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No hay razón alguna para que la madre renuncie al placer de una tisana o siga utilizando
determinadas plantas para aliviarse trastornos de la digestión o de la respiración como
venía haciendo hasta ahora, por poner un ejemplo, siempre que el consumo sea
equilibrado y se elijan aquellas plantas exentas de todo peligro.[ CITATION Alo16 \l 3082 ]
Y, por supuesto, se debe evitar todo contacto con aquellas plantas que son
tóxicas a todos los niveles y para cualquier perfil de consumidor, y que
difícilmente se podrían adquirir en un herbolario, como es el caso del ricino, el
acónito, el cólquico, la belladona, la dulcámara o el estramonio.[ CITATION
EDA15 \l 3082 ]
El mundo de las plantas medicinales es amplio y complejo, y la mujer embarazada no
tiene por qué renunciar a su consumo, sino dejarse asesorar bien, y elegir aquellas
especies exentas de todo riesgo.[ CITATION EDA15 \l 3082 ]
Avena, como tranquilizante, para el insomnio, como aporte vitamínico,
ligeramente laxante y como diurética en caso de edemas y retención de líquidos.
Manzanilla, en dosis moderadas e informando al pediatra. Como digestiva, para
combatir náuseas y espasmos gastrointestinales, y como tranquilizante suave en
estados nerviosos.
Menta, también en dosis moderadas, para la migraña, las alteraciones
gastrointestinales, las náuseas y los vómitos.
Frambueso, las hojas, para tonificar y relajar el útero, como antiinflamatorio,
diurético y antidiarreico.
Melisa, con moderación, es apta para combatir los estados de nervios, el
insomnio leve y los desarreglos digestivos.
Saúco, flores y hojas, en dosis ponderadas, para afecciones respiratorias y como
diurético en caso de edemas y retención de líquidos.
Lino, en dosis moderadas y consultando antes al ginecólogo o al pediatra.
Destinado a combatir el estreñimiento, un trastorno frecuente en el embarazo.
Jengibre, de nuevo con moderación y mejor sólo en los últimos meses de
gestación, como un recurso natural contra las náuseas y los vómitos, que suelen
hacer su aparición a partir de la cuarta o sexta semana de embarazo.
Maíz, los estigmas o barbas, en infusión mixta, para combatir los edemas y la
retención de líquidos. En dosis moderadas.
Aloe, sólo por vía tópica, para tratar la sequedad de piel, las estrías y la irritación
de la piel.
Anís verde, con moderación, para combatir la hinchazón abdominal y los gases,
así como el mal aliento.
Tilo, en infusión, para calmar los nervios y aliviar la jaqueca.
Rosal silvestre, los frutos –escaramujos– como aporte vitamínico y para
combatir la debilidad y la astenia. Y las hojas, como laxante suave.
Ortiga, como remineralizante y vitamínica, en caso de anemia, debilidad,
astenia.
Caléndula, sólo por vía externa, sobre pieles irritadas, estrías, dermatitis,
etcétera.
Espino albar, en infusión, para calmar los nervios y las palpitaciones nerviosas.
Bardana, con moderación, para tratar infecciones urinarias como la cistitis y para
prevenir los edemas y retención de líquidos.
Diente de león, en decocción y en alimentación (las hojas), como digestiva,
diurética, depurativa, para los edemas y la retención de líquidos.
Vid roja, en uso externo o interno, en caso de varices y hemorroides.
Hierbaluisa, en infusión, para aliviar la pesadez estomacal y los espasmos
gastrointestinales.
Llantén mayor, en infusión, extracto, jarabe o tintura, para afecciones y alergias
respiratorias. Dosis moderadas.
Malva, en infusión o extracto, para los mareos y náuseas, como un laxante
suave, y en aplicación tópica sobre pieles irritadas y estrías.
Malvavisco, en decocción o jarabe, para afecciones respiratorias y estreñimiento
leve.
Arándano, las hojas y los frutos como diurético y tónico venoso, para aliviar las
varices y hemorroides, para la retención de líquidos, y en uso externo sobre
varices, eccemas, granos y dermatitis.[ CITATION EDA15 \l 3082 ]