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EL PENSAMIENTO POSCOLONIAL EN LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFIA Y LA

FORMACION DE LICENCIADOS EN CIENCIAS SOCIALES. EL CASO DE LA


UNIVERSIDAD DEL VALLE, CALI-COLOMBIA

Zaida Liz Patiño Gómez, Dra. en Ciencias Sociales,


Prof. Universidad del Valle, Colombia
Oscar Buitrago Bermúdez, Dr. en Geografía,
Prof. Universidad del Valle, Colombia

RESUMEN

La geografía es una ciencia que como todas las conocidas en el mundo occidental tiene
su origen en el pensamiento y quehacer europeos; desde los griegos que se interesaron
en conocer y explicar el origen y funcionamiento de la naturaleza hasta la oficialización
en el siglo XIX de la ciencia académica, los europeos instauraron una forma de ver e
interpretar el mundo, la cual durante los siglos de la expansión y colonización de sus
imperios, se traslada avasalladoramente a lo que hoy se llama América. Con esa
invasión de estas tierras, las civilizaciones nativas se minimizan y sus formas de ser,
pensar y hacer casi desaparecen. La geografía como quehacer interesado en conocer
la superficie terrestre y la acción humana sobre ella, llega a América para servir de
herramienta predadora y colonizadora. Este ensayo se propone, primero, exponer que
la enseñanza de la geografía universitaria colombiana continúa bajo los preceptos del
pensamiento neocolonial europeo; segundo, señalar las evidencias de dicho enfoque en
la formación de geógrafos y licenciados (docentes en formación) en ciencias sociales y,
tercero, mostrar que al lado de este panorama de la formación geográfica tradicional
vinculada al pensamiento colonial y su expresión en los programas de formación de
geógrafos y licenciados en ciencias sociales, poco a poco surgen trabajos monográficos,
que desde la pedagogía universitaria a manera de resistencia intentan producir una
forma autónoma de conocer el espacio social partiendo de aceptar que las sociedades
colombianas son múltiples.
Se trata aquí del caso de la Universidad del Valle, Cali-Colombia, donde el aula
universitaria ha sido el escenario para reconocer y destacar que en nuestra forma de
ser, hacer y pensar el espacio, se encuentran elementos indígenas, africanos y
europeos; será precisamente por la particular multiculturalidad de la región en la que se
inserta esta universidad con presencia de estudiantado afro, indígena y mestizo. Así lo
evidencian trabajos que van desde la identificación de las identidades territoriales de
cada uno de estos grupos -en especial en el pacífico colombiano-; el género y
sexualidad; la marginalidad y exclusión; hasta Derechos Humanos e inclusión educativa,
la recuperación de las danzas folclóricas, y los problemas medioambientales vistos
desde la educación en ciencias sociales con enfoque geográfico.
Reconocer estas características proporciona sensibilización hacia el nosotros y sentido
de identidad, lo cual es necesario para configurar una riqueza cultural a ser usada en
cualquier proyecto de desarrollo social autónomo. Y en este marco, la educación cumple
un papel fundamental como reproductora de la cultura, de manera que realizar la
transposición didáctica de este pensamiento pos-colonialista a la formación de
geógrafos y licenciados –estos últimos ejercerán en la educación Básica y Media- se
constituye en un reto, un escenario potencial en construcción.
POR UNA GEOGRAFÍA POSCOLONIALISTA

¿Cuál es la geografía que se debe enseñar en las aulas de colegios y universidades en


un país como Colombia? Es la pregunta que surge cuando en un salón de clases
confluyen indígenas, negros y mestizos. Si en la educación básica y media la enseñanza
de la geografía en Colombia se ha caracterizado por ser memorística, en el caso de la
educación universitaria ha primado la enseñanza de la geografía Europea y
Estadounidense; la misma idea de una actividad racional, sistematizada, con
postulados, teorías y conceptos que tuviera por objetivo conocer la tierra y su superficie,
proviene desde Europa. No obstante, Europa y lo que hoy se conoce como América son
dos cosas distintas. Las raíces de Abya Yala, nombre que recibe este pedazo de tierra
por el pueblo Kuna de Panamá y que fuera recientemente aceptado por los pueblos
originales del continente, son diversas y sorprendentes: la raíz original o de los pueblos
que sobrevivieron el avasallamiento español, portugués y de descendientes ingleses; la
raíz africana o de gentes arrancadas de África e insertadas en un mundo violento y
tirano; y, por último, la de los europeos, poseedores a toda costa de la verdad y el orden.
¿Por qué enseñar una ciencia decimonónica producto de los intereses e ideologías
imperiales europeas del momento a una sociedad con extraños y distintos orígenes
como la de estas tierras? o mejor, ¿por qué se insiste en enseñar ese conocimiento?
Son preguntas que deben ser resueltas a la hora de formular proyectos educativos y
académicos centrados en la realidad social. Si bien no se pretende dar en extenso
respuestas a estas preguntas, si se presentan, por un lado, algunas reflexiones que
deben ser tenidas en cuenta a la hora de iniciar procesos de integración de
epistemologías de distintos orígenes; y por otro, más evidencias empíricas que
muestran esa obstinación en nuestros sistemas educativos de subvalorar o desconocer
la presencia de otras culturas.

Podría parecer contradictorio que una ponencia que quiere destacar la ausencia de un
pensamiento geográfico colombiano quiera empezar sus reflexiones con una autora
inglesa, Doreen Massey. Sin embargo, nos parece que uno de sus postulados sobre la
producción del espacio social expresa ampliamente el gran sentido de lo múltiple y
diverso, aspectos que no son suficientemente considerados en la enseñanza de la
geografía en Colombia:

“El espacio […] es la esfera en la que coexisten distintas trayectorias […] Sin
espacio no hay multiplicidad; sin multiplicidad, no hay espacio. Si el espacio es
en efecto producto de interrelaciones, entonces debe ser una cualidad de la
existencia de la pluralidad. La multiplicidad debe ser co-constitutivos”1

La multiplicidad es la característica de todas las sociedades del mundo; eso es


necesario aceptarlo e interiorizarlo en el pensamiento común. Así como los caminos se
trazan y entrecruzan, los caminantes que los caminan, llevan y traen prácticas
culturales, ideologías y fenotipos que se entrecruzan y producen nuevas formas y
contenidos.

Sin embargo, en el entrecruzamiento de las culturas de Europa con las culturas de estas
tierras y las traídas de África, el criterio de los recién llegados fue de usurpación,
explotación y aniquilamiento. Los indígenas murieron por millones, principalmente por
causa de las enfermedades traídas por los españoles y portugueses, y fueron pocos lo
que quedaron para contar cómo eran sus sociedades. Los negros africanos
sobrevivieron por su aguerrida forma de asumir su condición de objetos comerciales. A
lo largo de este triste entrecruzamiento biológico y cultural se promovió ignorar,
despreciar y eliminar aquello que no fuera de origen Europeo, aún incluso si hubiera
sido producido en el marco de las recientes formas de organización social necesarias
para sostener los nuevos Estados nacionales de estas tierras. Hasta hace pocos años
esta realidad se negaba; incluso la sociedad hegemónica, marcada principalmente por
el color blanco de la piel, la ignoraba con el ánimo de no querer reconocer la existencia
de vestigios de otras civilizaciones, la dejaba en el trasfondo, como una realidad
incomoda2. De unas décadas para acá lo negro e indígena empiezan a evidenciar su
presencia y la sociedad hegemónica mestiza ya no tiene otro remedio que comenzar a
aceptar a regañadientes esta nueva situación. Aún con visos de racismo y segregación
racial, las ciudades colombianas facilitan el cruzamiento, en los intersticios de las
estructuras ideológicas dominantes, de lo que resta de los saberes negros e indígenas
con los heredados de los europeos, dando origen a nuevas prácticas socioculturales.
Es necesario indicar que muchos de los saberes originales fueron transformados e
ideologizados por el dominio blanco sobre el negro y el indígena; así la violencia se
instauró como forma de eliminación de los saberes originales; sin embargo, fueron
muchas las estrategias que los negros e indígenas generaron para salvaguardar sus

1
Massey, D. (2005). Filosofía y política de la espacialidad: algunas consideraciones. En: Arfuch, L (Comp.)
Pensar este tiempo. Espacios, afectos, pertenencias. Buenos Aires: Paidos. Pag. 105.
2
Al respecto de las comunidades Afrocolombianas, Motta (2005: 129) asegura que en América han sido
consideradas como gente sin historia, sin legado cultural y que su existencia social y económica comienza
con la esclavitud en el continente americano.
saberes ancestrales y proyectarlos al futuro: algunas de ellas mimetizadas lograron
llegar hasta el presente.

Ejemplo de ello es la idea de totalidad cósmica del mundo. Cuando se pregunta a las
comunidades indígenas o afro por la forma como conciben la relación sociedad
naturaleza, se llega a la conclusión de que no se puede pensar en el concepto de
relación ya que para ellos ser humano, vida y naturaleza es una totalidad, un algo
indisoluble. En las comunidades Nasa del Departamento del Cauca naturaleza,
sociedad y territorio es una totalidad, es todo3. En el caso de las comunidades
afrocolombianas al respecto Motta plantea que subsiste la idea Nommo “el motor que
provee a todas las fuerzas de vida y actividad […] que además es semilla, agua y sangre
a la vez”4, en donde todo está emparentado con todo, “todas las cosas son fuerza: el
hombre y la mujer, el perro y la piedra, el lugar y el tiempo, la belleza y la risa”5. Para el
pensamiento occidental, cuyas raíces se pueden sondear en la Gracia Antigua y a lo
largo de la formación sociohistórica de Europa, existen varios momentos en que el ser
humano se separa de la naturaleza (physis). Según Ledesma (2012) antes de Sócrates
la idea del todo indisoluble fundaba el cosmos griego, pero precisamente con ese
pensador comienza el interés por el ser humano; en términos prácticos, el pensamiento
judeo-cristiano establece un mundo jerarquizado en tres planos: el plano superior en
dónde está Dios, el plano del hombre su hijo y heredero de la tierra y, por último, el plano
de la naturaleza salvaje, fuente de riqueza pero indómita y amenazante, región en dónde
se demuestra el autodominio del ser humano y amor por Dios. Al respecto de esta
perspectiva Broda (2012) menciona que:

“La conquista española significó la superposición violenta de dos culturas de


derivación histórica independiente. En la tradición indígena, la Conquista produjo
una ruptura profunda. Los españoles destruyeron la organización prehispánica
estatal –sus estructuras sociopolíticas- y eliminaron también las escuelas de los
templos, donde se educaba la élite y se transmitían los conocimientos científicos
religiosos […] Por otra parte, las ciencias que introdujeron los españoles en la
Nueva España eran de origen netamente europeo. Se produjo una ruptura total,
y no hubo continuidad entre las ciencias prehispánicas y coloniales en los niveles

3
Broda, Johanna (2012) en su estudio sobre la observación de la naturaleza en el México prehispánico
menciona que tal visión de totalidad se evidencia en el lenguaje, así por ejemplo, la palabra altepetl del
idioma náhualtl es usada tanto para indicar lo que en español se entiende como pueblo, pero su
traducción significa cerro lleno de agua.
4
Motta, N. Gramática Ritual. Territorio, poblamiento e identidad afropacífica. Cali: Universidad del Valle,
2005, pag. 144.
5
Ibid. Pag. 144.
del Estado y de las clases dominantes. Solo sobrevivieron a la Conquista los
conocimientos indígenas del pueblo campesino, prácticas y calendarios
agrícolas” (BRODA, 2012: 103).

Reconocer este origen doloroso de las sociedades colombianas, y latinoamericanas


también, es un hecho que necesariamente debe ocurrir y, tal vez, esa práctica
académica llamada ciencias sociales en general y geografía en particular, pueda ser la
abanderada para que ello ocurra. Al respecto, en el pensamiento latinoamericano han
surgido académicos interesados en pensar el mundo desde la condición histórica de
estos pueblos, con sus particularidades, tragedias y realidades. Walter Mignolo, Anibal
Quijano, Arturo Escobar, Santiago Castro Gómez, entre otros, plantean la necesidad,
desde distintas disciplinas, de entender, aceptar y potenciar lo que significa ser
latinoamericano. Estos pensadores propenden por la comprensión del papel que, hoy
en día, cada individuo y su comunidad de estas tierras, tienen en el concierto global6.

En el caso de una epistemología geográfica del sur se encuentra al geógrafo Ciro


Hurtado Fuertes, quien escribe un libro que llama la atención por su título “Geografía del
Tahuantinsuyo y su trascendencia”; esta obra pretende mostrar que en los pueblos
preincaicos e incaicos existía una práctica empírica interesada en conocer y medir la
superficie terrestre para ordenar el espacio según la conveniencia administrativa de sus
sociedades; tal actividad se denominaba La Pachaquigua, que consistía en un conjunto
de conocimientos con “un enfoque holístico-sistémico constituido por un conjunto de
conocimientos prácticos-teóricos-prácticos de la tierra o Pachamama. Dicho enfoque se
basó en los profundos conocimientos que se tenían de la tierra y del Tahuantinsuyo
como un todo, como una unidad, una totalidad, en relación con el sol, la luna y los
astros”7. Manifiesta Hurtado Fuertes que “el corpus de la Pachaquigua o Geografía
tahuantinsuyana cuyas raíces datan desde el desarrollo de las grandes culturas
pretahuantinsuyanas, estuvo en vigencia hasta fines del siglo XVI en que se planta un
geografía al servicio de la dominación y explotación por los españoles, en el espacio
geográfico tahuantinsuyano; se implanta la geografía del silencio, con la que se
desordena, se desarticula a la Pachaquigua.8”

Para el caso de Colombia se encuentra una relación de vieja data entre la ciencia
geográfica Europea y el estudio del territorio. Se ha destacado la presencia de geógrafos

6
Gómez Arredondo, D. Caliban en cuestión. Aproximaciones teóricas y filosóficas desde nuestra América.
Bogotá: Ediciones Desde Abajo, 2014.
7
Hurtado Fuertes, C. Geografía del Tahuantinsuyo y su trascendencia. Lima: Juan Gutemberg Editores,
2005.
8
Ibid. Pag. 16.
como Alexander von Humboldt y Agustín Codazzi en el siglo XIX, quienes trajeron los
conceptos y técnicas de la ciencia geográfica decimonónica, la cual estuvo vigente hasta
principios del siglo XX; todo para decir que ha sido una geografía dependiente desde
sus raíces y que al institucionalizarse tardíamente ha seguido reproduciendo enfoques
europeos y norteamericanos, tendencia que hoy en día se ve presionada por la realidad
de la que emergen, por ejemplo, los estudios culturales y de género necesarios para
entender la formación de las múltiples territorialidades existentes en el país. Estas
condiciones se replican en los pocos programas universitarios de geografía y ciencias
sociales, en los cuales han predominado las epistemologías europeas y
norteamericanas, hecho que aleja al estudiante de una interpretación crítica de la
realidad socioespacial multiétnica y pluricultural del país. En particular en el ámbito
escolar ha tenido diversas repercusiones, entre ellas, la enseñanza de una idea errónea
de la geografía impartida además desde pedagogías tradicionales, memorísticas y
nemotécnicas, que conciben el espacio como absoluto o contendor. La intensión de esa
geografía escolar ha sido la formación de una idea de identidad nacional, a partir de la
geografía nacional, en la que se reconocen las diferencias regionales desde un enfoque
determinístico ambiental, y la promoción sutil de la superioridad mestiza al destacar
prejuiciosamente aspectos de las regiones de dominio blanco sobre las periféricas
indígenas y afro.

CONTEXTO DEMOGRÁFICO DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE

La Universidad del Valle es el principal centro universitario público del suroccidente


colombiano el cual comprende los departamentos Chocó, Valle del Cauca, Cauca y
Nariño; se localiza en la ciudad de Cali, capital del Departamento del Valle del Cauca.
Según los datos del último censo (2005) realizado por el Departamento Nacional de
Estadísticas (DANE), el 45,5% de la población afro y el 34,7% de la indígena del país
se concentran en esta región. El mismo censo indica que en el Departamento del Valle
del Cauca (con 4´052.535 habitantes) el 27,2% de la población se auto-reconoció como
negro, mulato, afrocolombiano o afrodescendiente; población que correspondería al
25,7% del total afro nacional. Para el caso de los indígenas, el 0,6% de la población
departamental se identificó como tal, lo cual equivaldría al 1,7% del total de indígenas
del país.

Para mostrar la presencia de la diversidad étnica racial en la Universidad del Valle, se


presentan unos sencillos cálculos de fuentes oficiales. Entre 2004 y 2009 ingresaron por
el sistema de cuotas9 1.14910 afrodescendientes, es decir un promedio anual de 191
estudiantes negros, en tanto que en el caso de los indígenas para el periodo
comprendido entre 2004 y 2007, ingresaron 44211, en promedio anual 112 estudiantes
indígenas. Estos datos muestran la importancia de la presencia étnica en una institución
que para el periodo comprendido entre 2004 y 2009, tuvo un promedio total anual de
25.16312 estudiantes, con un 7,6‰ anual para afro y 4,4‰ anual para indígenas. Si bien
estos datos son registrados por la administración de la Universidad, como política
institucional, es evidente, al recorrer el campus universitario, que la presencia étnica es
mucho mayor.13

EL CASO DE LA ENSEÑANZA DE LA GEOGRAFÍA EN LA UNIVERSIDAD DEL


VALLE

El Departamento de Geografía surge en la Universidad del Valle por Resolución del


Consejo Superior Universitario el 3 de diciembre de 1992, por iniciativa de profesores
que se encontraban en el Departamento de Historia. Desde 1993 hasta 1997 se
fortalece la planta profesoral y se comienza con la iniciativa de crear un pregrado en
Geografía, el cual se concreta en 2002. De manera que es un Departamento que nació
sin programas académicos pues era de servicios: centro de actividades cartográficas,
petrográficas, estadísticas, geográficas y el taller de Geografía. En 1998 el
Departamento de Historia cede la Licenciatura en Ciencias Sociales al Departamento
de Geografía, más por razones de coyuntura que por razones de debate epistemológico.
Así que primero aparece la Licenciatura y luego la Geografía pero los dos programas
nacieron después de haber sido creado el Departamento.

Hoy en día el Departamento cuenta con dos programas de pregrado: la Licenciatura en


Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales (LEBECS) que es uno de los pocos
programas en Colombia que ha logrado incorporar con mayor fuerza la Geografía en la

9
El sistema de cuotas se refiere a un mecanismo de reparación afirmativa que busca reconocer la
diversidad étnica y cultural de la nación brindar posibilidades de equidad social entre los pueblos. Se
sustenta en la Constitución Política de 1991, Artículo 7. Es un instrumento utilizado por la Universidad del
Valle y otras universidades públicas para permitir el ingreso diferenciado de personas de acuerdo a su
origen étnico.
10
MENESES PARDO, A. Estudio sobre los factores asociados a la deserción entre estudiantes
afrocolombianos e indígenas de la Universidad del Valle. Programa de Jóvenes Investigadores de
Colciencias Informe Final. Cali, Universidad del Valle, Año 2011.
11
Ibid.
12
UNIVERSIDAD DEL VALLE. Anuario Estadístico 2011.
13
De acuerdo con Meneses, A (2012), la preferencia de los indígenas y afro que ingresaron por condiciones
de excepción a la Universidad en 2001 y 2004, fueron las ingenierías y las ciencias de la salud.
formación de educadores y un fuerte componente de Historia; y el pregrado en
Geografía, que se desarrolla en un momento en que se promulga la Ley 388 de
Ordenamiento Territorial, lo que incentiva el inicio de la carrera, buscando dotar a los
profesionales de las herramientas necesarias para apoyar el desarrollo de los procesos
relacionados con ello (áreas: Ordenamiento Territorial, gestión territorial del riesgo, SIG,
Educación Geográfica).

Con el ánimo de establecer la incidencia de la pluralidad étnica y de género, propia de


la región Pacífico colombiana y del Valle del Cauca, en las investigaciones monográficas
de los estudiantes de las carreras de geografía y licenciatura en ciencias sociales, se
hizo una revisión de temas y autores tratados en las monografías aprobadas entre el
2007, año en que se comienzan a graduar los primeros profesionales geógrafos, y el
2013. El interés se centró en mostrar que existe en la formación investigativa de los
estudiantes dominio europeo y norteamericano al momento de escoger marcos teóricos
y autores. Antes de discutir lo anterior, en términos generales se encontró que de las
143 monografías de grado para optar al título de licenciados en Educación Básica con
Énfasis en Ciencias Sociales, 75 de ellas, es decir el 52%, se orientaron a temas
específicos de la geografía; de éstas, solamente 7, es decir el 9,3%, estudiaron aspectos
relacionados con la espacialidad de la diversidad étnica, afroamericana o indígena, y de
género. En el caso de la carrera de Geografía ninguna de las 26 monografías
presentadas en el periodo de estudio, hace algún tipo de aproximación a estos temas
que deberían ser emergentes en una universidad en la que existe presencia significativa
de grupos étnicos de distintas raíces.

Para efectos de revisar el nivel de incorporación de conocimientos, reflexiones críticas


y epistemologías relacionadas con estas tres raíces culturales, se revisaron los
programas de los cursos que ofreció el Departamento de Geografía tanto para la
formación de geógrafos profesionales como de licenciados en ciencias sociales. A
continuación se exponen los hallazgos para cada caso.

El caso del pregrado en Geografía

Sobre los contenidos de los programas de los cursos

Para empezar, es necesario decir que el currículo de la carrera en su ciclo de


fundamentación maneja los contenidos a partir de la tradicional dicotomía entre
geografía humana y geografía física, heredada del debate epistemológico propio de una
disciplina moderna fundada en la Europa del Siglo XIX.

Al revisar los programas de los cursos ofrecidos en los años 2008 y 2013, en general se
puede decir que los contenidos para la formación de geógrafos profesionales en la
Universidad del Valle se basan principalmente en teorías y conceptos producidos en
Europa y Estados Unidos. Cabe decir que los conocimientos comunicados sobre el país
son carácter descriptivo: tipos de suelos, clima o vegetación, tamaño de población,
sistemas productivos, morfología urbana, legislación ambiental, entre otros; los cuáles
además de ser producidos bajo teorías y métodos foráneos (clasificaciones climáticas y
edafológicas, por ejemplo), no presentan análisis relacionado con la diversidad cultural
y de género de Colombia.

Cursos como Tendencias Geográficas Contemporáneas o Geografía de Colombia en


los cuales se podría esperar la presencia de conceptos y teorías alusivos a la condición
de diversidad cultural y de género de la sociedad colombiana, aún carecen de esta
perspectiva. Sin embargo, con el paso de tiempo, otros cursos van cambiando
tímidamente sus contenidos. Destaca el de Biogeografía el cual ha orientado su
contenido de una visión analítica, en la que se presentaban teorías y conceptos
fundamentalmente norteamericanos, a una visión compresiva, en la que se trabaja la
etnobotánica y su papel en la producción y preservación de conocimiento local.

Otro curso que evidencia de otra manera el pensamiento occidental el de Naturaleza,


Filosofía y Sociedad, el cual, usa en su bibliografía reconocidos autores colombianos y
latinoamericanos quienes en general sustentan su pensamiento en la filosofía europea.
Su título ya refleja la perspectiva epistemológica del norte. La última unidad del
programa de este curso destaca por presentar la idea de la relación sociedad naturaleza
como conflictiva; pero al lado de estos contenidos aparecen conceptos como ciudadano
del mundo, sociedad planetaria, pacto social y ambiental, todos ellos según el profesor
que la imparte, necesarios en la producción de condiciones de bienestar y protección
del planeta.

Al comparar los contenidos de los cursos entre estos dos años, se puede concluir dos
cosas: primero, que existe una tendencia a incorporar aspectos relacionados con
América Latina en general, lo cual se visualiza principalmente en los cursos de
Geografía Rural, Problemas Territoriales Colombianos y Planificación Regional, los
cuales aluden a la necesaria unidad territorial del continente; sin embargo, no se
evidencia explícitamente contenidos sobre lo étnico, debate necesario para entender los
hechos sociales actuales, tanto de América Latina como de Colombia. En segundo
lugar, que es por vía de la valoración de la diversidad ecológica del país que se están
incorporando elementos de diversidad étnica en la formación del geógrafo de la
Universidad del Valle.

Tesis

Como ya se mencionó, ninguno de los 26 trabajos monográficos presentados para


graduarse como geógrafo entre 2007 y 2013, trata temas relacionados con la condición
de diversidad cultural y de género en el país, a pesar de la gran presencia de estos
hechos tanto en la región como en la Universidad del Valle. Del universo de monografías
evaluadas se concluye dos cosas:

• Reflejan en gran medida la forma tradicional de concebir la geografía por sus


ramas. Así, desde distintas perspectivas y casi siempre basadas en teorías,
conceptos y autores europeos y norteamericanos, 14 monografías tratan temas
de ciudad y siete (7) sobre espacios rurales.

• Están emergiendo temas que exigen la eliminación de la tradicional escisión


entre la geografía física y la humana. De este modo, seis (6) monografías
aborden el tema de la evaluación de vulnerabilidad, amenazas y riesgos
naturales en el país, lo cual se debe a la presencia en el Departamento de
Geografía del Observatorio Sismológico del Suroccidente; y cuatro (4) tratan el
tema del ordenamiento territorial, resultado del establecimiento de políticas de
Estado en esa materia promulgadas a partir de la Ley 388 de 1997, cinco (5)
años antes de la creación de la carrera de Geografía, hecho que marcó la
impronta en la formación de los geógrafos en la Universidad del Valle.

Cabe resaltar que de todos los autores citados en las bibliografías, se mencionan 12
nacionales que se relacionan directamente con la geografía, ya sea por ser profesores
de Departamentos de Geografía o investigadores relacionados con los riesgos naturales
o el ordenamiento territorial.

El caso del pregrado en Licenciatura en educación básica con énfasis en Ciencias


Sociales

Sobre los contenidos de los programas de los cursos

Como mencionamos anteriormente la LEBECS –por su génesis en la universidad- es un


programa que tiene una fuerte formación en Geografía y en Historia en términos
disciplinares; el componente pedagógico está orientado por el Instituto de Educación y
Pedagogía y tienen participación –aunque menor- otras disciplinas de las Ciencias
Sociales.

Centrándonos en el eje de formación geográfica denominado “Espacio, ambiente y


territorio” encontramos en primer lugar el interés abarcar un panorama general de la
formación geográfica: desde la fundamentación teórica básica; pasando por el
reconocimiento de las ramas tradicionales de la disciplina: física y humana; abordando
aspectos de geografía comparada (América Latina-Asia, América Latina-Europa) y de
la geografía regional; y por último particularizando en los aspectos geográficos
característicos del país, desde las territorialidades, la cultura y la biodiversidad; el
sistema de ciudades; y la Geografía de Colombia (su geomorfología, clima suelos y
vegetación, problemas socio-culturales y ambientales en el territorio).

Sintéticamente podemos afirmar que el ciclo de fundamentación inicial que comprende


Introducción a la Geografía; Formación y evolución del paisaje terrestre; Clima, suelos
y recursos bióticos, Geografía Humana y de la Población; Territorio, región y
globalización plantean un marco analítico -en su gran mayoría- eurocéntrico
(predominando el enfoque español) y norteamericano, donde los autores
latinoamericanos aparecen tímidamente y los colombianos se aluden para mostrar el
estado de la disciplina en el país o para referir estudios particulares de la geomorfología
o aspectos físico-bióticos de Colombia. Se observa no obstante que esta tendencia se
revierte -en algún porcentaje- en el ciclo de profundización cuando abordan aspectos
característicos del país, así se nota en Geografía comparada; Territorio, cultura y
Biodiversidad; Ciudad y sistemas regionales y Geografía de Colombia, donde a pesar
de que no desaparecen las referencia a autores del norte y occidente, se enfatiza en
aquellos que tienen experiencia en el estudio del territorio colombiano, y aparecen con
mayor protagonismo autores propios que han aportado al análisis de nuestra realidad,
en particular al tema de las territorialidades y las culturas.

Cabe señalar que una línea fuerte que viene desarrollando el Departamento es la
Educación Geográfica donde sobresalen tres temáticas: una que tiene que ver con
escuela (la educación formal), una segunda que tiene que ver con la educación
ciudadana, y una tercera que tiene que ver con la intervención profesional desde el
Geógrafo en la construcción de un proyecto de ciudad, región y nación.
Tesis

Tras revisar las 143 monografías de la LEBECS que componen el universo revisado
durante el periodo analizado, se encontró que 75 de ellas, es decir el 52%, se orientaron
a temas específicos de la geografía (lo que muestra que los estudiantes asumen esta
disciplina como una fortaleza en su formación), de las que solamente 7, es decir el 9,3%,
evidencian la emergencia del tema de la etnicidad afro e indígena, así como los estudios
de género.

De este pequeño porcentaje sobresalen las monografías relacionadas con temas


afroculturales: prácticas culturales (rituales funerarios, danzas folklóricas), proceso de
asentamientos urbanos, migraciones, etnoeducación. Seguido se encuentran las
temáticas relacionadas con las representaciones culturales indígenas y con fuerza hace
presencia el tema de género, donde es de particular interés la diversidad sexual, y el
tema de lo femenino: la sexualidad de mujeres afrodescendientes o la prostitución.

CONCLUSIONES

La Universidad del Valle está localizada en una región de alta diversidad étnica y cultural
que la hace un espacio propicio para que emerjan nuevas epistemologías que desde el
sur lean el mundo; sin embargo, la geografía que predomina en la formación de
geógrafos y licenciados en ciencias sociales, es de enfoque eurocéntrico y
norteamericano.

Los encuentros entre las dos culturas, europea y latinoamericana, han contribuido a la
producción de conocimiento y a la institución de la academia (Geografía) en este último
continente, no obstante la realidad ha desbordado los marcos epistemológicos
hegemónicos evidenciando el tránsito hacia categorías conceptuales propias. La
realidad está desbordando el campo de interpretación epistemológica tradicional, como
lo muestran las temáticas que aparecen en las monografías de grado en particular en
las Ciencias Sociales. En el caso del programa de Geografía estos temas aparecen
tardíamente en relación con el de Ciencias Sociales, lo cual puede deberse a que no
existe un debate sobre este tema en específico. De otra parte, la geografía por ser una
disciplina reciente en la Universidad del Valle, no goza del reconocimiento social de su
quehacer, lo que hace que no sea una opción llamativa para los estudiantes afro e
indígenas, quienes prefieren ingresar a carreras de mayor reconocimiento social como
las ingenierías y ciencias de la salud.
Si bien en Colombia no tenemos la tradición de México, Perú, Bolivia o Ecuador que son
países indigenistas y tienen desarrollos teóricos propios para comprender sus
territorialidades - por ejemplo la idea de “sumak kawsay” o buen vivir -, aunque no
necesariamente provengan de la geografía, sí existe una fuerte presencia
afrodescendiente que urge y está planeando marcos de interpretación distintos que
transitan hacia el reconocimiento de las realidades multiculturales del país. Se puede
afirmar que la semilla está brotando y van surgiendo temas y categorías de análisis
propios que requieren emanciparse de los enfoques dependentistas que resultan
insuficientes para leer otro tipo de realidades.

Finalmente, la estructura curricular, los contenidos de materias y trabajos de grado


evidencian que los profesores tienen un enfoque clásico de ver la geografía como
ciencia y disciplina; por tanto, se requiere de la academia nuevas formas de pensar la
realidad multicultural y pluriétnica a partir de marcos epistemológicos emancipadores.

BIBLIOGRAFÍA

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Paidos.
Meneses, A (2011) Estudio sobre los factores asociados a la deserción entre estudiantes
afrocolombianos e indígenas de la Universidad del Valle. Informe de Joven Investigador.
Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad del Valle, Cali.

Motta, N. Gramática Ritual. Territorio, poblamiento e identidad afropacífica. Cali:


Universidad del Valle, 2005

Universidad del Valle. Anuario Estadístico 2011.

PERFIL AUTORES:

ZAIDA LIZ PATIÑO GOMEZ, Profesora Asistente, Departamento de Geografía,


Universidad del Valle, Cali - Colombia. Doctora en Ciencias Sociales (Área Sociedad y
educación) por la Universidad Autónoma Metropolitana – México, D.F. Líneas de
investigación: Educación geográfica; Didáctica y pedagogía de las Ciencias Sociales;
Formación Docente y Educación Superior; y Participación ciudadana. Integrante Grupo
Territorios.

OSCAR BUITRAGO BERMÚDEZ, Profesor Titular, Departamento de Geografía,


Universidad del Valle, Cali - Colombia. Doctor en Geografía por la Universidad Estadual
Paulista – Presidente Prudente, Brasil. Líneas de investigación: Territorio y medio
ambiente; Gestión ambiental; Educación geográfica. Director Grupo Territorios.

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