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«Grados de libertad»

y el estudio de casos
Donald T. Campbell
Universidad de Siracusa

Metodología cuantitativa versus cualitativa. La total de un tratamiento complejo y, en este senti-


controversia entre los distintos modos de cono- do, conocer tales efectos presenta solamente im-
cimiento «cualitativo/cuantitativo», entre «gel- plicaciones equivocas para la réplica del progra-
teswissenchaftlich» y «naturwissenschaftlich», ma o para su mejoramiento. Los programas de
entre conocimiento humanista y científico es ca- amplio alcance son a menudo irremediablemen-
racterística de la mayoría de las ciencias sociales te ambiguos en lo que respecta a objetivos e in-
hoy en Estados Unidos. En campos como la So- dicadores relevantes; los cambios en el progra-
ciología y la Psicología Social, muchos de los más ma de tratamiento durante el curso de un expe-
capaces y dedicados de nuestros estudiantes gra- rimento de amejoramiento, aunque sean prag-
duados están optando, cada vez más, por el mé- máticamente indispensables, hacen inintel iweta-
todo cualitativo/humanístico. En la Ciencia Polí- bles las comparaciones de las salidas y entradas
tica hay una continua división entre estas líneas. experimentales; los programas sociales son a
Solamente la Economía y la Geografía parecen menudo realizados pobremente desde el punto
relativamente inmunes a esta dicotomía. de Vista del diseño experimental; incluso en si-
tuaciones bien controladas, la experimentación
Inevitablemente, esta escisión ha sobrepasado es un proceso profundamente tedioso y equívo-
la investigación evaluativa tomando la forma de co; la experimentación es demasiado lenta para
una controversia sobre la legitimidad del para- ser utilizada políticamente, etc. Todas estas son
digma cuantitativo-experimental para la evalua- verdades más que suficientes para motivar una
ción de programas (e. g. Weiss & Rein, 1969, búsqueda intensa de alternativas. Hasta ahora,
1970; Guttentag, 1971, 1973; Campbell, 1970; las alternativas sugeridas desde el método cuali-
Salasin, 1973). La cuestión no ha sido, para kr tativo (e. g. Weiss Se Rein, 1969, 1970; Guttentag,
exactos, planteada en estos términos. Los críti- 1971, 1973) no me han convencido. De hecho
cos, desde lo que yo estoy denominando la posi- creo que la observación naturalista de los he-
ción humanística, están a menudo bien entrena- chos es un campo intrínsecamente erróneo para
dos en métodos cuantitativos-experimentales. la inferencia causal, sea mediante métodos cuali-
Sus críticas específicas están con frecuencia bien tativos o cuantitativos, a causa de la confusión
fundadas en el propio marco experimentalista: inevitable entre selección y tratamiento. Cual-
los experimentos de un sólo tratamiento y en quier esfuerzo para reducir esta confusión ten-
una sola situación son profundamente ambiguos drá el efecto de hacer las condiciones más «expe-
como para saber qué es lo que causa qué; existe rimentales». Los «experimentos» son, de hecho,
una precaria rigidez en el sistema de medición, simplemente aquel tipo de situación observacio-
limitando los resultados registrados a aquellas nal manipulada de una forma óptima para lle-
dimensiones anticipadas de antemano; los pro- gar a inferencias causales. Los problemas de
cesos son descuidados frecuentemente en un inferencia existentes son intrínsecos a los con-
programa esperimental enfocado sobre el efecto textos de estos programas dentro de procesos
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sociales en marcha. Los diseños experimentales mente constante durante el proceso de medi-
no plantean estos problemas y. de hecho, los ción, que la regla era más rígida que elástica,
aminoran, aunque a veces sólo ligeramente. que el calor y la humedad de su mano no habían
cambiado la longitud de la regla de tal forma
En tales objeciones. parece estar implicitas la que produjera la diferencia de medidas, expan-
exigencia de sustitución del indirecto y presun- diéndola al aproximarla a la línea «b» y con-
tuoso proceso de la ciencia por la clarividencia trayéndola al aproximarse a la línea «a», etc.
cualitativa. Pero aunque deba rechazar este as-
pecto de la objeción humanística, existen otros Consideremos otro ejemplo, el de un docu-
aspectos de ella, que han motivado estas críti- mento científico que contiene teoría y resultados
cas, a las cuales puedo unirme enteramente. Esta experimentales que demuestran la especial natu-
otras críticas pueden ser tituladas «olvido de la raleza de la luz, en dramático contraste con el co-
evidencia contextual cualitativa y relevante» o nocimiento de sentido común. O un documento
«basarse excesivamente en unas cuantas abstrac- científico que demuestra que lo que la percep-
ciones cuantitificadas despreciando la evidencia ción ordinaria considera «sólidos» son, de hecho,
cualitativa contraria y suplementaria». vigas abiertas. Si semejante documento se limita-
ra asimismo a símbolos matemáticos y términos
Muchas veces los científicos sociales cuantitati- puramente científicos omitiendo el lenguaje or-
vos, bajo la influencia de los apóstoles del positi- dinario, fracasaría al no permitir una comunica-
vismo lógico, dan por supuesto que en la Ciencia ción con otro científico que le permita replicar
verdadera el conocimiento cuantitativo sustituye el experimento y verificar las observaciones. En
al cualitativo, al conocimiento del sentido co- vez de ello, los escasos términos científicos se in-
mún. La situación es, de hecho, bastante diferen- troducen en un discurso de lenguaje ordinario
te. Más exactamente, la ciencia depende de lo precientífico que se presume que el lector en-
cualitativo, del conocimiento del sentido común, tiende. Y en el trabajo de laboratorio original se
aunque en el mejor de los casos vaya más allá de utiliza y se confia en un lenguaje precientífico de
él. La ciencia, al final, contradice algunos aspec- sentido común y en la percepción de objetos, só-
tos del sentido común, pero lo hace sólo confian- lidos y luz al extraer las conclusiones que me-
do en la mayor parte del sentido común. Tal re- diante este procedimiento permiten revisar el
visión del sentido común por la ciencia es similar conocimiento ordinario. En este caso, hay que
a la revisión del sentido común por el propio sen- confiar en el entendimiento del sentido común
tido común la cual, paradójicamente, sólo puede general para poner a prueba y corregir el enten-
hacerse confiando más en el sentido común. dimiento del sentido común específico.
Consideremos, como un ejemplo, la ilustración
de Muller-Lyer (Figura 1). Relacionado con esto, está el énfasis epistemo-
lógico en la identificación de pautas cualitativas

<
como anterior a una identificación de partículas
atómicas cuantificables, lo que es opueston a la
a > > intuición del atomista lógico, todavía demasiado
difundida (Campbell, 1966). Tal epistemología
Figura 1 da más preponderancia a la falibilidad que a la
clarividencia, haciendo hincapié en la presumi.
Si se pregunta a un miembro normal de una
ble tendencia al error de tal pauta de identifica•
cultura «carpintera» (Segall, et al., 1966) qué lí-
ción más que en la percepción como terreno tia•
nea es más larga, «a» o «b», responderá que «b».
ble de certeza. Pero también reconoce que el
Si se le dá una regla, o se le permite utilizar el
único camino es la percepción ordinaria, falible,
filo de una hoja de papel como regla, se conven-
intuitiva y presuntiva. Esto no significa que las
cerá por sí mismo de que está equivocado y que
percepciones no puedan ser criticadas (Campbell,
la línea «a» es más larga. Al hacer esta decisión
1-69) sino que sólo son criticables, como hemos
habrá rechazado como inadecuado un producto
visto, confiando en otras muchas percepciones
de la percepción visual al confiar en mayor me-
del mismo nivel epistemológico.
dida en otras percepciones visuales. Habrá he-
cho también muchas presunciones, no explícitas Si aplicamos tal epistemología a la investiga-
en su mayoría, incluyendo la asunción de que la ción evaluativa, vemos que legitiman inmediata-
longitud de las líneas ha permanecido relativa- mente la parte de «historia narrativa» de la
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mayoría de los informes y sugiere que a esta acti- el error. (Esta idea se encuentra a arios luz del
vidad le sea dado reconocimiento formal en el mito de que los datos registrados definen opera-
planteamiento y ejecución del estudio en vez de cionalmente los parámetros teóricos).
considerarla sólo como una reflexión a posterio-
Escribo con pena que en los Estados Unidos
ri. Sin esto, los estudios de evaluación no pueden
las evaluaciones de programas, (esta sensible uti-
ser interpretados y con más de esto la mayoría
lización de la unión de los dos modos de conoci-
serían mejor interpretados. Para que este conte-
miento) no se practican todavía. En vez de ello
nido no sea subjetivo y culpable de sesgos de
parece optarse por uno u otro modelo. Allí don-
perspectiva tendríamos que seleccionar mejor a
de, (como en el Modelo de evaluaciones de Ciu-
aquellos que registran los hechos y preparar
dades) se han utilizado antropólogos como ob-•
procedimientos formales por los cuales todos los
servadores han participado sustituyendo a los
participantes interesados puedan ofrecer adicio-
indicadores cuantitativos, los pretest, postest y
nes y correcciones a la historia oficial. Tendría
comparaciones de grupos de control, en vez de
que tomarse en consideración la utilización de
completarlos. Un ejemplo en curso de la utiliza-
historiadores entrenados profesionalmente, an-
ción de los antropólogos se encuentra en el pro-
tropólogos y sociólogos cualitativos. La historia
grama de «las Escuelas Experimentales» que co-
narrativa es parte indispensable del informe fi-
menzó en el Ministerio de Educación y continúa
nal y deberían utilizarse los mejores métodos
ahora en el Instituto de Educación. En este pro-
cualitativos para prepararla.
grama, se fomenta la iniciativa en el sistema
Deberíamos también reconocer que, durante escolar y los programas ganadores reciben in-
siglos, participantes y observadores han estado crementos substanciales de sus presupuestos (al-
evaluando programas sin beneficiarse de la rededor del 25 %) por llevar a cabo tales innova-
cuantificación o del método científico. Es este el ciones. Para evaluar algunos de estos programas
conocimiento de sentido común en el que nues- se ha permitido la contratación, a precio muy
tra evidencia científica debería apoyarse para so- alto, de evaluaciones antropológicas de progra-
brepasarlo y no para reemplazarlo. Pero normal- mas únicos. En uno de los casos se implicó ' a un
mente se le descuida en las evaluaciones cuanti- equipo de cinco antropólogos por un período de
tativas, a no ser que sean incluidas unas cuantas cinco años, para estudiar el sistema de enseñan-
anécdotas justificativas, casualmente reunidas. za de una única ciudad de 100.000 habitantes.
Según la epistemología que defiendo, se debería- Los antropólogos carecían de experiencia ante-
mos intentar reunir sistemáticamente todas las rior con otro sistema escolar en Estados Unidos.
criticas cualitativas y de sentido común a los pro- No se les permitió ningún período de estudio
gramas y las evaluaciones que se hayan genera- previo antes de que el programa hubiera co-
do entre el personal del programa, los clientes menzado (de hecho, llegaron cuando ya se había
del programa y sus familiares, y los observado- comenzado el programa). No se preveyó que
res de la comunidad. Aunque en esta fase suelen estudiaran otro sistema de enseñanza compara-
introducirse procedimientos cuantitativos, en la ble pero no sujeto a dicho cambio. Creer que, en
recogida y resumen de los datos tendrían tam- estas condiciones de observación nada ventajo-
bién que ernplearselos métodos no cuantitativos sas, estos observadores cualitativos pueden-infe-
de recogida y compilación de datos, (por ejem- rir qué aspectos de los procesos que ellos obser-
plo, discusiones de grupo jerárquicamente orga- van son debidos al nuevo programa innovador,
nizadas).Cuando estas evaluaciones sean contra- requiere más fe de la que yo tengo, aunque no
rias a lot resultados cuantitativos, éstos deberían opinaré hasta ver los resultados. Además, el én-
ser considerados como sospechosos hasta que fasis del estudio está en las primeras observacio-
las razones de la discrepancia se hayan aclarado. nes de los antropólogos mismos, más que en el
Ninguno es infalible, evidentemente. Pero para papel de utilizar a los participantes como infor-
muchos de nosotros, es necesario insistir en que madores. Como resultado, probablemente se da-
los resultados cuantitativos pueden ser tan erró- jaran a un lado las observaciones de otros obser-
neos como los cualitativos. Después de todo, en vadores cualitativos mejor situados que los an-
los laboratorios de física, los registros funcionan tropólogos. Incluyo aquí a los padres que han
a veces mal y es generalmente el conocimiento tenido otros niños en la escuela antes de produ-
cualitativo, sumado a las presunciones sobre lo cirse el cambio; los profesores que se han incor-
que el registro debería mostrar, el que descubre porado al sistema con experiencia en sistemas
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comparables; los profesores que han visto este No quiero decir que este tipo de observación
sistema antes del cambio, durante él y después naturalista de sentido común sea objetiva, fiable
de él cambio, y los propios estudiantes. Tales ob- o imparcial. Pero es todo lo que tenemos. Es el
servaciones se podrían recoger en masa en for- único camino para conocer, aunque sea una for-
ma de cuestionarios. Si es así, sería de desear ma ruidosa, falible y sesgada. Deberíamos ser
que se hubieran hecho las preguntas adecuadas conscientes de su debilidad, pero debemos con-
antes del programa experimental y en ambas fiar en ella si queremos realizar el proceso de la
ocasiones en algún sistema de enseñanza com- ciencia social comparada (o monocultural). Vol-
parable, en el que no se estuviera llevando a veré sobre el sesgo después, pero antes, permi-
cabo tal reforma, esto es, reestablecer un diseño tanme corregir algunos de mis propios excesos
experimental e informes cuantitativos de los jui- anteriores al describir la perspectiva del estudio
cios cualitativos. (Para una discusión más extensa de casos. La caricatura del estudio de casos con-
de los métodos cualitativos-cuantitativos, ver creto que tengo en mente consiste en un obser-
Campbell, 1974). vador que se dá cuenta de una sorprendene ca-
racterística de una cultura y dispone del resto de
las diferencias entre las demás variables para en-
EL ESTUDIO DE CASOS
contrar una explicación. Puede disponer de
prácticamente todos los conceptos causales en
El modo de estudio dominante en antropolo- su terminología entre los que escoger. Es inevita-
gía, ciencia política comparada y sociología com- ble que encuentre «una explicación que parezca
parada continúa siendo el estudio intensivo de encajar perfectamente», dada su total falta de
un sólo marco particular extraño por una perso- «grados de libertad» (Es como si tratara de enca-
na que no pertenece al grupo, para quien esta es jar dos puntos de observación con una fórmula
la única forma intensiva de experiencia de la cul- que incluyera miles de términos que se ajustarán
tura extranjera. Tales estudios pueden ser escri- de cualquier forma, cuando en buena ciancia de-
tos por científicos sociales entrenados o por ob- beríamos tener menos términos en nuestra fór-
servadores «amateurs» (como misioneros, diplo- mula que puntos de observación).
máticos, reporteros, hombres de negocios, sol- Esta idea fue expresada por Campbell y Stan-
dados o turistas), cuyas observaciones y ocio pue- ley (1966: 6, 7) como sigue (es una cita legítima
den incitarles a escribir sobre lo extranjero a su dado que muchos consideran las comparaciones
propia cultura. Incluso cuando estos observado- trans-culturales, como una fórmula débil de dise-
res amateurs no escriben, participan fuertemen- ño cuasi-experimental; e.g. Lijphart, 1971:
te en el aculturamiento de los científicos sociales 683-685; Boesch y Eckensberger, 1969):
dentro de la cultura extranjera, o en la expatria-
da ubicación en aquella cultura (Kidder, 1971). Diseños pre-experimentales
Otro género similar es la descripción del propio 1. «El estudio de un solo caso»
país hecha mientras —o después de que— se está
residiendo en otro país, como Kenyatta (1938) des- Gran parte de la investigación se efectúa hoy
cribiendo el Kikuyu mientras estaba en Inglate- conforme a un diseño en el cual un grupo parti-
rra como estudiante de Malinowski. Tal conoci- cular es estudiado una sola vez, después de que
miento, escrito o no, lo utilizaré para represen- se presume que algún agente o tratamiento cau-
tar el «conocimiento de sentido común» para la sa un cambio. Tales estudios tienen el siguiente
ciencia social comparada. Si conseguimos una diagrama:
correlación cuantitativa significativa de 100 na-
ciones, es porque dependemos de esta clase de
conocimiento en todo momento, no por reem-
plazarla por una metodología cuantitativa, «cien- Como se ha señalado (e.g. Boring, 1954; Stouf-
tífica» que sustituya a dicho conocimiento. La ge- fer, 1949) tales estudios carecen totalmente de
neralización cuantitativa multinacional contra- control para tener un mínimo valor científico. El
decirá al caso único y anecdótico, a la observa- diseño es introducido aquí como un punto míni-
ción naturalista, en alguno puntos, pero lo hará mo de referencia. Se hace necesario comentarlo
desde la confianza en gran parte en tales anécdo- a la vista de que aún se invierte en tales diseños y
tas, casos particulares y observaciones naturalis- aún se derivan de ellos inferencias causales. Es
tas. esencial para la evidencia científica (y para todo
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proceso de conocimiento-diagnóstico, incluyen- de Edipo. Sin embargo, a través de su trabajo
do la retina de los ojos) el proceso de compara- de campo sobre otros puntos, la evidencia pu-
ción, o registro de diferencias o de contrastes. blicada sobre este tetna es realmente escasa.
Cualquier apariencia de conocintienw abstvluto Atunjue él hace alusión a pruebas basadas en
el einuettido manifiesto de sueños, lo que ne-
o conocimiento intrínseco sobre objetos singula
cesitamos son muestras sustantivas de regis-
res aislados resulta ilusoria despue s' de electuar tros detallados de los sueños de chicos y Chi-
• los análisis correspondientes. Asegurarse evidett cas, hombres y mujeres.
cia científica lleva implícito hacer al menos una Aunque hay una i>erentoria necesidad de
comparación. Para que tal compann'iOn sea mil, verificar y extender la evidencia de Malinows-
ambos lados de las comparaciOn deberían hacer ki sobre las actitudes intral .amiliares de los
se con cuidado y precisión similar. lit los estu frobriand, tales repeticiones tienen una im-
dios de casos tipo Diseño 1, implícitamente se portancia relativa para contrastar las hipótesis
compara un solo caso cuidadosamente estudia freudianas. Aquellos que estemos interesados
en militar estos datos para dibujar procesos
do con otros sucesos casualmente observados y
en ve, de (lesna' trir exhaustivamente casos
recordados. Las inferencias están basadas en es únicos debemos aceptar esta regla:
pectativas generales sobre cómo habutan sido los Niny,tina comparación de un único par de
datos si X no hubiera ocurrido, etc. tales estu objetos naturales es interpretable. Entre Tro-
dios a menudo llevan consigo recogidas tediosas briand y Viena hay muchas diferencias que
de detalles específicos, atenta observación, com- podrían constituir explicaciones alternativas
probaciones y similares y. en tales ejemplos. do- potenciales y carecemos de medios para dese-
mina el error de la «precisión mal orientada». charlas. En las comparaciones de parejas, la
iCuanto más valioso seria el estudio si las obser- clausula uceteris parihus» es insostenible. Pero
no es preciso que se termine aquí la recogida
vaciones fueran reducidas a la mitad y el esliteto
de datos. Tanto el sistema avuncular como el
•ahorrado dirigido hacia el estudio con igual de- europeo están tan ampliamente distribuidos
talle de un ejemplo de comparación apropiado! sobre la tierra qtw Si nuestro objetivo fuera
Parece muy poco ético en la actualidad permitir comprobar las teorías del Edipo, podríamos
estudios de casos o tesis doctorales en educación seleccionar tina docena de parejas de tribus
de esta naturaleza (pe. un grupo particular ob- equiparadas de áreas culturales muy distintas,
servado una sóla vez). Los t est s «standarizados» haciendo que cada par Fuera igual a la otra en
en estos estudios proporcionan solamente una todo menos en qué adulto varon educa y so-
ayuda muy limitada, ya que las fuentes rivales cializa al niño. Suponiendo que los sueños re-
de diferencia distintas a X son tan numerosas cogidos de los niños mostraran las diferencias
esperadas en cada par, cuantos más pares tu-
como para hacer al grupo de referencia «stan- viéramos, menos hipótesis alternativas rivales
dard» casi inútil como «grupo de control». De la quedarían y tanto más seguros estaríamos de
misma manera, muchas fuentes de diferencia in- la confirmación de nuestra hipótesis (Camp-
controladas entre un estudio de un caso actual y bell. 1961: 344-345)».
futuros potenciales que pudieran ser compara-
dos con él, son tan numerosos como para hacer Una tercera cita:
también inútil su justificación en términos de
proporcionar una referencia para futuros estu- «Desde este punto de vista, el problema del
dios. En general, es mejor distribuir el esfuerzo "laboratorio" de las relaciones internacionales
descriptivo a ambos lados de una comparación actuales es la existencia de pocos actores, po-
cas situaciones, pocas actividades recurrentes
interesante.
en las que conjuntos de actores clasificables
Mi fuerte rechazo de los estudios de un sólo como comparables empiecen a interactuar
caso o de una comparación de dos partes fue desde puntos de arranque comparables y de-
también expresada en mi capítulo del libro de masiadas consideraciones teoréticas relevan-
Hsu (1961) como sigue: tes. Los grados de libertad para la predicción
a posteriori, para comprobar la teoría en el
«La imposibilidad de interpretar compara. conjunto de datos que la sugirió, son menores
ciones entre sólo dos casos naturales. Resulta que en el caso de las predicciones (parte de
imperdonable que Malinowski no repitiesa las esta característica se encuentra en la distin-
observaciones que hizo a la vista de la impor- ción entre tests de significación de una cola
tancia de la negación por parte de Malianows- frente a tests de significación de dos colas). Es-
ki de la interpretación amor-odio del conflicto tos problemas son tan reales y tan difíciles
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para los ensayos cualitativos del científico polí- man y Krechevsky, 1933; y por la investigación
tico o historiador como para el estadístico de B.F. Skinner sobre la superstición entre las
multivariante. Comunicar el problema a este palometas) quizá este no sea un sesgo dominan-
último puede ser más fácil (aunque la mayoría te, puesto que tanto la evolución biológica como
de las veces suficientemente difícil si afirma
la social habrían eliminado este credulidad en fa-
estar describiendo todo el universo) dado que
éste ha hecho explícitas el número de varia- vor de mutantes más discrirninables. Es decir,
bles mientras que el estudioso dispone de un nuestro mecanismo de conocimiento de sentido
potencial de «considera( jemes» muy gr ande y común debe tener un valor de adaptación, al
no explícitas al que puede lee un ini 1:1,4) menos dentro de la ecología en que surgió.
o en 011r1. (Este, y no sus < al at tes esti( ;es dr re Becker (en (»entruje:ación personal; ver tam-
conocimiento de paulas, es el i eruto de los bién Be(ker, 1970: 39-62, 25-38) asegura que,
problemas del rtiliiiitu . de la «unin elisión caSi de un modo invariable, el científico social
—una fuente de su exquisito y saiishrutorio que lleva a cabo el estudio de un caso intensiva-
ajuste a casos concretos y dr su escasa satisfac-
mente. (mediante observación participante u
c:ión como proceso ile tont rastación de la tea-
lida(l)), (Rase' el el., 1970: 186-187). °n.o enfOque cualitativo de sentido común para
Aunque es probable que tengan muchos de obtener conocimientos), termina encontrando
que sus teorías y creencias previas eran erró-
estos defectos muchos estudios de casos que im- neas. Si es verdad, este es un hecho importante
plican o mantienen una interpretación o explica-
que debería documentarse sistemáticamente. Si
ción, o que relacionan el caso con la teoría, aho-
es verdad, queda demostrado que el estudio in-
ra me parece claro que no todos los tienen, ni tensivo de un caso intercultural tiene disciplina y
tienen porqué tenerlos y que inc olvidé de una
capacidad para rechazar teorías que se dejan de
fuente importante de disciplina (es decir, los gra-
lado en mi caricatura de este método.
dos de libertad, empleando este concepto estadís-
tico para problemas análogos en situaciones no Naroll (1962), uno de los archi.cuantificadores
en antropología, logra un instrumento poderoso
estadísticas). En un estudio de casos hecho por
un científico social alerta que tenga un conoci- para controlar la calidad de los datos en los estu-
miento serio de lo local, la teoría que utiliza para dios cuantitativos mediante la clsificación de la
explicar la diferencia objeto de interés genera «calidad» del etnógrafo. Merece la pena señalar
también predicciones o expectativas en docenas que los criterios de calidad provienen no del uso
de otros aspectos de la cultura y éste no retiene por el etnógrafo de un instrumento de la ciencia
su teoría a no ser que queden confirmadas la .social cuantitativa (como procedimientos de
mayoría. En cierto sentido, ha contrastado su muestreo aleatorio, cuestionarios estandariza-
teoría con los grados de libertad resultantes de dos, tets psicológicos, etc.) sino del conocimiento
las múltiples implicaciones de cualquier teoría. cualitativamente superior de la cultura descrita,
El proceso es una especie de emparejamiento de por ejemplo, mediante un mayor tiempo de resi-
pautas en el que existen muchos aspectos de dencia y un mejor conocimiento del idioma lo-
la pauta exigida por la teoría disponibles para cal.
ser emparejados con observaciones del contexto Puede servir de ilustración del principio de
local. disciplina y grados de libertad originados por
Las experiencias de los científicos sociales implicaciones teoréticas múltiples el relato de algu-
confirman este proceso. Incluso en un estudio nas observaciones de primera mano en las pri-
cualitativo de un sólo caso, el científico social res- meras fases de un famoso estudio de un caso. En
ponsable muchas veces no encuentra ninguna el otoño de 1940 en Berkeley, estaba yo estu-
explicación satisfactoria. Tal resultado sería im- diando en un seminario sobre cultura y persona-
posible si fuera cierta la caricatura del estudio de lidad dirigido por A.L. Kroeber y E.H. Erickson
un sólo caso presentada en las tres citas ofreci- dedicado a los indios Yurok de California del
das —existirían en cambio un exceso de explica- norte, entre los que Erickson había pasado una
ciones subjetivas—. Aunque no me cabe la menor temporada de estudio. De esos materiales. Erick-
duda de que existe un sesgo estadísticamente son acabó escribiendo su clásico «Observaciones
significativo que favorece el extraer conclusio- sobre los Yurok» (1943). Kroeber había estudia-
nes en vez de posponer el juicio a la vista de do esta tribu 20 años antes y había empujado a
pruebas esencialmente aleatorias (Campbell, Erickson a que los estudiara. Kroeber llevó a
1959; comprobado para los animales por Tol- Erickson hasta los Yurok y le presentó a sus ami-
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gos que deSde la última vez que estu- desprecia la disciplina que proviene de la rique-
vo. Característicamente. Kroeber empezó el se- za de detalles relevantes.
minario inc:cliante Ulla descripción de los Yurok, Ericicson no sólo abandonó, al menos para los
que incluía no sólo su situación, geogi afía, eco- Yurok, la hipótesis del caracter anal, sino que ge-
nomía. área de cultura, organización social, ar- neró otra hipótesis y la probó con los datos so-
tefactos físicos, etc, sino también la afirmación bre los Yurok. De las innumerables soluciones al-
de que eran la corporeización clásica de la es- ternativas que se le ocurrieron para resolver los
tructura freudiana del caracter anal. Me acuerdo interrogantes de los datos, la mayoría eran insos-
cómo describía esta estructura y a los Yurok, con tenibles por una razón o por otra. Hago hincapié
una larga lista de adjetivos que empezaban por en esta frase («por una razón u otra))) porque pa-
«p», probablemente algo así como «parsimonio- rece ejemplarizar el uso de las implicaciones
sos, pedantes, petulantes, paronoicos, ...» aunque múltiples, de las observaciones múltiples en una
me he olvidado de los detalles. En cualquier población conceptual, la población de las múlti-
caso, Kroeber preparó la escena para un ejerci- ples implicaciones de toda teoría específica: gra-
cio ortodoxo y confirmatorio de antropología dos de libertad de múltiples implicaciones. La
psicoanalítica. Kroeber había sido psicoanalizado teoría que retuvo al final fue corroborada por
y había practicado el psicoanálisis durante varios observaciones múltiples y diversas del tipo de las
años, entre 1918 y 1922, en San Francisco (T. que habían refutado sus otras tentativas de solu-
Kroeber, 1970). Sus lealtades hacia lo antropoló- ción. No tengo sitio aquí para exponer de una
gicamente fáctico eran mayores que sus lealta- manera convincente su solución y su implausibi-
des a la teoría freudiana tal y como se ve en sus lidad inicial se acentúa en la siguiente simplifica-
famosas revisiones de Totem y Tabú (Kroeber, ción: en vez de una fijación oral o anal, los Yurok
1920, 1939), pero en esta ocasión su orientación estaban fijados en el canal alimentario global-
era ortodoxamente freudiana. Es indudable que mente considerado. Esta tesis organizó muchos
había empujado a Erickson a visitar a los Yurok de los ragos desacostumbrados de la cultura, por
en la creencia de que eran el tipo ideal dentro de ejemplo sus preocupaciones por el rio Klamath
una tipología caracteriológica freudiana. que entraba y salía de su pequeño valle, sus casas
con entradas y salidas separadas, sus cuentos
Erickson era en aquel entonces rabiosamente
para niños, incluyendo el del ruiseñor que se
ortodoxo freudiano. Había hecho una etnogra-
metió en la boco del oso y salió por el ano, etc.
fía psicoanalítica de los Sioux (1939), cuya lactan-
La lectura de la monografía original resulta mu-
cia prolongada usando, el pecho materno, junto
cho más convincente. (Mi propio trabajo para el
con la prohibición concomitante de morder el
seminario, hecho junto con F.M. Geier, fue un
pecho de la madre, llevaba a una fijación oral-
esfuerzo para dar sentido psicológico a una co-
dental de compensación, mostrada en actós de
lección de 30 ó 40 mitos de los Yurok mediante
morder o habitos nerviosos de morder palos, pa-
test proyectivos). La nueva teoría de Erickson,
jas y uñas. Había ampliado de un modo creativo
que yo recuerde, no había sido formulada aún
la teoría freudiana del desarrollo del niño con
cuando se desarrolló dicho seminario. El esfuer-
una tipología elaborada de modos y zonas de fi-
zo fue tan fustrante que «regresamos» al humor
jación libidinal durante la infancia (1950: 44-92)
de los «no graduados» y pusimos un deit motiv»
pero esta era una elaboración ortodoxa aunque
en la tapa atribuido a Confuccio: «Se habla de in-
novel. Si el estudio cualitativo de un caso en un
terpretación de mitos sólo si se habla con las
solo contexto cultural estuviera tan carente de
eses».
grados de libertad como mi caricatura decía, en
este caso es seguro que el síndrome anal ortodo- Este aspecto disciplinante de los estudios de
xo y freudiano habría sido confirmado. Pero no un caso que sean sensible, críticos y conscientes,
lo fue. Erickson no pudo encontrar nada en el y que he intentado relacionar aquí con el con-
aprendizaje presente o pasado de la higiene per- cepto estadístico de tener suficientes grados de
sonal de los niños que pudiera producir una fija- libertad para comprobar el ajuste de una hipóte-
ción anal de ningún tipo. Este es un caso dramá- sis, es sin duda uno de los aspectos de los princi-
tico de un estudio de un caso que desconfirma pios de emparejamiento de pautas y dependen-
teorías, en los términos del análisis del Lijphart cia del contexto (Campbell, 1966). Además es
(1971), pero con mucha más capacidad de refuta- probable que esté escribiendo, aunque tarde, el
ción de lo que este autor permite, puesto que mismo argumento que han formulado Lasswell
63
(1968) y otros (e.g. Raser, 1969) al insistir en un que sea universal, todavía es un sesgo marginal.
enfoque configuracional. Queda por hacer un En nuestro esperimento, el sesgo reducía en un
análisis epistemológico y estadístico a lOndo <le 15 % la exactitud que hubiera habido si no hu-
la situación. Este desdecirme parcial, no es sino bieran existido espectativas y desaparecía al en-
el principio y con vistas a reabrir el pmblerna es liar las lotos dentro de un foco claro (Wyatt y
probable que esté presentando aquí una defensa Campbell, 1951). Este es, evidentemente, un ses-
exagerada. Pues es cierto que la mente teorética go que comparten la percepción física y la social.
es capaz de racionalización post-hoc con un re- A menudo entra en conflicto con un sesgo rela-
sultado cualquiera de una forma increíblemente cionado (áni los niveles fluctuantes de adapta-
flexible, y en tales racionalizaciones la interpre- ción (Helson, 1964) que hacen que un observa-
tación en exceso, la capitalización en el azar y el dor se dé cuenta de contrastes nuevos a expen-
agotamiento de los grados de libertad ocurren a sas de las similitudes (Campbell, 1961: 341-344;
menudo. Un ejemplo en el área de Erickson se 1959).
encuentra en el contraste entre la presentación Dado que los estudios de una sola cultura si-
de Kardiner (1939) del material sobre Alor de Du guen siendo el ejemplo más común en la ciencia
Bois y su propia presentación (1944). Para forta- social comparada, puede ser bueno ofrecer unas
lecer su tema de la privación oral, Kardiner pres- cuantas sugerencias para mejorar la disciplina
ta gran atención a un niño a quien se le ha dado que tales estudios ofrecen como prueba de su
un globo con orejas para jugar y que trata de teoría. Estas sugerencias se basan en analogías
chupar una de las orejas siendo fotografiado al con los estudios cuantitativos. Tal y como apare-
hacerlo. Desprecia contraindicaciones más rele- cen los estudios cuantitativos en las publicacio-
vantes que incluyen la ausencia de «dedos en la nes, no son inmunes a estos problemas, como
boca». En general, si un estudio cuantitativo cui- veremos. Pero los estudios cuantitativos impli-
dadoso no puede confirmar una creencia am- can un esfuerzo por fijar niveles de significación
pliamente difundida, se debe confiar más en este que, a su vez, llevan a tomar conciencia de los as-
estudio. Pero éste, a su vez, ha rechazado la pectos sutiles del problema. En lo que sigue, la
creencia de sentido común aunque depende de recomendación general básica es que el investi-
otras muchas creencias. El conocimiento social gador que lleve a cabo su estudio de un solo caso
normal,- evidentemente, está sujeto a muchos guarde registros explícitos de los aspectos analó-
sesgos específicos de algunos de los cuales me gicos de sus actividades de solución de proble-
ocuparé a continuación. Pero es el único cami- mas.
no. Aun cuando lo mejoremos, debemos ir a tra-
El problema más conocido en lo que respecta
vés de él y construir sobre él.
a los grados de libertad en los tests de significa-
El testimonio de Becker y el ejemplo de Erick- ción es el número de observaciones con las que
son van en contra de un sesgo bien conocido y se contrasta la hipótesis. Para repeticiones simi-
generalizado a favor de encontrar aquello que lares dentro de un mismo contexto cultural, el
una espera encontrar. Francis Bacon lo puso al antropólogo está normalmente sobrealerta, por
descubierto como el primero de los «Idolos (fal- ej. el número de ciudades observadas en el que
sas imágenes) de la tribu». «El entendimiento hu- se da la pauta de liderazgo y aquellas en las que
mano, dala su naturaleza especial, fácilmente no se da. Lo que se sugiere aquí es que se lleve
presupone un mayor grado de orden e igualdad un registro análogo para las implicaciones de la
en los casos que el que realmente encuentra. teoría, teniendo como meta registrar todos los
Cuando lbrinula una proposición, el entendi- pensamientos de contrastación teorética e inves-
miento humano fuerza todas las demás cosas tigaciones que adoptan este formato: Si la teoría
para que la den apoyo y confirmación. Es error A es verdad, entonces deben seguirse B, C y
especial y específico del entendimiento humano D. Si estas implicaciones han motivado a la bús-
estar más motivado y movido por afirmaciones queda activa, el registro será fácil. Si el test se ha
que por negaciones» (Bacon, 1853: la cita es de realizado a través de un proceso completamente
los Aforismos). En lo que respecta a juicios percep- mental, se perderá gran parte de la implicación.
tuales de fotos desenfocadas, yo he participado Pero incluso para estas pruebas mentales, una
en una clara confirmación de esta tesis (Wyatt y atención autoconsciente al problema puede lle-
Campbell, 1951) y existen muchas más en la lite- var a un registro mucho más completo que el
ratura (revisada por Campbell, 1959). Pero, aun- que las monografías sobre estudios de caso ofre-
64
cen hoy. La mayor parte de esta actividad inte- cia, por ejemplo en le utilización de las fases de
rrogadora es sin duda literalmente inconsciente la luna de Júpiter por parte de Galileo. Una
/o transcurre durante el sueño, tal como ar- orientación Bayesiana podría probablemente
guye Poincaire (1913). No se logrará por tanto utilizarse para centrarse en la comparación de
un registro completo. Probablemente la omisión Probabilidades a priori dada la teoría A, en con-
más común será el no considerar las implicacio- traposición con las probabilidades a priori dadas
nes que no ajustan a la teoría especialmente en- otras teorías. Esto no es lo típico de las aplicacio-
tre los observadores más orientados a ella. La li- nes de Bayes que normalmente tratan, para
teratura acumulada de otros estudios y de la cada teoría, las probabilidades a priori y las pro-
crítica proporciona un freno lento y parcial a babilidades después de la recogida de datos. Sea
este estado de cosas. Necesitamos acostumbrar- como fuere se puede ciertamente recomendar
nos a impulsar deliberadamente un proceso con- que la atención de un epistemólogo / estadístico
trario consistente en animar a otros expertos a bayesiano se dirija al estudio de casos de confir-
que busquen otras implicaciones teóricas y otros mación de teorias. Este problema debería elabo-
hechos capaces de contradecir o confirmar la rarse separadamente para cada uno de los 6 ti-
teoría. En parte esto ya se hace, pero no de ma- pos de estudios de caso de Lijphart (1971) (gene-
nera que se pueda construir una tabla de «blan- rar hipótesis, confirmar teoría, desconfirmar
cos» y «tocados». Otra forma de contrarrestar el teoría, etc.) con especial atención a la diferencia
inevitable etnocentrismo residual de los científi- en grados de libertad cuando se ha elegido, por
cos sociales podría consistir en invitar a otros -ejemplo, el lugar esperando que la teoría sea
científicos sociales de la cultura local a que hicie- confirmada después de una búsqueda explícita o
ran «pies de página», con comentarios favora- implícita por muchas culturas de un ejemplo tal,
bles o contrarios a las tesis que se formulan en la frente a lanzarse a ojos cerrados y tropezar con
monografía regional. Esto contribuiría también una confirmación. El conocimiento previo de la
a aumentar la tabla de puntuaciones de las tesis extremosidad de una o dos venables de relevan-
«salvadas» y «tocadas». Por casi cada estudio de cia, o de ambas. o de ninguna, todo ello influye
caso relevante para la teoria clásica existen pre- sobre el problema de los grados de libertad, es
dicciones no utilizadas hasta la fecha que po- decir, sobre la capitalización del azar. Aquí el
drían servir para la validación cruzada (quizás los análisis de Lijphart resulta muy relevante aun-
mitos de los Yurok sobre los que trabajamos que, como en mis análisis anteriores, se olvide
Geier y yo podrían proporcionar un caso para la de incluir la contrastación de múltiples implica-
hipótesis de Erickson). Si es un estudio importan- ciones en un solo caso.
te, merece un estudio de casos confirmatorio.
Hay un último problema que plantean los gra-
Un segundo aspecto de los grados de libertad dos de libertad que no no se trata todavía ade-
de los test de significación que merece la pena cuadamente en los libros de estadística pública-
tomar prestado es la distinción entre tests de dos pero cada vez interesa más. Es el problema
una sola cola y tests de dos colas. En el contexto de llevar a cabo tests de hipótesis múltiples y lue-
del estudio de casos, esta idea se traduce en la go escribir las conclusiones sobre las hipótesis
distinción entre el valor confirmatorio del acuer- que sean «estadísticamente significativas» utili-
do entre implicaciones y hechos cuando la teoría zando un test que presuponga que el análisis se
se ha formulado a la luz de los hechos y cuando hizo con una sóla hipótesis. Supongamos que
se ha formulado sin una confirmación-previa (en nuestros datos hubieran sido generados sola-
cuyo caso, el valor confirmatorio es mayor). Es mente mediante un proceso aleatorio. Si estu-
evidente que en una tabla de puntuaciones estos diaramos todas las interrelaciones entre 15 va-
dos tipos deberían aparecer por separado. Ade- riables analizando 105 relaciones bivariadas hi-
más, cuando la teoría predice correctamente un potéticas una de cada 20, o sea, más de 5 serían
hecho que sería muy inesperado desde el punto estadísticamente significativas al 5 %. El proble-
de vista del sentido común o de otras teorías, u ma aparece en la literatura como «la tasa de
otras culturas, por ejemplo, la confirmación es error experimental» (Ryan, 1960), el «problema
mucho más convincente que si la predicción es de las comparaciones múltiples» (Scheffé, 1953)
trivial. Este punto no es fácilmente aceptado en o «análisis exploratorio de datos» (Selvin y
la tradicción de los tests de significación (Meehl, Stuart, 1966). En combinación con el problema
1967), pero se encuentra en la historia de la cien- del número de observaciones, puede verse en
65
forma especialmente extrema en estudios de nes, eras, etc. hace menor el problema, o al me-
ciencia política que analizan la relación entre di- nos un poco menor.
mensiones de las naciones: si se dispone de tan- Ofrezco una sugerencia más para mejorar el
tas variables como naciones, el coeficiente de co- estudio de casos. El estudio de un solo caso, tal
rrelación múltiple que relacione cualquier varia- como ha sido analizado, es en realidad una com-
ble con el resto sed 1, incluso si todos los datos paración de dos casos: la cultura propia y la forá-
de que se disponga son aleatorios. (Puede de- nea. Pero esta comparación es muy asimétrica.
ducirse este hecho de la fórmula «reducida» de Asimétrica en un número de parámetros impor-
R; Lord y Novick, 1968: 286). Las R calculadas tante: una de las culturas se aprende de niño sin
con muestras pequeñas son sistemáticamente otra alternativa y se aprende a la vez que se ad-
más pequeñas cuando se calculan en nuevas quieren las presuposiciones y lenguaje locales
muestras. Esta fórmula estima la reducción en del conocimiento social. La otra cultura se
ausencia de validación cruzada. Al utilizar el aná- aprende siendo un adulto extranjero. Los deta-
lisis factorial, se sabe que teniendo una muestra lles de la nueva cultura objeto de estudio son es-
pequeña de naciones se suelen extraer más fac- pecíficos y focales. Se deja sin explicitar la base
tores y mayores saturaciones factoriales, debido de comparación de la propia cultura. Si se hicie-
a la mayor variabilidad muestral del coeficiente ran explícitos y focales los rasgos de la propia
de correlación calculado en pequeños N. Esta es cultura, si se hubieran estudiado directamente,
la explicación del hecho recurrente de que las la comparación explícita sería frecuentemente
estructuras factoriales son más inteligibles y ex- negada. Pero aunque esto sería una mejora, los
plican más cuando los datos son analizados por rasgos de la propia cultura parecerían todavía
continentes, en vez de analizarlos pára todo el más razonables, sensibles, morales e intuitiva-
mundo. mente comprensibles. Tenderíamos a ver los
rasgos de la cultura extranjera como arbitrarios.
Para hacer frente a este problema, en el estu- extraños, enigmaticos y quizá inmorales. Para
dio de casos que intente general hipótesis, por evitar esto, hice la siguiente sugerencia en un ar-
ejemplo en la segunda parte del estudio de tículo publicado anteriormente:
Erickson entre los Yurok, se debe llevar un regis-
tro de todas las teorías tomadas en considera- Triangulación utilizando el propio sesgo cultural
ción en el proceso creativo de solución de pro- de los observadores. El logro de constructos útiles
y «realistas» en la ciencia exige métodos múlti-
blemas. Para representar los grados de libertad
ples dirigidos al diagnóstico del mismo cons-
de las implicaciones múltiples, se debe también tructo desde puntos independientes de obser-
llevar un registro de las implicaciones que han vación mediante una especie de triangulación.
servido para realizar los tests y la tabla de pun- Esta exigencia es necesaria porque hoy en día
tuaciones de «tocados» y «blancos». Estoy con- se acepta que los datos de los sentidos o las
vencido de que la teoría de Erickson sobre el lecturas de registros son el resultado de una
canal alimentario es mejor que la correlación transación en la que tanto el observador (re-
múltiple pseudo-perfecta que surge de agotar los gistro) como el objeto de las investigaciones
grados de libertad disponibles al realizar dema- contribuye a moldear la forma de los datos. Si
siadas pruebas de hipótesis en demasiados pocos tenemos sólo una única observación, resulta
imposible separar el componente objetivo del
casos o implicaciones. También estoy convenci- subjetivo. Sin embargo, si se pueden compa.
do de que se pueden mejorar los estudios de ca- rar observaciones realizadas por medio de ins-
sos en su aspecto comprobación de teorías y en trumentos distintos y puntos separados que
esta dirección. Si también se reconoce la reali- reflejen «los mismos» objetivos, será posible
dad de la interacción de más de un nivel entre separar los componentes de los datos debidos
variables (por ej. la relación entre las variables A al observador (instrumento) de los de lo obser-
y B es diferente para los distintos niveles de vado. Resulta que este proceso de desenmara-
C.D.E.), se debe aceptar que la plétora de hipóte- ñamiento exige tanto observadores múltiples
sis pausibles y la escasez o costo de los ejemplos (métodos) como objetos de estudio múltiples y
distintos.
imponen límites reales a las ciencias sociales Al aplicarlo al estudio de la filosofía de una
comparadas. Peto el darse cuenta de ejemplos cultura, esto implica que nuestro estudio típi-
de implicación en el espacio. que sirve de suple- co de un solo observador/una sola cultura es
mento a los casos de personas, ciudades, nacio- inherentemente ambiguo. Para cualquier ras-

5
66
go del informe resulta equívoco saber si es un equívoco de especificidades de cada ciudad
rasgo del observador o es un rasgo del objeto dentro de dicha cultura, a especificidades de
observador. Para corregir este estado de cosas personalidad del antropólogo de dicha cultu-
el paradigma ideal pudiera el que se ve en la ra, a especificidades de personalidad del an-
Figura 2(a). tropólogo con la cultura estudiada. (Si sólo se

Etnógrafos
Etnógrafos

desde desde desde desde
cultura A cultura B cultura A cultura B

Etnogra
Etnogra-
c Etnogra-
fía
1
fía
2
A
fía
1
(cultura
propia)
Etnografía
2

Etnografía
Etno- Etnogra Et no
grafía fía grafía 4
(cultura
3 4 3 propia)

a. Paradigma general b. Caso reflexivo


Figura 2: Esquemas de etnografía múltiple para separar el contenido a que contribuye el etnógra-
fo del contenido de la cultura estudiada.

En el modelo más general, dos antropólo- utilizara un antropólogo de cada cultura, y si


gos de distintas culturas estudiarían cada uno cada uno estudiara, haciendo turnos el mismo
una tercera y cuarta culturas. De las cuatro pueblo de las culturas objeto de estudio, las
descripciones etnográficas resultantes los atri- rasgos específicos de cualquiera de las cuatro
butos comunes en las etnografías 1 y 3 no etnografías serían debidos equívocamente a
compartidos por la 2 y 4 podrían ser atribui- las interaciones cultura-antropólogo, efectos
das al " antropólogo A, los atributos comunes a del orden temporal en que el antropólogo
2 y 4 que no estuvieran presentes en ninguna reacciona de modo distinto a su segunda cul-
otra parte al antropólogo B. Analizando las tura, efectos de orden temporal en los que la
consistencias entre filas, los tributos comunes sociedad reacciona diferentemente ante su se-
a las etnografias 1 y 2 no presentes en las 3 y 4 gundo estudioso, tendencias históricas e inte-
podrían atribuirse a la cultura C como algo racciones entre estos fenómenos). La presen-
objetivo. Unos atributos comunes a las cuatro cia de estas indeterminaciones no debería
atnografias son en sí mismo ambiguos, y se suprimir " ni debería permitirse que hiciera
pueden interpretar bien como sesgos compar- sombra a las grandes ganancias en inteligibili-
tidos por los etnógrafos o cultura compartida dad originadas por la utilización de múltiples
por las culturas estudiadas. Debe señalarse a antropólogos.
este respecto que es de desear que se compa- Aunque la multiplicidad tanto de culturas
ren antropólogos de antecedentes culturales de antropólogos como de culturas estudiadas
lo más dispares posible. En la medida en que es un ideal, también se ganaría si tan solo se
los antropólogos vengan de la misma cultu- lograra la mitad de la parte superior de la Fi-
ra, la repetición de los resultados se convierte gura 2 (a), es decir, dos culturas de antropólo-
más en un problema "de fiabilidad que de vali- gos centradas en el estudio de una sola cultura
dez, tal y como se utilizan estos conceptos en a estudiar. En tales triangulaciones, nos en-
los tratados de psicometría. Si el estudio se lle- frentamos de nuevo a la paradoja de la inca-
vara a cabo utilizando cuatro antropólogos, pacidad de utilizar las diferencias cuando sean
dos de cada cultura A y B, que estudiaran ciu- tan dominantes que resulte imposible empa-
dades separadas de las culturas C y D para evi- - rejar los aspectos correspondientes del infor-
tal- interferencias y choques, los atributos ca- me objeto de la comparación. La necesidad de
racterísticos exclusivamente de una sola de las este denominador común proporciona justifi-
etnografías sería atribuibles a un conjunto cación a la petición de Hockett de incluir deta-
67
Iles culturales, materiales y conductuales inclu- zada de la interpretación dada por el otro de la
so en etnografías que se centren en la deter- cultura que han estudiado ambos.
minación de la filosofía de las culturas.
Otra versión del diseño multi-antropólogo
multi-objeto de estudio es aquel en el que dos
culturas se estudian mutuamente, tal y como COMENTARIO FINAL
aparece en el diagrama de la Figura 2(b). Nor-
malmente el centro de interés son las etnogra- Este artículo es, obviamente, exploratorio. Es
fías 2 y 3, el informe de A sobre B y el de B so- el extremo del péndulo de mi menosprecio ante-
bre A. No obstante, de un modo implícito, la rior y dogmático de los estudios de casos a otro
descripción de A sobre A y la de B sobre B se extremo igualmente unilateral. Aunque no va a
pone como base de referencia. Probablemen- afectar de un modo apreciable a mi propia ense-
te existe algo de ganancia científica en estos
informes, incluso al nivel de conjuntos mu- ñanza sobre diseños cuasi-experimentales y mé-
tuos de estereotipos. Una vez que se quita el todos de investigación, por el momento suena
componente evaluativo (cada tribu se ve a sí bien. Después de todo, el hombre es, en su actua-
misma como la mejor), estos conjuntos de es- ción normal, un conocedor muy competente y el
tereotipos mutuos muestran un acuerdo dig- conocimiento cualitativo de sedtido común no
no de mención en la confirmación de la direc- es sustituido por el conocimiento cuantitativo.
ción de las diferencias entre grupos» (Camp- Más bien, el conocimiento cuantitativo tiene que
bell, 1964: 331-333). confiar y apoyarse en el conocimiento cualitati-
En línea con la actual discusión, quiero am- vo, incluyendo la percepción ordinaria. (Camp-
pliar los requisitos pidiendo que, en una segun- bell, 1974). Nosotros, los metodólogos, debemos
da fase del trabajo de campo, se pida a cada et- lograr una epistemología aplicada que integre a
nógrafo que haga validación e invalidación cru- ambos.

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