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Biografía e introducción.

Luisa
La autora María Alejandra García Hernández, es médica de la UPB. Especialista en
Neurodesarrollo y aprendizaje de la Universidad CES. Se desempeña como médica en
Medellín. En sus ratos libres le gusta dedicarse a la escritura: mezclar, jugar y hablar con
las palabras para que estas le brinden, aunque sea por un momento, inspiración.
Durante la lectura comienzan a emerger pistas, como piedritas que guían el camino hacia
una pregunta que ronda todas las narraciones del libro: la pregunta por lo que se siente en el
cuerpo. La medicina mira los cuerpos, los estudia, los analiza, los abre, experimenta sobre
ellos y, finalmente, intenta preservar su funcionamiento, salvar lo que contienen y
conforman la persona.
La literatura busca, con otros métodos, desdoblar el cuerpo, desmenuzarlo, encontrar en él,
no dentro de él, la persona.
Los cuentos que aquí se narran logran develar los rincones del cuerpo para volverlos
historias; aparecen en las narraciones como protagonistas que batallan entre el dolor y la
belleza de existir.
Aun así, en la voz de la autora no hay resentimiento, no hay ironía, no hay sarcasmo. La
pretensión de quien narra es directa, contar lo que ha de ser contado.

Personajes. Nancy

Los personajes esenciales en el cuento Abigail una joven atravesada por la muerte de su
abuelo, dándole frente a un duelo que le entristece el alma, que la adormece y no la deja
volver a ser la misma. Anhedonia: Incapacidad para experimentar placer en actividades que
normalmente encuentras agradables. Que pueden llevar a la persona a que caiga en una
depresión.

El abuelo, una figura paterna querida, el ser más apacible y extraño, una figura fuerte,
contundente, pero dulce, amable y sabio; el cual a lo largo de su vida se encargó de crear
momentos, esos momentos que rememoramos, que no se olvidan jamás y que perduran por
siempre en quienes tuvieron la fortuna de conocer y vivir al suyo.

Análisis del cuento. Luisa

En la voz narrativa de “Al otro lado del túnel” no hay cinismo, en cambio hay una
inocencia que cuenta sin contar, o que más bien dibuja, va rodeando lo que narra cómo
dando vueltas antes de llegar al centro Entonces, el truco del lenguaje es el de la imagen
que insinúa, el de la voz que llama a las cosas de otras maneras, involucrando al lector en el
juego de develar, paulatinamente, lo narrado. Así, la lectura del cuento se ubica, tanto desde
la construcción narrativa como desde la armazón de los personajes, en un lugar doble,
duplicado como los lugares a los que se puede llegar por el túnel, como referencia el título:
la metáfora indirecta y la sencillez narrativa coexisten cómodamente en estos cuentos, sin
que el tono se sienta tensionado o forzado.

En la lectura de “Al otro lado del túnel” el lector podrá encontrar un equilibrio entre el
lenguaje coloquial que a veces aparece en palabras sueltas, y una narración concreta,
pulida, cuidadosa, embellecida incluso por una fantasía que se cuela desprevenidamente en
los relatos.

Al otro lado del túnel está lleno de metáforas alrededor del cuerpo: lo conceptual se hace
metafórico.

Conclusión. Nancy

Y esto nos habla de cómo algo tan cercano a nosotros como son los cuentos, puede
convertirse en una potente herramienta en un ambiente terapéutico.
Investigaciones científicas han destacado que las palabras sueltas simplemente activan
la parte cerebral en la que se decodifica el lenguaje; sin embargo, las buenas historias
son capaces de activar las zonas que intervienen en la propia historia. Es decir, si
describiéramos muy bien un color llegaría a activarse la parte sensorial relacionada
con el propio color, si habláramos de una acción se activaría el área motora… por
tanto, si yo describiera en detalle la acción de correr, en nuestro cerebro se reflejaría
como que estoy corriendo aunque estuviera totalmente quieto.
“Esto significa que una buena historia nos hace vivirla, sentirla y recordarla en
nuestro cerebro, además de identificarnos con ella en algunos casos. Una buena
historia hace que el que la lee o el que la escucha se sienta identificado con ella
porque ambos elementos se intercomunican de alguna forma, interviniendo, por
supuesto, el elemento emocional”.

¿Qué hay al otro lado del túnel? No lo sabemos. Tal vez otros yo, con miedos
dolencias y traumas que aguardan el momento preciso para cruzar. ¿Y cuándo lo
harán? Cuando estemos dispuestos a darles vida y aceptarlos en nuestra propia
realidad.

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