
adorable Salvador, si fija un momen- crituras; pues éstas hablaban de la
demás que el odio común por el cual de Dios debe tener la Iglesia prepósi-
to la atención en lo que El dijo é hizo fundación de un reino espiritual y
todas ellas están animadas para hacer tos y subditos, personas que manden
mientras estuvo conversando con los lleno de riquezas celestiales que había
•la guerra al Catolicismo. y personas que obedezcan, unos que
hombres en este mundo. Frecuente- de ser establecido en toda la tierra por
mente llama en sus sermones reino de el Mesías, y ellos las entendieron de un Eso no es reino ni cosa que lo val- rijan y otros que sean regidos, unos
Dios y de los cielos á la Iglesia que ve- reino temporal y terreno, empapado ga, por más que con loca temeridad que enseñen y otros que aprendan,
nía á fundar sobre la tierra. Así, para en sangre y manchado con el pillaje y quieran persuadirse de lo contrario los unos que juzguen y otros que sean
•no multiplicar sin necesidad los testi- carnicería, cuales suelen ser los reinos protestantes. No es reino, sino alga- juzgados, pues leemos en las Santas
monios de la Escritura, en el Evan- de los conquistadores mundanos.
;
Escrituras: Obedeced á vuestros superio-
1 ilattb., XX, i .
gelio de San Mateo, cap. X X I , ver- 2 I d . , V, 1 4 . res y estudies sumisos '; cuando pasaban
mículo 43, dice á los judíos: Por tanto 1 L u c , X X H I , 3 ; Joan., XVIII, 3 7 . 3 Cant., V I , 3 - 9 .
2 Isai., II; Dan., II, 1 4 . * Joan., X, 1 6 ; L u c , XII, 3 a : A c ( . . X X , 2 81 ; llom., XIII, 1 .
3 Joan., X I X , 19; L u c , X X I I I , 3 8 . Pctr., V, 2 - 3 . * A p o c . II. 9 .
. « Jacob., 1 1 , 1 0 - 1 1 . * , Math., X X I , ü . ¡> L u c , X I V , 2 3 ; Maltb., V I I . 2 4 3 Il.h, XIII, 1 7 .
EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN L A S RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO. 619
618
allá por todos los vientos de opiniones
con vosotros, ayudándoos y esforzán-
por las ciudades San Pablo y su discí-místico de Cristo, hasta que arribemos
todos á la unidad de una misma fe y de humanas, levantados por la malignidaddoos en el buen desempeño del oficio
pulo Timoteo, les enseñaban que guar-
un mismo conocimiento del Hijo de de los hombres que engañan con astucia
que os encomiendo, sino también con
dasen los decretos que Inbían sido esta-
Dios, al estado de un varón perfecto, á para introducir el error. cuantos os sucedieren á vosotros legí-
blecidos por los Apóstoles y por los pres-
Este organismo de la Iglesia do- timamente en el mismo cargo hasta
bíteros que estaban en Jerusalén ': miradmedida de la edad perfecta, según la
la
cente, fundado por Jesucristo para el fin del mundo.»
por vosotros y por toda la grey, en lacual Cristo se ha de formar místicamen-
te en nosotros. Por manera que ya no continuar su divina misión sobre la Esta misma misión, dada por J e -
cual el Espíritu Santo os ha puesto por
tierra, es el que mantiene firmes á los sucristo á los Apóstoles para que tu-
Obispos para gobernar la Iglesia de seamos niñosfluctuantes,ni nos dejemos
cristianos en la verdadera doctrina, viesen sus veces en el oficio de regir
Dios, la cual El ganó con su sangre :llevar acá y allá de todos los vientos de
a

opiniones humanas por la malignidad de defendiéndolos de todo error en la fe y gobernar su Iglesia, predicando y
id, pues, y enseñad á todas las gentes,
y conduciéndolos con enseñanzas sa- dictando convenientes leyes á los fie-
bautizándolas en el nombre del Padre, ylos hombres que engañan con astucia para
ludables á la salvación eterna. Por les, y para que la transmitiesen á sus
del Hijo y del Espíritu Santo, enseñán-introducir el error; antes bien, siguiendo
eso nada hay tan recomendado en el legítimos sucesores, y principalmen-
dolas á observar todas las cosas que oslaheverdad del Evangelio con caridad, en
todo vayamos creciendo en Cristo, que es Nuevo Testamento como la guarda te á los que habían de ocupar la cáte-
mandado ; recibid el Espíritu Santo; á
8

nuestra cabeza y de quien todo el cuerpo fiel de esta celestial jerarquía por una dra de San Pedro, se descubre tam-
los que perdonareis los pecados, perdo-
místico de los fieles, trabado y conexo parte y la exacta obediencia por otra bién en las siguientes palabras del
nados les son; y á los que se los retuvie-
entre sí con la fe y caridad, recibe por que todos los fieles deben prestar á Salvador, proferidas al tiempo de
reis, les son retenidos \
todos los vasos y conductos de comunica- sus pastores, puestos por el Espíritu mandarlos á predicar por todo el mun-
De aquí es que el apóstol San P a - Santo para regir y gobernar la Iglesia
blo, describiendo este organismo de ción, según la medida correspondiente á do. Como el Padre me envió, les dice,
cada miembro, el aumento propio del de Dios Se me ha dado toda potestadasí Yo también os envío... Recibid el Es-
la Iglesia, compara este cuerpo místi- en el cielo y en la tierra, dijo Jesús á píritu Santo: á los que perdonareis los
co del Salvador al cuerpo humano, en cuerpo para su perfección mediante la-
caridad sus discípulos al tiempo de subir á pecados, perdonados les son; y á los que
el cual hay por naturaleza gran mul- los cielos: id, pues, y enseñad á todasse los retuviereis, les son retenidos Esto
titud de miembros dotados cada uno Por estas palabras del apóstol San
las gentes, bautizándolas en el nomrbe equivale á decir: «Así como yo soy
de ellos de su función propia para el Pablo se ve también cómo el orga- del Padre, y del Hijo, y del Espíritu legítimamente enviado de mi Eterno
bien de todo cuerpo. Luego sigue de nismo comunicado por el divino Sal- Santo, enseñándolas á observar todas las
esta manera: Vosotros sois cuerpo devador á su esposa la Iglesia no e r a Padre, y en consecuencia de esto ten-
cosas que os he mandado; y mirad que go plenos poderes para regir y gober-
Cristo y miembros de Cristo, y así á sólo para el tiempo de los Apóstoles, Yo estoy con vosotros todos los días hasta
unos puso Dios en la Iglesia en primercomo vanamente imaginó Mosheim nar la Iglesia que he venido á fundar
la consumación del siglo . Como si di-con mi doctrina y preceptos, así tam-
2

lugar Apóstoles, en segundo Profetas, en sus Instituciones mayores de la His- jera: «Yo soy el plenipotenciario de
en tercero Doctores, después virtudes,toria cristiana , sino para todo el
2 bién vosotros quedaréis revestidos de
mi Padre celestial: en virtud de estos estos mismos poderes, como repre-
luego gracias de curaciones, socorros,tiempo que dure la Iglesia hasta el mis poderes absolutos y omnipoten-
gobernaciones, géneros de lenguas, in- fin del mundo, hasta que todos lle- sentantes míos que sois en el oficio de
tes, yo os encomiendo la misión de predicar y de ordenar las cosas de mi
terpretaciones de palabras. ¿Por venturaguemos en la unidad de la fe y del co-
anunciar el Evangelio á todas las na- Iglesia, y como encargados que os
son todos Apóstoles? ¿Son todos Profe- nocimiento del Hijo de Dios al estado
ciones de la tierra, de administrarles dejo de transmitir á los sucesores que
tas? ¿Son todos Doctores? etc. Lo i de varón perfecto, según la medida de
5

el bautismo con que se hagan miem-


mismo repite á los Efesios diciendo: la edad cumplida de Cristo, lo cual se juzguéis competentes estas mismas
bros de mi Iglesia, de enseñarles á facultades para que ellos hagan otro
El que descendió, ese mismo es el que verificará cuando toda la Iglesia en
cumplir con vuestras exhortaciones y tanto hasta la consumación de los
subió á los cielos para llenar todas lascuerpo sea trasladada á la mansión mandatos todo cuanto Yo os he en-
cosas. Y El mismo á unos ha constituí- celeste y bienaventurada, dejando siglos.»
cargado. Y mirad que esta misión Por eso el apóstol San Pablo repite
do Apóstoles, á otros Profetas, á otrospara siempre este lugar de peleas y no es para vosotros solamente, sino
Evangelistas, á otros Pastores y Docto- fatigas. Y da el santo Apóstol la r a - en tantas partes esta misión del divi-
también para todos cuantos en lo su- no Salvador. En la epístola primera
res, á fin de que trabajen en la perfec-zón de este organismo establecido por cesivo hasta mi segunda venida reci-
ción de los Santos, en las funciones denuestro
su adorable Salvador, á saber: á los Corintios, dice: Así nos tenga el
birán de Mí, por medio de vosotros y hombre como ministros de Cristo y dis-
ministerio, en la edificación del cuerpoporque con él los fieles y discípulos
de los sucesores que eligiereis, el mis- pensadores de los misterios de Dios . Y
de Cristo no andarán ya como niños
2

mo oficio de enseñar, regir y gobernar


fluctuantes, y no se dejarán llevar acá y en la segunda escribe á los mismos:
i Act., XVI, 4. mi Iglesia. Porque Yo estaré, no sólo Nos dio el ministerio de la reconcilia-
i I d . , XX,-28.
3 Matth., XXV, 1,19-20. i Ephos., IV, 10-16.
' Act., XX, 28, i Joan., XX, 21-211.
* Joan., XX,22-22. * Mosheim, ínstitutiones Hislnriae chritlian«e
' Mv"h., XXVIII, 1S-20. '- I Cor., IV, 1.
* 1 Cor., X, 27-29. nuijores.
4 '
620 E L CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN LAS RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Á EL ESTADO. 621

ción, porque ciertamente Dios estaba enorejas; y apartarán los oídos de la verdad parezca que os quiero aterrar por cartas,de no poner sobre vosotros más carga que
Cristo reconciliando el mundo consigo, y los aplicarán á las fábulas; mas tú porque en verdad las cartas, dicen algu- estas cosas necesarias: que os absteng íis
no imputándoles sus pecados, y pusovela,en trabaja en todas las cosas, haz la nos, son graves y fuertes, mas la presen-de cosas sacrificadas á ídolos, y de san-
obra de Evangelista, cumple tu ministe-
nosotros la palabra de la reconciliación. ta del cuerpo es flaca, y la palabra des-gre, y de ahogado, y de fornicación, de
Nosotros, pues, somos embajadores enrio '. Y para que los Obispos venide- preciable, el tal que así siente, entienda
lo cual, si os guardareis, liaréis bien:
nombre de Cristo, como que Dios os amo-ros, sucesores suyos y de los demás que cuales somos en la palabra por car-Dios sea con vosotros.)) '.
nesta por nosotros '. Y habiendo nom-Apóstoles en el oficio creado por J e - tas estando ausentes, tales seremos en elHe aquí expresada en términos
brado, tanto él como San Pedro y San sucristo de doctrinar y gobernar á los hecho cuando estemos presentes , 1
claros y sencillos la autoridad de que
Juan y los demás Apóstoles, en virtud fieles, no temiesen ejercer también su Este es el ejemplo de cristiana se creían revestidos los Apóstoles en
de la misión recibida, Obispos que les potestad vindicativa contra los dísco- energía que quiso dar el apóstol San el Concilio de Jerusalén para arreglar
supliesen en el mismo cargo de ense- los que la mereciesen, quiso el santo Pablo á los Obispos revestidos de la las diferencias suscitadas entre los
ñar, regir y gobernar á los fieles, diceApóstol hacer por sí mismo uso de esa potestad de Jesucristo para el conve- fieles. El Espíritu Santo es el que
á los nuevos ordenados in sacris, se- potestad, excomulgando al incestuoso niente gobierno de sus Iglesias. Y juzga con los Padres reunidos en
gún dejamos apuntado más arriba: de Corinto y amenazando á los cris-
2
como él en particular dio muestras á nombre de Cristo en el Concilio, lo
tianos de esta ciudad que iría á ella
Mirad por vosotros y por toda la grey, en los cristianos de la autoridad espiri- cual ya había sido prometido por el
armado de látigo y dispuesto á casti-
la cual el Espíritu Santo os ha puesto por tual que tenía recibida de Jesucristo, divino Redentor con las siguientes
gar sin remisión á quien por sus es-
Obispos para gobernar la Iglesia de Dios, así también obraron de la misma ma- palabras dichas á sus discípulos:
la cual El ganó con su sangre . A Sancándalos estaba haciendo gran daño á
2
nera los Apóstoles reunidos en Jeru - Donde están dos ó tres congregados en
Tito, á quien había nombrado obispo los demás fieles y á la Iglesia entera. salen en el primer Concilio de la mi nombre, allí estoy en medio de ellos . 3

de Creta, le escribe: Yo te dejé en Cre-Algunos andan hinchados, les escribe, Iglesia, que ha sido dechado y mode- Este ejemplo han seguido después
ta para que arreglases lo que falta y estacomo si yo no hubiera de ir á vosotros. lo de todos los demás Concilios pos- todos los Concilios generales, comen-
Mas presto iré á vosotros, si el Señor
blecieses presbíteros en las ciudades, como teriores. Reunidos allí para deliberar zando por el de Nicea, á principios del
yo te lo había ordenado . Luego le quisiere, y examinaré, no las palabras de
3
sobre ciertos negocios graves de la siglo IV, y acabando por el Vatica-
amonesta acerca déla manera que ha los que así andan hinchados, sino la vir- Iglesia universal, tiene primero la no, celebrado en nuestros días. Todos
bía de guardar en el gobierno de su tud. Porque el reino de Dios no está en palabra San Pedro, como jefe de toda ellos se han considerado revestidos de
diócesis, diciéndole que enseñase á palabras, sino en virtud. ¿Qué queréis? la asamblea; hablan luego los demás, la autoridad de Jesucristo, y ayuda-
cada una de las clases de sus subditos ¿Iré á vosotros con vara ó con caridad y exponiendo cada uno libremente su dos de una asistencia especial del Es-
lo que más le convenía, y que ejer con espíritu de mansedumbre? parecer, y, por fin, formulado ya el píritu Santo; y lo que ellos pensaban,
ciese con todos ellos la autoridad epis- Y en otra carta les dice: Las armas decreto, lo envían á los fieles por me- esto mismo creían y tenían por cierto
copal con suavidad y firmeza al mis de nuestra milicia no son carnales, sino dio de comisionados elegidos al efec- todos los fieles de la Cristiandad en-
mo tiempo, y le añade: Predica estaspoderosísimas en Dios para destruir for- to. El decreto fué concebido en estos tera. En consecuencia de esta fe uni-
cosas y exhorta y reprende con toda auto talezas, derribando consejos y toda altura términos: Los Apóstoles y los presbíte-versal, enseñantes y enseñados, go-
¡•¿dad. Nadie te desprecie *. En la mis- que se levanta contra la ciencia de Dios, ros hermanos, á los hermanos que sonbernantes
de y gobernados, Obispos y
ma forma se expresa escribiendo á su y reduciendo á cautiverio todo entendi- .los gentiles y están en Antioquía, y ensimples fieles, todos creían que los
discípulo Timoteo, consagrado tam- miento para que obedezca á Cristo, y te- Siria, y en Oilicia, salud: Por cuanto actos de los tales Concilios, tanto en
bién Obispo por el mismo Apóstol: niendo á la mano el poder para castigar habernos oído que algunos que han salidomaterias disciplinares como dogmá-
Protesto delante de Dios, le dice, y detoda desobediencia, cuando fuere cumpli- de nosotros, trastornando vuestros cora-
ticas, eran legítimos y ejercidos en
Jesucristo que ha de juzgar vivos y muer da vuestra obediencia. Mirad las cosas zones, os han turbado con palabras sinnombre de Dios, de suerte que nadie
tos en su venida y en su reino, que predi-
que son según la faz. Si alguno está con- habérselo mandido: Congregados en uno pudiese en conciencia ir contra ellos;
ques la palabra, que instes á tiempo y fiado que él es de Cristo, piense esto tam- nos ha parecido escoger varones y enviar-
antes por el contrario, todos sin ex-
fuera de tiempo. Reprende, ruega, amobién dentro de sí; que como él es de Cris- los á vosotros con nuestros muy amados cepción estuviesen realmente obliga-
nesta con toda paciencia y doctrina. Por to, así también nosotros. Porque aunque Bernabé y Pablo, hombres que han en- dos á conformar con los mismos su
• que vendrá tiempo en que no sufrirányolame gloríe algo'mis del poder que el tregado sus vidas por el nombre de Nues-conducta religiosa.-
sana doctrina, antes amontonarán maes- Señor nos dio para vuestra edificación y tro Señor Jesucristo. Enviamos, pues, á Cuando un Concilio de esta especie
tros á sus deseos, teniendo comezón enno laspara vuestra destrucción; no tendré Judas y á Silas, los cuales os dirán tam-
deponía ó excomulgaba por sus crí-
por qué avergonzarme. Mas para que no bién de palabra esto mismo. Porque ha menes ó por sus doctrinas religiosas
< I I Cor , V, 18-20.
parecido al Espíritu Santo y á nosotros á alguno de la Cristiandad, ésta al
s Act., XX, 28. - i 11 Timolh., IV 1-3.
3 Jipist. ad Til., I , ü. •2 1 Cor., V, a . i Act., XV, 23-20.
« lipis!. ail Til., I I , •!•*>. 3 ICor. IV. 18-21 i I I Cor., X, 4-11. ' Maltli., cap. X V I I I , vers. 20.
622 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN LAS RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO. 62S

punto lo tenía por excomulgado y de- siempre, quedará sola, firme y estable- fuerza bruta es el único derecho con las conciencias de los ciudadanos.
puesto, y condenaba con el Concilio en el mundo la Iglesia católica, dan- que gobierna esa nueva deidad ; las No muy lejos de éstos andan los
sus crímenes y sus doctrinas. Así do cumplimiento á aquella magnífica delicias de la orgía el galardón que pertenecientes á la tercera fracción
anatematizó á Arrio y á sus secta- profecía de su divino Esposo: Las reserva para sus servidores. liberalesca, llamados liberales católicos
rios, condenados en el Concilio de puertas del infierno no prevalecerán con-- La segunda fracción liberal es la y liberales moderados: católicos , por-
Nicea; á Macedonio y á otros herejes, tra ella de los liberales regalistas. De éstos que afectan, por lo menos, admitir y
condenados en el Concilio general Demostrada , pues , la fundación algunos creen en Dios y en la divini- profesar todas las doctrinas de la Igle-
primero de Constantinopla; á Nesto- divina de la Iglesia de Jesucristo en dad de la Iglesia ; pero otros muchos sia de Jesucristo; y moderados, porque
rio y á Dióscoro, con todos sus secua- razón de verdadera sociedad religio- son puros deístas y aun quizá ateos, en sus palabras y en sus obras abo-
ces, reprobados en el Concilio de Efe- sa , dotada de su autoridad central tan ateos como los liberales raciona- rrecen los términos extremos , al ra-
so; á Eutiques, condenado en el Con- correspondiente, viene ahora natural- listas que acabamos de nombrar. No cionalismo puro por una parte , y al
cilio de Calcedonia: y de esta misma mente la cuestión con que hemos en- avanzan tanto como los primeros; se Catolicismo neto por otra. Forman
suerte se hubo con los reprobados en cabezado este capítulo, á saber: ¿En contentan con menos, porque con me- estos mestizos una cierta especie de
los demás Concilios universales. Con qué relación se halla la autoridad re- nos les basta: no quieren la destruc- seres intermedios entre los liberales
todos estos sectarios quedaba al prin- ligiosa de esta Iglesia con cada una ción completa de la Iglesia, pero sí su puros, que subordinan abiertamente
cipio una cierta porción, más ó m e - de las autoridades civiles pertene- esclavitud. Ven que la Religión es un la Iglesia al Estado, y los católicos,
nos numerosa, de cristianos ignoran- cientes á las distintas sociedades po- instrumento poderosísimo para tener también puros, que subordinan el E s -
tes y engañados; pero con el tiempo líticas? A esta pregunta responden los á raya los pueblos, y procuran con- tado á la Iglesia. Así, pues, los tales
iban desapareciendo del mundo estas partidarios del liberalismo de tres di- servarla; pero la quieren esclava y no no quieren subordinación alguna en-
sectas cortadas de la gran vid planta- ferentes maneras, según pertenezcan libre, sujeta á la dominación del E s - tre las dos autoridades, religiosa y
da por Jesucristo y destituidas de vi- ellos mismos á una ú otra de las tres lado, y no independiente de él en el civil, antes proclaman su libertad é
talidad propia , quedando siempre diferentes fracciones en que se halla ejercicio de sus funciones propias. independencia mutua: no hacen al
fuerte y lozana la vid de donde h a - dividida esta gran herejía de nuestros Los Obispos y los párrocos son para Estado superior á la Iglesia, pero
bían sido separadas. Esto mismo ha tiempos. esta clase de políticos meros funcio- tampoco dan á la Iglesia supremacía
sucedido también á la herejía protes- Los liberales racionalistas tienen narios públicos, que dependen del Es- alguna sobre el Estado; á entrambos
tante, hormiguero de sectas separa- por un puro mito la revelación divina tado como los gobernadores de pro- los consideran como iguales , como
das de la Iglesia católica por las de- del Cristianismo , y en consecuencia vincia y los guardias civiles. Con este absolutamente independientes cada
clamaciones de Lutero, Zuinglio, Cal- le hacen guerra encarnizada para ver título deben recibir su salario y ser uno en su esfera , como dos poten-
i
vino y Enrique VIII de Inglaterra. si lo pueden aniquilar. Con esto bien cias que nada se pueden mandar una
multados de diversas maneras por la
Al principio dio algunas señales de se deja entender cuál será el género á otra. Mas como la Iglesia y el Es-
potestad política cuando no se quieren
vida con la savia espiritual y divina de relación que establecen entre la tado han de componerse de unas mis-
plegar á sus ordenanzas por no atre-
que todavía le había quedado de r e - Iglesia y el Estado, entre la autoridad mísimas personas, y éstas no se pue-
pellar con los gritos de su propia con-
sultas de su unión con la verdadera religiosa y la política. El Estado para: den mover ordenadamente cuando se
ciencia. Hipócritas hasta lo sumo,
vid de Jesucristo, la Iglesia católica. ellos lo es todo, la Iglesia nada; aquél hallan bajo la acción de dos fuerzas
hablan bien del Cristianismo, por lo
Mas poco á poco esta savia ha ido debe absorber en sí todas las fuerzas independientes y no subordinadas en-
regular , y hasta aparentan no pocas
desapareciendo, por carecer de vitali- sociales ; ésta debe ser desterrada de tre sí; por esta causa quieren que una
-veces tenerle verdadero afecto, lla-
dad intrínseca esos míseros sarmien- los entendimientos y voluntades de y otra potestad muevan á sus subditos
mándose más católicos que el Papa.
tos ya cortados, y buenos solamente los hombres, aniquilada por comple- armónicamente, haciendo Concordatos
Pero , entre tanto , procuran con mu-
para el fuego, de forma que al pre- to; no tiene en la sociedad derecho de en que se arregle la forma con que,
cho cuidado tener aherrojada á la
sente el protestantismo se halla ya ciudadanía. La relación , pues , que cada una en su esfera, haya de ejer-
Iglesia y no dejarle adquirir mucha
seco, sin jugo alguno, y no tiene otro proclaman es la absorción de la Iglesia cer el gobierno, y apelando á transac-
influencia en la sociedad , temero-
elemento de vida sino la mano del por el Estado, con la aniquilación de ciones mutuas si no se puede obte-
sos, como dicen, de que no domine
gobierno civil que lo protege ; allí aquélla y la divinización de éste. El ner de otro modo la armonía deseada.
en ella la teocracia; conservan al clero
donde éste lo maltrata ó abandona, Estado es el único Dios que admiten Para que esta armonía no se turbe,
en un estado miserable de pobreza y
el protestantismo acaba miserable- los liberales racionalistas; el Dios del dicen, quédese el Estado en lo civil,
abatimiento, y no le permiten mucha
mente. Tres siglos han sido necesa- cielo para ellos es una ranciedad del confeccione en sus Cámaras políticas
actividad en el cumplimiento de su
rios para disolverlo: el racionalismo, oscurantismo y de la ignorancia. L a las leyes gubernativas que le dictare
cargo, con la excusa de que, de otra
nacido de sus entrañas , acabará de su razón social, con abstracción com-
suerte, con sus exagerados fervores
aniquilarlo por completo; y así, como l Matlh., X V I , 18. pleta de la Religión católica; urja
se alarman los ánimos y se inquietan
EN LAS RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO. 625
624 EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA

humana razón. Lo cual, en verdad, con brevedad la brillante multitud de


luego su ejecución, y no se meta en protesta la Iglesia en la Encíclica d e
es lo más loco é impío que se puede argumentos que hacen evidentemente
los negocios de la Iglesia. La Iglesia Pío IX, expedida en 9 de Noviembre
pensar ó imaginar, y lo más repug- creíble la verdad de la Religión de
también, por su parte, celebre con de 1846. Contra los liberales regalis-
nante á la razón misma. Pues aunque Jesucristo.
plena libertad en sus templos las fun- tas y contra los liberales católicos
la fe es superior á la razón, sin em- Contra los liberales regalistas pro-
ciones religiosas; instruya allí á los protesta en la Encíclica Quanta cura
bargo, entre una y otra ninguna di- fiere también las siguientes palabras:
católicos sobre los dogmas de la fe; y en el Syllabus. Sobre la impiedad de
sensión y ningún disidió se puede en- «Otros, instaurando los perversos y
impóngales, si gusta, sus leyes espi- los liberales racionalistas se expresa
contrar, naciendo ambas de una y tantas veces condenados comentos de
rituales relativas á los ayunos, á la de la manera siguiente: «Conocéis,
misma fuente de inmutable y eterna los novadores, osan con insigne des-
celebración de las fiestas, etc., etc. venerables Hermanos, que los funes-
verdad, Dios óptimo y máximo; y vergüenza someter al arbitrio de la au-
Pero deje al Estado gobernarse á su tísimos enemigos del nombre cristia-
prestándose mutuo socorro, de tal toridad civil la suprema autoridad de
manera; no se meta á juzgar y con- no, arrebatados miserablemente por
suerte, que la recta razón demuestre, la Iglesia y de esta Sede Apostólica,
denar sus disposiciones sociales, como un cierto furor ciego de loca impie-
guarde y defienda la verdad de la fe, y dada á la misma por Cristo su Señor,
si fuera un superior, y no turbe las dad, llevan tan adelante su temerario
ésta libre á la razón de todos los erro- y negar todos los derechos de la mis-
conciencias de sus subditos diciéndo- atrevimiento en su manera de opinar,
res, y con el conocimiento de las cosas ma Iglesia y Sede cerca de aquellas
les que tal ó cual ley emanada de la que, abriendo con audacia nunca oída
divinas maravillosamente la ilustre, cosasque pertenecenal orden exterior.
autoridad civil, no tiene valor alguno, su boca para blasfemar contra Dios
confirme y perfeccione.» 1
Porque no tienen el menor reparo en
por ser injusta, ó ilícita, ó contraria (Apoc, XIII, 6), no se avergüenzan
al bien espiritual de los fieles, y que de enseñar á la vista de todo el mun- Así habla la Iglesia por boca del afirmar que las leyes de la Iglesia no
en conciencia no puede ser observada do que son comenticios é inventados Papa Pío IX, apuntando en seguida obligan enconciencia sino cuando son
por ningún cristiano. por los hombres los sacrosantos mis- promulgadas por la potestad civil; que
1
Noscitis, Venerabiles Fratres, infensissimos los actos y decretos de los Romanos
La Religión católica rechaza con terios de nuestra Religión; que la christiani nominis hosles, caeco quodam insanien-
energía estos tres grados de liberalis- doctrina de la Iglesia católica es con- lis impielalis impelo misero raptos, co opinandi te- Pontífices, relativos á la Religión y á
la Iglesia, necesitan de la sanción y
mo; al primero, porque niega abierta- traria al bien y á las utilidades de la
meritate progredi, ut inaudita prorsus audacia ape
rienles os suum inblasphcmias ad üeum (Apoca- de la aprobación ó á lo menos del
mente el orden divino sobrenatural, sociedad humana, y aun no temen lypsis, X l l l , 6), palam publiceque edocere non
con grande injuria del Criador que lo renunciar al mismo Cristo y Dios. Y erubescant, cominenlitia esse et bominum inventa asentimiento de la potestad política;
sacrosancla nostrae religionis mystena, catbolicae que las Constituciones Apostólicas en
ha revelado; al segundo, porque, admi- para producir con más facilidad ilu- Ecclesiae doctrinam humanae societatis bono ct
que se condenan las sociedades clan-
tiéndolo, se mofa de él y trata á la sión en los pueblos y engañar princi- comniodis adversan, ac vel ipsum Christum et
Iglesia de una manera tan perversa, palmente á los incautos é ignorantes, Deum ejurarc non exlimcscanl. 151 quo facilius po- destinas, ora sea en ellas exigido el
pulis illudant, atque incautos praesertim el impe- juramento de guardar secreto, ora no,
oprimiéndola con una esclavitud in- arrastrándolos consigo á los errores, ritos decipiant et in errores secum abripiant, sibi
y en que se decreta la pena de exco-
digna, y además porque obrando de fingen serles á ellos solos conocidos unis prosperitalis vias ñolas esse coinminiscuntur,
sibique pbilosopborum nomen arrogare non du- munión contra sus sectarios y fauto-
esta suerte comete una ofensa graví- los caminos de la prosperidad, y no bitant; perindequasi philosophia, quae tota in na- res, no tienen fuerza en aquellas re-
sima contra Dios Nuestro Señor, que dudan en arrogarse el nombre de filó- turae veritate investiganda versalur, ea respuere
ha querido que sea libre su Hija pri- sofos; como si la filosofía, que toda debeal, quae supremus et clemenlissimus ipse lolius giones del mundo donde son tolera-
naturae auctor, üeus singulari beneficio et miseri- das por el gobierno civil estas asocia-
mogénita la Iglesia en el desempeño entera se ocupa.en investigar la ver- cordia hominibus manifestare estdignatus, ut ve- ciones; que la excomunión dada por
de su misión divina; al tercero, porque dad de la naturaleza, debiese des- ram ípsi felicitatem et salutem assequanlur. ilinc
hace casi lo mismo que el anterior, echar las cosas que el supremo y cle- praepostero sane el fallacissimo argumentandi ge- el Concilio Tridentino y por los Ro-
nere nunquam desinunt humanae rationis vim et manos Pontífices contra aquellos que
coartando no poco la libertad de a c - mentísimo Dios, Autor de toda la n a - excellenliam appellare, extullere contra sanctissi-
invaden y usurpan los derechos y po-
ción que Dios ha concedido á su turaleza, con singular beneficio y mam Uirisli lidem, atque audacissime blaterant
Iglesia y no queriendo sometérsele misericordia se ha dignado manifestar eam humanae refragari ralioni. Quo cerle mhil sesiones de la Iglesia, está fundada en
dementius, nihil magis impium, nihil contra ip- la confusión del orden espiritual y
en cosas en que debe estarle sujeto; á á los hombres para que consigan ellos sain rationem magis repugnans fingi vel excogitan
del orden civil y político para la pro-
los tres juntos, finalmente, porque des- mismos la verdadera felicidad y sal- polest lí'si cnini lides sit supra rationem; nulla
tamen vera dissensio, nullumque dissidium inter secución de un bien puramente terre-
entendiéndose por completo de la vación. Por donde con un modo de ipsas inveniri unquam potest; cum ambae ab uno no; que la Iglesia nada debe decretar
Religión divina, aplican al gobierno argumentar, prepóstero en verdad y eodemque immutabilis aeternaeque verilatis fonte,
que pueda ligar las conciencias de los
de la sociedad el impío y absurdo na- sumamente falaz, nunca dejan de Deo óptimo máximo oriantur; atque it.i sibi mu-
tuam opem ferant, ut recta ratio lidei veritatem fieles en orden al uso de las cosas
turalismo de que hemos hablado en el apelar á la fuerza y excelencia de la demonslrel, luealur, defendat; lides vero rationem temporales; que á la Iglesia no com-
capítulo anterior y que consiste en razón humana y de ensalzarla contra ab ómnibus erroribus liberet, eamque divinarum
negar la subordinación debida á la fe la santísima fe de Cristo, y atruenan rerum cognitione miriliee illnstret, coulirmet atque pete el derecho de castigar con penas
con suma audacia los oídos diciendo perliciat. (Encíclica Noscitis, Venerabiles Fratres, temporales á los violadores de sus l e -
por parte de la razón humana. dada por la Santidad de Pío I X el 9 de Noviem- yes; que es conforme á la sagrada
neciamente que la fe se opone á l a bre de 1846).
Contra los liberales racionalistas
EL CATOLICISMO V L A CI U N C Í A EN L A S RELACIONES ENTRE L A IGLESIA Y EL E S T A D O . 027

Teología y á los principios del dere- Asimismo reprueba la doctrina de absolutamente sea constituida y g o - Y esta misma doctrina la hallamos
cho público atribuir y adjudicar al los liberales católicos diciendo: bernada la humana sociedad prescin- también condenada en el Syllabits.
gobierno civil la propiedad de los bie- «Y no podemos pasar en silencio la diendo por completo de la Religión, bajo el nombre de Errores relativos al
nes que poseen las iglesias, las fami- audacia de aquellos que, no sufriendo como si ella no existiese, ó por lo liberalismo de nuestros días, cuyas pro-
lias religiosas y otros lugares píos. Y la sana doctrina, pretenden que se menos no haciendo diferencia alguna posiciones son como siguen: LXXVII.
no se avergüenzan de profesar pala- puede, sin pecado y sin menoscabo entre la Religión verdadera y las En esta nuestra edad nó conviene ya que
dina y públicamente el axioma y alguno de la católica profesión, negar falsas. Y contra la doctrina de las sa- la Religión católica sea tenida como úni-
principio de los herejes, de donde el asentimiento y obediencia á aque- gradas letras, de la Iglesia y de los ca Religión del Estado, con exclusión de
nacen tantas perversas sentencias y llos juicios y decretos de la Sede Santos Padres, no dudan en afirmar otros cualesquiera cultos. L X X V I I I . De
errores. Porque andan diciendo que Apostólica, cuyo objeto se declara que el estado más perfecto de una aquí que laudablemente se ha establecido
la potestad eclesiástica no es por pertenecer al bien general de la Igle- sociedad es aquel en que no se le re- por la ley en algunos países católicos
derecho divino distinta é indepen- sia y á los derechos y á la disciplina conoce al Imperio el deber de refrenar que a los extranjeros que vayan allí l)s
diente de la potestad civil, y que no de la misma, mientras no pertenezca con leyes penales á los violadores de sea lícito tener público ejercicio del culto
puede ser conservada esta distinción á los dogmas de la fe y costumbres. la Religión católica, sino en cuanto propio de cada uno. LXXIX. Es, sin
é independencia sin que sean inva- Lo cual cuan contrario sea al dogma lo exige la paz pública. Por esta idea duda, falso que la libertad civil de cual-
didos y usurpados por la Iglesia los católico de la potestad plena, divina- de régimen social, enteramente falsa, quiera culto, y lo mismo la amplia fa-
derechos esenciales de la potestad po- mente conferida al Romano Pontífice no temen fomentar aquella errónea cultad concedida á todos de manifestar
lítica.» ' por el mismo Señor Jesucristo, de opinión, perjudicial por extremo á la abiertamente y en público cualesquiera
apacentar, regir y gobernar la univer- Iglesia católica y á la salvación de las opiniones y pensamientos , conduzcan
1
Ac vero alii. instaurantes prava ac lotiesdam- sal Iglesia, nadie hay que no lo vea almas , llamada delirio por nuestro á corromper más f ícilmente las costum-
nata novatorum commenta; insigni impudentiami- y entienda clara y abiertamente.» 1
predecesor Gregorio XVI, de reciente bres y los ánimos, y á propagar la peste
den t Ecclesiae et liujus Aposlolicae Sedis supre-
mam auctoritatem a Christo Domino ei tributan) Por fin, contra el axioma común á memoria, á saber: que la libertad de del indiferentismo. LXXX. El Romano
civilis auctorilatis arbitrio subjicere, el omnia ejus-las tres clases de liberalismo citadas, conciencia y de cultos es un derecho Pontífice puede y debe reconciliarse y
dem Ecclesiae et Sedis jura denegare circa ea quae
y dirigido á prescindir por completo propio de cada hombre, el cual en
ad exteriorem ordinem pertinent. Namque ipsos
minime pudet affirmare Ecclesiae leges non obliga- de la Religión en el gobierno de las toda sociedad bien constituida debe tio impium absurdumque naluralismi, uli vocant,
re in conscienlia, nisi cum promulgantur a civili sociedades, levanta también su voz ser proclamado y afirmado por la ley, principium applicantes, audent docoro oplimam
potestale; acta et decreta Romanorum Pontilicum
ad religionem et Ecclesiam spectantia indigere san- majestuosa la Iglesia con las siguien- y que á los ciudadanos compete el socielalis publicae rationem, civilemque progressum
omnino requirere, ut humana súdelas conslitiiatur
ctioneel approbatione, vel mínimum assensu potes- tes palabras, las cuales, sin embar- derecho á una libertad tan omnímoda, et gubernelur, nullo habito ad religionem respectu,
tatis civilis; Constitutiones Apostólicas, quibus
go, directamente no van encaminadas que por ninguna autoridad, ni ecle- ac si ea non exisleret, vel sallen) nullo fu lo veram
damnanlur clandestinae societales, sive in eis exi- inler falsasque religiones discrimine. Alque contra
gatur, sive non exigatur juramentum de secreto sino contra los católicos liberales. siástica ni civil, pueda ser coartado; sacrarum Lillerarum, Ecclesiae, sauclurumquc Pa-
servando, earumque asseclae et fautores analhema- «Bien conocéis, Venerables Herma- de forma que todos los hombres pue- trum doelnnam, asserere non duhilanl oplimam
teniultantur, nullam habere vim in illis'orbis re-
gionibus ubi ejusmodi aggregationes tolerantur a nos, dice Pío IX, que en estos tiem- dan manifestar y declarar paladina y esse condilionem socielatis, in qua Imperio non ag-
noscilur officium coercendi sancilis poenis violato-
civili gubernio; excommunicationein a Concilio Tri- pos se encuentran no pocos que, apli- públicamente sus conceptos , sean res catholicae religionis, nisi qualenus pax publica
denlino et Romanis Ponlilicibus latam in eos, qui
cando al consorcio civil el impío ellos los que fueren, de palabra, ó poslulel. Ex qua omnino falsa soeialis regiminis
jura possesionesque Ecclesiae invadunt, et usur- idea haud timent erroneam illam fovere opinionem
pant, n i ti confusione oidiuis spiritualis, ordinisquey absurdo principio del naturalismo, por escrito, ó de cualquier otra m a - catholicae Ecclesiae animarumque saluti máxime
civilis ac politici, ad mundanum dumtaxat bonum como le llaman, se atreven á enseñar nera. Mas al afirmar temerariamente exilialem, a rec. mem. (Iregorio XVI, l'iaedeccssor»
prosequendum; Ecclesiam nihil deberé decemere,
quod obstringere possit fidelium conscientias in que la idea de una bien ordenada Re- tales cosas, no piensan ni consideran Jíostro, deliramenlum appellalam, nimirum liber-
latem conscientiae et cultuum esse prnprium cujus-
ordine ad usum rerum tomporalium; Ecclesiae jus pública y el progreso civil requieren que predican la libertad de perdición; ycumque bominisjus, quod lege proclaman et asseri
non compelere violatores legum suarum poenis que, si es libre disputar siempre con debet in omni recle constituía socielale, el jnsci-
lemporalibus coercendi; conforme esse sacraeTheo- vibus inesse ad omnimodam liberlalem nulla, vel
logiae jurisque publici principiis bonorum proprie- i Alque silentio praelerire non possumus eorum persuasiones humanas, nunca podrán ecelesiaslica vel civili, auclorilale coartandam, quo
ta lem, quaeab Ecclesiis, a Fumillis religiosis, aliis- audaciam, qui sanam non sustinenles doctrinan), faltar quienes osen repugnar á la suos conceptus quoscumque, sive vuce, sive typis,
que locis p u s possidentur, civili gubernio asserere cóntendunt illis Aposlolicae Sedis judiciis et decre-
el vindicare. iN'eque erubescunl palam publiceque lis, quorum objectum ad bonum genérale Ecclesiae
verdad y confiar en la locuacidad de sive alia ralione palam publiceque. manifestare ac
declarare valsan!. Dum vero id temeré affirmant,
profileri haerelicorum effatum et principium, ex ejusdomque jura ac disciplinan) spectare declara- la humana sabiduría, conociendo por haud cogitant et consideran!, quod liberlatein j/er-
quo tot perversac oriuntur sentenliae, atque erro- tur, dummodo fidei morumque dogmata non altin- la misma institución de Nuestro Se- diiionis praedicant, et quod si humanis peisuasio-
res. Diclitanl enim ecelesiastieam potestatem non gat , posse assensum et obedienliam dolrectari
esse jure divino distinctam et independentem a p o -absque peccaio el absque ulla catholicae professio- ñor Jesucristo cuánto debe precaver- nibus semper disceplare sit liberum , nunquam
deesse potenml, qui veri latí aude.nnt resollare et de
testale civili; ñeque ejusmodi distinctionem et inde- nis jactura. Quod quidem quantopere adversetur se la fe y sabiduría cristiana contra humanae sapieliliar loquaeilale conlidere; cum hanc
pendenliam servan posse, quin ab Ecclesia inva- catbolico dogmati plenac poteslalis Romano Ponti- nocentissimam vanitatem, quantum debeal lides et
dantur et usurpenlur essenlialia jura poteslalis ci- fici ab ipso Cbristo Domino divinilus collalae. uni-
esta perniciosísima vanidad.» 1

sapientia christiana vitare, ex ipsa Domini ¡Noslri


vilis. (Encíclica Quanta cura, expeilida ñor la San- versalcm pascendi, regendi, el gnhernandi Eccle- Jesu Christi iiislilulioiie cogiioscal. (l'io IX, en la
tidad de Pío I X el 8 de Diciembre de 1864.) siam neino esl qui non clare aperteque videat et
1
Etenim probé noscilis, Vcnerabiles Fratres, Encíclica Quanla cura, ya citada.)
| inlelligat. (Pío I X . en id lugar citado.) liue tempore non paucos reperiri, qui civili consor-
B L CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN L A S RELACIONES ENTRE L A IGLESIA Y EL ESTADO.
628
mo escéptico, afirman los católico-
transigir con el progreso, con el libera- menos de la Naturaleza, han tenido principios de la sana razón, ya queda
lismo y con la moderna civilización '. liberales que no existe peligro alguno la dicha de hacer un tan admirable refutado en los capítulos anteriores.
Ensénase por los liberales católi- de que nazca tal linaje de indiferen- descubrimiento, es escatimar no poco Quedan, pues, los libsrales regalistas
cos en estas proposiciones, y lo mis- cia, y que, por tanto, el Papa puede y la honra al género humano para go- y los católicos liberales, cuyas doctri-
mo en las citadas palabras de la En- debe reconciliarse y transigir con el zar el sabrosísimo placer de atribuir nas , como nota sabiamente el pontí-
cíclica Quanta cura, que la libertad de progreso de la civilización moderna, sela á sí propios. La modestia no es fice Pío IX en la Encíclica Quanta
conciencia, la de cultos y la de im- la cual quiere que se gobierne con abs- el carácter distintivo de la secta li- cura, poco ha citada, brotan de los erro-
prenta sobre materias religiosas y mo- tracción absoluta de la Religión, ó á lo beralesca: tan hermosa virtud parece res racionalistas como de su propia fuen-
rales son en sí mismas buenas y que, menos sin hacer distinción alguna entre demasiado frivola á estos positivistas, te , «ex eisdem erroribus, veluti ex
por lo tanto, deben ser expresamente la verdadera Religión y las falsas. que tienen colocada toda su dicha en fontibus erumpunt,» y por lo mismo
aseguradas en la constitución de toda Como se ve, entre los sectarios del lo que se palpa aquí en la tierra. Por no pueden menos de ser erróneas y de
sociedad bien ordenada; porque todo liberalismo y la Religión católica eso, en lugar de la modestia, gustan contener la ponzoña mortífera del l i -
ciudadano tiene derecho esencial para existe un verdadero conflicto; nadie lo más de escribir en su bandera aque- beralismo incrédulo.
opinar y hablar públicamente de estas puede negar. Mas esteconflicto, ¿llega llas palabras del Mantuano: Y comenzando por el liberalismo
cosas, sin que autoridad alguna, ecle- también por ventura hasta la misma regalista , no puede ser más evidente
siástica ó civil, pueda por esto impo- ciencia, de suerte que no sólo la secta Audaces fortuna Juvat, timidosque repellit. su absurdidad y oposición con los
nerle algún castigo. Por donde se liberal, sino también la ciencia ver- principios de la sana Filosofía. ¿En
concluye en la citada doctrina liberal dadera, estén en pugna con el Catoli- La audacia vale más que la mo- qué inteligencia rectamente dispuesta
que es un verdadero progreso en los cismo en orden á esta importante ma- destia para medrar y figurar en este cabe pensar que Jesucristo , habiendo
pueblos católicos el haber consignado teria? Si dirigimos esta pregunta á mundo; y la conjugación de estos dos fundado una Iglesia sobrenatural y
en la ley la libertad de cultos; porque j los liberales, claro está que obtendre- verbos está muy en las entrañas de divina, la dejó después subordinada y
con esto no han hecho los hombres mos una respuesta afirmativa. Los li- los amantes del progreso y de la civi- sujeta al Estado y á la potestad tem-
otra cosa sino acomodarse más exac- berales se consideran como los únicos lización moderna. poral, como si estos objetos fueran lo
tamente al ideal de toda sociedad representantes de la ciencia; todos los Empero el que así piensen y ha- más grande y sublime que se puede
civil perfecta, reconociendo á los sub- demás para ellos no son sino gente blen los partidarios de la secta libe- excogitar sobre la tierra? ¿Cuándo se
ditos en la Constitución un derecho ignorante ó fanatizada, que no ve la ral, es cosa de escasísima importan- ha visto jamás que un edificador pru-
que por la naturaleza misma les per- verdad, ó porque no es capaz de per- cia en la cuestión de que vamos tra- dente subordine y dirija lo más no-
tenece. Y respondiendo á la objeción cibirla á causa de su extrema rudeza tando; porque ni les asiste la autori- ble y levantado á lo más bajo y hu-
que contra dicha doctrina oponen los é ignorancia, ó porque el fanatismo dad, ni tampoco la Filosofía. Si por milde?
católicos puros, diciendo que con ella ciego le venda los ojos, si ya no es la primera hubiera de sentenciarse la Tanto la sociedad como la Iglesia
se prepara el camino al indiferentis- í que el sórdido interés le impide con- causa, al instante deberían darse por vienen de Dios y van también á Dios
fesarla vencidos. Los católicos netos somos por su propia naturaleza ; pero nin-
< LXXVIl. Actate liac noslra non amplius ex-
Así piensan y hablan los sapientí- infinitamente superiores en número á guno que confiese la divinidad del
pedit Religionem calholicam habcre tanquam u n ¡ -
cam Slalus Religionem, caeteris quibuscumque simos liberales acerca de los católi- los liberales, y así tenemos en nues- Cristianismo dejará de reconocer en
cullibus exclusis. (Sacada de la Alocución JVemo cos que piensan y hablan como ei tro favor el voto de la generalidad. Y tiempo alguno que el fin y origen de
vesirum, de 20 de Julio de 1853.) está por nosotros tan inmensa ma)'o- la Religión de Jesucristo son infini-
LXXVI11. Hinc laudabililer in quibusdam ca- Papa; en lo cual ciertamente no dan
tholici nominis regionibus lege cautum est, ut ho- grandes m uestras de moderación y ría, porque contamos en nuestras filas, tamente más dignos que el fin y ori-
•ninibus illuc immigrantibus lieeat publicum pro- modestia. Porque eso de decir que no sólo á los verdaderos católicos pre- gen de la sociedad política. Esta, aun
prii eujusque cullus exercitium liabere. (Sacada de
la Alocución Acerbissimum, de 27 de Septiembre todos los cristianos de los siglos pa-
sentes , ya de suyo muy numerosos, en su parte más noble y excelente,
de 1852.) sados, por espacio de casi dos mil sino también á los infinitos millares que es hacer virtuosos y honestos á
LXX1X. Enimvero falsum est civilem eujusque
años, han vivido fanatizados por esta que en la Iglesia nos han precedido los ciudadanos, no mira de suyo sino
cultus libertalem, iiemque plenam poteslatem óm-
nibus attribulam quaslibet opiniones cogitationes- erradísima idea que ahora anima á
por espacio de diecinueve siglos. á un bien puramente natural; aquélla,
que palam publiceque manifestandi conduceread los católicos puros, sin que ni los tor- Pero dejemos á un lado esta clase por el contrario, dirige todas sus ope-
populorum mores animosque facilius corrumpen-
dos ac indifferenlismi peslem propagandam. (Saca-
mentos de los perseguidores ni los de argumentos, y vengamos á los que raciones á la consecución de un fin
da de la Alocución Nunquam (ore, de 15 de Diciem- estudios de los sabios hayan sido bas- nos suministra la sana Filosofía. Por superior á las naturales exigencias
bre de 1856.) tantes á disiparla, y que sólo los filó- de pronto , hay que separar de este humanas , á la sobrenatural posesión
debate á los liberales racionalistas, de Dios en la gloria. La autoridad,
LXXX. liomanus Pontifex potesl ac debet cum
progressu, cum liberalismo el cum recenti civilitate
sofos del siglo X I X , los cuales casi
sese reconciliare et componere (De la Alocución nada entienden de filosofía y gastan cuyo sistema , horrendamente impío civil no puede , de su propia condi-
Javí dudvm cernimus, pronunciada en 18 de Mar- todo su tiempo en observar los fenó- y manifiestamente contrario á los c i ó n , mandar á los ciudadanos, sino e
zo de 1861 )
€30 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN LAS RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO.

ejercicio de las virtudes meramente da del cielo por Nuestro Señor Jesu- da en el ejercicio de todos sus actos lestial por un puro invento de los
políticas, mientras que la eclesiástica cristo para ayudar á los hombres á religiosos un objeto más alto y más hombres, no menos que los liberales
se extiende al de las mismas sobre- subir á las mansiones eternas de la sublime, cual es la práctica de las vir- racionalistas. Tan palmaria contra
naturales y divinas. gloria? En el orden puramente natu- tudes teologales, y especialmente de dicción no se concibe en personas s u -
Fuera de que todo el mundo sabe ral se podría al fin tolerar que la au- la caridad, que es vínculo de perfec- ficientemente ilustradas, y así con
que la Religión , por su propia natu- toridad política y civil se mezclase ción y santidad y une á los hombres razón podemos temer que su cristian-
raleza, es la base y fundamento de la algún tanto en las cosas del culto, estrechamente, enseñándoles á vivir dad es pura hipocresía. Descubran^
moral, y que por consiguiente el bien ordenando los actos de la Religión á como verdaderos hermanos. Venía á pues, paladinamente la incredulidad
propio de la Religión está en un orden la conservación de la paz y tranquili- establecer su reino celestial aquí en la de su corazón, y digan sin rebozo, á
mucho más elevado y trascendental dad pública. Esto, aunque imperfecto, tierra para que en él y por él adqui- la faz de todo el mundo, lo que oímos
que el bien de las mismas virtudes no es intrínsecamente malo , como riesen todos los hombres la salvación todos los días proferir á los sectarios
morales, las cuales tienen por último nota el cardenal Cayetano, y así en el eterna: por eso dijo á sus Apóstoles de la impiedad incrédula. Déjense ya
término de todos sus actos rendir culto orden puramente natural bien pudie- que ellos eran la luz del mundo y la sal de innobles é hipócritas disimulos,
y tributo de adoración á la Divinidad ra ser permitido, atendida la flaca de la ¿ierra '. ¿Había, pues, de sujetar condenados no menos por la razón
con el cumplimiento de su santa ley; condición de la generalidad de los el ejercicio y operaciones propias de natural que por los celestiales princi-
esto es, servir de algún modo á la hombres; los cuales, abandonados á esta Iglesia al arbitrio y capricho de pios de la Religión de Jesucristo. Si
Religión estando subordinadas á ella. sus propias fuerzas, suelen buscar de la autoridad humana? Los mismos se atreven á llamarse cristianos, pro-
Y si el bien propio y peculiar de la ordinario la utilidad propia, aun en la representantes de la autoridad políti- fesen con sinceridad lo que han creí-
Religión es por su naturaleza más prosecución del bien honesto, y raras ca, como ovejas del rebaño de Jesu- do siempre los discípulos del Cruci-
alto y sublime que el de las mismas veces hacen actos de caridad pura y cristo é hijos de la Iglesia, habían de ficado y no vengan á enseñar, en
virtudes morales en el orden de la absolutamente desinteresada. Pero en vivir sujetos en lo espiritual á la auto- punto de creencias, á los que el mismo
pura y simple naturaleza , ¿quién no el orden sobrenatural, traído al mun- ridad eclesiástica; y luego, en estas Jesucristo ha puesto para maestros
ve que las sobredichas virtudes deben do por Jesucristo con la fundación de mismas cosas religiosas, ¿habían de en la Iglesia.
estar en el ejercicio de sus actos su- su Iglesia, esto es enteramente inad- ser superiores á esta autoridad, tenién- Cuando mandó nuestro divino Sal-
jetas y suboi dinadas á la virtud de la misible. Jesucristo ha fundado su Re- dola en perpetua tutela y bajo su do- vador á sus discípulos á predicar su
Religión aun en este mismo orden hu- ligión sobre la caridad; esta hermosa minación soberana, como si la digni- Evangelio por todo el mundo, ¿les
mano? Mas si esto es así, nadie pue- virtud, según la mente de nuestro di- dad sacerdotal fuese una especie de dijo acaso que pidiesen primero la
de dudar sino que la autoridad po- vino Legislador, debe ser el alma que apéndice y complemento del poder venia á las autoridades civiles? ¿No
lítica debe también estar subordinada anime y vivifique todos los actos de político? No sería ésta la mayor mons- les encargó, al contrario, que fuesen
á la religiosa aun en el mismo orden los cristianos; lo imperfecto de la fla- truosidad del mundo? ¿Dónde habría á anunciarlo á todas las gentes, aun
natural, sin tomar para nada en cuen- queza humana desaparece en el divino estado en este caso la prudencia y sa- contra la voluntad de los mismos ti-
ta el otro, infinitamente más elevado plan con la abundancia de gracias y biduría del Arquitecto divino al fun- ranos? Seréis llevados por mi causa, les
y sobrenatural, que es el que perte- favores que derrama el Espíritu Santo dar su Iglesia sobre la arena movedi- dice, á los gobernadores y á los reyes
nece á la Iglesia. Porque si la auto- de continuo sobre todos los miembros za de los intereses humanos, y al para dar testimonio de Mí á ellos y á los
ridad civil en su parte más levantada de su querida Esposa. conferir á la potestad civil el absoluto gentiles. Y cuando os entregaren, no
y sublime, que es hacer virtuosos á derecho de hacer y deshacer á su ar- penséis cómo ó qué habéis de hablar; por-
Jesucristo, pues, no consiente que
los ciudadanos, tiene por último ob- bitrio en las cosas sagradas, ensan- que en aquella hora os será dado lo que
exista jamás en el mundo la referida
jeto preparar convenientemente los chando ó coartando la libertad de la habéis de hablar '. Y los Apóstoles e n -
imperfección después de fundada su
ánimos para el honesto ejercicio del autoridad eclesiástica en las funcio- tendieron tan bien esta lección celes-
Iglesia, y de ninguna manera permite
culto y servir de esta manera á la Re- nes de su cargo, según lo juzgase tial, á pesar de que era dura y repug-
que esta Jerusalén celestial, bajada
ligión, ¿cómo no lo tendrá en todo lo conveniente para los bienes materia- nante á la carne, que contra toda la
por Dios del cielo á la tierra, como
demás, que es mucho menos estima- les de la tierra? voluntad de los judíos y de los genti-
nos lo enseña el apóstol San Juan
ble y por consiguiente menos digno tenga por último término y remate de Los que de esta manera hablan y les anunciaron el Evangelio de su
de la naturaleza humana? todos sus sudores la sola paz y tran- discurren dan fundado motivo para Maestro. Y poco valieron las cárceles
Y si esto sucede en el puro orden quilidad pública, bienes puramente sospechar que en su corazón nada y las persecuciones decretadas contra
natural, ¿qué diremos hablando de la temporales. Jesucristo quiere, por el creen de la divinidad del Cristianis- ellos por las autoridades políticas;
Iglesia, la cual se halla en otro orden contrario, que á su Iglesia correspon- mo y que tienen á esta Religión ce- porque el sufrir por Jesucristo les era
infinitamente más elevado, cual es el
sobrenatural, como que ha sido baja- ' AUÜC, X X I , 2.
« Math , V, 13-14. » Math., X, 18-19.
€32 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN LAS RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO. 633

gloria y contento, y á los agentes del las pasiones de los malvados le p u - en la inteligencia y sin perversidad sus amonestaciones ó con la anula-
poder civil les respondían enérgica- diesen impedir el dar valor y esfuerzo en el corazón puedan caminar segu- ción de algunas de sus leyes contra-
mente: «Obedire oportet Deo magis á sus hijos con sus divinas enseñan- ros al término dichoso de la salvación rias al bien espiritual de los fieles; así
quam hominibus;» es menester obedecer zas, con sus leyes saludables y con eterna. Y mucho menos le es permi- también la esencia del racionalismo
á Dios antes que á los hombres las demás disposiciones eclesiásticas tido este linaje de transacciones co- moderado, según consta de lo que de-
¡Bueno hubiera sido por cierto que que hubiese de tomar en el mundo bardes, cuando los tales errores van jamos escrito en el capítulo anterior,
los Apóstoles hubiesen necesitado pe- contra todos los poderes de la tierra. envueltos en las leyes de una nación y cada uno puede ver en el párrafo
dir permiso á los magistrados civiles Armados los Obispos católicos, y prin- católica; porque entonces pueden segundo del Syllabus, se halla coloca-
antes de dar principio á su misión ce- cipalmente el Vicario de Jesucristo, causar mucho mayor daño á las con- da en que la razón individual en sus
lestial en cualquiera parte, y que no con estos mandatos y promesas de ciencias de los fieles que si naciesen filosóficos discursos , sin negar la
les hubiese sido lícito cumplir con su nuestft divino Redentor, repiten siem- de un particular cualquiera. existencia de la fe, prescinda absolu-
oficio sino con la anuencia de las auto- pre con energía, contra todo impe- Hipócritamente claman los libera- tamente de ella y no consienta que
ridades terrenas! De esta suerte la rante político que la quiere avasallar, les católicos diciendo que esto es me- venga la revelación ó el magisterio
Iglesia de Jesucristo nunca se hubiera aquellas palabras del gran Osio, diri- terse en política, y que á la Iglesia doctrinal de la Iglesia á ponerle c o r -
establecido sobre la tierra. Durante gidas al emperador Constancio: No no le corresponde entremeterse en los tapisas con la condenación de sus
tres siglos enteros vivió y se propagó nos mandes en estas cosas, sino aprende - negocios seculares. Porque es de todo errores. «La Iglesia, dice el raciona-
la Religión cristiana en medio de una las antes bien de nosotros: á ti te ha en- punto falso que con amonestaciones lismo moderado, no sólo no debe corre-
sociedad hostil, á pesar de la furia y comendado Dios el imperio, á nosotros lo de esta especie la Iglesia se meta en gir jamás á la Filosofía, sino que tam-
persecución de todos los poderes tem- perteneciente á la Iglesia .
1
política, sino solamente en lo que es bién debe tolerar sus errores y dejar que
porales. ¿Habían de ir entonces los Con la misma evidencia se demues- de su propia incumbencia, que es di- ella se corrija á sí propia. La Filosofía
pastores del rebaño de Jesucristo á las tra la absurdidad del liberalismo ca- rigir á los cristianos en las cosas mo- debe tratarse sin mirar á la sobrenatural
autoridades civiles á pedirles permiso tólico ó moderado. Una vez admitido rales y religiosas. ¡Qué! Las disposi- revelación. La razón perfecta de so-
1

para ejercer sus funciones sagradas que la Iglesia haya recibido del cielo ciones dictadas por un gobierno, se ciedad pública, dice á su vez el libera-
de enseñar, regir y gobernar á los la sagrada misión de enseñar á los sustraen acaso á las leyes de la mo- lismo también moderado, y el progreso
fieles? ¿Habían de ser nulas las dispo- hombres las cosas concernientes á la ral ó á los principios de la Religión? civil exigen que la humana sociedad sea
siciones emanadas de la autoridad salvación eterna, es un error mani- Si la Iglesia se mete en juzgar de las constituida y gobernada no teniendo con-
eclesiástica, porque no llevaban el fiesto el pensar que los Pastores y disposiciones gubernativas de un rei- sideración alguna á la Iglesia, como si
sello de la sanción civil, ese pase regio, Obispos, y mucho menos el Vicario de no cualquiera, no las juzga en cuanto ella no existiese, ó á lo menos no hacien-
que tantos dolores y llantos ha traído Jesucristo, se deben callar ante los políticas, sino en cuanto morales y reli-do distinción alguna entre la verdadera
á la Iglesia, aun ejercido por príncipes que dicen mil injurias contra la Reli- giosas. Religión y las falsas.—A los juicios y
católicos? gión, como si fueran perros mudos é Tenemos aquí la misma cuestión decretos de la Sede Apostólica, cuyo ob-
No, nó: Jesucristo, cuando enco- inútiles para guardar el rebaño de que en el capítulo precedente acerca jeto se declare pertenecer al bien general
mendó á sus Apóstoles, y en ellos á Jesucristo, sólo porque no es un par- de las relaciones entre la razón natu- de la Iglesia ó á los derechos de la mis-
sus sucesores los Obispos, el oficio de ticular quien las profiere, sino un go- ral y la fe. Por esta causa, así como ma, se les puede sin pecado negar el
apacentar, regir y gobernar á sus bierno, ó un rey, ó una asamblea de hay un liberalismo moderado que sus- asentimiento y obediencia, siempre que
ovejas, no les dijo: Enseñad y apacen-diputados cualquiera. La Iglesia no trae la autoridad política á la potestad este objeto nó verse sobre cosas dogmáti-
tad á losfielesy perdonadles sus pecados puede transigir en esta parte; su mi- directiva de la Iglesia, así también cas di fe ó de costumbres. - En esta
ton dependencia de las autoridades polí- sión celestial es preservar á sus hijos existe un racionalismo del mismo gé- nuestra edad no conviene ya qiu la Reli-
ticas, sino: Haced todas estas cosas conde todos los errores contrarios á la nero que separa á la ciencia del ma- gión católica sea tenida como l.i tínica
absoluta independencia de las mismas fe y y á la moral, sea quien quiera él gisterio directivo de la fe. Y así como Religión del Estado, con exclusión de
A pesar de todas sus resistencias. Jesu-que los propala, para que sin mácula la esencia del liberalismo católico otros cualesquiera cultos.—El Romano
cristo edificó su Iglesia sobre la roca consiste en que la razón social, sin Pontífice puede y debe reconciliarse y
firme é inexpugnable de Pedro y de Atanasio i Hállase esta epístola en l a q u e dirigió San poner en duda, antes admitiendo con transigir con el progreso, con el libera -
á los monjes solitarios. En ella se contie-
sinceridad el origen divino de la Igle- lismo y con la civilización moderna.
3

sus sucesores los Pontífices Roma- ne un perfectísimo modelo de la conducta firme y


nos, para que esta roca inquebranta- constante que deben observar los pastores del reba- sia católica, haga completa abstrac-
ño de Jesucristo contra todas las embestidas de las i Proposiciones X I I y XIV del Si/llabus, per-
ble le sirviese de fundamento tal, que autoridades civiles que pretendan usurpar los dere- ción de ella en el gobierno de la re- tenecientes al racionalismo moderado.
ni los vientos de las grandezas mun- chos eclesiásticos. Como nota muy bien el carde- pública, cual si no existiera en el 1
Proposiciones del liberalismo católico en la
danas, ni los torrentes impetuosos de nal Aguirre, con sola su explicación se podría for- mundo, y no sufra jamás que la Igle- Encíclica Quanta cura.
mar un tratado completo sobre las relaciones que 3 Proposiciones LXXVII y LXXX, .rclalitas al
deben mediar entre ambas potestades. sia en esta parte le ponga trabas con liberalismo católico.
• A el., V, 29.
634 EL CATOLICTSMO Y L A CIENSIA EN LAS RELACIONES ENTRE LA I G L E S I A Y EL ESTADO. G35

Si pues la cuestión del liberalismo den sobredicho debe en su prosecu- sido encomendada por Jesucristo de terial, al progreso y aumento de todo
moderado ó católico y la del raciona- ción andar siempre regulado y mode- enseñar á las gentes el camino del esto sensible que sirve para las co-
lismo también moderado son una rado por el bien espiritual de la vida cielo, ¿todas estas virtudes morales y modidades de la vida; son como un
misma, ¿qué hay que concluir filosó- eterna, es cosa del todo manifiesta toda esta rectitud de máximas regu- mercader que sueña día y noche en
ficamente sino que la razón social que el legislador terreno en la confec- ladoras no entran también en el domi- acrecentar sus caudales, teniendo por
debe estar subordinada á la religiosa, ción de sus leyes debe tener siempre nio de la Religión? ¿Cómo, pues, se simples bagatelas todo cuanto no sea
ó sea el Estado á la Iglesia, en la puesta la mira en este bien espiritual puede afirmar que la potestad políti- llenar sus arcas.
misma manera que lo está á la reve- de que cuida en el estado presente la ca, para gobernar conforme á razón, Así, pues, el liberal católico, si
lación la razón individual del filósofo? Iglesia, por disposición divina. debe prescindir por completo de la bien se le examina, se hallará que
E n ambos casos reina la misma pro- Si los gobernantes civiles descui- Religión de nuestro divino Salvador, en el fondo profesa, muchas veces qui-
porción; lo natural debe mostrarse dan este bien espiritual ó prescinden de la Religión católica? zá sin saberlo, un verdadero indife-
sujeto y subordinado á lo sobrenatu- de él por completo en el gobierno de En hora buena que el Estado con rentismo en materia de religión. Por
ral, como la parte sensitiva del hom- los ciudadanos, olvidan la parte más sus luces propias y naturales busque eso el papa Pío IX, en la Encíclica
bre á la racional, como lo corpóreo á principal de su oficio. Porque, en lo que más le conviene para sus inte- ya citada, dice con mucha verdad que
lo espiritual, como lo temporal á lo efecto, si el hombre ama naturalmen- reses materiales y terrenos ; en hora este error es una espontánea ema-
etirno; en una palabra, como lo infe- te la vida social y política, no obstan- buena también que dicte sus leyes ci- nación del liberalismo racionalista,
rior á lo superior y como lo humano | te ser grandes las cargas y molestias viles acomodadas á la conservación que no cree en Jesucristo. Si el ca-
á lo divino. que esta vida social lleva consigo, de la pública tranquilidad con el re- tólico liberal mirara los bienes ines-
No quiere decir esto, sin embargo, esto no sucede sino porque sólo en la frenamiento de los vicios y con la ex- timables de la Religión verdadera
que el Estado pierda su autonomía vida política es como, juntando sus hortación á la práctica de las virtudes con los mismos ojos con que mira los
propia, ni que se haga completamente particulares esfuerzos con los esfuer- morales. Pero todo esto ha de ser con caducos y mezquinos de esta vida; si
ciego, de suerte que en la confección zos de los demás, puede obtener l a subordinación al bien más alto y su- estuviera íntimamente persuadido de
de sus leyes y en el gobierno de los perfección propia que le falta y que blime á que deben atender por oficio que sólo con la práctica de esta Reli-
ciudadanos no haga sino ejecutar espontáneamente busca. Ahora bien; los pastores del rebaño de Jesucristo, gión adorable se puede conseguir la
simplemente los decretos del Papa, la perfección primera y principal de á saber, al bien sobrenatural conteni- felicidad eterna; entonces vería que
como si éste, y no la autoridad civil, todo individuo humano en esta vida do en las tres virtudes teologales, fe, todo lo terreno y temporal se debe
fuese quien gobierna la república. se halla en el conocimiento de las ver- esperanza y caridad, que son el alma sacrificar á lo espiritual y eterno, y
El Estado, por hallarse sometido en dades concernientes á su salvación de la Iglesia. que el criterio para juzgar de la feli-
lo espiritual á la Iglesia, no pierde eterna y en la práctica de la virtud Si bien se advierte, el liberalismo cidad y bienaventuranza de una repú-
nada de sus atribuciones naturales, verdadera. Por tanto, á estos dos bie- católico, de la misma manera que el blica cualquiera no es la abundancia
como tampoco la razón, al someterse nes principales debe mirar con espe - regalista incrédulo, tiene en muy poco excesiva de riquezas y de los otros
á la fe, renuncia á sus naturales dis- cial esmero el gobernante político,, aprecio estos bienes espirituales; su bienes temporales, sino el amor gran-
cursos. Lo que hace únicamente e s ' más que al amontonamiento de rique- afición principal la reserva para lo de de los ciudadanos á lo que les
subordinar todo lo natural suyo á lo zas y á la abundancia de placeres material y sensible de esta vida, para puede hacer felices para siempre en la
sobrenatural de la Iglesia, no pudien- materiales, si es que quiere usar de el amontonamiento de riquezas, para eternidad, es decir, el amor entraña-
do tomar disposición alguna civil que su autoridad como Dios manda y la abundancia de goces y divertimien- ble á la Religión verdadera.
vaya en contra del bien espiritual de como nos lo intima nuestra propia tos sensibles, para la pujanza de la El católico liberal, por consiguien-
los fieles y teniendo obligación de razón por medio de los dictámenes nación en todo lo terreno y propio de te, considerado el orden lógico de las
dictar aquellas leyes que considere la de la conciencia. Las virtudes mora- este mundo caduco. Esto es lo que ideas, es un puro indiferentista en
Iglesia necesarias para la conserva- les de los ciudadanos y la rectitud de agitan siempre en su corazón los ca- materia de religión ; por eso quiere
ción, prosperidad y aumento de este doctrinas que han de servir de guía tólicos liberales como si fuera lo me- que de ella se prescinda enteramente
mismo bien espiritual. Este deber lo á estas mismas virtudes para discer- jor y lo más grande que el hombre en el gobierno de la república, ó que
trae consigo la misma naturaleza de nir entre lo honesto y lo inhonesto, puede apetecer sobre la tierra. De aquí al menos no se haga distinción algu-
las cosas: las leyes civiles deben aco- son los dos objetos en que de una ma- el que les conmuevan muy poco los na entre la verdadera y las falsas, di-
modarse al bien público y común de nera especialísima debe tener siem- males que con el planteamiento de la ciendo que éste es el ideal de una
toda la república, el cual bien debe, pre puesta su atención el que lleva libertad de cultos y de las demás li- bien ordenada república. Si mirara á
por su intrínseca condición, ser algo en su mano el timón del Estado. Y bertades á ella consiguientes se pue- la Religión católica como único me-
sensible y del orden puramente natu- supuesta la divina fundación de la den originar á las almas de los ciuda- dio para llegar á la gloria y bien-
ral; y como el bien sensible y del or- Iglesia, con la misión que á ella le ha danos. Ellos no miran sino á lo ma- aventuranza eterna, y en consecuencia
EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN LAS RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO.
637

de esto tuviera á todas las demás por juzgue poder negar sin pecado el asenti- perior, y aun se halla en la obliga- puede soportar? En esto bien han ma-
falsas y por caminos de perdición, miento ó la obediencia á aquellos juicios ción de obedecerle siempre que no le nifestado los liberales católicos hallar •
¿cómo podría afirmar que en el ideal y decretos de la Sede Apostólica, cuyo ob- conste con certeza haber sido traspa- se impregnados del mismo espíritu re-
de una bien ordenada república entra jeto mira al bien general de la Iglesia ó sados por él los límites de sus atribu- volucionario que anima y da vida al
la libertad de cultos, con todas las li- á los derechos y disciplina de la misma, ciones propias.
liberalismo racionalista; puesto que
bertades á ella consiguientes, de decir sin expresar formalmente un dogma de ¿No es una temeridad intolerable y | convienen con estos impíos en pro-
y de hablar públicamente en materias fe ó de costumbres. Porque sabe per- un orgullo luciferino pretender que un j clamar la revolución contra los actos
morales y religiosas lo que á cada uno fectamente que la Sede Apostólica, simple particular entiende mejor que de la autoridad eclesiástica que no
se le antoje, sin que potestad alguna, en virtud de la misión divina que los Obispos y aun que el mismo Vi- son de su propio agrado.
eclesiástica ó civil, tenga derecho tiene de apacentar, regir y gobernar cario de Jesucristo, puestos por Diosj Los católicos no negamos cierta-
para refrenarle con sus penas? ¿No es á los fieles en las cosas pertenecientes para regir y gobernar á los fieles cris- mente que en alguna determinada na-
esto proclamar abiertamente la apti- á la salvación eterna, recibe por parte tianos, lo que es útil ó nocivo á estos ción, por circunstancias accidentales,
tud de todas las religiones para llevar de Dios una asistencia especial para mismos fieles? ¿Cuándo se ha visto dignas de lástima y no de alabanza,
al hombre al reino de los cielos? desempeñar con acierto este cargo; jamás que las ovejas se pongan á d i - pueda ser permitido alguna vez por
Los que tienen á la Religión ver- asistencia que, aun prescindiendo del rigir á sus pastores, que los discípulos la autoridad civil el ejercicio público
dadera por el único medio de alcan- don de la infalibilidad, la hace sobre- osen enseñar á sus maestros? E s c á n - de las falsas religiones. Lo que s o -
zar la salvación eterna; los que reser- manera respetable en sus decisiones dalo grande ha sido en la Iglesia de lamente negamos es que este culto
van su predilección favorita, no para y decretos, en términos que ninguno Dios el que hombres legos, ignoran - pueda ser considerado como un bien
los bienes caducos de la tierra, sino puede ir contra ellos ó rechazarlos tes por completo en materias teológi- absoluto, como una cosa que en sí
para los imperecederos de la gloría, sin cometer un gravísimo pecado. cas y religiosas, con sólo un ligero misma es buena y apetecible, con abs-
prometidos por esta Religión á sus Porque, en efecto, es más claro que tinte de humana literatura, de políti- tracción de todo tiempo y lugar,
fieles servidores, conocen muy clara- la luz del día que todos los cristianos ca y de historia, se hayan atrevido á como un elemento esencial de toda
mente que la obligación principal de se hallan en el estrechísimo deber de dar lecciones al Pastor supremo de la bien ordenada república. Esto es lo
un gobernador ó príncipe católico es adherirse á ios tales decretos con vo- Iglesia en orden á ciertas doctrinas único que reprueba el Papa, y la fal-
procurar á sus subditos los bienes luntad plena y perfecta, por la senci- religiosas y morales íntimamente r e - sedad de la doctrina por él condenada
preciosos de la Religión y santidad, lla razón de que mientras no conste lacionadas con el bien universal de la no puede ser más evidente. Porque el
siguiendo en el desempeño de su alto positivamente haberse engañado el su- Iglesia misma. Si se hubiera tratado, ejercicio público de las falsas religio-
é importante cargo, no menos que perior en el ejercicio de sus funciones no de doctrinas generales, sino de un nes en sí mismo es intrínsecamente
todos los demás cristianos en el cum- propias, hay obligación de obedecerle, caso práctico y concreto, relativo á lo malo y por su propia naturaleza i n -
plimiento de los suyos propios, las aunque no se vea con claridad la razón que conviene hacer en un determina- duce á los buenos á abandonar, junta-
celestiales enseñanzas de la Iglesia y formal de su prudencia gubernativa. do punto de la cristiandad, después mente con el verdadero culto, el ca-
las amonestaciones de aquellos que, ¿ Adonde iríamos á parar si los de bien pesados todos los inconve- mino de la salvación eterna. Y no hace
para procurar á los fieles el bien espi- subditos para obedecer á sus superio- nientes y ventajas, la osadía hubiera esto solamente, sino que además es
ritual y divino de sus almas, han sido res hubieran de ver primero positiva- sido menos intolerable. Aunque aun causa de que los hombres perversos
constituidos por Nuestro Señor Jesu- mente las razones con que se halla le- entonces mismo el atrevimiento no proclamen doctrinas licenciosas, que
cristo pastores y maestros de su espi- gitimado su mandato? Bástales, para hubiera dejado de ser muy grande, forman la base de los cultos falsos y
ritual rebaño. El que con estos ojos obrar con prudencia, saber en general por la razón que dejamos apuntada, sirven de apoyo á las costumbres de-
purísimos contempla las cosas terre- que el superior, en lo que legítima- de ser una temeridad gravísima el que pravadas de gente impía y descreí-
nas, y ateniéndose á los principios de mente ordena, representa por su au- jun simple subdito, sin autoridad nin- da, como continuamente lo estamos
la sana razón y prudencia trata de toridad á Aquel de quien toda potes- guna, pretenda sobreponerse á su su- viendo en todos los ángulos del mun-
poner en práctica aquella celestial tad desciende; y que para cumplir dig- perior en las cosas del gobierno ecle- do civilizado con la civilización mo-
doctrina del Salvador, según la cual namente este oficio de mandar á los siástico. Pero ponerse á dar lecciones derna.
debemos buscar con preferencia el reino demás recibe del cielo un auxilio es- á la Cátedra pontificia, al Sucesor de
Pedro, al Vicario de Jesucristo, al La autoridad civil, por consiguien-
de Dios y su justicia con la segura espe- pecialísimo, el auxilio de la divina
Padre y Pastor universal de todos los te, no puede permitir jamás estos cul-
ranza de que todas las demás cosas nosasistencia, que no á los particulares,
.fieles sobre lo que se debe tener y tos falsos, ni la libertad de hablar ó es-
serán dadas por añadidura , este tal sino sólo á los superiores está prome-
1

creer en materias doctrinales relati- cribir públicamente en su favor, sino


no se aficiona tanto á lo terreno que tido. Con esto ya tiene el subdito lo
vas á la Religión y á la moral, esto como se permite todo verdadero mal,
suficiente para obrar honestamente, cuya prohibición traería otros males
sometiéndose al mandato de su su- ¿qué cristiano, qué hombre de seso lo
t Malüi., V I , 3 3 ; L u c , X I I . 3 1 . I á la sociedad mucho mayores todavía
638 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN LAS RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO. 689

que esas mismas libertades perversas. do de la propia independencia es cosa y el furor y rabia por parte de los feliz griego de Constantinopla poco
Las falsas religiones en una repúbli- que la llevamos todos encerrada en otros , han convertido á las humanas antes de ser tomada esta ciudad por
ca son para los ciudadanos unas ver- las entrañas de nuestra naturaleza sociedades en ciertas manadas de fie- los turcos? A pesar de que veis ya
1

daderas casas de prostitución espiri- corrompida, y que si ellos desean ras, refrenadas únicamente por el tre- la sociedad en las garras de la Revo-
tual, donde se entrega la parte más mandar en la república sin tener en mendo azote de quien con ojos ate- lución, ¿persistís todavía en afirmar
noble y excelente del hombre, que es lo espiritual un superior que censure rradores las domina. Se ha eliminado que preferís las garras de esta bestia
el alma , al padre de la mentira , y la perversidad de sus acciones, la ple- de la sociedad el elemento divino de sangrienta á los brazos amorosos del
donde se fomentan toda suerte de vi- be también á su vez suspirará por sa- la Religión , que estaba destinado á Papa? Pues no lo dudéis; la Revolu-
cios, con grave daño de la moralidad cudir el yugo de la potestad política? penetrar por todos sus miembros y ción os recibirá en sus brazos; pero
y no menor peligro de la tranquilidad Los pueblos , al ver que sus gober- arterias, desde los más altos y subli- será para estrujaros , arrancándoos
1

pública. Por consiguiente, de ninguna nantes desprecian osadamente los avi- mes hasta los más bajos y rastreros, vuestras riquezas y vuestras vidas.
manera es licito considerarlas como sos de la autoridad eclesiástica para y á hacer de esta manera suave la Habéis logrado desprestigiar al clero
un bien para la patria, sino como un hacer en la sociedad lo que mejor les dureza del mando de los gobernantes, despojándolo de sus bienes y h u n -
verdadero y gravísimo mal, que sola- pareciere, sin temor de que nadie les y dulce la amargura de la obediencia diéndolo en la miseria para ser vos-
mente puede ser tolerado cuando de reprenda ó de que diga ser nulas é in- en los gobernados. Con esto los víncu- otros los únicos influyentes en la re-
pretender impedirlo se seguirían otros justas sus acciones depravadas, imi- los sociales han experimentado la re- pública. Con esto habéis conseguido
sumamente perniciosos. ¿Quién sino tan también á su vez el orgullo y lajación consiguiente; y puesta la colocaros solos frente á frente de la
los licenciosos y libertinos afirmará licencia de quien les manda , y pro- sociedad en un estado de perpetua Revolución, sin las armas poderosas
jamás que los garitos, los lupanares claman atrevidos el derecho de rebe- convulsión y delirio, no presenta á los de la Iglesia. La Revolución ahora os
y otros mil focos de corrupción con lión, y gritan á todas horas contra el ojos de quien á la luz de la fría razón contempla orgullosa y espera el m o -
que se pervierten las buenas costum- que es bastante afortunado para llegar la contempla, sino las agitaciones mento propicio para echarse sobre
bres en los Estados , son en sí mis- con sus artes al poder, y tienen así á precursoras de la muerte. ¿Salvaráse vuestros bienes, esos bienes que ha-
mos verdaderos bienes para estos E s - Europa entera en un estado de agi- de este horrendo cataclismo que la béis arrancado tan malamente á la
tados? Pues dígase otro tanto de las tación continua , poniéndola en los amenaza, saliendo de él victoriosa y Iglesia. No son ya los clérigos lo que
falsas religiones, las cuales no pueden bordes del abismo. dominando las iras furibundas de los busca la Revolución: son vuestras ha-
ser consentidas en ninguna bien orde- De esta manera , por no querer las nuevos salvajes que alimenta en su ciendas y vuestro boato, los cuales
nada república , sino como se con- autoridades políticas someterse á la seno? Sólo Dios sabe lo que le. está le dan en rostro, como á vosotros os
sienten todas esas cosas , es decir, suave dirección de la Iglesia en el uso reservado en los oscuros senos del da el suave yugo de la autoridad ecle-
como un mal gravísimo que es preciso de su soberanía , como se lo manda porvenir. Lo que podemos, sí, asegu- siástica.
evitar cuanto se pueda. Jesucristo , han venido los hombres á rar con toda certeza, y sin peligro de
Dios se compadezca de nosotros
equivocarnos, es que si la sociedad ha
Bien advierten los liberales católi- solevantar las más bajas pasiones de y nos libre de tantos males como
de ser salva , esto no lo ha de conse-
cos la exactitud y verdad de este ra- la plebe, en términos que no hay y a amenazan á nuestra ilustrada Euro-
guir continuando la errada marcha
zonamiento; pero el deseo de gobernar persona capaz de gobernarla sino con pa, abriendo los ojos á los que tan
con que locamente camina desde que
á sus anchuras, sin ningún género de el chasquido del látigo y con el brutal aficionados viven á las deletéreas má-
se ha presentado en el mundo el libe-
trabas por parte de la autoridad ecle- derecho de la fuerza. Todo el mundo ximas del liberalismo, y arrancando
ralismo con sus máximas subversivas,
siástica, es el que les mueve á procla aspira á vivir libre de todo freno que
esto es, haciendo la guerra á la ver-
mar su absurdo naturalismo político. ponga coto á sus demasías. L a auto- Muy semejante á la judaica fué la reguera (te
1

dadera Religión y apartándose cada los griegos en rechazar la Religión católica al


Porque ¿quién puede ignorar que las ridad es mirada con desprecio por
vez más y más de sus doctrinas sal- tiempo mismo en que se hallaban acometidos por
acciones políticas y sociales, en los todos los hombres, porque se ha per- los musulmanes. Así, la toma de Constantinopla
vadoras. La sociedad presente no fué también muy parecida á la de Jerusalén en los
hombres que las ejecutan , se hallan dido en el ejercicio de la misma la
puede librarse de una universal diso- grandes horrores que en esta última cometieron los
tan sujetas á las leyes de la moralidad idea de la legitimidad. Al derecho ha soldados del ejército romano. Kl gran duque Nota-
lución que se le viene encima , sino ras, en medio de la multitud que se hallaba cons-
como otras cualesquiera? La indepen- sucedido la fuerza bruta; los represen-
volviendo á hacer las paces con esta ternada con la vista de tanto inliel tendido alrede-
dencia de la razón en las materias tantes del poder público no tienen ya dor de Constantinopla, se atrevió á gritar: Más vale
Religión sacrosanta y poniendo en vivir
sociales es su ídolo; quieren vivir sin otro código para gobernar que el del bajo el turbante que bajo la tiara. Tomada
práctica sus máximas saludables. esta ciudad por el bárbaro Mahomet II, vio el infe-
freno en el gobierno de los pueblos, cañón y de las bayonetas, y los pueblos liz lo que era vivir bajo el turbante, siendo dego-
como los racionalistas moderados gus- no miran otro título para vivir suje- Políticos todos de la escuela libe- llado con sus dos hijos en la plaza pública, delante
tan discurrir á su antojo en el campo tos á sus gobernantes, sino la impo- ral: ¿os reís de estos vaticinios? ¿Os de todo el pueblo, por una orden expresa de Maho-
met. Constantinopla perdió asi su elevada cultura,
de la humana filosofía. Mas ¿cómo no sibilidad de levantarse contra ellos. obstináis en seguir repitiendo las tris- y desde entonces acá su civilización ha quedado
advierten que este apetito desordena- I Así, la tiranía por parte de los unos, tes palabras que pronunció aquel in- hundida en el fango mahometano.
EN LAS RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO. 641
EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA
GiO
tólico en el terreno de las ideas y abri- y de la Religión la licencia impune
de sus corazones las malas concupis- Por sus frutos, pues, los podréis cono- gando en su pecho ardentísimos de- de tan gran parte de la prensa. Por
cencias que las engendran. cer '. seos de servir á la Religión en la ma- esta razón más de una vez hemos
Digamos ahora, para concluir, dos Por tanto, mientras la conducta nera más adaptada, se guía en las aprobado su buena intención y les
palabras sobre el liberalismo práctico. ordinaria de estas personas se confor- apreciaciones dichas por razones sola- hemos exhortado vivamente á conti-
A veces se encuentran personas, y por me con la de los liberales descubier- mente probables, creyendo que éstas nuar sosteniendo con sus escritos la
desgracia hasta en el mismo clero, las tos; mientras en toda cuestión prác- son las más acertadas en tales mo- verdad y la justicia, y á no dejarse
cuales, haciendo pública profesión de tica veam os á estos católicos dudosos mentos. E n todos estos casos es pre- desmayar jamás en la empresa.
su fe y confesando admitir sincera- ó cobardes colocados en las filas libe- ciso proceder con mucho tiento para »Mas en causa tan grave y tan no-
mente la doctrina de la Iglesia conte- ralescas y opuestos á los que sin gé- no faltar á la caridad, denigrando con ble conviene emplear igualmente un
nida en el Syüabus y en la Encíclica nero de duda abogan por la causa del nuestro intempestivo celo la fama de género noble y grave de defensa, más
Quanta cura, luego en la práctica obran Catolicismo, con razón los podremos personas en alto grado respetables y allá del cual no se debe pasar. Cierto
siempre como si fueran liberales. Las tener por liberales prácticos, por fauto- cuya conducta ha sido siempre fran- que para aquellos que diariamente de-
tales personas dan fundado motivo res del liberalismo, y aun por sospecho- camente católica, porque con facili- fienden con la pluma la causa de la
para sospechar que sólo de palabra sos de este error condenado por la dad las podemos ofender gravemente Iglesia católica, es bello el franco é
renuncian al liberalismo, ó que á lo Iglesia. La razón y la fe, y aun el con nuestros intemperantes dicterios. intrépido amor de la verdad; pero esto
menos lo acarician todavía en su am- mismo sentido común, nos mandan Nuestr.a conducta en estas ocasiones no obstante es menester que ellos mis-
bicioso seno como cosa que les gusta dar más crédito á las obras que á las ha de ser mesurada por extremo, es- mos se guarden de todo lo que racio-
y de que pueden reportar algunos par- palabras. forzándonos en traer razones sólidas nalmente pueda desagradar á un hom-
ticulares bienes. No basta confesar Sin embargo, en una materia tan y concluyentes con que hagamos ver, bre honrado, y que no se aparten j a -
con las palabras la doctrina católica; delicada como es la fe y todo cuanto al que piensa de una manera diversa más de la moderación, que debe ser
es preciso además que probemos con 1 se halla íntimamente ligado con los de la nuestra, lo errado de sus juicios, compañera de todas las virtudes. En
las obras que la tal confesión es sin- sagrados dogmas, debemos andar con y evitando con diligencia suma todo este punto, ningún hombre prudente
cera; que sepamos despreciar por ella muchísimo cuidado en no aplicar á género de injurias y de envenenadas querrá aprobar la excesiva vehemen-
las grandezas y comodidades tempo- personas particulares los ignominio- sátiras que en nada han de mejorar el cia del estilo, ó el suscitar con dema-
rales; que no hagamos acción alguna! sos calificativos de liberales ó semilibe- estado de la causa católica, y sí man- siada ligereza sospechas contra algu-
por la cual podamos ser justamente rales, ó cosas parecidas,.por cualquier char no poco la pureza de nuestras no, ú otra cosa que aparte de la justa
considerados como amigos de la civili- acto que, en nuestro juicio, parezca ir almas. reverencia y de los miramientos debi-
zación moderna. De otra suerte con contra los intereses de la Iglesia y fa- Oigamos lo que con celestial sabi- dos á las personas.
razón podremos temer aquella senten- vorecer las miras de la Revolución. duría dice á este propósito el sabio y «Tenga, ante todo, la prensa cató-
cia de Cristo Nuestro Señor, dicha á I No basta un acto cualquiera para juz- prudente Pontífice León XIII en su lica como sacrosanto el nombre de los
un propósito semejante: No todo el gar de las ideas y de las costumbres notable carta dirigida á los Arzobis- Obispos,, los cuales, puestos en alto
que dice: Señor, Señor, entrará en el de una persona, sino que es necesa- pos y Obispos de las provincias ecle- como están en el orden jerárquico,
reino de los cielos, sino el que hace lariovo- cierto modo d e obrar que forme siásticas de Milán, Turín y Vercelli, deben ser respetados en razón de su
luntad de mi Padre que está en los cie- [hábito y revele la vida interior ordi-
el día 25 de Enero del año 1882. «Hay grado. Y en orden á las resoluciones
los '. Los cristianos tenemos un cri- naria de la misma. Además, para lla-
en vuestras provincias, escribe, perió- tomadas por los sagrados Pastores en
terio muy bueno para conocer la sin- mar liberal á uno se debe mirar pri-
dicos cuyos redactores observan los virtud de su propio ministerio, no se
ceridad de este linaje de confesiones, mero por qué clase de principios se
principios de la verdad y del bien, y crea que es lícito á las personas pri-
como que nos lo ha dado el mismo rige al poner en ejecución las accio-
defienden valerosamente los sagrados vadas hacerse sus jueces; porque de
Jesucristo. Por sus frutos ú obras, nosnes que á nosotros nos parecen me- derechos de la Iglesia y la majestad esto nacerían sin duda grandes des-
dice, los conoceréis. ¿Acaso, añade, senos convenientes. Quizás esos princi- de la Sede Apostólica y del Pontífice órdenes y confusión insoportable. Y
cogen uvas de los espinos ó higos de las pios no son máximas liberalescas, sino
Romano. Estos merecen los mayores este respeto, que es un deber en todos,
meras apreciaciones de hechos actuales,
zarzas? Así es que todo árbol bueno pro- elogios, y debe hacerse lo posible, no en la prensa católica debe ser patente
en que padece alguna equivocación
duce frutos buenos, y todo árbol malo da solamente para que tales escritores y ejemplar. Porque los periódicos, he-
frutos malos. Un árbol bueno no puedeinocente. Quizás ni siquiera padece tengan apoyo y favor, sino para que chos precisamente para ser difundidos
dar frutos malos, ni un árbol malo dar-equivocación clara y manifiesta en las se hallen también en todas partes mu- con profusión, pasan diariamente por
los buenos. Todo árbol que no da buenapreciaciones de estos hechos, sino chos que, como ellos, combatan los las manos de todos, y no es pequeña
fruto, será cortado y echado al fuego.que, permaneciendo enteramente ca- cotidianos ataques de los malos, y la influencia que tienen sobre las opi-
compensen con la defensa del bien niones y sobre las costumbres de las
i Matlh., V I I , 16-20.
l Malth., V I I , 2 1 .
612 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN LAS RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO. 613
muchedumbres.» ' Hasta aquilas pa- se asemejan á los tremendos del Anti- tantas desuniones entre los católicos, Sede Apostólica las suplicantes preces
labras de la Carta. En igual forma se cristo, que todavía están por venir: cuando nuestras cosas religiosas an- de algunos fieles de esa diócesis, de-
ha expresado posteriormente repetidas el peligro que en ellos corremos de daban muy turbias y revueltas, cuan- seosos de saber cuál sea la genuina
veces en varios documentos oficiales. ser engañados por las máximas fasci- do personas sumamente piadosas é significación de las letras que, por el
Sin embargo, el temor de ofender á nadoras del liberalismo, es inmenso. ilustradas y animadas de la más sana R. P . Secretario de laSagradaCongre-
las sobredichas personas no ha de ser ¿Qué hemos, pues, de hacer para li- intención no veían todavía claro en la gación del índice, han sido enviadas en
bastante á impedirnos defender con brarnos de sus insidiosos ataques, manera de defender la Iglesia. Poste 10 deFebrerode este año áVuestraSe-
tesón y entusiasmo lo que tenemos sino oponernos diametralmente á él riormente los sucesos han ido purifi- ñoría Ilustrísima respecto al opúsculo
por más verdadero y por más condu- en todo cuanto enseña y practica? cando poco á poco la atmósfera; los
cente al triunfo de la Religión católi- Sigamos esta conducta, y así pode- famosos Casos de conciencia sobre el Li bulas in prwcedeali epist. ab eadem S. üongr.
ca, principalmente si vemos que se mos estar seguros de que con nuestros beralismo, del profesor P . V.; la her- ' l i m e , ac lime. Domine, uti Frater. — liorna;, ex Se-
cret. S. Indicis Congregationis, die 29 Aug. 1897.—
halla con nosotros la parte más sana actos servimos á la Religión, y de que mosa Carta pastoral de los Prelados Delata? sunt ad Aposlolicam Sedem supplices preces
y más entendida de la Iglesia. La al mismo tiempo lograremos no ser de la provincia eclesiástica de Burgos, quorumdam lidelium istius Dioeeeseos scire cupieu-
causa del Catolicismo está muy por devorados por esa fiera. Para saber y la no menos excelente de los seño- qtium quamam sit genuina significalio litlerarum.
u ; e a R . P . Secretario Sacra; Indicis Congrega-
encima de cuanto puede pertenecer á cómo hemos de combatir al liberalis- res Obispos del Ecuador, dirigida tionis de presbyleri D. Felicis Sarda et Salvany
un particular cualquiera. Guardando mo, tanto práctico como doctrinal, contra el liberalismo, han arrojado opúsculo, cui titulus «El Liberalismo es pecado-,
die 10 Januarii bujus anni ad Amplitudinem Tuam
la caridad que debemos á nuestros miremos con gran diligencia la mane- mucha luz sobre esta materia. Pero lo data; fuerunt.
hermanos, ninguno puede tachar ra- ra de pensar y de obrar que tienen el que más ha aclarado la cuestión ha Raliones qu;e dubilationibus et anxietatibus lo-
cionalmente nuestra conducta porque Papa y el Episcopado en toda la Igle- sido el documento recientemente ema- cum dederunt, ex eo ort;e sunt, quod barum litlera-
rum sensa ad políticas quaistiones, qua; Ínter Hi-
con nuestras doctrinas y acciones nos sia universal, y qué es lo que dice y nado de Roma con ocasión de la de- spanice catholicos fervent, noiinulli pertrabere vo-
pongamos en el punto más apartado hace la parte más sana de los fieles nuncia del precioso libro del Sr. Sarda luerunt, unde acres inter cpbenieridum scriptores
del lugar donde habita la Revolución; en cuya nación vivimos. Si todavía y Salvany, El liberalismo es pecado,disputationes sequuta? sunt, conscientii perturban-
dis et opinionum dissidiis fovendis apta?.
antes esto debe ser la gloria de todo con esto quedamos confusos y perple- presentada á la Sagrada Congrega- Mature, Summi Pontificis jussu, pnefatis preci-
católico ferviente: oponerse de extre- jos, por no ver claramente á dónde se ción del índice por los que pretendían bus perpensis, apprime perspicere lieuit laudes per
mo á extremo, y cuanto le sea posi- inclina la Iglesia, y qué es lo que ver en él manifiestos errores. En la epistolam P. Secretarü pra'dicto opúsculo tributas,
ex quibus potissimum dubitandi ratio petebatur,
ble, á las ponzoñosas tendencias del piensan los católicos más puros, bus- actualidad, los que todavía persistan ad abstractam dumtaxat thesim et generaba do-
liberalismo. De esta suerte, además quemos el juicio de personas virtuo- en defender que no todo liberalismo ctrina: principia referri, qua a D. Sarda in suo
1

scripto clare et ordinatim expósita sunt juxta ea


de defender valerosamente la causa sas y entendidas, en cuya reconoci- es malo y dañino, sino que antes bien qua; ab Eeclesia docentur, minime vero ad inciden-
católica, tendremos la gran ventaja da probidad y en cuya indubitable hay un cierto liberalismo lícito y ho- tales quasdam propositiones sive allusiunes ibiden)
de no caer en las redes que con tanta ciencia, así práctica de las cosas del nesto, como si el liberalismo sólo pu- forte contentas, qua; concrelum far.torum ordinem
vel rerum politicarum Ilispanitu statum respiciunt:
astucia suele tender esta pestífera sec- mundo como especulativa de las co- diera estar en un cierto orden de ideas ñeque enim luce allingendi ulla niens aut proposi-
ta á los incautos. Vivimos en unos sas de Dios, podamos descansar con y no en la política ni en el orden de lum fuit. Quaproplcr lalior barum lauílum inler-
prelatio, aut eas ad unius política; partís asserla.-,
tiempos tan peligrosos, que la herejía seguridad entera. Estas serán tanto los hechos, darán muestras muy cla- atque ad eorumdem proeedendi modum in alterius
liberal invade y penetra todo, empon- mejores para este propósito, cuanto, ras de estar muy arrimados á su pro- partís detrimentum proferre, velul qtiidam con.ili
zoñándolo con su mortífero aliento. unt, nullo pacto fuit ñeque esse potuil in consilio
conociendo perfectamente los dogmas pio parecer y de ser, hijos muy poco Sacra; Congregationis. Fundamento ilaque desli-
Nunca como en nuestra época se ha católicos, y brillando con el esplendor obedientes de la Iglesia. Sin embargo, tuuntur aberrandi tintures illorum catbolicoruui
palpado la verdad de aquel solemne de sus virtudes, se hallen, por una como con ocasión del mismo docu- qui, seposita privatorum scriplnrum aurloritat' ,
-

pro sua agendi ratione in religionis juribus lutandis


vaticinio de nuestro adorable Salva- parte, más apartadas de la política, mento de la sobredicha Congregación rebusque provehendis solemnia sequunlur Romani
dor, según el cual en el fin de los tiem- que es fuente de erróneos y apasiona- han vuelto á suscitarse nuevas polé- Pontificis documenta et mónita, uominalim eaqua"
pos, cuando se haya manifestado al dos juicios, y vivan, por otra, más en- micas entre los católicos españoles, per Encyclieas litteras Cum multa et Immorlale Dei
traditasunt. Ipsi porro tutissimam hanc norma 111
mundo el hijo de perdición y el hom- tregadas al servicio de Dios y ayuda es preciso poner aquí la declaración ab Apostólica Sede lidelibus umversis, et Ilispanis
bre del pecado, han de correr grande de los prójimos. De esta suerte su con- que, por orden de Su Santidad, dio prirserlim, propositan! iideliter sincereque sedantes,
certi esse possunt se non solum oflicinm ómnibus
riesgo hasta los cristianos más fervo- sejo será seguro, y podremos pelear sobre él en carta dirigida al Obispo impositum Calbolicis impleturos, sed pra'couii
rosos. Nuestros días son los que más con acierto, contra la terrible hidra de Barcelona en 29 de Agosto de 1887, etiam dignos fore, proindeque immerilu perterrilos
fuisse ob minus rectas interpretaliones, qua , polili- 1

del liberalismo, las batallas de nuestra elEmmo. Prefecto de la Congregación cis suadentibus passionibus, epístola; ab Indicis
Religión sacrosanta. citada, escribiendo en los siguientes Secretario subscripta; tributa; sunt.
1
Carla de Nuestro Santísimo Padre León XIU
términos ': «Han sido presentadas á la
á los Arzobispos y Obispos de las provincias ecle- Esto escribíamos en 1882, cuando Qua; omnia perpendens ba;c Sacra Congregatio
siásticas de Milán, Turín y Vercelli, según se baila has litteras Amplitudini Tua; damlas esse cen-
traducida á nuestra lengua en El Siglo Futuro, en
se acababa de establecer en nuestra 1
Episl. Emincntissimi l'rcef. S. L C. ad Episc. suil, ut ipsis publica juris faclis, legitima ac vera
el número de 31 de Enero de 1882. patria la unión católica, causadora de Barcinonensem declarans, el confirmans laudes Iri- interpretatio in islis regionibus restituatur laudíbus
644 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA EN L A S RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO. 645

del presbítero D. Félix Sarda y S a l - mos, en detrimento de otro partido, Fr. Jerónimo Pío Saccheri, del Orden Ya vimos antes cuánto yerran éstos y
vany, titulado El liberalismo es pecado.como algunos lo han intentado. Care- de Predicadores, Secretario.—Al Ilus- cuan poco concuerdan consigo mis-
Las razones que dieron lugar á dudas cen, por tanto, de fundamento los te- trísimo y Rvmo. Sr. D. Santiago Cá- mos. De esta doctrina mana, como de
y perplejidades tomaron su origen mores de aquellos católicos que, de- tala y Albosa, Obispo de Barcelona, en origen y principio, la perniciosa teoría
de haber querido algunos católicos jada á un lado la autoridad de los es- Barcelona.» de la separación de la Iglesia y del
traer el sentido de estas letras á las critores particulares, para su conduc- Concluyamos con las siguientes pa- Estado, siendo, por el contrario, cosa
opiniones políticas que se agitan con ta en la manera de defen der los dere- labras de la Encíclica Libertas, que patente que ambas potestades, bien
calor entre los católicos de España: chos de la religión y de conducir las son muy propias para la materia de que diferentes en oficios y desiguales
de donde entre los periodistas se han cosas, siguen los solemnes documen- este capítulo: «Y juntando en gracia por su categoría, es necesario que
suscitado agrias disputas, aptas para tos y avisos del Romano Pontífice, y de la claridad, brevemente y por sus vayan acordes en sus actos y se pres-
perturbar las conciencias y fomentar señaladamente los que han sido dados capítulos, todas nuestras doctrinas y ten mutuos servicios.
los disturbios de las opiniones. por medio de las Letras Apostólicas sus consecuencias, he aquí su resu- »A esta opinión, como á s u género,
«Consideradas despacio, por orden Cum multa é Immortale Dei. Los tales, men. E s imprescindible que el hom- se reducen otras dos. Porque muchos
del Sumo Pontífice, las citadas preces, siguiendo fiel y sinceramente la segu- bre todo se mantenga verdadera y pretenden que la Iglesia se separe del
ha podido verse muy bien que las rísima norma propuesta á todos los perfectamente bajo el dominio de Estado toda ella y en todo; de modo
alabanzas tributadas en la carta del fieles en general, y principalmente á Dios; por tanto, no puede concebirse que en todo el derecho público, en las
P . Secretario al sobredicho opúsculo, los españoles, por la Sede Apostólica, la libertad del hombre si no está su- instituciones, en las costumbres, en
y de las cuales principalmente se t o - bien seguros pueden estar de que no misa y sujeta á Dios y á su volun- las leyes, en los cargos del Estado, en
maba el motivo para dudar, se refe- sólo cumplirán con la obligación im- tad. Negar á Dios este dominio ó no la educación de la juventud, no se
rían tan sólo á la tesis abstracta y á puesta á todos los católicos, sino tam- querer sufrirlo, no es propio del hom- mire á la Iglesia más que si no exis-
los principios generales que el señor bién serán dignos de encomio, y de bre libre, sino del que abusa de la li- tiese; concediendo á lo más á los ciu-
Sarda ha expuesto clara y ordena- que por tanto, sin razón, se han deja- bertad para rebelarse; en esta dispo- dadanos la facultad de tener reli-
damente en su escrito conforme á lo do perturbar por las menos rectas in- sición del ánimo es donde propia- gión, si les place, privadamente.
enseñado por la Iglesia, pero no en terpretaciones que, al calor de las pa- mente se fragua y completa el vicio Contra éstos tienen toda su fuerza
manera alguna á las incidentales pro- siones políticas, han sido atribuidas á capital del Liberalismo. El cual tiene los argumentos con que refutamos la
posiciones ó alusiones que en él pue- la carta firmada por el Secretario del múltiples formas, porque la voluntad separación de la Iglesia y del Estado,
da haber relativas al orden concreto índice. puede separarse de la obediencia á añadiendo ser cosa absurdísima que
de los hechos, ó al estado de las cosas »En consideración de todo lo cual, Dios, ó á los que participan de su el ciudadano respete la Iglesia y el
políticas de España: porque de tocar ha juzgado esta Sagrada Congrega- autoridad, no del mismo modo ni en Estado la desprecie.
estas cosas no existió intención ó pro- ción dirigir á Vuestra Señoría Ilustrí- un mismo grado. «Otros no se oponen, ni podrían
pósito alguno. Por lo cual, en ningu- sima las presentes letras, para que »Es claro que rechazar absoluta- oponerse, á que la Iglesia exista, pero
na manera estuvo ni pudo estar en la con su publicación sea restituida en mente el sumo señorío de Dios y sa- le niegan la naturaleza y los derechos
mente de la Sagrada Congregación esas regiones la legítima y verdadera cudir toda obediencia, lo mismo en lo propios de sociedad perfecta, preten-
una interpretación más amplia de interpretación á las alabanzas que el público que en la familia y privada- diendo no competirle el hacer leyes,
estas alabanzas, ni el proferirlas para Sr. Sarda mereció por su opúsculo, y mente, así como es perversión suma juzgar, castigar, sino sólo exhortar,
los defensores de un partido político y sea removida toda ocasión de ulterior de la libertad, así es también pésimo persuadir y aun regir á los que espon-
para el modo de proceder de los mis- perturbación de las conciencias, ó de género de Liberalismo ; y de él ha de tánea y voluntariamente se le suje-
agrias disputas que, además de ser entenderse enteramente todo lo dicho. tan. Así adulteran la naturaleza de
quasD. Sarda ob suum opusculum promeruit, et inútiles para el bien, siempre han • Próximo á éste es el de los que esta sociedad divina, debilitan y es-
amovealur quadibet occasio ulterioris conscien- producido perniciosos efectos en de-
liarum perturbationis, aul acrium dispulalionum, confiesan que conviene someterse á trechan su autoridad, su magisterio,
qua?, steriles in bonum cum sint, perniciosos effe- trimento de la Iglesia, cuyo fin es la Dios, Criador y Señor del mundo, por toda su eficacia, exagerando al mis-
ctus in detrimentum Eeclesia,', cujus finís est salus salud de las almas y el reino de la cuya voluntad se gobierna toda la na- mo tiempo la fuerza y potestad del
animarum et vcritalis justilia-quc rcgnum, semper
pepererunl.
verdad y de la justicia. turaleza , pero rechazan osadamen- Estado hasta el punto de que la Igle-
Interim cuneta fausta ac felicia Tibi a Domino »Entretanto, deseándole toda suer- te la doctrina comunicada por el sia de Dios quede sometida al impe-
adprecor, el cum omni observanlix signilicatione te de felicidades en el Señor, se repite mismo Dios en puntos de dogma y de rio y jurisdicción del Estado, no me-
subscribo.—Amplitudinís Tua.'.—Loco sigillí.—
Addielissimus famulus Fr. Thomas María Card. con el mayor respeto adictísimo sier- moral inaccesibles á la humana in- nos que cualquiera asociación volun-
Martinelli, Iípisc. Sabinen. Prafect.—Fr. llierony- vo de Vuestra Señoría II ustrísima, teligencia, ó á lo menos aseguran que taria de los ciudadanos. Para refutar
mus Pius Saccberi, Urd. Prad. Secretarius.=
Fr. Tomás María, Cardenal Martinel- no hay por qué tomarla en cuenta, esta opinión valen los argumentos
limo, ac Rvmo. Domino Dño. Jacobo Cátala ct Al-
bosa, Episcopo Barcinonensi, Barcinonam. li, Obispo de la Sabina, Prefecto.— singularmente en las cosas públicas. usados por los apologistas y no omi-
616 EL CATOLICISMO Y L A CIENCIA
EN LAS RELACIONES ENTRE L A IGLESIA Y EL ESTADO. 647
tidos por Nos, singularmente en la liviandad é insolencia. Donde estas dando la justicia incólume; ni repren- su sabiduría y de su consejo, para
-encíclica Immortale Dei, con los cua- libertades estén vigentes, usen de ellas de, por último, á los que procuran que, fortalecidos con su virtud, pue-
les se demuestra ser, por institución para el bien los ciudadanos, pero que las ciudades vivan con leyes pro- dan en cosas de tanta monta discer-
•divina, esencial á la Iglesia cuanto sientan de ellas lo mismo que la Igle- pias y los ciudadanos gocen de más nir la verdad, y consiguientemente
pertenece á la naturaleza y derechos sia siente. Porque toda libertad puede amplia facultad de aumentar sus pro- i vivir, según ella pide, en privado, en
de una sociedad legítima, suprema y reputarse legítima con tal que aumen- vechos. Siempre fué la Iglesia fidelí- público, en todos tiempos y con in-
por todas partes perfecta. te la facilidad de obrar el bien; fuera sima fautora de las libertades cívicas moble constancia. Como presagio de
«Por último, hay muchos que no de esto, nunca. templadas; y bien lo atestiguan, en estos celestiales dones, y testimonio
aprueban la separación entre las co- «Cuando tiranice ó amenace un go- especial, las ciudades de Italia, que de Nuestra benevolencia, á vosotros,
sas sagradas y las civiles, pero juzgan bierno que tenga ala nación injusta- lograron, por medio de los derechos Venerables Hermanos, y al Clero y
que la Iglesia debe condescender con mente oprimida, ó arrebate á la Igle- del municipio, prosperidad, riquezas, pueblo que cada uno de vosotros pre-
los tiempos, doblándose y acomodán- sia la libertad debida, es justo procu- nombre glorioso durante el tiempo en side, damos amantísimamente in Do-
dose á lo que la moderna prudencia rar al Estado otro temperamento, con que, sin impedirlo nadie, se dejaba mino, la ApostólicaBendición.—Dado
desea en la administración de los pue- el cual se pueda obrar más libremen- sentir en todos los órdenes de la so- en Roma, junto á San Pedro, el día
blos. Este parecer es honesto, si se te; porque entonces no se pretende ciedad la influencia saludable de la XX de Junio de MDCCCLXXXVIII,
entiende de cierta equidad que pueda aquella libertad inmoderada y vicio- Iglesia. de Nuestro Pontificado el undécimo.
unirse con la verdad y la justicia; es sa, sino que se busca algún alivio «Estas cosas, Venerables Herma-
decir, que la Iglesia, con la probada para el bien común de todos; y con LEÓN, P P . XIII.» «
nos, que en cumplimiento de Nuestro
esperanza de un gran bien, se mues- esto únicamente se pretende que, allí oficio apostólico hemos enseñado, lle- i Pueden verse sobre esta malcría, entre otros,
tre indulgente y conceda á los tiem- donde se concede licencia para lo vando por guía á un tiempo la razón cae,los libros siguientes: Suárez, Defensio fidci calholi-
pos lo que, salva siempre la santidad malo, no se impida el derecho de ha- lib. I I I ; Liberalorc, La Chicsa e lo Slaío;
y la fe, confiamos han de ser de fruto Keller, VEncyclique du 8 Déccmbre de 1864 eí les
de su oficio, puede concederles. Pero cer lo bueno. para no pocos, en especial juntándose principes de, 1789; el P . At, Le DI-CUS et le faux en
muy de otra manera sería si se trata »Ni es tampoco, mirado en sí mis- matiére d'autoritéel de liberté d'aprés la doctrine
á los Nuestros vuestros esfuerzos. du Syllabus, troisiéme édition, Tours, 1874; D . Ga-
de cosas y doctrinas introducidas con- mo, contrario á ningún deber el pre- Nos, por cierto, en la humildad de bino Tejado, El Catolicismo liberal; Valdegamas,
tra justicia por el cambio de las cos- ferir para la república un modo de go- Ensayo sobre el Catolicismo , el liberalismo y el
Nuestro corazón, alzamos á Dios los socialismo,
tumbres y los falsos juicios. Ningún bierno moderadamente popular, salva considerados en sus principios funda-
ojos suplicantes, y con todo fervor le mentales; y finalmente, la obra intitulada: Casus
tiempo hay que pueda estar sin reli- siempre la doctrina católica acerca pedimos que se digne conceder b e - conscienliae his prueserlim temporibus accommo-
gión, sin verdad, sin justicia: y como del origen y ejercicio de la autoridad dali: propositi ac resoluli cura et sludio P. V., ifo-
nignamente á los hombres la luz de ralis Theologiae Professoris.
estas cosas supremas y santísimas pública. Ningún género de gobierno
han sido encomendadas por Dios á la reprueba la Iglesia, con tal que sea
tutela de la Iglesia, nada hay tan ex- apto para la utilidad de los ciudada-
traño como pretender de ella que nos; pero quiere, como también lo
sufra con disimulación lo que es falso ordena la naturaleza, que cada uno de
ó injusto, ó sea connivente en lo que ellos esté constituido sin injuria de
daña á la religión. nadie, y singularmente dejando ínte-
»Sigúese de lo dicho que no es líci- gros los derechos de la Iglesia.
to de ninguna manera pedir, defen- »Tomar parte en los negocios públi-
der, conceder la libertad de pensar, cos, á no ser donde por la singular
de escribir, de enseñar, ni tampoco condición de los tiempos se provea
la de cultos, como otros tantos dere- otra cosa, es honesto; y aún más, la
chos dados por la naturaleza al hom- Iglesia aprueba que cada uno contri-
bre.' Pues si los hubiera dado en efec- buya con su trabajo al común prove-
to, habría derecho para no reconocer cho, y en cuanto alcancen sus fuerzas,
el imperio de Dios, y ninguna ley defienda, conserve y haga prosperar la
podría moderar la libertad del hom- cosa pública.
bre. Sigúese también que, si hay jus- »Ni condena tampoco la Iglesia el
tas causas, podrán tolerarse estas li- deseo de que una nación no sirva á
bertades, pero con determinada mo- ningún extranjero ni á ningún señor,
deración, para que no degeneren en con tal que esto pueda hacerse que-
I M P O S I B I L I D A D A B S O L U T A D E CONFLICTO A L G U N O , E T C . G49

mezcla de error alguno. La ciencia, jamos escrito sobre este asunto en los
según lo dejamos observado ya más capítulos anteriores? En ellos queda
arriba , no puede ser confundida con evidenciado que la Religión de Jesu-
las meras opiniones , más ó menos cristo tiene un origen verdaderamente
fundadas ; es un conocimiento claro divino, y que sus dogmas han sido re-
CAPÍTULO XLIII de verdades reales y macizas, obteni- velados por el mismo Dios. ¿Y cuál es
do con la evidencia de los discursos. esta Religión de Jesucristo sino la ca-
E n las opiniones puede haber error, y tólica, á quien corresponde la gloria
le hay de hecho muchísimas veces; en de descender de los mismos Apósto-
IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA DE CONFLICTO A L G U N O E N T R E EL C A T O L I C I S M O
la verdadera ciencia no puede existir les, y que es la única en presentar
Y LA V E R D A D E R A CIENCIA jamás, porque la evidencia no es capaz ante la faz del mundo las notas dis-
de producir otra clase de conocimien- tintivas de la Esposa del Cordero?
tos, sino los verdaderos ó sea confor- Cierto que las sectas disidentes pre-
mesála realidadde las cosas. Veamos, tenden pertenecer también á la Igle-
pues, cuál es la esencia del Catolicis- sia de Jesucristo, después de haber
mo. En todo él no es posible hallar intentado temerariamente desgarrar
3 § ^ o que llevamos dicho en el dis- flicto entre los dos objetos indicados. otra cosa más que verdad purísima é su manto inmaculado é inconsútil
^ ü ^ l curso de esta obra sería más Claro está que para hacer esta com- inmaculada, sin mezcla del más mí- con sus herejías y rebeliones sedicio -
que suficiente para dejar evidenciada paración en una forma conveniente, nimo error que lo apesgue ó empezca. sas. Pero sus pretensiones no pueden
la tesis que con ella nos hemos pro- poniendo al uno enfrente del otro en Dos razones incontrastables nos pa- ser más vanas ni más contrarias á la
puesto demostrar en orden á la impo- toda la plenitud de sus particulares tentizan lo verdadero y exacto de esta verdad. ¿Dónde aparecen en estas sec-
sibilidad de conflicto alguno entre la esencias, fuerza será que sigamos un proposición. La primera se halla en tas las señales características de la
verdadera Religión de Jesucristo y la camino enteramente opuesto al que el divino origen del Catolicismo; la Iglesia de Jesucristo, para que nos sea
justamente llamada ciencia. Hemos hemos llevado hasta el presente. El segunda en el don de la infalibilidad permitido ver en ellas las acciones so-
recorrido , en efecto , aunque no con raciocinio encerrado en la colectivi- concedido por Dios á la Iglesia católi- brenaturales del soberano Espíritu
la detención debida á la importancia dad de los capítulos que dejamos e s - ca en orden á la enseñanza de las ver- que las rige y gobierna, animándolas
de la materia, los puntos más culmi- critos es el siguiente: No puede haber dades que pertenecen á la salvación con el soplo de su divina gracia, y sos-
nantes de la ciencia, donde se reúnen oposición alguna entre el Catolicismo y eterna. Digamos algo acerca de estas teniéndolas con su mano poderosa
como en otros tantos focos luminosos la verdadera ciencia, porque no la puede dos razones, siquiera sea con breve- para que no prevalezcan contra ellas
las verdades todas de la filosofía. En haber en ninguna de sus respectivas par- dad suma, y apuntando más bien los las puertas del infierno? ¿Pueden mos-
los tres grandes objetos del saber hu- tes. El que ahora intentamos desarro- fundamentos en que se apoyan , que trarnos las referidas sectas ni siquiera
mano, Dios, el mundo y el hombre, he-llar presenta una forma enteramen- desenvolviendo detenidamente todo uno de estos caracteres? Sabemos, así
mos comparado las doctrinas capitales te inversa ; porque , así como aquel su contenido, conforme lo exigiría la por la Sagrada Escritura como por la
de la ciencia con las enseñanzas del primero sube de las partes al todo, así dignidad del asunto. Si más quisié- perpetua y constante tradición trans-
Catolicismo ; y lejos de hallar oposi- este segundo, por el contrario, des- ramos hacer, este trabajo nos condu- mitida desde los primeros Apóstoles
ción alguna entre aquélla y éste, h e - ciende del todo á las partes , con- ciría á reflexiones demasiado prolijas, hasta los tiempos de Lutero, que las
mos demostrado en cadauno de dichos cluyendo de este modo : No puede y es necesario poner alguna vez tér- notas propias y peculiares de la ver-
ramos que el conflicto entre la ver- existir jamás conflicto alguno entre las ;
mino á est^s páginas, que se van ya dadera Iglesia son la unidad en el ré-
dadera ciencia y el Catolicismo, blan- doctrinas del Catolicismo y las de la extendiendo mucho más allá de lo gimen y en la doctrina, la santidad en su
co de los ataques del autor de Los verdadera ciencia, porque tanto la esen- que en un principio nos habíamos manera de profesarla y defenderla contra
conflictos, es de todo punto imposible. cia de aquél como la de ésta, consisten en propuesto. los ataques del infierno, la catolicidad en
Sin embargo , para que la demos- no encerrar dentro de sí otra cosa que el hallarse difundida por todo el mundo,
tración sea más completa y no deje purísimas verdades. PRIMERA RAZÓN llenando todos los ámbitos de la tierra
ni siquiera sombra de duda á quien Para llevar á cabo nuestro propósi- ' El Catolicismo es una religión divi-con la grandeza de su gloria, su aposto -
con ánimo desapasionado quiera con- to, bastará que consideremos la esen- •na, y por consiguiente verdadera , porlicidad,
- finalmente, en la serie no inte-
templar la verdad de la Religión ca- cia del Catolicismo; pues , por lo que rrumpida
que Dios no revela sino verdades. ¿Ten - de sus pastores, enviados por
tólica, vamos á probar de otra manera hace á la ciencia, nadie negará que su -drenaos necesidad de decir ni siquiera Jesucristo á regirla y gobernarla en su
compendiada en este último capítulo condición propia y esencial es no con- una sola palabra para demostrar este nombre con la enseñanza de su celestial
la imposibilidad absoluta de todo con- tener en su interior sino verdad sin nuestro aserto , después de lo que de- doctrina y con el ejercicio de su autori-
650 I M P O S I B I L I D A D A B S O L U T A D E C O N F L I C T O A L G U N O
E N T R E E L CATOLICISMO Y LA V E R D A D E R A CIENCIA. (351
dad divina, derivada hasta ellos por me-vantar contra los obispos de Inglate- Jesucristo, Jefe y Cabeza de la uni- los manejos y artificios del ambicioso
dio de los Apóstoles. rra el más ínfimo de sus adeptos y versal Iglesia, con la obligación de Focio. Este también en un principio,
¿Dónde están, pues, semejantes no- fundar contra ellos otra nueva iglesia. transmitir este mismo oficio á sus su- lo mismo que Lutero en Alemania,
tas en las sectas disidentes? ¿Cómo Al protestar contra ellos y proclamar cesores, para que en la Cátedra por El reconoció públicamente, antes de al-
puede darse en ellas unidad de régi- su propia independencia, no hará más fundada se hallase siempre el centro zarse en rebelión abierta contra el Vi-
men, cuando su principio fundamen- que repetir el mismo grito de rebelión de unidad hasta la consumación de cario de Jesucristo, el origen divino
tal es que cada cristiano se arregle en que sus antecesores alzaron para s e - los siglos. El segundo se hallaba en del primado transmitido por medio
las cosas de la religión como mejor pararse del centro de la cristiandad y Alejandría, por haber sido creada de San Pedro á los obispos de Roma.
le parezca, sin tener otro vínculo de formar una iglesia separada. Si pues aquella iglesia por el evangelista San Por donde se advierte que, por confe-
unión con los demás sino el que por permanece unido á ellos, es porque Marcos, enviado á aquellas partes sión de los mismos autores de la re-
su propio antojo se escogiere? ¿Cómo quiere simplemente, no porque tenga desde Roma por el principe de los volución religiosa producida en Cons-
puede haber en ellas unidad de doc- obligación de hacerlo: forma unidad Apóstoles. El tercero lo gozaba An- tantinopla, Alemania é Inglaterra,
trina religiosa, cuando con dificultad de hecho, mas no de derecho. Pero se- tíoquía, en atención á que allí había cuales son Focio, Lutero y Enri-
se hallarán dos hombres en cualquie- mejante unidad no es la de la Iglesia tenido San Pedro su cátedra hasta que VIII, en la Cátedra romana es
ra de sus comuniones que piensen dede Jesucristo; porque unidad de hecho que la trasladó á Roma para fijarla donde se encuentra el centro de uni-
una misma manera, regidos como es- la tienen también los ladrones y aun en ella definitivamente. El cuarto dad de toda la Iglesia, por poseer ella
tán todos ellos por el puro individua- los mismos demonios. La unidad de pertenecía á Jerusalén, á causa de ha- los mismos derechos de San Pedro.
lismo de su razón privada, para for- la verdadera Iglesia ha de ser, no sólo ber dado el Salvador junto á sus Para que se vea que si estos herejes
jarse cada uno la religión á su modo, de hecho, sino también de derecho, ó puertas la vida por la redención del rompieron después la unidad y pro-
hallando lo que le acomoda en la lec- sea obligatoria; porque su divino Fun- mundo, y porque el primer obispo de clamaron la revolución, esto no tuvo
tura de la Biblia? dador ha querido que todos los fieles aquella ciudad fué Santiago, empa- origen en otra cosa sino en los vicios
En vano opondrán á esto los pro- vivan unidos en un solo redil y bajo la rentado con Nuestro Señor Jesucristo. y orgullo que á todos ellos los domi-
testantes que no les falta tampoco á obediencia de un mismo Pastor y Jefe El último, finalmente, era el de Cons- naban.
ellos su unidad. Porque esta unidad visible, que es su Vicario, el sucesor tantinopla, muy posterior en el orden Y si de la unidad pasamos á la san-
que tienen algunos de ellos con sus de Pedro. Fuera de que la infinidad del tiempo á todos los.plros, y erigido tidad, que en todos tiempos debe ser
presbíteros y obispos es enteramente de agrupaciones que, según el siste- por la Sede romana para honrar la uno de los distintivos más principa-
facticia; nadie tiene obligación de per- ma anglicano, se podrían formar en nueva corte del imperio. les de la verdadera Iglesia, hallare-
tenecer á ella; no es unidad de dere- la Iglesia, enteramente independien- De aquí es que en los principios mos que este atributo falta por com-
cho, sino de hecho; ni difiere sustan- tes las unas de las otras, destruye por fué muy reducido: después fué exten- pleto en las sectas separadas. Las
cialmente de la que pueden tener va- completo la unidad determinada por diendo poco á poco su dominación, doctrinas profesadas por ellas son ho-
' ríos músicos que quieran juntarse en Jesucristo. Porque de esta manera la merced á las concesiones de los R o - rribles é incapaces de hallarse juntas
uno por su libre y espontánea volun- Iglesia será una, como es una Euro- manos Pontífices. Quiso obtener, pa- con la santidad verdadera. Conocido
tad para ayudarse mutuamente en el pa, Asia ó América, no constituyendo sado algún tiempo, el segundo lugar es aquel tan famoso dicho de Lutero,
ejercicio de su arte. Quien para vivir un solo reino de Dios, sino una infini- en la Iglesia, después de la Sede de que resume en pocas palabras toda
á su antojo, sin motivo alguno razo- ta multitud de reinos diminutos, que San Pedro; pero los Papas no lo con- su doctrina en orden á las cosas de la
nable que lo justifique, se ha levanta- se odian y persiguen sin tregua ni sintieron, hasta que más tarde, y co- gracia. «Crede firmiter et pecca for-
do contra su legítimo superior, el Vi- descanso. rriendo los años, uno de estos Papas titer, ii creefirmementey peca fuerte-
cario de Jesucristo, lanzando el grito Otro tanto se diga de los cismáticos vino en concedérselo. Así permaneció mente, decía aquel fraile corrompido.
de rebelión y proclamando á la faz griegos: el patriarcado de Constanti- unida la sede de Constantinopla á la Y para poner en práctica su doctrina
del mundo la absoluta independencia nopla no es sino una simple creación de Roma, y reconoció por largos años y dar al mismo tiempo á sus secuaces
de toda persona humana en las cosas de la Iglesia romana, ni se remonta su jurisdicción universal, acudiendo ejemplos de lo que debían hacer, se
espirituales, ¿con qué derecho podrá más arriba, en la serie de los siglos, á ella en sus necesidades, y obede- unió públicamente en torpe concu-
imponer después el yugo de su auto- que la época de Constantino. E n sus ciendo, como todas las demás iglesias, binato con una monja, violando am-
ridad á cristiano alguno de la tierra? primeros tiempos ni siquiera tenía el á sus espirituales mandatos. Su so- bos el voto solemne de castidad que
Con el mismo derecho con que se segundo lugar en la Iglesia, sino el berbia, sin embargo, la llevó á hacer habían hecho al Señor de cielos y
levantó el fundador del anglicanis- último absolutamente. E l primer pa- varias tentativas para sacudir este tierra. Sólo este principio detestable,
mo contra la Iglesia católica, cuyo triarcado del mundo estaba en Roma, yugo, que humillaba mucho su arro- común á todos los proclamadores de
subdito era y cuyos mandatos había por hallarse allí la Sede de San P e - gancia; y al fin rompió definitivamen- la reforma, bastaba para introducir
antes obedecido, se puede también le- dro, el cual había sido nombrado por te con la Iglesia romana, merced á en el mundo la disolución de e o s -
652 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y LA VERDADERA CIENCIA. 053

tumbres más espantosa. Diciendo á reforma; así santificaban la Iglesia; tantismo es una religión más santa sienta en ella Satanás, quiere y va á
todo cristiano que para ser justos y así la depuraban de su escoria para que la nuestra, se pasan sin duda á donde quiere Satanás; si se sienta
amigos de Dios les basta creer firme- plantar en ella el germen precioso de ella los católicos á la hora de la muer- en ella Dios, quiere y va á donde
mente en Jesucristo, y que con esta la virtud. L a tendencia de los refor- t e , no sucediendo esto jamás con los quiere Dios.» Y Calvino, en el libro
1

fe ningún pecado les puede hacer mistas hacia los bajos instintos fué protestantes respecto de la Religión segundo de sus Institutiones, cap. III,
daño, antes por el contrario mucho tan marcada, que el mismo Erasmo, católica. ¿Cuándo se ha visto jamás par. i o , escribe: «Dios mueve la vo-
provecho, ¿qué barrera habrá que se con toda su afición á las ideas por este fenómeno, después que el protes- luntad, no como se ha enseñado y
oponga al torrente de las malas pa- ellos proclamadas, no pudo menos de tantismo está inficionando con su creído por espacio de muchos siglos,
siones, que nunca faltan en los hom- notarla, diciendo en su estilo zumbón hálito ponzoñoso toda la redondez de de modo que á nuestra elección perte-
bres? ¿Qué sociedad puede subsistir y burlesco que todas las empresas la tierra? Muchos protestantes se han nezca después obedecer ó resistir á la
con esta doctrina brutal y licenciosa? protestantes acababan siempre, como convertido á nuestra sagrada Religión, moción,» etc. 2

¡Y esto era lo que llamaron reforma las comedias, por un casorio. llegada la hora de su muerte, para Con tan abominable doctrina, claro
los libidinosos protestantes, encena- Y no se crea que fué Lutero sola- conseguir su salvación eterna; pero está que no puede subsistir la morali-
gados en sus abominables torpezas! mente el que ofreció al mundo el es- de pocos católicos se contará que ha- dad entre los hombres. Introducido
Hasta Lutero siempre se había en- cándalo de una vida licenciosa. Las yan hecho otro tanto, pasándose al por ella el fatalismo musulmán, nin-
tendido por la palabra reforma un torpezas de Calvino son más para ca- protestantismo en esa hora tremenda guno queda dueño ni responsable de
método de vida más espiritual y más lladas que para nombradas siquiera, con el fin de hallarse más seguros ante sus propios actos. Si obra el bien, es
abstraído de los sentidos; nunca se y la deshonesta y desenfrenada vida el tribunal divino. Aun en vida y en porque la fatalidad le impele á ello; y
había creído que reformar una casa ó de Enrique VIII de Inglaterra es co- perfecta salud, ¿quién abandona el si obra el mal, es porque le arrastra
un reino fuese soltar la rienda á las nocida de todo el mundo. Tal fué la Catolicismo y comienza á ser protes- á la iniquidad una fuerza superior, á
pasiones más bajas y vergonzosas de santidad de la trinidad reformista, de tante por otro motivo que por adqui- [que él no puede resistir. Desaparece
los domésticos ó de los ciudadanos. donde ha tomado origen toda la in- rir alguna utilidad material en este aquí toda especie de lucha contra los
El fraile impuro juzgó conveniente numerable multitud de sectas antica- mundo? Bien necio había de ser, por malos instintos por parte del h^ombre;
obrar de otra manera, y llamó refor- tólicas denominadas con el revolucio- cierto, el que por amor de la santidad cuando éstos instigan y solicitan al
ma al desenfreno más ignominioso. nario nombre de protestantes. E n las y de la perfección abandonase la R e - mal, es fuerza rendirse á ellos. Por-
Desde entonces aprendieron sus se- tres cabezas del protestantismo, el or- ligión católica y se abrazase con al- que no son sino los aguijones del
cuaces á cambiar hipócritamente el gullo y la obscenidad de la vida fue- guna secta protestante. diablo, que entonces está sentado
sentido de las palabras para mejor ron las dos principales causas que Y no es sólo el referido principio de sobre el alma, dominándola y lleván-
alucinar á los incautos. A la irreligión obraron para el rompimiento con la creer mucho y pecar más el que forma dola por el camino que se le antoja,
é incredulidad diéronles á fines del Iglesia. ¡Y luego nos vienen ahora los una de las bases principales de todas como lleva el jinete á su caballo.
siglo pasado, los descendientes del sectarios diciendo que su religión es las herejías reformistas; además de Y á este fatalismo de las acciones
fraile apóstata, el pomposo nombre más proporcionada para las buenas éste hay otro común también á todas presentes hacen seguir Lutero y Cal-
de Filosofía; y á la religión los omi- costumbres que el Catolicismo! Los ellas, y tan inmoral y detestable como vino otro fatalismo de nuestra suerte
nosos apodos de fanatismo y supersti- que tienen por principio fundamental el primero. Este principio es el de futura después de la muerte; porque
ción; al libertinaje lo bautizaron con de su fe el «Crede firmiter et pecca que la gracia de Dios quita al hombre ambos enseñan que á unos los ha
el halagüeño de libertad, y así sucesi- fortiter,» creefirmementey peca cuanto el libre albedrío para obrar el bien, criado Dios para llevárselos á la glo-
vamente. En el nuestro,, los partida- puedas, ¿éstos pueden hablar sin ver- así como la instigación del demonio ria, y á otros para que sirvan de leña
rios del naturalismo político, siguien- güenza de buenas costumbres? ¿El se lo quita también para obrar el en el infierno. De manera que al
do las huellas de su gran padre el protestantismo más apto que la Reli- mal. De modo que en la doctrina hombre, en la horrible y desgarradora
heresiarca Lutero, han apellidado li- gión católica para la pureza de las protestante el hombre es una pura doctrina de estos sectarios, no le que-
berales á cuantos, atrepellando con el costumbres? Sí; que los que abando- máquina en materia de moralidad; da otro recurso en esta vida sino de-
séptimo precepto del Decálogo, se nan nuestra sagrada religión para pa- si el diablo le empuja á un lado, hacia jarse llevar como materia inerte de la
apoderan sin escrúpulo de los bienes sarse al protestantismo lo hacen con él es arrastrado, sin libertad alguna;
de la Iglesia, siendo así que liberal el objeto de ser más santos y perfec- y si es Dios quien le mueve, esto mis- -Humana voluntas in medio posita est ceu ju-
1

en los tiempos pasados no había sido tos, y no para vivir sin freno y á sus mo sucede con respecto al bien. menlum. Si insederit Salan, vult et \adil i¡un vult
llamado nunca sino el que se mostra- anchuras; y los que vienen del protes- Satán. Si insederit Deus, vult et vadit quo vult
«La humana naturaleza, dice Lu- Deus.» (Luther., De servo arbitrio.)
ba generoso en repartir de lo suyo á tantismo á nuestras filas buscan en la tero en el libro que compuso con el i •• Voluntatem m o v e t (Deus), non qualiler m u l -
los demás. profesión de la fe católica el desenfre- título de El albedrío esclavo, está pues-lís saec.ulis Iradilum est el ereililuoi, ut nosirae
Así entendían los protestantes la no de sus pasiones. Porque el protes-
postea sit elee.lionis m o t i o n i a u t o b t e m p e r a r e aut
ta en medio como un jumento. Si se refragari.« (Cah ., l i b . I I , lnsl., cap. 1 1 1 , p a r . 1 0 . )
E N T R E E L CATOLICISMO Y L A V E R D A D E R A CIENCIA 655
I M P O S I B I L I D A D A B S O L U T A D E CONFLICTO ALGUNO

corriente fatal, que le arrebata para gisterio en materias religiosas. A ojos en la falta completa de todas las imitará Mahoma; quien, viéndose in-
guiarse por él los protestantes, no de-
precipitarlo en el lugar de su destino. señales externas de santidad que, como capaz de hacerlos, apeló al recurso de
Con tan horrendos principios de mo-bieran tener pastores ni doctores, y sabemos, han de distinguir siempre á afirmar que su religión no se había de
ral nada tiene de extraño que los pro-ninguno debiera osar entre ellos decir la verdadera Esposa de Jesucristo, se- extender con prodigios del cielo, sino
testantes hayan hecho cosas por extre-una sola palabra para dirigir á los parándola de todas y cada una de las á fuego y sangre, llevando la guerra á
mo lamentables en materia de h o - demás. Cada protestante debe tener sectas falsamente llamadas cristianas. todo el mundo.
nestidad. L a maravilla está en cómo su Biblia y aprender en ella las cosas Como la Iglesia es el cuerpo místico Sabido es el dicho de Erasmo á este
todos no han hecho lo mismo. A veces de la salvación eterna por sí solo y de Jesucristo, y la Esposa inmaculada propósito. Decía de aquellos primeros
se notan personas morigeradas entre sin mezcla de magisterio humano; •del Espíritu Santo, naturalmente ha fundadores, con muchísima gracia y
sepa ó no leer, tenga ó no dinero para
ellos; pero, bien es preciso advertirlo, de estar adornada de dones y caris- verdad, que ni siquiera habían podido
esta moderación no se debe en manera comprarla, esté cierto ó dudoso de mas tales, que la distingan con plena sanar á un caballo cojo, para probar
que es legítima la versión del ori-
alguna á los principios religiosos rei- evidencia de las que, dándose á sí mis- con un milagro la divinidad de su mi-
ginal á su lengua nativa, con otra
nantes en su secta. A guiarse por ellos, mas vanamente estos mismos títulos, sión. Y por lo que mira á sus hijos y
debieran todos ser inmorales en extre-multitud de cosas que con dificultad no son en realidad sino verdaderos descendientes, todos ellos han afecta-
mo, y no hacer otra cosa sino seguir puede saber un hombre después d e abortos del infierno. De otra suerte do siempre tener un alto desprecio
ciegamente los bajos instintos de la haber estudiado mucho. Armado de su no manifestaría Dios tener mayor con respecto á esta clase de efectos.
carne. Pero en muchos puede más el Biblia y acompañado del único maes- afecto y cariño á su Hija muy queri- ¡Como si el Fundador del Cristianis-
sentido común que las falsas teorías tro que Dios le ha dado para que le da, que á las falsas y supuestas, no mo hubiese apelado á otro género de
de sus maestros; ó bien reina una guíe en el camino de su salvación,, condecorándola amorosamente con la pruebas que las de sus milagros para
profunda ignorancia de ellas , no debe desechar todo magisterio huma- hermosa librea que corresponde á los probar á los judíos su misión divina!
guiándose los tales, en consecuencia,no, el cual ya no es pura palabra de que viven unidos con El en amis- «Si no hubiera venido, decía nuestro
sino por los impulsos de su corazón Dios, y desatender todo otro consejo tad estrecha. Ahora bien; estas gra- adorable Salvador hablando de los ju-
naturalmente honesto. Esto mismo ó mandato que no sea el de su propia cias y carismas no consisten en otra díos con sus discípulos, ni les hubie-
razón individual. Así, para seguir el
sucedía en la antigüedad á algunos pa- cosa sino en la fecundidad por una ra hablado, no tendrían pecado; mas
ganos; tanto los unos como los otros principio fundamental de su religión,, parte para formar verdaderos y gran- ahora no tienen excusa de su pecado.
han poseído y poseen algunas virtu- debe ir el protestante contra la orde- des Santos dentro de su seno, y para El que me aborrece, también aborre-
des morales y políticas; pero siendo nación divina que dispone haya en la procrear muchos hijos á Jesucristo por ce á mi Padre. Si no hubiese hecho en-
con esto mejores que la religión por Iglesia de Jesucristo pastores, docto- medio de la predicación evangélica tre ellos obras que ninguno otro ha he-
res y prepósitos, á cuyas enseñanzas,
ellos profesada, son buenos, no por su en tierras de infieles, y por otra en cho, no tendrían pecado: mas ahora las
religión, sino á pesar de ella. Es amonestaciones y mandatos estén su- el don perenne de los milagros con han visto, y me aborrecen á mí y á
decir, que las sectas protestantes ca-jetos los fieles, para que de esta ma- que manifieste el Espíritu Santo estar mi Padre.» ' Y á los discípulos de
nera no sean llevados alrededor por
recen del atributo esencial á toda re- dentro de ella, animándola y vivifi- San Juan Bautista, que de parte de
ligión verdadera, del atributo de la todo viento de doctrina, antes crezcan cándola, y llenándola á la faz de todo su maestro habían ido á preguntarle
santidad, como carecían las religio- en perfección unidos firmemente entre el mundo de la gloria y esplendor de quién era, les respondió: «Id y contad
nes paganas; y poseen el enteramente sí, y formando un solo cuerpo com- santidad que corresponde á su verda- á Juan lo que habéis oído y visto. Los
opuesto, el de la inmoralidad, señal pacto por toda juntura Al erigir el dera Esposa. ciegos ven, los cojos andan, los lepro-
manifiesta de que tienen todas ellas protestantismo á cada uno en rey in- ¿Dónde aparecen, pues, estos dones sos son limpiados, los sordos oyen,
por padre, no al Dios bueno y santo dependiente de toda autoridad en ma- y carismas en ninguna de las sectas los muertos resucitan, y á los pobres
teria religiosa, lo impele y arrastra al
de los cristianos, sino al diablo, jefe protestantes? Después que se han se- les es anunciado el Evangelio.» *
perverso de los malvados. individualismo absoluto, tendiendo, parado del Catolicismo, ¿qué varones Afectan los miserables este desprecio
Y esta falta de santidad aparece,
en su . consecuencia, á producir en el esclarecidos por su santidad y mila- porque son incapaces de hacer mila-
no sólo en los dos principios citados
mundo la disolución plena y completa gros han presentado en su seno para gro alguno. De aquí el que apelen al
de la doctrina protestante, sino tam-
de todo el cuerpo social religioso fun- poder decir con verdad que en ellas recurso de sus padres, al de Mahoma,
bién en el que es la base fundamental
dado por Nuestro Señor Jesucristo. habita el espíritu de Jesucristo? Los al de la zorra de la fábula.
de ellos y de todos los demás que les No aparece menos clara, por cierto, milagros de los primeros fundado- ¿Y qué diremos de su fecundidad
puedan pertenecer. Porque el princi- la ausencia de este divino carácter en res, todo el mundo los conoce; aque- para engendrar hijos á Jesucristo en-
pio fundamental del protestantismo el protestantismo , si ponemos los llos hombres obscenos no presentaron tre los infieles? No puede darse en sus
es, como el mismo nombre lo indica, otros milagros que los de la liviandad i Juan., XV, 22-24.
protestar contra toda autoridad y ma- i Kphcs., IV, i l - l í . y de la carne. Sin duda se propusieron * l . u c , XI, 4-3.
E N T R E E L CATOLICISMO Y L A V E R D A D E R A CIENCIA. 657
056 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO

misiones esterilidad más completa. Y Pero ni aun en esto ganan mucho,, y como formando una sola religión, intelligi nisi hoc eam nomine discer-
no es milagro, porque sus misioneros porque la herrumbre que con sus ar- cierto que aparecerán difundidas por nant, quo ab universo orbe nuncupa-
nada presentan de sobrenatural y di- tes corruptoras sacan de nuestras filas toda la haz de la tierra ; pero no es tur.» En la misma forma se expresa
vino á los gentiles. Van á anunciarles no se hace mejor en las suyas, ni va ésta la manera como se las debe con- San Cirilo Alejandrino en la Doctri-
la palabra de Dios con buen sala- propiamente á ellas, sino á las del ra- siderar, porque cada una de ellas está na 18, diciendo: «Si llegas por casua-
rio, y acompañados de sus mujeres é cionalismo y de la incredulidad. Ca- perfectamente separada de las otras lidad á alguna ciudad , no preguntes
hijos; dejan aparecer muy poco la tólicos y racionalistas: éstos son los por la clase de doctrinas positivas que simplemente: ¿Dónde estí la iglesia?
mortificación de Jesucristo en todo dos campos que hoy día se presentan caracterizan y forman su credo. Lo sino: ¿Dónde está la iglesia católica?
cuanto usan; comercian mucho más frente á frente. La lógica de los acon- que tienen de común no es sino el Porque este nombre pertenece en pro-
en bienes de la tierra que en los del tecimientos ha aclarado el orden de odio encarnizado que todas ellas pro- piedad á esta nuestra santa madre
cielo, y casi toda su misión la reducen las ideas; el que quiere ser bueno, se fesan al Catolicismo; el cual es pura- Iglesia, que es la Esposa de Nuestro
á expender Biblias, que por lo regular hace católico; el que quiere ser malo, mente negativo y de tal naturaleza, Señor Jesucristo.»
no tienen entre aquella gente ciega se hace racionalista. Los términos que por esa parte pueden formar so- Por esta causa decía también el
sino un paradero muy poco digno. medios ya no sirven sino de escala ciedad con los masones y con todos mismo San Agustín que una de las
¿Qué efectos, por consiguiente, han para llegar á los extremos: el que va los revolucionarios , y con el mismo razones más principales por las cuales
de producir sus misiones entre aque- de mal en peor, no para hasta llegar á príncipe de unos y otros , que es el permanecía firme y constante en el
llos infelices? la impiedad del racionalismo; y el que demonio. Ahora bien ; consideradas seno del Catolicismo, era este mismo
busca de veras el bien, no para tam- las sectas protestantes bajo el aspecto nombre de católica que todos los hom-
La fecundidad del protestantismo
dicho , y en lo que cada una encierra bres, amigos y enemigos, llevados de
no se desarrolla sino en medio de los poco hasta que se encuentra en el seno
de positivo , todas ellas se componen una fuerza irresistible , dan á la co-
católicos. Aquí sí que suelen produ- del Catolicismo. Esta es la verdad de
de muy pocas personas, y están redu- munión de los fieles puestos bajo la
cir á veces efectos maravillosos, b a - los hechos; verdad que ha costado
cidas á un círculo muy limitado. Se obediencia del PontíficeRomano. Por-
rriendo hacia la sentina de sus sectas muchas penas y trabajos á la Iglesia
haría soberanamente ridículo cual- que no cabe duda sino que , cuando
toda la inmundicia que entre los ma- católica, pero que, por una providen-
quier protestante que pretendiese sos- por todo el mundo y en todos tiempos
los católicos crían las pasiones huma- cia especial de Dios Nuestro Señor,,
tener con seriedad que su comunión se le viene dando á ella sola este glo-
nas. No es esto propio y exclusivo de se va haciendo más y más palpable
se halla difundida por toda la tierra, rioso nombre, ella sola es á quien por
nuestros sectarios; ya los del tiempo cada día , para que de esta suerte la
y que encierra en su seno una inmen- derecho propio le corresponde.
de Tertuliano hacían otro tanto, á lucha entre los discípulos de Jesu-
sa multitud de fieles pertenecientes, á De la misma manera, á todas las
fines del segundo siglo de la Iglesia. cristo y los secuaces de Lucifer se
todas las partes del mundo. Por eso sectas disidentes se les ha quedado el
«Siendo su ocupación, escribía este presente más grandiosa, y los triun-
ningún sectario osa tomar el nombre nombre de protestantes, y todo el mun-
autor en su famoso libro De Praes- fos del Catolicismo adquieran propor-
de católico , y se guardaría muy bien do se lo adjudica espontáneamente;
criptionibus, cap. XVII, no la de con- ciones más considerables; pues sabe-
de conducir al templo de su propia porque, en efecto, les cuadra á las mil
vertir á los gentiles, sino la de derri- mos que el racionalismo también á su
secta al que, pasando por el lugar de maravillas , expresando tan plena y
bar á los nuestros, ponen con predi- vez correrá la suerte de todas las he-
su residencia, le preguntase por el perfectamente la razón común á todas
lección su gloria en traer la ruina á rejías, y vendrá por fin á aumentar
templo de los católicos. Esta observa- ellas, que es protestar contra la auto-
los que permanecen firmes, y no en con su derrota las glorias de la Iglesia
ción es ya muy antigua ; la hicieron ridad legítima, negar las afirmaciones
levantar á los que yacen en el suelo. católica.
los Padres en los primeros siglos de la Iglesia. Quién niega más y quién
Porque su obra no consiste en fabri- Vése, pues, que las sectas separadas de la Iglesia. «Tenenda est nobis menos ; pero todos niegan , y en esto
car un edificio que, como propiedad carecen de santidad en su origen,en su
christiana religio, escribía el gran sólo consiste su común esencia. El
suya, les pertenezca, sino en derribar doctrina y en sus miembros, y que se
Obispo de Hipona (De vera relig., que más niega es más protestante;
por el suelo el ya fabricado: socavan hallan destituidas de todos los dones
cap. VII), et ejus Ecclesiae commu- y a s í , el protestante por excelencia
lo nuestro para edificar lo suyo.» 1
y carismas que acompañan en todos nicatio , quae catholica est et catho- es el racionalista puro , porque niega
tiempos á la verdadera Esposa del lica nominatur, non solum a suis, todas las afirmaciones del Catolicis-
1
Cum hoc sil negolium illis (haereticis), non
Cordero inmaculado, Jesucristo. Pero verum etiam ab ómnibus inimicis. mo; por donde ya se ve que ninguno
ethnicos convcrtondi sed noslros avertendi, hanc no es menos evidente su falta com-
Velint nolint enim, ipsi quoque hae- hay más perfecto protestante que el
magis gloriam cantan!, si stantibus ruinam, non si pleta de catolicidad , considerado el
jacentihus elevationem operentur; quoniam et ip- retici et schismatum alumni, quando príncipe de las tinieblas.
sum opus eoi'uin non de suo proprio aedificio ve- espacio diminuto que cada una de non cum suis sed cum extrañéis lo-
nit, sed de veritatis destruclione. Nostra suffodiunt ellas ocupa en el mundo, y su nin- De la apostolicidad de las sectas di-
ut sua aedilicent. (Tertuliano, De Praescripl., capí- g u n a importancia. Si se toman t o -
quuntur, catholicam nihil aliud quam sidentes nada se diga: todas ellas son
ulo X V I I . ) Véase el l'. I'errone, De Religione, catholicam vocant; non enim possunt de ayer. Conocidos son los padres que
ite segunda, prop. 10. | das las sectas protestantes reunidas
658 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y L A V E R D A D E R A CIENCIA. 659

les dieron el sár, el tiempo y circuns- Si en ninguna de las comuniones por fuerte que sea su constitución in- Jesucristo al Príncipe de los Apósto-
tancias en que nacieron, las verdade- disidentes aparece la más mínima terna, al fin se derrumba y viene al les: Tú eres Pedro, ó piedra, y sobre esta
ras causas que las motivaron, sin que sombra de los caracteres que llevamos suelo hecho pedazos. Poco hubiera piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas
aparezca en todo esto nada de apostóli- indicados, sin embargo de que la co- valido el organismo de la Iglesia, si del infierno no prevalecerán contra ella . 1

co ni cosa alguna semejante. Los que lectividad de los mismos es lo que en ella no hubiera existido siempre Y como lo prometió, lo sigue cum-
profesan doctrinas tandisolventes co- constituye la fisonomía propia y ca- una inteligencia sabia y previsora que pliendo; y nunca más que ahora se
mo las que hemos indicado más arriba racterística de la verdadera Esposa supiese ejercer justicia en el gobierno experimenta la verdad de esta prome-
y como las que podríamos todavía ci- de Jesucristo, ¿qué deberemos decir de la Cristiandad, explicar de una sa, porque nunca como hoy día, desde
tar; los que mudan continuamente de de todas ellas sino que carecen com- manera racional la doctrina de Jesu- los tiempos de las persecuciones pa-
creencias, no sabiendo hoy lo que han pletamente de título alguno para lla- cristo, y satisfacer plenamente á las ganas, ha hecho el infierno una gue-
de creer mañana, mal podrán decir marse cristianas? Hijas del diablo necesidades espirituales del común rra tan encarnizada á la Iglesia cató-
que permanecen en la doctrina de los son, como las nombra el apóstol San de los fieles. Las formas orgánicas lica. No parece sino que hemos llega-
Apóstoles y que no se dejan llevar en Juan, que no de Jesucristo; y así, bien ayudan mucho, no lo dudamos, á la do ya á aquellos tiempos prenuncia-
derredor por todo viento de doctrina. seguros pueden estar sus secuaces de dilatada conservación de un Estado; dos en el Apocalipsis con las siguien-
Y los que han destruido el organismo que en el día del juicio á todos ellos pero no son ellas propiamente las que tes palabras: «Y cuando fueren aca-
de la jerarquía eclesiástica, instituido les dirá nuestro adorable Salvador: en realidad lo mantienen en pie, sino bados los mil años, será desatado Sa-
por Jesucristo , por tener el gusto de Jamás os he conocido por míos; apar- el espíritu reinante en los poseedores tanás, y saldrá de su cárcel y engaña-
forjarse cada uno, para su propio uso, taos de Mí, operarios de la maldad . del poder y en los demás ciudadanos. rá las gentes que están en los cuatro
l

una religión á su modo, con sola la Por el contrario, todas las mencio- Con la mejor organización del mundo ángulos de la tierra, á Gog y á Ma-
lectura de la Biblia, no podrán jac- nadas notas, sin faltar una sola, se se puede andar en perpetuas disensio- gog, y los congregará para la batalla,
tarse jamás con razón de que sus pas- encuentran claramente y con todo su nes, si el espíritu que anima á los in- cuyo número es como la arena del
tores vienen por vía legítima y por vigor y lozanía en el Catolicismo. Su dividuos de una nación es malo y mar. Y subieron sobre la anchura de
orden de sucesión de los mismos unidad jerárquica y de creencias es perverso. Este espíritu, pues, princi- la tierra, y cercaron los reales de los
Apóstoles. Por esta causa escribía ya cosa que sorprende aun á sus mismos palmente, y no el organismo mate- Santos y la ciudad amada. Y Dios
con mucha razón Tertuliano contra enemigos. Es ella tan fuerte y tan rial, es el que ha conservado siempre hizo descender fuego del cielo y los
los herejes de su tiempo: «Manifiés- compacta, que el desventurado Dra- firme y estable á la Iglesia católica tragó: y el diablo que los engañaba,
tennos los orígenes de sus Iglesias; per, con su escuadrón impío de r a - contra los embates furiosos de tan fué metido en el estanque de fuego y
expóngannos el orden de sus Obispos, cionalistas, no ha dudado en atribuir encarnizados enemigos. Ahora bien; de azufre, en donde también la bestia
de forma que, subiendo del uno al á ella sola todo el influjo mágico de este espíritu, sin un auxilio especial y el falso profeta serán atormentados
otro, á comenzar por los actuales, lle- su conservación maravillosa por es- del cielo que lo fomente perennemen- día y noche en los siglos de los si-
guemos al primero de todos, el cual pacio de tantos siglos, á pesar de los te de una manera especial, no es ca- glos.» - Porque la conspiración del ra-
sea algún Apóstol, ó al menos algún innumerables y recios combates que paz de conservarse por sí solo tan cionalismo contra la Iglesia es tan
varón apostólico que haya permane- sin tregua ni descanso se ha visto sano, tan sabio, tan previsor y tan vasta, tan diabólicamente tramada y
cido en unidad de comunión con los siempre forzada á sostener contra sus conforme á las exigencias racionales con tanto artificio conducida, que con
Apóstoles.» Algunos sectarios se han poderosos é incansables enemigos.
1
del pueblo cristiano, por espacio de dificultad parece puedan hacer mucho
apropiado, es verdad, el nombre de Este pensamiento, empero, de atribuir tantos años. más los secuaces del Anticristo.
.apostólicos; pero esto ha debido ser sinla extraordinaria conservación del No han faltado, por cierto, en el seno Y esta unidad católica, tan fuerte y
duda por antífrasis. Su apostolicidad Catolicismo á la prepotente unidad de la cristiandad, durante el transcur- tan admirable, no es facticia ni se
nada tiene de apostólica, y hace al- de su jerarquía, sin auxilio alguno so de los siglos, causas gravísimas de halla fundada en la ¡'evolución, como la
gunos siglos hasta carecía de capaci- del Altísimo que cuide de sostenerla, disolución, bastantes á pervertir este que presentan las falsas sectas; sino
dad para pretender este título; porque es manifiestamente fútil; porque la buen espíritu, y tales que sin una que es innata y está basada en la
las tales sectas se hallaban entonces misma organización de la Iglesia no providencia especial por parte del misma institución divina del prima-
en los meros planes y trazas de Sata- hubiera podido subsistir en la tierra, Todopoderoso, lo hubieran aniquilado do. Jesucristo, al querer edificar su
nás, y no sobre la haz de la tierra. á no ser sustentada por la mano mi- de hecho, dividiendo en mil partes la Iglesia, estableció en ella las leyes
sericordiosa del Todopoderoso. Todo monarquía cristiana. Esta providen- fundamentales, inmutables y perpe-
1
Edant origines ccclesiarum suarum, evolvant lo humano está sujeto á la carcoma tuas que le habían de servir de in-
ordinem episcoporum suorum, ita per successionem
cia especial Dios la había prometido
ab inilio deeurrentom, ni prinius í 1 le Episcopus
del tiempo, y más ó menos tarde, á la Cátedra de Pedro, y á toda la moble cimiento, sin que ningún poder
aliquam ex Aposlolis vel apuslolicis viris, qui ta- Iglesia católica fundada sobre ella 1 .Malth , XVI, 1<S.
men cum Aposlolis perseverarint, habuerit auclo-
filatem. (Tertul., lib. De praescrip., cap. XXXH ) i Malb., Vil, -2;!.
como sobre solidísima roca, diciendo 2 Apoi.., XX, 7-10.
660 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y L A V E R D A D E R A CIENCIA. 661
de la tierra, ni aun el conferido por valecerán contra ella. Y á ti te daré las versal tenían alguna controversia. No sa cualidad, prenda peculiar y exclu-
El mismo á su Vicario, las pudiese llaves del reino de los cielos. Y todo lo menos los herejes que los ortodoxos siva de la verdadera Iglesia de Jesu-
variar ó alterar en la serie de los si- que ligares sobre la tierra, ligado será en ejecutaban esta operación; sólo cuan- cristo, brilla de una manera absoluta-
glos. Estas leyes son los dogmas de los cielos; y todo lo que desatares sobre la do perdían su pleito, viendo conde- mente extraordinaria en la congrega-
la fe en el orden especulativo, los pre-tierra, será también desatado en los nadas por el Papa reinante á la sazón ción de los fieles cristianos que viven
ceptos del Decálogo y los siete sacra- cielos.»
1
sus erróneas doctrinas, apelaban al bajo la jurisdicción y gobierno de los
mentos con sus materias y formas co- Tanto la metáfora del fundamento, recurso de los revolucionarios, levan- Pontífices romanos, en términos que
rrespondientes en el orden práctico, lacomo la otra de las llaves que usa aquí tando furiosos bandera de rebelión y ella sola bastaría para hacer ver á todo
jerarquía de los ministros, sacerdotes el divino Salvador, significan abier- haciendo, ni más ni menos, lo mismo el mundo que la Iglesia fundada por
y obispos con el centro de unidad de tamente que la autoridad sobre toda que en estos últimos tiempos hizo el nuestro divino Salvador y dotada de
todos ellos colocado en la Sede de la Iglesia, por él conferida á Pedro, jefe de la famosa reforma, fray Mar- todas las celestiales prerrogativas con
Pedro en el orden administrativo. E s no se le concedía para que en su tín Lutero. Inútil juzgo traer aquí que se dignó condecorarla, es real y
cosa cierta, y no puede caber sobre muerte pereciese, sino para que d u - pruebas de estos hechos; son todos verdaderamente la Iglesia romana.
ella la menor duda, que á San Pedro rase perpetuamente en su Sede, sien- ellos tan palpables y evidentes en la Santa es su celestial doctrina , de
fué dado por Jesucristo el Primado do ésta el centro de unidad de toda la historia de la Iglesia, que no pueden suerte que ninguno puede con razón
de su Iglesia, para que sobre él como Iglesia católica, y atando en ella ser ignorados por ninguna persona poner en ella la más mínima mácula,,
sobre firmísima roca descansase siem- Pedro y desatando á los fieles de todo que en materias eclesiásticas se halle antes por el contrario sirve de perfec-
pre con solidez y firmeza este edificio, el mundo hasta la consumación de los medianamente instruida. Lo mismo tísimo modelo para formar grandes
espiritual por una parte y visible por siglos. Porque el fundamento ha de se diga de los testimonios de los Pa- santos á todos aquellos que quieran
otra. E l divino Fundador quería l e - durar mientras dure el edificio que dres, que atestiguan la fe unánime y obrar según sus máximas admirable-
vantar el edificio de su Iglesia sobre sobre él está asentado; y asimismo, perpetua de toda la cristiandad en mento puras. No sucede en el Catoli-
la inquebrantable base de la unidad las llaves potestativas han de abrir y orden á esta prerrogativa de la Iglesia cismo como en las sectas protestan-
más perfecta, estableciendo en su rei- cerrar mientras dure la espiritual ciu- romana. Véalos quien guste en Belar- tes, que para ser bueno el cristiano y
no la monarquía, como había sido dad fundada por Jesucristo, esto es, mino, en Suárez, en el libro Del Papa, poder practicar la virtud haya de
también establecida por Moisés, de hasta el fin de los siglos. del conde de Maistre , en el tratado prescindir de sus máximas y doctri-
parte de Dios, en la Sinagoga judaica. Porque la Santa Iglesia tiene, por del Romano Pontífice, escrito por los nas, siendo, por consecuencia, tanto
Para este fin pudiera haber escogido una parte, la celestial misión de sal- hermanos Ballerini, en el P . Perrone más perfecto y santo, cuanto menos
ciertamente entre sus numerosos dis- var á los hombres de todos los tiem- y en otros autores que han escrito se rija por ellas. En el Catolicismo
cípulos otro cualquiera distinto de pos y de todos los países, y por otra largamente sobre este asunto el que es bueno consigue la perfec-
San Pedro; pero quiso remunerar la la divina promesa de que seguirá Así como es brillante y consolado- ción siguiendo el impulso de unos
fe y amor ardiente de este su Apóstol, cumpliendo este encargo hasta que en ra al mismo tiempo la unidad de la principios religiosos tan puros, que
prefiriéndolo á los demás para que el fin de los tiempos venga á juzgar Iglesia católica, de la misma manera por su misma naturaleza empujan al
fuese su primer Vicario y diese prin- Jesucristo á los vivos y á los muer- lo es también la santidad que en ella hombre hacia la santidad más encum-
cipio á la innumerable serie de los que tos; por donde es claro que el edificio ha resplandecido en todos tiempos. brada; y jamás puede suceder que
en el mismo oficio le habían de suce- asentado sobre la roca de Pedro ha de Sabemos por la Escritura y por la miembro alguno de la Iglesia católica
der, revestidos de sus mismas atribu- durar perpetuamente. tradición que la verdadera Esposa del sea más santo que la misma doctrina
ciones. De aquí es que hasta el siglo IX Cordero inmaculado ha de ser siem- religiosa creída por él como revelada.
Esto significó Jesucristo al humil- siempre vivieron los fieles de toda la pre santa, sin mancha ni arruga, acep- La santidad, pues, de su doctrina es
de pescador de Galilea cuando, para cristiandad, tanto orientales como oc- table á los ojos de Dios, y obradora deuna cosa palpable. Sobre todo, la mo-
recompensar la magnífica confesión cidentales, en la íntima persuasión de buenas obras . Pues bien; esta hermo-ral del Catolicismo es una cosa tan
a

que de su verdadera divinidad había que la Sede Apostólica de San Pedro, sorprendente por su pureza, que con
hecho con muestras de grandísimo cual se halla establecida en Roma, era i Sobre la unidad de la Iglesia, además de los razón es admirada hasta de los m i s -
autores indicados, se pueden consultar el Antife- mos incrédulos.
fervor, delante de sus compañeros, le el centro de unidad de toda la Iglesia. bronio y el Antifebronius vindicatus , del sabio
dijo: «Bienaventurado eres, Simón, A este centro acudían de todas par- jesuíta I'. Zaccbaria, obras ambas muy apreciables. La santidad del Catolicismo se
hijo de Juan; porque no te reveló car- tes para terminar sus diferencias des- Puede también verse la obra de Moehler, intitulada
en la traducción italiana que tengo amano: Dell'u-
hace también visible á todo el mundo
ne ni sangre, sino mi Padre que está de los primeros siglos, todos los que nitá della Chiesa, o sia del principio del Catolicis- en las personas admirables que, con
en los cielos. Y yo te digo que tú eres en materias de fe ó de disciplina uni- mo secondo lo spirito dei Padri dei primi Iré secoli su virtud verdaderamente heroica, lo
ilé la Chiesa: opera di (¡iovanni Adamo Moehler,
Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iradolta del ¡ranéese. Milano, 1841. han esclarecido en todos tiempos. Y
Iglesia, y las puertas del infierno no pre-i MíUlli., XVI, 17-19.
s
Epbcs., V, 27. de éstos no deben excluirse en verdad
W2 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y LA V E R D A D E R A CIENCIA. 60*

aquellos siglos en que los protestantes manchas espirituales. Pero aunque se áncora firmísima, luchan siempre va- flujos de esta Madre amorosa, presen-
presentaban á la Iglesia como un lo- ven algunos pecados en muchos ma- lerosos contra la tempestad, seguros ciando con estupor sus muchos mi-
dazal inmundo de todos los errores y los miembros de esta Iglesia santa, de que han de vencer, y de que su vic- lagros.
pecados, movidos por el perverso fin de ¿qué grandeza de ánimo, qué amor á toria ha de ser tanto más brillante, De la catolicidad de esta Iglesia no
cohonestar en algún modo su reproba- lo espiritual, qué fortaleza tan admi- cuanto mayor sea su fidelidad en guar- hay para qué digamos ni una sola pa-
ble rebeldía, cubriéndola con el visto- rable no se nota en la generalidad de dar la ley de su divino Maestro. He labra. Doscientos millones de católi-
so manto de reforma. Basta citar en este cuerpo místico para defender lo aquí la fuerza inexpugnable del Papa- cos esparcidos por toda la redondez
prueba de ello los nombres veneran- que en su estimación tienen los cató- do: fuerza grande é invencible en ver- de la tierra son más que suficientes
dos de un Ignacio de Loyola, de una licos por santo y venerando? ¿Qué dad, pero no terrena ni natural, sino para que con justísima razón pueda
Teresa de Jesús, de un Felipe Neri, de persecuciones no está sufriendo la celestial y divina. conservar ufana el augusto nombre
un Juan de la Cruz, de un Francisco Iglesia y no ha sufrido en los tiempos Y porque es sobrehumana la forta- de católica. Y téngase entendido que
Javier, de un Francisco de Borja, de pasados por esta causa? Por no faltar leza que despliega esta Iglesia en con- esta su dilatación, admirable por el
un Pedro de Alcántara, de un Fran- á su deber, por no quebrantar la ley servar y defender todo cuanto ella espacio, no es cosa que le viene de
cisco de Sales, de un Alfonso María de divina que ha confiado á su custodia considera como bajado del cielo y ayer, sino que la tiene desde muy anti-
Ligorio y de otros innumerables, que su divino Esposo, ha visto con ojos como venido de su inmaculado Espo- guo; pues ya en tiempo de los mismos
se han visto en estos últimos tiempos enjutos la Iglesia separarse de su obe- so por el intermedio de sus Apóstoles, Apóstoles escribía San Pablo á los
despedir los vivísimos fulgores de una diencia naciones enteras. por eso también Jesucristo la adorna Romanos las siguientes palabras: Doy
santidad llevada hasta el último gra- Se la ha acusado de ambición, de y embellece con sus dones y carismas gracias á mi Dios por medio de Je-
do de heroicidad cristiana. Religión proselitismo, de calculadas miras para sobrenaturales, que no son propios sucristo acerca de todos vosotros, de-
que produce dechados de perfección imponerse por su política artera á todo sino de sus amigos muy queridos y de que vuestra fe es celebrada por todo el
tan acabados y excelentes como éstos, el mundo: ¿qué medio más acomoda- su Esposa sin mancilla. E n todos mundo '.
no puede menos de ser también ella do para conseguir todo esto que con- tiempos se ha visto brillar á esta Igle- Cuando unas naciones se apartan
misma santa en extremo, y digna, por temporizar con los hombres y con los sia santa con su prodigiosa fecundi- de ella por la perversidad de algunos
consiguiente, de ser abrazada por todo pueblos, acceder con arte á sus capri- dad en engendrar hijos á Jesucristo malvados que las arrastran en pos de
el mundo. chos, modificar la ley del divino Fun- entre los infieles y con los muchos sí y las hacen apostatar, entran otras
Y no sólo en algunos de sus miem • dador para adaptarla á las circunstan- milagros que Dios se ha complacido en su lugar, atraídas por la luz esplen-
bros resplandece gloriosa por su san- cias de los tiempos? Sin embargo, la en obrar para glorificarla. Sólo el dorosa de la fe predicada con abnega-
tidad esta sagrada Religión, sino que Iglesia católica jamás ha querido en- Apóstol de las Indias, San Francisco ción suma por sus ministros. Todo se
además en todo el cuerpo de sus fie- trar por este camino. Sabido es cuánta Javier, ha hecho entrar en el sagrado cambia y se muda á su alrededor, mo-
les ostenta su amor extraordinario sangre, cuántos tormentos, cuántas redil del Catolicismo más almas que vido por el torbellino de las pasiones
hacia todo lo grande y sublime que penalidades le ha costado este género le arrebataran Lutero, Calvino, Enri- humanas; ella sola permanece siem-
se halla encerrado en la espiritualidad de conducta; pero el deber ha prevale- que VIII y los demás patriarcas de la pre la misma en medio de estas trans-
de las ideas cristianas. En la comu- cido siempre contra todas las comodi- impiedad en toda Europa. Sus mila- formaciones, imitando la eternidad de
nión católica hay, en verdad, pecado- dades de la vida. El «Yo no quiero, gros fueron tan patentes, tan públi- Dios y asemejándose á su divino E s -
res, como no puede menos de suce- yo no puedo, yo no debo» del gran cos, tan numerosos, tan estupendos, poso, de quien dice San Pablo: Jesu-
der en toda reunión de hombres su- pontífice Pío IX, tan admirable ante que los mismos sectarios se han visto cristo ayer y hoy: él mismo también en
jetos á las miserias de esta vida, por los ojos de todo hombre imparcial y obligados á confesarlos, reconociendo los siglos '-.
muy alta que sea la santidad por ellos amante de lo honesto, no es otra cosa al mismo tiempo la santidad porten- No brilla con menor fulgor su apos-
profesada. Y que había de suceder que la repetición de otros innumera- tosa de este varón esclarecido. En tolicidad. Conocida es la serie no in-
así, bien lo tenía previsto su mismo bles hechos semejantes ejecutados por nuestros mismos días, ¿no se están terrumpida de Pontífices, que se re-
divino Fundador, pues por esta causa sus antecesores al verse en circuns- haciendo prodigios innumerables en el monta hasta el primer Vicario de
instituyó en la Iglesia uno de sus sa- tancias parecidas. santuario de Lourdes, donde ha que- Jesucristo , San Pedro. Y que estos
cramentos, para que en él se lavasen Saben los Papas que su fuerza no rido mostrar Nuestra Señora su cari- Pontífices hayan sido siempre cons-
los fieles de las inmudicias contraídas está en los medios humanos, sino en ñoso amor para con la cristiandad, y tantes en guardar con suma diligencia
con los pecados. El sacramento de la el auxilio de Aquel que ha empeñado la complacencia grande con que ha las doctrinas tradicionales , es cosa
Penitencia es una celestial piscina es- su palabra á Pedro para no permitir visto definido por el papa Pío IX el manifiesta á la faz de todo el mundo.
tablecida por nuestro adorable Salva- jamás que sea tragada su barquilla dogma de su Concepción inmaculada? No se le podrá echar en cara con
dor para que por sus méritos limpien por las olas embravecidas de las pa- Hasta los turcos en Constantinopla
i iiom.,1,8.
en ella los sacerdotes esta clase de siones humanas; y apoyados en esta han experimentado los benéficos in- •2 llebr., XIII, 8 .
«64 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y L A VERDADERA CIENCIA. 665

razón á la Iglesia católica , el haber las presenten los sectarios , la Iglesia no, sino solamente supereminencia de otra todo cuanto nuestro divino Sal-
variado jamás en sus creencias. Siem- católica tendrá siempre derecho á lla- aquél con respecto á ésta , á causa devador ha establecido en ella para que
pre que sus enemigos han querido in- marlos calumniadores, rebeldes , revolu- las verdades sobrenaturales enseñadas durase perpetuamente. Destruidos,
tentarlo, los católicos les han respon- cionarios, hijos de perdición, y de apli- por la revelación, é incomprensibles ápues, estos dogmas, é introducidos
dido que señalasen el momento de la carles cuantos epítetos ignominiosos la razón humana. Con lo que ahora otros en su lugar, la religión de J e -
historia en que tuvo lugar este fenó- atribuyen la Escritura y los Padres á vamos á decir sobre la infalibilidad sucristo no existiría sino de solo
meno. Y al quererlo ellos designar, los herejes y cismáticos. de la Sede Apostólica recibirá todavíanombre.
han quedado vergonzosamente derro- La sensación que causa este fenó- nueva luz la verdad de nuestro aserto. Era además necesaria esta infalibi-
tados ; porque los católicos les han meno de la perseverancia de la Iglesia lidad por las razones que apunta el
hecho ver, con testimonios irrefraga- católica al través de tantos siglos, en SEGUNDA RAZÓN apóstol San Pablo en su epístola á los
bles, que ya la Iglesia católica había medio de tan fuertes agitaciones , es Efesios, diciendo que Cristo puso en
creído la doctrina en cuestión mucho inmensa. «Echando nuestras mira- El magisterio de la Iglesia católicasu Iglesia pastores y doctores áfind%
antes de la época por ellos nombrada. d a s , escribía Federico Hurter hace que trabajen en la perfección de los San-
en las doctrinas pertenecientes á la sal-
Algo de esto hemos hecho también algunos años en el seno del protes- vación eterna , ó sea de fe y de costum-tos, en las funciones de su ministerio, en
nosotros para refutar las calumnias tantismo , hacia atrás y hacia ade-
1
la edificación del cuerpo místico de Jesu-
bres, está dotado por Dios del don sobre-
del impío Draper , probando que la lante en la carrera de los siglos , y natural de la infalibilidad. Este es un cristo, hasta que arribemos todos á la
Iglesia , en tiempos muy anteriores á viendo cómo ha sobrevivido la insti- punto sumamente importante en la unidad de una misma fe y de un mismo
los que él considera como épocas de tución del Pontificado á todas las ins- cuestión que traemos entre manos. El conocimiento del Hijo de Dios, al estado
mudanza en los dogmas, tenía ya por tituciones de Europa ; cómo ha visto don de la infalibilidad en las materias de un varón perfecto, á la medida de la
reveladas aquellas mismas doctrinas. ella nacer y perecer todos los Estados; propias de la enseñanza religiosa , ó edad perfecta, según la cual Cristo se ha
Los protestantes , para cohonestar cómo, en la infinita metamorfosis de sea conducentes á la salvación eter- de formar místicamente en nosotros: por
su rebelión , suelen apelar á este me- las cosas humanas , ella sola ha con- na, pone á la Iglesia á cubierto de manera que ya no seamos niños fluctúan •
dio de atribuir á la Iglesia católica servado invariablemente el mismo es- todo error, que de otra suerte pudiera tes ni nos dejemos llevar aquí y allá de
novedad y variación en algunos dog- píritu , ¿debe acaso causar espanto el sobrevenir á los fieles con la obedien- todos los vientos de opiniones humanas
mas, y aun se atreven á poner en mi- que muchos hombres la miren como cia prestada al magisterio de sus pas- por la malignidad de los hombres, que
serables librejos de propaganda el año la roca cuya inmoble cima se eleva tores, así como también la libra de la engañan con astucia para introducir el
sobre las mugientes olas del curso de posibilidad de todo conflicto con la err or .
i
en que pretenden haberse verificado la
tal mudanza; pero las pruebas de sus los siglos?» razón humana en el campo de la filoso- Tres fines indica el Santo Apóstol
asertos calumniosos nunca parecen. Estas consideraciones dejan fuera fía. Esta infalibilidad es necesaria en en las precitadas palabras haber teni-
L a Iglesia está en posesión de las de toda duda la verdad de la proposi- el cuerpo social de la Iglesia para que do Nuestro Señor Jesucristo al querer
doctrinas que viene creyendo desde ción que venimos demostrando en este con el tiempo no se vaya perdiendo dotar á su Iglesia de pastores y doc-
los principios del Cristianismo como capítulo. Porque si la genuina Reli- insensiblemente el depósito de la re- tores que tuviesen el cargo y obliga-
reveladas. Para apartarse de ella por gión de Jesucristo es toda ella verdad velación divina, pereciendo con esto ción de gobernar á los cristianos é
novedad introducida en sus creencias, pura, en razón de haber sido revelada la obra que Jesucristo, á costa de instruirles en las cosas de la salva-
la razón dicta que se le pruebe pri- por el mismo Dios, y si la Iglesia tantos sudores y trabajos, ha plantea- ción eterna. El primero es santificar
mero la realidad de esta pretendida católica es la expresión fiel de la R e - do en el mundo para la salvación á los fieles en la obra del ministerio.
mudanza. No es la Religión católica ligión mencionada , de modo que el eterna de los hombres. Porque es Esto se halla significado por aquellas
á quien toca demostrar que los dog- Catolicismo y el Cristianismo son una evidente á todas luces, sin que pueda dos expresiones: En la perfección de
mas por ella enseñados y creídos da- misma cosa, y las sectas separadas no caber sobre ello la menor duda, que, los santos, en las funciones de su mi-
tan del tiempo de los mismos Apósto- llevan sino el puro nombre de cristia- destruidas las bases fundamentales de nisterio. Porque santos en este lugar
les: ella, al tenerlos por revelados, nas, teniendo el nombre de vivas y estan- esta sociedad divina, la obra del so- viene á ser lo mismo que cristianos,
está en posesión de un derecho que do en realidad muertas , aparece claro
s
berano Fundador recibiría una trans- siendo éste el nombre con que enton-
viene poseyendo desde tiempo i n m e - como la luz del día que entre el Ca- formación sustancial y completa, por ces se apellidaba á los fieles, y con
morial, y que debe conservar siempre tolicismo y la ciencia verdadera no donde dejaría consiguientemente de que frecuentemente los llama San
mientras que con la evidencia de las puede existir pugna ni conflicto algu- ser lo que antes era, esto es, Igle- Pablo, en virtud de la profesión de
razones en contrario no sea de él des- sia de Jesucristo. Las bases funda- santidad que todos ellos hacen al alis-
poseída. Estas razones están todavía 1
Hurter, Vida de Inocencio III, lib. I , pági- mentales sobre las cuales descansa tarse en la milicia sagrada del Santo
por darse , y es bien cierto y seguro na 70. Tradueciún francesa del abate Saint-Cliéront. todo el edificio de la Iglesia son, por
París, 1838.
que no se darán jamás. Mientras no •2 Apuc., 1 1 1 , 1 .
una parte, los sagrados dogmas, y por i Epbe.s., I V , H - l i .
666 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y L A V E R D A D E R A CIENCIA
667
de los santos, renunciando al mundo, de una manera especial en el cumpli- las divinas verdades. Se ve allí m u - la piedra en su lugar, se la trabaja y
al demonio y á la carne. Pues bien; miento de este oficio, impidiendo con cho fuego, mucha actividad; pero labra con particular esmero; luego,
este ministerio de santificación pide su brazo poderoso todo error doctri- fuego fatuo y actividad infructuosa, para encajarla definitivamente, se la
infalibilidad en su ejercicio; de lo nal, que naturalmente había de ser, que no sirve sino para destruir al compara, mediante la segura plomada
contrario, podría suceder á los Pasto- no para edificación, sino para destruc- momento la obra fabricada. ¡Cuan de de la razón ilustrada por la fe, con la
res y Doctores de la Iglesia aquello ción de los fieles cristianos. Sin este otra manera procede la Religión ca- parte del edificio ya construida; y en-
mismo que pone Horacio como un beneficio de la infalibilidad, el magis- tólica con el magisterio infalible y tonces, al ver que asienta perfecta-
gran vicio en el artista: terio católico quedaría , poco más ó sapientísimo del cuerpo de sus Obis- mente, se la deposita en su sitio co-
menos, en l a misma categoría que el pos! Verdaderamente, con mucha ra- rrespondiente para no volverla á re-
Ampliara coepit de los filósofos paganos, sin fuerza ni zón podemos nosotros repetir de los tocar jamás. Así es como crece el
Instituí, curíente rota cur urceus exit?
autoridad alguna; todo se reduciría á Obispos católicos, al compararlos con edificio con unidad y arte, con her-
i? Comenzaste á hacer un cántaro; ¿por miserables luchas y contradicciones los pastores de las sectas protestan- mosura maravillosa y con solidez in-
qué, dando vueltas al torno, sacas otra entre los diversos Pastores y Docto- tes, aquello mismo que Horacio escri- quebrantable. Ciertamente, al con-
muy diferente vasija? res; y en lugar de producirse en la bía en su Arte poética acerca del buen templar con los ojos de la inteligencia
El error de los Pastores por necesi- Iglesia aumento de fe y conocimiento artista, comparado con los malos: esta trabazón admirable que existe
dad se había de comunicar al rebaño; de Jesucristo en la unidad de las Quanlo reclius hic, qui nil molitur ¡ncpte! entre todos los dogmas del Catolicis-
y así, en lugar de conducirlo á los creencias, nacería, juntamente con la ¡Cuánto mejor lo hace éste, que nada edifica mo definidos por los diferentes Con-
pastos saludables, lo llevarían á los disolución de esta unidad, la pérdida fuera de propósilol
cilios generales de la Iglesia; al ver
venenosos y mortíferos. E s decir que, continua de este mismo conocimien- Nada fabrica en vano este venera- cómo los unos se hallan tan conjun-
en lugar de trabajar en la edifica- to, hasta que por fin se llegase al e s - ble cuerpo; todo es sabiduría y pru- tos y enlazados con los otros, exigién-
ción de los santos en su ministerio, cepticismo pleno en las materias r e - dencia celestial en sus definiciones dose y explicándose mutuamente,
les causarían con él su destrucción y ligiosas. conciliares. A veces en estas asam- perfectísimamente armonizados entre
muerte. E n verdad que para probar con he- bleas, antes de llegar al punto so- sí y exentos de toda sombra de error
El segundo fin consiste en edificar chos esta consecuencia, basada en la lemne de la definición, ha habido y de toda apariencia de oposición, no
el cuerpo místico de Cristo, que es la consideración de nuestra flaca razón grandes tempestades de disputas, mo- obstante pertenecer todos ellos á ma-
Iglesia, haciéndole crecer en la uni- humana, falible ya de suyo y sujeta, vidas por las humanas pasiones para terias tan abstrusas, tan múltiples y
dad de la fe y del conocimiento del por otra parte, á las corruptoras in- que se hiciese patente á la luz de todo varias, donde es tan fácil tomar una
Hijo de Dios hasta que llegue á la fluencias de las pasiones, no necesita- el mundo que en la discusión y exa- idea por otra y caer en un laberinto
plenitud de la ciencia, llena de perfec- mos recurrir á tiempos muy remotos men de las doctrinas habían gozado de contradicciones, la mente, llena de
tísima caridad, mediante el natural de los nuestros en la historia ecle- de la más completa libertad los deli- estupor y arrebatada de tan grande
y progresivo desenvolvimiento de la siástica; bástanos abrir los ojos y mi- berantes. Pero pasado el tiempo de la maravilla, no puede menos de pro-
doctrina contenida en la revelación di- rar lo que actualmente está sucedien- deliberación y llegado el momento de rrumpir en aquellas palabras de la
vina y con la exhortación fervorosa á do en el protestantismo. E n él no se definir, ¡qué tino tan admirable se ha Escritura: «Digitus Dei est hic ',»
la práctica de las virtudes cristianas. ve sino un hormiguero inmenso de observado siempre en el discerni- aquí está el dedo de Dios, esta obra tan
De suerte que los fieles con este go- errores que brotan sin cesar, engen- miento de las doctrinas! ¡Qué armo- excelente y tan acabada no puede
bierno y magisterio de los Pastores y drados los unos de los otros, apare- nía tan sorprendente de éstas con lo pertenecer á un arte puramente hu-
Doctores han de ir creciendo en cono- ciendo sucesivamente en la escena de anteriormente determinado en otros mano; los hombres no trabajan de
cimiento y amor del Hijo de Dios, uni- este mundo con la rapidez del relám- Concilios! E n verdad que allí se h a ' esta manera; aquí, sin duda alguna,
dos entre sí y con los sobredichos pago, para desaparecer del mismo visto cumplido al pie de la letra lo ha intervenido la poderosa diestra del
Pastores y Doctores , al modo que modo. E n el protestantismo no hay que con las citadas palabras enseña Altísimo.
Nuestro Señor Jesucristo fué crecien- edificación del cuerpo místico con el San Pablo acerca del fin intentado
El tercer fin de Jesucristo en la ins-
do en el cuerpo de su santísima H u - aumento progresivo del conocimiento por Nuestro Señor Jesucristo en la
titución del Episcopado, finalmente,
manidad hasta que llegó á la edad de Jesucristo, llevado á cabo en la institución del Episcopado. Cada defi-
según las citadas palabras del Após-
perfecta, que es la que conocemos con unidad de la fe, sino una serie conti- nición dogmática es la colocación de
tol, es para que los fieles no sean ya
el nombre de virilidad. Ahora bien; nua de tumbos y revuelcos con que la una nueva piedra sobre las que ya se
niñosfluctuantes,ni se dejen llevar acá y
de sí mismo se deja entender que el humana razón camina á ciegas, sin hallaban artísticamente asentadas en
allá de todos los vientos de opiniones hu-
cuerpo de los Pastores y Doctores en rumbo ni norte fijos, aprobando hoy el místico edificio de la Iglesia. Ja-
manas por la malignidad de los hombres
la Iglesia de Jesucristo no puede con- lo que ha de rechazar mañana, y no más se destruye allí nada de lo ante-
seguir este fin, si Dios no los protege teniendo nada cierto en el orden de riormente fabricado; antes de colocar
i Éxodo, V I I I , 10.
41
668 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y LA VERDADERA CIENCIA. 669

que engaitan con astucia para introducirEncárgales primero que anuncien iituído cabeza de ioda la Iglesia, la cualá pesar de todos los asaltos del in-
el error. Puestos los fieles bajo la sa- su Evangelio á las gentes, y que bau- •es su cuerpo y en la cual aquel que lo |
fierno.
bia é infalible dirección de sus pasto- ticen en el nombre de las tres divinas •completa todo en todos, halla el comple-Y esta misma infalibilidad también
res, y siguiendo con docilidad sus Personas á cuantos quieran entrar en mento de sus miembros . Las casadas,
1
la prometió el divino Salvador cuan-
instrucciones, bien seguros están de el redil de su Iglesia. Añádeles que á añade en la misma Epístola, estén su- do , después de anunciar á San P e -
no ser engañados por la malicia hu- los ya bautizados y hechos miembros jetas á sus maridos como al Señor, pordro que sobre su Cátedra Apostólica,
mana, que con astucia y maña los de su místico cuerpo les enseñen á •cuanto es cabeza de la Iglesia, que es como
su sobre firmísima é inquebranta-
pretenda arrancar por medio de sus guardar cuantas cosas les había E l cuerpo místico . 2
ble roca, había él de edificar su Iglesia,
pestilentes doctrinas del redil de la encomendado, esto es, la pureza de Como cabeza, pues, de este cuerpo le dijo que contra ella no prevalecerían
Iglesia; en vano los agentes de Sata- la doctrina revelada y la santidad de místico, y como superior nato de esta nunca las puertas del infierno
nás procurarán llevarlos de error en la vida con la guarda de los divinos su querida Esposa, debe tomar á su Si el infierno con sus ardides logra-
error sin hacer asiento en ninguna preceptos. Y para que no desconfíen cargo la dirección espiritual de la ra que el cuerpo docente de la Iglesia
parte. Mas si los pastores se muestran de sus débiles fuerzas en el cumpli- Iglesia, gobernándola y enseñándola cayera en algún error concerniente á
tan frágiles y miserables como sus miento de tan ardua y dificultosa em- de tal manera, por medio de sus mi- las cosas de la fe y costumbres , la
ovejas en el discernimiento y selec- presa, les pone ante los ojos la conti- nistros, que ninguna medida discipli- Iglesia entera sería así engañada y
ción de los pastos saludables, si caen nua asistencia que El les prestará en nal ó doctrinal relativa á todo el cuer- vencida por el padre de la mentira.
en error como sus subditos, y andan el desempeño de este oficio hasta el po de los fieles conduzca de suyo á la Porque á los fieles corresponde, como
zozobrando en el régimen y gobierno fin de los siglos, fortificando sus co- destrucción de la misma Iglesia. Por- simples ovejas que son del rebaño de
de la Iglesia, ¿qué confianza podrán razones contra todos los obstáculos que de lo contrario, este error, tanto Jesucristo, oir la voz de sus pastores
inspirar á sus encomendados? ¿Cómo que se les presenten, y preservando en las cosas de la disciplina univer- y seguirla con docilidad, no levantar
será posible que dejen de verse los sus inteligencias de todo error en ma- sal como en las de fe y costumbres, cátedra contra ellos y ponerse á ense-
cristianos puestos bajo su dirección y teria de doctrinas religiosas y mo- sería, con razón, moralmente atribuí- ñarles las cosas de la Religión y con-
cuidado arrebatados acá y allá por rales. do al mismo Jesucristo. E s decir, que vertirse en pastores suyos; y así , t e -
todos los vientos de opiniones hu- La misma promesa les hacía cuan- el Salvador, en razón de Esposo y su- niendo que obedecer al cuerpo docente
manas? do, poco antes de su muerte, les dijo perior de la Iglesia, cuida siempre de en estas materias , y cayendo él en
No podía, pues, consentir Dios estas palabras: Si me amáis, guardad que sus pastores y doctores nada en- error, este mal se haría extensivo
Nuestro Señor que en las cosas de la mis mandamientos. Y yo rogaré al Pa- señen ni ordenen, en materia de fe y también á todos los cristianos é infi-
salvación eterna tuviese jamás cabida dre, y os dará otro Consolador, para que de costumbres, quesea perjudicial á cionaría á la universal Iglesia.
error alguno en el cuerpo docente de more siempre con vosotros el espíritu de todo el cuerpo de los fieles cris- Así es que la Iglesia , tanto en los
su Iglesia, una vez que se había pro- la verdad, á quien no puede recibir el tianos, i Concilios universales como fuera de
puesto conseguir en los fieles, por me- mundo. El Consolador, el Espíritu San- De aquí es que el mismo Apóstol ellos , ha mirado siempre como here-
dio de sus enseñanzas, los tres fines to que enviará el Padre en mi nombre, El no duda en escribir á su discípulo Ti- jes ó cismáticos, enemigos de Dios é
arriba indicados. Así es que en tér- os enseñará todas las cosas, y os recorda- moteo en orden á este mismo asunto, hijos abortivos del infierno, á todos
minos expresos prometió Jesucristo á rá todo aquello que yo os hubiere dicho : 1
diciéndole resueltamente que la Igle- cuantos no han querido someterse á
sus Apóstoles, y en ellos á cuantos El Espíritu Santo, espíritu de verdad, sia es columna y apoyo de la verdad,los juicios y decretos del Episcopado
les habían de suceder en el ministeriose dice que estará siempre (in aeter- «columna et firmamentum verita- unido con la Cátedra de San Pedro.
num) con los Apóstoles y con cuantos
de apacentar, regir y gobernar la Igle- tis.» Porque esta infalibilidad, co- El primer Concilio celebrado por los
3

sia, su asistencia sobrenatural, con sucedan á los Apóstoles en el mismo municada por Dios al cuerpo docente Apóstoles en Jerusalén le ha servido
que quedasen preservados de todo oficio de apacentar y gobernar la Igle- de los Obispos unidos en fe y comu- siempre de norma para celebrar todos
error en esta materia. Id, pues, les sia, enseñándoles y recordándoles nión con los sucesores de Pedro y, los demás; y por tanto, en sus defini-
dice al encomendarles la misión indi- todo aquello que Cristo predicó en este mediante el magisterio de éstos, á ciones doctrinales , no menos que en
cada, y enseñad á todas las gentes, bau-
mundo. A causa de esta asistencia todo el cuerpo de los fieles, hace que sus medidas disciplínales, se ha creído
tizándolas en el nombre del Padre, y del
continua del Salvador y del Espíritu toda la Iglesia en masa conserve fir- siempre, á imitación suya, asistida
Hijo,y del Espíritu Santo, enseñándolas
Santo, dice el apóstol San Pablo que mísimamente la verdad enseñada por del Espíritu Santo. Como aquel pri-
á observar todas las cosas que os he man-
Jesucristo es Esposo de la Iglesia y el Hijo del Eterno Padre, y que se mer Concilio han dicho después todos
dado. Y mirad que yo estoy con vosotros
Cabeza de este cuerpo místico. Todas mantenga siempre en la fe recibida, los Concilios generales: Nos ha pareci-
todos los días hasta la consumación del
las cosas, escribe á los Efesios, puso do á nosotros y al Espíritu Santo , etc.
* Epl.es., 1,22.23.
siglo .i
(el Padre) bajo sus plantas, y lo ha cons- 2 Ibid., V, 23-24.
i Joan., XIV, 1S-2G. . 3 I Timoth., III, I b . i Matth., XVI, 18.
l Malh., XXVIII, 19-20.
670 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA B E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y L A V E R D A D E R A CIENCIA. 671

Y en consecuencia de esto , todo el comunión, afectando siempre ser ver- .para que el error quedase confundido piedra sobre la cual edifica Cristo su
que después no quería someterse á daderos cristianos y fieles discípulos y deshecho de una manera más glo- Iglesia, ni contra la Iglesia, prevalece-
sus decisiones era considerado por la de Jesucristo. Ya tenían todo cuanto' riosa. rán las puertas del infierno.» San Ale- 1

Iglesia universal como hereje ó cis- podían desear; ya mandaban exterior- ¿Y qué diremos de la íntima per- jandro, obispo de Alejandría, expresa-
mático, según fuese un punto doctri- mente en una grande multitud de igle- suasión en que se hallaban los anti- ba también, á principios del siglo IV,
nal ó disciplinal la materia sobre qué sias. ¿Pero lograron con esto perver- guos Padres en orden á la infalibili- este mismo pensamiento con las si-
versaba su desobediencia. tir la fe de la verdadera Iglesia? De dad del Papa, cuando, obrando como guientes palabras: «Confesamos la
En esto ciertamente no hacían otra ninguna manera: la verdadera Iglesia cabeza de la Iglesia, y en virtud de existencia de Dios y de una sola
cosa sino cumplir al pie de la letra sufría toda suerte de vejaciones por la autoridad de Nuestro Señor Jesu- Iglesia católica y apostólica, la cual
aquel mandato del Salvador, que dice: permanecer fiel á la doctrina y á los cristo, comunicada al apóstol San en verdad es inexpugnable, aunque
Si no oyere á la Iglesia, tenlo como un mandatos de su celestial esposo Jesu- Pedro, da alguna definición en mate- todo el mundo le mueva guerra, y
gentil y un publicano , es decir , como cristo: los fieles unidos á la Cátedra
1 ria de fe y de costumbres? Todos saldrá vencedora de toda impía fac-
un hombre perdido y puesto fuera de i de Pedro y á todo el Episcopado cató- ellos, así griegos como latinos, la mi- ción de herejes que se levanten contra
la Iglesia, despojado del hermoso ro- lico , se mantuvieron siempre firmes raban como un dogma de fe evidente- ella.» San Atanasio, que vivió por
1

paje de la "gracia santificante y cu- en no querer comunicar con los obis- mente contenido en la tradición y en el mismo tiempo, para rechazar á
bierto de vicios á la manera de los pos arríanos , y con admirable forta- 'las divinas Escrituras. «No conviene, los herejes, harto envalentonados en
corrompidos publícanos. ¿Qué tribu- leza los trataron como á verdaderos •escribe San Ireneo ', buscar todavía aquella época tan calamitosa, decía:
laciones no tuvieron que padecer á herejes , mirándolos en todas partes entre otros la verdad que con facili- «Basta responder á sus paradojas con
veces los cristianos por esta causa, como á emisarios del demonio. Otro dad puede ser tomada de la Iglesia, ha- estas palabras: Estas cosas no son de la
obstinándose los herejes en que h a - tanto sucedió en los demás Conci- biendo colocado en ella los Apóstoles, Iglesia católica, ni es esta la sentencia
bían de pertenecer á la Iglesia y per- lios generales posteriores , y sucederá •como en rico depósito, todo cuanto de los Padres.» Y San Crisóstomo: 3

sistiendo ésta en arrojarlos fuera de siempre hasta la consumación de los hay de verdad, para que todos cuan- «Nada, dice, hay más poderoso que
su seno? Basta recordar lo acaecido siglos. tos quieran tomen de ella la bebida de la Iglesia. ¡Oh hombre! deja de mo-
en tiempo de los arríanos. Estos mal- Lo que decimos de la Iglesia do- la vida. Porque ésta es la entrada de verle guerra; no consumas inútilmen-
vados se empeñaban en destruir la cente reunida en Concilio, esto mismo la vida: todos los demás son rateros te tus fuerzas. No lleves la guerra al
fe de Nicea, alterando el símbolo se ha de entender también del m a - y ladrones. Por lo cual es preciso evi- cielo... Si impugnas á la Iglesia, es
que había sido aprobado y decretado gisterio por ella ejercido , hallándose tarlos por una parte, y por otra amar imposible que venzas, porque Dios es
en aquel primer Concilio ecuménico. esparcida por toda la superficie del con suma diligencia todo cuanto es más fuerte que todos.» *. San Isido-
Para conseguir su intento, procuraron globo. Los fieles han oído en todos de la Iglesia, siguiendo fielmente la ro Pelusiota, explicando las ya cita-
con diligencia lograr el auxilio de las tiempos sumisos su celeste voz, mani- tradición de la verdad. Pues qué, sí das palabras de San Mateo, escribe:
potestades temporales; y desgraciada- festándose prontos á seguir las a m o - surgiera alguna disputa sobre alguna «Por las puertas del infierno entiende
mente lo consiguieron en tanto grado, nestaciones de los Obispos, siempre pequeña cuestión, ¿no deberíamos re- Cristo las reuniones de los hombres
que llegaron á arrancar de la ciudad que las creían conformes á las ense- currir á las iglesias más antiguas, en impíos y las blasfemias de las here-
de Roma al pontífice Liberio para que ñanzas del Pontífice romano. Donde que conversaron los Apóstoles, y reci- jías, las cuales cosas todas quebranta
fuese conducido al destierro. Y no se quiera que se levantaba un novador, bir de ellas, tocante á la cuestión y expugna la Iglesia haciéndoles re-
contentaron con esto , sino que al luego los Obisposprocedían contra él mencionada, lo que es cierto y evi- sistencia, sin que pueda ser ven-
grande y esforzado San Atanasio, Pa- y contra sus secuaces en los Concilios dente?» Orígenes, explicando aque- cida.» 6

triarca de Alejandría, que era en aque- particulares celebrados al efecto. Y si llas palabras de San Mateo: Las puer- Y si de los griegos pasamos á los
lla lucha el campeón más decidido de las resoluciones en ellos tomadas con- tas del infierno no prevalecerán contra latinos, hallaremos á un San Cipriano
los católicos, lo persiguieron con todo tra aquellos revoltosos no eran bas- .ella. «¿Quién es esta ella? escribe. ¿Es escribiendo en su excelente libro De la
género de atrocidades, haciéndole su- tantes á aquietarlos , se llevaba la acaso la piedra sobre que edifica Cris- unidad de la Iglesia, que la Esposa de
frir indecibles padecimientos , y vivir causa al Vicario de Jesucristo y suce- to su Iglesia, ó es la misma Igle- Cristo no puede cometer adulterio, por-
durante largo tiempo en el fondo t e - sor de Pedro , y él ponía definitiva- sia? Porque la locución es ambi-
nebroso de un sepulcro para librarse mente término á la contienda ; si n o gua. ¿O son, por ventura, la piedra y • Orígenes, in Mallh., tomo XII, núm. I I . (Pa-
de sus pesquisas. Aún más: echados es cuando , teniendo por conveniente la Iglesia, como si fueran una y mis- trol. griega de Migne, tom. XIII, pág. 139.)
de sus Sedes los Obispos legítimos, obrar de otro modo, hacía que se re- ma cosa? Esto último es lo que tengo " S. Alexand., en la Epist. de ariana haeresi
pusieron por todas partes otros de su uniese un Concilio universal donde por verdadero. Porque, ni contra la ad3Alexandrum Constantiñopolitanum, núm. 12.
S. Atanasio, Epist. ad Epictetum Corinth.
todos los Obispos del orbe católico pu- episc , núm. 3.
1
S. Ireneo, l i b . III, Contra haeres., cap. IV, * S. Crisóstomo, Ilomil. ante exil., núm. 1 .
diesen dar su voto sobre el asunto a . 1 . (Palr. gr. de Migne, tomo V I I , pág. 8Í>5.) •'> S. Isidoro Pelusiota, lib. I, epist. 238.
l M a t l h . , X V I l í , 17.
(572 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y LA VERDADERA CIENCIA. 67S

que está siempre intacta en suplidor vir-cuando hacemos lo que ya de a n t e - vez, recibe de la divina sabiduría este el Obispo, y el Obispo en la Iglesia; de
ginal; que 110 conoce sino una sola casa,mano viene aprobando la Iglesia, l a precioso don, por cuanto comunica y suerte que quien no está con el Obispo,
y guarda con casto pudor la santidad decual por la autoridad de las mismas- se hace una misma cosa, en el oficio tampoco está en la Iglesia '; que no es
un solo lecho ; que á la Sede RomanaEscrituras es recomendada, para que,
1 de enseñar y gobernar la porción del Iglesia la que no tiene sacerdotes ; que 5

no puede llegar la perfidia del error.» *no pudiendo inducir á error la Escri- rebaño confiado á su cuidado, con el el consentimiento de todos los Obispos es
Oiremos además á un San Jerónimo tura, todos cuantos en la oscuridad de Pontífice romano, sucesor de San Pe- la fe de la Iglesia católica ; que la pa- 3

explicarse en los mismos términos esta cuestión temen equivocarse, con- dro en el Primado, y Vicario de Jesu- labra Iglesia, finalmente, en aquel texto
que San Atanasio y decir que, sin ne- sulten á aquella Iglesia, que sin am- cristo aquí en la tierra. Por lo que de San Mateo: Dilo á la Iglesia , se- u

cesidad de razonamiento alguno, pueden bigüedad alguna es designada por la toca á las relaciones que en las cosas gún el cual se manda á los cristianos dar
Escritura.» Y en la epístola n 8
todas las herejías ser abrasadas con el sol res- de la Religión deben mediar entre los aviso de los pecados perjudiciales á la
ardiente de la Iglesia . Este mismo pondiendo á Januario sobre ciertas-
3 simples fieles y los Obispos, ya hemos Cristiandad, cometidos por cristianos que
Doctor nos hará observar que la Igle- preguntas que le había hecho, le da hecho ver en este mismo capítulo de ellos no quieren enmendarse, significa,
sia ha de ser en verdad trabajada con esta regla general para que sepa lo que cuál ha sido la mente é intención de no la colectividad entera de losfieles,sino
persecuciones hasta el fin del mundo; debe pensar en toda materia religiosa. nuestro divino Salvador: el Obispo únicamente el Prelado ú Obispo superior
pero que jamás podrá ser vencida, porque«A esto respondo, le dice, que si algu- debe ser el modelo y dechado perpe- de aquella iglesia particular en que el pe-
Dios es quien sobre esto ha empeñado na su de estas cosas está prescrita por la tuo del rebaño confiado á su vigilan- cado se comete . s

palabra *. ¿Y qué diremos de San autoridad de la divina Escritura, no cia, y éste se halla obligado á seguir Y pasando de esta consideración á
Agustín, de este filósofo profundo, de cabe duda sino que debe ser hecha en; con docilidad las instrucciones, con- las relaciones que deben mediar entre
esta águila de los Doctores, que con la misma forma designada; de suerte sejos, exhortaciones y mandatos de su el cuerpo episcopal de toda la Cris-
tan alta penetración ha expuesto las que, en tal caso, ya no cabe cuestión Pastor respectivo. Por eso, mientras tiandad y el sucesor de San Pedro en
doctrinas cristianas? En varios luga- alguna sobre el modo en que la tal al Obispo se le dice que guarde el de- orden á la participación de la citada
res profesa abiertamente esta infali- cosa ha de ser hecha, sino solamente- pósito de la doctrina recibida de Dios ';prerrogativa, no cabe la menor duda
bilidad, dándola por una cosa tan sobre los misterios en ella encerrados. que predique la divina palabra; que sino que la Cátedra de Pedro es á to-
cierta y averiguada, que el pensar lo Otro tanto debe observarse c uando ésta es: inste á tiempo y fuera de tiempo, re- das las demás lo que cada una de ellas
contrario lo tiene por la mayor locura la práctica de la Iglesia universal. Por- prenda, niegue y amoneste con toda pa- es á su rebaño respectivo. Jesucristo
del mundo. E n el sermón primero del que por esto mismo sería 'tina insolentí- ciencia y doctrina ' ; que apaciente la
2

nos lo ha manifestado en términos


Símbolo, explicando aquellas pala- sima locura el disputar sobre si debe grey de Dios encomendada, teniendo cui- claros y explícitos, que no admiten
bras, la santa Iglesia, se expresa en obrarse ó no de esta manera.» E s inútil dado de ella, no por fuerza, sino de vo- réplica ni tergiversación alguna. E n
estos términos: «El templo santo de multiplicar más los testimonios: como- luntad según Dios, ni por amor de ver- el Evangelio de San Mateo nos dice 0

Dios es la misma Iglesia verdadera, éstos, sin embargo, podrían traerse gonzosa ganancia, mas de grado, ni conque el edificio de su Iglesia había de
la Iglesia católica, que pelea contra hasta lo infinito; que no podía ser otra algún aire de soberbio señorío sobre laestar asentado sobre la roca inmóvil
todas las herejías. Ella puede ser cosa, hablando de ello con tanta evi- clerecía, sino hecho dechado de la grey é inquebrantable de la Sede de Pedro,
combatida, pero nunca jamás vencida. dencia las Santas Escrituras, según con toda sinceridad , y otras cosas á significándonos con esta metáfora que
3

De ella salieron todas las herejías sabiamente observa San Agustín en este tenor: á los simples fieles se les la Sede Apostólica del Príncipe de los
como sarmientos inútiles cortados de las palabras poco ha citadas. amonesta que obedezcan con humildadApóstoles había de hacer en la Iglesia
la vid; pero ella permanece en su raíz, y sumisión á sus Prelados, estándoles universal, con la asistencia particular
Si queremos ahondar ahora algún
en su vid, en su caridad. Las puertas tanto en la naturaleza de este impor- sujetos *, y que guarden y hagan todoy sobrenatural del Espíritu Santo, el
del infierno no la vencerán.» En el tantísimo dogma de la Religión cris-
5 cuanto ellos en sus instrucciones les enco-
mismo oficio que en una casa desem-
libro primero contra Cresconio, capí- tiana, y considerar la manera con que mienden , seguros de que quien des- peñan los fundamentos, á saber: darle
5

tulo XXIII, escribe: «Es tenida por Dios Nuestro Señor comunica á su precia y no atiende á los enviados de Je-firmeza y solidez, mantenerla en la
nosotros la verdad de las Escrituras, Iglesia esta su infalibilidad en lo t o - sucristo, desprecia y desatiende al mismo unidad de la fe y de la verdadera doc-
Jesucristo, y á su Padre celestial . En trina, y sacarla victoriosa de todo
6

cante á la salvación eterna , bien


conformidad de lo cual, los Padres
pronto hallaremos que los simples
1
S. Cipriano, lib De ünitatc Ecclcsiae, mim. 6. también enseñan que la Iglesia está en
2
í d e m , Epist. uo ad Curnelium contra Feli- fieles, en tanto participan de esta her- 1
S. Cipriano, Epist. 69.
cissimvm el Forlunatnm. mosa prerrogativa, en cuanto se unen
2
S. Jerónimo, Diálogo contra los luciferianos,
3
S. Jerónimo, Diálogo contra los luciferianos, • I ad Timoth., V I , 2 0 . núm. 2 1 .
núm. 27.
y adhieren al magisterio divino del I I ad Timoth., I V , 2 . 3 S. Cirilo Alejand., Epist. synod. ad JYes-
4
Ídem, Commenlar. in Amos, lib. 111, ca- Episcopado, y que éste también, á su i 1 Petr., V , 2-3. lorium.
pítulo I X . < Uebr., XIII, 17. « Matlh., XVIII, 17.
5
S. Agustín, Sermón 1 de Symbolo, cap. V I . 1
San Agustín , Epist. 118 ad Januarium^ •'• M a t t h . , X X l I l , 3 . 5 S. Crisóstomo, Teolilacto, Eutimio, etc., etc-.
(Ed. Maur., tomo. VIII, pág. 1007.) cap. V . (Edic. Maur., epist. 54.) * L u c , X, 16. o Matlh., X V I , 18.
674 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y LA VERDADERA CIENCIA. 675

asalto que el infierno pretendiese dar para preservarla de los cismas y de las ie tenía hecha de nombrarle Jefe su- la Escritura no es de admirar que los
contra ella con sus persecuciones san- herejías. Es decir, que los Obispos, premo de esta Iglesia, cometiéndole el antiguos Padres, así en los Concilios
grientas y con sus errores perniciosos. en el magisterio cristiano, son infali- encargo de apacentar las ovejas y los universales como fuera de ellos, pro-
Y esto mismo también quiso dar á bles por la unión y comunicación que corderos de su futura grey, ó sea la fesaran esta infalibilidad de la Sede
entender el divino Fundador cuando, deben tener en la doctrina con la Cá- universalidad de los fieles, hasta que Apostólica como uno de los dogmas
al anunciar á sus Apóstoles, en la no- tedra de Pedro, y ésta es verdadero viniese al fin de los siglos á juzgar á cristianos. Así, oiremos á Orígenes
che de su Pasión, los tormentos y centro de unidad con respecto á todos los hombres, dando á cada uno de decir que ni contra la Iglesia, ni contra
muerte que iba á sufrir por la reden- ellos, no menos que respecto de todos ellos su merecido. Y para ponderarle la Cátedra apostólica que le sirve de fun-
ción del humano linaje, y cómo todos los demás fieles de la Cristiandad en- así la suma y alta importancia del damento, prevalecerán jamás las puertas
ellos le habían de abandonar, deján- tera. oficio que le encomendaba, como el del infierno '; y San Epifanio nos re-
dole en manos de sus enemigos, y En tres ocasiones, durante su vida abrasado amor y celo que para ejer- petirá lo mismo y San León aña-
Pedro había de cometer la villanía de pasible, había hablado Jesucristo á cerle cual conviene se necesita, le dirá que sólo el Anticristo ó el demonio
negarle, dijo á este último: ¡Simón, San Pedro acerca de esta celestial pre- preguntó tres veces si le amaba; y si se atreverá á conmover la inexpugnábl
Simón! Mira que Satanás va tras de vos-rrogativa; la primera, cuando le reci- le amaba, no con un amor vulgar y firmeza de esta piedra, en vista de tan
otros para zarandearos como trigo; mas bió en su compañía, mudándole el común, cual puede ser bastante en la terminantes promesas del Salvador
yo he rogado por ti, á fin de que tu fe nombre de Simón en el de Pedro, para generalidad de los cristianos, ni con San Agustín, para refutar á los do-
no perezca; y tú, cuando te conviertas indicarle
y que tenía formada ya su re- un grado de excelencia propio de los natistas, escribirá que la Sede de Pe-
arrepientas, confirma en ella d tas her-solución de conferirle el Primado de ordinarios Pastores, sino con un ardor dro es la piedra que no vencen las puer-
manos \ La perseverancia é inmovili- su futura Iglesia; la segunda, cuando excelentísimo, superior al de todos tas del infierno '; y para apartar á los
dad en la fe y en todas las demás ver- le prometió abiertamente que sobre los demás y proporcionado á la natu- fieles de la herejía pelagiana, les dirá
dades concernientes á la salvación él, como sobre firmísima roca, había raleza de la misión que le encomen- que Roma ha dado ya su fallo contra
eterna, esto es lo que pidió y obtuvo de edificar el edificio de su reino espi- daba. Porque no le daba un encargo ella, y que, por tanto, la causa está ya
Nuestro Señor Jesucristo de su Eter- ritual, cuyo fundamento y base había cualquiera, sino que le constituía terminada . Y San Máximo , y T e o -
s 6

no Padre para su Apóstol y para todos de ser la Sede Apostólica de Pedro-, Pastor universal de su rebaño, para doro Estudita , y Juan, Patriarca de
7

los demás Obispos que en la serie de reinando siempre en ella este Apóstol apacentar las ovejas y los corderos, Constantinopla , y San Pedro Da-
8

los tiempos le habían de suceder en el sobre toda la Cristiandad, por medio sin excepción de ninguna clase; para miano , y el Crisólogo , y San I g -
3 , 0

oficio de apacentar á los fieles y de de sus sucesores, hasta el fin de los confirmar en la fe á sus hermanos; nacio Constantinopolitano " , y Pose-
regir la universal Iglesia. Por eso en- siglos; la tercera, finalmente, estando para atar y desatar á su arbitrio en su sor, obispo de África , y otros ciento,
12

cargó á San Pedro, y en él á todos sus ya próximo á la muerte, cuando como reino; para sostener, en una palabra,
sucesores, que, conociendo en sí mis- á Pastor universal que había de ser de con su doctrina, amonestaciones y Orígenes, in Mallh., tomo X I I , núm. II.
1

mo, por su propia experiencia, lo flaco todas sus ovejas, le encomendó el preceptos, la unidad del cuerpo místi- (Pal. gr. de Migne, lomo XIII, piíg. 199.)
co de su Iglesia. He aquí cómo narra S. Epifanio, Amorato, núm. 9 .
2

que es el hombre en las cosas de Re- cuidado de confirmar á sus hermanos S. León, Episl. load Leonem Auguslum, ca-
3

ligión, abandonado á sus propias fuer- en la fe hasta que volviesen á verle este suceso el apóstol San Juan en el pítulo II. (Edic. de Migne, Episl. l o o .
zas, cuidase de confirmar á sus her- glorioso y resucitado. último capítulo de su Evangelio: Aca- S. Agustín, in Ps. contra partan Donati.
4

manos en la fe, para que esto mismo bada la comida, dice Jestís á Simón Pe-(Opp., tom. X I I , pág. 30. ed. Migne.)
Pasada ya la deshecha tormenta de El mismo, serm. 2, De verbis Aposloli, ca-
5

hiciesen después los demás Vicarios. sus tribulaciones, y salido que hubo dro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas tú, pítulo X .
más que éstos? Dícele: Sí, Señor, tú sa- S. Máximo, Episl. ad Marinum. (Patrol.
c

Por donde se ve que los sucesores triunfante del sepulcro en la forma bes que te amo. Dícele: Apacienta mis griegaTeodoro
de Migne, tomo XCI, pág. 138.)
de San Pedro en el Primado han reci- anunciada de antemano, cumplió á Estudita, Episl. f>3 ad Naucratium.
corderos. Segunda vez le dice: Simón, (Migne, Patrología griega, lomo XCIX.)
bido de Jesucristo la firmeza de la fe sus discípulos la palabra que les ha- hijo de Juan, ¿me amas? Respondióle: Juan, Obispo Constant., Libello ad Hormi-
8

juntamente con la misión de comuni- bía dado de volverles á ver, aparecién- sdam. Hállase entre las Cartas de esle Papa. (Migne,
Sí, Señor, tú sabes que te amo. Dícele:Palr. latín., lomo LXIU, y I de las Obras de Boe-
car esta misma prerrogativa á todos doseles repetidas veces y hablando con Apacienta mis corderos. Dícele tercera cio, pág. 443.)
los Obispos de la Cristiandad, atra- ellos por espacio de cuarenta días acerca vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? o S. Pedro Damiano, Opuse. 38, cap. I (.Migne,
yéndolos á sí, unificándolos en sus del reino de Dios , ó sea de la forma y
1
Palr. tai., tomo CXLV, pág. G3i.)
Pedro se contristó de que por tercera vezio S. Pedro Crisólogo, Epist. ad Eulijchen.
enseñanzas, produciendo en toda la trazas que habían ellos de guardar en le preguntase si le amaba, y así respon-(Migne, Palr. lat, lomo LIV, pág. 740.)
pluralidad de los doctores católicos la el establecimiento y gobierno de su dió: Señor, tú lo sabes todo; tú conoces " S. Ignacio Constant., Epist. adNicolaum.
magnífica unidad de un solo magiste- Iglesia. Entonces fué cuando cumplió (Encuéntrase en la Colección de Concilios de Har-
bien que yo te amo. Díjole Jesús: Apa- duino, Concil. Conslantinopol., I V , act. I , tomo V,
rio; cosa tan necesaria en la Iglesia también á San Pedro la promesa que cienta mis ovejas. pág. 791.)
1 !
Posesor, obispo de África, Episl. ad llarmi-
Con tan manifiestos testimonios de sdam. (Migne, Palr. lat., lomo LX11I, pág. 489.)
< L u c , XXII, 31-32. i Acl., 1 , 3 .
676 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO T LA VERDADERA CIENCIA. 67T

se expresarán en los mismos ó equi- principal primacía, es necesario se guno que para ello se reuniese; de cendio levantado por la herética pra-
valentes términos. una toda la Iglesia universal, esto es, suerte que pudo escribir con entera vedad en alguna parte del mundo,
San Ambrosio resumirá todas estas todos los fieles del universo; en ella verdad San Agustín: «Son mucho hubiera de ser consultada primero
sentencias en una simple fórmula, di- ha sido siempre conservada por todos mayores en número, sin comparación, toda la Iglesia, dejándolo entretanto
ciendo: «El mismo es quien me dijo: los individuos de la Cristiandad la las herejías que han sido condenadas propagarse libremente?
«Tú eres Pedro,» etc. Donde, pues, tradición que viene de los Apósto- fuera de los Concilios, que en los mis- La Iglesia de Jesucristo no hubiera
está Pedro, allí esta la Iglesia, y don-les.» San Cipriano, escribiendo al
1
mos Concilios.» Y su condenación
1
sido sabiamente edificada, siendo co-
de está la Iglesia, allí no hay muerte papa Cornelio contra Felicísimo y fué absoluta é irrefragable , puesto locada la fuente de la infalibilidad en
alguna.» San Jerónimo será más
1
Fortunato, le dice: «Se atreven á na- que, una vez reprobada su doctrina la colectividad de los fieles, ó, si se
enérgico todavía, y llamará al Pontí- vegar y llevar de los cismáticos y pro- por la Sede Apostólica , reprobada quiere, en la de los mismos Obispos.
fice romano piedra de la fe ; y San fanos cartas á la Cátedra de Pedro,
2
quedó para siempre, sin que ninguno Este don divino había de ser trasfun-
Crisóstomo usará este mismo lengua- donde ha tenido origen la unidad osase poner corrección á este juicio. dido y comunicado á todo el cuerpo,
je diciendo que la Sede romana es basesacerdotal; y no piensan que los ro- Y su fuerza de obligar no la recibía partiendo de un centro común, que le
inmoble de la fe ; y el Concilio gene- manos son tales, que su fe ha sido
3
del consentimiento de la Iglesia uni- diese la unidad en la profesión de su
ral IV ampliará esta misma idea, d i - alabada por el mismo apóstol San versal, porque la sentencia del Papa fe y en la práctica de las virtudes
ciendo que el Pontífice de Roma es Pablo, y que en ellos la perfidia no comenzaba á producir su efecto inme- cristianas. Por eso el gran Padre de
diamante de la fe, de suerte que no puede
puede tener entrada.» Y San Jeró- 2
diatamente después de proferida, y la Iglesia San Jerónimo, queriendo
ser vidnerada su mente con las acometi- nimo: «Entre vosotros solos, escribe antes que pudiese tener de ella cono- dar razón de las causas que movieron
das y conflictos de las opiniones ajenasalápontífice San Dámaso, se conserva cimiento toda la cristiandad. Así á Nuestro Señor Jesucristo á estable-
la verdad católica . El Concilio Cons- incorrupta la herencia de los Padres:
1
fueron condenados los sectarios de cer el Primado, dice estas notables
tantinopolitano IV confesará explíci- vosotros sois la luz del mundo; vos- Cerdón y Valentino el año 155 por el palabras: «Aunque sobre todos los
tamente que en la Sede Apostólica todosotros la sal de la tierra; á tu Beatitud, papa Higinio, según escribe Eusebio Apóstoles está igualmente asentada la
los días se está cumpliendo con los hechos
esto es, á la Cátedra de Pedro, me Cesariense ; los de Teodoto en 196,
%
firmeza de la Iglesia, sin embargo,
aquella promesa de Cristo hecha á suuno en comunión; sé que sobre esta por el Papa Víctor, según testimonio entre los doce es elegido uno para
primer Obispo el Príncipe de los Apósto-piedra ha sido edificada la Iglesia. del mismo historiador ; los de Mon-
3
'que, con el establecimiento de un su-
les, en orden á la perpetua incorruptibi-Quien quiera que no agrega contigo, tano en 2 1 5 , por el pontífice Zeferi- perior ó cabeza, se quitase la ocasión
lidad de su doctrina; porque en ella esparce; esto es, el que no es de Cristo no, como consta por relación de Ter- del cisma.» '. Y en el Diálogo contra
siempre se ha conservado inmaculada es la del Anticristo. Decretad, si gustáis, tuliano *; los de Novato en 254, por los luciferianos decía: «La salud de la
Religión y celebrado la doctrina santa y. no temeré decir tres hipóstasis.n *
a
el papa Cornelio , y los de Paulo
5
Iglesia está cifrada en la dignidad del
Sería nunca acabar si hubiéramos Finalmente, el gran obispo de Hipo- SamosatenO en 273 , por el papa Sumo Sacerdote, sin cuya potestad
de referir uno por uno todos los testi- na escribía también diciendo: «En las Félix . extrema y por todos reconocida, h a -
6

monios de la antigüedad con que vie- palabras de la Sede Apostólica es tan Y no podía ser otra cosa, conside- bría tantos cismas cuantos son los
ne expresada claramente la fe de la antigua y fundada, tan cierta y clara rada la naturaleza de la fe, pues ésta sacerdotes.» Y San Cipriano: «Dota-
2

Iglesia universal sobre este asunto. la fe católica, que á ningún cristiano exige, por parte de los fieles que la dos, escribe, estaban ciertamente to-
Basta añadir á los dichos los de San católico es lícito dudar en ella.»
4

han de recibir, un criterio cierto é in- dos los demás Apóstoles de un honor
Ireneo, San Cipriano, San Jerónimo La misma práctica constante de l a falible para poder ser discernida de y potestad iguales á los de Pedro;
y San Agustín, varones notabilísimos Iglesia manifiesta muy á las claras la las falsas doctrinas; y además, que pero la colectividad procede de la
no menos por su ciencia y por su persuasión íntima en que ha vivido este criterio sea universal, permanen- unidad, y es dado á Pedro el Prima-
erudición que por su santidad excel- siempre en orden á la existencia de te y de rápida acción, para que con do, para que la Iglesia se muestre
prontitud se pueda atender á las ne- una.» El mismo Santo, escribiendo
3
sa. El primero de ellos se expresa de esta prerrogativa en la Cátedra roma-
este modo tocante á la Iglesia roma- na. En los tres primeros siglos fueron cesidades de la Iglesia difundida por al papa Cornelio, le dice: «Todas las
na: «A esta Iglesia, por razón de su condenadas muchas herejías por los todas las partes del globo. ¿Qué sería herejías y todos los cismas han toma-
i S. Ambrosio, in Psalm. XL, núm. 30.
Romanos Pontífices, sin Concilio al- de la cristiandad si para apagar el in- do su origen de no guardar la obe-
5
S. Jerónimo, Epist. 15 ad Damasum, núm. 2 .
3 S: Crisóstomo, Homilía in illud I I ad Ti- 1
S. Ireneo, lib. III adv. hoeres., cap. I I I . • San Agustín, lib. IV ad Bonif., cap. ult. t San Jerónimo, l i b . I , contra Jovinianum,
moth, I I I . 1. In novissimis diebus, etc. Patr. grie- 2
S. Cipriano, Epist. 55 ad Corneliwm contra ¡ Eusebio, Hist., lib. I , cap. X. número 26.
ga fie Migno, lomo L V I , pág. 27o.) Felicis et Forlunal. * í d e m , lib. V , cap. X X V I I . ' »Ecelesiae salus in summí saeerdotis dignitate-
4 Concilio IV, Prosphonetica. (Encuéntrase en 3
S. Jerónimo, Epist. l o ad Damas., n ú m . 2 . 4
Tertuliano, libro de Jejunio, cap. I . pendet, cui si non exsors quaedam et ab ómnibus
la Colección de Ilarduino, tomo III, pág. 1419, A.) (Patr. lat. de Migne, tomo X X I I , pág. 3 5 5 . ) ¡> Eusebio. lib. VI, cap. XLlll. eminens tribuatur potestas, tot in Ecclesia schisma-
5 Concilio Constant. I V , act. 1. (En la Colección 4
S. Agustín , Epist. 157, n ú m . 23. (lüdicJ <• San Cirilo, en la Apología de sus Anatematis- ta orientur, quot sacerdotes.» (Id., ibid.)
do,Ilarduino, tomo V, pág. 773, K ) Maur., 190.) mos, anatem. VI. 3 San Cipriano, lib. De Unit. Eccles., núm. 4.
£78 IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA D E CONFLICTO ALGUNO E N T R E E L CATOLICISMO Y LA VERDADERA CIEN8IA. 679>

diencia debida al Sacerdote de Dios, Jesucristo está efectivamente en su sensible y palpable á todos los hom- que se halla recapitulada toda la ma-
y de no considerar que existe en la Vicario, rigiendo y gobernando á toda bres de buena voluntad. La infalibi- licia y perversidad del príncipe de las
Iglesia un Sacerdote y Juez visible ía Iglesia, inspirándole medidas sa- lidad del Vicario de Jesucristo en sus tinieblas. Cristianos: guardaos de es-
para que haga las veces de Nuestro bias y prudentes para el gobierno de actos pastorales relativos á las doctri- tos tres naturalismos. Ellos son los
Señor Jesucristo.» 1
su espiritual rebaño, y preservándolo nas de la fe, de las costumbres y de ídolos de nuestros días, las formas en-
L a prerrogativa, pues, del Prima- de todo error en todos los actos pro- los derechos de la Iglesia, es cosa gañosas que en estos últimos tiempos
do fué instituida por Jesucristo para pios de su oficio pastoral, ora relati- también tan manifiesta, que no puede han tomado las antiguas divinidades
•que la Iglesia tuviese unidad en la vos á la fe y costumbres, ora á los ser negada sino por quien, voluntaria- paganas.
profesión externa de su fe y en las derechos y disciplina universal de la mente ciego, no quiere conocerla. Los Séame lícito, por tanto, concluir es-
prácticas religiosas del culto, que ha- Iglesia. Sin esta asistencia especialí- racionalistas de nuestros tiempos se tas toscas páginas con aquellas pala-
bían de ser comunes á todos los cris- sima, los Pontífices de Roma, al cabo obstinan, como los judíos en tiempo bras del apóstol San Juan que me
tianos. Esto es lo que intentaba sig- de tantos siglos y con tanta variedad de Jesucristo, en amar más la tinie- parecen sumamente acomodadas á
nificar el santo Obispo de Cartago, de cuestiones doctrinales tan abstru- blas que la l u z ^ w cuanto sus obras soneste propósito: Toda prevaricación es
cuando escribía que la institución d i - sas como en ellos se han agitado, no malas; pues quien obra mal, aborrece pecado;
la mas hay un pecado que acarrea
vina del Primado tiene por objeto ha- hubieran dejado de pagar á la flaque- luz, y no se arrima á ella para que no sin remedio la muerte eterna. Sabemos
cer que la Iglesia muestre al exterior za humana el tributo que vemos ren- sean reprendidas sus obras \ Quierenque todo aquel que es hijo de Dios no
la unidad interna de que está anima- dirle todos los hombres; se hubieran vivir y gobernarse á su antojo sin peca; mas el nacimiento que tiene de Dios
da, con las virtudes sobrenaturales de equivocado, como todos los demás cuidarse de las cosas de la otra vida por la gracia le conserva, y el maligno
la fe, de la esperanza y de la caridad, Obispos de las otras cátedras cristia- y sin tener que sufrir las amorosas espíritu no le toca. Sabemos que somos de
las cuales deben informar á todos y nas. Este tributo no lo ha rendido amonestaciones de un Padre que re- Dios, al paso que el mundo todo está po-
cada uno de los miembros del cuerpo jamás la Sede de Pedro; de ella pode- prenda sus locos extravíos. Les causa seído del mal espíritu. Sabernos también
místico de Jesucristo. L a Iglesia mos repetir hoy día aquellas mismas hastío la Religión purísima y sobre- que vino el Hijo de Dios, y nos ha dado
muestra al exterior esta su unidad con palabras proferidas por los Padres del natural de Nuestro Señor Jesucristo, discreción para conocer al verdadero Dios
la profesión externa de su fe y con el Concilio IV de Constantinopla y VIII porque están enamorados de su natu- y para estar en su Hijo verdadero. Este
uso también externo de los Sacra- de toda la cristiandad, en el último ralismo en Filosofía, de su naturalismoes el verdadero Dios y la vida eterna, que
mentos instituidos por nuestro divino tercio del siglo IX, las cuales deja- en Religión y de su naturalismo en Po-esperamos. Hijitos míos, guardaos de los
Salvador; y tanto el uno como la mos escritas más arriba: «Lo que J e - lítica; tres naturalismos que constitu- ídolos. Así sea.
otra deben ser regulados por el suce- sucristo dijo de la Sede de Pedro: Tú yen la esencia de la Revolución, y en
sor de Pedro, Vicario de Jesucristo eres Pedro y sobre esta piedra, etc., lo
i 1 Joan., V, 17-21.
aquí en la tierra. Y para que, guiada vemos comprobado con los hechos. i I Joan., I I I , 19-20.

y dirigida la Iglesia por un Pastor na- Porque en esta Sede Apostólica siem-
turalmente flaco y falible, no diese pre se ha conservado inmaculada la
consigo en el abismo de los errores Religión católica, y se ha celebrado la
contraríos al dogma y perjudiciales al doctrina santa.»
bien espiritual que ella busca, dio ¡Quiera el Señor, en su infinita mi-
Cristo la infalibilidad á este su Pastor sericordia, herir con un rayo de su luz
y Vicario en las doctrinas pertene- soberana á los innumerables que a n -
cientes á la salvación eterna; con lo dan extraviados fuera del camino de A. M. D. G.
cual cumplió al pie de la letra aquello la verdad, para que vean claramente
que en la persona de sus discípulos lo que con su ceguera más ó menos
había prometido á la Iglesia entera, culpable no pueden reconocer! L a
diciendo: Mirad que estoy con vosotrosexistencia del divino Espíritu en la
iodos los días hasta la consumación del Iglesia católica, de ese Espíritu de
siglo .2

verdad y santidad, que no puede recibir


el mundo, porque ni lo ve ni lo conoce ,y
i

1
«Ñeque enim abunde haereses obortae sunt
aut nata sunt scliismata quam dum sacerdoti Dei porque todo él está poseído del mal espí-
non obtemperatur, nec uiius in Ecclesia ad tem- ritu , ó sea del demonio, es un hecho
3

pus sacerdos et ad tempus j u d e i vice Cbristi cogi-


tatur.» ( S . Cypr., Epiít. 55 ad pap. Cornel.) « S. Juan, X I V , 17
* Matlh., XXY111, 20. s I Joan., V, 19.
ÍNDICE

P R Ó L O G O i. L A T E R C E R A EDICIÓN. . . . vu timonio del Concilio Vaticano.—


P.RÓLOGO Á L A C U A R T A E D I C I Ó N I X Vano ideal de unidad creado por
P R Ó L O G O Á L A S E G U N D A E D I C I Ó N xi los panteístas modernos

INTRODUCCIÓN capítulo 11

Ha Iglesie católica siempre comba- El Catolicismo y la ciencia locanle al criterio


tirla y nunca vencida xvu de la verdad.
Enemigos que en los diversos tiem-
pos la han atacado inútilmente.— Palabras calumniosas de Draper
El racionalismo, representante de La fe exigida por la Iglesia no es ab-
todos ellos en nuestros días xvm solutamente ciega, sino racional y
£Ju orgullo y altanería.—Esperanzas prudente
de la Iglesia.—Mala fe de los ra- Conducta sabia de la Iglesia en or-
cionalistas.—Draper.—Sus vanas den á las diferentes clases de perso-
predicciones sobre la muerte próxi- nas que han de recibir su fe.—Qué
ma del Catolicismo xix hace con los católicos.—Qué con
Sus calumnias contra los Papas.— los herejes. — Qué con los incré-
Su positivismo brutal. — Superfi- dulos
cialidad suma en su libro intitu- Hechos sobrenaturales que comprue-
lado Conflictos, etc.—Propósito del ban su divinidad
autor sobre el modo de refutarlo. xx Ricardo de San Víctor y San Agustín.
Plan de la obra xxi Para creer los dogmas cristianos nos
debe constar con certeza su reve-
lación
CAPÍTULO PRIMERO Testimonio de Suárez sobre esta ma-
La ciencia verdadera y la ciencia moderna. teria.—La fe no lleva por condición
esencial el que su objeto sea pro-
Idea de la ciencia propiamente t a l . . . 1 puesto por la autoridad de la Igle-
Testimonios de Séneca y de Plutar- sia.—Testimonio de Lugo
co.—-Diferenciase de la opinión 2 El Concilio Vaticano no se dirige sino
Caracteres propios de la ciencia.— á los católicos.—Motivos de credi-
Unidad de la ciencia en su sentido bilidad previos al acto de fe.—Vana
genuino 3 observación de Draper contra la
A la ciencia moderna le faltan los ca- probanza de los milagros , fundada
racteres de la verdadera ciencia. — en las palabras de un filósofo árabe.
Tejer y destejer de los filósofos mo- —Criterio externo y criterio interno
dernos racionalistas.—Kant, Fichte, para conocer los sagrados dogmas.
Schelling, Hegel, Krause 4 Escepticismo de' los racionalistas y
L a oposición del Catolicismo con la protestantes en esta parte por falta
ciencia moderna es manifiesta, pero del primero.—Aberraciones de Dra-
esto le engrandece y ensalza.—Ori- per sobre la infalibilidad pontificia
gen de los supuestos conflictos en- y calumnias del mismo contra la
tre la ciencia y la Religión. — Tes- conducta de los Papas
682 ÍNDICE.
ÍNDICE. 683
PÁG. PÁG.
Idea de lo sobrenatural.—Dos clases timonios de Eusebio, Teodoreto,
CAPÍTULO I I I tra la sana razón en este dogma
de sobrenaturalidad 40
San Justino, San Ireneo, Clemente contrario á los principios metafí-
El Catolicismo y la ciencia locante á la idea Ejemplos que la explican.—Doctrina Alejandrino y Tertuliano 54 sicos (¡7
de Dios. del Concilio Vaticano en estaparte. Tácito, Suetonio, Josefo, Celso, Julia- Los racionalistas confunden torpe-
—Milagro, profecía, misterio.—Po- no, Macrobio y Calcidio comprue- mente lo esencial con lo natural.—
Idea miserable que tuvieron los anti- sibilidad de los milagros, negada ban la existencia de los hechos so-
11 Bienes grandes que resultan de este
guos filósofos sobre la naturaleza por la filosofía fatalista brenaturales pertenecientes al Cris- _ misterio al género humano 68
de Dios.—Anaximandro , Leueipo, Pruébase con razones evidentes esta tianismo 55 El nos explica la permisión divina
Demócrito, Straton.—Los estoicos. posibilidad Los racionalistas, modernos imitado-
42 del pecado original.—La filosofía
—Su doctrina fatalista y panteísta Vanidad de los argumentos admiti- res de los filósofos paganos en su humana, examinando los hechos
renovada por losfilósofos modernos. 17 dos por los racionalistas en contra- odio ciego á la Iglesia 56 del mundo moral, puede en alguna
Doctrina del Concilio Vaticano, rela- rio Levísimas bagatelas de Draper contra
4é manera rastrear este hecho sobre-
tiva á esta materia.—Argumentos Pruébase la posibilidad de las profe- los milagros cristianos 57 natural por algunas conjeturas.—
morales, físicos y metafísicos en cías y la existencia de los miste- Dios hace los milagros cuando lo Testimonio de Santo Tomás sobro
favor de la existencia de Dios rios tiene por conveniente.—Los cris- esto mismo.— Admirable armonía
45
Delirios de los panteístas Conveniencia de la revelación en ge- tianos no ponen la felicidad del que reina entre los dogmas men-
Refutación del krausismo.—El panen- neral, y en particular de la relativa hombre en los bienes temporales, cionados 69
teísmo de Krause es un verdadero á los misterios 4f> sino en la virtud.—Los cristianos
panteísmo Los racionalistas no quieren creer ven en las persecuciones' sufridas
El krausismo anatematizado por el sino lo que ven.—Ruinosas conse- por la Iglesia el cumplimiento de CAPÍTULO VIH
Concilio Vaticano.—Breve refuta- cuencias de este principio absurdo. lo que les tiene anunciado Jesu- Falso origen atribuido á los misterios de la
ción del deísmo 28 —Grandes bienes que nos trae la cristo 58 religión cristiana por los racionalistas.
El dualismo pérsico resucitado por revelación.—Respóndese á una ob- Calumnia horrenda de Draper contra
los luciferianos de la francmaso- jeción.—Por qué no nos da Dios en San Ambrosio. — Testimonio de El misterio de la Trinidad inventado,
nería 29 esta vida la visión de su divina Paulino, contemporáneo su3'o y es- según Draper, por los egipcios del
47 critor de s u vida, que la refuta siglo IV 71
CAPÍTULO I V victoriosamente 59 Ignorancia suma del escritor yankee
CAPITULO VI sobre esta materia.—Las herejías
Vanas cavilaciones de Draper sobre la doc- Realidad histórica de los milagros obrados de los tres primeros siglos del Cris-
trina del capitulo precedente. en el establecimiento del Cristianismo: vanas CAPÍTULO VII tianismo evidencian lo absurdo de
observaciones de Draper sobre esta materia. su aserción 72
Palabras en que Draper asegura ha- Conformidad de los misterios del Catolicismo Origen del dogma relativo al pecado
ber tomado el Concilio Vaticano de Palabras del escritor yankee relati- con la sana razón. original atribuido neciamente á
la Filosofía actual su sublime idea vas a l a fundación del Cristianismo. 48 Pelagio, contemporáneo de San
de Dios 35 I Reticencias calculadas de este autor. 4!? La Trinidad, la Encarnación del Ver- Agustín, por el mismo autor 73
Su crasa ignorancia en esta parte.— La monarquía romana de los Césares bo y el pecado original 62 Testimonios de Tertuliano, San Ire-
El Concilio Vaticano no hace sino no fué la que produjo en los pue- Luz grande que derraman estos mis- neo, San Justino y San Ignacio már-
copiar lo escrito en el siglo X I I I blos las tendencias hacia el mono- terios sobre la Filosofía 63 tir, que prueban con plena eviden-
por el Concilio Lateranense IV.— teísmo.—Con el politeísmo univer- En qué sentido es causa el pecado cia todo lo contrario 74
Panteísmo de Almarico condenado sal había habido antes muy gran- original de los males) que general- Novela infame de Renán sobre Nues-
por este último Concilio.—Por qué des monarquías. — Notables pala- mente padecen los hombres en esta tro Señor Jesucristo.—Origen de
no hacen mención de la Trinidad bras de Riancey 50 vida.— Palabras de Santo Tomás los dogmas cristianos según preten-
los Padres del Concilio Vaticano.. 8G I Deplarable estado de las costumbres relativas á esta materia 64 den Ernesto Bunsen y Emilio Bur-
El Concilio Vaticano está muy lejos y de las ideas al tiempo de apare- La existencia del pecado original no nouf en el Zend-Avesta de los persas. 75
de ocultar su fe, así sobre este mis- cer en el mundo el Cristianismo.— se puede saber con certeza sino por Jesucristo y los Apóstoles serían en
terio , como sobro el culto debido á Incompatibilidad absoluta de unas medio de la tradición fundada en la tal caso unos impostores detesta-
la Santísima Virgen y a los Santos. y otras con los dogmas cristianos.. 51 revelación divina.—El misterio de bles.—Renán, por no admitir este
—El pretendido progreso intelec- Mártires de la Iglesia 52 la Trinidad pugna abiertamente con absurdo, hizo de su Jesús un pobre
tual de nuestro siglo en materia de Su testimonio irrefragable prueba la el politeísmo 65 iluso . — Testimonio brillante de
filosofía no es sino un verdadero divinidad del Cristianismo. — Su No se opone al principio ontológico Rousseau en pro de la santidad ad-
retroceso á los tiempos de Almarico número incalculable, falsamente ne- de identidad.—Con él desaparece mirable de Nuestro Señor Jesu-
y del Concilio Lateranense IV 37 I gado por Dodwel, Gibbon, Guizot, de la Divinidad aquella soledad é cristo 7fi
Bayle y otros escritores.—Las ver- inacción que tanto ofenden á los Imposibilidad del martirio sufrido
CAPITULO V daderas Actas de los mártires escritas panteístas de nuestros tiempos.— por los Apóstoles en la hipótesis de
por Ruinart.—Extensión rápida del Ante esta e i i m i ' i t f i ó j j &ub:iiu« la Mr. Burnouf 77
El Catolicismo y la ciencia locante
Cristianismo dentro y fuera del im- panteística desapwieuü c o ¡ , ¿ i . j ü U i u i k Supuestos secretos de Jesús.—El Sal-
á lo sobrenatural. perio romano 53 por su grau !>• q-IKS"? 66 vador nada enseñó en secreto.—Je-
Dios es esencialmente un verdadero Error craso de los racionalistas en La Encarnación.—No puso mudanza sucristo nada tuvo que ver con los
misterio para nuestra flaca razón.. 39! esta parte.—Evidéncianlo los tes- alguna en el Verbo.—Nacía encuen- esenios 78
45
ÍNDICE.
684 ÍNDICE. 685
PÁG.
tencia á los protestantes. —Carta de
La vida y hechos admirables de San CAPÍTULO X El mundo no es una emanación in-
la Iglesia de Esinirna relativa á los
Pablo van también directamente Falsísima imputación hecha por Draper manente en Dios 133
sagrados restos de San Policarpo.. 116
contra la hipótesis citada 80 á la religión católica de haberse paganizado Equívocos fútiles en que fundan los
Palabras de San Cipriano 117 panteístas su doctrina. — En qué
Vanas razones á que apelan algunos con el advenimiento de Constantino.
Sacramento de la Eucaristía. — San sentido es Dios el fundamento de las
racionalistas para corroborarla.—•
Ignacio, mártir, San Justino, San
Filón es platónico y no esenio 81 Palabras con que formula su acusa- cosas, tan ponderado por los krau-
ción el escritor americano ICO Ireneo, Tertuliano y los Padres en sistas. i;i4
Los hebreos trasladados á Babilonia general confirman la doctrina cató-
por Nabucodonosor i ¡ n pudieron to- A. Beugnot, predecesor de Draper, en
sus diatribas contra Constantino.—• lica sobre este misterio 117
mar de los persas sus doctrinas.—
Conversión de este príncipe al Cris- 'Dogma delaTransubstauciación.—De C A P Í T U L O X I I I
Exposición de las doctrinas iranias. 82
tianismo.—La cruz maravillosa.— él dan testimonio los Padres de los El Catolicismo y la ciencia locante al origen
El Cristianismo e s la evolución na- primeros siglos.—Tertuliano, San
tural del judaismo.—Lugares del Leyes de Constantino dadas de con- del mundo.
cierto con Licinio.— Su conducta Cirilo de Jerusalén, San Ambro-
Antiguo Testamento que lo com- sio, etc.—Palabras de Leibnitz en su
prueban. — Admirable profecía de con la Iglesia cuando se vio señor El mundo ha sido sacado de la nada
absoluto del imperio • 103 favor.. . 119 por Dios.—Idea de la creación ex
Isaías relativa á los padecimientos
Notable advertencia de este escritor
y triunfos de Jesucristo 83 Su edicto público en favor ele los cris- nihilo.—La creación es una produc-
tianos.—Sus leyes contra los que sobre el racionalismo encerrado en ción total del ser producido i36
Las tribus de Israel en Níuive en Jas entrañas del protestantismo.—
tiempo de Salmanasar 86 ofreciesen sacrificios á los ídolos.. 104 Doctrinado San Agustín y de Santo
Cómo deben entenderse.—Testimonio Antigüedad del culto de las reli- Tomás sobre esta materia.—Cómo
Zoroastro coetáneo de Cara bises.— quias 120
Ideas del Sr. Ayuso sobre su anti- de Tillemont.—Confesión de Li- concebimos la idea de la creación
banio 105 Testimonio de la Escritura y de los ex nildlo 138
güedad.—Son inadmisibles.—Da- Padres qne la evidencian.—Sepul-
niel, Esdras y Nehemías.—Su gran Prudente conducta de Constantino en Respuesta á una objeción de Brous-
su modo de acabar con la idolatría. cro de los mártires 121 sais.—La idea de la creación no se
cabida con los reyes persas é influjo Antigüedad de las imágenes.—Ima-
de los mismos en las ideas de los — Sus leyes contra los arúspices.— alcanza con la fantasía.—Dios no
Vida de Constantino, por el Padre gen de la Virgen Maria 122 crea de la potencia objetiva de las
pueblos orientales 87
Gusta 106 Isis y Horo. — La Purificación de cosas, ni de su arte divino, ni de su
Falsa antigüedad de ciertos escritos María 123
persas que han alucinado al señor La estatua de la Fortuna.—Observa- omnipotencia 139
ciones de Tillemont.—Respóndese Impudente calumnia de Draper. — Raciocinio sencillo con que se prueba
Ayuso.—SupueLta antigüedad del Prudencia grande de la Iglesia pri-
Avesta 88 á las otras acusaciones de D r a p e r . . 108 la creación er. nihilo.—Palabras de
mitiva en orden al culto de las Hermán Ulrici relativas á esta ma-
Conducta observada por los persas en imágenes 124
el cuarto sia;lo de la Iglesia.—Es C A P Í T U L O X I teria 110
contraria á la hipótesis de Bunsen Continúa la misma materia que en el prece-
y de Burnouf 90 dente.—Demuéstrase cómo la Iglesia nada ha C A P Í T U L O X I I
C A P Í T U L O X I V
innovado jamás en los sagrados dogmas.
El Catolicismo y la ciencia locante á la idea
El Catolicismo y la ciencia respecto d la an- •
Acusaciones de los protestantes con- del mundo.
C A P Í T U L O I X tigüedad del mundo y particularmente de
tra la Iglesia.—Tendencia raciona- la tierra.
Otros orígenes atribuidos falsamente por los lista promovida con ellas.— Qué Idea del mundo, según la Filosofía
racionalistas á los dogmas cristianos. clase de culto damos á los Santos.. 110 moderna 127 En la absurda hipótesis panteística,
Palabras de la Escritura que demues- Idea del mundo, según la doctrina de el mundo por fuerza debe ser eter-
tran lo licito de este culto.—Belleza la Iglesia.—Cánones del Concilio no.—La razón por si sola no puede
Mr. Emilio Burnouf: s u libro intitula-
suma de este dogma católico 112 Vaticano.—El mundo es una cosa demostrar con evidencia que el
do: La ciencia de las religiones.—
Testimonio de Leibnitz en su favor.. 113 realmente distinta de Dios 128 mundo nb haya existido siempre;
Mr. Jacolliot, el Dr. Mario, el se-
Reliquias de los Santos.—Qué géne- La cuestión del número infinito — pero la fe nos enseña esta verdad.. 142
ñor M o r a y t a . - - F a l s a antigüedad de
ro de culto les tributamos.—Es pu- Etesnidad esencial de la materia, Propiamente hablando, el mundo no
los Vedas: testimonio de Monseñor
ramente relativo.—Dígase lo mis- soñada por los racionalistas.—Pa- ha sido criado en el tiempo, sino el
deHarlez 92
mo de las imágenes i 14 labras de Draper relativas á este tiempo con el mundo.—Testimonio
La Madre de Jesús no puede ser la asunto.—'Renueva en ellas la pan-
personificación de Maya, mndre de Alabanzas tributadas en esta parte de San Ambrosio y San Agustín.—
por Leibnitz á los Padres del Con- teística doctrina de los e s t o i c o s . . . . 130 La revelación añade que el mundo
Buddha.—Jesús no pusde ser iden-
cilio Tridentino.—Sublimidad gran- La nebulosa que dé origen al mundo ha sido criado libremente por Dios.
tificado con el dios Agni de los
de de la doctrina cristiana relativa nocesita de un primer motor extrín- —Esto lo demuestra también la hu-
Vedas 94
á esta materia 115 seco que la ordene con su inteligen- mana Filosofía 113
El imaginado Jczcus. Christna de J a - cia suma.—La materia cósmica no
colliot 95 La apoteosis de los paganos nada tie- La revelación en orden á la longevi-
ne que ver con el culto de nuestros puede tener la existencia de sí dad del mundo nada nos dice, al
La ZV/iHti. 'i indiana no es más anti-
Santos.—Notables palabras de San misma. •• • 132 menos con claridad 144
• gua qnp la Edad Media.—Testimo-
Jerónimo sobre este asunto, dirigi- El oíden admirable del mundo uni- El Génesis no tiene por objeto ense-
nio de Monseñor de Harlez 96
das contra Fausto y V i g i l a n c i p . . . . 116 verso arguye manifiestamente la ñarnos ciencia alguna, — La.sema-
Las Tríadas egipcias.—No tienen que ;

Antigüedad del culto de los Santos.— existencia de un Ordenador supre- na mosaica. — U n texto del doc-, r
ver nada con el dogma cristiano de
Testimonio de Tertuliano. <-Adver> mo, distinto de la materia bruta.— i tor Reusch. — Advertencia de San .
la Trinidad , 97
G86 ÍNDICE
ÍNDICE. 687
PÁG'.

Agustín sobre la manera de inter- P o r qué, sin embargo, han seguido


por Moisés, la Biblia se presenta Palabras de César Oautú.—El Alina-
pretarla 145 algunos teólogos de hoy día la in-
llena de sabiduría y verdad en esta gestum novum de Riccioli 189
Cómo la entiende este Santo Doctor, terpretación antigua.— Olvidan en
parte 177 Conducta que debiera haber observa-
y con él Santo Tomás de Aquino.— esto la advertencia de San Agustín,
Lamentables aberraciones de los ra- do Galileo.—Imprudente celo del
Escolásticos que opinaron como es- —Un texto del P. Pianciani á este
cionalistas.— Admirable lógica de dominico Caccini.—Carta del Gene-
tos dos santos Doctores 146 propósito.—Mañana y tarde de ios
Draper sobre los sistemas geocén- ral de los Padres dominicos á Gali-
L a Iglesia ha dejado siempre opinar días genesíacos, según San Agus-
trico y antropocóntrico 178 leo en satisfacción de la imprudencia
libremente á sus hijos en este pun- tín 165
Los habitantes posibles de los demás de dicho religioso.—No se contenta
to.—Los días-épocas del P. Piancia- Los días genesíacos descritos por globos celestes nada tienen que ver
ni.—Teoría del cardenal Wiseman. Moisés, ¿indican un orden cronoló- con ella el espíritu agresivo de Ga-
en esta cuestión.—Ni la Escritura lileo.—Métese á dar interpretacio-
—Es generalmente rechazada por gico é histórico, ó un todo divisible ni la Iglesia los reprueban.—Los
los geólogos 147 en siete épocas distintas, indepen- nes nuevas de ia Escritura para
Padres Tongiorgi y Secchi se incli- probar con ellas su tesis.— Hace
Resumen de las diversas opinio- dientes del orden sucesivo de los nan a admitir su existencia 179
hechos?— Esto segundo parece lo demasiado esfuerzo para traer á su
nes profesadas por los católicos en Argumentos en que fundan su opi-
más probable. — Razones que lo opinión á los demás.—Testimonio
orden á la semana mosaica, tomado nión. — Si existen los tales seres
de Reusch 148 persuaden 16& de Guichardini 190
racionales, también habrá sido cria- En vista de esto, Paulo V juzgó que
La Iglesia no concede la libertad Santo Tomás y San Agustín favora- do en beneficio suyo el universo
mencionada por motivos humanos, bles á esta opinión.—Grandes ven- ya era tiempo de intervenir en el
sensible 180 asunto.—Galileo no cumple la pa-
como pretende Draper.—Juicio so- tajas que ella nos ofrece para de- Injustas apreciaciones de Draper so-
bre la hipótesis de Laplace 150 fender la narración genésica 166 labra dada al Papa en la persona
bre el negocio de Colón en Sala- del Cardenal Belarmino.—Imprime
Un texto de M. Pozzy sobre esta ma- Sólo se pueden poner los geólogos en manca.—Notables palabras de Ca-
pugna con la Iglesia, afirmando la su Diálogo sobre los dos sistemas
teria.—Los satélites de Marte des- vanilles sobre este asunto 181
eternidad de la materia.—Pero en- principales del mundo, valiéndose de
cubiertos recientemente por el pro- Reflexiones de Muñoz sobre el favor
tonces se saldrían de su propio te- artificios y amaños.— Búrlase en
fesor Asaph Hall 151 que granjearon á Colón las confe-
rreno.—Declaración de más de dos- él probablemente del Papa Urba-
Hipótesis sobre el fuego central de rencias salmantinas. — EL mismo no VIII, de quien había sido muy
nuestro globo 152 cientos naturalistas acerca de la Irving lo confiesa implícitamente.. 18ü
armonía que existe entre la ciencia favorecido.— Testimonio de César
Opinión de Pozzy acerca de ella 153 Los P P . Deza y Marchena.—Objecio-
y la Biblia 170 Can tú 191
El espesor de la costra terrestre re- nes que hicieron algunos salmanti-
Está redactada en la hipótesis de que Condénale el Tribunal de la Inquisi-
clama para su formación un núme- nos á Colón 183
Moisés cuenta el orden cronológico ción como sospechoso de herejía.—
ro incalculable de años. — Razona- La Escritura no es opuesta á la esfe-
de los sucesos geológicos 171 Calumnias esparcidas contra el San-
miento de Reusch contra el P . Bo- ricidad de la tierra, antes parece to Oficio por los enemigos de la
sizio.— Los estratos terrestres se ¡udicarla 184 Iglesia sobre el tratamiento que d i o
han ido formando lentamente. — CAPÍTULO XVI Un texto de San Agustín sobre los en la cárcel á Galileo. — Benignidad
Federico Pfaff 154 antípodas.—Interpretación que de
El Catolicismo y la ciencia en orden al fin usada por Urbano VIII con el ilus-
Argumentos de M. de la Vallée él hace el P. Cámara.—No es ente- tre matemático.—Confiésala el mis-
de la creación del mundo.
Poussin 155 ramente exacta.—Reflexiones sobre mo Galileo en una carta escrita al
Otros del doctor Reusch 156 el influjo que ejerce la preocupación
El mundo sensible, según la doctrina P. Ranieri 192
Observación acerca de los terrenos hasta en los mismos sabios.—Cuan-
católica, ha sido criado en beneficio En la causa de Galileo se engañaron
primarios, secundarios y terciarios grande es el que hoy día produce
del hombre. —Los racionalistas ven los Tribunales del índice y de la
pernecientes á diversas partes del en los racionalistas 185
en esto un grande error.—Palabras Inquisición, pero no la Iglesia ni el
globo.—Palabras notables de Cred- El papa Zacarías y el presbítero Vir-
de Draper á este propósito 172 Papa 193
ner sobre esto mismo 157 gilio 186 Los racionalistas se forjan una infa-
En sentir de este autor, toda la doc-
CAPÍTULO XV trina católica relativa al fin de la libilidad á su modo para tener el
creación se funda en que la tierra C A P I T U L O XVTÍ gusto de atacarla. Equivocación de
Prosigue la materia del capitulo anterior.
es una superficie plana cubierta Mr. Jaugey 194
Interpretación de los días genesíacos. Imaginada victoria de la ciencia contra la
por la cúpula del cielo 173 Por qué d i o curso el Papa á la sen-
Religión acerca del movimiento de la tierra.
L a narración mosaica queda más na- Strauss combatiendo á la Iglesia bajo tencia de los Tribunales. — Las
tural y menos misteriosa con la el mismo supuesto.—La Biblia no Congregaciones del índice y de
interpretación moderna 159 ofrece fundamento alguno para se- La causa de Galileo.— El canónigo la Inquisición no son infalibles.—
mejantes suposiciones 174 Copérnico y el cardenal de Cusa Pruébalo largamente el P. Franze-
La doctrina de los grandes períodos
La Biblia no tiene por objeto enseñar honrados por la Iglesia á causa de lin en su tratado De divina tradi-
geológicos hace más admisible y
al hombre las ciencias. — En su sus conocimientos astronómicos.— tione 1 9 . " i
racional, aun exegéticamente ha-
lenguaje se acomoda al modo de Igual honor dispensado á Galileo Esto no obstante, la Congregación
blando , la interpretación de los
hablar ordinario del vulgo 17& en Roma después de publicado su del Santo Oficio estuvo en su dere-
días genesíacos,—Por qué opinaron
Nuncio sidéreo 187 cho exigiendo de Galileo un asen-
de otro modo los Escolásticos an- Notables pasajes de Keppler y del
tiguos 160 Ausland á este propósito 170 Los jesuítas le son allí favorables.— timiento interno á su decisión, y
Mirado el universo sensible desde el Galileo nunca presentó razones evi- obró con prudencia en exigírselo.. 196
Perfecta armonía entre l a ciencia
punto de vista religioso elegido .entes en favor de la rotación de la Los racionalistas quisieran que inter-
geológica y el Génesis 162
ierra 188 pretáramos la Sagrada Biblia como
ÍNDICE. 689
698' ÍNDICE.

ver nada con los milagros.—El físi- Refutación de esta doctrina.—Nace


se hace con un libro cualquiera.— nada sólido contra la narración bí- co, en la consideración de las leyes su error de no haber profundizado
Cuan injusto es este deseo 197 blica del d i l u v i o . . . 211 naturales , supone que Dios se aco- bien su autor en la Filosofía. . . . . . 237
Teorías sobre la universalidad del di- modará de hecho , aunque libre- TJn texto notable de Santo Tomás.—
luvio 212- bremente, á la naturaleza de las Argumento ad homincm contra Ju-
CAPÍTULO XV1I1
La destrucción total del género huma- causas segundas 226 lio Simón.— Distinción entre los
El Catolicismo y la ciencia respecto al no causada por el diluvio, con ex- Esta suposición es muy justa y razo- efectos providenciales y los milagros. 238
diluvio. cepción de la sola familia de Noé, nable.—Dios no obra con arbitra- Intervención délos ángeles en los fe-
parece hallarse terminantemente en riedad en las cosas criadas, sino con nómenos del universo sensible.—
La relación bíblica del diluvio es con- la Escritura. — Opinión reciente de sabiduría y prudencia. — Negar á Necedad de los racionalistas en bur-
siderada entre los racionalistas co- algunos católicos sobre este asunto. 21 4< Dios la facultad de hacer milagros larse de esta intervención 240
mo una simple fábula. — Hovelac- Suposiciones gratuitas délos raciona- es lo mismo que confundir á Dios
crue y Draper. — Tradición general listas sobré el estado del globo an- con la materia 224 CAPÍTULO XXI
del género humano en favor de la tes del diluvio.—Las cataratas di-1 Confíésanlo Vogt y Salmerón. — El Idea general acerca de la naturaleza del
Biblia 198 cielo y las fuentes del abismo.—Tes Dios de los cristianos es un Ser an- hombre.
Las tablillas de Nínive. — Razones timonio del P . Alápide.—La supo tropomorfo, si por esta palabra se
fútiles en que se apoya Draper para sición de grandes depósitos de agua entiende un ser personal.—Esta idea Modo de investigar la naturaleza hu-
negar á Moisés el libro del Génesis. 199 en las entrañas de la tierra nada no se la arrancarán jamás los pan- mana 241
Testimonios de Bailly , F r e r e t , Bou- tiene de contrario á la ciencia.—No teístas al género humano 228 Grave error de los krausistas en esta
langer y Cuvier en favor de la na- es, sin embargo, necesaria para ex- Razones que prueban el dogma de la parte.—Confunden el ser con el co-
rración mosaica.—En el mismo sen- plicar el Üieom de la B i b l i a . — P e s o Providencia 229 nocer 242
tido se expresa A. de H u m b o l d t . . . 200 total de la atmósfera en el estado Inconsecuencia de los fatalistas en Nosotros no llegamos al conocimiento
Hechos geológicos.—Godron 201 presente 213-- atacar con tanto ardor á los católi- de los seres sino por el de sus actos.
Animales helados de Sibcria.—Varias La antidiluviana debió ser muy di- cos.—Su espíritu característico de —En nuestras percepciones segui-
explicaciones de este fenómeno 203 versa.— Conjeturas del abate Moig- libertad lo debe Europa á la Re- mos un orden inverso al que las
La Ciencia Cristiana.—El mammuth no sobre este asunto.—Qué se ha ligión cristiana.—Fatalismo de los cosas tienen en sí 243
es de época muy reciente y poste- hecho el agua del diluvio 216- antiguos.—El Edipo.—La literatura Definición del hombre.—Natural so-
rior al diluvio 204 Capacidad del arca salvadora. — El romántica debe todo lo bueno que ciabilidad del mismo.—Es natural-
Período glacial.—Hipótesis de los pre- Great-Eastern. — ¿Perecieron todos en sí encierra al Cristianismo. . . . 230 mente el rey de la creación de las
históricos para explicarlo.— Cred- los animales en las aguas del di- Graves daños que acarrea al espíritu cosas sensibles 244
ner 205 luvio? 217' la lectura frecuente de novelas.—• Armonía completa entro la Religión
Dificultades grandes que ella susci- Texto del P. Pianciani.—El ministe- Efectos que produce en el hombre católica y la Filosofía en orden á la
ta.—Palabras del P . Haté que la rio de los ángeles 218- la persuasión de que están guiadas naturaleza del hombre.. 245
combaten... 20G Texto notable de Mr. Figuier, relativo por la fatalidad las cosas humanas.
Débiles fundamentos en que se apoya á este asunto '220- —La libertad tiene también en los CAPÍTULO X X I I
toda la teoría de los prehistóricos. hombres sus modos ordinarios de El Catolicismo y la ciencia respecto de la na-
—El único argumento cierto que CAPÍTULO XIX obrar 231 turaleza del alma humana.
hoy día existe en favor de la narra- La Religión católica enseña que no
ción mosaica, es la tradición uni- La Religión y la ciencia respecto á la pro-
por cualquier causa se puede pedir Ningún filósofo lia llegado con la pe-
versal de los pueblos antiguos 207 videncia de Dios en el gobierno del mundo.
á Dios milagros-. 232 netración de su ingenio en esta par-
Los aluviones del período cuaterna- Calumnias de Draper contra la Igle- te á donde llega la Religión católi-
rio probablemente son debidos al El dogma de la Providenoia es uno ca. — Pitágoras.— Platón. •—Filóso-
de los que más desagradan á los sia. — El suicidio encomiado por
estado atmosférico producido por el este escritor.—Doctrina de Séneca fos materialistas 246
diluvio.—La época de los grandes racionalistas. 221
Lamarck. — Obra'fatalística inglesa renovada en su libelo 233 Filosofía moderna.— Doctrina de la
aluviones coincide con la de los Refutación.—Influjo que pueden ejer- Iglesia 247
grandes ventisqueros. — Notables traducida por Vogt.—Fatalismo de Sublimidad de esta doctrina.—Lamo-
Draper.—Confusión entre las leve-; cer en los efectos naturales las ora-
palabras de Tyndall sobre la tem- ciones de los fieles 234 ral del materialista. —La moral del
peratura del período glacial.—Lecoq físicas y las matemáticas, en la cual espiritista 248
está fundada toda su doctrina... 222 Palabras de Salmerón opuestas al co-
y Prevost en consonancia con el so- mún sentir del género humano en Espiritualidad del alma.— Razones
bredicho autor 208 Su ideal es la evolución materialista. 223- que la demuestran 250
Lleva su fatalismo hasta á las mismas esta materia 235
Época de la aparición de los Alpes, Diferencia esencial entre la imagina-
del Himalaya y de los Andes.—El acciones humanas y sociales 224- ción y el entendimiento 251
período cuaternario no es tan anti- Sus injurias y denuestos contra los CAPÍTULO XX Acciones instintivas y apetitivas de
guo como algunos se i m a g i n a n . . . . 209 sacerdotes cristianos. — Los mila- Prosigue la materia del capitulo anterior. los brutos 252
Estudios del geólogo Rossi sobre el gros entre los católicos no son cosa Falta de reflexión en los animales... 253
Refútase la falsa doctrina de Mr. Julio Simón
Tiber. —Memoria de Mr. Tylor so- reservada á los solos sacerdotes.— Cómo depende de la imaginación en
Toda la argumentación está empe- sobre el influjo de la oración.
bre la grava de Amiens. — Bel- sus actos nuestro entendimiento... 254
g r a n d , Chambrun de Rosemont, drada de meras hipótesis , algunas
Teoría de Julio Simón sobre el influjo Unidad del compuesto humano. —El
Ed. Colomb 210 de ellas erróneas 225
de la oración 236 cuerpo no es la cárcel del a l m a . . . . 2óf>
Los racionalistas no pueden objetar Las leyes matemáticas no tienen que
680 ÍNDICE, ÍNDICE. 691
PAG.

A ésta le es natural la información de El fantasma de la generación espon- ha dejado á oscuras en esta mate- La Escritura no parece oponerse á
la materia.—El objeto propio de tánea.— Pruebas irrefragables de ria.—Adán y Eva, primeros padres ello, al menos con claridad.—Inter-
nuestro entendimiento no es lo es- Santo Tomás contra el traducianís- del género humano.—Cómo formó pretación literal de las palabras del
piritual puro, sino lo espiritual en mo.—Creación y aniquilación 272 Dios al primer hombre 285 texto hebreo. — Ora se diga que
lo material 2 5 7 Corruptibilidad del alma de los bru- La Escritura nos enseña que ninguna Dios formó próximamente del barro
El alma, forma sustancial inmediata tos.—Razones curiosas con que re- de estas cosas sensibles ha influido inorgánico al primer hombre, ó ya
del cuerpo humano.—Errores de futa Draper la creación ex nihilo del físicamente en su producción. — de otra sustancia organizada, el
Gunther, condenados por Pío IX.— alma humana 274 Tampoco han dispuesto el organis- dogma católico siempre permanece
Rosmini, Kant, etc.—El estado de Nuestra alma no es una fuerza mate- mo del primer hombre de manera intacto 29-1
separación, después de destruido el rial.—Es falso que la energía total que se le debiese naturalmente la Suárez tiene por más probable haber
cuerpo, no es violento al alma hu- del universo sea esencialmente in- información del alma humana.— Dios formado al hombre inmediata-
mana 258 variable.—Argumento piadoso del Esto mismo afirma Suárez de los mente del barro inorgánico.—Con-
Un texto de Santo Tomás.—Si nues- positivista americano.—Compara- ángeles 286 fiesa, sin embargo, que es probable
tra alma fuera cual se la fingen los ción hermosa de San Jerónimo que Razones en que funda su aserto.—El la sentencia contraria.—Por ella se
espiritistas, nunca debería animar lo deshace . — Supervivencia del P. Arriaga las juzga ineficaces.— decide el P. Arriaga.—¿Qué con-
cuerpo alguno 259 alma humana 275 Y no tiene por erróneo en Teología secuencias podemos inferir de esta
Doctrina de la Iglesia.—Por qué no el pensar lo contrario.—Sino por segunda opinión? — Una observa-
C A P Í T U L O X X I I I
agrada á los materialistas.— Razo- filosóficamente falso.— Razones en ción sobre lo dicho.—Parentesco
nes filosóficas en pro de la inmor- que funda su opinión.—No son des- real y físico entre los diferentes
El Catolicismo y la ciencia respecto al ori-
talidad del alma humana.—La eter- preciables. 287 organismos de los tiempos geológi-
gen y destino del alma humana.
nidad, así de los castigos como de cos, según algunos naturalistas.... 29-J
Doctrina común de los Escolásticos
los premios, está reclamada por la
Sabiduría grande de la Religión cris- sobre la imposibilidad física de los
sanción de la ley natural y divina. 2 7 6
tiana en esta parte 2 6 0 Un texto de Lucrecio.—Apetito in- ángeles para formar organismo al- C A P Í T U L O X X V
Ideas de los antiguos en estas mate- guno con su sola virtud natural.— Doctrina del transformismo aeerca del
nato de la felicidad . . . . 27S Error en que acerca de esto incurre
rias . — La primera condición de Argumento de Santo Tomás.—Erró- origen del hombre.
nuestra felicidad futura es la con- el P . Carbonelle.—En qué sentido
nea interpretación que de él hacen tendría razón.—Pero este sentido
servación de nuestra propia perso- algunos católicos 27S Cuánto debemos por esta parte á la
nalidad 261 es absolutamente contrario al de
El alma humana no pasa por diversas Iglesia nuestra Madre.—Idea de los
I itágoras y Platón. — Orígenes.— los Escolásticos 288
reencarnaciones.—Doctrina de la fenicios y de los egipcios sobre el
Aristóteles, Averroes.—Su entendi- U n texto de los conimbricenses que origen del hombre.— Empédocles,
Iglesia.—Insubsistencia de la tesis
miento universal.—Draper, ave- comprueba esta verdad.—No se ve Epicuro, Lucrecio, Aristóteles 298
pitagórica 279
rroísta 262 con toda claridad que los ángeles Los partidarios de la evolución ma-
Argumentos filosóficos que la com- carezcan físicameute de la virtud
Doctrina sublime y consoladora de la baten.—Palabras notables de Santo terialista nos venden por nuevo lo
Iglesia. —El alma humana no es dicha.—Un texto notable de Santo que ya profesaron los antiguos.—
Tomás. '280 Tomás.—Es temerario afirmar que
una porción de la sustancia divina. 2 6 3 Las reencarnaciones pitagóricas no Un tetxo da Empédocles.—Cómo
Panteísmo materialista de Draper.— ninguna de estas cosas sensibles desapareció el error materialista
son conformes á la esencia del alma haya producido con su virtud na-
La purísima doctrina de la Iglesia humana. —El alma, una vez sepa- con la publicación del Evangelio... 2 9 9
y el lodazal inmundo del positi- tural el cuerpo del primer hombre. San Pablo en el Areópago.—El filóso-
rada del cuerpo, no las apetece.— —Doctrina deMivart. — No es admi-
vismo 264 Otra cosa es la resurrección de los fo San Justino saca á la vergüenza
Los panteístas indios y los panteístas sible. — Dista mucho, sin embargo, pública esta repugnante opinión do
cuerpos gloriosos enseñada por la de la profesada por Darwin. —Re-
racionalistas 265 Iglesia.—Las reencarnaciones pi- los paganos 300
Estos son á aquéllos lo que los racio- cházanse las razones que se podrían
tagóricas van contra la fecundidad Avicena la resucita en la Edad Media.
nalistas á los protestantes 266 alegar en su favor 289
del Artífice divino 281 —Ninguno le siguió entre los cris-
Por qué no se puede conceder que Cuánto más bello es el dogma de la Una objeción.—Respuesta.—Aun ad- tianos.—Sin embargo, no dejó do
nuestra alma sea una emanación resurrección, creído por la Iglesia.. 2 8 2 mitido lo que en ella se afirma, to- tener eco en algunos escritores más
natural de ]a Divinidad siendo Dios davía queda otro inconveniente en recientes. —Los materialistas de
espíritu 267 la opinión de Mivart 291 nuestros tiempos la dan por lo
C A P Í T U L O X X I V . Dios crió á nuestros primeros padres
Absurda idea que en orden á la natu- más consumado de la ciencia. —
raleza divina se forman los pan- Doctrina de la iglesia respecto al origen eu estado perfecto.—Razón en que Doctrina de Lamarck ;¡oi
teístas.—El alma humana es criada del hombre. funda Santo Tomás esta doctrina.. 292 Refutación.—Futura suerte del dar-
por Dios de la nada 268 Así lo han creído siempre los cristia- winismo.—Doctrina de Wallice . . ;,03
Doctrina católica.—San Hilario, San En el estado presente el hombre debe nos.—Ningún católico, por tanto, No es admitida por Darwin 304
Ambrosio, San Agustín.—Su carta su origen á la generación.—Pero la puede sostener sin temeridad que Diversas clases de transformistas.—
á San Optato sobre el origen del Paleontología nos dice que el hom- Dios haya infundido el alma de Los materialistas y los panteístas
alma humana 269 bre no ha existido siempre en el Adán al embrión de un mono.— son los principales- — El transfor-
Refutación del traducianísmo. — Por globo terrestre 284 ¿Pudo Dios transformar de repente mismo lo defienden ellos a priori,
f|ué no puede ser engendrada el ¿Dónde, pues, nació el primer hom- un mono adulto, convirtióndolo mi- porque es el que más se acomoda á
alma humana por los padres 270 bre?—La Religión cristiana no no* lagrosamente en hombre? 2 9 2 | su filosofía.—Broca y Perier.— La
«92 ÍNDICE. ÍNDICE . 693
PÁG. PÁG.

generación espontánea añadida por generación espontánea para todos —Están en pugna con los hechos.— mentos contundentes de Mr. de la
los panteístas alemanes al sistema los seres organizados.—Un texto de Un texto de Mr. la Vallée Poussin. Vallée Poussin en contra de esta
de Darwin 305 los conimbricenses que lo com- —Ni la fauna ni la flora presentan afirmación 348-
Cómo vino á dar este sabio en su prueba 318 nunca la más mínima tendencia Los sargentos y los cabos en la pelea
tan extraña opinión.—Tendencias Nombres duros que emplearon los hacia el progreso del darwinismo. 337 darwiniana 351
materialistas de la Filosofía actual. 307 Escolásticos para reprobar la doc- Estudios de Mr. Barrande.—Resulta- Una objeción. — Respuesta. —• Nunca
L a doctrina de Darwin ya la profe- trina de los que extienden la gene- do de los mismos diametralmente se encuentra en la naturaleza otra
saban también á la sazón otros na- ración espontánea á los animales opuesto a1 darwinismo.—Mr. Da- cosa que anillos rotos.—El archaeop -
turalistas en cuanto á la sustancia. perfectos .. 319 1
vidson y J . W. Dawson obtienen los teris y el odontornix.—Clasificación
— Qué es lo que Darwin puso de Refutación de la generación espontá mismos resultados. — Mr. Dupont dudosa de algunos seres organiza-
suyo 308 nea.—Experimentos de Mr. Pasteúr. 320 halla lo mismo en los terrenos cua- dos, por falta de datos 352
Selección artificial.—Selección natu- ternarios 338 Razonamiento de los heterogenistas.
ral parecida á la artificial en que Área de habitación del reno en los —Hipótesis de Hartmann 353
C A P Í T U L O X X V 1 1
Darwin funda todo su sistema 309 tiempos dichos, según Hamy.—Su Es menos admisible todavía que la de
Sátira contra el darwinismo, por el Examen critico de la selección darwiniana. razonamiento comprendo á todos Darwin.—Argumento de Mr. de
poeta Núñez de Arce 310 los animales cuaternarios 339 Quatrefages , que la destruye. —
Refutación del darwinismo. —Darwin Otras razones contra la misma hi-
Resumen de lo dicho.—Darwinistas Los tipos más perfectos de cada espe-
personifica gratuitamente la selec- pótesis 361
puros y darwinistas mitigados. — cie parecen haber sido los prime-
ción natural, haciéndola semejante Cruzamiento de algunas especies.—
Espiritualistas.—Wallace 311 ros en el orden del tiempo.—Conte-
áD'os . 322 Explicación de este fenómeno. —
Nosotros no vamos sino contra el jean. — Barrande. — Ejemplo del
La tal selección no es sino el puro nautilo, aducido por este último es- Marcha ascendente de la naturale-
transformismo materialista. — En
azar 323 critor.—Presenta este género una za.—Se explica perfectatnente sin
qué se diferencia el sistema de Wal-
Inconsecuencia de los materialistas al serie perfectamente opuesta á la la evolución materialista 355
lace del de los transformistas cató-
hablar del hombre terciario —Aris- exigida por el darwinistno 340 Hermoso razonamiento de Agassiz á
licos.—Los seres engendrados por
tóteles refutando al darwinista Em - este propósito , 356
la derivación wallaciana no se dis-
pédocles 32é La filosofía nos da derecho para ir to-
tinguen esencialmente de sus en- 312 C A P Í T U L O X X V I I I
gendrantes La adaptación darwiniana pulveriza- davía más allá que este autor.—
da por el profesor Bianconi 325 Nuevos argumentos que confirman la false- Objeción de los heterogenistas. —
En los producidos por la derivación
Argumento fundado en el cálculo de dad del danvinismo. Respuesta.—No saben lo que es el
de los espiritualistas católicos su-
las probabilidades.—Eneida de Vir- milagro 357
cede todo lo contrario 313
gilio 326- Repentina aparición de los organis-
Razonamiento de Agassiz en contra mos en todos los tiempos y lugares. S I L C A P Í T U L O X X I X
C A P Í T U L O X X V I de la sobredicha adaptación 328 Contejean.—Agassiz 342 Respóndese á las principales objeciones de
Falsedad de los principios generales en que La variabilidad indefinida de los or- Desaparición de las especies sin dejar los transformistas.
se apoya el transformismo materialista para ganismos está reprobada por los rastro alguno de transformación.—
atribuir al hombre un origen puramente hechos constantes de la naturaleza Los anillos intermedios.—Argu- Vanamente se espantan estos autores
terreno. — La generación espontánea. —Deseo natural de conservar su mento de Bnffon al refutar la trans- de lo sobrenatural.—Palabras nota-
propio ser, impreso por el Criador á formación del asno en caballo 343 bles de Agassiz.—Dios no introdu-
En el fondo todos los transformistas todas las cosas.—Un texto notable El proceso de la vida no ha ido en el ce la guerra en el mundo orgánico,
materialistas niegan la diferencia de Santo Tomás 32» globo siempre y en todas partes de sino que subordina unos organis-
esencial do los seres organizados.— Medios que toma la naturaleza para lo menos perfecto á lo más perfec- mos á otros 359'
Transformación continua y trans- mantener la unidadeon la variedad. to, como lo reclama la hipótesis de Cinco argumentos transformistas.... 300
formación discontinua. — Genera- — Vanos efugios de Darwin contra Darwin.—Argumento de Mr. de la Confianza suma de Darwin en el pri-
ción espontánea, selección natural, este argumento abrumador 330 Vallée Poussin 344 mero, fundado en la homología de
darwinismo, heterogenismo 314 Hipogeos de Egipto visitados por Argumento abrumador de Mr. Ba- los miembros de varios animales.—
La doctrina de la generación espontá- Mr. Constantino James 331 rrande 345 Es absolutamente vano.—La fina-
nea es manifiestamente falsa 315 Fauna fósil contraria al darwinismo. Efugios de los darwinistas.—Un texto lidad de los agentes criados explica
Es muy distinta de la generación ex — Razonamiento contundente de de Credner. — Los tales efugios son esta homología perfectamente 362
piltre, creída por los Escolásticos.— Valroger. —Granos antediluvianos. absolutamente vanos. — Palabras El libro de Bianconi 363
Explicase la teoría de estos autores. —Hibridismo 332 notables de Mr. Cuvier.—El mentir Imposibilidad de la transición gené-
—San Agustín 316 Los lepóridos.—La selección artificial por las estrellas do los darwinistas. 346 tica 364
Las virtudes seminales á que apela no produce sino razas. — Notable-; Comparación déla transformación dar- Segundo argumento: la embriología.—
para explicar el origen de los orga- palabras de Quatrefages 333 winiana con la pintura de un cuadro La semejanza á que acuden los
nismos. — Cómo las explica Santo Contra la transformación continua curioso relativo al paso de los is- transformistas es genérica' y vaga.
Tomás 317 protestan todos los- organismos de raelitas por el Mar Rojo.—Diálogo —Formas sucesivas del feto huma-
El influjo de los astros.—No recurrió todos los tiempos y lugares 385 de Darwin con un amigo suyo, es- no según Aristóteles y Santo To-
á él San Agustin.—Qué entendió el Persistencia de varias especies y gé- crito por Constantino James 347 más 365
Santo por estas virtudes seminales. neros contraria al d a r w i n i s m o . . . . 336 El libro de la naturaleza deshojado y Razón verdadera de la semejanza en
—Los Escolásticos no admiten la Vanas respuestas de los darwinistas. deshecho, según Credner — Argu- cuestión.—Es imposible atribuirla
ÍNDICE.
6 9 4
ÍNDICE. 685
PAG. PÍG.
PÁS.
á la evolución materialista.—Argu- kel.—En qué conviene este natu- rio del hombre y el pie aprehensor piensa Quatrefages. —Testimonios
mento inconcuso de Agassiz 366 ralista con Darwin, y en qué se del mono.—El hombre ni siquie- evidentes que comprueban la ver-
Tercer argumento: residuos mutiles.— diferencia 381 ra puede tener parentesco con el dad de nuestro aserto, tomados del
Respuesta.—Aunque lo fueran, no Tanto el cuerpo como el alma del mono. — Argumento de Quatrefa- Símbolo de la fe, escrito por Fr. Lnis
probarían nada con ellos los mate- hombre protestan contra el darwi- ges 3:i8 de Granada 40&
rialistas.—Es falso que haya tales nismo.—El hombre es el anillo que No basta mirar de cerca, sino que se
residuos en la naturaleza S68 junta al mundo sensible con el CAPÍTULO XXXI necesita además mirar bien.—Mo-
notables palabras de Bianconi.—Tres espiritual.—Por esto debe diferen- Recházase el origen terreno del hombre con notonía perpetua de los brutos on
maneras probables de explicar los ciarse muchísimo del mono, aun en la consideración de sus caracteres intelec- sus acciones 408-
fenómenos en cuestión sin recurrirá lo materia] 382 tuales, religiosos y morales. Carecen de conciencia propiamente
la absurda hipótesis materialista.— Razonamiento profundo de Santo To-
Diferencia radical entre el hombre y dicha.—Dígase otro tanto de la in-
Observación preciosa de San Agus- más 383
el mono: la razón.—Ella hace del teligencia y de la palabra.—Pru-
tín contra los que ven defectos en Argumento contundente de Quatrefa-
hombre un verdadero reino humano dencia grande de los Escolásticos.
los artefactos divinos 369 ges 334
distinto del animal 400 —Noción de la palabra 499'
.El néctar de las flores, tenido por El mono es un trepador, y el hombre
La inteligencia del hombre y la del El hombre parlante, y el mono aulla-
superfluo hasta hace poco.por los un andador.—El mono no puede an-
bruto tienen diferencia esencial y no dor de Darwin. —• Un yaukee en
naturalistas 370 dar cómodamente sino en cuatro
de grados solamente, como opina África 410
¿Para qué sirve el bazo en el hombre? pies, ni el hombre sino en dos 385
Quatrefages 401 La moralidad y la religiosidad pro-
—Ultimas vértebras de la columna Conformación del bacinete y de los
Doctrina de Santo Tomás sobre la ra- pias y exclusivas del hombre. —Im-
dorsal. — Pabellón de la oreja.— muslos de uno y otro.—Los pies y
zón particular del hombre.—Doctri- potencia de la selección natural
Músculo motor de este órgano.— las manos en el hombre y en el
na de Suárez sobre el mismo asunto. para las concepciones universales
Su finalidad 371 mono.—Un texto de Godron 886
—Por ella no se diferencia esencial- y para las ideas religiosas 411
Inutilidad de la teoría darwinianá La mano del hombre 387 Wallace. — Refuta bien á Darwin,
para explicar estos fenómenos.— La cabeza del hombre y la del mono. mente el hombre del bruto sino por
la razón universal.—Estimativa del pero no prueba su propia tesis.—
Cuarto argumento: distribución geo- Godron .388 Impotencia de la selección angélica
gráfica de los diferentes organismos. Eutre el hombre y el mono hay un bruto.—Distingüese del instinto.—
Poco adelantará Quatrefages recu- para dar al mono la inteligencia del
—Está fundado en un falso supues- vacío inmenso.—Los mismos trans-
rriendo al sentido moral y religio- hombre 412'
to.—Diversos centros de creación formistas lo confiesan. — Huxley,
enseñados por los Escolásticos.— so, si concede á los darwinistas que Objeciones.—Línea áspera del fémur
Buchner, Canestrini, etc 391 de los hombres cuaternarios. — El
Dos textos de Suárez.—Área natu- entre nuestra inteligencia y la del
Vanas réplicas de los mismos 392 cráneo de los mismos.—Cráneos de
ral de todo organismo 372 mono no hay diferencia sino de
Aunque hubiera menor distancia en- Cro-Magnon y de Stangenas 413-
.'Sólo el hombre la extiende indefini- grados 402
tre el hombre y el mono que entre Broca y Hamy tienen por insubsis-
damente con los arbitrios de su varias clases de monos, nada con- En los brutos faltan siempre concep-
ingenio. — La localización de los tos universales. — Nuestra razón tentes las tales objeciones.—Cráneo
seguirían los t r a n s f o r m i s t a s . . . . . 393 de Neanderthal 414-
tipos es imposible en la hipótesis Pero es falsa semejante suposición.— particular obra bajo el influjo de
darwinianá 373 la universal, y por eso es más per- Prüner-Bey.—Testimonio de Hamy.
El cuerpo de todo mono está hecho —La forma del cráneo no es una con-
Argumento inconcuso de Agassiz.— para trepar, y el de todo hombre fecta que la estimativa de los bru-
Las creaciones independientes. — tos. — El bruto no compara unas dición esencial para la buena inte-
para andar en dos pies 394 ligencia.—Ejemplos recientes... . 415-
Otras hipótesis probables 374 ideas con otras como nosotros para
El solo estudio comparativo de los determinarse á obrar 403 El cráneo de los microcéfalos.—Rus-
•Quinto argumento: los fenómenos del cráneos demuestra ser falsa la su-
Quatrefages se equivoca grandemen- puesta de Quatrefages 416-
metamorfismo 375 posición mencionada 395
.Son contrarios á la hipótesis darwi- te en pensar que los Escolásticos La macrocefalia no altera la forma del
Estudios de Bischoff y de Aeby.— cerebro.—Insulseces de Darwin
nianá 378 negaron á los brutos la razón pro-
Mala fe de los transformistas en sobre la inteligencia de los brutos. 417.
Son inexplicables sin una inteligen- piamente dicha y la conciencia por
orden á los libros de estos autores. Su perro filósofo.—Cómo se ha lor-
cia ordenadora.—La variedad de falta de observación.—Los Esco-
—Un texto de Bischoff.—Otro de mado el hombre la idea de Dios,
formas del polimorfismo sexual va lásticos confesaron claramente que
Aeby 396 según este escritor.—Sensismo bru-
directamente contra la doctrina á los brutos no les es desconocida su
mencionada 379 Cráneo .del gibbon.—Cuadro sinópti- propia existencia, y que no les falta tal de su filosofía 418"
co publicado por Huxley. — Los tampoco su especie de d i s c u r s o . . . . 404 Su moral del placer.—Darwin da fun-
darwinistas deben sostener que Testimonios de Santo Tomás que evi- dado motivo para sospechar que no
CAPÍTULO XXX nuestros primeros padres son los dencian esta proposición. — Negá- admitió sinceramente la existencia
Recházase el origen terreno del hombre con lemurídeos.— Pero por otra parte ronles la inteligencia propiamente de Dios.—El ateísmo se impone ne-
la consideración de la sola estructura del esto pugna con sus principios.— tal, porque veían en ellos falta com- cesariamente en la suposición dar-
cuerpo humano. Por tanto, deben subir hasta los pleta de ideas universales 405 winianá 419'
didelfos 397 Verdadero origen de la idea de Dli s.
Las acciones ingeniosas de los anima-
^Nuestra naturaleza dista inmensa- Fútil respuesta de Darwin al argu- les, de que le- Fscolásticos hablan —En la otra vida está !a sane- ti
mente de todas las otras terrenas. 3S0 mento basado en la estación verti- con frecuencia, prueban con toda plena de la ley m r*l disuadí ; • r
El hombre-moflo de los modernos.— cal del hombre.—Bellísimo texto claridad que no negaron la inteli- Dios en la prose-nro 420
Lamarck, Vogt.—La monera deHec- de Bianconi sobre el pie ambulato- gencia á los brutos por la razón que Notables palabras de Faivre relativas
«96 Í N D I C E .
ÍNDICE. 697
l>Á(i .
á la improbabilidad absoluta del Caracteres psicológicos . — Facultades Centro de aparición del género hu- Diversas causas que mueven al hom-
transformismo materialista 421 perceptivas.—Razas degradadas.. . 447 mano.—Testimonio de la Biblia.— bre á salir de su tierra.—La Poli-
Tratamiento dado á los negros por los El Ararat según Lenormant.—No nesia ha sido poblada por gente
CAPÍTULO XXX11. europeos 448 parece admisible su opinión.—Epo- malaya.—Argumentos de Quatre-
Unidad de la especie humana. Los negros en su país natal.—Texto •ca de la multiplicación de los tipos. 467 fages que lo demuestran.—Hasta
notable de Godron.—Qué hubieran consta la época reciente en que han
Miras interesadas de la escuela ame-
debido pensar los antiguos egipcios comenzado á ser habitadas las islas
ricana 422 de los europeos, siguiendo la doc- CAPÍTULO XXXV
Sublimidad y grandeza de la doctrina principales de la Polinesia 178
trina de los poligenistas 449 Prosigue la materia del capitulo precedente.
cristiana.— Definición de la especie Melanesia.—La Nueva Guinea y la
Los bosquimanos 451 Respóndese á las dificultades de los polige-
península de Malaca. —Población
dada por Quatrefages.— Temeridad
Los australianos 452 nistas.
del Nuevo-Mundo 479
de los poligenistas.—Testimonio de
Por qué se los ha deprimido tanto.— El estrecho de Behering.—La corrien-
Quatrefages 423 Objeciones de los poligenistas.—Las
Sus instituciones eran propias de te de Tessan.—La ecuatorial del
'Tres clases de argumentos.—Primera esculturas de Egipto.— Procesión
un pueblo cazador 453 Atlántico. —La Groenlandia ' 4S0
clase: argumentos morfológicos.—El de "Totm.es IV.—Cuadro de la victo-
Sociabilidad innata de todos los hom-
color de la piel 424 Los chinos comerciando antes que los
bres del globo.—El habla de que ria de Ramsés II.—Combate de Se-
Un texto de Godron sobre los fel- españoles con los americanos.—El
todos son capaces 151 sostris con los escitas.—Los habi-
lata'hs 426 cómputo del tiempo entre los chi-
tantes de Viti y los de Tonga.—La
Aparato secretorio del pigmentum.— nos, japoneses, etc., y los america-
CAPÍTULO XXXIV zona del Sudán.—Los europeos en
Quatrefages.—Albinismo 427 nos.—Razonamiento notable de Wi-
América 469
Cabello lanudo y ensortijado de los . Unidad de origen del género humano. seman sobre este asunto.—Éxodo
Las esculturas egipcias, ¿ tienen la de los kalmucos 481
. negros 428 Belleza grande del dogma católico.— antigüedad que se les atribuye?—
Pricbard. — Quatrefages. —Barbilam- Poligenismo de Agassiz 455 Formación de razas nuevas en po-
piños y barbudos 429 La Peyrére.—Tradiciones del género cos siglos 470 CAPÍTULO XXXVI
Facciones del rostro.—Pricbard.— humano 456 Ejemplos.—Los negros en los Esta- El Catolicismo ¡/ la ciencia en orden rí la
Coillié.—Godron 430 Afinidad de las lenguas.—Lenguas dos Unidos se modifican notable- antigüedad ilel hombre.— Examinante los
Ángulo facial.—Pozzy 434 de la familia indo-europea.—Wise- mente 471 documentos históricas i/ los argumentos geo-
Forma del cráneo de la raza negra 432 man.—Lenguas d é l a familia siro- Lo mismo sucede á los blancos ingle- lógicos de bis prehistóricos
índices cefálicos. —Proyecciones cra- arábiga.—Moigno.—Los tres hijos ses que allí se establecen.—Un tex-
neanas —Bacinete y extremidades. 433 de Noé.—La generalidad de los sa- to de Pozzy relativo á este asunto. Clamoreo de los prehistóricos 482
•Olor de los negros 433 bios niega que haya familias de len- —Los kirghis y los osmanlis.—Su Edad antiquísima del género huma-
El pediculns nigritarum. — Wiseman.. 435 guas irreducibles.—Las lenguas en transformación es debida á 1e,s cir- no según sus doctrinas.—La nece-
Tres reflexiones muy notables de la confusión de Babilonia bien pu- casianas ' 472 sitan para derivar al hombre del
Quatrefages. — Primera: Analogía dieron ser irreducibles 457 mono.—Diez mil años son más que
L/>s currencis.—Opinión de Reclus so-
entre los demás reinos del mundo Repentina formación de las lenguas suficientes para explicar todos los
bre los americanos.—Los egipcios
orgánico y el humano.— Segunda: primitivas.—Wiseman 458 fenómenos antropológicos.— Mon-
recibieron la civilización de los an-
Las variaciones en el hombre no
En qué estriba la analogía de lastres . tediluvianos 473 sieur Chabas 48 5
llegan á las de las plantas y de los
grandes familias de lenguas.—Ves- •Civilización rápida de los antiguos Incrédulos del siglo pasado —Monu-
animales —Tercera: Cruzamiento y
tigios del habla primitiva.—Pare- mejicanos.—La Biblia no nos obli- mentos egipcios, indios y chinos.—
fusión de los caracteres de las dife-
cer común de los sabios. — Objeción ga á pensar que desde la dispersión Laplace y las observaciones a tro-
rentes razas humanas 436
de Agassiz.—Respuesta 459 de las gentes hasta Moisés pasaron nómicas de los caldeos.—Delai ¡bre.
CAPITULO XXXIII. Razonamiento matemático de Young. siete siglos solamente.—La varie- —Carta de Champollion publicada
—La lengua egipciaca y la vascon- dad de costumbres, causa principal por Wiseman relativa á la época re-
Prosigue la materia del capitulo precedente.
Argumentos fisiológicos ¡j psicológicos que
gada.—En ayuda del argumento de la variedad de razas. —Godron. ciente de los monumentos egipcios. 484
comprueban la unidad de la especie humana. filológico viene el histórico.—Ori- —Los germanos y los galos 474 Otros dan mayor antigüedad á los
gen de los diferentes pueblos des- Persistencia de los tipo's.—Es una tales monumentos, pero no fundan
Espontaneidad de los cruzamientos crito por Riancey -160 consecuencia natural de la perma- su opinión sino en meras conjetu-
humanos 440 ^Argumento antropogcnico.— Sanconia- nencia en las mismas costumbres. ras.— Mariette 485
'Quatrefages.. 441 ton.>—Beroso.—Oríeo. —Horacio.— . —Colonos europeos.—Polinesios.. 475 Brugsch. — Riancey. — San Agustín
Fecundidad de los cruzamientos refe- Ovidio.—El Pentateuco 461 •Opinión de Pozzy relativa á las di- alzando la voz contra los prehistó-
ridos. 442 Argumentos contrarios de Agassiz.— versas razas de la Polinesia.—Los ricos de su tiempo.— Antigüedad
Vanas objeciones de los poligenistas. Son insubsistentes 462 pueblos del Sudán 476 fabulosa que se han dado á si pro-
—Los gricquas.—Los cafusos 443 Respuesta de Quatrefages 463 'Transformación del color en los ani- pios los egipcios, los indios y los
Los p a p u a s . — L o s habitantes 'de Pit- Según las leyes del acantonamiento males.—Un francés convertido re- chinos.—Ménes, primer re de los
cairn 444 progresivo el hombre ha debido ha- cientemente en negro.—Conjeturas egipcios, vivió hacia el año 2800
Causas de la infecundidad de algunos bitar en sus primeros tiempos un > , sobre el color negro de la raza de antes de J e s u c r i s t o . — i \ tienen
u

cruzamientos 445 espacio de tierra muy r e d u c i d o . . . . 464 Cam.—¿Cómo han podido difundir- má3'or antigüedad los indios y los
Principales funciones comunes á todas Razonamiento inconcuso de Quatre- , se los hombres desde la Armenia chinos. —César Cantú.—Los zodía-
las razas humanas -446 fages 465 por todo el globo? 477 cos-de Denderah y Esne 4SG
€98 ÍNDICE ÍNDICE.

TAC.
abate Bourgeois.—Si se llegara á CAPÍTULO X X X V I I El uso de la piedra continuó entre
La incredulidad ha trasladado ahora
sus reales al campo de los descu- demostrar la existencia del hombre Prosigue la materia del capitulo precedente. ellos aun en los primeros siglos del
brimientos geológicos y paleonto- en el terreno terciario, habría que Examinanse los argumentos arqueológicos Cristianismo.—-Argumentos incon-
lógicos.— Sus argumentos, empero, rejuvenecer á éste y no envejecer á de los prehistóricos. trastables del abate Hamard en
no pasan de meras hipótesis 487 aquél 499 favor de esta proposición, fundados
Supuestos falsos de los prehistóricos.
Cuatro clases á que se reducen todos Juicioso razonamiento de Chabas so- Divisiones y subdivisiones de la en el estudio de las Galias 528
ellos.— Su nulidad completa, de- bre este asunto 500 Probablemente los franceses se sir-
Edad de piedra 513
mostrada por el abate H a m a r d . . . . 488 Depósitos del Nilo.—Falsas suposi- vieron de los instrumentos dichos
Cuadro arqueológico de las G a l i a s . . . 515
Argumentos geológicos. — Son los ciones en que fundan los prehistó- hasta en la misma Edad Media.. . . ¡29
El hombre no trae su origen del
únicos que tienen alguna aparien- ricos su imaginada antigüedad.— Ventajas de los instrumentos de
mono, ni fué salvaje en un princi-
cia de valor. —La cual es nula, sin Un hecho acaecido á Mr. Fergus- piedra para algunas cosas. —Los
pio 516
embargo.—Oscuridad suma de los son. — El comienzo del delta del egipcios y feuicios trajeron la civi-
La historia nos cuenta el tránsito de
terrenos cuaternarios. — Omalias Nilo no sube más arriba de cinco á lización á los europeos por el Me-
la civilización á la barbarie, reali-
d'Halloy.—Contejean,—El terreno seis mil años 501 diterráneo
zado en varios pueblos.—La civili-
de Saint-Acheul 490 Los estudios de Fergusson sobre el zación sibarítica precursora de la Por qué en ciertas estaciones llama-
El de Moulin Quignon.—Tres hipó- Ganges.—El delta del Mississipí es barbarie.—Otras causas que produ- das prehistóricas no se encuentra
tesis.—La de los grandes hielos.— también de edad reciente.—Abbot cen el tránsito dicho 517 metal alguno. — Contacto más ú
Está llena de oscuridades.—Charles no le da sino 4.000 años 502 menos inmediato de los pueblos
Un texto muy notable de Mr. de
Martins.—A Gaudry.—Bases sóli- El esqueleto humano hallado en él no Lapparent relativo á e s t e asunto.— I salvajes con los civilizados 531
das para el estudio de los terrenos es anterior al octavo siglo de la Los atolls 518
El silencio de los historiadores anti-
cuaternarios 491 Era cristiana, según Quatrefages.— Los pueblos caídos en la barbarie no | guos, aunque fuera real, nada da-
Por confesión de Quatrefages nunca La ensenada de Penhoüet, estudia- salen de ella sino por la civilización ñaría á nuestra tesis.—Observación
se han podido obtener en la prácti- da por Kerviler. — Sus depósitos importante de Mr. Chabas.—Monu-
que les viene de fuera 519
ca.—Inconsecuencia de este escri- concuerdan perfectamente con la mentos megaliticos. — Nada prue-
Razonamiento de Benjamín Constant
tor.—Formación de los valles 492 cronología vulgar 503 ban en favor de los prehistóricos.. 532
á este propósito.—El salvaje ama
El diluvio bíblico con su época de Los palafitos.—Cono de deyección del Estudios del abate Hamard. — Los
su vida pobre y aborrece la civili-
inundaciones consiguientes. — De- Tiniére 504 tales monumentos entran en et
zación 520
pósitos movibles sobre pendientes. 493 El lago Leman.—Las cavernas.. 505- terreno de la historia.—Las piedras
Adán y Eva criados por Dios en esta- del rayo ó ceraunias,—Monedas 3 '
Alfredo Tylor y la grava de Amiens. Vale muy poco el argumento sobre do perfecto. — Ninguna dificultad
—Belgrand, Chambrum de Rose- ellas fundado. — Testimonio de vasijas de la época galo-romana ha-
hay, sin embargo, en pensar que los lladas en dichos monumentos
mont.—El Tíber cuaternario estu- Hamy.—La caverna de Kent.—Los hombres, por un breve espacio de
diado por R o s s i . . . . , 494 turbales 506; Descubrimientos de Mr. Miln.—Los
tiempo, no se sirvieron sino de ins-
L a época cuaternaria del Norte euro- Los slcowmoser de Dinamarca.—Las trumentos de piedra, hueso, etc.— htmnebedden de Holanda 534
peo dista muy poco de la nuestra. floras pueden variar en un te- La misma Sagrada Escritura nos Monumentos megaliticos deque habla
—Testimonios históricos recogidos rreno rápidamente. — Las conchas da algún fundamento para pensar la Sagrada Escritura.—El pueblo
por Hamard que evidencian este de ostras halladas en Suecia y Di- que ha construido los europeos es
507 de este modo 521
aserto, — Aristóteles, Teofrasto.— namarca sin género de duda el de los celtas.
Los hijos de Adán no fueron grandes
Fenestella, Julio César, Cicerón, Razón general por qué no prueban Objetos hallados en los palafitos.—
sabios.— En qué sentido se puede
Virgilio 495 nada los argumentos geológicos de Réplica de los prehistóricos.—Los
conceder que hayan existido las
Estrabon, Ovidio 496 los prehistóricos.—La época pre- cuatro tipos de piedra tallada des-
Edades de la piedra, del bronce y
Demasiada indulgencia de Mr. Jean sente es una continuación de la critos por Mortillet, ¿no requieren
del hierro 522 I por sí solos un tiempo inmenso?.. .
d'Estienne con los prehistóricos.— cuaternaria.—Magnitud de los fe- 530
Coexistencia de la civilización con la Los tales tipos han coexistido todos
Todas las artes y ciencias atesti- nómenos en ella realizados. — El
barbarie.—Los egipcios estudiados juntos.—Argumentos evidentes del
guan su origen reciente 497 golfo de Botnia. — Las costas de
por Chabas 523 abate Hamard, que demuestran esta
La teoría de Credner sobre los cantos Groenlandia 5ü8
Los pueblos asiáticos.—Unos y otros
erráticos es una pura hipótesis.— Océano Escítico. — Movimiento del han usado siempre instrumentos de proposición
Por ella no hay razón para recha- suelo en Holanda.— El territorio hierro y de piedra.—Un texto de Los estudios de Acy sobre el Soma
zar la ingeniosa teoría de Gainet de Puzol. La montaña de Jorullo, convencen á Mr. Arcelin.—El argu-
509- Chabas 524
que los atribuye al diluvio.—Ni las en Méjico mento arqueológico está en contra
Otro del mismo autor.—Inversión en
rocas pulimentadas, rizadas ó es- La Babilonia bretona. — El templo de la prehistoria 538
el orden cronológico de las indus-
triadas, ni las morenas son señales de Hércules en Cádiz.— Los ins- trias.—La antigua Troya estudiada
infalibles de ventisqueros.—Texto trumentos industriales tenidos por por Schliemann. — E! laidniru de CAPÍTULO XXXV1U.
notable de Hamard relativo á este prehistóricos se encuentran á veces Prosigue la misma materia. Discúteme las
sobre la superficie del suelo, y los las provincias vascongadas 525
asunto.—Período glacial 498 argumentos paleontológicos de los
verdaderamente históricos en capas Barbarie de varios pueblos europeos prehistóricos.
El hombre terciario de los prehistó- al principio de l a E r a cristiana.—
ricos es una pura fábula.—Entendi- muy profundas. — Chabas, Hamard. 510
Hallazgos recientes alegados vana- Testimonios de Diodoro Siculo y I ¿Ha sido el hombre contemporáneo
do como sinónimo de antediluviano Heródoto.—ídem de Tácito, Julio ' de las especies cuaternarias?—Dado
es una cosa muy probable. — El mente por los prehistóricos 511
César, Amiano Marcelino, etc 52" caso que lo haya sido, ¿su o n -
4">
700 Í N D I C E .
ÍNDICE. 701
I'.VG. I>ÁG .

temporaneidad se extiende á todas ges multiplica las razas y subrazas


ellas? 539 sin necesidad 553 por consiguiente incluido en los municación mediata.—Los que en
Pasaje de Chabas relativo á este planes del Criador 563 estos últimos tiempos han combati-
Resultado obtenido del estudio de
esta primera cuestión 543 asunto, contra los partidarios del Razones que evidencian esta ver- do á los Escolásticos, confunden
El terreno cuaternario es un efecto hombre-mono.—Las sepulturas de dad. — Contrato social de Rous- estas dos cuestiones 574
del diluvio bíblico.—Ni la evolu- Augy, pertenecientes á la ó|>oca me- seau.—Es un absurdo.—El hombre Los Escolásticos las distinguen muy
ción, ni la emigración, ni la extin- rovingia, protestan contra las aser- ama naturalícente la vida social... 564 bien.—Pruébase esta aserción con
ción de los referidos tipos exigen ciones de estos autores 554 El vivir á lo salvaje es contrario á la un testimonio de Molina 575
los vastísimos períodos que se su- La Biblia no nos obliga á seguir de- naturaleza.—La atítoridad es una Los opugnadores de los Escolásticos
pone.—En dos siglos ha desapare- cididamente la cronología vulgar. cosa necesaria á la república, y han fundado el derecho á la pose-
cido la fauna africana, semejante á —La Vulgata no concuerda con la como tal ordenada también por sión de la autoridad, ora en el do-
la cuaternaria, mediante la acción versión de los Setenta en la crono- Dios.—Razones con que se demues- minio territorial, ora en el hecho
mortífera del hombre.—Otros ejem- logía, y sin embargo, de ambas se tra la verdad de este aserto 565 de la paternidad.—Nulidad de am-
plos 544 sirve la Iglesia.—La Biblia no con- La razón individual y la razón so- bos títulos.—El dominio territorial
El reno en tiempo de César.—Obser- tiene una cronología propiamente cial. — Definición de la ley. — La sólo da derecho á la corrección fra-
vaciones de Chabas sobre la emi- dicha 555 acción de ésta llega hasta la misma terna.— Argumento de Suárez con
gración de los animales 545 En algunos lugares de la Biblia es conciencia de los subditos 506 que se evidencia la nulidad del de-
Las especies domésticas mezcladas claro y manifiesto que las cifras Objeciones de los revolucionarios recho fundado en la paternidad.... 57<i
con las cuaternarias. — Steenstrup originales no han llegado hasta contra esta doctrina.—Respóndese- Un texto de Balmes dirigido al mismo
y Dupont. — Los descubrimientos nosotros.—Otras causas que hacen les con una distinción.—El hombre intento 578
notados por uno y otro demuestran incompleta la cronología de la Bi- tiene libertad física para salirse de La transmisión del poder es inexpli-
la coexistencia de las especies do- blia.—Un texto d e l P . Bellink re- la sociedad política, pero no liber- cable en la doctrina del derecho
mésticas y de las cuaternarias 540 lativo á esta materia.— Silvestre tad moral, ordinariamente hablando. 567 paterno.—Como Balmes. han escri-
Con esto cae por tierra el edificio de Sacy. — El P . Valroger. — Vigou- El hombre no crea la autoridad, como to en estos últimos tiempos el Emi-
las edades sucesivas señaladas por roux. — Diferentes cronologías de no crea la razón individual ni las nentísimo Fr. Zeferino González,
los prehistóricos á los animales cua- los católicos permitidas en la Igle- fuerzas naturales de las sustan- el sabio canónigo J. Motilan v Au-
ternarios. — Testimonio de Mon- sia.—La prudencia dicta que siga- cias.—La autoridad no es el alma ó gusto Nicolás.—Ua testo de*Mott-
sieur Fraas en favor de este aserto. 547 mos la cronología vulgar mientras la forma sustancial de la república, lart.—Otro de AtLgcsto Nicolás.... 579
no se nos demuestre ser falsa 550 sino una propiedad natural suya,.. 568 Las leyes fúndame:: :•?.'. es según algu-
¿Cuál es el espacio transcurrido desde
Doctrina contraria de algunos católi- nos opugnadores de los Escolásti-
la extinción completa de las espe-
cos modernos.—Es insostenible.— cos.—Falta de l ó g i c a ea pensar de
cies cuaternarias hasta nuestros CAPÍTULO XL Razones que evidencian nuestra esta manera.—La opiaijn de estos
días?—Según Fraas, el mammuth y
El Catolicismo y la ciencia locante al poder proposición 569 autores conduce ai absolutismo de
el león han vivido en Alemania en
tiempo de César.—Con Fraas con-
civil. Siendo la autoridad una fuerza social, Jacobo I . . . 58:3
cuerdan Thomó , Schaafhausen, la sociedad podrá localizar esta Cuan sin razón se objeta á ios Esco-
Nada más común entre los raciona- fuerza en la manera que más le lásticos que enseñaron doctrinas se-
Chabas y otros 548
listas modernos que negar el origen conviene, y por tanto no es de diciosas.—Los Escolásticos supie-
El elefante en el Asia central y occi- divino del poder.—Doctrina de la esencia suya el residir en la totali- ron hacer frente, así al absolutismo
dental en tiempo de Tolomeo I I I . . . 549 Iglesia 559 dad d é l a nación 571 de las masas como al absolutismo
Edad reciente del mammuth.—Díga- Es gran gloria para ésta hallarse en Haciendo esto no quedará la sociedad de los príncipes.—T es que enseña-
se otro tanto del reno, del uro ó pugna con la ciencia impía y revo- convertida en puro autómata, por- ban que la autoridad no es la esen-
buey primigenio, del rinoceronte y lucionaria,—Clamoreo de los mo- que se hallará difundido por todo cia de la república, sino una simple
del oso de las cavernas.—Lo mismo dernos jacobinos.—Lutero y la Re- su cuerpo lo que verdaderamente fuerza suya consagrada por natu-
debe afirmarse del h i p o p ó t a m o . . . . 550
volución.—La idea de Dios es ab- constituye su forma sustancial.— raleza á su servicio orfi
solutamente necesaria en la repú- En qué consiste esta forma.—Falso Respondiendo, pues, con los Escolás-
CAPÍTULO XXXiX. blica. — Ateos metafíisicos y ateos fundamento en que se apoyan los ticos á los revolucionarios, les di-
políticos.—EL anarquismo, fruto de partidarios de la doctrina opuesta.. 572 remos: l.°Que confunden torpemen-
Concluye la malcría relativa á la antigüedad la irreligión 5G0
del hombre, Discülense los argumentos Localizada la autoridad por la repú- te lo natural con lo esencial.—2.° Que
antropológicos de los prehistóricos.
Cuánto debe la sociedad á la Religión blica, ya no le es lícito á ésta qui- el localizar la autoridad es usar le-
Cronología de la Biblia. católica.—Ella recuerda sus debe- társela ó dejar de obedecer á quien gítimamente de ella y conforme á
res á los subditos y soberanos, al la posee en lo que legítimamente la misma naturaleza de la sociedad
La variedad de razas humanas no paso que realza la obediencia de manda.—La doctrina aquí profesa- humana.— Texto notable de Suá-
exige para su formación la serie de aquéllos y engrandece la autoridad da la ensenan con unanimidad ple- rez.— 3.° Que una vez cedida la
siglos que asienta Quatrefages.— de éstos 501 na todos los Escolásticos.—Razón autoridad por la república, és-ta
Una vez formados los tipos, es más Balmes y su obra inmortal contra el en que la funda Santo Tomás 573 queda obligada á obedecer por el
difícil transformarlos que formar- protestantismo 502 La discrepancia que entre los Esco- mismo derecho natural 585
los en un principio 552 En qué consiste el derecho divino de lásticos existía versaba sobre otra Palabras con que explica Suárez esta
Sin embargo , se dan ejemplos de las autoridades civiles.—La socie- cuestión diferente. — La generali- obligación, respondiendo á Jaco-
transformación rápida.—Quatrefa- dad política es un ser natural, y dad, sin embargo, estaba por la co- bo I, cuyo lenguaje imitan los que
702 ÍNDICE. ÍNDICE. 703
PAG.

ahora van contra la doctrina de los lista, que no hace sino tejer y deste- Juan el Hispalense, traductores de La Iglesia de Jesucristo, entendida á
Escolásticos 586 jer su tela siempre llena de errores. 595 las obras de Aristóteles.—El Alco- la manera protestante, seria, no el
Breve de Paulo V elogiando la doc- Injustas quejas de los modernos con- rán traducido al latín merced á la reino de Dios, sino una Babel es-
trina de Suárez 587 tra los antiguos porque cultivaban diligencia de Pedro el Venerable.— pantosa.—Otros testimonios de la
El libro de Suárez quemado en París exclusivamente las ciencias especu- Arias Montano, Erasmo, Vives.— Escritura al mismo propósito «17
como sedicioso por el Parlamento, á lativas , cuando ellos hacen esto Para dar calor al protestantismo no Error del protestante Mosheim GIH
causa de esta doctrina.—Vindícalo mismo con las experimentales . . . . 596 necesitaban los hombres saber las El organismo de la Iglesia docente
el referido Pontífice, escribiendo en Esplritualismo de la Filosofía esco- lenguas orientales. — La Iglesia instituido por Jesucristo es el que
favor de él á Sus Majestades Cris- lástica y materialismo de la moder- nunca ha sido enemiga de la Astro- mantiene firmes á los fieles en la
tianísimas. — La encíclica Diutur- na.—Afición excesiva dé la socie- nomía, sino de la Astrología 604 verdadera doctrina.—Palabras de la
nmn illud de León XIII, relativa al dad presente á todo lo sensible, y En esto hizo un gran bien al género Escritura relativas á esta materia. 619
poder civil.—Va solamente contra desmoralización consiguiente de la humano y á la misma ciencia.— El sentido tradicional de la Iglesia,
los revolucionarios que niegan el misma. —Contrarios caracteres de Tampoco ha perseguido jamás á los comenzando por los mismos Após?
origen divino de la autoridad polí- la sociedad en que dominaban las físicos, sino á los nigromantes.— toles, prueba claramente la institu-
tica 588 ideas cristianas 597 Conducta opuesta del mahometis- ción divina de dicho organismo.. . 620
Palabras notables del marqués de Val- mo.—El califa Almamun y el ma- Concilio de Jerusalén 621
degamas sobre este asunto.—Influjo temático León 605 Todos los demás Concilios generales
CAPÍTULO X L I .
del Catolicismo en la literatura y en El obispo Recemundo. — El monje se han creído revestidos de la mis-
El Catolicismo y la ciencia en orden á las
las artes desde el tiempo de Cons- Gilberto en España.—El cardenal ma autoridad.—Y así lo creían tam-
relaciones que median entre la razón // de Cusa.—El canónigo Copérnico.— bién todos los fieles.—Macedonio,
la fe.
tantino 598
Ordenes religiosas. — Son el instru- Es consultado por el Concilio de Arrio, Nestorio, Dióscoro, Lute-
mento ordinario de que se sirve la Letrán 606 ro, etc.—Si pues en la Iglesia de
La fe cristiana no es irracional, sino
prudente.—La razón, antes de creer, Iglesia para llevar la civilización Civilización árabe.—Los árabes de- Cristo hay, por institución divina,
está cierta de que es un hecho la re- al mundo entero 599 bieron, así en el Oriente como en el verdadera autoridad religiosa, ¿en
velación divina.—Una vez adquiri- Solidez y grandeza de la Filosofía cris- Occidente, su ilustración á los cris- qué relación debe ésta hallarse con
da esta certeza, tiene obligación de tiana.—Ambas cualidades son de- tianos.—Testimonio de Sedillot.... 607 la política? —Respuesta de los libe-
someterse á la autoridad de Dios.. 589 bidas á la Religión.—La Suma de Palabras de Simonet.—Circourt cita- rales racionalistas.—ítem de los li-
Entre la razón y la fe no puede haber Santo Tomás.—Kant y los Escolás- do por este escritor. — Opinión de berales progresistas 622
pugna verdadera.—Los mismos ra- ticos.—Paralelo entre Kant y He- Simonet sobre la mezquita de Cór- Respuesta de los liberales moderados.
cionalistas confirman con su con- gel 600 doba 608 — La Religión católica en pugna
ducta esta verdad 5'JO Los racionalistas tienen en nada las Injustas recriminaciones de los ra- con todos ellos «2 í
ventajas de la Religión , porque cionalistas contra la Inquisición Palabras de Pió IX contra los pri-
La razón humana es, con respecto á los española.—Defensa brillante de este
misterios revelados, lo que el ciego ésta pone freno á su libertad de pen- meros 6 24
sar.—La Religión no quita á la ra- tribunal hecha por el Sr. Menéndez Palabras del mismo Papa contra los
respecto de los colores.—La razón Pelayo 609
por su misma naturaleza debe estar zón humana otra libertad que la de segundos 625
equivocarse. — Palabras del Conci- Calumnias de Draper contra San Ciri- ítem contra los terceros, — Contra las
subordinada á la fe.—Doctrina de
lio Vaticano 601 lo de Alejandría 610 tres clases juntamente 6 6
Gunter condenada por Pío IX. —El
racionalismo moderado reprobado La Iglesia reconoce en las ciencias Hipatia.—El Patriarca Teófilo y la El liberalismo católico y el Syllabus.. «27
humanas la libertad de cada una; biblioteca de Alejandría.—Un texto Orgullo de la secta liberal «28
en el Syllabus 591
pero no puede menos de cuidar que oscuro de Orosio. — El califa Ornar Los liberales racionalistas ya quedan
El filósofo, para examinar los dogmas halló en Alejandría una biblioteca
revelados, no ha de mirar si fluyen no peligren los sagrados dogmas refutados.—Refutación de los rega-
con las aberraciones d e s ú s cultiva- muy numerosa 611 listas ó progresistas.—La sociedad
ó no a priori de los principios de la
dores.—La Iglesia en todos tiem- Causa verdadera del asesinato de Hi- política y la religiosa.—La moral y
razón, sino averiguar si es un hecho
pos se ha mostrado amante de las patia 612 la religión «29
vierto que Dios los ha revelado —
Los milagros no son verdaderos ciencias.—Calumnias de D r a p e r . . . 602 Lo natural y lo sobrenatural «30
C A P Í T U L O X L I l .
cuando tienden á persuadir una doc- El mundo moderno debe su civiliza- Los imperantes políticos cristianos no
El Catolicismo y la ciencia en orden á las dejan por eso de ser ovejas de la
trina abiertamente falsa 592 ción á la Iglesia.—Ella fomentó en
relaciones que deben mediar entre la Iglesia
No sólo el filósofo, sino también la Fi- la Edad Media el estudio de las len- Iglesia y subditos de la autoridad
y el Estado.
losofía, debe estar subordinada á la guas —Extravagante del Papa Cle- religiosa en lo espiritual.—Los re-
fe.—Razones en que se funda esta mente V sobre este particular.—El La Religión cristiana no es solamente galistas sospechosos de incredu-
verdad.—Dos maestros, el uno infa- cultivo de las lenguas orientales en un cierto cuerpo de doctrina religio- lidad «;il
lible y el otro sujeto á mil errores. 593 la religión dominicana.—El Pugio sa, sino también una verdadera so- Jesucristo no hizo á sus Apóstoles de-
La razón al aparecimiento de la fe fidei del P. Fr. Raimundo Martín.— ciedad 614 pendientes de las autoridades civi-
pierde naturalmente su autonomía Los hijos de San Ignacio 603 Los protestantes niegan esto segun- les en el ejercicio de su cargo.—Ni
y queda subordinada á la segunda. 594 Por qué pone tantos obstáculos á su. do.—Su error no puede ser más ellos les pedían tampoco la venia
Grandes ventajas que de ella le resul- enseñanza la Revolución.—El Ar- evidente 615 para ejercerlo . — Absurdidad del
tan. — Bien lo muestra la Filosofía zobispo de Toledo, D. Raimundo Testimonios de la Escritura que lo pase regio.—Palabras del gran Osio
cristiana.—Al contrario la raciona- Juan Gundisolvi, su Arcediano y demuestran 616 al emperador Constancio.—Refuta-
704 ÍNDICE. ÍNDICE. 705
PÁG. PÁG. PÁG. PAO.
ción del liberalismo católico.—La La moderación en las palabras no nos Lutero y Calvino sobre la prodesti- Grandes Santos de la Iglesia católica
Iglesia no puede transigir con el debe impedir el que seamos bien nación 653 posteriores á la reforma protestante. 661
error, aunque sean los imperantes enérgicos en defender la verdad.— Los protestantes honestos son mejo- Intransigencia heroica de la Iglesia
políticos quienes lo propalen.—Cla- Qué debemos hacer para no vernos res que su religión . — Principio católica con toda doctrina inmoral
mores hipócritas de los liberales insensiblemente envueltos en las fundamental del protestantismo... 654 y perversa —La fuerza del Pontifi-
católicos I 632 ocultas redes que á todos tiende hoy Es enteramente contrario á la Índole cado está en Dios, que ha prometido
El racionalismo moderado y el libe- día el liberalismo (>42 del Cristianismo.—Conduce direc- conservarlo hasta el fin de los
ralismo católico.—Son una misma El libro de Mons. Sarda y Salvany: tamente al individualismo absolu- siglos (¡62
cosa 633 El liberalismo es pecado.—Su apro- to.— Al protestantismo faltan los El Apóstol de las Indias San Fran-
La razón social, por tanto, debe estar bación en Roma C43 caracteres externos de santidad que cisco Javier.—La catolicidad de la
subordinada á la religión como la Sentido genuino de esta aprobación. 644 deben brillar en la verdadera espo- Iglesia romana es evidente á todo
razón filosófica á la revelación.— La encíclica Libertas 645 sa de Jesucristo.—Fáltanle tanto la el mundo.—Dígase otro tanto de su
Una observación importante. — Si fecundidad para formar hombres apostolicidad.—Ningún sectario le
los gobernantes civiles descuidan el santos y para convertir á los infie- ha podido probar jamás que haya
bien espiritual de los ciudadanos, CAPÍTULO XLII1 les, como la auréola brillante de variado en sus creencias.—Efecto
olvidan la parto más principal de Imposibilidad absoluta de conflicto alguno los milagros obrados en su favor.. . 655 maravilloso que produce esta inva-
su oficio 634 entre el Catolicismo y la verdadera ciencia. Dicho picante de Erasmo.—La fecun- riabilidad en los heterodoxos refle-
En la presente providencia este bien didad del protestantismo sólo se xivos.—Palabras de Hurter 063
no lo pueden procurar los tales sino Camino recorrido en los capítulos desarrolla entre los católicos con los S E G U N D A RAZÓN:Infalibilidad del Pontí-
protegiendo á la Iglesia.—Los libe- anteriores.—El que ahora empren- medios que usa para pervertirlos.— fice romano en sus definiciones dogmá-
rales católicos convienen con los re- demos es enteramente opuesto 648 Lo cual ya había sido 'notado por ticas.— Es necesaria para el buen
galistas en estimar más lo temporal Para esto basta estudiar la esencia del Tertuliano en los herejes de su gobierno de la Iglesia.—Tres fines
y terreno que lo espiritual y eterno. Catolicismo. — Dos razones incon- tiempo.—Pero poco aprovechan con que, según San Pablo, se deben ob-
—Los católicos liberales, en el fon- trastables que demuestran a priori esto los protestantes; porque los que tener siempre en la Iglesia median-
do, aunque muchas veces quizás sin su absoluta conformidad con la ver- abandonan el Catolicismo , suelen te esta infalibilidad 665
saberlo, son unos verdaderos indi- dadera ciencia. — P R I M E R A R A Z Ó N . hacerse racionalistas 656 Primer fin: Santificar á los fieles.—
ferentistas en materia de Religión. Su origen divino 649 Las sectas heterodoxas carecen de Segundo fin: Edificar el cuerpo mis •
—De lo contrario, sus ideas sobre la Pretensiones vanas de las falsas sec- catolicidad.—Cada una de ellas tie- tico de Jesucristo.—Por falta de
naturaleza de las relaciones religio- tas.—Notas de la verdadera Iglesia ne una extensión muy reducida.— esta infalibilidad están convertidas
so-políticas serían muy o t r a s . . . . . . 635 de Jesucristo.—Ninguna de ellas se Por eso ningún sectario osa tomar en un caos las sectas protestantes . 66-J
Recibirían con más respeto las deci- encuentra en las sectas disidentes. el nombre de católico, sino es ha- Sabiduría admirable de la Iglesia en
siones de la Iglesia en esta materia. 636 —La unidad de los protestantes es blando con los de su propia secta. el modo de definir los dogmas.—
Y no se hubieran puesto á enseñar al unidad de hecho y no de derecho.— —Esto ya lo notaron San Agustín Tercer fin: Impedir la fluctuación de
Papa cómo se debe haber con las Otro tanto se diga de los cismáticos y San Cirilo Alejandrino en los sec- los fieles en las cosas pertenecien-
potestades temporales 637 griegos.—El patriarcado de Cons- tarios de su tiempo.—El nombre tes á la salvación eterna 667
En qué circunstancias y cómo se pue- tantinopla debe su fundación á la que les cuadra es el de protestantes, Testimonio de la Escritura que evi-
de tolerar en alguna nación católi- Iglesia romana.—El mismo Focio, y éste se lo da todo el mundo 657 dencian la infalibilidad menciona-
ca el culto falso 637 antes de rebelarse contra la Iglesia, A las sectas les falta también la apos- da.—La Iglesia regida por el Espí-
A los liberales católicos, lo mismo que confesó públicamente el origen di- tolicidad.—En el Catolicismo se en- ritu Santo y por Cristo su Esposo.. 668
á los regalistas, les gusta más que vino del Pontificado.—Esto hicie- cuentran manifiestamente las cua- La iglesia, columna y apoyo de la ver-
todo no depender de nadie en el go- ron también Lutero y Enrique VIII tro notas mencionadas. 658 dad.—La Iglesia edificada sobre la
bierno de los pueblos.—Con esto de Inglaterra 050 Su unidad maravillosa.—La conser- firmísima roca de Pedro.—Sentido
proclaman no menos que ellos el Falta de santidad en la doctrina de las vación constante de esta unidad es unánime y constante de todos los
principio infernal de la Revolución. sectas.— Las doctrinas profesadas debida á un auxilio especialísimo fieles acerca de esta infalibilidad... (¡69
—Males desastrosos traídos á la so- por las sectas protestantes son rui- de Dios nuestro Señor, y no á las Conducta de los Concilios universales
ciedad con esta conducta.—Si la so- nosas á la moral y á la sociedad.— meras causas naturales 659 apoyados en este don del cielo.—
ciedad ha de ser salva, es preciso Inversión de los nombres introdu- Esta unidad uo es facticia sino innata, Esta misma infalibilidad la ha re-
hacerla volver á las ideas y prácti- cida en el mundo por estos sectarios y fundada en la divina institución conocido siempre la Iglesia en los
cas católicas 638 para cohonestar los actos más vitu- del Pontificado.—Pruebas que evi- sucesores de San Pedro 670
Apostrofe á todos los liberales.—Li- perables.—Vicios de Lutero, Calvi- dencian este aserto. — De aquí el Testimonios de San Ireneo, Oríge-
beralismo práctico de algunos cató- no y Enrique VIII, fundadores del que hasta el siglo IX siempre fuese nes , etc. , que patentizan esta
licos que admiten las definiciones protestantismo 651 reconocida por todos los cristianos verdad 671
de la Iglesia 639 Quién se hace católico, y quién pro- la Sede de Pedro como el centro Los fieles en tanto son infalibles en
Las obras de esta clase de gentes ha- testante.—El Créele firmiter ctpecca de unidad de la cristiandad entera. 660 • las cosas de la salvación eterna,
cen traición á sus palabras.—Con- fortiter de Lutero.—Extinción del La santidad de la Iglesia católica no en cuanto se unen al cuerpo de los
ducta que debemos observar en el libre albedrío con la doctrina pro- es menos brillante que su unidad. ¡ Obispos, y éste en cuanto se une al
modo de combatirlos 640 testante 652. —En el Catolicismo, el que es bue- Vicario de Jesucristo 672
Notables palabras de León X I I I rela- Ella nos trae al mundo el fatalismo no no está en pugna con los princi-
Testimonio con que se prueba lo pri-
tivas á este asunto 641 musulmán.—Doctrina horrenda de pios religiosos por él profesados.—
mero 673
PAO.

Prueba de lo segundo, — T r e s oca- condenadas irrevocablemente con


siones en que habló Jesucristo á sola la autoridad de los Romanos
San Pedro acerca de esta celestial Pontífices.—Cristo díó á San Pedro
prerrogativa. — Concesión de la y á sus sucesores la infalibilidad
misma después de la resurrección.. 674 mencionada para que su Iglesia se
Los antiguos Padres, así reunidos en mantuviese siempre una y libre de
Concilio como separados, confiesan cismas 677
claramente la infalibilidad de la Testimonios de San Cipriano y de San
Sede Apostólica. — Orígenes, San Jerónimo relativos á este asunto.
Epifanio , San León , San Agus- —El no haberse equivocado nunca
tín, San Máximo, Teodoro Estudita, los Romanos Pontífices en sus defi-
J u a n , Patriarca de Constantino- niciones dogmáticas es un argu-
pla. etc 075 mento evidente de la sobredicha
Testimonio de San Ireneo, San Cipria- prerrogativa (>7S
no San Jerónimo y San Agustín.— Deseos del autor.—Tres naturalismos
La práctica constante de la Iglesia de que nos debemos guardar con
desde los primeros siglos también muchísimo cuidado en las presen-
la demuestra 076 tes circunstancias C'tS
Varias herejías de los primeros siglos
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