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PARADIGMAS DE INVESTIGACIÓN; SU CONCEPTO Y UTILIDAD CIENTÍFICA

Por: Felipe González Medrano


Estudiante de Doctorado. Escuela de Ciencias de la Educación

Resumen

La investigación científica está mediada por paradigmas, teorías, enfoques, métodos; todos ellos
elementos imprescindibles para el investigador en su búsqueda por hacer ciencia. La manera en
que estos elementos intervienen en una investigación, denotan por así decirlo, el estilo propio del
investigador.

La investigación científica atiende a dos enfoques específicos por excelencia; por un lado
tenemos las investigaciones con un enfoque cualitativo y por el otro, las que atienden a un
enfoque cuantitativo. Sin embargo, en la actualidad se habla de un enfoque mixto donde se
observa el uso de técnicas y métodos propios de cada enfoque, como una manera de buscar
aproximaciones entre ambas posiciones, ya que al triangular los métodos pueden usarse las
ventajas de uno para compensar las desventajas del otro.

Palabras clave: Paradigma, investigación científica, enfoque cualitativo, enfoque cuantitativo


Introducción

La investigación científica está marcada desde sus orígenes por dos posiciones antinómicas entre
lo cuantitativo y lo cualitativo, entendidas estas como formas irreconciliables, complementarias o
integradoras para acercarse y construir el objeto de estudio.

Al enfrentar la actividad investigadora como proceso y como resultado, es necesario


poseer claridad en los conceptos que se utilizan, porque incluso desde la perspectiva más
tradicional de la ciencia se considera un rasgo distintivo del método científico utilizar un aparato
conceptual sustentado en la teoría.

Desarrollo

Desde las más diversas concepciones con que Kuhn (1975) trabaja el concepto de
paradigma, uno de los más completos es el que lo reconoce como “La concepción del objeto de
estudio de una ciencia acompañada de un conjunto de teorías básicas sobre aspectos particulares
de ese objeto. El paradigma define los problemas que deben investigarse, las metodologías a
emplear y la forma de explicar los resultados de la investigación. El paradigma con estas
características es aceptado por una comunidad científica determinada que así se diferencia de
otras” (Kuhn, 1975).

De tal modo, Kuhn (1975) entiende al paradigma como la constelación de creencias,


valores y técnicas compartidas por los miembros de una comunidad científica, es decir, el patrón
o marco interpretativo de la realidad se produce cuando se acumulan demasiadas preguntas que el
paradigma vigente no contesta. Esta acumulación obliga a las mentes creativas emergentes a
elaborar uno nuevo, capaz de responder a todas las interrogantes no resueltas.

En este sentido, según Kuhn, una revolución teórica sólo tiene lugar cuando frente al
paradigma teórico en crisis, contamos con un paradigma teórico alternativo. Entonces, el nuevo
paradigma representa un marco interpretativo más amplio, más integrador y profundo, que
permite responder a esas preguntas sin respuesta. De acuerdo a la óptica de este autor, un
paradigma es una realización científica de gran envergadura y se refiere a modelos, a patrones
compartidos que explican ciertos conceptos de la realidad.

Sin embargo E. Morín (1984) conceptualiza el paradigma yendo más allá de la propuesta
de Kuhn, pues para este autor un paradigma significa un tipo de relación muy fuerte de naturaleza
lógica entre un conjunto de conceptos fundamentales, relación que puede ser conjunción o
disyunción.

El paradigma comporta un cierto número de relaciones lógicas bien precisas entre los
conceptos y las nociones básicas que gobiernan todo discurso. “Un paradigma privilegia algunas
relaciones en detrimento de otras, lo que hace que él controle la lógica del discurso. Es la
amenaza oscura que orienta los discursos teóricos en este o aquel sentido” (Morín, 1984).

Además, Morín reconoce que los cambios de paradigma pueden coexistir con otras teorías
o conceptos que no se ajustan fácilmente al paradigma vigente. Así la interpretación de Morín va
más allá de la de Kuhn y ofrece una idea más completa de la evolución del conocimiento
científico.

Un paradigma es entendido también, como un conjunto básico de creencias que guían la


acción, tanto de la vida cotidiana como la acción relacionada con la investigación científica. De
esta manera un científico, cuando comienza su quehacer, está determinado por una forma de
entender la vida, y por ende la acción científica.

La sola idea de objetivar la palabra paradigma, es un gran paso en el mundo científico, ya


que permite nombrar en un nivel más abstracto lo que hace el científico, o más bien lo que hacen
los científicos, de diferentes formas. Así entonces reconocemos distintas formas de acceder al
conocimiento. Anterior a esto, hablar de lo científico era sinónimo de paradigma positivista, pues
este enfoque o modelo se acostumbraba a ver como el único modelo de hacer la ciencia.

La palabra paradigma, como expresión lingüística asociada a la investigación, ha


conquistado ciertos espacios connotativos que la sitúan en un lugar privilegiado y que le otorgan
un cierto carácter de concepto unívoco, casi obligante, hasta el punto de que mucha gente cree
que al hablar de paradigma se habla de investigación o de filosofía de la investigación.

El término paradigma fue generalizado por Kuhn, quien se interesó en los radicales
cambios que ocurrían en el terreno de las ciencias naturales y quien intentó explicar tales cambios
desde una perspectiva histórica y socio cultural. Kuhn utilizó la palabra paradigma para referirse
a cada una de estas conquistas de conocimiento científico que se iban imponiendo con el tiempo
como tendencia dominante y terminaban siendo desplazadas por otro nuevo paradigma naciente.

El término paradigma ya había sido utilizado por Platón y Aristóteles en el sentido de


“modelo” y “ejemplo” (Abbagnano, 1963) que no tenía nada que ver con las revoluciones
científicas y era de uso común en la lingüística de mediados del siglo XX para aludir a ciertas
estructuras “semiológicas” (Saussure, 1969) en un sentido muy diferente al de Kuhn.

Lakatos (1983) utilizó el concepto de “programas de investigación”. El término


paradigma también se utiliza en ocasiones como sinónimo de enfoque, o hasta en el de programa,
hay quienes lo prefieren por encima del de paradigma, sin embargo, en la historia de la ciencia y
de la investigación el término paradigma es el más empleado, goza de mayor tradición y es mejor
comprendido, de tal manera que deberá ser asumido en sus diversas connotaciones y
denotaciones. Cada vez que un movimiento científico empieza a crecer y a desplazar al anterior,
está al mismo tiempo gestando en sí mismo a otro movimiento que, tarde o temprano, terminará a
su vez planteando una subsiguiente revolución.
A partir del polémico planteamiento de Kuhn podemos hablar acerca del carácter
polisémico del concepto de paradigma, lo cual se evidencia si apreciamos las diferentes
definiciones que se ofrecen; estas discurren desde orígenes etimológicos hasta visiones más
amplias, pero precisa destacarse que nos posicionamos por una concepción de paradigma como
modelo que propugna la construcción de un conocimiento desde unos supuestos que se asumen
como conciencia por determinadas comunidades científicas.

Un paradigma es de alguna manera como una guía para científicos y profesionales porque
indica las cuestiones o problemas importantes a estudiar, establece los criterios para el uso de
“herramientas” apropiadas, y proporciona una epistemología. Un paradigma no sólo permite a
una disciplina aclarar diferentes tipos de fenómenos, sino que proporciona los criterios para
identificar tales fenómenos identificados como existentes.

Generalizando, los paradigmas están constituidos por un conjunto de normas y


fundamentos teóricos que permiten explicar las relaciones entre los sujetos, los objetos y los
elementos que constituyen un campo científico.

Actualmente se debate con insistencia acerca de lo apropiado de los métodos, técnicas e


instrumentos utilizados en la búsqueda del conocimiento en los distintos campos del saber,
teniendo todo esto una connotación paradigmática. En tales disputas están implicadas posiciones
epistemológicas que suponen concepciones acerca de la propia naturaleza del conocimiento y de
la realidad.

Por lo anteriormente expuesto, es comprensible apreciar los enfrentamientos entre los


enfoques cualitativos y cuantitativos desde el punto de vista de las confrontaciones de los
paradigmas. La discrepancia entre los paradigmas cuantitativo y cualitativo tiene el sustrato del
enfrentamiento de los supuestos filosóficos en torno a cómo enfrentar el mundo, a la cosmovisión
que se posea.
Cook y Reichart (1986), al tratar la discusión cuantitativo – cualitativo, exponen lo que
significa un enfoque y otro, ahí se aprecia el indistinto uso que se hace de la terminología y cómo
se tratan como sinónimos los conceptos de enfoque y paradigma, de tal manera que por enfoques
y métodos cuantitativos identifican a las técnicas experimentales aleatorias, cuasi-experimentales,
tests “objetivos” de lápiz y/opapel, análisis estadísticos, multivariados y estudios de muestra.
Entre los cualitativos consideran a la etnografía, los estudios de casos, las entrevistas a
profundidad y la observación participante y la investigación-acción.

Sin embargo, este criterio aunque muy general en la bibliografía de la investigación, es


discutible, pues la polémica entre los paradigmas ha asumido matices irracionales, y en la
práctica los investigadores más creativos no aprecian antinomias metodológicas porque utilizan
los enfoques multimétodos, como una manera de lograr mejores accesos al objeto de estudio.

De acuerdo con Rodríguez (1996), el significado de las expresiones “métodos


cuantitativos” y “métodos cualitativos” comprende un universo conceptual más amplio que el de
las técnicas para diseñar estudios, recolectar datos e interpretarlos, por lo que justifican la
aplicación del término paradigmas.

Es importante resaltar que, aun cuando los diversos autores hacen referencia a los
paradigmas cuantitativo y cualitativo, existen diferencias en el tratamiento. Para algunos son
paradigmas distintos al paradigma positivista y el paradigma naturalista, pero otros parecen
identificar o asemejar, los primeros a los segundos.

Algunos autores suelen identificar el paradigma cuantitativo con el positivista y el


cualitativo con el interpretativo o naturalista, así Rodríguez piensa que en la búsqueda del
conocimiento de la “realidad” social, hay quienes, enmarcados en una “tradición” positivista,
defienden el uso de métodos cuantitativos que buscan llegar a explicaciones generales, a enunciar
leyes, y quienes desde una postura fenomenológica, abogan por la preponderancia de los métodos
cualitativos que tienen como propósito comprender el desarrollo de los procesos.
Existe la polémica con respecto a cuál paradigma se desarrolló primero. Al respecto, no
existe consenso de cual surgió primero, sin embargo no hay discusión en torno al papel
dominante que ha tenido el enfoque cuantitativo sobre el enfoque cualitativo. Sobre esta cuestión,
en la práctica investigativa existen diversos trabajos que combinan métodos cuantitativos y
cualitativos en el marco de un paradigma socio crítico.

La combinación de métodos cuantitativos y cualitativos ha devenido en una necesidad, si


se tiene en cuenta que toda posición de aceptación o rechazo incondicional de un enfoque u otro
no es determinante, ya que es sumamente difícil tener un enfoque cuantitativo o cualitativo puro
en la investigación científica. En la práctica todos los buenos investigadores combinan métodos y
técnicas diversas que provienen de los enfoques cuantitativos y cualitativos.

En el modelo o paradigma cuantitativo se produce la objetivación y delimitación del


objeto de estudio, medición y formalización de conceptos, variables y datos, modelización de
hipótesis y teorías, validación y fiabilidad de resultados por test de ajuste o de bondad, entre otros
procedimientos meramente estadísticos.

Por el contrario, la perspectiva cualitativa se basa en más, como objeto propio de estudio,
en el sentido o significado que para el actor o agente social y para el mismo investigador tienen
los fenómenos sociales, así como en estudios de ambientes singulares vinculados a la interacción
social, a la intersubjetividad y al lenguaje de los actores.

La orientación cuantitativa utiliza técnicas de recolección de datos como la encuesta,


procedimientos de tipo experimental o cuasi experimental, al mismo tiempo que mecanismos
lógicos formales de carácter estadístico para establecer patrones de comportamiento y probar
teorías (Hernández, 2010). Por otro lado, Albert (2007) afirma que la perspectiva cualitativa está
más asociada a métodos y técnicas de recogida de información de base etnográfica y/o de
investigación, o participativa como las entrevistas, la observación participante, las historias de
vida, los grupos de discusión, la investigación acción y sus análisis están más ligados a los
análisis de contenido.

Para Alfonso (2011) la lógica cuantitativa es la lógica que nos habla en el lenguaje de las
variables (independientes, dependientes y ajenas); de hipótesis de asociación o de correlación
entre variables y de definiciones teóricas y operacionales, de medición, de muestras estadísticas
representativas de encuestas, de diseños experimentales o cuasi experimentales, de medidas
estadísticas de tendencia central, de coeficientes de asociación, de regresión múltiple, de
relaciones de causa efecto, de neutralidad y objetividad, de pruebas de significación estadística.
Se buscan hechos y causas “medibles” a través de encuestas que producen datos cuantitativos
para probar estadísticamente una relación entre dos o más variables definidas operacionalmente.

La lógica cualitativa o intensiva es la que está más cerca de enfatizar la inducción


analítica y de buscar la generación de teoría, la comprensión, la especificidad; en ella no resulta
posible la actitud hipotetizadora porque no siempre es posible predecir el comportamiento de una
relación causal entre variables, por la inmanente complejidad de los fenómenos sociales
mediados por la cultura. Por ello, en la lógica cualitativa el tamaño de la muestra o de la
representatividad no es la más relevante, esta lógica apuesta a trabajar con pocos casos para
profundizar con mayor relieve en el significado del hecho social, lo que habla de construir en
conjunto, por lo cual le interesa más una captación holística del hecho social que su
descomposición en variables (Alfonso, 2011)

Hoy se debate con gran fuerza a qué modalidad o paradigma dar relevancia, sobre todo
para estudiar los complejos fenómenos de la vida social, por ello es preciso reflexionar con
criterio de pertinencia, en torno a los mejores modos de acceder al objeto de estudio en la
investigación social en general y en particular en la investigación educativa, que como
educadores nos interesa.
Según Cerda (1994) en el trabajo de campo las investigaciones tienden a la articulación y
complementación de los distintos métodos, instrumentos y técnicas que utilizan libremente en su
labor investigativa independientemente de que se asocien a uno u otro paradigma. Para este autor,
se han planteado nuevas formas de complementación e integración entre los paradigmas sobre la
base del principio de consistencia, de triangulación y convergencia y de la unidad dialéctica. Es
decir, alcanzar los niveles de investigación total, lo cual no sólo posibilita el uso y aplicación de
todos los procedimientos metodológicos, epistemológicos y teóricos que sean pertinentes con el
problema, el diseño y la realización de una investigación, sino que plantea un desafío
interdisciplinario donde existe una clara interacción entre disciplinas y áreas de conocimiento.

Conclusión

La triangulación, entendida como los procederes de búsqueda de la validez de los datos,


tradicionalmente se ha identificado con el enfoque cualitativo; sin embargo también se puede
apreciar como una manera de buscar aproximaciones entre ambas posiciones; cuantitativas y
cualitativas, porque al triangular los métodos pueden usarse las ventajas de uno para compensar
las desventajas del otro.

Dicho lo anterior, se puede concluir que no existe exclusividad de un paradigma u otro en


los procesos investigativos, no existen experimentos puros. La investigación científica hace uso
de ambos enfoques en la producción de trabajos investigativos encaminados a la búsqueda de la
verdad.
Referencias

Abbagnano, N. (1963). Diccionario de Filosofía. México: Fondo de Cultura Económica.

Albert, M. (2007). La Investigación Educativa. México: McGraw-Hill.

Alfonso, M.R. (2011). Dialéctica de la cantidad y la dualidad. Investigar sin ataduras.


México: UNESCO.

Cerda, H. (1994). La investigación total. La unidad metodológica enla investigación


científica. Colombia: Editorial Magisterio.

Cook, T.D. & Reichart, C.S. (1986). Métodos Cualitativos y Cuantitativos en


investigación educativa. Madrid: Morata.

Hernández, R., Fernández, C., & Baptista, P. (2010). Metodología de la investigación. (5a
ed.). México: McGraw-Hill.

Kuhn, T. (1975). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura


Económica.

Lakatos, I. (1983). La metodología de los programas de investigación científica. Madrid:


Alianza.

Morín, E. (1984). Ciencia con conciencia, Barcelona: Antropos.

Rodríguez, G., Gil, J. & García, E. (1996). Metodología de la investigación cualitativa.


Málaga: Ediciones Aljibe.

Saussure, F. (1969). Curso de Lingüística General. Argentina: Losada.

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