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POLITICA ECONOMICA EN EL GOBIERNO DE DON HIPOLITO MEJIA


DOMINGUEZ (2000 – 2004) Las primeras medidas tomadas por la administración de Don
Hipólito Mejía Domínguez fue la de establecer un impuesto fijo por galón de combustible.
Esta medida fue complementada con otras relacionadas con el consumo de hidrocarburos,
las cuales tuvieron un impacto inmediato. Ya que las recaudaciones por concepto del
diferencial del petróleo pasaron de un promedio mensual de 176 millones de pesos, que se
habían recaudado en el periodo enero-agosto, a un promedio mensual de 429 millones para
septiembre- diciembre de ese mismo año. Posteriormente, el Congreso Nacional aprobó, en
noviembre de ese mismo año, la Ley de Hidrocarburos, que eliminó definitivamente la
discrecionalidad en el establecimiento de los precios domésticos de los combustibles, pues
esa ley estableció que en lo adelante se haría un ajuste semanal de los precios de los
hidrocarburos, que se calcularían sobre la base de la variación de los precios de paridad de
importación y establecía un monto fijo de diferencial por galón para cada tipo de
combustible. La otra acción que tomó el Gobierno en sus primeros meses de gestión, fue
lograr para el 26 de diciembre del 2000, la aprobación de un nuevo arancel de Aduanas que
se venía discutiendo desde hacía muchos años. El nuevo régimen estableció cinco tasas
arancelarias básicas de 0, 3, 8, 14 y 20% para las importaciones, manteniendo algunas
exenciones para rubros agropecuarios muy sensibles y estratégicos. A fin de compensar la
disminución de la recaudaciones que el nuevo arancel traería, las Cámaras Legislativas
también aprobaron en la misma fecha, una importante y controversial modificación del
Impuesto Sobre la Renta, cuyo elemento principal fue el establecimiento de un pago 1.5%
sobre los ingresos brutos de las empresas, que funcionaría como anticipo al pago de dicho
impuesto. Esta modificación del Impuesto Sobre la Renta, causo grandes
• 34. disgustos en la clase empresarial del país, pues era evidente que en algunos casos, ciertas
empresas no podían tener beneficios, como eran aquellas de reciente creación que todavía no
habían alcanzado el punto de equilibrio o aquellas que enfrentaban problemas coyunturales.
La reforma fiscal de diciembre del 2000, también aumento de un 8 a un 12%, la tasa del
impuesto a las Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITIBIS), lo que
constituía una pesada carga para los contribuyentes. Asimismo, estableció nuevas tasas de
impuestos selectivos para algunos vehículos, así como otros bienes de consumo como las
bebidas, las cervezas y los cigarrillos. Como siempre ha sucedido cada vez que aumentan
súbitamente los precios internacionales del petróleo, el alza ocurrida en el 2000 golpeó de
nuevo en forma severa a la economía de los Estados Unidos, para perjuicio no sólo del
pueblo norteamericano, sino también, de todas las economías que mantienen una gran
interdependencia con esa Nación. En caso de la República Dominicana nuestras
exportaciones al mercado norteamericano habían mantenido un crecimiento anual promedio
superior al 5% en los últimos cinco años anteriores al 2001. Sin embargo, en el 2001 las
exportaciones totales del país cayeron en 403 millones de dólares, entre ellas, 232 millones
de productos provenientes de nuestras zonas francas. Este fue el segundo gran choque
externo que tuvo que enfrentar la economía dominicana, en apenas dos años, pues además de
tener que pagar 634 millones adicionales por la compra de petróleo, ahora veíamos
disminuir nuestros ingreso por concepto de exportaciones, en mas de 400 millones de
dólares. Para el inicio del Siglo XXI, el turismo se había convertido en la actividad que más
ingresos de divisas proporcionaba a la economía dominicana. Los ingresos por este concepto
habían crecido a una tasa anual promedio superior al
• 35. 12% en los últimos cinco años, hasta el año 2000. Lo que significaba que, en promedio,
los dominicanos recibíamos todos los años alrededor de 250 millones de dólares adicionales,
los que utilizábamos para poder comprar parte de la creciente cantidad de bienes que
importamos. El 11 de septiembre del 2001 sucedió un acontecimiento que estremeció la
humanidad, al producirse un ataque terrorista en dos de las principales ciudades de los
Estados Unidos, especialmente en la ciudad de New York, donde quedaron completamente
destruidas las torres gemelas del Centro de Comercio Mundial, con la pérdida de vida de
miles de ciudadanos indefensos. Con estos ataques, el terrorismo internacional, no sólo
había infligido una profunda herida a ese país, sino que también, causó un gran daño al
turismo mundial, pues los viajeros se sintieron de pronto inseguros en cualquier parte del
mundo. En el caso dominicano, en el segundo y tercer trimestre del 2001 se había producido
una contracción de flujo turístico del 5.7 y 5.6% respectivamente. En el cuarto trimestre la
reducción fue de un 22.1%. De esta forma, para el último trimestre del 2001, es decir,
después del 11 de septiembre, los ingresos por concepto de turismo cayeron a tan sólo 521
millones de dólares, inferiores en más de 150 millones a lo que habíamos recibido el
trimestre anterior, que ya estaba menguado. Esta situación no se recuperó sino hasta dos
años después, ya que en el 2002, los ingresos fueron incluso más bajos que los que
recibimos dos años antes por esta actividad. Los ingresos de turismo, en lugar de seguir
creciendo al 12% anual como lo venían haciendo en los últimos años, de pronto comenzaron
a reducirse, precisamente en el momento que más se necesitaban para poder hacer frente al
aumento de la factura petrolera. Para el mes de junio del 2001, el Gobierno había tomado la
decisión de recurrir a los mercados de financieros internacionales para colocar una emisión e
bonos soberanos por la suma de 500 millones de dólares. Esta había sido una
• 36. sugerencia de la Fundación Economía y Desarrollo, que también asesoraba el Gobierno
en asuntos económicos. La colocación finalmente se logró el 20 de septiembre de ese año,
tan solo nueve días después de los acontecimientos terroristas ocurridos en New York ese
mismo mes. Al concluir el 2001 el crecimiento de la economía dominicana había sido de un
2.7%. Esta tasa aunque muy inferior a las que había tenido la nación en los últimos seis
años, resulto ser 5 veces más altas que el promedio de los países de la America Latina, que
también atravesaban por una situación difícil. Este resultado se vio favorecido por el influjo
de los 500 millones de dólares provenientes de los Bonos Soberanos, especialmente, en el
último trimestre, cuando se acentuó el repunte de las construcciones públicas. El
comportamiento de la actividad económica fue muy cambiante durante el 2002, pues los
recursos provenientes de los Bonos Soberanos determinaron que así fuese. En los primeros
dos trimestres de ese año, el crecimiento de la economía fue de un 4.3 y 7.6%,
respectivamente. Estas altas tasas de crecimiento se debieron al incremento del gasto
publico, que fue financiado con parte de los recursos de los Bonos Soberanos que se habían
depositado en el Banco Central, en espera de que el Gobierno se los fuera requiriendo. De
esta forma, los gastos de capital se incrementaron en 23.0%, con relacional año anterior,
concentrándose la mayor parte de este gasto, en los primeros ocho meses del año. Esta
activación de la economía inmediatamente se tradujo en un incremento de las importaciones,
aunque ligeramente, pero como los ingresos de divisas por concepto de turismo y zonas
francas se mantenían deprimidos, el resultado fue un incremento del déficit en la cuenta
corriente de la Balanza de Pagos, que no pudo ser financiado por ingresos en la cuenta de
capital, por lo que una buena parte de ese déficit tuvo que ser cubierto con el uso de
Reservas Internacionales Brutas, las cuales cayeron de 1,340 millones de dólares a que
• 37. habían llegado en diciembre del 2001, como consecuencia de la entrada de los Bonos
Soberanos, a tan sólo 828 millones en diciembre del 2002. Esto significó una perdida de 512
millones de dólares, suma incluso mayor que el monto de los Bonos. Esta caída de las
reservas a su vez provocó una reducción de la emisión monetaria, y con ello, del crecimiento
de la economía, lo que sucedió en la segunda parte del año 2002, cuando el crecimiento del
PBI se volvió a reducir a tasas del 2.0 y 2.7%, respectivamente, en los últimos dos trimestres
del año. Por otro lado la banca comercial enfrentaba sus propios problemas. Debido a
crecientes dudas sobre la estabilidad de la moneda nacional, los clientes estaban cambiando
sus depósitos en pesos por depósitos en dólares, hasta el punto de que estos últimos pasaron
de un 30 a un 39% del total, durante el 2002. Por otra parte, en los últimos meses de ese año,
se incrementaron en la ciudadanía los rumores sobre la solidez de algunos bancos
importantes del sistema y sobre el retiro que se estaba produciendo en sus depósitos. Para
principio del 2003, el entonces gobernador del Banco Central Frank Guerrero Prats informo
en una reunión a tres miembros de la Junta Monetaria, que en los últimos meses los
depositantes de BANINTER le habían retirado alrededor de 9,000 millones de pesos, y que
por estas razones, el Banco Central había tenido que salir en auxilio de dicho bando,
facilitándole recursos por unos 5,500 millones, en adición al uso de las reservas de Encaje
Legal a que tenía derecho. BANINTER mantenía antes del retiro de esos depósitos, un buen
índice de solvencia y que esta había sido la razón por la cual las autoridades del Banco
Central habían decidido salir en su rescate, sin hacer ruido. La búsqueda de una satisfactoria
se complicaba aún más, debido a que para esos días el tema cambiario también estaba
ocupando la atención de los miembros de la Junta Monetaria, pues la tasa de cambio se
había colocado alrededor de los 22.0 por dólar, como consecuencia, entre otras cosas, del
• 38. aumento que se había producido en la emisión monetaria resultado de los recursos
otorgados a BANINTER. Por lo tanto, el tema cambiario estaba íntimamente relacionado
con la incipiente crisis bancaria, y también, requirió la realización de numerosas reuniones
de las Autoridades Monetarias con agentes de cambio, empresas remesadotas y bancos
comerciales. Para marzo 2003, ya se había acordado, en principio, la absorción de
BANINTER por parte del Banco del Progreso, sobre la base de un contrato de venta que
contemplaba una auditoria independiente para determinar la verdadera situación del banco.
Cuando la referida auditoria se realizó a profundidad, se descubrió que la verdadera
situación de BANINTER no era la que reflejaban las informaciones entregadas a la
Superintendencia de Bancos. Esa auditoria realizada por el Banco del Progreso arrojó que
BANINTER escondía en sus informes contables un banco paralelo que era en realidad
mucho mayor que el visible, pues una gran parte de las operaciones de depósitos y de
créditos no se registraban en los libros oficiales del banco. Frente a esta realidad no prevista
en el contrato de venta, el Banco del Progreso decidió no continuar con la operación, pues
incluso, corría el riesgo de ser arrastrado por un retiro masivo de depósitos. Por esta razón, y
ante la imposibilidad de buscar otra salida a este caso, la Junta Monetaria designó,
finalmente, en el mes de abril, una comisión interventora para que se hiciera cargo de
BANINTER. La situación era tan grave; que se estaba ante la presencia de malas prácticas
contables y de un fraude colosal llevado a cabo en el banco más del país. Antes de la crisis,
BANINTER se consideraba como el tercer banco más grande del país, pues sus libros
arrojaban activos por unos 26,000 millones de pesos. Sin embargo, cuando se le sumaba el
banco paralelo, que era de unos 55,000 millones, las operaciones totales alcanzaban los
81,000 millones, lo que lo convertía en la realidad en el banco más grande de la República
Dominicana,
• 39. incluso algo superior a la suma del segundo y tercer banco del país, es decir del Banco
de Reservas y el Banco Popular. En una visita oficial realizada a Washington en el 2003, el
presidente Mejía se reunió, con el Señor Eduardo Aninat, quien era Subdirector Gerente del
Fondo Monetario Internacional, al cual se le explicó la nueva situación que se le había
presentado a la República Dominicana y se le dijo que estábamos considerando la
posibilidad de solicitar asistencia del FMI. No se trató de una solicitud formal, pero si de un
primer contacto al mas alto nivel, que poco tiempo después se formalizó por los canales
correspondientes. Posteriormente, el 14 de junio del 2003 llegó al país una amplia misión del
Fondo para comenzar formalmente las negociaciones. Así se inició un difícil período de
conversaciones que se prolongó por 41 días, pues a medida que avanzaban las negociaciones
se iban presentando nuevos acontecimientos en el sector financiero, como fueron los
problemas surgidos por malas prácticas contables, préstamos vinculados y otras anomalías
tanto en el Banco Mercantil, como en el Banco Nacional de Crédito (BANCREDITO), los
cuales agravaron la ya difícil situación financiera del país, pues el Banco Central también
tuvo que salir en auxilio de estas dos instituciones. Mientras se llevaban a cabo las
negociaciones con el Fondo Monetario, el Banco Central tuvo que continuar asistiendo a los
tres bancos con problemas, lo que al final del proceso le representó un enorme costo 109,150
millones de pesos. El monto de la asistencia financiera a estos tres bancos no precedente en
nuestra historia y superaba en más de tres veces el monto total de la emisión monetaria del
país, antes de la crisis. Representaba alrededor de un 20% del PBI, con lo que superaba a
cualquier otra crisis bancaria del Continente.
• 40. Finalmente, el 25 de julio concluyeron las negociaciones, y el 29 de agosto, el Directorio
del FMI aprobó un programa Stand – By de dos años de duración con un apoyo financiero
de aproximadamente 600 millones de dólares. El programa acordado con el FMI era muy
restrictivo, lo que se reflejaba en una reducción del PBI de un 3.0% en el 2003, y apenas una
recuperación de 0.5%, en el 2004. Asimismo, se había proyectado que la inflación en el
2003 sería de un 35.0%, debido al aumento de la tasa de cambio, aunque se esperaba que
fuese inferior al 10% en el siguiente año. Los subsidios a la electricidad y al GLP llegaron a
representar una parte considerable del gasto público, que fue aumentando en la medida en
que la tasa de cambio siguió subiendo, y por tanto, el costo de importación del petróleo y sus
derivados. Sólo a manera de ejemplo, en el Presupuesto Nacional del 2004 se contemplaron
gastos por concepto de estos subsidios por la suma de 6,350 millones de pesos, la cual en la
realidad, resultó ser mucho mayor. Estos subsidios tuvieron que otorgarse para no cargar
más el peso del ajuste sobre los sectores de menores ingresos relativos. La causa principal de
la crisis bancaria fueron las malas prácticas contables y los fraudes ocurridos en algunos
bancos del sistema, así como la incapacidad de los gobiernos para detectarlos
oportunamente. Por tanto, la verdadera culpa del gobierno del presidente Mejía, había sido el
no haber detectado a tiempo esas irregularidades, no en su manejo presupuestario o en el
gasto excesivo, por lo menos, hasta el 2002. Otras de las causas por lo cual ocurrió se debe
encontrar en la debilidad institucional de las autoridades, en este caso la incapacidad de la
Superintendencia de Bancos durante los últimos gobiernos para detectar las irregularidades
que estaban cometiendo los bancos. También, en la debilidad de las auditorias externas que
hacen empresas privadas de prestigio, las cuales se
• 41. exigen y se pagan, precisamente para tener seguridad de que no se están cometiendo
irregularidades en los procedimientos contables. Además, otra buena parte se debe al
excesivo poder que han logrado concentrar algunos sectores económicos, lo cual los hace
prácticamente invulnerables. El enorme poder acumulado por determinados grupos
empresariales en las últimas décadas, ha obligado a los políticos a buscar de sus respectivos
partidos o sus tendencias, lo que generalmente ha tenido un alto costo para el Estado, pues
estos apoyos políticos nunca son gratuitos. Durante los 41 días que duraron las
negociaciones con el FMI ocurrieron algunos acontecimientos como los de BANCREDITO
y Banco Mercantil, que provocaron un aumento del crédito del Banco Central, así como de
la colocación de nuevos certificados de dicha institución. Esto incrementó el déficit
consolidado del Sector Público, lo que obligó a tener que buscar recursos fiscales
adicionales, a los que ya se habían consensuado tanto con la misión del FMI, como con el
sector empresarial. De ahí surgió la idea de gravar al único sector que se estaba favoreciendo
con la crisis, es decir, a los exportadores de bienes y servicios que se beneficiaban de una
tasa de cambio mucho más alta que la prevaleciente hasta antes de la crisis, lo que les
permitía recibir muchos mas pesos, por la misma cantidad de dólares exportados. Como
consecuencia de ese razonamiento, algunos asesores del Gobierno propusieron la creación
de un impuesto del 5% sobre las exportaciones, que equivalía a una reducción de la tasa de
cambio de la misma magnitud. La tasa de cambio rondaba en esos momentos alrededor de
35.0 pesos por dólar. El impuesto del 5% equivalía a la reducción de la tasa de cambio a
33.2 pesos por dólar, la que todavía resultaba sumamente atractiva para los exportadores.
Esto no basto para que dicha medida tuviera la oposición de la Dirección General de
Impuestos Internos, de la Banca Comercial, de los Senadores y demás Legisladores, los
Hoteleros y los dueños de las Zonas Francas.
• 42. Debido a las dificultades que tuvo Unión Fenosa para el cumplimiento de los acuerdos
contractuales: las altas deudas con las empresas generadoras de energía, esto a su vez,
generaba otra dificultad en el suministro de energía a los consumidores. Todas estas
variables se presentaron como el principal obstáculo para la sostenibilidad financiera del
sector eléctrico. La situación se había deteriorado hasta el punto, de que poco antes del viaje
del presidente Mejía a Madrid, el cual había recibido una honrosa invitación que le hacían
los Reyes de esa Nación para el 13 de septiembre del 2003, la empresa Edenorte tenía serias
dificultades en el suministro de energía a la región norte del país e incluso se temía que
pronto se declararía en bancarrota, dejando sin energía a esa importante región. Frente a esta
grave situación y a la víspera del viaje a España del Presidente de la Republica, el Gobierno
decidió comprar las acciones que tenía Unión Fenosa, tanto en Edenorte como en Edesur:
por instrucciones del presidente Mejía, estas negociaciones las llevaron a cabo con la mayor
reserva el Secretario de Finanzas y el Director de la Corporación Dominicana de Empresas
Eléctricas Estatales. Tan pronto el FMI conoció la noticia de la compra del Edenorte y
Edesur, se produjo una conmoción que tuvo repercusiones sumamente graves para la
continuidad del programa que hacía pocos meses se había acordado con esta institución. La
primera reacción del FMI fue tratar de que el Gobierno revirtiera la compra.
Lamentablemente se había producido un hecho que lo dificultaba, ya que inmediatamente se
llegó a un acuerdo entre el Gobierno y Unión Fenosa, esta ultima procedió a cancelar el
préstamo que le había concedido el BID tiempo atrás, precisamente para poder completar el
monto de la capitalización. Esta fue una de las razones que el Secretario de Finanzas
esgrimió para sostener que era imposible dar marcha atrás a la operación, pues entre otras
cosas, también se tendría que cancelar el pago realizado al BID, lo que era prácticamente
imposible.
• 43. Las repercusiones de esta compra fueron funestas para el Gobierno y para todo el país.
No solo se había suspendido el acuerdo con el FMI, lo que volvía a traer intranquilidad en el
mercado cambiario, sino que además, esta compra fue interpretada por algunas personas en
el exterior, como una señal de que la República Dominicana quería echar hacia atrás el
proceso de capitalización que se estaba llevando a cabo a escala internacional, el cual lo
habían acordado prácticamente todos los países del mundo, por lo que se había constituido
en uno de los principales objetivos de la política económica trazada por las grandes
potencias mundiales. Por lo tanto, los organismos internacionales de financiamiento y
algunos gobiernos de naciones extranjeras consideraron que había que enviar un mensaje
contundente a esta pequeña isla del Caribe. Ya para el 15 de octubre vino al país una misión
de expertos internacionales para que evaluara el impacto que había tenido la compra sobre
las finanzas públicas, el sector eléctrico y la gobernabilidad de la República Dominicana. En
el informe sometido por el Panel de expertos el 25 de noviembre del 2003, se confirmaba el
impacto negativo que la compra había tenido sobre el monto de la deuda publica bruta del
país, la cual había aumentado en unos488.4 millones de dólares, pues además del pago
realizado y los compromisos de pago contraídos, el Gobierno absorbió parte de los pasivos
de las compañías adquiridas. El Panel también encontró que el precio de compra ascendente
a 348.7 millones de dólares, se decidió exclusivamente sobre la base del valor en libro que
no se tomo en consideración el valor presente neto del futuro flujo de caja de las compañías,
tal y como se hizo cuando Unión Fenosa adquirió el 50% de las acciones de las Edes en el
1999. Luego de haberse superado el impasse que se creó como consecuencia de la compra
de Edenorte y Edesur, se reanudaron las negociaciones con el BID
• 44. en Washington para solicitarle ayuda financiera para poder mitigar los efectos sociales
que tendrían las medidas de ajustes económicos sobre los segmentos mas empobrecidos del
país. De esta forma, el 23 de enero del 2004, el Directorio Ejecutivo del BID aprobó en una
reunión extraordinaria el préstamo de 200 millones. Este préstamo contemplaba tres
componentes. El primero, era asegurar un contexto macroeconómico consistente con los
objetivos del programa con el FMI. El segundo componente, era asegurar la disponibilidad
de financiamiento para una ejecución oportuna de los programas sociales prioritarios
dirigidos amortiguar el impacto del ajuste fiscal sobre la población, y el tercer componente,
tenía como objetivo evitar que se pudiesen entorpecer las reformas que había en marcha en
los sectores de educación, salud y asistencia social. Un primer desembolso de ese préstamo
por la suma de 150 millones de dólares ingresó en ese mismo mes de enero y sus efectos
fueron sumamente provechosos. Tan pronto el FMI hizo de público conocimiento que había
llegado a un acuerdo con el gobierno de la República Dominicana, la tasa de cambio
comenzó a disminuir de 52.0 pesos por dólar a que había llegado en el mes de enero, hasta
45.0 que promedió en el mes de abril. Las únicas razones que estaban provocando el alza de
la tasa de cambio eran la salida de capitales y la especulación que estas expectativas creaban
en el mercado cambiario. Esta situación llevó a algunos funcionarios a recomendar al
presidente Mejía la adopción de medidas drásticas contra la especulación cambiaria, tal y
como lo habían tratado de hacer, en situaciones semejantes, primero el presidente Jorge
Blanco y posteriormente el presidente Balaguer, dentro de la tristemente recordada
“Operación Duarte”. Así que se sostuvo una reunión en el Palacio Nacional, con la presencia
de miembros del Gabinete, así como de altos
• 45. jefes militares y policiales que sinceramente creían que tenían el poder par controlar la
especulación. Las reacciones no se hicieron esperar. Inmediatamente la noticia llegó a los
organismos internacionales, se prendieron todas las luces rojas. Por tanto, no quedo mas
remedio de echar hacia atrás dicha decisión. Finalmente, el presidente Mejía, al igual que
Balaguer en su momento, entendió que esa no era la vía mas expedita par controlar la tasa de
cambio y tomó una serie de acciones que revertía la operación, las que fueron recibidas con
satisfacción por el FMI y otros organismos financieros internacionales, con lo cual ese
capitulo de la crisis económica quedó resuelto, aunque había dejado sus malos sabores en
algunos círculos nacionales y extranjeros. En la cumbre de Jefes de Estado celebrada en
Miami en el año 1994, con la participación de 34 países, los gobiernos del continente habían
expresado el compromiso de iniciar un proceso que culminara con la conformación de un
área de libre comercio que cubriría desde Alaska hasta la Patagonia. Las negociaciones
formales se iniciaron en 1998, pero no fue hasta el 2002 cuando se comenzó a negociar los
aspectos puntuales referentes al acceso a mercados que son la médula de cualquier acuerdo
de libre comercio. Para ese entonces, se había acordado, que las negociaciones deberían
concluir en enero del 2005 a fin de que el Acuerdo pudiese entrar en vigencia a finales de
ese mismo ano. Tanto en la Asociación de Industrias como en la Junta Agro empresarial, las
reuniones eran interminables, pues cada sector quería garantizar la mayor protección
posible. Por su parte, el Gobierno utilizó prácticamente la misma organización que se había
creado para negociar con Centroamérica y CARICOM, quedando por lo tanto, la mayor
responsabilidad en la Secretaria de Estado de Relaciones Exteriores, la cual se mantuvo en
permanente consulta con el sector privado, como era tradición.
• 46. Las negociaciones con los Estados Unidos se llevaron a cabo en apenas tres meses,
cuando a Chile, un país mucho más preparado que nosotros le habían tomado más de dos
años. Para estos fines, el presidente Mejía designó como jefa negociadora a la Secretaria de
Industria y Comercio, Sonia Guzmán, que si bien no tenía experiencia en este tipo de
negociaciones se trataba de una de las mejores funcionarias del Gobierno, quien tenía un
fino tacto y además una gran firmeza de carácter. La Secretaria Guzmán y su equipo
negociador hicieron todo lo que les fue posible, y en términos generales, llevaron a cabo
unas negociaciones satisfactorias, dentro de las circunstancias. La República Dominicana
consintió adherirse al acuerdo negociado por los centroamericanos, es decir aceptó los textos
del acuerdo, pues en la realidad no tenía muchas otras opciones, pero pudo negociar aspectos
puntuales en materia de liberalización de bienes. Asimismo, negoció una serie de reservas en
las áreas de servicios, inversiones y compras gubernamentales, que fueron positivas. En
materia arancelaria, que era el punto más importante, la República Dominicana accedió a
liberalizar de manera inmediata un monto inferior al 80% del comercio, que habían
negociado los centroamericanos, cuidándose de proteger; en el marco de lo posible, aquellos
productos más sensibles. Sin embargo, en materia azucarera los resultados fueron
perjudiciales para nuestro país, pues lo lógico hubiese sido excluir de las negociaciones,
todo lo referente al comercio de azúcar y demás edulcorantes, como el jarabe de maíz rico
en fructosa, pues estos productos estén altamente subsidiados y protegidos en numerosas
naciones desarrolladas, y por tanto, solo a través de una negociación con carácter mundial,
donde también intervengan las naciones europeas, se puede llegar a un acuerdo satisfactorio
y justo para todas las partes. Esta había sido una posición de consenso que por décadas
habían mantenido incluso los productores y el propio gobierno de los Estado Unidos.
• 47. En términos generales, al finalizar el periodo de transición, el cual será de 10 años para
los productos industriales y de hasta 20 años para algunos productos agropecuarios, todo el
comercio con los Estados Unidos estará libre de aranceles. Sin dudas el TLC con los Estados
Unidos iniciará una nueva etapa par el país con grandes retos, oportunidades y amenazas,
que requerirían de grandes transformaciones en le aparato productivo nacional, así como en
el funcionamiento de las instituciones públicas. La primera revisión del nuevo acuerdo con
el FMI estaba programada para ser realizada sobre la base del cumplimiento de las metas
acordadas para el mes de marzo del 2004, es decir, el trimestre anterior a las elecciones
presidenciales de ese año. El Presidente dio instrucciones de que quería que se cumpliera
con lo acordado, por lo que se sabia que las repercusiones negativas que tendría el
incumplimiento del programa con el FMI. Sin embargo, para sorpresa de algunos, las metas
fiscales no se cumplieron, especialmente, las referentes al gasto público, que parecía estar
completamente controlado, de acuerdo a lo que explicaban con regularidad el Director de
Presupuesto. La razón, existían unos gastos que correspondían a desembolsos de prestamos
externos que ingresaban al país no en efectivo, sino a través de importaciones, como eran,
por ejemplo, las importaciones de tuberías que se adquirían para los múltiples acueductos
que se estaban construyendo en esos momentos; equipos para hospitales o para la
construcción; instalaciones de líneas de transmisión de electricidad; equipos militares, etc.
Estas fueron las razones fundamentales por las cuales el Gobierno no pudo cumplir con las
metas acordadas con el FMI durante el primer semestre del 2004, a pesar de los empeños en
lograr esa meta. Por estas razones, se dieron instrucciones para que se suspendieran de
inmediato todas las importaciones
• 48. financiadas con prestamos externos hasta tanto del Gobierno pudiese compensar dichos
gastos con nuevos ingresos fiscales.
• 49. SEGUNDA ADMINISTRACION DEL DR. LEONEL FERNANDEZ REYNA (2004 –
2008) INFORME DE LA ECONOMIA DOMINICANA 2005 Durante los años 2003-2004
la economía dominicana estuvo afectada por los desajustes macroeconómicos derivados de
la crisis financiera ocasionada por la quiebra de 3 bancos privados. La situación económica
se deterioró aún más por la imposibilidad del Estado Dominicano de cumplir con las metas
estipuladas en los 2 acuerdos que el país suscribió con el Fondo Monetario Internacional, en
agosto 2003 y febrero 2004, lo cual se tradujo en pérdida de confianza y caída pronunciada
del valor del peso. Para corregir estas distorsiones en la economía, las nuevas autoridades
del país, negociaron un nuevo Acuerdo Stand-By con el FMI, el cual tendrá una duración de
2 años (2005-2006). No obstante, antes de que el Acuerdo entrase en vigencia, en la segunda
mitad del 2004, se verificó una desaceleración en el ritmo de crecimiento de los precios
internos, asociado a la revaluación experimentada en la tasa de cambio. Esto como
consecuencia de un aumento en la confianza y al mantenimiento de una estricta política
monetaria combinada con importantes ajustes fiscales, fundamentalmente a partir de agosto
de ese mismo año. Para reforzar la senda de recuperación económica iniciada en el 2004, se
ha diseñado un Programa Monetario y Financiero para el 2005 consistente con el Programa
Macroeconómico definido en el nuevo Acuerdo con el FMI. Este Programa, contempla un
estricto control de los agregados monetarios combinado con una política fiscal austera, para
lograr una meta de inflación notablemente inferior a los niveles de cierre del 2004. Con la
incipiente recuperación económica de trasfondo, las expectativas en cuanto al entorno
internacional para el año 2005 son de una desaceleración
• 50. del ritmo de crecimiento de la economía mundial, de acuerdo a las proyecciones del
Fondo Monetario Internacional. El PIB mundial, basado en esta fuente, deberá crecer 4.3%
en 2005. Varios factores tienen incidencia en esta desaceleración, entre los que sobresalen
las expectativas en torno al precio internacional del petróleo para el 2005, la debilitada
demanda interna en la Zona Euro y una desaceleración en el consumo doméstico en los
Estados Unidos. Es importante señalar que se espera un precio promedio por barril de
petróleo superior al que prevaleció en el 2004, como resultado de nuevos recortes en la
producción de los miembros de la OPEC. De acuerdo a las más recientes estimaciones de
nuestra canasta, elaboradas por el Departamento Internacional del Banco Central de la
República Dominicana, el costo de la factura petrolera para el país rondará los US$48
promedio por barril para el 2005. Esto así, porque más de un 70% de la factura petrolera de
la República Dominicana está compuesta por derivados del petróleo y no por crudo. En el
contexto local, para el año 2005, con la implementación y cumplimiento del nuevo Acuerdo
con el FMI, se espera que la economía dominicana afiance el proceso de recuperación que
mostró durante el último trimestre del 2004. En efecto, se estima un crecimiento económico
de 2.5% en términos reales, lo cual aún por debajo del crecimiento potencial de la economía,
incorpora las restricciones fiscales en materia de gasto público y la reactivación de la
demanda interna por el aumento del consumo y la inversión privada, fundamentalmente. Se
proyecta, además, que la tasa de inflación a diciembre del 2005 se coloque en un rango
comprendido entre 12-15%. Esta proyección incorpora los ajustes de las tarifas de energía
eléctrica ocasionados por la reducción de los subsidios, así como ajustes trimestrales a los
precios de los combustibles, como establece la Ley, conforme varíe el IPC.
• 51. Como se mencionó anteriormente, en los últimos cinco meses del 2004, la
implementación de la política monetaria junto al aumento de la confianza permitió contraer
la base monetaria y reducir las tasas de interés de los instrumentos de política del Banco
Central, al tiempo que se generaba una reducción en la tasa de cambio. Para el 2005 se
espera que, con la eliminación del excedente monetario, los movimientos en las tasas de
interés estén asociados a las condiciones prevalecientes en el mercado de dinero,
principalmente, lo cual facilitará el envío de señales sobre la postura de la política monetaria
al mercado por parte del Banco Central. Por otro lado, la reactivación económica, junto a la
entrada en vigencia del acuerdo multifibras en el 2005, inducirían a una reducción del
superávit de cuenta corriente de ese año. El mantenimiento de una cuenta corriente
superavitaria durante el 2005, crearía las condiciones para que la reactivación de las
importaciones no generen mayores presiones sobre el mercado cambiario, al tiempo que el
Banco Central incrementa sus reservas internacionales. En el aspecto fiscal, la meta de
déficit de 0.7% del PIB establecida en el Acuerdo con el FMI, para el sector público no
financiero, implica un manejo austero del gasto público, fundamentalmente en el gasto de
capital. Al combinar el déficit del sector público no financiero de 0.7% del PIB con el déficit
cuasi fiscal de 3.2%, el sector público consolidado refleja un déficit 3.9% del PIB, lo cual
implica un esfuerzo fiscal de más de 3.0% del PIB en un solo año. En sentido general, el
Programa diseñado implica una estrecha colaboración en los ámbitos fiscal y monetario para
asegurar el cumplimiento de las metas establecidas en el mismo. El cumplimiento de dichas
metas será crucial para poder asegurar el éxito dentro del marco del Acuerdo con el Fondo
Monetario Internacional y para afianzar la recuperación económica que se ha logrado desde
mediados del 2004.
• 52. Variable Meta 2005, Inflación 12-15%, Crecimiento PIB 2.5%, Reservas Internacionales
Netas US$350.0 millones, Balance Sector Público No Financiero, 0.7% del PIB, Cuenta
Corriente de Balanza de Pagos 2.2% del PIB. INFORME DE LA ECONOMIA
DOMINICANA 2006 La economía dominicana en los últimos dos años ha estado inmersa
en un proceso de consolidación de la recuperación iniciada a finales del año 2004. Se ha
mantenido una estrecha coordinación de las políticas monetarias y fiscales, con el objetivo
de cumplir con las metas y criterios establecidos en el Acuerdo Stand By con el Fondo
Monetario Internacional (FMI). Este desempeño de las autoridades permitió la recuperación
de la confianza por parte de los agentes económicos, que se verificó en una aceleración del
crecimiento del Producto Interno Bruto y una inflación de un solo dígito para el año 2005.
En cuanto al entorno internacional, las proyecciones del FMI para el crecimiento mundial en
2006 se encuentran en torno a un 4.25%, lo que indica que en términos reales, la economía
mundial mantendrá un crecimiento similar al obtenido en el año 2005. En el Programa se
contempla para Estados Unidos, principal socio comercial de la República Dominicana, un
crecimiento real de aproximadamente 3.25% en 2006. El petróleo será una variable
determinante en este año, tanto en el comportamiento del producto mundial como de la
inflación, es importante para la efectividad de la política económica darle especial
seguimiento al comportamiento de los precios internacionales de dicho bien. En cuanto al
contexto local, el Programa Monetario para el presente año 2006 tiene como meta principal
mantener la tasa de inflación en un rango comprendido entre 6-8%, orientado a cumplir con
holgura las metas establecidas en el Acuerdo con el FMI. El diseño del programa se elaboró
sobre la base de una estrategia de
• 53. política basada en un enfoque de metas monetarias, orientada a controlar los agregados
monetarios con el fin de cumplir el objetivo de inflación establecido por este Banco Central.
Las proyecciones de crecimiento para la economía dominicana en el año 2006 apuntan a una
expansión del Producto Interno Bruto Real. Por el lado de la demanda, las reducciones
observadas en el presente año en la tasa de interés y en la inflación continuarán generando
incentivos para el incremento de la inversión y del consumo privado. Asimismo, la inversión
pública deberá mostrar un mayor dinamismo en 2006, año en que se celebrarán elecciones
congresionales y municipales. Por el lado de la oferta, sectores como Comunicaciones,
Comercio y Hoteles, Bares y Restaurantes se proyectan como los sectores que mostrarán un
mayor dinamismo en el año próximo. En 2006, la actividad económica dominicana
continuará desenvolviéndose en el marco del Acuerdo Stand-By con el FMI. El acuerdo,
establecido inicialmente por un período de 28 meses, establece pisos acumulados para el
resultado operacional del SPNF y para las reservas internacionales netas. Asimismo,
establece techos acumulados para la contratación de deuda externa por el sector público y
para los activos internos netos del Banco Central y mantiene un tope continuo para la
acumulación bruta de atrasos externos del sector público. Para el cierre de 2006 se espera, de
acuerdo al programa que el SPNF registre un superávit cercano a 0% del PIB y que acumule
cero atrasos. A esa misma fecha, las RIN deberán tener un mínimo de US$650 millones y los
activos internos netos del Banco Central no deberán superar los RD$20,009 millones al
concluir el año entrante. En cuanto a la tasa de inflación para diciembre de 2006 se espera
una tasa en el rango de 6%-8%, consistente con lo establecido en el Acuerdo Stand- By. Esta
proyección tiene entre sus supuestos un incremento del promedio del precio del petróleo,
cualquier efecto que pueda tener la reforma tributaria y las
• 54. presiones estacionales sobre el tipo de cambio sobre el Índice de Precios al Consumidor.
En el sector externo, se ha tomado en cuenta la entrada en vigencia del Tratado de Libre
Comercio con Centroamérica y Estados Unidos representaría un reto que podría
transformarse en desvío de las proyecciones que mantiene el Banco Central sobre el
comportamiento de la Balanza de Pagos para 2006. En el área fiscal se contempla, en el
marco del Acuerdo Stand-By, un balance para el sector público no financiero (SPNF)
equivalente a 0.0% del Producto Interno Bruto. En 2006, entrarán en funcionamiento las
modificaciones que se le hicieron al código tributario, recientemente promulgadas por la
Presidencia de la República. Finalmente, es importante señalar que los principales riesgos
que afectan este escenario macroeconómico para el año 2006, son el comportamiento de los
precios internacionales del petróleo, el alza de las tasas de interés a nivel mundial y su
impacto en la economía global. Las autoridades monetarias, sin embargo, se encuentran
confiadas de que la economía se mantendrá operando en un sendero de estabilidad y que
estos riesgos no tendrán mayores efectos sobre el escenario base. Variable Meta 2006,
Inflación 6-8%, Crecimiento PIB 5.5%, Reservas Internacionales Netas US$650.0 millones,
Balance Sector Público No Financiero 0.0% del PIB, Cuenta Corriente de Balanza de Pagos
-3.0% del PIB. INFORME DE LA ECONOMIA DOMINICANA 2007 Por tercer año
consecutivo, la economía dominicana exhibió un crecimiento sólido al registrar un aumento
de 8.5% en el período enero- diciembre de 2007. En promedio la economía, medida por el
Producto Interno
• 55. Bruto (PIB) real base 1991, creció 9.5% durante los últimos tres años. Durante el año
recién finalizado casi todos los sectores mostraron un comportamiento dinámico,
sobresaliendo servicios de intermediación financiera (25.6%), comunicaciones (14.9%),
comercio (13.9%); energía y agua (9.7%), transporte (6.8%), enseñanza (5.7%) y otras
actividades de servicios (5.2%). Asimismo, el sector manufacturero local registró un
aumento de 4.8% y los sectores construcción, hoteles bares y restaurantes y agricultura
crecieron 3.2%, 3.7% y 1.2%, respectivamente. En contraste con el comportamiento de estas
actividades, se observaron caídas en los sectores minería (-1.4%) y zonas francas (-10.0%).
Por el lado del gasto, el consumo privado mostró un incremento de 12.3% como resultado de
una mejora notable en los indicadores del mercado de trabajo en un entorno de estabilidad
cambiaria y moderada inflación. Otros factores que contribuyeron al dinamismo del
consumo privado fueron el aumento de 31.4% observado en el crédito bancario al sector
privado y la expansión de 22.0% registrada por las importaciones de bienes de consumo
valoradas en dólares. Al cierre de 2007, la inflación alcanzó 8.88%, manteniéndose en un
dígito a pesar de que la economía enfrentó un entorno internacional desfavorable. Este logro
de la inflación de un dígito indica que la política monetaria del Banco Central se ejecutó con
prudencia. Esto se confirma si se observa que la inflación, excluyendo el impacto de las
alzas de precios de los combustibles, fue de 5.68 por ciento. Es importante señalar que un
factor determinante en el incremento de la inflación en los últimos dos meses del año fue el
choque provocado por la ocurrencia de las tormentas Noel y Olga que afectaron el sector
agrícola. En cuanto al mercado de trabajo, la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo de
octubre de 2007 arrojó una tasa de desocupación ampliada de 15.5%, lo que implica una
disminución de 0.1 punto porcentual en relación con la
• 56. verificada en abril del mismo año y 4.2 puntos porcentuales con respecto a octubre de
2007. Esto se reflejó en la creación de 392,113 nuevos empleos desde abril de 2004 a
octubre de 2007. Por otro lado, la tasa de desocupación abierta reflejó una disminución de
0.3 puntos porcentuales al pasar de 4.6% a 4.3% de abril a octubre 2007. En el sector
externo, el saldo de cuenta corriente de 2007 fue negativo en US$2,230.8 millones como
consecuencia, principalmente, de un incremento en el déficit de la balanza comercial de
bienes. En términos absolutos, las importaciones totales ascendieron a US$13,817.1
millones, registrando un aumento de US$1,640.0 millones con respecto a lo observado en el
año anterior. Cabe destacar que el déficit de cuenta corriente refleja en parte, el ajuste en la
valoración de las importaciones nacionales realizado por la Dirección General de Aduanas,
el cual viene registrándose desde octubre del año 2006. Otro factor que influyó en el
comportamiento de las importaciones fue el valor de la factura petrolera que aumentó en
US$479.3 millones durante el 2007. Por el lado de las exportaciones, incluyendo zonas
francas, las de bienes nacionales crecieron en US$627.0millones en el periodo considerado.
Estas exportaciones fueron impulsadas por el aumento de las mercancías generales (45.2%)
como resultado del incremento de la demanda mundial de níquel. Otro factor determinante
en la expansión de las exportaciones nacionales fue el crecimiento de los productos menores
no tradicionales, los cuales aumentaron en US$263.8 millones durante 2007. En contraste
con este comportamiento, las exportaciones de zonas francas se redujeron en US$115
millones, lo que implica una caída de 2.5 por ciento. En la balanza de servicios, el turismo
generó ingresos adicionales por US$108.7 millones, lo que se corresponde con un aumento
de 1.7% en el número de visitantes y de 3.1% en el gasto promedio de los turistas, en tanto
que la estadía promedio se mantuvo alrededor de 9 noches al igual que el
• 57. pasado año. Las remesas familiares, por otro lado, crecieron 10.8%, representando un
7.4% del PIB y un 89% del total de transferencias registradas en balanza de pagos. En el
2007, el país recibió también grandes flujos de capitales externos como se observa en la
cuenta de capital de la balanza de pagos. Según cifras preliminares, la cuenta de capital y
financiera finalizó el año con un balance positivo de US$2,554.5 millones, superior en
US$764.0 millones al registrado en 2006. Se destaca a lo interno de esta cuenta el
desempeño de la inversión extranjera directa la cual registró un nivel sin precedentes de
US$1,698.0 millones. Las operaciones fiscales del Gobierno Central, sobre la base
devengada, correspondientes al período enero - diciembre 2007, arrojaron un balance
superavitario ascendente al monto de RD$1,619.4 millones, lo que contrasta con el déficit de
RD$12,979.0 millones generado durante enero-diciembre 2006. El balance del Sector
Público no Financiero (SPNF) consolidado alcanzó un superávit de RD$1,450.7 millones.
Esto se logró a pesar de que el Gobierno aumentó el ritmo de gasto público a fines del 2007,
para atenuar los efectos devastadores de las tormentas Noel y Olga, cuyos daños en los
diversos sectores de la economía, según la evaluación de la CEPAL se estiman en unos
RD$14,125.0 millones. En el período en estudio, los ingresos totales del Gobierno Central,
sobre base devengada, aumentaron en 25% con respecto al mismo período del año 2006, al
pasar de RD$188,857.5 millones a RD$236,011.5 millones. El gasto del Gobierno Central,
excluyendo el residual o discrepancia estadística, ascendió a RD$241,320.6 millones, para
un incremento absoluto de RD$36,138.3 millones y 17.6%, en comparación con igual
período del 2006. La política monetaria implementada por el Banco Central logró mantener
la inflación en un dígito conforme a lo establecido en el Programa Monetario de
• 58. 2007. Este objetivo se logró utilizando como instrumento principal las operaciones de
mercado abierto, llevadas a cabo en un entorno internacional adverso caracterizado por
persistentes alzas de los precios internacionales del petróleo y de los bienes primarios como
maíz, sorgo y trigo, entre otros. La política monetaria del 2007 permitió una expansión de
13.7% en la emisión monetaria, indicador que funge como variable operativa en el esquema
de metas monetarias. Este crecimiento de la emisión fue consistente con el Acuerdo Stand-
by con el FMI. Durante el año 2007, el sector financiero mantuvo un comportamiento
dinámico en consonancia con la estabilidad macroeconómica que ha exhibido el país y la
mayor confianza en la economía mostrada por los agentes económicos. Como resultado, los
activos y pasivos totales del sector a diciembre de 2007 registraron incrementos de 13.6% y
14.9%, respectivamente, con respecto a igual período del año anterior. Uno de los factores
que contribuyó al crecimiento de los activos del sistema financiero fue la reducción de tasas
de interés que se observó en 2007. Al 31 de diciembre de 2007 las tasas de interés pasivas
anuales de la banca múltiple, las asociaciones de ahorros y préstamos y los bancos de ahorro
y crédito se situaron en 6.64%, 7.31% y 9.38%, respectivamente, disminuyendo en 1.05,
0.67 y 0.79 puntos porcentuales, respectivamente, con relación a diciembre 2006. Las tasas
activas de interés promediaron 15.34%, 13.50% y 29.03%, evidenciándose en la banca
múltiple y las asociaciones de ahorros y préstamos niveles inferiores a los registrados en
diciembre 2006, cuando alcanzaron 16.44% y 16.04%, respectivamente. En lo que respecta
al marco regulatorio que rige el sistema financiero, en el primer trimestre del año se sometió
al Congreso Nacional el Proyecto de Modificación de la Ley Monetaria y Financiera, cuyos
cambios responden principalmente a la necesidad de continuar adecuando dicha ley a las
mejores prácticas internacionales.
• 59. INFORME DE LA ECONOMIA DOMINICANA 2008 El año 2008 se caracterizó por
un deterioro progresivo de las condiciones financieras a nivel internacional desatado por el
colapso del mercado inmobiliario estadounidense, particularmente en las denominadas
hipotecas subprime. El inadecuado análisis de riesgo combinado con la innovación
financiera en un ambiente de creciente desregulación, facilitaron la repercusión de esta crisis
sobre todo el sistema financiero estadounidense y las principales entidades financieras del
mundo. Como consecuencia, se generó una profunda crisis de liquidez y un limitado acceso
al crédito, que han provocado una desaceleración de la actividad económica a nivel global.
Asimismo, los altos precios del petróleo, alimentos y metales, que prevalecieron durante
gran parte del año, exacerbaron la incertidumbre inherente al manejo de la política
económica, particularmente para economías emergentes como la dominicana. En este
contexto, el Producto Interno Bruto (PIB) de la República Dominicana, medido en términos
reales, experimentó un crecimiento de 5.3% durante el año 2008. Esta expansión fue el
resultado del desempeño de las actividades económicas: comunicaciones (19.9%); servicios
de intermediación financiera y seguros (13.7%); energía y agua (10.3%); comercio (5.0%);
otras actividades de servicios (4.8%); transporte (4.2%) y hoteles, bares y restaurantes
(3.4%). Por otro lado, actividades como explotación de minas y canteras (-30.3%),
agropecuaria (-3.4%), zonas francas (-1.1%) y construcción (0.4%) experimentaron
disminuciones con respecto al PIB real alcanzado en 2007. Según informaciones
preliminares, en el contexto de la región centroamericana, República Dominicana, ocupa la
segunda posición en registrar el mayor crecimiento económico, solo superado por Panamá
(9.2%). El crecimiento experimentado por la economía dominicana desde la óptica del gasto,
fue explicado principalmente por la demanda interna. El consumo final, se expandió en 7.1%
y la formación bruta de capital creció 9.2 %, ambos resultaron inferiores al crecimiento
registrado en el 2007. Por otro lado, las presiones
• 60. inflacionarias en la República Dominicana exhibieron grandes contrastes a lo largo del
2008. Durante los primeros seis meses del año, la economía dominicana experimentó fuertes
presiones inflacionarias en un entorno caracterizado por el incremento histórico de los
precios del petróleo y de otros bienes básicos a nivel internacional, así como de un
sobrecalentamiento en la demanda interna tanto pública como privada. En el segundo
semestre del año, sin embargo, la crisis financiera internacional se agudizó, iniciando un
proceso de descenso sostenido y estabilización de los precios del petróleo lo que
eventualmente se tradujo en caídas en la inflación doméstica durante el último trimestre del
año. Con el objetivo de preservar la estabilidad macroeconómica, las autoridades monetarias
adoptaron un conjunto de medidas restrictivas orientadas a reducir la inflación vía una
menor demanda interna. Los efectos de estas medidas, entre las que se incluyen tres
aumentos en la tasa de política monetaria (overnight), modificaciones importantes en la
metodología de cálculo y en la composición del encaje legal y venta de reservas
internacionales, contribuyeron a que la inflación cerrará en 4.52% en 2008, luego de haber
alcanzado 10.76% durante los primeros nueve meses del año y 8.88% en 2007. En adición al
logro de una baja inflación, el mercado cambiario dominicano se mantuvo relativamente
estable, tal y como se observa en el hecho de que el tipo de cambio experimentó una
depreciación de apenas 3.46%, la segunda menor depreciación a nivel latinoamericano
después de Guatemala. En el sector externo, la cuenta corriente de la balanza de pagos fue
deficitaria en 2008 en US$4,436.8 millones, monto equivalente a 9.7% del PIB. Los
principales determinantes del resultado deficitario de cuenta corriente fueron los precios
internacionales del petróleo y de los alimentos, ya que aproximadamente 53.6% del
incremento del déficit entre 2007 y 2008 puede ser explicado por el aumento en el valor de
las importaciones de petróleo y de alimentos. En cuanto a las exportaciones nacionales, éstas
se redujeron en
• 61. US$231.0 millones (-8.8%) debido principalmente a la caída en US$606.4 millones de
las exportaciones de ferroníquel. El mayor déficit de cuenta corriente fue financiado por la
cuenta de capital y financiera, particularmente por los mayores influjos de inversión
extranjera directa, la cual alcanzó un nivel sin precedentes de US$2,884.7 millones en el
periodo considerado. En el área fiscal se registró un déficit en el Balance del Sector Público
no Financiero (SPNF) de 3.4% del PIB. Este resultado refleja las erogaciones adicionales en
la primera mitad del año por subsidios al gas licuado de petróleo, al sector eléctrico y a los
productos de la canasta básica, debido a las alzas de los precios internacionales del petróleo
y de los alimentos, junto al incremento del ritmo de gastos para paliar los efectos negativos
de los cuatro fenómenos atmosféricos que afectaron al país durante el 2008. Por otro lado, el
déficit cuasi-fiscal del Banco Central alcanzó 1.3% del PIB, nivel inferior a lo proyectado en
el Programa Monetario para este año. El sector financiero mantuvo durante 2008 una
evolución favorable, aunque con cierto grado de desaceleración a partir del tercer trimestre
del año. El sector mantuvo su fortaleza y estabilidad sustentada en la estabilidad
macroeconómica exhibida por el país a pesar de las turbulencias del mercado internacional.
Los activos y pasivos totales del sector financiero mostraron un crecimiento de 11.0% y
11.7%, respectivamente, con relación a diciembre de 2007. El crecimiento de los activos
estuvo sustentado por el aumento de la cartera de préstamos, mientras el aumento de los
pasivos fue el resultado de un mayor financiamiento externo y un incremento en las
captaciones del público vía los valores en circulación. El patrimonio del sistema se
incrementó en un 10.1 por ciento. La cartera de crédito se mantiene como el renglón de
mayor crecimiento y ponderación dentro de los activos totales del sector al registrar una
expansión de 17.7% en 2008. En el caso de los pasivos, el incremento registrado al 31 de
• 62. diciembre de 2008 se explica por el aumento de los valores en circulación de 31.4% y de
los fondos tomados a préstamos por el sector de RD$4,924.9 en diciembre de 2007 a
RD$16,517.6 millones en diciembre de 2008. A esa fecha, el patrimonio del sector
financiero aumentó en 10.1% lo que consolida la fortaleza patrimonial observada en los
últimos años.

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