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Natación

Capítulo I

Metodologías de enseñanza

P
¿ OR QUE ESTILO ES ACONSEJABLE EMPEZAR LA ENSEÑANZA DE LA
NATACIÓN?

Por Hans-Joachim Hilbrecht. Traducido por Pedro Margarit.

Desde que los técnicos se ocupan de la enseñanza de la natación, tanto técnica como
prácticamente, están estudiando cuál es el estilo ideal para los principiantes. Después de
muchos años, se han emitido numerosas y contradictorias opiniones sobre ello, pero hasta
el momento el problema todavía no ha sido resuelto.

Se han realizado numerosas investigaciones. Casi todos los expertos en natación, de fama
nacional en internacional, han expresado su parecer sobre el problema. Incluso los
estudiantes de materias deportivas han desarrollado trabajos en sus exámenes sobre este
tema. Pero a todo ello y hasta el momento, es muy difícil sacar conclusiones definitivas.

Este artículo tiene como objetivo tratar de poner en orden todas las ideas y puntos de vista.
Puede que algún que otro monitor de club o escuela, encuentre en su lectura algunas ideas
que le ayuden en sus cursos de enseñanza.

Un pedagogo deportivo conocido como M. Gushsmust declaraba ya en 1798 sus


preferencias por el nado de espalda (el antiguo con patada de braza) como primer estilo a
aprender. Pfuel (1810) afirmaba: “Ninguno como la braza en posición ventral tan adecuado
como primer paso de aprendizaje de la natación”. Fue a partir del progreso del nado
alternativo en 1906 que, en Alemania, empezaron las dudas sobre todo al enterarse de que
los americanos empleaban como primer estilo de crol y con muy buenos resultados.

En los años 1926-1927, y en la ciudad de Viena tuvo lugar una experiencia con 10.000
alumnos (5000 aprendieron crol y 5000 braza) con el fin de tratar de determinar el estilo
más apropiado para el aprendizaje de la natación. Las conclusiones de este gigantesco
experimento permitieron comprobar que los alumnos que aprendieron el estilo braza habían
adquirido mayor fondo y endurecimiento. En cambio los que aprendieron crol nadaron más
pronto. Como conclusión se estimó que la enseñanza de la braza era más aconsejable que la
de crol, debido al mayor fondo adquirido. No obstante, esta conclusión no convenció a todo
el mundo y aún en la actualidad, las opiniones están divididas.

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He aquí las opiniones de algunos expertos sobre este problema:

Kurt Wiessner es de la opinión de que el estilo más aconsejable es la braza, sea en posición
ventral o dorsal. De todas maneras cree que deben enseñarse también los movimientos
básicos de los demás estilos.

Hans Lorenzen cree que debe escogerse el estilo braza. Por otra parte, no es partidario de
enseñar al principiante varios estilos, debido a que los movimientos diferentes no hacen
más que crear confusión en los niños.

Los siguientes técnicos y pedagogos se destacan por la braza: M. Brockmann, Buchberger,


John, Kenll-Kobi, Rothemberg y Schüte. Justifican esta referencia en las siguientes
razones:

1. Mayor facilidad de respiración.


2. Facilidad de orientación visual y oídos menos afectados.
3. Adquisición de mayor resistencia y posibilidad de nadar con mayor distancia.

Gerhard Lewin es partidario del crol y lo justifica con los siguientes razonamientos:

1. La influencia de los movimientos alternativos de los brazos en la movilidad de la


columna vertebral (que es un factor que hay que tener muy en cuenta) es muy
superior a los movimientos simultáneos de la braza.
2. Los movimientos alternativos son una continuación de otros ya dominados por
todos los pequeños dentro del desarrollo y progreso, (saltar, andar, correr, gatear;
con el aprendizaje del nado alternativo, se puede sacar provecho de estos
movimientos ya adquiridos.
3. Para los ejercicios alternativos del crol ventral o dorsal (espalda), se aprende en
menos tiempo que los movimientos fundamentales de un tercer estilo (mariposa)
que tiene muchos puntos comunes con el crol.

Los razonamientos de los técnicos Putzne y Schoers, partidarios asimismo del crol no se
diferencian mucho de los de Andresas y Lewin.

Una tercera opinión sobre este tema es la defendida por Wihelm Mielke, para el que el
primer estilo de aprendizaje no tiene importancia. La manera usual de aprender (braza, crol
o nado de salvamento) y el problema eterno de la adopción del primer estilo, cree
aconsejable, pedagógicamente dejarlo para más adelante. “Cada nadador empieza nadando
a su manera, la que mejor le va, dando a su estilo un sello personal inimitable”. Lo principal
para Mielke, es que el aprendizaje dé al debutante una sensación de seguridad en el agua.

Kurt Wiessner es partidario de la braza ventral o dorsal. Pues hay además otros motivos
fácilmente comprensibles. El consumo de gran cantidad de energía en el otro estilo les
permite nadar muy poco.

Pero después de la lectura de estas experiencias y opiniones, todavía no hemos encontrado


la respuesta a la cuestión que nos ocupa.

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Para la mayor parte de los entrenadores, ello depende evidentemente de los objetivos que se
pretenden conseguir. Si quieren formar nadadores de competición y ver si por casualidad
sale algún buen elemento, escogerán el ando alternativo. Si no tienen preferencia por uno u
otro estilo, pero quieren que los principiantes se encuentren seguros en el agua como en
tierra firme lo antes posible, dejarán que escojan el estilo que prefieran.

En este tercer caso existe un peligro muy conocido por los entrenadores: la dificultad de
corregir las faltas, defectos personales o malos hábitos adquiridos durante el aprendizaje.
Otros peligros provienen de conceptos rígidos que algunos técnicos hayan adoptado por
uno u otro estilo.

Voy a citarlos brevemente: algunos principiantes, bajo el punto de vista fisiológico, parecen
destinados para un determinado estilo. No obstante, puede ser difícil al monitor darse
cuenta de ello durante el curso y efectuar los movimientos para lo que no están dotados,
resulta que no progresan. Ello tiene gran importancia desde el punto de vista psicológico
pues, estos alumnos pronto perderán la afición y las ganas de seguir el curso o empezar
nuevamente en otro curso colectivo.

Para dar al lector de este artículo ideas más claras para escoger un estilo para principiantes,
comparo las ventajas y las desventajas de los diferentes estilos en las líneas siguientes:

BRAZA

Ventajas
• Buenas posibilidades de respiración.
• Buena orientación (ojos y oídos libres).
• Nado de largas distancias.
• Exige un gasto de energías poco importante, en movimientos suaves.
• Buen control de movimientos de brazos.
• Rendimiento equilibrado de brazos y piernas.
• Estilo que permite nadar cómodamente largo rato.
• Estilo muy apropiado para el nado de salvamento.
• Virales relativamente fáciles.

Desventajas

• Movimiento de piernas difícil (rotativo).


• Ejecución de un movimiento poco natural para los pequeños.
• Dificultad de coordinación entre brazos y piernas.
• Posiciones defectuosas frecuentes (cabeza muy alta, piernas muy altas, etc.).
• Aumento del riesgo de una mala respiración.
• Movimiento de braza difíciles de incorporar o realizar en los juegos.
• Nado más lento.
• Aprendizaje completo del estilo muy laborioso.

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CROL

Ventajas

• Movimientos de piernas fáciles de aprender.


• Movimientos de brazos y piernas fáciles de introducir en los juegos.
• Nado más rápido en todas las distancias.
• Movimientos más naturales que en la braza y mariposa y aplicable también en las
acciones de nadar, correr, gatear, etc.
• Movimientos más parecidos a los infantiles.
• Buena posición de deslizamiento.
• Facilita buenas disposiciones para el aprendizaje de los demás estilos.
• De pronta sensación del dominio del estilo.

Desventajas

• Movimientos de brazos difíciles de coordinar con la respiración.


• Expiración bajo el agua.
• Exige fuerza y endurecimiento.
• No es un nado de larga distancia para los pequeños.
• Dificultad de orientación (ojos y oídos).
• Diferencia de rendimiento muy desigual entre brazos y piernas ( el efecto de
movimiento de piernas en el niño es prácticamente nulo).
• Poco recomendable como nado de salvamento.
• Los movimientos de brazos y piernas exigen unas articulaciones muy flexibles.

ESPALDA

Ventajas

• Fácil aprendizaje de los movimientos.


• Visión libre y fácil respiración.
• Movimientos básicos fáciles de introducir en los juegos.
• Movimientos más naturales que la braza y la mariposa.
• Deslizamiento, en general fácil.
• Buenas posibilidades en posición dorsal.
• Estilo muy apropiado para el aprendizaje del nado de salvamento.

Desventajas

• Muy malas posibilidades de orientación (ninguna visión hacia adelante y oídos


sumergidos).
• Nado relativamente lento.
• Exige fuerza y endurecimiento.
• Difícil de nadar en piscinas concurridas (al faltar visión hacia adelante).

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MARIPOSA

Ventajas

El estilo mariposa-delfín, en mi opinión es un nado de competición. Exige excelente


calidad de fuerza y endurecimiento. Pero los movimientos rudimentarios de este estilo son
relativamente fáciles de introducir en los juegos y deben enseñarse en todos los cursos de
aprendizaje.

De todo lo escrito hasta aquí se desprende que lo mismo las ventajas que los inconvenientes
tienen valores importantes en unos y otros estilos y, su enumeración, aún podría
profundizarse y aumentarse. Pero yo dudo que este estudio aporte cambios radicales en las
conclusiones. De lo que podemos deducir que no puede excluirse uno u otro estilo en las
preferencias como primer nado de aprendizaje.

M. Wielke tiene, pues, razón, al manifestar que cada principiante debe manifestar su propio
estilo. Sin embargo, debo prevenir a los monitores acojan con cierta reserva esta opinión;
pues debemos darnos cuenta que tarde o temprano, este problema estará incluido y
reglamentado en la Federación. Entonces en la escuela o en los clubes, deberán seguirse los
reglamentos de la Federación con respecto a la enseñanza de los estilos. Y cada entrenador,
por su experiencia, sabrá si le resulta más provechoso enseñar desde un principio los
movimientos correctos o más adelante tener que corregir los defectuosos.

Como ya he llamado la atención sobre los peligros que pueden derivar cuando un monitor o
entrenador orienta su curso hacia un estilo determinado, sólo me resta sacar las
conclusiones de este artículo.

Ningún monitor debe tratar de imponer un estilo a sus alumnos. Pero debe velar para que
sus alumnos, el estilo que naden, lo hagan siguiendo las normas de la Federación. Un buen
entrenador deja a sus alumnos escoger el estilo que mejor les convenga, pero guiándoles lo
mejor posible y dándoles los consejos necesarios.

Un alumno no podrá tomar una decisión hasta haber aprendido los movimientos
fundamentales de cada estilo. El monitor procurará en primer lugar, que cada alumno
aprenda correctamente uno de los cuatro estilos. Conseguido esto, el monitor, según el
objetivo que se haya propuesto (nadador de competición, de salvamento, etc.) puede
orientar el curso en función del primer estilo escogido.

Después de estas recomendaciones, el aprendizaje de la natación puede que exija un poco


más de paciencia y dedicación de tiempo, pero estoy completamente convencido de que
estos esfuerzos serán recompensados con creces y estimados como una importante y activa
aportación a la enseñanza de la natación.

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GUÍA PARA LA ENSEÑANZA DE LA NATACIÓN


Por R. Macondo. Argentina 1976-2-12

Guía para el profesor de Educación Física en la enseñanza de la natación

Ambientación

El trabajo presentado por el profesor Masondo, que es un estudioso de la problemática de la


natación, tiene valor como guía metodológica para aquellos estudiantes de educación física
que se inician en la práctica de la pedagógica.

Pero también debe tener en cuenta cada nuevo profesor, que no existe una “receta”
metodológica, sino que en realidad existen tantas metodologías como alumnos. Esto quiere
decir que cada alumno es un caso diferente, con el cual debemos aplicar las ejercitaciones
que a él más le convengan.

Cuando el profesor Masondo propone 26 ejercitaciones para una primera clase no quiere
decir con eso que “todas” las veces que el profesor dicte su primer clase a un grupo de
niños debe dar esos 26 ejercitaciones, sino que eso es tan sólo un modelo alrededor del cual
cada profesor estructurará su clase, de acuerdo al nivel de niños con que se enfrente. Es mi
deseo, al realizar esta aclaración que ningún profesor deje de poner en cada clase su propia
cuota de ingenio sin dejarse llevar por “recetas” que podrán conducirlo al fracaso.

HECTOR E. URABAYEN (Dto. Natación Revista Stadium).

¿Qué significa saber nadar? Significa utilizar una serie de movimientos proporcionados y
armónicos que nos permitan mantenernos a flote y deslizarnos en el agua.

En los EE.UU. se dice que si vivimos en un mundo construido por una parte de tierra y otra
parte de agua, y nosotros formamos parte de él , tenemos forzadamente que saber
desempeñarnos en los dos sitios por igual.

La natación es el deporte que más ha evolucionado en la época moderna. Sin ninguna duda
representa el deporte ideal ya que puede practicarse a cualquier edad, inclusive está al
alcance de los impedidos físicamente. Conocidos son los casos de niños que practicaron la
natación como medio de rehabilitación y que llegaron con el correr del tiempo a brillar en
las competencias.

Actualmente la natación se halla muy difundida y encontramos gran cantidad de personas


que nadan, pero son también numerosas las que lo hacen mal y allí radica el peligro. Si nos
remitiéramos al periodismo podremos ver la cantidad de accidentes que ocurren en la
temporada veraniega, la cantidad de ahogados que hay por no saber nadar y más que nada
por no poseer los conocimientos mínimos necesarios que debe conocer toda persona que se
apresta a lanzarse al agua.

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Alguien dijo que debería estar prohibido nadar mal, yo creo que tiene razón quien lo haya
dicho. La natación es un deporte estético, no una serie de movimientos desordenados que
llevan como único fin mantenerse y defenderse en el agua.

Aquí radica la extraordinaria importancia que tiene la función del profesor de natación o de
educación física, hago esta diferencia porque considero que no todas las veces el profesor
de educación física es especialista en natación.

La enseñanza de la natación está dividida en varias fases. La más general es la que dice que
la metodología se tiene que dividir en tres partes:

• Ambientación
• Flotación
• Técnica de distintos estilos

Esta división se hace para el análisis de la metodología, ya que en la realidad las dos
primeras están íntimamente ligadas entre sí, prácticamente se fusionan. Puede haber un
alumno que flota y no abre los ojos adentro del agua, como así también puedo estar
enseñando en movimiento de brazos a nivel de ambientación, y no de técnicas y que el
alumno no sepa flotar. Vale decir que en la práctica este proceso se reduce a dos:
ambientación y enseñanza de la técnica.

Las dos primeras lecciones se consagran a la familiarización con el agua y a la toma de


confianza del alumno. Pero aquí tenemos que hacer una división desde el punto de vista
psíquico del alumno. El método debe adaptarse a la mentalidad de las diferentes edades y
entonces tendremos que poner a los niños por un lado y a los adultos por el otro. Mientras
que en el caso de los niños la orientación psicológica consistirá en impedir la aparición del
temor, en los adultos trataremos de hacerlos superar razonablemente los posibles complejos
adquiridos, no olvidemos que la mayoría de los adultos que no saben nadar, es porque ha
sufrido la mayoría de ellos en su juventud o en su niñez algún tipo de accidente o broma de
mal gusto que puso en peligro su vida dejando como consecuencia la secuela del temor al
agua.

Los juegos facilitan la adquisición de confianza en un mismo y cuando enseñamos a los


niños, el profesor debe poner el máximo interés en variarlos con el objeto de entretenerlos
al mismo tiempo que los habitúa a evolucionar en el agua. El profesor de educación física
que ya viene dotado de ciertos recursos a lo largo de toda su carrera tratará de emplearlos al
máximo para que ello se dé correctamente. Tratándose de toda su carrera tratará de
emplearlos al máximo para que ello se dé correctamente. Tratándose de adultos los juegos
prácticamente desaparecen y la enseñanza se encara de otra manera. Hay que tener en
cuenta que el adulto quiere aprender también delimitados todos los objetivos, una cuota de
predisposición que seguramente facilitará la tarea del profesor.

Mientras que el niño, mediante el juego, trataremos de lograr que realice una serie de
ejercitaciones y destreza sin que prácticamente se de cuenta, como por ejemplo hacerle
recoger un objetivo desde el fondo para que se acostumbre a abrir los ojos debajo del agua;

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al adulto habrá que hablarlo y convencerlo para hacer las ejercitaciones de una manera
sincera explicándole con claridad las situaciones que va a vivir, por ejemplo, cuando le
decimos que sumerja la cabeza bajo el agua, él ya debe saber que no se escuchará más
ruidos, que sentirá una sensación de asfixia pasajera, etc. No olvidemos que cuando se
trabaja con adultos la primera clase es prácticamente definitiva puesto que el profesor que
se ganó la confianza de ese alumno en esa primera clase tiene asegurado en gran parte el
éxito de ese alumno o con ese alumno.

Nosotros veremos que existe una gran bibliografía sobre la enseñanza de la natación y su
metodología, pero lamentablemente muchas de ellas provienen de países extranjeros donde
las instalaciones son perfectas y los métodos se pueden seguir al pie de la letra; no quiero
decir que sean malos, al contrario son excelentes, pero muchos de ellos no se adaptan a la
realización de nuestro país y en muchos casos no nos sirve de guía.

Es muy común en esas bibliografías ver hermosas piletas en sus fotografías en donde el
monitor es un solo alumno realizando todos los ejercicios a la perfección, pero en muchas
circunstancias no podemos adaptarlas a nuestra clase, porque ese libro no le dice al profesor
sobre la dificultad que tendrá cuando se encuentre solo frente al grupo que deberá enseñar.
Por ejemplo, no le dice que en el mismo momento que tengamos que trabajar hay 500
bañistas en nuestro alrededor que dificultan el correcto desempeño de la clase; que de los
15 a 20 alumnos que tenemos hay 4 ó 5 que no quieren entrar a la pileta a tomar las
lecciones, qué debemos hacer cuando un chico se ha pasado 2 ó 3 clases llorando y
provocando la indisciplina de la misma, que hay padres y madres que permanentemente
interrumpen la clase para decirle a su hijo que le haga caso al profesor o para hacerle algún
tipo de observación sin darse cuenta que lo único que logra es hacer que el chico esté
pendiente de los padres y no atienda la clase como debe ser. Posiblemente estos libros no
digan todo eso porque por lo general están dirigidos a todos aquellos que deseen aprender a
nadar y no escritos para aquél que va a enseñar a nadar, es más o menos lo que pasa con el
foletín de un automóvil recién comprado, que nos dice cómo cuidarlo y cómo asentarlo
pero no nos dice cómo se fabrica.

De allí mi inquietud de escribir este cuadernillo sobre la ambientación y la flotación para


los profesores de la educación física y en especial para mis alumnos del Profesorado de
Educación Física de Córdoba. Trataré de explicar en lo posible cómo debe realizar la
ambientación, flotación en las distintas edades y en los distintos ambientes: pileta para
niños, parte baja del natatorio reglamentario, parte profunda, pileta profunda sin parte baja,
ríos y todos los lugares en donde se puede enseñar a nadar. Recordemos que el alumno está
ambientado cuando: introduce la cabeza bajo el agua, abre los ojos abajo del agua y toma el
aire afuera (y lo suelta abajo del agua.)

La respiración

La respiración constituye uno de los objetivos más importantes de la natación. Una


respiración defectuosa acarrea un sinnúmero de problemas tanto al alumno como al
profesor. Habrá que tener en cuenta la rareza que significa para la persona que está
aprendiendo a nadar el medio acuático y no extrañarse de sus mecanismos de defensa. Por
lo general los síntomas se advierten de la siguiente manera: enderezamiento de la cabeza al

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tener contacto por primera vez con el agua, la nariz y los oídos -pinzamiento de los labios al
intentar introducir la cabeza en el agua- constipación, etc. Basta que pongan rígidos los
músculos de la cara que se vayan poniendo rígidos todos los del resto del cuerpo, esto
lógicamente dificulta la función respiratoria.

Permanentemente el profesor deberá insistir sobre la respiración y debe hacer figurar en


todas las fases del aprendizaje ejercicios para este fin.

El problema de la respiración debe constituirse en una preocupación constante del profesor.

La función respiratoria juega en el nadador un doble papel; uno fisiológico, vinculado a la


actividad corporal, otro físico, específico de la natación y que determina su flotabilidad.
Encontramos muchísimos casos en la persona que siente gran dificultad para desenvolverse
en el agua, no alcanzan a nadar unos pocos metros y ya se sienten agotados, lo que tras un
lógico temor al agua por la misma inseguridad de no poder cruzar la pileta o el ancho de un
río.

Analizando esto los casos veremos que el problema es uno solo, la respiración.

Sabemos que una mala oxigenación provoca la fatiga y sabemos que la fatiga entorpece los
movimientos provocando una asimetría en la coordinación y en el ritmo tanto en la
coordinación de los miembros como en la mecánica de la respiración.

Es indispensable que los movimientos de la respiración sean extremadamente rítmicos.

En la respiración hay dos tiempos: la respiración y la espiración. La primera se hace por la


boca por ser un orificio de mayor ventilación y que al abrirla bruscamente por la
constitución de los labios no permite la entrada de agua a la boca, que puede entorpecer la
mecánica de la respiración cosa que sucede al inspirar por la nariz, ya que aparte de ser un
orificio pequeño que limita la entrada del aire, al inspirar se obturan las aletas o alas de la
nariz facilitando la entrada de agua a sus orificios.

La espiración se hace por la boca y por la nariz, el alumno llega a dominar perfectamente
este ejercicio. La espiración debe hacerse abajo del agua, ya que el tiempo que hay para
respirar es muy poco por lo tanto, cuando el nadador saca la cabeza fuera del agua,
inmediatamente tiene que volver a tragar el aire y el resto se lo facilita al salir con los
pulmones prácticamente vacíos.

Análisis del Proceso de Enseñanza

Ejercicios que pueden realizarse con el alumno durante el período de ambientación.


Pileta que tenga 30 ó 40 cms. de profundidad.

1. Entrar a la pileta despacio y ordenadamente en fila, tomados del borde.


2. Hacerles recorrer caminando la pileta para que puedan comprobar y descubrir que
en ninguna parte los tapa.

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3. Caminar a lo largo y a lo ancho de la pileta chica sin tomarse del borde, para lograr
confianza en sí mismos.
4. Caminar más a prisa.
5. Tratar de correr.
6. Tomados de la cintura del profesor jugar al trencito, luego hacerlo solos.
7. Jugar al trencito con enanos y como gigantes.
8. Hacer rondas, girar tomas de la mano.
9. En la misma forma salpicar con las piernas, primero una, luego con la otra.
10. Lanzar al agua al compañero, sin dar vuelta la cara y con los ojos abiertos para que
el agua castigue la misma.
11. Lanzar agua hacia arriba y con las manos (quién lanza más arriba).
12. Idem, pero de espaldas.
13. Juego en dos filas de blanco y negro.
14. Cinchada por grupos.
15. Tratar de jugar con pelotas u otro elemento flotante. Estos ejercicios deben ser
adaptados por el profesor de acuerdo a la edad del alumno, no olvidemos también
que la pileta en ese sector es muy baja.
16. Cruzar el ancho de a pileta baja en cuatro patas, cabeza fuera del agua.
17. Cruzar el ancho con las piernas estiradas, cabeza fuera del agua, ayudándose con las
manos apoyadas en el fondo.
18. Idem pero batiendo las piernas o sea pateando el agua.
19. Idem, pero sacando las manos de a una por vez y colocarlas más adelante.
20. Idem, pero con la cabeza debajo del agua.
21. Cruzar el ancho saltando en un pie.
22. Cruzar el ancho saltando en dos pies.
23. Cruzar lanzándose de panza al agua.
24. Si la pileta dispusiera de un escalón largo o dos pueden aprovecharse para realizar
ejercitación de todo tipo como: de panza en el escalón patalear sentados.
25. En rondas, sentarse, acostarse, saltar sin soltarse de las manos.
26. Tomar aire, luego mandarlo y soltarlo, todo el ejercicio fuera del agua.
27. Tomar aire y mantenerlo, pero debajo del agua.
28. Lavarse la cara.
29. Salpicarse la cara.
30. Acostarse boca arriba y boca abajo.
31. Mantener la cabeza debajo del agua, sacarla y mirar al profesor sin pasarse la mano
por la cara, ni mover la cabeza (revolearla).
32. Mirar al compañero por debajo del agua.
33. Contarse los dedos de los pies.
34. Buscar piedritas, figuritas de lata, monedas y otros elementos que se hundan.
Lógicamente que aquí se pueden incluir todos los ejercicios que se dan en
educación física en la escuela primaria en los niveles inferiores, como ser las formas
básicas primarias, conejo, cangrejo, etc.
35. Ejercicios que pueden realizarse en parte profunda de una pileta chica o en parte
baja de una pileta grande, 1,20 ms. aproximadamente.
36. Saltar de diferentes formas tratando de no caer mal.
37. Arrojarse de panza.
38. Arrojarse de cabeza, lógicamente sin técnica porque todavía no se ha enseñado.

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39. Saltar al agua, saltando a un compañero que está afuera agachado.


40. Pasar por debajo de las piernas de un compañero.
41. Jugar con un compañero al sube y baja.
42. Tomarse de las rodillas y hacerse un ovillo, luego quedarse flotando.
43. Idem, luego estirarse.
44. Lucha de caballitos.
45. Trencito, intentando nadar 2 y 3 compañeros.
46. Juego de los refugios.
47. Voltear muñecos con pelotas de plástico u ojotas.
48. Concurso de quién aguanta más debajo del agua.
49. Esquivar la hélice.
50. Flotar de espaldas.
51. Carritos por compañeros, traccionar.
52. Tirabuzón debajo del agua.
53. Rol adelante y atrás.
54. Fideito fino
55. Sillita de oro.
56. Cocochito.
57. Soplar debajo del agua por la boca.
58. Simular apagar velas o inflar globos, debajo del agua.
59. Hacer pantomima debajo del agua, reírse, hablar, cantar, etc.
60. Mirarse abajo con el compañero a ver quién hace quién hace más burbujas.
61. Soplar abajo del agua el aire por la nariz
62. Submarino con el profesor, tratar de pasar por debajo de las piernas de todos,
luchar.
63. Tomarse del borde, flotar y soltarse sin levantar la cabeza.
64. Saltar al agua e inmediatamente volver a subir.
65. Nadar por debajo y ver quién llega más lejos.
66. Nadar como perrito.
67. Si la pileta es de azulejos jugar a quién cuenta más.

Si observamos detenidamente toda esta serie de ejercicios veremos que hay entre ellos una
gran variación, pero no un ordenamiento. Esto se debe a que cada profesor deberá
adaptarlos a cada clase en particular. Si se tiene la facilidad de contar con pelotas de goma
o plástico para realizar la ambientación, entonces se podrá incluir ejercitaciones con ese
elemento, adaptadas a la edad de los alumnos. Se realizarán ejercicios de lanzar
preferentemente, los de rodar y picar prácticamente no se pueden realizar, pero son
suplementados por los de llevar a impulsar.

Más adelante podremos observar ejemplos de clases en las distintas edades y situaciones y
allí sí podremos ver un ordenamiento en el dictado de cada clase.

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MODELOS DE CLASES

Con chicos de 6 a 7 años en pileta para niños parte baja 35 cms. profunda 1 m.

Primera clase

1. Entrar a la pileta ordenadamente en fila, despacio y tomados del borde.


2. Hacerles recorrer todo el lugar para que puedan comprobar y descubrir que en
ninguna parte los tapa.
3. Cambiar a lo largo y a lo ancho del natatorio, sin tomarse del borde para lograr
confianza en sí mismos.
4. Cambiar con las manos tomadas atrás.
5. Caminar más aprisa.
6. Caminar levantando bien arriba las piernas (pasos largos).
7. Tomados de la cintura del profesor, jugar al trencito.
8. Trencitos como gigantes.
9. Trencitos como enanos, sin soltarse de la cintura del profesor.
10. Aprovechar esta formación para hacer rondas. Girar tomados de la mano.
11. En la misma forma salpicar con las piernas, primero con una, luego con la otra.
12. Sentarse y pararse sin desarmar la ronda.
13. Lanzar agua hacia arriba con las manos (quien lanza más arriba).
14. De frente lanzar agua al compañero sin dar la vuelta la cara, y con los ojos abiertos
para que el agua castigue la misma.
15. Idem pero de espaldas.
16. Cruzar el ancho de la parte baja en cuatro patas, rodillas apoyadas en el suelo,
cabeza fuera del agua. Este trabajo ya se ‘puede hacer en olas.
17. Idem, pero estirando las piernas-cabeza fuera del agua, ayudando únicamente con
las manos.
18. Idem, pero batiendo las piernas, o sea, pateando el agua.
19. Idem, pero sacando las manos de una por vez y colocarlas más adelante en el suelo
(simulando la patada de crol).

A esta altura de la clase se les deja sin ordenarlas ni mostrarles nada, para que ellos mismos
investiguen y realicen sus propias experiencias. Simplemente tienen que estar bien
vigilados y lógicamente extremar las medidas de seguridad al máximo (alumno que sufra
un percance o se asuste en esta etapa puede ser un elemento negativo para el grupo y por
consiguiente retardará su aprendizaje).

El profesor en este momento de recreación que le da al alumno debe observarlo muy bien y
sacar de ello el máximo de experiencias para luego hacerlos practicar a ellos.

Sabemos que hay alumnos más audaces que otros y que siempre aprovechan estos
momentos para inventar ejercicios y sino para poner en práctica otros que han visto en la
otra pileta. Cuando esto sucede se debe tener muy en cuenta al alumno y al ejercicio para
luego mostrarlo y hacer que lo realice el resto del grupo. Una vez finalizado el recreo
nuevamente haremos ejecutar algunos de los ejercicios que enseñamos en la primera parte
(los que el profesor crea más conveniente, los que entusiasmaron más al alumno) y ya

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conviene que el profesor vaya haciendo su primera entrada al agua para darle más
confianza al niño. Nos restan enseñar todavía algunos ejercicios de mayor dificultad y en
ese momento de la clase el profesor tiene que ser un alumno más, para que el niño lo vea a
su lado y no por sobre él.

20. De pie, juntar agua con las manos y mojarse la cara, lo mismo que si se estuvieran
lavando la cara.
21. Enseñarle a inspirar y espirar estando ellos de pie, adentro de la pileta. Cuando
vemos que dominan la respiración continúa el siguiente ejercicio: Tomar aire, cerrar
la boca y tratar de meter la boca solamente en el agua.
22. Jugar a los autitos -preguntar quién sabe manejar y hacerlos jugar como si fueran
manejando cada uno de ellos un auto. Al principio deberán manejar de tal forma que
si estuviésemos viéndolos desde afuera, veríamos nada más que la cabeza, el cuello
y los hombros de chofer. Luego, cabeza y cuello; cabeza sola, cabeza hasta la boca,
cabeza hasta la nariz, cabeza hasta los ojos, frente, hasta que al chofer no se le vea
más nada. Hemos logrado con un juego que el niño, sin darse cuenta meta la cabeza
adentro del agua. (Este ejercicio fue propuesto por el alumno Carlos
Rómbola, del 2º año del Instituto del Profesorado en Educación Física de córdoba,
al solicitársele un trabajo sobre la ambientación en natación).
23. A partir del ahora vamos a lo específico. Tomar aire y meter la cabeza hasta las
orejas abajo del agua.
24. Idem, metiendo toda la cabeza debajo del agua. Estos ejercicios habrá de realizarlos
cerca del borde porque por lo general, en los primeros contactos que tiene el niño de
su cabeza con el agua, aparecen los reflejos de enderezamiento naturales, vale decir
que el niño tiende y de una manera violenta a sacar la cabeza fuera del agua. Esto
trae como consecuencia, la mayoría de las veces, una pérdida de equilibrio, porque
esa acción de querer salir rápidamente fuera del agua, es efectuada con tanta fuerza
que se produce en muchos casos un salto e inmediatamente la intención de tomarse
de algo. Si tiene un compañero cerca al que pueda sujetarse, bien si no, lo más
probable es que se hunda, y como no hemos todavía prendido a flotar y a dominar el
agua, el alumno puede asustarse con las ya consabidas consecuencias. Conviene
muchas veces mostrarles el ejercicio correctamente y explicarles las sensaciones
que sentirán al hundir la cabeza.
25. Una vez que se domina perfectamente este ejercicio, lo invitamos a que suelte el
aire abajo del agua: Tomar mucho aire, meter la cabeza abajo del agua, y cuando
estamos abajo soplamos, como si fuésemos a inflar un globo o a apagar una vela. Se
les explica que deberán hacer mucha fuerza para que el aire pueda salir, y que
mientras esté saliendo, sentirán en la cara algo que les camina en ellas, pero que no
son nada más que globitos de aire, burbujas.
26. Tomados del borde tragar mucho aire, cerrar fuerte la boca y meter la cabeza dentro
del agua. Vamos a ver quién de ustedes aguanta más debajo del agua.
27. Idem. Pero estirando las piernas. Veremos que tenemos aquí la primera
manifestación de intento de flotación del niño, que lógicamente lo está realizando
sin darse cuenta, o sea jugando.
28. La clase se puede dar por terminada, dejándolos jugar nuevamente 5 ó 6 minutos
antes de sacarlos del agua. Esto sería el dulce para ellos, no olvidemos que el niño
que se va contento vuelve contento.

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Segunda clase

La segunda clase se debe comenzar repasando ejercicios de la anterior, por supuesto los de
mayor dificultad. No deben faltar ejercitaciones de respiración, que ya hemos dicho tienen
que figurar en todas las clases.

Muchas veces conviene, (yo acostumbre a ello) comenzar, de ahora en adelante, la clase
con recreo. Porque damos la oportunidad a que el niño practique todo lo que aprendió, sin
necesidad de que se sienta controlado por nosotros, es decir, que practique lo que ya sabe
libremente. De paso descarga energía, lo que significa una gran ayuda para el profesor, ya
que al enseñar las ejercitaciones el día, el alumno no se encontrará tan eufórico, sino que
estará algo cansado, facilitando la labor del profesor. No olvidemos que en natación el
alumno se cansa se relaja y es entonces cuando mejor se puede enseñar. Una vez que pasó
el recreo o que repetimos todos los ejercicios comenzaremos con los nuevos.

1. Cruzar el ancho de la parte baja tratando de correr.


2. Idem, pero saltando en un pie.
3. Idem, saltando con los dos pies juntos.
4. Correr y lanzarse de panza, levantarse y repetir lo anterior.
5. Cruzar el ancho de la parte baja de panza, apoyando las manos y metiendo la cabeza
bajo el agua.
6. Idem, pero pataleando.
7. Tratar de acostarse de panza con los brazos y piernas estirados, sin ningún tipo de
apoyo y con la cabeza debajo del agua. Podemos ver que a partir del ejercicio Nº 17
se han ido colocando prolijamente los ejercicios de flotación, por supuesto
aumentando el grado de dificultad. Ahora, en este segundo plan, a partir del
ejercicio Nº 7 se nos presenta en realidad el primer ejercicio correcto de flotación
que ha dispuesto el profesor, en donde el alumno no tiene el punto de apoyo en el
suelo ni en el borde de la pileta. A partir de este momento nuevamente se les debe
dar unos minutos de experimentación. Generalmente luego de haber aprendido a
flotar en la parte baja, el niño practicará solo en parte honda de la pileta chica el
ejercicio aprendido. Una vez finalizado el recreo, se pasa a trabajar en la parte
honda de la pileta chica (1 m), dividiendo a los alumnos por compañeros o parejas).
8. Enfrentados, tomados de las manos realizar el sube y baja. Mientras uno está arriba
el otro se sumerge sin soltarse de las manos.
9. Idem, pero practicando la respiración. Cuando están abajo deben soltar el aire,
arriba lo tomarán.
10. En la misma posición. Tomar aire, sumergirse ambos simultáneamente, salir afuera
y mirarse entre ellos sin pasarse la mano por la cara y sin sacudir la cabeza. Este
ejercicio es .el primero que se hace para aprender a abrir los ojos abajo de la
superficie. Ya en el primer plan en las ejercitaciones 13 - 14 - 15 se dieron algunos
de familiarización del agua con la cara. Pero esto que acabamos de explicar es de
mayor dificultad, porque al sacar la cabeza del agua inmediatamente una gran
cantidad de líquido se escurre por la cara. Lo que produce la primera dificultad para
abrir los ojos, por la presión que ejerce toda esa agua en los párpados, teniendo que
realizar una verdadera fuerza para poder abrirlos.
11. Idem, largando el aire abajo del agua.

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12. Idem, pero una vez abajo tratar de mirarse con el compañero. Aquí pueden hacerse
señas, morisquetas, buscar cualquier elemento, monedas, piedras o simplemente, si
tiene la pileta, contar azulejos.
13. Un compañero de pie con las manos tomadas del otro que practicará flotación boca
abajo. El que está de pie comenzará de a poco a soltarlo, manteniendo su mano por
debajo de las del compañero y de esta forma jugarán a quién dura más flotando. De
esta forma aprenderán la flotación en la parte más honda. Luego el ejercicio será
practicado por el otro.
14. Idem, pero el que flota debe agregar pataleo. El que sostiene caminará hacia atrás,
haciendo entre los dos una especie de carrito, de vez en cuando habrá que soltar al
compañero para poder arrastrar al otro.
15. Enfrentados, tomados de las manos, zambullirse simultáneamente sin soltarse
tratando de flotar.
16. Un compañero se coloca de pie, piernas abiertas, el otro tratará de pasar por abajo,
habrá que aclarar que tendrá que mantener los ojos bien abiertos, el compañero lo
tomará de la cintura, lo hundirá y le dará el empujón correspondiente para que
pueda pasar más fácilmente.
17. Todos en fila tomados del borde, toman aire, meten la cabeza abajo del agua, estiran
las piernas y cuando están flotando empujan hacia atrás sin flexionar los brazos y
sin levantar la cabeza.
18. Idem, agregando pataleo para regresar al borde. Muchos de los alumnos no logran
llegar y cuando se les acaba el aire, por lo general tratan de bajar una sola pierna, a
la vez que intentan levantar la cabeza para incorporarse. Esto lo realiza la mayoría
de los alumnos, inclusive los adultos. Lo único que lograron con esto es tragar agua,
ya que el cuerpo se neutraliza, ni flota ni se hunde, queda en la mitad. Aquí debe
explicarse que para ponerse de pie basta con llevar las piernas juntas y flexionadas
al estómago, acercar las manos a los pies, mantener la cabeza con el mentón pegado
al pecho. De esta forma el cuerpo recupera la vertical y sólo tendrá el alumno que
estirar las piernas y levantar la cabeza para quedar en posición de pie o vertical.

A partir de este momento se les debe dejar nuevamente solos unos cuantos minutos, puesto
que han tenido que realizar una serie de ejercicios difíciles que exigieron su atención.
Luego se da por terminada la clase.

Aquí les he puesto dos ejemplos de una primera y segunda clase con un determinado grupo
de alumnos. Generalmente después de estas dos clases ya hay alumnos más precoces que
otros con respecto al aprendizaje y el profesor deberá ya adoptar una diferencia de grupos,
según la calidad de cada uno de ellos y la habilidad, por supuesto.

Simplemente he querido demostrar cómo se van agregando dificultades con el correr de las
clases y cómo existe una variación en los diferentes ejercicios. También tenemos que tener
en cuenta el clima en donde se da la clase, si hace frío, lógicamente no se podrán dar la
cantidad de ejercicios que figuran en los planes. Los profesores deberán adaptarlos respecto
a la situación de cada uno de ellos. La duración del aprendizaje está supeditada a la
condición del alumno para ir superando las dificultades, de ahí que algunos aprenderán más
rápido que otros. A pesar de esto no se puede dar, en concreto, la duración en días, que
puede tener un aprendizaje.

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Modelo de clases para adultos

Ya hemos mencionado anteriormente que para enseñarle a nadar a un adulto hay que tener
en cuenta dos cosas: enseñarle a perder el miedo al agua y ayudarlo a superar los posibles
complejos adquiridos.

Es muy común cuando un adulto se nos acerca para averiguar si somos capaces de
enseñarle a nadar, escuchar más o menos siempre las mismas historias: Cuando era chico
mis hermanos jugaban conmigo y me hundían haciéndome tragar mucha agua. Una vez mis
amigos me hicieron una broma y me tiraron a la pileta y casi me ahogo. Si uno no aprendió
de chico ya no aprende más. Me da no sé qué aprender a nadar adelante de tanta gente, uno
es grande y la gente se me va a reír. La culpa la tienen en mi casa, porque cada vez que
quería ir a lo hondo me decían que me iba a ahogar y no me dejaban. Una vez vi cómo se
ahogó un señor al lado mío. Tenía un pariente que se ahogó cuando fuimos a un pic-nic.

Y hay muchas historias más, lo cierto es que la persona adulta no sabe nadar, tiene sobrados
motivos para no saber hacerlo, y son muy pocos los casos en que no saben por carecer de
lugar para poder practicar (aunque hay excepciones).

Sabiendo todo esto podemos darnos cuenta que esta persona que quiere aprender a nadar,
necesita de un trato y de un vocabulario muy especial. Desde un comienzo tenemos algo a
favor, que es la predisposición del mismo, al solicitar del ser enseñado.

Nunca debe prometérsele nada, porque bien sabemos que de acuerdo a la constitución
física, fisiológica y psíquica, la duración del aprendizaje varía mucho.

Veremos pues que hay personas que en 6 ó 7 clases nadan y otras que necesitan de dos o
más temporadas (si trabajamos en pileta al aire libre, por supuesto).

En el caso del adulto, el profesor tiene que tratar de ganar su confianza para poder asegurar
el éxito de la clase. Para poder enseñar al alumno es necesario e indispensable hablarle
claro, con toda sinceridad y naturalidad. La dificultad en los ejercicios debe ser muy, pero
muy progresiva. A continuación veremos un ejemplo de clase de este tipo y trataré en lo
posible, para facilitarle la tarea al lector, de ubicarme en el mismo momento en que estamos
dando la clase. El vocabulario empleado es el mismo para una clase individual que para una
colectiva.

Enseñanza que se realiza en parte baja de la pileta grande

1. Tenemos que el alumno ha ingresado al natatorio y ya se encuentra reconociendo el


lugar donde tiene que trabajar, por una sugerencia del profesor. Mientras, debemos
alentarlo permanentemente dándole confianza y seguridad.
2. Comenzamos con la clase. Antes que nada veremos cómo anda nuestra respiración.
Se hacen ejercicios de inspiración y espiración fuera del agua, de pie, en la parte
baja, se sobreentiende.
3. Ahora que ya sabemos tomar y largar el aire realizaremos el primer ejercicio: meter
la cabeza adentro del agua. Aquí se produce el primer diálogo entre el alumno y el

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profesor, dado a que el primero si bien no va a resistir, dudará en hacerlo. Primero


toma aire por la boca, ciérrala, mantenga el aire en los pulmones e introduzca la
cabeza abajo del agua. Pero antes de voy a explicar: 1) al meter la cabeza abajo del
agua, Ud. sentirá que se acabaron todos los ruidos, esto le causará una sensación
como si se fuera lejos, no se asuste que todavía está conmigo; 2º) Al tener los oídos
en contacto con el agua y penetrar la misma adentro le producirá escalofríos y
querrá sacar rápidamente la cabeza, no haga caso, sopórtelo y verá que no pasa
nada. Luego de esta explicación el alumno realizará perfectamente el ejercicio (en la
mayoría de los casos). ¿vio que no pasó nada? Ahora realice lo mismo, pero trate de
aguantar un poquito más que recién. Repite el alumno y lo hace. Bien, pasemos al
otro ejercicio.
4. Tome mucho aire, manténgalo adentro, meta la cabeza bajo del agua, estire las
piernas y estire los brazos y verá que se queda flotando. . Pero en ningún momento
se suelte del borde. Cuando se le acabe el aire, trate de llevar juntas las rodillas al
estómago y verá cómo se queda de pie. ¿Ha visto que esto no es cosa de otro
mundo? Perfecto, continuaremos la clase.
5. Se va a tomar el borde, los pies están en el suelo. Trague mucho aire, meta la cabeza
abajo del agua y una vez adentro sople, bien fuerte, como si fuera a inflar un globo
o apagar una vela. Ud. notará que salen burbujas que le producirán una sensación
fea, no le lleve el apunte que no le pasará nada. Cuando se termine el aire recién
saque la cabeza ¿Y? ¿Pasó lo que le dije? Bien.
6. A continuación haremos lo siguiente: volvemos al ejercicio Nº 4: Toma aire, flota
tomado del borde, y cuando esté flotando, yo, le voy a tocar una mano. Cuando
haga esto, Ud. se va a soltar del borde, teniendo cuidado de no levantar la cabeza,
estirar bien los brazos y las piernas. Al empujar hacia atrás notará que se va muy
lejos pero esto ocurre por las olas de la pileta. En realidad no se va a ninguna parte
e inclusive va a sentir la sensación de darse vuelta para un costado, tampoco es
cierto son sólo sensaciones. Para ponerse de pie lleve las rodillas juntas al
estómago, tire hacia atrás con los brazos y estará de pie. Si se ha logrado esto a una
altura de la clase, todo marcha sobre ruedas; la confianza que logrará el alumno será
de gran utilidad para el profesor.
7. Colocarse de espaldas al borde, pasar las manos por encima de los hombros y
tomarse de la garganta de la pileta. Una vez en esta posición patalear como si fuera
pedaleando. Este ejercicio se hace para relajar al alumno que se encuentra muy duro
y además para que no piense tanto en los ejercicios anteriores.
8. Hacemos hacer pataleo pero boca abajo, tomados del borde pero con la cabeza
afuera del agua. Aquí hay que tener cuidado porque es un ejercicio cansador y por
lo general los adultos están fuera de estado físico, lo que puede traerles calambres u
otras contrariedades, que no nos van a permitir seguir con la clase. No olvidemos
que esta primera clase es de fundamental importancia, debe ser un éxito para poder
continuar con las siguientes posiciones.
9. Practicamos la flotación pero ahora con impulso. Nos colocamos de espaldas a la
pared, tomamos aire, estiramos los brazos, metemos la cabeza bajo el agua
manteniendo la respiración y empujamos con una pierna. Recuerde que en ningún
momento debe levantarse la cabeza.
10. Nos colocamos (refiriéndose al alumno, le hablamos como estuviésemos tomando
clases con él) aproximadamente a 2 mts. del borde mirando al profesor. Tomamos

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aire y tratamos de practicar la flotación con el sólo envión del salto que daremos
para ponernos horizontal. En un primer momento Ud. notará que se hunde, esto
ocurre por el peso del cuerpo. Luego, como tiene aire adentro, volverá a subir,
nunca levante la cabeza y no flexione brazos ni piernas.
11. El ejercicio de recién fue perfecto, ahora hacemos lo mismo, pero cuando sentimos
que flotamos, que el aire nos da en la espalda, comenzaremos a patear el con los
empeines, verá cómo avanzamos.
12. Tomados del borde, realizamos ejercicios de pataleo, corrigiendo ya las piernas y
tratando de que no haya defectos.
13. Idem, pero le agregamos práctica de respiración, primero tomando el aire por
adelante, luego por el costado, lógico que para el lado que le quede más cómodo.
14. Vamos a realizar algo muy lindo, pero quizá un poco difícil. Nos vamos a tomar las
piernas con los brazos, rodillas flexionadas y mentón pegado al pecho. Veremos que
en esta posición el cuerpo al principio se hunde, luego flotará. Al flotar va a sentir la
sensación de que se da vuelta, como siempre no pasa de ser sensación.
15. Idem, pero una vez que esté flotando, soltarse las piernas estirarse y quedarse
flotando boca abajo. Esto representa un gran ejercicio de relajamiento.
16. Parado frente al borde, las manos apoyadas en el mismo. Pasar una mano por la
pared hasta llegar a la altura de las piernas, levantar el codo, haciendo ademán de
sacar plata del bolsillo y volver a tomarse del borde. Realizar lo mismo con el otro
brazo de uno por vez.
17. Una vez que se domina este movimiento practicarlo cuando están haciendo
flotación y veremos que nuestro alumno al cabo de la primera clase flota, bracea y
patalea. Lógicamente que habrá casos que no lleguen a tanto en la primera clase e
inclusive habrá que meterse al agua para enseñarle algunos ejercicios. Estos
alumnos saldrán a lo sumo flotando, ya hemos dicho que no todos los casos son
iguales. Lo que sí debemos estar seguros es que nadie llegará a más de lo explicado
en este ejemplo. Aparte de lo complejo que resultan los ejercicios, está también la
resistencia del individuo que no le permite mantener una primera clase muy extensa.
Todo esto en base al trabajo en parte baja de pileta grande, porque si trabajamos
directamente en parte profunda los resultados serán otros.

Pasaje de la pileta chica a la pileta grande

Su técnica y aplicación

Se nos puede presentar dos casos a saber:

• Pasar de la pileta chica a la pileta grande (parte baja).


• Pasar de la parte de pileta grande a parte profunda de la misma pileta.

En el primer caso puede ocurrir que el niño sepa nadar correctamente un estilo y no se
anime a nadar en la grande. Aquí debemos proceder con mucho cuidado, porque cualquier
traspié que sufra el niño nos puede desorganizar la clase. También se da el caso del niño
que sabe flotar apenas con unos movimientos de brazos y piernas y ya quiere pasar a la
pileta grande. Conviene lógicamente hacerlo de una manera progresiva. Primero a la parte
baja, luego a la profunda. Trasladémonos a la realidad y veremos cómo proceder.

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1. Hacemos sentar a los alumnos en el borde de la pileta grande, parte baja. Se les
explica lo que significa nadar allí y que nunca deben hacerlo solo si que esté el
profesor, hasta que él decida cuándo estén en condiciones de hacerlo. Una vez
explicado todo esto, el profesor les indicará que se va a meter el agua y que ellos no
deben moverse del lugar en donde están. Hecho esto el profesor se arroja al agua y
les hace ver que no lo tapa y matiza un poco la clase para darles entusiasmo y
confianza, con algunos ejercicios de buceo y cosas que hacen disfrutar al niño desde
afuera, como ser saltos, contorsiones, figuras, etc.
2. Hecho esto se acerca a los alumnos y pregunta quién quiere bajar primero, les
aseguro que el 90% quiere bajar. De a uno los va ambientando tomándolos de la
mano, hundiéndolos y ayudándolos a flotar, etc.
3. Cuando se ha conseguido que entren todos, entonces sale de la pileta para comenzar
la clase. Los hace bajar con todo cuidado tomados del borde sin soltarse.
4. Comenzamos con ejercicios de respiración sin soltarse.
5. Ejercicios con pataleo y pataleo con respiración.
6. Aquí comienzan los ejercicios de dominio del cuerpo en el agua, soltarse con una
mano y sumergirse y tratar de relajarse para flotar. De paso comprobar que solos y
por sus propios medios pueden tocar el fondo de la pileta sin que les pase nada. (con
los pies).
7. El profesor vuelve a entrar al agua. Enseña a soltarse de las manos, cuidando desde
atrás que ninguno se aleje del borde.
8. Los alumnos tomados del borde, el profesor va tomando uno por uno, mientras el
resto observa y le hace realizar el siguiente ejercicio: flotar boca abajo y cuando ha
logrado esto levantar bruscamente la cadera, hundir la cabeza y tratar de sacar las
piernas afuera del agua. Con esto el niño aprende a sumergirse para bucear. Lo
realizará uno por uno y luego todos juntos.
9. Flotación de perrito.
10. Idem, pero luego de meterse abajo y tratar de hacer tirabuzón abajo del agua o
tumba carnero.
11. Todos estos ejercicios deberán realizarlos los niños que no hagan pie en esta parte
del natatorio. Por ejemplo niños de 5 a 8 años en una profundidad de 1,20 mts.

FOCOS INFECCIOSOS
Por Dr. Manuel Torrado. España. Focos infecciosos 1976-2-14

En mi constante que hacer de médico deportivo, al igual que les ocurre a los preparadores y
entrenadores, me encuentro con relativa frecuencia lesiones sin trauma previo, lesiones que
aún cuando han tenido tratamiento correcto se hacen crónicas o incluso disminuciones en el
rendimiento deportivo y que a primera vista tienen difícil explicación, pero si investigamos
minuciosamente encontramos muchas veces que la causa de tales trastornos lo constituye
una infección focal o también denominada foco infeccioso, que sin expresión clínica
aparente tiene amplia repercusión sobre todos los sistemas del organismo, pero
preferentemente sobre el muscular.

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¿Qué entendemos por foco infeccioso?

Siguiendo con Zangue podemos definirlo como “un área inflamatoria cerradura u ocluida
por retención de secreciones, la mayoría de tipo crónico y muy a menudo, de muy pequeña
extensión que de vez en cuando vierte en la circulación general sanguínea, gérmenes o
sustancias irritantes inanimadas y que provoca manifestaciones inflamatorias en otros
órganos y tejidos”.

¿Cuáles son las manifestaciones generales y locales que produce un foco infeccioso?

Dentro de los síntomas generales, el más llamativo e importante es la astenia física y


mental, junto con una tendencia a la somnolencia, febrículas fugaces a lo largo del día con
ligeros escalofríos e irritabilidad física.

En cuanto a las manifestaciones locales, aparte de los síntomas que más adelante
reseñamos, en cada localización pertenecen 4 a los que se denomina enfermedades
secundarias al foco, dentro de las cuales se incluyen los procesos reumáticos articulares o
musculares, los renales, cardíacos, urogenitales, dermatológicos, etc.

¿Dónde están localizados estos focos infecciosos?

Los focos infecciosos pueden ser múltiples y variados pero los más frecuentes residen en la
rinofarine y en las piezas dentarias, aunque no hay que descartar los demás (urológicos,
genital, apendicular).

Desde el punto de vista otorringolaringológico y siguiendo un orden decreciente en cuanto


a su frecuencia, son tres los procesos que nos interesan: amigdalitis, sinusitis y otitis.

Las amigdalitis (inflamación de las amígdalas), cuando son de repetición. Encontramos en


el examen de la orofaringe unas amígdalas o bien pequeñas o bien grandes (si son grandes,
en el adulto siempre son pedagógicas), con hoquedades y cicatrices en su superficie y que a
la expresión sale una secreción mucopurulenta. Los ganglios persistentes localizados en el
ángulo del maxilar inferior, sin que exista una causa dentaria, pueden hacer sospechar un
foco séptico amigdalino.

Las sinusitis (inflamación de los senos frontales o maxilares) que encontramos en la


práctica son generalmente crónicas (apenas dolorosas, y con flujo secretorio purulento
abundante en faringe), debidas a brotes de recidivas, a una sinusitis aguda (dolor
superrorbitario e infraorbitario, taponamiento nasal y secreción nasal muco-purulento por
uno o ambos orificios nasales o por pared posterior de faringe).

Las otitis (inflamación del oído), acompañada o no de supuración, pueden también


constituir focos de infección. Los síntomas son: dolor pungitivo que se acompaña de una
neuralgia hemicraneal. Disminución de la audición por el lado dañado, zumbido de oídos y
la exploración del tímpano demuestra un sonrosamiento o color vivo rojo del mismo.

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Los problemas dentarios merecen especial atención, no solamente en el adolescente, con la


mala implantación de las piezas dentarias y de las caries, sino también para el senior y para
el adulto, en quienes el sistema dentario, alterado o incompleto (pérdida de piezas), pueden
constituir focos de infección y provocar accidentes a distancia igual que los
otorrinolaringólogicos.

Dentro del sistema dentario son dos los procesos que nos interesan: las caries y la evolución
de las muelas de juicio.

Las caries, particularmente frecuentes en el niño, su progresión durante la adolescencia


puede ser fulminante: consiste en una alteración del esmalte seguida por una
desmineralización que invade la dentina.

Cuando las caries se producen en las proximidades de la pulpa, esta pasa a ser la sede de
complicaciones infecciosas que evolucionan hacia la gangrena pulpar; más tarde la
infección alcanza la articulación alveolodentaria, estableciéndose la fase de artritis, seguida
de la de flemón óseo, con destrucción del hueso alveolar.

La duración de esta evolución es variable, depende de muchos factores, entre los que se
destacan la higiene bucal, del potencial de defensa del organismo y del diente y de la
importancia de los tejidos duros.

En cuanto a los accidentes en la evolución de las muelas de juicio, diremos que se dan con
mayor frecuencia en el maxilar inferior, aunque también pueden afectar al maxilar superior,
aunque con menor fuerza e intensidad.

Si el diente dispone un espacio suficiente en la arcada, la duración de la inflamación del


saco perocoronario es corta, ya que ésta desaparece al emerger el diente; por el contrario, si
no encuentra espacio, chocará contra la rama ascendiente, y si se inclina hacia adelante
queda bloqueada por el diente contiguo y no puede continuar emergiendo. El saco
pericoronario no podrá eliminarse nunca y la infección del mismo se producirá sin que el
organismo sea capaz de eliminar el foco infeccioso.

El saco pericoronario, que no se adhiere a ningún punto del esmalte de la corona, se


convierte en un divertículo al que no es posible acceder por los medios habituales de
limpieza fisiológica o higiénica.

Además, la naturaleza de los tejidos circundantes, mucosos, nerviosos, linfáticos y


musculares, hacen que las manifestaciones locales, regionales e incluso generales,
adquieran una amplitud importante: anginas de repetición, flemones paramandibulares,
adenitis y sobre todo constituir una infección local.

Por último hay que tener en cuenta que la erradicación de estos focos ha curado a gran
número de deportistas.

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ELEMENTOS Y APARATOS AUXILIARES PARA LA ENSEÑANZA DE LA


NATACIÓN

Por Abel E. Shaller. Argentina 1973-04-22

En este trabajo serán representadas algunas ideas, sugerencias y ejemplos sobre la


utilización de juegos y material apropiado para el aprendizaje de la natación.

La meta o propósito determinan su desarrollo en las clases para principiantes, es decir,


abundante acostumbramiento al agua, con movimientos iniciales primarios en poca y
mediana profundidad.

Para ello es necesario un número de ejercicios con un propósito definido, mediante el uso y
práctica de juegos y material adecuados.

Desearíamos, sin embargo, en este punto señalar algo muy importante: el material
(diferentes aparatos) empleados en la enseñanza tiene por misión cooperar en el proceso de
aprendizaje. Esto no significa en ningún caso que ellos determinarán este proceso. Es
completamente falso colocar el material (aparatos) en el punto central de las clases y a
partir de sus posibilidades de ejercitación, organizarlas. De esta forma no tiene sentido su
utilización. Los puntos difíciles de la ejercitación son el acostumbramiento del agua,
respiración, buceo, deslizar, saltar, pero la solución de las tareas educativas y organizativas,
son los factores determinantes.

Con esto deben resolverse las preguntas o cuestiones referentes a la elección y a la ayuda
que este material presta. En este sentido deben comprenderse los ejemplos que siguen. Los
temas separados se estructuran sin embargo según los puntos críticos o difíciles.

Los juegos y material (se trata de pelotas, aros, objetos para buscar, tablas, animales de
plástico, varillas para deslizamiento y batido de piernas, y el aparato que denominaremos
“multiuso”) son utilizados de acuerdo a los siguientes aspectos:

• Deben ayudar a los niños en la clase de acostumbramiento al agua (ambientación), pero


también deben habituar a estos a un determinado orden. Por ello estos elementos deben
ser conocidos y usados por el niño igualmente en seco (en tierra).
• Los juegos y aparatos deben contribuir en forma recreacional y teniendo en cuenta las
particularidades de la edad, para que el niño pierda el temor, tome confianza y se
acostumbre al agua.
• Los aparatos (material) auxiliares deben estimular para que el niño encuentre sus
propias explicaciones, y bajo la guía de sus maestros deben ser conducidos a la
solución de sus problemas de movimiento.
• Los juegos y el material auxiliar sirven a la escuela del movimiento.

Los ejemplos que seguirán son los resultados de experiencia colectivas en natación
preescolar del Instituto de Natación de la DHFK. Estos resultados resumen un período de

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trabajo de 4 años. En este tiempo recibieron clase alrededor de 1.000 niños de entre 5 y 6
años de edad, distribuidos en aproximadamente 60 grupos, que fueron instruidos según los
puntos de vista en cuestión.

Una parte de los nombrados aparatos fue desarrollada y probada durante este tiempo, entre
ellos el aparato “Multiuso”, que pudo ser experimentado recién hace tres años.

En primer lugar, este trabajo persigue el propósito de proporcionar sugerencias para la tarea
educativa en jardines de infantes.

Además desearíamos dirigirnos a los maestros, que con el propósito de crear condiciones
favorables y por propia iniciativa, siguen las exigencias modernas y conducen las clases
obligatorias en el tercer año escolar, o también en forma particular en clases aún inferiores
(primero y segundo año escolar). Se sobreentiende que la elección de estas ejercitaciones
debe responder al desarrollo y rendimiento del niño.

La utilización del aro como instrumento auxiliar

El aro es un aparato universal utilizable en innumerables variantes. Quien lo ha utilizado


alguna vez, deseará que no falte nunca en sus clases. Este elemento conocido como “hula-
hula”, viene en muchos colores y es de material plástico, es asible, durable, resistente al uso
en el agua y, desde el punto de vista higiénico, inobjetable. En algunos casos se usan
también los aros de madera. Sin embargo y debido a los efectos del agua, su durabilidad
limitada. Además ofrecen peligros de lastimaduras cuando sus uniones se separan.

Organización de la clase

El pedagogo sabe cuán decisiva es la primera hora de clase para un buen desarrollo del
trabajo posterior. Por eso, los buenos maestros concentran su atención, especialmente, en
esta primera hora.

Muchas posibilidades son probadas, pero el comienzo con el uso del aro se muestra como
una de las más felices. Con la pregunta “¿Quién desearía jugar con aro verde?”, “¿y con el
rojo?”, “¿y con el azul?”, “¿y con el amarillo?”, son ya solucionados los primeros
problemas en tierra y mediante una cuidadosa conducción del maestro, formados ya
pequeños grupos (en el ámbito de estas investigaciones se formaron ya los siguientes
grupos 15-16 niños como máximo, con algunos ayudantes a cuyo cargo estaban no más de
4 a 5 niños). Así de una manera simple y eficiente, fueron encontradas las primeras formas
organizativas de trabajo.

Aquí se realizan una serie de formas jugadas, a través de las cuales el niño es siempre
orientado hacia su aro y hacia su ayudante. De esta manera debe conseguirse que el niño
sepa desde el primer momento por dónde penetrar al agua, a qué grupo y ayudante él
pertenece y de dónde y de quién puede él, en cada caso, recibir ayuda.

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Otro aspecto positivo es el hecho de que algunos ejercicios a practicarse en el agua, hayan
sido realizados ya en tierra. Además estos ejercicios en tierra debieran necesariamente
guardar una relación de continuidad con los siguientes a practicarse en el agua.

Acostumbramiento al agua (ambientación)

Los niños se confían rápida y alegremente al aro en el agua, porque este elemento no sólo
significa una ayuda sino también un sostén. Al principio es ciertamente importante la
indicación de que el aro flota por sí solo, de que se pueden sostener de él pero de que no
hay que empujarlo hacia abajo pues se hunde rápidamente. Los niños comprenden esto
rápidamente. La elección de los ejercicios es aquí también abundante: “¡Jugad a la fila de
anillos!”; al “¡ya! tienen que hacerse tan pequeños que solamente asome la cabeza en la
superficie. Tomar el aro con ambas manos y saltar en círculos. “¿Quién salta más alto?,
“¿Quién puede desaparecer después de un salto debajo del agua?” (Los niños toman aquí el
aro con ambas manos y se miran en la superficie del agua por él limitada como si fuera un
espejo).

Estos ejercicios pueden utilizarse a voluntad, así se sostienen los niños primero con dos
manos después con una y finalmente con ninguna. Ellos corren libremente a través del aro
que poco a poco es trasladado por el ayudante hacia aguas más profundas.

Los niños empujan los aros lejos, y corren después y los buscan. Ellos montan y desmontan
los aros en muy poca profundidad. Golpean los aros contra el agua y salpican.

Posibilidades de combinación se dan también con el aro en posición vertical: “Todos


tomados de las manos, ninguno se suelta, pasar por el túnel”. Para esto son colocados varios
aros en posición vertical, uno detrás de otro, sostenido por los ayudantes. “Todos se sueltan
ahora de las manos y lo intentan solos”.

Ejercicio de respiración y buceo

Esta es una fase muy importante del aprendizaje. A diferencia de otros deportes, la natación
se realiza en un medio que no le es habitual al hombre, el agua. Y es precisamente ese
medio el que, en cierto modo, limita sus movimientos y determina, condiciona su
respiración. Y es sabido también, que muchas veces no se presta la debida atención a este
estado del proceso (y a veces ninguna atención), y no sólo durante el aprendizaje, sino a
veces también durante el entretenimiento. Y esto es grave, pues nunca podrá alcanzarse un
nivel competitivo de calidad sin entrenar previamente en la fase de trabajo anaeróbico.

Ya en la etapa anterior, cuando los niños saltaban y luego procuraban desaparecer debajo
del agua, fueron probadas las primeras posibilidades de respiración y buceo. Estas formas
son ahora remarcadas: “Soplad un profundo agujero en el agua” (en el contorno formado
por el aro en el agua). “¿Quién puede meter la cabeza en el agua sin después resfregarse los
ojos?” (aquí se debe dar la indicación de que sacudan la cabeza, así caen las gotas). “Todos
hacen ahora burbujas”. “¿Quién puede más fuerte?”, “Quién hace las burbujas más
grandes?”, “¿Quién se atreve ahora a meter la cabeza debajo del agua y soplar así el aire?”.

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Natación

“Formar ahora un círculo grande con los aros que quedan flotando”. “¿Quién puede ahora
bucear debajo de su propio aro sin tocarlo?”

Cuando la respiración y el buceo han sido ya intentados, todos estos ejercicios son
cambiados en forma rápida. Ejemplo: bucear a través, montarse en los aros, bajo el agua,
expirar, etc. Esto estimula marcadamente y los niños ya no notan que hay gotas de agua
molestándoles los ojos. Luego se introducen otras motivaciones, como por ejemplo que un
grupo muestra a otro cómo lo hace.

Deseo señalar en este punto, que ha realizado algunas experiencias con nadadores de
experiencia y aún con niños en fases avanzadas del aprendizaje, aplicando ejercicios de
control respiratorio de la disciplina Yoga, con excelentes resultados. Considero que es
precisamente un buen control respiratorio (respiración costodia-fragmática con utilización a
pleno de las bases del pulmón, automatismo respiratorio para nadadores de competencia,
cambios de tiempo y ritmo, etc.) un aspecto fundamental a tenerse en cuenta en cualquier
fase de los trabajos de natación.

Ejercicios preparatorios para el deslizamiento

Estas no son, sin embargo, todas las posibilidades que ofrecen el aro. Así, por ejemplo, el
niño podrá tomarse del aro con brazos extendidos y dejarse arrastrar. También el “disparo
del pez” es un eficiente ejercicio. Primero se realiza con ayudante, pero totalmente solos,
empujados o tomados por aquél de las manos para pasar a través del o los aros sostenidos
verticalmente con la mitad fuera del agua, deslizándose en posición ventral. Los niños
encuentran sumamente agradable esta ejercitación y más adelante la realizan solos con
fuerte empuje de piernas contra la pared de la pileta.

Saltos

Estos representan, sin embargo, el punto culminante de esta fase del aprendizaje. Ellos se
realizan desde el borde de la pileta. Aquí también hay una serie de tareas a ejecutar.
Ejemplos: Saltar desde el borde entro del aro, tratando de no tocarlo y luego trepar de
nuevo a través de él, hasta el borde; bucear inmediatamente después del salto hasta afuera
del aro; levantar el aro con ambas manos inmediatamente después del salto (el aro siempre
debe estar a una distancia alcanzable). Colocar dos aros flotando, uno detrás del otro, los
niños saltan a través del primero y aparecen en la superficie a través del segundo. Se
sobreentiende que tales ejercitaciones pueden ser realizadas luego que el niño haya logrado
cierta seguridad y acostumbramiento al agua.

Resumen

El valor de este material reside en que facilita la organización de la clase, sobre todo, en sus
primeras fases. Los niños se acostumbran así a la sucesión de diferentes formas de trabajo,
que no sólo facilitan el desarrollo de la clase, sino que acrecientan su seguridad, que es
esencialmente lograda por el uso de este elemento. También comprenden estas
posibilidades todo el ámbito del período de acostumbramiento al agua, desde los ejercicios
más elementales hasta el aprendizaje del deslizamiento. Cuando más atrayente encuentra el

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niño una tarea, más está él en la situación de concentrarse en la misma. Esta es una
importante condición para un aprendizaje exitoso, cualquiera sea el ámbito del mismo.

Animales y similares como elementos auxiliares

Es sorprendente la cantidad de usos que pueden prestar en esta fase de la metodología


pequeños animales construidos de plástico o celuloide. Así se fabrican gansos, patos, peces,
cisnes, etc. También del mismo material se fabrican pequeños botes y barcos, que gozan
aún de mayor popularidad entre los niños. Este material puede conseguirse en gran variedad
y calidad. No es a menudo necesario conseguir especialmente estos objetos, que se
encuentran ya entre los propios juguetes del niño. Es muy grande la alegría de jugar que
este material proporciona y que a la vez brindan al profesor innumerables posibilidades
educativas. Estos objetos son usados principalmente en las primeras clases, cuando se trata
de acostumbrar al niño al agua, pero también en estadios sucesivos que comprenden más
difíciles tareas.

Acostumbramiento al agua

(Ambientación) Objetivo

Caminar en el agua, reconocer así las diferentes profundidades de la misma (nivel de


rodillas, caderas, pecho), intercambiando a voluntad esta tarea. Como ayuda reciben los
niños indicaciones como estas: “Tomad el pez firmemente así él no huye y mostrad hacia
dónde él nada”, “¿Cuál de los peces puede nadar en aguas más profundas?”, “Mostrad qué
lejos puede hacerlo”, Arrojadlo lejos, ¿quién lo busca ahora de vuelta? El maestro puede
arrojar también todos los peces del agua y preguntar quién puede recoger más.

Ejercicios de buceo

Se debe conseguir que los niños o se deslicen con el cuerpo totalmente bajo el agua, sentir
las condiciones de presión del elemento y poco a poco aprender a superarlas, y sobre todo
qué se puede conseguir con el buceo, o sea el abrir los ojos bajo el agua para orientarse.
Para esto los comienzos se realizan en aguas poco profundas. Por ejemplo con la pregunta:
“¿Qué pez puede nadar hasta el fondo?”, los niños deben procurar levar el objeto con una
mano hasta el fondo. Luego: “¿Quién puede ver bajo el agua cómo nada el pez?”, “¡Abrid
los ojos muy grandes!”. Esto representa para el niño una exigencia aún mayor.

Generalmente esto es ejecutado por el niño con ignorancia de la cosa y con arder en el
juego y sin titubear. Pero enseguida se nota, sobre todo en niños temerosos, un marcado
malestar. En este momento el maestro debe especialmente concentrarse y procurar atraer la
atención del niño sobre el objeto, con lo cual el niño olvida rápidamente estas
desacostumbradas y nuevas impresiones, sobre todo la presión y la molestia del agua en los
ojos abiertos.

Algunas preguntas y motivaciones tales como: “¿Quién ha visto su pez?” o “¿Qué pez ha
nadado más rápidamente hasta el fondo?”, suelen ayudar en estas situaciones. Una
indicación: es muy importante señalar a los niños que recién deben abrir los ojos debajo del

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agua pues si zambullen con los ojos abiertos, la superficie o espejo de agua obra efectos
casi cortantes para el principiante no acostumbrado. Esto es muy doloroso y poco
provechoso.

Resultados muy valiosos y también alegría en los ejercicios se consiguen, por ejemplo, con
ejercitaciones como ésta: “¿Quién puede ver lo que nada sobre mi mano?” El profesor
muestra entonces algunos objetos sostenidos por sus manos bajo el agua. Los niños deben
bucear y determinarlos, con lo que el maestro puede controlar exactamente a los niños que
cumplen la tarea. Si alguno de estos objetos es provisto, por ejemplo, de agujeros y
utilizando en profundidad, todavía mayor la alegría y casi perfecto el correcto buceo.

Ejercicios de respiración

Con objetos de jugar, como el barquichuelo por ejemplo, puede orientarse los primeros
ejercicios respiratorios. Se trata de enseñar y entrenar al niño en la respiración intensiva, es
decir corta y profunda inspiración lenta y vigorosa expiración. (Que es precisamente la base
de la técnica respiratoria de la natación de competencia).

Esto se puede hacer con algunas motivaciones como: “Soplad vuestro barquito así puede
navegar”. Pero el profesor habrá indicado antes con la boca muy cerca del agua las formas
de respirar, inspirar corto y profundo y expirar lento y vigoroso. Los estímulos pueden
variar: “Soplad con cuidado, para que los barcos no se hundan”, Soplad tan fuerte como
una tormenta de viento”, “¿Quién se ha llevado soplando primero su barco a la meta?” (La
distancia de la meta se determina según el caso). “¿Quién consigue soplando una sola vez,
que su barco llegue a destino?”

Hay por supuesto numerosas variantes más, sobre todo cuando son también los aros usados
flotando sobre la superficie: “Soplad vuestro barco fuera del círculo” “Atención que los
otros niños no soplen su barco de nuestro propio círculo”, “Soplad los barcos a través del
puente” (Formado por los aros en posición vertical y con sólo la mitad de la superficie).

Resumen

Animales y todos los objetos recreacionales corresponden a la mentalidad infantil. Con su


ayuda las clases son esencialmente facilitadas, ellos aceleran el proceso de
acostumbramiento al agua y la superación de inhibiciones y ayuda a preparar la respiración
y el buceo.

Contienen además valor educativo, obran por su hermosura de formas y colores


positivamente sobre el niño en desarrollo y por otra parte lo estimulen para realizar tareas
superiores.

Pelotas como material auxiliar

Estos elementos encuentran parecidos usos y cumplen igual cometido que los animales.
Formas jugadas correspondientes a las características de cada edad ayudan a organizar una
clase feliz y con variaciones, a elevar la seguridad del niño en el agua como así también a

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desarrollar su capacidad de concentración y reacción. Por eso estos elementos, ya sea en


función de aparatos o juegos, o de ejercitación no deben faltar en las clases de natación.

Objetos de buceo como elemento auxiliar

Aquí no hay fronteras para la imaginación creadora del profesor. Todos los objetos que
pueden verse bien bajo el agua, asibles por el niño y no peligrosos (sin cantos filosos,
esquinas o muy pesados), pueden usarse. Así, por ejemplo, las piedras chinas cumplen con
este propósito. Deben seleccionarse de diferentes colores de tal forma que sean visibles y
recogerse desde el fondo de la pileta. En el ámbito de estas experiencias fueron utilizadas
cubiertas de coches para niños. Por su tamaño son bien visibles tanto fuera como dentro del
agua (este detalle es para un desenvolvimiento sin dificultades, de no despreciable
significación) y brindan las exigencias que al niño deben ser requeridas. Dura muy poco
hasta que el niño busca uno, dos, tres o más de estos objetos desde el fondo de la pileta.

Metódicamente debe ser comenzado el buceo en aguas poco profundas. Poco a poco se
elevará la cantidad de exigencias, ya sea por el trabajo en aguas más profundas o por la
elección de los objetos por los cuales el niño debe bucear. Si el profesor presta especial
atención en que el niño busque los objetos bajo el agua con ojos bien abiertos y no que los
rastree a tientas con las manos no habrá luego dificultades ante exigencias mayores. Al
principio se buceará con el agua a la altura de las caderas, luego el pecho y finalmente hasta
la altura de los hombros. Esto tiene lugar exclusivamente en la superficie del agua, de
manera que el niño en el agua más profunda puede luego aprender la zambullida de cabeza.
Para esto es sumamente valioso que el niño aprenda la parada de manos en el fondo (es
indispensable una muestra por el profesor ayudante).

Durante estas experiencias pudo establecerse que a pesar de ciertas destrezas ya adquiridas
como zambullir de cabeza y abrir los ojos bajo el agua, algunos niños podrían llegar al
objeto y rescatarlo del fondo. La causa era que dichos niños poseían un buen peso
específico y no podían al principio superar la fuerza ascensorial del agua. Estos ejercicios
de buceo lograron todavía algo: sin querer separaban los niños uno u otro pie del fondo y
contemplaban con felicidad que podían flotar, y esto era para ellos un resultado muy
exitoso.

La varilla como elemento auxiliar

Esta resulta un auxiliar en los primeros estadios de la enseñanza. Estas varillas son
fabricadas de bambú o aluminio, ya que ambos materiales son livianos, limpias y durables.
Las varillas de madera se usan en casos necesarios solamente, o por falta de aquellas, pues
luego de un prolongado uso en el agua se impregnan totalmente, pierden su flotabilidad y
finalmente se pudren. Estas varillas son de 3.50 - 4 mts. de diámetro. Un efecto interesante
se logra pintándolas con franjas de diferentes colores luminosos, en franjas de
aproximadamente 50 cm de ancho. En comparación con los aros tienen todavía ventajas
adicionales:

• ofrecen un sostén firme


• con cada una de ellas pueden trabajar de 8 a 10 niños.

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Esto facilita la organización del trabajo, son suficientes dos ayudantes que las sostienen de
cada extremo. Indicar a los niños: no hundirlas ni levantarlas.

Mientras el uso de los aros es sobre todo importante en las primeras 6 - 8 hs. de clase, las
varillas pueden usarse aún en forma más prolongada. Ayudan no sólo al acostumbramiento
al agua a través de sus numerosas posibilidades de uso, sino que cooperan más adelante
para la adquisición de destrezas que conducirán al niño a nadar.

Del mismo modo que con las gomas, es importante trabajar con este elemento también en
tierra, mejor sobre un espacio de césped, en donde se probarán muchos de los ejercicios a
realizar en el agua. Esto no sólo ahorra al maestro largas explicaciones en el agua con el
consiguiente aburrimiento y aún enfriamiento de los niños, sino que constituyen una
eficiente fase de manera agradable e interesante en tierra, logra de los niños un alto
rendimiento luego en el agua.

La movilidad del niño, sus movimientos y afán de actividad apropiada de la edad como así
mismo la alegría que produce dicha actividad, ayudan considerablemente al profesor.
Naturalmente, habrá siempre dificultades que superar, ya sea al bucear como al deslizar,
pero los éxitos que el niño logra durante su trabajo permiten siempre hacer repeticiones,
afirmar las destrezas adquiridas e intentar obras superiores.

El uso principal para que el se destina la varilla es el aprendizaje del deslizamiento y la


práctica de posiciones y movimientos conducentes al nado.

Ejercicios preparados para el deslizamiento

Los niños se toman de la varilla, en posición ventral estirados. La varilla es remolcada por
sus extremos por dos ayudantes. Algunas indicaciones a los niños: “¡Cabeza entre los
brazos!”, “expirar bajo el agua”, “piernas estiradas”. El mismo ejercicio en posición dorsal,
pero con la varilla en la nuca. Algunas indicaciones: “Cadera más alta (o más baja), piernas
estiradas”.

Otras ejercitaciones

Los niños en el agua, parados junto al borde, procuran con un salto-zambullida alcanzar con
las manos la varilla, la que es sostén a una distancia razonable por los ayudantes. Poco a
poco esta distancia se irá agrandando y para una mayor intensidad podrá hacerse este
trabajo ida y vuelta.

Los niños se empujan con una pierna contra la pared de la pileta y tratan de deslizarse por
sobre la varilla y levemente sumergida en el agua, tratando de no tocarla. Con la orilla
colocada en forma transversal a una pared de la pileta, los niños tratan de deslizarse hasta la
altura del extremo de la misma. También, por ejemplo, bucear bajo la varilla ida y vuelta o
ir y volver por debajo, etc.

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Ejercicios educadores del movimiento

El niño muestra, tan pronto se toma de la varilla y separa sus pies del fondo de la pileta una
natural manifestación de movimiento: salpica agua con sus piernas, y esta actividad motiva
su afán de movimientos. Esta necesidad o afán es aprovechada por el maestro en gran
medida. El no enseñará al niño los finos detalles del estilo pecho, por ejemplo, sino que
mediante naturales y apropiadas tareas conducirá al niño a las formas generales del estilo
crol o espalda. En esta fase del proceso, los movimientos son torpes y poco económicos y
se necesita alta concentración, trabajo laborioso y precisamente elementos tales como la
varilla para el trabajo en detalles.

La condición determinante para los correctos movimientos es una correcta posición del
cuerpo en el agua. Esta condición es excluyente cuando se trata de nadadores de
competencia que aspiran a buenos resultados. Ella se consigue mediante una posición suelta
de brazos estirados y una correcta postura de la cabeza. En total, es una posición como la de
un bote en el agua a la que hay que aspirar. Desde el principio todo esto debe ser practicado
justamente con la respiración.

Batido de crol en posición ventral

“Salpicad fuerte”; “Salpicad rápido, para ver quien llega primero al borde”. Los niños
salpicarán batiendo el agua solamente con pantorrillas y pies. Este error que será observado
por tiempo más o menos específico. “Estirad vuestras piernas tan largas como vuestros
brazos al salpicar”. Aquí se hace necesaria una óptima muestra por el maestro, mientras los
niños observan desde el borde de la pileta. “Procurad nadar tan rápido como antes, pero
salpicando mucho menos” con lo que se induce al niño a batir más profundamente las
piernas.

Tan pronto como los niños hayan realizado sus primeras experiencias poco o poco
realizarán tareas más diferenciadas. Muchas veces será necesario que el profesor realice
buenas muestras, cuya atenta observación por los niños facilita grandemente el proceso de
aprendizaje.

Batido de crol en posición dorsal

Dado que el batido de piernas dorsal es igual al realizado en posición ventral, las tareas
serán parecidas. La indicación más valiosa será la de que al abrir las piernas, las rodillas no
deben asomar en la superficie. Esto obliga al niño a la auto-observación. En todas estas
ejercitaciones es importante la coordinación con la respiración.

Saltos

También la varilla es útil en el aprendizaje de los saltos. “Saltos sobre la varilla” (que flota
en el agua a corta distancia del borde). También pueden los niños saltar desde el borde del
agua, procurando tocar la varilla sostenida a cierta altura por el ayudante, o también saltar y
bucear para buscar un aro que se encuentran en el fondo a la altura de la varilla, etc, etc.
Para mejor seguridad en este aprendizaje de los saltos, siempre se debe indicar a los niños

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que deben prenderse bien con los pies en los bordes de la pileta, lo que evita peligrosos
resbalones y provoca un empuje más fuerte.

La tabla como elemento auxiliar

Las hasta ahora conocidas tablas de madera, han sido ya casi totalmente reemplazadas por
las de “Ekazel” (trescientos por doscientos veintiocho por cuarenta mm) que poseen gran
flexibilidad, son manuables, durables, limpias y no ofrecen peligro alguno de lastimaduras.
Sus usos son innumerables, pero sobre todo ayudan al propio deslizamiento y al trabajo de
piernas. Al contrario de lo que ocurría con el trabajo de varillas, en donde el niño podía
firmemente tomarse de la misma, desde ahora deberá trabajar con la inestable tabla, según
sus propias fuerzas y destrezas. Esto es muy importante, pues el niño aprenderá
rápidamente a sostenerse, deslizarse y propulsarse.

El aparato “multiuso” como elemento auxiliar

Sus componentes son pequeñas tablas de “Ekazell” y bastones de gimnasia. Estas planchas
(225 x 225 mm) tienen en cada uno de sus costados una perforación, en donde se
introducen los bastones.

Así, pueden unirse varias planchas entre sí, formando diferentes figuras de acuerdo al uso
requerido. Este aparato ofrece las siguientes ventajas: sobre todo ha sido construido para su
uso en clases de natación de jardines de infantes, en donde por sus posibilidades de
combinación y usos es particularmente útil. Su costo es relativamente bajo y los bastones
pueden ser improvisados con platos de escoba. Sus partes pueden juntarse y separarse a
voluntad. Saltos, zambullidas, deslizamientos, batidos de piernas en ambas posiciones,
buceo, etc., son algunas posibilidades que este aparato ofrece.

Para finalizar, es necesario recalcar lo siguiente: cualquiera sea la disciplina deportiva o el


estadio de aprendizaje en el que el niño se encuentra, es muy importante que el profesor
está siempre a su lado, para asistirlo y corregir sus errores en tiempo oportuno. Paciencia,
fantasía e imaginación, deberán ser siempre elementos empleados por el profesor. Y todo
esto debe ocurrir en el ámbito de la natural alegría del niño.

CURSILLOS ESCOLARES DE NATACIÓN


Por José Pons Bargallo. 1973-03-04

Los cursillos escolares de natación son la base y la fuente de la natación en un club. Por lo
cual hay que tener en cuenta realizarlos correctamente, consiguiendo hacer una buena
captación, y despertar afición a este deporte tan completo y necesario como es la natación.

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Forma de organizar cursillos en un club

Puede haber varios sistemas a emplear al realizar un cursillo, todo dependerá de la cantidad
de cursillistas, instalaciones, material y principalmente de los monitores con que se cuenta,
voy a sugerir un sistema:

La cantidad de cursillistas no pasará de 50 por clase, éstos divididos en cuatro grupos o


categorías. A cada grupo se le designará un color, dicho color lo llevarán los componentes
del grupo por mediación de una cinta en el bañador como distintivo que lo identifique al
grupo que pertenece.

Grupos o categorías
1º Grupo cinta blanca
2º Grupo cinta amarilla
3º Grupo cinta verde
4º Grupo cinta roja

Forma de determinar la categoría de los cursillistas

Al empezar el primer día de clase se seleccionan los cursillistas uno por uno, indicándoles
que demuestren lo que saben hacer en lugar de la piscina que no les cubra clasificándoles
por sus aptitudes, entregándoles el distintivo y distribuyéndolas al grupo al que pertenecen.
Este distintivo es un gran estímulo para los cursillistas e incluso en algunas ocasiones para
los padres que se sienten orgullosos cuando a su hijo le han dado una nueva cinta,
igualmente el cursillista con este estímulo hace cosas que posiblemente no haría sin él.

1º Grupo cinta blanca; los que no saben absolutamente nada y tienen miedo.
2º Grupo cinta amarilla; los que saben hacer pie en el borde, no tienen miedo, meten
la cabeza en el agua abriendo los ojos y expulsan el aire dentro de ella.
3º Grupo de cinta verde; los que saben flotar y bucear.
4º Grupo cinta roja; aquellos que saben coordinar la respiración con el braceo del
estilo crol.

El crol es el estilo que se le enseña al principiante, éste es el que domina sobre los demás,
así todos los ejercicios de los distintos grupos y la gimnasia son enfocados para el estilo de
crol. Se supone al empezar un cursillo que habrá cursillistas en las cuatro categorías antes
mencionadas. Cada grupo dispondrá de un monitor, en el caso de que no hay ningún
cursillista en alguna categoría, entonces pasará el monitor al grupo en que hay más. Hay
que procurar distribuir todos los monitores por los cursillistas que hay.

Al monitor se le concederá el grupo que mejor le vaya por su capacidad de conocimientos,


teniendo en cuenta sus dotes pedagógicos.

Todo monitor debe poseer unas condiciones humanas aparte de las técnicas para realizar su
labor, teniendo en cuenta que está tratando con niños y niñas de distintas edades y distintos
niveles sociales. Tiene que ser pedagogo, psicólogo con alto grado de comprensión, mucha

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prudencia y delicadeza en el trato hacia el cursillista, procurando que todo lo que se le


enseña sea agradable y ameno, y no llegar nunca a forzarlos ni obligarlos.

Gimnasia

La gimnasia debe estar enfocada a facilitar el aprendizaje de la natación. Para ellos se tiene
en cuenta realizar todos los ejercicios de asimilación como son la respiración, braceo,
batido de pies y coordinación de estos, acostumbrándolos a hacer lo que después harán en
el agua, así en ella, es más fácil de comprenderlo y realizarlo porque ya están
acostumbrados. El monitor procurará que haya siempre disciplina, pero no en el plan
dictado, empleando malas formas y mal genio, sino todo lo contrario, hacer la clase amena
y agradable para que los cursillistas le cojan simpatía. Ningún cursillista puede temer al
monitor, si esto ocurriera procurará poner atención y delicadeza intentando que pierdan el
temor y le tomen afecto, pues de lo contrario puede repercutir en la enseñanza de la
natación. Si quiere el monitor que la clase de gimnasia se desarrolle buscando los fines
deseados tiene que mandarla con energía y decisión, no prolongar demasiado los ejercicios.
Si el monitor hace o manda la gimnasia con energía o apatía de la misma forma se
comportarán y realizarán los ejercicios los cursillistas.

La gimnasia como he dicho antes está enfocada principalmente a realizar ejercicios de


asimilación a la natación. Es necesario repetir algunos ejercicios varias veces con el fin de
llegar a la automatización del movimiento para facilitar la labor cuando lo realicen en el
agua.

Ejercicios a realizar en los distintos grupos

1er grupo (blanco)

(1º) pies en el borde; (2º) respiraciones, (3º) flotación supina (el muerto), (4º) juegos
colectivos.
1º) Cogidos en el borde se les enseñará a batir los pies acompasados y procurando que no
separen las piernas, sino que se toque las rodillas entre sí para una mejor técnica, los brazos
relajados y relajando asimismo el cuerpo.
2º) Las respiraciones podrán hacerse cogidos al borde o cogidos unos a otros por las manos,
así evitar que se froten los ojos con ellas. A la señal del monitor estos hundirán la cabeza en
el agua sacando el agua por la boca y un poco por la nariz (haciendo burbujas) para evitar
que se quede agua en ella.
3º) La flotación se efectuará procurando que los cursillistas relajen el cuerpo en esta
posición echando la cabeza hacia atrás tanto como se pueda, esto facilita la flotación
haciendo cambiar el centro de gravedad. Para esto es necesario que el monitor efectúe una
demostración práctica con el fin que los cursillistas lo comprendan mejor, y adquieran
confianza, la primera vez el monitor cogerá a uno por uno para ayudarles a mantener esta
posición. Con una mano en la barbilla y la otra por detrás de la cabeza, tirará de ésta bien
atrás, procurando levantar tanto como se pueda la barbilla, al mismo tiempo dirá frases
animosas para que adquiera confianza en sí mismo y se relaje.

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4º) Los juegos colectivos tienen la finalidad de eliminar la tensión y la monotonía de los
ejercicios a una fase de recreo y expansión. Durante los juegos pueden ser varios los que
logren este fin, todo dependerá de la imaginación del monitor.

2do grupo (amarillos)

(1º) pies en el borde, (2º) respiración, (3º) flotación prona (plancha), (4º) punto muerto, (5º)
flotación vertical (boya), (6º) buceo o zambullida.
1º) Los pies se efectuarán en el borde como en el primer grupo.
2º) La respiración se hará como en el primer grupo, pudiéndose hacer también respiraciones
durante el batido de los pies en la pared.
3º) La flotación prona o plancha se efectuará manteniendo el cuerpo completamente
inmóvil encima del agua en posición horizontal (boca abajo), para esto es necesario estirar
completamente el cuerpo relajado al mismo tiempo, la cabeza deberá estar más baja que la
altura de los hombros por debajo de los brazos, abriendo los ojos y reteniendo el aire para
expulsarlo cuando tenga necesidad. La plancha se podrá hacer más tarde con batido de pies.
4º) Punto muerto. Los cursillistas cogidos en el borde con los pies en el suelo coordinarán
la respiración con el braceo de un solo brazo girando la cabeza por un lado para respirar.
(Con preferencia el lado que el cursillista tenga más facilidad). Se procurará que cuando el
brazo llegue a la pared la cabeza esté en el agua expulsando el aire durante unos cinco
segundos.
5º) Flotación vertical (boya). El cursillista para flotar en esta posición deberá elevar las
rodillas hacia el abdomen tirando ligeramente la cabeza hacia atrás y moviendo las manos
lateralmente.
6º) El buceo o zambullida se efectuará por medio de una flexión de tronco y cabeza
ayudado por un pequeño tirón de brazos, tirando el agua hacia arriba. Para mayor aliciente
se echarán objetos en el agua para que sean recogidos por ellos.

3er grupo (verdes)

(1º) batido de pies con tablas flotadoras; (2º) punto muerto, (3º) coordinación del estilo de
crol, (4º) saltos y zambullidas.
1º) Al empezar, el batido de pies puede hacerse cogidos al borde de la plancha con
respiración simultánea, para hacerlo a continuación con la tabla flotadora.
2º) Punto muerto coordinando la respiración con el braceo batiendo los pies al mismo
tiempo, que una vez aprendido se pasará a hacerlos con la tabla. Coordinación de braceo,
respiración y batido de pies en la pared. Lo mismo una vez aprendido con la tabla flotadora.
3º) Para la coordinación del estilo de crol se efectuará indicando a los cursillistas que naden
como si tuviera la tabla haciendo punto muerto con los brazos para acostumbrar la
respiración que es lo más importante y así poco a poco asimilar bien el estilo.
4º) Los saltos se efectuarán desde el borde de la piscina. El cuerpo encogido flexionado el
tronco y rodillas, los pies sujetos al borde con una separación de unos treinta centímetros
aproximadamente, tocarán las manos en el agua si es posible, tocarán las manos como si
dieran una voltereta en el suelo. Así varias veces para ir perfeccionándolo.

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4to grupo (rojos)

Tal como van progresando realizar los siguientes ejercicios por este orden:

Pies en la tabla, punto muerto sin tabla, pies de espalda, espalda, crol, pies mariposas
(delfín), braza, salidas, virajes.

En la natación cada ejercicio o movimiento si se quiere que se realice a la perfección deberá


hacerse y repetirse hasta llegar a la automatización. El monitor deberá saber y comprender
cuándo el ejercicio se realiza inconscientemente, digámoslo así, para pasar a uno nuevo.
Los cursillistas tienen muchos defectos al nadar, pero se mirará de corregir siempre el
mayor y al que se considere base.

Cursillos escolares de natación

Grupos
Cintas
Ejercicios
Observaciones

1º Grupo Blancos

Batido de pies al borde. Respiraciones. Flotación supina (el muerto). Juegos colectivos. Lo
más importante es la respiración y familiarizar el cursillista con el agua.

2º Grupo Amarillos

Batido de pies al borde. Flotación prona (la plancha). Punto muerto. Flotación vertical (la
boya). Buceo y zambullida.
El punto muerto y la plancha es de suma importancia para este grupo.

3º Grupo Verdes

Batido de pies con tabla flotador. Punto muerto en la pared. Punto muerto en la tabla.
Coordinación del estilo crol. Saltos y zambullidas.
Para la buena coordinación del estilo es necesario repetir el ejercicio de punto
muerto con la tabla flotadora, con el fin de acostumbrar la respiración con el braceo.

4º Grupo Rojos

Estilo completo de crol. Pies con la tabla flotadora. Pies de espalda, espalda. Pies de delfín,
mariposa. Braza, salidas, virajes.
Perfeccionar la técnica de estilo y la corrección de las tres restantes es importante para el
dominio del elemento.

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PEDAGOGÍA MODERNA DE LA NATACIÓN


Por J. Vivensang. (Francia)

Uno de nuestros objetivos consiste en proporcionar a todos los que se dedican a la


enseñanza de la natación, los medios prácticos para llevarla a cabo de una forma totalmente
nueva, bien sea en piscina, en el mar o en cualquier ambiente.

El método de enseñanza que proponemos está basado en tres grandes principios.

• Conseguir desde el principio una buena respiración.


• Suprimir cualquier elemento artificial de flotación.
• Determinar los objetivos que deben alcanzarse.

El período de aprendizaje concluye con un recorrido en el que se emplean los cuatro estilos:
mariposa, espalda, pecho y crol.

En cuanto al método de enseñanza que vamos a proponer, es el fruto de seis años de


estudios y experiencias realizadas con niños, adultos y minusválidos en circunstancias muy
variadas.

I. Las diferentes experiencias

1. Con niños en piscinas

Se ha aplicado nuestra forma de enseñanza en numerosas piscinas del Departamento


francés de Girona, con alumnos de varias clases de enseñanza primaria.

Pueden citarse las experiencias realizadas en las piscinas al aire libre de 16 centímetros de
enseñanza de la región pirenaica del Atlántico con un total de 15.738 niños.
Afortunadamente no hubo que lamentar accidente alguno durante toda la enseñanza.

Además de la zona de Burdeos, este método se está aplicando también en las piscinas de
Brive, Tulle y Tours.

Conviene subrayar que en todos los centros en que se realizó oficialmente esta experiencia,
tanto los niños como los equipos de profesores y maestros manifestaron su completa
aprobación al método. Por supuesto, sólo con una buena organización puede obtenerse
buenos resultados; todo el equipo de enseñanza tienen que celebrar previamente una
reunión teórica y práctica que comprenderá conferencias, películas y sesiones con alumnos
o entre profesores.

Para comprender mejor este tipo de organización, conviene recordar brevemente el


desarrollo de un ciclo de aprendizaje, tal como es práctica en una de nuestras piscinas.

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Ejemplo de desarrollo de un ciclo de aprendizaje en la piscina universitaria de Burdeos-


Talance. Esta piscina cubierta está constituida por una pileta de 50 por 20 cs. donde la zona
de poca profundidad es prácticamente inexistente. (Se pasa muy rápidamente de 1,20 a 1,80
ms.).

Organización general

Esta experiencia se llevó a cabo durante un semestre; los niños asisten aproximadamente a
15 sesiones semanales de 60 minutos cada una. El número de niños varía entre 80 y 100 en
cada sesión, repartidos en grupos de 14 a 16, cada uno de ellos con un profesor. Seis
profesores integran el grupo docente.

El método utilizado es siempre el mismo, y los profesores tienen que respetar sus principios
esenciales. Al final de cada sesión se reorganizan los grupos en función de los objetivos
alcanzados para cada uno de los niños.

Primeras sesiones

Durante la primera sesión, los niños están divididos en grupos. Cada profesor intenta
alcanzar los primeros objetivos con los niños de su grupo; puede conocer así el nivel de
cada uno de los niños al final de la sesión y anotarlo para que el profesor coordinador (jefe
de piscina) pueda constituir de este modo, en una ficha, unos grupos homogéneos de niños.
Al principio de la sesión siguiente, esta ficha permite al profesor responsable asignar a cada
niño su grupo respectivo. Cada profesor se encarga entonces de un grupo que casi nunca
conoce pero al que le resulta fácil dirigir, ya que conoce su nivel. Durante la lección, el
profesor procurará hacer constantemente correcciones individuales. Al finalizar la sesión,
vuelve a anotarse el nivel de cada niño y así sucesivamente, de manera que los grupos
varían siempre. El número de niños se calcula en función de la superficie utilizable de la
piscina y del número de profesores. Como medida de seguridad, es preferible dar las
lecciones a lo ancho de la piscina. Al principio de cada sesión el profesor comprobará con
cada niño, dentro del agua, si todos los de su grupo dominan perfectamente el objetivo
indicado en su ficha.

2. Con estudiantes y adultos

Las sesiones son individuales o en grupos muy reducidos y duran de 20 a 30 minutos. Estas
experiencias se han realizado con personas de todas las edades (de 20 a 65 años). El método
es exactamente el mismo y se ha comprobado que a pesar de haber fracasado en algunos
casos los métodos son tradicionales, los resultados fueron realmente sorprendentes con este
método.

El hecho de no usar flotadores en ningún momento y aprender a respirar correctamente


desde el principio, son dos factores psicológicos muy importantes. En efecto el individuo
tiene inmediatamente confianza, en sí es positivo el primer contacto con este método
natural “sensitivo”, los adultos lo aprueban y continúan su progresión con el mismo
entusiasmo.

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Natación

3. Con minusválidos

Tales experiencias han confirmado la eficacia de esta forma de aprendizaje, pues el hecho
de aprender sin flotador permite un trabajo natural y recuperar así ciertas sensaciones que
parecerían olvidadas.

4. Con alumnos particulares

El “cliente del profesor de natación”, al conocer el método, aprueba totalmente esta


pedagogía, importándole cada vez menos la duración del aprendizaje. Comprende el interés
que tiene saber nadar bien, es decir, dominar perfectamente el medio acuático. Los
profesores socorristas que practican este método con alumnos particulares se han dado
cuenta que era evidente reunir a los niños en número de 4 a 6 porque así se obtenían
mejores resultados, gracias al deseo de superar a los demás. Lo mismo ocurre con algunos
adultos.

II. Definición de método

Tanto la Federación de Natación como las personas que han realizado trabajos sobre éste
método reconocen que:

• Ya no se aprende un estilo, sino la natación.


• Hay que ayudar al individuo a resolver el triple problema que se plantea
simultáneamente: flotación o equilibrio, respiración y propulsión.
• Existen niveles por los que hay que pasar necesariamente.
• Ya no importan la noción de duración del aprendizaje.
• Al final de este aprendizaje, hay que saber realizar un recorrido en cuatro estilos:
mariposa, espalda, pecho y crol.

Para definir este método podríamos decir que se trata de una forma de aprendizaje que
permite al niño, adulto sano o minusválido dominar simultáneamente la respiración,
flotación o equilibrio y propulsión, sin ayuda de ningún elemento de flotación, mediante
unos objetivos precisos.

Se adquiere de este modo verdaderas sensaciones y se consigue un perfecto dominio del


mundo acuático, el objetivo principal y final es realizar un recorrido en cuatro estilos.

III. Objetivos y medios empleados para realizar este tipo de enseñanza

Para determinar los objetivos y elaborar los medios de enseñanza se han tenido en cuenta,
al iniciarla, la evolución técnica de la natación, los trabajos de algunos expertos como los
señores Catteau, Menaud y Zins, y los puntos comunes a todos los estilos.

Entre estos puntos, son de destacar la aspiración al final de la fase motriz de los brazos,
realizándose la espiración el resto del tiempo; la búsqueda de una continuidad en la
propulsión; la demostración de las tres fases acuáticas del trabajo de brazo, es decir, apoyo-

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tirón-empuje (importancia actual de este último tiempo) y la función de equilibrio y


propulsión de los movimientos de piernas.

El orden de los objetivos no es obligatorio pero conviene dedicarse primero a la respiración


ya que su dominio es la base de una buena realización de los demás objetivos. Como el
trabajo se hace sin flotador es necesario adquirir también buenas posiciones de salida.

En cuanto a los ejercicios, los que presentamos son los que se han realizado ya con éxito,
pero el profesor tiene la posibilidad de elegir otros que convengan más a la situación
pedagógica, con tal de que se alcance el objetivo deseado; no hay que olvidar que el
aprendizaje de un movimiento facilita la realización del siguiente.

Objetivo 1º: Inmersión completa y de corta duración

Pueden proponerse varios ejercicios, pero solo indicaremos uno como ejemplo. Donde el
agua cubre. El profesor y el alumno están en el borde de la piscina, el uno al lado del otro,
sujetando cada uno el extremo de una vara.

Sin soltar la vara, el niño salta al agua (este ejercicio no presenta peligro alguno a quienes
no tienen miedo de saltar). Mientras tanto el profesor no suelta el otro extremo de la vara,
de modo que puede así ayudar al niño a llegar hasta el borde. Donde el agua no cubre. Los
alumnos pueden desaparecer completamente debajo del agua y volver a la superficie
impulsado desde el fondo. Este mismo ejercicio puede hacerse también en el mar.

Advertencia. Generalmente, con los adultos, niños o minusválidos que tienen miedo, se
pasan directamente al objetivo siguiente dejando éste.

Objetivo 2º: La respiración

Este objetivo es uno de los más importantes. Es preciso hacerlo muy bien, pues facilita
después todo el aprendizaje. Conviene realizar primero los ejercicios de respiración en
seco: breve aspiración y profunda espiración por la boca.

Para materializar la espiración, el sujeto puede soplar en su propia mano. Hay que hacer
sentir también el tiempo que apnea con la boca abierta. Después se hace lo mismo en el
agua. Donde el agua no cubre. El sujeto aspira brevemente, girando la cabeza hacia un lado;
después espira profundamente, metiendo la cabeza en el agua. Se ejecuta el ejercicio por los
dos lados, repitiéndolo muchas veces (no hay que olvidarse de mantener los ojos abiertos
debajo del agua). El sujeto aprenderá rápidamente a mantener el tiempo de apnea; después
de la aspiración, se retiene la respiración con la boca abierta debajo del agua y se aspira
siempre con la cabeza metida debajo del agua.

Advertencias. Para los niños que tienen ya cierta madurez y para los adultos, estos dos
ejercicios respiratorios permiten descubrir que el agua no penetra en la garganta aunque se
abra la boca debajo del agua. Se puede decir entonces que ya están familiarizados con el
elemento líquido.

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El tiempo de apnea que precede a la espiración es esencialmente un ejercicio utilitario que


permite quedarse más tiempo sumergido. Estos ejercicios pueden realizarse también en el
mar.

Objetivo 3º: Desde la posición horizontal boca abajo, pasar a la posición vertical

Cuando los niños ya han aprendido a respirar bien, se ponen de dos en dos, el uno frente al
otro, tomados de la mano. Uno de ellos mete la cabeza dentro del agua y eleva las piernas
hasta poner el cuerpo horizontal. Para enderezarse de nuevo, tiene que flexionar las piernas
hacia el pecho, sin hacer fuerza con los brazos. Este ejercicio puede hacerse también
tomando al compañero por la barbilla.

Advertencia. Es importante aprender a ponerse en posición vertical porque sabiendo hacer


este movimiento resulta después más fácil aprender a pasar de posición horizontal boca
abajo en un sentido a la posición boca arriba en sentido opuesto.

Objetivo 4º: Dejarse caer hacia adelante en el agua

Con este movimiento, los principiantes adquieren confianza en sí mismos; se dan cuenta de
que pueden flotar en el agua y avanzar al mismo tiempo, y que han resuelto en parte el
triple problema de la respiración, flotación y propulsión.

Donde el agua cubre: De espaldas a la pared, tomar impulso con una pierna contra la pared
y dejarse caer hacia adelante espirando al mismo tiempo. Al llegar abajo volver a
enderezarse. (Ver objetivo 3).

En el mar. SE toma apoyo en el fondo, ayudándose al principio con un fuerte empuje de las
piernas. Donde el agua cubre. Cada alumno tiene que realizar solo el ejercicio y al final, el
profesor lo ayuda con la vara desde el borde.

Advertencias. Es preciso hacer repetir este ejercicio varias veces y es mejor hacerlo en la
parte de la piscina que no cubre. Para volver a la orilla el alumno se ayudará con
propulsiones alternativas o simultáneas de brazos y piernas; de este modo el trabajo es
provechoso y variado desde el principio. Como complemento puede hacerse el mismo
ejercicio pero estando completamente sumergido.

Objetivo 5º: Salida desde la posición de tendido de prono

Este objetivo puede ser un complemento del objetivo 4 y debe ejecutarse en agua
medianamente profunda o profunda. El profesor está afuera del agua y hace realizar los
ejercicios a cada alumno por separado. Salida desde la posición de tendido prono, sobre una
tabla móvil, o salida desde la posición de sentado o de pie.

En cuanto entra en el agua, el alumno se deja deslizar y, con los brazos extendidos, se
agarra a la vara que sujeta al profesor. Advertencia. Después de este ejercicio, los alumnos
descubren que pueden realmente flotar en el agua, tanto donde cubre como donde no cubre,

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antes de realizar este ejercicio, tienen generalmente cierto temor, porque piensan que
pueden irse al fondo).

Objetivo 6º: En el agua, desde la posición horizontal boca arriba, pasar a la posición
vertical

Donde no cubre. Los alumnos se colocan de dos en dos, el uno detrás del otro. El de atrás
sostiene a su compañero por los omóplatos para ayudarle a ponerse completamente
horizontal (barbilla tocando el pecho, cadera inmóvil, piernas y pie extendidos brazos a lo
largo del cuerpo). Inclinando la cabeza hacia adelante y las rodillas hacia el pecho, el
alumno consigue ponerse en posición vertical.

Advertencia. Este ejercicio debe realizarse sin flotador y hay que tener cuidado de tener las
caderas completamente inmóviles.

Objetivo 7º: Dejarse caer hacia atrás en el agua y volver a la posición vertical

Tomando apoyo en la pared o en el fondo si el ejercicio se realiza en el mar, el sujeto se


impulsa hacia atrás mediante un empuje de las piernas. Se deja caer de espaldas con los
brazos extendidos a lo largo del cuerpo. Después vuelve a la posición vertical del mismo
modo que anteriormente.

Advertencia. Como complemento, puede realizarse este ejercicio donde el agua cubre y,
después del salto al agua, se puede pasar de la posición de tendido boca abajo a tendido
boca arriba.

Donde no cubre dar volteretas hacia adelante.

Objetivo 8º: Salida de espaldas

La salida de espaldas se hace impulsándose en la pared, y se vuelve a la superficie


flexionando la cabeza hasta tocar el pecho con la barbilla e inclinando un ligero
movimiento alternativo de las piernas (brazos extendidos arriba).

Cuando se dominan muy los objetivos anteriores, se pasa a realizar los siguientes; cuanto
mejor se dominen los primeros, más facilidades se tendrán para realizar perfectamente los
demás. Las dos primeras propulsiones son las simultáneas de los brazos en posición de
tendido boca abajo o boca arriba. Ya que éstas permiten al sujeto equilibrarse en el agua y
sentir mejor los apoyos. Las demás propulsiones deben intercambiarse, siendo el profesor
quien debe adaptarlas en función de cada alumno.

Objetivo 9: Propulsión simultánea de los dos brazos, tendido en el agua boca abajo

Hay que aprender primero el apoyo en forma estática, con los brazos extendidos debajo del
agua, el tirón, brazos flexionados y el empuje hacia abajo y atrás; el recobro se realiza fuera
del agua.

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Se observará que se expira durante todo el trayecto de los brazos debajo del agua; la
aspiración es muy breve y se hace al final del empuje. Este ejercicio se realizará en forma
dinámica donde el agua cubre.

Advertencia. Es bastante difícil aprender y sentir bien el empuje, sobre todo en piscina;
para lograrlo se recurre a un sistema de dos cuerdas paralelas colocadas debajo del agua, a
lo ancho de la piscina, a unos diez centímetros de la superficie. El alumno se sitúa boca
abajo entre las dos cuerdas e intenta aprender sin los diferentes apoyos.

Objetivos 10º: Propulsión simultánea de los dos brazos, tendido en el agua boca arriba

Donde el agua no cubre. Después de dejarse caer hacia atrás en el agua, se realiza
globalmente la propulsión simultánea de los brazos. No hay que olvidar, que se aspira
siempre al final del empuje, y se espira durante todo el resto del tiempo. Si las piernas del
sujeto tienen tendencia a hundirse en el agua, se puede añadir un movimiento alternativo de
piernas en esta posición.

Cuando se saben ya realizar estas dos propulsiones simultáneas, los objetivos siguientes
pueden realizarse siguiendo un orden distinto al que proponemos. Nos limitaremos a citarlo
solamente.

Otros objetivos

• Propulsión de un brazo y, a continuación, del otro, tendido boca abajo.


• Propulsión o movimiento alternativo de los brazos, tendido boca abajo.
• Propulsión o movimiento alternativo de los brazos, tendido boca arriba.
• Movimiento alternativo de piernas, tendido boca abajo y en plano vertical.
• Movimiento alternativo de piernas, tendido boca arriba y en plano vertical.
• Sincronización de la propulsión alternativa de brazos y piernas, tendido boca abajo:
crol.
• Sincronización de la propulsión alternativa de brazos y piernas, tendido boca arriba:
espalda.
• Movimiento simultáneo de las dos piernas, tendido boca abajo.
• Sincronización de la propulsión simultánea de brazos y piernas, tendido boca arriba o
estilo mariposa.
• Movimiento de las piernas en estilo pecho.
• Movimiento de brazos en estilo pecho.
• Sincronización de brazos y piernas en estilo pecho.

Ejemplo de una sesión en la que se invierte el orden de los objetivos.

Los niños han alcanzado ya los objetivos de “propulsión simultánea de brazos boca arriba y
boca abajo”. Al principio se precisa la salida adelante y atrás, y las diferentes de brazos.
Después se ejercita la salida hacia atrás haciendo un movimiento alternativo de brazos al
mismo tiempo que el movimiento alternativo de piernas. Los niños empiezan a aprender así
el estilo de espalda; la sincronización se adquiere sencillamente aspirando siempre el

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mismo lado y al final del empuje. Volver al borde, boca abajo, realizando un movimiento
alternativo o simultáneo de brazos y piernas.

Estos ejercicios se realizan a lo ancho de la piscina. De este modo el profesor, puede ver a
todos los alumnos y corregirlos. Durante una misma sesión, el alumno realiza por lo tanto
movimientos muy variados, experimenta diferentes sensaciones y se desplaza en varios
estilos. No se trata pues de una clase pasiva, sino de una clase activa en la cual el alumno
participa.

Observaciones: Pasar de donde no cubre el agua a donde cubre. Esta operación debe
realizarse con la máxima seguridad. Para ello, el profesor comprueba individualmente (a lo
ancho de la piscina) si el niño es capaz de ejecutar unos movimientos alternativos de
piernas, y volver al punto de partida en esta posición, haciendo un movimiento de piernas o
brazos. Hay que hacer ejecutar este movimiento muchas veces.

El profesor no puede proponer también otro ejercicio: con una tabla, el alumno empieza el
recorrido boca abajo, impulsándose con batidas de pies y vuelve al borde boca arriba,
haciendo al mismo tiempo, un movimiento alternativo de piernas.

Para aprender bien los movimientos de piernas, especialmente los movimientos


simultáneos, es conveniente desde el punto de vista pedagógico, aprender desde el principio
al realizar perfectamente el movimiento de los pies.

El estilo mariposa, la salida se hace dejándose caer adelante y haciendo a continuación


movimientos simultáneos de batidas de piernas que se encadenan con el movimiento de
brazos, la aspiración se realiza al final del empuje. Se puede comprobar que, durante la
ejecución, el sujeto hace un movimiento de piernas en el momento de iniciar el tirón y otro
al final del empuje.

Movimientos de piernas en el estilo pecho

El sujeto tiene que aprender fundamentalmente a colocar los pies y las piernas separados,
(se aspira en ese momento, después ejecuta el empuje efectuando un movimiento
semicircular de las piernas y de los pies desde el exterior hacia el interior y hacia abajo (se
aspira durante todo este tiempo). Se aspira cuando las manos vuelven hacia el pecho. La
ventaja de este estilo es que se obtiene una propulsión continua.

Hay que precisar que, en función del nivel alcanzado, se pueden incluir en la sesión algunos
ejercicios, como virajes, salidas con zambullida, nociones elementales de salto y nociones
más profundas de salvamento.

Una vez alcanzados todos estos objetivos, el individuo ha resuelto perfectamente el triple
problema que se le planteaba y es capaz de nadar ya en los cuatro estilos. Se puede decir
que ha aprendido realmente a nadar, y que, si lo desea, puede continuar entonces con
cualquier práctica deportiva.

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IV. Duración de este aprendizaje

La duración del aprendizaje puede determinarse exactamente con antelación. Como la


finalidad de este período consiste en crear sensaciones, los individuos reaccionarán de
diferentes formas, según el objetivo fijado para cada uno de ellos; por lo tanto no pueden
preveerse las reacciones. Lo que sí es cierto es que a partir del momento en el que el
movimiento se domina perfectamente, puede pasarle al siguiente. Las experiencias
realizadas demuestran que los resultados son bastante rápidos.

Se puede decir que:

Con niños de 4-5 años, si al principio aprenden muy rápidamente, el aprendizaje de los
cuatro estilos requiere después bastante tiempo. Esto demuestra una falta de madurez. Hay
que contar generalmente tres ciclos de aprendizaje repartidos en dos o tres años para llegar
a enseñarles a nadar bien.

De 9 a 10 años bastan generalmente dieciséis sesiones para abordar los objetivos. Después
de los 10 años los resultados son todavía más rápidos. Con adolescentes y adultos se
obtienen muy buenos resultados. Por ejemplo, con individuos medianamente dotados,
bastan seis u ocho sesiones para alcanzar todos los objetivos. Con los minusválidos, los
resultados son también excelentes, e incluso realmente sorprendentes en algunos casos.

V. Eficacia y seguridad

En toda organización y aplicación del método es preciso prestar mucha atención a las
condiciones materiales para estar seguro en todo momento de que los alumnos no corren
peligro alguno.

Condiciones de la eficacia

No está garantizada la eficacia del método si no se respetan ciertas condiciones. El profesor


hará todo lo posible para ayudar a los niños y adultos a realizar los objetivos fijados.
Procurará que todos los movimientos se realicen lo más perfectamente posible; las
condiciones individuales son muy importantes y deben hacerse en el agua, después de una
primera ejecución.

Como medida de seguridad, el profesor no tiene que perder nunca de vista a su grupo de
alumnos, por lo que las clases se darán a lo ancho de la piscina. Siempre que un ejercicio
presente cierto peligro, lo hará realizar individualmente, permanentemente fuera del agua
para poder intervenir inmediatamente, si fuera preciso. Los ejercicios tienen que ser
variados y hay que repetirlos muchas veces. De este modo el trabajo es a la vez técnico y
útil desde el principio.

El profesor ha de tener mucha paciencia y no pensar únicamente en el resultado. El hecho


de adquirir, desde el principio, unas sensaciones reales de confianza el sujeto, favorece la
eficacia del resto del aprendizaje.

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Natación

Todos los alumnos del CREPS (Escuela de Educación Física de Burdeos) realizan
diferentes experiencias con niños de escuelas primarias y minusválidos, en su cuarto curso
de estudios. También lo hacen los maestros del Departamento de Gironde y los futuros
socorristas. Estos cursos prácticos son en nuestra opinión, absolutamente necesarios para
una buena formación. Sólo donde no cubre. Este método no presenta ningún peligro y
puede aplicarse con toda seguridad, pero es evidente que para mejorar los conocimientos
adquiridos (respiración, propulsión boca abajo y boca arriba) y para realizar algunos
ejercicios de saltos y virajes, hay que hacer también práctica donde el agua cure. De la parte
donde no cubre o zona aprendizaje, se pasa a la parte de donde cubre o zona de
competición. Se puede decir que ésta es la condición ideal, ya que es posible realizar un
aprendizaje completo sin utilizar flotadores. En el 90% de los casos se reúnen estas
condiciones.

Sólo donde cubre. Es sin duda el método menos favorable. Si el profesor tiene un grupo
importante de alumnos, se ve obligado a utilizar flotadores y esto es contraproducente, ya
que cambia totalmente las sensaciones, esencialmente en las posiciones fundamentales de
salida. Un profesor muy capacitado, puede suprimir los flotadores, pero ellos requiere una
atención y vigilancia constante y un número de alumnos muy reducido (enseñanza
prácticamente individual).

Observación. Creemos que cuando se construye una piscina, es necesario preveer una parte
poco profunda, aunque también puede ser una buena solución la piscina con fondo movible.

LOS CASOS DIFÍCILES


Colegio Nacional de Entrenadores - Barcelona

Este vocablo impreciso agrupa los casos de niños que -aunque correspondan a dominio de
la enseñanza colectiva- no pueden seguir, con todo el buen éxito que sería de esperar, el
programa de enseñanza propuesto a su clase o grupo de trabajo. Se trata de “refractarios”;
pero este término, tan gráfico y consagrado, se presta a confusiones. Lo más a menudo, los
fractarios en cuestión lo son más al medio pedagógico que al medio acuático, y en todo
caso lo son a título transitorio.

Un programa de enseñanza concienzudamente elaborado, las situaciones pedagógicas bien


elegidas, los ejercicios individuales, reducen los riesgos del fracaso y los casos difíciles son
los menos, pero no es cuestión de negarlos o descuidarlos. El problema que se plantea a los
educadores es complejo: por un lado, determinar la causa real de la dificultad o el defecto
comprobado y buscar las soluciones que se propondrán, y por otro integrar esos casos
difíciles dentro del marco de la enseñanza colectiva.

El siguiente estudio sistemático propone, pues, una lista -que no pretende ser exhaustiva- de
los casos más frecuentes, de las principales dificultades que pueden resultar de ellos y
algunas herramientas pedagógicas de las que dispone el maestro para corregir o atenuar la
dificultad y eventualmente eliminar la causa.

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Natación

Se impone una observación previa: la clasificación propuesta simplifica la realidad


excesivamente y en forma arbitraria; lo más importante es que estén asociadas varias fallas
y a menudo existe una interrelación entre causas diferentes.

La falta de flotabilidad

Esta característica hace particularmente arduo el estudio de la “propulsión”;


paradójicamente, las repercusiones son menores en lo que concierne al “equilibrio”. En
efecto, los objetivos de esta progresión- inmersión, deslizamiento, zambullida- se concilia
bastante bien con el dinamismo y la tonicidad que a menudo caracterizan a los sujetos más
densos.

Para paliar esta dificultad hay que buscar los procedimientos y medios apropiados para
facilitar el equilibrio horizontal del cuerpo.

• En el plano técnico, referirse a los principios biomecánicos aplicables en natación.


Puede recomendarse el estudio prioritario del crol; en efecto, en este la inmersión
relativa de la cabeza permite establecer el equilibrio hidroestático, comprometido
cuando se mantienen la cabeza fuera del agua; el equilibrio hidrodinámico resulta
mejorando porque la propulsión queda así asegurada sin solución de continuidad
mediante la distribución racional de los tiempos; además, la importante acción
propulsora de los miembros superiores facilita la sustentación de los miembros
inferiores al aumentar el efecto del empuje vertical.
• Utilizar un material de flotación que desempeñe un papel compensador hasta obtener
una técnica eficaz que compense la falta de flotabilidad. Obstinarse cuando la posición
del cuerpo no permite una colocación mecánica satisfactoria de las superficies motoras
sólo puede ser nefasto y se corre el riesgo de provocar una alteración de la forma del
gesto, por ejemplo pedaleo en vez de pataleo.
• Y, evidentemente, emprender el estudio de la propulsión a partir del deslizamiento.

Insuficiencia de los factores de ejecución

La falta de relajación, de flexibilidad de las articulaciones tibiotarsianas o escápulo-


humeriales, la insuficiencia muscular, son cosas que se observan con frecuencia.

De ellas a menudo resulta una incapacidad para realizar ciertos objetivos técnicos.

• Explotar las posibilidades que ofrece el trabajo en medio acuático, el cual crea
condiciones muy favorables para el perfeccionamiento de esos factores de ejecución.
• Diversificar los ejercicios para obtener musculación y flexibilización generalizadas o
específicas (práctica de los 4 estilos, trenes separados, estilos híbridos).
• Localizar o aumentar el esfuerzo mediante la utilización racional de material accesorio,
tal como patas de rana o palmetas.
• Prever para estos niños un trabajo complementario y adaptado durante las sesiones de
educación física.

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Natación

Los friolentos

Se trata de la reacción primera al frío, que hay que distinguir de la reacción fisiológica
secundaria ligada al fenómeno del miedo al agua. En algunos niños, esta sensibilidad
agudiza al frío, que puede llevar a una verdadera inhibición, resulta verdaderamente
incapacitante. La elevación de la temperatura del agua permitiría resolver -por el absurdo,
pero eficazmente- este problema. En el plano práctico, esta solución no es realista; entonces
resulta evidente que hay que echar mano de paliativos.

• Hacer que el trabajo en el agua vaya precedido de un “calentamiento” en seco.


• No exigir una entrada brusca en el agua; recomendar pasar previamente por la ducha, o
hacerse una aspersión con agua fría en la cara, la nuca y los hombros.
• Reducir la duración de la sesión.
• Proponer una lección dinámica, muy activa, acordando una importancia preponderante
a la propulsión asociada sistemáticamente a la respiración.

Incoordinación

El trabajo en medio acuático debe ser considerado como un medio de formación y hasta de
reeducción, como un medio para remediar las deficiencias de factores perceptivos del
comportamiento. La adquisición de un nivel de natación es algo secundario. Hay que
practicar una “pedagogía de la información”; proponer al niño una gran variedad de
situaciones, multiplicar los datos kinestésicos, ópticos, vestibulares; facilitar la “toma de
conciencia”, la integración de estas múltiples informaciones sensorio-motoras.

Entre los principales defectos que pueden ser producidos por la incoordinación están:

1) Defectos de sincronización. Atención: el estudio de los “trenes separados” realizando


durante demasiado tiempo puede tener consecuencias semejantes. Conviene entonces:

• Utilizar los puntos de referencia visuales, el sostén rítmico.


• Recurrir al papel mediador de la respiración.
• Proponer modelos diversos de sincronización.

2) Dificultades para la colocación de las superficies motoras, la movilización y orientación


de los segmentos, en partículas a nivel de los miembros inferiores. Conviene entonces:

• Utilizar el control visual, los datos kinestésicos, eventualmente las manipulaciones.


• Explotar, si es posible, los recursos del cinematográfico, o mejor aún, del
magnetoscopio.
• Recurrir sistemáticamente a todos los ejercicios llamados de referencia, de
organización del espacio acuático. Los objetivos de esta progresión de enseñanza deben
estar perfectamente dominados.
• Buscar situaciones adecuadas o que faciliten el aprendizaje: localización del gesto,
contrastes, empleo no sistematizado de accesorios. Ejemplo: las patas de rana pueden

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Natación

facilitar la “toma de conciencia” de la colocación de la articulación tibiotarsiana


durante el pataleo.

Diferencias postulares

Estas definiciones, compensadas durante la posición parada, se manifiestan en el agua


porque el equilibrio en el medio acuático es periférico. En razón de diversos factores
(empuje de Arquímedes, ausencia de apoyos sólidos, posición horizontal, etc.) las
referencias habituales (sensaciones laberínticas, referencias visuales, indicaciones
recogidos los músculos de la nuca y de los hombros, contacto de las superficies plantares
con el suelo) faltan o están modificadas.

Estos casos lo más a menudo corresponden al dominio de la reeducación y se traducen


frecuentemente por los movimientos disimétricos.

El trabajo en medio acuático puede resultar particularmente beneficioso, pero hay que
conocer los límites de la natación correctiva y evitar todo riesgo de compensación de la
deficiencia.

A menudo es preferible aconsejar los estilos alternados.

Retardo en el aprendizaje

En razón de ausencias, por ejemplo. Los defectos, esencialmente, son consecuencia del
dominio insuficiente de un objetivo de la progresión de enseñanza; esta falla es
particularmente notable en lo que concierne a la “respiración”.

Habrá que volver a los niveles de las progresiones de enseñanza:

• Retomar eventualmente la progresión completa.


• En cada sesión, personalizar el ejercicio pedido adaptándolo a las necesidades y
posibilidades del niño.
• Proponer un complemento individualizado para el trabajo colectivo, en el transcurso de
la sesión o al finalizar la misma.

Enseñanza mal llevada

Consecuencia de una carencia del programa de trabajo, de un método pedagógico


apresurado y/o inadaptado. Los ejemplos “clásicos” son el estudio analítico de los estilos
crol y pecho enseñados como primer estilo sin suficiente dominio de la respiración.

El problema presenta similitudes con el anterior, pero es todavía más delicado porque hay
que llenar las lagunas, paliar las insuficiencias y al mismo tiempo tener en cuenta lo que el
niño haya experimentado para completarlo y eliminar ciertas adquisiciones defectuosas.

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Retomar las progresiones de enseñanza en forma sistemática y formal no resulta deseable


por pocos motivantes. El educador puede:

• Adoptar un método pedagógico y conferir predominio a los ejercicios destinados a


llenar las lagunas.
• Completar la enseñanza recibida diversificando las formas de trabajo y los
procedimientos, introduciendo el aprendizaje de diferentes estilos e incorporando
actividades nuevas.
• Colocar al niño en situaciones pedagógicas que exijan la resolución del problema
planteado: por ejemplo, pedir recorrido suficientemente largos y repetidos para poner a
prueba la función respiratoria.

El miedo al agua

Las explicaciones para el miedo al agua son diversas: instinto de conservación,


perturbación de equilibrio, “incertidumbre postular”, influencia del medio familiar,
educación es la angustia, experiencias desgraciadas. Sus manifestaciones de orden psico-
físico son: fenómenos vasomotores y de “piel de gallina”, frío, espasmo de los músculos
respiratorios, hipertonía, taquicardia, regresión en el comportamiento, bloqueo psicomotor.

Con excepción de ciertos casos raros de verdadero terror pánico que caen dentro del
dominio de la psicoterapia, el miedo al agua debe ser considerado como un fenómeno de
angustia. En este caso la enseñanza adecuada debe caracterizarse por la preeminencia que
se da a la “entrada de confianza”, a la seguridad del alumno y a la necesidad de otorgar una
diferente jerarquía a los objetivos pedagógicos. Una pedagogía del éxito resulta muy
oportuna.

El período de acostumbramiento al medio debe ser prolongado y progresivo; es deseable


una práctica regular y no intensiva. Puede resultar particularmente eficaces las formas
colectivas y jugadas. Deben asegurarse condiciones que infundan seguridad al alumno:

• Utilización de material de flotación, el cual presenta la ventaja agregada de compensar


la falta de flotabilidad debida a la hipertonía y al bloque respiratorio.
• Utilización de la parte profunda del natatorio. No obstante, no puede definirse mucho
tiempo el paso a la parte profunda, sin riesgo de confirmar al niño en su temor.
• El salto en la parte profunda obtenido en la primera sesión -y el shock emocional que
resulta de él- es capaz de disipar el miedo. Pero este procedimiento eficaz y rápido no
puede ser preconizado sistemáticamente porque existe un peligro -tanto mayor cuando
mayor cuando el maestro no “conoce” todavía al niño -de que el miedo no acentúe aún
más.
• Eventualmente la presencia del maestro dentro del agua en las primeras sesiones.
• La inmersión completa con apertura de los ojos constituye una etapa decisiva: la
adquisición previa de la maniobra de enderezarse (vuelta a la posición vertical habitual
a partir de la posición horizontal) y de ciertos elementos de propulsión asociados a la
respiración, puede resultar eficaz. Moverse en el agua, poder actuar en un medio que le
parece hostil, ayuda al niño a dominar sus temores; esta apreciación es subjetiva pero

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puede favorecer una cierta relajación emocional y facilitar la continuación del


aprendizaje.
• Deben establecerse condiciones que infundan seguridad.
• El educador deberá buscar la causa real del miedo al agua y conocer la razón invocada
por el alumno.
• Las relaciones interpersonales maestro-alumno se benefician con ello; debe instaurarse
un “clima de confianza”, de seguridad en sus relaciones.

Raymond Attrée, en un estudio que consagró el miedo al agua, subraya con una justa razón
que el empleo de técnicas pedagógicas es menos importante que las relaciones humanas y
cita a Marian Kinget; “Para ser eficaz, el pedagogo debe adoptar una actitud empática”.

Un defecto frecuente: la tijera disimétrica

El estudio de este caso en particular pone de manifiesto la importancia capital que tiene
determinar el origen del defecto comprobado antes de encarar el proceso destinado a
remediar dicho defecto.

Las tijeras disimétricas pueden derivar de varias causas:

Miedo al agua:

El nadador se da vuelta y levanta la cabeza para evitar la inmersión de los orificios


respiratorios, lo cual provoca una compensación a nivel de las tijeras. Resultaría inútil
limitar la acción pedagógica al estudio de las tijeras. Vencer el miedo al agua es una
condición necesaria, si no suficiente. Una vez resuelto este problema, podrá sobrevivir el
dominio de la respiración y emprenderse con ciertas posibilidades de éxito el
perfeccionamiento de las tijeras.

Una deficiencia postural:

• Debida a una malformación (desequilibrio de la pelvis, actitud escoliótica). Para


corregir este defecto habrá que suprimir la causa: es necesario un trabajo de
reeducación. El trabajo en el medio acuático es una excelente terapéutica pero difícil de
aplicar en una sesión colectiva. Debe aconsejarse estilos alternados. En todo caso,
jamás se deberá tratar de corregir las tijeras de modo formal (riesgo de esfuerzo, de
“fijación de la diferencia”).

Un aprendizaje defectuoso:

• En general, un aprendizaje al estudio analítico del estilo pecho o dominio de ciertos


objetivos del programa de enseñanza (en especial respiratorios). Retomar la progresión
de la enseñanza de la respiración. Volver a los ejercicios que sirven de referencia del
cuerpo en el espacio acuático y de los segmentos con relación al cuerpo. Utilizar los
procedimientos adecuados para facilitar la “toma de conciencia” del gesto a realizar y
para destruir eventualmente las coordinaciones preexistentes (ejercicios educativos en

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seco efectuados en forma intermitente y sin repetición; manipulaciones, si es necesario


y por excepción, disociación de la forma y ritmo; detener el movimiento y modificar su
ritmo para rectificar la forma; sentir y percibir el gesto justo; utilización del
magnetoscopio y del cine -localización del trabajo; tijeras de espaldas para permitir el
control visual.
• Variar las situaciones de aprendizaje propuestas, especialmente enseñar los otros estilos
de natación para adoptar una solución de apoyo y reforzar las adquisiciones en lo que
concierne a la respiración y a la organización específica del espacio acuático.

Incoordinación:

El trabajo de tijeras es un medio educativo: los procedimientos y procesos propuestos en el


ejemplo precedente convienen también en este caso.

Hay que multiplicar los ejercicios “informales”, no técnicos; el mejoramiento de las tijeras
es secundario y a menudo largo y difícil.

La falta de flotabilidad

La falta de flotabilidad trae como consecuencia una dificultad evidente para mantener la
posición horizontal y una colección adecuada de las superficies propulsoras.

• Reducir (recorridos cortos con cadencia sostenida) y hasta suprimir el trabajo de


“piernas solas”.
• Trabajar a partir de deslizamientos. La propulsión “artificial” obtenida mediante el
impulso tomado contra la pared crea condiciones favorables para el estudio técnico de
las tijeras.
• Perfeccionar la propulsión a través de los miembros superiores.
• Utilizar material de flotación a título de compensación (el salvavidas debe estar
colocado “bajo” para facilitar sustentación de los miembros inferiores.
• Adoptar una técnica de estilo apropiada (conforme a las tendencias de la técnica
actual); posición horizontal relativamente inmersa, inspiración tardía, alternancia y
sucesión de los tiempos motores, cadencia viva y tijeras de poca amplitud.

Integración de los casos difíciles en la enseñanza colectiva

El educador debe conciliar los imperativos de la enseñanza colectiva con la necesaria


individualización para que la enseñanza se adapte a las disposiciones particulares; a las
insuficiencias y a las aptitudes propias de cada uno de sus alumnos.

Pueden sugerirse varias soluciones más o menos eficaces:

• Individualizar el ejercicio dentro del marco de una lección análoga (por ejemplo,
modificar la forma de asirse a la tabla: tomando apenas el borde o desde más del
medio; empleo de algunos alumnos de material de flotación o patas de ranas, etc.).

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• Proponer un trabajo complementario claramente personalizado durante o después de la


sesión.
• La solución más eficaz en la distribución de los alumnos por grupos de niveles; la
constitución de un grupo de “casos difíciles” de número restringido permite el examen
individual de cada caso y un trabajo verdaderamente personalizado. Esta solución
supone una organización general del trabajo: equipos de maestros, equipos de alumnos,
definición de objetivos pedagógicos comunes, reestructuración frecuente de los grupos
de trabajo.

Sin embargo, esta reestructuración deberá hacerse con mesura y teniendo en cuenta la
eficiencia pedagógica de las relaciones dentro del grupo.

En la mayoría de los casos se trata de reparar una fracaso. A menudo ciertos niños, aptos
para seguir una enseñanza colectiva, por ser víctimas de dificultades o deficiencias de
diverso origen, se retrasa y adquieren defectos. El objetivo del pedagogo es evitar que estos
defectos se arraiguen; pero las situaciones de hecho son tales que también a veces debe
“recuperar” los casos difíciles.

Debe ejercerse la acción pedagógica sobre la determinación y la eliminación de la causa


principal y no limitarse a la intervención directa y exclusiva sobre el defecto comprobado.
Esta afirmación evidente es el principio rector de la pedagogía de los casos difíciles.

El defecto aparente no es más que epifenómeno; no puede proponerse ninguna solución


eficaz si no se descubre el origen. Resulta totalmente inoperante tratar de paliar una
dificultad sin poner remedio a su causa fundamental. La observación rigurosa y atenta, así
como el examen detallado de cada caso en particular permite presumir el origen del defecto
o de la dificultad y formular una hipótesis de trabajo sobre el método pedagógico, la
elección de procedimientos y ejercicios y sus condiciones de utilización (momento,
duración, repeticiones, etc.).

Es indudable la verificación de la hipótesis de trabajo mediante la comprobación objetiva


de la evolución del comportamiento del niño. Ello permite ajustar permanentemente el
proceso encarado.

Lo esencial es la puesta en obra de los diferentes medios pedagógicos y su utilización con


buen tino, su articulación coherente.

La aparición sin discernimiento de procedimientos sólo puede ayudar fortuitamente a


resolver las dificultades y resultar, en definitiva, perjudicial para el niño. Cada caso es
único y requiere un análisis particular y una solución original. Todo dogmatismo en la
materia es un error.

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