El derecho al agua se encuentra directamente relacionado con los
derechos a la vida, la salud, la alimentación e incluso la seguridad. Todos los anteriores están reconocidos como garantías individuales en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El citado Texto Constitucional, en su artículo 82, reconoce el
derecho de toda persona a disponer de una vivienda adecuada, segura, cómoda, higiénica y con servicios básicos esenciales. En su artículo 117 reconoce también el derecho a disfrutar de bienes y servicios de calidad. Ambas disposiciones, en conjunto con el principio de no discriminación consagrado en el artículo 21 del mismo texto constitucional, ha servido como fundamento para reconocer el derecho de toda persona al acceso al agua potable en forma equitativa y no discriminatoria.
Asimismo, en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela se establece (Artículo 304) que las aguas son bienes del dominio público de la Nación y que la ley garantizará su protección, al tiempo que en el artículo 127 se consagra la obligación del Estado, con la activa participación de la sociedad, de garantizar la protección del agua, además de otros elementos de los ecosistemas. Esta norma constitucional implica, que es el Estado el administrador, en nuestro nombre, de todas las aguas que existan en el país, y que debe garantizar su protección, con la participación de nosotros los ciudadanos, como parte componente del Estado.
De esta manera tenemos pues que, la prestación de los servicios
públicos es una obligación constitucionalmente asignada al Estado, tal como se desprende del artículo 156 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a través del cual se le asigna de manera expresa la competencia del régimen general de los servicios públicos y, en especial, la electricidad, el agua potable y el gas, a fin de proporcionarle sino a todos, por lo menos a una mayoría de la población venezolana, el mayor grado de bienestar posible respecto de tales necesidades que los ciudadanos no pueden proporcionarse por sí mismos.
Ahora bien, el servicio público como actividad prestacional del
Estado, está regido por una serie de principios, los cuales han sido objeto de estudio por esta Corte mediante decisión Nº 2008-1005 de fecha 06 de junio de 2008, (caso: Carmen Nina Sequera de Callejas contra la Compañía Anónima Hidrológica de la Región Capital), en la cual se indicó como rectores los siguientes:
“a.- La obligatoriedad en el entendido que una vez erigida
una actividad de servicio público, gestionarlo constituye un deber de las autoridades administrativas, quienes se hayan obligadas a hacerlo funcionar, sino por la acción inmediata de los órganos de los Estados, bajo el control de los mismos. b.- La mutabilidad, la cual consiste en que el interés general es variable, por lo cual el régimen aplicable al servicio debe ser adaptable a las exigencias cambiantes de dicho interés; c.- La continuidad, en virtud de la importancia que tiene para la colectividad el funcionamiento de los servicios públicos, éstos no pueden ser interrumpidos, de modo que el público pueda en todo momento, con certeza absoluta, contar con los servicios públicos y por último; d.- La igualdad, ante el servicio público todos los individuos son iguales; en el entendido que todos los funcionarios públicos tienen la obligación de prestar los servicios que le están atribuidos, a pedido de cualquier administrado, en las condiciones legales y reglamentarias (Vid. Eloy Lares Martínez. Manual de Derecho Administrativo. pp.216 y sig.) e.- Transparencia, es permitir a quienes entran en contacto con el servicio público (usuarios, prestadores u operadores, proveedores, etc.) de estar informados sobre la manera en que el servicio está organizado y funciona, y sobre los motivos de las decisiones (técnicas, operativas, económicas, etc.) de las cuales son destinatarios.” Conforme los aludido principios ya tenor de lo dispuesto en la Carta Magna, el servicio de agua potable es catalogado como un servicio público domiciliario, es decir, aquel servicio público que presta el Estado a los ciudadanos y ciudadanas directamente en sus viviendas; es un derecho humano, un bien público, pues el agua -en tanto fuente fundamental e insustituible de vida - es un bien común, patrimonio de la humanidad y de otras formas de vida, por lo que no sólo es reconocido así en nuestro ordenamiento jurídico sino universalmente, tan es así que uno de los elementos claves para reducir la pobreza es el acceso de las poblaciones a agua saludable distribuida por servicios públicos.
Siendo así, es fundamental que dentro de la sociedad exista un orden
jurídico que limite o restrinja el medio de acción del hombre en interés de los demás, del Estado o de la sociedad con el objetivo de hacer posible la convivencia armónica y la satisfacción de necesidades básicas de los individuos. Al constituir el agua una necesidad básica para la subsistencia humana, resulta entonces imperiosa la necesidad que el Estado a través del respeto y la protección adopte las medidas necesarias para alcanzar la completa realización del derecho al agua, y con ello la posibilidad de acceso de todas las personas a agua segura y limpia a un precio accesible.
De las normativas que regulan el servicio de agua potable.-
En ejercicio de las atribuciones constitucionales, el legislador
sancionó la Ley Orgánica para la Prestación de los Servicios de Agua Potable y de Saneamiento, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 5.568 Extraordinario de fecha 31 de diciembre de 2001, la cual tiene por objeto según lo expresa el artículo 1º de la citada Ley “regular la prestación de los servicios públicos de agua potable y de saneamiento, establecer el régimen de fiscalización, control y evaluación de tales servicios y promover su desarrollo, en beneficio general de los ciudadanos, de la salud pública, la preservación de los recursos hídricos y la protección del ambiente, en concordancia con la política sanitaria y ambiental que en esta materia dicte el Poder Ejecutivo Nacional y con los planes de desarrollo económico y social de la Nación”.
De acuerdo con la citada normativa, el acceso al agua potable y
saneamiento es un derecho humano fundamental, indispensable para la vida humana, razón por la cual la prestación de los servicios que garanticen dicho acceso a toda la población, así como su regulación mediante los procesos de fiscalización, control y evaluación del servicio, constituyen una obligación indeclinable del Estado indispensables para propiciar el bienestar colectivo y aumentar la cohesión social.
Congruente con la referida norma el artículo 6 de la citada Ley
Orgánica para la Prestación de los Servicios de Agua Potable y de Saneamiento, dispone lo siguiente:
Artículo 6. A los efectos de esta Ley se entiende por servicio
público de agua potable, la entrega de agua a los suscriptores o usuarios mediante la utilización de tuberías de agua apta para el consumo humano, incluyendo su conexión y medición, así como los procesos asociados de captación, conducción, almacenamiento y potabilización; y se entiende por servicio público de saneamiento, la recolección por tuberías de las aguas servidas de los domicilios, incluyendo su conexión, así como los procesos asociados de conducción, tratamiento y disposición final de dichas aguas servidas.
Parágrafo Único: Se declaran de utilidad pública e interés
social el servicio de agua potable, el servicio de saneamiento y las obras afectas para su prestación. (Destacado de esta Corte).
La citada normativa determina la trascendencia que ostenta el
derecho al agua dentro del marco jurídico nacional, de manera tal que el servicio de agua potable, saneamiento y finalmente todas las obras dirigidas a garantizar su prestación, son considerados de utilidad pública y como tal el agua debe -por remisión expresa del legislador- ser tratada como un bien social y cultural, y no fundamentalmente como uno económico.
El servicio público de agua potable consiste entonces, en la entrega
agua a los suscriptores o usuarios, a través de la utilización de tuberías de agua apta para el consumo humano, incluyendo la conexión y medición, así como los procesos asociados de captación, conducción, almacenamiento y potabilización.
Por su parte, el servicio público de saneamiento consiste, en la
recolección por tuberías de las aguas servidas de los domicilios, incluyendo su conexión, así como los procesos asociados de conducción, tratamiento y disposición final de dichas aguas servidas, y finalmente la infraestructura hidráulica, está conformada tanto por las instalaciones físicas como por los equipos necesarios para la realización de los procesos de producción, distribución de agua potable, recolección o disposición de aguas servidas y constituyen bienes del dominio público, que se encuentran afectos a la prestación del respectivo servicio.
Ahora bien, en cuanto al derecho de incorporación de los usuarios al
servicio de agua, la Resolución Conjunta Nº 37-A de fecha 1º de febrero de 1999, dictada por el Ministerio de Industria y Comercio, Ministerio de Sanidad y Asistencia Social y el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, publicada en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 36.646 de fecha 22 de febrero de 1999, estableció las “Normas para la Prestación del Servicio de Acueducto y Recolección, Tratamiento y Disposición de Aguas Residuales”, en aras de establecer un régimen normativo uniforme, coherente y específico que regule la prestación de los servicios de acueducto y de tratamiento y disposición de aguas residuales, y las relaciones entre los clientes del servicio y las empresas encargadas de prestarlo, estableciendo los deberes que ambos deben cumplir para contribuir a una óptima prestación de tales servicios.
Siendo así, el artículo 1º de las citadas “Normas para la Prestación
del Servicio de Acueducto y Recolección, Tratamiento y Disposición de Aguas Residuales” dispone como objeto de las mismas “regular las relaciones entre las EMPRESAS prestadoras de los servicios de Acueducto y de Recolección, Tratamiento y Disposición de Aguas Residuales prestados a inmuebles urbanos y los clientes de la misma”, con lo cual se desprende que es responsabilidad del Estado garantizar el suministro de agua, directamente o a través de los prestadores del servicio, pero al mismo tiempo, como recurso, el suministro tiene un precio que debe ser pagado por el usuario, como contraprestación por el agua suministrada y uso de la infraestructura para hacerlo (acueductos, tuberías, hidroneumáticos), siendo deberes de los suscriptores incorporarse a los servicios de agua potable y saneamiento, pagar el precio del servicio, tener conexión legal a la red, no contaminar aguas residuales o crudas, entre otros.
Esta relación entre las empresas prestadoras de los servicios de
acueducto y de recolección, tratamiento y disposición de aguas residuales y los clientes de la misma, se inicia con la solicitud de incorporación al servicio del cliente, y concluye con la suspensión del servicio o la desincorporación a petición del mismo, tal como lo establece el artículo 2 de las citadas “Normas para la Prestación del Servicio de Acueducto y Recolección, Tratamiento y Disposición de Aguas Residuales” en la forma siguiente:
“Artículo 2º: La relación entre la Empresa y sus clientes se
inicia desde la solicitud de incorporación inicial y comprende entre otros Incorporación adicional, cambios de uso, suspensión y reconexión del servicio, y concluye con la suspensión del servicio o la desincorporación del servicio a petición del cliente.” Por otra parte, el artículo 5 de las aludidas “Normas para la Prestación del Servicio de Acueducto y Recolección, Tratamiento y Disposición de Aguas Residuales” define el derecho de incorporación de los suscriptores a la prestación de los servicios de agua potable y saneamiento la siguiente manera:
Artículo5º: A los efectos de estas normas se establecen las
siguientes definiciones: DERECHO DE INCORPORACIÓN: Monto cobrado a los propietarios o promotores urbanísticos para contribuir a la amortización de las inversiones realizadas para la prestación de los servicios de agua potable y saneamiento. Se calcula de acuerdo a la dotación o consumo básico asignado al inmueble y a las tarifas fijadas para tal efecto. DERECHO DE INCORPORACIÓN ADICIONAL: Monto complementario a los Derechos de Incorporación Inicial cobrado por la EMPRESA a los promotores o urbanistas, constructores, propietarios u ocupantes, ya incorporados al sistema de acueducto y recolección, disposición y tratamiento de aguas residuales de manera licita, por el aumento del consumo básico, debido a nuevos requerimientos del inmueble. DERECHO DE INCORPORACIÓN INICIAL: Monto cobrado por la EMPRESA a los propietarios o promotores urbanistas, para contribuir a las inversiones realizadas o por realizar por la EMPRESA, para la prestación de los servicios objeto de esta norma. DERECHO DE ALMACENAMIENTO: Monto cobrado a los propietarios de inmuebles o promotores urbanísticos para contribuir a la rehabilitación y ampliación de los sistemas de acueducto y de recolección, tratamiento y disposición de aguas residuales.” (Destacado de esta Corte).
Conforme las definiciones precedentemente señaladas se advierte
que el suministro de agua tiene un precio que debe ser pagado por el usuario como contraprestación, tota vez que la cobertura de los servicios exige necesariamente disponibilizar significativos volúmenes de recursos para inversión, razón por la cual los clientes deben cancelar un monto proporcional por concepto de derecho de incorporación de acuerdo a la dotación o consumo básico asignado y a las tarifas fijadas para tal efecto, todo ello con el objeto de contribuir a la amortización de las inversiones realizadas para la prestación.
Asimismo, cuando los clientes ya incorporados al sistema de
acueducto y recolección, disposición y tratamiento de aguas residuales de manera lícita, verifiquen un aumento del consumo básico, debido a nuevos requerimientos del inmueble, deberán cancelar un monto complementario el cual será adicional al monto por concepto de derecho de incorporación inicial.
Siendo así, el cliente es el responsable de efectuar el pago oportuno
tanto de los derechos de incorporación como de los servicios registrados a su nombre, y a tal efecto, la normativa objeto de estudio prevé en su articulado lo siguiente:
Artículo 30º: El Cliente es el único responsable por el pago
de los derechos de incorporación y la prestación de los servicios registrados a su nombre, quedando obligado a pagar a la EMPRESA el costo de dichos servicios, según la política tarifaria vigente en el plazo que le señale la factura correspondiente. Artículo 38º: La EMPRESA cobrará los derechos de incorporación, de acuerdo a la política que dicte al efecto y facturará los servicios prestados a los clientes, de conformidad al régimen tarifario y podrá exigir a los clientes su pago en los lapsos correspondientes, so pena de aplicar las sanciones a que hubiere lugar. No prestará servicios gratuitos de ninguna especie, con excepción del agua que se utilice para combatir incendios a través de hidratantes públicos. Artículo 55º: La EMPRESA considerará rescindido el contrato de servicio, procediendo a la eliminación física de la toma y no reconociendo los derechos de incorporación pagados por los clientes, en los siguientes casos: c) Supresión del servicio por falta de pago por un período de un (1) año.” (Negrillas de esta Corte). El citado artículo 38 prevé la potestad de la empresa prestadora del servicio la posibilidad de cobrar los derechos de incorporación, de acuerdo a la política que dicte a tal efecto y facturar los servicios prestados a los clientes, de conformidad al régimen tarifario vigente, así como exigir a los clientes su pago en los lapsos correspondientes, so pena de aplicar las sanciones a que hubiere lugar.
Finalmente, se advierte del artículo 55 de las “Normas para la
Prestación del Servicio de Acueducto y Recolección, Tratamiento y Disposición de Aguas Residuales” la facultad de la empresa prestadora de servicio de considerar rescindido el contrato de servicio, procediendo a la eliminación física de la toma y no reconociendo los derechos de incorporación pagados por los clientes, en los casos de supresión del servicio por falta de pago del cliente por un período de un (1) año.
Ahora bien, en cuanto al régimen tarifario para la prestación de los
servicios de aguas y de los derechos de incorporación al mismo, se observa que el Ministerio de Fomento y el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, mediante Resolución Conjunta Nº 304 y Nº 28 de fecha 24 de febrero de 1993, publicada en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 35.190 de fecha 14 de abril de 1993, se dictó el “Régimen Tarifario para la Prestación de los Servicios de Acueductos y de Recolección, Tratamiento y Disposición de Aguas Residuales”, el cual tiene por objeto fijar en todo el territorio nacional las tarifas máximas para la prestación de los servicio de acueducto, recolección, tratamiento y disposición de aguas residuales.
Ello así, la mencionada Resolución señala en su artículo 4 los
derechos sujetos a régimen tarifario para cada localidad, área territorial o sistema. A tal efecto, el citado artículo dispone lo siguiente: Artículo 4: El régimen tarifario para cada localidad, área territorial o sistema, comprenderá los derechos correspondientes a los servicios prestados en la respectiva localidad o área; tales derechos podrán ser los siguientes: a. Incorporación al sistema de acueducto. b. Incorporación al sistema de recolección y disposición de aguas residuales. c. Incorporación al sistema de tratamiento de aguas residuales. […Omissis…] i. Pago por almacenamiento de agua: 1) Por compensación de la demanda diaria. 2) Por suministro de agua para combatir incendios.
Asimismo, en el Capítulo V titulado “Derechos de Incorporación”
la Resolución contentiva del “Régimen Tarifario para la Prestación de los Servicios de Acueductos y de Recolección, Tratamiento y Disposición de Aguas Residuales”, dispone respecto al pago de tales derechos lo siguiente:
Artículo 25: Toda persona, natural o jurídica, que solicite la
incorporación a los servicios de abastecimiento de agua, recolección, tratamiento y/o disposición de aguas residuales, sea residencial o comercial, industrial o del sector público, pagará el derecho que se indica en la presente Resolución calculado sobre la dotación, la cual se fijara de acuerdo a las normas establecidas por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. El derecho de incorporación se expresa en bolívares por metro cúbico por mes (Bs./m3/mes) referido a los distintos centros de consumo […].” Artículo 27: Los clientes industriales y comerciales públicos o privados que soliciten y les sea acordado un aumento de la dotación, deberán pagar un derecho de incorporación adicional que se calculará con arreglo a las tarifas fijadas en el Artículo 25 sobre la diferencia entre la dotación original y la nueva. Una vez pagado este derecho la nueva dotación será tomada en consideración para los efectos previstos en el Capítulo III, Secciones II, III y IV. Artículo 28: Los montos cobrados por concepto de derechos de incorporación deberán ser destinados a la mejora y expansión de los sistemas […].” Artículo 29: La cantidad a pagar por metro cúbico, por concepto del almacenamiento de agua, será de doscientas (200) veces el precio medio referencial según el tipo de tarifa que le corresponda al sistema del cual se abastece, de acuerdo a los artículos 13 y 14 […]” Artículo 30. La cantidad de metros cúbicos por el almacenamiento se estipulará de acuerdo con lo siguiente: a. Reserva por compensación: el equivalente al 40% de la dotación diaria expresada en metros cúbicos. b. Por incendio: el volumen de agua, en metros cúbicos, equivalente a un incendio de 4 horas de duración y un gasto por incendio según lo contemplado en la siguiente tabla: Gastos Conjunto Unifamiliar o Multifamiliar 16 l/s Conjuntos Comerciales 16 l/s Conjunto Industriales 32 l/s Este pago sólo será exigible a los desarrollos urbanísticos, edificaciones multifamiliares, industriales y comerciales. (Destacado de esta Corte)
Los artículos transcritos señalan en primer término la obligación de
los clientes a pagar los derechos correspondientes a los servicios prestados en la respectiva localidad o área, los cuales comprende los derechos a incorporarse al sistema de acueducto, al sistema de recolección y disposición de aguas residuales, a sistema de tratamiento de aguas residuales, así como al almacenamiento de agua por compensación de la demanda diaria y al suministro de agua para combatir incendios, cuyas tarifas serán calculadas de acuerdo a la dotación requerida por la persona natural o jurídica.
Asimismo, las citadas normas prevén la obligación de los clientes de
pagar una cantidad adicional por tales derechos cuando reporten un aumento de su dotación inicial, toda vez que siendo la naturaleza y destino de tal impuesto la mejora y expansión de los sistemas, los usuarios y beneficiarios de los servicios de acueducto, de recolección y disposición de agua, tratamiento de aguas residuales, almacenamiento de aguas para compensar sus demandas para combatir sus incendios, deben contribuir con la amortización de las inversiones realizadas para la prestación eficiente de tal servicio, así como para equilibrar las demandas de abastecimiento requeridos por la población.
Siendo así, esta Corte concluye que el pago de los derechos de
incorporación son calculados con base a los requerimientos poblacionales de suministro de agua, siendo el mismo susceptible de ser cancelado continuamente mediante un monto adicional al aporte inicial cuando se registren aumentos de la dotación primaria.