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TEMA: JESUCRISTO: DIOS Y HOMBRE

TEXTO PARA MEMORIZAR: FILIPENSES 2:5

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.

LECTURA: FILIPENSES 2:5-11

INTRODUCCIÓN: No hay otro pasaje de Pablo más sublime sobre la persona de Cristo. Aquí
la majestad y la humildad del Salvador se colocan en fuertes contrastes. Toca con un extremo la
misma gloria de Dios y con el otro la vergonzosa cruz donde Jesús murió.

I. SU EXISTENCIA ETERNA.

La existencia de Cristo no comenzó en Belén, ni en la creación. Él es eterno.

A. Su existencia eterna implica identidad con Dios. En Filipenses 2:6, dice: “El cual,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse. En Juan
10:30. También dice: “Yo y el Padre uno somos”.

B. Su existencia eterna implica igualdad con Dios. (v. 6) Porque en Isaías 9:6 dice: “Porque un
niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. En Juan 5:18 también dice
que Jesús es igual a Dios Padre. “Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no
sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre,
haciéndose igual a Dios”.

II. SU ENCARNACIÓN HUMANA.


Es el camino que recorrió dejando la gloria del cielo junto al Padre para entrar a este mundo de
calamidades.

A. La encarnación implica la renuncia de la gloria externa y visible de Cristo. Jesús no


rehusó dejar su trono de gloria (v. 7). Si no que se despojó a sí mismo, tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres.

B. La encarnación implica su identidad con el hombre (v. 7). Porque fue hecho
semejante a los hombres.

C. La encarnación implica su muerte en la cruz. Porque el versículo 8 dice: “y estando


en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz”.

III. SU EXALTACIÓN SUPREMA.

Existe una ley en el universo espiritual y que encontramos en la Biblia, que dice: El que se
humilla será exaltado... El que se humilla como Jesucristo: Ama, perdona y salva. Cristo nos
salva de la condenación eterna, nosotros podemos en menor grado salvar a alguien de cosas
pequeñas.

A. Su exaltación significa un nombre prominente (vv. 9, 10). Veamos lo que dice el


apóstol Pablo: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es
sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en
los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”.

B. Su exaltación significa adoración universal. Según el versículo 11, leemos “y toda


lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.

CONCLUSIÓN:

Este himno que algunos llaman "el salmo de Cristo" resume la historia de la salvación. Para
efectos de predicación o enseñanza se acostumbra dividirlo en tres estrofas que corresponden a
la preexistencia de Jesús (v. 6), su encarnación y muerte (vv. 7, 8) y luego su exaltación (vv. 9–
11).
Prediquemos que Cristo es el Señor de nuestras vidas. Vivamos en Cristo, por Cristo y
para Cristo. Que Él sea siempre el centro de nuestros corazones, su Palabra y su amor porque
de la abundancia del corazón habla la boca. Declaremos en fe ¡Señor mío y Dios mío!

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