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1 Reyes 22:5
El suicidio
Cuando parece que no hay esperanza
por June Hunt
¿Le parece imposible la vida? ¿Ha estado batallando con la idea de
suicidarse? ¿Ha comenzado a creer una mentira? Esa mentira es que
“quitarse la vida es mejor que vivir la vida que Dios le ha dado”. Pero el
Señor tiene compasión de usted en cada preocupación y quiere trabajar en
su vida sólo con la verdad.
[Jesús dijo]: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Juan 8:32)
I. DEFINICIONES
A. ¿Cuáles son las formas de suicidio?
La palabra suicidio acarrea una miríada de sentimientos que van desde el asombro y
tristeza hasta la confusión y dolor. A menudo, la respuesta inicial al suicidio es: “¡Oh, no!
¿Porqué alguien querría cometer un acto tan impulsivo e irreversible? ¡El suicidio ha
terminado con una vida preciosa para siempre!” En realidad, el suicido tiene muchas
caras, no siempre es instantáneo, intencional o auto provocado. Sin embargo, es
importante entender lo que Dios piensa en cuanto a la vida y la muerte; es decir, en
cuanto a su vida y su muerte.
“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la
vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu
descendencia”. (Deuteronomio 30:19)
Suicidio
• El suicidio es el acto deliberado de quitarse la vida cuando el individuo se encuentra
en un estado de desesperación extrema.
Ejemplo bíblico:
Judas se ahorcó por el remordimiento que sintió después de traicionar a Jesús.
“Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió
arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos…
Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó”. (Mateo 27:3,
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Suicidio progresivo
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• El suicidio progresivo es el acto deliberado de quitarse la vida a través de una
conducta auto-destructiva prolongada (“Te estás matando con el vicio de la bebida”.)
• Generalmente, el suicidio progresivo involucra una negación deliberada de las
consecuencias peligrosas que resultan de una conducta perniciosa llevada a los
extremos.
• Algunos ejemplos son el tabaquismo, alcoholismo, el mal uso de medicamentos y
otras sustancias. Las Escrituras describen al necio que provoca su propia muerte
siguiendo un comportamiento destructivo a pesar de las advertencias de los demás
diciendo:
“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte”. (Proverbios
14:12)
Suicidio asistido
• El suicidio asistido (también llamado suicidio con ayuda) es un plan deliberado de
quitarse la vida con el apoyo de otra persona para evitar un futuro doloroso e
indeseado.
• Aunque el suicidio asistido es premeditado, no se lleva a cabo por uno mismo, sino
que otro es el ejecutor.
Ejemplo bíblico:
El rey Saúl pidió a un soldado que lo matara con una espada para evitar las
consecuencias de su derrota militar.
“Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que
no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no
quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó
sobre ella”. (1 Samuel 31:4)
Suicidio simbólico
• El suicidio simbólico es el acto deliberado de quitarse la vida al ser influido por una
tradición ritualista o un código de honor caracterizado por una identificación
excesiva con otra persona, familia o nación.
• Algunos ejemplos culturales son el hara-kiri, los pilotos kamikaze, o los bombarderos
suicidas.
Ejemplo bíblico:
Después de que el rey Saúl se suicidó, su escudero también se quitó la vida.
“Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió
con él”. (1 Samuel 31:5)
Suicidio espiritual
• El suicidio espiritual es el acto de quitarse la vida por una decisión deliberada de
desobedecer la voluntad revelada de Dios.
• El suicidio espiritual se produce cuando un individuo decide no creer lo que Cristo ha
dicho. (En Mateo 19, el joven rico no recibió la vida eterna por su incredulidad.)
Ejemplo bíblico:
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Adán y Eva escogieron voluntariamente desobedecer el mandamiento de Dios y
comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal. Ese acto resultó en su muerte
y la de sus descendientes.
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás”. (Génesis 2:16–17)
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importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y
fue y se ahorcó”. (Mateo 27:3–5)
• Temor al castigo severo [CARCELERO DE FILIPOS (intento suicida)]
“Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada
y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran
voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí”. (Hechos 16:27–
28)
El temor es un catalítico muy poderoso, así que en el momento en que empiece a tener
pensamientos de suicidio, aprópiese de este proverbio de todo corazón:
“El temor del hombre pondrá lazo;
mas el que confía en Jehová será exaltado”.
(Proverbios 29:25)
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No, no es el caso de la mayoría. De los que cometen suicidio, solamente el 25% está
enfermo de sus facultades mentales.
MITO:
“La gente que habla de quitarse la vida, nunca lo lleva a cabo”.
REALIDAD:
Tome cualquier amenaza de suicidio con seriedad. El 80% de los que se han quitado
la vida, le avisaron a alguien.
“El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la
ciencia”.
(Proverbios 18:15)
MITO:
“Nunca toque el tema del suicidio con personas que están atravesando por una
depresión profunda, podría darle ideas”.
REALIDAD:
Piense que la mayoría de las personas que padecen depresión o ansiedad profunda
han pensado quitarse la vida. Si alguien está considerando el suicidio como
alternativa, hablar con otra persona puede resultar de gran ayuda para evitarlo.
“El sabio de corazón es llamado prudente, y la dulzura de labios aumenta el saber”.
(Proverbios 16:21)
MITO:
“Los cristianos que se suicidan pierden su salvación”
REALIDAD:
Según la palabra de Dios, una vez que recibimos a Cristo como nuestro Salvador,
tenemos garantizada la promesa de la vida eterna.
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de
vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de
la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión
adquirida, para alabanza de su gloria”. (Efesios 1:13–14)
MITO:
“Un cristiano comprometido nunca se suicidaría”
REALIDAD:
La pérdida de esperanza que acompaña el estado de ansiedad severa también puede
poner su fe bajo una gran presión. Al igual que Jeremías, el gran hombre de Dios, el
creyente más ferviente puede caer presa de la desesperación y desear el suicidio.
Cuando Jeremías estaba siendo atormentado y su vida corría peligro, elevó a Dios su
lamento:
“Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito.
Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido,
haciéndole alegrarse así mucho. Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló
Jehová, y no se arrepintió; oiga gritos de mañana, y voces a mediodía, porque no me
mató en el vientre, y mi madre me hubiera sido mi sepulcro, y su vientre embarazado
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para siempre. ¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días
se gastasen en afrenta?”. (Jeremías 20:14–18)
MITO:
“Una vez que una persona ha intentado suicidarse, se debilita para siempre y es
incapaz de enfrentar las dificultades de la vida”
REALIDAD:
Una crisis de suicidio es un período breve comparado con toda una vida. La mayoría
de las personas aprenden cuando experimentan momentos difíciles de su vida. Los
que se vuelven al Señor en busca de amor y aceptación, encuentran salvación de la
destrucción.
“He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida
del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados”. (Isaías
38:17)
Es un hecho que todos procedemos de la simiente de Adán. Por ello, estamos
condenados a seguir en pecado y destinados a la muerte. Sin embargo, no tenemos
por qué seguir siendo esclavos de esa tendencia auto destructiva. En Cristo tenemos
una nueva herencia y un nuevo legado. Él pagó el precio de nuestro pecado y nos da
el poder que necesitamos para vencerlo. (Vea las Claves Bíblicas para Consejería
acerca de Su identidad y el libro de Viéndonos como Dios nos ve.)
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan
conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo
Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”. (Romanos 8:1–2)
II. SÍNTOMAS
A. El camino a un suicidio potencial
Cada oveja necesita un pastor, es cuestión de vida o muerte. Cuando atraviesa por un
arroyo, si la lana de la oveja se moja, la pesada ovejita puede volcarse. Cuando está con
las patas para arriba, y no cuenta con la ayuda de su pastor, no puede levantarse y
finalmente, morirá.
Reconozca las tres etapas que lo pueden llevar a estar en la misma condición de la
ovejita. Si deja que el peso que lleva encima aumente demasiado, terminará por tirarlo y
volcarlo. Al igual que la ovejita, usted necesita a su pastor, su mano fuerte para ayudarlo
a ponerse nuevamente en pie. Es asunto de vida o muerte.
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”. (Isaías 53:6)
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• Ansiedad
• Aburrimiento
• Cambio en los hábitos de sueño y alimentación
• Bajo rendimiento en el trabajo o escuela
• Incapacidad de concentrarse o tomar decisiones
• Falta de interés en el futuro
“¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque
aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”.
(Salmos 43:5)
ANGUSTIA
ETAPA AVANZADA
• Depresión
• Cambios repentinos de estado de ánimo
• Auto compasión
• Apatía
• Aislamiento de la familia y amigos
• Problemas físicos, provocarse heridas un mismo, anorexia
• Ausencias excesivas en el trabajo o escuela
• Descuido de la apariencia personal
“Mas él no extenderá la mano contra el sepulcro; ¿clamarán los sepultados cuando él los
quebrantare?”. (Job 30:24)
PÉRDIDA DE ESPERANZA
ETAPA DE PELIGRO
• Pérdida total de esperanza • Uso de drogas /alcohol
“¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? Yo estoy afligido
y menesteroso; desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso”. (Salmos 88:14–
15)
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normalmente, el suicidio es un largo proceso en el cual se desarrolla un esquema de
pensamiento deductivo y destructivo.
“¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta
cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?”. (Salmos 13:2)
PENSAMIENTOS SUICIDAS
• “No me queda nada importante en la vida. No tiene sentido seguir viviendo”.
• “Es imposible enfrentar el futuro. Lo único que me queda es escapar”.
• “Las cosas nunca cambiarán. La muerte es mejor que seguir con esto”.
• “Mi vida esta completamente fuera de control. Necesito hacer algo de inmediato”.
• “No lastimaré a nadie. Realmente, estaré haciéndoles un favor”.
• “Lo he intentado todo. Sólo me queda una salida”
• “Pronto pasará, y entonces, ¡tendré paz!”
Las personas que han perdido toda esperanza finalmente llegan a la conclusión de que la
muerte es la única solución lógica a sus problemas. Esta es una mentira. Satanás es el
padre de la mentira y autor de esos pensamientos negativos. De hecho, el suicidio es
producto de una decisión de creer en los maquiavélicos razonamientos de Satanás que
dice que quitándose la vida acabará con sus problemas.
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha
sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en
él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. (Juan
8:44)
Nota: Si usted está experimentando cualquiera de estos problemas, consulte a un
médico o profesional.
III. CAUSAS
A. El gran escape
El suicidio es el intento desesperado de salir de lo que parece una situación intolerable.
Se convierte en el escape del dolor de seguir viviendo.
Pérdidas excesivas
• Pérdida del cónyuge • Pérdida del empleo
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Aislamiento social
• Falta de participación en actividades• Falta de aceptación de parte de amigos y
sociales familiares
• Sentimiento de abandono
Enfermedad crónica
• Dolor crónico • Cirugía mayor
Trasfondo de abuso
• Abuso sexual • Abuso físico
Desorden psicológico
• Depresión clínica • Desorden de personalidad múltiple
Exceso de culpa
• Remordimiento extremo acerca de algún• Religión legalista
pecado
Si usted se siente atrapado en ese tormento, debe negarse a pensar en el suicidio como
una alternativa. El verdadero escape es reconocer al Señor como su Salvador. Lleve todo
su dolor a los pies del Redentor, cada herida, cada dolor, cada preocupación, y él lo
librará.
“Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque
él sacará mis pies de la red”. (Salmos 25:15)
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B. La raíz del problema
Dios creó a cada persona con el deseo profundo de ser reconocido. Sin embargo, el deseo
de vivir se va apagando en el corazón cuando no vemos las cosas con claridad o cuando
pensamos que ya no tenemos nada por qué vivir. Si la candela de la esperanza se
extingue, el anhelo de vivir con propósito es reemplazado por una desesperación
abrumadora.
CREENCIA EQUIVOCADA:
“No hay esperanza en esta vida. No veo la razón de seguir viviendo”
CREENCIA CORRECTA:
Decido caminar por fe, no por vista o basándome en mis sentimientos. Pongo mi
esperanza en el Señor, sabiendo que tiene un propósito y plan para mi vida.
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. (Jeremías 29:11)
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Cuando se sienta cansado y trabajado, ¿cómo puede hallar paz para su alma? Permita que
las siguientes cuatro verdades le den libertad:
Esperanza #1: Dios ofrece soluciones reales a sus problemas.
En ocasiones, cuando no hallamos la solución de un problema, nos sentimos indefensos
porque no tenemos dirección. Por ejemplo, si su reloj se detiene, quizá usted no sepa
cómo arreglarlo. No obstante, un relojero calificado puede hacerlo sin problema. De la
misma manera, Aquél que creó el universo con todas sus complejidades y que lo creó a
usted con todas sus complejidades, sabe cómo arreglar cualquier cosa que no esté
funcionando. Él le dará la dirección que necesita para seguir el camino por el que tiene
que andar.
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en
todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. (Proverbios 3:5–6)
Esperanza #2: Dios le ama con amor incondicional.
Dios nos ama con amor ágape. Ágape es la palabra griega que significa que él se ha
comprometido a buscar nuestro máximo bienestar sin importar lo que hagamos o dejemos
de hacer. El Señor dice:
“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por
tanto, te prolongué mi misericordia”. (Jeremías 31:3)
Esperanza #3: Dios ofrece solución a su pecado.
La Biblia dice que el pecado nos separa de Dios. Pero Jesús no desea que estemos
separados de él. Él desea tener una relación profunda con usted. Jesús, quien es Dios
mismo, tomó la forma de hombre, vino a la tierra, vivió una vida sin pecado y decidió
pagar el precio por nuestros pecados. Cuando fue crucificado, su sangre fue el precio que
pagó por el perdón de nuestros pecados. Hoy, usted puede recibir el perdón si se humilla
de corazón, confiesa sus pecados y confía en Jesucristo como su Señor y Salvador
personal.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad”. (1 Juan 1:9)
Esperanza #4: Dios le ofrece paz duradera a través de una relación con Jesús que
cambiará su vida.
La palabra Señor significa “amo, gobernador, dueño”. ¿Está dispuesto a entregar su vida
al Señor Jesucristo, sabiendo que él es el único digno de confiar y que hará lo que es
mejor para usted? Jesús demostró su amor incondicional hacia usted. Murió en la cruz,
pagando la deuda que usted debía. ¡Ése es el verdadero amor, el amor sacrificial!
Usted puede confiar y descansar en que Jesús le dará sentido a su vida, que le guiará a la
verdad y le enseñará el camino. Jesús dijo:
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Dios, necesito ayuda. Necesito que tú estés presente en mi vida. Reconozco que he
pecado. Por favor perdona todos mis pecados. Gracias Jesús porque moriste en la cruz
para pagar la deuda por mi pecado. Por favor, ven a mi vida y sé mi Señor y Salvador.
Hazme la persona que tú quieres que sea. En tu precioso nombre, hago esta oración.
Amén.
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El suicidio rechaza el plan que Dios tiene para darle esperanza.
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. (Jeremías 29:11)
RAZÓN #7:
El suicidio rechaza el poder que Dios ya le ha dado de ser una persona espiritual.
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por
su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y
excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas,
para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo
huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”. (2 Pedro
1:3–4)
E. Buena disposición
Aunque usted no quiera seguir viviendo, todo lo que necesita es estar dispuesto a que
Dios ponga en usted el deseo de intentarlo. Dios puede utilizar hasta el más mínimo
deseo de su corazón como punto de partida para iniciar su camino hacia el deseo de vivir.
“Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente”. (Salmos 51:12)
DIOS, PON EN MÍ EL DESEO…
De ser quebrantado
“Oh, Dios, ya se me agotaron todos mis recursos. Siento en mi corazón una
desesperación abrumadora”.
LA RESPUESTA DE DIOS
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y
humillado no despreciarás tú, oh Dios”.
(Salmos 51:17)
ORACIÓN
“Gracias, por tu consuelo Señor, porque he llegado al límite de mis fuerzas”.
De no oponer resistencia
“No veo ninguna esperanza para mí. He tomado la resolución de que la muerte es la
única salida”
LA PROMESA DE DIOS
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios,
y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de
doble ánimo, purificad vuestros corazones”. (Santiago 4:7–8)
ORACIÓN
“Gracias, Señor, porque el enemigo no tiene ningún poder delante de tu
presencia, y porque estoy seguro si pongo la mirada en ti”.
De estar dispuesto a vivir
“Ni siquiera estoy dispuesto a intentar de vivir. No tengo ganas de seguir viviendo”
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LA PROMESA DE DIOS
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
(Isaías 41:10)
ORACIÓN
“Gracias, Señor por tocar y cambiar mi corazón con tu poder sobrenatural”.
De ser consolado
“Dios, mes siento completamente solo. ¿Hay algún remedio para esta terrible
soledad?”
LA RESPUESTA DE DIOS
“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”. (Isaías
43:2)
ORACIÓN
“Gracias, Señor porque nunca estoy solo. Gracias por estar a mi lado aunque no
sienta que vas junto a mí”.
De librarme de la culpa
“Ya pasé la etapa de las lágrimas. Parece que no hay lugar en mi corazón para el
perdón para mí, para otros y aun para ti, Señor”
LA RESPUESTA DE DIOS
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia”. (Proverbios 28:13)
ORACIÓN
“Gracias, Señor, porque al confesar mi enojo y amargura, recibo la limpieza de
ti. Entonces, puedo perdonar a aquellos que me han herido profundamente”.
De aceptar la realidad
“Aún cuando pueda perdonar, no puedo aceptar que me haya tocado vivir
circunstancias tan miserables que sé que nunca cambiarán”.
LA PROMESA DE DIOS
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13)
ORACIÓN
“Gracias, Dios por poner en mí el deseo y poder de aceptar la vida como es, y
dejar de preguntar ‘por qué’ ”.
De ser agradecido
“¿Cómo puedo estar agradecido? Nunca podré tener gratitud por lo que estoy
viviendo o lo que tengo que soportar todavía”
LA RESPUESTA DE DIOS
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en
Cristo Jesús”. (1 Tesalonicenses 5:18)
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ORACIÓN
Gracias, Señor porque tú no esperas que sienta gratitud. Todo lo que quieres es
que confíe en ti y en los planes que tienes par mi vida”.
De tener esperanza
“En mi interior, tengo miedo de volver a abrigar esperanza. ¿Qué pasará si comienzo
a tenerla y nada cambia?”
LA PROMESA DE DIOS
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la
cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no
sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la
tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y
la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”. (Romanos 5:1–5)
ORACIÓN
“Gracias, Señor. Decido creer en ti y poner mi esperanza en ti. No confiaré en
las apariencias sino que confiaré en el poder invisible de tu amor”.
TARJETA DE CRISIS
Cuando esté en medio de una crisis, yo:
• Oraré:
“En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; líbrame en tu justicia.
Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás”.
(Salmos 31:1–3; ore utilizado los versículos 1–9, 14–24.)
• Repetiré en voz alta las Escrituras:
“Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado
mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos”.
(Salmos 57:1; también lea el Salmo 27 y 28.)
• Reclamaré las promesas de Dios:
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“Ella [la Biblia] es mi consuelo en mi aflicción, porque tu dicho me ha vivificado”.
(Salmos 119:50)
• Escucharé música cristiana de alabanza y adoración que mencione las
Escrituras:
“Cantad a Jehová, vosotros sus santos, y celebrad la memoria de su santidad.
Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará
el lloro, y a la mañana vendrá la alegría”. (Salmos 30:4–5)
• Consideraré lo especial que soy por ser hijo de Dios
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;
por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. (1 Juan 3:1)
• Me haré las siguientes preguntas
—“¿Por qué siento la necesidad de lastimarme?”
—“¿Qué pienso lograr si llevo esto a cabo?”
—“Según Dios, ¿es esto verdad o mentira?”
—“¿Estoy reflejando con mis acciones y deseos mi verdadera identidad en Cristo, o
sólo son resultado de mis experiencias del pasado?”
—“¿Qué efecto tendrá en los que me aman el hecho de que yo me lastime de tal
manera?”
“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho
comprender sabiduría”. (Salmos 51:6)
• Repetiré las siguientes declaraciones positivas
—“Soy valioso y merezco ser tratado con amabilidad y bondad, soy hijo(a) de Dios”
—“Dios me ama y tiene un propósito para mi vida. También hay muchas personas
que me aman”.
—“Dios tiene un plan para mí, trataré el cuerpo que él me ha dado con respeto y
cuidado”
—“Aunque no pueda ver el futuro, caminaré por fe, no por vista”
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. (Filipenses 4:8)
• Recordaré palabras de ánimo
—Leeré en voz alta cartas y notas positivas de amigos y familiares.
—Recordaré los pensamientos positivos de por qué vale la pena recuperarse.
—Recordaré a quienes creen en mí y mi crecimiento.
—Recordaré las palabras que otras personas me han dicho para animarme.
—Repetiré la promesa de Dios:
“Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no
temas ni te intimides”. (Deuteronomio 31:8)
“Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene”.
(Proverbios 25:11)
• Lo que no haré cuando esté en medio de una crisis:
—NO actuaré impulsivamente.
—NO tomaré ninguna acción que sea dañina o que puede llegar a dañarme a mi
mismo, a otros, o a propiedad ajena.
—NO manejaré el automóvil si existe la posibilidad de manejar sin cuidado.
—NO actuaré bruscamente.
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Si duda si una acción es peligrosa, hágase las siguientes preguntas:
– “¿Aprueba esto Dios?”
– “¿Aprueban esto las personas que amo?”
– “¿Aprueban esto las personas que me aman?”
Si la respuesta es “¡NO!” entonces, ¡no lo haga!
Si voy a lastimar a personas inocentes que amo, entonces,
¡No lo haré!
NO RACIONALICE, NI PONGA EXCUSAS, SIMPLEMENTE, ¡NO LO HAGA!
“Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis
la promesa”.
(Hebreos 10:36)
• Cuando esté en medio de una crisis, llamaré:
Después de pasar por los pasos anteriores, si todavía se encuentra en crisis, recurra y
busque a aquellos que puedan ayudarle con la verdad y le ayuden a recobrar la
perspectiva. Continúe con su lista hasta que encuentre a alguien. Exprese
directamente, “Llamo porque estoy atravesando por una crisis emocional”.
Plantee de manera abierta y honesta sus sentimientos, los eventos que lo llevaron
hasta ese punto y las posibles soluciones que usted ve. Siga haciendo llamadas,
aunque vuelva a marcar los mismos números telefónicos, hasta que la crisis esté
resuelta, no importa la hora del día o de la noche.
• Amigo Tel.
• Familiar Tel.
• Amigo Tel.
• Familiar Tel.
• Amigo Tel.
• Terapeuta Tel.
• Doctor Tel.
• Iglesia Tel.
• Pastor Tel.
“Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no
habrá segundo que lo levante”. (Eclesiastés 4:10)
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“Si todavía se encuentra en crisis después de seguir los pasos anteriores, PROTÉJASE
FÍSICA Y EMOCIONALMENTE y diríjase a un LUGAR SEGURO donde pueda estar
ACOMPAÑADO(A).
• Haga planes para quedarse con un amigo o familiar que lo apoye.
• Salga a un lugar público donde sea difícil lastimarse.
• Si todo lo anterior falla, vaya a la sala de emergencias de un hospital y diga que su
vida esta en riesgo porque quiere lastimarse. Aclare que no quiere llenar una solicitud
de ingreso, que sólo quiere sentarse en la sala de espera por un momento para
garantizar que no actuará impulsivamente.
• Si ha seguido de manera honesta los pasos anteriores y todavía está en problemas,
entonces debe entender que su crisis es grave y requiere hospitalización.
“Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez”. (Proverbios
19:20)
PUEDO SOBREVIVIR A LA CRISIS SIN SALIR LASTIMADO. ¡ANTE LOS OJOS DE DIOS, SOY
MUY VALIOSO(A)!
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• Reconozca que la vida es dura.
• Señale que en ocasiones, es difícil vivir cuando nos encontramos en situaciones
desagradables.
• Haga una lista de las posibles alternativas en una hoja de papel.
• Ordene las opciones por orden de importancia.
• Comunique los propósitos que Dios tiene para el sufrimiento. Por ejemplo, uno de
ellos es compasión: “Hay muchos que están sufriendo como tú. Se sienten
desesperados y solos. Piensan que nadie comprende su dolor. Tú sabes lo que es
el sufrimiento. Tu dolor te capacita para desarrollar un ministerio de compasión.
Estás siendo entrenado para ser un salvavidas de esperanza para quienes están
atravesando lo mismo que tú”.
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios,
que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará
también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. (1
Corintios 10:13)
Proponga un trato
• Edifique la relación mostrando interés genuino y disposición para ayudar.
• Pregunte si la persona está dispuesta a hacer un trato con usted:
“¿Prometes que si intentas lastimarte, me hablarás antes de hacerlo?”
• Asegúrese de obtener su firma.
• Comprométase a mantenerse en contacto.
“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”.
(Gálatas 6:2)
Consiga ayuda
• Anime a la persona a hacerse un chequeo médico.
• Busque a un consejero capacitado o a un terapeuta.
• Llame a un pastor.
• Haga contacto con algún centro de ayuda para crisis y suicidios
• Ayude a hacer los trámites necesarios para la hospitalización.
“Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de
consejeros se afirman”. (Proverbios 15:22)
La vida con Cristo es una de esperanza sin fin. La vida sin Cristo es un fin sin esperanza.
¡ESCOJA VIVIR!
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Las secuelas emocionales que deja un suicido son más devastadoras de lo que podemos
imaginar. Pocas personas son capaces de estar al lado de los que sufren las consecuencias
de un suicidio. Un torbellino de emociones hace que los sobrevivientes queden atrapados
en una espiral descendente de lamento y dolor. La pregunta que los atormenta es: ¿por
qué? Parece que nunca obtienen respuesta. Aun cuando el suicidio haya sucedido dentro
de nuestro círculo de conocidos, la mayoría nos sentimos incapaces de sobrellevar la
realidad de una tragedia de tal magnitud.
UN DOLOR INCOMPARABLE
“Él [Dios] sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”.
(Salmos 147:3)
IMPACTO “Debe haber un error. Apenas la vi hace
unas horas”.
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NO EMITA JUICIOS Evite emitir juicios acerca del suicidio, mas
bien, anime al sobreviviente a confiar en la
compasión de Dios.
PROMUEVA
ORE
Las palabras pueden herir o sanar. Las personas cuyo corazón está apesadumbrado y aloja
pensamientos suicidas, necesitan una sanidad verdadera. Esté consciente del poder de sus
palabras.
“Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada;
mas la lengua de los sabios es medicina”.
(Proverbios 12:18)
No vea la plática acerca de la muerte como algo trivial. No diga, “Deja de hablar de eso”.
Sí. Esté dispuesto a escuchar, realmente escuchar. “Quiero escuchar lo que estás
sintiendo en verdad”.
No minimice el dolor emocional diciendo: “No puede ser tan malo”.
Sí. Haga preguntas. “¿Cuándo comenzaste a sentirte así?”
No ignore los sentimientos. “No deberías sentirte así”.
Sí. Intente sacar los verdaderos sentimientos. “Dime cómo te sientes realmente”.
No contradiga las declaraciones de baja auto-estima: “No eres tan malo”.
Sí. Comunique: “Todos nos equivocamos. Sin embargo, cometer errores no significa que
somos un fracaso”.
No prometa: “Jamás le diré a nadie”.
Sí. Explique: “Te quiero y no puedo prometerte guardar el secreto. Te amo
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demasiado para hacerlo”.
No desafíe a la persona: “Pues si eres tan valiente, ve y quítate la vida”.
Sí. Recoja todas las armas que tenga al alcance como pistolas, cuchillos o sustancias
venenosas.
No culpe a nadie o a nada: “Es su culpa que te sientas así”.
Sí. Reconozca que Dios conoce las injusticias, sin embargo, nosotros decidimos cómo
reaccionamos a ellas. ¿Asumiremos una actitud responsable o irresponsable?
No intente “alegrar” a la persona haciendo comparaciones: “Otros han pasado por cosas
peores”.
Sí. Apele al corazón: “¿Estás consciente de las consecuencias devastadoras del suicidio
para los que te rodean? Los que te aman y que amas se culparán”.
No ofrezca soluciones instantáneas: “Olvida el pasado”.
Sí. Ayude a iniciar una evaluación médica lo más pronto posible.
No le asegure: “Pronto acabarán los problemas”, porque podrían empeorar.
Sí. Admita el hecho de que la vida es difícil. Diga: “Aunque no comprendo lo oscuro y
largo del túnel que estás atravesando, soy tu amigo y estaré a tu lado en cada paso del
camino hasta que veas la luz”.
No se refiera a las personas deprimidas como que son poco espirituales.
Sí. Asegure que todas las personas han sufrido alguna vez de depresión, aún usted.
No se involucre en discusiones teológicas.
Sí. Ore fervientemente pidiendo sabiduría para cada persona involucrada en esta crisis y
asegure: “Dios nunca te dejará ni te abandonará”.
“El sabio de corazón es llamado prudente,
y la dulzura de labios aumenta el saber”.
(Proverbios 16:21)
MI PACTO DE ESPERANZA
El siguiente es un contrato solemne de apoyo. No puede ser
anulado o invalidado sin la autorización escrita de ambas partes.
Prometo que si llego a considerar el suicidio, hablaré contigo
antes de hacer algo que me destruya.
Firmo en señal de mi pacto contigo.
Firma Fecha
“Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos”. (Eclesiastés 9:4)
De la desesperación a la salud
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está pensando suicidarse, llame a su pastor, a un centro de emergencia, a un consejero o a un
amigo. Ellos quieren ayudarle.
Las porciones son tomadas de la versión Reina-Valera 1960 Copyright © 1960 Sociedades Bíblicas en
América Latina; Copyright © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Usado con permiso.
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Correo electrónico: esperanza@hopefortheheart.org
Traducción: Elizabeth Cantú de Márquez
Todos los derechos reservados. Este material no puede reproducirse
en ninguna forma sin la autorización de
Hope For The Heart/Esperanza Para El Corazón
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