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1. ¿Cuáles son los criterios para la graduación de la sanción?

1. La cuantía de la multa y el término de duración de la suspensión e


inhabilidad se fijarán de acuerdo con los siguientes criterios:

a) Haber sido sancionado fiscal o disciplinariamente dentro de los cinco años


anteriores a la comisión de la conducta que se investiga;

b) La diligencia y eficiencia demostrada en el desempeño del cargo o de la


función;

c) Atribuir la responsabilidad infundadamente a un tercero;

d) La confesión de la falta antes de la formulación de cargos;

e) Haber procurado, por iniciativa propia, resarcir el daño o compensar el


perjuicio causado;

f) Haber devuelto, restituido o reparado, según el caso, el bien afectado con la


conducta constitutiva de la falta, siempre que la devolución, restitución o
reparación no se hubieren decretado en otro proceso;

g) El grave daño social de la conducta;

h) La afectación a derechos fundamentales;

i) El conocimiento de la ilicitud;

j) Pertenecer el servidor público al nivel directivo o ejecutivo de la entidad.

2. A quien, con una o varias acciones u omisiones, infrinja varias disposiciones


de la ley disciplinaria o varias veces la misma disposición, se le graduará la
sanción de acuerdo con los siguientes criterios:

a) Si la sanción más grave es la destitución e inhabilidad general, esta última


se incrementará hasta en otro tanto, sin exceder el máximo legal;

b) Si la sanción más grave es la suspensión e inhabilidad especial, se


incrementará hasta en otro tanto, sin exceder el máximo legal;

c) Si la sanción más grave es la suspensión, esta se incrementará hasta en


otro tanto, sin exceder el máximo legal;

d) Si las sanciones son de multa se impondrá la más grave aumentada en otro


tanto, sin exceder el máximo legal;

e) Literal INEXEQUIBLE Si las sanciones a imponer para cada una de las faltas
son la multa o la amonestación, se impondrán todas.
2. ¿Qué principios rectores se encuentran previstos para la sanción
disciplinaria.
Los principios rectores se encuentran en la parte primera del Código
Disciplinario único (Ley 734 de 2002) encontramos también los siguientes:
IGUALDAD: Que impone la obligación de tasar sanciones idénticas en aquellos
casos en que no existan motivos razonables de discriminación.
PROPORCIONALIDAD: Exige que tanto la falta descrita como la sanción
correspondiente a la misma resulten adecuadas a los fines de la norma, esto
es, a la realización de los principios que gobiernan la función pública.
LA MOTIVACION: Es esencial al debido proceso, porque es en ese momento
en el cual se consignan de manera explícita las razones y los principios a los
cuales se les está dando aplicación, especialmente al de proporcionalidad e
igualdad.
LEGALIDAD: El servidor público y el particular en los casos previstos en el
CDU serán investigados y sancionados disciplinariamente por comportamientos
que estén descritos como falta en la ley vigente al momento de su realización.
LA ILICITUD SUSTANCIAL: La falta será antijurídica cuando la conducta del
servidor judicial afecte el deber funcional sin justificación alguna. El ilícito
disciplinario no comporta un mero quebrantamiento formal del deber, la
prohibición, la incompatibilidad o la inhabilidad. El quebrantamiento del deber
funcional, solo adquiere la categoría de ilícito disciplinario cuando ha sido
sustancial, y en consecuencia la falta será antijurídica.
TIPICIDAD Y ANTIJURICIDAD: La tipicidad en las infracciones disciplinarias se
establece por la lectura sistemática de la norma que contiene la función, la
orden o la prohibición y de aquella otra que de manera genérica prescribe que
el incumplimiento de tales funciones, órdenes o prohibiciones constituye una
infracción disciplinaria. La antijuricidad en el derecho disciplinario hace relación
a la infracción de deberes no a la protección de bienes jurídicos, como en el
penal.
CULPABILIDAD: El artículo 13 del CDU señala que en materia disciplinaria
queda proscrita toda forma de responsabilidad objetiva. Las faltas son solo
sancionables a título de dolo o culpa, este principio rige tanto en derecho penal
como disciplinario, en materia disciplinaria las faltas son por regla general
culposas, aunque en algunos casos parecería que la descripción legal de las
prohibiciones se rige por verbos rectores que implican dolo, por ejemplo:
abandono, negar, retardar.
ERROR JUDICIAL INEXCUSABLE: Alude a omisiones graves, evidentísimas e
imperdonables, que pueden obedecer a la negligencia, a la falta de pericia, o
de aptitud, por la notoria falta de conocimiento, y que convierte a los
funcionarios judiciales en potenciales enemigos del Estado Social de Derecho.
3. Haga un análisis de los conceptos Independencia judicial vs
Justicia disciplinaria.

El hecho de proferir una sentencia judicial en cumplimiento de la función de


administrar justicia no da lugar a acusación ni a proceso disciplinario alguno en
la justicia disciplinaria, si se comprueba la comisión de un delito al ejercer tales
atribuciones, la competente para imponer la sanción es la justicia penal en los
términos constitucionales y no la autoridad disciplinaria.
La competencia del juez disciplinario no va hasta permitirle analizar y calificar el
contenido de la decisión de los jueces y magistrados, solo le corresponde
examinar la conducta y sancionar las faltas de los funcionarios de la rama
judicial, lo que significa que no debe extenderse a revisar el contenido de los
fallos judiciales y controvertir análisis de pruebas que ya haya hecho el juez o
tribunal, a menos de que considere que se han desconocido las normas y
preceptos constitucionales para tal decisión, de ser así debe ponerlo en
conocimiento de las autoridades penales, para que imponga sanciones la
justicia penal.
La independencia judicial es entonces que las decisiones que profieran los
jueces y tribunales deben ser sometidas al imperio de la constitución y la ley,
en razón a esto no hay cabida a que se inicie proceso disciplinario con carácter
sancionatorio.
Sin embargo, el funcionario judicial que tome decisiones con base en caprichos
sin un mínimo de proporcionalidad, y se demuestre que ha incurrido en una
conducta culposa o se presente un error inexcusable, la jurisdicción
disciplinaria ha considerado que si se debe sancionar por la justicia
disciplinaria.
4. ¿Quién tiene la competencia para juzgar a los funcionarios
judiciales?
Según el artículo 277 de nuestra Constitución Política, la Procuraduría General
de la nación tiene la función de ejercer preferencialmente el poder disciplinario;
el artículo 256 atribuyo al Consejo Superior y Consejos seccionales de la
Judicatura examinar la conducta y sancionar las faltas de los funcionarios de la
rama judicial.
El CDU en su artículo 3 señalo que la procuraduría General de la Nación y el
CSJ son competentes a prevención para conocer de las faltas atribuidas a los
funcionarios de la Rama Judicial.
Sin embargo, en relación con el poder preferente de la Procuraduría General
de la Nación es pertinente precisar que esta se predica frente a los empleados
judiciales.
En razón de las características propias de su función jurisdiccional y de la
necesidad de mantener la independencia funcional de la Rama Judicial, es la
Jurisdicción disciplinaria constitucionalmente establecida la competente por
asignación expresa del constituyente para examinar la conducta y sancionar las
faltas de los funcionarios de la rama judicial, sin que su competencia pueda ser
enervada por la Procuraduría General de la Nación.
5. ¿Cuáles son las faltas disciplinarias en las que incurren con
frecuencia los funcionarios judiciales?
Las estadísticas y la experiencia informan que las faltas disciplinarias que con
mayor frecuencia se imputan a los funcionarios judiciales son en un 80% casos
relacionados con faltas al deber de diligencia y el supuesto incumplimiento del
deber de respetar, cumplir la Constitución, las leyes y los reglamentos; el
restante un 20% se distribuyen en casos relacionados con el deber de
asiduidad o dedicación exclusiva, el deber de reserva y conservación de
documentos y demás elementos del despacho, el deber de decoro, la
consagración al ejercicio de la función judicial en forma personal, la cortesía, el
secreto, la transparencia y probidad.

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