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por el mismo motivo, harto lirnitadas y problemáticas. Se Ia rnúsica.

I-iszt, en un célebre ensayo de 1855 sobre Ber-


puede ahora comprender rnejor que las famosas Ro,mqnzas lioz, paso obligado para todo aquel que quería discutir
sín p,alulx'u:s tuvieran para Mendelssohn un significado par- la cuestión de la música programáúica, enuncia estos prin-
ticular y rcprcsontalan casi un rnanifiesto de Ia nueva poé- cipios con su acostumbrado estilo enfático, casi profético,
tica romántica. que ya parece preludiar al de Wagner. Tras un genérico
elogio de la rnúsica, el arte privilegiada por excelencia,
gracias a la cual los sentimientos pueden ser expresados
El problema de la músic'a programática directamente, sin rnecliación alguna, el arte celestial que
nos perrnife entrever 1o que de otro rnodo estaría negado
Este probleina del poder descriptivo de la rnrllsica se al hombre, eco de un mundo divino, se enfrenta con el
presenta corno central en el pensamiento de muchos músi- problerna que más a pecho ha tomado. Ante todo, la re-
cos rornánticos con el surgimiento y el desarrollo de la novación de la forma: tserlioz es el símbolo de esta rebe-
música prograrnática. No era una novedad abscluta, en lión contra el pasado; corl sus creaciones, ha trastornado
la historia de la mrisica, la intención de describir algún la estructura de la sinfonía clásica. Sólo el futuro podrá
accnteeirniento o fenórneno natural sin 1a ayuda de texto li- clar el veredicto definitivo sobre su valer; todavía <puede
terario. Basta recordar La batalla, de Andrea Gabrieli, Ias e1 artista buscar 1o bello fuera de las reglas de la escuela,
narracianes bíblicas, de Kuhnau, Las estacíonzs, de Vivaldi, sin temor de sentirse después desilusionado>. X-as simpa-
y, finalmente La pastoral de Beethoven, sólo para citar los tías de Liszt scn, evidenternenfe, para quien viola las re-
e1'emplos más notables. Sin eml¡argo, se tratatra de un fe- glas y no se apoya, inerte, en la tradición. Mas esta polé.
nórneno esporádico: la música descriptiva o programática mica, por otra parte común a todos los rornánticos, se ve'
no era considerada como un género propio y verdadero rifica teniendo presente la defensa del nuevo género, es de-
de sí; quedaba corno un caso aislado y, en el fon o, el cir, de la rnúsica programática. Esta defensa corresponde
programa se lirnitaba al título y, rararnente, a un vago in- a una profunda exigencia de la época, o sea, la aspiración
tento descriptivo; la forma clásica tradicional permanecía de fi¡ndir las artes entre eltras, aboliendo todo confín para
intacta. Hay que llegar al romanticismo pata que la mulsica la consecución de una más completa expresividad. [{asta
programática se constituya como género propio y verda- ahara, la múrsica se había encontrado, en el melodrarna,
dero de sí, sobre todo bajo la forma de pcema sinfónico, con la poesía y la literatura, pero no se había nunca unido,
que tanta fortuna tuvo en el siglo xx. Este súbito desa- fundido completamente con ellas. La rnúsica prograrná-
rrotrlo de la música programática responde a exigencias tica, según Liszt, responde por fin a este ideal. En ésta,
lrastante complejas y en parte contradictorias con la para- la aspiración poética se transfunde sin residuos, y repre-
lela aspiración rornántica a 7a música pura. Los escritos senta el elemento revolucionario, capaz de renovar la for-
de Liszt son particularrnente significativos por tro que res- ma tradicional. El desarrollo de la rnúsica programática
pecta a este problema. Su máxima aspiración, cornpartida, no es, por consiguiente, ningún síntoma de decadencia, de
pcr otra parte, por muchos músicos románticos, es conse- agotamiento, ni confesión de impotencia, sino más bien
guir una rnás íntirna unión entre mrisica y poesía. En una etapa fundarnental, una conquista en la historia de Ia
otras palabras, lo que Liszt propugna es 1a creación de música, <un resultado necesario del desarrollo de nuestros
una música que consiga inspirar obras literarias. Este con- tiempos>. La mílsica pura instrumental, es decir, la que
cepto está íntimamente ligado al deseo de renovar las for- revela una inspiración exclusivamente musical, tiene lírni-
rnas tradicionales en que, hasta entonces, era concebida tes, graves en sí. de insuficiencia; sobre todo, carece de
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iejos de la mentalidad de los primeros románticos' Si, á
comunicabilidad: una música hecha únicamente de sonidos piincipios del siglo xlx, la fusión entre las artes era simboli-
concadenados entre ellos según una lógica interna sólo po-
iada por la música instrumental pura, que, con su subli-
drá ser comprendida por unos cuantos especialistas,- no me iddeterminación, conseguía acallar y superar cualquier
podrá dirigirse a todos los hombres. El músico puro, <dado
elemento extraño que aún podía aparecer en las otras
iur tro nibta a los hombres ni de sus alegrías'.ni.de sus artes, si la indeterminación expresiva era considerada como
sbnrisas, ni de sus resignaciones o deseos, quedará como
el momento más alto de la música, lo que decretaba su su-
un objeto indiferente para las masas e interesará únicamen- perioridad, que nos daba acceso a lo absoluto, a lo incog-
te a sus colegas, competentes para apreciar su habilidad>. noscible, todb esto es ahora considerado como una insu-
El compositor que atribuya importancia tan sólo al uso
ficiencia, una rémora. Ya Schumann y Mendelssohn alaba-
del matérial, no és capaz de crear por sí misrno nuevas for-
ban la claridad y la determinación de la expresión musical;
rnas, de dar a éste un soplo de nueva vida, puesto que no pero Liszt no se contenta con la música como sonido puro ;
está impelido por ninguna necesidad intelectual ni
que ser -y
expresafl¿* ia mrisica debe pintar, describir, y esto puede hacerlo me-
siquiera^por uná pasión ardiente exija-
diante la búsqué a de la inspiraóión en un cam,po ajeno
didescu6rir nuevos medios expresivos. Só1o el músico'poe' al suyo, es decir, en la poesía, pues, de otro modo, se re-
la, exfraña paradoja, puede extender los confines de su ducir?a a pura técnica; 1á técnicá, la forma, en otras pala-
arte, arompiéndo las cadenas que impiden el libre vuelo de
bras, debó ilenarse con un contenido, con ideas para ser
su fántasíáo. Mediante un programa, e1 músico puede dar
expresadas, no debe ser fin por sí misma.
un contenido más determinado a sus ideas, puede indicar- 'Se
están ahora delineandó dos grandes corrientes en la
nos su dirección, <el punto de vista desde el que toma un presentes como posibilidad en el pen-
estética musical, ya
-priin"ros
determinado tema)). <La función del programa se hace así románticos: la estética de la
samiento de los
indispensable, y su entrada en-las más a.ltas esferas del del sentimiento; y Lisztmismo empieza
forma la estética
y
arte áparece juitificado', La sinfonía programática es para
a teneiconciencia de ello cuando habla de una música pura
Liszt iomo l-a música del futuro, la única a través de la
instrumental, pura forma' arabesco sonoro, qüe ca.rezca
cual puede realizarse la íntima y comple-ta fusión entre las
gruod-tt obras maestras de la literatura y de la música, corno
de expresividab, para distinguirla de una. música más ex-
presiva, rebosantó e expresión y sentimiento románticcs'
ñabía sucedido, por otro derroteror con el teatro griego' y ^ Schumann, Liszt, Mendelssohn y Wagner, han desarro-
de rnodo imperfeóto, es decir, como combinación y no como
il oratorio y la cantata' La música pura ins- llado y U"uu¡ío a las últimas consécuencias, como experi-
*i¿n, <la mento concluyente, las implicaciones contenidas en el con-
"ott
irumental, la sinfonía ilásica, no comunica sino abs-
cepto de arte como expreiión del sentimiento' Las prime-
iiá.tu .^pt.sión del sentimiento humano universalr de rai iormulaciones de ñ estética romántica en Wackenro-
rnoOo impersonal, mientras-que la música
"otitpletamente
el poema sinfónico' nos podrán comunicar d.r, Hegel, en Schopenhauer, etc., eran capaces de con-
piogramátiia, "n T'a
ia universalidad concreta de los caracteres' ú;i;;-tf tá posibilidad de desarrollos divergentes'
lo
Es evidente la clara actitud romántica de todo el pensa-
ó""..p"i¿l de li música como expresión de infinito' de
la idá en forma de sentimiento, óomo lenguaje privilegia-
miento de Liszt. Esta exaltación suya de la música progra- lo que es inexpresable en el lengua¡e
do. capaz de expresar
Áati"u encaja perfectamente con la aspiración romántica a gracias
^precisamente
a su asemanticidad respecto a
iá ro.u"tg"n.á ¿" las artes bajo la égida de la música' éste, darT lugar-, según donde se ponga el acento' a una
"oitln,
qut precisamente en esos años, su máximo
en fagner. Con todo, Liszt está ya bastanto
"n"uitttra,
tiorizador estética de li formá o a una estéiica del sentimiento' Se

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llegaú-al prirner caso insistiendo en el aspecto asemánti- lizar la perfecta fusión entre rnúsica y poesía. Este melo-
co. anrbiguo, de Ia músjca, considerándola, i to más, como dram.a en su ensayo sobre
-li
--escribe Unct¡ne, de Hoff-
algo anáLrgcl al ssntirniento, capaz de reproducir la forma mann-- <que Aiemania espera>, será auna obra de arte
abst¡:acta de éste. aunque sin rélación djrecta con el rnis- completa en sí misma, y las distintas artes que contribu.
mo, capaz de restituir a la música la expresivielad a un yan a su creación" fundidas entre ellas, desapareeerán corno
nivel metalísico. Al segundo caso, a la ejtética del senti_ eontribuciones aisladas y reaparecerán paia formar este
micnto, se llegará poniendo el acento sobre el término e¡- nuevo mundoD. <tEl rnúsico que tenga buen éxito en este
¡tresión, considerando la música corno el lenguaje del sen_ trabajo titánico podrá, ser comparado solamente a un hé-
tinliento, capaz de expresarlo y comunicarlo en tcdcs sus roe: la realización de esta r¡nidad orgánica, en que las
maf ices y graclaciones. partes son fundidas del tcdo en la unitotalidacl, es el fruto
del genio, y la mÍtsica tendrá tra función de polo cataliza-
dor, de centro alrededor del cual las otras artés hallarán su
Wagner y Nietzsche: el finat del romanticismo más genuina expresión. l-o que el arnor es para la humani-
dad, tra rnílsica lo es para las otras artes y paru la hurna-
Los motivos hasta aquí individuados, expresados a veces nidad rnisroa. Pclrque la ¡nilsica es el amor rnisrtto, el rnás
tad.avía confusamente, sobte todo en 1os eicritos de mrísi_ puro y etéreo lenguaje de ias emociones, que abraza los
cos, no siernpre del todo conscientes del alcance de sus afir- más sr¡tiles matices de las pasiones...> Wagner no hará sino
rnaciones y anátrisis, son teorizados por Wagner, rnúsico, desarroilar con más rigor y conciencia crítica y filosófica
poeta, filósofo y pensador. Sus numefosos y prolijos escri_ estos ternas ya arnpliarnente preserites en la cultura ale-
tos, epistolarios" ensayos, estudios críticos y auiobiográ_ mana.
ficos, etc., se proponen, en su mayoría, jusiificar en un Es notorio que, para Wagner, la Gesamtkwnstwerk, la
plano filosófico y estético su reforma tóatral, así como obra de arte total, la obra cle atte del fi¡turo, encuentro de
sacatr a luz los fundarnentos doctrinales, a través de una tcdas las artes, poesía, danza y rnrisica, es el Drama, que,
complicada y no siempre excesivamente límpida construc_ sin embargo, no se ídentifica con la ópera tradicional c-on-
ción intelectual. siderada por él una parorlia clc óste, una progresiva corrup-
- La_concepción wagneriana del arte no se aleja mucho
de la de sus contemporáneos y, sobre todo, de la de Liszt,
c,ión y mixtificación do Ia cual traza la hir;t¡¡rja, no dejáñ-
dose engañar por los frecuentes intentos de reformas,'que
bien que ia artificiosa construcción intelectual q*, ,é han deja,do siempre las cosas en el punto de partida. El
expresa pueda engañar sobre su alcance real."* El londo Drania, para Wagner, no es un género musical y, menos
sobre el cual se mueve todo su pensarniento es, una vez alin, literario; es un tipo de art€ que pueda vivir junto a
más, el concepto romántieo d.el arte como expresión, junto las otras artes; el drama es el único arte ecmpleto, verda-
a la convergeneia de todas 1as dernás aftes ¡ara el Íogro dero, posibie, el arte que restituirá a \a exir,resión artística
de una rnás completa expresividad. su unidad y comunicabilidad. El error fundamental de la
Este anhelo de unificación de todas las artes bajo el ópera tradicional <consiste en esto, que de un medio de
patrocinio de la música se encuenfra ya en Weber, en su expresión (ia mrísiea) se ha heel'lo el fin, y del tin de la
aspiración de crear un melodrama auténticamente irnpreg- expresién (el drama) se ha llecho...¡,6. Por esta célebre y
nado de espíritu germánico y en su polérnica sobre el- mé- significativa frase, expresada en el acostumbrado estilo
iodrama setecentista de gusto italiano. En el tipo de obra
propngnada con énfasis profético por Weber, sé debe rea_ 56. Wagner, Opera y drama, intro'dueción,

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