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Byzantion
Nea Hellás
Revista Anual de Estudios Griegos
Bizantinos y Neohelénicos
Comité de Consultores Internacionales
María Tzani (Universidad de Atenas)
Eratosthenis Kapsomenos (Universidad de Ioanina, Grecia)
Natalia Moreleón (Universidad Nacional Autónoma de México,
México)
Moschos Morfakidis (Universidad de Granada, España)
Vincenzo Rotolo (Universidad de Palermo, Italia)
Penélope Stavrianopulu (Universidad Complutense de Madrid,
España)
Elías Eliades (Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia)
Comité Cientíico Editorial
Carla Bocchetti (Universidad Nacional de Bogotá, Colombia)
Miguel Castillo Didier (Universidad de Chile, Chile)
Clara Cisneros (Universidad de Guadalajara, México)
Pablo Cavallero (Universidad de Buenos Aires, Argentina)
César García Álvarez (Universidad Metropolitana, Chile)
Sergio González A. (Universidad Católica de Santiago, Chile)
José Marín (Universidad Católica de Valparaíso, Chile)
Director
Miguel Castillo Didier
Editora
Jacqueline Ortíz García
Representante Legal
María Eugenia Góngora Díaz
Las instrucciones y normas de presentación para los autores de artículos aparecen en las
dos últimas páginas de la revista.
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Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
Byzantion
Nea Hellás
33 - 2014
Byzantion Nea Hellás es un anuario de estudios griegos, bizantinos y
neohelénicos, fundado en 1970. Publica artículos originales de investigación
cientíica en el ámbito de los estudios griegos, en español, portugués, francés
e inglés. El objetivo de la revista es estimular la publicación de trabajos de
investigadores nacionales y extranjeros en las tres grandes áreas de la cultura
griega, así como el intercambio académico entre investigadores y docentes
de centros extranjeros que se ocupan de estas materias.
3
ISSN 0716-2138
Universidad de Chile
Rector
Ennio Vivaldi Véjar
Director Responsable
Miguel Castillo Didier
Canje
Centro de Estudios Griegos, Bizantinos y Neohelénicos “Fotios Malleros”
Universidad de Chile - Casillla 73 - Suc. Grecia - Santiago - Chile
www.estudiosgriegos.cl
byzantion@uchile.cl micastilgriego@gmail.com
Reproducción permitida con indicación de la fuente
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Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
5
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
I N D I C E / ΠΕΡΙΕΧΟΜΕΝΑ
7
I n d i c e / περίεχομενΑ
TEXTOS / ΚΕΊMEΝΑ........................................................................279
RESEÑAS / ΒΙΒΛΙΟΚΡΙΣΙΕΣ.............................................................285
NOTICIAS / ΝΕΑ............................................................................297
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Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
ΑΡΧΑΙΑ ΕΛΛΑΔΑ
VETERA GRAECIA
GRECIA ANTIGUA
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
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S A Q. : Dios, logos y fuego en Heráclito
Preliminares
“T
odos los distintos temas que forman el conjunto de la ilosofía
de Heráclito están recíprocamente contenidos unos en otros”2,
escribió con total acierto Enrique Hülsz, el editor de los Nuevos
Ensayos sobre Heráclito. Actas del 2° Symposium Heracliteum3, celebrado en
2006 en México, en el que participaron grandes eminencias en los estudios
presocráticos y especíicamente heraclíteos actuales, como son Serge Mouraviev,
Livio Rossetti, David Sider, Daniel Graham, el mismo Enrique Hülsz, etcétera.
Sus palabras dan el punto de partida desde el que comenzaremos a mostrar
cómo esto es efectivamente cierto y desde dónde se articula este estudio. Por
ello, intentaremos abordar el pensamiento de Heráclito, primero, basándonos
en que existe una coherencia interna en su pensar, es decir, en que su ilosofía
es unitaria4, y segundo, analizando las relaciones existentes entre las nociones de
θεός, λόγος y πῦρ dentro de esta su ilosofía, como fundamento de la unidad
de la misma. De este modo, asumimos de entrada que se puede hablar de una
2
E. Hülsz 2001: 67.
3
E. Hülsz 2009. Cf. también F. Barruecos 2012.
4
W. Jaeger 19622: 179-180: “Frente a los ilósofos primitivos, aparece Heráclito como la
primera antropología ilosóica. Su ilosofía del hombre es, por decirlo así, el más interior de los
círculos concéntricos, mediante los cuales es posible representar su ilosofía. Rodean al círculo
antropológico el cosmológico y el teológico. Sin embargo, no es posible separar estos círculos.
En modo alguno es posible concebir el antropológico independientemente del cosmológico y del
teológico. El hombre de Heráclito es una parte del cosmos. Como tal se haya sometido a las leyes
del cosmos como el resto de sus partes”. Estos esbozos de unidad que plantea Jaeger aquí y en
otros pasajes nos muestran algo que consideramos esencial para la interpretación de Heráclito,
que es pensar su ilosofía como la reunión de múltiples ámbitos en una unidad coherente, que
Heráclito evidencia en su propia visión de la naturaleza. A la lectura de los fragmentos no
puede escaparse la conclusión de una unidad que los atraviesa, por eso nunca serán vanas las
tentativas de reconstrucción del texto completo del ilósofo, desde Schuster hasta Mouraviev,
que no hacen sino intentar reconstruir una unidad que se aprecia a todas luces. Se han hecho
muchos avances desde Schuster (1872) a Mouraviev (2011), pero, si bien es cierto que el cien
por cien de idelidad y certeza es algo improbable, sus intentos nos acercan a comprensiones cada
vez mayores del escrito heraclíteo y profundizan en su sabiduría abismal.
12
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
“ilosofía de Heráclito de éfeso” y que además, ella “se juega pricipalmente en las
interacciones de estas tres nociones”.
A simple vista, los fragmentos muestran señas de una cierta referencia a las
mismas cosas, reiteraciones, interpolaciones y analogías que nos hacen pensar
que una o más ideas apuntan a lo mismo. Esto es verdad. Pero hay que dejar que
se muestre para lograr comprenderlo realmente. La idea del θεός es complicada
en el sentido en que nos obliga, al estudiar a Heráclito, a deshacernos de nuestras
representaciones usuales, inconscientes, naturalizadas de lo que la traducción de
la palabra θεός, más no ella misma, quiere decir, pues correríamos el riesgo de
sesgar nuestra interpretación. Consideremos solamente que θεός es una palabra
de incierta etimología5. Seguramente proviene de la raíz *dhēs, de donde también
el latín fas, con matices, que apunta a algo divino, quizá algun objeto religioso que
seguramente tiene que ver con el ámbito de lo sagrado, por un lado, y por otro,
esta raíz se relaciona con el hablar, pues también se entrecruza, posiblemente, con
la raíz de fari, “hablar”, *for6. De modo que θεός incluye, al menos en tiempos
de Heráclito, una referencia a lo divino, a lo sagrado, y a la comunicación
o manifestación de su naturaleza, no más7. Así, debemos olvidar nuestra
representación del Dios cristiano (a pesar que no entraremos a discutir aquí si lo
divino en Heráclito apuntaría o no a esa imagen) para poder sumergirnos en el
mundo politeísta, pagano, de la Grecia antigua y que a la vez es un sumergirse,
en época arcaica y en Heráclito, en una suerte de panteísmo monista o monismo
panteísta, en expresión de Wilhelm Capelle. Así de complejo es, a primera vista,
el tema de lo divino en Heráclito. La noción de λόγος, por su parte, se presta
más fácilmente a la comprensión, especialmente desde la ilosofía, pues tiene que
ver con buena parte del hacer ilosóico, en dos sentidos, que se precisarán en lo
que sigue. Uno de ellos tiene que ver con que λόγος en Heráclito apunta a un
principio metafísico que rige el devenir del universo y por ello, podría pensarse
como ley del universo. Esta idea, a partir de los fragmentos, arrastraría consigo
también al hombre, pues Heráclito atribuye a la mismísima alma un λόγος, de
imprecisa deinición8. Otra arista del λόγος, y que no deja de ser interesante, es
5
Cf. P. Chantraine 1968: 430 (s. v. θεός).
6
Cf. E. Benveniste 1983: 317 ss.
7
Especialmente contra las visiones que intentan ver en el θεός de Heráclito al Dios del cristianismo.
Porque si bien comparten cualidades semejantes, no existe trabajo serio que vincule el
pensamiento hebraico con el pensamiento de Heráclito. El único trabajo, que conocemos, que
más o menos transita ese camino es el de W. Kranz 1949.
8
Cf. A. Cappelletti 1974; W. Cappelle 1981; A. Kostas 1962; W. Jaeger 1952, 19622; W.
Guthrie 1991; G. Colli 2010, M. Marcovich 20012; H. Fränkel 20042.
13
S A Q. : Dios, logos y fuego en Heráclito
la relación que tiene también con la ilosofía, pero en el ámbito del discurso, de
la construcción teórica, de la razón y argumento de que se vale el pensador para
expresarse9.
Finalmente, el πῦρ se presenta como el concepto que menos referencias
claras tiene, es decir, referencias que nos den luces precisas acerca del lugar que
cuparía en la ilosofía heraclítica. Pero no es imposible, a partir de las veces en
las que se recurre a él en contextos precisos, que apuntan ya a una ya a otra de
las dos nociones anteriores, caracterizarlo con mediana presición. Proponemos
partir del análisis de esta última noción para ir descubriendo ahí las demás y
llegar a la que creemos principal en esta tesis de la unidad de la ilosofía de
Heráclito.
1. πῦρ
Si pensamos este concepto en su sentido material, nos podemos encontrar
con alusiones bastante claras en varios fragmentos, veamos, para partir, el Fr. B
3110: “Transformaciones del fuego: primero el mar, luego, del mar la mitad tierra y
la mitad vapor inlamado (prestér)” 11. Dicho sea de paso, Clemente, quien da la
cita, explica que es a causa de λόγος y de θεός que se organizan (διοικέω) todas
las cosas, que el πῦρ se convierte a través del aire en humedad (ὑγρή), agua
que actúa como semilla de la ordenación del mundo, a la que Heráclito llama
‘mar’12. Esto signiica que en B 31 el fuego se entiende física o materialmente, y
podríamos hablar de un proceso cosmoglógico o cosmogónico en el que el fuego,
quizá movido por λόγος y θεός –como sugiere Clemente–, se transforma en
todas las cosas. Tal y como reiere el Fr. 90: “Del fuego son cambio todas las cosas
9
En esta línea están, por ejemplo, M. Conche 1986; CH. Kahn 1979 y M. García Quintela
1992.
10
Utilizaremos en general la traducción de Mondolfo, que se ajusta bien al texto de Diels-Kranz
y, cuando se estime, la traducción en español de Marcovich en su Editio Minor de Heráclito.
Cf. R. Mondolfo 2007, M. Marcovich 20012, 1968. Seguimos, por lo demás, la canónica
numeración y el texto griego de los Vorsokratiker de H. Diels y W. Kranz, sin desmedro de las
numeraciones que se le han dado al texto a partir de ahí, como la del mismo Marcovich o la más
reciente y que es ya una edición indispensable para el estudioso, de Serge Mouraviev.
11
Clem., Stromat., V, 104: πυρὸς τροπαὶ πρῶτον θάλασσα, θαλάσσης δὲ τὸ μὲν ἥμισυ γῆ, τὸ
δὲ ἥμισυ πρηστήρ. (En adelante citaremos los fragmentos de Heráclito según la fuente que
los transmite, por tanto, las abreviaturas de las obras de dichas fuentes se encuentran en la
Bibliografía).
12
Ibídem, V, 104: “...πρηστήρ”. δυνάμει γὰρ λέγει ὅτι τὸ πῦρ ὑπὸ τοῦ διοικοῦντος λόγου καὶ
θεοῦ τὰ σύμπαντα δι’ ἀέρος τρέπεται εἰς ὑγρὸν τὸ ὡς σπέρμα τῆς διακοσμήσεως, ὃ καλεῖ
θάλασσαν...
14
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
y el fuego es cambio de todas, así como del oro [son cambio] las mercancías y de las
mercancías el oro” 13.
Estas últimas palabras abrazan casi toda caracterización del fuego en su
sentido material, pero la coronación de esta idea la encontramos en el Fr. B 30:
“Este cosmos, uno mismo para todos los seres, no lo hizo ninguno de los dioses ni
de los hombres, sino que siempre ha sido, es y será fuego eternamente viviente, que
se enciende según medidas y se apaga según medidas”14. Aquí Heráclito identiica
el fuego, elevándolo a la categoría de principio universal constitutivo de todo,
con el mundo, eternizando, además, su esencia. Lo que ya nos pone en camino
para pensar el fuego ya no puramente en su sentido material, sino que nos abre
el camino para pensar al fuego en su relación con la esencia divina del mundo,
esto es, con el θεός. Aquí la tradición (Clemente) ha puesto el fragmento B 31
después del B 30, inmediatamente después , pero creemos que para entender
mejor el camino que va desde el fuego, en tanto material, al fuego cósmico de B
30, es necesario anteponer el 31 al 30 e ir de lo particular a lo general.
Para comprender mejor cómo va adquiriendo el πῦρ connotaciones cada
vez más abstractas, hay que echar mano de dos cosas: primero, de la doble
eternización de este principio en B 30 y segundo, del caracter “mesurado” de su
devenir. La formulación ἦν ἀεὶ καὶ ἔστι καὶ ἔσται sería, en caso de ser auténtico
el fragmento (y no hay razones para dudarlo), la primera formulación de la
eternidad de la que se tiene noticia : “era siempre, es y será”, es decir, aquello
que el κόσμος es, es eterno. Primero, le atribuye una existencia eterna y luego
le atribuye una nota que especiica más esa eternidad, esto es, además de que
el fuego (πῦρ) sea eterno (“siempre ha sido, es y será”), es algo que siempre es
viviente, es ἀείζωον, siempreviviente17. Esto no es meramente una predicación,
13
Plut., De E. 8, 388 D, E: πυρὸς τε ἀνταμοιβὴ τὰ πάντα καὶ πῦρ ἁπάντων ὅκωσπερ χρυσοῦ
χρήματα καὶ χρημάτων χρυσός.
14
Clem., Stromat., V, 104, 1: κόσμον τόνδε, τὸν αὐτὸν ἁπάντων, οὔτε τις θεῶν οὔτε ἀνθρώπων
ἐποίησεν, ἀλλ’ ἦν ἀεὶ καὶ ἔστι καὶ ἔσται πῦρ ἀείζωον, ἁπτόμενον μέτρα καὶ ἀποσβεννύμενον
μέτρα.
15
Cf. G. S. Kirk 19622: 325-326.
16
R. Mondolfo 1934: 54 ss, 2007: 251. Cf. también, para la discusión G. S. Kirk 19622: 310 ss.
17
No podemos entrar aquí en la intrincada discusión acerca de si la fórmula ἦν ἀεὶ καὶ ἔστι καὶ ἔσται
tiene sentido existencial (εἶναι, un verbo enclítico, se acentúa cuando tiene valor existencial) o
bien copulativo. Nuestra interpretación, en todo caso, no depende de la puntuación entre la
fórmula antedicha y πῦρ ἀείζωον, que ha provocado la controversia desde H. Gomperz 1923,
puesto que, en general y para no complicar el asunto, pensamos que la fórmula de eternidad
que aparece en el fragmento no indica sino a la eternidad de κόσμος como modalidad de la
predicación principal de la frase, que sería κόσμος = πῦρ ἀείζωον. Cf. G. S. Kirk 19622: 307
ss, Kirk pone un punto en alto entre ἔσται y πῦρ; Mondolfo 2007: 249-253, donde se explica
la controversia y sus razones, inclinándose a la no necesidad de puntuar en aquel lugar del
fragmento; Kahn 1979: 134, entiende que el predicado de κόσμος es πῦρ ἀείζωον.
15
S A Q. : Dios, logos y fuego en Heráclito
sino que nos dice algo respecto de cómo entiende Heráclito el mundo en general,
esto es, como algo viviente, vivo.
Sin duda que esto está en concordancia con el sentir propio de su tiempo
respecto de cómo concebir el mundo que nos rodea, la natura18. Esta vida del fuego
está constituida por un encenderse (ἅπτεσθαι) y un apagarse (ἀποσβέννυσθαι)
regulado por, entendemos, una justicia cósmica (presente, p. e., en el Fr. B 94:
“El sol, pues, no traspasará sus medidas [μέτρα]; si no las Erinnias, ministras de
Dike, sabrán encontrarlo”19) pues su movimiento, las πυρὸς τροπαί de las que
hablamos a propósito del Fr. B 31, que no son más que sus mutaciones, su
ἀνταμοιβή, están reguladas por ciertas medidas inquebrantables. Estas μέτρα
reguladoras mientan una necesidad en el acaecer del fuego, dando a conocer que
su movimiento a parte de ser regulado, es necesario. Pero ahí donde nos hacemos
la pregunta sobre qué es o a qué se reiere Heráclito con esto, es donde puede
haber vislumbre de la divinidad, porque si tomamos conjuntamente el Fr. B 90,
donde todas las cosas son mutaciones del fuego, y el Fr. B 30, donde el fuego es
el cosmos eterno y vivo que se mueve de manera regulada, podemos equiparar
esta asimilación: fuego = todas las cosas (πῦρ = ἅπαντα), a lo divino, que también
puede presentarse bajo la forma: divinidad = todas las cosas, como veremos a
continuación.
2. θεός
El tema del θεός heraclíteo es sumamente complejo. Intentemos desgranarlo
para ver las relaciones que contiene. Es destacable, en primer lugar, el estatus
ontológico en el que Heráclito coloca al θεός, por lo que debemos revisar a
grandes rasgos el conjunto de fragmentos B 82, B 83, B 78 y B 102. En el Fr. B
82: “El más bello de los monos es feo al compararlo con la especie de los hombres”20,
Heráclito compara el mono con el hombre y coloca en una suerte de “escala de
seres” al hombre por sobre el mono, pero en el Fr. B 83 ve al propio hombre
18
Cf. S. Sambursky 2011: 66, 269, 301-2; W. Guthrie 1991; W. Jaeger 1982; O. Gigon 1980:
221; A. Cappelletti 1974: 19 ss.
19
Plut., De exil. II, 604 a: ἥλιος γὰρ οὐχ ὑπερβήσεται μέτρα, φησὶν ὁ Ἡράκλειτος· εἰ δὲ μή,
Ἐρινύες μιν Δίκης ἐπίκουροι ἐξευρήσουσιν. También puede revisarse la otra ocurrencia de
Δίκη, en el Fr. B 28, donde Dike ya no aplica su castigo, según Heráclito, a los fenómenos
naturales y sus limitaciones, sino a las faltas de los hombres: Δίκη καταλέψεται ψευδῶν
τέκτονας καὶ μάρτυρας, esto es, Dike rige todo, no se agota en resguardar los métra del kósmos,
sino que también toca la esfera antrópica.
20
Plat., Hipp. maior, 289 a: πιθήκων ὁ κάλλιστος αἰσχρὸς ἀνθρώπων γένει συμβάλλειν.
16
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
como un mono si es comparado con el θεός: “El más sabio de los hombres parecerá
un mono en comparación con Dios, en sabiduría, hermosura y todo lo demás”21.
Heráclito agrega, especiicando por qué Dios es superor al hombre, que el
conocimiento divino es el verdadero, no el humano, como queda recogido en
Orígenes, quien nos transmitió el Fr. B 78: “[Heráclito a través de Celso]: ‹‹porque
el hábito (ἦθος) humano no tiene conocimientos verdaderos, el divino en cambio
los tiene››”22. Aquí es donde comienza la tipiicación de la calidad del θεός de
Heráclito. Para él, dios o lo divino, es superior en todo sentido al hombre, en
todo sentido. Tanto es así que llega a enunciar una característica que sobrepasa
todo el conocimiento humano, caracterizado por la división, por la parcelación
de la realidad en compartimentos aislados a veces, someramente juntos, otras,
y enuncia una característica de lo divino que se escapa a toda comprensión
humana, puesto que va más allá de la misma, una intuición omniabarcante que
tiene que ver, en nuestra interpretación, con la comprensión necesaria acerca
de que, según Heráclito, el hombre debería tener –porque está facultado para
ello– la comprensión respecto al contenido del λόγος, que no podemos tocar en
esta presentación; se trata del Fr. B 102: “Para el Dios [τῶι θεῶι] todas las cosas
son bellas y buenas y justas; los hombres, en cambio, consideran unas injustas y otras
justas”23, es decir, las injusticias que nosotros consideramos más atroces, ayer y
hoy, para la mirada divina, para su comprensión, son justas, bellas y buenas. Lo
divino está más allá de lo humano de una manera tan absoluta que llega a ser
difícil pensarlo dentro del pensamiento de Heráclito.
Pero es otro el motivo por el que se relaciona πῦρ con θεός: la analogía
que presenta el famoso Fr. B 67, y que nos estaría dando noticias acerca de la
relación posible que existe entre la noción de θεός y la de πῦρ en la ilosofía
heraclítea. Este fragmento está recogido por Hipólito de Roma en el libro IX
de su Refutatio omnes haeresium, y se da una referencia a dios o lo divino que
es, en palabras de Kirk: “una idea distinta de θεός de la que se deriva de otros
fragmentos existentes. Los fragmentos 5, 24, 30 y 53 mencionan θεοί en un
sentido puramente tradicional”24. He aquí el Fr. B 67: “Dios es: día y noche,
invierno y verano, guerra y paz, saciedad y hambre; él toma diferentes formas, lo
21
Plat., Hipp. maior, 289 b: ἀνθρώπων ὁ σοφότατος πρὸς θεὸν πίθηκος φανεῖται καὶ σοφίαι καὶ
κάλλει καὶ τοῖς ἄλλοις πᾶσιν.
22
Orig., C. Cels., VI, 12: [aus Celsus] ἦθος γὰρ ἀνθρώπειον μὲν οὐκ ἔχει γνώμας, θεῖον δὲ ἔχει.
23
Porphyr., Quaest. hom., ad Δ 4: τῶι μὲν θεῶι καλὰ πάντα καὶ ἀγαθὰ καὶ δίκαια, ἄνθρωποι δὲ
ἃ μὲν ἄδικα ὑπειλήφασιν ἃ δὲ δίκαια.
24
G. S. Kirk 19622: 188.
17
S A Q. : Dios, logos y fuego en Heráclito
mismo que el fuego, que al mezclarse con los sahumerios (inciensos) es llamado según
el aroma de cada cual de estos”25. Se ve con claridad que θεός es pensado aquí, en
el sentido en que Hipólito lo expresa, como τἀναντὶα ἅπαντα, la totalidad de los
opuestos. Pero si nos preguntamos por qué se da el caso que dios sea “la totalidad
de los opuestos”, podemos pensar que los opuestos son el mismo mundo, la
ordenación, el κόσμος en que nos encontramos, aquel que apareció en el Fr. B
30 como identiicado con el eterno fuego siemprevivo. Entonces, si κόσμος es un
fuego siemprevivo y lo divino se transforma como el fuego, podemos relacionar el
fuego con lo divino, al modo de dos nombres para representar la misma esencia:
el cambio mesurado de dos polaridades en relación. Si esto es así, θεός vendría
a tener el mismo valor que πῦρ, sería un θεῖον πῦρ. En este sentido, podemos
airmar ya que θεός es equivalente, como veníamos diciendo a propósito de la
relación fuego = todas las cosas (πῦρ = ἅπαντα), a todas las cosas, puesto que en
la ilosofía de Heráclito todo lo que hay no es más que los opuestos. La realidad
está constituida por los opuestos y su lucha no es sino su devenir, su movimiento
y su avance histórico. Por ello, en palabras de Gustavo Fernandez, autor del libro
Heraclito: Naruraleza y Complejidad, donde pone sus esfuerzos en relacionar la
ilosofía heraclítea con el pensamiento de Edgar Morin: “Lo divino es la plena
expresión de la unidad oculta del cosmos, la contemplación global del mismo
(...) Lo divino radica en el ajuste creador e intercesor que en toda transformación
y pugna se maniiesta como tensión. Se trata de la naturaleza desde un punto de
vista unitario e invisible, pero también de cada una de sus disputas y dinamismos
visibles, es decir, se trata del logos mismo que la gobierna”26. Volveremos sobre
el tema del λόγος en el apartado siguiente. Es importante resaltar aquí la idea de
mirar desde el punto de vista invisible y desde el punto de vista visible, puesto
que aquí se ve claramente el resultado de pensar el fuego, lo divino y el lógos como
algo unitario, pues lo que resulta de ello es entender la unicidad del fundamento
25
Hipp., Ref., IX, 10, 8: ὁ θεὸς ἡμέρη εὐφρόνη, χειμὼν θέρος, πόλεμος εἰρήνη, κόρος λιμός·
ἀλλοιοῦται δὲ ὅκωσπερ ‹πῦρ›, ‹ὅ› ὁκόταν συμμιγῆι θυώμασιν ὀνομάζεται καθ’ ἡδονὴν
ἑκάστου. Texto y traducción de M. Marcovich, Cf. Marcovich 1968: 98. Preferí utilizar
la traducción de Marcovich especialmente porque elimina la glosa explicativa de Hipólito
entremedio del texto, que Mondolfo mantiene y no distingue del resto del fragmento de manera
explicita. Cf. también el comentario de Kirk 19622:184-188. La traducción de Kirk es como
sigue: “God is day night, winter summer, war peace, satiety hunger –all the opossites, this is
the meaning– and undergoes alteration in the way that ire, when it is mixed with spices, is
named according in the scent of each of them”. Donde las cursivas son una “explanatory gloss”
de Hipólito. Puede verse también la revisión de las tres alternativas propuestas para la laguna del
texto en R. Mondolfo 2007: 205-211.
26
G. Fernández 2011: 100
18
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
de todo según Heráclito y que ese mismo fundamento es tanto trascendente como
inmanente, como se mostrará cuando atendamos a la noción de λόγος.
Ahora bien, si nos preguntamos qué carácter ontológico, qué dignidad posee
el θεός aquí conjuntado con los opuestos, se nos aparece el Fr. B 114, donde
Heráclito dice taxativamente que todas las leyes humanas provienen, se alimentan,
de una única ley divina y que quien comprenda esto está fortaleciéndose con lo
común de las cosas, además de actuar con inteligencia, es decir, ser sabio. El
fragmento reza: “Los que hablan con inteligencia es menester que se fortalezcan con
lo que es común a todos, así como una ciudad con la ley, y mucho más fuertemente.
Pues todas las leyes humanas son alimentadas por la única ley divina; ésta, en efecto,
impera tanto cuanto quiere, y basta a todas las cosas y las trasciende”27. Lo que hace
Heráclito aquí es decir que hay una ley divina que es superior a toda ley humana
y que la gobierna de manera absoluta; ninguna institución humana, en el sentido
de instituir, puede escaparse a ella, que gobierna cuanto quiere, abarcándolo todo
y aun sobrando en cuanto a su superioridad.
¿Pero qué dice esta ley divina, este νόμος θεῖος del fragmento antedicho?
¿Cual es el contenido de la ley divina, lo que en deinitiva hace o posibilita el
movimiento ordenado del fuego divino? O mejor dicho, ¿qué tiene que ser esta
ley divina para que todo acontezca como acontece según Heráclito? La ley divina
da claras luces de ser lo mismo que el λόγος. Vamos por ello.
3. λόγος
Aquí el camino comienza a ponerse pedregoso. Partamos primero de la
discusión en torno al sentido de la palabra λόγος en el Fr. B 128 de Heráclito,
leemos primero el griego y luego la traducción que adoptamos:
“τοῦ δὲ λόγου τοῦδ’ ἐόντος ἀεὶ ἀξύνετοι γίνονται ἄνθρωποι
καὶ πρόσθεν ἢ ἀκοῦσαι καὶ ἀκούσαντες τὸ πρῶτον· γινομένων
γὰρ πάντων κατὰ τὸν λόγον τόνδε ἀπείροισιν ἐοίκασι, πειρώμενοι
27
Stob., Floril., I, 179: ξὺν νόωι λέγοντας ἰσχυρίζεσθαι χρὴ τῶι ξυνῶι πάντων, ὅκωσπερ
νόμωι πόλις, καὶ πολὺ ἰσχυροτέρως. τρέφονται γὰρ πάντες οἱ ἀνθρώπειοι νόμοι ὑπὸ ἑνὸς
τοῦ θείου· κρατεῖ γὰρ τοσοῦτον ὁκόσον ἐθέλει καὶ ἐξαρκεῖ πᾶσι καὶ περιγίνεται. Para
περιγίγνομαι, quizá una traducción más ajustada al sentido de la palabra sea ‘es mejor’, ‘es
superior’, ‘supera’, etcétera, pensando que ‘las trasciende’ está cargada de sentido metafísico
que es poco probable que lo tuviera en tiempos de Heráclito. Puede verse una traducción más
moderada en Marcovich 1968: 40: “...basta a todas (las leyes humanas), y aun sobra.”
28
Sext. Emp., Adv. Math., VII, 132.
19
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ordenación a él es que hay lo que hay. Por ello que en el Fr. B 2: “Por eso conviene
seguir lo que es general a todos, es decir, lo común; pues lo que es general a todos es
común. Pero aun siendo el logos general a todos, los más viven como si tuvieran una
inteligencia propia particular”36, Heráclito dice que el λόγος es común a todos,
es decir, un algo que pertenece a todo hombre a la vez que lo abraza. Esto no
puede apuntar a otro sitio que a la ley divina con la que, volviendo al Fr. B 114,
dice Heráclito deben fortalecerse los que hablan con inteligencia, los sabios, es
decir, con el λόγος ξυνός del Fr. B 1 y B 237. Por su parte, el λόγος pertenece a
todo hombre, no sólo porque éste está incluido en el mundo que el lógos regula,
ordena, ya que no se trata de la simple inclusión en el orden del mundo, como
simple parte en un todo. Lo que hace que el λόγος pertenezca de alguna manera
al hombre, no es la mera participación, sino la total y absoluta unión que establece
Heráclito, y hasta subordinación podríamos decir, entre el hombre y la ley divina
o λόγος, puesto que en el Fr. B 45: “Los límites del alma, por más que procedas,
no lograrás encontrarlos aun cuando recorrieras todos los caminos: tan hondo tiene
su logos”38, Heráclito nos pone al descubierto que nuestra alma posee un hondo
λόγος, esto es, que su esencia es tener un λόγος que es difícil de encontrar, por
más que nos esforcemos. Pero esto no es un mero decir, y he aquí la clave del
asunto, donde la ilosofía heraclítea toma un carácter unitario tremendamente
profundo. Hemos hablado de λόγος en el sentido de principio o norma del
mundo, ley del devenir, y es justamente en este sentido que tiene que entenderse
la así llamada “doctrina del λόγος” en Heráclito, para dar fuerza a su discurso, a su
propio λόγος, y entender que lo que está pensando, o lo que nos invita a pensar su
ilosofía como una ilosofía total, si se nos permite el término, en la que se abarca
toda esfera humana y se uniica en una nueva visión de la realidad.
Si se observa, hemos alcanzado lo suiciente para llegar a plantear la inmanencia
y trascendencia unísona del λόγος que, como ya ha quedado de maniiesto,
puede entenderse de igual modo que el πῦρ y el θεός. Esta aparente paradoja
inmanente-trascendente no es sino la culminación de la sabiduría heraclítea, su
36
Sext. Emp., Adv. Math., VII, 133: διὸ δεῖ ἕπεσθαι τῶι ‹ξυνῶι, τουτέστι τῶι› κοινῶι· ξυνὸς γὰρ
ὁ κοινός. τοῦ λόγου δ’ ἐόντος ξυνοῦ ζώουσιν οἱ πολλοὶ ὡς ἰδίαν ἔχοντες φρόνησιν; valga la
glosa de Sexto “..., τουτέστι τῷ κοινῷ· ξυνὸς γὰρ ὁ κοινός·...” que aclara de alguna manera la
relación de sinonimia entre el arcaico ξυνός y el clásico κοινός. Cf. G. S. Kirk 19622: 57.
37
Cf. R. Mondolfo 2007: 155-165; W. Jaeger 1952: 111-128; G. S. Kirk 19622: 33-71. S.
Aguilera 2013: 27 ss.
38
Diog. Laert., Vit. Phil., IX, 7: ψυχῆς πείρατα ἰὼν οὐκ ἀν ἐξεύροιο, πᾶσαν ἐπιπορευόμενος
ὁδόν· οὕτω βαθὺν λόγον ἔχει. Cf. Además, B 115, B 89 y B 72.
22
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punto más alto y su verdad más honda, la unidad total de todas las cosas39.
Que acaba en el famoso Fr. B 50: “no escuchando a mí, sino al lógos, sabio es que
reconozcas que todas las cosas son Uno”40, donde Heráclito reairma este saber total.
Consideraciones inales
Este saber total se presenta precisamente en el contenido del saber al que llega el
hombre según Heráclito, es decir, el contenido del lógos: todo es uno, una unidad
comprehensiva de todo, a nivel tanto epistemológico como ontológico. Este
lógos, que es a la vez un contenido accesible al hombre mediante su inteligencia
y una norma del devenir, pues regula todo acontecer con su ser: el devenir de los
contrarios, es tanto trascendente como inmanente. Trascendente en la medida en
que Heráclito ha dicho en el Fr. B 108 que lo sabio está πάντων κεχωρισμένον
y en el Fr. 114 que la ley divina alcanza para todo y aun sobra o sobrepasa,
περιγίνεται. Inmanente en la medida en que la propia alma del hombre tiene un
βαθὺς λόγος, pero también en la medida en que el lógos esta ahí, frente a nuestras
narices, en aquello de lo que podemos tener alguna experiencia, en aquello de
lo que podemos tener alguna comprensión, es decir, en nosotros mismos y en
el mundo que nos rodea. Aunque, sin bien es cierto que esto es así, hablar de
trascendecia e inmanencia en el pensamiento de Heráclito resulta anacrónico, y
sólo pueden utilizarce legítimamente estos términos para explicar la realidad a la
que Heráclito está haciendo referencia, nada más que para eso, pues para abarcar
de la misma forma, o al menos de una manera semejante, lo que quizo decir el
efesio, debemos trascender las determinaciones dualistas, como resulta también
la dualidad trascendente-inmanente. Por ello Heráclito, además de proponer un
saber tal, nos invita más que a aprender un mero saber, a trascender todo saber y
a trascender nuestras experiencias habituales en buscas de aquella unidad a la que
indica el lógos dentro de su ilosofía.
Para inalizar, y no extender la discusión más de lo necesario, una cita de
Jaeger, quien simplemente ha intuido profundamente un sentido valiosísimo en
39
Cf. G. Fernández 2011: 99: “Cuando Heráclito habló de «la divinidad» como instancia donde
coinciden y se resuelven las oposiciones (cfr. 22 B 67 DK), parece evidente que estaba pensando
en el lógos, contraponiendo el calado de este conocimiento, la «sabiduría», con el limitado
conocimiento que tienen los hombres de esta norma cósmica que da lugar a la coincidentia
oppositorum. Lo que Heráclito quiere decir es que, en contra de nuestra propia experiencia, que
distingue una cosa de otra, que enfrenta una cosa con otra, el sabio es capaz de ver que, lo que se
presenta de modos tan diversos, oculta en su fondo una identidad en la oposición”. Cf. Además,
W. Jaeger 19622: 177 ss, 1952: 118 ss; W. Guthrie 1984: 444.
40
Hipp., Ref., IX, 9: οὐκ ἐμοῦ, ἀλλὰ τοῦ λόγου ἀκούσαντας ὁμολογεῖν σοφὸν ἐστιν ἓν πάντα
εἶναι. Las negritas son mías.
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las palabras de Heráclito y que resume, en alguna medida, lo que hemos querido
mostrar aquí:
“Heráclito funda el dominio de la sabiduría cósmica, superior
a la inteligencia ordinaria de los hombres, en su original doctrina
de los contrarios41 y de la unidad del todo42. También esta doctrina
de los contrarios se halla en parte íntimamente relacionada con las
representaciones físicas concretas de la ilosofía natural milesia. Pero
su fuerza vital no procede de las sugestiones de otros pensadores,
sino de la intuición inmediata del proceso de la vida humana que se
concibe como una biología que abarca, en una unidad compleja y
peculiar, lo espiritual y lo físico como hemisferios de un solo ser”43.
Abreviaturas de Fuentes Utilizadas
Clem. = Clemente Plat. = Platón
Stromat. Stromateis
(Misceláneas) Hipp. maior Hippias Maior
Diog. Laert. = (Hipias Mayor)
Diógenes Laercio Plut. = Plutarco
41
Es original en el sentido propio que tiene en Heráclito, puesto que es sabido que el lenguaje
de oposiciones es una forma estilística propia de su tiempo, Cf. H. Fränkel 20042: 349, n. 2.
42
Si bien es cierto esta idea general ya aparece en la época de Heráclito, donde se concibe como
unitario cosmos y hombre, el peso y originalidad de Heráclito en este tema radica especialmente
en comprender al hombre mismo como parte activa y con responsabilidad sobre sí mismo en el
decurso o devenir del propio mundo. Cf. especialmente W. Jaeger 19622: 178, 180.
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Referencias bibliográicas
43
W. Jaeger 19622: 179-180; Cf. también W. Guthrie 1984: 444: “Para Heráclito, como hijo de
su tiempo, no sería ilógico, sino natural pensar en el principio divino no sólo como inmanente,
sino también como externo”. Asimismo W. Capelle 1981: 76-77, llega a caracterizar la teoría
del lógos heraclíteo y su visión general del mundo como el “panteísmo más sublime” o como un
“monismo panteísta”.
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*
Las ideas fundamentales del presente trabajo fueron expuestas en la comunicación brindada bajo
el marco del III Congreso nacional de Filosofía, realizado en Valparaíso, entre los días 4 al 8 de
noviembre de 2013.
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Daniel Brito G.: La Areté como Katharsis en el Fedón. Formulación...
I
ntroducción. La problemática moral en el Fedón.
Irrefutable es el hecho que la problemática del alma bajo tratamiento
platónico ha logrado una inluencia inconmensurable no sólo para sus
contemporáneos, sino también para la posteridad de la tradición ilosóica. Dicho
tópico constantemente se ha presentado desde la relación con la moral platónica
(el más claro ejemplo es la República, pieza capital de la ética de Platón), siendo
la excepción a la regla el caso del Fedón. ¿Por qué sucede esto? Probablemente la
respuesta más próspera sea que en un primer acercamiento a un diálogo como
Fedón, que además presenta como subtítulo ‘o del alma’, se tiende justamente a
explorar una lectura de corte metafísica - antropológica con matices de religiosidad
mística. Es más; el acento que se le ha dado al diálogo ha tenido diversos matices:
Bluck (1955, p. 1 - 2) maniiesta que la teoría de las Formas y la teoría de la
inmortalidad del alma son interdependientes en el Fedón, con lo que Platón
tendría por motivación justiicar su creencia en ambas como objeto primero del
diálogo; Hackforth (1955, p. 3 – 7) plantea que el objeto esencial del Fedón no
radica en probar que el alma es inmortal; extremando la medida, Dixsaut (1991,
p. 2 - 3) señala que dicha demostración, de hecho, no se alcanza; Gadamer (1980,
p. 22) es enfático en sostener que el ateniense posee real conciencia de que los
argumentos a favor de la inmortalidad del alma no son deinitorios, sino sólo
expresiones de una presunción; y Guthrie (1998, p. 352) concluye su estudio
del diálogo expresando que Platón estaría convencido de la verdad de ciertas
cuestiones, pero no dispuesto a ofrecer una completa prueba dialéctica.
Lo que debería llamarnos la atención sobre esto es que si bien el diálogo
propone un claro énfasis en la problemática del alma, las pruebas de su
inmortalidad y sus ines últimos, lo hace a través de un camino claramente ético.
En vista de esto, por un lado, nuestra tarea radica en esclarecer la visión
ascética1 que el discípulo de Sócrates maniiesta en ciertos aspectos de su relexión
1
El término ‘ascético’ proviene de la raíz griega ἀσκέω que originariamente tenía el sentido del
cómo llevar a cabo un trabajo; una ‘forma de realizar un trabajo’. Es uno de los derivados
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moral, y por otro, establecer el vínculo que posee la virtud y la puriicación del
alma, a partir de las claves éticas entregadas por Platón en el Fedón. Bajo estas
premisas, cabe preguntarse ¿qué tiene el Fedón que resulta ser la fuente ineludible
para nuestra investigación? Primero, en él se encuentran ciertos elementos
morales que si bien están presentes en el texto han tenido poca atención por
parte de los especialistas, especialmente lo que atañe a la exposición de la virtud
ascética; segundo, en dicho diálogo no es explícita la vinculación de la moral con
el alma, y; tercero, resulta factible analizar la posible continuidad de la teoría
moral platónica, al menos en el caso de la República.
Además, nos centraremos en este diálogo para exponer cómo se logra
puriicar el alma del hombre a partir de la virtud, puesto que revela los aspectos
centrales del pensamiento platónico en su época de madurez, como lo son las
nociones de Idea, alma, conocimiento, inteligencia, participación, presencia,
virtud, entre otras2. Teniendo presente esto, nos embarcaremos en la tarea de
dilucidar, como objeto primero de nuestra exposición, el cómo la areté resulta
ser, en sentido estricto, un rito kathártico para el hombre platónico sujeto a las
cadenas corporales.
Para lograr este objetivo, y con el in de dar coherencia a nuestro discurso,
desarrollaremos el siguiente plan de trabajo: en un primer momento, analizaremos
la relación entre kátharsis y thánatos, destacando la igura del ilósofo y su radical
ascetismo; en una segunda instancia, perilaremos la areté como actividad
kathártica del ilósofo con el in de acceder al conocimiento pleno de la realidad;
en tercer lugar, mostraremos de qué manera la phrónesis se presenta como el
rito kathártico y areté por antonomasia del quehacer ilosóico; en cuarto lugar,
visualizaremos la estrecha unión entre el alma, la virtud y el in escatológico; y
terminaremos otorgando algunas conclusiones sobre el problema tratado.
del término, ἄσκησις, que alude a la idea de entrenamiento con vistas a estar en forma para
determinados ejercicios atléticos, la acepción corporal que se propagó hasta abarcar un contenido
espiritual; es decir, un entrenamiento para ines espirituales. Platón emplea el término en sus
diversas variantes a través de su obra: a) ἀσκεῖν, b) ἄσκησις, c) ἀσκητής, d) ἀσκητικός (Des
Places, 1964, p. 80). Curiosamente, en el Fedón no hay la más mínima referencia explícita de
dicho término, aun cuando el ascetismo es una nota indiscutidamente característica del diálogo.
Cf. Chantraîne (1968-77, p. 124) para ver la evolución etimológica del término.
2
heodor Gomperz (2000, p. 443) airma al respecto: “…el valor del Fedón como obra artística
de ilosofía es inmenso. En efecto, en ella se congregan todos los méritos de Platón, todo aquello
que adorna sus obras restantes, sin ninguna de las exageraciones que desiguran muchas de ellas.
El diálogo está en un punto de equilibrio del desarrollo platónico”.
31
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De esta forma, Platón destaca que en la relexión del ilósofo se hace evidente
el conocimiento de lo real, más que en cualquier otro momento. Eso sí, el
alma relexiona cuando no le perturba ninguna de esas cosas que se muestran
en la sensación: ni el oído, ni la vista, ni el dolor, ni placer alguno, sino que
ella se encuentra al máximo en sí misma mandando de paseo al cuerpo, y sin
comunicarse ni adherirse a él11. Sólo así tiende hacia lo que existe realmente, con
lo cual queda demostrado el antihedonismo ético propuesto por Platón, por lo
menos en este diálogo12.
2.- La Areté como actividad kathártika del filósofo para acceder al
conocimiento.
En este marco (Fedón, 65 d), Platón introduce, curiosamente a simple vista,
la pregunta por la justicia como virtud, desde la cual se adentrará en la relación
que posee la virtud con el ilósofo y su limpieza del cuerpo. Sócrates interroga
a Simmias si es que existe algo justo en sí o nada y, a su vez, si existe algo bello
y bueno, obteniendo de esta manera la oportunidad de descubrir la laqueza de
su argumento. “¿Es que ya has visto alguna de tales cosas con tus ojos nunca?”
(Fedón, 65 d) pregunta Sócrates, haciendo alusión a la teoría de las Ideas, que no
pueden verse con los ojos del cuerpo, pero sí con el ojo del alma (τὸ τῆς ψυχῆς
ὄμμα; República, 533 d). Así es como Platón afirma que aquel que se prepara a
pensar mejor y más exactamente cada cosa en sí de las que examina, llegaría lo
más cerca posible al conocimiento de dichas cosas (Fedón, 65 e – 66 a).
En este sentido, se propone una concordancia entre el conocimiento y el
alma humana y, a su vez, entre la ignorancia y el cuerpo. Por tanto, mientras
tengamos el cuerpo y nuestra alma esté contaminada por la ruindad de éste,
verdad es algo apropiado al alma; y si según el Fedón el cuerpo es considerado un impedimento
(ἐμπόδιον: ‘algo que obstaculiza’) respecto de la adquisición de la sabiduría (τῆς φρονήσεως,
65 a), este no garantiza la verdad que mediante él se pudiera obtener. Hay en consecuencia una
visión espiritual, que se continúa expresando en un lenguaje que tiene mucho de sensorial. Así,
los que deben volver a la Caverna después de haber salido de ella, una vez que se habitúen a la
oscuridad, verán (ὄψεσθε, Rep. 520 c) mil veces mejor que los de allí. Esta acción supone el
uso de la vista para mirar, pero es una visión que se entiende que es realizada por almas que han
experimentado el periplo completo de la Caverna”.
11
A propósito de esto, Jaeger (2006, p. 563) destaca la visión del ilósofo del Fedón confrontándola
con la expuesta en el Banquete y la República.
12
Si bien Platón está abiertamente en contra del hedonismo en todas sus aristas (al menos hasta Fedón),
ya en República se da el balance entre lo que tiende al placer (o sea, la parte concupiscible del alma,
aun cuando ésta se vea sometida a los mandatos de la parte racional) y el saber en el alma como
armonía, y en Filebo (65 a y ss.) abraza el placer como complemento necesario para la vida del hombre.
34
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por sí misma (αὐτὴ καθ᾽ αὑτὴν σκοπῇ) [las cosas], parte hacia el lugar de lo puro
(καθαρόν)”14, y en 109 b, a propósito del mito escatológico, vuelve a destacar
la pureza de los lugares a los que se debe dirigir el alma: “la tierra misma, en su
pureza (αὐτὴν δὲ τὴν γῆν καθαρὰν), se encuentra en el cielo puro (καθαρῷ…
οὐρανῷ)”15.
De lo anterior, se está en buen pie para la muerte cuando se tiene preparada
la inteligencia y, a la vez, ésta está puriicada, lo cual se logra a través de la
virtud concretada en el accionar del ilósofo. Platón, haciéndose cargo de lo
mencionado, nos propone una deinición de lo que entiende por puriicación
(κάθαρσις, Fedón, 67 c – d):
“el separar (χωρίζειν) al máximo el alma (ψυχὴν) del cuerpo
(σώματος) y el acostumbrarse ella a recogerse y concentrarse en sí
misma16 fuera del cuerpo, y a habitar en lo posible, tanto en el
tiempo presente como en el futuro, sola en sí misma (μόνην καθ᾽
αὑτήν), liberada del cuerpo como de unas cadenas (δεσμῶν)”.
Desde la perspectiva contemplativa, especial dedicación presto Festugière
(1975, p. 123 y ss.) a la noción de ‘purificación’ inmersa en el Fedón y a su
importancia dentro de la filosofía. Basándose en las Leyes, IV, 716 c – 717
a, destaca la relación del hombre con lo divino a través de ‘purificaciones’, y
afirmándose, además, en Eurípides y su Ion (1315 - 1316) señala:
“Dios y todo lo que es Dios es puro. Por consiguiente, no puede
uno aproximársele, no se puede complacer a lo divino más que
a condición de participar de esa pureza. La katharótes del objeto
exige en el sujeto un estado análogo. Si éste no la posee aún, debe
necesariamente katharízesthai. Tal parece haber sido la génesis de
la kátharsis platónica” (1975, p. 127).
Eggers Lan propone que esta ´génesis´ del término ha sido justamente al
modo inverso: “Platón piensa que al hombre se le exige la purificación por ser lo
divino puro”, acentuando la discusión (EUDEBA, 1976, p. 107, nota N° 52).
En deinitiva, el ilósofo busca liberar el alma del cuerpo y, con esto, la muerte
toma una connotación positiva (Gorgias, 485 a, 499 c) en tanto separación y
14
Cf. Fedón, 80 d, 83 e, República, IX, 572 a, 585 b.
15
Cf. Fedón, 109 d, 114 c, República, VII, 520 d.
36
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liberación del alma por parte del yugo corporal, pudiendo acceder así a las Ideas
suprasensibles. De acuerdo al relato de Sócrates, el ilósofo en ningún otro lugar
conseguirá de modo puro la sabiduría sino en el Hades17, o como señala en otro
lugar, en el umbral fuera de la bóveda celeste, en el ὑπερουράνιον τόπον (Fedro,
247 c 2).
3.- La phrónesis como rito kathártico y areté fundamental del filósofo.
Teniendo presente lo anterior, Sócrates pregunta a Simmias (Fedón, 68 c) si
es que no se aplica especialmente la valentía a los que presentan la disposición
de ánimo (propia del ilósofo) y la temperancia, o incluso aquello que la gente
llama popularmente temperancia18, o le es propio a quienes en grado extremo
se despreocupan del cuerpo y viven dedicados a la ilosofía. Es en este momento
que a Sócrates le interesa resaltar que las verdaderas virtudes sólo las practica
conscientemente el sabio, mientras que las demás se atienen a meras apariencias
de tales virtudes. Desde aquí la sabiduría (φρόνησις, Fedón, 69 a) es el eje que
debe guiar nuestros actos19, y en base a aquélla se da la posibilidad de que existan
16
La cursiva es mía. A propósito de la preparación de la inteligencia, Jaeger (2006, p. 563) destaca
que “el saber se describe aquí [en el Fedón] como la ‘concentración’ del alma – uno de los
conceptos psicológicos inmortales de Platón –, por medio de la cual ésta se sobrepone a la
dispersión de los sentidos, que la empujaban siempre hacia el mundo exterior, para condensarse
en su más genuina actividad interior”. Jaeger, en base a esto, concluye que “en esta obra encuentra
su expresión más acusada el antagonismo entre la naturaleza espiritual y sensorial del hombre”.
Se da la unidad en el pensamiento y su vínculo con las Ideas versus la multiplicidad de la realidad
mutable. Véase Fedón, 83 a, donde se hace alusión al saber en los mismos términos.
17
Platón cuando habla del Hades (Ἅιδου, Fedón 80 c), hace alusión al sentido primitivo del término
en tanto que ‘invisible’ (ἀιδές, ἀιδῆ), estableciendo un juego de homofonía, tal como señala Eggers
en su traducción del Fedón (EUDEBA, 1976, p.10, nota n°117). Dicho sentido es el utilizado en
este estudio. Cf. Crátilo, 404 b, en donde se da un sentido absolutamente distinto al aquí presentado.
18
Fedón, 68 c: “el no dejarse excitar por los deseos, sino dominarlos moderada y ordenadamente”.
Si bien no ahondaremos en la virtud democrática y política (δημοτικὴν καὶ πολιτικὴν ἀρετὴν,
Fedón, 82 a - b), expuesta en Fedón 68 b – 69 a, propia de los amigos del cuerpo (φιλοσώματος),
que , como plantea Platón, seguramente también son amigos de las riquezas (φιλοχρήματος)
y los honores (φιλότιμος, Fedón, 68 c), sujeta a la moralidad convencional de los soistas, es
necesario destacar que para los ‘no-ilósofos’ la muerte es un mal (Fedón, 68 d – e), por lo que en
base al temor de mayores males los valientes afrontan la muerte cuando la afrontan, o sea, por
miedo y por temor son valientes todos menos los ilósofos, al igual que los moderados: se han
hecho moderados por su intemperancia. Véase Fedón, 82 a - b, República, VI, 500 d – c, y Leyes,
IV, 710 a. Cf. W. K. C. Guthrie (1998, p. 330).
19
El sentido de φρόνησις que se destaca en el Fedón es principalmente el de sabiduría práctica y
moral, no sólo teórica y técnica como la sophía. Hecho que destaca Carlos García Gual en su
traducción de Fedón (Editorial Gredos, 2008, p. 49, nota pie p. 32), haciendo alusión a pasajes
del diálogo como 66 e, 68 a y b.
37
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d), Sócrates concluye la temática de la vida del filósofo, una vida en que se debe
anhelar la virtud y despojarse del vicio, prescindiendo del cuerpo y aferrándose
al alma, manifestando admiración a la sabiduría mas no a los placeres corporales
que nos entierran en el reino de lo mutable (Fedón, 114 d – 115 a):
“debe estar coniado respecto de su alma todo hombre que en
su vida ha enviado a paseo los demás placeres del cuerpo (σῶμα)
y sus adornos, considerando que eran ajenos y que debía oponerse
a ellos, mientras que se afanó por los del aprender (μανθάνειν), y
tras adornar su alma no con un adorno ajeno, sino con el propio
de ella, con la prudencia (σωφροσύνῃ), la justicia (δικαιοσύνῃ),
el valor (ἀνδρείᾳ), la libertad (ἐλευθερίᾳ) y la verdad (ἀληθείᾳ),
así aguarda el viaje hacia el Hades, como dispuesto a marchar en
cuanto el destino (εἱμαρμένη) lo llame”.
Reflexiones finales
A propósito de nuestro desarrollo, cabe destacar los siguientes aspectos
que resultan, esperamos, iluminadores para futuras lecturas de Platón, y
particularmente del Fedón:
a) El término kátharsis presenta al menos dos sentidos en el Fedón: el primero, y
requisito ineludible del segundo, es aquel que precisa el aspecto ‘purificador’
de la virtud ascética del filósofo, a través de la cual éste se acerca tímidamente al
conocimiento de la realidad; un segundo sentido corresponde principalmente
a la kátharsis en tanto ‘liberación’ del alma respecto del cuerpo y a su conexión
directa con el mundo eidético platónico.
b) La kathársis del Fedón sigue presente en la República aunque de un modo
distinto, puesto que ya obteniendo la tripartición del alma, insigne logro
antropológico de la Politeia platónica, el hombre ahora se ve inserto en la polis
con su cuerpo26 y no aspirando a estar fuera de él. No obstante, sigue presente
26
El alma, magniicada al máximo en el discurso del Fedón, necesita del cuerpo tal como se releja
en la República, puesto que a través de una educación rigurosa, particularmente en el ámbito
de la gimnasia, se hace factible la consecución de una salud perfecta que implique el ejercicio
ilosóico. No obstante, nunca hay que perder de vista que es el alma la que predomina en la
conjunción que conforma el ser humano junto al cuerpo. Wilamowitz (Plato I, p. 467) brinda
una aproximación similar a propósito del mito del carro alado del Fedro (246 a – 248 c): “La
complicada imagen del carro del alma con los dos caballos de distinto ánimo se ha pensado solo
para el comportamiento del alma en el cuerpo humano”.
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El epílogo del diálogo (Fedón, 118 c) muestra esta idea. Una vez que Critón le
cerró los ojos y la boca a Sócrates, Fedón le dijo a Equécrates: “Éste fue el in…que
tuvo nuestro amigo, el mejor hombre, podemos decir nosotros, de los entonces
conocidos, y, en modo muy destacado, el más inteligente (φρονιμωτάτου) y el
más justo (δικαιοτάτου)”.
realizado el trabajo de David. Otros franceses que expresaron la triste escena fueron: Charles
Alphonse du Fresnoy, quien cuenta con una obra que data del año 1650 aproximadamente, y
Jacques-Philip-Joseph de Saint-Quentin, que en 1762 registró la muerte del maestro de Platón.
En 1872, el pintor peruano Daniel Hernández ofreció al desarrollo del arte La muerte de Sócrates,
pieza que le valió el primer reconocimiento de su carrera.
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Bibliografía
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Abstract: his article intend toanalyse some concepts inside in the hucydides
book VIII. Concepts like xunwmos…a, –ta…roij, cr»matoj, swfrosÚnhy
fÒboj, acquire a diferent sense inluenced by the psychological content that the
historian prints in his work.
hese words allow understand the events of the 411 B.C. and the hucydides
perspectivesduring the last years of the Peloponnesian War.
Keywords: Oligarchy – hucydides – etymology – politicaltheory
Correspondencia: paulo.donoso@ucv.cl
Profesor Instituto de Historia, Pontiicia Universidad Católica de Valparaíso
© Doctor en Storia Antica, Università di Pisa, Italia. Instituto de Historia.
Pontiicia Universidad Católica de Valparaíso. Paseo Valle 396, Viña del Mar, Chile.
Fono: (39) 3427566708
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P D J: El léxico oligárquico en el libro VIII de Tucídides
L
a decadencia del sistema político ateniense, otrora el modelo más
destacado en las polis griegas y con una inusitada participación de
amplias mayorías que decidían los aspectos cotidianos y a la vez
relevantes de sus asuntos políticos y económicos, verá disminuido su capacidad
y la posibilidad de evitar liderazgos múltiples. El ostracismo para inales del
siglo V a.C. se había convertido en una herramienta de corrupción y manejo de
votos para ciertos grupos políticos con intereses particulares mayor cantidad de
ciudadanos posibles. La existencia de diferencias políticas irreconciliables entre
los líderes demarcará ciertos límites en torno a qué tipo de democracia era la
más viable y bajo qué orientación ideológica era posible culminar la guerra con
un triunfo para Atenas. Este debate quedará instalado hasta el momento de la
reorganización de los grupos oligárquicos1 quienes en su mayoría tenían un
pasado democrático y su reacción obedecerá en gran medida a la presencia de
líderes dañinos para la polis, como Alcibíades, que representa la praxis política
más que al proyecto político en sí.
1
En virtud de la precisión he decidido dejar fuera el análisis sobre los Cuatrocientos, su constitución
oligárquica y la identidad de sus integrantes. Sobre este tema Vs. Tucídides Libro VIII, 73 –
98; Aristóteles, Constitución de los Atenienses, 29 – 32; Jenofonte, Helenicas Libro II; Donini,
G. (1969) “La posizione di Tucidide verso il governo dei Cinquemila” Paravia, Torino; Grossi,
G. (1984) “Frinico. Tra propaganda democratica e giudizio tucidideo” L’Erma di Bretschneider,
Roma; Sartori, F. (1951), “La crisi del 411 a.C. nell’Athenaion Politeia di Aristotele” CEDAM,
Padova; Avery, H.C. (1984), “Prosographical studies in the oligarchy of the Four Hundred” Ann
Arbor, Michigan.
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Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
una suerte de desesperación y pérdida del rumbo del régimen democrático lo que
permite la llegada de los oligarcas al poder y no sólo la consecuencia directa de
una campaña conspirativa2.
Sin entrar a discutir sobre las diicultades y dudas que aún se mantienen sobre
la composición del libro VIII de Tucídides3, podemos introducirnos a través del
léxico que el historiador utilizó para referirse a los acontecimientos previos y
posteriores al año 411 a.C. cuando deviene la conspiración oligárquica contra la
democracia en Atenas.
Mi aproximación etimológica busca entender desde la fuente misma la forma
desde la cual el historiador describe los acontecimientos sin dejar de lado el
componente analítico que sugiere cada concepto utilizado. Precisamente serán
los aticismos empleados los que dan vida y recrean magistralmente esta etapa de
incertidumbre y confusión, en una obra que deja bastantes vacíos debido a su
abrupto inal.
Como primera aclaración es menester decir que un léxico de tipo “oligárquico”
obedece a una construcción argumentativa dada por el mismo historiador y no a
una imitación de otras obras. Partimos del supuesto de la originalidad de la obra
y que las demás fuentes escritas de este período (Pseudo-Jenofonte, Heródoto,
Helánico, Píndaro, Aristófanes, Esquilo, Sófocles y Eurípides) sólo aportaron un
contexto lingüístico propicio. No obstante los conceptos detallados a continuación
son utilizados reiteradamente por nuestro Tucídides el ateniense. El lenguaje
aportado por la tragedia y la historia aportan una gama de signiicados para
referirse a la oligarquía, incorporados en adjetivos que se reieren a los pocos como
realidad política. Estos adjetivos son: fuertes (crhsto…), ricos (ploÚsioi), nobles
(genna‹oi), muy inluyentes (dunatètatoi), y muy soisticados (dexiètatoi)4.
Otro signiicado que ha sido sugerido siguiendo el léxico de Tucídides es el de
prot…mhsij5, los honorables, los preferidos.
2
“El movimiento revolucionario constituía una respuesta a la situación bélica” Ferguson W.S. (1953)
“he Oligarchy in Athens” he Cambridge Ancient History Volume V, Cambridge University
Press, p. 365.
3
Vs. Canfora, L. “Tucidide Continuato”, Ed. Antenora, Padova, 1970.
4
Ostwald, M. (2000), “Oligarchia. he Development of a Constitutional form a ancient Greece”
HISTORIA, Heft 144, pp. 23 – 24.
5
Vs. Graham, A.J. – Forsythe, G. (1984), “A New Slogan for Oligarchy in hucydides III.82.8” en
Harvard Studies in Classical Philology, Harvard University Press.
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P D J: El léxico oligárquico en el libro VIII de Tucídides
Para una mayor comprensión de los conceptos he decidido incorporarlos sin las
declinaciones con las que aparecen en el texto, sin embargo, con el in de respetar
el aspecto natural de cada palabra serán revelados bajo su forma ática original.
En segundo lugar, el ordenamiento de los conceptos estará dado según una
cierta concordancia de signiicado incorporando una breve didaskaleía *del
contexto en el cual son utilizados.
Conceptos de acción política explícita:
¢pÒstasin (VIII, 5, 2), ¢f…sthmi (VIII, 5, 4), ¢gènisma (VIII, 12, 2),
xugkaqa…rw (VIII, 16, 2), kat£lusij (VIII, 37, 4), —pan£stasij ØpÕ toà
d»mou to‹j dunato‹j (VIII, 21), xugkatalÚw (VIII, 68)
Conceptos de acción política implícita:
krÚfa (VIII, 7), xunwmos…v (VIII, 49), –ta…roij (VIII, 65, 2; VIII, 92, 4)
Conceptos de teoría y grupos políticos:
yhf…zomai (VIII, 21), dunatwt£twn ¢ndrîn (VIII, 47, 2), Ôcloj (VIII,
48, 3), xÚnodoj (VIII, 56, 4), eÙnom…a (VIII, 64, 5), cr»ma (VIII, 65, 3),
m˜soj (VIII, 75)
Conceptos morales y cualitativos:
¹suc…a (VIII, 15), b˜baioij (VIII, 21), swfrosÚnh (VIII, 64, 5), swthr…a
(VIII, 72), p£scw (VIII, 66, 2), ¥pistoj (VIII, 66, 4), fÒboj (VIII, 73, 3)
Acción política explícita
Hablar de acción política explícita quiere decir aquello que evidencia una
actitud concreta de parte de de los grupos reducidos que deseaban derribar
la democracia en Atenas. De esta manera ¢pÒstasij y ¢f…sthmi (tanto el
sustantivo como el verbo) denotan la sublevación y la rebelión, entendidas por
Tucídides como una acción tangible que está latente entre muchos de los líderes
que ven el constante desvarío de la democracia principalmente desde la asunción
de Cleón al poder. Una variante de aquella st£sij que el historiador presenta
y deine en el libro III con motivo de la guerra civil de Córcira6. Son quizás los
* La traducción española desde donde he tomado los párrafos citados corresponde a la de Francisco
Rodríguez Adrados (2002).
6
Vs. López Eire, A.(1990) “La revolución en el pensamiento político de Tucídides (I)” Gerión Nº 8,
Universidad Complutense de Madrid.
50
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conceptos más evidentes y que se repiten a lo largo de todo el libro VIII con el in
de profundizar el estado de inseguridad e debilidad del Estado ateniense luego del
desastre en Sicilia el 415 a.C. En este mismo sentido, dice Luciano Canfora que,
el lenguaje de la conspiración política está constituido de palabras elementales
del léxico habitual, tales como pr©gma, pr©xij, tÕ prattÒmenon7. Palabras
que denotan la insoslayable realidad práctica que contiene el concepto de tomar
el poder por la fuerza teniendo o no el apoyo popular.
De todos los conceptos, uno de los más utilizados por Tucídides en toda
su obra y que demuestra el carácter literario que contiene su creación es el de
¢gènisma. Esta palabra refuerza la raíz ¢gèn con el in de destacar el sentido
del enfrentamiento, la contienda y la lucha entre facciones que terminaron por
quebrar la debilitada unidad griega durante la era clásica. La guerra en sí misma
contiene este sentido agonal, sin embargo la lucha entre grupos políticos al
interior de una ciudad conlleva a que la contienda sea aún más corrosiva. De
esta manera la guerra contra Esparta se convirtió en una guerra contra todo
aquello que representaba el mundo espartano, es decir, la aristocracia dominante
y sus redes de poder que inmovilizaba cualquier tipo de cambio a la legislación
tradicional denominada Retra.
El verbo xunkaqa…rw signiica limpiar, purgar, puriicar, derribar y junto
al sustantivo kat£lusij que denota la disolución, el abatimiento y la caída,
representan aquello que deliberadamente fue llevado a cabo el año 411 a.C. por
el grupo de oligarcas liderado por Pisandro. El abatimiento de la democracia,
según narra Tucídides fue derribada inicialmente en la isla de Samos, bastión del
poderío naval ateniense y posteriormente en Atenas. La oligarquía no necesita de
las instituciones democráticas para gobernar sino más bien de un selecto grupo
de líderes8 que cumplan las funciones que anteriormente eran de la competencia
del demos y la Asamblea.
A pesar de lo anterior, esta lucha no es unidireccional y la mayoría accede
habitualmente a recuperar lo que por derecho les pertenece. Ésto se ve relejado en
la frase —pan£stasij ØpÒ toà d»mou to‹j dunato‹j traducido por Francisco
7
Canfora, L. (1980) “Oratoria Politica e Giudiziaria in Atene” en Atti del Convegno sulla Lessicograia
Politica e Giuridica nel campo delle scienze dell’Antichità (Torino, 28-29 aprile 1978), Torino, p. 85.
8
“hey adopted the hypothesis that certain classes which might be qualiied by birth and wealth, or birth
and training, or by wealth alone, were it to rule over others, who were not it to rule” Vs. Whibley, L.
(1896) “Greek Oligarchies. heir character and organisation” Methuen & Co, Cambridge, p. 36.
51
P D J: El léxico oligárquico en el libro VIII de Tucídides
Rodríguez Adrados como la sublevación del pueblo contra los nobles9, que a través
del libro VIII de Tucídides y luego en el Libro I y II de las Helénicas de Jenofonte
se puede comprobar como la contrarreacción de los grupos democráticos más
radicalizados que terminaron por condenar a muerte al líder del movimiento
oligárquico, Terámenes10.
En primer lugar, krÚfa usado como adverbio tiene el sentido del secreto,
hacer algo en secreto. Su uso con genitivo nos revela el hecho de hacer algo a
escondidas, a espaldas de alguien. Ambos signiicados crean el primer aspecto
revelador del golpe oligárquico, fue planeado en el más absoluto hermetismo,
de manera que al manifestarse el grupo liderado por Pisandro y sus seguidores,
Tucídides llega a decir:
9
Tucídides, (2002) “Historia de la Guerra del Peloponeso”, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, Madrid, p. 428.
10
Xénophon (1960) “Helléniques” Les Belles Lettres, Paris, Livre II, 3.
11
Tucídides VIII, 68.
12
Tucidide (2011) “La Guerra del Peloponneso” BUR Rizzoli, Classici Greci e Latino, Milano, p. 1379.
13
hucydide (2003) “La Guerre du Péloponnèse” Les Belles Lettres, Paris, p. 54.
52
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53
P D J: El léxico oligárquico en el libro VIII de Tucídides
del texto griego original. Para Rodríguez Adrados tiene una clara connotación
conspirativa al traducirlo como sociedades secretas, aquellas que colaboraron
con Pisandro a derribar las democracias de las ciudades costeras de Grecia19.
El ilólogo italiano Franco Ferrari preiere referir el término como conjurados
en el mismo párrafo anteriormente citado y luego como sociedad política en el
episodio de la construcción del muro en el Pireo por parte de los Cuatrocientos20.
Finalmente, en este último evento el concepto será traducido por Mme. De
Romilly como partido21. La discusión reciente sobre la ambigüedad de ambos
conceptos ha llegado a dilucidar una sutil diferencia de signiicado. El concepto
de –taire…a indica sobre todo a aquellos círculos oligárquicos que combaten
su lucha antidemocrática en los límites de una oposición reconocida y tolerada
por la ley22, en cambio la xunwmos…a reiere a una conspiración organizada y
abiertamente inconstitucional23. Una diferencia que en al momento de ser llevada
a cabo cambia completamente su sentido.
Teoría y grupos políticos
Siguiendo adelante con este análisis nos encontramos con aquellos conceptos
que reieren a la teoría política en cuanto a sistema de partidos o nociones de
clases sociales asociadas a la vida pública.
El primero de ellos es un verbo en forma media pasiva, yhf…zomai que
guarda relación con el acto de votar, el sufragio24 que permite la elección de
los magistrados y cargos representativos. Es la decisión soberana e informada
del dÁmoj e instrumento inquebrantable de la democracia griega. Sin embargo
es también el voto del ÑstrakismÒj que permitía enviar al exilio a aquellos
ciudadanos que, o bien eran considerados un mal para la sociedad, o su presencia
19
Tucídides, VIII, 65, p. 451.
20
Tucidide, VIII, 92, 4, p. 1417.
21
hucydide, Livre VIII, 92, 4, p. 78.
22
Sartori, F. Op. Cit. P. 71.
23
Cf. Hornblower, S. (2008) “A Commentary on hucydides” Vol III, Oxford University Press, pp.
916 – 920 donde el autor repasa la ambigüedad conceptual a partir de hesaurus Linguae Graecae
donde la signiicación tiene un claro contenido moral negativo; Gomme, A.W., Andrewes, A.,
Dover, K.J. (1981), “A Historical Commentary on hucydides” Oxford Clarendon Press, dice
que esta xunwmos…a parece no existir para el desarrollo de un principio político sino para el
beneicio de sus miembros en las elecciones y demandas en el marco del régimen existente, p
129. Una visión que acerca la conjuración a un acto político dentro de los parámetros de la ley.
24
sufragium ferre y sententiis decernere, da la idea del sufragio inmutable y resolutivo. Bétant, E.A
(1961²), “Lexicon hucydideum” Hildesheim: G. Olms, p. 517.
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tomando en consideración que luego del desastre de Sicilia esta palabra estaba
en boca de todos y los antidemocráticos aprovecharon este derrotismo59, lo que
signiicaba que la salvación de Atenas era para los antidemocráticos el abandono
de la constitución democrática y por ende del imperio60.
P£scw en tanto sufrimiento y padecimiento, que en la lengua griega de los
Evangelistas adquirió una connotación fundacional del credo cristiano, posee
en Tucídides una ligazón literaria que permite caracterizar estados de ánimo
de una sociedad en un contexto de extrema conmoción bélica. No son nuevos
los estudios acerca de las conexiones literarias entre los trágicos griegos y el
historiador Tucídides61 y la evidencia en su propia obra demuestra cómo hace
partícipe la idea de sufrimiento62 del hombre en pos de no claudicar a la propia
libertad. Reconocemos en la peste de Atenas (Libro II, 47 – 54), la guerra civil de
Córcira (Libro III, 82 – 84) , la crueldad de Cleón y el castigo a los sublevados de
Mitilene (Libro III, 37 – 40), la matanza en el río Asínaro y la derrota absoluta
de los atenienses en Sicilia (Libro VII, 79 – 87) y inalmente en la descripción
del golpe oligárquico del 411 a.C. (Libro VIII, 66) la presencia de un historiador
que desea imprimir un carácter psicológico a una humanidad que según él no
cambia63. Lo anterior ha sido motivo de críticas al historiador al cual le ha sido
otorgada la etiqueta de pesimista.
La idea de ¥pistoj, a través de la cual se representa la incredulidad, la duda
y desconianza, está inmersa en la descripción del golpe oligárquico con aquella
carga psicológica que imprime Tucídides a su relato. En este sentido, siguiendo
la atenta lectura de la obra de Huart, el analista francés en su capítulo dedicado a
las emociones64 nos dice que de diversas formas el historiador ateniense pretende
revelar estados de ánimo a través de la narración histórica. Junto con ¢pist…
an (VIII, 66, 4; VIII, 66, 4; VIII, 70, 2) se asocian oÙ pistÒj e‘nai (forma
condicional negativa VIII, 51, 3), y luego Þpoptoj entendida como la sospecha y
desconianza (VIII, 63, 2; VIII, 66, 5; VIII, 68, 1). De esta manera el historiador
59
Cecchin, S.A. (1969), Op.Cit, p. 2.
60
Ídem, pp. 2 – 3
61
Vs. Finley, J.H (1938) “Euripides and hucydides” Harvard Studies in Classical Philology, Vol. 49;
Finley, J.H (1939), “he Origin of hucydides’ Style” Harvard Studies in Classical Philology, Vol. 50.
62
Es interesante notar además el uso de otros conceptos asociados al sufrimiento como pÒnoj y
pone‹n que signiica la pena y el dolor y katapl»xij, utilizada por el historiador para describir
la sensación de abatimiento luego del desastre en Sicilia. Abatimiento que da paso al estupor y a
la desesperación. Vs. Huart, P. Op. Cit, p. 114 y ss.
63
Tucídides I, 22,4.
64
Huart, P. Op. Cit. Cap. II Les Emotions, pp. 80 – 89.
62
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De esta manera es posible acercarse al lenguaje del historiador ateniense que busca
dejar una huella imborrable con su relato histórico (ktÁma eij ¢e…) consolidando
de esta manera un estilo propio que constituirá un modelo para los historiadores
posteriores. El libro VIII, inconcluso, deja muchas interrogantes acerca de los hechos
sucesivos y de la opinión que pudo haber tenido el autor sobre la reinstauración de
la democracia y la condena a los oligarcas de la conjura. Este acotado análisis busca
entonces generar la instancia de discusión sobre estos acontecimientos.
65
Tucídides VIII, 66, 3.
66
Vs. Delumeau. J, (2012) “El Miedo en Occidente” Taurus, Madrid.
67
Tucídides I, 23, 6: “Creo, a saber, de acuerdo con la causa más verdadera, pero menos aparente por lo
que se dice, que los atenienses, al hacerse poderosos y producir miedo a los lacedemonios, les forzaron
a luchar” p. 14.
68
Tucídides I, 76, 2 “Por tanto, no hemos hecho nada digno de extrañeza ni fuera de la naturaleza
humana al aceptar un imperio que se nos daba y no abandonarlo cediendo a los tres motivos más
fuertes: la honra, el miedo y el interés” p. 38.
69
Tucídides VIII, 73, 3 – 6.
70
Sobre este punto, D. Plácido dice que “En verdad, en Atenas era difícil la vuelta de los tiranos casi
cien años después de su expulsión, habida cuenta de que el demos no sólo no estaba sometido, sino que
estaba acostumbrado a mandar (VIII, 68, 4)” Plácido, D. Op. Cit. p. 163.
71
Una sugerente hipótesis sostiene M. Taylor al señalar que el pueblo ateniense tuvo responsabilidades
en el golpe de estado oligárquico y que la mayoría de los historiadores insinúan que Tucídides
se esmera en relatar el clima de terror y propaganda cuando, por el contrario, el historiador
ateniense busca acusar también al pueblo. Cfr. Taylor, M.C.(2002) “Implicating the demos: a
reading of hucydides on the rise of the Four Hundred” JHS Vol. 122.
63
P D J: El léxico oligárquico en el libro VIII de Tucídides
Referencias bibliográficas
Fuentes
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Oxoniensis, Oxonii e Typographeo Clarendoniano, Great Britain.
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e Latini, Milano.
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Tucídides, (2002) “Historia de la Guerra del Peloponeso”, Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales, Madrid.
Xénophon (1960) “Helléniques” Les Belles Lettres, Paris.
Bibliografía consultada
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Canfora, L. (1980) “Oratoria Politica e Giudiziaria in Atene” en Atti del
Convegno sulla Lessicograia Politica e Giuridica nel campo delle scienze dell’Antichità
(Torino, 28-29 aprile 1978), Torino.
Canfora, L. (2001), “El misterio Tucídides” Aldebarán Ediciones, Madrid.
Cecchin, S. A. (1969) “P£trioj Polite…a. Un tentativo propagandístico
durante la guerra del Peloponneso” Historia Politica Philosophica 1, Paravia,
Torino.
De Romilly, J. (1989) “La Grèce antique à la découverte de la liberté” Éditions
de Fallois, Paris.
Gomme, A. W., Andrewes, A., Dover, K.J. (1981), “A Historical Commentary
on hucydides” Oxford Clarendon Press.
Graham, A. J. – Forsythe, G. (1984), “A New Slogan for Oligarchy in
hucydides III.82.8” en Harvard Studies in Classical Philology, Harvard
University Press.
Hornblower, S. (2008) “A Commentary on hucydides” Vol III, Oxford
University Press.
Huart, P. (1968) “Le vocabulaire de l’analyse psychologique dans l’oeuvre de
hucydide” Librairie C. Klincksieck, Paris.
Sartori, F. (1957) “Le eterie nella vita politica ateniese del VI e V secolo a.C.”
L’Erma di Bretschneider, Roma.
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César García Álvarez: Un estudio sobre el género en la tragedia griega...
I
ntroducción
La mujer en la literatura griega antigua, es la mujer que no habla. Los
clásicos griegos callan en unos casos y acallan a la mujer en otros. Pericles
en el discurso fúnebre en honor a los soldados muertos contra Esparta, apenas
quiere referirse a las viudas allí presentes, pero siente la obligación de hacerlo
cuando señala: “Si debo referirme a las mujeres viudas, que en el futuro los hombres
no hablen mal de vosotras” (Tuc. 2,45,2). San Pablo hereda este discurso cultural
griego, cuando a la mujer se reiere en la Carta a los Corintios (14: 33-39): “In
ecclesia, mulieres tacent”, “las mujeres en la iglesia, callan”.
No obstante lo anterior, es necesario precisar los alcances de este silencio
de la mujer en Grecia. Los estudios generalistas sobre el tema, tan abundantes,
incluimos las valiosas y documentadas obras de Sarah Pomeroy y Marina
Picazo, son siempre de temer; en realidad, saber de todo es saber de nada. Los
estudios generalistas, sin la base ilológica, apenas tienen valor; hace ya muchos
años que Umberto Eco nos enseñó que “todo lo que se dice tiene el valor de los
argumentos con que se dice”. Desdeñar, en consecuencia, los comentarios de texto,
es desdeñar los cimientos de cualquier investigación interpretativa. La visión
generalista – con que se ha construido una imagen menoscabada de la mujer
griega- es como la del periodista experto en cultura general, su noticia se puede
creer, pero no es creíble. Lo decía Claudio Arrau cuando le preguntaron por qué
en sus interpretaciones musicales al piano, se centraba casi exclusivas en la obra
de Beethoven, y contestó: “Interpreto también otros autores, pero en Beethoven
soy creíble, en las demás interpretaciones, puedo ser creíble”. Las concepciones
generalistas se diferencian de las ilológicas, como la estrategia de la táctica en
el campo militar. Se ha dicho: No fue Jerjes, sentado en un trono en el alto del
monte Aigaleo, con su visión generalista de estrategia quien perdió la batalla de
Salamina, fueron los comandantes de sus navíos, que no resolvieron las situaciones
puntuales, tácticamente presentadas por los griegos en los entreverados golfos de
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ahora remitiéndome a las pruebas, veo que entre los mortales son las palabras y no los
actos los que guían todo”. La actitud de silencio y razón argumentativa referida la
mujer, se ha de entender confrontándolo con aquel otro espacio – el ágora- en el
que solo los hombres tomaban la palabra. Leemos en la Política de Aristóteles
(Mex. Ed. Porrúa. 1975): “El esclavo no tiene en absoluto la facultad deliberativa;
la hembra la tiene , pero ineicaz; y el niño la tiene, pero imperfecta. De aquí que
quien mande debe poseer en grado de perfección la virtud intelectual... y cada uno de
los demás en el grado que le corresponde”.
¿Qué era esa “facultad deliberativa” que tiene la mujer, pero imperfecta?
Para ello es necesario distinguir entre el logos-ágora de que habla Aristóteles y
el logos-oikía; que la palabra del ágora fuese para el hombre, no quiere decir que
la mujer fuese una silente; existía un logos-oikía propio de la mujer, el logos de
la administración del hogar, que en pequeñas polis –como en nuestras aldeas de
hoy- en realidad constituyen la totalidad social. Este logos femenino se extendía
a otras muchas actividades sociales. Copio de Marina Picazo: “Aunque las fuentes
escritas intentaran trasmitir la imagen de una extrema rigidez en la separación
espacial entre mujeres y hombre y aunque el ideal social fuese que las mujeres no
abandonasen la casa, su participación en las actividades sociales, económicas y
religiosas exigían que lo hicieran; la contradicción se negociaba de diversas formas y
seguramente mediante una compleja serie de normas y prohibiciones que permitiesen
el fundamento de la ideología y la realidad viva” (p.88).
El logos persuasivo o logos-pathos perteneciente a la mujer, del que acabamos
de hablar, tenía en la Grecia antigua su mejor expresión en la tragedia. Los
nombres de las tragedias, en su mayoría son femeninos: Antígona, Medea, Fedra,
Andrómaca, Hécuba, Electra, Euménides, Bacantes etc. etc. Es allí donde el logos-
persuasivo, - que es voz y no palabra, siguiendo a Aristóteles- tiene su especial
presencia a través de la mujer; lo expresa en forma maniiesta Andrómaca al
decir : “Pues, para las mujeres, por naturaleza, es un consuelo de los males presentes
tenerlos sin cesar por la boca y en la lengua” (Andrómaca: v.93-94). La palabra “por
naturaleza” no signiica aquí constitución ontológica o modo esencial de ser,
empefuke” es tener por dentro, implantado, término más débil, si bien, esta
implantación deriva del verbo fuw semánticamente vinculado a naturaleza; en
el mismo sentido hay que entender las palabras de Medea: “Somos por naturaleza
incapaces de hacer el bien” (v.408). Kitto apoya ésta desde otra perspectiva
ilológica: Eurípides no tiene pensamiento formado en sus tragedias, se ha
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derrochado mucha tinta sobre esto, sus tragedias son efectistas, no ideológicas.
Esto explica las llamadas “contradicciones” de los personajes de Eurípides, algo
que ratiica Orestes (Electra, Eurípides): “Es que la naturaleza humana está en
confusión”. Menelao pregunta a Orestes qué enfermedad padece, y éste responde
“del entendimiento”. Eurípides es el primer autor del teatro del absurdo. Algo
que ya vio Dodds.
Medea dirá con respecto al logos-persuasivo: “Somos propensas a las lágrimas”
(v.931), lágrimas “liberadoras” (v.1362). Lacan comenta al respecto, la mujer es
“un cierto extravío”; añadiré yo, “extravío con sentido o logos”. Se lee en Medea,
verso 38: “Su alma es violenta y no soportará el ultraje”; la palabra que usa
Eurípides es phren (mente) ella no hace uso de la razón, se reiere aquí a la
“razón-lógica” no al logos efectista euripidiano. Más adelante, “ te phusin phrenós
authadous”, nuevamente el sustantivo (frhn) “phren” en genitivo, “desmedida”
o falta de razón, no de sentido, que diría Aristóteles. En el verso 45 se añade:
“…pues ella es de temer”, aquí la palabra usada es “deine”, femenino de “deinos”
y que Heidegger en la traducción de Antígona interpreta como asombro o lo no
comprensible por vía de razón. Ahora entenderemos mejor aquello de la misma
Antígona: “Así que deja que yo y la locura, que es solo mía, corramos este peligro.
No sufriré algo tan grave que no me permita morir con honor” (v.95-96); “locura”
y “honor” –términos contradictorios- han de entenderse en ese “extravío con
sentido”, del que hemos hablado.
Si en la tragedia griega con frecuencia se habla de desmesura de la mujer,
locura o falta de sentido, no es porque ello sea privativo de ella, la “hybris” –
que no es asunto patológico- está también presente en el hombre; más bien, si
creemos a Teseo, existe en cada género, graduada: “La locura se encuentra en los
hombres y crece en las mujeres” (Hipólito, v.967).
Pero existe también un logos-razonado que la mujer comparte con el hombre
es ese logos usado sin artículo deinido. Cuando en Fedra (v.376-377) se dice:
“…he meditado como se destruye la vida de los hombres” y habla después de “la
disposición natural de su mente”, se está reiriendo con el genérico “hombres” a
hombres y mujeres, que comparten la misma racionalidad (gnwmhz fusin). Esta
común razón es sujeto de derecho y deberes, y también de extravíos, pues está
dada por la naturaleza o “isis” (v.377) y se maniiesta de modo particular en la
mujer, cuando es oprimida: “Cuando la mujer ve lesionados los derechos de su lecho,
no hay otra mente más asesina”(258), leemos en Medea.
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Si bien, aún con este afecto y vinculación de la mujer con la ciudad, no era ella
quien daba el nombre a los hijos, sino el padre; siendo mal visto en la polis que
una mujer, como Clitemnestra, diese nombre a sus hijos, tal como declara Electra
(v.925). La restricción participativa de la mujer en la polis lo expresaba también
Edipo al contrastar y censurar la vida de las mujeres egipcias, en actividades fuera
de la casa y ajenas a lo religioso (Edipo en Colono, vv. 337-345).
No sucedía así en Atenas. Una de las primeras responsabilidades de la mujer,
y también del hombre era que las leyes del hogar y de los dioses se cumpliesen
en la polis; esto es lo que justiica la acción valiente de Antígona ante Creonte
defendiendo su derecho ciudadano: Enterrar a Polínice, pues la polis no está por
sobre los divinos. Cuando, como en el caso de Las Bacantes, lo divino se impone
a través de mujeres divinizadas, la polis, representada por Penteo, las rechaza. No
sucedía en las iestas religiosas oiciales. Debemos entender que la iesta religiosa
jugaba en Grecia un papel tan importante como el ágora. La estructura espacial
de la polis obedecía precisamente a dos centros de atención: Arriba el Partenón,
abajo el ágora. El incluyente se encontraba en lo alto, en el templo de Atenea.
Era aquella una cultura de sacralidad y en ésta, la mujer, como se lee en la obra
Manalipa cautiva de Eurípides, jugaba el papel principal :”Pensad en lo que en
mi opinión es lo más importante, su papel en la religión: Profetizan la voluntad de
Loxias…revelan la voluntad de Zeus…los santuarios sagrados prosperan en manos
de mujeres, lo que no sucedería en manos de hombres…tenemos una participación
correcta en el servicio de los dioses”.(Augustus Nauck (1964), frag.499, lin. 5-17).
Incluso ante lo religioso, el hombre era inferior a la mujer: Ayax suplica a su
esposa que entre y suplique a los dioses por él: “Tú, mujer, entra y suplica a los
dioses que se cumplan enteramente los deseos de mi corazón” (v.685). Aristófanes en
Lisístrata presenta un coro de ancianas que se declaran ciudadanas en virtud de su
participación en los rituales religiosos. Los festivales de Deméter, eminentemente
femeninos, tenían a su vez este mismo sentido de socialización democrática, pues
la mujer establecía contactos con multitud de otras mujeres.
Existía a su vez, una relación muy cercana entre mujer, familia y polis en
lo que a las costumbres se reiere, y que la tragedia no deja de lado, es lo que
expresa Antígona a su padre Edipo: “Padre, es preciso que practiquemos las mismas
costumbres que los ciudadanos, cediendo en lo que sea preciso y obedeciendo” (Edipo
en Colono, vv.170-173). Entre estas costumbres se encontraba cuidar de los
ancianos, según en viejo precepto délico: “Los hijos que no cuiden de sus padres
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último término, no es sino la expresión última del genos. Las leyes, por su parte
protegían estos fundamentos familiares de la ciudad. ¿Cómo se expresa esto en
las tragedias griega?
Alcestis solicita imperiosamente que sus hijos perpetúen el genos tras su muerte
(Alcestis, v.160), pues “los matrimonios como éste, beneician a los mortales”, a la
polis. (v.628). El lamento, con que tantas veces se insiste en la soltería obligada
–caso de Antígona en Edipo en Colono, vv.745-752) – ha de entenderse en el
mismo sentido, va más allá de nuestros sentimientos actuales sobre la “solterana”,
para la mujer griega era sentirse desvinculada de la cooperación en la perpetuidad
de su genos. Ayax es una tragedia más incisiva, destaca tan fuertemente el genos
que el daño de su protagonista es daño a su estirpe y alcanza a toda la ciudad:
“Porque tú aniquilaste mi patria con tu espada” (v, 515). Nos estamos reiriendo,
como en los casos anteriores, a Atenas, pues Esparta tenía otro tratamiento con
la mujer y otra concepción sobre la polis y el genos; allí la lealtad a la ciudad, era
antes que a la familia.
Dentro del genos tenía una especial preferencia el trato al padre. Tecmesa,
en su esclavitud, recuerda a Ayax: “Yo nací de un padre libre, rico y poderoso cual
ninguno entre los frigios” (485-490). Tecmesa acentúa, como lo hace Electra y
Orestes, la presencia del padre; es que, dentro de la estructura del genos, existía
la siguiente jerarquización: Primero el padre, después la madre y inalmente los
hijos, los hermanos etc. Electra señala: “La mujer ama a su hombre, antes que a sus
hijos” (Sófocles. Electra vv.264-265), algo que nos ayudará a entender la actitud
de Medea frente a sus hijos y no su venganza directa contra Jasón, pudiendo
como hechicera, hacerlo. El Corifeo en Antígona declara el origen paterno de la
iereza de la protagonista:” Se muestra la voluntad iera de la muchacha que tiene
su origen en un iero padre. No sabe ceder ante las desgracias” (v.470). Vinculación
directa con esto, lo tiene el duelo; para nosotros el duelo es temporal, signiicado
por el luto; para el griego es duelo permanente, se trata de una carencia
irreparable, “tiempo ha que fue asesinado Agamenón”, dice el Coro reiriéndose a
Electra, permanencia que no censura al decir: “llorándolo toda la vida” (v.959),
antes bien, el Coro “compadece” con ella. Duelo permanente, que entregará
gloria interminable será el resultado, coniesa Antígona de la sepultación de su
hermano: “¿Dónde hubiera podido obtener yo más gloriosa fama” (v.500-505);
es ésta otra de sus motivaciones para enfrentar a Creonte: La primera, porque
enterrar a los muertos es ley de los dioses; la segunda, que le viene de la iereza
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IMAGEN Y RESPUESTA POLIBIANA A UN CONFLICTO HELÉNICO
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P ara Polibio, la paz de Naupacto del 217 a.C. se trató de un evento clave
para la historia de la expansión y conquista romana por el mediterráneo.
Como él mismo airma, es desde aquél momento que los eventos de
hombres y estados del mediterráneo occidental y oriental se encuentran y unen
bajo un mismo grupo de intereses y fortuna1.
En esta ocasión, el embajador etolio Agelao menciona el peligro de que los
bárbaros romanos irrumpiesen en Grecia y acabasen con los “juegos” (agonían)
con los que los helenos se entretenían. Este juego de palabras entre política y
deporte en Polibio no es una excepción y menos aún una casualidad.
Como probaremos en este artículo, Polibio introduce en su obra la
representación social del juego deportivo – particularmente el boxeo o pugilato-
con vistas a explicar a su público greco-macedónico el reconocimiento de Roma
como legítimo antagonista en busca del imperio, antes que un simple bárbaro, y
el rol que en toda “lucha” política tiene el aprendizaje desde la narración histórica.
Para lograr este objetivo, seguiremos tres pasos: primero, expondremos
algunos antecedentes históricos que testimonian la existencia en Grecia
de una representación social de la lucha político-deportiva, precisando los
roles de luchador, público y juez; segundo, rastrearemos y analizaremos estas
representaciones sociales en la obra de Polibio, observando las particularidades
polibianas en su construcción; inalmente, en tercer lugar, buscaremos probar la
consonancia entre estas representaciones sociales y los propósitos historiográicos
de Polibio en un punto crucial: la validez de la narrativa del historiador para
enseñar a su público la correcta praxis política frente al imperialismo romano.
Luchadores, jueces y públicos: representaciones sociales del agón deportivo
y el agón político
Para la antigua Grecia no es sorpresa admitir que el rol del luchador atlético
obtuvo un papel de gran importancia como catalizador de violencia infra e
1
Polibio. Historias, Madrid, Gredos (trad. Manuel Balasch R.), 1982. p.140 (V, 105, 4-6.).
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que Polibio menciona explícitamente para dar su punto a entender con claridad.
El problema es, visto desde su punto de vista, que la opinión de la mayoría de
los griegos frente a la guerra entre Roma y Macedonia es advenediza e irrelexiva.
Sin embargo, la introducción de la pelea entre Clitómaco y Aristónico es donde
se ponen en juego los principales componentes de la representación social, pues
se trata de un ejemplo totalmente griego-helenístico para explicar un nuevo
contexto greco-romano19.
La distancia que se percibe en cuanto representaciones sociales de aquellas
expuestas en el discurso de Agelao el 217 a.C. son considerables. Ya Roma no es
un “bárbaro” al que debe repelérsele ante el peligro de la esclavitud antinatural
y despótica de los griegos. Ahora los romanos ocupan una posición de paridad
competitiva, encarnando en Clitómaco un argumento griego sobre una decisión
política de sumisión a una potencia capaz naturalmente de hacerlo como lo fue
la Macedonia de Filipo V para Agelao. Ahora solo pervive una diferenciación
cultural menor como lo indica el propio Clitómaco al dirigirse al público:
“¿Acaso pretendían que en la Olimpíadas se llevara la corona un
egipcio tras derrotar a los griegos, y no que un tebano o un beocio
fueran proclamados vencedores en el pugilato?”20.
Así, en deinitiva, el problema ahora ya no es cómo evitar someterse a una
dominación antinatural y barbárica, sino hacia cuál de estas dos opciones de
dominación legítimas es mejor para Grecia tender: Roma o Macedonia.
Pero pese a lo anterior, resulta evidente que aquí no hay otros griegos salvo el
historiador indicando la similitud con el caso romano. Queda en evidencia que
Polibio, sin dudas, confía en una tradición previa de símiles político-deportivos
para hacer entender su punto de vista frente al conlicto a sus lectores, pero ello
no es lo mismo a decir que el uso que el historiador le da y las preconcepciones
de su audiencia sean las mismas. Lo que aquí encontramos es un interés del autor
19
A este respecto cabe destacar que el fragmento correlativo en Tito Livio sí recoge la primera
parte prototípica sobre el pugilato, pero no la anécdota de Clitómaco y Aristónico. Livio, T.,
Historia de Roma desde su fundación. Madrid, Gredos (trad. José Antonio Villar Vidal), 1994, p.
147 (XLII, 63,1-2.).
20
Polibio, Historias. p.265 (XXVII.9, 12). Sobre la sutil distinción entre griegos y el Egipto
Ptolemaico en Polibio y bibliografía véase Walbank, F.W., “Egypt in Polybius”. En Walbank,
F.W. Polybius, Rome and the Hellenistic World. Cambridge, Cambridge University Press, 2002,
pp.53-69.
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por hacer del “bárbaro” un rival legítimo (antagonistés) a los ojos de sus lectores,
capaz de obtener la victoria y ser reconocida por todos como legítima y hasta
necesaria. Como lo hacía Demóstenes e Isócrates en el pasado, Polibio recurre
a la lucha atlética para comparar la lucha político-militar, pero va más allá y le
otorga un uso inédito como analogía cultural.
Por lo tanto, la representación social aquí expuesta se encuentra mucho más
comprometida con la historiografía polibiana, por lo que deberemos examinar
cómo es que su interés por indicar a los romanos como contrincantes por sobre
bárbaros se relaciona con sus objetivos como historiador.
Público, luchadores y jueces: La expansión romana y la arena didáctica del
historiador político
Para desarrollar esta relación entre representaciones sociales y objetivos
historiográicos, analizaremos la naturaleza de los tres elementos que conluyen
en la lucha de boxeo narrada por Polibio para relejar la situación griega del
171 a.C. y cómo estos son sometidos a una lectura polibiana especíica y a sus
objetivos metodológicos: la naturaleza voluble del público, la ausencia aparente
de jueces y la conducta atípica de los luchadores.
En primer lugar, debemos destacar la descripción del público del pugilato
como un símil con la de los pueblos griegos en el 171 a.C. Aquí, Polibio destaca
el cambio súbito de actitud de la masa (poloi), la plebe (pléthon) o las turbas
(ójlous) ante la inesperada victoria del más débil, indicando que si alguien las
entiende a su debido tiempo, las masas muy pronto cambian de parecer.
Esta descripción no es casual. En términos generales, Polibio extrae sus
conclusiones sobre la naturaleza de la masa popular desde su posición aristocrática
y sus experiencias políticas leídas bajo esos cánones educativos. Se trata de
una interpretación tradicional, donde “el pueblo” carecería de iniciativa, sería
irracional e ingrato, codicioso y, a todas luces, inherentemente violento21. Es
21
Sobre la inluencia en Polibio de su educación aristocrática véase Mendels, D. “Polybius and
the Socio-Economic Revolution in Greece (227-146 B.C.). AC51.1982. pp.86-110. Eckstein,
A., Moral Vision in the Histories of Polybius. pp. 84 – 160. Walbank, F. W. “Polybius’ perception
of the one and the many”. En Walbank, F. W. Polybius, Rome and the Hellenistic World. p. 214.
Para una reinterpretación actualizada del problema y enfocada en el desprecio polibiano hacia
la democracia Champion., C., Cultural politics in Polybius’ Histories. Berkeley, University of
California Press, 2004. pp.188-189.
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así que el historiador homologa a las masas populares con los cambios del mar,
cuando rescata las palabras de Escipión en el 206 a.C.:
“El mar y las multitudes padecen una enfermedad parecida: por
su propia naturaleza el mar es inofensivo y seguro para los que lo
utilizan, pero si el huracán se precipita violento encima de él, entonces
demuestra a los navegantes cómo son los vientos que lo rodean; no
de otro modo es la masa y se muestra a los que la sirven…”22.
Ahora bien, su descripción del “mar popular” introduce el problema del papel
de los “líderes navegantes” en la política. Estos hombres de estado, pertenecientes
a la élite social, deben prever los movimientos de esta fuerza humana y actuar en
consonancia para evitar que desestabilicen el barco del estado. Es así que:
“El historiador consecuentemente da consejo a su audiencia
aristocrática sobre cómo manejar el pléthos (…) consecuentemente
elogia a aquellos hombre que intentan controlar a las feroces pasiones
de la polloi, o de razonar con ellos sobre las consecuencias negativas
a largo plazo de políticas tan solo momentáneamente atractivas”23.
Con esta actitud popular en mente, y el llamado de Polibio a una élite que la
refrene mediante diálogo o la fuerza, el paralelismo de estas ideas historiográicas
y la actitud del público en el combate de pugilato tratado aquí es signiicativo.
Sin embargo, un problema surge: ¿dónde se encuentra en esta imagen del boxeo
atlético el líder aristócrata que conduzca al pueblo tempestuoso? En este punto
surge lo que creemos es una originalidad polibiana en el uso de la representación
social del combate atlético-político, donde juez y luchador se entremezclan.
El luchador Clitómaco, aquél que interpela al público haciéndole ver su
error en apoyar al rival, no era solo un gran atleta, como los numerosos logros
y estatuas descritos por Pausanias lo indican, sino que, además, su templanza y
prudencia eran conocidas por toda Grecia, al punto de ser famoso por rehuir
los banquetes y todas sus tentaciones24. Su persona, entonces, inspiraba no solo
22
Polibio, Historias. p.450 (XI.29.10-12). Otras menciones a esta idea de homologar al pueblo
con el mar las encontramos en Homero, Iliada. II, v.144; Heródoto.VII, v.16a y Demóstenes.
Sobre la Embajada, v.136.
23
Champion., C., Cultural politics in Polybius’ Histories. p. 138.
24
Sobre las estatuas y triunfos de Clitómaco en Grecia véase Pausanias. Descripción de Grecia.
Gredos (trad. por María Cruz Herrero I.). Madrid.1994, p 203 (VI.15, 3-5.). Sobre su
templanza Plutarco. Moralia. Madrid, Gredos (trad. por Francisco Martín García), 1987,
p.127 (VII.710E).
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respeto deportivo sino moral, haciendo de este un excelente ejemplo para Polibio
y su preocupación por exponer la necesidad de mostrar a la masa estas actitudes
de las que por naturaleza carecen.
Sin embargo, persiste el problema de la ausencia de una aristocracia estadista
en el luchador, de ese carácter social diferenciado que le daría una naturaleza
proclive al gobernar recta y justamente sobre el mar inconstante del pueblo.
Es este punto nos ayuda a comprender esta decisión de Polibio el concepto de
“Arena didáctica” que el historiador inglés James Davidson acuñó en su artículo
de 1991 titulado The Gaze in Polybius’ Histories25.
Desde el punto de vista de Davidson, la obra de Polibio reúne dentro de sí
un conjunto de miradas y apariencias del mundo griego a las que el historiador,
más que pretender homogeneizarlas bajo su propia convicción, desea exponerlas
en sus diversas realidades y tensiones para que alcancen y sean signiicativas a la
mayor cantidad posible de lectores; lo que él llama, en resumen, “a history about
histories”26.
Ahora bien, en general no coincidimos en varios puntos con la apreciación de
Davidson, pues, en su afán por estudiar en detalle la forma narrativa de Polibio,
adjudica a este un estilo y composiciones que escapan a sus conocimientos y
ines. En deinitiva, una cosa es detectar en la escritura polibiana la existencia de
recursos lingüísticos, narradores y audiencias silenciosas que no se corresponden
con una escritura adecuada para nuestros rigores modernos, pero otra muy
diferente es adjudicarle a torpezas y costumbres de redacción un sentido
historiográico superior.
Sin embargo, su estudio no deja por ello de ofrecer una disección minuciosa
de la narrativa polibiana que puede aportar en revelar el sentido del luchador-
estadista. Como dice Davidson, al concluir tras examinar varias metáforas
atlético-políticas en Polibio:
“Estos pasajes deben ser puestos en contexto con un gran número
de metáforas usadas por Polibio, que describen la guerra en términos
de lucha-concurso (…) Si agregamos a los espectadores, podemos ir
25
Davidson, J., “he gaze in Polybius’ Histories”. he Journal of Roman Studies.Vol.81.1991.
pp.10-24.
26
Ibíd., p.15.
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un poco más lejos que esto. Polibio presenta sus Historias, y quizás
él mismo concibe a la historia así, como una arena didáctica. Los
sucesos deben siempre soportar el peso de la observación”27.
Lo que nos indica aquí Davidson es importante, pues se condice con nuestra
comprobación de la existencia de la praxis política como in historiográico que
somete a las representaciones sociales en el caso de Agelao en Naupacto. Con
Clitómaco y su audiencia, Polibio enfatiza la necesidad de la enseñanza mediante
la observación de la acción política por sobre la teoría, ayudándose para ello
de las representaciones sociales de la lucha atlético-política, si bien generando
cambios en ella originales.
Polibio, entonces, en su interés por enfatizar la necesidad apremiante en
Grecia de líderes prudentes, exitosos y capaces de dominar a las masas, y en
oposición a la proliferación de demagogos, altera la representación atlético-
política con sus elementos público-juez-luchador, uniendo en uno solo al juez
y al luchador. Es así que se distancia de la representación dada por Platón,
donde señala enfáticamente la necesidad del juez en todo certamen como la de
un gobernante; para Polibio, la imagen didáctica debe ir más lejos y uniicar
ambos roles al punto de la indiferenciación. No debe el juez-gobernante solo
administrar y dictaminar, sino que debe actuar, implicarse, entrar a la arena del
combate y hacerse comprender expresamente por el pueblo-público. Se trataba
de una convicción profunda que nacía de un temor igualmente profundo. Como
indica Eckstein:
“La principal respuesta de Polibio a las amenazas al orden
en su mundo es la de endurecer sus expectativas respecto a la
única categoría de personas que cree capaces de administrar el
estado: los hombres de la élite política (…) Debió haber sido el
más profundo miedo de Polibio. Si el hombre maduro del estrato
gobernante, frente a la avalancha de salvajismo e irracionalidad
que amenazaba la sociedad, abandonaba sus responsabilidades
por simple cobardía, debilidad moral o, peor, se unía a los salvajes,
entonces nada estaba a salvo”28.
27
Davidson, J., “he gaze in Polybius’ Histories”. p. 15.
28
Eckstein, a., Moral Vision in the Histories of Polybius. Berkeley and Los Angeles, University of
California Press, 1995.p. 159.
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Marcelo Rodríguez Arriagada: Demócrito: una “nueva” práctica de la ilosofía
El texto de la historia no es un texto donde hable una voz (el Logos), sino la inaudible
e ilegible anotación de los efectos de una estructura de estructuras.
Lire le Capital, Louis Althusser
D
emócrito, el riente, nació en Abdera (Tracia) alrededor del año 494
a.n.e.1 Fue discípulo, según Diógenes Laercio, de “algunos magos
y caldeos, pues el rey Jerjes, cuando se hospedó en la casa del
padre de Demócrito, dejó allí algunos hombres sabios, según también airma
Heródoto. De ellos recibió, cuando aún era niño, enseñanzas sobre la teología y
astronomía”2. Posteriormente viajó por diferentes lugares, encontrando en ellos
diversos y ricos materiales teóricos que fueron forjando su posición ilosóica:
llegó hasta Etiopía y Babilonia, en donde se relacionó con astrólogos y magos;
estuvo en Persia, en donde conoció a los caldeos; en la India estableció contacto
con los gimnosoistas, y en Egipto aprendió geometría con los sacerdotes del
lugar3. “¿Qué decir de Pitágoras? –se pregunta Ciceron en De inibus- ¿Qué decir
1
Esta fecha de nacimiento fue ijada por Diodoro. Para los traductores y comentadores de la obra
Los ilósofos presocráticos, la versión de Diodoro es la más verosímil de las cuatro que se conocen.
Respecto a la igura de Demócrito riente, “que se hizo popular en tiempos grecorromanos, tuvo
seguramente origen en el siglo I, ya que no aparece antes de Cicerón, y puede verse en ella una
libre interpretación de sus relexiones morales”. En la Suda leemos: “Se llamaba a Demócrito
‘sabiduría’ y ‘el riente’ debido a su costumbre de reír frente al apego por las cosas fútiles propio
de los hombres”. VV.AA. (2007) Los Filósofos Presocráticos, traducción y notas: Néstor Luis
Cordero, Ernesto La Croce, María Santa Cruz de Prunes, Barcelona: Gredos, p. 265.
2
Ibíd., p. 258.
3
Ibíd., p. 263.
102
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Marcelo Rodríguez Arriagada: Demócrito: una “nueva” práctica de la ilosofía
I
La experiencia por la cual la ontología, desde su disposición parmenídea,
se convierte en el pórtico de un templo en ruinas, es la siguiente: aquello
que se presenta es esencialmente múltiple, aquello que se presenta es
esencialmente uno.
El ser y el acontecimiento, Alain Badiou
En el proemio de su poema, la Parménides relata el viaje -abordo de un carro
tirado por dos yeguas por un camino descubierto por unas doncellas- que lo
conduce ante las siguientes palabras de una diosa:
11
VV. AA. (2007) Los Filósofos Presocráticos, traducción y notas: Néstor Luis Cordero, Ernesto La
Croce, María Santa Cruz de Prunes, op. cit., p. 251.
12
Esta cita es de Marx, correspondiente a los cuadernos de notas preparatorios para su tesis doctoral,
cuyo tema fue la ilosofía de la naturaleza de Demócrito y Epicuro. La cita se encuentra en el
libro de Auguste Cornu (1967) Carlos Marx - Federico Engels, República Democrática Alemana:
Instituto del libro, p. 142.
104
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signiica y señala algo indivisible, sin cortes, sin isuras, sólido y pleno, por lo
tanto, impenetrable. De este modo los átomos son concebidos con las mismas
características del Uno de Parménides, pero con la diferencia de que son ininitos.
Junto al concepto de átomo, Demócrito postula el concepto de vacío como
condición del movimiento y pluralidad de los átomos. A diferencia del eleatismo
el movimiento y la pluralidad son airmados al existir, entre un átomo y otro, el
vacío. Con estos dos principios Demócrito supera asumiendo el eleatismo25.
II
Una roca inmóvil oculta un enjambre de corpúsculos incesantes.
El espectro de Demócrito, Pedro de Llosa (parafraseando a P. Gassendi).
A ines de 1674 Baruch Spinoza y Hugo Boxel mantuvieron una breve
correspondencia, en la cual discutieron sobre la existencia de los espíritus y dios.
Después de que ambos llevaron a cabo una serie de importantes relexiones sobre
estos asuntos, Boxel le escribe a Spinoza: “desconozco su Dios o qué entiende
usted por la palabra Dios”, y más adelante en la misma carta: “todos los ilósofos,
tanto antiguos como modernos, creen estar convencidos de la existencia de
los espíritus. Plutarco es testigo de ello en los tratados sobre las opiniones de
los ilósofos y sobre el genio de Sócrates; lo atestiguan también los estoicos,
pitagóricos, platónicos, peripatéticos, Empédocles, Máximo de Tiro, Apuleyo
y otros. De los modernos nadie niega los espectros”26. Esta apelación de Boxel a
la autoridad de casi todas las corrientes ilosóicas, cuya intención era torcer el
pensamiento de Spinoza, omite del arco ilosóico convocado una determinada
posición, que será destacada por Spinoza en su respuesta a esta apelación:
25
“Para Leucipo y Demócrito se trataba de superar el eleatismo, pero asumiéndolo, y, según la sagaz
observación de J. Burnet, ello fue posible gracias a la mediación del pitagorismo: ‘Leucipo dio a
las mónadas pitagóricas los caracteres de lo Uno parmenídeo’”. Ibíd., p. 243.
26
Spinoza (1988) Correspondencia. Introducción, traducción, notas e índices de Atilano Domínguez,
Madrid: Alianza Editorial, p. 326.
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Marcelo Rodríguez Arriagada: Demócrito: una “nueva” práctica de la ilosofía
duendes y que hayan creído a las viejezuelas, con lo que aumentaron la autoridad
de Demócrito, cuya buena fama envidiaron tanto que llegaron a quemar todos
los libros que él había editado con tanto encomio”27.
Aquí Spinoza dice lo que Boxel no puede decir, lo invisible y excluido del
horizonte de visibilidad de la problemática teórica de Boxel: la existencia de otra
práctica de la ilosofía que se diferencia radicalmente con las prácticas ilosóicas
reconocidas por Boxel. Esta diferencia traza una línea de demarcación que
atraviesa gran parte del kampfplatz que es la historia de la ilosofía.
110
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111
Marcelo Rodríguez Arriagada: Demócrito: una “nueva” práctica de la ilosofía
35
Aristóteles (2000) Metafísica. Traducción: Tomás Calvo Martínez. Madrid: Gredos, p. 76.
36
VV. AA. (2007) Los Filósofos Presocráticos, traducción y notas: Néstor Luis Cordero, Ernesto La
Croce, María Santa Cruz de Prunes, op. cit., p. 295-297.
37
Ibid., p. 297.
38
Etienne Gilson (1965) La ilosofía en la Edad Media, Madrid: Gredos, p. 13.
112
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113
Marcelo Rodríguez Arriagada: Demócrito: una “nueva” práctica de la ilosofía
42
Ibíd., p. 40.
43
Jacques Derrida: Del materialismo no dialéctico, entrevista con Kadhin Jihad, en el sitio web:
http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/materialismo.htm. Derrida sostiene en la entrevista
que hay un “materialismo que suscribiría con más gusto y que me llevaría posiblemente a
materialismos preplatónicos o presocráticos, que todavía no están atrapados en la metafísica.
Estaría ligado a Demócrito y a cierto pensamiento del azar, de la suerte”. Ibíd.
114
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115
Marcelo Rodríguez Arriagada: Demócrito: una “nueva” práctica de la ilosofía
47
Louis Althusser (2004) Para leer el capital, México: Siglo XXI, p. 24.
48
Vittorio Morino (2010) Relación y contingencia, Córdoba: Ed. Brujas.
49
Jan Patocka (1991) Platón y Europa, Barcelona: Ediciones Penínzula, p. 240.
116
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Referencias bibliográicas:
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Marcelo Rodríguez Arriagada: Demócrito: una “nueva” práctica de la ilosofía
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Abstract: We analyse the origin and the evolution of the Varagian Guard
throughout the Byzantine history, getting closer to an elite military unit formed
by mercenaries of Nordic and English origin, that was present in any war incident
of the Empire and in occasions such as 1203-1204, being the only efective
military option against the Latin rivals.
Key Words: Varagians, Byzantine Empire, Varangian Guard, Basil II,
mercenaries, Fourth Crusade, Constantinople.
Recibido:28.03.2014 - Aceptado:29.04.2014
121
María Isabel Cabrera-Ramos: Los varegos de Constantinopla. Origen, esplendor y ...
I
ntroducción
La dilatada y heroica historia militar bizantina está repleta de
guerreros nativos o extranjeros que cosecharon grandes éxitos militares
y estrepitosas derrotas que no sólo sirvieron para llenar libros de historia, sino
que posibilitaron la existencia del Imperio Bizantino durante más de mil años. A
esa grandeza contribuyeron los varegos que a golpe de hacha forjaron su propia
leyenda en Bizancio1. Conozcamos, pues, a estos legendarios guerreros haciendo
un barrido histórico desde su llegada a Constantinopla hasta su desaparición en
las postrimerías del Imperio.
I. Origen, evolución y esplendor de la Guardia Varega (siglo X-1204)
El origen de la palabra nórdica “varego” se halla en la palabra var/varar
(conianza, promesa, palabra de honor o voto de idelidad). A partir de la raíz
nórdica, en griego surgirán los: Βάραγγοι, Βαριάγοι; en ruso y ucraniano:
Варяги, en bielorruso: Вараrі, en árabe: al-baringar, etc.
La historia de los varegos en la Europa oriental se inicia con los comerciantes
rus’ que procedentes del mar varego llegaron a mediados del siglo IX a las
estepas rusas para conseguir pieles y esclavos2. Allí practicaron durante décadas el
comercio, la piratería y actuaron como mercenarios. Y sobre todo, se mezclaron
con los pueblos que habitaban la región hasta convertirse en la clase dominante
y fundar con Oleg, la Rus’ de Kiev. Este nuevo estado inició pronto los contactos
con Constantinopla ya que en ella conluían las más importantes rutas comerciales
del Medioevo. Una de esas rutas fue el conocido como “camino de los varegos a
los griegos” que desde Escandinavia y pasando por Rus’, Grikkland (sureste de
Europa) hizo que los comerciantes varegos recalasen en Miklagar (Gran Ciudad
1
Brienio (1996). 209.
2
Los rus’ eran los habitantes de Suecia cuyo nombre procedía del escandinavo “rotÞ”: “remeros”.
A mediados del primer milenio d.C. entraron en contacto con los ineses que transformaron la
palabra en ruotsi y la palabra viajando al mundo de los eslavos dio nombre a los rus’ de Kiev.
Larsson; Obolensky, 238; Néstor, 66; Ibn Hauqal, II, 382.
122
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o Constantinopla) cargados con cera, pieles, miel, ámbar y esclavos. Dicho camino
también lo recorrieron mercenarios varegos que junto a los eslavos saquearon el
Mar Negro, el Mar de Mármara y la capital imperial3. Tras sus estrepitosas derrotas
contra los muros constantinopolitanos, los varegos se ofrecieron como mercenarios
a los emperadores de Bizancio como ya habían hecho en los países escandinavos,
anglosajones y en la propia Rus’ donde se había formado la Droujina Rus’. Éste fue
el modelo que siguió la Τάγμα τῶν Βαράγγων (Guardia Varega) creada entre 988-
989 por Basilio II en base a la Droujina de 6.000 hombres de infantería armados
con lanzas y escudos y de origen sueco que le envió en 988 Vladimir I de Kiev4.
Resulta realmente llamativo que la Guardia Varega contara con el mismo número
de hombres que la antigua Caterva celta y germánica que, según reiere Vegecio,
era la unidad fundamental de los ejércitos bárbaros5.
Y ese “peligroso” contingente de mercenarios de cuyos peligros advirtió
Vladimir, será de sobra conocido en Bizancio por su iereza y su lealtad6. Fue el
desconiado Basilio II el primero en coniar en esos guerreros “escitas” más que
en los propios griegos7. Sin duda, porque éstos carecían de lazos familiares o
políticos en la corte y su lealtad vikinga era legendaria8. Dicha lealtad la demostró
ésta guardia armada en numerosas ocasiones como en la revuelta popular de
1057 contra Miguel VI Estratiótico al cual protegieron9. En 1081 cuando dicha
guardia se mostró insobornable ante Alejo Comneno para derrocar a Nicéforo
III. Y más conmovedora aun, si cabe, fue la lealtad que mostró hacia Alejo I hasta
la hora de su muerte. Poco antes de que los cruzados llegasen a Constantinopla
esta guardia protegió a Alejo III en 120010.
3
Al-Hamadani, 163 ; I 389; Néstor, 72-73, 95-96, 105-108, 121-124, 150-153, 247-248; Pselo,
VII, 90-95, 263-267; Ataliates, 16; Hauqal, I, 15; II, 387-388; Pargoire, 203-210; Ibn al-Athir,
3, 223-224; Porirogeneta (1949). 56-63.
4
Zonaras, 399; Asolik de Tarôn, 164-165; Néstor, 122, 154-155, 199-201, 220; Tudela, 68;
Cremona, 51.
5
Vegecio, 193.
6
Néstor, 161; Zonaras, 185.
7
El término escita deriva de una confusión entre la Taúride (zona de Crimea y regiones vecinas) y
Tauro (cordilleras que atraviesan Asia Menor) que procede de una mala lectura de Genesio. Debe
de hacerse notar que el error en cuestión ha pasado inadvertido para la mayoría de traductores,
como ocurre en la traducción española de la Vidas de los emperadores de Bizancio de Pselo.
Véase Genesios, IV, 181; Karlin-Hayter, 236-237.
8
Pselo, I, 13, 82; I, 29, 92; V, 25, 193; VII, 87, 261; Cremona, 38, 49; Zonaras, 203; Comnena,
II, IX, 4, 163.
9
Skylitzes, 521; Ataliates, 44.
10
Comnena, II, IX, 4-7, 163-168; III, VI, 2, 223; XV, XI, 16-17, 630; Zonaras, 360, 373;
Choniates, I, 6; VI, II, 288.
123
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Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
La Guardia Varega fue básicamente una infantería pesada y bien armada que, a
diferencia de la infantería bizantina, en el curso de la batalla actuaba como fuerza
de choque y con carácter ofensivo39. Como marineros los varegos participaron en
batallas navales bizantinas antes de existir como cuerpo militar en 967 luchando
en Italia contra Otón y contra la rebelde ciudad de Atira40. Hay batallas en las
que las fuentes no son muy claras al respecto y parecen sugerir que actuaron
en ocasiones como caballería como ocurrió en la campaña de Miguel VI
contra Isaac Comneno. En cualquier caso, por tierra o mar, estos mercenarios
desplegaron en el campo de batalla una gran violencia, mostraron absoluta falta
de temor ante el enemigo y una aparente insensibilidad a las heridas o pérdida
de sangre motivada probablemente porque entre sus ilas habría Bersekers41.
Vemos, pues, que en la batalla éstos mercenarios fueron aguerridos y leales,
pero en la vida cotidiana tuvieron un comportamiento algo más desordenado y
pendenciero. Solía tener cierta inclinación hacia las parrandas, los burdeles, los
espectáculos del hipódromo y la bebida42. El hecho de que bebían en demasía
era conocido y tolerado, pero en ocasiones perjudicó importantes misiones y fue
motivo de vergüenza incluso para sus compatriotas como ocurrió cuando Erik I
de Dinamarca visitó Constantinopla en 110343. Éste, si bien, alabó el valor y las
cualidades guerreras de los mercenarios daneses, les exhortó a llevar una vida más
sobria y a beber con moderación44.
Antes de que naciera el Τάγμα των Βαράγγων, mercenarios varegos ya habían
luchado para Bizancio formando parte de la Μεγάλη Εταιρεία45 contra el Emirato
de Creta, en los enfrentamientos del 911, en la expedición italiana del 936, en el
955 contra los árabes de Siria y en el 967 repeliendo los ataques a Italia de Otón
I46. La primera batalla en la que luchó la Guardia Varega fue en Crisópolis en 989
con Basilio II. Desde ese momento, se suceden las expediciones militares en las
39
Comnena, IV, VI, 2-3, 223.
40
Cremona, 26; Ataliates, 183.
41
Pselo, IX, 13-14, 359-360; 24, 367; Pselo, XIV, 2, 462. Los Bersekers eran una élite de guerreros
vikingos que consumían amanita muscaria (un hongo alucinógeno) durante la batalla y
entraban en una especie de éxtasis que les proporcionaba una fuerza sobrehumana y la pérdida
de sensación de dolor.
42
Los bizantinos habían heredado de griegos y romanos la costumbre de beber vino rebajado con
agua, la mezcla consistía en una parte de vino y dos de agua. Para ellos, el beber vino puro era
cosa de bárbaros. Ainou, 120.
43
Ataliates, 211-213; Brienio, 210.
44
Saxo, I, 338.
45
Gran Compañía. Porirogeneta (1990). 111.
46
Christides, 173; Cremona, 26-28.
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(1202-1204). Cuando los 210 barcos latinos con 20.000 hombres a bordo
llegaron a Constantinopla, ésta tenía una población de unas 400.000 personas,
una guarnición militar de entre 15.000 a 20.000 hombres y una lota -pálida
sombra del pasado- de apenas 20 galeras. Pero de toda esa guarnición tan sólo
5.000 varegos y algunos contingentes pisanos y latinos constituían realmente
una fuerza operativa y dispuesta a lidiar con los cruzados. Pero pese a su reducido
número, en todo momento, la Guardia Varega destacó por su valor y ferocidad
en la defensa de la ciudad y sus habitantes. Lucharon a muerte en su primera
intervención el 5 de julio de 1203 en la Torre de Gálata donde una pequeña
guarnición de ingleses, pisanos, genoveses y daneses perecieron defendiéndola56.
Y combatieron más allá de lo humanamente posible el 17 de julio en la muralla
de la zona de Blaquernas donde por primera vez toda la Guardia Varega fue
movilizada y logró salvar el sector de Blaquernas, la ciudad y poner a la fuga a
los cruzados. Pero lo que los feroces mercenarios varegos consiguieron ese día se
perdió por culpa de gobernantes cobardes que huyeron a medianoche y otros que
sumisamente se sometieron a los dictados cruzados57.
Cuando nuevamente un gobernante decidido y anti-latino ocupó el trono
de Constantinopla en enero de 1204, la Guardia Varega actuó en defensa de
Constantinopla y sus habitantes en una guerra ya abierta frente a los latinos58.
El primer ataque cruzado a la ciudad se produce el 9 de abril y fue exitosamente
repelido. El 12 de abril la lota cruzada atravesó el Cuerno de Oro hacia la zona
norte y se inició una terrible lucha cuerpo a cuerpo entre los mercenarios varegos
y los cruzados en la zona de la torre de San Nicolás que duro toda la jornada. Por
una brecha en la muralla un pequeño destacamento cruzado penetró en la ciudad
y cundió el pánico entre bizantinos y varegos. Éstos últimos sintiéndose rodeados
y traicionados vieron como su moral y su espíritu de combate se esfumaba
mientras ardía buena parte de la ciudad bajo un terrible fuego iniciado por los
cruzados59. Así en la medianoche del 12 al 13 de abril la Guardia Varega se batió
en retirada presa del pánico en medio de la confusión reinante y de nada sirvieron
las arengas que algunos nobles bizantinos les dirigieron intentando motivarlos o
56
Villehardouin, 79, 104; Clari, 756; Choniates, VI, II, 297; San Pol, 191-193; Cooper, 195.
57
Clari, 757-762; Tres Fuentes, 299; Villehardouin, 76-77, 80-86; Marín, 146; Choniates, VI, II,
298-299: VII, 302-311; San Pol, 197-198.
58
Choniates, IV. II, 189; VII, 307-308; VIII, 312; San Pol, 304; Marín, 146; Clari, 766-768;
Villehardouin, 92-97: Tres Fuentes, 302; Ibn al-Athir, 76; Pairis (1997). 107; Acropolita, 3, 82.
59
Clari, 776-779; Choniates, VI, II, 280; VIII, 313; Villehardouin, 101-103; Pairis, 105; Cooper, 196.
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estos mercenarios llegaron a la capital bizantina algún tiempo antes, hacia 1035,
atraídos por los relatos de los peregrinos ingleses65. En cualquier caso, antes o
después, no todos estos emigrantes supieron encajar bien en Constantinopla y
muchos terminaron instalándose a lo largo de la costa del Mar Negro66. Y entre
los que se quedaron en Constantinopla, algunos acabaron integrándose entre
la nobleza bizantina e ediicaron incluso ediicios de renombre como la iglesia
de San Nicolás y San Agustín67. Estos ultramarini saxones (como se conocía
a estos mercenarios en Inglaterra) o εγκλινοβάραγγος y Keltai Pelekophoroi
(hacheros celtas para los bizantinos)68 favorecieron a los peregrinos compatriotas
que recalaron en la capital bizantina facilitando incluso su acceso a las reliquias
de la Pasión que se hallaban en las capillas privadas imperiales69. Si bien, resulta
evidente que en el siglo XII los ingleses eran mayoría entre las filas de la Guardia
Varega aún formaban parte de ésta algunos nórdicos, en concreto, daneses.
Cuando en 1182 se produjo la entrada triunfal de Andrónico I en Constantinopla
lo hizo por la “Porta Dacorum”70. Igualmente se menciona a daneses luchando
en las campañas militares desde la época de Alejo I hasta las campañas de Juan
Comneno en Oriente entre 1130-113271.
II. Ocaso de la Guardia Varega, 1204 - 1453.
La Cuarta Cruzada “casi” destruyó a la Guardia Varega. Cuando sus últimos
representantes en la ciudad imperial huyeron o se rindieron, ésta se disolvió
como unidad militar, pero aún bajo la ocupación latina se constata la presencia
en 1206 de varegos en la ciudad72. Estos mercenarios cambiaron de amos y desde
entonces unos lucharon por los emperadores latinos y otros varegos se unieron
a los nobles griegos en los diferentes Estados griegos que surgieron73. Entre
1205 y 1261 mercenarios varegos sirvieron en el Imperio de Nicea defendiendo
a sus emperadores como guardia personal, acompañando a los soberanos en
sus campañas militares como ocurrió con Juan III Ducas Vatatzés y actuando
65
Ciggaar (1981). 78-96.
66
Dasent, 427-428.
67
Sapiencia, 12.
68
Ciggaar (1996). 140.
69
Ciggaar (1973). 340.
70
Walter Map, “De nugis curialium”, en Ciggaar (1996). 155.
71
Choniates, I, 13; Comnena, IV, VI, 2-6, 223-224. Las fuentes mencionan a los varegos ingleses:
“los que cargan las espadas de doble ilo en los hombros” (espada de tipo inglés), a los arqueros
ingleses y por último, a los “portadores de hachas” que no serían otros que los varegos daneses.
72
Acta Santorum, 410.
73
Blöndal (2007). 167-170.
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74
Acropolita, 63, 386; Janin, 217.
75
Hijo del sebastocrátor rebelde de Tesalia Juan I Ducas (1268-1289).
76
Paquimeres, 485, 615.1.
77
Codinus, 179-180.
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78
Ducas, 174-175.
79
Villehardouin, 84; Pesce, 76.
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Referencias bibliográicas
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Pablo A. Cavallero
UBA-UCA-Conicet, Argentina
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10
ἃ τοῖς B, eum sequuntur M, PG, D: αὐτοῖς cod.
11
ὄφις addidit B; eum sequuntur M, PG, D.
12
εὗρεν M, PG.
13
λελογχὼς B, D, M, PG: λελουχὼς cod.
14
Σεραφὶμ cod., D, M: Σεραφεὶμ PG.
15
τῶν cod., D, M: τὴν B, PG.
16
Vv. 18-19 cod.: in ordine 19-18 B, D, M, PG. Desunt duo versus, secundum D.
17
σὺν cod., B, D, PG: ξὺν M.
18
αἰθέρι edd.: αἰθέρει cod.
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ΕΥΑ:
Ἄνερ, τὸ τερπνὸν τοῦδε τοῦ φυτοῦ βλέπων,
ἡδῦνον ὡς μάλιστα γεῦσιν καὶ θέαν.
Δέδεξο καὶ γένοιο θεῖος, εἰ φάγοις.
ΑΔΑΜ:
Θεῖον τὸ δῶρον ἢ46 παρέσχε τις ξένος; 85
Καὶ πῶς θεὸν θήσει με γεῦσις, εἰ φάγω;
Θεὸς γὰρ οὐδεὶς, ὅς μεθέξει βρωμάτων.
ΕΥΑ:
Ζητεῖς δὲ βέλτιόν τι47 τοῦ γνῶναι, φίλε,
φύσιν καλῶν τε καὶ κακῶν ἐν τῷ βίῳ;
Τοῦτον μετασχὼν τοῖν δυοῖν πεῖραν λάβοις. 90 [M 31]
ΑΔΑΜ:
Καὶ πῶς γέ τις τεθέντας ἐκβαίνων ὅρους
οὓς ὁ κτίσας ἔπηξεν ἠκριβωμένως;
Ὡς ἐκλάπης, τάλαινα, τῇ ῥᾳθυμίᾳ48.
ΕΥΑ:
Ἔχεις ἀφορμὰς τὰς σαλευούσας ὅρους
ἐμοὶ πρόσαψον, ἣν δέδοικας, αἰτίαν, 95
κἀγώ σε λύσω παντελῶς ὀφλήματος.
ΑΔΑΜ:
Ἰδοὺ, γέγευμαι· καὶ φθορὰν εἴσω, γύναι,
βλέπω συνεισρέουσαν ἐν τῇ κοιλίᾳ,
ἐξ ἧς, ἐγῷμαι, δεινὸς εἰσπέσῃ49 μόρος.
46
ἢ Cantarella: εἰ cod., B, D, M, PG.
47
τι addidit B, eum sequuntur D, Μ, PG.
48
ῥᾳθυμίᾳ cod. B, D, M: ῥᾳθυψίᾳ PG.
49
εἰσπέσῃ B, D, M, PG: εἰσπέσοι cod.
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ΕΥΑ:
Καὶ τὴν ἐμὴν τρύχουσιν ἔνδον γαστέρα 100
ὠδῖνες ἃς εἴληφα γεύσει τοῦ ξύλου,
ἐξ οὗ με παρήπαφε50 δυσμενὴς ὄφις.
ΑΔΑΜ:
Γυμνοὶ φανέντες, φεῦ· γύναι, τὰ νῦν φράσον·
περιστελοῦμεν αἰσχύνην πῶς; Εἰπέ μοι.
ὁρῶ γὰρ ὡς οὐκ ἔστιν αἰσχύνης σκέπη. 105
ΕΥΑ:
Τραχεῖα ταῦτα φύλλα συκῆς, ὡς βλέπεις51.
Τούτοις περιστείλωμεν αἰσχύνης θέαν·
τραχὺς γὰρ ἡμῖν συμπεσεῖται νῦν βίος.
ΑΔΑΜ:
Ἔγνως τὸ δεινὸν ὀψέ52 πως τῶν σφαλμάτων,
καὶ τῆς δοθείσης νῦν ἐπῄσθου ζημίας· 110
οὐκοῦν τὸ κέρδος εἰσδέχου τῶν πρακτέων.
ΕΥΑ: [PG 1171]
Ἔγνων παρακλαπεῖσα τὸν νοῦν ἀφρόνως
καὶ σὰς ὑποφθείρουσα, σύζυγε, φρένας·
ὅθεν δέδειγμαι τῆς φθορᾶς παραιτία.
ΑΔΑΜ:
Οὐκ αἰσθάνῃ τοῖς ὠσίν, ὦ γύναι, ψόφου 115
ἄνωθεν, ὥσπερ ἐκ Θεοῦ, κτυπομένου; [D 94]
Ὡς εὐλαβοῦμαι τὴν δίκην τῶν δρομένων·
EYΑ:
Ποδῶν Θεοῦ πάρεστιν εἰς ὦτα κτύπος,
50
με παρήπαφε cod., B, D, PG: παρήπαφέν με M metri causa.
51
βλέπεις Β, D, M, PG: βλε cod.
52
ὀψέ cod., B, D, PG: ὄψε M.
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64
MÜLLER propone, en nota, βροτόν por τοῦτον y μόνον por μόνῳ.
65
Cf. Génesis 1: 26-27.
66
Cf. Génesis 2: 15.
67
Cf. Génesis 2: 8.
68
Cf. Génesis 2: 10, τέσσαρας ἀρχάς.
69
Cf. Génesis 2: 9.
151
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74
Cf. Sofocles, Filoctetes 55.
75
Cf. Eurípides, Andrómaca 85.
76
“Fortasse σὰς”, MÜLLER.
77
“Malim scribi οἶδα vel οἶσθα” MÜLLER.
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Adán:
Al aparecer desnudos, ¡ay!, explícame, mujer, lo de ahora:
¿cubrimos de algún modo la vergüenza? Dime.
Pues veo que no hay abrigo de la vergüenza. 105
Eva:
Ásperas son estas hojas de higuera, como ves.
Con ellas cubramos la vista de la vergüenza;
pues nos caerá áspera ahora la vida.
Adán:
Conociste un poco tarde lo tremendo de las faltas
y ahora te das cuenta del castigo dado: 110
acoge, por cierto, el provecho de las acciones.
Eva:
Reconozco que desvié la mente de modo insensato
y corrompí sin querer tus sesos, esposo;
de ahí que he sido señalada como causante de la corrupción.
Adán:
¿No percibes, oh mujer, con los oídos un fragor 115
golpeado de lo alto, como desde Dios?
¡Preveo con temor el castigo de lo hecho!
Eva:
Se presenta a los oídos el estrépito de los pies de Dios 80;
temiendo soportar su franqueza,
me parece mejor, amigo, ocultarme contigo. 120
Adán:
¿Qué lugar me ocultará? ¿Y seré ocultado?
Pues ningún lugar hay, fuera de Dios,
en el que al huir me esconda. Con todo, sígueme, mujer.
80
Cf. Eurípides, Ifigenia en Áulide 438.
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Dios:
Adán, el sobresaliente de todas las creaturas,
la preocupación y adquisición de mi mano, 125
¿adónde ahora marchaste?81 ¿Y cuál eres en lugar de tal?82
Adán:
Tus palabras y pies no dejan que estando
desnudo vaya ante tu vista83; pero por cierto
es tremenda la huida y el miedo me lo impide.
Dios:
¿Quién, ¡ay, desdichado!, extravió ahora tus sesos 130
e indica84 entonces la desnudez para verla,
si no te dirigiste a lo que no es lícito dirigirse?
Adán:
Persuadido por la mujer que me has dado, Plasmador,
que comporta por el decir mucha persuasión,
me dirigí al madero del que no era lícito comer85. 135
Dios:
Dado que te hallas vencido por la mujer86
y te desviaste87 de mi prescripción,
estarás labrando los cardos de la vida,
aumentando y aumentando incluso penas con gemido.
[A Eva:] Parirás hijos con penas, naturaleza mortal. 140
[A Adán:] Rociado en el rostro por sudores88,
81
Cf. Génesis 3: 9.
82
Cf. Sofocles, Ayante 923.
83
Cf. Génesis 3: 10. Cf. Sofocles, Edipo en Colono 1440.
84
“Forsan δείκνυεν”, MÜLLER.
85
Cf. Génesis 3: 12.
86
Cf. Eurípides, Alceste 697.
87
“Malim scribi παρετράπης”, MÜLLER.
88
“Fort. ἱδρῶτι... sec. Gen. 3,19”, MÜLLER.
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Vv. 53-54: este dístico introduce el primer episodio. Era frecuente en el dra-
ma antiguo, por convención, que un personaje anunciara la llegada de otro y
diera alguna referencia sobre él. Por ejemplo, en Persas 150 ss. de Ésquilo, el
corifeo, al inal de la párodo, anuncia la llegada de Atosa; en Siete contra Tebas
369 ss. el corifeo anuncia la entrada del Mensajero y de Eteocles.
Lo que consideramos primer episodio es el diálogo entre la serpiente y Eva.
Tanto este episodio cuanto los restantes están armados consistentemente con
breves ῥήσεις de tres versos cada una. La serpiente airma que Dios prohibió
el árbol para que el ser humano no pudiera hacerse dios. La mujer replica que
la amenaza fue tener un destino negativo. Eva se dirige a la serpiente como
“extranjera”, alguien extraño al lugar y a la naturaleza de ella y de su marido.
Enseguida pregunta si Adán, que tiene precedencia respecto de ella, ya sabe lo
que sostiene la serpiente. Eva acepta la lisonja de la serpiente, quien airma que
el hombre la obedecerá, pero conviene que ella pruebe primero el fruto. Ella cree
que se cumplirá lo dicho por la serpiente, que la exhorta a actuar con rapidez.
En este episodio tenemos dos elementos clave de la tragedia: la ὕβρις en tanto
pretensión de exceder la propia naturaleza; la ἁμαρτία, por cuanto Eva cae en el
error de coniar en las promesas de la seductora.
En el segundo episodio, Eva dialoga con Adán. Ella reitera la promesa de la
serpiente y él alega argumentos racionales en contra: un extranjero no puede dar
un don divino y no se puede ser dios si se come. Cabe señalar que el argumento
de Adán responde a que tanto en la concepción judeo-cristiana (Dios inmaterial,
que no come) cuanto en la griega politeísta (dioses que tienen ícor en vez de
sangre, beben néktar y comen sólo ambrosía ‘lo que hace inmortal’), la divinidad
no necesita de alimento. Eva alega que el comer puede darles conocimiento de
lo bueno y de lo malo, cosa que la serpiente no había mencionado: el dato surge
del trasfondo bíblico, conocido por el público. Adán critica que la mujer se
haya dejado convencer contra el mandato del Creador. Ella, con clara soberbia,
sostiene que podrá liberar a Adán de la culpa. Se produce la περιπέτεια. Él
se deja persuadir y de inmediato observa las consecuencias: la corrupción del
cuerpo, el dolor físico, la conciencia de desnudez, el miedo al castigo. Hay una
ἀναγνώρισις del error en Eva, señalada por Adán en v. 109, un tardío ‘darse
cuenta’ del error y del exceso, que él censura con sarcasmo (“acoge el provecho de
las acciones”). Ella se reconoce culpable. Ante la cercanía de Dios, se esconden,
sabiendo que es inútil ocultarse de Él.
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93
MÜLLER (1886: 28) vincula esto con el v. 9.
94
Sobre estos rasgos de la tragedia ‘clásica’, cf. LESKY (1970, introducción).
162
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Savvas Kyriakidis
University of Johannesburg, South Africa
Abstract: he irst decade of the fourteenth century was a period of political, military
and inancial crisis in Byzantium. he inability of the government of Andronikos II
Palaiologos (1282-1328) to resist the expansion of the Turcoman principalities caused the
dissatisfaction of the Anatolian soldiers and resulted in a series of revolts and conspiracies.
One of these was the revolt of Kassianos in Mesothynia in 1306. he analysis of this local
rebellion contributes to the better understanding of the military developments in Asia
Minor in the irst decade of the fourteenth century.
Keywords: Kassianos - Asia Minor - Byzantine Army - Andronikos II - Mesothynia.
165
Savvas Kyriakidis: he revolt of the general Kassianos in Mesothynia (1306)
T
he long reign of Andronikos II Palaiologos (1282-1328) is commonly
seen and described by modern scholars as a period of political and
economic crisis1. It was during Andronikos II’s reign that Byzantium
sufered substantial territorial losses, most of Asia Minor was lost to the Turks and
the empire experienced a severe political crisis in the irst decade of the fourteenth
century. he work of George Pachymeres, whose History is the main source for
the reign of Andronikos II up to 1307, and numismatic evidence suggest that
in the 1290s the economic afairs of the empire deteriorated dramatically and in
the 1300s the state was efectively bankrupt2. A consequence of this profound
political, military and inancial crisis was the dissatisfaction of the army and its
leaders which resulted in a series of conspiracies and rebellions. One of these was
the revolt of the general Kassianos in Mesothynia in 1306 which is known to us
through the account of Pachymeres3.
Discussing the military and political developments in Asia Minor in the
irst decade of the fourteenth century, Pachymeres comments that in 1306,
Andronikos II sent his in-law (gamvros), Kassianos to Mesothynia to take charge
of the situation there. He adds that,
“Kassianos had already been for some time in the fortresses of the
area, when the council around the emperor decided to collect the usual
taxes from the properties to pay the salaries of the army stationed there.
Kassianos, either leading the people in a manner of a demagogue,
or because of some other thought, seized Bardales, who had been
sent there to collect the taxes and inlicted many wounds on him”.
1
he most detailed account of the reign of Andronikos II is Laiou, A. (1972). Constantinople and the
Latins: he Foreign Policy of Andronikos, 1282-1328. Cambridge. MA: Harvard University Press.
2
See Smyrlis, K. (2013). “Financial crisis and the limits of taxation under Andronikos II Palaiologos
(1282-1321)”, in eds. Angelov, D.- Saxby, M. (2013) Power and Subversion in Byzantium,
Farnham: Ashgate, 72.
3
he precise location of Mesothynia has not been determined with certainty. It is part of Bithynia
and it seems that it can be identiied with the region north of Nicaea. See Geanakoplos, D.
(1959) Emperor Michael Palaiologos and the West. A Study in Byzantine-Latin Relations. 1258-
1282. Harvard: Harvard University Press, 27 n 44.
166
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Savvas Kyriakidis: he revolt of the general Kassianos in Mesothynia (1306)
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Savvas Kyriakidis: he revolt of the general Kassianos in Mesothynia (1306)
campaign on hessaly in 1283 and it was the council’s suggestion to reduce the
military leet in 128517.
he customary taxes on land property Bardales was sent to collect must have
been taxes levied on holders of imperial grants of iscal revenues. Pachymeres
indicates that it was not uncommon for the government of Andronikos II
to impose such taxes. He reports that in 1283 Andronikos had planned the
campaign of Michael Tarchaneiotes in hessaly to be funded through the
imperial treasury. Eventually, he accepted the proposal of the imperial council
and the funds for this military operation were collected through the imposition
of a new tax. his was a 10% levy “on the pronoiai of those having pronoiai,” as
Pachymeres remarks. He adds that, while this was collected ostensibly from the
owners of the grants, the paroikoi paid everything. his implies that the holders
of imperial privileges could pass the iscal demands of the state to their depended
peasants18. In 1295, Andronikos II settled Cretan mercenary soldiers in Anatolia.
Pachymeres, relates that due to the lack of money the government imposed again
a 10% levy on imperial grants. He identiies this tax with the one imposed in
1284. As he writes, “this was, as said earlier the tenth of the pronoia of each.”
Pachymeres concludes that because the possessors of these grants were deprived
of money the burden was again on the paroikoi. Being critical of the iscal policies
of Andronikos II, Pachymeres comments that this caused great distress to the
paroikoi who were so desperate that they did not know what sufering will inlict
them19. Moreover, describing the measures Andronikos II took in order to aford
the salaries of the Catalan Grand Company in 1304, Pachymeres relates that the
emperor appropriated one third of the pronoiai of the western parts of the empire
(European provinces)20. Bartusis has recently argued that this information is not
conirmed by documentary evidence and therefore, Pachymeres should refer
again to a tax on imperial grants which was higher than the ones imposed in
17
Pachymeres, III, 81, 121; Gregoras, I, 174-175; Laiou, Constantinople and the Latins, 38-39,
74-76.
18
Pachymeres, III, 81; Laiou, A. (2000). “Le débat sur les droits du isc et les droits régaliens
au début du 14e siècle”, Revue des Études Byzantines 58, 102; idem, Constantinople and the
Latins, 38-39; Bartusis, M. (2012). Land and Privilege in Byzantium. he Institution of Pronoia.
Cambridge: Cambridge University Press, 433.
19
Pachymeres, III, 237; Laiou, Constantinople and Latins, 117,123; Bartusis, Land and Privilege,
433. For Pachymeres’ criticism of the Palaiologoi see Angelov, D. (2007). Imperial Ideology and
Political thought in Byzantium. 1204-1328. Cambridge: Cambridge University Press, 260-280.
20
Pachymeres, IV, 541; Laiou, “Le débat”, 103; idem, Constantinople and the Latins, 141, 188;
Smyrlis, “Financial Crisis”, 75.
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1284 and 129521. herefore, it is probable that the “customary taxes from the
properties” Bardales was sent to collect the tax on imperial grants which was
levied for the irst time in 1284. Nevertheless, it is interesting that while in 1304
the emperor taxed only the imperial iscal privileges in the western parts of the
empire, in 1306 the imperial council decided to collect taxes from Mesothynia.
he lack of sources prevents us from reaching any conclusions concerning this
development. It may be assumed that on the eve of the Catalan campaign it
was impossible for the empire to collect taxes from Asia Minor, or that the
emperor wished to raise funds for the Catalans without burdening the Anatolian
provinces. Furthermore, it is obvious that the decision to impose a tax on the
revenues the holders of pronoiai had received as privileges from the throne reveals
the severity of the inancial crisis the empire was experiencing.
Pachymeres relates that Kassianos had Bardales seized either because he
wanted to act as demagogue, or due to another reason. his statement shows that
Pachymeres was uncertain whether Kassianos mistreated Bardales in order to gain
popularity among the army and the local population. Trying to gain the support
of the local population by mistreating state oicials was something that a rebel
was expected to do. For instance, in 1295, in order to satisfy the anti-aristocratic
sentiment of the local soldiers, Alexios Philanthropenos, whose rebellion in the
area around the Maeander was far more serious and of much larger-scale than
that of Kassianos, had the emperor’s brother, heodore Palaiologos arrested in
Ephessos22. Nonetheless, as has been stated above, Pachymeres remarks that
Kassianos might have had other motives. One wonders whether there were
any personal diferences between Kassianos and Bardales. Like Kassianos, the
orphanotrophos Leo Bardales was a military man. He was a friend of Maximos
Planoudes and in the late 1290s was active in Asia Minor. A letter of Planoudes
indicates that Bardales was in conlict with another local general, most likely
John Tarchaneiotes whom Andronikos II had sent in 1298 in Anatolia to
reorganize the Byzantine military forces23. It is expected that during a period
21
Bartusis, Land and Privilege , 435.
22
Pachymeres, III, 245. For Philanthropenos’ rebellion see Laiou, Constantinople and the Latins, 80-
84; idem. (1978). “Some Observations on Alexios Philanthropenos and Maximos Planoudes”,
Byzantine and Modern Greek Studies, 4, 89-99.
23
Maximos Planoudes, Maximi Moachi Planudis Epistulae, ed. A. Leone (1991). Amsterdam:
Hakkert, 11-12; Pachymeres, III, 285-289; Laiou, Constantinople and the Latins, 20-23, 34-36;
For the career of Leo Bardales see Sevcenko, I. (1949). “Léon Bardales et les juges géneraux, ou
la corruption des incorruptible”, Byzantion, 19, 247-259.
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the emperor, which involved military oicers and refugees from Asia Minor, was
averted and its leaders were imprisoned33.
Kassianos was supported by an unknown number of soldiers who followed
him to the fortress of Chele. To understand the motives of Kassianos’ followers
it is necessary to summarize the position of the Byzantine soldiers in the last
decades of the thirteenth century, as it is described by Pachymeres. In the preface
of his work Pachymeres describes how the Laskarid rulers of the so-called empire
of Nicaea reinforced the defence of its eastern frontier by providing incentives
(pronoia grants, tax exemptions, cash) to local troops to remain to their lands
and defend them against the raids of Turcoman chiefdoms which were not under
the control of the Seljuk sultanate of Rum34. A few months after the recovery
of Constantinople, in December 1261, Michael VIII faced a popular revolt in
Zegynoi, in the frontier region south east of Nicaea35. In the wake of this revolt
Michael VIII sent Constantine Chadenos to Anatolia to reform the remuneration
of the Anatolian troops36. Scholars have expressed diferent views regarding
the nature of Chadenos’ reforms. Others claimed that Chadenos reduced the
holdings of the wealthy frontier guards and others concluded that he conducted
a reassessment of the pronoiai of these troops37. Most recently, Bartusis has shown
that Chadenos turned these frontier guards into mercenaries38. Pachymeres
implies that a consequence of Chadenos’ reforms was the decline of the system
of the frontier guards. He remarks that the payments that have been assigned to
the soldiers in the frontier were discontinued, since those in charge were stingy
and the leaders of the army kept most of the share of the soldiers in the manner
of thieves. As a result, as Pachymeres continues, many soldiers were either lost,
or joined the enemy while others became brigands and terrorized the local
population39. Pachymeres’ conclusion seems to be conirmed by Gregoras who
33
Pachymeres, IV, 653; Failler, A. (1996). “Le complot antidynastique de Jean Drimys”, Revue des
Études Byzantines, 54, 235-244.
34
Pachymeres, I, 29-31. For the frontier guards see Oikonomides, N. (1981). “À propos des armées
des premières Paléologues et les compagnies de soldats”, Travaux et Mémoires, 8, 359; Bartusis.
M. (1990). “On the Problem of Smallholding Soldiers in Late Byzantium”, Dumbarton Oaks
Papers, 44, 2-3; idem. (1992). he Late Byzantine Army, 1204-1453. Philadelphia: Pennsylvania
University Press, 25-26; idem, Land and Privilege, 226-227.
35
Pachymeres, I, 259-263.
36
Pachymeres, I, 31-33. For Constantine Chadenos see Prosopographisches Lexikon, nr. 30346.
37
See Bartusis, M. (2008). “he Chadenos Afair (Pachymeres, Book 1, Chapters 5-6)”, Zbornik
Radova Vizantološkog Instituta, 45, 161.
38
Bartusis, “he Chadenos Afair”, 157-168.
39
Pachymeres, I, 35.
174
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writing about events from the 1270s remarks that the guards of the frontier had
migrated a few years earlier because their annual stipends were discontinued40.
Moreover, Pachymeres comments repeatedly that the Anatolian provinces had
been overtaxed by corrupt and unworthy oicials41.
Consequently, the impression given by Pachymeres is that since the 1260s
the soldiers of Anatolia were deeply disafected by the policies of Michael VIII,
who seems to have mistrusted them. Being threatened by the increased raids of
the Turcomans and neglected by the government, these troops became prone to
revolt and supported ambitious military commanders. Most of these generals had
limited or no personal ties with Asia Minor. Nonetheless, their military reputation
was suicient to lead local disgruntled soldiers to rally around them. As is the
case with Kassianos, these commanders revolted either in order to promote their
personal interests, or they were forced to rebellion because they were slandered
or suspected by the throne. In 1280, John Doukas Angelos, who in the 1270s
achieved victories against the Turks, was accused of insulting Constantine
Palaiologos (Michael VIII’s second son). He was arrested and blinded. Almost at
the same time, the general of Herakleia on the Black Sea, Michael Srategopoulos
was arrested under the accusation of plotting against the emperor42.
he attempts of Michael VIII’s successor, Andronikos II to reinforce the frontier
had limited efect and did not improve the fortunes of local soldiers. he rhetoric
of the revolt of Alexios Philanthropenos in 1295, as reported by Pachymeres
relects the complaints of the local soldiers against the throne and the ruling elite.
Pachymeres writes that many soldiers who joined the revolt believed that while
they were ighting, the Constantinopolitan elite were enjoying the fruits of their
struggle and leading a luxurious life, without satisfying the needs of the soldiers43.
In 1298, Andronikos II sent John Tarchaneiotes in Asia Minor to re-organize the
armies of Asia Minor44. Philanthropenos’ revolt and the failure of the reforms of
John Tarchaneiotes seem to have led Andronikos II’s to the decision to employ
mercenaries from outside the empire for the defence of Asia Minor. Discussing
the employment of Alan mercenaries in 1301, Pachymeres criticizes Andronikos
40
Gregoras, I, 138; Bartusis, “he Chadenos’ Afair”, 158.
41
Pachymeres, I, 291-293, II, 405-407, 633-635, III, 235.
42
Pachymeres, II, 613-617, 621-623.
43
Pachymeres, III, 241.
44
Pachymeres, IV, 285-289; Laiou, Constantinople and the Latins, 87-89; Oikonomides, “À
propos des armées”, 354; Bartusis, he Late Byzantine Army, 75-76.
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in the irst decade of the fourteenth century. In the aftermath of the battle of
Bapheus, the increased Turkish raids and the iasco of the employment of the
Catalan Grand Company, the emperor sent Kassianos, a successful general who
was a member of the extended imperial family to govern the important frontier
province of Mesothynia. Like other leading generals before him, such as Michael
Angelos, Constantine Palaiologos and Alexios Philanthropenos, Kassianos had
either plans to take advantage of the declining imperial control over Anatolia and
promote his personal interests by orchestrating a rebellion, or was forced to revolt
because he was slandered by a rival oicial who had accused him of arranging
a marriage alliance with Osman. Considering the gravity of this accusation and
the fate of rebellious commanders before him, Kassianons decided not to present
himself to the emperor. Kassianos seems to have been convinced that the emperor
would ind Bardales’ accusations reliable. his relects the lack of trust between
the throne and the frontier commanders and their troops in Asia Minor. Like
all rebellious commanders in Asia Minor before him, Kassianos was followed by
disgruntled and alienated soldiers. he government in Constantinople had failed
to defend their interests and protect their possessions and by the time Kassianos
was appointed governor of Mesothynia many of them had already migrated to
the western parts of the empire. hose who remained in Asia Minor would either
begin to co-operate with the Turks or supported rebellious commanders, who
like Kassianos, might had limited connections with the area but their military
reputation was suicient to attract them.
178
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
Secondary Sources
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179
Savvas Kyriakidis: he revolt of the general Kassianos in Mesothynia (1306)
180
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
Spyros P. Panagopoulos
Department of History, Ionian University, Corfu (Greece)
181
Spyros P. Panagopoulos: Técnicas narrativas en de Expugnatione hessalonicae de Juan...
I
ntroduction
he case of John Kaminiates1 is special in the corpus of medieval
Greek literature. His name is associated with a single project, entitled De
expugnationae hessalonicae, describing the capture and the fall of hessaloniki
and the captivity of its residents by Arab pirates in 9042. In the light of the
thematic core of Kaminiates’ narrative, the historical event of the capture,
scientiic research has reasonably assigned this speciic work to the canon
of medieval Greek historiography. Indicatively, K. Krumbacher3 mentions
Kaminiates, along with similar reports, in the section on historiography; H.
Hunger4 in his Literatur sets Kaminiates in the relevant ield of middle Byzantine
historiography; A. Karpozilos5 considers the work as a credible historical source
for the tenth century; similar is the assessment of Kaminiates in scientiic treatises
on the history of the Greek middle ages. Such a view of the text, anyway, is
fundamental. Kaminiates refers to historical igures and events attested by other
sources. Consequently, the historian who deals with the tenth century derives
information from Kaminiates and rightly treats him as a witness for the era.
* his article was presented as a paper at the conference "Literary Crossroads" which took place
in Brno, Czech Republic, from 19-22 September 2010. I am greatly indebted to Dr Georgia
Markea for having ameliorated the language of the paper.
1
Gertrud H. Böhlig (1973), Ioannis Caminiatae, De expugnatione hessalonicae. Corpus Fontium
Historiae Byzantinae. Volume IV. Berlin and New York: Walter de Gruyter. Speciically about
the adjective Kaminiates, Böhlig (pp. IX-X) etymologies the adjective from the Slavic words
kamy, kamene, which mean stone. She also considers possible the Greek origin of the word,
καμίνι. See also E. Tsolakis, (2000), Ιωάννης Καμινιάτης. Εἰς τήν ἅλωσιν τῆς Θεσσαλονίκης.
Athens: Kanakis Editions, p. 9, who considers predominant the second etymology, so the
adjective Καμινιάτης indicates either a birthplace or a profession.
2
About the exact date of hessaloniki’s fall see D. Frendo- A. Fotiou (2000), John Kaminiates. he
capture of hessaloniki. Byzantina Australiensia 12. Perth: Australian Association for Byzantine
Studies, pp. 205-206.
3
K. Krumbacher, (1897), Geschichte der byzantinischen Literatur. Von Justinian bis zum Ende
des oströmischen Reiches (527-1453). München : C.H. Beck’sche Verlagsbuchandlung, pp.
265-266.
4
H. Hunger, (1991), Βυζαντινή λογοτεχνία. Η λόγια κοσμική γραμματεία των Βυζαντινών.
volume 1. Athens: National Bank of Greek Cultural Foundation (M.I.E.T.), pp. 167-170.
182
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
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Spyros P. Panagopoulos: Técnicas narrativas en de Expugnatione hessalonicae de Juan...
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reason we will focus on the fullest possible presentation of the more important
narrative techniques of the text, reserving the right to revert to a future study of
ours, which will make full use of the narrative techniques of the author.
Clearly one of the most important techniques of narrative text, is the ekphrasis
(rhetorical description)14. he ekphrasis covers most of the text and in the sphere
of narrative place constitutes a pause. his narrative section does not correspond
to a spam of history and is not inserted in the temporal sequence, which starts
from the notiication of the oncoming pirate attack, nor can we place it in this
narrative. As noted in the examination of the temporal relationship of narrative
history, with this digression the text transits into a timeless mode. However, apart
from the question of narrative organization of time, the question arises: what is
the function of ekphrasis in the narrative? Does it serve a speciic purpose, and if so,
what does it ofer to the reader? he author himself provides an initial explanation
for the presence of ekphrasis in the text (ἀλλ’ ἐπειδὴ καὶ τὰ κατ΄ αὐτὴν ἐκείνην
τὴν πόλιν φιλοπόνως μαθεῖν ἐπεζήτησας, τοῦτο δὲ δυσεπιχείρητόν τε ὡς ἐμοὶ
τῇ τε παρούσῃ ὁρμῇ τοῦ λόγου παρὰ μικρὸν ἀνακόλουθον, ὀλίγα τινά, καὶ οἷς
μάλιστα ἔξεστι δοκεῖν ὁρᾶν σε τῶν λεγομένων τὰ πράγματα […], 5.81-85)15.
Again, as at the beginning of the narrative (4.34-37), Kaminiates indicates that
his attempt as an author is not unsolicited. He writes, because he was asked to by
an ἄριστος and φιλόπονος man. So in the case of digression: while he is aware
of the literary dimension, he indeed realises what its and what is inconsistent
in recounting a capture, satisfying the keen interest of Gregory in information,
he describes the external and internal reality of hessaloniki. However, in the
same proposal he highlights the utility of the, according to him inconsistent,
digression: he will describe the city so that not the reader reads he will think
is unfolding before his eyes. Consequently, the reason for the existence of the
ekphrasis is the need for authenticity in the presentation of events16. If the reader
14
About ekphrasis see the recent study by Ruth Webb, (2009), Ekphrasis, Imagination and
Persuasion in ancient rhetorical theory and practice. Farnham: Ashgate Publishing.
15
Frendo&Fotiou 2000, p. 5: “But since you asked for detailed information about the physical
layout of the city, and that is in my view both a diicult enterprise and one that comes close
to conlicting with the present tenor of my discourse, I shall preface my narrative my narrative
with a few remarks intended to help you picture the objective reality behind my words […]”.We
must note that D. Frendo & A. Fotiou follow the pagination of G. Böhlig. We must also note
that the irst number of the reference (e.g. 4.55-56) indicates the page and not the paragraph, so
we judge correctly to follow the same method.
16
D. Frendo and A. Fotiou give an ideological dimension in the function of ekphrasis, as they
consider that it symbolizes the transition from the material to the spiritual: Frendo&Fotiou
2000, p. xxxiii.
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Spyros P. Panagopoulos: Técnicas narrativas en de Expugnatione hessalonicae de Juan...
has a clear picture of the city and its environs, already enlightened, he will ind it
easier to follow the development of the narrative. Kaminiates ‘sets’ the essentially
scene, which will be played out his history. And he does so successfully. he
description of the hermaic gulf, the port, the walls, the area outside the walls,
and the soil morphology within the city is detailed and is demonstrated later in
the narrative as useful, since in all these parts the circumstances of the battle and
the capture took place.
An additional function of the ekphrasis is associated with the justiication of
the events of the capture and captivity. Kaminiates describes a city where the
abundance of material goods was accompanied by harmonious intellectual and
social life. he hessalonians, however, proved unable to manage their wealth,
and, inluenced perhaps by foreigners who either as traders or as refugees locked
to the city (13.53-61), everyone was engrossed in how to ensure pleasures for
himself (13.61-66), ὄντες ἐν ἁμαρτίαις (‘when we were in a state of sin’, 13.42).
he punishment of the hessalonians because of their sensualness is an object-
lesson for those to come (13.41-50). Furthermore, the positive, excessively deep
description of the city accentuates the feeling of sadness that the readers will
probably feel, when they subsequently know the details of the disaster. In the
ekphrasis is constructed the image of a bright and prosperous city; this image
will be dissolved once the battle is lost: the entire city will experience tragic
moments and the ideal state of the ekphrasis will give way to the massacre of the
sinners: “[…] πάντες τῆς μαχαίρας γεγονότες καὶ τῷ κλήρῳ τῶν ἁμαρτωλῶν
τῆς σφαγῆς κοινωνήσαντες” (36.81-82)17.
hus, in the sum, the function of ekphrasis is: referential, since it enlightens
the reader ofering information about the past, distant and recent, and the
present of the city; narrative, providing the framework upon which history will
take its course; ideological, as it shows the causes of the capture and contributes
to the emotion at charge of the reader, the initial impression of the locus amoenus
entirely overturned thereafter.
he ideological and realistic description of hessaloniki is characterized by
completeness. Kaminiates manages to give a satisfactory picture of reality. he
main object of the ekphrasis is the city of hessaloniki; we distinguish, however,
17
Frendo&Fotiou 2000, p. 36: “[…] each one of them fell victim to the sword and all were led to
the slaughter to share the common lot of sinners”.
186
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
bases within this descriptive unity. In the order at which they appear in the
ekphrasis the individual units are: the Christian faith of the hessalonians, the
harbour and the bay to the south of the city, the northern, eastern and western
environs, the walls and attacks against the city, the self-suiciency in material
goods and trade, and the religious activity of the residents.
he description in the ekphrasis is detailed and analytical and that is
manifested by the number and detail of the properties related to each subsection:
hessaloniki is notable for its faith, the fruit of which renders the city rich, πρῶτο
and ἰδιαίτατο (5.79) characteristic of it is its Orthodoxy. he description of the
port starts for the security it ofers to vessels and extends to the motions of the
water, in the bay. he mountain, north of the city, the plains stretching east and
west, are presented in a realistic manner and all the products ofered to residents
are mentioned. he wall to landward is described as ἐρυμνότατον [well-fortiied],
κατοχυρωμένον [fortiied], κατεπυκνωμένον προβόλοις καὶ ἐπάλξεσιν (9.31)18,
while to seaward as χθαμαλόν, πρὸς πόλεμον ἀπαράσκευον (9.33)19. Regarding
the suiciency of the city, γεωργίας ἀφθονίαι (‘the abundance of agriculture’,
11.66), ἐμπορίας χορηγίαι (‘the aluence of commerce’, 11.66), the πλουσία
and ἀδάπανος supply of land and sea (11.67-68) make a reality (7.36, 10.65)
in hessaloniki. Trade ἐκ Σηρῶν ὑφάσμάτων, copper, tin, precious stones, gold,
silver, iron, lead, glass, fueled τὰς διὰ πυρὸς τέχνας (11.81-87), so that life in
hessaloniki would get better. he melodies delight the soul, harmonious music
and the rhythm of hymns, the zeal of the young for education, compliance with
laws and constitution, contribute to the high intellectual and social level of the
state. We can say that the description of hessaloniki by Kaminiates is successful
because it is thorough, transmits knowledge to the reader and in relation to the
outlined statement of the author, -καὶ σοί γε γνωσθεὶς ἄρτι τὴν περὶ αὐτῆς
ἐκείνην γνῶσιν εἰσπράττομαι- (4.55-56)20 - the ekphrasis fulills its purpose.
Gregory “is informed” about the homeland of Kaminiates.
he cases where we have a scene with the form of pure dialogue, are few:
Kaminiates tries to get in contact with the Ethiopian assaulter, but the answer
comes from another Arab who knew Greek with whom he ends the dialogue
18
Frendo&Fotiou 2000, p. 9: “[…] everywhere reinforced by a series of wall towers and battlements
[…]”.
19
Frendo&Fotiou 2000, p. 9: “[…] low, and totally unequipped to deal with a military threat”.
20
Frendo&Fotiou 2000, p. 4: “Quite recently, since I made your acquaintance, I have been
collecting information about her”.
187
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21
“σκαιὸς δὲ οὗτος καὶ παμπόνηρος ἦν”, 23.7 (“He was a sinister and thoroughly evil
person[…]”, Frendo&Fotiou 2000, p. 23); “ἀτίθασος καὶ παραβάτης”, 24.20 (“[…] this
untamable beast, this felon[…]”, Frendo&Fotiou 2000, p. 24); “ὁ θὴρ ἐκεῖνος”, 24.34 (“[…]
that wild beast[…]”, Frendo&Fotiou 2000, p. 24); “παρὰ τοῦ τυράννου”, 50.26 (“[…] by the
tyrant[…]”, Frendo&Fotiou 2000, p. 50).
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ἰδίας ζωῆς φωραθείη, οὗτος τὴν κεφαλὴν τμηθεὶς τῶν ζώντων διαιρεθείη»,
50.26-30)25, or to emphasize Leo’s bad character (ὡς οὖν ἀπείρηκε καὶ δῆλος
ἦν τοῖς ὠμοῖς ἐκείνοις δορυφόροις, ἔτι τὰς πληγὰς ἀφιεῖσι καὶ μετὰ θάνατον,
μόλις ποτὲ τῆς κατεχούσης ἑαυτὸν ὀργῆς περιάρας ὁ δυσέντευκτος θὴρ
«ἔστω» φησὶ «μετὰ τοῦ χρυσίου ἐκείνου καὶ οὗτος εἰς ἀπώλειαν· ἀλυσιτελὲς
γάρ, ὡς ἔοικε, καὶ εὑρεθὲν ἂν διεδείκνυτο», 52.2-6)26. he goal remains the
same: vividness. A similar feasibility is at the point (ἐξ ἧς ἀνέκραγον οἱ κατ’
αὐτὴν βάρβαροι «σῶσον ἐπιστάς, ὦ καθηγεμὼν τοῦ στρατοῦ, καὶ μὴ ἐάσῃς
δῆμον τοσούτων Ἀγαρηνῶν ἀπολέσθαι, οὓς μέχρι τοῦδε πολλῶν κινδύνων
ἀπειράτους ἐτήρησας» ἐξειπόντες ἐν ὁλίγῳ καὶ τὸ συμβάν, 64.76-79)27, where
the Arabs beg Leo to save them, as their ship is in danger of sinking28. he reader
reads the same dramatic words of the pirates, not the matter-of-fact description
of the narrator. In all the above cases the author’s intention becomes obvious to
make the story interesting, appealing. he juxtaposition of living speech gives
color to the description and depth to the persons of history. Besides, Kaminiates
selects the direct speech in critical moments about the course of events, helping
eventually the reader to form a clear picture of what happens.
he narrative comment, as a means of communication between the narrator
and the reader, takes also other forms in Kaminiates. In some places the narrator
comments the situation arising from the narrative, interrupts the low of
the narrative adding a dramatic tone to his speech. After inserting the direct
speech, on the cases of the father and the husband, once both excitement and
anxiety about the fate of the inhabitants peaks, having already collapsed any
resistance and any moment now the pirates will start the massacre, the narrator
stops describing and comments the situation: «Ἀλλὰ πῶς ἄν σοι τοῦ λοιποῦ τὴν
25
Frendo&Fotiou 2000, p. 50: “Meanwhile a further decision was issued by the tyrant, to this
efect, that ‘If any of those who had been apprehended has valuables stored away somewhere,
he must come forward and purchase his life with them. But whoever is found to have no means
of paying for his life shall have his head chopped of and be separated from the ranks of the
living’ ”.
26
Frendo&Fotiou 2000, p. 52: “When he was completely lifeless and was seen to be so by those
brutal underlings, even though they kept on lashing him after he was dead, the disgusting beast,
barely curbing at last the savage fury that possessed him, said, ‘Let him go to hell along with that
famous gold! Much good it would do him now, even if it were found!’ ”.
27
Frendo&Fotiou 2000, p. 64: “he barbarians on board called out from the ship: ‘Come to our
rescue, o commander of the leet, and do not allow so great a multitude of Hagarenes, whom
you have so far preserved unscathed from many dangers, to perish!’ ”.
28
Eventually, Leo saves not only the Arabs of the sinking ship, but also the passengers-prisoners,
though he initially tried to save only those of the same religion.
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Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
29
Frendo&Fotiou 2000, p. 35: “But how from this point on shall I describe to you, o most
cultured of men, our misfortune or outline the sequence of so many painful events? Which
shall I select for irst mention, thereby relegating the rest to second place? To what shall I direct
my tongue or apply my hand to the task of writing? he recollection of events drives me to
distraction. I seem to see actually happening all over again the things that I am about to relate
and am, in consequence, not insensible to the diiculty of embarking on such a narrative”.
30
Frendo&Fotiou 2000, p. 35: “What shall I say irst about the women, who forced the very air
to join them in their lamentation?”.
31
Frendo&Fotiou 2000, p. 58: “And what account will be able to portray […]?”; “And what ear
will be able to entertain the recital of such a tragedy?”.
32
Frendo&Fotiou 2000, p. 58: “It drives me to distraction just to think of[…]”
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ταύτῃ τετήρηµαι πολιᾷ ἵν’ὑπὸ βαρβάρων ἴδω […] παµπόθητα µέλη τῷ ξίφει
τοῦ δηµίου ἀνηλεῶς διασπώµενα; οἴµοι, τίς γένωµαι; ποίαις ὄψεσι ταῦτα
κατίδω; ποῖον ἐπὶ σοὶ ποιήσωµαι θρῆνον»; (33.89-34.6)44, where six consecutive
questions give the desperation of the father; «ἀλλὰ πῶς ἄν σοι τοῦ λοιποῦ […]
τὴν ἐπαλληλίαν τῶν τοσούτων ἀνιαρῶν διαγράψωµαι; ποῖον τούτων πρῶτον
[...] παραχωρήσω; ἐπὶ τίνι τήν γλῶτταν κινήσω ἢ τὴν χεῖρα πρὸς γραφὴν
ἐξενέγκω»; (35.37-40)45; «ποία δἐ ἀκοὴ τὴν τούτου παραδέξασθαι τραγῳδίαν;
[…] πῶς ἐκαρτερήσαµεν ἐνέγκαι τοσαύτην πολυειδὴ συµφοράν […] πῶς δὲ
τὴν ἀνύποιστον καὶ δισσὴν πύρωσιν […] πῶς συνεκρατεῖτο καὶ παρέμενεν
ἡμῖν ἡ ψυχὴ […]» (58.48-59.57)46.
Serving his pursuit of living storytelling, Kaminiates vividly colours his diction
using maxims, similes, and metaphors. Without Kaminates declaring their instigator,
maxims enrich his speech: «εὐμήχανόν ἐστὶν ἅπαν τὸ πιεζόμενον» (19.68)47.
Crowds of people locked to hessaloniki, so it was easier to measure the sand on
the seashore, than the locals and visitors who consorted in the city: «ἔνθεν καὶ
παμμιγής τις ὄχλος ἀεὶ περιεστοίχει τὰς ἀγυιὰς τῶν τε αὐτοχθόνων καὶ τῶν ἄλλως
ἐπιξενουμένων, ὡς εὐχερέστερον εἶναι ψάμμον παράλιον ἐξαριθμεῖν ἢ τοὺς τὴν
ἀγορὰν διοδεύοντας καὶ τῶν συναλλαγμάτων ποιουμένους τὴν μέθοδον» (11.78-
81)48. he same aphorism repeated for the multitude of disasters experienced by
the prisoners: «ὧν εἰ θελήσοι τις τὰς συμφορὰς ἀναγράφεσθαι, ὅμοιος εἶναι
δόξει τῷ τὴν παραλίαν ψάμμον ἐκμετρεῖν εἰκαίως τοπάσαντι» (67.71-73)49.
44
Frendo&Fotiou 2000, p. 33: “ ‘Woe is me, […] and what things are these, which my eyes
behold? Was it for this that I reared you diligently […], is it just at such a moment that I
must gaze upon this disaster and this most unhappy separation? And have I been kept alive
till now with this unhappy head of gray hair simply in order that I may behold your body
(disigured) by barbarians, and the beloved limbs I long to embrace pitilessly hacked asunder by
the executioner’s sword? Alas, what is to become of me? With what eyes shall I look upon these
happenings? What funeral dirge shall I utter on your account? […]”.
45
Frendo&Fotiou 2000, p. 35: “But how from this point on shall I describe to you […] the
sequence of so many painful events? Which shall I select for irst mention, thereby relegating the
rest to second place? To what shall I direct my tongue or apply my hand to the task of writing?”
46
Frendo&Fotiou 2000, p. 58: “And what ear will be able to entertain the recital of such a tragedy?
[…] how we had the fortitude to bear so abundant and so varied an array of misfortunes […].
How did we bear the unendurable double scorching […] and how […] did our souls remain
steadfast […].
47
Frendo&Fotiou 2000, p. 19: “ ‘necessity is the mother of invention’ ”.
48
Frendo&Fotiou 2000, p. 11: “In consequence, a motley crowd of foreigners and townspeople
thronged the streets, so that it was easier to count the sands on the seashore than to count the
numbers of those passing through the marketplace and carrying out their various transactions”.
49
Frendo&Fotiou 2000, p. 67: “And if anyone wished to record their misfortunes he would be like
a man trying to arrive by guesswork at the precise number of grains of sand on the seashore”.
194
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lamentations described in the Scriptures: «ἐκεῖνον γὰρ αὐτὸν ἔδει παρεῖναι τὸν
τοὺς θρήνους τῆς Ἱερουσαλὴμ ἀναγραφόμενον Ἰερεμίαν, ἵν’ ἐπαφῇ δάκρυον
ἀπαρηγόρητον ἐπὶ τοσοῦτον λαὸν τοσαύταις ἀλγηδόσι κατατρυχόμενον.
Οὐ γὰρ οὕτω φωνὴν ἀφῆκε Ῥαχὴλ ἐν Ῥαμᾷ, ὅτε τὴν στέρησιν τῶν τέκνων
ἀπωλοφύρετο, καθὼς φησὶν ἡ γραφὴ, ὡς ἡ κοιλὰς ἐκείνη καθ’ ἣν ἐτελεῖτο
ταῦτα τὰς ἀλγηδόνας τῶν ἁλόντων συνεπιτείνουσα» (61.50-56)56.
here is no lack of personiications in the author’s expressive measures. he
font of Christian baptism is personalized and distributes the γάλα τῆς εὐσεβείας
to Romans and Bulgarians: «ἐξ ὅτου γὰρ ἡ κολυμβήθρα τοῦ θείου βαπτίσματος
τὸ τῶν ἔθνος τῷ χριστωνύμῳ λαῷ συνεμόρφωσε καὶ τὸ τῆς εὐσεβείας γάλα
κοινῶς ἀμφοτέροις διείλετο […]» (10.58-60)57. he concept of death often
“comes to life” and takes on human characteristics. he death that threatened
the lives of the residents took many forms during the siege (καὶ πολυειδής τις
ἦν ὁ καθ’ ἡμῶν ἀπειλούμενος φόνος, 27.60)58, until it came to hang as a threat
over their heads («τότε δὴ τότε, ὅσοι τοῦ δήμου τῆς πόλεως τοῦ μὲν θανάτου
καταφρονήσαντες ἀφύκτου τε ὄντος καὶ κατὰ κόρης, ὡς εἰπεῖν, ἱσταμένου
ὅλοι τῆς ἀγωνίας ἐγένοντο», 32.27-29)59, led them to destruction (τῷ θανάτῳ
συνελαυνόμενοι, 33.66)60 and was encountered everywhere: «Οὐκ εἶχον γὰρ
ὅπως διαθῶνται πρὸς τὸ κακόν, ἀλλ’ ὅπουπερ ὰν ἔτυχον γεγονότες τῆς
πόλεως, κατὰ πρόσωπον εὕρισκον ἀπαντῶντες τὸν θάνατον» (34.33-35)61.
Kaminiates not only cared for the completeness and substantiation of his
description as far as the events of history were concerned, but also for the
56
Frendo&Fotiou 2000, p. 61: “No louder was the cry that Rachel uttered in Ramah when, as
Scripture tells us, she mourned the loss of her children, than was the cry that was sent up by the
valley which was the scene of these vicissitudes, when it caused the prisoners’ woes to echo over
its entire length”. Compare this sentence with Jer 31:15 “his is what the LORD says: “A voice
is heard in Ramah, mourning and great weeping, Rachel weeping for her children and refusing
to be comforted, because they are no more”, and Mt 2:18 ““In Ramah was there a voice heard,
lamentation and weeping and great mourning, Rachel weeping for her children and would not
be comforted, because they are no more."
57
Frendo&Fotiou 2000, p. 10: “And in fact, ever since the sacrament of baptism had brought the
Scythian people into the Christian fold and had made them share in the milk of true piety […]”.
58
Frendo&Fotiou 2000, p. 27: “Death threatened us in many ways in many shapes […]”.
59
Frendo&Fotiou 2000, p. 32: “Whereupon, all that part of the population of the city that had
come to think nothing of death, since it was both inevitable and staring them, so to speak, in
the face […]”.
60
Frendo&Fotiou 2000, p. 33: “[…] herded together by death […]”.
61
Frendo&Fotiou 2000, p. 34: “hey did not know how to react to the disaster, but in whatever part
of the city they happened to be, they found themselves confronted with the prospect of death […]”.
196
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197
Spyros P. Panagopoulos: Técnicas narrativas en de Expugnatione hessalonicae de Juan...
formulated in late antiquity: conciseness. his does not mean that Kaminiates
ignores this particular rule in any way. He often justiies his wordiness (8.1-2,
15.31) and he does not desire to break the law of symmetry (4.47-50), which
he eventually fails to do (or did not want to do). he other basic requirement,
however, of a successful letter, namely clarity, Kaminiates generally tries to
respect. His narrative briefs the reader topographically with the ekphrasis and
illuminates every detail of events, without temporal gaps and inaccuracies in
the content. he encomium of Gregory by the author (3.3-13) and the parallel
projection of his own ignorance (3.19) are characteristic features of epistolary
language, in order to build the right psychological mood in the readers, so that
they are sympathetic towards the writings. Moreover, the introduction to the text
fulills the same role as the preamble to a letter. It is a greeting to the recipient,
includes an encomium to him and provides an initial indication of the topic of
the writing. In some letters the position of the preamble is occupied an ekphrasis
of place; the placement of hessaloniki’s ekphrasis by Kaminiates, in addition to
the added functions which it performs in the course of the text, may be associated
with this particular literary tactic.
Mentioned earlier were rhetorical means of expression, similes, metaphors,
personiications, that Kaminiates uses in his language. Besides those already
mentioned it is ascertained that Kaminiates uses additional rhetoric means:
homeoteleuton: τείχεσι καὶ προβόλοις συχνοῖς κατωχυρωμένη καὶ τὸ
ἀσφαλὲς τοῖς οἰκήτορσιν ὅσον ἐκ τῆς τούτων οἰκοδομῆς παρεχομένη (5.87-
89)64; ἕκαστός τινα τῶν οἰκείων ἀπεκδεχόμενος καῖ τῆς ἑτέρου συμπαθείας
ἐπιδεόμενος (39.5-6)65; hyperbaton: “τῶν παρὰ σοῦ ζητηθέντων πραγμάτων
(3.21)66, τὴν πρὸ μικροῦ στενοχωρουμένην καὶ τοῖς πλήθεσι βρίθουσαν”
(36.12-13)67; adjective nominalization: τὸ μοχθηρὸν (13.43, [the wickedness]),
τὸ οἰκεῖον (14.74, [someone else’s expence]), τὸ φιλάνθρωπον (14.89, [the loving
kindness]), τὸ μανικὸν (40.52, [wild boars]); tautology: ἀλλήλους πλήττοντες,
ἀλλήλους ἐνδιαβάλλοντες (14.75-76)68, πολλῶν ὀδυρμῶν καὶ θρήνων (41.67-
64
Frendo&Fotiou 2000, p. 5: “he city is […] with extensive walls and fortiications afording the
inhabitants the full security associated with such defensive structures”.
65
Frendo&Fotiou 2000, p. 39: “[…] each one attends anxiously the fate of a relative, all are in
need of a shoulder to cry on”.
66
Frendo&Fotiou 2000, p. 3: “[…] the events you had asked me to relate […]”.
67
Frendo&Fotiou 2000, p. 36: “[…] what had been a crowded and populous city[…]”.
68
Frendo&Fotiou 2000, p. 14: “[…] engaging all the while in mutual deception, violence,
calumny […]”.
198
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
68)69; periphrastic verb formation: πεποιθότες ἐσμὲν (22.56-57, [put our trust]),
προβεβηκὼς ὢν (39.90-91, [advanced in years]), ἦσαν διασπαρέντες (55.34,
[they had been dispersed]). he efect of the rhetorical art on the text is varied. It
is not only about expressive modes, but has afected the whole structure of the
narrative. An obvious rhetorical element is the ekphrasis of hessaloniki. Although
A. Kazhdan70, he initially considers this paradoxical, since in Byzantine literature
descriptions of cities appear in the 13th century and after,71 he locates the ultimate
model for Kaminiates in encomia of cities by the rhetor Menander (3rd century
A.D.)72. Indeed, the description of hessaloniki by Kaminiates combines the
rhetorical genre of ekphrasis with the encomium of a city. Besides, ekphrasis and
encomium “are closely linked throughout the whole of the Byzantine era”, so it
is a question of encomiastic ekphrasis. We do not have merely the topographic
presentation of the environs and the inner city. hessaloniki is celebrated as a
place of the cultivation of Christian piety and faith, of development of the arts,
and as a self-suicient centre of commercial and economic activities. Rhetorical
theory deines ekphrasis as an accurate description, which sets before us the object
clearly; Kaminiates says nearly the same: καὶ οἷς μάλιστα ἔξεστι δοκεῖν ὁρᾶν σε
τῶν λεγομένων τὰ πράγματα (5.84-85)73.
he inluence of another rhetorical progymnasma, that of ethopoeia74, we
ind in the direct speeches that Kaminiates inserts in the text, in the words of
father to his son (33.89-34.11) and of the husband to his wife (34.15-23).
It was mentioned above that it is diicult for Kaminiates, within the general
confusion, to understand exactly what was said in the personal conversations
of the inhabitants. It is certainly possible that such scenes were enacted in
the streets of hessaloniki, when the lives of all the inhabitants were directly
threatened. What is of interest here is Kaminiates’ attempt to fashion these words
in such a way, as to match the moment of their expression. his is precisely what
rhetoric was aiming at with ethopoeia: what such-and-such a man said, whether
69
Frendo&Fotiou 2000, p. 41: “[…] for abundant wailing and lamentation”.
70
Kazhdan 1978, p. 304.
71
Kazhdan is referred to the ekphraseis of Nicaea by heodore B’ Laskaris and heodore Metochites,
as also to the panegyrics of Trebizond by Bessarion and John Eugenicus.
72
Hunger 1991, pp. 196-213; D.A. Russell, N.G. Wilson (1981), Menander Rhetor. Oxford:
Clarendon Press,
73
Frendo&Fotiou 2000, p. 5: “[..] intended to help you picture the objective reality behind my
word […]”.
74
About the rhetorical progymnasma of ethopoeia see George Kennedy (1994), A new History of
Classical Rhetoric. Princeton: Princeton University Press.
199
Spyros P. Panagopoulos: Técnicas narrativas en de Expugnatione hessalonicae de Juan...
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Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
Bibliography
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202
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
ODYSSEUS' TEARS
Abstract: he expression of sadness and pain with tears is a characteristic
of human beings. In the Homeric poems the warriors cry. Among them,
Odysseus. his feature also appears in the hero in the Kazantzakis’ Odyssey.
his paper presents some of the moments when the emotion of the character
is manifested in tears.
Key words: tears - Odysseus - Odyssey - Kazantzakis
205
Miguel Castillo Didier: Las lágrimas de Odiseo
L
a conciencia de la muerte y la expresión de la tristeza y el dolor con
lágrimas, que caracterizan al hombre entre los seres vivientes, están
omnipresentes en los poemas homéricos. No sólo lloran las mujeres.
Penélope llora en la Odisea y Andrómaca en la Ilíada. Pero lloran también los
varones, lloran bravos y altivos guerreros, quienes no pocas veces nos conmueven
con sus lágrimas. ¿Quién no recuerda el desconsuelo de Aquiles ante la muerte
de Patroclo y su llanto junto al mar? Llora Odiseo, el duro héroe de la Ilíada, el
hombre que en la Odisea enfrenta terribles embates de dioses y monstruos, en su
obstinado intento de volver a su isla patria y a su hogar.
Cuando escuchamos el primer testimonio directo acerca del paradero de
Ulises, de labios de Proteo, quien le habla a Menelao, podemos imaginar al héroe
allá en los dominios de Calipso, sin poder salir de ellos. Lo vi, dice la deidad
marina, “vertiendo / de los ojos copiosísimo llanto en la isla / y palacio que habita
la ninfa Calipso”1. Tres veces más nos habla el poeta de las lágrimas de Odiseo,
quien llora, mirando el mar desde unos cantiles. Allí “se le iba la vida en gemir
por su hogar”2.
Y muchas veces más son las ocasiones en que el dolor y la emoción del héroe
se expresan a través del llanto. ¿Cómo no recordar la escena en que Odiseo, en la
corte del rey de los feacios, al oír al aedo cantar hechos de Troya, se cubre el rostro
con la túnica para que no lo vean llorar3; o la intensa alicción del héroe cuando,
al descender al mundo de los muertos, se impone de que su madre, Anticlea, no
vive ya:
Mas entonces el alma llegó de mi madre difunta,
que engendrara el magnánimo Autólico. Viva
1
Homero: Odisea. Traducción José M.Pabón, Introducción C. García Gual, Editorial Gredos,
Madrid 2000, IV, 554 y sig
2
Ibídem, V, 152).
3
Ibídem, VIII, 83-92 y 521.
206
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Miguel Castillo Didier: Las lágrimas de Odiseo
9
Sobre la relación entre los relación entre la Odisea y el Ulises de Tennysson, puede verse M.
Castillo Didier: La Odisea en la Odisea Estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis, Centro
de Estudios Griegos Universidad de Chile, Santiago 2006-2007. La traducción española del
poema de Tennysson en Oscar G. Ramos: La Odisea, un itinerario humano, Instituto Caro y
Cuervo, Bogotá 1970.
10
El pasaje de Dante en M. Castillo Didier: La Odisea en la Odisea.
11
Pensamiento bellamente expresado por León Kukulas en el poema Pequeña Odisea, M. Castillo
Didier: Un milenio de poesía griega, Centro de Estudios Griegos Universidad de Chile, Santiago
2004, p. 390.
12
Kazantzakis: Odisea, Introducción, traducción, síntesis y glosario M. Castillo Didier, 2ª edición,
Tajamar Editores, Santiago 20013, I, 797-804.
208
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13
Ibídem, II, 138-151.
209
Miguel Castillo Didier: Las lágrimas de Odiseo
210
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
211
Miguel Castillo Didier: Las lágrimas de Odiseo
y bebían,
y pasaba al amigo del lado y después a la madre.
¡Pobre alegría mía inmortal, pan, comida, vino,
y ante ti que esté la mar azul y masticar lentamente,
y sentir más fuerte el alma y la carne renovarse;
Cuando han comido, se tienden los brazos abiertos al ígneo cielo,
y mueve la mujer suavemente su cuerpo de un lado a otro,
y un canto de cuna, lento, arrastrado, dulce, se difundió en el aire.
Vacías caían las palabras, se hundían en el limo de mi espíritu;
mas recibía en mi entraña el dulcísimo son y temblaban jadeantes
de ansiedad
las hojas pesadas de-gruesa-envoltura de mi corazón.
Sentía dolor, trataba de recordar, abríase-y-cerrábase mi pecho
- vasto patio, mar azulado, higueras, olivos, vides –
y una mujer de marmóreo cuello que amamantaba a un infante
¡ay de mí! si pudiera subir a una alta cumbre y aguda voz sacar!
Y repentinamente mi garganta se hinchó y mis sienes estallaron:
¡y otra vez me trajo a ti el llanto, estirpe humana!17
Y, una vez más, Odiseo corta árboles y construye una balsa para huir de la isla
de Circe, la que a gritos lo apostrofa. exhortándolo a regresar.
Lágrimas por volver a asirse a la tierra
Después del episodio de Circe, navega Odiseo en la balsa y a poco lo golpea
una tremenda tempestad que destruye la embarcación. Cae al mar rugiente, pero
logra con esfuerzo alcanzar la costa, un lugar desconocido. La emoción lo domina
a verse salvado una vez más. Es entonces cuando la dulce y pura igura de Nausícaa
surgirá, como la tercera gran tentación: la de no volver a Itaca, lo que equivale a la
muerte. Como en la Odisea homérica la tentación insinuada por el poeta18, aquí la
clara tentación es vencida. Y Ulises verá en la joven una esposa para su hijo Telémaco.
17
Kazantzakis: Odisea, II, 337-367.
18
Reiriéndose a la breve despedida de Odiseo y de Nausícaa en la Odisea homérica, Standford
escribe: “Algunos encuentran esta escena breve de despedida desilusionantemente brusca.
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23
Ídem, VIII, 895-919.
24
G. Highet: La tradición clásica Inluencias griegas y romanas en la literatura occidental. Traducción
A. Alatorre, F. C. E., México 1954, vol. II, p. 319.
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Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
solemne, más fúlgida que la que muestran los leones del portalón de Micenas.
Porque Homero lo había burilado en roca de cántico, la estética helenística no se
atrevió a plasmarlo en mármol huidizo”25.
Argos, viejo, enfermo es el único que reconoce a Odiseo, sin necesidad de un
prueba. Como escribe Vernant, “contrariamente a los humanos, para advertir
su presencia [la de Ulises], no necesita sémata, signos. Sema: la palabra clave
del reconocimiento como lo mostraron pertinentemente muchos comentaristas
de la Odisea [...]. El reconocimiento de su amo por parte de Argos es, por el
contrario, inmediato. El animal lo experimenta en el acto, sin tener que apoyarlo
con pruebas o demostraciones”26.
Bien a Ulises notó que hacia él se acercaba y, al punto,
coleando dejó las orejas caer, mas no tuvo
fuerzas ya para alzarse y llegar a su amo. Éste al verlo
desvió su mirada, enjugóse una lágrima, hurtando
prestamente su rostro al porquero, y al cabo le dijo...”27.
Y Odiseo interroga a Eumeo sobre ese pobre perro. Se adivina en su pregunta
su amor por el perro que ve en tales malas condiciones y su emoción por el gesto
de amor del animal, amor al que no puede en ese momento corresponder.
En un verso y medio, el poeta nos cuenta el in del iel animal tras haber
reconocido a su amo:
Tal habló, penetró en el palacio de buena vivienda
y derecho se fue al gran salón donde estaban los nobles
pretendientes; y a Argos sumióle la muerte en sus sombras
no más ver a su dueño de vuelta al vigésimo año28.
25
O. G. Ramos: La Odisea Un itinerario humano, Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1970, pp.
118-119.
26
F. Frontisi-Ducroux y J. P. Vernant: “En el espejo de Penélope”, en En el ojo del espejo. Traducción
Horacio Pons, F. C. E., Buenos Aires 1999, pp. 197.198.
27
Homero: Odisea. Traducción J. M. Pabón, Introducción C. García Gual. Editorial Gredos,
Madrid 2000, XVII v. 290-305.
28
Ibídem, XVII v. 324-327.
217
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Miguel Castillo Didier: Las lágrimas de Odiseo
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31
Odisea K, XXIV, 738-771.
32
La presencia de Caronte es constante en la Odisea de Kazantzakis. Aparece y reaparece ante Odiseo
en diversas circunstancias y bajo variados aspecto.s. Sobre el tema de Caronte en la tradición
popular neogriega, ver O. Omatos: “Del Caronte barquero al Jaros neohelénico”, Veleia, Nº 7,
1990; M. Alexiou: “Modern Greek Folklore and its relation to the past. he evolution of Charos
in Greek Tradition”, Proceedings of the 1975 Symposium of Modern Greek Studies, University of
California Press; “Katábasis: el mundo de los muertos en la Odisea” y “Caronte: supervivencia y
metamorfosis” en M. Castillo Didier: La Odisea en la Odisea, o. c.
221
Miguel Castillo Didier: Las lágrimas de Odiseo
a los difuntos;
mira a su padre que yace tendido y su corazón se triza:
nunca en vida de su viejo le dijo una palabra dulce,
y ahora en los conines de este mundo, en su dormir,
lo recuerda y llora.
Poco a poco se calmó la lluvia, y el arquero, agachado,
aspiraba el fuerte olor a tierra33.
33
Odisea, XXIII, 500-511.
222
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Referencias bibliográicas
223
Miguel Castillo Didier: Las lágrimas de Odiseo
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Ricardo H. Elía
Centro Islámico de la República Argentina
Resumen: John Pendlebury vivió apenas 37 primaveras. A los dos años perdió su
ojo izquierdo en un accidente y desde entonces usó uno de cristal. A pesar de ello, fue
arqueólogo, deportista, actor, héroe militar y ofrendó su vida por la libertad de Creta.
225
Ricardo H. Elía: John Pendlebury (1904-1941): El enamorado de Creta
C
onstantino Cavais
Se llamaba John Pendlebury. Vivió apenas 37 primaveras, si bien
no llegó a cumplir los 37 años, y desde los dos su ojo izquierdo era de
cristal debido a un accidente. A pesar de ello, fue arqueólogo, deportista, actor,
héroe militar y mártir, pues dio su vida por la libertad de Creta.
En sus tiempos de Cambridge John fue un atleta que superó nada menos
que al velocista Lord Burghley, identiicado como Lord Lindsay en “Carrozas de
Fuego” (1981).
En Egipto trabajó en el yacimiento de Tell El Amarna siguiendo los pasos de
Sir William Matthew Flinders Petrie, y en Creta fue el heredero de Sir Arthur
Evans en Cnosós. Al producirse en mayo de 1941 el asalto paracaidista nazi
contra la isla, John colaboró activamente en la resistencia cretense. Herido en
combate cerca de Heraklión, al perder su uniforme de oicial (tenía el grado de
capitán) y sus placas de identiicación, los invasores lo fusilaron. Sin embargo,
para muchos, por una u otra razón, siguió con vida después de muerto.
Por entonces, la inteligencia de las SS se preguntaba: ‘Wer war dieser
Engländer’ - ¿Quién era este inglés?
Filohelenos
Un fenómeno surgido a principios del siglo XIX fueron los románticos
ilohelenos. Además de franceses como el vizconde de Chateaubriand y
Delacroix, y alemanes como Winckelmann y Hölderlin, entre muchos otros,
fueron los británicos los que más se destacaron en defender el legado y la
1
Miguel Castillo Didier (1991), Kavais íntegro: Ensayo y traducción de su poesía. Santiago de Chile:
Ed. Universitaria, Tomo I, p. 297.
226
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
227
Ricardo H. Elía: John Pendlebury (1904-1941): El enamorado de Creta
del Hospital St George’s (por entonces cerca de Hyde Park) y del Cuerpo Médico
del Ejército Real (a partir de 1908). Su madre Lilian Dorothea ‘Lily’ Devitt
(1871-1921) era la hija de Sir homas Lane Devitt, presidente de la compañía
naviera Devitt and Moore y de Fanny heodora Pye-Smith. John fue hijo único
y no tuvo hermanos.
Cuando tenía dos años, a ines de 1906, estando al cuidado de un amigo
mientras sus padres se encontraban ausentes, accidentalmente se clavó un lápiz
o pluma de acero en su ojo izquierdo [aunque otras versiones indican que esto
sucedió al cruzar un campo de espinos]. Como fuese, su ojo no pudo ser salvado
y a partir de entonces usaría durante toda su vida un ojo protésico de cristal que
generalmente pasaba inadvertido.
Como consecuencia del no uso de su ojo izquierdo, llevaba siempre su ceja
derecha levantada, dándole una apariencia singular y distinguida.
La infancia y adolescencia de John fueron sumamente entretenidas y sus
padres se preocuparon de que su formación fuese rigurosa y al mismo tiempo
amena. En 1917, con 13 años, comenzó su preparación para ingresar en el
prestigioso Colegio Winchester estudiando griego y latín clásicos. En marzo de
1918 logró aprobar el examen de ingreso y se convirtió en un “wikehamista”6.
En septiembre de 1921 falleció su madre. Por entonces, John leía los clásicos
griegos en su lengua original y se cuenta que en una ocasión le contó a su padre
la narración de la primera obra de la trilogía de la “Orestíada” de Esquilo, el
“Agamenón”, describiendo con gran énfasis y detalle la muerte del rey de Micenas
a manos de su esposa Clitemnestra.
Al graduarse en 1923 poseía sólidos estudios en historia de Grecia y una
pasión: la Egiptología. Ya un año antes, había participado del viaje de la Sociedad
de Exploración de Egipto para entrar en contacto directo con el mundo de la
arqueología. Fue un hecho auspicioso. En noviembre de ese año, Howard Carter
(1874-1939) descubrió la tumba del joven faraón Tutankamón y John se sintió
más que nunca inspirado para dedicarse a la Egiptología.
6
Estudiante o graduado en el Winchester College (Winchester, Hampshire), por el nombre de
su fundador, Guillermo de Wykeham (1320/1324 –1404), Obispo de Winchester y Canciller
de Inglaterra. Es el único colegio inglés con más seiscientos años de historia ininterrumpida
(1382-2014).
228
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
En abril de 1923, John junto con su amigo James Cullen realizó un extenso
periplo por Europa que inalizó con una extensa visita a Grecia. En la Escuela
Británica de Arqueología de Atenas tuvo la oportunidad de conocer y tratar a
Alan Wace7, de quien John dijo que “sabía absolutamente todo de todo”. Wace,
más tarde, reconocería el entusiasmo de John por la arqueología de la Edad del
Bronce en el Egeo. “Era alguien que me impresionó por su ansiedad y el querer
ver las cosas por sí mismo”, diría.8
La más importante experiencia de este primer y multifacético contacto de
John con Grecia fue su deleite por el paisaje, la gente y el idioma. Finalmente,
este encantamiento se convertiría en un hechizo que lo atraparía por el resto
de su vida.
En septiembre de 1923 John comenzó sus clases en la Universidad de
Cambridge y, como por entonces allí no existía el departamento de Egiptología,
concentró sus estudios históricos en el mundo greco-romano. En esa casa de altos
estudios fundada en 1231 cerca del río Cam, John descolló en dos actividades no
particularmente recomendadas para un ser humano que carece de visión en uno
de sus ojos: el teatro y el deporte. En lo primero siempre fue un actor amateur,
pero la actuación le trajo el hábito de disfrazarse y realizar todo tipo de atrevidas
escenas y aventuras. Y hay que decir, por otra parte, que John Pendlebury siempre
gozó de un espíritu notablemente carente de inhibiciones, aunque a primera
vista parecía un tipo excéntrico e introvertido.
En lo segundo, destacó como corredor y saltador de altura. Siendo miembro
del Achilles Club de Cambridge trabó amistad con Harold Abrahams9 y Lord
Burghley10, que serían los campeones olímpicos de la carrera de 100 metros
de París (1924) y la de 400 metros de Ámsterdam (1928) respectivamente.
7
Alan John Bayard Wace (1879-1957 fue un arqueólogo británico y director de la British School
de Atenas de 1914 a 1923. Entre sus proyectos de campo estaban los de Esparta, Micenas,
Troya, Tesalia, Corinto y Alejandría. Junto al arqueólogo estadounidense Carl Blegen (1887-
1971), famoso por su trabajo en Pilos y en Troya, Wace llevó a cabo importantes trabajos sobre
el desciframiento de las tablillas escritas con escritura Lineal B. Véase A. J. B. Wace (1949),
Mycenae, An Archaelogical History and Guide. Princeton University Press.
8
Cfr. Alan J. B. Wace et al., “John Dewitt Stringfellow Pendlebury, 1938-9”, he Annual of the
British School of Athens, XXXIX, 1943.
9
Harold Maurice Abrahams (1899-1978) fue campeón olímpico británico de los 100 metros lisos
en los Juegos de París de 1924.
10
David Burghley (1905-1981), sexto marqués de Exeter, ganador de la medalla de oro en los 400
metros con vallas en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928.
229
Ricardo H. Elía: John Pendlebury (1904-1941): El enamorado de Creta
Baste decir que en una competición John venció a este último, que era alumno del
Magdalene Collage, por unos pocos centímetros, luego de estar ambos cabeza a cabeza
durante casi toda la carrera, lo que constituyó una verdadera hazaña11. John estuvo
cerca de caliicar para participar en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928.
El gran momento en la vida de John sería desde ines de octubre de 1927 a
septiembre de 1928. Al obtener una beca del Pembroke College de la Universidad
de Cambridge para estudiar en la Escuela Británica de Atenas, luego de un viaje
por Europa central y los Balcanes con otro de sus amigos, Pierson ‘Bob’ Dixon12,
John arribó al puerto de Pireo el 15 de noviembre de 1927 y se alojó en la
Escuela Británica de Arqueología de Atenas. Allí conocería a una compatriota
arqueóloga, Hilda Winifred White (1891-1970), de 36 años, de la que quedaría
rápidamente prendado. Junto con ella haría su primera visita a Creta en febrero
de 1928 donde tendría la oportunidad de intimar con Sir Arthur Evans13 y su
ayudante Duncan Mackenzie14 en Villa Ariadna15.
John y Hilda hacían una pareja estupenda. Tanto en el continente (Atenas,
Argos o Meteora) como en Creta, los griegos los llamaban Κύριος Τζον (Señor
11
Imogen Grundon (2007), he Rash Adventurer: A Life of John Pendlebury. With a Foreword by
Patrick Leigh Fermor. London: Libri Publications Limited, p. 20.
12
Sir Pierson John ‘Bob’ Dixon (1904-1965), diplomático británico.
13
Sir Arthur Evans (1851-1941), arqueólogo inglés formado en la Universidad de Oxford, se hizo
eco de las sospechas del arqueólogo alemán Heinrich Schliemann (1822-1890) respecto del
emplazamiento del Palacio de Cnosós luego que aquel trató de excavar en el lugar hacia 1887
(ya había estado investigando en la isla en 1876). Previamente, en 1879, Minos Kalokairinos
(1843-1903), un comerciante de aceites y jabones cretense, cónsul de España ocasional en
la isla y aicionado a la arqueología, había desenterrado algunas tinajas del enclave. A partir
del 23 de marzo de 1900, Evans comenzó las excavaciones en el área de Cnosós, donde había
adquirido una parcela. En 1906 la mayor parte del recinto estaba ya excavada. En colaboración
con Duncan Mackenzie y John Pendlebury, Evans dedicó su vida y su fortuna a Cnosós. Vale la
pena aquí señalar que el Palacio de Cnosos original data del año 2000 a. C. y fue destruido por
un terremoto. El descubierto e investigado por Evans fue reconstruido hacia 1700 a. C.
14
Duncan Mackenzie (1861-1934), arqueólogo escocés, trabajó con Evans durante 30 años.
Debido al padecimiento de una progresiva enfermedad mental fue despedido de su trabajo y
murió en Italia.
15
Villa Ariadna fue construida en Cnosós por Arthur Evans poco después que descubrió el palacio
minoico, cuando el sitio era su propiedad privada. La villa se convirtió en el hogar, a su vez, de
John Pendlebury, que lo utilizó como base para sus excavaciones en Cnosós y sus exploraciones
de la isla. Tras la muerte de Pendlebury a manos de invasores paracaidistas alemanes, Villa
Ariadna fue elegida como residencia por el general Kreipe, que vivía allí cuando fue secuestrado
por Patrick Leigh Fermor y su grupo de guerrilleros. Villa Ariadna está circundada por el único
jardín de estilo eduardiano-griego existente, un gran oasis de lora cretense. El jardín ha sido
completamente estudiado por la Escuela Británica de Arqueología, con la participación especial
de arquitectos y agrónomos de Heraklión.
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Segunda Guerra Mundial fue lanzado en paracaídas con otros tres comandos en Bulgaria donde
se sumó a la resistencia antifascista. Herido y capturado, fue fusilado el 10 de junio de 1944 a
la edad de 23 años. Su hermano más joven, Edward Palmer “E. P.” hompson (1924-1993), fue
historiador, escritor, militante socialista y activista por la paz.
25
En 1934, John Pendlebury descubrió en el yacimiento arqueológico del monte Karfí un santuario
y una tumba posminoicos. Estos descubrimientos revelaron que, tras el colapso de la talasocracia
minoica, los habitantes de ciudades como Cnosós o Festos se refugiaron en los montes Karfí y
Patela, cerca de Aguía Varvára.
26
Cfr. Peter J. Conradi, A Very English Hero: he Making of Frank hompson. London: Bloomsbury
Publishing, p. 105.
27
John D. S. Pendlebury (1939), he Archaeology of Crete: An Introduction. London: Methuen &
Co. Ltd.
28
Desde 1923, dos hermanos neocelandeses combatientes durante la Primera Guerra Mundial
en el Frente de Oriente Medio, Norman Nairn (1894-1968) y Gerald (1897-1980), operaron
una compañía de transporte que disponía de unos buses estadounidenses marca Safeguard que
transportaban 16 pasajeros por viaje recorriendo el trayecto en unas 20 horas. La Compañía
Nairn estuvo en operaciones hasta la década de los años sesenta del pasado siglo. Véase James
Stuart Tullett (1968), Nairn Bus to Baghdad: he Story of Gerald Nairn. Wellington (NZ): A.H.
& A.W. Reed; John M. Munro (1980), Nairn Way: Desert Bus to Baghdad. Delmar, New York:
Caravan Books.
233
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235
Ricardo H. Elía: John Pendlebury (1904-1941): El enamorado de Creta
42
Antony Beevor (1946) es un historiador y ex militar británico especializado en las batallas de la
Segunda Guerra Mundial (Stalingrado, Día D y Berlín) y la historia de la Guerra Civil española.
43
Antony Beevor (2009), Creta: La batalla y la resistencia. Traducción: Santiago Jordán Sempere.
Barcelona: Crítica, p. 47.
44
Antony Beevor: 2009, p. 146.
45
Antony Beevor: 2009, p. 15.
46
Los kapetanios eran los veteranos cretenses de las guerras contra los turcos a ines del siglo XIX.
Eran caudillos populares y jefes de clanes que gozaban del mayor de los respetos. El paradigma del
kapetanio es Miguel, el personaje central de la novela “Libertad o muerte” de Nikos Kazantzakis.
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Ricardo H. Elía: John Pendlebury (1904-1941): El enamorado de Creta
53
Imogen Grundon: 2007, p. 256.
54
Jacinto Antón (Barcelona, 1957) es un periodista español que lleva más de 20 años en la sección
de Cultura del diario El País de Madrid.
55
Patrick Leigh Fermor (1915-2011), arquetipo del viajero británico, en 1933 cruzó Europa a pie, de
Londres a Estambul. En 1942, con el grado de mayor llegó a Creta en paracaídas. Allí, disfrazado
de pastor, en coordinación con la resistencia y con la ayuda del capitán Bill Stanley Moss (1921-
1965), logró secuestrar al general Heinrich Kreipe (1895-1976), comandante alemán de la isla,
y trasladarlo a Egipto. El célebre episodio fue llevado al cine a través de la película Ill Met by
Moonlight (Emboscada en la noche) en 1957. Desde el in de la guerra, vivió en Kardamyli, en el
Peloponeso, en una casa diseñada por él mismo. En 2007 fue nombrado Caballero de la Orden
del Fénix por el gobierno griego. Autor de libros como Mani: Viajes por el sur del Peloponeso.
Traducción del inglés de Agustina Luengo. (Barcelona: Acantilado, 2010), y Roumeli: Viajes por
el norte de Grecia. Traducción: Dolores Payás. (Barcelona: Acantilado, 2011).
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herido, aseguró que durante el primer día del ataque los paracaidistas estaban
indefensos en el aire mientras caían y “era como cazar patos”60. Pero miles de
paracaidistas seguían cayendo desde el cielo y con la llegada de una división de
los Gebirgsjäger (cazadores montañeses) comenzó a correr la cuenta regresiva para
el in de la libertad y la independencia de Creta.
A pesar de su considerable ventaja numérica (más de 40 mil británicos y
griegos contra 22 mil alemanes), y sus bien atrincheradas posiciones defensivas,
el general Freyberg61 no era precisamente la persona adecuada para tal momento y
lugar. Carente de estrategia y una coordinación sincronizada, siempre subestimó
y desoyó las advertencias y consejos de John Pendlebury respecto de coniar
en el pueblo cretense, armarlo como correspondía y disponer de las unidades
guerrilleras para cerrar brechas e iniltraciones.
Freyberg descartó una y otra vez los informes de inteligencia respecto a un
asalto de paracaidistas, imaginando que la invasión nazi se produciría mediante
un desembarco anibio. Su negligencia sería fatal y la Batalla de Creta se perdería
por su culpa como lo demuestra el estudio académico del mayor Kelsey A. Smith
del Cuerpo de Infantería de Marina de EE.UU62. Lo mismo asegura una página
web de estudios históricos de Nueva Zelanda63. «El general Freyberg, acusado por
muchos, de una inadecuada dirección de las operaciones, realizó otra de sus muchas
maniobras injustiicadas, al ordenar al 23º Batallón [Infantería de Nueva Zelanda]
que se retirase de Janiá»64.
60
Dan Marcus Davin (1953), Crete. Wellington, N.Z.: War History Branch, Dept. of Internal
Afairs, p. 33.
61
Freyberg fue parte de una decena de generales de salón apadrinados por Winston S. Churchill.
Otro integrante de esta camada fue el tristemente célebre teniente general Arthur Ernest
Percival (1887-1966) que rindió vergonzosamente la plaza fuerte de Singapur (15 de febrero
de 1942). Allí sus 85 mil hombres capitularon sin condiciones ante los 36 mil soldados del
general japonés Tomoyuki Yamashita luego de una desastrosa retirada a lo largo de la Península
de Malaca. Sin embargo, el más rotundo fracaso de Churchill en la Segunda Guerra Mundial
fue su decisión de colocar en manos del mediocre mariscal de campo Bernard Law ‘Monty’
Montgomery (1887-1976) la Operación “Market Garden” (17 al 25 de septiembre de 1944)
que fue la segunda gran operación aerotransportada de la historia. Su falta de interés por la
seguridad de sus tropas y el desprecio por los informes de la Inteligencia acabaron con cerca de
veinte mil hombres (británicos, polacos y estadounidenses) y dieciocho mil civiles holandeses
que perecieron de inanición.
62
Major Kelsey Aaron Smith (2008), he Balance Sheet of the Battle of Crete: How Allied Indecision,
Bureaucracy, and Pretentiousness Lost the Battle. Ann Arbor, Michigan: Nimble Books. (71 pp.).
63
http://www.nzhistory.net.nz/war/the-battle-for-crete/the-controversies
64
José Antonio Alcaide Yebra (2008), Unternehmen «Merkur»: La conquista de Creta, 1941.
Valladolid: AF Editores, p. 82.
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68
Antony Beevor: 2009, p. 205.
69
Imogen Grundon: 2007, p. xii.
70
Cfr. Miguel del Rey y Carlos Canales (2012), Fallschirmjäger: Paracaidistas 1935-1945. Madrid:
Editorial Edaf, p. 121.
71
La Masacre de Kondomari (en griego, Σφαγή στο Κοντομαρί) tuvo lugar el lunes 2 de junio de
1941. La aldea de Kondomarí fue ocupada por los paracaidistas nazis que se ensañaron con la
población a la que hicieron responsable de las bajas sufridas frente a los guerrilleros cretenses. Por
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Para los nazis la conquista de Creta fue una victoria pírrica. Tuvieron 3.986
muertos (de los cuales 3.094 eran paracaidistas) y 2.594 heridos. Perdieron 350
aviones, de ellos 151 Junkers 52 de metal acanalado modelo 3/mg3e, y murieron
312 aviadores. Ante este balance, Hitler no volvió a permitir otra operación
aerotransportada durante el resto de la guerra. Student bien pudo haber dicho
como Pirro, el basileos de Epiro, Macedonia y Sicilia, luego de la batalla de Ásculo
(279 a. C.) contra los romanos: “Otra victoria como ésta y estamos perdidos”.
Como corolario, el general de la Luftwafe admitió que Creta fue “la tumba de
los paracaidistas alemanes”. Por entonces, los agentes del servicio de inteligencia
de las SS73 usaban el apodo ‘Der kretische Lawrence’ (El Lawrence cretense) para
referirse a John Pendlebury74.
lo menos sesenta civiles fueron fusilados por los paracaidistas. Las escalofriantes escenas fueron
registradas por Franz Peter Weixler (1899-1977), un fotógrafo militar alemán (Bundesarchiv).
El jefe ejecutor fue el teniente Horst Trebes (1916-1944), pero el verdadero responsable fue
el general de la Luftwafe Kurt Student que fue sobreseído inexplicablemente por un tribunal
británico que los juzgó después de la guerra por éste y otros crímenes de lesa humanidad
72
La Catástrofe de Kandanos (Καταστροφή της Καντάνου) u Holocausto de Kandanos
(Ολοκαύτωμα της Καντάνου) se llevó a cabo al día siguiente de la Masacre de Kondomarí, el
martes 3 de junio de 1941. El mismo ejecutor, Trebes, hizo asesinar a 180 residentes y todas
las casas de la aldea fueron incendiadas y demolidas como escarmiento contra la población por
haber ayudado a la resistencia cretense en los días previos. Las masacres de los nazis contra las
poblaciones cretenses continuarían con igual o peor saña. Alikianós, Furnes, Anoguía, Rodakino
y Kalicrati, son algunas de esas localidades devastadas donde hombres, mujeres, ancianos y niños
fueron masacrados por hombres de negro sin corazón.
73
El Sicherheitsdienst des Reichsführers-SS (SD), era el Servicio de Seguridad de las SS (Schutzstafel
o ‘escuadras de defensa’) y del Partido Nazi, y dependía de la Reichssicherheitshauptamt (RSHA),
es decir, la Oicina Central de Seguridad del Reich en Berlín.
74
Imogen Grundon:2007, p. xii.
75
Eric J. Shearer. Véase John W. Gordon (1987), he Other Desert War: British Special Forces in
North Africa, 1940-1943. Westport, Connecticut: Praeger, p. 49.
76
Antony Beevor: 009, p. 206.
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Hoy día, los restos de John Pendlebury descansan en una tumba del cementerio
militar británico de la bahía de Suda (al sudeste de Janiá, Creta). En su lápida
puede leerse “Capitán J. D. S. Pendlebury, 22 de mayo de 1941, 36 años de
edad”, y un epitaio que es un verso de “Adonais”, la Elegía de Percy Bysshe
Shelley (1792-1822) por la muerte de su amigo, John Keats (1795-1821): He
has outsoared the shadow of our night77. La clave de este pasaje del poema está en
el párrafo siguiente:
Por su parte, Robert Twigger80 ironiza en un artículo del Daily Mail: «En una
época en que enanos como Beckham y Blair son nuestros representantes internacionales,
77
«Él se ha elevado sobre la penumbra de nuestra noche.»
78
«El odio y la calumnia,/El dolor y la envidia,/ Y esa angustia que el hombre llama dicha,/ Ya
no podrán volver a torturarle,/Está, por in, a salvo de que el mundo/Le contagie su mancha
corrosiva,/Y ya no ha de sufrir, si reina el frío/En otro corazón,/o si encanece,/ En vano,/ otra
cabeza,/Ni llenará de estériles cenizas/Cuando deje de arder dentro del alma/La llama que la
habita,/La urna por quien nadie se conduele.» —Adonais. Elegía de Percy B. Shelley (1944).
Traducida por Julio A. Roca (1873-1942). Córdoba, Argentina: Edición de la Asociación
Argentina de Cultura Británica de Córdoba – Peuser, pp. 106-107.
79
Jacinto Antón: 2003.
80
Robert Twigger (nacido en 1965), escritor británico educado en el Balliol College de la
Universidad de Oxford. Polímata, es político, ilósofo, poeta y cineasta. Dos de sus libros son
Lost Oasis: A Desert Adventure: In Search Of Paradise (2007), una aventura del desierto modelada
en exploradores como el conde y aviador húngaro László Almásy (1895-1951), personaje que
inspiró el argumento de la película ‘El paciente inglés’ (1996); y Red Nile: he Biography of the
World’s Greatest River (2013). Actualmente vive en El Cairo, Egipto.
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Ricardo H. Elía: John Pendlebury (1904-1941): El enamorado de Creta
se me hizo extraño y desvergonzadamente orgulloso leer sobre la vida y los logros reales
del “Lawrence de Creta”, el capitán John Pendlebury»81.
Un autor anónimo y visionario escribió: «Le quitaron su vida, sí, pero no su
historia. Todavía las madres de Creta, cuando sus hijos no pueden dormir, les cuentan
que una vez, en un reino muy lejano, un caballero llamado John Pendlebury prometió
que velaría por la libertad, que fue a Creta para estudiar sus históricas ruinas y que,
cuando llegó su hora, luchó valientemente contra todos los malvados que asediaban
la isla. También que está enterrado en la bahía de Suda, al borde del mar, donde su
alma no descansa del todo, pues uno de sus ojos siempre vigila para que los malvados
no vuelvan nunca a molestar a los niños cretenses, que deben crecer felices y en paz»82.
Querido John, gracias por seguir viviendo entre los amantes de Grecia y los
defensores de Creta. Siempre estarás presente en nuestros corazones.
Cuando vayas a Creta, cretense, saluda por mí a Creta,
saluda en mi nombre a la montaña, el viejo Psiloritis83.
81
http://www.dailymail.co.uk/home/books/article-463039/Bring-glass-eye-Cretan-Lawrence.html
82
“¿Pendlebury? Por supuesto” http://queganelpeor.blogspot.com.ar/2013/03/pendlebury-por-
supuesto.html
83
“El cretense exilado”. Una ‘Mantinada’ del Psiloritis. Citado en J.D.S. Pendlebury:1980, p. 13.
La Mantinada (en griego: μαντινάδα, pl. μαντινάδες) es una recitación popular en Creta que
tiene un ritmo particular que siempre recibe el acompañamiento de la lira y el laúto (laúd).
Tiene verso decapentasílabo y a menudo es antifonal. El término deriva del veneciano matinada
(canción de la mañana).
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Héctor García Cataldo: Política y democracia en el mundo heleno y en la época...
P
reámbulo: presentando a un filósofo grecofrancés.
Hablaremos acerca de un hombre, un ilósofo, un psicoanalista,
un profundo conocedor de los temas económicos, habla a menudo
con ejemplos tomados desde las matemáticas, un conocedor de teorías
cientíicas, así como también de artes musicales y formado en una amplia cultura
literaria1. Castoriadis es una igura del pensamiento grecooccidental, singular
y polifacético; de modo que su obra es, como ha señalado Juan Manuel Vera,
multidisciplinar, difícil de poner en una taxonomía2. Pero por sobre todo, es
un magníico observador de su mundo: de la sociedad en que se desenvuelve
la humanidad, lo que le hacía poseedor de un conocimiento privilegiado de la
historia cultural de la misma; no por nada su tema organizador de sus posturas
ilosóicas sea el de la “sociedad” (y ésta en su diversidad a través de los tiempos,
en la representación de sus fuentes escritas), visión histórico-cultural, plasmada
en su primera gran obra de conjunto La institución imaginaria de la sociedad 3,
1
Un buen testimonio lo representa la transcripción de los diálogos sostenidos por Castoriadis con
diversas personalidades, cfr. CORNELIUS CASTORIADIS, La insigniicancia y la imaginación.
Diálogos con Daniel Mermet, Octavio Paz, Alain Finkielkraut, Jean-Luc Donnet, Francisco Varela y
Alain Connes. Editorial Trotta. Madrid, 2002. Además de toda una serie de artículos vinculados
a temas literarios que se relacionan con su visión de la cultura en Occidente: dos textos
fundamentales puede consultar el lector, Fênetre sur le chaos (2007) y Figures du pensable (1999).
2
Cfr. El artículo de JUAN MANUEL VERA, Leyendo a Castoriadis, en Rev. Transversales Nº 2,
2006 y en sitio http://www.fundanin.org/acostoriadis.htm; y del mismo autor, en el mismo
sitio Cornelius Castoriadis (1922-1997) La interrogación permanente, publicado originalmente
en Iniciativa socialista Nº 48, primavera de 1998. Recomiendo especialmente su breve, pero
magníico texto: Cornelius Castoriadis (1922-1997). Ediciones del Orto. Madrid, 2001.
3
CORNELIUS CASTORIADIS, L’institution imaginaire de la société. Éditions de Seuil. Paris,
1975, 1999 (IIS), se trata de la obra capital de este ilósofo grecofrancés en la que sienta las bases
de toda su producción intelectual posterior a partir de un nuevo marco de ideas no sólo en lo
ilosóico, sino en el del psicoanálisis y en el ámbito del lenguaje; desde entonces la “imaginación”,
la sociedad en su doble carácter (instituida e instituyente) y el rol de la autonomía, la política (la
democracia) como una totalidad junto a su análisis crítico del marxismo y de los problemas de
la sociedad contemporánea serán sus temas hasta el in de sus días.
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Héctor García Cataldo: Política y democracia en el mundo heleno y en la época...
fuerte, i. e., como la actividad por excelencia que practica el hombre junto a otros
hombres (colectiva), y de manera reflexiva y lúcida, como le gustaba airmar a
Castoriadis, “[...] que surge desde el momento en que se plantea la cuestión de la
validez de derecho de las instituciones. ¿Son justas nuestras leyes? ¿Es justa nuestra
Constitución? ¿Es buena? [...]10”; el grecofrancés complementa precisamente esta
visión de la política, entendiendo por tal tanto a la institución explícita global de
la sociedad como a las decisiones concernientes a su futuro, según lo que nos dice en
“Imaginario político griego y moderno” (1990). De este período hay una serie de
trabajos que el propio ilósofo se encargó de ordenar en La Montée de l’insignifiance
en Les carrefours du labyrinthe 4, de 1996, aparecida un año antes de su muerte.
No obstante, a principios de los ’80 había expuesto, en un extenso artículo, sus
principales puntos de vista respecto a la política, la democracia y la ilosofía helena
y el “germen” que allí se ha establecido; no modelo, ni menos “paradigma”.
En La Montée de l’insignifiance aparecen, entre otros, los textos de las
conferencias de su última década y que dicen relación con cuestiones griegas,
ellas son:
*Imaginaire politique grec et moderne (1990)
*La démocratie athénienne: fausses et vraies questions (1992)
*La culture dans une société démocratique (varias conferencias: 1991/92/94)
* Le cache-misère de l’éthique (1993)
*La démocratie comme procédure et comme régime (1994)
En lo que viene, mi exposición toma como punto de partida la conferencia
de principios de los ’80, sin desconocer que lo que se ha planteado en ésta, había
sido sugerido ya en La institución imaginaria de la sociedad.
Con esto queremos reairmar que al pensador Castoriadis no se lo puede
encasillar de manera fácil, porque –como él mismo ha dicho metafóricamente-
vengo pensando desde hace dos mil quinientos años. La travesía intelectual que
representa este periplo deja su huella profunda en su pensamiento y en su obra, es
la mirada helena del mundo, sólo que ahora en el mundo de la era moderna: la pólis
es la Atenas del siglo V a. C., y, es, a la vez, Francia de mediados del siglo pasado.
10
Cfr. La conferencia “Anthropologie, philosophie, politique” de 1989 en CASTORIADIS, C.,
La montée de l’insignifiance. Les carrefours du labyrinthe 4. Éditions du Seuil, Paris, 1996, 2007
(MI), pág., 143.
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22
Cfr. CORNELIUS CASTORIADIS, Democracia y relativismo. Debate con el Mauss. Traducción
de Margarita Díaz. Editorial Trotta, Madrid, 2007, págs. 44-45.
23
Cfr. Conferencia de 1982 La polis griega y la creación de la democracia, en Los dominios..., op.
cit., pág. 100.
24
Cfr. CORNELIUS CASTORIADIS, Les destinées du totalitarisme (1981), en ENZO TRAVERSO,
Le totalitarisme. Le XX siècle en débat. Éditions du Seuil. Paris, 2001, pág. 731 ss.
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duda tienen razón quienes dicen que Castoriadis comparte rasgos fundamentales
con el pensamiento de Aristóteles. En la línea de una ilosofía política, el grecofrancés
abre una veta rica para replantearnos cómo llegamos a establecer determinaciones
nuevas en el orden democrático, nuevas eide que tiendan a la posición o reposición
de un ethos y la importancia de una paideia, orientada en esa dirección. Abre,
además, una línea para examinar los problemas por los que atraviesa no sólo la
sociedad desde el punto de vista de sus instituciones políticas, sino también para
examinar aquellas formas individuales, que va asumiendo la actividad humana,
motivada o des-motivada por aquellas mismas conductas políticas.
El método, si fuera lícito hablar del método castoriadio, aplicado por el ilósofo
para desenmascarar los problemas de su tiempo, sigue siendo tan legítimo como
para establecer diagnósticos serios que nos alumbren las posibles soluciones
también hoy. La mirada profunda del ilósofo acerca de la economía del libre
mercado, por un lado, y de las consecuencias brutales que ella ha signiicado en
la segregación social, y, por otro, el peligro que entraña el surgimiento o posible
resurgimiento de ciertos totalitarismos ahora en el orden igualmente económico;
el individualismo, disfrazado con el traje de la apatía y protegido por la misma
privatización de los individuos son cuestiones que la sociedad contemporánea no
podrá dejar pasar por mucho tiempo más.
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Referencias bibliográficas
Textos-Fuente. Traducciones
Castoriadis, Cornelius, (1975,1999), l’institution imaginaire de la société.
Éditions du Seuil. Paris.
—— (1986, 1999), Domaines de l’homme. Les carrefours du labyrinthe 2.
Éditions du Seuil. Paris.
—— (1990, 2000), Le monde morcelé. Les carrefours du labyrinthe 3. Éditions
du Seuil. Paris.
—— (1996, 2007), La montée de l’insigniiance. Les carrefours du labyrinthe
4. Éditions du Seuil. Paris.
—— (2005, 2011), Une société à la dérive. Entretiens et débats 1974-1997.
Éditions du Seuil. Paris.
—— (1999), Figures du pensable. Les carrefours du labyrinthe VI. Éditions du
Seuil. Paris.
—— (1998), El ascenso de la insigniicancia. Traducción de Vicente Gómez.
Ediciones Cátedra. Madrid.
—— (2002), Figuras de lo pensable. (Las encrucijadas del laberinto VI).
Traducción de Jacques Algasi. Fondo de Cultura Económica. México.
—— (2002), La insigniicancia y la imaginación. Diálogos con Daniel
Mermet, Octavio Paz, Alain Finkielkraut, Jean-Luc Donnet, Francisco Varela
y Alain Connes. Traducción de Juan Ramón Capella. Editorial Trotta. Madrid.
—— (2005), Los dominios del hombre. Las encrucijadas del laberinto.
Traducción de Alberto L. Bixio. Editorial Gedisa. Barcelona.
—— (2005), Escritos políticos. Antología. Edición de Xavier Pedrol. Los
Libros de la Catarata. Madrid.
—— (2007), Democracia y relativismo. Debate con el MAUSS. Introducción
de Jean Louis Prat. Traducción de Margarita Díaz. Editorial Trotta. Madrid.
—— (2008), Ventana al caos. Traducción de Sandra Garzonio. Fondo de
Cultura Económica.
Bibliografía complementaria
Cabrera, Daniel H. (Coordinador) (2008), Fragmentos del Caos. Filosofía,
sujeto y sociedad en Cornelius Castoriadis. Editorial Biblos. Instituto de Filosofía,
Universidad Veracruzana. Buenos Aires.
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Matilde Morcillo Rosillo: La ley del descanso dominical en Salónica: impacto en la...
1.
LA LEY DEL DESCANSO DOMINICAL EN SALÓNICA
El tema ya ha sido abordado por otros investigadores1, por ello,
el presente estudio se basa solamente en lo publicado en la prensa
franćfona de Saĺnica2, aunque también se hacen referencias a la prensa
griega. Los nombres propios griegos han sido transcritos al castellano, los de
las instituciones judías aparecen con la misma grafía que en la prensa francesa.
La prensa francófona de Salónica hace su aparición tardíamente a inales del
siglo XIX3. Sin embargo, hacia 1900 Saĺnica contaba ya al menos con cuatro
́rganos en francés: L’Indépendant, Le Journal de Salonica, Le Progrès de
Salonica y un perídico probablemente destinado a la juventud: L’Ecole y
La Famille. Algunos años más tarde, en el momento de la revolucín de los
j́venes turcos en 1908, aparece súbitamente una decena de nuevos perídicos,
que no debieron sobrevivir más allá de los primeros instantes de euforia4.
Saĺnica abordará la Primera Guerra Mundial con una prensa de expresín
francesa importante, destacando entre ellos La Liberté, ́rgano del gobierno
1
El tema del descanso dominical en Salónica ha sido estudiado entre otros por Pierron, B.; Molho,
R.; Josua Elli, P.; Linield, H.S. etc.
2
Dumont. P. (1993). «Le français d’abord», en Salonique 1850-1918. La «ville des juifs» et le réveil
des Balkans, (dir.) Veinstrin, G. Paris, 208-210.
3
Sobre la prensa en los Balcanes pueden verse las obras de Romero, E. (2007) “La prensa
judeoespañola contra los recelos, la burocracia y la censura”, en Ayer y hoy de la prensa en
judeoespañol, (eds.) Pablo Martín Asuero y Karen Gerson Sarhon. Isis, Estambul; Romero. E.
(2008) Entre dos (o más) fuegos: Fuentes poéticas para la historia de los sefardíes de los Balcanes,
C.S.I.C. Madrid, 731; 9-10; Díaz-Mas, P. (2007). “Relaciones entre la prensa española y la
prensa sefardí a inales del siglo XIX: El caso del Luzero de la pasensia”, en Ayer y hoy de la
prensa en judeoespañol, 38-39; Morcillo, M. (1991). “Hispania, primera revista española en
Oriente (1919)” Ensayos 5, Escuela de Magisterio, Albacete, 71-77 y (1997). “España y la prensa
judeoespañola en Salónica durante el primer tercio del siglo XX”, en Ayer y hoy de la prensa en
judeoespañol, 47-57.
4
Rodrigue, A. (1989). De l’instruction à l’émancipation. Les enseignants de l’Alliance Israélite
Universelle et les Juifs d’Orient, 1860-1939, Paris; Dumont. P. (1993). «Le français d’abord», en
Salonique 1850-1918. La «ville des juifs» et le réveil des Balkans, 208-210; Nehama, J. (1978).
Histoire des Israélites de Salonique, VI-VII, Salonique.
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servicio militar, sin perder el derecho a voto, a cambio de pagar una cierta
cantidad de dinero durante tres años; el derecho a llevar las cuentas en su
propia lengua (judeoespañol); derecho a participar en la administracín
pública; permiso para respetar el sabat en Saĺnica; etc12.
Por ello, los israelitas siguieron descansando el sábado y trabajando los
domingos hasta 1917, cuando el gobierno griego introdujo la Ley del descanso
dominical en Tracia y Macedonia incluida Salónica. Naturalmente, los judíos
rechazaron la Ley, que fue cancelada por Venizelos un día después. Los casi
80.000 judíos, frente a los 40.000 griegos y los 5.000 búlgaros, se hallaban en
una mejor posicín para revocar cualquier ley, dado que eran mayoría13. Lo
mismo ocurrí con una ley similar aprobada en 1919 que fue suprimida, justo
una semana después de haber sido aplicada.
Ese mismo año, en las negociaciones de la Conferencia de Paz de 1919 en
París, las delegaciones judías, viendo el peligro que supondría la implantacín
del descanso dominical en Saĺnica, pidieron la insercín de un artículo en el
tema del Tratado sobre las minorías griegas. La demanda no fue admitida por
deferencia a la solemne promesa de Venizelos, según la cual en Saĺnica la
Ley del descanso dominical no sería aplicada a las minorías.
En 1921 el Estado griego impuso el descanso dominical para todas las
ciudades de Macedonia y Tracia, excepto Salónica, con la consiguiente
protesta de la comunidad judía de Cavala, aunque poco después fue
anulado.
Sin embargo, empezaba un nuevo periodo con la llegada de los refugiados
de Asia Menor -tras el intercambio de poblaciones en 192214, a Saĺnica,
12
Morcillo, M. (1997). “La comunidad sefardita de Salónica después de las guerras balcánicas
(1912-1913)”, 312. Véanse los artículos de Molho, R. (1996). «Venizelos and the Jewish
community of Salonika (1912-1919)», Journal of the Hellenic Diaspora 13, hessaloniki, 113; y
(1988). «he Jewish community of Salonika and its incorporation into the Greek State, 1912-
1919», Middle Eastern Studies 24, 391-403; Mazower, M. (2006). Zessaloniki. La ciudad de los
fantasmas. Cristianos, musulmanes y hebreos, 1430-1950. Traducción Kostas Kuremenos, Atenas;
Mazower, M. (2011). La ciudad de los espíritus. Salónica desde Soleimán el Magníico hasta la
ocupación nazi. Traducción Santiago Jordán, Crítica, Barcelona.
13
Pierron, B. (1996). Juifs et chrétiens de la Grèce Moderne, L’Harmattan, Paris, 158-164.
14
Vacalópoulos, A.E. (2005), Historia de la Grecia Moderna, 1204-1985. Traducción Zorbas, N.
N. A. Santiago de Chile, 293; Hirschon, R. (1989). Heirs of the Greek Catastrophe. he social life
of Asia Minor. Refugees in Piraeus Oxford.
267
Matilde Morcillo Rosillo: La ley del descanso dominical en Salónica: impacto en la...
15
Morcillo, M. (2006). “El desastre de Asia Menor y el conlicto de las minorías nacionales. La
cuestión del término ‘establecidos’”, en Constantinopla: 550 años desde su caída, Granada, III,
157-170.
16
Josua Elli, P. (2000). Greek Jewry in the 20th century, 1913-1983: Patterns of Survival in the
Greek, provinces before and after the Holocaust, 39-40, en línea: http://books.google.es; Archivos
Alianza Israelita Universal (París)= AAIU Grèece II, bobine 13, L’Indépendant, (Salónica, 2 julio
1924), 1.
17
Morcillo, M. (2009). «Conlictividad político-social en Salónica durante la República. De
Papanastasíu al general Pángalos (1924-1926)», Estudios neogriegos, 12, País Vasco, 65.
268
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Matilde Morcillo Rosillo: La ley del descanso dominical en Salónica: impacto en la...
Al dolor que sentía la comunidad judía, había que añadir lo sucedido con un
grupo de refugiados de Asia Menor que había recorrido las principales arterias de
la ciudad obligando a los israelitas a cerrar sus establecimientos25.
22
To Fos, citado en L’Indépendant (Salónica, 11 mayo 1924), 1.
23
Morcillo, M. (1997). “La comunidad sefardita de Salónica”, 324.
24
Morcillo, M. (2008). S.R. Radigales y los sefardíes de Grecia, 1943-1946. (Coedirs.) Casa Sefarad,
Instituto Cervantes de Atenas y Universidad de Castilla-La Mancha, Madrid.
25
L’Indépendant (Salónica, 11 mayo 1924), 1.
270
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29
L’Indépendant (Salónica, 6 julio 1924), 1.
30
‘Béné Israél’ (Hijos de Israel). Organización de judíos de la India con mucha inluencia por el
apoyo británico.
31
Max Nordau fue uno de los fundadores del Movimiento Sionista.
32
Morcillo, M. (1997). “La comunidad sefardita de Salónica”, 312.
33
ElefthérosTypos, citado en L’Indépendant (Salónica, 7 julio 1924), 1.
272
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Por su lado, el diario Eléfceron Vima señalaba que el gobierno debía hacer
todas las concesiones posibles a la minoría judía, que era un elemento trabajador
y contribuía a la prosperidad del país. Por el contrario, el diario Dimocratía
escribía que el ruido hecho en torno al descanso dominical era injustiicado34.
En cualquier caso, las organizaciones judías tenían la conviccín que el
movimiento a favor del descanso dominical fue puesto en marcha por algunos
agitadores antisemitas que habían envenenado a la opinín pública y habían
arrastrado a otros, sin olvidar la presín de los refugiados y el miedo del
gobierno a perder sus votos. No en vano el 70% de los refugiados votaron a
favor de la república35.
1.4. Publicación oficial y entrada en vigor de la Ley 3103: justificación
El ministro de Economía Dousinas informaba al gobernador general, al
comandante de la Gendarmería y al inspector de policía de Salónica que la Ley
3103, votada recientemente en la Asamblea Nacional sobre la aplicación de ‘las
disposiciones del Real Decreto de 5 de abril de 1914’, había sido publicada en el
nº. 165 del Diario Oicial el 21 de julio de 192436, para que tomasen las medidas
necesarias para la aplicacín integral del descanso dominical en Saĺnica.
Por esta Ley, el 1er. párrafo del artículo 26 de la Ley 2456 sobre comunidades
israelitas, así como el segundo párrafo del artículo I del Real Decreto de 5 de
abril de 1914, eran derogados ‘ipso jure’. Las otras disposiciones entrarían
en vigor inmediatamente y deberían ser observadas por todos los ciudadanos,
sin distincín de raza ni religín. El Decreto de 5 de abril de 1914 debería ser
aplicado íntegramente.
Excepcionalmente, y hasta el inal de diciembre de 1924, la apertura de
los establecimientos comerciales sería autorizada los domingos de 10 a 12h.
La ley entraría en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oicial.
El Decreto-Ley iba acompañado por un informe explicativo del ministro
de Economía Dousinas en el que decía, entre otras cosas, que mientras la Ley
34
L’Indépendant (Salónica, 13 julio 1924), 1.
35
Cabo I. (2005). Turquía, Grecia y Chipre: historia del Mediterráneo oriental, Barcelona, 147-148;
Linield, H.S. (2011). A Survey of the year 5685. Jewish spiritual and intellectual life, en línea:
http://www.ajcarchives.org/AJC_DATA/Files/1926_1927_3_YearReview.pdf. 21-24.
36
Le Progrès (Salónica, 22 julio 1924), 2.
273
Matilde Morcillo Rosillo: La ley del descanso dominical en Salónica: impacto en la...
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Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
habló del descanso sabático como la base intangible de la ley mosaica y terminó
haciendo un llamamiento a todos los judíos para que permaneciesen ieles a la
sagrada costumbre.
Por su parte, varios miembros del Consejo comunal israelita, entre los que se
encontraban León Gattegno, Elie Benusiglio, David Matalon, Samuel Botton,
Menahem Halton, Benico Saltiel, Asher Mallah, Joseph-Béraha, Abraham
Recanati y Jacques Nahamias, dirigían un maniiesto a los judíos diciéndoles que
la imposición del descanso dominical en Salónica situaba a la población judía en
la cruel alternativa de elegir entre traicionar uno de los principios más sagrados,
su religión, o su ruina económica40.
1.5. Proyecto de modificación de la Ley del descanso dominical.
Aunque, hasta el momento, habían sido inútiles todas las peticiones en favor
de la derogación de la Ley del descanso dominical obligatorio en Salónica, al
menos sirvieron para que el gobierno aprobara una circular sobre modiicación
de dicha Ley41.
Spirides, nuevo ministro de Economía, a la vista de las sugerencias hechas por
todas las organizaciones obreras y patronales del país, consideró la oportunidad
de aportar algunas modiicaciones a la Ley del descanso dominical en vigor.
Respecto a los judíos de Salónica, Spirides pensaba constituir una comisión
compuesta por los diputados griegos M. Jadsikiriacos y Kicros, y los delegados
de la comunidad israelita Saias, Botton y Simantov Sciaky, presidida por el nuevo
gobernador general, Cannovos. Dicha comisión tendría como objetivo buscar
un ‘modus vivendi’que conciliase todos los intereses.
Sin embargo, a principios de enero de 1925, todavía no se había reunido la
comisión por la ausencia de delegados municipales. No obstante, Spirides había
prometido que haría todo lo posible para que los comerciantes judíos pudieran
trabajar cuatro horas los domingos y los artesanos y obreros, también judíos, seis
o siete horas42.
Le Progrès publicaba el Proyecto de Spirides el 18 de junio de 1925. Según
este Proyecto, se permitiría abrir las tiendas de 10-14 h. en las localidades de
8.000 habitantes solamente43. Spirides justiicaba su Proyecto argumentando
40
Le Progrès (Salónica, 25 mayo1925), 1.
41
Le Progrès (Salónica, 15 noviembre1924), 1.
42
L’Indépendant (Salónica, 19 mayo 1925), 1.
275
Matilde Morcillo Rosillo: La ley del descanso dominical en Salónica: impacto en la...
que la aplicación del descanso dominical durante una decena de años había
demostrado que la Ley no era perfecta y que, por consiguiente, era necesario
modiicarla y completarla.
Sin embargo, unos días después, el 25 de junio de 1925, el general Pángalos
daba un golpe de Estado, implantaba una dictadura militar y, tras un plebiscito,
se convertía en presidente de la República44. El cambio de gobierno beneiciaría
en parte a los judíos, pues Pángalos emití un decreto que permitía a los
israelitas de Saĺnica abrir las tiendas tres horas los domingos45, anulando
por tanto, el Proyecto de Spirides. Los judíos que no aceptaron el descanso
dominical obligatorio marcharon a Palestina y Francia46.
Conclusiones
Resulta doloroso pensar en la facilidad con la que la cuestión del descanso
dominical se había solucionado después de la gran campaña de prensa que había
apasionado a la opinión pública salonicense y que había aumentado en varios
centenares de números la circulación de periódicos que aparecían cada día en Salónica.
Al inal, muchas discusiones y protestas en publicaciones oiciales y privadas,
revistas y periódicos. Esto es lo que había tenido en vilo a la población judía de
Salónica durante más de 18 meses. El resultado había sido, sin embargo, en vano.
La ley del descanso dominical obligatorio se había aplicado en la ciudad de forma
íntegra, a pesar de las promesas ministeriales, a pesar de toda la buena voluntad
del gobernador general, Cannovos y, en deinitiva, de todos aquellos que, aun
comprendiendo que los judíos tenían razón en sus protestas, se dejaron llevar por
ciertos intereses.
En deinitiva, la intolerancia del Consejo municipal de Salónica y la debilidad
del gobierno republicano griego de Papanastasíu por la pérdida de votos de los
refugiados de Asia Menor, junto con el antisemitismo exacerbado que se venía
respirando en Salónica desde su incorporación al Estado griego en 1913 -aunque
bien es verdad que ya desde la constitución del reino de Grecia en 1830 se podía
hablar de antisemitismo-, agudizado tras el incendio de la ciudad en 1917, sin
olvidar el papel desempeñado por la prensa antisemita griega, en particular el
diario Makedonía, conforman el contexto histórico en el que se aplicó la Ley del
descanso dominical obligatorio en Salónica en 1924.
43
Le Progrès (Salónica, 18 junio1925), 1.
44
Morcillo, M. (2009).“Conlictividad político-social en Salónica durante la República”, 67.
45
Linield, H.S. (2011). A Survey of the year 5685. Jewish spiritual and intellectual life, 21-24.
46
Josua Eli, P. (2000). Greek Jewry in the 20th century, 1913-1983: Patterns of Survival in the Greek,
provinces before and after the Holocaust, 41.
276
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
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Traducción Zorbas, N. N. A. Santiago de Chile, 293.
278
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
TEXTO
ΚΕΊMEΝΑ
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Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
“A MARÍA MAGDALENA”,
UN POEMA DE CASIA, POETISA BIZANTINA
Raúl Lavalle
Argentina
Muchas personas dedicadas al mundo grecolatino conocen la colección de
textos BIBLIOTHECA AUGUSTANA. Pues bien, para quienes vivimos muy
lejos de las grandes repertorios bibliográicos del mundo, la Red es, al menos en
parte, un remedio. En ese sitio, en su Biblioteca Griega, me enteré de la existencia
de Casia, pues allí está el poema que copio, dedicado a María Magdalena1. Añado
una traducción mía.
2
Cf.: http://es.wikipedia.org/wiki/Kassia
3
Cf.: http://www.hs-augsburg.de/~harsch/graeca/Chronologia/S_post12/Zonaras/zon_kass.
html.
4
El nombre es Eicasía, que da idea de ‘parecer’, ‘representar.’ ¿Hace referencia a su belleza?
281
Raúl Lavalle: “A María Magdalena”, un poema de Casia, poetisa bizantina.
A María Magdalena
Señor, esta mujer que ha caído en muchos
pecados percibe sin embargo tu divinidad
y cumple oicio de portadora de perfumes:
trae llorosa perfumes antes de tu entierro.
Y dice: “¡Ay de mí! Me llegó la noche,
y siento el aguijón oscuro y sin luna
de la intemperancia, el amor al pecado:
recibe las fuentes de mis lágrimas tú,
que en las nubes traes las aguas del mar.
Dóblate ante los gemidos de mi corazón
Tú que inclinas los cielos con tu inefable
inmensidad, pues he de besar tan puros
pies y después los limpiaré y los secaré,
nuevamente, con bucles de mis cabellos.
282
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
283
suele dar lo mismo: ellas “perciben” más que nosotros. Me gustó también la
comparación de lo grande con lo aparentemente pequeño. En efecto nos enseña
cuánto pueden las lágrimas suplicantes, cuyo poder es la mar de grande. Los
textos religiosos no es novedad que destacan la misericordia divina. Casia opone
el poder de Dios, que “inclina” los cielos, y la fuerza de la súplica, que con sus
gemidos hace “doblar” al Señor misericordioso. La recién mentada fuerza divina
tiene aquí idea de inmensidad, pero la palabra que la da es muy curiosa: kénosis
signiica ‘vaciedad’, cualidad de kenós, ‘vacío’.
Pero permítaseme otra libre asociación mía, en esta misma estrofa. Los
cabellos, según la literatura antigua, tienen una misteriosa relación con la muerte
y el más allá. Todos recordamos las Coéforas de Esquilo, donde Orestes pone
bucles de su cabellera sobre la tumba de su padre Agamenón (vv. 6-7). Y la
Eneida virgiliana, en cuyo cuarto libro Juno manda a Iris, quien dextra crinem
secat: acto seguido, la vida de Dido se disipa en los vientos. Aquí los cabellos de
la Magdalena enjugan los pies de Jesús y, con esta acción (vuelvo a repetir que
es una interpretación mía carente de fundamento ilológico, hacen como un
anuncio de su muerte.
No menos me agradó la última estrofa, porque se establece el contraste entre
dos afectos. Si los pies divinos asustaron a Eva después del pecado, esas mismas
plantas quitan todo temor a su progenie pecadora. Y hay otra oposición: la
multitud de nuestros delitos no se puede contar; no obstante, no es comparable
en grandeza con los abismos de los juicios (juicios de misericordia, interpreto
yo), porque ella, dice el último verso, es ‘inconmensurable.’ En in, sería bonito
que esta nota moviera en mí y en otros el deseo de conocer más textos de nuestra
poetisa. Casia y la Magdalena, con sus psiquis femeninas, creo que llegaron muy
hondo en la comprensión del misterio divino.
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RESEÑAS
ΒΙΒΛΙΟΚΡΙΣΙΕΣ
285
RESEÑAS / ΒΙΒΛΙΟΚΡΙΣΙΕΣ
ERYTHEIA
Revista de Estudios Bizantinos y Neogriegos
Órgano de la Asociación Cultural Hispano-Helénica, Madrid 2013,
408 pp., 21 cm x 15,5.
286
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287
RESEÑAS / ΒΙΒΛΙΟΚΡΙΣΙΕΣ
M. Castillo Didier
ALKI ZEI:
La novia de Aquiles.
Traducción C. Pose y O. Guil, Ediciones del oriente y del Mediterráneo,
Madrid 2013, 362 pp. 31 x 12,5 cm.
288
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289
RESEÑAS / ΒΙΒΛΙΟΚΡΙΣΙΕΣ
M. Castillo Didier
DIMITRIS PETALÁS:
Apó ton Valtarius stus Nibelungen ke ton Roland singritikés prosenyisis
Del Waltarius a los Nibelungos y el Roland Aproximaciones comparativas.
Ediciones Stojastís, Atenas 2013, 240 pp., 20,5 cm x 14.
290
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
291
RESEÑAS / ΒΙΒΛΙΟΚΡΙΣΙΕΣ
292
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
293
RESEÑAS / ΒΙΒΛΙΟΚΡΙΣΙΕΣ
294
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iguras míticas”, siguen secciones dedicadas a “Ulises como héroe épico”, con dos
apartados: “El nieto de Autólico” y “El favorito de Atenea”. El capitulo “Relaciones
personales” estudia a Odiseo como igura solitaria en la Ilíada y sus relaciones
con los diversos personajes de la Odisea. Luego en el capítulo “El héroe atípico”
se analizan las características especiales de Odiseo que lo singularizan, sin que por
ello pueda considerarse en absoluto un personaje extravagante. “Desarrollos en el
ciclo épico” se centra en la actitud de los autores de los poemas del llamado “ciclo
épico” respecto de Ulises. La sección “Ulises como igura controvertida” tiene
dos capítulos: “Creciente hostilidad” hacia el personaje en los autores antiguos; y
“El villano entra en escena”, dedicado a Odiseo en las obras dramáticas antiguas.
Los capítulos IX, X, XI y XII están dedicados a “Ulises entre los alejandrinos y
los estoicos”, “El Ulises de Virgilio”, “Rasgos tradicionales en Ovidio, Séneca y
Estacio” y “Ulises y el descrédito de Homero”.
La sección “Variaciones modernas sobre los temas clásicos” comprende los
capítulos XIII, XIV y XV, dedicados a “El hombre político”, “El viajero errante”
y “El héroe reintegrado”. El capítulo sobre “El viajero errante” estudia la igura
del héroe en numerosos autores modernos, desde Dante y Du Bellay a Seferis. El
capítulo XV estudia el héroe reintegrado que encuentra en las obras de Joyce y de
Kazantzakis, por contraposición a los demás autores, los cuales, salvo Homero,
presentan retratos limitados de Odiseo. Luego del “Epílogo”, en el que se dan dos
explicaciones del papel destacado de Ulises en la mitología europea, se agregan seis
apéndices: “Nota sobre Ulises en la literatura eclesiástica temprana y medieval”,
“Ulises en la Leyenda de Troya medieval”, “Ulises restituido a la popularidad en
la Inglaterra del siglo XVI, “Actitudes hacia Ulises en la literatura francesa desde
Du Bellay a Fénélon”, “Corrientes entrecruzadas en la tradición del siglo XVII”,
“Una nota sobre las representaciones de Ulises en las artes visuales”. Varios de
estos artículos habían sido publicados en la revista Hermathena.
Miguel Castillo Didier
295
Byzantion Nea Hellás N° 33 - 2014
NOTICIAS
NEA
297
NOTICIAS / NEA
CÍRCULO DE EX-ALUMNOS
DE LA GRAN ESCUELA DE LA NACIÓN
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NOTICIAS / NEA
Desde comienzos del mes de marzo de 2014, la Estación Grecia del Metro de
Santiago se ha enriquecido con una nueva muestra de arte griego. En efecto, al
módulo con reproducción de un panel del friso del Partenón, que está en el hall
central; a las reproducciones de paneles del friso instalados a ambos costados de
la estación; a la maqueta de la Acrópolis, se ha agregado ahora un extenso panel
con 23 réplicas de objetos antiguos que enfatizan la contribución de la Grecia
Clásica a la Democracia, la Justicia, las Artes y el deporte. El material ha sido
donado, al igual que las reproducciones de paneles del friso por el Ministerio de
Cultura de Grecia; el transporte y fabricación de las vitrinas ha estado a cargo de la
Fundación Mery y Gabriel Mustakis; y a las gestiones respectivas han cooperado
los Ministerios de Relaciones Exteriores de ambos países, la Embajada de Grecia
en Chile, la Embajada de Chile en Atenas y Metro Arte de Santiago.
Como ha señalado el señor Martín Donoso, Encargado de Negocios de Chile
en Grecia, quien ha tenido importante participación en la materialización de
este aporte a la cultura, “el objetivo de esta segunda fase es la difusión masiva de
la cultura griega, la creación de una plataforma cultural y turística sobre Grecia,
con un carácter educativo-cultural para los chilenos, según el concepto de una
estación como un “museo abierto”. Además, ha agregado, el próximo paso podría
ser el hermanamiento formal de la estación “Grecia” con la estación “Acrópolis”
del metro ateniense.
Estas muestras de arte griego son vistas cada día al menos por 22 mil
personas, además de ser objetos de visitas organizadas por parte de alumnos de
escuelas y colegios.
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ACTIVIDADES
I) CURSOS
1. Griego clásico I. Profesor Miguel Castillo Didier. 1er semestre
2. Griego clásico II Profesor M. Castillo Didier. 2º semestre
3. Griego clásico III Profesor Héctor García Cataldo. 1er. Semestre
4. (Seminario Kazantzakis) ¿?
5. Literatura griega antigua I. Profesor M. Castillo Didier. 1er semestre
6. Literatura griega antigua II Profesor C. García. 2º semestre.
7. Filosofía griega. Profesor Roberto Quiroz. 1er semestre
8. Historia griega antigua. Profesor Sebastián Salinas. 2º semestre
9. Lengua griega moderna IV. Profesor M. Castillo Didier. 1er semestre
10 Lengua griega moderna V Profesor M. Castillo Didier. 2º semestre
11. Historia de Bizancio. Profesor Sebastián Salinas. 2º semestre.
II) CONFERENCIAS
1. Prof. R. Quiroz: “El camino de Sócrates hoy día”. 3.10.2013.
Sala de lectura del centro.
2. Prof. M. Castillo Didier: “La cultura griega y los jóvenes hoy”.
22.11.2013. Sala de lectura del Centro.
3. Prof. M. Castillo Didier: “Qué nos enseña el Abate Juan Ignacio
Molina”. 21.10.2013. Academia Chilena de la Lengua.
4. Prof. M. Castillo Didier: “La traducción de la Odisea de
Kazantzakis”. 27.11.2014. Sal Ercilla de la Biblioteca Nacional.
III. INVESTIGACIÓN
J. Marín: Historia e historiografía en el período de la Antigüedad a la
Edad Media. Estudios sobre las introducciones a las obras históricas
entre los siglos IV y VIII. 2ª Parte.
R. Quiroz: “Nikos Kazantzakis: una lectura ilosóica”.
H. García: “Política y democracia en el mundo griego y en la época
contemporánea: una mirada desde Castoriadis”.
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IV) PUBLICACIONES
1.- Byzantion Nea Hellás, número 32-2013, 320 pp.
V. Otras publicaciones de los profesores
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ACTIVIDADES
VII. EVENTOS
1. “Kavais en la música”. Concierto de la cantante Alejandra Grava,
de la pianista Déspina Apostolou-Hölscher, con textos de Vasilis
Lambrópoulos, y con particiación de la Embajada de Grecia yd el Centro
de Estudios Griegos, Bizantinos y Neohelénicos de la Universidad de
Chile. Teatro Municipal de Las Condes 31.10.2013.
2. Presentación de la traducción de la Odisea de Nikos Kazantzakis,
publicada por Tajamr Editores. La ceremonia se realizó en la Sal Ercilla
de la Biblioteca Nacional. Se escucharon intervenciones de la Excma
señora Embajadora de Grecia, Aglía Baltá, del editor don Alejandro
Kandora y del traductor Miguel Castillo Didier.
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ΕΚΔΟΣΕΙΣ ΤΟΥ ΚΕΝΤΡΟΥ - OBRAS EDITADAS POR EL CENTRO
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ΕΚΔΟΣΕΙΣ ΤΟΥ ΚΕΝΤΡΟΥ - OBRAS EDITADAS POR EL CENTRO
40. KAZANTZAKIS, Nikos, Prometeo, Portador del Fuego, Trad. del griego de
Miguel Castillo Didier, Separata-Boletín del Instituto Nacional Nº 14-15,
Centro de Estudios Griegos Bizantinos y Neohelénicos de la Universidad de
Chile - Instituto Chileno Helénico, Sociedad Amigos de Kazantzakis (Chile),
Instituto Nacional de Chile, Santiago, 1998, 40 pp.
41. GARCÍA ÁLVAREZ, C., Cuentos Griegos de Hoy. 3 Cuentos Femeninos,
interpretación y análisis, Centro de Estudios Griegos Bizantinos y
Neohelénicos, Santiago, 1999, 74 pp.
42. SPIRIDAKIS, Breve Historia de Chipre, Trad. de N. Nikolaides y A. Zorbas,
Co- edición Colectividad Helénica de Santiago- Centro de Estudios Griegos
Bizantinos y Neohelénicos, Santiago de Chile- Universidad Playa Ancha,
Santiago, 1999, 355 pp.
43. NIKOLAIDES, N., ZORBAS, A., “Los últimos treinta años. 1968-1998”,
adición al volumen del ítem anterior.
44. ANACREÓNTICAS, Ed. trilingüe y tetratextual, traducción, estudio y
notas de Miguel Castillo Didier, Centro de Estudios Griegos Bizantinos y
Neohelénicos, 1999, 124 pp.
45. RITSOS, Yanis: Antología Poética. Selección, traducción, notas y estudio M.
Castillo Didier. Coedición Centro de Estudios Griegos y Ed. Las Dos Fridas,
Santiago, 1999, 120 pp.
46. BYZANTION NEA HELLÁS Nº 17-18. Santiago, 1998-1999, 411 pp.
47. PEREZ, ALBERTO Y AMÉSTICA, FIDEL, Albert Camus y Nikos
Kazantzakis. La rebeldía como camino ético en el arte. Santiago, 2000, 90 pp.
48. GUERRERO, CLAUDIO: MÁRQUEZ, JORGE; SOLIS, DAVID: Tres
estudiantes descubren la Odisea de Kazantzakis y exploran la poesía de Kavais.
Santiago, 2000, 48 pp.
49. SEFERIS, GIORGOS: Antología poética. Selección, traducción, y prólogo
M. Castillo Didier. Coed. Ediciones Stratis. Santiago 2000, 88 pp.
50. KAZANTZAKIS, Nikos: Prometeo encadenado. Trad. del griego de Miguel
Castillo Didier, Separata-Boletín del Instituto Nacional Nº 16-19, Centro
de Estudios Griegos Bizantinos y Neohelénicos de la Universidad de Chile
- Instituto Chileno Helénico, Sociedad Amigos de Kazantzakis (Chile),
Instituto Nacional de Chile, Santiago, 2000, 30 pp.
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51. CASTILLO DIDIER, Miguel: La Odisea y el exilio: itinerarios del saber y del
dolor - La odisea de Francisco de Miranda: algunos aspecxtos y algunos textos.
Reedición. Santiago, 2000, 52 pp.
52. PUAUX, Réné: La muerte de Esmirna. Trad. Introducción histórica y nota R.
Quiroz Pizarro. Santiago, 96 pp.
53. GARCÍA ÁLVAREZ, César y CASTILLO DIDIER, Miguel: Yorgos Seferis
(1900-1971) El poeta - el ensayista, Santiago, 2000, 82 pp.
54. CASTILLO DIDIER, Miguel: Francisco de Miranda, humanista. 250 años
de su nacimiento. Coedición Universidad La República - Centro de Estudios
Griegos, Santiago, 2000, 100 pp.
55. GARCÍA ÁLVAREZ, César: Lecciones sobre la tragedia griega, Santiago, 2001,
134 pp.
56. VRETAKOS, Nicéforos: Ochenta y un poemas “El carro dorado”. Prólogo
Károlos Mitsakis, Selección, traducción y notas M. Castillo Didier, Santiago,
2001, 106 pp.
57. BYZANTION NEA HELLÁS, Nos. 19-20, 2000-2001, 404 ppp.
58. DELÓPULOS, Kyriakos: Akis y los otros. Traducción José María Eisaguirre y
Virginia López Recio, Coed. Editorial Athos-Pérgamos y Centro de Estudios
Griegos, Bizantinos y Neohelénicos, Granada, 2001.
59. POLYMÉRIS, Dimitri: Memorias. Traducción Andrés Polyméris, Santiago,
2001, 110 pp., 8 fotografías.
60. PAPADIAMANDIS, Alejandro: La asesina. Traducción Teresa Sempere,
introducción y notas M. Castillo Didier, Santiago, 2001, 160 pp.
61. GARCÍA ÁLVAREZ, César: La tragedia griega. Esquilo – Sófocles – Eurípides,
Santiago, 2002, 115 pp.
62. STRATIGOPOULOU, Danae: Cantos de los griegos, 2ª. ed., Santiago,
2002, 82 pp.
63. ASIMACÓPULOS, Kostas: Altana la griega, Traducción Jorge Razís,
Santiago, 2002, 234 pp.
64. BYZANTION NEA HELLÁS, Nº 21, Santiago, 2002, 298 pp.
65. CASTILLO DIDIER, Miguel: Poetas del dulce país de Chipre Pequeña
Antología, Introducción, selección y notas, Santiago, 2002, 135 pp.
66. MALLEROS KASIMATIS, Fotios: Ensayo histórico El Epitaios de Pericles,
Introducción, traducción comentarios, 2ª. Ed., Santiago, 2002, 84 pp.
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ΕΚΔΟΣΕΙΣ ΤΟΥ ΚΕΝΤΡΟΥ - OBRAS EDITADAS POR EL CENTRO
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NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN
EN BYZANTION NEA HELLÁS
Los artículos que se envíen Byzantion Nea Hellás deberán reunir las siguientes
condiciones. De no cumplirlas, no podrán ser incluidos en el proceso de arbitraje.
1. Estar escritos en español. portugués, griego, francés o inglés y revisados por
hablantes nativos de estas lenguas en el caso de que el autor no lo sea. Deberán
enviarse en dos copias, las que no serán devueltas.
2. Los materiales deben poseer carácter inédito. El artículo no debe ser sometido
simultáneamente a otro arbitraje ni proceso de publicación.
3. El Anuario publica artículos de investigación cientíica, monografías y reseñas
de libros.
4. El formato del trabajo será en hoja tamaño carta en letra Times New Roman
, tamaño 11, a espacio seguido y con un margen de: Superior 1,8 cm e inferior 1,8
cm. Izquierdo 1,8, derecho 1,5 cm Tamaño del papel: ancho 15,5 cm, alto 21,3
cm. La extensión no debe ser superior a 20 páginas, incluyendo notas y referencias
bibliográicas.
(sin numerar lás páginas)
5. Estar acompañados de una hoja de presentación en que se consignen: el
nombre del (de los) autor (es), su dirección institucional, número de teléfono, fax,
correo electrónico.
6. El artículo debe llevar título en español e inglés e ir precedido por un resumen
en ambos idiomas de entre 80 y 85 palabras cada uno. Al inal de cada resumen,
deben ubicarse tres a cinco palabras claves o descriptores.
7. Una vez aceptada la versión deinitiva del manuscrito debe enviarse o por
correo electrónico a byzantion@uchile.cl o jortizg@uchile.cl en PDF y también
en Word o por correo postal a nombre del Centro de Estudios Griegos Bizantinos y
Neohelénicos. Univ. de Chile, a la Casilla 73, Sucursal Grecia.
8. La fecha límite de recepción de los manuscritos para cada número anual, será
el 31 de enero
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C. REDACCION DE RESEÑAS
1. La reseña, como es usual, se encabezará con los datos completos de la obra,
más el número de ISBN.
2. Como es también usual, el texto de la reseña será no sólo informativo, sino
también evaluativo.
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