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Señor
JUEZ CIVIL MUNICIPAL (REPARTO)
E. S. D.
REFERENCIA: ACCIÓN DE TUTELA
ACCIONANTE: JULIAN PEREZ
ACCIONADA: ALCALDÍA MUNICIPAL DE MONTERÍA
HECHOS
2. Este bien inmueble del que ya hice referencia lo he destinado para la venta de
comidas rápidas, negocio el cual se ha convertido en la única entrada económica
que desde hace 20 años me ha servido para el sustento de mis hijos y mi familia.
6. Debido a la difícil situación por la que estamos pasando gracias a la pandemia por
el coronavirus salir del bien y acatar las indicaciones de la Alcaldía Municipal de
Montería, se me hace muy difícil ya que soy muy vulnerable a contraer el virus
covid-19 por ser una persona hipertensa, diabética y obesa.
7. La Alcaldía de Montería ha tomado esa decisión sin tener en cuenta el tiempo que
yo llevo ocupando el bien y no se me ofrece ningún otro tipo de oportunidad para
poder trabajar, ni alguna alternativa productiva, acceso a créditos o programas de
emprendimiento, situación que me dejaría totalmente desprotegido sin contar con
el hecho de que en estos momentos no cuento con los recursos para el pago de
los gastos que requiere acatar esa orden.
Con la omisión que dentro de los hechos se narran, considero que se ha violado el
derecho al MINIMO VITAL, VIDA DIGNA, TRABAJO Y PRINCIPIO DE CONFIANZA
LEGITIMA
PETICIÓN
PRIMERO: ordenar A LA ALCALDÍA DE MONTERÍA que anule y deje sin efecto la orden
del día 5 de junio del 2020 mediante la cual se dispone la medida correctiva de cierre y
remoción de bienes del inmueble ubicado en la Cra 1 No 3-21 de la ciudad de Montería
donde funciona el puesto de comidas rápidas.
T-772 de 2003:
“ las políticas, programas o medidas estatales cuya ejecución se convierta en una fuente
de pobreza para los afectados, y que no prevean mecanismos complementarios para
contrarrestar en forma proporcionada y eficaz dichos efectos negativos, resultan
injustificables a la luz de las obligaciones internacionales del país en materia de
promoción y protección de los derechos económicos, sociales y culturales, así como a la
luz del principio constitucional del Estado Social de Derecho y sus diversas
manifestaciones a lo largo de la Constitución. Por lo mismo, el diseño y la ejecución de
tales políticas, programas o medidas constituyen, prima facie, un desconocimiento del
deber estatal de erradicar las injusticias presentes y mejorar las condiciones de vida de la
población, dado su carácter intrínsecamente regresivo, que no encuentra soporte alguno
en el marco del orden constitucional instaurado en Colombia a partir de 1991.”
Sentencia T-067/17
“La confianza legítima que desarrollan los particulares frente a las actuaciones del Estado
deviene de la potestad que tienen las personas de presumir que, si se les ha tolerado una
conducta abierta, permanente, pacífica y continua, se lo va a seguir haciendo hacia el
futuro. Ese principio no implica que el Estado no pueda nunca regularizar una situación
irregular, pero sí tiene como consecuencia que al hacerlo no actúe de improvisto y sin
haber dado aviso previo suficiente.”
Sentencia T-257/17:
“En el plano de la recuperación del espacio público, la finalidad del principio de confianza
legítima consiste en proteger a los ciudadanos afectados frente a cambios bruscos e
intempestivos de las autoridades, que pueden enfrentarlos a una situación sensible que
vulnere sus derechos fundamentales al mínimo vital y al trabajo. Situación que no puede
permitirse en un Estado Social de Derecho, pues se contradicen sus pilares ligados a la
dignidad humana, al denegar el acceso a una fuente de ingresos estable, preceptos
determinados en los Artículos constitucionales 25, que consagra el derecho al trabajo 54;
según el cual el Estado debe propiciar la ubicación laboral de las personas que se
encuentren en edad de trabajar; y 334, conforme con el cual este debe intervenir para dar
empleo a los recursos humanos y asegurar, de manera progresiva, el acceso efectivo al
conjunto de los bienes y servicios básicos. Motivo por el cual se ha determinado que
“los actos y hechos administrativos que autorizan el ejercicio del comercio informal no
pueden ser revocados unilateralmente por la administración, sin que se cumplan con los
procedimientos dispuestos en la ley”
Sentencia T-481/14
“El deber estatal de protección y conservación del espacio público no es absoluto. Su
ejercicio tiene límites consagrados en la Constitución, principalmente en los postulados de
la confianza legítima, el trabajo y el mínimo vital. En casos de ocupación indebida del
espacio público por parte de comerciantes informales, cualquier política tendiente a
recuperar dichos espacios, que suponga una afectación al goce efectivo de sus derechos,
debe adelantarse con plena observancia de la totalidad de los imperativos fundamentales
consagrados en la Carta, especialmente aquellos dirigidos a proteger a las personas en
situación de vulnerabilidad con ocasión de su contexto socio-económico, y los postulados
que garantizan las expectativas legítimas y el mínimo existencial. Reiterada jurisprudencia
constitucional ha delimitado el alcance del deber estatal de conservación del espacio
público en casos de comerciantes informales. Se ha establecido, en términos generales,
que (i) las autoridades no pueden interrumpir arbitrariamente la actividad económica de
un comerciante informal que ocupa el espacio público, en perjuicio de su confianza
legítima y los derechos al trabajo y al mínimo vital, (ii) lo que supone crear una política de
recuperación del espacio público proporcional y razonable, que además integre
alternativas de reubicación adecuadas.”
Sentencia T-773/07
“resulta indispensable que en desarrollo de las políticas orientadas a recuperar o a
proteger el espacio público se repare en la necesidad de minimizar el daño que se cause
sobre las personas y se atienda, especialmente, al requerimiento de garantizar la debida
protección de los derechos constitucionales fundamentales al mínimo vital y a gozar de
una subsistencia en condiciones de dignidad de estas personas. Únicamente de este
modo, puede afirmarse que se cumple con la exigencia de proporcionalidad de las
medidas adoptadas”
PRUEBAS
DELARACIÓN JURAMENTADA:
Bajo la gravedad del juramento manifiesto que no he presentado otra solicitud de tutela
por los mismos hechos y derechos que aquí he dejado consignados.
Atentamente:
JULIAN PEREZ.
JULIAN PEREZ
CC.No. 1.067.961.087 de Montería