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Prácticas Restaurativas.

Cuando la foto final es la restauración


integral
Karina E. Battola

Howard Zehr, en su desarrollo sobre “Cambio de lentes, un nuevo


enfoque para la delincuencia y la justicia”1, señala que por ser un aficionado
por la fotografía comprendió la relevancia que posee el lente que se utilice para
lograr una buena foto. Dice el autor que un lente con pequeña abertura
ocasionará una imagen disminuida y la calidad de la foto se dificultará por los
bajos niveles de luz. Así, a partir de esta comparación, sostiene que lo mismo
sucede al examinar la delincuencia y la justicia: las lentes que utilicemos
provocarán resultados diferentes.
En la línea de cambios de lente, surgen las Conferencias víctima-
ofensor, las Conferencias familiares, los Círculos de sentencia, y la mediación
en conflictos de índole penal. Estas son prácticas restaurativas que, si bien
tienen particularidades que les son propias, comparten en común la finalidad
de la transformación de los conflictos mediante el intento de la reparación y la
restauración de los daños producidos por el conflicto y el restablecimiento de
las relaciones de las partes en aquellos casos que resulte posible. Todas estas
prácticas se sostienen en el paradigma de Justicia Restaurativa. Al respecto,
Zehr menciona que este modelo de justicia es “…un proceso dirigido a
involucrar, dentro de lo posible, a todos los que tengan un interés en una
ofensa particular, e identificar y atender colectivamente los daños, necesidades
y obligaciones derivados de dicha ofensa, con el propósito de sanar y
enmendar los daños de la mejor manera posible”2.
Los distintos presupuestos que conforman el modelo de Justicia
restaurativa se relacionan con cuestiones atinentes a: la participación de las
personas involucradas en la controversia y de la comunidad; la responsabilidad
y la reparación del daño que podrá ser de carácter simbólico y/o económico.
Entre las distintas prácticas restaurativas en el abordaje de conflictos, la
1
Zehr, Howard “Cambiando de Lente” Estados Unidos, 2002.
2
Zehr, Howard “The Little book of Restorative Justice”, Good Books, Estados Unidos, 2002.

1
mediación es una de las más utilizadas en los ordenamientos jurídicos de
nuestro país.
La actividad como operadores de prácticas restaurativas nos invita a
reflexionar sobre nuestro rol y a difundir espacios pacíficos de gestión de la
conflictividad. Una de las maneras es hacerlo desde la pragmática -como se
escoge en esta oportunidad-, compartiendo el trayecto de intervenciones
realizadas, la transformación de la situación de conflicto que estas
intervenciones producen y la gestión integral para la restauración que
propician las prácticas restaurativas.
Era mayo de 2017 cuando la oficina de mediación y conciliación penal
recibió un caso por una denuncia por lesiones graves, derivado desde la
Fiscalía en instancia de formulación de cargos3, en el que tuve oportunidad de
intervenir.
Al tomar contacto con los datos de las personas a quienes invitaría a
participar a las entrevistas de mediación advertí que sus domicilios eran en
Villa Traful (provincia de Neuquén), una pequeña localidad cordillerana de la
Patagonia argentina, de 600 habitantes, cuya principal fuente económica es la
pesca y la actividad turística. El entorno natural, la protección y conservación
del medio ambiente propician la concurrencia de turismo, principalmente, entre
los meses de noviembre a abril, en el que el camino está despejado de la nieve
que producen las bajas temperaturas de la zona.
Ante este contexto, somos las mediadoras y los mediadores,
convencidos de que debemos facilitar el acceso a justicia, quienes nos
trasladamos cuando las circunstancias de cada caso lo requieren; por ejemplo,
cuando el domicilio de las personas es distante al lugar de radicación central de
las oficinas de mediación y conciliación penal. En esta oportunidad, para llegar
a la localidad en cada encuentro que mantuve con las personas transité 130
3
La Ley N° 2784 -Código procesal penal de la Provincia de Neuquén, establece un verdadero
cambio de paradigma, a partir del Artículo 17 del Código Procesal Penal de Neuquén mediante
el cual se establece que tanto jueces como fiscales procuraran la solución del conflicto primario
surgido como consecuencia del hecho típico, a fin de contribuir a restablecer la armonía entre
sus protagonistas y la paz social, utilizando la pena como último recurso”. Con ello, se
promueve la solución de los conflictos de manera armónica entre sus protagonistas,
manteniendo la imposición de la pena como último recurso ante las controversias de índole
penal.

2
kilómetros, parte del camino de ripio, sinuoso, que demanda alrededor de dos
horas y media de viaje.
Al comenzar a diseñar el lineamiento de la labor, articulé con el Juez de
paz de la localidad la posibilidad de utilizar la dependencia del juzgado de paz
para trabajar. Sin dudarlo y de manera muy colaborativa, Mario puso a
disposición el lugar, un espacio que fue testigo de cada uno de los encuentros
y que guarda mucha historia para algunas de las personas que participaron de
esta mediación.
Luego de haber procurado el ámbito de trabajo, realicé las convocatorias
a entrevistas, teniendo presente la premisa de abordar el conflicto primario con
la necesidad de explorar el problema, conocer los objetivos de cada uno de los
protagonistas de la controversia y establecer una agenda. Como señalan
Caram, Eilbaum y Risolía, “hablar de agenda en el marco de la mediación es
hablar acerca de qué trata cada proceso de mediación, es decir, cuáles son los
temas traídos –al inicio o en el desarrollo- por las partes para su discusión,
reflexión o eventual acuerdo y que el mediador sistematiza para la conformidad
con su tratamiento”4. Esta agenda surgirá de la exploración del conflicto que
estará nutrido del relato que las personas realicen sobre la situación de
conflicto, de preguntas y de escucha que realice el mediador.
Los protagonistas en este caso -cuyos nombres están modificados-
concurrieron a las entrevistas5. La primera, se llevó a cabo con Ángela -
persona denunciada -, quien comentó que asistía muy nerviosa, que no sabía
de qué se trataba el proceso de mediación. El primer momento se destinó a
explicarle cómo trabajamos en mediación a los fines de poder generar
confianza tanto en el espacio como con la mediadora interviniente; luego le
solicité si podía comentar qué circunstancias habían sucedido que derivaron
en la denuncia penal que realizaron María y Adolfo. Ángela efectuó un relato

4
Cfr. Caram, María Elena- Eilbaum Diana Teresa y Risolía Matilde “Mediación. Diseño de una
práctica” p.179, Editorial Histórica – Emilio Perrot, Buenos Aires, 2010.
5
Si bien los nombres están modificados, las personas autorizaron que se pudiese utilizar este
caso con fines pedagógicos o de difusión; su generosidad para estos fines permite
contextualizar el lugar donde transcurre la situación, ilustrando con las circunstancias de tiempo
y espacio para que el lector comparta la historia.

3
sobre el ataque de su perro de raza dogo al señor Adolfo. Agregó que ella es
agente sanitaria y realiza visitas a los vecinos de la comunidad, entre ellos, a
Adolfo y su esposa. En su relato, el lenguaje no verbal acompañaba cada una
de sus palabras que denotaban un gran pesar por todo lo sucedido. Manifestó
la asistencia que brindó en el momento del hecho y la distancia que tomó luego
con Adolfo y la familia. Pocas preguntas fueron necesarias para que surgiera
su interés en recomponer la relación con Adolfo y el entorno familiar de él;
además, expresó su deseo de pedir disculpas y tomar alguna medida con su
perro ya que imaginaba que esto generaba intranquilidad. Se le explicó el
abordaje que sería posible realizar en mediación y señaló que le gustaría poder
conversar con Adolfo y María y que imaginaba que ellos podrían tener alguna
pretensión económica. Al respecto, ella consultó con su abogado, quien le
asesoró que si se trataba de una indemnización que estuviese a su alcance
podría realizar una reparación económica. Acordamos que si Adolfo y María
estaban dispuestos a participar del proceso de mediación la contactaría ese
mismo día, tal como habíamos conversado telefónicamente cuando se la invitó
a la entrevista y reiteró su disponibilidad.
Llegó el momento de la entrevista con Adolfo y María, quienes
concurrieron unos minutos antes del tiempo programado. Todos se cruzaron en
la puerta de la oficina, saludándose de manera fría y distante.
Al comenzar la entrevista con Adolfo y su hija les expliqué las
características del espacio de mediación: la voluntariedad, la confidencialidad,
la neutralidad, la comunicación directa entre las partes y el consentimiento
informado, que rigen como principios generales en esta práctica restaurativa6.
Ambos se explayaron sobre la situación. Adolfo, muy lúcido con sus 79 años,
con cicatrices en su rostro -una de ellas muy marcada por las uñas del perro y
una herida profunda debajo del ojo izquierdo que no ha terminado de cicatrizar
y que requiere de una nueva cirugía- explicó de manera muy clara las
circunstancias por las que fue hasta la casa de Ángela, el ataque del perro y lo
que devino posterior a esta situación. María se presentó como la hija mayor y la

6
Al respecto cfr. MILL, Rita Aurora “Mediación penal” Prólogo de Sergio García Ramirez,
Rubinzal – Culzoni Editores, Buenos Aires, 2013.

4
única hija mujer, se la apreciaba muy enojada y manifestó la cantidad de
gastos que la familia había tenido que afrontar a partir de esta circunstancia.
Detalló cada uno de ellos. Mientras se refería a los gastos de cirujano
particular, de medicamentos, de viajes, de hospedaje, de traslados, Adolfo
mencionó que estaba desilusionado de la justicia y le formulé una pregunté
aclaratoria: "¿A qué se refiere con esa expresión?" Respondió que su
expectativa era que hubieran sacrificado al perro dogo, que parecía que un
animal tenía más valor que una vida humana, que cuando consultó en la
Fiscalía sobre el destino del perro le respondieron que lo reintegrarían a la
familia propietaria. Por su parte, María acotaba que no le interesaba el perro,
que la responsable del animal era Ángela y que ella debía pagar los distintos
gastos que su familia había realizado, de lo contrario, presentaría la demanda
civil. Para explorar intereses le consulté a Adolfo si le interesaría conversar
sobre el tema del perro con Ángela y expresó que quisiera tener ese diálogo
para conocer cuál sería el destino del perro. María, mientras tanto, se mostraba
impaciente. Era un momento oportuno para conversar con ella sobre su interés,
que resultó ser, hasta ese momento, la obtención del reintegro de los gastos
realizados. Se efectuaron unas preguntas más a ambos y surgió que a Adolfo
también le interesaba conocer el motivo por el que Ángela no había tenido más
contacto con él. Dijo que quería preguntarle por qué lo había abandonado ya
que le hubiese gustado que Ángela lo acompañara más. María señaló que
Ángela no había estado presente y que eso había afectado a Adolfo, y que
quisiera que entre ellos conversaran sobre esa situación.
Hasta el momento, la recomposición de la relación entre Ángela y Adolfo
¿era un objetivo común a todos?, ¿existían objetivos diversos entre María y su
papá? El trabajo de exploración debía continuar. Formulé una pregunta a
Adolfo con respecto a su inquietud de conversar con Ángela sobre el perro
dogo. Expresó que él había quedado muy asustado con lo sucedido y su temor
era que ese perro lastimara a alguien más. María interrumpió y dijo: “Insistís
con el perro cuando la responsabilidad de lo que sucedió es de Ángela porque
es la propietaria”. Pregunté a Adolfo si podría ampliar lo que estaba
expresando. Él le dijo a María que su temor era que el perro lastimara a su

5
nieta -la hija de María- y ella expresó: “Si el perro muerde a mi hija lo mato”.
María señaló que ahora entendía que el perro era una preocupación suya
también y que no era solo de su papá.
A partir de allí, fue momento de continuar explorando el objetivo de
María con relación a los gastos. Luego de un diálogo al respecto, surgió que le
interesaba que Ángela reintegrara el dinero de su papá gastado en solventar la
cirugía y que ese dinero era el ahorro de sus padres para pasar el “crudo
invierno por la poca concurrencia turística en la zona”.
Acordamos que dado que tanto Ángela como Adolfo y María estaban
dispuestos a participar del proceso de mediación nos reuniríamos en una
audiencia. Antes de ello, trabajé sobre el relato de las entrevistas, los objetivos
de cada una de las partes y la individualización de los puntos de agenda para
el encuentro, que serían: a) la recomposición de la relación entre Ángela y
Adolfo. b) el destino del perro dogo. c) el reintegro de los gastos ocasionados
por la cirugía de Adolfo.
Al primer encuentro concurrieron todos. Cuando ingresaron a la sala,
todos se miraron a los ojos y se saludaron de manera verbal (un pequeño
cambio con relación a lo sucedido entre las entrevistas y el encuentro). Hice
referencia a la predisposición de todos para encontrarse en ese momento y a la
apertura al diálogo que tenían para conversar sobre algunos temas allí. Les
expresé que de acuerdo a lo surgido de las entrevistas nos detendríamos a
conversar sobre tres temas, les mencioné los puntos de agenda y les consulté
si estaban de acuerdo. A partir de ello, Ángela comenzó a conversar de manera
directa con Adolfo, quien la miraba atento; mientras tanto, María mantenía la
mirada baja, hasta que Ángela se refirió a ella expresando que comprendía la
actitud de enojo que había surgido en el último tiempo. Se generó un diálogo
directo entre todos ellos, lo que permitió avanzar en la inquietud sobre el perro
dogo y el destino del animal a otra localidad. Este fue un primer acuerdo verbal.
Así, continuó el diálogo y surgió el tema del dinero. María pudo expresar de
forma sencilla y humilde que su familia no tenía interés en sacar ventaja de lo
sucedido; por el contrario, solo pretendían que se repusieran los gastos que
ellos habían tenido (25.000 pesos), que eran ahorros de Adolfo, y que no

6
solicitarían aporte económico para la nueva cirugía. Él acompañó esa
pretensión recordándole a Ángela que ese dinero era el ahorro para cubrir
necesidades básicas en la época invernal. Ángela le expresó que comprendía
la situación, estaba dispuesta a realizar una reparación económica y les
solicitaba un tiempo para ordenarse en este aspecto.
El clima era distinto, todos estaban más distendidos, con disponibilidad
de continuar un diálogo. María hablaba diferente: ya no se la apreciaba
enojada. Expresó que el reintegro del dinero podía ser en montos mensuales,
que no le estaban pidiendo la totalidad en un solo pago. Ella refirió que sus
padres eran jubilados y que la jubilación era magra, que si bien ella tenía un
trabajo, éste no generaba ingresos suficientes para solventar dos familias, de lo
contrario, no le estarían solicitando a Ángela la reparación económica. Adolfo
expresó que si su cuerpo se lo permitiera a estos 79 años, realizaría algún
trabajo para generar otro ingreso económico pero su salud se lo impide y su
jubilación es mínima y no alcanza para cubrir los gastos, razón por la cual
espera recuperar el dinero que tenía ahorrado ya que si sus ingresos fueran
otros no le pediría nada a Ángela. Ella mencionó que con el ingreso salarial que
tiene no sabe si podrá cubrir los gastos totales pero que tenía voluntad de
hacerlo y que cuando nos volviéramos a encontrar ella les expresaría algo al
respecto.
Desde el planteo que cada uno de ellos estaba haciendo -y por haber
advertido de los relatos que el contacto de Ángela era relevante para Adolfo-
pregunté si en el tiempo que transcurriera desde ese día hasta que nos
volviéramos a encontrar, había algo que Ángela pudiera aportar como agente
sanitario. (Para reflexionar siempre desde el rol del mediador: ¿Qué camino
abrimos con nuestras intervenciones? y ¿cuán amplio puede ser?)
María tomó la palabra y le dijo de manera directa, con tono cálido: “Te
pido que por favor recompongas la relación con mi mamá, ella también está
enojada como estaba yo, ahora entiendo tu temor sobre el motivo por el que
dejaste de contactarte y te pido que hables con mi mamá y le comentes qué te
pasó a vos en este tiempo”. Agregó que Ángela era una persona muy
importante para la familia, que cuando ella viajaba era Ángela quien pasaba por

7
la casa de sus padres y cubría la asistencia que ellos necesitaban y añadió que
no quería que la relación quedara mal entre ellos porque no solo ella
necesitaba contar con Ángela sino que sabía que sus padres tenían una
relación muy particular porque sentían mucho cariño y confianza.
Ángela manifestó que concurriría a hablar con la mamá de María. Adolfo
tomó la palabra y expresó que realmente Ángela era muy importante para ellos
y relató que cuando ella nació, el padre de ella le dijo: “Acá tienes a tu ahijada”.
Y manifestó que él no pudo estar en el bautismo pero que ella era su ahijada y
que jugaba en brazos con ella, que la mecía. Ángela rompió en llanto. Observé
a todos: Adolfo estaba emocionado y María también (tenía su maquillaje
corrido, había dejado atrás su enojo) y Ángela lloraba bastante. Hubo un
extendido momento de silencio. Disminuyó el llanto de Ángela, María relajó su
rostro, emitió unas sonrisas y dijo: “Ángela es realmente importante para la
familia”. Adolfo estaba aún emocionado y manifestó que Ángela era importante
porque los acompañaba y él se sentía muy agradecido porque en todo este
tiempo no había estado solo. "Mis hijos me han acompañado y María
particularmente me ha acompañado muchísimo, María es muy importante para
mí", confió. Luego de estos reconocimientos, María pidió un momento para
expresar que su enojo no había sido con Ángela o al menos no solamente con
Ángela sino que a veces se enojaba con su papá porque él hacía actividades
como ir a mostrar la cabaña de Ángela o quemar hojas cuando está con
tratamiento con neumonólogo y no se queda en su casa y se tiene que cuidar
más pero sabe que Adolfo es activo y ella se siente muy responsable porque
tiene sus padres a cargo. Se apreciaba mucho amor y mucha responsabilidad
en el cuidado y en el temor por la salud de Adolfo. Adolfo se rió, dijo que se
aburre en la casa si está quieto y Ángela le pidió a Adolfo que escuchara a
María, que ella tenía razón en el cuidado que él debía tener.
El último momento del encuentro había sido, sin dudas, muy emotivo.
Realicé un resumen de lo trabajado y de los puntos de acuerdo, de los
reconocimientos realizados y acordamos que nos encontraríamos en una
semana. La técnica del resumen utilizada después de momentos prolongados

8
de trabajo supone, como señalan Caram- Eilabum y Risolía7, que el mediador
relata en forma abreviada qué se ha dicho o qué ha sucedido en la interacción”.
Al momento de despedirse, el saludo fue diferente al del comienzo, todos se
despidieron con mucha calidez.
Llegó el día del segundo encuentro. Antes de comenzar, se contactó
telefónicamente el abogado de Ángela, quien manifestó que, a su criterio, la
pretensión económica de la “otra parte” era excesiva y que debía considerarse
en la negociación que Ángela colaboraría con el destino del perro a otra
localidad. Por ello, su asesoramiento a Ángela consistía en una reparación de
2.500 pesos.
Surgía una distancia en el monto de reparación y, con ello, la necesidad
de abordar esta cuestión con diferentes preguntas. Entre las que realicé, hubo
una pregunta (cerrada) destinada a indagar si él tenía conocimiento de la
relación vincular de Ángela con Adolfo y su familia. Expresó: “Hay casi una
relación familiar allí”. Las “intervenciones” en mediación suponen, también,
“intervenir” con silencio. En relación con estas pausas, Caram, Eilabum y
Risolía consideran que “…puede haber hasta un uso estratégico del silencio,
explorando qué actitudes precipita y hacia qué reflexiones mueve”8. Decidí
sostener la pausa, que fue prolongada, y luego de un tiempo pregunté:
"Doctor, ¿cuál es tu asesoramiento teniendo en cuenta ese contexto?"
Respondió que Ángela quiere pagar lo que solicitan y expresó que le hablaría
por teléfono para conversar nuevamente sobre esto. Luego, solicitó que
evaluara en el encuentro la posibilidad de que Ángela pueda abonar en cuotas
para que pueda sostener los pagos y que estaría atento a su teléfono por
cualquier inquietud. Legitimé su rol, haciendo referencia a su asesoramiento en
base a considerar la situación general de Ángela.
Finalmente, se llevó a cabo el segundo encuentro de mediación. Las
partes se mostraron con buena disponibilidad para el diálogo, se comenzó a
trabajar y surgieron acuerdos verbales sobre los distintos temas. Con relación
al destino del perro, acordaron que sería trasladado ese mismo día a otra

7
Ob. cit. Pág. 174.
8
Ob. cit. Pág. 267.

9
localidad. Sobre el aspecto económico, Ángela refirió que había conversado
con su pareja al respecto y que hacía un momento había hablado también con
su abogado, por lo que estaba en condiciones de ofrecer 20.000 pesos a pagar
en cuotas. Adolfo y María aceptaron ese monto de reparación y entre todos
acordaron que se abonaría entregando una primera cuota de dos mil pesos en
ese momento y el resto del dinero en 12 cuotas mensuales y consecutivas de
1.500 pesos. En cuanto al tema de la revinculación, les pregunté si Ángela
había podido ir a la casa de Adolfo. Manifestaron que Ángela concurrió a la
casa de Adolfo y que la conversación mantenida con la mamá de María había
sido amena, que habían podido expresar sus emociones y que Ángela había
pedido disculpas por la distancia que había tomado con la familia,
produciéndose con ello la revinculación que necesitaban. Les expresé que
habían realizado un profundo diálogo en los dos encuentros y que,
seguramente, el escrito no alcanzaría a reflejar todo lo expresado por ellos; sin
embargo, cada uno sabía la dedicación, el aporte y el compromiso que habían
realizado para superar la situación de conflicto. La revalorización y el
reconocimiento son significativos aportes de la mediación transformativa
propuesta por Bush y Folger que se orienta en la comunicación y en las
relaciones interpersonales entre las partes9. Este modelo de abordaje resulta
relevante en la utilización de prácticas restaurativas en base a los presupuestos
que las sustentan y que fueron mencionadas al comienzo del trabajo.
Luego, se redactó el acuerdo por escrito y antes de imprimirlo les
pregunté si lo transcripto reflejaba lo que habían acordado en el diálogo
mantenido. Estimaban que se había incluido todo lo conversado. A pesar de
ello, ¿todo lo conversado era todo lo que las partes necesitaban dialogar? En
esta línea, podemos volver a aquella reflexión esbozada anteriormente sobre
los caminos que abrimos con nuestras intervenciones y cuán amplio puede ser
éste para que el abordaje de la situación de conflicto resulte inclusivo de todos
los temas de interés de las personas dentro del encuadre de trabajo que se
realiza en mediación. Entonces, pregunté si querían agregar algo más.

9
Bush y Folger, “La promesa de la mediación” Granica, Barcelona, España, 1994.

10
Surgió una propuesta de parte de Adolfo sobre formalizar algún pedido a
la municipalidad sobre una campaña de difusión y tanto Ángela como María
estuvieron de acuerdo y se trabajó en esa línea. Además, expresaron la
conveniencia de realizar una manifestación pública, ya que todos ellos recibían
llamadas de diferentes medios de comunicación local para conocer el estado
de la causa penal y de la situación que se estaba tratando en mediación. Se
avanzó en esta línea, abordando estas dos cuestiones que resultaban también
satisfactorias para ellos.
Finalmente, entre los aspectos del acuerdo, las partes estipularon
realizar una manifestación pública en un medio de comunicación local y en las
páginas web del Ministerio Público Fiscal y de la Oficina de mediación y
conciliación penal, mencionando lo siguiente: 1- agradecimiento de todas las
partes a los profesionales de la salud de la salita de primeros auxilios del
Centro Sanitario de la localidad donde residen y a los del hospital de la
localidad más próxima que los asistieron. 2- agradecimiento a la propietaria del
perro dogo por su participación en el proceso de mediación. 3- agradecimiento
a los funcionarios de la Fiscalía y a los medios de comunicación, en ambos
casos, por el tratamiento respetuoso que emitieron al caso. 4- destacar el
abordaje integral del caso que se realizó en el proceso de mediación. 5-
presentación de nota dirigida al intendente de su localidad, mediante la cual se
le solicita que realice una actividad para concientizar a la comunidad sobre la
responsabilidad de los perros del sector10.
Al tiempo de firmar, Adolfo comentó que al momento de enrolarse en el
servicio militar no sabía firmar ya que no pudo estudiar porque su padre lo
llevaba a trabajar al campo. A partir de ese momento, decidió comenzar sus
estudios (a distancia). Narró que le llegaban los libros por correo postal y hasta
su pueblo llegaban en carreta. Culminó sus estudios y decidió que quería hacer
algo más: comenzó a estudiar planos para conocer cómo construir casas ya

10
Se redactó la nota mencionada en el punto 5 y también la nota dirigida al responsable del
área de prensa del Poder Judicial a los fines de realizar de manera conjunta entre las partes-
una manifestación pública ya que recibían llamadas de diferentes medios de comunicación
local para conocer el estado de la causa penal y de la situación que se estaba abordando en
mediación.

11
que quería hacer la suya y mencionó que el lugar donde nos habíamos
encontrado para esta mediación, una pequeña casa donde hoy funciona este
juzgado de paz, la había construido él mismo. Le agradecí que compartiera su
historia conmigo, la que María y Ángela ya conocían y volvían a escuchar con
sentimiento de admiración, al que me sumé internamente, expresando con
reconocimiento su vitalidad y su compromiso con la comunidad que es un
legado a estas mujeres, y reconociendo también a ellas su compromiso con
este hermoso territorio de la Patagonia argentina.
Al finalizar ese encuentro, Adolfo agradeció el espacio y expresó que se
iba tranquilo; todos se saludaron de una manera muy respetuosa y, sobre todo,
afectuosa. Ángela les agradeció el trato hacia ella y María le pidió que no deje
de visitar a sus papás. Agradecí la participación de todos en el espacio de
mediación y efectué un reconocimiento con relación al aporte que cada uno de
ellos había realizado en el transcurrir de los encuentros, lo cual les permitía
continuar de una manera diferente, habiendo trasformado la relación conflictiva
y retomado la relación de confianza y cariño que los vinculaba desde tiempo
atrás. Todos ellos, al despedirse de mí, pusieron de relieve -con palabras de
agradecimiento- el trabajo realizado. Mientras los escuchaba, reflexioné que
cada intervención que realizamos hace al desempeño de las competencias en
el rol de mediador y cuánto compromiso requiere nuestra actividad para que
sea realizada de manera eficiente y eficaz. Ellos continuaron expresando su
apreciación y trajeron en palabras lo que significó participar del espacio de
mediación, recalcando aquel punto del acuerdo en el que destacaban el
abordaje integral que se realizó en el proceso de mediación y que les permitió
conversar, solucionar la problemática y restablecer su relación11. Les agradecí
que pudieran expresar su reconocimiento y luego de despedirlos continué
reflexionando sobre la relevancia de la utilización de las prácticas restaurativas,
que permite que las personas que participan sean protagonistas, que se les
reconozca la capacidad para la toma de decisiones, que consigan restablecer
las relaciones, que logren reparación y que, luego de abordar la problemática

11
Fue uno de esos casos en los que, en términos de Pierre Bourdieu, una resulta más
enriquecida en el capital cultural y social después de esta particular experiencia laboral.

12
que los vinculaba -que en algunas ocasiones origina una causa penal- puedan
obtener como foto final la restauración integral.
.

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