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DEFENSA POSESORIA

CAPITULO I

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA PROTECCIÓN POSESORIA

El concepto de posesión como hecho, con prescindencia del derecho y su protección


mediante los interdictos y las acciones posesorias es el resultado de una larga evolución del
Derecho, especialmente del procesal, desde Roma hasta la actualidad [1] .

Desde ya dejamos constancia que para la doctrina y legislación predominantes, las únicas
acciones posesorias son los interdictos. Nuestro ordenamiento jurídico, en cambio, distingue
entre acciones interdictales, con las que se tutela la posesión como hecho, con prescindencia
del derecho, y acciones posesorias, para proteger al que tiene derecho a la posesión.

1. EL PROCESO CIVIL ROMANO

El proceso civil romano pasó por tres etapas: 1°) En la monarquía rigió las legis actiones
(acciones de la ley); 2°) Durante la república, imperó el procedimiento formulario; y 3°) En el
imperio, se establece el procedimiento extraordinario (la cognitio extra ordinem).

1.1. EL PROCESO LEGIS ACTIONES (ACCIONES DE LA LEY)

Con la expresión legis actio se caracteriza al antiguo proceso. Actio e agere, en la


concepción clásica, aluden a un específico modo de actuar, según reglas y ritos
predeterminados. En la legis actiones, la actio identifica a los antiguos actos procésales y su
formalismo, que puede consistir en la recitación de palabras solemnes o en el cumplimiento de
gestos rituales. No refleja solamente la iniciativa del actor, sino la compleja actividad
desenvuelta por las partes y por el magistrado. Legis actio significa " modus agendi ", o sea el
esquema procesal configurado por las mores, la jurisprudencia sentada por el pontífice y por la
ley, especialmente la ley de las XII tablas.

Las legis actiones fueron: La legis actio sacramento que tenía dos formas in rem e in
personam ; la manus iniectio ; la pignoris capio ; la legis actio per iudicis arbitrive
postulationem ; la legis actio per condictionem ; agere per sponsionem ; confessio in iure y
denegatio actionis .

El proceso por legis actiones se desarrolla en dos fases: 1°) La in iure que se desarrolla
ante el magistrado que dicta una orden o prohibición; y 2°) La fase del in iudicio ante el juez,
quien dicta una sentencia.

La fase in iure del proceso por legis actiones concluye con la litis contestatio, por la que
los contendientes fijan los límites de la controversia para su prosecución en la fase in iudicio.
La fase in iudicio termina con la sentencia dictada con sujeción a los términos de la
controversia establecida in iure.

1.2. EL PROCESO FORMULARIO

El proceso formulario constituye la piedra terminal de la fase arcaica del Derecho


romano, vinculada a la primitiva estructura orgánica de la civitas. En el año 242 a.C. fue
instituido el Praetor Peregrinus competente en las controversias entre extranjeros o entre
ciudadanos y extranjeros. El pretor no podía utilizar el procedimiento de la legis actiones
reservado a los ciudadanos romanos. Pero la vinculación del proceso formulario a la actividad
del praetor peregrinus no excluye que ya precedentemente el praetor urbanus, magistratura
introducida en el 367 a.C. para el ejercicio de la iurisdictio entre los ciudadanos, había iniciado
el uso de fórmulas, cuando tenía que dirimir controversias en las cuales al menos una de las
partes era extranjera o cuando se refería a materias extrañas a las previstas en los formularios
de las legis actiones.

La lex Aebutia (del año 130 a.C. o quizá de la primera mitad del II siglo) y la lex Iulia
(promulgada en el 17 a.C.), regularon el proceso formulario. Gayo sostiene que la reforma
procesal se produce debido a que las legis actiones habían devenido odiosas por su excesivo
formalismo. A partir de entonces, sólo en dos casos se admitía recurrir a las legis actiones: En
el caso de daños y cuando el proceso debe desarrollarse ante el tribunal de los centumviri (el
antiguo Tribunal de los Ciento). En efecto, cuando se debe comparecer ante los centumviri se
celebra primero una legis actio sacramento (juramento) ante el pretor urbano o peregrino.

Las partes de la fórmula son cuatro: demonstratio (exposición de los hechos), intentio
(pretensión del actor), adiudicatio (se faculta al juez a adjudicar la cosa a alguno de los
litigantes cuando se trataba de procesos sobre división de herencias, de poner fin al
condominio, de deslinde entre vecinos), condemnatio (conferimiento al juez de la potestad de
condenar o absolver). Transcribamos algunas fórmulas:

Fórmula de la actio certae creditae pecuniae:

"( Titius ) iudex esto. Si paret Numerium Negidium Aulo Agerio sestertiorum X milia dare
oportere, iudex Numerium Negidium Aulo Agerio sestertiorum X milia condamnato, si non
paret absolvito " (Ticio sea el juez. Si resulta que Numerio Negidio deba dar a Aulo Agerio diez
mil sestercios, el juez condene a Numerio Negidio a pagar a Aulio Agerio diez mil sestercios, si
no resulta absuelto).

1.) Fórmula de la rei vindicatio:

"( Titius ) iudex esto. Si paret fundum Capenatem, quo de agitur, Aulii Agerii esse ex iure
Quiritium, neque is fundus a Numerium Negidio Aulo Agerio arbitratu iudicis restituatur,
quanti ea res erit, tantae pecuniae iudex Numerium Negidium Aulo Agerio condemnato, si non
paret absolvito " (Ticio sea el juez. Si resulta que el fundo capenate, que es objeto del juicio,
pertenezca a Aulio Agerio por disposición del derecho Quiritario y tal fundo no ha sido
restituido por Numerio Negidio a Aulo Agerio luego de la invocación del juez, el juez condene a
Numerio Negidio a pagar a Aulo Agerio una suma de dinero igual al valor que tendrá la cosa al
momento de la sentencia).

2.) Fórmula de la actio empti:

"( Titius ) iudex esto. Quod Aulus Agerius a Numerio Negidio hominem Sticum Emit quo de
agitur, quidquid ob eam rem Numerium Negidium Aulo Agerio dare facere oportet ex fide
bona, eius iudex Numerium Negiium Aulo Agerio condemnato, si no paret absolvito" (Ticio sea
el juez. Como Aulo Agerio ha comprado de Numerio Negidio al esclavo Stico, que es objeto del
juicio, el juez condene a Numerio Negidio a pagar a Aulo Agerio una suma de dinero igual a la
cantidad que Numero Negidio deba dar o hacer a favor de Aulo Agerio según buena fe, si la
demanda no resulta fundada lo absuelva).

En el proceso formulario, la iurisdictio del magistrado comprende tres poderes -que el


magistrado ejercitaba discrecionalmente mediante el decreto con el cual concede la fórmula-
descrito por la jurisprudencia como dare iudicium , que significa conceder la tutela procesal,
dare iudicem , o sea proceder a la designación del juez, y iudicare iubere , es deceir, la orden
dirigida al juez para que pronunciar la sentencia. La fase in iure del proceso formulario se inicia
con la comparecencia de las partes ante el magistrado y termina con la litis contestatio , con
cuya conclusión se pasa a la fase in iudicio . Para que sea posible el juicio es necesario fijar los
extremos de la controversia, finalidad que cumple la litis contestatio , porque fija de modo
inmutable y vinculante para las partes la relación materia del juicio. Este se desarrollaba
oralmente libre de formalidades, sujetándose a las disposiciones del magistrado, que confería
al juez el iussum iudicandi .

El magistrado no sentencia sino se limita a oir a las partes, conferirles la fórmula y


remitirles al iudex, quien sentenciaba. Excepcionalmente, amparado en su imperium , puede
adoptar directamente algunas decisiones que tienen eficacia inmediata. Estas decisiones del
magistrado, calificadas como magis imperii quam iurisdictionis , son: los interdictos, la
restitutio in integrum y la stipulationes praetoriae .

1) Los interdictos

Los interdictos fueron medidas administrativas o de policía dictadas por un magistrado


con el fin de mantener el orden jurídico administrativo y de policía que debe reinar en la
comunidad. Consisten en un mandato emanado del magistrado, posteriormente de los
magistrados cum imperio, o sea el praetor, el proconsul y el praeses provinciae, con el fin de
dirimir determinados intereses privados.

El magistrado con su mandato, a instancia de una de las partes, ordena a la otra a


observar un determinado comportamiento, que puede consistir en un facere (hacer) o en un
no facere (no hacer). Si el demandado no se allanaba a acatar la orden del pretor, entonces se
sometía el asunto a la decisión del juez.

El pretor romano tenía, además de su prerrogativa jurisdiccional (jurisdictio), el ejercicio


del imperio ( imperium ) por el que daba órdenes mediante los siguientes medios compulsivos:
las stipulationes praetoriae; la integrum restitutio (acordada a favor de quien ha perdido la
posesión por dolo, cautividad o fraude); la missio in possesionem y los interdictos [2] .

En Roma la posesión (poder de hecho) y la propiedad (poder de derecho) eran el


anverso y reverso de una misma realidad. Con el interdictum, el pretor daba órdenes o
prohibiciones para poner fin a una controversia, cuya solución no admitía dilaciones. Además,
el pretor también daba órdenes o prohibiciones generales, para todos, mediante el edictum.

Los interdictos son remedios creados por el magistrado o por el pretor para resolver
relaciones que, por su naturaleza no se pueden hacer valer por vía de acción.

Por la naturaleza del comportamiento impuesto al destinatario y el contenido del


precepto prohibitivo o imperativo, los interdictos se clasifican en prohibitorios, restitutorios y
exhibitorios (Gayo 4,142 " Principalis igitur divisio in eo est, quod aut prohibitoria sunt
interdicta aut restitutoria aut exhibitoria").

1) Los interdictos prohibitorios de hacer alguna cosa. Por ejemplo, la prohibición de


ejercer violencia contra el poseedor no vicioso, la prohibición de construir sobre terreno sacro
o en ríos o riveras impidiendo la navegación. Su fórmula fue: vim fieri veto o ne facias o ne
inmittas .

2) Los interdictos restitutorios de una cosa o la reconstitución del estado de hecho


relativo a las condiciones de una persona o también a la reposición de la situación preexistente
a los actos de disturbio. Por ejemplo, disponer la restitución de un fundo a quien ha sido
despojado de él por la violencia.

3) Los interdictos exhibitorios que imponen la prestación de presentar personas o de


cosas. Por ejemplo, exhibir la persona que se desea declarar libre, que el padre exhiba a los
hijos sometidos a su potestad.

Otra clasificación es la que distingue en los interdictos simplicia y los interdictos duplicia
(duplex): simple es el interdicto en cual un contendiente tiene la calidad de actor y el
adversario la calidad de demandado (alter actor, alter reus est), como los interdictos
restitutorios y exhibitorios; dobles ( duplex ), por el contrario, son los interdictos en los cuales
las partes se colocan en un mismo plano, porque cada una de las partes es a la vez
demandante y demandado.

Los interdictos posesorios tienen por objeto proteger o defender la posesión actual o
recuperar la posesión perdida. Se desconoce los orígenes de la posesión y las defensas de las
mismas por medio de los interdictos. Es función del pretor asegurar la paz pública, con cuyo fin
acuerda a los ciudadanos los interdictos posesorios, es decir, los interdictos son medidas
policiales tendientes a asegurar el orden en la ciudad. El procedimiento interdictal estaba
destinado a mantener el statu quo, en tanto que su alteración pudiera perturbar el orden
público; su objeto era decidir sobre la posesión que se disputaban dos partes contendientes
que pretendían ser poseedoras (carácter de judicia duplicia del interdicto) y también para
defender la posesión contra vías de hecho de terceros que no podían alegar posesión.

Se distinguió el interdicto destinado a conservar la posesión (denominado interdicta


retinendae possessionis) del tendiente a recobrar la posesión pérdida por violencia (llamado
interdicta recuperandae possessionis).

1) Los interdicta retinendae possessionis o acciones para conservar la posesión, son dos:
el uti possidetis y el utrubi.

a) El interdicto uti possidetis protege la posesión de casas y fundos a condición de que


no sea viciosa respecto del adversario, es decir, cuando el poseedor no haya conseguido la
cosa del contrario, nec vi nec clam nec precario. El que despojaba a un anterior poseedor nec
vi nec clam nec precario, tenía a su favor la excepción de posesión viciosa. No se exige que sea
justo o injusto respecto a cualquier tercero. El vencedor consigue la cesación de las
perturbaciones y la reparación de daños. Era anual, prescribía al año contado a partir de la
violencia.

El poseedor actual no podía reclamar la tutela posesoria cuando había tomado la cosa
por violencia, en forma clandestina o cuando era un precario, por lo que podía ser despojado
por obra de quien, a su vez, había sufrido un despojo anterior.

b) El interdicto utrubi, originariamente protegió a los esclavos, pero luego se extendió a


todos los muebles. Como las cosas muebles pasan fácilmente de una mano a otra, debido a
eventualidades naturales o por huída de los esclavos o de los animales, la victoria era atribuida
no al poseedor actual, sino al que había poseído (nec vi, nec clam, nec precario) por más
tiempo en el año anterior al interdicto. También era anual (maiore parte anni).

El uti possidetis y el utrubi eran dobles ( duplex ), es decir, que se dirigían a las dos
partes, cada una de ellas tenía una pretensión a la posesión; cada parte era a la vez
demandante y demandado. Por efecto de la prohibición del pretor, se fijaba la posesión en la
persona de uno de los contendores. Respecto del uti possidetis, Ulpiano (L. 1, D. 4317) y Gayon
(148 a 150, 156 a 160) dicen: Uti nunc possidetis eun fundum, quo de agitur, quod nec vi, nec
clam, nec precario alter ab altero possidetis, ita possideatis, adversus ea vim fieri veto .

Las Institutas y el Digesto asimilan el utrubi al uti posssidetis. Se dispuso que solamente
tutelan a quien tiene efectivamente la posesión en el momento de promover el interdicto.

2) Los interdictos recuperandae possessionis también son dos: de vi (o unde vi ) y de vi


armata , que tienen por función hacer recuperar la posesión a quien ha sido despojado por la
violencia.

El interdictum de vi se concede cuando media expulsión de un inmueble por la violencia


cuando la posesión no fuese viciosa ( nec vi nec clam nex precario ).

El interdictum de vi armata se concede cuando la expulsión se produce por un grupo de


sujetos o por una persona armada, con independencia de toda invocación de vicio en la
posesión del peticionante.

En época de Justiniano el interdictos de vi armata se asimiló al interdicto de vi .

El interdicto de vi se concede no sólo cuando el poseedor ha sido expulsado de la casa o


del fundo, sino también cuando se le impida, por cualquier manera, continuar en la posesión,
por ejemplo, cerrándole el acceso a su fundo. El poseedor obtiene dentro del año la restitución
de la posesión y resarcimiento de daños. Después del año el invasor responde sólo de lo que
ha obtenido con la expoliación. Se ventila en proceso simple. Transcurrido un año desde el
despojo violento ( vi deiectus ) se podía interponer la exceptio temporis .

La doctrina también refiere como interdictos recuperandae possessionis al interdicto


de precario y al de clandestina possessione .

El interdicto de precario cuando el precarista no restituía la cosa que le fuera confiada.


Por precario se entendía una posesión obtenida con ruegos, cuya duración dependía de la
voluntad de quien la daba. Si el precarista rehusa la restitución del bien solicitada por el
propietario concedente de la posesión natural o servidumbre, su posesión se convierte en
viciosa y procede el interdicto.

El interdictum de clandestina possessione para los casos en que alguien tome la


posesión de un inmueble clandestinamente.

Para la recuperación de los muebles en el Derecho anterior a Justiniano está el


interdictum utrubi . En el Derecho justinianeo el poseedor expoliado puede utilizar las acciones
de robo y de rapiña, así como la actio ad exhibendum y las conditiones possessionis , las cuales
no son remedios posesorios.

El proceso interdictal se inicia con la postulatio de la parte que solicita la tutela y llama
in ius al adversario; el magistrado, mediante causae cognitio (previa indagación del caso
concreto), valora la existencia de los presupuestos necesarios para la concesión del interdicto,
para luego concederlo o denagarlo ( interdictum reddere ). Si el destinatario no obedece el
mandato interdictal, la parte que ha solicitado la tutela puede recurrir al procedimiento per
sponsionem ; proceso que Gayo define cum poena y cum periculo , por cuanto comporta para
la parte perdedora el pago de una suma a título de pena. La parte que ha solicitado y obtenido
el interdicto vuelve a llamar al adversario para que comparezca ante el magistrado y lo desafía
a prometer mediante sponsio una suma de dinero fijada discrecionalmente por el pretor. El
demandado, a su vez, puede contestar e interdicto e invitar al actor a una stipulatio , para la
hipótesis que no resulte alguna violación de la orden impartida por el pretor. Las partes se
comunican las fórmulas y si se avienen a una doble litis contestatio , se difiere al iudex la tarea
de cerciorarse cual de las dos sumas es la que se debe, si aquella objeto de la sponsio o aquella
prometida con la stipulatio y, por tanto, verificar indirectamente si se ha violado o no el
precepto interdictal.

Al lado del procedimiento antes descrito se afirma con el transcurso del tiempo, para los
interdictos restitutorios y exhibitorios, el procedimiento per formulam arbitrariam , llamado
sin periculo en cuanto no subsiste para el perdedor el riesgo de pagar una suma de dinero. El
destinatario del interdicto antequam ex iure exeat , o sea antes que se concluya la fase in iure
puede solicitar la designación de un árbitro que proceda directamente a la verificación de la
situación de hecho. En el periodo post clásico romano los interdictos son asimilados a las
actiones .

2 ) La restitutio in integrum

Por la restitutio in integrum "causa cognita" , o sea previa indagación del caso
concreto, el pretor concedía al interesado una actio o una exceptio rescisoria , en virtud de la
cual el acto impugnado se considera como inexistente. Procedía en los casos previstos en el
Edicto, por ejemplo, minoría de edad, capitis diminutio , metus .

3 ) Las stipulationes praetoriae

Por las stipulationes praetoriae , el pretor induce a las partes a asumir determinadas
tareas mediante una stipulatio . La finalidad de la stipulatio praetoria era establecer una
caución o garantía para tutelar una relación no reconocida por el ius civile o no
suficientemente protegida.

1.3. EL PROCESO EXTRAORDINARIO

El procedimiento extraordinario se estableció por Diclesiano, a fines del s. III, durante el


período del imperio o período del Derecho romano post clásico. Se abolieron las fórmulas y la
palabra acción adquirió su significación actual. Por excepción se conservaron los interdictos y
la restitutio in integrum (restitución por entero).

Señalamos como conclusión importante que el Derecho romano fue el que creo a los
interdictos como la más genuina forma de defensa de la posesión, lo que ha heredado el
Derecho actual. De otro lado, el Derecho romano concedía los interdictos al que poseía nec vi
nec clam nec precario , por lo que el demandado tenía a su favor la excepción para poder
demostrar el carácter violento, clandestino o precario de la posesión del demandante. Este
modo de defensa interdictal ha sido abandonado por el Derecho actual que protege a todo
poseedor.

2. EL DERECHO CANÓNICO

En el Derecho canónico se protege la posesión reprimiendo la violencia que los herejes y


los señores feudales habían ejercido contra los obispos despojándolos de su sede y de los
bienes de su iglesia. En el s. IX, mediante las falsas decrétales de Isidorus Mercator, se
concedió a los obispos la exceptio spolii . El remdium spolii aparece como un privilegio de los
obispos, actuando como incidente previo de un proceso criminal; el obispo despojado de su
sede o de sus bienes utilizaba una excepción de modo que no podía ser juzgado en el sínodo
mientras no era restituido en su cargo o en sus bienes.

La exceptio referida a los obispos, por obra de los glosadores, devino en la actio spolii ,
es decir de medio defensivo se convirtió en medio ofensivo .

La actio polii se extendió a los clérigos y también a los laicos víctimas de despojo,
imponiéndole al juez el deber de reintegrarles en la posesión perdida. Se podía invocar en los
juicios civiles y penales, en los tribunales eclesiásticos y en los de Derecho común. Se aplicaba
tanto al poseedor como al tenedor de la posesión, a los bienes muebles como a los inmuebles,
incluso a las res incorporalis , a los oficios, prevendas, cargos honoríficos. Se podía dirigir
contra el autor del despojo (violento o clandestino) y contra terceros adquirentes.

El Derecho canónico admitía la pronta reintegración en el goce de cualquier derecho


de cuyo ejercicio nos hubiera despojado alguien con violencia y ocultamente, sin distinción de
derechos de familia, reales, de crédito, etc. [3] .

La conclusión más importante que podemos extraer del Derecho canónico es que
extendió la protección posesoria a todo poseedor despojado violenta o clandestinamente. Este
es el sistema adoptado por nuestro ordenamiento jurídico civil (art. 921).

3. DERECHO FRANCÉS

En el Derecho francés de la Edad Media se contó con tres acciones de protección de la


posesión: 1) La acción de recuperación , para proteger al desposeído violentamente; tiene su
origen en las fausses decretales y el canon reintegranda del Derecho canónico; 2) La acción de
mantenimiento contra los actos perturbatorios de la posesión; 3)La denuncia de obra nueva
para hacer cesar la molestia que resultaba para un propietario a causa de las obras nuevas
emprendidas por su vecino.

En el s. XIV, la acción de mantenimiento y la de recuperar se confundieron en una sola.


El Parlamento de París estableció que el expulsado de su heredad perdía la posesión pero
conservaba la saisine (investidura). Desde entonces existió una sola acción posesoria, la
llamada complaine en cas de saisine et de nouvellété que servía para mantener la posesión en
caso de turbación y recuperarla en caso de pérdida.

Code Napoleon, en su art. 2228, prescribe: " La oposición es la ocupación o disfrute de


una cosa o de un derecho que se tiene o ejerce por uno mismo o por otro que la tiene y ejerce
en su nombre " ("La possession est la détention ou la jouissance d'une chose ou d'un droit que
nous tenons ou que nous excercons par nousmémes ou par un autre qui la tient ou qui l'exerce
en notre nom"). Esta definición fue tomada de Pothier, añadiéndole las palabras mediante las
cuales se amplia el concepto de posesión de cosa corpórea con el "disfrute de un derecho".

4 . LA ANTIGUA LEGISLACION ESPAÑOLA

La antigua legislación española reconoció los interdictos de adquirir, conservar y


recuperar. La Ley de Enjuiciamiento Civil española incorporó los interdictos de obra nueva y de
obra vieja.

5. LA LEGISLACIÓN PERUANA
El Código de Procedimientos Civiles peruano de 1912 reguló los interdictos: de adquirir
(arts. 994-1001); retener (arts. 1002-1009); recobrar (aqrts. 1010-1017); de obra nueva (arts.
1018-1026); y de obra ruinosa (arts. 1027-1029).

El denominado interdicto de adquirir no era de protección de la posesión como hecho,


pues se concedía al titular del derecho de posesión. Procedía respecto de cosas que no posee
otro por más de un año (art. 994). Con la demanda se debía presentar el título que acredite el
derecho con que se solicita la posesión e indicar quien es el poseedor o tenedor actual o la
persona a cuyo cargo se hallan los bienes (art. 995). Si el título no era suficiente el juez
denegaba la posesión (art. 996) y si es suficiente mandaba citar al demandado y que se
publiquen avisos para que se presenten los que tengan derecho a la misma posesión (art. 997).
Sólo se admitía la oposición basada en la posesión actual, pública y por más de un año, en la
insuficiencia del título presentado por el demandante o el mejor derecho a poseer (art. 999).

El Código civil de 1852, establecía en su art. 1137, que el propietario de un edificio que
amenazare ruina, podía ser obligado a demolerlo o apuntalarlo o que los propios vecinos
podían solicitar autorización para realizar obras de inmediato, quedando obligado el
propietario a reembolsarle el valor de las mismas.

El vigente Código Procesal Civil de 1993, sólo reconoce los interdictos de recobrar (arts.
603 a 605) y de retener (arts. 606 y 607). Los interdictos de obra nueva y de obra ruinosa son
manifestaciones del interdicto de retener.

El Código civil derogado de 1936 restringió la tutela posesoria a los bienes inmuebles. En
el art. 831 prescribía: " Todo poseedor de inmuebles puede utilizar las acciones posesorias y
los interdictos, conforme al Código de Procedimientos Civiles. Si su posesión es de más de un
año puede rechazar los interdictos que se promuevan contra él ". El vigente Código de 1984, lo
amplió a los bienes muebles registrables.

6. DERECHO MODERNO

Las legislaciones modernas del sistema romano germánico han adoptado la protección
posesoria romana, con algunas modificaciones, tanto en los relativo a la retención de la
posesión como a la recuperación de la misma.

La doctrina moderna no es unánime en cuanto a la protección posesoria. Wolf [4] dice:


"cabe la duda de si aún hoy son necesarias las pretensiones de protección posesoria; las
medidas provisionales del artículo 940 de la ley procesal civil alemana podrían colmar
plenamente la necesidad, pues en la práctica son raras las demandas de protección posesoria .
cuán superflua es esta protección por medio de demanda nos los enseña el Derecho
extranjero: el Derecho francés (code de proc. civ. 23 y ss.) solamente conoce las demandas de
protección posesoria inmobiliaria, y aun éstas dentro de límites reducidos; el Derecho inglés
(igual que el Derecho germánico medieval) desconoce en absoluto el procedimiento judicial de
protección posesoria".

Respecto de las cosas muebles el art. 2488 del Código argentino, antes de su
modificación por Ley 17.711, disponía que ellas "no pueden ser objeto de la acción de despojo
sino cuando el poseedor fue despojado de ellas junto con el inmueble. Al despojado de cosas
muebles corresponde únicamente la acción civil de hurto u otra semejante, haya o no
procedido la acción criminal".
No obstante el debate doctrinario, el Derecho positivo actual admite a los interdictos
como el medio o forma natural de defensa de la posesión considerada como hecho.

Capitulo II

FUNDAMENTO DE LA PROTECCIÓN POSESORIA

1. FUNDAMENTO

El Derecho protege la simple posesión, tanto la legítima como la ilegítima, sea ésta de buena o
mala fe. Pero, ¿por qué el Derecho protege al simple poseedor, incluso contra los derechos del
legítimo propietario?, ¿qué justifica los pronunciamientos administrativos o judiciales en favor
del poseedor y en desmedro del propietario?

Los antiguos romanos se caracterizaron por ser una sociedad pastoril. Las familias ejercieron
un señorío de hecho sobre las villas para pastar sus rebaños. El ager publicus estaba
constituido por las tierras, especialmente las conquistadas a los enemigos, donde las familias
pastaban su ganado. Al señorío del grupo sobre el ager publicus se denominó possessio o
possessores . Durante la dominación etrusca la posesión comunitaria fue sustituida por la
individual, resultante de las concesiones de los reyes etruscos. El ager publicos fue el
patrimonio de las grandes familias, de los patricios , primero y la nobilitas , después. La
posesión fue el medio de disfrute de la tierra y representaba el signo de la clase dirigente y de
su poder político. La propiedad privada surge muchos siglos más tarde, según Weber con la Lex
Thoria del 111 a.C. que transformó las possessiones existentes en dominum optimo iure . De
este modo, los terrenos de Italia incorporados a las 35 tribus se convirtieron en objeto de
dominium [5] .

Bozza [6] dice que "las familias patricias durante siglos poseyeron el ager publicus
trasmitiéndoselo de generación en generación, al extremo de llegar a considerarlo como
propio, excluyente de cualquier regulación legal, a la cual opusieron siempre su poder de
hecho. Si la nobleza hubiese tenido un mínimo apoyo jurídico a favor de los possessores , en el
se habría atrincherado, y por consiguiente presentado un derecho incontestable e intangible.
Más ello no podía ser, pues la posesión constituyó exclusivamente un señorío de hecho, un
poder político-económico, del cual debía excluirse cualquier idea del derecho objetivo".

La tutela de la posesión en la época clásica romana no fue por la vía del derecho, sino fue una
tutela de carácter administrativo; el pretor intervenía investido de imperium y con función de
policía. Se protegía el hecho de la posesión; los interdictos posesorios fueron un remedio
policial para conservar o recuperar la posesión.

2. PROTECCIÓN POSESORIA SEGÚN SAVIGNY

Según Savigny [7] , si la posesión no es un derecho su perturbación no es contraria al


Derecho, solamente lo será si es que se viola a la vez a la posesión y a cualquier otro derecho.
La relación entre el hecho de la posesión y la persona que posee, determina la protección de la
posesión contra toda turbación que afecte al mismo tiempo a la persona. La perturbación o
despojo de la posesión mediante la violencia constituye una injusticia contra la persona, ésta
es la víctima de la violencia, y como toda violencia es injusta, los interdictos posesorios se
dirigen contra esta injusticia. Para Savigny, el fundamento de la tutela posesoria radica en la
interdicción (prohibición) de la violencia injusta contra la persona. Toda violencia es ilegítima
«y es contra esta ilegitimidad que está dirigido el interdicto. Todos los interdictos tienen pues
un punto en común: suponen un acto que, por su misma forma, es ilegal».
3. PROTECCIÓN POSESORIA SEGÚN IHERING

Para Rudolf von Ihering [8] , la posesión es la propiedad en su estado normal, lo que determina
que la protección de la posesión haya sido instituida con el fin de aliviar y facilitar la protección
de la propiedad. La posesión es la exterioridad, la visibilidad de la propiedad. Para ser
protegido como poseedor basta demostrar la posesión, por lo que dicha protección aprovecha
lo mismo al propietario que al no propietario, siendo ésta «una consecuencia absolutamente
inevitable». La protección de la posesión complementa la protección de la propiedad, facilita la
prueba de la propiedad dado a que «el poseedor se reputa propietario hasta la prueba en
contrario».

La propiedad dejaría de existir si el propietario, para protegerse en el goce de su derecho,


tendría que recurrir cada vez a probar su propiedad. La protección de la propiedad requiere
que su sola exterioridad, o sea la posesión, esté respetada y protegida. Las acciones posesorias
(lo que para nosotros son los interdictos) son los medios defensivos de la propiedad; la rei
vindicatio es el medio ofensivo. Los medios defensivos de la propiedad son acordados contra
cualquiera que turbe la propiedad, con independencia de la prueba de la propiedad. La
posesión es una situación de la propiedad jurídicamente protegida por sí misma y erigida en un
derecho independiente de la propiedad. La posesión como hecho al estar protegida por el
Derecho adquiere la calidad de relación jurídica, sinónimo de derecho.

Ihering fundamenta la protección de la posesión en la defensa de la propiedad. La protección


de la posesión es un complemento de la protección de la propiedad, sin la necesidad de probar
el derecho de propiedad, lo que aprovecha al mismo tiempo a los no propietarios que poseen
aun contra los propietarios que no poseen.

4. DOCTRINA DEL CÓDIGO CIVIL

La doctrina que fundamenta la protección posesoria en el Código Civil se inspira


principalmente en la teoría de Ihering.

El hecho ( factum ) de la posesión actual o anterior (cuando se ha producido la desposesión),


sin consideración del derecho ( ius ) a la posesión, se protege provisionalmente,
interinamente, a fin de que no se rompa la paz social y, en todo caso, hasta que en otro
proceso se dilucide los derechos de las partes en conflicto.

Como con los interdictos se obtiene solamente una tutela judicial provisional de la
posesión, las partes pueden acudir a un proceso plenario para que se dilucide el derecho a la
posesión, que por ser de prueba lata, se tramita en la vía del proceso de conocimiento. Como
dice Messineo [9] , si al titular de un derecho le estuviese permitido reprimir por sí mismo el
ejercicio ajeno (aunque fuera arbitrario) del derecho de él (titular) y, por consiguiente, hacerse
justicia por sí mismo (defensa privada de los derechos), resultaría turbada la pacífica
convivencia social, por lo que es aconsejable sacrificar al titular del derecho, en beneficio del
no titular , hasta tanto se declare en juicio que éste no tiene derecho a la posesión (no es
titular), sólo entonces estará obligado a entregar el bien poseído; y podrá ser privado de él aun
por la fuerza.

Los remedios de protección de la posesión como factum son los interdictos, distintos de
las acciones petitorias para que se emita pronunciamiento sobre el derecho o mejor derecho a
la posesión. Por ser los interdictos de prueba limitada exclusivamente a demostrar la posesión
y el acto perturbatorio o desposesorio, se tramitan en la vía sumarísima.
El fundamento de la tutela judicial interina o provisional de la posesión mediante los
interdictos es prevenir la violencia y evitar que el que tiene derecho a la posesión se haga
justicia por sí mismo, así como preservar y restablecer la paz social, mantener el statu quo
asegurando la posesión actual del que la está ejerciendo, sin perjuicio de que se ventile ante
los tribunales sobre quién tiene el derecho o mejor derecho a la posesión.

La protección de la posesión se basa también en la presunción de la buena fe del poseedor y


en el hecho de que conduce a la adquisición de la propiedad a través de la usucapión.

El ordenamiento jurídico concede al poseedor la facultad de defender su posesión


extrajudicialmente , mediante la autodefensa, denominada también autotutela, autoayuda,
defensa privada, defensa individual, y judicialmente por medio de los interdictos, las acciones
posesorias, algunas acciones de desalojo y acciones penales.

Capítulo III

PROTECCION JUDICIAL Y EXTRAJUDICIAL DE LA POSESIÓN

1. DEFENSA EXTRAJUDICIAL DE LA POSESIÓN

Artículo 920.- El poseedor puede repeler la fuerza que se emplee contra él y recobrar el
bien, sin intervalo de tiempo, si fuere desposeído, pero en ambos casos debe abstenerse de las
vías de hecho no justificadas por las circunstancias .

La defensa de la posesión, así como la de cualquier otro derecho o interés está confiada al
Poder Judicial, a fin de que nadie se haga justicia por su propia mano. La excepción a esta regla
lo constituye el art. 920 que autoriza la defensa privada de la posesión.

La posesión del titular o no titular del derecho real, sobre un bien mueble o inmueble,
rústico o urbano, encuentra su primera tutela en la legítima defensa contra los actos con los
cuales se priva o perturba el goce pacífico de un bien. Por tanto, el poseedor, titular o no
titular del derecho, puede repeler la fuerza que se emplee contra él impidiendo que el
agresor tome posesión del bien o recobrar el bien (mueble o inmueble) si ha sido despojado,
sin que con ello incurra en delito por tomarse la justicia por su propia mano, siempre que lo
haga inmediatamente, no ex intervallo , y lo haga con medios proporcionales a la ofensa, o sea
se debe abstener de las vías de hecho no justificadas por las circunstancias. El Derecho alemán
habla de una reacción equivalente.

La autodefensa de la posesión es sólo una manifestación de la legítima defensa. Como dice


Ihering [10] , amenazado en su existencia, en su cuerpo, en su vida, en su patrimonio, por un
ataque del exterior, el individuo se pone en estado de defensa, r4echaza la fuerza por la
fuerza. La legítima defensa de sí mismo es una expresión justa. Protegiendo su haber el
individuo se defiende así mismo. En el derecho se presenta el haber bajo dos aspectos: el
haber de hecho (posesión) y el haber de derecho (propiedad). La fuerza también adquiere dos
formas cuando se aplica a la defensa del haber: es defensiva cuando quiere mantener el
estado de hecho de la detentación de las cosas; ofensiva , cuando tiende a recobrar la cosa
perdida de hecho.

El art. 920 autoriza la defensa extrajudicial en dos situaciones:

1)Para repeler la fuerza empleada contra el poseedor. Supone un acto de turbación; y

2) Para que el poseedor desposeído recupere el bien. Supone un acto de despojo.


En ambos casos de defensa extrajudicial deben concurrir los siguientes requisitos:

a) La violencia empleada por un tercero contra el poseedor . El autor del ataque se vale de la
fuerza, por lo que queda excluido de la defensa privada de la posesión el supuesto de la
usurpación clandestina;

b) Reacción inmediata del poseedor . Entre ataque y defensa debe existir unidad de tiempo.
El poseedor responda inmediatamente rechazando la perturbación o recuperando el bien del
que ha sido desposeído. Si no intenta recobrar la posesión sin intervalo de tiempo, sólo lo
podrá hacer por la vía judicial.

c) Abstenerse de las vías de hecho no justificadas . La reacción del poseedor no debe exceder
los medios de la legítima defensa, es decir, debe abstenerse de las vías de hecho no
justificadas por las circunstancias.

d) Imposibilidad de la intervención de la autoridad . Aunque el art. 920 no lo menciona, por


tratarse de un remedio excepcional, la defensa privada de la posesión solamente es admitida
cuando no es posible la intervención de la autoridad, ya que si el poseedor fuera pedir auxilio,
al regresar sería terde por haberse consumado el despojo.

Es lícito que el poseedor se haga justicia por su propia mano repeliendo la fuerza con la
fuerza ( vim vi repellere licet ) para impedir ser despojado del bien o si ya lo fue, para
recuperarlo, con tal que reaccione inmediatamente [11] y sin excederse de los medios de la
legítima defensa y siempre que la ley o resolución judicial no autoricen la privación o
perturbación.

Como se aprecia, la defensa privada de la posesión se caracteriza por ser un medio


excepcional de uso de la fuerza por el poseedor para repeler la fuerza que lo perturba o
despoja de la posesión y por referirse a todos los supuestos de posesión, con independencia
del derecho a poseer.

La autodefensa de la posesión consagrada en el art. 920 es una aplicación particular del


principio general de la legítima defensa por la que, tanto el poseedor como el servidor de la
posesión están facultados para rechazar por las vías de hecho las perturbaciones a la posesión
pacífica o a contraatacar para recuperar la posesión cuando ha sido privado de ella, siempre
que lo haga en forma inmediata. Así, el poseedor puede repeler con la fuerza al ladrón que
pretende arrebatarle sus bienes muebles o recuperarlos, también por la fuerza, persiguiendo
al ladrón sorprendido in fraganti. Tratándose de bienes inmuebles, el poseedor puede rechazar
por la fuerza los actos perturba torios y si ha sido despojado puede contraatacar para
recuperar la posesión, siempre que actúe inmediatamente.

Según Ulpiano, "podemos repeler con las armas al que viene con armas; mas esto
inmediatamente, no después de un intervalo, con tal que sepamos que no solamente está
permitido resistir, para no ser echado, sino que el que hubiere sido echado eche al mismo, no
después de un intervalo, sino inmediatamente" (Digesto, L. XLIII, t. XLI).

Repeler la fuerza sin intervalo de tiempo, inmediatamente, significa que el poseedor actúa
en el mismo momento en que un tercero emplea la fuerza contra él y si, no obstante ello, es
desalojado, puede reaccionar con toda la rapidez, de acuerdo a las circunstancias, para
recobrar el bien.
La legitimación activa comprende tanto al poseedor de cualquier clase que sea como al
tenedor o servidor de la posesión. En ejercicio de la legítima defensa, toda persona está
facultada para repeler la fuerza que se emplee contra ella, por consiguiente la defensa privada
de la posesión a que se refiere el art. 920 comprende tanto al poseedor como al servidor de la
posesión.

El servidor de la posesión defiende la posesión para el poseedor, consiguientemente está


facultado para autodefenderse cuando alguien intenta perturbarlo o despojarlo del cuidado
del bien. Por ejemplo, el obrero puede intentar evitar el despojo de las herramientas que
utiliza en su trabajo.

La legitimación pasiva es restringida puesto que puede ejercerse la defensa privada


solamente contra el que perturba o despoja al poseedor o tenedor, debido a que entre la
acción y la reacción no puede existir intervalo de tiempo.

2. ACCION POSESORIA DE CARÁCTER ADMINISTRATIVO

El mejor derecho a la posesión (acción posesoria) es definido judicialmente, pero también


puede ser establecido por entidades administrativas facultadas expresamente por ley. Así,
por Decreto Legislativo N° 803, se declaró de interés nacional la Promoción del Acceso a la
Propiedad Formal y su inscripción registral con el fin de garantizar el derecho de los
ciudadanos a la propiedad y el ejercicio de la actividad privada en una economía social de
mercado. Mediante este Decreto complementado con la Ley 27046 se creo la Comisión de
Formalización de la Propiedad Informal (COFOPRI). Por Decreto Supremo N° 005-2001-JUS se
crearon las Comisiones Provinciales de Formalización de la Propiedad Informal, en cargadas de
la formalización. Por Decreto Supremo N° 039-2000-MTC, publicado el 6.8.2000, se aprobó el
Reglamento de Normas que regulan la organización y funciones de los órganos de la COFOPRI.
El órgano de segunda y última instancia administrativa con competencia nacional es el
Tribunal Administrativo de la Propiedad.

COFOPRI está facultada para definir el mejor derecho de posesión de los poseedores
informales de predios estatales, fiscales o municipales (D. S. N° 013-99-MTC del 5.5.99, art.
30). Sin embargo, salvo disposición legal expresa en contrario, el hecho de que
administrativamente se haya reconocido el mejor derecho a la posesión no impide que su
titular pueda obtener dicho reconocimiento judicialmente, puesto que ha nadie puede negarse
el derecho a la tutela jurisdiccional consagrado en el art. 139 de la Constitución [12] . COFOPRI
solamente está facultada para declarar el mejor derecho de posesión; cuando advierta que
sobre el predio existe un derecho de propiedad o ambas partes en conflicto exhiben títulos de
propiedad porque, por ejemplo, un Concejo Municipal ha transferido el predio en dos o más
ocasiones, debe declinar su competencia para pronunciarse en un proceso sobre el mejor
derecho de posesión, puesto que el conflicto entre probables propietarios debe ser dilucidado
judicialmente [13] .

3. DEFENSA JUDICIAL DE LA POSESION

Artículo 921.- Todo poseedor de muebles inscritos y de inmuebles puede utilizar las acciones
posesorias y los interdictos. Si su posesión es de más de un año puede rechazar los interdictos
que se promuevan contra él .

3.1. LAS ACCIONES POSESORIAS Y LOS INTERDICTOS


La defensa judicial de la posesión de muebles inscritos y de inmuebles, estén o no inscritos,
está confiada a las acciones posesorias y a los interdictos.

El Código Civil de 1936 limitó la tutela interdictal al poseedor de bienes inmuebles. El art.
831 de este Código disponía: " Todo poseedor de inmuebles puede utilizar las acciones
posesorias y los interdictos, conforme al Código de Procedimientos Civiles. Si su posesión es de
más de un año puede rechazar los interdictos que se promuevan contra él " [14] .

El art. 921 del Código Civil vigente se complementa con los arts. 598 y 599 del Código
Procesal Civil. El art. 598 prescribe: Todo aquel que se considere perturbado o despojado en su
posesión puede utilizar los interdictos, incluso contra quienes ostenten otros derechos reales
de distinta naturaleza sobre el bien objeto de la perturbación . El art. 599 establece: El
interdicto procede respecto de inmuebles, así como de bien mueble inscrito, siempre que no
sea de uso público. También procede el interdicto para proteger la posesión de servidumbre,
cuando ésta es aparente .

No están protegidos por los interdictos los bienes muebles no inscritos y todos los derechos
extrapatrimoniales, tampoco lo están los bienes del Estado de uso público (art. 599 del CPC).

No está demas hacer presente que la posesión, especialmente la del propietario, desde el
Derecho romano hasta la actualidad, además de las acciones posesorias y de los interdictos,
está protegida también por acciones contractuales (en los contratos) y por las acciones penales
(en los delitos).

El art. 921 confiere las acciones posesorias y los interdictos a los poseedores de muebles
inscritos y de inmuebles. Las acciones posesorias corresponden a quienes tienen derecho a la
posesión y los interdictos a los poseedores sin entrar a considerar si tienen derecho o no a la
posesión. En otros términos, el hecho posesorio actual (el ius possessionis ) se defiende con el
interdicto y el derecho a la posesión ( el ius possidendi ) se protege con la acción posesoria.

Doctrinariamente no se distingue claramente entre interdictos y acciones posesorias. Para


un sector importante de la doctrina no existen más acciones posesorias que los interdictos:
Asi, Bonfante [15][15] afirma: "Las acciones posesorias se llaman interdictos porque en el
derecho clásico la defensa de la posesión era ordenada en forma extraordinaria por medio del
procedimiento de interdicción. Se distinguen los interdicta retinendae possessionis y los
interdicta recuperandae possessionis : los primeros defienden la posesión en caso de
perturbación o molestia causada al poseedor; los segundos en caso de expoliación calificada".

Messineo [16] expresa: «la defensa de la posesión, propia del derecho privado , se confía a
dos acciones especiales, llamadas -en su conjunto- acciones posesorias (en contraposición... a
las acciones petitorias); esas acciones son: la acción de reintegración (o de despojo ) y la acción
de mantenimiento ». La doctrina y legislación italiana denominan acción de reintegración al
interdicto de recobrar y acción de mantenimiento al interdicto de retener .

En la doctrina nacional, Castañeda [17] sostiene que no existen más acciones posesorias que
los interdictos, que son los únicos canales destinados a la defensa de la posesión.
Contrariamente, Romero Romaña [18] distingue entre las acciones posesorias y los interdictos;
refiere que con los interdictos se defiende al poseedor actual sin entrar a considerar si tiene
derecho o no a la posesión. Las acciones posesorias se conceden, en cambio, a quienes tienen
derecho a la posesión. Dece este autor que hay que "distinguir las acciones posesorias de los
interdictos, porque teniendo los interdictos como finalidad defender al poseedor actual, sin
entrar a considerar si tiene derecho o no a la posesión, lo que eventualmente podía conducir a
sancionar injusticias, favoreciendo a un usurpador que naturalmente no tiene derecho sobre el
bien, lo que se resuelve en un interdicto es provisional. Las acciones posesorias se conceden,
en cambio, a quienes tienen derecho a la posesión. El que tiene derecho aposeer puede
interponer un juicio ordinario, donde se pueden actuar pruebas sobre el derecho de poseer y
contradecir lo resuelto en el interdicto, logrando que se le conceda la posesión, lo cual se
comprueba recurriendo al Código de Procedimientos Civiles".

Las acciones se clasifican en personales ( actiones in personam ) y reales ( actiones in rem ).


Las primeras protegen derechos subjetivos personales, denominados también obligacionales o
de crédito y las reales tutela derechos subjetivos reales. Las acciones reales se subclasifican en
posesorias ( possessorium ) y petitorias ( petitorium como las vindicationes o petitiones ). La
acción posesoria lo ejerce el poseedor sin consideración del título y la acción petitoria la ejerce
el propietario o titular de otro derecho real.

Conforme al art. 921 el possessorium comprende tanto a los interdictos como a las acciones
posesorias como medios de defensa de la posesión. La posesión como hecho se defiende con
los interdictos (auténticas acciones posesorias) y la posesión como derecho se protege con
acciones posesorias que son petitorias. En los interdictos se admiten pruebas exclusivamente
relativas a la posesión del demandante y a la perturbación o despojo por el demandado,
debiendo rechazarse toda otra prueba que no se concrete a este fin. En el interdicto no se
debate para nada sobre el derecho a la posesión. En cambio, en las petitorias se examinan
títulos para determinar el derecho o mejor derecho a la posesión. Esto impide la acumulación
de ambas acciones. Si se permitiera la acumulación de estas acciones, se estaría facultando al
titular del derecho real (propietario, usufructuario, etc.) para que, en uso de su ius possidendi ,
se haga justicia por su propia mano despojando o perturbando impunemente al poseedor,
hecho que la ley no permite, salvo el caso excepcional de la defensa privada de la posesión
siempre que concurran los requisitos contemplados por el art. 920.

Como expresa Díez Picazo [19] , la regla que prohíbe la acumulación "se dirige
fundamentalmente al demandado. El demandado en el juicio posesorio (para nosotros el juicio
interdictal) no puede proponer cuestiones petitorias hasta que la controversia posesoria haya
sido decidida y la condena ejecutada. A nuestro juicio, se dirige también al demandante. Si el
demandante abre un juicio estrictamente posesorio la única cuestión que es lícito discutir en él
es la cuestión de la posesión. Por último, la regla se dirige también al juez, quien debe decidir
el pleito posesorio, únicamente sobre la base de la posesión efectiva y de la lesión que en ésta
se haya experimentado, reservando cualquier otra acción para el juicio correspondiente".

El art. 921 menciona a las acciones posesorias y los interdictos, y el art. 979 se refiere: a la
acción reivindicatoria, acciones posesorias, interdictos, acciones de desahucio (entiéndase de
desalojo), aviso de despedida y demás acciones que determine a ley. Son acciones petitorias
por excelencia la reivindicatoria y la de mejor derecho a la propiedad destinadas a esclarecer a
quien corresponde el derecho de propiedad, pero también son petitorias las que tienen por
objeto establecer a quien pertenece el derecho o mejor derecho a la posesión. En otros
términos, la acción petitoria puede versar sobre el derecho de propiedad u otro derecho real
como, por ejemplo, el de superficie, usufructo, uso, habitación, los cuales tienen por contenido
a la posesión. Para nuestro ordenamiento jurídico el possessorium comprende los interdictos
que protegen a la posesión como hecho y las acciones posesorias (que por naturaleza son
acciones petitorias) que defienden a la posesión como derecho. Con la acción interdictal se
obtiene una decisión judicial que protege a la posesión provisionalmente, es decir, tal decisión
no tiene la autoridad de cosa juzgada, puesto que el vencido puede entablar un proceso
judicial petitorio haciendo uso de las acciones posesorias o de dominio que le confiere la ley.

El art. 921 establece que el que tiene la posesión por más de un año puede rechazar los
interdictos que se promuevan contra él. La posesión anual no es requisito para que el
poseedor tenga derecho a las acciones interdictales [20] , sino para rechazar los interdictos
que se promuevan contra él. Tiene derecho a valerse de los interdictos el que posee por días,
meses o años, pues para que accione basta que tenga la posesión actual o que haya sido
despojada de ella, pero debe ejercitar su acción antes de vencido el año contado desde que se
produjo el hecho de la perturbación o del despojo. Es decir, el plazo para demandar la acción
interdictal prescribe al año de producido el hecho que fundamenta la demanda. El despojante
demandado que tiene la posesión por más de un año puede rechazar los interdictos que se
promuevan contra él, deduciendo la excepción de prescripción de la pretensión interdictal.
Declarada fundada la excepción de prescripción, el demandante puede ejercer su derecho a la
posesión en un proceso de conocimiento (art. 601 del C.P.C.)

3.2. DEFINICIÓN DE INTERDICTO

Podemos definir a los interdictos como los procesos judiciales civiles, sumarísimos, de prueba
limitada exclusivamente a la posesión, destinados a resolver provisionalmente sobre la
posesión actual, con prescindencia del derecho, tanto para mantenerla o conservarla como
para recuperarla.

Gayo deriva la palabra interdicto de interdicere (prohibir), sinónimo de prohibere . Para


las Institutas de Justiniano, la palabra interdicto se ha acomodado a todos quia inier duos
dicuntur (tít. XV, I). San Isidro de Sevilla dice que vendría de interim dictum debido a que el
interdicto conduce a una decisión provisoria [21] .

Explica Gayo [22] que en determinados casos el pretor o el procónsul imponía su


autoridad para poner fin a la controversia, principalmente cuando se trataba sobre la posesión
o la cuasi posesión, concretándose a mandar o prohibir que se hicera algo. Las fórmulas que se
empleaban para ello, se llamaban interdictos y decretos. Se denominaban decretos cuando
mandaba se hicera algo, por ejemplo, cuando ordenaba que se exhibiera o se restituyera algo;
y se llama interdicto cuando prohibía hacer algo, por ejemplo, cuando ordenaba que no se
ejerza violencia contra el que posee justamente, o que no se haga algo en lugar sagrado. De
ahí que los interdictos se dividen en restituiros, exhibitorios y prohibitorios.

Los interdictos constituyen el instrumento procesal para la defensa de la posesión como


hecho, no como derecho, tanto de bienes inmuebles como de muebles inscritos, siempre que
no sea de uso público , y también para proteger la posesión de servidumbres aparentes (art.
599 del CPC).

Los interdictos son de naturaleza posesoria. Basta tener la posesión fáctica para ser protegido
con los interdictos de retener y de recobrar, con independencia del derecho. Por ello, la
sentencia dictada en un interdicto es provisional.

Los interdictos se caracterizan:

• Por ser procesos sumarísimos

• En el proceso se debate solamente sobre el hecho de la posesión

• No se discuten cuestiones relativas al título de propiedad o posesión


• Tiene por fin evitar que las personas se hagan justicia por su propia mano; asegurar la
posesión actual a favor del que está poseyendo, sin perjuicio de que después se ventile el
mejor derecho a la posesión; y restablecer la tranquilidad social alterada por el conflicto
posesorio.

• La sentencia tiene carácter interino. Es cosa juzgada solamente son relación al hecho
de la posesión y a los actos perturbatorios o de despojo, más no con relación al derecho de
propiedad o de posesión que las partes podrán reclamar en un proceso de conocimiento.

El Código procesal civil reconoce el interdicto de recobrar (art. 603) y el interdicto de


retener (art. 606). El interdicto de obra nueva y el de obra ruinosa, conforme al art. 606, son
manifestaciones del interdicto de retener, pues las perturbaciones a la posesión pueden
consistir en actos materiales o de otra naturaleza, como la ejecución de obras, o la existencia
de construcciones en estado ruinoso.

3.3. DIFERENCIAS ENTRE ACCIÓN POSESORIA E


INTERDICTO

Señalemos a continuación las diferencias entre la acción posesoria y el interdicto:

1) Por los titulares de la acción posesoria y de los interdictos

Sólo los poseedores legítimos son titulares de las acciones posesorias, mientras que de
los interdictos pueden valerse los poseedores legítimos como los ilegítimos. A estos últimos, el
ordenamiento jurídico les concede los interdictos pero no las acciones posesorias.

En otros términos, las acciones posesorias corresponden a quienes tienen derecho a la


posesión ( ius possidendi ) y los interdictos, a quienes tienen la posesión de hecho ( factum
possessionis ), sin importar la calidad del poseedor (con título o sin título, de buena o de mala
fe).

Conforme al art. 598 del C.P.C., " todo aquel que se considere perturbado o despojado
en su posesión puede utilizar los interdictos, incluso contra quienes ostenten otros derechos
reales de distinta naturaleza sobre el bien objeto de la perturbación ".

Del interdicto puede valerse tanto el poseedor legítimo (propietario, usufructuario, etc.) como
el ilegítimo sea éste de buena o de mala fe (el ocupante precario, el usurpador), siempre que el
uno o el otro haya sido perturbado en su posesión o privado de ella. De la acción posesoria
solamente puede valerse el que legítimamente tiene derecho a la posesión.

El poseedor legítimo (con título) cuando es perturbado o despojado del ejercicio de su derecho
de posesión, tiene a su disposición no solamente las acciones posesorias con las cuales hace
valer la titularidad de su derecho, sino también los interdictos con los cuales no tiene más que
probar que el hecho de la posesión.

Acciona interdictalmente el que tiene la posesión fáctica actual o ha sido despojado de ella, sin
contar para nada el título posesorio. En cambio, para plantear una acción posesoria se
requiere contar con título posesorio aunque no se tenga la posesión actual y material.

2) Por la cuestión debatida .

En la acción posesoria el debate es entre titulares de la posesión. En el interdicto se debate


solamente sobre el hecho de la posesión, sin consideración alguna sobre el título posesorio.
En el interdicto, las partes están prohibidas de detenerse a comprobar la titularidad o la
efectiva pertinencia del derecho poseído y el juez está obligado a decidir la controversia
únicamente sobre la base de la posesión efectiva y de la ofensa que haya experimentado. Con
los interdictos no se defiende el derecho de propiedad ni el mejor derecho de poseer, por lo
que proceden aun contra el propietario o quienes ostenten otros derechos reales de distinta
naturaleza sobre el bien objeto de litis, de ahí que el debate se centra únicamente en el hecho
de la posesión, sin contar para nada el título de propiedad o el título posesorio. En cambio, en
la acción posesoria el debate se centra en establecer quién tiene el mejor derecho a la
posesión; el demandante y el demandado cuentan con título posesorio, ambos reclaman el
derecho a la posesión amparados en sus respectivos títulos; se enfrenta un título posesorio
con otro título posesorio. Por ejemplo, cuando se enfrentan dos o más con títulos de
usufructurarios o arrendatarios de un mismo bien, o un arrendatario con un anticresista. El
debate está orientado a determinar cuál es el título que prevalece sobre los demás, quién
tiene el mejor derecho a la posesión.

Si se enfrentan los títulos de dos o más propietarios, el debate no se puede llevar a cabo en
una acción posesoria sino en una acción sobre mejor derecho de propiedad.

En el interdicto se debate únicamente el derecho de poseer ( ius possessionis ), como posesión


considerada en sí misma, independientemente de que se posea con título o sin título, mientras
que en la acción posesoria se debate el derecho a la posesión ( ius possidendi ). El que se vale
de la acción posesoria tiene que exhibir como fundamento de su pretensión un título
consistente en un derecho de alcance más amplio al derecho de quien se opone.

3) Por la prueba .

En los interdictos, los hechos a probar son solamente la posesión y la perturbación o


despojo de ella, sin consideración alguna de la existencia, en quien se afirma poseedor, del
derecho ejercitado. En la acción posesoria, en cambio, el actor debe probar la titularidad de su
derecho a la posesión por ser propietario, usufructuario, arrendatario, etc.

Como dice Cuadros [23] , "en el interdicto no tiene significación la prueba escrita sobre la
posesión, ni el título posesorio; se discute únicamente la posesión del actor y el hecho
perturbatorio o desposesorio. En cambio, en la acción posesoria tiene fuerza la prueba
instrumental en que conste el título posesorio estimado como la causa originaria del derecho a
la posesión".

4) Por el plazo para ejercitar la acción

El interdicto puede promoverse dentro del año a contar desde el inicio de la perturbación o de
haber sufrido el despojo de la posesión [24] . En cambio, la acción posesoria puede
promoverse en cualquier momento, aun después de vencido el año de los actos perturbatorios
o de despojo. Así está dispuesto por el art. 601 del CPC: « La pretensión interdictal prescribe al
año de iniciado el hecho que fundamenta la demanda. Sin embargo, vencido este plazo, el
demandante puede ejercer su derecho a la posesión en un proceso de conocimiento ».

5) Por la vía procedimental

El interdicto se tramita en la vía del proceso sumarísimo (art. 546.5 del CPC), dado a la
urgencia de proteger la posesión y a que no existen otros hechos que probar mas que la
posesión y la ofensa a ella. En cambio, la acción posesoria, por no tener una vía procedimental
propia, y por ser de prueba lata mucho más difícil que la prueba de la simple posesión, se
tramita en la vía del proceso de conocimiento (arts. 475.1 y 601 del CPC).

6) Por la naturaleza de la sentencia

La sentencia dictada en el proceso de interdicto tiene el carácter de interina, provisional, tutela


la simple posesión, no produce los efectos de la cosa juzgada que sea oponible en una acción
petitoria como es la de mejor derecho a la posesión o la acción reivindicatoria o la de mejor
derecho a la propiedad. En cambio, la sentencia dictada en una acción posesoria produce los
efectos de la cosa juzgada, no pudiendo reabrirse el debate judicial sobre el mejor derecho
declarado judicialmente.

Debido a que en el interdicto se juzga solamente el hecho de la posesión y en la acción


posesoria el derecho a la posesión, el vencido en el interdicto puede recurrir a la acción
posesoria, o a la acción reivindicatoria si tiene la calidad de propietario no poseedor, o la
acción de mejor derecho de propiedad si es que el poseedor actual también alega ser
propietario [25] .

3.4. REGLAS COMUNES A TODOS LOS INTERDICTOS

1) Bienes respecto de los que procede .

Art. 599 del CPC: E l interdicto procede respecto de inmuebles, así como de bien mueble
inscrito, siempre que no sea de uso público.

También procede el interdicto para proteger la posesión de servidumbre, cuando ésta es


aparente .

Procede la acción interdictal respecto de todo bien inmueble esté o no inscrito.


Respecto de los muebles solamente procede cuando el bien está inscrito. También procede
para proteger la posesión de servidumbres aparentes.

Con el interdicto se protege el hecho de la posesión, acreditada por sus manifestaciones


objetivas, independientemente del título posesorio.

No procede la acción interdictal respecto de bienes muebles no inscritos, de bienes del


Estado de uso público y de servidumbres no aparentes.

No procede la acción interdictal respecto de los bienes que están sometidos a


jurisdicción administrativa. Entre estos bienes tenemos:

a) Los yacimientos minerales son bienes del Estado, el que los puede entregar en concesión
a particulares para su exploración y explotación. Cualquier acto de perturbación o despojo es
resuelto administrativamente por la autoridad minera, específicamente por el Registro Público
de Minería. El Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, D.S. N° 014-92-EM del
2.6.1992, establece que es atribución del Registro Público de Minería, tramitar y resolver las
denuncias de internamiento en derecho ajeno (art. 105.inc. c.). Si durante la tramitación de un
petitorio minero se advierte que se superpone totalmente sobre otro anterior, será cancelado
el pedimento posterior; si la superposición es parcial, el nuevo peticionario deberá reducir su
pedimento respetando el área de la concesión anterior (art. 114). Si aparecen superpuestas,
total o parcialmente, dos o más concesiones mineras con título inscrito por más de noventa
días, el Jefe del Registro Público de Minería constituirá una sociedad legal respecto de las áreas
superpuestas (art. 115).
b) Las aguas. La Ley General de Aguas, Decreto Ley N° 17.752 del 24.7.1969, establece que
cualquier usurpación o turbación en el uso de las aguas será sancionada administrativamente,
sin perjuicio de las acciones penales. El que para beneficiarse así mismo o a tercero desvía el
curso de las aguas públicas o privadas, impidiendo que corran por su cauce o las utiliza en una
cantidad mayor a la debida, comete delito de usurpación (art. 203 del C.P.).

2) Defensa de la posesión de servidumbres por medio del interdicto

El segundo párrafo del art. 599 dispone que procede el interdicto para proteger la posesión de
servidumbre, cuando ésta es aparente.

Conforme al art. 1035 del C.C., la servidumbre es el gravamen, legal o convencional, que se
impone a un predio (llamado sirviente) en beneficio de otro (denominado predio dominante),
que da derecho al dueño de este último para practicar ciertos actos de uso del predio sirviente
o que impida al dueño de éste el ejercicio de alguno de sus derechos.

Con la servidumbre se limita el derecho de propiedad de un predio (predio sirviente), en favor


de otro (predio dominante), por consiguiente la posesión de servidumbre es posesión de bien
inmueble. La servidumbre aparente se manifiesta mediante signos exteriores.

Solamente las servidumbres aparentes pueden adquirirse por prescripción (art. 1040).

Como expresa Romero Romaña [26] , las servidumbres "son aparentes cuando se manifiestan
a simple vista, por trabajos exteriores, tales como una ventana, una puerta, un canal. Por ello
se denominan también visibles. Ejemplo: la servidumbre de luz. En cambio las no aparentes
son aquellas cuyo conocimiento no puede tenerse por ningún signo visible y sólo se obtiene
estudiando los títulos de propiedad. Por ejemplo, las servidumbres de no edificar a mayor
altura. Una persona visita a una finca y observa que sólo tiene un piso; pero no puede saber si
ello se debe a que existe una servidumbre que prohíbe edificar a mayor altura, lo que sólo
podría conocer estudiando los títulos de propiedad".

3) Legitimación activa

En los procesos interdictales es legitimado activo todo el que se considere perturbado o


despojado en su posesión, según se trate de interdicto de retener o de recobrar.

Con los interdictos se protege a toda clase de poseedor, legítimo o ilegitimo, de buena o de
mala fe, al que adquirió la posesión porque lo transfirió el titular del derecho real como al que
lo adquirió de modo clandestino o violento, al poseedor con o sin animus domini ; al que
adquirió la posesión originariamente o en forma derivada como es la posesión adquirida
mediante un acto jurídico unilateral o bilateral, inter vivos (el uso derivado de un contrato de
arrendamiento, comodato, leasing, etc.) o mortis causa (el usufructo derivado de un
testamento), al poseedor de una cosa y al poseedor de un derecho (ejemplo, el del
copropietario), al poseedor exclusivo y a los coposeedores. Consiguientemente, todo poseedor
está legitimado activamente para ejercitar la acción interdictal. Lo está el poseedor que sea
propietario, comodatario, usufructuario, superficiario, depositario, acreedor prendario,
arrendatario; también el usurpador, el ladrón, el precario; el poseedor mediato y el inmediato;
el poseedor titular de un derecho real (usufructuario, etc.) o de un derecho personal
(arrendatario, etc.). En suma, con el interdicto se protege toda forma de posesión sea de
derecho real o de derecho personal.
El poseedor mediato, como todo poseedor, tiene el derecho de mantener la posesión o
recuperar la posesión perdida, especialmente para cumplir con su obligación de mantener en
el uso y goce pacífico del bien al poseedor inmediato.

El poseedor inmediato puede ejercitar la acción interdictal contra cualquier tercero o contra
el poseedor mediato cuando éste es el autor del despojo o de la perturbación.

Los coposeedores, mediatos o inmediatos, pueden ejercitar la acción conjuntamente


cuando la agresión es contra todos o también lo pueden hacer individualmente en beneficio de
la comunidad. Si el ataque es solamente contra uno de ellos, solamente él puede accionar. La
acción se puede ejercitar entre comuneros cuando uno o algunos despojen al otro o a los otros
con el fin de poseer el bien en exclusividad.

Es por ello, el art. 598 del CPC, en cuanto al legitimado activo , dispone: " Todo aquel que se
considere perturbado o despojado en su posesión puede utilizar los interdictos, incluso contra
quienes ostenten otros derechos reales de distinta naturaleza sobre el bien objeto de la
perturbación" .

La Sala Civil de la Corte Suprema ha resuelto: " Los interdictos no sólo protegen los derechos
reales adquiridos originariamente, sino también aquellos adquiridos en forma derivada como
lo son aquellos derechos reales que se sustentan en la celebración de actos jurídicos de
distinta naturaleza, sean bilaterales o unilaterales, Inter. Vivos o mostis causa, como, la
propiedad derivada de la compraventa, el uso derivado del arrendamiento, el usufructo
derivado de un testamento o contrato, entre otras " (CAS. N° 166-94, Lima).

El presupuesto común es que tanto el poseedor legítimo como el ilegítimo hayan sido
despojados de la posesión (interdicto de recobrar) o perturbados en ella (interdicto de
retener). No pueden ejercitar la acción interdictal los simples tenedores del bien o servidores
de la posesión por no tener la calidad de poseedores.

Los interdictos pueden ejercitarse por el legitimado activo, en ejercicio de su derecho a la


tutela jurisdiccional efectiva, en forma directa o a través de su representante (art. 2 del CPC).

4) Legitimación pasiva

El legitimado pasivo del interdicto (el demandado), es todo aquel que lleve a cabo actos de
privación de la posesión o de perturbación en ella, aun cuando tenga derecho a la posesión por
ser propietario, usufructuario, superficiario, etc. De modo que aquí no tiene vigencia el
principio que dice feci sed iure feci (lo hice, pero lo hice con derecho), puesto que con los
interdictos no se tutela el derecho a la posesión, sino el simple hecho de la posesión. También
lo es el tercero que tenga la posesión en virtud de la adquisición del bien, a título universal o
particular, conociendo que su causante es el despojador.

La tutela jurídica del poseedor no desaparece aun cundo el autor del despojo o perturbación
sea el titular de un derecho real superior sobre el bien objeto de la perturbación (propietario,
usufructuario, etc.).

El Código civil italiano en su art. 1169 establece: La reintegración se puede pedir también
contra quien está en la posesión en virtud de una adquisición a título particular, hecha con el
conocimiento del despojo ocurrido .

En efecto, la acción interdictal se puede dirigir contra el heredero del autor del despojo y
también contra el que ha adquirido derechos del despojante con conocimiento del despojo,
puesto que no hay razón alguna, en este caso, para que el Derecho ampare la mala fe del
tercero adquirente o subadquirente.

5) Juez competente

El juez competente es el del lugar donde se encuentra el bien o bienes o el del domicilio del
demandado, a elección del demandante (art. 24 del CPC). Si la demanda versa sobre varios
inmuebles situados en distintos lugares, será compente el juez del lugar de cualquiera de ellos.
Los jueces civiles conocen de estos procesos cualquiera que sea la cuantía del bien (art. 597 del
C.P.C.). Tratándose de desposesión por orden judicial expedida en un proceso en el que el
poseedor no ha sido emplazado o citado, es competente el juez que dio la orden de
desposesión (art. 605).

6) Requisitos de la demanda. Límite probatorio

La demanda debe contener los requisitos establecidos en el art. 424 del C.P.C. y debe estar
acompañada de los anexos que establece el art. 425 del mismo Código. Además la demanda
debe expresar necesariamente:

• Los hechos perturbatorios o desposesorios en que consiste el agravio, según que el


interdicto sea de retener o de recobrar.

• La época en que se realizaron tales hechos, lo que es importante para determinar si la


demanda se ha interpuesto dentro del plazo prescriptorio que es de un año (art. 601 del CPC).

• Los medios probatorios que se ofrezcan deben estar referios exclusivamente a probar
la posesión del demandante y el acto perturbatorio o desposesorio causado por el demandado

El proceso interdictal debe mantenerse dentro de los límites de la restauración de las


situaciones de hecho comprometidas y que como tales deben ser tuteladas, no pudiendo
extenderse a la declaración de la titularidad de un derecho superior al de la simple posesión. El
art. 600 del CPC dispone que la demanda sobre interdicto "debe expresar necesariamente los
hechos en que consiste el agravio y la época en que se realizaron. Los medios probatorios
deben estar referidos, exclusivamente, a probar la posesión y el acto perturbatorio o
desposesorio o su ausencia ».

Si la demanda no contiene los hechos en que consiste el agravio y la época en que se


realizaron será declarada inadmisible, en aplicación del art. 426.1 del CPC.

Reitermos que en la acción interdictal se discute únicamente la posesión fáctica y actual del
demandante y el hecho perturbatorio o de despojo realizado por el demandado

En el interdicto de retener, el accionante debe probar la posesión del bien objeto de reclamo,
los hechos perturbatorios de que ha sido objeto; mientras que en el interdicto de recobrar, el
accionante debe acreditar que tuvo la posesión del bien y que el emplazado lo ha despojo de
su posesión. No pueden existir otros medios probatorios, ofrecidos y actuados, que no estén
referidos a probar la posesión y el acto perturbatorio o desposesorio.

En la acción interdictal, no es objeto de prueba el título con el cual se posee, ya sea que se
trate de la adquisición de un derecho real de posesión en forma originaria o ya en forma
derivada, sea cual fuere la naturaleza de esta última: contractual, unilateral, intervivos o mortis
causa. Como expresa Messineo [27] , "la exhibición del título de la posesión no es necesaria; y
si tiene lugar, la misma sirve solamente ad colorandam possessionem , o sea para dar la
demostración de que la posesión tiene un fundamento y de que, por eso, merece tanto más la
protección; pero el título, en sede posesoria, no es materia de valoración por parte del juez".

En materia de derechos reales, el hecho hace al derecho. El derecho a la posesión reconocido


contratual o judicialmente, pero que no existe fácticamente no es posesión que se pueda
tutelar con el interdicto. El hecho de la posesión en sí se protege con los interdictos. Pero
quien se crea con un derecho real superior al del poseedor, no puede hacer uso de los
interdictos, sino que tiene a su disposición las acciones judiciales correspondientes para que se
declare la titularidad de su derecho subjetivo a la posesión y la consiguiente cesación de la
posesión por quien no tiene derecho a ella. Por estas razones, la posesión no puede ser
alterada sino por otra situación que se derive de mandato expreso de la autoridad
competente, excepto aquellos casos expresamente previstos por la ley (ejemplo, art. 920).

7) Acumulación de pretensiones

Se puede acumular a la demanda interdictal, la pretensión de pago de frutos y la


indemnización de daños (art. 602 del C.P.C.). Es una acumulación objetiva originaria y
accesoria [28][28] . Conforme al art. 559.4 del CPC no procede la acumulación sucesiva, por
cuanto, en los procesos sumarísimos no procede la modificación o ampliación de la demanda.

Los frutos, sean naturales, industriales o civiles, son los que ha dejado de percibir el
demandante a causa de la perturbación posesoria o del despojo.

Los daños son los causados con la perturbació posesoria o el despojo.

8) Prescripción de la pretensión interdictal

La acción interdictal debe ejercitarse antes de que transcurra un año de haberse iniciado los
hechos perturbatorios o de haberse efectuado el despojo de la posesión. Transcurrido el año
desde que se realizaron los hechos que fundamentan la demanda, prescribe la pretensión
interdictal [29] .

El art. 601 del CPC establece: « La pretensión interdictal prescribe [30] al año de iniciado el
hecho que fundamente la demanda. Sin embargo, vencido este plazo, el demandante puede
ejercer su derecho a la posesión en un proceso de conocimiento ». El hecho de la posesión del
actor queda destruido por el otro hecho de la posesión del demandado por más de un año. El
poseedor cuya posesión es de más de un año puede rechazar los interdictos que se promuevan
contra él (art. 921 del C.C.).

Si el plazo de ejercicio de la acción interdictal es de prescripción, el juez no puede rechazar la


demanda aun cuando haya sido planteada después de un año de haberse realizado los actos
perturbatorios o de desposesión, debido a que " el juez no puede fundar sus fallos en la
prescripción si no ha sido invocada " (art. 1992). No es el demandante, sino el demandado que
ha deducido la excepción de prescripción el que tiene que probar que la demanda ha sido
interpuesta fuera del término de ley [31] .

Establecer, como lo hace el art. 600 del CPC, que la demanda debe contener necesariamente
la indicación de la época en que se realizaron los hechos en que consiste el agravio, significaría
que el plazo de un año para interponer la acción interdictal no es de prescripción sino de
caducidad. El juez no puede amparar sus resoluciones en la prescripción si no ha sido invocada,
en cambio, si lo puede hacer cuando el plazo es de caducidad. Si se establece que la demanda
debe indicar necesariamente la época en que ocurrieron los hechos en que consiste el agravio
es para que el juez se pronuncie de oficio, sin invocación de parte, sobre la extinción del plazo,
por lo que se debe modificar el art. 601 del CPC estableciendo que el plazo de un año es de
caducidad y no de prescripción.

3.5. INTERDICTO DE RECOBRAR

CPC, Art. 603. Interdicto de recobrar. Procede cuando el poseedor es despojado de su


posesión, siempre que no haya mediado proceso previo.

Sin embargo, si se prueba que el despojo ocurrió en ejercicio del derecho contenido en el
artículo 920 del Código civil, la demanda será declarada improcedente .

1) Concepto

El interdicto de recobrar (llamado también acción de reintegración , acción de


recuperación , acción de despojo ) procede contra los actos de privación, total o parcial, de la
posesión, sin que medie un proceso previo o cuando el desposeído no ha sido emplazado o
citado en dicho proceso, con el fin de obtener la restitución de la posesión perdida.

Para que proceda el interdicto de recobrar se requiere:

1. Que el demandante, o su causante, haya estado en la posesión del inmueble o mueble


inscrito que es materia de la demanda; y

2. Que haya sido despojado total o parcialmente del bien.

3. El interdicto de recobrar no procede:

4. Contra el poseedor despojado que por la fuerza recuperó la posesión del bien, sin
intervalo de tiempo, en ejercicio de la defensa posesoria extrajudicial que le confiere el art.
920.

5. Cuando el despojo se ha realizado en ejecución de una sentencia judicial firme dictada


en un proceso previo en el que el despojado ha sido emplazado.

La acción de interdicto de recobrar es independiente de los derechos que el despojante


o el despojado puedan tener sobre el bien. Se tramita en la vía del proceso sumarísmo.

2) Demanda. Requisitos

Además de los requisitos señalados en los arts. 424 y 425 del CPC, en aplicación de los arts.
599 y 600 del mismo código adjetivo, la demanda debe contener:

1. La indicación del bien, mueble inscrito o inmueble, sobre el cual recae la posesión;

2. La indicación del hecho, violento o clandestino, en que consiste el agravio;

3. La fecha en que se realizó el hecho violento o, en el caso del despojo oculto o


clandestino, la fecha en que fue descubierto por el poseedor.

3) Distinción entre interdicto de retener e interdicto de recobrar

No obstante que ambos interdictos están dirigidos a rechazar los ataques contra la posesión y
ambos están sometidos al mismo procedimiento sumarísimo, sin embargo son dos acciones
distintas e inconfundibles.
El interdicto de retener tutela al poseedor contra los actos de perturbación de la posesión
realizados por un tercero con el fin de inquietarle o despojarle, pero sin llegar a consumar el
despojo, en cambio, el interdicto de recobrar tutela al que ha sido despojado de la posesión.

Con el interdicto de retener se persigue que la autoridad judicial ampare y mantenga al


accionante en la posesión del bien, contrariamente, con el interdicto de recobrar se persigue
que la autoridad judicial reponga en la posesión al despojado de ella.

4) Bienes objeto del interdicto de recobrar

El objeto de la acción de interdicto de recobrar es todo bien mueble inscrito o inmuebles


(estén o no inscritos) (art. 921), aunque pertenezcan al Estado, siempre que no sean de uso
público (art. 599 del CPC).

Si el bien se pierde o destruye estando en poder del despojante, se pierde la posesión, por
consiguiente no hay interdicto de recobrar.

5) El despojo

Por despojo se entiende que una persona es privada, contra su voluntad expresa o
presunta, de la posesión total o parcial de un bien, inmueble o muble inscrito, por medios
violentos o clandestinamente, sin que medie un proceso judicial regular previo.

En otros términos, el poseedor despojado es sustituido, sin o contra su voluntad, en la


posesión, total o parcial, del bien por el poseedor despojador ( spoliator ). Se priva al poseedor
del poder que tiene sobre el bien, usurpándolo o sustrayéndolo al poseedor, o arrojando a
éste del bien, o impidiéndole el ejercicio de su derecho.

Sin despojo real y efectivo, total o parcial, del bien no hay derecho a la reposición en la
posesión porque no hay nada que reponer. Como dice Borda [32] , "si un tercero realiza actos
posesorios sin impedir que el poseedor también los realice simultáneamente, hay turbación y
no despojo".

El despojo puede ser obra:

1. De un particular; o

2. De los tribunales que privan de la posesión a una persona en ejecución de una orden
judicial expedida en un proceso en el que no ha sido emplazada o citada.

El acto del despojo puede ser realizado usando la fuerza física ( vis atrox ) o la violencia
moral ( vis compulsiva ) o clandestinamente. El art. 603 del C.P.C. establece que el
interdicto de recobrar "procede cuando el poseedor es despojado de su posesión". La ley no
dispone que el despojo se realice por la fuerza física o moral o clandestinamente; como no se
puede distinguir donde la ley no lo hace, el interdicto de recobrar debe proceder en todo caso
de despojo violento o clandestino. El despojo clandestino es el realizado sin que el despojado
se dé cuenta, lo que ocurre cuando los actos de toma de posesión se producen cuando el
poseedor se encuentra ausente, o recurriendo a actitudes fraudulentas, dolosas, actos
simulados o, en fin, adaptando cualquier precaución destinada a evitar que el interesado tome
conocimiento del despojo.

En la doctrina se habla también del despojo con abuso de confianza. Al respecto, Borda
[33] expresa: "Existe abuso de confianza si el demandado ha utilizado recursos engañosos o
fraudulentos para tomar la posesión o se pretende transformar en posesión o tenencia la
condición de servidor de la posesión. Así ocurre si el sirviente o huésped se niega a abandonar
la tenencia de la habitación que le ha proporcionado el poseedor".

Mattirolo [34] dice: "La reintegración es la posesión a favor de quien fue de ella despojado, es
una medida de orden público, es una providencia encaminada a mantener la paz pública. El
art. 695 del código civil (de Italia) aplica, en todo su rigor, la regla spoliatus ante omnia
restituendus . Por esto la acción de reintegración corresponde a cualquier poseedor,
abstracción hecha del carácter de su posesión, aun cuando sólo sea precaria o de origen
ilegítimo, siempre, no obstante que tenga el carácter exterior del ejercicio de un pretendido
derecho. Consumado el despojo y habiendo asumido el expoliante la posesión de la cosa,
cualquier acto violento o clandestino con que el despojado trate de recuperar la cosa,
haciéndose justicia por su propia mano, es ilícito; y el juez, a pedido del primer expoliador que,
a su vez, haya sido despojado, debe ordenar la reintegración de éste en la posesión".

Permitir al exposeedor despojado, una vez cesado el supuesto de la legítima defensa


contemplado en el art. 920, recuperar el bien mediante un nuevo despojo significa promover
una cadena interminable de violencia que termine con la paz social. Fuera de la legítima
defensa, el exposeedor despojado tiene a su favor el interdicto de recobrar que, como el de
retener, tutela a todo poseedor, legítimo o ilegítimo, anual o no anual, incluso al que ha
obtenido la posesión por la violencia, en forma oculta o precaria (posesión viciosa).

El que se crea con derecho a la posesión debe hacerlo valer ante el tribunal competente. El
despojado de la posesión tiene derecho a ser repuesto en ella, previo un proceso interdictal
sumarísimo, sin perjuicio de que en un proceso de mayor debate probatorio se dilucide el
mejor derecho de los contendientes. El Código civil español, en su art. 441 prescribe: En
ningún caso puede adquirirse violentamente la posesión mientras existe un poseedor que se
oponga a ello. El que se crea con acción o derecho para privar a otro de la tenencia de una
cosa, siempre que el tenedor resista la entrega, deberá solicitar el auxilio de la Autoridad
competente .

Como en todo interdicto, en el de recobrar, el demandante debe acreditar que tenía la


posesión de la cual fue despojado y a la fecha de este suceso no ha transcurrido más de un
año, no siendo debatible en este proceso el derecho que les asista a las partes. Al respecto, la
Sala de Procesos Sumarísimos de la Corte Superior de Lima (Exp. N° 153-99) ha resuelto:

El demandante acredita que el Lote materia de litis era poseído por su persona,
habiendo demostrado con hechos efectivos como es el haber cercado el perímetro del lote con
material noble el que fue demolido, lo que está probado con la copia de la prueba anticipada y
la constatación policial. Que la fecha del despojo fue el 5.10.96, sin embargo el demandante
presentó su demanda el 18.7.97, nueve meses después, si bien es cierto, se encontraba dentro
del término que señala el art. 601 del CPC, también lo es que su falta de diligencia hizo que la
Cooperativa demandada adjudicara dicho Lote al socio codemandado Raúl Santos Loa, con
fecha 10.1.97, habiendo éste levantado una edificación casi terminada sobre el Lote . "
Tratándose de un interdicto no puede debatirse en este proceso si el codemandado Raúl
Santos Loa actúo de buena fe o de mala fe al levantar su vivienda estando a la fecha de
adjudicación efectuada por la Cooperativa, así como tampoco puede analizarse si el
demandante perdió su calidad de socio y que ello diera lugar a la pérdida del lote, que a mayor
abundamiento, de la prueba aportada no se vislumbra que Raúl Santos Loa haya participado
en el despojo coludido con los dirigentes de la Cooperativa ".
El interdicto de recobrar no se debate sobre si el despojado o despojante tiene derecho
a la posesión del bien. La acción interdictal procede aunque el despojado no tenga derecho a la
posesión del bien y el despojante si lo tenga. Quien tiene derecho a la posesión reconocido
judicialmente o mediante cualquier acto jurídico bilateral o plurilateral, inter vivos o moritis
causa, pero no tiene la posesión fáctica, no está amparado por los interdictos. En otros
términos, quien tiene derecho a la posesión por contar con título para ello, pero no posee, no
puede valerse del interdicto de recobrar para entrar en posesión del bien, toda vez que en la
acción interdictal no está en discusión el mejor derecho a la posesión.

Es incuestionable que todo acto de despojo es voluntario, el despojante actúa con dolo
o culpa, pero la tutela civil de la posesión mediante el interdicto de recobrar se otorga
independientemente del dolo o la culpa con que haya actuado el expoliador; tales elementos
subjetivos no integran el supuesto de la norma del art. 921 del Código Civil ni del art. 603 del
Código Procesal Civil, por consiguiente no son materia de prueba en el proceso interdictal.

La ley no precisa el alcance y significado de la palabra "despojo". En la doctrina se


debate sobre si el interdicto de recobrar se concede únicamente cuando media violencia o
también cuando ha existido clandestinidad, abuso de confianza, astucia.

En cuanto a los actos violentos, Zachariae [35] decía: "Es preciso entender por violencia
no sólo las vías de hecho, sino también la violencia moral. La violencia comprende
esencialmente las amenazas graves y serias que se hubiesen empleado respecto al legítimo
poseedor. Esta aún es la única que es susceptible de ser continuada y de cesar, pues que la
violencia física no es sino un hecho pasajero. En todos los casos es preciso no confundir la
violencia que vicia el título, con la que vicia la posesión misma".

Entre los que sostienen que sólo hay despojo por actos violentos citemos a Salvat [36] ,
quien afirma que la violencia es la característica esencial e indispensable del despojo; procede
la acción de despojo siempre que haya mediado desposesión violenta y es acordada a todo
poseedor, aunque se trate de una posesión violenta, clandestina o por abuso de confianza.
Lafaille [37] dice que el despojo es el efecto de la violencia y no de cualquier otro
procedimiento, como por ejemplo, la clandestinidad; recalca que el art. 2492 del Código
argentino [38] no se refiere a los supuestos de clandestinidad o de abuso de confianza. Lacruz
[39] manifiesta que el interdicto se dirige contra el despojante o perturbador y la acción de
desahucio (desalojo), contra una persona cuya legitimación para la tenencia ha cesado por
voluntad del concedente; el interdicto requiere despojo o inquietación, actos positivos de
oposición a una tenencia; el desahucio se interpone contra quien estaba poseyendo, por
tolerancia desde luego, pero en pacífico contacto con la cosa; la posesión del precarista es
derivada, y la del despojante no.

Entre los que afirman que el despojo puede ser por medios violentos, clandestinos o de
abuso de confianza citemos los siguientes: Allende [40] recuerda que las normas del Esboco
comprenden en la noción de despojo, la trilogía: violencia, clandestinidad y abuso de
confianza. Dassen [41] afirma que despojo es sinónimo de desposesión total sea por medios
violentos o no. Fornieles [42] dice que todos los artículos del Código argentino están copiados
del esboco de Freitas, quien usó la palabra portuguesa esbulho que significa un
desapoderamiento contra derecho, que incluye la violencia, la clandestinidad o la astucia,
formas todas ilícitas por igual.
En la doctrina nacional, Castañeda [43] sostiene que el despojo puede ser violento o no;
que cuando es oculto el año dentro del cual ha de proponerse la acción, no corre desde que
fue consumado, sino desde el día en que dejó de ser oculto.

Nuestra jurisprudencia es contradictoria, en unos casos sostiene que el despojo


comprende sólo la violencia y en otros, que además abarca la posesión obtenida ocultamente
o con engaño o abuso de confianza.

La Corte Suprema en ocasiones ha resuelto en el sentido de que la posesión de facto o


clandestina no está protegida con el interdicto sino con la acción de desalojo por ocupante
precario. Así, por ejemplo, en la Casación N° 677-96 - Cono Norte/Lima, publicada el 30.12.97,
establece: " La definición de ocupante precario se efectuó para solucionar las polémicas
doctrinarias y la jurisprudencia contradictoria que ocasionaba la falta de definición ... es
precaria la posesión que se ejerce sin título o cuando el que se tenía ha fenecido ... la posesión
de facto o clandestina es precaria ... puede demandar el desalojo, entre otros, el propietario
contra el ocupante precario para obtener la restitución del bien (Cas. N° 677-96-Cono
Norte/Lima).

Es insostenible afirmar que quien ha obtenido la posesión violenta o clandestinamente


es un poseedor con título; es claro y lógico que no tiene título, por tanto, conforme al art. 911,
es un precario. Nos preguntamos: ¿Por qué el propietario despojado, una vez prescrita la
pretensión interdictal, no puede iniciar una acción de desalojo por ocupante precario? ¿Por
qué se le va a obligar a recurrir a un dilatado y costoso proceso de conocimiento para ejercer
su derecho a la posesión? Si tanto el que ha obtenido la posesión violentamente como el que
lo ha adquirido clandestinamente, son despojadores y carecen de título; si ambos procesos, el
interdicto de recobrar y el desalojo por ocupante precario, tienen como efecto el de reponer al
despojado en la posesión luego de un proceso sumarísimo. ¿Dónde está entonces la diferencia
sustancial entre ambas acciones? Se debe terminar con estos formalismos absurdos de los que
se vale el Poder Judicial para en unos casos decir que procede y en otros que no procede el
interdicto o el desalojo por ocupante precario cuando se trata de que el propietario sea
repuesto en la posesión del bien del que ha sido privado clandestinamente o violentamente.
De la forma como lo viene haciendo, el Poder Judicial no está cumpliendo con su función de
administrar justicia de una vez y para siempre a fin de que se restablezca la paz social. En todo
caso, si ante una demanda de interdicto de recobrar por ocupación clandestina considera que
la demanda debe ser de desalojo por ocupante precario, o también al contrario, debe calificar
la demanda aplicando el principio iura novit curia (art. VII del T. P. del C.C.).

Resulta por demás aleatoria la administración de justicia cuando, por ejemplo, el


propietario que ha perdido su posesión mediando clandestinidad, engaño o abuso de
confianza, plantea una acción de desalojo por ocupante precario y el Poder Judicial, luego de
un proceso que en la letra de la ley es sumarísimo pero que en la realidad es larguísimo, le dice
que su demanda es improcedente porque, "l a defensa posesoria judicial debe hacerse
recurriendo a las acciones posesorias y a los interdictos; por lo que, resulta erróneo que la
parte demandante intente tutelar su pretendido derecho de posesión mediante la acción de
desalojo, pese a lo establecido en el art. 921 del Código Civil (Exp. 779-98, resolución del
15.7.98, Sala Civil Corporativa Subespecializada en Procesos Sumarísimos y no Contenciosos de
la Corte Superior de Lima).

Situaciones como éstas, en las que casos iguales se resuelven en forma distinta,
terminarían si se establece que las sentencias son vinculatorias no solamente para las partes
litigantes, sino también para los jueces y, en general, para gobernantes y gobernados,
estableciendo, si es necesario severas sanciones para el magistrado que, sin motivo razonable,
cambie sus resoluciones. Así tendríamos una justicia predecible, por ejemplo, si los jueces en
un caso concreto resuelven que el interdicto de recobrar solo procede cuando se pierde la
posesión mediando violencia y esta constituye una norma que los magistrados no la van a
modificar, entonces tendríamos la plena seguridad en plantear una acción de desalojo por
ocupante precario cuando el propietario es privado de su posesión clandestinamente o por
engaños o con abuso de confianza. Pero la clase política gobernante con la que contamos es
incapaz resolver este dilema constitucionalmente o legalmente.

En nuestra opinión, el interdicto de recobrar debe proceder cuando el despojo ha sido


violento o clandestino. El Código italiano así lo establece expresamente en su art. 1168 que
dispone: " Quien ha sido violenta u ocultamente despojado de la posesión pude, dentro de un
año a contar del despojo sufrido, pedir contra el autor de dicho despojo la reintegración de la
posesión . Si el despojo es clandestino, el término para pedir la reintegración corre desde el día
en que se descubrió el despojo ".

El despojo debe ser efectivo no siendo suficiente la existencia de actos perturbatorios, los que
pueden justificar, en todo caso, el interdicto de retener. No se exige el despojo de la totalidad
del bien siendo suficiente el despojo parcial.

6) Función del interdicto de recobrar

Tiene por finalidad obtener la reintegración de la posesión perdida.

El despojado debe ser restituido en la posesión sin que sea obligado a probar otra cosa que la
circunstancia de que era poseedor y que fue efectivamente despojado sin que medie proceso
judicial previo o sin que el despojante haya actuado en ejercicio de la autotutela que le
confiere el art. 920.

El interdicto de recobrar implica que existió una anterior posesión: la del demandante y que
existe una posesión actual: la del demandado.

Si la demanda es fundada el juez ordenará que se reponga al demandante en la posesión de la


que fue privado y que se le pague los frutos y se le indemnice los daños si dichas pretensiones
han sido acumuladas con la demanda (art. 604 del CPC).

Los daños indemnizables y los frutos reembolsables requieren de un mayor debate probatorio,
pues en cuanto a los daños se debe probar su existencia y cuantía, y por lo que se refiere a los
frutos, como el despojante es un poseedor de mala fe está obligado a pagar los frutos, pero
aún así hay la necesidad de probar los frutos que ha percibido y/o los que ha dejado de
percibir (art. 910) y su valor. Por estas razones el derogado Código de Procedimientos Civiles,
en su art. 1015 estableció los daños y perjuicios se sustancian y resuelven con lo principal y si
la sentencia declara haber lugar a su pago, el juez lo fijará, después que esté ejecutoriado el
fallo, sin más trámite que un informe de peritos. El vigente Código Procesal Civil, en
conformidad con los principios de economía y celeridad procesal, dispone que la sentencia que
" declarada fundada la demanda, el juez ordenará se reponga al demandante en el derecho de
posesión del que fue privado y, en su caso, el pago de los frutos y de la indemnización que
corresponda " (art. 604). De modo que el debate probatorio en este proceso sumarísimo
comprende no sólo lo relativo a la posesión, sino también lo concerniente a los frutos e
indemnización de daños.
7) Legitimado activo

La acción compete a todo poseedor despojado y a sus herederos. La víctima del despojo puede
utilizar el interdicto incluso contra el propietario o cualquier otra persona que ostente otros
derechos reales sobre el bien (art. 598) [44] , puesto que con la acción interdictal no se
persigue que se atribuya o quite el derecho a la posesión de alguien, ni que se declare que el
bien o su posesión pertenece a alguien, sino que se reponga al demandante en la posesión del
bien para que todo vuelva al estado en que se encontró en el momento anterior al despojo.

No goza de la acción interdictal el servidor de la posesión y, en general, todo tenedor de la


posesión como, por ejemplo, los huéspedes del poseedor. Por tanto, el legitimado activo es
todo poseedor víctima del despojo y sus sucesores universales.

El interdicto de recobrar se concede a todo poseedor, sea propietario, usufructuctuario,


superficiario, usuario, habitante, comodatario, arrendatario, depositario, etc.; sea legítimo o
ilegítimo, de buena o mala fe, esté premunido de un título o haya adquirido la posesión
viomentamente o clandestinamente. Esto debido a que con el interdicto de recobrar se
persigue reponer los bienes al estado de hecho que tenían antes del despojo, para que no
tenga efecto alguno los actos de justicia por mano propia del despojante, sin que se discuta el
mejor derecho de los litigantes a la posesión, el cual queda a salvo para alegarlo después en un
proceso de conocimiento.

El despojante puede utilizar el interdicto para recuperar su posesión una vez que por el
transcurso de un año haya perdido la defensa interdictal el poseedor a quien él despojó [45]

8) Legitimado pasivo

Legitimado pasivo es el autor del despojo y sus herederos a título universal o particular.

La acción se dirige contra el poseedor actual despojante o contra sus sucesores universales o
contra sus sucesores particulares de mala fe, o sea que adquirieron la posesión con
conocimiento del despojo ocurrido. Luego, son legitimados pasivos : El autor del despojo; el
tercero que se encuentra en posesión del bien por haberlo adquirido del despojante a título
particular conociendo del despojo ocurrido [46] ; y el sucesor universal del autor del despojo,
aunque ignore el despojo, puesto que se trata de una continuación de la posesión.

Es de aplicación también la figura del llamamiento posesorio que regula el art. 105 del CPC
según el cual, " quien teniendo un bien en nombre de otro, es demandado como poseedor de
él, debe expresarlo en la contestación a la demanda, precisando el domicilio del poseedor . Si
el citado comparece y reconoce que es el poseedor, reemplazará al demandado, pero la
sentencia surtirá efecto respecto de éste y del poseedor por él designado . ". Si el demandado
señala a otra persona como el poseedor y este comparece en el proceso ratificando las
afirmaciones del demandado, sosteniendo por ejemplo que el demandado ocupa el bien por
instrucciones suyas por ser él el propietario o el titular de otro derecho real, el juez debe
expedir la resolución por la que decide o no su incorporación en el proceso en reemplazo del
demandado. En caso contrario la sentencia no podría ejecutarse contra quien debió
reemplazar al demandado, porque se estaría violando su derecho al debido proceso. Es decir,
el legitimado pasivo es el poseedor que fue llamado a reemplazar al demandado.

9) La prueba en el interdicto de recobrar


En conformidad con el art. 600 del C.C., los medios probatorios deben estar referios,
exclusivamente, a probar la posesión y el acto desposesorio o su ausencia. Lo que significa,
que el demandate por interdicto de recobrar debe probar que ha estado en la posesión hasta
el momento del despojo y que éste es obra del demandado o de persona encargada por él. A
su vez, al demandado no se le admitirá otras pruebas que las tendientes a demostrar la
ausencia del hecho de la posesión por el demandante o la ausencia del despojo, sin admitirle
pruebas o alegaciones referidas a la calidad de la posesión del actor o a su mejor derecho a la
posesión.

La Corte Suprema ha resuelto que " tratándose de un proceso de interdicto de recobrar, cuya
finalidad es defender la posesión ... el demandante debe probar que tuvo la posesión y que fue
despojado de la misma para lo cual el juez valorando los medios probatorios y apreciándose de
manera conjunta, declarará fundada la demanda sólo fehacientemente acreditdos " (CAS. N°
1172-97. Apurimac).

Como el demandante debe expresar en su demanda la época en que se realizaron los hechos
en que consiste el agravio (art. 600 del CPC), le corresponde la carga de la prueba al respecto,
a fin de terminar si la pretensión interdictal a prescrito o no.

Como con el interdicto de recobrar se persigue recobrar la posesión del bien, no corresponde
la producción de prueba alguna referida con el derecho a la posesión de ninguna de las partes
litigantes. Exceden de la finalidad del proceso los títulos presentados por las partes o las
razones alegadas por el demandado para retener la posesión.

10) Plazo prescriptorio

El plazo de prescripción de la pretensión interdictal es de un año contado a partir de la


realización del despojo (art. 601 del CPC).

11) Medida cautelar

Como medida cautelar en el interdicto de recobrar, procede la ejecución anticipada de la


decisión final cuando el demandante acredite verosimilmente el despojo y su derecho a la
restitución pretendida (art. 681 del C.P.C.).

La medida temporal sobre el fondo es una medida excepcional, que consiste en la ejecución
anticipada de lo que el juzgador va a decidir en la sentencia, en su integridad o sólo en
aspectos sustanciales, por la necesidad

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