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Historia de la Teoría Antropológica. 2011/12.

David Florido del Corral

Desde los años setenta se produce una reacción en la teoría sociológica frente a los
enfoques estructurales, especialmente el modelo funcionalista, que habían
laminado al sujeto en sus modelos explicativos. Si bien en la tradición
norteamericana hay precedentes de tradiciones individualistas y antiestructurales
desde principios del siglo XX (se aporta archivo), en Europa esta tradición surge
más tardíamente, y desde el pensamiento de izquierda. Sus principales autores son
Pierre Bourdieu en Francia y A. Giddens en el Reino Unido.

Pierre Bourdieu
Fuentes:
Razones prácticas, 1999 (Anagrama), Poder, derecho y ciencias sociales, 2001
(Delsclée de Brouer); El sentido práctico, 1988 (Gedisa), Cuestiones de sociología,
2000 (Istmo); La dominación masculina, 2000 (Anagrama)

Fuentes teóricas
Pensamiento de corte estructuralista: Marx, Durkheim, Mauss, Lévi-Strauss.
Pensamiento de corte interpretativista: Weber, Cassirer, más otros autores como Norbert
Elias, que pretenden una teoría de la acción social, sin olvidar los marcos estructurales.
También comparte con Foucault la idea de la opacidad del poder, y su carácter difuso, y
cómo se encarna es esquemas de percepción, permitiendo que las relaciones de
dominación no sean reconocibles como tales por los actores.

b) Propósito
De nuevo, la teoría de Bourdieu pretende superar las dicotomías y dualismos que han
lastrado el racionalismo y el pensamiento social europeo (voluntad/ coerción, acción/
pensamiento, subjetivismo/ objetivismo, realismo/ idealismo; materialismo
/simbolismo; planteamientos fenomenológicos/ planteamientos positivistas).
El subjetivismo reposa en la noción esencial de sujeto ‘creador’, sin atender al efecto
que lo social imprime en la conciencia. El objetivismo elimina al individuo y lo
convierte en un mero portador de estructuras, sin atender a que la sociedad descansa en
las representaciones y concepciones de los sujetos sobre el mundo social.
La teoría praxeológica “tiene por objeto no solamente el sistema de relaciones
objetivas que construye el modo de conocimiento objetivista, sino las relaciones entre
esas estructuras objetivas y las disposiciones estructuradas en las cuales ellas se
actualizan y que tienden a reproducirlas, es decir, el doble proceso de interiorización
de la exterioridad y de exteriorización de la interioridad”

Bourdieu irrumpe en el campo de la teoría social cuando hay tres grandes temas
que predominan sobre los demás: conciencia/inconsciencia de los procesos sociales;
estructura/acción (simbólica) y sujeto/objeto. Es decir, se está sometiendo desde
diferentes disciplinas la teoría sociológica a una revisión, a partir de la discusión de los
conceptos y nociones básicas de la modernidad: objetividad del conocimiento científico,
racionalidad instrumental como propiedad de las acciones sociales, individualismo
como representación dominante, etc.
El propio Bourdieu se presenta bajo el esfuerzo de superar las dicotomías que
vienen lastrando las posibilidades explicativas de la teoría sociológica: sujeto/objeto;
realismo/idealismo; materialismo/simbolismo…. Pretende superar la profunda sima que
separa la fenomenología social (el conjunto de enfoques interpretativos a partir de la
revolución filosófica fenomenológica) y la física social (según la tradición francesa
nomotética, que parte desde Comte y tiene en Durkheim su principal valedor). Él mismo
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etiqueta su enfoque como estructuralismo genético o constructivista, mientras que en


los manuales se entiende como una de las figuras descollantes del post-estructuralismo.
Estructuralismo: existencia de esquemas objetivos, socialmente establecidos,
aunque no unívocos, que han de entenderse como marco de la acción social
Constructivista: capacidad de los sujetos de hacer la sociedad en sus ámbitos
específicos, en aquellos marcos, las estructuras mentales que condicionan y
generan las prácticas.
Se salva en todo caso, el enfoque estructuralista, porque el análisis debe tratar
la dialéctica de las estructuras objetivas y las estructuras in-corporadas, para las que
crea el concepto de habitvs.

Aportaciones

Teoría de la praxis
Ésta es su teoría de la praxis, que pretende articular estructura y acción,
circunstancias objetivas y disposiciones de los sujetos. Bourdieu se entiende como una
tercera vía entre el subjetivismo y el objetivismo, la teoría praxeológica, “que tiene por
objeto no solamente el sistema de relaciones objetivas que construye el modo de
conocimiento objetivista, sino las relaciones entre esas estructuras objetivas y las
disposiciones estructuradas en las cuales ellas se actualizan y que tienden a
reproducirlas, es decir, el doble proceso de interiorización de la exterioridad y de
exteriorización de la interioridad”
En términos de Bourdieu, la teoría de la praxis = Campo + Habitvs

El campo social

El campo o espacio social específico es un conjunto de interacciones y un sistemas de


posiciones sociales que se definen en función de la existencia y posesión o no de capital
(tipo especial de poder, que permite moverse por el campo, especie de energía física
social, que cambia con el transcurso histórico), que se convierte en el instrumento
fundamental para actuar en ese campo. Es decir, que las posiciones de los actores se
definen en función de la “situación actual y potencial en la estructura de distribución
de las diferentes especies de poder (o de capital) cuya posición condiciona el acceso a
los provechos específicos que están en juego en el campo, y también por sus relaciones
objetivas con otras posiciones”. A pesar de ser un concepto de tipo estructuralista
(existe un sistema de relaciones y de interacciones con una estructura), el sujeto se
tienen en cuenta en un campo como agente que posea/no posea capital específico de ese
campo. El capital es instrumento para entrar en el campo y para jugar en él. Ambos
conceptos, el de capital y el de campo se requieren mutuamente. Los campos son
construcciones analíticas pero que responden a un sistema de relaciones real, histórico,
que refleja un sistema de prácticas sociales. Características:
- Implica un análisis sincrónico y procesual, al hablar de la situación actual y
potencial de los agentes.
- Cada posición es siempre relacional, puesto que no se sustenta sobre elementos
definidos de forma permanente, sino a partir de las diferencias de “valor” de cada
posición social. Las diferencias de valor son cambiantes, están establecidas por los
sujetos y por procesos de codificación (institucionalización), lo que les confiere
objetividad.
- La instrumentación de capital es fundamental para entender el juego de relaciones
en el campo. Existen tres formas básicas de capital: social, económico y cultural,
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que son convertibles entre sí. Todas éstas pueden convertirse en el capital
simbólico, a partir del cual se generan las formas de des-conocimiento y re-
conocimiento.
“Toda especie de capital tiende en diferentes grados a funcionar como capital
simbólico, cuando obtiene un reconocimiento explícito o práctico…El capital
simbólico no es una especie particular de capital, sino aquello en lo que se
convierte cualquier especie de capital cuando no es reconocida en tanto que
capital, es decir, en tanto que fuerza, poder o capacidad de explotación, y, por
tanto, reconocida como legítima”. El capital simbólico es el poder de representar y
otorgar valor, importancia social, a las formas de capital.
- Está latente la metáfora del mercado, un mercado en el que en cada momento la
estructura de relaciones viene definida por las relaciones de fuerza de los
intervinientes.
- Son espacios sociales relativamente delimitables y relativamente autónomos en sus
formas de funcionamiento. El campo del poder es el que establece la pauta de
funcionamiento del resto de campos en una sociedad dada en un momento histórico
dado: es el campo de relación de fuerzas entre las diferentes especies de capital,
donde se enfrentan los agentes por el principio legítimo de dominanción de todo el
sistema socio-histórico.

El habitus, la illusio, las estrategias


Precedente: hexis aristotélico, que pasó al habitus de los escolásticos.
Conjunto de disposiciones de los agentes, regularidades asociadas a un entorno
socialmente estructurado, duraderas, estructuras estructuradas, válidas para convertirse
en estructuras estructurantes, en tanto que genera prácticas y representaciones que no
son percibidas como obediencia a una regla ni como disposición individual basada en el
cálculo y en la intención voluntarista. Incluye diversas formas de prácticas: maneras de
andar, de vestirse, de comer, de hablar, los gustos y las repugnancias, lo deseable y lo
indeseable…, que suelen aparecer, en tanto que in-corporadas/en-carnadas, como
institivas, como “naturales”, fruto casi de la libre disposición. Es casi in-consciente,
pero no es el inconsciente colectivo de los viejos estructuralismos; se opone tanto –y al
mismo tiempo- a la acción mecánica y a la libertad interpretativa. Pensemos en un
cantaor de flamenco, como hace (hacer + decir) el cante es una manera, disposición
corporal, recetas culturales corporeizadas, encarnadas, “naturalizadas” –pero no
naturales, como pretenden los flamencos-: él recibe esquemas orientativos de hacer,
pero puede introducir variaciones, el estilo, y crear una nueva estructura.
Por tanto, el habitvs es un sistema de disposiciones adquiridas que ofrecen el sentido del
juego en cada campo, que otorga un conformismo lógico sobre cuáles son las reglas y
cómo han de jugarse, tanto por los dominantes como por los dominados, en función de
la iluusio, esa relación no reconocida como tal entre un campo y los habitus que entran
en funcionamiento en un campo, ese sentido del juego que otorga al juego y a sus
apuestas su poder motivador. Es esa illusio la que otorga cemento a los campos, la que
permite tanto a dominadores y dominados en un campo dirigirse a un fin válido para
todos. Se podría decir que nosotros no poseemos a los habitus, sino que ellos nos
poseen, pero que pueden transformarse cuando los desplegamos en el juego incesante
del campo del poder, y a pesar de los procesos de codificación que estructura el capital
en cada campo.
Desarrolla una ética y una est-ética, valores y formas corporales (hexis
aristotélica). Decíamos alguna vez: las arrugas de la cara del marinero son los surcos de
las formas históricas de su trabajo, sus disposiciones técnicas que lo enfrentan al
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medio, la expresión de los elementos en su propio cuerpo, que después utilizamos para
categorizarlo al margen de la civilización, más naturaleza salvaje que sociedad
civilizada. Hasta que leímos en Bourdieu: la historia hecha cuerpo (2000:75), que es la
manifestación, encarnada en un gesto, en una huella del rostro, de una historia, no
individual, sino colectiva, que responde a prácticas sociales, a valores culturalmente
heredados, y que se reproducen a través de su in-corporación en los sujetos. Esta
incorporación, repetimos, es no-consciente, no-intencional, de ahí su carácter objetivo,
más allá de los propios sujetos. Ethos es la rutina de las prácticas, el conocimiento
acumulado que nos permite responder a las situaciones, aunque el aprendizaje de este
conocimiento no se haga de forma explícita, y el ethos, frente a la ética, no es explícito.
Hexis es la gestualidad, la postura... resultado del proceso de in-corporación de
esquemas de comportamiento (prácticas informadas de valores) prestablecidas y que
vuelven a reproducirse mediante el sujeto (p. 131 y 132). En conclusión, “el habitus es
lo que se adquirido, pero que se ha encarnado de forma duradera en el cuerpo en
forma de disposiciones permanentes”... El habitus es un capital pero que, al estar
incorporado, se presenta bajo la apariencia de lo innato” (:133), a partir de aquí
diferencia el hábito (reproducción mecánica de una pauta) del habitus, que tiene más
propiedades generadoras, más capacidades de transformación, por parte del sujeto, de lo
heredado, “está constituido por un conjunto sistemático de principios simples y
parcialmente sustituibles, a partir de los cuales se puede inventar una infinidad de
soluciones que no se deducen directamente de sus condiciones de producción” (:134).
Piensa en el lenguaje, o en el lenguaje corporal.
¿Quiere esto decir que las acciones no hacen más que reproducir las estructuras
existentes? Las disensiones se muestran sobre el fondo de consenso, el sentido del
juego. Se trata de un doble proceso de subjetivación de lo objetivo y de objetivación de
la subjetivo.
“El habitus es lo que se ha adquirido, pero que se ha encarnado de forma
duradera en el cuerpo en forma de disposiciones permanentes. La noción
recuerda así constantemente que se refiere a algo histórico” (2000: 132)

Se trataría por tanto de un sistema de disposiciones adquiridas por aprendizaje


implícito o explícito que funciona como un sistema de esquemas generativos de
estrategias que pueden ser objetivamente conformes con los intereses objetivos de sus
autores sin haber sido expresamente concebidas con este fin (2000: 118-119)

A partir de aquí se puede comprender mejor su concepto de estrategia en el contexto de


su teoría de la praxis:
“La teoría de la acción que propongo (con la noción de habitvs) equivale a decir que
la mayor parte de las acciones humanas tienen como principio algo absolutamente
distinto de la intención, es decir, disposiciones adquiridas que hacen que la acción
pueda y tenga que ser interpretada como orientada hacia tal o cual fin sin que quepa
plantear por ello que como principio tenía el propósito consciente de ese fin”
Se deriva de ello, la noción de estrategia como acción no conscientemente calculada,
sino como desarrollado de prácticas culturalmente estructuradas sin que se perciban
como obediencia a unas reglas prescritas.
Reproducimos lo que escribía BOURDIEU acerca de las ventajas analíticas de la noción
de estrategia: “La noción de estrategia es el instrumento de una ruptura con el punto
de vista objetivista y con la acción sin agente que supone el estructuralismo”
(BOURDIEU, 1988:70), al tiempo que supera los enfoques convencionales de la acción
que entienden ésta como “elección consciente e individual , guiada por el cálculo
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racional o por motivaciones ‘éticas’ o ‘afectivas’”. (Ibídem.). Su proyecto es, más


bien: “reintroducir el agente socializado (y no el sujeto) y las estrategias más o menos
“automáticas” del sentido práctico (y no los proyectos o los cálculos de una
conciencia” (Ibídem), sino aquéllos que son resultado de un conjunto articulado de
dispositivos culturales.

Algunas conclusiones
Como consecuencia, en este modelo de análisis las estructuras cognitivas y simbólicas
se deben desarrollar al mismo tiempo que el análisis de las condiciones sociales en que
esas estructuras tienen lugar (tienen espacio, tienen ámbito social). No es posible una
filosofía del sujeto al margen de la sociedad, ni una de la sociedad al margen del agente.
El agente no es autómata ejecutador de reglas mecánicas que se les escapan: no es una
marioneta de las estructuras, pero tampoco es dueño de las mismas. Tampoco es un
ejecutador del modelo de racionalidad de cálculo instrumental que ha pretendido la
filosofía moderna; en ese caso, sería un obedecedor de pautas culturales universales que
se le sobreponen como ser en el mundo.
El análisis de Bourdieu se reorienta de los contenidos/sustancias a las relaciones. Lo
real no son elementos sustanciales de ningún tipo, porque los contenidos siempre
cambian. Si lo numérico-estadístico (lo cuantitativo) en el campo de la ciencia, el
capital (abstracción numérica) en el campo de la economía, el utilitarismo en el campo
del sentido común, el reconocimiento de derechos abstractos de individuos en el campo
de la política, si estos contenidos, son los dominantes en nuestra objetividad social
actual, esto no nos legitima a situarnos en la culminación de la historia de la cultura.
Como recuerda Bergson, muchos siglos de civilización son necesarios para la
emergencia del sujeto utilitarista, pero no por ello deja de ser un producto de la historia,
y no un agente transhistórico o fuera de la cultura que pretende un ejercicio de
conformismo lógico (Durkheim). Ante tal posibilidad, Bourdieu, recordando la
propuesta de Marx, enuncia la falacia de tomar las cosas de la lógica por la lógica de
las cosas [en sentido objetivo, transcultural, coo conjunto de principios que organizan la
visa social].
Son las relaciones entre los agentes de las estructuras las que debe focalizar el científico
social, son ellas –no entendidas al modo de interacciones intersubjetivas como
generadas de la sociedad al margen de algún contexto- las objetivamente existentes, en
términos marxianos (“las relaciones objetivas existen, independientemente de las
conciencias individuales”). El relacionismo –que puede tener como trasunto de un
relativismo axiológico, pero no necesariamente epistemológico- es el precepto
metodológico: lo real es lo relacional, la búsqueda de las lógicas –principios que
gobiernan los sistemas paraxeológicos: prácticas más significados.
La acción social se entiende desde la perspectiva de Bourdieu como acción interesada,
no gratuita, siempre relacional y con flujo de capital. Toda conducta es razonable, se
puede dar sentido de la misma, y ése es el sentido de la ciencia social.

La teoría de la estructuración de A. Giddens


Fuentes: A. Giddens, Central problems in social theory: action, structure and
contradiction in social analysis. London : MacMillan, 1983.
A. Giddens, La constitución de la sociedad : bases para la teoría de la estructuración
Buenos Aires Amorrortu, 1995

a) Fuentes teóricas.
- Revisión crítica de los pilares de la teoría social moderna: Marx, Weber y Durkheim
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- Microsociología estadounidense crítica con el funcionalismo


Con estas fuentes se propone realizar una crítica completa el enfoque estructural de la
sociedad
- Teorías fenomenológicas (comprensivo-interpretativas)
- Filosofía de la ciencia anti-positivista.
Con estas fuentes se propone realizar una crítica completa al objetivismo positivista de
las tradiciones sociológicas dominantes hasta el funcionalismo (las grandes teorías
sociológicas).

b) Crítica al enfoque estructural (que desarrollan tanto la teoría materialista como la


funcionalista)
1. Los fenómenos sociales no (= no es absolutamente) son independientes de los
individuos
2. La estructura no es una forma que constriñe y limita la acción y los significados de
los agentes.
3. El individuo no es un producto de la estructura.
4. Sólo se centran en la reproducción del conjunto del sistema social
5. Subyace un planteamiento evolucionista (de lo simple a lo complejo).

c) Crítica al positivismo (que desarrollan tanto la teoría materialista como la


funcionalista)
1. Existe objetivamente principios o leyes que caracterizan las estructuras subyacentes
de los sistemas sociales, y que son independientes de los valores, metas y significados
de los actores.
2. Los sistemas sociales, y sus aspectos estructurales, también están conformados por
procesos de subjetivación (por ejemplo, significados culturales, que no son externos y
necesariamente constriñen a los sujetos).
3. No es posible una neutralidad axiológica en la formulación científica, que tiene un
carácter interpretativo.

d) Crítica a los enfoques interpretativos y microsociológicos


1. La acción social tiene significado subjetivo (sentido), pero éste no explica
completamente la acción.
2. Las interacciones sociales deben referir necesariamente a sistemas y relaciones de
poder (factor que no es tenido en cuenta por estos enfoques).
3. Los sistemas normativos pueden ser interpretados de modo diverso por los actores,
según sus posiciones.
4. Es importante incluir la transformación histórica de los dispositivos institucionales.
5. Se centran en cómo el actor produce su entorno social, pero no en cómo los sistemas
sociales se reproducen, incluso al margen del sentido aplicados por los actores a sus
acciones.

e) Aportaciones
1. La teoría social debe restituir al agente dentro del sistema, señalando sus razones y
motivaciones, al mismo nivel que las determinaciones estructurales objetivas. Su punto
de partida es el célebre pensamiento de Marx en 18 Brumario de Luis Bonaparte: “Los
hombres hacen su propia historia, pero no en las condiciones que ellos escogen: lo
hacen bajo circunstancias directamente encontradas, dadas y transmitidas desde el
pasado”. Su objeto es, por tanto, dar cuenta de cómo los seres humano produce,
reproduce y transforma la sociedad que le sirve de marco.
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2. Otra unidad de análisis clave es la praxis –el compromiso de los actores con la
realización práctica de sus intereses-. Los actores tienen recursos (habilidades, técnicas
interaccionales) en la vida cotidiana, de los cuales son conscientes (hay diversos tipos
de conciencia). Ello les otorga un poder causal sobre su entorno, más allá de su
intención y más acá de la determinación estructural, que deriva de su capacidad
reflexiva acerca de sí, de su entorno y de los otros. La práctica social es rutinaria y
recursiva, pero no cerrada. Así producen de modo no intencional e intencional los
actores su vida social ordinaria, creando comportamientos institucionalizados que se
distribuyen en el espacio social y a lo largo del tiempo. A todo esto le llama la
naturaleza recursiva de la vida social.
3. Los significados de la acción social no son del todo autosuficientes; por el contrario
están sometidos a procesos de mediación (política, cultural, socio-económica). Pero los
actores pueden modificar internamente los significados porque éstos no existen al
margen de ni independientemente de los actores.
4. La estructura está conectada con la acción social, y ésta lo está con la estructura, a
través de las prácticas sociales. Esa estructura no es, por tanto, externa a los individuos,
y no está desapegada de las razones y motivaciones de las acciones de los sujetos, sino
estrechamente ligada a éstos. Las estructuras son internas a la acción social, y no son
permanentes. Son como “huellas de la memoria”, que los agentes van asumiendo a
modo de reglas y recursos sociales (institucionalizados) de su experiencia vital. Generan
por tanto el comportamiento, pero son también el resultado de él. La estructura es medio
y resultado del proceso de estructuración. A todo este constructo teórico le llama
dualidad de la estructura.
Entre los recursos disponibles son especialmente importantes los materiales a
disposición y los autoritativos (posiciones de poder).
5. La producción social hace referencia a cómo los actores generan los procesos de la
vida social, con sus recursos, rutinas y significados. La reproducción social hace
referencia al mantenimiento de dispositivos sociales y culturales más allá de los
individuos, trascendiéndolos, y a pesar de la capacidad de agencia y creatividad de los
sujetos (a pesar del dinamismo de la vida social).
La reproducción social es posible gracias a la conformación de sistemas e instituciones.
Aquéllos son los patrones visibles, las prácticas sociales, las instituciones son las reglas
y los recursos que se encarnan en las prácticas. Sólo existen en la medida que son
asumidos y practicados/pensados por la gente en la interacción social. Ello se produce a
través de lo que Giddens denomina integración social, que en el nivel macro es la
integración sistémica (política, economía, educación, sistema de valores, pensamiento
religioso, etc.)

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