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TEMA 1: INTRODUCCIÓN A LA EPIGRAFÍA

1.1. La ciencia de la Epigrafía: características, límites, uso de los textos y grandes repertorios
epigráficos

Un libro recomendado para introducción a la epigrafía es Fuentes para el estudio de la Historia


Antigua (M. Crawford) el cual habla de cuatro fuentes fundamentales para el estudio como son
literatura, epigrafía, arqueología y numismática.

Pierre Vilar reconocía como primer paso del estudio de la Historia la fijación de los hechos históricos,
de lo que se encargarían las ciencias auxiliares de la Historia. Una vez que estos hechos están
determinados hay que interpretarlos y esa es la labor del historiador y de la ciencia histórica. Hay
que matizar que frente a ciertas concepciones una ciencia auxiliar no implica una denostación de
esta.

Algunas de estas ciencias auxiliares son la literatura, la epigrafía, la numismática, la arqueología,


papirología, geografía y cronología, así como un número casi ilimitado de otras ciencias.

Podemos definir la epigrafía como la ciencia que estudia las inscripciones o que se ocupa de los
textos de la Antigüedad escritos sobre material perdurable como piedra, bronce, arcilla, plomo, etc.
La palabra inscripción proviene de la palabra latina inscriptio cuya traducción es “escrito sobre algo”.
Las inscripciones tienen un carácter evidente de publicidad, la palabra titulus también refiere a ellas
y su traducción sería “hecho para ser expuesto”. Lo primero hace referencia al hecho físico de la
inscripción y lo segundo a su finalidad, son dos formas diferentes de llamar a lo mismo. Los griegos
denominaban a las inscripciones como epigrafé, que significa “escrito sobre”. Epígrafe o inscripción
son de hecho sinónimos en nuestro idioma.

La epigrafía no es una ciencia aislada, tiene contactos con la Paleografía, ciencia que estudia la
escritura antigua, que está destinada a estudiar la historia de la escritura, mientras que la epigrafía
estudia un bloque de escritos en sí. También tiene conexiones con la Arqueología ciencia que
estudia los restos materiales de la cultura antigua en los que se incluyen las inscripciones. Incluso
podríamos relacionarla con la Historia de las instituciones por la ambición de publicidad de las
inscripciones que las convierten en fuente esencial de esta disciplina.

En la Antigüedad las inscripciones ocupan un lugar fundamental, en pocas sociedades el deseo de


publicitar escritos es tan evidente como en esta época donde además se define la separación entre
lo público y lo privado, teniendo lo primero una gran relevancia en la Roma y Grecia clásicas. Para
algunos historiadores es “la mejor fuente directa” para estudiar la Antigüedad, pero lo innegable es
que es un testigo directo, sin intermediarios, del mundo antiguo.

Ejemplos de inscripciones hay incontables, uno de ellos son los epitafios (“sobre la tumba”) que son
más frecuentes en forma de inscripción desde lo más sencillo a lo más ostentoso. Otro son los
miliarios (mojón en una calzada romana). En los foros existía esculturas del emperador en cuyo
pedestal incluía una inscripción en honor de este. Existen inscripciones vinculadas a templos, que
conmemoran la construcción de edificios importantes para la comunidad, collares de esclavos,
grafitis obscenos, etc.
Las características de publicidad y perdurabilidad de las inscripciones hacen que estén en lugares
públicos y concurridos como puertas de ciudades o de templos para su exposición.

Evergetes (“bienhechor”) define a aquel persona público y rico que debe revertir su riqueza en la
comunidad mediante filantropía, tiene su origen en la Grecia helenística y lo copiará Roma. Esto se
denomina evergetismo y las inscripciones tienen como función vincular estas donaciones con el
filántropo con un carácter de publicidad.

Se agrupan las inscripciones en unos compendios cuya denominación técnica son corpora. El C.I.L.
(Corpus Inscriptionum Latinanum) es “el gran corpus” que se realizó en Alemania a finales del siglo
XIX y principios del XX compuesto de 20 volúmenes según criterios geográficos (el vol. II corresponde
a Hispania). El C.I.L. se ha ido renovando con el tiempo y sigue haciéndolo, aumentando sus
volúmenes exponencialmente, pero se utiliza aún las referencias según los volúmenes antiguos. El
“Dessau” es otra compilación reconocida que coge el nombre de su compilador y su nombre original
es Inscriptiones Latinae Selectae, I.L.S. abreviado. En los años 80 cuando se comenzó la actualización
del CIL la administración autonómica de Andalucía puso financiación de su parte a cambio de una
recopilación de inscripciones por provincias que se denominó CILA (A por Andalucía).

Inscripción en una pared de Cáceres que corresponde a CIL II, 697

Vamos a observar las reglas para reconstruir el texto en latín de una inscripción.

1. Todo texto epigráfico se reproduce con letras mayúsculas, con la salvedad de que en latín no
existe la letra “v” si no que la “u” se grafía como “V”.

Ej: AVGVSTVS = Augustus

2. El desarrollo de las abreviaturas se realiza en minúscula entre paréntesis.

Ej: IMP(erator)

3. Los caracteres que suponemos grabados en un origen, pero que no se han conservado se
desarrollan en mayúscula entre corchetes.

Ej: [R(equiescat) I(n) P(ace)]

4. Debajo de las letras incompletas, pero de cuya restitución estamos seguros, ponemos un
punto.

Ej: Ị M P

5. Para separar palabras colocamos puntos entre ellas.

Ej: IVLIVS·CAESAR

6. La separación entre lineas se marca con una línea en diagonal. Con la salvedad de que si una
palabra está partida se coloca una barra diagonal sin espacio entre caracteres.

Ej: IVLIVS / CAESAR


IVLI/VS / CAESAR

7. Cuando la reconstrucción de un carácter no es segura, sino dudosa, se sigue de una


interrogación.
Ej: X?

8. Cuando se desconoce las letras o líneas que faltan, se utiliza como signo los corches con
puntos suspensivos.

Ej: VS […] / PROPTER


IVLIVS·CAESAR / […] (La inscripción parece continuar en otra línea)

9. Después de los numerales se escribe su valor en latín entre paréntesis.

Ej: II(duo)

10. Cuando hay abreviaturas se desarrollan poniendo un arco en la zona superior.

Ej: Æ = A^E

Inscripción: CIL VI, 7778

D·M

AVRELI · FE

LICI · AVG · LIBG

QVI · VIXIT · ANNI · V

DIEBVS · XXXIII

HORIS · VIII · M · AVR

CARICVS · AVG · LIB · FILI

O · DVLCISSIMO · BENE

MERENTI · FECIT

D · M es una abreviatura propia de las escrituras funerarias (dis manem, dioses de los infiernos).
Bene merenti es una expresión que significa bien merecedor o merecedor de todo.

D(is) · M(anibus) / AVRELIO · FE/LICI · AVG(usti) · LIB(erto) / QVI · VIXIT · ANNIS · V (quinque) / DIEBVS
· XXXIII( (triqinta et tres) / HORIS · VIII (octo) · M(arcus) · AVR(elius) / CARICUS · AVG(ustus) ·
LIB(ertus) · FILI/O · DVLCISSIMO · BENE / MERENTI · FECIT

Encarga a los dioses manes a Aurelio “Felici” liberto de Augusto que vivió 5 años, 33 días y 8 horas.
Marco Aurelio, liberto de Augusto, hizo esta inscripción para su dulcísimo hijo y bien merecedor.

La epigrafía también tiene hándicaps:

• Los lapicidas no eran alguien con formación y solían cometer faltas de ortografía.
• Algunas inscripciones tienen forma y contenido literario.
• Las inscripciones se corresponden con determinados registros temáticos, no todos se suelen
plasmar.
• Por lo normal las inscripciones proceden de los grupos privilegiados de la comunidad.
• Suelen corresponder a asuntos de índole local.
• Rara vez aparecen completas, suelen estar fragmentadas.
• Es frecuente que las inscripciones se reutilicen en construcciones posteriores.
• Aparecen de forma aislada.
• No es extraño que una inscripción presente problemas de datación.

El alfabeto romano se fija en el siglo II a.e.C. que llega a nuestros días con algunas letras más. Los
números se escriben con signos del alfabeto y se coloca una línea sobre ellos cuando se multiplican
por mil. El sicilicus “~” indica que la letra es doble. La interpunción coloca un signo entre cada
palabra, que normalmente es un punto a media altura “·” o algún elemento decorativo, como una
hoja de yedra.

Para la denominación de una inscripción del CIL se utiliza la fórmula de la obra, volumen y numeral
(ej. CIL VI, 7778). Hay que ubicar también la inscripción con una tipología, material del que está
hecho lugar de procedencia lo más preciso posible y localización actual (ej. estela funeraria de
mármol blanco hallada en el Cortijo del Agua en el término municipal de Cortegana, Huelva,
depositada en el museo arqueológico provincial de Huelva).

El modelo de manual de Epigrafía es una obra clásica de 1914 conocido como el “Cagnat” o “Cours
d’épigraphie latine”. En español el “Repertorio de Epigrafia y Numismática Latina” de J. M. Roldán es
otro manual de referencia.

1.2. Edición y datación de las inscripciones: el alfabeto latino, los sistemas de numeración,
plurales, femeninos y nexos

El alfabeto romano se constituye en la república romana y se compone de 33 letras, algunas


introducidas por necesidad tras el contacto con el mundo griego y la carencia de letras en el alfabeto
inicial que deben ser representadas para escribir nombres de ciudades y nuevos sonidos.

Los romanos no poseían la grafía “u” así que la “v” se utiliza como semivocal o semiconsonante.
Para distinguir uno u otro fonema se observa si va seguido de vocal (consonante) o consonante
(vocal).

Tampoco existe la “G”, sino que la C tiene ambas funciones sin existir la grafía “G”.

Los romanos escribían las epigrafías siempre en mayúscula, es la escritura capital. La de mayor
calidad era la capital cuadrada llamada así por tener mismo alto y ancho y utilizada por las grandes
instituciones del Imperio. Con el paso del tiempo pierden esa forma tan cuadrada para ir
estilizándose, siendo más altas que anchas en la llamada capital rústica.

La escritura cursiva tiene la principal característica de que es escribía en minúscula y se da por


primera vez en algunas inscripciones y es muy difícil de leer.

Cuando se hace una abreviatura los plurales repiten la última letra. En el caso de nombres en género
femenino éstos no se suelen abreviar y de hacerlo se invierte la letra.

Para los números romanos utilizaban letras con valor numérico. Aunque en la actualidad no se
acepta repetir un mismo número 4 veces, si que ha sido algo practicado por los romanos. Los
números situados a la izquierda de uno mayor restan su valor. Cuando se sitúa una línea horizontal
sobre un número este se multiplica por mil.
Los nexos se utilizan con función decorativa o ahorrativa del espacio, lo normal es que el último
trazo de una letra sea el primero de otra.

Entre palabra y palabra en las inscripciones se colocan las denominadas interpunciones que facilitan
su lectura.

Se denominan soporte al lugar perdurable sobre el que se plasma la inscripción. Los más comunes
son:

• Bloques o fragmentos de piedra de unas determinadas dimensiones, cortadas y


pulimentadas.
• Placa de moldura de menor dimensión que los bloques, de forma cuadrada y con una
especie de enmarque que resalta la escritura.
• Estelas. Placas adornadas con una parte superior para estilizarlas. Tiene formas variadas
como el triángulo.
• Miliarios que se colocan en las calzadas para indicar distancias.
• Aras o altares que son muy abundantes y son soportes dedicados a divinidades. Se
distinguen en tres partes, la base o zócalo, el cuerpo epigráfico y el coronamiento.
• Pedestales que son semejantes a las aras, pero destinadas a colocarse bajo la estatua de
alguien importante.
• Cupae o monumentos funerarios con forma semicilíndrica que posee una placa donde se
sitúa la inscripción funeraria.
• Urna cineraria con pequeños receptáculos con mayor o menor decoración e inscrita con el
nombre de la persona y rellena con sus cenizas.
• Hermae. Una especie de altares en los que se encuentra tan solo la cabeza de un personaje y
que a menudo representa los genitales.
• Puteales que protegen los pozos.
• Mosaicos.

Instrumentos domésticos.

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