LIMA. DESDE SU APARICIÓN EL USO DE BOLSAS PLÁSTICAS AUMENTÓ
DE FORMA EXPONENCIAL, TENIENDO UN IMPACTO NEGATIVO EN EL ECOSISTEMA. ANTE ESTA SITUACIÓN, LAS ALTERNATIVAS, COMO LAS BOLSAS DE TELA, REPRESENTAN UNA OPCIÓN MÁS AMIGABLE PARA EL MEDIO AMBIENTE. Así lo señaló Marisol Núñez, profesora de Ingeniería Ambiental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), quien recordó que las bolsas de plástico no son capaces de degradarse o disolverse. “Lo agrava su uso desmedido, ya que las personas hacen de las bolsas plásticas parte de su vida de una manera innecesaria”, dijo. En el mundo son fabricadas aproximadamente un billón de bolsas plásticas al año, las cuales muchas veces terminan en los espacios del planeta menos esperados, como la cima del monte Everest o los casquetes polares, creando grandes desafíos para el ecosistema. Proponer las bolsas y empaques biodegradables como un reemplazo a las bolsas plásticas es un paso en el camino; no obstante, no es una acción definitiva. “ES POSIBLE DESLIGARNOS DE LA NECESIDAD DEL USO DE PLÁSTICO A TRAVÉS DE LAS BOLSAS DE TELA, POR EJEMPLO, CUYA VENTAJA ES QUE SON FÁCILMENTE PLEGABLES, SE PUEDEN LLEVAR EN CUALQUIER PARTE, SU FABRICACIÓN ES SENCILLA Y SON MUCHO MÁS ESTÉTICAS QUE LAS DE PLÁSTICO”, EXPRESÓ NÚÑEZ. Es importante precisar que las bolsas y empaques biodegradables, contenedores alternativos con un tiempo de degradación inferior a los convencionales, surgieron como opciones para satisfacer la necesidad de bolsas de manera más amigable con el medio ambiente. Según estudios, su proceso de degradación se iniciaría a los 18 meses, un periodo mucho menor al del proceso común, que inicia aproximadamente a los 150 años. “A PESAR DE SER CONSIDERADAS UNA ALTERNATIVA DE REEMPLAZO DEL PLÁSTICO CONVENCIONAL, POR SU TIEMPO DE BIODEGRADACIÓN, LAS BOLSAS DE ESTE TIPO NO SON UNA SOLUCIÓN PERMANENTE”, REFIRIÓ LA ESPECIALISTA. En su proceso de fabricación son utilizados más recursos de agua y energía que en las bolsas convencionales, lo cual genera una mayor emisión de carbono y, por tanto, otra fuente de contaminación. Además, por su composición, no es posible reciclarlas y su degradación tiene como desenlace pequeñas partículas plásticas (micro plásticos) casi imperceptibles que pueden terminar en ríos y mares. La fabricación y distribución de bolsas de plástico provocan importantes problemas ambientales. LAS BOLSAS DE PLÁSTICO CONTAMINAN Las bolsas de plástico contaminan y no son necesarias: ninguna se recicla. Consumiendo menos y mejor protegemos el medio ambiente. La bolsa de plástico es el producto estrella de nuestra cultura de usar y tirar, que malgasta grandes cantidades de materiales y energía para fabricar productos efímeros de un solo uso, muchas veces superfluos. Las bolsas de plástico se pueden reemplazar por recipientes o sistemas duraderos y ecológicos (bolsas de tela, de plástico resistente, de papel, carros de compra). Tanto su fabricación y distribución como su tratamiento posterior provocan importantes problemas ambientales. Por todo ello muchos consideran que es necesaria su desaparición. Entre las razones para decir no a las bolsas de plástico están: – Se fabrican a partir del petróleo, un recurso no renovable, costoso, cada vez más escaso y responsable de la emisión de gases de efecto invernadero, es decir, del cambio climático. – Su reciclaje no es rentable: cuesta cien veces más reciclarlas que producirlas. – La mayoría acaba en el mar o quemada en las incineradoras y en los hornos de cemento. Se han encontrado bolsas flotando al norte del Circulo Ártico y en lugares remotos del Atlántico Sur. – Contaminan durante su fabricación y su incineración (dioxinas, cianuro). – Algunas están impresas con tintas tóxicas. – Tardan entre 150 y 1000 años en descomponerse. – Su dispersión en la naturaleza causa mortandad de animales en el medio terrestre y acuático. Las tortugas, los delfines o los cachalotes, por ejemplo, se las comen porque las confunden con medusas y calamares. Es cada vez más frecuente encontrarlas en cadáveres de animales marinos porque provocan el bloqueo, irritación o laceración del tracto digestivo y reducen la cantidad de alimento que los animales pueden ingerir. – Son de fácil sustitución por sistemas tradicionales: bolsas de tela, carritos, cestas, de papel.