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Ley 142 de 1994

Servicios públicos

En Colombia la prestación de los servicios públicos domiciliarios cambió radicalmente a


partir de 1991. La constitución de 1991 y la Ley 142 de 1994 generaron un nuevo modelo
para la provisión de los servicios públicos domiciliarios.

La función del Estado ‘proveedor’ dio paso a la del Estado ‘regulador’, en el cual el sector
público(descentralizado) y el sector privado operan como proveedores del servicio, y el
Estado regula, controla y supervisa la provisión por parte de los agentes con el supuesto de
proteger el bien común y el interés público.

El control privado de los servicios públicos implica el diseño e implementación de un


sistema adecuado de regulación. El objetivo de la regulación de los servicios públicos es el
de asegurar la protección de los usuarios y la inversión del sector privado, generalmente
efectuado por una agencia de regulación pública.

Ahora bien, los servicios públicos domiciliarios son mecanismos de los cuales se vale el
Estado, ya sea a través de entidades públicas o privadas, para proporcionar bienes o
servicios, dirigidos a satisfacer las necesidades básicas de subsistencia de toda la
comunidad, sujetándose siempre al ordenamiento legal y constitucional que lo regule; por
tanto, cumplen una finalidad pública, que evidencia lo esencial de su función y los reviste
de un contenido fundamental.

A continuación, se ampliará este tema con sus respectivos conceptos, a quienes se le aplica
y sus organismos de vigilancia y control.
El concepto de desarrollo humano forma parte del concepto de desarrollo sostenible, una
comunidad o una nación realizan un proceso de desarrollo sostenible si el desarrollo
económico va acompañado de lo humano, social y de lo material. El desarrollo económico
tiene dos dimensiones: el crecimiento económico y la calidad de vida, que se refiere a la
satisfacción de necesidades básicas.

Los servicios públicos domiciliarios son los servicios de acueducto, alcantarillado, aseo,
energía eléctrica, telefonía pública básica conmutada, telefonía móvil rural, y distribución
de gas combustible.

Los servicios de acueducto y alcantarillado fueron definidos por esta Ley 142 de 1994 de la
siguiente forma:

Servicio público domiciliario de acueducto. Llamado también servicio público


domiciliario de agua potable es la distribución municipal de agua apta para el consumo
humano, incluida su conexión y medición. También se aplicará esta ley a las actividades
complementarias tales como captación de agua y su procesamiento, tratamiento,
almacenamiento, conducción y trasporte; entiéndase también como sistema de acueducto el
medio por el cual transportamos el agua desde una fuente donde se capta y se lleva a través
de una tubería de aducción a una planta de potabilización, donde se mejoran sus calidades
fisicoquímicas y biológicas, para luego ser desinfectada, almacenada y distribuida a los
usuarios.

Servicio público domiciliario de alcantarillado. Es la recolección municipal de residuos,


principalmente líquidos, por medio de tuberías y conductos. También se aplicará esta ley a
las actividades complementarias de transporte, tratamiento y disposición final de tales
residuos; cabe anotar que el alcantarillado es el sistema de recolección de aguas servidas
por la comunidad, el cual tiene como función transportarlas y evacuarlas hasta el lugar en el
cual se realiza el tratamiento necesario para poder ser devueltas al medio en condiciones
fáciles de asimilación por parte de las fuentes receptoras.
Servicio Público de energía eléctrica. El artículo 14.25 de la Ley 142 de 1994 establece
que este servicio consiste en el transporte de energía eléctrica desde las redes regionales de
transmisión hasta el domicilio del usuario final, incluida su conexión y medición. Según
este artículo, también se aplica a las actividades complementarias de generación,
comercialización, transformación, interconexión y transmisión de energía eléctrica.

Servicio Público de gas combustible. En el artículo 14.28 de la Ley 142 se define el


Servicio Público Domiciliario de Gas Combustible, como el conjunto de actividades
ordenadas a la distribución de gas combustible, por tubería u otro medio, desde un sitio de
acopio de grandes volúmenes o desde un gasoducto central hasta la instalación de un
consumidor final, incluyendo su conexión y medición. También se aplica esta Ley a las
actividades complementarias de comercialización desde la producción y transporte de gas
por un gasoducto principal, o por otros medios, desde el sitio de generación hasta aquel en
donde se conecte a una red secundaria.

Servicio Público Domiciliario de Telefonía Pública Básica Conmutada y Telefonía


Móvil Rural. De acuerdo con el artículo 14.26 de la Ley 142 de 1994, el Servicio Público
Domiciliario de Telefonía Pública Básica Conmutada y Telefonía Móvil Rural es el
servicio básico de telecomunicaciones, uno de cuyos objetos es la transmisión conmutada
de voz a través de la red telefónica conmutada con acceso generalizado al público, en un
mismo municipio. También se aplicará esta Ley a la actividad complementaria de telefonía
móvil rural y al servicio de larga distancia nacional e internacional. Se exceptúa revisar la
telefonía móvil celular, la cual se regirá, en todos sus aspectos por la Ley 37 de 1993 y sus
decretos reglamentarios o las normas que los modifiquen, complementen o sustituyen.

En el artículo 2 de la Ley 142 de 1994, se establece la intervención del Estado en los


servicios públicos, los cuales son aquellos fines que este debe garantizar que son:
ampliación permanente de la cobertura mediante sistemas que compensen la insuficiencia
de la capacidad de pago de los usuarios, atención prioritaria de las necesidades básicas
insatisfechas en materia de agua potable y saneamiento básico, mecanismos que garanticen
a los usuarios el acceso a los servicios y su participación en la gestión y fiscalización de su
prestación.

Los municipios son entidades fundamentales de la división político-administrativa del


Estado, y les corresponde prestar los servicios públicos, construir obras que demanden el
progreso, ordenar el desarrollo de su territorio, promover la participación, mejoramiento
social y cultural de sus habitantes. La dirección general de la economía estará a cargo del
Estado donde, en un marco de sostenibilidad fiscal, se tiene presente el mejoramiento de la
calidad de vida de los habitantes, la distribución equitativa de las oportunidades y los
beneficios del desarrollo y la preservación de un ambiente sano. Hay que resaltar que el
gasto público social (servicios de salud, servicios domiciliarios de agua potable y
saneamiento básico, garantizando la prestación y la ampliación de cobertura) será
prioritario. Por tal motivo, el Estado interviene en la explotación de los recursos naturales,
en el uso de suelo, en la producción, distribución, utilización y consumo, y en los servicios
públicos.

La ley hace referencia de la relación de los Ministerios de Minas y Energía, de


Comunicaciones (actualmente Ministerio de Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones)y el de Desarrollo (actualmente Ministerio de Vivienda, Ciudad y
Territorio)con los servicios públicos y define unas funciones de las cuales se pueden
mencionar: señalar los requerimientos técnicos que deben cumplir las obras, equipos y
procedimientos que utilicen las empresas de servicios públicos; elaborar, máximo cada
cinco años, un plan de expansión de la cobertura del sector público en donde se determinen
las inversiones públicas que deben realizarse y las privadas que deben estipularse, e
identificar fuentes de financiación para el servicio de público respectivo.

El ser humano en sus necesidades diarias necesita de los servicios públicos para la
realización de sus actividades. Al no contar con una buena cantidad y calidad del recurso se
presentan problemas en la salud, en el desarrollo económico, en el equilibrio ambiental y en
la igualdad social. Por tal razón, es importante que el Gobierno Nacional asegure una
adecuada prestación de servicios públicos, tal y como hace referencia la Constitución
Política de Colombia.

Para los ciudadanos en la realización de sus actividades diarias, es indispensable, por


ejemplo, el agua potable porque es necesaria para la hidratación, el aseo, lavar y cocinar
alimentos, entre otras actividades de vital importancia. Con ello se previene la proliferación
de epidemias y problemas de salud ocasionados por aguas sin tratamiento, o por no contar
con el acceso a sistemas de alcantarillado y acueducto adecuados.

Para los gobernantes es necesario incluir en sus actividades de mandato la implementación


y ampliación de la cobertura en acueducto y saneamiento básico, para dar progreso al
municipio y mejorar la calidad de vida de los habitantes.

La constitución política de Colombia en su artículo 79 define que ‘todas las personas tienen
derecho a gozar de un ambiente sano’(..). Por lo que es equivalente con el derecho al agua
potable también se encuentra el derecho al saneamiento básico, que permite a los
ciudadanos contar con una infraestructura que permita la adecuada disposición final de las
aguas negras que se generan con posterioridad al uso de agua potable.

Cuando se afirma que los servicios públicos domiciliarios están asociados a la calidad de
vida, lo que se quiere afirmar es que sin ellos no es posible que se posea una vida digna y
que puedan los seres humanos disfrutar del bienestar propio de la sociedad contemporánea,
y cuando se afirma que además de los anterior están asociados al desarrollo, lo que se
afirma es que en los nuevos escenarios internacionales, no es posible que logremos obtener
el desarrollo y producir bienes y servicios transables exitosamente en mercados
internacionales, sin la existencia y la prestación de servicios públicos de esta naturaleza.

La producción industrial y comercial en grandes escalas, propias del desarrollo económico,


no serán posibles si el Estado no dispone de agua potable, energía eléctrica en condiciones
de cantidad adecuada y buen precio, y de redes integradas de telecomunicaciones que
permitan a los productores nacionales o extranjeros interconectarse con el mundo en tiempo
real.
Para el cumplimiento de estos propósitos esta Ley 142 de 1994, ha eliminado barreras de
entrada permitiendo que los nuevos operadores no requieran de títulos habilitantes para la
prestación de los servicios; se ha establecido un régimen tarifario costeable que impide la
existencia de subsidios cruzados y que busca el establecimiento de tarifas suficientes,
eficientes y solidarias; ha garantizado el derecho a nuevos operadores de interconexión a
redes, circunstancia que posibilita un mejor aprovechamiento económico de las mismas y
que se soporta a las obligaciones del nuevo operador de cumplir normas técnicas, garantizar
al propietario de la red que mantiene las condiciones de prestación de los servicios frente a
sus usuarios y el pago por la utilización de las redes.

Con el fin de determinar claramente el rol de cada uno de los agentes que intervienen en la
prestación de los Servicios Públicos Domiciliarios, la Ley 142, los separa y cada uno le
determina su ámbito de acción, y son los siguientes:

1. Los ministerios: sus funciones básicas corresponden a la fijación de políticas, la


definición de la planeación sectorial, el establecimiento de normas técnicas y la
atención a las obligaciones sociales al Estado. El articulo 67 de la Ley 142 regula lo
relativo a la competencia de los ministerios en relación con la prestación de los
servicios públicos.

2. Las comisiones de regulación: de trata de autonomías administrativas, que, en el


caso de Colombia, no poseen plena independencia pues se organizan como
Unidades Administrativas Especiales, adscritas a los ministerios de Minas y
Energía, Comunicaciones y desarrollo económico. Sus funciones las ejercen por
delegación del presidente y el alcance de sus decisiones es el de Actos
Administrativos de Intervención en la economía. El régimen general de estas
comisiones de regulación, su composición y funciones aparecen regulados en los
artículos 68 a 74 de la Ley 142.
Las entidades encargadas de prestar los servicios públicos domiciliarios la Ley 142 de 1994
también lo estipula en el artículo 22 señala el principio de libertad de empresa, el cual
permite que las empresas debidamente constituidas y organizadas desarrollen su objeto
social sin que sea habilitada la autorización por parte de la Superintendencia de Servicios
Públicos Domiciliarios; todo ello para garantizar la competencia.

Prestación de los servicios públicos domiciliarios por parte Empresas de Servicios


Públicos Domiciliarios. Como lo tiene establecido el artículo 17 de la Ley 142 de 1994, las
empresas de servicios públicos domiciliarios son sociedades por acciones o por Empresas
Industriales y Comerciales del Estado cuyo objeto es la prestación de los servicios públicos
de que trata esta Ley.

Prestación de los servicios públicos domiciliarios por parte las personas naturales o
jurídicas que produzcan para ellas mismas de estos bienes y servicios. De acuerdo con
el artículo 15 de la ley 142 de 1994, pueden prestar servicios públicos domiciliarios entre
otras personas, las personas jurídicas que produzcan para ellas mismas, o como
consecuencia o complemento de su actividad principal, los bienes o servicios propios del
objeto de las empresas de servicios públicos.

Los derechos fundamentales consagrados en la constitución serían simplemente, ideales, si


no existieran las condiciones materiales para que sus destinatarios gocen de ellos. Lo
mismo sucede con el acceso a los servicios públicos domiciliarios por parte de un sector de
la población, que, dada su especial condición de vulnerabilidad, les es complicado disfrutar
de ellos. Es el caso de las personas en condición de vulnerabilidad, dentro de las cuales se
puede destacar a las personas en condición de desplazamiento; las personas en situación de
discapacidad; las mujeres cabeza de familia; los adultos mayores; los grupos indígenas; y
las personas sin ingresos económicos. La vulnerabilidad de este grupo de personas se
encuentra asociada a su incapacidad, generada por diversas situaciones o factores (tanto
externos como internos), para acceder al goce eficaz de determinados servicios ofrecidos,
ya sea por el Estado o por el sector privado. Como consecuencia de ello, son los distintos
factores tanto económicos, sociales, culturales, ambientales a los que se ve sometido el ser
humano, que lo llevan a un grado de vulnerabilidad, además, de no contar con ingresos
económicos, un lugar de residencia, por origen étnico, por discapacidad o cualquier tipo de
enfermedad.

Teniendo en cuenta los factores enunciados, la Corte Constitucional ha ordenado que,


cuando se pretenda suspender la prestación de un servicio público domiciliario, se deben
verificar unas especiales condiciones para que pueda ejecutarse tal medida, siempre
respetando los derechos fundamentales a una vida digna de los usuarios que, dada su
especial condición de vulnerabilidad, no pueden costear el servicio, además de abstenerse
de suspender la prestación del servicio a pesar de la mora del usuario o por su incapacidad
económica de asumir los costos para la adecuada prestación del servicio.

En este orden de ideas, se puede afirmar que los servicios públicos domiciliarios son
mecanismos de los cuales se vale el Estado, ya sea a través de entidades públicas o
privadas, para proporcionar bienes o servicios, dirigidos a satisfacer las necesidades básicas
de subsistencia de toda la comunidad, sujetándose siempre al ordenamiento legal y
constitucional que lo regule.

En virtud de lo anterior, se faculto a diferentes entidades particulares para que presten los
mentados servicios con la vigía y regulación del Estado, “por consiguiente, la Carta a pesar
de que reconoce la posibilidad de que los particulares presten servicios públicos, reserva
funciones esenciales al Estado, en esta materia y en especial le atribuye una competencia
general de regulación.

Esta regulación, control, vigilancia y si se quiere “injerencia” en los servicios públicos


proviene de la facultad constitucional según la cual, el Estado debe dirigir la economía e
intervenir en los servicios públicos y privados, para efectos de regular la economía y
propender con la mejoría de la calidad de vida de los habitantes de territorio nacional, claro
está que, sin perjudicar ni obstaculizar la libre iniciativa privada.
La Ley 142 de 1994 introdujo una serie de cambios muy importantes al concebir la
intervención del Estado en la prestación de los servicios públicos domiciliarios alrededor de
la libre competencia. El cambio que hemos resaltado aquí es el de la introducción de la
competencia en la prestación de SPD. Gracias a ello, esta ley creó básicamente una serie de
mercados para la prestación de estos servicios, en los que distintas actividades asociadas
con dicha prestación están sometidas a la oferta y demanda generadas por los distintos
actores involucrados. Sin embargo, este artículo muestra que la introducción de la
competencia no busca solamente garantizar la prestación eficiente de dichos servicios.

El punto medio que fija la ley, y que refleja en buena medida ciertos mandatos
constitucionales relacionados con la intervención del Estado en la economía, consiste en
que lo primordial es garantizar que los usuarios puedan elegir aspectos esenciales de la
prestación de estos servicios, como su nivel de consumo y la empresa que los presta. Este
es un punto medio que reconoce que tanto la lógica de la eficiencia como la de prestación
por parte del Estado tienen limitaciones que terminan perjudicando a los usuarios. Así que,
al fijarse en las condiciones de los usuarios, esta ley toma partido y busca garantizar, bajo
ciertas condiciones, su bienestar. No es, contrario a lo que podría pensarse, una ley
“objetiva” o “neutral”, sino que está por el contrario cargada de juicios de valor sobre cómo
deben organizarse la actividad económica y la intervención estatal; y, sobre todo, sobre
quiénes son los sujetos que deben privilegiarse y protegerse.

En efecto, la Ley establece el control social para estos servicios, a través de los Comités de
Desarrollo y Control Social, como mecanismo de participación ciudadana con el cual se
busca contribuir a una mayor eficiencia y eficacia en las empresas prestadoras y, en
últimas, a ampliar su cobertura y mejorar su calidad en cumplimiento de la finalidad social
del Estado. Así entonces, generó un nuevo marco de condiciones para el sector, dentro del
panorama de apertura, privatización, competencia y modernización del Estado.
En esta Ley se incorporan lineamientos para la defensa de los derechos de los usuarios y se
fortalece el ejercicio del control ciudadano sobre la gestión de las empresas prestadoras,
mediante los Comités de Desarrollo y Control Social, con el fin de propiciar el
mejoramiento empresarial, e incrementar la cobertura y la calidad de los servicios públicos
domiciliarios. Igualmente, la Ley otorgó peso específico y sentó las bases para la puesta en
marcha de los principios de solidaridad y redistribución de los ingresos, mediante la
preservación de la finalidad social de estos servicios, a través de subsidios a los sectores
menos favorecidos de la población, utilizando para ello, los conceptos y parámetros de la
estratificación socioeconómica.

En este sentido, la noción democrática de participación ciudadana supone que los


ciudadanos se organicen, para participar activamente en la promoción de sus derechos y el
ejercicio de sus deberes, teniendo en cuenta tanto objetivos y metas como afinidad de
intereses. De esta forma, el control social es el derecho que tiene todo ciudadano de
participar en la toma de decisiones de las políticas de orden social y económico; lo anterior
a través de una labor organizada y propositiva que fortalezca la prestación y sostenibilidad
de los servicios públicos domiciliarios.

Los Comités de Desarrollo y Control Social y sus Vocales de Control, al realizar el


seguimiento a los planes de gestión, a los informes de las auditorías externas y, en general,
con la vigilancia que ejercen sobre los entes prestadores, contribuyen a generar una cultura
de la participación en el sector, con la cual, las empresas prestadoras pueden alcanzar
prácticas administrativas más eficientes, eficaces, económicas y ágiles.

Por su parte, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios tiene el deber de


cumplir con las competencias que le atribuyen la Ley 142 de 1994 y la ley 689 de 2001 en
materia de promoción de la participación ciudadana para la vigilancia de la gestión y
fiscalización de las empresas prestadoras, coordinando con las autoridades de los entes
territoriales. Asimismo, debe prestar apoyo y capacitación a los Comités de Desarrollo y
Control Social para su efectivo funcionamiento.

Referencias bibliográficas
https://repository.ucatolica.edu.co/bitstream/10983/1926/1/Servicios_Publicos_Domiciliari
os_un_derecho_de_la_Poblacion_Vulnerable.pdf
http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_0142_1994.html
file:///C:/Users/usuario/Downloads/1975-Texto%20del%20art%C3%ADculo-6482-6-10-
20150325.pdf

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