Armas Prof. Yessika Vásquez C.I: V-26.750.345 Sección ED01DOV Exp: CJP-162-00347 Cabudare; Agosto del 2019
Efectos de la usura en el contrato de mutuo y la responsabilidad
por los vicios de la cosa. El contrato de mutuo está definido en nuestro Código Civil como un contrato por el cual una persona llamada mutuante, entrega a otra llamada mutuario cosas fungibles y consumibles, teniendo la segunda persona la obligación de devolver otras cosas de la misma especie o calidad. Este tipo de contratos es real, ya que para su perfeccionamiento es requerida la entrega de la cosa y puede ser gratuito u oneroso dependiendo de si se pactan intereses o no.
En este orden de ideas, podemos deducir que en el mutuo se
deben intereses sólo cuando se hayan pactado. El interés es el beneficio que obtiene el acreedor del dinero que haya dado en préstamo, por lo tanto, el interés es el fruto producido por el dinero. En nuestro Código Civil se admite la solicitud y validez del pacto de interés, y esto consta en el artículo 1.745, el cual establece que: "Se permite estipular intereses por el préstamo de dinero, frutos u otras cosas inmuebles". Y así mismo, en el artículo que le sucede distingue dos tipos de intereses que son el legal y el convencional.
En cuanto al interés legal, la tasa legal civil es el tres por ciento
anual. Esta tasa no solo es aplicable al préstamo a interés donde las partes no han determinado la rata de este, sino que se aplica también para calcular los daños y perjuicios moratorios respecto a las obligaciones que consisten en dar sumas de dinero, salvo disposiciones especiales de la Ley o pacto en contrario.
Por otra parte, el interés convencional depende de la sola voluntad
de las partes, aunque la Ley ha establecido limitaciones que son de orden público y al respecto, nuestro Código Civil establece tres limitaciones a saber. El interés convencional no podrá exceder en ningún caso en una mitad al que se le probare haber sido interés corriente al tiempo de la convención, caso en el cual será reducido por el Juez a dicho interés corriente, si esto es solicitado por el deudor. El interés del dinero prestado con garantía hipotecaria no podrá exceder en ningún caso del uno por ciento mensual y puede ser limitado por leyes especiales. Al respecto, debemos hacer mención al Decreto sobre Represión de la Usura, el cual establece como límite de interés convencional en el caso de préstamo de dinero con o sin garantía, el uno por ciento mensual, sin perjuicio de las limitaciones señaladas y establecidas en el mismo decreto, calificando de delito de usura al préstamo de dinero en el cual se estipule o se obtenga de cualquier manera un interés que sobrepase al uno por ciento mensual.
Cuando hablamos de usura, podemos definirla como el cobro
excesivo de interés en un préstamo. El concepto de usura lleva implícita la convicción de que existe un «precio justo o razonable para el ahorro», con independencia de las condiciones de oferta y de demanda, lo que ha llevado a que algunos gobiernos fijen, arbitrariamente, tipos máximos de interés, con el supuesto propósito de proteger a los prestatarios, pero con el efecto práctico de crear mercados paralelos para los préstamos y créditos.
Otra corriente de pensamiento considera que tiene que haber un
precio justo y razonable a la hora de fijar el tipo de interés y, por lo tanto, no pueden ser determinados exclusivamente en función de la oferta y la demanda. Sobre esta teoría los gobiernos de algunos países han establecido un límite máximo que se conoce con el nombre de tasa de usura, siendo Venezuela uno de los países que ha adoptado esta doctrina, tipificando a la usura como un delito en el artículo 114 de nuestra Constitución, estableciendo lo siguiente: "El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la cartelización y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo con la ley". Así mismo, existe el Decreto de Represión a la Usura (Gaceta Oficial Nº 21.980 de fecha 9 de abril de 1946), en el cual se establecen las penas contra las actividades usurarias.
Este decreto vigoriza la limitación que establece, al considerar
constitutivo del delito de usura, el préstamo de dinero en el cual se estipule o de alguna otra manera se obtenga un interés que exceda del uno por ciento mensual (Dec. cit., art. 1º,ap. único). El Decreto también ordenó a los acreedores reducir el interés convenido por obligaciones anteriores, a partir de la promulgación del Decreto (Dec. cit., art. 3º), norma que muchos consideraron retroactiva.
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