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por
NICOLÁS SUESCÚN
Si al aire puro y blando pido aliento,
viendo entre humana gente
morir al inocente,
sólo para suspiros hallo aliento.
—Francisco de Quevedo
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LAS YEGUAS DE LA NOCHE
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NOCTURNO EN SÍ MENOR
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NOCTURNO HIPERBÓLICO
Sentimientos profundos
—noche—, surge lo inesperado,
los sueños, el amor y el miedo,
el fracaso adquiere un cuerpo,
el espíritu se desnuda
y nada en el lago del olvido
en torno al loto del recuerdo,
bajo la luna llena
—flor, expansión, papel en blanco,
imagen que se pierde en el instante,
árbol sin raíces,
neblina metafísica.
Imposible ver la disolución del paisaje.
Densa iluminación reina,
estamos en el dominio
de lo inexplicable,
se deshacen los nudos de la tela.
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CLARO DE LUNA
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NOCTIVACIONES
Pájaros, serpientes,
la mirada leonina
de un corredor de bolsa,
casos comunes y dantescos,
un asesino de nobles rasgos
se desliza entre formas neurálgicas,
la sonrisa ladina
de un plutócrata viejo,
personajes demenciados,
parábolas,
miedo a la oscuridad,
al bosque, a la ceguera, al miedo.
El peso del silencio es excesivo,
tal vez soy sólo un cántaro vacío
a la intemperie:
ominosos presagios
urdidos por la Maga de los sueños
cubren el mundo amordazado,
y en la noche reina
el dulce aroma de la ansiedad.
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NOCTURNALIA
Oh noche, no pienses,
mira con tus múltiples ojos
las valientes variantes,
la geografía requebrada,
la línea recta hecha pedazos,
las letras desparramadas,
los desplazamientos dudosos,
los insólitos retruécanos,
las batidoras para huevos de cóndor,
los espirituales retratos de la época,
los ingentes trípticos, los maretrastos,
la inadmisible naturaleza de las cosas,
el cariz enigmático de los acontecimientos,
la sonrisa del Buda,
los luctuosos, climáticos fenómenos,
los sentimientos desbordados,
el lúcido estupor,
la crónica cierta de todas las mentiras,
los brindis de champaña,
las dietas de sangre,
los atentados contra personas prestantes,
el surrealismo imperante,
en fin, ¡ay día!, ¡oh, noche!
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EL HOMBRE DE LA CALLE
Pienso en el hombre
que pasó hace un rato
por la calle oscura y solitaria,
pegado a las paredes.
Podría ser yo, me dije,
quisiera ser como él,
sin rumbo, sin techo
y con frío, en la penumbra
aullando como un animal
que añora la manada.
Convertido en novelista
le improvisé una vida:
me dije, soy él,
y me busqué a mí mismo
en la calle oscura y solitaria.
No me encontré, ni lo encontré.
Seguramente, pensé,
después de todo
no era yo el hombre
que pasó hace un rato
por la calle oscura y solitaria,
pegado a las paredes,
y me sentí contento,
satisfecho de mí mismo,
mirando la calle por la ventana.
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EL CAMINANTE
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AL ACECHO
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¿SER O NO SER?
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LOS VIVOS Y LOS MUERTOS
No aguantan el silencio
en la tierra de los muertos
por temor a su presencia
en el ruido del mundo,
viven bajo el influjo
de sus nombres repetidos
en fórmulas denigrantes
o ardientes panegíricos,
y sus sueños transcurren
como películas mudas
de las que son los héroes,
vencedores o vencidos
por absurdas circunstancias,
muy raras en sus vigilias
invadidas por los muertos
bajo la piel de los vivos,
porque no hay quien los aleje
de sus mentes absorbidas
por horror a la dama
de la triple cabeza.
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EL PÉNDULO
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REFLEXIÓN
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AGONÍA
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DILEMA
Cuando en el camino
de tus sueños
te encuentres con algo real,
elúdelo,
míralo como a un monumento
y no te detengas,
sigue caminando
sin pensar en nada,
te conviene más ese paisaje
sublunar, hecho a tu medida,
no el espejo
que te dice tus días
y que vas por la senda equivocada,
que te has comprometido
con la nada.
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ZOZOBRA
No comprendo,
me agobia esta diaria zozobra,
esta angustia,
este miedo a la muerte,
esta ansia constante de morir,
este querer cantar siempre
y no poder cantar nunca,
este silencio indeseado
como si un río me arrastrara
y no pudiera remontarlo
y dejara que sus aguas me llevaran
y no viera las orillas sino el cielo,
cerrado y gris, y el viento soplara,
un aullido sin fin y lacerante.
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DRAMA INTERNO
Intriga y pasión,
desolación,
impregnan esta trama
o monólogo dramático
—miradas de soslayo,
pasos que siguen a los personajes,
sombras que los espían
o los ojos de los novios
que se ahogan unos en otros
como ríos que van a dar al mar,
o el brillo helado del odio,
la muerte inesperada,
el hambre insatisfecha
o esta sed metafísica
que me seca la boca
hasta que ya no puedo decir palabra,
hasta que me lleno
hasta hartarme
de silencio,
pero se oyen susurros en la oscuridad
y hay una sórdida música de fondo.
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PRÍNCIPES DEL MAÑANA
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TAM-TAM
Un sol en el tambor
como una luna
llena de fragor,
roja como la rosa
de los sueños más hondos,
cuando volamos alto
entre las sábanas,
como en aguas profundas
o sobre las nubes
donde nunca llegamos
en nuestras vigilias,
pobres lisiados
de la imaginación,
habitantes del día
y esclavos de los sueños:
la propiedad común,
que no es de nadie
y es de todos.
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VISIÓN FUGAZ
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NATURALIA
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LAS VENTANAS
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LA PUERTA
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es decir,
que el vacío del cuarto
es útil y es un cuarto
por el vacío que le es propio
—y el de la puerta.
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¡OH, ÁRBOL!
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PAISAJE CHINO
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SI LA POESÍA
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EL JOVEN BANQUERO
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a la conquista del Viejo,
que se hizo monarquista,
miembro de la iglesia de Inglaterra
—papista y antisemita vergonzante—,
gran lector de sus versos,
teatrero metafísico
y consumado bebedor de té,
y que tenía una esposa bastante ida
que le tiraba las mangas
para llamarle la atención
cuando estaban con gente,
y le cerraba la puerta en las narices
a sus frustrados admiradores,
preguntándose furiosa entre dientes:
¿Por qué vienen a ver a mi marido
y nadie quiere hablar conmigo,
su musa, su bien y su castigo?
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CABALLERO DE LA PALABRA
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Héroe de nuestro tiempo, nos muestra senderos
para salir del laberinto del tiempo y el espacio,
y la forma de ver lo real en la caverna de Platón:
maestro, sabio y bondadoso guía, ¡Borges!
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FÓSIL
Los locos viejos son más locos que los jóvenes locos.
—La Rochefoucauld
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MONÓLOGO EN LA ORILLA
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SOLILOQUIO
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ante una puerta que no se abre,
una puerta al futuro, clausurada.
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DUDA
El hueco en la puerta
no fue obra del portero ni del tiempo,
lo hizo tal vez el árbol
para que pudiéramos ver sus últimas hojas,
y es que la producción
ha bajado lamentablemente
en los últimos días.
Los pájaros y los animales del campo
gimen como si fueran bebés
porque nos hemos perdido
en el salón de las escaleras mecánicas,
y hemos buscado durante muchas horas
el arroyo de donde sacábamos renacuajos
para meterlos en frascos de vidrio,
hemos extrañado los ejes de las carrozas
y no reconocemos nada,
nuestra salud flaquea,
el anacronismo nos asedia,
de ahí que hayamos podido confundirnos,
pensar que no estábamos aquí,
sino allá, en otra parte, en otro tiempo.
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LA ESPERANZA
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BREVE NARRACIÓN
RECORRIENDO
ALGÚN PASADO
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LA NATURALEZA DEL INDAGAR
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aportar nuevas ideas,
todos a investigar a los investigadores,
todos perfectamente transparentes,
y del todo opacos.
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DÈJA VU
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UNA AVENTURA
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pero no pudimos ayudarlos en su labor
ni tuvimos manera de comunicarnos con ellos
—no sabíamos maya y ellos no hablaban español—
hasta que una bella mujer oscura
de ojos profundos y largos cabellos negros
nos mostró su cuerpo sudoroso
y se nos fue entregando, uno por uno.
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EL MISMO DRAMA
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PRUEBA ALQUÍMICA
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LO QUE CONTÓ SOBRE EL PASADO
CIERTO HOMBRE DEL FUTURO
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LA UNIDAD
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DANZA CÓSMICA
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EL OTRO
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NO, NO ES UNA FLOR
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EL FILÓSOFO
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IMPRESIÓN
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EL HOMBRE SIN CABEZA
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EL TESTIGO
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EL HOMBRE QUE
NO VEÍA FUTURO
No veía futuro.
El mundo estaba cada vez peor,
se desmembraba.
No quedaban sino las religiones,
estúpidas y simplistas,
y los negociantes,
y los militares.
Todo dependía de ellos.
Reinaba el odio.
Las causas buenas
se basaban en la podredumbre.
La gente rezaba demasiado
para estar en contacto con el cosmos
y olvidar a la demás gente.
Para salvarse, ¡como si pudieran
evitar la muerte!
Este es el momento
en que solo importa la idea.
La idea que hay que imponer:
un dios particular de cada cual.
Además, Dios y Satanás
están en el cielo
hablando de sus cosas,
del bien y del mal
y todo lo demás,
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todo el maldito tiempo,
y les importa un bledo
lo que hagamos
o dejemos de hacer.
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UN HOMBRE DESESPERADO
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LO NUEVO
Un grito
que no provenga del sufrimiento,
una mano
que no se apodere de las cosas,
que las acaricie como un amante
que siente que al palpar lo peor de su amada
palpa lo más bello,
lo incomparable,
lo único,
una mano que no acuse,
una mano que no mate,
una mano que comprenda
más que la cabeza,
ese cráneo ridículo,
tan frágil,
que esconde unos sesos deliciosos:
el máximo placer del antropófago.
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ORACIÓN
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LECTURA
para Jorge Bustamante
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CHINERÍA
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LA VIDA DE LOS OTROS
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