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CANCER DE CERVIX Y CITOLOGIA

El cáncer de cuello uterino es un tipo de cáncer que se produce en las células del cuello
del útero (la parte baja del útero que se conecta con la vagina).

Varias cepas del virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual,
tienen un rol importante en la aparición de la mayoría de los tipos de cáncer de cuello
uterino.
Al ser expuesta al VPH, el sistema inmunitario de la mujer normalmente impide que el
virus produzca algún daño. Sin embargo, en un pequeño grupo de mujeres, el virus
sobrevive durante años, lo que contribuye al proceso que provoca que algunas células de
la superficie del cuello uterino se transformen en células cancerígenas.
Puedes reducir el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino la hacerte pruebas de
detección y recibir una vacuna que te protege contra la infección por el VPH.

SÍNTOMAS
Por lo general, el cáncer de cuello uterino en su fase inicial no produce signos ni
síntomas.
Los signos y síntomas del cáncer de cuello uterino en una fase más avanzada incluyen
los siguientes:
-Sangrado vaginal tras mantener relaciones sexuales, entre un una menstruación y otra, o
después de la menopausia
-Secreción vaginal líquida y sanguinolenta que puede ser espesa y tener mal olor
-Dolor pélvico o durante las relaciones sexuales

FACTORES DE RIESGO
Entre los factores de riesgo de cáncer de cuello uterino se incluyen los siguientes:
Muchas parejas sexuales: Cuantas más parejas sexuales tengas (y cuantas más
parejas sexuales tenga tu pareja), mayores serán las probabilidades de adquirir el virus
del papiloma humano.
Relaciones sexuales a temprana edad: Tener relaciones sexuales a temprana edad
aumenta el riesgo de adquirir el virus del papiloma humano.
Otras infecciones de transmisión sexual: Tener otras infecciones de transmisión sexual
(como clamidia, gonorrea, sífilis y VIH/SIDA) aumenta el riesgo de adquirir el virus del
papiloma humano.
Sistema inmunitario débil: Las probabilidades de desarrollar cáncer de cuello uterino
pueden ser mayores si tienes otra enfermedad que debilita el sistema inmunitario y tienes
el virus del papiloma humano.
Tabaquismo: El tabaquismo está asociado con el carcinoma de células escamosas.

PREVENCION

Para reducir el riesgo de padecer cáncer de cuello uterino:


Vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). La vacuna está disponible para
niñas y mujeres de 9 a 26 años. La vacuna es más eficaz si se administra a las niñas
antes de ser sexualmente activas.
Exámenes de Papanicolaou: Los exámenes de Papanicolaou pueden detectar
afecciones precancerosas del cuello uterino, a fin de controlarlas o tratarlas para prevenir
el cáncer de cuello uterino. La mayoría de las organizaciones médicas recomiendan que
las mujeres comiencen a hacerse exámenes de Papanicolaou de rutina a partir de los 21
años y los repitan cada pocos años.
Practica del sexo seguro. Usar preservativos, tener menos parejas sexuales y retrasar el
inicio de las relaciones sexuales puede reducir el riesgo de cáncer de cuello uterino.
No fumar

CITOLOGIA
¿Qué es la citología?
La citología es una técnica que consiste en observar células a través
del microscopio para estudiar su morfología; es empleada en numerosas especialidades
médicas y quirúrgicas. No obstante, a lo largo de este artículo la palabra citología se
usará exclusivamente para definir la toma de muestras procedentes del cuello uterino.

¿Para qué sirve una citología?


Para comprender la importancia del empleo de esta técnica, vamos a explicar lo que
ocurre antes de la formación de un cáncer de cuello uterino.
El cuello uterino, también denominado cérvix, se halla situado en la porción inferior del
útero o matriz. El tejido que forma el cérvix está sometido, en cuanto a su fisiología, a
una serie de modificaciones según se desarrolla la mujer, que culminan con el inicio de
las relaciones sexuales. En la enorme mayoría de las mujeres estos cambios se
producen dentro de la normalidad, pero en ocasiones, bajo la influencia de factores de
riesgo, pueden desembocar en lesiones malignas. El camino que lleva a esta situación
es progresivo, formándose en un primer momento células anormales sin carácter
maligno, pero sí premonitorio de un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino en un
futuro. Además, estas alteraciones no muestran síntomas en la mayoría de los casos,
haciendo aún más difícil su diagnóstico.
Así pues, el motivo del empleo de la citología es detectar esas lesiones pre malignas,
para poner tratamiento y solución lo antes posible.

¿Cuándo debe realizarse la primera citología?


La mujer debe someterse a un examen ginecológico completo, en el que se incluya una
citología, cuando ha comenzado a mantener relaciones sexuales.

¿Cómo se realiza una citología?


La citología se realiza en combinación con una exploración ginecológica. Con una
pequeña espátula plana de madera o con un pequeño cepillo se toma una muestra de
las células superficiales del cuello uterino, proceso que se consigue con tan sólo un
pequeño raspado sobre la zona. Las muestra se coloca en una pequeña lámina delgada
de vidrio (denominado portaobjetos) y se envía al laboratorio para su examen al
microscopio.

¿Qué sucede cuando los resultados de la citología son normales?


Se informa a la paciente de los resultados favorables de la prueba y se recomienda que
lo repita una vez al año, hasta que tenga tres citologías seguidas normales; después se
irá espaciando progresivamente, siempre y cuando los resultados sean satisfactorios.
¿Qué ocurre cuando en los resultados existe alguna anomalía?
Como hemos mencionado anteriormente, las lesiones premalignas muestran diferente
grado de alteraciones, variando de leves a graves .En el caso de una alteración leve
(denominado con el término médico de displasia leve), la actitud que se debe seguir es
realizar una nueva citología en unos seis meses, para confirmar dicho trastorno celular.
Cuando se trata de un grado alto de alteración, o lo que es lo mismo, displasia grave, se
recomienda a la paciente someterse a una colposcopia, para una mejor exploración y
toma de muestras.
¿Qué es una colposcopia?
Se trata de un procedimiento de exploración ginecológica del cuello del útero, mediante
un instrumento llamado colposcopio, que actúa a modo de una gran lupa. Con el
colposcopio se consiguen ver signos indirectos de una mayor transformación de la zona
hacia el cáncer de cuello. En esta misma exploración, se tomarán mayores muestras del
cérvix (biopsias), sobre todo en áreas que con el colposcopio se observen sospechosas
de lesión maligna.
Dependiendo del grado de afectación que nos encontremos en dichas biopsias,
actuaremos de forma más o menos agresiva en cuanto a las diferentes posibilidades
terapéuticas.

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