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Procede esta Corporación en Sala Jurisdiccional de Decisión No. 4 a resolver sobre el Recurso
de APELACIÓN que fuera interpuesto oportunamente por el representante judicial de la
demandada, contra la sentencia de primera instancia No. 192 de fecha 15 de
diciembre de 2015, proferida por el JUZGADO SEGUNDO ADMINISTRATIVO ORAL
DEL CIRCUITO DE BUENAVENTURA, mediante la cual se ACCEDIO A LAS
PRETENSIONES DE LA DEMANDA, emitida dentro del proceso adelantado por medio de
apoderado por el señor MILLER FERNANDO VIDAL MARIN en ejercicio del medio de
control de NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO DEL DERECHO, consagrada en el artículo
138 del CPACA, contra la NACION-MINISTERIO DE DEFENSA-POLICIA NACIONAL.
ANTECEDENTES PROCESALES
P R E T E N S I O N E S:
CUARTA: Que las sumas reconocidas en los puntos anteriores sean indexadas como
corresponde.
1.- Que el actor ingresó a la Escuela Simón Bolívar de la Policía Nacional el 9 de octubre de
2005 y se graduó el 6 de octubre de 2006, sitio donde fue condecorado por el buen
desempeño en el servicio y varias felicitaciones de sus superiores.
conformidad con lo previsto en la Resolución 414 del 27 de agosto de 2002 emitida por el
Instituto Nacional de Salud.
3.- Que, en razón de la falencia anterior, considera que los actos demandados se expidieron
con falsa motivación.
1.- Que la entidad demandada dio aplicación a lo dispuesto en el artículo 35 de la Ley 1015
de 2006, mediante la cual se establece el régimen disciplinario para la Policía Nacional,
respetándose los derechos del policial de contradicción, de defensa y del debido proceso.
2.- Que el actor, incurrió en una falta grave ya que se presentó al servicio bajo los efectos
de bebidas embriagantes, lo que conllevó al correctivo disciplinario de 6 meses de
suspensión e inhabilidad especial para ejercer cargos públicos, sin derecho a remuneración.
Termina proponiendo las EXCEPCIONES de legalidad del acto administrativo y de cosa
juzgada, al haberse emitido en el proceso disciplinario un fallo con fuerza ejecutoria.
LA SENTENCIA APELADA
1.- Que la ley 1015 de 2006 no establece el procedimiento a seguir para la imposición de
una sanción disciplinaria, por lo que sostiene que resultan aplicables las disposiciones
contenidas en la ley 734 de 2003.
2.- Que la investigación tuvo comienzo por la llegada tarde del señor MILLER FERNANDO
VIDAL MARIN a su sitio de trabajo, al parecer con aliento alcohólico según el informe
presentado por el Suboficial de servicio de turno, Subintendente LUIS EDUARDO
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MELGAREJO MARTINEZ, dictamen que fue corroborado, por los Intendentes ALVARO
TOBAR CHALACAN y JOSE SILVIO MUÑOZ VALLEJO.
3.- Que para tomar la decisión, la Oficina de Control Disciplinario del Departamento de
Policía Valle hizo un análisis de las normas que le sirvieron de base, entre ellas, el
Reglamento Técnico para la determinación clínica del estado de embriaguez aguda y el
artículo 35 del Régimen Disciplinario para la Policía Nacional, norma 5º contempla como
falta grave la de “presentarse al servicio bajo los efectos de bebidas embriagantes o
cualquier otra sustancia que produzca dependencia física o psíquica”, efecto que se asocia
a la disminución o pérdida de facultades físicas y mentales causadas por la presencia de
alcohol en el cuerpo.
4.- Que resulta reprochable que para la entidad hubiera considerado innecesaria una prueba
técnica, tomando como prueba solo la testimonial, para determinar el grado de
alicoramiento del uniformado en la fecha de los hechos.
5.- Que la falta de prueba técnica sobre el supuesto estado de alicoramiento que generó la
imposición de la sanción disciplinaria, conduce a la declaratoria de nulidad de los actos
demandados.
RECURSO DE APELACIÓN
Esta parte, presenta en forma oportuna recurso de apelación contra la Sentencia No. 192
de 2015, solicitando que la misma sea REVOCADA en su totalidad, para que en su lugar se
NIEGUEN LAS PRETENSIONES DE LA DEMANDA, para lo cual manifiesta su inconformidad
alegando que la norma aplicable al caso es la contenida en el numeral 5º del artículo 35 de
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la ley 1015 de 2006, según la cual, constituye falta grave, entre otras conductas, presentarse
al servicio bajo los efectos de bebidas embriagantes o cualquier otra sustancia que produzca
dependencia física o psíquica.
Que, en el caso del demandante, los testimonios escuchados, entre ellos el de ALVARO
TOBAR CHALACAN, dieron perfecta cuenta del aliento alcohólico que aquel presentaba el
día de los hechos, no siendo necesaria la práctica de una prueba técnica o científica para
determinar el estado de embriaguez, más cuando el verbo rector de la conducta típica
disciplinaria enuncia solamente presentarse al servicio bajo el efecto de bebidas
embriagantes, más no en estado de embriaguez, el que si requería de la práctica de una
prueba técnica.
ANALISIS DE FONDO
1.- COMPETENCIA
Este Tribunal es competente para resolver el recurso de apelación interpuesto por la entidad
demandada contra la sentencia emitida en este proceso en primera instancia, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 153 del CPACA.
En esta instancia la controversia se contrae a definir si tal como lo sostuvo el A Quo en este
caso los actos administrativos demandados se encuentran viciados de nulidad, toda vez que,
para la demostración del cargo endilgado al actor, se requería de una prueba técnica que
permitiera verificar el estado de alcoholemia que presentaba el día de los hechos, lo que no
podría deducirse exclusivamente de la prueba testimonial; o si por el contrario, le asiste
razón a la entidad recurrente en su alegación, de que lo que exige la norma disciplinaria es
que la comprobación de que el disciplinado se encontrara bajo los efectos de bebidas
embriagantes y no de la verificación de la dosis de alcohol ingerida.
Ellos son:
-) Que del análisis de las pruebas recaudadas se concluye que el investigado incurrió en la
falta disciplinaria consistente en “presentarse al servicio bajo los efectos de bebidas
embriagantes”, prevista en el numeral 5º del artículo 35 de la ley 1015 de 2006. Además,
que se puede inferir que la conducta de aquel se aparta de toda razonabilidad al presentarse
al servicio, bajo efectos de “embriaguez”, como lo es el aliento alcohólico, percibido por
algunos superiores jerárquicos, lo que permite considerar que dicha conducta afecta su
deber funcional, instituido en el artículo 5º de la ley 734 de 2002, pues al presentarse bajo
tales circunstancias, perturba gravemente su función pública, siendo necesario prescindir
de sus servicios momentáneamente.
-) Que las pruebas testimoniales fueron practicadas con la intervención del disciplinado, por
lo que tuvo la oportunidad de intervenir, y son ellas, las que precisamente permiten deducir
que presentaba aliento alcohólico en la fecha de los hechos, y por tanto en estado de
embriaguez, no siendo necesario establecer el grado de afectación de sus facultades
mentales, sino que bastaba demostrar que se encontraba bajo los efectos de bebidas
embriagantes.
-) En cuanto a que el aliento que reportaba en esa fecha era resultado de haber limpiado
su boca con un enjuague, frente a la necesidad de practicarse una prueba técnica, se
considera que precisamente una circunstancia que no permite la práctica de la referida
prueba es no haber utilizado un enjuague bucal, y que además es fácilmente advertible el
aliento de alcohol al de un enjuague bucal.
-) Que, en cuanto a los ojos rojos, advierte que podría ser admisible el argumento de que
hubiera llorado durante la noche anterior, pero que, sin embargo, esto no lo advirtió en
momento alguno el disciplinado y además descartado el argumento anterior es fácil concluir
que era otro síntoma de la ingesta previa de bebidas embriagantes.
-) En cuanto a que era imprescindible la prueba de alcoholemia para dar por probado el
cargo endilgado siendo imposible sustentar la decisión sólo con testimonios, se apoya el
superior en el contenido del artículo 130 de la ley 734 de 2002, modificado por el artículo
50 de la ley 1474 de 2011, según el cual, el testimonio es un medio de prueba válido, entre
otros.
-) Aclara que, una cosa es embriaguez y otra la alcoholemia, definiendo lo primero, como el
conjunto de cambios sicológicos y neurológicos de carácter transitorio, inducidos en el
individuo por el consumo de algunas sustancias farmacológicamente activas, los cuales
afectan su capacidad y habilidad para la realización adecuada de actividades de riesgo, en
tanto que, la alcoholemia es la concentración de alcohol etílico contenido en la sangre, la
cual debe expresar en mg de etanol/100 ml de sangre total, de conformidad con el literal A
del artículo 1º de la Resolución No. 0414 de 2002 del Instituto Nacional de Medicina Legal
y Ciencias Forenses. Y que, en este caso, no se requería de prueba de alcoholemia, porque
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3.- Resolución 03609 del 16 de septiembre de 2013 “Por la cual se ejecuta una
sanción disciplinaria impuesta a un patrullero de la Policía Nacional”.
sabiendas que era su deber estar en optimas condiciones para la realización del
mismo, faltando con ello al deber de cumplir con diligencia al servicio encomendado
absteniéndose de cualquier acto que perturbara el mismo, de acuerdo con lo previsto
en el numeral 2º del artículo 34 de la ley 734 de 2002. Se califica previamente la
conducta como grave y realizada a título de dolo. SEGUNDO CARGO. - Con
fundamento en el artículo 35 numeral 10 de la ley 1015 de 2006, se le formula el
cargo, de incumplir sin causa justificada la orden impartida el 29 de septiembre de
2011 y que debía cumplir el día siguiente, consistente que a las 6:15 horas debía
presentarse a las instalaciones del distrito DIEBU con el fin de colaborar en la
radicación de la entrega del armamento al personal de la SIJIN Buenaventura. Que
con dicha conducta se incumplió con el deber previsto en el numeral 7º del artículo
34 de la ley 734 de 2002, es decir cumplir con las disposiciones que sus superiores
jerárquicos adopten en ejercicio de sus atribuciones, conducta que es calificada
como grave cometida a título de dolo. TERCER CARGO. – De acuerdo a lo dispuesto
en el numeral 6º del artículo 36 de la ley 1015 de 2006 se le formula el cargo
consistente en presentarse reiteradamente al servicio con retardo, pues varias veces
ha llegado con retraso a la formación del personal de la SIJIN, incumpliendo por
tanto con el deber consignado en el numeral 7º del artículo 34 de la ley 734 de 2002,
calificándose la falta como leve.
Manifestó que con relación al comportamiento del disciplinado podía informar que
era buen trabajador, pero que el único problema que tenía a veces era con el alcohol.
que se había quedado dormido, siendo la primera vez que, se había presentado dicha
situación con el mencionado patrullero. Que, en razón de su larga experiencia, pudo
darse perfecta cuenta del aliento alcohólico que éste presentaba, pese a que no
había realizado ningún curso de alcoholimetría, y que no se refiere al grado de
alcohol, ni se encontraba borracho. Que el patrullero, simplemente con el aliento
alcohólico no se encontraba apto para prestar un buen servicio, ni para recibir un
armamento.
-) Del Patrullero SANTA RAMIREZ JOSE ISRAEL, quien acude a declarar por solicitud
del disciplinado. Informa que el 29 de septiembre de 2011, pasó por la casa del
patrullero MILLER a recogerlo siendo aproximadamente las 6:30 de la mañana, y
que lo vio normal, solo que al momento de salir le dijo que se adelantara que tenía
que regresar al baño, debido a un dolor estomacal, razón por la cual llegó tarde en
esa fecha.
en cuanto a los ojos rojos anota que, no era efecto de la ingesta de una bebida
embriagante, sino porque la noche anterior había estado llorando debido a un
problema sentimental y amaneció sin poder dormir. Que el fallo concluye que el
sancionado se encontraba en estado de embriaguez, para lo cual, necesariamente
debió practicarse una prueba técnica que así lo comprobara.
i. Fallo de segunda instancia de fecha mayo 30 de 2013, el que fue descrito en otro
acápite.
“5. Presentarse al servicio bajo los efectos de bebidas embriagantes o cualquier otra
sustancia que produzca dependencia física o psíquica”.
Sobre el tema, el Consejo de Estado ha sostenido que para establecer si una persona se
encuentra bajo los efectos de bebidas embriagantes durante el servicio, son pertinentes
otras pruebas, aparte de la medición del alcohol en sangre o mediante un examen clínico-
físico, otras diferentes que permitan establecerla existencia de los posibles efectos del
consumo de las bebidas alcohólicas.
El apelante plantea que el A quo en la sentencia de primera instancia para negar la nulidad
de los actos administrativos acusados aceptó como prueba única e idónea del cometimiento
de la falta disciplinaria que reprocha el estar en servicio bajo los efectos de bebidas
embriagantes, un examen clínico de embriaguez.
“(…)
Según el dictamen que le fue practicado por el médico Mauricio Ernesto Pérez Chacón
en el Hospital de Yopal el mismo día (3 de diciembre de 2010) se determinó que
presentaba grado l-ll de embriaguez.
(…)
3.3.2. - Las pruebas incorporadas al proceso permiten deducir las circunstancias de
tiempo, modo y lugar en que se desarrollaron los hechos bajo estudio y por los cuales
fue destituido el demandante por encontrarse acreditado que cometió falta gravísima
en el desempeño de sus funciones, pues todos los declarantes cada uno en la función
que cumplía y en la circunstancia que se encontró el día de los hechos coinciden en
manifestar que el patrullero Alexánder Caro Rosas ingirió bebidas embriagantes el
día 3 de diciembre de 2010 estando aún en servicio.
(…)
De otra parte, debe señalarse que en Colombia la embriaguez se establece a través
de examen clínico, es decir, con el examen físico - anímico que realiza un médico de
acuerdo a los criterios establecidos para el efecto. Es innecesaria la prueba de
alcoholemia a través de la extracción y examen de una muestra de sangre, tal como
lo manifestó el médico que practicó la prueba de embriaguez en el presente caso.
embriaguez l-ll.”
En atención a lo anterior y siguiendo el orden para la resolución del problema jurídico la Sala
a continuación abordara su marco legal.
Ley 938 de 2004, artículo 361, en el numeral 5° señaló que corresponde al Instituto Nacional
de Medicina Legal y Ciencias Forenses, definir los reglamentos técnicos que deben cumplir
los distintos organismos y personas que realicen funciones periciales asociadas con medicina
legal, ciencias forenses y ejercer control sobre su desarrollo y cumplimiento.
En atención al referido mandato legal, el Director General del Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses expidió la Resolución N° 414 de 2002 2 -aclarada mediante
Resolución N° 453 de 20023-, por medio de la cual se fijan los parámetros científicos y
técnicos relacionados con los exámenes de embriaguez y de alcoholemia. La mencionada
resolución en el artículo 1°, señaló lo siguiente:
Parágrafo. (…)
Para determinar el estándar forense señalado en la norma antes trascrita, el Director General
del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses Ciencias Forenses, expidió la
1http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_0938_2004.html
2http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=6168#1
3 http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=6168#1 La Resolución N° 453 del 24 de
septiembre de 2002 aclara la Resolución N° 414 del 27 de agosto del 2002 únicamente en el sentido de indicar
que esta última empezará a regir en la misma fecha en que entre en vigencia el Código Nacional de Tránsito
Terrestre.
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Resolución N° 1183 de 20054, por medio de la cual adoptó el Reglamento Técnico Forense
para la Determinación Clínica del Estado de Embriaguez Aguda, en los siguientes términos:
“CONSIDERANDO:
(…)
Que el Código Disciplinario Único (Ley 734 de 2002), el Régimen Disciplinario de las
Fuerzas Militares (Ley 836 de 2003) y el Código Sustantivo del Trabajo (Ley 141 de
1961 y normas complementarias), prohíben concurrir o encontrarse en el trabajo o
el servicio en estado de embriaguez o bajo la influencia de narcóticos, así como el
consumo de alcohol y estupefacientes durante el ejercicio de las actividades
laborales, siendo estas conductas generadoras de sanciones disciplinarias o de
terminación unilateral del contrato de trabajo por justa causa.
(…)
Que la Resolución 000414 del 27 de agosto del 2002 del Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses, aclarada mediante Resolución 000453 del 24 de
septiembre de 2002, fija los parámetros científicos y técnicos relacionados con el
examen de embriaguez y alcoholemia, estableciendo en su Artículo primero, literal
B, que el examen clínico para la determinación de embriaguez alcohólica se realizará
según el estándar forense establecido por el Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses.
(…)
Artículo primero.- Adoptar en todas sus partes el Reglamento Técnico Forense para
la Determinación Clínica del Estado de Embriaguez Aguda, el cual hace parte integral
de la presente Resolución.”. (Subrayado fuera de texto).
El Reglamento Técnico Forense del Instituto de Medicina Legal 5 para la Determinación Clínica
del Estado de Embriaguez Aguda, señaló un procedimiento de examen físico y los parámetros
a evaluar por el medico correspondiente, entre los cuales se observan los siguientes:
4 http://www.medicinalegal.gov.co/documents/48758/59223/18-+Resolucion+001183-2005.pdf/4cf4778b-
52d4-4c0f-91e2-87b3279ad298
5 http://www.medicinalegal.gov.co/documents/48758/78081/R3.pdf/105396f9-9e93-4cb8-b36c-0b1e9b403ade
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De las normas anteriores se puede concluir que, la determinación del estado de embriaguez
de una persona puede realizarse a través de la medición del alcohol en sangre o mediante
un examen clínico-físico, este último en el cual, el médico debe revisar varios aspectos físicos,
sociológicos y sensoriales del paciente para llegar válidamente a concluir el grado de
embriaguez, resultado que puede ser usado en asuntos penales, contravencionales y
disciplinarios6.
(…).
Por otra parte, para establecer la segunda imputación, esto es estar bajo los efectos de
bebidas embriagantes durante el servicio, si son pertinentes otras pruebas que así lo
determinen tales como el examen clínico, pues no se parte de la base de la existencia del
consumo durante el servicio sino solo de la posible existencia de efectos.
Ahora bien, el dictamen médico de embriaguez que mediante el examen clínico fue realizado
al actor el 3 de diciembre de 2010, señaló lo siguiente:
Ese dictamen fue explicado por el médico que lo practicó, a través de la siguiente declaración
rendida el 4 de junio de 2011:
El señor Montañez Angulo argumenta que con las pruebas obrantes dentro del
expediente no se logró acreditar fehacientemente que al momento de la ocurrencia
de los hechos investigados se hubiera determinado su estado de embriaguez y, por
lo tanto, no era dable haberlo sancionado por una falta que no se había probado.
Ahora bien, la imputación hecha por los operadores disciplinarios al actor, esto es,
el consumo de bebidas embriagantes durante el servicio, se tipifica con la sola
ingesta de licor durante el servicio y no, únicamente, con la acreditación del estado
de embriaguez10, de manera que el argumento relacionado con la falta de dicha
prueba no tiene fundamento lógico, motivo por el cual, al estar debidamente
acreditado con las declaraciones mencionadas, que este efectivamente consumió
bebidas embriagantes al momento de la ocurrencia de los hechos, encontrándose
en servicio, estima la Sala que están demostrados los elementos típicos de la falta
y que la sanción disciplinaria fue impuesta bajo el principio de legalidad, razón por
la cual este cargo, de conformidad con lo planteado en el escrito de la demanda, no
está llamado a prosperar.
transitoria de las condiciones físicas y mentales, causada por intoxicación aguda que no permite una adecuada
realización de actividades de riesgo».
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Así entonces, el derecho disciplinario está previsto para sancionar a aquéllos que
desatienden sus funciones o los servicios encomendados, o que atenten contra el
interés general, defrauden el erario, violen derechos humanos o incumplan con el
propósito esencial de servir a la comunidad, siendo esta la razón por la cual la ley
prevé que la falta debe ser de tal entidad, que quebrante el deber funcional, sin
justificación atendible, entendiendo que12:
En tal sentido, podría concluirse que las faltas disciplinarias no son de resultado sino
de mera conducta y que, además, si bien no causó, en principio, perjuicio alguno, el
deber funcional se vio alterado con el incumplimiento de una norma expresamente
prohibitiva”.
Inicialmente debe la Sala advertir que los actos contenidos en la Resolución 03609 del 16
de septiembre de 2013 “Por la cual se ejecuta una sanción disciplinaria impuesta a un
patrullero de la Policía Nacional” y en el Oficio No. S-2013-020169/CODIN-DEVAL/29.1,
mediante el cual se notifica el acto anterior, no son susceptibles del medio de control
interpuesto, en razón a que el primero de ellos, pese a ser acto administrativo es de mera
ejecución de los fallos sancionatorios, y el segundo, no es un acto administrativo, sino una
simple comunicación. Por tanto, se adicionará la sentencia recurrida, en el sentido de
declarar probada la EXCEPCION DE INEPTA DEMANDA respecto de tales actos, por cuanto
el A quo no emitió pronunciamiento alguno frente a la pretensión de nulidad de los mismos
formulada en la demanda.
Efectivamente, aunque durante el trámite del proceso disciplinario se observaron las normas
establecidas tanto por la ley 734 de 2002, como por la ley 1015 de 2006, y se respetaron
los derechos del disciplinado, sin embargo, al contrario de lo sostenido en los actos
administrativos, los cargos que se le imputaron no fueron debidamente acreditados por la
entidad castrense.
Los cargos imputados, fueron los siguientes: -) presentarse al servicio bajo los efectos de
bebidas embriagantes, -) incumplir de manera injustificada una orden impartida por un
superior suyo relativa al servicio, y -) presentarse al servicio con retardo.
Respecto de los dos últimos, el actor acepta que los días 29 y 30 de septiembre de 2011, si
se presentó al servicio con retardo, motivo por la cual no pudo llegar a la hora de la
formación del personal, lo que justifica en dos razones, una, referida a una dolencia en su
estómago, y otra, en su estado anímico debido a una situación sentimental que le aquejaba.
Los fallos disciplinarios, ciertamente, aunque afirman que no se requería probar el grado de
embriaguez del patrullero, sino el estado en el que se presentó a laborar, para lo cual era
suficiente las pruebas documentales y testimoniales aportadas, lo cierto es, que también
concluyen, que se encontraba en estado de embriaguez cuando aquel se presentó al servicio
en la fecha anotada; lo que evidencia con claridad una contradicción en extremo grave, lo
que a su vez permite que este juzgador considere que, se esté calificando un estado de
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embriaguez, sólo con la apreciación visual de parte de dos o tres funcionarios, sin que para
el efecto se sometiera al patrullero investigado, a la prueba idónea de conformidad con los
protocolos establecidos por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, para
determinar si aquel 30 de septiembre de 2011, se encontraba o no, bajo los efectos de
bebidas alcohólicas.
En este punto debe recordarse que, a dicho Instituto corresponde, según la ley 938 de 2004,
definir los reglamentos técnicos que deben cumplir los distintos organismos y personas que
realicen funciones periciales asociadas con medicina legal, ciencias forenses y ejercer control
sobre su desarrollo y cumplimiento. Tales protocolos, fueron establecidos en las
Resoluciones 414 de 2002 y 453 del mismo año, que fijaron los parámetros científicos y
técnicos relacionados con los exámenes de embriaguez y de alcoholemia.
Ahora bien, tal como lo ha establecido la jurisprudencia, para determinar si una persona se
encuentra bajo los efectos de bebidas embriagantes, de acuerdo con la Resolución No 414
de 2002 proferida por el Director General del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses, se debe acudir al Examen Clínico, en el cual, el médico debe realizar una entrevista
al paciente y un examen físico donde se avalúan varios parámetros como: a) la conducta
motriz, b) los signos vitales, c) el aspecto de la piel y mucosas, d) el aliento alcohólico, e)
el estado de conciencia, orientación, atención, memoria, lenguaje, pensamiento,
sensopercepción, inteligencia, juicio y raciocinio, introspección, f) la coordinación motora
fina, g) el equilibrio y coordinación gruesa y h) la sensibilidad propioceptiva a través de
pruebas de Romberg y de Nistagmus.
Dicho examen era de toda suerte necesario para la formulación del cargo previsto como
falta grave en el numeral 5º del artículo 35 de la ley 1015 de 2006, el que comprende, no
sólo el análisis del aliento alcohólico, como se empeña la entidad demandada en sostener,
sino que abarca otros aspectos a los que se hizo referencia arriba, los que sin lugar a dudas,
hubieran permitido establecer con precisión que el patrullero sancionado, si se encontraba
o no, aquel 30 de septiembre de 2011, bajo los efectos de bebidas embriagantes, y por
tanto incurso en la falta que se le endilgó.
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Así pues, encontrando la Sala en esta instancia que el mencionado cargo no fue
debidamente acreditado por la entidad investigadora, luego es lógico advertir que los fallos
sancionatorios adolecen del vicio de la falsa motivación, lo que amerita la confirmación del
fallo recurrido.
“Artículo 188. Condena en costas. Salvo en los procesos en que se ventile un interés
público, la sentencia dispondrá sobre la condena en costas, cuya liquidación y ejecución
se regirán por las normas del Código de Procedimiento Civil”.
Por su parte el artículo 365 del Código General del Proceso, es del siguiente tenor:
Artículo 365. Condena en costas. En los procesos y en las actuaciones posteriores a
aquellos en que haya controversia la condena en costas se sujetará a las siguientes
reglas:
1. Se condenará en costas a la parte vencida en el proceso, o a quien se le resuelva
desfavorablemente el recurso de apelación, casación, queja, súplica, anulación o revisión
que haya propuesto. Además, en los casos especiales previstos en este código.
Además se condenará en costas a quien se le resuelva de manera desfavorable un
incidente, la formulación de excepciones previas, una solicitud de nulidad o de amparo
de pobreza, sin perjuicio de lo dispuesto en relación con la temeridad o mala fe.
2. La condena se hará en sentencia o auto que resuelva la actuación que dio lugar a
aquella.
3. En la providencia del superior que confirme en todas sus partes la de primera instancia
se condenará al recurrente en las costas de la segunda.
4. Cuando la sentencia de segunda instancia revoque totalmente la del inferior, la parte
vencida será condenada a pagar las costas de ambas instancias.
5. En caso de que prospere parcialmente la demanda, el juez podrá abstenerse de
condenar en costas o pronunciar condena parcial, expresando los fundamentos de su
decisión.
6. Cuando fueren dos (2) o más litigantes que deban pagar las costas, el juez los
condenará en proporción a su interés en el proceso; si nada se dispone al respecto, se
entenderán distribuidas por partes iguales entre ellos.
7. Si fueren varios los litigantes favorecidos con la condena en costas, a cada uno de
ellos se les reconocerán los gastos que hubiere sufragado y se harán por separado las
liquidaciones.
8. Solo habrá lugar a costas cuando en el expediente aparezca que se causaron y en la
medida de su comprobación.
9. Las estipulaciones de las partes en materia de costas se tendrán por no escritas. Sin
embargo podrán renunciarse después de decretadas y en los casos de desistimiento o
transacción.
De esa forma se pronunció en sentencia del 7 de abril de 2016, Consejero Ponente: William
Hernández Gómez, expediente 2013-00022-01, de la cual se destaca lo siguiente:
ejercido alguna actuación dentro de esta instancia, así como tampoco que haya incurrido
en algún gasto. Por tanto no se condenará en costas a la parte demandada en esta instancia.
F A L L A:
CUARTO. - Una vez en firme este proveído, procédase por secretaría a devolver el
expediente al Juzgado de Origen.
Los Magistrados,
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Proceso 2014-00067-01
Sentencia.