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David amaba la casa de Dios y dedicó parte de su riqueza para su construcción. Aquellos que no aman la casa de Dios descuidan su mantenimiento y cuidado, dejándola desierta. El pueblo de Israel se olvidó de construir la casa de Dios después del exilio, prefiriendo construir sus propias casas, lo que llevó a Dios a reprenderlos.
David amaba la casa de Dios y dedicó parte de su riqueza para su construcción. Aquellos que no aman la casa de Dios descuidan su mantenimiento y cuidado, dejándola desierta. El pueblo de Israel se olvidó de construir la casa de Dios después del exilio, prefiriendo construir sus propias casas, lo que llevó a Dios a reprenderlos.
David amaba la casa de Dios y dedicó parte de su riqueza para su construcción. Aquellos que no aman la casa de Dios descuidan su mantenimiento y cuidado, dejándola desierta. El pueblo de Israel se olvidó de construir la casa de Dios después del exilio, prefiriendo construir sus propias casas, lo que llevó a Dios a reprenderlos.
1 Crónicas 29:3 Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios: 4 tres mil talentos de oro , de oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada para cubrir las paredes de las casas; 5 oro , pues, para las cosas de oro , y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de las manos de los artífices. ¿Y quién quiere hacer hoy ofrenda voluntaria a Jehová? Estando ya próxima la muerte, muchos hombres piensan en su esposa, en sus hijos, en sus nietos, David, como tenía su afecto en la casa de Dios, está dejando parte de su patrimonio para la construcción de un santuario. ¿Desde cuando tenía David su afecto en la casa de Dios? Desde que él comenzó a reinar, pues la Biblia da testimonio de que él quiso construirla para la gloria de Dios. 2 Samuel 7:1. Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor, 2 dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas. Se sentía incomodo que siendo él un ser inferior a Dios, su casa fuera mejor que la suya. Para sentirse como David hay que amar a Dios como lo amó David. La determinación de Dios: 2 Samuel 7: 12–13. ¿Por qué razón amaba David las moradas del Altísimo? Salmo 26:8 Jehová, la habitación de tu casa he amado, Y el lugar de la morada de tu gloria. Salmo 84:1. ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! 2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Salmo 122:9 Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios Buscaré tu bien. ¿Qué es buscar el bien de la Casa de Dios? Buscar su mejoría en todos los aspecto. Él así lo demostró, pues tenía preparadas cosas que iban a contribuir a la construcción de una hermosa casa. ¿Qué hacen aquellos que no tienen su afecto en la casa de Díos? 2 Crónicas 29: 3– 8 Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová nuestro Dios; porque le dejaron, y apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas. 7 Y aun cerraron las puertas del pórtico, y apagaron las lámparas; no quemaron incienso, ni sacrificaron holocausto en el santuario al Dios de Israel. Desde que su padre Acaz cerró la casa de Dios ( 2 Crónicas 28:34). No hubo aseo, no hubo mantenimiento, no hubo cuidado hacia esa casa durante muchos años. Hageo 1: 4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? 5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. 6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Orden de los acontecimientos: Esdras 1:3–6; Esdras 4:1–7. La carta a Artajerjes: Esdras 4:11– 16. La respuesta del rey: Esdras 4: 17–24. La pasividad del pueblo: Esdras 4:24. Los Siervos e Dios y su trabajo: Esdras 5:1– 2. En el libro de Hageo encontramos todo lo que este santo les dijo a los israelitas que se había dejado intimidar por aquel rey y que en vez de haber ido con él y explicarle que se trataba de intrigas de sus enemigos, se pusieron a construir sus casas particulares, hermosas, artesonadas y la de Dios siguió en el olvido. Se olvidaron que si Dios los había dejado salir de la cautividad, era para que le edificaran Casa a su nombre.