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DOMINGUITO UN NIÑO DE SAN JUAN

El 15 de febrero de 1811 en la provincia de San Juan nació el sexto hijo de


la familia Sarmiento. Se llamó Faustino Valentín, pero le decían Domingo o
Dominguito. Vivían en una casita humilde, sin terminar. El papá don
Clemente Sarmiento, era soldado de la Patria. Lo que ganaba no le
alcanzaba para mantener a los suyos. Por eso la mamá, doña Paula
Albarracín, tejía mucho en su telar. Hacía ponchos, telas y mantas, para
luego venderlos y juntar lo que necesitaba para vivir y terminar la casita.
A Dominguito, como a todos los niños, le gustaba jugar, claro, pero lo que
más deseaba era aprender a leer. Lo logró a los cuatro años. Se pasaba
horas y horas leyendo, en el patio de su casa, bajo una gran higuera;
mientras su mamá tejía en el telar.
QUISO SABER, APRENDER…¡Y ENSEÑAR!

A los cinco añitos, Domingo ya leía muy bien, ¡sin equivocarse ni una letra!
Desde entonces, los libros fuero sus amigos inseparables.
Fue a la “Escuela de la Patria”, donde durante nueve años, se destacó
como un alumno ejemplar… ¡y también, por no haber faltado ni un solo
día a clase!
Quería aprender…para saber y, así, después poder enseñar todo lo que
había aprendido.
No tuvo que esperar mucho tiempo: a la edad de quince años, viajó con su
tío a la provincia de San Luis. Allí, en el pueblito de San Francisco del
Monte, fundó una escuelita, donde enseñó a los campesinos y a sus hijos a
leer y escribir.
Había cumplido su sueño: ¡SER MAESTRO!
¡HIZO MUCHÍSIMAS COSAS!

Domingo Faustino Sarmiento trabajó y estudió mucho, muchísimo. Como su familia era muy
pobre, apenas terminó la escuela elemental, necesitó trabajar. No pudo seguir estudiando en
los colegios de Buenos Aires ni en los de Europa. Sin embargo, ¡no se conformó! Se esforzó sin
descanso, por aprender y aprender.Trabajó como empleado en una almacén y, en sus ratos
libres, leía y estudiaba. ¡quería progresar, superarse!

Un día, por estar en desacuerdo, con los gobernantes de ese momento, debió irse por un
tiempo a Chile. Allí fue maestro, y minero en una mina de plata. Pero, por las noches, ¡seguía
estudiando! Aprendió inglés y francés, para poder leer libros importantes en esos idiomas.

De regreso a su Patria, además de maestro, fue periodista, soldado, director de una escuela…
Escribió libros muy interesantes. Llegó a ser gobernador de San Juan. Fundó muchas escuelas y
bibliotecas.

Fue embajador en los Estados Unidos.

Y un día… ¡Presidente de la Nación!


POR SOBRE TODAS LAS COSAS…¡MAESTRO!

Como hemos visto, muchos valientes como Manuel Belgrano y José de San Martín, lucharon
por la libertad de la Patria. Domingo Faustino Sarmiento también luchó…, pero por la
educación y el progreso ¡ contra la ignorancia! Y como un sembrador que pone semillitas en la
tierra para que nazcan plantitas…,él “SEMBRÓ” escuelas en todas partes: en las ciudades, en
los campos, en las montañas, en los pueblitos…

Y para formar a quienes quisieran convertirse en maestros, fundó la Escuela Normal. Creó
escuelas primarias, secundarias y otras especializadas en minería, agricultura y ciencias. ¡se
preocupó por la educación de niños y adultos! Por eso, lo recordamos con muchísimo cariño. Y
también, brindamos nuestro agradecimiento a todos nuestros queridísimos maestros…¡que
tanto hacen por nosotros!

Murió un 11 de setiembre de 1888, en Paraguay. Su obra fue tan importante que se lo nombró
“Maestro de América”. Un día para homenajear a todos los maestros que tantas cosas buenas
hacen por los niños.

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