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Yugoslavia – Jorge Caffarello

La crisis de los Balcanes: el término “balcanización” hace referencia al proceso de


desintegración territorial que sufrió esta zona, entre el XIX y el XX, en respuesta a los conflictos
de nacionalismos internos e intereses externos, que rebrotan en la última década del siglo XX.
El autor plantea que el caso de yugoslavo constituye un caso de atomización territorial
(división), donde los antiguos límites políticos entre Estados federados pasaron a cumplir la
función de límites entre estados soberanos. El área de la antigua Federación representa uno de
los ejemplos más complejos, debido a la distribución territorial de los diversos grupos étnicos
con posturas políticas antagónicas entremezclados en enclaves múltiples. Los grupos más
tolerantes mantenían la posición unionista, los más radicales eran separatistas, aunque
también estaban los que pregonaban el irredentismo, política que tiene a incorporar al Estado
nacional el territorio ubicado en el Estado vecino, donde un grupo a fin compone una minoría
(Como paso con los sudetes y Alemania).

Heterogeneidad nacional - Yugoslavia es un caldero étnico: el conflicto étnico generalizado


(1990) pulverizo los limites interiores entre los estados componentes y convirtió a cada
porción de territorio en un trofeo de guerra. Yugoslavia era un país dividió en dos partes casi
idénticas pero asimétricas con respecto a lo cultural y económico. La región septentrional -
Eslovenia y Croacia- pertenece al área cultural centroeuropea, su población es étnicamente
homogénea y ambas lenguas son latinas, el credo es el católico. En Eslovenia, de su población
solo 2% son croatas y otro 2% serbios, en Croacia, el 12% son serbios. La región meridional -
Serbia, Macedonia, Montenegro- es de tradición balcánica, con influencia islámica otomana,
profesan el cristianismo ortodoxo. Allí la situación es más compleja: Serbia suprimió libertades
a dos territorios -Kosovo y Vojvodina- de una gran diversidad étnica. Luego esta Bosnia-
Herzegovina, que ha sido un lugar de puja y encrucijada de ambas tradiciones: más del 40 %
de sus habitantes son musulmanes, un 30% serbios y un 17 % croatas.
Las paradojas de Yugoslavia se ponen de manifiesto al comprobar que ciertas definiciones
formalmente aceptadas no resultan aplicables a su realidad. El concepto de minoría nacional
no se cumple en el caso de Yugoslavia, donde estas minorías nacionales se dispersan por todo
el territorio del Estado, conformando un verdadero rompecabezas étnico.

¿Cuántas Yugoslavias?

-El primer país de los eslavos del sur: durante 1912 y 13’ se desarrollaron las guerras
balcánicas. Como resultado Turquía perdió el control de gran parte de los territorios allí
situados y su soberanía quedo reducida. En 1908, Austria-Hungría, se anexo Bosnia, mientras
que Serbia arrebato nuevos territorios a Bulgaria y se convirtió en el Estado más importante de
la Región: la relación entre estos últimos era cada vez más tensa, ambos querían lograr la
máxima hegemonía allí.
En 1914, el atentado al archiduque, significo una muestra de repudio hacia el control
austrohúngaro (AH) en territorios donde Serbia aspiraba a ejercer su sobernía. Al poco tiempo
AH le declara la guerra a Serbia; mientras que Rusia, Francia y el Reino Unido se levantan en su
apoyo: Alemania y los tucos apoyaran a los austriacos.
La derrota inicial de los serbios fue compensada después de la 1GM, cuando se estableció el
Reino de los Serbios, croatas y eslovenos (gobernado por los serbios, que no eran mayoría,
pero si la etnia más destacada). Luego, fue el monarca Alejando I quien designo al reino por
primera vez como Yugoslavia “país de los eslavos del sur”.
-La segunda Yugoslavia “federalista y socialista”: Durante la 2GM, esta fue invadida por
alemanes y dividida entre el EJE. Soldados yugoslavos y la guerrilla comunista liderada por Tito,
lucharon juntas para liberar al país de la ocupación. El ejército de la URSS termino por liberarla
en el 44’ y en el 45’ Tito establece la República federal y socialista.
Comenzada la GF, Yugoslavia integro el sector oriental, debiendo aplicar los planteos de
centralización estatal impuestas por Moscú. Tito no lo hizo y planteo una vía, socialista
alternativa, concretada en 1950 al promulgarse la ley de autogestión obrera. Se le otorgo un
cierto papel al mercado en la asignación de los recursos y las localizaciones; así como una
mayor apertura hacia el exterior. La relación con la URSS se reanudó con la muerte de Stalin,
pero se siguieron teniendo contactos también con Occidente.
Las reformas impulsadas por la constitución del 74’ representaron un avance hacia un
liderazgo compartido e igualitario. Se le concebía a las provincias de Kosovo y Vojvodina la
autonomía. La presidencia del Estado Yugoslavo seria ejercida por nueve miembros, uno por
cada una de las seis repúblicas, dos por las provincias autónomas y por Tito.
Tras la muerte de Tito, la ausencia de un líder carismático, la vigencia de un único partido
político, la falta de transparencia en la administración, la ampliación de la brecha entre áreas
ricas y pobres, fueron factores que incrementaron la crisis económica y política.

-La tercera y “actual” República Federal Yugoslava: la elección de asambleas republicanas no


comunistas en Croacia y Eslovenia en el 90’ ubico a estas republicas en una posición de roce
con el gobierno de Serbia, bajo la presidencia de Milosevic. Fueron la antesala de las
declaraciones de independencia de Croacia y Eslovenia en febrero del 91’, apoyadas por
occidente. Así se disparó el conflicto armado que destruyo el complejo mapa político
articulado durante la gestión de Tito.
Los enfrentamientos armados en suelo esloveno tuvieron un alto al fuego, pero los combates
siguieron en Croacia. En 1992, la Unión Europa reconoce las independencias.
Se visualizó una nueva Yugoslavia, con Serbia a la cabeza: las provincias ante autónomas
volvieron a ver suprimidos sus derechos. Temerosas de esta hegemonía serbia, tanto Bosnia
como Macedonia, optaron por declarar su independencia. En Bosnia se dio la expresión más
dramática del conflicto (92-95’) donde un tercio de la población eran serbios, alrededor de un
cuarto croatas, y la mayoría musulmana.
En 1992 Serbia y Montenegro proclamaron la nueva República Federal de Yugoslavia en cuyo
territorio se desarrollaría, en el 99’, la guerra de Kosovo. En 2001, el fantasma de la guerra
rondo los Balcanes, esta vez en Macedonia, donde la mayoría albanesa acuso a los macedonios
eslavos de ser sus opresores.

La asimetría territorial norte-sur como eje del conflicto en la antigua Yugoslavia: en la


Antigua Yugoslavia, la profundización de las desigualdades territoriales reavivo los
enfrentamientos étnicos adormecidos durante la gestión titoista. El caso de Eslovenia y Croacia
en relación al resto ponía en evidencia las asimetrías territoriales entre un norte desarrollado y
un sus subdesarrollado. A tales asimetrías territoriales se le suma un componente étnico
cultural muy profundo. En la antigua Yugoslavia, las provincias ricas septentrionales se sentían
lesionadas por una gestión burocrática e ineficaz. Las repúblicas más pobres del sur esgrimían
que si no fuera por las materias primas obtenidas a muy bajo costo en sus territorios, las
regiones ricas no podrían beneficiase de las ventajas de precios, capacidad de exportación y
divisas. Las diferencias también se expresan por medio de diferentes indicadores
macroeconómicos: el PBN, los ingresos medios y la tasa de población económicamente activa,
los cuales son más favorables en Eslovenia y Croacia. Todo esto permite dimensionar el
problema sufrido en el periodo de disolución y no solo reducirlo a la cuestión étnica.

-La seducción del mercado: en el marco de la propiedad autogestionada ya habían emergido


diferentes entre las repúblicas menos desarrolladas del sur y las ricas del norte. El dilema se
presente en el periodo de privatización de empresas. Los dirigentes nacionalistas de Eslovenia
y Croacia deseaban consolidar su poder para controlar las estrategias de privatización e
inserción en el capitalismo global, por eso se ocuparon de resaltar su imagen de pueblos
auténticamente europeos, vislumbrando una eventual adhesión a la Comunidad Europea.

-Helvetización y balcanización: la destrucción de la Federación Multinacional Yugoslava ha


enfrentado a los países occidentales a profundas contradicciones respecto de la cuestión del
derecho de los pueblos, manifestándose por las naciones dominantes, debido a propios
intereses, en lugar de proteger a las comunidades amenazadas.
Para evitar riesgos de mala integración es necesario helvetizar a Europa y no permitir que se
balcanice (brusquedad y sometimiento). Helvetización y Balcanización han sido polos opuestos
de las tendencias político-culturales seguidas por estos estados caracterizados por una
realidad cultural-nacional plural, que además no es exclusiva de Europa central y oriental,
aunque sea allí donde más domina.

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