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Srebrenica: La tragedia de los Balcanes.

La palabra genocidio resuena en las cabezas occidentales como una mancha ligada al Holocausto.
Europa se prometió nunca experimentar algo así. Desgraciadamente, ese 11 de julio de 1995,
Srebrenica no era Europa; o al menos no la que importaba.

Hace 25 años, 8 mil varones adultos y jóvenes bosniacos (musulmanes) fueron asesinados a manos
de las fuerzas serbobosnias de Ratko Mladic en Srebrenica, ciudad de Bosnia-Herzegovina;
mientras que sus mujeres fueron violadas. Realizada en el contexto de las guerras civiles que
llevarían a la destrucción de Yugoslavia a inicios de los 90, la matanza de Srebrenica deja claras
enseñanzas del peligro del nacionalismo y la inacción de las entidades supranacionales. En 1992,
Bosnia-Herzegovina declaró su independencia de la República Federativa Socialista de Yugoslavia.
En su territorio convivían 3 “etnias” de las tantas que formaban parte de Yugoslavia: croatas,
serbios y bosniacos, estos últimos musulmanes. Bosnia-Herzegovina, como república de la
Federación, fue una prueba interesante y satisfactoria del multiculturalismo de la época de Tito.

Tras la muerte del líder Josip Broz “Tito y las posteriores declaraciones de independencia de las
distintas repúblicas, el nacionalismo dormido se despertó con gran fuerza. El 1 de marzo de 1992
se declaró la independencia del país. No obstante, los habitantes del joven país tenían poca idea
de lo que les aguardaba. Tres años de guerra entre nacionalistas croatas y nacionalistas serbios,
con crímenes de guerra y limpieza étnica, llevaron a una intervención tibia de parte de Occidente.
No fue hasta la entrada y la masacre del ejército serbobosnio en esta ciudad segura, que la OTAN
intervino con fuerza y concluyó la guerra en 1995 con la firma de los Acuerdo de Dayton, creando
un modelo de “partición e inclusión” de país. Dentro de Bosnia-Herzegovina, coexiste la
Federación de Bosnia y Herzegovina (con mayoría de población bosniaca y croata) y la República
Srpska (con mayoría serbia). De igual manera, es de resaltar que Bosnia cuenta con 3 presidentes,
uno de cada etnia.

Srebrenica, el último horror que Europa vivió en el siglo XX, tuvo 3 consecuencias importantes
para la política internacional a futuro. La primera, la importancia que se le debe dar al peligro del
nacionalismo, que renace cada cierto tiempo. Segundo, la visible inacción de las entidades
internacionales como la OTAN y la ONU ante guerras internas de los países. Tercero, Srebrenica
inició un nuevo capítulo de la injerencia occidental: la intervención con fines “humanitarios”. Este
fue el primer momento, al que pronto le seguiría Kosovo, Irak o Afganistán.

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