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JUAN VÁZQUEZ DE MELLA Y FANJUL

OBRAS
COMPLETAS
DEL EXCMO. SEÑOR IDEARIO

ADMINISTRACIÓN
EDITORIAL VOLUNTAD CASA SUBIRANA
GAZTAMBIDE, 3 PUERTAFERRISA, 14
JUNTA DEL HOMENAJE • A MELLA MADRID BARCELONA

MAYOR, 37. - MADRID 1931

carlismo.es
NIHIL OBSTAT
El Censor: DR. ALFONSO M. RIBó BULBENA, Canónigo
• Barcelona, 25 de abril de
IMPRfMASE
I. MANUEL, OBISPO DE BARCELONA
-

Por mandato de Su Sría. Ilma.,


DR. RAMÓN BAUCELLS SERRA, Canciller-Secretario

PRINTED IN SPAIN

31738. — Imprenta Subirana. — BARCELON


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A
PRÓLOGO

El recuerdo de las grandes solemnidades ca-


tólicas de España, en que Mella solía ocupar la
tribuna a la hora culminante de la asamblea, trae
a nuestra imaginación aquella figura netamente
castiza, cuyos ojos resplandecían con la clarivi-
dencia del genio y cuya voz, tomando pretexto
de las circunstancias del caso, se remontaba en
vuelo majestuoso a la región serena de los prin-
cipios para luchar a brazo partido con los con-
ceptos universales, para ahuyentar con los fulgo-
res de su dialéctica las obscuridades de la duda
y vencer con los destellos de su palabra los nuba-
rrones de la impiedad ; mientras el público, em-
belesado en las maravillas de sus concepciones
sublimes, prendido en las redes de su argumen-
tación férrea y absorto en las bellezas y exquisi-
teces de su palabra mágica, iba recogiendo las
flores y los laureles de aquel magnífico triunfo de
la verdad sobre el error, del bien sobre el mal,

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las tres características que dan relieve inconfun-
de la lógica sobre la falacia, que los católicos
dible a la personalidad de los grandes hombres:
veíamos en cada uno de los discursos de Don
una concepción sintética de la doctrina capaz de
Juan Vázquez de Mella.
resolver los magnos problemas sociales ; una
Embriagadora es la gloria de verse al frente
oportunidad histórica para extraer del fondo pe-
del pueblo y sentirse el conductor de masas que
renne de la doctrina las verdades más adecuadas
frenéticas le aclaman como el oráculo de un par-
a los tiempos presentes ; una previsión del por-
tido. Pero es mayor todavía la grandeza de le-
venir, como si la hora actual no fuese más que
vantarse por encima de las parcialidades y con-
el yunque donde nosotros mismos forjamos las
vertir la propia voz en eco vibrante de las palpi-
angustias o las prosperidades futuras.
taciones del alma nacional.
Propio es del genio tener una visión de la rea-
Y porque ésta fue' la excelsitud de Mella en
lidad más elevada que el común de los mortales,
el período más importante de su vida; porque
reducir a unidad suprema las facetas parciales de
escuchamos en sus acentos los católicos españo-
la verdadera ciencia y sentir la solidaridad indes-
les la voz misma de nuestras grandezas pretéritas
tructible de los varios aspectos de la vida.
desenterradas de sus tumbas al conjuro de su pa-
Mella vino al palenque de las luchas socia-
labra, para darse cita y alentarnos en las horas
les, cuando el particularismo científico había roto
de la persecución impía y antipatriótica; porque
la unidad del, saber humano y cada ciencia lucha-
vimos en la luz de sus enseñanzas el reflejo vivo
ba estérilmente por encontrar dentro de sí misma
de las doctrinas de la Iglesia aplicadas al reme-
los primeros principios que habían de servir de
dio de los males presentes, es por lo que vamos
a considerar a Mella como el verbo de la España cimiento a su edificio. Esa autonomía salvaje de
cada ciencia precipitó en el materialismo a las
católica en las horas críticas de las convulsiones
nacionales. ciencias experimentales, porque con el escalpelo
de su investigación no habían encontrado a Dios,
En Don Juan Vázquez de Mella resplandecen

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ni al alma inmortal ; convirtió la economía en la presente la reconstrucción de la enciclopedia cien-


ciencia pura de la riqueza, sin advertir que, una tífica cristiana.
vez emancipada de la ley moral, el hombre llega- Era pues indispensable que, si no bajo la
ría a ser una máquina más destinada a la produc- envoltura externa de una Suma Teológica como
ción y su trabajo una mercancía como las otras la de Santo Tomás de Aquino, al menos en
sujeta a la dura ley de la oferta y la demanda; •su substancia, fuese reconocido que todos los as-
rebajó la majestad de la ciencia política' al mero pectos parciales del saber humano no son sino
empirismo de mantener un orden material bajo ramas diversas del árbol de la ciencia única, la
cuyas apariencias podían encubrirse las mayores cual, asentada sobre el tronco de la filosofía, por
hediondeces sociales; y hasta la majestad del las raíces que ahondan hasta las entrañas de la
derecho quedó reducida al mero arte de las co- razón y penetran hasta las profundidades de la fe,
existencias individuales, sin un contenido positivo se nutre con la savia de las razones primeras y
que impusiera la mutua ayuda para conducir a últimas, lo objetivo, lo universal, lo absoluto ; se
los hombres hacia sus destinos eternos. ensancha luego en indagaciones históricas que
Rota la unida espiritual de Europa por la Re- ponen de relieve las verdades contingentes y las
forma Protestante, emancipada la ciencia de la leyes relativas de la vida; florece en los gigan-
Religión por obra nefanda de los Enciclopedistas tescos progresos de las disciplinas físico-natura-
de la Revolución Francesa, y dominado el mundo les que vienen como a servir de sustento y apoyo
intelectual por la más tremenda de las herejías, al mundo del espíritu; y fructifica al cabo en las
por el laicismo destructor y anárquico, amonto- ciencias morales y políticas que deparan al hom-
náronse por todas partes tantos escombros y rui- bre la paz y el bienestar social, presagio de la
nas de la doctrina fundamental mezclados con es- eterna bienaventuranza.
porádicos y aislados descubrimientos científicos, A esta colosal empresa de la reconstrucción
que vino a ser la suprema necesidad de la hora de la unidad científica aplicó su genial empeño
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OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. III
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el gran luminar del siglo XIX, el faro puesto por saber; y la protección de León XIII al cultivo
Dios en la tierra para alumbrar con luz sobre- de las mismas ciencias naturales divulga que toda
humana el tránsito del siglo xix al xx, el Papa verdad, por humilde que sea, canta la gloria de
León XIII. El mismo reconstruyó con sus propias Dios, porque no es sino destello y reflejo de la
manos las lineas maestras de la Enciclopedia sabiduría infinita; el ejemplo del Papa cunde por
Cristiana en la Encíclica Aeterni Patris que fun- todo el Continente ; y a la reconstrucción de la
damenta la ciencia sobre el cultivo de la filosofía Enciclopedia Cristiana se aplican la Leoges-
escolástica, en la Encíclica Arcanum divinae que sellschaft, de Austria, llamada así en homenaje a
asienta la Sociedad sobre la organización cristia- León XIII; la Goerresgessllschaft, de Alemania,
na de la familia, en la Encíclica Immortale Dei así denominada en recuerdo de Goerres, el gran
que expone el prototipo de la constitución cris- despertador de la conciencia católica germánica
tiana de los Estados, y en la Rerum Novarum en los albores del siglo xlx ; el Instituto Católico
donde pide la reorganización corporativa del pue- de París, la célebre Universidad de Lovaina, y
blo en clases hermanadas por la caridad cristiana, los grandes sociólogos católicos contemporáneos,
como principio y fundamento para reorganizar la entre los cuales descuellan Costa-Rossetti, Ca-
sociedad carcomida por el indívidualismo con- threin y el príncipe de las grandes síntesis» cató-
temporáneo y preparar la solución de la cues- licas, el insuperable Toniolo.
tión social. ¿ Faltará en España, la hija predilecta de la
Y cuando la apertura de los archivos ponti- Iglesia, el hombre llamado por la Providencia Di-
ficios descubre nuevos horizontes a las investiga- vina a llevar a cabo los designios pontificios ?
ciones históricas ; y la fundación del Observato- Ese hombre providencial fué Don Juan Vázquez
rio astronómico del Vaticano enaltece la ciencia; de Mella, forjado por la diestra del Altísimo para
y la ampliación de la Biblioteca y de los museos asociar a España a la grande obra de la recons-
arqueológicos del Pontífice difunde el ansia del trucción científica cristiana. ¿ Qué importa que

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venga al estadio de la lucha cargado con el polvo riable de todos sus discursos, a saber : que donde-
y las cicatrices de un partido político? En la hora quiera que se tome una partícula de la materia,
crítica sacudirá toda reliquia de la parcialidad, por ascensión forzosa hay que llegar al Creador,
para ser la voz de la nación católica y hasta el del cual recibe su existencia, su conservación y su
verbo de la raza. Como Apóstol de la Buena ley; que donde se descubra una verdad, por ais-
Nueva necesitaba el estudio y la preparación de lada que parezca, está reverberando la Verdad in-
un benedictino; pero, al desvelo y a las horas con- finita; y que no hay concepto ni idea integrante
sumidas en la soledad del gabinete para formarse de la verdadera civilización que no clame por la
corno un filósofo y hasta para escalar las cumbres existencia de Dios y por la verdad de toda la doc-
de la teología, había de añadir el hábito de vivir trina católica, de modo tal que, quien niega una
a la intemperie, de penetrar en todos los ambien- sola de las afirmaciones de la Iglesia, de conse-
tes, de comunicarse con todos. — En su campe- cuencia en consecuencia ha de venir a negar la
chanía llevaba el salvoconducto para dejar caer en libertad, el orden, la paz y el progreso de los
broma o en serio hasta en los oídos más recalci- pueblos.
trantes las enseñanzas 'de la verdad. En las atléti- Pero en otras partes la reconstrucción sintética
cas fuerzas de su gigantesco entendimiento encon- de la ciencia había de buscarse en conceptos ve-
traba el cetro que le daba señorío soberano en toda nidos de fuera, mientras que en España bastaba
contienda intelectual. Y aquel ropaje maravilloso sondear las profundidades del alma nacional,
de su elocuencia avasalladora, nunca superada en para ver surgir como por encanto la unidad de la
el curso de la lengua española, le deparaba la luz, Enciclopedia Cristiana ; porque fuimos el pueblo
los colores, la música, el arte con que prendía al teológico por excelencia, donde más alto rayó el
pie de su tribuna los más variados auditorios, entendimiento humano en el conocimiento de la
acercándolos, con atractivo irresistible, al ideal su- ciencia de Dios, y donde más arraigó en el cora-
premo de todas sus peroraciones, al Norte inva- zón de las masas que se deleitaron en las escenas

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de los autos sacramentales. Por eso, entre aquellas de considerarlo como el enlace de la tradición con
elucubraciones de los teólogos y estas expansiones el progreso de nuestra patria en todas las mani-
populares de la literatura eucarística, corre el gran festaciones del entendimiento humano, como la
río de la nación española como reflejo, como de- confluencia de todos los arroyos del saber nacio-
rivación y como fruto del pensamiento teológico. nal y todas las inspiraciones del arte que habían
Teólogos fueron nuestros metafísicos, teólogos pasado por la Península ; y que compendiase al
nuestros juristas, teólogos nuestros literatos, teó- fin su vida en aquella sublime escena de los um-
logos nuestros políticos ; y cuando la grandeza hu- brales de su muerte, cuando, recibidos los santos
mana hizo gravitar sobre la corona de nuestros sacramentos, su hermano Enrique acerca a los la-
reyes el peso de dos mundos, en las leyes de Es- bios de Don Marcelino el mismo Crucifijo que
paña, en las Cortes del Reino y hasta en los cam- había besado su madre al tiempo de expirar, y
pos de batalla de Nápoles y del Milanesado, en entonces el alma entera de Menéndez Pelayo aso-
las llanuras de Flandes y de Alemania, en las ma a sus ojos anhelando que, tras el beso a Cristo,
ondas del Atlántico y en las selvas de América, se rompan los cendales de la carne que impiden
la lengua española no parece sino el eco majes- ver a Dios cara a cara y contemplar toda su infi-
tuoso de las enseñanzas de los teólogos salmanti- nita grandeza, mientras el Redentor estampa otro
censes, esparcidas por todo el mundo para arro- beso en el rostro del moribundo, que es el beso
dillarlo a los pies de Cristo. mismo de Dios sobre la Ciencia Española.
De aquí que en Mella formaran una sola pieza Si habla Mella de la guerra europea, como en
su dominio de la síntesis científica y su ensimisma- su célebre discurso pronunciado el día 31 de mayo
miento con el alma nacional; de aquí que, para de 1915 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid,
rendir Mella homenaje a Menéndez Pelayo, lejos se ve cómo, por encima de las accidentes que la
de estudiar ninguno de los aspectos de aquel gran presentan cual mera rivalidad económica entre
polígrafo, gloria de España y de la Iglesia, hubiera las naciones, ha de remontarse a los grandes hori-

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zontes de la historia, para contemplar cómo el los campos de batalla, se perciben los ecos de
Imperio Persa, que había conservado la virilidad las palabras de Bossuet en su Discurso sobre la
de la pureza, va a caer sobre los corrompidos do- Historia Universal y se lee con caracteres inde-
minios de la Asiria, sorprendiendo a Babilonia en lebles la gran ley providencial de los humanos
plena orgía y adueñándose de los cuatro imperios acontecimientos: los hombres marchan, Dios los
orientales demarcados entre el Eufrates y el indo; conduce.
cómo la férrea Esparta se levanta y domina más Nunca podré olvidar la impresión que en mi
tarde a la sensual, a la intelectual y artística Ate- alma produjo el primer discurso que oí a Mella
nas; cómo la Beocia, más ruda que Esparta, pre- en el año 1900 sobre los principios fundamentales
valece después sobre Esparta y sobre Atenas; del Derecho Público Cristiano.
cómo Macedonia, más tosca que las anteriores, im- Partiendo de la idea de Dios, principio y fin de
pera luego sobre todos los territorios helénicos; todas las cosas, expuso cómo el Creador del uni-
cómo al fin la supremacía se trasplanta de Grecia verso, a la vez que le asignaba su fin, marcaba el
a Roma, dueña y señora del mundo. Y cuando ve camino para conseguirlo. Este camino no es otro
que la unidad material de ésta sirve de asiento a que la llamada ley eterna, o sea la misma razón y
otra unidad espiritual más alta, exclama : «Es que voluntad divina que manda conservar el orden
hay algo más excelso e invisible que esos motivos natural y prohibe su violación, ley suprema de
y pretextos puramente materiales; porque en esos todo lo existente, que mantiene a los astros en
lagos humanos, cuyas ondas se rizan, hay una sus órbitas, al mar en su lecho, a los ríos en su
brisa que mueve y levanta la olas : es el soplo de cauce, al hombre en la observancia de lo justo;
Dios que agita las aguas». ley que, cumplida de un modo necesario en la
Y en todo aquel discurso del Teatro de la Zar- materia inerte, en el mundo vegetal y hasta en el
zuela grandilocuente y majestuoso, en que se es- reino animal, va siendo poco a poco conocida por
cucha la acompasada marcha de los pueblos por el hombre en el descubrimiento de esas leyes lla-

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madas naturales, como la de la gravitación univer- vida una pacífica convivencia social, allanan el
sal, reflejos parciales del foco infinito de luz con camino que ha de conducirnos hacia la Bienaven-
que la sabiduría de Dios puso orden en la creación turanza sin fin.
entera; pero ley también que, impuesta al hombre Asentado el orden universal sobre el cumpli-
para que la cumpla voluntariamente; respeta la li- miento de esa ley eterna en sus varias manifesta-
bertad humana, cual si la omnipotencia divina se dones, todo poder, cualquiera que sea su especie,
detuviese en los umbrales del humano arbitrio; no es sino una chispa desprendida de la omni-
ley por último que, grabada en lo profundo de potencia divina, para hacer efectiva aquella ley.
nuestra conciencia, constituye la ley natural, prin- Y el Soberano en su trono, el Pontífice en la
cipio de toda rectitud, fuente de toda justicia, Iglesia, el padre en la familia y hasta el maestro
como que es el eco de la voz de Dios repercu- en su taller, todos son partícipes, aunque de muy
tiendo en la intimidad de nuestras almas para diversa manera, de aquel soberano poder que Dios
conducirnos hacia nuestro destino eterno. mismo conserva sobre la creación entera. Así que-
Esta ley eterna, impuesta de una manera ne- da consagrado el ejercicio legítimo de toda auto-
cesaria al mundo inferior y acatadapor el hombre ridad, a la vez que es santificada la obediencia,
de un modo libre, es el eje supremo en cuyo derre- convirtiéndola de yugo servil en sumisión volun-
dor gira todo el universo; porque el orden de la taria que dignifica al obediente.
naturaleza no es sino la colocación de cada cosa A la luz de estas enseñanzas ya no puede lla-
en el lugar que le asignó la voluntad divina; el marse Majestad a la pompa que rodea a los so-
orden moral no es sino la aceptación libre y es- beranos o al brillo externo que fascina al vulgo.
pontánea de la misma ley en cuanto deslinda lo Eso es el reflejo de la majestad y no la majestad
honesto; y el orden jurídico resulta del libre juego misma. La verdadera majestad es la imagen de la
de los derechos y deberes emanados de la ley grandeza de Dios en el soberano. Y la obediencia
eterna; los cuales, deparándonos en la presente ya no es el yugo servil acatado forzosamente por

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la imposición del más fuerte, sino el obsequio ra- que, si exige la igualdad entre lo que se da y lo que
cional tributado por la dignidad humana a quien se recibe en los contratos, liga también tanto al so-
resplandece con los destellos de la autoridad di- berano como a los súbditos con deberes sagrados
vina en su frente. para con la patria y sobre todo exige más de quien
De este modo el poder público cristiano viene más tiene y favorece con mayores auxilios a
a ser el intérprete de aquella ley natural, y ha de quien más necesita. De este modo a la lucha ma-
recoger la inspiración de ella para desarrollarla en terialista por la existencia, que concede el triunfo
las leyes positivas y para robustecerla con san- al más fuerte, se sustituye una jerarquía espiritual
ciones que garanticen su cumplimiento. Lejos, y cristiana en que las clases más humildes atraen
pues, de considerarse el Soberano a sí mismo como más la asistencia y las caricias de los poderes
el creador omnipotente de las instituciones socia- públicos.
les, ha de proceder como mero conservador de Sublime democracia cristiana en donde, cual-
ellas, respetando su propia ley constitutiva. En- quiera que sea la participación del pueblo en la
tonces mirará a la sociedad, no como un montón vida pública, ora contribuya éste con su voz y
de individuos enlazados entre sí por la sumisión con su voto a marcar los derroteros de la vida
a un poder único, sino como un cuerpo orgánico nacional, como parece más justo, según el adagio
donde cada hombre vive unido al Estado a través Vox populi vox Dei, ora permanezca apartado
de la familia, del municipio y de las clases so- de tal o cual intervención política, en vez del vaho
ciales, que son como los nervios, los músculos y embriagador producido por las masas demagógi-
hasta el armazón esquelético del cuerpo social; cas, revolucionarias e impías, se percibe el suave
entonces comprenderá qué este cuerpo de la patria perfume de la Caridad cristiana, se contempla la
ha de estar vivificado por la savia espiritual de espléndida floración de las instituciones sociales
las cuatro virtudes cardinales de la prudencia, la que como en la Edad Media fortalecen al débil,
templanza, la fortaleza y sobre todo la justicia, asisten al desvalido y enriquecen al pobre, y se

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alcanza la grandeza de la patria que, robustecida cuales se asiente la futura reconstrucción del nue-
en su interior por la feliz convergencia de todas vo edificio social.
las fuerzas sociales hacia el bien público, se pre- ¿Quién sabe si en los planes del Altísimo el
para a cumplir más allá de las fronteras la misión arreglo feliz de la Cuestión Romana, que corona
providencial que Dios señaló a España, cuando la con el triunfo del Pontificado la gloriosa perseve-
forjó en el incesante trabajo de ocho siglos sobre rancia de cinco Papas, no habrá de ser laprimera
el yunque de la fe. de las reconstrucciones sociales y el prototipo de
He aquí una síntesis de los principios del De- todas ellas, para que, aejemplo suyo, siempre y en
recho Público Cristiano tal como los concebía todas partes reivindiquemos los católicos la santa
Mella. Pero, en las vicisitudes de la historia, las independencia de la Iglesia y la concordia entre
épocas de febril actividad vienen en pos de los ambas Potestades sobre el sincero reconocimiento
grandes florecimientos científicos y de las singu- de los sacrosantos derechos de la Religión?
lares exaltaciones del espíritu. Al siglo de la En Espa fía se acerca por momentos la hora de
Suma Teológica de Santo Tomás y de los arroba- la reconstrucción social. Sobre las ruinas y los es-
mientos místicos de San Francisco de Asís, sucede combros esparcidos por el suelo resonarán las pa-
la exuberancia de la vida social del siglo xiv,, labras de Mella, para darles nueva vida y realizar
cuyos albores marcan el apogeo de la civilización con ellos los grandes ideales que su mente soñó.
cristiana. Así, al siglo XIX y a los principios Sea esa voz majestuosa, grandilocuente y subli-
del xx, en que una cadena de pensadores católi- me, salida de la tumba de Mella, el grito que
cos, Balmes, Donoso Cortés, Ceferino González, congregue a unirse a las derechas españolas para
Menéndez Pelayo, Mella, marca los jalones de la salvar a la Religión y a la Patria.
reconstrucción científica del saber cristiano en
RAFAEL MARÍN LÁZARO,
nuestra patria, sucede la época presente, que ha De la Academia de Ciencias Morales y Políticas
de ser la de las grandes afirmaciones, sobre las

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FILOSOFÍA

OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol.

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FILOSOFÍA

EL P. ZEFERINO Y LA FILOSOFÍA CRISTIANA

Después de terrible y pertinaz dolencia, ator-


mentado por el dolor el cuerpo y fortalecida por
el sacrificio el alma, bajó ayer al sepulcro la ma-
teria perecedera y entró en la eternidad el espí-
ritu inmortal del gran filósofo contemporáneo,
orgullo de nuestra generación y muestra de que
aún no está, agotada la savia poderosa del genio
ibero-
Balmes..., Donoso Cortés..., Fr. Zeferino
González..., los tres pensadores españoles de la
presente centuria que han dado la vuelta al mun-
do, no están desprendidos de las cadenas de los
siglos, ni han vaciado sus altas concepciones
fuera del cauce tradicional- de nuestra raza. El

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alma nacional les di6 los resplandores de su men- la frente de Lulio y Vives, Suárez y Fox Morcillo,
te y los amores de su voluntad. Sepúlveda y Toledo, aquella misma que, tenien-
Pensaron y sintieron como nuestros antepasa- do cuerpo aristotélico, elevaciones platónicas y
dos y nuestros mayores. Y en esta tierra bendita, forma substancial católica, es, mirada en la gi-
formada por la Iglesia y para la Iglesia, no arrai- gantesca síntesis de sus principios, la misma que
ga ni florece sistema de doctrina que la fe no apellidó Leibnitz Filosofía perenne del género
alumbre con sus rayos ni la gracia bañe con sus humano, que tiene soberana. representación en
celestes rocíos.
el - Angel de las Escuelas.
Por eso, fuera de Prisciliano, que era un eco Porque Santo Tomás de Aquino se destaca
y no una voz, un discípulo y no un maestro del en medio de las maravillas del arte y de la cien-
gnosticismo, España no ha producido un here- cia del más ideal de los siglos cristianos, el dé-
siarca. Imitadores o plagiarios serviles de una cimotercio, como la columna llameante que alum-
impiedad exótica, todos los pensadores que se braba a los israelitas al través del desierto, mos-
apartan del espíritu español degradan su inteli- trando a los ojos absortos de las generaciones, que
gencia, y, como si una fuerza inexorable les ata- van apareciendo en la historia, la cumbre lumi-
jase el vuelo, no llegan en los dominios del error nosa del pensamiento humano, recibiendo en sus
a la grandeza satánica del mal, y, constreñidos colosales Summas todos los esfuerzos del genio y
por el carácter de nuestro pueblo, vense obliga todas aquellas radiantes alboradas, adonde llega
dos a morir en los linderos de la medianía. Así la razón apoyada por la fe, para entrever, postra-
el autor de la Filosofía fundamental, el del En- da humildemente, los divinos misterios en el
sayo y el de los Estudios sobre la filosofía de mundo que se abre donde termina el entendi-
Santo Tomás, reflejan en conjunto, a pesar de miento finito sus divisiones y continúa la vo-
todos los matices diferentes de su pensamiento, luntad transformada en sus amores.
la misma filosofía cristiana que iluminó un día El P. Zeferino, al vestir el hábito glorioso de
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Santo Domingo de Guzmán, de San Vicente comprendido ; subsistente e inmortal, no sólo por
Ferrer y Fr. Luis de Granada, se declaró ardiente sus aspiraciones infinitas, sino por lo imposible
discípulo del sublime escolar de Monte Casino y de toda disolución y corrupción en lo que excluye
Nápoles, el incomparable doctor de Colonia y partes ; y subiendo ya a esta cumbre y abarcando
París, y, alimentando su robusta inteligencia con con mirada serena las profundidades del alma,
aquellos selectos manjares prodigados en las señalando en la especie inteligible, labrada sobre
obras de Santo Tomás, propios para nutrir las la imagen de la fantasía por el entendimiento
almas privilegiadas, emprendió la ascensión por agente, el origen de las ideas, a contar desde la
la áspera montaña del saber, trepando con áni- innata in fieri, como llama a la de ser el P. Zefe-
mo sereno y planta firme por su vertiente escar- rino, estudia su valor ontológico, analiza las pro-
pada, apoyándose en el método inductivo que piedades trascendentales del ente y las supremas
sube del hecho a la ley que, por universal, no categorías de las cosas, y, cerrando la puerta a
cabe ya en los dominios de la experiencia, y en todos los panteísmos y positivismos, de la con-
el deductivo, que, por identidad, baja desde los tingencia, finitud y mudanza de los seres, va por
principios a las conclusiones por los peldaños del el principio de contradicción y de razón suficien-
silogismo, ley de la razón, para ir afirmando, te a la demostración científica de Dios, el ser a se,
como pilares de la humana ciencia, la múltiple acto puro, sin mezcla de imperfección alguna,
variedad de las facultades vegetativas, sensiti- primer motor y causa primera y fin último de
vas y racionales, reducidas a la unidad de un todas las cosas, creador, conservador, providen-
principio de vida, forma sustancial de nuestro cia y ley eterna de todas ellas, que en relación de
organismo, sustancia incompleta, simple, como absoluta dependencia, a Dios como causa y en
lo revela la percepción interna de la variedad de la finalidad que los endereza a él como medios,
■ sus funciones y las conexiones y conflictos entre forma en los seres libres la ley moral y jurídica,
ellas ; espiritual, por la inmaterialidad del objeto fundamento de todos los deberes y derechos,

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base de la autoridad y expresión de la justicia, Por eso Santo Tomás, que es sublime repre-
verdadera alma de las sociedades, que sólo en sentante de esa escuela, tiene legiones inacaba-
la unidad superior del fin último hallan la fórmu- bles de discípulos. Y sólo en esta tierra en que
la para subordinar el fin temporal del individuo acaba de brillar el P. Zeferino, y en el marco de
al del Estado y el de éste al supremo del hom- su Orden y en los límites de una centuria resplan-
bre, evitando individualismos dislocadores y so- decieron nombres tan ilustres como los de Tor-
cialismos absorbentes, imperando así vencedor quemada y Montenegro, Victoria y los dos So-
y radiante el orden cristiano, grabado en la filo- tos, Fr. Diego de Deza y Melchor Cano, Gra-
sofía de Santo Tomás y de su discípulo como un nada y Báñez, que no en vano llevaba Santo
reflejo de los cielos trazado por Dios sobre el en- Tomás de Aquino el hábito de nuestro Domingo
.
tendimiento de los hombres. de Guzmán y la generosa sangre española de los
Tal es, en fórmula abreviadísima, la síntesis reyes aragoneses, ni dió el Papa Juan II como
de las afirmaciones capitales de ese sistema, que lema a la Orden de la verdad el expresivo Lu-
ha cobijado bajo las arcadas del más grandioso cere et ardere.
edificio que ha contemplado la Historia, porque Contraste singular el de la alteza de esta
tiene por pilar la evidencia y por clave la fe, a filosofía, la muchedumbre de sus discípulos y la
los entendimientos más excelsos y a los corazo- permanencia de la escuela, con esas efímeras filo-
nes más ardientes, a los que forman corno la es- sofías que fabrican la pasión y el sofisma con los
tirpe espiritual del linaje humano. despojos del vicio y los harapos de la gentilidad
...Que mirada en conjunto la filosofía escolás- recogidos por manos sectarias en los panteones
tica en sus tres ramas principales, como comple- del paganismo Mientras ella, asentada sobre la
mento o deducción, no queda fuera de su manto roca granítica de la verdad, permanece acrecen-
verdad alguna que en los dominios de la más alta tando su brillo, esas doctrinas que la fantasía le-
ciencia haya conquistado la razón. vanta y la razón destruye, pasan y mueren como

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las hojas amarillentas arrastradas por los vientos lica en obra muy parecida a la primera del gran
otoñales. El nóumeno de Kant, el yo de Fitche, filósofo español, y la crítica profunda y certera
la idea ser de Hegel, el absoluto de Scheling, los de todas las doctrinas separadas del cauce tra-
tres infinitos relativos y la esencia una y entera dicional en la notable Historia de la Filosofía,
de Krausse, lo inconsciente de Harmann, la vo- que una vida prematuramente cortada no ha
luntad fatal de Schopenhauer, las móneras anta- podido ampliar con la Historia de la Filosofía
gónicas de Haekel, la evolución sin fuente ni escolástica, para la que tantos materiales había
desagüe de Spencer, y hasta los delirios de la es- reunido y que deja sin terminar entre sus ma-
cuela jónica resucitados por los materialistas ple- nuscritos.
beyos que infestan los anfiteatros y la baja lite- El P. Zeferino había visto la luz en las mon-
ratura, más que concepciones filosóficas parecen tañas asturianas, la tierra privilegiada donde se
cuadros disolventes que un mago burlador hace inician las grandes restauraciones.
pasar ante los entendimientos endiosados por la Que no sólo empieza allí la Reconquista y la
hinchada pedantería racionalista, a fin de ridi- guerra de la Independencia con alianza formal,
culizar a la razón ultrajándola con el desfile si- sino que, en este mismo siglo, un asturiano ilus-
niestro de sus pesadillas y descarríos. • tre, Jovellanos, a pesar de rendir a las preocupa-
En ese cuadro de podredumbre intelectual ciones de su tiempo exagerado tributo en traba-
destácase noble y gallarda la figura del insigne jos económicos, inicia, en los apéndices a la me-
autor de los Estudios sobre la filosofía de Santo moria de la Junta central, la restauración de
Tomás, de la Filosofía elemental, de los Estudios nuestra Constitución histórica y la de la política
religiosos y sociales, La Biblia y la Ciencia y tan- tradicionalista ; y el insigne jesuíta P. Cuevas
tos discursos y monografías que encierran el vasto empieza a restaurar la escolástica y escribe pri-
sistema de la filosofía cristiana, depurada de mero que nadie una historia de la filosofía espa-
aquellas imperfecciones con que la expuso Ráu- ñola, precediendo los Ensayos de mi inolvidable

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carlismo.es
1L O S O F 1 A

brarse el esplendor de la evidencia allí donde


maestro Laverde y la Ciencia española de su
otros contemplan la verdad entre las penumbras
egregio discípulo Menéndez Pelayo.
de la ignorancia, al acercarse aquel momento
Aquella aptitud para los estudios especulati-
supremo en que se rompen las ligaduras terre-
vos que el P. Feijóo señalaba como una de las
nales, presintiendo las maravillas de la visión
cualidades de los entendimientos asturianos, brilla
beatífica, mira la dulce imagen de la Virgen sin
en alto grado en el insigne dominico, que, desde
mancilla que parece extenderle los brazos y mos-
las aulas de Ocaña y las cátedras de Manila, sube
trarle el Crucifijo como diciéndole : A-hí, cárde-
en triunfo a la Sede cordobesa, y más tarde a
no, atormentado, goteando sangre, espera las lá-
la Hispalense de San Isidoro y San Leandro y a
grimas de la ternura y recoge los últimos ayes
la Primaria de Toledo, para terminar después en
de sufrimiento el que es compendio de todos los
la celda de la calle de la Pasión, cubierto el cuer-
dolores, y, con las manos desgarradas y los labios
po, desgastado por el estudio y las crueldades de
mojados en hiel, murmura estas palabras, que
una dolencia tenaz, con el hábito blanco y negro
llegan a los corazones como aura divina de es-
que le vistió durante medio siglo, a contar desde
peranza y de amor : I Yo soy el camino, la ver-
los trece años, en que entró como novicio en aque
la iglesia de Ocaña, donde ha querido que ahora dad y la vida !

descansen sus despojos. (Artículo de El Correo Español, pu-


blicado el 3o de noviembre de 1894).
Atenazado con todos los martirios de una
lenta y desoladora agonía, el filósofo cristiano,
que no reclina la cabeza en la triste «almohada de
la duda», sino en el amoroso regazo de la fe,
alza los ojos empañados ya por el velo de la
muerte hacia las regiones de la eterna luz ; y él,
que con intuición poderosa recibió sin deslum-
13
[ 12 ] [

carlismo.es
A IL O S O F 1 A
E
cíón de la jerarquía feudal, que empezaba a salir
para poner orden en el caos de los pueblos y las
razas, que se empujaban unos a otros sobre los
miembros descuartizados del imperio ; cuando
BALMES resonaban los gritos salvajes de los invasores nor-
mandos en las costas y se iba a sentir el clamo-
La misión histórica de Vich. Balines reo triunfante de los soldados de Almazán por
y la filosofía escolástica. — Balmes y Kant. todo el suelo peninsular, un Obispo de Vich
La obra del gran filósofo catalán tomó en sus manos la antorcha, y, desde su es-
cuela palatina, la levantó tan alta que, llevando
...Y al querer improvisar a un tiempo pensa- su luz a la mente de su discípulo, llegó con Sil-
miento y palabra y dirigirme a una ciudad tan vestre II a brillar en la Cátedra de San Pedro,
ilustre, reviven en mi memoria los recuerdos de como si quisiese volver la lumbre a su foco para
aquella edad gótica que, en el siglo vil, hizo de desvanecer las sombras de la ignorancia, exten-
España el primer pueblo culto de Occidente, por- didas por el horizonte de Europa (Entusiastas
que en ella se encendió la antorcha de la ciencia aplausos).
isidoriana, que brilla todavía alumbrando a los Y como si fuera esa la misión histórica de
pensadores mozárabes bajo la irrupción musul- vuestra ciudad, muchos siglos más tarde, cuando,
mana, como el fuego griego debajo de las aguas, después de una revolución que sacudió como un
y que-en el siglo x, recogida y protegida contra huracán los pueblos europeos, acabando de arran-
vientos adversos en la vieja Ausetania, cuando carlos de su asiento, y la reacción pagana, in-
parecía que el mundo vacilaba con los terrores augurada oficialmente con la Diosa Razón sobre
del milenario, con las guerras locales y los es- el altar de Nuestra Señora de París, empezaba
tremecimientos que producía la dolorosa gesta- a dar sus frutos venenosos, renovando, en un

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carlismo.es
E A R I 0 -- F I L O S O F 1 A
siglo de desquiciamientos sociales y de trastor- el sofisma, y brote claro y abundante el raudal
nos políticos, las filosofías panteístas y materia- de la verdad conquistada.
listas, que habían quedado sepultadas entre los Balmes fué el verdadero iniciador de la res-
escombros de un mundo muerto al otro lado del tauración de la filosofía escolástica, aunque se
Calvario ; del suelo fecundo de la Ausetania sur- separase de ella en algunos puntos por influencias
ge un genio que, abarcando, con una mirada de la escuela escocesa, cuyas tendencias experi-
sintética, la sociedad próxima a derrumbarse, a mentalistas, conformes con una fase de su espíri-
los dos ejércitos que van a- reñir la última batalla tu, recogió, pero combatiendo su espiritualismo
sobre sus ruinas, comprende que es necesario mutilado y su enemistad a la Metafísica, —lan-
descubrir al enemigo, atacarlo en la base de ope- zándolas como armas de polémica contra el idea-
raciones de sus principios, y desenterrar las ar- lismo de las escuelas alemanas que ponían nue-
mas abandonadas, y restaurarlas, y forjar otras vamente en disputa la realidad de las cosas. El
para ir tomando posiciones, y encontrarse aper- di6 al lenguaje filosófico aquella sencillez ingenua
cibidos el día de los grandes combates. Y como que cuadra también a la verdad y que huye, en
la política y la sociología son ciencias derivadas cuanto es posible, del tecnicismo, que cuando no
que dependen de la filosofía, pórtico de las cien- es necesario es pedantesco, y aquella precisión
cias y escala de la teología, que a todas las ilu- que encierra en fórmulas ceñidas las razones, y
mina, allí acudió el gran Balmes a fortalecer su aquella claridad trasparente que parece poner
espíritu, ascendiendo a las cumbres de los prin- cristales delante de las ideas primeras para que
cipios, que es desde donde se dominan única- hasta el vulgo las vea ; cualidades inestimables,

mente las cuestiones y donde se adquiere la señores, más necesarias en la filosofía que en
agilidad intelectual suficiente para caer a plomo las demás ciencias humanas, por lo mismo que
sobre las dificultades y perforarlas con el acero es la más elevada y abstracta, y que desgracia-
de la lógica hasta que quede en el suelo, deshecho damente no han sabido seguir siempre todos los

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carlismo.es
OtRAS DE VÁZQUEZ MELLA. —Vol. II 2
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pensadores católicos posteriores, impidiendo que Kant — que había recogido sus armas en las
sus obras ejerciesen todo el bien que de otra ma- ruinas de las escuelas escépticas de Grecia, esgri-
nera hubieran hecho. miéndolas con la rudeza de los hijos de las hor-
Me enorgullece, señores, el haber empezado das que asaltaron a Roma — y Balmes que había
a deletrear los grandes problemas filosóficos sobre recogido las suyas en la armería de Santo To-
los libros de Balmes ; la Filosofía elemental, no más, la primera del mundo, porque había here-
por incompleta menos admirable, fué la primera dado el yunque en que las forjó Aristóteles y
que yo estudié hasta llegar a saberla casi de me- había recibido el temple sobrenatural en el jor-
moña. Y su Filosofía fundamental, serie de estu- dán de la Grecia ; y seguí con vivo interés las
dios monográficos sobre las más elevadas cues- peripecias de la lucha, y vi el relampagueo de las
tiones, donde se analizan con extraordinaria pe- espadas chocando con furia en el umbral de la
.
netración todas las categorías ontológicas, era Filosofía para ganar la entrada, resolviendo sobre
seguramente el conjunto de sillares dispuestos el cadáver del error inicial el llamado problema
con fuerza ciclópea para levantar un edificio gi- crítico en que cierra el problema del conocimien-
gantesco, de que da una idea la explicación sin- to y de la certeza, puente levadizo que, si se pisa
tética del orden moral con la que cierra la obra, hien, sirve para penetrar con planta segura en el
y a la que había llegado por inducción en los alcázar real de la verdad, y que, si se parte o se
primeros capítulos de la Etica, pero que no cono- extravía la dirección, sólo sirve para caer en el
cemos en toda la extensión y que tenemos que fondo del abismo, y estrellar, contra las rocas en
adivinar por algunos trozos de los materiales que asienta la fortaleza, hasta la esperanza de
ordenados, porque se llevó el plano, con su glo- volver a verla (Aplausos).
riosa juventud, al sepulcro. Balmes demolió, con una crítica implacable,
Y asistí al duelo a muerte entablado en la a de Kant ; señaló todas sus contradicciones, y
primera parte de la Filosofía fundamental entre probó cómo era imposible negar la legitimidad
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carlismo.es
E A R 1 o
de la razón con la razón misma, la correspon- señores, que ningún filósofo hubiera podido su-
dencia entre las sensaciones y sus objetos, y perar el vigor dialéctico de sus demostraciones,
cómo no era posible negar la realidad objetiva completadas en cierta manera por vuestro insigne
de las ideas sin ser expulsado de la ciencia y Comellas Cluet, que también dejó su obra co-
verse precisado a no poder demostrar nada, sin menzada en dós libros soberbios que indican
afirmar siquiera como cierta la propia duda, por- todo lo que iba a ser el edificio por las proporcio-
que es ya una afirmación, y, si no corresponde a nes del pórtico trazado en la Introducción a la Fi-
nada, es afirmar el absurdo. losofía y en la Demostración de la armonía entre
Es verdad que el subjetivismo cartesiano — la Ciencia y la Fe, contra los supuestos conflictos
semilla del de Kant, dominante a la sazón en el fantaseados por un sectario.
eclecticismo francés y en la escuela escocesa, sin El talento fecundísimo de Balmes fué el que
quererlo, tributario de David Hume, uno de los bosquejó en el Criterio una psicología individual
precursores de Kant — influyó algo, aunque me- con el estudio científico de los caracteres para
nos de lo que se ha dicho, en las demostraciones que fuese el complemento de la psicología espe-
del gran pensador ; pero bastan breves observa- cífica (ya que en la realidad no se ,da el hombre
ciones, que casi todas se encuentran dispersas abstracto separado, sino el concreto) y una lógica
en algunas partes de sus obras, para que la ar- práctica, popular y científica ; al mismo tiempo
gumentación sea invencible ; que si Balmes hu- que no se limita al estudio aislado de las leyes
biera podido desarrollar su obra y realizar sus del raciocinio, sino que tiene muy en cuenta el
proyectos ahondando más en el principio de le examen de los sentimientos y de las pasiones que
causalidad, — como a pesar de tantos trabajos en él influyen, completando la dialéctica intelec-
posteriores, y algunos notables, hay todavía gut tiva con la del corazón, que, unas veces movido
hacerlo, por no haber meditado bien quizá al. y otras motor, tiene de tal manera la suya que
gunas páginas del gran Suárez, seguramente sin ella es inexplicable la vida. Y después de los

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carlismo.es
1 D E A R 1 0 LOSOFIA
esfuerzos de, tantos ilustres pensadores, el Crite- mando todas las instituciones, desde los derechos
rio sigue siendo un libro único de que todos po- de la personalidad humana y las bases sociales,
demos y debemos vanagloriamos, no sólo como hasta la libertad, el Poder y el Estado, seña-
catalanes, sino como españoles y latinos, y que lando sus límites y aniquilando el cesarismo al
si se estudiara en todas las escuelas o Universi- separar las dos potestades de un solo sujeto,
dades, como la asignatura del sentido común, para que no puedan tiranizar, a un tiempo, los
pronto levantaría el nivel intelectual y fortaleza... cuerpos y las almas ; y en páginas memorables,
(Prolongados aplausos). nos hizo asistir a la abolición de la esclavitud,
Y su obra magna el Protestantismo com- pedestal del mundo pagano, por la Iglesia, y tra-
parado con el Catolicismo— en que hace el para- zó todos los grandes jalones de la política cris-
lelo y confronta, las dos opuestas civilizaciones tiana ; siendo tal obra, según la opinión de un
que se reparten el dominio de la historia : la pa- hombre ilustre y uno de los pocos sabios de veras
gana apoyada en la fuerza, que sucumbe ante la que nos quedan, Menéndez Pelayo, el primer
fuerza natural .de la cristiana, y el protestantismo, libro español del siglo xlx (Aplausos).
que trata de restaurar la primera al sublevarse
contra la segunda — es un admirable ensayo de Balmes, político y vidente
la historia social comparada de las doctrinas e
instituciones, y cuyo vasto plan y brillante des- , so-
Pero Balmes, señores, no era sólo filósofo
arrollo, a pesar de existir hoy tantos elementos ciólogo y apologista, sino político eminente, que
reunidos y que él no podía alcanzar en su tiempo, no sólo formuló los principios, sino que juzgó los
no ha sido por nadie superado. Allí se ve demos- hechos con tal clarividencia, que verdaderamente
trado con hechos que el talento destaca y la eru- pasma la lectura de páginas escritas a más de
dición continúa la influencia prodigiosa de la medio siglo de distancia, cuando se las compara
Iglesia en todos los órdenes de la vida, trasfor- con la realidad presente y se ve cómo se han

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carlismo.es
D E A R I FILO S O F 1 A

cumplido las que pudiéramos llamar predicciones la ciencia y en la política ; y él, que terminó su
proféticas de aquel entendimiento extraordinario. gloriosa vida, segada en flor antes de concluir
No hay una contienda, no hay una lucha, que la mitad del siglo xix, no vaciló en decir, denun-
no haya sido prevista en La Civilización, en La So- ciando la perversidad de esas escuelas, que ha-
ciedad y en El Pensamiento. Todo cuanto había bría tiempos peores que los de la revolución ma-
de suceder en la sociedad española, más aún, en terial ; porque él vió que, después de las nega-
la sociedad peninsular, digo mal, en la sociedad ciones sangrientas que trajo la Revolución fran-
latina, mejor todavía, en la sociedad europea, cesa, y cuando permanecía obscurecida la anti-
que es como decir que en el mundo todo, ha gua política por la herrumbre que había echado
pasado, como una serie de cuadros disolventes, sobre ella un siglo de decadencia, como fué el
ante la mente del gran pensador, que nos ha ido siglo XVIII, formado por el absolutismo regalista,
mostrando con su pluma lo que ha sucedido y está retoño del árbol protestante, era necesario im-
sucediendo, y aun pudiéramos decir lo que se pedir que los doctrinarios, aprovechando la co-
presiente y se acerca, a juzgar por los ruidos sub- yuntura que les ofrecía la confusión y el cansan-
terráneos que se perciben, y como el anuncio de cio, fuesen apoderándose de los elementos puros
una sociedad que se desmorona en los embates y formasen con ellos amalgamas eclécticas, que
de las olas del fuego de la revolución que circu- empiezan captando entre principios opuestos y
lan debajo de su suelo, haciendo temblar sus ci- conductas contrarias absurdas alianzas, y conclu-
mientos y abriendo grietas que son cráteres para yen, cuando no comienzan, por establecer un con-
abrasar la superficie (Grandes aplausos). trato entre la conciencia y el estómago (Risas
Aquella grande inteligencia comprendió que y aplausos).
terminaría pronto el reino de los eclecticismos filo- Por eso. Balmes, conociendo los resultados
sóficos y doctrinarismos políticos, precisamente maléficos que tales amalgamas habían de pro-
en la época de su apogeo, cuando imperaban en ducir, emprende una hábil campaña para des-

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E A R I 0 1111111 F 1 L O S O F 1 A

lindar bien los campos y separar sistemas opues- peligros con el escalpelo de su crítica, sino que
tos, que con equívocos se quería hacer pasar por afirmaba las bases de una política tradicionalista.
idénticos. Por eso quiere restaurar, frente a las instituciones
Es verdad que compartió con él la gloria en que aparecían, aquellas otras crecidas al amparo
la empresa el primer orador del siglo ?cm, el gran de la Iglesia en la Historia, y, ya libres de la
Donoso Cortés, que lanzó las más violentas dia- herrumbre que la maldad de los hombres había
tribas a la política doctrinaria en que su genio acumulado sobre ellas y de las persecuciones con
había pernoctado algún tiempo ; pero el entendi- que trataban de cubrirlas los sectarios como con
miento analítico y estratégico de Balmes había un velo fúnebre que impidiese a la multitud ver
visto que lo mejor era, no sólo atacarla, sino pre- su realidad y su grandeza, se organizasen en el
sentar enfrente de ella, ordenado y organizado, sistema que indica al redactar un célebre Mani-
un sistema de principios que fuese el contrarresto fiesto del Conde de Montemolín, a quien sirvió
de los suyos, y el ideal hacia el que dirigiesen la con amor, porque veía en él la personificación de
vista los supervivientes del antiguo régimen, el sus principios.
núcleo incontaminado, que persistía, y aquellos Y es que Balines, sacerdote virtuosísimo que
pesimistas que, aterrados todavía por las catás- pasó la vida luchando por la Iglesia en el campo
trofes pasadas y temerosos de la futura, no en- filosófico y en las altas esferas científicas, era tam-
contraban sitio para poner, la esperanza. bién un combatiente en el campo político, porque
Así, al hacer en El Pensamiento de la Nación, sabía muy bien, por las lecciones del pasado y
los comentarios de algunos artículos de la Cons- de las que ya entonces daban los hechos, que
titución de 1837, que no fué más que una mala hasta que la acción política dejara de introdu-
reproducción de la de 1812, no sólo hacía el cirse en la Iglesia, ésta no podría dejar de inter-
análisis del sistema parlamentario, desgarrándolo venir en la política.
y poniendo al descubierto las contradicciones y La política como doctrina es parte del derecho

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natural, que lo es de la moral ; y la Iglesia, que en triunfo las fronteras, que todos los que hablan
es maestra de moral natural y sobrenatural por- contra la reacción, practicándola, y en favor de
que conserva la primera y define la segunda, no su cultura desconociéndola ! Profesó la intransi-
puede quedar relegada al Santuario, dejando que gencia rígida de los principios que profesan siem-
doctrinas opuestas a la suya se apoderen de una pre los que los sostienen, — dígase lo que se
sociedad que ella ha organizado y redimido de quiera en esta época en que se habla de toleran-
la servidumbre, restaurando la personalidad hu- cia hasta por los que quieren imponer a los demás
mana que en la Cruz tiene las ejecutorias de su su negación o su duda, — y eso no le impidió ser
libertad y de su dignidad y no en ninguna otra un apóstol en el orden práctico, que pasó por la
parte (Ruidosos y prolongados aplausos). vida repartiendo la limosna del bien y de la ver-
dad entre los hombres (Aplausos).
Cómo entienden nuestros adversarios Resulta sarcástico hablar de intransigencia y de
la intransigencia y la tolerancia tolerancia ahora que los secuaces de las escuelas
radicales y los de las escuelas doctrinarias creen
Pero ¿ es que Balmes, al restaurar los antiguos lanzarnos la suprema injuria llamándonos intran-
principios, al adivinar el fracaso de la escuela sigentes a los que no cedemos en un ápice de los
doctrinaria y ecléctica, al lanzar sus anatemas, principios en el orden doctrinal y en su aplicación
atenuados algunas veces, en forma de glosa y a la conducta de la vida. Es muy cómoda esta
comentario, era un espíritu retrógrado, como aho- protesta contra la intolerancia y la intransigen-
ra se dice, amante de la reacción, que sólo quería cia; pero pedid al que la lanza que reflexione
vivir en el pasado y que estaba en una oposición sobre lo que esas palabras expresan y se examine
constante a la marcha y al progreso de la ciencia ? a sí mismo, y veréis cómo él es tan intransigente
Si él solo ha hecho más por la cultura de España y tan intolerante como nosotros. ¿ Y sabéis por
y por su nombre, haciendo que sus libros pasasen qué ? Por las razones que indicaba Balmes,

[ 28 [ 28

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E A R FILOSOFIA

y por otras muchas que se pueden aducir, cuando ma, o porque no se tiene el valor de defenderlo?
defendía la intransigencia en las páginas de El Por eso, señores, Balmes, que afirmó la intran-
Protestantismo. Yo hice la apología completa de sigencia de las doctrinas, fijé un dechado de no-
la intransigencia en otra parte ; pero me bastará bleza, de hidalguía y de caridad con las personas.
recordar que ésta es una ley del espíritu humano Y yo, que quiero defender ante vosotros los prin-
que afirman con su conducta todas las escuelas. cipios fundamentales de su política, quiero tam-
En prueba de ello, decid al adversario que in- bién inspirarme en su conducta (Aplausos).
voca la tolerancia : «Tú me llamas intransigente ; (Del discurso pronunciado en el Teatro Prin-
pues bien, transige tú ; haz el sacrificio de tu cipal de Vich, el día ro de mayo de 1903).
secta en aras de mi fe» ; y veréis cómo os pide
que hagáis el sacrificio de vuestra fe en aras de
su secta, aceptando, entre otras cosas, una liber-
tad que sólo sirve para combatirla a ella. Y es SANTO TOMÁS DE AQUINO
que la intransigencia es un atributo de la certeza,
es decir, de la adhesión firme del entendimiento Hoy celebra la Iglesia la fiesta de uno de los
a una verdad. Pedid que transija la duda, con tal Santos más esclarecidos y de uno de los genios
que no sea en la afirmación de sí misma ; pero no más ilustres con que se enorgullecen los anales
pidáis que transija la certeza, porque se negaría de su historia.
a sí propia al intentarlo (Grandes aplausos). El hijo de los condes Landulf o y Teodora, lo
Creer una verdad, y permitir que sea hollada mismo en Roca-Seca que en Nápoles, en Roma,
y escarnecida, reconociendo en los demás el de- en Monte Casino, en París y Fossa-Nova, dió
recho de negarla, qué otra cosa puede significar muestras de su virtud y de aquella inteligencia
sino una grande hipocresía o una cobardía tan poderosa que la meditación y el estudio enrique-
grande, o porque no se tiene fe en lo que se afir- cieron con raudales de vastísima ciencia.

30 :[ 31 ]

carlismo.es
En el siglo xm, el más excelso de los siglos ser que tiene en su esencia la razón de su exis-

cristianos, brilló el genio esplendoroso del Angel tencia, y que, por lo tanto, es infinito, teniendo
de las Escuelas, cuando alumbraban la política, todas las perfecciones sin mezcla de imperfección
la ciencia, el derecho y el arte de la cristiandad alguna, y que no puede ordenarse a nada que no
hombres como Inocencio III, Alberto Magno, Al- sea El mismo ni proponerse otro fin último que
fonso el Sabio y el Dante. su increado ser, siendo, por consiguiente, desti-
La Summa Theologica pasará siempre a la no supremo del hombre y centro donde conver-
posteridad como soberbio alcázar de la verdad gen las tendencias de todas las cosas que, jerár-
católica. quicamente subordinadas, forman la vasta escala
El método inductivo y deductivo, no exagera- del Universo, que El sacó de la nada con su poder,
dos ni separados violenta ni arbitrariamente, sino y conserva y dirige con providencia sapientísima,
unidos al principio común de donde parten ; su y donde, aunque pálida y confusamente, descu-
aplicación al estudio de la naturaleza humana y bre nuestra razón la huella de su grandeza y los
la investigación, partiendo de los hechos como reflejos de su hermosura.
materia del axioma de causalidad como forma y Dios, causa primera, fin último de todas las
norma de las facultades del hombre ; la demos- cosas ; el hombre, compuesto de cuerpo y alma
tración de la unidad del principio vital sobre la o forma substancial, y el mundo, conjunto de los
variedad y diferencia de acciones, la esencia y seres finitos que en el infinito tienen la razón de
propiedades de ese principio, la unión esencial su existencia y sus obras : tales son las conclu-
y substancial del alma con el cuerpo, que tiene siones de la vasta enciclopedia filosófica de Santo
por término propio el compuesto humano, el cual Tomás de Aquino.
encuentra su origen, no en la evolución de la ma- El origen y fin divinos del derecho ; la subor.
teria y de la fuerza, ni en la manifestación del dinación del Estado a la Iglesia por razón de la
absoluto panteísta, sino en la acción creadora del supremacía de origen, naturaleza y fin de la po-

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OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. - VOL III 3
carlismo.es
D E A R 1 0 F I L O S O F 1
testad espiritual sobre la temporal ; la forma mo- la Esposa de Cristo, única que puede reivindicar-
nárquica representativa como la más perfecta de las como propias.
las formas de Gobierno, y, por lo tanto, la nega- En estos tiempos en que el escepticismo seca
ción de todo liberalismo y parlamentarismo, pue- en los corazones la fuente del entusiasmo y enerva
de decirse que son las afirmaciones en que se com- las inteligencias y mata las virilidades y energías
pendia la política de Santo Tomás, desarrolladas del carácter, es necesario propagar y difundir la
en las cuestiones de la Summa y en sus admira- sublime filosofía escolástica representada prin-
bles páginas del tratado De Regimine Principum, cipalmente por Santo Tomás, Escoto y Suárez,
comenzado por el Angel de las Escuelas y con- caudillos de las legiones de pensadores cristia-
cluído por su discípulo Tolomeo de Lucca. nos que, a pesar de las diferencias secundarias,
Las falsas libertades modernas están conde- afirman y sostienen el magnífico organismo
nadas anticipadamente por Santo Tomás, sin que de la ciencia cristiana, que bien puede consi-
las libre de sus argumentos la apelación a los derarse como la filosofía perenne de que hablaba
hechos e hipótesis sociales del catolicismo libe- Leibnitz.
ral, porque el Angélico Doctor, que condena todos El absurdo panteísmo de las escuelas germá-
los cesarismos, no admite de ninguna manera nicas ; el oprobioso monismo positivista en que
que el Estado tenga facultad para fijar por sí han venido a parar, por natural consecuencia, las
mismo el límite y la aplicación de sus deberes falsas teodiceas racionalistas y los espíritus in-
religiosos, y por lo tanto, el grado y medida en completos y contradictorios del eclecticismo, to-
que ha de tolerar el error y el mal, cosa que sólo das esas filosofías nacidas al calor de la rebeldía
a la Iglesia corresponde, siendo poderes rebeldes de Lutero y de la revuelta cartesiana, condensa-
a la ley divina, y, por consiguiente, ilegítimos das en la mente de Kant, que abre con sus criti-
los que se adornan con tales atribuciones, que cas abismos temerosos a la razón y puertas a la
no son otra cosa que prerrogativas usurpadas a impiedad, están ya minadas por sus propios ab-

r 34 r 35 I
carlismo.es
surdos, y no podrán resistir por mucho tiempo nacional y todas las inspiraciones del arte que
los golpes de la lógica que les asestan de conti- había pasado por la Península, sentía un amor
nuo los ilustres filósofos católicos, que renuevan a España, que sale y relampaguea en todas las
en todas partes la ciencia del Angel de Aquino, páginas de sus libros. ¿Quién como él ha cantado
dirigidos y alentados por el Gran Pontífice que esa grande España que evocaba aquí en térmi-
ocupa la Silla de San Pedro. nos tan elocuentes el padre Zacarías Martínez?
A este resultado contribuirá seguramente la Y la verdad es que hoy, cuando se han sentido
gloriosísima Orden de Santo Domingo de Guz. tantas veces las injurias y las afrentas de una ge-
mán, en cuyas filas militó Santo Tomás de Aqui- neración, demostrada incapaz de comprender las
no, y que dentro de ella, en este siglo, aun tiene grandezas pasadas y que, para cohonestar las
discípulos como Lacordaire, Zigliara y Zeferino vilezas presentes, suele lanzar con injurias a los
Gonzál ez . tiempos pasados y a sus antecesores sombras para
(Artículo de El Correo Español, no verlos como acusadores de lo que ella está
publicado el 7 de marzo de 189* realizando (Grandes aplausos), ¿quién en estos
tiempos no ha de sentir que el ánimo se deleita,
IV que el corazón se recrea, que el entendimiento
parece que se dilata, con las grandes esperanzas
EL AMOR A LA PATRIA EN LOS LIBROS DE MENÉNDEZ que infunden las páginas del inmortal polígrafo
Y PELAYO. -- NUESTRAS CREACIONES FILOSÓFI-
en que se canta a la madre España? Hoy, des-
CAS Y LITERARIAS pués de catástrofes, de desventuras como han
Menéndez y Pelayo, que buscaba la unidad empañado muchas veces la bandera nacional, se
en todo, que amaba la verdad y tenía sed de be- siente el ánimo regocijado al volver los ojos atrás,
lleza, como amaba tanto la tradición española, y no para maldecir, que eso es obra de hijos ingra-
resumía en su alma todos los arroyos del saber tos y espúreos, a los padres gloriosos, sino para

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carlismo.es
1 D E A R 1 0

enorgullecerse de ellos e imitarlos (Muy bien, helénicos ; nosotros teníamos jóvenes precoces,
muy bien). Así aquella España gloriosísima rea- que apenas se concibe cómo podían juntar en su
lizó, como Menéndez y Pelayo nos ha manifes- entendimiento tantas luces y esplendores como
tado, muchas veces empresas tales, que ellas Fox-Morcillo, el cual armonizaba a Platón con
solas repartidas bastarían para hacer la gloria Aristóteles, y hasta precedimos a Descartes con
de muchos pueblos. Nosotros creamos en el orden Gómez Pereira, y a los agnósticos con Sánchez,
literario un teatro superior al teatro griego; nos- y renovamos la teología con Melchor Cano, y,
otros creamos el drama caballeresco y el drama al mismo tiempo, realizamos en el orden material
teológico de los Autos Sacramentales ; antes que hazañas que asombran y deslumbran.
nadie rompimos las unidades clásicas de la esce-
na y creamos el drama de costumbres y hasta
V
la comedia moderna, y una literatura picaresca
que con su realismo singular se ha anticipado a COLONIZANDO A EUROPA. -- LAS TRES GRANDES

las escuelas modernas sin confundirse con ellas ; TEORÍAS

tuvimos unos místicos como no los ha tenido nin- Si casi colonizamos a Europa ! Porque Bél-
gún otro pueblo, porque el carácter psicológico gica y Holanda eran provincias nuestras, y lo
que los distingue hace que sean superiores a los eran la Borgoña y el Franco Condado, y un feudo
místicos alemanes ; engendramos en el orden in- nuestro Italia, y un lago español el Mediterráneo,
telectual filósofos de la potencia de Suárez, que y un general de nuestros tercios Austria ; y, lo
siglo y medio antes de Kant refutaba a Kant al mismo en la vertiente de los Apeninos y los
tratar de los universales (Muy bien, muy bien. Alpes que en las cumbres de los Andes, nuestra
Grandes aplausos) ; a gigantes como Luis Vives, enseña gloriosa pudo ondear triunfante, porque
sembrador de sistemas y crítico de las corrupcio- Dios, para premiar la fe de España, hizo que
nes de la lógica, que quería restaurar los textos diésemos el espectáculo que no ha dado nadie

38 [ 39 I
carlismo.es
1 D E A R I FILOSOFÍA

en la historia, al que llamaré "un milagro político sol, cautivo en nuestra Corona, parecía el ósculo
hereditario, porque ni Aníbal, ni César, ni Ale- con que Dios agradecido besaba la frente de Es-
jandro, ni Napoleón tuvieron sucesores, pero nos- paña (Gran ovación).
otros hemos tenido dos trilogías de soberanos que
no se han conocido en el mundo. Un día,, Colón La redención y la grandeza de España
depositó un mundo en el manto de los Reyes Ca- rebasando los límites de la epopeya
tólicos; y cuando a la muerte de doña Isabel tuvo Entonces, por primera vez, se confundieron
que plegarse el manto, lo cogió el sayal del en una la Historia y la Epopeya. Los errores que
gran Cisneros (Estruendosa ovación). apuntaba el señor Pidal, de los que daba una
Isabel la Católica, Don Fernando y Cisne- explicación artística admirable en su discurso de
ros ! Y cuando el fraile dejó caer de su hábito el ingreso del señor Menéndez y Pelayo en la Aca-
mundo, lo recogió, para enaltecerlo todavía más, demia de la Historia, quizá hayan nacido al con-
en su manto imperial, el gran Carlos V; y enton- templar el cuadro de España en el siglo XVI;
ces fué, señores, cuando, no sólo lo engrandeció, porque allí la Poesía, la Historia y la Epopeya
sino que, cuando ya abatido el león, fatigado, iba se identificaron de tal manera que es muy difícil
a dormir a los pies de aquella Virgen de Guada- distinguirlas. Sí ; y la prueba está en que todos
lupe (cuyo templo con colores tales nos pintaba los grandes hechos de la Historia han tenido su
el señor Pidal, y que había paseado en triunfo epopeya : la ha tenido la catástrofe del Paraíso
por las selvas americanas Hernán Cortés), al de- y la ha cantado Milton ; la ha tenido el pueblo
jar el mundo, lo recogieron en los brazos sus hijos helénico, y la ha cantado Hornero; la ha tenido
Felipe II y don Juan de Austria, y de tal manera el pueblo romano, y la cantó Virgilio ; las han
lo levantaron y lo estrecharon contra su pecho, tenido, simbólicamente al menos, el cielo y el
que las palpitaciones de su corazón marcaron el infierno, y las cantó Dante ; las han tenido las
curso de la Historia ; y fué entonces cuando el Cruzadas, y las cantó Tasso ; las han tenido las

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carlismo.es
E A R

empresas lusitanas, que eran una parrte de nues-


tra nacionalidad, y las cantó Camoens.
Dos hechos hay que no han tenido epopeya :
la Redención, porque todas las tentativas, como
las de Klostop y Ojeda, eran demasiado grandes
para otros asuntos, pero eran demasiado peque-
ñas para El, que lo abarca todo (Muy bien, muy
bien. Grandes aplausos).
La Redención no tuvo epopeya, y la grandeza
española del siglo xvi tampoco la tuvo.
I Ah ! Si nos fijamos en todos aquellos hom- FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
bres, reyes, guerreros, descubridores, sabios, ar-
tistas..., parece que forman selvas ; nosotros los
vemos aislados, y ellos estaban juntos ; y para
abarcarlos entonces era necesario mirarlos desde
el cielo (Muy bien, muy bien).
Pero os diré más : esa epopeya fué tan gran-
re, que sólo podrían cantarla el cielo y el infierno ;
el cielo, para premiarla con un mundo ; y el in-
fierno, con un rugido de impotencia, que, aun
estando decadentes, todavía la persigue como
si temiera que volviéramos a ser grandes (Aplau-
sos prolongados).
(Del discurso pronunciado en el Tea-
tro de la Princesa en junio de 1912).
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carlismo.es
FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

HISTORIA DE LA CIVILIZACIÓN

Saludo a la concurrencia

Señores : Al subir por primera vez a este sitial,


dos sentimientos dominan mi espíritu ; uno de
gratitud y de pesadumbre el otro. El de gratitud
para vosotros, los jóvenes valerosos, que deseáis
poseer la cultura verdadera ; y el de pesadumbre
para mí, por la grandeza de esta cátedra, la mag-
nitud de esta empresa, aparte el estorbo que me
ocasionan mis múltiples ocupaciones y la impo-
sibilidad material en que me ponen a menudo
mis enfermedades. Por todas estas causas, yo no
podré venir aquí con aquella frecuencia que la
explicación de estas lecciones supone, pero sí en-
viaré escrita mi conferencia para que algún ami-
go de esta casa os la dé a conocer.

[ 45

carlismo.es
FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
E A R 1 o
de verdadera trascendencia para la vida social
Por otra parte, un júbilo grande, que se ha
no se crean ni fabrican a priori; que aquellas ins-
posesionado de mí, se sobrepone a esa pesadum-
tituciones de eficacia verdadera se manifiestan,
bre ; y es el júbilo que me produce la creación de
no se crean.
esta Academia Universitaria Católica ; con más
Así sucedió con las inmortales Universidades
aquel que me daré yo al estudiar la Historia de
de cultura europea, esos vagidos de la ciencia,
la Civilización que, corno es natural, lleva incluí-
esos grandes monumentos del saber de los pasa-
da la de la Barbarie.
dos siglos, en que, no existiendo recintos capaces
Es, por otra parte, una empresa de gigante
de contenerlos, tenían que poner las cátedras en
acometer el estudio que me propongo hacer ; por-
la plaza pública.
que, con la Historia de la Civilización, no podrían
De ese modo poco aparente, de esa manera
una legión de titanes, pues ella es como una cor-
pobre y humilde, empezamos nosotros en esta
dillera de plomo, que aplastaría al osado que in-
Academia ; reuniéndose un día varios jóvenes ge-
tentara dominarla.
nerosos, y llevando a cabo su propósito, comien-
Pero no podéis negar la grandeza que repre-
za a funcionar la Universidad libre. I Ah! La
senta el hecho de acometer el estudio de las leyes
Universidad libre ! esto es otra prueba de mi re-
generales de la Historia de la Civilización en todas
gocijo.
las naciones ; y tras esa grandeza me oculto yo,
fr Porque la enseñanza debe ser libre ; pocos días
para que así no se vea mi pequeñez, y sí.sólo
ha, nuestro Obispo lo manifestaba en el Senado,
la magnitud de la empresa.
combatiendo así el monopolio docente del Esta-
do. I Del Estado libre ! Notad, señores, la con-
Modo de surgir las Universidades
tradicción : ese Estado, que comienza asegurando
no conocer nada, que nada sabe de los grandes
Esta concurrencia que aquí veo, me entusias-
problemas que al hombre y a la sociedad se re-
ma y cerciora en mi idea de que las instituciones
47 ]
[ 46 ]
carlismo.es
fieren ; él, que no admite ningún principio fijo, ni
las sectas, a fin de contar con soldados con que
religioso, ni moral, ni jurídico, él, se convierte en
seguir combatiendo a la Iglesia de Dios.
pedagogo, monopoliza la enseñanza y no con-
siente que nadie comparta con él esa tarea.

Centros de enseñanza
Quiénes son los maestros
Pero es inútil que el anticlericalismo quiera
Los maestros por derecho natural y por dere-
vencemos, porque no necesitamos de centros ni
cho divino, son los padres y la Iglesia ; los prime-
de liceos ; nos bastan las plazas públicas para
ros, por prescripción de la naturaleza ; la segun-
sembrar nuestras doctrinas, del mismo modo que
da, por concesión de su divino Fundador, cuando
a Dios le bastó la nube y el Sinaí, cuando nos
la dijo : Docete omnes gentes. Esos son, pues,
dió el Decálogo, regla de nuestro entendimiento
los dos únicos que tienen la misión de enseñar !
y de nuestra voluntad ; del mismo modo que
Aqui, en este centro, profesamos la doctrina
Cristo no necesitó centros docentes, para dejarnos
de que la escuela debe ser una prolongación de
en el Sermón de la Montaña la expresión más
la familia, y la Universidad continuación de la
viva de la caridad cristiana ; del mismo modo
escuela ; y que al Estado no le queda otra misión
que no necesitó más que el Calvario para anegar
que fomentarla, cuando la sociedad no puede, al mundo de amor (Aplausos).
por sus propios medios, desenvolverla.
Señores : una sola vez desarrolló Jesús su doc-
No tiemblo por el porvenir de esta escuela,
trina en el templo, y fué para disputar con los
fundada sobre tan legítimas bases. doctores (Grandes aplausos).
El jacobinismo francés llega en sus absurdos
a negar la facultad de enseñar a los padres, pero
es para así llevar a los hijos a que les eduquen en

[ 48 ] [ 49 ]
carlismo.es
°IRAS DE VÁZQUEZ MELLA - VOL III 4
A FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

Pero hay también que combatirles en su prin-


cipio : si no hay más método que el experimental,
Refutación del positivismo
la Religión, la Metafísica, lo suprasensible, no
constituyen ciencia. ¡ Ah ! Es que a esta conclu-
Pero es ciencia la Historia que, aunque así sión, era a la que deseaban llegar. Es que no otra
se llama (experimental), poco tiene que experi- cosa desean sino negar lo sobrenatural. Mas el
mentar ; a nada queda reducida, a poco que se castillo ellos se lo fraguaron, la consecuencia cae
descubra la corteza. sobre ellos mismos ; porque si la ciencia es una
Aseguran ellos, los partidarios de esa doctri- sucesión de fenómenos, como todo tránsito supo-
na, que no hay más método que el experimental ; ne pasar del no ser al ser, ¿ existe o no una causa
pero, como esto no es un axioma, cabe pregun- productora de ese paso ?
tarles ¿ cómo lo probáis? Para ello tienen que Y en entrambos casos quedan presos en el
valerse de método no experimental, contradicién- principio de contradicción.
dose en el principio (Aplausos). Queda todo reducido, pues, en último térmi-
¡ Refutad el sistema contrario, que admite lo no, a una creación sin creador ; ¡ a la nada con-
vuestro y lo completa y complementa; que, al vertida en ser que produce algo ! (Aplausos).
hacerlo, usaréis un método que no es el vues- No puede haber cambio sin algo que cambie.
tro y os negaréis a vosotros mismos! (Grandes Si el mundo es una serie de fenómenos, caemos
aplausos). en el absurdo si no admitimos el Creador. Que-
Les queda, pues, como razón, el porque sí'. darían esos fenómenos convertidos en sombras ;
Pero esto no es fundamento científico. más aún, en sombras de sombras.
¡ La fuerza y la materia !, dos universales. Pasan, esos partidarios de la teoría que com-
¿Cómo queréis sacar de ahí la materia en con- batimos, de la potencia al acto ; se quedan con
creto? (Aplausos). hechos que son fantasmas ; ¡ ni aun se les puede

50 '45

carlismo.es
FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
E A R 1 0
ra. Toda su doctrina es una arbitrariedad, pues
comparar con la película de un cinematógrafo,
la razón humana no empieza por la intuición,
pues no tienen ninguna realidad !
sino que su primera función es discursiva.
¡ La nada queriendo ser (Aplausos).
Un grande apuro es el en que se encuentra
esa escuela, al afirmar que nada sabe de nada
Sucesión de las teorías experimentalistas y al llamarse ciencia ; pues ¿ qué clase de ciencia
es ésa que no sabe explicar los conceptos y las
Del experimentalismo, de esa cadena, mejor
cosas, cuando es lo único que tienen que expli-
diré, de esos anillos sueltos de hechos, vino a pa-
car las ciencias? (Aplausos).
rarse al fenomenismo ; de ahí se pasó al idealis-
Kant no cree en la razón, pero cree en los re-
mo ; del idealismo al subjetivismo, y hoy al so-
sultados de su crítica. Que el hombre es la me-
cialismo, que viene a ser algo así como afirmarse
dida de las cosas. ¡ Curiosa proposición !
a sí mismo ; ni eso, porque sería preciso conocer-
En esto se parece a Copérico ; que si éste
se a sí mismo, y al objeto externo ; queda, pues,
puso el centro del sistema planetario en el Sol,
sin nombre, ¡ es la hipocresía de la nada
cuando creían que estaba en la Tierra, Kant puso
Así fué como llegamos del experimentalismo
todo el centro social en sí mismo. ¡ Con otro Co-
al neokantismo, la escuela más inútil que se
pérnico como él nos disolvemos como sociedad !
conoce.
( Aplausos) .
Al hablar de la Historia, tenemos que hablar
No comprendió nunca Kant el principio de
de esta doctrina.
causalidad ; no creyó en la existencia de Dios.
Su supuesto, del que partía en sus investigacio-
La escuela kantiana nes científicas, era el subjetivismo del espíritu.

Kant afirma que el conocimiento sensitivo de


lo universal viene de dentro, y lo singular de fue-
53
[ 52 1
carlismo.es
E A R 1 0

prensiva que la del siglo XIII; que no es la cien-


Los agentes de la Historia cia católica una laguna de aguas fijas, que se des-
borda con una gota más.
Señores los agentes de la Historia son Dios ¿Qué es el universo mundo sino una som-
y el hombre. Kant no conocía la ciencia que cri- bra? ¿Cómo hemos de comprende r nada de é'l
ticó, y como a él les pasa a todos esos que siguen sin remontarnos a la causa? Y ésta, ¿ cuándo la
su escuela, por no venir a navegar por las clarí- conoceremos? Ni un solo átomo, reflejo de la
simas aguas de la cristiana. omnipotencia del Creador, abarcaremos comple-
Leibnitz hablaba de la filosofía perenne ; y tamente, pues todo es copia de un arquetipo
ésta es la cristiana, que en la Edad Media se man- eterno. Para ello será preciso disponer, en este
tenía firme, pero escueta como una roca ; que mundo, de la ciencia ; la visión nos está reserva-
más tarde se alzó como un palacio de hermosura da para el cielo (Grandes aplausos).
deslumbrante, y que hoy puede enriquecerse y Cabe, pues, un progreso inmenso y nunca
modelarse más aún. agotado de la ciencia católica. Pues el progreso
se reduce a descubrir verdades no conocidas, a
En la filosofía cabe progreso deducir nuevas consecuencias, a relacionarlas de
manera nueva ; y estas operaciones no están ago-
Creo que la dialéctica aristotélica puede re- tadas ni lo estarán nunca.
formarse. Están en un error esos escritores cató- Podremos invitar a los librepensadores a re-
licos que creen que la filosofía y aun la teología batir esas nuestras manifestaciones ; a ellos, que
están acabadas. ¡ No, ni lo estarán nunca, por están ligados por una cadena que les ahoga ; la
ser copia de un arquitecto eterno ! del dogma.
Si Santo Tomás viviera hoy, escribiría una
nueva Surnrna, más vasta, más amplia, más com-

[ 54 ]

carlismo.es
E A R 1 o FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

Y no es discutible que la escuela católica


Valladar para la libertad de enseñanza tiene cuanto de grande tiene la ciencia. Secchi
— no dirá nadie que era obscurantista estudiando
Por desgracia, hace años que la cátedra no al sol, — Pasteur, a quien vi en Misa, con su
tiene esa ligadura, y estamos tocando las conse- devocionario, como si a través de él descubriera
cuencias, la pobreza y ruindad de nuestras dis- los grandes arcanos científicos y pareciendo la
quisiciones científicas. Aun dentro del error estatua orante de la ciencia... (Grandes aplausos
mismo, no han adquirido aquella grandeza o no- y bravos y vivas).
vedad que las hicieran capaces de pasar la fron- De Maistre, que profetizó que del escaso y
tera 1 (Aplausos). superficial estudio se va al materialismo ; pero
¡ Niegan a Dios y están condenados a esteri- que, el día de la plenitud, la Iglesia y la verdad
lidad ! Me hacen el efecto de una mosca que se adquirirían un nuevo brillo en el mundo.
quejara de falta de libertad en la Catedral de To- Por ese camino vamos. El ciclo del error va
ledo 1 (Risas y aplausos). recorrido y vuelve a su primer punto de partida.
En cambio, señores, los grandes atletas del Todos debemos ir por ese emprendido ca-
espíritu pasan por ahí, pasan por nuestras cáte- mino.
dras. Desde Cristo acá, en su Iglesia bendita ;
desde Cristo atrás, por los patriarcas y profetas,
hasta la Creación. Acción de la Iglesia en el mundo

Lumbreras católicas ¡ Ah, negar a la Iglesia su acción sobre el


mundo, es desconocer la Historia ! A la caída
Balmes ya dejó dicho que la Religión es la del Imperio romano, con los restos que quedaron,
Filosofía de la Historia. con la avalancha bárbara y con los elementos in-

1 56 [ 57

carlismo.es
BARIO FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

dígenas, la Iglesia, a manera de misteriosa abra-


zadera, constituyó las naciones. El protestantismo
Esos espíritus superficiales no comprenden la
importancia de esa acción. No consideran que la Este es el intérprete de la Religión ; la crítica
Iglesia tomaba sus miembros de esos elementos precediendo a la fe. El hombre, constituyéndose
componentes, entre los que aun quedaban la cloa- en centro y haciendo a Dios objeto de su crítica.
ca pagana y la muchedumbre bárbara. 'Y sin Planteóse el litigio entre un intérprete no ade-
embargo, en pocos siglos, del y al >u, transforma cuado y la cosa interpretada, dejando mal para-
al mundo ! da la autoridad religiosa, y consiguiendo hacer
Los que antes eran guerreros bárbaros son fuente de discordia en esas verdades.
ahora los cruzados, esos caballeros andantes de Se proclamó luego la revolución religiosa con
la virtud y del honor, pasmo de la Historia ! la autonomía de la razón, llegando, en los si-
(Aplausos). glos xvii y xvm a establecerse las relaciones del
,

Y sobre todo, la unidad moral que consiguió orden natural con el sobrenatural, 'planteando
hacer, presidió al mundo. Con su Decálogo, con el problema del materialismo entre la razón hu-
su Símbolo y con su Sermón de la Montaña, unió mana y Dios, viniendo a parar en la negación
las almas, los entendimientos y los corazones,.po- de Dios, puesto que no admitían la dependencia
sesionándose de todos, ocupándolo y mejorándolo de El.
todo al descender de la altura en que estaba con Se procedió luego a querer explicar el Uni-
su unidad espiritual. verso por la evolución, sancionando que lo menos
Entonces alzáronse de la cloaca los miasmas produce lo más ; engendrando mineralmente la
y surgió la protesta. vida.
Por último, se llegó a este término increíble:
el hombre es sucesión de las demás especies ;

[ 58 I [ 59 ]

carlismo.es
D E - A R I 0
FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
entre el hombre y las bestias no hay diferencia.
Ahora bien ; como todo eso es mucho para
I El bestialisrno como consecuencia de haber he-
un solo curso, se tendrá que abreviar y resumir ;
cho al hombre Pontífice y Dios
además, muchos días no podré venir, y enviaré
la conferencia escrita, que tiene, por otra parte,
la ventaja de poder precisar mejor conceptos e
Los videntes de la Historia
ideas, a veces rebeldes a la manifestación de la
palabra.
Laínez anunció la revolución del siglo xviii
y del xix cuando vió el predominio de las doctri- Resumen
nas filosóficas, hijas de la Protesta.
En resumen : ya que no pude asistir el día
Donoso Cortés previó que un Bonaparte con-
de la inauguración, como era mi deseo, hoy apro-
cluiría con la revuelta francesa del cuarenta y
vecho esta ocasión para dirigiros un saludo, el
ocho, y luego, cuando vió la realización de la
más entusiasta, que os anime a seguir en vuestros
unidad italiana, anunció la otra unidad del Rhin
trabajos.
y la conclusión de la
ranfcesa.
Y aunque yo no necesito hacer profesión de
fe, porque toda mi vida la he dedicado a defen-
Relaciones entre los hechos y la Historia
der la Iglesia católica, conste que, por encima de
todo interés, por encima de todos los conceptos,
Tienen, además, los hechos, una relación de
someto mi inteligencia y mi voluntad a la Iglesia
dependencia y. otra de contrariedad, que ayuda
católica en toda su integridad ; y si algo hubiera,
a explicar la Historia. Así la lucha en los siglos
que creo que no, en mis doctrinas, que no ya con-
xvi y xvii entre la Protesta y la Iglesia, explica
tradijera, sino que se apartara de la Iglesia, será
y es como la premisa de los posteriores hechos
indeliberado, y, desde ahora para siempre, lo doy
que todos estamos tocando.
por no dicho.
[60 ]

61 ]
carlismo.es
OZ.W.W.11.1.5111:111,'

D FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

En estos tiempos del modernismo, que es la la verdadera poseedora de la verdad. i La unidad


herejía más sutil, más perversa, que es la sín- imponiéndose a sus enemigos, que sólo la tienen
tesis de todas las herejías ; que se desliza por el cuando se trata de combatirla !
Crucifijo para llegar a introducirse en la llaga sa-
,
Hace dos mil años que no lo consiguen ; por
cratísima y morder allí... (Aplausos atronado- eso, cuando mi lengua quede muda, cuando ya
res) ; en estos tiempos, digo, afirmo resueltamen- no pueda esgrimir la. pluma, mi última mirada
te que la Religión es objetiva, pues es relación será para el Crucifijo, expresión del amor y de
del hombre con Dios ; que tiene un órgano de la fe (Ovación indescriptible).
interpretación infalible, y que una prueba de su (De una conferencia (mtly extracta-
da) que pronunció en la «Acade-
divinidad y de su infalibilidad está en los años mia Universitaria Católica», el día
que lleva luchando con sus enemigos, sin perder 13 de noviembre de 19o8).
ni variar. Todas las instituciones humanas tienen
modificaciones, sufren cambios ; ella sola se man-
tiene enhiesta y tranquila, aguantando impávida II
y serena los ataques de los nuevos picapedreros
de la religión, sin conseguir sojuzgar ese fuerte LA SECULARIZACIÓN Y EL BESTIALISMO

inexpúgnable donde habita la divinidad.


Y lo mismo en el orden social que en el polí- Señores : El estado de mis nervios impone
tico, todos se juntan, todos aúnan sus esfuerzos reposo a mi lengua, pero el deseo de correspon-
para combatirla, no consiguiendo sino hacer pa- der a vuestra bondad pone movimiento a mi
tente cómo desisten de sus mutuas discordias pluma.
cuando se trata de luchar con la Iglesia. Y mien- Debiera empezar hoy estudiando el concepto
tras tanto ella, viviendo tranquila en su esplén- de la Civilización, investigando sus leyes y carac-
dido aislamiento en la Historia. Por eso es ella teres, el origen y el fin de la sociedad, y después,

62 3 - [ 63

carlismo.es
FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
D E A R I O
Enciclopedismo, la Revolución, el Racionalismo
como la ascensión de lo imperfecto a lo perfecto,
y el Positivismo de la Edad Contemporánea, que
guiada por un orden preestablecido, fijar en suce-
llega a esta consecuencia, que hubiera sublevado
sivas conferencias la idea del Progreso, medio
a los mismos pueblos paganos asentados en las
necesario para que la civilización se alcance;
tinieblas del error, pero no de la impiedad, que
analizar la idea de la evolución enroscada toda-
ignoraban pero no odiaban a ¡Jesucristo : romper
vía, como la serpiente paradisíaca, al árbol de la
toda relación con la divinidad, negándola y de-
ciencia contemporánea; partir sus anillos con la
clarándola inaccesible a la razón y a la voluntad
espada de la dialéctica y el martillo ensangren-
humana, es decir, arrancando toda idea religiosa,
tado de la pasión, para mostraros, finalmente, los
primero del Estado, después de la sociedad, y,
muros de las dos ciudades que se reparten los
por último, del individuo, secularizando la vida
dominios de la Historia : una, iluminada con los
entera, desde el nacimiento hasta la muerte, para
resplandores celestes del ideal cristiano ; otra,
que, en vez de la oración, del reconocimiento y
con las llamas de todas las pasiones, como sa-
del amor, se levante de ese mar muerto de la
liendo de un cráter del infierno para tomar pose-
conciencia humana el vaho de una inmunda blas-
sión del mundo después de abrazar la Cruz.
femia que provoca la ira del Cielo como en las
Así aparecerían, de un la d,olas sociedades
ciudades degradadas de Pentápolis.
modeladas según el Símbolo, el Decálogo y el
Entonces os mostraría, con la claridad de la
Sermón de la Montaña, y, del otro, los que los
evidencia, que la negación de los deberes reli-
desconocen o los niegan ; el naturalismo pagano,
giosos individuales y sociales supone la negación
que adulteraba con el panteísmo y el dualismo
de Dios, que no existe si no tienen con él relación
oriental y el politeísmo occidental el depósito de
de dependencia y de finalidad los hombres.
las verdades religiosas primitivas, conservadas en
La negación de Dios supone el monismo pan-
la Sinagoga, que fué la Iglesia antigua ; y el neo-
teísta para explicar el origen y la variedad de
paganismo apóstata, fraguado por la Protesta, el
[ 66 J
[64 ]
III
carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol.
FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
los seres. El monismo implica, como desarrollo con el infinito, comprende todas las diferencias
fatal de un todo único y absoluto, o la evolución psicológicas que separan al hombre del animal.
de la materia y de la fuerza primitivas, el deter- Por eso la negación parcial o completa de la
minismo, que niega la libertad, reduciéndola a un Religión conduce a esta oprobiosa consecuencia :
consiguiente necesario y antecedentes inevitables, el hombre es un animal perfeccionado, y el ani-
o la adaptación forzosa a un medio irresistible, la mal un hombre imperfecto ; entre los dos hay
negación de la libertad, la del orden moral y la diferencias de estado, pero no de naturaleza. Es
de la persona humana ; aún más , la
negación e d decir, que la impiedad reniega de los dogmas re-
la libertad arguye la de la inteligencia, porque el ligiosos para establecer éste en que se encierra
que no puede elegir, es porque no puede delibe- ella misma : el bestialismo, la identidad del ani-
rar ; el que no puede deliberar, no puede juzgar ; mal y el hombre.
y el que no juzga, no piensa ; y como el ser que Esta es la razón de que la historia de todos
es libre y no piensa, pero se mueve y siente, es los sistemas filosóficos y de todas las ideas reli-
un mal, la lógica, juntando el primero y el último giosas que han pasado por el entendimiento de
eslabón del epiquerema, después de haber mos- los hombres, llegue en último extremo a esta dis-
trado todos los intermedios que los enlazaban, yuntiva inexorable : o Teología o Zoología. No
deducirá esta conclusión que los cierra : secula- hay término medio. Hacia Dios o hacia el polvo.
rizar equivale a animalizar. No se puede renegar Volar o arrastrarse.
de la Religión sin asesinar la razón. Si el ateo no Y como ya os he indicado en la primera con-
fuera el supremo ignorante, sabría que no puede ferencia, que entre toda la inmensa variedad de
blasfemar sin escupirse. hechos que abarca la Historia hay uno en que
La Religión, por el conocimiento de lo supra- convergen, porque es el primero de los hechos
sensible y de lo sobrenatural que supone, y por sociales : la naturaleza humana ; es imposible
la práctica de los deberes que ligan al ser finito que el concepto que de ella se tenga no influya

{ 66 3 [ 67
carlismo.es
D E A R I 0 FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

en los demás y que las leyes de conjunto estén de la unidad interna y de sus formas, sus altera-
en oposición con las le
yes psicológicas y mora- ciones por la culpa, el perfeccionamiento por su
les del hombre ; porque no puede tener el todo autor, la ruptura por el orgullo, el castigo por las
propiedades contrarias a las esenciales de sus consecuencias de la ruptura, y la restauración
partes. después del castigo, forman la historia del espí-
Así esa misma ley que lleva al hombre, según ritu humano, porque todo lo que no es ella por
la doctrina que le dirija, a las elevaciones de lo ella se explica.
sobrenatural o a las degradaciones de la bestia, La unidad de la fuerza, unas veces sometida
imperará sobre los pueblos, que, según reine Epi- a la unidad interna, otras sublevada y otras do-
curo o Jesucristo, irán hacia un muladar o hacia minante y queriendo sujetar por fuera lo que se
un Edén. En otras lecciones, partiendo de los ha roto por dentro, y acabando siempre por di-
conceptos primeros, lo demostraré filosóficamen- solverse en la impotencia, es la Historia de todas
te : hoy quiero alterar el orden y ofreceros la de- las Revoluciones y de todas las tiranías, la cari-
mostración a posteriori, en una visión sintética catura del error, queriendo reproducir con sus
de la Historia mirada desde una sola ley y que sombras el edificio de la verdad, no haciendo otra
pueda considerarse como un capítulo de Filosofía cosa que marcar mejor sus contornos.
de la Historia.

Las dos unidades Los tres capítulos de la Historia

Dos unidades gobiernan al mundo, por pre- La Historia no tiene más que tres capítulos :
sencia o por ausencia, por armonía o por lucha : la unidad interna en sus distintas categorías de
la unidad religiosa o moral, que es interna, y la conocimiento y de práctica, la anarquía en sus
unidad de la fuerza, que es externa. El origen diferentes grados y formas de disolución, y la

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A R 1 O FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

unidad externa en sus diferentes clases de opre-


sión. Pero la unidad moral, que existe al princi-
La ley de las invasiones. — Castigo
pio, que adulterada y combatida existe siempre
de las civilizaciones corrompidas
en el medio, brilla también al final ; la Historia,
como el hombre, viene de Dios y va a Dios, y El
tiene el centro, que es el Calvario, quedando a los Los cuatro imperios orientales demarcados
, en
lados de esa cadena de hechos la libertad huma- tre el Éufrates y el Indo, que adoraban el vicio
na, para torcer los anillos y romperlos, y susti- en el culto de Militta, se invaden mutuamente,
tuir los de oro por los de hierro, pero sin lograr derribando los más sanos a los más corrompidos,
nunca cortar el hilo invisible que los enlaza y que que caen bajo la espada vencedora entre llamas
fué anudado en la Encarnación del Verbo, que y meretrices, como el primer imperio asirio, y en
juntó sin confusión y unió sin separación lo finito una inmensa orgía como el de Babilonia, hasta
y lo infinito, asumiendo la Humanidad en com- que el de Persia, el más viril, los reúne a todos
pendio eminente todo lo creado en la Divinidad bajo el cetro de Ciro, y, presa a su vez de la
que es su causa. molicie oriental, no tarda en caer amortajado en
La persona de Cristo es el centro universal. la púrpura de Alejandro ; y cuando el triunfador
Toda la Historia va hacia la Cruz o de espaldas muere desvanecido con los vapores orgiásticos de
a la Cruz ; pero a la Cruz hay que mirar siempre Babilonia, sus generales se reparten las piezas de
para fijar su dirección y las cumbres a que llega su armadura, porque no hay ninguno capaz de
y los abismos en que cae. soportarla entera, y, con una anarquía de ambi-
ciones impotentes donde no hay más unidad que
la infamia, facilitará el paso de las legiones de
Roma para que acampen sobre sus despojos.
En Grecia, Atenas, artista y sensual, cae bajo

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carlismo.es
E A R I O FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

el doble cetro de la férrea Esparta ; y cuando el pedestal común de los esclavos, se embriaga
Esparta se rebaja con la influencia enervante y con los perfumes de Oriente, duerme en los pen-
seductora de Atenas, la domina la ruda Beocia; siles de Grecia, abandona los arreos militares y
y cuando el genio que acaudilla la fuerza de Beo- se pasa la vida entre Venus y Baco, bañando el
cia la deja huérfana de unidad, Macedonia, que cuerpo fatigado en las termas y el alma epicúrea
la posee y que es más inculta aún que Beocia, en la sangre de los circos.
pero que se conserva más sana que todos los El último triunvirato había acabado ya con la
demás Estados helénicos que apenas la quieren degradación de Antonio en el lecho de Cleopa-
reconocer como de la propia raza, los avasalla a tra, donde más que en Accio tuvo digna cuna
todos con poco esfuerzo y sin que se oigan más aquel Imperio, que, con pocas excepciones, pare-
protestas que los lamentos de un tribuno, que se lob
ció una procesión de os vadeando ríos de san-
encarga, sin pretenderlo, de pronunciar la ora- gre. En sus márgenes celebraron festines capaces
ción fúnebre. de arruinar un reino los Lúculos y Heliogábalos,
Cuando la púrpura macedónica, extendida mientras debajo de sus, plantas gemían la virtud
desde Atenas hasta Babilonia, sirve de dosel al en las catacumbas y la libertad en las ergástulas,
cadáver de Alejandro, que tiene los funerales hasta que, llena la copa de las abominaciones,
sangrientos que él había predicho, y la corona como en las ciudades de Pentápolis, a un soplo
dejada al más digno no encuentra cabeza que de Dios irritado se estremecieron las selvas de
ceñir, Roma, que tiene todavía más de la sencilla Germania, y dieron a luz un ejército de tribus
rusticidad primitiva que de la cultura helénica, bárbaras que subió sin fatigarse los Alpes blan-
emplazada por la Providencia, acude a la cita, y diendo la lanza que atravesó el pecho de Roma.
Grecia y Asia caen arrodilladas a sus pies. Cuando cayó en el suelo su cadáver, tembló
Pero llega una época en que el altivo patri- el mundo. Providencialmente había sido partido
ciado romano y la plebe elevada a su altura sobre antes el cuerpo en dos mitades, para evitar que,

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1 D E A R 1 O FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
si caían juntos, les sirviese Europa entera de a quien matar, se degollaron unos a otros, los mo-
ataúd. derados y los jacobinos. Sólo faltaba una cabeza,
que debió aparecer en la escena al representarse
la tragedia y que la muerte se llevó demasiado
La Revolución Francesa pronto, la de Voltaire, el viejo sin ancianidad,
que tenía en el cesto fúnebre su puesto para ha-
Francia la llamó (a la revolución) con un cla- cerse a sí mismo su última mueca.
mor tan fuerte que parece que Sodoma y Grecia La revolución no se ahogó en la sangre de l
y Roma, decadentes, se habían juntado para pres- clero,. de la nobleza, del pueblo, de la monar-
tarle sus acentos. Y llegó como una noche fune- quía, ni de sí misma ; se ocultó un poco, afren-
ral que borró del cielo el sol y de las almas la tada con el asombro de los demás ; pero después
virtud ; y cuando empezó a amanecer el orden, asomó la cabeza ensangrentada y ganó a nado la
el mundo vió con espanto sobre un mar de sangre orilla del Poder y en el Estado fijó su domicilio
una isla de esqueletos y de escombros, sirviendo público, sin abandonar los secretos que ama tan-
de pedestal al cesto de la guillotina, que había to. Unas veces tomando la forma de Nerón y de
suspendido su tarea porque no tenia más cabezas Herodes, y otras la de Pilatos y Juliano, se ha
ilustres que segar. extendido por el mundo y ha penetrado como un
Allí estaba la de Luis XVI, que representaba aire viciado en los pulmones de Europa. Antes
la autoridad ; la de Andrés Chenier, el arte ; la podían señalarse los focos de infección y demar-
de María Antonieta, el amor martirizado ; la de carlos ; hoy está envenenada la atmósfera. ¿Cómo
la princesa Isabel, la virtud ; la de Lavoisier, la podrá sanearse ?, con una cosa cuyo solo nom-
ciencia ; y, elevada en una pica, la de Lamballe, bre produce convulsiones a la impiedad : con
que representaba la hermosura ; y también esta- incienso !
ban allí las .de los verdugos, que, no teniendo ya ¿Le quemará Europa en el altar, postrándose

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carlismo.es
1 E A R I 0 FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

de rodillas ante la unidad religiosa y moral per- desde la cima del Estado hasta las llanuras so-
sonificada en Cristo ? Es más fácil que queme el ciales, aplastando todo lo que defendía. Una nube
altar y que se adore a sí propia. Hoy los Es- de ceniza pasará por el horizonte girando en lar-
tados son ídolos con culto interno, porque se gos torbellinos, semejantes a los pliegues del
adoran a sí mismos. manto de la muerte ; las llamas, asomándose en-
tre los escombros, señalarán el camino que va re-
¿Se querrá contestar con la unidad de la fuer- corriendo el exterminio acompañado de rugidos
za pública? Pero si está variando de sitio ! El y lamentos, y, al extinguirse las últimas hogueras
servicio obligatorio de una supuesta democracia como cirios apagados en charco de sangre, ven-
providencialmente estúpida, coloca las armas en drá la noche, la terrible noche, extendiendo sus
las manos de la muchedumbre sublevada para crespones sobre cementerios habitados por el si-
que fusile mejor a una sociedad que vacila sobre lencio y que fueron espléndidas ciudades ; y allá
los sillares quebrantados de sus cimientos. Que en el confín de las sombras, como una línea si-
lo oiga bien esa burguesía escéptica, médula del niestra, centelleará satisfecha la roja pupila de
régimen parlamentario, que ha propagado la im- Luzbel.
piedad y ha roto la unidad moral del pueblo,
creyendo que, al envilecer su alma, iba a cabal-
gar cómodamente sobre su cuerpo, manejándole El peligro amarillo
con las riendas del Poder y alimentándole con los
despojos de su riqueza, que antes fué de la Igle- ¿Y dónde estará esa, barbarie, providencial-
sia y de los pobres... ¡ que lo oiga bien ! La huel- mente dispuesta para marcar con el hierro la
ga de los soldados será la última huelga. Enton- frente de un mundo apóstata que reeemplazó la
ces el orden material, sin lazos con el Cielo, ro- Cruz con el signo de la Bestia? Allá en Oriente,
dará, como un alud que desploma la tormenta, la tierra de los prodigios, fuente primera de las

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carlismo.es
E A R I 0 FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

invasiones germánicas y musulmanas, hay un y 400 millones de seres humanos, sacudidos por
pueblo al que Europa comunicó su cultura ex- una corriente eléctrica que los haga despertar de
terna, pero no la civilización interior, la fe y la la inercia del opio, atraídos por el colosal botín
moral que a ella le falta y que se ha puesto ya de una civilización espléndida deshecha, el mar
en movimiento hacia Occidente. Un día su cultura de la raza amarilla empezará a lanzar sus olas ;
y sus armas se extenderán por la inmensa China, y si la muralla eslava, muy quebrantada con los
siglos y siglos amurallada, como si esperase la explosivos nihilistas, se rompe o es empujada so-
orden de romper su propio cerco y entrar en la bre el castillo germánico, se desatará una co-
historia general con la suya solitaria, larga y mo- rriente asoladora, ante la cual parecerá un arroyo
nótona como sus torres de porcelana. la que atravesó el Imperio romano y crujirá sobre
Y entonces el pueblo, dotado de admirable sus cimientos Europa anegada.
aptitud para las artes mecánicas, que funde su La obra que empezaron los bárbaros de den-
vida privada en la pública, y la pública en una tro, la completarán entonces los bárbaros de fue-
vaga idea religiosa que no tiene fuerza para le- ra. Chocarán hasta deshacerse las clases y los
vantarle de la materia, hacia la que gravita su pueblos, y parecerá que las cordilleras se levan-
alma utilitaria, cruel y sanguinaria hasta haber tan de sus asientos de granito para tomar parte
secado el sentimiento de la maternidad, estable- en el combate. La civilización está entre dos peli-
ciendo el asesinato legal de los hijos para impe- gros : el peligro social y el peligro amarillo. ¿Sa-
dir con una economía malthusiana el crecimiento brá evitar los dos ? Yo creo que no evitará nin-
de la población, se agitará como un Océano ; y si guno.
el Mikado y el hijo del cielo se funden en una
persona, no se necesitará más que un Gengis-
Kan que surja de la estepa, un Tamerlán con ca-
ñones de tiro rápido que dé la orden de avanzar,

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carlismo.es
O FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

La unidad externa puede coexistir con la in-


Dos unidades terna cuando cumple su deber de ser su sierva ;
pero, si quiere ser señora, la unidad interna mue-
Esta es la explicación sobrenatural y teoló- re, porque es una reina que sólo puede vivir en
gica de por qué la ley histórica de compensación el tronó.
entre la civilización y la barbarie se cumple rigu- No hay más unidad interna que la que liga
rosamente. a los hombres por sus facultades superiores, por
Y esa ley, que es un capítulo de la verdadera el entendimiento y la voluntad, o determinándo-
Filosofía de la Historia (que completa está toda- las más, y, en lo que se refiere a sus acciones,
vía por escribir), tiene su fundamento en otra ley por la conciencia y el corazón. Ligarlos por las
sociológica de que no es más que la expresión facultades inferiores sensitivas y vegetativas de
sucesiva al través de los siglos, y que, como todas la vida orgánica, sería el vano propósito de for-
las de su estirpe, tiene sus raíces en la Psicología mar sociedades animales con seres racionales,
y en la Teología. sin tener en cuenta que la inteligencia disminuye
No hay sociedad sin unidad, y no hay más el instinto y la libertad hace imposible su rigidez
que dos unidades que puedan ligar a los hom- inmutable.
bres: la interna y la externa, la moral y la física ; No hay más manera de ligar la conciencia y
porque a los hombres sólo se les une por los cuer- el corazón que por medio de una creencia y de
pos o por las almas, si no se les junta por los una moral, de un Símbolo y un Decálogo. Pero
dos lados a un tiempo. Si no existe la unidad si la creencia y la moral son dependientes de la
moral, tiene que existir la unidad física ; porque, razón individual que las custodia y las intrepreta,
si no existe ninguna, los hombres están disper- la razón individual es independiente del Símbolo
sos. Hasta para estar en guerra necesitan unirse y del Decálogo, porque son ellos los que depen-
los unos contra los otros. den de larazón .

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carlismo.es
OBRAS DB VÁZQUEZ MUJA. — Vol. III
D E A R I 0 FILOSOFÍA DE LA HISTORIA
El conocimiento y la interpretación serán va- na ; y lo segundo, como es un pacto entre creen-
riables con la capacidad, la cultura y la rectitud cias, dejará como residuo la indiferencia, el es-
de los intérpretes, y entonces surgirán creencias cepticismo, que acabará con todas las creencias.
e interpretaciones opuestas que, tratando de pre- La duda ocupará el lugar de la fe, la corrupción
valecer las unas sobre las otras, producirán la el de la moral, y la barbarie interna surgirá.
lucha ; y como no es posible incomunicar el en- La unidad de la fuerza externa imponiendo
tendimiento y la voluntad, ni partir de un tajo una creencia después de afirmar que la razón in-
la persona humana para que estén quietos los dividual es su único intérprete, es contradicto-
cuerpos mientras están en guerra los espíritus, ria ; y como la fuerza, separada de la ley moral,
las ideas se convertirán en hecho y estallará la no tiene más ley que el interés, y el suyo no es
discordia ; pero como la ley de la unidad interna el de los que oprimen, la guerra social terminará
es esencial, perseguirá a los que la niegan, y, después de haber salido de la guerra religiosa y
para proclamar su verdad sin quererlo, los frag- concluirá por perecer a manos de la barbarie.
mentos del error que se reconozcan semejantes Esto que la razón demuestra a priori, el Pro-
se agruparán en sectas y se condensarán en parti- testantismo y la Revolución, que es su consecuen-
dos antitéticos, que se excluirán unos a otros en cia, lo han demostrado a posteriori, de tal mane-
nombre de sus Símbolos y de sus Decálogos. ra, que cada miembro del raciocinio puede colo-
La guerra será el hecho común que terminará, carse a la cabeza de un cuadro
histórico.
o por la victoria de la agrupación más fuerte, Luego hay que renunciar a la unidad interna
que, olvidándose de su libre examen, impondrá y proclamar el imperio de la fuerza, que es el de
su creencia y su interpretación, o por un armis- la guerra primero y el de la barbarie después,
ticio seguro de paz precaria. o hay que confesar que la unidad de creencias y
Lo primero será la unidad de la coacción ex- ley moral, de Símbolo y de Decálogo, exige un
terna de la fuerza sustituyendo a la moral inter- custodio y un intérprete colocado por encima de

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carlismo.es
las variaciones de la razón individual en una au-
toridad que sea inmutable como la cosa interpre-
tada, e infalible, para que de sus decisiones se
ausente la duda.
¿ Habrá necesidad de dar el nombre a esa
augusta y sublime fuerza de . unidad social?
Siempre que las pasiones callan y se piensa
hacia arriba, se llega a la Iglesia Católica!
(Fragmentos de un discurso leído por
el Sr. Martínez Kleiser en la «Aca-
demia Universitaria Católica», el
FRANCISCANISMO
26 de noviembre de 1908).

carlismo.es
FRANCIS CANISMO

SAN FRANCISCO EN ESPAÑA. EL ESPÍRITU FRANCIS-


CANO ES UN INJERTO SOBRENATURAL EN ESPAÑA.
- LAS GRANDES EMPRESAS FRANCISCANAS. -
LULIO, COLÓN Y CISNEROS.

San Francisco viene a España, porque la que


ama tanto a la Iglesia, tiene que ser amada por
él. La que sostenía las cruzadas de Occidente,
más venturosas que las de Oriente, no puede
dejar de recibir el aliento del que se llamó el se-
gundo Cristo, el Cristo de la Edad Media ; y
San Francisco de Asís llega al suelo español y
penetra por Navarra en el momento que la Reli-
gión heroica estaba todavía agitada por la gloria
militar, porque han venido polvorientos y victo-
riosos de las Navas los escuadrones de Sancho
el Fuerte. Llega en el momento en que está ase-
gurada para siempre, con la confederación de los

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E A 0 FR ANCISC ANISMO

Reyes peninsulares, la reconquista de Occidente ; que levanta templo y convento, que será asilo de
en que sólo falta que un terciario franciscano la virtud y relicario de amor patrio, y recorre el
vaya a bañar su espada, teñida en sangre agare- centro de España, Cataluña y Provenza y Pa-
na, en las orillas del Guadalquivir, para preparar lestina, porque quiere recorrer el mundo y abra-
la conquista de Granada ; llega cuando la Cru- sarle en las llamas de su amor (Aplausos).
zada nacional ha pasado victoriosa por el Mu- El amor franciscano es un injerto sobrenatu-
radal y las colinas de las Navas, y viene el sen- ral en el alma española. Por eso, desde San Fran-
cillo, humilde, ignorado, cubierto con mísero cisco, parece que se multiplican todas las ener-
sayal, peregrino y apóstol a un tiempo ; y los gías de nuestra raza, y por eso todas las grandes
cruzados triunfantes no advierten que llega con empresas llevan el sello franciscano. Aquel aven-
Fi
él solo una cruzada más grande que la suya, turero del ideal, aquella especie de glorioso Don
cruzada espiritual, dirigida por un hombre, que , Quijote de la Apologética y de la Teología, que
camina a Compostela, la Jerusalén de Occidente, se llamaba Raimundo Lulio, que, después de una
y penetra por el maravilloso Pórtico de la Gloria vida agitada, cambia de objeto en sus amores,
y va a postrarse ante el sepulcro del Apóstol y, tomando armas unas veces de la Teología y Fi-
para aumentar su obra y dilatar su apostolado. losofía árabe, y otras de las Escuelas, y principal-
Antes le había precedido su hermano Santo mente de su soberano ingenio y de la chispa que
Domingo de Guzmán, el glorioso descendiente saltó a su corazón, del corazón de San Francisco,
del Conde de Traba, que pudo hablar y alber- emprendió la cruzada maravillosa con el intento
garse con sus deudos, magnates y grandes, aun- de fundar una Teología natural en que la razón
que muy pequeños ante la majestad de sus vir- sirva de preámbulo y explicación a las verdades
tudes ; pero San Francisco, que no conoce a na- más obscuras de la fe, que hoy mismo suministra,
die, habla con el pobre carbonero Cotolay, y se con los fundamentos de sus doctrinas, medios a
alberga en su choza, y le muestra el tesoro con la dialéctica cristiana para que pueda romper los

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carlismo.es
D E A R 1 O FRANCIS C A NIS M O

anillos de la serpiente evolucionista, enroscada, do las ondas de mares, nunca surcados, levantan
como la paradisíaca, al árbol de la Ciencia del las gloriosas carabelas y las velas internas se agi-
Bien y del Mal, en la sociedad moderna (Gran- tan con el aura perfumada de un Nuevo Mundo,
des aplausos). mirad bien y veréis que las cuerdas de esas cara-
Y cuando España completó su obra, cuando, velas son una prolongación delcordó n francis-
no cabiendo ya en el solar peninsular y mere- cano que lleva el que las dirige (Estrepitosos
ciendo, por haber salvado a Europa de la barba- aplausos).
rie musulmana y disponerse a librarla del fata- Queremos ir a Africa, cuyas costas nos invi-
lismo protestante de la predestinación necesaria tan para que cerremos lo que entonces era un
que iba a empezar, el galardón supremo de la fe lago español : el Mediterráneo. Y ¿quién es el
con el descubrimiento de un Nuevo Mundo, que a costa de su peculio sostiene la expedición,
¿quién dirige las carabelas marcando con sus es- y conquista a Orán, y desde su mula dirige el
telas un rumbo que cambia la Historia ? asalto? No lleva más faja ni banda sobre el pe-
En el Pórtico de la Rábida, dos franciscanos, cho que el cordón franciscano. El gran Cisneros,
Frey Juan Pérez y Frey Antonio de Marchena, aquel humilde abad de Salceda, que ignoraba
hablan una tarde a la puesta del sol con un Ter.. que había nacido emperador, él llevó en su sayal
ciario Franciscano. I Hora memorable en la His- de franciscano el mundo que recibió de los Re-
toria en que aquel humilde Pórtico del convento yes Católicos y que traspasó, aumentado, al man-
se convirtió en el Pórtico de un Nuevo Mundo, to imperial de Carlos V; aquel que se dirigía a los
por donde Europa va a América conducida nobles con fiereza, y con altivez, que hoy parece
por los hermanos de esta Orden ! (Grandes desusada, a los Reyes (Aplausos). El más gran-
aplausos). de político de nuestra raza, el que dió el impulso
Y cuando, iluminados por constelaciones que a todas las grandes empresas políticas y religio-
no habían visto nunca los ojos europeos, y cuan- sas; el que, como si presintiera la obra de desfi-

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carlismo.es
D E A 'R 1 O FRANCISCANISMO

guración protestante, en lo que es la ejecutoria y sujetado las pasiones y las había encauzado,
de la humanidad, en la Biblia, ideaba aquella poniendo sobre ellas el deber y extendiendo en
portentosa Poliglota Complutense momentos an- el mundo la caridad ; y la revolución, que no es
tes de que falsificara, con su traición, Lutero, la más que la reacción pagana, contra Cristo, ha
Sagrada Escritura. El gran Cisneros, el político desatado esas pasiones, que se han convertido en
mayor y más excelso que ha producido España ; un río de odio que con sus aguas negras, salpi-
el gran conquistador y el gran descubridor del cadas de espumas sangrientas, va socavando los
Nuevo Mundo, están enlazados por el cordón
,
cimientos de las naciones, apartando las clases
franciscano (Aplausos). y los partidos y yendo a precipitarse en no sé
qué abismos tenebrosos en donde parecen que-
rer arrastrar hogares, tronos y altares (Aplausos).
CÓMO El.. CORDÓN FRANCISCANO CEÑIRÁ Y SALVARÁ Pero cuando esas aguas lleguen a convertirse,
AL MUNDO: por un diluvio de errores, en un océano, aquellos
que en las horas de la negación impía y de las
Por eso el espíritu franciscano, que es de vacilaciones cobardes no hemos negado a Cristo ;
amor, salvará al mundo. aquellos que le hemos confesado públicamente,
Ved la coincidencia : un Terciario ilustre que en presencia de los poderes que le abandonan o
se llamaba León XIII, salió al encuentro del so- que reniegan de él, tenemos derecho a esperar,
cialismo con una Encíclica famosa que mereció porque, por mucho que suban esas olas, sobre
ser calificada por un gran economista, individua- la más alta estará siempre la nave que dirige
lista y liberal, como el beso que daba jesucristo aquel Piloto divino que sabe serenar los cielos
a los pobres. Por eso yo creo que, aun cuando y andar sobre las olas (Estrepitosos aplausos).
las olas de la impiedad avancen, no hemos de Y cuando, después de la noche funeral que
perder la esperanza. La Iglesia había domeñado se acerca, venga el gran día ; cuando las conáe-

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carlismo.es
E A R I 0

cuencias del mal se encarguen de ajusticiar a las


premisas del error ; cuando después del castigo
llegue la hora de la misericordia, ah I, yo tengo
la firme creencia, la esperanza completa de que
esa democracia y esa fraternidad divina que pre
dicó San Francisco, llegue a imperar en el mun-
do; pero será cuando el cordón fr anciscano, el
mejor conductor de la caridad, ciña el planeta
como un Ecuador, y el Serafín de Asís se sirva
de él para levantar la tierra y suspenderla de los IGLESIA
brazos de la Cruz, ,para que la humanidad se
abrace arrepentida al cuerpo ensangrentado de
Cristo, y la diestra se desclave como en el cuadro
de Murillo, y la oprima contra su pecho, a fin de
que apacigüe, en la herida que abri6 la lanza, la
sed de los eternos amores (Grandes y prolonga-
dos aplausos. Indescriptible ovación).
(Deldiscuropnaeltmo
de San Francisco el Grande, de Ma-
drid, en mayo de 1914).

f 94
carlismo.es
IGLESIA

LA IGLESIA Y LA RAZÓN

Me decía S. S. que yo atribuía a la Iglesia


demasiado poder, pues hay muchísimas cosas
que en el orden moral se pueden alcanzar. ¿No
sabe S. S. que la Iglesia ha condenado siempre
las doctrinas llamadas impropiamente tradiciona-
listas y que debieran llamarse revelacionistas,
porque su error no se refería a la tradición, que
era el canal, sino a la revelación primitiva, que
era la fuente, y cuyo concepto exageraban hasta
hacer depender de la palabra externa el pensa-
miento?
¿ No sabe S. S. que la Iglesia ha combatido
aquellas doctrinas que menoscaban los derechos
de la razón humana, que negaban lo que se ha .

E 97

carlismo.es
OREAS DE VÁZQUEZ MELLA. - VOI. III 7
1 D E A R I 0

mado el prólogo del Evangelio, las verdades psi- como un hecho. Todas las bases que establece
cológicas y filosóficas, que sirven de pórtico a la son racionales, lo mismo que las de la Etica ; y
Teología? si se negara la razón, habríamos quitado el prin-
S. S. sabe que todos aquellos que han negado cipio fundamental para conducir a la aceptación
estos derechos de la razón humana, como Bonald de las verdades de la fe a los que la niegan o la
y Bautain, han combatido esos derechos en ob- ignoran.
sequio de la fe, porque creían erróneamente que Por consiguiente, a mí no me puede argu-
la fe se sostenía mejor negando aquellos dere- mentar S. S. con el desconocimiento de esos de-
chos ; y por eso la Iglesia los ha combatido ; por- rechos de la razón, porque procuro ejercitarlos
que la Iglesia combate el racionalismo cuando en todos los órdenes de la vida, y nunca, en nin-
trata de exagerar los fueros de la razón, pero com- guna indagación científica, he tenido que trope-
bate también el revelacionismo que los niega. zar con las murallas del dogma. Cuantas veces
Sin los fundamentos psicológicos que la razón los filósofos impíos protestan contra las murallas
demuestra ; sin las pruebas de la Teodicea cris- del dogma, allí donde Santo Tomás de Aquino
tiana, ¿cómo se había de levantar el edificio de y San Agustín podían desplegar las alas del ge-
la Apologética católica ? Si ha examinado S. S. nio ; donde no tropezaban Suárez y Vives ni aun
— que no lo dudo — algún libro de Teología o Descartes ; donde una legión de sabios fundado-
de Apologética, habrá visto, con sólo fijarse en res de ciencias pudieron desarrollar toda la fuer-
las proposiciones fundamentales, que primero es- za de su espíritu ; donde tantos pensadores mo-
tablece el problema crítico de la certeza ; después dernos ilustres lo han hecho, hay muchos que
afirma el problema psicológico, y, resuelto éste creen que van a quedar sin poder allí agitarse ni
y el cosmológico con la Teodicea racional, trata moverse, porque van a encontrar en cada mo-
de la necesidad de la revelación, y demuestra su mento los muros graníticos del dogma. Eso me
necesidad moral y su posibilidad, y su existencia parece a mí que es lo mismo que si se quejara

[ 98 ]
r 99
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I D E A R 1 O 1 G E S I A

un gorrión de estar prisionero en la atmósfera, o mente, estudiando las páginas y los anales de los
una mosca de estar prisionera entre los muros de pueblos europeos : las naciones no son las sobe-
una catedral gótica. Hay allí amplitud suficiente ranías políticas independientes que forman los
para moverse sin obstáculos ; de tal manera-, que Estados oficiales, que se pueden constituir des-
pudo un filósofo católico contemporáneo expre- pués de una batalla, o que se pueden constituir
sar gráficamente la relación del progreso y de la por los náufragos sobre una isla desierta ; sino
fE diciendo que en el mar del dogma católico las unidades morales que enlazan simultánea y
podía navegarse como lo hacen las naves que cru- sucesivamente a muchas generaciones hasta in-
zan por el Océano, sin tropezarse unas con otras, fundirles un alma colectiva, sellada con un ca-
por muchos que sean los círculos que describan rácter común que se descubre en todas las mani
sobre las ondas. festaciones de la vida. Y cuando quería saber
quién era el arquitecto de esos edificios europeos,
(Del discurso pronunciado en el Congreso
de los Diputados, el 3 de marzo de 1906).
llegaba a esta conclusión : que la nación la había
formado la Iglesia con argamasa germánica, con
sillares rotos de Roma y con maderas indígenas
II sobre el ara del altar y poniéndola por plano su
propia jerarquía (Aplausos). Así se construyó
Cómo CONSTRUYÓ LA IGLESIA LAS NACIONES. —Los España, así se construyeron todas las naciones
TRES ELEMENTOS: EL ROMANO, EL BÁRBARO Y europeas, que en esta hora, más que en acre-
EL INDIGENA. INFLUENCIA SOBRE CADA UNO centamiento, están en disolución, porque van
DE ELLOS. perdiendo lo que quedaba de la unidad que en-
lazó todos esos elementos. A la caída del Imperio
• Hace tiempo que yo había formulado esta romano, en medio de la polvareda de las ruinas
síntesis histórica que había recogido laboriosa- producidas por los bárbaros, tres cosas quedaron

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<1 1 1111011.1111::

E A R I 0 E S I A

en pie y en lucha : el elemento que representaba o aquellos Estados, como los escandinavos, don-
Roma, que era el predominante ; el de los pue- de no hubo invasión, ni conquista, ni reparto de
blos indígenas, tan vario, y el elemento bárbaro, tierras, sufrieron la misma influencia y tuvieron
que así puede llamarse para comprender todos instituciones similares a las que se fueron dibu-
los pueblos invasores, que no estaban compren- jando sobre los miembros deshechos de Roma,
didos únicamente en el germano, que cayeron cuando empezó a clarear la noche de la barbarie.
sobre los despojos del Imperio. Estos tres elemen- El elemento indígena era un grupo de variedad,
tos tenían caracteres contrapuestos, contradicto- de divergencia, de oposición y de contraste.
rios ; formaban una verdadera antítesis ; había ¿Quién unirá esos tres elementos? La Iglesia
necesidad de una unidad que los enlazase. El ele- ejerció una decisiva influencia sobre cada uno
mento romano representaba el poder inmenso de ellos, primero, y, después, sobre todos juntos,
que Roma había ejercido y aún ejercía, sobre todo para enlazarlos en una gran unidad.
en los pueblos que después se llamaron latinos ; El elemento romano, en cuanto a la lengua
pero su poder no nacía de la sangre, que era poca y al derecho, fué salvado por la Iglesia ; la lengua
en el Lacio y que estaba de diferente manera latina, base de las neolatinas y romances, hubie-
compuesta en esos mismos pueblos que ahora se ra desaparecido entre los aullidos de la barbarie,
llaman latinos ; su poder provenía de la lengua si la Iglesia católica, al inclinarse sobre Roma
y de la legislación ; era una influencia jurídica moribunda, no la hubiera recibido, como un óscu-
y una influencia filológica. El elemento bárbaro lo en sus labios (Aplausos). Ella la conservó en
tenía también un carácter universal, porque, mer- el más grande de sus ritos ; ella la conservó en
ced a la invasión, a la conquista y al reparto de las obras de todos los Padres occidentales y de
tierras, nació el sistema feudal, en el cual se va- sus grandes Doctores escolásticos, en las actas de
ciaron directa e indirectamente todas las institu- sus Concilios, en la traducción más autorizada y
ciones, hasta el punto de que aquellas regiones común de la Biblia, y hasta en los restos de la

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carlismo.es
E A R 1 O L E S

misma literatura clásica, salvada en los monaste- habían logrado sobrepasar el concepto de tribu,
rios por los monjes que fueron copiando los ma haciendo penetrar en ella su jerarquía y ponién-
nuscritos de la antigüedad a la luz tenue de la doles delante de los ojos aquel gran ideal, aquel
lámpara del santuario (Aplausos). alcázar de oro que describe en páginas memora-
El Derecho hubiera también desaparecido, lo bles un escritor positivista como Taine.
mismo que hubiera perecido la lengua, si un em- En el fondo del elemento indígena puso una
perador católico, a pesar del medio adverso, al ley moral que le sirvió de trabazón, que hizo
mismo tiempo que levantaba Santa Sofía, no hu- desaparecer antagonismos de los grupos étnicos
biese coleccionado los textos legales, salvándolos rivales, que engendró nuevas costumbres y borró
para siempre ; y aun ese emperador no hubiera las opuestas a la virtud, y logró que, en vez de
consumado su obra sin las escuelas fundadas por semirrazas originarias, llegasen a concluir por ser
los hijos de la Iglesia en Rávena y en Bolonia, psicológicas, porque se distinguen por las cua-
acrecentada con el descubrimiento de Amalfi. La lidades del alma, más bien que por los atributos
Iglesia perfeccionó el Derecho romano ciñendo del cuerpo.
la propiedad egoísta con los deberes morales, (De la Conferencia dada en el Teatro
afirmando la unidad e indisolubilidad de la fa- Principal, de Burgos, el 25 de julio de 1921).
milia y borrando las grandes manchas que lo
afeaban : los césares y los esclavos.
III
De este modo, la Iglesia, que salvó la lengua
latina y salvó el Derecho de Roma, tenía una SÍNTESIS DE LOS DERECHOS DE LA IGLESIA
base para ejercer una influencia predominante
en el Estado. Pero la Iglesia transformó las gen- ¿ Cuáles son los «derechos de la Iglesia» que
tes bárbaras, que no habían podido arribar al hay que «reconquistar? Se habla de ellos vaga-
concepto de Nación ni al de Estado, porque no mente, pero no se los enumera en concreto mos-

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1 0 L E S A

trando su enlace lógico. Señores : los derechos cuales estarían en contradicción su naturaleza y
de la Iglesia, como los de todas las sociedades y su destino, por ser inadecuados y encontrarse rota
los de todas las personas, son medios para alcan- la correspondencia entre los dos. Y _como las
zar su fin y toman de él su fundamento objetivo. relaciones de la Iglesia pueden ser «interiores
Y como el fin de la Iglesia se identifica con el fin o exteriores», de aquí la división que han hecho
supremo del hombre elevado al orden sobrenatu- algunos tratadistas en derechos «internos», esto es,
ral, la sociedad constituida para conducir a él, los que se refieren a sus súbditos, y «externos»,
tiene que ser «completa» o perfecta ; esto es, de es decir, los que se refieren a las sociedades civi-
tal naturaleza, que tenga en sí todos los medios les y a los Estados, sean o no católicos.
necesarios para cumplir su destino y que no ne- El derecho «autárquico», o a regir su vida ín-
cesite depender de otra sociedad para alcanzarlo ; tima, es el primero de los internos y que de una
porque, si dependiera de la otra, en la misma me- manera eminente comprende todos los de su espe-
dida en que dependiese, dependería su fin, y ya cie ; porque supone el derecho de «magisterio»
no sería último ni supremo, y no sería Iglesia una que comprende los de definir el dogma y la mo-
entidad subordinada a otras sociedades cuyo fin ral, enseñar la doctrina religiosa y vigilar por su
propio no saliera de los linderos del tiempo. Por pureza, condenando las doctrinas contrarias ; el
eso tiene todos los derechos propios de las socie- derecho «sacramental» y el «litúrgico» para ad-
dades completas, y, por lo tanto, la facultad de ministrar los sacramentos, como comunicadora
ejercer plenamente las funciones esenciales de la de la vida sobrenatural, y para regular el culto
soberanía, y así «legisla, juzga y ejecuta». interno y externo ; el derecho «jerárquico», que
Pero, como tiene un fin espiritual y sobrena- los anteriores suponen, de establecer su doble
tural, que no tienen como propio las demás socie- jerarquía de orden y de jurisdicción para el go-
dades, conforme a ese fin tiene, por decirlo así, bierno del pueblo fiel, de donde se deduce el de
otra categoría de derechos privativos y sin los escoger y designar sus ministros y regular la prác-

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A R 1 0 1 G L E S 1 A
tica de los consejos evangélicos aprobando y fun- ciedades se fijan por la relación «entre sus fines»,
dando Ordenes y Congregaciones religiosas ; el es preciso hacer sobrenatural el fin propio del
derecho de «comunicación» entre los miembros Estado, y natural el fin de la Iglesia, para que
de la jerarquía con los fieles y del Jerarca Supre- sea ella la que esté subordinada ; o, lo que es lo
mo con todos ; el derecho de «cristianizar» o mismo, es necesario negarla primero como Igle-
evangelizar el mundo, esto es, de propagarse y sia para someterla después como entidad inferior.
establecerse en todas partes, que existe, aunque Así es que no hay término medio : o negar el fin
les salga el mal con el martirio al encuentro, por- de la Iglesia, que es negar a la Iglesia, o reco-
que•la Iglesia es, como la Redención, universal, nocerlo y subordinar a él indirectamente el fin
y destinada a cobijar bajo su manto la tierra ; y, del Estado ; o negar la jerarquía entre los fines
finalmente, el derecho «económico», o sea el de sociales, que es negar a un tiempo la Iglesia y el
propiedad sobre los bienes temporales, que exige Estado, porque es negar el orden en las causas
como medios el ejercicio de todos esos derechos finales, y, por lo tanto, en las actividades y en
fundamentales internos, desde el sustento de los• las normas, trasladando la anarquía a las causas
ministros hasta las necesidades del culto y la eficientes, para que sea universal. Luego hay que
defensa y la difusión de la doctrina. Negad cual- caer en la heterodoxia o en el absurdo de admitir
quiera de estos derechos, y, habiendo destruído a un tiempo y sobre el mismo punto proposicio-
un medio necesario para el fin, habréis negado a nes contrarias, o es forzoso reconocer el derecho
la Iglesia, porque no puede conseguirlo. ¿ Qué externo de «superioridad» de la Iglesia, no total
mejor prueba de que le son esenciales? y directa, sino «parcial» e «indirecta», es decir,
De los derechos internos se derivan los «ex- sobre todo aquello que exige el cumplimiento de
ternos», que no son más que una consecuencia su fin supremo ; pues, en lo «puramente» tempo-
suya, aplicada a las relaciones intersociales de la ral, el Estado es independiente, o mejor dicho,
Iglesia ; porque, como las relaciones entre las so- la sociedad civil en la jerarquía de sus personas

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1 D E A R 1 0 I G L E S 1 A

colectivas, de que el Estado en su sentido es- cuanto es reino, es decir, en cuanto es sociedad
tricto es sólo la más grande. El derecho de supe- completa y en cuanto es religión. Sin los dere-
rioridad implica el de «cooperación» o protec- chos de superioridad y los consiguientes de co-
ción, es decir, la facultad de reclamar el auxilio operación y de inmunidad, la Iglesia puede exis-
de los medios materiales que pide el cumplimien- tir en las naciones, conservando el ejercicio de
to del fin y que, si la Iglesia no tiene de un modo varios derechos internos, aunque esté perseguida
actual, tiene de un modo virtual, puesto que la o nada más que tolerada por el Estado, como lo
subordinación no es sólo «negativa», para no demuestra en la Historia el ejemplo de muchos
contrariar, sino «positiva», para favorecer; sien- poderes heterodoxos ; pero con el de independen-
do además «mutuo» el auxilio, pues la Iglesia cia, negado radicalmente, sólo puede existir en
presta la inmensa cooperación moral a cambio las Catacumbas y en el Circo.
de la material que subsidiariamente recibe. La La Iglesia, señores, es la más vasta unidad
superioridad, consecuencia del fin, y la coopera- religiosa, moral y jurídica que se ha conocido en
ción, consecuencia de la superioridad, compren- el mundo, concretada en una sociedad perfecta
den el derecho de «inmunidad», que pone fuera que tiene por su naturaleza carácter internacional,
de la jurisdicción civil a las cosas y personas sa- y que subsiste perpetuamente con la integridad
gradas, porque no es justo, como lo reconocieron de sus derechos augustos, aunque muchas veces
los mismos Estados paganos, que lo que está de- el vicio y la impiedad, que son las dos formas
dicado inmediatamente a Dios, esté en igual con- del mal entre los hombres, levanten barreras a su
dición jurídica que lo que esté destinado inme- ejercicio- y nieguen algunos cuando no pueden
diatamente al hombre. negarlos todos. Y porque es unidad jurídica in-
Pero estos derechos suponen uno previo y sin tangible, no se puede negar uno sólo de sus de-
el cual no pueden existir : el derecho de «inde- rechos sin que todos se resientan. Pero como es
pendencia», que es inherente a la Iglesia, en el ordén divino manifestado socialmente entre

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I G LE S 1 A
E A R 1
derechos internos, como el de propiedad, el de
los hombres, es una sociedad jerárquica y sus
enseñar y vigilar las doctrinas, el del ejercicio
derechos están escalonados lo mismo que sus
público del culto, y sufra asedios cesaristas el de
miembros y según la categoría de los medios,
libre comunicación y el mismo magisterio dog-
que son como radios que convergen en el fin, que
mático.
es su centro. Y así, en el orden jerárquico de los
Luego es necesario, imperioso, empezar la
derechos externos, el primero es el de indepen-
reconquista de los derechos de la Iglesia por el de
dencia, que es el de «libertad» ; porque si no existe
su «independencia» y «libertad», que es condi-
independencia, no existe superioridad, pues no se
ción precisa de todos los demás ; y, por lo tanto,
reconoce la primacía a quien no se le reconoce ni
es preciso lograr dos cosas : la autonomía eco-
siquiera la igualdad ; si no existe independencia,
nómica, para que ella forme, con lo que es suyo,
no existe inmunidad, que no es más que un efecto
su propio presupuesto y no le reciba de un Estado
de la independencia ; y no existe la cooperación,
hostil que regatee, como si pusiera límites a una
porque ni reconoce el deber del auxilio quien no
merced, lo que ya es merma de una indemniza-
tolera en el que lo reclama ni aun el derecho de
ción sagrada ; y la autonomía administrativa, para
vivir sin recibirlo. Por eso, señores, el derecho de
designar todos sus miembros sin patronatos que
«independencia» y «libertad» es el «primero de
puedan llegar a cercenarla.
los derechos externos» de la Iglesia, la garantía
(Trozos de un discurso publicado en El
de sus derechos internos como religión y como
Pensamiento Español, 'el i6 octubre 1919).
culto, y el atributo de su soberanía como socie-
dad completa. Esta es la razón de que donde-
quiera que ese derecho esté negado, aunque no
sea radicalmente, no existan los demás derechos
externos, o que estén mutilados y sujetos a con-
tinua amenaza, y que se encuentren violados los
[ 113
[ 112
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. -^ VOL III 8
carlismo.es
E A R 1 0 E S 1 A

dimiento se le considera de tal modo importante,


que discrepar de la regla de conducta que él se-
IV ñala, es romper abiertamente con la fórmula de
unión ; por lo cual bien puede decirse que, más
LA NUEVA ESTRATEGIA Y LA NUEVA . TÁCTICA PARA LA que procedimiento, es uno de sus principios ca-
RESTAURACIÓN CATÓLICA. pitales.
¿Y cuáles son los fundamentos en que se apo-
Pero ¿cómo se restaura el espíritu católico ya? Un error de estrategia y una nueva táctica
que anima las tradiciones? ¿ Cómo se restauran opuesta a todas las que se han conocido en la
las creencias católicas que eran centro del espí- historia de las luchas políticas y militares. El
ritu tradicional, y se las difunde por todos los error de estrategia es, precisamente en lo que se
miembros de nuestra sociedad, devolviendo la refiere a la conducta, la causa principal del esta-
vida a los que están yertos, aumentando la ener- do de la Iglesia en España y de la situación de
gía de los que aun no han sucumbido, llevándo- los católicos españoles. ¿Y en qué consiste ese
las hasta la cima del Poder para que recobren error de estrategia? Consiste, señores, en que es-
en el Estado su imperio? No se puede contes- tamos siempre a la defensiva y no tomamos la
tar a esta pregunta sin examinar la última parte, ofensiva nunca. Todo se reduce a parar los gol-
por cierto importantísima, de la fórmula de la pes fuertes, a resistir cuando nos atacan mucho,
unión de los católicos, que se refiere al procedi- y mientras tanto a descansar de la inercia, espe-
miento y la conducta para la reconquista de la rando descuidados la nueva acometida. Aun los
tesis perdida. momentos heroicos de las luchas cruentas a que
Los medios legales y pacíficos, la evolución debemos todo lo poco que conservamos, tuvieron
prudente, es lo que se preconiza como el mejor más su origen en las agresiones de los adversa-
método de restauración católica. Y a este proce- rios que en las iniciativas propias. Y no hay que

[ 114 [ 115 ]
:•
carlismo.es
E A R 1 o
1 0L, E S 1
decir lo que ha sucedido en los largos períodos
los más amenazados ; y aunque el ataque sea
de paz material y de lucha moral. Esta es la ra-
simulado, tiene que fraccionar las huestes para
zón, señores, de que nuestra historia contempo-
defender, sin fácil comunicación, puntos diversos
ránea resulte una serie de treguas y armisticios
y a un tiempo. Si por acaso la victoria corona su
que suelen acabar en pactos que llevan aparejada
esfuerzo, hace de los laureles una almohada
una infamante servidumbre.
donde reposa tranquilo, hasta que le obliga a
La guerra exclusivamente defensiva, lo mismo
despertar, sobresaltado, una nueva agresión del
en las luchas guerreras que en las campañas so-
enemigo, repuesto ya del desastre que le propor-
ciales y en las batallas de doctrinas, sólo se acep-
ciona su desmayo. Y si, como sucede casi siem-
ta, como lo prueban los tratadistas militares y los
pre, es la derrota la compañera de la defensa
maestros de la controversia (porque al fin la Es-
exclusiva, pronto encuentra el agresor un nuevo
trategia y la Táctica no son más que una dialéc-
auxilio, el de la .discordia de sus enemigos !, y los
tica de la acción), como una triste necesidad de
que no tomaron la iniciativa y atacaron cuando
los débiles, que resisten retrocediendo para que
eran fuertes, la toman osadamente unos contra
el avance excesivo del enemigo haga vulnerables
otros cuando son débiles. Entonces empieza el
sus líneas prolongadas, y pueda trocarse en vigo-
desaliento a cundir en sus filas y comienzan las
roso ataque lo que empezó en defensiva calcu-
transacciones con el adversario, proponiéndole un
lada. Y cuando no es así, por fuerte que sea el
modus vivendi en el que entre como primera con-
ejército que limita sus empresas a resistir la vio-
cesión la dignidad y el territorio perdidos. Y los
lencia, no conseguirá otra cosa que pactar con la
que no se resignan a ser muzárabes degenerados
muerte y abdicar hasta de la esperanza de la vic-
dentro del Califato revolucionario, al encontrarse
toria. El ofensor concentra libremente sus fuer-
rodeados de enemigos por todas partes, con el
zas sobre un solo punto y obliga al defensor a
adversario enfrente y sus auxiliares a la espalda,
abandonar parte de sus dominios por acudir a
dan principio a las grandes disputas sobre quié-
[ 116
T 117
carlismo.es
I D. E A R I O

nes son los mejores soldados y los más expertos I provocadores ! — como el lobo de la fábula al
caudillos. Extraña discusión ! En los tiempos cordero que bebía más abajo y después pega
de combate los mejores son... los que combaten otra vez. Que nunca la prudencia de la carne y la
mejor (Entusiastas y prolongados aplausos). audacia se han encontrado frente a frente, sin
Señores : con esa estrategia se puede hacer que la audacia haya dejado de poner su pie sobre
el recuento de todas las batallas que se han per- la cerviz de la prudencia. ¡ Y, sin embargo, no
dido, pero no es posible empezar la lista con una aprendemos ! La ley del escarmiento parece que
sola que se haya ganado (Muy bien). no rige para los católicos españoles (Grandes
Durante todo el siglo XIX no hay en España aplausos).
una sola década en que no haya perdido algo la ¿Y cuál es la táctica correlativa de esa estra-
fortaleza de la fe. Un día cae una almena, otro tegia melindrosa ? La nueva táctica es obra de
se ciega un foso, más tarde se derrumba una tratadistas reflexivos y pacientes, inmunes de todo
torre, después se cuartea un muro ; y no está ardimiento imprudente. Junta en admirable sín-
toda en el suelo, porque ha habido quienes aco- tesis una dulzura humanitaria que la aparta con
metieron por fuera al adversario. ¿ Y todavía desdén de la fuerza y con horror de la sangre, y
habrá quien defienda semejante estrategia, que una astucia sutil y penetrante que deja atrás la
no es más que la teoría de la derrota ? La sabi- tan conocida de la serpiente. De este prodigio
duría popular la condenó en uno de sus gráficos psicológico ha salido una teoría tan original, que
apotegmas : «El que pega primero pega dos ve- está llamada a cambiar todos los métodos de
ces» ; pero los católicos españoles repetimos filo- combate. Ella es la que ha resuelto el extraño
sóficamente la súplica del general griego : «Pega. problema de hacer la guerra sin la guerra y de
pero escucha». Y la Revolución, que no es en sus ganar batallas sin librarlas. Hasta ahora se había
distintas formas más que la fuerza impía, pega creído que los tratados eran posteriores a las ba-
pero no escucha ; y si escucha, es para llamarnos tallas, y que la guerra era anterior a la paz.

[ 118 ]
carlismo.es
¡ Error profundo, señores ! La paz debe preceder recorrer son los siguientes : primero, introducción
a la guerra, y así se consigue que no llegue nunca en el campamento y reconocimiento del enemi-
su turno a la guerra, y que sea la paz perpetua. go ; segundo, incorporación en las filas del cuer-
El procedimiento, para ser adecuado al principio, po de ejército de procedimientos más suaves, del
tiene que ser opuesto a las antiguas preocupacio- más cauteloso y menos terrorista, formando en
nes militares. Al tradicional si vis pacem, para su ala derecha ; tercero, hacer valer el refuerzo
bellum, se opone este axioma también tradicio- para reclamar puestos en la jerarquía, hasta se-
nal y de indudable evidencia : «cuando uno no guir poco a poco a los grados más altos y llegar
quiere, dos no riñen». Pero ¿cómo se evita que a tomar parte en la dirección. Y ¿cómo se con-
riñan los enemigos con nosotros? De un modo sigue ? Se espera, porque las grandes empresas
muy sencillo, pasándonos a su campo (Risas). requieren la madurez del tiempo. Y si el ejército
¿Y os parece que eso resulta una traición? Todo enemigo, al ver despejado el campo de adver-
lo contrario. En la nueva táctica, los católicos se sarios, y llevando a los vencidos entre sus hues-
deben pasar al campamento enemigo con armas tes para vigilarlos mejor, se lanza contra los úl-
y bagajes ; pero para rendirle cuando llegue la timos baluartes para tomar posesión definitiva de
"ocasión, andando el tiempo. Pero ¿cómo? si todo el territorio, ¿ qué hace el ala derecha del
acepta la bandera y la organización del ejército cuerpo de ejército menos terrorista ? Influir, tra-
enemigo, aún más, si forma en sus filas. ¿Que bajar para que no se verifique el avance ; y si
eso es una traición a la bandera que se aban- se verifica, procurar que sea de la manera menos
dona ? No, no ; se acepta la bandera y la organi- violenta, y de todos modos caminar entre las
zación, pero con toda suerte de reservas menta- huestes enemigas con heroica resignación y siem-
les y morales, y además con segunda intención pre con los ojos fijos en las estrellas del ideal,
(Risas). El objetivo es siempre el triunfo de la esperando que llegue el día pacífico y legal del
tesis católica : los puntos de etapa que hay que desquite (Risas).

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I D E ARIO G L E S 1 A

Y ¿ cómo llega ese día lejano? Ascendiendo ocultos, que sean a los ojos de los enemigos arca-
en la jerarquía, apoderándose de los altos cargos no impenetrable. Y como los hijos de las tinie-
hasta lograr la dirección por lo menos en la mi- blas son más avisados que los hijos de la luz,
tad del ejército... ¿Y entonces se da una batalla ¿será posible engañarlos con esta táctica tan
contra la otra mitad ? No, eso sería peligroso, .::/."••••

refinada? Porque si lo advirtieran ellos, que son


porque sería jugar en una aventura las conquis- astutos, darían buena cuenta de esa táctica del
tas obtenidas con tan porfiados y lentos esfuer- fraude piadoso, convertido en procedimiento de
zos. Lo que entonces se hace es ir reclutando ele- combate, y es muy probable que gritaran indig-
mentos y fuerzas en la sociedad, nutriendo las nados : ¡ Hipócritas, habéis vestido nuestro uni-
filas con los recursos que ofrece la participación forme para traicionarnos ; no sois los antiguos y
en el Poder ; es decir, que se suspende la con- resueltos enemigos de antes, porque aquéllos pe-
quista política de arriba y se empieza la conquista leaban frente a frente, y no sois de los nuestros,
social de abajo, hasta estrechar las fronteras del puesto que queréis rendirnos ; hay que arrojaros
ejército francamente revolucionario, reduciéndole de todas partes por fariseos ! Pero eso, señores,
a la impotencia. En este momento supremo no es una dificultad pueril para la nueva táctica. Eso
hay ya necesidad de ocultar con velos constitu- no sucederá, y no hay necesidad alguna de sigi-
cionales el sol del ideal, la estrella de la tesis ; los, de secretos y de arcanos. La nueva táctica
entonces se descubre resueltamente, y, al reso- no tiene nada oculto, ni siquiera la segunda in-
nar de las trompetas católicas, caen al suelo los tención (Risas).
muros de la ciudad anticristiana (Risas). Aunque os asombre, empieza por comunicar
Pero, ¡ señores !, un plan tan largo, tan pro- a tambor batiente todo el plan al adversario, y,
fundo, tan sutil, tan prudente, concienzudo y la- cabalmente, su éxito consiste en pregonarlo ; que
borioso, tendrá por fuerza que realizarse con ex- se congreguen las gentes por todos los ámbitos
traordinario sigilo y por medios tan recónditos y del antiguo teatro de la guerra ; que se acerquen

[ 122 ] [ 123
carlismo.es
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de eso ; los adversarios se sonríen, se dan por
al campamento revolucionario y depositen allí enterados de la segunda intención y del dolo y

las viejas espadas ; que se desciñan las mohosas


del fraude piadoso, y, lejos de enojarse ni prepa-
armaduras y se vistan la nueva librea y pidan rar las armas para el combate, abren los brazos,
puesto en las filas, diciendo : venimos aquí, aban-
agasajan a la futura ala derecha, y hasta los
donando nuestra bandera, a militar bajo la vues- cuerpos más terroristas aplauden el espíritu am-
tra ; aceptamos vuestra organización, vuestras plio, la política abierta y patriótica de las nuevas
leyes, vuestras conquistas ; formamos en el ala
huestes (Risas).
de uno de los cuerpos de vuestro ejército, pero
¿No es verdad, señores, que todo esto es ad-
advertimos noblemente una cosa : que toda esta mirable, estupendo y prodigioso? Van a engañar
aceptación de bandera, de leyes, de organización piadosamente, pero, al engañar, lo anuncian, lo
y hasta de uniforme y de armas, es provisional, repiten en el momento del ingreso ; y los que
circunstancial, porque nuestro propósito es apo- van a ser engañados, los que serán vencidos y
derarnos de los parques y de los fuertes y de
vendidos en su día, celebran con luminarias y
la dirección, y formar el Estado mayor para
regocijos la derrota futura, que se ha introducido
acabar con vosotros y con vuestras leyes y con
como una sierpe en su seno.
vuestra organización, no respetando más que los
El ánimo, sobrecogido de sorpresa ante tan
parques y los fuertes y el territorio, porque no
inauditos contrastes, se pregunta lleno de zozobra :
son vuestros.
pero ¿ quién engaña a quién? O los nuevos tác-
¿ Y creéis, señores, que ante tales manifesta-
ticos engañan a los que no quieren ceder ni con-
ciones acabará ahí la táctica del fraude piadoso
tinuar con la estrategia de la defensiva perpetua,
con una carcajada de los adversarios, o con un
sino apercibirse para el asalto de las fortalezas
copo de las sencillas fuerzas que pasan a ingresar
enemigas y aplastar a la fuerza con la fuerza,
en su ejército, o con un motín y un combate a
o los enemigos complacientes y solícitos, que se
la entrada del campamento enemigo? Pues nada
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carlismo.es
hinchen de júbilo con el refuerzo engañoso, en- siva, ni siquiera inofensiva... (Nuevas risas), por-
gañan a los nuevos tácticos que se le proporcio- que es útil para los adversarios y dañosa para
nan, — o son los nuevos tácticos los que se en- los que no lo son, tiene además el inconveniente
gañan a sí mismos, creyendo engañar a los demás, de que es mala y no es nueva y por ensayar,
y hasta pensando prestar un servicio a la buena pues hace siglos que ha sido pasada por el tamiz
causa, aunque sea por ministerio de un fraude de la experiencia ; y la táctica mozárabe y mu-
piadoso. ladí de los que se resignaron a vivir y a mezclar-
No caben más extremos, ni es posible lo que se con los dominadores musulmanes, acatando
los dialécticos llaman la retorsión en este trilema, las instituciones y entrando en la legalidad sa-
porque no hay términos medios entre los miem- rracena, y no empleando otros medios que los
bros de la disyuntiva. No se puede, aceptar el pacíficos y legales que ella autorizaba, con lo que
primer extremo y creer que los nuevos tácticos consiguieron ser sepultados por las alas sucesivas
quieren engañar pérfidamente a los católicos in- de la barbarie africana que atravesaron, rugiendo,
transigentes y resueltos, siquiera por razones de el Estrecho, o esperar a que los rescataran los
caridad y porque no se puede dudar de los in- intransigentes de las montañas, los que no aca-
genuos propósitos de algunos santos varones ; taran las instituciones enemigas, ni entraron en
no se puede aceptar el segundo y suponer que su legalidad, ni se resignaron a la estrategia de
tenemos por enemigos a sencillas codornices, por- la defensa, sino que tomaron resueltamente la
que esto es ignorar absolutamente la psicología ofensiva, y restauraron esta Patria de que nos
y la historia de nuestros adversarios ; luego hay enorgullecemos, que a la táctica ofensiva se debe,
que aceptar el último extremo y creer que no hay y que, por no saber seguirla e imitar la de los
otros engañados que esa pía legión de Macabeos mozárabes y la de los muladies, vamos perdien-
incruentos (Grandes risas y frenéticos aplausos). do (¡Bravo, bravo!).
Pero esta táctica, que ni es defensiva ni ofen-

[ 126 ] [ 127 ]

carlismo.es
1 D E A R I 1 G L E S 1 A

servación, ni las ataca la manía del suicidio hasta


el punto de dar a los adversarios armas a pro-
V
pósito para que las derriben y les den la muer-
Los MEDIOS LEGALES Y PACÍFICOS te. Creer que el liberalismo radical o doctrina-
rio, prudente o audaz, que es, como hecho, la
I Que se deben emplear los medios legales y secularización del Estado y la continua seculari-
pacíficos ! ¿Quién lo duda ? Pero ¿ acaso esos zación de la sociedad, es tan generoso que, olvi
medios son suficientes, no ya para restaurar la dándose de su historia y de los esfuerzos que
tesis católica, sino para mejorar de un modo es- ha tenido que hacer para realizar lo que llama
table la suerte y poder poner en peligro al adver- sus conquistas, va a entregar a sus adversarios
sario? ¿cuándo se ha hecho una revolución ca- las armas y los medios que necesitan para que
tólica, es decir una restauración de la verdad puedan vencerle y suplantarle en el mando, me
dentro de la ley enemiga y contra el poder que la parece una aberración que sólo puede ser expli-
ha establecido y que la mantiene violando los cada en uno de estos supuestos : o en el de la
derechos de la Iglesia? ignorancia inverosímil de la historia.contempo-
Señores, las instituciones humanas sucumben ránea y de
a laturaleza
n del dere
cho nuevo, — o
en la historia cuando niegan el principio a que en el de una perfidia a la que no la importa sa-
deben la existencia, o degeneran los que las per- crificar la verdad y sus defensores a cambio de
sonifican hasta hacerse indignos de representar- un interés precario y mezquino, — o una de esas
las. Y eso sólo sucede cuando no combaten con- confusiones que se apoderan de algunas almas
tra sus adversarios y se consumen en la inercia ; en vísperas de las catástrofes y que las anegan
pero cuando nacen en la lucha, y por la lucha en un escepticismo práctico y que llegan a aco-
y la violencia logran imponerse, y en la contien- gerse, empujadas por el miedo, a un recurso de
da viven, no se apaga en ellas el instinto de con- momento para vivir al día.

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OB2A8 DB VÁZQUEZ MELLA.— Vol. III 9
D E A R 1 0
E S A
Los que obedecen al primer motivo están in-
lado, en la verdad religiosa que se profesa en el
capacitados para la lucha, y no deben hablar de
orden privado, y, por otro, de dudar de ella en
la unión para realizarla, porque empiezan por
el orden público, al suponer la perpetuidad de la
desconocer la naturaleza, la historia y los propó-
obra revolucionaria y encerrarse en un pesimis-
sitos del adversario. Obedecer al segundo motivo
mo sombrío. Sin tener en cuenta, señores, que,
implicaría la traición de reunir a los católicos
aunque la catástrofe social, término de la revo-
que, conforme al espíritu tradicional, no ceden,
lución, sea hipotéticamente inevitable dada la
ni transigen, ni consideran definitiva la obra re-
magnitud del mal y la marcha de los sucesos,
volucionaria, para entregarlos a los poderes libe-
detrás de ella está la reacción del orden cristiano
rales, haciéndolos formar en las filas de sus ene-
contra el desorden pagano de la ateocracia mo-
migos y diciéndoles : ahí los tenéis, eran vuestros
derna, y su restauración estará en razón directa
adversarios dispuestos siempre a amargar vues-
del esfuerzo que hagamos para merecerla. Y corno
tros triunfos y derribar vuestro poder ; os los entre-
la catástrofe no será igual en todas partes, por-
gamos en rehenes ; formad con ellos parte de vues-
que en el plan providencial la pena nunca deja
tras milicias, y, en cambio del servicio, mejorad-
de ser proporcionada al delito ; y empezará en
nos a nosotros de suerte. La perfidia en este
unas partes primero que en otras, y no será en
supuesto, que sólo como uno de los extremos de la
todas tan difícil de conseguir la restauración ; si
disyuntiva se puede discutir en una hipótesis ima-
no se quiere caer en la impiedad de suponer que
ginaria, sería la indignidad puesta al nivel de una
la obra de la Redención es estéril aunque la vo-
torpeza que creería contar demasiado con el can-
luntad la secunde, es necesario aceptar resuelta-
dor de los entregados y la gratitud de los vence-
mente el combate sin ceder nada al adversario,
dores libres de un enemigo enojoso. Y el tercer
teniendo en cuenta estas dos cosas : que el éxito
supuesto, el que obedece a un escepticismo prác-
depende del deber como un galardón, y no el
tico, incurre en la contradicción de creer, por un
deber del éxito como un medio de alcanzarlo, y
[130 ]

[ 131 j
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I G L E S 1 A
E ARIO

que las conquistas de nuestros enemigos no son que emplean, no sólo los adversarios, que usu-
más que las transacciones nuestras (Aplausos). fructúan el poder, que ésas ya son de una su-
Señores, cuando tanto se habla y se ponderan perioridad evidente porque ellos, que las forjan,
los medios legales y pacíficos, no se repara ni se reservan las mejores, sino hasta aquellos otros
se medita en qué consisten ni de qué dependen. enemigos que parecían estar equiparados bajo
¿ Cuáles son esos medios ? Tratándose de los es- la tolerancia del mismo Poder ? Pero todavía esa
pañoles, las garantías y derechos que la Consti- desigualdad práctica de medios, con ser impor-
tución reconoce a los ciudadanos. Todos pode- tante, significaría poco, si la dependencia de
mos por igual emplearlos en teoría ; pero en la los medios legales no se agravase hasta hacer-
práctica, por aquello que hace que las cosas cai- los ineficaces. Porque ¿ de quién dependen esos
gan del lado a que se inclinan y no al opuesto, los medios ?
mayores enemigos del orden social gozan de la Harto lo sabéis, señores ; los medios legales,
preferencia en el ejercicio de esos derechos, porque las garantías constitucionales, dependen de la vo-
cuentan con una benevolencia y una tolerancia luntad arbitraria de un Gobierno con Parlamento
que no disfrutan los católicos. Y si son desiguales abierto o cerrado, sin más reglas que su conve-
en el ejercicio, porque las simpatías y el amparo niencia, y conforme a la cual las suspende, cuando
de los Gobiernos, como hechos recientes lo de- quiere, en toda la Nación o en parte, para salir
muestran, se inclinan, como es lógico, de la par del paso y librarse de los obstáculos que le opon-
te de los que al fin, aunque más radicales, son ga el ejercicio de esos medios legales si no pro-
discípulos de la misma escuela, y no de parte de ducen resultados bastante pacíficos, no necesi-
aquellos que mantienen la afirmación contraria, tando para hacerlo más que señalar perturbacio-
¿cómo se han de lograr, no ya triunfos, sino ven- nes futuras, reales o imaginarias o inventadas y
tajas positivas, si empiezan por ser las armas preparadas con ese propósito.
primero insuficientes y después inferiores a las En suma : en la fórmula más comprensiva de

[ 133 ]
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E A R 1 o L E S 1 A
la unión, se supone que el éxito de las campa-
auténtica que a manera de anatema fulminó sobre
ñas católicas depende de los medios legales ; pero
ella, al nacer, la palabra infalible de Pío IX (1)
los medios legales dependen de la arbitrariedad
(Grandes aplausos).
-de los Gobiernos enemigos que hay que comba-
Señores : Es una ley que confirman a un tiem-
tir y que suspenden totalmente o parcialmente,
po los principios y los hechos en la verdadera filo-
según les acomoda, las garantías constituciona-
sofía de la historia : que el orden cristiano no se
les ; luego es evidente que el resultado práctico
ha restaurado nunca en el mundo más que por
de esa unión dependería de la voluntad de los medios semejantes a los que han servido para
adversarios. ¿ Qué conquistas llevará a cabo un destronarle, pero jamás por los que ha propor-
ejército comprometido a no emplear más que cionado al desorden triunfante, como no sea sin
armas inferiores a las de sus adversarios, y por querer y a pesar suyo (Repetidos aplausos).
el tiempo y en la forma que ellos quieran, y te- Pero es que no se trata de restaurar todo el
niendo que suspender las hostilidades cuando su orden cristiano con los atributos esenciales, ni de
voluntad se lo ordene? (Muy bien, muy bien).
hacer triunfar la tesis católica en el Estado, dicen
Por esto creo, señores, que es una forma par- algunos varones políticos prudentísimos, sino de
ticular de locura, por no creer en otra cosa, el in- pedir que se cumplan las disposiciones que nos
tento de hacer triunfar y poner como una en-
favorecen y de mejorar de condición dentro de
seña victoriosa en la cima del Estado las propo- lo existente y aun de reformar hasta donde sea
siciones contrarias a las que condena el Syllabus, posible parlamentariamente la legalidad estable-
valiéndose como medio de la Constitución de cida. Después, si eso se consiguiera, ya se podrá
1876, que, por el espíritu que la anima y que se
pensar en alguna otra prudente reforma para ir
revela en varios de sus artículos singularmente el
onceno, está comprendida en aquel famoso catá- (i) Se alude a la declaración solemne de Pío IX
logo de los errores modernos, según la declaración condenando el artículo u en la carta al Cardenal Mo-
reno, al discutirse la Constitución de 1876.
[ 134
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D E A R 1 0

alejándose menos de la tesis ; pero por ahora ése reducirse a mejorar de suerte, empleando para
es el ideal. ¡ Hermoso porvenir y luminoso ideal, lograrlo más medios que los que dependen de
señores, el de esos hombres prudentísimos ¡ Ya la voluntad del enemigo reconocido y victorioso,
no se trata más que de mejorar un poco de suerte, ¿ habrá necesidad de preguntar lo que sucederá?
y alcanzada con las armas que entrega el adver- Confesado el fracaso por los jefes, reconocida la
suo y por los medios que dependen de su vo- victoria de los adversarios y reducido el objetivo
luntad ! Después, si se consigue, que no se con- de la campaña a la posesión de un punto de eta-
seguirá... (Risas), ya veremos de alcanzar al- pa con el beneplácito del ejército enemigo, ¿no
guna otra mejora legal. equivaldría todo eso a una abdicación de la in-
Pero ¿ no advierten esos hombres que con se- dependencia y a entregar en rehenes la esperan-
mejante conducta no hacen otra cosa que suspen- za? Es ley psicológica del espíritu humano que,
der todo litigio sobre la dominación de los ene- en la medida en que se amengua el ideal, se dis-
migos, consolidar su soberanía y animarlos con minuye el esfuerzo para recobrarle, y que, en la
esa clase de reconocimiento a que prosigan sus proporción en que aumenta el éxito del enemigo,
conquistas? Si a un ejército colocado siempre a mengua la energía del contrario. Cuando esto
la defensiva, atacado constantemente por el ad- sucede, la derrota reconocida, que es el primer
versario y retrocediendo sin cesar, porque no disolvente de la disciplina, rompe las filas y las
toma la iniciativa nunca, al menos por el consejo dispersa. En vano será gritar entonces : ¡ Unión,
de los que pretenden dirigirle, se le dice que hay unión ! El ideal, la tesis que se quería recabar,
que renunciar a la reconquista del territorio per- era el imán de las voluntades, la causa final que
dido por tiempo ilimitado, y que debe reconocer- atraía los esfuerzos, la esperanza que hacía ama-
se la soberanía enemiga como un hecho que no ble el combate. Sin ese estímulo, pronto la volun-
se sabe cuando dejará de ser inevitable y si de- tad desfallece, y los que no supieron aprovechar
jará de serlo, y que todas sus empresas deben el valor y lo mataron al cegar sus fuentes, que-

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D E A R 1 1 G L E S 1 A

rrán después, cayendo en el absurdo, exigir, cuan- medios desproporcionados e insuficientes para
do todo peligre, un heroísmo sobrehumano, como conseguirlo, o no querer restaurarlo, considerán-
si no fuese aun el ordinario una excepción y nun- dolo como un ideal platónico, y limitándose por
ca el patrimonio de los más. Las muchedumbres medio de armisticios a vivir al día, son dos ma-
pueden ir electrizadas detrás de un imposible, con neras distintas de llevar a cabo, consciente o in-
tal que se les haya infundido la opinión de que conscientemente, una misma deserción y de pa-
es una verdad que se puede aplicar sobre la tie- sarse al enemigo. Ese es el resultado último de
rra ; pero detrás de una duda y a merced del la estrategia defensiva y de la táctica sutil del
capricho del adversario nadie ha combatido ja- dolo piadoso y del retroceso continuo, que pare-
más (Muy bien). ce que las han enseñado los adversarios como
En resumen, señores, si se quiere restablecer opuestas a las que ellos emplean, para ganar sin
el orden cristiano, si se quiere restaurar la tesis, peligro las batallas, encontrando auxiliares donde
hay que concluir por emplear medios radicales debieran encontrar enemigos.
y semejantes a los que han empleado los enemi- (Del discurso pronunciado a raíz del Congre-
gos para derrocarlo. Si no se quiere restaurar el so Compostelano y publicado en El Correo
Español el 13 de febrero de 1906).
orden, porque se reniega de los medios propor-
cionados para hacerlo, y se limita toda la em-
presa al intento de mejorar algo de suerte y a
cambiar de postura, nadie gastará entusiasmos en
cosas incapaces de engendrarlos, y el enemigo
engrosará sus filas con los vencidos, que le reco-
nocerán por señor, o pasará triunfante sobre su
vileza, despreciando sus súplicas o sus lamentos.
Pero, señores, querer restaurar el orden por

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INTEGRALISMO

carlismo.es
DON MANUEL Y DON DUARTE

El Sol publica el siguiente telegrama, que reprodu-


cimos ,sin quitar punto ni coma :

DON MANUEL DE PORTUGAL ROMPE CON LOS MONÁR-


QUICOS INTEGRALISTAS

DICE QUE JAMÁS SE PONDRÁ AL FRENTE DE UNA


REVOLUCIÓN

(De nuestro redactor corresponsal)

Lisboa, 4 (3,23 t.). — A consecuencia de la ruptura


de los integralistas portugueses con el ex rey D. Ma-
nuel de Braganza, porque no ha aceptado su programa
de monarquía integral o absoluta, éste ha enviado a su
lugarteniente y representante en Lisboa, Sr. Aires Or-
nellas, una carta importantísima.
En ella dice que las pretensiones de los integralis-
tas son la negación de los principios inmanentes de las
Monarquías constitucionales, ya que significan la vuel-
ta del absolutismo. Y el absolutismo, según D. Ma-
nuel, es incompatible con el espíritu de los tiempos
actuales.

[ 143

carlismo.es
NT EGR ALISMO
Luego, el ex rey se dirige al gobierno republicano, Estos se pondrán a las órdenes del príncipe Don
y le pide una amplia amnistía para todos los monár- Duarte, nieto de D. Miguel, el campeón de los abso-
quicos de Portugal desterrados o presos por defender lutistas portugueses durante la primera mitad del
sus opiniones políticas. siglo xix.
Añade que es enemigo de todo movimiento revolu-
Los monárquicos manuelistas o constitucionales elo-
cionario, y agrega : gian sin reservas la carta del ex rey. Aseguran que el
«En este momento, tan grave para Portugal, todos programa integralista constituye una utopía irreali-
los portugueses, sin excepción, deben 'unirse para la zable.
defensa de los ideales de la patria.» La verdad es que todos los elementos monárquicos
Dice después que considera desleales a los integra- sensatos no creen en la posibilidad de una restauración
listas, porque no acataron sus instrucciones y se rebe- monárquica. — Alejo Carrera.
laron contra su autoridad. Los declara adversarios
suyos y los expulsa del partido monárquico.
Termina manifestando al país que «mantiene for- Siendo exactas las noticias dadas por el co
malmente sus derechos indiscutibles al Trono de sus rresponsal, no lo son las apreciaciones doctrina ,.
mayores y que, una vez restaurada que sea la Monar-
les, que implican varios errores.
quía, convocará unas Cortes generales, elegidas por un
sistema amplio de sufragio, y confiará a las mismas el Es completamente falso que los integralistas
cuidado de decidir la formación de su gobierno». lusitanos sean absolutistas. Su programa, idén-
Los periódicos republicanos comentan esta carta
con gran simpatía y elogio. A Capital dice que Don tico en el fondo al nuestro, sólo es distinto en la
Manuel, al redactarla, firmarla y publicarla, aparece aplicación al estado social portugués, diferente al
como una personalidad mayor y más digna que la de español.
un simple pretendiente al Trono.
En cambio, A Monarquia, órgano de los integralis- Rechazan todo absolutismo, lo mismo el real
tas, publica un violento artículo contra D. Manuel y le que el republicano, el de Gabinete que el de Con-
acusa de convertirse en un aliado de la República y de
haber olvidado que las balas republicanas mataron a su vención, y el socialista que el sindicalista. Piden
hermano D. Felipe, y a D. Carlos, su padre. un régimen representativo con representación por
El mismo periódico anuncia que en breve será pu- clases que tenga subordinados a los partidos, y
blicada una extensa memoria que contendrá la relación
detallada de cuanto ha sucedido entre D. Manuel y los amplias libertades locales y regionales, como
integralistas. frontera contra las invasiones del Poder.

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carlismo.es
OBRAS »E VÁZQUEZ MELLA*. Vol. III 10
E A E I, 0- INTE•GRALISMO

Don Manuel es el que se aferré al viejo centra- cional a la republicana, y además promete, y
lismo constitucionalista, que sirvió, en los tristes aunque no lo dijese ya se sabía, no alzarse contra
reinados de Don Carlos, Don Luis y Doña María los poderes que tiranizan a su patria.
de la Gloria, de instrumento a la masonería, que No hay espectáculo ,más bochornoso que el
procuró, por los medios más inícuos, demoler la de un pretendiente a una Corona ligado al
fe del noble pueblo lusitano, entregándole, ade- Poder que ha derrocado a los suyos, prometién-
más, atado a la rapacidad británica. dole no alzarse contra su dominación, menospre-
Contra ese régimen de 'tiranía liberal y cons- ciando la conducta de sus partidarios, que hacen
titucionalista, que no fué más que el fomentador, lo contrario, y recibiendo el aplauso de los que
el conductor y el productor de la revolución jaco- debiera combatir.
bina, que llevó el despotismo masónico al grado Don Manuel invoca su legitimidad de origen,
máximo, reacciona ahora, tendiendo la mano fra- pero le falta completamente la de ejercicio, que
ternal a los elementos monárquicos tradicionales, es la principal.
el integralismo lusitano, apoyado en una brillan- Nadie disputaba la legitimidad de origen de
tísima juventud intelectual que se inspira en Alfonso VI, hijo mayor del primer Braganza,
nuestro programa. Juan IV ; pero, como era un degenerado que no
El liberalismo constitucionalista de Don Ma- respetaba tradiciones ni decoro, aunque abdicó
nuel, que no sería más que un jacobinismo ate- en favoritos inteligentes, las Cortes le depusie-
nuado en las formas, fracasó sangrientamente en ron, sustituyéndole con su hermano segundo,
la muerte de su padre y de su hermano y con el Don Pedro, regente primero y rey después.
nacimiento y triunfo del monstruo que lleva en Le sucedió Juan V, que mereció por su piedad
sus entrañas. el título de «Fidelísimo», y a su muerte ocupó el
No es extraño que la Prensa sectaria aplauda .trono aquel José primero, más músico que go-
a Don Manuel. El ha ligado su política interna- bernante, que puso su legitimidad de ejercicio

[146 ] •[ t471
carlismo.es
D E A R1 O INTEGRALISMO

en manos de un tirano de inteligencia y carácter, tólico y tradicional, poniendo con su gobierno


fiel servidor de la masonería febroniana, el Mar- gallardamente la soberanía de los principios sobre
qués de Pombal ; el que segó con furia fanática la meramente legislativa de las personas. Y las
las cabezas de los grandes más ilustres del reino, Cortes, a la antigua usanza, por clases, y a pro-
los Tavora, los Ferreira, los Aveiros ; el que puesta del Obispo de Viseo, le dieron la Corona
quemó al santo P. Malagrida, excitando hasta que tropas extranjeras, las mismas que lucha-
la indignación de Voltaire, y del que hizo re- ron contra Don Carlos María Isidro y apoyaron
trato cumplido Don Juan Valera al decir «que el trono de Doña Isabel !, le arrebatarán más
los gritos de estas víctimas claman aún: contra el tarde.
Marqués, y su sangre cubre con mancha indele- Nuestro querido compañero A Monarquía,
ble a aquel tirano feroz que, después de servirse órgano del integralismo lusitano, comprendiendo
de los jesuítas para su encumbramiento, los per- las necesidades de estos tiempos, y lo que exigen
siguió con saña, se aprovechó de las confiscacio- los problemas actuales, la controversia con los
nes para enriquecerse y era partícipe en una com- demás partidos, y una propaganda que sea ver •
pañía que se dedicaba a la trata de negros.» daderamente apologética y no declamatoria, pre-
Si José I no muere a tiempo, la reacción ca- para, hace tiempo, un programa razonado, como
tólica y monárquica, producida por la tiranía hacemos nosotros, pues sólo el desconocimiento
de su Gobierno, le hubiese depuesto, a pesar de la realidad, o la ignorancia osada, puede con-
de su legitimidad de origen, como depuso y tentarse con una lista de venerables trivialidades.
desterró a su ministro en el reinado siguiente de Esa brillante juventud intelectual, que tiene
Doña María I. las mismas ansias que la española, desea ese
Don Miguel era hijo segundo de Don Juan VI, compendio doctrinal y a la vez práctico, y, como
y contra su propio padre y contra su hermano aquí se dice, gacetable, que encierre en un pro-
Don Pedro se alzó para defender el principio ca- grama lo que pertenece a la escuela y al partido.

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carlismo.es
1 D E

Afortunadamente para ella, ha encontrado una de cambiarlos, al dirigirse ahora a Don Duarte,
personificación monárquica en una rama de la encuentren en él una solución providencial que
dinastía indígena. Casado el primogénito de Don los ayude a salir de la postración en que yace
Manuel con una señorita yanqui, quedaba, por el pueblo hermano !
su matrimonio, alejado del trono, y, muerto re- Don Duarte y los tradicionalistas lusitanos no
cientemente su hermano Francisco José, el hijo siguen la dañosa política internacional de Don
mayor del segundo matrimonio, Don Duarte es Manuel y la República, pues conocen bien la
el que ahora concentra las aspiraciones de los inicua manera como fué sacrificado Portugal por
tradicionalistas lusitanos. los aliados. Una vigorosa corriente de aproxima-
Don Duarte ha sido educado en la más fer- ción a España se despierta en nuestros hermanos,
viente fe religiosa por su piadosísima madre, que que saben que nosotros afirmamos y reconocemos
pertenece a una de las familias más ilustres de la plena independencia de Portugal, y sólo que-
Austria, que pone por encima de sus blasones remos la libre federación que impone la Geogra-
reales la Cruz, y por su padre, el noble y caba- fía, pero en pie de igualdad, sin absorciones, que
lleroso Don Miguel, en el amor a las tradiciones para establecerla serían contraproducentes.
patrias. Y no nos extraña que, entendiéndolo así un
Don Duarte, sobrino carnal de Doña María distinguido escritor portugués, llegase, en su exal-
de las Nieves, está, además, enlazado con ella tación a recordar las palabras del Vizconde de
por el parentesco de su madre con nuestra amada Almeida Garnet : «Españoles somos todos los que
Infanta. habitamos la Península ibérica» ; y que, expre-
¡ Quién sabe si, al separarse definitivamente sando el alto sentido que les daba el comentador
de los Coburgos constitucionales, los monárqui- de Camoens, aun nos brindase, con generosa ilu-
cos que se habían hecho la i
lusión de que los sión, con el príncipe a quien, por el nombre histó-
resultados de la tiranía jacobina fuesen capaces rico que lleva, rodea una aureola romántica, se-

[ 151 ]
[ 150 3

carlismo.es
mejante a la de un Don Sebastián Afortunado,
como un futuro emperador de la federación que
junte a toda la raza dispersa o separada por otros
imperios.
Aunque no lo sea, su política unirá y no ale-
jará a los que la Historia, ministro de la Provi-
dencia, ordena en estos momentos aproximarse
y abrazarse.
(Artículo publicado en El Pensamiento
Español, el 5 de diciembre de 1919).

carlismo.es
INTERNACIONALISMO

¿ Con Francia o con Alemania ? — El deber


de hablar claro. — Cómo en estos tiempos
democráticos la diplomacia dispone en se-
creto del destino de los pueblos.

En este momento crítico de la Historia de


España, ningún hombre público tiene derecho al
silencio ni a envolver sus pensamientos en niebla.
La necesidad social, norma inmediata del Po-
der público — la mediata es más alta y rige a
la necesidad misma exige que todos los que
pueden influir en el parecer de sus conciudadanos
pongan luz interior en sus palabras para que se
trasparenten bien las ideas y no sea el equívoco
postigo por donde penetren en las almas la fala-
cia y el engaño.

{ 155 1

carlismo.es
E A E o INTERNACIONALISMO

En estos tiempos de publicidad y democracia, relieve en su patria. No es de creer que venga


más verbalista que real, basta que junten sus sólo a discutir las bases arancelarias y a estable-
voluntades en conciliábulo algunos poderosos cer las de un empréstito con el señor Suárez In-
para que, en el secreto de una diplomacia que se clán. El viaje a Londres, las hipérboles dedicadas
nutre con sombras, se enajene el porvenir de un a España por la Prensa más afecta al Gobierno
pueblo y se decreten y rubriquen catástrofes a y las declaraciones de los periódicos alemanes,
plazo fijo. no dejan ninguna duda de que se trata de un
Si pudiéramos leer en las almas de monsieur viaje político para convertir la amistad en alianza.
Poincaré y de los que van a dialogar íntimamen- Así, la cuestión internacional, que debió re-
te con él, sabríamos muchas cosas sustraídas al solverse antes de las guerras coloniales, iniciada
juicio público, que, sin embargo, tiene derecho desdichadamente en la reunión de Algeciras, va-
a saberlas. ¿ Se puede cambiar el rumbo de la cilante e incierta cuando las negociaciones del
Historia sin que se enteren ni den su consenti- Tratado franco-español, se plantea resueltamente
miento los que han de ejecutarlo? En la segunda con el doble viaje de D. Alfonso y Poincaré.
mitad de la Edad Media era necesario el con- El problema está erizado de interrogaciones,
sentimiento explícito, o implícito cuando menos, a las que es preciso contestar sin eufemismos ni
de los Reinos para declarar una guerra, y antes hipocresías.
de ella, para hacerla, se otorgaban públicamente
los subsidios. Ahora se puede concertar una ? Es posible la neutralidad y el aislamiento ?
alianza que lo lleve implícito, y sólo después del
éxito o del desastre hay obligación de dar cuen- ¿Podemos evitar la cuestión, ser amigos de
ta a los que se salvaron de la matanza. todos y vegetar modestamente en una situación
M. Poincaré, aun prescindiendo de la magis- sin compromisos?
tratura que ejerce, es la figura política de más No es posible la neutralidad y el aislamiento.

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carlismo.es
1 D E A R 1 INTERNACIONALISMO

Una espesa red de intereses y compromisos di-


plomáticos atraviesa a Europa. Siendo forzoso aceptar una alianza, ¿ cuál debe
Aislarse es querer estar a un tiempo en Euro- ser el criterio para la elección ? Qué dice
pa y fuera de Europa. la Historia ?
Si estalla la guerra, ningún poder político, ni
el más humilde, podrá permanecer como espec- Puesto que es necesario decidirse por la Trí-
tador imparcial de la contienda. Todos serán em- plice o la Entente, ¿ en dónde se debe buscar,
pujados a la escena para tomar parte en el drama entre tantas ruinas morales y jurídicas como nos
como actores o acompañando a los actores. cercan, la regiade laelección ?
Y, siendo forzoso pactar alianzas, ¿ hay liber- En la Historia y la Geografía. El pueblo que
tad para elegir, como se quiera y donde se quiera, prescinde de ellas no tiene derecho a tratar con
los aliados ? No. En el cielo, cada vez más os- los demás, porque empieza por renunciar a la
curo, de la diplomacia, no hay más que dos astros existencia. La Historia, tornada en conjunto, no
de primera magnitud que brillan con luz pro- es obra del capricho de unos cuantos gobernan-
pia : Alemania e Inglaterra. Todos los demás tes: es obra del espíritu de un pueblo. Por eso
son planetas que giran en torno de ellos, o saté- refleja su carácter y sus aspiraciones.
lites que arrastran. Querer juntarse amistosamen- La historia de las relaciones de Inglaterra ha-
te con ellos, o elegir alguno entre los distintos brá que empezarla en el siglo xiv con la separa-
grupos, es cosa que pertenece a aquel género de ción de Portugal y terminarla, por ahora, en la
simplicidad, tan común en los tontos que presu- internacionalización de Tánger.
men de hábiles, que consiste en engañarse a sí Sería un enorme memorial de agravios, en el
mismos queriendo engañar a los demás. que se podrían ir señalando la mitad, por lo me-
Con Inglaterra y Francia, o con Alemania y nos, de las causas de nuestra decadencia.
la Tríplice. Tertium non datur. La historia de las relaciones con Francia, aun

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INTERNACIONALISMO

empezada en las luchas del siglo xvi, que obli- cosas juntamente. Italia influyó sobre España, y
garon a Farnesio a salir de Flandes para ir a España sobre Italia, de tal manera, que no se
París, y terminada en el último Tratado de sus pueden suprimir esas influencias recíprocas sin
glosas, es una larga serie de desmembraciones suprimir las dos Historias y desgarrar la vena
territoriales y de influencias nocivas, a las que hay latina que las enlaza y las fecunda.
que cargar las otras causas de ruina que no co- Austria fué el mejor general de nuestros ter-
rresponden a Inglaterra. cios, y se sintió herida, como España y por la
Nuestra grandeza es incompatible con la gran- misma arma, en el período francés de la guerra
deza de Inglaterra. Si nosotros fuéramos gran- de los Treinta Arios ; y Alemania, que con ella se
des, ella tendría que huir del Mediterráneo o pa- enlaza en sangre y hechos y soberanía, juntó su
garnos tributo de servidumbre a la entrada. corona con la nuestra en las sienes de un Empe-
Francia, más generosa que Inglaterra, y que rador que cubrió con los mismos laureles a tu-
ha recibido de ella casi tantas ofensas como nos- descos y españoles. Bajo una dinastía germánica
otros, desde la guerra de los Cien Años hasta conquistamos y civilizamos a América, y bajo
Fashoda, tiene aspiraciones de dominación en una rama dinástica afrancesada la perdimos.
el Mediterráneo que no son compatibles con las Eso dice la Historia. ¿ Qué dice la Geografía ?
nuestras. Uno de los brazos de España, la cordillera
Son enemigas o rivales ; luego no pueden ser cantábrica, con el índice de Finisterre extendido
nuestras aliadas. sobre el mar, está señalando a América.
Y Alemania, Austria e Italia ? ¿ Qué agra- Las dos columnas de Hércules, tenantes de
vios hemos recibido de ellas? Con Italia hemos nuestro escudo, indican que las dos costas del
tenido un intercambio, muchas veces secular, en Estrecho nos pertenecen y que debe ser nuestra
que nosotros hemos puesto la fuerza y ella el arte, la pueita del Mediterráneo.
cuando no hemos puesto, confundidas, las dos Francia e Inglaterra, ¿nos reconocen y garan-

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OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. --- VOI. III 11
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INTERNACIONALISMO
tizan la posesión de esa puerta, por donde se tinante la vileza del primero y la opresión del
entra en el mar latino y en nuestra casa ? segundo.
Ni la garantizan ni la reconocen : la prohiben. Eso es algo de lo que exigen Francia e In-
Por el artículo 7.° del Tratado franco-inglés, que glaterra... para no darnos nada.
debieran saber de memoria todos los españoles,
se nos impide fortificar la costa marroquí. Ingla- ¿ Cuáles son las enseñanzas que se deducen
terra pone un veto absoluto a que fortifiquemos de la Geografía?
Punta Carnero y Sierra Carbonera, porque ha-
rían inútil a Gibraltar, pedazo de la Patria robado ¿Qué reclamaría Alemania ? No nos pediría
a traición, aprovechando una alianza contra los a Cartagena y a Mahón para establecer la comu-
Borbones en una guerra europea. Inglaterra, de nicación con Argelia y Marruecos y la servidum-
acuerdo con Francia, ha internacionalizado a bre de paso en el territorio para transportar, como
Tánger, nuevo Gibraltar, y a Cayo Huesa y a su Francia, el ejército africano.
zona, arsenal y base de operaciones de las cabi- No nos pediría que defendiésemos los puertos
las sublevadas. del Norte, que por sus çondiciones se defienden
Es decir, que se nos prohibe la posesión y la solos ; nos pediría y nos ayudaría eficazmente,
vigilancia de la puerta de nuestra casa y del mar porque su interés se confunde con el nuestro, la
Mediterráneo. La llave para abrirla y cerrarla facilísima defensa de las rías 1:lajas. Los canales
está en manos de Inglaterra y de Francia. España de las islas Cies, en la de Vigo, y el que media
no tiene derecho ni siquiera a ser centinela. Es entre la isla Godeiro y la Rua, que forman trián-
un portero subalterno y sin sueldo, a las órdenes gulo inexpugnable con la Salvara, en la de Arosa,
del que designen los amos. sencillamente fortificados, impiden la entrada o
¿Y eso es una alianza ? Será la que medie salida de una escuadra, como saben muy bien los
entre un esclavo y un tirano, sirviéndole de aglu- ingleses, que hacen de la capilla protestante de
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Marín fortaleza mal disimulada para vigilarlas. Pero ¿ cómo vais a defender sus intereses y
Alemania no nos impediría la defensa de las su civilización, que es la vuestra en América, si
dos costas del Estrecho : la pondría como condi- os sometéis a la rama primogénita de esa raza
ción. Ella nos daría los medios de preparar, con en Europa ?
la conveniente cautela, el emplazamiento, en oca-
sión oportuna, de baterías en Sierra Carbonéra El punto de vista económico. — Los mercados
y en Punta Carnero para dominar el Peñón, y en de Francia e Inglaterra
los altos de Tarifa y Punta Almansa para domi-
nar el Estrecho, y aun el de establecer líneas de ¿Y los intereses comerciales ? ¿ Podernos pres-
torpedos y minas flotantes entre la isla de Perejil cindir de mercados como los de Francia e In-
y la isla Paloma. glaterra ?
¿ Qué alianza nos conviene más ? La Geogra- I Los intereses comerciales !
fía contesta lo mismo que la Historia. Los Tratados de comercio y el cambio de pro-
Y aún añade : Fuertes en el Estrecho, reco- ductos no dependen de los Tratados diplomáticos.
bráis en gran parte el papel que habéis perdido Las mercancías no tienen opiniones políticas.
en el Viejo Mundo ; podéis dirigiros al Nuevo y Llevan de vanguardia el egoísmo de sus intereses
tender los brazos a los 18 Estados americanos y reducen todas sus alianzas al do ut des.
que habéis amasado con vuestra sangre y que son El precio de muchos productos, como los me-
obra de vuestra civilización. Y podéis formar con tales y las frutas, no lo fija ningún mercado par-
ellos un magnífico imperio moral que se traduzca ticular ; lo establece el mercado universal, que
en vínculos diplomáticos y comerciales y que dé no depende del mal humor de dos ministros de
a los hijos y a la madre fortaleza para resistir Estado.
en. América la invasión anglo-sajona de los Es- Los mismos pánicos bursátiles, artificiosamen-
tados Unidos. te preparados, no pueden localizarse en una

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Bolsa. La solidaridad del crédito y de los fondos lítico ? Eso sería subordinar el deber de servir a
públicos entre los Estados obliga a limitarlos para la Patria al interés bastardo de servirse de ella
no recibir el golpe de retroceso de sus repercu- para ir viviendo. Es la conducta de todos los Po-
siones. deres débiles, que el miedo sacude con sus tem-
Inglaterra compra minerales en Bilbao, porque blores y que, a fuerza de transigir, dejan en ma-
le hacen falta y le conviene, no por amor a nos- nos de sus enemigos hasta el instinto de conser-
otros. vación.
Francia tiene productos análogos a los nues- Una monarquía que busque en el jacobinis-
tros, y Alemania diferentes, y por eso la primera mo francés apoyo contra los desmanes del que
tiende a cerrarnos su mercado y la segunda a ese jacobinismo ha engendrado y alimenta, no
abrirlo cada vez más. necesita tomar precauciones contra ningún pe-
Italia, península mediterránea como nosotros, ligro ; los lleva dentro todos. Su ceguera no hace
y que tiene fronteras en Europa y en Africa con más que denunciarla ante los que todavía no
Francia, como nosotros, pertenece a la Triple tienen cataratas en los ojos.
Alianza, y sigue comerciando cada vez más con Del amparo de Inglaterra puede dar razón don
Inglaterra y con Francia. Manuel, de Portugal. La Gran Bretaña ha derri-
bado muchos poderes en el mundo, pero no se
El punto de vista del interés político contra un sabe que haya levantado y engrandecido a nin-
peligro interior. — La alianza con Alemania, guno, como no sea para tirarlo de más alto.
sería peligrosa para lapaz ? Pero la alianza con Alemania ¿sería una alian-
za belicosa que contribuiría más a encender la
¿Se quiere la alianza con Inglaterra y Francia discordia del mundo, y a precipitar la guerra ? Al
para encontrar amparo contra algún peligro inte- contrario, contribuiría, en lo posible, a retardar-
rior que comprometa el interés dinástico y po- la. España vale mucho más que sus Gobiernos.

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La nación es muy superior al Estado ; y aunque


su espada no sea ni una daga comparada con la La distancia de Alemania. — ¿ Hay comunidad
de otros días, pesa bastante para inclinar una de sangre y raza entre Francia y Espafia?
balanza, y tiene, además, lo que se llamó, con
exageración retórica, pero nada más que relativa, Pero, si se invoca la Geografía y la Historia,
la omnipotencia geográfica. ¿ por qué no se tiene en cuenta que Alemania,
Unida a Alemania y fortificada en el Estrecho, como se ha dicho recientemente, está muy lejos
obligaría a Inglaterra, que es muy cortés y ama- de España? ¿Por qué no se recuerda, como lo
ble con los fuertes, a parlamentar con su rival y ha hecho elocuentemente en su brindis palatino
a entenderse con ella. M. Poincaré, la comunidad de raza y sangre en-
Las garras de sus leopardos no permanecerían tre franceses y españoles ?
ociosas, y pronto encontrarían, como desquite, Es verdad, Alemania está lejos de España ;
alguna nueva víctima que proteger. pero está tan cerca de Francia como España, y
Francia, separada de Inglaterra, se entende- más cerca que ella de Inglaterra.
ría fácilmente con Alemania por medio de las España, unida a Francia, está prisionera de
dos penínsulas latinas, que encontrarían la ma- las dos Francias de que hablaba proféticamente
nera de salvar la majestad olímpica de su amor Valdegamas : la que empieza en los Pirineos y
propio, convenciéndola de que una efemérides la que se prolonga por Argelia y Marruecos, has-
que está casi a medio siglo de distancia, el año ta el Atlántico.
terrible, el 70, no es un programa, y haciendo, España, unida a Alemania e Italia, cambia
además, gustosas el oficio de amigables 'pompo- los términos y hace prisionera a Francia, cercada
nedores. por los Pirineos, por los Alpes y el Rhin.
El ilustre Melgar recordaba ayer la sentencia
del Canciller de hierro, a quien no se negará que

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1 D E A R 1 o INTERNACIONALISMO

entendía algo de guerras y alianzas ; los pueblos perpuestas que no se encuentran en la francesa
separados por otros, decía, se entienden mejor o que están de diferente manera compuestas. El
que los vecinos, porque la distancia aleja los corte de las dos no se corresponde, y los fósiles
rozamienos y los litigios inevitables en las que en ella han quedado, tampoco.
fronteras. Por eso no está de igual manera formada la
La comunidad de raza y sangre es uno de los sangre que circula por las venas de los dos pue-
tópicos manoseados en los juegos florales de la blos. Mirando el conjunto, el «champagne)) es
diplomacia sentimental, y que desmienten los la sangre de los franceses y de las francesas.
historiadores y los hechos. La sangre española oscila entre el chacolí y
El Mediodía de Francia, vasco y provenzal, el jerez, pasando por el valdepeñas.
depurado de influencias extrañas, es verdad que Sobre suelo y .savia y tronco distintos, no
pertenece a nuestra estirpe, y varias veces, desde obraron de igual manera el sol y la atmósfera,
los caudillos godos de Narbona, nos cubrieron la Iglesia y Roma ; y las ramas y las flores no se
iguales o análogas soberanías; pero los galos del parecen más que mirándolas de le jos.
Centro y los del Norte, mezclados con diversas Sumando con diligencia todas las semejan-
variedades germánicas, no tienen nuestra con- zas y ocultando todas las diferencias, podremos
textura étnica, a pesar del sello que con presión llegar a considerarnos como hijos de la misma
diferente puso sobre todos Roma. familia ; pero es innegable que hemos salido con
El muérdago de la encina sagrada, si es que genio diferente y con caracteres opuestos.
llegó a verdeguear en algún punto de nuestra Los franceses tienen algunas cualidades que
tierra, no necesitó que le cortase la segur de oro debemos envidiarles, y nosotros tenemos otras,
de los druidas galos, porque se debió caer solo que debieran envidiarnos. No hay más que com-
o podado por el hierro de otras gentes. parar su gran siglo con el nuestro, que le prece-
En la geología de nuestra raza hay capas su- dió y era más grande, y se ve que el contraste

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no es menor que el de Felipe II y Luis XIV. pacifista y la antimilitarista y los enormes inte-
La diplomacia no debe pretender la unión reses comprometidos impiden la guerra europea,
íntima de lo que está separado por la psicología. ¿ qué perderíamos con la alianza francesa e in-
Un poco separados de los franceses es como es- glesa?
taremos más unidos con ellos. Podríamos ceder a Francia e Inglaterra toda
¿ Y los alemanes no son más diferentes de los la zona española, incluyendo a Melilla, a cambio
españoles que los franceses? Sí ; pero la diferen- de Tánger y toda la costa hasta Ceuta, con la
cia se refiere a órdenes diversos, a géneros dis
- libertad de fortificarlas ; y de seguro que no acep-
tintos ; y por eso no hay contradicción, porque, tan el trato, temerosas de perjudicarnos. Velan
para que exista, es necesario que haya unidad tanto por nuestros intereses, que olvidan los
de sujeto, al que se atribuyan las cualidades po- suyos !
sitivas y negativas, y con los alemanes no tene- Hemos tropezado con Francia antes del Tra-
mos esa unidad de diferencia, y con los france- tado, durante las negociaciones del Tratado, y
ses, sí. después en varias aplicaciones del Tratado.
Con Francia e Inglaterra estaremos contra
Alemania, y sin ella y contra ella no daremos
¿ Se puede resolver la cuestión de Marruecos sin un paso seguro en Marruecos ; toda paz será un
tropezar con Francia? ¿ El antimilitarismo descanso para una nueva guerra, y la doble san-
y el pacifismo hará imposible la guerra eu- gría militar y económica concluirá por dejarnos
ropea ? tendidos delante del Estrecho, sin la bolsa y
la vida.
¿Y la cuestión pavorosa de Marruecos? ¿No Si estamos unidos a Alemania, no tropeza-
tropezaríamos con Francia a cada paso si tratá- remos con Francia, porque tropezará Francia
semos de resolverla sin ella? Y si la corriente con ella.
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El antimilitarismo y el pacifismo no evitan la de muerte y a la sangre ; Flora, Diana, Pablo


guerra europea ; la anuncian y la preparan. y Virginia, la Nueva Eloísa, con los besos rús-
Los antimilitaristas, colectivistas, sindicalistas ticos, a la sombra de los castaños ; idilios, églo-
y ácratas, para enumerarlos por los grados de gas y madrigales, el haz de paja y de espigas, y
descenso hacia el abismo, no quieren la guerra el Amor disparando su flecha en la enramada
entre las naciones, porque la quieren entre las sobre los corazones adormecidos en el césped al
clases que las constituyen ; y esto es hacer que lado de la fuente murmuradora...
todas las clases amenazadas con el saqueo y el ¿Y después ? La santa guillotina, el panta-
degüello se junten entre sí y se enlacen al través no de sangre del Terror, las cabezas segadas...
de los pueblos para que la guerra sea universal. la de Luis XVI, que representaba la autori-
Singular manera de evitarla! dad ; la de María Antonieta, el amor marti-
El pacifismo sentimental, filantrópico, lacri- rizado ; la de la Lamballe, la hermosura ; la de
moso, nunca aparece en el horizonte de los pue- Lavoisier, la ciencia ; la de André Chenier, el
blos corrompidos con el ramo de oliva en la mano, arte... rodar de tronos y altares y cañones, y las
sin que por el lado opuesto asomen las espadas legiones napoleónicas saltando todas las fronte-
teñidas de sangre. ras y haciendo temblar el suelo de Europa, so-
Los historiadores que han investigado los orí- brecogida de espanto.
genes de la Revolución, han trazado el cuadro Paz ¡ Paz El heraldo divino no la trajo más
de las modas y costumbres que precedieron a la que a los hombres de buena voluntad.
catástrofe. No hay más que dos maneras de acabar con
El jardín inglés, el aprisco suizo, la vaquería, la guerra en el mundo : hacer una reforma psico-
la cabaña, trajes de pastoras y zagales, un amor lógica en la naturaleza humana por medio de la
desbordado a la Naturaleza, hasta idealizar el amputación de todas las pasiones, =o reconocer la
salvaje y la vida de la selva ; el horror a la pena soberanía absoluta de jesucristo con sus dos C6di-

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gos : el Decálogo y el Sermón de la Montaña. blan sus fuerzas y maniobras y se ensayan para
No se ven señales de esas reformas. En cuan- lnacer alguna peregrinación cívica al palacio de
to a la primera, hay temores fundados de que La Haya, y regresar dispersos y cantando el him-
sean las pasiones, en vez de suprimidas, sobe- no de la paz, después de haber dejado allí, corno
ranas. En cuanto a la segunda, apenas hay un tributo a la fraternidad universal, hacinadas las
Estado que no sea un Calvario, si se prescinde cureñas y en pabellones los fusiles ?
es.
de la crucifixión de los ladron
Mientras el deber moral no reine sin limitacio- Si la guerra europea estalla, ¿ cuál sería nues-
nes constitucionales, habrá una batalla en cada tra suerte, si Francia fuese vencedora ? ¿ Cuál
pecho. Y si está la guerra dentro, ¿cómo ha de si fuese vencida ?
estar fuera la paz?
El nuevo templo de Jano, levantado en La Y si la guerra europea estalla, ¿ cuál será nues-
Haya, no habría podido cerrar sus puertas desde tra suerte y la de la República francesa? Si Fran-
que se puso la primera, si aquélla hubiera sido cia lograba la victoria, ¿ no conseguiríamos gran-
la última. Y no las cerrará por algún tiempo, des ventajas? Y si salía derrotada, ¿serían mu-
hasta que una bandada de buitres diplomáticos chos nuestros males?
se congregue en sus salones y resuelva cómo se El primer cañonazo que se dispare en el Rhin,
han de repartir los miembros palpitantes de los es el primer toque funeral por la República fran-
Estados que sucumban en la guerra europea. cesa. El general que venciese en dos grandes ba-
A ella vamos, y ciego está o quiere estarlo el tallas a los alemanes, no daría la tercera sin ser
que no la vea venir. Los ejércitos más numero- ya Emperador' de los franceses. Y si Francia
sos que recuerda la Historia, acampados sobre fuese invadida, sus Ejércitos arrollados, y se re-
la hacienda de los pueblos, y las ambiciones que pitiese la tragedia del 70, la República sería el
gravitan sobre ellos, ¿ están preparados y recio- editor responsable, y, después de una Commune

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011RAS DE VÁZQUEZ MELLA. •-• V01.111 12
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que haría de la primera un idilio, sería sustituída, la frontera de lo que quedase de su Imperio, pero
sobre lo que restase del gran pueblo, por una no le encadenaría jamás en una roca del mar
Monarquía o un Imperio. Dios, que ama a los para que aumentase con su tristeza, la amargura
francos, no dejaría caer sobre ellos tan duramen- de las olas. ¡ Eso sólo lo hace Inglaterra !
te su mano, que permitiese que ocupara el trono ¿Y qué nos pasaría a nosotros ? Si Francia
un Orleans. La misma generosidad del vencedor resultase vencedora, España sería su colonia y
sería instrumento de la suprema misericordia, la luna de ese sol.
impidiendo tal castigo. ¿Y si fuese derrotada? España pagaría con
Esa sería la suerte de la República. ¿ Cuál mermas de su independencia parte de la indem-
sería la nuestra ? nización, y con puñados de su tierra se cubriría
Si Francia resultase vencedora y penetrase en el charco de sangre en que cayese Francia.
Berlín, habría que dilatar las fronteras de Europa
para que no se asfixiase su orgullo. Una ola de
El porvenir de Francia. — Relación entre la
champagne y de couplés anegaría al mundo. Se
guerra irreligiosa interior y la militar exterior.
pensaría en cubrir la zona ecuatorial con una
Influencia en las alianzas, de una restan-
faja de la Legión de Honor, y los alemanes su-
ración monárquica en Portugal.
pervivientes procurarían la manera de utilizar los
dirigibles que se hubiesen salvado para emigrar ¿ Y qué sucederá? El hombre produce libre-
a otro planeta. mente los hechos que forman la materia de la
¿ Francia vencedora? Sin embargo, si el Em- Historia. Es dueño de poner las premisas, pero
perador Guillermo, después de pelear heroica- no de evitar las consecuencias. Manda en los
mente, cayese prisionero con todos los príncipes antecedentes, pero no en el enlace con los con-
de su casa, Francia le llevaría a las Tullerías y siguientes.
se inclinaría respetuosamente y le escoltaría hasta Si Francia, con ingenio que le sobra y habi-

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lidad y audacia que no le faltan, tomase la de- nes, es convertirla en medio, y no pueden ser las
lantera, y por la tierra y por el aire y por el mar, dos cosas a un tiempo.
con soldados, aeroplanos y acorazados, invadiese De la teofobia, el odio a Dios y la negación
a Alemania, llegaría tarde... Alemania la habría consiguiente de la vida futura, salen el sacrificio
invadido antes con una poderosa fuerza auxiliar de los demás, cuando son un obstáculo al placer,
colocada a retaguardia de sus soldados, de sus y la muerte propia, cuando el placer termina ;
aeroplanos y de sus acorazados... las escuelas pero ¿quién sacaráel acrificio
s por los d
emás y
laicas ! la muerte por la Patria ?
La disciplina militar, como todas las disci- Francia se desgarró las entrañas en una guerra
plinas, se funda en la obediencia, y la obedien- implacable contra sí misma. Del Kulturkampf
cia en la jerarquía, y la jerarquía en la depen- germánico, que fué un episodio y un escarmiento,
dencia, y la dependencia externa en el deber mo- el Estado francés hizo un programa. Separó por
ral, y el deber en una ley y en una voluntad que abismos de odio las conciencias, rompió la so-
estén sobre la razón y lo impongan a la razón. lidaridad social, y, del Poder público de todos,
Sin esa primera dependencia, todas las demás hizo el Estado de algunos contra los más.
quedan sin base. Cuando ponga en movimiento sus huestes,
Proclamar el derecho de romper las relacio- verá que el mayor enemigo no le tiene enfrente,
nes con Dios, y exigir al mismo tiempo la su- le lleva dentro.
misión a las externas que establece el Estado, es Si Francia, cabalgando sobre su genio, pu-
conceder el derecho a lo más y negar el derecho siese en su pecho la armadura y la Cruz de Juana
a lo menos. de Arco, podría salvarse y salvar al mundo. Pero
Reducir toda la vida a la presente, es decla- pisa la Cruz y adora el triángulo masónico, y
rarla fin último. Pedir después que se sacrifique se pierde y nos pierde.
al bien de generaciones futuras o de abstraccio- Un día, Bismarck lanzó ante varios amigos

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y un periodista, que la hizo circular, esta terrible Don Manuel parece que aprendió en el des-
frase, hablando de los pueblos latinos concitados tierro lo que no pudo alcanzar en un trono en-
contra su política: sangrentado.
— Es preciso fomentar en ellos el parlamen- Si vuelve a ocuparlo, no lo pondrá bajo la
tarismo y debilitar el catolicismo, que es la única tutela de Inglaterra, protectora de Alfonso Costa :
fuerza viril que les queda. lo irá a buscar en donde ha encontrado augusta
¡ Y Francia ha convertido en norma y en hecho compañera.
la táctica que su vencedor afirmaba para hun- ¿Han meditado los nuevos afrancesados la
dirla ! importancia que tendría en la política internacio-
Un retoño del jacobinismo francés, nacido en nal de España un Portugal desbritanizado y re-
el sepulcro de Pombal, alimentado con substan- cibiendo en Cascaes los imponentes acorazados
cia de Febronio y crecido y desarrollado en la de Alemania ?
Logia, hizo su aparición oficial. más solemne,
con una espantosa carnicería monárquica, que
Los anuncios de los grandes pensadores. — Los
recuerda la destrucción de los Omniadas.
presentimientos de Balmes. — Los vaticinios
La monárquica y conservadora Inglaterra le
de Donoso Cortés y Pastor Díaz, sobre las
protege, y la República francesa ve en él la
alianzas con Francia e Inglaterra.
carne de su carne... Pero como lo violento, dura
poco, y la anarquía no es estable, y la vida ¿ Pero el error de las alianzas con Francia y
social no puede coexistir con una serie inacaba- con Inglaterra, no lo vieron los pensadores y los
ble de motines y explosiones, es muy probable políticos eminentes anteriores, y es cosa revelada
que se venga al suelo al primer choque serio el sólo, ahora, a los humildes que se atreven a le-
retablo de los tiranuelos y que les suceda una vantar su voz turbando el rumor de los aplausos?
restauración monárquica. Aquel joven ilustre que tenía la vista muy

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potente, porque estaba acostumbrado a mirar sin Donoso amaba ardientemente a Francia y
fatigarse las cumbres de la Metafísica, vió todas rendía homenaje de admiración a la soberanía de
esas cosas y algunas que se verían más tarde. su ingenio, que penetró muchas veces el suyo.
Balmes, que luchó cuerpo a cuerpo con Guizot, Pero amaba más a la verdad, y se la dijo en
el doctrinario, y le venció, desplegando en una público y en secreto, y la refirió a los estadistas
de las más grandes síntesis de la Filosofía de la españoles en íntimas confidencias familiares y
Historia el cuadro de las dos civilizaciones que diplomáticas.
se reparten el mundo, anatematizó la alianza con En una carta (todavía inédita, que con otras
Francia y con Inglaterra, y anunció muchas de suyas poseo) escrita en 26 de febrero de 1843,
las enfermedades que ahora padecemos, echan desde Berlín, donde acababa de llegar de
do la culpa a nuestro propio cuerpo. embajador de España, y antes de posesionarse
Y Donoso Cortés, el gran Donoso, que no fué del cargo, y dirigida al.generalrv Naáez, que
bien comprendido por sus contemporáneos por- a la sazón era presidente del Consejo de mi-
que no alcanzaban los horizontes que él divi-. nistros, ¿ cómo juzgaba a Francia y cómo em-
saba con el telescopio de su inteligencia, es el pezaba a ver a Prusia ? Con estas palabras, que
que formuló aquella portentosa profecía dele- son una adivinación de los destinos de. Alema-
treando, como un vidente de Israel, el porvenir nia y una sombría y pavorosa sentencia sobre
de Francia. Antes de la revolución del 48, anun- Francia :
ció la caída de Luis Felipe, el triunfo de la Re- «Me propongo estudiar detenidamente el mo-
pública, el advenimiento de un Bonaparte, su vimiento político de esta gran parte del mundo,
ayuda a la unidad italiana, y cómo ésta pasaría de donde, si yo no me equivoco, vendrá el bien
los Alpes y se encarnaría en Alemania, y cho- o el mal para Europa» (Y no se equivocaba. Y
cando, para manifestarse más tarde, con el Im- esto se escribía en 1843).
perio francés, le vencería. »Aparte usted los ojos de Francia. Francia,

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suceda lo que suceda, está perdida. Su decaden- nando nuestro porvenir, trazaba, con pluma ins-
cia es un hecho consumado. República, Monar- pirada, esta página candente :
quía o Imperio, será de todos modos impotente. «Llegará el día que una nación, cautelosa y
Es posible que tenga todavía algunos momentos sagaz, recoja el fruto de sus profundos cálculos,
de reposo ; pero esos períodos serán efímeros. Su poniendo a gran precio de señorío el amparo
papel ha concluído en la Historia. El día antes de los intereses revolucionarios. Llegará el día en
de salir de París se lo dije bruscamente a mon- que la potencia más simpática con la reacción,
sieur Mote, en casa de Rostchild. Comenzó por sólo pueda añadir peso de impopularidad sobre
asombrarse y concluyó por decir que, todo bien el poder que naufrague. Entonces la Inglaterra,
considerado, pudiera suceder que yo tuviera ra- invocando contra dos naciones la razón que no
zón... Esto no obstante, seguirá llamándose na- tendría contra una sola, podrá arruinar nuestras
ción de primer orden por algunas veintenas de colonias y destruir nuestro comercio en nombre
años, todavía ; pero esto consiste en que los nom- del derecho de gentes. Entonces Francia, por
bres duran más que las cosas». •cuyo aborrecimiento nuestros monárquicos pa-
Aun suprimiendo sombras en esta predicción dres precipitaron del trono a sus ancianos Reyes
tan pesimista, ya se puede calcular lo que pensa- (el motín de El Escorial), no robustecerá mucho
ría Donoso de una alianza con Francia, a quien las creencias monárquicas de la generación pre-
consideraba más que decadente, o con Alemania, sente. Entonces, en vez de una política de Luis
cuya grandeza ya presentía. XIV que llegue a Los Algarbes, habrá un Tra-
Otro orador insigne, pensador notable y altí- tado Methwen que llegue a los Pirineos. La Es-
simo poeta, fraternal amigo de Donoso, Pastor paña no será el Portugal de la Francia ; pero la
Díaz, muy pocos años después, en 1846, en un Inglaterra habrá llevado su Tajo hasta el Bidasoa.
estudio sobre los partidos políticos, hablando de Ay de nuestra nacionalidad aquel día I Ay de
la acción de Inglaterra sobre España, y vatici- la España constitucional e independiente que ha-

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bíamos soñado! ¡ Ay de nuestros hijos, cuando tos de espalda a los anuncios y a los hechos, y
lloren, bajo los sauces de Babilonia, por más a la Geografía y a la Historia, parecen dirigirnos
que se rieguen con agua del Sena las lágrimas con una venda en los ojos.
del cautiverio ! ¡ Ay, quizás, de la Polonia del Es cosa de levantar temblorosas las manos al
Mediodía, cuando el valor sea estéril y la teme- cielo y decir al «Rey de Reyes», al «Dios de los
ridad ridícula! Los Kosciuscos, los Sobieskis, los Ejércitos», cuyo nombre ya no se atreven a pro-
Poniatonwschis, esforzados eran ; y los hijos de nunciar algunos poderosos : ¡ Señor, Señor, que
esos héroes no tienen patria. La Francia no ha no sean tantas nuestras desventuras, que lo que
dado a sus aliados de 1812 más que una iglesia vieron hace setenta años las águilas, no lo vean
para celebrar los funerales de sus mártires. Nos- todavía nuestros gobernantes, cuando ya lo divi-
otros tendríamos aún el desconsuelo de no poder san hasta los gorriones y los vencejos que anidan
ir a llorar las memorias del patriotismo sino a en los aleros de nuestra casa !
las regiones donde no hay libertad. Oh ! No (Publicado en el Correo Espa-
podríamos ir a parte alguna, porque oiríamos ñol, el día 9 de octubre de 1913).
dondequiera esta formidable sentencia que la
filosofía moderna ha pronunciado por boca de
una mujer ilustre : «Los individuos pueden no II
tener culpa de las desgracias que les suceden ;
LA NEUTRALIDAD. — UNAS DECLARACIONES
pero las naciones merecen siempre la suerte que
les cabe».
«La palabra del insigne orador tradicionalista fluye
Y todas estas cosas se dijeron hace setenta siempre abundante, rápida y expresiva. Aun en la afa-
años. Y durante ese tiempo, una serie de hechos, ble llaneza de su intimidad, su discurso es una «suaso-
que los grandes pensadores no podían ver, con- ria». Habla con la firmeza de un convencido, y defiende
sus convicciones como un cruzado. Nunca el periodista
firman sus vaticinios. Y nuestros políticos, vuel- le requiere en vano en cuestiones que afectan al inte

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1 0 INTERNACIONALISMO

rés público. Ni recata sus ideales, ni los disfraza en En cuanto a mí, he de declarar que no me
su verbo, que deleita y tiene en todo momento valor
positivo. ha sorprendido este gran conflicto internacional.
Paladín animoso, durante mucho tiempo, de una Lo vi dibujarse en el horizonte de Europa, cuan-
alianza con Alemania, acosábanos en las actuales cir- do se convocó y celebró la Conferencia de Alge-
cunstancias el deseo de saber cómo, en su concepto,
debía proceder España frente al conflicto europeo. Y, a ciras. El 17 de diciembre de 1912 ya anuncié al
la verdad, el elocuente diputado no defraudó nuestra Parlamento y al Gobierno esta guerra, que con-
esperanza. Fué claro, preciso, terminante.»
mueve los cimientos de tantos pueblos ; y todavía
— Al requerimiento de A B C —nos dijo — en dos ocasiones posteriores, el 31 de enero de
cumpliría yo con reproducir la nota oficial del este año, al discutirse el tratado franco español
partido tradicionalista, publicada en El Correo sobre Marruecos, y en el mes de marzo último,
Español y recogida por casi toda la Prensa. Ella insistí en la misma predicción. Bastaba para ello
concreta nuestro pensamiento y nuestra actitud tener en cuenta la situación de la política inter-
para ahora y para lo por venir. Y ella es la norma nacional y los factores que actuaban en los des-
de mi asentimiento al presente estado de cosas en tinos de Europa.
relación con la guerra. En estas circunstancias, el papel de España
Por amor a España y por interés mismo de es no intervenir en el conflicto. Intentar ahora
nuestra nación, queremos la neutralidad, y de- salir de esta norma de conducta, más que una
bemos mantenerla a ultranza, y resueltos a que no temeridad, sería una locura ; queriendo acudir
se quebrante por nada ni por nadie tal actitud, a la guerra fuera, se provocaría la más grave
única que sobre el plano de los sucesos cabía perturbación dentro. Y no se diga que, para
en estos momentos adoptar. En eso la opinión prevenir a -todo extremo un cambio de actitud,
general, con la cual el Gobierno ha acertado a sólo en caso de ser agredidos dejaríamos de ser
ponerse a tono en su acuerdo, no ofrece equí- neutrales.
vocos. ¿ Quién nos forzaría a romper la neutralidad?

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I D E A R I 0 IN T E R N A C I O N A L I S M O

Cui prodest ? Yo creo firmemente, por informes Lo ocurrido ahora en Tánger es una muestra
míos directos y por los elementos de apreciación de los peligros que recelo y una advertencia para
que ofrecen, a mi juicio, la realidad internacio- tenida en cuenta. En eso, la invocación de la
nal y el conocimiento que tengo de las cosas de autoridad del Sultán nos ha puesto a cubierto de
Alemania, que de esta nación no ha de partir una inminente complicación. Pero ¿quién nos
la agresión a España. No lo espero. Ni está en puede asegurar que nos veremos libres de otros
sus propósitos, ni, tal como las cosas están plan- incidentes que se susciten para estrechar y cam-
teadas, entra en sus conveniencias y cálculos biar nuestra actitud presente ? En ello es donde
crearse más enemigos. está el riesgo. ¿ Sabremos conjurarlo ?
En este punto, el único peligro está, para nos- En la vida de la independencia de los pue-
otros, del lado de Inglaterra y Francia. Una u blos, la Historia y la Geografía son inseparables,
otra pueden, en su intérés, porque España corra y en esta conjunción y compenetración debe des-
la suerte de los que luchan y no permanezca cansar la razón suprema de su política interna-
cruzada de brazos, empujarnos a ejecutar actos cional. España, al concertar sus alianzas, debió
o sancionar omisiones que sirvan de pretexto para no perder de vista su autonomía geográfica, para
que Alemania aparezca como provocadora y fortalecer y garantizar su integridad como poten-
agresora. Y esto sí que importa prevenirlo y cia europea. No por otros móviles que por con-
evitarlo, resistiendo tenazmente todo intento que ciencia de estos altos intereses de nuestra nación
se haga para que abandonemos nuestra posición y de sus necesidades he venido yo defendiendo
de neutrales. Hoy no hay derecho a exigírsenos la alianza con Alemania, que en los tiempos de
más. Ni siquiera invocando alianzas, que, desde Canalejas, con quien hablé muchas veces de esto,
que se iniciaron, yo, como español, consideré pudo llevarse a cabo, y que luego hicieron im-
funestas, por ser contrarias al interés primordial posible otros convenios.
de mi país. (Publicado en AB C, el 29 de agosto de 1914).

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OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA.—Vol. III 13
Estado. El que contra su voluntad trabaje y ma-
quine para obligarle a que intervenga, lesiona ese
III derecho, y es, aunque diga otra cosa, enemigo
de quien quiere ejercerle. ¿Desea su bien o sim-
Los MOTIVOS POLÍTICOS Y LOS FALSAMENTE PA- plemente respeta su derecho? Pues no debe in-
TRIÓTICOS DE LA INTERVENCIÓN. tervenir en su neutralidad, para forzarle a que
intervenga en su contienda.
- Y cuáles son los otros motivos que cree ¿ Ama de tal manera sus intereses que quiere
usted que se pueden invocar para obligarnos a que le sirvan de medio los extraños? Pues, tra-
intervenir ? tándose de una contienda que es una guerra pa-
— Son los políticos y los que se inventan para vorosa, la más grande que se ha conocido, y
deslumbrar el patriotismo. Los primeros se agru- para la existencia de varias naciones decisiva,
pan en dos categorías, según el origen y la con- no puede haber más que estos motivos que
veniencia que los inspira : exteriores e interiores. dicta el egoísmo colectivo : primero, impedir que
— ¿Cuáles son los móviles a que puede obe - el pueblo neutral llegue al final de la lucha con
decer el que desde fuera hagan presión y nos em- sus energías intactas, mientras los otros las gas-
pujen a salir de la neutralidad? tan, porque del contraste resultaría que ganaba
— En mi discurso de Santander, al fijar el todo lo que los otros perdían, y, sin hacer otra
fundamento de la neutralidad, le señalé bien cla- cosa que conservarlas y reservarlas, habría su-
ramente. bido, en la escala de las potencias, lo que ha-
Todo pueblo tiene el derecho esencial de per- brían bajado las otras ; y suplir las fuerzas que
manecer neutral en una contienda que no le toca flaquean y se rinden con otras aunque sean pe-
directamente, porque él es juez de sus intereses ; queñas, y se las conoce en la clase de las razas
y si no lo fuera, no sería soberano y no formaría inferiores, por lo cual no sólo se aleja o se dismi-

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carlismo.es
nuye la derrota, sino que se aumenta la catástrofe colección de trogloditas con buena artillería; la
y se suprime al que, de otra manera, podía llegar Civilización, con todos sus esplendores, está de
a ser fuerte y rival futuro. un lado, y la Barbarie, próxima al canibalismo,
Y conociendo estos motivos, formas del ape- de otro.
tito y del miedo, es fácil saber de qué linaje serán Al oirlos, parece que quieren que se interven-
los inferiores, por sus condiciones más personales ga en la lucha por temor a que los coman.
que objetivos. Los que los mueven y les dan la consigna del
Prescindo de las conciencias de alfiler, de las Derecho y Libertad, no son tan cerriles ; pero
voluntades asalariadas. Los que se venden son han tomado como figurín intelectual un jacobi-
de quien los compra ; y si el mercader es un nismo trasnochado que ha hecho del atropello
extraño a su Patria, no forma parte de ella, aun- una norma y de la destrucción del prójimo un
que haya nacido en su suelo. Y no se puede oficio, y creen que, si triunfan los imperios cen-
hacer la injuria a ningún partido de suponerlo trales, van a quedar con los entendimientos des-
formado por traidores, excepción criminal que nudos y a la intemperie por falta de modistos.
puede penetrar calladamente en todos. Para éstos la intervención es una cuestión de in-
Otro de los móviles es la pasión de secta que dumentaria espiritual.
llega hasta poner el odio sobre todas las cosas. Otro de los móviles, uno de los de más fuer-
El «sálvense los principios aunque perezcan las za, es una acción sorda, inconfesable, pero que
colonias», lo aplica también a las naciones que agita con mucha frecuencia el cielo parlamenta-
quiere colonizar con sus principios. rio y que no tiene más que un programa, que
Hay gentes que creen de buena fe que la Li- formula en esta pregunta que constantemente se
bertad, el Derecho y la Civilización y la Humani- dirige a sí misma : ¿Qué es lo que conviene a
dad, con mayúsculas y todo, están representados mi ambición... o. a mi interés ? (porque eso es
por un grupo beligerante, y que el otro es una lo que ambiciona). Si triunfa tal grupo, ¿ triunfa-

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D E

ré yo de mis rivales y enemigos? Y si hay dudas, — Yo no pienso que nadie, que tenga sano
una tabla de logaritmos decide la cuestión. Si el corazón y el juicio, crea que es conveniente
preguntaran antes : ¿Qué es lo más conveniente lanzar a su madre en la hoguera para sacarla
a las necesidades de mi pueblo? ya no serían convertida en ascuas. La esperanza de que salga
ellos, porque le servirían, en vez de ponerlo a ilesa y aun que mejore, podrá ser una ilusión ;
su servicio. pero no me extrañaría que algunos le deseen eso
Pero ¿sólo hay esas clases de hombres y y se dejen seducir y seduzcan a otros, si son
de móviles intervencionistas? ciertos los rumores que por buenos conductos
— No, no ; hay muchos, quizás los más, que han llegado hasta mí.
obran bajo las sugestiones del miedo que ha sa- Figúrese usted que, además de infundir la
bido infundirles el que los empuja. Estos no co- creencia en la victoria final de un grupo belige-
nocen bien ni la Historia ni la Geografía de su rante y de inclinar el ánimo temeroso sobre la
pueblo ni las condiciones de su contrario. El coacción de la amenaza, se pone en perspectiva
período de decadencia en que han tomado parte, el Peñón y una armonía ibérica, por ejemplo.
y el escepticismo moral que producen las atmós- Yo, que conozco bien, por más de veinte años
feras viciadas, los priva de energías, porque mi- de trato, a nuestros parlamentarios, puedo ase-
ran por las suyas las ajenas, y fácilmente se gurarle que no todos son raposas, aunque sea nu-
amedrentan con la amenaza de los que creen merosa la familia ; sino que abundan también
invencibles. las codornices sencillas, y no me extrañaría que
No arrastran a los demás a la intervención algunas cayesen en el estrecho lazo.
más que por ser arrastrados ellos. -- Y si ese ofrecimiento, que también respon-
— Y los móviles sentimentales y falsamente de a dos de los ideales defendidos por usted en
patrióticos de que usted hablaba, ¿ cuáles cree el discurso de la Zarzuela, se hiciese, ¿ cree usted
usted que son ? que, dadas las circunstancias, no sería sincero?

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— I Sinceridad ! Hay ciertas sinceridades que que moleste al que la recibe y le obligue a rom-
se parecen mucho a una que conocemos todos : per las relaciones... Lo demás consiste en echar-
la sinceridad electoral ! le la culpa y decir que quien ha roto es el que
Cuando hay un litigio, cuando está planteado recibió la nota...
un pleito y va a ser resuelto en instancia, y el Y si, además, hay en perspectiva un pacto
que ha perdido las dos primeras propone la en- con la victoria y la esperanza, y un Peñón, y una
trega de una parte de lo que está en cuestión a armonía, la intervención se habrá consumado.
cambio de otras cosas que exige de presente, Si los parlamentarios no hubiesen dado libe-
¿ cree usted que aceptará el trato el que no se lo de repudio a la lógica y no hubiesen comuni-
declara codorniz? Si el litigante que ofrecía pe- cado la inquina que le tienen a una gran parte
ñones y armonías, triunfaba, toda la Península del público, les diría lo que se debía hacer con
sería Peñón ; y si era vencido, lo seríamos con zonas y torpedeamientos, si no se quería tratar
él, y entonces tendríamos el Peñón encima. Para a la buena fe como tratan a la lógica.
que se posen sobre él las codornices ! ¿ Se considera como motivo de intervención
— Y pensando así, ¿ qué procedimientos cree el bloqueo que nos priva de mercados e interrum-
usted que se emplearían para llevarnos a la in- pe la vida económica ? Pues solos si éramos tan
tervención? valientes, o acompañados si éramos tan débiles,
—4 Los que se ven y los que se entrevén y debíamos declarar la guerra a Inglaterra, que
que pueden exponerse con ese orden : Primero, fué la primera que estableció el bloqueo contra
presentar el malestar económico como resultado los imperios centrales y sus aliados, que nos ha
del bloqueo ; segundo, las zonas peligrosas como privado de magníficos mercados. Si se quería
un atentado ; tercero, un torpedeamiento a varios reforzar el motivo, no había más que poner en
barcos considerado como un ultraje a la dignidad la cuenta de los agravios el enorme de impedir-
nacional ; cuarto, una nota demasiado enérgica, nos mandar productos nuestros a otros pueblos

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E A R 1 0 INTERNACIONALISMO

neutrales corno nosotros, Holanda, por ejemplo. se aventurasen en las zonas peligrosas, o adver-
Hecho esto, cuando Alemania estableciese el tirles que, si lo hacían, era por su cuenta y ries-
bloqueo contra Inglaterra, ya teníamos un pre- go; y decir a los barcos ingleses que las atrave-
cedente admirable, en este país de los preceden- sasen que eran unos valientes y que se los reci-
tes, y le declarábamos también la guerra. Sería biría y agasajaría con mineral en nuestros puer-
terrible y temerario ; pero sería lógico, y Don tos, sobre todo si se traían carbón.
Quijote nos saludaría de lejos con la lanza, que Eso sería lo racional, e irracional es lo con-
sería la única que nos quedase probablemente. trario, que consiste en excitar con un seguro y
Pero callar corno muertos ante el bloqueo in- hasta con un tratado comercial, hecho en los mo-
glés, y rugir contra el alemán, es oficiar de ratas mentos en que están rotos todos, a los barcos es-
y leones y roer y desgarrar la lógica con dos pro- pañoles para que se lancen en las regiones de
cedimientos zoológicos. la muerte. Que uno, dos, una docena, los que
Alemania dice : «Bloqueo a los que me blo- amen el peligro, perecerán en él ; entonces hay
quean, señalo unas zonas alrededor de mi ene- que desgarrarse las vestiduras o intervenir en de-
migo, como las que él ha establecido en las cos- fensa del honor nacional.
tas mías y de mis aliados, y no permito pasarlas. Mejor será intervenir en defensa del sentido
Lo anuncio, y aviso previamente a lo que se común, porque el honor de las naciones es cosa
expone el que las cruce ; pero añado que no hay demasiado grande para que dependa de un loco
zona ninguna entre neutral y neutral». o de la codicia de un contrabandista o de la
¿ Qué se hace? ¿Declarar la guerra ? No ; intención del que los echa al agua y se queda
protestar nada más y pedir el negociar algunas en seco.
concesiones que se consiguen. Si toda la flota mercantil española, desgracia-
¿Cuál sería la conducta racional después de damente tan reducida, que ha prestado tantos
esto? Prohibir a todos los barcos españoles que
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D E A R 1 0

servicios, que los puede prestar mayores recon-


quistando los mercados americanos, y que puede,
si sabe conservarse, tener enorme porvenir, se
aumentase con toda la que han perdido Inglate-
rra y Alemania, y se la pusiese al lado de un
cuadro que representase, nada más que a gran-
des rasgos, lo que iba a perder España si se
lanzase a la intervención, tengo la absoluta ne-
cesidad de que los navieros, los que sean sólo
navieros españoles, no vacilarían un instante en
sacrificarla entera, aterrados en presencia del
abismo en que iba a caer España. En el que
verían también hundirse toda la flota y desmo-
ronarse en unas horas los altos hornos de Bilbao
y Santander !...
(De una interviú publicada en El Co-
rreo Español, el 19 de abril de 1917).

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JACOBINISMO

JACOBINOS EN HOJALDRE

Aquel ministro, cuya charpa omnipotente po-


bló... de amenazas la Prensa, fuése al Consejo
y... no hubo nada.
Es decir, hubo algo, porque los consejeros,
graves, reservados, cejijuntos, y encorvados por
el peso de un enorme secreto, encontraron, al fin,
una fórmula para ahorcar política y liberalmente
al ilustre Obispo de Tuy.
El Conde de Romanones está satisfecho (1)
por haber conciliado la ira con la cartera, dismi-
nuyendo la primera para que no sufriese detri-
mento la segunda. Y todos los responsables, al
salir del Consejo, con los ojos en blanco y seña-
lando con el índice la frente pensadora, querían
aparecer ante los periodistas, impacientes por sa-

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carlismo.es
E A R JACOBINISMO

ber la sentencia del Areópago, como un grupo Estos enemigos ,de la tradición no viven más
de Arquímedes que habían encontrado, después que oprimiendo' las energías nacionales con las
de cavar hondamente en la realidad con el pen- que ellos fabrican.
samiento, el extraordinario arcano. El Conde de Romanones leía y comentaba
¿Qué será ?, qué no será ? aquel Digesto ; y parece que las glosas del exé-
¡ Ah !, la fórmula no puede ser todavía públi- geta estremecían a sus compañeros, porque sus
pués, des-
ca. Es necesario esperar unos días ; des acentos tenían algo del «rugir de un tigre hir-
pués ya se sabrá la solución del expediente. cano».
Eso es, del expediente para salir del paso ; Después, el suave García Prieto recordó que
del mal paso del Conde de Romanones. Cavalario y Aguirre yacían, comentados minu-
Una risa zumbona recorrió los labios de los ciosamente por la polilla, en el mismo Lourizán,
periodistas impacientes, y se propagó al público y que no era cosa que demócratas modernistas le
con ese regocijado contagio que sólo el ridículo hiciesen la competencia.
tiene la virtud de producir, uniendo todas las bo- Navarro Reverter recordó la excomunión que
cas, abiertas por la extrañeza en una sola car- lanzó sobre su persona el Obispo de Mallorca,
cajada. por cierto retoque socialista que se le había olvi-
El sainete tenía dos partes ; la primera, más dado a Mendizábal, y que, aparte de la tribula-
propia de melodrama, era espeluznante. Un enor- ción espiritual que produjo en alma tan timorata,
me legajo de antecedentes, la colección documen- no fué causa bastante para que hiciese bancarrota
tada de las más salientes tiranías contra el epis- ministerial en los consejos de la Monarquía cató-
copado para aumentarla con un nuevo atropello. lica, que, según la reforma de Cánovas, no go-
¡ Siempre el antecedente, el despotismo del bierna por la gracia de Dios y de la Constitución,
antecedente, para imponer la barbaridad consi- sino constitucionalmente por la gracia de Dios.
guiente ! Alvarado es enemigo de todas las Intel"

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OBRAS DE VÁttittelz MELLA. W1.111 14
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D E A E 1 0
A C O B I N I S M O
empezando por las ministeriales, y Jimeno, aun- menos. ¡ Ah !, señores, la torre de Malakoff ;
que es partidario de abrir la escuela moderna de ¡ allí hubiera yo querido ver al Conde de Ro-
Ferrer para que no quede sin hortalizas anarquis- manones !
tas aquel huerto de Morral, y de cerrar la cátedra Hombre, no pide tanto el señor Obispo de
de Tuy, lleva todavía en la ropa el polvo de los Tuy !, dicen que exclamó Romanones. Pero, mi
escombros de Toledo, y teme que se derrumbe general, ¿ qúé piensa sobre esta cuestión Don Pío
algo si él aparta el pilar de su cartera. Gullón ? Pues es preciso conocer su parecer, aña-
Dávila, el solemne Dávila, desde que trató, dió el Conde creyendo encontrar un clavo a que
dando brillo lusitano a su oronda persona portu- asirse o que colgarse.
guesa antes de ir a Portugal, a Hinzo Ribeiro, a Gullón — contestó sonriente el general, — es
Luciano de Castro y a Juan Franco en el Palacio hombre de su tiempo, aunque éste no sea el
de las Necesidades 'y en el de Belén, es muy gu- tiempo de Gullón. Por eso ha escrito un libro
bernamental ; y su ojo diplomático, avezado a los sobre el vapor, cuando ahora se hace por la elec-
grandes horizontes internacionales, se fija más tricidad. ¡ Ah, si hubiera habido tranvías eléctri-
en las relaciones del Kaiser y de Eduardo VII cos y telégrafo sin hilos en Sebastopol !... Pero,
y en los ejercicios de cañón de la escuadra aus- señores, Gullón opina que, en los tiempos que
triaca, que en las cosas menudas en que ponen corren del vapor y de la electricidad, no se trata
su atención los jóvenes amables como el Conde sólo de correr tanto que se atropelle a los demás,
de Romanones, que al templo de Minerva dirigen sino de evitar que le atropellen a uno ; y para eso
sus pasos ; lo que quiere decir, como nota pro- no hay más que un medio, el que expresa termi-
fundamente Dávila, que aun no han llegado. nantemente Canalejas, cuando la carrera de Mo-
El general cree que la cuestión planteada por ret y aun la de Romanones no le obliga a acelerar
el Conde de Romanones no es ningún Sebastopol la suya : a inhibirse del choque.
como el que él conoció cuando tenia medio siglo Dávila me lo decía anoche con luctuosa pro-
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D E A R I 0 J A C O B I N I S M O

fundidad : el radio de Romanones es corto. Mira la Iglesia y para la causa de la reacción (al decir
mucho a Tuy y no mira nada a Roma. esto es fama que el general frunció el ceño) mejor
En Roma está Pío X, eso no es una novedad que el Concordato napoleónico y los artículos or-
— murmuró Romanones. — ¿ Que no lo es ? — gánicos que le colgó Portalis.
replicó el general. — Pío X es Pío IX más uno. Y si al Gobierno francés, que parecía el ne-
Es muy profunda esa X que se acaba de descifrar gociado de la antropofagia religiosa de Europa,
en Francia. según oí a un protestante de Miramar, le pelan
Allí se suprimieron todas las asociaciones re- las barbas, ¿no es prudente que echemos las
ligiosas, y ahora se asocian todos los Obispos de nuestras a remojar ?
París y de espaldas al Gobierno, lo que no ha- Romanones se pasó nerviosamente la mano
bían hecho hacía más de un siglo. Se prohibieron por la cara para ver si encontraba alguna barba
las manifestaciones religiosas ; y los prelados, y mesarla ; pero, hallándola tan rasurada como
reunidos para protestar contra el Gobierno y le- la de García Prieto, guardó silencio y prestó aten-
vantarse contra una ley parlamentaria, no contra ción al epilogo del general, donde estaba como
una real orden, salen en triunfo de Nuestra Se- en las postdatas de las cartas amorosas toda Ja
ñora aclamados por la muchedumbre. substancia de la homilía.
Y Clemenceau y Briand, que no son Canale- -- Por todo esto que hemos pensado Gullón y
jas ni Romanones, declaran que no cerrarán nin- yo, con antecedentes que nos comunicaron Mon-
guna iglesia ; y, aunque no lo declaran todavía, tero Ríos y Canalejas, se deduce qué es lo que
ya se sabe que no habrá asociaciones cultuales, piensa Gullón, que es lo que pienso yo : que nues-
y que la ley de separación, que era de disolución tra política anticlerical, aunque por fuera parezca
al principio, con tantos retoques como sufrió en una bomba, por dentro debe ser una mantecada
el Parlamento y con el que le da Pío X y el de Astorga.
Episcopado rebelde y tudense, va a resultar para — ¿Y la superioridad de la potestad civil?

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o f ACOB1N1S M O

exclamó conmovido Romanones, que no olvidaba — ¿ Se acuerda así ? Así se acuerda.


ni al acostarse ni al levantarse ese estribillo. Y todos se levantaron, incluso Romanones,
Mi querido Conde replicó sonriendo el que parecía formar parte de la silla ; y cuentan
general, mirad esa espada que estuvo en que Dávila, al. salir, decía al oído de García
Crimea. ¿Qué dice? Que yo no soy civil, aunque Prieto : ¿Y si el Papa felicita al Obispo de
tenga a mis órdenes los civiles de tricornio y los Tuy? — Le comunicaremos la felicitación a Ro-
de morrión ; que represento la jurisdicción mili- manones, para que pase el tanto de culpa a los
tar, que el Gabinete anterior, del que formaba Tribunales y procese a Pío X.
parte el Conde de Romanones, puso por encima Y así acabó el sainete de los jacobinos en
de la civil. Si el Obispo de Tuy en vez de pecto- hojaldre.
ral llevara faja, y en vez de báculo espada, ¿ se (Artículo publicado en El Correo Es-
discutiría la superioridad de la jurisdicción que pañol, el 2o de diciembre de 194 .
representa?
— Entonces, ¿ qué acordamos ? — gruñó re-
signado Romanones, guardando en las faltrique-
ras, y muy arrugados, los antecedentes episco-
pales. EL JACOBINISMO DEL ESTADO
- Pues acordaremos... si le parece al gene-
ral — dijo sin poder contener la risa García Prie- La unidad religiosa precedió y sirvió de base
to, acordaremos decir a los periodistas que a aquella comunidad de pensamiento, de creen-
hemos tomado un acuerdo muy reservado, que cias y de costumbres, y al mismo tiempo de prác-
ya se sabrá en su día. ticas, que fué el lazo y la resultante general en
- ¿ Y qué acuerdo será ese? Pedir, por ejem- los pueblos peninsulares ; y cuando pudieron
plo, al Papa que riña al Obispo de Tuy ? adaptarse lo extraño, quisieron convertir en uni-

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carlismo.es
E A ACOBIN 1 SMO
I? 1 o
dad política lo que es interno, lo que no es más de expansiones y toda suerte de libertades, por-
que una unidad moral, espiritual ; quisieron vol- que esa unidad es la poderosa y no la ficticia, la
ver al revés la historia sin tener en cuenta que y la viva ; pero cuando ésta se rompe, ya
negaban todos los lazos internos y espirituales de podrían acumular allá en las cimas del Estado
los principios y establecían la división en sectas, toda suerte de atribuciones ; ya podrían hacer
en partidos, de aquello que era un todo moral ; que la jurisdicción del Estado se extienda y abata
quisieron buscar, por decirlo así, la compensa- y sojuzgue y venza la de todas las regiones ; ya
ción de esa división interna en una unidad exter- podéis, últimamente, pedirles que aniquilen todos
na, y vinieron todos los grandes centralismos de los organismos sociales y todos los organismos re-
la historia, porque, observadlo bien, la unidad es- gionales y los trituren y los amasen, queriendo
piritual, interna, que forma un solo Símbolo o un formar una masa homogénea ; no lo consegui-
solo Decálogo, la que rige los entendimientos y rán : rota entonces la unidad interna y real, arri-
voluntades, acerca de las relaciones humanas y ba, para sustituirla por la material, aquélla, la
de los actos más trascendentales de la vida, no moral, no le secunda, no le sirve de base, de nada
se puede romper nunca sin que, para que la so- sirve ; es entonces cuando se ensayan leyes ver-
ciedad no se disgregue, venga en compensación daderamente jacobinistas, como indicaban elo-
ineludible suya la unidad externa o material, que cuentemente los que me han precedido en esta
liga los cuerpos, cuando se ha roto la unidad, el tribuna ; es entonces el Estado el que separa, es
vínculo de las almas (Muy bien). entonces el Estado el que divide. ¿ Por qué? Por-
Están en razón inversa la unidad interna y la que ya no proclama aquella igualdad proporcio-
unidad externa. Cuando la unidad interna es vi- nal y correlativa, única legítima, sino aquella úl-
gorosa, cuando todas las almas están hermanadas tima igualdad, la caótica de Roma sujetando a
en una misma fe, en una misma moral, ¡ ah !, en- todos los pueblos delante de la loba simbólica ;
tonces los Poderes públicos permiten toda suerte no es aquella igualdad que respeta todos los atri-
,
E 216 ] [ 217 ]

carlismo.es
E A 12 1

butos de raza, las diferencias de pueblos, las pre-


rrogativas y derechos de todos los organismos
sociales, sino la que trata de sumarlos y amalga-
marlos todos, creyendo que las leyes no deben
plegarse a las ondulaciones de la realidad, sino la
realidad a la rigidez ficticia de las leyes (Bien,
bien) : igualdad del pantano que sólo practican
las ranas (Grandes aplausos).
(De un discurso pronunciado en enero de 1907).
JUDAISMO

[ 218 ]
carlismo.es
JUDAISMO

MANIOBRA JUDAICA

«El Siglo Futuro», en interesantes artículos,


ha señalado la campaña judaica que, por lo vis-
to, vuelve a iniciarse, después del fracaso de otra
anterior, denunciada y clavada en un substancio-
so folleto publicado por profesores salmantinos.
Una Comisión hispano-hebrea llega a Madrid
y forma una Junta, en la cual entran algunos,
creyendo de buena fe que España va a ganar in-
fluencia en Marruecos haciéndose protectora de
los judíos.
El doctor Pulido, que ya en otra ocasión quiso
traernos a los judíos, apellidados sefarditas, de
Salónica, vuelve, de acuerdo con sus fraternales
amigos de los Estados danubianos, a la empresa,
iniciando conferencias en el Ateneo con el fervor
que podría tener un judío que se hubiese quedarlo

X 2211

carlismo.es
U D A 1 S M O
1 D E A R 1 0

rezagado en la Península, aunque, según nuestras judío. Y judío es también, en su forma más opre-
noticias, sin conquistar adeptos para su causa, sora, el movimiento capitalista israelita, que, por
pero sí para la encefalitis letárgica. medio de empréstitos usurarios, ha clavado sus
No tenemos hoy ni tiempo ni espacio para dis- garras en la hacienda de las principales naciones.
currir ampliamente sobre el asunto ; pero sí jue- uebrantanao a los Estados cristianos, por un
remos señalar algunos hechos, que servirán de lado, y saqueándolos, por otro, se va preparando
punto de partida para tratar de la cuestión semita, aquel mundo nuevo, edificado sobre las ruinas
sin la cual no puede ser comprendida la social, del actual, en que dominará el judaísmo, según
ni la obra revolucionaria que agita al mundo hace su nueva concepción mesiánica, creyendo que el
más de un siglo. pueblo proscrito es su salvador y el que estable-
Primer hecho : La logia masónica es el atrio cerá su imperio sobre todos los pueblos.
de la sinagoga. De los consistorios israelitas ha Tercer hecho : El judío no es productor, es
salido la masonería, como lo demuestran, con intermediario ; quiere más la propiedad mueble
datos abrumadores, los historiadores modernos que la territorial, aunque acepte ésta para que la
de la secta, y como lo revelan los símbolos, desde trabajen otros. Compra barato y vende caro, y
el templo, la hoja de acacia y el triángulo, hasta agrava la cuestión social, que espera una de sus
los nombres que reciben los principales dignata- soluciones parciales en acercar al productor y al
rios de su jerarquía. consumidor, como ya se intenta con instituciones
Segundo hecho : El primer impulsor y director poco extendidas, desgraciadamente. En España
de la revolución universal, y en dos formas, al se ha calculado en más del 7 por 100 de la pobla-
parecer opuestas y, en realidad, convergentes, es ción el número de intermediarios. Una irrupción
el judaísmo. Tanto el movimiento socialista desde israelita agrandaría el mal y aumentaría todavía
Carlos Marx y Fernando Lasalle, como el anar- más el precio de las subsistencias.
quismo comunista iniciado en la Internacional, es Cuarto hecho : El mahometano y el judío se

[ 222 I 223 ]

carlismo.es
LID AISIVIO

odian con odio invencible. El mahometismo es, En Francia, ese movimiento ha producido una
como decían Leibniz y De Maistre, una herejía opulenta literatura, una legislación dura en Ru-
cristiana que no difiere, substancialmente, del mania, una hostilidad, que la guerra aumentó,
Arrianismo ; reconoce la concepción inmaculada en Hungría, en Austria, en Yugo-Eslavia. En
de la Virgen y considera a "Jesucristo como el más Alemania, en donde ya se dan cuenta de que el
grande de los profetas. Llegará a transigir y pac- judaísmo, en la guerra y después de ella, es una
tar con el Cristianismo ; pero con el judío, jamás. de las principales causas de su ruina, el odio
El moro, que no es semita, sino de estirpe ibérica, . crece en tales proporciones, que hay fundados te-
es, entre los musulmanes, el que más odia al mores de que estalle una hecatombe.
judío, al que dedica una hora al día recordando ¿Y es ésta la hora que han escogido los ju-
,

la usura y rapiñas de que es víctima. daizantes españoles para hacernos el regalo de


Ponerse al lado de los judíos es ponerse en- los sefarditas que detestan los países en que
frente de los moros, y, en vez de ganar en in- viven?
fluencia sobre ellos, alejarlos de nosotros. Y todos Un historiador liberal, D. Modesto La Fuen-
los judíos dispersos por los pueblos musulmanes, te, y precisamente en un discurso defendiendo la
pertenecen, directa o indirectamente, a la «Liga tolerancia religiosa, llegó a decir que la expul-
Universal Israelita», de que se sirve como instru- sión de los judíos, hecha por los Reyes Católicos
mentó poderoso, por medio de sus escuelas, el (un siglo justo después que los hubiese expulsado
colonismo extranjero enemigo del nuestro. Francia), había sido una medida protectora, por-
Quinto hecho : En todos los pueblos que han que, de no haberla decretado, lo probable es
padecido la influencia judaica en la banca, en que en poco tiempo no hubiese quedado uno vivo
el comercio y la política, se ha iniciado una po- o en condiciones de ser desterrado.
derosa corriente antisemita, para defender la in- Y para demostrarlo, recordaba, aunque in-
dependencia y la riqueza. completamente, la disposición de unas Cortes de

[224 j E 225 ]
15
carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. —. Vol. III
I D E A R o
Valladolid, en la cual los pobres procuradores
castellanos piden a un rey ilustre, pero que lo
hubiera sido más si no fuera tan judaizante, por
el estado de su tesoro, que los judíos no cobrasen
de interés ¡ nada más que «el setenta por cien-
to» I, y no como venían cobrando «1 el trescien-
tos por ciento !», dada la moneda de entonces.
Y el rey accede a la petición, «¡ pero sólo por
un año y para Valladolid y su término I».
Tenía razón La Fuente : la expulsión fué una
JURISDICCIONES
medida protectora ; y lo extraño es que tan es-
pléndidos prestamistas hubieran llegado a tiempo
de ser expulsados y no se hubieran quedado con
los intereses en el camino'.
Una raza así es un refuerzo económico con
el que no contábamos para equilibrar el Presu-
puesto nacional y el del Estado.
(Artículo publicado en El Pensamiento
Español, el 28 de febrero de 1920).

[ 228

carlismo.es
JURISDICCIONES

LAS JURISDICCIONES

Acerca de las Jurisdicciones, apenas hay dis-


crepancias. Es muy pequeño el grupo, aun re-
cogiendo Diputados de todas las fracciones, que
opine de diferente manera que las oposiciones,
no sólo radicales, sino conservadoras.
Dos palabras sobre lo que se refiere a las Ju-
risdicciones, puesto que ésta fué principalmente
la alusión que me dirigió mi querido amigo el
señor Albó. Acerca de este punto yo creo que no
hay más que tres sistemas posibles que respon-
den, no sólo a las categorías en el derecho pú-
blico, sino a categorías históricas.
La jurisdicción tiene una relación directa con
la ley, y la ley con la soberanía ; de manera que,
según el concepto que se tenga de la soberanía,
así resulta el concepto de la ley y de la jurisdic-

carlismo.es
ció/1. Y acerca de ella no puede haber más que neras de ser distintas, caracteres opuestos y no
estos tres conceptos : a una soberanía absoluta- pueden ser regidas uniformemente por una mis-
mente unitaria corresponde una ley única, y a ma ley.
esta ley única corresponde una jurisdicción sola ; Decía sabiamente uno de nuestros grandes
a una diversidad y variedad de soberanía corres- políticos del siglo xvii, el venerable Palafox, en
ponde una variedad de leyes y, por lo tanto, de un libro que dedicaba a las enfermedades de la
jurisdicciones ; y en un sistema armónico, a una Monarquía, que eran en parte las que tenemos
ley fundamental común que coexista con una va- hoy y aun en esos tiempos más aumentadas, que
riedad de leyes particulares, corresponde, por un la ley debiera ser a la manera de un vestido que
lado, una variedad de jurisdicciones con una va- se ciñese al cuerpo y no el cuerpo al vestido.
riedad de Tribunales y una variedad de leyes, Pues así la variedad de las leyes es una exigencia
pero sobre ellas impera una ley fundamental de la variedad de caracteres, de la variedad de
común. elementos y formas sociales ; pero esta variedad
Yo rechazo el poder unitario e imperialista a puede ser tal como el régimen feudal lo fué en su
la manera romana, porque no admite más que comienzo, en que llegó a anular la ley común, la
una ley fundamental común, y no quiere admi- ley fundamental.
tir más que una jurisdicción ; por consiguiente, Yo no puedo defender ese sistema, que arrai-
no quiero admitir esa monotonía. Y creo, ade- gó en el régimen feudal cuando existía una ju-
más, que, como se ha dicho muy bien, las leyes risdicción en cada señorío, en cada municipio,
son para las sociedades y no las sociedades para en cada gremio, en cada behetría, hasta que llegó
las leyes, y no se dan esas sociedades monótonas a concentrarse la jurisdicción en la Monarquía, y
como la planicie del desierto abrasador, no ; las después se concentró más de lo debido, y con
sociedades tienen altos y bajos, como los tiene ella vino a restablecerse el imperio de una ley
la topografía de los terrenos quebrados ; hay ma- fundamental y, por lo tanto, el de una jurisdic-

[ 230 [ 231 ]

carlismo.es
1112ISDICCIONE S
A 1? r O

ción común. Entonces vino a establecerse la base que es precisamente la base jurídica del regio-
de aquel sistema que yo defiendo. Así es que, nalismo.
cuando se trata de una variedad de caracteres Este principio es que, dondequiera que haya
esenciales que lleva consigo una condición social una manera social de ser distinta, dondequiera
distinta y, por lo tanto, derechos y deberes que que, por condiciones históricas diferentes, haya
no pueden ser incluídos en una categoría unifor- aptitudes, formas y maneras de ser completa-
me, debe existir una variedad legal y, como con- mente diversas, allí debe haber leyes diferentes.
secuencia, una jurisdicción especia. En virtud de este principio se saca la consecuen-
Yo, en este punto, señores, defiendo la juris- cia y se aplica, diciendo que el ejército forma
dicción militar ; pero entendámonos : defiendo la una sociedad, por sus condiciones excepcionales,
jurisdicción militar, como defiendo la plenitud completamente diferente de la que forman el resto
del fuero municipal y del fuero regional, porque, de los ciudadanos, y por eso tiene derecho a una
en principio, observadlo bien, tal como lo habéis ley constitutiva especial.
forjado al formularlo en la ley, no se puede de- (Del discurso pronunciado en el Congreso de
fender la jurisdicción militar aun para aquello los Diputados, el día 3 de marzo de I906)
que sea exclusivamente militar, sin apoyar el
principio regionalista que justifica esas varie
dades.
Aun prescindiendo de los delitos cometidos
por los que no pertenecen a esta jurisdicción, no
podría defenderse autónomo, independiente, de
esos que son como reyes a la cabeza de un orden
dialéctico de ideas, no ; tiene que defenderse
como una conclusión de otro principio superior,

[232] [ 233 ]

carlismo.es
111

LATINISMO

1111

carlismo.es
LATINISMO

Los PUEBLOS LATINOS

Alguien habló de la corrección del Gobierno


italiano con el Cónclave.
¿ Qué se esperaba que se hiciera ? — inte-
rrumpió Mella. El gran argumento de los que
mantienen la soberanía temporal del Papado está
en su falta de independencia en una ciudad donde
al Papa no se le reconoce ni el derecho de ciuda-
danía. Italia, para acallar 1 protesta del mundo
católico, juré mantener esa independencia. ¿ Se
quería que cometiera la insensatez de justificar
más nuestros clamores y aun la intervención de
las potencias ? La corrección de Italia ha sido for-
zada, obra de solemnes compromisos contraídos,
y de miedo a la irritación desbordante de los ca-
tólicos del mundo.
Mella ha visitado y residió en Francia y Por-

[ 237 ]

carlismo.es
E A R 1 0 L ATIN 1 S M O

tugal. De estas dos naciones, como de España, tuberculosis intelectual de que nos habla Costa,
habla con tristeza amarga y dolorida. o lamento las ridiculeces a que exponen los con-
Yo he defendido, dice, nuestra alianza con tagios y fervores snobistas.
Francia fundándome en intereses coloniales que Francia es hoy una nación deformada, pare-
hoy para nosotros ya no existen. Hoy lo creería ce vivir en el caos, y podría decirse que de ella
una desgracia inmensa. queda un chillón gorro frigio sobre dos mudos
Francia es la cocotte de España. Su podre- ataúdes, el de Chambord y el de Bonaparte.
dumbre nos contagia, y nos degradaría más como Le hablamos nosotros de Portugal ; uno dijo :
aliada. Es una nación epiléptica condenada a He ahí una nación no menos perdida, que Fran-
grandes escarmientos. Cubre sus presupuestos cia; es un cadáver envuelto en algodón inglés.
con déficit casi tan grande como todo nuestro Mella no contestó, asintiendo ; pero dijo, como
presupuesto ; su desconcierto intelectual asusta, pensando en alta voz, como hablando a sí mis-
su corrupción política y administrativa la prego- mo: Yo tengo allí muchos amigos, y he creído
nan los franceses a los cuatro vientos del mundo; observar que el pueblo es muy sano. La clase
el desate de pasiones, de rebajamiento moral, su media, no ; y, haciendo algunas salvedades, aca-
decadencia ruinosa hace santas las costumbres so tengan razón.
de Grecia y de Roma, en los años bochornosos Políticamente todos los pueblos latinos pare
de su prostitución y de su infamia. cen cegados por una fuerza misteriosa que los
Sus hombres grandes no lo son sino porque empuja al precipicio. Presienten el peligro socia-
se exhiben sobre el tablado de París, que es el lista y discurren así :
gran escenario del mundo ; y cuando veo que al- Hagamos a las masas más irreligiosas, más
gunos políticos nuestros se resignan a desbalijar laica la enseñanza, más impía y más desenfrena-
y plagiar humildemente ideas y actitudes de esos da la prensa.
políticos franceses, pienso en la posibilidad de la Y lo conseguirán. Conseguirán que esas ma-

[ 238 } [ 239
carlismo.es
sas, desligadas por completo del Cielo, busquen
y reclamen lo único que les queda ya, el botín
de la tierra, de que las clases burguesas tienen
hoy la exclusiva.
En España, todos los partidos avanzados se
agitan y resuelven por odio al cura ; y si un día
los curas de España desaparecieran de repente,
se mirarían unos a otros asombrados de encon-
trarse sin programa.
Todo su dogma es la degollación de los ino-
LIBERALISMO
centes. Y creo yo que, para acabar con ellos, no
hay más que pensar en la degollación de He-
,
rodes.
(De una interviú publicada en El Co-
rreo Español, el 8 de agosto de 1903).

[ 240 I
OBRAR DE VÁZQUEZ MELLA. -- Vol. III 16
carlismo.es
LIBERALISMO

Los TRES ESTADOS. EL LIBERAL, EL CESARISTA Y


EL CRISTIANO.

Es indudable que la idea precede al hecho :


la deliberación, a la ejecución ; la propaganda,
a los medios de llevarla a la práctica, y el in-
ductor, al inducido.
Ninguna secta ni partido se ha podido formar
jamás sin una propaganda anterior. Siendo esto
evidente, resulta absurdo ametrallar los hechos
y los instrumentos de ejecución, y amparar las
propagandas que los producen. De aquí esta con-
clusión : hay propagandas ilícitas que deben ser
condenadas . Contra esto, que debiera ser un apo-
.

tegma, se levanta esta tesis fundamental del li-

I 243 .1
carlismo.es
L I B E R A L I S M O

beralismo : el Estado es neutral en el orden reli- que no haya delitos de opinión, ni doctrinas cen-
gioso y moral, porque ignora cuál es la verdad surables.
en esos órdenes, y proclama, como un postulado, Pero ¿ hay una regla, un principio, para saber
la libertad completa de todas las opiniones y de qué doctrinas son lícitas o ilícitas, y qué propa-
todas las propagandas. gandas pueden ser permitidas o condenadas?
Si toda opinión es licita, y toda propaganda Si no existe, el Estado no puede aplicarla, y
tiene derecho a manifestarse, no es posible cen- tendrá que proclamar la licitud de todas las pro-
surar ni condenar ninguna. Luego el Estado no pagandas; se declarará inepto para saber si las
tiene más misión, en el orden doctrinal, que cru- hay buenas o malas, es incapaz de reprimir sus
zarse de brazos y dejar hacer, dejar pasar todas efectos, y por inepto y por impotente, él mismo
las opiniones y todas las propagandas. se extenderá la jubilación, porque demostrará
Esta es la tesis y su consecuencia; pero como que no sirve para nada.
no se puede combatir el efecto, y amparar y fo- Si existe la regla, hay un límite para la liber-
mentar la causa, llega un momento en que es tan tad individual y para la del Poder público, que
visible la acción de la propaganda en el hecho, no pueden traspasar, y entonces es falsa la iii-
y éste tan contrario a la más incipiente disciplina, mitación jurídica de esas libertades en el orden
que el Estado interviene y censura y prohibe cier- doctrinal, que era precisamente la tesis del libe-
tas propagandas.' Luego reconoce que estas influ- ralismo.
yen realmente en los hechos, y que no todas son Y si se admite el límite en un punto, no hay
libres y pueden ser autorizadas. derecho a rechazarle en otros, sin invocar otro
La tesis liberal queda muerta, porque por un principio que justifique esa diferencia ; y la dis-
lado se reconoce que no es posible desligar el cusión será sobre el más o el menos, pero els- E
hecho externo de la ejecución de la propaganda tado habrá negado su autoridad indiferente, y
que es también hecho y externo, y que es falso proclamará el derecho de intervención.

[04 ]
245 I

carlismo.es
I D E A R I O L I B E R A L I S M O
El problema consiste entonces en saber si hay no que, en la medida de sus fuerzas, no consien-
un orden religioso, moral y jurídico, anterior y te que se altere el orden a que él mismo rinde
superior al Poder público, con un órgano social vasallaje.
propio que le interpreta y que el Estado tiene la Tales son las tres conclusiones a que se llega,
obligación de reconocer como norma y frontera discurriendo sin vulnerar la dialéctica, y sabiendo
de sus actos, o que el Estado, reconociendo en observar la Historia, que es, a su manera, una
parte la existencia de ese orden, le defina y apli- dialéctica viviente.
que con independencia, por sí mismo. Lo primero Por mucho que forcejee el sofisma y trabaje
sería el Estado cristiano ; lo segundo, el cesarista, la pasión para cubrir con nieblas la verdad, entre
que intenta hacer a la Iglesia órgano suyo y la esos tres Estados tendrán que repartirse todos los
suplanta. partidos y todos los hombres.
¿Cuál es la conclusión general de estas pro-
(Artículo publicado en El Pensamien-
posiciones enlazadas ? to Español, el 13 de enero de 1920).
Esta : que no ha existido jamás un Estado que
haya predicado plenamente el principio liberal.
II
Siempre con la conducta le ha negado, procla-
mando, en parte, el principio contrario, y, para EL ESTADO LIBERAL
salir de esta contradicción, no le han quedado
más que dos recursos : o someterse a la Iglesia, El error y el mal son dos hermanos gemelos
con el orden superior que afirma, o usurparle sus que nacen y mueren juntos.
atribuciones declarándose definidor teológico y De las entrañas del error no brotará nunca
moral ; es decir, la iglesia laica que implica el la justicia, como no surgirá jamás la iniquidad
cesarismo. O Estado ilógico e inepto ; o Estado del puro seno de la verdad.
usurpador, tiránico y apóstata ; o Estado cristia- El liberalismo, que es el error político por ex-

[ 246 1 [ 247 ]

carlismo.es
D E A R o LIBERALISMO

celencia, porque tácita o expresamente niega el coarta la voluntad social expresada por represen-
origen y fin divino del derecho, y afirma el natu- tación perpetua en el Dios presente de Hegel. El
ralismo jurídico, que lleva incluida la negación Estado autónomo, como el hombre emancipado,
de todo el orden sobrenatural, y consiguiente- no necesita tener en cuenta para nada el fin últi-
mente el ateísmo de la filosofía en que se funda, mo y la norma suprema que marca el camino
se ve forzado por su misma naturaleza a prescin- que a él conduce.
dir del supremo destino del hombre y a encerrar Autor de su propia ley, no tiene más límite que
sus aspiraciones en la órbita temporal, subvirtien- el que a sí mismo se traza.
do así el orden jerárquico de los fines y, por lo Todos los organismos sociales, comenzando
tanto, alterando el orden de las acciones que por la familia, de él dependen. La libertad no
informa, y entronizando la injusticia y la inmo- tiene más límites que los que él señala.
ralidad en todo cuanto recibe su impuro aliento. La administración de un pueblo es una de
Esta es la razón que explica a priori por qué, sus funciones ; y si por acaso la descentraliza, es
*allí donde el liberalismo impera, la moralidad siempre reservándose el derecho de centralizarla
baja ; y por qué, en la proporción en que defien- de nuevo cuando así le plazca.
de la justicia, sube. El Estado liberal, enemigo de toda fuerza que
El liberalismo es intrínsecamente inmoral, y pueda contrarrestrar la suya, ha decretado que
por eso separa de la Etica el Derecho que de- la Corporación no exista y que sea substituída
fiende, y aparta el deber como obstáculo emba- por la Asociación, que él aprueba o rechaza, au-
razoso de los Estados que_ informa. El derecho xilia o disuelve según su soberana y movible vo-
debe ser independiente de la moral, y el Estado luntad.
el definidor supremo del primero, y, por lo tanto, Entre él y el individuo no puede haber más
el regulador de todos los vínculos sociales. intermediario que los que nombre o tolere.
Afuera el poder espiritual de la Iglesia, que Desde el derecho del padre a educar a los

[ 248 ] [ 249

carlismo.es
I D E A R 1 0 L I B E R A L 1 S M O

hijos, y el de las familias, unidas por los lazos telares legislativos llamados Parlamentos, donde
de la convivencia, a administrar en común y con la ambición y la imprudencia, organizadas en
independencia sus propios intereses, hasta las cuadrillas, luchan entre sí por medio de gárrulos
sagradas prerrogativas de la Iglesia, todo lo so- retóricos animados de todas las concupiscencias.
mete a su jurisdicción y lo declara esclavo de su Las muchedumbres que presencian largo tiem-
albedrío. po ese espectáculo, o concluyen, como el estoico
Ante á no ha de haber más que turbas de romano, por considerar a la virtud como un nom-
individuos dispersos que sean semejantes al grano bre vano, o se precipitan, desbordadas y rugien-
de arena ante la montaña, o como pigmeos al tes como olas enfurecidas, sobre los representan-
lado de un gigante, según la frase de Renán. tes del tirano, y los arrastran, y sobre sus miem-
Este monstruo moral golpea algunas veces a bros ensangrentados clavan la negra bandera de
los pueblos con el sable de un César ; pero ordi- la anarquía.
nariamente pone el látigo del despotismo en No pidáis moralidad y justicia al Estado libe-
manos de una oligarquía. ral, asesino de las naciones ; porque, como ha
Es un tirano anónimo que despedaza las na- expulsado a Dios de sus principios y sus actos,
ciones diciendo que cumple su voluntad. sólo queda en él lugar para el crimen.
Con su planta de hierro hace crujir los ba- Es un ladrón en grande escala, que, después
luartes sociales, mientras emponzoña a las almas de haber robado a los pueblos su honor, los des-
con su aliento. poja de su hacienda, y concluye por burlarse de
Se introduce en los pueblos al nombre de la ellos con cínico sarcasmo, llamándolos soberanos
libertad y el progreso, y sólo deja como huellas cuando pone sobre sus hombros los harapos de
escombros y harapos. la miseria y en sus manos la argolla de la ser-
Para destruir el respeto a la autoridad y arras- vidumbre.
(Artículo publicado en El Correo
trar por el fango el derecho, ha inventado unos
Español, en i de febrero de 18go).
[ 250 ] 251 ]

carlismo.es
1 D E A R 1 0 LIBER A LIS M O

orden las doctrinas y procedimientos que son su


negación más completa.
III El jefe del partido conservador acaba de de-
clarar en nombre de sus amigos, y sin que se
EL LIBERALISMO CONSERVADOR haya levantado entre ellos una sola voz de pro-
testa que interrumpa los aplausos unánimes, que
«No negamos libertad alguna más que aquella que no rechaza más libertades que las que lesionen
lesione o pueda lesionar a la Monarquía, y huimos y puedan lesionar la Monarquía. Y no la Monar-
tanto de la dictadura como del desenfreno revolucio-
nario. quía tradicional española, que funda el más alto
»Nosotros aceptaremos siempre lo que las Cortes título de su legitimidad en ser escudo y brazo de
con la Corona declaren ley. Aun aquello que más nos la Iglesia, sino en la exótica monarquía parlamen-
contraría resulta simpático y obtiene legítima acción
de la sanción real». taria introducida con amaños e intrigas en nues-
tra patria, con menosprecio de su historia y de
(Palabras de Cánovas del Castillo,
pronunciadas en el Círculo Con- su voluntad constante.
servador el 9 del mes corriente). Es decir, que el señor Cánovas del Castillo
declara la Monarquía, la Monarquía de Sagun-
Las frases transcritas sirven para abrir los to, lo único indiscutible e inviolable en España,
ojos a la luz aun a los que todavía creen que el colocándola de esta manera por encima de la
doctrinarismo conservador no está informado por Iglesia y de todos los principios y fundamentos
los principios revolucionarios en toda su pureza, sociales. Y lo más notable del caso es que seme-
sin que se diferencie en otra cosa de las agrupa- jante proposición no es una frase aventurada lan-
ciones que dentro del circo parlamentario luchan zada en el calor de la improvisación, sin calcular
encarnizadamente por el poder, que en la ma- sus consecuencias, y aun sin el intentó de afir-
nera más débil de disfrazar con apariencias de mar tal despropósito, sino la millonésima repe-

[ 252 ] [ 253 ]
carlismo.es
IBER A L I S M O
1 D E A R 1 o
que admitir, si a las Cortes con el rey les place
tición del dogma fundamental de la bandería
decretarlo. Esto, como se ve, es sencillamente
conservadora. Multitud de veces ha lanzado Cá-
renegar de todos los principios, colocar al mismo
novas la misma afirmación en el Ateneo y en
nivel con desolador escepticismo la verdad y el
el Parlamento.
error y levantar por encima de todo el mecanis-
Resulta, pues, que, no por obcecación mo-
mo parlamentario.
mentánea, sino reflexivamente y con propósito
Obsérvese que la teoría canovista es la misma
manifiesto, Cánovas y su partido consideran su-
que defiende la democracia más radical.
periores las prerrogativas del monarca parlamen-
La soberanía nacional o del Estado, dice
tario a los derechos religiosos ; la Constitución
el idealismo democrático, es la fuente de
del 76 a la Constitución de la Iglesia. Desgracia-
donde manan todos los poderes ; pero de ella no
damente, esta monstruosa doctrina conservadora
brota el derecho, que es superior a la voluntad
se practica con brutal franqueza en las grandes
individual o colectiva. Mas el poder público de-
capitales, donde se blasfema del modo más ho-
legado por perpetua representación en el Estado
rrible y con la mayor impunidad en las calles,
oficial, es el único que declara y defiende con
mientras que el que se atreve a decir en alta voz :
absoluta independencia el derecho, y, por lo
¡ muera el jefe constitucional del Estado es lle-
tanto, resulta que la soberanía es la fuente del
vado inmediatamente a la cárcel.
derecho.
El partido que defiende tamañas aberracio-
En otros términos : que el poder del Estado
nes bien puede sostener la oprobiosa teoría del
es el origen de la justicia, y que no tiene más
señor Cánovas, según la cual debe aceptarse como
límite que los que a sí mismo quiere trazarse.
legítimo todo lo que acuerden las Cortes con el
La proposición conservadora resulta idéntica,
rey. Así, la libertad de cultos, el matrimonio civil,
a poco que se examine.
y hasta el amor libre y la negación expresa de
todo culto, pueden ser cosas legítimas que hay La democracia dice : la soberanía reside en la

[ 255 ]
[ 254 ]
carlismo.es
1 D E A. R 1 0 L 1 SERA LISNIO

colectividad, y por representación en el Parla- Prescindiendo de estas divisiones mecánicas


mento. Todos los poderes (para hablar el inexac- del poder y del sujeto en quien le hacen residir,
to lenguaje hoy en uso) dependen de él, y el que conservadores y demócratas coinciden en la si-
posee no se diferencia de la voluntad nacional, guiente aseveración :
sino que se identifica con ella ; y como la volun- Todo lo que haga el poder soberano es legíti-
tad general es absolutamente independiente, los mo y debe ser aceptado.
acuerdos y resoluciones de la mayoría de la ¿ Y quién no ve que esto no es otra cosa que
Asamblea legislativa serán legítimos y habrá que la absurda doctrina racionalista, que hace al Es-
inclinarse ante ellos. tado independiente de Cristo y de su Iglesia,
Cánovas, conforme con la escuela doctrinaria, para convertirle en Dios ?
parte en fragmentos la soberanía ; y queriendo En resumen : Cánovas proclama el Estado an-
unir lo irreconciliable y armonizar lo contradic- ticristiano y ateo lo mismo que Proudhon y Kant,
torio, supone que una porción de poder es per- aunque con menos franqueza.
manente e histórica, y otra movible y circunstan- Y habrá todavía listos o tontos que consi-
cial, pero que las dos juntas componen el sobe- deren al partido conservador como lo menos malo
rano. Y por eso exige el acuerdo de entrambas y aun como católico ?
y las considera, como el demócrata, adornadas (Artículo publicado en El Correo
con el atributo de la omnipotencia y con facul- Español, el día 14 febrero de 189o).
tad de legitimarlo todo.
La doctrina es la misma : la única diferencia
que separa la afirmación doctrinaria de la demo-
crática consiste en que, según ésta, el soberano
es el Parlamento, y según aquélla, el. Parlamento
y el rey.

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carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA Vol. III 17
L I B E R A LIS M O

sirvió de base a todo el liberalismo radical ; el


liberalismo, al fin, es una teoría a priori formu-
IV lada por espiritualistas incompletos del siglo XVIII,
que hoy aceptan, por raro caso, los positivistas
Los DELITOS DE OPINIÓN LIBERAL. — ESTADO, PON- modernos, que contradicen resueltamente los prin-
TÍFICE O ESTADO IMBÉCIL cipios que sustentaban los padres de la teoría ;
esa teoría afirmó siempre, sostuvo que la razón
Creo que no, creo que un ácrata, que un revo- humana era autónoma, que no había frontera es-
lucionario que lleve a la extrema consecuencia la piritual para la razón y para la voluntad huma-
negación racionalista, no puede recibir de vues- nas, en el orden especulativo y doctrinal al me-
tros labios una sola contestación que no sea una nos ; que no había ningún principio religioso, ni
contradicción manifiesta. Vosotros afirmáis el moral, ni jurídico que fuese inviolable, sagrado,
principio liberal, pero con tales atenuaciones y indiscutible ; todos caían bajo la jurisdicción de
distingos, que os lleva hasta el absurdo, y lo la inteligencia y de la libertad humanas, que po-
ponéis de manifiesto en los artículos 1, 2 y 3 del dían discutirlos y revolverse contra ellos y negar-
proyecto que estamos discutiendo. Había sido los todos.
como dogma común de las escuelas y partidos Y si viniera hoy un anarquista, un ácrata, uno
liberales la no existencia de delitos de opinión ; de esos hombres lógicos (porque, como decía un
las doctrinas eran inmunes de todo pecado ; la célebre revolucionario, Félix Piat, el pueblo, sobre
propaganda de las ideas podía hacerse y difun- todo en las clases inferiores, concluye siempre ló-
dirse por todas partes, sin que tuviera nunca que gicamente, saca las últimas consecuencias) ; si
encontrar la cortapisa de la autoridad ni la coac- uno de esos lógicos que llegan a la última con-
ción exterior del derecho. Vosotros afirmáis este clusión y se declaran antimilitaristas y antipa-
principio, que es consecuencia de otro, el que trióticos y niegan el Estado y la Nación, todas
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E A R ¡ 0 L I B E R A L I S M O

esas realidades que nosotros amamos, se presen- seguís negando para el individuo y el Estado ese
ta ante vosotros y os dice : traéis aquí un pro- orden religioso, moral y jurídico, se os puede pre-
yecto de ley en el que hay delitos de opinión guntar: Ese Estado, que no reconoce una verdad
contra el Estado, en el que hay delitos de opi- definitiva en ninguno de sus órdenes de la vida,
nión contra la Patria ; ¿ podéis poner vosotros este ¿ acepta la libertad para combatirlos todos ? ¿ Sí ?
límite infranqueable a lo que llamáis descarríos Pues entonces tendría que hacer una de estas dos
de mi libertad ? ¿Podéis poner esa barrera a cosas : o negar resueltamente que sea verdadero
las manifestaciones de mi razón? Vosotros no ese orden moral, religioso y jurídico, o declarar
podréis contestarle, porque él lógicamente ar- por lo menos que es una opinión dudosa, y que
gumentaría diciendo : ¿Afirmáis que en el orden él no puede aceptarla como obligatoria.
especulativo y doctrinal hay un conjunto de ver- En cualquiera de esos dos extremos, o bien
dades religiosas, morales y jurídicas independien- negándolo, o bien poniéndolo en duda, lo que
tes de la razón humana, obligatorias para ella y venís a hacer es, por un lado, afirmar y juzgar
para las determinaciones de la voluntad ? lo que es falso y no debe creerse ni practicarse, y,
Si lo afirmarais, no seríais liberales ; porque por el otro, lo que es dudoso y no puede afirmar-
negaríais la tesis racional del liberalismo, y os se ; y de las dos maneras, ese Estado se convierte
bastaría un poco de lógica para negar todas sus en juez de doctrina ; ese Estado se convierte en
consecuencias al deducir la de la proposición un Estado-pontífice, que no define dogmas po-
contraria; no podréis defender la libertad de pen- sitivos, pero que impone dogmas negativos y
samiento, de conciencia, de cultos, que se deri- limita la libertad que declaraba ilimitada. Si
van de la autonomía de la razón. Si proclamáis queréis evitar esta consecuencia, diciendo que
ese límite infranqueable, si lo sostenéis como obli- admitís también el derecho a discutirlo todo, in-
gatorio, renegáis de la escuela revolucionaria y cluso esos dogmas negativos, entonces un Es-
entráis en la escuela católica. Si, al contrario, tado que no sabe nada en el orden religioso,

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D E A R LIBERALISMO

ni moral, ni jurídico, y que además admite ese en este proyecto de ley ; porque, al afirmar la
derecho de discutir su propio poder, de discutir libertad absoluta de todas las opiniones, sin lími-
todos sus actos y leyes, ya no será el Estado-pon- te religioso, moral ni jurídico alguno, no se nece-
tífice que impone dogma negativo, será el Estado- sita más que un poco de lógica para deducir esta
idiota, el Estado-imbécil, incapaz de gobernar consecuencia : Si no existe la limitación religiosa,
a nadie, porque nada sabe de las cosas que moral ni jurídica, es que no existen relaciones
más importancia tienen para los pueblos y los naturales con Dios ; porque si existieran habría
hombres. el deber de conformarse con ellas y cumplirlas,
y existiría un límite infranqueable para esa liber-
V tad en el orden objetivo.
¿ Es que no existen esas relaciones ? Pues en-
EPIQUEREMA CONTRA EL ESTADO LIBERAL. — LA tonces no existe Dios, ni hay deberes religiosos
LIBERTAD ILIMITADA SE NIEGA A SI MISMA. y morales que liguen la voluntad.
Y entonces, por una lógica que comprenden
Pero si quisierais todavía examinar de otra bien todos aquellos que se dedican al estudio de
manera, y como sacando otra consecuencia, el las ciencias filosófico-sociales contemporáneas,
principio de libertad absoluta que proclamáis, yo y que además se ha reproducido en la Historia
no tendría más que llamar aquí a los represen- perpetuamente, porque la inteligencia humana
tantes de esas escuelas radicales, y poner como está prisionera en aquellos fundamentales siste-
en orden y enlazándolos en una síntesis, en una mas que enumeraba de un modo incompleto
serie de proposiciones a manera de un epiquere- Cousin al investigar el origen de las cosas, por-
ma, todas aquellas negaciones que ellos sostienen que no hay hombre alguno que tenga alguna
y defienden, y veríais que la conclusión sería dia- capacidad y cultura y un poco de elevación de
metralmente contraria a la que sustentáis vosotros espíritu para no formularse estas tres preguntas

[ 262 ] s [ 263 ]

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E. A R 1 0 LIBERALISMO

• que suenan perpetuamente en los oídos de los panteísta o positivista, y, del determinismo que
hombres : ¿Cuál es tu naturaleza? ¿ De dónde los dos producen, al aniquilamiento de la liber-
vienes ? ¿A dónde vas ? Y al hacerse esas pre- tad que se había proclamado como absoluta al
guntas eternas, cuando para contestarlas investi- principio, quedando de esta manera cerrado el
gue el origen de las cosas, tendrá que buscarle, círculo del error con la negación de la premisa
o en una unidad absoluta, que llámase sustancia, en la última consecuencia. Y cuando esta doctri-
idea, absoluto, esencia entera, voluntad, incons- na haya bajado hasta el seno de la multitud,
ciente, que poco importan los nombres, pues desde las alturas de las cátedras, porque al fin la
todos vienen a expresar un ser, o en una fuerza idea de la libertad humana no la puede arrancar
primitiva que se va desarrollando por una evolu- nadie del alma, ni la pueden oscurecer todas las
ción necesaria, y el hombre no seráás m que un nieblas del sofisma ; cuando se haya convertido
accidente o un modo de aquella unidad absoluta o el sepulcro en frontera de la nada, en vez de ser
un consiguiente fatal de aquella fuerza primitiva, el pórtico de la inmortalidad que da entrada a
y entonces la libertad, y con ella la personalidad un mundo mejor donde se encuentre la compen-
humana, y el derecho y el deber, perecen arras- sación a las injusticias del presente, se vendrá a
trados en esa evolución irresistible. proclamar el derecho absoluto al goce y el de
Así, aquella libertad orgullosa que no quería derribar todos los obstáculos que se opongan a
reconocer en la relación con Dios el límite de sus su realización. Y al ver entonces como uno de
actos, queda convertida en el resultado necesa- los mayores la desigual repartición de la riqueza,
rio de antecedentes fatales. Y así, señores, el en minoría la propiedad y en mayoría la miseria,
encadenamiento dialéctico queda completo ; por- ya no bastará que se hable de un reparto igual
que de la negación de los límites religiosos y de la soberanía política, porque la muchedumbre
morales de la libertad se pasó a la negación de pedir a un reparto igual de la riqueza, pues sab
las relaciones con Dios, y del ateísmo al monismo en que la riqueza y la soberanía han celebrado

{264 J [ 265

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1 L 1 B E R A L 1 S M O

un matrimonio que rara vez se divorcia, y que de resistir con las ideas y la lógica. No; ella sabe,
nada sirve el darle esas moléculas de soberanía bien que ese ejército, que la fuerza armada, que
política teniendo como medio para ejercerla la es la fuerza externa del Estado, está formado con
miseria y la pobreza que la hace dependiente de elementos que se recogen entre toda la sociedad,
los poderosos. y principalmente entre esas clases inferiores, que
Pedirá entonces, no sólo la reforma de la so- se pueden armar contra vosotros, contra esa for-
beranía, sino la reforma de la propiedad ; y, en midable máquina de guerra. Yo ya lo he dicho
nombre del derecho absoluto al goce, irá derri- alguna vez : ¡ la huelga de los soldados será la
bando todas las barreras : la familia, la propie- última huelga !, la última que presencie esta so-
dad ; la religión, desde luego, porque ya la ha- ciedad que no atiende nada más que, por medio
béis ayudado vosotros a derribarla desde el prin- de una contradicción doctrinaria perpetua, por
cipio, y ella era el sostén de todas esas cosas, medio de una yuxtaposición de principios opues-
y, por último, la autoridad del Estado. tos, a defender lo secundario y a dejar siempre
Armada con la ló gica, que es una de las ma- inerme lo principal.
yores fuerzas que existen en el mundo, será vano (Del discurso pronunciado en el Congreso de
que vosotros tratéis de presentarle una muralla los Diputados, el día 3 de marzo de 1906).
de artículos para defender contra la multitud su-
blevada la fuerza de vuestro Estado. Ella tiene
una fuerza mayor, ella tiene la lógica imperiosa VI
que le lleva a sacar todos los fundamentos socia-
les existentes. Inútil será entonces que vosotros LAS EMPRESAS DE LA ESPAÑA LIBERAL
salgáis al camino oponiéndole el obstáculo de ese
poder material, armado con toda suerte de medios ¿Cuáles son las empresas del liberalismo y
para resistir con la metralla lo que no se puede del régimen moderno que él informa? Es muy

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D E A R J o LIBERALISMO

fácil el señaladas. Poned al lado de cada em- común, desgarrada la trama espiritual de la His-
presa del régimen tradicional, una negación o toria, quebrantado el canal de las tradiciones ge-
una catástrofe que la destruya, y ya tenéis escrita nerales, y sustituídas las verdaderas unidades
toda la Historia liberal contemporánea (Grandes creadas por las creencias y los siglos por unida-
aplausos). des políticas externas, artificiales y violentas ; se
A la unidad nacional, apoyada en la religiosa haya entronizado un separatismo social arriba,
y la monárquica y en el sentimiento foral, la que, por culpa exclusiva de la opresión del Esta-
negación de la unidad religiosa, la ruptura de la do, que ha despedazado el territorio, amenaza
creencia común y la división en sectas, la des- dividir en sectas y fragmentos la sociedad espa-
trucción de la soberanía monárquica haciendo de ñola (Muy bien).
los privados, que eran un vicio accidental de la De esta manera, señores, a la primera empre-
antigua realeza, una institución permanente en sa de reconstrucción de unidad nacional, el libe-
el Gabinete-rey, que se ha abrogado la soberanía, ralismo opuso la de disolución social que resume
dejando aparte armiños, cetro y corona para que toda su obra política interior.
no se descubra el engaño ; la supresión de la le- A la segunda empresa de la España tradicio-
gítima y espontánea variedad foral, arrasándola nal, a la conquista y civilización gloriosísima de
con un centralismo absurdo que proclama la uni- América y de los Archipiélagos extendidos por
dad constitucional de un Parlamento con un Ga- el Pacífico, opuso dos catástrofes : la que se con-
binete como la única fuente de derecho, y el sumó con la traición de Cabezas de San Juan,
poder absoluto de legislar sobre la constitución no mayor que muchas que poco antes se habían
histórica de la nación y de cada una de las re- precedido y preparado, y la del Tratado de Pa-
giones, prescindiendo de su inalienable autar- rís. Y esta pérdida afrentosa, que no puede en-
quía. Así no es extraño que, una vez roto por contrar comparación con ninguna otra de la his-
leyes tiránicas el vínculo interno de la Patria toria moderna, se debe exclusivamente a los po-

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1 D E A R O LIBERALISMO

líticos funestos y a la funesta política que, du- ren todavía descargar la culpa cuando ellos fue-
rante ¡ 18 años de paz!, con una nación sumisa ron los que le negaron el derecho a la gloria de
que entregó pródigamente tesoros de sangre y de combatir, los que le incomunicaron con la Penín-
dineros, todo lo dejó preparado para que pudiera sula, exigiéndole en nombre de un peligro soñado
casi sin lucha mutilarnos el extranjero. Sí, sí, que depusiera las armas, privándole, en los mo-
débese a esos políticos incapaces y justiciables mentos críticos, de sus caudillos más prestigiosos,
que sonreían cuando, dos años antes de la guerra obligándole a reembarcarse ¡ mientras se discu-
con los Estados Unidos, yo les anunciaba en el tían en París las. condiciones de la paz 1, forzán-
Parlamento como inevitable, — en una solemne dole con fábulas y engaños a enfundar la ban-
discusión que recordé con tristeza después, leyén- dera en crespones y a partir como expediciones
doles mis propias palabras al darles realidad el de náufragos escoltadas en la última nave por el
doloroso cumplimiento, — y cuando reclamaba, sarcófago que guardaba los restos de Colón, para
porque aun era tiempo, alianzas internacionales que siguiesen como una procesión fúnebre la es-
para no encontrarnos aislados el día del conflicto, tela luminosa que marcaran sobre las olas sus
y la adquisición rápida, urgente, de buques, en gloriosas carabelas, sin permitirles siquiera dar
vez de gastar inútilmente sus riquezas y combatir un adiós militar a la sombra de Ponce de León
insurrectos que tenían en los Estados Unidos su en la Florida y a la de Cortés en Veracruz (Es-
arsenal y su base de operaciones. Sobre esos po- trepitosos y prolongadisimos aplausos).
líticos y esa política cae íntegra la responsabili- A la tercera empresa, la dominación del Me-
dad de la catástrofe, y no sobre el pueblo, que diterráneo, que era la primacía en el mar y el
no puso tasa a los recursos y a las vidas y que predominio de la costa africana, el liberalismo
no cometió más delito que el no castigarlo de parlamentario opuso el acrecentamiento del cam-
un modo inexorable... (Aplausos) ; sobre ellos po de Gibraltar y el abandono de los puntos que
cae, sí, y no sobre el Ejército, sobre el cual quie- lo dominan, cosa que no sucedió ni atm en el

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carlismo.es
1 D E A R 1 o
LIBERALISMO
siglo XVIII, decadente, cesarista y pre-liberal, que
un enorme presupuesto que bastaba para tripli-
tuvo siempre en litigio ; que estuvo tres veces a
cadas.
punto de recobrarlo, como lo hubiera hecho la
En suma, señores : negación de la sobera-
última sin la torpeza de un embajador afecto a
nía en el Mediterráneo, de la influencia -predomi-
las doctrinas revolucionarias y que faltó a las
nante en Africa, de la primacía o siquiera res-
instrucciones recibidas ; que lo tenía de tal ma-
peto en el mar, y todo perdido sin una página
nera en cuenta, que el deseo de su rescate y el
de gloria que fortifique con el recuerdo la espe-
desquite de la felonía inglesa que a traición lo
ranza de mejores días y sin una tragedia gran-
usurpó' en la guerra de la Sucesión, ocupándolo
diosa como la de Argel, la de la Invencible y
en nombre del archiduque para no devolverlo, fué
la de Trafalgar (Aplausos).
causa de la primera política internacional de tres
La cuarta empresa había sido la formación de
guerras con Inglaterra, de los combates de Alge-
una ciencia y un arte indígenas, propios, espa-
ciras y Trafalgar y de que hasta en la guerra de
ñoles; pues, aunque la ciencia sea de suyo uni-
la Independencia permaneciese vigilado por las
versal, como la verdad que es su objeto, por los
baterías españolas. En Africa, la vergüenza de
elementos que se aportan al acervo común, y
Melilla y la pérdida de la influencia en los asun-
por el predominio de la investigación de unas
tos de Marruecos, cada vez más invadidos por
operaciones intelectuales sobre otras, por el orden
Francia ; y en el abandono criminal de las in-
dialéctico de las demostraciones, y por la manera
comparables rías gallegas, objeto preferente de la
de exposición, tiene puntos de vista peculiares en
codicia británica, que las recorre en peregrina-
consonancia con el espíritu de cada pueblo, que
ción continua con sus acorazados, y el hundi-
refleja en ella los rasgos de su psicología nacio-
miento en Cavite y en Santiago de Cuba de es-
nal, sin menoscabo de la unidad de la especie,
cuadras que hacían al valor estéril, después de
por los cuales puede justamente ostentar su so-
haber consumido los Gobiernos que las formaran
brenombre y apellido. Y de la misma manera,
[ 272 1
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OBRAS carlismo.es
s VÁZQUEZ MELLA. —Vol. IR 18
I D E A R 1 o L I B E R A L 1 S M O

el arte percibe, ama y manifiesta la belleza de turalista, llegando a ser unas veces trasunto del
muy diferentes maneras, expresando, sin detri- idealismo soñoliento de la estepa rusa, y otras
mento de las leyes comunes de la estética, la ín- fotograbado de las cloacas de París, y casi siem-
dole característica de cada pueblo, sirviendo des- pre martirio de la lengua que vió su pureza man-
pués sus obras como base de inducción para pe- chada con los colores de la paleta extranjera ; y
netrar en los arcanos de la vida social que los una ciencia contrahecha, postiza, totalmente exó-
ha engendrado. Y a la ciencia española, que nos tica y reducida a copias y arreglos serviles de lo
dió el cetro de la controversia teológica y doctri- que es ya de moda en los figurines intelectuales
nal del siglo xvI y que se mantuvo en el siglo xvii de la heterodoxia contemporánea en algunos pun-
influyente y respetada ; y al arte..., opulentísimo tos del extranjero, que no suelen ser todos ni los
y original, y con manifestaciones hasta entonces principales, y siempre pasada por la aduana
desconocidas : como gran parte de la literatura francesa, como las de Alcan y las d
e René
mística, que no se puede confundir con ninguna Womrs ; habiéndose llegado, a mediados del si-
otra ; el teatro de los Autos Sacramentales, el glo xix, (y cuando todavía pensaban en España
1 11
caballeresco y nacional, el primero que rompió Balmes, Donoso y el Padre Cuevas), por un Ga-
con las tradiciones clásicas y expresó las popula- binete progresista progresista había de ser !, al
res, y el sano realismo de la novela picaresca, caso inverosímil, inaudito, de encargar a un anti-
¿ qué opuso el liberalismo y la sabiduría parla- guo seminarista, a Sanz del Río, que fuese a ad-
mentaria, dictadora del movimiento intelectual quirir una filosofía, sin indicarle cuál, a Alemania,
moderno? y que la trajese con urgencia a la tierra de Julio
Bien lo sabéis, señores, un arte que, cuando de Rivas, de Fox Morcillo, de Caramuel y del
no obedeció a la tradición y a las condiciones gran Suárez !, sin duda para mejorar la raza por
geniales de la raza, pobló de quimeras la fanta- selección intelectual; y como tropezó con Enri-
sía y se arrastró en el lodazal de la impureza na- que Arens y no con un hegeliano de la izquierda,

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carlismo.es
1 D E A R 1 0 LIBERALISMO

gracias a esa fortuna vivimos el krausismo, que su escuela, a la persistencia tenaz que daba re-
se adquirió y se importó y se fomentó en España sistencia a las grandes resoluciones ; y hasta
lo mismo que si se hubiese tratado de sementales aquella franqueza noble y confiada que parecía
para una remonta (Grandes risas y aplausos). trasparentar el fondo de sentimientos hidalgos y
Destruida de esta manera la obra de la Es- de la que todavía en el siglo XVIII se nos presen-
paña tradicional y negadas con catástrofes y ver- taba como modelo, se va convirtiendo, por in-
güenzas sus altas empresas, la consecuencia de fluencia de arriba, propagada por la corrupción
ellas y el agente que les dió vida tenían que sufrir política, la inmoralidad electoral y el contagio
la misma desventura. de una administración que se asemeja a un cán-
Al poderío militar y a la hegemonía sobre cer, en doblez traicionera y suspicacia recelosa,
Europa, y cuando menos a la influencia pode- que demuestran que, para consumar la obra de
rosa en los consejos de Naciones, que aun en los demolición de la antigua España, estamos asis-
tristes días de Carlos IV nos daba el tercer puesto tiendo, juntamente con el desmoronamiento ex-
diplomático y el primero colonial en el mundo, terior, a un derrumbamiento interno, psicológico,
se opuso un descenso tan rápido, que ha Ile- que no advertimos tanto, porque formamos, sin
gado a ser tan acelerado en los últimos lustros, quererlo, parte de lo que se hunde o nos arrastra
que hemos, caído más abajo que Turquía y lle- en la caída.
gado a parecer una Polonia sin honor, una Gre- Resulta, pues, evidente que la historia mo-
ciá Larissa y hasta una Servia sin Slivinza derna del liberalismo no es otra cosa que la ne-
(Aplausos). gación de la que afirmaba la tradición nacional.
¿Y nuestro carácter? Mirado en conjunto y en Los partidos doctrinarios y radicales de la revolu-
sus manifestaciones cada vez más tristes, la flo- ción no han tenido más que un programa : de-
jedad cobarde ha sustituido al tesón heroico, la moler, desde los cimientos a las bóvedas, todo
inconstancia, que tiene en el Parlamentarismo el edificio que con sublimes y seculares esfuerzos

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I D E A R 1 0

habían ido levantando las abnegaciones católicas las alianzas del momento entre los que de con-
y monárquicas sobre un suelo amasarlo con su tinuo se odian y combaten.
sangre ; oponer a cada empresa histórica una ca- La unidad, que por virtud de sti misma na-
tástrofe, a cada gloria una ignominia, a cada turaleza excluye el liberalismo, es una necesidad
derecho una licencia, a cada virtud cívica una y condición indispensable para la existencia, de
corrupción, y, finalmente, a la comunidad de tal manera que, aun a trueque de contradecir
creencias, de sentimientos, de instituciones fun- todos los principios del sistema, se impone y
damentales, de tradiciones, de recuerdos y de domina 'como señora en determinadas circuns-
aspiraciones comunes, que constituían el espíritu tancias, como si quisiese así mostrar que son
nacional, un solo principio : el de negar ese espí- vanos los caprichos de los sofistas , y que no se
ritu, y una sola libertad : la de romper esas uni- pueden negar las leyes de la realidad sin que
dades y de disolver la Patria. Y no se puede des- ésta se levante contra la obra del insensato que
conocer, sin incurrir en notoria injusticia, que, trata de prescindir de ella.
si se tratase sólo de su voluntad, ya estaría cum- Pero la unidad, que es atributo esencial de
plido todo el programa (Aplausos). todo ser, ley de todo discurso, condición impres-
cindible de todo verdadero método y sistema,
(Del discurso pronunciado en San-
está en abierta oposición con el error, vario y
tiago, el 29 de julio de 1902).
contradictorio por naturaleza, y así sólo de una
manera negativa suele darle cierta cohesión mo-
VII
mentánea.
COALICIONES La misma verdad que los contrarios errores
niegan o falsean, suele ser indirectamente causa
En la abigarrada historia de los partidos li- ocasional de que se concierten para combatirla y
berales son un hecho frecuente las coaliciones y hagan cesar sus luchas, y olviden sus antagonis-

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1 D A R I 0 LIBERALISMO

mos para asociarse pasajeramente en un punto gan con lógica lo que el protestantismo afirma
y pelear contra el enemigo común que por igual sin ella, apagan sus mutuos rencores y ocultan
los rechaza. sus discrepancias y querellas para luchar al
De aquí que el interés, y no los principios ; el lado de las primeras con el intento de conseguir
odio, y no el amor, sean la causa de tan momen- el mismo fin y llevar adelante los mismos pro-
táneos y circunstanciales conciertos. pósitos.
Por eso de los partidos liberales se puede decir Fuera de esta coalición perenne de los errores
lo que Donoso Cortés afirmaba de Guizot : que contra la verdad, que constituye la apología de
no tenía más amigos que los enemigos de sus ésta y uno de los criterios para distinguirla, no
adversarios. hay en el vasto campo de las aberraciones hu-
Uniones, en cierto modo negativas, puesto manas otra cosa que guerra perpetua y uniones
que una negación común, y no una afirmación efímeras que el egoísmo fabrica y el egoísmo
doctrinal, les sirve de base y fundamento ; lo disuelve.
cual explica su breve reinado y lo efímero de su Los partidos liberales, inficionados por el gran
imperio. error contemporáneo que los caracteriza y los
Lo que el interés fabrica, el interés lo des distingue, no han podido sustraerse a esta ley
hace ; lo que se apoya en negaciones, sólo a la que pesa sobre ellos con fatalidad inexorable.
destrucción conduce. Por eso, cuando están fuera del poder, piden
Quien dude de estas verdades, no necesita protección y amparo y tratan como a hermanos
descender de la metafísica a la historia ; basta a los mismos que vigilaban con recelosa inquietud
que estudie ésta a la luz del buen sentido. desde las alturas del mando.
Todas las sectas protestantes, discordes y Mientras están arriba, si son débiles, ignoran
opuestas entre sí, se unen contra la Iglesia cató- la benevolencia de los afines y niegan el agua
lica ; y todas las escuelas racionalistas, que nie- y el fuego a los radicales ; pero, cuando se en-

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carlismo.es
D E A o L 1 B E R A L 1 S M O
cuentran abajo, tienden las manos con ademán Cuando no es, además, indigno, porque en el
suplicante a los más intransigentes revoluciona- liberalismo no se puede seguir un principio en
rios colocados en el postrer lindero de la escuela, su proceso lógico ni en su desarrollo práctico sin
y, fingiendo acentos de noble patriotismo, los tropezar al fin con una miseria moral, como no se
convidan a pelear en el mismo campo, y señalan puede ahondar en ciertos sitios sin tropezar con
las altas torres de la ciudad abandonada como el el cieno.
asilo seguro y el fuerte reducto, desde el cual Con coaliciones y sin ellas, la libertad liberal
entonarán juntos el mismo himno de victoria. está condenada a arrastrar sus vestiduras por los
Todo es bueno para reconquistar la posición muladares, y a demostrar en todos sus actos que
perdida. Después que se haya recobrado, si los no es reina augusta, sino meretriz infame.
adversarios no se convierten en amigos vergon-
(Artículo publicado en El Correo Es-
zantes con el nombre de afines, se rompen las
pañol, el 17 de diciembre de r89o).
amistades, y cada uno vuelve al puesto que antes
ocupaba.
La historia de siempre. En la oposición «i que VIII
peligra la libertad y la riqueza nacional I» ; en el
poder q cuidado con el orden y la Monarquía !». EL LIBERALISMO ES LA NEGACIÓN DE LA IGLESIA
(Siempre en el fondo la perfidia y el egoísmo
ocultos tras la pantalla de las doctrinas). El liberalismo y el catolicismo. ¿Son dos tér-
Unos hacen de directores de escena, y son minos antitéticos ? Si la oposición esencial no es
los más hábiles ; otros, de masa coral, y son los claramente visible para algunos entendimientos,
más tontos ; pero el espectáculo es siempre el depende de dos causas : la primera es la extraña
mismo : manía que padecen muchos tratadistas de ambas
Teatral y cómico. escuelas al buscar la oposición con la Iglesia, no
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I D E A LIBERALISMO
en el liberalismo puro y radical, que, explícita o sacar con vigoroso esfuerzo algo del tesoro• que
implícitamente, sostiene sin atenuaciones ambi- guarda en su fondo. Y son todavía menos los
guas su tesis, por lo menos en el orden especu- que pueden demostrar con vigor dialéctico y por
lativo, sino en el liberalismo ecléctico y contra- cuenta propia algo de lo que pródigamente afir-
hecho, que mixtifica los principios liberales y los man por cuenta ajena. A ello ha contribuído tam-
católicos, queriendo juntarlos, sin más criterio bién el experimentalismo externo de la epidemia
que el utilitario de la conveniencia. positivista ya decreciente, método mutilado que
Esto equivale a buscar la armonía y la antí- nadie ha practicado jamás, pues sin la observa-
tesis, comparando la conclusión de un raciocinio ción interna sería imposible, y la experiencia ex-
con la primera de otro, sin haber deslindado la terna no sirve para corregirse a sí misma, y por-
primera ni haber formulado la segunda. Lo ra- que no hay inducción sin la intuición primitiva
cional es concretar las dos proposiciones funda- de los dos universales que supone un axioma, ni
mentales y compararlas, porque, para fijar des- es ciencia la que no arriba a la ley, que dejaría
pués los grados de oposición o armonía relativas, de serlo si no traspasase las dos fronteras en que
no habrá que examinar más que lo s que con ellas toda experiencia viene encerrada : el espacio y
tienen de parentesco ; y el más hábil sofista no el tiempo.
podrá. evitar la disyuntiva de aceptar el principio 4
Las modas doctrinarias, tan continuas y pe-
al sostener la conclusión o al no aceptarla. riódicas como las de la indumentaria femenina,
La segunda causa es la decadencia mental, ajustan con una sumisión servil al patrón de los
cada día más notoria, producida, en gran parte, figurines extranjeros las cabezas de los que a sí
por la ignorancia de la lógica. Ya son muy pocos mismos se llaman intelectuales. Y ya no faltan
los capaces de seguir sin fatigarse una larga serie algunos que, tomando en serio la teoría del supér-
de raciocinios, enlazados a un axioma, y arroja- hombre, de un super-loco, perdonen, cuando
dos gallardamente al pozo de la verdad para están de buen humor, la vida al cristianismo, del
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carlismo.es
E A R 1 0 IBERALISMO

cual van teniendo ya todos noticias como de los


antropopitecos y los monos catarrinos, sus vene- ***
rables antepasados.
En una atmósfera semejante, la cantidad de El liberalismo es absolutamente incompatible
vocablos se toma por cantidad de ideas, y la de con el catolicismo.
ideas por el número de verdades. La lógica emi- No es menester que el Papa y los Obispos lo
gra, y el sentido común la acompaña al destierro. declaren ; se declara ello mismo. La lógica más
Una anarquía mental, que parece la reproduc- elemental sobra para confirmarlo.
ción del caos, domina hoy en las capas hetero- Basta con poner frente a frente la negación
doxas, debajo de las cuales se agita ese vulgo del liberalismo lógico y la afirmación de la
ínfimo, ahora más necio que nunca. La demos- Iglesia, para que se vea que no pueden coexis-
tración ha sido declarada reaccionaria, medioeval, tir juntos, porque se destruyen mutuamente. Que-
atávica. Los espíritus emancipados, sobre todo rer conciliarlos, es intentar la identidad de los
de la lógica, proceden por afirmaciones o nega- opuestos.
ciones, sin más enlace que la dialéctica de los Son dos proposiciones contradictorias, y se
motes, con la que salen de todos los apuros. las puede examinar desde dos puntos de vistá
Cuando demostremos cómo el liberalismo des- diferentes, la negación y la afirmación, para lle-
truye la esencia del derecho y el concepto del gar a la misma consecuencia.
Estado y de la Nación y de la Patria, nos diri- Proposición liberal : «Toda persona, desde el
giremos a ellos. Ahora lo haremos principalmen- individuo al Estado, tiene derecho a no recono-
te con los que, viviendo en esta atmósfera de cer como límites jurídicos de su libertad el dog-
confusiones, todavía no ven claro en la relación ma, la moral, el culto y la jerarquía católica».
del liberalismo con la Iglesia. Proposición católica : «La Iglesia es la depo-
sitaria de la revelación y su órgano social infali-

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LIBERALISMO
E A R 1
tes, niega la de los deberes y principios que su-
ble, y tiene, por lo tanto, derecho a que su dog-
ponen, y no es católico.
ma, moral, culto y jerarquía sean norma y límite
Luego, comparadas la proposición negativa
de la libertad humana».
liberal y la afirmación católica, la repugnancia
Son dos proposiciones complejas, contradicto-
entre las dos es intrínseca y esencial, y no pueden
rias. No importa que ambas parezcan universales,
y, por lo mismo, contrarias por no diferir en can- coexistir doctrinalmente juntas.
Comparadas desde la afirmación católica, se
tidad ; porque, cuando se trata de materia nece-
va a parar a la misma conclusión por este pro-
saria, esto es, de predicados que radican en la
ceso dialéctico : La Iglesia afirma de sí misma :
esencia, las proposiciones son siempre contradic-
Que es la depositaria de la verdad revelada y su
torias. Y siendo contradictorias, no pueden ser
intérprete infalible. El liberalismo sostiene : Que
a un tiempo verdaderas, porque no hay verdades
no hay ninguna verdad revelada, doctrina ni prin-
contradictorias; ni pueden ser a un tiempo falsas,
cipio, que deba limitar jurídicamente la libertad
porque una afirma lo que la otra niega, y en vir-
de las opiniones.
tud del principio de exclusión de medio, no le
En términos más breves :
puede haber entre las dos, pues se refieren a la
La Iglesia dice : Yo soy la verdad, y nadie
misma cosa esencialmente.
tiene derecho a negarme. El liberalismo afirma :
Ningún liberal lógico puede rechazar la pri-
No reconozco ninguna verdad religiosa que limite
mera proposición sin aceptar la segunda, y nin-
mi libertad, y tengo derecho a negarlas todas.
gún católico puede rechazar la segunda sin acep-
Decirla a la Iglesia que no condene esa doc-
tar la primera. El que confiese que el dogma, la
trina, es pedirle que reconozca como lícita y
moral, el culto y la jerarquía de la Iglesia deben
acepte la siguiente proposición : Todo hombre
ser límites jurídicos de la libertad, reconoce, el
tiene derecho a negar a la Iglesia y prescindir
deber de conformarse con ellos, y no es liberal.
de sus enseñanzas.
El que niegue la existencia jurídica de esos limi-
[

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carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. III 19
Para admitir esa proposición, la Iglesia tiene Porque la oposición esencial, la contra-
que sostener una de estas dos, que lógicamente dicción irreductible entre la afirmación cató-
equivalen a una sola : Primera, afirmar que hay
lica y la negación liberal, si en teoría es la
verdades y derechos contradictorios : de un lado
impiedad, en la práctica es la impiedad más
los que ella sostiene, y de otro, los que la niegan ;
la hipocresía.
segunda, que es permitido proclamar cualquiera
Apenas hay un impío, y entre los gobernan-
doctrina, aunque sea la negación de la suya.
tes no se encuentra, que declare en público que
En el primer caso, se le pide que proclame el
su política es la guerra a la Iglesia, y que tra-
absurdo y que se dé la muerte. En el segundo,
bajará por extinguirla en la conciencia del pueblo.
que declare que su doctrina no es una verdad
Semejante declaración, que podría ser el fruto
cierta, sino una opinión dudosa como todas las
amargo de una conciencia errónea, capaz de caer
demás. En suma, que afirma que es, o deposita-
rendida en el camino de Damasco, no brota de
ria del absurdo o depositaria de la duda, pero
sus labios desde las alturas del Poder ni de los
de la verdad nunca. El derecho liberal, con
escalones inmediatos de los partidos. Se formu-
relación a la Iglesia, es la impiedad diciendo
la como un rugido, contenido por el miedo de
a la Religión que se mate para que pueda pasar
que lo adviertan los creyentes, en el oscuro re-
sobre ella.
cinto de la logia o en las íntimas expansiones
Y se quiere que la Iglesia declare que no es
con los compañeros de armas. En el Gobierno o
error una doctrina que le pide la muerte, y hasta
en sus cercanías siempre va precedido de una
que se concilie y se abrace con ella para que,
careta. La impiedad franca, cínica, es siempre
al recibir en la mejilla el ósculo de Iscariote, pue-
una impiedad directa, una ira satánica que esta-
da deslizarse mejor entre los pliegues de su manto
lla. La impiedad hipócrita que sonríe para herir
y penetrar en el cuerpo el puñal afilado en los
y echa sobre la víctima un velo antes de clavarle
antros de la secta !
el hierro, es el viejo fariseísmo que se desliza en
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carlismo.es
1 D E A R I O LIBERALISMO

la sombra para que no se advierta su filiación ¿Se quiere una prueba experimental de la ley
por la hopalanda judía. de odio a la Iglesia que rige al liberalismo? El
El amor al liberalismo se mide por el odio a

que lo desee no tiene más que defender la demo-
la Iglesia. cracia absoluta ; ni la representativa, ni la ple-
La ley de sus gradaciones puede expresarse biscitaria, más amplia y con referendum para
en esta fórmula : El liberalismo está en razón todos los asuntos del Estado, sino la directa, tan
directa de la impiedad y en razón inversa de las radical, que gobernantes y gobernados, objeto y
creencias religiosas. sujeto de la ley, todo sea uno y lo mismo. Tan
Y como hay grados subjetivos en el error y absoluta, que no excluya 'sexo ni edad ; que com-
el mal, se puede ampliar la misma fórmula en prenda hasta los niños que sepan decir que sí, y
esta otra : A mayor impiedad, mayor liberalis- que haga de la sociedad un inmenso foro, donde
mo ; a menor liberalismo, menor impiedad ; a la ley surja como un solo clamor de las olas de
ninguna impiedad, ningún liberalismo. ese mar.
Cuando las creencias religiosas son comple- La democracia directa no ha podido ejercerse
tas, es decir, católicas (un gran impío fué quien más que en algunos estados municipales y con
dijo que el catolicismo era el cristianismo abso- intermitencias, y delegando funciones, porque no
luto), no existe ; cuando están mermadas, brota ; es posible estar perpetuamente en la plaza públi-
cuando apenas alientan, florece ; cuando el ateís- ca. En todos los pueblos que ha visto la Historia,
mo las arranca, fructifica. han estado en minoría la capacidad, la cultura,
Pero el daño que produce puede seguir una la virtud y el carácter ; y por eso el mundo siem-
gradación opuesta a la de su magnitud, porque pre ha sido gobernado por pocos, cuando no ejer-
depende de otro factor, la claridad. El eclipse cía el gobierno :uno solo. Que los más manden
total todos le advierten ; pero el crepúsculo de la y los menos obedezcan, sería la soberanía de la
tarde pueden tomarle los soñolientos por aurora. cantidad sobre la calidad ; pero esa página de la

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carlismo.es
IDEAR I 0 LIDERALIS'MO

historia está todavía en blanco, y que todos go- la ternura de los Abassidas y de los Omniadas,
biernen a todos es el título de la página que sigue pero con una sola condición : exterminar a los
a la anterior. católicos del Imperio y proteger con el alfanje la
Sin embargo, la utopía se ha confundido con libertad de los que no lo sean. Ese hombre será...
la realidad. Ya habéis realizado el ideal de la el dictador benéfico..., el instrumento duro, pero
democracia absoluta, no de los más sobre los necesario, del progreso, y merecerá loores por su
menos, sino de todos sobre todos. empresa secularizadora, y hasta sobre las rapiñas
¿ Cabe régimen más amplio ? y crímenes más nefandos caerá el velo del odio
Todos lo/ sistemas llamados democráticos, cariñoso con que disculpan y absuelven los escri-
que no son más que oligarquías burguesas de di- tores revolucionarios a los chacales del 93.
ferente extensión, ¿ qué son más que caricaturas Pombal realzó la Inquisición portuguesa, co-
hipócritas comparadas con esa democracia ab- locada en el siglo xvill, como la española, en
soluta? manos de jansenistas, equiparándola con la Mo-
Pues poned como límite único a las resolu- narquía hasta darle el tratamiento de Majestad.
ciones de tan augusta behetría las enseñanzas de La sometió a su voluntad, y ahorcó en medio
la Iglesia católica, y... con toda vuestra demo- de Lisboa a un anciano jesuíta que se había pa-
cracia absoluta, única en la historia, sois... cleri- sado la vida de misionero trabajando por la gran-
cales, reaccionarios, medioevales, atávicos, con deza de su Patria, al P. Gabriel Malagrida, cuya
todos los demás epítetos de la dialéctica de los inocencia proclamó Voltaire, y que murió como
motes. un santo, rezando por sus verdugos.
Cambiad la decoración. Cuando se apagaron las llamas de la hoguera
Nada de democracia, ni absoluta, ni relativa. que consumieron el cadáver, y las cenizas fueron
Defended el califato de Damasco y el de Córdo- arrojadas al mar, el verdugo celebró con los inqui-
ba, y juntad en la persona del supremo caudillo sidores un espléndido banquete en los salones del

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1 D E A 0 LIBER A LIS M O

Santo Oficio que presidía su hermano Paulo de to, clavado en las entrañas de los contribuyentes,
Cavalho. Pombal es el patriarca y el ídolo del hasta alcanzar el látigo que sirva como cetro ade-
liberalismo lusitano, que hace pocos años, cuan- cuado para acaudillar a la hueste servil que mira
do estallaba la furia anticlerical, fué con sus jun- desde abajo embobada la faena de los lucha-
tas en peregrinación a su sepulcro ! dores.
Siempre los mismos! ¿Y cuántos son los que pelean por conseguirle
Mataron a Rossi, asesinaron a García Moreno en ese certamen de ambiciones?
y dejaron vivir tranquilos a Rosas y al doctor Sin contar a López, el de «a Melilla o a su
Francia. No aman más que una libertad, la de casa», y que no fué a ninguna parte más que a
crucificar de nuevo a Jesucristo, porque es el li- la sastrería por el entorchado, que él mismo se
bertador de los hombres. adjudicó modestamente, sin duda por servicios
(Artículo publicado en El Correo Es- no compensados en Crimea ; sin recordar a Mon-
pañol, el 28 de septiembre de 1906). tero Ríos, el Meco del Tratado de París, que
perdió ilegalmente a Filipinas, sin que ni él ni
el Gobierno que lo consintió hayan respondido
IX
todavía de una inaudita extralimitación de pode-
LA GUERRA POR LA JEFATURA Y LA GUERRA CONTRA res ; sin contar a Vega de Armijo, vecino crono-
LA IGLESIA lógico del conde de Cheste, y que se ha quedado
con su mal humor y con Rosales, hay otros tres
La jefatura del partido liberal o del consejo que se miran torvamente y andan inquietos y
informe de apetitos, morriones de milicianos y recelosos echándose la zancadilla para ver quién
mandiles de logia, es una especie de cucaña que es el primero que trepa hasta la altura y empuña
hay que alcanzar a fuerza de agilidad de piernas el látigo y lo hace estallar triunfalmente sobre
y de manos, subiendo por el palo del presupues- toda la tribu progresista.

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carlismo.es
•••

E A I? I 0 LIBERALISMO

Y esos tres que se parecen , mucho a las hijas que es la mejor que hay en España, y a no
de Elena son... Canalejas, el colaborador de Po- dejar una escuela dirigida por las Ordenes reli-,
lavieja, el general cristiano, en el famoso mani- giosas, y después, con muy buen sentido, manda
fiesto leído en el Congreso, de Gasset, el Colu- a sus hijos a que los eduquen los frailes.
mela de los pantanos, y el que pedía la ense-
ñanza religiosa y casi la unidad católica y el **
regionalismo.
Moret, el socio de la Congregación de San ¿Quién conquistará el vellocino de oro?
Vicente de Paúl, y después revolucionario y sep- ¿ Quién subirá primero el palo de la cucaña,
tembrino, y monárquico de Don Amadeo, y adic- aunque sea encaramándose sobre el entorchado
to a la res-pública de Serrano y a la Monarquía de- López o los cánones averiados de Meco ? ¿ Será
de Sagunto y a todo lo que se ha sucedido desde el anticlerical colaborador del general cristiano,
entonces ; el hombre, en fin, de la indemniza- que, siendo Ministro de Gracia y Justicia, hizo
ción Mora, los tabacos, la compra del Meteoro, la reformas tan importantes como dar un banquete
autonomía, la paz, y la ley de jurisdicciones ; el a veintiséis Obispos ?
salvador de la democracia y hasta el tesorero de ¿Será el ex socio de San Vicente, que echó
la república, según afirma el Teótimo de Gijón, abajo el decreto secularizador de Alfonso Gon-
Melquíades Alvarez, alma infantil que cree en zález y que estableció el modus vivendi para que
la Barataria que Moret le ha prometido. viviesen en paz las Ordenes religiosas ?
¡ Y Romanones !..., el más torcido de los tres, ¿ Será el conde más atrevido que los siete
porque tiene más recodos que los otros dos juntos ; condes que murieron en Uclés, el ex ministro de
el terrible anticlerical, que la emprendió con la la Gobernación diligentísimo, que notó la bomba
enseñanza católica desde el ministerio de Instruc- de Morrals al poco tiempo de convertirse en
ción pública, dispuesto a acabar con la privada, spoliarium el zaguán del Gobierno civil ?

[ 298 ] [ 299

carlismo.es
E A R

Quién, quién será el triunfador ? ¿ Canalejas, ción, a los rabinos de las logias francesas y con-
Moret o Romanones ? quistar el galardón de la jefatura?
El diablo, que es el único liberal verdadera- - Hay que subir encima de la Iglesia tre-
mente listo y el fundador de la estirpe, el que pando sobre cementerios, altares, retablos y cam-
ha dado todo el programa de la escuela en el panas, porque sólo desde allí se alcanza.
non serviam de que son copias y palinodias todos — Eso se dice fácilmente. Pero ¿ quién sabe?
los posteriores, como admirable hipnotizador ha Si despiertan los guardianes del Templo que,
sugestionado a sus discípulos, diciéndoles al oído, hace treinta años, obligaron con una ola de san-
para que llegue bien a su ambición, el eritis sicut gre a detenerse y a encallar el carro de la revo-
dii, que escuchó la madre Eva, como la primera lución, y que si no andamos listos celebrando
interpelación parlamentaria del mundo, pero mo- armisticios con algunos amigos que oportuna-
dificada según los tiempos, porque el diablo es mente se habían mezclado con ellos, nos anega
muy progresista y nada reaccionario. a todos...
El diablo parece que dijo : — Para lograr el — Pues se sube poco a poco, sin meter mucho
premio, para conquistar la cucaña, para alcanzar ruido hasta arrancar la Cruz. -- ¡ Poco a poco,
el látigo, tenéis que ser liberales de veras ; y hasta arrancar la Cruz ! Pero ¿ de dónde la arran-
para eso es preciso que imitéis a mis discípulos caremos? De todas partes, no puede ser. Desper-
predilectos, los judíos tres puntos franceses, que taría la guarnición, entera con el estrépito que pro-
no sólo crucifican de nuevo a Jesucristo, sino que duciría al derrumbarse.
son capaces de crucificarme a mí mismo si no — Yo la arrancaré de la enseñanza, grita uno ;
los contengo, por creer que poseo algo de so- Cristo ya dijo : «Que los niños se acerquen a mí».
brenatural. Pues bien ; nada más laico, nada más liberal que
Y a la pregunta de los tres, ¿ qué hay que separarlos de Cristo.
hacer para imitar con prudencia, con circunspec- — Eso no es bastante, y además es lento, por-
f 300 ] [ 301 ]

carlismo.es
• I D E A R I LIBERALISMO
o

que supone otras cosas. Yo permitiré las mani- el altar y llegar hasta las campanas, y ponerse
festaciones externas contra la Cruz. encima de lo más alto de la torre, y arrancar
-- Eso no basta, porque ya se celebran todos la Cruz, pues sólo a ese precio se conquista el
los días ; y desde el protestante hasta el musul- látigo para empujar a los amigos y azotar al
mán que quiera hacerlas, no tiene más que pe- rebaño».
dirlo, que para todo se le autoriza, aunque sea ¡ Hay que hacer algo !
para llevar tribus de niños a adorar al judío Mén- Y la voz del gran hipnotizador murmuró otra
dez Alvarez (y no Mendizábal, como él se llama- vez al oído el segundo programa revolucionario,
ba, falsificando el apellido), por haber hecho el de la revolución paradisíaca ; y cuentan que
aquel enorme latrocinio, al lado del cual no re- añadió: «El que primero y más fuerte pegue a la
sulta mayor, y será más lógica, la desamortiza- Iglesia, ese cogerá el látigo de la jefatura».
ción civil que prepara el colectivismo. Y se miraron unos a otros, pero el más atre-
— ¡ Yo arrancaré las cruces de los cemente- vido de los tres, arrastrado por la audacia, excla-
nos!, exclama satisfecho otro de los luchadores mó : Yo pegaré el primero.. Para secularizar la
por el- látigo. ¡ Si no secularizo la vida, secula- vida, es decir, para descristianizarla, debía em-
rizo la muerte, para que no nos entierren juntos ! pezar por romper el bautismo, y concluir por
No basta. El impío y el hereje tienen su arrancar la Cruz de los sepulcros ; pero empe.
cementerio civil ; y si no consienten que la Igle- zaré por el medio, por el tálamo. La familia es la
sia vaya allí a clavar la Cruz sobre su tumba, base de la sociedad, y el matrimonio de la fami-
¿ han de consentir los católicos que se la arran- lia ; pues, asentando ahí el golpe, todo el edificio
quen del sepulcro de sus palabras? Eso costaría se resentirá. Se pide al que se case civilmente, que
sangre y tumultos. declare si abandona la Religión católica ; pues
— Pues entonces, ¿ qué hay que hacer ? Por- en adelante que nadie se lo pregunte. Así puede
que el maestro lo ha dicho : ((Hay que subir sobre haber apostasías por sorpresa.

[ 302 L303

carlismo.es
E A R 0

La Iglesia dice que para los católicos no hay


más forma legítima del matrimonio que el canó-
nico, que es el natural, elevado a Sacramento ;
pues yo declaro que hay dos formas legitimas ¿Pero conquistará la jefatura el que se atrevió
y a escoger, la civil y la católica, y las dos a pegar primero en la faz de la Iglesia? Eso es
iguales. poco, eso no es casi nada, gritan los que se pre-
Una funda la indisolubilidad en el derecho paran a pegar más fuerte en las leyes, para no
natural y en el divino positivo, y otra en una ley ser vencidos en la puja de odio a Jesucristo y
parlamentaria que más adelante, si el tiempo lo en el amor a la jefatura.
permite, se cambiará por el divorcio, y después La situación es crítica. Si avanzan demasiado,
por el amor libre, que hace ya siglos- que se halla pueden caer en la República, lo que sería caer
establecido en algunas regiones de Africa ; pero, fuera del radio del presupuesto, suprema desgra-
a pesar de todo, son iguales, porque lo declaro cia para un estadista y prudente, es decir, de
yo, y no consiento que el Papa invada mi juris- espíritu y de cuerpo prácticos.
dicción. La potestad civil ante todo. ¡ Seamos Si retroceden asustados por el conflicto que
civiles ! El ser civil es el placer... pueden originar las conquistas democráticas sobre
Es el programa que ya había formulado con el redil de la Iglesia, son atávicos, medioevales,
anticipación profética aquel alcalde andaluz que, reaccionarios, incultos y antieuropeos, porque ya
para condensar en una frase toda la Revolución han convenido que, para ser verdadero europeo,
de septiembre, gritaba desde el balcón del Ayun- es necesario ser por lo menos salvaje fetichista.
tamiento : ¡ Ciudadanos, queda abolido el Con- Y si no se atreven a avanzar ni a retroceder
cilio de Trento ! y se están quedos, es muy probable que el diablo
les diga lo mismo que contestó el que conoció
y cantó Tassara :

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carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. III 20
E A E 1 o L 1 B E R A LIS M O

«No vuelvo a saludar a un doctrinario, nuevo en el Poder por los partidos y los perió-
Y me voy por anverso y por reverso dicos liberales, suda gotas de sangre sobre nues-
A democratizar el universo». tras conciencias dormidas ?...
Una figura celeste, un anciano sublime, un
hombre evangélico, se levanta sobre el trono más
¿Quién obtendrá la palma entre esos Domi- brillante de la tierra, porque tiene resplandores
cianos de oficina ? La del martirio la va obtenien- del Tabor ; y, sereno como la verdad y como la
do la conciencia de los católicos españoles. justicia inflexible, extiende su cetro, que es la
Estamos presenciando un combate de apeti- Cruz, sobre Francia, corrompida y sublevada
tos, una batalla de concupiscencias, en que, para contra Dios y su ley en los que le representan
subir al Poder, sirven de escala a la ambición y ante el mundo..., y los rugidos furiosos de los
a la audacia los sepulcros, los altares y los brazos tiranos se convierten en alaridos de espanto, y
del Crucifijo. ya no se atreven a colocar fuera de la ley a la
No pasa un día sin que palabras apóstatas Virgen sin mancilla, ni a cerrar los templos,
escupan ira satánica sobre la frente del Reden- porque el resplandor del anciano apostólico les
tor. No pasa una hora sin que plumas mojadas ha hecho ver a la puerta de las iglesias soldados
en hiel de impiedades se introduzcan en las llagas fraternizando con los creyentes, y espadas des-
de Cristo y las desgarren. No pasa una semana nudándose para volverse contra la sinagoga y la
sin que al golpe de libros y folletos infames se logia, y, más allá de la frontera, sienten el rumor
claven en las sienes del Hijo de Dios las espinas de legiones que se acercan, y los pasos de un
de su Corona. ¿Y qué hacemos ? ¿ Iremos a los guerrero de alma carlovingia dispuesto a cabal-
concursos hípicos, al tiro de pichón, a las carre- gar en su corcel de batalla y acudir a la cita pro-
ras de automóviles o las regatas a pasar alegre- videncial, para continuar la historia interrumpi-
mente la vida, mientras Cristo, crucificado de- da, a Versalles...

{ 306 ] • [ 3Q7
carlismo.es
D E A R 1

¿Debemos todos los católicos levantar la voz


para que, como un clamor nacional, llegue a
Roma, pidiendo al gran Pontífice que nos salve,
porque perecemos, o que descienda en gloria y
majestad, lanzando el rayo de la más alta y au-
gusta autoridad moral de la tierra sobre la ca-
beza de los gobernantes imitadores de los dés-
potas franceses, para que escarmienten como
ellos?
No, no es necesario. Bastaría que los católi- LIBERTAD
cos españoles nos dirigiésemos a Pío X, di-
ciéndole :
Santísimo Padre : Reservad el rayo de vues-
tra justicia para los Julianos de otras partes ; los
que aquí se usan no merecen tanto. Bastará que
Vuestra Santidad les aplique nuevamente la pun-
ta de Su sandalia para que rueden por el suelo,
porque no se trata de ningún baluarte, sino de
una cesta de micos.
(Artículo publicado en El Correo Es-
pañol, el 6 de septiembre de 1906).

carlismo.es
LIBERTAD

LA LIBERTAD ES CRISTIANA

Hoy nos reunimos, hoy nos juntamos aquí en


esta fiesta, que no es sólo la fiesta de la Fe, sino
la protesta en favor de esa libertad. Tenía razón
el señor Estanyol en el elocuentísimo discurso
que acaba de pronunciar ; la tenía el señor Aló
cuando decía que había que respetar la libertad
y arrancar al enemigo esa bandera a cuya som-
bra ha destruido el alcázar del antiguo régimen,
del que tenía mucho que aprender, porque era el
que conservaba el espíritu cristiano a las socie-
dades que caen del lado allá de la Revolución
francesa. Entonces los tiranos, al realizar el sa-
queo de las grandes ciudades cristianas, se apo-
deraron de los emblemas del trabajo y de la
libertad ; y al ver a una esclava con esa vesti-

[ 311

carlismo.es
I D E A E I 1 13 T A
0

menta, con esa enseña entre las filas católicas, de la libertad de asociación, persiguen a las Aso-
hubo cierta desconfianza, no por la libertad mis- ciaciones cristianas ; y en nombre de la libertad
ma, que es base subjetiva de nuestra moral, que de enseñanza, atentan contra la enseñanza cris-
es un dogma de nuestra fe ; : sino porque, al tiana.
ver a aquella esclava vestida con unos ropajes La mentira se ha mentido a sí misma y se ha
que no la pertenecían, podía temerse el engaño, mostrado a la multitud en todos los pueblos, y
la hipocresía ; podía temerse que los pueblos cre- singularmente en los catalanes, con sus colores,
yesen verdadera libertad lo que era la tiranía con su fisonomía natural ; y ahora ya nadie puede
ataviada con ropaje que no la correspondía y engañarse, porque a nadie es lícito creer, en la
que había usurpado. Pero no por nuestro esfuer- hora presente, que en el liberalismo está la liber-
zo, sino por el esfuerzo mismo de nuestros adver- tad, no ; en el liberalismo está la tiranía, la hipo-
sarios, ellos han rasgado esas vestiduras, apare- cresía ; nosotros hemos rescatado esa libertad,
ciendo, como ahora en Francia, sólo la sierva, nos hemos levantado y somos los que hemos
sólo la esclava, y demostrando al mundo que de dar el grito enfrente de los tiranos. Cuando
aun aquella libertad que nosotros no queremos óigase gritar en las calles viva la libertad!, de-
aceptar y que consiste en la igualdad del bien cid : ese es nuestro lema que nuestros adversa-
y del mal, que reparte en dos campos el palenque rios nos habían quitado y que hemos rescatado
entre los individuos que combaten en nombre (Aplausos).
de las afirmaciones cristianas, y los que lo hacen
en nombre de la duda y de la negación revolu-
cionaria, ésa también era mentira. Ellos nos lo CONTRADICCIONES DE LA LIBERTAD LIBERAL
han demostrado desde las alturas del Poder,
probándonos que, en nombre de la libertad de Nosotros, amantes de la libertad, amantes
cultos, persiguen el culto cristiano ; en nombre entusiastas de las libertades regionales, venimos

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carlismo.es
1 D E A 1? I 0 L 1 13 E T A

hoy, en nombre de la gran unidad de la fe ca- hasta el derecho de dignidad personal y el de


tólica, a protestar contra uno de los más terri- independencia relativa que tienen los hombres,
bles atentados que se hayan podido fraguar contra si no existiese el derecho de asociación? ¿Y en
la libertad común, contra la libertad religiosa, qué se funda el derecho de asociación como uno
contra toda libertad corporativa. Increíble parece, de los derechos personales e innatos, en qué se
señores, si no estuviéramos en una época de deca- funda sino en la condición finita de nuestra na-
dencia mental, a pesar de tantos alardes de pro- turaleza ? Somos limitados, somos finitos, y por
greso, que está más en los labios que en el corazón esto necesitamos el concurso y auxilio de los
y en la mente, y que continuamente lo tienen en demás ; por esto necesitamos juntar nuestras fuer-
las palabras y tan poco en las obras (Aplausos) ; zas con las de los demás ; que si los hombres se
increíble, increíble parece que un partido que se bastaran a sí mismos, la sociedad no sería más
llama liberal, que gentes que se llaman de con- que un artículo de lujo. Como no se bastan a sí
tinuo liberales y que invocan de continuo la li- mismos, necesitan el concurso de los demás, y
bertad, como la hoja de parra que cubre todas necesitan los demás el propio por ley de coope-
sus impurezas (Bien, aplausos) ; que esos mismos ración universal y propio auxilio, en virtud del
que la invocan, fragüen contra la libertad un cual existen todas las sociedades humanas ; y
proyecto tan inicuo, tan tiránico como el pro- el Estado, que podrá ser una de las más exten-
yecto de ley de Asociaciones (Aplausos). sas, pero que no cambia la extensión ni la natu-
En nombre de la libertad de asociación, y, raleza de las cosas, el Estado no se funda tam-
por lo tanto, en nombre de todos los derechos poco en otra ley, y esta ley universal quiere ha-
naturales del hombre y, por ende, innatos, cerla manifestación o concreción suya, y olvida,
que sin el de asociación son vanos e ilusorios, señores, que tal pretensión es como si un cuerpo
hay que protestar contra semejante proyecto. cualquiera de la naturaleza inorgánica se suble-
¿Para qué nos serviría nuestro derecho a la vida, vase contra la ley de su condición, o como si

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carlismo.es
A

un astro quisiera levantarse contra la ley astro-


nómica que le fija su órbita sideral, en la cual
gira, y decir : «Esta ley debo alterarla, yo no
estoy sujeto a ella ; son las leyes las que están
sujetas a mi albedrío (Aplausos).
(Del discurso pronunciado en Barcelona,
el 20 de enero de 1907, sobre el pro-
yecto de ley de Asociaciones).

LIBREPENSAMIENTO

[ 316 ]
carlismo.es
LIBREPENSAMIENTO

Los LIBREPENSADORES

¿Qué pretenden esos insensatos que tratan


de derribar las órdenes religiosas, que son la
vanguardia más firme y decidida de las ideas
católicas, el paladín más incansable de la Igle-
sia ? ¿ Qué quieren? ¿Adónde van? ¿ Pretenden,
por ventura, alguna finalidad que tenga conse-
cuencias buenas y útiles para los fines sociales ;
algo, en fin, que represente una idea noble y
elevada que tenga finalidad alguna y fin práctico?
Destruid la jerarquía eclesiástica; negad, si
queréis, toda o parte de la Revelación ; incen-
diad templos, quemad cruces, convertid, en fin,
en escombro todas las ideas religiosas ; haced
que desaparezca en un instante la gigantesca em-
presa que la tradición y el progreso han ido for-
mando en la labor incesante y. perenne de- los

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carlismo.es
1 D E A R I O LIBREPENSAMIENTO

siglos ; formad de todo ese manantial inagotable los sentimientos creyentes, ni cielo que esperar,
de sentimientos un osario del mundo, donde se sino que, tras las miserias de la vida, no se vis-
encuentren reunidos la intransigencia doctrinal lumbrará en lo futuro más que un ateísmo incons-
verdadera y la fluctuante condescendencia sec- ciente, una negación anacrónica, sin un más allá
taria ; enterrad, en un momento, en esa sepul- que nos abra sus brazos presentándonos a un Sér
cral losa todas las ideas, todas las instituciones omnipotente y justiciero que premie las acciones
y todos los principios, y aun surgirá radiante la buenas, castigue el vicio y dé cumplidas pruebas
verdad católica, como iris de paz y de ventura, de justicia.
que resucite los campos formados de nuestra pa- Todo eso es para ellos una tontería ; más aún,
tria, el alma genuinamente tradicional, como es un ridículo, una cosa que el hombre no puede
manifestación esplendente de nuestra vida (Es- comprender, una afirmación tan radical y franca
trepitosos aplausos interrumpen al orador por para los ateos, que creen no puede ser demostrada
varios minutos, y, restablecido el silencio, con- por nadie (Ovación).
tinúa). Yo había de preguntar a ese ateo, que está
Los dioses no se van ; el ateísmo no conse- sentado sobre los escombros de ese osario in-
guirá nunca desterrar del corazón humano ese menso, que ha destruido, después que no tiene
sentimiento indeleble que palpita en el fondo de nada que derrumbar, ni dogales para su pensa-
su ser, pues, a una nueva concepción teísta que miento : ¿ De dónde vienes ¿ Adónde vas ?
destruya, surgirá potente otra nueva que todo ¿ Quién eres ? Triunfaste por completo. Todas
lo avasalle y que tenga firmes y perpetuos ado- tus aspiraciones se ven ya cumplidas ; ya no tie-
radores. nes Dios ; y bien : o eres una determinación, o
Para el ateísmo no hay templos en los que una parte, o una evolución de la materia y del
rindan su inteligencia y voluntad los hombres movimiento.
ante esas manifestaciones que van dirigidas a Si eres una parte de ese Sér supremo que todo

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21
carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA.-V01.
1 A R 1

lo preside, eres tú un Dios ; y si negaste a Dios,


¿cómo quieres convertirte en un sér infinito, sien-
do así que lo infinito no lo admites, antes bien,
con todas las fuerzas lo rechazas?
Yo afirmo lo que tú niegas ; mis sentimientos
y mis ideas no son tus ideas ni mis sentimientos ;
mi conciencia no es la tuya, ni los deberes que
tengo los que a ti te ligan.
¿Cómo crees formar parte de ese Sér univer-
sal, siendo así que la idea de ese Sér no te consta, MARRUECOS
según tu conciencia?
Si nadie puede negar su personalidad ni su
individualidad, ¿cómo afirmar ese panteísmo y
teísmo monista según el que Dios es todo y todo
es Dios?
El panteísmo no puede explicar la multiplici-
dad de los seres, porque esto sería imposible re-
ferirlo a una causa única en que ellos mismos se
crearan y desenvolvieran.
(Del discurso pronunciado en el Frontón
Euskalduna y publicado en El Correo
Español el 26 de octubre de 1903).

322

carlismo.es
MARRUECOS

ANÁLISIS DEL TRATADO FRANCO-MARROQUI

¿Merece el nombre de protectorado esa zona


de influencia en que no tenemos soberanía nin-
guna ni derecho efectivo de ninguna especie?
¿ Es igual al que Francia ejerce en su zona? El
señor ministro de Estado, la otra tarde, conten-
diendo con el señor Rodés, y el señor Presidente
del Consejo al discutir con el señor Maura, de-
cían que eran idénticos nuestros derechos en la
zona española, y los derechos que tiene Francia
en la suya. Es más, el señor Presidente del Con-
sejo llegó a decir, discutiendo con el señor Maura,
que el jalifa era nuestro Sultán ; no dijo que era el
Sultán en la zona, sino el Sultán de nuestra zona,
que es cosa muy diferente. Eso no es exacto. Y

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1 D E A R 1 0 A R R U E C O S

basta leer el •Tratado franco-marroquí, que debió Sultán. Dice el artículo V: «El residente general
haber venido al Parlamento al discutirse el Tra- será el único intermediario del Sultán cerca de
tado de 1912, y que no se ha publicado todavía los representantes extranjeros y en los asuntos
en los boletines del Ministerio de Estado, y que que dichos representantes tengan con el Gobierno
conocen pocos, para que se vea la inmensa, la marroquí». Esto es la soberanía diplomática.
enorme diferencia que hay entre la soberanía Pero en seguida veréis cómo se despoja al Sul-
que ejerce Francia en su zona y el fantasma de tán de toda función legislativa en la segunda
soberanía que ejercemos nosotros en la nuestra. parte de este artículo que dice así : «También
En este Tratado, que es de 30 de marzo de 1912, estará encargado de todas las cuestiones que in-
y que Francia hizo durante la negociación con teresen a los extranjeros en el imperio Xerifiano».
nosotros, y que yo sé que al conocerlo produjo Además fijaos, señores, en lo que sigue : «Tendrá
honda preocupación en los que negociaban el el poder de aprobar y promulgar, en nombre del
de 1912, comprendiendo que esto no era más que Gobierno francés, todos los decretos que dé el
un anillo de una cadena fornida por los anterio- Sultán».
res que ellos no podían romper, aparte de lo que He tenido el gusto de leer en el boletín de la
se refiere a la religión musulmana, y de las re- zona francesa, que por un descuido no he traído
formas administrativas financieras, judiciales, do- aquí, y que ha llegado hace pocos días a Madrid,
centes y militares, y de la protección que se le el número de leyes, de decretos y de disposicio-
dispensará al Sultán y a su familia, quiero se- nes que han dado los franceses en un año allí y
ñalar nada más que dos artículos (El Tratado que llega a cerca de mil. No se han descuidado,
es breve, no contiene más que ocho), leyéndoos y naturalmente, también en nombre del Sultán,
nada más que las frases principales, para que hechas por aquel alto comisario, que ejerce en
veáis en el artículo V y en el artículo VIII el su nombre toda potestad legislativa.
concepto que tiene Francia de la soberanía del Dice el artículo VIII, y aquí entra la soberanía

[ 326 1 [ 327

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E A R I 0

económica más completa : «El Sultán no tendrá soberanía. Sin la potestad legislativa, sin la potes-
la facultad de contratar en lo por venir, ni direc- tad diplomática, sin poder concertar ni siquiera un
ta ni indirectamente (es decir, ni por medio de empréstito privado, ¿qué es ese soberano, si por
un delegado, como el jalifa nuestro), empréstito añadidura tiene que permitir que, siempre que el
público o privado de alguno, ni acordar en nin- poder extraño, que se ejerce en su nombre, quie-
guna forma concesiones de ninguna clase sin au- ra, pueda ocupar militarmente sus Estados? Un
torización del Gobierno francés». Sultán constitucional tendría siquiera el derecho
de designar al Gabinete responsable, de nombrar
libremente sus Ministros, y aun de imponerles
Para Francia, el Sultán de Marruecos en algunos casos condiciones ; pero este Sultán
es menos que un Sultán constitucional no tiene ni siquiera ese derecho, porque el Go-
bierno, que debiera ser el responsable, es el que
Y como en otro artículo dice que Francia le designa y el que le impone todas las condicio-
podrá establecer toda clase de organismos admi- nes. Y así resulta que el Sultán francés, que no
nistrativos, económicos, docentes y judiciales y de tiene potestad legislativa, ni potestad diplomá-
toda suerte que considere útiles, y podrá ocupar tica ; que no puede concertar empréstitos, que
todo el territorio cuando lo considere necesario, no tiene función económica ni militar alguna, es,
resulta que el Sultán de Marruecos, por el Trata- en todas las lenguas, no un soberano, sino un
do franco-marroquí de 30 de marzo, queda redu- súbdito, y el que es soberano es quien en su nom-
cido a menos que un Sultán constitucional. Qui- bre ejerce la función diplomática, la función le-
tadle a un soberano la función diplomática, qui- gislativa. la función económica y militar, es
tadle íntegra la función legislativa, quitadle entera decir, el Gobierno francés ; así resulta que Fran-
la función económica para poder concertar trata- cia, por medio de la hipocresía diplomática, con
dos con otra nación, y decidme qué queda de esa eso que llama proa es la que en realidad

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carlismo.es
E A R I 0
ejerce la soberanía, no siendo el Sultán más que tarle asentimiento a las funciones de este jalifa.
un súbdito suyo. Esto parece un gran derecho, pero, como resulta
que esa asistencia está constituida por una mul-
Lo que es el jalifa. El Subprotectorado titud de cargas que pesan sobre nosotros, esa co-
operación, esa asistencia, que según el tratado
Pero ¿ es así nuestro jalifa? No. Nuestro jalifa nos toca a nosotros (hasta han empleado un verbo
es un delegado de ese Sultán. Nuestro jalifa ha muy curioso para expresar el pensamiento), esa
sido designado en una carta muy curiosa por el función es una nueva carga que pesa sobre el
Sultán, carta que tampoco se ha publicado en presupuesto español, porque me he olvidado de
nuestros boletines diplomáticos ; y que es muy decir que todo impuesto, todo producto, todo
interesante, porque en ella dice el Sultán, al cuanto salga de la zona, tiene que gastarse en
designarle, que lo hace para que ejerza los asun- la zona y ser adscrito a ella, y los gastos militares
tos (ésta es prosa del Sultán) (Risas) en forma que nosotros hagamos en ella, tienen que corres-
que aumente con ellos nuestra soberanía (la del ponder al presupuesto de la Península, no a lo
Sultán) y nuestra influencia en las regiones de que pudiera producir (es una fantasía), no a lo
nuestro imperio jerifiano, en el que es nuestro que pudiera producir algún día la zona.
delegado. Resulta, por consiguiente, que nosotros inter-
¿Cuáles son nuestros derechos con relación al venimos las funciones de un delegado del Sultán ;
jalifa ? Nosotros tenemos el derecho de presen- que el jalifa es delegado del Sultán para ensan-
tar al Sultán, sometido a Francia, naturalmente, char, como dice la carta, su soberanía ; pero el
una terna de dos, y el Sultán elige uno y lo Sultán es un súbdito de Francia, está sometido
elige en forma estable, y sin nuestro consenti- a su potestad. Y si el jalifa es súbdito del Sultán,
miento no lo puede despojar de sus funciones ; y el Sultán es súbdito de Francia, ¿en dónde está
y nosotros tenemos un gran derecho : el de pres- nuestro protectorado? Será a lo menos un sub-

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I D E A MARRUECOS
R I O

protectorado, será una especie de sucursal y de no se dignaron ni siquiera contestarle. ¿Por qué?
dependencia francesas, pero no será un protec- porque ese jalifa, como decía muy elocuente-
torado. Y no existe, además, porque una de las mente el señor Maura, que se nos está marchi-
cosas con las cuales habían contado, seguramen- tando en Tetuán, se nos está marchitando como
te con muy buen deseo y muy buena intención, un lirio arrancado de una maceta ; porque ese
los negociadores del Tratado, era con la sobera- jalifa, que los moros de la zona llaman jalifa na-
nía religiosa que había de ejercer el jalifa en zareno, yo lo califiqué aquí proféticamente, al
nuestra zona ; pero no se contó con que en el discutirse el tratado, diciendo que no era más
cesarismo musulmán son intransferibles los de- que un ente de razón.
rechos religiosos, porque está indentificada la
soberanía religiosa con la soberanía civil y del El fracaso del jalifa lleva aparejada
Sultán ; y por eso, como no contábamos tampoco la denuncia del Tratado
con algunos de esos prestigiosos morabitos que
se reúnen agrupando las cabilas alrededor del ¿Ha fracasado el jalifa? Pues ha fracasado el
sepulcro de un santón y, en forma casi herética, Tratado ; porque ¿sabéis, señores, lo que queda
dentro del Islam ejercen un predominio religioso en pie de él, después de negarnos todos los dere-
que muchas veces imita el del Sultán ; como nos- chos, el diplomático, el territorial y el económi-
otros no contábamos en la zona con un morabito co? Queda el terrible, el imperioso, el durísimo
de esa naturaleza, y como es intransferible la de velar por la paz y mantener el orden en la
soberanía religiosa del Sultán, resulta lo que, zona. Pero ¿es que nosotros nos habíamos com-
ocasionando la risa y siendo más bien para oca- prometido a mantener el orden en la zona exclu-
sionar la tristeza, dijo aquí la otra tarde el señor sivamente con nuestros medios y nuestros apres-
conde de Romanones : que llegó el jalifa a Te- tos militares? No ; habíamos contado principal-
tuán y se dirigió a todas las cabilas, y las cabilas mente con el jalifa, que iba a ser el intermedia-

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carlismo.es
I D E A R 1 0 MARRUECOS

rio de que hablaba el señor Maura, por medio ¡ Ah, señores! Fijaos en que, al quebrantarse
del cual íbamos a ejercer nuestra acción en las el jalifato, al desaparecer todos los derechos y no
tribus, contando con que él iba a ser en nuestra quedar más que un penosísimo deber, está muer-
zona una reproducción del Soberano absoluto y to el Tratado de 1912, y ese Tratado muerto tiene
pontífice de su religión, es decir, del Sultán. Con- que ser denunciado ante Francia. En este punto
tábamos con que ese prestigio y autoridad reli- coincido yo, por camino diferente, con el señor
giosa, al autorizar los decretos del alto comisario, Rodés, y pido que se denuncie ; y está en el Tra-
ejercería allí un poder amplísimo y pacificador ; tado mismo reconocido ese derecho, en el ar-
pero ha fracasado el jalifa ; y ahora, ¿ es que nos tículo 27, cuando creemos que nos perjudica no-
toca a nosotros solos, y sin tener ningún derecho, toriamente, a denunciarlo ; aunque no era nece-
el único deber que queda como residuo de ese sario que lo dijese ese artículo, pues todo Tratado
Tratado de 1912? Teníamos un instrumento, el lleva aparejada la cláusula directa o expresa para
jalifa ; ese instrumento falta, ese instrumento -se hacerlo, pues no hay Tratado perpetuo, incondi-
ha roto, y ahora queda sobre España el deber cional y que no se pueda denunciar. nunca.
terrible de mantener la tranquilidad. ¿Para qué ? Esta es la consecuencia necesaria. El Tratado
¿ En servicio de España ? ¿Para utilidad de Es- no sirve, es una carga, un peso para España. Es-
paña ? ¿ No somos iguales a los extranjeros para paña puede presentarse ante Francia primero y
todo lo que se refiere a obras públicas ? ¿ No es ante Europa después con una balanza en • la
verdad que no tenemos verdadera soberanía eco- mano. En un platillo de la balanza puede ofrecer
nómica en la zona.? Entonces ¿ en favor de quién? toda la sangre derramada, todo el heroísmo acu-
En favor de todos y no sólo de los españoles. mulado, todos los millones gastados ; en el otro
¿ Y para eso tiene que haber en el presupuesto, y un platillo vacío de derechos, y donde sólo exis-
sólo para los gastos militares, ciento cuatro mi- te un triste y penoso deber ; y España puede de-
llones de pesetas este año? cir : En un platillo pongo la sangre de mis hijos,

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carlismo.es
D E A R I O. MARRUECOS

el déficit de mis presupuestos ; pongo el porvenir tido común, y ése exige que salgamos a la orilla
entero de mi pueblo y de mi raza; en el otro no a asimos de los arbustos, que desandemos el mal
encuentro más que un deber enojosísimo, ejerci- camino y emprendamos una nueva vida.
do por igual para los españoles y para los extran- Hasta aquí iba yo de acuerdo, aunque por ar-
jeros. gumentos diferentes, con el señor Rodés. Aquí
Señores, yo soy de los que han combatido me separo del señor Rodés.
aquella afirmación de Costa, de que había que ¿Es que yo pido que abandonemos la zona de
cerrar con siete llaves el sepulcro del Cid. Yo Marruecos, que regrese todo el Ejército a la Pen-
hubiera querido que el Cid hubiera salido del se- ínsula y que ante el mundo internacional decla-
pulcro, aunque es verdad que, si se encontraba remos, no ya nuestra impotencia material, sino
solo, puede que se hubiera vuelto a él (Risas); más aún, nuestra impotencia intelectual al man-
pero de lo que yo no soy partidario, ni creo que tener o al romper semejantes compromisos ? No ; 0
lo será nadie, es de que saquemos del sepulcro yoquierlEjéctgsenpary-
el Babieca en que cabalgaba y para que cabalgue concentre en lo demás, esperando la hora de una
sobre nosotros (Risas). decisión que no habíamos de tornar nosotros
No se nos diga : tenemos compromisos inter- solos.
nacionales ; es un pacto de honor ; ¿ qué dirán (Del discurso pronunciado en el Congreso
de los Diputados, el 28 de mayo de 1914).
de nosotros las naciones extranjeras si denuncia-
mos este Tratado? Si hemos extraviado el cami-
no, si hemos ido por una senda que nos conducía
a un pantano, ¿el honor exige que continuemos
en el pantano y que sigamos avanzando hasta
hundirnos ? No ; el honor no está en contradic-
ción con el instinto .de conservación y con el sen-

[ 336 1 [ 337

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. III 22
quiere que la moral más estricta impida que se
menoscabe en lo más mínimo el sustento de sus
súbditos con impuestos que puedan ser gravosos.
Y el recuerdo amoroso de los indios, y el encargo
Los DOS GIBRALTARES. - EL TESTAMENTO DE de que sean amparados y tratados con dulzura,
ISABEL LA CATÓLICA. que llevó a un político americano que visitaba
nuestros archivos, a besar, llorando, el testamen-
El testamento de la gran Reina bien puede to de la gran Reina.
considerarse como la voz de la raza, formulada Ella fué la que daba su hijo a Portugal para
en el momento más alto de la Historia de España, preparar la Federación sin la violencia, y la que,
porque la grandeza posterior no fué más que un con franciscanos y dominicos, protegió de tal
desarrollo de aquella grandeza. manera a Colón, que bien puede ecirse que
En ese testamento parece que se condensan comparte con él la gloria del descubrimiento.
los sentimientos y las aspiraciones de España, el Así lo reconoce el glorioso almirante, cuando,
más ardiente fervor religioso, una idea de justi- en la cristiana y hermosa carta dirigida a la
cia que no ha brillado con más pureza jamás en Reina, le dice, refiriéndose a los políticos a quie-
el mundo ; el deber de la autoridad con los súbdi- nes comunicó su proyecto : «Todos aquellos que
tos, llevado por la caridad hasta una conmovedo- supieron de mi empresa, con risa la negaron bur-
ra ternura ; los grandes ideales de la Patria, afir- lando.., en sólo Vuestra Alteza quedó la fe y
mados con tanta entereza como previsión pro- la constancia».
fética. Y ella ofreció sus joyas, que no fué necesario
Nada se olvida allí ; hasta lo que llamamos aceptar, porque adelanté lo necesario para el
ahora consumos y subsistencias merecen una viaje el contador aragonés Santángel, como si re-
atención extremada a la Reina moribunda, que presentase con D. Fernando los otros reinos, para

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carlismo.es
E A R I 0 MARRUECOS
que la obra resultase gloria común de todos. «Iten, por quanto el dicho Rey Don Enrique mi
La que atendía a la federación interior de los hermano a causa de las dichas sus necesidades hvbo
fecho merced a Don Enrique de Guzmán, Duque de
pueblos peninsulares y daba impulso y velaba Medina Sidonia, defunto, de la cibdad de Gibraltar, con
por la conquista y civilización de América, no su fortaleza, e vasallos, e jurisdición, e tierra, e ter-
minos, e rrentas, e cechos, e derechos, e con todo lo
podía olvidar el Estrecho de Gibraltar, clave de
otro que le pertenece ; e Nos veyendo el mucho daño,
nuestra política internacional, fundamento geo- e de tormento que de la dicha merced redundaba a la
gráfico de nuestra influencia en Africa, que des- Corona, e Patrimonio Real de los dichos mis Reynos,
e que la dicha merced non hubo lugar, ni se pudo fa-
arrollaron Cisneros y Carlos V. cer de derecho, por ser como es la dicha cibdad, de la
Con aquella clarividencia prodigiosa que ad- dicha Corona Real, e uno de los títulos de los Reyes
destos mis Reynos, hvbimos revocado la dicha mer-
miraba en una brillante página un aragonés como
ced, e tornado, e restituido e reincorporado la dicha
Costa, y que casi supera al elogio de Clemencín, cibdad Gibraltar con su fortaleza... ; por ende mando
Isabel la Católica se fija especialmente en el Es- a la dicha Princesa mi Hija, e al dicho Príncipe su
marido, e a los Reyes que después della sucederán en
trecho ; y cuando iba a abandonar la España que estos mis Reynos, que siempre tengan en la Corona
tanto amé, no quiere dejarla sin que sus palabras, e Patrimonio Real dellos a la dicha cibdad de Gilbral-
como un mandato que expresa y refrenda el de tar, con todo lo que le pertenece, e non la den, ni
ajenen, ni consientan dar, ni enajenar, ni cosa algu-
la Geografía y el de la Historia, se graben en el na della.»
alma y estén presentes siempre en la memoria de
los verdaderos españoles, diciéndoles : «No olvi- La Corona significaba entonces el Estado ; y la
déis nunca a Gibraltar». gran Reina, sintiéndose testamentaria de España,
Hoy que se quiere levantar otro Gibraltar fren- manda a sus hijos y a todos los que le sucedan
te a nuestras costas, conviene reproducir esta en el Trono, que jamás salga de la soberanía del
parte del testamento de Isabel la Católica, que es Poder público la plaza de Gibraltar y sus juris-
el testamento de la antigua España. dicciones, ni consientan en darla ni enajenarla.
Dice así : Inglaterra, como se sabe, en una guerra de

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-A E 1 M A R E UECOS
' E

sucesión al trono de España, que aun decadente volviese a nuestras manos, no para interrumpir
tenía bastante importancia para que fuese guerra el comercio de nadie, sino para defendernos en
europea, vulneró el testamento de Isabel la Cató- caso necesario, y pesar, con lo que llamó Donoso
lica y la integridad del territorio español ; y para Cortés nuestra omnipotencia geográfica, en la po-
sostener el mandato de la Reina, que era el man- lítica internacional de los demás pueblos.
dato de España, se sostuvieron varias guerras Ahora trata de levantarse otro Gibraltar más
contra la Gran Bretaña, y se celebraron pactos temible en la costa africana: Tánger.
de familia, enderezados contra ella. Una vez ocupado por una nación rival y que
Circunstancias adversas y torpezas diplomáti- quiere dominar en el Estrecho, fácil será exten-
cas impidieron recobrar la plaza. derse hacia Ceuta, dilatarse por la parte medite-
Y lo peor no fué esto, sino que una política rránea, y, cuando lo considere conveniente, lle-
internacional insensata consintió que no se for- gar, con la artillería moderna, a bombardear
tificasen nuestras costas, y que perdiésemos nues- nuestra propia costa.
tra influencia legítima y necesaria en el Estrecho. El Estrecho es el foso que defiende la entrada
Hoy Gibraltar quedaría reducido a una facto- de nuestra fortaleza.
ría inglesa sin gran importancia, aunque no forti- Quien domine la muralla africana, dominará
ficásemos a Sierra Carbonera ni a Sierra Arca, a la española, que, además, otra nación se encarga
Punta Carnero y los Adalides. Bastaba que en el de que quede indefensa.
punto más corto del Estrecho, en Tarifa y Punta El mandato de la gran Reina, cuando no exis-
Ciris, emplazásemos baterías modernas e hiciése- tían los medios de combate actuales para con-
mos en un punto próximo, y que parece dispuesto servar siempre a Gibraltar defendiendo el Estre-
para el objeto, una base de submarinos, para cho, ¡ cómo se formularía hoy ante una amenaza
que, militarmente, el Peñón de Gibraltar quedase que lo enajenaría para siempre de España !
inutilizado y la puerta y la llave del Mediterráneo El campo de Tánger es base de operaciones

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carlismo.es
y abastecimientos de las jarcas enemigas ; y, ce-
rrada la áspera zona española por el Norte y por
el Sur, quedaría prisionera, y, con la costa me-
ridional de España indefensa y la Norte marro-
quí fortificada contra nosotros, España seguiría la RESUMEN DE LA CUESTIÓN DE MARRUECOS. —
suerte de su zona, y quedaría también prisionera. HABLEMOS PRECISO Y CLARO.
Triste, muy triste es ver cómo los Estados
que, gracias a un río de subsistencias y de mine- Por el Tratado franco-marroquí, el Sultán
rales españoles, ganaron la guerra, nos den como queda sometido incondicionalmente a Francia,
recompensa la muerte de nuestra independencia. por estos aspectos :
Pero todavía es más triste ver a los que, con En lo militar, en lo diplomático, en lo econó-
noble patriotismo — somos nosotros los primeros mico y en todo lo jurídico, porque no puede le-
en conocerlo, — tienen que ir a implorar la mi- gislar ni hacer nada sin el previo refrendo del
sericordia de los que, no se sabe por qué, se han alto comisario francés. Resultado : el Sultán es
llamado representantes de la civilización y de la un empleado de Francia, cautivo en su protec-
justicia. torado.
Por eso creemos que en estos momentos críti- ¿ Cuáles son nuestros derechos en la zona es-
cos se debe recordar el testamento de Isabel la pañola?
Católica, que, por una coincidencia providen- Gracias al prodigioso Tratado del Sr. García
cial, fué fechado en Medina del Campo el día Prieto, tenemos todas las obligaciones militares
12 de octubre de 1504, como si también en eso para defender la zona y garantizar el orden a
quisiera profetizar la Fiesta de la Raza. todos los europeos ; pero no tenemos ningún de-
mello en que no seamos iguales a las demás po-
(Artículo publicado en El Pensamien-
to Español, el 18 de octubre de 1919). tencias signatarias del Acta de Algeciras.

[ 344 I

carlismo.es
E A R 1 o MAR.RUECOS

Para hacer un camino vecinal, o un tranvía, ralla que debía defender el foso de nuestro al-
es preciso sacarle a subasta, y se lo llevará el cázar.
mejor postor, español o extranjero. En el Tratado del 12 se aceptó condición tan
¿Y nuestro jalifa? Es elegido en terna, como oprobiosa.
los canónigos, y, o no es nada, o es un apéndice Durante la guerra europea, España tuvo el
del Sultán francés ; y con éste no podemos tratar tiempo y las manos libres para obrar en Marrue-
directamente, más que por medio de su gran pro- cos, con la atracción o con la fuerza, sobre las
tector. Pero pagamos al jalifa, por dos conceptos cabilas rifeñas. 'Contaba para ello con dos cosas :
diferentes, diez millones de pesetas. con un ejército valeroso y entusiasta y con la
Nadie tiene los derechos históricos y geográ- presión que políticos medianamente hábiles hu-
ficos que España en Marruecos. bieran lógrado ejercer sobre los beligerantes.
Su costa Norte es nuestra frontera natural. España podía haber arrancado concesiones
Quien la domine, nos domina. Ya Cánovas decía que hoy serían un hecho inexpugnable.
que esa verdad era lección de la antigua Roma. Sin disparar un tiro, con poner una aduana
Y también nos la explicó durante siglos la inva- firme en la frontera pirenaica impidiendo la salida
sión musulmana, y la recordó, para que no la de las subsistencias y cerrando la exportación de
olvidásemos, el testamento de la gran Isabel ; la pirita de cobre y del hierro a Inglaterra, sin
pero esa lección no ha podido penetrar en los par- invocar más derecho que el de mantener la neu-
tidos liberales. tralidad sin contrabando, y de respetar el blo-
Por el Tratado franco-inglés, Inglaterra y queo de todos y no el de uno solo, los que la hu-
Francia nos prohiben fortificar la costa Norte de millaron y la humillan se hubieran humillado ante
Marruecos y aun parte de la atlántica, hasta la ella, si no querían bajar la cabeza ante la espada
desembocadura del Sebú. Nos toleran en la zona de sus contrarios.
más áspera e indómita, pero nos quitan la mu- ¿Qué hicieron nuestros políticos? Tolerar y

[ 346 ] [ 347 ]

carlismo.es
MARRUECO S
I D E A E 1 0
Las luchas de unos con otros serían semejantes
organizar el contrabando, dar a nuestros enemi-
a las de los reclusos en una cárcel. Podrían des-
gos el arma que teníamos contra sus ambiciones.
¿ Cuál ha sido -él resultado? Una muestra de trozarse y hasta emplear como arma las esposas
y los grilletes, pero dentro de unos muros custo-
gratitud que se resume en una aspiración concre-
diados por los enemigos convertidos en carce-
ta: «Ocupar a Tánger, es decir, levantar en la
costa marroquí otro Gibraltar». leros.
Sin el granero y las minas de España, la gue-
Teníamos, geográfica e históricamente, en el
rra europea hubiera terminado de otra manera.
Estrecho la puerta del Mediterráneo. Nos han
Los que nos deben esa victoria, que no espera-
arrancado la llave, y ahora derriban la puerta.
ban, y que «ganaron las subsistencias», nos han
En vez de las columnas de Hércules, soporte del
pedido después dinero, y como interés moral y
escudo español, habrá dos centinelas, un inglés
material nos dicen ahora : « Gracias por todo !
y otro francés, a la entrada de nuestra casa. Es
Pero dejadnos a Marruecos y la llave y la entra-
decir, que seremos prisioneros, y la independen-
cia nacional será arrestada. Con Tánger, Gibral- da libre en vuestra casa».
Tánger es más importante para España que
tar francés, en una costa donde no podemos le-
Fiume para Italia. Si un ministro italiano hubie-
vantar un reducto, y con la zona francesa como
se dicho de la ciudad adriática lo que un presi-
una prolongación de Argelia hasta el Atlántico,
dente del Consejo español ha manifestado a un
¿ cuál sería nuestra situación? Poco importa que
periodista francés de la ciudad mediterránea no
generales, oficiales y soldados prodigasen inteli-
gencia y heroísmo, ni que cayesen en sus manos estaría una hora en el Gobierno.
Y si el pueblo permitía que continuase en el
el Raisuni y todos los jefes de harcas y cabilas
Poder, esperando la rectificación ; al conocerla
rebeldes, o que después de caer vencidos se abra-
zasen sinceramente a nuestra bandera ; todos en una nota oficiosa llena de cortesía y de zozo-
bras, donde no se desautoriza al periodista, sino
ellos, rifeños y españoles, quedarían prisioneros.

[ 348 ] [ 349

carlismo.es
D E A R o
que se confirman sus palabras al venir a decir en
sustancia que no eran para publicadas, la indig-
nación estallaría sin conceder nueva tregua.
Y esas palabras reservadas flotan ahora junta-
mente con las de Bourgeois, pronunciadas sin re-
serva, sobre esas tierras rifeñas, empapadas en
sangre española, y donde hemos gastado 2,400
millones de pesetas.
Y los que han afirmado su derecho con oro y
sangre, y han prodigado a los enemigos créditos
MÁRTIRES
y favores, van a oficiar de postulantes implorando
la misericordia de los que no quieren oir la voz
de la justicia.
(Artículo publicado en El Pensamien-
to Español, el 10 de octubre de 1919).

35O 1

carlismo.es
MARTIRES

EL GENERAL «NO IMPORTA»

Es la perseverancia la virtud del héroe, y la


resignación en el infortunio la del mártir.
Constancia en el combate para no rendirse,
y sublime paciencia en la desgracia para no ir
por el camino de la desesperación a la locura
o a la vileza, son grandezas del alma que brotan
del sacrificio, fuente inexhausta de las bellezas
morales. Y el sacrificio supone el imperio de la
voluntad sobre las solicitaciones de la concupis-
cencia y la idea luminosa del deber sojuzgando
al entendimiento, y las dos cosas juntas una ener-
gía irresistible que hace de la vida un dilema
entre el honor o la muerte.
La Iglesia con la Cruz, y la Monarquía con
la Corona, grabaron en el alma de España ese
altivo concepto de la vida a que sirvió de firme
apoyo la fortaleza nativa de la raza.

[ 353

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. III 23
D E A R 1 Á R T 1 R E S
Por eso lo que en la historia de las otras na- vas, Lepantos y Trafalgares, resplandores del Ta-
ciones es hermosa excepción, es el rasgo común bor y tinieblas del Calvario, heroísmos sin térmi-
de la nuestra, que no tiene más que dos páginas : no y martirios sin medida, constituyen la trama
Heroísmo y martirio. de una historia que parece guirnalda maravillosa,
Ni la victoria colma nuestros anhelos, ni la formada por el tiempo para ornar las sienes de
desgracia rinde con la postración del desastre esta matrona augusta que se llama España, y
nuestras fuerzas. Hay una vis curativa en el or- que, aun postrada en míseras pajas, puede mos-
ganismo nacional que le hace salir ileso de los trar a los pueblos engreídos que un día fueron
brazos mismos de la muerte. La fe, que por la feudo suyo, en las cicatrices de su rostro, las se-
creencia misma es la base de los caracteres varo- ñales que conserva de la cimitarra de los bárba-
niles, infundió en las generaciones creyentes este ros y del sable de los pretorianos, pero no la mar-
soplo inmortal que aún se descubre en las decré- ca afrentosa de los esclavos ; que, paladín arma-
pitas, cuando la fiebre revolucionaria pasa y las do del derecho, ha salvado en una Cruzada, siete
falsas opiniones superpuestas artificialmente de- veces secular, la civilización universal del simoun
jan, en los momentos de crisis, el carácter espa- de los desiertos africanos ; y en las contiendas de
ñol con sus rasgos indelebles y castizos. En medio este siglo, luchando cuerpo a cuerpo con la re-
de la opulenta riqueza de variedades nacionales, volución, ha demostrado que será, en la nueva
el carácter común, sello persistente, formado en edad que ya comienza, la Covadonga de Europa.
lucha secular con la Historia, brilla como la in- ■ Las naciones que marchan con rapidez por el
terna lazada espiritual que mantiene la solidari- plano inclinado de la desventura para dar en la
dad de los miembros de la Patria y de aquella catástrofe, restauran sus fuerzas lentamente, y
soberana unidad que se manifiesta en los actos sólo después de larga convalecencia y continuada
solemnes de su vida. quietud recobran la salud perdida. España, con
Guadaletes y Covadongas, Alarcos y las Na- sus inquebrantables energías, parece eximirse de
[ 354 ] [ 355 ]
carlismo.es
D E A R 1 0 M Á R T 1 R E

esa ley que pesa sobre los destinos de los demás tro carácter, el sublime general No IMPORTA, em-
pueblos. Del abismo de la desgracia se alza súbi- blema de nuestra raza.
tamente hasta alcanzar las cumbres del más ex- El joven Príncipe que después se llamó Car-
celso poderío. los V, oponiendo a Napoleón, en el castillo de
La misma generación mísera y abatida en En- Marrac, el non possumus del honor en medio de
rique IV, triunfa y resplandece como el primer la debilidad y vileza de Carlos IV y Fernan-
pueblo de la tierra con Isabel la Católica ; Car- do VII, se yergue, al lado de los que cayeron en
los II y Valenzuela son el prólogo de Felipe V el Parque y entre los escombros de Zaragoza,
y Alberoni ; Carlos IV y Godoy preceden a la como una de las figuras más hermosas, que el
guerra de la Independencia ; los pronunciamien- odio político ha tratado de cubrir con el velo del
tos pretorianos que precipitan la pérdida de Amé- silencio, en ese cuadro portentoso que iluminan
rica, a las guerras heroicas, en que la antigua las descargas del 2 de mayo, las bombas de Ge-
España azota el rostro de la revolución con las rona y las estrellas arrancadas al cielo de la vic-
mismas cadenas que había puesto a traición en toria en Arapiles y Bailén.
sus brazos vigorosos. Diríase que nuestro pueblo Este noble caudillo, Godofredo de la moderna
hace de la desgracia el escabel de la fortuna, y Cruzada dirigida por los nietos de San Luis con-
de la derrota el pedestal de la victoria. tra los nuevos musulmanes, y sus sucesores el
Por eso, al conmemorar a nuestros mártires Conde de Montemolín y Carlos VII, forman, en
y a nuestros héroes, sería la mayor de las injus- este siglo de caracteres rebajados y voluntades en-
ticias no celebrar la memoria del más grande de fermas, la escolta de honor del general No IM-
los, héroes y los mártires, del que resume y con- PORTA.

densa así toda nuestra historia y compendia en su Desde el héroe de Arquijas hasta los mártires
nombre, que significa la firmeza del triunfo y el de Abanto, en las ondas de ese río de sangre ge-
desprecio de la muerte, todos los rasgos de nues- nerosa que socava los muros del agrietado alcá-

[ 356 ] f 357 ]

carlismo.es
IDE A R 1 0

zar revolucionario, se oye, como un murmullo so-


lemne que parece la voz de la Patria, el perpetuo
NO IMPORTA español que nos recuerda el deber de
no rendirnos nunca al infortunio y alzar altivos la
frente en las horas de las grandes tristezas nacio-
nales, recordando las magnificencias del pasado,
para salir de las desgracias del presente, fijos
siempre los ojos en aquella Bandera que ondeara
con su lema glorioso, cifra de nuestros amores y
nuestras esperanzas, sobre los trofeos de la vic-
toria el día en que, aplacada la justicia de Dios MODAS SOCIALES
con la penitencia, podamos recoger el galardón
de tantos sacrificios como aun en este siglo ha
ofrecido el gran héroe y el gran mártir, el general
No IMPORTA, oponiendo su pecho a la metralla
para que no llegara hasta el altar.
(Articulo publicado en El Correo
Español, el io de marzo de 1905)

[ 358

carlismo.es
MODAS SOCIALES

LA MODA EXTERNA. EL CARNAVAL DE LOS SI-


GLOS. - Los LÍMITES DE LA MODA.

¿Qué cosa puede haber, al parecer, que inte-


rese más a la mujer, y que nos interese, por lo
tanto, a los hombres que la moda?
La moda ! A primera vista me pareció un
asunto frívolo, baladí ; pero, cuando empecé a
pensar en la moda, y me encontré con que, evo-
cando cuadros, estatuas, libros y museos, apare-
cía ante mi espíritu toda la historia de la indu-
mentaria, y recordaba desde el tocado egipcio,
la túnica griega y romana, hasta las amplias ves-
tiduras de la Edad Media, y las multicolores del
Renacimiento, y llegaba a la Revolución, al Di-
rectorio, al Imperio y la Restauración franceses,
y recordaba aquellas modas que llegaron hasta

t 361 1
carlismo.es
los trajes de gasa llamados cristianos, y después la refutación de la suya, encontré la raíz de este
recordaba el lujo extraño del período romántico, hecho universal. Cuando quise evocar a un tiem-
en nuestros abuelos, y el de la generación pasada po todo lo que mi memoria recordaba de los libros
y la actual, puedo deciros que me sonreía pen- de historia y de bellas artes que había leído, me
sando en el miriñaque, en la larga cola, en el parecía el mundo un gran carnaval, porque, si
polisón y en las faldas abiertas, y en las cortas, y se pudieran encontrar reunidos y vestidos todos
en las cortísimas (Risas y aplausos). Supongo los trajes, todas las indumentarias de los siglos,
que ese aplauso será a las faldas, y no a lo que no habría, indudablemente, carnaval comparable
digo, porqué no había concretado aún mi pensa- al del linaje humano. Y cuando después suponía
miento (Risas y aplausos). que se barajaban y alteraban las épocas, hacien-
Deducía yo de todo este desfile de indumen- do penetrar en unas las indumentarias de las
tarias de distintas épocas y períodos tan diferen- otras, observaba que unos siglos se reían de otros
tes, que un hecho universal como la moda no se siglos, unas épocas de otras épocas, y que, por
podría explicar por una causa particular ni por ejemplo, si con una falda de las actuales, de esas
un estado patológico, y que debía tener alguna que hace un instante os inspiraban las risas, apa-
causa universal ; y entonces empecé a investigar reciese una de nuestras jóvenes ante nuestras gra
la psicología de la moda, y ya en la vanidad, en ves abuelas, el diálogo sería mucho más vivo
la movilidad y en el deseo de novedades que pro- que el de cierta dolora campoamoriana ; y si un
duce, en el afán de agradar, la aspiración al buen hombre apareciese ahora en la calle con una ca-
tono y el miedo al ridículo, y en aquellas leyes saca de tiempos de Carlos IV, indudablemente
de la imitación, que Tarde ha estudiado tan dili- parecería un fugitivo de alguna ópera ; y así la
gentemente como hecho general, aunque prescin- burla y la risa de un siglo con relación a otro
diendo de su origen primero y del de ,la inven- sería grande ; no lo seríamos menos si pusiese-
ción que le hubiera llevado a una filosofía que es mos frente a frente las generaciones y los tiempos

[ 362 [ 363

carlismo.es
E A R 1O MODAS SOCIALES
no por centurias ni por decenios o quinquenios, tan, indican que no corre la savia por el tronco
sino por trimestres. social, y que éste queda seco y puede ser pasto
Eso ¿ qué significaría ? Si quisiéramos resumir de las llamas ; otra, la originalidad nacional, re-
la consecuencia, habría que apelar a aquellos dos gional y personal, que no debe ser extinguida por
axiomas, uno contradictorio de todos los libros la uniformidad monótona decretada por un mo-
de estética que se han publicado, y el otro más disto contra las costumbres de la raza ; la econó-
exacto, según los cuales, «sobre gustos no hay mica, para que la variedad constante, y la impo-
nada escrito», y también «hay gustos que mere- sibilidad, bien calculada por los tiranos que la
cen palos». (Aplausos). imponen, de que los modelos no puedan ser arre-
Pero, recordando yo que Tarde decía que la glados y reproducidos y produzcan enormes gas-
moda empezaba por dentro, y no por fuera, ad- tos en las clases altas y en las inferiores que las
vertí que no sólo se viste el cuerpo, sino también copian ; y, por último, la verdadera elegancia,
el entendimiento y la voluntad, y que había figu- basada en la distinción, que no se posee sin dis-
rines intelectuales y había inteligencias que mu- tinguirse y diferenciarse de cierta clase que quiere
daban de ideas y sistemas con mayor facilidad acercarse a vosotras, aunque no sea más que en
que mudáis vosotras de sombreros. Y entonces lo exterior, para ir formando ante las que los ob-
dije : hay también una moda interna que debe servan las diferencias que el pudor señala entre
tener la misma raíz que la externa, y deben entrar las que le han perdido y. las que todavía le con-
la vanidad, el afán de novedades y la imitación servan. (Muy bien).
como causas de ellas, y que deben tener limita-
ciones análogas a las que descubría en la externa.
¿Y cuáles eran esas limitaciones? Una era la
frontera del pudor, porque el pudor y el honor
son dos flores gemelas, que, cuando se marchi-

[ 364 ] 365
carlismo.es
E A R 1 O MOD AS SOCIA LES

taban un positivismo estático que no era más que


una absurda mutilación del método, pues no ad-
mitían más que una parte suya, la experimental,
LA MODA INTERNA. - INDUMENTARIA INTELECTUAL. y aun negando la principal y sin la cual la otra
- FIGURINES FILOSÓFICOS. no existe, la interna, como en Comte ; y después
aceptaban otra moda, la de un positivismo diná-
Al estudiar la moda interna, comprendí que mico que no podía observar los orígenes de su
era verdad la sentencia de Tarde, y que, antes de propia ley fundamental, la de la evolución, en-
llegar a lo exterior, la moda había empezado por roscada a la ciencia como la serpiente paradisía-
lo interior, porque también se visten las almas. ca al árbol de la vida, y que consideraban como
Y entonces recordaba en la generación anterior, un río sin fuente ni desagüe, y en sus ondas se
no tomándolo de más lejos, cómo aquí hubo en- lanzaban. Y cuando parecía que ya descendía el
tendimientos que eran un día kantianos, y otro nivel intelectual de aquella moda científica que
positivistas, y que más tarde iban a recorrer todas había cautivado su espíritu, se arrojaban en la
las etapas de un fenomenismo vacuo y etéreo, y serie fenomenista, negando el propio yo o admi-
que yo mismo había conocido hombres que, como tiendo aquellos dos, artificial, externo, verbal el
Kant, dividían la realidad en tres mundos : el de uno, y el otro profundo del bergsonismo, aunque
las cosas en sí, el de los fenómenos y eled las ninguno de los dos tuviese substancialidad algu-
categorías, y que, después de haber pasado por na y no fuesen más que soluciones fenoménicas,
ese período, aceptaban otra trilogía ontológica sin enlace, que dispersaban toda la realidad, la
opuesta, la de los tres infinitos del krausismo ; y, del sujeto y la del objeto. Y yo pensaba : si hu-
cuando creían que había pasado la moda de lo biera Kant publicado en Valdepeñas o Guadala-
que consideraron última forma científica, aunque jara la «Crítica de la razón pura» o hubiesen visto
apenas se usase más que aquí y en Bélgica, acep- la luz aquí los «Primeros principios» (de Spen-

E 366 [ 367
carlismo.es
I D E A R 10 MODAS SOCIALES

cer) o la «Evolución creatriz» (de Bergson), cestos


españoles tan cautivados por las categorías y los III
fenómenos o las series de los fenómenos hubieran
pensado así ? No ; probablemente Kant y los LAS MODAS SOCIALES. - ESTÍMULOS PARA TRATAR

maestros positivistas y agnósticos hubieran muer- COMO ASUNTO PREFERENTE DE LA CUESTIÓN

to ignorados. Pero cuando en otro pueblo, que se SOCIAL.

reconoce superior, se publica un libro, se formula


una teoría o un sistema, aquellos entendimientos Pues bien ; esas modas no son sólo filosóficas,
que son copias y que viven de no inventar, son sino también sociales; y yo veía que las modas
enemigos de la originalidad propia porque no la sociales eran todavía más perturbadoras que las
tienen, y son serviles como lo que toman como filosóficas, porque están comprendidas en ellas
moda científica, aunque sea a veces muy atrasa- y de ellas salen, abandonando la región abstrac-
da ; pues les sucede con las modas internas lo ta, como el rayo la nube, para producir después,
que con la externa del vestido, que, cuando llega por una serie de consecuencias prácticas, los tras-
a los últimos pueblos, se reciben con mucho re- tornos y las revoluciones de que estaba llena la
traso y ya no se usan en los centros urbanos. teoría.
Pero estas revoluciones sociales, enlazadas
con principios filosóficos, suelen correr por el
mundo con caracteres sangrientos, ya que no son
meras especulaciones, pues se convierten en he-
chos, y a veces la moda es el hecho mismo, el
que circula y produce el contagio de la imitación.
Y cuando yo miraba a la sociedad que nos rodea
y veía cómo la cuestión social, cada vez más pa-

{ 368 1 [ 369 ]

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol.III 24
E A R 1 0 MODAS SOCIALES
vorosa, estalla en todas partes, decía : Esta sí tuviese yo indecisión para tratar el tema, me bas-
que es una moda terrible y siniestra. Las teorías taba recordar, o más bien observar, porque era
para explicar sus causas, las teorías para formu- un hecho presente, lo que pasa por cierto Con-
lar sus remedios, los sistemas que se difunden greso de radicalismos que se está celebrando en
por el mundo, son también copias que sacan las estos días (Risas). El hecho se impone, la si-
almas de originales que están en el extranjero. tuación lo demanda en lo presente, y obliga a
Esas ideas han tomado carne en la realidad, se tratar de la cuestión social. Yo la traté, aunque
han convertido en la propaganda por el hecho, indirectamente, pero abarcando en una síntesis
que se difunde de tal manera, que hoy todos los los grandes principios en un discurso pronunciado
pueblos cultos se pueden dividir en ciertas cate- en el Teatro del Centro el año pasado ; allí sem-
gorías y en ciertas escuelas cuando el dominio bré algunas ideas y bosquejé un sistema. Ese sis-
de la confusión no se ha establecido entre ellas, tema bosquejado en aquel discurso llegó a Amé-
sembrando en las cabezas la anarquía, lo que su- rica, a esa América tan amante de España,
cede con tanta frecuencia. donde se prolonga nuestra raza que revive man-
Oía yo entonces las conferencias sociales que teniendo el espíritu de los gloriosos aventureros
aquí pronunciaban oradores tan elocuentes como y descubridores, la que encierra nuestro porvenir,
los señores Ossorio y Goicoechea, y después me la que cantaba con frases tan sentidas y elocuen-
bastaba leer el periódico de la noche o de la ma- tes, la otra tarde, el señor Francos Rodríguez ; y
ñana para saber qué nuevos cataclismos habían un grupo de universitarios de Chile, queriendo
estallado en España o en otras partes, y todo me formar un Centro de estudios, me hizo el altísimo
obligaba a preguntarme : ¿ No sería una irreve- honor de tomar como una norma de estos estu-
rencia tratar otros temas que no se refieran a la dios el bosquejo de sistema que yo traté de for-
cuestión social ? Esa es la moda siniestra y terri- mular en el discurso del Centro. Ellos me requie-
ble que se impone en estos momentos. Y si aun ren también a que de nuevo insista sobre ese

[ 370 [ 371 ]

carlismo.es
DE A R I0

tema y sobre esos puntos ; y yo lo hubiera hecho


ésta noche por completo, en vez de hacerlo abar-
cando algún punto, si no fuese porque creo que
no es posible en el marco estrecho de una sola
conferencia encerrar todo el caudal de demos-
traciones por muy correcta y muy concisamente
que se expongan, porque abarca esta cuestión
todos los vínculos sociales, y no se refiere sólo al
económico. El solo intento de exponerla y resol-
verla en. una sola conferencia parecería locura si
se descendiera a todos los pormenores y a todas
las consecuencias, o siquiera a las principales ;
pero sí se pueden formular las líneas generales
del conjunto, hacer la crítica del sistema contra-
rio, desentrañando sus orígenes, y diseñar el
opuesto, aquel en que se cree que puede estar el
remedio, teniendo en cuenta que no se destruye
bien más que lo que se substituye, y no basta la
mera crítica negativa, sino que es necesario opo-
ner doctrina a doctrina, sistemas a sistemas.

(Del discurso pronunciado en el Teatro


de la Princesa, el 14 de abril de 1921).

( 372 )
carlismo.es
Uno de los axiomas de la escuela liberal cons-
tantemente repetido por los escritores que le rin-
den homenaje, es el desprecio a la tradición, a la
cual consideran opuesta al progreso ; siendo estos
dos términos una antítesis permanente que ellos
tratan de evitar concertándolos y combinándolos
con amalgamas y mixtificaciones eclécticas.
Desde luego se advierte que tal supuesto se
funda en una falsa idea del progreso y de la tra-
dición ; pues, bien entendidos los términos, lejos
de haber entre ellos lucha y oposición, existe la
más perfecta armonía, como quiera que no son
conceptos antagónicos, sino más bien factores y
elementos de una misma cosa, pues la tradición,

carlismo.es
I D E A R 1 0 MON A QUIA

que representa el caudal que nos legaron los si- duración, y no sean meros agregados causados y
glos, supone el progreso, que es, con relación a mantenidos por la fuerza.
esa riqueza secular, lo que el trabajo respecto al De aquí que sea la Iglesia la gran maestra
producto. de la tradición social, porque con su autoridad
Pero la tradición, como caudal de ideas, sen- infalible mantiene la unidad de doctrina y de
timientos e instituciones que unas generaciones costumbres en los pueblos, y desde la familia
reciben de las anteriores, y a su vez transmiten a la nación todos los organismos reciben de ella
a las siguientes, supone, como toda obra, la uni- su savia y se alimentan de su espíritu, y en el
dad del intento y del plan, y el vigor y la energía fondo de toda la variedad social siempre se en-
suficientes en la voluntad para producirla y con- cuentran unos mismos principios sirviendo de
servarla. Y por eso, si las tradiciones• reducen a cimiento a todas las perfecciones y engrandeci-
la unidad superior la variedad de las generacio- mientos de la comunidad cristiana.
nes, ligándolas con vínculos comunes y hacién- Despójese a las naciones de ese elemento
dolas en cierto modo solidarias por reflejar en esencial, que es lo que constituye principalmen-
ellas unas mismas ideas y encender unos mismos te el espíritu que les da ser de tales, y se verá
amores, y juntarlas en un abrazo fraternal alre- que quedan reducidas a cadáveres que sólo ofre-
dedor de unas mismas instituciones consagradas cen elementos inorgánicos en descomposición,
por la mano de los siglos, es porque todas esas porque con la unidad de creencias y de autori-
unidades descansan sobre otra superior, la uni- dad habrían perdido el alma que les informaba.
dad de las creencias, que, por dar un objetivo Y esto es precisamente lo que está sucedien-
permanente al entendimiento y a la voluntad, do en los pueblos modernos desde la protesta
produce la unión moral de las almas, que es el luterana y desde su efecto social, la revolución
pedestal sobre el cual se levantan toda serie de francesa.
comunidades sociales que tengan consistencia y Por eso se van descomponiendo en sectas,

[ 377 1
carlismo.es
I D E A R 0 MONARQUÍA

escuelas y partidos, que, en su incesante lucha La tradición supone el hábito, y éste despier-
y oleaje, hacen naufragar toda la unidad y con- ta y ejercita la actividad, dándole más eficacia
cordia. y llegando a ser como una segunda naturaleza.
Las tradiciones nacionales y las instituciones Por esto se opone a la autonomía racionalista,
que las representan, faltas de base, se derrumban que no admite más norma que la de la propia
a los golpes de la piqueta revolucionaria. Pero razón individual ; y de aquí que toda tradición,
entre los escombros y ruinas del antiguo edificio por lo que encierra de permanente, está en opo-
quedan en pie estas dos afirmaciones victoriosas : sición con el liberalismo y es a la postre com-
sin tradición no hay progreso, y sin la Iglesia no batida por él.
hay Verdadera unidad, ni tradición social, ni por Así la Monarquía hereditaria lleva ya en el
lo tanto naciones. principio de la herencia la oposición con el libe-
La antigüedad no conoció más que una na ralismo, que, por la fuerza de la lógica, tiende a
ción : el pueblo hebreo. Todas las naciones mo- combatir todos los poderes que no reconozcan
dernas nacieron a la sombra de la Cruz. su origen en la soberanía individual y no sean
Y no podía ser de otra manera, porque el revocables por la voluntad colectiva.
espíritu nacional es el que constituye y diferen- De aquí se deduce que toda Monarquía que
cia las naciones ; y sin unidad de creencias no se asocia con el liberalismo, y busca en los
hay espíritu nacional, y sin Iglesia no hay unidad partidos liberales y en las Constituciones que
de creencia. ellos tejen y destejen su apoyo, se suicida, por-
El principio de la independencia racionalista que a sí misma se condena a muerte irremedia-
que sirve de fundamento a todo liberalismo es ble, solicitando fuerzas de sus adversarios y fun-
el que lucha contra la unidad de creencia, y, por damentos en principios que le son contradictorios.
por lo tanto, contra las tradiciones que en ella se La Monarquía queda reducida a mera ficción
levantan. y simbolismo, por añadidura inútil y costoso, si

r 378 ] [ 379 ]
carlismo.es
I D E A R 1 0 'MON A R Q U 1 A

deja de ser tradicional, es decir, si no se apoya de recepción en la Academia de Ciencias mora-


en la tradición y en la unidad de creencias de que les y políticas, tratando de demostrar la necesi-
ésta se levanta. dad del poder real para la existencia del régimen
(Artículo publicado en El Correo parlamentario, ha venido a decir, en resumidas
Español, el 27 de mayo de 1890). cuentas, que sin la Monarquía las masas popu-
lares no prestarían obediencia a las leyes ni su-
frirían el sistema parlamentario, y que, sin la
creencia engañosa de que el rey liberal es mo-
narca a la antigua usanza, el pueblo se divorcia-
LA MONARQUÍA DEL PUEBLO
ría completamente de un régimen que ni com-
Que la Monarquía tradicional es la verdade- prende ni ama.
ramente popular y la única que con su autoridad No crea el lector que exageramos las afirma-
soberana no desmembrada ni sometida a extra- ciones del señor Sánchez de Toca atribuyéndole
ñas tutelas, aunque limitada por contenciones so- conceptos que rechaza.
ciales, tiene fuerza y prestigio para encender la Sus mismas palabras serán testimonio de lo
llama de ardientes amores en el corazón de las que decimos.
muchedumbres que ven en ella la imagen viva
«Sin el rey nuestras clases populares y nuestra
de la patria, y le prestan llenas de entusiasmo el clase gobernante no llegarán nunca a entenderse den-
homenaje de sus sacrificios y el tributo de sus tro de este régimen de gobierno. El Parlamento, como
esfuerzos, es una verdad que los hechos se han la realeza, habla también por medio de distintos ins-
trumentos de expresión, según la clase a que se diri-
encargado de demostrar con elocuencia tan abru- ge; tiene lenguaje doble, doble simbólica, y hasta
madora que hasta sus mismos adversarios se ven dogmática, y ficciones jurídicas dobles. Para los unos
recurre a la ficción de que el régimen parlamentario re-
forzados a reconocerlo y proclamarlo. presenta a todas las clases y es régimen representativo,
Así el señor Sánchez de Toca, en el discurso y que por ellos la Monarquía actúa con naturaleza

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E A 1 O MONA R Q U 1 A

de rey parlamentario. Para otros invoca la ficción dei del pueblo, la institución aclamada por él no
antiguo régimen de que es el Rey el que gobierna por sería la Monarquía parlamentaria ni ninguna
sí, y es régimen de realeza pura, y para ellos la Mo-
narquía actúa con naturaleza de rey constitucional. otra forma exótica de gobierno, sino la genui-
»De la primera ficción se vale ante todo para regir namente española, la castiza y tradicional que
a los partidos y a las clases parlamentarias ; pero con
la segunda es con la que principalmente se enseñorea
nosotros defendemos. Esto dice con franqueza
de las masas. Estas, con efecto, podrán entrever vaga- digna de nuestro agradecimiento el señor Sán-
mente que además del rey hay otras influencias pode- chez de Toca.
rosas regidoras del Estado ; pero el poder real es el que
más claramente perciben y comprenden todos, y el cetro Según se ve por los párrafos transcritos, y se
y la corona son para la clase popular el símbolo único puede observar más atentamente leyendo todo
capaz de descubrirle la esencia del principio de auto-
ridad y despertar en ella los acatamientos .debidos a la
su discurso, el nuevo académico reconoce que el
soberanía. Acata al Parlamento ante todo porque figu- régimen monárquico parlamentario vive de fic-
ra como Consejo que sirve al rey, exponiéndole las ciones, apariencias y alfabetos simbólicos, como
necesidades de los pueblos. No obedece a los ministros
sino porque le mandan a nombre del rey.» dice pudorosamente el señor Sánchez de Toca;
o de farsa, como decimos nosotros con más fran-
¿Se quiere la cosa más clara? Pues aun añade queza.
el señor Sánchez de Toca : Y no de farsas y apariencias sencillas, sino
de farsas y apariencias dobles, como quiera que
«Si mediante el sufragio universal se hicieran oír
de verdad las voces de nuestras masas ante los cla- unas sirven, como advierte el mismo señor Sán-
mores unísonos de inmensas muchedumbres, .quedaría chez de Toca, para el cortísimo número de ini-
muy eclipsado el rey parlamentario, brillando sólo las
reverberaciones del rey constitucional, reinando y go- ciados en las sutilezas y prácticas del sistema,
bernando a la manera que el pueblo entiende las gran- y otras para la muchedumbre popular.
des operaciones del Gobierno.»
Si en un momento se despojase a la Monar-
Es decir, que, si se consultara con imparcia- quía parlamentaria de esas falaces apariencias y
lidad al sufragio universal y se dejara oír la voz engaños, y se presentase tal como es a los ojos

[ 382 ] [ 383

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de los iniciados y por iniciar, no hay que decir
lo que pasaría aquí.
Por de pronto, bueno es oír de labios de un
conservador liberal que la Monarquía represen-
tativa tradicional, que nosotros defendemos, tiene
tan poderosas raíces en el pueblo español que,
gracias a ella, cubriéndose con una parte de su
manto y disfrazándose con sus apariencias, pue-
de ir trampeando la parlamentaria hasta que se
descubra el juego. MUNICIPIO
Esto parecerá duro a los partidarios del actual
orden o desorden político ; pero adviertan que no
lo dice por cuenta propia ningún tradicionalista,
sino que quien lo afirma es el distinguido con-
servador señor Sánchez de Toca, el cual ya ex-
puso el mismo concepto en su libro sobre El
sufragio universal y el régimen parlamentario.
Mientras no examinemos otros puntos del dis-
curso del ,nuevo académico, concluimos por hoy
repitiéndole las gracias por el valor con que ha
confesado la verdad de nuestras ideas y la enfer-
medad y el engaño de las que sostienen sus
amigos.
(Artículo publicado en El Correo
Español, 'el 24 de mayo de 189o).
[ 384
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. - VOI. IIl 25
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Yo soy partidario de una reivindicación
municipal que empiece por considerar al Muni-
cipio, no como una creación legal, no como una
creación artificiosa, del Poder, que identifica la
administración pública con el Poder ejecutivo,
dividido, según todos los tratadistas de la centra-
lización y según las leyes que padecemos, en tres
partes : una, la administración general ; otra, la
administración provincial ; y otra, la administra-
ción municipal. No; yo reconozco que el Muni-
cipio es el primer grado de lo que llamo sobera-
nía social ; es la primera escuela de la ciudadanía
que nace espontáneamente de la congregación
de familias que sienten necesidades múltiples
y comunes, que ellas solas no pueden satisfacer
aisladamente y que las obliga a juntarse y pro-

[ 387]
387 ]
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. - VOL III 25 *
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E A R I 0

ducir una representación común, que es so- cipio y forman con él una sociedad complemen-
ciedad natural. Emerge, no desciende, ni sale taria ; y los Municipios, congregados por her-
de abajo, ni viene de arriba ; es aquella ima- mandad natural y obedeciendo a la misma ley
gen con que yo representaba hace tiempo a la en las comarcas, forman una congregación más
soberanía democrática y falsamente popular, alta que después se dilata en la región ; y como
según la cual esa soberanía sale de la supuesta las regiones no pueden dilucidar en caso de lucha
voluntad colectiva, llega a las cumbres del Es- sus contiendas, y las que tienen en las clases,
tado, y después desciende en forma de casca- como un elemento directivo común, surge la so-
das de empleados y llega a caer mandando sobre beranía política, en la que realmente se concreta
el mismo punto donde se supone que salió obe- el Estado. Pero esa soberanía política de orden
deciendo. y de dirección no surge ni nace del mismo origen
Al principio, realmente asciende, y después ni de la misma fuente y manantial de aquella,
desciende en forma de tiranía ; en el anverso soberanía social que tiene en el Municipio la
parece libertad y en el reverso despotismo. Esa es primera escuela de ciudadanía, sino, como una
una teoría absurda, la teoría sobre la cual está necesidad y complemento de ella.
fundado todo el derecho político y administrati- El Municipio es la Universidad de la ciuda-
vo, por no haber sabido distinguir aquellas dos danía, en aquel punto en que termina la vida
soberanías que muchas veces he expuesto aquí doméstica interior de la familia, y el hombre se
con la brevedad que requieren las discusiones lanza, por decirlo así, a la vida pública. De ahí
parlamentarias : la soberanía social por un lado, la necesidad extraordinaria de su emancipación ;
y la soberanía política por otro. La soberanía so- de ahí la necesidad de acabar con el régimen
cial nace de la familia, brota de ese manantial. oprobioso, tiránico y centralizador que padece-
Las familias, por necesidades múltiples, que nin- mos. Hoy no existe autonomía de Municipio ; el
guna puede satisfacer, se congregan en el Muni- Municipio no es más que una creación legal, no

[ 388 [ 389 ]

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D E A R I 0 M U N I C I P I 0
es más que una sección, una parte del Poder eje mada de- acuerdo con los caciques, llega a ser
cutivo en funciones. lo suficientemente poderosa, por motivos y pre-
Cuando en el Municipio se trata de unirse a textos que todos conocemos y que se filtran al
otro o segregarse, no le basta la voluntad de los través de los artículos de la ley municipal, las
vecinos, es necesario que el Poder central la ra- elecciones se anulan y los Ayuntamientos, en
tifique ; cuando se trata de funcionar, el alcalde forma interina, se establecen, y entonces el ca-
tiene dos delegaciones : una, la delegación po- cique cuenta con todos los medios para oprimir
lítica en que se hace dependiente inmediato del a los electores, para vejarles y para falsificar la
Gobernador, que a su vez es amovible y respon- verdadera voluntad electora.
sable ante el señor Ministro de la Gobernación ; Ay Yo en ese punto soy partidario, y quie-
y otra, la delegación administrativa que queda ro que se establezca aquel Ayuntamiento y aquel
absorbida por la delegación política. La centra- Municipio que sea, no una creación arbitraria de
lización se completa con el nombramiento de los la ley, sino el reconocimiento de una personali-
alcaldes de Real Orden, el' escándalo d e los con- dad natural, formada por la agrupación de fami-
cejales y alcaldes interinos que vienen a destruir lias para defender sus mutuos intereses ; que no
arbitrariamente la obra de los propietarios, y has- exista la doble representación, y que si existe, y
ta el nombramiento de aquellos funcionarios téc- mientras no se separen, pueda fijarse, en caso
nicos asalariados por el Municipio, y que él sólo de conflicto, la política, hasta en el Juez munici-
no puede establecer sin la aquiescencia de sus pal, pero que no se despoje al alcalde de aquella
superiores jerárquicos ; no hay autonomía en el propia representación que tiene como delegado
presupuesto municipal, porque depende, o de la del Municipio ; quiero que exista la representa-
Diputación o del Gobernador ; y todo se cercena, ción permanente y la representación variable ;
y el Ayuntamiento se convierte en una rueda quiero que tenga el Municipio el derecho a for-
administrativa. Si la comisión provincial, for- mar libremente hermandad con los demás Mu-

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D E A R I O UNICII 3 10

nicipios ; quiero que se arregle y se establezca eso no suceda, en vano será otorgar Mancomu-
la verdadera Hacienda municipal, no con ese in- nidades ni delegaciones, porque únicamente sobre
digno y ridículo prorrateo entre el Estado y el los Municipios libres se podrán establecer las
Municipio, en que se merman mutuamente unos regiones autónomas e independientes dentro de
mismos tributos ; sino que cobre la Hacienda su propia esfera.
/ municipal lo que resta de los bienes comunales (Del discurso pronunciado en el Congre-
y de los propios, y, reintegrándole de las enor- so de los Diputados, el 3o de junio de 1916).

mes cantidades que le detenta el Estado (más


de 300 millones), recobre el Municipio sus facul-
tades .y se establezca de una vez la órbita en
donde los tributos municipales se recauden, sin
tener la intromisión vergonzosa del Estado que
los limita y los cercena ; quiero que el Municipio
en toda la esfera administrativa sea absoluta-
mente independiente y que sobre él no se levan-
ten más que superiores jerárquicos en su aspecto
externo, pero que no toquen a su vida interna.
Cuando eso suceda, cuando teniendo en cuen-
ta, por un lado, la tradición nacional, y, por otro,
las necesidades grandes, después que la Revolu-
ción ha dejado pasar su rasero sobre todos los
organismos administrativos y locales desde hace
un siglo, se podrán establecer los cimientos de
una verdadera organización regional ; mientras

392 3 [ 393 I

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carlismo.es
ÍNDICE

Págs.
Prólogo, por D. Rafael Marín Lázaro .... . . xtIt

FILOSOFÍA

I. El P. Zeferino y la Filosofía Cristiana . 3


II. Balines 14
La misión histórica de Vich. Balmes y la
filosofía escolástica. — Balmes. y Kant. —
La obra del gran filósofo catalán. . 14
Balmes político y vidente 23
Cómo entienden nuestros adversarios la in-
transigencia y la tolerancia 28
III. Santo Tomás de Aquino 31
IV. El amor a la patria en los libros de Menéndez
y Pelayo. — Nuestras creaciones filosóficas y
literarias 36
V. Colonizando a Europa. — Las tres grandes
teorías 39
La redención y la grandeza de España re-
basando los límites de la. epopeya . . 41

FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

. Historia de la civilización 45
Saludo a la concurrencia 45

[ 397

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▪▪

Págs.
Modo de surgir las Universidades . 46
Quiénes son los maestros 48
Centros de enseñanza . 49 Págs.
Refutación del positivismo 50 I. La Iglesia y la razón 97
Sucesión de las teorías - experimentalistas. 52 II. Cómo construyó la Iglesia las naciones. — Los
La escuela kantiana 52 tres elementos : el romano, el bárbaro y el in-
Los agentes de la Historia 54 dígena. — Influencia sobre cada uno de ellos. 100
En la filosofía cabe progreso 54 III. Síntesis de los derechos de la Iglesia. . . . 105
Valladar para la libertad de enseñanza. 56 IV. La nueva estrategia y la nueva táctica para la
Lumbreras católicas 56 restauración católica 114
Acción de la Iglesia en el mundo . 57 V. Los medios legales y pacíficos 128
El protestantismo . . . . . ...
Los videntes de la Historia . • • • 60
Relaciones entre los hechos y la Historia 60 INTEGRALISMO
Resumen 61
II. La secularización y el bestialismo Don Manuel y don Duarte 143
63
Las dos unidades 68
Los tres capítulos de la Historia 69 INTERNACIONALISMO
La ley de las invasiones. — Castigo de las
civilizaciones corrompidas 71 155
I. Las alianzas
La Revolución Francesa 74 ¿Con Francia o con Alemania? — El deber
El peligro amarillo 77 de hablar claro. — Cómo en estos tiem-
Dos unidades 80 pos democráticos la diplomacia dispone
en secreto del destino de los pueblos. . 155
¿Es posible la neutralidad y el aislamiento?. 157
FRANCISCANISMO
Siendo forzoso aceptar una alianza, ¿cuál
debe ser el criterio para la elección? —
San Francisco en España. — El espíritu franciscano 159
¿Qué dice la Historia?
es un injerto sobrenatural en España. — Las gran-
¿ Cuáles son las enseñanzas que se dedu-
des empresas franciscanas. — Lulio, Colón y Cis- 163
cen de la Geografía? . . . . . . .
neros 87 El punto de vista económico. — Los mer-
Cómo el cordón franciscano ceñirá y salvará al mundo 92 cados de Francia e Inglaterra 165

r 398 399 I

carlismo.es
1 E E

Págs.
El punto de vista del interés político contra
un peligro interior. —la alianza con Ale- JUDAISMO
mania, ¿sería peligrosa para la paz?. . 166 Págs.
La distancia de Alemania. — ¿ Hay comuni- Maniobra judaica . .. .. 221
dad de sangre y raza entre Francia y Es-
paña 169
¿Se puede resolver la cuestión de Marruecos JURISDICCIONES
sin tropezar con Francia? ¿El antimilita-
rismo y el pacifismo harán imposible la Las Jurisdicciones 229
guerra europea? 172
Si la guerra europea estalla, ¿cuál sería
nuestra suerte, si Francia fuese vencedo- LATINISMO
ra? ¿Cuál si fuese vencida? 177
El porvenir de Francia. — Relación entre la Los pueblos latinos 237
guerra irreligiosa interior y la militar ex-
terior. — Influencia en las alianzas, de una
restauración monárquica en Portugal . . 179 LIBERALISMO
Los anuncios de los grandes pensadores. —
Los presentimientos de Balmes. Los I. Los tres Estados. El liberal, el cesarista y el
vaticinios de Donoso Cortés y Pastor cristiano 243
Díaz, sobre las alianzas con Francia e II. El. Estado liberal 24'-
Inglaterra 183 III. El liberalismo conservador 25
La neutralidad. Unas declaraciones . . . . 189 IV. Los delitos de opinión liberal. — Estado pon-
Los motivos políticos y los falsamente patrióti- tífice o estado imbécil 258
cos de la intervención 194 V. Epiquerema contra el Estado liberal. — La li-
bertad ilimitada se niega a sí misma. 262
VI. Las empresas de la España liberal 267
JACOBINISMO VII. Coaliciones 278
VIII. El liberalismo es la negación de la Iglesia. 283
I. Jacobinos en hojaldre 207 IX. La guerra por la jefatura y la guerra contra
II. El jacobinismo del Estado 215 la Iglesia 296

r 400 1 [ 401 ]

carlismo.es
1 E
Págs.
II. La moda interna. — Indumentaria intelectual. —
LIBERTAD
Figurines filosóficos 366
Págs.
Hl. Las modas sociales. — Estímulos para tratar
La libertad es cristiana . 311 como asunto preferente de la cuestión social. 369
Contradicciones de la libertad liberal 313

LIBREPENSAMIENTO MONARQUÍA

Los librepensadores 319 I. La monarquía tradicional 375


II. La monarquía del pueblo 380

MARRUECOS
MUNICIPIO
I. Análisis del tratado Franco-Marroquí . . . . 325
Para Francia, el Sultán de Marruecos es me- Admirable lección 387
nos que un Sultán constitucional . . . 328
Lo que es el jalifa. El Subprotectorado. . . 330
El fracaso del jalifa lleva aparejada la denun-
cia del Tratado 333
II. Los dos Gibraltares. — El testamento de Isabel
la Católica 338
III. Resumen de la cuestión de Marruecos. — Ha-
blemos preciso y claro 345

MÁRTIRES

El general «No importa» . ..... 353

MODAS SOCIALES

. La moda externa. — El carnaval de los siglos. —


Los límites de la moda 361

II 402 1 [ 403 ]

carlismo.es
LA PRIMERA EDICIÓN DE ESTA OBRA
SE ACABÓ DE IMPRIMIR EN LOS
«TALLERES SUBIRANA»
EL DÍA 16 DE JULIO DEL
AÑO DE N. S. J. C.
DE MCMXXXI

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