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Concepto de Institución 

“INSTITUCIÓN, CONCEPTOS Y PERSPECTIVAS” de Graciela Frigerio


Frigerio considera a las instituciones como un objeto de conocimiento. Las instituciones son ​una
cuestión viva​, un espacio político, una cuestión que está poblada de sujetos y por eso escapan a la
programación. Resalta que las instituciones son necesarias para la sociedad.
Uno de los primeros orígenes de la palabra institución era “​institución sinónimo de ley​”: las
instituciones expresan una Ley estructurante para lo humano, una Ley estructurante para la
sociedad; de tal manera, sostienen un mínimo de prohibiciones para el desarrollo social. Es
estructurante porque, como Ley, es necesaria para que haya sociedad. Por eso es importante señalar
que no hay sociedad sin instituciones.
Según Frigerio, la institución es una manera de ​proponer y organizar los vínculos con las otras
personas ​(perspectiva del psicoanálisis). La institución es vista como un tejido o como un mapa de
vínculos, como un conjunto de relaciones que marcan de qué nos separamos y que marcan también
con qué nos juntamos.
Para el derecho romano, la institución es un VITAN INSTITUERE, significa tener en mente una idea
del/la otro/a para poder vivir en conjunto, ​admitir a la otra persona como sujeto semejante y
diferenciado​. El trabajo de las instituciones es la ​filiación​, el trabajo de reconocernos como pares. El
reconocimiento es siempre mutuo. La institución es lo que nos hace sujetos, miembros de la
sociedad, ciudadanos/as, más allá de las organizaciones precisas. Los modelos neoliberales ejercen la
violencia des-subjetivante​, es decir, se dirigen a la otra persona como si fuera nada, nadie. Frigerio
alerta que se ejerce esa violencia contra las instituciones. Cuando se ataca a la institución, se ataca
esa imagen de la otra persona que yo necesito para saber que formamos parte de la misma sociedad.
Institución no es lo mismo que organización. Esta última es un manojo de reglas a un propósito,
mientras que la primera es más abarcativa.
Frigerio destaca también que las instituciones son siempre territorios en conflicto​. Se lucha sobre la
dimensión del terreno, sobre el mandato que se tiene, sobre quién expresa mejor la necesidad que
tiene el otro/la otra. No siempre se resuelve el conflicto, hay que ver cuánta polifonía interna
aceptan las instituciones. Las instituciones hacen un doble trabajo: trabajan haciendo que lo
objetivable pase a formar parte del mundo interno y haciendo que el mundo interno pueda
expresarse en cuestiones objetivables.
Castoriadis dice que se inventan instituciones para responder a las necesidades, necesidades que
pueden ser inventadas. Él destaca que ​“cada uno de nosotros es un ladrillo ambulante de la
institución”​, con ello se refiere a que las instituciones no están por fuera nuestro, que cada cual tiene
responsabilidad. Cada sujeto es un actor/actriz institucional, alguien que está colocado/a en ese lugar
y hace de ese lugar. La interpretación de su guión construye otra realidad. Construimos cada
institución día a día, en la cotidianeidad. Para cambiar el orden social hay que hacerlo sobre la base
del modelo anterior.
Loureau
La institución no es una cosa (versión sociologista) ni un fantasma (versión psicologista), es un
proceso​: el movimiento de las fuerzas históricas que hacen y deshacen formas. Es el proceso
mediante el cual nacen las fuerzas sociales instituyentes que a menudo terminan por constituir
formas sociales codificadas, fijadas e instituidas. Para este autor, la institución tiene tres momentos:
UNIVERSALIDAD → El momento de la universalidad, es la unidad positiva del concepto, este es
plenamente verdadero de modo general y abstracto. “Su contenido son las normas, los valores y los
sistemas culturales ya existentes.” Por ejemplo, el Salario y el Matrimonio, son hechos sociales
positivos en lo abstracto, universales. Definen quienes están dentro y fuera de la norma, así como lo
prescripto y lo proscripto.
PARTICULARIDAD (Fundación) → El momento de la particularidad, es la negación de la universalidad,
la cual lleva en sí misma su contradicción. Toda idea (o concepto) es tan verdadera como su contrario
desde que se “encarna” en la acción de los individuos y colectividades (grupos heterogéneos) y que
se aplica en condiciones particulares, circunstanciales y determinadas. La característica de esta fase
es la determinación. El contenido de este momento “es el conjunto de determinaciones materiales y
sociales cuando esta norma encarna en la realidad” (op.cit). Ejemplo: del universal “educación
universitaria”, el particular “UNR”.
SINGULARIDAD → El momento de la singularidad es el momento de la unidad negativa del concepto,
es decir, es la acción de la negatividad sobre la unidad positiva de la norma universal (negación de la
negación). “Su contenido son las formas organizacionales jurídicas o anómicas para el logro de
objetivos”(op. cit). La sociedad funciona en tanto las normas universales no se encarnan
directamente sobre los individuos, sino que pasan por la mediación de formas singulares, de modos
de organización más o menos adaptados a algunas funciones. Como cualquier ordenamiento,
instituye una ruptura tanto entre lo permitido y no permitido, como entre lo deseable y obligatorio y
no deseable ni obligatorio, dentro de una forma social determinada. Es el momento de cómo recae la
institución en cada persona. Ejemplo: la facultad de FCPOLIT.

- El ​significado universal​, estructural o incluso tópico de la institución, se refiere a normas


instituidas, a lo que ya se haya establecido.

- El ​significado singular​, morfológico, de la institución, se refiere a formas sociales visibles,


de origen ya sea eclesiástico o estatal

- El​ significado particular​, dinámico, de la institución, se refiere al acto de instituir, de


fundar,de modificar el sistema instituido. Aquí reside lo instituyente. (Lourau, 1985)

 
Lapassade 
La institución es la dialéctica entre lo instituido (lo dado) y lo instituyente (aquello que interroga,
interpela a lo instituido y cuyo fin es volverse instituido). Es un juego inacabable. Lo instituido es la
propia institución, tal como es concebida y dada al grupo. Lo instituyente son las acciones que
realizan los miembros de una institución con el fin de satisfacer sus necesidades y resolver sus
problemas. Los procesos de cambio en las instituciones surgen de la relación dialéctica entre lo
instituido y lo instituyente, cuando lo instituyente descubre, por medio de analizadores, lo que se
oculta detrás de lo instituido. No cualquier cosa es instituyente: el cambio de moda no lo es, excepto
que sea algo como uso de bikini o minifalda, que implique un cambio mayor.
Castoriadis
Castoriadis menciona que aquello que mantiene unida a la sociedad es la institución; asume
a la sociedad como la institución que da paso a y tiene un proceso de creación continuo de
otras instituciones. ​Castoriadis dirá que la institución es una red simbólica en la que se
combinan dos variables: un componente funcional (dimensión conjuntista-identitaria) y otro
imaginario (dimensión estrictamente imaginaria). "Todo lo que se presenta a nosotros, en el
mundo social-histórico, está indisolublemente tejido a lo simbólico. No es que se agote en
ello. Los actos reales, individuales o colectivos -el trabajo, el consumo, la guerra, el amor, el
parto-, los innumerables productos materiales sin los cuales ninguna sociedad podría vivir un
instante, no son (ni siempre indirectamente) símbolos. Pero unos y otros son imposibles
fuera de una red simbólica [...]. Las instituciones no se reducen a lo simbólico, pero no
pueden existir más que en lo simbólico, son imposibles fuera de un simbólico en segundo
grado y constituyen cada una su red simbólica." (Castoriadis, 1983, p.201; Vol. I)
Acevedo
El análisis institucional como disciplina, luego de la fase empírica, la ideológica y la teórica, logra
distinguir dos tipos de instituciones: internas (miembros de la institución puede modificar a su
voluntad) y externas (organismos sociales y estatales sobre los que no tienen poder). Hospital
psiquiátrico articula ambas.Institución puede ser: las formas sociales establecidas o los procesos a
través de los cuales se organiza una sociedad. Retoma a Castoriadis y define a lo instituyente como el
cuestionamiento, la capacidad innovadora y la práctica política como significante de la práctica social.
En lo instituido ubica al orden establecido, los valores, formas de representación y de organización
consideradas normales y también los procedimientos habituales de las previsiones (económicas,
políticas). La institucionalización es el carácter vergonzoso, la legitimación de los caracteres, lo que se
objetiva.
Concepto de Análisis institucional 
Loureau 
El análisis institucional engloba un método de conocimiento inductivo (análisis funcional,
estructural, económico, político) y un modo de análisis más cercano a la terapia
psicoanalítica. Solo la intervención en una situación permite un verdadero socioanálisis. La
dilucidación de las relaciones de la institución pone en relieve que el vínculo social es un
acondicionamiento del no saber de los/las actores/actrices respecto de la organización
social. El análisis es una institución: el recurso a analistas como intervinientes externos,
efímeros o periódicos, y pagos, es legitimado por el reconocimiento de cierto consenso y de
cierta reglamentación respecto del/la intruso/a, de esa provocación institucional que es la
analista. El acto analítico es lograr que el no-saber subjetivo se reconozca en la revelación
bruta del analizador objetivo.
El sistema de referencia del análisis institucional está determinado por la presencia física de
analistas en cuanto actores/actrices sociales en una situación social y por la presencia
material del contexto institucional.
Instrumentos de análisis:
● Segmentaridad: Se puede enfocar en una unidad positiva (consenso da carácter de
formación social, funciona como ideología; intereses convergentes que tienen algo
de sagrado e intocable) y en una unidad negativa (forma de individualismo,
acentuación de lo particular). La unidad de los agrupamientos observables es
pluralista y heterogénea. La segmentaridad es el carácter singular de los
agrupamientos, los sistemas de referencia de cada cual. Por ejemplo, en la clase hay
gente de escuela pública, privada, de Central, de Nob, etc.
● Transversalidad​: es el fundamento de la acción instituyente de los agrupamientos, en
la medida en que toda acción colectiva exige un enfoque dialéctico de la autonomía
del agrupamiento y los límites de su autonomía. Es el saber y no saber del
agrupamiento sobre su poli segmentaridad. Es la condición indispensable para pasar
de grupo objeto a grupo sujeto. Ambos tipos de grupo son momentos o posiciones,
no son estados o clasificaciones estáticas. Se pasa de una a otra.
○ Grupo-objeto → no registra su fin. Puede rechazar cualquier tipo de
exterioridad y verse como un grupo monosegmentario que se distanca de
otras instituciones (primer tipo, banda o secta) o puede no reconocerse una
existencia efectiva más allá de las normas indispensables e identificar en
demasía su acción con la influencia de otras instituciones (segundo tipo, se
somete a sí mismo). El grupo-objeto niega su transversalidad.
○ Grupo-sujeto → da cuenta de su fin, reconoce su muerte y su transversalidad.
● Distancia institucional:​ subjetividad indispensable para analizar la institución
● Distancia práctica:​ es la forma de no saber referente a la función de sustrato material
de todas las instituciones y de la organización social. Weber indica dos hechos
fundamentales para el análisis institucional (alejarse de la base racional de las
normas y de las técnicas, entendiendo a estas últimas como operaciones usadas
como medios en la práctica social).
● Implicación
Lapassade
En la práctica del análisis institucional solo se puede avanzar con la condición de ubicar
dentro del campo del análisis dispositivos que deben catalizar las significaciones y permitir
cercar y luego analizar lo que justo hasta entonces estaba disperso y disimulado en el
conjunto del sistema. La ubicación de los analizadores ya forma parte del análisis. Es el
trabajo primero y principal de aquellas personas a las que hoy se llama analistas.
 
 
Concepto de intervención 
 
Loureau 
Para evitar una intervención salvaje o de mero reaseguro, se debe adoptar como regla
fundamental de la intervención el análisis permanente de la demanda, lo cual incluye el
requerimiento explícito del “staff-cliente”, la demanda difusa del “grupo-cliente” y la
demanda implícita del/la analista. Analizar la demanda consiste en ver en relieve lo que la
demanda delineaba en lo hueco: la situación real de la organización-cliente, sus relaciones
con el conjunto del sistema social, sus contradicciones, la potente acción de lo negativo que
la hace funcionar y producir.
Andoino
Intervenir es venir entre, interponerse. Puede ser entendida como mediación, intercesión
(lenguaje corriente) o como intromisión, injerencia violenta (intervención de FFAA). En todos
los casos se trata de un tercero que sobreviene en relación con un estado preexistente.
Andoino se posiciona desde un lugar que considera que la investigación y la práctica se
reúnen. Así desaparece el mito de la objetividad. La intervención siempre se asocia, en un
sentido técnico, a todas las prácticas de formación. La intervención del/la consultor/a en una
organización difiere del rol de formador/a en muchos aspectos. Ambas figuras tienen por
objetivo el cambio personal o interpersonal (microsocial). La intervención psicosociológica
pretende dirigirse a grupos naturales cuya historia y estructuras no serán descuidadas. La
temporalidad es un componente fundamental.
Existen dos posturas al analizar los grupos. Una es ​funcionalista​; considera al caos como algo
patógeno y ve a los sistemas sociales regidos por leyes y reglas cuyo buen funcionamiento se
entorpece por deficiencias. Esta mirada incluye a la escuela de dinámica de grupos (aplica al
campo micro-social un modelo derivado de las ciencias fisicoquímicas traducido por
formulaciones matemáticas), al psicoanálisis (mira al grupo como una “tópica proyectada”) y
a la tradición anarcosindicalista (perspectiva sociopolítica y radical). La otra postura es la del
análisis institucional, el socioanálisis y el sociopsicoanálisis. El cuestionamiento crítico del
orden establecido, la contestación militante, constituye el fundamento ideológico de estas
prácticas. El análisis institucional se define como contrasociología, resaltando lo político. Los
objetivos de la intervención no son el tratamiento de los disfuncionamientos, sino la
interrogación acerca del sentido, la puesta en evidencia y la elucidación de lo que hasta
entonces quedaba oculto por el juego de intereses y la opacidad resultante. La intervención
más militante le da importancia a la implicación institucional que se desprende de las
afiliaciones, la posición, los lazos de solidaridad y transversalidad reconocidos. Esta toma de
partido, el carácter deliberado metodológicamente desordenante de la intervención
predomina sobre las funciones de regulación.
El método de la intervención se revela como producto de ideologías y filosofías subyacentes.
Existen diversas concepciones del cambio social e intenciones políticas:
- intenciones ​retroversivas​: centradas en el regreso a la pureza de los orígenes. El
cambio deseado va contra el paso del tiempo y busca reapropiarse de la identidad
perdida, corrompida por el uso.
- intenciones ​proversivas​: la búsqueda de lo que aún no es; se colocan bajo el signo del
inacabamiento. Lo instituyente se define negativamente en relación a lo instituido.
¿Cómo se entrama la intervención?
1) ​El acto fundador de la intervención es la expresión de la demanda del/la cliente/a, que
debe ser identificado/a. La demanda difiere del encargo (formulación más contractual,
jurídica y administrativa, el libro de cargos). Luego se da un trabajo de apreciación y
estimación de la situación, de las fuerzas que estructuran esa demanda y las oportunidades
de evolución. La demanda puede ser modificada a lo largo de la intervención.
2) ​El contrato metodológico es el conjunto de reglas prácticas que regirán a partir de ese
momento las relaciones entre intervinientes y clientes/as, quienes deben admitir la
legitimidad de las reglas. Debe ser tan explícito como sea posible, incluyendo modalidades
de indemnización y forma de cubrir gastos. Los instrumentos de intervención deben ser de
uso común (no brujería). A partir de esto se redacta el contrato jurídico entre las partes: la
demanda inicial se reformula en un encargo y se detalla la política.
¿Cómo se desarrolla la intervención?
1) Fase de observación y familiarización con el medio. Usualmente se desplazan las
dificultades reales y los conflictos por cuestiones menores, más abordables. Se puede
redactar un reporte escrito que tiene que ser distribuido en todos los niveles (no confundir
con el diagnóstico).
2) ​Las reacciones pueden ser negativas (sospechas de intromisión, intruso/a) o positivas (se
mantiene la autonomía del/la cliente/a). Lo primero analizables es la precaria institución
constituida por el dispositivo analizador y la función de análisis. La intervención se
caracteriza siempre por armar dispositivos analizadores o por usar lo que puede ser un
analizador natural. El problema real es una tríada: analistas (incluye clientes/as), dispositivo
analizador y análisis. Las distintas peripecias de la intervención, incorporadas a la historia de
la organización, se convierten también en objeto de interpretación. El análisis institucional
privilegiará las relaciones de fuerza socioeconómicas y la lógica de la dominación que
atraviesan y estructuran los microsistemas, así como también la trama profunda (ideologías,
sistemas de valores, políticas implícitas y explícitas), más aún que las luchas internas por el
poder.
3) El fin de la intervención debe ser delimitado sino se convierte en parasitismo. No hay
intervención exitosa, siempre da la sensación de inacabamiento. Si queremos hacer
investigación científica a partir de esto, hay que tener en cuenta que la investigación-acción
no aporta al conocimiento más que una contribución modesta. Se debe separar el
cuestionamiento de la práctica y la investigación. La praxiología es la ciencia de la acción
encargada de optimizar la práctica, estudia los elementos dinámicos, dialécticos. Ardoino
prefiere una perspectiva histórico-práctica.
La intervención cambia el marco microsocial de las organizaciones y los grupos; cambia la
mirada que las actrices/los actores dirigen hacia la situación que sufrían hasta entonces sin
poderla comprender muy bien, por el hecho de su complejidad y opacidad. Modifica la
economía libidinal de las relaciones, la lectura de los fenómenos. La intervención es lo que
nunca ha dejado de ser: un trabajo educativo, ya que desarrolla el espíritu crítico.
Acevedo
La concepción del análisis institucional acerca de la intervención es: método por el cual el
grupo de analistas, respondiendo a la demanda de una organización social, instituye en esa
organización un proceso colectivo de autoanálisis.
 
Concepto de analista y analizador 
Loureau 
La función de “analista” es inmiscuirse en una división del trabajo ya instituida entre
miembros de una colectividad-cliente, ve su puesto de trabajo definido en cuanto a su
contenido y delimitado en cuanto a sus prerrogativas mediante la demanda de intervención.
El/La analista recibe el pago del/la cliente/a o por una institución de la que depende pero no
tiene que rendir cuentas a nadie.
La desviación organizacional amenaza al aparato institucional. Existen tres desviantes o
líderes analizadores: el ideológico (momento universal; emite dudas sobre las finalidades y la
estrategia general), el libidinal (momento particular; duda sobre la seriedad de la ideología o
la organización) y el organizacional (modelo singular; el más temido, ataca de frente el punto
donde confluyen los problemas teóricos y prácticos). El analizador es lo que permite revelar
la estructura de la institución, provocarla, hacerla hablar. El analizador puede ser un
individuo, figura de líder competitivo o rival. El analizador es siempre material, el cuerpo es
un analizador privilegiado.
Lapassade
Menciona la idea de ​analizador freudiano,​ la relación de transferencia que reproduce y
simula la situación edípica. La psicología ve al analizador como el aparato orgánico que
analiza el mundo exterior. El sistema nervioso es un analizador. ​Pavlov ​considera que el
analizador descompone los elementos complejos, es todo aparato nervioso de sensibilidad
exteroceptiva. Es un dispositivo experimental, un intermediario entre quien investiga y la
realidad. El conocimiento no es inmediato, pasa por la intermediación de dispositivos
analizadores. Las ​ciencias de la naturaleza ​entienden al analizador como un dispositivo
construido por la persona que experimenta. Los analizadores de la física son analizadores
construidos; los de la fisiología son naturales. En ambos casos la operación del analizador
produce una descomposición de la realidad material en elementos sin intervención de un
pensamiento consciente.
El ​analizador ​es algo que provoca lo imaginario, genera una pregunta. Según Lapassade, los
exámenes primero eran meros instrumentos de medición pero luego pasaron a ser también
analizadores. Dentro del psicodrama, es analizador todo lo que concurre a teatralizar lo
imaginario y el deseo, es lo que hace surgir el deseo y produce su simbolización. La
provocación es la función del analizador escénico. Luego del mayo francés, el concepto de
analizador se impuso como una necesidad para entender los acontecimientos sociales que
producían contra instituciones. Las contra instituciones son la imagen invertida y negativa de
la sociedad existente; dejan al desnudo las instituciones represivas. El analizador construido
en un campo institucional con fines de análisis es como un simulador, una institución que
imita a la institución real.
Analista ​es aquella persona cuya actividad consiste en descomponer un material para
encontrar su sentido oculto. El psicoanálisis considera que la relación que se establece con
el/la analista es una relación de transferencia. Como objeto de transferencia y por el hecho
de responder con contratransferencia, la/el analista es al mismo tiempo un analizador. El/La
analista es un rol, decodifica los mensajes simbólicos. La pedagogía institucional destaca que
en los grupos existe la figura de “monitor”, quien es la única persona que sabe lo que otra
gente acude a ver: es el analista del grupo. El análisis no existe solo a través de analistas
profesionales.
Andoino
La intervención se caracteriza siempre por armar dispositivos analizadores o por usar lo que
puede ser un analizador natural. El analizador es quien por sí solo/a lleva a la praxis al punto
de permitir a cada quien una inteligencia acrecentada de las situaciones donde se encuentra
institucionalmente implicado/a.
Acevedo
El trabajo de analista, y su convicción profunda como sujeto político, es sacudir las
estructuras, derrumbar los estereotipos, desnudar las contradicciones, crear un malestar
que obligue a cada cual interrogarse acerca de sus implicaciones.
Concepto de transferencia y contratransferencia 
Loureau 
La transferencia institucional es una nueva concepción del análisis en cuanto intervención
institucional y de la/el analista en cuanto actor/actriz que se implanta en una situación
social. El contenido de la transferencia es el de la demanda o el requerimiento de la
intervención.
El concepto psicoanalítico de “provocación emocional” se aplica al/la analista, a desviantes,
o a dirigentes capaces de revelar el grupo a sí mismo. La “provocación institucional” designa
al desplazamiento de lo instituido por parte de la acción instituyente de analista. La
provocación institucional se refiere también al analizador. Lo que interviene en la situación
analítica no es un saber superior sino la dilucidación de las relaciones establecidas entre la
clientela y sus respectivas instituciones, entre clientela y analista y entre analista e
instituciones.
La contratransferencia es el efecto que provoca en el/la analista. Resulta de dilucidar: la
respuesta que da la/el analista a las/los clientes/as en función de sus diferenciaciones, a la
organización cliente como institución, y a las transferencias de su propia organización
analítica.
Concepto de implicación 
Loureau 
La noción de ​implicación ​nació bajo la influencia de la contratransferencia institucional en
psiquiatría y bajo el efecto de la intervención socioanalítica. La carga semántica de la palabra
“implicación” es la presencia activa, llamativa, obscena de su devenir; es su relación con el
juego de fuerzas y las formas sociales (la institucionalización).
La implicación es un nudo de relaciones, no es ni buena ni mala. Quien interviene es
analizador y analista a la vez. Debe ser analizada individual y colectivamente, lo que supone
una actividad intensa y muchas veces penosa.
La ​sobreimplicación​, es la ideología normativa del sobretrabajo, de la necesidad de
“implicarse”. La sobreimplicación, el activismo, pueden presentar aspectos altamente
pasivos. Ejemplos: “ponerse la camiseta de la empresa”, darle más puntos a quien tenga la
carpeta más prolija en la escuela. Si el sistema habla de implicaciones (el furor de la
investigación burocratizada) es para impedir que sean develadas. La figura del/la intelectual
progresista rechaza analizar sus implicaciones bajo la retórica de una sobreimplicación, de la
participación en la universalidad del progresismo. Desde el punto de vista del análisis
institucional, la sobreimplicación no es solamente productora de sobretrabajo, de stress
rentable, de plusvalor, sino también de beneficio absolutamente neto consagrado a la
reinversión, al crecimiento de la empresa-institución. Con la sobreimplicación vemos el
vínculo entre subjetivismo e instrumentalismo.
La implicación es el lugar del sujeto en relación con sus relaciones. En un primer momento,
Loureau retoma una clasificación de Thomas sobre los tipos de implicación: institucional
(relaciones cc o no del/la actor/actriz con el sistema institucional), práctica (relaciones con la
base material de instituciones), sintagmática (articulación de datos disponibles para la
acción), paradigmática (mediatizada por el saber y no saber de lo que se puede o no hacer y
pensar), simbólica (vínculo social mismo). 
Andoino 
La implicación recupera un lugar central al convertirse ella misma en objeto de estudio,
siendo a la vez sesgo y factor relativizado del conocimiento.  
Acevedo (retoma a Lourau y Andoino) 
El concepto de contratransferencia viene de la psicología. El análisis institucional lo amplía y
considera la respuesta de todas las realidades tanto de quien es analizado/a como de su
analista, como así las significaciones socioculturales y económicas de la institución
psicoanalítica. Esto fue revolucionario porque no solo requería la creación de dispositivos
aptos para analizar la transferencia y contratransferencia sino que mostraban que los
fenómenos de este orden podían ser detectados en todas las situaciones humanas en las
que se da una relación de alguien que observa y alguien que es observado/a. Loureau cree
que no solo hay que prestar atención al encargo social de las autoridades, también a las
demandas del conjunto de la organización, tener en cuenta que el efecto acanalitico
proviene de quien investiga y del dispositivo analitico tambien, hay que poner los resultados
a disposición de la gente practicante, investigación al servicio del cambio. A partir de esto
cambia el binomio transferencia-contratransferencia por implicación. Implicación tanto de
analista como de observado/a con respecto a: objeto de intervención, instituciones de
pertenencia, encargo y demandas, epistemología del campo disciplinario, escritura o medio
de exponer resultados. La puesta en palabras de las implicaciones devela las contradicciones
encarnadas en individuos y escenificadas en grupos u organizaciones. Las contradicciones
particulares no hacen sino reproducir las contradicciones instituidas en la macro sociedad y
que el análisis institucional puede desenmascarar. La implicación no es ni buena ni mala, no
hay que eliminarla sino analizarla. Es un desafío ético y profesional. Estar implicada es
admitir finalmente que soy objetivada por lo que pretendo objetivar.
Implicación no es sinónimo de compromiso. La implicación viene con una en tanto sujeto
histórico y político y es activada por el encuentro con el objeto, con aquello que involucra un
pronunciamiento o una acción de mi parte. La implicación es una noción polisémica (derecho
penal, matemática, psicoanálisis).
Loureau distingue: implicación institucional (relaciones actor/actriz con sistema institucional)
y implicación práctica (relacion con base material). Ardoino distingue: implicación libidinal
(estructura psicológica de cada cual,forma de ver el mundo) y social (determinantes
culturales)
La sobreimplicación es un efecto, la consecuencia de la incapacidad de analizar las propias
implicaciones. Es la ceguera que lleva al sujeto a una identificación institucional en la que
queda alienado a la voluntad de un poder que lo desconoce en su particularidad. El individuo
sobre implicado es también un individuo sobreexplotado, explotado en su subjetividad ya
que no tiene conciencia del punto en que sus intereses resultan irreductiblemente opuestos
a los del sistema para el que trabaja. La política de la sobreimplicación es la política del
sobretrabajo que el neoliberalismo impone.
El análisis institucional exige que quien investiga se concientice sobre sus implicaciones y
luego haga públicas las razones por las que no incluye cierta información en su producción
escrita. Hay un obstáculo de índole resistencial en lo intelectual, resistencia icc. a admitir la
existencia de mecanismos psíquicos que escapan a nuestro control y nos llevan a interpretar
la realidad social, las acciones propias y de ajenas como si fueran unívocas y transparentes.
Notas generales de clase 
La ​institución ​es aquello intangible que atraviesa cuerpos tangibles. (La institución historia
también atraviesa). El análisis institucional busca abrir lo oculto, ver cómo las instituciones
atraviesan, ver los factores. Da cuenta de los marcos reguladores. Su objeto de análisis son
las instituciones, los grupos y los sujetos.
El análisis institucional pone en foco al/la analista y sus atravesamientos. Hay una doble
pregunta: sobre la organización y sobre el/la analista.
La ​intervención ​es un tercero que aparece en un estado preexistente, es un “venir entre”. La
intervención no cambia la institución sino que cambia la mirada de actores/actrices de esa
institución. Se pueden tomar dos estados de la institución y tratar de ver por qué cambió,
qué instituyente operó. (ejemplo: escuela religiosa solo de hombres y luego mixta).
La transferencia se da todo el tiempo en todos los lugares. Es el rasgo unitario, vemos en la
otra persona un rasgo, la singularidad y a ese rasgo le transferimos lo que somos (seguimos
viendo a esa otra persona como una otra, no es una proyección). Lo que transferimos viene
de nuestra historia. Hay que ver qué le pasa a la gente con la que una trabaja. La
contratransferencia es ver qué le pasa a la analista.
El ​diagnóstico ​consiste en la organización preguntándose sobre sí misma, que se escuche y
hable de sí. No es una construcción moral, no está asociada a un veredicto, es algo vivo que
se forma por los/las actores/actrices. El diagnóstico ya es parte de la intervención, no es algo
anterior. Funciona como analizador.
El ​analizador ​produce un insumo y el/la ​analista ​hace una lectura de lo producido por ese
analizador. Es un elemento complejo que devela de qué está hecho algo. El/la analista es lo
extranjero, desnaturaliza, extranjeriza el propio territorio. Algo deja de ser analizador
cuando no se pregunta, cuando deja de interrogar. El analizador puede ser provocado por
el/la analista o también operar sin analista, como un acontecimiento. El cliente/La clienta es
quien paga, mientras que consumidor/a es quien recibe la intervención.

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