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INTRODUCCIÓN

Siendo la inclusión el derecho a la educación, la igualdad de oportunidades y la


participación de todos. La comunidad educativa debiera ser un lugar que brinde
oportunidades de aprendizajes a la diversidad de intereses, capacidades, ritmos y
necesidades de aprendizaje de cada estudiante, implementando una cultura inclusiva
como pilar fundamental para dar respuestas educativas significativas a todos y a cada
uno de las y los estudiantes, donde se proponga un currículo común que contenga
adaptaciones de manera implícita para brindar apoyo a los estudiantes cuando se
presentan barreras priorizando ésta cultura de enseñanza.

En éste estudio de caso de la escuela básica municipal “Campo abierto” de la ciudad


de La Serena, específicamente un sexto año básico “A”. Se evidencia una disposición
de parte de la comunidad educativa al diálogo, buena convivencia, trabajo colaborativo.
Siendo éstas, prácticas que favorecen la inclusión. Sin embargo existen una serie de
elementos que interfieren en este logro, dado la incertidumbre de los profesores frente
al decreto 83, estrategias de docentes que no dan resultados, familias que no brindan
apoyo a los estudiantes en sus labores escolares pero si participan en reuniones de
curso y actividades, además la vulnerabilidad es un factor que incide dado su nivel
cultural educacional y económico.

Estos estudiantes requieren de apoyos en las asignaturas de lenguaje y matemáticas,


debido a bajos resultados en el desempeño de éstos.

Este caso posee facilitadores y barreras sociales-culturales, de normatividad y


accesibilidad que favorecen y/o afectan en el desempeño a nivel de escolares,
profesores y familias.

A continuación se identificarán éstas barreras y facilitadores, para movilizar todos los


recursos humanos, materiales, pedagógicos y didácticos para generar una planificación
que responda a la diversidad de este curso Sexto año Básico “A”.
BARRERAS

Escaso apoyo por parte de las familias hacia los estudiantes.

Éstas no apoyan el quehacer educativo en la realización de sus tareas y en los materiales


básicos que deben usar los estudiantes. Consecuencia de la vulnerabilidad alta de las
familias ya sean culturales, educacionales y económicas.

Una familia vulnerada en su cultura por falta de oportunidades de acceso a la educación,


probablemente tiene bajas expectativas respecto al desempeño escolar del estudiante, se le
otorga poco valor a la escuela. En relación al acceso socioeconómico, influye muchas veces
en la dinámica familiar en sus relaciones familiares y rutinas diarias. No poseen los recursos
para la compra de útiles escolares, por los bajos ingresos que alcanzan sólo para cubrir sus
necesidades básicas. Probablemente el niño contribuye al trabajo familiar como obligación o
puede que esté al cuidado de sus hermanos, mientras sus padres trabajan. Todo esto tiene
una estrecha relación del estudiante con el entorno próximo y los recursos del entorno.

Inseguridad frente a la implementación del decreto 83.

Ésta es una barrera, dado que los docentes frente al desconocimiento se encuentran en
desmedro en sus desempeños.

Entendiendo que el decreto 83 nace con la necesidad de asegurar la educación a todos los
estudiantes del país, independiente de su condición y circunstancias, busca potenciar la co-
docencia, potenciando el trabajo colaborativo entre los docentes que se necesitan
dependiendo del estudiante y sus necesidades.

Quizás el trabajo colaborativo en el aula regular con otros docentes, genere incertidumbre,
dado que muchos profesores generalmente se sienten vigilados más que apoyados. Además
otro factor podría ser la falta de tiempo en la organización de sus tareas pedagógicas frente a
la función del docente.

Esta es una gran barrera, pues con el decreto 83 se busca además del trabajo colaborativo,
el trabajo en conjunto con el diseño universal de aprendizaje que establecen las pautas para
trabajar con los estudiantes, todo desde este trabajo mancomunado que busca eliminar
barreras que se presentan en los contextos escolares.
CONCLUSIÓN

Este caso sin duda posee diversos facilitadores y barreras que inciden en el acceso,
participación y aprendizaje de los estudiantes, docentes y familias. A pesar de que su hilo
conductor sea la participación y colaboración. Sin duda prima la importancia de una
adecuada capacitación del decreto 83 que oriente y permita encauzar los lineamientos a
seguir a futuro en co-docencia entre esta comunidad.

“Identificar las debilidades, carencias y fortalezas que se observan en las prácticas


pedagógicas y trabajar para superar las dificultades para realizar mejores clases”
(A.Zulantav2017).

Un diseño curricular que permita comenzar a desarrollar aprendizajes desde realmente


“donde están los estudiantes” y no desde donde “creemos que están”. Estoy convencida de
que con una participación armoniosa entre los actores de toda la comunidad educativa,
indagando sobre la epigenética de sus estudiantes, sus necesidades, los apoyos que
requieren, otorgando calidad en esta inclusión, acompañado de una sociedad empática en
base a valores que respete los derechos de cada individuo, ganaremos esta lucha de la
inclusión, para que se respete la diversidad, ver lo “diferente” como algo normal, que esta
inclusión responda a la diversidad reduciendo la exclusión, dando una respuesta del sistema
educativo a todos los niño(as)por igual.

“El cambio lo podemos generar todos, si queremos”

ISABEL CHAMORRO HIDALGO

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