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Ingeniería Romana- Acueductos I.

A través de todos los tiempos el agua siempre ha sido la primera riqueza. Los
romanos se dispusieron a llevar el agua más pura posible a las ciudades más
importantes, es por esto que inundaron el imperio de ingenierías osadas, destinadas
a transportar el agua.
En el año 29 A.C, el emperador Augusto queda dueño del imperio romano,
emprende reorganizar el imperio que ahora tiene bajo su control, entre sus
estrategias decide que la colonia Nemausus sea una gran ciudad con más de 60000
habitantes. Así fue, Nemausus fue una gran ciudad, los restos que se pueden
contemplar en la actual Nimes no dejan dudas.
Una ciudad con tales características debía contar con un importante suministro de
agua. Los romanos tenían conocimiento de un manantial sagrado para los celtas,
que alimenta a uno de los parques públicos más antiguos de Europa. Además de
esas fuentes, los romanos disponían de un rio a 5 Km al Norte de Nimes, pero para
ellos la calidad del agua no era la deseada, necesitaban unas fuentes con agua de
buena calidad y un gran caudal, un suministro que tuviera un dilatado horizonte para
poder abastecer a una enorme población que seguramente estaría en continuo
crecimiento con el paso el tiempo. Lo encontraron en Uzés, la fuente del euro, es
un poderoso manantial, tiene un gran caudal y una excelente calidad mantiene a su
vez un hermoso paisaje. La fuente del euro estaba ubicada a 21 km en línea recta
de Nimes, pero todo el terreno es muy abrupto.
Los ingenieros romanos sabían que era muy importante aprovecharse de la fuerza
de gravedad que enfrentarla, tenían conocimiento de que una pendiente escaza
ocasionaba un escaso caudal y la acumulación de sedimentos que con el tiempo
obstruirían el canal, y una muy elevada ocasionaba un caudal agresivo que pondría
en peligro la canalización. Le rango de pendientes admisibles para que no se
ocasionaran problemas es sencillo, el mínimo estaba entre 10 cm de caída por cada
km y el máximo no debe superar los 50cmxKm. Con estos datos se obtiene la
pendiente y la distancia.
Después de tantos inconvenientes con el terreno, los romanos tuvieron que medir
con ayuda de la dioptra los ángulos horizontales de los puntos de las cimas de las
montañas, los vértices geodésicos. La dioptra permite apuntar con certeza a cada
una de estos elementos y medir con precisión los ángulos horizontales respecto a
su posición, esto se repitió muchas veces y así obtuvieron una multitud de triángulos
y por trigonometría calcularon las distancias. Para la construcción del canal debieron
medir también lo ángulos verticales entre los vértices de los triángulos formados y
entre estos y los fondos de los valles, calcularon las alturas de los elementos de
interés.
Al tener todos los datos, y al estar aprobada la obra, ya los romanos podían empezar
la construcción del acueducto. En la fuente del euro, se recogía el agua y se
conducía por un canal cerrado, desde el trazado de su acueducto hasta el destino,
el cual requería de una depurada técnica, se abría una zanga a cielo abierto en esta
se colocaba una solera de piedra gruesa y una de solera de hormigón romano.
Después se levantaban encofrados de madera para alzar los muros de madera y
para cerrar el canal se construía una bodega de mampostería, se impermeabilizaba
con un mortero especial y luego se cubría con tierra. A poca distancia del punto de
captación se encontraba algo curioso que interrumpía la forma habitual del canal
se podía observar guías en las rocas indicaban que ahí habían compuertas, las
caudales servían para desviar el agua y también regulaban el caudal no deseado.
Para la construcción de los túneles en el acueducto, los ingenieros delimitaron los
planos, luego lo replantearon y finalmente realizaron pozos de registro regularmente
distanciados. Luego escavaban el canal en ambas direcciones, trasladando el
replanteo con ayuda de plomadas. Entre los pozos los equipos de excavación se
encontraban, a medida que sacaban rocas, todo esto se realizaba cuidando el nivel
del suelo, las pendientes debían enlazarse con las cotas de inicio y final, en
ocasiones para salvar los valles los ingenieros debían realizar arquerías, el objetivos
de estas era mantener el canal elevado.

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