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PRODUCCIÓN MÁS LIMPIA EN LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN.

¿QUÉ ES LA PRODUCCIÓN MÁS LIMPIA?

La fabricación de un producto implica que la materia prima esté sujeta a una transformación

continua, lo cual genera residuos y emisiones a lo largo del proceso productivo; esto se traduce

en un inadecuado aprovechamiento de los insumos empleados y en una ineficiencia del proceso,

por tanto, los costos de producción son más elevados. Por otra parte, la generación de residuos

trae consigo impactos socioeconómicos asociados a los altos costos de tratamiento y disposición

final que requieran, además de los impactos ambientales generados que deterioran la calidad de

vida y el entorno de las diferentes comunidades que habitan sobre la tierra (Sandoval, 2006).

La PML es una estrategia de gestión ambiental aplicada a los procesos, productos y servicios

que implica la optimización, modificación o cambio de los mismos; sin embargo, su

implementación no debe ser vista como un gasto, sino por el contrario, como una actividad que

genera eficiencia, productividad y ahorros económicos. Si el proceso es formulado de manera

adecuada, la implementación de la PML viene de la mano de la optimización de procesos y

ahorro de costos, mejoramiento de la eficiencia operativa, mejor calidad y consistencia de los

productos, reducción de residuos y, por ende, reducción de costos asociados a su correcta

disposición, y/o el mejoramiento de la imagen de la empresa ante clientes, proveedores, socios,

comunidad, entidades financieras, entre otras (Tamayo y Vicente, 2007; Flórez, 2002).

En la práctica la aplicación de la PML, no significa la sustitución de los sistemas de

producción, sino “un mejoramiento continuo” de los mismos. Así, la PML obedece a un proceso

dinámico y sistemático el cual no se aplica una vez, sino permanece en cada una de las fases del

proceso, producto o servicio (CNPML, 2002). Desde el punto de vista económico, los problemas
ambientales son básicamente el resultado de fallas del mercado. Durante los últimos 10 - 15 años

se puso de manifiesto una estrategia de prevención de la contaminación y se enfocaba en reducir

al mínimo el nivel de residuos, especialmente desde el momento en que determinó "el que

contamina paga" (Mijanovic et al¸ 2005).Por lo tanto, la motivación principal de las empresas

para invertir en un proyecto de PML es de orden financiero y comercial, los proyectos de PML

generan también benéficos ambientales locales, nacionales y mundiales de gran importancia

(Buchert et al, 2003). Aunque parece que la concepción de PML sigue una lógica empresarial

común, la práctica muestra que su adaptación por parte de las empresas no es automática y es

aún incipiente. Existen diferentes barreras relacionadas con el cambio de paradigma, para

integrar esta nueva concepción de gestión ambiental en prácticas empresariales (Van Hoof et al,

2007). El origen de estas barreras se basa en la falta de prioridad que asignan los empresarios a la

gestión ambiental como un elemento integral del negocio (Van Hoof et al, 2008). Por lo que, esta

estrategia requiere modificar actitudes, desarrollar una gestión responsable, la creación de

políticas convenientes y evaluar las opciones tecnológicas (Universidad Santo Tomás, 2006).

Beneficios de la producción más limpia.

Entre los beneficios que esta estrategia abarca se encuentran (Chacón, 2001; Van Hoof et

al, 2008):

 Reducción de la contaminación proveniente de la industria.

 Optimización del proceso productivo.

 Ahorro de los costos de producción mediante la reducción y uso eficiente de las materias

primas e insumos.

 Mejoramiento de la eficiencia operativa.


 Mejoramiento de la calidad y consistencia de los productos debido a un mejor control de

las operaciones.

 Reducción de los residuos

 Reducción de los costos asociados a su correcta disposición.

Barreras en la implementación de la producción más limpia.

La producción más limpia cuenta con barreras para su puesta en marcha, entre las cuales se

destacan (Chacón, 2001):

 Falta de conocimiento de la existencia de la estrategia de Producción Más Limpia

 Dificultad en la obtención de recursos para la inversión en PML, especialmente para

proyectos de Infraestructura.

 Falta de interés en la Dirección de la Organización, a raíz de la percepción de altos costos

en la implementación de la estrategia.

 Falta de personal capacitado.

PRODUCCIÓN MÁS LIMPIA EN LA CONSTRUCCIÓN

La construcción, además de ser indispensable para el desarrollo de la sociedad, es también

uno de los principales responsables de la generación de residuos, contaminación, transformación

del entorno y uso considerable de energía. Estas razones no le permiten ser indiferente a la actual

problemática.

La industria de la construcción es, sin duda, protagonista en el desarrollo de las sociedades, ya

que es responsable directa de la creación de infraestructura de vivienda, transporte, instalaciones

sanitarias, entre otros proyectos, en las que se gesta la cultura y el crecimiento económico de la

humanidad. La verdadera influencia del sector en la economía mundial se aprecia en el hecho de


que, en 2007, generó 4.7 trillones de dólares (Langdon, 2008), aportando el 10% del PIB global

y empleando a más de 111 millones de personas (UNEP, 2009). Por lo general, el sector genera

entre el 5 y el 10% de los empleos y aporta del 5% al 15% del PIB de un país (UNEP, 2007),

cifra que para Colombia fue del 5.8% en el 2009 (DANE, 2009).

A pesar de su importancia para el crecimiento, la práctica constructiva es, además, uno de los

principales actores en el proceso de modificación del planeta y de contaminación, pues es un

gran consumidor de recursos y generador de desechos. El 40% de las materias primas en el

mundo, que equivalen a 3000 millones de toneladas por año, son destinadas para la construcción.

Esto mismo sucede con el 17% del agua potable (WorldGBC, 2008), el 10% de la tierra (UNEP-

SBCI, 2006) y el 25% de la madera cultivada (WorldGBC, 2008), valor que asciende al 70% si

se considera el total de los recursos madereros (Edwards, 2001). El sector constructor es también

el responsable de más de un tercio del consumo de energía en el mundo, en su mayoría durante el

tiempo de habitación y uso del inmueble. Un 20% de la energía es consumida durante el proceso

de construcción, elaboración de materiales y demolición de las obras de construcción (UNEP-

SBCI, 2009). 

La generación de residuos sólidos y de agentes contaminantes es también un grave problema

ambiental asociado al sector de la construcción, que es el principal generador de los gases de

efecto invernadero en muchos países. Estas emisiones alcanzaban 8.6 billones de toneladas

métricas en el 2004, según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, cifra que

podría alcanzar los 15.6 billones de toneladas métricas para el 2030, en caso de continuar

construyendo de la manera actual (UNEP, 2009). Sólo en el caso del CO 2, las edificaciones

producen el 33% de las emisiones de este gas (WorldGBC, 2008), que son, en la actualidad,

motivo de numerosos proyectos de investigación. Asimismo, la construcción es responsable de la


generación del 30% de los residuos sólidos mundiales, demostrando la necesidad de generar

métodos y aplicar prácticas que reduzcan la cantidad de residuos en vista del agotamiento del

espacio para su adecuada disposición (UNEP- SBCI, 2006). Esta problemática se traduce en

costos a causa de la degradación ambiental que, para Colombia, supera el 3.7% del PIB por año

(Sánchez, 2007), por el aumento en la frecuencia de desastres naturales y la degradación de los

suelos por la modificación del entorno, y el deterioro de la salud por contaminación del aire y del

agua, en las zonas urbanas, donde ya habita más del 50% de la población mundial (UNFPA,

2007). 

En este ámbito, el sector de la construcción es aquel que más potencial tiene para reducir

sus impactos negativos al ambiente (IPCC, 2007), ya que pequeños cambios, que no incurren en

grandes aumentos en los costos de producción, serían suficientes para reducir las emisiones de

gases de efecto invernadero y la generación de residuos sólidos. El Panel Intergubernamental

sobre el Cambio Climático, en 2004, estimó que sólo con el uso de tecnologías eficientes y

comerciales, que para ese año existían en el mercado, el consumo de energía tanto en edificios

nuevos como en viejos, se podría reducir en un 30-50%, sin incurrir en grandes gastos que

afectaran la viabilidad de la inversión. 

En Colombia los nuevos modelos de construcción y planeación deben dar solución al déficit

habitacional que tiene el país, que se calcula en 3’828.055 unidades habitacionales (DANE,

2009). Así, la construcción de viviendas de interés social en el país debe procurar la edificación

de casas dignas que cumplan con ser económicas, presentar un buen desempeño ambiental y

posibilitar a sus habitantes el acceso a los servicios públicos, de educación, salud, entre otros,

mejorando las condiciones de pobreza en la que se encuentran más del 46% de los colombianos

(DANE, 2009). 
NORMAS QUE RIGEN LA PRODUCCIÓN MÁS LIMPIA

Los principios generales de la Constitución Política de 1991, de la Ley 99 de 1993 y los

objetivos del Plan Nacional de Desarrollo 1994-1998, así como la reglamentación de la

normatividad sobre aire, agua, suelo y sustancias químicas, estructuran el marco jurídico para el

desarrollo de la política de producción más limpia.

La evaluación general de la reglamentación ambiental disponible, permite hacer las siguientes

observaciones:

 Gran parte no se orienta hacia la prevención de la contaminación. Su mayor énfasis es en

el establecimiento de límites de calidad de emisiones al final del proceso, que no

incentivan a la innovación tecnológica, ni a la búsqueda de soluciones más eficientes y

efectivas, en términos económicos y ambientales.

 Hay limitaciones en su cobertura, ya que no se consideran la totalidad de las fuentes de

contaminación ni la totalidad de las categorías de residuos que se generan. • Escasa,

dispersa y en algunos casos poco confiable información acerca de la problemática

ambiental del país.

 Vacíos de “integralidad” que han dificultado, por un lado, la obtención de resultados

significativos en términos de mejoramiento ambiental global o de contribución al

cumplimiento de metas y objetivos de calidad ambiental, y por el otro, las decisiones de

inversión y planificación ambiental de los sectores productivo.


1. Sistema Nacional Ambiental (SINA) La Ley 99 de 1993

Determina el marco institucional para la formulación y ejecución de las políticas ambientales

(Gráfico 9 ), prevaleciendo los siguientes problemas:

 En la práctica, existe desarticulación en la implementación de las políticas de producción

más limpia en todos los niveles del SINA, que aún no responde a una planeación,

coordinación de acciones y estandarización de criterios y metodologías de gestión en

torno al tema. • Baja capacidad institucional para la implementación de las políticas

ambientales por la falta de recursos humano capacitados, escasa información ambiental, y

deficiencia en el seguimiento y monitoreo.

 Pérdida de gran parte de la memoria institucional, lo que dificulta evaluar

retrospectivamente cuales han sido las deficiencias institucionales del pasado, como

señales fundamentales para proponer correctivos y ajustes.


2. Coordinación entre el Ministerio del Medio Ambiente y los gremios empresariales.

Para el trabajo conjunto y coordinado entre el Ministerio del Medio Ambiente y los gremios

del sector productivo, se han creado espacios de concertación y coordinación, adicionales a los

establecidos por la Ley 99 de 1993:

 El Comité Interinstitucional de Producción Limpia, con la participación de representantes

de los sectores minero, industrial, agrícola y comercial (Ministerio de Minas y Energía,

Consejo Gremial Minero, ICPC, ANDI, SAC, Acoplásticos y Fenalco), que opera desde

la firma del Convenio Marco de Producción Limpia, el 5 de junio de 1995.

 A nivel sectorial, se han creado comités de trabajo para facilitar la gestión ambiental

(entre otros los comités de hidrocarburos, infraestructura vial, agroindustrial y minero).

Este trabajo de coordinación con los gremios empresariales ha permitido priorizar el

desarrollo de acciones conjuntas, orientadas a solucionar problemas concretos, pero no

existen los canales de comunicación ni las instancias de coordinación que permitan el

intercambio de resultados, para aprovechar su efecto multiplicador sobre otros sectores.

También se observa en algunos casos duplicidad de funciones y tareas, y en otros casos

no ha sido posible crear estos espacios.

3. Coordinación interministerial

Para coordinar el trabajo con otros ministerios, el Ministerio del Medio Ambiente ha firmado

los Convenios Interadministrativos con los Ministerios de Defensa, Educación, Desarrollo

Económico, Minas y Energía, Agricultura y el Instituto Nacional de Vías, que incorporan áreas

de trabajo relacionadas con el programa de producción más limpia, pero en la práctica no han

funcionado. En algunos de estos casos, se han realizado acciones puntuales que han obedecido a
situaciones coyunturales, y en términos generales, no se han aprovechado lo suficiente. Tampoco

se han establecido los canales oficiales de comunicación interministeriales, lo que ha generado la

creación de múltiples comités al interior de los Ministerios, en ausencia de unidades ambientales

debidamente institucionalizadas.

CICLO DE VIDA DE UNA CONSTRUCCIÒN

El ciclo de vida de un proyecto de edificación podría definirse como el período de tiempo

transcurrido desde la primera idea de proyecto hasta la eliminación total de la construcción.

Al igual que cualquier tipo de proyecto, durante su vida útil, el proyecto de edificación pasa por

diversas fases y etapas que habrá que gestionar. (Gestión en el ciclo de vida de un proyecto de

construcción Emilio Callejón, 2013 Project Management).

Una división amplia del ciclo de vida del proyecto, los clasificaría en las siguientes fases:

 iniciación (desarrollo/formación)

 realización (planificación y ejecución)

 aprovechamiento (utilización)

En estas fases se presentan muy diferentes tareas esenciales de trabajo. Para la delimitación de

estas áreas del proyecto en grandes grupos de tareas que habrá que gestionar, podrían

emplearse las siguientes denominaciones:

 Iniciación del proyecto

 Gestión del proyecto

 Gestión del edificio

Por tanto, con esta clasificación, de una manera más visual, podríamos resumir el ciclo de vida

de una construcción en la figura 1.


Iniciación del proyecto

En el sentido más amplio, significa combinar los factores ubicación, idea de proyecto y

capital, con el objetivo final de crear proyectos inmobiliarios sostenibles económicamente,

competitivos, generadores y consolidadores de empleo, así como compatibles social y

medioambientalmente, los cuales puedan aprovecharse de manera duradera y rentable.

Es también tarea de este grupo de procesos, evaluar los factores determinantes del proyecto

con la vista en el cumplimiento del objetivo, para finalmente decidir si la realización del

proyecto es económicamente viable para el inversor (ver figura 2).


Algunos de los procedimientos para evaluar estos factores determinantes son:

 Análisis de mercado y ubicación

 Análisis de inversión, riesgo y de sensibilidad

 Desarrollo de ideas y alternativas de aprovechamiento y explotación

 Desarrollo de alternativas financieras

 Exámen jurídico para la realización del proyecto

 Etc.

Gestión y control del proyecto

Existen muchas definiciones de Gestión del Proyecto. Por ejemplo, la norma alemana DIN

69901, lo define como “el conjunto de todas las tareas, organizaciones, técnicas y medios de

dirección, para la completa realización de un proyecto”.

Las tareas de dirección en un proyecto de construcción, en principio, deben ser asumidas y

defendidas por el cliente/promotor, ya que, contractualmente, le corresponden esas


responsabilidades y competencias. La realidad es que la mayoría de inversores no pueden

hacerse cargo, personalmente, de esas tareas, o sólo pueden o quieren asumir alguna parte de las

mismas. Por esta razón, dejan en manos de un tercero estas tareas de dirección. Aquí entra la

figura del Gestor de proyectos o Project Manager.

Para que desde la Gestión del proyecto, se asuman funciones del cliente/promotor, estas tienen

que ser delegables. Las tareas del cliente pueden ser clasificadas, según Will. L. (en Die Rolle

des Bauherrn im Planungs- und Bauprozess), por su delegabilidad, en tres grandes grupos:

 Tareas no delegables (p.ej.: definición del objetivo del proyecto, cierre de contratos para

la realización de esos objetivos, control supremo y la facilitación de los medios temporal

y cuantitativamente oportunos)

 Delegables

 Delegables, pero, bajo ningún concepto, a alguno de los agentes ya implicados en

tareas de control y seguimiento en el proyecto, puesto que esto puede generar conflictos

de intereses.

En la figura 3 se muestra una visión global de cómo podrían ser asumidas las tareas, según

sean delegables o no delegables, por la Dirección, la Gestión o el Control del proyecto.


Facility Management y Gestión del edificio

Los bienes inmuebles son, junto con los trabajadores, el capital y la tecnología, uno de los más

importantes recursos estratégicos para el mantenimiento y el aumento de la competitividad de las

empresas. Para alcanzar una óptima evolución de valores, tienen establecidos métodos y

procedimientos de gestión, los cuales se engloban en un concepto, internacionalmente asumido:

Facility Management.
El objetivo del Facility Management debe ser, tanto conseguir óptimas relaciones para los

procesos de valor añadido, como contribuir, a través de la reducción de costes del edificio y su

funcionamiento, un aumento del valor de la empresa.

La Gestión del edificio como gestión operativa durante la fase de aprovechamiento o uso del

edificio conforma la parte principal de la Facility Management. Se puede definir como “el

conjunto de todos los servicios para la gerencia y administración de edificios en base de

estrategias globales, incluyendo los elementos constructivos y técnicos y también los servicios

comerciales y de infraestructura.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Revista Universidad nacional, gestión y ambiente. (2012)

Artículo: Producción Más Limpia: una revisión de aspectos generales. (2016)

Política nacional de producción más limpia, Rep. Colombia, Ministerio del medio ambiente

(Agosto 1997).

Gestión en el ciclo de vida de un proyecto de construcción, Emilio Callejón. (Noviembre, 2013)

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