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GUIÓN - ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
1. INTRODUCCIÓN
Para una mejor comprensión de los aspectos del tema, conviene situarnos desde
una perspectiva histórica. La función tutorial tiene una tradición consolidada en nuestra normativa edu-
cativa. Es un derecho reconocido en la Ley Orgánica reguladora del derecho a la educación (LODE) de
1985, en su artículo 45, que atribuye al claustro coordinar las funciones de orientación y tutoría de los
alumnos.
Hoy en el siglo XXI, las sociedades tienen como objetivo, ofrecer una educación,
basada en los principios de equidad y calidad, con la finalidad de conseguir el desarrollo integral de to-
dos los alumnos y alumnas. Lo que conlleva e incide en que la acción tutorial esté inmersa en la función
docente.
Desde estas consideraciones, en la primera parte del tema se exponen los aspec-
tos inherentes a la función tutorial, recogidos en las diferentes normas que han regulado el sistema edu-
cativo de nuestro país, desde la Ley General de educación (1970) hasta la LOE (2006). Para pasar pos-
teriormente a analizar el concepto de tutoría, así como las características y objetivos de la misma.
Como hemos indicado en la introducción la tutoría tiene una tradición consolidada en nuestra
normativa educativa. El reconocimiento del derecho de los alumnos a la orientación y tutoría data de la
Ley General de Educación de 1970.
La Ley Orgánica reguladora del derecho a la educación (LODE) de 1985, en su art. 45, atribuye
al claustro coordinar las funciones de orientación y tutoría de los alumnos.
La Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) de 1990, en su art. 60.1, bajo
el título cuarto “De calidad de la enseñanza”, recogía:
“La tutoría y orientación de los alumnos formará parte de la función docente. Corresponde a los
centros educativos la coordinación de estas actividades. Cada grupo de alumnos tendrá un pro-
fesor tutor”.
Bajo este mismo prisma la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE, 2002), establecía
la tutoría como derecho de los alumnos, así, textualmente se establecía en título preliminar, en su capítu-
lo dos, en el reconocimiento de los derechos y deberes que asisten a los alumnos, en art. 2. apartado c:
“Todos los alumnos tienen derecho a que su dedicación y esfuerzo sean valorados y reconoci-
dos con objetividad, y a recibir orientación educativa y profesional”. Además especificaba en el
art. 56. que, entre otras, es función del profesorado “la tutoría de los alumnos para dirigir su
aprendizaje, transmitirle valores y ayudarlos, en colaboración con los padres; a superar sus di-
ficultades; así como, colaborar con los especialistas, en el proceso de orientación educativa,
académica y profesional de los alumnos”.
La Ley Orgánica de Educación (LOE), en su título preliminar, establece como uno de los princi-
pios de la educación: “La orientación educativa y profesional de los estudiantes, como medio necesario
para el logro de una formación personalizada, que propicie una educación integral en conocimientos,
destrezas y valores”. En su art. 18.6, dentro de la organización de la educación primaria, recoge que en
el conjunto de la etapa, la acción tutorial orientará el proceso educativo individual y colectivo del alum-
nado. En su art. 22.3, dentro de los principios generales de la educación secundaria obligatoria, se es-
tablece que en dicha etapa se prestará especial atención a la orientación educativa y profesional del
alumnado. En el art. 25, con respecto a la organización del cuarto curso, en el pto.6 del mismo, se hace
referencia al carácter orientador de este curso. Del mismo modo, en el art. 26.4, se establece que co-
rresponde a las Administraciones educativas promover las medidas necesarias para que la tutoría per-
sonal de los alumnos y la orientación educativa, psicopedagógica y profesional, constituyan un elemento
fundamental en la ordenación de esta etapa.
En su art. 91 funciones del profesorado, establece entre sus funciones:” la tutoría de los
alumnos, la dirección y la orientación de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo, en
colaboración con las familias. La orientación educativa y académica y profesional de los alum-
nos, en colaboración, en su caso con los servicios y departamentos especializados. La atención
al desarrollo intelectual, afectivo, psicomotriz, social y moral del alumnado...
Vemos pues, como la LOE, hace precisiones no solo desde el reconocimiento de dicho dere-
cho, sino también perfilando dentro de la función docente los aspectos esenciales, en los que a de inci-
dir el desarrollo de la tutoría: aprendizaje, educación en valores, orientación educativa, académica,
y profesional, y todo ello desde un proceso de apoyo y ayuda, en colaboración con las familias.
− El profesor tutor coordinará la intervención educativa del conjunto del profesorado y man-
tendrá una relación permanente con la familia, a fin de facilitar el ejercicio de los derechos re-
conocidos en la LOE, como son: Estar informados sobre el proceso de enseñanza y aprendiza-
je de sus hijos, a participar en el proceso de enseñanza-aprendizaje; y a ser oídos en aquellas
decisiones que afecten a la orientación académica y profesional de sus hijos.
vos. En su art.19, recoge la Tutoría y Orientación, estableciendo que corresponde a las Administracio-
nes Educativas promover las medidas necesarias para que la tutoría personal del alumnado y la orien-
tación educativa, psicopedagógica y profesional, constituyan un elemento fundamental en la ordenación
de esta etapa. En el art. 25, con respecto a la organización del cuarto curso, en el pto.6 del mismo, se
hace referencia al carácter orientador de este curso. Del mismo modo, en el art. 26.4, se establece que
corresponde a las Administraciones educativas promover las medidas necesarias para que la tutoría
personal de los alumnos y la orientación educativa, psicopedagógica y profesional, constituyan un ele-
mento fundamental en la ordenación de esta etapa.
En la etapa del Bachillerato, los aspectos básicos de la estructura y sus enseñanzas mínimas
son establecidos en el Real Decreto 1467/2007.
Del mismo modo, el Real Decreto 1538/2006, hace lo propio con respecto a la formación profe-
sional.
(El opositor puede consultar la norma propia de la comunidad por la que se presenta, que regu-
la los aspectos relacionados con el tema).
Lázaro y Asensi (1987), definen la tutoría como “actividad inherente a la función del profesor
que se realiza individual y colectivamente con los alumnos de un grupo de clase, con el fin de facilitar la
integración personal de los procesos de aprendizaje”, haciendo además una serie de consideraciones,
en relación a la labor del tutor:
Lázaro (1997), considera que la acción tutorial: “actúa en paralelo con el propio desarrollo per-
sonal de los alumnos y sus progresos en el avance formativo; el tutor ejerce de vigilante constante, ase-
sorando y orientando las decisiones del sujeto, indicando las conveniencias y desventajas de las deci-
siones a adoptar, tomando como referentes la situación y características del sujeto y las opciones del
currículo, orientando y asesorando aquello que se estima más apropiado para el desarrollo y bien de la
persona”.
M. Álvarez y Bisquerra (1996), definen la tutoría como una acción sistemática, específica,
concretada en un tiempo y en un espacio en la que el alumno recibe una especial atención, ya sea indi-
vidual o grupalmente, considerándose como una acción personalizada porque:
Desde el Sistema Educativo, el tutor/a de alumnos/as adquiere nuevos matices. Sin su trabajo
no será posible hacer efectivo alguno de los aspectos más interesantes, tales como la orientación del
alumno/a en su vida personal, escolar, la promoción a cada uno de los niveles, la relación con la familia,
la atención a su vida en grupo, y, en general, el desarrollo amplio de sus valores peculiares.
Se propone un modelo de acción tutorial y de orientación educativa, que desde el punto de vis-
ta del alumnado, es un derecho que ha de concretarse y garantizarse en el conjunto de servicios y acti-
vidades que el sistema educativo debe ofrecer. Al igual que es un derecho de las familias el estar infor-
mados y participar en el proceso educativo de sus hijos, así como ser oído en las decisiones de orienta-
ción académica y profesional. Su principal desarrollo tiene lugar en el ejercicio de la función tutorial.
Todo profesor/a, en su actividad docente, ha de ejercer tareas de ayuda y orientación. Sin em-
bargo, la función tutorial, como parte de la función docente, está incluida en las obligaciones y funciones
del profesor, como hemos indicado anteriormente. LOE art. 91, funciones del profesorado: “La tutoría de
los alumnos, la dirección y la orientación de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo, en co-
laboración con las familias”.
Una escuela inclusiva que atiende a la diversidad, requiere por parte del profesorado, conocer
las aptitudes e intereses de los alumnos/as con objeto de orientarles más eficazmente, en su proceso
de enseñanza-aprendizaje. Contribuyendo al establecimiento de relaciones fluidas entre la escuela y la
familia; así como entre el alumno/a y la institución escolar, principalmente en lo que respecta a la eva-
luación de sus aprendizajes y al paso de un ciclo a otro, y de manera especial al final de las etapas. Le
corresponde también la correcta identificación de las dificultades que encuentran los alumnos, ayudán-
doles a superarlas y recabando los oportunos asesoramientos técnicos. Asimismo, coordinarán la ac-
ción educativa de todos los profesores que trabajan con un determinado grupo. Es función del tutor, so-
bre todo favorecer un clima de respeto mutuo de comunicación y de cooperación dentro del aula y del
centro escolar, que propicie la adquisición de hábitos básicos de convivencia y cooperación, de esfuerzo
individual y colectivo, de tolerancia y de aprendizaje.
La tutoría y por ende la acción tutorial, así como los procesos de apoyo y orientación en el pro-
ceso de aprendizaje, deben reunir las siguientes características:
− Ser continua.
− Implicar de manera coordinada a las distintas personas e instituciones que intervienen en el
proceso enseñanza-aprendizaje (profesorado, familias, escuela).
− Atender a las peculiaridades del alumnado.
− Capacitar para la autoorientación y crear en ellos de forma progresiva la capacidad y una ac-
titud positiva hacia la toma de decisiones.
5. Prevenir las dificultades de aprendizaje y no sólo asistirlas cuando han llegado a produ-
cirse, anticipándose a ellas y evitando, en lo posible, fenómenos indeseables como los del
abandono, del fracaso y de la inadaptación escolar.
La nota dominante del desarrollo infantil de los 6 a los 12 años, es el progreso de la conducta
social, de acuerdo con las nuevas condiciones que le proporciona el ambiente escolar y el descubri-
miento de la sociedad de los “iguales”. Aunque persiste una fuerte dependencia del mundo de los adul-
tos, el grupo es el que le posibilita la independencia de la familia; la maduración progresiva de otros
procesos psicológicos, como los cognitivos y morales, se realiza de forma paralela a la de la conducta
social.
La progresiva disminución del egocentrismo a lo largo de la etapa, le permite al niño una nueva
percepción de sí mismo y de los demás, ampliar el campo de sus relaciones e interpretar la realidad
desde otro punto de vista distinto del propio. En casa y en el colegio colabora; en el juego se somete a
las normas; en el trabajo es capaz de concentrarse.
Pero los grandes avances se ven en el campo cognitivo. El pensamiento sincrético de la etapa
anterior pasa a ser atomista, reversible y operatorio; el niño es capaz de plantearse los pasos sucesivos
que conducen a la solución de un problema y retornar al punto de partida. De los 7 a los 11/12 años
puede comprender la conservación de la sustancia, el peso y el volumen, así como los conceptos del
espacio, velocidad y tiempo (Piaget, 1996). “En confrontación con los otros y con las exigencias de los
aprendizajes que realizan, los niños y las niñas van forjando su autoconcepto y autoestima”
(DCB,1989), lo que les impulsará a esforzarse y a sentirse apreciados, competentes y eficaces.
La concreción de las funciones del tutor, dependerá de las características organizativas y es-
pecíficas de cada uno de los Centros, tanto de sus objetivos educativos como de la dinámica interna de
funcionamiento.
Hemos aludido anteriormente a que la acción tutorial no es una acción aislada del profesor/a, si-
no de cooperación y colaboración del equipo docente y respaldada e impulsada por el Equipo Directivo.
Hemos indicado al comienzo del desarrollo del tema, como la LOE, en su art, 91 establece, en-
tre las funciones del profesorado: “La tutoría de los alumnos, la dirección y la orientación de su aprendi-
zaje y el apoyo en su proceso educativo, en colaboración con las familias”; así como: “La orientación
educativa, académica y profesional de los alumnos en colaboración, en su caso, con los servicios o de-
partamentos especializados”.
Ahora bien, la normativa vigente, establece que, los maestros tutores ejercerán las siguientes
funciones:
a) Participar en el desarrollo del plan de acción tutorial y en las actividades de orientación, bajo
la coordinación del Jefe de estudios. Para ello podrán contar con la colaboración del Equipo de
Orientación Educativa y Psicopedagógica.
c) Atender a las dificultades de aprendizaje de los alumnos, para proceder a la adecuación per-
sonal del currículo.
f) Colaborar con el equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica en los términos que es-
tablezca la Jefatura de Estudios.
h) Informar a los padres, maestros y alumnos del grupo de todo aquello que concierna en rela-
ción con las actividades docentes y el rendimiento académico.
j) Atender y cuidar, junto con el resto de los profesores del centro, a los alumnos en los perío-
dos de recreo y en otras actividades no lectivas.
El Jefe de Estudios coordinará el trabajo de los tutores y mantendrá reuniones periódicas ne-
cesarias para el buen funcionamiento de la acción tutorial.
Nota: El opositor en este apartado debe hacer referencia a la normativa específica de su co-
munidad, y en concreto a la normativa de currículo y organización e implantación de las dife-
rentes etapas.
Las líneas de acción tutorial para la Enseñanza Primaria fueron propuestas por el MEC en
1992; tuvieron y siguen teniendo gran aceptación entre docentes, pedagogos y psicopedagogos. Con
algunas variedades en la terminología, continúan vigentes y son los ejes vertebradores de los Planes de
Acción Tutorial (PAT). Estas líneas o áreas son las siguientes:
Enseñar a ser persona es tanto como trabajar para el desarrollo de la identidad personal. En la
construcción de la identidad de los escolares de Primaria, intervienen como elementos fundamentales la
autoestima, los sentimientos de autoeficiencia, la confianza en sí mismo y las experiencias que el entor-
no familiar, escolar y social le proporcionan al niño. La construcción de la propia identidad es un trabajo
lento, a la vez que progresivo, en el que la escuela y la familia juegan un papel fundamental: la escuela,
como referente, le proporciona nuevas vivencias con los adultos e iguales, organizaciones sociales más
complejas y, consecuentemente, la necesidad de enfrentarse a un mundo real más amplio, que progre-
sivamente le va a exigir la realización de todo tipo de tareas. La familia, junto a la escuela, son los me-
dios que más influyen en el niño y más variadas las oportunidades le ofrecen para probar sus habilida-
des y construir paso a paso su identidad personal.
La etapa comprendida entre los 6 y los 12 años es un periodo durante el cual se acumula y je-
rarquiza progresivamente una variedad de imágenes de sí, que enriquecen el sentido de la identidad y
repercuten en la estima de sí mismo; la percepción de uno mismo en términos de capacidades y aptitu-
des, de cualidades y defectos, de gustos e intereses, de imágenes sociales, de bueno o malo, de com-
petente o incompetente, etc. Los sentimientos de eficacia, capacidad o competencia en la vida adulta
dependen, en gran medida, de los éxitos o fracasos del escolar durante esta etapa de la vida.
En relación con esta línea y con las competencias básicas del currículo, cabe destacar:
Enseñar a convivir
b) Las que se conocen con el nombre de habilidades de Interacción, como compartir juguetes,
participar en los juegos; expresar emociones; iniciar, mantener y finalizar una conversación;
contestar a las preguntas y opinar sobre sus propias experiencias, etc., han de trabajarse en
todos y en cada uno de los cursos de Primaria.
c) Las Asertivas, como formular y recibir críticas, no ceder a la presión del grupo, responder a
los insultos sin agredir, responsabilizarse del trabajo, enfrentarse a mensajes contradictorios,
demostrar deportividad…, son más adecuadas para los escolares de los últimos cursos de Pri-
maria.
En relación con esta línea y con las competencias básicas del currículo, cabe destacar:
Enseñar a aprender
Aprender a aprender y aprender a pensar o desarrollo de los procesos cognitivos tiene como fi-
nalidad garantizar la funcionalidad de los aprendizajes, mejorar el rendimiento escolar y la competencia
en situaciones sociales, es decir, desarrollar en los alumnos la capacidad de pensar para que aprendan
a aprender. Es la línea de acción tutorial más cercana al desarrollo curricular.
Bajo el epígrafe “aprender a aprender” para los escolares de Primaria se incluyen el desarrollo
de las capacidades básicas, las técnicas instrumentales de aprendizaje, las técnicas de estudio y de
trabajo intelectual.
El desarrollo de los contenidos tutoriales que acabamos de exponer, puede llevarse a cabo a
través de múltiples actividades, siendo responsabilidad del tutor el programarlas, elegirlas y realizarlas
de la manera más oportuna. Estas actividades para desarrollar los contenidos, a su vez, tienen tres ti-
pos de destinatarios:
En relación con esta línea y con las competencias básicas del currículo, cabe destacar:
La Educación Secundaria es una etapa con identidad propia, que abarca de los 12 a los 16
años para la Obligatoria y de los 16 a los 18 para las Enseñanzas Secundaras no obligatorias; El perio-
do de tiempo comprendido entre los 12 y los 16 años se corresponde con la denominada Preadolescen-
cia y con la Primera Adolescencia y está estrechamente vinculada al hecho biológico de la pubertad; el
periodo correspondiente a la secundaria no obligatoria corresponde a la plena adolescencia y primera
juventud.
Desde el inicio de la etapa hasta el final, los alumnos experimentan un profundo cambio en to-
dos los ámbitos: en el fisiológico, en el cognitivo, en el afectivo y en el social, con una fuerte interdepen-
dencia entre ellos; es decir, los cambios biológicos afectan profundamente la afectividad e interfieren en
las relaciones interpersonales; el desarrollo cognitivo modifica las percepciones de sí mismo, de los de-
más y del mundo en general. Así, pues, en las características evolutivas de los adolescentes se funda-
mentan, tanto la estructura y organización de la etapa, como los objetivos y el tipo de intervención psi-
copedagógica y socioeducativa propias y singulares de dicha etapa.
Partir de los rasgos de los alumnos plantea la necesidad de reconocer la diversidad de carac-
terísticas e intereses que existen entre los estudiantes de educación secundaria. Esta diversidad se ex-
presa en la manera en que los alumnos responden a las tareas que la escuela demanda, en su disposi-
ción ante el estudio y en la manera de afrontar los conflictos y tomar decisiones.
Por ello, la Orientación y Tutoría en este nivel educativo es de suma importancia, pues su
carácter preventivo involucra la realización de acciones con todos los alumnos para el desarrollo pleno
de sus potencialidades y aspiraciones personales.
Es de capital importancia destacar que el tutor forma parte de un equipo docente. La elabora-
ción del Proyecto Educativo de Centro ha de ser una ocasión para el trabajo común de los profesores
del mismo centro. Es importante, por otro lado, que en el Proyecto Educativo, donde debe recogerse la
Acción Tutorial (art. 121.2 de la LOE) se perfilen las líneas principales de la acción tutorial y de la orien-
tación con los alumnos de la etapa, teniendo en cuenta las características del entorno social y cultural
del centro y las peculiaridades del alumnado. Con ello, se facilitará y contribuirá a coordinar el trabajo de
los tutores del centro. Por otro lado, en el desarrollo de la docencia y en la tarea orientadora, sigue
siendo esencial la cooperación y el trabajo en equipo. La coherencia y la continuidad en los plantea-
mientos educativos es, en esta etapa y siempre, un imperativo de primer orden.
Las funciones y tareas generales que se encomiendan al tutor tienen tres diferentes tipos de
destinatarios: ante todo, el alumnado, pero también el profesorado y las familias. Esas funciones, a su
vez, pueden desarrollarse en diferentes tipos de actividades.
Apenas hace falta decir que el acierto en la elección de esas actividades dependerá de su ade-
cuación a las circunstancias reales de los alumnos y del medio institucional en que se desarrolla la vida
escolar.
al grupo. El jefe de estudios coordinará el trabajo de los tutores y mantendrá las reuniones periódicas
necesarias para el buen funcionamiento de la acción tutorial.
En esta asignación y trabajo de los tutores, el orientador/a, tiene un papel esencial, no solo por
ser una de las funciones encomendadas a los orientadores/as, sino por sus aportaciones desde el co-
nocimiento y asesoramiento en el ámbito de los procesos de desarrollo del alumno/a, dinámicas grupa-
les, dificultades de aprendizaje, atención al alumnado con necesidad específica de apoyo educativo,
orientación educativa y profesional, procesos de dinamización de la vida del centro, etc.
a) Participar en el desarrollo del Plan de acción tutorial y en las actividades de orientación, bajo
la coordinación del Jefe de Estudios y en colaboración con el Departamento de Orientación del
Instituto.
f) Colaborar con el Departamento de Orientación del Instituto, en los términos que establezca la
Jefatura de Estudios.
g) Encauzar las demandas e inquietudes de los alumnos y mediar, en colaboración con el de-
legado y subdelegado del grupo, ante el resto de los profesores y el equipo directivo en los
problemas que se planteen.
i) Informar a los padres, a los profesores y a los alumnos del grupo de todo aquello que les
concierna, en relación con las actividades docentes y complementarias y con el rendimiento
académico.
j) Facilitar la cooperación educativa entre los profesores y los padres de los alumnos.
En el caso de los ciclos formativos de Formación Profesional, el tutor de cada grupo asumirá
también, respecto al módulo de formación en centros de trabajo, las siguientes funciones:
a) Localizar puestos formativos que posibiliten la realización del módulo de FCT a los alumnos
que accedan a él.
b) La elaboración del programa formativo del módulo, en colaboración con el profesor de For-
mación y Orientación Laboral y con el responsable designado a estos efectos por el centro de
trabajo.
− El programa formativo.
− La organización y características del centro de trabajo donde se realizará el período de
FCT.
− La información general sobre el desarrollo de las actividades y las condiciones de uso
de los recursos de la empresa.
− La información sobre las condiciones de su permanencia en la empresa: Inexistencia de
relación laboral, observancia de las normas de higiene y seguridad en el trabajo propias
del sector productivo, etcétera.
d) Fijar, junto con el Jefe de Estudios, una jornada quincenal en el centro educativo para valorar
con los alumnos que realizan el módulo de FCT el desarrollo de las actividades programadas.
e) La relación periódica con el responsable designado por el centro de trabajo para el segui-
miento del programa formativo, a fin de contribuir a que dicho programa se ajuste a la cualifica-
ción que se pretende.
Nota: El opositor en este apartado debe hacer referencia a la normativa específica de su co-
munidad, y en concreto a la normativa de currículo y organización e implantación de las dife-
rentes etapas.
Los contenidos generales de la tutoría se incardinan en las líneas de acción tutorial, al igual
que ocurre en la etapa de Primaria.
“La acción tutorial y orientadora, en Educación Secundaria, no se puede realizar al margen del
currículo, sino plenamente integrada e incorporada en él. Las funciones y actividades en que
puede desarrollarse la función tutorial se agrupan en líneas o ámbitos, a través de las distintas
áreas del currículo. Son ámbitos en los que la acción tutorial y orientadora cumple un doble pa-
pel: por una parte y, ante todo, de desarrollo de la madurez de los alumnos y, en consecuencia,
con un valor preventivo de problemas personales y de grupo; por otra parte, un papel de inter-
vención ante problemas personales y de grupo, cuando éstos han llegado a producirse” (MEC,
1992).
En el citado documento, el MEC propuso en 1992 las líneas de trabajo para desarrollar la tutor-
ía en Educación Secundaria Obligatoria; a pesar de los años transcurridos desde su publicación, contin-
úan vigentes y gozan de gran aceptación entre tutores y orientadores; se las puede considerar como los
ejes que sustentan los Planes de Acción Tutorial (PAT). Son las siguientes:
− Enseñar a pensar.
− Enseñar a ser persona.
− Enseñar a convivir.
− Enseñar a comportarse.
− Enseñar a tomar decisiones.
Enseñar a pensar
Esta línea de acción tutorial es la más cercana a los aprendizajes escolares; tiene como finali-
dad el desarrollo de los procesos cognitivos de análisis, síntesis, reflexión, juicio crítico, imaginación y
razonamiento. A lo largo de la etapa de Secundaria Obligatoria, se adquieren las habilidades intelectua-
les que permiten el llamado pensamiento abstracto, la resolución de problemas complejos y la elabora-
ción de teorías; con ello, se garantiza la funcionalidad de los aprendizajes, se mejora el desempeño in-
telectual en materias abstractas y se mejora la competencia cognitiva en situaciones escolares o socia-
les; la culminación está en aprender a pensar.
En esta línea se trabaja con la finalidad última de profundizar y mejorar las capacidades de
pensamiento abstracto, las funciones cognitivas y las operaciones mentales propias del pensamiento
formal.
En relación con esta línea y con las competencias básicas del currículo, cabe destacar:
El desarrollo de la identidad puede presentarse como: desarrollo del yo, concepto de sí mismo
o autoconcepto, reconocimiento y aceptación positiva de sí mismo (autoestima) e imagen corporal como
elemento esencial del autoconcepto, el descubrimiento y preocupación por el rol sexual. La integración
de los elementos citados constituye un proceso no exento de preocupaciones, miedos, ansiedades y, en
no pocas ocasiones, conflictos personales e interpersonales. De forma progresiva, el adolescente elabo-
ra su propia identidad en relación a cuatro condiciones o aspectos:
En relación con esta línea y con las competencias básicas del currículo, cabe destacar:
Enseñar a convivir
“Entre las preocupaciones mayores de los tutores y profesores están algunas conductas pro-
blemáticas que determinados alumnos tienen en el centro. Las agresiones, riñas, insultos,
transgresión de las normas, faltas de respeto, indisciplinas, preocupan a los profesores, prime-
ro por sí mismas, por ser comportamientos indeseables, y también, en segundo lugar, porque
perjudican extraordinariamente el clima del aprendizaje. Con algunos grupos de adolescentes
la indisciplina puede llegar a constituir un problema de primer orden, que desencadena otros y
que puede llegar a hacer imposible no ya sólo el aprendizaje, sino la convivencia misma. La
acción tutorial tienen que ver, desde luego, con tales conductas problemáticas, una vez apare-
cidas, pero, sobre todo, ha de desarrollarse en líneas coherentes de intervención que se antici-
pen a la aparición de las mismas” (MEC, 1992).
Los equipos docentes y el tutor enseñan a convivir introduciendo factores que mejoran el clima
y la dinámica del aula; ayudan a los alumnos a clarificar y desarrollar valores y los entrenan en habilida-
des sociales. Son especialmente importantes, a lo largo de toda la etapa de Secundaria, las siguientes:
− Habilidades sociales Asertivas para enfrentar el estrés y las denominadas de oposición y par-
ticipación.
− Habilidades sociales de Respeto.
− Habilidades sociales de Autoevaluación.
− Habilidades sociales para la Inserción Sociolaboral.
En relación con esta línea y con las competencias básicas del currículo, cabe destacar:
Enseñar a comportarse
Muchas de las dificultades que tienen los adolescentes proceden de su incapacidad para adap-
tarse a las nuevas situaciones que necesariamente tienen que vivir; sin embargo, es absolutamente ne-
cesario que tutores y alumnos tengan claro que, en gran medida, la incapacidad para dicha adaptación
es inherente a la etapa evolutiva que están atravesando y que han de trabajar para alcanzarla, ya que
“adaptarse a la vida, al medio, a las circunstancias, forma parte del equipamiento necesario a todo ser
vivo para sobrevivir, para vivir con cierta calidad de vida. La capacidad de adaptación −de una adapta-
ción funcional, al servicio de la propia supervivencia y calidad de vida− incluye no sólo la adaptación de
uno mismo a las demandas del medio, sino también la adaptación del medio a las propias necesidades
y demandas.
más cercano, la influencia de los medios de comunicación, etc.; todos ellos pueden conducirlos inicial-
mente a la desmotivación, posteriormente a la inadaptación escolar, la cual puede desembocar en la
inadaptación social y falta de control del propio comportamiento.
Enseñar a decidirse
“Orientarse en la vida supone tomar opciones entre las distintas posibilidades que se abren en
cada momento. Cada opción adoptada significa realización de una posibilidad de vida, creación de nue-
vas posibilidades y exclusión de otras. La educación es orientadora en el sentido de que ayuda a los
educandos a orientarse en la vida. La orientación educativa incluye, por tanto, educación para tomar
opciones.
Ser capaces de tomar decisiones y hacerlo con acierto es fundamental, porque de dichas deci-
siones depende, en mayor o menor medida, el futuro de las personas. La etapa de Secundaria es espe-
cialmente importante en este sentido; el desarrollo del currículo contiene objetivos relacionados con la
toma de decisiones, por lo que es responsabilidad, no sólo del tutor; para que sea eficaz, es necesaria
la implicación de alumnos, padres, profesores, orientadores y servicios varios.
La acción tutorial para enseñar a los escolares de Secundaria a tomar decisiones se justifica
desde muchas vertientes: se pueden enseñar y se pueden aprender; las decisiones personales acadé-
micas determinan en gran medida el futuro personal y profesional; ejercen una gran influencia en la evo-
lución del autoconcepto y en el desarrollo de las habilidades sociales y condicionan, en cierto sentido, la
motivación. Además del imperativo legal, lo justifican las exigencias de una sociedad competitiva, tec-
nológica y caracterizada por cambios continuos y rapidísimos (Martínez y otros, 2002).
Enseñar a tomar decisiones no es una cuestión puntual; es un proceso en el que están impli-
cados elementos cognitivos, afectivos y sociales. La forma más eficaz de trabajar la toma de decisiones
es integrar este trabajo en el desarrollo curricular, con el apoyo de la tutoría, teniendo en cuenta algunos
aspectos de la actividad educativa:
a) La interacción entre profesores y alumnos, es decir, los mensajes que emiten, la atención
que prestan, la aceptación o el rechazo que muestran, las expectativas que manifiestan.
b) La selección de contenidos y actividades proporcionan información para el autoconocimien-
to, sobre el mundo educativo y laboral, sobre estrategias para valorar y decidir.
c) La reflexión sobre el futuro personal, académico y profesional.
El desarrollo de los contenidos tutoriales que acabamos de exponer, puede llevarse a cabo a
través de múltiples actividades, siendo responsabilidad del tutor el programarlas, elegirlas y realizarlas
de la manera más oportuna. Estas actividades para desarrollar los contenidos, a su vez, tienen tres ti-
pos de destinatarios:
− Los profesores.
− Las familias.
Planificar la acción tutorial de los centros educativos, en colaboración con los dis-
tintos órganos y agentes educativos del centro, es garantía de que las funciones y contenidos se desa-
rrollarán y los objetivos de dicha acción tutorial y de la educación en general se alcanzarán. “Si se pre-
tende que la tutoría no sea una intervención periférica, sino nuclear de la práctica docente, si se consi-
gue que sus tareas sean asumidas por todo el profesorado y no únicamente por el tutor de un grupo, si
se preocupa que esté plenamente incardinada en el currículo y si se persigue que se adapte a las nece-
sidades concretas de los alumnos, es del todo necesario que la acción tutorial no se reduzca a actua-
ciones puntuales e inconexas, sino que debe ser planificada, recabando la colaboración de los distintos
órganos y profesionales del centro, en orden a alcanzar las finalidades y objetivos concretos para los
diferentes niveles educativos” (Guillamón, 2003).
El Plan de Acción Tutorial (P.A.T.) es el documento marco en el que se especifican los criterios
de la organización y las líneas prioritarias de funcionamiento de la tutoría en el centro educativo (MEC,
1996). Documento en el que se planifica la acción tutorial del centro, es decir, su organización y funcio-
namiento.
Las funciones de la acción tutorial constituyen el marco referencial y el punto de partida para la
elaboración del PAT, el cual permite concretarlas y adaptarlas a las necesidades y características de los
alumnos, a la vez que establece los cauces y forma de colaboración de los demás agentes educativos.
Las características del PAT han sido ampliamente estudiadas y desarrolladas; a continuación
se destacan algunas de las notas que lo identifican, a la vez que diferencian de otros planes, también
educativos.
Consensuado y elaborado por el resto de los agentes educativos implicados: tutores, profeso-
res, orientadores; coherente con los objetivos y prioridades del Proyecto Educativo del Centro.
Asumidas las tareas por todo el profesorado y no únicamente por el tutor de un grupo.
Incardinado en el currículo, de forma que todas las áreas y materias se vean beneficiadas.
Adaptado a las necesidades concretas de los alumnos, de los profesores y del entorno, es
decir, elaborado para un contexto concreto.
Global-integral, es decir, se trata de un plan que está dirigido a todos los alumnos, con el fin
del desarrollo integral de su personalidad; también a las familias y a los propios profesores. Las líneas
de actuación y la interrelación entre las mismas han de quedar muy claras.
Evaluable, con el fin de analizar los resultados e introducir cuantas modificaciones sean perti-
nentes.
Para que la implantación de la acción tutorial sea efectiva y se consolide en el centro educativo,
se ha de planificar en los diferentes niveles de concreción:
En el PAT se contemplan los mismos elementos que en cualquier otro plan y programa educa-
tivo: objetivos, contenidos, actividades y evaluación. Su elaboración se justifica en función de las nece-
sidades detectadas y de las prioridades del centro.
1. Análisis y prioridades del centro. Es el primer elemento a tener en cuenta antes del diseño
del PAT. Implica conocer las características evolutivas y personales de los alumnos; identificar
las necesidades y demandas, así como las del centro, priorizarlas y secuenciarlas; tomar deci-
siones. Todo ello teniendo como referencia el Proyecto Educativo del Centro.
2. Objetivos. En función de las necesidades detectadas y de las prioridades del centro se for-
mulan los objetivos; estos objetivos están orientados, fundamentalmente, para los alumnos, pe-
ro también para los profesores y las familias.
− Las que facilitan la participación y la comunicación con las familias, intercambiar infor-
mación, etc.
− Las que enseñan a ser persona, de forma que lleguen a construir la identidad personal
autocontrolada, el desarrollo de un yo autónomo y seguro, un concepto positivo de sí
mismo y una autoestima adecuada.
− Las que enseñan a comportarse consigo mismo y con los demás, a autorregular la con-
ducta.
contenidos. Del mismo modo, explicitarán las competencias básicas y los objetivos rela-
cionados con el “saber”, el “saber hacer” y “el saber ser”.
• Los alumnos, como destinatarios de la intervención tutorial, pero también como partíci-
pes activos de ella.
De forma resumida las aportaciones que, desde la Psicología y las Ciencias de la educación,
se hacen al desarrollo de la función tutorial son:
1. El aprendizaje escolar tiene lugar como un proceso de construcción activa por parte de los
alumnos, a través de las experiencias estructuradas que la escuela proporciona, experiencias
mediadas, principalmente, por el profesor y desarrolladas en el marco de una interacción so-
cial, en la que los progresos y las dificultades son función no sólo de los alumnos, y de sus ca-
pacidades y motivación, sino también de la respuesta educativa, de las experiencias cuyo es-
pacio propicio es la escuela. El aprendizaje, en otras palabras, es función de una relación: de la
relación educativa que se establece entre el alumno y el profesor, o, más generalmente, entre
los alumnos y el conjunto del sistema escolar.
2. La importancia de construir aprendizajes significativos y funcionales que, les sirvan por y pa-
ra la vida.
3. La escuela básica y gratuita es la escuela de todos; por tanto, es la escuela de los alumnos
diversos y plurales, donde cada cual, con arreglo a sus capacidades, necesidades e intereses,
ha de encontrar una respuesta educativa, adecuada a sus necesidades e intereses. Principio
de atención a la diversidad.
pecíficos y generalizados, sobre la dinámica de la interacción y de los grupos, sobre la didáctica de ma-
terias específicas, etc., lo que nos permitirá en el desarrollo de la acción tutorial alcanzar una enseñan-
za adaptada, personalizada, respetuosa con las diferencias, en definitiva lograr una enseñanza de cali-
dad, basada en el principio de equidad, que haga efectiva la igualdad de oportunidades para todas las
alumnas y todos los alumnos.
En relación con el planteamiento curricular, hay algunos ámbitos educativos en los que se debe
hacer especial hincapié por parte del sistema de orientación y tutoría. Uno de ellos es el de las compe-
tencias básicas, como referente básico para organizar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Com-
petencias relacionadas con la formación (saber); el “saber hacer”( procedimientos) y el saber “convivir y
ser persona” (actitudes y valores).
Así, la inclusión de las competencias básicas en el currículo tiene varias finalidades. En primer
lugar integrar los diferentes aprendizajes, tanto los formales, incorporados a las diferentes áreas o mate-
rias, como los informales y no formales. En segundo lugar, permitir a todos los estudiantes integrar sus
aprendizajes, ponerlos en relación con distintos tipos de contenidos y utilizarlos de manera efectiva
cuando les resulten necesarios en diferentes situaciones y contextos. Y, por último, orientar la enseñan-
za, al permitir identificar contenidos y criterios de evaluación que tienen carácter imprescindible y, en
general, inspirar las distintas decisiones relativas al proceso de enseñanza-aprendizaje.
En este ámbito, la inclusión de las competencias básicas, requiere más que otros de un trabajo
integrado. Muchos de sus contenidos tienen que ser compartidos por las diferentes áreas y materias, y
algunos de ellos reforzados desde el plan de acción tutorial.
Este proceso, comprende todo lo relativo a cómo enseñar/aprender en general, cómo ense-
ñar/aprender en materias específicas o ante dificultades concretas, cómo desarrollar “técnicas de estu-
dio”. Comprende también las estrategias más complejas de solución de problemas, de manejo y proce-
samiento de la información, y de desarrollo de mecanismos generalizados, flexibles y funcionales, de
aprender a pensar y de aprender a aprender.
Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica y Unidades de Orientación (el opositor/a debe te-
ner clara la organización y funciones de los profesionales de la orientación educativa en su comunidad).
Partiendo de esta premisa, vamos a exponer el modo de asesorar, tanto desde los aspectos
más teóricos de la orientación educativa expuestos en el apartado anterior y la concreción de nuestra
intervención en la práctica cotidiana, el Plan de Acción Tutorial como elemento del Proyecto Educativo
de Centro(PEC) y su desarrollo ( Artículo 121.2, de la LOE: “Dicho proyecto, que deberá tener en cuenta
las características del entorno social y cultural del centro, recogerá la forma de atención a la diversidad
del alumnado y la acción tutorial…”.
Por lo tanto, es importante que, la Acción Tutorial se integre en el planteamiento curricular del
centro y no se aplique de manera puntual y descontextualizada en situaciones más o menos artificiales,
desconectadas de las actividades cotidianas de enseñanza-aprendizaje.
Las actuaciones que debe desarrollar la acción tutorial de un Centro son varias y plurales. To-
das tienen como objetivo contribuir al desarrollo integral del alumnado, fundamentalmente, a través del
aprendizaje de contenidos curriculares de la etapa, de los procesos de socialización en la dinámica del
Centro y de los procesos de orientación.
La acción tutorial, al mismo tiempo, debe asegurar la interrelación cooperativa entre el conjunto
de actividades del centro y del profesorado que las lleva a cabo, con las familias y el entorno del alum-
nado.
Hay que evitar, por todos los medios, que la acción tutorial se reduzca a la realización de acti-
vidades complementarias y extraescolares, la aplicación de programas paralelos y/o las entrevistas con
el alumnado y sus familias. Del mismo modo, hay que eludir que el Plan de Acción Tutorial sea un con-
junto de actividades y actuaciones escogidas sin criterio o que éste no responda a las finalidades y obje-
tivos reseñados.
Por eso, es esencial que, la acción tutorial se planifique en los distintos niveles de actuación y
que en cada uno de ellos intervengan los distintos órganos del Centro y se responsabilicen los profesio-
nales correspondientes.
El primer nivel de diseño de la acción tutorial se refiere a la elaboración del Proyecto Educativo,
y corresponde a los diferentes órganos de coordinación del centro. Los profesionales de la orientación
educativa, colaboran en la elaboración, desarrollo y revisión del Plan de Acción Tutorial.
El segundo nivel de planificación corresponde a todos los profesores de un ciclo y/o nivel edu-
cativo. En efecto, los principios generales acordados en el Proyecto Educativo han de concretarse a los
distintos grupos de un ciclo y/o nivel, puesto que, el alumnado manifiesta necesidades e intereses distin-
tos según la edad y el curso que está realizando.
El tercer nivel se refiere al que debe diseñar el tutor/a de un grupo para concretar y ajustar las
actividades tutoriales al grupo clase en general y a cada alumno/a en particular. Al tutor le corresponde
jugar el papel más importante entre la institución escolar, el grupo de alumnos, cada alumno individual-
mente considerado y las familias.
Ya que la acción tutorial es fundamental en la actividad pedagógica del Centro para que, permi-
ta el desarrollo y crecimiento armónico de todos los alumnos, es responsabilidad de toda la comunidad
educativa que, se lleve a cabo. Es decir, debe estar en presente en los diferentes niveles de planifica-
ción curricular y asumirse por los diferentes órganos de gobierno y de coordinación docente.
El Proyecto Educativo debe incluir todos los aspectos que se refieran al Plan de Acción Tuto-
rial, es decir, objetivos relacionados con la educación integral del alumnado, lo que en la práctica signifi-
cará que la actividad del profesorado transcienda lo meramente instructivo.
Por otra parte, el Plan de Acción Tutorial, es un elemento del Proyecto Educativo, según la
normativa vigente.
Fundamentalmente la acción tutorial que diseñen los distintos órganos de coordinación debe
asegurar:
Son los Equipos de Ciclo los que deben incluir en sus programaciones los elementos que mejor
contribuyan, en el marco de la acción tutorial, a la maduración y crecimiento personal del alumnado.
Así, algunos aspectos esenciales que se pueden abordar en éstas sesiones de coordinación
son:
− Plan de convivencia.
− Plan de acogida del alumnado, así como, en el marco del mismo, reuniones con sus familias.
A nivel del tutor/a, es él quien realiza la coordinación con los otros profesores que intervienen
en un mismo grupo de alumnos, convirtiéndose en el elemento organizativo más importante y funda-
mental de la acción tutorial y educativa en un centro.
Es el tutor, en coordinación con los otros implicados, quien ha de concretar para cada grupo y
alumno/a, el plan de acción tutorial acordado por la Comisión de Coordinación y concretado para cada
ciclo o curso.
El trabajo cooperativo del tutor facilita que la acción tutorial se comparta entre los diferentes
profesores/as, dado que las decisiones sobre las acciones educativas comprometen a todos a concre-
tarlas en su quehacer diario. Es más, en ese contexto resulta más fácil compartir ciertas tareas tutoria-
les entre el profesorado como, por ejemplo, las entrevistas con los alumnos o alumnas y sus familias.
Respecto a la Jefatura de Estudios, es esta estructura quien coordina y dirige la acción de los
tutores/as, con la colaboración y el asesoramiento del Orientador/a del Equipo que atiende al centro.
Por eso deberá asegurar que el trabajo cooperativo se produzca de forma habitual y sistemática, garan-
tizando la coordinación de tutores/as.
• Establecer criterios y propuestas de actuación en los diferentes ámbitos del desarrollo del
plan de acción tutorial.
• La elección de tutores/as para que sea la más beneficiosa al alumnado. Siempre resulta
complicado establecer qué criterios utilizar dado que cada centro tiene su propia dinámica y,
deben ser respetuosos con los acuerdos previos tomados en el Proyecto Educativo.
• Cumplimiento de la norma.
• Continuidad de un mismo tutor/a en un mismo ciclo para facilitar una mayor coherencia y uni-
dad de la acción tutorial.
• Preferencias manifestadas por el profesorado o detectadas en algún momento.
• Puede resultar más adecuado la elección del profesor que imparta más horas de clase al grupo.
• En principio, puede resultar positivo que asuma la tutoría, en buena medida, profesorado co-
nocedor del centro y/o con experiencia.
• Asegurar que la organización de los grupos, los espacios y horarios estén presididos priorita-
riamente por criterios que aseguren la coordinación y funcionamiento del tutor con el resto de
profesores del grupo y tutores del ciclo o nivel.
Debe evitarse que, en las diferentes tareas de coordinación, el profesorado implicado tenga
que realizar esfuerzos sobreañadidos y superiores al resto de compañeros/as.
La importancia de la acción tutorial conlleva que se la cuide con esmero, de tal forma que, al
profesorado implicado se le ofrezca tiempo, asesoramiento técnico y formación. Una buena forma de
conseguirlo es que, sin contradecir la normativa vigente, buena parte del tiempo de permanencia en el
centro pueda ser utilizado por el tutor/a en el ejercicio de su función.
En primer lugar decir que, todos los aspectos teóricos expuestos en el apartado de la etapa de
Educación Primaria, son válidos para la Educación Secundaria. Ahora bien, no hay duda de que las ca-
racterísticas psicoevolutivas del alumnado, las características de organización y funcionamiento de los
Institutos de Educación Secundaria, así como las estructuras organizativas y didácticas difieren de los
centros de educación Infantil y Primaria.
Por todo ello, con el objetivo de que todo opositor/a, tenga claro, el tipo de intervenciones que
realiza el Orientador/a cuando se encuentra destinado en un Instituto de Educación Secundaria, desde
el Departamento de Orientación vamos a exponer tanto el marco teórico, como los principios básicos
que se deben tener en cuenta a la hora de asesorar el Plan de Acción Tutorial, tanto en la fase de dise-
ño, como las fases de desarrollo y seguimiento.
Todo profesor o profesora debe conseguir que su labor educativa vaya más allá de la mera ins-
trucción o transmisión de conocimientos, convirtiéndose en educador/a y orientador/a de sus propios
alumnos. Las tareas educativas −es decir contribuir al desarrollo, madurez personal, y aprendizaje− no
se corresponden en exclusiva a un solo profesional o profesor (tutor/a), sino que tienen que ser asumi-
das por todos los profesores del Instituto.
Existe, pues, una identificación entre acción educativa y acción tutorial formando parte de un
mismo eje de la práctica educativa, de manera que a ésta se incorporan las acciones tutoriales. Así la
Acción Tutorial cobra una importancia decisiva como acción vertebradora de todo el proceso educativo
del alumnado.
Por todo ello, la acción tutorial, nunca será una actuación periférica, sino nuclear en la práctica
docente, que tiene su incidencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje tanto en el aula como en el
conjunto del centro.
En consecuencia las actuaciones que se lleven a cabo desde la acción tutorial han de centrar-
se en el análisis, por parte del Equipo Docente de un grupo de alumnos, de lo que está ocurriendo en el
aula y en el instituto, por qué está pasando y cómo han de intervenir los profesores/as tanto colectiva
como individualmente para modificar las situaciones incorrectas y propiciar el desarrollo y aprendizaje
de cada alumno/a y el progreso del grupo.
Por lo tanto, es importante que, la Acción Tutorial se integre en el planteamiento curricular del
centro y no se aplique de manera puntual y descontextualizada en situaciones más o menos artificiales,
desconectadas de las actividades cotidianas de enseñanza-aprendizaje.
Las actuaciones que debe desarrollar la acción tutorial de un Instituto son varias y plurales, por
que plural suele ser su oferta educativa (ESO; Bachilllerato, Ciclos Formativos, Programas específi-
cos...). Todas ellas tienen como objetivo contribuir al desarrollo integral del alumnado, fundamentalmen-
te, a través del aprendizaje de contenidos curriculares de la etapa, de los procesos de socialización en
la dinámica del Centro y de los procesos de orientación.
La acción tutorial, al mismo tiempo, debe asegurar la interrelación cooperativa entre el conjunto
de actividades del centro y del profesorado que las lleva a cabo con las familias y el entorno del alum-
nado.
Hay que evitar, por todos los medios, que la acción tutorial se reduzca a la realización de acti-
vidades complementarias y extraescolares, la aplicación de programas paralelos y/o las entrevistas con
el alumnado y sus familias. Del mismo modo, hay que eludir que el Plan de Acción Tutorial sea un con-
junto de actividades y actuaciones escogidas sin criterio o que éste no responda a las finalidades y obje-
tivos reseñados.
Por eso, es esencial que, la acción tutorial se planifique en los distintos niveles de actuación y
que en cada uno de ellos intervengan los distintos órganos del Instituto y se responsabilicen los profe-
sionales correspondientes.
Con todo ello, la figura del tutor/a en los centros de Secundaria, se hace imprecindible y nece-
saria, realizando ante todo:
− Una función de coordinación de las actividades de inserción del alumnado en la dinámica del
Instituto (Jefatura de Estudios, Departamento de Orientación, Departamento de Actividades Ex-
traescolares y Complementarias...) y, de cada alumno/a en su grupo clase.
− Realizar, de acuerdo con los objetivos diseñados por la Junta de Profesores, un seguimiento
individualizado con el alumno/a, mediante entrevistas personales, etc.
− Ser el mediador más importante entre la institución educativa y el alumnado y entre el grupo
de alumnos/as y la familia de éstos.
El Departamento de Orientación, en este caso, propiciará el desarrollo del Plan de Acción Tuto-
rial, siendo la instancia más cualificada técnicamente, para que la acción tutorial contribuya al desarrollo y
progreso del alumnado. Para ello, el orientador/a se implicará en tareas tan importantes como pueden ser:
− Organización de grupos.
− La realización de la propuesta del Plan de Acción Tutorial a los diferentes Órganos de Coor-
dinación Docente.
− La colaboración con la Junta de profesores y tutores/as en cuantas tareas educativas y de
seguimiento del proceso de enseñanza y aprendizaje se planteen y se acuerden llevar a cabo
facilitándoles criterios de actuación y recursos e instrumentos necesarios.
− La coordinación y colaboración permanente con la Jefatura de Estudios.
− Gestión de las juntas de evaluación.
− Trabajo de las estrategias de aprendizaje (técnicas de estudio; preparación de los exámenes,
etc.).
− Intervenciones directamente con algunos alumnos/as, cuando así se estime necesario, siem-
pre como continuo y complemento de las actuaciones llevadas a cabo por el profesorado y por
el tutor/a.
- Etc.
RESUMEN
La función tutorial tiene una tradición consolidada en nuestro sistema educativo. Es un derecho
que ha sido reconocido en las diferentes normas legales que se han ido sucediendo a lo largo del tiempo.
A lo largo del desarrollo del tema, se ha tratado de hacer, en primer lugar un análisis de la si-
tuación de la tutoría como un elemento de la función docente. Para ello, se recoge la perspectiva histó-
rica de la tutoría en el marco del sistema educativo. El reconocimiento del derecho de los alumnos a la
orientación y tutoría tiene su origen en la Ley General de la Educación de 1970 y su planteamiento en la
LODE (1985), LOGSE (1990), LOCE (2002) y LOE (2006).
Una vez realizado el recorrido histórico por lo que ha supuesto la tutoría en el marco legal del
sistema educativo, el desarrollo del tema se centra en el concepto de tutoría.
La tutoría se puede definir como “la actividad educativa de ayuda u orientación al alumno, que
el profesor puede realizar, además en paralelo a su propia actuación docente.
− Ser continua.
− Implicar de manera coordinada a las distintas personas e instituciones que intervienen en el
proceso de enseñanza-aprendizaje (profesorado, familias, escuela).
− Atender a las peculiaridades del alumnado.
− Capacitar para la autoorientación y crear en ellos de forma progresiva la capacidad y una ac-
titud positiva hacia la toma de decisiones.
Y del mismo modo, la tutoría y la acción tutorial han de cumplir objetivos como:
Una vez expuestos los aspectos normativos y teóricos de la acción tutorial, en el desarrollo del
tema, nos centramos en las funciones del tutor/a y en los contenidos de la acción tutorial tanto en la
educación primaria como en la educación secundaria.
Con respecto a la educación primaria, hay que partir de las características específicas que los
alumnos de estas edades presentan.
Las funciones del tutor/a, aparecen reguladas en las diferentes normativas, para las diferentes
etapas educativas. Si bien, conviene destacar lo recogido en el art. 91 de la LOE, donde se establece
entre las funciones de los profesores:
Para el desarrollo de estos contenidos, el tutor/a llevará a cabo diversas actvidades, tanto con
los alumnos, como con profesores y familias.
Con respecto a la Educación Secundaria, hay que partir de las características psicoevolutivas
de los alumnos de esta etapa. Al igual que ocurre en la etapa anterior, los adolescentes sufren una serie
de cambios y transformaciones en los distintos ámbitos del desarrollo que se encuentran muy interrela-
cionados entre sí y que condicionan tanto las funciones del tutor como los contenidos a trabajar desde
la acción tutorial para esta etapa.
Las funciones del tutor en secundaria, al igual que en primaria aparecen reguladas en las dife-
rentes normativas, para las diferentes etapas educativas. Si bien, conviene destacar lo recogido en el
art. 91 de la LOE.
− Enseñar a pensar.
− Enseñar a ser persona.
− Enseñar a convivir.
− Enseñar a comportarse.
− Enseñar a decidirse.
Estos contenidos habrán de desarrollarse a través de actividades con los alumnos, con los pro-
fesores y con las familias.
La acción tutorial, es una tarea que debe ser asumida por todo el profesorado del centro, debe
estar incardinada en el currículo y debe adaptarse a las necesidades concretas de los alumnos. Para
ello es necesario que dicha acción tuturial sea planificada a través del Plan de Acción Tutuorial (PAT).
En el desarrollo del tema se recoge tanto el concepto como las características de dicho PAT:
− Abierto y flexible.
− Funcional y viable o realista.
− Consensuado.
− Asumidas las tareas por todo el profesorado.
− Incardinado en el currículo.
− Adaptado a las necesidades de los alumnos.
− Global e integral.
− Evaluable.
− Sistemático.
Una vez establecidas las características generales del PAT, en el tema se plantean los elemen-
tos del mismo:
La función tutorial del profesorado conlleva el acompañamiento y seguimiento del proceso edu-
cativo y de aprendizaje del alumnado, ajustando la propuesta educativa a las necesidades de éste.
Por ello es fundamental que la acción tutorial se integre en el planteamiento curricular del cen-
tro y que se planifique en los distintos niveles de actuación:
• Primer nivel de diseño de la acción tutorial: elaboración del Proyecto Educativo; los profesio-
nales de la orientación educativa colaboran el la elaboración, desarrollo y revisión del Plan de
Acción Tutorial.
• Segundo nivel: concreción de los principios del Proyecto Educativo a los distintos grupos de
un ciclo o nivel.
• Tercer nivel: concreción y ajuste de las actividades tutoriales por parte del tutor al grupo clase
en general y a cada alumno/a en particular.
Por otra parte, es necesario asegurar que todos los órganos de coordinación docente y de go-
bierno lleven a cabo actuaciones coordinadamente. La jefatura de estudios coordina y dirige la acción
de los tutores, con la colaboración y el asesoramiento del Orientador/a que atiende el centro; algunos
aspectos esenciales a considerar son:
− Establecer criterios y propuestas de actuación en los diferentes ámbitos del desarrollo del
PAT.
− La elección de tutores.
La acción tutorial tiene una gran importancia, por tanto, es sumamente necesario el asesora-
miento técnico y formación a todo el profesorado implicado.
− Criterios y propuestas de actuación en los diferentes ámbitos del desarrollo del P.A.T.
− Elección de tutores.
− Organización de grupos, espacios y tiempos.
BIBLIOGRAFÍA
• GALVE MANZANO, J.L. y GARCÍA PÉREZ, E.M. (1997). La Acción Tutorial. Madrid: Ed.
CEPE.
• MORA, Juan Antonio (1984-1998). Acción tutorial y orientación educativa. Ed. Nancea.
• MUÑOZ, M. y SARASÚA, A. (2003). Día a día en los centros. Madrid: Ed. Praxis.
REFERENTES LEGALES
COMENTARIO BIBLIOGRÁFICO
La obra de Lázaro y Asensi, “Manual de Orientación escolar y tutoría” establece las pautas pa-
ra una orientación planificada en el contexto global de la acción educativa, dando una gran prioridad a
las dificultades de aprendizaje y a los ámbitos de la tutoría.
El manual de Negro Moncayo es una obra básica para el desarrollo de la orientación escolar,
con un lenguaje claro, sencillo y directo. Es ante todo un compendio de la actividad práctica, de la labor
del orientador, en los diferentes ámbitos de intervención. Recoge el perfil profesional del orientador co-
mo apoyo, asesor y facilitador del trabajo del profesor en el aula en momentos de especial dificultad.
El manual de Sánchez Sánchez, S.: “La tutoría en los Centros” es un manual que pretende faci-
litar al tutor un recurso para su preparación en el desempeño de la función tutorial.
Las obras del Ministerio de Educación y Ciencia tienen un carácter divulgativo, recogiendo
orientaciones y modelos que ayuden al profesorado a poner en práctica los aspectos relacionados con
la tutoría.
El resto de libros, ofrecen tanto aspectos teóricos como prácticos de la tutoría, concebidos para
servir de guía a la hora de planificar y programar en el centro educativo objetivos y actuaciones de la
labor tutorial. Recogiendo diversidad de recursos y técnicas que posibilitan su puesta en práctica.
Por último, los referentes normativos se hacen imprescindibles para conocer el planteamiento
de la acción tutorial desde el marco legal.
Si bien todas las obras mencionadas ayudarán al opositor a desarrollar ampliamente los conte-
nidos del tema o aspectos teóricos que se deriven del mismo, mención aparte merecen las obras que se
detallan a continuación.
• MORA, Juan Antonio (1984-1998). Acción tutorial y orientación educativa. Ed. Nancea.
La obra de Juan Antonio Mora tiene un carácter práctico para el desempeño de la función tuto-
rial. Se encuentra dividida en diferentes temas y en cada uno de ellos se realiza una exposición teórica,
unas cuestiones para debate, una bibliografía y un caso práctico. Por ello, esta obra se constituye como
un útil instrumento de trabajo y reflexión.
El libro de Fernández Sánchez: La función tutorial, define lo que debe ser la orientación educa-
tiva en un centro escolar. La orientación forma parte de la actividad educativa, y es considerada un ele-
mento propio de la función docente.
Entre las posibles intervenciones del tutor, la autora analiza las relativas al conocimiento, desa-
rrollo evolutivo, aprendizajes y tomas de decisión profesional de los alumnos, la dinámica social del gru-
po-clase, el autoconcepto, la relación con familias y la coordinación con el resto del equipo docente.
Esta obra aborda la atención a la diversidad desde la tutoría y la Orientación. Para ello, la obra
realiza un recorrido por un gran número de particularidades existentes en la población escolar actual, y
propone pautas y estrategias para abordar con éxito la tutoría y orientación de los alumnos.
La obra se compone de 34 capítulos, en cada uno de ellos se aborda una singularidad, si-
guiendo una estructura común: delimitación de conceptos, exposición de las particularidades de interés
para el tutor sobre el tema, rol del tutor, tipo de soporte que debe prestar el orientador y, finalmente,
propuestas de actividades.
Esta obra editada por el CIDE merece especial importancia. Es un libro estructurado en cuatro
partes: una 1ª parte que recoge los orígenes, concepto y modelos de orientación; la 2ª parte aborda los
modelos y estructuras institucionalizadas de orientación educativa; la 3ª parte se refiere a las áreas y
contextos de intervención y la 4ª y última, hace lo propio con el futuro del desarrollo de la orientación.
• http://www.orientared.com/tutoria/pat.php
Página con ejemplos de PAT para diferentes etapas educativas.
• http://www.ite.educacion.es/w3//recursos2/orientacion/03accion
Página con contenidos de acción tutorial.