Está en la página 1de 4

SOLEDAD ASTRAL por doblezero

Enviado por doblezeroo   Seguir

SOLEDAD ASTRAL

La calma se hace fría


del cosmos absoluto
y en el viñedo oscuro
se frena el devenir.

Entre la noche brillan


estrellas parpadeantes
y la luna danzante
va plateando la vid.

El humo del cigarro


se marcha de mi boca
para abrirse en las hojas
manchadas de su gris.

Entre esta lejanía


los astros van despacio
mis pensamientos raudos
y tú no estás aquí.

Busco en el universo
recuerdos con tu rostro
que me penetran como
un toro al carmesí.

Todo se hace en silencio


como en silencio nacen
ocasos por las tardes
y las nubes de abril.

En silencio me hundo
mas mi corazón grita
poniendo de rodillas
de mi alma, su confín.

Se fracturó mi vida
el cuento se ha acabado
y ya no hay colorados
para este colorín.

Autor: doblezero

84.10%
votos positivos
Votos totales: 1535

Comparte:
MARIPOSAS DISECADAS por doblezero
Enviado por doblezeroo   Seguir

...MARIPOSAS DISECADAS...
(versos alejandrinos - autor: Doblezero)

Es posible morir de curvo calendario,


morir encaminando huellas de dura arcilla
mientras el viejo eclipse lento del campanario
transita por la plaza vetusta y amarilla.

Es posible morir de inerme arquitectura,


morir por el oeste, morir en la marea
de trémulo durazno que invade la llanura
y agota con sus tigres los techos de la aldea.

Es posible morir encadenando auroras,


eslabonando ocasos en circular costumbre,
sobrenadando calles antaño veladoras
de juegos alunados libres de pesadumbre.

Es posible morir viviendo en la sospecha


de haber pagado a plazos los sueños verdaderos.
Morir en el mañana por esta calle estrecha
perdiendo a cada paso segundos pasajeros.

Morir junto a la fuente, morir en sus corales,


morir en cada gota que asoma por el caño.
Morir en el presente sumido en espirales
de mariposas secas que pierdo y acompaño.

Autor: Doblezero

84.03%
votos positivos
Votos totales: 695

Comparte:
EL VALLE INTRANQUILO
Hubo un tiempo en que el valle sonreía,
silencioso, aunque nadie allí vivía;
su gente había marchado hacia la guerra
confiando el cuidado de esa sierra,
por la noche, a la mirada fiel
de las estrellas desde su azul cuartel
y de día, a los rojos resplandores
del sol que dormitaba entre las flores.
Mas ahora para todo visitante
el valle triste es inquieto e inquietante.
Nada allí se detiene un solo instante...
nada salvo el aire que se cierne
sobre la soledad mágica y perenne.
¡Ah, ningún viento agita los ramajes
que palpitan como el glacial oleaje
en torno a las Hébridas salvajes!
¡Ah, ningún viento empuja el furtivo
manto de nubes que, sin respiro,
surcan durante el día el cielo esquivo
sobre las violetas allí esparcidas
como ojos humanos de mil medidas...!
sobre las ondeantes azucenas
que lloran junto a las tumbas ajenas!
Ondean: y en sus pétalos más tiernos
se juntan gotas de rocío sempiterno.
Lloran: y por sus tallos claudicantes
bajan perennes lágrimas como diamantes.
Autor del poema: Edgar Allan Poe
83.98%
votos positivos
Votos totales: 337

Comparte:
Los hombres sin nombre
Enviado por don_nadie   Seguir
———LOS HOMBRES SIN NOMBRE———

Sin memoria ni nombre


andan esos pobres hombres
en el ocaso de su vida
ansiando ya su partida.

Ve pasar los días


varados en los andenes,
se han tirado a las vías
pero ya no pasan trenes.

Ya no sienten odio o amor


han perdido el corazón
en su pecho hay un motor
que funciona sin razón.

Y a diario piensan con calma


romper el vitral de su alma,
cortar ese hilo rojo de su dedo
y anudarlo en su cuello.

Les susurra aquel barranco


a volar lejos del pasado,
sus vidas son lienzos en blanco
que jamás fueron pintados.

Pero no pueden pintar


aún el punto final,
ignoran que lo que mueve montañas
no es la fe, si no la guadaña.

———Don Nadie———

También podría gustarte