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por el
Dr.-lng. frit:t Leonhardt \\ 1 ; !: :'
p,ofow< o0momdo ""fo faoolo T'coiw Sopodo<\ee S>oH9º" . ~,,;;,;;~·;;;:~;;;::::;¡¡;:::·;-".;;:,;:·;.;.

Ingeniero consultor, VBI. VOi. OAI. M.ASitJ'.

Traducción de la segunda edición alemana


por
Alberto Corral
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos

baio la supervisión de
Juan sat1:1nero
+: . 4,. ¡~¡.,JNJ"i'Í"'°''~•'i <fR:mi~n.0~;:,CJeÍÍ~;¡¡;~\oÉduardo
i;.fo¡'JtJ<i1'ifJpai1círlientÓ cié Estudios
C(J~ales.L P,uertos
Catedrá\iCO¡,íl•~me,rlfdo
Torro\a
y de la E. T. S. de'lngenieros
de C~i'min·o~·:·· Cona\es

DRID 1967

INSTITUTO EDUARDO TORROJA


DE LA coNSTRUCC\ON y DEL CEMENTO
la edición original de esta obra fue publicada baio el título:
LEONHARDT, SPANNBETON FOR DIE PRAXIS, 2. AUFLAGE : ,\ ,, "'
1 ¡-¡

por la editorial
Wilhelm Emst & Sohn, Berlin. München Dedicatoria
l
A rr1is queridos n1aestros
1 ll
.!
..1
Prof Dr.-Ing. e. h., Dr.-Ing. h. c.. o:'TO GR~'.F t
Prof. Dr.-Ing. e. h. EMIL MORSCH t ~.
;)
..
Prof Dr.-Ing., Dr.-Ing. e. h. D. KARL SCHAEC~;~~~~···
en agradecimiento

Es propiedad del
INSTITUTO EDUARDO TORROJA
DE LA CONSTRUCCION Y DEL CEMENTO

A'les GróffcO• MAG. S. l.· Burgos, \2 • Modrid · 22745

Depósito lego\, M. 8324 - 1967


Prólogo a la segunda edición alemana

La primera edición alemana de este Libro se agotó rápidamente y se imprimió sucesivas veces sin mo.
dificaciones. Las aplicaciones del hormigón pretensado aumentaron entretanto de una manera poco co-
rriente. Muchos ingenieros e investigadores de casi todos los países desarrollados se precipitaron sobre
este nuevo campo y se preocuparon por conseguir nuevos adelantos y conocimientos. Los resultado8 de
esta preocupación se reflejaron en un gran número de publicaciones. También el autor tuvo ocasión de
proyectar numerosas obras de hormigón pretensado, de participar en su ejecución y de aprender algo
nuevo casi en todas ellas.

Así se hizo necesario someter el Libro a una profunda rev1s1on, a la cual se comenzó en 1958. La toma
de pt'lsesión de la Cátedra de hormigón en la Escuela Superior Técnica de Stuttgart retrasó esta revisión,
que no se terminó hasta 1961. El- autor se ha preocupado de· nuevo en hacer resaltar lo fundamental y
esencial del hormigón pretensado de una manera clara y fácil de entender, y dar una descripción lo más
extensa posible del saber actual en este campo.

Las salvedade·s expresadas en el párrafo de la primera edición alemana valen en parte aún, aunque
muchos problemas quedaron ampliamente aclarados en el curso de los últimos años. Cuando sobre un
p-roblema existen aún opiniones diferentes, se han expuesto una a continuación de otra como ocurre,
,por ejemplo, con la comprobación de la seguridad a la rotura.

La notación tuvo que ser modificada en parte para adaptarla a la nueva norma DIN 1 080, utilizando la
última edición alemana de abril de 1960.

De la literatura internacional sobre hormigón pretensado, ya casi inabarcable por su extensión, se tomaron
aquellas contribuciones que aportaban experiencias o conocimientos de valor práctico.

Aproximadamente el 80 % del Libro ha sido escrito de nuevo, para tener en cuenta la evolución de la
técnica. Aunque ha sido preocupación constante del autor la concisión en Ja redacción, aumentó el volu·
men del Libro.

Nuevamente~ numerosos colegas y empresas han puesto a disposición del autor documentación sobre pro·
cedimientos y obras y, especialmente, fotografías, por lo que les expresa su agradecimiento. Un valioso
apoyo encontró en los colaboradores de su oficina y de la cátedra, singularmente por parte de los señores
W. ÁNnnA, W. BAUR., R. WALTHER, J. PETER y H. REIMANN. Especial agradecimiento le debe al amigo
y colaborador el ingeniero E; MONNIG, el cual asesoró todo el trabajo, y con frecuencia contribuyó, con su
crítica, a una mejor edición.

Mi agradecimiento de nuevo a la casa editora, que puso todo su empeño en satisfacer los deseos de los
redactores referentes a la composición, compaginación y las figuras.

FRITZ LEONHARDT.

V
En el índice bibliográfico no se recogen, por esta razón, todos los trabajos sobre el tema, sino sólo aquellos
a los que se hace referencia en el texto.

Al principio del libro se dan diez recomendaciones básicas para el ingeniero que se ocupe en esta dis·
ciplina, con las particularidades más importantes que deberá tener en cuenta el ingeniero especialista en
hormigón armado, independientemente de las recomendacione·s aplicadas hasta el momento.
Prólogo a la primera edición alemana
Poca referencia se hace a las Normas para el dimensionamiento y ejecución de hormigón pretensado,
DIN 4 227 (edición de octubre de 1953) del Comité Alemán del Hormigón Armado, ya que se supone que
Se intenta en este Libro una exposición de los fundamentos del hormigón pretensado, basada en el trabajo todo ingeniero las tendrá sobre su mesa. Además, estas normas están sujetas a continuos cambios, hasta
de· muchos años y la experiencia recogida en numerosas obras. que se aclaren por completo diferentes tema:s relativos al hormigón pretensado, por medio de ensayos Y
experiencias recogidas de obras.
Ante todo es preciso dar aquellas nociones necesarias tanto en oficina como en .obra relativas a la nueva
técnica de construcción, que tan sorprendentemente se ha extendido y ha evolucionado en los últimos años. El autor agradecerá al lector del Libro cualquier indicación sobre errores apreciados, o cualquier informa-
ción complementaria, pues sólo de ese modo se podrá liberar la nueva técnica de los inconvenientes de
No se le oculta al autor el hecho de que esta técnica está aún en pleno desarrollo, si -bien· la aplicación todas las opiniones individuales, a veces demasiado personales.
práctica se ha adelantado de tal manera a la formación de los ingenieros, que cada día se ha hecho más
urgente la necesidad de una enseñanza coherente de este nuevo dominio de la Ciencia. El autor se some- El autor quiere expresar su agradecimiento al:
tió a esta difícil tarea ante todo porque no acababan de llevarse a la práctica esos cursos y exámenes
destinados específicamente a la formación de técnicos en hormigón pretensado, y que con tanta insistencia Profesor M. RoS, Dr. lng., EMP A, Zurich, que dio su permiso para utilizar algunos resultados de investi-
fueron recomendados por él. gaciones del EMPA de· Zurich en este Libro.

Dado que· el elevado grado de utilización de los materiales en el hormigón pretensado presupone un A M. Y. GuYON y a la S1'UP (colaboradores de M. E. FREYSSINET), París, por permitir incluir en este
conocimiento a fondo de sus propiedades, se ha tratado con detalle los materiales acero y hormigón, sobre Libro algunas con~ribuciones valiosas en el dominio del hormigón pretensado, elaboradas por este grupo.
todQJ' en lo que se refiere a las propiedades más importantes a efectos de su utilización en el hormigón
pretensado, aunque con ello no se pueda evitar el repetir lo que ya se encuentra en otros libros de A M. CurrzoN DoBELL, presidente de· la Preload Company, de Nueva York, por la documentación sobre
ingeniería. El ingeniero puede de esta forma renovar aquellos conocimientos que precisa aquí. los trabajos americanos, especialmente en la construcción de depósitos.

Las cuestiones prácticas y de aplicación directa a la construcción han sido tratadas con mayor detalle que A mi estimado profeso~ el Dr. Ing. O. GRAF, de Stuttgart, por sus valiosas indicaciones referentes a los
los problemas teóricos, los cuales se exponen con la mayor sencillez posible, renunciando a un mayor materiales.
refinamiento científico, haciéndolos accesibles también al ingeniero medio. El Libro va destinado a la
utilización práctica- y no intenta deslumbrar con teorías de difícil comprensión. Al Dr. JANICHE, de la Siderúrgica de Rheinhausen, y al Dr. ScHWIER, de la Felten & Guilleaume, Carls-
\verk Eisen und Stahl A. G., KOln-Mülheim, por la revisión del capítulo sobre los aceros y las sugerencias
No se han expuesto las posibilidades de realizar el pretensado basándose en los sistemas actualmente en uso, hechas al mismo tiempo.
sino qu'e se ha intentado· describir las soluciones fundamentales y aclararlas presentando dichos sistemas.
Estos procedimientos de pretensado están sometidos, por lo demás, a un continuo desarrollo; se llegará A E. BoRNEMANN, director de la Asociación Alemana del Hormigón, por la revisión del capítulo 20.
a emplear un número menor de procedimientos, aunque más perfeccionados, pero las ideas en que se
basan continuarán. Al Sr. BÜHRER, de Munich, por sus valiosos informes sobre los resultados de ensayos de los Ferrocarriles
Federales Alemanes.
Se ha estudiado con cuidado y detalle el problema de la introducción de las fuerzas de pretensado,
punto que se descuida casi siempre en la práctica. La disposición constructiva de Ja estructura pretensada A varios constructores, por la cesión de fotografías o planos para su reproducción.
se antepuso intencionadamente al cálculo estático.
A mi colaborador el Ing. W. ANnRA, por su valioso trabajo en favor de una exposición fácilmente inteli·
El capítulo referente al cálculo de estructuras de hormigón pretensado no contiene ningún nuevo método gible de los problemas de cálculo estático.
especial, ya que no existe. Se enseña, por el contrario, qué es lo que hay que calcular y cómo se puede
A mis colaboradores los ingenieros W. BAUR y W. PIEC'KERT; al Sr. E. HoFERER, y a la Srta. G. RoEcKERATll~
aplicar la teoría actual de la Resistencia de Materiales al estudio de las fuerzas de pretensado. Para sim·
por sus críticas valiosas y su ayuda en la composición del Libro con sus numerosas figuras.
plificar la aplicación de algunos procedimientos de cálculo se incluyen tablas y ábacos. Próximamente
se publicarán como complemento algunos ejemplos de cálculo.
Al Ing. E. MONNIG, de Düsseldorf, por el fatigoso trabajo de corrección.
Los capítulos 14, 15 y 18 no e·stán perfectamente elaborados, ya que hubiesen retrasado la aparición del
A la casa editora, por la rápida composición del Libro y su admirable presentación.
Libro; su terminPción queda aplazada hasta una nueva edición, pudiendo disponer entonces de mayor nú·
mero de datos di ensayos que hayan sido publicados entretanto.

Stuttgart, junio de 1954. F'RITZ LEONHARDT.


En principio, n,, se hace descripción de apJicaciones prácticas; se las puede encontrar en numerosas pu·
blicaciones y revistas técnicas. Se ha hecho una excepción con los depósitos, tubos, firmes y traviesas
pretensados, que en ocasiones han traído consigo el desarrollo de nuevos sistemas, no descritos en los
capítulos precedentes.

Se ha dado un valor especial al uso de una notación unificada. Es de esperar que esta notaciún, propuesta
en el Proyecto de Norma DIN 1 037 ';Notación unificada para la ingeniería civil", Ilegue algún día a ser
adoptada por todos.

La literatura sobre hormigón pretensado ha tomado un volumen increíble.

VI VII
Prólogo a la edición española Recomendaciones fundamentales para el Ingeniero

El Libro del profesor Leonhardt sobre el Hormigón Pretensado puede considerarse ya como un tratado
clásico de esta técnica. Elaborado sobre la base de los amplios conocimientos del autor en todas las Para el Proyecto
ramas de la Teoría de las Estructuiras, y cuidada su redacción con la paciente y exhaustiva minuciosidad l. Pretensar equivale a compr1m1r el hormigón. La compresión se produce solamente si es posible el
germana, constituye este volumen un precioso auxiliar para el Ingeniero que haya de enfrentarse con acortamiento. Cuide de que la estructura pueda acortarse en la dirección del pretensado.
el proyecto de estructuras pretensadas. Puede afirmarse también que su lectura y estudio suponen una do-
cumentada iniciación para el Estudia:hte o e.J Ingeniero novel, quienes podrán después profundizar más, si 2. Cada cambio de dirección del cable da lugar a fuerzas transversales al pretensar; cada cambio de direc-
lo desean, en el conocimiento de esta técnica, relativamente joven, dejándose guiar por la abundantísima ción de la directriz ocasiona tensiones transversales de compresión o tracción. Tenga bien presentes
bibliografía que acompaña al texto. estos efectos a la hora de calcular y dimensionar.

El Instituto Eduardo Torroja cree prestar un gran servicio a los profesionales de habla española, al haber-se ,). No intente agotar a todo trance las elevadas compresiones admisibles. Adopte una sección de dimen·
decidido a publicar esta versión castellana .de la obra de Leonhardt. La tarea no era fácil. IIacía falta, ante siones tales que permitan, en especial junto a los cables, una adecuada colocación del hormigón, de
todo, encontrar al traductor adecuado, quien debía poseer, además de un dominio del idioma alemán, _pro- ese hormigón vibrado de consistencia seca que exige la técnica del pretensado.
fundos conocimientos de la técnica del Ilormigón Pre tensado; pues no puede conseguirse una traducción
correcta si no se han asimilado antes las ideas contenidas en la redacción original. Y aún podría añadirse 4. Evite las tracciones bajo peso propio y desconfíe de la resistencia del hormigón en tracción.
qu_e exa necesaria una persona inasequible al desaliento que podrían producir los centenares de páginas im*
presas, plenas de doctrina densa, difíciles de interpretación con frecuencia y colmadas de los neologismos 5. Disponga armaduras ordinarias, con preferencia transversalmente a la dirección de pretensado y en
a que tan bien se presta la flexibilidad y la riqueza del tudesco. especial en 10:s anclajes de los cables.

Ese traductor ideal se materializó en el joven ingeniero Alberto Corral. Los elogios que aquí pudieran es·
tamparse sobre la perfección de su trabajo puede elaborarlos el propio lector, al recorrer las páginas de
este volumen. Sí quiero señalar que esta traducción representa, aproximadamente, un año de dedicación Para la construcción
exclusiva del traductor, quien, y lo puedo afirmar porque he seguido su trabajo día por día, no ha dado 6. El acero de pretensar es de mayor resistencia que el de las armaduras ordinarias, y es sensible a
por terminado ni un solo párrafo <l~ <>« versión sin haber adquirido la seguridad de que lo expresado la oxidación, entalladuras, doblados en codo, calor. Trátelo con todo cuidado.
en español correspondía exactamente a lo que el autor había querido decir en alemán. Para conseguir lo
cual no ha escatimado ni tiempo, ni esfuerzo alguno, habiendo prodigado, cuando ello le pareció conve- Coloque los cables en su posición exacta, haciéndolos estancos e indesplazables; en caso contrario,
niente o necesario, las consultas con diversos especialistas a fin de perfilar mejor un matiz; y llegando tendrá p·roblernas con el rozamiento.
incluso a desplazarse a Stuttgart, para discutir con el propio autor, o con sus colaboradores, algunos puntos
del texto original que, por lo menos a primera vista, aparecían como erróneos o incomprensibles. Insa- 7. Planee el programa de hormigonado de tal forma que se pueda vibrar bien por todas partes y que
tisfeCho siempre con la claridad conseguida: la ha acentuado con sus numerosas notas de pie de página, las deformaciones de la cimbra no ocasionen fisuras en el hormigón joven. flormigone con e] máxi·
que ~yudan al lector a precisar y distinguir los conceptos vertidos en el texto. mo cuidado, pues las graves conse·cuencias de los defectos que se cometan aparecerán al pretensar.

Es de justicia hacer resaltar el cariño con el que el profesor Leonhardt nos ha alentado a dar cima a 8. Antes de tesar los alambres, compruebe la movilidad de la estructura para acortarse en la dirección
esta tarea; así como las facilidades otorgadas por la editorial Wilhelm Ernst & Sohn, depositaria de los del pretensado.
derechos. de autor.
9. En los elementos estructurales largos, introduzca un primer pretensado parcial a los pocos días de
En cuanto a la parte correspondiente al propio Instituto, no es costumbre de éste la. de publicar la mayor hormigonar, con el fin de evitar con unas compresiones moderadas la formación de fisuras de retrac-
o menor proporción en que cada uno de sus miembros haya contribuido a una labor terminada. Como ción u origen térmico.
siempre, todos los llamados ·a participar en esta obra han cumplido Con su deber de intentar que, según
la norma tradicional de actuación del Instituto, el resultado fuese una obra bien hecha. El deber ha resul- No introduzca la totalidad del pretensado hasta que el hormigón presente la suficiente resistencia.
tado especialmente duro, en esta ocasión; para el Departamento de Publicaciones. Generalmente, es al pretensar cuando el hormigón debe soportar las mayores solicitaciones.

El traductor y el Instituto darán por bien empleados sus desvelos y su trabajo si, como esperan, este Libro Al pretensar controle continuamente el recorrido de tesado y la presión en el gato. Registre en el
resulta útil para los proyectistas y los constructores españoles. acta correspondiente las cifras alcanzadas y las observaciones acerca de la marcha de la operación.
(Acta de pretensadq).
JUAN BATANERO
10. Antes de proceder a inyectar los conductos, compruebe que no están atascados en ningún punto. Oh-
serve con todo rigor las normas sobre inyección.

VIII IX
Indice general

Dedicatoria ..... lII


Prólogo a la segunda edición alemana V
Prólogo a la primera edición alemana VI
Prólogo a la edición española ... Vlll
Recomendaciones fundamentales para el Ingeniero IX
Notación XXIII
Capítulo l. Conceptos fundamentales relativos al ho:r1uigón pretensado l
Capítulo 2. Materiales 17
Capítulo 3. Anclajes y empaln1es. de las armaduras de pretensar 81
Capítulo 4. Los aparatos de tesar y la operación de pretensado 163
Capítulo 5. El grado de pretensado 209
Capítulo 6. La imp.ortancia de la adherencia 215
Capítulo 7. Movilidad longitudinal de. los cables y fuerzas que se oponen a su deslizamienV>.
Pérdida de pretensa<lo debida al roziuniento. Recorrido de tesado 229
Capítulo 8. Creación de la adherencia indirecta y de la protección contra la corrosión en las
armaduras postesas 277
Capítu1o 9. La introducción de las fuerzas de pre tensado 305
Capítulo 10. Recomendaciones para el diseño 333
Capítulo 11. El cálculo de estructuras pretensadas 373
Capítulo 12. Tratamiento analítico de los efectos de la retracción y Ja fluencia del hormigón 455
Capitulo 13. La comprobación de la seguridad al agotaniicnto 515
Capítulo 14. Seguridad a la fatiga bajo solicitación oscilante 591
Capítulo 15. Problemas de estabilidad de piezas pretensadas 601
Capítulo 16. Campo especial de aplicación del pretensado 611
Capítulo 17. Resistencia al fuego del hormigón pretensado 695
Capítulo 18. Ensayos de rotura dignos de mención 701
Capítulo 19. Indicacio-nes acerca de la ejecución de la obra, c.imhra.s y similares 709
Capítulo 20. Datos históricos 721
Bibliografía 739
Apéndice. Tablas de las .funciones e-.~ y 1-- e-" 759

Indice por capítulos

Capitulo l

1. Conceptos fundamentales relativos al hormigón pretensado


1.1 La deficiente resistencia a trácción del hormigón 1
1.2 Los fundamentos del pretensado ... 2
1.3 Pérdidas de tensión por retracción y fluencia lenta 4
1.4 La nece,siOad de aceros de alta resistencia 5
1.5 Conclusiones para el cálculo y la fijación de las tensiones admisibles 6

XI
1

Págs. Págs.

1.6 La gran re·sponsahilidad en las obras de hormigón pretensado 6 2.25 Mediciones de retracción y fluencia en obras construidas 73
1.7 Las variedades de hormigón pretensa do . . . . . 7 2.251 Puente BOckinger sobre el Neckar, en Heilhronn 73
1.8 Los tipos de armaduras de pretensar (cables) ... 10 2.252 Pueñte Lombard, en Hamhurgo . . . . . . .. .... 74
1.9 Las fuerzas exteriores del pretensado como caso de carga 10 2.253 El puente de SandO, en Suecia 76
1.10 Tensiones en el acero y en el hormigón 12 2.254 Pórticos de varias plantas 76
1.11 La seguridad al agotamiento 13 2.26 Resistencias del hormigón .. 76
J.12 La carga crítica ... 15 2.261 Resistencia a compresión con proceso de carga rápido 76
1.13 Seguridad a la fisuración 15 2.262 Resistencia a tracción con proceso de carga rápido . . . . .. 77
J.14 Prevención de fisuras 15 2.263 Resistencia ha jo carga mantenida . . . . .. 77
1.15 'l
enlajas especiales del hormigón pretensado 16 2.264 Resistencia a la fatiga
2.27 Resistencia del hormigón sometido a temperaturas altas. Resultados de ensayos.
77
78
2.28 El efecto de las temperaturas bajas sobre la resistencia del hormigón 79
2.29 El hormigón ligero en el pretensado .. . .......... . 80

Capítulo 2

2. Materiales
Capítulo 3
2.1 Acero . . . . . . . .. . .. 17
2.11 Condiciones e.xigidas a los aceros de pretensar 17 3. Anclajes y empalmes de las armaduras de pretensar
2.12 Tipos de acero 21
2.121 Aceros naturales duros 21 3.1 Anclaje directo en el hormigón . .. . . . .. . . . . . .. . . . . ..... 81
2.122 Aceros patentados estirados 23 3.11 Anclaje por doblado del extremo de la barra 81
2.123 Aceros patentados, estirados y envejecidos 27 3.12 Anclaje de bucle 89
2.124 Aceros deformadús en frío con o sin envejecimiento 28 3.13 Anclajes por adherencia pura, por rozamiento o por cizallamiento (anclajes por
2.125 Aceros mejorados 28 adherencia) 92
/< 2.13 La fluencia lenta de los aceros 32 3.131 Anclajes por adherencia para armaduras pretesas 92
2.131 Re·suJtados de ensayos en aceros estirados 32 3.132 Anclajes por adherencia para armaduras postesas 99
2.132 Resultados de ensayos en aceros mejorados y en aceros envejecidos 37 3.2 Anclaje con piezas de acero ........ . 110
2.133 Fluencia lenta de los aceros bajo solicitación oscilante 39 3.21 Roscas normales ... 110
2.134 Distinción del comportamiento de los aceros de pretensar con respecto a 3.22 Roscas con terminación cónica del fileteado ... 115
la fluencia lenta 39 3.23 Anclajes por inedio de cuñas ... 116
2.135 Forma de tener en cuenta en el cálculo Ja fluencia lenta del acero 41 3.231 Esquema de fuerzas en un anclaje de cuña 116
2.14 Influencia de las temperaturas altas sobre los aceros de pretensar 41 q¡:; 3.232 Ejemplos de anclajes de cuña 120
2.15 Influencia de la presión transversal en la resistencia de los aceros de pretensar. 42 3.233 Anclajes de cuña realizados antes de tesar 132
2.16 Tensiones de doblado en las armaduras de pretensar ... 44 3.234 Casquillos cónicos apretados 134
2.17 La resistencia a la fatiga de los aceros de pretensar ... 46 3.24 Anclajes de mazarota ........ . 136
2.171 Valor mínimo de la amplitud de oscilación sobre o,,= Ov 0 , necesario en 3.25 Anclaje con manguitos estirados 139
los aceros de pretensar 47 3.26 Anclaje por medio de cabezas recalcadas 140
2.18 La corrosión en los aceros de pretensar 48 3.27 Anclaje por apuntalamiento de la barra .... . 145
2.181 La corrosión ordinaria 48 3.28 Anclaje con resortes de plato ............. . 146
2.182 Corrosión bajo tensión (Stress corrosion) 49 3.29 Anclaje en el mortero de inyección endurecido (anclaje de inyección) 147
2.183 Acritud por absorción de hidrógeno 51 3.3 El empalme de armaduras de pretensar 148
2.184 JVIedidas de protección 52 3.31 Manguitos roscados ... . ........ 148
2.2 Hormigón 53 3.32 Empalmes por medio de cuñas 150
2.21 Propiedades deseadas y normas generales .. 53 3.33 Empalmes por soldadura normal o fuerte 150
2.22 El comportamiento mecánico del hormigón 59 3.34 El empalme directo de cordones 152
2.23 La retracción del hormigón 62 3.35 Empalmes de grapas .......... .. 152
2.231 Factores que influyen en la retracción 62 3.36 E.mpalmes en hormigón .. . 152
2.232 La evolución de la retracción a lo largo del tiempo ... 63 3.37 Empalme con alambre enrollado en tensión 155
2.233 Valor de la retracción a considerar en el hormigón pretensado 64 3.38 Empalmes con manguitos estirados .. 156
2.24 La fluencia del hormigón ... . ............... . 66 3.4 Resistencia a la fatiga en anclajes o empalmes 156
2.24,I Relaciones entre la fluencia y la solicitación y Ja calidad del hormigón. 66 3.41 Anclajes de rosca 157
2.242 La evolución de la fluencia a lo largo del tiempo ....... .. 67 3.42 Anclajes de cuña ... 158
2.243 Efectos del clima y del grado de. endurecimiento sobre el coeficiente de 3.43 Anclajes con manguitos estirados en frío . 159
fluencia 68 3.44 Anclajes de bucle 159
2.244 Efectos sobre el coeficiente de fluencia de la relación agua·cemento, de 3.45 Anclaje de mazarota .. 160
los contenidos de cemento y mortero, y de las dimensiones de la pieza 71 3.46 Cabezas de anclaje reealcadas ... 160
2.245 Influencia del tipo de roca de los áridos 72 3.4 7 Anclaje por adherencia embebido en hormigón 161
2.246 Valor de la fluencia a considerar en el hormigón pretensado ... 73 3.4,8 Resumen de las amplitudes de oscilación de los anclajes de cables de pretensar. 162

XII XIII
Págs.
Capítulo 4
6.3 El grado de adherencia requerido 218
4. Los aparatos de tesar y fa operación de pretensado 6.4 Adherencia parcial ...... 219
Págs.
6.5 Tensiones de adherencia . . . . .. 220
4.1 Aparatos mecánicos 163 6.51 Tensiones de adherencia en el estado I 220
4.1] Aparatos simples 163 6.52 T·ensiones de adherencia en el estado II . . . . .. . . . . .. . .. 221
4.12 Devanad-oras ... 165 6.53 Tensiones de adherencia admisibles 221
4.2 Aparatos. hidráulicos ... 167 6.6 Resistencia de adherencia (resistencia al deslizamiento) ... 221
4.21 Generalidades sobre gatos y aparatos de medida 167 6.61 Ensayos con tubos lisos de chapa y redondos laminados ... 223
4.22 Bombas de alta presión 170 6.62 Ensayos con cajones de chapa rectangulares y cables de cordones paralelos 224
4,3 Gatos de tesado más corrientes ... I 72
4.31 Gatos para barras o cables individuales 172
4.32 Gatos hidráulicos para bancos de tesado 179 Capítulo 7
4.33 Grandes gato-s hidráulicos de 200 hasta 600 t 180
4.34 Gatos de plato, gatO"s saco (gatos planos) 184 7. Movilidad longitudinal de los eables y fuerzas que se oponen a sn
4.35 Devanadoras para el pretensado de depósitos y tubos circulares 185 deslizamiento. Pérdida de pretensado debida al rozamiento. Reeorrido
4.4 Pretensado con arn1aduras pretesas 187
4.41 Bancos de tesado de gran longitud 187 de tesado
4.42 Bancos de tesado de dimensiones reducidas 190 7.1 Procedimientos constructivos destinados a conseguir la movilidad longitudinal de las
4.4,21 El tesado termoeléctrico utilizado en la U.R.S.S. 190 armaduras de pretensar . . . . . . . . . . . . . .. 229
4.5 El pretensado con armaduras postesas 191 7.11 Armaduras de pretensar con pintura lubricante 230
4.51 Preparación ............ .. 191 7.12 Armaduras de pretensar envueltas . .. . . . . . . .. . .. . . .. . . . . .. 230
4.52 Ordenación del pretensado en e] tiempo 192 7.13 Armaduras de pretensar en el interior de vainas de chapa o tubos envo1vente·s. 231
4.521 Pretensa do por etapas .. 193 7.14 Arm&duras de pretensar en conductos de hormigón . . . . .. .. . . .. ... . . . . . . . .. . .. 238
4.53 Ordenación del tesado de Jos cables 194 7.15 Armadura de pretensar colocada junto a las almas o en ranuras o acanaladuras
4.54 L-a operación de tesado 194 abiertas ... ... ... ... ... ... ... ... .. . ... .. . ... ... ... ... ... ... .. ...... . 239
4,,541 Medición del recorrido de tesado 195 7.2 Fuerzas que se oponen al deslizamiento de los cables. Causas del rozamiento 240
4·.542 Irregularidades en el recorrido de tesado 197 7.21 Rozamiento originado p·or las fuerzas de desviación ........ . 240
4.543 Exactitud de la medición del recorrido de tesado 193 7.211 Tipos y magnitud de los cambios de dirección 241
4.544 La uniformidad del pretensado en un cable de elementos paralelo-s 193 7.22 Rozamientos debidos al acodalamiento de los alambres 242
4.6 Métodos especiales de pretensar . 193 7.221 Ordenación deficiente de los alambre·s 242
4.61 Bloques de tesado 199 7.222 Alambres. tesados uno tras otro 243
4.62 Juntas de pretensado ... 201 7.223 Presión del hormigón fresco 243
4.63 Tesado por desplazamiento transversal de los cables 202 7.23 El frenado de los alambres de borde 244
4.64. Pretensado por acodala1niento 203 7.3 Los co·eñcientes de rozamiento ...... 244
4.65 Pretensado con bucles solapados 204 7.31 Ensayos para la determinación del coeficiente de rozamiento 246
4.. 66 Cables tesados antes de su colocación 205 7.32 Observaciones acerca del coeficiente de rozamiento . , . . , . . .. 250
4.67 Pretensado por calentamiento 206 7.33 Medición en las estructuras del rozamiento de los cables ... 253
4.68 Devanado bajo tensión 207 7.34 Coeficiente de rozamiento ll y ondulación fJ de los cables, adoptados en la prác-
4.69 Otros procedimientos 208 tica ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... .. ....... 256
7.4. Tratamiento analítico del rozamiento, para el tesado y el aflojamiento del cable 258
7.41 O·btención de la variación de la fuerza de pretensado .. ........ . 253
Capítulo 5 7.42 Obtención del recorrido de tesado teniendo en cuenta el rozamiento . . . . .. 261

¡ 7.43 Pérdidas de fuerza de tesado a consecuencia del deslizamiento de las cuñas 263
5. El grado de pretensado l 7.5 Configuración conveniente de ]os cables p·or lo que respecta a la inyección y al ro-
•• zamiento . .. .. . . . . .. . , .. . .. . .. . . . .. . . .. .. 266
5.1 Generalidades 209 273
5.2 I~l pretensado completo 210 i! 7.6 Métodos especiales de vencer las resistencias de rozamiento
273
7.61 Puntos auxiliares de tesado .. . .. . . ..
5.3 El pretensado limitado 211 7.62 Cables auxiliares . . . . .. 275
SAi El pretensado moderado 213 275
7.63 Calentamiento ...
5.5 EJ. grado de pretensado desde el punto de vista económico 214 7.64 Disminución del rozamiento por n1edio de impulsos vibratorios 276

Capítulo 6 Capitulo 8
6. La importancia de la adherencia Creaeión de la adherencia indireeta y de la protección eontra
215
la corrosión en las armadnras postesas
6.1 Advertencia preliminar
6.2 Efeeto·s de la adherencia 215 8.1 El n1ortero de inyección como medio de enlace 277
6.21 Protección contra la oxidación 215 8.11 Segregación del agua y variación de volumen en el mortero de inyección. Adi-
6.22 Efecto de la adherencia sobre Ja seguridad al agotamiento 216 ciones ... 278

XIV XV
,,,8
í:
r'
Págs.
Págs.
8.12 La fluidez del mortero de inyección ...
8.13 La resistencia del mortero de inyección 281 10.3 Vigas continuas .. · 345
8.14 Resistencia del mortero de inyección a las heladas 285 10.31 Canto y forma de la sección 345
8.15 Elección del conglomerante y de los áridos ......... ,., 285 10.32 Trazado de los cables ... ... , ..... 347
8.16 Compo,,sición adecuada del mortero de inyección 287 10.33 Viga continua obtenida por pretensado conjunto de dovelas 351
8.17 La operación de mezcla del mortero . . . . . , 288 10.34 Cables de continuidad parcial .. .. ............ . 354
8.2 Los materiales sintéticos como medios de enlace 289 10.35 Influencia <lel rozamiento de los cables sobre su trazado en ]as vigas continuas, 356
8.3 La técnica de la inyección .. 290 10.36 Flujo de fuerzas sobre los apoyos intermedios ........ . 357
8.31 Aparatos de inyección ... 291
IM Pórticos y entramados .. . . .. .. ....... 359
8.32 Formación de los lugares <le 1nyecc1on · ''• · y ¡ os respira
... :··d...... 292 10.5 Indicaciones relativas a ]a colocación de armaduras ordinarias 364
eros
8.33 La inyección .. . . . . . .. ..................... 292 10.51 Armadura ordinaria en la dirección de las co1npresiones 364
8.34 Determinación de la cantidad de mortero necesaria 295 10.52 Armadura transversal 365
8.35 Atascamientos; causas y eliminación . , . 299 10.6 Posición, separaciones y recubrimiento de los cables 367
8.36 La reinyección 300 10.61 Posición de los cables en alzado 367
8.37 -~edidas de protección, e inyecc1on con tiempo frío .. . .. 301 10.62 Separación mutua entre cables; recubrimientos 368
8.4 302 10.63 }">osición de los cables en planta ....... ..
Creacion de la adherencia indirecta en cables situados por fuera, junto al alma 369
303 10.7 Particularidades del pretensado conjunto de piezas prefabricadas 369

Capítulo 9 Capítulo 11
9. La introducción de las fuerzas de pretensado
~ 11. El cálculo de estrueturas pretensadas
9.1 Generalidades sobre la zona de introducción , , . . .
9.2 305 11.l Gene-ralidades 373
Fuerzas aisladas aplicadas sobre piezas prismáticas
9.21 Fuerza aislada centrada 306 11.2 Los fundamentos del análisis estructural 376
9.22 Fuerza aislada excéntrica 306 11.21 Generalidades .. 376
9.3 Caso de varias fuerzas aisladas ....... .. 311 11.22 Fuerzas de pretensado 376
313 11.221 Fuerzas de pretensado en el caso de armadura pretesada 377
9.31 Varias fuerzas aisladas aplicadas a distintas alturas
313 11.222 Fuerzas de pretensado en e] caso de armadura postesa contra el hor·
9.32 '\T arias fuerzas aisladas, situadas a un mismo nivel ...
9.4 316 migón endurecido .. 379
Efecto simultáneo de las fuerzas de pretensado y la reacción de apoyo, en el extremo
de la viga ... 11.3 Obtención de los valores característicos de la sección 381
316 11.31 Piezas con armaduras pretesadas ... 381
9.41 Fuerza de pretensa do centrada y reacción de apoy~:. e~, ei. ·e~~~~~o·. d~. Ía. -~i~~ : : .
9.42 Fuerza de pretensado descentrada Y reacc1on · ' d e apoyo, en el extremo de la viga. 316 11.32 Piezas con armaduras postesadas .. 382
9.43 320 11.33 Piezas pretensadas en que no existe adherencia .382
Varias fuerzas de pretensado a distintos niveles y reacción de apoyo, en el ex·
tremo de Ja viga . . . . .. . . . .. . .. . . . . .. . .. . 11.34 Ordenación adecuada del cálculo de los valores característicos de una sección. 382
9.5 Introducción de la fuerza en los anclajes por adh~r~~cÍa .......... .. 320 11.4 Obtención de los esfuerzos en una sección ... 383
322 11.41 Esfuerzos en una estructura isostática pretensada sin adherencia (a aplicar sólo
9.51 La barra suelta o el cable individual .. .. ......... .
9.52 Varios alambres anclados por adherencia 322 cuando no se vaya a establecer posteriormente la adherencia indirecta) 384
9.6 Introducción de la fuerza en el caso de cables.. ~~~c~~t~~d~~· 323 11.42 Esfuerzos debidos al pretensado V en las estructuras isostáticas, existiendo
323 adherenCia 336
9.61 Introducción de la fuerza con los anclajes de bucle
323 11.43 Esfuerzos en estructuras hiperestáticas 388
9.611 Anclajes de bucle con adherencia inicial
324 11A31 El efecto del pre-tensado sobre las magnitudes hiperestáticas 388
9.612 Anclajes de bucle sin adherencia inicial
9.613 Bloques de tesado con bucles 325 11.4,32 Métodos de la Re·sistencia de· Materiales de que disponemos para la
327 obtención de los esfuerzos hiperestáticos ... 390
9.62 Introducción de la fuerza en el caso de anclajes de abanico
9.7 329 11.433 La viga continua de dos tramos con cable parabólico. Datos acerca
Introducción de la fuerza en los anclajes intermedios . . . .
9.8 329 del trazado del cable. La fuerza de pretensado actúa en el extremo de
Introducción de Ja fuerza en vigas en T y similares ..............·........ ·::.
330 la vida a la altura de la directriz (excentricidad nula) ...... .392
11.434 La viga continua de dos tramos con cable parabólico. La fuerza de
pretensado no actúa en el extremo de la viga a la altura de la directriz. 397
11.435 El caso particular de vigas continuas de dos tramos con cables rectos
Capítulo 10 dentro de cada tramo 400
11A36 La viga simétrica de tres tramo.s con cable parabólico 400
10. Recomendaciones para el diseñ.o 11.437 Casos generales 401
11.438 Influencia del momento de inercia variable .. 402
10.1 La viga sirnp-1em~n~~ ap-0yada, con armaduras ,postesas .. _ ...... 11.44 La viga empotrada, como hase de los métodos de compensación de momentos .. 404
10.11 Canto, pos.1c1on del cable en l/2, sección y magnitud de V 333
11.441 Viga hiempotrada, cable parabólico con Ja misn1a excentricidad en las
333
10.12 T~azad? .~e los cables en diferentes formas de vigas ...... secciones extremas . .. . .. . .. 404
10.13 D1spos1c1on de los anclajes .............. . 336
11.442 Viga biempotrada, cable parabólico con diferente excentricidad en las
10.2 La viga simple apoyada con armaduras pretesas . .. .. . . .. 340
secciones extremas .. ... ... . . , . . . . .. 407
341
11.443 Viga empotrada en ambos extremos, cable· recto 407

XVI
XVII
Págs ..
11.444 Viga empotrada en ambos extremos~ cable de trazado cualquiera 12,2 Efecto de las armaduras sobre la variación de tensiones a causa de la retracción Y
408
11.445 Cable recto anclado en un punto intermedio . . . . . . . . . , . . . . . . .. Ja fluencia ... ... . . . ................... .
408
11.446 Viga empotrada en un solo· extremo, cable parabólico c~n una excen· 12.21 Redistribución de 'tensiones debida a la retracción y la fluencia, en un p·risma
tricidad cualquiera en la sección de empotramiento . . . . . . . . . .. 409 armado comprimido axilmente , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . · · · · .. · · · · · · · · · · · ·
11.447 Viga empotrada en un solo extrem.o, cable poligonal con una excen· 12.211 Armadura ordinaria solamente. N constante. Advertencia previa res-
tricidad cualquiera en Ja sección de empotramiento ................. . 410 pecto a la º" adm. . ........ ··· ···
11.448 Cuadro sinóptico de momentos en la sección de empotramiento-M.,,- 12.212 Armadura ordinaria y acero de pretensar, estando el prisma so1netido
y momentos de empotramiento~M' v-, en vigas empotradas en uno al pretensa do V y a un esfuerzo axil N constante . . . . ..
o ambos extremos 411 12.22 El método de A.. BusEMANN o de las fibras conjugadas . . . . . . . ..
11.449 Indicaciones para la aplicacÍÓn··a~··los métodos de co~~;~~a.~Íón de 12.221 Un solo grupo de cables (pretensado en una sola cabeza)
momentos, de Cnoss, KANI (y otros), en el cálculo de estructuras pre· 12.222 El método de las fibras conjugadas, en el caso de dos grupos de cables
tensadas con un elevado grado de hiper-estatismo 4,14 (pretensado en dos cabezas) y fuerte armadura ordinaria (método de
11.5 Obtención de las tensiones BusEMANN~HAnEL) .. . . . . . .. . . . • . . . ,. . . • . . . . . . . . . . . . . ..
11.51 'fensiones normales longitudin~ie~ .. o.:.'.. 416
416 12.23 Resumen tabulado de los efectos de la retracción y la fluencia sobre las ten-
11.52 Tensiones tangenciales Txy •• • ••••••. siones y las deformaciones . . . . . . . . . . . . . · · ., . . . . · · · · · · · · · · · · · · · · · .. ·
417
11.521 Tensiones tangenciales en vigas de canto constante 417 12.24 Indicación acerca de la redistribución de tensiones de retracción y fluencia,
11.522 Tensiones tangenciales en vigas de canto variable MS en estructuras compuestas de hormigones de diferentes edades ......
11.53 1'ensiones normales transve·rsales Oy y Oz 4,20 12.3 La deformación de vigas isostáticas a causa del pretensado y la retracción y la fluencia.
11.54 Tensiones principales ... ... . . . ... . .. 421 12.31 El acortamiento de la viga (aproximado)
11.55 Observaciones acerca de las tensiones admisibles 423 12.32 La elástica de una viga pretensada isostática, originada por la retracción Y la
11.6 Dimensionamiento .. fluencia ...
4,21,
11.61 A.bacos de dimensionan1iento para secciones rectangulares ...... . 426 12.321 La solución general
11.611 Casos de dimensionamiento u obtención de tensiones en secciones 12.322 Fórmulas para hallar la rotación B, debida a la retracción y la fluencia,
rectangulares ... 431 en casos sencillos , .....
11.612 Caso·s de comprobación de secciones rectangulares 43,) 12.323 Solución simplificada para la fluencia, el caso de pretensado en una
11.62 Fórmulas aproximadas para secciones rectangulares, y cornparacíón entre el sola cabeza, despreciando Fe
pretensado completo y el limitado 435 12.324 Solución simplificada para la retracción ...
l l.621 P·retensado completo 436 12.325 Fórmulas aproximadas para la viga simplemente apoyada
11.622 Pretensado limitado 433 · 12.4 Efecto de la retracción y la fluencia sobre los esfuerzos y reacciones. hiperest.áticos,
11.63 Abacos .de dimensionamiento para secciones en T. I y en caJon 439 cuando no se tiene en cuenta el entorpecimiento ocasionado por 1as armaduras
11.631 Ejemplos de dimensionamiento previo con !os ábacos 11.VI a 11.XII 442 12.41 Generalidades . . . . . . . ..
11.64 Obtención de la fuerza de pretensado ~n el caso general .. . 449 12.42 Reducción por la fluencia de los esfuerzos que se originan en una estructura
11.641 Dimensionamiento del acero de pretensar ........ . 450 hiperestática al producirse un único desplazamiento rápido de un apoyo
11.65 Dimensionamiento de la armadura ordinaria necesaria para la seguridad a la 12.43 Reducción por la fluencia de los esfuerzos que Se originan en una estructura
fisuración .. . .. . .. . ... . .. .. . .. . . .. .. . .. . ,¡51 hiperestática a causa de moviinientos lentos de larga duración, o similares;
11.7 Comprobación de secciones compuestas (eleme~tos ·~~~fab~i~~d~·~ ; . h·~~~·¡g;;~ Í~ ~Ít~) '_ 452 0 también: Reducción por la fluencia de las tensiones debidas a la retracción
12.5 Efecto de la retracción y la :fluencia sobre ]as magnitudes hiperestáticas en estructuras
hiperestáticas con fuerte armadura; esíuerzo.s inducidos por ]a retracción Y la fluencia.
Capítulo 12 12.6 Resumen de los efectos de la retracción y la fluencia, en estructuras pretensada&
hiperestáticas .. . . .. . ..
12. Tratamiento analítico de los efectos de la retracción y la fluencia 12.61 Armaduras con rigidez propia pequeña (lr = O)
del hormigón 12.62 A.rmadura fuerte . . . . . . . ..

12.1 Pérdidas de fuerza de pretensado por retracción y fluencia 155


12.11 Introducción ...
1
Capítulo 13
455
12.12 Obtención de la pérdida de fuerza de pretensado por retracción y fluencia, en
incrementos de <p. (Cálculo por diferencias finitas) ......................... ..
13. La comprobación de la seguridad al agotamiento
459
12.13 Obtención de la pérdida de fuerza de pretensado po·r retracción y fluencia por 13.l Generalidades . . . . .. 515
medio de la ecuación diferencial de D1scHINGER ' 13.2 Tipos de agotamiento .. 518
463
12.14 Determinación aproximada de· la pérdida de pret~~~~d~· ~~~ ·~~t;~~~ÍÓ~. ~ ·fl~~~cÍ~~ 465 13.21 Tipos de agotamiento por flexión, existiendo adherencia 519
G, 12.15 Fórmula simplificada para obtener la pérdida de pret.ensado por retracción y 13,22 Tipos de agotamiento por cortadura, existiendo adherencia 520
fluencia, partiendo de V"" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . .. . . .. . .. . . . . .. .. . 467 13.3 El cálculo del agotamiento por flexión. Momento crítico y momento de rotura (mo·
12.1.6 Resumen d.el cálculo práctico de la pérdida de pretensado, en el caso de cuan· mento de agotamiento) .. . ..... ··· .. . 523
tías normales de armadura (armadura ordinaria reducida) . .. . . . . . . . . . . . . . .. 13.31 La capacidad resistente Z de la zona de tracción .. . 523
469
12.I 7 Cálculo de la pérdida de pretensad,0 por retracción y fluencia en vigas iso·s· 13.311 Armadura mínima para evitar el tipo de agotamiento la 523
táticas, por medio del módulo ficticio de elasticidad E'¡, (método de B. FRITZ) 470 13.312 La capacidad resistente Z de las armaduras, en el tipo de agotamiento lb. 525
12.171 Efecto de la fluencia sobre el estado de carga "pretensado y carga 13.313 La capacidad resistente Z de las armaduras, en el tip-0 de agotamiento 2. 527
mantenida" ... 13.32 La capacidad resistente D de la zona de compresión del hormigón ........ . 528
.470
12.172 Efecto de la retracción después de crear la adherencia ... 471
13.321 La obtención de D, en el caso de carga rápida (según los ensayos de
12.18 Variación de la pérdida de pretensado a lo largo de la estructura H. RüscH) "' ·" "" ... "' ·" ." "" '" "" •" "' '" ·" "" 529
473

XVIII XIX
Págs.
Capítulo 14
13.322 Obtención simplificada de D, considerando la influencia de la carga
mantenida 533 14. Seguridad a la fatiga bajo solicitación oscilante Págs.
13.323Obtención aproximada de D, según DIN 4 227 (edición de octubre
14.1 Generalidades ...................... .. 591
de 1953) ...... ,., , .... . 535 14.2 Conse-cuencias de los resultados de ensayos ... ... ... . ................ . 592
13.324 Otras fórmulas aproximadas para D ... 536
·14.3 Cálculo analítico de la resistencia a la fatiga en el caso de solicitación oscilante a
13.325 Caso de que exista armadura de compresión 537 flexión .. 594
13.33 La obtención del momento de rotura Mu o del momento crítico de deforma~
ción Mkr de una sección de una viga (momento de agotamiento) ........... . 538
13.331 Determinación del momento de agotamiento en el caso de flexión sim-
ple o compuesta, por medio del ábaco unificado de H. RüscH para
zona de compresión de sección rectangular . . . , . . . . . . , . . . . . . . . . . . . . . .. 538 Capítulo 15
13.332 Ahacos de dimensionamiento para el momento de agotamiento con
proceso de carga rápido, basados en resultados de ensayos . . . . .. 540 15. Problemas de estabilidad de piezas pretensadas
13.333 A.bacos de dimensionamiento para el momento de agotamiento, en el
caso de carga mantenida . . . ... ... ... . .. . .. . .. 541 15.l El pandeo de una barra pretensa da .. . .. . .. . . . . .. . .. 601
13.334, Ejemplos de aplicación de lo~ ábacos ... . ................... . 542 15.2 El p,andeo de placas pre-tensadas y estructuras laminares 602
13.335 Cálculo del momento de agotamiento y de la armadura crítica, en el 15.3 El pandeo lateral de vigas pretensa das .. . . .. .. . .. . . .. 602
caso de sección rectangular . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . .. . 547 15.31 Comprobación de la seguridad al pandeo lateral 605
13.336 Obtención gráfica del momento de agotamiento, según E. MOnscn: 552
13.337 Secciones no rectangulares ..................................... .. 554
13.338 Momento de agotamiento en el caso de armadTura de pretensado en
ambas cabezas .. . . . . . . . .. . . . . . .. . . . . .. ... .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . ... . .. 555 Capítulo 16
13Jl Seguridad al agotamiento por flexión en las estructuras exteri.ormente hip_erestáticas ... 556
13.4] Advertencia preliminar .. . . .. .. . . .. .. . .. . . .. ... . . . . . . . .. 556 16. Campo especial de aplicación delj pretensado
13.42 La deformación de una pieza trabajando a flexión .. . .. . .. . .. . . . . . .. 557
13.43 La influencia del E · ] variable, sobre la distribución de momentos 560 16.l El pretensa do de depósitos de revolución . . . . . . . .. 611
13.44, Obtención analítica de la redistribución de momentos en el estado II 562 16.ll Depósitos cilíndricos de planta circular ... 611
13.45 La redistribución de _momento por formación de rótulas plásticas en el do- 16.111 Generalidades ... ... '" ...... , .. 611
minio@...... . ...... ,. ... ... ... ... ... ... .. . .......... . 563 16.112 Las fuerzas a tener en cuenta .. . 612
13.46 Obtención práctica de la carga de agotamiento posible por Ja redistribución 16.113 La solera del depósito .............. . 614
de momentos . . . . . . .. . . .. 564 16.114 La unión de la solera y la pared ... 615
13.4 7 Condiciones simples de equilibrio para la carga de agotamiento de vigas con· 16.115 La pared del depósito . . . . . . . . 617
tinuas ........ . 567 16.116 La cubierta del depósito ...... 623
13.471 Tramos extremos de vigas continuas .... .. 567 16.117 DimeJlsiones más económicas ........... . 627
13.472 Tramos interiores de vigas continuas ..... . 569 • 16.12 Formas esp·eciales de depósitos de hormigón pretensado 627
13.48 Comprobación de la seguri4ad al agotamiento en estructuras laminares y en 16.2 Tubos y galerías pretensados .. .. ....... .. 630
placas ... .. . ....... . 570 16.21 Advertencia previa .......... .. 630
13.5 Seguridad al agotamiento por flexión~ en el caso de cables sin adherencia 570 16.22 Fabricación de tubos . . . . . . .. . . . . ... .. . . . . .. . 631
13.6 Segu,ridad al agotamiento por cortadura 573 16.23 E.mpalme de tubos ........... . 634
13.61 Generalidades .......... .. 573 16.24 Galerías y sifones de hormigón pretensado ....... .. 635
13.61! El problema ... .. ....... , ... ., ....... .. 573 16.25 Canales elevados ... .. . ........................ .. 636
13.612 Dimensionamiento a cortadura, según la norma DIN 4 227 574 16.3 Firmes de carreteras y pistas de aeropuertos de hormigón pretensado 636
13.62 Comprobación del agotamiento por cortadura segiín R. WALTHER (para los tipos 16.31 Generalidades ... ... ... ... ... ... .. . ... ... ... .. ....... 636
de agotamiento lb y le) ... .. .......... , ................... . 574 16.32 L-as solicitaciones de los firmes de hormigón .. . . . . .. . .. . .. . 637
13.621 Advertencia preliminar .. . ... ... .. . ... . ................ . 574 16.321 Variaciones de longitud y su entorpecimiento por el rozamiento 637
13.622 El coeficiente de seguridad en el agotamiento por cortadura 575 16.322 Diferencias de te-mperatura o de retracción 639
13.623 Condiciones de deformación ...... 575 16.323 Cargas móviles ... ... ... . ......... . 639
13.624 Condiciones de equilibrio .. . . . . . . . . .. 577 16.33 El pretensado ... ... ... ... ... . .... . 640
13.625 La posición de la fibra neutra . .. .. . .. 580 16.331 El grado conveniente de pretensado ..... . 641
13.626 El momento de agotamiento por cortadura 580 16.332 La tensión admisible en el acero de pretensar 642
13.627 Elección de la sección crítica y dimensionamiento de la armadura de 16.34 Posibilidades constructivas ........... . 642
esfuerzo cortante . . . . . . .. . . .. . .. . .. 581 16.341 Armaduras pretesas . . . . .. , .. . . . .. . 642
13.63 Ejemplos de comprobación de la seguridad al agotamiento p-0r cortadura, se· 16.342 Armaduras postesas .. . . . . . . . . .. .. . 643
gún el método de R. WALTHER , . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 583 16.343 Juntas de dilatación . . . .. . .. ........ .. 646
13.64 Recomendación general para el dimensionamiento de la armadura de esfuerzo 16.344 Pretensado longitudinal sin cables (pretensado externo) 648
cortante, cuando no sea posible la compi-obación del agotamiento según el 16.34_.5 Revestimientos pretensados para canales ........ . 653
apartado 13.62 588 16.4 Traviesas de ferrocarril de hormigón pretensado ...... 654
13.65 Armadura mínima de esfuerzo cortante· ...... 589 16.5 Postes, pilotes y tablestacados de hormigón pre-tensado 657
13.66 Comprobación de la compresión oblicua en el alma 590 16.51 Postes de hormigón pretensado ........... . 657
16.52 Pilotes y tablestacas de hormigón pretensado ... 660

XX XXI
Págs.

16.6 Estructuras pJe·gadas y láminas pretensadas 663


16.61 Generalidades ... ... ... ., . ... .. , ... 663
16.62 Ejemplos de láminas cilíndr-icas . . . . .. 665
16.63 Ejemplos de láminas en paraboloide hiperbólico 669
Notación
16.64 Ejemplos de láminas formadas por pretensado conjunto de piezas prefabricadas. 673
16.65 Ejemp.Jos de estructuras plegadas .. 676 Los símbolos no incluidos aquí son de una importancia relativa o bien son utilizados en exposiciones
16.66 Ejemplos de cubiertas colgantes pretensadas 678 muy particulares. Su significado viene aclarado, en cada caso, en el texto 1
16.7 Estructuras trianguladas pretensa das . . . . . . . . . . .. 681
16.8 Anclajes pretensados de cimentaciones 688 co = después de tener lugar la retracc1on
1. Snbíndices y la fluencia (después de pérdidas) ;
en el instante t = ro
1.1 Indicadores de la causa
= valore'" ideales (al considerar las ar-
Capítulo 17 g = carga permanente, peso propio maduras)
p = sobrecarga, carga móvil n = valores netos (ver valores caracterís-
l7. Resistencia al fuego del hormigón pretensaclo q = g ·+p, carga de servicio ticos de una sección)
695
v = pretensado (Vorspannung) el =elástico
17.1 Generalidades
17.2
s = retracción (Schwinden) pl =plástico
Algunos resultados de ensayos en vigas y fortajos de hormigón pretensado 696
k = fluencia (Kriechen)
17.3 Experiencias recogidas en un incendio de grandes proporciones ........ . 698
t =tiempo
17.4 Recomendaciones para asegurar la resistencia al fuego de estructuras de hormigón 1.5 Supraíndices
pretensa do 699
T = temperatura
17 .41 Estructuras desprotegidas 699
z = tracción (Zu g) :::::: situado en el lado de las compresio-
D = compresión (Druck) nes; por ejemplo: F' e = armadura de
17 .42 Aumento de la resistencia al fuego por medio de revestimientos protectores 700
B = flexión (Biegung) compresión
T =torsión (0) =valores en el banco de tesado (antes
de la transmisión)
1.2 Indicadores del lugar o = valores correspondientes al sistema
Capítulo lll base isostático
b = hormigón (Beton)
18. Ensayos de rotura dignos de mención e = armadura ordinaria
18.1 Ensayos individuales en vigas simplemente apoyadas 701 z = armadura pretensada
Gl = conducto (Gleitkanal) 2. Longitudes, alturas, distancias
18.2 Ensayos en serie de rotura por flexión .. , . 702
18.3 Ensayos de cortadura en vigas simplemente apoyadas 703 o =fibra superior (ohen)
= luz; separac1on entre apoyo·s; lon-
18.4 Ensayos de vigas pretensadas prefabricadas trabajando en colaboración con ,hormigón
~ u = fihra inferior (unten)
gitud
=,izquierda (links)
in situ 704
r =: derecha (rechts}
= \ longitud de introducción de la
18.5 Ensayos en vigas con armaduras pretesas, de cierta edad 704 e = < fuerza de pretensado, existiendo
Ensayos en vigas hiperestáticas 705 ni = en medio (mitte)
18.6
18.7 Ensayos en placas . . . .. . 705 I-l = horizontal
la
( adherencia
~ ~ longitud de anclaje de la fuerza de
Ensayos de fatiga con carga oscilante 706
V =vertical
18.8 ü _ ( pretensado, existiendo adherencia
Ensayos de rotura en estructuras construidas 706 x, y, z = coordenadas
18.9
s =longitud de perturbación (aparta·
do 3.131)
1.3 Indicadores del estado de carga !, =longitud del anclaje, en los anclajes
Capítulo 19 de abanico (apartado 3.132)
u = carga de rotura, carga de agota- = longitud de pandeo; longitud per-
miento turbada por el deslizamiento de la
19. lndicaciones acerca ele la ejecución ele la obra, cimbras y similares kr = carga crítica; pérdida de la capaci- cuña (apartado 7.43)
dad de utilización a causa de la
Armadura de· pretensar 709 X = distancia en horizontal al apoyo
19.1 deformación
d =canto (total) de la sección; diáme-
19.2 Cimbras .............. . 713
tro de un círculo (también. 0)
19.3 El programa de hormigonado ... 717
= diámetro interior de una hélice o
19.4 La puesta en obra del hormigón 718 1.4 Indicaciones especiales zuncho
19.5 La operación de pretensar .. 718
n = un. número cualquiera de ... h = distancia de las armaduras al borde
19.6 Vigilancia de obra 718
O = antes de tener lugar la retracción y comprimido = canto útil
19.7 Prevención de accidentes ... 719
la fluencia (antes de pérdidas) ; en b = ancho de la sección; ancho de la
el instante t = O cabeza de compresión, en vigas en T

1 En la traducción se ha procurado cambiar lo menos posible los símbolos utilizados por el autor, con
Capítulo 20 el fin de evitar errores tipográfico·s. Por ello, cuando el símbolo es muy alejado del que podría esperarse
en españo~ se ha incluido en este índice, entre paréntesis, la palabra alemana de- la que deriva, para disi·
20. Datos históricos 721 par extrañezas. (N. del T.)

XXII XXIII
==: espesor del alma en vigas en T J /3P =resistencia prismática del hormigón A = disminución de la fuerza de preten·
= distancias al eje o directriz (positi- w = -
y
= momento resistente j3 P, = resistencia a compresión bajo ten- · sado V; positiva en cuanto que re~
vas por debajo del eje) sión tangencial, ver apartado ·13.6 duce el valor absoluto de la V ne·
J = momento de inercia
X
~ ~ altura de la zona de compresión
s = momento estático de una superficie {Je = resistencia cúbica del hormigón gativa
y, con respecto al eje horizontal de una fJ = = resistencia. final, en el instante t = co A,B .. = reacciones de apoyo
z = brazo mecállico = distancia entre las sección /Jn =-resistencia minorada del hormigón p = pres1on sobre eI terreno, sobre el
resultantes Z y D SF~ =momento estático de la sec- (Cap. 13) firme o de un apoyo
r = radio de un círculo - ción de armaduras multiplica- /fbz =- resistencia del hormigón en tracción
f = flecha del eje de un cable doblado da por n, con respecto a la pura (no en ensayo de flexotracción)
(positiva si las fuerzas de desviación fibra neutra (apartado 6.51) /JP =resistencia a la fatiga= tensión su-
se dirigen hacia arriba) = cuantía de armadura perior correspondiente a una am-
7. Fuerzas internas, esfuerzos
a = distancia entre armaduras, piezas, et- F, plitud de oscilación 2aA sobre una
cétera ,u, Z = esfuerzo de tracción; fuerza de trac-
b·h tensión base a,,
s = longitud de una barra en un sistema ción (resultante de tensiones) ; siem-
F, . /JF¡n) =resistencia bajo carga intermitente
estático teórico ,Ubz =- ----------::::: cuantla referida a la su- pre positiva
(tensión base= O)
Fb " per11c1e Ze ::::::: esfuerzo de tracción en la ar-
= -v-:- =radio de giro
/Aw =
tracción
E. •
de la zona de

cuantía crítíca (agotamiento si-


fJ r =- resistencia al deslizamiento entre
hormigón y acero; resistencia de ad-
herencia, apartado 6.6
madura ordinaria
Zz = esfuerzo de tracción en la ar 0

M madura de pretensar
= distancia de la línea de acción multáneo del hormigón y el z .. = resistencia normalizada del cernen~
)r
Zv =fuerza de tracción en el hor·
de una fuerza N al centro res- acero) ; capítulo 13 N .. =. to, en kg/ cm2 migón (resultante de· las trae·
pecto al cual se calculan los B. ::".:= resistencia normalizada del hormi- ciones que soporte)
momentos gón, en kg/ cm2 Z,v (o abreviadamente Z) = esfuerzo
= distancia del eje del cable al eje St I, II, III = calidad normalizada del acero de de tracción en el acero de
horizontal de una sección (positiva 4. Constantes de los materiales pretensar, debido al preten~
annar
hacia abajo) sado
St .. /... =calidad del acero, expre·sada por e]
• :::::: excentricidad de la fuerza de pre.
tensado en el extremo, o sobre el
E = módulo de elasticidad
Ez = módulo de elasticidad del ace- límite elástico (1.n cifra) y la resis-
Zs~k =pérdida de esfuerzo de pre-
tensado en el acero debido a
apoyo; excentricidad del cable en ro de pretensar tencia a tracción (2.ª cifra), en kilo-
la retracción y la fluencia
dichos lugares Eb =módulo de elasticidad del hor- gramo/mm2. Si se da un solo núme-
(negativa)
=perímetro (Umfang) migón ro corresponde a la resistencia a
"a = dimensión de la placa de anclaje de Ee1 :::: módulo de elasticidad en el tracción D =- fuerza de compresión (resultante de
tensiones), siempre negativa
un cable según la dirección vertical caso de comportamiento pura·
y =fuerza de compresión Db en el hor·
b' = ancho de la placa de anclaje de un mente elástico
migón, referida a b · h · {JR
cable E, =módulo secante
n 6.· Fuerzas externas N = esfuerzo normal
=relación entre los :i:µódulos de elasti·
Q = esfuerzo cortante
cidad del acero y el hormigón
Ee. . _ Ez V :::: fuerza de pretensado; fuerza del an- R == resultante de varias fuerzas
n, = ___ n, = --- claje; negativa como fuerza de com· M = momento flector
3. Areas, momentos resistentes, etc. I~b Eb
pre~ión sobre el hormigón (en capí- M',Q' = esfuerzos en el sistema hase iso-stá~
G =- módulo de rigidez tulo 9 positiva, sin emhargO) tico
F ·:::::-~ área de una sección Eirans. f¡ • d p . V(O) = fuerza de }a armadura Cll el =- esfuerzos hiperestáticos
= - - = coe1c1ente e 01sson (< l);
Fe .- sección de armaduras ordi- banco de tesado (fuerza de = momento en una sección con res-
Eiong. a veces se trabaja con el va-
narias p·retesado)
lor inverso m (> 1) pecto al centro de gravedad de las
F, = sección de armaduras de pre- Va ::::::: fuerza de pretensado después
= coeficiente de dilatación térmica armaduras= Db · z = M -N ·e;
tensar de soltar los- anclajes del ban- apartado 13.3
F,, = área de la sección de la pie- co, es decir, después de la
za (bruta, incluidas F. y Fz m, = momento Mz referido a b · h2 • {Jn.
transmisión; fuerza iniciar de apartado 13.3
o FG1) pretensado en el caso de ar-
F., =sección '·neta= F1,--Fe-Fz 5. Resistencias maduras postesas
= 1Wsu, o+ Ms,., nu + ... momento de
() FGI agotamiento por cortadura; aparta-
V = fuerza de pretensado después
F, = sección ideal= {Js = límite elástico del acero
00
do 13.6
de pérdidas
= F; + (n-1) F" etc. (1,,, = límite elástico convencional 0,2 % g,G = peso propio: carga permanente
Ms,,, o= momento de agotamiento por
F0z = área de la zona de tracción /30,01 =- .límite convencional de proporciona- cortadura resistido por el
p,P = sobrecarga, carga móvil hormigón
del hormigón lidad
M = momento exterior, par ilfsu, s;1 =momento de agotamiento
=resistencia a tracción (tensión de ro-
Ft = Fe+ Fi El___( = incógnitas hiperestáticas p·or cortadura resistido por
tura) del acero
, E, (apartado 12.2) = fuerzas de desviación de un cahle lo'S estribos
=resistencia cúbica del hormigón, en
F11 = l'n+Fí general a los 28 días (probeta de 20 r,R = variación de la fuerza de pretensado 1n.s" =momento Msu referido a b · h 2 • ¡3R
F1, F2 = superficies equivalentes en el centímetros) provocada por el rozamiento al tesar M* = momento ideal debido a las rotacio~
método de Busemann, apar· {Jw 7 = resistencia cúbica del hÜrmi- R = fuerza de rozamiento en la superfi- nes, para obtención de la elástica;
tado 12.2 gÓn a los 7 días cie de una cuña, apartado 3.231 apartado 12.32

XXIV
XXV
M = momento de empotramiento perfec- = tens1on en la armadura de pretensar
to, para aplicación de los métodos =tensión del hormigón (::::compresión)
U. Símbolos especiales
= relación de la resistencia a compre-
de compensac1on de momentos; = tensión de tracci.ón en el hormigón sión bajo tensión tangencial, fJv T• a 0 = diámetro de una barra, alambre, etc.
apartado 12.5 =- tensión debida al pretensado la resistencia prismática /3r, aparta- Z = contenido de cemento
a(ºl = tensión de pretesado do 13.6 W = contenido de agua
a0 = tensión inmediatamente des· = ángulos, por ejemplo ángulo de des- W = W ;z = relación agua cemento
pués de transmitir la fuerza de viación del cable (voluntario) MiO = contenido de mortero
8. Deformaci.ones pretensado al hormigón H. r
ª= =tensión después de tener lugar fJ =ondulación= ondulación involunta· =humedad relativa
ria del cable, por unidad de longi- KW = factor del hormigón; apartados 2.233
(Acortamientos, alargamientos, giros) la retracción y la fluencia, en tud ('/m) y 2.4
el instante t = co = 2 (a+ fJ · l) =ángulo total de des· M .. = símbolo para las roscas universales
Al = variación de longitud; recorrido de y
= tensión en el hormigón debida a la viación del cable según normas DIN
tesado carga mantenida (en el cap. 12 a la máx. =máximo
Al altura del eje del cable} = - = _________!!__~- = coeficiente
•=--! =deformación unitaria (negativa si es
acortamiento; positiva si es alarga-
= tensión tangencial
a Ebvo___
ébvo - ézvo n . µ +1
mín.
const.
=mínimo
=constante
miento) = tensión de adherencia entre hormi· para obtención de la pérdida de nec. =necesario
gón y acero fuerza de pretensado debida a la re• adm. =admisible
E¡, = deformación del hormigón
E:.r. = deformación del acero d·e pre·
= semiamplitud de osci1ación en el tracción y la fluencia; capítulo 12 med. = valor medio de
caso de solicitación osci1ante
tensar
Eq = alargamiento del acero de pre-
2aA = ªº - a,,= amplitud de oscila-
tensar deh-ido a las cargas, en ción
la situación de· agotamiento a,, = tensión superior
E<Ol =alargamiento de pretesado
a,. = tensión base o inferior
Ee1 = deformación elástica Om ªº -
= ---·+-
ª" = tens1on
. , me d'ia
Ert = deformación plástica 2
e, :::: acortamiento de retracción.
Ek = acortamiento de fluencia
r:p = <p"' = ____!!_ __ .~ =coeficiente final de fluencia 10. Coeficientes, ángulos
Eh, et
<pN = coeficiente final de fluencia al = coeficiente de seguridad
cargar a los 28 días de endu- v' = coeficiente de· seguridad a apli~
recimiento normalizado car a los esfuerzos hlperestáti-
(5w = alargamiento de rotura del acero, cos
medido en probeta de longitud lOd 1's =coeficiente de seguridad referi-
v = corrimiento de un punto do al acero
f =flecha µ = coeficiente de rozamiento
<p =giro f-l' = coeficiente· de rozamiento al
1.p = giro de una barra aflojar el cable en el punto de
r = giro de la tangente a la elástica en tesado o al producirse un des-
su extremo lizamiento en el anclaje
{} = rotación =x/h
Q = rotación de una rótula plástica; = z/h
apartado 13.4 :::::: coeficiente para valorar la retrac-
011, Ó12 ••• =movimientos provocados por las hi· ción s,; apartado 2.233
perestáticas X1, X2 ... = coeficientes para valorar el coeficien·
rº = giro de la tangente extrema en el te de fluencia <p; apartado 2.24
sistema base isostático k, = coeficiente para obtención de la ri~
r' = giro de Ja tangente extrema debido gidez a flexión en el estado TI,
a los momentos hiperestáticos E · Jil = µ · b · h 3 • ke; capítulo 13
= coeficiente para obtención de la se-
guridad al agotamiento por corta-
dura; apartado 13.6
9. Tensiones = coeficiente para definir el volumen
a
de compre·siones; capítulo 13
(Las con1presiones., siempre negativas; las
tracciones, siempre positivas) a' = coeficiente que de.fine la distancia de
la resultante de· compresiones Db al
= tensiones principales borde comprimido; capítulo 13
a1 generalmente tracción = coeficientes similares a a y a', a uti-
=- tensiones en las direccione·s x e y lizar en el caso de carga oscilante;
= tensión en la armadura ordinaria capítulo 14

XXVI XXVII
CAPITULO 1

1. Conceptos fundamentales relativos al hormigón pretensado

1.1 La deficiente resistencia a tracción del hormigón

La resistencia a tracción del horn1igón alcanza, como es sabido, solan1cnte alrededor de 1/ 10


de su resistencia a con1presión, y, en general, ni siquiera se dispone de ella para soportar
cargas, ya q11e es co·nsun1ida, parcial o totaln1ente, por las inevitables tensiones propias.

Las diferencias de ten1peratura, con10 las que se originan por el calor de fragu.ado del ceR
n1ento o, posteriormente, con10 consecuencia de las variaciones clin1áticas, así co1no las di~
fcrencias. de secado (y, por tanto, de retracción), o el entorpecin1ien.to de ]a retracción por
las ar111ad11ras, dan lugar a co'nsidcrables tensiones propias de tracción y con1presión. En
las juntas de hormigonado aparecen, además, zonas de n1enor resistencia a tracción .. A con-
secuencia de estos fenómenos, las piezas de horn1igón no armadas pueden llegar co·n el
tiempo a fisurarse, incluso sin la actuación de cargas exteriores ( [ 65], pág. 18), por lo que,
ya desde un principio, se despreció la resistencia a tracción del l1orn1igón, arn_1ándolo con
barras de acero que, resistiendo la tracción que no pue<lc soportar el horn1igór1 al fisurar-
se, in1piden q11e se abra la grieta.

A causa de esta deficiente resistencia a trae~


ción y de las considerables tracciones propias,
se calcula el l1orn1igón arn1ado, segú'n la teoría
clásica, suponiendo su zona de tracción. fisu~­
rada, y se confía la resistencia de las traccio~
n'es a las armaduras (fig. 1.1).

Las :fisuras supuestas e'n el cálculo aparecen


de hecho hajo la carga total, aunque no se
las vea a sin1ple vista. Se ha conseguido dis~
111inuir la separación entre :fisuras y, por tan-
to, su anch.o, n1ediante un reparto adecuado
de la armadura y la utilización de harras de seccíón tensiones tensiones
en las fisuras entre fisuras
forn1as esp·cciales con buena adherencia. To-
n1an.do como base la experiencia recogida has- Fig. 1.1 En el hormigón armado se supone fisurada la
zona de tracciones y se admite que la tracción
ta el rr101nento- se puede aceptar como inofen.- es resistida solamente por el acero.
sivo un ancho de fisura de l1asta 0,2 m.m, en
estructuras a la inten1perie, y de 0,3 mn1, en estructuras protegidas, siempre que- no exis 0

tan ca11sas serias de corrosión.

Sin embargo, se han observado en ocasiones graves daños debidos a la fi.suración, especial·
mente c11ando el recubrin1iento de las barras era de111asiado pequeño o en casos en que se
vio favorecida su destrucción por condiciones atmosféricas adversas, agua de mar, gases
de hun1os o similares.

La fisuración del horn1igón f~e considerada con10 perjudicial desde los primeros tie111poE
del hor1nigón arn1ado. Pronto se pensó, por ello, en evitar las fisuras, pretensando o son1e·
tiendo a compresión el hormigón mediante el tesado de las barras de acero (véase cap. 20) ·

1
-.-.-.
-:-~-"--

1.2 Los fundamentos del pretensado interno de la barra en una secc1on, por Z. El subíndice v, _afectando a tensiones y simi~
lares, indica que su causa es el prete·nsado.
La idea fundan1ental del pretensado es someter a compres1011 al l1orn1ígó11, antes de carª
garlo, en todas aquellas partes en que las cargas produzcan tracciones. De esta forma, has~ Hen1os supuesto prin1eramente, con10 sin1plificación, la barra centrada, obteniendo así en
ta que ee,tas compresi0;pes previas no son anuladas, no aparecen de hec110 tracciones en el l1ormigón una con1presión t1niforme.
el hormigón. Coloquemos ahora esta pieza de hormigón pretensado sobre dos apoyos, a modo de viga
Con10 aclaración, estudiaremos con ciertas mo~ificaciones, y con ayu.da de la figt1ra 1.2, los
(fig. 1.3). Se originan entonces unos momentos f!ectores debidos a las cargas g p = q, que +
da·n lugar a tensiones de compresión y de tracción de igual magnitud, que se superponen
prin1eros intentos de pretensar el l1ormigón.
a las debidas al pretensado.
En un prisn1a d.e l1ormigón se deja embebida una barra de acero provista en sus extremos
Con ello aumentan en las fibras superiores las tensiones de compresión que provienen del
de placas de apoyo, roscas y tuercas, que es tesada, haciendo girar las tuercas, una vez pretensado, disminuyendo, por el contrario, en las fibras inferiores, en las que, sin em~
endurecido el hormigón. Supongamos que la barra de acero puede deslizar sin rozamien- hargo, no aparecen tracciones. mientras las tensiones producidas por la flexión sean me~
to en el interior del pris1na. I.a barra se deformará en toda su longit11d., en relación a la nores que las compresiones producidas por el pretensado (übq < ab,). La virra de hormi-
fuerza aplicada. Esta deformación tiene 11na gra11 i1npork'lncia. La tracción q11e aparece en
gón pretensada resiste, pues, a flexión hasta un cierto límite, sin que aparezc:n tracciones
la barra a causa del tesado se transmite a las tuercas y, a través de las placas de apoyo o
reales, ya que la zona de tracción estaba sometida a unas compresiones previas. El hor..
de anclaje, al h_ormigón, produciendo e11 éste las compresiones deseadas. Con10 consecuenM
n1i gón no se fisura, actúa con10 un n1aterial homogéneo y resistente a tracción, y hay que
cia, el horn1igón se acorta y la barra de acero sobresale del prisn1a d.e horn1igón un.a lon~ calcular, por tanto, la pieza considerando su sección como homogénea (estado I de la teo-
gitud que corresponde a su propio alargamiento, más el acortan1iellto del prisma. El desm
ría del hormigón armado) 1•
plazamiento total del extremo de la barra referido a la hase del prisma, al que llamare·
moe/!!recorrido de tesado, es la suma del alargan1iento del acero y el acortan1icnto del horm Sólo cuando las tracciones debidas a la fle- pretensado solo sección
rnigón 1• xión superan a las compresiones del pre- viga ingrávida eficaz
tensado (abq >Obv) aparecen de hecho
Al hor111igón so111etido a compres1on en esta forn1a lo llan1amos preterisado. La fu.erza d.e tracciones, y con el aumento de la carga,
tracción en la barra de acero es la fuerza de pretensado, que actúa sohre el elemento de y una vez vencida la dudosa resistencia a
horn1igón en forn1a de :fuerzas exteriores en eq1tilibrio entre sí, y que, por ta'nto, no ocau tracción del hormigón, tendrá lugar la fisu-
sionan reacciones <le apoyo en las vigas isostáticas. A la fu_erza de anc]aje de la ]larra, ración <l.e la pieza? al igual que en el hor~
que actúa sobre el l1ormigón co1110 una fuerza exterior, la d.csignar11os por V; al esfuerzo migón armado (estado H). Con ello, la
viga pretensada cargada
sección eficaz pasa bruscamente de ser el
sección rectángulo lleno a ser tan sólo la pequeña

~- ¡~
eficaz zona de compresión señalada en la figu·
~ntes de tesar ll sin tensión
1 ··.1
€=··==lr [@] rJ •l ra 1.1, co1npletada ú.nica1nente con el es-

~A---:-~
L .• fuerzo de tracción e'n la barra de acero, al
1 prescindirse de la resistencia a tracción
: 1

1 "1- - - - -- lb ........,.JI
del hormigón. La importancia de esta
momento suma M~v
: !después de tesar :
pretensado fiector transformación súbita de la sección resis
... 3:'.'_
0

1 ~uerza V en la armadura tensión en ei acero SÓio sólo


t<_~b adr
1
tente aparecerá más tarde, al estudiar las
+~rtt= ~
r'7
V 11

ll
7
~· +Al/
tensiones del acero y la seguridad frente
---L~J
~~alargamiento

li
:
Lil
l=
lízv
-¡;·lz
,
del acero :
i
1
! tensión en e! hormiqón
j J
+
- "")/'' do'l "'"
,/
(fov
al agotamiento.

Si te·nen1os en cuenta al1ora que la tensión pretensado


sólo
V
momento flector
sólo
: fuerza V en ei hormigón i t1ov de co1npresión en el hormigón está limi~
-v-1@ ~ [] '-'b adm -
j
tada superiormente por la resistencia de Fig. 1.4 La barra de acero está situada en el extremo
....j·~,~~~~~~~_J
1-·· acortamíento

h
del hormigón
tfz.,O'ºl)z
Eb b
[J
-({¡,
j
~ j' tJo'l < df!v
éste y por la seguridad prescrita, vemos
q11e, en el caso de trabajo a flexión, las
precompresiones en la zona de compresión
inferior del núcleo central.

dismi1Tuyen la capacidad resistente, mientras que en la zona de tracción son de desear


altas te·nsiones prevías de compresión para utilizarlas posteriormente en la con1pensación
Fig. 1.2 Prisma de hormigón pretensado axilrnente Fig. 1.3 El prisma de la figura 1.2 trabajando
con una barra de acero, antes y después como viga sobre dos apoyos. Superposi- de las tracciones producidas por la carga. El pretensado centrado no es apto, por tanto,
de tesar ésta. ción de las tensiones de flexión y de
pre tensado.
1 Según ~a
,norma DIN 4 224 se definen dos estados de tensiones a efectos de la comprobación de secciones
d~ horm1gon armado o pretensado. En el estado I se supone el hormigón no fisurado en la sección a estu.
1 Para designar a lo que hemos llamado "recorrido de tesado" se emplean con frecuencia, en la pra('t1ca~ d1ar~ trabajapdo, pues, en toda ella~ bien en compresión o resistiendo ciertas tracciones admisibles. En el
los términos alargamiento de pretensado, alarga1niento del cable, etc., etc., totalmente incorrectos y eón· estado !l .se supone fisurado el hormigón hasta cierta altura, quedando inutilizada parte de la sección, que
rusos, como se deduce de la propia definición. (N. del T.) es sustituida por una armadura de acero. (N. del T.)

2 3
en el caso de flexión en un solo sentido, ya que únicamente se puede aprovechar e'nton~
ces la mitad de la tensión admisible a compresión. mente, a una disn1inución del alargamiento de la barra de pretensar; disn1inuye entonce5
la tensión en ésta, y con ello también la fuerza de pretensado que comprime al hor·
f~loqllelllos _a}:'()Eª ..cl,,~centradaJaharora··de··· pPetensar·{fig•. -1.4}.,..pür....ejemplQ.. en.t;l e:r.c!!!'J!lO migón.
infedor del núcleo <ce:..nlr!ll@~imª.s!'cc5<?.1cl..rnctangnlar.,ª11e.rci.QJ.kl.camo),y . oktendremos
-·.:
~~~i~=~?llSCi::~ñ~i~~-q~~t~\I!!filJ~!!§,ªJ;lg~·-'ªQ!.Q_~,JlUªS.,._C1lfilPX~Í.Q!1~-~-~-~·ºg~ .!~P~!.t~: .. !!:!~E..i~J~;~ ~~~-!~.§ La retracción del hormigón alcanza valores comprendidos entre el 0,2 y el 0,5 %0, depen-
c11ales se s~r,err)Oil~!J~' c!e Il~eyo,"HJf!§ tt)n§iones nroducidas_por~ la flexión. di.cnd<> de su calidad y conservación. La fluencia del hormigón bajo carga es un acor-
tamiento plástico lento, que se suma al acortamiento elástico y que puede alcanzar un
Vemos que es posible aprovecl1ar totaln1ente la tensión admisible a compresión, tanto valor cuádruplo del de éste. En los hormigones utilizados en los primeros tiempos del
en la fibra inferior, para el pretensado, con10 en la superior, para la carga. pretensado, que eran rela;tivamente 1nalos, el acortamiento diferido podía alcanzar fá~
Si una parte (g) de la carga actúa permanentemente, se pnede colocar la harra de pre. cilmente valores del 0,5 %0, resultando, por tanto, mayor que el alargamiento del acero
tensar, en las secciones en que actúe el n101ne'nto M 0 , por debajo del extremo del núcleo debido al tesado; es decir, las barras de pretensar perdían completamente su tensión y
central, de modo que se puedan engendrar e11 la cabeza d.e compresión, como consecuenm desaparecían las precon1presiones.
cia del pretensado solo, ten.,;;iones de tracR Diversos investigadores han conseguido, en el transcurso de los decenios pasados, fijar
pretensado flexión tensión bajo ción ideales de igual magnitud que las las n1agnitudes y causas de la retracción y de la fluencia del hormigón, así como obtener
sólo permanente carga permanente compresiones pern1anentes originad.as por l1ormigo'nes que poseen, no sólo una elevada resistencia, sino tan1bién valores mínimos
la flexión (fig. 1.5). Como el momento Mg de la retracción y de la fluencia lenta. No obstante~ no se l1a conseguido hasta el momen-
es nnlo en los apoyos, la barra d.ehe estar to elin1inar totaln1ente los molestos acortamientos diferid.os.
situada en éstos n·uevamente en el extre-
n10 del núcleo, si se quieren evitar las trac- Hoy se sabe que casi todos los materiales, a partir de una determinada solicitación, flu-
ciones en las fibras superiores. En este caso yen lentame'nte en i11ayor o n1enor proporción; lo misn10 sucede con los aceros, que .ex-
la harra de pretensar deberá tener forma perin1entan con el ticn1po, aden1ás del alargan1iento elástico, un alargan1iento plástico que
curva. hace disminuir la tc·nsión si se 111antiene constante la longitud de la barra de acero
tesada. l_,a fuerza de pretensado disn1inuye co1no consecuencia de este fenómeno. Las pro-
Si Ja compresión creada Harti.ficialn1ente" piedades de los aceros relativas a la fluencia lenta deben ser, pues, conocidas y tenidas
es lo bastante grande, y actúa en las zonas en cuenta.
en que han de presentarse las futuras trac-
Fig. 1.5 La barra pasa por debajo del núcleo central ciones debidas a las cargas, se puede in1~ Por ello, en el horrnigón pretensado tene1nos que contar sien1pre con una dis111inución
de forma que el pre tensado y M g' conjunta- pedir de hecho la formación de fisuras en de la fuerza inicial de pretensa.do como consecuencia del acorta1niento por retracción y
mente, den por resultado en la fibra supe- el hormigón, y evitar con ello las causas fluencia del hormigón, o de la fluencia lenta del acero, y se debe proceder para ello
rior ob-+ O.
de una destrucción posterior como conse- con el suficiente cohoci1niento de causa.
cuencia de tales fisuras.
]~~stos son los sencillos princ1p1os básicos del l1orm.igón pretensado, referidos primeran1en-
te al caso de solicitación a flexión. 1.4 La necesidad de aceros de alta resistencia
Para obtener, a pesar de estas pérdidas, un pretensado eficaz, dehe1nos titilizar aceros
cuyo alargamiento sea varias veces 111ayor que el acortan1iento diferid.o del 11ormigón
1.3 Pérdidas de tensión por retracción y flnencfa lenta t (cap. 20, DILL y FREYSSINET), de modo que se conserve una gran parte dé la fuerza inicial
de pretensado. En aceros con resistencias -
Siendo estas ideas fundamentales ta'n sencillas, pasaron, sin embargo, decenios antes de de 10 a 20 t/cm2 se alcanzan alarga- muelle~
que el hormigón pretensado llegase a ser un material utilizable en la práctica. Ello se mientos del orden del 3,0 al 6,0 roo. Se Sin tensar
dehió, en primer lugar, a qne inicialmente se utilizaba para el pretensado el acero nor- puede considerar este acero altan1ente
mal de armar, que era tesado, por ejemplo, tan sólo a unos 600 kg/cm2, por lo qne, con
un· rnódnlo de dasticidad de 2 100 000 kg/cm2, sufría únicamente un alarrramiento de
tesado con10 un tnuelle cuyo recorrido 1
es igual al alargamiento de tesado (figu- ~Vo
0,3 roo _(véase cap. 20). Muy pronto se observó que las vigas de hormigón, pr~tensadas in-
troduciendo en el acero un alargamiento tan pequeño, acababan fisurándose después de
ra 1.6). El muelle en tensión pierde su
fuerza en ,la misn1a proporción en que derecorrido
muelle
íllz t
I___ J k¡- acor tam1eri
. to por re traccwn
· · y fl uencia
· L!ls+lc
pasado algún tiempo. Hoy se sabe que este fenómeno es atrilmihle al acortamiento del dismin11ye su recorrido por las pérdidas
horn1igó·n como consecuencia de la retracción y de la fluencia lenta (consúltense aparta~ por retracción y fluencia lenta del hor- '
dos 2.23 Y 2.24), acortamiento que crece lentamente con el tiempo, por lo cual no fue migón. El recorrido del muelle dehe ser
observado en un principio. Este acortamiento adicional del hormigón va unido, natural- bastante mayor que el acortamiento del
l1orn1igón, si q11eren1os 111a'ntener una
1
Hemos traducido la palabra Kriechen (el "cre·ep" inglés) por "fluencia lenta". El fenómeno del "Kriechen" fuerza de pretcnsado suficiente. Se dehe
cable de pre tensar como muelle estirado. El acorta-
se refiere tanto al aumento de deformación bajo tensión constante (deformación lenta) como a la pérdida tratar por ello de utilizar un acero de Fig. LB El
de ten~i~n para defor~ación constante (relajamiento). El empleo de la palabra fluencia: a solas, da lugar a miento del hormigón por retracción y fluencia disminuye
r~sistencia lo n1ás alta posible y, por la fuerza del muelle en proporción a su alargamiento.
confus1on con el fenomeno que precede a la rotura de los aceros ordinarios. No obstante al referirnos al
hormigón suprimiremos con frecuencia el adjetivo "lenta", al no haber entonces lugar 'a tal confusión:
rN. del T.! l Se ha traducido por "recorrido del muelle" la palabra Federweg utilizada por el autor. Significa, como
indica la figura, el desplazamiento del extremo móvil del muelle bajo la acción de la carga. (N. del T.)

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nuestras actuales estructuras de l1ormigón arn1ado ordinariq. Tan1bién el acero ha de su~
tanto, con gran capad.dad de alarga1niento. Se deduce asin1ismo de lo anterior, que un fri.r como consecu.encia de la fuerza de tesado, aplicada n1ediante artificios adecuad os, í
pretensado sin este fuerte efecto de muelle, por ejemplo entre dos estribos de roca, re- toda la tensión adn1isiblc, en ta11to que, en las construcciones convencionales- de l1ormi~ 1
sulta un tanto dudoso en cuanto a su eficacia, p.uesto que pierde parte o todo su efecto gón armado, el valor de la tensión admisible apenas se alcanza bajo toda la sobrecarga.
co1no consecuencia de los acortan1ientos lentos del hormigón.
Hay que tener presente siempre este hecho para tomar conciencia de la responsabilidad
Cuanto. n1ayor es la resistencia del acero, n1enores son las cantidades de l1orn1igón y acero ligada a la construcción de estructuras de hor1nigón pretensado. No sólo es preciso con~
neces.a,rias para c~mpen.sar la d.isminuc~ón de. l~ fu~rza de pretensado. Por otra parte, la seguir la resistencia del h.orn1igón prevista en el cálculo, sino tan1hién la del acero, ya
e1eccion de la resistencia d.Bl acero esta condicionada tan1bién por su coste. Si no escasea q1ie al pretensar se con1íenza utilizando un coeficiente de seg11ridad n1ás bajo que de orm
el. acero, puede ~·es1;1-ltar económico ir a una resistencia i11edia, aunque l1aya que consu~ dinario. Se dice, no sin razó11, que al prctensar se realiza un ensayo de la calidad de
n1ir un porcentaje 1n1portante de ambos nlateriales en co111pensar las pérdidas de tensión los materiales, y que al finalizar la operación de pretc11sado se alcanzan tensiones que no
a fin de conservar a la larga un pretensado su:ficienten1e'nte grande. A. inantener la fuerz~ vuelven a presentarse, en general, durante la posterior utilización de la estructura.
d.e pretensa.do ayudan t.ambién, ¡)or ~ui:-uesto, todas las n1edidas que tie11dan a disi11 inuir
el ª?ortan11ento post~~1or del l1orn1igon, tales con10 utilizar horn1igones de alta resJsten~ IJas fuerzas de pretensado suelen ser 111uy elevad.as y actú.an en la sección de horn1igón
tenc1a Y poca. retracc1on, no adoptar u.na precompresión innecesarian1ente alta, y n.o pre~ co·n una excentricidad redu.cida. Si se n1odifica esta excentricidad, aunque sea tan sólo
tensar demasiado pronto (consnltar apartad;:is 2.21 y siguientes). e11 pocos centírnetros, varían fuerten1ente los n1.omentos debidos al pretensado, so]lre todo
en estructuras n1uy esbeltas. Es, pues, necesario conseguir con gran exactitud las posicio~
nes calculad.as. La negligencia q11e n1ostrahan hasta al1ora algunos co'nstructores de horn1i~
1.5 Conclusiones para el cálcnlo y la fijación de las tensiones admisibles gón respecto a la precisión de las cotas de ejecución, debe desaparecer por completo
cuando se trata de hor111igón pretensado.
De la importancia_ q~e tienen los acorta~ientos de retracción y fluencia leiita, por ]o
q~e SIC refiere. ª.la fuerza de pr~tensad.o, se s1gu.e la necesidad de determinar 0 evaluar La responsabilidad que va ligada al proyecto y a la ejecue10n de estructuras de hormi-
d1ch.os acortan11en.tos para el calculo y diniensionamiento de las estructuras d.e }1 ormiaó11 gón prctensado, requiere que solan1ente se deban ocupar en esta tarea dcterrninados inge~
~ret~nsado, al º~Jeto d.e a_scgura.rnos de que la 1>reco1npresión q11e per1nanezca desp~1 és nieros y e111presas q·ue l1ayan adquirido suficiente conoci1nie:nto y exp-<crie'ncia acerca de
de estos acortan11en,to~ sera sufic1e~te para neutralizar las tracciones. No basta, sin emm esta técnica y puedan. gaxantizar una ejecución cuidadosa y exacta.
bargo, .comprobar :~mc.amei:te. Ja Sltt;a~ión final con .el pretensado reducido, pgrque hay
que re,~~tar tamb1en l~s !mutes .qu.~ :'!.?ponen las. t.emion.cs ...Adini.s.ib.ks... de. tr;icción. 0 de
co1~p_resi(}n., ·-c~ª.1-3-_d?-- ª~-t_lt~ __ .!.~ fuerza in1.~1.a_l_ d9 p:r~l~-º-~~-d9. ·... Si la fuerza de prete11sado se
aplica fue:a ?el nu?leo pue.den a¡1arecer tracciones en uno d.e los bordes, cuya liniitación 1.7 Las variedades de hormigón pretensado
es necesa~1a s< _se qmeren .evitar las fisuras (fig. 1.5). Es preciso, por tanto, estudiar en cada
caso las s1t11ac1ones anterior y posterior a la retr_acción y la fluencia _del -h.ormigón. Con el tiempo han ido desarrollándose diferentes variedades de hormigón pretensado que
vamos a describir brevemente. E·n primer lugar, y según el n1on1e'nto en que se realiza
Ya .que lasd tensiones
la f t
iniciales se reducen a cansa de la retracción y d I fl
d ¡· .1 d
·
e . a uencia, y que el tesado de las arn1ad.uras, llan1adas en general cables~ se distingue,n:
. .u.erza e pre c_nsa o se e 1ge, ue acuer o con su finalidad, de forrna que la sohrecarO"a
d1smmuya las tens10nes producidas artificialmente en la zona de tracción se p d ¡ "· 1) Tesad.o antes del endurcci1niento del horn1igón, o con armaduras pretesa.s. Se tesa11
tir para 1 ºt
a s1
.. . . . l ,
uac1on rn1c1a ue pretensa
d
o, en el instante t
. . ' ne en
:::= O en e] que no a t • ¡ Jm1- ª' las arn1aduras e11 los llan1ados ""bancos de tesado" y después se hormigonan. El ]Janco de
1 • 1 d ¡ . ·· · e ua a so ne-
carga,d vaHores 111asd a· tos
· .e as tensiones
.1 que en las construcciones norinales
·
,e .bo 1.m1gon
•• u
.· , tesad.o ¡n1ede consistir en una larga pista con estribos finales fijos cin1entados suficiente-
arn. ~ o.. ay que 1stinguir, pues, uos c~ases diferentes de tensiones admisibles, a saber:
1 mente para que pttedan soportar las fuerzas de tesad.o. En el caso de piezas más cortas,
~ens1one.~ que apa.recen solan1ente en el instante t :::= O y que se red 1icen co:n todas las se construyen e11cofrados rígidos (1noldes) q11e puedan resistir la fuerza de tesado, txaba~
inft.uenc1as posteriores d.e carga, retracción y fluencia, y tensiones que au111e·ntan con la jando a co111presión. Tan pronto co1no l1a endurecido el l1orn1igón, se sueltan las arma~
carga. duras de los estribos del banco, transmitiéndose al hormigón la fuerza de pretensado.

~stá justificado . establecer para las primeras nn límite más alto, ya que eon ello no se 2) Tesado después del endurecin1iento del horn1igón, o con ar1naduras [Jostesa.s. Los ca~
ediuce l~ seguridad fr~nt~ a la sobrecarga. La fuerza de prctensado no puede aun1entar; bles son colocados con posibilidad de movimiento longitudinal, bien fuera del hormigón,
es niposible, por cons1gu1ente, que se incrementen las tensiones debidas a la nlisma. o bien dentro de él en conductos de deslizamiento (tubos); los dispositivos de tesado se
apoyan contra el horn1igón ya endurecido. IJos cables en tensión son anclados en sus ex~
De. to.~". ello se deduc~ la. neee~idad de estudiar más estad.os y casos de carga que en el
tre111os en el l1ormigón, transn1itiéndole la fuerza de pretensad.o.
hmndi~fbon armado ordmano (vease apartado 11.1), y de tener en cuenta además dos valo·
res 1 erentes de las tensiones adn1isibles. Por lo <¡ue respecta a la a.dlierencia eritre arm.aduras y hormigón, pode111os distinguir
entre:

1.6 La gran responsabilidad en las obras de hormigón pretensado 3) Hor1nigón. pretensado con, adl1erencia, en el cual las ar111ad.uras están fuerte111ente
adheridas al hormigón circundante. Si se utiJiza el siste:rna de arn1aduras prctcsas, la unión
Las ~e~sione~ engendradas por la ~u~rza de pretensado se presentan realn1ente en la es~ hor111igónMacoro consiste sin1plen1ente en qu.e el hormigón envuelve directamente a las
l~~rtura, Y 81 se apro~echan al max1mo las e_levadas tensiones ad111isibles en el estado illi- ar111aduras (adherencia directa). Si las arma<luras son postesadas~ se inyectan los con~
c1a se a 1canzan tensiones mayores que las que aparecen, bajo toda la sobrecarga, en

7
6
duetos con i11ortero d.e cen1ento que, al endurecer, constituye el elemento de enlace. Se armado con fisuración reducida, y calcularlo según las reglas del hormigón armado para
habla entonces de pretensado con adherencia posterior o indirecta 1• el caso de flexión y carga axil (íl.exión compuesta) .

Al igual que en el h.orn1igón armado, la unión 11ormigón~acero se basa al principio en 11) Pretemado parcial, en el que, además de las armaduras pretensadas, se utiliza una
la adherencia pura entre la lechada y el acero; y después de formarse una fisura, en los importante cantidad de armaduras ordinarias (que pueden ser también, p. e., alambres
rozamientos que se Oponen al deslizamiento, o en la resistencia al cizallan1iento en los de alta resistencia sin tesar, según EMPERGER y ABELES [34] y [156]). El grado de pre-
conductos o barras con nervios transversales o helicoidales, o con forn1as de cualquier tensado que se alcanza snele ser moderado.
otro tipo (adherencia por c;izallamiento). Hay, pues, co1110 en el hor111igón armado, diver~
sas clases y grados de adherencia. 12) Pretensado por etapas, en el que la fuerza de pretensado es aplicada en etapas su-
cesiVas en tien1pos diferentes, teniendo en cuenta el grado de endurecin1iento del horn1i.
4) Hormigón pretensado sin adherencia, en el que no se establece entre las armaduras gón o el heeho de que sólo actúe parte del peso propio (peso propio parcial).
y el hormigón ningún enlace que admita tensiones tangenciales. Se puede, por ejemplo,
disponer los cables fuera de la sección de hormigón, o bien se los pinta con betún, se Con respecto al efecto elástico del pretemado (fig. 1.6) podemos distinguir entre:
los h.ormigona y, al pretensar, funciona la película de betún con10 lubricante, renuncianw
do entonces al efecto con1pleto de la adherencia. Este proce<lin1iento de construcción se 13) Pretensado Jnuy elástico, si el alargan1iento de los cables es varias veces n1ayor que
incluye dentro del hormigón pretensado sin adherencia, aunque la película de betún el acorta111iento posterior del 11ormi.gón, de forn1a que las pérdidas de fuerza de preten-
proporciona al n1enos una adherericia parcial. En el horn1igón pretensado con adl1erencia sado son pequeñas.
indirecta no existe unión hor111igón-acero en la primera fase hasta que se inyectan los
cond·uctos, con lo que se crean situaciones en las q·ue hay que considerar las particulari- 14) Pretensado poco elástico, si el alargamiento del cahle es pequeño, por ser el acero
dades del pretensado sin adherencia. de resistencia n1oderada; o cuando se obtiene, por ejen1plo, el pretensado de la losa de
hormigón de una viga mixta, sOlo n1ediante dcfor1nación previa a flexión de la viga. Las
El ~1orn1igón pretensado sin adl1crencia tiene tan1bién utilidad cuando hay que contar con
1
pérdidas de fuerza de pretensado son entonces grandes.
pérdidas relativamente altas d.e la fuerza de pretensado, por retracción, fluencia u otras
causas; por ejen1plo, c11ando se utiliza un acero de resistencia niod.erada, de forrr1a que, 15) Pretensado no elástico, cuando se comprin1e el horinigón entre estribos fijos, queª
al objeto de 111antener una preco1npresión suficiente, será preciso tesar nuevamente el cable dando reducido el recorrido al acortan1iento elástico inicial del horn1igó11, que se cona
al cabo de un cierto tiempo. Se hahla entonces de retesar. sun1e, prácticamente, tan pronto aparecen los descensos de tcn1peratura, la retracción o la
fluencia lenta. Las altas tensiones previas desaparecc'n casi por con1pleto (consúltese aparª
Se distinguen los siguientes tipos de anclajes de cables: tado 12.4). El pretcnsado no elástico es utilizable solamente en casos de excepc10n, por
ejemplo, en el caso de cortos períodos de utilización, o cuando exista la posibilidad de
5) Anclajes finales con piezas especiales (p. e., placas de acero) contra las que se fijan introducir nuevamente fuerzas de pretensado.
los cables mediante tuercas, cuñas, mazarotas, etc.
Poden1os hacer aden1ás las sig11íentes distinciones:
6) Anclajes finales por adherencia directa con el hormigón, en general por adherencia
pura o por cizallan1iento. 16) Pretensado centrado (axil), tal como se utiliza, por ejemplo, en péndolas o tirantes.
En este caso el pretensado so111ete a toda la sección a una comp-resión unifor111e (fig. 1.2).
7) Anclajes finales mediante bucles, ganchos, o similares, embebidos en el hormigón.
Según el grado de pretensado distinguimos los siguientes tipos: 17) Pretensado descentrado (excéntrico) , tal como se utiliza en las vigas solicitadas a
flexión y piezas si1nilares. Al disponer excéntrican1ente los cables (flexión con carga axil)
8) Pretensado completo, que en general elimina totalmente las tracciones en el hormi- se logra una distribución triangular o trapecial de las con1presiones en la sección de hor-
gón, sie111pre que, sie'ndo la dimensión del núcleo lo bastante grand.e, se elija un preten~ migón (figs. 1.3 y 1.4).
sado S"uficientemente alto.
18) Pretensado sin coacciones o ¡Jretensado concordante, utilizado en estructuras hiper-
9) Pretensa1lo limitado o incompleto 2 , en el que se adn1iten tracciones en el horn1igón, estáticas, que es el que no provoca variación de las reacciones de apoyo (consúltense apar-
que son, no obstante, muy reducidas, y quedan cubiertas por arn1aduras ordinarias, apa- tados 11.431 y 11.433). Carece en realidad de importancia práctica.
reciendo a lo sumo fisuras capilares (pelos). Más tarde se estudiará cuáles son los campos
de aplicación de amhos grados de pretensado. 19) Pretensado sin variación de forma, que se refiere al caso en que el pretensado y el
peso propio, conjunta1nente, no producen encorvan1iento alguno de 1a directriz de la viga.
10) Pretensado nioderado, en el que no se fija i1inguna lin1itación a las tracciones. No es Los momentos del pretensado deben anular a los debidos al peso propio, quedando sola·
un verdad.ero l1orn1igón pretensado, sino que se le debe considerar con10 un horn1igón mente esfuerzos axiles. Pretender esto contradice las i11ás veces la raz.Ó'n de ser del
pretensado, que consiste fundamentalmente en au1nentar la capacidad resistente frente a
l Si bien "adherencia posterior" es la traducción directa de la expresión original alemana, preferimos ha· la sobrecarga, de las zonas de tracción o con1presión. Aden1ás, la invariabilidad de forrna
blar de "adherencia indirecta", por considerar que califica .de una forma más clara este tipo de unión creado termina por desaparecer con la retracción y la fluencia.
a través de elementos intermedios, que, en general, suelen ser el mortero de inyección y las vainas o tubos
en\'olventes. (N. del T.)
2
20) Pretensado mo·1ioaxil, biaxil o triaxil, según se p-retense el hormigón en una sola
Algunos ingenieros llaman a este segundo tipo "pretensado parcial", pero hemos preferido traducir literal-
mente }Qs términos originales alemanes (que nos parecen además más adecuados). dejando la denomirtaCión dirección, o también seg1in una segunda dirección, en general ortogonal a ]a prin1cra~ o
"pretensado parcial'' para el tip(} designado con el número 11) en el texto, (N. de.Z T.) incluso en una tercera, ortogonal al plano for1nado por las dos primeras.

8 9
Indiquen1os aquí que el pretensad.o n1onoaxil puede provocar por sí solo con1presiones seu Hay que distinguir entre fuerza de pretensado inicial y ft1erza de pretensado permanente.
gún u.na dirección transversal, cuando la dilatación del l1orn1igón está i111pedida en dicha I,a fuerza de pretensada inicial Vo fü) produce.al.preteusar(en el instante t =O), es decir,
dirección transversal por unas armad·uras ordinarias. antes .de que aparezcan las pérdidas debidas a la retracció11yla fluencia; su val()r como
esfuerzo en .el cable lo designamos por Zv,; las -,.---
pí;rdidas,
---
""
por- Z'+J""' '

1.8 Los tipos de armaduras de preteusar (eables) 1 En el banco de tesado se tesa el acero con una fuerza Vlºl, la cual desciende a V 0 (con el
valor con10 esfuerzo Zv0 ) , al transmitir el pretensado al h.orn1igón e11durcci<l_o? co1no conse~
Se d:isti.r1gucn las arn1aduras de prete-nsar según qu.c la secc1on (le acero necesaria se di- cue·ncia del acortan1iento elástico de éste. Hahlaren1os entonces de fu.erza y tensión de
vida en varios cables independientes de pequeñ.a sección o se agrupe en uno o varios pretesado.
ca1Jles gruesos. Para fuerzas de pretensa do pequeñas se adoptan cables individuales; para
grandes fuerzas resultan econó1nicos y convenientes los cables concentrados en grandes I,µ_fuerza de pretensada permanente V~ (o bien el esfuerzo Z,J, alcanzada después
paquetes. de. la retracción y la fluencia del. hormig.ón .. y fa fltjéi:tci¡\ lenta dcf acero, si la hubiere,
es la que se espera suhsi;ta después de trans.curridos muchos años ..(instante t -cx:i) • ···
La armadura de pretensar puede consistir en alambres sueltos o barras gruesas aisladas.
Los alambres pueden agruparse paralelamente en paquetes. Se habla entonces de paque- Z,0 es constante a lo largo de toda la pieza en el caso de armadura pretesada. Cuando se
tes de alambres. Cuando es grande el número de alamhres paralelos agrupados en una tesa después del endl1reci111iento del hor1nigón, puede disrr1inuir Zv0 con relación al es-
unidad recibe el nombre de cable de alambres paraldos. fuerzo conseguido en el punto en que se tesa, a causa de las 111cncionad.as resistencias al
rozamiento. Se habla de disminución de esfuerzo de preteusado o pérdidas de esfuerzo
Cordón es un grupo de dos a siete alambres retorcidos en espiral. El grupo de varios en el cable- por rozan1iento, ZR, o sin1plemcnte de pérdidas ¡Jor rozamiento.
cordones paralelos recibe el nombre de paquete, haz o mazo de cordones, o cables de
Para conseguir que el cable alcance en la sección determinante el valor teórico deseado,
cordones paralelos~ según el nú1nero.
a pesar de la disminución de esfuerzo de pretensado debida al rozamiento, habrá qne
Se utilizan tan1bién para pretcnsar cables trenzados, en los que se retuercen entre sí más elevar temporalmente en el punto de tesado, en una magnitud AV, la fuerza calculada
de siete alambres o varios cordones. Jiay tan1bién cahles .huecos que son tesados co11tra a partir de la tensión admisible. Se habla entonces de superación temp()ral de la fuerza
11na cade11a articulada situada en su interior, y h.orn1igonados en este estado. Después de de pretensado V0, o sobretesado temporal.
cndt1recido el 11orn1igón se extrae la cadena, transmiu Zv tiene en general un valor diferente en cada sección, ya que la compresión que actúa
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G---------=j
00
ti.éndose a aquél el pretensado (véase apartado 4.66). pern1anente111ente es distinta y, por tanto, varía'n tan1bién de una sección a otra los acor~
tamicntos debidos a la fluencia.
AdemáB, se divideu los cables en rectos o doblados
(fig. 1.7). Los cables rectos se utilizan cu general como cable redo Las fuerzas de desviación de los cables actúan sobre el l1orn1igón con10 cargas re¡)artidas
arrnadura pretesada,, aunque en este caso es posible linealn1ente u, si la curvatura es continua; o con10 cargas puntuales U, coincidiendo con
tan1bién doblar los cal)les r.ned.iante codales, grapas~ ·-------~~ los quiebros del cable, en el caso de trazado poligonal (fig. 1.8).

E--·--·-----~
etcétera. Los cables doblados pueden ser curvos o po·
ligonales. Tienen por objeto el adaptarse a una distri-
]yución variable de inomentos, o el facilitar la transp
misión de los esfuerzos cortantes. Los cables doblados
se en1plean prefere·nten1ente con10 armad11ra postcsada.
cable curvD

- V

1.9 Las fuerzas exteri.ores del pretensado como F--+----+----:-·-+--·---1


caso de carga
Hay que considerar la fuerza de pretensado V, en
magnitud y dirección, co1no un.a fuerza exterior ac~
cable po!igoriai

Fig. 1.7 Cables rectos, curvos o poligona-


les en vigas simples. Fig. 1.8 Fuerzas de desviación originadas por
- V

Fig. 1.9 Fuerzas de desviación originadas por


el cambio de dirección de la direc-
el cambio de dirección de un cable. triz de la pieza.
tuante sobre la estructura. En cada cambio de direc·
ción del cable o del eje de la viga aparecen unas fuerzas de desviación U, y, si se pre· Si el eje de. la viga, o la directriz de alguna parte de la sección, están curvados o que·
tensa con cables dentro de condl1ctos, surgen e11 los codos unas resistencias de roza1niento brados con. rela.ción al cable, Jiay que imaginar unas .. fu(')rzas ideales de desviacióI1, ·111J .. o
o fu.erzns de rozamiento R. Ambas fuerzas U y R, producidas por la fuerza de pretensado, U"'. actµando sobr(') el hgn:I1Ígií11, q11e .deb.en ser .. teni¡}as en cuenta (fig. 1.9). ~u S'f(o)()tQ.
actúan sien1pre sobre la estructura como fu.crzas exteriores. equivale estáticamegt'). aJ del moml.)11to. flector que se obtiene m11ltiplicando la fue~:i¡a
de p-r.<:te~~ado _¡Jor 8-·u__ distancia a lfl directriz. :P?-eden dar origen a tensiones ay, s-eg1í'n
l Carecen1os en el lenguaje técnico castellano de una palabra que pueda reemplazar correctamente a la
alemana "Spannglied" (lit.: elemento de pretensar). Utilizaremos la palabra "cable", como es ya común en la la dirección tr'Ullsversal, q11e requieran una armadu.ra. Por ello, deben estudiarse cuida-
práctica del pretensado, para designar, tanto cada uno de lo.s elementos que forman la armadura de preten- dosan1ente las consecuencias de un cambio de sección, en especial cu.ando ésta tenga alas
sar, como el conjunto de dicha armadura cuando se la sustituye en los estudios teóricos por un solo ele· o losas de cabeza.
mento. El lector no acostumbrado a la terminología del pretensado debe hacerse a la i<lea de que en este
libro la palabra "cable" no representará nunca, salvo rarísimas excepciones~ "una cuerda formada_ por Las fuerzas de roza1niento~ que aparecen con el movin1iento de tesado del cable con10
alambres retorcidos en es.piral". No obstante, utilizaremos la expresión "armadura de pretensar" con ca· consecuencia d.e la resistencia al deslizamiento en los codos, actúan tangencialn1ente; en
rácter muy general, o cuando el contrasentido sea muy patente. (N. del T.)
el acero en sentido contrario al del tesado~ y en el hormigón en el n1iS"n10 sentido. Redug

10
11
En la zona de con1pres1on, por el contrario, las cargas y las pérdidas de fuerza de pre~
cen, pues, la fuerza de pretensado, y suele ser en este aspecto como se las considera y no
tensado, consecuencia de la retracción y la fluencia, hace~ aurr1entar las tensiones. E'n
con10 verdaderas fuerzas exteriores; a ellas se dedica el capítulo 7.
esta zona son válidas, por ta'nto, las tensiones admisibles condicionadas al coeficiente de
seguridad desead.o.
1.10 Tensiones en.. el acero y en el hormigón Al igual que en el acero, hay que distinguir en el hormigón las tensiones anteriores y
posteriores a la retracción y la fluencia (ab, vo y Ob, v ,J 1• 0

TENSIONES EN EL ACERO
Debe considerarse también si en el momento de pretensar existe y actúa todo el peso
De acuerdo con la notación utilizada para las fuerzas de pretensado, se designan por Oz, vo propio supuesto en el cálculo. Por ejen1plo, en una viga de cubierta que se ¡Jretense
y 0 4 , v las tensiones obtenidas en el acero al pretensar. El valor de Oz, "º se adopta, e'n
00
como pieza prefabricada no existe aún, al pretensar, el peso de la cubierta, y solamente
general, igual al de la tensión admisible en el acero al tesar oz adui. La tensión a,, v ~ es actúa el .reso propio de la viga. El momento originado por el pretensado se opone, al
:menor que Oz, vo' y la diferencia es precisamente la pérdida de tensión cr::, s+k debida a la principio, sólo a una parte del momento debido al peso propio posterior (fig. 1.11), lo
retracción y la fluencia del hormigón. q11e n1otiva que inicial111ente la tensión en la zona de tracción precomprimida sea i11uy
alta y que incluso puedan aparecer en
Cuando se utilizan árn1aduras pretesas tiene lugar la primera disminución de la tensión la zona de con1presión. traccio·nes inde~ que queda para
del acero, con el acortamiento del hormigón al soltar los cables de sus anclajes primi- seables, que desaparecerán tan pronto V+Hg 11~
tivos. Por ello se puede admitir para la tensión de pretesado a;;;; un valor mayor que
cuando se tesa la armadura después de endurecido el hormigón (postesado).
La tensión del acero aun1enta, a causa de la adherencia, tan pronto co1no el l1orn1igón
como se coloque el peso propio restante.
En tales casos, el cálculo correcto de la
viga pretensada debe abarcar las dife-
rentes etapas de la construcción.
[\
l\
j-
_.
co1npri1nido se dilata bajo la acción de las cargas. Este aun1ento de tensión del acero se ~h <i.dm
m'antiene pequeño n1ientras el hormigón no se fisure. Es sencillan1ente ig·ual a n · ab, '
Cuando se tesan las armadu.ras después
'

siendo n la conocida relación del módulo de elasticidad del acero al del hormigón, En ;' ___.tracciones
'

de endurecido el hormigón, se puede no deseables

l
el hormigón pretensado debe utilizarse el verdadero valor de n y no el n = 15 usual en \ 1

los cálculos de l1or1nigón arn1ad.o.


evitar la aparición en éste de traccion.es \:
_,_, __ \-rr
. L ,compresiones
no deseables aplicando primeramente,
excesivas
Cuando se tesa después de endurecido el hormigón y el peso propio actúa ya durante el para el peso propio parcial, sólo una
tesado, la carga pern1anente de la estructura ·no provoca en el acero tensiones que sobre~ parte de la fuerza de tesado ( pretensado
Fig. 1.11 Bajo toda la carga permanente (arriba) están en
pasen el valor Oz, v 0 , es decir, desp·ués del tesado no sufre el hormigón deforn1aciones ori~ por etapas). regla las tensiones de la viga pretensada. Durante
ginadas por la carga permanente. el montaje actúa solamente una parte del peso pro-
Para el estudio de las tensiones del hor- pio (abajo), con lo cual aumenta la tensión en la
zona de tracción precomprimida, pudiendo origi-
La sobrecarga provoca, en todos los casos, un aun1ento de la tensión del acero: Ozp := n • Obp· migón hay que contar también con las narse en la zona de compresión tracciones inde-
En el caso de pretensado completo es tau pequeño este valor que, teniendo en cuenta la zonas de iritroducció1t en la viga de las seadas.
disminución de tensión en el acero debida a la retracción y la fluencia lenta, se le puede fuerzas de pretensado (cap. 9), ya que
despreciar frente a las tensiones adn1isibles en los aceros de alta resistencia; es decir, se las n1ás veces aparecen en dichas zonas tracciones transversales, o bien tracciones y con1-
adopta Oz, vo == az adm. sin descontar Ozv· No obstante, sólo está justificado esto cuando Ozv presiones oblicuas.
sea i11uy pequeño frente a oz adn1., inferior al 6 % , por ejernplo. Con aceros de resistencia
n1edia es .frecuente tener que deducir Ozp de az adm. lia introducción de la fuerza de pretensado en el hor1nigón hace necesaria, según el tipo
de anclaje de los cables, una comprobación especial efectuada mediante ensayos o cálculo.

TENSIONES EN EL HORMIGÓN Las fuerzas de desviación de los cables actúan sobre el 11ormigón originando tensiones
locales, que habrá que comprobar eu cada caso.
Se distinguen en secciones de horn1igón pretensad.as la zonn de tracción precomprimida \
y la zona de compresión (fig. 1.10).
1.11 La seguridad al agotamiento
En la zona de tracc1on precompri111ida,
las compresiones Ob, vo obtenidas por el En el horn1igón pretensado, las tensiones no varían proporcionalmente a las cargas exte-
prete'nsado son consun1idas por las_ trac- riores. Despnés de sobrepasar la sobrecarga admisible (que junto con el peso propio for-
ciones debidas a las cargas, y al seguir n1an la carga de servicio o de utilización) se incrementan hrusca1nente ] as tensiones al fisu-
aumentando éstas pueden aparecer trac- rarse la zona de tracción. Si sigue aun1entando la carga, los diagran1as de tensiones-
ciones reales. Estas con1_presiones ah, vo deformaciones del acero y del hormigón se separan cada vez más de la línea recta. La
(f v+g +
disminuyen, a cansa de la retracción y ley de HooKE no es válida, pues, e'n el caso de que actúe un exceso de carga 2 •
Fig. 1.10 Zona de tracción precomprimida y zona de com- la fluencia, hasta el valor Ob, vN· Exis-
presión.
ten, pues, sólo con carácter provisional, 1 Tensiones "antes de pérdidas" y "después de pérdi'ias". (N. del T.)
y se ven aminorad.as por todas las in- 2 Al haberse generalizado el término "sobrecarga" para designar la carga útil que se superpone a las cargas
fluencias posteriores. Por ello, en la zona de tracción preco1nprimida se permiten inicial- per1nanentes de una estructura, nos quedamos sin palabra que reemplace a la alemana "Uberhelastung"
n1ente, en el hormigón., mayores tensiones de compresión qt1e e'n las zonas en que· las (lit.: sobrecarga) y hemos recurrido a la expresión "exceso de carga", que en lo sucesivo se refiere a la
cargas provocan un aun1ento de las tensiones. sobrecarga que excede de la de servicio o utilización. (N. del T.)

12 13
Mientras que cnai:do las tensiones son proporcionales a las cargas la seguridad de nna Del mismo n1odo varía, también. b1:uscamente, la compres1on del hormigón al pasar del
obra queda garantizada al establecer que la tensión admisible debe ser inferior a la de
estado I al estado II. Asimismo, el diagrama de cargas'llechas de una viga de hormigón
rot11ra o al límite elástico, divididos por un cierto coeficiente de seguridad, en el hormi~
pretensado (fig. 1.13) presenta un codo que denuncia la aparición de la primera fisura en el
gón pretensado falla este concepto habitual de la seguridad. Se debe comprobar, por tan-
hor1nigón, con m.ayor seguridad aún que la lupa.
to, la seguridad al '!gotamiento calculando la carga de agotamiento previsible, tema que
se abordará con detenimiento en el capítulo 13.
1.12 La carga crítica
Tan pronto como una viga presenta, al superarse la carga de serv1c10, deformaciones
ren1ancntes importa'ntes, se dice qtte ha alcanzado su "carga crítica", y pierde su utilidad.
En las vi.gas de acero, por ejemplo, ocurre esto al sobrepasarse el límite elástico. Análoga~
1 cargas Oi
cargas rnente, se presentan deforn1aciones permanentes en el horn1igón preten.sado tan pronto

i )/r se sobrepasa en el acero el límite elástico convencional 0,2 % (ver apartado 2.1.), y sus
hormigón pretensado alarga:rnientos re1nanentes superan el alargamiento de pretcnsado. Por tanto, cuando

- "'m'"'° brusco do 1,
al aoarecer la 1 ªfisura
t""ºº
W
haya que comprobar la carga crítica se debe calcular la carga para la que probablemente
se alcanzará en el acero este gran alargamiento remanente (cap. 13) 1.

uc_a ~ L--------t
tpdmc: a_t1~-----
______
1 k.l Prz
St el horm gon no
1.13 Seguriclacl a la fisuraeión
Ofz ~o
J resiste tracciones

1
,
Para hallar la seguridad a la fisuración se calcula la carga para la cual se p:i;oducirá po-
i /~:cmlgóc do;•n o; ll siblemente la primera fisu.ra e·n el l1ormigón, es decir, para la cual se sobrepasará en el
hormigón la resistencia previsible a la tracción. Esta carga de fisuración, co1nparada con
" __¿' ecmado I 1 la admisible, da la seguridad a la fisuración, seguridad que, teniendo en cuenta la poco
1
~+--------L--.-----
confiable resistencia a tracción del l1ormigón y las deformaciones plásticas, resulta un tanª
to d.iscl1tiblc, y que 'no tiene en el hormigón pretensado la il:nportancia que posee en el
i i lensión o bien
OLu ( pretensado ~-j·---j pérdida LÍO" a!argamiento lestado I estado JI h_orn1igón ar1nado, ya q·ue precisa1r1ente se pretensa para eli1ninar las fisuras bajo la carga
-j ~ del acero
d.e servicio o, al menos, 11ajo el peso propio. Por ello, es innecesario -en la práctica el haª
Fig. 1.12 Variación de las tensiones en el acero de pretensar con Fig. 1.13 Diagrama de cargas-flechas en una cer esta con1probación. Ji~n el pretensado limitado la seguridad a la fisuración puede ser
carga aumentando hasta la rotura. viga de hormigón pretensado. menor que 1,0, es decir, la carga de fisuración p·uede ser n1enor que la carga de servicio
ad.misible, si se tienen en cuenta las tensiones sec1111darias debidas a la temperatura o
similares.

1.14 Prevención el.e fisuras


Es conveniente, sin embargo, grabar desde ahora en la n1en1oria la curva de variac1on de
las tensiones de] acero en una viga de horn1igón pretensado, con adherencia, éargada has~ En el pretensado li1nitado pueden or1g1narse fisuras en el 11ormigón, aun con tracciones
ta rotura: en él menores de las admitidas, por efecto de la temperatura y la retracción. Las piezas
de hormigón d.e grandes dimensiones pueden estar expu.cstas a la fisuración por dichas
Al pretensar, se alcanza inicialmente una tensión muy alta en el acero (fig. I.12), tensión causas~ aun antes de preter1sar. Se co]oca entonces una armadura de acero ordinario para
que disn1inuye algo con la retracción y la fluencia del hormigón. La tensión aumenta coll "prevenir" estas fis11ras. Debe q·nedar claro, sin ernhargo, q11e esta arn1ad.11ra no impide
las cargas exteriores en forn1a prácticamente lineal, y proporcionahnente a la dilatación por sí n1isn1a las fisuras, sino que sola1nente retarda algo su forn1ación, disn1inuyendo~
d~l hormigón. El valor del incremento de tensión es precisamente n . siendo la pér- ª"' ª" además, la separación entre ellas, y con ello su a11c.hura, de forma que en lugar de unas
dida de compresión del hormigón en la fibra correspondiente al cable considerado. Este pocas fisuras ancl1as aparecen n1ucl1as fisuras capilares. Se repaTte'n las grietas. No nos
aun1ento. ~e tensión en el acero se mantiene pequeño mientras colabore completamente aseguran1os, p11cs, contra las fisuras, sino cO'ntra la aparición de pocas grietas, y con las
el hornn.gon. Pero tan pronto con10 aparece en el l1ormigón la prin1era fisura capilar se 1nedidas de pl"cven•~ión se obliga a que la separación entre ellas sea tan pequeña que,
produce. ;in salto repentino de la tensión, ya que el acero debe tomar a su cargo la fuerza bajo la carga de servicio, se presenten única111ente fisuras capjlares práctican1ente invisi~
de tracc1on que soportaba la sección de hor1nigón ante..-; de fisurarse. bles. La incnor separación entre fisuras inejora ta1nbién el co111portan1iento al pasar a
la situación de rotura.
A causa de este cambio brusco de la tensión, la unión entre horn1igón y acero se ve fuer~
temcnte solicitada junto a la fisura, abriéndose ésta un poco. Con ello, la fibra neutra se La arn1adura es ne~csaria en parte para repartir las fisuras y en parte para cubrir las
desplaza hacia arriba, lo q11e, por lo pronto, trae como consecuencia una pequeña dismi .. tracciones, y con ello, para aumentar la seguridad a la rotura. Las medidas para preven~
nnción de la tensión del acero. Si se sigue aumentando la carga, el alargamiento del acero ción de fisuras son tratadas en los capítulos 10 y ll.
crece cada vez i11ás rápi{lan1ente, al alcanzarse la zona curva del diagrama de tensiones-
1 La comprobación de la carga crítica de deformación es simp1emente un caso particular de comprobación
defor111aciones.
de la seguridad al agotamiento. (N. del T.)

14
15
-----------··---··
1.15 Ventajas especiales del hormigón pretensado
El gran interés prestado al h.orn1igón preten¡;i.ado no se podría imaginar si no se consi~
guiese·n ventajas esenciales frente al hormigón arn1ado ordinario. Estas ventajas so·n, en
res11n1en, las sig·uientes:
CAPITULO 2
1) Mayor durabilidad por la ausencia de grietas en el hormigón, con lo cual se logra
una h11ena protección del acero contra la corrosión, siempre que el hormigón sea con1- 2. Materiales
pacto y resistente.
2.1 Acero'
2) Gracias a la cooperación tota.l de la zo'na de tracción se produ.cen economías en horm
migón del 15 al 30 % con relacion al hormigón armado ordinario. El ahorro de acero, 2.11 Condiciones exigidas a los aceros de pretensar
del 60 al 80 % , es mucho más elevado, lo que se dehe, ante todo, a las altas tensiones
admisibles en los aceros de alta resistencia especiales para pretensado. Para el hor1nigón pretensado son adecuados solan1ente los aceros de alta resistencia, ya
que parte del alargamiento obtenido al tesar y, con ello, de la fuerza de pretensado, se
3J Las tleformacior1cs en las estructuras de hormigón prete'nsado son particularmente pierde con el acortamiento posterior del horn1igón. La fuerza de pretensado disn1inuye en
pequeñas, como se puede ver por la figura 1.13. Alcanzan solamente alrededor de la cuar- una cantidad qne depende de la relación entre el acortamiento del hormigón y el alarga-
ta parte de las flechas del hormigón armado ordinario, para el mismo canto y los mismos miento inicial del acero (fig. 1.6). Esta pérdida de fuerza de pretensado será tanto menor
valores de las tensiones adn1isibles. 1~1 hormigón prctensad.o se defor111a incluso considc~ cuanto mayor sea el alargan1iento elástico del acero conseguido al pretensar.
rahlen1ente n1cnos que una estru.ctura de acero St 52. La comparación de las relaciones Como los módulos de elasticidad de los aceros varían sola1nente entre 1 900 t/ cn12 y
eiftre las tensiones disponibles para la sobrecarga y los módulos de elasticidad de ambos 2 150 t/ cm2 (dejando aparte los
materiales, :nos da: cables trenzados), el alarga-
miento obtenible depende, casi
<J 100 exclusivamente, de la resisten-
para el horn1igón pretensa do: = 0,33 X 10- 3 cia y de la correspondiente
E, 300 000
tensión adn1isible e'n el acero.
<J 2 100 Cuanto más se pueda tensar y,
para el acero St 52: ---"~·-----
= 1X10- 3
Est 2 100 000 por tanto, alargar el acero, tan-
to n1.enores serán la cantidad
de acero y la proporción de n

fuerza de pretensado introdu- ~ tJOfl:!'oi-~~-t-~~-+~-""-!w,


La deformación de una viga de hormigón pretensado alcanza, pues, tan sólo nn 33 % , apro-
ximadamente, de la deformación de una viga de igual esheltez de acero St 52. cidos, l1asta cierto punto inútil~ "~ mo,;vr-~--1~~-t~~-+
q.1%\-~~-+~~-+~~-j

n1ente, para compensar las pérR


Estas defor111aciones tan pequeñas permiten una gran esbeltez de la estructura y dan con10 di das. O.?O....------·-t--~-;--~~I
' ' ~ 1&7 q¿¡¡
0 ºJ:z:~!7¡-~~-t-~~-r~~-j

~oc-~~,~~~~-,¡;¡,,l]¡¡jlé~.>i
resultado pequeñas amplitudes de vibración. Hacen al hormigón pretensado especialmen· Los acortamientos del hormi-
te apropiado para péndolas o tirantes, cuyos alargamientos deben ser pequeños, habida gón dehidos a la retracción y a o JO
cuenta de las deformaciones del resto de la estructura. la fluencia oscilan en edifica- °ÍJJ{; __..
ción (con una posible bnena
4) El hormigón pretensado tiene una capacidad especialmente grande para recuperarse desecación) entre 0,5 y 1,5 mi- Fig. 2.1 Pérdidas de tensión, en 6/o, en aceros de pretensa.do, a causa de la
totalmente después de nn exceso de carga considerable (high resiliance), sin que queden deformación diferida del hormigón, para diferentes calidades de
límetros por n1etro (consúltense acero y hormigón B 300 6 B 600; retracción y fluencia moderadas
daños serios. [,as fisuras que se producen temporalmente se cierran de nuevo por comple- apartados 2.23 y 2.24), y en en el ábaco de la izquierda y fuertes en el de la derecha.
to (fig. 16.84). construCción de puentes (atn1ósM
fera más húmeda que en edificación), entre 0,3 y 1,0 mm/m. Si un acero tesado se acorta
5) La resistencia a la fatiga del hormigón pretcnsado es bastante mayor que la de las en esta medida perderá en edificación entre 1 000 y 3 000 kg/ cm2 , y en construcción de
estructuras de otros rnateriales, incluso que la d.e estructuras de acero de construcción puentes, entre 600 y 2 000 kg/cm2•
normal (roblonadas o soldadas). Esta elevada re,sistencia a la fatiga proviene ante todo
de la pequeña amplitud de los ciclos de tensión en el acero de los cables. Hace al hor· Un acero St 90 (90 kg/rnm 2 = 9 000 kg/cm2 de resistencia a la tracción) apto para ser
n1igón pretensado· especialmente ventajoso para estructuras solicitadas dinámicamente, tesado a 4 500 kg/ cm2 2, puede perder en edificación, si no se retesa, hasta el 60 % de la
como, por ejemplo, para puentes de ferrocarril (cap. 14).
1 Llegará el día en que se pretense con fihra de vidrio o materiales sintéticos. Esta idea fue expuesta
por primera vez por FnEYSsINET, en 1938 ([225], págs. 158 y sigs.). Están en marcha ya en los E.E. UU. in-
vestigaciones orientadas hacia este fin. IVAN A. RuBINSKY y A. RUBINSKY han dado a conocer en [2511
resultados de ensayos con fibra de vidrio, que con resistencias de 700 kg/mm 2 acusaron pérdidas muy pe·
queñas por retracción y fluencia. (N. del A.)
2 Se entiende según las· normas alemanas (DIN 4 227~ edición de octubre· de 1953), más conservadoras a
este resp·ecto que las de otros países. (N. del T.)

16
2 17
Iuerza de pretensa do conseguida inicialmente, y en puentes, hasta el 40 % . En u.n acero queda al descargar una deformación remanente de 0,01 y 0,2 %, respectivamente. El
St 180, por el contrario, se reducen estas pérdidas máximas al 40 y al 20 %, respectiva- alargamiento obtenido no desaparece, pues, por completo al descargar (fig. 2.2). Por regla
mente (fig. 2.1). general, las deforn1aciones ren1anentes co1nienzan cuando el diagran1a se aparta de la
recta. Un límite elástico n1uy marcado con grandes deforn1aciones ren1ane'ntes· sin a111nen-
Se comprende, por·.·,ello, que se procq.re utilizar en el h.orn1igón pretensado aceros de to ~e la tensión, no es de desear en el h.ormigón prctensado a efectos de su capacidad. de
una resistencia muy alta. En Suiza no se pern1iten, por aquellas razon.es, los aceros para recuperación o de la seguridad al agotan1iento. Se prefieren los aceros de pretensar con
pretcnsado con resistencias a la tracción menores de 120 kg/mm2 [143] y [419]. En Ale- diagrama a-e continuo.
mania, por consideraciones prácticas, se emplea con éxito un acero St 105, conform·án~
dose con el exceso de consu1110 que requiere el alto tanto por ciento de pérdidas de pre- Sobre el desarrollo posterior de la cu.rva a~c no se requieren e·n general más datos carac~
tensado, o atenuándolo mediante la aplicación del pretensado limitado con bajas com- tcrísticos, con excepción del alargamiento d.e rotura ó, siendo in1nortante la lonµitud a que
presiones pern1anentes ªh· éste está referido. En 1os aceros de pre-tensar se debe referir dicho alargamiento a una
El límite superior de la resistencia utilizable viene determinado por el hecho de que el longitud inicial de lOd (alargamiento 010 ) en las barras redondas, o de 11,3 V F, en el caso
acero debe conservar una cierta ductilidad, para la que se toman con.to nor111a el alarga~ de sección cualquiera (DIN 50146). Debe ser cuando menos del 4 %.
miento de rotura y los ensayos de doblado. Esta ductilidad debe ser exigida pensando
en los doblados de los cahles y las solicitaciones en los puntos de anclaje. La ductilidad Si 5e ton1an longitudes de referencia n1ayore8, disn1inuye mucl10 el alargamiento de ro ..
del acero ay1u:la además a evitar, en caso de carga en exceso, las roturas repentinas no tura, ya que el fuerte alarga1niento local en la estricción del punto de rotu.ra es referido
anunciadas suficie11lemente por la deformación. I~~l lín1ite superior de la resisten.cía a a u11a longitud 1nayor. No se debe creer, por tanto, que un alan1hre largo se defor1na~
tracción en aceros suficientemente dúctiles, está por el momento entre 180 y 200 kg/mm2• antes de romperse, un 4 % de su longitud, si ll 10 = 4 % ; se deforma más bien de acuerdo
En el caso de alambres muy delgados ("cuerdas de piano") se puede llegar con la resis- con el alargan1icnto repartido (alargamiento en la parte de la harra q11e per111anece pris-
trencia hasta .los 240 kg/111n1 2, s.i.e111pre que el alargan1ic'nto de rotura sea aún suficiente. mática, fuera de la zona de estricción), sólo en un 1,5 a 2,5 % aproximadamente de la
Si se llega a cifras más altas, se v11elve el acero cada vez más frágil, y d.eja de ser apro- longitud total. l:~n algunas ocasiones, el alarga1ni.ento de rotura que se obtie·ne en una
pia<lo para la constr11cción. ha:rra la1·ga es inferior inclu.so al alargamiento repartido.

Se puede conseguir una resistencia elevad.a por tres ca1ninos diferentes: Todas estas inagnitudes características no son valores absolutamente fijos, ni incluso de11~
tro de un mísn10 producto de fabricación, por lo que 11ay que contar con una dispersión
1) Con aceros naturales duros, mediante aleaciones apropiadas. o con unas tolerancias que pueden ser del 2 al 5 %.
2) Por deforn1ación en frío; en general, estirando a través de una hilera, a la tempe~
ratura ambiente, el alambre laminado (proceso de estirado en frío). La tensión Oz ad111isihle en el acero, se fija en ta11to .ror ciento del lín1itc elástico o del
3) Mediante el temple y revenido (tratamiento de mejora del acero), calentando por límite elástico convencional 0,2 %, o bien de la resistencia a tracción. En algunas clases
enci111a del p11nto crítico superior un acero aleado, apropiado para este tratam~ento, de aceros está por encima del límite de proporcionalidad, de modo que no se puede ya
tcmplándolo cu baño de aceite calcular el alargamiento al pretensar utili-
y reviniéndolo finalmente en zando el módulo de elasticidad E= o/s,
plomo líquido. válido en la parte recta del diagrama o·s. Se
toma entonces el alargan1iento de tesado cv,
Para enJU1c1ar los aceros de pretenm correspondiente a av., directan1ente de la cur~
sar es de grán importancia el diagra,,. va o-s, que el fabricante debe tener prepa-
ma de tensiones~deformaciones (cu.r~ rada a este fin (fig. 2.3). Si o, sobrepasa poco
va o·c) bajo carga rápida hasta la el límite de proporcionalidad, nos movemos
rotura. Los aceros naturales duros y en L"il don1inio de las deforn1aciones rema~
algu11os tipos de aceros mejorados nentes pequeñas, que surge'n sólo en los pri~
n1uestran un diagran1a recto hasta un n1cros procesos de carga, y q11e en general
marcado límite elástico (Js (fig. 2.2). desaparecen totaln1ente del tercero al sexto
Los aceros estirados y algunos aceros ciclo de carga, es decir, el acero se estabiliza
mejorados pasan de forn1a continua y n1uestra también en este don1inio un con1-
al dominio plástico. El punto en el portamier1to elástico puro, si bien. es verdad
Fig. 2.3 Lectura directa en el diagrama o<e de un acero
q11e la línea ame comienza a desviarse que con un módulo Ev algo. menor que en el de pretensar, del alargamiento de te'sado ev y
de la recta corresponde al llamado dominio de las tensiones bajas (fig. 2.3). del módulo de elasticidad Ev.
límite de proporcionalidad. Para ca-
racterizar un acero se utilizan en la Para el cálculo de las tensiones del acero después de pretensar y establecer la umon hor-
Fig. 2.2 Características de los diagramas de tensiones-deformaciones
técnica, según DIN 50 144, 50 145 y de los aceros de pretensar. migón~acero, h.ay que detern1inar esta pendiente Ev de la curva a-s aproximada1nente a la
50 146, los siguientes datos: altura de Ov, pendiente que se h.ace constante después de repetidos can1bios de tensión.
Para una exactitud de cálculo nor111al, basta ge11eral111ente con tomar el módulo E co~
/30,0 1 = límite elástico 0,01 % o límite de proporcionalidad;
rrespondiente a la zona recta del diagra1na awc; únican1ente ,en el caso de aceros estira:
¡30 ,2 == lí111ite elástico 0,2 % o límite elástico convencional,
dos no. envejecidos, y especialn1ente en el caso de cordones o cables trenzados, es in1por·
lo cual significa q·ue, después del primer aun1ento continuo de carga l1asta esta tensión .. tante el conocer Ev.

18 19
En Alemania, la aprobación de los aceros para hormigón pretensado se realiza según las 3) la máxima pérdida de tensión que se produzca para "'" debido a la fluencia lenta del
·'Normas provisionales para los ensayos de aprobación y aceptación de los aceros de pre~ acero con longitud. constante;
tensar" (véase, por ejemplo, Beton-Kalender 1960, pág. 850; y las Prescripciones del Co-
mité Alemán del Hormigón Armado, séptima edición, marzo de 1960, págs. 267 y sigs. 1). 4) la sección media del alambre o barra;
Junto a la obtención del diagrama de tensiones~defor1naciones, exigen dichas normas, 5) el cumplimiento satisfactorio de las pruebas de doblado;
con10 prevención contra la fragilidad~ las siguientes pruebas: 6) el alargamiento de rotura /J10 exigido, en probetas de longitud lOd;
a) Ensayo de tracción después de un único doblado; hacia un lado y al otro; para alam- 7) el transporte a resguardo de la humedad, si el diámetro del alambre es inferior "
bres y barras con dián1etro n1áximo de 8 n1n1. 12 mm;
El ensayq se lleva a cabo sobre una inuestra de acero sin n1ecanizar, y no oxidada. Se 8) un diámetro mínimo de los rollos de 1,60 a 2,50 m, en alambres con diámetros de 5
dobla la barra 900 alrededor de un mandril con un diámetro de lOd (d = diámetro o es- a 12 mm. La tensión de doblado debe ser inferior a 0,8¡3o,ot·
pesor del alambre a ensayar, redondead.o, en milímetros), se la vuelve después a su posi-
ción recta y, a continuación, se la carga hasta la rotura según la norma DIN 50 146. La pér- Cada rollo irá provisto de una chapa de identificación.
dida de resistencia a tracción después del doblado debe ser, a lo sumo, del 5 % de la re-
En la comprobación del peso se admite nna tolerancia por exceso del 2 al 3 % en alam-
sistencia sin doblado previo.
bres estirados, y del 3 al 5 % en secciones laminad.as. Además, se debe dar a conocer al
b) Ensayo de doblado alternativo hnsta la rotura; para alambres y barras con diáme- calculista y al ingeniero responsable de la operación de tesado el diagrama completo
tro n1áximo de 8 n1m. de tensiones-deformaciones del tipo de acero elegido, con datos de las posibles desvia·
ciones (tolerancias) .
El alambre es doblado alternativamente, a un lado y a otro, hasta la rotura. Se dobla un
ºg•eulo de 90° hasta el tope a cada lado, alrededor de un mandril con un diámetro de:

Sd en alambres estirados en frío, y 2.12 Tipos de acero


lOd en alambres mejorados En los apartados siguientes se describen los tipos de aceros de pretensar utilizad.os en
(d =diámetro del acero a ensayar, redondeado en mm). Alen1ania, así como sus propiedades.
En lo demás es aplicable la norma DIN 51 211. El número de flexiones soportadas antes
de la rotura debe ser al menos de seis (tres doblados a cada lado). La figura 2.4 mues·
tra un aparato para ensayos de doblado
2.121 Aceros naturales duros'
alternativo sobre alambres de alta ca-
La empresa Hiittenwerk Rheinhausen se ha ocupad.o desde hace muchos años en la oh·
lidad, de diámetro entre 4 y 8 mm.
te11ción de aceros naturales duros para horn1igón pretensado. Prin1eramente se fabricó
c) Ensayo de plegado;, para alambres un acero alead.o St 70/105 (la primera cifra representa el límite elástico, y la segunda, la
y barras con más de 8 mm de diá- resistencia a tracción), en diámetros de 8 a 12 mm, cuya con1posición era la siguiente:
n1etro.
Este ensayo se ejecuta según la nor1na
0,1 % e 0,3 % Si 1,2 % Mn
DIN 1 065, hoja 4, para lo cual se dobla Más tarde se pasó al St 60/90, algo más barato, que se suministraba en diámetros desde
la probeta, hasta la rotura, alrededor 15 a 32 mm, y preferentemente de 18 y 26 mm. También el St 60/90 es una aleación
de un mandril con un diámetro de 5d. Mn-Si con 0,7 % C; 0,7 % Si; 1,2 % Mn. El acero St 80/105, que se suministra desde
1954, es estudiado en el apartado 2.124.
El ángulo de doblado debería alcanzar
al menos 180°. Para la aprobación se
El diagrama de tensiones-deformaciones muestra una variación lineal, con E = 21 000 kilos
exigen aden1ás pruebas sobre la :fluencia
por milímetro cuadrado, hasta una tensión de 55 kg/mm2• Entre 60 y 65 kg/mm2 aparece
Fig. 2.4 Dispositivo para realizar el ensayo de doblado alternativo, lenta del acero de pretensar, y su resis-
en alambres de acero de alta calidad y 0 4 a 8 mm un lín1ite elástico muy acusado, a partir del cual aumenta rápidan1ente la deforn1ación,
tencia a la, fatiga, que serán tratadas en
(Proceg S. A., Zürich). para alcanzar en la rotura, con 90 a 105 kg/mm', un alargamiento del 10 al 12 % (:fig. 2.5).
los apartados 2.13 y 2.17.
Al realizar un pedido de a.cero de pretensar, es preciso que se nos garantice: La deformabilidad en frío del St 60/90 es buena. No es sol dable.
1) la resistencia mínima a la tracción {Jz 2 ; La longitud norn1al de las barras en el con1ercio es de 25 m; sin embargo, se sun11n1stran
2) el límite elástico f!s, o bien el límite elástico convencional ¡30 ,2 ; también barras de hasta 32 m de longitud, siempre que se disponga de vehículos apro-
piad.os para el transporte.
Bestimmungen des Deutschen Ausschusses fiir Stahlbeton, 7. Auflage, Miirz 1960.
l

2 Emplearemos sien1pre en este libro la expresión "resistencia a (la) tracción", refiriéndonos tanto a hor·
La tolerancia de laminación, referida al área de la sección de la barra, está eritre + 8,0
migones como a aceros, para designar la "tensión de rotura" en el ensayo normalizado de tracción. Al y -2,0%.
hablar de aceros, se ha generalizado eil España la expresión "carga de roturaii, que no utilizaremos aquí
por considerarla inexacta. (N. del T.) L Bibliografía: [132] y [1941.

20 21
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Fig. 2.5 Diagrama de tensiones-deformaciones del
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St 60/90, con fuertes nervios la111inados, en diá~


~ ,;s metros de 12 a 30 mm, que es apropiado para el
"oo º
ºº
anclaje por adherencia (lig. 2.6). Contiene sólo del
~
º
'ºo
~ t: 0,30 al 0,35 % de carbono, y está aleado con Mg +
Fig. 2.6 Acero ruso de pretensar St 60/90, con +Si+ Cr.
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nervios transversales.

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~ N N <l 2.122 Aceros patentados estirados'
Desde l1ace ticr:npo es conocida la elevación de la resistencia del acero n1ediante la de~
for1nació'n en fr.io. Desde 1873 se 11an fabricado, por este proccdin1iento, ala111hres de alta
resi&tenc.ia. l)rirnera111cnte se patenta el alan1brc lan1inado, es decir, se ]e calienta hasta
900 ó l OOOºC, enfriándole, a continuación, en haño de plomo o de sal hasta 4.50 ó 55WC,
al objeto de obtener una estructura interna sorhítica, favorable para la dcfor1nación en
frío. Después de c·nfriado a la ten1peratura a1nhientc, es estirado a través de una }1ilera,
, con lo cual disminuye su dián1etro y aun1enta su longit11d. J_.a técnica del estirado de]
6 ~'.
'Cc. ·2 ala1nbre se l1a <Íesarrollado y pcrfeccio-nado granden1ente con el transct1rFo del tiernpo.
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oo ·¡,o .E.
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Se _posee actualn1e11te u11a experiencia de decenios acerca de la composició'n apropiada
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del acero, su. colad.a y los tratamientos il1ter111edios y posteriores a aplicar. Para los alan1~
brcs de pretensar eran válidos, en 1958, los siguientes límites en la con1posición quírn.i~
e e
e u º· ~a; por eje1nplo:
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¡:

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"s E E para alan1hres "'Neptun.": 0,7 a 0,9 % C; 0,5 a 0,7 % Mn; 0,12 a 0,20 % Si,
.,,o o
N
/\11V
o
N
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\id para alan1bres "'Zeus": 0,6 a 0,9% C; 0,3 a 0,7 % Mn; 0,15 a 0,35 % Si,
00
• •o • 1 "~ ¡¡" "~ máximo de P y S: 0,035 % de cada uno.
·~ ·~ .,o •
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'8ro "
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•~
E 'i;
;: a Se conocen bien las propiedades y el com.portan1iento de los ala1nbres estirados en frío,
E
u•
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o u t bajo todos los posibles tipos de solicitación. Se han acreditado en cables de grandes puen·
" tes colgantes y en cables trenzados de todo tipo. Sin ernbargo, no pueden ser soldados
y son sensibles al calor (véase apartado 2.14).

"''.;:ro
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El acero estirado en frío se sun11n1stra prefcre1rte1nente en for111a de ala1nhrcs delgados.
Cuanto menor es -el diá111ctro, tanto n1ás se puede elevar la resistencia. Se puede·n co11R
o
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siderar con10 norn1ales resistencias de 180 lcg/n11n2 para dián1etros d.e 2 a 3 111m; de 170
a 150 kg/mm2 para 4 a 5 mm, y de 150 a 130 kg/mm2 para diámetros de 6 a 12 mm.
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]~n casos excepcionales se pueden conseguir tan1bién resistencias n1ás altas. Mediante el
envejeci1ni.ento (véase apartado 2.123) se aun1entan aún n1ás las resistencias. Hoy en día,
Ol los ala1nbres individut..les para prete'nsado son sun1inistrados generaln1ente habiendo sido
1
"' son1etidos al trata1nien.to de envejccin1iento.
l?~U]r:J 1

l Bibliografía: [55] y [168].

22 23
El diagrama de tensiones-deformaciones de los alambres estirados en frío (fig. 2. 7), mues- Como vari.edad de los alan1hres estirados se han fahricad'o en ocasiones ala1nbres planos
tra en su parte recta una pendiente algo nJayor que en los aceros naturales duros.; el retorcidos [108], que presentan una alta resistencia al dcslizan1iento en el hormigón gra~
módulo de elasticidad en esta zona se encuentra entre 19 500 y 20 500 kg/mm2 • La línea cias al efecto de sacacorchos.
se separa relativa1nente pronto de la recta, y continúa con curvatura lenta111ente creciente
J..,os ala1nbres estirados en frío son usados corrientemente en dián1etros entre 5 y 12 m111~
haEta la rotura; no preEenta, por consiguiente, la discontinuidad del lí111ite elástico.
como. alambres individuales, o en paquetes o cables de alambres paralelos. Los pequeños
diámetros de 2 a 4 mm se utilizan por lo general en forma de cordones de 2, 3 ó 7 alam·
El alargamiento de rotura de la probeta lOd suele ser del 4 al 3 % ; más bajo, por tanto, bres (fig. 2.9). En el caso de los co~dones de siete alambres se exige que el alambre cen·
que en los aceros naturales duros. Es, sin en1bargo, lo suficientemente grande para que se tra.1 tenga un dián1ctro superior aproxi111adamentc en un 5 a un 7 % a los alan1hrcs extem
produzca a tiempo, en caso de sobre- riores, con el fin de conseguir un contacto más estrecho de éstos con aqué1. El dián1etro
solicitación, una deformación fáciln1en~
"'º te reconocible que anuncie la rotura,
real del cordón es por ello superior en un 7 % de d, aproxin1ada1ncnte, al dján1etro no~
minal usual, que es de 3d (fig. 2.10).
no constituyendo, pues, el bajo alarga·
miento de rotura ninguna desver1taja
por lo que a ésta se refiere. 7

La deformahilidad en frío y la ductili·


dad de los aceros estirados son buenas,
en tanto no se exija una resistencia de~
n1asiado alta. Son suficientes, en todo
caso, para permitir sin dificultad los
anclajes de gancho, o la flexión alter·
nativa en los anclajes de cuña interior.

Debido al proceso de estirado a través


de la hilera, la superficie de los alam· Fig. 2.9 Cordones de 2, 3 y 7 ale.robres.
ºo:- -alargamientoJde rntura :-J 4
bres estirados en frío es regular y puli-
10
Fig. 2.7 Diagrama de tensiones-deformaciones de los da, y se consigue la sección deseada con
alambres patentados y estirados. gran exactitud (en general la tolerancia r---··
es del 0,04 % del diámetro) . El diá-
metro de los alan1bres de sección circu- i
lar puede ser graduado de décima en "'"
décima de milímetro. Se pueden obte•
ner igualmente secciones trapeciales,
rectangulares o cuadradas, co'n aristas
ligeramente redondeadas.

La longitud de los alambres depende


de los pesos de rollo normales en la Fig. 2.10 Sección de un cordón de
fábrica, y que suelen estar co1np·rendi- 7 alambres, el central de
dos entre 60 y 200 kg. En el caso de mayor diámetro.

alambre 0 3 mm se puede conseguir


entonces hasta 3. 600 m, y en el caso de
alambre 0 5 mm, hasta l 280 m de Ion·
gitud por rollo. Los alambres son en· Fig. 2.11 Constitución de un cable cerrado 0 54 mm,
Fig. 2.8 Dispositivo para desenrollar los alambres duros. Fe= 19,75 cm~:
tregados en rollos, de los cuales se cor·
tan en obra las longitudes deseadas. Si
se desea que los alan1hres q·ueden rectos y sin torsión, es preciso enderezarlos y que el diá- Inicial111cnte, los alarnhrcs, en cnrdones o cables trenzados, eran unidos para obtener n1a~
metro de los rollos sea lo bastante grande para que estén doblados en el dominio elástico, yores longitudes, por 111edio de la soldadura fuerte con cortes ohlicuos en ángulo agudo.
volviendo elástica111ente a la posición recta. En el caso de dián1etros pequeños no se con- Este tipo de unión está aba'11donado h.oy en día. Para conseguir grandes longitudes se
sigue siempre el clin1inar en los alan1bres la torsión, a no ser que se les cnve,jezca en ma~ sueldan los a1an1bres lan1i.nados, antes de la op-eración de estirado, con soldadura eléctri~
dejas rectas, co1110 es corriente l1acer hoy en día con los alambres para prctensado. ca a tope; después, el en1palme es recocido y n1eca·nizado cuidadosan1ente, de for1na que el
proceso de estirado no quede entorpecido en dicho lugar. Los cables y cordones pueden
Para desenrollar los rollos se utilizan jaulas de acero giratorias que impiden que salte ser entregados, pues, en carretes, práctica111ente con cualquier longitud. Para puentes de
bruscamente el alambre en tensión (fig. 2.8, ver también fig. 4.4). hormigón pretensado se han hecho ya cordones de 24 000 111 de longitud.

24 25
Los cables trenzados, forn1ados por ala111hres re(londos o varios cordones, han sido utiliM cordón de 7 alambres; diámetro del alambre, 3 mm; paso, 140 mm; acero St 180; re·
zados ya en horm·igón pretensado, si bien no se l1a solicitado ninguna aprobación oficial sistencia a tracción mínima garantizada del cordón, 170 a 175 kg/mm2 • Además se ha
(en Alemania) . incluido la curva a-e de un cable cerrado con la configuración de la figura 2.11. En los
cables se reco111icnda sobrepasar varias veces la fuerza teórica en un 5 a 10 % ,- ya que
lTn tipo de cable trenzado apreciado en la constr11cción y adecuado también p-a~a pre- inicial1n.ente no se con-iportan como elásticos puros. Después de algunos can1hios de tensión
tensar es el de cables cerrados (fig. 2.11), compuestos en su núcleo por alambres redon- cesan los alarga1nientos pern1anentes debidos a la deforn1ación secundaria [ 46].
dos, después por ala111hres de sección trapecial, y en su capa exterior, por ala1nbres de
seecíón en Z. Estos cables se caracterizan por su espacio interior de l1uccos, especial111ente En los alan1bres estirados en frío es preciso tener en cuenta la fluencia lenta del acero,
pequeño (r-' 10 % ) , y por el cierre estanco en las capas exteriores. Para tener una alta que será estudiada con detalle en el apartado 2.13.
seg11ridad contra la corrosión. se hacen pasar los alambres durante el cableado por un
En Ale1nania se ocuparon en la producción de aceros estirados en frío para el hormigón
baño de 111inio, llenándose co111p}etan1ente los l1u.ecos, especial111ente entre los ala111hres en
pretensado, primeramente la Felten & Guilleaumc Cadswerk AG, Koln-Mülheim, y más
forn1a de Z. Cuando el cal)le entra en tensión, se con1prime el minio, en los huecos.
tarde la Westfüliscbe Drahtindustrie, Hamm/Wcstf., y otras, que suministran alambres,
Los dián-ietros varían entre 30 y 125 i11m.; la resistencia n1edia a tracción es de unos
cordones y cables trenzados.
150 kg/mm2 •

En el caso de los cordones y cables, aumenta el alargamiento frente al del alambre 2.123 Aceros patentados, estirados y envejecidos
recto en una cantidad que depende del paso. Se da a veces como medida absoluta, y a
veces co1no relación entre el diárnctro del cordón o cahlc y el paso. Por eje1111)lo, un paso Se llall1a en.vejecin1iento al tratan1iento posterior, que co11siste en el revenido de 1os ace·
de 1/rn en un cordón de 10 mm de diámetro significa que la magnitud ahsoluta del ros estirados en frío a ten1peraturas de 150 a 420°C (según la duración del envejecin1ie'n·
paso de un alambre es de 100 mm. to). Mediante el revenido se eleva el límite elástico convencional 0,2 % en un 20 a 40 % ;
&
la resistencia a tracción, en un 5 a 9 % , y se n1ejoran la resistencia bajo carga n1ante11ida
.En el hor1nigón ¡)retensado son corrientes los pasos relativan1ente grandes, de 1/12 a 1 /14~
ya que con pasos 1nenorcs a-u:rnentan el alargan1iento y la deformación, '.<;ecuruiaria del
cahle. El paso puede variar en un +
10 %, sin que la influencia sobre el di.agrama a·c Fig. 2.13 (izq.) Diagrama de ten·
siones-deformaciones de
sobrc¡lase la dispersión. nor1nal. I'or deforniacián. secundaria entenden1os el alarganllento un alambre estirado en-
anelástico que aparece al tesar, debido al enderezamiento de los alambres. Esta deforma- vejecido i;j 5 a 7 mm,
ción secu.ndaria no puede ser elin1inada definitiva111ente rnediante el estirado previo en un acero St 150/170 (Felten
& Guilleaume Carlswerk
banco, puesto qne aparece de nuevo de forma irregular cada vez que se dohla el cable, AG).
por ejemplo para el transporte.

l1os cordones o cables trenzados tienen una resistencia a tracc1on n1cnor en un 2 a 6 %


que la del alambre recto. Por ello se debe acordar para un suministro no sólo la cali-
dad de alan:ihre deseada, sino ta111hién la resisten.cía a tracción n1ínin1a a garantizar en
el cordón o cahle. I.,a figura 2.12 n1uestra el diagran1a de tensionesbdcfor1nacio11es de un Fig. 2.14 (der.) Diagrama de ten-
siones-deforrnaciones en
un cordón de 7 O 3 mm
envejecido, de acero St
o 2 3 I¡. 5 6 7 7,S
160/180 (Felten & Guil-
aiargamiento en %
leaume Carlswerk (AG).

y el alargarniento de rotura. El alambre queda sin torsión rnás fácil111ente, y dis1r1inuyc


rn fluencia lenta, conservándose además la ductilidad [160]. El alambre estin1do enve-
jecido es, por tanto, 1nás conveniente para el prete11sado, si bien algo i11ás caro.

A ]a vista de las 111cjoras indicad.as, las norn1as alemanas para la a.probación de aceros
de pretensar prescriben, d.esde 1957, el envejecin1iento r)ara los alan1bres redondos esti·
rados y los cordones de 7 alambres. Solamente los cordones de 2 y 3 alambres son utili-
zados, aun sin este tratarr1iento, con10 ar1nadura pretesada. Los alan1hrcs y cordo11es son
revenidos en general con proceso continuo, son1etiéndolos durante poco tie,n1po al caM
lor y sumergiéndolos a unos 420°C en un baño de plomo. Las figuras 2.13 y 2.14 mues-
tran lós diagra111as de tensiones-deformaciones de alambres envejecidos, de 5 a 7 in111 de
o ar a2 m & iJ.f
f'<t--- alargamiento normal de tesado----------->. diámetro, St 150/170, y de nn cordón envejecido, d.e 7 ó 3 mm, St 160/180; especial-
0
del cordón O,M /0
mente este último muestra el aumento del módulo de elasticidad desde unos 18 000 ld-
Fig. 2.12 Díagran1as de tensiones-deformaciones de cordones de 7 alambres no envejecidos (ver texto) Y de un cable cerrado logramos/mm2 a unos 20 000 kg/mm2 y del límite elástico 0,2 % desde unos 130 kg/mm2
como el de la figura 2.11. En el de la izquierda hasta la rotura; en el de la derecha hasta ªv• con una escala de a 160 kg/mm 2• Como veremos en el apartado 2.13, la fluencia lenta de dichos alambres
alargamientos mayor.
disminuye n1ucl10 111ediante el enveje,cimiento.

26
27
-------------··-~···--

2.124 Aceros defor1nados en frío con o sin Estado bruto de laminación Templado Revenido
envejeci1niento
Además del estirado a través de hileras hay
otras clases de defor1nación en frío para ele~
var el lí1nite elástico y la resistencia, como
por ejemplo el relaminado en frío, el estira-
do simple, el retorcido y el martilleado. En
Inglaterra y en los EE. UU. se fabriea así
un redondo de 0 25 mm, con /Jo.i = 94 y
=
/Jz 110 kg/mm2 , que contiene aproximada-
mente 0,6 % C, 1,9 % Si y 1,0 % Mn [135].
(Lee-McCall, Macalloy Ltd., Sheffield, y Stres-
steel Corporation, New York.)
El representante más importante de esta cla-
se de acero es en Alemania el acero SIGMA Estructura: Sorbítica Martensitica Estructura de temple
o St 80/105 de la Hüttenwerk Rheinhausen, revenido (mejorada}
que se fahrica a partir del acero natural duro Dureza: 32 a 35 63 42 a 45
Fig. 2.15 Diagrama de tensiones-deformaciones del
acero SIGMA St 80/105 sometido a estira- St 60/90 mediante estirado simple en frío y Resistencia a la tracción:
do simple y envejecido, barra i:zí 26 mm 110 a 120 kg/mm2 160 a 165 kg/mm2
envejecién.dolo a continuación. Este acero es
(Hüttenwerk Rheinhausen). Longitud de
medición 500 mm. suministrado en barras de \25 26 mm de has-
Fig. 2.'.6 Modificaciones de la estructura interna del acero SIGMA (Hüttenwerk Rheinhausen) ori·
ta 25 m de longitud (excepcionalmente hasta ginadas por el tratamiento de mejora.
32 m). El estirado simple da como resultado una curva <J-li con Ev ""' 17 000 kg/mm2
y hajo /Jo,o 1• Mediante el envejecin1iento pueden conseguirse las cualidades satisfactorias
de la figura 2.15. El diagrama de tensiones-deformaciones es una recta hasta o = 70 kilo- Los alambres mejorados no son soldablcs y son sensibles al calor (ver apartado 2.14).
gramos/mm' con E= 21 000 kg/mm2 y presenta un límite elástico muy marcado entre Son delicados igualn1ente por lo que respecta a la corrosión intercristalin~ bajo tensión
80 y 90 kg/mm2• El alargamiento de rotura es de 9 al 11 % . Se admiten tolerancias de (ver apartado 2.18) y presentan tendencia a la rotura frágil en las entalladuras. Deben
laminación de + 5 a - 2 %, respecto a la sección de la barra. ser n1a11ejados cuidadosamente, y con la suficiente experiencia.

Por medio del laminado en frío se fabrican flejes delgados (Fedcrbandstahl, fleje de ba- A la Hüttenwerk Rheinhausen se la
llestas), que tienen las n1isn1as propiedades que los aceros estirados e'n frío y que son presentó, por ejemplo, el caso de una
utilizados en ocasiones en hormigón pretensado, co1110 fleje retorcido. No ,presentan, sin rotura de un ala111hre bajo tensión
err1bargo, ventaja.-, frente a los alan1hres, que son más baratos. moderada. Se comprobó que la cau-
sa era una pequeña zona fundida,
originada posiblemente por un apara-
2.125 Aceros mejorados to de soldadura (fig. 2.17). La micro-
El aun1ento de la resistencia de los aceros n1ediante trata1nientos tér111-icos es conocid.o
y usado desde hace siglos. Basta pensar en el temple de espadas y herramientas forja-
das. Según la norma DIN 17 014, se entiende por tratamiento de mejora (V crgütung) lo
Fig. 2.17 (izq. y abajo). Zona fundida en un alam-
siguiente: "'frata111iento térmico destinado a obtener una niayor tenacidad para una deter~ bre oval con nervios diagonales ocasio-
minada resistencia a tracción, por regla general mediante el temple y el revenido pos- nada posiblemente por un aparato de
soldadura, y que trajo como consecuen-
terior, casi sien1pre a elevada te111peratura" 1• cia la rotura frágil del alambre. Micro-
grafía en la figura de la izquierda
Para los aceros de construcción se utilizó ya en los últin1os decenios el aumento de resis~ (Hüttenwerk Rheinhausen).
tencia por el tratamiento de n1ejora.
I..a n1ejora de los alan1hres corrientes de pretensar consiste en un calentan1iento hasta
unos 810°C, el temple en baño de aceite, y el revenido en baño de plomo a unos 450"C.
Deben ser ohservadas con exactitud las ten1peraturas adecuadas a la aleación. en cuestión.
Se producen entonces importantes transformaci?nes de la estructura interna, con10 se indica
en la figura 2.16. Al final se alcanza una estructura de grano muy fino [194].

1 Sería más correcto hablar de "aceros templados y revenidos" y de "tratamiento térmico de temple y
revenido", pero utilizaremos como simplificación los términos "aceros mejorados" y "tratamiento ,de me~
jora", traducidos directamente del alemán y empleados también en ocasiones en el lenguaje técnico es-
pañol. (N. del T.)

28
29
grafía correspondiente muestra la alteración de la estructura causada por el calor. En la . ACERO DE. PRETENSAR S 1G M A
1451760 1351150 1451160 1451160
zona fundida se observa una estructura hasta de fundición., mientras que se conserva en
D!AMETRO O DIMENSIONES (mm)
su entorno el grano fino del acero mejorado. El pequeño desperfecto en la superficie con- 5,2 8 8x3 9x4,2
dujo a una rotura frágil sin deformación.

Mediante la n1ejora aun1entan n1ucl10 la resistencia a tracc1on y el lí1nite elástico, al-


b

canzando el módulo de elasticidad unos 21000 kg/mm2• Una vez sobrepasado el límite
elástico o el límite convencional 0,2 % , aumenta rápidamente el alargamiento y la cur-
va o-e alcanza el punto de máxima ten.sión casi en recta horizontal. El alargamiento de
rotura es de un 5 a 6 % (fig. 2.18). Algunos tipos de aceros mejorados, como todos los
aceros SIGMA, presentan un codo en el límite elástico.

o 0,1 0,2 0,3 0,1/ 45 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0 1,1 1.2 1,J 1,lf
alargamiento en %
Fig. 2.19 Influencia de una deformación plástica de flexión
y un envejecimiento y estirado simple posteriores,
en el diagrama de tensiones-deformaciones del
acero SIGMA St 145/160, y:\ 5,2 mm (según Jii-
niche). SECCION (mm2)

Fig. 2.18. Curva ('f·e de un alambre mejorado (Hüttenwerk Rheinhausen).


Fig. 2.20 Aceros de pretensar SIGMA, redondos y ovales con
nervios en diagonal.
~·~~
21,2 50 20 30
A '"~"'°' fC ha sostenido la op1mon de que un límite elástico 0,2 % proporcionalmente
rnuy alto, es decir, un diagra1na de tensiones~df'formacioncs recto hasta casi la rotura, sería
hasta 250 kg. Se mejora con10 alambre la111inado, estando sujeta, pues, su secc1on a
partie1dar111ente favorable. No Cf' este el caso: sin embargo, si se piensa en la seguridad
al ap:ota1niento. El diagran1a recto significa 'Iue al sobrepasarse la carga adn1isible se
las tolerancias de laminación de +
10 % y - 2 %. Puesto que en el hormigón preten-
sado interesa conocer exactan1ente la sección de acero que se coloca en la pieza, se reco~
producen alargamientos n1uy pequcñoR en el acero, siendo, por tanto, peq11eñ.a la defor~
rr1ienda la co111probación de la sección real de tales aceros antes de colocarlos en obra.
n:1ación. Co1no la curva a~s alcanz11 n1uy rápidan1ente la tensión de rotura, el fallo de la
Hemos indicado ya que el módulo de elasticidad está sujeto a variaciones del 2 al 3 %.
estructu.ra tendrá lugar sin aviso previo por n1edio de una defon11ación llamativa. Por
ello, pensando en la seguridad al agotan1ientü, ~e debe co·nsiderar más bien t1na desven- La Felten & Guilleaume Carlswerk AG, Küln-Miilheim, mejora alambre estirado en diá-
taja el que el acero tenga un .límite elástico convencional 0,2 % demasiado alto en pro- "metros desde 4 a 10 n1n1, con lo cual se puede conseguir con tOda exactitud la sección
porción. También empeoraría la tenacidad del acero. En los aceros de pretensar actuales deseada (Tolerancias: +
2 % y - l % ; recihc el non1hre Je 44 ala11-1bre con 111ejo·ra finar').
se evita por ello el alcanzar un límite elástico 0,2 % demasiado alto; éste debe ser infe-
rior a 0,90(12 • Con el estirado se elin1inan los defectos gruesos de la111inació1i. I~a superficie se vuelve algo
n1ás rugosa co·n la mejora respecto al alan1hre estirado en frío, si bien es más lisa que
Un lín1ite elástico 0,2 % excesivamente alto en proporc1on, se reduce adern.ás fuertemen- e:n el alambre lan1inado nJejorado. Esta fábrica n_1ejo1·a aden1ás alan1bre de sección rec-
te con los doblados alternativos, incluso con grandes radios de curvatura (r "°' 420 mm en tang11lar la1ninado en caliente, liso o con nervios transversales, llamado alambre Nep·-
alambre de 0 5 mm) ([194] y fig. 2.19). Es cierto que se puede eliminar de nuevo este tun, con secciones desde 20 a 60 mm2 y calidades hasta la St 145/160 (fig. 2.21). La
efecto mediante el revenido o el estirado simple en frío; sin embargo, en los cables de tolerancia de laminación es un 5 % del área de la secciÓ'n.
pretensar tiene lugar este doblado alteruati vo de los alambres sin posibilidad de trata·
No es corriente forn1ar cordones o cables trenzados con alarnbres mejorados.
n1iento posterior, de forn1a que no se podría en tal caso aprovechar al máximo el alto
límite elástico 0,2 % . Es de esperar que 1nás adelante se fabriquen tan1bién barras \Ie acero i11ejorado con
grandes diámetros. En los EE. UU. se proyecta fabricar, con destino al hormigón pre-
En Alemania, sumrn1stra la Hiittenwerk Rheinhausen alambres laminados mejorad.os bajo tensado, aceros al cron1on1olibdeno con resiste'ncias de I1asta 200 lcg/n11n2, Con un proceso
la denominación: acero SIGMA St 145/160, St 135/150 ó St 125/140, en redondo desde especial de n1ejora, eléctrico. En .Alemania se conocen igualn1ente aceros con un grado
5,2 mm hasta. 13 mm de diámetro nominal [194]. Además se fabrican alambres de sec- si1nilar de 1nejora, si bien son demasiado caros de n10111ento para su uso en el l1ormigón
ción oval con nervios diagonales laminados (fig. 2.20). Los pesos de los rollos llegan pretensado.

30 31
En el hormígón pretensad.o, sin embargo, tto V
1
no es la tensión, sino la longitud del cable 1 i /
i
tesado, la que es casi constante. La fluencia i V
1 /
lenta origina entonces una disminución de 15'.o
. tf!7 i 1

la tensión (Relajamiento). i
1
i -+- ,ioo'<' , 1
1

1~
¡ i j
La figura 2.25 muestra una curva de rela- i 1
i
1
_.,.....
o 1

jamiento típica correspondiente a u'nos


cordones de 7 alambres St 180, que fueron 1
/1 t--t 'i
i
i
I!

1~
1 1 '"" ..,,
1V20 Fig. 2.21
Alambre Neptun,
suspendidos libremente sobre una luz de
100 m, según la figura 2.24.. Si la flecha o
i/i ~ oi:.-
i

1

!
rectangular y con
nervios en diagonal.
es pequeña se puede despreciar el aumen- / V 1 1 1

to de longitud al aumentar la comba de


la catenaria. Con una tensión inicial de
10,0 t/cm 2, a las 24 horas se ha producido
01 / y ii i
~
º"'~\1:-<'
i
~
'I
1
1 1 1
2.13 La fluencia lenta de los aceros ya aproximadamente las 3/ 4 partes de la
pérdida total de tensión. Si se baja la ten·
o
I 1
·v-1!
..,,. 1 1
i
í
sión inicial después de algunos minutos,
2.l:ll Resultados de ensayos en aceros estirados
disminuye la pérdida de tensión. i/
i
i 1
i

' /3."2'·- 80'1-'"l"'"'i


!!•
1

Se sabe hoy que todos los tipos de aceros sometidos a tensiones altas fluyen lentamente, es
d<!eir, que con tensiones permanentes por encima del límite de proporcionalidad sufren un
11 1 !
i ¡p-¡
I
---
! ,,...... i
alargan1iento plástico, el cual se superpone al alargamiento elástico inicial, llamado alarga~ 11
i 1
1
n1iento de fluencia lenta o alargan1iento diferid.o, que cesa generalmente después de un ' --·
/ 1
cierto tiempo. La fluencia lenta del acero fue dada a conocer ya en 1834 por VICAT [l]; / 1 1

pero fue olvidada y descubierta de nuevo con motivo de las elevadas tensiones del acero
usuales en el pretensado [54] y [60], habiendo sido medida desde entonces en diferentes -
I
é",r aprox
1

"'r..J!L........
q;sf, -!}'1en %
00
[ i
1

tipos de aceros. Los aceros estirados en frío fluye'n, de acuerdo con su bajo límite de 0,2
1
.
ir
1 ! 1 i 1 1
¿o
proporcionalidad, n1ás qu.e los aceros mejorados o envejecidos. IJas causas de la fluencia
lenta no han sido investigadas aún por completo. Depende en parte de la aleación del Fig. 2.24 Cordón tendido sobre una luz de 100 mal objeto ~-
1
i
'
1

j !_l_[
' 1 1
acero. Hay aceros de resisten.cia relativamente baja que fluyen nlucho, e incluso algunos de medir la fluencia lenta de los cordones
cuya fluencia no cesa [109] y [386]. Hipótesis aclaratorias se dan en [124], [210] y [103]. (Felten & Guilleaume Carlswerk AG). o 1 1 1 i 1
o 02
44 46 w !O
é;,en%o _....,_
En los aceros uS"uales hasta ahora en la construcción se extingue pronto la 'fluencia lenta. Fig. 2.23 Alargamientos totales de fluencia lenta, al cabo
En cualql1Íer caso, hay que cerciorarse de que ha sido investigado el proceso de fluen~ de unas 2 000 horas, de alambres estirados en
cia lenta del acero a emplear, y que no da lugar a dudas. fria, con diferentes límites elásticos 0,2 ºlo, y para
diversas elevadas tensiones ºv mantenidas constan-
tes( según RoS).
En la mayoría de los casos se ha estudiado la fluencia lenta bajo carga constante. Se
MAGNEL ha comprobado igualmente ([82]
obtienen entonces curvas de fluencia como
la de la figm·a 2.22, que muestran que el Parte V, fig. 10), que la pérdida de ten·
alargan1iento crece rápidamente en las pri~ sión se reduce si se au1ne:nta durante corto
15
n1eras horas, luego cada vez más des.pací.o; tien1po la tensión inicial. l,a figura 2.26
1J cesando, por lo general, después de 8 a 20 m11estra este resultado para un acero es-
12
días. El alargamiento de fluencia lenta es tan- tirado en frío de {25 5 mm St 150, tensión
11
to mayor cuanto n1ás alta sea la tensión. inicial 8 500 kg/ cm2 , en el que se redujo
10
9
la pérdida de tensión desde el 12 % al
8 Ros ha dad.o las curvas representadas en la 3,6 %, al elevar la tenswn inicial a
7 figura 2.23 para determinar el alargamiento 9,5 t/cm2 durante solamente 2 minutos. El
,-' de fluencia lenta Ck en alambres patentados fenómeno del relaja1niento concluye tan1-
5 ;; estirados, en las cuales las ordenadas repre- bién n1ás rápidamente.
' 3 sentan la tensión que se 111antiene constánte.
z·3 z
-7 1
La calidad del acero viene indicada por el En la práctica se p·uede suprimir, pues, el --l---l-5

%% límite elástico 0,2 % . Podemos ver que la efecto sobre la estructura de las pérdidas
!J; ® fluencia con1ienza a aparecer aproxin1ada~ de tensión, hasta cierto punto considera-
Fig. 2.22 La fluencia lenta bajo carga constante de mente a partir de una tensión O,Sfio.2, y .que bles, de los aceros estirados en frío, n1e~
un alambre <;) 5 mm estirado en frío, re· diante tal sohrctesado de corta duración, Fig. 2.25 Curva de relajamiento de un cordón d.e 7 alam-
fiejada en el alargamiento creciente (según
para 0,65/10.2 sólo alcanza el 0,2 %0, aproxima- bres estirados en fria, de acero St 180. Ensayo
damente el 4 % del alargamiento total. o retesando despué€ de unas 24 horas. Bien según la figura 2.24.
MAGNEL).

3 33
32
fijó este límite para los alambres de la figura 2.26a ·en 0,53¡Jz, que corresponde aproxi-
madamente al límite de proporcionalidad ;Jom· Según esto, valdría de muy poco el tesar
los aceros inicialmente muy por encima de este límite.

Para los alambres estirados \15 2 mm, de acero St 210, ensayados por F. LEVI, de Tu-
rin (376], ha calculado STÜSSI un límite de relajamiento de 0,4¡)2 , basándose en resul-
tados medidos a lo largo de más de 1O años. Si se alcanza también este límite después de
1 000 años tan sólo, podrían ser graves unos valores tan bajos. La ley de relajamiento de
STÜSSI no ha sido demostrada aún definitivamente, y hay que realizar todavía ensayos en
diversos tipos de aceros sobre largos períodos de tiempo. En todo caso, los resultados
Fig. 2 .26 Disn1inución de la pérdida de tensión con
de los ensayos deberían co·nstituir para nosotros una advertencia para no exagerar las
longitud constante al elevar durante poco tensiones iniciales en el caso de los alambres estirados en frío.
tiempo la tensión por encima de av (según
MAGNEL).
En alambres estirados en frío de alta resistencia, íZ5 3,2 mm, St 160/190, ha comparado
es verdad que se sospecha que el efecto de este sobrctesado inicial termina por anularse
Ros los alargamientos de fluencia lenta bajo tensión constante, con las pérdidas de ten-
sión con longitud constante (fig. 2.27). En los alambres ensayados, la pérdida porcentual
al cabo de mucho tiempo (390].
de tensión con longitud constante es sólo nn 50 a 80 % del aumento porcentual de alar-
F. STÜSS! ha aplicado la "Ley de los fenómenos de larga duración", desar~?llad~. por. él, gamiento bajo tensión constante. Además, en el hormigón pretensado disminuye la lon-
a los ensayos de relajamiento de la Felten & Guilleaume Carlswerk AG, Koln-J\1nh_lhe1m, gitud de los alambres tesados debido al acortamiento del hormigón a lo largo del tiempo,
sobre alambres estirados ¡15 7 mm St 170, y ha encontrado una buena concordancia con por lo que es de esperar que las pérdidas de tensión sean aún menores.
•los valores medidos hasta más allá de las l 000 horas ((423] y fig. 2.26a). Las curvas mues-
tran primeramente qu.e las tensiones disn1inuyen tanto rr1ás cuanto i:nay?r ~s la tensión Los ensayos ingleses (Paper No. 5 832 of the lnstitution of Civ. Eng. London SW 1, 1952
inicial, y que se aproximan a un límite. ?omún llamado. límite de reln.1amiento. La ley a 1953) utilizan la instalación representada en la figura 2.28 para medir la disminución
de F. STÜSS! aventura la gran extrapolacwn desde, por eJemplo., l 000 horas hasta l 000
años~ que es donde la curva, llevada a escala logaritn~ica de tien1po.s,. acusa un punto de
inflexión. Si se pudiese confirrnar esta ley n1ediante cu1da~os~s medJc1~ne~ sobre la~~gos
alamhres para
períodos de tiempos, podríamos calcular en el futuro el hm1te de rela;anncnto. F. STUSSI compensación de
la ternperatur_a

l,J.?.7%0
fluencia bajo o¡; constante
3
0' lfJ tensión del alambre 0:,=150k mm
º"%'
¡j l oqj1
·~ ()j IX~ 130 1 1

t"''
~·j ,
equilíbrio alcanzado a los 11 dias
oc ~110
aparatos de medida

i
ijados a los
0,187.7 alam bre a ensayar alambres
10
30 5íi'dfas
exteriore~\. ".~ "'1--+-t-+11,--.'--t-+-+--H
19 20 antes de cargar
duración de l_a carga en días
r::::~~~=~=------- n-:---: graduable -l!

contacto eléctrico
150kg/mm 2
--~
dlsminución de la tensión °Í< para l constante
Fíg. 2.28 Instalación de ensayo inglesa para medir la pér- Fig. 2.29 Resultados de los ensayos ingleses
dida de tensión con longitud constante. en alambres estirados, para determi-
nar las pérdidas de tensión con lon-
gitud constante.

de tens1on por fluencia lenta del acero con longitud. co'nstante. Para eli1ninar la influen~
cia de la temperatura se cuelgan los in~trun1entos en dos alamhres paralelos ligeramente
tesados. El peso que pone en tensión el alambre a ensayar es modificado de tal forma que
10 ¿(l JOkg/mm2 pérdida de tensión~ en kg/mrn~
...L_.__~~-"'--~~~~~'--~-'-~~--,:::-~--:--c· pern1anezca constante la longitud .
O,! q5 J,O (/J va!or de la fluencia en ºloa
Fig. 2.27 Comparación de la fluencia lenta del acero para tensión constante o longitud constante {según La figura 2.29 muestra algunos resultados. La fluencia (relajamiento) terminaba siempre
RoS). Mediciones en alambres estirados 125 3,2 mm, /Jz = 190 kg/mm2 , /J0 ,2 = 168 kg/nun2 • T?das
las tensiones son, por tanto, superiores a la tensión admisible ºv = 0,55 X 190 = 104 kg/mm2 =
al cabo de 1 000 horas. Los alambres de (25 5 mm, enrollados en diámetros pequeños (unos
= 10 400 kg/cm2. 80 cm, tensiones de doblado en el rollo superiores a ;Jo,2), fluyeron considerablemente

34 35
más que los que estaban doblados en el dominio elástico. Por esta causa se evita hoy en
El alambre tesado es puesto en vibración electromagnétiCan1ente, y se varia la frecuencia
día la deformación en frío de . los alambres para su colocación, o bien se la limita a cor·
hasta que entra e'n. resonancia. Con ayuda de unas curvas de con1paración preestablecidas.
tas longitudes en los anclajes. De los resultados podemos dedncir una pérdida de tensión
se puede calcular la tensión existente en un instante dado a partir de la frecuencia propia
para Ov ==
0,55fi2 , de un 3,5 % , aproximadamente, en alambres correctamente tratados.
encontrada. El procedimiento da una buena aproximación.
F. ScHWIER [390] ha ;ealizado ensayos de relajamiento mny completos, con una instala·
ción según fignra 2.28, en alambres (15 4 mm de acero St 183/195, y en cordones de 7 I,a tensión es:
(15 3 mm de acero St 135/182 (figs. 2.30 y 2.31). Los tiempos han sido llevados en escala
logarítmica. Los resultados a las l 000 horas dejan ver claramente que el relajamiento no rr=4. m · l2(n/-K 1 -K 2)
ha terminado aúu al cabo de este tiempo. La probable continuación de las cnrvas hasta
en la cual:

o == tensión del alarnbre,


1n == masa del alan1brc,
l = longitud del alambre,
ne == frecuencia propia medida,
n'- E. l
K 1 == l • m"·- ; constante, Son obtenidas para cada alambre en
44
K, = constante, que depende particular, mediante inedidas de co1n~
de la instalación de ensa- pa.ración.
yo, etc.

2.132 Resultados de ensayos en aceros mejorados y en aceros envejecidos

Fig 2.30 Disminución de la tensión en un alam- Pig. 2.31 Disminución de la tensión en un cordón de Los alambres mejorados y los envejecidos acusan, de acuerdo con su mayor límite de pro·
bre y:$ 4 mm estirado, no envejecido, 7 alambres 0 3 mm, estirados en frío, no porcionalidad, un menor alargam.iento de fluencia lenta, o bien, una menor pérdida de
para diferentes elevadas tensiones ini- envejecidos, para diferentes elevadas tensio-
ciales. Escala de tiempos logarítmica. nes iniciales. Escala de tiempos logarítmica. tensión, si la tensión inicial es menor de aproxin1adamente el 70 % de la resistencia a trac-
ción. Para el alambre SIGMA 0 5,2 mm, St 145/160, da W. JANICHE [194] los alargamien·
tos de fluencia lenta representados eu la fignra 2.33, después de 165 horas y a una tensión a~

1oor----previamente----.-----:-----------.----···--·-----=-------::
..,A 1 :estiradoo,sº/acb) ! ---t----+----¡-"--º 1
7.
tornillo
·. i

.,., 90
1
.1 •
"'
1
-,<>"°l----
\ --·----r
¡'----------- ;_
1
' - -.--------- __j_
1 º
1----
1

' (1 ls ;,----' : .-: . 1 i

Fig. 2.32 Instalación de ensayo
~
+
¡
1 :

alambre para medir por me- -~ ,,~ sin solic1iación previa !

-1'
micrófono

~ 80,
tlexírnetro ,
~ dio de vibraciones la
i
L
+ ~
alambre en tens,'ón
pérdida de tensión ¡.'-- ···11---· : , t n
. , ' . '
'·,
_,,,,,,,,- en alambres con lon- "' 1; i i :
"-" 1 '

sección A-8 gitud constante (se-


gún MCLEAN y SIESS). ~ 70111 1 ~ . • .., ~ · ¡
JJ¡ji : 1 '_j
.l.
1
1
1-
1 1- i J.
1 ~ zl--+""¡¡¡¡¡""l'--+-+-+---1-·+
las 106 horas ("" 114 años) mnestra que las tensiones iniciales altas conducen a pérdidas so-- _L___L~~·--~-.l
1

_.l._ "'
-~ º~~,-éc-_,,_.,,..._,,~.~~~~-'-~~,,
de tensión porcentuales muy grandes (ver también fig. 2.26a) . o u u •• ~ •• •• ,, ,.
alargarn!ento de fluencia en % (a las 165 h )

G. McLEAN y C. P. Smss [305] informan sobre ensayos de relajamiento realizados con Fig. 2.33 Alargamiento de fluencia lenta r1k a las 165 horas, Fig. 2 .34 Pérdida de tensión a las 1.000 horas
en el acero mejorado SIGMA, alambre O 5,2 mm, en alambres estirados, envejecidos
la instalación de la figura 2.32, por medición de vibraciones en nn alambre corto tesado, St 145/160, con y sin estirado simple previo, bajo y no envejecidos, y en alambres me-
Este tipo de ensayo es bastante simple y, además, en la mayoría de los laboratorios de tensión constante ªv' dada esta últhna en ºIn de jorados, con longitud constante, en
ensayos se dispone de oscilógrafos apropiados. ffz (según w. JXNICHE [1941) función de la tensión inicial ºvn• ex·
presada; en º/o de ¡Jz.

36
37
constante: La curva de trazos muestra que en los aceros n1ejorados, un estirado sin1ple paradas con las de la figura 2.31 para ver
previo hace disminuir el alargamiento de fluencia lenta. Las curvas ponen de relieve lo la importancia del envejecimiento en el
n1ucl10 que aun1enta el alargamiento de fluencia lenta, tan pronto co1110 la tensión manM dominio de las tensiones admisibles.
tenida constante se acerca o incluso sobrepasa el límite elástico 0,2 % . Por otra parte,
estos- alambres alcanz-an una resistencia bajo carga mantenida de alrededor del 98 % de Se puede representar la pérdida de tensión
la resistencia con proceso de carga rápido 1 [194]. con· longitud constante mediante dos cur-
vas de tensiones~d.eformacio'nes desplazadas
PAPSDORF y ScHWIER [389] han realizado ensayos de relajamiento de l 000 horas, tanto una respecto a la otra en el valor corres~
en alambres estirados envejecidos como en alambres mejorados, y han comparado los pon diente (fig. 2.37). Si se traza la curva
resultados con los de los alambres estirados no envejecidos (fig. 2.34). También de este a-e superior para las condiciones inicial.es
gráfico se saca la conclusión de qne los alambres mejorados y los envejecidos fluyen bajo (proceso de carga rápido), entonces, para
tensio·nes n1uy altas, i11uch.o niás que los solamente estirados. Ji:l tratan1iento posterior una av, dada, se baja paralelamente al eje
tiene utilidad, por consiguiente, sólo para tensiones comprendidas aproximad.an1ente en de las tensiones l1asta la otra curva y se
la mitad inferior del dominio de tensiones que producen fluencia lenta. encuentra en ella el valor de la tensión
final al terminar la lluenci a lenta. Se pue-
El informe holandés C. u. R., Report Nr. 14, Delft, 1958, c01¡tienc resultados de ensayos de de dibujar una curva parecida para el
relajan1iento, que n1uestran igualmente que, p-ara tensiones n111y altas, los aceros nlejora~ alargamiento de fluencia lenta bajo ten-
dos se relajan más que los estirados. sión constante.

Estos resultados fueron confirmados en U.S.A.


2.133 li'luencia lenta de los aceros bajo
por W. O. EvERLING [339]. Encontró además una solicitación oscilante
relación entre la pérdida de tensión y la velo-
cidad de aplicación de la carga. Procesos de A·unque en las estructuras de hor111igón
Ffg. 2.36 Disminución de la tensión en cordones 7 0 3 mm,
carga más lentos conducen a menores pérdidas pretensado casi no se presentan e'n los St 143/190, envejecidos, para diferentes elevadas
de tensión. aceros auténticas solicitaciones oscila11tes, tensiones iniciales y a unos 20°C (según PAPSDORF
y ScHWIER [389]).
mencionemos que R. ZINSSER [255] com·
PAPSDORF y SCHWIER [389] llevaron a cabo en- probó que el alargamiento de fluencia
sayos de relajamiento, no sólo a la temperatura lenta bajo tensión oscilan~
,.
~

¡,~
ambiente, sino también a temperaturas desde 50 te es ·ta11 grande como si
hasta 1500 C. Se producen entonces inicialmente el acero estuviese solicitado
~120
.
~
e
e
•e
'
62 '
mayores pérdidas de tensión, que, sin e111bargo,
se atenúan más de prisa (fig. 2.35). Del gran
estáticamente a la te'nsión
n1ayor. No aparecen más
110
~ --, número de ensayos creen poder deducir que
también a la temperatura amhiente, al cabo de
efectos.
100
mucho tiempo (p. e., de 100 a 1 000 años), las
pérdidas de ten.sión serán finalme·nte tan gran- 2 ..134 Distinció11 del eom ..
90 portamiento de los
des como las que se presentan ya mucho antes
con temperaturas más elevadas. Esta conclusión aceros de pre tensar
80 qj se basa ante todo en el hecho de que para ten- con respecto
J
a la fluencia lenta
--- --.,_ siones iniciales altas tienden claran1ente ambas'
70 ~+-~.;....- r~-+"""=±....--t~-J!!3~ curvas hacia el mismo valor final. En definitiva, Para caracterizar la tensión
significaría esto que al caho de mucho tiempo del acero a partir de la cual
6
º 0,1 10 100 7000 10000 100000 1Mil/.
duración de la carga en h
hay que contar con ciertas pérdidas de tensión,
tanto si los alambres han sido mejorados como
es observada la :fluencia, se
ha estahleci do un límite fí-
Fig. 2 .35 Disminución de la tensión en función del envejecidos. Tales hipótesis n1uestran la conve- sico de fluencia lenta, que
tiempo en alambres envejecidos, para diver- F'ig. 2.37 Representación de la pérdida de tensión /Jk' con longitud cons-
sas elevadas tensiones iniciales y longitud
niencia de"no exagerar las tensiones adn1isibles indica la tensión para la
tante, a las 106 horas, mediante dos curvas de tensiones-deforma-
constante, con temperaturas de ensayo de al pretensar, no llegando a valores tan altos ciones de alambres estirados y envejecidos 0 6,7 mm, St 150/170, cual puede aparecer duran-
22u y ioou C. Han sido extrapolados los va-
lores por encima de las 1 000 horas (según
como los que se recon1endaban todavía en Fra11~ correspondientes a diferentes temperaturas de ensayo {según PAPS·
te el proceso de carga una
DORF y 8CHWIER (389]).
PAPSDORF y SCHWIER (389)). ci.a en el año 1958 [388]. deformación plástica junto
a la elástica, pero para la que no debe producirse ninguna deforn1ación posterior, ni inclu~
Puesto que hoy en día los cordones de siete alambres se usan envejecidos la gran ma· so después de grandes tiempos de carga.
yoría de las veces, se dan en la figura 2.36 las curvas de la disminución de la tensión
a la temperatura ambiente para este tipo de armadura, curvas que deben se.r com· Co11 fines prácticos se, h.a fijado 11n lím.ite convenciona.l de fluericia lenta, es decir, la ten~
sión que, manteniéndose co·nstante la carga y a 200C de temperatura ambiente; crea, en el
l Es la resistencia convencional, obtenida en el ensayo normalizado de rotura a tracción. espacio de tiempo comprendido entre el 6.0 minuto y la 1 000.ª hora despues de cargar,

38
39
un alargamiento de fluencia lenta del 3 % del alargumiento inicial producido al cargar En los certificados ohciales de aprobación de los aceros. de pretensar se caracterizan sus
por vez primera en for1na ininterrumpida. Para su determinació-n se deben hacer varios . propiedades relativas a la fluencia lenta, por medio del alargamiento de fluencia Ek hajo
ensayos de fluencia lenta de 1 000 horas. Este límite no indica nada que sea directamente tensión constante, determinado tal como se indica en las figuras 2.38a, h, e y d. En ellas
ntilizahle en la práctica. Fue adoptado, no obstante, de tal manera que se pueda elegir se han estudiado las tensiones entre la tensión admisible de pretensado a,,,= 0,55¡)2 y
una tensión de preteµsado por dehajo de dicho límite, en la seguridad de que la fluencia el límite elástico 0,2 % . Las curvas dan los alargamientos de fluencia lenta, en tanto por
del acero permanece dentro de límites aceptables. ciento del alargamiento elástico inicial, a las l, 10, 100, 500 y l 000 horas. En la curva
correspondiente a las l 000 horas se puede leer en la vertical de la abscisa 3 % el límite
a St 160/180 convencio'nal de fluencia lenta.
estirado en frío

2.l.35 Forma de tener en cuenta en el cálculo la fluencia lenta del acero

J~n los aceros naturales duros, los estirados envejecidos y los n1ejorad.os, la pérdida de tenª
sió11 por fluencia lenta, con 1011gitud constante (relajamiento) y un.a tensión inicial av0 2
2 0,55/)z ::::: av0 ad111., es ta11 pequeña que puede ser despreciada.

En el hor1nigón pretensado, el fenómeno en cuestión es una pérdida de tensión co11 Ionª


gitud constante, que, según los ensayos descritos, es de un 50 a 80 % n1enor que el alarm
gamiento porcentual de fluencia lenta bajo tensión constante. Por tanto, si la tensión ad~
i! misible del acero 0110 es n1enor que la tensión co11vencion.al de fluencia lenta, se puede
i suponer en la estructura una pérdida de tensión entre el l y el 2 % .

Sola111ente en el caso de cordones o alan1h:res no envejecidos está la tensió11 convencio-


100 nal de fluencia lenta por debajo d.e la tensión inicial admisible, por lo que hay que
coutar con una pérdida de tensión del 2 al 5 % , siendo este último valor aplicable a las
altas tensiones iniciales e:n las arn1aduras p·retesas, mayores, por lo general~ que las nor-
111ales. J_,a pérdida de tensión puede ser tenida en cuenta en el cálculo, de la mis1na fon11a
. que las pérdidas de fuerza de pretensado debidas a la retracción y fluencia del hormigón.

2.14 Influencia de h1s temperaturas altas sobre los aceros de pretensar

Para enjuiciar la resistencia al fuego y las consecuencias de otros ataques del calor, por
ejemplo, por aparatos de soldadura, se debe conocer cón10 se n1odifican cor1 las ternpcra~
turas altas las propiedades resistentes de los aceros de pretensar.

E·n los aceros naturales duros se reduce perceptiblen1ente la resistencia a partir de unos
300"C, y alcanza, por ejemplo, después de 2 horas de calentamiento a 60()-0C, solamen·
te 1/ 5 de la resistencia original. Si se enfría de nuevo el acero le'ntan1ente, recupera su
pri1nítiva resistencia. Todos los aceros n1ejorados, y principal1nente los aceros estirados,
pierden, por el contrario, su elevada resistencia, incluso a ten1peraturas n1ás bajas, y no
recuperan n1ediante el enfria111iento la resistencia original, ya que la transformación de
los cristales conseguida con el tratamiento de mejora queda anulada por el calor. Un ca·
lentamiento de corta duración, de 3 a 5 111inutos, no daña todavía a tem.peraturas
de 400°C.

Fig. 2.38 Curvas de tensiones-alargamientos de fluencia lenta bajo tensión constante comprendida entre Para representar la influencia de las temperaturas se ha dibujado en la figura 2.39 la
ºv adln. = 0,55 /Jz y /J0 , 2, para diferentes duraciones de las cargas; con la curva de 1 000 horas se relación de la resistencia a temperaturas altas a la resistencia nor1nal a -j- 20(1C, y en la
determina el límite convencional de fluencia. Representación tipo adoptada en los certificados
oficiales de aprobación, en Alemania: figura 2.40 se n1uestran algunas curvas de tensiones-defor111aciones de diferentes tipos de
a) cordones no envejecidos St 160/180 (W. D. I.); aceros de alta resistencia a temperaturas de 20", 300-0 y 500°C (tomado de [335]). Las
b) cordones envejecidos St 160/180 (F. & G.); líneas de trazos corresponden a probetas que tras un calen.ta1niento de 1 }1ora a la tem-
e) alambres envejecidos St 150/170 (F. & G.);
d) alambres mejorados SIGMA St 145/160 (H. W, R.).
peratura T fueron enfriadas de nuevo a 20"C. El acero natural durn recupera práctica·
n1ente todas sus primitivas propiedades resistentes, co1no se p11ede ver por el desarrollo
Nota: e8.,,, = alargamiento elástico inicial. completamente similar de la c11rva a.. s. Los aceros n1ejorados y los estirados acusan pér-

40 41
didas permanentes de resistencia si son sometidos a temperaturas de más de 400° ó 300°C. es ejercida sobre la superficie del cable, generalmente a lo largo de una línea. La figu·
Estos ensayos confirman anteriores verificaciones de GUYON [148] y JANICHE [132], y ha- ra 2.41 muestra la disminución porcentual de la resistencia a tracción bajo presión trans-
cen ver la necesidad de adoptar medidas adecnadas para protección contra el fuego (ver versal creciente en ensayo estático. En ensayos diná111icos se obtuvo una gran pérdida de
cap. 17). amplitud de oscilación, sobre todo
cuando el cahle apoyaba en una
arista" de acero. Sin e1nbargo, como
2.15 Influencia de la presión transversal en la resistencia de los aceros de pretensar la amplitud de oscilación es pe·
Una fuerte presión transversal disminuye la resistencia a tracción de cualquier ]Jarra de queña en el hormigón pretensado,
acero. Basta pensar en el efecto de nna tenaza. En el hormigón pretensado se producen se pueden esti1nar con10 admisi~
presiones transversales en los cambios de dirección y en los anclajes de los cables. bles en tales cables las presiones
transversales de hasta 2 t/ cm.
La influencia de la presió·n transversal ha sido estudiada en. cahles cerrados, con n1otivo
de la construcción de grandes puentes colgantes. En los cables trenzados se invierte el sen- En la Escuela Superior Técnica
tido del cableado en cada capa de alambres, de forma que éstos tocan siempre a los de de Munich se realizaron en 1951 Fig. 2.41 Disminución porcentual de la carga de rotura en cables ce-
la capa adyacente solamente en puntos aislados. Además, la presión transversal exterior ensayos sobre cordones de 7 ~ rrados, a causa de la presión transversal ejercida por piezas
2,5 mm, cruzándose. oblicuan1ente, de acero rectangulares (ensayo de la Felten & Guilleaume
Carlswerk AG).
que fueron tensados sobre nna
base de apoyo curvada con un ra 6

dio de 0,63 m. La resistencia a t1·acción de los cordones no varió perceptiblemente.


La Hüttenwerk Rheinhausen ha comprobado sobre alambre mejorado de 0 5,2 mm, que
una presión transversal de tipo tenaza ejercida entre dos filos redondeados de 2,5 mm de
radio (fig. 2.42a), producía la siguiente disminución de resistencia a tracción:
Fig. 2.39 Límite elástico 0,2 º/o a temperaturas elevadas {de
2 1h a 3lh horas de calentamiento progresivo mante-
niendo la temperatura durante una hora más), y
Fuerza transversal Q en kg ... . .. 100 200 300 400 500 600
1

después de enfriar de nuevo; referido en cada caso ···!


al valor original a + 20°C :
1 redondos naturales duros, laminados en caliente, Disminuición de la resistencia en % ••• 1 2,4 2,4 5,9 8,9 10,7 13,7
St 60/90, 0 26 m1n; i
2 alambre mejorado St 145/165, 0 5,2 mm;
Si además se dobla el alambre 6° en el pn~~to de aplicación de la prcswn (fig. 2.42b) se
3 alambre estirado envej:;cido, aproximada1nente
St 150/170, 0 5,0 nun. obtienen, a consecuencia de la presión transversal adiciona] debida a la desviación de Z,
los siguientes valores:

Fuerza transversal Q en kg ... ¡ o 100 200 300 400 500 600


Disminución de la resistencia¡
en % con 6° de desviación ... 2,4 5,4 7,7 9,5 13,7 16,l 19,l

a
Si se dobla el alambre 6° y se ejerce la prns10n trans·
versal por medio de un acero plano de 20 mm de ancho
St 37 (fig. 2.42c), la disminución de resistencia a trae·
···-··---z
ción bajo 500 k.g de presión transversal es entonces tan
sólo de un 0,6 % . Esto quiere decir que los alambres
no son especialn1ente sensibles a las presiones trallsver~ b
sales, pero que se deben evitar los apoyos puntuales y
elegir como base de apoyo una superficie de acero suave.

Un estudio comparativo de la dureza de los aceros esti-


rados envejecidos con la de los aceros mejorados de igual
resistencia, St 160, mostró que estos últin1os poseían una

3456789
alargamlento e
Fig. 2.42 Disposición de ensayo para la determinación de la pérdida de re-
Fig. 2.40 Diagramas de tensiones-deformaciones a temperaturas elevadas (~--·--), y después
sistencia a causa de la presión transversal Q, de alambres redon-
de enfriar (- - - -). dos tnejorados 9.í 5 ,2 mm (según JANrCHE).

42
43
En cuanto la tensión de borde es mayor de /Jo,oi, es decir, cuando se alcanza el dorninio
dureza superficial superior eu unas 50 unidades Vickers (carga, 5 kg) a la de los acetos
plástico, la tensión en el eje de la barra sobrepasa el valor cor1·espondiente a un com~
estirados envejecidos. En probetas cruzándose bajo presión tra11svcrsal~ se incrustó pro~
portamiento elástico puro, o sea, que la barra puesta en tensión sobre una superficie
fundamente el acero mejorado en el estirado. l~n este ensayo, la deformación del acero
curva sin rozamiento experimenta un alargamiento algo n1ayor qu.e la barra recta. Cuang
mejorado fue comparativamente insignificante. (Información inédita de la Hüttenwerk
to 111ás entra en el do111inio plástico la sección tanto i11ás desaparece la influencia del
Rheinhausen.)
dobbdo del cable, hasta que, en rotnra, solamente cuenta la V.
El acero n1ás duro soportará, pues, n1ejor u11 n1anejo defectuoso en obra y unas inayores
Segü_n la e;xperiencia que se posee l1asta el n1on1ento, y teniendo e11 cuenta la p-res1on
presiones transversales, y sufrirá n1enos desperfectos en su superficie para unas mismas
transversal y el rozamiento, no se deberían doblar con radios inenorcs de 2 m los alam~
condiciones exteriores.
bres de 5 a 8 mm de acero St 150 a 180. En el caso de cables de alambres paralelos, la
presió11 transversal en las capas internas requiere a veces mayores radios. Las barras
Al montar los cables de pretcnsar de alambres paralelos, se debería adoptar como nor- gr11esas pueden ser dobladas con curvaturas igualmente fuertes, pero rea]izando su do-
n1a el repartir sie111pre la presión transversal sobre una lon.git1.1d. adecuad.a, y n1antener hlado en frío antes de su colocación.
la presión transversal de un alambre de 5 mm por debajo de los 250 kg/cm. Las super-
ficies de apoyo· o los separadores s.ltua<los en los cambios de dirección deben ser_ de acero
La experiencia y los 1·esultados de ensayos prueban que se pueden adoptar en los an-
suave. Las aristas de las superficies de apoyo deben ser redondeadas lo más posible, para
clajes curvaturas que den lugar por sí mismas a deformaciones permanentes (doblado
q11e no se inicie hruscan1_ente la presión transversal. En los cordones, como los alambres
previo en frío). Hay que contar entonces con una pequ.eña dism:inución de la resistencia
apoyan sobre longitudes muy cortas, se debe procurar que, por ejemplo., en cordones de
a tracción en el comienzo de la curva, dismiM
7 alambres de 3 mm de diámetro, no pase la presión transversal de 150 kg/cm.
nución que adquiere iniportancia práctica,
,, con un valor del 2 al 3 % , con radios de cur-
vatura a partir de 20d. En los anclajes de hu-
2.16 Tensiones de doblado en las armaduras de pretensar ele 1 de los cables "Leoba" ([183] y fig. 2.44a),
con r :::::::: 4d, la disminución de carga de ro~ ''
''
d ::
!'l:n alan1bres y barras de secc1on circ·ular, sin tensión en pos1c1on recta, la tens1on lle dom tura del cable es del 6 al 3 % , en alambre ''
''
blado depende del radio de curvatura r de la deformada y del diámetro d de la barra,
''
''
estirado en frío St 150, y del 1 al 2 % en ''
y es: alambre mejorado, según el tipo de herra-
mienta de doblad.o. Si se piensa que la ten- b
sió-n en los anc1ajes de cables con adherencia Fig. 2.44 En los bucles de anclaje pequeños tiene lugar
no aumenta 1nás tarde por la sohTecarga, sino una disminución de la carga de rotura.
que incluso cede algo deb.ido a la fluencia,
En un alambre de 5 mm, la tcns10n de doblado parar= 5 mes a= l 050 kg/cm2 ; en una se pueden aceptar pérdidas de carga de rotura de hasta el 10 % sin menoscabo de la
barra ¡z5 25 mm es ya a= 5 250 kg/cm'. Curvaturas con r = 5 rn se presentan frecuente- seguridad, y no se necesita por ello reducir la tensión admisible en el resto del cable.
mente en los puntos de desviación de los cables. Si hubiese que deducir esta tensión de
flexión de la admisible al pretensar, se reduciría substancialmente la capacidad de utili- En el caRo de ct1rvaturas peq·ueñas dis1ninuye bastante, sin. en1bargo~ la resistencia a tracw
zac1on del acero. Sin e·n1bargo~ no es necesario tener en, c1Ientct la tensión de doblado, ya ción, si se colocan los alambres unos encima de otros (fig. 2.44b). Con dos capas y r = 4,d
que al seg11ir aumentando las tensio11es de]Jido al esfuerzo axil es co1npensada, gracias a disminuye en un 12 % la capacidad de carga de los alambres interiores, debido a la alta
presión tra:nsversal ad.ic:iona1.

En el comienzo de una curva del cable (del lado desde el que se tesa) y, sobre todo, en
los lugares de abocinamiento d.el cable en algunos tipos d.e anclajes, ocurre que~ como
consecuencia del alargamiento de tesado, una parte de la longitud de alambre doblada

flex,cn
pura,
M J
-
v ¡--</1001--'

, f'ex1on
ornpue,,ta
M+V
Fig. 2.43 La absorción de las
tensiones de doblado
por la deformación
plásti.ca, al aumentar
vuelve de nuevo a la posición recta. Para evitar una doble defoTmación plástica excesiva,,
se deben p·rever, especialn1ente en dichos abocinamientos, radios de curvat11ra s·uficiente-
1nente grandes.

esfuerzo axil el esfuerzo axil en En Ios cordones y cables trenzados, las tensiones de doblado se ven compensadas por
creciente una barra doblada.
pequeños desplazamientos longitudinales de los alambres, ya que el que está en el lado
de las tracciones pasa después de media vuelta de hélice al lado de las compresiones.
la - capacidad de deforn1ación exigida al acero, por una deformación plástica de las zonas
de borde, de forma que hasta radios bastante pequeños (unos lOOd) no disminuye prác- Por otra parte, las pTesio11es transversales son n1ayores, pu.esto que la superficie de collft
ticamente la capacidad de carga de la barra hasta rotura. A la absorción plástica de la tacto de un cordón con la base de apoyo es sólo de 1/ 5 a 1/s de la de un alambre de
punta de tensión (fig. 2.43) corresponde una pequeña deformación en frío de las zonas
de borde, ligada en la mayoría de los tipos de aceros a una pequeña elevación de la re- I Hemos optado por traducir la palabra alemana Sch1aufe por "bucle", ante ]a _dificultad de encontrar otro
sistencia. La con1pensación de tensiones se realiza tanto mejor cuanto n1ayor es la: capa- término más adecuado. Conviene aclarar ya aquí que el bucle es cada una de las curvas (semicírculos, se-
cidad de deformación plástica del acero. mielipses o curvas cualesquiera) quC forman los extremos de la madeja de alambres o cordones. (N. del T.)

44 45
igual diámetro exterior. En el caso de cordones y cables trenzados se deberían mantener En la figura 2.45 podemos ver cómo la amplitud de oscilaéión 2aA de un acero de preten-
en los puntos de desviación radios de cnrvatnra no menores de 4 a 10 m. sar decrece relativamente despacio cuando aun1enta la tensión base au, hasta que ésta es
En los bucles de anclaje se puede llegar a valores menores, de hasta unos 60d, siendo d tan alta que ao alcanza el límite elástico 0,2 % ; después disminuye más rápidamente y
el diámetro del cordón o del cable. se anula c11a'ndo la tensión base au es igual a la resistencia bajo carga n1antenida.

Según los ensayos para el puente de Rodenkirchen sobre el Rin, la disminución de la


Pues!~o que en el l1ormigón pretensado la tensión hase es sien1pre la elevada tensión inicial
resistencia e·n cables curvados con r == 0,35 n1 es de:
de pretensado, Ov0 , con pequeñas reducciones por fluencia y retracción, interesa solamente,
en cables cerrados: para Y') 20 mm, 3 % ; para Y') 28 mm, 5 % ; en el caso de solicitación dinán1ica oscilante, la
resist. bajo carga
en cables de cordones planos: parn Y') 61 mm, 3 % ; para Y') 83 mm, 9 % [ 46]. amplitud de oscilación por encima de esta elevada mantenida
tensión base, o de 0,9av 0 aproxin1adan1ente, si se •ff 1
Por tanto, la tensión de doblado no precisa tampoco de comprobación alguna en los ca- tracción
tiene11 en cuenta las pérdidas de te:risión.
bles tren.zados y cordo:nes, en tanto se mantenga la curvatu.ra dentro de los lín1ites se-
ñalados.
No resulta sencillo tensar la barra o alambre en 1
la máquina de ensayo pulsatorio de tal forma que ~
2.17 La resistencia a la fatiga de los aceros de pretensar la rotura por fatiga se produzca en la probeta n1isw 1

En el :hormigón pretensado sólo actúan en los cables tensiones de tracción. A efectos de ma, y no dentro de Ia mordaza. Hay que trans-
10í= sem1amplitud
1 • 1

la fatiga del acero se considera, por tanto, solamente la amplitud de oscilación admisible mitir paulatinamente a ésta el esf11erzo de la proM 1

'/3, =resist. bajo carga ¡'


en tracción, o la resistencia bajo carga inantenida, es decir, bajo tracción constan.te. Para beta. a través de una cierta longitud. Bajo este sll~ ! F{o) intermiterüe

determinar la a1nplitud de oscilación. se varía la tensión del acero e·n.tre una tensión in~ puesto, los aceros de pretensar norn1al111ente en1~
f~ior o base au y una superior a 0, siendo Ia diferencia de tensiones ao --- Gu == 2aA cono~ pleados soportaron las amplitudes de oscilación
Fig. 2.45 Variación de los límites de fatiga
cida como "resistencia a la fatiga bajo tracciones oscilantes con carga inicial" (DIN 50 100), dadas en la tabla adjunta con un mínimo de (o las amplitudes de oscilación) en
o simplemente, como "amplitud de oscilación", y que debe ser soportada dos millones de 2 X 10' ciclos de carga. los aceros (representación de SMITH).

veces antes de que rompa el acero. Es pre~iso aproximar este valor n1edia·nte varios en~
sayos (curva de Wohler, ver DIN 50 100). Como valor indicativo de la resistencia a la fa. Los cordones y cables trenzados presentan en general una amplitud de oscilación más
tiga se da la tensión superior (limite de fatiga), que se representa por f!p 1• baja que los correspondientes alambres sueltos, dchido probablemente al continuo roza-
n1iento n1utuo entre alambres. Las causas de esto no han sido investigadas aún perfecR
Resistencias a la fatiga de los aceros de pretensar usuales 2 tan1ente.

Amplitud
Tensión de
inferior oscilación 2.171 Valor mín.imo de la amplitud de oscilación sobre au ==avo necesario en los aceros
Tipo de acero 1
soportada
kg/cm'·
¡'
de pretensar
; 2 X 106 veces
1 kg/cm 2
1 El mayor cambio de tensión posible en el caso de pretensado completo, es de:
St 60/90, íZI 26 mm sin rosca ... ... ... ... \ 4 500 3 000
St 80/105, 0 26 mm sin rosca / 5 800 2 700
Alambre mejorado, St 145/160, 0 5,2 mm
Alambre mejorado, St 135/ISOi 0 8 mm ? Hüttenwerk Reinhausen
AJambre oval con nervios diagonales, St 145/160 \
9 ººº 3 000

Si evaluamos las pérdidas de tensión en el hormigón, debidas a la retracción y la fluen-


F=20a40mm2 . 8 200 3 000
,
cia, en unos 40 kg/cm2 , se obtiene para las tensiones admisibles del B 450:
Alambre estirado, St 140/160, 0 8 mm
Alambre mejorado estirado, St 135/150, 0 5 mm ¡ Felten & Guilleaume
Carlswerk AG., I(Oln-
Mülheim
8 800
ººº
79 400
2 700
3 000
2800 da,= 6 (180- 40) = 840 kg/cm2•
Alambre estirado en frío, entallado, St 200,
0 4 mm ........... . Vogt & Co., Reina<'h,
Schweiz 3
10 ººº 2 800
Las a111plitudes de oscilación que poseen los aceros de pre.tensar proporcionan, por tanto,
una seguridad suficiente frente a la rotura por fatiga.
AJambre estirado en frío, entallado, St 250, 12 500 5 300
y52mm ........ . Sandvik, Schweden 3
Felten & Guilleaume En el caso de pretensado limitado puede pasar da, d.e los 1 200 kg/cm2, a causa del cam-
Cordones 7 0 3 mm, St 180 Carlswerk A(;., KOln-
Mülheim
9 ººº 2 500 bio brusco de tensión al aparecer las :fisuras (fig. 1.12). En obras con pretensado limitado
solicitadas dinámicame·nte se deberían utilizar aceros con amplitudes de oscilación sobre
1 Como índice de la resistencia a la fatiga de un acero o cable de pretensar, no se toma nunca en este a,,= av,, de, al menos 1 400 a l 600 kg/cm2 , en tanto no se prefiera el pretensado com-
libro la tensión superior o "límite de .fatiga", sino la amplitud de oscilación sobre la tensión inferior o pleto a ca11sa de la solicitación de la unión horn1igón-acero. En obras dinán1icamente
base, tal co1no se hace ya en el cuadro correspondiente a este apartado. (N. del T.) solicitadas, con pretensado limitado, los manguitos de unión de barras de pretensar de-
2 La influencia de los anclajes sobre la resistencia a la fatiga será estudiada en el apartado 3.4..
ben ser considerados como puntos débiles, y deben ser comprobados para los posibles
3 ([108] y fig. 3.99). cambios de tensión (ver apartado 3.4).

46
47
2.18 La corrosión en los aceros de pretensar 1 2.Hl2 Corrosión bajo tensión (Stress corrosion)

Un tipo de corrosión especialmente peligroso es la llamada "corrosión bajo tensión'\ que


2.181 La corrosión ordh1aria se puede producir cuando el material en cuestión está sometido a una tensión mecánica
de tracción 1 y está expuesto al mismo tiernpo a un ataque de corrosión. Se producen
La corrosión del ácero es un proceso electrolítico, que puede ser provocado por cier.. entonces roturas frágiles repe'ntinas que discurren~ según el tipo de n1aterial, entre los
tos productos químicos en presencia de la humedad y el oxígeno (de la atmósfera). granos (intercristalinas) o a través de los cristales (transcristalinas). El ataqne de corro·
sión a la superficie puede ser, en este caso, bastante insignificante. Como ejemplos de
Durante el transporte y el almacenamiento puede oxidarse el acero a causa de la lluv~a, corrosión bajo tensión citaren1os los siguiel1tes casos: En un puente en Vorarlberg y en
del aire húmedo 0 del agua de condensación, en unión con las impurezas de la atmos· el puente de Donaumünster sobre el Danubio se produjeron en 1953, a las pocas horas
fera 0 de las inn1edfilciones. Mientras se trate de un.a oxidación superficial, no dará lu.gar y hasta algunos días_ después de pretensar, roturas frágiles y bruscas de alambres sin cau·
a daños. Sin einhargo, si se producen ataques locales n1ás profundos, tales como cica- sas directamente reconocibleB. En 1958 ocurrió algo parecido en dos puentes en Schaff·
trices 0 . agujeros C'picaduras"), actú.an ~sto~ e~ ciertas circu:nstancias a ;?od.o de mues~ bausen, aunque en uno de ellos el pretensado sólo había alcanzado el 60% del valor
eas 0 entalladuras, que pueden hacer d1smmu~r no~ablemeute la ten:wn d~ rotnr~, previsto. En algunos casos se han roto alambres en los rollos en que habían sido sumi-
especialmente en el caso de aceros de alta resistencia, dadas las pequenas secciones uti~ nistrados, antes de su colocació'n en obra. En tubos y depósitos pretensados han sido ob-
!:izadas en general en éstos. servadas en diversos países roturas frágiles similares. Esta enumeración co1nprende, por
supuesto, sólo una pequeña parte de los casos sucedidos.
Para el constructor en hormigón son especialmente peligrosos los productos químicos que
anulan el efecto del cemento como protector de la oxidación, y ponen en marcha el Afortunadamente, no hasta la existencia de tracciones en el material y el efecto simul-
proceso de corrosión del acero, incluso dentro del hormigón, en presencia de la hume· táneo de nn agente corrosivo, para dar lugar a la corrosión bajo tensión. Para ello, el
ilad y el oxígeno. material debe ser además sensible a la corrosión bajo tensión. Esta es un fenómeno muy
coinplejo, cuya aparición está ligada a los tres supuestos siguientes:
Pertenecen a este grupo de agentes los doraros y, en general, to~os los haluros, a ~xc.ep·
ción de los fluoruros. Se ha manifestado como especialmente peligroso el cloruro ca!c1co, l. Sensibilidad del material a la corrosión bajo tensión.
el cual erá añadido hasta ah.ora a algunos cementos y adicicn1es para regula~ el comienzo
del fraguado, o como prntector contra las heladas [429]. Los cloruro~. d1suelt.os en el 2. Acción de un agente corrosivo (producto químico, humedad y diferencia de poten·
agua forman posiblemente con la capa de óxid". . prot.ectora un~ solucwn coloidal, pu· cial eléctrico).
diendo co11tinuar entonces el proceso de corros1on in1entras esten presentes ~~ agua Y el 3. Prese·ncia de tensiones mecánicas de tracción en el material.
oxígeno. R. H. EVANS [340] ha reali~ado numerosos. ensayos sobre la corroswn por. clo-
rnros, y ha comprobado qnc es particularmente pehgrosa en el curado al vapor d.e piezas Si no se cumple uno de estos tres supuestos previos, no puede tener lugar la corrosión
de hormigón; tiene lugar, sobre todo, en las fisuras pequeñas del hormigón a c~u.sa del bajo tensión.
n1 ovimiento capilar del agua con cloruros disueltos. Por estas razones fu,e pro·hibido en
1958 el empleo de clornros en el hormigón pretensado. Punto 1: Las causas de que un acero sea sensible a la corros1on bajo tension son muy
diversas [263], y no han sido aún aclaradas por completo, al contrario que en las alea-
La corrosión por cloruros ha sido observada ante todo en tubos y depó~i;:o~ de hormigón ciones sin hierro [392]. Si un tipo de acero es sensible a la corrosión bajo tensión y en
pretensado, atacando a alambres estirados. En uno de los casos se utihzo para el ~wr· qué medid a lo es, sólo puede ser determinado, en general, por medio de largos y peno·
milYÓ-n arena de mar, que contenía sal común, es decir, un cloruro. En casos como· es;e, sos ensayos y, sobre todo, observando el comportamiento en la práctica. El empleo de una
las~ diferencias d.e potencial eléctrico pueden ser especialmente grandes en las. si;perficies nueva aleación de acero sobre la que no exista experiencia p·ráctica, está ligado prov1s10~
de contacto entre diferentes clases de hormigón, por ejemplo entre el horm1gon de la nalmente a un cierto riesgo hasta que no se conozcan por con1pleto las causas de la senw
pared del depósito y el revestimiento de gunita. sibilidad de los aceros a la corrosión bajo tensión.

Uitimamente se han observado también fuertes ataques de corrosión p~r los sulfu~o~ ~.el Punto 2: De importancia decisiva como causa de la corrosión bajo tensión es la clase de
cemento alun1inoso 2 , en colaboración co·n gases de hun1os, lo que condUJO a la prol1ib1cion agente actuante. No todos los agentes atacantes producen dicha corrosión, y también la
de este tipo de cemento por parte de los Ferrocarriles Federales Alemanes. rapidez con que se produce la rotura depende mucho del tipo de agente actuante. Una
cierta sensibilidad a la corrosión bajo tensión, determinada en ensayos de laboratorio
Se sabe hoy que los aceros emhchidos en el 11ormigón están expuestos a la corrosión no con agentes de actuació'n rápida escogidos ex profeso, no tiene por qué manifestarse en
sólo en las fisuras, sino en cualquier zona porosa del hormigón~ siempre que se cumplan la práctica bajo condiciones distintas del ataque de la corrosión. Por otra parte, se adop·
las condiciones del proceso electrolítico [ 332], [ 492] y [ 501]. tan grandes medidas de precaución en la utilización práctica de tales inateriales, como
por eje1i1plo una buena protección de la corrosió·n hasta el inomento de pretensar, así
como un espacio de tiempo lo más corto posible entre el tesado de los alambres y la
l Este apartado está redactado en co1aboración con el Prof. L. GnAF, del Instituto Max Planck de Metales
inyección de mortero de cemento. Como agentes que pueden causar la rotura en aceros
no férreos, de la E.T.S. de Stuttgart. (N. del A.)
sensibles a la corrosión bajo tensión se conocen, hasta el momento, los siguientes:
Biblogralía: [391] y [263].
2 Los cementos alun1inosos alemanes contienen .S en estado de sulfuros en proporciones del 0,78 a:l 0,96 %.
1 Tensión no propia. (N. del T.)
!N. del T.!

48 4 49
Nitratos; por ejemplo el nitrato de calcio y amonio Ca(N0 3) H,O, "<l:I,N03 (aplicado después de 700 a 6 000 minutos. ScHWIER ha demostrado también la gran disminución de
en general en forma de solución en elmllición; posiblemente también los nitritos). la resistencia a la fatiga de los aceros inejorados, incluso desp·ués de cortos ataques de
la corrosiÓ'n.
Cloruros; como por ejemplo el cloruro cálcico (ver también apartado 2.181).
Numerosos ensayos de otros fabricantes alemanes de alambre no han sido hechos públi-
Probablemente algunos ácidos (ver otros agentes peligrosos en 2.183).
sos hasta la fecha. Después de la rotura de alambres de Schaffhausen en 1958, indujo el
Punto 3: I"a duración hasta la rotura de una probeta corroída bajo tensión depende mu- autor al Comité de Aprobación de
cl10 de lo elevada que sea la tracción, y es tanto más pequeña cuanto mayor eca ésta. La Aceros de Pretensar, a encargar a
te·nsión de tracción. efectiva es la sun1a de la tracción p-roducida exteriorTncntc y de las Centros de investigación indepen-
tracciones propias del alambre. Para que no se produzcan elevaciones locales peligrosas de dientes, la realización d-e ensayos
la solicitación de tracción, se delJerá procurar que las tracciones propias ecan lo inenores básicos destinados a estudiar la for-
posible. Estas pueden ser producidas tanto durante la fabricación del alambre como por ma de vencer la sensibilidad de algu-
tratamientos posteriores inadecuados por ejemplo por excesivos y a veces repetidos do- nos aceros d_e pretensar a este tipo
blados de los alm;nbres durante el montaje. Es de recomendar un cuidadoso desenrollado de corrosión.
y colocación de l<1s alambres, especialmente en aquellos tipos de acero en los que se ha
comprobado en ensayos de laboratorio una cierta sensibilidad a la corrosión hajo tensión. RESUMEN
Según los res11ltad os de observaciones
y ensayos que poseemos hasta el mo~
RESULTADOS DE OBSERVACIONES E INFORMES DE ENSAYOS SOBRE ROTURA DE ALAMBRES n1ento, ciertos aceros i11ejorados son
POR CORROSIÓN BAJO TENSIÓN e~ general sensibles a la corrosión
bajo tensión (ver también [ 430]). La tiempo en min
•El primer informe lo encontramos en [252], y es de L. BELCHE; trata sobre la rotura, en corrosión bajo tensión tiene lugar, Fig. 2.47 Roturas por corrosión en alambres mejorados sumergidos
Bélgica, en 1954, de alambres mejorados que formaban parte de un tirante hormigo· sin embargo, solamente' si p·ueden ac~ en una solución corrosiva, bajo diferentes tensiones ele-
nado en una nave industrial. BELCHE reprodujo vadas. Los alambres estirados sometidos a las mismas
tuar sobre los a1a1nbres en tensión condiciones no rompieron en el dominio de las tensiones
la rotura haciendo hervir probetas de aiamhre la humedad y ciertos agentes. Las admisibles (según F. ScHwIER [390]).
en ácido clorhídrico al 50 %, durante 1/ 4 de roturas se producen generalmente en
hora, po'niénd.olas seguidamente en tensión. F'ue" las zonas dobladas de los alambres, donde la tensión de doblado se. suma a la debida al
ron estudiados alambres mejorados y alambres esfuerzo longitudinal. Los ensayos y las observaciones en los puentes de Schaffhausen,
estirados y envejecidos. La rot11ra frágil se pro~ han demostrado, sin embargo, que las roturas se producen tan1bién con tensiones bajas,
dujo solamente en el alambre mejorado. El ácido de hasta menos de 0,25¡32 , siendo sólo temporalmente demoradas. Además, aparecen con
ocasionó en éste una profunda corrosió.n de tipo preferencia en los puntos más bajos de los cables, o junto a los separadores, ya que allí
fisura (fig. 2.46), mientras que en el alambre se acumula la humedad y aumenta la concentración de los ataques químicos.
estirado sólo aparecieron ataqlles superficiales.
La corrosión avanzaba prof11ndamente e11 los Los alambres mejorados deben ser tratados, pues, con todo cuidado, protegidos de impu·
puntos e·n que la estructura interna presentaba rezas químicas y mantenidos en los conductos lo más secos posihle. Asin1isn10, ·no deben
localmente poco contenido en carbono. BELCHE permanecer durante mucho tiempo (a ser posible no más de 4, a 8 días) sin protección
supone que las aleaciones ricas en silicio tien~ contra la corrosión, después de haber sido tesados. Se estudiará también la posibilidad de
den a perder carbono. Los alambres mejorados proteger e11 fábrica a los alan1l)res mejorados contra la corrosión, mediante un recu~
Fig: 2.46 Penetración de la corrosión intercristali-
na en forma de fisura (según BELCHE contenían un 1,50 % Si, 0,65 % Mn y 0,65 % C, hrimiento apropiado.
[252]).
y los estirados, 0,18 % Si, 0,64 % Mn y 0,73 % C.
W. O. EvERLING [253] y G. T. SPARE [254] comprobaron igualmente, mediante ensayos, 2.183 Acritud. por absorción de hidrógeno
que el alambre mejorado (heat-treated) es sensible a la corrosión bajo tensión, mientras
Al decapar el hierro en ácidos, el hidrógeno que se forma en la superficie del hierro se
que el ala:mhre estirado se con1porta favorablemente. Los an1erica·nos rechazan en su ma~
introduce en éste (carga catódica del hierro con hidrógeno), a causa de lo cual se puede
yoría los alambres mejorados desde que, en 1931, se produjeron roturas frágiles en alam·
volver tan frágil que rompa con cualquier solicitación de tracción [55]. La fragilidad es
bres de este tipo en los cables de d.os puentes colgantes; rompieron durante el montaje
tanto mayor cuanto n1ás hidrógeno se absorba, es decir, cuanto mayor sea la duración
y eu la zona de fuertes curvaturas de los apoyos (sillas) [25]. F. ScHWIER informó en 1955,
de la acción del ácido. Bastan, sin embargo, inuy pequeñas cantidades de hidrógeno para
en una revista americana [390], sobre numerosos ensayos de la Felten & Guilleaume Carls-
en1peorar la resistencia a tracció'n de un alan1bre.
werke AG, Koln·Miilheim. Sometió a diversas tensiones elevadas probetas de alambres me·
jorados, estirados, y estirad.os y envejecidos, en una solución corrosiva en ebullición. Hay que evitar, por consiguiente, cualquier acción de ácidos sobre alambres de pretensar.
'fa111bién pueden llegar a ser peligrosos los ácidos que se encuentran en el petróleo crudo,
La figura 2.4 7 refleja los resultados. Según ésta, los aceros estirados no se rompen ni
e incluso posiblemente los ácidos hí1n1icos, pero los más peligrosos son los ácidos clorhí~
incluso después de 7 000 minutos de ataque de la corrosión, si la tensión está por debajo
drico, sulfúrico, fosfórico y otros.
de 0,60¡32 , aproximadamente. Para tensiones superiores se ron1pieron algunas probetas
sueltas, mientras que la mayoría aguantó hasta 0,92¡32 • Los alambres mejorados rompieron De igual forma actúa por ejemplo el ácido cianhídrico (CNH), que puede estar conte·
todos, por el contrario, con 0,92 a 0,73¡3z, después de 25 a 80 minutos, y con 0,35¡32 nido a veces en los gases de fermentación. Botellas a presión, llenas con gas de esta clase.

50 51
se destrozaron rápidamente debido a la acritud causada por el hidrógeno. Con respecto I .. a ]Jrotecczon definitiva de los aceros contra la corrosión, se consigue mediante el efecto
a la acritud de los aceros de pretensar señalaremos además los siguientes casos de la protector del ce1nento:
práctica: En un puente en Brasil se rompieron, pocos días despu-és de pretcnsar, unos
cables de 182 alambres mejorados. La causa fue un mástique con demasiado azufre, como a) cuando se utilizan arn1aduras pretesas, por el horn1igonado directo de los alan1bres;
el que se usa en los )aboratorios franceses para enrasar probetas cúbicas (2 500 g de azu. b) cuando se utilizan armaduras postesas, por el hormigonado de los cables y la inyec·
fre + 300 g de hollín+ 600 g de caolín, mezclados en aceite). Fue utilizado en el puente 'cióu de mortero de cemento en los conductos, después de tesar (ver cap. 7) .
para igualar una superficie de hormigón en la junta de pretensado. Por la acción del
agua se descompuso el mástique, en parte con formación de ácido sulfhídrico (SH2), que El recubri1nicnto compacto de hormigón o cemento protege, como es sabido, al acero
al actuar sohre los alambres forn1ó l1idrógeno, originando acritud en los ala1nbres y su contra la cm:rosión: el carbonato cálcico desprendido del cemento alcalino forma prime·
inmediata rotura. ramente una eapa porosa en la superficie del acero, a través de la cual el agua de an1a~
sad.o sohrante actúa co1no electrólito, for111ando l1idróxido ferroso que se convierte en hi~
En otro caso bastaron unos restos insignificantes de azufre en un ca111ión para que se dróxido férrico p·or el oxígeno disuelto en el agua. Este producto de cOrrosión es inso~
rompiesen, al pretensar, los alan1bres transportados en él. luble en agua, tapona los poros y forma una película protectora alrededor del acero.
,
El ácido sulfhídrico puede existir también en los gases de las instalaciones depuradoras La compacidad del hormigón y del mortero de inyección son supuestos importantes para
de aguas residuales, o de. otros procesos de putrefacción. una protccc1on duradera del acero~ si se piensa que no sólo las fisuras, sino ta:n1llién los
lugares porosos, absorben por capilaridad soluciones perjudiciales.
Son igualmente peligrosos los sulfuros y el anhídrido sulfuroso que hay, por ejemplo,
en los gases de humos. En los cementos y adiciones elegidos hay que observar con todo rigor la prohibición de
existencia de cloruros, indicada en el apartado 2.181. Para averiguar el contenido de
Por otra parte, los ensayos del laboratorio de investigación de la Hüttenwerk Rhein· clorurns consóltese [515].
hausen revelaron que los aceros n1ejorados no sufren daños por el l1idrógeno que se
Aún no se puede saher si las capas de pintura protectoras de los aceros darán o no buen
origina por los álcalis del cemento, al descomponerse el polvo de aluminio que se usa
en el n1ortero de inyección con10 agente esp11n1a'nte. Esto es verdad solamente inientras resultado.
se encuentre el hidrógeno en un medio alcalino, pues basta la presencia de una insig-
nificante solución ácida para que se produzca la acritud.
2.2 Hormigón'
2.134 Medidas de protección 2.21 Propiedades deseadas y normas generales
Las especificaciones alemanas de aprobación exigen que todos los alambres y cordones En el pretensado son de desear~ por diversas razones, altas resistencias del l101·migón. Se
sean expedidos de fábrica secos y protegidos de la lluvia, y que en obr'a sea'n alma· las p·uede aprovechar al máxin10 y prefijar, en consec11encia, lllla sección adecuadame·nte
cenados y manejados sin que se puedan n1ojar. Los locales de almacenamiento cuya hu~ pequeña. La disminución del peso propio hace posibles las grandes luces, que resultan
medad relativa sea superior al 60 % deberán ser calentados para prevenir la formación aden1ás económicas. El l1orn1igón. d.e alta resistencia tiene menores retracción y fluencia,
de agua de condensación. y se produ.cen, por tanto~ n1enores pérdidas de fuerza de prcte·nsado. Esto no quiere decir,
por S"up·uesto, que en algunas ocasiones no se pueda pretensar también, con éxito, l1o:rmi~
Después de la colocación de los cables en la estructura, está expuesto el acero durante goncs de baja resistencia.
algún tiem.po a la corrosión; además, es n1uy difícil evitar que se forme agua de co'nden-
sación en el interior de los tubos o conductos de chapa. Hay que limitar este tiempo a Por otra parte se debe poder alcanzar, con absoluta confianza, la resistencia supuesta en
uu máximo de 2 a 3,5 meses, impidiendo durante ellos la entrada de agua en los conductos. el dimensionamiento, ya que las elevadas tensiones calculadas aparecen de hecho al pre·
tensar. Se deben suponer y exigir, pues, solan1ente aquellas resistencias que puedan ser
Si los aceros de pretensar han de permanecer durante mucho tiempo en los conductos garantizadas de acuerdo con la experiencia, con los áridos, ce1nentos y maquinaria de
de chapa antes de inyectarlos, pueden ser protegidos insuflando polvo Shell VPI 260. co1npactació11 existentes, así co1no con la n1ano de obra de que se disponga. Con10 l1ay
Este nitrito de diciclohexilamonio produce, a fuerte presión, una delgada capa protectora que contar co·n una dispersión de la resistencia del hormigón por las influencias at-
de la corrosión en la superficie del acero, incluso con temperaturas bajas (ver el corres· mosféricas o p01· los defectos que se puedan producir, a pesar del cuidado puesto, se debe
pon diente folleto de Shell GC: 5-58). Después de insuflado el polvo se deben mantener p-retender conseg.uir en la ejecución de la obra una resistencia superior a la prevista
cerrados los tubos. Los productos de descomposición del polvo, necesario sólo en peque· en el cálculo y dimensionamiento. Para una estructura calculada, por ejemplo para el
ñísimas cantidade_s, no dañan al mortero de inyección. B 300, se debería exigir una i·esistencia en proheta cúbica de al menos {Jw = 400 kg/cm2 •

En varias ocasiones, en que los alambres debían pern1anecer aln1ace11ados la1·go tiempo Las resistencias altas son. alcanzadas con una mayor seguridad en fábrica, y se puede exi~
antes de su colocación, fueron recubiertos con Shell-Donax-Oe!-C: un aceite anticorro· gir entonces n1ucho más; por ejen1plo en traviesas de hormigón pretensado, una calidad
sivo emulsionable que puede ser eliminado con agua antes de inyectar la lechada. Se de hormigón B 800.
lleva a cabo convenientemente el lavado, inyectando primero una solución al 3 ó al 5 %
de P-3 (P-3 de la casa Henkel), y después agua limpia. l Bibliografía: [105], [106], [200] y [517].

52 53
Aún es más de observar el hecho de que la resistencia determinada en el ensayo previo cion conio el calor de fraguado. Con una granulo111etría cOrrecta se puede alcanzar la re-
según DIN 1 048 (probetas cúbicas endurecidas a 18-20°C) no se alcanza en una obra a sistencia deseada con 250 a 350 kg de cemento por m 3• En el caso de que el mortero
la inte111perie durante los n1eses de invierno co11 ten1peraturas bajas, y que un horn1igón contenido en el hormigón no tenga la suficiente plasticidad, porque sea escaso e] árido
conservado inicialmente con frío (invierno) no alcanza con el calor posterior (verano) la menor de 0,2 i11n1 (arena fina 1), es más correcto añadir polvo de piedras o, por ejen1-
misma resistencia fin~! que el ejecutado en esta última estación. BüHRER (198] informa plo, Alfesil (ceniza volátil rica en Si0 2 ), que elevar el contenido de cemento.
de una variación de resistencias, en un puente de Las ~ondiciones precedentes se cumplen en la mejor forma posible, si al hacer la granulo-
ferrocarril, de 545 kg/cm2, en un b ormigón hecho metría del hormigón nos aproximamos a la línea inferior G que limita la zona señalada co-
en septiembre, a 291 kg/cm2, en otro hecho en mo "recomendable" en las curvas granulométricas de la AMB 2 ( (76] y fig. 2.49) · El
dicien1bre, aun1entando la resistencia de este últiª
mo, al caho de medio año, tan sólo a 322 kg/cm2 • peso de los granos de tamaño comprendido
entre O y 7 (excluido el ceme:nto) debería
Las ten1peraturas medias at111osféricas durante las
representar de un 35 a 45 % del peso total
semanas de hormigonado fueron 16° y {)-OC, respec·
tiva1nente. Para las obras realizadas durante el in- de áridos. El hormigón tiene ta11to menos
viern.o se debe exigir, pues, con firmeza las más retracción, fluencia y calor de fraguado
altas resistencias en el ensayo previo, y cuidar del c·uanto u1enos n1ortero se necesita para ohª
tener una estr11ctura i11terna co111pacta. So-
mantenimiento del calor.
bre esta base, con una granulorrietría disª
GRAF representa la influencia de unas temperatu- continua (fig. 2.50), por ejemplo, con sólo
ras bajas temporales mediante el gráfico de la figu- los tamaños comprendidos entre O y 7, y
ra 2.48 ([105], págs. 119 y 120). También de él 25 y 30 (ó 40 y 50), puede obtenerse un
se deduce que unas temperaturas hajas 111antenidas l1ormigón 111ás apropiado para el preten-
durante 7 días disminuyen ya la resistencia final. sado que con las curva5 ql1e contienen to-
Por otra .parte, los ce111entos se con1portan de dife- dos los tamaños de grano [200]. Con nna Fig. 2.49 Zona más favorable para la granulometría del
hormigón adecuado para el pretensado, según
rente forma unos de otros, si hie'n no se ha deter- granu.lo111etría disco11tinua se alcanza sin las curvas granulométricas de la AMB.
edad--
n1inado con certeza cón10 debe estar constituido un dificultad la calidad B 600.
Fig. 2.43 Influencia de las temperaturas bajas
durante los primeros días de endure- cemento para que esta pérdida de resistencia sea El efecto favornble de la granulometría discontinua reside ante todo en el hecho de que
cimiento, sobre la resistencia del hor- pequeña. El cemento alun1inoso es inenos sensible la superficie de áridos a adl1erir con una detern1inada cantidad de cen1ento es n1ucl1.o
migón (según O. GRAF).
al frío que otros cementos, aunque es rechazado me11or, ya que la proporción de grano grueso es mayor que en el caso de mezclas real1..
por otras razones. zadas según curvas granulon1ét1·icas continuas. En Inglaterra se han hecl10 nun1erosos
Por ello, para la construcción de estructuras de hormigón pretcnsado se debe exigir la
realizació·n de ensayos previos, un control continuo de los áridos y ce111entos, así co1110
u11a vigilancia constante d.e la elaboración del horn1igó11 llevada a cabo por ingenieros .ª 1ººU=r==r====:J=::;:;::::;~~~~
adecuadamente preparados, una n1ano de obra experimentada y de ci:Jnfianza, y el calen- ~ 80 íl-1--f--_..J-- -:-c<f""'
tan1iento artificial en caso de tiempo frío. 11
g_ 60 IH--t--";'il;""'~~
Además de la resistencia hay otras propiedades del hormigón de gran importancia en la ~
ro
técnica del pretensado, sobre todo que sn retracción y fluencia sean pequeñas. La retrae· ¡~o¡tz:i;~~':!!g,;;;;;;;;;;;;;'""'"líif-------1
ción de un l1orn1igón depende, para unas detern1inadas condiciones de co'nservación, prin~ o J?íg. 2.50 Curva granulométrica corres-
cipalmente de los contenidos de cemento y de mortero, de la cantidad de agua de ama- ¡[. zo lhfVf"'--1c------r---------¡ pondiente a una granulome-
tría díscontinua. Este tipo
sado y del curado. Debe exigirse poco mortero y poca agua, así co1110 una larga conser- " sll'Mé-+----1f------t---------j de granulometría ,es especial-
vación de la humedad (ver apartado 2.23). Estas mismas medidas disminuyen también la ;.:: o!P,--'--_..J'------':--------;;;'.
1 J 7 75 .JOmm
mente favorable para el pre-
tensado.
fluencia (ver apartado 2.24). q2mm luz de tamiz

El hormigón debe tener asimismo un calor de fraguado inicial bajo (198], ya qne, sobre ensayos sohre la influencia de la superficie específica de '.os áridos. _(333]. Muestran,
todo en piezas de cierto espesor, el calor es almacenado inicialn1ente, originándose a con~ por ejein_plo, que para una i;nisma c~ntidad de cemeito e igual re~lac1on ag~a/cen;ento,
tinuación grandes (lifcrencias de temperatura por el enfria1niento exterior, las cuales, en en una inezcla con superficie es.pec1fica F == 22 cm /g se alcanzo una res1stenc1a de
las zonas próxirr1as a la superficie, producen tracciones que el l1ormigón fresco y prácti~ 370 kg/cm2, mientras que con F =
50 cm2/g sólo se llegó a los 275 kg/cm'.
can1ente sin armar 'no está en condiciones de resistir, fisurándose entonces las caras de
la pieza. Se debe realizar con gran cuidado la granulon1etría de la arena de O a 7. Su composi·

El cemento no debe desarrollar~ por consiguieri.te, mucho calor. Esto significa que se l I-Iemos procurado en lo posible traducir las palabras alema~~s referentes a los áridos de diferentes la·
debe evitar en general el uso de cemento de alta calidad Z 475, o hacerlo sólo tomando maños, por términos castellanos del lenguaje de la construcc1on, aunque no exista una correspondencia
precauciones especiales. A este respecto son especialn1ente convenientes los cementos de exacta en cuanto a los límites que los definen. (N. del T.)
horno alto y los sobresulfatados, que desarrollan el calor lentamente [393]. Las grandes 2 Anweisung für MOrtel und Beton. Instrucción para la ejecución de morteros Y hormigones, editada por
cantidades de ce1nento son más perjudiciales que útiles, ya que au111entan tanto la retrae~ Jos Ferrocarriles Federales Alemanes. (N. del T.)

54 55
c1on debería estar incluida sin excepc1on en la zona "reco1nendable~' de la curva granu~ debe ser compactado con vibradores de alta frecuencia; p.;r esta razón hay que adoptar
lométrica de la AMB (fig. 2.49) . una consistencia seca o ligeramente plástica.

La consistencia puede ser determinada adecuada1nente n1ediante el "índice de con1paci~


La proporción de finos de O a 0,2 mm puede influir notablemente en la resistencia 0 doci-
dad" (Verdichtungsmass 1), según el método descrito por WALZ en "Hormigón vibrado"
lidad, retracción y densidad del hormigón. Según HuMMEL [200] y ScHULZE [ 431 ] , para
(3.ª ed.', págs. 19 a 22 [517]).
alcanzar la mayor resistencia dicha proporción de finos debe ser de 4,5 a 9 % del árido
total. Para grandes piezas son apropiados los vibradores internos (pervibradores); en piezas
delgadas, los vibradores de superficie y los vibradores de encofrados, y para pequeñas
Si existe por naturaleza mayor cantidad de finos, deberían ser eliminados y sustituidos
piezas prefabricadas, el vibrador de mesa. En la utilización de vibradores hay que obser-
por adición de grano finísimo de O a 0,09 mm en una cantidad correspondiente aproxi-
var las correspondientes normas DIN 4 235.
i;irn~amente al _6 % del total de los áridos, ya que un excesivo contenido en grano fino per·
jud1ca la densidad y aun1enta - la retracción, al aun1entar el agua necesaria. Como adición Si se compacta con vibradores, resulta claran1en.te perjudicial una cantidad de agua ele-
son igualn1ente apropiados to-dos los materiales inertes (polvo d.e cuarzo, trass, etc.). vada, debido a que se produce junto a los vibradores u·na scgTegación. con el consiguien-
te enriquecimiento en n1ortero, por lo cual la relación agua/ce111ento no debe sobrepa~
Si no se emplean aireantes~ los finos de o
a 0,2 mm (incluido el cemento) deberían al- sar por regla general el valor 0,45. Son convenientes los valores cutre 0,38 y 0,42. En
canzar las siguientes cantidades para asegurar una buena docilidad [500]: la práctica se l1a comp·robado, no obstante, que es posible 'cou1pactar co.n garantía horn
migoues con una granulometría adecuada con relación agua/ cemento entre 0,34 y 0,38.
Ta1naño i11áxin10 hasta 7 mm 500 kg de finos incluido el cen"Jento
Cuando por haber mucha densidad de armadura no es posible trabajar un hormigón de
Tan1año n1áxin10 hasta 15 mm 425 kg de finos incluido el cemento
n1ucl1a consistencia, se .puede compensar la pérdida de resistencia al tener que añadir
~
Tamaño n1áxin10 hasta 30 mm 350 kg de finos incluido el cen1ento más agna, con una mayor cantidad de cemento ([517], págs. 19 a 22) (figs. 2.52 y 2.53).
Tamaño máxin10 hasta 50 mm 300 kg de finos incluido el cemento Un conte11ido de cen1ento más elevado aun1enta, sin en1llargo, la retracción y la fluencia,
Tan1año i11áxin10 hasta 70 mm 275 kg de finos incluido el cen1ento y cuesta dinero.

También es favorable la granulometría discontinua para la arena fina, por ejemplo si


falta el tamaño 0,1 a 0,4 mm. La cantidad de mortero necesaria en un hormigón es
tanto n1cnor cuanto n1ayor sea el tamaño máximo de árido. No se debe tener ningún rem
paro en emplear tamaños de árido de hasta 50 mm en piezas de más de 20 cm de espesor.

Esto presupone, naturalmente, el que haya que proyectar la armadura de forma que se
pueda poner en obra un horn1igón con áridos tan gruesos. Con10 tan1año 1náxi1no nor~
mal se puede considerar 30 mm. Los hormigones cuyo grano mayor sea de 15 mm deben
ser utilizados solan1ente en piezas prefabricadas delgadas o en lugares de gran concentra~.
ción de armadura, por ejemplo en la zona de los anclajes de cables.
-- 8150
Se obtienen mezclas regulares solamente cuando la dosificación de las proporciones de 100
los diversos tan1años de áridos se hace en peso y no en volumen, puest~ que, especialm'
IJJO 010 OJO
mente en los tamaños pequeños, cuando se hace en volumen pueden variar las cantidades
con la humedad y la compacidad. Debe exigirse, por Fig. 2 .53 Obtención de las cantidades de cemento y agua por m3 de
JOO 8300
tanto, en el hormigón para pretensado la dosificacwn hormigón endurecido, para conseguir la consistencia indica-
da teniendo en cuenta la relación agua/cemento, la'. compo-
en peso de los áridos. Sin en1bargo, si trabajamos con Bzzs sición granulométrica y el tamaño de árido (según F, KLUGE) :
áridos de diferentes densidades absolutas habrá que zoo granulometría utilizable O- 7 mm plástica 1 - - - 1
tener.lo en cu_enta, porque las curvas granulon1étricas granulometría recomendable O- 7 mm plástica 2 - - - - 2
granulometría utiliza.ble O - 30 mm plástica 3 --------- 3
están hechas para áridos de igual densidad absoluta. granulometría utilizable O - 30 mm seca 4 - - __ 4
El cemento debe ser dosificado siempre en peso. granulometría recomendable O - 30 mm plástica 5 -- 5
granulometría. recomendable O - 30 mm seca 6 ... - -- 6
granulometría recomendable O- 70 mm seca 7 ~¡
L~ resistcr1cia depende, esencialn1ente~ de la cantidad
de agua añadida a la mezcla (fig. 2.51). Se expresa 0,6' q7 0,8 qs ¡o
dicha cantidad por la relación agua/cemento (W /Z), W/Z
NOTA: Este gráfico sirve como orientación Fig. 2.52 Influencia del factor W/Z sobre la calidad del hormigón.
es decir, la relación peso d.e agua a peso de cernento, para la elección del W /Z. Para fijar el W /Z es para cementos de diferentes resistencias normalizadas a los
en la cual hay que incluir el agua que puedan con- decisivo el ensayo previo según DIN 1 048. 28 días (según WALZ).
Fig. 2.51 Influencia sobre la resistencia
Pw 2o del hormigón, de la relación tener los áridos. El tipo de compactación y la cuantía
agua/cemento W /Z, en el caso de arn1aduras condicionan la consistencia i11ás conve;.
de granulometría adecuada. com- Indice de compacidad v = 300/h, sie'ndo h la altura en mm que alcanza el hormigón vertido y enrasado
pactación por vibración y ce- niente y, con ello, la cantidad de agua. Por regla ge- I

mento Z 375. neral~ el l1ormigón para construcciones pretensadas


en un molde cúbico de 300 mm de lado, después de su completa compactación. (N. del T.)

56 57
m.0111-eñtO-d.Afagu á"~_ -1
___, 1~ __1__ J_~'1 __J __temporatur8- en to'rlos los·
La cantidad de cemento necesarw para lograr una cierta calidad de hormigón depende donadas hasta ahora. Serán enpleadas para el ó.lOl· ..º ·¡ 1 •

también de la calidad del cen1ento, y no fJrecisa1nente de la que indica la denon1inación i1orrnigón p1·etensado solamente si es esencial "'
E. 000 · , 0 ensayos Já'ºC 1 1
comercial, sino de la resistencia real, Np28 , del cen1ento, a los 28 días, detern1inada sobre la resistencia a las heladas. ~' . 1 , _ z. 7Wkg/m
3 W/z·a,.i:o _ .1
mortero plástico según la norma DIN 1 164. Para fijar la dosificación de la mezcla es in- fü~9o[---t--t- .. ' [ 1 íT---,-1
dispensable un ensayo previo según DIN 1 043. La elección adecuada &e facilita mediante Curado. Se debe mantener húmedo y caliente
~3º --+.--1--r-· -+-~--t~--W
~ J5D1--i-+-t--+f--+--- _LJ
los trabajos de F. KLUGE [95]. Las tablas más importantes de este trabajo han sido repro- el h.orlliigón al n1enos durante los primeros 8
ducidas aquí en la figura 2.52, tomada de [500], y en la fi6>ura 2.53. De la figura 2.52 se días. No se le debe quitar demasiado de prisa
toma la relación agua/cemento necesaria para :las calidades de cen1ento y l1orn1igón pre~
vistas. Se ha supuesto una g.ranu.lornetría de'ntro de la zona ~•recon1end.ahle". Con la figu-
el calo~ de fraguado mediante un continuo ro-
ciado con agua fría, sino q11e se le debe cubrir -'.~;~.:·;.¿so-¡.-~-c~rnJO-CGñ--;íe·b~§kg/cmt-i--,..
,1 + .?.f#kg/cm~~
s1ri curado a!guno oio
ji 11
¡
ra 2.53 se determina la cantidad de cemento necesaria para esta relación W /Z, con la con yute húmedo, arena fina humedecida o paja

¡:Lf-fiJOI·-~:
granulnmetría adoptada y la consistencia que se considere; detern1inado el ccn1ento, se húmeda. Se puede retardar el secado mediante
halla iumediatamente la cantidad de agua de amasado. capas de pintura de emulsiones bituminosas, 1
Antisol, Morilith-Dispersion, o similares [513].
Para ohtener las cantidades de áridos necesarias para 1 n1 de horn1.igón véase el cálculo, 3
e l i· tiempo entre el horm19ona_do y colocac1on
del impermeabilizante
según KLUGE, del espacio ocupado por los sólidos. La "Instrucción para la ejecución de
hormigón" de los Ferrocarriles :Federales Alemanes 1 [16] y [500] contiene en forma
Segú·n los e.ns ayos a1nericanos [ 172], se obtienen °
----:r--4---5---a---,:v--------:&-----7r--:;trrh--¡A
:resultados óptimos si se rocían las superficies Fig. 2.56 Influencia del momento de la impermea-
clara y resumida los datos necesarios. del hor1nigón, a las 2 horas de s11 puesta en bilización sobre la resistencia a compre·
sión de prismas de mortero, de 5/5/15
Finalmente, se puede co·nseguir obra-inmediatamente después de comenzar el centímetros.

también con relaciones agua/ ce~ fraguado----:, con u nprod·ucto in1.pern1eabilizante


que impida casi por con1pleto durante semanas la evaporación de] agua. En la figu.ra 2.55
mento hajas una buena trahajabi-
podemos ver cómo disminuye la pérdida de humedad debida a la capa de recubrimiento,
lidad (docilidad), añadiendo más
y la figura 2.56 demuestra la gran influencia de tales medidas sobre la resistencia a
cen1e:nto, como prueban los ensaa
con1prcsión del hormigón, y, con ello, la necesidad del curado. Ta111hién disn1inuyen,
yos de GRAF y WALZ (fig. 2S1).
substancialmente, Ia fluencia y la
Sin embargo, por encima de Ios
retracción.
360 kg/m3 de cemento, los resul-
tados no están en proporción al
En peizas prefabricadas se pue-
coste. La calidad del cemento es
den ern.plear, co11 el suficiente co~
más in1porta.nte que la cantidad.
nocin1icnto de causa, otro tipo de
Y a que la cantidad de agua tiene tratan1ientos, por ejemplo con va~
un papel tan importante en las por o similares. Según Ros ( [ 65],
propiedades del hormigón, es con- pág. 6) bastan 4 horas de curado
Fig. 2.54 Hormigones vibrados de consistencia similar (penetración 2 a veniente emplear en el l1ormigó11 al vapor a 95°C para conseguir a
5 cm) de cemento portland normal (S), y de alta calidad (D).
pretcnsado ud'iciones que dis111inuª las 6 horas considerables resisten-
La consistencia deseada se alcanza, para bajos W /Z, sola·
yan la tensión superficial del agua, cias iniciales de 500 a 600 kg/ cm2
mente con cantidades de cemento altas y antieconómicas.
favoreciendo con ello el que se (fig. 2.57). El cnrado al vapor es
cn1papen los áridos y, sobre todo,
utilizado, por ejemplo, eu la fa.
450
t400---
f "-·-1---¡r::·1+--
--\--- ... +------.1 ......... ~.---·--
! tiempo entre el
hormigonadoyia
los granos de cc111cnto. Como ad.i~
hricación de vigas y traviesas prcu
fabricadas de hormigón pretensa-
.... 1 1 • \_~sii curado !colocación de la ciones de este tipo citen1os aquí,
= 1 1-- --·-- 1
J51Jr~--
1 .T [ . 1 :capa 1mpermea-
a modo de ejemplo, el "Plasti·
do, con el fin de poder utilizar
:ii 1 1 V , ! !b1lizante
de nuevo los encofrados al cabo
{i';w /f Í 1 -;----,- =i 78 horns n1ent" y el "Betonplast'~. Dado
1
Fig. 2.57 Influencia del calentamiento con vapor a 95°0 sobre la re· de poco tiemi)o. La máxi1na resis~
~ .?JO ~
1,, : 1 que existen cen1entos a los que sistencia cúbica de un hormigón con Z = 525 kg/m 3 ,
tencia se co11siguc n1ediallte la
-"" _¡ ¡ fi
~ 2001
¡
' ---¡-- i
1
,------i dañan estas adiciones, es convc- W /Z = 0,4, reducida a 0,29 por la aplicación de una pre-
~
sión de 140 kg/cm2; ensayo realizado a la edad de 6 horas aplicación conjunta de alta pre-
1 ¡J nie11te inforn1arse en algún lahoraR (según RoS).
~,; 150' '"'l i 1 2 sión, vibración y calor.
-e · 1 1
torio de ensayo de inateriales próu
-~~ 100 ~"""":--- _J --·-· ' . ..,,--- 1- ' 1 .
: ; , ---- JOm:n xin10, o instalación análoga, de Ja
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Jl._j dosificación y cementos adecua~ 2.22 El comportamiento mecánico del hormigón
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2 1 Q
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10-12 !{'- .fó f,j ,?(} 22 ¿;. ,% ,?~
dos de acuerdo con la experiencia
tiempo en dJas ~ · local. O. GRAF dio a conocer ya en 1920 unas nociones fundamentales sobre este tema [6], y
Fig. 2.55 Disminución de la evaporación de agua en prismas de mortero llamaba la atención sobre la gran dispersión de todos los resultados de ensayos sohre
jóvenes de 15/30/5 cm (conservados a 38°0 y H.r. = 21 ºlo; I.,as ad1:ciones airea1ites no ofre~ el co1nportamiento inecánico del hormigón.
Z = 700 kg/m3, W/Z = 0,40), mediante la extensión de una capa
impermeabilizante a diferentes tiempos después de compactar
ccn nin.guna ventaja, por lo que
el mortero (según BURNETT y SPJNDLEH). se refiere a las propiedad.es i11en~ Los diagramas de tensiones-deformaciones no están constituidos por rectas (fig. 2.58), de
1
tal forma que, en rigor, el módulo de elasticidad varía con cada incr-e1nento de tensión.
"Merkblatt für die Herstellung von Beton" de-r D eutschen Bunsdeshahn.

58 59
La tangente a la hipérbola en un punto cualquiera uos da .el módulo tangente E' (incluida
Incluso en ensayos rápidos, la deformación se com-
la deformación remanente) :
pone de una parte elástica y U:na plástica, perma-
neciendo la última después de descargar. Tan pron-
1 de l
to se detiene o se repite la carga, se introducen
deformaciones plásticas (fig. 2.59). Además, las E' ·-=
da E"
-+ 2.(4)

tracciones y las con1presiones producen deformam


ciones específicas diferentes. La deformación de El término Bpl en la ecuac10n 2.(1) da un buen indicio de la deformación remanente que
rotura, casi independiente de la resistencia, varía aparece con el primer proceso de carga~ que alcanza valores considerables a tensiones
entre 1,8 y 3,5 %o; es función de la forma de la altas.
sección y de la distribución de tensiones (ver ca-
pítulo 13) y es mayor, por ejemplo, en el caso de Si se repite la carga varias veces,
solicitación de flexión que en el caso de co111presión se <la lugar a una curva o-e, que
centrada. en el dominio de las tensio'nes• ad-
misibles es aproximadamente pa-
Ros ([108], pág. 3) da para el trazado de la curva ralela a la línea Ed (ver fig. 2.59),
de tensionesDdeforn1aciones la ecuación de una hi~ y que acaba por consolidarse, es
pérbola, que concuerda con bastante exactitud con decir, cesan las deformaciones rea
los val'ores e1npíricos: manentes. La línea de descarga es
paralela a la línea E,0 •
a a
~ Eges . ~ . . .,..
::..-= E
d
+ O, l Las estructuras sometidas con fre-
Fig. 2 .58 Diagramas de tensiones-deformacio- cuencia a cargas de poca duración
nes, :Para diferentes calidades de hor- se comportan, pues, tras algunos
migón, obtenidos en probetas cúbi-
cas. Se con.o;iguen valores más exac- a ciclos de carga, como perfecta-
tos en probetas prismáticas. Ver fi- =E-;;·+ Epi 2.(1)
d mente elásticas~ siempre que no
gura 13.14.
se produzcan fenómenos de fluen-
cia por causa de cargas manteni 0

Siendo: das (ver apartado 2.24).


Eei :::::: mód.ulo correspondiente a la deformació'n elástica pura; Las deformaciones del hormigón,
a :::::: tensión de con1presión; que son relativamente pequeñas,
no t1ecesitan ser obtenidas con
a tanta exactitud eomo las del ace-
E'd acortan1iento elástico,· , . l ] }
ro; en 1a practica se ca. cu an as
Fig. 2.59 Diagrama de tensiones-deformaciones de un prisma de hormi-
gón con fJP = 368 kg/cm2, que muestra eómo las deformaciones
deformaciones del hormigón to- plásticas se producen con cada repetición de la carga (según
rpz :::::: acortamiento plástico o ren1anente; mando valores medios del módulo Ros J.
de elasticidad, como los dados en
J' == coeficiente dependiente del tipo de horn1igón, que en el caso de l1orn1igón DIN 4 227. También el coeficiente de Poisson p val"Ía con la resistencia y la tensión,
vibrado es: y se toman valores medios, correspondiendo siempre los valores menores a las tensiones
bajas. La deformación transversal de un pri.sn1a sometido a compTesión aumenta, pues,
B 450 a B 600: 1,15 a 1,20;
con las tensiones.
B 300 a B 400: 1,10 a 1,15;
1
Valores medios del módulo de elasticidad y del coeficiente de Poisson , según DIN 4 227:
/Jv == resistencia en probeta prisrnática.
Para Eel da también RoS el siguiente valor cxperi111ental:
Calidad de hormigón ... J (B 225) B 300 B 450 B 600 kg/cm 2
.b__ < 0,6fJp
Ed = 550000.
fJp + 150
para a 2.(2) Módulo E ... ... ... ... .] (24.0 000) 30.0 000 --¡-·-·350 000- 400 000 kg/cm2
1 ---~--- 1 -~-
Coeficiente de Poisson l ... ! 0,15 a 0,18 0,17 a 0;20 0,20 a 0,25 0,25 a 0,30
El módulo Ed es superior en un 10 a 15 % al que correspondería a la tangente e:n el punto
o:::= O, para cuya inversa se da el siguiente valor:
1 Los alemanes llaman a este número µ "Querdehnzahl" (coeficiente de deformación transversal), y que
es el valor inverso del verdadero coeficiente de Poisson (> 1). Sin embargo, seguiremos en la versión
2.(3) española la costumbre gene·ralizada· de llamar igual a dicho valor inverso. (N. del T.;

60 61
En los proyectos de grandes obras es conveniente determinar también el módulo E real, ciones muy diferentes, no repercuten mucho estas diferencias sobre el l1or1nigón ([105],
en el ensayo previo de áridos~ sobre todo si se tiene la intención de llevar a cabo n1ás pág. 181).
tarde n1edicio'nes destinadas a comprobar la tensión alcanzada.
Sí una pjcza de horn1igón conEervada al nire es introducida en agua, aumenta de volumen,
Si se co111paran las deforn1aciones calculadas con las medidas en obra, pueden presenm entun1ece. Este fenómeno está afectado por los 1nlsn1os factores que la retracción.
tarse diferencias eonHiderahles. El módulo E puede diferir sustancialmente del supuesto
en el cálculo, por causa de la teínperatura, la edad y la humedad, así como por la dura- J. . a el.ase de árido influye n1ucho en la retracción y en el entumecin1iento, como 1nuestra
ción de la carga. Es importante también el hecho de que la dilatación transversal puede la figura 2.61. El hormigón de caliza conchífera entumece en el agua, llegando incluso a
estar i111pedida e'n mayor o n1enor grado, dependiendo de la forma de la pieza y su arm superar sus dimensiones iniciales, y niuestra finalmente la retracción n1ínin1a. J_,a arenis-
n1adura, lo cual puede provocar un estado tridi1nensional de tensiones, mientras quel el ca abigarrada no es adecuada para el l1or1nigó11 pretensado~ a ca11sa de s::11s valores exce-
cálculo de deformaciones presupone, en general, un estado de tensiones plano. El que la sivamente grandes de la retracción y el entun1ecin1iento.
de.formación transversal esté i1npedida hace que la deforn1ación Io·ngitud.inal sea tam~
hién menor, por lo que puede deducirse de tales mediciones un módulo E aparentemente
muy alto. A la deformación elástica y plástica inicial se superponen además, después de
poco tiempo, los fenó111enos de fluencia. Por ta:nto, las deformaciones del horn1igón ohte~
¡E!: 1
·''' tl.2 ....;-+--l----~
[ . ···· .
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nidas en el cálc1Llo so'n sólo, en general, valores poco aproxi1nados, si no se tienen en cuen- -~,l~a1 --h----L------~--------- --- - - --h- e~ y - ¡_ -- _J- _, J ___

ta todas las influencias.


En el caso de estructuras de más edad, es de destacar el hecho de que el módulo de elas-
ticidad aumenta en forma parecida a la resistencia [ver ecuación 2.(2) J. El aumento so-
bre el valor a los 28 días, en conservación normal, puede ser del l O al 20 % , y con
cei:nentos de alto horno ricos en escoria llega hasta el 50 %.
_.arenisca abigarnJ.da
O!l · _...---~- ___ I__ .. ___ ___aren1sca__ l!-fl.igi!-_!_rada
2.23 La retracción ele! hormigón t0LL.-'---'---'--------LL.L_--+---'-----'---L.LLL...L_ _l__._ ___,~
m
2.231 Factores que influyen en la retracción
O 8 fó JO 80 §0
~------···----conservación a! aire~-·---
120Jt;a !5 .JO
er1 agua - - -.. . -+-- 60 [dias_i
al aire
120-Jt!JI.
--------~

Fig. 2.61 Retracción y entumecimiento de prismas de hormigón hechos con diferentes áridos (según
0. GRAF),
l,a retracción es el acorta1niento dehido al secado; el ag·ua de amasado sobrante se evapoM
ra mientras la masa en estado de gel que rodea los granos de cemento, la c11al se va enw Por últí1110, la retracción de] l1ormígón es n1ayor cua'ndo es expuesto prematuramente al
dureciendo paulatinamente, encoge. El hormigón retrae aproxín1adan1ente igual Begú·n secado, y i11enor cuando .puede endurecer largamente en ambiente i11uy húmedo. Depen~
las tres din1cnsiones. El valor de la retracción, es decir, el acortan1ien.to Es, depende en de, por consiguiente, del grada de endurecimiento al co·mienzo del secado. La conserva~
primer lugar del grado de secado y, por consiguiente, de la humedad, de la temperatura ción normal de la humedad durante los primeros 28 días no da grandes diferencias en
y de la renovación de aire en las inmediaciones de la estru.ctura. En atmósféra fría y hún la retracción final (fig. 2.62), pero sí el mantener la humedad durante 1 año; se podría
n1cda retrae n1enos que en at1nósfera caliente y seca. La .retracció'n Cs debe ser referida, conseguir esto con el curado por medio de una capa de pintura impermeabilizante, tal
por tanto, a la humedad relativa y a la temperatnra en las proximidad.es del hormigón. como han ensayado los americanos.
A la intemperie, y con el clima de la Alemania
Central, se toma para los cálculos una humedad I~as piezas pequeñas retraen e·n mayor cantidad y 1nás rápidan1cnte que las grandes, ya
relativa del 60 a 80 % ; en edificios cerrados es que secan n1ás aprisa. En e] caso de las piezas gran.des, auincnta n1ás la resistencia, antes
suficiente un 30 a 40 % . del secado, que en las pequeñas, con lo cual se red11ce la retracción final.

El hormigón puede ceder humedad y retraer,


tanto más cuanto mayor sea la cantíd ad de ag11a 2.232 La evolución de la retracción
e1npleada en su ejecución. __La _retracci?':tl ~_ e_p~:n,-~ a lo largo ele! tiempo
de, pues, además, de la relación agua/cemento
W[Z, (fig. 2.60). Eri el ciisú de mezclas rfoits es En el laboratorio se rníde la retrac-
r:e1ativamente n-iayor que con 1nezclas normales, ción en prismas de 10/10/50 cm a
ya qu.e la contracció·n del gel de cen1e:nto au111en- 20/20/100 cm, a una temperatura de
ta con la cantidad de éste. Por ello, el mortero HlºC y diferentes humedades relati-
de cemento retrae más del doble que el hormi- vas. Bajo tales condiciones perma-
gón. Por la n1isn1a razón, retrae n1ás el hormigón nentes, la retracción se desarrolla se-
rico que el pobre en mortero. I.a resistencia del gún las figuras 2.62 y 2.63, muy de
Pig. 2.60 Dependencia entre el valor de la retrac- horn1igón tiene poca influencia sobre el valor de prisa durante los 3 primeros m&
d~ración del ensayo---.
ción de pequeños prismas de mortero, la retracción. ses, para alcanzar al año el 70 a
a los 119 días de conservación a la in- 85 % del valor final. En unoo ¡>ris- F'ig 2.62 Curvas de retracción para diferentes d_urB.ciones ·ctei
temperie, y la relación agua/cemento y curado húmedo. Con las duraciones de ,·curado nor·
el contenido de cemento (según O. Aunque los diversos tipos de cen1entos presen~ 1nas tan pequeños como éstos se aca- males (zona rayada) varía muy p0,C9' e1· valor final
GRAF). tan en las probetas de pasta de cemento retrae- ba la retracción al cabo, nproximada 9
de la retracción (según Ros).

62
mente, de 5 años. En grandes volúmenes Como hemos visto ya en la figura 2.62, para que se reduzca de forma apreciahle la re·
de hormigón no cesa hasta después de 10 tracción hay que prolongar el curado húmedo durante tanto tiempo, que se hace casi
ó 15 años. En las estrncturas la curva de imposihle en la práctica. Por ello no está justificado el contar con una disminución de la
retracción no sigue un desarrollo conti·nuo, retracción final por el curado normal. Por otra parte, la impermeahilización prematura
pues influyen sobre ella cada cambio de la del .hormigón, de acuerdo con la figura 2.55, da ciertamente buen resultado.
temperatura o de la humedad de la atmós-
fera. En ohras a la intemperie, no retrae el Si después de terminado el curado húmedo y hasta el momento del pretensado definitivo
l1ormigón durante el invierno, ni tampoco en (después del endurecimiento) puede retraer el hormigón durante cierto tiempo en atmós-
el vera'no si se prod11cen lluvias continuas, fera caliente y seca, tiene lugar entonces una parte del acorta11i-iento de retracción antes
habiéndose llegado a observar deformacio- del último tesado, cuyo valor porcentual puede ser tomado de la figura 2.63, para el caso
nes inversas, debidas al entunieci1niento, en de piezas delgadas (10 a 20 cm). Para hallar las pérdidas de pretcnsado sólo hay que to-
puentes con tahlero de hormigón transitado n1ar entonces el valor restante de la retracción. En la práctica, teniendo en cuenta la
Fig. 2.63 Variación de la retracción a lo largo del directamente (ver apartado 2.25). Por tanto inseguridad de las ten1peraturas y que los espesores son norrnaln1ente mayores, se debe~
tiempo, en º/o del valer final, de prismas pe-
queños en clima uniforme. Edad al comenzar en las obras a la intem_perie no terminan ría deducir sólo la mitad aproximadamente del valor dado por la figura 2.63; por ejem-
el secado, unos 14 días. prácticamnete nu.nca los fenómenos de re~ plo, después de 28 días de retracción se puede deducir alrededor de un 20 % del valor
tracción y entumecimiento. final total de la misma.
En obras a la intemperie, y durante las estaciones frías, no están justificadas estas reduc-
ciones y no dehen hacerse.
2.233 Valor de la retracción a considerar en el hormigón pretensado
Te11iendo en cuenta las razones expuestas en 2.231 se .ruede admitir, no obstante, una dis~
A~efectos de las pérdidas de tensión en el acero es decisivo el valor de la retracción a par- n1inución del valor dado de la retracción, si el contenido en i11ortero y cemento y la re~
lación agua/cemento son particular111ente bajos, o si las piezas tienen espesores superio~
tir del instante de pretensar. En el caso de armaduras pretesas hay que contar, por
res a los de las probetas de los ensayos.
tanto, con el total del valor final de la retracción. Si se pretensa después de endure-
cido el hormigón, se puede reducir por medio del curado el acortamiento de retracción Por el contrario, se deben elevar los valores de la retracción si el contenido de cemento
que aparece después de pretensar. I,as circunstancias son distintas que en .el hormigón y arena fina ( < 0,2 mm) es mayor de 400 kg/m', la relación agua/cemento mayor de 0,45
ar1nado, ya que én éste la retracción está impedida por las armaduras~ las cuales se opou y el contenido de mortero superior al 50 % .
nen al acortamiento del l1ormigón. Se originan entonces compresiones en ]as armaduras~ Ii~s posible resumir la influencia de todos estos factores, en un único coeficiente de retrac-
compensadas con unas tracciones en el hormigón que pueden conducir a la aparición de ción k,, y hacer depender el valor final de la retracción de dicho coeficiente. Con las
fisuras de retracción. Ade1nás, las te'nsiones de retracción en el hormigón se ver1 reduci~ influencias citadas se for111a 'el siguiente factor característico:
das por la fluencia. El valor final de la retracción disminuye, por consiguiente, según la
cuantía de armaduras. Por ello prescribe la norma DIN l 045 para ohras de hormigón Z. Mo W. Mo
KW=W/Z --""-- - -"--·~--- 2.(5)
armado un valor de la retracción, 0,15 %0, relativamente pequeño. 17;:¡ 17;:¡
En el hormigón pretensado no se ve impedida la retracción por los aceros de pretensar. W /Z = peso de agua/peso de cemento;
En el caso de sustentación ísostática no se originan tensiones de retracción en el hormigón, Z = contenido de cemento, en kg/m3 ;
ni tarr1poco fluencia por retracción, si se prescinde de las armaduras ordinarias. Se com~ .peso del árido entre O y 7 mm
prende claramente esta diferencia fundamental si se piensa que en el hoi:migón armado Mo = contenido de mortero = d , .d
peso e 1 ar1 o tota 1
la retracción produ.ce y al111acena tral}ajo por las compresiones creadas en las arn1aduras, d = espesor medio de la estructura, en cm.
y, en. camllio, en el hormigón pretensado los aceros tesad.os ceden trabajo al l1ormigón,
mientras disn1inuye su tensió'n, El acero tesado favorece, pues, el acortamiento por retrae~ En estructuras con píezas de diferentes espesores es:
ción, que es, por consiguiente, u1ayor en el hormigón pretensado que en el armado. No
está justificada, por tanto, la reducción del valor final efectivo de la retracción, en volúme·
nes de hormigón no armados.
siendo:
Según numerosos ensayos [73], [108] y (200], en los hormigones adecuados para el pre-
tensado, de calidad por encima del B 300, contenido de cemento y arena fina ( < 0,2 mm)
d" = espesor y
350 a 400 kg/m3 , contenido medio de mortero, relación agua/cemento 0,4 a 0,45, se pue- b. = longitud expuesta al aire en la sección,
de contar con un valor final de la retracción de 0,3 a 0,4 %o en caso de conservación a la
intemperie (humedad relativa = 60 a 80 % ) ' y de 0,4 a 0,5 roo en caso de conservación los valores correspondientes a cada elemento independiente. Sin emhargo, suele ser deci-
en lugar cerrad.o (humedad i:elativa = 30 a 40 % ) (ver tamhién datos de la humedad re- sivo el espesor de aquella pieza en la que está· el cable.
lativa en el apartado 2.246), si sólo se mantiene húmedo el hormigón durante 1 ó 2 Los valores normales indicados de la retracción final se han representado en la figura 2.64,
semanas, co1no es corriente en la construcción. y la influencia del factor KW es tenida en cuenta multiplicando estos valores por el eoe·

64 5 65
la deformación elástica Sel == ; . Para expresar esta deperidencia se in1plantó el coeficien~
te de fluencia ("Kriechzahl") <p:

a Sk. E
n=<p·--¡f ó <p =- 2.(6)
ª
La dependencia lineal de la deformación elástica es válida, con suficiente exactitud, en
compresión y tracción y, por tanto, también bajo solicitaciones de flexión, torsión o esm
fuerzo cortante, siempre que las tensiones pern1anezcan por debajo de aproximadan1ente
0,3fw· Con tensiones superiores hay que contar con u'na fluencia n1ayor. Los ensayos de
DuKE y DAVIS [61] lo confirman.
humedad relativa del aire
H. r. tlJIJ .fO 70 [t,]
en agua 1 sobre agua 1 a la \ a cubierto
También al descargar se presenta después del retroceso elástico inicial de la deformación
intemperie una rec11_peración dependiente del tiempo, sin1ilar a la fluencia producida por tensiones
Pig. 2 .64 Influencia de la duración del mantenimiento de la hu- Pig. 2.65 Coeficiente de retracción le., en función de tracción. Se habla entonces de "recuperación de :fluencia" o recuperació·n diferida;
medad. sobre el valor final de la retracción de un del factor KW = W /Z · Z · MO/ ¡1-d: dura sólo pocos días y alcanza, si el hormigón es joven, hasta el 50 % de la deforma-
hormigón medio de factor KW = 30, para diferentes para la obtención del valor final pre-
humedades relativas (según ROO). visible de la retracción k, · P,. ción de fluencia precedente, y si el h.ormigón es de cierta edad, sólo aproxi.111adan1ente un
10 % de 'k· El valor de la recuperación de fluencia es, por tc::to, relativamente pequeño
y, en general, no es tenido en cuenta (ver [ 411] y [ 412]).
ficicnte de retracción k., obtenido mediante la figura 2.65. El trazado de la curva k., = f
(KW) necesita, naturalmente, u11a comprobación adicional mediante mediciones. Sin embargo, no se abarcan con a/E las influencias de la temperatura y la humedad del
ambiente, de la edad química del hormigón (grado de endurecimiento) en el momento de
El valor KW = 30 corresponde a: W /Z = 0,45 ; Z = 400 kg/m3 ; Mo = 0,45 ; d = 20 cm. cargar, ni las características resun1idas en el factor ICW. Por tanto, deberán ser tenidas
en cuenta mediante una variación de rp, tal como propuso DrscI-IINGER, que, basá:i:1dose en
los trabajos de numerosos investigadores [28] y [36], encontró una forma simple de deter·
n1inar el valor ck de la flue·ncia.
2.24 La fluencia del hormigón

2.241 Relaciones entre la fluencia y la solicitación y la calidad del hormigón 2.242 La evolución de la fluencia a lo largo del tiempo

Si es solicitado el hormigón en cualquier forma durante largo tiempo, aumenta de mane- I,a evolución de la fluencia bajo condiciones invariables se caracteriza por la curva re~
ra continua la deformación provocada inicialmente y se detiene sólo después de años. Esta presentada en la figura 2.66. En probetas pequeñas de 12/12/50 cm, la duración de la
deforn1ación suplementaria bajo carga contin11a es en. gran parte remanente; recibe el fluencia es superior a la de la retracción, alcanzando de 8 a 10 años.
nombre de deformación de fluencia, y se atribuye a las propiedades plásticas del gel aún En las estructuras esta duración es aún mayor, dependiendo de las temperaturas y del
húmedo 1• La fluencia se presenta en todo tipo de deformación, incluso en la dilatación espesor de hormigón (ver apartado 2.251).
transversal de una pieza comprimida. La fluencia depende aún de más factores qne la
retracción: la composición granulométriea, la forma del grano, el tipo de roca de los A esto se debe el que en el puente pretensa-
áridos, el contenido de cemento, la clase de ce1nento, la relación agua/cen1ento, el grado do en Aue, Sajonia [37], construido en 1936-
de con1pactación, el grado de endurecimiento o edad química antes de entrar en. carga, 37, que fue pretensado por DISCHINGER con
la temperatura y humedad durante el endurecimiento y durante el proceso de carga, las barras de acero St 52 situadas por fuera del
dimensiones del elemento en cuestión y la magnitud de la solicitación; todos estos fac- alma, y que fue retesado antes de la guerra,
tores influyen en el valor de la fluencia. No es por ello de asombrarse que, a pesar de apareciesen en la postguerra (hacia 1950)
los muchos ensayos de fluencia realizados, sólo se hayan alcanzado conoci1nientos in~ varias fisuras atri]1uibles a acortamientos de
coi;npietos, por Io cual en el cálculo del valor de la fluencia hay qne recurrir a hipó-
tesis aproximadas sirnplificatorias. U'n resun1en de todos los co-nocimientos sobre la fluenM
cia que se poseen hasta el momento ha sido realizado por O. W AGNER, por iniciativa de
fluencia ocurridos 10 años después de su eje-
cu.ción. ---
Fig. 2.66 Evolución de la fluencia a lo largo del tiempo,
en prismas comprimidos de 12/12/50 cm, de
H. RüscH, en el cuaderno 131 del D. A. f. St., en 1958 [ 411]. Para estados tridimensio-
Al ig11al que ocurría con la retracción, se ve hormigón B 480, en clima uniforme. Edad al
frenado el crecimiento· continuo de Ck por los cargar=14 dias, humedad re1ativa=70 ºlo, ab=200
nales de tensiones 110 existen aún resultados prácticos. kilogramos/cm2 (según RoS).
retrocesos de ten1peratura o el aun1ento de
la humedad. En las construcciones a la in-
Muchos de los factores citados repercuten también en la deformación elástica del hormi-
ten1perie se detiene la fluencia durante el invierno.
gón. Los ensayos han probado que el valor de la fluencia Sk depende casi linealmente de
La evolución de la fluencia a lo largo del tiempo es función también, naturalmente, de los
1 FREYSSINET (23], GEHLER [29] y PUCHER [88], han intentado una explicación del fenómeno de la fluen. cambios de cargas o de tensiones. La figura 2.67 muestra la evolución del acortamiento de
cía. (N. del A.} un cilindro de hormigón, solicitado primeramente con 140 kg/cm2, y descargado en cinco

66
67
etapas a lo largo de 120 días. Las curvas mues- en Cf!N). La línea media corresponde aproximadamente a hormigones con valores medios
tran claramente el efecto de la recuperación de
"º 'tensiones en kg/cm2 de W /Z, Z y Mo, y un valor de d pequeño (KW = 25 a 35). Los coeficientes finales de
fluencia, la cual, como se deduce de aquí, no de- fluencia de hormigones con otras características se encuentran en la zona entre las líneas
bería ser despreciada cuando haya fuertes cam- finas y serán estudiados en el apartado 2.244.
bios de tensión. A pesar de descargar por eom·
pleto, queda al final un acortamiento que no des· La figura 2.68 muestra igualmente la gran importancia en la fluencia del grado de endu-
aparece. Este ejemplo ha sido tomado de [415]. 1 i 1 recin1iento del 11ormigón e'n el n1omento de cargar. Un horn1igón joven fluye, al ser car~
ºloo ,__~¡ i
gado, considerablemente más que un hormigón viejo bien endurecido.
_1

1 I l:::>s•n recuperacrnn en fluencia


1
; I i j
qs -! '/--1----~-- - - - -1

Q1hl--1~ ¡___¡_---~
Si se lleva la edad t,, al comenzar la carga a escala logarítmica, se obtiene una dependen·
2.243 __ da casi lineal entre t,, y Ok ó cpoo,,, como se deduce de la figura 2.71.
Efectos del clima y del grado de endure-
cimiento sobre el coeficiente de fluencia

La temperatura y la humedad relativa del aire


tienen en la fluencia importancia parecida a en i 1
i --1-
i
1

--t-
i
i Ahora bien, el grado de endurecimiento del hormigón no depende simplemente de la
edad, sino también del tipo de ce1nento y de las condiciones de conservación. Los cemenM
tos de alta resistencia inicial endurecen más aprisa que los normales (fig. 2.72). El calor
acelera el endurecimiento, y el frío lo retarda.
~-~~, ·.~
la retracción; la edad q·uímica, es decir, el
grado de endurecimiento al comenzar ..el pro, 1 1 ! ¡. -
0,1 -·~-·---r----.1.---
ceso de carga, 'tjene un.a ... .imp_o_r_tancia mucho
mayor. El hormigón fluye tanto más cuanto más 1
'
'
1
i
cali&-nte y seco esté el aire circundante~ es de~ 0
o1 40 80 120 750
cir, cuanto más se deseque [ 463]. La figura 2.68 edad en días
rn11estra la curva de fluencia ,correspondiente a Fig. 2.67 Acortamiento de un cilindro de hormi-
un prisma de 12/12/36 cm, de hormigón B 480, gón, comprimido a las tensiones indica-
Z =300 kg/m 3, Z 225, W /Z 0,50 (factor = das. Dimensiones: 11,7/30 cm, fJ = 475
kilogramos/cm\ h.r. = 93 6/o, T ~ 17º0
i
-·-i-
KW = 14), E = 380 000 kg/cm2 , "argado cen- (según ROS}.
trad amente a 100 kg/cm 2, despnés de diferentes
1

tien1pos de endureci1niento y conservación en !liJ 70


atmósferas a l8°C y 35 ó 70 % de humedad relativa. La fignra 2.69 muestra solamente Fig. 2.70 Coeficiente final de fluencia r de un hor- Fig. 2,71 Los valores finales de la fluencia, para diferen-
los coeficientes finales de flnencia de. un hormigón plástico, en función de la humedad, migón con factor KW = 30, para comienzo tes edades al comenzar la carga, varían, con
a 18°C, y para diferentes edades al comenzar la carga. de la carga a los 28 dias de endurecimiento escala de tiempos logarítmica, casi linealmente
normal, en función de la humedad de con- (segd.n RoS).
servación a 18°C; zona de dispersión para
De numerosos ensayos de este tipo se ha de- otros factores KW,
ducido la variación del coeficiente final de
fluencia Cf!N, dada en la figura 2. 70, en fun-
ción de la humedad ambiente, cuando se apli-
ca la carga después del endurecimiento nor- Para independizarnos de estos factores aislados, tlefinimos el grado de endu.recin1Íento
malizado de 28 días (de ahí el subíndice N mediante la relación f!,,/ f!oo de la resistencia a compresión en el instante t,, de pretensar
o de aplicar la cai:ga, a Ja resistencia final esperada. Con temperaturas de 18° a 20°C se
alcanza, a los veintiocho días, con Z 275 de 65 a 70 % , con Z 375 y Z 4 75 de 80 a 90 %
de la resistencia final. Para temperatttras mayores o n1enores h.ay que basarse provisionalm
mente en apreciaciones de resultados de ensayos dispersos en la bibliografía ([105], pági·
nas 115 y sigs.), o en nuevos ensayos.

En U. S. A. se utilizan las siguientes reglas para determinar el tiempo m1n1mo de endu,.


recimiento en ambientes con alta humedad relativa"" 80 % (según Journal of ACI, 1946,
-,L(,,k~::±t===it=tj~g
1 .ij página 711), que dan una relación aproximada con la temperatura:
1 =
4 1--:f-;~=~+l:JO
¡: Jó,f .¡¡

i, -
·-· ... ... ... ...
i

i J
i

- liJOtF_ . _- ffOO días .?000


1
___ {~l_a_ílO_S __ J __ jhf Temperatura en ºC ... ... ... ... 1
1
21 18 16 13 10
duración del ensayo'---
Fig. 2.68 Influencia de la humedad ambiente y de la edad Tiempo de endurecimiento l
con Z 275 ... -·· ...
---·--·-·--··-·-----·--
7 11 15 19 23
al comenzar la carga sobre ..el desarrollo de la Fig, 2.69 Influencia de la humedad y de la edad al Co- en días ... -·· ··- -·· ... ...
fluencia de prismas 12/12/36 cm (ver más datos menzar la carga sobre el coeficiente de fiuen· / con z 375 y z 475 ... 3 5 7 9 11
en el texto) (según RoS) [65]. cia rp a los 4 años (según RoS).

68 69
2.244 Efectos sobre el coeficiente de fluencia de la relación agua/cemento, de los
contenidos de ce1nento y mortero, y de las din1ensiones de la pieza

La rekición agua/ cemento influye sobre la resistencia y sobre el módulo de elasticidad, de


forma que su efecto sobre el valor de la fluencia es tenido en cuenta ya, en cierto modo~
en <;l Bd =a/E. Los ensayos muestran, no obstante, que la relación W/Z influye más en
la fluencia qne en el módulo de elasticidad .
.;;-
BoLOMEY [ 49] realizó dos series de ensayos con cemento portland de alta calidad, con un
S7707'1 18
edad en días
JOS
ªª contenido de cemento de 350 kg/m3, y W/Z = 0,49 en una serie y 0,375 en la otra. En la
Fig. 2.72 Curvas de endurecimiento para igual resistencia figura 2.74 se l1an represe11tado los acortan1icntos totales después de ciento cincuenta días
final ( = 100) de hormigón con conservación \ de duración de la carga. Si se hallan los acortamientos de fluencia aproximados, la rela·
normal, a 18°-20°C de temperatura, para dife-
rentes calidades de cemento (según HUMMEL y ción de ellos para ambos hormigones es aproxin1ada1nente de 0,55, mientras que la rela~
RoS}.
ción de módulos de elasticidad es al menos de 0,85.
. '
0'~~-'-~--"~~j__~-'--~-J.-1-'--_¡_-'--1•-'~n
Fig. 2.73 (derecha) Coeficiente k 1 para determinar la de- U M • • am • W ~~ GLANVILLE y TnoMAS dan los siguientes valores de la fluencia de cilindros 0 10 cm, de
correspondiente a n dias de endurecimimiento TBºC 2
formación de fluencia, que tiene en cuenta el • n tres años de edad, que fueron cargados a la edad de 28 días con 22 kg/cm , para dife·
grado de endurecimiento fJ / fJ e,;, al comenzar el para· Z 275· 5 ~ 28 ! ~ 1$o ~5 j
pretensado o la carga. para Z 375: j 14 28 90 18() rentes factores W /Z:

W/Z=0,7 0,8 0,9 ;


i'k = 0,6 0,72 0.95 mrn/m.

De los resultados de los ensayos de fluencia se ha obtenido un coeficiente k 1, que de-


pende de {J./ {Joo ( (227], [ 411] y fig. 2.73), y por el que hay que multiplicar el coeficiente
de fluencia para tener en cuenta el grado de endurecimiento.

El valor de la fluencia es entonces:

• <pN • k¡ 2.(9)

Como el hormigón supuesto para la curva <p de la figura 2. 70 ha alcanzado a los 28 días
de endurecimiento en condiciones normales aproximadamente el 80 % de su resistencia
final, para {Jn/ {J 00 = 0,80 debe ser k1 l. = 0,'f 0,5 q6 0,7 0,9
edad al comenzar la carga W/Z
En la práctica, para hacer una valoración previa de la deformación de fluencia hay que
considerar ya en el cálculo estático qué grad.o de endurecin1iento se l1ahrá alcanzado J?ig. 2.74 Acortamientos total.es de prismas de hormigón Fig. 2.75 Relación entre los coeficientes de fluencia rp y
que se diferencian solamente !'n la relación W/Z la relación agua/cemento, referidos aquéllos a
cuando se pretense. Si se piensa utilizar un procedimiento en el cual haya que preten- (según BOLOMEY). W/Z = 0,5 (de [411] según L<mMANJ.
sar a los pocos días de hormigonar habrá que determinar la relación {J./ fJ~, válida para
este. hormigón joven, por medio de las curvas (fig. 2.72) o, si varían las temperaturas,
mediante ensayos; entonces h.ahrá que considerar la deformación de fluencia incremen~
ta da n1ediante el valor k 1 correspondiente. Si se puede contar, por el contrario, con tem~ W AGNER [ 411] nos remite a los ensayos de LoRMAN, según los cnales existe la dependencia
peraturas de verano y se va a pretensar después de más de 14 ó 18 días de endurecimiento, dada en la figura 2.75 entre el coeficiente de fluencia cp y la relación W /Z.
habiendo utilizado un cemento Z 375 ó Z 275, se puede tomar k 1 < 1 y la consiguiente de·
formación de fluencia reducida. Puesto que la fluencia es debida en parte a pequeñas deformaciones del gel de cemento,
es de esperar que los contenidos de mortero y de cemento influyan sobre ella, siendo el
Si se :realiza la obra con tien1po frío, las bajas temperaturas retardan el endurecimiento. mismo el módulo de elasticidad. La fluencia de la lechada pura de cemento es unas diez
Como también es menor la resistencia final, hay que contar, de acuerdo con el bajo mó- veces superior a la del hormigón de grava. Sin embargo, hasta el momento no hay pu-
d·ulo de elasticidad, con deformaciones elásticas n1ayores, y también, por tanto, con una blicado nada sobre este te.n1a. Es de esperar una in.fluencia menor que sobre la retracción.
mayor fluencia. Por ello, cuando el endurecimiento se ha de realizar a tempe1·aturas in~
feriores a los l5°C, no se debe tomar nunca k 1 < 1, a no ser que sea posible esperar un Tampoco está aún completamente probada la repercusión del espesor del elemento de hor·
tiempo de endurecimiento particularmente largo (deducidos los días de helada), con días migón sobre el valor final de la fluencia. Sabemos que en los pequeños prismas de los
más cálidos, o que se caliente artificialmente el hormigón. ensayos de laboratorio, con espesores de 12 a 20 cm, termina la fluencia prácticamente a

70 71
los 4 ó 5 años, mientras que en las estructuras gra'ndes (ver apartado 2.25) no se han El diferente comportamiento de las diversas clases de roca no está condicionado sola-
detenido aún los acortamientos a los 10 ó 15 años. El valor final de la fluencia es, sin mente por sus propiedades respecto a la fluencia, sino gue se hasa también en la dife-
embargo, menor en piezas de mucho espesor que en las delgadas. rente cantidad de agua que necesitan. La relación agua/ce1nento efectiva está influenciae
da, pues, también por el tipo de roca.
Todos los factores agrupados eu el valor característico KW que establecimos al estudiar
la retracción influyen, por tanto~ en el valor
final de la fluencia, si bien en menor medida 2.246 Valor de la fluencia a considerar en el hormigón pretensado
que en aquélla. Parece natural, por con.siguiente,
introducir otro coeficiente auxiliar, k 2 , para Según lo anterior, el coeficiente total de fluencia es:
abarcar estos efectos. Tomando como base los
actuales conocimientos sobre la dispersión del 2.(10)
coeficiente final de fluencia (fig. 2.70), se han siendo:
supuesto en la figura 2.76 valores de k 2 entre 0,75
eet (} , o b'ien G
== E ' ;
y 1,3. Esta curva necesita, naturaln1ente, ser conm
firmada por otros ensayos de fluencia, destina·
dos a investigar la importancia de los factores rp se toma de la figura 2.70; depende de la humedad ambiente en las proximida-
aquí mencionados. des d.e la estructura;

Puesto que no sólo la fluencia, sino tan1bién la k 1 se to111a de la figura 2. 73; tiene en cuenta el grado de endurecimiento al co1nen~
retracción evolucionan n1ás despacio en piezas zar a cargar;
de cierto espesor que en las delgadas, habrá que k 2 se toma de la figura 2.76; tiene en cuenta los factores englobados en KW.
contar en piezas de diferentes espesores con que
Pig. 2.*3 Coeficiente k 2 para determinar la defor-
mación de fluencia, que tiene en cuenta las tensiones se trasladarán, a lo largo del tiem- Para la humedad del medio ambiente se puede tomar:
el efecto de la relación W/Z, el conte- po, desde las zonas de la sección más delgadas
nido de cemento Z en kg/m3, el conte-
a las de más espesor, con lo cual la distribución H.r. == 90 % para estructuras en cli1nas n1uy l1ún1edos; por ejemplo, junto al mar~
nido de mortero MO, y el espesor d
en cm, englobados en el factor KW. de tensiones en la sección no será ya lineal. sobre ríos anchos, etc.;
H.r. = 70 % para estructuras a la intemperie en valles de ríos, llanuras bajas o
zonas i11ontañosas con. mucho bosque;
2.245 Influencia del tipo de roca de los áridos
· I-I.r. : : : : : 50 % para estructuras a la inten1perie en clir11as relativa111el1te secos; por
Los ensayos americanos de DAVIS [ 411] y los alemanes de KoRDINA [ 414] han com-
ejemplo, en i11ontañas de poco bosque, en edificaciones sin calefacción
probado la considerable influencia del tipo de roca de los áridos sohre el valor de la
con buena ventilación;
fluencia.
If.r. == 35 % para todas las edificaciones norn1ales, especial1nente ]as que tienen
Cierto es que los resultados no concuerdan mucl10 aún. Por ello dan1os aquí los coefi- calefacción d11rante el invierno.
cientes finales de fluencia deducidos en ambos ensayos:
Se puede conseguir aún una reducción del valor final de la fh1encia, si .se pretensa mode-
cp según
radamente, por ejemplo, de 2 a 4 días después de hormigonar (ver apartado 4.51), de
Tipo de roca
DAVIS [411] KoRDINA [414]
tal manera que al cargar el hormigón joven se anticipa una parte de la fluencia antes
del pretensado definitivo. Sobre la disminución de la fluencia que tiene lugar después
Caliza ... 1,9 del pretensado definitivo, no hay aún resultados de ensayos. Valorado con precaución se
1
Cuarcita .............. . 2,5. 3,0 puede contar con una reducción del 15 % cuando el pretensado parcial prematuro actúa,
Granito .............. . 2,3 como mínimo, con 1/ 4 V dnrante unos 10 días, y del 20 % si lo hace durante 20 días.
Grava (de morrenas) .. . 2,5
Arenisca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . . . . .. 3,7-4,5
Basalto ................................... . 2,8 2.25 Mediciones de retracción y fluenci3; en obras construidas

An1bos concuerdan en asignar el coeficiente de fluencia más bajo a la caliza. I.as disper~ 2.251 Puente Bockinger sol> re el N eckar, en Heilhronn
siones se justifican por la gran variedad de los yacin1ientos n.atura1es. Sin e111bargo, el
valor encontrado por DAVIS para el basalto parece dudoso, teniendo en cuenta el ensa- En este puente de tres tramos, el central de 96 m [144], se midió la flecha en el centro
yo de KoRDINA y las restantes propiedades de esta roca. de la lnz. Al pretensar, durante noviembre y diciembre de 1950 (tres etapas de tesado),
se levantó al principio ligeran1ente la clave, ya que el peso propio no actuaba por con1ª
Hat.ta al1ora no se exigía tener en cuenta en el cálculo el tipo de roca. Será conveniente, pleto debido a la elasticidad de la cimbra (ver cap. 19). Al retirar ésta, se produjo un
no obstante, considerar el diferente valor de la fluencia cuando se trabaje con tipos de ~descenso elástico de 3,6 cm. Este descenso aumentó hasta octubre de 1960, alcanzando
roca no corrientes, siendo de observar que los coeficientes de fluencia que se dan en- unos 19 cm, teniendo en cuenta que en abril de 1953 se produjo un descenso elástico
las normas se hasan en ensayos de hor1nigoncs de áridos de río. adicional de 1 cm al extender una capa asfáltica (fig. 2. 77). El aumento del descenso

73
alcanza, según esto, después de 10 años, el triplo del valor del descenso elástico. Una K. G. [264] y [ 413]; ver también [334]. Entre las much.as obras escogemos el nuevo
parte de la deformación es atribuible a la fluencia lenta de los cordones de alambres puente Lombard en Hamburgo [211] y [265].
no envejecidos. Co1110 la retracción produce muy poca flecl1a en las vigas continuas
(ver apartado 12.32), se debe imputar la otra parte a la fluencia del hormigón. Según Fue construido este puente en 1952; su sección está forn1ada por vigas en T con almas
esto, se alcanzó después de 10 años un coeficiente de fluencia <p 1 "" 3, y el desarrollo de de 1 m de espesor y alas de 25 cm de espesor. El hormigón (B 300) contiene 310 kg/ml
la curva hace esperar un coeficiente final <p~ ""' 4,0, valores debidos en gran parte a las de ce~1ento portland de alta resistencia inicial, con una relación agua/cen1e·nto de 0,59.
bajas temperaturas antes de pretensar, por lo que habría que tomar k, ·"' 1,4. El puente está situado entre los dos lagos interiores de Ilan1burgo, es decir, en un lugar
h.ú111edo, por lo que por diversas razones cabía esperar una retracción y u11a fluencia
seccióíl longitudinal sección en 4 bajas. Mediante una escala indicadora colocada en una de las almas, cerca de la fibra
,,,,.. punto A neutra, se midió la variación de longitud de la superestrnctnra, de 87 m de larga. En
la figura 2. 78 se dan los resultados, referidos a los valores supuestos en el cálculo. Se
aprecia .claramente la detención de los acortamientos durante el invierno. Las l1ipótesis
de cálculo se quedaron cortas, a pesar de las circunstancias favoralJles; los acortan1ientos
durarán posiblemente 10 años más, con lo que alcanzarán aproximadamente 1,5 veces
la cifra s11puesta, obtenida, sin en1bargo, con un Eb de1nasiado hajo. De los resultados
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n1edidos se sabe que el acortan1iento elástico al pretensar fue de 9,4 111n1. El acorta-
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tiempo miento suplementario a los 5 años era de 35 mm. Si calculamos con una retracción
de s, = 0,20 %0, es decir, con Lll, =
87 X 0,20 %o= 17,4 mm, quedan para la fluencia 17,6
'
. m1·1·imetros, es d ec1r
. cp 17,6 A1 tener en cu en.ta los acortan1ielltos posteriores, se
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i1ahrían obtenido resultados exactos con Es 0,25 y rp == 2,2 sin k de reducción, eligiendo
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Eb de forn:ia que se1 corresponda a los valores n1edidos. Se ve, JJUes, que los valores de
Es y <p dados en los apartados 2.23 y 2.24 están en. consonancia con la correcta interpre-
tación de los res111tados de las i11ediciones.
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Fig. 2.77 Curva de descensos de la clave en el puente Bückinger, en Heilbronn, con datos sobre la
fº -
humedad del aire. ~ 1S ---- 1-
El puente cruza un canal. Las aln1as de la viga en caJOll tienen un espesor de 50 cn1;
la losa superior, u11 espesor medio de 25 c:n1, y la inferio1·, <le 14 a 50 cm. Las tensiones
de compresión bajo carga permanente alcanzan en l/2 unos 80 kg/cm2 en el borde supe- Fig. 2.79 Descensos de la clave del puente de Sandi:i,
rior, y 60 kg/cm2 en el inferior; el hormigón es de grava del Ncckar, cou un contenido en Suecia, en los años 1942 a 1960.
de cemento Z =
330 kg/m', calidad del cemento Z 325, contenido de mortero 47 %,
,1'
.! i 1 !

W /Z =0,38, resistencia media {Jw 28 544 kg/cm2• = 1

~~
~"'
1 1

También se da en la figura 2.77 la humedad relativa del aire. Las curvas muestran bien v
cón10 durante el invierno, con lru:rnedad alta y :bajas ten1peraturas, se detiene la fluen-
. Pig. 2.78 (izq. arriba) Acortamientos de fluencia y
retracción medidos en el puente Lombard,
cia, y uo continúa de nuevo hasta el verano, siendo de observar que el de 1951 fue un en Hamburgo, llevados en º/o de los acor,
verano seco y que de 1954 a 1958 fueron los veranos húmedos, lo cual hizo creer que ,.. " i tamientos previstos por el cálculo.
1
se iba extinguiendo n1ás rápida1ne'nte la fluencia, y condujo a mayores deforn1aciones en
,. ¡_
el verano de 1959 y la primavera de 1960, que fueron muy secos. i
!H-1 ~

Fig. 2.80 (izquierda) Acortamientos medidos en una


2.252 Puente Lombard, en Hamlmrgo 1 1 jácena en un edificio industrial de varias
plantas, en SteHf, llevados en º/o de los
U. ¡;~INSTERWALDER l1a inforn1ado dos veces sobTe n1ed.-icíones de retracción y fh1encia· en 795t¡.
1
acortamientos calculados. En edificios con
1 7953 1 7955 7956 1 7957 1 calefacción no se detienen durante el in·
estructuras d.e l1or1nig(}n preter1sado realizadas por la en1presa Dyck_erhoff & Widmann '
vierno.

74.
75
2.253 El puente ele Sanclo en Suecia
El puente de Sando es un arco sin articulaciones, de 264 m ele luz y 40 m de flecha. el nombre de resistencia prismática /3w La figura 2.81 muestra la variación de la resisten·
La sección es alveolar, de tres celdas, siendo s11 canto de 5 n1 en arra:nq11es y 2,9 m en cia con la altura del pris1na de base cuadrada. En general, se opera con los siguientes
clave. Se midió continuamente la posición de la clave desde la construcción del puente factores f:
en 1941 hasta el año 1960. Después de reflejar los movimientos en escala semilogarítmi-
ca, no se ve llegar, hasta el momento, el fin definitivo de las deformaciones de fluencia
fip = f • f3w
([149], [466] y fig. 2.79).
Calidad del hormigón= /3w ..• 120 160 225 300 450 600 kg/cm'
2.254 Pórticos de varias plantas
f ........................... 0,9 0,9 0,87 0,8 0,75 0,7
U..FINSTERWALDER informa también en [ 413] sobre mediciones realizadas en una viga
en T pretcnsada, de 40/80 cm, con alas de 23 cm de espesor, en un edificio industrial Resistencia prismática= {Jp 108 144 195 240 340 424 kg/cm1
de varias plantas (Steiff, Giengen a. d. Brenz). En la figura 2.80 se ha llevado el acor-
tamiento medido, en % del calculado. No fue medido el acortamiento elástico al pre-
tensar, y fne calculado con nn Eb probablemente demasiado bajo, pues si no, sería aún H. Rüscn propone últimamente f = 0,85 a 0,88 para todas las calidades de hormigón [295].
más clara la superación de las bajas hipótesis del cálculo. Es importante el hecho de que l,a figura 2.81 n1uestra qu.e la resistencia a con1presión cuando Ji > 3a puede ser inferior
en los edificios industriales con calefacción prosiguen durante el invierno las deformaciones aún a la resistencia prisn1ática. Para Ji < a, por el contrario, sube por enci111a de la cú-
bica. En el caso de secciones rcctang·ulares re]ativan1ente delgadas, la resistencia a con.l-
de retracción y fluencia, y que después de 4 años falte aún mucho para que concluyan.
presión pnede ser menor incluso de O, 7/iw· Hablamos entonces de "resistencia función de la·
Las inediciones realizadas en obras construidas, utilizables desde el pu:nto de vista cien~ forma", que en losas de n1enos de 12 cm de espesor, y u·na longitud en el sentido de
tífic~ son desgraciadan1ente n1uy escasas, ya que los datos necesarios están la mayoría la compresión de al menos de 10 veces el espesor, puede bajar hasta 0,6Bw [171]. En
de las veces inco1npletos y, en. general, las n1cdicioncs vienen afectadas por diversas cir~ las piezas de hormigón pretensado no debemos ponderar la seguridad comparando la
cu.nstancias in1previstas. Los resultados citados :rnucstran, ·no olJstantc, que 1as ideas sobre compresió11 alcanzada con la resistencia en probeta cúbica., sino que dc11emos tener pre-
las deformaciones diferidas dadas en los apartados 2.2:{ y 2.24, se ven confirmados en lo sente la Tesistencia prismática o la resistencia función de la for1na.
esencial por las observaciones directas en obras.
Una preco1npresión .Pre1natura per111anente trae, corno consec11cncia, una pequeña elevaN
ción de las resistencias a tracción y a compresión.
2.26 Resistencias del hormigón

2.261 Resistencia a compresión con proceso de carga rápido


2.262 Resistencia a tracción con proceso de carga rápido
Según DIN 1 043, parte D, se mide la resis-
'ºº'~-~- tencia a co1npresión del hormigón en probeta I.Ja resistencia a tracción {J1Jz del hormigón alcanza del 8 al 12 % de Ja resistencia a
- . -¡ cúbica de 20/20/20 cm, endurecida a l8°-20"C co111presión, si no existen tensiones internas por hu1nedad o ten1pcratura desiguales.
780
-f-: durante 7 días bajo paños húmedos, y luego
750 --:c_:::-J 21 días más al aire; después, la probeta es car-
1--1 '
gada ininterrumpidamente, durante pocos n1i'nuD 2.263 Resistencia bajo carga mantenida
tos, hasta la rotura. E:sta resistencia c1íbica a
+-1 t -
los 28 días dehe ser superior a la prescrita por
la calidad de hormigón B 300, B 450, B ... La
Si actúa permanenten1ente una compresión alta~ se prod·uce la rotl1ra con una tensión
n1ás baja que en el caso de solicitacibn rápida. J_,a resisten.cia bajo carga n1antenida es
L. . ·-+--
resistencia /1w contin'Ú_a aun1entando a partir de la tensión que puede ser soportada indefinidamente, y es más o menos el 90 % de la
,·'°=-c=-=~7;; L
_ _ 3_ -l1 los 28 días (fig. 2.72). resistencia con proceso de carga rá¡Jido. Con10 en el bor111igón preten.sado actllan de
¿º so ¡-j·~~~:-l~ao;=-f=4l_!!.BEJot¿_o~+=. ).-------~;
::_.:::¡_ n1odo permanente compresiones altas, debe ser tenido en cuenta este hecho en el cálculo
~ 5DE~J~-3~3~3~§~B~co~o~~--~. . .~--~-I;~~-~~--¡
~~n tiempo frío el proceso de endurecin1icnto es
de la seguridad.
n1ucl10 i11ás lento~ y no conduce a las rnisn1as
resistencias finales que durante el verano (figu-
ra 2/1.8). Por ello, las pruebas de endurecimiento
deben ser heci1as sobre probetas conservadas en 2.264 Resistencia 1>. la fatiga
condiciones idénticas a las de la obra.
Al igual que todos los materiales, también el hormigón presenta en el caso de solicita·
Ei1 las probetas cúbicas se obtiene un valor de ción repetid.a numerosas veces una resistencia más baja q11e en el caso de proceso de
la resistencia mayor que el real, puesto que el carga ú.nico ininterrumpido. Las resistencias a la fatiga dependen esencialn1ente d.e los
relación: aliur"._ =A
lado baseª entorpeci111:iento de la dilatación transversal, a límites ,entre los q·ue oscila la solicitació·n. Si designamos ]a tensión inferior por au, y
ca11sa del rozan1icnto en las caras extremas, se por ao = /iF la tensión superior soportada en 2 millones de ciclos de earga, se obtiene la
Fig. 2.81 Resistencia a compresión de prismas de refleja en toda la altura de la probeta. La resis- variación de la amplitud de oscilación reprecentada en la figura 2.82, en función de la
hormigón de base cuadrada, en función
de la altura del prisma lt (según BAcH
te'ncia real a con1presión es más baja~ y se de~erM relación de la tensión media Om = 1/ , ( a0 +
a,J a la resistencia prismática. La resisten·
y GRAF). nlina en prisn1as de a]tura li == 3a, recibiendo cía bajo carga interrnitente· se obtiene para 0 ==O, y es .0,6f3p· La an1plitud de oscilación
para Ou == 1/2 f3v es 0,3f3v· Para las resistenci~s a tracción se .obtienen relaciones si1nilarei;;;.
11

16
77
La figura 2.83 muestra las deformaciones en un ensayo de fatiga a compres1on e·n un Si después de calentar a la temperatura T° se deja enfriar lentamente la probeta, y
2 se l1alla la nueva resistencia, se obtienen las curvas inferiores. Vemos que un h.ormiN
prisma 12/12/36 cm de hormigón B 450, solicitado primeramente entre 153 y 306 kg/cm
2 693 000 veces, después de lo cual aún se pudo elevar uu poco la solicitación. El diagra· gón calentad.o a 200°C, únican1cnte conserva de un 70 a 80 % d-e su resistencia prin1itiva,
ma l1ace ver cón10, al repetirse n1ucl1as veces la carga, aun1entan contin.uamente las de~ dependiendo del contenido de cemento; y calentado a 4(){)-0C, sólo conserva el 40 a
forn1aciones por causa de la fluencia, tanto los acortamientos en sentido longitudinal 55 % . Dehen1os destacar, no obstante, que incluso en el caso de un fuego de l a 2 horas
como las de.for111aciones transversales. Según esto, en el caso de carga oscilante continlta de dul-ación, la ten1peratura p-enetra tan lenta111entc en el horn1igón que sólo se calienta
se acorta mucho la duración del fenómeno de fluencia. a 300 Ó 40(Y>C en un espesor de 2 a 5 cn1 junto a las caras exteriores, no resultando per 5

judicado, en general, el núcleo de la pieza. No obstante, el fnego puede poner en peli·


~/PPr--,-~-,~-,--~~--r-r-~-~ gro las estructuras con elementos de poco espesor.
(f,,¡pp
a•r·r·-J---r---+~t-··T··-'---1,""'1'~-1

ntJmero de ciclos de carga


Recordemos también que las rocas cuarcíferas rornpen explotando a ten1peraturas por
08 ~
,_ % encima de los 200°C. Puesto que una parte esencial de la pérdida de resistencia del hor-
Q7 ~ ~ migón es debida a este fenómeno, en ohras resistentes al fuego deben emplearse sola·
o.r; ~ "' mente áridos pobres en cuarzo.
"
E
Q5

2.23 El efecto de las temperaturas bajas sobre la resistencia del hormigón


0,3

QZ Hasta ahora no han sido temidas las temperaturas bajas, por lo qne respecta a la capa-
l}Jt
cidad de carga d.c las constr11cciones de hormigón, y en general tan1poco se l1an realizado
-~-~~~~\':.'=i"=:!éi:==-,L___L_ ___,_____¡_________L____.__._.,,,ºL~lº_º.cº•~-.L_-'~ investigaciones sobre este ten1a. Esta opinión ha sido confir111ada .por los e'nsayos de G.
0~"'-"-;;,:-;:';-C:::--;;'.::--;!;-····c:;__c1:;--CC-~o
O) O,Z
~ ~ • • ~ • •
deformaciones e: en %e
w ~ ~ ·w • HuYGHE en la Universidad de Gante, sobre los que ha informado G. MAcNEL en Précon-
trainte/Prestressing 1952, Nr. l (ver también [540]).
Fig. 2.82 Resistencias a la fatiga del hormigón, en Fig. 2.83 Ensayo de carga pulsatoria en un prisma de hormigón.
función de la tensión media r; (según Variación del acortamiento longitudinal y de la dilata-
Ros). m ción transversal, con el número de ciclqs. Se hicieron dos vigas de 30 X 60 cm y 30 X 40 cm de sección, conjuntamente con probe-
tas cúbicas de 20 y 10 cm de arieta, a 20°C de temperatura. La luz de las vigas era de
100 ---------,
! 2.27 Resistencia del hormigón sometido a 6,30 n1. A los 28 días fueron enfriadas d1a:rante 36 horas e·n cajas de 111adera con nieve
temperaturas altas. Resultad.os de carbónica, l1asta -43°C y, a continuación~ extraídas y cargadas hasta la rotura. Al
j 90 -------1 en.sayos final del ensayo la ten1peratura era de unos - 40°C. Como con1paració11 se ensayaron
f BO
Los recientes ensayos de H. L. MALHORTA
piezas de la misma edad a la temperatura normal de 20°C. +
• [320] sobre la inlluencia de las temperatu-
~70 l~l resultado se resume eri el siguiente cuadro, en el que:
ras altas en la resistencia a con1presión del
-~ {i() --- _J __ -~. . . ___ f l1ormigón, mostraron que un:a relación A ==viga de J1orn1igón arn1ado ordinario~
~ ____,_,,, !____
~50 '
agua/cemento entre 0,4 y 0,65 no influye
B ==viga de hormigón pretensa.do,
perceptiblemente en el desarrollo de la
g 2 2Bd!as
curva temperaturasDresistenciae. Sin e111bar~
~40 --- +------- e == n1ortero de inyección.
go, sí tiene i1nportancia el contenido de
cen1ento.
Se varió en. -el ensayo la relación cen1ento a --l- 20ºC a -40ºC De vuelta 1
a + 20ºC
a áridos entre 1:3y1 :6, y se vio claran1cn~ -----:-- -- -- - - - - - - - - - - - - - -- 1

te que las mezclas pobres perdían mucha A Resistencia en cubo de 3 pulgadas 292
1

640 315 kg/cm 2


menos resistencia que las ricas. Los resulM
Resístencia en cuho de 4 pulgadas 261 455 315 kg/cm 2
tados más importantes se han representado
en la fignra 2.84 por medio de curvas. La Módulo de fisuración 37 114 42 kg/cm 2
resistencia del hormigón calentado decre, Módulo de elasticidad 365 450 390 t/cm 2
Pig, 2 .84 Influencia de las temperaturas elevadas sobre la
resisten:::ia a compresión de pequeños cilindros de ce considerablemente a partir de los 200°C,
hormigón ó 5 cm, de 10 cm de longitud (según siendo máxima la pérdida de resistencia B Resistencia en cubo de 8 pulgadas 570 794 615 kg/cm 2
)\fALHORTA [320]);
entre 400 y 500°C, debido al efecto diso· Resistencia en cubo de 4 pulgadas 6+3 820 kg/c1n 2
faja superior: Resistencia a T 0 con carga al ca· ciad.or del agua liberada, a esa temperatu- Módulo <le fisuración ... i
51 108 61 kg/cm 2
lentar.
ra, de los hidratos de cal. La pérdida de 1

Módulo de· elasticidad


i 402 450 420 t/cm 2
faja media: H.esistencia a To sin carga previa. resistencia es aún mayor si actúa ya l_a ¡---- -----~- --
faja inferior: Eesistencia que queda después
enfriar lentamente de T<> a 2ílºC
de compresión durante el calentamiento de la
probeta a ensayar.
e[ Resistencia en cubo de 4 ptilgadas ... 372
1
615 360 kg/cn1 2

78 79
En las vigas se determinó el módulo de elasticidad y el módulo de fisuración. Por "mó·
dulo de fisuración" se entiende la resistencia a tracción del hormigón hallad.a analítica-
mente, correspondiente al n1omento de aparecer la primera fisura.

Es sorprendente que las vigas enfriadas, al volver a la temperatura normal de + 20ºC pre- CAPITULO 3
sentaban valores de la .resistencia más altos que antes de enfriar.
3. Anclajes y empalmes de las armaduras de pretensar
2.29 El hormigón ligero en el pretensaclo
Debido a su dureza, los aceros de pretensar no se dejan trabajar y deformar tan fácil-
El hormigón ligero es apropiado para el pretensado cuando no son demasiado grandes rn 111ente con10 los aceros norn1ales. Por ello., su anclaje ofrece en principio ciertas difi~
retracción y su fluencia. Esta condición es satisfecl1a, por ejemplo, por el l1ormigón cultades. Sin en1bargo., se h.an ido desarroll1ndo a lo largo del tiempo nun1erosos tipos
ligero hecho con áridos de arcillas expansivas. También el hormigón celular curado con de anclajes de garantía suficiente, que serán descritos aquí.
vapor a presión, que puede ser fabricado libre de retracción, es apropiado para el pre-
tensado. En hormigones ligeros de baja resistencia, por
7Z' iL ' ' 1
~1 ejemplo de 50 a 100 kg/cm2 , hay que tomar precaucio- 3.I Anclaje directo en el hormigón
1/10
·~~ .•r- nes especiales en los anclajes de .las armaduras y dispo·
i ~'

~:::
70
i ' ner, por ejemplo, placas de anclaje de hormigón normal. 3.11 Anclaje por doblado del extremo de la barra

8
i En U. S. A. se han realizado ensayos con vigas preten·
6
.. '
1-.:: sadas de hormigón ligero hecho con Haydita (arcilla
rfanto los aceros naturales duros como los aceros de alta resietencia estirados en frio o
n1cjorados pueden ser anclados en el horn1igón, a pesar de las elevadas fuerzas que trans-
i i
expansiva), cuya densidad era de 1,86 t/m3, y su resis· miten, por medio del doblado de los extremos. Para realizar éste se deben utilizar herra·
'I
i
i
j i '
tencia, en probeta cilíndrica, de 420 kg/cm2 a los 28 mientas cnyos elementos rneden sobre el alambre, para que la superficie de éste no se vea
z ' i . '
'
días. I.os ensayos n1uestran que no se produjeron retracM dañada por fricciones o deslizan1ientos. Esto es i.n1portante sobre todo ·en los aceros mew
' ! ción ni fluencia anormales. El módulo de elasticidad jorados. J~a figura 3.1 muestra nn dispositivo para realizar ganchos y bncles.
1 :
. 2
'10 OD' ' 80! i 700 11.0 día con proceso de carga rápido fue de 230 000 kg/cm • La
20
s fig11ra 2.85 i11uestra la curva de fluencia bajo la máxi1na Si se hormigona el extre1no de la barra o alan1brc, q11e va a ser 11tilizado con10 arma-
edad bajo toda la carga de servicio
carga admisible, en espacio cerrado. Ven1os que con apro~ dura postesada, sucederá entonces, al tesar, que se desprenderá la barra del hormigón al
Fig. 2.85 Curva de fluencia (flechas en l/2 ximadamente rp = 2,0 se alcanzaría el estado final, lo que co111ienzo de la curva, pues se supera la adl1erencia. Se aprieta entonces la barra contra
en una viga de 6 m, hecha con
hormigón de arcillas expansivas) resulta muy favorable. Por tanto, los hormigones lige· el h_orn1igón, apareciendo unas fi1erzas radiales que dan lugar a las correspondie'ntes
bajo la carga máxima admisible. ros de este tipo son adecuados para el pretensado [231]. fuerzas tangencia]es de rozamiento; la fuerza en la harra se va reduciendo a lo largo
Densidad aparente 1,8 t/m3, re~ de la c11rva debido a los rozan1ientos, hasta que la adl1ercncia es sufi.cie11te para anclar
sistencia cilíndrica flcn = 420 kg/ y son empleados en U. S. A. en grandes cantidades en
/cm2 , en laboratorio (segdn F. E. construcción de vigas prefabricadas, al objeto de dismi· la fuerza restante [ 96].
KOEBEL).
nuir el peso de transporte (ver también [266]).

V
Fig. 3.1 Dispositivo para el doblado de ganchos y bu- Fig. 3.2 Gancho en espiral; esta espiral logarítmica
cles; los mandriles de la placa y la palanca produce una presión radial constante, si se
pueden girar sobre sí mismos. prescinde de la adherencia.

El anclaje podrá soportar acciones oscilantes cuando el rozamiento solo, sin la colabora-
ción de la adherencia, sea suficiente para ahsorher casi por completo la fuerza de pre·
tensado V. La presión radial Pu entre barra y hormigón, consecuencia de las fuerzas ra-
diales, provoca la ap·arición · de tracciones transversales en el hormigón, que pueden

6 81
80
ocasionar su agrietamie'nto si el radio de curvatura r en el comienzo del anclaje es pequeño. se obtienen para los hormigones y calidades de acero usuales, con Ov, = 0,55¡3z en el ace·
Se puede ir aumentando la curvatura de forma que la presión radial dehida a la fuerza n·d·av0
ro~ los siguientes radios de curvatura inicia les mínimos ro =: _ _ _ _;.::.
de la barra, que va disn1inuyendo con el rozan1iento, se n1antenga constante. El radio 4pu
correspondiente es:
Tabla 3.I
siendo en esta expresión (fig. 3.2) :
Radios iniciales de curvatura ro de ganchos en espiral en hormigón no zunchado
r0 = el radio de curvatura en el comienzo del doblado;
f' = el coeficiente de rozamiento entre el acero de pretensar y el hormigón; Calidad de hormigón ... ... ... ... ... ... ... B 225 B 300 B 450
ax = el ángulo de contingencia hasta el punto x.
Ob adm. en kg/cm' ... ... ... ... ... . .. ... ... 70 100 150
Se llega entonces a nna espiral logarítmica que debe prolongarse hasta que V haya sido
reducida por el rozamiento a una cantidad, por ejemplo 0,15V, que pueda ser soportada ro para St 90 ... ... ... ... ... ... ... . .. ... ... 22 d l6d IOd
con seguridad por adherencia pura. Sucede esto: --
después de un ángulo a== 3600, c11ando el roza111iento es n1ínimo: fl == 0,3: r, para St 120 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 30 d 21 d 14d
después de un ángulo a == 180°, cuando el rozamiento es máxi1no: fl == 0,6.
ro para St!50 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 37 d 26 d 17 d
Se pueden admitir como ángulos de doblado suficientes:

a= 180°, para barras con película de laminación rugosa; El hecho de que también con radios menores se puede lograr una segnridad suficiente,
a== 360°, para barras estirad.as lisas. fue demostrado por los ensayos franceses ([148], pág. 51) correspondientes a la ligu·
ra 3.3. Fueron anclados en espiral alambres \2l 5 mm, St 150, con ro = 10 cm= 20d, en
En la zona del gancho los alambres no deben estar engrasados ni sucios, la adherencia
del hormigón se debe ver favorecida por una superficie limpia y rugosa.
un hormigón intencionadamente malo, con Pw =
150 kg/cm2• En el bloque ancho I rom·
,-
El radio de curvatura inicial ro depende ahora de la presión radial admisible Pu = _!:_d
T•
__ ,
que es función, a su vez, de la calidad del hormigón y de la distancia e de la barra a
la cara lateral de la pieza, o de la distancia a a la barra más próxima. 1 1
1 1
1
Las normas francesas (Reglement Béton Armé 45) dan la siguiente fórmula para la 1 1
1
1 1
1
presión radial admisible: ¡2,1
1
1
1
1 1 1

Pu::::; Ob [ I + (3- J)
2
(1- ~)],para a= 3d: Pu adm. = 2,5 "•,
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
o bien: I
!& 1
1

: )(1- :e)],
1

Pu::::; Ob [ 1 + (s- para e= IOd: Pu adm. = 3,7 Ob


1
1
1
1
1
1
1 1
1 1
(ver también [148], Cap. H. 6). 1 ~ 1

En estas fórmulas es:

ª• = tensión de compresión admisible en el hormigón = t,~ "" ~v ;

d = diámetro del alambre.


Fig. 3.3 Ensayo francés con ganchos en espiral en alambres )2) 5 mm, acero St 150, con diferentes
Para grand.es distancias a o e, obtenemos: Pu adm. := 4ab. Las presiones radiales pueden espesores de hormigón.
ser, por tanto, de hasta cuatro veces la tensión d.c con1p.resión ad111isible en el hormiM
gón. Si están los alambres juntos (a= d), entonces Pu adm. = üb adm. pieron los alambres fuera del hormigón; el bloque II, de tan sólo 4 cm de espesor, se
rompió para a,=
13,4 t/cm2• Según las reglas dichas, para Ob 50 kg/cm 2 deberían ha· =
De especial importancia es la distancia a la cara exterior e, que no lle]Jería ser inferior her sido pu adm. = 200 kg/cm', y ro= 16,2 cm. No es necesaria, con estos radios r 0, una
a 8d, además de lo cual se debe colocar una armadura transversal para asegurar el borde. armadnra transversal, pero es conveniente disponerla en las zonas de borde.

Para a= 3d, y por tanto, El gancho en espiral es empleado por Held & Francke Bau • AG como anclaje fijo de ca·
Pu adm. = 2,5 Ob adm. , bles de 7 alambres, en la forma mostrada en la figura 3.4.

82 83
La for111a a con tern1inaciones rectas dio las siguientes tensiones de adherencia {suR
puestas Uniformemente repartidas) al comenzar el deslizamiento (recorrido > 0,40 mm),
al tirar por prin1era vez de for111a rápida y continua:

I. Alambre laminado mejorado ... ... ... ... ... ...


.. . .. . 52 kg/cm2
n. Alambre estirado, con lubricante para trefilado ......... 25 kg/cm2
III. Alambre estirado, limpiado con ácido clorhídrico ... ... 38 kg/cm2

Al seguir tirando presentaron las tres clases de alan1bres una resistencia de roza1niento,
strp·uesta uniforn1en1ente repartida~ de 34 kg/cn1 2, es decir, que l1ubo q11e tirar con una
fuerza de aproxin1adamentc 2,3 t. Esto significa que el hor1nigón apretaba considerable~
mente contra el alambre, lo que puede ser debido a la vibración y los fenómenos de
retracción. Sin e111bargo, estas presiones dis111inuyen con el tien1po, debido a la fluencia,
con lo cual empeoran las condicio'nes de anclaje.

Todas las formas de anclaje fueron puestas en tensión diez veces hasta a, adm. = 0,55 X
Fig. 3.4 Ganchos en espiral para anclaje de un cable (según
Held & Francke Bau - AG).
X 160 = 8,8 t/em2, sin que el deslizamiento junto a la superficie del hormigón fuese ma·
yor que al tensar por vez primera (0,2 a 0,3 mm). 1

Al seguir aun1entando la tensión se observó en las forn1as b a h lo siguiente: 1


Fig. 3.,~ (der.) Dispositivo para ensayar la seguridad al des-
lizamiento de alambres hormigonados con diferen-
tes formas de anclaje. Longitud de alambre embe- Tipo de alambre I: Resistieron todos hasta la rotura en el extremo de la horqui.lla. Des-
bida 25 cm. lizamiento en la superficie del hormigón: 1 a 2 mm.

Tipo de alambre U: La forma b (Za= 180.') deslizó con a,= 12 t/cm 2


• 1
En lugar de la espiral se puede tomar también cualquier otra cu.rva, como se demostró
en los ensayos que se describen a continuación y q11e fueron n1otivados por eI desliza- De las fonnas e y d (Za= 270°} deslizaron 2 de 6 probetas poco
miento de algu.11os anclajes de gancho. antes de la rotura.
Las formas e a h (Za> 270") resistieron todas basta la rotura.
Unos alambres doblados en l1orquilla fueron l1orn1igor1ados con s11s extremos deforu:'iados
de diferentes maneras, y se tiró de ellos (fig. 3.5). En la figura 3.6 se han dihujado los Tipo de alamhrc IH: La forma b deslizó con o,= 13,3 t/cm2 •
diversos tipos de anclaje. Se eligieron radios de curvat11ra pequeños, porque el l1ormim La fonna e resistió, aunque con desliza1nientn de 6 a 8 n1m.
gón estaba zunchado. Todos los alamhres, {25 5,2 mm de acero St 160, fueron hormigona· De la forma d. deslizó una de las 3 probetas para a,= 12,8 t/crn 2•
dos en un n1isn10 bloque, al objeto de mantener en lo posible idénticas condiciones de I_.as forn1as e a h resistieron l1asta ] a roturá.
adherencia y rozamiento. El hormigón, de arena y grava del Rin, con proporción alta
La figura 3.7 muestra las horquillas después del ensayo. Si se piensa que la apretadura
de arena y Z = 300 kg/m3, Z 325, vibrado, tenía a los 28 días una resistencia de 445
kilogramos/cm', y su edad el día del ensayo era de 34 días. d.el hor111igón contra los alan1bres disn1inuye con el tien1po deberían disponerse, en los
andajes de alambres laminados, ángulos de doblado totales de 270° como mínimo, y de
360° en los alan1hres estirados.
• ú fÍ e J §
I_,a forn1a de anclaje g con las p.eque·ñas ondtilaciones se p·rcsenta como especialmente

<J
íl favorable, sobre todo si se 11-acen las prin1eras ondulaciones n1ás esbeltas q11e las restan~
tes. (Los ensayos fueron realizados en 1954 por el autor, con la colaboración de W. BAUR
y con la ayuda de la empresa Harer, Schwab-Hall.)

\
(;ANCIIOS Y ALAMBRES ONDULADOS, ZUNCI-IADOS

El ganc110 e11 espiral es difícil de hacer. Más sencillos son los gancl1os norn1ales con
curvatura co11stante r, que puede ser mucl10 n1enor que la r 0 antes citada, s1e111Pre .q11e
se arme o zuncl1e el hor1nigón en el entorno del gancho para que no se agriete bajo
las altas Pu-

Los ensayos ejecutados con motivo de la creación del llamado cable Leoba [183], mos·
traron que el anclaje de ganchos representado en la figura 3.8, compuesto de 12 alam-
bres laminados mejorados 0 5,3 mm, St 160, trabaja bien con radios r = 2,0 cm, basta
Fig. 3.6 Formas de anclaje de los alambres para el ensayo de la figura 3,.5.
la rotura de los alambres, siempre que se vibre bien el hormigón (B 300) en el interior

84
85
7 vueltas de redondo 0 14 mm de acero de armar St I 1, diámetro interior llO mm, paso
45 mm. La calidad del hormigón era intencionadamente de sólo B 160. No se apreciaron
fisuras en el prisma de hormigón hasta la rotura de los alambres.

En el segundo ensayo fueron zunchados los mismos ganchos con una hélice de igual
forma, Cle redondo 0 8 mm acero de armar St l. No aparecieron fisnras bajo la fuerza
admisible de pretensado, sm:giendo unos pequeños pelos poco antes de la rotura de los
alambres.

Para el uso práctico fueron adoptadas, a la vista de estos resultados, .hélices de acero de
armar St I, 0 10 mm si el anclaje se encuentra en un bloque de hormigón de cierto
espesor, y 0 12 mm si se encuentra cerca de las caras de la pieza.
Fig. 3.7 Los alambres perfectamente anclados rompieron en el co·
mienzo de la curva en el extremo libre, y los demás se Tomando por base los ensayos realizados hasta el momento se debería adoptar como
soltaron por uno de los lados.
norma que la fuerza a anclar, uniformemente repartida en la sección: del núcleo de hor-
1nigón zunchado, no equivalga a u.na presión n1ayor de 0,6f3w· Si se refuerza el hormigón
adyacente mediante una arn1adura o prete.nsado transversales, o por nuevos zunchados,
se puede aumentar esta presión hasta /Jw· Esta condición nos determina el diámetro de
Ia hélice.
Fig. 3.8 (der.) Anclaje de ganchos zunchado, antideslizante sola-
:Mmente con alambres que conserven la pelicula de lami·
nación. Se puede di111ensionar de l1na forn1a aproxi1nada el zuncho ton1ando como hase el cálcu-
lo de las columnas zunchadas.

del zuncho, y a pesar de ser Pu= l 660 kg/cm2 "" I6ab adm. Los ganchos se disponen en Cuando se realiZan tales anclajes zunchados se debe procurar con -especial cuidado, y
estrella para poder colocar una manguera de salida de aire en el interior del paquete empleando mezclas apropia-
de alambres. Este tipo de anclaje ha sido utilizado con frecuencia. · das, que el hormigón sea ab- @
3olutan1ente con1pacto en el
En algunos casos en que fueron empleados alambres estirados lisos, se observó un cierto
deslizamiento al tesar, con10 era de teil1er, incluso aunque el hormigón estuviese zun-
interior del zuncho. Si se c:======"/

F~
utilizan hélices pequeñas, se
chado, a la vista de los ángulos mínimos antes calculados para el menor valor del roza. dehe trabajar de forma que
miento. Por ello, si los alambres son estirados se disponen además unos contraganchos se pueda llegar con el vibra-
de acuerdo con la figura 3.9, de forma que se cumpla que Za ~ 300". dor hasta las proximidades
Estos anclajes de gancho se comportaron bien incluso en ensayos de fatiga (ver apar· del anclaje. En el caso de 11

tado 3.4). hélices grandes, se debería ¡


poder introducir el vibrador !
1
Para dimensionar el zuncho helicoidal se hicieron ensayos embebiéndo los 12 ganchos por delante en el interior
del zuncho. El paso de la hé-
~hélice 1
en prismas de hormigón 20/20 cm, eligiéndose para el primer ensayo una hélice de
lice no debería bajar de 30 Fig. 3.10 Anclaje de ganchos escalonado, para 48 alambres 0 5,3 mm, en
el interior de un zuncho de 27 cm de diámetro. Fuerza de pre-
sección A- B sección rr1ilímetros. tensado 93 t.

'º1~: i
En el interior de un zuncho
se puede anclar una gran cantidad de ala111bre.s, siempre que se dispongan los ganchos
casquil!o, long. 20 mm / ~ en una forma conveniente. La figura 3.10 muestra un ejemplo con 48 alambres 0 5,3 mm,
o 75 mm ,-:, e utilizado en una viga carril en Hemmoor.
\ /, i'.3
1 tubo de chapa ,
r--.¡i / - \ ,

.l~--=1f:';::;l ;¡;;;;:;;;;;:¡=;==r=r==n='"i=:-:¡=·:¡=::·-~T:~'\aj
El ingeniero francés M. CoYNE ancló ya en 1935, con ganchos zunchados, cables de
lf;;_;;,;_ t// ¡ 1 000 t para reforzar la presa de Cheurfas [22], hormigonando conjuntamente unos 630
alambres 0 5 mm en el interior de una hélice cónica de 1,40 m de altura y 1,60 m de
-. 20 r-··- respiradero ~16
seliado con tubo
diámetro medio (ver apartado 16.8). Corno anclaje de ganchos zunchado se puede con·
de go1T,2. ,.._, q, 26 sidcrar tan1bién el anclaje ruso de KoROVl{.IN. Los cortos ganchos son horn1igonados,
atadura de alambre antes d.e la colocación del cable, en una pieza cilíndrica de acero con placa de base,

Fig. 3.9 Anclaje de ganchos zunchado. Los pequeños contraganchos en los extremos aseguran los alambres contra el 1 Betonstahl I (St I), que debe· tener, según DIN l 045, un límite elástico mínimo de 2 200 kg/ cm2 y una
deslizamiento. tensión de rotura superior a 3 400 kg/cm 2, con un alargamiento de rotura> 18 %. (N. del T.)

86 87
1
J

pudiendo reunir en un anclaje hasta .47 de acero St I 0 12 mm, diámetro interior dk = 14 cm (fig. 3.12). El hormigón se deja
con1pactar n1ás fácil111ente en el interior del zuncho Y~ además, no tiene importancia e]
alambres de 0 5 mm (fig. 3.11) .
que aparezca ·una pequeña zona porosa ju11to a uno de los alan1bres ondulados.
Se ha hecho ya mención de la dificultad
de conseguir una buena compactación del
h.orn1igón junto a los ganchos en el inte~
rior del zuncho. Por falta de cuidado ha
sucedido en algunos casos que l1a·n cedido
algo tales anclajes. Parece por ello natural
emplear en lugar de los gauchos otras for-
mas de doblado, por ejemplo las formas f
ó g de la figura 3.6, para anclar paquetes
de alamhres dentro de un zuncho. Las figu·
Fig. 3.11 Anclaje ruso, de KOROVKIN, con ganchos cortos ras 3.12 y 3.13 muestran un anclaje de este
distribuidos en estrella hormigonados en una pie· tipo, que es muy corriente en los cables
za cilíndrica de acero.
Leoba desde 1955. Las terminaciones de
los alan1bres se deforn1an con una máqui~
na de ondular (fig. 3.14) entre dos discos
provistos de pequeños rodillos endurecidos,
accionados hidráulicamente. La amplitud
de la ondulación va creciendo desde el
punto donde cn1piezan a separarse los alan1~
Fig. 3.14 Máquina con accionamiento hidráulico para ondular alambres para anclajes como los
bres hasta el final de los mismos. La on- de las figuras 3.12 y 3.13 (distribuida por la Seibert-Stinnes, GmbH, MülheimjRuhr).
dulación del alambre ha sido ensayada e'.n
diá1nctros de l1asta 8 n1m, pero presupone
la utilización de un acero no :tnuy frágil. 3.12 Anclaje de bucle
En alambres n1ás gruesos se prefiere en
lugar de la ondulación otro tipo de corru~ Mediante un huele emhehido en hormigón se pueden anclar parejas de alamhres, cables
gación, lo cual conduce a la adhere11cia de alambres o de cordones paralelos, y cables trenzados cualesquiera (fig. 3.15). La fuer·
Fi.g. 3.12 Anclaje por ondulación del alambre, zunchado, para
16 0 8 mm, laminados o estirados en frío, de acero
por cizallan1iento o a una ondulación de za d.e pretensado se tralls111ite al h.ormigón por rozan1iento, adherencia y presión del b11~
St 150. acuerdo con la forma f de la figura 3.6. ele. Se con1ienza el doblado convenientemente con un radio de curvatura ro grande, y se
disminuye después, siempre que no se pueda mantener a lo largo de todo el huele el
radio inicial r 0 • E11 el caso de ala1nbres rugosos o cordo·nes, la fuerza de pretensado es
trans1nitida al h.ormigón, por adherencia y rozamiento, a lo largo de una cierta longitud.,
no existiendo ya fuerza alw
g11na en el cable en el centro
b
del bucle. El radio r 0 de- CL
__ ___ ,, , ,

pende de la presión radial


admisible que puede aceptar
el hormigón en función de
su armadura transversal, de
su calidad y de la separación
entre alambres (ver aparta-
los huecos son
sellado con mástique do 3.11). Hay que dimensio-
nar una arn1adura tra'nsverw
Fig. 3.13 Anclaje por ondulación, zunchado de acuerdo con la figura 3.12, para 8 0 8 mm, lami sal~ tanto más fuerte cuanto
nadas o estirados, de acero St 150 a 170 {anclaje· LEOBA).
e
mayor sea la cu.rvatnra del
hncle. Para el dimensiona- . 1
El zunchado helicoidal debe comenzar en la zona donde empieza a abrirse el paquete n1iento de esta armadura
,......... \ e,'
de alan1hres (zona de abocinan1iento), para ah'sorber la fuerza producida por esta cau.sa, transversal (ver el cap. 9). /
siendo por ello algo n1ás largo q'ue en el caso de los anclajes de gancho; está constituido,
de acuerdo con las norn1as de aprobación, por siete vueltas de acero de armar St I~ Si b ay que anclar en un bu-
íZ5 12 mm, cuando la fuerza a anclar es de V 0 = 33 t. Este tipo de anclaje ha sid(} pro· cle un nú.n1ero elevado de
bado tamhién con 16 0 8 mm, St 150, para V 0 = 66 t, en el interior de un zuncho alambres o cordones, es pre- Fig. 3.15 Formas usuales en los anclajes de bucle sencillos.

88 89
8 Fig. 3.16 Disposición de los alambres de
sección ,4 -
un cable grande en el buclé de
adecuado tanto para anclajes finales
anclaje. Pequeño escalonado con fijos como en bloques de tesado mó-
cercos separadores, sobre un so- viles. Fue probado en ensayos y ha
porte común.
sido en1pleado con éxito en varios
puentes. Debido al cruzamiento de
los a·Iambres necesita n1ás altura que
ciso abocinar el cable en alzado los bucles sencillos.
para que no haya más de 2 a
5 alambres colocados uno tras Este tipo de anclaje es empleado en
otro. Si no se pueden colocar el procedimiento BAUR. LEONHARDT
así todos los alambres, hay que [ 360 J, tanto con bucles de alambres
,·soporte tubular disponer u.n segundo o un terw o cordones embebidos directamente
apuntalado cer huele a una distancia de en horrr1igón o introducidos en con-
12 a 15 cm (para poder verter ductos de chapa, como con bucles
el horn1igó.n e introducir el rodeando bloques de hormigón mó-
vibrador). Es necesaria una viles, que pueden ser lltilizados con10 Fig. 3.18 Bucles de anclaje escalonados, preparados para hormigonar.
abocinamiento
disposición tal de los alambres bloques de tesado (ver apartado 9.61).
en el bucle, para asegurar que De esta forma se han anclado ya
cada alambre quedará suficien· con un solo bucle cables muy grandes con fuerzas de prctensado de haela 3 600 t.
cajón de chapa
temente embebido en el hor-
migón (figs. 3.16 y 3.17). Es La figura 3.20 muestra uno de estos anclajes con el dorso del bloque de anclaje al des-
conveniente fijar los alambres cubierto. La presión de los alambres contra la superficie de 11or111igón es mayor que
a un ar111azón de redondos sol- cuando los alambres están con1pletan1ente en1bebidos. La experiencia i11uestra, sin e1n-
dados entre sí (fig. 3.18). bargo, qne presiones de 100 a 120 kg/cm2 , referidas al diámetro entero, son inofensivas
incluso en el caso de utilizar cordones.
En el caso de cables' muy gran·
des, los bucles embebidos di- Los alambres de los bloques de tesado no son envueltos en hormigón hasta después de
rectamente en hormigón traen pretensar, y los huecos qne quedan se inyectan posteriormente.
consigo dificultades, ya que, al
pretensar, la fuerza que actúa
en el comienzo del bucle es
muy grande, pudiendo desga· planta

rrarse parte del l1or1nigó·n en _¡_


abocinamiento de! caión de chapa dicl1os lugares. J...10 1nejor enton-
alzado (soporks exc!uidos) ces es colocar el bucle comple·
to en el interior de un cajón
de chapa (ver apartado 9.61
y [360]), inyectándolo con
mortero de cemento después de
pretensar.
sección A-8 soportes tubulares con pe nes -...~-..........

No siempre es posible el dividir


el cable fuera del bucle en dos
haces separados (cable en ma-
~1:1 deja). El doble bucle ideado
por REINHARD BAUER (fig. 3.19)
--rrc- para anclar un único haz, evita
el abocinamiento en planta ne-
cesario en la figura 3.15c, y es

// /
/ / / Fig. 3.17 Disposición de los alambres de Fig. 3.19 Doble bucle
//
/ un cable grande en el bucle de para anclar un único
/ / 7 / / haz en 1.Ul bloque de
anclaje. Bucles escalonados por
medio de peines separados. tesado móvil (según
pieza prefabricada de hormigóA
RElNHARD BAUER).

90 91
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0;:=::t==:;:y.,'\
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1
1
Fig. 3.21 El anclaje de bucle del cable LEOBA, para 2 x 6 alambres 0 5,3 1 1
milímetros (ver también fig. 3.108). 1
1

en seguida la conveniencia de utilizar alambres delgados


--..... aiarnbres 5 mm
(0 2 mm), ya que presentan una gran superficie en com-
paración a su reducida sección (horn1igón armado con
alambres). HoYER señaló el hecho de que al soltar el
alambre de los anclajes del banco aumenta su diámetro
Fíg. 3.20 Anclaje de un cable de cordones sobre un bloque de tesado. El bucle es hormigonado después de pretensar en los extre111os a causa de la desap·arición de la contrae~

-r
(Puente Thur, en Milhlau, Suiza; 150 cordones situados en dos capas; cada cordón de 7 i:zs 3 mm, de acero -----·-·----
st.180). ción transversal, p11csto que la fuerza de prete·nsado debe

-~
an11larse en el extremo d.el alambre, anclándose éste
(efecto HoYER) (fig. 3.23). Cierto es que el aumento
BUCLES ZUNCHADOS de espesor alcanza sólo unas n1ilésimas -de n1m., pero
Al igual que oc11rría con los ganchos, es posible tan1hién anclar los hueles de pequeño es suficiente para que p·roduzca una .Presió·n radial con-
diámetro en el interior de zunchos helicoidales. Para ello son válidas las mismas reglas de tra el hormigón, que según Ros [65] puede llegar hasta Fig. 3.22 Anclaje de bucle en varias ca-
800 kg/cm2 ; es, por consiguiente, bastante elevada y pas de alambres estirados en
dimensionamiento qne para los ganchos. frío, 12} 5 mm, St 150, utilizado
origina una fuerza de rozamiento grande si intenta des~ en los puentes colgantes ameri-
Se hacen también bucles con diámetros muy pequeños, cuya elevada presión radial exige lizar el alambre (ver también [306]). canos.
una base de apoyo metálica. Entonces se pueden colocar los hueles alrededor de tubos o
piezas de anclaje macizas de acero. En los cables Leoba [133] se anclan 12 alambres Consideremos más detenidamente la distribución de las diversas tensiones (fig. 3.24). En
0 5,3 mm, o hien, de 8 a 16 alambres 0 8 mm, con hueles de sólo 45 mm de diámetro cuanto se suelta el alambre del hanco, intenta acortarse. La adherencia con el hormigón
interior (figs. 2.44 y 3.21) (ver apartado 2.16). se lo impide y transmite así la fuerza del pretcnsado del alamh1·e al. hormigón, compri-
miéndose éste. El fenómeno descrito tiene lugar en el extremo de la viga.
Con c·urvaturas tan pequeñas no se p·uede disponer, para evitar presiones transversales
grandes, más que una sola capa de alambres.
Distinguimos entonces:
Es de mencionar el hecho de que los cables de alambres paralelos de los puentes col-
gantes an1ericanos presentan desde hace tien1po ar1clajcs de huele dC varias capas, con Transmisión de la fuerza del pretensado desde el acero al hormigón, por medio de
l.
r = 20d, que podrían ser utilizados igualmente en el hormigón prctcnsado (fig. 3.22). la adherencia, co111pucsta de adl1erencia pura y resiste'ncias de rozamiento y cizallaM
Los guardacabos, tan frec11enten1ente usados, perte·necen tarnbié11 al grupo de los ancla- 111iento. I,a distrib·ución aproximada de la tensión de adl1crencia r se representa º?-
jes de huele. la figura 3.24 [ 403]. En el punto en que r =O, se hace a,= a,,=
constante. La longi-
tud correspondiente recibe el nombre de longitud de anclaje ü, y depende de la ma-
yor o menor adh_ercncia y de la presión transversal, condicionada por la for111a de la
3.13 Anclajes ,por adherencia pura, por rozamiento o por cizallam.ien.to pieza y la arn1adura transversal del h.orrnigón 1.
(Anclajes por adherencia)

3.131 Anclajes por adherencia para armaduras pretesas.


2. La fuerza de pretensado debe ser repartida sobre toda la sección de l1orn1igón o, lo
que es lo n1isn:10, debe ser introducida en la pieza l1asta q11e la distribución. de ten-
En el caso de utilizar armaduras pretesas (técnica del pretcsado), es decir, cuando se
hormigonan los alan1hres estando ya en tensión" l1a sido corriente el uso del anclaje por 1 El símbolo ü deriva de la palabra alemana ühertragungsliinge (lit.: longitud de transmisión). (N. del T.)
adherencia pura (adhesión). WETTSTEIN [84] y HoYER [35] (ver cap. 20) comprendieron

93
92
siendo µ el coeficiente de rozamiento entre alambre y hormi · .
siones en la sección de hormigón sea ni ente poner µ = 0,1), mb = 3 a 7, m, = 3,3 (coeficientes de gp~ (en este caso es conve-
lineal (ver cap. 9). A la longitud ne- pretesado, y a, = tensión después de soltar los alambres del b ISSON)' atol tensión de =
cesaria para ello la llamaremos wn- ' l' ·
ta OS enomenos p· aStlCOS, se toma Ull
1 f
E b lllaS
• ]:>aJO
· d e Jo llOnn_
aneo.
l Si ' ten"·~en<l O en CUenª
gitud de introducción e 1• estado inicial, longitudes correctas de aproximadamente ü _ lOO a ' se oht1enen, para el
con d < 3 mm; . resultado confirmado por los ensayos de Ros · p araa la 120<1
co para ..alambres
d l
En el frente de la viga deben ser se pue d e a,p l icar: mpres1on ra ia
nulas las tensiones del acero y del
hormigón. La tensión de adheren- mb · E1> o<~) - Ov

cia entre alamhres y hormigón al- Gr== mb +1 . E, .--;:;:;, - 0 <~i •


canza rápidamente el valor máximo,
máx. r, que corresponde en general Desgraciada1?ente, la pr~s1~n tr~nsversal. :adial va desaparecie"ndo
Fig. 3.23 El efecto Hoyer: Al soltar del banco el alambre tesado, a la resistencia de adherencia 2 • La de la fluencia del honmgon. Sr la tens10n de adherencia es d b 1.~on el tiempo a causa
embebido en hormigón, pierde la tensión en su extre-
mo y toma su espesor original. curva de las y decrece a continuación, yor (1ue la resistencia de adherencia p11ra, puede ceder la u'mon
0
. ; horal · rozamiento,
· ma~¡
n1ás o m·enos según una parábola. A extremo d el a1amb re, con ..l o cua l aumenta la longitud de an l . D m1gon-acero en e
causa de la adherencia se introducen en vigas de cierta edad con cargas rep·ctidas han mostrado e ªJej e hecho, los ensayos
compresiones en el horn1igón que lisos tern1inan por deslizar, con el tiempo, en el interior defuhor os. ~lambres estirados
traen con10 consec·uencia el aboveda~ hace que los anclajes de tales alambres sólo por adherencia migon (fig. 3.25). Ello
miento de la sección final. Se origina sobre todo en el caso de cargas repetidas frecuenten1ente y d pu~a no sean n1uy seguros,
lí~ea de compresiones ' e piezas cortas.
entonces una corta zona de compre~

1
/ -::,.--

-...... '
: - =:_~~f~-----
___ -¡ _

-- ' -
1 ~-j _
- \
abovedamiontodela
sección extreme.

alambre de pretensar
siones que actúan radialn1ente a]
alambre, y que se ven incren1entadas
por el efecto HoYER. Delante de esta
zona aparecen, por el contrario, unas
tracciones transversales que requie~
o
0.2
l~f--10 --j-10 --l-10 +10
~" .
1

i///r/ . .
1. 1
/, 1
······ ·····

/4//
E
ren l1na armadura transversal. En la
zona de las compresiones radiales, las
E
' º'0,6 / . /
tensiones de adhere·ncia pueden ser
~ ,:-f-~ir.mediatame.nte después de destensar
n1ucho mayores-a causa del roza~
miento-qne la resistencia de adhe-
¡

o
0,8

7,0
\, L/-----
¡- 0 -- 7. die
17 d1as
" "

rencia pura. ·a
1 .
'
1.2 f,.: ~------~ 708 dias
HoYER [35] da para la longitud de
anclaje la siguiente fórmula,:
r 7,4
HPZ.
cemento Portiand de alta res:s\en-ja
Z"" 525 kg/m 3 +7º/o dr i\c.sh·ient
~
1,6
Fig. 3.25 Los alambres lisos deslizan en sus extremos 1
.. d l (ensayos de Ros en alambres 95 2 mm em~b.cabo del tiempo
u = - · . --- 12/12 cm; observaciones en ventanas, o./º> = 15 ~os en Prismas
2
2 ll n = 642 k g cm2).
al destensar los alambres 22 días ' f'w O kg/cm , edad
/

tensiones de adherencia
entre alambre y hormigón Por esto HoYER onduló inicialmente sus alambres entre rned
aumenta la resistencia al deslizamiento, pero disminuye la tensi:sn ddeeutadas. El ondulado
rotura del alamhre.
Más tarde han sido abandonados por completo los alambres ¡-
los alambres de superficie rugosa o corrngada, con lo cual Iso~.' ! se han desarrollado
garce con el hormigón. Cuando un alambre de esta clase in~e on~na. una especie de en-
Uar el hormigón encajado en su periferia. Ello da lugar a le~: e.s:izar, tiene que ciza-
por cizallamiento, que ya no depende sólo del rozamiento : l eacion de la adherencia
a adherencia pura.
1 El símbolo e deriva de la palabra alema- Son usuales las siguientes clases de tratamientos del alambre destinados
.
na EinleitungsUinge. Su traducción literal, a conseguir la
"longitud de introducción", nos parece más ad.he.re'ncia por cizallamiento:
correcta que otros términos (long. de trans-
misión, long. de entrega, etc.) empleados a) En Suecia vuelven rugosa la superficie del alambre red d .
por otros autores. (N. del T.) un baño de decapado, lo que da lngar a un engarce ¡?n estirado, por medio de °
1 long. de introducción
r - " 1 - - - - - · - - - - ' - " " _ _ _ ..,
,
2 V erbundfestigkeit, tensión tangencial má- tales alambres se b an fahrieado allí, desde hace años u igero con el hormigón. Con
xima que puede soportar la unión hormigón· tensadas en longitudes desde 3 hasta 25 m [ 48]. ' n gran número de vigas pre·
Fig. 3.24 Distribución de tensiones en el hormigón y en el acero,
en el anclaje por adherencia de un alambre pretensado. acero. (N. del T.)

95
94
b) Sobrelaminado en frío de eorrugaciones planas, por ejemplo concavidades elípticas
a ambos lados del alambre o huellos estampadas en forma de rombo, de acuerdo con
las figuras 3.26 a) y b).

e) Cableado de finos alambres estirados para formar cordones de 2, 3, 5 ó 7 alambres,


··de acuerdo con la figura 3.26 e).

d) Sohrelaminado en caliente de nervios diagonales en alambres que se someten a con-


tinuación al tratamiento de mejora, de acuerdo con la figura 3.26 d).

Existen, pues, varias forn1as de conseguir un buen anclaje por cizallan1iento, lo que ha
hecho que el anclaje por adherencia pura de alambres pretesados haya quedado anti-
cuado y haya sido abandonado por completo.

En la tabla 3.II se han recopilado las resistencias al deslizamiento en los diversos tipos
de alan1bres., obtc'nidas por n1edio de ensayos. Para com.parar uno·s valores con otros es
preciso considerar la influencia de las condiciones de ensayo:

l. La tensión de adherencia (resistencia al deslizamiento), st1puesta unifor111e111ente re~


partida, es tanto mayor cuanto inás corta es la lo'ngitud l1orn1igonada en la picz{!>--de
ensayo, ya q11e entonces tiene una in1portancia decisiva el n1áxi1110 de la cu.rva/·t'-;(fi'~
gura 3.27). · ··

~,

",\\
'\
\ 11
\i 1
1 111
11 l J
J 11

tli 't máx. >"t media

Fig. 3.27 En el ensayo normal de arrancamiento la i: media es tanto mayor cuanto menor sea la longitud hormigonada,
referida a d.

2. l_,a resistencia al deslizamiento aumenta con la calidad de hormigón, la con1pactación


y el grado de elldu.reci111icnto.
3. La resistencia al deslizamiento depende, esencialmente, de que actúe sobre el alam·
hre alguna compresión transversal. Se origina ésta en el ensayo norn1al de arranca~
miento, por el efecto de allovedamiento en la probeta de hormigón, y se hace tanto
n1ás patente c11anto n1ás elevadas sean de por sí las resistencias al deslizamiento (ver
e d apartado 6.6).

Fig. 3.26 Diferentes formas de obtener la adherencia por cizallamiento:


4. Se produce una pres1on transversal adicional a causa del efecto IfOYER, según la figu~
ra 3.23. J_,os alambres prctesados ofrecen por ello una resistencia al desliza111iento en
c cordones de 7 alambres (Felten & Guilleaume
a alambre Neptun con huellas rómbicas;
Carlswerk AG, KBln - Mühlheim);
el extren10 sin tensión, tanto i11ayor cuanto más al~o era o(~l. RoS indica que para
b alambre con huellas elípticas (Moos'sche Eisen- a(~)= 15 000 kg/cm2, el valor de máx. r es de 2 a 3 veces mayor que cuando se hor-
werke, Lucerna); d nervios diagonales sobrelaminados en caliente;
alambre SIGMA-Oval y alambre Neptun. 1nigonan los alan1bres sin tensión.

96 7 Q7
100 ºlo Estas influencias impiden el d!'ter- las tensiones max1mas de adherencia, pero es de suponer que sean muy favorables las
minar bien la longitud de anclaje co11diciones de anclaje. En el caso de barras gruesas, es preciso armar transversalmente o
por medio de ensayos de arranca- zunchar la zona de anclaje.
miento. El EMP A 1 de Zürich ha
investigado la introducción por ad- En las especificaciones alen1anas de aprobación se indicarán en lo sucesivo las Io·ngitudes
herencia de la fuerza de pretensado, de . . anclaje ii, dadas en la tabla 3.IlI, para los alambres usados como armadura prctesa.
realizando cuidadosas n1ediciones de
la compresión del hormigón, y ha ta longitud de introducción e se obtiene por medio de la longitud de perturbación s, de
obtenido la curva representada en acuerdo con la ecuación:
1/4 1/Z 3/4 la figura 3.28. Los datos de los ace-
long. de anclaje ¡·1
ros empleados en el ensayo y los va-
lores de T y ii obtenidos, se dan en
Fig. 3.28 Transmisión de la fuerza de pretensado del alambre entendiéndose por s la longitud transversal sobre la que la fuerza introducida por el
al hormigón (según RoS). la tabla 3.II.
alambre ba producido en la sección correspondiente una distribución uniforme de ten-
siones. En general, s es, pues, igual a la distancia de los alambres al borde de la sección
o su distancia mutua.
Tabla 3.U
Tabla 3.UI
Características de anclaje de diferentes tipos de alambres para el pretesado,
con a(~'= 12 000 kg/cm' y hormigón de calidad B 4fü), al destensar (según Ros) Longitudes de anclajes ii, según las especificaciones alemanas

1 0 r media Longitud de anclaje ·ü * Longitud de anclaje Ü


Tipo de alambre Tipo de alambre Sección
----·
mm __ __
kg/cm'
..., "'"'
En __
_____
..,
cm En múltiplos de 0
1----- --·----
cm
1 20 a 40 mm 2
Redondo, estirado . 1 1,5 32,5 14 ::::::::: 90 a 95 Acei-o nervado transversalmente ... 50
Redondo, estirado
Redondo, estirado
··· l
...
2,0
3,0
17.5
12,5
34
72
1

i
=
= 240
170 Acero estirado, corrugado
Cordones de 2 ó 3 alambres . . . . . . . ..
O 3 a 8 mm
~2a3mm
60
70
1
1

Redondo, estirado
i
5,0 10 150 =300 Cordones de 7 alambres ... 02a4mm 100
.• 1

Alambre corrugado, Vereinigte ¡'

Drahtwerke· AG, BieI .. . . . . .. . 1 3,0 50 18 = 60 (valor mínimo!)


La arn1adura necesaria para ahsorlJer las tracciones transversales debe ser repartida sobre
Cordón de alambres ... .. ¡ 4 0 2,6 30 52 •ce 200 (del alambre
individual) nna longitud de 1¡, ii en los aceros nervados, y de 3/ 4 ii en los demás aceros, contada a
Cuadrado, retorcido ...
partir del <',xtremo de la pieza.
1
Paso r 45 a ... '" . ... ... ... ... ... a=4,5 20 68 '" 150 a
1 En el caso de piezas solicitad.as dinámicamente, hay que contar sólo con una 65 % del
valor de la resistencia estática al deslizamiento~ o bien con una longitud de l,Sü. En
* Se ha tenido en cuenta el aumento de Ü debido a la fluencia.
estos casos se deberían utilizar solamente alan1bre.s con adl1erencia por cizalla1niento.

Si están situados varios alambres unos junto a otros, es de observar que en el extremo
GAE!lE [191] ha medido la longitud de anclaje por medio de bandas cxtensométricas eléc- de la viga las presiones transversales de los ala1nhres producen en el 11ormigón unas trae~
tricas, y para los cordones de 2 alambres \2) 2 a 2,6 mm, en B 700, ha determinado ur¡a ciones ·que actúan ortogonaln1e'nte al alambre, y q11e son tanto más altas cuanto menor
ü < 28 cm. sea la separació·n entre aquéllos (es necesaria ltna armadura para absorber dichas tracw
ciones).
En los ensayos del MPA 2 de Munich se obtuvo con alambre de pretensar \25 3,5 mm,
ondulado, embebido en hormigón B 450, üna longitud de anclaje ii de unc6 35 cm
100 12)) en el extremo izquierdo de la viga, y de unos 17,5 cm(= 50 \2)) en el derecho.
La diferencia se debe achacar a que en el extremo izquierdo los alambres fueron cor- 3.132 Anclajes por adherencia para armaduras postesas
tados con soplete. I.,a fuerza de pretensado f11e introducida, pu.es, bruscamente en este
ELEMENTOS INDIVIDUALES
lado, lo que condujo a mayores longitud.es de introducción en el extremo de la viga.
Cuando se tesa después de endurecido el hormigón (técnica del postesado) se pueden an-
El acero ruso d.e pretensar St 60/90, con nervios transversales (fig. 2.6), está tan fuerte- clar los cables en uno de sus extremos dejándolos embebidos directamente en el hormi-
n1entc corru.gado, que es adecuado para el pretensado con anclajes por adherencia en gón, si los alambres son corrugados y dan lugar a una buena adherencia por cizallaw
barras de hasta \2) 30 mm. No se conocen más datos sobre las longitudes de anclaje o miento. Se hace uso en general de las elevadas resistencias y presión transversal que pro-
porciona un zuncho helicoidal, llegándose a anclajes parecidos a los de las figuras 3.12
y 3.13 para alambres con extremos ondulados. Varios sistemas de pretensado utilizan
1 Laboratorio Federal de Ensayo de Materiales.
2 Materialprüfungsamt: Servicio de ensayo de materiales. (N. del T.)
P,ste tipo de anclaje; como ejemplo se muestra en la figura 3.29 el anclaje en abanico

98 99
de la Beton- nnd Monierban AG. El conducto es sellado en su extremo; el paquete ,de
ANCLAJES EN ABANICO PARA GRANDES CABLES
alambres se abre en el interior del zuncho, y es embebido en hormigón en una longitud
suficiente. En los alambres bien corrugados los ganchos en las terminaciones de los mis- Si se quieren anclar directamente en el hormigón grandes paquetes de a1a1nhres, es ese'n·
mos son más perjudiciales que útiles, a efectos de la colocación del hormigón y su com- cial el dejar libres los ala111bres en el comienzo del abocina1niento, l1orn1igonando sola~
pactación. Cuando el.,número de alambres es mny elevado es preciso prolongar el eon- mente la parte final del abanico, donde los alambres mantienen nnas separaciones que
permiten qne puedan ser envueltos por hormigón de buena granulometría, y en donde
predominan las compresiones transversales
(fig. 3.30). La zona del abanico que no va zona de prolongación abocina-
anclaje en trompeta miento
a ser hormigonada queda dentro de una pro- >-----'-----<--~- -"----+·--<

longación en trompeta del conducto, que se


cierra con una cl1apa perforada a través de
la cual se pasan ordenadamente los alambres
(figs. 3.31 y 3.32, ver también figs. 7.10 y 7.11).
Los alan1bres deben estar bien corrugados u
ondulados, al menos en la zona embebida en
hormigón, para desarrollar la suficiente adhe-
rencia. De acuerdo con los ensayos realizados
Fig. 3.29 Anclaje en abanico de 12 alambres ovales corrugados. Funcionaría igual por los japoneses se pueden utilizar también
sin ganchos en los extremos (Beton- und Monierbau AG).
cordones. La zona de anclaje debe ser pre-
tensada o armada sufi.cienten1ente según las
dt1~tosobre el con1ienzo del abocinamiento l1asta que la distancia entre ala111bres sea dos direcciones transversales. Las fuerzas pro~
de 1 a 2 cm, ya que, de lo contrario, el hormigón pnede ser sobresolicitado en el comien- vocadas por el aboci:narn_iento de los alambres,
zo del anclaje y deteriorarse. así con10 las traccio:nes transversales origina~
das en la zona de la trompeta por la trans-
El paquete de alambres puede ser abierto en abanico o en escoba. Cuando hay más de n1isión de la fuerza de anclaje, exigen igual~
8 alambres es conveniente agr11par cada 2 ó 3 de ellos, para que la distaneia. entre estos n1ente el disponer ar111aduras transversales, planta
grupos de alambres sea suficiente para poder poner en obra el hormigón. que habrá que diincnsionar tal co1110 se indiv F'ig. 3.30 Representación esquemática del anclaje en aba-
ca en el capítulo 9. nico de grandes cables.
Las hélices para zunchar el hormigón pueden ser dimensionadas, de acuerdo con las
prescripciones alemanas, en la forma que sig11e: Anclajes en abanico de este tipo fueron ensayados por el autor para fu.erzas de preten-
sado de hasta l 800 t, probándose también diversos tipos de armaduras y de elementos
'fabla 3.IV
Hélices de zunchado del hormigón para cables individuales

Fuerza' Vo Diámetro Diámetro


Número Paso
de pretensado interior dk de la barra Clase de acero
de vueltas cm
t cm mm
-· •.. _____ ,_,,,, ______ ~ - - --

25 14 8 I 3,9 5
40 17 10 I 10 5
50 19 !O l 10 5
75 24 10 I 11 5

La longitud de anclaje a borrnigonar en alambres bien corrugados de acero St 150 a 160,


con F, = 30 a 4·0 mm2 , es de 4,() a 50 cm.

La adherencia pura y la adherencia por cizallamiento facilitan igualmente los anclajes de


mazarota, entre los cuales citaremos el sistema de la Beton- und Monie1rbau AG (fig. 3.86)
y los cables HG (fig. 3.87) (apartado 3.24).

En los anclajes en roca se anclan igualn1cnte alambres corrugad.os o cordones, por ad~
herencia con el relleno de mortero. Para más detalles ver el apartad.o 16.8, figuras 16.138
y 16.139. Fig. 3.31 Anclaje en abanico con abocinamiento y prolongación en trompeta del conducto.

100
rnr
,

de apoyo [ 416]. Para ello se ancló un cable en dos


bloques de hormigón, separándolos por medio de
gatos hidráulicos. I"a figura 3.33 muestra la arma-
dura del llamado "ensayo de 1 000 t de Stuttgart".
"'o o El cable estaba formado por 32 capas de 10 alam-
,,¡;;, ~ bres·· corrugados de sección oval de 30 mm2 , acero
@.:::.

o St 145/160. La armadura transversal de la zona de


~
o
o o <
o
"' anclaje se componía, en el bloque izquierdo, de
o
·e·"'

·~1 o o "' .l!.


1 154 redondos 0 1 O mm St I, con una sección total
1

de F, = 121,6 cm2 ; en el bloque derecho, de 154


barras Neptun 60, St 120, corrugadas, con F, =
= 92,4 cm2, sin ganchos. La armadura vertical fue Fig. 3.32 Chapa perforada para fijar las distan·
a -n or O[ rt st or or nn dimensionada precisamente para las tracciones cias entre alambres.
-111
r-r~-c:--·-ri_r-:-·-·--¡-- transversales previsibles debidas al flujo de fuerzas
-J, entre las zonas de anclaje y los gatos hidráulicos.
La fuerza para separar ambos bloques fue ejercida al princ1p10 con 4 gatos de 300 t cada
uno, y más adelante con 6 gatos, hasta alcanzar la carga de rotura. Se llevaron a cabo
varias operaciones de carga, incluyendo carga i11antenida.

Fuero11 .hechas nun1erosas n1ediciones de deforn1aciones y variaciones de espesor. En la


figura 3.34 se ha representado el abovedamiento relativo de las superficies laterales y
posterior. A excepción de las pocas fisuras l1orizontales de la zona de la tron1peta, con~
sec·uenc1a de las tracciones transversales, no se apreciaron al exterior fisuras l1asta el
momento de la rotura (fig. 3.35). Los extremos de los alambres que sobresalían de la cara
posterior, permanecieron invariah1es. I . . os alan1bres se ro.n1pieron, casi sin excepció11, fuera
del anclaje, en el hueco de los gatos. La tensión de rotura del cable fue algo superior a
la resistencia n1íni111a garantizada de cada ala1nbre individua].

En el cor11ien_zo de un anclaje en abanico, justan1ente cletrá~ de Ja chapa perforada'.. de*


= hen aparecer fis11ras en el horn1igón ·debida.-; a la adherencia por cizalla1ni(:nto de los
~~
'$-~ . 1 i ala111hre@, ya que el horn1igón no puede acon1pañar al acero en ~u µ:ran. deforrnaeión sin
(§) fis11rarse. Dado que en los bloques grandes (le an<'laje no se reflejaron estas fisuras al
exterior, se realizaron ensayos posteriores con otras din1enf'.ioncs, corno n1ue:-.tra Ja fi¡;,111~
ra 3.36. En una placa de sólo 23 c111 de espesor fueron l1or:rnip:onatla:-< 6 capas de ala1nhres
ovales corrugados, colocadas paralelan1ente a las di."tancias fijadas por la chapa jJerfo-
rada. La arn1adura transversal se con1ponía en la placa de la izquierda~ de harras rectas
0

corrugadas 0 12 inn1, St IIIa 1, y en la derct·ha, de· barra!-' corrugadas 0 -12 rn1u St IIIa, 0

dobladas co11 diferentes curvaturas. Estos ensayoP., así c·ou10 otro de un cable de 1 800 t,
mostraron claran1ente que en el caso de alan1:Jres de pretensar corrugados ~e originan unas
fisuras en la zona anterior del anclaje, que se propagan siguiendo unas líneas curvas (fi.
gura 3.37), ya que se forman en el hormigón cutre ellas unas bóvedas comprimidas. El
empuje de las bóvedas es resistido por la armadura transversal trabajando a modo de ti-
rante. Constituye esto una nueva prueba de que, en la solicitación de esfuerzo cortante,
las fuerzas se traducen en nn sistema de tensiones principales oblicuas.

Las tensiones principales de con1pres1on dan lugar a bóvedas sobre las tensiones princiw
pales de tracción, q·ue actúan a modo de tirante y que coinciden con la armadura trans~
versal. La propagación en bóveda de las tensiones principales de compresión muestra
clara111ente que las harras de tracción curvadas en sentido contrario a la bóveda son n1uw
cho más efectivas que las armaduras rectas. Las figuras 3.38 y 3.39 muestran una dispo·
siüión adecuada de las arn1aduras transversales, a la vista de los resultados de los ensayos.

1Betonstahl lila (St III) : límite elástico mínimo = 4 200 kg/ cm2, tensión de rotura > 5 000 kg/ cm2, alar-
gamiento de rotura > 18 % (DIN 1 04'5). IN. del T.)

102 103
A H

gato~
---'
1
il;
_l

VJU ZL<Pf.@

VJJJ Zi<tlrL@

J cara posleriM

"<
Fig. 3.34 Ensayo de 1 000 t. Abovedamientos rela- o
"'"
tivos de las caras lateral y posterior,
referidos a los vértices ACJH o GJHM. "<.~
"' ,,"' ~
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Fig. 3.35 Fisuras existentes al alcanzar la carga


J
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e"
de rotura del cable. A la derecha se ' '
ven los extremos de los alambres del
cable.
o
" R
" '
~
';

,.,. ~- e""
..~··:··>. :~·'. J
1
'
' ' ~-
' '
~-
' '
X
'' '
'' ''
1
La zona de hormigón situada inmediatamente detrás de la placa perforada queda dete· ' ' '
~<'. >~, ~~'
'' '
.-~' ',
riorada e11 rnayoi' o n1enor grado~ a causa del alargamiento de los alan1bres. Se puede
evitar esto, eliminando la adherencia de los alambres en el primer tercio de la zona de
"
~

',_,','' J
ánclaje 111ediante capas de pin.tura o vainas, l1aciendo comenzar más atrás la adherencia
VDfZLt/JOh(j)
por cizalla111iento y roza111iento. Se consig.ue el efecto n1ás favorable· cuando los alambreS
son lisos c11 la zona anterior del anclaje, y sólo están deformados convenienten1cnte en
la zona posterior (fig. 3.41), o cuando se les provee en el extremo de una cabeza de im-
claje recalcada (ver apartado 3.26) con pe1¡ueñas placas de anclaje. Se consigue con ello

104 105
planta
2. 0 la zona de introducción de la fuerza de pretensa do, situada inn1ediatamente a conti·
soldados
' n.uación del anclaje, que por tanto coincide, en general, con la zona de la trompeta
del conducto, y que se dimensiona según el capítulo 9, así como a flexión y esfuerzo
cortante;

3. 0 ' los bloques de tesado, que apoyan primeramente contra unos gatos y después contra
el hormigón de relleno, y que han de ser estudiados, pues, para dos diferentes condi-
ciones de apoyo (ver cap. 9).

Fig. 3.37 Fburas existentes al alcanzar la carga de rotura


del cable en el bloque de la derecha de la figu· -.f +1 barras transv. n+1 barras transv.
ra 3.36. Todos los alambres rompieron en el hue- Fig. 3.38 Armadura transversal adecuada de la zona
co del gato. de anclaje, basada en los resultados del en-
sayo. Es conveniente soldar las barras a los
cercos de borde sobre una plantilla, para
que tengan la misma posición en todas las
capas.

Fig. 3.41 Es conveniente limitar la adherencia por cizallamiento a la mítad posterior de la zona de anclaje,
para que en la parte anterior puedan deslizar todavía los alambres. Aún no se ha colocado la arma·
dura vertical de la zona de anclaje.

Fig. 3.39 Vista de un anclaje en abanico para un cable de 1 800 t, durante Fig. 3.40 Dos anclajes en abanico próximo§,
el montaje. Cada capa se compone de 16 alambres ovales corru- con armadura transversal cori-
gados de 30 mm~ de sección cada uno, con un hueco para el tinua. ARMADURA VERTICAL DEL ABANICO, F c(l)
vibrador de 10 cm de ancho.
En la zona de anclaje se forman entre las capas de alamhre pequeñas bóvedas de apo-
que la fuerza de anclaje de los alambres actúe en cierto modo . desde arriba sobre l~s yo (1) (fig. 3.42), cuyo empuje hay que ahsorher por medio de la armadura vertical del
bóvedas, co111prin1iéndolas unas contra otras, n1icntras que c11ando comienza el anclaje abanico, F, 0 i, que impide el agrietamiento del hormigón a lo largo de las capas de alam·
por adherencia en la chapa perforada, los alamhres están como suspendidos, a modo de hre, a consecuencia de la elevada solicitación a esfuerzo cortante.
péndolas, de las sucesivas bóvedas.
Tomando como hase los ensayos se han deducido las siguientes sencillas reglas para el Teóricamente el empuje de la bóveda para la fuerza de pretensado Z del cable completo
dimensionamiento de las armaduras de tales anclajes en abanico. con n cap-as de ala111hres, es por capa:

Distinguimos entre: ""0,40. -- .


z
n
l.º el anclaje fijo, en el cual la fuerza de pretensado es transmitida directamente al
horn1igón de la estructura, alrededor del espacio 11u.eco provisional a que da l11g-ar la Pero dado que la transm1s10n del pretensado es mayor que la media, en el comienzo
trompeta del conducto; de la zona de adherencia, es preciso din1ensionar la arn1adura Fe(t) para una fuerza suM

106
101
'1
'

perior, por ejemplo en un con10 promedio 55'0 y obtenen1os una cantidad de armadura, n1ayor que la utilizada en
50 % 1, y se tiene entonces: la pieza de ensayo.
Del sencillo polígono de fuerzas de la figura 3.44 se de-
0,60Z
F,111= duce para cada capa de alambres:
n Oe adm.
_ Z . ctg 55° _ (I Z z z o
Se debe elegir (para todas H (ZJ - --2~-- - .,30.> n 3n 2ñ
las calidades de acero de ar-
alB.mbres de mar) una tensión admisible Si se coloca la armadura, de acuerdo con la figura 3.38, 1
\
pretensar
en el acero convenientemen- con una inclinación de al menos 35°, debe ser din1en- 1

te baja, a, adm. = l 400 a sionada para aproximadamente 0,86H(2). Se tendrá en- H(Z)
1 800 kg/cm2 , ya que el alar- tonces: '--0,BBHw-
gan1iento de estas barras Fig. 3.44 Polígono de fuerzas para el di-
debe ser pequeño. Las ba- 0,25Z mensionamiento de la armadura
por capa de alambres: F,c21= transversal Fe(ZJ'
rras deben ser colocadas di- n • Oe adm.
1
rectan1ente junto a las capas
de alambres. La figura 3.43 sección a-a
muestra su reparto a lo largo Solamente pueden suponerse
del anclaje, debiéndose dis- formando parte de este Fe<21
poner en el primer tercio de las barras transversales situaD
la, aproximadamente la mi- das en el tercio delantero de la
tad de F<( 11 . Las tracciones longitud del anclaje. En este
y cornpreBionee. correspon .. caso se puede utilizar acero de
dientes a las bóvedas de -.. ,_, __.J_. arn1ar de alta resistencia con
apoyo difirnin.uycn Ientamen~ -chapa \ adl1crenci a por cizalla111iento,
perforada
variación dr, la fuerza en el cable
te e11 ~cntido transversal. con tensiones Oe adn1isibles de
Por ello. se deben colocar basta unos 2 400 kg/cm'.
X

·--1 otra.e filas adicionales de ba-


rras verticales a distancias
crecientes. Si la adherencia la, .r:::. ¡ i
A1nbas armaduras, J?e(l) y Fe(2)'
son suficientes para la zona de
".J..--0~ 1 T por eizallan1iento actúa sola~
rnentc er1 la zona final, se
b - a
Fig. 3.44a Polígono de fuerzas para el dimensionamiento de la armadura
anclaje, si ésta descansa e11 el
hor111igó11 alrededor de la cha-
¡ desplaza l1acia atrás la ar- transversal en la zona de la trompeta.
pa perforada, de acuerdo con
Flg. 3.42 Las pequeñas bóvedas verticales entre capas de alambres en la
1na~:Iura. el caso l.
zona de anclaje, transmiten la fuerza del cable a las bóvedas alzado :
horizontales de la figura 3.37. En la zona delantera puede
eer necesaria n1ás armadura
vertical si el bloque de tesa-
u
R
--¡
i h/<
___¡
r- ,-,
E:n los casos 2 y 3 son necesa-
rias 111ás armaduras transversa~
' 1
les en Ja transición a la zona
d.o termina en la chapa per- anclaje
en abanico----._
Sp : ¡ de anclaje, armaduras que ha-
forada y, sobre todo, si su ·-Z ""' i!íll brán de ser calculadas de acuer-
altura es mayor que la del Sp i
l__
1 1
11 R·f do cou lo dicho en el capítulo 9
abanico. 'u R J
¡_ _,___
J_--i referente a la introducción de
la fuerza de prctensado. Se
~---b __J
ARMADURA HORIZONTAL DEL puede obtener también la ar-
ABANICO, Fa(2) planta 111adura transversal por medio
i-- b/Z --: de sencillos polígonos de fuer-
' i
Segú.n los ensayos, ta,nto la zas, f0Tn1ados por las resultan~
pendiente de las bóvedas de tes de con1presiones en las dos
-la/3 apoyo }1orizontales, con10 las n1itades de la sección, teniendo
f.o-------la ----· ----1 forn1ad.as entre las fisuras de en cuenta los can1bios de direc-
Fig. 3.43 Disposición de la armadura vertical del abanico, Fe(ll' en un la figura 3.37, es de 45° a 65° ción necesarios, tal como se rem
cable con hueco para el Vibrador. aproximadamente; elegimos b -- --'
presenta gráf1ca1nente en la fi-
gura 3.44a. El cambio de di-
Fig. 3.45 Dimensiones mínimas de la zona de anclaje de un anclaje
1 En las especificaciones de aprobación del procedimiento Baur-Leonhardt, se exige, independ.íentemente en abanico. rección es continuo en la rea~
del número de alan1bres, e.J tomar F,, vertica1 = 0,125 Z. (N. del A.)

109
108
lidad, por lo que la armadura debe ser repartida sobre toda la longitud de transición. ción del núcleo de la rosca sea igual
a la sección normal de la barra. Se
Para dete.rn1inar las diniensiones exteriores de los grandes anclajes en abanico dare1nos prefiere la rosca universal de paso
las siguientes reglas (fig. 3.45) : pequeño, según DIN 241 a 243. Por
otra parte, se conoce desd.e hace mu~
Longitud del anclaje la: cho tiempo el procedimiento de la-
JilÍnar en frío la rosca por inedio de
Unos 60 cm, para 6 a 8 alambres corrugados, de 30 mm2 cada uno, por capa, equivalentes
rodillos de acero cxtradu.ro. La rosca
a una fuerza d.e pretensado de 20 t aproximadamente; unos 100 cm, para 16 alambres
lar.ninada es n1en.cionada por vez pri-
corrugados, de 30 n11112 cada uno~ por capa, equivalentes a una fuerza de pretensado de
n1cra, e'n relación con el }1ormigón
aproxi1nadamente 40 t.
pretensado, por el americano R. H.
DILL, en 1943, en la patente 2 329 139.
Separación entre capas de alambres en la chapa perforada:
La rosca se h_unde en parte en la
Un espacio libre míni1110 entre capas de 2 c111 es suficiente para granulon1etrías con ta~ barra y en parte sobresale del diá-
maño máxi1110 de grano de hasta 15 mm, y para ala111bres con u.na fuerza de pretensado 1netro prirnitivo. La sección del nll-
de hasta 2,6 t/cm de ancho d.e capa. cleo es, pues, n1ayor que en las roscas
terrajadas (fig. 3.46). La Hüttenwerk
Para alan1bres más gruesos se puede variar la distancia proporcionalmente a la fuerza de Rheinhauscn cn1plea este tipo de ros~
pretensado. Las especificaciones fijan la superficie de chapa perforada por alambre; por ca por iniciativa del Dr. KARIG y de
ejemplo 4,5 cm2 para el alamhre 0 8 mm St 150. la empresa Dyckerhoff & Widmann
Fig. 3.46 Rosca laminada en frío; estructura interna del fileteado.
* KG., en sus barras de acero St 60/90
Separació:n entre alan1bres en las capas: y St 80/105. Como consecuencia del
endurecimiento del acero por la deformación en frío, la carga de rotura estática es casi
Los alan1hres corrugados se colocan con separaciones de 1 a 2 n1n1 en capas de hasta 10 cm igual en la sección del núcleo que fuera de la rosca, pudiendo aprovecharse por completo
de ancho. Si las capas son mayores se las subdivide en dos grupos de hasta 10 cm de la barra.
ancho cada uno, con un hueco intermedio para introducción del vibrador. A la vista de
los ensayos pnedcn admitirse anchos de la chapa perforada de hasta 30 cm (dos grupos Este resultado favorable se basa en parte también en el hecho de que entre las tensiones
de alambres de 10 cm cada uno +
10 cm de hueco de vihrado). En el caso de cables ma- propias en el núcleo de la rosca predominan las co111presiones longitudinales, mientras
yores deben l1acerse ensayos p-revios. que la solicitación exterior de la barra produce tracciones longitudinales. En [267] se
dan resultados de ensayos sobre este tem.a.
El ancho y la altura de la zona de anclaje deben estar en proporción adecuada a las di-
mensiones del cable en la chapa perforada (fig. 3.4-5).
lado desde lado de anclaje
ei que se tesa
Se debe cumplir:

b = 2c +a con e ~ l,5a;
1
min. 13
·1
rnín. 17

b ~ 4a ~ 35 cm. tuerca de--F::- - - -- placa de


anclaje
tesado

Y además que la ~ b.

La altura h debe ser elegida de forma que en la parte posterior del abanico el recubri-
miento mínimo de hormigón de los alambres sea de 5 cm. Además, Clb = b~ ¡; no deheria
arandeia arandela
sobrepasar el valor de 0,33¡)w, ya que en los bordes de la trompeta pueden esperarse va- de posición rosca M20
laminada en fri0
lores de las tensiones 1,5 veces los valores medios.
Fi.g. 3.47 Anclaje primitivo de barras 1í:5 18 mm, de acero St 90, en tra-
viesas de ferrocarril [ 133].

3.2 Anclaje con piezas de acero


Una tuerca normal de acero St 44 es suficier1te para transmitir a la placa de anclaje la
3.21 Roscas nor:n1ales fuerza de pretensa do admisible en una barra St 90. Como medida de seguddad se dis-
pone, sin embargo, corrientemente una segunda tuerca o una tuerca n1ás larga. Este sen~
Las primeras barras de pretensar en la historia del hormigón pretensado fueron fijadas cillo tipo de anclaje ha sido empleado con frecuencia por MEIER·KARIG en traviesas pre-
mediante roscas terrajadas, placas de anclaje y tuercas. Hoy puede emplearse aún este tensadas, con aceros St 90 0 18 mm, de acuerdo con la figura 3.47 (ver también apartado
tipo· de anclaje en aceros naturales duros. Al roscar la barra se disn1inuye la sección 16.4 y [133]). La placa de anclaje es dimensionada de forma que transmita al hormigón
nor1nal, y por esta razón se recalcan en caliente sus extren1os al objeto de que la secw la fuerza de prctensado, sin que se sobrepase en aquél la compresión admisible. Si se

110
111
inmediatamente delante de la tuerca de anclaje, con lo cual ~e puede prescindir del zuncho
va a utilizar sólo un número de piezas pequeño, se adopta la placa rectangular maciza. helicoidal. El diámetro de la campana en el borde inferior es de 160 mm para el hor-
Cuando el nún1ero de .Piezas a utilizar es grande, puede resultar 111ás práctico emplear migón B 300 y de 140 mm para el B 450; la campana tiene en .la p~rte superior unas
una pieza estan1pada de espesor decreciente hacia los bordes, o con nervios de refuerzo aberturas para que el hormigón pueda rellenar por completo el mter10r.
en éstos.

La tuerca con collar' (fig. 3.48), utilizada en la fabricación de maquinaria, descarga los
barra para respiradero
filetes inferiores de la rosca y reparte así la fuerza sobre todos Ios filetes de una manera tubo envolvente, pieza de conexión
n1ás uniforme que la t11erca norn1al. Este tipo de tuercas resulta adecuado sobre todo / / / /
/
en el caso de solicitaciones dinámicas. /

El anclaje por medio de barras roscadas y tuercas


con collar es utilizado en el siste1na de pretensado
Dywida.g, de la empresa Dyckerhoff & Widmann
KG., con barras 0 26 mm. La placa de anclaje
forjada, de 130/130 mm de acero St 37, presenta
dos cavidades escalonadas para el encaje de la
tuerca co·n collar, y estrías, a través de las cuales
puede penetrar e] 111ortero de inyección en el con~
dueto (figs. 3.49 y 3.52 izq.). En una variante pen-
sada para el lado opuesto del cable, se ha previsto
Tuerca con collar para anclaje de el empalme a la placa de anclaje de una barra
barras de preten.<>ar, que proporcio-
na un buen reparto de la fuerza para forn1ar un respiradero 1. Ve111os cuantos porm
sobre todos los filetes de la rosca. menores h.ay que ten.er en cuenta en estas piezas
de anclaje, en relación con el tesado y la inyección,
a fin de crear nn procedimiento completo de pretcnsado. De la figura 3.49 se deduce que
cuando se trabaja con una placa auxiliar de montaje, la placa de anclaje queda perfecta-
n1Cntc ortogonal a la harra de pretensar, evitándose así cualquier posible solicitación de PLACA DE ANCLAJE 120xl20mm

flexión en la rosca durante las operaciones de tesado y anclaje. PLACA DE MONTAJE 0 120mm
PARA FIJAR LA POS!CION DE LA PLACA
DE ,_ANCLAJE RESPECTO A BARRA DE
Se ha comprobado mediante ensayos la posibilidad de reducir mucho la placa de anclaje PRETENSAR> ES RETIRADA
ANTES DE TESAR
cuando se zuncha el hormigón sobre el que aquélla apoya, o se impide de cualquier otra
forn1a su expansión transversal. I_,as n1ás econón1icas son enton.ccs ]as placas de anclaje TUERCA CON COLLAR M 27 x 2
circl1lares. TORNILLOS DE FIJACION
BARRA DE PRETENSAR 0 26 St 90
Dywidag aprovecha al maxm10 esta posibilidad atornillando en el extremo de la barra
una tuerca biselada, de acero St 52, de tan sólo 71 mm de diámetro y 30 mm de longi·
tud de rosca, zunchando el hormigón con una hélice tal como se indica en la figura 3.50.
El hormigón zunchado (de calidad a partir del B 300) soporta, según los cálculos, la ele-
vada presión de p¡, =
3
ºifº-
= 940 kg/cm2, incluso en los ensayos de fatiga.

En vista de los exigentes requisitos impuestos por ]as 'normas alemanas, con respecto a la

L~*c. .
resistencia a la fatiga de los anclajes, ha perfeccionado Dywidag el anclaje de rosca, de
forma que resiste más o menos la misma amplitnd de oscilación que otros ancla,ies (ver

~ w.'i"~
apartado 3.3). Con este fin se redondeó mejor el fondo del roscado de la barra, y se creó
además una especie de tuerca con cono que apoya en la pieza de anclaje. La parte cónica
está acanalada, lo que hace qne esta parte de la tuerca se apriete fuertemente contra la ba-
rra, disminuyendo mu ch o el peligro de cizall amiento de los filetes inferiores de la rosca
(figura 3.51). Las ranuras se ensanchan en la zona de apoyo contra la pieza de anclaje, pu-
\ .-·: E 120 X \2.Qft\ll\
PL 0 1zomm
S OE F\JAC\ON
PLACA DE ANCLAJ AR M 27 )(. 2. _____.. TORN\Ll-O
diendo penetrar por ellas el mortero de inyección. Las figuras 3.51 y 3.52 (der.) muestran
;uERCA coN COLL
una pieza de anclaje económica.: una '"cam.pana"'hecl1a con chapa para en1hutición profunB
da, de 6 mn1 de es.pesor, cuya parte exterior zuncl1a en cierto modo el hormigón situado
Pig. 3A9 Anclaje Dywidag con placa de anclaje y tuerca con collar, para barras95 26 mm, de acero St 60/90; arriba, en
sección; abajo, las piezas componentes (la placa de anclaje para barras <Zí 26 mm, de acero St 80/105, es de
1 Agujero o tuho para dar salida al aire cuando se inyecta el conducto. Sirve también de rebosadero,
130/130 mm).
por lo que emplearemos indistintamente los dos nombres. (N. del T.)

8
113
112
elen1entos cortos, por ejen1plo estribos, ya que se p·uedcn ajustar con exactitud recorri-
dos de tesado muy pequeños.

Bajo la acción de cargas dinán1icas, el anclaje de rosca es 1nuy sensible a las solicitacio~
' ucs de flexión adicionales ( [132], pág. 187). Por ello debe procurarse que la solicitación
el tubo respiradero 1 de la barra en la zona de la rosca esté exaclamentc centrada. Las placas de anc]aje de-
envuelve apretada~ ,...
mente al cable ~
auxiliar

Fig. 3.50 Anclaje Dywidag con tuerca y zuncho helicoidal.

ccpuchón para
respiradero
Fig. 3.52 Placa d€' anclaje según figura 3.49 y campana de anclaje según figura 3.51.

ben ser horn1i.gonadas en posición perfectan1entc ortogonal al eje de la barra, lo cual


se co11sigue con la ay11da de una placa a11xiliar atornillada a la rosca; al colocar el gato
de tesado, s11 eje estará exactamente paralelo al de la barra.

i
Cuando se emplean anclajes de rosca, es preciso conocer exactamente la longitud de las
>.~-ampana deanclaíe
de chapa de embuti-
~
-~¡...tubo envolv
barras .para poder realizar en fábrica el roscado de sus extre111os, y hay q11e proteger
cuidadosamente la rosca de la oxidación y la suciedad.
ción profunda V-VI!
de 6 mm de espesor
~-C---·---J\' __ J_~_.!•'¡ f--~---~~
i
1
<J El anclaje de rosca permite ajustar exactamente el recorrido de tesado por medio de la
'*---------------lcf- 160"-- tuerca de anclaje, de for111a que se puede lograr con gran exactltud el prctensado desea~
~~26 ....! do incluso en el caso de barras cortas.
Fig. 3.51 Anclaie Dywidag con campana y tuerca con cono ranurada. Izq.: anclaje fijo (para B 300); der.: anclaje de
tesado (para B 450) para barras 0 26 mm, de acero St 80/105.
3.22 Roscas con terminación cónica del fileteado

Se consig·ue también lan1inar en frío ro$cas sobre aceros con mejora final, o estirados, Haciendo que la profundidad de los filetes, muy pequeña en el comienzo de la rosca,
de calidad hasta St 160. crezca luego pauiatinan1ente (fig. 3.53). y con 'una tuerca ]o bastante larga, tallada con
la conicidad correspondiente~ pl1ede alcanzarse hajo carga estática aproxin1adamente el
La Felten & Guilleaume Carlswerk AG., Ki:iln-Mülheim, suministra este tipo de barras 90 % de la capacidad resistente de la barra. Es preciso apretar fuertemente las tuercas,
con rosca universal desde M4 a Ml2 (según DIN 13 y 14), en alambres desde 0 3,46 mm que no adn1iten reajuste. Después del perfeccionamiento de las roscas norn1ales y de sus
a 0 8,90 mm (MlO) de acero St 145/160, y 0 9,9 a 10,73 mm (Ml2) de acero St 135/150. tuercas, puede considerarse anticu.ado este tipo de rosca. En la pri111era edición <le este
Estas barras de alta resistencia con anclaje <le rosca son especialmente apropiadas para libro, páginas 83 y 84, se pueden ver algunas aplicaciones antiguas.

114 115
1
1
acuñamiento K, que origina fuerzas de rozamiento en la barra y en la pieza de anclaje. Las
\nagnitudes de las fuerzas de rozamiento R 1 en la línea 1 - - 1, y R 2 en la línea 2 - - 2,
dependen de los coeficientes de rozamiento p 1 y ,az.

Si se suelta ahora la barra del gato de tesar, empieza aquélla a deslizar, y arrastra
> R 2 • cos a.
consjgo la c11ña si R 1

El anclaje va acompañado, por tanto, de un deslizamiento de la cuña. La barra prende


en la cuña con la pequeña f11erza inicial, solan1ente si la superficie 1 - - 1 de la cuña
es n1uy rugosa, por ejemplo co1no una lima. La fuerza inicial de agarre K será tanto más
Fig. 3.53 (izq. y arl'iba). Rosca con terminación cónica del
fileteado, en una pieza de anclaje para barras grande cuar1to n1enorcs sean el sen1iángulo de la cuña a y el coeficiente de rozan1iento /fi
12) 26 mm. en la superficie 2 - - 2.

A consecuencia de este n1,Jvimicnto de deslizamiento se refuerza el efecto de agarre de


la cuña por el aumento de K desde el valor inicial [(lºl 1 al valor final K 17>, hasta que
3.23 Anclajes por medio de cuñas finalmente R, =V. Este estado se alcanza si K 17> · sen 1) 2 = K 17l • sen(¡¡<';!_ a), es de·
Las propiedades de los aceros mejorados hicieron que se comenzase muy pronto a :fijar cir, si ~/7l_"_ a== [!2 o, lo que es lo misn10, f2 (~)==a+ f22· En esta expresión e(~i) es el
los alan1bres o Larras en te·nsión, por medio de cuñas. Este tipo de anclaje no es tan ángulo de roza111iento en la barra, que actúa en el anclaje tcrn1inado, el cual debe ser
sencillo como aparenta. n1cnor qu.e el ángulo que actúa dura·nte el deslizan1iento.

El efecto de anclaje es función, pues, de a y 92 : cuanto 1n.ayor sea a, nienor debe ser
3.231 Esquema de fuerzas en un anclaje de cuña el rozamiento de la cuña contra la pieza de anc1aje.

l)istinguin1os entre cuñas deslizantes y cuñas incrustadas, según la for1na de trabajar de Las condiciones son, por consiguiente:
las mismas.
a y ,a2 lo menores posible.

CUÑAS DESLIZANTES
Suele adoptarse para tg a un valor entre 1 :9 y 1: 12. El rozamiento p 2 suele estar com·
Consideremos en primer lugar el esquema de fuerzas en un anclaje de cuña, en el . que prendido entre 0,08 y O,IO.
ésta rodea por completo a un único alambre corno puede verse en la figura 3.54 (izq).
Cuando la cuña es deslizante, se la aprieta contra la barra tesada, bien con la n1ano o Para conseg11ir un roza111iento lo más alto posible entre barra y cuña, se hace la super-
con un golpe de martillo. La peqneña fuerza longitudinal dP produce la fuerza radial de ficie de ésta rugosa y dura, de forma que se produzca el anclaje, no sólo por rozamien°
to, sino tan1bién por una especie de engarce, es decir, por resistencia al cizallarniento. Sin
en1bargo, el engarce tiene lugar solan1ente si la superficie rugosa de la cuña es más dura,
o., en el caso de estar forn1ada por aristas vivas, casi tan dura como el acero de pre-
tensar. E11 general hay que someter a las cuñas a un end·urecin1iento, bastando para ello
fuerzas en la cuña un tratan1iento superficial.
fuerzas iniciales en la cuña

fi~n n1ucl1os caRos es necesario que el anclaje se mantenga cuando se l1acc desapar.ecer la
fuerza de pretensado, es decir, el anclaje debe ser "irreversible", no debiendo deslizar
placa de ancla¡e
l1acia atrás la cuña a] descargar la barra. Se cun1ple esta condición sola1nente cuando
-----', 1
K
la fuerza de rozamiento en la superficie 2 - - 2 es: R1 = K · tg a < K · ,a2 , es decir,
trasplante de la fuerza cuando es ¡12 > tg a. Si es ,a 2 <tg a se snelta la cuña automáticamente al aflojar.
de pretensado
2
Una desventaja de este tipo de cuñas es el que se pierda una parte de la fuerza de pre·
estado final, fuerzas en la cuñ~
fuerzas en Ja cuña
tensado con el desliza1niento. Este 1)uede alcanzar un orden de n1agnit11d de 0,5 a 6 mn1,
l!/nl<f!t
y es n1enor naturaln1ente en 1as cuñas para una sola barra que en las de todo un pa-
quete de ala111bres. En el caso de armad.11ras largas se compensa el desliza111iento sobre~
pasando adecuadan1cnte el alargan1iento teÓ·rico, pero con ele1uentos cortos es difícil, a
2
causa del deslizamiento, tesar con suficiente exactitud a la fuerza exigida. También resulta
desventajoso el hecl10 de que la superficie interior de la cuña deba ser 1nuy rugosa, con
Ir
cantos vivos, deteriorando el acero de pretensar. Por otra parte, un ángulo a muy pequeño
Fig. 3.54 Funcionamiento de los anclajes de cuña. Cuña deslizante y cuña incrustada, con _sus correspondientes fuerzas. se traduce en unas fuerzas de acuñan1iento altas, con presiones transversales elevadas en

]]6
ll7
los aceros, lo cual, l1nido a las entallad11ras producidas por la cuña, pueden conducir a En las cuñas incrustadas es suncicnte una rugosidad moderada eu la cara d.e agarre, y
una n1enor resistencia del anclaje a la fatiga bajo cargas dinán1icas. rio necesitan tener aristas vivas, ya q11e no tienen que "n1order" la barra de pretensar.
Esto permite conseguir co·n este tipo de cuñas valores muy favorables de la amplitud
Se evitan en parte estas desventajas con las cuñas incrustadas (fig. 3.54 der.). de oscilación en los ensayos de fatiga.

Para evitar que el movi1niento longitudinal de la cuña perturbe el e·ngarce que se origina
CVÑAS INCRUSTADAS con la barra, se han creado gatos especiales (ver apartado 4.31), en los que harra y cuña
se mueven juntas en la última parte del recorrido de incrustación. Este puede ser deter-
Su_ponga111os que la harra está tesada y se ernyn1ja la cuña con una fuerza P, de forn1a que n1inado previamente, lográndose así realizar el tesado con gran exactitud aun en el caso
se muevan juntas la barra y la cuña. Esta desliza en la superficie 2 - - 2 hasta que de barras o cables cortos.
encaja por completo y no se mueve más aunque se aumente P. A causa de la fuerza P
p Hasta ahora hen1os supuesto las cuñ.as rodeando una única barra. Se puede colocar tam~
se engendra una fuerza radial de acuñamiento K = __( _____)_' que produce eu la junta
tg a +R2 bién la cuña por dentro, entre dos, tres o más alambres (fig. 3.66).
p . cos (/2
2 - - 2 sobre la placa de anclaje una fuerza normal KN 2 =
8
¿;;(a+-¿;;)Y
una fuerza de Las cuñas de esta clase (cuñas interiores) deben tener su superficie rugosa, mientras que
P · seu (!2 la ·superficie cónica de la placa de anclaje debe ser lisa .. E11 casos especiales, en que se
rozan1iento R 2 == ~--~. . -- . AJ retirar ·el gato, no desliza la barra en la junta l 1,
sen (a (!2) utilizan cuñas incrustadas, el cono de anclaje es rugoso, y la cu.ña lisa, siendo incrustada
ésta hasta que la presión transversal desarrollada es tan grande que da lugar al engarce
si se cumple que K · tg ¡J1 > V. de los alambres con el cono de anclaje.

La*"co·ndición qttc dehe cun1plir la fuerza neccsar1a f' es entonces: La longitud de la cuña necesaria depende de que esté en contacto con el alambre a
anclar a lo largo solamente de una línea, o bien de una superficie grande, y de que su
V . tg (a + _ V
f?2) --
-·,-- ..- - - · -
fl2 + tg a superficie esté claran1e·nte corrugada o sólo ligeran1ente rugosa.
tg (/1 p 1 (Í - ¡12 • tg a) •
En algunos anclajes de cu·ña se confía única1nentc en el rozamiento entre cuña y barra
S11pongan1os ahora: (no se adinitc engarce). J_,as cu.ñas deben ser entonces largas y planas y no necesita'n ser
más duras que el acero de prctensar. El polvo de cuarzo y el carborundo son apropiados
fll = 0,2 para elevar el rozamiento. La fuerza ejercida sobre la cuña dehe ser lo bastante elevada
para que no haya peligro de deslizamiento.
se obt~cne entonces para el valor n1áxin10 del senriáng11lo de la cuña:
Cuando se exija al anclaje de cuña una alta 1-------150-------<
tga ~ __ L1,_i__,~_/!:3__ == ,---' O~l; que corresponde aproximad.amente a una peri diente l: 10. resistencia a la fatiga debe cuidarse de que la
1 +,u, . /12 presión transversal e"n el co111ienzo del anclaje
no sea demasiado elevada, y debe evitarse el que
Para la corrugación de la cuña rrueda dar lugar a en-
talladuras. Se puede regular la presión transver-
fll = 0,3 /"2 = 0,1' sal dando una forma adecuada a la pieza de an-
claje (fig. 3.55).
se obtiene:
l~n las cuñas son preferibles las corru:raciones
tg a 0oc 0,2; o una pendiente máxima de ,_, l : 5. onduladas a las dentadas o las realizadas con
el llamado picado de lima. Un reparto uniforme
En la realidad, /Ii puede ser 1nayor aún de 0,3. del efecto de anclaje sobre todo el perímetro Fig. 3.55 Forma especial de una pieza de anclaje y
corrugamiento de la cuña favorables para
de los alambres conduce a altos límites de fati- una elevada resistencia a la fatiga.
Si el anclaje tiene q·uc ser irreversible, deherá c·un1p-Jjrse ig11aln1ente en 1a cuña incrus- ga, pero n1uch as veces es irrealizable, no siendo
tada que (/< >
a ó p2 tg a. > ta1npoco necesario. Se consig11en también lími-
tes de fatiga elevados colocando un forro de algún metal blando (Al o Cu) en el pri-
En ambos tipos de cuña deben ser lisos el cono de anclaje y la superficie de la cuña en
mer tercio de la longitud de la cuña.
contacto con él, para q·ue /tz sea pequeño.
Dado que en el pretensado con ad.l1erencia no se produce·n casi variaciones de tensión
De estos pocos datos se ded11ce q11e poden1os elegir en el segundo tipo de cuña scmián- en los anclajes de los cables, no está justificado en general el exigir a estos anclajes unas
gulos in11cho n1ayorcs que en las cuñas d.cslizanles, incluso en. el caso d.e rozamientos c·n cualidades dinán1icas elevadas.
el acero de pretensar poco n1ayores q·uc en la s11perficie inclinad.a de la cuña, sie1npre
que pueda disponerse de la fuerza de tesado como fuerza de empuje. Al aumentar el En los anclajes de cnña resulta ventajoso el hecho de que no sea preciso cortar los alam-
á11gulo d.c la cuña disn1in11ye el recorrido de ésta. I_.os se111ián.gulos adecuados en este· caso bres en longitudes exactas, el q·ue se los pued.a ca111hiar en caso de .necesidad y el que se
corresponden a tg a entre l :5 y 1 :8. pueda tesar por an1bos extremos.

118 119
Hay que tener en cuenta, pues, n1uch.os factores. Por ello se deben i1tilizar solan1ente. los
anclajes de cuña probados eu ensayos y acrnditados eu la práct'.ca. Además, h~y que l~e­
var un control continuo del grado de dureza correcto y del tipo de superficie apropia-
do en cada pieza del anclaje.

3.232 Ejemplos de anclajes de cuña

Uno de los anclajes de cuña más antiguos es el de MAGNEL ([82], pág. 29 y [179]), re- l?ig. 3.57 El anclaje FREYSSINET,
para 12 alambres ( 0 5
presentado en la figura 3.56, en el que los alambres son fijados por parejas con una cuña milímetros a la izq. y
por cada dos alambres. La placa de anclaje está provista arriba y ahajo de una ranu~a ;j 7 mm a la der., arri-
ba) con una cuña co·
o varias ranuras juntas. En el caso de cables grandes se colocan estas placas de anclaje mún; abajo, sección.
sencilla111ente unas enci111a de otras (placas "sandwicl1~'). ]~os alambres so·n tesados tam~
bién por parejas.
\2Í 5 mm St 37. El conjunto del ~dila provista de tulio para !a inyec~16n
anclaje irnplica una utilización
adecuada de los 111ateriales, pero
exige tina gran exactitud en su / /
alambres en conducto / /
ejceución [81], [148] y [152].
/
/
/
/
/ / /
El anclaje Freyssinet pertenece al / //
/ '
grupo de las cuñas deslizantes. La / /

presión que se ejerce sobre la cuña / / /


,/ , / /
de hormigón es sólo de 1/ , V, y /
"
~
1-----
el engarce verdadero tiene lugar / /
placa de anclaje tan sólo después de algún desliza- /·~(
con cuña para
8 alambres placa de anclaje para alarnbres </i5 1niento sobre la l1élicc de a1an1m /// /
hre. Este desllzan1icnto dche ser / i1 /
tenido en cuenta aJ tesar los alan1- / /

;,;~ bres, y su valor n1edio es de 4 u1n1 /


/ /

é/v
/ / /
/ / en un cable de 12 \2Í 5 mm y de 6 /
/
a 8 mm para 12 \2Í 8 mm. A cansa /
/ /
de este dcs1izan1:iento no debería /
/
//~ / ser utilizado este tipo de anclaje / / /
/ / -/
/ / /
planta /
/
/
/
/
, en cables de menos de 12 ó 24 m / /
de longitud, respectiva1nentc. Se /
/ /
/ / /
han observado a veces deslizan
/ /
Fig. 3.56 El anclaje de cufia con ccplacas sandwich¡), del Prof. MAGNEL. rnientos aún n1ayores, por ejen1plo / / / /
en alam brcs individuales, debido
a que el coeficiente de rozamie11to
FREYSS!NET (ver cap. 20 y [ 4~]) ha creado un ingenioso anclaje de cuña con el _que se de los alarr1bres con e] cono de
hi:!ice nl1c!eo
pueden fijar al mismo tiempo de 12 a 18 alambres (fig. 3.57). La pieza de anclaJe con- anclaje no era rnucho n1enor que
siste en un hloque de hormigón B 600 armado con un zuncho helicoidal, provisto de un con la cuña de l101·n1igón. Con
orificio cónico formado con un alamh1·e de \2Í 2,5 mm, St 200, enrollado en hélice de alarnhrcs la1ninados rncjorados,
paso peqneño. A través de él se pasan los alamhres dispuestos en anillo, y una vez te- que tienen mayores tolerancias de
sados se los fija con una cuña~ ligera111ente incrustada, de horn1igón B 1 00-0~ provista en diámetro, ha sucedido repetidas veces que algún alambre aislado deslizó por completo
su eje de un pequeño tubo de acero para el inyectado posterior del cahle 1• La hélice varias horas después de tesar. Debe procurarse, pues, que todos los alambres sean del
interior de alambre es de acero St 200 y de mayor dureza que el alambre de pretensar, n1ismo dián1etro.·
de acero St 160. La cuña de hormigón tiene unas estrías que permiten que los alambres
apoyen contra ella a lo largo de una superficie. Está fu.erter11entc solicitad.a, pero resiste En los ensayos realizados anclando unidades n1ayores de 12 }25 8 n1n1 con cuña de h_or1:1i-
por la imposibilidad de movimientos de su honnigón. Las fuerzas producidas por el aho- gón, falló ésta la 111ayoría de las veces. Se derivó entonces a u11a cuña de acero encontran~
cina1niento de los alambres son soportadas por el zuncho en tres capas de ala1nbre dose una interesante innovación ([433], fig. 3.58). Los alamhres se colocan igualmente en
las estrías triangulares de que va provista la cuña. Por la fuerza de agarre K de la cuña
l En el lenguaje vulgar de la construcción, el bloque de anclaje y la cuña reciben, respectivamente, los se originan en el alambre las dos f11erzas K', que, ·a causa de la incli11ació·n. forzada de
nombres de "cono hembra" y "cono macho". (N. del T.J las caras de las estrías, deben ser mayores que K, y, con ello, 2K1 es sustancial1nente

120 121
'l
¡

ntayor que K. I... as fuerzas de agarre son, por tanto, mucho i11ayores en la cuña que eri sección 1-1

r' (~)
la pieza de anclaje, es decir, no es posible u.n deslizamiento en la cuña, aunque el co~ ¡--ioo-1
eficiente de rozamiento sea el n1ismo que e'ntre alan1bres ·y cono de anclaje. Las estrías
no necesitan ser rugosas ni corrugadas
(ef))
/ ~ //// y la cuña puede ser de acero suave, e11~
/pieza de anclaje de acero dureciendo ligeramente sólo su superfi-
, / ~ (~')O(~¡
cie. Las estrías se deforman con las altas
LL..(_r:;i_)..,,·c_(~_)_,
/
pieza de anclaje presiones, compensando de este modo
las tolerancias de diámetro. La pieza de
/ placa de anclaje
anclaje es también de acero y tiene
igualmente una superficie cónica lisa anclaje para cada 3 a!ambres
/
~===== cuña
para el deslizamiento de los alambres. 1

/
Con esta solución se rednce el desliza-
. . -
cuña miento de anclaje.
) i

/ /
Con este nuevo tipo de anclaje Freyssi-
net se hacen cables de hasta 30 alam-
bres 0 7 mm, de acero St 165, tesándo-
~~2J_J pieza cilíndrica de anclaie

Pig. 3.58 Nuevo anclaje FREYSSINET con cuña de acero y es-


los a a, 0 = 150 kg/mm2 ( ! ) que corres- Fig. 3.60 Cable MORANDI de 18 \ii 7 mm, anclado en seis grupos de 3 0 7 mm en pequeños cilindros
de anclaje, por medio de cuñas interiores.
trías para los alambres. Fuerzas de agarre en el ponde a 170 t por cable (según la nor-
alambre. ma DIN 4 227, no se podría pasar de
V0 =105 t).
En el procedimiento FRANKI-SMET se tesan hasta 12 alambres conjuntamente, anclando,
sin embargo, cada alan1bre por separado en un taladro cónico con una cuña provista de antes de incrustarla
una estría en la que se aloja el alambre. Este es agarrado solamente a lo largo de dos fajas
estrechas (fig. 3.59 [225], pág. 106).

alzado ¡'--8Smm----.;
1

sección por la
·~~
flf;#.7;~~
cuña de anclaje

.
~

/
///////
.' /
//////
/ /
cuñe~
"placa de anclaje
1 - ~'~
~- i_'~~~
1t' alambres de pret~nsar arandela de reparto

placa de anclaje Fig. 3.61 Cufia de incrustación que envuelve uno o varios
alambres.
Fig, 3.59 Cuñas ranuradas individuales para cada alambre, en taladros cónicos (procedimiento FRANKI-SMET).

R. MoRANDI, de Roma, ancla cada 3 alambres 0 7 mm por medio de una cuña deslizante
insertada entre ellos, en un cilindro de anclaje de 55 mm de longitud, que apoya sobre Fig. 3.62a Cuña y anclaje (procedimiento GIFFORD-UDALL).
una placa de anclaje honnigonada (fig. 3.60). Cuatro o seis de tales grupos de 3 alambres
se reúnen en nn solo cable, si bien son tesados por separado (puede suceder entonces que
en los lugares donde esté doblado el cable los alambres tesados agarren a los aún no te-
sados). El reparto de presiones de la cuña sobre los 3 alambres está estáticamente deter- incrustación en la .Pieza de anclaje. Las cuñas anulares deben tener ranuras para per-
minado? y es, en consecuencia, uniforme. r11itir la disn1inución de su diámetro para e] engarce con la barra, y el n1ovin1iento lon-
gitudinalmente en el cono.
Una desventaja de la mayoría de los anclajes de c·uña antiguos consiste en que los alan1-
bres se doblan y se enderezan de nuevo en el comienzo del cono durante la operación El procedimiento inglés GIFFORD - UDALL emplea estas sencillas cuñas en pequeñas piezas
de tesado. Los alambres sensibles a las entalladuras tienden a romperse en dicho lugar, de anclaje cilíndricas (fig. 3.62a). Se ancla así un solo alambre de cualquier diámetro
y además se originan rozan1ientos. desde 2,6 hasta 7,0 mm. En los paquetes de varios alambres, apoyan todas las piezas de
anclaje contra una misma placa de base (fig. 3.62h). La funda de abocinamiento conti-
Si hay que anclar una barra o alan1bre aislado, lo nlás conveniente entonces es utilizar gua, de acero, está provista de un i1ervio helicoidal de refuerzo para resistir las fuerzas
una cuña anular que rodee por completo la barra (fig. 3.61), que se presta bien a su transversales.

122 123
roscada. Son relativan1ente pequeñas en con1parac1on con las grandes fuerzas que soporª
tan las barras, como se deduce de la siguiente tabla:

Cuñas de la Stressteel Corporation

Barra Fuerza 1 Cuña Espesor de la


v, !
=~~55~, 1---~-':_ ~_:_!_~u-ªd_s__
1
¡Diámetro exterior O placa de anclaje
___P_u_I_:_a_d_a_•__ ¡_P_ª_r_ª_º_'_ªdm. pulgadas ¡ pulgadas

'/, 1 18,8 ¡___1'_¡,_,_ __ I' ¡, 1 1

l 11/2

---1-
' 33,4

l';-. 45,7
1

Una vez tesada la barra, es c111pujad.a la cuña con un gato de rosca, que se manipula con
una carraca y entra por completo en acción después del deslizarnicnto ,producido al desM
Fig. 3.62b
Anclaje de un paque cargar el gato de tesado. Se trata, pues, de u·na cuña de deslizamiento, aunq11e éste es
te de alambres (pro· sin embargo de tan sólo 1,6 m1n.
cedimiento GIFFORD·
UDALL),
Supreme Products' Corp., de Chicago, summrntra anclajes ("strand chucks") para fijar
cordones en har1cos de tesado, en los c11ales unas cuñas anulares de tres piezas anclan
por deslizan1iento los cordones en un cilindro (:fig. 3.65). I.as Cltñas so'n empujadas por
un muelle. Al destensar los
cordones se suelta de nuevo
La primera realización de el anclaje.
c:uña incrustada sin desplaª
za1niento relativo entre alan1ª Eu el procedimiento de la
Fig. 3.63
bre y cuña al incrustar ésta, Cuña anular de incrus·
Hochtief AG se anclan pa-
es segura111ente la que utiliM tación, para alambres quetes circulares de alambres
za el proccdin1iento de la individuales (procedi- compuestos por 12 0 8 mm
miento Heilmann & Litt-
Heilrnnnn & Littmann Bau- mann Bau - AG); ver que se mantienen rectos en
AG, creado por K. BurnR, también figura 4.18. todo el anclaje (fig. 3.66).
en el que se tesa y ancla cada La presión de las 12 cuñas
ala1nbre por separado. I... as independientes sohre los
cuñas anulares, de acero ce~ alan1bres se recibe e·n una
n1entado C 35, tie-nen 8U SU· pieza tubular. Después de te-
perficie interior roscada, y la sar, se aprieta cada cuña por
e.xterior, lisa con inclinación separado contra su alambre
1:14 ([214] y fig. 3.63). correspondiente, de forn1a
que, incluso aunque existan
La Stressteel Corporation, ciertas diferencias de espe-
USA, ancla barras de acero sor en los alambres, el des-
St 120 con diámetros entre lizamiento es el inismo y es
3
//' y l'/8", por medio de de unos 4 mm. La superficie Fig. 3,65 Anclaje con cuña deslizante para fijar cordones en un banco de
cuñas anulares prov:istas soK interior de la cuña es rugo~ tesado (Fabricante: Supreme Products Corp,, Chicago).
lamente de dos ranuras (fi- sa, con textura de lima (figu-
gura 3º64). Exteriorn1entc, ra 3.67); la superficie exterior es lisa y el ángulo muy pequeño, de modo que sólo desli-
las cuñas son lisas y sólo esª za la superficie exterior, engranando bien la superficie interior co'n e.! alan1brc [195].
tán endurecidas en su superª Fig. 3.64 Cuña anular y placa de anclaje para barras ttStressteel» g5 1"
ficie interior, q11e además es ( Stressteel-Corporation, USA). Held & Franche Bau- AG ancla 6 alambres alrededor de uno central que lleva enrolla-

12t 125
El gato está diseñado de tal sección longiludin.al
forma q11e la incrustación de placa de anclaje- alzado
hélice i/J8mm
las cuñas tiene lugar estando
sujetos los alambres ([225], cufia -
pág. 244).
Fig. 3.66 (izq. y abajo). Anclaje de 12 alarn·
bres rectos por medio de cuñas ex· En los anclajes de cuña para
teriores individuales y gato de tesa-
paquetes de alambres, se

/
do, del procedimiento HocHTIEF:
agarran éstos en general a lo /
a alambres de pretensar;
b placa anular; largo de sólo dos líneas. En ¿_
e placa de anclaje; el caso de alambres de alta Ltubo envolv. cable 1 i/J8
d pieza tubular; o bien 7i/J10
e cuñas; resistencia de cierto espesor,
g anillo de tesado; por ejemplo í15 12 mm de Fig·. 3.68 Cuñas de tres piezas para anclar 7 alambres. El central lleva
h cuñas de fijación al gato; enrollado un alambre duro con menor paso de hélice en la zona
i pieza central; acero St 140, no es suficiente de la cuña que fuera de ella (procedimiento Held & Francke
k tejuelo; esto parn determinadas lon- Bau-AG).
l resortes; gitudes de acuñamiento. I~os
m husillo.
alambres gruesos deben ser
agarrados en una zona ma~ cuñas funda de chapa
yor de su circunferencia, por
ejemplo a lo largo de tres
líneas de contacto, o hien en
una mayor longitud. En el
procedimiento "'Vorspann~
technik" (Vorspanntecbnik
GmhH, Düsseldorf) se logra
esto en los cables VT 108 de
alargamiento
12 í15 12,2 mm en la forma hormigonado posteriormente
que puede apreciarse en la sección longitudinal
figura 3.70, colocando entre alzado
los alambres dispuestos en
anillo unas pequeñas cuñas, cunas
de sección trapezoidal, que
son presionadas entre los
alambres por medio de la
c11ña central. Al mismo tiem~
po que se produ.cen linas
después de tesar fuertes presiones an·ulares,
son apretados radialmente
los alambres contra la pieza
pieza de anclaje/
do un alambre de cuerda de piano, utilizando de anclaje. Las cuñas indivi-
J'I. C0/11
una cuña de tres piezas cuyas superficies interio~ d11ales tienen sus caras ram
diales endurecidas y corr11~ Fig. 3.69 Cuñas de sector que fijan los alambres por efecto bóveda (pro·
res están rosca.das (fig. 3.63). Cada sector de la cedimiento Grün & Bilfinger AG).
cuña aprieta contra dos ala111bres. I.as cuñas son gadas.
incrustadas.
El paquete de alambres es tesado al igual que en el procedimiento Freyssinet, después
Se pueden empnjar al mismo tiempo varias cuñas de lo cual se en1puja la cu:ñ.a central, conjunta1nente con las cuñas pequeñas, con una fuern
individuales, cuidando, mediante medidas ade- za moderada. Al soltar los alambres del gato de tesado se produce un deslizamiento de
cuadas, que la fuerza de incrustación se reparta unos 7 n1m.
por igual sobre todas ellas.
En el cable Leoba AK 120 se anclan por medio de cuñas 12 alambres í15 12,2 mm dispues-
La Grün & Bilfinger AG utiliza un sistema de tos de tal forma que son agarrados sobre una gran longitud a lo largo de tres o dos
cuñas incrustadas, en el cttal los alambres están líneas de contacto (fig. 3.71). Se evita el tener que abrir el paquete de alambres gruesos,
situados entre las c·uñas de sector y son fijados Fig. 3 .67 Superficie interior, corrugada a modO de
colocando las cuñas por fuera del mi.sino. Dentro del paquete se encuentran cuatro piezas
por el efecto de bóveda de la corona (fig. 3.69). lima, de las' cuñas HOCHTIEF. de aju.ste de acero duro y corrugadas. Las inevitables tolera·ncias en el diá111etro son comw

126 127
alzado
secc'1ón A-A t-A

(--~-~~~~I~~~::--$~-~,-,,
: //'" "S\ :
-¡ ¡
1
: ¡il
//' ® \':!..!
0 \1
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l ; ¡" '
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i:·p !§§::J l ~l
B 1
l1 ~ :

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.f
cuña individual cufia central ¡-!
'
i-A j
.

"' L ----- ~-220 --·----·-

_J"
-

f--ss--1

Fig. 3.70 Paquete de 12 alambres ~ 12,2 mm, cuña central y cuñas individuales suplementarias (procedimiento Vor-
sección B-B
spanntechnik).

pensadas _por deformación transversal de los alambres. En este tipo <le anclaje las cuñas
son empujadas con un 15 % de la fuerza de tesado, deslizando a lo largo de los alambres.
Después se transplanta la fuerza del gato, desde la placa de anclaje a las cuñas, movién-
dose éstas conju.ntamente con los alamJJres. El recorrido de ix1cr11stació'n es aproximada~
mente de 4 mm.

12 alambres(/; 12,0
Q) placa de presión, 15 mm, St 60

@ elemento semicircular de hormigón,B 600

® alambre de zunchado, 0 4 mm, St 180/200

(!j) placa de reparto, 8 mm,St 60

corrugada (D cuíía plana

@ pernos de fijación, 0 8 mm
~ r:uñ<is de acero '- ',;,'
pieza de anciaje de St 70 héiice di! 6 vueltas 1>12mm 0 casquillo de conexión
paso 6[Jmm ® pieza exterior de hórmigón,B 600
@ armadura de la misma
Fig. 3.71 Cable Leoba AK 120 de 12 ~ 12,2 mm con cuñas exteriores.
@ placas que soportan el pretensado del zuncho, 7 mm

@ placas de agane

W. ZERNA ha creado un anclaje de cuña para yarias capas <le alambre (Procedimiento @ alambres SIGMA,St 145/150,oval 40, corrugados
de la Philipp Holzmann AG) (fig. 3.72); en éI, los alambres ovales provistos de nervios
transversales son apretados entre placas de acero St 37, que apoyan contra dos placas
l · rustación de una sola placa en forma de
de anclaje metálicas (4) con mordazas que sobresalen del conducto. Se pueden disponer Fig. 3.72 Anclaje de 32 alambres oval~$ .nervaddosl, pPohr'l'pap1~~lzmann AG) ver también figuras 3.72a Y b.
cuña (5) (según ZERNA, proced1m1ento e a i i ,
varias capas unas encima de otras, apretándolas todas a la vez p-0r medio de una cuña

129
128 9
sección A -A
que se empuja según muestran las figuras 3.72a y b, de tal forma que los nervio~ del alzado X
alan1hre se incrustan en las placas de acero St 37, las cuales transmiten a s.u vez~ por
flexión, la fuerza de pretensado a la placa de anclaje. Una sola cuña hasta para fijar
varios alan1bres en varias capas, que son tesados conjuntarnente. La fuerza de agarre de
la cuña se transmite a través de unos bloques de horn1igón, de forn1a sen1icircular, a un
alambre enrollado" en hélice ha jo tensión. El pretensa do de este alambre enrollado se
mantiene, antes de anclar los alambres, por medio de las placas de acero (10).

anclaje en la estructura
incrustación de la cuña en el anclaje

A
1

tubos envolventes ondulados

alzado X
r-A
gato hidráulico para JO t

Fig, 3.72a Pequeño gato bajo el gato de tesado para empujar la cuña en el anclaje (procedimiento Philipp
Holzmann AG).

anclaje en la estructura comienzo del tesado

sección 8-8

101t
A~
·~·1ri¡~~-~~~~)A_j ---

I ~~
gato hidráulico -j
__¡
17
Fig. 3.72b Dispositivo de tesado (procedimiento Philipp Holzmann AG). Fig. 3.73 Anclaje de alambres nervados, por medio de tornillos de alta resistencia (procedimiento KA de la Philipp Holz·
mann AG):
arriba: 1 tornillo y 10 alambres para una fuerza de pretensado de 35 t;
abajo: 2 tornillos y 40 alambres para una fuerza de pretensado de 141 t.
La fuerza de agarre puede ser producida también por medio de tornillos de alta resis-
tencia que actúan contra dos placas colocadas por fuera del paquete de alambres (figu-
ra 3.73), tal como se hace en el procedimiento KA de la Pbilipp Holzmann AG, ideado El anclaje de cuña de la Ed. Züblin A G se basa igualmente en el efecto de anclaje de
por L. MÜHE. los nervios transversales de alambres planos (fig. 3.74). El alambre Neptun, fabricado es-
pecialn1cnte para este fin, está provisto de nervios a n1uy poca separación un?s d~ ot~os,
Para anclar 2 alan1hres de 40 mn1 2
de secc1on cada uno, en una capa, basta con un que for1nan ángulo de 45° con el eje del ala1nhre, estando en la cara de arriba 1n.cl1na~
tornillo de alta resistencia M 24; para 4 alambres por capa se precisan dos de estos tor- dos hacia la derecha y en la de abajo hacia la izquierda. Se colocan en cuatro capas 8
nillos. Los tornillos son lubricados con Molykotc (bisulfuro de molibdeno) y se los aprie- ó 16 alan1]Jres, unos junto a otros, y se los pasa a través de lin orificio de la pieza de
ta con una llave tarada a 75 mkg. anclaje, que es de acero fundido GS 60. Después de tesar se introduce una cuña en el
medio entre las capas de alambres (semiángulo de la cuña: tg a~ 1:10). La fuerza ne·
Este anclaje presenta la ventaja de que al retirar el gato de tesado no se producen cesaria para incrnstar la cuíía es aproximadamente un 80 % de la fuerza de tesado. El
deslizan1ientos de los alambres ni ningún movi1niento relativo entre éstos y las -placas rozamiento entre la c11ña y los alan1bres .corrugados se reduce colocando entre 1ncd.ias
de agarre. una cl1apa de acero de 1 n1m de espesor. I_,os nervios engarzan en la pieza de anclaje

130 131
1
1

situación: tesado y listo para inyectar sección 1~1 En la f\rrura 3.77 se muestra otro tipo de anclaje ejecutado previamente (Leoba K 66,
ver ta111hién apartado 3.29). En este caso se incrusta una c~rña ~nterior, divi?ida tran¡;,m
hélice--._
versalniente en dos partes, entre 16 alan1bres 0 8 rnrn en el inter1or de una p1eza de an:
claje de acero fundido. La parte anterior de ]a cuña es de acero Ar111co suave, y esta
estría da longitudinalmente; la par-
te poSterior de la cuña es una pie~
za de acero endurecido provista
de estrías transversales. Al apretar
la cuña la pieza de acero Armco
debe sufrir unas deform.aciones
permanentes grandes, 111ien.tras
Fig. 3.74 Anclaje de 16 alambres nervados, por medio de una cuña interior. fuerza de pretensado 56 t (procedimiento que la pieza de acero duro dobla
Ed. Züblin AG).
l1acia afu.era los extre111os de los
alan1bres y e·ngarza con ellos. E]
y unos con <Otros, fijándose de este modo cuatro capas de alan1hres con una sola cuña. La acero suave en el co1nienzo del
pieza de anclaje es ,sujetada al encofrado y hormigonada, o bien se la aplica posterior· anclaje trae con10 consecuencia
n1entc a ]a superficie de la estructura por i11edio de nn pie de hor111igón que la envuelve n1ayores arr1plitudes de oscilación
(fig. 3.75). en caso de solicitación dinán1ica.
chapa Fig. 3.76a El anclaje con cuña incrustada antes de tesar (procedimiento
VSL de Losinger AG, Suiza).
pieza de anclaje\ chapa de 1 mm
\ _.._.-.......

tubo de inyección Fig. 3.76c Anclaje fijo VSL.


Fig. 3.76b Anclaje de tesado VSL.
arandela de amianto
seccíón I -I
curia de aluminio con estrías longítudrnales
Fig. 3.75 Pieza de anclaje aplicada después de hormigonar (procedimiento Ed. Züblin AG).

3.233 Anclajes de cuiía realizados antes de tesar

La m·ayoría de los anclajes descritos pueden ser montados introd-uciendo la cuií.a cuando
los ala111bres no f1an sido aún puestos en tensión, por lo qu.c p-ucden ser utilizados co1110
anclajes fijos en1hcb:i.dos en el h_ormigón (an;Clajes ciegos). El anclaje Frcyssi'net se em~
plea ;frecl1enten1ente en esta for111a. Sin em11argo, existen ta1nhién anclajes de cuña rea-
lizados antes de tesar, que son utilizados l11ego en la o-p·eración de tesado.
La firma suiza Losinger AG ha desarrollado un procedimiento en el que se disponen en
anillo de 5 a 30 alambres 125 8 rnm, estirados en frío y envejecidos, de acero St 140/160, sección por el cable
y se los fija en ·una pieza de acero por n1edio de una cuña interior p-rovista de estrías paquete l/iit7mm
(fig. 3.76a. Procedimiento VSL). La pieza de anclaje tiene una prok,ngación en forma de l_~::~··:J_,1hélice~de 0 2 mm
_11S;~ ,paso ¿8 mm
tuho, roscad.a interior y cxteriorn1ente. En la rosca interior se en1paln1a el gato de tesado 1:.~_J)-16 alambres !/!8mm
y en la exterior se enrosca el collar de retención que fija todo el conjunto contra la placa Sf 140/750 o bien
:--:_ ----:---::::--'!
de anclaje. La cuña interior tie·ne un taladro con tern1inación roscada para la inyec- ... _, St 135/150
950 Sí!!if!i d. L
ció11 del mortero. I)espués d.e inyectar se doblan l1acia afuera los extre111os sobresalientes sección A-B
de los alambres pára -asegurar el hormigón de sellado del anclaje (fig. 3.76h). Este an·
claje puede ser empleado también como anclaje fijo, en una variante simplificada (figu- a cerrar oosller;¡irmeote
ra 3.76c). Los cables VSL se fabrican en unos 20 tamañ.os diferentes, para fuerzas· de después de tesar
pretensado desde 22 hasta 170 t, y se acomodan por ello muy bien a todas las necesidades. Fig. 3.77 Anclaje del cable Leoba K 66, por n1edio de una cuña incrustada dividida en dos partes diferentes.

132 133
e tuerca circuiar Cle montaje
tubo envolvente separador tubo de anclaje -J ca'Squillo cónico ;-/
La pieza de anclaje es asida, según el princ1p10 de los cables I..coha, por medio de, una · ~A %/ // , / // ,/ ,/ /, / ./ / ,/ ,/ / ./ / /' ,' ,/ /' ,...- // / /' /', ,/ ,/
barra de tracción e·nroscad.a, y apoya, después de inyectar, contra el 1nortero endurecido. ('} / / / :/
Al igual que en todos los anclajes en los que se fija la pieza de anclaje por medio de
una tuerca, se pueden tesar estos dos tipos de cahles por etapas. E:n estos sisterr1as se sección A-B
evita por co1npletO el desventajoso deslizarnie11to de la cuña.

3.234 Casquillos cónicos apretados


cable- (16 alainbres S!!iHA 30 SI 145/150, ovales corrugados) casquillo cónico
La figura 3.78 muestra el esquema de anclaje de una barra individual por medio de un
casquillo cónico apretado. Alrededor de la barra se coloca una cuña anular de dos o tres
piezas y su_perficie interior corrugada, y a continuación Se aprieta exterior1ne'nte un cas~
qrilllo c·uya superficie interior, lisa, tiene la conicidad adecuada. Las piezas d.e la cuña
se inueven solan1ente hacia adentro, norn1almente sección e-o taladro para
antes de inyectar después, a la barra. El ángulo de la cuña y del casquillo después de tesar / inyección

fuerza de empuje cónico es muy pequeño, lo que no permite el retro-


ceso de éste. Al descargar el gato, la cuña apretada sistema C1¡0
;§!16 alambres de 30 mm 2
contra la barra apoya en la placa de anclaje igual (SI 145/150}
que una tuerca. En el estado final lo único que
l1ace el casquillo es 1nantener la cuña engarzada
en la barra, ¡>udiendo ser aq11él relativan1cnte débil,
herramienta si se utiliza para 1.a colocación ·un casquillo su.pleª
rr1entario de en1pujc, n1ás fuerte, que resista la prcu , ,/// // ,/ / / / ,'/,I" // ,',.,~/ /
tubo casquillo cónico placad.e anclaje
sión transversal necesaria 1)ara el engarce entre barra de tracción ,/ 170 ~·
c·uña y barra.
Fig. 3.79 Anclaje de casquillo cónico para 6 a 16 alambres ovales nervados (procedimiento Polenslcy & ZOllner),
Este tipo de anclaje puede ser utilizado también qa
co1no anclaje final cn1 behid.o- en el horrnigón. Con - - - - - - - - - - 5170 - - - - - - - - - + - 7 7 0
él -Se puede anclar la harra en cualquier pt1nto
conservando en él toda su capacidad resistente, ya
que hasta con producir co·n la presión tran.sversal
un engarce muy poco profundo.

E1 anclaje de casquillo cónico ha sido utilizado


Fig. 3.78 Anclaje de casquillo cónico apretado.
por Polensky & Zollner [206] para anclar 12 alam-
bres corrugados de sección oval, tal como se indica en la figura 3. 79. El casquillo es apre-
sistema /J100
tado, antes de la colocación del cable, contra el extren10 de la harra d.e tracción d.e
& l.¡t¡ alambres de 30 mm 2
acero de alta resistencia, a la cual se ha dado forn1a cónica en dicho extrem.o. El tesado (SI 145/160}
y la transn1isión del pretensado se realizan con anclaje de rosca. Fig. 3.80 Anclaje de casquillo cónico con dos capas de alambres entre el an.illo y la barra de tracción, para 44 alambres
ovales nervados de acero SIGMA 30 (procedimiento Polenslcy & ZOllner).
])espués q·ue este rnétodo de conetr11cción probase sohradan1e11te s11 eficacia, se crearon
cables 1nayores de hasta 40 alan1hrcs ovales, colocando dos capas de ala1nbres en.tre la
barra de anclaje y el casquillo ( [256], [ 417] y fig. 3.80). Entre ambas capas de alambre se
coloca en la zona del anclaje un forro de chapa delgada. Los nervios del alambre impiden
el deslizamiento de an1has capas, ya que se incrustan anclá11dosc en las piezas de acero.
Para la barra de tracción o de anclaje se ·utiliza un acero de alta resistencia St 30. J. . os
e:x:tre1nos sobresalientes de estas barras son cortados una vez te:rn1inada la operación de
tesado. De eEta for111a se consigue l1acer cables de 100 t, en los que ]os ala111hrcs? colom
cados én c11atro capas, llenan casi por co111pleto la sección del tuho envolvente, e11con-
trando el nlortcro de in.yección en todas partes la i11isn1a resistencia a su. penetración.

[,a :fig11ra 3.31 n1uestra la colocación en ohra de los casquillos. El gato hidráulico es e1n-
paln1ado sobre la rosca de la harra de tracción, c111pujando lin cilindro al casquillo.
Fig. 3.81 Colocación en obra de los casquillos cónicos Fig. 3.82 Anclaje de casquillo cóníco de la SGTM, para
En Francia, la Société des Grands Tmvaux de Ma.rseille creó, en 1954, un anclaje para (Polensky & ZOllner). cables de cordones con una fuerza de preten-
un cable de cordones, que puede contarse entre los de casquillos apret&dos (fig. 3.82). El sado de 65 t.

134 135
cable se compone de siete cordones de siete alambres ~ 3,6 n1111 cada uno, de acero Con10 mazarota sólo interesan las aleaciones cuyo punto· de fusión esté por debajo de
St 160/180. La fuerza de pretensado que se admite en Francia en estos cables es de 65 t. los 330°C, ya que, en caso co'ntrario, sufre la resistencia del alarr1bre. Una aleación coM
Los cordones se pasan a través de una placa de anclaje de acero, se les provee de u'n rriente es:
núcleo y se les tesa. Desp·ués de tesar se colo<;an entre los cables unas cuñas endurecidas
y corrugad.as en la superficie interior, sobre las que se en1p·uja un casquillo con una fuer" 17 % de estaño, 68 % de plomo y 15 % de antimonio [93].
za de 30 a 40 t, con lo cual las cuñas quedan apoyadas contra la placa de anclaje. La in-
clinación de la cuña es tan pequeña que permite fabricar el casquillo con la superficie Las boquillas suelen ser en general de acero fundido GS 52.1. Para el pretensado es
interior cilíndrica. Tan1bién en este caso se consigue un anclaje perfectan1ente libre de conveniente fundir al mismo tiern.po la placa de anclaje forn1ando una n1is111a pieza
deslizamientos [361]. (figura 3.85), reforzándola con nervios. En el otro extren10, es más econón1ico un ensa'n~
cl1a1niento en anillo para apljcar el dispositivo d.e tesado, que una prolongación de la
anclaje de tesado anclaje fijo boquilla con rosca interior. El espesor de pared de la boquilla puede ser pequeño, ya que
30
--..<201-~ las tracciones son soportadas por la placa de anclaje y el extremo reforzado. En el apar·
ranura de ventil~ción 1 1 todas las roscas· placa dr anclaje
casquil_lo de tesado) protund. : 1,9S mm 1 -"f tado 4.39 de la primera edición de este libro se describía un aparato de tesado adecuado.

r-¡)J-~t~CA'.~35~~~~~~~~paso1 :Jmm
J ~ Jll r- vaina"i'.'.'~~~~~~~~~~=.,,ir -='~"'b,erturn d
e
--
ioyeccr
La figura 3.85 muestra además Una forma sencilla y segura de fijar esta boquilla des·
pués de tesar el cable [94]. La placa de la boquilla es circular y se coloca en una pieza
~ ~-·<:::. __,,_ cabeza de anclaje ' cabeza de anclaje ______ <:t. ~ tubular con placa de fondo soldada, de longitud algo mayor que el recorrido de tesado
j"'"' 1
':>:;),,...

StC45 ---SIC4S-- j \;?


y provista de unos agujeros en su parte superior junto al final del recorrido de tesado.

Nada n1ás tesar se introduce por estos agujeros arena fina calcinada y se vibra hasta que
se llenan por completo todos los huecos. Aunque la arena no tiene posibilidad de escapar
después de cerrar los ag·ujeros, s-e puede inyectar lechada de cemento por otra abertura,
como medida de seguridad.

La presión de la placa de la boquilla contra el relleno de arena puede ser de 200 a


.t l<-35- --i ¡
11
rosca interior: 7/.15 J!/17itworfh 400 kg/cm 2•
sección A~ B

Fig. 3.83 Cuñas incrustadas antes de tesar, para un cable de 6 12:1 9 mm {procedimiento lleilmann & Littmann Bau-AG). En. algunos procedi111icntos se utiliza en lugar de me-
tal hlan.co n1ortero de cen1ento, debiendo ser entonces
el cono algo inás largo, siendo preciso con1pactar bie'n
el 111ortcro y I11cjorar su poder adl1erente utilizando
áridos duros. El mortero como material de relleno no
es apropiado cuando se emplean alambres lisos, pero

antes de tesar después de tesar


3.24 Anclajes de mazarota abertura de llenado

Las boquillas de acero utilizadas para cables trenzados, en

B~f-
las que se en1beben los extren1os de los alan1hres en u1etal
olanta
blanco, pueden ser e111pleadas ta1nbién para el hormigón
pretensado (fig. 3.84). Por regla general la longitud es de
5d y el diámetro en el extremo del cono de 2d. Los alam·
bres resisten por adl1erencia con la inazarota y por la fuer~
te presión transversal q·ue se origina al co111_primirse ésta 1 \
planta sección ·A.-8 boqui!ia
en el cono de la boquilla. Se producen entonces unas trac-
ciones en ésta que detern1inan su espesor. La adherencia __L
es buena solamente cuando las superficies de los alambres 8
están perfecta1nente lin1pias de grasa. La presión tra·ns~
versal es tanto n1áyor cu.anto n1ás lisa sea la s11perficie inte~
rior de la boquilla. Fi¿. 3.85 (izq.) Boquilla adecuada para el pretensado, con placa de an-
claje fundida y anillo exterior para aplicar el dispositivo de
tesado;
Fig. 3.84 Boquilla normal, para anclaje de cables trenzados o paquetes de
alambres. (der.) Anclaje del cable tesado en una caja de arena.

136 137
sí con alambres corrugados apropiados para la un1on por cizallamiento. De esta forn1a h
la empresa Beton- und Monierbau AG fija paquetes de alambres ovales corrugados por
111edio de n1ortero de ce1nento, en una hoqu:i.lla (fig. 3.86) provista en su extremo de rosca
interior y exterior para tesar y anclar [257].

En lugar de las boquillas de acero fundido, de elevado coste, el procedimiento HG [ 418]


c111plea t11hos de pared gruesa d.e acero St 52, aplastados e·n uno de sus extremos, para
anclar paquetes de 12 a 24 alambres ovales corrugados. En los 20 cm de longitud de la

fuerza de pretensado 74 t

Fig. 3.87 Cable I"IG:


a (arriba izq.) Escoba de 24 alam-
bres ovales 40 mm2 de sección;

b (arriba der.) Boquilla formada
tt' por un tubo de acero aplastado
l'.l en su extreino anterior y con
roscas interior y exterior en el
otro extremo;
r e (der.) Aparato IíG para compri-
mir el hormigón de relleno del
linteriori
tubo. e
para tuerca,
¡barra. ~e cónica i
ttraccwn ____ __¡ 3.25 Anclaje con manguitos estirad.os

En la industria de los cables trenzados de


pretensado 26/t t ala111bres se introducen los extrc111os de los
ca bles o los cordones en un tubo corto de
pared g:ruesa (1na·nguito terminal), y se les
Fig. 3.86 Boquilla de anclaje
con1prin1e n1cdiante un proceso de estira~
para paquetes de 10 do. El tubo es estirado en frío a través
6 28 alambres ovales de una hilera de n1enor dián1etro, lo qu"C
nervados (procedi·
miento Beton • und l1ace que se apriete transversal1nente con~
Monierbau AG). tra los alambres. Llan1are111os a esto un
manguito estirado (en USA: "Trulock")
(fig. 3.89).

]. Roebling, la mayor fábrica de cahks


zona de anclaje, se retuercen, a J11odo d.e sacacorchos, los alan1bres (dos v11eltas de 9~ cada de USA, sumínistra cordones de 7 y 19
Fig. 3.88 Anclaje de un cordón de 19 alambres P 5,5 mm,
una) (fig. 3.87a). A continuación se introducen los alambres en el tubo y se sella el ex- alan1hres estirados, envejecidos y galvani~ St 180 (procedimiento Cable Covers' Ltd., Lon-
tremo aplastado (fig. 3.87h). Después se echa el hormigón, se le vibra y se le comprime zados, provistos de i11anguitos estirados~ dres).
a 200 atm por medio de un gato hidráulico empalmado en la rosca interior (fig. 3.87c).
Este sisten1a de construcción no es ad111isible para grandes fuerzas de prctensado, ya
que no se crea la suficiente p·rcsió11 transversal en el tubo, que no es cónico sino de sec~
ción ovalada.

Se tira de estas hoquillas llor 111cdio de barras de tracción enroscadas en el interior del
tuho, y se las ancla contra la placa de anclaje con anillos de rete11ción, a no ser que
apoyen contra el mortero de inyección, com.o se hace en los cables HGL (ver aparta·
do 3.29). Mientras que la boquilla fundida de la figura 3.86 permite el movimiento de
tesad.o incluso aunque esté en contacto con el horn1igón, la cabeza IIG debe ser colo~
cada en el interior de una funda de chapa, ya que tiene mayor ancho delante que atrás.
Fig. 3.89 Anclaje de un cable
La pieza de anclaje de la figura 3.62b es usada también de acuerdo con la figura 3.88 para por medio de un
el anclaje de cordones (:Fabricante: Cable Covers Ltd., London). manguito estirado.

J.18 139
que tiene'n en su extren10 libre una rosca por n1edio de la cual se realiza e] tesado, al preswn transversal en la cabeza, que eleva la resistencia· al cizallamiento (fig. 3.93). Este
igual que con las barras roscadas (fig. 3.90). tipo de anclaje fue descrito por MoRSCH [52] en su utilización en el acero Krupp St 100,
muy corriente en aquella época. Fue utilizado en armaduras pretesas.
El manguito estirado normal no es apropiado parn el anclaje de varios alambres para-
lelos. Con este objeto. ha creado la Hüttenwerk Hheinhausen un anclaje de este tipo con Durante mucho tiempo ha estado limitado el empleo de cabezas recalcadas a los acero•
núcleo interior. Se emplea en paquetes de 13, 26 y 35 alambres de 5,2 mm de diámetro naturales d.uros, ya que los aceros mejorados o los estirados en frío no adn1iten que
con fuerzas de pretensado de 25, 50 y 65 t, así como en paquetes de 16 y 25 alambres se les caliente, y se les consideraba demasiado frágiles para el recalcado en frío. En 1949
de 8 mm de diámetro con fuerzas de pretensado de 65 a 100 t, disponiendo siempre los demostraron cuatro ingenieros suizos (BrnKENMAIER, BRANDESTINI, Ros, V OGT = BBRV) la
alambres en anillo (fig. 3.9la). Por medio de la compresión radial que se origina al estirar posibilidad de recalcar en. frío en los aceros estirados una cabeza de anclaje, q·ue inicial~

antes del estirado


!l 1]. cerco

Fig. 3.90 Los manguitos estirados para cordones,


1¡:
,¡ ¡1111·
suministrados por J. Roebling, USA. l1·:l .
i
1
'

\,

sentido del
estirado

·-
d!tlspués del estirado

i1[.,i~E¡==------· ti;~
~?J;/ >/ pieza de anclaje

Fig. 3 .93 Cabeza de anclaje recalcada con


placa de anclaje para aceros na-
turales duros (según MORscH).

~·~~-""~·~·
/ . B
po W '.
paquete de alambr'e;" sección A-B

Fig. 3.91a Cabeza de tesado HWR. Estirado del manguito sobre Fig. 3.91b Cabeza de tesado HWR terminada, con 16
los alambres alrededor de una barra núcleo (esque- alambres 0 8 mm para nna fuerza de pre-
mático). tensado admisible de 65 t.

el 111anguito, quedan perfecta111ente agarrados los alan1hres entre éste y el núcleo corru~ :F'ig. 3.94 Cabeza de anclaje recalcada en frío,
gado. Se consigue incluso anclar dos capas de alan1bres d·ispu.cstos e'n anillo, con un en alambres estirados )tí 5 a 8 mm,
nlanguito más resistente. St 150 a 170, según el procedimiento
BBRV (Suiza).

La barra núcleo, de acero 1nejorado, tiene en su extremo


una rosca con la que se tesa y ancla igual que cuando se
mente tuvo forma de tonel, derivando más tarde a la forma esférica (fig. 3.94). Es pre-
trabaja con U:na sola barra de pretensar gruesa (fig. 3.91b).
ciso cortar el cxtren10 del alambre según u.n corte perfecta111cnte plano y ortogonal al eje.
Los manguitos estirados tienen que ser colocados hasta el
Se le inn1oviliza después dejando sobresalir l,5d y se con1ie'nza a a1Jretar contra la cara
n1omento en taller, s.iendo, p·ues, adecuad.os para su utiliza~
extren1a aun1en.tando paulatinamente la fuerza. El d.íá1netro de la cabeza es aproximada-
ción en cables de pretensar hechos en fábrica. mente I,4d. Numerosos ensayos han probado que las cabezas recalcadas BBRV proporcio-
nan llll anc]aje seg11ro, incluso en el caso de solicitación diná1nica, si se e111plean piezas
En Hungría se anclan paquetes de 2 a 6 alambres \2l 5 mm
de anclaje de acero suave (St 52 a St 90) con un taladro adecuado. La calidad del anclaje
según una idea de GABORY [359], dentro de un redondo
recalcado depende no sólo de las particularidades del acero, sino también de la velocidad
de armar \2l 32 mm perforado longitudinalmente (manguito del recalcatlo. Se <iebcn en1plear, por tanto, s:olan1entc aquellos aceros y aparatos que ha-
de tesado), comprimiéndolo con una fuerza de 60 a 400 t yan sido bien ensayados (fig. 3.95).
(fig. 3.92). El extremo exterior del cilindro está provisto
de rosca y tuerca, n1ediante las cuales se ancla luego el Fig. 3.92 Anclaje húngaro en una Se pueden emplear tan1hién Jos ala1nbres n1cjorados en los anclajes recalcados, siempre
paquete de alambres contra una placa. barra perforada compri- que el acero no se haya vuelto demasiado frágil por un tratamiento excesivo [139] y [166].
mida,

Junto a la máquina de recalcar de la figura 3.95 existen también pequeñas herramientas


3.26 Anclaje por medio de cabezas recalcadas
hidráulicas con ]as que se pueden recalcar cabezas en alan1bres ya colocados con extre-
En los aceros naturales duros se pued.e recalcar en frío o en caliente los extremos de n1os libres cortos. Tales aparatos son usados ante todo para los paquetes de ala111bres
las barras, de tal rnanera que puedan trans111itir ~3'U esfuerzo a una placa de anclaje ·pCr- '"enhebrados", co1110 sucede al pretensar conjuntan1ente varias piezas prefabricadas de
forada. Se puede hacer el recalcado contra un agujero cónico, originándose una com- hormigón (dovelas) ([307] y fig. 3.96).

]4.0 Hl
Cables de pretensar BBRV
Fuerza nominal en t
32 64 100 60 1 130 1 1701 2201
Vo para a,= 0,70/lz ___ ,,_
----- ·----- - -- - - - - - - - - - - -

Número y diámetro 14 0 5 28 0 5 44 0 5
55 0 6 55 0 7
10 0 6 20 0 6 32 0 6 19 0 6 42 p 6
de los alambres 8 0 7 16 0 7 24 0 7
42 0 7 44 0 8
----- -"-""---·--- - - - - -··-·----------- , _________ ------------- _______ __ ,, ,,_
- -- ----

o Tipo de anclaje ... ... ... ... B, J B, J B, J e e e e


"" ~
00 --·----- ------ ----- ----- ....... _,,_.., __
____ ,, ........ --·-
~ Cabeza 0 mm ... 75 100 ll5 83 ll8 130 144
..§ ------ ----···- --------
Barra de tracción mm
·~
..!l
Q
~

o
(roscada) ... ... ... ... "
... ... 42 52 52
62 72 4282
- - -- -----·---·--- ------ - · - · - - - -
1

< Funda mm ... " . ... ... r-'85 r-' llO r-' 125 130 143 158

-~
"
Tipo de anclaje s
- -- -
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92
--- ---·-·-·--
s ___ _____ E E
______ ___
E
..,

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~·~ -----
________
E
·-------- --·----- - - - - - -
,,

="'
< Placa de anclaje en cm 12/15/1,2 15/22/1,2 16/30/1,2 p 17 0 24,5 p 28 31,5

1
Estos cables son fabricados también con el tipo de anclaje B o J. Hay ta1nhién cable·s para fuerzas no·
1
"
*
Fig. 3.95 Máquina para recalcar cabezas de Fig. 3.96 Aparato de recalcar para alambres minales intermedias.
anclaje en alambres hasta 0 8 mm de hasta 0 6 mm (PROCEQ, Zü-
(procedimiento BBRV). rích).
soldada a la _placa de anclaje, asegura la movilidad del collar de anclaje durante el tesado
Se h_an desarrollado diversos dispositivos de tesado y anclaje con cabezas recalcad.as, y facilita el empalme del tubo envolvente del cable. Después de tesar se enrosca el co·
bajo el non1hre de Procedirnierito BBRV, que se ha extendido desde Suiza a casi todo llar de retención sobre la rosca exterior del casquiIIo de anclaje.
e.l rr1u.ndo.
Los anclajes fijos, tipo S (fig. 3.99), son mucho más sencillos, ya que las cabezas de an-
La figura 3.97 muestra la colocación de un pe· claje se apoyan sin1plemente contra una placa gruesa de acero, en Ja que se s11eldan una
queño collar roscado entre la cabeza y la placa funda corta que envuelve la wna en que se abre el paquete de alambres, y un tubo de
de anclaje, para poder asir el alambre con el
gato. Después de tesar se interpone entre el collar
y la placa de anclaje una pieza de aéero de espe·
sor correspondiente al recorrido de tesado. En el
otro extren10 del alambre es suficiente sólo con
una pequeña placa de anclaje.

Los anclajes recalcad.os BBRV ofrecen la posibi-


lidad de tesar y anclar simultáneamente muchos
alambres. De esta forma se puede adoptar cual-
quier fuerza de pretensado. Los cables n1ás usua~ Fig. 3.98a Cable BBRV, anclaje de tesacto Uno B. Fig. 3.98b Cable BBRV, anclaje de tesado tipo B,
casquillo de anclaje con el paquete de placa de seguridad y barra de montaje.
les son los siguientes 1 (ver tabla pág. siguiente). alambres.

Existen diversos tipos de anclaje. Primeramente


el tipo B, con una pieza de anclaje de sección
anular (fig. 3.98) utilizado igualmente como tipo I
(anclaje de inyección). El casquillo de anclaje
Fig. 3.97 Anclaje de un alambre por el procedi·
miento BBRV. con los taladros para los alan1bres, está Jlrovisto
d.e una rosca interior para la barra de tracción
y otra exterior para el collar de retención (tuerca de apoyo) .

Las cabezas son recalcadas después de haber enhebrado el casquiI!o de anclaje. Una placa
de acero con rosca aprieta las cabezas contra dicho casquillo. Una funda de chapa fina,
1 Fig. 3.98c Cable BBRV, anclaje de tesado tipo B. Fig. 3.99 Cable BBRV, anclaje fijo tipo S, tubo
Los datos tienen validez en obras ejecutadas en Suiza, de acuerdo con las normas de dicho país. -(N.
placa de anclaje, funda de chapa y collar respiradero empalmado a la placa de an-
del A.) claje.
de retención.

142 143
ventHación (respiradero) para la cabeza de inyección. Cuando las fuerzas de anclaje son Tomando la idea del anclaje eI1 abanico, BBRV ha simplificado y abaratado aún más
elevadas se colocan dos placas, una encima de otra. su anclaje ciego (fig. 3.102), fijando simplemente los alambres en su extremo en un ace·
ro plano, por medio de sus cabezas de anclaje. La zona del abanico es armada transver·
Los nuevos tipos C y E (comenzados a usar en 1959) presentan una disposición más con- salmente y hormigonada.
centrada de los alambres en una pequeña pieza de anclaje (fig. 3.100), en la que están
situados los taladros para los alambres lo más cerca posible unos de otros al oh.jeto de En Italia, con uI1 procedimiento parecido al BBRV, se forma por prensado una cabeza
acortar la funda de chapa y disminuir su diámetro. Se elimina casi por completo el ahoci- plana en alambres con estirado simple en frío ([503] y fig. 3.103). El extremo plano del
alambre, terminado en cuña, se fija en una pieza de anclaje con taladros cónicos.

Todos los alambres de un cable deben ser cortados a la misma longitud. Después se
coloca el tubo envolvente y las piezas de anclaje. La pieza terminal del tubo de chapa
fina debe ser lo bastante ancha para que pueda retroceder sobre el tubo normal, al ohje·
to de poder colocar las terminaciones de los alambres en la máquina que forma las
cabezas.

En los anclajes recalcados, al igual que en los de rosca y en los de mazarota, es pre-
ciso cortar el cable de pretensar con toda exactitud, y ·no hay posibilidad de cambiar
los alambres.

La Prestressing lncorporated, de San Antonio, Texas, USA, emplea un alambre con doble
cabeza (duplex-headed wire) (fig. 3.104), recalcando en frío en el alamhre Un ensancha·

-f-EF~c~~3~)--
Fig. 3.100 (izq. y arnba) Cable BBRV, anclaje de tesado
tipo C.
,___ _ so ________ ¡__,5j
Fig. 3.103 Extremo del alambre aplastado que
se introduce en los taladros cónicos
de las placas de anclaje.

Fig. 3.104 Alambres de doble cabeza (Prestress-


Fig. 3.102 Anclaje en abanico BBRV. ing Incorporated, USA).

miento. La cabeza del extremo del cable se utiliza para fijarlo al gato de tesado, y la
interior, a la praca de anclaje. Después de tesar se corta el extremo que sobresale. No
se aprecia ninguna ventaja especial en este método, ya que todas las partes del anclaje
Fig. 3.101 Cable BBRV, anclaje fijo tipo E.
deben estar ranuradas, pero resulta interesante el hecho de que se pueda recalcar la
cabeza en medio del alambre, sin que éste pierda resistencia. Probablemente habrá que
namiento del paquete de alambres. La pieza de anclaje está hecha, en atención a las usar aceros especialn1ente apropiados.
fuerzas que actúan e'n la rosca, de un acero aleado i11cjorado. En la pieza de anclaje se
enrosca un mang.uito de tracción en cuya rosca interior se fija también la barra de traed
ción. :El e-ollar de retención sobre la rosca exterior, apoya contra lina placa de anclaje 3.27 Anclaje por apuntalamiento de la barra
redonda reforzada con ·nervios.
En USA se ha desarrollado un anclaje con unos puntales de chapa endurecidos y relati-
En los anclajes fijos (tipo E, fig. 3.101) se enrosca una placa de anclaje en forma de plato vamente delgados, que se colocan inclinados y en varias capas (fig. 3.105). Al tesar, que-
sohre la pieza de anclaje. El tubo respiradero está soldado a la funda. El hormigón de dan los bordes interiores de los puntales tocando la barra. En cuanto se inicia el movi-
delante de la placa d.e anclaje está zunchado con una hélice. miento de retroceso, se comprimen anclándose en la barra; los puntales cargan contra una

144 10 145
sección !ongítudinal
pieza de acero fundido que los rodea, si bien 3.29 Anclaje en el mortero de inyección endurecido (anclaje de inyección)
pueden terminar también en un anillo de
chapa. El anclaje de la figura ha sido dimen· Si se fija un cable tesado que tenga su dispositivo de anclaje en el interior del conducto
sionado para una barra 95 25 mm de acero de inyección, se inyecta en éste mortero de cen1ento y se espera a que endurezca~ se
St 200 con una fuerza de tesado de 80 t. Se podrá transmitir entonces al anclaje la fuerza de pretensado, siempre que el mortero
pueden anclar, pueS'~ fuerzas relativan1ente tenga ya la suficiente resistencia y que esté zunchado en el entorno de anclaje. Esta
grandes. forma de anclar cables fue puesta en práctica por vez primera con los cables Leoba
(figs. 3.21 y 3.108) y ha dado siempre buen resnltado. Si se utiliza un mortero adecuado
Anclajes con puntales algo más sencillos han durante el hormigonado
sido propuestos por BüHRER para barras de pieza ~e anclaje
acero St 90. • • • 411
funda de anclaje
Sin embargo, este tipo de anclaje no ha en·
contrado aún utilización práctica.
.hélice </J !Z, 8-vue!tas 8tI
• é • 1111
3.28 Anclaje con resortes de plato plantas
antes de tesar sección por la
pieza de anclaje
-----: !t r. -
Como pieza que realiza el apuntalamiento lii??w'.il~rinm,':"anillo de anclale
de la barra, se pueden emplear resortes de · con puntales
plato (fig. 3.106). Al apretar en el borde in- anillo intermedl~io:!llliJllillnlliDIJJI"'
terior disminuye el diámetro de la abertura Fig. 3.105 Anclaje por apuntalamiento para barras de
central, con lo cual su borde endurecido apo- pre tensar de 80 t (según Preload, USA).
ya contra la barra y la fija, siempre que se
coloque el suficiente número de resortes. A causa del efecto resistente en todas las direc-
ciones, el rendimiento de este anclaje es mayor que en el caso de los puntales. La incli·
nación de estos platos es mayor que en los resor·
sección tes normales, al objeto de conseguir una presión
armadura de borde i:/>7
suficiente. La fuerza se transmite a través del
borde exterior del plato a la placa de anclaje.
mortero de inyección_ 8~8
5 resortes de plato
Se puede utilizar la misma placa de anclaje quitar el mortero
hasta la pieza de anclaje,
como resorte de plato y fijar la barra con una rellenar luego con hormigón
cuña en la abertura central (fig. 3.107). Por el
efecto de muelle del disco se aprieta transver·
sal.mente aún más la cuña, y la fuerza se trans~
mite por el borde del plato sobre una extensa Fig. 3.108 Anclaje de tesado de los cables Leoba, apoyando el anclaje sobre el mortero endurecido, 8 alam-
superficie de hormigón. Amhos tipos de anclaje bres 0 8 mm, St 135/150, VG = 33 t; ó 16 alambres 0 8 mm, St 135/150, V0 = 66 t.

¡ no han sido experin1entados aún.


y se Ie zuncha suficientemente se puede retirar la placa de fijación provisional a los 2
planta ó 3 días de inyectar (con tiempo cálido), y transmitir "al interior" la fuerza del pre·
tensado [183]. En el instante de la transmisión, hasta con haher alcanzado una resisten-
cia en el mortero de 100 a 150 kg/cm2 • Este anclaje dio muy buenos resultados en los
cuiia 'incrustada
ensayos de carga mantenida y de fatiga.
resorte de piafo
(circular)
Con un dimensionamiento correcto de las piezas del anclaje y del zunchado es posible
anclar en el mortero de inyecéión endurecido fuerzas de pretensado de hasta 200 t.

Los cables BBRV fueron anclados inicialmente en el mortero de inyección ( [1<}3] y figu-
ra 3.109). Fue allí probablemente donde surgió esta idea por primera vez, aunque no fue
placa de anclaje llevada a la práctica hasta más tarde.

Los cables HG (fig. 3.87) son utilizados frecuentemente con anclajes de inyección, hajo
Fig. 3.106 Anclaje con pequeños resortes de pla· Fig. 3.107 Anclaje con un resorte de plato grande y
la denominación HGL. Otros diversos tipos de anclaje de conocidos procedimientos de
to (esquemático). cuña. prete'nsado se prestan bien para anclar en el inortero de inyección.

146 147
, / ,cercos o zunchado adicionales
L. MÜHE ha intentado con el pro·
/ / / /
En los puentes colgantes americanos se 11an unido tan1bién durante largo tien1po, por me~
respiradero /,
cedimiento KA, de la Philipp
dio de pequeños manguitos, alambres estirados en frío de {25 5 mm, aceptando la pérdida
Holzmann AG (fig. 3.73), anclar
de capacidad resistente que supone la rosca. Sin embargo, en los aceros mejorados de
en el mortero de inyección endu-
recido alambres ovales corrugados, pretensar se debe renunciar a uniones de este tipo.
simplemente por adherencia pura
Por medio de manguitos o tensores se pueden unir también paquetes de alambres, si se
y por cizallamiento. Con este ob-
dispone en los extremos una pieza de anclaje provista de una rosca adecuada. Estos em·
,ieto se retorcieron 1800 los alam-
bres en un tubo envolvente y se
superficie
fijaron provisionalmente con gra~ del tubo respiradero
pas al gato. Sin embargo, no fue hormigón
hélice de zunchado cable auxlliar barra de pretensar St 80/105
admitido oficialmente el retirar manguito roscado 1>Z6mm
las grapas y los tornillos una vez funda de!
endurecido el mortero. pieza terminal de la. manguito. <ii61 l.Jf.
mortero de relleno funda del manguito

IJos anclajes en roca se realizan


en el mortero inyectado, siguiendo
/!///////
/Í'
//////////~// procedimientos particulares (ver
/~/ / / / '/ / / / / / ;:
/ /
///////w/ apartad.o 16.8).
' / ///// / / '/// / / / / / / ///
/ ///// !' / ///./ / /// / / / ;/,:
cabeza de anclaje de acero de alta resistencia
~ 3.3 El empalme ele armaduras
Fig. 3.109 Anclaje de inyección BBRV, tipo B: de pretensar 1 '---1----90 _ _ _ __,
arriba: después de tesar, con la placa auxiliar de anclaje ¡_.--~z7---l- zso----------<
colocada, inyección del mortero a través de ésta; 3.31 Manguitos roscados
abajo: anclaje terminado después de retirar la placa auxi·
Las barras pueden ser empalma·
liar de anclaje. anclaje de campana ,,A"
das n1ediante n1anguitos roscados
o tensores, siendo válido para las
Fig. 3.112 Empalme de manguito en una barra Dywidag jz\ 26 mm anclada.
roscas todo lo dicho en los apartados 3.24 y 3.25. La figura 3.111 muestra el manguito
que se usa corricutemente en las barras {25 26 mm de acero St 105. Cuando las barras
van a ser· utilizadas con10 arn1adura postesa, l1ay que empalmar al tubo envolvente nor~ palmes de cables se utilizan cada vez más para pretensar unos elementos de la obra
mal una pieza de i11ayor diámetro de dimensiones suficientes para que el n1anguito p11e~ contra otros. Como ejemplo indicaremos los empalmes de cables de los procedimientos
da desplazarse al tesar. Dywidag (fig. 3.112) y BBRV (fig. 3.113). Empalmes parecidos se emplean en muchos
otros procedimientos. Los anclajes de inyección son eSpccialn1ente apropiados, ya que se
suprimen las placas de anclaje en las juntas de empalme y se perturba muy poco la su-
perficie de contacto de los bloques de hormigón.

11
tubo respiradero de ;J/'1-
cabezas de anc!aje· de acero de alta resistencia

funda de acoplamiento

La figura 3.114 muestra finalmente el acoplamiento de un cable BBRV de 220 t, tipo C.


El cable de la derecha está tesado e inyectado. El manguito de tracción sobresale del
collar de retención. Se podría enroscar directamente a aquél la pieza de anclaje del eaMe
Fig. 3.111 Manguito de empalme con funda de chapa fina, para barras 0 26 mm de acero St 105, a empalmar, pero sería preciso entonces dar vu.eltas a todo el cable. I>ara evitar esto se
utilizado en el procedimiento Dywidag.
añade un núcleo de acoplamiento sobre el que se enrosca un tubo de empalme previa-

143
149
r11 --------~tubo respiradero o de r+-1
! ! J---' inyección de 3/~" ~-------i~ ! i
'. ~ 1 ' 1 !
1 ' 1 ' 1 1
._._..i. ..... ~---!- ------310----------!----:-1--

fu_nda de acopiamiento
elemento de cabeza
\
Fig. 3.115 (der. y abajo). Un sistema de empalme americano pa~a alam-
bres estirados en frío, con cuñas que actúan automáticamente
(torpedo splice). Sección longitudinal y transversal.

CUNAS MUELLE MANGUITO


/

Fig. 3.114 Acoplamiento BBRV para un cable tipo O de 220 t. Cable de la derecha
tesado e inyectado. A la izquierda, cable a empalmar.

mente atornillado en la pieza de anclaje izquierda. Una funda de acoplamiento envuel-


ve todo el conjunto y facilita la conexión con el tubo envolvente del cable.

3.32 Empalmes por medio de cuñas

En USA se fabrican i11anguitos para empalmar ala111bres estirados en frío, en c11yo interior
se fijan los extremos de los alambres por medio de cuñas de tres piezas (torpedo splice)
(figura 3.115). Este tipo de empalme es de manejo fácil, es seguro, y no disminuye prác-
ticamente la capacidad resistente del alambrn. El gran diámetro del manguito de empal-
me perturba la disposición normal de los alambres cuaudo éstos están cólocados muy
cerca unos de otros~

Para empalmar cordones en los bancos de tesado, fabrica la Supreme Products Corp .•
de Chicago, un empalme con cuñas parecido que puede deshacerse de nuevo (splice
chuck) (fig. 3.116).

3.33 Empalmes por soldadura normal o fuerte


Se cortan los extremos de los alambres oblicuamente a U:n ángulo de 15° a 20º y se los
une con soldadura fuerte (fig. 3.117). El empalme alcanza hasta U:n 60 % de la resistencia
normal en alambres ~ 3 mm St 180, y un 65 % en alambres ~ 5 mm St 150, siempre que
sea hecho por nn equipo especializado. Este tipo de empalme es usual todavía en la fa-
bricación de cables trenzados y cordones (ver apartado 2.122). En los cables de pretensar
puede ser admitido si los empalmes de los alamhres están suficientemente espaciados
(como máximo un empalme por cada 50 m de longitud. de cordón), y si no tienen impor-
tancia en comparación con la sección total. En Alemania no se adn1iten ya los en1palM
mes con soldadura fuerte, desde que se utiliza el sistema de soldar a tope los alambres
a11te-"" de estirarlos, tratándolos p-reviamente de .forn1a que. no disn1inuya en el empaln1c
la resistencia. Se pueden fabricar así cordones de longitud cualquiera. En USA los alam-
bres estirados para la fabricación de cordones largos son empalmados por soldadura. Si en
un cordón de 7 alan1hres se hace ·u'n en1pal1ne de este tipo, baja la resistencia del cor~
dón en un 13 a 16 % [31l]c Es mejor, pues, soldar los alambres antes de someterlos a Fig. ·3.116 Empalme uSupremen de cordones
para utilizar en banco de tesado.
la operación de estirado.

151
150
3.34 El Empalme directo de cordones tubos incluidos en el l1orn1igón, l1asta una cavidad vertical, <1uc es hor1nigonada una vez
colocados todos los cordones (figs. 3.121 y 3.122).
Los cordones o los cables trenzados sencillos se empalman frecnentemente solapando su&
extremos a lo largo de varios metros. Se disponen ordenadamente los alambres y se los Cuando hay que empalmar muchos alambres en el bucle de anclaje se pueden colocar
entrelaza unos con otros. El solape debe ser unos tubos de acero junto al eje del huele alrededor de los cuales se doblan, en forma
soldadu ra-,fuer!e
ejecutado por personal especializado. En un de gancho, solapándose, los extremos de los alambres (fig. 3.123). La barra de acero so-
cordón de 7 alambres se alcanza aproximada· porta las opuestas fuerzas de anclaje de los dos ganchos que, ann sin ella, están ya fuer-
mente nnos 6/ , de la resistencia total, pu- temente reducidas por la cnrvatnra del huele.
diendo realizarse este tipo de empalme en
Fig. 3.117 Empalme de una barra por soldadura fuerte. casos de excepción.

3.35 Empalmes de grapas

En el comercio se enenentran las llamadas grapas de cables, con cnyos tornillos se aprie-
tan dos extremos de cables nno contra otro. Con 6 n 8 grapas, una detrás de otra, se 1
1
alcanza en cordones de 7 alambres sola· i[
mente la mitad de la resistencia del cor· t
cavidad
dón. Un número mayor de grapas no me-
jora los resultados. Por ello, sólo puede 'I
:1

emplearse este tipo de enlace si la fuerza r~


de pfetensado se ha visto reducida antes ---1os extremos de los
del empalme por fuertes rozamientos debi- cordones llegan a la
cavidad a través de tubos
dos a Ia enrvatnra del cable. Sin embargo,
es preferible el empalme por anclaje de
ambos extremos del cordón en el hor-
n1igón. Fig. 3.120 Empalme de alambres o cordones, en- Fig. 3.121 Empalme de los extremos libres de los
rollando sus extremos libres en espiral alambres, hormigonándolos en una ca-
y hormigonándolos en bucles de an- vidad del dorso del bloque de tesado;
claje. utilizado en el procedimiento BAUR·
LEONHARDT).

Fig. 3.119 Empalme de grapas KKA para 10 alambres


SIGMA oval 40, durante el montaje (arriba) --tubo de acero
Fig, 3.118 Manguito de empalme (Cable Covers
Ltd., Londres). y terminado (abajo) (procedimiento Philipp
Hotzmann AG).
1
\\
La Cable Covers Ltd., de Londres, suministra manguitos para empalme de cordones, qne
\ '-,
.... _..Lcable
____ _ '-...., .... __ ______
..:,._
cable

son comprimidos en una prensa hidráulica de 1 000 t (fig. 3.118).


Fig. 3.122 El tipo de empalme de la figura 3.121, al natural. El tablón Fig, 3 .123 Empalme de extremos de alambres me·
Del anclaje KA {fig. 3.73) se ha derivado nn empalme de grapas para alambres planos colocado en el dorso del bloque de tesado sirve para diante ganchos doblados alrededor de un
compensar las altas temperaturas durante la colocación de tubo de acero.
corrugados, qne se distingue por su simplicidad (fig. 3.119). los cordones.

3.36 Empalmes en hormigón


Finalmente, es posible empalmar por solape alambres corrugados n ondulados, zunchando
Se pueden empalmar alambres y cordones dejando embebidos en el hormigón los extre- el solape y hormigonando (fig. 3.124). Debe tenerse en cuenta que en la zona de empal-
mos libres enrollados en espiral, eu el interior de un huele de anclaje (fig. 3.120). En· me se origina en cierto modo un anclaje fijo, fallando en dicho lngar el pretensado del
el procedimiento Baur-Leonhardt se pasan los extremos de los cordones a través de unos hormigón.

152 153
Se han empalmado también grandes cables por medio de lmcles solapados, como por
ejemplo en el pnente de Untermarchtal sobre el valle del Danubio [190] y [360].

En el puente de Dudweil en Saarbrücken se empalmó un cable de 16 X 23 = 368 alam·


bres .125 8 mm abriendo en abanico los alambres en grupos de 8, que eran pasados detrás
Fig, 3.124 Empalme por solape en hormigón zunchado de dos alambres de la trompeta de abocinamiento dentro de tubos envolventes, y se doblaban en el ex-
ondulados o corrugados. tremo, a modo de bucle, alrededor de una pieza de anclaje Leoba (fig. 3.108). Las piezas
de anclaje de ambos cables eran unidas por medio de una barra roscada (fig. 3.125). El
anclaje en el empalme es fijo y es preciso por ello tesar el cable hacia ambos lados en
los otros extremos. Se pueden realizar tales empalmes con cualquier otro tipo de anclaje
bloque 2. 0 bloque 1.º sección longitudinal provisto de rosea de acoplamiento.

t~ ~
de inyección <P11/Z
11
3.37 Empalme con alambre enrollado en tensión

Los ingenieros suizos BBRV (ver apartado 3.26) han construido una máquina para em-
palmar alambres de pretensar 125 3 a 6 mm en la que los extremos solapados de los
alambres son enrollados con otro alambre delgado, más duro, bajo tensión elevada. De-

Fig. 3.126 Máquina BBRV de


empalmar alambres.
El alambre es enro-
llado a una tensión
elevada. Peso 28 kg.

espiga de 'tubo de drenaje rpzq


acoplamiento

junta a horrnigonar _
después del tesado

planta

Fig. 3.127 El empalme BBRV


terminado.

-----

tubos dobles
Fig. 3.125 Empalme de un ca-
ble de 16x23 = 368
alambres Q5 8 mm
por medio de pie-zas
de anclaje leoba 8J3 de anclaje Leoba
(Puente Dudweil;
Saarbrücken, en
1959).

154
155
-------------------·-···---
3.41 Anclajes de rosca
bido a ésta se entalla el devanado en los extremos de los alambres, no pudiendo ya éstos
desplazarse uno con respecto al otro. Para el empalme de alambres izj 5 mm, St 160, se En los anclajes de rosca, la resistencia a la fatiga depende, por una parte, del tipo de
enrolla un alambre izj 1 mm, St 200, en una longitud aproximada de 20 cm y se alcanza rosca y, por otra, del tipo de tuerca y de su modo de apoyar. El fondo de los surcos
casi la resistencia normal de los alambres (fig. 3.127). Este empalme es utilizado eh de- de la rosca debe estar más o menos redondeado y debe ir disminuyendo paulatinamen-
pósitos cilíndricos de hormigón pretensado, y puede emplearse también en bucles de an- te la. profundidad de aquéllos en las últimas 3 ó 4 vueltas hasta desaparecer por com-
claje o en bloques de tesado. pleto. Las roscas la111inadas en frío son superiores a las terrajadas por lo que se refiere a
la resistencia a la fatiga y, por esta razón, en los aceros de pretensar se deben emplear
casi exclusivan1ente las prin1eras.
3.38 Empalmes con manguitos estirados
En las barras izj 26 mm de acero St 90 de la Hüttenwerk Rheinhausen, con rosca fina
El manguito estirado descrito en el apartado 3.25 puede ser utilizado para empalmar universal, M 27 X 2, con tuerca normal hexagonal de acero St 44, se alcanzó sobre la ten-
alambres o cordones. Cou él se alcanza toda la resistencia del alambre, si está hecho sión inferior a,, = 4 000 kg/ cm2 una amplitud media de oscilación de tan sólo 600 kg/ cm2•
con un acero apropiado y se le estira convenientemente. No existen para ello hasta el Este valor tan hajo dio motivo a la mejora de los anclajes de rosca. Fue adoptada la
momento aparatos utilizables en obra. llamada tuerca con collar (ver apartado 3.21, figs. 3.48 y 3.49), en la que la fuerza de
pretensado se reparte uniformemente en los filetes de la rosca. La amplitud de oscilación
sohre au =
4 500 kg/cm2 se mejoró hasta 700 kg/cm2 (fig. 3.128).

Con una rosca cónica como la de la figura 3.53 (barra de tracción Leoba), se pudo elevar
3.4 Resistencia a la fatiga en anclajes o empalmes la amplitud de oscilación hasta 800 kg/cm2 utilizando una pieza de anclaje parecida a
~ la tuerca con collar (figs. 3.128 y 3.129).
En casi todos los tipos de anclaje se reduce la resistencia a la fatiga del acero de pre-
tensar, cuando la solicitación es oscilante. Las causas son diversas: si se utilizan roscas
tenemos un efecto de entalladura perjudicial; en el caso de las cuñas, manguitos esti-
rados y similares, la presión transversal, ligada en parte al efecto de entalladura; en
los bucles, la presión transversal y la flexión; en los anclajes de mazarota, la acción de rosca de la barra
rota no rota tuerca hexagonal
la temperatura del metal de relleno; etc. - tuerca hexagonal
"" <>-- tuerca con collar

En las estructuras de hormigóü pretensado no tiene importancia por lo general la re-


ducción de la resistencia a la fatiga e11 los puntos de anclaje, ya que a consecuencia de
la unión entre los cables y el hormigón circundante, hoy en día generalizada, no se pro-
ducen casi variaciones <le la tensión en dichos lugares~ a no ser que se trate, de piezas que
trabajen en tracción pura. Dado que en estas últin1as se exige siempre el pretensado SIGMA-
completo, los cambios de tensión son también muy pequeños, y no sobrepasan el valor St 80/80.
0 26 mm
de 800 a 900 kg/cm2 (ver apartado 2.171). En los puntos de empalme deben ser mayo-
res las exigencias, si se quiere emplearlos con pretensado limitado. Dependiendo del
tipo de empalme, se debería exigir el pretensado completo en estructuras con cables
empalmados, solicitadas dinámicamente.

Aunque no se producen casi cambios de tensión en los lugares de anclaje, las normas ale-· rosca MZ7x2 P
manas exigieron el ensayo dinámico de los anclajes solos, sin el efecto favorable de. la esquema a esquema b
adherencia. La fuerza de pretensado inicial admisible se toma entonces como carga mí-
Fig, 3.128 Disposición y resultados de los ensayos con Fig. 3.129 Disposición y resultados de los ensayos con esfuer-
nima, es decir, que la tensión inferior es 0,55/Jz, o bien 0,75fJ0 ;¡.. Partiendo de esta ten- esfuerzos de tracción pulsatorios en aceros zos de tracción pulsatorios en aceros SIGMA
sión inferior se halla la amplitud de oscilación que puede ser soportada 2 X l 06 veces. SIGMA St 60/90, ó 26 mm con rosca M 27 x 2 St 60/90, ó 26 mm, con rosca con terminación
Se exigió un valor de dicha amplitud de al menos l 000 kg/cm2 = 10 kg/mm2, que equi- y tuerca hexagonal con collar (según ,JANICHE). cónica M 26 X 1,5 (según JANICHE). •

vale aproximadamente a un tercio de la amplitud de oscilación de los buenos aceros de


pretensar, partiendo de la misma tensión inferior.
Sin e1nhargo, en cuanto actúa una pequeña flexión en la rosca, debida a un apoyo irre~
No todos los tipos de anclaje satisfacían al principio este requisito. Especialmeüte los
guiar de la tuerca en la placa de anclaje o a una pequeña curvatura del manguito de
anclajes de cuña y los de rosca dahan valores más bajos que, sin embargo, pudieron ser
unión, se reduce fuertemente la resistencia a la fatiga [132]. En los ensayos con tuerca
mejorados con pequeñas variaciones en los componentes del anclaje.
de anclaje descentrada se ha observado que la tuerca rompe a los pocos ciclos de carga
con una amplitud de oscilación pequefia. Por ello, en las estructuras solicitadas diná-
A continuación se dan los resultados de ensayos de algunos anclajes característicos, que micamente Se debe centrar la tuerca c11id.adosa111entc, o procurar por medio del pretenM
dan idea de cuáles son las amplitudes de oscilación con que se puede contar en estos rndo completo coü adherencia que los posibles cambios de tensión sean muy pequeños.
lugares~

157
156
La amplitud de oscilación, relativamente baja, de los anclajes de rosca, condujo a la En el anclaje de cuña del procedimiento Hoch-Tíef (fig. ·3.66) se alcanzó en ensayos
empresa Dyckerhoff & Widinann KG a las siguientes mejoras del anclaje de sus barras de la Hüttenwerk Rheinhausen, con alambres \25 8 mm de acero St 135/150, sobre una
de acero St 80/105: redondear más el fondo de los surcos de las roscas y ntilizar tner. tensión inferior de 8 200 kg/cm', una amplitud de oscilación de 1 400 kg/cm2 , un valor
cas especiales con cuello cónico ranurado, que se aprieta en la placa de anclaje con ma. muy favorable para un anclaje de cuña [194].
yor presión contra la barra a anclar (fig. 3.52). Estas medidas condujeron a amplitudes
de oscilación máximas~de 1400 kg/cm2 sobre una tensión base de 5 800 kg/cm2• Con ello En el ·caso d.e solicitaciones diná111icas fuertes, la n1ayoría de los anclajes acusan un
se consigue en este tipo de anclaje nna seguridad suficientemente alta frente a las cargas pequeño deslizamiento adicional de la cuña, de aproximadamente 0,1 a 0,3 mm. Las ro·
oscilantes. En los manguitos de empalme de la figura 3.111 no se puede alcanzar con turas se· producen casi siempre al comienzo de la cuña. Se obtienen valores n1uy favora~
seguridad este valor tan favorable (Informes de ensayos VA· Pa G 122 y G 145 del bles cuando no es constante la presión transversal de la cuña, sino que va aumentando
Instituto de la Construcción de Ferrocarriles y Carreteras, de la Escuela Técnica Supe- de dentro a fuera, lo que se puede lograr dando una forma adecuada a la pieza de anclaje
rior de Munich) 1• (ver fig. 3.55). Además, el engarce de la cuña en el alambre de pretensar no debe ser
demasiado agudo. Con el posible engarce suave de las cuñas incrustadas, con presión trans-
versal no <lemasiado alta, se alcanzan en general n1ejores valores que con las cuñas des~
3.42 Anclajes de cnña lizantes.

En los anclajes de cuña la amplitud de oscilación está comprendida en general entre Se consigue un aumento 'notable de la amplitud de oscilación colocando un forro de alu·
l 000 y l 400 kg/cm:', si ·no se toman medidas especiales para aminorar la presión trans- minio en la zona en que comienzan las presior1es transversales, sisten1a empleado por
versal o las entalladuras de engarce en el comienzo del anclaje. En el anclaje Freys- vez primera en los manguitos estirados (ver también fig. 3.77). Los anclajes de cuña son
sinet de la figura 3.57 se obtuvo, con alambre SIGMA St 145/160, una amplitud de OS· especialmente sensibles por lo que respecta a la resistencia a la fatiga. Las particulari·
cilaeión de aproximadamente 1 300 kg/em', sobre au = 9 000 kg/cm2 (fig. 3.130). dades relativas a la eorrugación, al ángulo de la cuña, y sobre todo a la dureza de los
& diferentes aceros, deducidas por n1edio de ensayos, deben ser observadas n1ás tarde con
El anclaje de cuña del procedimiento Grün & Bilfinger AG (fig. 3.69) fue ensayado diná- toda exactitud.
micamente con alambres SIGMA mejorados y con alambres estirados en frío ~ 8 mm.
Se obtuvo una amplitud de oscilación de alrededor de 1 000 kg/em2• Los alambres rom-
pieron en general al comienzo de la cuña. Achaflanando un poco la cuña a la entrada del 3.43 Anclajes con manguitos estirados en frío
cable, pudo elevarse la amplitud de oscilación hasta 1200 kg/em.2 (Informes. de ensa-
yos del FMPA Stuttgart número l 443, del 30 de junio de 1955 y del 6 de diciembre Con este tipo de anclaje se obtienen amplitudes de oscilación relativamente favorables,
de 1954). si la presión transversal comienza al principio del anclaje con un valor moderado. En
casos normales puede contarse con valores. de dicha amplitud de oscilación de 1 400 a
anclaje freyssinet 1 800 kg/cm'.
:t:t )1( alambres rotos
tubo de chapa o- - alambres no rotos
);( alambres rotos
$ alambres cargados previamente El valor mayor se alcanzó con los manguitos estirados HWR, como el de la figura 3.91,
/f ~ alambres no rotos arandela colocando a la salida de los alambres del manguito, y entre éste y los alambres, un anillo
11
kr¡/mm'-f,' ' -·-+-i--H-1++11--+-+H
1 '
de goma
T¡ de aluminio, lo que facilita la transición lenta de la presión transversal.

1~
11
1101·1: '!! i! 1Jalambrns
i
"" 108 i... ---j··+:t<+!,-l+if-H-H
1 SIGMA'St
Con este anillo de aluminio aumentó la amplitud de oscilación sohre au = 9 000 kg/ cm2
b~ 1os riw1-···--t--r-1-'1'-t:H1t--++n
1•5/160 hasta 2 300 kg/cm2 {el alambre tiene 2 900 kg/cm2 ), mientras que el rna'nguito esti-
,_ 101/ Htht---t-T !ilfm-d--+-- ' % 1,
.0 5,2 mm .Dmr: rado normal, sin anillo de aluminio, dio una amplitud de oscilación de 1 200 kg/em2
·~ 102 ,.,H'n1r-+·H+++lli'r--i~-~
1
~ i
~ 100 . 12 alambres 1
(figura 3.131). Es preciso pintar bien por fuera el anillo de aluminio, para protegerle de
.:¡ fttnt-· t++tl+¡' ¡~f--++-H
1

SJGNA-St 115/180, los álcalis del mortero de inyección y también de la corrosión electrolítica.
-~ 98 1 i!
0 S,2mm Omr.
.::;:: 96 .. i 1 f+++----+-+-H
ff 1 1 11 1
92 ~· a-,,2-sokr¡/m;' 1
90 ' ' ' '' ,,, 1 9¡ 3.44 Anclajes de huele
o.os 0,1 5 ·10 6 manguito
' 'n, 0 de ciclos de carga
92 terminal
~':':"~~~~~_L...LLl
todos los cables cargados ·previamente a: 0,05 0,1 H0 6 Los anclajes de bucle de los cables Leoba (ver fig. 3.21) presentaron la considerable am-
uu,"" 100 k!f/mm 2
; f7o 1 - !Jú.1= 0,6 fUo2 - Oú2 I;
n.0 de ciclos de ca~ga plitud de oscilación de 1 800 kg/cm2 , sobre una tensión hase au = 9 000 kg/cm2 (fig. 3.132),
N·o,2· 106 en los casos en que el bucle se cerraba aún más al entrar en tensión, como es corriente
Fig. 3.130 Disposición y resultados de los ensayos con esfuer- Fig. 3.131 Disposición y resultados de los ensayos con ocurra en la práctica. Si se le dohla primeramente en exceso, de forma que al intentar
zos de tracción pulsatorios, en cables con anclaje esfuerzos de tracción pulsatorios, en cables con introducir la pieza de anclaje haya que desdoblarlo, disminuye entonces la amplitud de
FRE.YSSINET (según JANICHE). cabezas de tesado HWR. El anillo de aluminio
está situado al comienzo del manguito estirado oscilación a 1 400 kg/em2• Este doblado excesivo no puede producirse en ningún caso
(según JANICHE). con los dispositivos de doblado corrientes (fig. 3.1).

1 Versuchsberichten V A-Pa G 122 und G 123 des Institutes für Eisenbahnbau und Strassenbau der Techni· Los ensayos en cordones de 7 alambres ~ 2,5 mm de acero St 180 y anclaje de huele en
schen Ifochschule München. el hormigón de acuerdo con la figura 3.133, diero'n sobre nna tensión hase de Ou =
9' 000

158 159
kilogramos/cm2 una amplitud de os- f':<Z{),S

'/\
'(o) A
~"'26
forma del bucle
cabeza de tesado LeoQ~

"t
sección
longitud in al,p:;,ii'f'j~§'l8] anclaje BB RV

\™
cilación de 2 500 kg/cm2, producién- después de doblaUo
4
dose las roturas de los alambres eu )l( );l'. alambres rotos 1

~
gran parte en la zona recta del pa- -

<>-
o
alambres no rotos
alambres cargados previamente
1

quete de cordones. El anclaje de mo 7'i~~~P77J hélicer/;11f,3tr·

bucle embebido en' hormiaón no dis- k!J/mm 2 ! i 11


'' '1 1
I· paso : 5,0 cm

n1inuye, pues, r)rácticame;te la resis~ 116


1 1 '
!
tencia a la fatiga [185]. Vemos que 11if -~

1'! '1 hélice </J10, Sil


¡.l J_j_¡_
con los anclajes de bucle se alcanzan
valores muy favorables en la práctica.
11Z
110 '
1
1
¡=1-+-i '1 ,¡¡ 1,
paso: ~ocm

! < 1 i i ¡ , .1111111
108 ?-
<:::i
'1 i i
"' 108 "
-,,, '
°:"~-
1
\ --12 alambres
~ 109
~~--

..J. ! SI611A-St WS/1/iO pulsador


~- 102 1 0S,2mm Omfl ~'5J8
3.45 Anclaje de mazarota .~ 100 ·-
i 1
ii! 98
Es particularmente difícil el fijar
cordo·nes o cables trenzados para so~
98
M 1
"' 1.
-·-·-- l - manguito
1

"ú so k!J/mnl 0
termlnal
9Z E 11
meterlos al ensayo de fatiga. En los 1 1 1 [ 11
w
ensayos realizados con cables cerra~ 90
0,05 0,1
:si l1

dos \25 65 mm St 145, con motivo de n. de ciclos de carga 0

la construcción del puente de Roden- tuerca de aptyo 11/0mm


l<"irchen, sobre el Rin [46], se obtu- Fig. 3.132 Disposición y resultados. de los ensayos con esfuerzos
de tracción pulsatorios, en cables con anclaje Leoba 11.Ps (St.iso/110}·
vieron sobre una tensión base de sólo (según JANICHE).
au = 3 800 kg/cm2 , amplitudes de os-
cilación entre 1 790 y 2 700 kg/cm2 ,
dependiendo del tratamiento dado a los alambres al hacer la mazarota.
Fíg. 3.134 Pieza para el ensayo dinámico
de un anclaje BBRV, tipo B,
Los primeros alambres rompieron en general en el comienzo de Ia boquilla, donde los con 11 alambres 125 6 mm en
alambres habían sufrido doblados alternativos y habían estado expuestos a la elevada fnnda de anclaje inyectada.
temperatura del metal de relleno. La correspondiente amplitud de oscilación para esta
ª"' en alambres estirados en frío intactos, es de aproximadamente 3 200 kg/cm2 •

3.46 Cabezas de anclaje recalcadas

En la Escuela Técnica Superior de Darmstadt se hicieron ensayos en alambres \25 6 ,mm


Fig, 3.133 Disposición de ensayo para determi
St 150/170, con la cabeza de anclaje recalcada del procedimiento BBRV (fig. 3.94) (In- nar la resistencia a la fatiga de pa-
formes de ensayos Nr. 385.57 y 320.57) 1• Las cabezas aplanadas, con forma de tonel, co· quetes de cordones anclados en bucle
2 (Felten & Guilleaume Carlswerk AG,
locadas contra una placa de acero St 60, dieron sobre una tensión inferior de 9 300 kg/cm en el Institut für Bauforschung, de
2
nna amplitud de oscilación de l 200 kg/cm • La forma esférica de la cabeza llevó más Stuttgart).
tarde a amplitudes más altas.

Para ensayar un paquete de 11 alambres \25 6 mm de acero St 150/170 con un anclaje del
tipo ~ ~ne embebido el extremo del cable, en una longitud de 72 cm, en un cilindro de
horm1gon zunchado. Después de tesar a au =
9 300 kg/cm2, se inyectaron con mortero los 3.47 Anclaje por adherencia embebido en hormigón
huecos de la funda de chapa (relación agua/cemento, 0,33; resistencia del mortero, 300
kilos por centímetro cuadrado). Los anclajes probados en este estado (fig. 3.134) aguanta- Los ensayos de las figuras 3.133 y 3.134 mostraron ya qne con los anclajes por adherencia
ron en total 4,9 X 106 ciclos de carga entre 12 y l 800 kg/cm2 , presentándose la primera se obtiener1 reBistencias a la fatiga i11uy favorables. El e·nsayo diná1nico del anclaje con
rotura de ~la~~res después de 0,6 X 106 ciclos de carga suplementarios, cou una ampli- alambres ondulados, zunchado (fig. 3.13), dio tanto en el caso de aceros mejorados como
tud de osmlac10n de 2 000 kg/cm2 (Informe de ensayo Nr. 1264.58). Podemos apreciar de estirados una amplitud de oscilación, sobre la tensión admisible, de más de 2 000 kg/cm'.
e1 efecto tan favorable de la adherencia, incluso en longitudes cortas, sobre la resistencia a ]~ompió entonces llll alan1brc en el con1ienzo de las ondulaciones, que coincidía co'n la zona
la fatiga del anclaje. de abocinamiento (Infornrn Nr. 1993/C2 del FMPA Stuttgart, del 18-3-58). En estos an-
clajes es difícil elegir una disposición de ensayo de forma que tenga lugar la rotura den-
tro o al principio del anclaje. Con frecuencia se producc·n las rot11ras en el abocinamiento
1 Prüfungsberichte Nr. 385.57 y 320.57 des Institutes für Massivbau der TH Dar:mstadt.

161
160 11
si, por ejemplo, se coloca en él un anillo, sobre el que deslizan los alambres calentándose
como consecuencia de la rápida pulsación de la carga. Esto sólo ocurre, naturalmente,
cuando la adherencia comienza detrás del abocinamiento del paquete de alambres.

Puede suponerse que~ otros anclajes por adherencia, por ejemplo con alambres corrugados,
o grandes anclajes en abanico, se comportarán también favorablemente bajo carga oscila'nte. CAPITULO 4

4. Los aparatos de tesar y la operación de pretensado


3.48 Resumen de las amplitudes de oscilación de los anclajes de cables de pretensar

Amplitudes de oscilación de anclajes de cables 4.1 Aparatos mecánicos


Amplitud de oscilación Con los aparatos de tesar se ejercen fuerzas relativa111ente a1tas, c·uyo valor debe ser me·
Tipo de anclaje ªº - a,, dido co'n exactitud. Para ello existen los siguientes aparatos mecánicos:
sobre a,, = Ov adm.
kg/cm' 1) Pesos, con o sin transmisión por palanca.
2) Transn1isión por engranajes en combinación con polipastos.
Rosca universal, tuerca normal ... . . . . . . . . . .. \ Para barras O 26 mm 650 3) Husillos, con o sin mecanismo de multiplicación.
Rosca universal, tuerca con collar ... . . de acero St 90 750 4) Máquinas devanadoras.
& '
Rosca conica, tuerca con collar ... . a St105 800
Rosca especial ... . .. 1000 a 1400
Anclaje de cuña, según la forma de la cuña .. , 1000al400 4.11 Aparatos simples
Anclaje de cuña, si no se entallan los alambres .. a 1 600
Los dispositivos n1ecánicos son utilizados casi exclusivan1~nte en bancos de tesado.
Manguito estirado en frí<> (HWR), normal ........... . aprov. 1200
Manguito estirado en frío, con forro de aluminio aprox. 2 300 El sistema de pesos tiene la ventaja de que se aplica la fuerza de tesado con toda exac-
titud, e independientemente del alargamiento de los alambres (fig. 4.1).
Para alan1bres
Anclaje de bucle (Leoba) . . . . . . . . . . . 1800
05a8mn1
Anclaje de huele, si ha habido que desdoblar de acero St 14,0 1400 La figura 4.1 muestra la máquina de tesar con pesos, empleada por la empresa lmhau,
Bucles con cordones de 7 alambres (en hormigón) a St 160 2 500 Spannbetonwerk, de Leverkusen, que funciona según el esquema de la figura 4.2. El alam·
hre de pretensar es empalmado detrás del bloque de anclaje (estribo) al cable de trae·
Cabezas de anclaje recalcadas (BBRV) 1000al800
ción, por medio de una grapa. El cable de tracción pasa por poleas provistas de roda-
Anclaje por adherencia, con zunchado (p. e. Beton. und Mo·
nierbau) a 2 0-00
Anclaje por adherencia en funda cónica de acero ... aprox. l 500
Fig. 4.1 Dispositivo para tesar los
alambres por medio de pe-
sos, que es el utilizado en
bancos de tesado (Empresa
Imbau-Spannbeton, Leverku-
sen).

Fig. 4.2
Esquema correspon-
diente a la figu-
ra 4.1.

interruptor del pedal

162 163
mientos de bolas, y de él cuelgan los pesos, que corresponden exactamente a la fuerza de
tesado necesaria. La polea superior es accionada con un motor eléctrico. El n1ovimie'nto 8
de tesado se detiene mediante un interruptor de pedal. Tan pronto el peso ha entrado
por completo en acción, alcanzándose con ello el alargamiento de tesado, se desconecta Fig. 4.5 Esquema de funcionamiento de la devanadora
el motor por medio de nn relé. rusa para el pretesado del alambre utilizando una
mesa giratoria:
Idénticas ventajas se alcanzan con la segnnda solución, empleada por ejemplo por la 1 Rollo de alambre.
empresa Stahlton AG. Zürich, en sns bancos de tesado (fig. 4.3). La fuerza es medida con 2 Mecanismo de alimentación.
3 Dispositivo de tesado.
un dinamómetro. Los alambres son tesados por parejas. Para desarrollar y extender los 4 Peso.
5 Núcleo giratorio.
6 Alambre devanado en tensión.
7 Mesa giratoria.
8 Pernos.

alambres sobre el banco, así como para cortarlos en las longitudes deseadas se utiliza el
dispositivo accionado eléctricamente, mostrado en la figura 4.4 (ver también fig. 2.3).
escala
o r¡f fO 4f}m Se pueden obtener grandes fuerzas de tesado por medio de un husillo (gato de rosca), si
plantilla de acero el paso de la rosca es muy pequeño y el diámetro lo bastante gra·nde para que no se ori-
(';;'., intercambiabie
él{ ginen presiones demasiado elevadas en la rosca y la sección del núcleo pueda hacer frente
0' al n1omento de torsión necesario. En la técnica de la construcción es corriente el empleo
, __ ' '')!!'! 8·;;5 t de tales husillos en las cimbras.

Constituye fina desventaja el hecho de que no se pueda medir hien la fuerza qne se
ejerce con un gato de rosca, de forn1a que para detern1inar la fuerza de tesado es necesa~
rio recurrir al alargamiento de los alambres. En general el husillo está fijado al anclaje,
Fig. 4.3 Dispositivo móvil para bancos de te·
sado, con polipasto de accionamiento al que se sujetan los alambres a tesar. El tesado se realiza con una tuerca anular accio 6

eléctrico (Stahlton AG., Zürich): nada, cuando las fuerzas son n1uy gra'ndes, a través de unos engranajes de multiplicación.
-----------!
( 1) Polipasto eléctrico con motón (Husillo de BRAUNBoCK [169], ver l." edición alemana, pág. llO.)
inferior especial y dispositivo
de rodillos, palancas para el di·
namómetro y cable de mando
con interruptor de botones, má- · I' i 4.12 Devanadoras

J..JILJc.'===~=~
xima fuerza de tracción z = 5 t.
(2) Dinamómetro Vogt, máxima S::='!-:::-1 1 En la URSS se han creado unas máquinas, para la fabricación en masa de placas pre·
fuerza de tracción z = 2,5 t.
(3) Mordaza Vogt para agarrar
tensadas, que devanan el alambre en tensión alrededor de unos mandriles fijados a una
alambres 0 2 a 5 mm. plataforma de tesado metálica, formando madejas, tanto en dirección longitudinal como
(4) Bloques de anclaje Vogt para transversal. En un cierto tipo de máquinas el aparato de tesado es fijo y la mesa de
2xl5=30 alambres 0 2 a 5 : dispositivo para tesado se encuentra sobre una base giratoria (figs. 4.5 y 4.6). Por medio del giro de la
milímetros. 2 rollos de alambre
mesa se enrolla el alambre alrededor de los mandriles de anclaje, La tensión en el alam·
bre se logra por medio de un peso que cuelga entre dos poleas de desviación. Del lado
1
del rollo de alambre se absorbe la fuerza de tesado, originada por el peso, haciendo pasar
J ---!-
- j
el alambre por dos poleas frenadas co'n garganta en V. La mesa giratoria está rodeada
por una rejilla protectora para el caso de que se rompa algún alambre. Esta máquina
es apropiada para placas cortas y no muy anchas (longitud hasta unos 7 m, anchura 1
a 4 m).

La figura 4.7 muestra un devanado de alambre dispnesto para ser hormigonado. Los
grandes mandriles de anclaje quedan fuera de la placa. Una vez endurecido el hormigón
se cortan los alambres en el borde de la placa, creándose el anclaje por adherencia. Ulti-
mamente se dejan mandriles de pequeño diámetro en el interior de la placa, sobre los
que se coloca una funda que queda en el hormigón, mientras que los mandriles, al le-
vantar la placa, permanece'n en la mesa de tesado. En cada punto de desviación de los
alambres se da lngar, pues, a un anclaje de huele (fig. 4.3).
Fig, 4.4 Dispositivo para desenrollar el alambre, acciona·
do eléctricamente. Otro tipo de máquina, representado esquemáticamente en la figura 4.9, puede moverse a
lo largo del banco de tesado. El alambre sale de la máquina a través de una pequeña

164
165
Fig. 4.10 Una devanadora que trabaja de acuerdo con el esquema de la figura 4.9.

Fig. 4.6 La devanadora de mesa giratoria


correspondiente al esquema de
la figura 4.5, en una fábrica rusa
de placas pretensadas.
polea de desvío situada sobre un brazo de altura regulable, y que puede moverse trans·
versalmentc al banco de tesado, pndiendo devanar el alambre longitudinal o transversal·
mente, e incluso en dirección diagonal en caso de necesidad (fig. 4.10). Devanando la ar-
E!'ig. 4.7 Alambre tesado por medio de madura según la dirección longitudinal, puede ser utilizada igualmente para hacer vigas
una devanadora, en dos direc· largas o elementos sin1ilares. La tensión de los alan1hres es conseguida también por me~
ciones y en cuatro capas, para
placas de pistas de aeropuertos dio de un peso. La n1áquina está equipada con n1ando electrónico, p·udiendo realizar au·
(6,0 x 3,6 metros). tomáticamente el devanado del alambre necesario en el elemento estructural de que
se trate.

Ambas devanadoras fueron .proyectadas en el Instituto del profesor V. V. MICHAILOW,


Fig. 4.3 Las fundas colocadas sobre los en Moscú [287], [298], [379] y [537].
mandriles de anclaje, fijados a la
mesa de tesado, permanecen en
la pieza construida, dando lugar
a anclajes de bucle del alambre
enrollado.
4.2 Aparatos hidráulicos

dispositivo de tesado
que se desplaza 4.21 Generalidades sobre gatos y aparatos de medida

•---=---,u:
longitudirialmente ...._
mecanismo de a!imenlación Los gatos hidráulicos son empleados con gran frecuencia, ya que la presión hidráulica es
que se desplaza transversalmente
el medio más fácil para obtener grandes fuerzas de tesado. Los gatos para cables indi-
viduales (fig. 4.11) están proyectados, en general, de tal forma que el cable de pretensar
se u·ne, bien directamente o por medio de una barra de tracción, al cilindro, mientras
que el pistón empuja, bien directamente o a través de una pieza intermedia, sobre la
placa de anclaje y el hormigón endurecido, o sobre el estribo del banco de tesado.
·~mandril fijado ai banco de tesado
En los gatos más corrientemente utilizados se coloca entre el pistón y el cilindro un
Fig. 4.9 Esquema de devanadora móvil para colocar alambres en tensión. fuerte resorte helicoidal que, una vez abierta la válvula de retroceso, hace volver atrás

166 167
automáticamente al pistón. En los gatos pequeños se dispone el resorte de retroceso pre- en que en1erge de la placa de anclaje. En consecuencia·, se p11eden or1g1nar rozamientos
ferentemente por fuera. También se puede hacer retrocedér a mano el pistón, o por me- del J>istón, que l1acen creer que se h.a alcanzado una fuerza de pretensado n1ayor que la
dio de una pequeña palanca. U1timamente se prefiere la recuperación hidráulica del lograda en realidad.
gato, para lo cnal se disponen empaquetadu-
ras de sellado en los extremos superior e in· Durante el tesado se debe poder medir con exactitud tanto la fuerza ejercida por el gato
ferior del espacio intermedio entre pistón y como el recorrido de tesado, al objeto de poder llevar un control correcto de la tensión
cilindro, de forma que inyectando líquido en de los alambres.
dicho espacio se hace retroceder el pistón.
La fnerza de tesado es obtenida como producto de la superficie del pistón por la presión
La pared del cilindro del gato debe resistir del líquido leída en el manómetro, teniendo que deducir de un 1 a un 3 % por el roza-
·d·h n1iento de la empaquetadura en el cilindro. Es necesario emplear i11anómetros bie·n tara~
la tracción -anular 1 ------- -- y ciertos n10K dos que sean manejados cuidadosamente, y cuya escala alcance ap-roxirnada1nente un
2
30 % por encima de la presión requerida, para poder hacer las lecturas con suficiente exac·
n1entos longitudinales, siendo:
titud. Con un gato cuya presión de trabajo sea 200 kg/cm2 no se debe emplear un ma-
nómetro para 600 kg/cm2 de presión n1áxin1a, sino uno que alcance aproximadan1cnte
d = diámetro interior del cilindro; hasta 300 kg/em2• Se recomiendan especialmente los manómetros de precisión (exactitud de
a b
p = presión hidráulica;
medición _±6 % ) con dispositivo de seguridad contra el golpe de ariete. I"a facilidad con
Fig. 4.11 Sección de unos gatos hidráulicos simples: que s-e estropean los n1anón1etros hace aconsejable el disponer siempre de uno de reserva.
a Cilindro y pistón de sección en corona
circular. h = distancia de la empaqtrntadura a
la base del cilindro. Se obtienen buenos resultados cuando se taran conjuntamente el gato y el correspondiente
b Cilindro y pistón de sección circular llena,
n1anómetro, eliminando así las influencias d.e los roza1nientos, el resorte de retroceso, cte.
Dado que también colaboran la base del cilindro y la parte de la pared situada por en- Con frecue'ncia el manómetro va incorporado a la bon1ba. En el caso de tuberías largas
cin1a de la e1npaquetadura, los gatos en los que s.e utiliza sólo una parte de la carrera se debe colocar un segundo n1anón1etro j-unto al gato hidráulico, en u.na derivación es~
pueden ser usados para fuerzas mayores que cuando se aprovecha al máximo el posible pecial de la conducción, para que no se
recorrido del pistón, en tanto que lo admita la junta estanca. En general se eligen ace- vea perturbada la lectura por el golpe de
ros de alta resistencia para la pared del cilindro (St 52 a St 100), al objeto' de reducir ariete de la bomba. La lectura definitiva
el peso del gato. Actualmente se encuentran en el comercio gatos de metal ligero. es la correspondiente a la presión hidrosm
tática al poco tien1po de terminar de dar
Como empaqnetadura del gato se recomienda la goma o el Vulcollan. Como flúido puede a la bomba, que debe ser igual en todos
utilizarse el aceite en los gatos pequeños, y en los grandes, una emulsión de aceite igual a los puntos de la conducción.
la empleada como lubricante en las máquinas-herramientas (taladrina). En caso de heladas
hay que utilizar el aceite o una mezcla de agua y glicerina. La n1áxi1na garantía en la n1edició-n de la
fuerza de tesado se consigue por medio de
Los gatos hidráulicos son aparatos delicados en los que la seguridad del proceso de tesado dinll'1nómetros, interpuestos detrás del gato
depende de la limpieza y estado de las superficies del cilindro, de las empaquetaduras, etc. entre el pistón y la barra a tesar. Los inge-
Deben ser tratados con cuidado y mantenidos perfectamente protegidos de la oxidación. nieros suizos BBRV han creado con este
En obra debe haber siempre juntas de repuesto para cada gato. fin un dinamómetro (fig. 4.12) provisto de
u·n agujero central para la barra de pre~
Se suele adoptar una presión hidráulica entre 200 y 700 kg/cm2• Las presiones más bajas tensar, pudiéndose leer la fuerza en una Fig. 4.12 Dinamómetro de la casa PROCEQ, S. A., de Zü-
se emplean en gatos cuyo pistón actúa directamente contra el hormigón. Con las presio- esfera indicadora, con un error + l % rich, con agujero central e indicador para fuerzas
desde 20 a 150 t, y con caja protectora.
nes n1ás altas es necesario el uso de piezas intermedias de reparto, o placas de tesado, (longitud, 220 mm; peso, 18 kg, con campo
siempre que no se trabaje con hormigón zunchado (ejemplo: el anclaje Freyssinet). Cuan- de medida de 20 a 150 t). Existen seis dife-
do se tesa un cable individual, el eje del gato debe coincidir exactamente con el eje del rentes tamaños que pueden medir una fuerza máxima de 20 a 300 t ([307] Y fig. 4.28).
cable, para que éste sea estirado centradamente y no se produzcan rozamientos del pis- R. W ALTER, de Karlsruhe, ha creado un dinamómetro parecido.
tón debidos al momento causado por el descentramiento. Se intenta conseguir esto por
diversos procedimientos, por ejemplo colocando la placa de anclaje exactamente orto- Ocasionalmente se emplean también dinamómetros de anillo como los utilizados en los
gonal al cable. Es fácil de conseguir el que la correspondiente superficie de apoyo del laboratorios de ensayo de materiales. En la figura 4.18 puede verse uno, montado detrás
gato sea exactamente perpendicular a su eje, siendo, por el contrario, muy difícil garan~ de un gato para el tesado de alambres sueltos.
tizar la exacta ortogonalidad entre el cable y la placa de anclaje. Por ello, hay que con-
tar con que se produzcan tensiones de doblado en la barra o alambre a tesar, en el punto Si se tesan los alambres con aparatos mecánicos, por medio de pesos (figs. 4.1 a 4.3 Y 4.5),
no ofrece entonces dificultades la determinación de la fuerza creada. Para bancos de te·
1 A lo largo de todo este libro emplearemos el adjetivo lianular1' para calificar a los esfue1·zos o tensiones sado a la intemperie, o cuando se emplean otros disrositivos de tesado,' han da.do bu~n
normales actuantes sobre una sección longitudinal de un elem.ento cuya sección transversal sea una corona resultado los medidores dP temión del alambre del tipo BMA, de Berlm, o segun el sis-
circular, y producidos por fuerzas o presiones uniformemente repartidas dentro de dicha sección traÚsver-
sal, y dirigidas según el radio de la corona. (N. del T.) tema Vogt [ 539], en los cuales se obtiene la fuerza de pretensado creada, a partir de

168 169
----------~- -

la magnitud de la flecha originada en el alambre al aplicar transversalmente una deter· Cuando :hay que tesar con cicita frec·ue11cia o l1ay que bomQ
minada fuerza (ver también apartado 4.35 y fig. 4.47). bear una mayor cantidad de líquido, se recomiendan las bom·
has eléctricas de alta presión (figs. 4.15 a 4.17), que suminis·
El recorrido de tesado puede ser leído en una escala sencilla trazada en el pistón, utili-
tran, por ejemplo, a 20() kg/cm2 de presión 360 litros/hora,
zando como guia el l;iorde inferior del cilindro. De esta forma se puede obtener una
y a 400 kg/cm2 de presión 10() litros/hora, permitiendo reali-
aproximación de 1/ 2 111m, suficiente para los recorridos de tesado norn1ales, superiores a
zar en poco tien1po operaciones de tesado relativamente granM
20 mn1. Si se n1aneja"n con frecuencia recorridos de tesado menores, se recon1ienda entonM
des, o un gra'n nún1ero de ellas.
ces equipar al gato con un dispositivo de medida más exacto, por ejemplo un tornillo
micrométrico. En el gato PIV (Patente Dywidag) (fig. 4.22) se ha instalado un contador
Tan1bién en el caso de tener que realizar muchas peqt1eñas
del ·número de vueltas que se da a la tuerca de anclaje, al reajustarla con una carraca.
operaciones de tesado puede resultar interesante el utilizar una
En casos especiales se puede co·
pequeña bomba eléctrica, ya que es suficiente un solo hombre
Fig. 4.13 nectar al gato un flexímetro
Bomba de alta pre- para el manejo de gato y bomba.
sión accionada a ma-
cuya exactitud, sin embargo,
no, con depósito in- rara vez es necesaria (ve.r tam.~
ferior abierto, de la bién "Medición del recorrido
casa Pumpenfabrik
Urach. de tesado", apartado 4.541).

Puesto que los recorridos de te-


sado son con frecuencia bastan~
te grandes, el gato debe tener
Fig. 4.15 Bomba eléctrica de alta
Fig,Jt4.14 la longitud suficiente para que presión Vektor, de la
Bomba a mano de sólo sea precisa una carrera de] casa PROCEQ, S. A., de
alta presión VEK- Zlirich.
TOR, de la casa PRO.
pistón. En el caso de recorridos
CEQ, S. A. Zürich. muy grandes, que requieran va- Potencia del motor 2,8 CV 7 ,5 CV
rias carreras, habrá que fijar el Rendimiento a 800 kg/cm~ de presión 60 l/h 180 l/h
cable eu la posición alcanzada
después de la primera, hacer
retroceder el pistón, y unir de
nuevo el cable al cilindro.

4.22 Bombas de alta presión


Para obtener pr~siones elevaM
das se utilizan en general bom-
bas de émbolo de pequeño diá-
metro, de. forma que con cada
carrera del émbolo se inyectan
sólo pequeñas cantidades de lí-
quido. Existen bombas acciona·
das a mano y bombas acciona-
das eléctricamente con rendi-
m.ie"ntos diversos, incluso de
rendimiento variable gradual-
mente con la presión. A partir
del recorrido de tesado y de la superficie del pistón del gato, se puede deducir la can-
tidad de líqnido que hace falta bombear en la ope~ación de tesado . ?e que se trate;. y Fig. 4.16 Pequefia bomba de motor eléctrico, de la casa Frieseke & Fig. 4.16a Bomba eléctrica de alta presión de la
entonces el rendimiento de la bomba nos da una idea de la dnrac10n de la operac10n Hoepfner GmbH, Erlangen-Brlick, para 450 kg/cm2 de casa Seibert-Stinnes GmbH, para 420 ki-
presión y con 2 gatos Lukas de 100 t cada uno. logramos/cm:2, regulable grad.ualmente de
de tesado. Cuando es pequeño el volnmen necesario de líquido, se usan bombas de mano o hasta 2,5 l/min, con válvula de inver-
que suministran, por ejemplo 16 ~?13 cada embola~a, y permit~n con. e_Ho un r~ndi­ sión para disminuir la presión.
miento de 45 litros/hora a una pres1on de 200 kg/cm (fig. 4.13). El rend1m1ento en htros
de la bomba decrece, naturalmente, según aumenta la presión. La fignra 4.14 muestra
Para llevar el líquido de la bomba al gato, dan buen resultado las mangueras de goma
una moderna bomba accionada a mano, de. alto rendimiento, de la casa PROCEQ, S. A.,
de alta presión. Para conducciones largas y más fijas son apropiados los tubos de acero
de Zürich. A presiones bajas proporciona 12 cm3 por embolada, y a presiones altas,
sin costuras, de pequeño diámetro interior de 4 a 6 mm y 1,0 a 2 mm de espesor de
4 cm3, pudiendo alcanzar presiones de hasta 750 kg/cm'. Tiene un depósito de aceite
pared, qne pueden empalmarse por medio de acoplamientos herméticos especiales, de-
para 5,5 litros.
jándose doblar a voluntad.

17()
171
Fig. 4.19 Gato Magnel para el
tesado de alambres
Fig. 4.17 Bomba eléctrica, de la Vorspanntechnik GmbH, para 500 kg/cm 2 • por parejas con an-
claje de cuna. Fuer-
za de tesado 8 t.

4.3 Gatos de tesado más corrientes

4.31 Gatos para barras o cables individuales


&
longitud aproximada, 80 cm; peso, 65 u 35 kg; presrnn de trabajo, 450 kg/cm2 • illtima-
GATO DE TESADO DE LA "HE!LIT!lAU" mente se hacen gatos de este tipo para 30 alambres y una fuerza de tesado de 180 t. La
forma de trabajar durante el tesado, al apretar la cuña y al descargarlo, se indica en la
([224] y fig. 4.18). Para pretensar alambres individuales situados muy prox1mos unos cle figura 4.21.
otros, con anclaje de cuña anular. Alambres 125 5 a 10 mm; fuerza de tesado, 3 t; carrera
aproximada, 32 cm; longitud, 70 cm; peso, 12 kg; presión de trabajo, 240 kg/cm2 • Me-
dición de la fuerza de tesado: manómetro y dinamómetro suplementario.

Fig. 4.18 Gato de tesado ((Heilitbau)} para alam-


bres individuales ízS 5 a 10 mm, anclaje
de cuña de acuerdo con la figura 3.63.
Obsérvese el dinamómetro de anillo en-
tre el extremo del pistón y el anclaje
del alambre detrás del gato.

GATO MAGNEL

(Fig. 4.19). Para tesar alambres por parejas. Fijación de los alambres por medio de cuñas;
fuerza d.e tesado, 8 t; carrera aproxin1ada, 36 cn1; longitud, unos 150 cn1; presión. de
trabajo, 250 kg/cm2 ; medición de la fuerza con dinamómetro, con l % de aproxima-
ción. Dos resortes de retroceso situados por fuera junto al cilindro.

GATO FREYSSINET

(Fig. 4.20). De doble pistón, cada uno con muelle de retroceso. Sujeción de 12 a 18
Fig. 4.20 Gato Freyssinet para 12 alambres 0 5 mm (arriba) y 12 alambres 0 8 mm (abajo).
alambres por parejas por medio de cuñas; fuerza de tesado, 36 ó 73 t; carrera, 30 cm;

172 173
MEOICION DE LA LONGITUD DE EL HUSILLO DEL GATO TESADO DE LA BARRA
BARRA QUE SOBRESALE
PLACA DE ANCLAJE 0
TUE. RCA CON COLLAR
ES ENROSCADO SOBRE
LA BARRA DE PRETENSAR
SE COLOCA LUEGO EL GATO
SOBRE El HUSILLO Y SE
ENROSCA A ESTE UNA
TUERCA HEXAGONAL
GATO
Ir-LLAVE DE CARRACA PARA AJUSTAR LA TUERCA
\ 1
BARRA YA TESADA

CONTADOR DE VUELTAS QUE REGISTRA


• MEDIDO!// ¡ -~ El RECORRIDO DE TESADO

~. -
11
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calocación i'¡'
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descarga

tesado

Fig. 4.21 Gato Freyssinet; forma de trabajar durante el tesado y el anclaje.

GATO PIV (PATENTE DYWIDAG)

(Fig. 4.. 22). Conexión con la barra a tesar a través de un agujero central (pistón y CÍ· Fig. 4.22 Gato PIV, patente Dywidag, para barras con anclaje de rosca.
lindro de sección anular). La tuerca se ajusta con una llave de carraca y contador de
vueltas. Pistón co·n resorte de retroceso. Fuerza de tesado, 32 t; carrera, 5 cm; longitud,
47 cm; peso, 42 kg; presión de trabajo, 490 kg/cm2.
del pistón. Fuerza de tesado, 35 t; carrera, 9 cm.; longitud, 20 c1n; peso, 12 kg; presión
GATOS "LEOBA" de trabajo, 220 a 260 kg/cm2•

(Figs. 4,23 y 4.24). Una barra de tracción 0 30 mm de acero St 130, provista de rosca, Los nuevos gatos Leoba tiene·n retroceso hidráulico del pistón y están previstos para una
agarra el anclaje del cable. Encima se coloca un gato con agujero central. Tuerca ajns· presión de trabajo de 400 kg/cm2, y poseen las siguientes características:
table con nna llave de carraca. Los modelos primitivos carecen de resorte de retroceso
50 t de fuerza de tesado; 12 cm de carrera; 26 cm de longitud, y 31 kg de peso;
llave de carraca para apretar la, tuerca 100 t de fuerza de tesado; 18 cm de carrera; 31 cm de longitud., y 56 kg de peso.

La figura 4.24 muestra el gato de 100 t.

contador de vueltas cerco de suspensión Otro tipo de gato Leoba, con agujero central, está provisto de nn dispositivo para fijar cu·
tuerca ñas incrustad.as (fig. 4.25). El alambre o barra de pretensar, de basta 0 18 mm, es fijado
contador (1 vuelta·,,,.?mm. de avance) en el extremo del cilindro por n1edio de una cuña, sien.do tesado a continuación.
arnndela /
barra de En el extremo inferior del pistón del verdadero gato de tesar 1, se encuentra el gato 2
pretensar para incrustar la cuña. La fuena de tesado se transmite a la placa de anclaje a través
husillo

1
del gato 2, lleno de líquido y cerrado herméticamente y cnya superficie de pistón es me-
1 nor que la del gato l. Después de tesar se ponen en comunicación ambos gatos. Las dife-

l
L__ _
rentes superficies de pistón dan como resultad.o nna presión hidráulica diferente en am-
bos gatos, lo cual hace que pase una cierta cantidad. de líquido del gato 2 al gato 1,
hasta que la pieza situad.a en el extremo inferior aprieta las cuñas. La fuerza que se
.J,,,~so
~-~--------' voiante, o ejerce sobre éstas durante esta operación es aproxim.adan1ente de l t, produciéndose a
-·!OS manivela
1
¡
'
1 consecuencia del movimiento relativo de ambos gatos Una pérdida de recorrido de tesado
"--~¡~-JW
placa ajustabt&· ¡...--~--- 18!!
aproximad.amente 1/ , mm. Finalmente, al descargar el gato 2 se traslada la fuerza de tesa-
do total a las cuñas, incrustándose las mismas, conjuntamente con el alambre, alrededor
Fig. 4,22 Gato PIV, patente Dywidag, para barras con anclaje de rosca. de 1/ , mm. La pérdida de recorrido de tesado es pequeña y siempre la misma, por lo

174
175
__ anclaje de cuña
ble BBRV de 170 t con dinamómetro y una pieza cilíndrica provista de ventanas para
provic!on~I poder enroscar el collar de retención, fijándolo contra la placa de anclaje.

DISPOSITIVO DE TESADO CON GATOS GEMELOS

Ultima;,,ente se utilizan con frecuencia los gatos Lukas, de secc10n llena (sin agujero
)
/
central), dispuestos por parejas. Los cilindros son enroscados en u'n blo<¡ue llamado "ca-
beza de tesado", provisto de un taladro entre los gatos, en cuyo extren10 posterior se ancla
la barra. Los pistones actúan contra u'na silla de tesado, por debajo de la cual se puede
ajustar a la barra la tuerca de anclaje (fig. 4.29). Estos gatos se fabrican en ~ranrles
series, a bajo costo, con fuerzas de tesado desde 10. basta 50 t.

r-
'
1 ) - gato
-·· 1
z para
aE;ií~íi'J apretar la cuña
Fig. 4.23 Gato Leoba de 35 t de fuerza de tesado.

sección 1-1

Fig. 4.26 Gato VEKTOR con agujero central.

Fig. 4.24 Gato Leoba de 100 t de fuerza de tesado, con retroceso


hidráulico del pistón. Fig. 4.25 Gato Leoba para cuñas incrustadas.

cual puede ser tenida en cuenta en el cálculo con suficiente exactitud. El gato alcanza
15 t de fuerza de tesado, tiene 24 cm de longitud, co'n 10 cm de carrera, y pesa 14 ki-
logramos.

Debemos mencionar igualmente al gato de tesado de la Hocbtief AG, que fue mostrado
ya en la figura 3.66.

GATOS BBRV
La empresa PROCEQ, S. A., de Zürieh, sunumstra los llamados gatos VEKTOR (figu·
ra 4.26) con agujero central, en seis diferentes tamaños, y para fuerzas de tesado de 30
a 250 t, todos con 100 mm de carrera. El peso varía entre 21 y 125 kg, y la longitud del BOMBA ACCIONADA A MANO
gato, entre 28 y 34, cm. Los gatos alcanzan su fuerza nominal para 7.50 kg/cm2 de presión
del aceite, y necesitan, por tanto, la bomba de alta presió'n del mismo nombre. El retro- ~CONEXION DE
ceso del pistón se realiza por medio de resortes de plato. LA MANGUERA

Los gatos PROCEQ son suministrados también con bomba de mano y manómetro incor-
Fig. 4.27 Gato VEKTOR con manómetro.
porad.os (fig. 4.27). La figura 4.28 muestra el dispositivo completo de tesad.o para un ca·

176 12 177
La figura 4.30 muestra el dispositivo de, la Ed. Züblin AG, equipado con gatos Lukas, 1;iara 4.32 Gatos , hidráulicos para bancos de tesado
el anclaje según la figura 3.74.
Entre la gran cantidad de dispositivos de tesado que se emplean en las fábricas de piezas
GATOS DE 200 T PARA CABLES CON MAZAROTAS (ver l.ª edición alemana, pág. 118). de hormigón pretensado, se muestra en la figura 4.31 un gato de la Maschinenfabrik
W eiler, Brauer KG. Su carrera alcanza hasta 1 200 mm y la fuerza desarrollada hasta
100. t. M. Paul & Sohne fabrica gatos parecidos que pueden desarrollar fuerzas de hasta
210 t (fig. 4.32).

,Fig. 4.28 Dispositivo de tesado de cables BBRV, con gato VEKTOR y dinamómetro.

F'ig. 4.31 Gato para bancos de tesado, Maschinenfabrik Weiler, Brauer K. G.

Fig. 4.29 Dispositivo de tesado HG, con dos gatos Lukas de 20 t.

Fig. 4.30 Dispositivo de tesado Züblin para 40 t con


2 gatos Lukas.

Fig. 4.32 GatO para bancos de tesado, fuerza máxima 25 t, M. Paul & SOhne.

178 179
E'n USA se emplean para las grandes vigas de cubiertas y de puentes pretensados con Si se aplica11 dos o n1ás gatos entre dos partes rígidas de la cstruct11ra, los ejes de los
cordones, gatos individuales del tipo del de la figura 4.33. gatos deben quedar entonces exactamente paralelos entre sí y a la dirección de tesado. Si
no ocu.rre esto, se originan unas fuerzas l1orizontales en los pistones que los aprietan late~
ralmente contra la pared del cilindro (rozamien-
to del pistón), pudiendo dañarse el roscado de
los mismos (fig. 4.36). Muchas veces ha sucedido
que se han "agarrotado" los gatos, deteniéndose
prácticamente el inovimiento de tesado, a pesar
de aumentar la presión. Por ello, los collares
de retención no deben ser ajustados hasta que
haya acabado la operación de tesado, para que
en caso de que se produzcan pérdidas durante
el tesado puedan retroceder regularmente los
pistones.

Fig. 4.33 Gato individual usado en USA en grandes bancos de tesado, para cordones de alambres. 1 1
_J___L
4.33 Grandes gatos hidráulicos de 200 hasta 600 t L--- º 415 _ _ _ _ _ _ _ ¡
Fig. 4.35 Gato de tesado de 300 t con placa ar· Fig. 4.36 Dos gatos próximos. Si los ejes no
Cuando hay que ejercer grandes fuerzas de tesado, se utilizan a menudo los grandes ga· ticulada, para grandes recorridos de te· están exactamente paralelos, se aga-
tos hidráulicos empleados frecuentemente en sado (Piltzer-Defries, Düsseldorf). rrotan los pistones.
la técnica de la construcción (fig. 4.34). Des·
pués de tesar se puede hacer apoyar el pis-
tón contra el cilindro por medio de un a'nillo Para evitar estos atascarnientos fueron creados para el procedin1iento Baur~Leonh.ardt,
o collar de retención, con lo cual es posible en el cual se disponen con frecuencia varios gatos juntos, l1nos gatos especiales en los que
eliminar la presión hidráulica. Estos gatos se atenúan estos inconvenientes (fig. 4.37).
pueden ir provistos de una placa de centra-
do, sobre el pistón, para preservar a éste de Consisten en dos tubos Mannesmann gruesos con placas de fondo delgadas, soldadas, que
los rozarr1icntos. La figura 4.35 m11estra uno transmiten directamente la presión del líquido a las superficies de hormigón de los ele·
de tales gatos, de 300 t y 40 cm de carrera, mentos estructurales. El pistón hueco es lle:nado de líquido y lleva en su extremo abierto
tal como suele ser utilizado. El pistón debe un anillo metálico que ajusta exactamente en el cilindro, con la emp-aquetadura de sellado.
111ovcrse exactamente en S'U eje 1~ngitu.dina1~ El resto del pistón deja nna holgura de 2 a 4 mm con la pared del cilindro. Unos peqne·
para que 110 se originen rozan1:icntos y para ños resaltos en la hase del pistón cnidan de que en la posición inicial éste y el cilindro
que el collar de retención se aplique reg11lar~ estén paralelos. Tan pronto- comienza a moverse el pistón, el líquido inyectado forma
n1entc contra la cara superior del cilindro. Si una articulación ideal, ya que el pistón puede girar con respecto al cilindro todo lo que
un gato tuviese pérdidas una vez ajustado el le permite la holgura entre ambos tubos.
collar de retención, a veces no quedaría otro
remedio que retirar el gato con ayuda de un Si hay dos gatos que no están completamente paralelos, no basta sólo con este efecto de
escoplo, ya que queda sujeto por la fuerza articulación, ya que puede variar la separación de las bases de los pistones. El despla·
Pig. 4.34 Gato hidráulico normal con collar de retención
para 200 a 300 t, presión de trabajo 400 kg/cm-: del cable y no se podría soltar el collar a -no zamiento transversal que con1pe·nsa esto, se l1ace posible muy fáciln1ente colocando entre
Plitzer-Defries, Düsseldorf). ser que se clev ase la presión. el pistón y el elemento estructur• l una placa de goma blanda sin tejido intermedio de

180 181
5 mm de espesor, que, incluso bajo presión alta, permite por deformación tangencial el
n1ovimiento transversal requerido.

Esta capa intermedia de goma blanda sirve al mismo tiempo para compensar las peque-
ñas desigualdades y rugosidades de la superficie de hormigón frente a la base de chapa
del pistón. También en la base del cilindro es conveniente interponer una placa igualato·
ria de este tipo, por ejemplo de madera de pino corriente o de madera contrachapada,
incluso aunque haya sído terminada con todo cuidado la superficie de hormigón.

i
3 mueiles con ,..., 1/50 kg de fuerza'
cuando el gato está extendido y"' 50···60 k!f
1 cuando está retraída

1 ~
/~ 1 ¡·
/71---+---~- - sos~ - - -
. 1

1
Fig. 4.38
Gato Baur-Leonhardt
para 300 t, 22 Cm de
carrera, 300 kg/cm2 de
Fig. 4.37 Gato Baur-Leonhardt de 500 t, con pistón articulado y resortes de retroceso. Presión de trabajo presión de trabajo, con
hasta 300 kg/cm2 .- Fábrica suministradora Puntpenfabrik Uraob., Württ. collar de retención y
articulación esférica.

Después de tesar se mantiene la presión hidráulica hasta que se asegura el pretensad.o,


por medio de bloques prefabricados de hormigón o rellenando la junta con hormión de
endurecimiento rápido. Se confía para ello en la buena estanquidad del gato, y en las
válvulas de cierre existe·ntes, pudiendo ser dím·ensionados an1bos elementos con el mismo
grado de seguridad que los collares de retención. Las juntas y válvulas deben ser fabri-
cadas, pues, con materiales adecuados y de calidad.

En vista de que en algunas ocasiones las autoridades prescriben el empleo de collares,


fuerou perfeccionados estos gatos colocando, de acuerdo con las figuras 4.38 y 4.39, una
caperuza de superficie interior esférica, encima del collar de retención, de forma que no
pueden ser transmitidos momentos flectores al pistón, incluso aún en el caso de que los
ejes· de los gatos no estén exactamente paralelos.

Dad.o que las articulaciones esféricas del tipo de la figura 4.35 admiten la rodadura pero
no el desplazamiento entre ambas partes, transmitiendo por ello la fuerza, en el caso de
variaciones angulares, excéntricamente al pistón, se utilizan en los últimos gatos superfi~
cies de articulación de radios idénticos, perfectamente pulid.as y cubiertas con Teflon, lo
cual permite el giro en forma de desplazamiento entre ambas superficies, incluso bajo
presión. En este caso se debe prescindir de la articulación del pistón, ya qne, en caso
contrario, la existencia de ambas articulaciones podría conducir a estados de inestabili~
dad, si no están fijados lateralrnente los elen1entos a pretensar. IJa a1·ticulación esférica
puede ser reemplazada por un apoyo de caja de goma según ([502], fig. 33) más moderno
y econó-mico. Fig. 4.39 El gato de la figura 4.38.

182 183
Se usan gatos de 250 y 300 t de fuerza de tesado, que tienen muchas más aplicacim¡es 4.35 Devanadoras para el pretensado de depósitos y tubos circulares
que los de 500 a 600 t.
IIace tien1po se crearon unas máq·uinas para enrollar alambre hajo tensión elevada alre*
dedor de la pared de los depósitos circulares, produciendo de esta forma eomprcs10ues
GATOS EN FORMA DE OLLA (ver l.ª edición alemana, pág. 120 y siguientes) .
anulares en el 11orn1igón.

4.34 Gatos de pi.ato, gatos saco (gatos planos) En USA, la casa Prnload Company, de Nueva York [101], creó con este fin la máquina
que se nrnestrn ·en la figura 4.42, que cuelga de un carretón que corre por el borde
Para grandes fuerzas y pequeños recorridos de tesado se e1nplean en ocasiones los gatos superior del depósito y lleva, para su accionan1iento, u11 n1otor Diesel que arrastra la
de plato representados en la fignra 4.40, [52], [66] y [68], de chapa de acero dulce, máquina a lo largo de un cable que rndea el depósito. El cable queda sujeto por roza-
soldados a lo largo del reborde. Al inyectar agua se separan las bases de los platos que miento a la pared. Al devanar el alambre sobre el depósito se le estira a través de una
estaban inicialmente en contacto, hasta alcanzar el recorrido de tesado, limitado por la hilera, es decir, que el alambre recibe su dián1etro y elevada resistencia definitivos, en
capacidad resistente del rchorde. Para recorridos de tesado mayores se colocan varios la misma operación de devanado sobre el depósito. La fuerza de tesado corresponde, pues,
gatos de plato uno encima de otro. La presión p está limitada por la imposibilidad de a la resistencia de estirado, la cual depende de la resistencia del alambre bruto y de la
usar para la fabricación chapas gruesas o de alta resistencia, de forma que la sección de relación del diámetro de éste al diámetro de la hilera.
acero que resiste la presión radial es pequeña. Por otra parte, la chapa tiene que sopor-
tar solamente la fuerza j>_.__,J, , siendo d el pequeño diámetro del reborde o el ancho ex- A ciertas distancias se ancla el alambre a la pared del depósito, para que en caso de ro-
2 tura no salte todo el devanado. (:on esta máq11ina han sido construido¡..: varios 1niles de
terior de la hendidura del bloque de hormigón. La soldadura debe estar perfectamente depósitos de hasta 70 m de diámetro y hasta 30 m de altura de agua. Con el tiempo se
realizada. fue aumentando la velocidad de devanado de la máquina hasta 16 km/h, lo que per-
% mite enrollar en 8 horas alrededor de 5 t de alambre,
De igual manera se pueden empicar los gatos saco, hechos de chapa plegada con costnra
soldada y terminacior1es scn1icirculares (fig. 4.41), para pretcnsar tubos, silos, revestimien~ El in.geniero suizo VoGT creó en 1950 una devanadora bastante n1ás ligera 1 y sencilla, co~
nocida bajo la denon1inación de devanadora BBRV. Para su accionan1ie11to es su.ficiente
un motor de 4 CV situado aniha en el carretón, el cual está unido al eje del depósito
por medio de una ligera viga de celosía (fig. 4.43). Por la superficie exterior del depó-
sección
sito corren solamente las ruedas de deva'nar. El principio dc.l prctensado se basa en que
tubería el alambre a tesar sale de
sold:oda
una polea cuya circunfe~
rencia es inferior a la de
espesor de chapa
cordón de soldadura tubo de alimentación 1mm
la r11eda motriz~ en u·na
longitud que corresponde
pi anta
soidadura precisan1ente· al pretensa~
do deseado. Las ruedas
/~ motrices son apretad.as
/ contra el depósito por
n1edio de lllla ('adena con
( n1ue]les tensores, y son
accionadas deRde arriba
1 después de
\ tesar con la ayuda ele una ha-

'"~
antes de rra rígida a la torsión.
tesar

En esta barra vertical e:c


Fig. 4.40 Gato de plato para pe· puede ajustar el paso del
Fig. 4.41 Gato saco de tubo de acero sin costuras aplastado (Procedimiento
quefios recorridos de te· JAUCR). devanado. El rollo de
sado (gato plano). alambre va arriba junto
al carretón. Al alambre
se le dan ahajo dos o tres
tos de galerías o incluso túneles (Procedimiento G. JAUCH). El recorrido de tesado dv-do vueltas alrededor de la
depende, en un gato de anchnra suficiente, del espesor de la chapa y ele la presión, p, polea de salida para ob-
p · dv . tener la necesaria resis~ Fig. 4.42 Devanadora de la Preload Company, Nueva York (merry go round
pues debe ser -:u--2
a adm. (t = esp·esor de la chapa). Es convcmente empalmar el con- tencia de rozamiento (fi- machi ne), pre tensando un depósito de 40 m de diámetro y 17 m de
altura. A la izquierda de la fotografía se pueden reconocer los- anclajes
gura 4.44). Cuando el diá- de los alambres, dispuestos aproximadamente cada 10 vueltas.
ducto de inyección a la parte de la chapa que no se deforma. La construcción y el ma-
nejo de estos gatos requieren cuidados y conocin,1ientos técnicos especiales. 1 Peso. excluido el brazo giratorio, 910 kg.

184
l
1

~ nietro del depósito es muy grande, se puede prescindir dél brazo giratorio y guiar la
máquina por medio de nna estructura tubular (fig. 4.45).

\¡lI El diámetro del alambre utilizado, de acero St 180, es de 4 ó 5 mm. Con la máquina se
devanan entre 100 y 150 kg de alambre cada hora. El diámetro mínimo de depósito
que puede ser pretensado es 5 m; el límite superior está en unos 100 m. Por lo que res-
il pecta a la altura, se han pretensado ya con éxito depósitos de hasta 38 metros.
lf El comienzo del alambre es anclado a un tornillo embutido en el hormigón. A cada
20 ó 30 vueltas se fija de nuevo el alambre por medio de tornillos a una placa hormi-
gonada, o bien por medio de cuñas. El empalme de los alambres se ejecuta de acuerdo
con el apartado 3.37.

Siguiendo el mismo principio se han construido devanadoras de tubos en las cuales el dis-
positivo de tesado se mueve solamente en sentido vertical, siendo el tubo el que gira
•1 1 ( [307] y fig. 4.46). En el capítulo 16 se estudiarán otros tipos de devanadoras de tubos.

~ff
"

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•·
11
.... ,,

Fig. 4.43 Devanadora BBRV (Bilro BBR,


Zürich, y SUSPA, Ausburg) en un
.i~
Fig. 4.44 Aparato de devanado, en el extremo
de la barra de accionamiento rígida
Las dos devanadoras originales, Preload y BBRV, ban sufrido más tarde ligeras modi-
ficaciones, que renunciamos a describir.

Para comprobar la tenswn del alambre en estas operaciones de devanado ha creado


VoGT el instrumento de medida de la figura 4.47, en el que se le da al alambre una
cierta flecha entre dos puntos de apoyo; la fuerza necesaria para ello es un índice de la
silo alto, con viga radial de guía. a la torsión. tensión. Este aparato pnede medir desde 500 a 4 000 kg de esfuerzo de tracción, en alam-
bres 0 4 a 7 mm (ver también apartado 4.21 y [539]).

4.4 Pretensado con armaduras pretesas

4.41 Bancos de tesado de gran longitud

En los extremos del banco se encuentran unos bloques de anclaje (estribos) con placas
de acero (fig. 4.48), en las cuales se anclan los alambres, en general, por medio de cuñas.
En uno de los extremos se efectúa el anclaje antes de proceder al tesado, y en el otro
extremo una vez puestos los alambres en tensión.
Los estribos resisten la fuerza de tesado. Los alam-
bres son desenrollados y extendidos junto al banco.
Después se colocan sobre éste, se anclan. en uno
de los extremos y se tesan, midiendo la fuerza de
tesado y el alargamiento del alambre. La tempe·
ratura del alambre no debe diferir notablemente de
la temperatura media del hormigón a colocar.

Una vez terminado el tesado hay que inmovilizar


los alambres, fijando exactamente las distancias
mutuas entre ellos y su posición vertical, para que
no se muevan durante la colocación y con1pacta~
ción del l1orn1igón. En los extre111os del banco se
abre, por lo general, el paquete de alambres, ya
que en el anclaje no pueden ser colocados tan
apretadamente como en el hormigón.

Fig. 4.45 Devanadora BBRV con estructura tubular de guía, Fig. 4.46 Devanadora BBRV para tubos.
Cuando se hacen placas y vigas sencillas, los alam-
para alambre de 0 5 mm, fuerza de tesado 2 000 bres están rectos y paralelos en toda la longitud
kilogramos y velocidad de devanado 1 m/s. Fig. 4.47 Aparato para medir la tensión del
de la pieza. Sucede entonces que la fuerza de pre- alambre (según VoaT).

186
187
tensado actúa demasiado descentrada en el extren10 de la pieza, lo cual constituye ,una tensado de los alambres. La resistencia necesaria para ello depende del tipo de alambre,
desventaja desde el punto de vista tensioual. es decir, de sus propiedades adherentes, del número y separación de los alambres, en
especial de la distancia al borde de la sección, y de la relación de la fuerza de preten-
En el caso de vigas muy grandes se p·uede evitar este inconveniente anclando los alan1~ sado al área de la sección de la zona de anclaje. No es posible dar reglas fi,jas, pero
bres en la solera del banco, aproximadamente a 1/ 5 de la luz de la viga, levantándolos en general sería suficiente una resistencia de aproximadamente el 70 % de la calidad de
en el extremo por medio de un soporte adecuado (fig. 4.49). La solera del banco dehe hormigón exigida en la pieza.
ser capaz de anclar las fuerzas de tracción que origina el cambio de dirección del alam-
hre. En los EE. UU. se utilizan en estos anclajes de desviación ·unas piezas especiales
(fig. 4.50a), que se fijan con tornillos al banco y que quedan más tarde embebidas en la

'base del encofrado

o o e

Fig. 4.48 Estribos de anclaje para bancos de tesado de gran longitud (Stahltonwerk
Frick, Suiza).
Fig. 4.50a Anclaje intermedio para desviar los cordones de acuerdo con la figura 4,49.

viga. En la figura 4.50b se mnestra el apoyo de los alambres entre dos vigas. El anclaje
de las fuerzas de desviación puede ser realizado, natural1nentc, de n1uchas otras formas.
Se procura al levantar los alambres qne la resultante de sus fnerzas actúe en el extremo
de la viga sobre el núcleo central, para lo cual se anmenta la separación entre capas
de alambres para conseguir un mejor reparto de las fuerzas de anclaje por adherencia.··

Una vez tesados los alambres se hormigona la pieza. El hormigón suele ser cnrado al
vapor al objeto de acelerar sn endnrecimiento, de tal forma qne después de 8 a 20 horas
haya alcanzado la suficiente resistencia para mantener por adherencia la fuerza de pre-

viga 1 viga 3

?~///f~#~~~~~;~~~~
soporte anclaje soporte

Fig. 4.49 Desviación de los alambres en el banco de tesado,para mejorar la posición de los mismos en la zona Fig. 4,50b Desviación de los cordones sobre un soporte entre las vigas l y 2 de la
de anclaje en los extremos de cada viga. figura 4.49 CJohn A. Roebling's Sons Corp., USA).

188 189
Para transm1t1r la fuerza de pretensado al hormig'ón se cortan los alan1hres, con tel!aza ello se necesita haber alcanza-
o con soplete, junto a los anclajes y entre las diferentes piezas (ver apartado 3.131). do en éste una resistencia de
Para ello se debe comenzar por los alambres interiores, cortando por último los exterio- tan sólo 14.0 kg/ cm2 • Es inte-
res. A consecuencia del pretensado se acortan las piezas y se desprenden del banco. Los resante el hecho de que este
anclajes de desviaci§n deben tener, por tanto, una cierta movilidad longitudinal (ver fi. valor tan bajo sea suficiente
gura 4.50a). Los encofrados laterales deben ser retirados antes de la transmisión del pre- para 'transmitir la fuerza del
tensado, cuando por ejemplo el encofrado del ala inferior pudiera impedir la flexión de pretensado de barras corr11ga-
la viga como consecuencia del pretensado. das de hasta 0 14 mm, con
inuy poca armadura transver-
sal en la zona de anclaje y
4A2 Bancos de tesado de dimensiones reducidas sólo unos 3 cn1 de reculJri-
miento de hormigón.
Fig. 4.52 Barras ancladas en mandriles sobre la plataforma de tesado.
Los bancos de tesado cortos se forman en general a base de encofrados o moldes rígidos
Existen experie·ncias igual-
que pueden resistir la fuerza de tesado, pudiéndose anclar a ellos los alambres. Las tra-
mente favorables sobre este sencillo tipo de anclaje, incluso con barras de 30 mm.
viesas de ferrocarril son fabricadas de esta forma, eu algunos procedimientos (ver apar-
tado 16.4). Hemos visto ya otros bancos de tesado de dimensiones reducidas al describir
Por lo que se refiere al consun10 de corriente, pueden valer los siguientes datos:
la devanadora rnsa, en el apartado 4.11. El tesado puede hacerse mecánica o hidráulica-
mente. Un sistema de pretensado especialmente apropiado para bancos de tesado cortos
Para pretensar una jácena de cubierta de 18 m de longitud fueron calentadas simultá-
es el descrito en el apartado siguiente.
neamente a 350°C, 28 barras 0 14 mm, con 100 kW, en un tiempo de 4 a 5 minutos.
Para tres barras 0 14 mm de 6,3 m de longitud se gastaron 3,8 kWb, cifra en la cual
se incluye el consumo de corriente para la soldadura de los anclajes y para soldar la
4.421 El tesado termoeléctrico utilizado en la U.R.S.S. armadura restante de una placa de 1,2 m de ancho y 6,3 m de longitud. El costo de los
disp9sitivos utilizados en este tesado termoeléctrico alcanza solamente unos 5.000 rublos.
Si se ancla e·n. sus extre111os un alambre de pretensar calentado, entrará en tensión cuanM P~ra la conversión de la corriente se utilizan tra·nsforn1adores nor1nales de soldadura.
do se enfríe, al intentar acortarse. Desde los prin1eros tiempos se trató de aprovechar este
hecho en la técnica del preteusado (ver apartado 4.67). En la U.R.S.S. se ha llevado a El tesado ter1noeléctrico se emplea también últin1an1ente en co1nbinación con las devana~
cabo con buen éxito este procedimiento, desde 1958, para tesar sobre ba'ncos cortos barras doras de alambre de las figuras 4.5 y 4.9. Calentando el alambre hasta unos 2500C, se re-
corrugadas de acero natura] duro St 60/90 ([404], [536] y fig. 2.5). duce el esfuerzo mecánico aproximadamente a la n1itad.

Para poder realizar el anclaje se sueldan lateralmente en los extremos de la barrá dos En Aleman.ia Oriental se va a implantar en breve un .procedin1iento parecido para tesar
pequeños trozos de harra o un huele hecho de fleje (fig. 4.51). Entonces se calientan eléc- alambres corrugados ovales de acero mejorado St 140/160, de 20 a 50 mm2 de sección [541].
tricamente las barras durante 3 a 5 minutos hasta 300 ó 400°C. Las barras de 6 m de Ion- Puesto que estos aceros no son soldables, las barras irán provistas en sus extre111os de en~
git11d se alargan con ello unos 20 a 25 mm. A continuación se las coloca en sus anclajes talladuras laterales para su fijación por medio de mordazas de anclaje. Para alcanzar en
terminales sobre la plataforma de tesado (fig. 4.52) y, al enfriarse en el aire, entran en la práctica la dilatación térmica necesaria para obtener u.na tensión Ov == 0,55¡3z es preciso
tensión (se pierde una parte del efecto del alargamie'nto por las tolerancias en el an- calentar hasta 460°C, lo que se consigue a 30 V y 300 a 1100 A en un tiempo de 40
claje). Se calcula que perma- a 90 segundos, y se supone no perturba las propiedades del acero de pretensar.
nece 11na te'nsión de un n1íni-
mo de 3 000 kg/cm2 a u'n má-
ximo de 5 000 kg/cm2• No se
considera n.ecesario el conocer
el valor exacto de la fuerza de 4.5 El pretensado con armaduras postesas
pretensado alcanzada, pues no
influye casi en la seguridad a 4.51 Preparación
la rotura de la placa preten-
sada. Sin embargo, no es difí- Antes de tesar hay que convence~se de que el l1orn1igón ha alcanzado ]a resi:::tencia ne-
cil lograr que la dispersión de cesaria, y de que el acortan1iento del l1ormigón, o cualquier otro desplaza111iento. o defor-
la tensión sea pequeña. 111ación,- 'no se ven seria111ente i111pedidos en ninguna parte; es decir, que hay q.ue eliminar
los acuñan1ientos de las cimbras o los arriostra111ientos rígidos que puedan pert11rhar los
Una vez endurecido el hormi- i11ovimientos previsibles, sin que, por otra parte, se dis1ninuya la seguridad 'de los soporn
gón s-e cortan los anclajes con tes de las cimbras frente al pandeo. Es preciso limpiar los apoyos móviles y dejar libres
sierras de carborun.do, o eléc- las juntas. Los encofrados y las vigas de las cimbras impiden sólo accidentalmente el te-
tricamente. La fuerza de pre- sado. Hay que estudiar la ordenación del prctensado en el tiempo y la ordenación del
Fig. 4.51 Bucles de anclaje Soldados en barras corrugados St 60/90 para tensado es transmitida por tesado de los cables, así como los diferentes procedimientos de tesar. Los cahles indivi-
el tesado termoeléctrico. adherencia al hormigón. Para duales .son tesados en general pOr separado, uno tras otro. Sin en1bargo, cabe también la

190 191
posibilidad de pretensar toda Ia estructura a un tiempo, por medio de bloques de tesado, estructurales mayores se opone a una espera larga el hecho de que ya en los prin1eros
o desde las llamadas .]ur1tas de pretensado. Finaln1e·nte, existen aden1ás otros métodos días, después de horn1igonar, se originan unas tensiones inter11as considerah]es debido a
especiales. la generación de calor de fraguado y su correspondiente desaparición ([198] y fig. 4.53),
a las variaciones de la ten1~ tei11peraturas en ia sección central del puente
peratura ambiente, y la dife·
posición de los termómetros+
4.52 Ordenación del pretensado en el tiempo renie retracción según el cu~
rado. La armadura ordina-
A causa del favorable efecto de un buen grado de endurecimiento del hormigón sobre los ria, que en las piezas de hor-
acort~n~ientos por retracción y fluencia (ver apartado 2.2), el n101nen.to de pretensar con migón pretensado s11ele ser
la max1ma fuerza de tesado, debe ser elegido lo más tarde posible, incluso aunque se n1uy pequeña, no es capaz @cm
haya alca'nzado relativa111ente pronto una elevada resiste11cia. El plazo de endurecimie11to de absorber estas tensiones, terriperaturas medidas
.el 17.3.51 _a_las lPº h
es función de Ia temperatura y Ia calidad del cemento (ver apartado 2.243). apareciendo fisuras visibles.
Tales fisuras bau sido obser-
Con10 regla general podrían valer los siguientes plazos: vadas en varias obras antes
de comenzar a tesar, sobre
todo en casos en que se u.tili~ Fig. 4.53 Diferencias de temperaturas por calor de fraguado en un puente,
Temperatura media de endurecimiento en "'C 20 15 10 5 zaha'n cen1entos de alta re.. medidas 2 días después de hormigonar, cemento Z 425 (según
BÜHRER).
sistencia inicial y alto calor
z 275 i 10-12 20 30 40 de fraguado, o cuando había
··-1 --1 grandes diferencias de espesor entre Ios elementos de la estructnra, o bajo las tempera-
Plazo de endurecimiento, en días, para
fos tipos de cemento:
1
z 375 5-6 10 15 1 20 turas extremas de verano.
1
z 475 3.4 7 !
12 16
4.521 Pretensado por etapas

Si las tensiones de con1presión q·ue se van a originar en la zona de tracción precon1pri~ La mejor forma de evitar estos fenómenos es introducir prematuramente una primera p·ar..
mida son elevadas (0,7 a 1,0 ah adm.), se debería prolongar estos plazos a ser posible en te del pretensado total, por ejemplo al segundo día de poner en ohra el último hormig6n.
un 20 a 30 %. Si, por el contrario, son bajas (p. c. en el caso de pretensado por etapas), Las piezas largas son suhd.ivididas en varias partes por medio de espacios libres dispues-
se pncde pretensar antes (ver apartado 4.521). tos cada 20 ó 30 m, que son llenados con hormigón al final simultáneamente, de forma
que, al cumplir la primera etapa de tesado, las zonas de hor111igón joven son n1uy pe~
En las estaciones frías :no se debe pretensar c:n ningún caso dcn1asiado pronto, ya que el queñas.
hormigón endurece mncho más lentamente. Los períodos de helada deben ser deducidos
del tiempo de endurecimiento, a no ser que se mantenga artificialmente la temperatura I,,a resistencia del horn1igón más reciente, todavía n111y baja, no permite altas tensiones
del l1ormigón, lo que no elche I1acerse, sin embargo, en. ningú11 caso, con la ayuda de en este instante. Los cahles individuales deben ser tesados sólo inoderadamente, y con
estufas de coque abiertas colocadas junto a la estructura, porque las elevadas diferen- una distribución favorable. Si se tesan cables concentrados por medio de grandes gatos
cias de temperaturas que se producirían traerían como consecuencia con toda probabili~ hidráulicos, se dejan entonces si111ple1nellte actuar los gatos con una presión moderada,
dad la aparición de fisuras. hasta alcanzar la fuerza parcial deseada, no originándose en ninguna parte tensiones altas.

No se debe introducir la fuerza de pretensado rnaxima hasta que la resistencia ú\itcnida La fuerza de tesado a ejercer en esta primera etapa d.e pretensado depende de la resis-
en el e~lSayo, según DIN 1 048, sea la correspondiente a la calidad de hormigón supuest!1 tencia del hormigón lograda hasta el momento, y de las condiciones de apoyo de la pieza.
e~, el calculo, o al .n1enos de 2,5 veces la máxi111a con1presió11 en la estructura bajo la ac~ Debe ser, al menos, lo hastante grande para poder vencer los rozan1ientos de la pieza con
cwn de (g +v). Si no se puede esperar el tiempo suficiente habrá que tener en cuenta su hase o cualquier otra resistencia de la cimbra, al objeto de hacer posible el acorta·
miento pretendido del hormigón. Las tensiones pueden alcanzar perfectamente hasta 1/ 8
un mayor acortan1ie·nto del hor111igón~ debido a la :fluencia, o retesar posteriormente la
armadura~ de la resistencia c1íbica obtenida hasta el n1on1ento, y en los puntos desde los que se tesa,
hasta 1/ " En general se aplica solamente del 10 al 30 % de la fuerza de tesado de-
Por medí". del calor. se pue?_en acortar mucho los plazos de endurecimiento, de forma finitiva.
que, por CJemplo; ha10 la acernn de vapor sin presión a 90°C se pueda introducir el pre-
tensado total a las 6 u 8 horas (ver fig. 2.57). La adopción de tales medidas sólo com- Se sahe, por los ensayos franceses, q11e una con1presión pre1natura i11oderada c1eva la re-
pensa en general en la ejecución de piezas prefabricadas. En las traviesas de ferrocarril sistencia a tracción del l1orn1igón y diS"n1inuye la fluencia posterior. Con e~te primer pre-
se ha visto, sin embargo, q11e a .pesar del c·ura.do al vapor, tesando n1ás tarde, dcsp11és de tensado se mejoran pues, de paso, las propiedades del hormigón.
2 ,. a?.sen1anas de endurccín1iento suple1nentario al aire, se dismin·uyen notablemente las
Si h.ay que continuar tesando relativan1ente pronto, a causa de la evolución de la obra,
perdidas de pretensado. · ·
se recomienda entonces dividir de nuevo la operación de tesado, aumentando la fuerza
Estas reglas son suficientes para piezas pequeñas de hasta 10 m de longitud y, cori t1n primeramente hasta resistir el peso propio, facilita'ndo con ello la continuación de la
curado bueno del l1orrnigón, para piezas aún i11ás largas (l1asta u'nos 20 nl). En elen1entos obra. Esto puede ser necesario también en el caso de que el peso propio no pueda entrar

192 13 193
en acc10n inicialmente • causa de la recuperac10n de la cimbra (ver apartado 19.2)., o 4.541 Medición del recorrido de tesado
cuando al principio esté presente sólo una parte del peso propio, pudiendo originarse, en
eI caso de aplicar el pretensado total, tracciones y compresiones demasiado altas. Al medir el recorrido de tesado es difícil fijar el punto cero o punto de partida. A causa
,,_(J'~"'I~t~ _cii:i:.Y?~_: __ d.-~__ l_Qs_ cables,. se pr9duce _primeramente __ u·n p_equeño recorrido_ sin tensióri~
Al hacer la ordenación del pretensado en el tiempo, se recomienda generalmente reali- hasta, que los alambres .apoyan por todas partes en el conducto, llamado "marcha en
zarlo en tres etapas de tesado: vacío". Depende además de la temperatura del alambre en el momento de tesar compa;
r~da éon la que tenía al colocar y fi,jar los anclajes. Si por ejemplo se han colocado y
Lª Tesado moderado prematuro, para evitar las fisuras debidas a la temperatura y a la anclado los alambres en tiempo cálido, y baja la temperatura hasta el momento de tesar,
retracción. podría ocurrir que por el acortamiento debido al descenso de la temperatura entrasen
2.ª Tesado hasta que la pieza pueda resistir por sí sola su peso propio, descimbrando en tensión los alambres antes del comienzo del tesado. Desaparece entonces la marcha en
inmediatamente para aquel que pueda entrar por completo en acción, o bieu de sólo vacío y comienza el recorrido de tesado con una fuerza que puede ser ya bastante apre-
una parte del pretensado cuando solamente se haya colocado parte del peso propio. ciable. Cuando la relación de temperaturas es la inversa, aumenta la marcha en vacío.
3.ª Pretensado definitivo, después de un endurecimiento suficientemente largo.
En el caso de barras fijadas a la placa de anclaje por medio de una tuerca, puede ocu-
I"a segunda y tercera etapas de tesado no deben ser llevadas a cabo antes de que pasen rrir que al apretar ésta se ejerza ya una parte del pretensado.
los plazos citados anteriormente, y pueden ir casi seguidas una d.e otra.
Para ohtener el punto cero para la medición del recorrido, se tesa a veces ligeramente,
destensando de nuevo. Sin embargo, no se obtiene de esta forma el punto cero en cuanto
4.53 Ordenaei6n del tesad.o de los cables se produzca algún rozamiento que impida el retroceso a cero de la tensión o del alar-
• gamiento. Se evitan todas estas inexactitudes en la determinación del punto cero, si se
Los cables individuales deben ser tesados uno tras otro en un orden tal que el pretensado tesa el cable primeramente con 1/ 10 de la fuerza de tesado total, y se toma esta posición
progrese repartiéndose por la sección completa lo más uniformemente posible. Se co- como punto de partida para la medición del recorrido de tesado. En la determinación de
mienza el tesado por cables que no estén situados junto al borde. Si una estructura está los diagramas de tensiones-deformaciones se procede de forma parecida. Se sabe que el
forn1ada por varias vigas u·nid.as por una losa de cabeza, no se debe pretensar totalmente comienzo de diag1·ama de tensiones-deformaciones es recto, y lo que se hace entonces es
una de las vigas, estando las adyacentes sin tensión, pues podrían aparecer fisuras de esm prolongar hacia abajo la recta obtenida con las bajas tensiones iniciales.
fuerzo cortante en la losa que las une. Se debe comenzar tesando un cable de cada viga,
continuando e'n esta forma la operación. De una forma similar se puede obtener también el punto cero del recorrido de tesado,
midiendo algunos puntos de la línea de fuerzas-recorridos de tesado, prolongándola luego
En las estructuras que hayan de ser pretensadas longitudinal y transversalmente, se de·
hacia ahajo hasta el punto correspondiente a la fuerza nula (fig. 4.. 54). En la práctica
hería tesar en primer lugar según la dirección transversal. Si existen en esta dirección
cables arriba y abajo, por ejemplo en el caso de vigas transversales (diafragmas) o losas
huecas, deben ser tesados más o n1enos en la inisn1a proporción.

Los cables que no se extiendan de un extren10 a otro de la estruct11ra, no deberán ser


tesados hasta que la zona del anclaje intermedio haya sido sometida a compresión por
resultaría esto bastante prolijo, por lo cual es inejor
calcular el recorrido de tesad.o desde. 1/ 1o V hasta V., y
controlar sola1nente este recorrido. En el caso de aceros
con diagra111a a-e recto hasta Ozv y cables sin rozamien-
tos, es 9/ 10 del total.
' -------)1
el tesado de los cables que pasen de un extremo a otro. Si no hay ningún cable de estos lf ------- ----1-.... puntos
últin1os, h.aJJrá que sujetar con la suficiente arn1adura ordinaria la parte de la estructura En el caso de cables rectos cortos se debe alcanzar al f medidos
situada detrás del anclaje. mismo tiempo la fuerza de pretensado teórica V y el
recorrido de tesado precalculado L1l =
czv • l, +
l3b • lb si
¡;
/
--~ 1/ prolongación hasta
En el caso de que el alma de una viga vaya a ser pretensad.a con estribos se debe reali- está to.do en orden. Si falta por alcanzar una pequeña
/~-- f'=O
zar esta operación antes del pretensado longitudinal, ya que este último hace en general paTte del recorrido teórico, se aumenta la fuerza de tesa- / 1
que se produzcan tracciones principales oblicuas, que deben ser compensadas por medio d.o hasta alcanzar el valor correcto. En los cables largos 1 Ll, d,
de los estribos pretensados. aparecen también rozamientos en los tra111os rectos, por purito cero hallado para tfl
las circunstancias descritas en el capítulo 7, rozamientos recorrido de lesa do L1 l -
Desde luego, el caso más favorable es aquel en que el pretensado total se reparte unifor- que deben ser tenidos e·n cuenta en la n1isn1a forma que Fig. 4.54 Determinación del punto O
men1ente sobre toda la eección gracias a la actuación simultánea de varios gatos, y sin en los cables curvos. para medir el recorrido de
perturbaciones locales del estado tensional debidas a la presencia de anclajes intermedios. tesado.

En los anclajes de cuña deslizante (ver apartado 3.23)


se produce u·na disminución de la tensión ·en las proxin1idades del ex.tre1110 desde el
4.54 La operación de tesado que se ha tesad.o el cable, que debe ser tenida en cuenta. Por ello este tipo de anclajes
no es adecuado para cahles cortos.
Al llevar a cabo la operación de tesado se debe alcanzar, con la mayor exactitud posible,
el grado de pretensa do supuesto en el cálculo. El xec()rrido yla fuerza de tesado deben
ser medidos .cu_idadosa111ente p_ara llevar el necésario. c~ntrol; los valore~ déterrnill~dOs En las cuñás incrustadas, el pequeño y conocido recorrido de incru.stación debe ser s11mam
por el cálculo estático deben venir indicados en el programa de tesado. do al recorrido de tesado deducido del cálculo.

191 195
Cuando se mantenga el pretensado por medio de barras de tracción y tuercas, que ,son (0,55{12 ), en anclar el cable sobrepasando en este valor la fuerza de pretensado admisible.
retiradas una vez endurecido el mortero de inyección, hay que aumentar el recorrido de Cuando AV es mayor, sin que exceda del 18 % de V adm., después de sobrepasar el valor
tesado en el valor de la deformación de la barra de tracción entre el anclaje provisio- teórico de la fuerza de tesado se retrocede de nuevo a dicho valor.
nal y el definitivo.
Sobrctesando y aflojando varias veces, disminuyendo cada vez con respecto a la anterior
Con toda generalid~d hay que tener en cuenta que, en casi todos los procedimientos de la fcnsión n1áxi111a alcanzada, se puede conseguir con bastante exactitud, en toda la longi~
pretensado, se pierde una pequeña parte de la fuerza de tesado al trasladar dicha fuerza tud del cable, la fuerza teórica (fig. 4.56). Para la computación numérica véase el apar-
desde el gato al anclaje definitivo, a causa de la deformación de las diversas partes del tado 7.4.
anclaje y otras circunstancias ("Efecto de ajuste", según B. FRrrz [234]). Este efecto
carece de importancia solamente en los cables largos. FRITZ ha comprobado en los ancla-
jes de rosca de barras gruesas pérdidas de pretensa do del 11 % , atribuibles en parte a 4.542 Irregularidades en el recorrido de tesado
un apoyo incompleto de la tuerca (placa de anclaje no perfectamente ortogonal a la ba-
rra). Vemos, pues, que también tiene influencia en esto la precisión en la ejecución. Por Si se obtiene en la práctica un recorrido de tesado demasiado grande en comparac1on
esta razón es siempre conveniente en los cables individuales sobrepasar la fuerza de te- con la fuerza aplicada, lo primero que se debe hacer es comprobar los manómetros. Si
sado aproximadamente en nn 3 % . están éstos en orden se debe suponer qne las hipótesis hechas respecto del rozamiento
del cable eran demasiado desfavorables, o bien:
La influencia del deslizamiento de las cuñas, y del efecto de ajuste, sobre la variación de
la fuerza de pretensado, será estudiada detenidamente en el apartado 7 .43. que la sección de acero, correspondiente a la tolerancia por defecto admitida, es
menor que la supuesta en el cálculo (ver tolerancias en el apartado 2.12);
Cuando hay en una pieza varios cables indiviilnales, sus recorridos de tesado deben ser que el módulo de elasticidad del alambre es menor de lo supuesto;
dijerentes. El del primer cable que se tese debe ser ignal al alargamiento del acero
ez · l,, más el acortamiento elástico total del hormigón debido a todos los cables 8b • h, que ha cedido un anclaje, o
ya que al tesar los siguientes cables decrece el alargamiento del primero en el valor de que ha roto algún alambre,,

Las causas 'nombradas en prim·er lugar origi11an en general variaciones n1uy pequeñas res-
pecto a los valores teóricos calculados. Sin embargo, si se superponen varias de estas cau-
sas, la desviación puede alcanzar del 6 al 8 % sin que existan defectos de ejecución.

fuerza teórica
_¿ ___ _ ~- teór, :::::.~::=_,,,_,.:;;..,,,.-:::.:::.-::'..:_::::
__
--
V obtenida

__:::_~>::.:;_,_.'-"'.:::'.~,:::_:_:::_
. ::::::".'.:.""-
Se detecta si ha cedido algún anclaje por el aumento del recorrido de tesado sin que se
haya elevado la fuerza de tesado aplicada. La rotura de nn alambre va acompañada de
aflojamiento
fuerza obtenida ---- ~~-}--- t1n -c~t'allido y se traduce e·n un descenso repentino del 111anómetro.
X- z aflojamiento
En los dos últimos casos, el ingeniero responsable de la obra debe decidir si hay que sus-
tituir el cable o si es snficiente con la fuerza de pretensado reducida.
l long, de la pieza
Si no se alcanza el recorrido de tesado ca/Jculailo, puede ser debido a las siguientes causas:
Fig. 4.55 Variación de la fuerza de pre· Fig. 4.56 Sobretesado repetido y decreciente para compensar
tensado debida al rozamiento en la pérdida de fuerza de pretensado por rozamiento. rozamiento mayor del esperado, por ejemplo debido a la oxidación o por dificulta-
un cable curvo, y elevación tem- des de deslizamiento causadas por la entrada de lechada en el conducto;
poral de la fuerza en el punto
de tesado hasta V + AV. sección de acero o módulo de elasticidad mayores de lo supuesto (dentro de las
tolerancias admitidas).
los correspondientes acortan1ie'ntos del hormigón. Por el contrario, al tesar el último de 1i
cables el recorrido de tesado debe ser la suma del alargamiento del acero, más I/n del En el primer caso sería absurdo intentar alcanzar el recorrido exigido, elevando la fuer-
acorta1niento elástico total del hormigón, ya qu.e el aCorta1nicnto restante l1a tenido ya za de tesado, ya que podrían producirse tensiones demasiado fuertes, y, con ello, quizás
lugar. alargamientos remanentes entre el punto de obstrucción y el de tesado, sin alcanzar en
cambio en el lugar que interesa la fuerza de pretensado necesaria. En casos de necesi-
En los cables largos o doblados es preciso tener en cuenta, en el cálculo previo del reco- dad se puede aminorar el rozamiento insuflando aceite soluble en agua. El aceite, que
rrido y de la fuerza de tesado a aplicar, la disminución de la fuerza del cable a causa perjudicaría posteriormente la adherencia entre acero y hormigón, debe ser eliminado
del rozan1iento, de acuerdo con el capítulo 7. Si se acepta la disn1inución por rozamiento por completo después de tesar, inyecta'ndo agua; si no es soluble en ésta, se utilizará
<le la fuerza de prctensado, el recorrido es menor que- si el cable no s11friese rozan1ien- algún producto que disuelva la grasa, por ejemplo tricloretileno, cuyos restos se evaporan
los. Si se quiere alcanzar en el pimto x la fuerza completa de pretcnsado V, se debe llegar rápidamente después de vaciado del conducto, con lo cual no dañan al mortero de cemento.
en el extremo a V+ AV (fig. 4.55), correspondiendo AV a la disminución de la fuerza
de pretensado V +
A V desde el extremo hasta el punto x. El recorrido de tesado debe El entorpecimiento producido por la entrada de lechada en el conducto puede ser elimi-
ser calculado en función de la variación del esfuerzo a lo largo del cable. Si AV importa nado tesando y aflojando repetidas veces. La tensión no dehería sobrepasar en ningún
solamente un 5 % de V, no se duda, con las tensiones admisibles utilizadas en Alemania caso el valor de 0,85/lo.z·

196 197
Se permiten unas tolerancias por exceso en la secc10n de alambre de + 8 % . Cuando 4,.61 Bloques de tesado
interese co'nseguir una determinada fuerza de pretensado con gran exactitud, se d·eberían
verificar las tolerancias antes de la colocación del cable, bien con los certificados de re· Los cables concentrados pueden ser
cepción o pesando trozos de alambre, al objeto de poder calcular el recorrido de tesado anclados en bloques de tesado cons-
correspondiente a la sección de alambre real. truidos en horn1igón" en un.o o an1bos
extremos de la estructura (p. e. pro·
cedimiento Baur-Leonhardt [360]).
Con este fin pueden ser utilizados
4.543 Exactitud de la medición del recorrido de tesado hueles, abanicos o similares. Si la
distancia entre haces no es grande es
La precisión con que debe ser medido el recorrido de tesado depende de la longitud del conveniente emplear bloques de tesa-
cable. Debe ser al menos de :!::. 2 % del recorrido total. En el caso de cables de hasta 5 m do casi semicirculares (fig. 4.57), en
de longitud, se debe poder afinar hasta los 0,2 mm, lo cnal se logra con ayuda de torni- cuyo dorso se separan los bucles para
llos micrométricos o flexímetros. En el caso de cables más largos es suficiente la lectura repartir la fuerza del cable sobre toda
en una escala en mm con nonio, pudiéndose prescindir de éste en cables de más de 10 m. la altura y anchura del bloque.

En el caso de que haya solamente un


cable concentrado, o que la distancia
4.544 La uniformidad del pretensado en un cable de elementos paralelos entre ellos sea grande, son adecuados
los anclajes en abanico mostrados en
Si ;¡¡lle agrupan paralelamente varios alambres o cordones, formando un cable, y se los tesa la figura 3.41, para realizar bloques
conjuntamente, surge la duda de si se alcanzará la misma tensión en todos los alambres. de tesado.
Pig. 4.57 Bloques de tesado de planta aproximadamente serrticircu-
Si se colocan los alambres y cordones a distancias mutuas pequeñas, con la ayuda de Entre la estructura a pretensar y el lar con anclaje por bucles de los cordones. Entre la es-
tructura y los bloques se ven los gatos hidráulicos, que
separadores iguales, no se pueden presentar diferencias de longitud, a no ser que las tem- bloque se colocan grandes gatos hi- han abierto ya la junta.
peraturas de los alambres, con puntos de anclaje fijos (hueles o similares}, sean diferen- dráulicos, que, al tesar, desplazan al
tes al colocarlos. Si los alambres no son anclados hasta después de cerrar el cajón de bloque una longitud equivalente al alargamiento del cable (figs. 4.57 y 4.58a y b). El
chapa, o de hormigonar la pieza, se igualan entonces las temperaturas antes de proceder pretensado se consolida, por eje1nplo cerrando la junta con horn1igó·n de endureci11U.ento
al tesado. En los anclajes de bucle alrededor de bloques de tesado prefabricados se deben rápido, o introduciendo en ella bloques de apoyo intermedio (fig:. 4.58b). Segnidamcnte
tener en cuenta al montarlos las diferencias de temperaturas, colocando alguna pieza en pueden ser desmontados los gatos. La superficie de apoyo de los bloques debe ser lo
el dorso del bloque, o por cualquier otro medio, con el fin de que no se desordene el bastante grande para que se pneda aplicar
cable al igualarse las temperaturas, por ejemplo a lo largo de la noche (fig. 3.122). en ella por dos veces la fuerza de tesado, es
decir, que la superficie entre y alrededor
Incluso, aunque queden diferencias de longitud ocasionadas por diferencias térmicas de de los gatos debe ser lo bastante grande
unos 10°C, la dispersión en las tensiones que se pueda obtener con alambres normales de para que el hormigón de cierre de la junta
alta resistencia es tan sólo de un 2 °/o aproxin1adame·nte, cifra sin ninguna importancia,
anclaje de bucle anclaje de auaníco
Si se·· disponen los alambres con mayores separaciones mutuas, puede ocurrir que un plantas
alambre quede con nna ligera comba y otro perfectamente recto. FREYSSINET estudió en
una ocasión esta posibilidad en "Travaux", febrero de 1949, pág. 69, y obtuvo que la
diferencia de tensión entre un cable de 5 m de longitud y 2,17 cm de flecha, y el cable
recto, era tan sólo de 100 kg/cm2, que equivalía aproximadamente a un 1,2 %. No obs·
tante, en los procedimientos corrientes de pretensado no son posibles combas o flechas bloque ae tesado
tan grandes; no es de temer, por tanto, una desigualdad de tensiones dentro de la sec·
ción del cable, siempre qne estén todos los alambres igualmente bien anclados, y que se
evite el frenado de las capas exteriores, de acuerdo con lo dicho en el apartado 7.23.

nichos para los gatos


cable
4.6 M.étodos especiales de pretensar
Fig. 4.58a Disposición de los nichos para los gatos.
En los casos normales, los eables son agarrados en sus extremos por un gato, y son
tesados por separado, uno tras otro. No obstante, existen una serie de métodos especia~
les de pretensar, algunos de los cuales son empleados con frecuencia, mientras que otros Fig. 4.58b Bloques de hormigón colocados en la junta y
quedan limitados a escasas aplicaciones. Describiremos también estos últimos, siempre que que transmiten el pretensado al descargar los
sean interesantes desde un punto de vista técnico. gatos.

198 199
"'l
1

pueda trausm1t1r una fuerza equivalente a la de los gatos. En general, se deja directa- La aplicación de los bloques de tesado ha dado resultados especialmente buenos en la
mente junto a cada cable tin nervio de hormigón de 20 a 40 cm de espesor. Los gatos construcción de puentes. No obstante, se prestan i11uy bien a la ejecución de todo tipo de
y las restantes superficies de apoyo se disponen de tal forma que el bloque sufra, tanto estructuras grandes y, sobre todo, largas. En el plan de obra se debe tener en cuenta la
al tesar como después de desmontar los gatos, las menores solicitaciones de flexión posi- necesidad de construir primeramente la plataforma de los bloques de tesado, y a continua-
bles, debidas a las reacciones de apoyo. Para ello existen disposiciones como la de la figu- ció·n éstos, antes de poder colocar los cables. Después de tesar es preciso esperar a que
ra 4.58. Los nichos para los gatos dejados en la viga transversal extrema, son lo menores endurezca el hormigón en las juntas de pretensado (con cemento Z 475, de 2 a 4 días),
posible. Con frecuencia se colocan 2 ó 3 gatos, uno encima de otro, en cada nicho. y se puede entonces terminar de hormigonar el extremo de la estructura, quedando ence-
rrado el bloque de tesado en este hormigón. Hay que realizar, pues, en total 4 ó 5 ope-
Los bloques de tesado pueden ser hormigonados directamente sobre nna losa de hormigón raciones de hormigonado, lo cual puede resultar molesto en obras pequeñas y rápidas.
perfectamente enrasada, cuya superficie se colmata con parafina y se pinta con aceite Por otra parte, por medio de los bloques se pueden obtener y anclar económicamente
de encofrados. La resistencia al deslizamiento del bloque de tesado es de todos modos grandes fuerzas de pretensado. En [360] se pnede encontrar más información acerca de
muy pequeña, en comparación con la fuerza de tesado. La cara del bloque en contacto este procedimiento de pretensado.
con los gatos debe ser ejecutada perfectamente ortogonal al plano de deslizamiento y al
eje del cable, para qne no aparezcan coacciones al tesar (ver apartado 4.33).

El eje de los gatos hidráulicos, o bien la


4.62 Juntas de pretensado
sección longitudinal
línea de acción de la resultante de todas las
bloque de tesado
fuerzas de los gatos, se sitúa 5 a 1O mm por Se puede centralizar la operación de tesado y simplificar los trabajos de hormigouado,
eje de los tesado··'tQmm sobre el del cable encima del eje del cable para que el bloque disponie·ndo una junta transversal a la estructura en la que se. montan los gatos hidráuM
licos necesarios para la fuerza de tesado total (fig. 4.61). Los cables son anclados enton-
·- -- -· -==--i=\-=-*1+t• de tesado se apriete contra su plano de des-
lizamiento y no tienda a elevarse. Por la mis- ces en los extremos de la estrnctura. Por medio de los gatos se abre la junta en el valor
l!l: go" eje del c.abl!> des /iado
1
del recorrido de tesado, y en esta posición se hormigona.
a ia salida del b,oque
1 ma razón se debe desviar hacia ahajo el eje
piano de deslizamiento del cable, en el comienzo del bloque, un án-
gulo de l 0 a 2". La fuerza de desviación que Desde el punto de vista estático, la situación es n1uy clara cuando se sitúa la ju.Uta direcM
Fig. 4.59 Medidas que hay que adoptar para que el
bloque de tesado se apriete contra el plano se produce a consecuencia de esto aprieta tamente detrás del apoyo, volando libremente el extremo a desplazar de la estructura.
de deslizamiento.
también al bloque de tesado en su parte de- Basta entonces con colocar el eje de los gatos por debajo del eje de los cables, de forma
lantera contra el plano de deslizamiento (fi- que se compense el Mg del voladizo, cuidando de que el extremo de éste adopte la altura
gura 4.59). correcta. Sin embargo, el eje de los gatos y el eje del cable deben tener la misma incli-
nación para que no se origine en la junta ninguna fuerza transversal que no pueda ser
Co1110 ge·neral1nente actúan juntos varios ga~ soportada por los gatos.
tos, deberían tener las superficies de sus pis-
tones iguales para que con una mis111a presión Es posible también colocar la junta sección longitudinal

p
plantas
se ejerciese ta111bién una inisma fuerza. Si no
se puede evitar el que los gatos sean desigua-
les, hay que prestar atención a la posición
directamente encima de un apoyo
intermedio de una viga continua (fi-
gura 4.62), donde el cable discurre
paralelo al plano de deslizamiento.
apoyo sobre cimbra que~adizo
pern:ita.e! movimiento
long1tud1r1al
~ . ·~.~~~=~~~
,
·±ble !t: ~~"==-
correcta de las resnltantes de las fuerzas de
En estas juntas se debe crear el ;:e;;:: " ~ junta de pretensado \
los gatos para que los bloques se muevan planta. ,
momento flector exacto, ajustando la i
bloque de tesado regularmente en la dirección de tesado.
posición del eje de los gatos con res- í --··-··
pecto al eje del cable. Dado que con 1 /
Si hay que disponer varios bloques juntos es
gatos unas fuerzas de tesado tan grandes 1 /
conveniente tesarlos sin1ultáneamente, unien~
la menor desviación del valor teórico 1 \
do todos los gatos por medio de una tubería
de alimentación y accio'nándolos con una úniR
llevaría a errores considerables, los ! \ ""-··-··-··
gatos deben ser montados con pre- ~~
ca bomba (fig. 4.57). Inmediatamente delante cisión, y, a ser posible, a diferentes después.de tt:sar
de cada gato se debe disp6ner de una válvula altnras, para que se pueda gradnar Fig. 4.61 Disposición de una junta de pretensado transversal a la
de cierre, por nna parte para poder realizar el mom<mto dando distintas presio- estructura en la que se montan los gatos.
correcciones en el recorrido de tesado de uno nes a los gatos.
sección long, p sólo de los cables, y por otra parte para poder
proteger los gatos, durante el endurecimiento El momento correcto se produce cuando la resultante de las fuerzas de los gatos coincide
~bloque de tesado
del hormigón en la junta, contra posibles ave- con la resnltante de las compresiones en el hormigón calculadas en la sección de la junta
__ ---~ f><! = válvulas P= bomba rías de la tubería de alimentación. La figu- bajo carga permanente. En nna viga continua la fuerza de compresión resultante bajo
M=manómetro
ra 4.60 muestra la disposición de la tubería, peso propio en un apoyo inten11edio, está situada lo suficienten1e'nte alta para que, en
Fig. 4.60 Disposición más conveniente de tuberías, válvulas y manómetros para el tesado conjun-
válvulas y manómetros para el tesado si- general, se puedan repartir cómodamente los gatos sobre la sección del tablero y de las
multáneo con varios bloques. to de varios hloqnes. almas de las vigas principales, sin qne sean necesarios grandes refuerzos de la sección.

200 201
Si no es posible adaptar los gatos a la sec- salinente, y estableciendo posteriormen-
ción existente, se pueden fijar unas ménsulas te la adherencia, fue descrito en la pri·
d.e hormigón a la estr11ctura mediante torni- mera edición alemana de este libro, pá· antes de tesar
llos de alta resistencia, y aplicar los gatos gina 135. después de fosar
contra estas i11énsulas. Fig. 4.63 Tesado por desplazamiento vertical del cable, por
Cabe"también la posibilidad de tesar un ejemplo mediante gatos que apoyan contra las
vigas transversales (DISCHINGER).
1 Los gatos deben ser distribuidos sobre la sec- cable doble anclado en sus extremos,
ción disponible, de tal forma que dejen entre acercando sus dos ramales en uno o va- antes de tesar
\1] ellos las suficientes superficies de apoyo para rios puntos, o separándolos en un ter~
l,1
hormigonar la junta y trasladar a ellas la cero ( [ 119] y fig. 4.64) . El autor de este
11
1 libro consideró ya esta idea en 1947 para
fuerza del pretensado.
pretensar paredes de sótanos de vivien-
das, para asegurarlas contra posibles co-
En USA se han pretensado ya vigas de un
rrimientos de tierras (fig. 4.65). Los ca-
solo tramo, empujando con los gatos desde su
bles debían ser dispuestos alrededor de
centro, es decir, con una junta de pretensado
todo el sótano, arriba y abajo, ponién-
en l/2 (Procedimiento BILLNER) [145]. Tam·
dolos luego en tensión aproximándolos
hién DEININGER ha informado sobre un mé- Fig. 4.64 Tesado de un cable doble por desplaza-
en los puntos medios de las paredes. En
todo parecido de tesar, empleado por la em· miento transversal de ambos haces (según
éstas se podrían dejar unas ranuras para JUBITZ).
presa Bischoff [184].
alojar los cables, y después de tesar se
los protegería ligeramente con un en·

~I
fosca do.
4.63 Tesado por desplazamiento transversal
de los cables KAMMÜLLER ha estudiado también el
\\ pretensado por desplazamiento del ca-
En algunas ocasiones se han tesado cables in- ble (199].
troduciendo unas fuerzas verticales en algu~
PRETENSADO llE ESTRUCTURAS DE PLANTA
nos puntos intermedios, para lo c11al es con~
CIRCULAR POR DESPLAZAMIENTO RADIAL cab!e en la ranura 1Lantes de tesar
veniente apoyarse contra las vigas tra'nsversa~ Ldespués de tesar
DEL CABLE. Se puede pretensar una pieza
les ([16] y fig. 4.63). Es necesario entonces Fig. 4.C5 Pretensado de la<.: paredes del sótano de
circular colocando a su alrededor un ca-
que los cables estén situados por fuera de la una vivienda, para asegurarse contra po-
ble sin tensión, anclando sus extren1os sibles movimientos de tierras (Propuesta
sección de hom1igón. La fuerza. necesaria en
uno contra otro. Tirando hacia afuera de LEONHARDT, en 1947). Vista de una
cada quiebro del cable es muy pequeña, pero pared.
del cable en el máximo número de pun-
los desplazamientos transversales entre éste y
tos, al mismo tiempo o bien Uno tras
la estructura son grandes. En los aceros de
otro, produciendo unos desplazamientos
alta resistencia debe variar mucho el trazado
del cable, para que se alcance el alargamiento
radiales Llr = r · ,.,. queda pretensada
la estructura y no resta más que hor-
longitudinal necesario. Para no sobrepasar
migonar los alambres para protegerlos
las tensiones admisibles en la estructura, es
y unirlos a aquélla (fig. 4.66). Es posi-
preciso presionar hacia abajo el cable simul- ·
ble también tesar el cable por etapas,
táneamente en todos los puntos. Son necesa·
retacando cada vez más el hueco abier·
ríos, pues, varios gatos, diseñados de tal
to entre cable y estructura. BBR, de
forma que el cable, una vez pretensado, pue-
Z ürich, ha utilizado repetidas veces con
da ser apoyado contra las vigas transversales.
éxito este método. En Dublín fue pre-
De ahí que este sistema de pretensar no ofrez-
tensado un silo de cereales con un sis-
ca ninguna ventaja frente al tesado desde los
extremos. Pierde también importancia si se tema parecido [212].
tiene en cuenta que ya no se utilizan apenas
los cables situados por fuera de la sección 4.64 Pretensaclo por acodalamiento
de hormigón, sin adherencia, por motivos de
segúridad al agotamiento. Para pretensar vigas prefabricadas ha
sido utilizado repetidas veces el princi-
pio de la palanca acodalada [107]. Se Fig. 4.66 Tesado de un cable circular tirando de él
El sistema de pretensar de G. KANI [142], en en toda su circunferencia (BBR, Zürich.
el que el cable principal es tesado aplicando divide la viga en el centro y se colocan Pretensado de una cubierta de una esta·
fuerzas combinadas longitudinal y transver- en la parte inferior de la junta unas ción de servicio).

203
202
antes de pretensar placas que forman una articulación. En la la Karl Kübler AG, de Stuttgart. El solape de los bucles úo se realiza basta que ha ter-
cara inferior se deja abierta para recibir minado el tesado de los ala1nbres, bastando entonces con introducir una pequeña pieza
el cable una acanaladura en cuyos extre- de acero para su enlace [226] (ver l.ª edición alemana y fig. 4.48).
mos se disponen los anclajes. Ambas par·
tes de la viga se presentan formando con aizado lateral
el cable una cercha (fig. 4.67). Al apretar
desde arriba 1 se tesa el cable hasta que
se introduce en la acanaladura, al quedar
-~--:,~ 7--:i:?
ventanas para los bucles
después de pretensar
alineadas las dos partes. Después se re-
llenan con mortero la junta y la ranura. Fig. 4.70 Disposición de los puntos de tesado, para pretensar una viga
Las longitudes calculadas para el cable y continua según el procedimiento de la figura 4.69.
las vigas debeu ser respetadas con toda
exactitud, a fin de obtener el pretensado
Fig. 4.67 Pretensado por acodalamiento, aplicado para
la fabricación de una viga. Articulación en correcto. 4.66 Cables tesados antes de su colocación
la junta central (según VAESSEN).
Siguiendo el mismo principio han sido pre- ScHORER (USA) ha creado unos cables que se tesan en fábrica y son hormigonados en
tensadas vigas sin juntas, con ayuda de una obra en este estado. Para ello se arrollan dos capas de alambres alrededor de una barra
palanca acodalada de acero (fig. 4.68). Este de acero, con sentidos opuestos (fig. 4.71). La barra está dentro de nn tubo de chapa
.antes de pretensar ¡ placa retirable procedimiento ha sido abandonado . fina. Por medio de separadores se mantiene nna pequeña distancia entre los alamines,
el tubo y la barra. Los alambres son tesados apoyándose sobre la barra interior, y se
. palanca de acero
anclan en los extremos de ésta. El tesad.o de los alan1bres s·e traduce, pues, en una com~
~--husillo
• 4.65 Pretcnsado con bucles solapados presión de la barra. En tanto que ésta pueda soportar compresiones ;dicionales debidas
a su doblado, se podrá curvar el cable en tensión, ya que las fuerzas originadas por la
LESAGE, de Lieja [87], propuso en 1947 te-
después de prelensar
sar dos bucles que se solapan, separándolos .alzado
por medio de cuñas (fig. 4.69), 'y construir secció11.4-.4 4-¡
de este 111odo vigas continuas disponiendo
Fig. 4.68 Una palanca acodalada de acero sirve para pretensar
una viga sin juntas (según VAESSEN).
los puntos de tesado donde los cables estén
situados horizontalmente y deban tener la
fuerza de pretensado mayor (fig. 4. 70). El
-e=?J::,
procedin1iento ha sido ensayado aún inuy A _j
planta sección poco. Idéntico efecto se podría conseguir Fig. 4.71 Alambres pretensados en fábrica sobre una barra interior, con sentidos de arro-
llamiento opuestos (Procedimiento ScHORER, USA).
por n1edio de tensores.

W. BAUR (colaborador del autor) utilizó desviación de los alambres se equilibrarán con las debidas a la desviación de la barra
con éxito en 194·9 este principio, sin tener núcleo. Una vez endurecido el hormigón se transmite a él cI pretensado soltando los an-
conocimiento de la propuesta de LESAGE, clajes finales, pudiéndose extraer entonces Ia barra. Finalmente se inyecta el hueco que
en el pretensado de un depósito con pa-
queda.
quetes de cordones. Con este fin se dispu-
sieron los bucles alrededor de dos peque·
ños bloques de hormigón, que fueron sepa- M. CnALOS, de París, describe en el informe sobre las Journées Internationales de la Pré-
rados con ayuda de un gato (ver l.• edición contrainte, en "Travaux", agosto de 1949, un procedimie-nto parecido. S11s cables pueden
alemana y fig. 4.47) . ser doblados en obra, al colocarlos, ya que el núcleo comprimido se compone de peque-
cunas de tesado ñas piezas de acero unidas por articulaciones. Alrededor de esta cadena se enrolla fuer-
O. VoLTER ntilizó bncles solapados en el temente un fleje de chapa (fig. 4. 72). Encima se trenzan dos capas de cordones de alam-
alzado sección
llamado "Procedimiento del pasador" 2 de bres, en sentidos opuestos (fig. 4.73). Los cordones son anclados en los extremos en un ci-
lindro zunchado, atravesado longitudinalmente por la cadena articulada. Se tesa el cable
hueco así forn1ado sobre un banco de tesado, y se le apoya entonces so]lre la cadena.

El cable hueco es tesado primeramente hasta por encima del límite elástico, después de
lo cual se realiza la unión con la cadena articulada, todavía sin tensión. Al trasladar la
l Cuando las dos partes descienden por su propio fuerza de tesado del banco a la cadena, se acorta el cable en el valor de lo que se com-
Fig. 4.69 Pretensado por introducción de nna cuña peso, recibe este .Procedimiento el nombre de prime ésta, perdiéndose aproximadamente el 30 % de la fuerza de pretensado [148]. Sería
entre bucles de anclaje solapados, que es· "autopretensado". (N. del T.) más conveniente apoyarse ya al tesar, contra la cadena articulada, evitando con ello esta
tán anclados en el otro extremo (según
LESAGE). 2 Riegelverfahren. pérdida de tensión.

204 205
cadena arlicu!ada (núcleo) Fig. 4.72 El cable de cordones ,flexi-
bles de M. CHALOS, que es
pretensado contra una cade-
na articulada situada en su
interior.

estando comprimida

estando extendida

c~r¡
~~~~~~~ªJ!::::Jt.:::L··._J
tiioque de anclaje

cab!e de preten~ar: 23 cordones 12 j 2 mm Fig. 4.73 Realización del anclaje del cable
&' Chalas.
armadura lu!lo flexible

Con estos tipos de cables desapa-


recen todas las preocupaciones del BILLNER (USA) ; FREYSSINET han ensayado este método [156]. BILLNER hormígonó los
sección longitudinal del tulio
rozamiento y la adherencia, pues alambres sin tensión envueltos en una funda termoplástica, que al calentarse se ablanda
los alambres que.dan directamente y actúa al mismo tiempo como lubricante. Para calentar los alambres utilizó co~riente
embebidos en hormigón estando eléctrica de baja tensión y elevado amperaje. Indicaremos que por metro de lo?gitud. se
ya tesados y doblados. utilizó una intensidad de l 000 A con una tensión de 2 V para calentar en un tiempo de
1 minuto un alambre de \21 5 mm. En cnanto se alcanza la temperatnra desead.a, se an·
La empresa Société' des Grands clan los alambres en ambos extremos, originándose, al enfriarse, el preten~ado desead?;
Travaux de Marseille ha desarro· el recubrimiento termoplástico endurece de nuevo y da lugar a la ad.herencia. En la prac-
Hado una máquina, relativamente tica no se ha introducid.o aún este método.
sencilla, para la fabricación de los
cables huecos. A pesar de ello es El calentamiento local del hormigón es peligroso. El procedimiento emplead.o en la
tan grande la demanda de costosas cadenas articuladas y tan elevados los gastos de ejecu- U.R.S.S., según el apartad.o 4.421, es sin duda más conveniente.
ción, qne este helio procedimiento técnico no ha encontrado hasta el momento mucha di-
fusión.
4.68 Devanado bajo tensión
Con este procedimiento se fabrican cables de 55 y 80 t de fuerza de pretensad.o. Aplica-
ción: en 1949 en el puente sobre el Canal d.u Loing en La Genevraye, París, y otras
A partir del procedimiento para pretensar depósitos, desc~ito en el capít.nl? 4.35, se ha
obras importantes [308].
derivado el procedimiento Preload.-Crom para pretensar vigas, que se d.rn~mgue por el
poco trabajo de ejecución que requiere. El alambre de pretensar es mampulado exclu-
sivamente por medios mecánicos.
4,.67 Pretensad.o por calentamiento
La viga prefabricad.a se coloca sobre una plataforma giratoria redonda (figs. 4.74 Y
Para obtener el alargamiento del cable se puede utilizar también la dilatación térmica 4.75). El alambre es anclad.o en un extremo de la viga, y por medio del giro de la pla-
del acero (ver apartad.o 4.421). Se está sujeto entonces a unos límites marcados por el taforma se le enrolla en varias vueltas en una acanaladura del alma de la viga. El final
comporta1nic·nto resistente del acero a altas tenlperaturas. En los aceros estirados o mejo.. del alambre es anclado igualmente. La operación de devanad.o de una viga de puente
rad.os no se puede sobrepasar los 300°C. Se alcanza entonces nna tensión previa de nnos de 16 m de luz, con unos 115 kg de alambre en 50 vueltas, dura tan sólo 10 minutos; en
7 000 kg/cm2, que no es suficiente para el completo aprovechamiento de los aceros .de colocar y retirar la viga se emplean 20 minutos más. Finalmente se protege el a~ambre
alta resistencia. Con los aceros naturales duros se consigue aprovecl1ar la n1áxima terisión con una capa de gunita, que, según han demostrad.o los ensayos, asegura ademas una
admisible. buena unión del alambre de pretensar con el hormigón de la viga.

206 207
i

CAPITULO 5
Fig. 4.74 El procedimiento de
devanado Preloact. 5. El grado de pretensado
Crom para vigas. Al
fondo, a la izquier-
da, la máquina que
hace girar la plata-
forma por medio de 5.1 · Generalidades
una cadena.
Con10 ya djjimos en el capítulo 1, hacemos distinción entre pretensado perfecto o com~
pleto, en el que bajo la carga de servicio sólo se admiten pequeñas tracciones en el hor-
Las .vueltas del alamhre pueden estar colocadas al priºn 1 n1igón en casos excepcionales, y pretensa.do li1nitado·, en el que se admiten tracciones en
d ·- d · .. l . · e p10 centradas en el alma y ser el hormigón en el estado I hasta aproximadamente un 80 % del valor de su resistencia a
v~;:via
1
as ª .continua~!?~ 1 ac;a ahajo, en dos o cuatro 1>untos en la zona central de la
tracción. Finalmente existe también el pretensa.do moderado, que cubre el campo entre
oª' para que su pos1c1on all1 sea i11ás efectiva a efectos de Ia flexión ..
el hormigón armado normal y el pretensado limitado. En este dominio aparecen, en el
hormigón, hajo la carga completa, tracciones que dan lugar a fisuras capilares. Se hacen
4.69 Otros procedimientos los cálculos según las hipótesis del estado n, y el pretensado tiene por ohjeto únicamen·
te el n1itigar la formación de fisuras y mantener en compresión la zona de tracción, por
I~xisten todavía otros ejemplo cuando sólo actúa la carga permanente. El pretensado moderado ha sido utili-
pr?cedin1ientos, con10, por ejemplo, el principio de los aros de to- zado hasta el momento en un corto númern de casos (p. e. en postes pretensados). No
nel, el método de la
cuna, etc. Serán tratados en el capítulo 16. obstante, su i1nportancia irá en aumento, ya que en mucl1os casos, en los que la sobre~
Ha sido propuesto también el conseguir 1 d carga actúa muy raramente, basta el pretensado moderado para evitar ciertas desventajas
.
pa'ns1vo. e pretensa o por medio de un 'cemento ex- del hormigón armado ordinario, por ejemplo por lo que respecta al peligro de corrosión
en las fisuras, o a la flecl1a consig·uiente.
LossrnR se ha ocupado durante • F · ¡
Se ha co ºd . h" l . anos, en rancia, en a realización de esta idea [59) En la figura 5.1 vemos cómo los
, nsegu1 o tan1 1en 1 acer un horm · ' · · · ] ·
lumen No b t . ¡ . . igon que aumenta imcia mente un poco de vo- diagramas de cargas-flechas carac-
d ,. as a, sin cn11argo n1
' · co J· 1 d -'
n mue io, para e pretensa o ue las armaduras y terizan los grados de pretensado,
a emas no se posee la seguridad necesaria de que se produzca dicha expansión. ' diferenciándose éstos por la tran-
También V. V. MICHAILOV se ha ocupado · d sición del estado I al II.
11asta e.1 mo1nento éxitos prácticos. en este meto o de pretensado, sin conseguir
Las opiniones acerca de si se de-
bían admitir tracciones en el h.or-
m.igón pretensa.do, discrepa.han al
principio mucho entre sí. FnE·Ys~
SINET y su escuela rechazan aún
hoy en día tajantemente el pre-
tensado limitado. FINSTERWALDER
Fig. 5.1 Diagramas de cargas-flechas de vigas trabajando a flexión, que
lo defendió con éxito, pues actual- caracterizan el grado de pretensado. Tan pronto se fisura
n1ente se encuentra m11y difundi- el hormigón en la zona de tracción, aumenta rápidamente la
flecha.
do, al n1enos en Alemania.

El criterio para la elección dél grado de pretensa.do lo ve el autor en la clase de


utilización de la estructura, en la frecuencia con que actúa la sobrecarga que pro-
du.ce las tracciones, y en las condiciones climáticas del n1edio ambiente en que se
encuentra. Si se presenta rara111ente la sobrecarga total y la estructura está protegida de
las influencias clin1áticas está indicado entonces el pretensado 1in1itado, e inclt1so, en
algunos casos, el moderado. Estos supuestos se cun1plen en la n1ayoría de las edificacio~
ncs. Si por el contrario actúa'n con frecuencia, casi con su valor máxin10, la sobrecarga
o la carga móvil, como sucede por ejemplo en los puentes de ferrocarril, y la estructura
Fig, 4.75 El extremo de la viga, terminado el se encuentra a la intemperie en at1nósfera húmeda, está indicado entonces el pretensado
devanado.
completo. Además, en el caso de solicitación oscilante, el pretensado completo conduce a

208
14 209
muy super~ores a los pequeños cambios
resistencias a la fatiga mucho mayores que el pretensado .limitado, de forma que en tales que pueden soportar los aceros de pretensar, son
estructuras la seguridad frente a la rotura por fatiga condiciona ya la elección del preten- de tensión que tienen lugar en el estado l.
sado completo. 11 propiadas para los puentes de
Las estructuras con preteusado comp l eto son por e o muyl~ . . ·¡ t con las
· d ·dad frente a las so 1citac10nes osc1 an es,
J_,os _puentes de carretera se encuentran entre ambos grupos descritos. Si las luces son pe-
ferrocarril, proporcionan °
una seguri · 1
hipótesis de dimensio'namiento .ªc~uales, mucho mayor, por e¡emp o, q
ue las estructuras
queñas puede actuar con cierta frecuencia, aproximadamente el 40 % de la carga móvil de acero o incluso las de honmgon armado.
de cálculo; para luces mayores este porcentaje es sólo del 15 al 30 % . Por ello, en los
pue'ntes de carretera se puede adoptar sin temor el pretensado limitado, siempre que no
aparezcan todavía tracciones bajo un 40 a 70 % de la carga móvil. Si se presenta en- 5.3 El pretensado limitado
tonces excepcionalmente una carga móvil que dé lugar a tracciones que produzcan tal
vez algunas pequeñas fisuras, no tiene este hecl10 ninguna importancia, ya que al desapa~ El m 0 de acción del pretensado limitado viene definido por las tracciones admisfbles
cal h.p · . fi. d en la norma DIN 4 227. Estas tracc10nes son calculadas segun el
recer dicha carga excepcional entra de nuevo en con1presión la zona de tracciones. en e ornugon Jª as .• d l h . . s· mbargo no
estado I y están todavía dentro de la resistencia a tracc1on e _orn11gon.l in e . '
Para alcanzar el pretensado completo es preciso que la zona de tracción precomprimida
esté fuertemente solicitada hajo la acción de la carga permanente. Como en la mayoría
de las estructuras 'no actúa de forma .Permanente la sobrecarga de servicio, o sólo lo l1ace
' . d·
~:!:I:: ~roe:r1a'!u:a::as,1s;oqne co:
ne com Ietamente de dicha resistencia para as tensiones pro~

· ·
el pretensado limitado s~ elin~inan igua~'!'ente !as fitisll~-
ras Por los ensayos y 1a experiencia sa emo
b s que esta res1stenc1a a tracc1on seria u . I·
l h . . 1 d"f
una pequeña parte de ella, en el caso de pretensado completo la zona de tracción está con- zahle a la~go plazo para las cargas exteriores, sólo si se evitasen en e orm1gon as l eM
tinuamente sometida a fuertes compresiones, que conducen a grandes deformaciones de rencias de retracción y de temperatura.
fluencia. También por esta razón debe ser co'nsiderado como ventajoso el prctensado limi- t l supuestos Y a durante la construc-
En nuestras estructuras no se cump l en nunca a es . .
tado, ya que entonces es suficiente, en general, con n1antener bajo carga pern1anente una
c2?1presión moderada en la zo·na de tracción; el l1orn1i.gón se h.alla, p11es, bajo condiciones ción de las estructuras de hormigón pretensado. se or1g1nan en n;u.c
..

calor de fraguado, fisuras en las caras de la pieza que se van. en nan o, .


h d b. d
c::~tr:S ~:e
':¡
.
:1l

mas favorables,
núcleo caliente permanece libre de fisuración. En forma ª-n~oga ap.arec.en_ dtensi;:~esla~
causa de la retracción que avanza de fuera a dentro~ acortan ose mas rap1 ame

5.2 El pretensado completo


fibras exteriores que ias interiores. Por tanto, son precisamente ~as zo_n~s. ~e ho;de;r::
Jas que Jas tensio~eS debidas a las cargas son mayores, las que SU ren llllCia men e . m

ciones más elevadas.


De acuerdo con su denominación, en el pretensado completo se eliminan por la acción
del pretensado las tracciones en la fibra extrema promovidas por la flexión bajo la acc10n En el apartado 4.52 hemos indicado la forma de evitar l_as fisuras producidas por estas
de la carga de servicio. l,.a sección total de horn1igón per1nanece, p·ues, con10 sección eficaz tracciones iniciales, aplicando prematuramente un pequeno pre.tensado.
hasta bajo la carga ináxin1a admisible, y se hacen los cálculos, en consecuencia, según el .. • d · · d s por los motivos indicados
estado I. Si el mo111ento máximo es debido a varios casos de carga, cuya aparición simu.IM No obstante aparecen tambien mas tar e tracc10nes parec1 a d d I
~n el apart~do 1.1. Las frecuentes fisuras en los voladizos laterales arma os e os puen-
tánea es improbable, la norma DIN 4 227 permite pequeñas tracciones en la· fibra extrema.
También se admiten las traccio'nes durante ciertas etapas de .la construcción, que duren tes son una prueba de ello.
poco, aunqne en tales casos hay que tener cuidado con los fenómenos descritos en el apar- Ya en el laboratorio es difícil conseguir toda la resiste'ncia a tracción del hormigó.'1,
tado 5.3 y en las figuras 5.4 y 5.5. or lo que con mayor razón, no se deberá contar en una estructura co.". toda elesta !les1ls-
P ' cuenta tamb1en en ca en o
tenc1a para soportar las cargas, en tanto no se tengan en S l l
Para. resistir el esfuerzo cortante se ad1niten, a la vista de las favorables experiencias con las tracciones internas o cualquier otra perturbación de resistencia. o ar;_ente d~n as
pretensado completo, ciertas traccio·nes principales oblicuas (ver caps. 10 y 11), por lo piezas pequeñas con curado bueno, por ejemplo en las traviesas de ferrocarn ';e rpone
que en general es suficiente con el pretensado longitudinal. Si dichas tracciones sobre,. de ~arte importante de la resistencia a tracción del hormigón para_ sopordt~r. as n;_rz~s
pasan el valor admisible, se debe realizar un pretensado adicional en la dirección de la exteriores. No ocurre esto, en cambio, en estructuras inayores Y haJ 0 con iciones e ima~
carga.
ticas variables.
Con el pretensado completo, las tensiones del acero pern1anecen en el prin1er tramo, casi Se debe suponer, por tanto, que el hormigón se puede fisurar bajo. las tracciones admití·
vertical, del diagrama de la figura 1.12, lo que hace que los eamhios de tensión sean das en la norma DIN 4 227, o que puede incluso tener fisuras cap1I:;r~s ya antes de pre-
n?uy pequeños en con1.paración con la tensión de pretensado. J_,as tensiones de adheren~ tensar, aunque no se las descubra a simple vista. El estado I (horm1gon .no fisurado l no
c1a entre los cables y el horn1igón son i'nsignificantes~ con10 se verá en el capítulo 6. La es válido, pues, en ocasiones, como supuesto para el cálcul? ?e las tracciones ~n.. el .hor~
sección eficaz es sien1pre la misma y las deformaciones son ta111hién pequeñas, ya que no migón y, por ello, debe ser considerado en el pr~tensado hm1.tado co~o una hipotcsrn .de
tiene lugar el paso brusco al estado n. cálculo que se aparta ocasionalmente de la realidad, y que s1i;;e precisamente para fi¡ar
en la práctica un límite de las solicitaciones en Ia zona de t~acc10n. De todo ello se d~duce
Gracias a las n1ínin1as tensiones de adherencia y a los pequeños can1hios de tensión en el la necesidad de cubrir la cuña de tracciones calculada segun el estado I, por med10 de
acero, las estructuras co'n pretensado co1npleto son especialn1ente adecuadas para el caso barras de acero, o dimensionar esta armadura según el estado n.
de solicitación dinámica, ya que la resistencia a la fatiga del hormigón, bajo solicitación
intermitente, alcanza sólo el 60 % de la tensión de rotura estática, y, sin embargo; la Pu·ede:n producirse, pues, en este caso, tanto en el acer~ co.m? en el horn:igón., l~s au~
resistencia bajo carga mantenida alcanza el 90 %. Las amplitudes de oscilación sobre a, mentos bruscos de tensión indicados en la figura 1.12. S1 exrntian ya pequenas fisuras. la

211
210
tensión del acero no pasa de nna forma brusca a la rama correspondiente al estado II, Cuando se aplica el pretcnsado limitado se debe comprobar cuidadosamente la seguridad
sino a través de un codo o una curva. Por ello l1abrá que te'ner en cuenta, seg·ún el eSta~ al agotamiento (cap. 13), ya que en general no es suficiente el acero de prctensar para
do Il, el posible aumento de tensión en el acero bajo la carga de servicio, si se sobre- resistir el mon1ento de agotamiento exigido. Ilahrá que añadir entonces una arn1adura
pasase mucho con ésta la tensión admisible. ordinaria (forn1ada a ser posihle por barras corrugadas), convenientcn1e'nte repartida
junto a los hordes de la sección, para que ayude a disminuir la separación entre fisuras.
Con la formación de' fisuras se ve también fuertemente solicitado el enlace entre acero
y hormigón (ver cap. 6). Si se sobrepasa la resistencia de adherencia, se abre la fisura. Bajo la accwn de la carga permanente deben ser evitadas en todos los casos las
En el caso de pretensado limitado, es esencial por ello una buena unión hormigón-acero tracciones en el hormigón que superen los 5 a 10 k:g/cn12 , incluso durante alguna
para 1nantener mínimo el ancl10 de fisura. etapa de la construcción, ya que una sección pre.tensada, parcial111ente fis11rada, p1er~
de su capacidad resistente nor1nal a causa de las deforn1aciones de fluencia.
Del tipo de adherencia depende el que, en el pretensado limitado, se deba repartir el
Este hecho fue apreciado, entre otros casos, en vigas de ensayo, y se basa en el siguiente
acero de pretensar sobre la sección, o agruparlo en grandes cables. En el caso de barras
rectas lisas con unión por adherencia pura es necesario su reparto (fig. 5.2). Si los cables fenón1eno: Supongan1os u·na viga sin1plemente apoyada en cuyo borde superior aparecen
están fuertemente curvados, colaborando la apreciable adherencia por rozamiento, no es bajo carga permanente tracciones de unos 30 kg/cm2, cubiertas por una arn1adura ordi-
naria (fig. 5.4). Su borde inferior está fuertemente precomprimido. Pueden aparecer en-
tonces fis11ras en la cabeza superior no sólo a causa de las tensiones internas, sino ta111bién
debido a la fluencia de la zona estado JI
fisuras
precon1prin1ida. A consecuencia
de ello se elevan las compresio-
nes en la zona inferior, au111en-
4'
ta la fluencia, y las fisuras co-
n1ienzan a abrirse y a prolon-
barra con elevada resistencia
al deslizamiento garse hacia abajo. La retracción Fig. 5.4 Si aparecen arriba tracciones y abajo altas compresiones bajo la
contribuye al aumento del an- acción de g, la fluencia de la cabeza inferior origina fisuras en
/ \ la superior.

~J
cho de las fisuras. Las compre-
-- siones de la zona de tracción
precomprin1ida continú.an en-
tonces aun1cntando, la viga flec-
r
canto eficaz h
M
negativos
ta aú.n más h_acia arriba, las
tensiones de la arn1adura supe-
Fig. 5.3 En el caso de cables concentrados con rior crecen, y siguen abriéndose
adherencia por cizallamiento, las barras las fisuras. La viga tiene al1ora
Fig. 5.2 En el caso de adherencia pura y pretensado limi- corrugadas colocadas junto a los bordes
tado, es preferible repartir el acero de pretensar hacen que sea menor la separación en- el aspecto de la figura 5.5, exa-
sobre la zona de tracción. tre fisuras. gerando el dibujo. Para resistir
la sobrecarga se dispone ahora
solamente del canto por debajo Fig. 5.5 Debido a la fluencia la viga de la figura 5.4 toma la forma
ya tan importante la repartición. Si existe adherencia por cizallamiento, como la que de la fisura. Al empezar a ac- exagerada en el dibujo.
proporcionan, por ejemplo, los cables de cordones en el interior de cajones de chapa co- tuar aquélla, la armadura supe-
rrugada, se puede agrupar el acero de pretensar, como lo demuestran los ensayos de rotura rior no toma ninguna con1presión, pues está en tracción. La consecuencia de la dismi-
descritos en el capítulo 18. Con cables de este tipo la armadura ordinaria que se necesita nución del canto eficaz es que la zona d.e tracción pierde su precompresión bajo u.na carga
para cnhrir las tracciones del hormigón debe ser colocada repartida en los bordes, y mucho menor que la que se calculó en el estado I para la sección completa. Ha dis1~ünuido,
estar formada, a ser posible, por barras corrugadas de alta resistencia al deslizamiento (fi· pues, la capacidad resistente de la viga en la situación de servicio. La carga de agota-
gura 5.3). r:stas barras, gracias a su alto efecto adh.erente y a su situación ju.'nto a los 1niento se ve muy poco afectada, ya que una vez que se fisura la zona inferior de tracción
bordes, conducen a _m-enores distancias entre fisuras y, con ello, a i11cnores a11chos de las se cierran de nuevo las fisuras de la cabeza superior, actuando nueva111ente el canto total.
n1isn1as.
En una viga de ensayo, según la figura 5.4, la carga de fisuración después de 4 semanas
de deformación por flu.encia era 7,5 t, frente a 9,5 t en una viga igual en la que se evi-
J~n el caso de cargas oscilantes o repetidas con frecuencia, no se debe contar en absom
taron las tracciones en la caheza superior mediante una carga permanente previa.
luto, salvo excepciones, con la resistencia a tracción del hormigón. Al igual que en el
l1or1nigón armado, ocurre también en el pretensado, en el estado Il, qu.e la unión hormi~
gón-acero basada sólo en la adherencia pura se va destruyendo cada vez más por efecto 5.4 El pretensado moderado
de Ia repetición de cargas. Por esta razón, el pretensado limitado no es apropiado para
su aplicación en los puentes de ferrocarril o en estructuras parecidas con solicitación os~ Si las tracciones son mayores de lo que adn1iten las normas para el pretensado lin1itado,
cilante, a no ser que se consiga en todos los puntos una efectiva ad.herencia por cizalla- no se puede ya calcular en el estad.o I, sino que se debe suponer fisurada la zona de
miento Los Fen·ocarriles Federales Alemanes rechazan,- por estos 1notivos, el pretensado tracción, al igual que s-e hace con el h.ormigón armado. Es un caso, por tan.to, de flexión
limitado para los puentes de ferrocarril. compuesta. El pretensado moderado retarda y disminuye la formación de fisuras.

212 213
V. EMPERER propuso en 1933 hormigonar, junto a una armadura ordinaria algo reducid,a,
algnnos alambres pretensados, para alcanzar, por medio de la mejora conseguida de la
fisuración, una mayor tensión admisible en la armadura no pretensada [7] y [34].

ABELES [156] ha desarrollado esta idea y ha probado mediante ensayos que se obtienen
anchos de fisuras todavía admisibles bajo la acción de la carga de servicio, cuando se pre- CAPITULO 6
tensa solamente un 40 a 60 % de las armaduras (antes o después del endurecimiento del
hormigón), adoptándose igualmente, para las restantes armaduras, alambre de 5 mm con 6. La importancia de la adherencia
superficie rugosa, en un hormigón particularmente bueno, con lo cual se mejora la adhe-
rencia con respecto al hormigón armado normal. ABELES llegó a la conclusión de que se
puede elevar la tensión admisible en los alambres no pretensados hasta aproximadamen-
te 4 000 ó 5 000 kg/cm2, sin que el ancho de la fisura sobrepase los 0,2 mm 1• 6.1 Advertencia preliminar

C. BACH fue el primero en probar, en Stuttgart, en 1907, que las fisuras son más finas Durante todo el proceso de evolución del hormigón pretensado han sido mantenidas opi-
cuando se utilizan armaduras de pequeño diámetro con buena resistencia al deslizamiento, niones i11uy diversas acerca de la importancia de la adherencia 1• Inicialmente se horn1i-
lo cual fue corroborado más tarde por SARRASIN, en 1945 [103]. gonaban los alambres estando ya en tensión, obteniéndose automáticamente la. adheren-
cia. Con esta unión directa no surgen prohle1nas, siempre que se empleen alambres o
Mediante las armaduras pretensadas se consigue que las fisuras que se ongman bajo la barras co·n gran resistencia al deslizamiento, que puedan ser anclados sólo por adheren-
carga de servicio desaparezcan total o parcialmente al descargar. En la situación de agota- cia (ver apartado 3.13).
miento se puede utilizar la resistencia de la armadura pretensada y la de la ordinaria,
de ml forma que, si se din1ensiona la pieza para la situación de agotamiento, no se pre- Cua11do se con1enzó a utilizar la técnica del postesado de las armaduras, se pintaban éstas
cisa más acero con pretensado moderado que con pretensado completo. Se obtiene, por con un producto lubricante o se las envolvía en papel hitun1inoso o incluso eran colocadas
consiguiente, una cierta economía al no tener que tesar más que parte de la armadura. por fuera de la sección de 11ormigón. Se re'nunciaba, por tanto, a la adherencia confian~
do solamente en los anclajes finales (ver cap. 20). No se conocía entonces suficientemente
la i1nportancia de la adherencia a efectos de la seguridad al agotamiento, con10 explicare~
5.5 El grado de pretensado desde el punto ele vista económico n1os a continuación. Hoy en día, y salvo raras excepciones, se establece posteriormente
adherencia entre los cables postesados y el hormigón de la pieza. Se consigue con ello:
Las estructuras con pretensado limitado son más baratas que aquellas a las que se ha
aplicado el pretensado completo, sobre todo cuando la sobrecarga o la carga móvil es 1.0 La protección de las arn1aduras contra la corrosión.
grande en comparación con la carga permanente. Según sea la relación de una y otra se 2. 0 Aumentar la seguridad al agotamiento.
necesita para el pretensado limitado hasta un 20 % menos de acero de pretensar, y algo
menos de hormigón, ya que se puede reducir la zona de tracción precomprhnida. A la 3. 0
La reducción de la separación entre fisuras necesaria en el pretensado limitado.
econon1ía en acero de prete:nsar corresponde un cierto aumento de consun10 de armadura
ordinaria.

Existen, por tanto, también puntos de vista económicos que conducen al pretensado limi· 6.2 Efectos de la adherencia
tado. E.n la competencia tiene, naturalmente, su importancia los posibles ahorros en acero
y en hormigón, con el pretensado limitado. Estos ahorros tienen también importancia 6.21 Protección contra la oxidación
desde el. punto de vista de la economía nacional.
Todos los aceros de pretensar deben ser protegidos en la estructura contra la oxidación,
En las bases de concursos se debe definir exactamente el grado de pretensado deseado, por ejemplo envolviéndolos completamente en mortero de cemento, que, como es. sabido,
1 para que puedan ser comparables las ofertas, es un excelente medio de protección. Se puede lograr esto por hormigonado directo o por
inyección de mortero en los conductos (ver cap. 8).

Los partid.arios de utilizar barras gruesas de acero natural duro afirman, en la competencia
contra los alambres de acero de alta resistencia, que los alambres delgados están expues-
tos a un mayor peligro por la oxidación. Este argumento fue defendido de forma apa·
rentemente obvia, con una comparación de cifras según la cual una oxidación de 1/10 mm
de profundidad afecta sólo a un 1,5 % de la sección en una barra de 26 mm de diámetro,
y a un 13 % en un alambre de 3 mm.

1 El significado verdadero de la palabra alemana Verbund (en inglés, bond)· es: unión, enlace, conexión;
conceptos todos mucho más generales que el de "adherencia". Sin embargo, nos hemos visto obligados
I Estas ideas de EMPERER y ABELES se refieren a lo que en el capítulo 1 se definió como "pretensado Par- (para no variar la terminología) a adoptar este último término, dándole carácter general, y designando por
cial" incluido en este apartado como variedad del pretensado moderado-. (N. del_ T.). "adherencia pura" la unión entre una barra lisa y el hormigón en que está embebida. (N. del T.)

214 215
Sin. duda, los ala1nhrcs delgados necesitan ser protegidos contra la oxidación, antes, de
su colocación, rnejor que las ]larras gr11esas. En Alc1nania es obligatoria esta protección
de los alambres de pretensar. Los rollos de alambre son entregados libres de oxidación,
y almacenados bajo techo.

Entre la colocación de los alambres y la inyección del nlortero transcurren general1nen~


te de 3 a 8 sema'nas, durante las cuales no se produce una oxidación peligrosa, ni siquiera
en los alambres delgados, si se cierran los condnctos lo más herméticamente posible. Se
debe impedir sobre todo el que pueda penetrar el agua de lluvia. Si este tiempo so-
brepasa los 3 meses, tal como sucede a veces a causa del invierno, los alambres deberán
ser protegidos de la oxidación por medio de aceite, por ejemplo aceite soluble en agua
(Donax C de la casa Shell). Esta protección está indicada incluso en el caso de barras
gruesas, pues de la contrario no se dejan tesar perfectamente (tal como ocurrió, por
ejemplo, en la construcción del puente sobre el alto Rin, en Brcgenz). Fig. 6.1 En el caso de cables sin adherencia se produce, al sobrepasar la carga de servicio, un corto número de fisuras
que se ramifican horizontalmente en la parte superior. Ensayo de rotura en una viga de 20 m.
Una vez que han sido bien inyectados los conductos o se han hormigonado directamente
los ala1ubres en el banco de tesado, no existe ya ningún peligro de oxidación, pues el
pretensado impide la formación de fisuras de dimensiones peligrosas. Cuando los alambres y [ 474]. Si no existe adherencia se obtiene, pues, una carga de rotura baja y una seguri-
son llevados dentro de vainas de chapa, no es de temer ni siq11iera la corrosión en una fisu~ dad insuficiente, y no se pu.ede aprovecl1ar al n1áxin10 la resistencia del acero. Cuando los
ra o punto defectuoso, ya que las vainas embutidas en el hormigón envuelven perfeetamen· cables están doblados la fisuración es algo más favorable, porque las tensiones del acero
te #,los alan1bres, no pudiendo tener lug·ar la entrada de aire necesaria para la corrosión. se ven reducidas en los puntos de desviación, por los roza111ientos. No obstante, no se al-
Incluso cuando se mantienen los alambres desprotegidos, tiene que pasar bastante tiempo tera mucho el fallo prematuro de la viga (228].
l1asta que la disn1inución de la resistencia sea apreciable. En probetas de c11sayo se con1-
probó~ desp-ués de 11 nleses de conservación a la inte1nperie, una disminución media A igualdad de secciones, la carga de rotura sin adherencia es de nn 20 al 30 % menor
del 7 % en la resistencia de cordones de alambres estirados (7 \25 3 mm). Los cordones que co11 adl1erencia.
estaban fuerten1ente oxidados; sin e111bargo, el alan1bre central y las superficies interio-
res de los den1ás ala1nhres se i11antcnían práctican1ente intactos. Los ala111brcs nlejorados Para conseguir sin adl1erencia ]a seguridad al agotan1iento exigida sería preciso sohre-
deben ser tratados con i11ás cuidado, a causa de la corrosión intercristalina favorecida por din.tcnsionar la viga para las cargas de servicio, o dis1ninuir las tensiones admisíhles, pero
la tensión, descrita en el apartado 2.18. esto resultaría clara111ente antieconó1nico.

Se sahc de un caso en el que unos cables trenzados de alambre redondo estirado fue.ron El fallo prematuro de la viga desaparece al establecer entre el hormigón y las armadu-
colocados, estando ya oxidados, en el interior de cajones de chapa, siendo tesados a conti- ras una unión capaz de resistir solicitaciones cortantes. Las tensio·nes de adherencia (ten-
nuación. Por razones especiales no se inyectaron los cajones hasta pasado casi el año, lo siones cortantes entre cable y l1orn1igón) absorben di-
cual trajo con10 consecuencia la rotura de algunos cables por causa de la corrosión. recta111e·nte ju.nto a la fisura el aun1ento de tensión ori-
ginado en el acero; la tensión incren1en.tada Oz queda
Debemos hacer constar, sin e111bargo, que con un trato cuidadoso se puede l1acer con alan1- limitada así a una corta longitud, que depende de la
hres un l1ormigón prete'nsad.o tan duradero como con barras gruesas, no habiendo, si la calidad de la adherencia, lo que se traduce en un alar-
7' f;sura
''.~.!.11
ejecuc'ión es correcta, mayor peligro de oxidación. gamiento total pequeño y, por tanto, en un n1cnor ancho
~ . . . : censión de adherencia
de la fisura (fig. 6.2).
¡
6.22 Efecto de la adherencia sobre la seguridad al agotamiento dlJz 1
Gracias a la adherencia se mantiene junto a la fisura la
Para poder comprender el efecto de la adherencia sobre la seguridad al agotamiento, com· tensión de tracción del l1ormigón, y aumenta de ·nuevo
al subir la carga, originándose así otras fISuras a distan-
1111111111111!1111111111 rnrunJ ;e0n;: 6~0~~i~:;ción
paren1os los fenómenos con y sin adherencia. Al aun1entar la carga aparece en a111hos casos '
Una primera fisura e·n el lugar donde se presentan las máximas tracciones. A consecuen- cias pequeñas. En una viga con adherencia aparecen, por
cia de la desaparición de la resistencia a tracción del hormigón, se produce el aumento tanto, nn gran número de fisuras que se prolongan hacia tensión en el acero
brusco de la tensión del acero, ya explicado en la figura 1.12. Si no existe adherencia, se arriba muy lentamente. En consecuencia, la fibra neutra
extiende esta elevación de la tensión del acero a todo el cable, desde un anclaje al opues· se desplaza también muy despacio, y la tensión del acero
to, a no ser que se vea disminuida por rozan1ientos en algún punto de desviación de en la fisura puede aumentar bastante, si la zona de com-
presión es suficientemente grande. Generalmente, hasta Fig. 6.2 La adherencia hace que se ex-
aquél. El aumento de tensión sobre una gran longitud trae consigo un mayor alargamien- tinga rápidamente el aumento
to total y, con ello, el que se abra más de priSa la fisura (fig. 6.1). Junto a esta primera que la tensión del acero no alcanza el dominio de las de tensión en el acero que tie·
grandes defor111aciones, no se abre tanto la fisura como ne lugar en la fisura. La tensión
fisura se originan er1 la región d.e los máximos momentos flectores solamente algunas de tracción en el hormigón si-
pocas fisuras nlás, a distancias mutuas mayores, que el canto de la viga. La fibra neutra para provocar el fallo de la zona de compresión. Si ésta gue creciendo junto a ésta y
se eleva rápidamente, disminuyendo la zona de compresión, de forma que la capacidad es pequeña, puede ocurrir, sin em1Jargo, que se destruya se forman nuevas grietas. Las
curvas muestran la variación
resistente de la viga en la cabeza de compresión queda agotada prematuramente [ 447] antes de que el acero alcance el límite de fluencia. de r 1 , y ª~· a,,

216 217
La adherencia hace, por consiguiente, que se alcance la suficiente seguridad al agotamie"\to, La un1on horn1igón~acero debe ser din1ensionada, pues, solamente a efectos de la seguri~
usual en el hormigón armado, ya que se aprovecha al máximo el acero. La necesidad de dad al agotamiento. Es natural que para esta misión menos importante qne en e1 hor-
garantizar la seguridad al agotamiento obliga a establecer la adherencia, a no ser que migón armado, sea suficiente también un menor grado de adl1erencia.
se coloque una ca11tidad de acero innecesaria.
En el pretensado lin1itado, la unión hormigón~acero se ve solicitada algo antes que en
el pretensado completo, puesto que pueden aparecer ya fisuras bajo la carga de servicio. No
6.3 El grado de ad.herencia requerido obstante, si se observan las bases de dimensionamiento dadas en el apartado 5.3, apare-
cerán estas fisuras solamente en raros casos de carga, siendo entonces inofensivas. Tam~
Por el hormigón armado sabemos que la separación entre fisuras es función de la resis- poco es necesaria, pues, en este caso, una adherencia tan fuerte como en el horn-iigón
tencia de adherencia (resistencia al deslizamiento), de la distribución de las armaduras armado.
sobre la sección de hormigón, de la cuantía de armadura de la zona de tracción, del re-
cubrimiento de hormigón y de la separación mutua de las barras exteriores. Una vez cono- Para determinar el grado de adherencia necesario con los diferentes tipos de aceros y las
cida la importancia de la adherencia en el hormigón pretensado, se ha intentado conse· diversas clases de cables, es preciso recurrir a ensayos como los realizados en algunos lu~
guir una adherencia tan buena como la que se logra ya en el hormigón armado con aceros gares. En el capítulo 18 se dan referencias de tales ensayos.
corrugados o similares. Esto es imprescindible cuando se utilizan armaduras pretesas, ya
que el anclaje se realiza entonces por adherencia; pero no en el caso de armaduras Los primeros ensayos mostraron que incluso los alambres o barras lisas en cajones de chapa
postes as. negra y pared lisa, o en tubos de chapa lisos, presentaban, si el hormigón era bueno, una
adherencia suficiente; aunque la resistencia de adherencia no fuese muy alta.
Entre el hormigón armado y el pretensado existe ciertamente una diferencia fundamen-
tal, que repercute en el grado de adherencia requerido. En el hormigón armado tenemos Hay que tener en cuenta que no actúa sólo la adherencia pura, sino también el roza-
qu" contar ya con la aparición de fisuras bajo la carga de servicio, y cuidar que la sepa- miento. Las armaduras están fuertemente tesadas de tal forma que en cada curva del cable
ración entre ellas sea entonces lo suficienten1ente peq11eña para asegurar que su ancho se originan unas grandes fuerzas de desviació·n y, por tanto, unas fuerzas de rozan1iento
será menor de 0,2 a 0,3 mm. El flujo de tensiones tangenciales entre las cabezas de com- que impiden el deslizamiento y que contribuyen a la accióu de la adherencia.
presión y de tracción, necesario para la resistencia de una viga, sólo se puede efectuar
en el hormigón armado mediante la adherencia entre acero y hormigón entre las fisuras. La experiencia de n1uchas estructuras realizadas hasta el n10111ento permite asegurar, en
Por esta razón, en el l1ormigón armado es esencial y decisiva una buena adl1<erencia. Al todo caso, que la adherencia que se obtiene por medio de la inyección de mortero es su-
alcanzar la carga de servicio se ve perturbada ya aquélla en las proximidades de las nu- ficiente, sin que sea necesaria ningu·na comprobación analítica, para poder alcanzar la
n1erosas fisuras capilares. A pesar de ello, debe resistir aú·n t1n au1nento de la carga de seguridad al agotamiento calculada según el capitulo 13.
1,75 o bien 2,5 veces, para garantizar la seguridad al agotamiento. En la situación final, la
adherencia está ya más o n1enos con1pletamente destruida~ Si se crea la unión hormigó·n~acero de una forma incorrecta, por ejemplo inyectando en el
conducto una lechada de cemento muy flúida, a alta presión, o bien a gran velocidad
En el hor1nigón pretensado, por el contrario, no existen fisuras en la situación de servicio (sistema en1pleado durante inuchos años en varios procedimientos de pretensado), se ori~
si el prctensado es completo y, por ello, no recurrimos casi al efecto de la adherencia. ginan entonces coqueras. La seguridad a la rotura sufre con ello, co1110 se d-emostró, por
El flujo de tensiones tangenciales tiene lugar, como en cualquier material homogéneo, en ejemplo, en la carga hasta rotura de la pasarela del Festival de Londres, pretensada en 1950
el interior de la sección <le hormigón, sin necesitar de la adherencia con el cable. Por ello, con cables Freyssinet [163]. Al establecer la adherencia se debe proceder, por consiguien-
'las vigas de hormigón pretellsado soportan, sin adherencia de ninguna clase, la carga de te, con todo cuidado signiendo las instrucciones del capítulo 8.
servicio. Cuando existe adherencia se originan entre el cable y el hormigón sólo unas
insignificantes tensiones cortantes, que resultan de la conexión entre la pequeña sección
de acero (multiplicada por el coeficiente de equivalencia n) y la sección total restante
(apartado ll.52). 6.4 Adherencia parcial

Sólo al sobrepasar la carga de serv1c10 se hace necesaria la adherencia, al comenzar a fisu- En algunas piezas prefabricadas se emplean armaduras pintadas con betunes o similares,
rarse el hormigón de la zona de tracción. que son tesadas después de endurecer el hormigón. Con ello se crea una adherencia par-
cial que puede ser suficiente para piezas pequeñas, si se comprueba por medio de ensayos
No tiene entonces, sin embargo, la misión de nlantener pequeña la separac1on entre fisu .. que se obtiene la seguridad al agotamiento requerida.
ras para limitar su ancho, sino que debe solamente ayudar a garantizar la seguridad exi-
gida al agotamiento, por lo cual no tiene importancia que la distancia entre fisuras sea Hay casos además en qne la adherencia no tiene la misma importancia, por lo que res-
10 ó 40 cm. pecta a la seguridad al agotamiento, que en las vigas solicitadas a flexión. Así, por ejem-
plo, se puede utilizar esta adherencia parcial siempre qne se trate solamente de elevar
No debemos olvidar que el estudio teórico de la situación de agotamiento y de la fisura- la seguridad a la fisuración, o cuando las armaduras <le pretensar sean tan cortas, por
ción se realiza solamente a efectos de obtención de la seguridad de la pieza, mientras ejemplo en el caso de estribos pretensados de vigas, que el aumento de tensión en toda
que, en la realidad, la viga de hormigón pretensado se ve completamente libre de fisuras la longitud del alambre no produzca un alargamiento total grande.
bajo las máximas cargas admisibles, y si se la carga en exceso, las fisnras que pndie.ra:n
producirse se cerrarían de nuevo al descargar, lo que no sería el caso en una viga de hor- La adherencia parcial mejora con el tiempo, cuando se elige un betún que se endurezca
migón armado. después de cierto tiempo. Tal vez se encuentre algún día un producto que permita du-

218 219
rante las prin1eras sen1anas el deslizamiento de las ar111aduras y que end·urezca a contip_ua- Por último, es de observar que, debido a la pérdida de tens10n por rctraccwn y fluen·
ción, estableciéndose, después de tesar, una hue·na adherencia (ver BILLNER, en aparta~ cia, aparecen primeramente tensiones de adherencia contrarias a las producidas por la
do 4.67 y [297]). sobrecarga, y que habrán de ser absorbidas en primer lugar al actuar ésta.

En resumen, las tensiones corta'ntes entre la armadura pretensada y el hormigón, es de-


6.5 Tensiones de~ adherencia cir, las tensiones de adl1erencia son en el estado I insignificantes.

6.51 Tensiones de adherencia en el estado I 6.52 Tensiones de adherencia en el estado H


En el l1orn1igón pretensado no es necesario, en general, con1prohar la tensió·n de adhe- E'n el pretensado limitado se admiten, en la zona de los grandes n10111entos fiectores, ten-
rencia, por la sig·uiente razón: siones de tracción en el hormigón de 30 a 50 kg/cm 2 (calculadas en el estado I). Hemos
En el caso de pretensado completo, las tensiones de adherencia de los cables anclados en dicho ya anterior111ente que es preciso contar con la aparición de fisuras capilares, de
sus extre1nos no son otra cosa que simples tensiones cortantes entre el cable y el horn1igón, tal forma que se puede presentar en dicha zona el estado H. No se debe creer, sin em·
puesto que en el estado I la zona de tracción precomprimida participa por completo eu la bargo, que se puede calcular entonces la tensión de adherencia con las fórmulas habitua-
transmisión de esfuerzos cortantes. No se puede emplear, por tanto, en este caso, la fórm11- les en hormigón armado para el estado U. Generalmente la tensión de adherencia junto
la habitual en el hormigón armado, a una de estas fisuras salta bruscamente hasta el valor de la resistencia de adherencia
(compárese figs. 6.2 y 6.4). Decrece luego muy
Q de prisa y a veces llega a can1biar de signo, prem centro de la luz
T¡ =:---' sentando la curva de te'nsioncs de adherencia,
U•Z
en el caso de que l1aya varias fisuras, un aspecto
porque presupone el estado H, con muchas fisuras pequeñas en la zona de tracción del de linea en diente de sierra. Si no se conocen
hci'rmigón (fig. 6.3). La fórmula a utilizar es: exactan1ente la resistencia y las deforinaciones
de la unión h.ormigónªacero, es imposible calcu-
6.(1) lar estas tensiones de adl1ere·ncia.

siendo SF z e] n1om:ento estático, respecto a la fibra neutra, de la superficie de acero Gran parte de las estructuras con pretcnsado li-
de pretensar multiplicada por n, y u,, el perímetro de mitado permanecen en el estado I, siendo válido
la armadura o del conducto. lo dicho en el apartado 6.51.
Fig. 6.4 Las tensiones de adherencia alcanzan, en
En esta fórn1ula se debe introducir el esfuerzo cortan- En la práctica no tiene dc1nasiado sentido, por general, junto a las fisuras debidas a la
flexión, el valor de la resistencia de adhe-
te debido solamente a las fuerzas que comiencen a tanto, el cálculo de las tensiones de adherencia rencia, y son mayores allí que en la
actuar después de haber establecido la adherencia, es bajo las cargas de servicio. Es suficiente con zona de las grandes Q.
decir, en el caso de armaduras postesas, solan1ente el saher que en el estado n, y especialmente
debido al peso propio adicional y a la sobrecarga. La al sobrepasar la carga de servicio, la unión horn1igón~acero se ve fuertemente solicitada
sección de acero dehe ser multiplicada por n; la sec- en cuanto em.piezan a aparecer las prime.ras fisuras. La consecuencia positiva que teneª
ción del medio de enlace, por la correspondiente rela- mos que sacar de todo ello es une, en el caso de pretensado limitado, hay que poner es-
Fig. 6.3 ción de módulos de elasticidad; es decir, si es mortero pecial atención en el logro de u~a buena adherencia, sobre todo por i11cdio de una cui~
de cemento, aproximadamente por la unidad. La junta dadosa técnica de inyección. En el caso de utilizar cables concentrados se debería cuidar
peligrosa puede estar entre la armadura y el medio de enlace, o entre éste y el conducto, de la separación -entre fis11ras, colocando una arn1adura ordinaria adecuada, con lo cual
según la tensión máxima de adherencia que pueda soportar cada junta. Los redondos lisos se reducen las tensiones de adherencia junto a los cajones de chapa.
deslizan, por ejemplo, en el medio de enlace, antes que éste en los tuhos de chapa corru-
gados. Con cables de cordones es siempre decisiva la junta en el conducto de chapa, pues
la adherencia entre los cordones y el mortero de inyección es superior incluso a la de 6.53 Tensiones de adherencia admisibles
éste en cajones de chapa con resaltos transversales.
Como tensión de adherencia ad111isible no se puede ton1ar simplemente la tensión adn1i~
La fórmula dada 6.(1) no es válida naturalmente para los anclajes finales por adheren- sible en el horn1igón armad.o, pues la resistencia de adherencia de los cables es a veces
cia, de alambres o cordones. En éstos concurren las circunstancias descritas en el aparm much.o menor que la d.e las ar1naduras ordinarias. No se ha investigado aún n1ucho en
tado 3.13; la tensión de adherencia alcanza casi siempre en el comienzo de la longitud este terreno (apartado 6.6). Como valor admisible se puede tomar la mitad de la resis-
de anclaje el valor de la resistencia de adherencia y, por ello, no puede ser determinada tencia determinada según el ensayo de la figura 6.5.
por vía de cálculo.

Las tensiones cortantes entre la armadura y el hormigón son muy pequeñas hajo la carga 6.6 Resistencia de adherencia (Resistencia al deslizamiento)
de servicio, como ha sido demostrado para vigas sencillas en [111] y en la primera edi-
ción alemana de este libro, páginas 155 a 160. Los valores están comprendidos, en gene· En el apartado 3.13 se trató ya de la resistencia de adherencia en alambres hormigo-
ral, entre 0,2 y 2,0 kg/cm2• nados directamente. Allí se explicó también hasta qué punto depende este valor del tipo

220 221
de ensayo y de la longitud de arrancamiento. Aquí discutiremos solamente el caso de ad- 6.61 Ensayos con tubos lisos ele chapa y redondos laminados 1
herencia indirecta de armaduras postesadas.
Unos tubos lisos 0 30 mm de fleje laminado de 0,2 mm de espesor con costura cngati·
Consideremos para ello el ensayo de tracción de la figura 6.5, en el que no se produce Hada fueron hormkonados en posición vertical en prismas 20/20/40 cm de hormigón
ningu·na presión transversal fuerte, co11 lo cual se reprodt1cen n1ejor las condiciones en B 32g (fig. 6.6). Cua~ro días más tarde se colocó dentro de cada tubo un redondo lami-
una fisura de flexión, y que da valores más bajos que el ensayo normal ele arrancamien- nado ·0 26 mm, ligeramente oxidado, de acero de armar St I. En los bloques 1 y 2 el
to. Si sólo podemos contar con la adherencia pura, la resistencia de adherencia, en el redondo estaba centrado en el tubo, y en los 3 y 4 va pegado a la pared del mismo. Des-
caso de tubo envolvente ondulado, viene determinada por el tipo de superficie de la ba- pués se vertió en posición vertical una papilla de cemento, con relación W /Z 0,5, de =
rra, la resistencia del mortero de inyección y la presión de éste contra la llarra al en- un comento de alta calidad con una resistencia normalizada a los 28 días N,, =
465 kg/cm'.
durecer. Las barras 0 26 mm estaban divididas en el centro del prisma. Después de 28 días más
se tiró de ambas barras con una fuerza P. Se calculó el valor de la tensión cortante T¡ =
En el caso de adherencia por cizallamiento en ambas juntas de deslizamiento, en el tubo
envolvente y en el alambre, tiene también influencia la armadura transversal (zunchado) p P -P supuesta uniformemente repartida, al producirse el primer
o la presión transveFsal, puesto que la resistencia al cizallamiento aumenta, si se impide - u . l 9,4 X 20 133
la desintegración del hormigón circundante. movimiento perceptible (unos 0,02 mm), y para la carga máxima P.

La adherencia pura conduce a resistencias muy bajas, la adherencia por cizallamiento a Los valores inedios obtenidos fueron los siguientes:

!
resistencias altas, dependiendo del corrugamiento de las superficies y de la resistencia del
mortero. barra centrada barra pegada al tubo

primer deslizamiento para Tt 11,8


Las resistencias estáticas de adherencia varían entre unos 5 y 100 kg/cm 2 ; en el caso 9,7
valor individual más bajo 9,1 S,l kg/cm 2
der solicitación dinámica pueden bajar incluso a 2 ó 3 kg/cm2•
carga máxima para {Jr ... 15,2 9,7
Vemos, por consiguiente, que a veces se manejan valores que están muy por bajo de la valor individual más bajo 7,3 5,0
tensión admisible de ad.herencia de los redondos normales laminados, hormigonados di-
rectamente, que, como es sabido, llega a 25 ó 35 kg/cm2• No obstante, se consigue tam- A pesar de la ejecución en posición vertical, y de la eieva¿a calidad de l~ pap.illa de
bién con estas bajas resistencias de adb.erencia la necesaria seguridad al agotan1iento. cemento, las barras colocadas pe¡-;adas a la pared del tubo dieron valores mas ba¡os que
Ahora bien, en el caso de pretensado limitado se debe exigir una resistencia i11ínima de las barras centradas. En general fue la barra la que se desprendió, de lo que se deduce
15 a 20 kg/cm2 • que las inevitables deformaciones del tubo, que no es un cilindro i;erfecto, son sufieien·
tes para compensar la indudable menor adherencia de los tubos lisos. No son de espe·

l piezas 1 y 2
rar, por tanto, mejores resultados con los tubos ondulados.

barra c'er.trada
Para arrancar por co1npleto las barras que hahían deslizado ya, se necesitó, por término
alzado l d
flexímelro
//l¡rau .;,:n [ - - - 20
¡;q--
------!
---pq--·
medio, una fuerza suplementaria de P ::= 900 kg, es decir, la resistencia de rozamiento
alcanzó todavía 4, 7 kg/cm2 más.
.-1 ~/,///,;',J- //
',e /
La mitad de barra que quedaba en el prisma, cuya adhe·
' ~~
rencia hahía fallado ya lip;eramente, fue arrancada a con..
tinuación apoyando el prisma en su base (fig. 6.7). En este
ensayo se alca·nzaron, sin excepción, fuerzas mayores que
en el ensayo de tracción. Los diagramas de cargas-desplaza· / /

mientos de la figura 6.8 muestran claramente que en este P/2 P/2


piezas J y 4 segundo ensayo había fallado ya la adherencia, pues las
barra descentrada
curvas se inician con 11na menor inclinación. El al1mento
Fig. 6.7 Ensayo de arrancamiento
de resistencia de roza1niento se explica por la presión trans~ con la mitad de la barra
versal indicada en la figura 3.27, la cual aumenta con P, que permanece en el blo-
que de hormigón después
pero que no puede presentarse en u·na viga en lina fisura
piar.ta 1 mamgU!\O de --
centrado
fieximetro
1/wo mm
debida a la flexión. Este ensayo demuestra, por consiguien-
del ensayo de la figura 6.6.

te, que los valores fJ, obtenidos en el llamado ensayo de arrancamiento tienen un valor

lj
-
.
..
.
.

Fig. 6.5 Ensayo de tracción para determinar


hormigón 8300 i;;~:¡:,;~~éf'J.<;

Fig. 6.6 Pieza de ensayo para determinar la resistencia al.


muy limitad.o a efectos de la determinación de la resistencia de ad.herencia.

Si se piensa ahora en el hecho de que las barras inyectadas en posición horizontal propor·
cionan valores más bajos, puesto que se produce siempre una pequeña sedimentación en
la resistencia de adherencia uverda· deslizamiento de barras de pretensar. 1 Según el Informe B 23 869 del Amtlichen Forschungs- und Material· prüfungsanstalt für das Bauwesen,
dera)}, sin presión transversal.
der Technischen Hochschule Stuttgart (Otto-Graf-Institut), 1952. Ver también [520].

222 223
medido con flexime!ro 1/100 mm a la salida de la barra de la pieza
50001 tero d.e cen1ento, en pos1c1on vertical y desde ahajo. ~:I horrnigón tenía a los 28 días una
resistencia media d.e 470 k:g/cm2 • El mortero de inyección tenía la siguiente composición
45{]0 .
(en peso):

100 partes de cemento portland Z 325 con una resistencia según DIN 1164 a la edad
de 28 días, N 28 = 494 kg/ cm2 ;
4000
1 parte de Plastiment líquido;
45,7 partes de agua, relación agua/cemento= 0,46.
' °'35001<.g
J500 - 10 Prnox.
-~-·
---·--
La resistencia del mortero, en probeta cúbica de 10 cm de lado, era a los 28 días de
?
unos 420 kg/cm2 •
30{}0
? tubo de acero.;\ 70 ;-.,m

~
."=
~,
2500

~
20fl0
$i:

1500

7000

500

~-----·-~·¡---______,.....--·- -------------------,
o /O 20 JO 40 50 60 ID 80 90 100 110 7?0

desplazamiento del acero. 7/100 mm

Fig. 6.8 Diagramas de cargas-desplazamientos correspondientes a los ensayos según figuras 6.6 y 6.7.
sección A -A

el hormigón y en la papilla de cemento, y en que con frecuencia se han empleado y


se siguen empleando lechadas de cemento con exceso de agna, llegamos a la conclusión
de que la resistencia de adherencia puede bajar fácilmente de los 5 kg/ cm2, y que el roza-
n1iento y la resistencia al cizalla111iento juegan ·un papel n1ás i1nportantc e:n la unión hor~
migón-acero que la adherencia pura. La experiencia demuestra que en los alambres del-
Fig. 6.9 Pieza de ensayo para la obtención de la resistencia al deslizamiento de cables de cordones.
gados son de esperar valores mayores.

Para determinar la resistencia de adherencia se tesó el cable tirando por medio de nnos
6.62 Ensayos con cajones de chapa rectangulares y cables de cordones paral.elos pernos colocados en los tubos (lig. 6.9). En total se realizaron 12 ensayos como éste, en
4 series de 3 probetas, con las siguientes características del cajón de chapa:
Un cable formado por 36 cordones 7 \25 3 mm, de configuración cuadrada 6 X 6, fue ancla-
do en bucle alrededor de un tubo de acero en el interior de un bloque de hormigón con Serie de ensayos l: Cajón de chapa con estrías transversales en tres paredes; separación
cercos (fig. 6.9). En un segundo bloque, igualmente con cercos, fue introducido el cable entre estrías, 25 mm; profundidad de la estría, 2 mm; anchura, 10 mm. Solamente hu-
60 cm en un cajón de sección cuadrada de chapa negra de 1 mm y unas dimensiones medecido con agua.
interiores de 64 X 64 mm. Unos separadores cuidaban de mantener unas distancias mutuas
entre los cordones de aproximadamente 1 mm. El cajón de chapa fue inyectado con mor- Serie de ensayi>s 2: Cajón de chapa negra, paredes lisas.

224
15 225
Serie de ensayos 3: Cajón de chapa negra, paredes lisas, éordones y cajón bañados en acei-
te especial de máqninas, refinado a 6¡,.

Serie de ensayos 4: Cajón de chapa· negra, paredes lisas, cordones y cajón aceitados inicial-
mente. Antes de inyectar el mortero se eliminó el aceite por medio de tricloroetileno.

En el ensayo de tracción se ob- alargamien1o eltsUco


servó el movimiento del cable 25 rdelflexime!ro
cable, entre el
__
y el hormigón 1'1 _ _

respecto del bloque más largo, ' /·2b


por medio de flexímetros fijados
1 /
a aquél (fig. 6.10) . Los ensayos
fueron realizados de 20 a 30 20 ) ji 2c
/ ;X_--x---- - - -X- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Fig. 6.10 Colocación de los flexímetros en el ca· días después de inyectar. En las .! X_.....-
ble de cordones, para medir el despla- f f
zamiento. figuras 6.11 a 6.13 se han repre- f 2 Q,
¡•
sentado los diagramas de cargas- 1' J/
desplazamientos. /
/' ·
11

Se puede apreciar en ellos el


10
.~
1: 1
1

considerable aumento del efeé-

~
50 - kaiargamiento elástico
1 del cable, entre el
1 fleximetro y el hormigón/;<
I
1 e /!' .._ .._

, (L
-- to de adherencia en el cajón
estriado transversalmente. En el
/ caso de paredes lisas las dife- 5
45 1 !
I' rencias provienen de las inevi~
,1r1...___ rb
I
! / ~ tables pequeñas deformacio'nes 1
1
I
I / del cajón, que influyen más en o
I la resistencia al deslizamiento 0,25 0,50 0,75 7,00 7,25 1,50
40
1
!/ que, por ejemplo, unoo ligeros longitud 1ntnida eri rr;rn

35
1
I
,.¡/; residuos• de aceite en los cordo-
nes o incluso unas superficies
del cajón pintadas de aceite.
• Fig. 6.12 Diagramas de cargas-desplazamientos correspondíentes a la
serie de ensayos 2, con cajón de chapa de paredes lisas.
1 1
I Si se supone la tensión de adherencia uniformemente repartida en el perímetro del cajón
1 I
I
y sobre los 60 cm de longitud, se tiene:
30
.,'"
~e
1
# f3, =
p p
-;-:T = 4 X 6,4 X 60
p
kg/cm2•
1 1540
"'~ 25"
~
1 .Los resultados son:
~
"'
~
1
!/
Serie de ensayos ......... l 2 3 4
20 Valor medio fJ, 31 13,9 16 12,4
1
u Valor más bajo 29 12,6 12 9,1 1 kg/cm 2

1 /,"
Hay que pensar que la máxima tensión de adherencia será superior a estos valores en
un 20 a 40 % , pues la distribución de la tensión de adherencia a lo largo de los 60 cm
no es uniforme, sino que sigue una variación como la indicada en la figura 3.27.

Al segoir tirando del cable el mortero de relleno se desprendió en todos los casos del cajón
de chapa. Cuando la chapa era estriada fueron cizallados los correspondientes resaltos
de la superficie del mortero de relleno. Esto presupone, naturalmente, un cierto atado o
5 zunchado del hormigón circunda'nte, y a que las estrías originan en éste unas tracciones
transversales.
Fig. 6.11 Diagramas de cargas"desplaza-
mientos correspondientes a la Inicialmente no se acusó ningún desprendimiento de los cables en la masa de relleno, lo
0,25 0,50 0,75 1,00 7,25 serie de ensayos 1, con cajón
7,50
de chapa con tres caras es- cual se produjo solamente al descargar, debido a un cierto efecto de expansión de los
longíiud extraída en mm triadas. cordones. Esto prueba que el efecto de adherencia es mncho mejor en los cordones

226 227
30 · ralargamiento elá.stico que incluso en el CaJon estria-
! del cable, entre el
fiexímetro y el hormigón o
-----º--------
3 a, -------- do, por lo cual no es de te;uer
/ o en general un deslizamie'nto en-
l5
1
o
/·~ l
o
2J,5t - - - 4,3 mm
tre aquéllos y el mortero de
relleno (fig. 6.14).
1 / " 4C
::._..---x---- zzt -
20 ¡ ºr---i
1
/ ::_,_________________ _ 3,0mm

Los ensayos 1nuestran que la re~


CAPITULO 7

1
J
j¡I
j _.,----- ·__,_ 7~Jt
_.- ;::.--•--J"b
- 3,0mm sistencia de adherencia del ca-
ble en un cajón rectangular, in~
7. Movilidad longitudinal de los cables y fuerzas
i' que se oponen a su deslizamiento. Pérdida de pretensado
ft:1 ͺ/
11 cluso en el caso de paredes li-
~
1

15 1 sas, no es inferior a la de las debida al rozamiento. Recorrido de tesado

~ 10 11 !º barras de acero en tubos de cha-


pa. Los cajones de chapa estria-
da mu·estran a este respecto una

5 f!º
fo
clara superioridad. En los cajo-
nes con estrías en sus cuatro
paredes, de uso ya corrientes,
son d·e esperar resistencias aún
En Ias piezas cuyas armaduras vayan a ser postcsad.as, deben ser colocadas éstas de for-
ma que posean la necesaria movilidad. longitudinal. Cada vez que se ve ésta obstaculizad.a
por rozamientos, adherencia, etc., se reduce la fuerza de pretensad.o. Se debe procurar,
mayores. por consiguiente, que las fuerzas que se opongan al deslizamiento sea·n pequeñas, y es pre·
o ciso conocerlas y tenerlas en cuenta en el cálculo.
& 0.25 0,50 0,75 7,00 7,50
125
iongitud extralda en mm
R. BÜHRER informa en [310]
sobre ensayos realizados por los
Fig. 6.13 Diagramas de cargas-desplazamientos correspondientes a las F errocarriies Federales Alema- 7.1 Procedimientos constructivos destinados a conseguir la movilidad
series de ensayos 3 y 4, con cajón de chapa de paredes lisas.
. nes, en los que fue estudiada longitudinal de las armaduras de pretensar
la resistencia de ' adherencia
bajo carga oscifante y con pre- La movilidad. longitudinal puede ser alcanzada de diferentes formas:
tensado limitado. Co1110 arn1a~
dura de pretensar se emplea- l. Pintando las barras rectas lisas con un lubricante que inicialn1e11te sea bland'o, y que
ron barras 0 26 mm, St 60/90, proteja contra la corrosión.
en el interior de tubos lisos.
2. Envolviendo el cable, a ser posible redondo, con un fleje de acero u otro material im-
permeable.
Se vio q·ue con estas barras li-
sas la tensión de adherencia de 3. Colocando las armaduras de pretensar en el interior de tubos de chapa (tubos envol-
cálculo puede alcanzar hasta ventes) o cajones de chapa, o en cualquier otra clase de tubos.
Il. kg/cm', bajo carga de ser-
vicio estática; hasta 10 kg/cm2, 4. Dejando embebidos en el hormigón tnhos de goma hinchados (procedimiento Ductuhe)
en el caso de que la carga iná~ o cualquier otro elemento similar que no se agarre al l1or111igón, y que, una vez
xin1a se presente con poca fre~ endurecido éste, pueda ser extraído de ·nuevo, lo que pern1itc introducir posterior-
mente las armaduras de pretensar en el conducto así formado,
cuencia, tal con10 sucede en los
puentes de carretera; y hasta 5. Colocando las armaduras, provisional o ·definitivamente, por fuera de la sección de
4 k:g/cm2, bajo carga continua hormigón, por ejemplo en ranuras abiertas o 'en el interior de una sección en cajón.
Fig. 6.14 El cable parcialmente extraído con el mortero de relleno. oscilante.
El entorpecimiento del movimiento longitudinal de las armaduras durante el tesado puede
ser provocado:
a) por adhere-ncia pura o col1esión entre acero de pretensar, lubricante y l1ormigó'n, so~
hre todo en el caso 1;

h) por rozamiento del cable contra el conducto, que puede ser debido a diversas causas;

c) por engarce del acero de pretensar en su hase de apoyo, sobre todo bajo fuerte pre-
sión transversal;
d) por rozamientos en el gato o en el anclaje.

228
229
7.11 Armaduras de pretensar con pintura lubricante 7.13 Armaduras de pretensar en el interior de vainas de chapa o tubos envolventes

La aplicación, según el caso 1, de un producto que favorezca el deslizamiento debería ]i. Desde hace años se u.tiliza·n casi exclusivan1ente tubos o cajones de c11apa para formar
mitarse al caso de alambres o barras individuales relativamente rectos y cortos (hasta los conductos de los cables. Al principio se empleaban vainas ti':ibularcs lisas relativa-
r-' 8 m), como por ejemplo en estribos de vigas de gran canto. Como lubricante se utiliza men.te delgadas, en elementos de 2 a 3 m de longitud, hechas con fleje de chapa de 0,2 mm
en general un betún que se conserve bla'ndo durante largo tiempo, por ejemplo el Im- con doble costura longitudi-
munol de la casa P. Lechler & Co., o hien el Ebano 200. nal engatillada, las cuales
eran en1pal111adas introdu-
En algún caso se ha propuesto el empleo de grasas, las cuales son, sin embargo, inferio- ciendo el extren10 de u·na en
res a las pinturas bituminosas en lo que se refiere a la protección contra la corrosión y la otra, i1nper111eahilizando
a su tolerancia por parte del hormigón. la junta con u11 manguito de
go1na. J_,a -experiencia den1os-
Al tesar, se debe mantener la fuerza de tesado durante algún tiempo, hasta que se al- tró, sin e111bargo, que estas
cance el alargamiento deseado, pues la viscosidad del betún hace que se requiera un cier- vainas se quebraban en los
to tiempo para el movimiento de la armadura. En los betunes y similares la resistencia puntos de doblado del cable,
al deslizamiento es función tan1hié'n de la te1nperatura, razón por la cual no se debería que se aplastaban al pisarlas,
tesar con tiempo frío. En Francia se ha empleado varias veces el procedimiento de ca· q11e no resistían la presión Fig. 7.1 Tubo envolvente corrugado, resistente a las pisadas.
lentar el lubricante, reduciendo así su viscosidad, haciendo pasar una corriente eléctrica del horn1igón durante el vi-
por la armadura de pretensar. El acero, como buen conduétor que es, se calie'nta rápi~ brado, y que al inyectar el
damente y se dilata. Se alcanza, por tanto, el alargamiento deseado con una fuerza me· 1nortero no había garantía
no'f" que la V teórica, la cual actúa por completo sólo después de haherse enfriado el de que los ala111hres pegados
acero. a la pared de la vaina que-
dasen bien recubiertos. Suce~
La disminución de fuerza de pretensado debida a la resistencia al deslizamiento de una día aden1ás, frecuenten1ente,
capa de pintura Spramex, en un alambre de 8 mm, ha sido medida en ensayos realizados qlle los en1pal1n-es de n1an-
en Francia, valorándola inicialmente en un 5 %/m de alambre; ver [297]. Se comprobó guito no eran estancos. T'odos
la .compensación posterior de la tensión. estos defectos han sido supe·
rados hoy en día mediante
Se han dejado ya embebidos en hormigón, y pintados con betún, gruesos cahles cerrados el empleo de tubos de chapa
para ser postesados. La pintura bituminosa debe llenar todas las ranuras entre los alam· u1ás gruesa y con corruga-
bres exteriores, de forma que se origine u11 conducto liso. l.ios cables trenzados dis1ninu- ción en hélice, que son d·e
Fig. 7 .2 Empalme roscado de dos tubos corrugados Hydra.
yen de diámetro al crecer la tensión longitudinal, y ello hace que se suelten ·parcialmente pared ta'n rígida que pueden
del hormigón. I. . os espacios huecos que se crea:n así, permanecen vacíos. ser pisados sin daño alguno
(fig. 7.1). La corrugación los
El lubricante perturba la adherencia entre las armaduras y el hormigón de forma que,
hace flexibles y, por tanto,
en el caso de que aparezcan fisuras en la zona d.e tracción, au111enta la tensión del acero
adaptables a las posibles cur·
a lo largo de una mayor longitud, ahriéndose más las fisuras y disminuyendo la seguri-
dad al agotamiento. Es difícil evaluar esta disminución frente a la seguridad obtenida vas del cable. Permite asi-
con una adherencia perfecta, ya que las propiedades de los productos bituminosos varían mismo al n1ortero de inyec..
con el tiempo y la temperatura, y en los cambios de dirección del cahle puede aparecer ción envolver por completo
la adherencia por rozamiento. Si se desea conocer con exactitud la seguridad al agota- los alamhres, excepto en cor-
miento, es preciso recurrir a ensayos y, de no ser así, se recomienda comp-rohar la se.. tas 'superficies de contacto, y
guridad como si no existiese adherencia. origina la adherencia por ci..
zallamiento entre tubo y hor-
migón. La coITUgación en hé-
7.12 Armaduras de pretensar envueltas lice es aprovechada, además,
para enroscar en los empal-
En los primeros tiempos del pretensado envolvía Freyssinet en papel asfáltico los cables mes piezas tuhulares en for-
pintados con hetunes ([148], pág. 39). En el puente de Bleibach, sobre el Elz [94], se pre- ma de manguitos (fig. 7.2). Fig. 7 .3 Tubo corrugado Hydra, de pared ondulada.
tensó con cables cerrados que fueron engrasad9s y envueltos, a continuación, co'n fleje
de chapa fina. En amhos casos la resistencia al deslizamiento era bastante grande, por- Estos tubos envolventes de
que el hormigón fresco, sobre todo si es vibrado, aprieta con bastante fuerza contra la propiedades tan ventajosas son fabricados actualmente en dos tipos. La figura 7.3 muestra,
delgada y flexible envoltura. Además, las envolturas de fleje plano no son herméticas. ni como ejemplo del primer tipo, el tubo corrugado Hydra, de pared ondulada, formado
incluso con grandes recubrimientos. La adherencia es mala. Por todo ello han caído en primeramente co'n fleje de chapa con costura longitudin.al soldada, y en. una segunda
desuso, y se las emplea solamente como recurso. operación se le corruga por defor1nación en frío con un pro.ceso de laminación (Fahri~

230 231
cante: Metallschlauchfahrik, Pforzheim). Estos tubos son suministrados hoy en día. en engatillados son. su111inistrados enro-
los diámetros dados en la tabla 7.I. Se indican también en dicha tabla los radios de do. llados en grandes longitudes (fig. 7.6).
Liado admisibles. Las longitudes normales de suministro son de 5 a 7,5 m; las longitu- Debido a las grandes exigencias en
des mayores dependen solamente de la posibilidad de transporte. cuanto a la rigidez de la pared, no
se pueden enrollar en diámetros pe·
queños los tubos de gran sección,
Tabla 7.I por lo que éstos son surninistrados
Tubos envolventes normales en el mercado alemán en general en unidades rectas de 5 a
8 m de longitud.
i
Interior '' Exterior Radio mínimo
Denomina<'ión 1 de doblado Por lo que respecta a la secció'n, pre-
Diámetro m domina hoy en día para los cables
mm individuales el tubo de sección circu·
" -----· - - · - - - - - -
Tubo corrugado Hydra 30 a 90 35 a 97 3,5 a 6,0 lar, porque puede ser doblado según
normal cualquier dirección, es particular-
(redondo) mente rígido y se deja envolver bien
.. ---·
por el hormigón. Para los cables pla-
Con corrugación de paso 30 a 70 35 a 77 1,0 a 1,5 nos de pequeña .sección, se ha d·eri-
pequeño vado del tubo de secció.n rectangular
(redondo)
----···-·-
al de sección casi elíptica (fig. 7.4).
Con corrugación de paso 30 a 60 35 a 66 3,5 a 4"5 También hay tubos de sección rcc·
grande
(redondo) ta·ngular fabricados con costura en-
gatillada (fig. 7.4). Son ven1:a,josos a
25 a 117 0,8 a 7,0
efectos de la disposición de los alam-
Tubos de costura 20 a 110
engatillada bres, pero presentan inconvenientes
(redondo) por lo que respecta a su doblado, su
.. . ernpaln1e y su recubrin1iento por el
(oval) 14/23 a 20/45 19/27 a 27/52 1,0 a 1,5 11orn1igón.
.

(cuadrado) 16/16 a 70/70 23/23 a 80/80 0,6 a 2,~


La mayoría de las veces el paquete
de alambres debe abrirse en el an-
claje, por lo que el tubo envolvente
(rectangular) 18/40 21/25 1,5
50/70 60/80 2,0 ó 2,5 debe aun1entar de diámetro en esta
70/90 80/100 2,5 ó 4,0 zona. En ocasiones se 11tilizan con
70/150 80/160 4,5 Ó 7s0 este fin tubos cilíndricos con un diá-
metro mayor, qne se empalman al
tubo envolvente norn1al a través de
El segundo tipo de tubos envolventes, el tubo de costura engatillada (fig. 7.4), tiene su una pieza de enlace (ver, por ejem-
origen en la fabricación de tubos metálicos flexibles. Están hechos enrollando un fleje plo, fig. 3.79).
de chapa relativamente delgada, engatillando la costura. Entre esta costura, que corre a
lo largo del tubo formando una hélice, se hace una ondulación, al igual qne en el pri-
mer tipo, al objeto de aumentar la rigidez de la pared del tubo y lograr las ventajas
relativas a la inyección y a la adherencia por cizallamiento (Fabricante: MetaUschlauchfa-
hrik Pforzheim, y Rainer Isolierrohrfabrik, Rain arn Lech, etc.).

Los tubos metálicos flexibles fueron empleados por vez primera en la técnica del pre-
tensado en Inglaterra, bajo la denominación de "Unituhes" (fig. 7.5). Estos "Unitubes"
están hechos con chapa ligeramente emplomada.

La fina capa de plomo hace disminuir el rozamiento entre los alambres y el tubo envol-
vente.

BBRV (Suiza) y Preload (USA) emplean desde hace largo tiempo los tubos metálicos fle-
xibles, a fin de poder enrollar, para su transporte, los cables hechos en fábrica, Los tubos
Fig. 7.4 Tubos corrugados de costura engatillada, de sección circular, rectangular y elíptica.

232
233
I~n otros casos se colocan unas fundas especiales de chapa, con aun1ento escalonado ,del Lado mayor de la Espesor mínimo Profundidad Separación entre
diámetro (cable Lcoha, figs. 3.21 y 3.108). La conexión .de esta pieza con la placa de an- sección del cajón 1 de la chapa de la corrugación resaltos de ésta
cm i mm mm mm
claje o similar dche ser resuelta de tal forma que se cree una junta estanca. El punto
más alto del conducto en el anclaje debe estar provisto de una abertura que haga de res-
1------ .. ---------·-
No hay
10 0,8
piradero cuando se ,,realice la inyección del cable. 0,8 2,0 30
14
18 1,0 2,0 30
22 1,0 2,5 30
26 1,25 3,0 30

cial cuidado el que se puedan calentar en exceso los alambres de pretensar. Con la sol-
dadura, la estanquidad del cajón es mejor que con cierre engatillado.

Soldando solamente por fuera los bordes doblados de las chapas en los empalmes trans·
versales (fig. 7.7), son posibles aún unos pequeños giros relativos entre dos tramos de ca-
jón, lo cual permite su alineación.

a) por un codo secciones transversales b) por el cajón recto


2 chapas de deslizamiento con

L
Capa intermedia de parafina
mástiqué -- mastique J
rr--soldadura autógena ~pa de 1mm1 corrugada transv. si
¡
1
+
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1
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+ + + + + + + + +I+ + + + +
+ + + + s + +l+l+I+ .+ +I+ + +I+ + +
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+ + + + + + + + + + + + + + + + + +
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+ + + + + + + + + + + e + + +I+ +
+ + + +1+ + + +l+l+ + + +!+
+ + + + + + 1-!··1-I+ + +I+ + + + + + +
+ + + +I+ + + + + + + + + +
+ + + + + + +l+I+ + +I+ +l+i+I+ + +
+ + + + + + + + + + + + + +
+ + + + + + "f·i+I+ + +I+ :-i+i+I+ + +
+l+i+I+ + + + + + + + +i+ +
+ + ,, + + + +I+ + + +!+ +~l+l+I+ +
Fig. 7.5 Los «UnitubeSll ingleses, flexibles y, sin embargo, de pared Fig. 7.6 Cable BBR de 50 t con tubo metálico fie-
~l+l+T+ + I+ +l+I+ + + + + + + +l+l+l+l+I+ + "
muy rígida. xible. + + +
w+ T+T+ )r-1-\llr+ ·1 + +Jl(+)J'.+)l+.:O:+ f! f , '
17 + +
3
J2
51Sf..7)J:.8 'Jí9 lttJ'f.tflf2'113'1.1~ lli5 1$

0 9 de 7 alambres separadores
' cajón de chapa de tmm; corrugada transv.
Tan1bién en los e1npalmes de barras por medio de n1anguitos son necesarios tubos envol~ 15.9 . ·----1$?

ventes más amplios, que se nnen a través de piezas de enlace al tubo normal (ver, por
p!anta sección
ejemplo, figs. 3.111 y 3.112).

Para los grandes cables (mazos) de pretensar resulta adecuado el ca1on de seccion rec- 11
11
tangular de chapa negra (fig. 7.7), con costura soldada o engatillada (Procedimiento Baur· 11
11
Leonhardt [360]). Estos cajones de chapa encnentran aplicación en cables de unas 400 t 11
11
1,
hasta 2 500 t, siendo entonces las dimensiones del cajón desde aproximadamente 6/6 cm '1
hasta unos 20/28 cm. Para los cajones pequeños es snficiente una chapa lisa de 0,8 mm "1,
11

ile espesor; cuando el lado es mayor de 10 cm, las paredes del cajón deben estar defor· "
'1
11
madas, por ejemplo con una corrugación en zigzag, como la representada en la figura 7.7. 11

Esta corrugación no sólo mejora la adherencia, sino que rigidiza las paredes del cajón 1 i¡i
aumentando su resistencia frente a la presión que ejerce el hormigón fresco dnrante el
1
"11\" !
vibrado. En la siguiente tabla se dan los espesores de chapa y profundidades de corru·
gación prescritos en el procedimiento Baur-Leonhardt. (Tabla en la página siguiente.)
~ costura soldada ~soldadura

Los empalmes y el cierre de la tapa del cajón son hechos hoy en día preferentemente con Fig. 7.7 Cajón de chapa de sección rectangular, para cables de muchos alambres o cordones paralelos. Empalmes
soldadura autógena, uniendo por fusión los bordes de la chapa. Se debe evitar con espe· transversales y de la tapa.

235
234
sección 'A-8 sección longitudinal
Debido a que los cajones de chapa rectangulares no admiten un doblado continuo, lo que t""--·- -coo-ooomm ·-- ----~-·-&0-80/Jmm 1
se hace es dar al cable un trazado poligonal, para lo cual se dispone entre cada dos
A -tubos respiraderos y --
1- 1
tramos rectos una pieza especial (codo) de chapa más fuerte (figs. 7.8 y 7.9). para el llenado con
grava
1 trompeta de
Estos codos permiten, en caso de necesidad, el doblado según dos direcciones. Están
formados por chapas soldadas de 4 mm de espesor. Suponen en el conjunto del cable
,, L J0-20·2 prolonnación
del condu.cto
~i
unos estrang1tlan1ientos, c11ya sección es elegida de tal for1na que el cahle ajuste en ellos ~:
n1
11
íl~ 1 ~ abocinamiento
~..
., t
caJOn rec o
perfectan1ente~ n1ientras que en los tramos rectos el cajón es de 10 a 12 mm n1ás amplio i1I 1
l: ~!
1
¡: f:
¡:_
en ambas direcciones, de manera que en estos últimos el cable no toca el conducto durante ~:,1 - rr- --¡]-- -~r

la operación de tesado. Las ventajas que se obtienen con ello, desde el punto de vista
del rozamiento, serán descritas en el apartado 7.4.
11
11
1 1·1: -ir "'~ :
1i1
i¡I
1.1
,,
1:1
11

lJ Li "
¡1-

sección longitudinal sección transversal


sin chapa lateral de deslizamíento con chapa lateral de deslízamiento soldadura eléct., sólo para fijar Fig. 7.10 tubos de' drena1e 1-- planta paquete de cordones
_ _ _ _ _ _ _ _ .,,,, ___ ,, _ _ _, ___ (';f!f!_f(/_~-----------------""-"""-""'~"-·--;;j
//sellar con rr~ástique

~ ~··:un~~»#~~#
rebajo en la 1 sellar bien la tapa costillas para a¡ustar la posición ,!.;.P... ' / aqUI
Zona de abocinamiento
chapa lateral i:...¡ c~n mástique , correcta de la tapa..._ i~ y trompeta, en el an·
--.-.. ~:nzzzz:-!"77777-;7:··--
"!-¡:
'
\.
"~-

tapa curvada con un radio r


1

~Ir,-~~~~ claje de un cable con-


centrado·.
1 ó.tchapas superiores
de deslízamiento
chapa de deslizamiento
no dibujada aquí
!
los bordes de la chapa de fondo
~I y la tapa deben ser
'
:r· -+ mecanizados. atender a las
!
1
!
8
1 tolerancias

~
~¡-~lll':========'*l
!
biselar y redondear eri los cuatro lados chapan.º f!l tmm J L__ ------b'ª''lf!___ t..
sección A-8 ' '
/chapa lateral de deslizamiento
1
t

Fig. 7 .8 Codo en un cajón grande de cha-


pa (según procedimiento Baur-
Leonhardt).

Fig. 7 .11
Zona de abocinamiento
y trompeta, en el an·
claje de un cable coa·
centrado.

En el extren10 del cable concentrado es preciso abocinar el conducto para dar 111gar al
anclaje (de abanico o de huele) (fig. 7.10). Para ello se empalma primeramente al cajón
normal un codo de abocinamiento, que está l1echo de forma parecida al codo nor1nal.
A continu.ación va la llan1ada '"tro111pcta de abocinan1iento'\ realizada con chapa negra
de 1 a 1,25 mm y rigidizada lateralmente por medio de angulares soldados por puntos
(fig. 7.11).
Fig. 7.9 Cajón grande de chapa, y codo.

237

236
En eI capítulo 8 se descrihcn las piezas especiales de los tuhos envolventes y los cajones Los Ductubes dehe11 ser asegurados también contra la Hflotació11". Indicaciones ¡1ara ello
de chapa, para la inyección del mortero, con ohjeto de formar los respiraderos, o las ven- se dan en los "Ductube Information Sheets".
tanas de ohservación.
Si la pared del cajón no es suficientemente rígida se dohla hajo la presión del hormi· 7.15 Armadura de pretensar colocada junto a las almas o en ranuras o acanaladuras
gón y aplasta el cable. Al tesar éste, y dependiendo de los separadores empleados y de ¡tbiertas
cuanto se haya deformado, puede ejercer unas fuerzas laterales tan grandes que hagan
saltar el alma de la viga. La movilidad longitudinal de la armadura viene dada sin más si se coloca ésta fuera de la
sección de hormigón, con apoyos móviles en los puntos de desviación, renunciando a la
adherencia ( [16] y fig. 7.14). Este procedimiento cons-
7.14 Armaduras de pretensar en conductos de hormigón trnctivo, creado por DISCHINGER, ha sido utilizado fre-
cuentemente [312]. Sin embargo, debe ser señalad.o como
La armadura de pretensar puede ser también introducida, después de endurecer el hormi- desventajoso el hecho de que las fuerzas de desviación
gón, en cavidades o conductos previamente preparados. Existen diversas formas de hacer produzcan grandes n1on1entos en las vigas transversales,
tales conductos. Se pueden dejar embebidos en la pieza tubos de hormigón o de fibroce- y el qne no se establezca la adherencia después del te-
Fig. 7.14 Armadura de pretensar dispuesta
mento, o bien utilizar tubos de goma a modo de encofrado interior. En el procedimien- fuera de la sección de hormigón, sado. Por esto es más conveniente concentrar directa-
to Ductube ', al inflar la manguera de goma se dilata transversalmente y se acorta, de tal sin adherencia (sistema construc-
tivo DISCHINGER). mente junto al alma, en gra·ndcs cables, el acero de
forma que cuando se la desinfla se desprende del hormigón y puede ser extraída, incluso
pretensar necesario (fig. 7.15). En los puntos de desvia-
con grandes longitudes o con curvas (fig. 7.12). Generalmente, los conductos para los ca-
c1on se disponen marcos o vigas transversales que no están ya solicitados a flexión, sino
bles deben ser exactamente rectos o doblados de una
que únican1ente tienen qlte tra·n.smitir al alma la fuerza aplicada excéntrican1ente. Des-
forma continua. Por ello, los tubos de goma deben ser
fijados perfectamente, al objeto de que no se desplacen seccí6n A-A

al colocar el hormigón. En Inglaterra se insertan en los


Ductubes unas barras de acero con el fin de rigidizarlos. ?////// ///////// / / / /

p'"'"''"''L(,'"''"''+''.LL~'-'-'"/··:"'
/ /
/' / / / // ,,' , / / /

Quizá se disponga algún día de tubos flexibles con alam- junta de hormigonado
bres embebidos en el vulcanizado.
MAGNEL, de Bélgica, deja embebidos en el hormigón, juntas de hormigonado
para dar lugar a conductos rectangulares, unos tubos 1 marcos hormigonados
de goma en los que se introduce un tubo metálico liso, en- una vez montado el cable
grasado, para rigidizarlos. Con este sistema no se puede
llegar a grandes longitudes y sólo permite pequeños án-
gulos de desviación. Además, este tipo de molde resulta '
:chapas de i--C
caro. También han sido utilizados ya moldes metálicos, junta de sentido de.,·====.'f$'d:.;';;'';;:lza:,:m;;:i;;en;;:io:.¡·~-~~
tesado L
extrayéndolos antes de que endurezca el hormigón. hormigonado

i-A
cercos 0 8 1 doblados hacia arriba
/'
/ \
árido de un solo tamailo
/ ' / / /
v_erlido co11 vibraci6n
/ //,,//,,/,
// / / ;-> ,
/ ;:¿/ //
anillos individuales o fleje continuo / / / , /¡

Fig. 7.12 Tubo flexible Ductube; para Fig. 7.13 En las curvas del trazado del conducto e.e; conveniente enrollar un
formar un conducto en el fleje de acero alrededor del Ductube, el cual permanece en el hor·
hormigón. migón, para reducir el rozamiento,

Los tubos flexibles de goma dejan una superficie de hormigón con alto coeficiente de
rozamiento a efectos de1 deslizamiento de los alambres. Por ello está indicado en las cnr-
vas del cable el enrollar en las mangueras a medio inflar un fleje muy estrecho de acero,
terminando después el inflado (fig. 7.13). El fleje permanece después en el conducto y / /
/ / / '' /
hace disminuir el rozamiento, mientras que el ondnlamiento de la goma entre las vuel- /
L./.._
/ /
/
,'
tas de la hélice de fleje mejora la adheren cía. succión e-e
Fig. 7.15 Cable concentrado colocado directamente junto al alma de una viga de puente; en los puntos de desvia-
1 Ductuhe Company Ltd., Londres. ción se disponen marcos transversales. Se establece la adherencia después de tesado el cable.

238 239
..,.--.----

pués de tesar, se hormigonan Ios cables, se los inyecta y quedan unidos a la viga principal delante del codo era Vu, se verá disminuida al final de este en el valor de la resistencia
por la armadura de esfuerzo cortante anclada en el alma [341]. (Sistema construétivo de rozamiento R, es decir, será entonces:
propuesto ya en 1953 por el autor, y utilizado en el puente de Traun, en el acceso a la
autopista en Linz, así como en el puente de Narrow, sobre el río Swan, en Perth, Aus- Vi = v, - !" . u.
tralia [518] .)

Se consigue tan1bién crear de una forma sencilla la adherencia indirecta, cuando se co"
Si e'Xisten varios codos, después de n de ellos
vale:
-
I{,

loca la armadura de pretensar en acanaladuras o ranuras abiertas (fig. 7.16), hormigonán-


dolas después de tesar. Las ranuras pueden ser dispuestas asimismo a los lados del alma,
Vn= Vo-f' · U,-1" ·U,- ... =
Fig. 7.18 Fuerza de desviación que se origina al cam-
lo cual permite el doblado de los cables, siendo preferible entonces ir a nn trazado poli- =Vo-2'~1" ·U. biar de dirección el cable.
gonal, con lo cual es suficiente el apoyo verticaÍ del cable en pocos puntos. El hormigón
Con suficiente exactitud se puede tomar:
de cierre de la ranura recibe un pequeñ.o pretensado, como consecuencia de los acorta~
mientos por retracció·n y fluencia del h.ormigón de la viga, siempre que esté bien engar~
zado con éste. U""} are a Wo +Vil·
En las estructuras 111uy grandes cabe el colocar la arn1adura de pretensar, formando una Adoptamos are a porque queremos snmar los ángulo~ a de una c~erta longitud de cable,
banda, sobre una placa de hormigón entre dos vigas principales, hormigonándola des- y los ángulos son muy pequeños. En realidad, U esta comprendido entre Vo · sen a Y
pués de tesar. La armadura transversal, colocada encima y debajo del cable, asegura la Vu · 2 sen a/2.
unión con las almas (fig. 7.17). Estas soluciones permiten observar el cable en toda su
longitud durante toda la operación de tesado. Según la fórmula de EuLER-EYTELWEIN-GRASHOF, se calcula exactamente la pérdida de
fuerza de pretensado a través de varios cambios de dirección, por medio de la siguiente
función exponencial:
7.(1)

En ella e es la hase de los logaritmos naturales y a la suma de los ángulos de desviación


entre el pUnto O y el n, expresad.a en radianes.

Para !" . a <- 0,1 se puede aplicar la fórmula aproximada:


7.(la)

Fig. 7.16 Cables en acanaladuras o ranuras Fig. 7.17 Armadura de pretensar dispuesta en 7.211 Tipos y magnitud de los cambios de dirección
abiertas, que son cerradas con hor- faja entre dos almas de vigas prin-
migón después del tesado. cipales, y que es honnigonada des-
pués de su tesado. Tenen1os que distinguir entre:
l.º Cambios de dirección planeados, consecnencia del trazado del cable, incluidas las
zonas de abocinamiento en los anclajes.
7.2 Fuerzas que se oponen al deslizamiento de los cables. Causas del. rozamiento
2.° Cambios de dirección involuntarios (''ondulación involuntaria" o, simplemerite, "on~
En to'das las forn1as de postesado de las arn1aduras, se tropieza con un entorpecin1iento dnlación") 1, que se originan por las inevitables desviaciones del conducto de su posi-
del movimiento de tesado debido al rozamiento. Incluso aun en el caso de que el cable ción teórica, por ejemplo a consecuencia de la flecha del cable entre sus apoyos,
sea teórican1ente recto, se originan rozamientos si la vaina que lo envuelve es d·emasiado o por inexactitudes en la altura de éstos o bien en la situación en planta del cable.
fina y el hormigón fresco la aprieta contra los alambres, o si se desvía el cable de la
línea recta. Al tesar, el cable tiende a ponerse con1pletan1ente recto, y en cada pequeña Aunque los defectos que conducen a estas desviaciones involuntarias sean pequeños indivi~
desviació'n del conducto se aprieta contra éSte. dualmente, sn suma sobre toda la longitud de un cable largo origina grandes fuerzas de
desviación, que deben ser tenidas en cuenta al calcu]ar el rozamie'nto. La "ondulación"
depende de la rigidez a flexión del conjunto formado por el tubo de chapa y las armadu-
7.21 Rozamiento originado por las fuerzas de desviación ras de pretensar colocadas en su interior, y de las distancias entre apoyos, así como d-e
la precisión de la ejecución. Los cables pequeños de alambres delgados, por ejemplo
En cada cambio de dirección del trazado del cable se origina, al tesar, una fnerza de des· 12 125 5 mm en tubo de chapa de 125 30 mm, presentan una mayor ondulación que las ba-
viación U (fig. 7.18), que oprime a la armadura de pretensar contra el conducto. Esta rras gruesas 125 26 mm en tuho de chapa 125 30 mm, o qne los paquetes de alambres
fuerza de desviación da lugar, con el movimiento de tesado, a una resistencia de tozam
miento R = f' · U, que es función del coeficiente de rozamiento p. Si la fuerza del cable 1 "Welligkeit" en alemán, "Wobble" en ínglés.

240 16 241
!Zl 10 mm en tubos de chapa !Zl 50 mm. La ondnlación menor la muestran los grandes ca- dueto una fuerza mayor que la U calculada a
jones de chapa de los cables concentrados. partir del ángulo de desviación del cable. En
los conductos rectangulares se origina, según
La ondulación es, pues, diferente para cada tipo de cable y cada procedimiento. Ha sido la figura 7.19, una fuerza lateral de acodala- u
determinada mediante numerosas observaciones al pretensar a partir de los órdenes de miento K · l, siempre qne la separación entre
magnitud obtenidos en la práctica, y en las especificaciones correspondientes a cada pro- alanihres permita la situación dibujada. u o
cedimiento particular de pretensado ha sido indicada la ondulación fJ en grados por uni-
dad de longitud. Estas fuerzas de acodalamiento pueden hacer
saltar el hormigón del alma.
La ondulación depende también de los cambios de dirección planeados del cable, ya que
los duros alambres de pretehsar tienden a adoptar por sí n1ismos una curva lo más con- En el caso de alambres dispnestos en círculo
tinua posible. Por ello el valor fJ es máximo en los cables rectos, y disminuye considera· se origina en los cambios de dirección entre
blemente al crecer la cnrvatnra. Se ha intentado ya el determinar una ley que dé esa
los alambres snperiores, un apoyo de tipo de
disminución [375], pero dehe ser aplicada con precaución, debido a la diversidad de arco como el indicado en el dibujo inferior
factores qúe influyen en este fonómeno, tal como se confirma en la publicación [ 405], de la figura 7.19, debiéndose considerar como u u
tomando como base observaciones de la práctica. Por esta razón, debemos contentarnos fuerza de acodalamiento la componente hori-
con los valores obtenidos empíricamente, corrigiéndolos de tiempo en tiempo por medio zontal del empuje. Debido a este efecto de
de nuevas medicio'nes realizadas al pretensar. Para algunos procedin1ientos de pretenm arco las fuerzas de desviación de tales paque-
sado ha sido obtenida la influencia de la curvatura de los cables sobre la disminución de {J. tes se elevan en un 20 a 40 % , siendo según
La tabla 7.IV, incluida en el apartado 7.34, contiene los valores del coeficiente de roza· eso .h =1,2 a 1,4.
mrento fl y de la ondulación fJ a considerar en los diversos procedimientos de pretensado.
La disposición de los alambres en el conduc-
La snma y de los ángulos de desviación de un cable comprende, pnes, los ángulos teó- to debe ser elegida, por tanto, de forma que
ricos a y los obtenidos multiplicando la ondnlacióu fJ por la correspondiente longitud l no se puedan producir estas fuerzas. descrim
del cable. Es decir: tas (ver apartado 7.3). Sin embargo, conside- Fig. 7.19 Aparición de fuerzas de acodalamiento por
raciones de otro tipo obligan con frecuencia el apoyo inclinado de un alambre sobre
r = L:a + fJ • l. a aceptar co1110 inevitable la existencia d-e dos contiguos a consecuencia de la fuerza
de desviación U, puesto que 2D > U:
dichas fuerzas de acodalamiento. Habrá que
La forma mejor de ol1tener fJ es medir la fuerza de pretensado en el punto en que se tener en cue'.nta entonces su repercusión_ en arriba: en conducto redondo;
tesa, Vo, y en el a·nclaje ter111inal, V n, debiendo ser conocidos el cócficiente de rozamien~ centro: en conducto rectangular;
el rozamiento. abajo: alambres dispuestos en círculo.
to,µ, y el valor de :Ea. Entonces:

ln . v;,
Vo
7.222 Alambres tesados uno tras otro
{J= 7.(2)
µ· En el caso de que los alambres de un haz o paquete no sean tesados simultáneamente, se
Ver también apartado 7.33. pueden producir roza1nientos adicionales al ser apretados los alambres aún no tesados por
los que están ya en tensión. Por ello se deberían tesar, si es posible, a un n1ismo tiempo
todos los alambres de un conducto. Si el procedimiento de pretensado no permite esto,
7.22 Rozamientos debidos al acodalamiento ele los alambres deben ser separados los alambres o capas de alambres por medio de elementos transver-
sales, de forma que la fuerza de desviación de cada capa se transmita al conducto a través
7.221 Ordenación deficiente ele los alambres de estos elementos separadores (sistema MAGNEL, ver fig. 7.45; o el procedimiento primi-
tivo Hcilithau [224]). Unicamentc se puede prescindir de estos elementos, si sólo existe
Cnando la armadura de pretensar está compuesta por varios alambres agrupados (paque- un sentido de curvado, y si se tesan entonces en primer lugar los alan1hres interiores,
tes o cables de alambres paralelos) se pueden originar fuerzas laterales al intentar in- de manera qu·e los siguientes deslicen sien1pre sohre alan1bres ya tesados.
troducirse unos alambres entre otros debido a las f{.erzas de desviación U. Los alambres
se "acodala~", y por ello se habla de "fnerzas de acodalamiento". Con el factor de aco-
dalamiento h tenemos: 7.223 Presión del hormigón fresco
uk =u. 1<, Entre las fuerzas de acodalamiento se pnede incluir también la pres10n que ejerce el
hormigón sobre los alan1bres, a través de una vaina demasiado fina, al compactarlo. Si
y la fuerza de rozamiento engendrada es:
se vibra el hormigón, la presión ejercida por la masa pnede equivaler al peso de 2,3 a
Rk =µ·U. h. 2,4 t/m3 • Así, por ejemplo, si hay sobre los cables una altura de 50 cm de hormigón, la
presión qne actúa es de· I 000 a 1 200 kg/m2. Los modernos tubos envolventes y los cajo-
En un conducto redondo la fuerza de desviación U da lugar, de acuerdo con la figura 7.19, nes de chapa son lo suficientemente rígidos para soportar esta presión sin deformaciones
a nnas fuerzas inclinadas D, cuya suma es mayor qne U, con lo cual actúa contra el con- excesivas, desapareciendo, por regla general, esta causa de rozamientos.

242 243
7.23 El frenado de los alambres de borde
ficies pueden estar alejadas unas de otras hasta 1 000 m ó 100 Angstrom, y aún más" (figu-
ra 7.21).
En los cables de varias capas de alambres, que son tesadas simultáneamente, el coeficien-
te de rozamiento entre el cable y el conducto debe ser menor que entre capa y capa de Si se puede aplicar esta comparacwn a las superficies de acero pulidas, podemos imagi-
alan1hres. Si no ocurre esto, la capa inferior o superior, que es apretada contra el conª narnos fácilmente cómo se verán al microscopio las superficies de contacto de los alambres
dueto con una mayor"' resistencia de rozamiento, se queda entonces atrás, y el resto del laminados sobre las chapas de los tubos envolventes. El contacto se realiza solamente. en al-
cable desliza sobre esta capa frenada. Por otra parte, en el punto de tesado se obliga a gunos puntos, con una presión que es de 10 a 100 veces mayor que la calculada snpuesta
todas las capas a tomar un mismo alargamiento. Esto significa que la capa frenada tiene repartida en toda la superficie de deslizamiento. Al iniciarse el movimiento se traban unas
que estar más fuertemente solicitada en el extremo del cable que las demás, para que se
compensen los alargamientos. Si la situación de los cambios de dirección del cable no es
11
favorable, esta mayor solicitación puede hacer que se sobrepase en los alambres frena- carga
dos el Iín1ite elástico, y puede incluso conducir a su rotura, si el alargamiento de rotura
de los alambres es pequeño. Durante largo tiempo 'no ha sido tenido en cuenta este fenó-
meno, pero en los paquetes o haces de alambres es preciso llegar a una relación de roza-
mientos que haga imposible este defecto.

· - - - - - - - 11/-:-,, K m - - - - - - -
7.3 Los coeficientes de rozamiento
Fig. 7 .20 Sección de unas superficies de acero pu· Fig. 7 .21 Suiza, colocada invertida sobre Austria,
Por "Coeficiente de rozamiento µ se entiende la relación entre la fuerza longitudinal ne- lid.as, aumentada 2 000 veces. a escala 1 : 2.000.000, sección de 145 km
cesaria para vencer el rozamiento, y la fuerza normal que actúa. Es, pues, µ un número de longitud a través de St. Gotthard·
Splügen-Poscilano, en Suiza, y a través
adimensional. Depende de los siguientes factores: de la región de Salzburgo, en Austria,

l. Del estado de las dos superficies que deslizan una sobre otra.
crestas con otras, las más duras raen las más blandas, o, si son de la misma dureza, resha*
2. De la dureza de cada uno de los materiales y de la relación de ambas dnrezas. Jan unas sobre otras, deformándose. Si se aumenta la presión se engranan las crestas, y
tienen que cizallarse mutuamente con un movimiento violento. Después de un cierto des~
3. De que las snperficies estén secas, o bien bañadas con un producto lnbricante. plazamiento, las crestas mayores han sido completamente cizalladas y llenan los valles a
modo de producto de abrasión.
4. De la velocidad de deslizamiento: µ es máximo al comenzar el movimiento y decre-
ce, por lo genera], dt1rante éste~ y s,egún va aumentando la velocidad. La ondulación de la superficie puede ser definida según DIN 4 760-4 762, dando como
5. De la pi;esión normal a las snperficies de deslizamiento, que las aprieta una contra otra magnitudes que caracterizan la rugosidad las mayores separaciones entre crestas y valles
(presión de contacto). y la diferencia media de alturas. Además se puede definir la aspereza de la superficie por
medio de la "rugosidad relativa", que se obtiene dividiendo la diferencia media de alturas
6. De las fuerzas moleculares, si la presión de contacto es mny grande. por la distancia media entre crestas y valles. Esta rngosidad relativa jnega, naturalmente,
un papel mny importante en el fenómeno del rozamiento.
7. De los cuerpos extraños interpuestos entre las superficies que deslizan. El rozan1iento
aume'nta, por ejemplo, con el astillado de la película de laminación o con la oxidación.

8. De la duración del movimiento, o bien del recorrido realizad.o, ya que las superficies acero laminado, pulido con chorro de arena
se van puliendo con e] n1ovin1iento.

La sola enumeración de estos factores nos hace ver la complejidad del fenómeno del ro-
zamiento [ 435].

Para poder enjuiciar n1ejor este fenómeno, apliquemos una contra otra dos su.perficies pu~
!idas de acero, y observemos una sección de las mismas aumentada 2 000 veces (fig. 7.20).
BowDEN y TABOR [313] utilizan para dar una idea del aspecto de estas snperficies, absolu-
tamente lisas al tacto, la siguiente comparación gráfica:

"Incluso las superficies más lisas son, a escala atón1ica, rugosas. Cuando se aplica una su~
perfici-e contra otra es más o menos igual q11e si se colocase S·uiza invertida sobre A.ustria~ Fig. 7.22 Perfil de la superficie de U1l acero de pretensar laminado, pulid(} con chorro de ~rena, Resultado
El contacto sólo se produce en las crestas de los montes. Las restantes zonas de las super· de una medición de rugosidad, según DIN 4 760, 4 761 y 4 762 (líneas de nivel separadas 5µ =
= 5/1 000 mm), según ZELGER.

244
245
La figura 7.22 muestra el perfil de la superficie de un acero laminado de pretensar, ob-
tenido con una aguja de zafiro sobre un registrador inductivo (según ZELGER).

Al iniciarse el deslizamiento, se vuelcan los dientes en el sentido de aquél; si se invierte


ahora el sentido del,,movimiento, se oponen a éste al principio los dientes volcados. Se
comprende así el porqué cuando se invierte por vez primera el sentido de deslizamiento,
el nuevo· rozamiento es mayor que el anterior.

Si se aumenta mucho la fuerza normal a la superficie de deslizamiento surgen entonces


fuerzas de atracción atón1ica, y el rozamiento crece, en consecuencia, i11uy rápidamente,
sobre todo si las superficies son muy lisas. Como es sabido, algunos materiales pueden ser
soldados por presión.
pistón
Si se emplea un buen lubricante, por ejemplo aceite a preswn, flotan una superficie so·
Fig. 7 .23 Instalación de ensayo para determina-
hre otra, de tal forma que las crestas no llegan a tocarse. No obstante, si la presión nor- ción de coeficientes de rozamiento, en
mal es mayor que la presión del aceite,, entran de nuevo en contacto los dientes, si bien una máquina para ensayos de tracción
de la casa Feltr;:n & Guilleaume Carls-
resbalan unos sobre otros con menor resistencia de rozamiento. werk AG.

Un lubricante que se fluidifica sólo bajo grandes presiones, y que no se escapa con facili-
dad de los valles, es, por ejemplo, la parafina. Ultimamente se han conseguido con Te-
flan (un producto Dupont) coeficientes de rozamiento particularmente bajos, con presio-
nes elevadas.
Fig. 7 .24 Representación esquemática de la instalación de en·
sayo I.
De gran interés son los lubricantes q·ue se anclan por atracción atómica c11 los valles, relle-
nándolos con pequeñas plaquitas horizontales, como sucede con el bisulfuro de molib-
deno (Molykote). No obstante, y por razones eeonómicas, los lubricantes só1o pueden En la máquina de la figura 7.23 se lee la fuerza Zo a través de una transnnswn por pa·
ser empleados en casos especiales en los cables de pretensar. !anca l : 4 500, con una aproximación de Je 10 kg. La polea, de 800 mm de diámetro, gira
sobre un rodan1ie"nto de holas c·uyo rozan1iento p11ed.e ser despreciado. Una carga G de
Si tenemos presente estos fenón1enos mecánicos, y pensamos entonces ct1án variadas son sólo 20 g, con un brazo a = 2 m, provoca ya el giro de la polca.
las superficies, las durezas, las presion.es transversales a que están son1etidos, y los recorri~
dos de deslizamiento de nuestros cahles, se comprende lo difícil que es fijar el coeficiente Para detern1inar el coeficiente de rozamiento µ a partir de G y Zo se tienen las siguientes
de rozamiento con una cierta exactitud. También en este caso estamos forzados a utilizar relaciones (fig. 7.24) :
valores empíricos medios, determinados en ensayos, no olvidando que pueden variar de un
caso a otro dentro de amplios límites. 51 +5 +G =
2 Z 0 = constante
de aquí se deducen S 1 y S 2
51 S, · r - G · a = O
• r-
En primer lugar describiremos los métodos utilizados actualmente para ohtener el coefi- a, G
ciente de rozamiento de los aceros de pretensar, pues la determinación de dicho coeficien- S1-S2=--- '- R = suma de fuerzas de rozamiento.
r
te será necesaria con frecuencia en la práctica [ 159].
El coeficiente de rozamiento se determina entonces a partir de:

7.31 Ensayos para la determinación del coeficiente de rozamiento para a = 1800 = n = 1800

Instalación de ensayo I:
ln ( ~~)
En una máquina vertical para ensayos a tracción (fig. 7.23) se coloca una polea de acero, µ=
n
a la que se fijan unos brazos perfectamente equilibrados con un platillo para cargar con
bolas de plomo. Sobre la polea se extiende la hase de apoyo a estudiar, que corresponde La presión media de contacto del alambre es:
a la pared del conducto. El acero de pretensar es colocado en forma de U invertida sobre
la polea, y fijado por ambos extremos a una harra transversal rígida unida al pistón de S1+s 2
Pm == --,-,-- •
la máquina (fig. 7.24). El pistón aprieta al acero de pretensar contra su hase de apoyo a
con la fuerza Zu = S1 + S,. Se varía Zu de taI manera que la presión del alambre contra
Naturalmente, no es constante sobre la longitud n · r, sino que varía entre p¡=- y
S1
su hase no se vea afectada por G. Además, la máquina está ajustada de forma que los r
pesos de la polea, los brazos y el alamhre, junto con los de sus correspondientes sujeciones, Sr· e-,u.n
p 2 = -- _, ____ , lo que para a= 180° y los valores norn1ales de ¡i equivalen a los límites:
quedan eliminados de la lectura. Z 0 puede ser considerada, por tanto, como la fuerza real r
de contacto. 0,4 a 1,2 Pm.

246 247
Instalación de ensayo H: Tabla 7.II

Si la presión del acero sobre su base de apoyo Coeficientes de rozamiento µ de algunos tipos de alambre sobre varias bases de acero
es pequeña, se puede utilizar la disposición de
ensayo de la figura 7.25. El alambre está fijo en 1 1 Presión
Disposi· Coel. de
de contacto
uno de sus extremos a la parte inferior de la N.º Tipo de alambre Base de apoyo ción de rozamiento
1 ensayo Pm
máqnina, y en el lado opuesto cargado con un kg/cm I'
peso conocido P. Por lo demás, la fuerza que se
Chapa negra, nueva n 2,0-5,0

l
opone al deslizamiento se mide de nuevo a través 1 0,16·0,22
2 Alambre est. 5 mm St 160 Fleje de acero St 60 II 2,0-7,0 0,16·0,18

s, s,
de un brazo de palanca de longitud a con el
peso G. Para hallar el coeficiente de rozamiento -----
3
-----
"' Fleje de acero St 120
----
lI 2,0·7,0
--
0,12·0,14
---"-··-~--

se emplean las siguientes relaciones:


4 Chapa negra, nueva n 2,0-5,0 0,28-0,31

?
r
a
R=-· G-S1-S2
a
5 1 = - · G+S,
r
S2=P
s,
5
6
7
------·--
Alambre Iam. o 5 mm St37
l
1
i1
Chapa negra, oxidada
Fleje de acero St 60
Fleje de acero St 120
-·-·---
n
II
II
-
2,0·5,0
2,0·5,0
2,0-7,0
--·-- ---- -
0,30-0,39
0,17-0,20
0,12-0,14
______ .. ,
--

+
µ=----
ln
:n;
s, 8
9
Cordones de 2 0 2 mm St 180
Desarrollo de una vuelta,
i Chapa negra, nueva
Chapa negra, oxidada
Fleje de acero St 60
n
II
JI
2,0·5,0
2,0-5,0-
0,19·0,22
0,24-0,32
10 1 2,0-5,0 0,13-0,15
150 mm ¡¡
11 Fleje de acero St 120 2,0-7,0 0,12-0,13
Fig. 7 .25 Representación esquemática de la insta- Es de advertir que µ es el coeficiente con el -----
,, _____ 1 1
-
~ !ación de ensayo II. que se inicía el movimiento, Durante el desU· Chapa negra St 37, movim.l _____________
zamiento, el rozamiento es menor. 12 1 transv. no impedido ¡ I 5,0-40,0 0,20-0,25
1
Como la anterior, movim. 1
1
Con tales o parecidas instalaciones de ensayo fueron obtenidos los coeficientes de roza· 13 transv. impedido r 15 0,24
miento dados en la tabla 7.II (ver también [270]). Fleje de acero St 60
14 I 20,0-40,0 0,19-0,22
15 Fleje de acero St 14.0 lI 5,0-7,0 0,12-0,15
En el Laboratorio de Ensayo de Materiales de la Escuela Técnica Superior de Munich 16 Cordones de 7 0 2,5 mm Fleje de acero St 140 1
se ha desarrollado otro sistema de medición del rozamiento (Prof. H. RüscH; ponente, St 180. sobre fleje de acero ll 5,0-1,0 0,12-0,16
Dipl.-Ing. C. ZELGER), representado en la figura 7.26. Desarrollo de una vuelta, Con10 16, con grafito entre
83 mm
11 los flejes 1
i n 3,0-7,0 0,07-0,08
Como 17, con vaselina 1
r-------, Shell I 3,08,0
18 1 0,07
registrador
19 Como 17, con parafina u 2,0 0,10
20 Como 17, con parafina ¡¡ 9,0 0,06
puente· de medida
21 1 Como 17, con parafina I 25,0 0,03
1 1
- -· -- --- --·------------ ------

transmisión de la fuerza de rozamiento


~transmisión del deslizamiento Conducto,
bloque de hormigón 22 chapa negra~ lisa r-'25 0,21
chapa de deslizamiento
dinamómetro eléctrico tuerca husillo 23 Cahles PZ Como el anterior r-'60 0,27
acero de pretensar
(12 alambres SIGMA ovale-s,
_ -=:i-c_~--
nervados) [270] Conducto,
" 24 chapa negra, corrug. r-'25 0,33
25 Como el anterior r-'60 0,39

transmisión por palanca de !a fuerza transversal

gitudinal del alambre se consigue haciendo girar un husillo. La fuerza necesaria para
ello, es decir, la fuerza de rozamiento, se mide por medio de un dinamón1etro eléctrico
Fig. 7.26 Instalacion de ensayo para determinación del coeficiente de rozamiento µ, del Labo-
ratorio de Ensayo de Materiales de la Escuela Superior Técnica de Munich. y es registrada directamente sobre una banda que se desplaza las mismas distancias que
el acero de pretcnsar. La transmisión del recorrido de deslizamiento se hace mediante un
potenció111etro, de tal n1anera que tanto la fuerza como el recorrido son transmitidos
El acero de prctensar es apretado entre dos mordazas de hormigón, de 15 cm de longitud, eléctricamente a un registrador.
recubiertas en las caras en contacto con el acero con una cl1apa que hace las funcion.es
del conducto de deslizamiento, fijada al hormigón sin posibilidad de desplazamieinto. La Este sistema es apropiado, sobre todo, para el estudio de la influencia del recorrido de
presión de contacto se ejerce por medio de una palanca y unos pesos. El movimiento Ion· deslizamiento sobre el coeficiente de rozamiento µ. La figura 7.27 mnestra un diagrama

248 249
t1p1co de t1n redondo lan1inado en contacto con un fleje d.e acero liso. lnicialn1ente de~ Tabla 7.III
crece el coeficiente de roza1r1iento l1asta que han sido cizallados los resaltos o irregulari~
Coeficientes de roza1niento µ de aceros de pretensar en tubos envolventes lisos
dades de la superficie. Después de un recorrido de 1 cm se alcanza el rozamiento míni-
y corrugados (según ZELGUER)
mo. Si los deslizamientos son mayores (10 a 30 cm) aumenta, por lo general, de nnevo
el coeficiente de rozamiento, lo que ZELGER achaca a que el material producido por la
Presión Coeficiente medio de roza·
ahrasión no cabe ya en los valles, dificultando de nuevo el deslizamiento. La rugosidad de miento µ para un desliza·
relativa influye considerahlen1ente sobre el coeficiente de rozamie·nto al iniciarse el des# N.' Acero de pretensar Tubo envolvente contacto miento de:
lizan1iento, que, siendo las den1ás propiedades de los n1ateriales idénticas, puede variar
i kg/cm O cm 1 cm 30 cm
entre 0,10 y 0,40.
----1----------1---------1-----1-----1----1----
1 1
4 0,10 0,09 0,08
2 Chapa lisa i 20 0,13 0,08 0,08

---~-ii
acero laminado, decapado 3 Alambre estirado 40 0,11 0,08 0,08
fuerza transvr:;sal P=300 k!f ó 3 mm
4 13 0,12 0,10 0,10
Tubo corrug. Hydra ¡
5 61 0,13 0,11 0,11
----1-----------1---------1 -- --·~-

~ 6 4 0,34 0,26 0,33


!"--~===-----------·-·--------
i---C-h~_P_ª_li_sª____ l__ !~_
7 0,26 0,20 0,21
8 SIGMA, St 135/150 0,30 0,21 0,32
0 8 mm
9 0,30 0,21 0,19

30 cm
10 _T_u_b_º_"_º_'_ru_g_._H_y._d_r_ª_i . g__ 0,30 0,19 0,11
deslizamiento

Resultado de un ensayo con la instalación de la figura 7 .26; la fuerza de


11 SIGMA, St 80/105 Tubo corrug. Hydra
! ]3 0,34 0,30 0,31
rozanliento R y el coeficiente de rozamiento ,11 = R/2P aumentan con el 12 0 26 mm 61 0,31 0,31 0,34
deslizamiento. ----- ------------- ----------
1

1
13 SIGMA, oval, nervado Chapa corrugada 20 0,27 0,24 0,13

ZELGER ha comprobado también que el aumento del coeficiente de rozamiento cuando los
<lcslizan1ientos son grandes, tiene lugar, sohrc todo, en los aceros inicial111cnte lisos. Bow~
DEN co111pro]Jó, aden1ás, qu.c en e] caso de co·ntacto n1ctálico directo bajo presión, se puede
uno inferior n1ás favorable y otro superior i11ás desfavorable, pero posible en la práctica,
crear una unión tan íntin1a que al proseguir el n1ovi111iento pueden ser arrancadas partes delimitando de esta forma las pérdidas de fuerza de pretensado por rozamiento que son
de metal bajo la superficie de deslizamiento. A causa de ello, el bajo rozamiento inicial de esperar.
entre superficies de acero pulidas puede aumentar mucho repentinamente. Al separar los
La influencia de la presión de contacto sobre el coeficiente µ podría ser tenida en cuenta
cuerpos se aprecian entonc;,s claras huellas de mordeduras en las superficies pulidas. Una
en la práctica si manejásemos solamente uno o dos tipos de aceros de pretensar y de con-
presión alta favorece las mordeduras cu superficies relativamente lisas.
ductos. Sin emhargo, dada la diversidad de cables utilizados hoy en día, es preciso conten-
tarse con las· simplificaciones citadas.
ZELGER no halló una influencia clara de la presión de contacto sohre el coeficiente de ro-
zamiento, después de un cierto deslizamiento. Se obtienen coeficientes de rozamiento bajos cuando el deslizamiento tiene lugar entre dos
superficies secas y lisas, de dureza aproximadamente igual. Cuando un acero duro desliza
Con el sistema indicado fueron medidos los coeficientes de rozamiento dados en la ta· sobre nna superficie de acero más blando aumenta el coeficiente de rozamiento, sol:íre todo
bla 7.IH, para varios valores de la presión de contacto y del recorrido de deslizamiento. si la fuerza '.normal es tan grande que el acero más duro deforma de manera permanente
la hase de apoyo más blanda.

El rozamiento aumenta considerablemente cuando una o ambas superficies de acero tienen


7 .32 Observaciones acerca del coeficiente de rozamiento película de laminación. Si las presiones de contacto son elevadas, se rompe dicha pelícn-
Ia en diminutas astillas, que elevan el rozamiento actuando como si fuesen pequeños gra·
La experiencia práctica y la mayoría de los ensayos confirman que el coeficiente de roza· nitos de arena. El orín seco hace aumentar el rozamiento, de igual forma que la película
miento aumenta con la presión de contacto. Por ello se ha emprendido ya el intento de de laminación.
establecer una relación entre ambos [268], cuya utilidad es obvia, pues durante la opera-
ción de tesado va aumentando la presión de los aceros contra los tnbos envolventes, se- Los cordones de alambres presentan el coeficiente normal de rozamiento de acero sobre
gún crece la fuerza con que se tesa. Por el n1omento, nuestros conocimientos sobre la mate- acero única111ente con bajas presiones de contacto, aumentando mucho el rozamiento si
ria, obtenidos por n1edio de ensayos, no bastan para establecer unas relaciones con utili~ las presiones son altas. Cada vnelta del alambre descansa solamente sobre una corta lon-
dad práctica. Además, éstas harían tal vez innecesariamente complicado el cálculo de los g.itnd, y si la presión es fuerte .se incrusta en la base de apoyo en cuanto ésta sea más
efectos del rozamiento. Por ello se recurre, en general, a snponer dos valores límites de µ, blanda que el alambre. Se realiza, pues, un gran trahajo de deformación. Si se mueve el

250 251
cordón varias veces sohre la base más blanda, disn1inuye el coeficiente de rozan1iento~ 7 .33 Medición en las estructuras del rozamiento de los cables
pues la superficie de ésta endurece y se pule por el proceso de deformación. Además, el
cordón se i11u.eve en el se11tido del arrollamiento de los alan1breEJ., si no tie'ne irnpedido Los coeficientes de rozan1iento µ tratados en los apartados anteriores~ de los diversos acc~
el movimiento lateral (fig. 7.28). ros de pretensar sobre hases de apoyo que corresponden a los tubos envolventes, deben ser
conocidos si se quiere averiguar en la práctica la ondulación (J de los cables. Con este fin
Algo parecido sucede·~ con las bnrras nervudas. Los nervios de éstas se incrustan en la es ·neeesario realizar en las obras mediciones en los cables de pretensar. En rigor habría
base de chapa y levantan virutas o astillas, si es grande la presión de contacto. El valor que obtener antes las fuerzas de acodalamiento, por medio de ensayos especiales. La me·
de ¡,1 puede llegar entonces hasta 0,7. dición del rozamiento en las estru.ct11ras es necesaria también, en ocasiones, para el control
de la fuerza de pretensado obtenida en puntos importantes situados entre los puntos de
tesado [ 299].

En primer lugar, daremos algunas indicaciones referentes a mediciones destinadas a de~


tern1inar las fuerzas de rozan1i.ento. Para pod.er independizarnos de las tolera'ncias en la
sección de acero, en el módulo de elasticidad y similares, es preferible partir de la pérdida
de fuerza de pretensado, condicionada por el rozamiento. Es conveniente medir la fuer-
za de tesado por medio de un dinamómetro sitnado entre el gato hidráulico y el anclaje,
tanto en el extremo desde el que se tesa como en el opuesto. A partir de la pérdida de
fuerza en el cable obtenida en esta forma, y con la suma conocida de los ángulos de des-
viación proyectados a, y el coeficiente de rozamiento ,a determinado según el apartado 7.31,
..
--1~·--·i--.,-+---·-·-+- ~,.. --'
se puede deducir la ondulación (J de la ecuación 7.(2).
" ,! ~ f 2 vow

En algunos casos lo que se ha hecho es medir las tensiones del acero por medio de han·
Pig. 7.28 Huellas de deslizamiento de un cordón de 7 alambres \21 2,5 nnn, das extenso111étricas, junto al punto de tesado y en otro punto alejado de éste, pudién~
de acero St 180, sobre una chapa negra. Presión de contacto,
Pm ' '"- 31 kg/cm2 • Sentido de deslizamiento del cordón sobre la dose deducir de la disminución de tensión en el acero la pérdida de fuerza de preten·
chapa: de izquierda a derecha. sado por rozamiento. La experiencia enseña que tales n1ediciones están sujetas a una n1ayor
posibilidad de error que las mediciones directas por medio de dinamómetros [213] y [407].

Se recomienda determinar la pérdida de fuerza de pretensado en diversas fases de la


Por tanto, si se en1plean cordones o alan1hres corrugados :no se puede utilizar un acero o.peración de tesad.o, y se observará, en general, que en el caso de presiones de contacto
blando con10 hase de apoyo, y deben ser evitadas las presiones altas; se rcco1nienda dis~ moderadas, es decir, si los doblados del cable soh débiles, el rozamiento disminuye con el
poner con10 base de apoyo en los lugares de desviación un fleje liso lan1inado en frío. Las prctensado creciente; sin e1nbargo, si los doblados son fu.ertes y, por consiguiente, las
vainas de pared muy fina pueden desgastarse con el roce, al tesar, deslizando entonces presiones d.e contacto elevadas, puede au1nentar n1ucho el rozan1iento en las últimas fases
el alambre sobre el hormigón. El coeficiente de rozamiento entre alambre y hormigón del tesado. Para comprender la evidencia de este hecho basta pensar en el engarce de los
varía según la calidad de éste, y oscila entre 0,30 y 0,50. dos materiales deslizantes, engarce que au1nenta co·n la presión de contacto, y en los fe~
nón1cnos de cizallamiento qu.e se producen. Por esta razón no se pueden sacar, sin más.,
Para los grandes cables de prctensar, el autor ha ideado unas medidas para disminuir conclusiones relativaS al rozamiento en cables fuertemente curvad.os, a partir ile las meM
el rozamiento por medio de lubricantes (ver apartado 7.5). Con este fin se han realizado diciones realizadas en cables rectos o casi rectos.
ensayos co'n diferentes lubricantes, en especial con grasas, aceites, n1ezclas de aceite y
grafito, y con parafina. Se encontró qne la parafina conduce con gran diferencia a los más Si se quiere hallar el rozamiento partiendo de los recorridos de tesado obtenidos, se deheh
bajos coeficientes de rozamiento, en especial si las presiones son elevadas. Este resultado determi11ar previamente, y con la n1ayor exactitud posible, la sección real de acero colocam
se corresponde con las primitivas investigaciones de FoPPL ([2], pág. 197) y MoRSCH [10], da y el correspondiente alargamiento específico de tesado, así como las fuerzas de roza-
que habían comprobado en las articulaciones de pnentes que las capas de parafina resisten n1iento en el gato, al objeto de que estas fuentes de inexactitudes tengan la mehor in-
presiones de incluso 600 kg/cm2 , y movimientos frecnentes, sin que sea expulsado el lubri- fluencia posible en la determinación del coeficiente de rozamiento [299] y [406].
cante. Con presiones de este tipo, el rozamiento entre superficies lisas de acero con capa
de parafina desciende basta 0,004, mientras que con presiones de 20 a 50 kg/cm2 está Para poder juzgar Ia influencia del rozamiento sobre el recorrido de tesado, es preciso
comprendido entre 0,03 y 0,02. Además, la parafina es inofensiva, tanto para el hormigón medir también la fuerza de tesado con la mayor exactitud posible, por medio de manóme-
como para el acero. El Teflon de Dnpont promete aún mejores resultados. tros de precisión o dinan1ómetros.

El ya mencionado bisulfuro de molibdeno, por ejemplo en forma" de los diferentes pro- Entonces se calculan, según el apartado 7.4, las pérdidas de fuerza de pretensado para
ductos "Molykote", tiene un efecto favorable parecido al de la parafina, y reduce fuerte- el valor medio del coeficiente de rozamiento ¡; y para tres o cuatro valores teóricos de la
mente el rozamiento, incluso bajo grandes presiones y largos recorridos de deslizamien- 011dulación fJ, determina11do a contin11ación los correspondientes recorridos de tesado. J_,os
to. No protege, sin embargo, de la corrosión y después de cierto tiempo no es tan efectivo diferentes valores se representan en un diagrama de fuerzas-recorridos de tesado (fig. 7.29).
como la parafina. Los recorridos de tesado medidos para las, diferentes fuerzas son llevados a este diagrama,
pudiéndose ]eer entonces la ondu.lación real fJ para un cierto ,u. Hay que tener en cue'nta,
El rociar los alambres con un aceite soluble en agua reduce, en general, mny poco el ro- no obstante~ qlte· el valor de /l está sujeto a grandes variaciones. Si la línea de esfuerzos-
zamiento, pnes la capa de aceite es desplazada por la presión. recorridos de tesado obtenida no es recta, sino que se dobla hacia arriba, es esto señal de

252 253
que el coeficiente de rozamiento µ crece al aumentar la fnerza del cable, es decir, al an· tra uu cable de cordones a través de una de dichas ventanas de observación [190]. En
mentar la presión de contacto. Si se dobla hacia abajo indica, por el contrario, que el coefi- dicho lugar, el cable ha realizado un recorrido de tesado de alrededor de 28 cm. Para
ciente de rozamiento ha disminuido al pulirse las superficies deslizantes (fig. 7.30). El cada uno de tales puntos intermedios se dibuja el diagrama de la figura 7.29, Y se con·
aumento de µ es observado con frecuencia· con los alambres corrugados, mientras que trola el valor de µ juntamente con el de fi.
con los alambres estirados lisos se acusa en general la tendencia contraria.
Si se., sohretesa el cable para con1pensar las pérdidas por rozan1iento, se obtiene, al re~
V <lucir a continuación la fnerza de tesado, un recorrido de aflojamiento del que se puede
obtener igualmente el coeficiente de rozamiento, por ejemplo según indica O. VoLTER
ZS,------¡~---,---..,,---,-,,..-----,""'~
t
ZOI----·
"'-
115
-~ 10
e! rozamiento crece con Y
/h o,s'/m

recorrido de tesado L1 l
o s 10 IS mm zo
recorrido de 1€sado L1 l
Fig. 7.29 Diagrama de fuerzas-recorridos de tesado Fig. 7.30 Si la curva se dobla hacia arriba significa au-
~
para un cierto /1 y diferentes fJ, en el que mento del valor de ,11; si lo hace hacia abajo,
se han llevado los resultados medidos, de es que p disminuye,
los cuales se deduce el valor de fJ.

En los cables largos que están doblados varias veces, por ejemplo en vigas continuas,
es conveniente leer el recorrido de tesado en puntos intermedios. Con este objeto se abren
en los cables concentrados las llamadas "ventanas de observación", como muestran las fi ..
guras 7.31 y 7.32, utilizadas con frecuencia, sobre todo en la construcción de puentes. Con
ayuda de tales ventanas se puede vigilar bien la obtención de la fuerza de pretensado
deseada, sobretesando y aflojando varias veces (ver apartado 4.54). La figura 7.32 mues-
Fig. 7 .32 Cable de cordones en una ventana de observac'ión. La línea pintada se desplazó hacia
sección planta la derecha desde la tira de chapa un recorrido de tesado de 28 cm.

[226]. Si LIV representa la magnitud en c¡ne se ha aflojado el cable, y rpo es la snma de


los ánrrulos de desviación hasta el pU:nto x del cable, primer punto que permanece inmÓ·
vil, y ~i suponemos un mismo coeficiente de rozamiento para los inovimientos de avance
y de retroceso~ se cumple entonces aproximadamente que:

empaquetadura LIV 7.(3)


2V0 -LIV
chapa metálica de cierre
de 4 mm de espesor, -
para la inyección cordones~-IJ-4-J.. Para poder introducir correctamente el valor de rpo es preciso averiguar la distancia entre
el anclaje de tesado y el punto x (p. e. por medio de ventanas de observación) .

.Los primitivos resultados de ensayos ingleses y otros valores em.píricos iniciales fueron pu~
b1icados en la primera edición alemana de este libro, páginas 182 a 184.

Desde entonces ha'n sido realizadas en Alemania, en numerosas estructuras, n1ediciones del
rozamiento en cables de los más diversos tipos (B. FRITZ, de Karlsruhe, ha realizado nn
trabajo muy meritorio a este respecto [362] y [ 407]).
cajón de chapa, ,
pared lateral Basándose en estas mediciones, se hacen hoy en día los cálculos en la práctica utilizando
Fig. 7.31 Ventana de observación de un cable grande en el alma
de la viga.
los coeficientes de rozamiento y ondnlaciones dadas en el apartado siguiente.

255
254
7.34 Coeficiente ele rozamiento µ y ondulación fJ ele los cables, adoptados en la práctica Tabla 7.IV
lación (J, según las especificaciones alemanas
Los valores incluidos eu la tabla 7.IV están tomados de las especificaciones de los diver· Coeficiente de rozamiento µ y O'ldu
sos procedin1ientos alen1anes de presentado. Son válidos, como lín1ites superiores, en obras
de ejecución norm~I y para aceros no oxidados.
~~::::~:: de 1 fJ
Forma del tubo
Cable formado por {l 1
Pr~cedimiento envolvente
En el caso de ejecución muy pulcra y tubos envolventes rígidos, pueden ser alcanzados
I Alambre , º/m
Mejorado 1 Estirado 1
valores mucho menores. Si es insuficiente el apoyo de los tubos, y deficiente el cuidado . '
durante su colocación, pueden ser sobrepasados, por el contrario, dichos valores, en espe~ Cualquier número de []
Baur-Leonhardt a)
sin chapa de desliz. 0,30 0,30
cordones 7 ó 3 mm
(chapas de deslizamiento 1 chapa de desliz.
b)
ventana de observación
B A e con parafina dura) en el lado de la
fuerza de .
T desviación
1
0,23 0,23

~
c) 2 chapas de desliz. 1 0,2
-- en el lado de la
fuerza de
0,19 0,19
desviación
d) 1 chapa de desliz.
"'3Í,O m - - - - - - - - - - - - - - ¡ , en cada Jado 0,17 0,17
cable (j)
+----r------------1-----
J 1 e)

l __e~a~a
2 chapas de desliz.
la~--r-~~ _ 1 ~'~~-
1

_)_ _ _ __

-- ~ 106 --- 110


BBRV - - - - - -- -1206 m~- ! O - 1 0.25 1 0,5
22 0 6 mm

-+--- --::--+
1

32 0 6 mm 0,25 : 0,3

= --
1 (l ' -
78
44 0 6 mm :
Beton:-und - - ----- ----9 oval30- - - 1 F~1 '. ~·i: 11' ~:i
~~ ~~=¡ i~ --. ;e¿~ ~:~~ t i:~
r ~'.~
Monierbau 1 [ I

Tfffl~¿~~t~~l1~;- ~ l I~~ " ~


117

Dywidag fl, g 1 -
1 ~7) 11 n1m, 7, St 70/105 O -- ~ --~- ---~7·--------
g ,
-[¡__ --·--- --- -

80,9
F;:;;y;;;Í-;;-et· --¡--l205mm 030 1 ~·;~ 1 ~'.5
cable (j)
:l~fi3;~~::- ----+' ~-
Heilit
1: : : : : - -1
1 __ _
~~ _ ----· -
_¡-_o:3_o
--1 - ------- --
-~i[ _::~~ _JI,~-~:: _
-Hcld &-F-;:;,nk~- - - -- 7 0 8 mm---+ __ _(_l_____ ¡_o,3o -~-º· 2 ~ ~- _o, 7

;;;;;,::~,,=·----1_==-=¿-{~l~;:ti~m t i~i -1-º· t- - ~ !


2

8 3_

--1~ 0°;,i ~:
0 1
Pig. 7 .33 Mediciones en tres de un total de 15 cables (Freyssinet) en una
viga con ventanas de observación (según c. c. Gu101). HWR___ --t ~ +- :::~ 1 _--_- ú-
1
cial los de la ondulación /J. En el procedimiento Baur-Leonbardt y con los cables Leoba, Leo ha
_____,____ , _______ .. '
1 16 0 8
12 v> 5 mm
mm - - - j_ - O
oval
1- 00,32-~6-
' '
- -- - O 22
'
-¡' )- 0,5_,_ a -
~

-. 8 0 8 mm oval '¡· 0,26 0,22 ),.>


por ejemplo, fueron observados en los últin1os años valores de ll q·ue eran, en general, 1
16 0 8 mm O 0,26 0,22 _ \_' o_,5
bastante más bajos que los fijados en las especificaciones [299].
Polensky & Züllner -6-.;-~;1-20-- -r--- º º·3º 3
-11 -- [ 10·.º1
C. C. Gumr informa, por otra parte, en [227], sobre mediciones realizadas en cables Freys· 13 oval 20 O º0' 2º1 I 1 0,5
16 oval 30 () '
sinet montados en obra, que estuvieron expuestos a la lluvia durante algún tiempo. En la 32 oval 30 O 0,2 7 o,5
figura 7.33 se incluyen algunos resultados. De ellos se deducen valores de ,u y f3 que son 1 44 oval 30 () _____ , ___________ . º,~! ___ ~ , 0,4,
aproximadamente dobles que los dados en las especificaciones. -Sager_&_Wür.;e;:-- -¡-- 6 0 i -~,;;- - --1 - g- [ o3o 1-___-__ _____1T"-__--·_1:,;-
0 25 ¡

1 6 0 ]2,2 mm __ ¡_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ' _ _ _
Si se 111anejan grandes ángulos de desviación, o cables muy largos, eso no in1plica el que -ZÜb!in- - - - - - l - - -¡¡ N~ptm; 4o - [ O 1 i·i~ 1
1 -
07
0,5
con la suposición de un coeficie'nte de rozan1iento µ i11áximo y la ondulación j3 más des· 1 16 Neptun 40 O ' •
favorable se haya considerado el caso más desfavorable para la estructura. Sucede con
frecuencia qu.e es decisiva para las tensiones admisibles, no la n1enor, sino la mayor fuerm l Con chapas de deslizamiento con parafina dura.

256 1 17
257
za de pretensado posible. Esta última se produce, sin embargo, bajo condiciones de roza- En las vigas simplemente apoyadas necesitamos la Vo adi:n. en l/2, bastando en los apo·
miento especialmente favorables. yos con una fuerza de pretensado mucho menor (fi!f· 7.34). Se pue~e, por tanto, tesar des·
d n lado y colocar en el otro extremo un anclaje por adherencia barato. Se puede re·
En las estructuras grandes es conveniente también, a fin de controlar los recorridos de 'n:n~iar a aflojar el cable en el punto de tesado, si LIVo ~ 5 a 10 %, dependiendo de las
tesado, haber calculado con anterioridad los recorridos correspondientes a ambos casos cond}ciones que se impongan.
límites.
El dimensionamiento puede ser realizado con suficiente exactitud suponiendo V = cons·
tante = V 0 adm.

7.4 Tratamiento analítico del rozamiento, para el tesado y el aflojamiento del cable Si es LIV0 > 1/ 10 V 0 adm., es pre·
ciso aflojar de nuevo una vez ven~ - cable recto
o parabólico
7.41 Obtención de la variación de la fuerza de pretensado cid.o el rozamiento, para que no

De la fuerza V 0 producida en el lugar de tesado, llega a la distancia ln (medida sobre el


eje del cable), con ángulos de desviación teóricos hasta el punto n iguales a Xa y con
persistan en el acero tensiones
inadmisibles. Al aflojar, el acero
de pretensar desliza en sentido
-=4
V0 adm.paraO'v, adm.
~-· o
una ondulación involuntaria ff'/m, una fuerza V n dada por la expresión: inverso, siendo en general el vaR
lor de µ mayor qne al tesar. La f(Vg/
pendiente de la línea de fnerza
de pretensado se invierte, y la
siendo k = factor de acodalamiento, en caso de disposición desfavorable de los alambres, mayor parte de las veces es ma· q;;: =Bngulo de desviación
s.;¡gún apartado 7.22. yor qne al tesar (fig. 7.34, líneas desde O a 0,5 l
de trazos). Frecuentemente basta
o 0,5 1,0l
En general se prescinde de k, o bien ha sido tenido en cnenta en las especificacio'nes fijan· con retroceder hasta V 0 adm.,
aceptando el que se sobrepase el Fig. 7 .34 Variación de la fuerza de pretensado en nn cable recto
do un f' mayor. Tenemos entonces: o parabólico, tesado desde un solo extremo.
valor de av0 adn1. en una corta Io·n~
1 Vn = V0 • e-µ<Ea+P· 1.l = V0 . e-w1 7.(4) gitud. No obstante, también es po-

en la cual Xa y fJ • la deben venir expresados en radianes, no en grados; por ejemplo:


sible alloj ar hasta aproximada-
mente V0 adm. - 1/, LIV0• tj~ables 1
4 l:Jexlrnmo de tesado
2
·i· tesados desde la ízq.
130° = =
n 3,14. La longitud la debe venir en metros, si fJ está dada e'n grados por me· El hecho de quedarse por deba· lV fll'ol grupo; grupo2
-

tro lineal. La pérdida de fuerza de tesado se designa por LIVo. De acnerdo con la ecua-
ción 7.(4) se tiene:
jo de V 0 adm. debe ser tenido en
cuenta en el dimensionamiento en
1 - ------- o
ro·adm. 2 tesados desde la der.

suma 1+2
los lugares en que pueda tener
LIVo=Vo-Va=Vo(I-e-wr) =Vo·µ·y 7.(4a)
importancia, por ejemplo en eI
apoyo derecho, a efectos de las
Las funciones e-x y (1- ec-x) están tabnladas en runchos manuales, y los gráficos corres· te·nsiones principales oblicuas,
pondientes han sido incluidos en el apéndice de este libro.
o 1,0l
cuando se tesa sólo desde el ex· Fig. 7.35 Variación de la fuerza de pretensado en el caso de va-
tremo izquierdo hasta alcanzar rios cables, tesados la mitad de ellos desde un lado
Con esta fórmula y los valores fJ y µ del apartado 7.34, obte'ndremos ahora la variac10n Vo adm. en l/2, o bien en el apoyo y la otra mitad desde el opuesto.
f (Vo)de la fuerza de pretensado entre los puntos de tesado y de anclaje. Distinguimos'
entonces varios casos: izquierdo, cuando se afloja el cahle hasta bastánte por
debajo de V0 adm.
l. Tesado desde nn solo extremo.
2. Tesado desde los dos extremos. Se obtiene una fuerza de pretensado consta'nte a todo
lo largo de Ia viga, si se tesa una mitad de los cables
3. I~a pérdida de fuerza de pretensado es despreciable (5 a 10 % de V 0 ) y es compen·
desde el lado izquierdo y la otra mitad desde el lado
sada por el sobretesado.
derecho (fig. 7.35).
4. La pérdida de fuerza de pretensado es grande. Se sobretesa basta nn cierto límite, por
eje1nplo hasta Gz:vo == 0,8;30,2, aflojando a continuación; en caso de necesidad se sobre.. En el caso de cables rectos o parabólicos, es suficiente·
tes.a y se afloja varias veces. mente exacto dibujar la línea de fuerzas de pretensado
f (V0 ) como si fuese recta. Si el trazado del cable pre·
Además, hay qne estudiar si se necesita la fuerza de pretensado admisible V 0 adm. en o 0,8 1,0l
senta fuertes variaciones de la curvatura, la curva f (Vo)
toda la longitud de la estructura. En general es snficiente con disponer de dicha fuerza Fig. 7.36 Variación de la fuerza de pre- será discontinua, y deberá ser obtenida por partes. Como
en la zona de los máximos momentos flectores, y fuera de ésta puede ser menor. En· las tensado en un cable con dos ejemplo se representa en la figura 7.36 el caso de una
quiebros bajo las cargas pun-
vigas continuas se presentan varias de tales zonas críticas. tuales. viga pretensada para dos cargas puntuales fuertes.

258 259
Si con el fin de vencer el rozamiento hubiese necesidad de sobrepasar con el L1V0 nece- a) Cable recto, a = 0°:
sario los lín1ites superiores ad111isihles, no se podrá alcanzar entonces el valor V 0 adm. en 12
la sección detern1inante. Es preciso entonces tener en cuenta al dimensionar la armadura y = fJ · ln = 0,8° X 15 = 12° are y =
180
·n = 0,209
de pretensar un suple1nento para el rozan1iento, a no ser que se tomen n1edidas destina~
das a disminuir éste. V 0 •5 = 100 · e--0,2 xo,21J9 = 100 · e--0,osz = 100 X 0,95 = 95 t
5 ;

Si es necesario disponer de Vo adm. sobre una gran longitud, y el rozamiento es elevado,


se tesan entonces desde ambos extremos (fig. 7.37), y, según sea la magnitud de L1V0, se · b) cable curvo, f = 1,0 m:
afloja una o varias veces. 2/ 4 X 1,0
hasta l/2: tg a = l/ 2 = ---¡¡¡¡- = 0,133 :Eaº= 7,6-0
Se alcanza el mismo resultado tanto si se tesa a un mismo tiempo desde ambos lados,
o uno después del otro. En el segundo caso los recorridos de tesado son muy diferentes~ {J • ln = 0,5 X 15 = 7,5°
y por ello puede te:ner ven-
tajas el tesar a un tiempo, r =(:Ea+ fJ • ln)º = 7,6 + 7,5 = 15,1° are r= 0,2635
extremad~ 1
tesado tesado
?:Fremode
cuando el recorrido de tesa-
do está limitado, por ejem- V 0 ,5 = 100. e-".25 xo. 2635 = 100 · e--0,oo = 100 X 0,936 = 93,6
59 t.

y
!--v
nec. > V adm.~-~-' 0
al tesar desde
plo, por la carrera del pis-
tón, o cuando el traslado de
1 ambos extremos 2.-0 ejemplo:
f{Jlo} ' los gatos suponga una pér~
' dida de tiempo. Viga de dos tramos según figura 7.39:
La figura 7.38 muestra el µ = 0,30 fJ = 0,5°/rn (grados por metro)
caso ·de una viga de tres tra-
mos cuya armadura ha sido Tesado desde A con V 0 = 50 t.
o 0,S 1,0 ¡ tesada desde ambos extre- Determinaremos la fuerza del cahle en el apoyo B.
n1os, sohretesando y aflojan~
Fig · 7.37 Si se precisa V 0 sobre una gran longitud, es conveniente tesar desde
ambos lados. do repetidas veces. Angulos de desviación:

tg O¡= 2 . _!:{ = 8j = 8 X_(),61 = o,244


extremo de tesado
1
/z l¡ l, 20,0
-------==-----l-------------_;':::'t:..:::,remo de tesado

~ ~ --:=::;=:::: ¿y tg a2 == 2/+'lze
1
/z l,
_ 4 X 0,61
20,0°
+
0,42
0,143
V nec. >V 0
adm. --------~

en el punto B': tg a 1 = 0,244 :Ea= 13,7"


V
r1t = 13,7 + o,5 (20-1,5) = 22,95º are rs' = 0,405 ;

~~~?rr7~~·~='>?i'm:~~:::;::=1 ---¡ -_fiJl


----~·ª'aflojamiento
1 en el punto B: tg a 2 = 0,143
:Ea= 13,7 + 8,15 = 21,85°
ª' = 8,15°

21,85 + 0,5 X 20,0 =


1
2.º aflojamiento¡ YB = 31,85° are ys = 0,556

o O,S 1,S 2,0 J,Ol


VB' = 50. e--0, xo, = 50 · e--0· = 50 X 0,886 = 44,3 t
30 405 1215

Fig. 7.38 En las vigas de varios tramos, se alcanza V nec. tesando y aflojando repetidamente. VB = 50 · e-'l· x º· = 42,3 t.
30 556

La variac10n de la fuerza de pretensado está dada en la figura 7.39, en la que se ha in-


1. 0
ejemplo: cluido también la fuerza en el apoyo C.

Viga de un solo tramo, luz l = 30 m, h = 1,60 m, cable recto o parabólico de acnerdo con
la figura 7.34: 7.42 Obtención del recorrido de tesado teniendo en cuenta el rozamiento

fl = 0,25 {Jceota = 0,8°/m {JR< 10 m = 0,5°/m. Si se ha determinado, según el apartado 7.41, la variación de la fuerza de pretensado en
toda la longitud l, del cable, se puede calcular fácilmente el recorrido de tesado. Sup.on-
Determinaremos la fuerza de pretensado
· en l/2 , p ara nna f uerza d e t esa d o V:0 = 100 t , dremos para ello que el diagrama '5·e del acero es aproximadamente recto hasta av adm.,
en los dos casos siguientes: lo que permite calcular con E, constante. La influencia del peso propio parcial g, presen·

260 261
te al pretensar, en el sistema "sin adherencia", puede ser despreciada, por lo gen·eral, al si se prescinde de la inflnencia del acortamiento de la directriz de la estrnctura debido a
obtener el recorrido de tesado. la flexión. Esta simplificación es admisible casi siempre.
Tene111os entonces:
El recorrido de tesado totnl es, por tanto:
'z 0

.F. V dx
Lll,=f<zx · dx=/ ª"-
o
. E, dx=

o
f z
E
z
LI z - L~!l__-_i
- F,. E,
7.(5)

o
J Vx · d x es sencillamente el área comprendida entre 1a línea de fuerzas de pretensado
siendo f (V) · l el área de fuerzas de pretensado
!,~
JVx · d x, de acuerdo con la figura 7.40.
Y. el eje. ~e. abscisas, sobre la longitud l,. No tenemos, pues, más qne hallar esta superfi-
cie, y d1v1d1rla por F, · E,, para obtener Al,.
Lo mismo es válido para la pequeña parte del recorrido. de tesado debida al acortamien- f(V,}
to del hormigón.

extremo de %~ %
ii.erea de fuerzas de pretensado anclaje
tesado fijo
en el cable
/

----- l = longitud de! cable

f Fig. 7.40 Area de fuerzas de pretensado y área de aflojamiento.


sección longitudinal
{escala vertical aumentada 10 1)
~ A pesar de ser absolutamente evidente, d.e.ben10s decir que el recorrido obtenido al aflojar
--- -:¡:-_ -T ~ el cable, es decir, el recorrido de aflojan1iento, no es proporcional a la disminución de
------- --1 --
--------- -¡;;------:; ----¡1-
' --)~
-
..'._.~-----
----
.........
fuerza de tesad.o. Se comprende esto sin más que con1parar la correspondiente área de
aflojamiento con el área limitada por la curva obtenida al tesar. Para hallar el recorrido
/ ~ ~ l,...,____ ~
de aflojamiento tenemos que introducir .en la ecuación 7.(5) solamente la pequeña área
para.bola
1
/ ~ <o parábola lLIV
~--...¡...--"'.'.:!. / 11 <Y)
~ I ~ fAVx · dx.
/ o
A / B r:

0 -:JI
l1 =zom- __
1

--l,=tZm-- ---1
7.43 Pérdidas de fuerza de tesad.o a consecuencia del deslizamiento de las cuñas

Para obtener la pérdida d.e fuerza de tesado LIV, a consecuencia del deslizamiento Alk
de la cuña, se aplican las mismas expresiones que en el apartado 7.42. Los valores de Lll,
V,=SO,O t - - - - lf(= 1~ m ---¡ a utilizar en el cálculo, están dados en las especificaciones alemanas de los diversos pro·
cedimientos, y han sido recogidos en la tabla 7.V.
¡l~~IW,[;i~~~~~~Jl,,__.!f.ff,_f,JJI
" [ ~fálic __ ,-- n,J
diagrama de fuerzas
en el cable La pérdida de fuerza de tesado se deduce de la ecuación 7.(5) despreciando el·segundo
>..'-' ~""-'- paraµ',,,,µ '10,3 sumando correspondiente al acortamiento del hormigón. El área a introducir en lugar de
"" ,
paraµ=t,Sµ r---1 36,6t
f (V) · l está limitada por la línea de fuerzas de pretensado obtenida al tesar
Vn= Vo · e-µ·r,
y la de fuerzas de pretensado después de afio j ar (es decir, después del deslizamiento)

V'n = (Vo-L1Vk)e+l"·r,
en las que )'k = ak +
fJ • lk comprende los ángulos de desviación, tanto voluntarios como
involuntarios, en la longitud lk afectada por el deslizamiento. Durante el deslizamiento
del cable actúa el coeficiente de rozamiento ,u'. En el caso de alambres lisos y tubos en-
A B' 8 B" r: volventes lisos es aproximadamente, igual al coeficiente !' durante el tesado, mientras que
Fig. 7.39 Sección longitudinal (escala vertical exagerada) y diagrama con alambres corrugados y tubos ondulados alcanza un valor aproximado de 1,5 veces el
de fuerzas de pretensado, correspondientes al 2.º ejemplo. de dicho coeficiente (ver no obstante [375]).

262
263
Tabla 7.V vas da11do prin1eran1entc a lk un cierto valor y calculand¿ para éste los correspondientes
ángulos de desviación a1c y fJ · lk. Como al final de l1c se cumple que Vn = V'n, se puede
Deslizruniento de . las cuñas, segú11 las especificaciones alemanas
calcular entonces la pérdida de fuerza de tesado:

Fuerza ejercida Deslizamiento en el


7.(6)
Procedimiento sobre la cuña Extremo de tesa+Extremo fijo
mínimo mm mm
·-----· ~ .............. ____ . --·¡---
, ........ ··- El cociente entre el área f (LJV¡,) · l, y F, · E, debe dar el deslizamiento ¿Jl,. Según sea la
1 diferencia entre el valor obtenido y el LJlk especificado habrá que variar l,, y repetir el
Freyssinet· !
Wayss & Freytag
1
1
cálculo 11asta conseguir que coincidan.
12 0 5 mm
__ _____. ,,
¡
·- __ ,,_..,
1,0 P,
0,6 P,
___ ,,, .....,,_
-
4,0
1.
-
4,0

Sin embargo, es más sencillo evitar la determinación de LJVk = f (y,) tomando del dia-
grama de fuerzas de pretensado el valor de Vn = V'n correspondiente a lk. Suponiendo
¡
~"'-----··

12 0 8 mm 0,6 P, 6,0 6,0 dicho diagrama recto, se o!Jtiene con facilidad:


0,3 P, 8,0 8,0
-- ~-- ..... - · · - - · - - · " ' - - - J _ _ __ ,_

Grün & Bi1finger 7.(6a)


-
9 0 8 mm ¡ 40 t
17 t
2Xl~'--+
-
6,0
4,0
.
-
- y se procede igual que antes.
---
Heilit 1 Ejemplo de cálculo de la pérdida de fuerza de tesado debida al deslizamiento de la cuña.
'
1

--r
6 0 9 mm 50 t 1,0 1,0
1 Consideremos un deslizamiento de 6 mm en el extremo del cable del 2. 0 ejemplo del apar-
- ------ - - ----··---- .. .... ~ ... - ··-------"-···
tado 7.41 (fig. 7.39). Se ha supuesto µ' = =
1,5,u, F, 6,0 cm2 y E,= 2,1 X 166 kg/cm 2 •
Held & Franke
Supongamos primeramente lk = 15,0 m.
·-- -
7 <;5 8 mm
- ·-
•·-·
12
- --
t
_¡_' . ·---
6,0
, ___ ~· -
6,0
·--- -
En el diagrama de fnerzas de la figura 7.39 podemos leer, o bien calcular (suponiendo
l:fochtief nna variación lineal entre los puntos definidos) :

·---1
6 a 12 0 8 mm - 5,0 5,0
· - -...... ·--- ~"'- ""'""""'---- -·~-- --· f---- -·----------""""'
(Vo - Vn) = (50,0- 44,3) ~~:~ = 4,6 t.
Philipp Holzmann
(Tipos SH)
30 1 2,0 2,0
Es decir: LJV, = (1 + 1,5) 4.,6 = 11,55 t.
16 a 40 oval 30 1
. Tenemos entonces:

1
--·-""~"'----·-·~- '-----··

Polensky & ZOllner


6 ó 13 oval 20 1,3 P, 1,0 !,O
16 oval 30 1,3 P. ' !,O 1,0
32 ó 44 oval 30 1,3 P, 3,0 3,0 y con ello, el valor del deslizamiento:
. ---
Sager & WOrner 3660000
6 0 7 mm Martillazo con
6,0 X 2 IOO OOO = 0,69 cm= 6,9 mm ( + 6,0 mm).
6 <;5 12,2 mm ( 2 000 g o bien 50 t 2,0 2,0
Una corrección y repetición del cálcnlo con l, = 14,0 m da:
----"'" .

Züblin LJV, = 10,3 t


8 Neptun 40 20 t 2,0 2,0
16 Neptun 40 20 1 2,0 2,0 y
Alk = ,_, 0,6 cm = 6,0 mm.
E:n los anclajes de tuerca y de bucle, que no están citados, así como en los anclajes con apoyo sobre el
rnortero inyectado, las pérdidas de recorrido de tesado alcanzan de 0,5 a l milímetro. La pérdida de fuerza de tesado para nn deslizamiento en la cuña de 6 mm es, pues:
L1Vk= 10,3 t, y la longitnd de cable afectada l, =
14,0 m (ver fig. 7.39). La influencia de
Puesto que la longitnd z,
influye tanto en el área f (LJV,) • l, como en la magnitud {k = otras hipótesis sobre la magnitud de ,u' no es muy grande en este caso. Sin embargo, se
+
= ak fJ · lb sólo es posible en muy contados casos el encontrar Ilna solnción explícita deduce de todo esto la conveniencia de no utilizar cables con grandes deslizamientos eh
para la determinación del valor de LJV,. Se puede proceder por aproximaciones sucesi- las cuñas, para longitudes cortas.

264 265
7.5 Configuración conveniente de los cahl.es por lo que respecta a la inyección y MAGNEL ha sido seguramente el primero en emplear" la disposición rectangular de los
al rozamiento alambres para formar grandes cables, manteniendo las separaciones entre los alambres,
que son tesados por parejas, por medio de una rejilla de alambres {O 5 mm (fig. 7.44).
En la configuración de un cable, formado por varios alambres o cordones paralelos en Las grandes separaciones hacen necesaria mucha cantidad de n1ortero de inyección con
l1n conducto, intervienen n1ucl1os factores y l1ay que tener en cuenta las siguientes con- la correspondiente mayor segregación del agna.
sideraciones:
Dado que las rejillas de alambre originan grandes presiones transversales en los cambios
Los alambres deben estar dispuestos de forma tal que dejen el menor espacio hueco po- de dirección del cable, o incluso se deforman, han sido utilizadas con el procedimiento
sible en el conducto, y distribuidos regularmente en la sección de éste, para qne el mor· MAGNEL, aproximadamente desde 1952 (por la casa P. Bauwens, de Colonia [207]), pla·
lexo d.e inyección encuentre por todas partes la misn1a resistencia a la pen·etración.
cable </J'l7mm----1
Si tenemos un gran número de alambres lisos, habrá que evitar el que se aprieten unos
contra otros en una cierta Io·ngitud, pues el n1ortero no se podrá introducir entonces en~
161lambres</>8mm ~ 1
tre estos alambres. Este requisito condiciona la disposición de los separadores. Si los alam·
St no/180 ;
bres son corrugados, o bien si se trabaja con cordones, se crean entonces de por sí u·nos St t35/1so -- h(;!ice continua de
acero de resortes
pequeños huecos entre los alambres, a través de los cuales puede fluir transversalmente
02mm;
el mortero, aunque se aprieten unos alan1bres contra otros. En tales casos, y a efectos d. i. 27mm
de la inyección, se puede prescindir de los separadores, siempre que no se los adopte d_e. r/>Jtmm
por otras razones. paso 28 mm

Ad~más de esto, la disposición de los alambres debe ser tal que no se origmen en los
puntos de desviación del cable fuerzas de acodalamiento (ver fig. 7.19).
Existen, fundamentalmente, tres posibilidades por lo que respecta a la colocación de los 1
l.e----d. i. q:,somm
alambres en el conducto: 1ubo corrugado 0 50 mm de d. i., de chapa de fleje de 0,30 mm
de e~pesor con manguitos roscados de unos 100 mm de longitud
l." Disposición en círculo, en l a 4 capas de alambres. Fig. 7 .42 Disposición en dos capas de un total
de 43 alambres, en los cables BBRV. Fig. 7 .43 Disposición de 16 alambres en los cables Leoba.
2.ª Alan1hres o cordones dispuestos en varias capas planas, unas encinta de otras.
3. ª Alambres colocados sin ordenación alguna. cas de desviación curvadas, colocadas entre capa y capa de alambre (fig. 7.45), dimensio-
nadas con un espesor que per:rnita transn1itir transversal1nente las fuerzas de desviación
FREYSSINET fue el primero en adoptar la disposición circular de los alambres, colocando a unos nervios. Se pueden colocar varias placas unas enci111a de otras. Los alambres no se
8, 12 ó 18 alambres 0 5 a 8 mm, en una capa, alrededor de una hélice central de alam- influyen mutuamente durante el tesado. El procedimiento Heilitbau ha empleado más
bre duro 0 1,5 a 2 mm (fig. 7.41). En el interior de la hélice queda un conducto espa- tarde una solución parecida en los cambios de dirección, para tesar los alambres indi~
cioso para el mortero de inyección, que, gracias a la ondulación del tubo envolvente, vidualmente [224]. Estas disposiciones tan costosas han caído bastante en desuso.
puede rodear también por fuera los alambres limpiamente. La hélice debe ser dimensio·
nada de forma que resista las fuerzas de desviación de los alambres en las curvas. Se-
gún GuYoN [148], el paso de la hélice en los tramos rectos es de 3 cm; para un radio
de curvatura de 8 m es, sin embargo, tan sólo de 1 cm. Debido a la disposición circular
de los alambres se producen naturalmente acodalamientos laterales que se aceptan sin
adoptar medidas especiales en contra. Se ha intentado evitarlos por medio de separado·
res en forma de estrella [195], pero han caído en desuso.

La disposición circular de los alambres presenta la ventaja


de que los ,cables pueden ser doblados según cualquier di-
12'1J8 mm rección, y de que se adaptan bien al tubo envolvente circu-
lar. Los cables BBRV fuero'n formados ya desde un prin-
cipio disponiendo hasta 49 alambres ,en dos o tres capas
circulares concéntricas, asegurando las separaciones, o .bien
el orden de las capas de alambres por medio de hélices
(fig. 7.42).
L.J lj.J L_i
En los cables Leoba S 66 y K 66, se colocan en el interior <Ps
Fig. 7 .41 La disposición de Freyssinet de un anillo de 12 {O 8 mm, 4 alambres más de {O 8 mm, Fig. 7 ,44 Disposición rectangular de los alam-
de los 12 alambres de un
cable, alrededor de una hé-
quedando d tubo envolvente ocupado por los alambres bres, con rejilla separadora hecha Fig. 7.45 Varias placas curvadas superpuestas para colocar en un
con alambre ):3 5 mm, según el pro· cambio de dirección, Procedimiento MAGm:r. mejorado
lice interior. con bastante uniformidad (fig. 7.43). cedimiento primitivo de MAGNEL. (empresa P. Bauwens, Colonia).

266 267
r"'" -
n
!
!

ejemplo en los procedimientos Beton- und Manierbau y Philipp Holzma.nn AG, que uti-
lizan alambres ovales nervados. Entre capa y capa se colocan ser)aradores de cl1apa tro-
quelada, a distancias de 1 a 2 m (o más próximos en las curvas del cahle).

Si hay varias capas horizontales de alambres, se pueden evitar los acodalamientos late-
rales 'de la fignra 7.19 (centro), si los alambres mantienen su posición durante el tesado,
permaneciendo en las curvas perfectamente unos sobre otros. Se logra esto cuando los
conductos .son muy poco más anchos que el cahle, de n1anera que un alan1hre no se
pueda desplazar lateralmente más de 1/ 5 de su diámetro. A este respecto se comportan
mejor los cordones 0 9 mm, o los alambres 0 8 mm, qne los alambres 0 5 mm. Por
Fig. 7.46 Disposición de 8 alambres g5 8 esta razón, es preferible for111ar los cables grandes utiliza'ndo diá111etros grandes en sus
milímetros en dos capas hori-
zontales, con separadores de pei- Fig. 7.47 La fotografía muestra más claramente los sepa- ele111entos con1poncntes.
ne (cables Leoba). radores de la figura 7.46.
Los alambres ovales nervados son especialmente apropiados para los cables de varias
capas, pues su for111a aplanada no per111ite la aparicióll de fuerzas de acodalan1iento.
Para los paquetes de alambres tesados simultáneamente, el autor ha empleado desde 1950
en los cables Leoba dos capas planas de 6 alambres 0 5,3 mm cada una, y más tarde Para los cables de hasta 200 t de fuerza de pretensado se prefieren hoy en día, al objeto
de 4 0 8 mm (fig. 7.46), evitando así las fuerzas de acodalamiento. La ordenación y las de economizar trabajo, los tulJOs envolventes redondos y los paquetes de alambres sin
distancias entre alambres quedan aseguradas por ninguna ordenación especial.
medio de separadores de chapa troquelada (figu-
ra 7~47), cuyos dientes están situados al tresbo. Para fuerzas de pretensado mayores (> 300 t), no cabe duda que lo más sencillo y econó-
Hilo y nn poco doblados en su extremo, para 1nico es disponer Jos alambres en varias capas superpuestas e'n el interior de cajones de
n1antener solidarias an1bas capas durante el monK chapa rectangulares, lo que proporciona considerables ventajas técnicas [360].
taje. El correspondiente tuho envolvente era en ¿;;
un principio rectangular; pero hoy en día se Los cajones de chapa para grandes cables (figu-
utiliza el tuho de sección elíptica, qne se deja ra 7.7, ver también apartado 7.13) son montados
doblar con más facilidad en un sentido que en en su forma y situ.aci.ón definitiva, y con su par~
otro, lo cual es ventajoso cuando se colocan los te superior abierta. A continuación se coloca·n
cables rectos en planta. Se debe evitar el doblado los alambres o cordones, y se cierra finalmente
16 alambres, lf.Ot de fuerza de pretensadol
alrededor del eje menor, ya que, al tesar, se des- f . < . - - - - - - - sz - ii.
el cajón con una tapa de chapa (procedimiento
BAUR-LEONHARnT). En grandes puentes han sido
ordenan los alambres y se originan fuerzas de
colocados ya hasta 400 cordones de 7 alambres,
acodala111iento. 4---¡-.r:===============:~ en 20 capas de 20 cordones cada una, o el co-
rrespo'ndiente nú1nero de alan1hres. ~ 8 111n1, en
En otros procedimientos se emplean más de dos
el interior de un único cajón de chapa, habién*
capas de alambres, en tubos envolventes rec-
dose pretensado y realizado la inyección irrepro-
tangulares o cuadrados (figs. 7.48 y 7.49), por
chablemente (fig. 7.50).

En el capítulo 7.13 se describió ya cómo estos


cajones de chapa van provistos, entre cada dos
tramos de 5 a 8 m de longitud, de cortos estran-
gulan1ientos, que pueden ser al i11ismo tiempo
puntos de desviación, de tal forma que los cables
no tocan en los tram-os rectos al cajón, y por esto
no tiene ninguna importancia, por lo que se re~
fiere al rozamiento, la utilización en ellos de
chapa negra. Este sistcn1a constructivo permite
de forma fácil el adoptar medidas para dismi-
nuir el ro.zamiento, colocand.o en los codos clia~
pas de deslizamiento, preferenten1ente en las
caras contra las que vayan a act11ar las fuerzas
'10 8.iamb(es;- 9· lf,2mm de desviación originadas por el doblado del
f.o---·--·-- ~6 -----~· Fig. 7 .50 Cable grande de cordones con separadores
St 1'15/180 ¡fuerza de 'pretensado 100 t
25alambresif> Bmm cable. de peine entre las capas, que aseguran
t
St 135/1SO ¡ 100 de fuerza de pretensado Fig. 7 .49 Cable de varias capas de alambres ovales las distancias entre cordones, y, como en
corrugados tesados a un tiempo, utilizado; el caso presente, transmiten en los codos
por ejemplo, en el procedimiento primitivo Si se utilizan con este fin dos bandas lisas de la presión transversal (procedimiento Baur-
F'ig. 7.48 Cable de alambres Q:í 8 mm para 100 t. de la Phillipp Holzmann A.G. chapa, laminadas en frío, con nna capa de pa- Leonhardt).

268 269
d utilizar también alambres
de 2 a 3 mm de espesor (fig. 7.52). En este caso
·
se pue en
f del
rafina interpuesta, se pueden obtener entonces los bajos coeficientes de rozamiento indi- corrugados sin que ello suponga una d esventaia a e ec os · rozan1iento.
t
cados en el apartado 7.3. Con una ejecución muy cuidada, estas medidas dan tan buen
resultado que han hecho posible ya el pretensar con cables continuos vigas continuas d d j' · t en uno o en tres lados, depende de
de siete tramos, que al mismo tiempo tenían forma curva en planta (puente para tran- El que haya qu~ co¡oca~ c~ap~s . ~ d':l '::~:.n2'uando los ángulos proyectados no ~le­
la suma de los angu .os fi e. esv1d~10n de deslizamiento sólo en el lado sobre el
vías, de acceso al puente sobre el Rin en Mannheim). gan en total a 30° es su ciente isponer cl1apas
cajón recto h
codo
Para la ordenación de separaciones entre alambres o cordones en tales cables, son adecua~ a
dos los separadores de chapa troquelada, reconocibles en la figura 7.50. Las fajas de chapa 2 chaoas de desliz. con parafina interpuesta
aseguran la distancia entre capas; los dientes, la distancia entre alambres en cada capa, y
los bordes vueltos de la chapa contienen los alambres extremos. En los estrangnlamientos
de los codos, se suprime el doblado de los bordes. El espesor de la chapa de los separadores
es precisan1ente la separación entre alambres o cordo'nes. Al principio se dudaba de si has~
taría con 0,8 a 1,0 n1m. Después de numerosas experiencias se puede afir1nar que dicl1a
separación es suficiente.
,-
Los separadores se colocan en los tramos rectos a distancias de l a l,5 m. En los codos
deben transmitir las fuerzas de desviación de capa a capa, y por ello deben ser colocados ''
más próximos y exactamente unos encima de otros (fig. 7.51). Para la separación y la an- '
cajón de chapa de 1mm, corrugado
chura de los separadores en dichos codos han sido establecidas, a base de cálculos y expe- alambres ovales con chapas laterales de deslizamiento en los
riencias, unas reglas prácticas detalladas en [360] y [299]. Fig. 7.52 Cajón de chapa para
codos: de deslizamiento y chapas de repartición;
a en los codos se colocan arriba chapas
b sección por un tramo recto.
G..)9 triple
6./9doble que se aplica la fuerza de desviación. Si la suma
G.../ssimple de ángulos es mayor, se recomienda disponer las
. 1 chapas en tres lados. Si el cable es cnrvo en
1
¡_____ Í longitud .del codo j planta, además de en alzado, deben colocarse l~s
!a distancia entre pilas puede ser mayor' distancia entre pilas 70cm \ chapas de deslizamiento en los dos lados bac1~
1 1
los que se desvía el cable. Las chapas de ~esh·
alzado
za1niento aseguran, además, que el rozamiento
i l '2 chapa~ de
des\ilam1ento del cable contra el conducto será menor que el
-·--
----·--·- ---- 2 chapas de" deslizamiento

·-·-·-- ----' -·~' ~- _::n~sa_do-· --\


¡1
rozamiento entre capas de alan1bres, l'O cual es
condició'n necesaria para que se tesen todas las
- - i ! . - __ _-.JJ-_ ______ .--J~r~--__..J}--~ capas por igual (ver apartado 7.23) ·
recorrido de tesado pequeñn
recorrido de tesado grande Puesto que los ·codos son m·uy cortos en co·1;1p~~
l"ig. 7.51 Representación esquemática de la disposición de grupos de separadores junto a los codos. A la izquierda, en
ración con los tramos rectos, no se ve per1ud1·
las inmediaciones de una junta de pretensado, con un gran recorrido de tesado. A la derecha, en un punto de cada práctican1ente la adherencia indirecta en~
recorrido de tesado pequeño. tre el cable y el hormigón circundante.
Fig. 7.53 Resaltos troquelados en tres paredes
de un cajón de chapa en' un codo
Además, las piezas que forman los codos, que largo, para mejorar la adherencia.
Si es preciso curvar el cable según dos direcciones, hay que colocar entre los separadores pen·etran con respecto al resto d.el conducto, ac~
horizontales otras cha.pas verticales, para que pueda ser transmitida la segunda componen- túan a modo de pernos o pasadores.
te de la fuerza de desviación. d · 10 encima de los apoyos de las vigas conti-
En las curvas de mayor longitu ' por eiemp d h d los codos, estam-
Para dimensionar los separadores y las chapas de deslizan1iento es preciso tener en cuen- nt1as, se puede reforzar la ad . ~rencia :~~~=v~~!~::s c:nc i:p:u~i,u:shie: se prescinde de
1 1
ta el recorrido de tesado del cable en el punto en cuestión. Conforme a esto, las chapas pando en tres pa~edes. del
las chapas de deshzanuento atera es,! o s
YJºn
~nas e la< perfor~ de tal forma que se origine a tra>'és
ltos de las paredes del cajón. Por tanto, es
de deslizamiento deberán ser lo suficientemente largas para que al acabar el tesado cu-
bran aún el codo. Ignalmente, los separadores deberán rnr colocados también fuera del de los aguje~~s un encha~?t~do leng r~: ~:: adherencia por cizallamiento efectiva (figu-
codo, del lado opuesto al del tesado, sohre una distancia igual al recorrido de tesado posible tan1b1en crear en 1c os u a
(fig. 7.51). ra 7.53).
t ada viga permite la adopción de
El arrrupar
0 el acero de pretensar en un con d uc o por c ;hl . d. t ºb el
Si existen muchas capas de alambres y la curvatura es fuerte, la presión local de los alam- ;· . . l · t no son pos1 es s1 se is r1 uye
medidas destinadas a d1sn11hmr e rozam1e;i O 'J.'_'e • l'fi 1 t l d j roza·
bres sobre la chapa de deslizamiento sería mny elevada, deformándose ésta. Por ello en acero entre n1uchos cables pequeños. Al m1sn10 t1en1po se s1n1p I ca e con ro e ,
tales casos se dispone entre el cable y la chapa de deslizamiento una chapa de repartición

271
270
iniento real, y en las vigas continuas posibilita incluso un control exacto, pues se pueden I~a s11presión de hélices, separadores y similares, supone, .naturalmente, una economía en
observar, medir y ajustar correcta1nente los movimientos del cable, a través d·e ventánas tiempo y en material, y facilita además la inyección. Por ello se puede considerar se-
abiertas en el hormigón. También la inyección se realiza con n1ayor seguridad y facili~ riamente la posibilidad de proveer a los alambres estirados lisos, durante la operación de
dad (ver cap. 8). enderezado, de unos pequeños resaltos que aseguren la distancia entre ala1nbres necesa-
ria para el flujo del mortero, al objeto de poder prescindir también en este caso de los
En el capítulo 6 vimos ya que la norma, seguida en el hormigón armado, de repartir el
separadores sin inconveniente.
acero en pequeñas unidades por toda la zona de tracción, no es válida para el }1or111 igón
pretensado. El agrupar los cables ofrece claras ventajas a efectos de la ejecución, y nin-
guna desventaja. Sobre todo, deja espa-
cio para poner e:n obra u.n horn1igón 7.6 Métodos especiales de vencer las resistencias de rozamiento
consistente, con10 n1uestra la compara-
'l- ción de la figura 7.54, en la que se han 7.61 Puntos auxiliares de tesado
"'
<.,L dibujad.o d.os a1·n1ad11ras para una 111is-
111a fuerza de pretensado; a la izquier- En las vigas continu.as d·e varios tramos sucede a veces que, a pesar de las medidas indi~
"·-i--

l
da, a base de cables de 12 alambres cadas destinad.as a favorecer el deslizamiento, no es suficiente con sobrepasar la tensión
\2Í 5 mm, St 145/160; y a la derecha, adn1isible Ozv, 0 l1asta llegar a 0,8¡10 ,2 para compensar las resistencias de rozamiento de forma
un cable concentrado de cordones 7 0 que se alcance en los puntos importantes la fuerza de pretcnsado admisible. Para tales
WG'/11r:%1!5';;? \2Í 3 mm, St 160/180. casos se ha creado un dispositivo auxiliar con el q11e se agarran los cables concentrados,
¡, i
La tercera forma de colocar los alambres en puntos intern1ed.ios, por n1edio d.e una mordaza llan1ada "zapata de tesado", realizan~
t en un tubo envolvente, es decir, sin or- do en dichos puntos un tesado suplementario. Estos puntos auxiliares de tesado se dis-
den algnno ni separadores, es utilizada ponen preferenteme'nte en las almas de las vigas principales, dejando abierta en el hormi-
Fiif. 7.54 Cables dimensionados para la misma fuerza de pre-
tensado V = 1.000 t: a la izquierda, 44 paquetes de hoy en día con frecuencia empl:eando gón una ventana para poder asir el cable. La zapata de tesado es fijada al cable de forma
12 alambres 121 5 mm, St 145/160; a la derecha, cable
alambres ovales corrugados (Procedi- parecida a como se hace con los collarines de los puentes colgantes. La figura 7.56 mues·
de cordones con 14 x 14 cordone·s de 7 121 3 mm, tra una de tales zapatas para un cable de una sección aproximada de 20/20 cm. Dos fuer-
St 160/180. mientos Polensky & Zollner, Philipp
Holzmann AG., y otros). Desde luego, tes chapas de acero son apretadas contra el cable, el cual está ya inyectado en esta zona
en I_os anclajes es necesari? un cierto or~en, que, no obstante, se extiende a una parte pe~ con mortero de cemento, con una fuerza total de 800 t, tesando las barras de acero St 90
quena ?el cable. Por _111ed10 de los nervios de los alan1hres s-e consiguen las separaciones por medio de gatos o de llaves taradas. Las chapas están rigidizadas por nervios soldados,
11ecesar1as para el flujo del Jnortero. En los codos se apoyan u.nos alan1hres en otros no y tienen las dimensiones necesarias para que se puedan colocar encima y debajo del cable
originándose apenas fuerzas de acodala111iento. La figura 7.55 n1uestra las secciones' de unos gatos hid.rá11licos que se apoyan en la ventana contra el h_ormigón del al1na~ pudien-
dos cables de este tipo, ya inyectados, de 12 y 39 alambres ovales corrugados; se puede do así desplazar el cable en la dirección indicada con una fuerza de 500 t. En la figu-
apreciar el perfecto llenado por el mortero. ra 7.57 se puede apreciar el cable en la ventana, y en la figura 7.58 vemos la zapata de
tesado con dos gatos de 30() t, tal como se hizo en el puente Untermarchtal, sobre el valle
En algunos _países ~stá permitid? también el colocar ala1nhres lisos sin ord.~n y sin sepa~ del Danuhio [202].
radores. Con 1:n numero pequeno de alambres y diámetros gra'ndes, por ejemplo 12 mm,
puede ser factible; pero en el caso de gra'ndes paquetes, el autor duda de que el mortero La zapata de tesado se coloca una vez que se ha tensado el cable lo más posible mediante
de cen1cnto pueda penetrar por todas partes entre los ala1nbres, sohre todo e:n las cu.rvas el dispositivo principal, el cual permanece en activi(lad mientras act1ían los gatos a11xi-
del cable.
liares. La fuerza de pretensado, decreciente a consecuencia de los rozamientos, s11fre,
pues, un aumento brusco en los puntos de tesado auxiliares (fig. 7.59), que se equilibra
después de retirar los gatos. En -las estructuras largas se pueden disponer varios puntos
a11xiliares de tesado, como se hizo en 1953 en el puente de autopista de siete vanos, en
Northeim. Se puede conseguir también el efecto de mordaza de Ia zapata de tesado, me-
diante la acción de una cuña (ver l.ª edición alemana, pág. 197). El dimensionamiento
demostró, sin embargo, que se requería una n1ayor cantidad de acero que co:n el proce-
dimiento de la figura 7.56. Además, es preciso mecanizar algunas superficies de acero
para regular el rozamiento de la superficie de la cuña de forma que se cree una sufi-
ciente presión transversal.

Otra solución para compensar en un punto i'ntermedio la pérdida de fuerza de preten-


sado por rozamiento consiste en disponer una junta de prctensado, cuyos gatos se accio~
nan después de que el pretensado principal ha alcanzado el límite permitido, hahiéndose
logrado ya la suficiente capacidad resistente para el peso propio (Propuesta de B. FRITZ)
(figura 7.60). Cua'ndo se tesa desde la junta, se desplaza al menos una mitad de la estruc-
Fig. 7 .55 Alarri.bres ovales colocados sin orden; sección del
tura, sobre sus apoyos 1nóviles, u.n recorrido igual al alarga1niento adicional del acero. Los
conducto después de inyectar (Polensky & ZOll· gatos de la junta deben ser die.eñados para la totalidad de la fuerza, y los apoyos, dimen-
ner). sionados para aquel gran recorrido.

272 18 273
1
alzado sección·A-B
-,¡B --¡o -·--ancho del alma--.. - - 7.62 Cables auxiliares
__ ____¡___ __ ,_~·--- -~·------·-"-""'i--1100 - - - - - -
;/;: /:// %" , % ZERNA ha ideado un procedimiento (189] con el que teóricamente se deberían eliminar por
hormigón completo las pérdidas de fuerza de pretensado debidas al rozamiento (fig. 7.61) : Sobre el
gato de sentido de cable principal, G, se coloca un cable
200 t tesado
auxiliar, H, que es presionado por las ---- __/ _________ d !'.,
";;I ---- estado final

fuerzas de desviación, U, contra el con-


ducto. Primeramente se tesa desde un
fl teórica
1 1 :------------ -
~
extremo el cable, G, con la fuerza, V0 •
Una vez que se ha alcanzado la fuerza 1

de tesado teórica, se tira con un segun-


do gato del cable H en el mismo sen-
tido. La fuerza necesaria para ello es
-"'-.---
Punto principal de tesado ; '""
punto auxiliar de tesado A I{
aproximadamente:
;/
11 gato do "'cable en alzado
~----- ~~~~- Fig. 7.59 Aumento de la fuerza de pretensado en el valor
de la fuerza del gato, en el punto auxiliar de
tesado.
1 1
jA ¡e secci~n C-IJ
en la cual !' es el coeficiente de rozamiento de G sobre H; µH es el coeficiente de roza-
planta miento entre H y el conducto, y a, el ángnlo totalde desviación de G.
Al tirar de H se ejercen sobre el cahle principal, a causa del rozamiento entre G y H,
las mismas fuerzas longitndinales que anteriormente, al tesar el cable principal, produ-
jeron pérdidas de fuerza de pretensado. Dichas pérdidas quedan, por tanto, e.Iiminadas.
Mientras se tira de H hay que mantener la fuerza Vo en el gato principal, tomando en-
tonces el cable principal un alargamiento adicional a causa de las fuerzas de rozamiento
barras d_e tesado
transmitidas por el cahle auxiliar. Para las deducciones teóricas, consúltese la comuni-
~'.fF~
rigidizadores
cable
cación inclnida en [ 189].
--2omm
1 inlectado
-----~h. barras Los cables auxiliares _pueden ser reutilizados. En las vigas continuas, en las que cambia
' r de tesado
la curvatnra del cable, se precisan dos cables auxiliares, encima y debajo del principal.
i ~JOS/90
f-o--------1030 Naturalmente, sólo se compensan las pérdidas debidas a los cambios de dirección planea-
! 1
dos del cable, no pudiendo ser eliminadas las pérdidas por fuerzas laterales, o similares.
--1A __¡8
Aún no se ha comprobado la posibilidad de ejecución práctica y la economía de este
Fig. 7 .56 Zapata de tesado para un cable grande de cordones. Las barras sistema.
de acero St 90 son tesadas con un gato.

7.63 Calentantamiento
V. HAHN, de la empresa Ed. Ziiblin, de Stuttgart, propone calentar la armadura de pre·
tensar, por ejemplo insuflando vapor en el conducto, una vez alcanzada y mientras se
aflojamiento en .J,J f;
I~ ---- 11

1 pretensado principal solo

fuerza de pretensado ~fLIPr Fig. 7 .61 Procedimiento Zerna para eliminar


alcanzada en !a junta a11xiliar las pérdidas de fuerza de pretensado
· por medio de un cable auxiliar H,
, 1 el cual no está anclado y que es
extraído de nuevo.

Fig. 7 .60 Junta auxiliar de pretensado en el


gatos para e1 pretensado principal centro de la estructura centro de una viga de más de cua-

Of 1"- *Í~c=;r~~1ª
tro tramos, ,que es pretensada en
Pig. 7.57 Cable en una ventana abierta en el allna, Fig. 7.58 La zapata de tesado ya colocada, eón dos primer lugar desde los extremos,

~~
preparado para el montaje de la zapata de gatos de 300 t. Variación de la fuerza de preten·
tesado. Puente Untermarchtal, sobre el valle
1 1trnta auxiliar de tesado 1 1 sado.
del Danubio.

274 275
mantiene la fuerza de tesado admisible. con lo cual el recorrido de tesado se ve aumen·
l
tado en el valor de la dilatación té~ica ([269], [363] y fig. 7.62). Al enfriar, se elev'a
la tensión en todos los puntos si se mantiene el recorrido de tesado. Sin embargo, si se
conserva en los datos la fuerza de te-
alargamiento ~, obtenido por calentamiento sado en su valor teórico, se pierde
,uniforme, la fuerza de tesado una gran parte del recorrido, las fuer- CAPITULO 8
se manfiene en v0
zas de rozamiento s·e invierten, y en

-·-
.--t--.L alargami8nfo definitivo
~ después de enfriado el cable el centro de la viga permanece la 8. Creación de la adherencia indirecta y de la protección contra
' _...,_..
.._:.::·-·..;.-=,-
io
ri~·-1<:JO
: ...,
fuerza de pretensado o el alargamien-
to incrementados.
la corrosión en las armaduras postesas
1 {
~ i '<:l

::::< 1 " inclinación debfda alargamiento adicional


Se alcanzaría una fuerza constante
"'

i
:::> al mantener y
~ dornnte el enfriemiento
0
al rozamiento obteriioo =alargamiento térmico
a lo largo de toda la viga si se ca-
lentase el eable en el centro lo sufi- 8.1 El mortero de inyección como medio de enlace
t L.Jc---------+--- l/!!
ciente para conseguir una dilatación
igual a la disminución de alarga-
miento Asv debida al rozamiento, y
Una vez que se ha tesado la armadura de prete11sar, es preciso protegerla contra la co-
rrosión en sus conductos, y unirla al hormigón de la obra para garantizar la segu.ridad
punto de tesado, con una fuerza lj
se fuese reduciendo el aumento de al agotan1iento. Hasta el momento, la forma n1ejor y más económica de resolver estos dos
E<'ig. 7.62 El cable es calentado por igual y enfriado, mante· temperatura linealmente basta anu- problemas es la inyección en los conductos de un mortero de cemento, llamado mortero
niendo la fuerza de tesado V 0 • Se produce una
ganancia de tensión en la zona. central. larse e'n el extremo. El recorrido de de inyección 1• Por medio de sus álcalis, el cen1ellto endurecido proporciona una exce-
tesado aumenta en ambos extremos lente protección contra la corrosión. La adherencia es buena cuando, mediante una ade-
en 1/'u'lev · l, y debe ser mantenido mientras se enfría el cable (fig. 7.63). Es favorable, cuada técnica de inyección, se rellenan todos los huecos y se alcanza una resistencia
por tanto, insuflar el vapor en el lugar en que sea más necesario el calor, para que el suficiente en el mortero. En el apartado 8.2 serán tratados otros materiales utilizables
cable se caliente allí al máximo. como medios de enlace.
Para dar una idea del calor necesario, suponga· alargamiento que permanece
La inyección del mortero de cen1ento en los tubos envolventes parece a pri111era vista
después de enfriar
mos que se tiene una pérdida de fuerza de pre· muy fácil; sin en1bargo, al p,rincipio se con1ctieron algunos errores importantes. Así~
tensado del l O % , en acero St 180. Entonces: por ejemplo, se preparaba la pasta generaln1entc con una ca·ntidad excesiva de agua, al
objeto de asegurar el flujo a través de las finas grietas y huecos. Sin embargo, el agua
Lltv = 0,10 X 0,5 = 0,05 % , 1 excedente no puede evaporarse en los tubos envolventes hern1éticos, ni puede ser absor~
alargamiento consecuencia del tesado
y cal.entaqiiento no uniforme bida por el hormigón circundante. En algunos casos el agua, al helarse, ha hecho saltar
y el aumento de temperatura necesario será: el hormigón a lo largo del cable (fisuras de helada).

LIT = Llsv = Jl.,05_ = 42º C . Con frecuencia se inyectaba el mortero ba.io alta presión, debido a lo cual se mezclaba
ª' 0,012 -¡-punto de tesado lit con el aire en los conductos, no teniendo lugar entonces un llenado p-crfecto de los 11ue-
JI.O . "I ,, p, 1 11
''P cos, siendo por tanto deficiente la protección contra la corrosión. Ta1npoco se co'nocían
Vemos, pues, qu.e con este sistema se pueden entonces todos los fenómenos relacionados con la inyecció·n, y se sufrieron algunos fra~
compensar pérdidas por rozamiento del 10 al diagrama de calentamiento casos por atascamientos originados por la sedimentación o por deshidratación, que tan1~
15 %, en aceros de alta resistencia. El calenta· Fig. 7 .63 El cable es calentado con un incremento de poco podían ser eliminados con una presión alta.
miento debe ser rápido, con vapor que fluya temperatura variable linealmente desde AT
en su centro. hasta cero en el extremo.
muy de prisa, y se debe extinguir con la inisma Todos estos fenómenos dieron lugar a numerosos ensayos [520] y cuidadosas observacio-
velocidad, para que no se originen en el hor· AT , para que ET = Ar . La fUerza de
nes de los procesos en obra. De todo ello se han obtenido unos conocimientos, sobre los
n1igón tensiones innecesarias a causa de la tem~ tesadoªTv 0 y el alargamient~ en los extre-
mos permanecen constantes. Después de en- que informaremos en lo que sigue, y que han encontrado su expresió'n en ]as "Normas
peratura; tensiones que en alguna obra ocasiom friar, la fuerza es constante en toda la lon- provisionales para la inyección del mortero en los conductos de pretensado" del Comité
naron fisuras longitudinales a lo largo del cable. gitud del cable (teóricamente). Alemán del Hormigón Armado (edición de julio de 1957 [336]) 2•

7.64 Disminución del rozamiento por medio de impulsos vibratorios Ante todo hubo que crear métodos de ensayos que permitiesen comprobar las propieda-
des deseadas del mortero de inyección. Más adelante describiremos d.ichos métodos de
El rozamiento puede ser disminuido probablemente por medio de impulsos vibratorios e·nsayo.
que recorran el cable. FREYSSINET concibió esta idea hacia el año 1943. El autor formnló,
n1ás o n1enos hacia la misma época, una propuesta de investigación que no llegó a reali- 1 Creemos que en un estudio de carácter general como es el de este capítulo, resulta más adecuado el
zarse a eausa de la guerra. El gato debería llevar acoplado para ello un vibrador. Más empleo de la palabra "mortero", y no "lechada", "pasta", etc., como se hace en la práctica, pues, como se
tarde, A. Boss1cH, de Frankfurt, presentó esta idea al DBP (37b, 4/01 B 23 1%, del 3 de verá más adelante, en ocasiones se puede añadir a la pasta árido fino, o incluso arena. (N. de.Z T.)
diciembre de 1952). La fuerza de prctensado debe ser introducida por etapas. Sin embar; 2 "Vorliiufigen Richtlinien fiir das Einpressen von ZementmOrtel in Spannkaniile" des Deutschen Ausschus·
go, no se tienen aún noticias de que se h.ayan obtenido hu·enos resultad.os prácticos. ses für Stahlbeton (Fassung Juli 1957).

276 277
8.U Segregación del agua y variación de volumen en el mortero de inyección. Adiciones es del 3 al 6 % , que es demasiado grande, a efectos det llenado completo de los con·
duetos. Las normas alemanas exigen por ello que la disminución de volun1en no sobrem
Los fenómenos de peores consecuencias a que está sujeto el mortero de inyección son pase el 2 % , lo que en la mayoría de los casos sólo se puede conseguir mediante la adi-
la segregación del agua (sedimentación) y la disminución de volumen. En el mortero ción de un agente espu111ante. J..,as adiciones q11e reduce·n la cantidad de agua necesaria
amasado con agua sedi:n1entan los granos de ce1nento y los áridos a consec11encia de su (plastificantes) contribuyen igualmente a limitar la disminución de volumen, puesto que
peso (peso específico" absoluto del cemento portland: 3,1 g/cm 3 ). Esta sedimentación se alcanza la fluidez requerida, con menos cantidad de agua. Para el mortero de inyec-
dura de 2 a 6 hmas. En las zonas más bajas se produce una concentración de granos ción no se utilizan en general los agentes airea'ntes, pues favorecen la disminución de
de cemento, mientras que arriba se forma una zona de lechada muy flúida, con los gra- volun1en, y, por otra parte, los n1icroporos necesarios para la resistencia a las heladas
nos más finos de cemento, bajo una capa de agua pura. La cantidad de agua segregada se consiguen igual1n·ente con un agente esp11mante. Dado q11e se desea además retardar
depende, para una determinada cantidad de agua de amasado, de la cantidad de agua que el comienzo del fraguado hasta las 3 ó 4 horas, se han creado adiciones especiales para
hayan absorbido las capas exteriores de los granos de cemento. Hay cementos que pro- 1norteros de inyección, las cuales:
vocan una fuerte segregación de ag·ua, y otros, mucho menor. Al princi1>io se creyó que
los cementos de molienda finísima daban lugar a una segregación de agua meno-r que l. 0 Disminuyen la cantidad de agua que requiere el cemento.
los de molienda más basta. IJos ensayos demostraro·n, sin embargo, que requieren ma~
yor cantidad de agua para lograr una determinada fluidez. 2.0 Actúan ligeramente c¿mo espumantes.
3. 0 Retardan el comienzo del fraguado.
A causa de la sedimentación se produce una considerable disminución de volumen del
mortero, antes del comienzo del proceso químico de fraguado. A causa de éste, es decir, En ~4Jen1ania, tales adiciones está11 sujetas a una aprobación oficial. No deben contener
de la hidratación, se combina químicamente agua, dando lugar al fenómeno que llamare- cloruros. Actualmente están consideradas como adiciones de co'nfianza las siguientes:
n1os "encogimiento del mortero" y, por tanto, a una nueva variación de volu1nen. Este
encogimiénto hace disminuir inicialn1ente el volu1nen total. Sin cn1bargo, en cuanto se Intraplast, de la easa Plastiment GmbH, de Karlsruhe.
alc:nza un cierto grado de endurecimiento, no se pueden desplazar ya más los granos Tricosal H 181, de la casa Chemische Fabrik Grünau, de Illertissen.
en el interior del mortero. Al continuar la hidratación se produce un vacío entre los
Intrusion Aid, de los representantes de Prepakt.
granos que hace que sea absorbida nuevamente en el mortero el agua segregada.
El efecto espumaute se consigue por medio de polvo finísimo de aluminio, que reacciona
Se pueden seguir bien estos fenómenos en la representación de W. ALBRECHT ([337] y fi.
con los álcalis del cemento, liberándose hidrógeno que forma pequeñas burbujas.
gura 8.1). A la formación de pequeños poros en el interior, a cansa de la hidratación, la
Para evitar que cornie·nce esta reacción durante las operaciones de n1ezclado o de in~
1
tiempo yección, los granos de alur11inio están ro.deados de una capa protectora que se disuelve
r·~·- sedimentación
,agua 3 ·5li (encogimiento ex'.erno) 3 días al cabo de cierto tiempo, iniciándose el efecto espumante en el tubo envolvente [ 409].
cm¡,;,-,~-,/-°'/-,,_-!~-per-fic_rn_q_uo_d~ . .-"-¡
T . ,/ húmeda y mate
. \ ..'~
La reacción está influida por la temperatura; para una determinada cantidad de alu-
minio, el efecto espumante ·es menor con temperaturas bajas que con altas. La co111po~
s1c1on de las adiciones varía por ello seg1ín que vayan a ser utilizadas con tiempo frío
Fig. 8.1 Variación con el tiempo de la disminución de
volumen de un mortero, debida a la sedimen- o con buen tiempo.
tación y al encogimiento (según ALIIRECHT).
La figura 8.2 muestra cómo la acc10n espumante conseguida al comenzar el fraguado au·
menta de tal forma el volumen del mortero, que se suprime el efecto de la sedimen-
denomina ALBH.ECHT "encogimiento interno·". El valor de ·este encogin1iento puede ser ha~ tación y del encogimiento externo, o se produce incluso un aumento de volumen.
Hado fácilmente suministrando abundante cantidad de agua a una probeta estanca, y ave·
riguando la cantidad de agua absorbida. Se comprueba que el encogimiento interno con De esta forma se puede cumplir el requisito de que la disminución de volumen" alcance
cemento portland puede alcanzar del 5 al 8 % del volnmen del mortero endurecido. como máximo un 2 %.

Es importante, pues, elegir la cantidad de agua del mortero de inyección, de tal forma Si el efecto espumante en el mortero, cuya dilatación está impedida, conduce como en
que no quede agua libre después del endurecimiento completo. El ensayo previo per- la figura 8.2 a un aumento de volumen, se dehe originar entonces nna presión en el tubo
mite comprobar el cumplimiento de este requisito. Se satisface en general cuando se envolvente, a causa de la formación de gas. Los ensayos han demostrado que en los reci-
adopta, de acuerdo con las normas, un factor agua/cemento por debajo de 0,44. pientes cerrados esta presión se traduce en una compresión de los constituyentes sólidos
del mortero, y las burhujas se reúnen en la parte superior. La resistencia del mortero
La disminución de volumen del mortero endurecido con respecto al volumen líquido ini- aumenta con ello mucho, pero, por otra parte, resultan indeseables los grandes huecos
cial, a causa de la sedimentación y el encogimiento externo, tiene lugar con todos los que se forman. Para evitarlos se dehen dejar abiertos los conductos en sus extremos
tipos de cemento. K. WALZ hizo constar en [201] que el cemento portland tiene menos hasta que fragüe el mortero. Además, los tuhos envolventes no son herméticos a los gases
tendencia a la segregación que los cementos de alto horno o los portland siderúrgicos. en sus empalmes y pliegues, por lo que en la práctica no se producen casi tales presio-
Investigaciones posteriores [542] han probado, sin embargo, que ni la composición quí- nes y sus consecuencias.
mica ni la finura de molienda tienen una influencia marcada en la sedimentación. Inclu-
so con una relación agua/cemento baja, de 0,40 a 0,45, la disminución final de volumen Las especificaciones americanas sobre los productos de adición pueden verse en [242].

278 279
No es de te1ner una d.isn1inución de volu1nen a causa de la retracción del mortero endu- la punta del nuevo indicador (fig. 8,4.). En una probeta gradu~da ~e mide luego la cantidad
recido, ya que el mortero no pierde en los tubos envolventes la humedad sobrante, o, si de agua vertida. En el diagrama de la fignra 8.5 se puede leer dirc?tamente,. en tanto p~r
lo hace, es muy lentamente. ciento, la variación de volumen del mortero que corresponde a dicha cant1d~d de ~gu~.
Se vierte entonces la misma cantidad de agua. Tanto al llenar como al med1_r, los mth-
ENSAYO DE DISMINUCIÓN' DE VOLUMEN Y DE SEGREGACIÓN DEL AGUA
cadores, deberán coincidir con el eje del bote para que uo haya errores motivados por·
qne ést~ no se encuentre apoyado horizontalmente.
Para la comprobación de la sedimentación y de la disminución de volumen han desarro-
llado K. WALZ y H. ScHMID [272], [388] y [436] un procedimiento fácilmente realizable
en obra, que proporciona al mismo tiempo probetas para la determinación de la resis·

sin agente espumante en ar flOl)mm •· ''" llJW/,Ot J! a


horas--t---dlas
s
o '/z 1 J 6 8 Z4 Z'
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{sin adiciones) o
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1 t-+----t+~
T•1g...zo º
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nivel del
1
;:~,n~c~og~i;;:m¡¡ie:?int(;o".ÍZ=t~~~~~~~~,.~ -
tiempo de inmersión mortero
74 seg. 3 ..
externo Z,6% 'ff
4 !-+--+-----~' ~
%
5L
L _ _J____J___J__J____J_::::=i::::=:=Jºivel
agua
del
~
Fig. 8.4 Aparato de medida de
con agente espumante Schmid, para ensayar la
variación de volumen del
mortero de inyección.

Fig. 8.2 Variación con el tiem-


po de lbs cambios de
volumen de un mor-
tero con agente es-
pumante (según AL-
BRECH'l').

Fig. 8.5 Diagrama para la utilización del aparato de


Schmid, de la figura 8.4.
tencia a' compresión. El mortero de inyecc1on rec1en amasado es vertido en un bote
de conservas de l kg, de los normal es en el comercio, de unos 120 mm de altura y \2l 99
milímetros. Como aparato de medida sirve una barrita de latón en la que se fijan dos
indicadores. La figura 8.3 muestra el hote antes de} lle- Puesto que al caho de cierto tiempo no debe quedar agua lihr~ sohre el mortero, se
nado con Ia barra en la que se ajustan dos indicadores. llenan otros botes se los cierra herméticamente y se los mantiene a la temperatura
El bote es llenado hasta que la superficie del mortero en- dicha hasta los 28 'días. El mortero, al endurecer, ha absorbido generalmente al segundo
0 tercer día el agua que se segregó al principio; al ab~ir los botes para el ensayo de
tra en contacto con la punta del ind.icador vuelto hacia
abajo, estando situada en posición correcta en el pue'nte resistencia a los 28 días, no debe haher nada de agua hbre.
de medida la palabra "Llenar". Se impide la evaporación
del agua colocando inmediatamente una tapa provista de
arandela d.e goma, y poniendo encin1a Ull peso para asem
8.12 La fluidez del mortero de inyección
gurar la estanquidad. Después se coloca el bote en arena
húmeda o agua a la temperatura de la estructura y sin
APARATO DE INMERSIÓN
que sufra sacudidas. Después de 24 horas se abre el bote
l"ig. 8.3 Bote de conservas de 1 kg, y se vierte en otro vacío el agua que pueda haher sobre La segunda propiedad importante del mortero de inyec?ión es su flu'.dez, ya que de~e
utilizado en el ensayo de el mortero. Después se coloca el puente de medida, pero, fluir a lo larcro de U.na gran longitud, entre alambres situados muy ]Untos, o a traves
de los estran~ulamientos a que dan lugar los separadores, etc. Primeramente había que
disminución de volumen, se-
gregación y absorción del
en este caso, con la palabra "Medir" en posición correcta, y
agua. se vierte agua sobre el mortero hasta que su superficie toque encontrar un procedimiento para medir la fluidez, reproduciendo los fenómenos de la

280 281
realidad.. I~a aplicación de los viscosí111etros existentes, por eje1nplo dctern1inando el dispersión qne desaparecía en la segunda y tercera inmersiones. Sólo a partir del pro-
tien1po qu·e tarda en salir el n1ortero de un recJpie'nte con pequeñas aberturas, no con~ n1edio de éstas se obtiene 11n valor suficientc1ne':ntc correcto del ticn1po de inmersión, lo
dujo a resultados satisfactorios. cual es una condición in1portante para el eneayo llrevio. Se vio aden1ás que el tiempo
de la segt1nda a la sexta inn1crsiones es sólo de 0,64 a 0,77 veces el tien1po de la prin1era.
El Instituto Otto-Graf, <le la Escuela Técnica Superior de Stuttgart (K. WALZ y H.
[4.36], creó por ello u11 nttevo sistenia de ensayo con u1i a¡1arato de in1nersión,
Sc:tii\:IID) I~ste ensa-}ro l1a dado bue11os resultados en la práctica. No es corriente su Cjecución en
según figura 8.6. obra, si bien es posible. rro1nando como base las experiencias recogidas durante varios
años, se ha podido indicar en las nor1nas que el tien1po de inn1ersión inn1cdiata1nnnte
Cnn el . ensayo de in111ers1on se puede deterrni11ar la cantidad de agua q11e proporciona después del amasado {leh·e ser, para cables eetrecl1os o largos en conductos de cl1apa, de
una fimdez suficiente, para cada tipo de cable. El cilindro es llenado con unos l,9l de 15 a 30 segundos, y para cables más anchos, de 30 a 50 segundos.
mortero, hasta unos 26 cm por debajo del horde, de forma que al introducir la pieza de
inmersión quede completamente sumergida cuando el tope de la varilla de guía apoye en En los días cal11rosos .hay que aproximarse al lín1ite inferior del tie1npo de inn1ersión.
el separador colocado en la parte superior del En los días fríos la mezcla p,uede tener inayor consistencia.
tubo. Entonces se retira el separador y la pieza
'resaltos
~-egufa
~ ;
tttrºº'
barra de guía
se hunde unos 50 cm, hasta el tope. Después
de esto se la eleva de nuevo hasta la posición de
Dependiendo de la intensidad de amasado y el tipo de cemento utilizado, la fluidez em-
peora al cabo de corto tiempo y au111enta la consistencia del mortero, que no puede ser
~ partida, se coloca el separador, se le retira utilizado ya para la inyección. Para prevenirse contra esto se debe re¡1etir el ensayo de
1
1 ~ separador (madera) nuevamente y se mide el tiempo hasta que el
tope apoye contra el tubo. El tiempo de in-
iriniersián 30 min.utos después del amasado, debiendo ser entonces el tie111po de inn1erª
' nivel del mortero
sión inferior a 80 segundos. I\'os aseguran1os entonces contra un comie11zo pren1aturo del
' correspondiente a la
mersión es un índice de la fluidez. El ensayo fraguado. Dicho comienzo puede ser modificado, por ejemplo por medio de retardado-
E rlrli-1fb7?7;;/posición inicial de se realiza tres veces seguidas con el 1nismo re~ res, en -el caso de que el cen1e·nto no dé por sí rnis1110 un con1ienzo suficie:nten1entc tarª
sÚ;m!t E =·g, «! pieza de inmersión
lleno. La media de los tiempos invertidos en
parte sup. dío del fraguado. La variación de la fluidez con el tien1po debe ser con1prohada so·hre
pintado
de la pieza ~ de la segunda y tercera inmersión es la que sirve.
de inmersión ,.¿jg holgura
blanco
todo en eI caso de tiempo caluroso,
E• 1,Smm ro,o5mm
~-

°" ""
en especial cuando se va a inyectar
nivel del mortero La pieza cilíndrica de inmersión pesa 5 000 g,
~~ ~ '_{_·; ~h\-llt=7/sin la pieza de y su diámetro es elegido de tal forma que entre
un conducto grande, pues un fragua-
~ ~; inmersión
.V

(aprnx. t,9l} do prematuro conduce a atascan1ien~


ella y el tubo quede una holgura de sólo 1,9 mm.
T" El n1ortero debe penetrar, pues, por esta peque~
tos. Deben ser evitadas, a ser posible,
1 las ten1peraturas del n1ortero por
1 ña hendidura sobre una gran longitud, con lo
encima de los 25°C.
~ tubo de latón cual se reproduce el proceso que tiene lugar en
¡¡¡ d. i. = 62 mm los conductos.
longitud 900 mm
::§
"
u
o
jj Los aparatos de inmersión necesitan ser tarados,
V ISCOSÍMETROS
·~ lo cual se hace de la siguiente forma: El tubo
E
"'
o
•O
o de latón, seco, es llenado en un ambiente a 19°C
·~ I~n otros países se inide la fluidez
de temperatura, con 1,9~ del líquido de com-
paración; que es glicerina (peso específico por medio de viscosí1netros de rota-
1,2260 g/cm3 a 20"C). Se coloca entonces el se- ció:n y de torsión. En los prin1eros
:<¡ se mid.e con ayuda de un milia1nperíª
parador dentro del tubo apoyado en su muesca,
T y se comprueba que la glicerina llega a la altura metro la resistencia a la rotaciÓ·n de
un cilindro que gira sumergido en el
o sobrepasa muy poco el extremo inferior pin-
tado de blanco del separador. Al introducir la n1ortero. En los viscosín1ctros de tor5

F'ig. 8.6 Aparato de inmersión del Instituto Otto·


Graf, que da un fudice de la fluidez del pieza seca hasta su posición de partida, sube la sión gira el recipiente con el nlortero
mortero de inyección, por medio del tiem"
superficie de} relleno hasta cubrir el horde su- a una velocidad constante. El ángulo
po de inmersión de una pieza de 5 000 g
de peso. perior de aquélla. de giro de una barra sumergida sus-
pendida de un alambre, da el va1'or
Después de aproximadamente 1 hora, las burbujas de aire arrastradas han subido a de comparación buscado.
~a .su.perficie.,. y se continúa entonces el tarado colocando el separador con su extremo Fig. 8.7 Viscosímetro holandés de rotación «Ibis)).
ml~nm· sobre el borde del tubo, apoyando el tope en el extremo superior. Entonces se Como ejemplo se muestra en la figu-
retira bruscamente el separador hundiéndose la pieza hasta que el tope apoye en el tubo. ra 8.7 el viscosímetro de rotación
Este. ensayo se repite al menos tres veces con el mismo líquido. El valo~ medio de todos holandés "Ibis", tipo 350 X (Rotating adbesion meter), al que es posible acoplar cilindros
los tiempos de inmersión medidos debe ser 34 1 segundos. de diversos diámetros. El aparato va provisto de baterías para poder independizarse en
obra de la corriente eléctrica. Se gradúa la batería a 10 V; el cilindro, sumergido en
N:-imerosos e'nsayos han probado que las p·rÍmeras inmersio-nes, a pesar de tratarse de una el mortero hasta una cierta marca, es puesto en rotación, y se lee en el miliamperíme~
misma mezcla, presentaban bastante dispersión en el valor del tiempo de inmersión, tro la potencia necesaria.

282 283
Ilesulta ventajoso en estos aparatos el que no sea preciso ton1ar muestras del inortcro~ El autor prefiere los cables de configuración apretada, es decir, con un índice de penetra-
así como que se dejen limpiar con facilidad. Pueden ser utilizados también para medir bilidad alto, sobre todo teniendo en cuenta que hoy en día se domina la técnica de
n1orteros inuy consistentes, en los cuales la pieza de 5.000 g del aparato de in1nersión inyección de tales cables. Con índices altos se econo1niza secc~~n de estruct?-ra. y 1~~rtero
no se hli'ndiría ya. de inyección, y se evitan también los grandes huecos producidos por la d1smmuc10n de
volumen del mortero.
Es de esperar que, ',con el tiempo y después de un n1ayor estudio, acaben estos viscosí-
metros por desplazar a los aparatos de inmersión. La fluidez necesaria depende no sólo de la longitud del cable a inyectar, sino también
de este índice. Se debe adoptar el límite inferior del tiempo de inmersión, de unos 20
segundos, para índices de penetrabilidad altos, po; ejemplo de 6 a 9, mientr~s '.lue los
FACTORES QUE DETERMINAN LA FLUIDEZ
tiempos mayores, de 40 a 50 segundos, son apropiados para los cables con rndrces de
La fluidez depende de la clase y finnra de molienda del cemento (ver no obstante [ 542]) , 2 a 6.
de los áridos (si los hay), y de la cantidad de agua. Además influyen la duración y la
intensidad del amasado (ver apartado 8.16). Puede ser mejorada por medio de adiciones
plastificantes. Así, por ejemplo, con un cemento portland Z 275 y con una relación 8.13 La resistencia del mortero de inyección
agua/cen1ento de 0,38, el tien1po de inn1ersión sin adiciones es de 74 segundos, n1ientras
que con el producto de adición H 181 y la misma cantidad de agua es sólo de 41 se- En el capítulo 6 se dijo ya que para conseguir la necesaria seguridad al agotamiento es
gundos [ 437]. suficiente con una resistencia n1oderada del medio de enlace, y que en el caso de preten-
sado limitado debería ser mayor que si el pretensado es completo. Las normas exigen,
Para caracterizar los cables, a efectos de la fluidez apropiada, ha establecido O. VoLTER independientemente de la calidad- del hormigón de la estructura, las siguientes resisten-
[ 437] un índice de penetrabilidad, que varía mucho de unos cables a otros según que el cias del mortero de inyección:
c&ducto esté llenado por 1nucl1os alambres o por una única barra, o según que queden
o no grandes espacios libres en la sección para el paso del mortero. El índice de pe- a los 7 días, fin= 200 kg/cm2 ;
netrabilidad es la relación entre las superficies del acero de pretensar y del conducto de
chapa, que debe mojar el mortero, y la sección libre del conducto, viniendo expresadas
a los 28 días, fin= 300 kg/cm2 •

las superficies por la suma U de los perímetros, de forma que - F---F- tiene la dimen-
u La resistencia es medida en probetas cilíndricas obtenidas de los botes del ensayo de sedi-
{ et - z mentación de la figura 8.3. Para ello se cortan los cilindros en ambos extremos, dejando
sión 1/cm. En la siguiente tabla 8.I se dan algunos de dichos índices correspondientes a una altura de probeta de 80 mm, y se pulen las caras o se las envasa con una lechada
conocidos procedin1ientos de pretensado. fina grasa. Una vez extraídas del bote, las probetas deberán ser conservadas permanen-
temente húmedas.

Tabla 8.I La altura de la probeta es, pues, menor que su diámetro, por lo que la resistencia que
se obtiene corresponde aproximadamente a la resistencia cúbica, siendo por tanto alµ;o
Indices de penetrabilidad de algunos tipos de cables (según O. VoLTEH)
más elevada que las resistencias prismáticas o cilíndricas normales, ya qne el hecho de
qne el cilindro sea tan bajo entorpece la dilatación transversal.
e a ble Tubo envolvente Indice _ _U_______...
Núm. 1 1
FG1-F 0
mm mm En general no es necesario que el mortero alcance rápida111ente su resistencia definitiva a
1 1 cm· 1
--- -- 1
---- compresión. No obstante, si se quieren a·nclar los cables contra el mortero de inyección
Beton~ und Monierhau CI (ver apartado 3.29), es preciso comprobar la resistencia a los 3 ó 4 días. No se puede dar
l 9 oval 30 ... ... 26/42 4,2 para ello ninguna regla con validez general, pues la resistencia necesaria depende de la
2 15 oval 30 ... ... 42/42 3,9
3 28 oval 30 ... ... ... 54/54 4,2
presión del anclaje y del grado de zunchado de la zona de anclaje del cable correspon-
----- diente. Con un buen zunchado y una pieza de anclaje qne cierre casi por completo la
Freyssinet Wayss y Freytag o cavidad del anclaje, es suficiente con una resistencia no mu.y alta, pues el 1nortero no
4 12 "" 5,25 ... ... ... ... ... .. . 31 5,9 puede evadirse .
5 12 "" 8,0 ... ... ... ... 45 4,5
---
BBRV o El p·rimer requisito del apartado 8.11 lleva a relaciones agua/cemento hajas, por lo qne,
6 32"" 6,0 ... ... ... .. . 52 6,3 en general, se alcánza sin dificultad la resistencia exigida, aunque el agente espumante
-~ .. -- ---
Leoba oval reduce ligeramente la resistencia por la forn1ació·n de poros que provoca.
7 12 "" 5,25 ... ... ... 30/44 7,4
Dywidag o 8.14 Resistencia del mortero de inyección a las heladas
8 1 "" 26 ... ... ... 30,5 8,9
- -
Baur-Leonhardt e El mortero de inyección debe poder soportar las heladas sin que pierda con ellas su resis-
9 p. e., puente Eyach, 324 cordones 7 ó 3,0 tencia a compresión, ni reviente los tubos envolventes. Es imprescindible q11e se satisfaga
milímetros ... ... ... .. . 200/200 6,5 este requisito, pues en el n1ortero sólo se combina quín1icamente con el agua, de un 15 a

284 285
un 17 % del peso de cen1ento, y el agu.a restante no puede evaporarse, 0 lo liace m,uy ras hasta - 20°C, n1a'nteniéndola por lo n1enos durante 2 .l1oras n1ás. En la escala circu~
l
]

despacio a causa del t11ho cnvolve11te.


lar se van l'eyendo las variaciones de volumen de la probeta, y se las anota tal como
se indica en la figura 8.10. Hacia los - 4° ó - 6'°C se presenta en general una discon-
Cuan~o este agua no con1hi11ada quín1ican1ente se l1ie1a~ se dilata, y deetr11yc ]a estrttc~ tinuidad al congelarse las partículas de agua libre. Si la línea continúa descendiendo, a
tura 1nterna del n1ortero s.:i ~o l1ay el suficiente nün1ero de pequ.eños poros que p·uedan consecuencia de la disminución Je volumen por la temperatura, significa que el inortero
compens~r este aumerlto de volumen [296]. A. RoHNISCH y E. PoWERS han investigado es resiStente a las l1eladas. Por el contrario, si se produce un n1ovimiento de retroceso
este fenomeno Y han llegado a la conclusión de que el volumen total de espacios huecos (fig. 8.10, curva superior del gráfico), es señal de que las partículas de agua, al conge-
finamente repartidos Y sin agua (poros) que haya en el mortero, debe ser al menos del larse, han hecho saltar la estructura interna del mortero, de forn1a que la disminución de
9 % del vo]un1en de agua n.o con1binada, si se quiere que aquél sea resistente a las he~ vo]un1en d.ehida a la ten1peratura se ve i'nterruin.pida por un gran aun1ento de volumen.
ladas [214,] Y [309]. Además, el mortero debe haber al,;anzado una cierta resistencia an- El mortero no es entonces resistente a las heladas (es heladizo).
tes de qtte tenga lugar la congelación, para que p11eda re.,sistir las modificaciones que se
produzcan en su n1icroestructura al helarse y dilatarse las partículas de ag·ua. Dado que este ensayo exige el uso de una cá- +q8
:rnara de refrigeración, no se realiza en obra
L_as normas exigen que las probetas de 3 días de edad, conservadas a +
5°C, no se dete- sino en los laboratorios de ensayo de n1ateriales.
Es suficiente, si no varía la composición del
1'l
.¡;
noren al helarlas a - 200C. La corta edad a que ee realiza el ensayo viene condicionada
1nortero, con repetir el ensayo de tarde en tarde. ~
por el hecho de que. no se dehen produ.cir daños en el mortero si, en el invierno, se e

producen heladas a los pocos días de la inyección. Está prescrito el mantener artifieial- •
-¡¡
n1e~te la temperat11ra del hor1nigón, evitándo así la helada en su interior, durante los días '" +o¡ 2
~
~

pel1?r~sos. No ohstante, paree~ ~ecesario evitar los peligros q11e trae consigo un mortero 8.15 Elección del conglomerante y de los áridos o
n? res 1stente a. l~s he1a_das, ex1g;?ndo el que posea d.icl1a resistencia desde los prin1eros
>
o+
drns,~ Este
1
reqms1!0 ohhga tamln~'.' a .".na relación agua/cemento baja y, en general, a la CEMENTO
.•
~

•O
~t-.._
·70 -ll! "C
temperatura
'
·~o o -qz
ut1hzac10n de agentes espumantes que produzcan el volu-
men necesario de n1icroporos. [,os diferentes cen1entos presentan una 111uy dis-
tinta aptitud para el mortero de inyección. La
·~ ~
;>- .~ -t}'I

~
' N"J' ..
i'"¿-86

termómetro
cantidad de agua necesaria para 1ina dctermi~ 'i3 ~$~Cl}q _... .
asidero ; tubo capilar nada fluidez, la sedimentación, la segregación
-qG
ENSAYO DE JIELADIC.IDAD I"
del ag11a, el comienzo del fraguado, son a veces
-qo
1nuy diferentes. Se ha investigado n1ucl10 para
Para comprobar la resistencia a las heladas se 11tiJiza eI Fig. 8.10 Variación de volumen de la probeta de
tratar de descul1rir qué tipo de cemento es más mortero, con temperatul'a decreciente,
anarato llan1ado "dilatómctro'\ creado por .A. I{OIINISCH
adecuado, aunque sin éxito [542]. Los ensayos registrada en el dilatómetro. La curva
( [309] Y fig. 8.8). En moldes cilíndricos, como el de la figu- inferior corresponde a un mortero re·
no han ac}arado suficiente1uentc, hasta el m.o~ sistente a las heladas; la curva superior,
ra 8.9, se l1acen tres probetas de mortero y se las conserva
durante 3 días en una cámara a + 5°C. Se dcsmoldan
mento, que propiedades físicas o químicas del ce-
n1ento son más favorables a efectos de los requi~
a un mortero heladizo.

c~~onces las probetas endurecidas y se las introduce en el


sitos que debe cumplir el i11ortcro. Es imp.rescin.dible, pues, recurrir a los ensayos previos
eilmdro . del dilatómetro. Del fuelle situado bajo el cilin-
para la elección del cemento más apropiado, los cuales deben ser realizados antes de cada
dro se u1.yccta n1ercurio que envuelve por completo la
aplicación n1asiva con n1uestras de la partida de cemento existente, debido a las fluc-
P'robeta, y penetra en un tubo capilar de cristal -doblado
tuacio·nes que tienen lugar en función del tipo de roca, la cocción y la i11olienda.
en círc11lo en posición horizo'ntal. El mercurio registra en
el tuho capilar los más mínimos cambios de volum~n de la 'l'on1ando como base laR experiencias y ensayos (y entre estos últin1os, p-rincipaln1ente los
probeta, los cuales pueden ser leídos en una escala. En el llevados a cabo por K. W HZ [258] y [272]), se pueden dar al menos las signientes: indi-
centro hay un tern1ómetro sumergido en el mercurio encima cacio-ries:
de la probeta. Se coloca entonces el dilatómetro en el refri-
fuelle de goma lleno de mercurio gerador y se h.ace descender la tem.perat11ra d11rante 4 ho- Los cementos portland de finura media (por lo menos un residuo del 5 % en el tamiz
0,09 mm, según DIN 1 171), es decir, el Z 275 o el Z 375 con molienda hasta, son más ade-
c11ados que otros tipos de cementos o los cementos con n1olie11da 111uy fina.
En casos excepcionales presentan los cementos de alto horno propiedades favorables, por
ejemplo cI cemento Wittckind Z 375.
E] ce1nento alnniinoso, que fue uti]lzado en los prim.eros años en los casos de te111pera~
turas bajas, deber ser rechazado, sohre la hase de los nuevos conocin1ientos, ya que, debido
a la recristalización, pierde a Jo largo del ti-en1po den1asiad.a resistencia, y no propo·rciona
tan1poco una seguridad corr1pleta frente a Ia corrosión bajo tensión.
P'ig. 8.8 Dilatómetro de A. ROh-
Fig. 8.9 Molde para hacer probetas
nisch para comprobar la Por lo que respecta al peligro de la corrosión, en el mortero de inyección deben ser utili-
resistencia a las heladas. cilíndricas para la prueba de
heladicidad en el dilatómetro. zados solamente cen1entos que no conten_gan cloruros.

286
287
-~---

ARIDOS 8.17 La operación de mezcla del mortero

Antes se añadían de buen grado al cemento áridos muy finos, que se dejan mojar más :Pronto se comprobó que la sedimentación y la segregaci~n del agua disminuían .con ~1;-a
fáciln1ente que los gra·nos de ce111ento, y no elevan, por tanto, innecesaria111ente la canti~ mezcla intensiva. Al principio se esperaba que por med10 de mezcladoras de dispers10n
dad de agua requerida. Basándose en los ensayos an1ericanos y suizos se reco1nendal1a en 0
de turbina, que girasen a gran velocidad, se diluiría en. ."'ªYº~ o meuor grado el c~-
especial el Alfesil (cenizas volantes ricas en Si0 2) probado en el procedimiento Prepakt ento y se le podría mantener así en estado de snspens10n, evitando la molesta sed1-
(DAVIS [86], ver primera edición alemana, pág. 203). En otros sitios se añadía harina de :entación. Los ensayos en este sentido [201] mostraron, sin emh.argo, que el morter~ se
cuarzo o de caliza [296]. También se empleaban el Trass y el Kieselgur (tierra de dia- calentaba rápidamente y fragnaba. Tampoco enfriándolo se llego a_l resu_ltado apetecido.
tomeas) (en Holanda, bajo el nombre de Betsil). Es preciso, por tanto, detenerse en un valor , medio correcto de la mtens1dad de mezcla.

Como, por otra parte, no bastaba con las mezclad?ras nor1?1ales d~ mortero,. fueron crea~·
Según las normas alemanas, dichos áridos pueden ser añadidos en cantidades del 20 al dos aparatos especiales, de los cuales serán descritos aqm dos tipos acreditados en la
30 % del peso de cemento, siempre que la cantidad de agua que se requiera añadir para
conseguir la fluidez necesaria no llegue a 0,30 kg por kilogramo de áridos. práctica:

l. M1XOPRESS, de la casa Seibert-Stinnes GmhH, Mühlbeim (Rubr) (figs. 8.11 y 8.12).


Los ensayos de K. WALZ [258] han mostrado, por otra parte, que no se consigue en
realidad, con dichos áridos, ninguna ventaja digna de mención. Tampoco se consigue nin~ El aparato ha atravesado diversas etapas de desarrollo .[ 408]. Tien~ una cubeta superior
guna economía. Por ello se ha general.izado cada vez más el uso de una mezcla pura de coü fuertes paletas agitadoras, que giran a 120 revoluc10nes por mmuto alcanzando una
agua y cemento (pasta), renunciando a los áridos. velocidad periférica de 3,5 m/s. Dichas palas están ajustadas de forma que se favorezca

Por otra parte, existen cables con huecos grandes, por ejemplo el cable Freyssinet, que
per~ten la adición de arena con un tamaño de grano de hasta 1 mm. Dependiendo de
las dnnensiones de la sección de libre paso, se puede adoptar un contenido de areüa
agua y cemento l¡
bastante elevado. I,a arena se queda preferentemente en los huecos grandes mientras que \ 1
la lechada penetra en los huecos finos, es decir, es cribada, en cierto modo, entre los
alambres apretados. I,a arena hace que se reduzca la sedimentación y mejora la resisten- -cubeta de mezcla
cia a compresión del mortero.

Si es preciso rellenar grandes huecos, como, por ejemplo, en los abocinamientos y trompetas
de los conductos junto a los anclajes de los cables concentrados, no es apropiada enton- 1 ¡\ lom'l
c~s la lechada de cemento. Se recomienda en tales casos el llenar los huecos con gra·


cubeta de
villa de 7 a 15 mm, o de 3 a 7 mm, de tal forma que al inyectar el mortero de cemento almacenamiento
se cr~a una especie de horm.igón Prepak:t. No se deben, sin embargo, utilizar tamaños por

jf,,,
1! _4 cercos de alambre
d.eha10 de 3 .mm, pues puede haber el peligro de que alguna zona se quede sin mortero,
s1 por casualidad es menor la resistencia al flujo en sus proximidades.

a la bomba

8.16 Composición adecuada del mortero de inyección Fig. 8.11 Principio de funcionamiento del Fig. 8.12 Mixopress en acción.
Mixopress.
s.ohi;e la base de todo lo dicho y de los resultados experimentales, se puede recomendar la
siguiente composición del mortero de inyección: al máximo el amasad.o. Después de 4 minutos se da salida a la mezcla a una ?uhe,t:' de
· nto situada dehaJ· o en la que giran dos bucles de alambre con velocidad igual
a1macenamie • d" l d" "' A
100 kg de cemento portland Z 275 ó Z 375, pero de molienda basta; 0 niitad, pero con inenor efecto, pues su n1isión es só.l? inU1pe ir a se Idmentadc1on .. ~ esdte
1 · d depósito va empalmada la bomba de inyecc10n. n aumento e 1a urac10n e
36 a 44 kg de agua; la cantidad exacta, a determinar midiendo la fluidez;
¡ segun o . 1 - . fl . b
mezcla por encima de los 4, minutos tiene só ~ una pequena in uenc1a so re a u1. ez,
1 fl . d
es decir, que una operación de mezcla demasiado larga no trae en este caso el peligro
adiciones con acción es.p·umante, plasti:ficante, y, en caso de necesidad, retardadora; \ de un fraguado prematuro [504].
cantidad adecuada, según indicación del fabricante y de las especificaciones oficia-
les de aprobación; hay que tener en cuenta la influencia de la temperatura; ¡ Los aparatos de la Vorspanntechuik GmhH y de la casa Proceq, de Züricb, están cons-
truidos siguiendo el n1ismo principio.
árido~; según apartado 11.15, pero solamente en cables con grandes huecos con-
2. MEZCLADORA DE TAMBOR CoLCRETE, de la casa Merkur-Co!crete GmbH, W einheim/Koln
tinuos.
(figura 8.13).
Todos los materiales sólidos y el agua serán dosificados en peso cuidadosamente. A ser En un tambor basculante se mezclan el agua y el cemento con una bomba centrífuga rá-
posible, el cemento llevará un cierto tiempo almacenado. pida (1 700 r.p.m., velocidad periférica 21,8 m/s), y, o bien se da salida a la mezcla

288 289
19
tuberla por la que pasa la entrada tangencial para
mezcla agua~cemento al producir un remolino El n1aterial de i11yección consta de dos con1ponentes:
segundo tambor
la mezcla agua~cemento es arena
bombeada de nuevo al tambor l.º Masa =e resina de poliéster, estiro! sulfato hárico, dirnetil-p-toluidina.
a través de este tu"bo
2." Endurecedor = peróxido de benzoilo, ftalato de dilmtilo, sulfato hárico.
cemento

Los endurecedores no representan más del 0,5 al 2 % de la masa de inyección. Ambos


compone11tes son n1ezclad.os y removidos hasta que se ohtie'ne un prod11cto con aspecto
de jarabe. Según las proporciones de mezcla de estos componentes, se. p'.'ede adaptar en
caja grado suficiente el tiempo de trabajahilidad (tiempo hasta el endnree1m1ento) a las Ion·
aqu! se recogen fas piedras
gitudes de los conductos, o a la temperatura del aire.
pequeñas y el material no Fig. 8.13 Principio de funcionamiento de la
adecuado mezcladora de tambor Colorete.
Como ejemplos de las propiedades de estos productos citaremos los siguientes datos:

Tiempo Resistencia a compresión Resistencia


Temperatura de de adherencia
directan1e'nte, o se la hace pasar a una cubeta de al1nacenamiento. Basta con 2 ó 3 minun !
trabajahilidad (sobre fleje de
tos de tiempo de mezcla. Una duración mayor condnce a un fraguado prematuro [504].

Hoy en día se exige el empleo de una mezcladora especial comprobada. También, según
ºC
horas
kg/cm 2 !
1-- Después de

hora_•___
acero)

las n.ormas, se dehe continuar ren1oviendo mecánican1ente el mortero ya nlezclado, l1as- !


-5' a -7' 2 a 2 'h 650 24 200
ta que se proee?a a su .i.nyección, ya que un reposo de corta duración hasta para que se
produzca la sed1mentac1on y, con ella, un espesan1iento de la mezcla en la parte inferior +20' Muy corto 1000 1 ?
de la cu}:i~ta, lo cu_al puede originar dificultades al inyectar. Además, en la parte superior + 20' Muy corto 900 48 215
d':l deposito tendna el mortero demasiada proporción de agua. Por el peligro que supo·
man estos hechos hubo de ser prohibido el uso de los aparatos primitivos.
El rápido endurccin1iento con el calor podría causar en la práctica algunas dific11ltades.
La segunda cubeta (cubeta de almacenamiento) hace posible una inyección continua.
En ca111bio, estos plásticos ofrecen u·na b11ena solu.ción para el caso de heladas.
El rendimiento que se requiere d'e las mezcladoras viene determinado por las dimensiones El coste de estos productos es aún mucho mayor que el del n1ortcro. No obstante, n1ere~
de los conductos a inyectar. No se debería emplear más de 2 horas en la inyección de cerá la pena perfeccionar estos i11ed.ios de enlace, y, por de pronto, utilizarlos en caso de
un conducto ..Para los conductos grandes es preciso a veces utilizar a un n1is1110 tiempo heladas.
dos o más aparatos de mezcla ( 437].
Se han emprendido ya intentos de recubrir ]as barras de pretensar con una resina sinté~
tica pastosa, p,ara dejarlas embebidas en el l1orn1igón sin utilizar tubos envolventes. La
resina sintética está preparada de tal forn1a que no con1ienza a endurecer lentamente
8.2 Los materiales sintéticos como medios de enlace
hasta los 10 ó 2() días, con lo cual es posible el postesar las harras después de un suficien-
te endurecimiento del horn1igón. Entonces, la capa de resina dis111inuye el rozamiento.
Según G. H. BENZ [543] están indicados los materiales snsceptihles de polimerización Con el Palatal PV 6, un poliestireno no saturado de la casa BASF, han sido Ilevados a
(orgánicos), como los compuestos de: cabo ensayos con éxito. A esta resina Palatal, y al objeto de empo!Jrec~rla, pueden ser
resinas Epoxy; añ.adidas cenizas volantes en la relación 1 : 3, sin que enipeoren sus propiedades. Una vez
endurecida la resina han sido i11edidas en el ensayo de arrancamiento de barras t;z5 10 n1n1,
resinas de poliéster; incrustadas 50 n1n1, resistencias de adherencia en el l1or1nigón, de 100 hasta 150 l.;;:g/cm2•
con1puestos vinílicos. La resistencia a compresión de esta resina artificial llega hasta los 1 700 kg/cm2• El Pa-
latal es tolerado p·erfecta1ne11te por el }1or1nigón, y defiende a los aceros de la corrosión.
~as resinas de poliéster son particularmente adecuadas en el caso de temperaturas ba- Sin embargo, aun no l1an sido llevadas a cabo 111ayores aplicaciones prácticas.
jas. A todos los J11ateriales s]ntéticos citados es co1n1ín un endureciminto rápido y una
resistencia n1ayor que los n1orteros de cemento.
8.3 La técnica de la inyección
No se producen disn1i:nuciones de volun1_en. Si se añade algún material co111plementario
(p. e. polvo de cuarzo, arena) no se produce apenas sedimentación. La cantidad de líqui- Al inyectar mortero de cen1ento, que considerare1nos aquí con10 el caso usual, es preciso
do snplementario que requiere la adición de tales materiales de relleno, no es tan grande tener en c11enta J1Tacl1os factores. Por ench11a de las consideraciones teóricas, se l1a alcan-
com? con la lecha~a de cemento. Como las masas son poco viscosas, el peligro de atas- , zado una cierta experiencia~ habiéndose llegado con el tie111po a una 44 técnica de la in~
cam1ento es pequeno.
yección" i11etódica.

290
291
3.31 Aparatos de inyección peruza de inyección, en la cual se pue-
de empalmar herméticamente la man-
Para la inyección del mortero se utilizan
guera, penetrando el mortero en el tubo
hoy en día preferentemente bombas de envolvente por las correspondientes ranum
membrana, con las cuales se puede des- ras de la placa de anclaje (fig. 8.15). En
arrollar una presión desde 5 hasta 8 at- el cxtrémo opuesto se efectúa la salida
mósferas, que es suficiente para inyectar
del aire por el mismo camino 1•
cahles gruesos o largos. I"as bombas de
émbolo, que permiten una 111ayor pre- En algunos procedimientos de pretensado tubo de inyección
sión, s.on más adecuadas para las lecha~ las placas de anclaje van provistas de
das ,muy finas, como las empleadas en unas aberturas en las que se aprieta la
las cimentaciones o en construcció·n de boquilla de la manguera. Se recomienda
galerías (por ejemplo las hombas Hani entonces el utilizar para ello una palanca
de hasta 30 atm.). según figura 8.16. Si los tubos envolventes
tienen prolongaciones ensanchadas en las
Las presiones grandes, o sea, por en~ zonas de anclaje, se deben disponer res-
cima de los 5 kg/cm2, no deben ser piraderos en los puntos más altos de estos Fig. 8.15 Caperuza de inyección Dywidag.
en1pleadas sin comprobar previa111ente ensanchamientos (ver figs. 7.10 y 8.28).
que las fuerzas que desarrollan serán
soportadas sin daños por el l1ormigón Al hor1nigonar los anclajes fijos se introduce en general una manguera respiradero (ver
de la estructura. Si por ejemplo se in- anclaje de los cables Leoba, figuras 3.12 y 3.13). Son apropiadas con este fin las mangue-
yecta con una presión de 10 kg/cm2 un ras de goma, metálicas o de ¡>lástico, si bien se las debe reforzar con un trozo de cable
tubo de 4, cm de diámetro, se origina
una fuerza expansiva de 4 t/m. Se re-
quiere un cuidado especial cuando exis-
ten ensanchamientos en forn1a ,de em~
budo, tales como trompetas de ahoci-
namiento en las proximidades de los
anclajes, y no se ha previsto una arma-
dura especial para soportar la presión
de inyección.
ll
:j
La bomha va generalmente inc'orporada
a la mezcladora (fig. 8.12) y, según el
rendimiento deseado, se. la acciona a
n1ano o con motor. Para inyectar cables
Fig. 8.14 Empalme de la manguera en el tubo de inyección de
un cable gtande.
individuales se prefiere ra bomha accio-
nada a mano~ pues con ella se consigue
la circulación lenta del mortero mejor que con las bombas de motor.
Las bombas debeu ser limpiadas frecuentemente y con gran esmero, puesto que el ce- Fig. 8.16 Palanca para apretar la manguera en la aber·
Fig. 8.17 Manguito roscado con eÚchufe
tura de inyección de Ja placa de anclaje (ca- para el respiradero.
mento tiende a depositarse en cada discontinuidad de las conduccíones, en especial en las ble Leoba).
válvulas, entorpeciendo el funcionamiento de la homba.
o similar, para que no se aplasten al verter el hormigón. Los tubos de goma o plástico
De la homha parte una manguera de alta presión qne termina cu el punto de inyección. pueden ser extraídos antes de proceder a la inyección, si han sido colocados adecuad a-
Cuando se inyectan cables pequeños, es suficiente con apretar a mano la boquilla con inente~
guarnición de goma, introduciéndola en la ábertura de inyección (ver fig. 8.16). Cuan-
do se inyectan cables mayores, se empalma a rosca la manguera al tubo que conduce al Si se quiere inyectar un conducto desde su punto más bajo, o drenarlo o dar salida al
cable (figs. 8.14, 8.15 y 3.109). aire en algún punto intermedio, se colocan unas piezas tubulares, corrientes en el con1er-
cio, provistas de e·nchufes, o aún mejor, de una bifurcación roscada para el empalme de
tuhos rígidos (figs. 8.17 a 8.19). Los pequeños enchufes de la figura 8.17 son adecuados
8.32 Formación de los lugares de inyección y los respiraderos para. dar salida al aire en puntos intermedios, n1ientras qÚe los de mayor tamaño sir-
En los cables individuales es conveniente disponer directan1ente las aberturas de in·yección ven para la inyecci.ón.
y de salida del aire en las piezas de los anclajes. Así, por ejemplo, en el . caso de los 1 Las aberturas o tubos que forman el respiradero sirven igualmente como rebosadores. Utilizaremos indis·
cables Dywidag, se enrosca en el extremo sobresaliente de la barra de pretensar una ca- tintamente estas dos denominaciones. (N. del T.J

292 293
Los tubos ensanchados que envuelven los manguitos de umon (fig. 3.111), requieren herméticamente con una tapa atornillada en la que está empalmado el tubo respiradero
sie111-pre un respiradero adicional, si no se quiere que quede en ellos aire ocluido. Para y rebosadero. Si se hace un cierre de mortero según el apartado 8.33, se deben disponer
dichos respiraderos intcrn1ed.ios se ernplean pequeños tubos ft.exihles n1ctálicos, que puc~ dos tuhos juntos. El cierre de n1ortero es sellado, junto a la tapa, con gon1aespuma.
den ser doblados o estrangulados con facilidad, una vez que ha rebosado el mortero.
En el caso de cables individuales es preciso proyectar con todo cuidado, estandardizán-
Cuando se inyecta un """cable grande desde s11s puntos 111ás bajos, y se realiza la inyección dolos· al máximo, todos los detalles constructivos de los puntos de inyección y los respi-
desde arriba, es necesario disponer un en1hudo directamente sobre el cajón de chapa

cara supt:irior
de la estructura

tubo $2"

11
manguito soldado al
disposlcíón en ei caso embudo de chapa
de que no sea posible
el drenaje hacia abalo

Fig. 8.18 embudo de chapa ~


Tubos con enchu-
fes para el respi-
radero.

-/, :l_
.¡¡ :l_
<j-2 a· fCt:m
.
~
e
.¡¡
.
~
~

-~ ,g
·e
Fig. 8.19
Tubo corrugado,
con pieza interme-
dia cilíndrica y de-
rivación para co·
nexión de un tubo
rígido.
tubo pintado exteriormente cori 1
Fig. 8.20 Elementos para la.· inyección de parafina de forma que pueda
un cable grande (procedimiento ser desenroscado una vez haya
endurecido e! mortero ...__,_._..,,tapa en lugar de una tapa roscada
BAUR·LEONHARDT). se puede disponer una válvula

(figura 8.20) y utilizar un tubo de al menos \2l 50 mm, pues de lo ~ontrario, las grandes
cantidades de mortero que penetran pueden dar lugar a atascamientos por las cansas raderos. El personal de obra debe recibir las indicaciones precisas, para que se obser-
descritas en el apartado 8.35. Por la parte inferior se drena el punto más bajo del con- ven todas las medidas especiales necesarias para una perfecta inyección.
ducto. El conectar los tubos de inyección en la parte superior del cajón de chapa, resulta
conveniente sobre todo cuando se va a reinyectar el cable de acuerdo con el apartado
8.36.. Además es conveniente, por ejemplo en el caso de los puentes, el realizar toda la
8.33 La inyección
operación de inyección desde el tablero, por lo que de todos modos hay que empalmar
el tubo por arriba. El objeto de la inyección es rellenar por completo con mortero todos los espacios huecos
de los cables, entre los alambres y entre éstos y los tubos envolventes, expulsando de
En las trompetas de anclaje de dichos cables grandes se colocan generalmente varios tn- ellos todo resto de aire o agua. Si se piensa que con frecuencia los cables tienen longiu
bos de 50 mm, a través de los cuales se llenan los grandes huecos con gravilla seca, nna tudes de 50 a 80 m, y están doblados varias veces hacia arriba y hacia ahajo, se compren-
vez tesado el cahle. El punto más bajo de la trompeta debe ser asimismo drenado. de que "no se alcance la finalidad propuesta sin mayor dificultad. La resistencia al flujo
del mortero es diferente dentro de una misma sección del conducto. Hay partes con una
En los puntos altos intermedios de un cable grande, es conveniente abrir desde arriba O'ran sección libre de paso, n1ientras que otras están cubiertas casi en su totalidad por
una ventana de observación de acuerdo con la figura 8.21, para poder vigilar el movi- :Jambres. Hay que evitar entonces que el mortero tome el camino más fácil, deja"ndo aire
miento de tesado del cable. El cajón de chapa puede quedar abierto, o bien se le cierra

295
294
sección longitudinal sección transversal O. VoLTER [299] y [437], que ha dedicado especial atenc10n a la técnica de la inyección
tapa provisional (chapa) del mortero, propone emplear agua con un producto humectante, que hace que el espe-
~·¡~---IF~~"F~~""'~""'~~~~
/
... ~~""~ íF"-,,_---------=-----.......-_-.,....-_...,,_-_-_________"""--_91l
sor de la película de agua que se adhiere a las superficies decrezca de unos 0,06 mm a
~ V;
~ ..,.cara superiº,,'==?:~~------- ------------1;;;~'m77J7- 0,03 mm, no formándose así gotas o puentes de agua entre alan1bres próximos. Dismi~
nuye entonces la cantidad de agua que se mezcla con el mortero inyectado, y la cantidad
c.- después de inyectar: de éste que se pierde es peqneña. El producto humectantc no debe contener sustancias
retirar el mortero,
retirar el embudo, químicas que puedan producir corrosión, recomendándose el 034 R de la casa REI-Werke,
picar el hormigón
y hormigonar el hueco Boppard, en la proporción de 0,4 a 0,5 g por litro.

,/// ;\ bordes perfectamente ortogonales J No siempre es posihle el realizar la inyección desde el punto más hajo de un cable. En
dichos puntÓs existen con frecuencia muchos cables juntos, precisamente en la zona de
máximas precompresiones, por lo que no es fácil empalmar a los tubos envolventes las
mangueras de inyección. Por ello, en el caso d.e cables individuales se sigue la norma
de inyectarlos desde los extremos anclados, incluso aunque estén más altos que otras zo-
nas del cable. No obstante, de ambos anclajes se utiliza el situado más bajo r.iara la in-
yección, y el más alto para la salid.a del aire (fig. 8.23).

Fig. 8.21 Ventana de ol;)servación en el punto más alto de un cable grande.

- -----
......._ Séf/idq
Fig. 8.23 Inyección desde los extremos anclados. Se .........d.!J aire
introduce el mortero por el extremo más '
bajo. El respiradero se dispone en el más
en las partes llenas d.e la secc10n. Si se piensa en cómo tiene lugar el flujo del mortero, alto. invección
se de·d.uce como forma más segura de realizar la inyección, la siguiente:

El mortero es inyectado lentamente en el punto más bajo del cable, habiendo dispuesto
los respirad.eros en los puntos. más altos (fig. 8.22). Al penetrar despacio el mortero, ex-
pulsa con seguridad. los restos de agua y el aire, siempre qne el contacto entre los alam-
bres y el tubo envolvente sea d.iscontínuo (lo cual se logra gracias a la ondulación trans·
versal).

Si los cables estuviesen secos en sus cond11ctos, el n1ortero que avanzase en, cabeza dehe~ Fig. 8.24 Ensayo en un tubo transparente parabólico, con un cable de 12 O 5 mm,
inyectado desde un extremo, W/Z = 0,42, l º/o de adición H 181; las
ría ir mojando las superficies de los aceros y del tubo envolvente; iría entonces cediendo burbujas de aire y las gotas de agua se reúnen en la parte superior.
agna y espesándose. A causa de este fenómeno se produjeron en los primeros tiempos
muchos atascamientos. Se evita esto lavando con agua los cables poca antes de inyectar,
de forma que se humedezcan todas las superficies. Además se comprueba al mismo tiempo Los e·nsayos con cables colocados en tubos envolventes transparentes, n1ostraron que un
que los conductos no presentan ninguna ohs- mortero de inyección lo bastante viscoso y consistente expulsa su:ficienten1ente el aire,
resplradero trucción. Después, el agua sale de nu·evo por incluso en las partes descendentes del cahle, siempre que fluya durante un cierto tiempo .
.;µ....L-------------~rebosadero la abertura de inyección, en el punto más No es posihle evitar por completo la formación de pequeñas burbujas de aire o agua
bajo. Los conductos sin revestimiento de . (fig. 8.24). Sin emhargo, si se emplean tubos corrugados, se reúnen las burbujas en la
chapa deben ser humedecidos durante algu- parte superior de las ondulaciones (fig. 8.25), donde molestan muy poco por lo que se
nas horas, para qne el hormigón no absorba refiere a la .protección contra la corrosión y a la adherencia.
demasiada agua del mortero.
inyección En este caso d.e cables inyectad.os desde los extremos, el agua utilizada para humedecer
El mortero que avanza en cabeza va reunien-
Fig. 8.22 Lo más indicado es inyectar desde el punto más las superfiéies debe ser expulsada con aire a pres.ión, pues no existe drenaje en el punto
do el agua sobrante y se vuelve más flúido,
bajo del cable, disponiendo los respiraderos- más bajo.
rebosaderos en los puntos más altos.
evitándose así los atascamientos. En los rebo-
saderos aparece entonces en primer lugar el Una vez terminada la inyección es preciso cerrar las aberturas de inyección situadas en
mortero aguad.o, y se debe continuar el bombeo hasta que snrja el mortero con su verda- puntos bajos, de tal forma que no se escape a ser posible nada de mortero. Cuando se
dera consistencia. utilizan para ello tapones de madera, es inevitable una pequeña pérdida de mortero, y
para compensarla, los rebosaderos deben tener la altura adecuad.a correspondiente.
Al principio lo que se hacía en algunas ocasiones era inyectar el mortero en los tubos
envolventes llenos de agua, para evitar así los atasca1nientos. Se vio, sin embargo, que el Si hay que inyectar cables con fuerte inclinación, o incluso verticales, es preciso tener
agua se mezclaba con el _mortero e·n una zona grande, desperdiciándose innecesariam"en~ en cuenta la presión en los puntos de inyección bajos, lo que requiere en general el fijar
te mucho mortero diluido, hasta que salía éste con la dehida consistencia. bien la manguera d.e inyección. Después es preciso cerrar bien la abertnra d.e inyección.

296 297
1
!

Las válv11las de cierre o las válvulas de corredera norn1ales no son adecuadas, ya que Una for111a de l1acer estos cierres es por cjen1plo colocar eittre capa y capa de alambres
deben permanecer cerradas h.asta que fragüe el mortero, y no podrían ser limpiadas unas tiras de mástique de 2 a 3 cm de ancho y a unos 20 cm de separación. El espacio en·
correctamente. Por ello se prefiere el colocar un tubo corto de pared delgada, y estran· tre a111bos sellados de n1ástique es rellenado, dcsp·u~s de tesar, con i11ortero de ceme'nto
gularle. consistente, que da lugar al verdadero cierre ( [ 437] y fig. 8.27). Mediante una subdivisión
tal de los c¿nductos, ]a operación de inyección es n1ás segura y i11enos cxp11esta a los
Cuando se trate de cables verticales se debe exigir con especial ahinco una relación agua/
cemento más baja, pues según los ensayos de A. RoHNISCH [296], si sobra agua se ori- antes de tesar
venta11a
g1na11 a ciertas distancias bolsas de agua segregada que no se abren paso hacia arriba.
En este caso es importante, por consiguiente, el uso de un producto de adición con bue-
na acción plastificante.

después de tesar respiradero para cada tramo

Fig. 8.27 Sellados de mástique y cierre de morte-


ro en los puntos más altos de un cable
grande de varios tramos.
Fig. 8.25 En los tub¡0s corrugados,
los restos de agua o de
aire se reúnen en la parte
superior de las ondulacio- defectos que se podrían producir, por ejemplo, por deficiencias en los aparatos de n~ezcla
nes, y son, por tanto, in-
ofensivos. e inyección. En los cables grandes es con1renientc adcrnás colocar respiraderos ,ª d1sta:n~
cías de unos 10 ni (fig. 8.28), en los qu.e se reúne el a~11a. segregada, o a traves de los
cuales es posible inyectar agua para eli111inar e·ntorpec1n11entos (ver apartado 8.35) ·

Si los cables cubren va:rios vanos, y tienen en consecuencia varios puntos alÍos, entonces,
si ]os vanos son su¡leriorcs a 20 n1 y las diferencias de 'nivel n1ayores de 0,6 n1, se debería
disponer en los puntos altos respiraderos adicionales, que puedan ser utilizados también
en caso de necesidad corno aberturas de inyección, para evitar largos recorridos de in-
yección y el consiguiente peligro de atascamiento (fig. 8.26).

llenar !os embudos


tubos intermedios de control
lil
2
correcto.
~~~,,_:;:-JI,__,
'
Fig. 8.26 En los cables tendidos sobre varios vanos se disponen
en sus puntos más bajos las aberturas de inyección;
y en los más altos, los rebosaq.eros. 3

Fig. 8.28 Cable largo de varios tramos, con tubos intermedios respiraderos o de inyección com-
Se puede realizar también desde los pnntos más bajos la inyección de ca.bles concentra· plementaria.
dos en estructuras de varios tramos, disponiendo en el pnnto más bajo de los conductos,
en cada tramo, aberturas de inyección. En los puntos más altos, en los que se hacen 8.34 Determinación ele la cantidad ele mortero necesaria
ventanas de observación según la figura 8.21, se pueden disponer nnos cierres de mortero,
de tal forma que cada tramo es inyectado por separado (fig. 8.27). Esto es importante Antes de comenzar la inyección es preciso tener nn~ i~ea clara d_e _las cantidades de ce·
en el caso de cables grandes, por ejemplo en puentes de varios vanos, porque de lo contra· niento y n1ortero necesarias, para poder fijar el rend11111ent~, a ex1~1r a ~~s aparatos de
río puede ocurrir que fluya el mortero antes de tiempo en el conducto del tramo con- inyección, así como el programa de trabajo para la operac1on de inyecc1on, la cual no
tiguo, y que fragüe antes de que avance el mortero de la segunda abertura de inyección. debe ser interrumpida mientras se inyecta tm cable.

298 299
Son conocidas la relación agna/cemento w = ·~ (ver apartados 2.2 y 8.16), y el peso. es·
Una segunda causa son los depósitos de cemento en las discontinuidades de los conduc·
tos, por ejemplo en los cambios bruscos de dirección de la corriente del mortero, en los
pecífico absoluto yo del cemento; para el cemento portland es yo = 3,1. El peso especí· orificios de inyección o junto a los separadores. El mortero deposita en dichos lugares
fico y del mortero se deduce de la relación [338]: granos de cemento, de for111a que la sección de paso llega con el tien1po a cerrarse. Es
éste un efecto de criba o de filtro, o de sedimentación en los ángulos muertos de la co·
l+w rriente. Este fenómeno da lugar a atascamientos, sobre todo en los cables con alto índice
y=-f- 8.(1)
-+w de penetrabilidad--;~-----, con separadores, cuando se inyectan grandes longitudes
Yo FG1-F,
de cable desde un solo punto. Por esta razón se recomienda en tales cables el subdi-
La capacidad VM de una cubeta de mezcla, para la cantidad Z de cemento (p. e. dos sa-
vidir la longitud a inyectar.
cos) , debe ser según eso:
Si se produce un atasco en un cable individual, se inyecta agua desde los respiraderos,
y 8.(2) es decir, en sentido contrario al de la inyección, expulsando el mortero. Cuando se sospe·
.1_ cha la existencia de la segunda causa mencionada, se deberá emplear al repetir la in-
z yección un mortero con mayor contenido de agua.
Las cubetas de los aparatos usuales son de 90 a l 00 l, de forma que cada mezcla pnede
ser ejecutada con dos sacos de cemento 100 kg). Cuando en un cable grande se produce un atascamiento de la cabeza de avance del mor-
tero, es posible deshacerlo en1pujando en sentido contrario con agua durante corto tie111R
Como el tiempo de mezcla es unos 4 minutos, y para el llenado o vaciado se necesitan po sin qne se pierda el mortero ya inyectado. Al continuar la inyección el mortero em-
igualmente unos 4 minutos, un aparato puede preparar unas siete mezclas por hora y puja hacia afuera de nuevo al agua. No obstante, es necesario expulsar el n1ortero qlte
suministrar la cantidad de mortero: se ha mezclado con el agua introducida.
Mo = 7VM• es decir, normalmente unos 700 l/bora.
Si se ha formado el atascamiento en un punto de inyección como el de la figura 8.20, es
Hay que tener en cuenta,' sin embargo, que cuando se inyectan cables individuales se preciso dar salida allí al mortero, a no ser que se pueda continuar la inyección desde
producen grandes pausas en el trabajo para cambiar al siguiente cable. El rendimiento otro tubo sitnado más adelante. En todo caso, hay que evitar en un cable atascado el
medio puede descender entonces hasta 100 l/h. Para los conductos grandes puede ser inyectar mortero desde el lado del respiradero, pues queda entonces aire ocluid.o, a
necesario, a pesar· de aprovecl1ar totaln1ente el rendin1iento n1áximo, colocar varios apa~ veces con grandes cantidades de agua.
ratos para poder terminar la operación de inyección antes del con1ienzo del fraguado.

La cantidad total teórica de mortero que necesita un cable es igual al volumen de hue-
cos V s obtenido a partir de su longitud y de la sección interior del tubo envolvente des- 3.36 La reinyección
pués de deducir la sección de acero de pretensar. En los tubos corrugados, será preciso
tomar para los cálculos un diámetro algo mayor.
Sabemos que hasta -el n1on1ento es inevitable una cierta sedimentación con segregación: del
La cantidad práctica es mayor qne V 5 , pnes se producen pérdidas en la mezcladora, du· agua. En todos los ensayos de inyecció·n en tubos transparentes~ se observó que en la pri-
rante la inyección (eliminación del agua del conducto), y finalmente, al rebosar el mortero, mera hora se forma en la parte superior de la sección del cable una zona de mortero
en los _tubos intermedios y en los extremos del cable. El factor de corrección k puede lle- muy diluido, e incluso lentejas de agua y burbujas de aire (ver fig. 8.24). El volumen de
gar a 2,0. Si se pudiese dar salida a toda el agua antes de comenzar la inyección, el esta zona defectu.osa es tanto más grand-e cuanto mayor sea la sección libre del conducto.
valor de k estaría comprendido entre 1,1 y 1,6. En los cables grandes hay que contar con que, a pesar del agente espumante, la zona
acuosa se extenderá aproximadamente a 1/ 10 de la altura del tubo envolvente. Estos fenó-
La cantidad de cemento necesaria para un cable S se deduce entonces de: menos han dado motivo a que se exija en las normas el reinyectar todos los conductos
con más de 5 c1n2 de sección de mortero. Esta segunda inyección debe ser realizada den~
tro de la segunda hora después de la primera inyección, y, en todo caso, antes de que
8.(3)
comience el fraguado del mortero.

3.35 Atascamientos; causas y eliminación Al volver a colocar la manguera de inyección, dehcrá estar llena de mortero, al oh.jeto
de no inyectar 'nada de aire. El nuevo mortero inyectado en1puja la capa acuosa y con
La formación de un atasco se detecta por la subida repentina de la pres10n en el manó- burbujas, y llena la zona superior del conducto irreprochablemente. Los ensayos con
metro de la bomba. La inyección debe ser interrumpida inmediatamente, pues las presio· tubos transparentes han demostrado que se puede obtener éxito también en los tuhos
nes altas en los conductos pueden hacer reventa¡: la estructura. envolventes pequeños, de 30 a 40 mm de diámetro (fig. 8.29).
Al principio, la causa principal de los atascos era el espesamiento del mortero al tener
qne mojar las superficies secas de los alambres y el tuho envolvente. Como ya se ha in- Para la rei'nyección es conveniente colorear el mortero con óxido férrico, o cualquier otro
dicado, se salva este obstáculo humedeciendo los cables inmediatamente antes de la in- colorante mineral inofensivo, para que se pueda comprobar fácilmente en el rebosadero
yección. cuándo ha acabado la reinyección.

301
300
La acción conjunta del agente es1Yun1ante y de la reinyección, lleva, dado el esmero que 8.4 Creación de la adherencia indirecta en cables ·situados
se exige a este trabajo, a un llenado completo de los huecos, y con ello, al logro del' ob- por fuera junto al alma
jetivo propuesto.
En puentes grandes se emplean con v_entaja cables . con?entrados colocad?s directamente
junto al alma [341], y que son horm1gonados o b1_en m:yec.tados despu.es de pret:nsar
(ver apartado 7.15). La unión con el alma de la viga prmc1pal se consigue a traves de
una armadura anclada en ella y que rodea el cable (fig. 7.15) ·

El recubrimiento de los alambres con hormigón puede ser hecho de diversas formas. En
un p-riiner procedimiento constructivo se envuelve el cable tesado, ~n el que .l?s alain#
Fig. 8.29 Por medio de la reinyección de mortero, aproximadamente 1 hora
después de la primera inyección, la zona acuosa y con burbujas es bres 0 cordones están situados muy próximos unos de otros (1 111n1 de scparac1on), con
totalmente desplazada por el nuevo mortero (en la fotografía, zona más una malla metálica muy tupida, encofrando a continuación el cahle, inferior y lateral~en­
oscura).
te. Se vierte entonces en el encofrado t1n l1orn1igón consistente, y se le con1pacta bien.
El espesor de la envoltura de hormigón varía, según el tamaño del cable, _d~sde 5 a 10
·centímetros. Entre el alma y el cable es suficiente con 3 a 4 cm de hornu.gon para un
8.37 Medidas de protección e inyección con tiempo frío buen engarce con la superficie del alma, que en esta zona será rugosa o provista de mues~
cas o resaltos.
Las temperaturas bajas retardan el fraguado del cemento, el agente espumante actúa sólo
parcialmente y el mortero de los tuhos envolventes se hiela con facilidad. Por ello, las En contacto con la malla metálica se han rlejado colocados a distancias de 8 a 12 m, Y
normas aconsejan con .razón que si la tem.perat11ra de la estructura es inferior a 5°C + por la parte s11perior, unos en1budos de inyección. con enchufes d~ tubo conecta~os, de
se ¡iuspenda a ser posihle la inyccc·ión. Al1ora bien, hay niuchas obras que se terminan en forn1 a q_ue una vez endurecid.a la envoltura de horn1igón se puede inyectar, con1.~ s1en1pre
los últimos n1eses del año, y sería sin duda absurdo el dejar los cables todo el invierno con n1ortero de cemento los huecos del cable, con1enzando en el p·unto n1as. bajo, d.e tal
sin la protecciÓ'n contra la corrosión que supone la inyección de mortero, a causa del pe~ forma que los tubos de inyección inmediatos sirven primerainente coino respirad.eros.
ligro de heladas existente. Por esto se presenta frecuentemente la necesidad de inyectar
también los cables con tiempo frío. En un segundo procedimiento constructivo, se encofra el cable tesado, imper~eahilizan~
do con gon1aespun1a la junta del encofrado inferior con el al1!1ª· En el espacio entre el
Es esencial entonces c11idar de que el mortero n"Iantenga durante los pri1neros 3 a 5 días cable y el encofrado se introduce, vihrándola, gravilla de 5 a 15 mm, hasta el horde su·
la te111pcratura 'necesaria para un con1ienzo f avorahle del endurecin1iento. Para ello, en perior del cable. Después se vierte una lechada de cen';ento (W /Z = 0,35) :y se la fuerza
prin1er lugar, se llenan los conductos con ag11a caliente, calentando así el hor1nigón cirm mediante vibrado a llenar todos los huecos en la grav1Ha y en el cable. Directamente, y
cundante. Para evitar tensiones perjudiciales debidas a la ten1perat11ra, el agua no debe antes de~ que fragüe la lec}1ada, se coloca la capa de terminación, de 11~rmigón consi.st~n~
eetar calentada por enci111a de +
50°C. Este calcntan1iento previo es necesario sobre todo te, y se la vibra igualmente. En los tramos de fuerte pendiente se contiene el hornugon,
cuando ha habido ya heladas. por arriba, con tilla tabla.

Como segunda medida hay que calentar el mortero mismo, inyectándolo a unos + 25°C. En las vigas continuas, la zona en contacto con el tablero y ~a.s contracurvas sobre las
pilas intermedias, deben ser inyectadas desde aberturas especialmente preparadas a este
Con esto es suficiente si las temperaturas no son muy bajas (alrededor de + 5°C) y si fin.
no ha hahido heladas precedentes.

En caso de heladas se protegerá además la estructura contra el frío, calentándola lo nece-


sario para que la temperatura del hormigón en el entorno del cable no baje de 5°C +
durante los primeros 5 días.

La adición al mortero de productos contra las helad.as está prohibida a causa del cloruro
cálcico que contienen generaln1ente, por el peligro de corrosión q·ue representa.

Si los cables deben permanecer sin inyección du.rante un período de heladas, es preciso
asegurarse a'ntes de que lleguen éstas, de que no quedan en los cond11ctos restos de agu.a,
para que ésta no produzca daños al helarse. Hay que evitar entonces cuidadosamente la
posihilidad de que entre ag11a en Jos conductos. :Para la protección de los alambres contra
la corrosión., d11rante los períodos de heladas, no existe aún ninguna solución comple-
tamente satisfactoria. Con frecu.cncia se han llenado los conductos con u.n aceite protec-
tor, expulsándolo de nuevo con aire a presión. Quizás lo rnejor sea n1antener perfectam
n1ente seco el acero de prete·nsar y cerrar h.ermétican1ente Jos tubos er1volventes, puesto
que con ello se eliminan dos de los factores de la corrosión: la humedad y la circulación
de mdgeno.

302 303
CAPITULO 9

9. La introducción de las fuerzas de pretensado

9.1 Generalidades sobre la zona de introducción

En el capítulo 3 hemos visto cómo las fuerzas de pretensado actúan por lo general sobre
placas de anclaje relativan1ente pequeñas, o incluso sin éstas por sin1ple adherencia con
el 11ormigón. I,.as fuerzas de pretensado se aplican., pues, bastante concentradas, dando
lugar a altas presiones locales, y se deben ir repartiendo sobre toda la seeción de la
estructura, a lo largo de U:na cierta longitud llamada longitud de introducción, a la cual
corresponde la zona de introducciini. Dichas zonas de introducción se presentan detrás de
cada punto de aplicación de fuerza o carga concentrada, es decir, también en los apoyos
de la estructura o e'n los lugares do11de actúan grandes cargas puntuales. En estas zonas
no tiene validez ya la teoría de ]a flexión, y es preciso obtener )as tensiones con ayuda
de las teorías de la elasticidad bidimensional, o bien de las funciones de tensiones en lajas
semi-indefinidas. Esto se logra solan1ente en casos relativamente simples. En casos más ge-
nerales es preciso servirse de la fotoelasticidad, qne hoy representa un medio práctico
para obtener, tanto cualitativa como cuantitativamente, la distribución de te'nsiones en
d estado I en los problemas de introducción de fuerzas.

Los anclajes se hallan en general en los extremos de la estructura. Las fuerzas de pr<>-
tensado pueden actuar en la sección extrenia, bien ce11trada o excé11trica1nente, en for~
ma de uno o varios cables. Dependiendo de la situación y dimensiones de los anclajes,
se originan en la zona de introducción considerables ténsiones de tracción en dirección
transversal a la de la fuerza, cuya posición y cuantía de11en1os conocer aunque sólo sea
- de inodo aproxi1nado, al objeto de arJ11ar convenientemente el hor1nigón de fnrma que
pueda aceptar estas tracciones, ya que él, de por sí, posee poca o ninguna resistencia a
tracción 1•

Los cables de pretensar pueden estar anclados también en cualquier punto intermedio
de la estructura. Además de las tracciones transversales se originan entonces otras longi~
tudinales inmediatamente detrás del anclaje, que deben ser cubiertas por una armadura.

Nuestros conoci1nientos sobre las tracciones transversales debidas a cargas concentradas


se basaron inicialmente en las investigaciones de E. MüRscH sobre las articulaciones en
los puentes en arco triarticulado [10].

Y. G·uYON l1a resuelto el prohlen1a teórican1ente para el caso d.e lllla carga centrada, aplin
cando las teorías de la elasticidad bidimensional para lajas delgadas semi-indefinidas
[155], pero estudió las condiciones en los bordes longitudinales, de una forma sólo
aproximada.

1
Estas tracciones transversales originadas por la dispersión de compresiones reciben en alemán el nombre
de j(Spaltkrtifte" (en inglés "splitting forces'i), expresión muy gráfica que no admite .fácil versión al caste~
llano. Por ello nos limitaremos a hablar de "tracciones transversales", procurando que no haya duda nun·
ca acerca de su origen. Lo mismo podemos decir de la armadura. (N. del T.).

1
f 20 305
M. TESAR [19] abordó el problema fotoelásticamente, y GuYoN ha completado en {143, · c1on. Las fuerzas transversales u, debidas a la desviación de las isostáticas de co111presión,
cap. VI] sus resultados teóricos con los de TESAR, creando unos ábacos de gran utilidad dan lugar, p11es, a tensiones de compresión inn1ediata111ente delante de la placa de an-
práctica para el dime'nsionan1iento de la armadura transversal. claje, y a contin11ación a tracciones. Esto ha sido confirmado también por los ensayos
fotoelásticos (fig. 9.2). La ley de distribución de tensiones transversales ay a lo largo del
Para el caso de dos_ anclajes en bordes opnestos ha dado H. SmVERS en [164] una solución eje y = O tiene la forma de la figura 9.3, de modo que inicialmente actúan, en nn corto
aproximada basada en nn estudio teórico de F. BLEIOH [9]. tramo, unas compresiones transversales elevadas, y a continuació'n unas tracciones que se
anulan p-rácticamente para x ::::: d. La tensión ay va decreciendo, naturalmente, hacia los
K. T. SUNDARA RAJA IYENGAR [507] dio en 1960 una solución teórica mejorada, en la cual bordes.
se suprimen las simplificaciones de GuYON, y sobre todo proporciona también la varia-
ción de Ox·
Finalmente, M. SARGIOUS ohtuvo en 1960, trabajando en la cátedra del autor, las tensiones
y fuerzas de tracción en el extremo pretensado de la viga, bajo la acción simultánea de
la reacción de apoyo [ 505].
En lo que sigue intentaremos extraer de los trabajos citados lo más interesante en cada
caso, desde el punto de vista práctico, para el dimensionamiento de las armaduras trans~
versales, presentando este extracto en forma de fácil aplicación.

9.2 Fuerzas aisladas aplicadas sobre piezas prismáticas


&

9.21 Fuerza aislada centrada

PRIMER CASO: b' = b =1


Consideremos en primer lngar la fuerza de pretensado V 1 actuando centrada y ortogonal Fig. 9.2 Isostáticas correspondientes a la aplicación de Fig. 9.3 Variación a lo largo del eje y = O de las tt:JílSiones
una fuerza aislada a 1/2 d, según los ensayos foto transversales oY para una determinada rela-
a la éara extrema de una pieza prismática de canto d y ancho b = 1 (fig. 9.1). La placa elásticos de M. SARG1ous. Inclinación del eje del ción a/d.
de anclaje del cable tiene nna altura a y el mismo ancho b' = 1, para qne la propaga- cable 4,4°. Ver también figura 9.27.
ción de la fuerza sea plana. El caso de qne b' sea menor que b. será tratado más ade-
lante.
I~os ensayos fotoelásticos n1uestran aden1ás que en el borde cargado del prísn1a, o en
sus esquinas, aparecen pequeñas zonas con fu.crtes tracciones trar1svcrsales a an1bos la~
7'7 dos de ]a placa de anclaje, traccio:ncs que tendren1os que c·uhrir igualn1ente con una ara
7 !1
madura.
1
, 2
3 La variación de a, depende fuertemente de la relación de la altura a de la placa de
-·- - anclaje al canto d del pris1na. I~a fig11ra 9.4· nos mu-cstra la variación de Oy para diferenm
4
tes relaciones a/d. El caso en que a/d :== O tiene sólo u·n significado teórico. lJ11icamenª
5 te se h.a dibujado la parte de la curva correspondiente a las ay positivas, q·ue es la única
/'/, 6 Fig. 9.1 Trazado aproximado dé', que nos interesa a efectos de obtener la resultante de las tracciones transversales, y de
las líneas de compresio- repartir correctamente la armadura. Los valores de Oy están dados en función de la tensión
nes y dirección de la<>
fuerzas de desviación de
estas líneas, al introdu-
uniformemente repartida a0 = -b V, d . Vemos, por consiguiente, que una viga pretensada
cir una fuerza aislada.
longitudinalmente con 100 kg/cm2 puede presentar en la zona de introdncción tracciones
transversales de basta 40 kg/cm2 , si la placa de anclaje es peqneña en comparación con
Al cabo de una cierta longitud de introducción l, se ha repartido uniformemente la fuer- la altura del prisma.
za de pretensado sobre toda la sección del prisma de hormigón, es decir, que actúa la
tensión longitudinal uniforme ax= d~ b, que designaremos abreviadamente por a0• Todos
La superficie comprendida entre la parte positiva de la curva ay y el eje y= O nos da
la fuerza total de tracción Z, cnyo valor ba sido llevado en la figura 9.5 en función de
los resultad~s de investigaciones inuestran q~e la longitud de introdttcción es aproxi- la fuerza de pretensado V, y para las diversas relaciones a/d. La magnitud de la trac-
111adan1ente igual al caqto d del prisn1a. IJas condiciones de eq11ilibrio exigen que las isos- ción transversa] pu.ede ser to1nada pues directa1nente de e~te diagran1a.
táticas de co111pre.sión presenten un trazado convexo inicialm.ente y cóncavo a continua~
Esta curva es 1nenos pronunciada que la dada p-or GuYON, incluida en la figura 9.4 de
1 En el capítulo 9, a diferencia de los capítulos de cálculo, la fuerza de p:retensado V será tomada siem- la primera edición alemana de este libro. Las cuidadosas investigaciones de SARGIOUS [505]
pre, al objeto de simplificar las ecuaciones, sin signo o con signo positivo. daban para a/d = 0,2 un valor de Z = 0,244V, qne está situado algo por encima de la cur-

306 307
va de IYENGAR, y casi exactamente en una línea recta que parta para a/d =O de
La fuerza Z puede ser expresada entonces muy fácilmente en la forma:
0,3V. Los ensayos fotoelásticos de TESAR y GuYON mostraron que en las esquinas de la viga se
producen tensiones oblicuas de tracción. De estos ensayos se ha tomado la figura 9. 7, que
da, para diferentes relaciones a/d, las isobaras de ay/ao (curvas de igual tensión transver-

1Z=0,3V(1-~-) 9.(1)
sal relativa ay/ a 0). En dicha figura se indican con un rayado las zonas de compresión.

De las cifras señaladas en las esquinas se deduce que las tensiones transversales de trae~
En la figura 9.5 se ha representado también la pos1c1on del punto ay= O, es decir, en el ción que se producen allí, alcanzan, cuando la placa de anclaje es grande, un valor casi
que con1ienzan las tracciones transversales, así con10 la del punto correspondiente a cuatro veces el de las tracciones que se originan en el interior.
n1ax. +ay, para diversos a/d. Estas dos abscisas nos dan una idea suficiente acerca del
con1ienzo y la repartición de la arn1adura transversal, si se tiene presente la curva de ay La figura 9.7 muestra una vez más, con ayuda de las isobaras, la influencia de las dimen-
de la figura 9.4. siones de la placa de anclaje sobre la distribución de las compresiones y las tracciones
en la dirección transversal.

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X .E afd :
Fig. 9.4 Variación a lo largo del eje y = O de las tensio- Fig. 9.5 Magnitud de la fuerza transversal de tracción en
nes transversales de tracción + a , en función de función de V. Posición de máx. + ºY y de ºr = O
V ' (según IYENGAR).
ºo = l.):d- y para diferentes relaciones a/d (se- Fig. 9.7 Isobaras de ay (líneas de igual tensión transversal) para diferentes relaciones a/d. Zonas de compresión
gún IYENGAR). rayadas. Se han indicado los valores ·-!-,
o

o
siendo o0
V
= 1):"Cf (según GUYON-TESAR).

E. MoRSCH dio una fórmula muy simple para la fuerza transversal:

(d-a) . . Si observamos ahora la variación de la tensión longitudinal ax en el borde y= ~ según


· ---~, que da valores _demasiado baJOS.
los resultados de IYENGAR (fig. 9.8), vemos que se originan también tracciones, y por ello
la tensión principal de tracción debe tener una dirección oblicua. Más adelante dare-
Las curvas de las figuras 9.4 y 9.5 son 1nos 1nás i11dicacio·nes sobre la magnitud de estas tracciones. Por 'los ensayos se sabe que
válidas para el caso de presión uniM estas esql1inas tienden a romperse a lo largo de la línea que limita la zona de tracciones.
formémente repartida bajo la placa Pueden ser evitadas estas tensiones de tracción achaflanando las esquinas hasta la placa
de anclaje. de anclaje (ver fig. 9.9b) .
+0,í1fl0
Si toina1nos una reparticjón parabó- __./ r"-.
SEGUNDO CASO: b' <b o
lica, con10 la que se produce en el
caso de la una placa poco rígida, es
decir, din1ensionada defectuosan1en- Si es ahora b' < b, es decir, si el an-
~-

"' "-... 'r-..


-

tc, se originan tracciones transversa- cho b' de la placa de anclaje es me-


les n1ayores, con10 e,e rn1ede ver en nor que el ancho b de la pieza, la ""'~ .
....___
la figura 9.6 (lYENGAR [507]). La di- fuerza se propaga también según la ~

tercera dirección z, originándose ta111~ 0,35d O,Sd 0,7Sd d


ferencia es tanto más grande cuanto
bién en esta dirección tracciones X
n1ayor sea la relación a/d. Si se tiene X Fig. 9.8 Variación de las tensiones longitudinales a,. en el borde
- - carga repartida uniformemente transversales a,. Estas dependen de la d
una placa de anclaje insuficiente- y = T (según IYENGAR).
- · - carga repartida parabólicamente relación b' /b en la misma forma que
n1ente d:in1ensio-nad a a flexió·n, se de~ Gy depende de a./d, y por ello utili-
herí a entonces tener en cuenta la in- Fig. 9.6 Variación de las tensiones transversales de tracción + aJ'' en
zarem.os para la obtención de la fuerza de tracción Zz, según la dirección z, las cnrvas
fluencia de este hecho tomando un función de = ---~--·,para a/d = 0,25 y 0,75, y en los c·asos
0
ú b·d de la figura 9.5. Generalmente b' no es mucho menor que b, pudiendo ser despreciada
valor n1enor para a. de carga con distribución uniforme o parabólica.
la tensión +
a,.

308
Hay que tener en cuenta además que ay es menor cuando b' < b que cuando b' = b, pero 9.22 Fuerza aislada excéntrica
que el valor Zy que detern1ina la arn1adura transversal es aproxin1ada111ente el misn10,
pu.es la ay n1enor se integra en t1n Jnayor ancl10. Lo 111ismo sucede con az y Zz. Las curvas Si la fuerza de pretensado se aplica descentrada, la distribución de tensiones longitudi-
de la figura 9,4 son válidas, pues, en rigor, solamente para b' = b. nales a, al final de la longitud de introducción, que suponemos de nuevo igual a a/d,
sigue' una ley trapecial (fig. 9.10), y las distancias entre isostáticas de compresión son des-
iguales y su curvatura i11enos pronunciada que en el caso de fuerza centrada. Las fuer~
ARMADURA zas transversales de tracción serán, por ta'nto, n1enores.
De acuerdo con la variac1on de las tracciones principales, la arn1adura de la zona de
GuYON afirma que nos quedamos del lado de la seguridad al dimensionar la armadnra
introducció11 deberá estar situada transversaln1ente a la dirección de la fuerza de pretenH
transversal de la zona de introducción, si ton1an1os para el din1ensionan1iento, según la
sado. El número de barras es función de la magnitud de la fuerza y las dimensiones de
figura 9.5, un prisma ideal con carga centrada y altura 2h, siendo h la menor distancia
la pieza. Puede bastar con dos cercos, pero ta111bién puede ser necesario repartir n1ucl1as
de la fuerza de pretensado al borde de la pieza de hormigón. En la fignra 9.10 se ha dibu-
barras sobre la zo'na en tracción. La distribución se obtiene a partir de la variación de
jado de trazos este prisma imaginario. La armadura obtenida en esta forma debe ser co-
las Oy según la íigura 9.4. En las figuras 9.9a y 9.9b se han representado armaduras apro-
locada repartida en la longitud 2h. Más allá de ésta, las tensiones transversales de trac-
ción son p·equeñas.
7 ¡l - ( 1 1r r horquiilas para atar la esquina
Los siguientes resultados de ensayos dejan ver que esta aproximación no corresponde
1 siempre suficientemente a la realidad.
.,...
V
a/d·llo
- -·· ·- - · --
-t
1
a/d·O,S

' i- -
Uxo

I~
Fig. 9.9a Disposición adecuada de la armadura verti· D'ig. 9.9b Disposición adecuada de la armadura vertical de-
cal delante de una placa de anclaje con lante de una placa de anclaje con a/d = 0,50, y ata.
a/d = 0.10 (la armadura horizontal depende do de las esquinas. Si se achaflanan éstas, se su-
de b' /b). primen las horquillas.

Fig. 9.10 Si la fuerza aislada se aplica excéntricamente


Fig. 9.11 Isobaras de :: , con "n = -b~d , similares a la
el trazado de las lineas de compresiones es disi- figura 9.7; ver, sin embargo, el texto (según
métrico, de acuerdo con el trapecio de tensiones. GUYON).

b Primeramente se muestran en la figura 9.11 las isobaras de ay/ao para el caso de qne la
d
fnerza de pretensado actúe como carga puntual teórica con una excentricidad de, 3 · -3· ,
Fig. 9 .9c Armadura utilizada normalmente delante de los es decir, cerca del borde. Si comparamos estas isobaras con las de la íigura 9.7, vemos
anclajes Freyssinet (según GuYON). que la excentricidad afecta mucho a la variación de ay. En el caso de excentricidad
grande se forma nn bulbo que corresponde aproximadamente a la hipótesis del prisma
ideal. Sin embargo, aparece junto al borde una segunda zona de tracciones tra:nsversa-
piadas para diversos tamaños de la placa de anclaje. A causa de las peqneñas longitudes les, que no puede ser despreciada. El hecho de que los coeficientes del pequeño bulbo
de anclaje d.e que disponen las armaduras, es necesario ta1nhién disponer en las barras sean aquí mucho más altos que en la íigura 9. 7 se debe a que a0 se refiere al canto total,
corrugadas bucles, ganchos o patillas. La armadura de la cara extrema no puede ser con- mientras que en el prisma ideal se calcularía a0 sólo para d/4. Haciendo esto, la máxi-
siderada como formando parte de esta armadura transversal. ma ay será aproximadamente 0,4 . a 0, algo menor, pues, que en el caso d·e fuerza centrada,
según la figura 9. 7.
La figura 9.9c muestra la armadura transversal que se nsa en Francia delante de los conos
Freyssinet 1• La segunda figura en 9.11 muestra las isobaras para una excentricidad d/4 y utilizando
una placa de anclaje con a= d/4. El prisma ideal corresponde al dibujo de la derecha de
1 En el procedimiento Freyssínet recibe esta armadura en España el nombre de armadura de zunchado. la figura 9.7. Si pensa1nos nuevamente que o0 en la figura 9.11 tiene un valor 111itad q·ue en
(N. del T.J. la íigura 9.7, vemos que en este caso es adecuada la simpJ.ificación del prisma ideal. No
a b lJtilizando el prisma ideal hahríarnos obtenido en estos dos casos una tracción transversal
de aprox. 0,20V, es decir, casi exacta.me:nte el n1is1110 valor.
C.on estos datos se puede obtener fáciln1ente una arn1adura adect1ada.

9.3 Caso de varias fuerzas aisladas

9.31 Varias fuerzas aisladas aplicadas a distintas alturas


B o,3s :__ ~ --~t--e, --+--+--+--+--+--!
"';,.. 0,28
ª''w·· ~~- M'fd i 1
Si se anclan varios cables unos sobre otros (fig. 9.15), se obtiene en el caso de solicita-
a17 ~ --+·--'¡···-+--+--+--t---1
L. aoB "" a1•z,:!:oog vd
~s ª1?.JJJJ'i
ción centrada del prisma la tracción transversal de la figura 9.5, para Io cual en la rela-
ción a/d hay qne tomar para d el canto parcial que corresponda a cada placa de anclaje
(en la figura 9.15, d/2). La armadura de cosido obtenida para un cable, se deja corrida
Fig. 9.12 a y b Anclaje excéntrico de un cable parabólico, en 2/3 d; inclinación 6,3° (según M. SARGIOUs).
en todo el canto de la pieza.
V
a Isostáticas. b Tracciones principales y de borde dadas como fracción de 00 = -·¡;-:-(z-• y las correspondien· En el caso de anclaje descentrado de n cables se utilizan con10 aproxi111ac1on pris1nas
tes resultantes.
in1aginarios, y se obtienen sus alturas di, d 2 , ••• , dividiendo e] trapecio de las ax en 11 su~
perficie,s iguales (fig. 9.16). Las relaciones a/di, a/d2, etc., son, por tanto, diferentes.
obstante, se observan tamhién las tensiones transversales de tracción en el horde y bajo En el caso representado las tracciones transversales son n1enores ahajo que arriba. No
la placa de anclaje, que son bastante elevadas y que requieren nna armadura. obstante, se dispo'ndrá la n1isn1a arn1adura en todo el canto de la pieza.

Del trahajo de SARGIOUS hemos tomado en la figura 9.12a la sitnación que ~e produce
para una excentricidad d/6, aplicándose la fuerza formando un ángulo de 6,3° con la hori-
zontal, y para una placa de anclaje con a= 0,2 d. Es interesante el trazado de las isostá·
ticas en la zona de la esquina. La figura 9.12b muestra las máximas tensiones principa·
les de tracción referidas a a0 =
1, y las fuerzas de tracción resultantes en magnitud, po·
sición y dirección, tauto delante de la placa de ancla je como en las zonas de borde, y en
función de V.

En las figuras 9.13 y 9.14, podemos ver la correspondiente representación para Ia misma
excentricidad, pero al otro lado del eje y con una inclinación de 2,6°, tal como se obtiene
con un cable parabólico. La inclinación del cable tiene una considerable influencia, en
especial sobre las tensiones de borde, pero también sobre la posición de las tracciones de· r 1 . ~Fo Fm
!ante de la placa de anclaje. Fig. 9.15 Dos cables de acción conjunta centrada. La Fig. 9.16 Aplicación excéntrica de tres cables con distribuciór
fuerza transversal de tracción se obtiene de prismas por división del trapecio de las CT x en
para el prisma 1/2 d (según GuYON). tres partes de superficies iguales (según GUYON).

a e

V
~
"1j :
"t_
""
+v ~
"tl

--¡ l
+ ""
'!:.
""'+v ""
1
""
-----~
"
~'
L__ -"l "''- 2h JI._ 1
··-- d ~ ~,.....------~- d - - - - - - <
Fig. 9.13 Isostáticas correspondientes a la aplicación ex- Fig. 9.14 Tracciones principales y de borde, dadas como
céntrica en l / i d, de la fuerza de nn cable pa- V Fig. 9.17 Comparación de isobaras, para diferentes dfa::tribuciones de la fuerza (según GuYoN):
rabólico; inclinación 2,6° (según M. SARGIOUS). fracción de o0 = -b----:-c¡-, y las correspondientes
resultantes, para el caso de carga de la figu- ºr ..EV
referido a cr 0 = ¿;--:-d
ra 9.13 (según M. SARGIOUSL ,,
. 2:V
La comparacwn de las isobaras de ay/a0 en la figura 9.17a-c (según GuYON) muestra En la figura 9.21 se dan los coeficientes de las ay referidos de nuevo a 1a tensión Oo = -;¡--:¡;
cómo disn1inuyen las tracciones transversales c·uando se reparten las fuerzas de anclaje.
repartida sobre la sección con1pleta de horn1igón, y que por ello son n1ayores que e,n
Si se concentra la fuerza de pretensado en dos fuerzas a y 1 3
del canto, se obtiene
/ 4 / 4 la figura 9.7.
la máxi1na tensión tfansversal de tracción ay == 0,5a0. Si se la divide en cuatro fuerzas
separadas a distancias iguales, se reduce ay hasta 0,36a0 • Finalmente, si se sustituyen las Las líneas de co1npresiones son inicial1nente cóncavas respecto al eje de la pieza, lo cual
cargas puntuales por dos placas de anclaje con a= d/4, el valor de a, es solamente 0,1800. quiere decir que deben aparecer tracciones transversales j11nto a la cara cxtre1na, inien~
tras que más adelante las fuerzas debidas a la desviación de dichas línea~ dan luga_r .ª
Lo dicho hasta ahora es válido cuando cada cable se aplica en el centro de gravedad de tensiones transversales de compresión. Las isobaras de la figura 9.21, obtcmdas fotoelast1-
la parte correspondiente del diagrama de las ax. Pero puede suceder que dos o más (n) camente, confirman la aparición de estas tensiones tra'nsvcrsales, que serán tanto mayores
cables están dispuestos de tal forma que no coincidan con los centros de gravedad de las
1i partes de igual área en que se divide el diagran1a de las ax. Se originan entonces, además
de las tracciones primarias, otras tracciones transversales cuya presencia se compre·nde V

í
si se dibujan los necesarios cambios de dirección de las líneas de compresión. La figura 9.18

1,2
1,0
prisma para ias tracc1one$T --- . o.s-,..H-:V
l, transv. pnmar1as . -.. .
=-
¡:1- ~ ~-----\
--r------~

C---..,.i_ _ _ _ _ _ . - j
1

: - compresíón

~-J- l...- r-~--


-O'y en el eje de la pieLa

r:-:.,:--' ;• ..

Fig. 9.21 Las isobaras correspondientes a la


Fig. 9.20 Los cables actúari fuera de la línea que une los centros de figura 9.20 muestran de nuevo las
gravedad de las correspondientes superficies de ªx· Varia-
ción de las ªY a lo largo del eje (según SrEVERS [164]). tracciones transversales correspon-
dientes a la placa de anclaje, y las
Fig. 9.18 Los cables actúan entre los centros de gravedad de las Fig. 9.19 Las isobaras correspondientes a la tensiones de flexión de la laja. ªY
figura 9.18 n1uestran cómo aparecen
correspondientes superficies de a (al final de la longi-
tud de introducción). "' en primer lugar las tracciones aso- referida a a =
u
-~
b. d
(según GUYON).
ciadas con las placas de anclaje, y
después las debidas a la posición
de las fuerzas fuera de los centros
de gravedad de las correspondientes
superficies de ªx . ªv referido a cuanto 111 ás se separen las fuerzas de pretensad¿, Pueder1 ser obtenidas estas tensiones ay
XV conio tensiones de flexión de una laja cuyas reaccio'nes de apoyo fuesen las fuerzas de
ªo = ~' (Según GUYON).
pretensado, y estuviese cargada uniiormen1ente con ax-

muestra el caso en que las fuerzas de pretensado caen entre los centros de gravedad, y son Para ello se dispone de fórmulas sencillas aproxi-
simétricas respecto al eje de la pieza. En la figura 9.19 se puede ver, con aynda de las madas, obtenidas en los trabajos sobre vigas pared
isobaras correspondientes., cómo en primer lugar aparecen a lo largo del eje unas compre- de H. BAY [506], H. SrnVERS [164] y R. THON
siones transversales, y ~ás adelante tensiones de tracción, más o menos como si V se apli~ [ 410], representadas en la figura 9.22 para la viga
case centrada repartida en una cierta altura a. pared de un solo tramo, y en la figura 9.23 para
la viga de varios tramos. En ellas se da la posición
Estas fuerzas transversales de tracción se calculan con ayuda de la :figura 9.5, tomando el de las fuerzas de. tracción y su magnitud, en funM
prisma grande d con a= 3d/8 y para una fuerza 2:V. ción de las fuerzas de pretensado, supuestas éstas
iguales (ver también apartado 9.43). \
1 V
Directamente delante de las fuerzas de pretensado se pueden reconocer las tracciones
transversales primarias, cuyos valores aproximados se calculan con la figura 9.5 para la Cuando la separación h entre fuerzas de preten-
fuerza aislada V y tomando el pequeño prisma dibujado de trazos en la figura 9.18, cuya sado sobrepase el triple o cuádruple de la dimen- Fig. 9.22 Magnitud y posición de la fuerza de
tracción ZF entre dos fuerzas de pre-
altura es d/4. sión a de la placa de anclaje, habrá que calcular tensado V separadas h (aproxima-
las fuerzas transversales de tracción debidas a este ción según BAY, THEIMER y THON).
Si las fuerzas de pretensado se aplican fuera del espacio comprendido entre los centros efecto de laja, y colocar la armadura correspon·
de gravedad de las superficies parciales del diagrama de las ax (fig. 9.20), se producen ·de diente tanto en el borde para ZF como algo más hacia el interior para Zs. La relación
nuevo inmediatamente delante de las placas de anclaje de los cables unas tracciones pri· a/h influye sobre la posición y magnitud de Z; cuanto menor sea a/h, mayor es Z.
marias que se calculan con los prismas de altnra d/4 dibujados de trazos en la figura 9.20. Los valores dados son válidos aproximadamente para a/h =,1/s.

314 315
Z1 de 1a lig3.5 Fig. 9.23 Magnitud Y posición de las fuerzas de tracción z entre los ca la figura 9.2. La reaccwn A y el momento llector MA desvían oblicuamente hacia arriba
---·--~
bles, y Z 5 delante del anclaje central, para el caso ~e tres fuerz~
V
V+
___ J
de pretensado V a una distancia mutua h (aproximación según
BAY, THElMER y TaoN).
las isostáticas de compresión, siendo entonces me·nor su curvatura, disn1inuyendo, en con~
secuencia, las tracciones transversales. Sus valores máximos se presentan sobre una línea

T 1zco,1s v_
ascendente, por encima del eje y= O (fig 9.26).

Por otta parte, se crean directa1nente, junto a la placa de apoyo, pequeñas zonas con

. r
""' tracciones longitudinales provocadas por la i'ntroducción de la reacción, y de las que nos
1 ocuparemos en particular al tratar las vigas continuas.

-~
t
Fig. 9.24 Si hay varios cables a un mismo nivel, con b' « b, es necesaria
V _ Z5 ~o,J !__ una armadura transversal corrida, o un pretensado equivalente. Se ha supuesto un ancho de la placa de apoyo de 1/12 d. Cuanto menor sea ésta y su dis-
~~9h planta
tancia al cxtren10, tanto 111ayores serán las tracciones de borde longitudinales que apa-
recen junto a la placa.
!- - . .- b ----------i--ó _ . -1--- -
1
+zt_ : b' 1 b'

r~
: :J.l..¡-_' ' - Se aprecian con gran claridad las n1odificaciones que provoca la reacción de apoyo, si se
""' comparan la magnitud y la dirección de las n1áxi1nas tensiones principales de tracción y

1
I \ - / \~/

.e:; 1-\\ //---\\ su resultante, en la figura 9.26, con los correspondientes valores, de la figura 9.27, para
' /-\ el extren10 de la viga sin reacción de apoyo. Las figuras contienen también las tensiones
-t!~
' \
V ' 1 \ 1 \
' \ de borde y las fuerzas de tracción que allí actúan.
l_ L -- '
---l.

La interpretación de los ensayos de M. SARGIOUS llevó a los resultados representados en


las figuras 9.28 a 9.30. Las figuras muestran la variación de las tensiones transversales de
9.32 Varias fuerzas aisladas, situadas a un mismo nivel tracción, para a0 == 1, a lo largo de la línea d.e máxi111os valores. Esta línea es aproxin1a-
damen.te ortogonal a las máxin1as tensiones principales de tracción. La dirección de di-
En. las estrncturas que se extienden en planta, por ejemplo, forjados de piso con jácenas cl1as tensiones principales se desvía, según esto, tanto inás de la vertical cua'nto mayor sea
r.retensadas, o ex~remos _ancl1os de p·uentes, t:ene111os con frecuencia fuerzas de pretensado la reacción de apoyo en comparación con la fuerza de pretensado.
situadas a un nnsmo mvel, que pueden guardar a veces distancias importantes '(fig. 9.24).
La magnitud de la tracción transversal total está dada en función de la fuerza de pre-
I.._as fucrz~s transv.ersales de tracc~ón en el borde y en el interior, correspondientes a la tensado, por ejemplo, Z = 0,21 V, y ha sido representada en fonna de un vector aplicado
viga pared de var1os tramos, i1ued.en ser obtenidas por n1edio de las expresiones aproxi- en el centro de gravedad de las tensiones.
madas de la figura 9.23. Para una cierta distancia de los cables extremos a los bordes se
pro~ucen tambié~ en estas zo·nas, en el interior, fuerzas transversales de tracción, ~ue Además de dicha re,mltante se dan las tracciones de horde en relación a a0 , y sus resul-
p1icden ser obtemdas de la figura 9.5, para el prisma ideal de ancho b. I,as tracciones tantes z,,
Z 3 y Z 4, en su magnitud y posición aproximada, en función de V. Con estos datos
transversales que aparecen delante de las placas de anclaje interiores, son debidas en cier- se puede din1ensionar inn1ediata111ente la arn1adura de las diversas zonas.
to modo a los momentos en los apoyos de la viga continua de gran canto, y su centro
de gravedad está algo más próximo a la placa de anclaje que el centro de gravedad de las
tracciones debidas a dispersión de compresiones en la zona junto al borde. Para cubrir
tales tracciones se arma transversalmente la faja extrema hasta la distancia aproximada
de 0,8b, o bien se la pretensa en dicho sentido.
'

9.4 Efecto simultáneo de las fuerzas de p:retensado y la :reacción de apoyo,


en el extremo de la viga
""'~
9.41 Fuerza de pretensado centrada y reacción de apoyo, en el extremo ele la viga "~

""'
En e~ extremo de la viga actúa, además de la fuerza ele pretensado, la reacción de apoyo,
qu". '.~fluye, natura~•i;nente, en el .trazado de las isostáticas. Tiene importancia entonces la
pos1c1on de la reacc10n y su magmtud, por ejemplo, en relación a la fuerza de pretensado.
LT to-· -~
T.A"' 7/6d
M. SARGIOUS [505] ha estudiado fotoelásticamente el efecto adicional de una reacción
~ =
O,IV, o b~en 0,2V, que ª?túa a una distancia d/6, o hien d/3, del extremo de la viga, Fig. 9 .25 Tsostáticas según los ensayos fotoelásticos de M.
SARGtous, cuando actúa la reacción de apoyo
Fig. 9 .26 Tracciones principales y de borde referidas a
siendo la longitud de apoyo /12 d. El cable fue colocado con una inclinación de 4 40 A = 0,2V. Compárese con figura 9.2. , =
o
_v_
b. d
y resultantes correspondientes, para
eorc;esp~n.diente a una parábola, siendo l/d = 20. La figura 9.25 muestra la distribuclón'.. el caso de carga de la figura 9.25 con reacción
de isostaticas en uno de los casos citados, distribución que debe ser comparada con la d& de apoyo A = 0,2V (según M. SARGIOUS).

316 317
cuando XA "' 1/6 d cuando XA • 1/J d
0,25

_J 0,20 ~~
"-'

--·-
-¡ ' ~+--+ i
i
h, 1/Zd
1

~ 0,15
1 -
'¡;¡- l lzd/J.d
O. ID ~'----
i

-+---
0,05 ±j- ~
i
i 1

0,10 0,15 0.20 o 0,05 0,10 0,15 O,ZO O,ZS


A/V 4/V
F'ig. 9.31 Influencia de la reacción de apoyo A sobre la magnitud de la máxima fuerza _::~nsversa~ de
tracción z, para diferentes excentricidades de la fuerza de pretensado, Y para xA ~ / 3 d Y / 6 d
A·0,1V (según M. SARGIOUS).

i:~ • 1/Bd cuando XA = 1/J d


Fig. 9.27 Tracciones principales y de borde referidas a Fig. 9 .28 Tracciones principales y de borde referidas a o.~V 0,7V
lh,=~
i

V V
= -:¡j--:-¡¡-' = ,&.,.,:- ¡¡-, y resultantes correspondientes, ac- O,Bo
1
j__j - . 1
O,Bo ...-
o-ú y resultantes correspondientes, para
el caso de carga de la figura 9.2 sin reacción
de apoyo (según M. SARGIOUS).
/Jn
tuando una reacción de apoyo A= O,lV (según
M. SARGIOUS).
0.5V
1
1

1
1
¿:j
'
1

fhv-2/Jdl
-.
h_r:J/3d
i
V - ¡_.- hv•1/Zd

o L_ -r-~--rr
- o ·hv·2/Jd
o _j_-+-- .
i i 1
i ,,
1
1
0,2o'"-+
i
0,2V
1
·'- 0,1o
1

0,1V ---'
1 1
aos 0,10 0,15 0,20 0,25 o 0,05 0,10 0,15 0,20 D,25
A/V A///
- '6 de la máxima fuerza transversal de
Fig. 9.32 Influencia de la reacción de apoyo A sobre l a pos1c1 n Xz
tracción Z, para XA = l/3 d y 1/6 d (según M. SARGIOUS).

zA = 0,015A) crece mucho cuando el apoyo se acerca más al extremo'. Con XA = d/12 Y
· d d e apoyo d e '/ 24 d (fig • 9 •33a) ' ZA es ya • de 0,25A, es • decir,
una 1ong1tu • d 17 veces
• ¡ mayor
que para XA = d/6 con la longitud de apoyo 1/12 d, 8 1 el cable esta SltUa º. mas a to, por
·
CJemp z
¡o a hv -- z¡3 d , A alcanza ya el valor 0,4A, s1 A = 0,2V y la longitud de apoyo
0

es de 1/z4 d (fig. 9.33h).

F'íg. 9.29 Tracciones principales y de borde referidas a Pig. 9 .30 Tracciones principales y de borde referidas a h
V V . a
a0 = ·¡;--:--([-, y resultantes correspondientes, ac- o0 = b~· y resultantes correspondientes, ac-
tuando una reacción de apoyo A = 0,2V a la tuando una reacción de apoyo A = 0,1 V a la
distancia xA = 1/ 3 d de la esquina. Compárese distancia xA = 1¡3 d de la esquina. Compárese
o
con figura 9.26 (según M. SARG1ous). con figuras 9.28 y 9.30 (según M. SARGIOUS).
Ji//="1lliiil-J.:
Para una relación distinta entre la reacc10n de apoyo y la fuerza de pretensado, es pre·
ciso interpolar o extrapolar el valor de la tracción transversal. En la figura 9.31 se ha
~=i::c-:+-+--+-+-1-+- ~ T 1·----. ~
-, - 1-
representado esta dependencia a partir de los pocos puntos hasta el momento conocidos, ""• las teorf~s
.J" __
1 1 tracciones segú.n
-1-------~--de la Res1stenc:a de Materiales
al mismo tiempo que para el caso de aplicación excéntrÍCl\ de la fuerza de pretensado.
O,OBY·O,•OA
Por último, en la figura 9.32 se indica la influencia de la magnitud de la reacción de
apoyo, sobre la distancia Xz de la fuerza tra'nsversal de tracción al extre1110 de la viga.

Para otras relaciones a/d se puede obtener la tracción transversal a partir de los valores
dados para a/d =
0,2, proporcionalmente a la línea de las Z.
Fig. 9.33 a y b Tensiones de tracción y resultante z en las proximidades1 del apoyo, para una reacción
A= o,2V a la distancia xA de la esquib.a; ancho del apoyo / 24 d (según M. SARGrous):
Mientras que con las distancias del apoyo al extremo aquí adoptadas, XA = d/6 y d/3, la a Fuerza a 1¡ d, compárese con figuras 9.26 y 9.29.-b Fuerza a 2
/3 d, compárese con
2
fuerza de tracción a la derecha del apoyo permanece muy pequeña (en la figura 9.26, figuras 9.34 y 9.36.

318 319
Por todo ello deben ser evitadas las distancias del apoyo al extremo menores de XA .d/10. =
En cualquier caso es necesario, a pesar del pretensado, disponer una armadura de borde
junto al apoyo.

9.42 Fuerza de pretensado descentrada y reacción de apoyo, en el extremo de la viga - ""


~

O,Z9 _: \ :5-+--f---"---r---t--+t,-ra"c-,cl+on"e.,.s,-i
0,25 -- 'f seqún las 'teór.ias
1
1
0,20 ~-c--t-···-------+-,,·, ,º,ºngc: ,depa-ra z.~de la Resistencia
En las figuras 9.34 a 9.39 se muestran, al igual que en el apartado 9.41, varios resultados
0,13 z,,.=o,poiJ.V
1
A 1
-ZA=O,Ol1Y=O,OSA de Materiales
. !,i "!':_003 V= 0,03 A
de ensayos fotoelásticos, de los cuales se pueden tomar directamente las fuerzas de trac·
ción, en magnitud, posición y dirección, para dimensionar la armadura. J_.a reacción de <:::> ~~ ~
<:::¡' c:i' <:S t:::5'
apoyo hace disminuir la tracción transversal (p. e. de 0,20V en fig. 9.12, a 0,16V), y mo- . xA=1/3á A=0,1 V
difica su posición y dirección. Por lo que se refiere a la influencia sobre Z y xz de la
magnitud de la reacción de apoyo, véanse las figuras 9.31 y 9.32. Fig. 9.36 Tracciones transversales y de borde, y resultan-
Fig. 9.37 Tracciones transversales y de borde, y resultan-
tes, para el caso de carga de la figura 9.34, tes, para el caso de carga de la figura 9.36, pero
pero con una distancia x A = 1 / 3 d de la reac- con A = 0,1 V (según M. SARGIOUS).
ción A = 0,2V (según M. SARGIOUS).

""
""'""'"l"'-~~~.~-~-~-~-~-~~
~

0,~1

·+-.. 0,35
==lf---t--j--¡--1--

1
·tracciones --
segÜn !as feorfas
l--+--+--- 10 ng, de~·~. . . --de 1(, Resistencia
referencia para ZA--·~
-ZA=O,OJSJl=O,tBA de Materiales

~1 =1/Sd

Fig. 9.34 Tracciones transversales y de borde referidas a Fig. g .38 Tracciones transversales y de borde referidas a Fig. 9 .39 Tracciones transversales y de borde referidas a
Fig. 9.35 Tracciones transversales y de borde, y resultan-
V
=
V
b. d-, y resultantes correspondientes, en
tes, para el caso de carga de la figura 9.34, pero
"' - --~-- y resultantes, en el caso de aplica- ªn = b~ -, y resultantes, para el caso de carga
00 con A = 0,1 V (según M. SARGIOUS). "º - b. d '
ción descentrada de la fuerza a f.1 d, actuando 1 de la figura 9.38, pero con A= O,lV (según M.
el caso de aplicación descentrada de la carga
a 2/ d y actuando una reacción de apoyo una reacción de apoyo A = 0,2V a la distancia SARGIOUS).
3
A = O,2V a una distancia x A = 1/ 6 d. Compáre- 1¡ d. Compárese con figura 9.14(segúnM.SAR-
6
se con figura 9.12 (según M. SARGious). GIOUS).

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+---
ji_ ',>:...
1 L ' -L ' '' ' 1: ____

9.43 Varias fuerzas de pretensado a distintos niveles y reacción de apoyo, en el ·~


'" I -
'
'- ' '' ' + '
' ' •tt""'
'
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extremo de la viga - '
.!U
·- ' ' " ,,
- ' ' ' .''
Hasta el momento no existen para este caso más que los resultad.os de un ensayo de j__Y '' '' '
M. S.rnGmus, mostrad.os en las figuras 9AO y 9.41. En el extremo de la viga se anclan ..,
o
~
~

T ' ''' ' "'


tres cables, inclinad.os de tal forma que siguiendo curvas parabólicas llegan al centro " '> ' '' ' ''
- ~ -' /
' ' ' '
de la viga con su centro de gravedad. a la altura 0,2 d. Las placas de anclaje estaban se- 1
~- l.' !)< ' ' ·~·'
= =
l
~-
parad.as h 5
/ 12 d 0,42d, y su altura era a= 1/ 15 d = 0,067d (la relación a/h era, pues,

~
~
1
aprox. /,). Los cables extremos están situados en el primer dozavo del canto. La reac-
ción se aplica a una distancia d/6 del borde, y su magnitud es 0,3V O,l2:V. La figu- =
~
~
ra 9.40 muestra el trazad.o de las isostáticas, que corresponden, en el extremo, a las de la A=0,3V
viga pared de dos tramos, a excepción de la esquina inferior. En ésta disminuyen a causa 1/8d x, 0
:tA= 1/8d
Fig. 9 .41 Tracciones transversales y de borde re-
de la reacción de apoyo las tracciones transversales debidas al efecto primario de d.is· Fig. 9.40 Isostáticas de un ensayo fotoelástico de M. SARGIOUS,
ZV
con tres cables parabólicos, actuando una reacción feridas a = ¡;;--:-¿-, y resultantes, para
persión de compresiones producido por el cable inferior. Se puede ver esto también en la A= 0,3V a la distancia x,1 = 1 / 6 d. Dimensión de la
0
0

figura 9.41, en la que se han representado las máximas tensiones principales de trae- placa de anclaje; a = l / 15 d ,..., 1/ 6 h (según M. SAR· el caso de carga de la figura 9 .40 (se-
GIOUS). gún M. SARGIOUS).

320 321
21
}1orn1igón en tracc1on. Este supuesto se cumple solan1ente e..n elernentos de hormigón de
ción, juntan1ente con las fuerzas de tracción resultantes. Los valores de éstas son menores
gran resistencia, d.ébiln1e·nte pretensados. En todos los den1as casos lo n1ejor es zunchar
que los ~htenidos según la figura 9.23. Se ve también claramente que la reacción de apoyo
afecta solo a la tracción transversal originada por el cable inferior. la zona de anclaje.
Si l1ay que anclar la fuerza de un cable con un abanico o "escoba" zuncl1ados, de acuerM
do cl:m la figura 9.44, cahe hasta cierto punto el considerar el núcle-0 de hormigón zun-
9.5 Introducción de la fuerza en los anclajes por adherencia chado como pieza de anclaje, y obtener la tracción transversal según la figura 9.5, to-
mando en lugar del ancho a de la placa de anclaje, el diámetro D del .zuncho, o incl".-
9.51 La barra suelta o el cable individual so l,2D, pues la hélice va irradiando ya lateralmente la fuerza de anclaje, en sus sucesi-
vas vueltas a lo largo de la longitud w. El comienzo de la introducción de la fuerza puede
En. los anclajes .~or adh~re:ncia la tracción transversal se ve fuertemente afectada por la
calidad d~ la urnon hornngon-acero, y por tanto, por la longitud de introdncción e (ver ser situad.o entonces aprox. a 0,4w por detrás del extremo frontal del zuncho. Detrás
apartado 3.131). Con una adherencia buena, como la que proporcionan las barras o alam- del anclaje debe haber, a ser posible, poco hormigón. Si la pieza continúa más allá, es
br~s corruga~os, l~- tran.sn1isión de la fuerza se realiza en una longitud n1uy corta, aproxi~ preciso disponer una armadura según el apartado 9.7.
mandose la situacwn al caso de una placa de anclaje muy pequeña. Por ello la fuerza
transversal de tracción desarrollada en este tipo de anclajes es grande; se puede suponer
que ~el orden de 0,25 a 0,23 V, y la variación de tensiones corresponderá más o menos
a la lmea para a/d = 0,1 de la figura 9.4. La máxima tensión transversal de tracción será
aproxi~ad.amente de 0,4ao, siendo ao =
V /Fo, en la cual V representa la fuerza de preten-
i----ro -·-t
+
sado CJerc1da por la barra y Fo es la superficie. de la base del prisma ideal comprimido
ceutradamente. Puesto que el pretensado se aplica como fuerza puntual, debe eu primer
Ii;u.gar extenderse radialmente en todas direcciones. I.,a tracción transversal es máxima en
-·-t
1
aquella dirección transversal en la que la dimensión de la pieza es mayor.

Un ensayo fotoelástico realizado por M. SARGIOUS confirma la distribución esperada (figu-


-·-t
¡.

ras 9.4·2 y 9.43).


Fig. 9.45 Direcciones de las fuerzas trans-
Fig. 9A4 En el caso de un anclaje zunchado se pueden obte· versales en un paquete de alam-
ner las fuerzas transversales de tracción con las bres próximos unos a otros, con
hipótesis indicadas. anclaje por adherencia.

9.52 Varios alambres anclados por adherencia

En las piezas prefabricadas en bancos de tesado, con anclajes por adherencia, .s~, utilizan,
por lo ge·neral, alambres situados n1uy cerca unos de otros. Cada alam11re or1g1na en el
anclaje fuerzas transversales de tracción, que en parte se con1pensan n1utuan1ente en el
interior del .paquete; en los bordes, sin ei11bargo, persisten las tensiones de tracción. La
fuerza tra'nsversal producida por un alan1hrc interior es, por lo general, mayor que la
debida a tin alam1lre exterior. Hay que considerar, por tanto, co1no fu.erza transversal
de tracción, al n1enos la suma de las fuerzas producid.as por los alambres dispuestos junto
al borde (fig. 9.45). Esto es válido para cada dirección. Es siempre conveniente zunchar o
Fig. 9.42 Isostáticas según un ensayo fotoelástico de M. Fig. 9.43 Tracciones principales y de borde en función
atar con cercos los alan1brcs, a no ser que se trate de ·piezas en las que se sepa por expe~
SARG1ous; cable anclado por adherencia, V ricncia que el honnigór1 puede resistir las tensiones de tracción engendradas, incluso al
de CT 0 = -:¡;··~-d-, en el caso de un cable anclado
cabo de mucho tiempo y después de desecarse.
por adherencia de acuerdo con figura 9.42 (se-
gún M. SARGIOUS).
Generaln1ente, los anclajes de los alan1hros están situados excéntrican1ente en la s-ecc1on
extren1.a. Es preciso, por tanto, tener en cuenta. además de las tracciones transversales en
Las tensiones principales de tracción a1/ a0 son tan grandes, porque en este caso es el prisma ideal, las restantes fuerzas de tracción descritas en este capítulo.
V .
Oo = ¡;-:-J, mientras que el cauto del prisma ideal sería sólo de 2/, d. La tracción trans·
versal. Z =
0,255V corresponde a lo esperado. Son de observar las elevadas tracciones 9.6 Introducción de la fuerza en el caso de cables concentrados
en el horde frontal, debidas a la aplicación puntual de la carga.
9.61 Introducción d.e la fuerza con los anclajes de bucle
Se deduce de aquí que los anclajes por adherencia deben ser bien zunchados 0 armados
En este caso, la introducción de la fuerza d,e pretcnsado en el elen1ento estructural de~
transversalm:nte. de cualquier ~tra forma, tan pront~ la tensión hase a0 debida al preten-
pende por completo de que el bucle pueda o no deslizar durante el tesado, es decir, de
sado ~obrepase el valor ap~oxrmado de 0;6/hz, o hren 0,06¡'iw· Este valor límite supone
que esté, por ejen1plo~ encerrado en el interior de un cajón de chap·a.., o, por el contrario,
aproximadamente nn coeficiente de seguridad 4 con respecto a la resistencia teórica del

323
322
sección radial planta
Hay que coutar con que la adherencia quedará destruida al comienzo del huele, a causa
de fas grandes tensiones en el acero. No obstante, la fuerza en el cable va disminuyendo
co'n el roza111iento, de for1na que a una cierta distancia se mantiene la unión con el hor~
1 i11igón.
"

11~----_L._
En ·el comienzo del anclaje por adherencia habrá que contar, según el apartado 9.5, con
la aparición de tracciones transversales locales, que harán 'necesario disponer allí una
arn1adura transversal, generalmente según dos direcciones.

En el caso de alambres lisos habrá que tener en cuenta que los alambres deslizarán
en eJ comienzo de la zona de anclaje, desplazándose hacia el interior del huele la zona en
qne se mantiene la adherencia y, por tanto, la resultante de las fuerzas de anclaje.
Fíg. 9.47 Dirección de las fuerzas de anclaje
en el caso de un bucle con adheren- Vemos, por co:nsiguiente, qne los hueles de grandes cables embebidos directamente en hor-
planta cia por cizallamiento en los alam·
migón conducen a estados tensionales muy desfavorables y requieren mucha armadura. Por
~..,,.~-~-::=-:=:--=:=-===::::=V
bres o cordones.
ello, se debería limitar la aplicación de anclajes de huele con adherencia a alambres suel-
/,
tos o a pequeños grupos de alambres.
I
, /.
/.
\_...-··-··-
.
..
"
/ armadura de fiex16n
1
1 9.612 Anclajes de bucle sin adherencia inicial
1
1 armadura para cubrir las
Cuando mejor se aprovechan las propiedades del huele es cuando se le coloca en eJ inte-
' ~
"\.:"'--...::
..,,,,.+-tracciones transv. según
las d1recc1ones z e y rior, por ejemplo de un cajón de chapa, como en la figura 9.49, o se le aplica sobre la
,~,-~=======V ¡-cajón de chapa 1 parte posterior de un bloque de tesado prefabricado en obra.
¡ t
1

Fig. 9.46 Dirección de las fuerzas de anclaje en Fig. 9.48 Armadura esquemática de un bu-
el caso de un bucle sin adherencia, en cle de anclaje embebido en hor-
planta y sección radial. migón con adherencia inicial.

embebido directamente en el hormigón y, por tanto, unido ya a él antes de tesar. Distin-


g11iremos, pues, e:ntre anclajes de bucle con y sin adherencia inicial.

La solicitación del hormigón en el plano del huele es función de la adherencia o del roza-
miento de los alambres, del radio de curvatura del huele y del número de capas de
alambre colocadas una tras otra.

La solicitación normal al plano de.! hncle se deduce de la relación de la altura del hncle
a la altura total del bloque de anclaje (fig. 9.46). Podemos obtener las fuerzas de trac-
ción que se originan según esta dirección, de la misma forma que en el apartado 9.21,
designando por a a la altura del huele. Con el fin de que estas tracciones sean pequeñas Fig. 9,49 Realización de un bucle de forma que pueda deslizar, en- Fig. 9.50 Fuerzas radiales .de un bucle
se aumenta dicha altura ahocinando el cable en alzado antes del comienzo del anclaje. volviendo por completo el cable en un cajón de chapa apoyado sin rozamiento.
(procedimiento Baur-Leonhardt).

9.611 Anclajes de bucle con adherencia inicial A consecuencia de la curvatura (radio r) so·n apretados los alambres radialmente contra
su hase de apoyo (fig. 9.50). La presión radial por unidad de longitud de alambre es:
Debido a la adherencia, el cable queda ya anclado en el comienzo de la curva del huele.
La zona de anclaje e.s tanto más corta cuanto mejor sea la adherencia. En el caso de adhe- V F, · av
p,=~=·

rencia p·or cizallamiento, por ejemplo, no entra en acció'n práctican1ente la curva.tura del r r
cable, y la resultante de las fuerzas de anclaje de un cable es casi paralela a éste, y se Si hay varios alambres superpnestos según la dirección de tesado, se suman las presiones
aplica junto al borde del huele (fig. 9.47). Esta posición de las fuerzas de anclaje ocasiona ejercidas por separado por cada alambre.
considerables fuerzas de tracción en la parte posterior del huele, que se calculan según la
figura 9.22 para la viga de gran canto. El cable mismo puede ser considerado entonces como Al tesar, la presión radial da lugar a la aparición de fuerzas de rnzamiento, cuya co~
armadura; a pesar de ello, habrá que disponer para cubrir estas fuerzas de tracción una ponente tangencial T hace disminuir la fuerza en los alambres (fig. 9.5la). Eu consecuen·
armadura adicional de acuerdo con la figura 9.43. cia, se reduce también la presión radial a lo largo del huele. Si se. supone un coeficiente

324
325
de rozamiento ,u = 0,3 entre los alambres y la chapa neg,ra, la tensión del acero en el eje o.
del huele, es decir, al cabo de un ángnlo de desviación de 90", habrá bajado a 0,63av después de tesar:

(ver [299]).

Todo esto significa que la resultante de las fuerzas de la mitad del bucle, que, si no exis-
u, /I
¡ 1
ca1ón de chapa
tiese roza111iento, teriOría su línea de acción a 45-0, for111a ahora un ángulo menor con la v_. ' / / 1

~«~!
dirección del cable (fig. 9.5lb). ·

1
"'\. / 1

R,
u,
u~~
\\! J
diagramas de fuerzas ' Us
b
u,
\Us
u,
Fig. 9.51a Por el rozamiento entre el acero y el Fig. 9.51b Posición de las resultantes de las fuer-
hormigón se reduce V, y con ello tam- zas de la mitad_ del bucle, según la u,
bién P,. magnitud del rozamiento.

La acció·n del bucle es tanto n1ás favorable cu.anta i11enor sea el rozamiento de los alan1D
bres. Se puede conseguir un coeficiente de rozamiento bajo, utilizando como base de apoyo
de los alambres una chapa adecuadamente dura y lisa. En general, sin embargo, es sufi-
ciente con un.a chapa negra.

En cualquier caso, quedará siempre en el eje del bucle la suficiente fuerza en el cable J SO 0,87J 0,175 O,B'tO lf6Z
para que en el interior del huele, en su pla·no, don1inen, sin excepción, las tensiones de l./ 70 1,ZZZ O,ZIPI_ 0,78'1 lf30
coeficiente de rozamiento: ZO e¡~ s 85 1,1/83 0,2 0,71/-3 i'M
compresión, y no sea necesario disponer en el p.Ia·no del bucle una arn1adura tran.'5versal
a la dirección de tesado. Fig. 9.54 Obtención de la línea de presiones en un bloque de tesado, antes y después de tesar.

Solamente será preciso trabar con armaduras las esquinas del bloque de anclaje, cuando
se trate de un bucle de hormigón en conducto de chapa (fig. 9.52). · 9.613 Bloques de tesado con hueles
La armadura perpendicular al plano del bucle es función, como ya se ha dicho, de la re- Si se utiliza el anclaje de bucle con bloques de tesado que son desplazados al pretensar,
lación de la altura a del huele a la altura d del bloque de hormigón. A lo largo del con- por n1edio de gatos l1idráulicos (procedimiento Baur-Leo'nhardt), es preciso estudiar en-
d11cto de chapa ·es necesario disponer, en todos los casos, una armadura vertical que com.. tonces estos bloques para las fuerzas del bucle y las diferentes condiciones de apoyo (con-
pense el efecto de entalladura de este espacio hueco. tra los gatos hidráulicos o sobre la estructura).

Generalmente se reparte el cable en toda la altura del bloque, no apareciendo, por tanto,
pretensado o armado
tracciones transversales verticales. No obstante, hay q11e colocar dirccta111ente junto al
·---'~racciones /transversal
dorso del bloque una armadura vertical, según figura 9.55, que cuide de que las caras
~"'--.-
-
'' ~ =~~
-L- ·-··~.··~·
d~=
-·-·~
,_,_'... superior e inferior no sean cizalladas por la presión radial de los alambres extren1os.
-~. ·--/-r-.~·-·-· Esta arn1adura debe comprender tam.bién., a ser posible, las esqu.inas exteriores, y no nem
\I ,1 1·
cesita recubrimiento de hormigón, pues posteriormente queda embebido todo el bloque.

¡·
¡¡11 ¡,
1 Para hallar las tensiones en dichos bloques de tesado lo más sencillo es la obtención grá-
fica de la línea de presio'nes a partir de las fuerzas radiales del huele, las fuerzas tan-
Fig. 9.52 Armadura esquemática en un bucle con posibi· Fig. 9 .53 Pretensado o armadura transversal conjunta genciales de rozamiento de los alambres y las fuerzas de los gatos (fig. 9.54). El trazado
lidad de deslizamiento. para varios bucles adyacentes. de esta línea está influenciado no sólo por la forn1a del bloque, sino por el rozarr1iento
y por la posición de los gatos. Se puede reducir el rozamiento por medio de una chapa
Si están situados uno. junto- a otro dos hueles, es de observar qUe, como consecuencia dura y lisa colocada en el dorso del bloque. El trazado de la línea de presiones es tanto
de· la con1presión del hor111igón en el interior de los mis1nos, aparecen entre ellos unas inás favorable cuanto n1cnor sea el rozamiento, c11anto más hacia af11era se dcsplace'n los
fuerzas transversales de tracción, que no son muy grandes, pero sí l1acen indicada U:na gatos, y cuanto mayor sea la distancia entre la s11perfi.cie de apoyo de los gatos y el co~
armadura o bien un ligero pretensado transversal, según figura 9.53. n1ienzo de la curva del bucle. Si estos valores son inadecuados puede ocurrir que la

327
326
línea de presiones se salga de la seccwn del bloque de tesado, originando tracciones con- nicho sección sección
siderables en sn cara posterior. Desde luego, las fisuras no ofrecen allí ningún peligro,
pues quedan más tarde hormigonadas, y el cable actúa como armadura. A pesa;r de
ello, es preferible que la línea de presiones quede dentro del bloque.

rl-H+~I
Respecto a la aproximación de los gatos a los bordes, existe un límite determinado por pían ta
el hecho de que es conveniente apoyar el hloque, después de tesar, en estas esquinas, y
por ello hay que dejar junto a los gatos nna faja de hormigón de suficiente anchura. Hay
f- 1 ' 1 i
'
1
L
Fig. 9.56 Nichos o ventanas para anclajes intermedios con espacio para colocar el gato de tesado.
sección longitudinal
por el eje del bioque de tesado

que comprobar ig·ualn1cnte las tensiones en el bloque en el estado definitivo~ una vez reti~
rados los gatos. En general mejora la posición de la línea de presiones,, ya que Las reac-
ciones de apoyo en los extremos del bloque la desvían hacia el interior.
n
,r "'
"
B
~
~
-1··
-1·
.-~'.::= ~~:=-~·
-T""--¡.-7-- -- -
; cajón de ch2p
La disminución del rozamiento en la cara posterior del bloque reduce también las tensio-
nes tangenciales en las esquinas, las cuales tendrán que ser arn1adas cuidadosamente. Por
últi1no l1ahrá que con1prohar que las tensiones transversales de co1npresión en el bloque,
junto a las superficies de apoyo de los gatos, se mantienen dentro de nnos límites admi-
~ apoyo de biela,
antes tesar
sibles. Dicl1as con1presiones contrarrestan las tracciones horizontales debidas a la aplica~
ción de los gatos, de forma que el bloque no necesita armadura horizontal. La figura 9.55
& n1uestra una armadura norn1al de un bloque de tesado; se con1pone principaln1ente de
. ;:::;;/ barras verticales y de la armadura de esfuerzo cortante de las esquinas, pues horizontal-
n1e'nte do1ninan sin excepción las co·mpresiones.
1
1 planta
1 10<:/;10
-20¡- 9.62 Introducción de la fuerza en el caso de anclajes de abanico
1
La introducción de la fuerza de prctensado con los anclajes de abanico fue tratada con
detalle en el apartado 3.132. Las tracciones transversales qne se puedan originar por la
trammisión de la fuerza de pretcnsado desde la zona del anclaje a la estructura propia-
mente dicha, pueden ser obtenidas según lo dicho en el apartado 9.2.

9.7 Introducción de la fuerza en los anclajes intermedios

Por anclajes intern1edios entenden1os los que no e..stán en los extren1os, sino en cualquier
punto intermedio de la estructura. Tales anclajes pueden estar situados en el interior de
la masa de hormigón (anclaje ciego)-tratándose, en general, de anclajes por adheren-
~ ~·-~ ej~~a :ji~-- cia-o bien en alguna cara de la estructura, para poder tesar desde allí el cable. En
"' dichos lugares es preciso disponer nichos para alojar la placa de anclaje y colocar el
gato (fig. 9.56). En las losas delgadas será necesario dejar unas aberturas a modo de ven-
tanas.

En los anclajes intermedios es de tener en cuenta el hecho de que la fuerza de anclaje


produce tracciones según la dirección de tesado, pues el hormigón adyacente debe seguir
en su acortamiento al hormigón de delante de la placa de anclaje (fig. 9.57). Estas trac-
ciones pueden ser localmente bastante grandes. Por añadidura, aumentan aún más con
la fluencia del hormigón comprimido delante de anclaje. Todo ello hace necesario dis-
poner una armadura longitudinal directamente junto a los laterales del nicho o de la
ventana.

Por ensayos fotoelásticos se sabe qne la tensión en las esquinas del ·nicho alcanza un
valor elevado a causa del efecto de entalladura, efecto que se suaviza si se redondea la
Fig. 9.55 Armadura normal de un bloque de tesado del procedimiento Baur-Leonhardt. esquina. De lo contrario es de temer la aparición de pequeñas fisuras.

328 329
sección
o
•O versal de tracción ha aumentado de 0,198V a 0,216V. Nó obstante, la diferencia es tan
·~ pequeña que está justificado el obtene~ las tracciones. ~ransve~sales en el aln1a de una
~
.
~
armadura longitudinal
viga en T, según las reglas correspondientes a la secc1on rectangular de. ancl10 bo.
2
)~ planta También es de observar el hecho de que en el ala aparecen tensiones transversales de
,,
.,.,'
o

'V
..•,

'''1
''
'' '''
tracci'ón, a consecuencia de la introducción de la fuerza (fig. 9.62). L.a parte de fu~~za de
pretensado, LIV, que se transmite al ala, puede ser ded'.'cida a .partir d~, la tens10n de
'1 ' ' 111 1lllJ l lvmi
11
compresión ª"· v que actúa en ella al término de la lon?1tud de rntroducc10n: Las fuerzas
transversales de tracción en el ala se obtienen supomendo que LIV se aplica en el ex-

1 \ armadura
transversal

Pig. 9 .58 Armadura longitudinal en los bordes dé los nichos


y armadura transversal delante de la placa de an-
claje.
tremo de la viga en el ancho bo.

Es frecuente en una estructura que existan varias vigas en T u·nas junto a otras. La in-
troducción de la fuerza en el ala requiere una armadura como la de la figura 9.63,
siendo importante la armadura de borde, pues los momentos de la viga pared formada
por la losa producen tensiones de borde entre las almas.
Fig. 9.57 Los anclajes intermedios ocasionan, debido a las
elevadas presiones locales, tracciones y fisuras in-
cluso en una zona comprimida. Si Ja losa vuela más allá de la viga de borde, es importante que la esquina muerta, a
efectos de las tensiones longitudinales, quede atada a la losa por barras inclínadas. En

Sobre la magnitud. de la fuerza de tracción detrás de los anclajes no existen aún datos sección a la dístancia le
emJi!fricos; sin embargo, se la debe evaluar por lo menos en Z 1
/ , V. La armadura = t.., ----b
-·i-'- - - - - - - - - - - - - - ¡

~x,V
correspondiente debería consistir al menos en dos o cuatro barras a cada lado del ancla-
je, anclándolas hada atrás suficientemente (fig, 9.58).
1 '
,,
1,
En tales nichos se deberían disponer como maxm10 dos cables juntos. Si hay que anclar
inás cables en un punto intermedio, es conveniente hacer un nervio de anclaje fuera de cable con "'
la verdadera pieza, en el cual ,rueden ser anclad.os en fila los cables, desviándolos. La ar- """'- Vp¡
""
_L ~~,·~.?1=Jlth5t:±ll~f± :~ 1
madura longitudinal se distribuye entonces según se indica en la figura 9.59; en la zona
de la desviación del cable y en el extrerno _del nervio es necesaria una arn1adura trans~
versal. H:
~k----- d _ _ _ _..,
Fig. 9.60 Isostáticas según un ensayo fotoelástico de M.
SARGrous, para una viga en T con un ancho
/ / / / / / / de alma b0 - 1¡ 4 d, espesor del ala d' = 1/ 6 d Y
/ .(
ancho del ala b....., 5b 0 - 4/ 3 d.

Fig. 9.59 Anclaje intermedio en un nervio lateral de anclaje, con armadura longitudinal y transversal.

9.3 Introducción de la fuerza en vigas en T y similares

Lo dicho hasta ahora es válido preferentemente para secciones rectangulares llenas. Sin
en11;>argo, proyectarnos con gran frecuencia vigas en T o en cajón. La fuerza de pretensado,
que se aplica generalmente en el alma, debe introducirse entonces también en las alas. ,,,.
~ 0,21/ lg-+--+-~-
Esto obliga a una más rápida dispersión de las isostáticas de co1npresión~ lo que trae con10 ~ 0,30

1
~
consecu-encia unas tracciones transversales algo n1ayores que en la sección rectangular. 0,15 "
~-+--+--+ --l--l-·-f--f--i
0,05 Z,=0,008V
Esto fue confirmado por un ensayo comparativo \le M. SARGIOUS, que correspondía al en- 11111
sayo representado en la figura 9.12, sólo que en lugar de la sección rectangular se trataba
de una sección en T con un ancho d.e ala b = 5b 0 • En la fignra 9.60 se muestra el trazado V
de las isostátieas en el alma, no apreciándose gran diferencia con las de la figura 9.12. Fig. 9.61. Tracciones principales referidas a c< 0 =b-.d, Y Fig. g .62 Isostáticas en el ala de una viga en T, en la
resultantes, correspondientes al ensayo de la zona de introducción l" de la fuerza de preten-
Los valores representados en la figura 9.61 muestran, sin embargo, que la fuerza trans- figura 9.60 (según M. SARGIOUS). sado.

330 331
general se simplifica la armadura de dichos lugares disponiendo en la zona de introduc-
ción una fuerte arn1adura transversal formada por barras rectas, que puede ser re~mª
plazada por un, prctensado transversal (fig. 9.64). También entonces está indicado colo-
car algunas barras inclinadas en las esquinas en voladizo de las alas.

CAPITULO 10

0-~--------rr~ ~-~-
!

/ ¡ i 1\ \ \ ¡ t I ¡ (\\ \ , 10. Recomendaciones para el diseño

1
Al proyectar una estructura de hormigón pretensado hay que considerar muchos aspectos
no familiares al ingeniero especializado en hormigón armado ordinario. Con el fin de
J exponerlos, empezaremos por considerar la viga pretensada simplemente apoyada, con
armaduras postesas y adherencia indirecta, ya que con esta técnica existen mayores posi~
bilidades en la disposición de la armadura, que con la técnica del pretesado.
~---b
Fig. 9.63 Planta de una estructura con cables en las vi· Fig. 9.64 Pre tensado transversal en el extremo de la estruc-
gas principales. Líneas de compresiones y dis· tura, para cubrir las tracciones transversales y de
posición conveniente de la armadura de la zona flexión, 10.1 La viga simplemente apoyada, con armaduras postesas
de introducción.
10.H Canto, posición del cable en l/2, sección y magnitud de V

En una viga pretensada se puede adoptar, en general, un canto menor que en una viga
de hormigón armado: esbelteces de 1/,4 l a 1/2fJ l dan lugar a secciones económicas, 1/3<l l
es más o menos el límite en puentes, y 1/ 40 l en vigas ele edificación poco cargadas. Con
un hormigón muy bueno (B 600) se puede llegar a mayores esbelteces, pues el hormigón
pretensado presenta deformaciones muy pequeñas, y por ello vibra poco, incluso con
grandes esbelteces. No obstante, no se debe exagerar innecesariamente la esbeltez de la
viga.

~
La sección detenninante en
el dimensionamiento ele la
viga simple de canto cons-
hueco para
tante es la sección ce'ntral, et vibrador ['j
• • • ~

l
que es la que tiene que so- "'
.,,,,

ii I
['j ti
portar el momento Jlector ['j
® ® @® ~

mayor. En ella se coloca el "' '"'


• ,~· '"'
'~ ®® @® ·"'¡; . -~
cable lo más bajo posible, @ ~ •
•• T ®@ l ®®®®® _l
• •
para someter a una elevada \
con1presión la cabeza infeM Fig. 10.1 En el centro de la viga el cable debe ser colocado lo más bajo
rior o zona de tracción prew posible.
comprimida (íig. 10.1). Con
respecto a la altura a que se coloca el cable, hay que tener en cuenta lo siguiente:

l. El peligro de tracciones en la cabeza superior, cuando actúa el peso propio solo o


una carga negativa, si la fuerza de pretensado es demasiado grande.

2. El recubrimiento de hormigón bajo los cables debe tener el espesor suficiente para
soportar las elevadas con1presiones. Un recubrimiento den1asiado pequeño pued·e ser
causa de descon.chones en el caso de compresiones fuertes, o por la presión de la inm
yección.

3. Si son necesarios varios cables, s·e debe elegir su separac1on 1nutua de manera que
se p11eda poner en obra un hor111igón consistente, a ser posible con vibradores internos
(excepción: las vigas compactadas con vibrador de encofrados).

332 333
Los reqms1tos prácticos 2 y 3 no permiten a veces el bajar el centro de gravedad del c~ble fluencia, si se prescinde de ]a reserva de capacidad resistente de la cabeza de tracción en
tanto con10 sería de desear por razones de resistc'ncia. Por ello es necesario calcular de el acero de pretensar, o en la armadura ordinaria (pretensado limitado). En la práctica se
una forn1a aproxin1ada, por medio de un din1ensiona1r1iento previo según_ el capítulo 11, necesita tan1bién para el peso propio solo, una pequeña cabeza inferior que envuelva
el número y las dimensiones de los cables, al objeto de fijar para el cálculo definitivo el cable y lo una firmen1ente a través del aln1a a la cabeza de co1nprcsión.
una altura de centro, de gravedad posible en la práctica.
Por el contrario, y teniendo presente la seguridad al agotamiento, la cabeza de compresión
Las dimensiones de la cabeza. de tracción dependen del canto y de la relctción de~ peso debe ser capaz de soportar con una seguridad. suficiente las fuerzas internas debida¡;; tan.to
propio a la sobrecarga g/p, la cual juega un papel muy importante en la forma de la al peso propio co1no a la sobrecarga. Por ello es necesario, en general, disponer alas o
sección de una estructura prctensada. Si predon1ina g y se l1ace efectivo desde el princiw losas de cabeza corridas, que elevan el
pio, es suficiente una cabeza de tracción pequeña. Las din1en.siones de la cabeza de con1- centro de gravedad de la secc1on y au-
presión dependen, por el contrario, del valor ahsoluto g + ¡}. Si sor1 grandes tanto la n1cntan con ello el brazo 1necánico del
relación g/p con10 el canto de la viga, se va a secciones en T, incl11so en el caso de gran- cable.
des luces; es decir, el aln1a
sola precon1primida es sufi- La cabeza de compres1on está, por tan-
ciente co1110 cabeza de trae~ to, muy poco solicitada bajo la acción
ción. Por e] contrario, si p del pretensado y el peso propio, si la
es grande con1.parada con g, zona de tracción está fuertemente p·re~
g/p pequeñas
o el canto es exiguo, es pre- comprimida para la posterior admisión Fig. 10.4 Para el peso propio solo, se pueden hacer desapare-
ciso proyectar entonces una de la sobrecarga. A pesar de ello, es cer las tensiones en la fibra inferior, haciendo teóri ·
camente innecesaria una cabeza de tracción.
cabeza de tracción más an~ siempre mayor que la cabeza de trac-
,,
Fig. 10.2 Para g/p grandes, el alma sola basta como cabeza de tracción.
cha, disponiendo alas late· ción, pues al pasar del estado I al II
O'!f+p+uoo
rales, ·o derivando a la sec~ se suman en ella las tensiones debidas
Para g/p pequefias, son necesarias alas o losas suplementarias.
a g, p y V. Por esta razón suele ser
1
ción en cajón (fig. 10.2). ,I
12~--~--~- decisiva para su di111ensionan1iento la después de
I
o
En un trabajo de gran inte· comprobación de la seguridad. pérdidas =
rés [ 173]' w. J ACOBSOHN ha
" antes de
'<,_p~_rdidas
~
;;
·º con1parado los cantos reque~ Una vez hallada la posición más baja
.'v,iYuo ,,
,,,
ridos por las vigas pretensa~ posible, desde el punto de vista prácti- __' , ,_
das con sección rectangular co, del cable, se elige la magnitud de la duoo =- - fY.q +p
en T, en I o en cajón, con fuerza de pretensado en el caso de pre-
Fig. 10.5 Una vez fijada la máxima excentricidad posible, se de·
los de las vigas arrr1adas, tensado com.pleto, de manera que la duce la fuerza de pretensado V de la condición de que
para las tcnsion.cs admisi- precon1presión de la zona de tracción, después de la retracción y la fluencia, sea ºg+p+v=O,

bles en Suiza (fig. 10.3). El bajo la acción de la carga permanente


canto de la viga de hormi- y después de la retracción y la fluen- .
gón armado ha sido tomado cia, corresponda precisan1ente a la tensión de tra~c1on. deb1d~ a la sobrecarga, con ~l
igual a la unidad, y las cur- fin de que la tensión del hormigón en la fibra mferwr,. ha!o la p total, sea n',I~ª (fi·
gura 10.5). En el caso de pretensa do limitado se puede d1smrnmr ~a preeompresw_n en
vas son dadas en función de
el valor de la tensión adniisible de tracción. No obstante, se deber1a n1antener bajo la
g/p (o, lo que es lo mismo,
acció·n del peso pro_pio, y después de la retracción y la fluencia, una precon1presión de
de Mg/Mp). Podemos ver que
0 ~--~,,.o~--,~.o~--oz,,~-~1,5,,___¡°'o--~a"57~-~a"•J~--o.e,,2s
la sección en T es suficiente al menos 10 kg/cm2 (ver apartado 5,3).
sólo para g/ p grandes, y a Ni se debe pretender, ni es de desear, el alcanzar ~n .la zona de tra?ción .precompri.1ni&
Pig. 10.3 Relaciones entre los cantos necesarios en una viga pretensada y veces puede requerir un can~ da las elevadas compresiones adn1isihles, siendo n1as in1portantc el d1n1cns1onar sufi?1~n­
una armada, para diversos tipos de secciones, supuestos iguales to n1ayor que en hormigón
los rµomentos Mg y M 1, (según W. JACOBSOHN, Zürich). terr1ente la sección de n1odo que los cáhles p·uedan quedar envueltos por un buen hor1111gon.
arn1ado. Con momentos ac:~ Incluso, aunqu.e se cu 111 pla este requisito práctico, no es aconsejable el aprovecl1ar al má-
tuando en u·n solo sentido, x.in10 la preco111presión ad1nisihle, d·ebido a las consiguientes grandes defor1naciones y
las secciones rectangulares llenas permiten una reducció'n de canto con respecto al hor-
pérdidas ,por fluencia.
migón armado de hasta el 36 %, habiéndose supuesto para ambos el mismo Mg. Si se tie-
ne en cuenta además la disminución del peso propio, se llega a porcentajes aún mayores. El pretensado no dehe dar lugar, bajo el pt=>_,so propio, a tracciones en la cabeza superior,
o, en todo caso, dichas tracciones serán n1uy pequeñas, y habrán de ser cubiertas cuida-
Para soportar sólo el peso propio no se necesita teórica1nen.te cabeza d.e tracción, pues el dosa111ente con una arn1adura ordinaria (ver apartado 5.3).
peso propio es soportado por el acero, cuya fuerza de pretensado puede ser escogida de
forma que la tensión del hormigón en la fibra inferior sea nula. Queda entonces un Si falta, al pretensar, una parte del peso propio, tal como suele suceder en las jácenas de
tri¡\ngulo de compresiones (fig. 10.4). Una mayor sección de hormigón en la cabeza de cubiertas o en los p11entcs, existe el J)eligro de que se produzcan tracciones en la cabeza
tracción y las com.presiones en ella obtenidas son necesarias, pues, sólo para resistir· la superior. Para evit~r la aparición de fisuras apreciables, se arn1a dicha cabeza con una
sobrecarga p, y para compensar las pérdidas de pretensado a causa de la retracción y la ar111adura ordinaria niuy repartida, para la cual se puede admitir en el acero una tensión

334 335
I~as fuerzas de desviación u del cable reducen solan1ente. los esfuerzos c.ortant~s, pero
bastante elevada, pues pierde su n1isión en la estructura definitiva. En muchos casos . se no la reacción de apoyo A, pues la componente vertical V v en el anclaje . oh.I;cuo del
recurre, sin en1hargo, a otros procedimientos, por ejemplo tesando sólo parcialmente, o dis .. cable, anula en el extremo de la viga la resultante de las fuerzas de. ~esviacwn (fi!pl-
poniendo provisionalmente .sobre la cabeza superior cables auxiliares de pretensado, o ra 10.7). Todas las fuerzas exteriores engendradas por ,~l cable se eqmh~r~n entre s1 y
lastre, que produzcan momentos positivos. Si entre el pretensado y la colocación de la car- no modifican por tanto, en una viga isostática, las reacciones de apoyo originadas por e]
ga permanente restante transcnrre poco tiempo (2 días en verano y 6 días en invierno), peso p,ropio y la sobrecarga.
y si las tensiones de la cabeza inferior son moderadas incluso para el g parcial (ver
apartado 5.3), se puede admitir entonces en obras de edificación el que se fisure ligera- La componente vertical de la fuerza
n1ente la cabeza su.perior, teniendo en cuenta que estas fisuras se cierran de nuevo al de pretensado en el extremo de la
colocar el resto de la carga. viga debe actuar lo más cerca posi~
ble del apoyo, incluso cuando se
10.12 Trazado de los cables en diferentes formas de vigas
vuelve a doblar el cable en sentido ..-···-··-
!
contrario- para terminarlo en horiM
zontal. La figura 10.9 muestra la re-
Una vez fijada de esta forma la posición y la magnitud de la fuerza de pretensado en la
percusión de este nuevo doblado so-
sección central, se lleva el eje del cable (siguiendo una parábola, si la carga es unifor-
bre los esfuerzos cortantes. Cuando
memente repartida) hasta alcanzar en el
se dispone la contracurva delante del
apoyo la altura del centro de gravedad .. 1 ..
de la sección (fig. 10.6). En las vigas sim-
plemente apoyadas carece de importancia,
a efectos de resistir los J11omentos, J.a al.tura
apoyo (fig. 10.9c), se producen, debi-
do a las fuerzas de desviación diri-
gidas hacia abajo, esfuerzos col'tan-
'
-r··-- ··--
~
tes desfavorables que habrá que re-
Fig. 10.6 Trazado normal de los cables en vi- del cable en el apoyo, siempre que no. sal- sistir por medio de estribos. La con-
gas de canto constante cargadas uni- ga del núcleo central en la zona de .mo- Fig. 10 .8 Comparación de las tensiones cerca del extremo de la
formemente. tracurva h.ace aumentar tan1hién el viga, en el caso de cable recto o de cable curvo.
mentos flectores pequeños, dando lugar a rozamiento al pretensar. I-'o mejor,
tracciones en las fibras_ superior o inferior. pues, en una viga simplemente apoyada, es la terminación oblicua del cable según la fi-
Vz
El levantar el cable ayuda, sin embargo, a
.!J. Lt t t t-t + tJ.\J~
·en e! acero gnra l0.9a.
1
V¡ - t resistir los esfuerzos cortantes, puesto que
en el hormigón'-..-------·-·--··,_-_··--------' las fuerzas d.e desviación u, dirigidas l1acia Si la carga a resistir no está repartida uniformemente, sino que actúa en forma de cargas
arriba, dan lugar a unos esfuerzos cortan~ aisladas en puntos fijos, es posible el adaptar el trazado del cable a este tipo de carga.
tes Qv que contrarrestan los debidos al peso Si actúan por eje111plo dos cargas pu.Iltuales a los tercios de la luz, de acuerdo con la
propio, y reducen por tanto, en las proxiM figura 10.10, se llevan los cables horizontales en el tercio central, levantándolos a partir
midades del apoyo, las tensiones tangenciaM de allí de fonua que las fuerzas de desviación contrarresten directamente las cargas.
les, y con ello las tracciones principales
oblicuas (fig. 10. 7). Podemos considerar Para poner en claro la gran diferencia entre el estado tensio·nal en un.a viga pretensada
simplificadamente las fuerzas de desvia- y en otra no pretensada (hechas de un material homogéneo resistente a tracción), se
ción u, de una parábola, como una carga han representado en la figura 10.11 las tensiones y el trazado de Las isostáticas en am-
negativa uniforme, que pu.ede llegar a ser bos casos.

. ~· mayor incluso que g (ver apartado 11.222).


Si la fuerza de pretensado se aplica en la a b e
sección del apoyo en el centro de grave-
dad, las tensiones normales al final de la
i~ ___ za ----
-----1 1 longit11d de introducción son constantes en
toda la sección de la viga, lo cual reper- Fig. 10.10 Las cargas aisladas fijas deben
ser contrarrestadas por fuerzas de
cute- favorablen1ente en las tracciones prin~ desviación que actúen en los mis-
cipales ohlic11as, como muestra la compa~ mos lugares.
ración con las te11siones en el caso de ca~
ble recto (fig. 10.8). Fig. 10.9 En las figuras a y b, Qv reduce los
esfuerzos cortantes en el apoyo de-
bidos a la carga; pero en e no.
Las vigas con cables de trazado parabólico
hasta el apoyo, presentan por ello unas
En la viga no pretensada (fig. 10.lla) se forman unas isostáticas de compresión con as·
tracciones principales oblicuas tan peque-
pecto de arcos en posición n.orn1al, y unas isostáticas de tracción en for1na de arcos in~
Fig. 10.7 El doblado del cable da lugar a unos ñas, que puede·n ser ar1nadas con estrib9s vertidos, que cortan a la fihra neutra haj.o .un ángulo . de 45° .. P~r ello se. colocan en
esfuerzos cortantes negativos Qv, que
reducen Qc+v· En el extremo de la
muy débiles, exceptuando la zona de in- el liormigón armado barras a 45° para res1st1r las tracc1ones principales oblicuas. CuanM
viga se equilibran V v Y Qv• troducción.

337
22
336
do se pretensa con un cabl? levantad"'.,. el trazado de las isostáticas es completamente ilifo- variación normal de las tensiones de compres1on. Con estos cables cortos se puede econo-
r~?te (fig. 10.ll~). Predomm~ la tens1on normal, y apenas permite, gracias a la disminu- mizar algo de acer.o de pretensart pero es preciso cubrir mediante ei:,tribos las puntas
c1on de las te,:is1ones. ptangenc1ales por las fuerzas de desviación, la formación de traccio~ de esfuerzo cortante, y mediante barras longitudinales las tracciones en los anclajes.
nes. La p~quena te~s1on principal de t~acc~ón no e.s ya oblicua, sino casi vertical, por lo
que no tiene sentido colocar ]Jarras Jncl1nadas, siendo suficientes unos pequeños estribos. Si los bordes de la estructura no son paralelos (canto variable), la inclinación mutua de
las .fuerzas internas produce una disminución de las tensiones tangenciales; pues, por
El tercer caso, con cable recto (fig. 10.llc), muestra cómo se pierden en el extremo de la ejemplo, en la viga de la fignra 10.13 una parte del esfuerzo cortante es contrarrestado por
viga las ventajas del pretensado, a causa de las elevadas terniones tangenciales y la des- las fuerzas de desviación de las resultantes de compresiones (ver apartado 11.522).
a Por tanto, cuando varía el canto de la viga y el cable es recto, se puede llegar a una
disminnción de las tensiones tangenciales parecida a la obtenida cnando el canto es cons-
tante y el cable curvo.
Se puede ver mejor este efecto
b si se piensa en las fuerzas de
desviación 1 de las resultantes
de las compresio'nes en la ca-
beza curva, si bien estas fuer~ fuerzas de desviación ub en el hormigón comprimido
zas de desviación no pueden
ser consideradas como fuerzas
exteriores, como se hace con las ~·
' l.l.J.~_t ._J_J~/ f/
directriz ·-...;..q~
e ~
. ~
p vgmP
fuerzas de desviación de los Fig. 10.13 Si el cable es recto se pueden reducir igualmente las tensiones
tangenciales variando el canto de la viga.
!I -lf7..f cables.
En las ,1acenas de cubierta, la
inclinación de ésta lleva a un
borde superior inclinado recto
Fig. 10.11 Tensiones e isostáticas en una, viga no pretensada y e,n otT a pre tensa d a con cable parabólico o recto con t1n quiehro en la cumbre-·
(según DElNINGER [184]).
ra (fig. 10.14). En este c,aso el ~· 10.14 Las jácenas de cubierta con borde superior recto oblicuo deben
cab Ie deb e ir paralelo a la ca· estar provistas de cercos en el centro, para anclar la fuerza Ub.
favorable solicitación de fte- 1Jeza inferior en un tramo rela-
xió·n, que da lugar en el bor- tivamente grande, curvándose
de superior a< tracciones per~ h.acia arriba sólo en las zonas extren1as. La secc1on determinante para el di1nensiona-
judiciales. miento no suele ser la sección central, ya que Wx decrece más de prisa que Mx- La fuerza
vertical de desviación en eI vértice debe, ser anclada por medio de estribos.
El favorable trazado de isos-
táticas de la figura 10.llb Fina1mente, se puede proyectar un quiebro también en el borde inferior, o curvar de
se con.sigue solau1entc si se cualquier forma toda la viga. Cahe pretensar incluso una viga en forma de arco. Algu-
-20 lleva la totalidad de los ca- nos ingenieros tienen dificultad. al principio en cnmprender esto. Sin embargo, si eonsi~
bles basta el apoyo. A veces, deramos "las fuerzas de desviación" de las resultantes de las compresiones, y las fuerzas
si guicndo las costun1bres del de desviación del. cable, vemos qne en una pieza pretensada axilmente (en la que coin-
horn1igón ar1nado, se llevan ciden los ejes de la pieza y del cable) están siempre dichas fuerzas en equilibrio (figu-
los cables como en la füru- ~
ra 10.15). Desde luego la pieza de hormigón debe estar provista de estribos que liguen
ra 10.12, anclándolos entre las fuerzas 1/z uh a las fuerzas u, del cable.
los apoyos en la cabeza su-
perior. Se ha afirmado que Si se apoya ah.ora un arco a inodo de viga, se deben prever las m.ismas dietancias entre
de esta forn1a se sigue el la directriz del arco y el eje del cable, que en la viga recta. Por medio de cercos habrá
trazado de las isostáticas; que resistir las fuerzas de desviación (fig. 10.16). Podemos calcular las vigas pretensadas
esto es falso, como se dedu- curvas igual que las rectas, pero hay que tener en cuenta las fuerzas de desviación del
ce de stt VeTdadero trazado cable y las de las resultantes de las compresiones.
(fig. 10.11). Los anclajes in-
Fig. 10.12 ~~s cables levantados e~ el interior del vano conducen a un ter111edios traen co111o conse~ El centro de gravedad del cahle deberá estar en 1.a vertical del centro de gravedad de
cuagrama de esfuerzos cortantes en diente de sierra, y a pertur- • d" la sección de hormigón, pues de lo contrario, al tesar, se curvará la viga horizontal-
baciones en el trazado de las isostáticas (según GuYoN). ct1enc1a un 1agrama de es-
. fuerzos cortantes e'n diente mente y no habrá ya reparto simétrico de tensiones dentro de una sección. Por supues-
de sierra,_ lo que conduce a perturbaciones y discontinuidades en el estad.o tensional. ·ocu-
1 Por analogía empleamos también en este caso el nombre de "fuerzas de desviación", como ya hicimos
rre ademas que los anclajes intermedios interr11n1pen con sus elevadas presiones locales la
en el capítulo l. (N. del T.).

338
339
to, en una placa ancha o en una viga en T no tiene importancia una pequeña desviación mucha armadura para la introducción de las fuerzas de pretensado. En ocasiones no has-
de ambos planos de centros de gravedad, pero habrá que sopesar su efecto. ta la sección final para alojar todos los anclajes. Cuando los cables van a ser tesados
solamente desde un solo lado, se pueden repartir los anclajes de tesado entre ambos
La disminución de las tracciones principales oblicuas por el esfuerzo normal debido a V, extremos, haciendo los anclajes fijos ciegos, y disponiéndolos cscalonadamente detrás de
y por una inclinación conveniente del eje del cable con respecto a la directriz de la viga, los a~clajes de tesado (fig. 10.18).
permite pro.yectar almas excepcionalmente delgadas, sien1pre que el levantan1iento de
los cables no exija, por razones A pesar de estas medidas, es frecuente el que haya que ensanchar el extremo de la viga
constructivas, mayores espeso .. pretensada. Para colocar todos los anclajes unos junto a otros, es preciso aun1entar las
res que el que requieren las distancias entre los cables con respecto a las que mantienen en el alma (fig. 10.19). Hay
tensiones, al menos en el ex- que tener en cuenta entonces que en la zona en que se separan los cables se originan
tremo de la viga. En edifica- un.as fuerzas de desviación con sentidos o·puestos (fuerzas de ahocina111iento) que habrá
ción han sido realizadas ya al- que recoger con una armadura de cercos. Para ello lo más conveniente es coger por
mas de 5 cm de espesor con separado cada dos cables que se desvíen a una misma altura y un mismo ángulo hori-
1/Zllb tiene que ser
atada con cercos luces de hasta 15 m. Las almas zontal.
proyectadas por FREYSSINET
Fig. 10.15 En un arco con pretensado centrado se equilibran las fuerzz.s Las caras extremas de la
de desviación en el hormigón U¡,orrn. con las del acero uacero· para grandes vigas de puentes
son extraordinariamente del~ viga, o al menos las placas
gadas, co1no se muestra en la de anclaje, deben ser exac-
figura 10.17. Cierto es que estas almas han sido pretensadm; verticalmente, con lo que tamente ortogonales al eje
se elimina cualquier tracción bajo la carga nominal. Los estribos fueron pretesados contra del cable en el extremo. Si
el mismo encofrado metálico de las vigas [91], que fue vibrado en su totalidad, con lo la ter111.inación oblicua nn es
cua1 se pudo compactar _perfectamente el hormigón, a pesar del reducido espesor. compatible con la forma de
la estructura, se honnigona~
En las estructuras grandes se pretensan las ahuas por medio de barras en tubos énvol-
ventes. Los estribos pretensados deben estar bastante próximos unos de otros (distancia
rá~ después de tesar, un re~
mate recto y vertical. -i----1
10.2 La viga simple apo- Fig. 10.18 Cuando la sección extrema es pequeña, se pueden escalonar los
anclajes tesando una mitad de los cables desde la derecha y la
yada eon armaduras otra mitad desde la izquierda. Condición: suficiente armadura lon-
pretesas gitUdinal y de estribos en los extremos de la viga.
Fig. 10.16 En una viga curva, se le dan al cable las mismas excentricidades que
en la viga recta. Cuando se utiliza la técnica
del pretesado de las arma-
n1áxin1a aproximadamente h/5), para que· la compres1on Gy sea uniforme y no se or1g1- duras es corriente el llevar
nen innecesariame'nte grandes perturbaciones a causa de la introducción de estas fuerzas los alambres en la cabeza
de pretensado. inferior rectos y muy juntos
(fig. 10.20). Quiere esto de-
En ge~eral, solamente compensa el pretensado vertical del alma en el caso de luces gran- cir que en la parte central
des. En los casos corrientes no se de- del vano su posición será Fig. 10.19 En la zona en que los cables se separan en planta es necesario colo-
car una armadura especial.
berían adoptar espesores demasiado pe- correcta, :no así en la zona
qu.cños en las almas, para poder colocar del apoyo, donde ocupan
y con1pactar bien el ho-rmigón, y se las una posición desfavorable, como podemos deducir de la figura 10.llc. La fuerza
de pretensado actúa junto al horde inferior, y provoca, por consiguiente, tracciones vera
deberá armar moderadamente con es-
ticales considerables en el extre1no de la viga. Estas tracciones, y las originadas por la
tribos, incluso aunq11e las tracciones
1 introd11cción de la fuerza, hacen necesaria una buena armadura de estribos en toda la
{18-----.¡ sean muy pequeñas. F~n las vigas sin
zona de introducción. Si la viga tiene alas, los cercos deberán envolver los alambres si-
!{J viga prefabricada 10 estribos se hah producido desperfectos
estribo tuados en ellas (fig. 10.20). La reacción de apoyo produce localmente unas compresio-
pretensado con frecnencia [300].
nes transversales favorables, que. no actúan sin embargo en ocasiones durante el trans-
porte de la pieza. Además, el descentramiento de la fuerza de pretensado es causa de
tracciones en la cabeza superior de la viga, más allá incluso de la zona de introduc-
10.13 Disposición de los anclajes ción, las cuales, ju'ntamente con las solicitaciones del transporte, pueden dar lugar a
1
¡...- 88 fisuras. En la mayoría de los casos se colocan por esta razón algunos ala1nbrcs de pre-
Los anclajes en el extremo de la viga
·cable de la viga_ transversal tensar en la cabeza superior, para evitar esta forn1ación de grietas.
deben ser repartidos lo más reg·ular-
Fig. 10.17 Vigas de los puentes de FREYSSINET, de almas excep·
cionalmente delgadas pretensadas verticalmente (Pont 111ente posible sobre la sección extrem·a El apoyo no debe quedar muy cerca del extremo, ya que en éste actúa aún el preten-
d'Esbly, luz 74 m). Sección junto al apoyo. (ver cap. 9), para que no sea necesaria sado y el hormigón puede cizallarse.

340 341
l.1as cabezas de tracción delgadas son se·nsibles, bajo altas con1presiones, a la más mím
nima excentricidad de Ia fuerza de pretensado, curvándose lateralmente cuando los
alambres no están colocados exactamente centrados en la sección. Por esta causa son
consideradas inservibles muchas vigas. A este respecto se requiere un cuidado especial
en las viguetas para fqrjados.

Fig. 10.20 Viga típica con alambres pretesados,

Las desventajas citadas son aminoradas en USA levantando y abriendo al menos una
parte del paquete de alambres, desde aproximadamente 1/ 4 de la luz, hasta el apoyo
(fig. 10.21). En la figura 4.50 vimos ya los anclajes de desviación usados con este objeto.
De esta forma se distribuyen más regular1nente los alan1bres en la sccció·n final, redu~
ciéndose así las fuerzas transversales de tracción. Se puede p·rescindir entonces de los
alambres superiores, sien1pre que se to111en para el transporte las medidas necesarias
para que no pandee lateralmente la viga. Generalmente esta desviación de los alambres
se hace sólo en vigas muy grandes. En las viguetas de forjado y correas de cubiertas, fa-
bricadas en largos bancos de tesado~ un gran nún1ero de piezas una a continuación de
otra, no es rentable el gasto que requieren tales desviaciones de los alambres. Hay que Fig. 10.23 Fabricación de jácenas de cubierta, de canto variable, con armadura pretesada. A. B. Strfing-
colocar entonces los cercos de la figura 10.20, incluso aunque el hormigón sea de gran beton, Estocolmo.
calidad.

En las jácenas de cubierta, la variacwn de canto de acuerdo con la figura 10.22 susti- 2. Vigas cuya cabeza de compreswn se realiza o se completa con hormigón in sitn,
tuye a la desviación de los alambres, reduciéndose tanto el canto de la viga en el apoyo por lo cual el peso de montaje representa sólo una parte del peso propio total (fi-
que los alambres rectos actúan en él guras 10.24 y 10.25) .
casi sin excentricidad. En mnehas fá-
El qne inicialmente actúe sólo una parte del peso propio trae como consecuencia que
bricas se hacen tales jácenas con luces
la fuerza de pretensado, prevista en el banco de tesado para la carga completa, someta
de hasta 30 m, como muestra la foto·
inicialn1ente a la cabeza inferior a elevadas tensiones de compresión. Las di111e~siones
grafía de la figura 10.23, correspondien-
de dicha cabeza están condicionadas por este caso de carga. El segundo tipo de viga es
te a una de las mayores fábricas de Es-
favorable a este respecto, pues la fibra neutra está situada inicialmente muy baja.
tocolmo.
El banco de tesado no puede permanecer mucho tiempo ocupado por las vigas, razói¡ por
Fig. 10.21 Viga con alambres pretesados levantados en las zonas Distinguiremos en general dos tipos de la cual se realiza el pretensado prematuramente, en general despnés de nn corto curado
extremas.
vigas prefabricadas con armaduras pre- al vapor, con el resultado de que el hormigón joven, sometido en la cabeza inferior a
tesas: fuertes co111presiones iniciales, fluye fuerte1nente. Por ello estas vigas to111an una contra-
flccha claran1ente visible si tienen un aln1a de cierta altura. Deben ser 111ontadas lo n1ás

f~·~·~
1. Vigas en las qne se hormigona al aprisa posillle, y cargadas con el peso propio restante, para que no alcancen proporcio-
n1isn10 tiempo la cabeza de comm nes excesivas la fluencia y las consiguientes pérdidas de fuerza de pretensado.
rn .
..
.
-·---- .
....... ....
.. .. .. . ·-
. ... . . --
presión que el resto de la viga, y
que son cargadas luego con el resto I"a contrafiecba es pequeña cuando el canto es reducido. Se llega incluso a eliminar por
~ ··-··
de la carga permanente y la sobre- completo el alma (fig. 10.26), como se hizo por vez primera en Suiza, en las vigas "Stahl-
Fig. 10.22 Viga de canto variable con armadura pretesada. carga. ton", del grupo BBR [115]. Estas cabezas inferiores pretensadas no son au'.oportantes,

342
superior es pequef1a, y está provista de resaltos transVe~sales; u~os ?ercos que sobreª
/hormigón in situ
salen del alma aseguran la unión con el tablero hornugonado m s1tn. Estos cercos
% deben tener forma de horquilla cerrada, pues al crear la unión resistente al cizallamiento

' ' ''


.
' '' ' '
entre placa y viga, son solicitados a tracción. Hay que tener en cue·nta tan1hién los esfuerª
zos de cizallamiento que aparecen a consecuencia d.e los diferentes acortan1ientos de fluenª
cia y retracción de la placa y de la viga; por ello el extremo de la viga debe estar par.
'
' '' ' '' ticularmente bien provisto de cercos.
.
' '''
•15 /
Las figuras 10.29b y c muestran el banco de tesado en que fueron realizadas las vigas.
' ''' sin apeo
' ,,'
''
,, Digarr1os, por últi1110, que este tipo de puentes en1pezó a e1nplearse en Alen1a·nia muy
,. apeada en l/2
pronto (en 1939) [38].
'' ' '
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Fig. 10.25 Vigas pequeñas con alma baja, o sin alma.
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.
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Fig. 10 .24 Las vigas con losa de cabeza hormigonada in si tu necesitan en general
un ancho adicional del ala inferior, para la segunda parte de la carga
permanente.

&
sino que reqnieren un apeo de montaje. El resto del alma y la placa superior de com-
presión son hormigonados in situ, obteniéndose resultados satisfactorios en los forjados
de edificación. No se debe adoptar un pretensado muy alto para el hormigón de la ca·
beza inferior, con objeto de que no se manifiester1 los inconvenientes de la fluencia. Fig. 10.27 Vigas en TT para forjados de piso o de cubierta, empleadas en USA. Fig. 10.28 Viga de ala ancha con
armadura pretesada, uti-
lizada en USA para
En las vigas grandes, por el contrario, se tiende cada vez más a fabricar la p1ez-a con puentes.
la cabeza de con1presión incluid.a, pretendiendo con ello que el resto de la carga que
tiene que soportar la viga pern1anentemente, sea lo n1cnor posible~ con lo cual no es pre~ 10.3 Vigas continuas

10.31 Canto y forma de la sección

Hespccto al canto, es válido aproximadamente lo mismo que se dijo en el apartado 10.11.


Debe estar con1prendido norn1aln1ente entre 1/16 y 1/22 l, y en casos de exeepción, sobre
todo en vigas acarteladas, puede llegar a 1/so o, incluso, hasta 1/ w l. Los cantos exage·
-, -+=""1------w rad.a1nente bajos requieren elevadas fuerzas de pretensa.do, y un hor111igón excelente.
~!

En las vigas continuas l1ay que contar con unos mon1entos fiectorcs que no sólo varían
de magnitud, sino que cambian también de signo, lo cual hace necesario que los cables
sean llevados jnnto al borde inferior en los vanos, y junto al borde superior sobre las
Fig. 10.26 Cabeza inferior pretensada, cons· pilas. Se necesita además que la sección tenga la fibra neutra muy alta en los vanos y
tituida por piezas cerámicas re- muy baja en los apoyos intermedios, para disponer siempre de un brazo mecánico
llenas de mortero (forjad.o Stahl·
ton de BBRV, Suiza). grande&

Dado que el cargar un tran10 se or1g1nan momentos negativos en el adyacente, que se su.ª
perponen a los momentos del pretensado, no se debe agotar bajo el peso propio, en la
cabeza inferior en el centro del tramo, la tensión de compresión admisible; y en la zona
de compresión, en la cabeza superior, debe quedar una reserva de con1presiones para las
ciso sobredimensionar la cabeza inferior. A este grupo pertenecen las vigas en TT corrienm tracciones promovidas por los momentos negativos de la sobrecarga (fig. 10.30). Por esta
temente empleadas en USA (fig. 10.27), y las vigas en T desarrolladas en Francia y razón no se puede colocar a veces el cable en las vigas continuas con tanta excentriª
en USA (fig. 10.28), con alas anchas, de tal forma que sólo se hormigonan in situ unas cidad como en las vigas simplemente apoyadas.
pequeñas juntas armadas con horquillas solapadas.
Sobre los apoyos intermedios habrá que asegurarse de que no aparecerán en el borde
Con10 ejernp1o de vigas con cabeza inferior de grandes dimensiones, poden1os ver en 'la inferior tracciones debidas al momento de pretensado. Esta zona será tratada más deta·
figura 10.29 un grupo de vigas de puente, pretensadas con cordones de 7 alambres. El ala
liad amente.

344
345
Fig. 10.29 a, b y c. Fabricación en banco de
tesado de vigus para puentes. '
r¡+v , , ., k,, / ,'// /
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Fig. 10.31 Altura del núcleo central en diversos tipos de sec-
lf' V -p pv-p ciones.

Fig. 10.30 Tensiones en una sección en· el interior de un vano


de una viga continua.
Fig. a Almacén de vigas terminadas (Formi-
gli, Berlín, New Jersey/USA).
La capacidad resistente, bajo momentos can1biantes de signo y esfuerzo axil, es función
del tamaño relativo del núcleo central de l¡¡ sección. Mientras la fuerza de compresión
caiga dentro del 'núcleo central, no se producen tracciones en el borde. Cuanto mayor sea,
pues, el núcleo, tanto mayor podrá ser la excentricidad de la fuerza de compresión 0 , en
el caso del hormigón pretensado, el brazo mecánico del cable. En las secciones rectangu-
lares, la altura del núcleo central es tan sólo 1/3 d; en una sección en T es aproximada·
mente 0,4d, y en una sección en cajón llega hasta 0,5d, dependiendo de la relación del
espesor de las paredes al espacio hueco (fig. 10.31). El tamaño necesario del núcleo de-
pende esencialmente de la relación g/p (ver. apartado 10.1 y fig. 10.3). La sección rec-
tangular es utilizable sólo con un p reducido y un canto suficiente. Si los momentos
debidos a la sobrecarga son grandes, como sucede por ejemplo en los puentes de ferroca-
rril, la sección en cajón, con su an1plio núcleo central, constituye frecuente 1ne'nte la
única posibilidad de evitar la aparición de tracciones. En el caso de los puentes mejora
la relación g/p según aumenta la luz, pues el peso propio crece con ésta. Por ello se apli-
can frecuentcn1ente para las grandes luces las secciones en T.

10.32 Trazado de los cables


Fig. b Armadura preparada y encofrados la-
terales.
El hecho de que los i11omentos can1bien de signo obliga, aún n1ás que en la viga de un
solo trnmo, a doblar los cables o curvar la directriz de la viga. En vigas de canto cons-
tante con carga uniformemente repartida, la forma más adecuad.a del cable es una pará-
bola en el interior del vano, con una corta contracurva sobre los apoyos intermedios (fi-
gura 10.32).

-lf. ltf.~,~~~~~~Jr-! n n 1
Figfi 10.32 En vigas de canto constante con carga uniforme, la parábola es la
forma más conveniente para el cable.

Las fuerzas de desviación, dirigidas hacia arriba en el interior del vano, contrarrestan uni-
formemente dentro de éste el peso propio, inientras que en las contracurvas se transmi-
ten directamente al apoyo, sin dar lugar a esfuerzos cortantes perjudiciales. Un cable de
este tipo puede compararse al cable de un pnente colgante anclado en sí mismo, del
que cuelga el peso propio, que es entregado a las pilas a través de las contracurvas sobre
las silletas de apoyo. La contracurva del cable no debería tener una longitud mayor de
aproximadamente 0,7 veces el canto de la viga, con objeto de que las fuerzas ejercidas
Fig. c Dispositivo de tesado de los cordones por el cable fluyan directamente hacia el apoyo. Con este fin, el cable deberá estar
de 7 alambres con gatos hidráulicos. colocado sobre el apoyo intermedio lo más alto posible.

346
347
Si la carga actúa preferentemente en puntos aislados, por ejemplo a través de unas vigas gradualmente. Se precisa para ello de ancla,ies intermedios, cuya acción concentrada pne-
transversales, lo que se hace entonces es doblar los cables en dicl1os puntos, mantenién~ de ser aminorada cnrvando fuertemente el cable antes del anclaje, disminuyendo por roza-
dolos rectos entren1edias, de r11odo que las fuerzas de desviación contrarresten directa~ miento de una forma continua la fuerza de pretensado (fig. 10.34).
mente las cargas.
En edificación se puede utilizar la pendiente de la cubierta para obtener, en combinación
En cada vano hay que elegir la flecha del cable y la fuerza de pretensado de tal forma con u'n borde inferior inclinado, una viga cuya forma permita un cable casi recto, sin que
que las fuerzas de de~viación actú·en en la mis111a relación que las cargas, es decir, que ello traiga desventajas para la estructura (fig. 10,35).
los momentos producidos por las fuerzas de desviación deben ser semejantes a los mo·
mentos producidos por las cargas, pero con signo contrario. No se pueden exagerar di-
chas fuerzas de desviación, pues puede ocurrir que se produzcan bajo la carga perma·
'.nente tracciones en la cabeza inferior sobre los ap·oyos intermedios.

A veces está indicado el curvado irregular del cable. Si se originan, por ejemplo con el tra-
zado parabólico momentos positivos de pretensado demasiado grandes sobre los apoyos, se
Fig. 10 .35 En este caso se utiliza la inclinación de la cubierta para dar una
fuerza la curvatura del cable en el centro del tramo y se le lleva más tendido hasta los forma a la viga que permita un cable casi recto.
apoyos, con lo cual se disminuyen los momentos positivos en ellos. Si se desea el efecto
contrario, se fuerza la cnrvatura del cable junto al apoyo. En los extremos de la viga son
válidas las mismas consideraciones que en la viga simplemente apoyada. Es conveniente El deseo de pretensar las vigas continuas por medio de cables rectos fue provocado por
que la paráhola termine en tangente oblicua dirigida hacia arriba, y a la altura de la di- los altos rozan1ientos observados en un principio en varios procedin1ientos d.e pretensado,
rectriz~ Si por razones constructivas es necesaria en el extremo una contracurva, debería
que en el cable de la figura 10.32, doblado varias veces, habrían co'nducido al fracaso. Hoy
comenzar ésta mny cerca de la sección del apoyo para que las fuerzas de desviación se en día, sin embargo, se considera, en general, n1ás correcto el absorber los momentos por
trans1nitan directamente a éste. medio de cables doblados.

Veremos en el apartado 11.43 que en la viga continua no es indiferente, a efectos del mo- Con cables concentrados es posible pretensar a un mis1no tiempo inuchos vanos, gracias a
mento en una sección determinada, a qué altura corta el eje del cable a la vertical del las medidas descritas en el capítulo 7, destinadas a disminuir el rozamiento. En un puen-
apoyo extremo. Se simplifica el estudio estático de la viga continua cuando el cable está te de tranvías en Mannheim [502] fueron pretensados con éxito 8 vanos consecutivos, por
situa.do en el extremo. a l.a altura del centro de gravedad de la sección de hormigón, pues· medio de cables corridos en toda la longitud del puente, que además estaba curvado en
to q~e la fu~rza longitu.dmal no produce entonces momentos. Si está por encima o por planta. Se realizó el tesado desplazando los tramos extremos (ver fig. 4.62).
debaJO, habra que estudiar los momentos adicionales provocados por la introducción ex-
céntrica de la fuerza de pretensado en la estructura hipercstática. Los cables individuales no deberían correr a lo largo de más de tres vanos, siempre que
se los pueda tesar desde an1bos extremos. Si se quiere pretensar un mayor nú111ero de
Al igual que. en la viga simplemente, apoyad~, se puede alcanzar el efecto del preten- vanos por medio de cables individuales, existen dos posibilidades distintas;
sado, contrario al de las sargas, no solo mediante el curvado del cable, sino también
cúrvando el eje de la viga. En general lo que se hace es arquear el borde inferior, o acar· I. Empalme de los cables por solape.
telar las vigas junto a los apoyos intermedios (fig. 10.33). Con ello se logra reducir
2. Acoplamiento de los cables.

El primer sistema fue empleado con cierta frecuencia en los primeros tiempos. En la pri-
mera edición alemana de este libro fueron mostrados en la página 238 algunos solapes de
cables. Lo más sencillo es disponer sobre una pila intermedia los solapes de sólo una parte
Fig. 10.33 Si se arquea el borde inferior se puede suavizar la curvatura del cable. de los cables, repartiendo los empalmes entre varios apoyos (fig. 10.36). Al realizar estos
empalmes los cahles dehen ser anclados en nichos dispuestos en la cara superior de la
viga, o bien en la cara inferior de la losa del tablero, después de desviarlos lateralmen-
-~··-=·~·-::;::·~-~··.::::~::=·-~s=··~.~··3·"'E~::::=··-==··-:::'.·~·~·"fj·.~::;r-~··?.
--- .,..----. - ¡--. - - te. En ocasiones han sido dispuestos estos anclajes en una cara del alma, en el interior
anclajes intermedios después
de doblar fuertemente los cables, de una viga en cajón ([365], págs. 179 y sigs).
Fig, 10.34 En las vigas en arco.tímpano el cable puede ser recto, pero es'preciso
reducir gradualmente la fuerza de pretensado. En tales anclajes intern1edios es casi inevitable la apar1c1on de tracciones locales (ver
cap. 9). Perturban además en el entorno de los nichos la armadura o pretensado trans-
much'.' l~ suma de los ángulos de desviación del cable continuo, disminuyendo por tanto versales. Por estas razones, el en1palme por solape no p·ued·e ser considerad.o una solu-
~as p~rd1das de ¡:iretensado por rozamiento. En el caso límite, y si la cnrvatura del borde ción limpia.
mfenor es suficientemente fuerte, se puede disponer el cable recto (fig. 10.34). Si se
deja entonces recto el borde superior, el canto de la viga deberá ser muy pequeño en el El acoplamiento de cables en vigas continuas fue realizado por vez primera por el inglés
centro del vano para que por efecto de la variación de los momentos de inercia la sec- DoNOV~N H. LEE, disponiéndolo, como se muestra en la figura 10.37, sobre el apoyo in·
ció·n central to1ne muy poco mo1nento posjtivo. I~a fuerza de pretensado necesaria sobre termed10. De esta forma se puede construir un tramo a continuación del otro, obtenienª
los apoyos será excesiva para la sección central, por lo qne habrá que ir reduciéndola do al final, sin embargo, una viga continua. Este tipo de empalme ha sido utilizado con

348 349
frecuencia en Alemania por la Dyckerhoff & Widmann KG, por ejemplo en el puente de sado pueden diferir mucho de los definitivos, debido a la fluencia y Ia retracción (ver apar-
Brudermühl, en Munich ([365], pág. 193) y en el Rampenbrücke, en Düsseldorf ([365], tado 12.4). También hay que estudiar las deformaciones para elegir en cada caso la con-
página 215). Sin embargo, la sección sobre una pila intermedia no es adecuada para el traflccha adecuada de la cimbra, de forma que al final se obtenga una línea continua
acoplamiento, por una parte porque se originan dura'nte. la construcción tensiones desfa .. para las vigas.
vorables, y por otra parte porque en dicha sección los cables tienen que ser colocados junto
al borde superior lo ~más apretados posible, no quedando espacio suficiente para el ancla- alzado A-A
je de acoplamiento. Por elfo el autor indicó ya en la primera edición alemana de este
libro que era más cómodo y más correcto el disponer los empalmes de los cables a los

aricta¡es intermedios escalonados

cable suplementario ---------+-·· luz SS,2m--


,.:__ .. _..(_ .. _ .. _.,'"' .,-··-··-··-··-H-·..., A --i

'· --. - --....---~·-··--


-............. ~~-...~-- .. ...
··'-··-··-..,.
..---·· / . / ·.......··-......
.,,.,,,.~
,,,,...·---...........
.,,,.-··-··-......... ......__ __

........··-.. - ... --- ............


../
··-··-··~ -··-
.,,,,..-·-............._ __
Fig. 10.39 Acoplamiento de los cables principales en el puente de Aitertal (autopista Salzburg-Linz) a los
quintos de la luz. Posición de las placas de anclaje en la sección.

.................... _.. ,,,,,...··


··-.. ...-.. ..-- -··-
Fig. 10.36 Empalmes por solape de los cables, para evitar pérdidas demasiado altas por rozamiento.

quintos de la luz (fig. 10.38). Esta posición del acoplamiento fue adoptada en la práctica
por vez primera en el puente del Aítertal, en Austria ([365], pág. 236) (fig. 10.39). Desde
entonces se ha convertido casi en norma general. Los anclajes pueden ser repartidos sobre
una gran parte del canto de la estructura, sin modificar la posición adecuada de la línea de
acción de la resultante de las fuerzas de pretensado. En la viga a empalmar se· colocan
cables verticales de pretensar, junto a los pu11tos de acoplamiento, para evitar las fisuras
por retracción del nuevo hormigón frente al antiguo.

gato

primer segundo
..-·· -··-··-··1------1 -------1
tercer vano

Fig. 10.37 Construcción de vigas continuas por vanos sucesivos, acoplando


los cables directamente junto al apoyo (según DONOVAN H. LEE).

r "~t:~,·-. ---··-··~··--~':---=.--·---··,/-~"~
t ~- l
f"1-~T~
z 1 anclajes y acoplamiento .A
Fig. 10.40 Empalmes por acoplamiento en una vía elevada en Düsseldorf.

Fig. 10.38 Constructivamente es mejor disponer el empalme de las vigas en el punto de mo-
mento nulo. 10.33 Viga continua obtenida por pretensado conjunto de dovelas

Con este método se puede pretensar un número cualquiera de vanos, dando lugar a una El _pretensado conjunto de dovelas 1, para dar lugar a una viga contin11a, fue realizado
viga continua. En una calle elevada en Düsseldorf ( [502], [508] y fig. 10.40), fueron por vez pri111era, en con1hinación. con la construcción por voladizos sucesivos, por {J. F1Ns~
construidas de esta forma vigas continuas con un total de 26 tramos y tina longitud total TERWALDER [162]. Como ejemplos notahles de este interesante sistema de construcción,
de 600 m. mencionaremos el puente de Karlstadt, sobre el Main [243], y el puente de Nordwestbo-

Cuando se utiliza este sistema de acoplamiento es necesario comprobar cuidadosamente 1 Empleamos aquí el término "dovelait en un sentido muy general, refiriéndonos no sólo a los e.lementos
las tensiones en las diversas etapas de construcción, porque, dependiendo de la posición prefabricados a través de los cuales se enhebran los cables una vez presentados sobre el apeo o cimbra de
de la junta de empalme, los momentos hiperestáticos debidos al peso propio y al preten- montaje, sino a cada una de las partes hormigonadas y pretensadas consecutivamente en obra. (N. del T.).

351
350
gen, en Berlín [ 433]. (El puente sobre el Rin en Worms y otros similares, son puentes
ménsula, no vigas continuas.) El puente del Ager, de 300 m de longitud (autopista Salzbu'rg-Linz), está formado por do-
velas en cajón y pretensado con cables concentrad.os, que son colocados junto a las caras
Los cables necesarios sobre el apoyo son bajados sucesivamente por las almas y ancla- interiores de las almas, una vez montadas las dovelas. Los quiebros del cable coinciden
dos en la dovela de avance (fig. 10.41). Se crea la continuidad disponiendo unos nnevos siempre con las juntas, que son cerradas in situ hormigonando un marco tranversal
cables para los mo1nentos de la parte central del vano, que se inician en el borde supe· (fig. 10.43). Después de tesar se hormigona el cable, que queda unido al alma por medio
rior de la viga, aproximadamente sobre el punto de momentos nulos, bajándolos a lo de una armadura (ver fig. 7.15) o

Finalmente cabe la posibilidad de unir con un pretensado adicional dos vigas de un


solo tramo, dando lugar a una viga continua. Para ello se term-inan a una altura relativa~
mente grande los cables de las vigas simples en la jnnta sobre el apoyo intermedio, y se
introducen posteriormente los cables de continuidad en tubos envolventes embebidos en
el hormigón. En un puente, estos cables de continuidad pueden estar repartidos, por

Fig. 10.41 Trazado de los cables en vigas continuas a base de dovelas pretensadas conjuntamente (sobre cimbra
o por voladizos sucesivos). - - - - - - - - - - - - - 1/f,SS

largo del vano hasta el centro de la luz, y acoplándolos allí con los correspondientes a la
parte que avanza desde el otro apoyo. Estos cables son tesados desde nichos abiertos en
la cara Sllperior de la viga.
~

Hasta que se crea la continuidad, la viga cuelga de unos cables inclinados tendidos sobre
unas torres provisionales elevadas sobre las pilas (fig. 10.42). Es preciso controlar exacta-
mente las variaciones de longitud de estos cables debidas a la carga y a la temperatura,
y com.pensarlas con algún dispositivo adecuado~ para no sobresolicitar la rígida viga pre~
tensada.

- - - - - - 5,f/J - - - - - - - < 80 1 - - - - J,78 - - - - 1


sección transversal

Fig. 10A3 Grandes cables concentrados dispuestos junto a las almas de la viga en cajón formada por
dovelas prefabricadas. Puente Ager (autopista Salzburg-Linz).

la junta y la viga transv'.


son hormigonadas una vez tesados
!os cables de continuidad
Fig, 10.42 Construcción por voladizos sucesivos, por suspensión de unos cables inclinados. Puente Nordwestbogen en apoyos auxiliares·
Berlín. sección A-A bucle

Si se emplean cables que puedan ser enhebrados en tubos embebidos en el hormigón, se Fig. 10.44 Cables de continuidad en vigas de varios tramos honnigonadas
pueden colocar las dovelas unas junto a otras sobre la cimbra, enhebrando después los in situ.
cables y tesándolos.

~a n1isma operación es posible en con1binación con la construcción por voladizos suce~ ejemplo sobre todo el ancho del tablero, anclándolos escalonadamente en unos nervios
s1~os ,(i;uente sobre el Main, en Betting~n, .1959-1960). Para ello, los cables son empal- dispuestos en la parte inferior de la losa. En la figura 10.44 la losa está, además, muy
mado.s igt~almente por solape en las prox1m1dades del plinto de momentos nulos. Los ca- reforzada junto al apoyo, para recibir el anclaje de bucle de un cable de grandes dimen-
bles mfer10res que vienen del apoyo son anclados en el alma, y se les tesa desde el ex- siones, el cual está especialmente indicado en estos casos, pues con ello la fuerza de
tremo libre (fig. 10.41), anclaje del cable principal se reparte sobre el tablero contrarrestando así directamente
las fuerzas de anclaje de los cables de continuidad.

352
23 353
liuecos de los anclajes. Las cotnponentes verticales ~·e las fuerzas de anclaje originan una
Se pueden reproducir entonces las condiciones de la viga continua normal, disponiendo cierta discontinuidad en el estado tensional de la viga. Tampoco se logra con estos cables
una articulación en la junta, entre las almas de la viga, a la altura de la resultante de
una continuidad perfecta.
las compresiones debidas a V Mn,, de tal forma que al alcanzar sobre el apoyo la
fuerza de pretensado prevista se introduce el momento de apoyo M,+,, alcanzando con Probablemente es más correcto disponer los cables en el ala o losa superior de la estruc-
ello también los vanos los mo1nentos correspondientes a la viga continua. Se horn1igona tura, anclándolos escalonad amente en la cara inferior de la misma (fig. 10.46). Para ello
entonces la jnnta y se descarga la articulación, lo cual es relativamente fácil de hacer
es necesario din1ensionar correcta111ente 1a arma dura de estribos entre las vigas principales
si se utiliza con10 articulación un gato hidráulico plano.
y la losa de cabeza.
Al nllir por un pretensado conjunto grandes piezas, ya pretensadas por su parte, dando
cables de continuidad ·
lugar a una estructura hiperestática, hay que tener en cuenta desde el punto de vista
estático que los mon1entos iniciales de tales siste1nas varían con la retracción y la fluenM
cia, si se modifica el sistema estático al realizar la unión (ver apartado 12.4). Puesto que
las deformaciones por retracción y fluencia so·n de importancia, no pueden ser despreM
ciad.as en general tales redistribuciones de mo111entos. Por otra parte, es difícil su estudio,
_.,
pues la mayoría de las veces sólo es posible una valoración grosera de la parte de retrac- -··--.:~:.·:::::=:=::::::=:::
ción y fluencia que se habrá hecho efectiva cuando se realice el pretensado con.junto.
==-··--··--.. ------··--··---·
Con el procedimiento últimamente citado se evitan estos puntos oscuros, ya qt1e no se
producen redistribuciones de inomentos cuando se crea al pretensar conjuntamente las apoyo definítivo
piezas una ley de mon1entos flectores como la que se obtendría si la estruct1ira definitiva
fuese construida desde el principio en una sola pieza. Se dehe pretender, por tanto, el
crear e·n las juntas los mo1nentos que se obtendrían en el sistema definitivo sin tener en
cuenta el empalme.

Fig. 10.46 Cables de continuidad en la losa hormigonada in situ sobre vigas simples prefabricadas.
10.34 Cables de continuidad parcial

C11ando se colocan unas vigas prefabricadas sinlplen1ente apoyadas sobre varios vanos su~ Entre las vigas prillcipales es conveniente dejar una junta ancha, para poder l1orn1igonar
cesivos, pt1eden ser evitadas las molestas j11ntas entre vigas creando una continuidad par~ in situ una viga transversal de apoyo, y que se solape la suficiente armadura para que
cial, cubriendo solamente los momentos negativos debidos a las sobrecargas y los mo- la reacción de apoyo no origine fisuras en la junta.
n1entos modificativos debidos a la fluencia y la retracción. Los mon1entos modificativos,
ya mencionados en el apartado 10.33 y que "serán tratados en el 12,4, pueden incrementar, Por último, la continuidad puede quedar limitada al. tahlern, no cerrando la junta entre
las vigas, con lo cual cada uua de éstas tendrá su propio apoyo (fig. 10.47). Por lo que

viga prefabricada cables del apoyo


soporte
(cables sombrero )

Fig. 10.45 En Francia se crea la continuidad entre vigas prefabricadas, para los mo-
mentos de la sobrecarga, por medio de los llamados «cables sombrero)).

por eje111plo, los i11on1entos negativos en el apoyo, si la deformación s11plementaria por


retracción y fluencia se tradu.ce en u.n descenso de la zona central del vano. El sentido de
la deformación depende de que bajo g ,+-
v esté más comprimida en dicha zona la fibra
superior o la inferior. El acero de pretensar ·necesario sohre el apoyo para establecer
la continuidad parcial no basta para obtener .la completa eeguridad al agotan1iento en esta Fig. 10.47 continuidad limitada a la losa (articulación elástica). Son necesarios dos apoyos.
sección, la cual sólo p·uede estar garantizada por un exceso de seguridad en los vanos.
respecta a los momentos de las vigas, se puede despreciar ~l ~fecto de.esta pequeñ~ conti-
Para la realización práctica de esta continuidad parcial existen diversos procedin1ientos.
nuidad. El tablero actúa en la junta como una banda elastica que iguala los giros de
En Francia se conectan las vigas prefabricadas por medio de los llamados "cables. som-
los extremos de las vigas. Debe ser lo suficientemente d~lgado y largo para qu~ los fre-
brero" ( [176] y fig. 10.45). Estos cables son tesados y anclados en las caras inferiores de
cuentes giros no causen daños. Se puede regular la longitud de losa que actua como
las vigas. Si las caras q11edan vistas 11abrá que tapar posteríorní'cnte con hormigón los

355
354
resorte, dejándola separada de las vigas una cierta longitud a cada lado de la junta, in-
terponiendo nna capa de nn material elástico. En este caso basta con nn ligero preten- En las vigas continuas de cinco y más vanos no bastarán estas medidas, ni incluso preten~
sado del tablero en sentido longitudinal, si se arma bien la zona elástica con armadura sando desde ambos extremos. Se puede disminuir la longitud del cable y el ángulo de
ordinaria. desviación desde el punto de tesado hasta la sección central determinante, no tesando
en el extremo, sino en una jnnta de pretensado situada sobre el primer apoyo, despla-
zando al pretensar todo el tramo extremo. Esta solución aparece en la figura 4.62.
10.35 Influencia del rozamiento de los cables sobre su trazado en las vigas continuas
Recordemos además el tesado adicional de cables concentrados, llevado a cabo en pnntos
En el caso de cables curvados repetidamente habrá que estudiar con cuidado las pérdidas intermedios (puntos auxiliares de tesado, procedimiento Baur-Leonhardt), empleado con
de fuerza de pretensado debidas al rozamiento. Y a al plantear el cálcnlo estáti:o habrá éxito repetidas veces en vigas continuas de gran longitud o de muchos tramos.
que considerar la posibilidad de compensar tales pérdidas sobretesando y aflojando re-
petidas veces el cable, o por cualquier otro medio. Si no es posible esto habrá que tener
en cuenta en el cálculo la variación de fnerza de pretensado. 10.36 Flujo de fuerzas sobre los apoyos intermedios

Con el trazado de los cables descrito, el peso propio y una parte de la sobrecarga están
Con nna tensión admisible a,v de 0,55/Jz se pnede permitir el sobretesar hasta 0,3,Bo,2, es
más o menos suspendidos del cable, que cede su carga al apoyo a través del hormigón
decir, es posible compensar con el sobretesado pérdidas por rozamiento bastante elevadas.
situado debajo de la contracurva (efecto de puente colgante). Bajo el cable se origina,
En las vigas continuas simétricas se puede lograr nna fnerza de pretensado constante en
por ello, en dicha zona, una elevada presión
toda la longitud, tesando cada cable desde uno sólo de sus exti;emos, la ~i~ad de ellos
desde el izquierdo y la otra mitad desde el derecho, y mantem~ndo defimt1vamente la V
sobretensión, lo cual carece de importancia hasta el 10 % aproximadamente de la fuerza u.= --b- (b =ancho del cable),
r.
admisible de pretensado. El sobretesado y las pérdidas se complementan mutuamente,
da:ifdo por resultado la fuerza de pretensado teórica (fig. 10.48). que depende sustancialmente de r y b. Esta presión local hace necesario disponer una
armadura transversal bajo el cable o cables (fig. 10.50), que absorba las tracciones trans·
versales producidas por dicha presión, y que será mayor en el caso de un cable concen·
K JMtanclaje fijo
.k.- ::=:,,__..- ••...- .·'"'-••-.. .. _ • trado que en el caso de cables repartidos en todo el ancho del alma. Puede faltar esta ar-
/' madur~ (a en la fig. 10.51) cuando se conecta a la altura del cable y a ambos lados del
anclaje de tesado

.~ /f J1 "~onstante
t
..... -.•--- . :
.. ~,.--··

"'"
Fig. 10.43 Tesando los cables des- b
::,..~ de un solo lado, la mi·
",,,..
1- ,):;
~.$
tad desde cada extremo,
se obtiene una fuerza
de pretensado constan-

1.~~..LLLl__~~~LLI-~~
te, si se mantiene el
sobretesado.
Fig. 10.50 Flujo de fuerzas sobre un apo-
yo intermedio.
Fig. 10.51 Armadura en la zona de intro-

¡
Fig. 10.49 Compensación de la pér- ducción de la reacción de apo-

'"'""'" ~'}<-
desde este lado
""'- ------
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1
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Q7 -
dida de fuerza de pre-
tensado, cuando se pre-
tensa desde un solo
extremo, aumentando la
flecha de la curva del
cable en el tramo 3.
alma, una losa o ala ancha cuya armadura impida
yo en una viga continua pre·
tensada:
a Armadura transversal bajo
el cable.
b Armadura longitudinal para
sin más el agrietamiento del alma, o bien si la presión el efecto introducción de la
es baja (hasta nnos 40 kg/cm2). La curvatura del reacción.
La disminución de la fnerza de pretensado puede ser compensada a veces, bajo ciertas cable debe ser continna, para que no se originen pre- e Armadura para las traccio·
siones locales demasiado elevadas debidas a cambios nes de borde junto a los
circunstancias, aumentando la flecha del cable tal como se indica en la figura 10.49 para apoyos.
una viga de tres tramos. En el tercer vano, V3 < V 1 produce el mismo momento de pre- bruscos en la direeción de aquél.
tensado que V 1 ·en el tran10 1, si se eleva / 3 con· relació-n a / 1 en la proporción necesaria
para que Vi · f 1 V 3 • f,. Esta solución puede resultar más económica que el disponer Además de estas presiones del cable, actúa la reacción de apoyo. Dado qu~ hoy en. se ?ía
un segundo dispositivo de tesado en el extremo derecho de la viga. Por otra !'.arte, pre- utilizan apoyos con altas presiones, se nos plantea el problema de la i'ntroducc10n de
supone una relación entre luces de vanos que no requiera el aprovechar en el pr1n1er vano una fnerza concentrada. Encima del apoyo tiene lngar una dispersión de compresiones.
la máxima flecha posible. Su distribución se ve influida, por otra parte, por los momentos flectores de la viga, que
bajo la acción de la carga permanente producen, en general, a consecuencia del preten-

356 357
sado, compresiones fnertes en la fibra superior y débiles en la inferior. La introducción 10.4 Pórticos y entramados
de la reacción tiene lugar, ptles, en Una zona de pequeña compresión longitudinal, pu-
diendo ser causa de tracciones perjudiciales. De l1echo, en varias vigas continuas preten- E:i los pórticos, el pretensado adecuado es función de la relació·n de rigideces entre el
sadas han aparecido encima del apoyo fisuras verticales que no habían sido observadas dmtel. y el soport~. Los soportes rígidos dan lugar a un elevado grado de empotramiento
anteriormente en las,,, vigas continuas de horn1igón armado convencional, ya que e'n éstas del dintel, es dec.1r, a grand.es n1omentos negativos en la esquina del pórtico, y tamhién,
actúan ya en el entorno del apoyo, bajo la acción del peso propio, fuertes compresiones J?ºl' .tan~o, a tracciones elevad.~s en la cara exterior del soporte, -disminuidas en niuy peque~
longitudinales. na medida por el esfuerzo ax1l en el mismo. Por ello en principio, al igual que sucede
con ~a arn1adura en el l1or111ígón arn1ado, se considera ap-ropíado un cable que rodee la
Es preciso recalcar que en las proximidades del apoyo no se pueden calcular las tensiones esquma, con el que se abarca a la vez el dintel y el soporte (fig. 10.53). Un pretensado tal
según las teorías de la flexión, pues en dicho lugar se superponen a las tensiones de fle- re~ult~, sin emb~rgo, difícil de ejecutar. Sí pensa111os en el rozamiento, parece natural
xión las debidas a la introducción de la reacción. Esto es de especial importancia en las asir el ~ahlc. ~n Ia esqu.ína del pórtico, en la zona de la cnrva, y tesarlo desplazándolo
vigas de hormigón pretensado. Inmediatamente a la derecha y a la izquierda del apoyo en la direcc10n y magmtud de la resultante geométrica de los recorridos de tesado. Para
surgen unas cortas zonas de tracciones, que deberán ser cubiertas por la armadura de ello, el cable debe moverse hacia afuera, con relación al soporte, en el valor de la mitad
borde e de la figura 10.51. del recorrido de tesado del dintel, y con relación a éste, hacia arriba, el valor del reco-
rrido de tesado del soporte. Sería preciso, por tanto, prever la correspondiente libertad
Estas tracciones en el borde inferior, que aparecen sólo en una corta longitud, alcanzan de movimientos del cable por medio de grandes cajo'nes de chapa o hendiduras.
con facilidad un orden de magnitud de 50 a 60 kg/cm2• Por ello uo es posible anularlas
dejando con los momentos de la viga una reserva de compresiones de Ox, g+v = 10 a 20 E.stas dificnltades son la causa de que hasta el momento se pretensen por separado el
kilogramos por centímetro cuadrado. Sucede además que esta reserva de compresiones dmtel y los soportes (fig. 10.54). Los cables se cruzan en la esquina del pórtico, y los
sólo es alcanzable sacrificando una considerable cantidad de acero de prctensar, sobre todo puntos de tesado están situad.os arriba y lateraln1cnte en las caras exteriores. Las elevad.as
en las vigas con losa inferior de compresión. Por ello resulta más eco·nómico, y suficiente compresiones en la esquina, según dos direcciones, obligan, naturaln1ente, a disponer una
de~:tde el punto de vista constructivo, cubrir estas tracciones locales por med.io de una ar~
madura ordinaria con barras muy próximas, que i1npidan con seguridad la aparición de /""-....
fisuras grandes o perjudiciales.
•• ··..._··-- 1

( ··-··-··-1 i::U:··-··-
::
··-·--·:.-··-.
-··-.::::::::··-,;1
De este n1odo tenemos, para el caso de vigas en T prctensadas, el esquema de, arn1aduras
\ 11 ..
sobre los apoyos intermedios representado en la figura 10.51.
\ ¡¡
/ ;2"""Z~2'.L:z:z::z;;;.::;;.77Z?Z7???7j \ : \
/
/ /, \ .........1 \¡
seccióíl /, /, ::
longitudinal / sección
transversal /
//
/, Fig. 10.53 Este seria el trazado ideal del cable en la esquina del pór- Fig. 10.54 Cables cruzándose
tico, y la dirección del movimiento al tesar. en la esquina del
pórtico.

adecuada armadura transversal, perpendicular al plano del pórtico. En el dintel, c.! tra·
zado del cahle es sen1ejante al de las vigas continuas. E.u el soporte discurre junto al
borde exterior. Sí la rigidez del soporte es pequeña, es decir, si ton1a n1uy poco n101nento,
es posible. ~l no pretensarlo, pues el esfuerzo axil y el efecto del pretensado del dintel,
Fig. 10.52 Si el borde inferior está quebrado encima del apoyo, es pre- que descr1b!ren1os seguidamente, ayuda'n a d.isn1inuir las tracciones del soporte, que pue·
ciso que descanse todo el ancho de la cabeza para transmitir den ser resistidas entonces por una arn1ad.ura ordinaria convenientcn1ente anclada en la
directamente las fuerzas. zona comprimida del dintel (fig. 10.55).

Si la viga está acartelada, se favorece la introducción de la reaec10n de apoyo, y para Es de observar ahora que en los pórticos pretensados el empuje h_orízo·ntal se ve reducido
un cierto ángulo de acartelan1iento dCsa:parecen las pequeñas zonas con tracciones de por las fuerzas d.". desviación d~l eahle, que se oponen a las fuerzas de peso propio (figu-
borde. También se reducen las demás tracciones transversales. r~ .l?.56). T~mh1en el acortanuento del dintel da lugar a una fnerza (acción) horizontal
di1·1g1d~ l1acia ad.ent~o. Coi;i un pretensad.o fuerte puede ocurrir incluso que se invierta
Si la viga acartelada posee un ala inferior o una losa inferior de compres10n, hay que el sentido del empu¡e honzonta~ H,, es decir, que hajo la carga permanente la acción
tener en cuenta que la viga debe. apoyar en todo el ancho del ala o de la losa, pues las del pie del pórtico no se dirija hácia afuera, sino hacia adentro. La reducción de la fuer-
resultantes de las con1presiones en la cabeza inferior actúan hacía abajo en todo el ancho za 11orizontal facilita la ci111entación y permite, gracias a los pequeños n10111entos en el
de la cabeza (fig. 10.52). El apoyo debajo sólo del alma no hasta, a no ser que dichas soporte, una solución como la de la figura 10.55.
f11crzas de borde sean "susp·cndidas" de una viga transversal de ap·oyo, lo que resulta,
sin en1bargo, innecesariamente caro. La reación de apoyo que actúa inmediatan1ente bajo L~ . r~sistenci.a de los soportes al acortamiento del dintel da lugar a una f11crza horizontal
el aln1a se reduce mucho, mejorando así el estad.o tensional en comparación con las Vigas d1r1gida l1ac1a afuera, que a efectos del dintel debe ser co'nsíderada con10 esfuerzo axil
en T. de tracció'n que reduce el pretensado.

358 359
deformación y Este tipo de pórtico fue empleado ya con hormigón armado en 1936, para el puente de au-
acciones reacción de apoyo ,
topista en Rinderstall (24]. Desde entonces ha encontrado gran difusión, en ocasiones con

peso propio F'=m1 _.f---1_


un tirante muy inclinado ([365], pág. 287) (fig. 10.60).

En este ventajoso tipo de pórticos, el lado superior del triángulo de apoyo, o brazo mecá-
nico í:le empotramiento del dintel, no debe ser demasiado pequeño, ni la solicitación del
fuerzas de desviación tirante excesiva, para que al cargar el dintel se mantengan pequeñas la tensión y el alar-

c-:i
1 j e del cable ,r
'f-f{JJ+q
pretensado
Fig. 10.55 Si el soporte es esbelto fuerza horizontal
es suficiente con una ar-
madura ordinaria. ·¡ r L---:1
. tp
sobrecarga
r~ ;-----1__ Fig. 10.58 Si los soportes son rígidos el acortamiento
del dintel tiene que ir acompañado de la
Fig. 10.59 Dos barras formando triángulo con
el extremo del dintel constituyen
flexión del mismo, descendiendo la clave. un soporte que admite desplaza-
mientos horizontales (según U.
FINSTERWALDER).

-------·--~

----- -1
peso propio +
pretensado
I
!! ¡ !! i
! l
n garniento del tirante. Unas tensiones elevadas en el tirante precomprimido dan origen a
grandes fiecl1as, y en consecuencia a vibraciones en el dintel, pues el alargan1iento del
tirante se transmite con una gran relación de palanca al centro de aquél.

~
peso propio +
+ 3. Si los soportes son cortos y rígidos se puede compensar el acortamiento del dintel dis-

tl
pretensado
sobrecarga poniendo una articulación desplazable horizontalmente en uno de los pies del pórtfoo
(fig. 10.61). Este procedimiento constructivo fue adoptado en el puente de Rosenstem,
F:ig. 10.57 El acortamiento del din-
tel origina deformacio-
nes en los soportes es- Fig. 10.56 El pretensado del dintel reduce el empuje horizontal
beltos. en el pie.

5 tirantes de 40 x 40. en los :?6,00 rn


Por otra parte, hay qne tener en cuenta las deformaciones debidas al posterior acorta- de ancho del tab!ero
miento plástico del dintel. Los soportes deben permitir dicho acortamiento, sin sufrir
daños ellos mismos. Existen para ello tres caminos:

l. Hacer unos soportes muy esbeltos que acompañen al dintel en sn acortamiento, sobre Fig. 10.60 Pórtico preten.sado con soporte en trián- Fig. 10.61 Articulación reajustable horizontalmente, para pórticos
todo teniendo en cuenta los fenómenos de fluencia que aparecen también en ellos (ver gulo de tirante muy inclinado. con soportes cortos y rígidos.
apartado 12.4) (fig. 10.57). Por otra parte, el que los soportes sean esbeltos significa un
reducido grado de empotramiento del dintel, y por tanto que los momentos en el centro
sobre el Neckar, en Stuttgart (190] y (235], en el que el acortamiento plástico del dintel
de éste serán grandes.
habría dado lugar a una flecha en el centro de la luz de 27 cm, si no se hubiera reajus-
tado durante los primeros años la articulación móvil. La articulación reajustable per-
Si los soportes son rígidos el acortamiento del dintel es posible sólo si es tan esbelto este mite también aprovechar el empuje pasivo de las tierras para resistir el empuje hori-
último que se pueda adaptar, flectando al giro de los soportes (fig. 10.58). Sin embargo, zontal del pórtico. Por otra parte, el desplazamiento de la articulación modifica la dis-
no es admisible generalmente la flecha suplementaria debida a retracción y fluencia. tribución de momentos debidos a la fluencia (ver apartado 12.4).
2. Se constituye el soporte con dos barras, formando triángulo con eI extremo del din- En el puente Schwedenbrücke, en Viena ((365], pág. 282), se facilitó el acortamiento
tel (fig. 10.59). La barra interior resiste la fuerza de compresión y la exterior la fuerza del dintel apoyando uno de los soportes del pórtico sobre una biela inclinada (fig. 10.62).
de tracción, debidas al momento de empotramiento del dintel. Se construyen, pues, las ca- Al elegir la inclinación de la biela se puede regular al mismo tiempo la magnitud del em-
bezas y se suprime el alma del soporte. El dintel se puede desplazar horizontalmente; el puje horizontal, de forma que se pueda aprovechar totalmente la resistencia del terreno
empuje horizontal en el pie es pequeño, sin que se pierda el momento de empotramien- de cimentación por lo que respecta a la inclinación de las resultantes. Por otra parte,
to (134]. hay que tener en cuenta qne, debido a la inclinación de la biela, el extremo del pórtico

360 36]
sube y baja algo con los movimientos longitudinales, efecto que puede ser compensado
fácilmente por medio de una placa cubrejunta. ,,
'' E
Por lo que se refiere al trazado de los cables o a la forma de la seccron del dintel, es vá- \ i '
'¡;
w
oo
\ o
lido tod;, lo dicho para la viga continua. Se intenta que la directriz del dintel esté dobla- \ \,
~
da con respecto al cable, en forma de parábola. La contracurva del cable en el extremo \ \
i
\ ·Eo
debe co111enzar, a ser posible, al igual que en las vigas continuas, sobre el soporte, al ob- i ! o"
o ,,;
jeto de que las fuerzas de desviación se dirijan a él directamente. ! i 1 •
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Fig. 10.62 El apoyar el pórtico en una biela Oblicua permite el acortamien- t: 't:'.-¡;¡ m
to del dintel, y regular el empuje horizontal (Schwedenbrücke,
en Viena). /'
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o
Como forma especial de pórtico preten- ".Eio
sado i11cncionaren1os los puentes sobre el o
Marne de E. FREYSSINET [91], en los que .s
w
el esbelto dintel está empotrad.o en sus 2
extre1nos entre barras inclinadas, que son o
A"
ow
reajustadas hidráulicamente, por medio 1
CJ
de cuñ.as, tan pronto el acortan1i.ento del i "o
dintel da lugar a una flecha apreciable ,\ .S
t:
(figura 10.63). Este sistema estructural es 1 '0

muy sensible a las perturbaciones que se


11
'"
~
m
originan si cede un estribo.

Por últi1no, se pueden pretensar ta1nbién


,,
;j

o:
los pórticos de soportes inclinad.os ( [ 365] ,,
páginas 292 y siguientes) (fig. 10.64). En
el vano central el pretensado se ve ayu-
dad.o por el esfuerzo axil originad.o por
la inclinación de los soportes. Estos no
necesitan, en general, ser pretensados, pues
- - I · 74m --------- trabajan fundamentalmente en compre•
sión.
Fig. 10 .63 Pórtico Freyssinet con barras inclinadas reajus·
tables en los apoyos.
~ ' &
1
En los entramad.os de varias plantas, utili-
zados en edificación, se pretensan corrien~
temente sólo las vigas, haciendo los soportes tan esbeltos que baste en ellos una armadura
\ ¡ \
~
8

ordinaria para absorber los momentos. En los entramad.os de un solo vano los soportes i :
''
,2
inferiores deben ser altos y esbeltos, para permitir el acortamiento de la viga; los soportes i '
de las siguientes plantas no son afectados casi, si se pretensan sucesivamente las vigas,
de planta en planta, en etapas de, por ejemplo, 1/¡ V (fig. 10.65). Si los soportes inferio- i j i ¡'
'
res no pueden ser esbeltos es preciso disponer en un lado un apoyo móvil, o constituir 1
uno de los soportes a modo de hiela [183], por ejemplo como en la figura 10.66. ~
'

362
363
En los entramados de dos vanos se evita el entorpecimiento por parte de los soportes del e) para alcanzar la seguridad al agotamiento necesaria, ell el caso de que no baste con
acortan1ie11to de la viga, empotrando ésta solan1ente en el soporte intermedio, actuando el acero de pretensar.
entonces los soportes extremos como bielas (fig. 10.66). Las articulaciones pueden ser de
hormigón. Con esta solución se puede pretensar totalmente cada planta de una vez. Los La cua'ntía mínima de armadura prescrita por la norma DIN 1 045 para los soportes, no
apoyos inferiores soq hormigonados en posición oblicua, inclinados hacia afuera, de for- es válida para las secciones de hormigón pretensad.o. La prescripción de esta armadura
ma que despnés de preteusar y tener lugar aproximadamente la mitad de los acortamien- n1ínima tuvo lugar en una época en la que generalmente no se tenía en cuenta en el
tos plásticos, queden en posición vertical. Los soportes de las plantas siguientes permane- cálculo estructural el efecto de entramado, cuidándose de esa forma de cubrir los mo-
cen verticales, si se acortan todas las vigas en igual medida. mentos transmitidos a los soportes. Un soporte de hormigón comprimido centradamente
no debería necesitar el refuerzo de armaduras longitudinales.
De todo ello se deduce que, en los entramados pretensados, la necesidad de tener en
cuenta el acortamiento de los elementos pretensados obliga a consideraciones especiales Si la sección d·e hor1nigón no basta para resistir la compresión, el refuerzo con barras
referentes a las nniones con los tabiques, y también a las etapas de construcción, que lonffitudinales debe ser considerado siempre como u·n recurso caro· y deficiente. Para
conducen a solnciones que difieren de las adoptadas en los pórticos de hormigón armado ambos materiales es más favorable el zunchar la sección disponible de hormigón, au-
convencional. El pretensado permite mayores luces en las jácenas, con menores cantos, mentando con ello su capacidad resistente.
incluso en el caso de grandes sobrecargas.
Si se colocan barras de acero gruesas en la dirección de las co1npresiones, habrá que
tener en cuenta su peligro de pandeo, que depende no sólo de la armadura transversal
(cercos y similares), sino también del recubrimiento de hormigón. La separación de 12 ~
10.5 Indicaciones relativas a la colocación de armaduras ordinarias entre cercos, prescrita en la norma DIN I 045, presupone los pequeños recubrimientos
de tan sólo 15 a 20 mm normales en los pilares. En el hormigón pretensado, nnos cercos
,,
10.51 Armadura ordinaria en la dirección de las compresiones tan pró.ximos, que no tienen por misión resistir las tracciones principales oblicuas, sino
únicamente el evitar el pandeo de las barras longitudinales, serían antieconómicos. Por
En cualqnier caso resulta un contrasentido colocar armaduras de acero en la dirección de las esta razón hay que eliminar en este caso el peligro de pandeo aumentando el recn·
compresiones, en un material resistente a compresión como es el hormigón. Este no nece~ brimiento de hormigón, que deberá ser como mínimo de 30 o, mejor, de 40 mm. Las
sita, trabajando en compresión, el refuerzo del acero. Las armaduras deberían única- barras longitudinales estarán colocadas, a ser posible, por dentro de la armadura trans-
n1ente compensar su deficiente resistencia a tracción. versal.

Contra las armaduras en la dirección de las compresiones habla también el hecho de que
la fluencia y la retracción dan lugar a que dichas barras lleguen a estar excesivamente 10.52 Armadnra transversal
comprimidas, con frecuencia hasta por encima del límite de fluencia (límite de aplasta·
miento), pudiendo pandear y hacer saltar el recubrimiento de hormigón. Cada compresión ejercida sobre un pris1na da lugar a tracciones transversales, cuando
no está impedida la dilatación transversal. Tocias las probetas de ensayo rompen, en defi·
Por ello, en el hormigón pretensado, únicamente se coloca armadura ordinaria en la di- nitiva, por tracción transversal. En el capítulo 9 vimos tan1lJién que la introducción de las
rección de las compresiones, es decir, en la dirección del pretensado, cuando bajo cier- fuerzas de prete'nsado puede ser causa de grandes tracciones transversales.
tos estados de carga, o especialmente en ciertas etapas de la construcción, como, por ejem·
plo, antes de prete'nsar, pndieran aparecer tracciones en el hormigón. En tales zonas se debe Por esta razón, las piezas pretensadas en una sola dirección deben ser armadas transver-
colocar la armadura en forma de barras delgadas, a ser posible corrugadas, a separado· salmente tan pronto la tensión de compresión sobrepase aproximadamente el valor de
nes pequeñas y con un recubrimiento de hormigón de 2 a 4 cm, ya qne con ello se fuerza 1
;'.2 Ob adm. Incluso en una pieza con compresión centrada sometida a una flexión nula
a las eventnales fisuras a mantener separaciones pequeñas entre ellas, y a que su ancho o inuy pequeña, ·es necesaria una armadura transversal de cercos, zunchado o similares
sea muy reducido, cosa que no se puede lograr con barras gruesas en número pequeño. (fig. 10.67). Digamos solamente que las péndolas pretensadas de puentes insuficientemen-
Las barras delgadas están, además, menos expuestas al pandeo. te armadas con cercos, presentan al cabo del tiempo claras fisuras longitudinales.

Dichas barras delgadas colocadas en la dirección de las compresiones son necesarias para La armadura transversal necesaria en la zona de introducción de la fuerza de pretensad<J,
los siguientes fines: deberá ser estudiada con especial atención, siguiendo las indicaciones dadas en el capí-
tulo 9.
a) como barras de montaje, para sujetar la armadura transversal;
Para cubrir las tracciones principales oblicuas se necesita una armadura transversal no
b) para cnbrir las tracciones, en el caso de pretensado limitado;
sólo en las almas, sino- en 13 t1nión del alma con las cabezas, en las vigas en rr, I o en
c) como protección contra las fisuras iniciales debidas a la retracción y las tempe- cajón. Se debería colocar tan1bié11 una armadura transversal de esfuerzo cortante, cuando
raturas, cuando no es posible un pretensa do prematuro de la estructnra; la tracción principal oblicua sea tan pequeña que las normas no exijan la comprobación
de dicha armadura, pues no se puede confiar en la resistencia del hormigón en tracción.
d) para cubrir las tensiones producidas por la retracción o las temperaturas, en especial
en las caras de la estructura expuestas a las_ inclemencias atmosféricas, o en los vola .. Al dimensionar los cercos del alma de una viga pretensada habrá que tener en cuenta los
dizos laterales delgados empotrados en vigas de cierto espesor. Tales barras sirven momentos de empotramiento del ala o losa en el alma, momentos que, debido a la rigi·
para cubrir tracciones que no pueden ser abarcadas en el cálculo resistente; dez torsional de la viga, son generalmente grandes y no puede·n ser despreciados, en es~

364 365
· l f d d · ion producto de la ondulación
pedal cuando los cercos de esfuerzo cortante son muy débiles (fig. 10.68a). Si se .pre- Estos cercos aseguran ade1nas contra as u.erzas e.~ esv1ac . ' . l .
tensa verticalmente el alma se recomienda, en consideración a dichos mon1entos, dispo~ ·
invo ¡ un t aria
· d e 1 cable-, que pueden
, provocar tan1b1en tracciones transvc1sa es.
ncr siempre una fila de alambres de pretensar junto a cada borde del alma (fig. 10.68b). ' d d· iones sólo tie·ne sentido en
Las almas muy delgadas, y por tanto de poca rigidez torsional, pueden ser pretensadas, J1"'n las placas co1npletamcnte pretensa d as segun os . ircc~ . _, . . ._ lo en
naturalmente, con lln alambre centrado~ :calidad una armadura en la tercera dirección. Po~ es;a razon ·~eddrsflu~lbr~:: e(~:) una
la losá pretensada en dos direcciones del p-uente e errocarr1 e e1 '

zuncho o
cercos - -
malla de acero plegada en zigzag
(figura 10.71). En el caso de. que
sean 111uy altas las con1_pres1ones
-·-¡ T
~ según los dos ejes habrá que con'
cable tar con el fallo prematuro de la
placa por exfoliación según p'.a· 1
alma nos paralelos a su plano medro,
o po·r desprendin1ientos violentos
en el l1ormigón, si no se coloca
a una armadura transversal. No exis-
ten ensayos al respecto con tensio-
-··-·· E
nes suficienten1eilte altas. Por ello,
si son grandes las co1npresioneis
Fig. 10 .67 Si las compresiones
son fuertes, es ne- i ji":¡¡
Fig. 10.68 En el alma de la sección habrá en ambos sentidos, será convenien~ Fig. 10.70 En las cabezas inferiores fuertemente compri-
midas es necesario un buen atado con cercos
cesaria nna armadu-
ra transversal (cer- i ~¡+; que comprobar el momento de
empotramiento M,,s 1 debido a la
te esclarecer el din1ension.amicnto envolviendo a los cables.
cos o zunchos) in-
cluso en las piezas ! ~'
carga del ala o losa y a la rigi-
dez torsional de la viga.
ele la arn1ad·ura transversal por
medio de ensayos.
cargadas axilmente. h °'···-'
En cualquier caso- es sie1npre una
buena medida el disponer arma-
En los cambios de dirección de los cables, y dependiendo de su curvatura y de la mag' duras ordinarias transversalme1ite
nitud de la fuerza de pretensado, actúan frecuentemente grandes fuerzas de desviación,
a la dirección de pretensado.
que dan lugar a la aparición de tracciones transversales (perpendiculares al plano medio
de la viga) sobre el conducto, que hacen necesaria igualmente una armadura transversal
(fig. 10.69). En las vigas continuas se requiere asimismo disponer dicha armadura bajo 10.6 Posición, separaciones
la contracurva del cable, sobre las pilas (ver también fig. 10.51). y recubrimiento de los
cables
En los abocinamientos de los cables no se debe olvidar la armadura transversal que re-
siste las fuerzas de abocinamiento (fig. 10.19):
10.61 Posición de los cables en
alzado

barras de mon!aje
Se debe exigir una gran exactitud
o
soldadas cercos transversales u
respecto a la posición de los ca·
~
\ sobre los codos .n

111 ~
~~~·¡o bles en alzado. La razón de este
•• requisito es que las fuerzas de
~
~
o
pretensado son muy gr~'.'des ~n
o
o comparación con la secc1on resis-
"
tente, por lo que una pequeña de~­
.
~

/ / i' /
' vi ación de los cables de la posr·
cióll sup11esta en el cálculo trae Fig. 10 .71 Malla en zigzag, de acero ordinario, en una losa preten-
Fig. 10.69 Sobre las curvas del cable habrá que colocar una armadura trans- consigo una notal>le variación del sada en dos sentidos (falta en la figura el pretensado
versal que dependerá de la magnitud de las fuerzas de desviación.
111 omento de pretensado. Las ten- longitudinaD.
siones bai' o carga per.manente se· l inon1entos ¡¡ ectores 1ng " y M v, dos valores, que
Al inyectar los cables se aplican a veces, equivocadan1ente, presiones relativamente gran~ obtienen a partir de la d i f erencrn. entre os · 1 n un 5 % respecto del
des (6 a 10 kg/cm2 ) cuando se produce un atascamiento (ver apartado 8.31). También Son Con frecuencia casi iguales. S1 Mv aumenta, por eJen1p o, e
de los cables, las tensiones
obtenr'das
valor teórico, debido a la colocación d e f:ectu.osa
entonces se p-roduce:n tracciones transversales de cierta importancia en el horn1igón cir~ º"
pueden llegar a ser de un 2 O a un 30 10 ma yores · ·· que las calculadas.
cundante, que aconsejan el asegurar los cables con unos cercos que los abracen, al n~e~
nos en los puntos en que el recubrimiento de hormigón sea pequeño y la tensión longitu- depende, en rigor, de la din1ensión del núcleo central.
El grado de exactitud requerido
dinal grande (fig. 10.70). regla práctica sencilla que el error no debe ser mayor
No obstante, puede valer con10

367
366
'l
----~

de h/200, es decir, en una viga de 40 cm de canto se debe colocar el cable con .una
exactitud de 2 mm, y cu una de 4 m de canto con nna exactitud de ± 2 cm. En edi- u:na 111 ayor separación entre cables, según la dirección de las fuerzas de desviación (fi-
ficación se requiere, pues, una mayor precisión que en la construcción d·e grandes vigas gura 10.73).
de puentes.
En el caso de cajones rectangulares d e ch. apa s; pue d ~ a d op t a r acomo
los norma
bordes que la distan-
laterales, de
En la fabricación df' viguetas en bancos de tesado, se ajusta exactamente la posición de cia al borde inferior debe ser. al menoslde Ob,J6bd>l ct1~, y] (fiu 10.74). Estas distan-
,8 · 10 m siendo b e anc o e rec angu. o o·
u.nos relact1¡;a~e::t~ogrrand~s· -~o'n necesarias por razones prácticas, para conseg11ir que el
los alambres ntiiizando, en general, plantillas de acero. Si las vigas han de ser hormigo-
nadas in situ, el ingeniero proyectista deberá pensar en la forma mejor de asegurar Cias · b · l "
la posición en altura de los cables; es decir, en los planos de ejecución se dibujarán los hormigón llene perfectamente el espacio ªJº e ca¡on.
apoyos de los cables, dando las dimensiones en milímetros. En ningún caso se debe dejar
para la obra este trabajo.

La distancia entre apoyos de cables es función de la rigidez de éstos, influyendo tanto


la rigidez de Jos alambres como la de los tubos envolventes. Los cables .ligeros, de alam
bres delgados redondos u ovales, deberían ser apoyados a dista'ncias de 60 a 90 cm. En
los cables medios, de hasta aprox. 50 t, es snficiente con nn apoyo cada 90 a 120 cm, de-
pendiendo del diámetro del alambre, mientras que los más fuertes, así como los com-
puestos de barras gruesas de 26 mm, pueden ser apoyados a distancias de 1,50 a 2,00 m.
En los cables concentrados en cajones rectangulares de chapa, no se deben sobrepasar los
1,50 a 2,00 m, dependiendo de la altura del cajón, habida cuenta del elevado peso qne
tienen. F'ig. 10.73 En los cambios de dirección de la arma.dura !i'ig. 10.74 Recubrimientos de
habrá que adoptar una separación suficiente los cajones de cha·
~
entre cables según la dirección de las fuerzas pa rectangulares.
El apoyo de los calJles será tratado en el apartado 19.l. radiales.

Digamos po~ último que los cables continnos para vigas de varios tramos requieren nn
apoyo muy resistente sobre las pilas intermedias, porque, si desciende la temperatnra, el
acortamiento de los cables nuede dar lugar, en el caso de que sus extremos estén bien 10.63 Posición de los cables en planta
anclados, a que se levanten de su base de apoyo en el vano, cargando entonces todo su
peso sobre los pocos apoyos de las pilas intermedias. Los Cab les deben estar dispuestos d e ta l form. a. que la línea de acc10n de. la fuerza d de l
· · ~ de la secc1on. Es ur1a condición necesaria, pues e .o
pretensado corte el eJe de smietrrn !
n e xi'ones transversa es y ors1
t 'one" Éste requisito se debe cumplir
d es
.
contrario · ·
se or1g1nan 11 .,1'.
¡ U_ uena...

10.62 Separación mutua entre cables; recubrimientos en especial en las vigas. pref a b rica . d as con aln1as y cabezas estrec ias. . blna peq t 1 ·n e

vi.ación entre an1 b os eles es suficiente para que la viga se curve¡ aprec~a.. emen end op ªE n•
en aelza
· · · xactitud aún mayor que en a p-os1c1on · •
En el caso de alambres o barras pretesados, directamente embebidos en el hormigón, la ta. Se debe exigir, por tant.o' nna e l . · · de los alambrns inmediatamente
separación mntua debe corresponder al menos al tamaño máximo de árido del hormi-
. d ra pretesada se asegura a pos1c1on "' . ' lh
las vigas con anua u . . or medio de unas plantillas. Cuando se realiza e or-
gón que se vaya a emplear. Con los alambres de cuerda de piano se ba.ia a separaciones antes de compactar el .horm1gon, P. l t 1 'ci'o'n de los cables en planta durante
· d · · d b segurar igua men e a posi
de hasta 5 mm, y se debe emplear, por tanto, Un hormigón de árido fino. La distancia n11gona o in s1tu se e e a d. l n plantilla en forma de peine., o co'n
al borde se debería regir por las prescripciones de la norma Ja p·uesta c. n ohra del horn1igón, hporl i11e 10 e cd u ; - oldados Lo más conveniente es
·1 f rnla de pei11 e ec ios con re on. os s ·· · . ~ d
DIN 4 225. En casos excepcionales puede bajar hasta 10 mm. unos estr1 JOS en o . ~ de haber co111 - actado ya un poco el horm1gon e
no
su entorno. J.;
extraer r.in pllant1Ha
e apartauo ~astla9 ·~eyspflge~ra 19.3 se dan paluunas
o formas adecuadas para los
En el caso de cables en tubos envolventes hay que pensar que
el hormigón, fuertemente comprimido por el pretensado, es peines de redondos.
perforado por los tubos. Por ello, la separación interior entre
· · 'bl a las desviaciones en planta de los cabl~s.
tubos debería ser en ambas direcciones igual a su diámetro, •d Las vigas en T y en caion no so: .8ens1 e~ t . . xactitud pues los doblados imprevrn-
y como mínimo de 30 mm. La distancia al borde no debe mth A pesar de ello, ·es ?e desear. t~m 1en una c1er .a e · '
hajar de 4,0 mm, a no ser que se trate de piezas con esnesores JOm,,./y,/"-44-+ tos ocasionan rozamientos ad1c1onales.
muy pequeños, construidas en fáhrica con I1ormig6n de alta
resistencia (fig. 10.72). Hemos hahlado ya de la necesidad de
ir a mayores separaciones cuando hay que introducir n'n vi~ 10.7 Particularidades del pretensado conjunto de piezas prefabricadas
hrador. También es conveniente que el recnlJrimiento de los
tubos en el borde superior o inferior no baje de 40 mm. Fig. 10.72 Separación mutua en- D·. d, ] comienzos de la téc"nica del pretensa do l1an sido· - · das " estruc
constru1 · t ur:; " pre~
.'
tre cables, y recubri- te:ssa:d:s conju~tan1ente varias piezas sueltas, igual que hicieron nuestros antepasa os con
mientos.
Sí los cables están doblados, hay que tener en cuenta que la madera, ai hacer toneles y ruedas.
la faja de hormigón que queda entre dos capas de cables tiene que transmitir las fuerzas
aremos en primer lugar la posibilidad de nnir con un pretensado pe que~os h~­
1
M ·
de desviación de éstos. En las zonas de fuertes curvaturas es necesario por ello adoptar
que~ci;: for1nas especiales, dando lugar a una viga. Un ejen1plo de ello son as vigas e

368
24 369
'1

piezas cerámicas huecas prefabricadas, de la empresa Stahlton AG, de Ziirich (figs. 10.26 rial adyacente, es utilizar para ello ir1ortero de cemento·, o aún 1nejor, un l1orn1igón de
y 10.75). También han sido colocados bloques huecos sencillos, uno tras de otro, afia- árido :fino con granulometría de 7 a 15 n1n1. I . a junta debe ser lo suficienterne11te ancl1a
d.iendo en los extre111os unos bloques de planta sen1icircular, pretcnsando la viga así for~ para poder colocar este mortero u hormigón con consistencia seca, y con1pactad~ con un
mada con un devanado en tensión (fig. 10.76). La adherencia y la protección de los alam- vibrador; para ello es suficiente con un ancho de 2 a 5 cm. Las caras de la JUnta no
bres se crea posteriorn1ente, vertiendo hormigón in situ entre los bloques. Las pequeñas necesitan ser labradas, pero deben ser bien hu1nedecidas antes de cerrarla.
juntas entre elementos se rellenan con hormigón de endurecimiento rápido.
J_,os ingenieros de la escuela de Freyssinet construyen con frecuencia puentes a hase de
E. FREYSSINET demostró ya en 1941 la posibilidad de hacer grandes estructuras a base de varias vigas en T (fig. 10.17). Las alas vuelan mucho lateralmente, y se colocan a tope
elementos prefabricados (dovelas) (ver fig. 10.63 y el párrafo del cap. 20 sohre el puente uniéndolas por medio de una junta de forma de V. Atravesando las alas se dejan unos
del Marne en Lnzancy). Esta técnica ha adquirido un gran desarrollo en los pasados tuhos en los que se enhebran unos cables una vez colocadas todas las vigas, y que pre-
años. Hemos hecho ya mención de ella al hablar de Ia ejecución de vigas continuas. El tensan transversal1nente el tablero así cor1stituido. Sohre todo ello se extiende una capa
sistema más aplicado hoy en día en Alemania consiste en dejar embebidos en las pie- de hormigón, que engarza con la cara superior de las vigas, qu·e está provista de resaltos.
zas prefabricadas unos tubos envolventes, en los .cuales se introduce después el cable, También en USA se ha difundido este sistema de construcción (p. e. el acceso, de varios
kilómetros de longitud, al puente de la hahía de Tampa, en Florida).

Nun1erosas realizaciones prueban que, gracias al pretensado, pueden ser trans·n1i.tidos esn
fucrzos cortantes a través de una junta sin armar, por ejemplo las de la empresa Hoch-
tief AG [ 439], que con este sencillo método pretensa conjuntamente correas y jácenas
(fig. 10.77). En una junta de este tipo se puede transmitir, sólo por rozamiento, un esfuer-
zo cortante relativamente grande. Cuando el mortero de la junta es de un árido bastante

[~
relleno dí\ hormigón
después dei monta¡e

~
sección a-a

Fig. 10.76 Vigas obtenidas por preten- Fig. 10.77 Unión por pretensado, de correas y jácenas de
sado conjunto de bloques cubierta con junta lisa de mortero (Hochtief
prefabricados de secciones AG, Ing. VAESSENL
Fig. 10.75 Muestras del forjado Stahlton. especiales.

grueso y es hien compactado, y cuando las caras de la junta son labradas para hacerlas
rugosas, se puede admitir tran.quilan1ente u.n esfuerzo cortante de 0,4 a 0,5 veces la fuerza
pretensando luego cor1junta111ente todas las pjezas. Es i1nportante que los tubos conser~
de pretensado, con un coeficiente aproximado de seguridad de 2.
ven su posición correcta durante el hormigo:nado y coinpactación, y que no puedan allo~
llarse en· ningún punto. La posición de los tubos en. las juntas no ad1nite práctican1ente A modo de ensayo se han cerrado también las juntas con materiales plásticos que son
error, para que coincidan cxactan1ente los tubos de una dovela con los de la adyacente. colocados en estado flúido, y que endurecen al cabo de algunas horas. Tales plásticos
Es conveniente utilizar para ello unas plantillas de chapa. pega·n adem.ás bien, por lo que se podría incluso trans111itir con ellos tracciones. En este
caso es conveniente que la junta sea lo inenor posible. l,as dovelas son colocadas enton~
La constitución de la junta depende de si hay que transmitir a través de ella algunas ces casi en contacto, pues el plástico en su estado inicial puede llenar grietas finísim.as.
tensiones de tracción, o si se d..iménsiona el pretensado de forn1a que no a.parezcan en ella Por fuera se tapa la junta con tiras de goma, de forma que el plástico pueda ser in-
traccione,s oblicuas, o, en todo caso, que sean pequeñísi111as. En la construcción de vigas yectado.
pretcnsadas se puede lograr generalmente esto últi1110, pues las tracciones principales son
casi paralelas a las juntas. No es necesario entonces el dejar en las juntas una arn1adura Si por alguna razón no se pretensa ortogonalmente a la junta, o se hace con una fuerza
saliendo de las dovelas, y se las puede hacer muy estrechas. No se crea por ello que se moderada, pudiendo presentarse en aquélla tensiones de tracción, hay que dejar saliendo
puede llegar a suprin1ir el relleno de la junta, ni incluso aunque se ejecuten las caras de las caras de la junta unas armaduras que será preciso en1palmar unas con otras. El
perfectamente planas, por ejemplo con un encofrado de acero cepillado. Es imposible empalme más simple de estas armaduras se logra a hase de horquillas solapadas (figu-
}iacer las caras tan planas que garanticen rma trans1nisión continua de 'las con1presiones. ra 10.78). Naturalmente, las horquillas deberán estar dis¡iuestas transversalmente al pla-
Una presión desigual da lugar a desconcl1ones en las piezas prefahricadas. Por ello .es no del ala o del alma, y no deberán estar próximas al horde, ya que se puede desconchar el
preciso interponer una capa íg·ualadora. Lo más sencillo, y en consonancia con el n1ate- hormigón a consecuencia de la presión del huele [544]. Las juntas deben tener un ancho

370 37.I
de al menos 20 a 30 cm. Normalmente no hay nada que se oponga a hacer las juntas aún
más anchas, lo cual es desde luego más favorable para el empalme de las armaduras.

Se usan dichos empalmes, por ejemplo en los tableros de pnentes o en las vigas trans-
versales entre vigas principales prefabricadas. Este procedimiento se ha difundido amplia- CAPITULO 11
mente en la URSS. En este país se hacen incluso grandes puentes uniendo placas prefa-
bricadas pretensa das en' dos direcciones con armaduras pretesas (ver [509]).
11. El cálculo de estructuras pretensadas

11.1 Generalidades

- - - - -·;»=;4·- - - - - Tenen1os que considerar los siguientes caso·s de carga:


»
---- _"""'_"" ____ _ l. Peso propio, g, y en algunos casos también el peso propio parcial.

/mjunta
2. Pretensado, tanto para la fuerza inicial de pretensado Vo, antes de pérdidas, como
para la fuerza definitiva V oo, después de pérdidas 1 •
planta
Con respecto a V 0 es preciso. tener en cuenta que, si se emplean armaduras prete·
sadas, se pierde una parte de la fuerza de pretensado V¡o¡ al transmitirla al hormi-
gón, a causa del acortamiento elástico de éste, de tal forma que sobre el hormigón
actúa sólo la fuerza V 0 (ver apartado 11.221).

Cuando se utilicen ar1naduras postesadas habrá que tener en cuenta, según las c1rR
cunstancias, las fuerzas de rozainiento, desviación o abocinamiento.

En ambos tipos de pretensado se obtendrá la pérdida de fuerza de pretensado debi-


Fig. 10.78 Horquillas solapadas en una da a la retracción y fluencia, a partir de las tensiones bajo carga mantenida, calcu-
junta.
lando así V oo (ver cap. 12).

Cuando se pretense por etapas, habrá que estudiar también los pretensados parcia-
les como caso de carga.

3. Sobrecarga o carga móvü, p, P, incluido el viento.


4. En las estructuras hiperestáticas, las reacciones hiperestáticas n1otivadas por la vaR
riación temporal de temperatura, T, o la diferencia de temperatura ¿jT dentro de
una sección determinada, o debidas a la retracción, s; a veces ta111bién a la fluen~
cia, k (ver cap. 12). No obstante, estos casos de carga son estudiados solamente cuan-
do, de acuerdo con la experiencia, dan lugar a tensiones perceptibles.

Agrupamos los casos de carga 1, 3 y 4 bajo el concepto carga de servwio.

Para cada caso de carga se calculan las tensiones correspondientes, y se las sun1a, com#
binándolas en la forma más desfavorable, para las siguientes situaciones:

5. Situación de servicio, antes de pérdidas.

Obtención de las tensiones bajo las cargas de servicio y el pretensado, antes de que
éste se vea disminuido por la retracción y la fluencia del hormigón.

1 En adelante emplearemos las exp-resiones "antes de pérdidasn y "después de pérdidas", aplicadas a si-
tuaciones, acciones, esfuerzos y tensiones, en el sentido de "antes de que se vean modificadas por la
retracción y la fluencia", y iiuna vez concluidos (al menos a efectos prácticos) dichos fenómenos". (N. dPl T.J

373
372
1

F~sta situación, generaln1ente sin la sobrecarga, 1>roporciona las 1náxin1as compre~ migón. Asimisn10 tendremos que asegurarnos de que .las fuerzas de desviación no des~
sion.es en las zonas de tracción precon1prin1idas, y las tensiones mí'nimas en las zo~ garrarán el l1orn1igó11 en 11ingún punto. En los ahocina1nien.tos de los cables habrá
nas de con1presión, sin que estas puedan llegar a ser de tracción, o en caso de serlo, que tener en cuenta las fuerzas que en dichos lugares se originan.
dentro de nn límite admisible.
II. La introducción de la,; fuerzas de pretensado.
6. Situación durante la construcción, antes de pérdida,;.
'Hay que dimensionar la armadura transversal y de flexión en las zonas de intro-
En el caso de que en el momento de pretensar no haya sido colocado aún todo el ducción de las fuerzas de pretensado (anclajes de los cables) {ver cap. 9).
peso propio, o de que, por cualquier razón, no actúe por completo, habrá qne calen·
lar las tensiones bajo el peso propio parcial +
pretensado, antes de pérdidas. 12. Los anclajes de los cables.
Esta situación da inayores compresio.nes en la zona de tracciÓ·n que la anterior, y
pone en peligro de tracciones a la zona de compresión. En el caso de que resulten Habrá que comprobar las tensiones en cada una de las piezas del anclaje, siempre
tensiones demasiado altas, habrá que calcular hasta qué proporción de V 0 se puede que no venga respaldada la seguridad del mismo, sin necesidad de cálculo especial,
tesar primeramente. por las experiencias, ensayos, aprobaciones oficiales, etc. etc.

7. Situación de servicio, después de pérdida,;. Para la ejecnción de la obra se precisa conocer las deformaciones del acero y del hormi-
gón, por lo que habrá que calcular:
Cálculo de las tensiones bajo las cargas de servicio y el pretensado V oo después de
pérdidas. Esta situación, generalmente con la sobrecarga, da las máximas compre- 13. El recorrido de tesado y el rozamiento.
siones en la zona de compresión y las tensio·nes 1nínimas (a veces tracciones) en la
zona de tracción preco1nprin1ida. Obtención del alargamiento del cable al tesar, y del acortamiento elástico (inicial)
del hormigón, que sumados dan el recorrido de tesado.
En las situaciones 5, 6 y 7 las tensiones deberán permanecer dentro de los límites defi-
nido\ por las tensiones admisibles.
Para ello hay que tener en cuenta la influencia del rozamiento de los cables en
Para las zonas en que el hormigón trabaje a tracción habrá que calcnlar, además: las partes rectas, en los codos y en los abocinamientos, y la disininución consiguiente
d.e la _fuerza d~ pretensado a lo largo del cable. En el cálculo habrá que indicar
8. La seguridad a la fisuración. si sera necesar1.o, y en qué medida, elevar provisional o definitivan1ente Ia fuerza
de tesado ~n el ~xtremo del ca~le, al objeto de evitar las pérdidas de pretensado
E·n el caso de pretensado Iin1itad.o (máxi111as tracciones, en las zo.nas de tracc1on o en las secciones 1n1portantes, as1 con10 las tolerancias que se admiten.
compresión, deducidas de las situaciones 5, 6 ó 7) es preciso comprobar la armadn-
ra ordinaria necesaria para cu}Jrir las tracciones, y por tanto, para asegurarse con~ M. El acortamiento o deformación.
tra grandes anchos de fisnras. Esta operación pnede ser incluida en 5, 6 ó 7.
H~y. que. ~a~cular el acor_tamiento total de la estructura pretensada (acortamiento
Al sobrepasar la carga el valor de servicio se fisura la zona en tracción, pasando la sec-
ción del estado I al II. Las tensiones no varían ya prop-0rcionalmente a las cargas, por
elas'.1co m1cial ~ acortanuento diferido debido a la retracción y la fluencia + acor-
ta:m:nto p;oduc~do por el descenso de la temperatura), y las repercusiones en la
lo que habrá qne calcular, además: el.ast1c~,, e investigar las consecuencias a efectos de los apoyos, soportes, juntas de
d1Iatac1on, acceso al tablero, etc., etc.
9. La seguridad al agotamiento.
El J1:lomento teórico de agotamiento, Mu, deberá ser mayor que el momento que se 15. La flecha y la contra/lecha.
exige pueda soportar la estrnctura, obtenido multiplicando el momento debido a las
cargas de servicio por el coeficiente de seguridad v exigido. En Alemania el coefi- A causa de los fenómenos de fluencia, en las estructuras de hormirrón es var· bl
ciente de seguridad es diferente según qne falle en primer lugar el acero (v = 1, 75) la flecha. Debe ser obtenida a partir del estado tensional baJ·o el " .rn (e
·d ) · · · peso propm o
o el hormigón (v = 2,5). Hay qne comprobar, pues, que: carga mant~m ª. ; teniendo en cuenta la fluencia. La colltraflecha que hay que pre·
ver e~ _la e1ecuc1on de la estructnra depende de esta flecha, que puede suponer nna
Mu> l,75M(HPh si falla en primer lngar el acero; elevac1on o descenso comparada con la situación sin tensio·nes.
Mu > 2,50M(HPh si falla en primer lngar el hormigón.
16. Efecto de la adh<!rencia.
También hay qne comprobar la capacidad resistente para un esfuerzo cortante 1,75
veces el esfnerzo Q(g+p) (ver cap. 13). En el análisis ~structuraI hay que t.ener en cuenta que una estructura pretensada se
colmport~ ?e d1fo_rente ma~era segun que exista o no adherencia entre los cables y
Además habrá que estudiar: e ho~1gon. La 1?1portanc1a de esto se inanifiesta solan1ente si la estructura
nece sm adherencia, y ante todo a efectos de la "'serrurida~'
o
I t .
u a ago amiento.
perma-
10. La,; fuerza,; de desviación y de abocinamiento.
En los lugares en que cambie de dirección el cahle,, habrá qne comprobar la pre- Dijimos ya en el capítulo 6 .que no s~ deberfan construir más estrncturas sin adhP~
sión transversal y las tracciones transversales qne se pnedan producir en eJ hor- rencia, a cansa de su reducida segnr1dad al agotamiento. En el caso de armaduras

374 375
postesadas y adl1erencia indirecta, tene1nos, sin embargo, temporaln1ente la estruc~ H.221 Fuerzas de pretensado en el caso ele armadura pretesa
tura sin adherencia, y las tensiones debidas al peso propio se ven infl.uenciadas por
este hecl10, cuando el peso ¡Jropio no entra ya e'n acción al pretensar. Esta infiue:riCia Cuando se utiliza el sisten1a del pretesado <le la arn1adura, hay que distinguir entre la
es, en general, despreciable. Un n1étodo de cálculo sencillo, para la situación sin fuerza de prctesado V(O), a Ja que SC tesan y anclan los alambres en el banco, y Ja fuerza
adherencia, se da en el apartado 11.41. de pretensado V 0 , que actúa, después de soltar los alamhres, sohre el hormigón endure-
cido. Para la tensión de los alambres a~ debida a la fuerza de pretesado v(O) se pueden
ton1ar valores admisibles mayores, pudiendo ser:
U.2 Los fnndamentos del análisis estructural
V(O)
dOI, -
zv - ~- < 0'8,Bo ,2 .
Fz =
ll.21 Generalidades

No existe ningún método de cálculo especial para el hormigón pretensado. Dehidamente Una vez endurecido el hormigón, se lihera la fuerza V(ºI soltando los anclajes. Actúa ésta
aplicado, se puede utilizar cualquiera de los métodos conocidos. Por ello nos limitaremos entonces sobre la sección mixta ideal Fi
aquí a indicar la forma práctica de proceder, de acuerdo con la experiencia recogida F,=Fb+ (n-l)F,=Fn+n · F,
hasta el momento, en el cálculo de las estructuras pretensadas. En el caso de estructu-
ras hiperestáticas de horn1igón pretensado, los n1étodos normales concuerdan mejor con (ver apartado 11.3), que experimenta un acortamiento elástico. Los alambres de preten-
la realidad que en el caso de hormigón armado ordinario, pues permanece efectiva la sar se acortan en la n1isn1a rnedid.a, de lo que se ded11ce que su tensión disminuye, por
sección completa de hormigón y desaparece el cambio brusco de las tensiones al pasar lo que la fuerza de pretensado eficaz Vo es, pues, menor que la fuerza de pretesado v< 01
la sección del estado I al II, siempre que no se admitan tracciones demasiado elevadas. (fig. 11.I).
U ni e amente las deformaciones del hormigón por retracción y fl.uencia pueden dar lugar,
en los casos tratados en el apartado 12.4, a modificaciones en la distribución normal de
los esfuerzos. r - - - - - - - - - - - - - - - - - - - --,

-
uvo
-
& 1 (01 1
vio! 1 V'z!J 1 vio/
:E:s preciso realizar el estudio de la estructura sobre un sistema estático que corresponda --+--~-·-'----·-·~--~-·~----!-·

a la realidad. No se debe suponer, pues, un apoyo articulado, cuando exista un cierto


empotramiento, ya que se originarán fisuras en cuanto la pieza intente tomar las deforn1a*
banco de tesado
clones debidas al pretensado. Esto es importante sohre todo en las placas, cuyas condi- pieza prntensad3 S¡
ciones de borde tienen que s-er introducidas de fornJa aproxin1ada en el cálculo, si se
quiere alcanzar el efecto deseado-elin1inación de las tracciones en el hormigón~. Para
ello basta, en general, hacer una estimación del grado de e111potrruniento.
~---~-- :__}2u __
7
Jv 0 [JrYiz
Para todos los casos de carga, incluido el pretensado, hay que mantener el mis1no sisten1a Fig. 11.1 En el banco se tesa la armadura con una fuerza V\ºl. Sobre el hormigón actúa
luego V 0 •
estático. Sin embargo, si se le n1odifica por alg·una razó·n constructiva, habrá que tener
en cuenta este can1hio, también por lo que respecta a la variación de los eSfuerzos por
la fl.uencia (ver apartado 12.4). ' En el caso de una pieza recta pretensada axilmente, se puede deducir la fuerza eficaz de
pretensa do V 0 en la sig·uiente forma:
Tan1hién es necesario prestar más atención que en el hormigón armado a la variac1on
del mon1ento de inercia J, cuando se produzca di ch a variación. Corrientemente repercute
El acortamiento fbv del hormigón, u·na vez tern1inado el proceso de transmisión, es igual
mucho sohre las magnitudes hiperestáticas.
a la diferencia entre el alargamiento del acero debido a V(O)-es decir, e~-y el alarga-
Las fuerzas de pretensado son muy grandes, y las tensiones que admitimos son ele- miento que queda-t:w-dehido a V0 :
vadas. Una hipótesis aproximada en el sistema estático o sobre los valores del mo-
mento de inercia J o del área de la sección F, aproximación que en el hormigón ar- 11.(l)
mado no ofrecía ningún peligro, puede, sin embargo, en el hormigón pretensado,
trastornar por completo el estado tensional calculado, y traer como consecuencia (sin signos !).
daños graves. Se ha dado ya el caso de que alguna viga mal dimensionada saltó por
La relación necesaria entre Ebv y Vo se obtiene de la integración de Obv::::: Cbv • Eh sobre
los aires al pretensarla, como si hubiese hecho explosión. Hahría que tener siempre el área de la sección neta de hormigón:
presente esto al hacer las hipótesis de cálculo.

11.22 Fuerzas de preteneado


Desde el punto de vista estático las fuerzas de pretensado deben ser tratadas como fuer· El alargamiento de pretesado es:
zas exteriores que se mantienen entre ellas en equilibrio, no dando lugar en los sistemas
isostáticos a ninguna n11eva reacción (que se sume a las del peso propio o la sobrecarga).
El pretensado crea, por tanto, un estado de tensiones propias.

376 377
e igual1ncnte el alargan1iento que queda en el acero, correspondiente a V0 , será:
Estas tensiones en la pieza con pretesado excéntrico se bo:rsan en la hipótesis de que la
Vo barra de hor:n1igón se puede curvar ingrávidan1ente lo q·ue correspO:nde a la aplicación
fzv == ---F;---~-E'z- excéntrica de la fuerza. En la realidad el peso propio actúa inmediatamente en n1ayor
o menor grado, dependiendo de la longitud de la barra, y por tanto, de las luces en que
Introduciendo estos valores en Ia ecuación 11.(1) tenernos.: se subdivida auton1átican1ente. Al valo·r de Ozv se sum.a, _pues, Ozg == n • CTbg, total o par-
cialmente. Actúa por completo tan pronto se divide la barra en las longitudes previstas
para las vigas, flectando éstas libremente.

Para determinar los esfuerzos en una sección, la fuerza de pretensado V0 , deducida de


la ecuación 11.(2) u 11(5b), deberá ser considerada como una fuerza exterior. Es cons-
Ordenando esta ecuación y sustituyendo F; = Fn + n · F" queda: tante a Io largo de toda la viga.

Si se h.an dispuesto ca111bios de dirección en la ar1nadura pretesada, actuarán u.nas fuer-


11.(2) zas de desviación como las descritas en el apartado 11.222, per<> en genrn:al sin dar lugar
a rozamientos.

Se deducen entcmces fácilmente las tensiones después de la transmisión del pretensado, e


introduciendo de nuevo los signos convenidos le·nen1os: U.222 Fuerzas de pretensado en el caso de armadura postesa contra el hormigón
endurecido
V, V(O)
Obv ==- --~.-,--- == -- . . . - 11.(3) La fuerza de pretensado V 0 se engendra en este caso en el punto de tesado, junto al an-
ln F, claje que apoya contra el l1or1nigón endurecido. No es constante en todas las secciones,
si se ve disminuid.a al tesar por las fuerzas de rozan1iento (ver cap. 7).
Vo
Ozv ::::::: O~O~ - n · Übv :::::: --- ... -
F - ,-(0)
lzv 11.( 4) Las fuerzas de pretensado actúan en Ios anclajes en la dirección del eje del cable, y
z orjginan en cada ca111bio de dirección de éste fuerza.s de desviación y de rozrunien.to, que
dehen ser consideradas igualn1cnte con10 fuerzas exteriores, aunque los cables estén e111he-
Análoga111ente, si los cables están descentrados se obtiene: hidos en el hormigón (fig. 11.2). El sentido de las fuerzas de rozamiento depende del
sentido de tesado. Se las desprecia si su su111a es pcq11eña (lírnite conveniente: 0,05V0).
veo) y,, . V(O) Si son ir1ayores, se las tiene e'_n cuenta n1cdia11te la dis11iinución de la fuerza de prc-
Ob, = F~ + -···1··-.-·· . y, tensado, tal con10 se indicó en el capítulo 7, sin estudiar la acción de cada fuerza por
' ' separado en su punto de aplicación en la estructura.
veo)
Ozv =:::: - -·-- -t- n • übv 11.( 5)
F,
Vo == Ozv • Fz

Si están dadas la secc10n y V,, se obtiene la fuerza de pretesado, en el caso de preten·


sado axil, de la ecuación ll.(2) : """i
V¡¡

se tesa desde
un solo extremo - t
R,
u,

-
R,
u,
\
v,,,
<;j R,
u,
pol!gono de fuerzas en equilibrio

Fig. 11.2 Forma en que actúan sobre el hormigón las fuerzas de desviación y de
ll.(2a) rozamiento.

Si el cable está colocado excéntricamente, se deduce de la ecuación 11.(5), introduciendo Las fuerzas de desviación actúan según las bisectrices de los ángulos (fig. 11.3) si se
prescinde del rozamiento. Tenemos entonces: 1

U= 2V . sen ..T. = V · are cp 11.(6)


2
veo¡= Vo . ---················~ ];_ __,__ ll.(5a) y si la curva es circular, de radio r (fig. 11.3):
(1 - n · ¡;,;) J, - n · F, · y 2¡z
que se puede escribir también en la forma: V._V·dcp
u == -- ------- ll.(7)
r ds
Vo = veo> [ 1 - n . l'ü - n:~F'r y',zJ 11.(Sb) 1Adoptamos esta aproximac1on, puesto que cp es en general pequeño. Por lo demás, la suma de los án·
gulos de desviación es utilizada al cálcular el rozamiento total. (N. del A.)

378
379
Fi ==sección ideal== sección (le la pieza-Fb~n1ás (n. -1) veces la secc1on d-e acero, inR F, =área de la secc10n de la armadura ordinaria (en general puede ser despreciada).
cluyendo el acero de pretensar y las armaduras ordinarias. Para n hay que tomar Fn =Fb-Fc1, o hien=fh-F,---Fc1 (área de la sección neta de hormigón),
el valor obtenido a partir de los módulos de elasticidad de los materiales que vayan F 1 c=Fb+ín-l)F,,obiencccFh+ín-I)(F,+F,), o bicn=F,,+n(F,+F,),
a ser utilizados.

Para obtener las tensiones debidas a los n1on1e'ntos flectores se calcularán, por tanto, los
correspondientes n1on1entos de inercia y resistente ideales.

W 1 =valores ideales calculados al igual que F,, es decir, tomando (n -


] 1, 1) veces la acero de pretensar-¡;:,é;;.,:."'/'1
armadura. conducto

Al flectar la pieza cxperin1entan todas las arn1aduras una variación de tensión del mismo armadura
ordinaria
sig110 que la del hormigór1, pero n veces n1ayo:r-
Fig. 11.7 Fig. 11.8 Centros de gravedad y distancias.

n.32 Piezas con armaduras postesadas


== mornento de inercia de la secc1on total,
Cua·ndo la sección de las armaduras es n1uy pequeña en com.parac1on con el área total r--' O \ los momentos de inercia propios de las pequeñas secciones del acero de pre~
de la zona de tracción~ es s-uficiente con to111ar los valores característicos de la sección l
O tensar y de los conducto;;, son despreciados,
r--'
total (sección hruta). Cuando la sección de ar111aduras es relativan1ente grande, o cuando ]¡ == 1110-mento de inercia ideal.
se cibiere realizar un cálculo n1uy exacto afinan.do las ca'ntidades de material~ se precisan
además de los valores ideales, los valores de la sección de hormigón deducidas las arma- Lo más conveniente es referir todas las distancias al borde inferior (fig. 11.8) :
duras (las valores netos). Para determinar estos últimos hay que deducir la sección Fc1
de los conductos de los cahles, no la sección de acero de los cahles, ya que en el momen- e == distancia al c. d. g. de Fr"
to de pretensar la estructura los conductos no han sido aún inyectados. Est¡¡s valores ecr == distancia al c. d. g. de la sección del conducto Fer,
netos tienen importancia en. la situación de carga permanente + pretensado.
e, == distancia al c. d. g. de la sección de acero de prete:nsar Fz,
Al calcular los valores ideales de la sección hay que tomar solamente la sección de acero e, == distancia al c. d. g. de la arn1adura ordinaria F"
multiplicada por (n - 1), mientras que los huecos de los conductos llenados con mor- en == dista:nci a al c. d. g. de la secció-n neta Fn,
tero de inyección serán cons:iderados como parte de la sección de horn1igón~ que se hace e; == distancia al c. d. g. de la sección ideal F,.
efectiva una vez creada la adherencia.
Con esta notación se hacen ahora los cálculos según el siguiente esquen1a:
Estos valores ideales son aplicables cuando se estudian las sohrecarO'aS
~
o cualquier
- otra
acción (incluyendo T) que dé lngar a tensiones después de creada la adherencia; para
V nlores netos V a/ores ideales
la fluencia y la retracción hay que utilizar los valores indicados en el capítulo 12.
Fn ==Fb-l'c1 F, = Fb + (n-l)F,
U.33 Piezas pretensadas en que uo existe adherencia f F¡¡ ·e-Fez· ec¡ Fb · e+(n-l)F, · ez
1 e, ---·--- -- ·-----------··-
F,
Fn
Las fuerzas de pretensad.o actúan sohre la secc10n neta de hormigón Fno A causa de la Jn =lb+ Fh (e,,- e) 2 -Fc1 (e,,-eGl) 2 ], =li,+Fb(e-e1)'+(n-I) F,(e;--e,) 2
falta de adherencia, no pueden ser utilizados los valores ideales, en los que toma parte
el acero. El cable es consid·erado como un tira'nte sin rozamientos contra el conducto, Jn ];
Y sus variaciones de tensión bajo las cargas se deducen de las condiciones de compatihi- d-e1·1 d-e 1
lidad de los alargamientos, como se indica en el apartado 11.41. ],, J,

11.34 Ordenación adecuada del cálculo de los valores característicos de una sección
U.4 Obtención de los esfuerzos en una sección
Se sustituyen los conductos y el acero de pretensar por rectángu]os con el centro de gra~
vedad a la altura correspondiente (fig. 11.7), y se tiene entonces: GENERALIDADES

Fb ==área de la secció·n total, incluida la sección de acero, :Los esfuerzos en las vigas se refieren a secciones ortogonales a la directriz o a uno de ]os
FGI ==área de la sección del conducto o conductos, bordes (gcncraln1ente al inferior). En los arcos y pórticos se suelen to111ar las secciones
F, ==área de la sección de acero de pre.tensar, normales a la directriz. En las estructuras de l1ormigón pretensado actúaM:

382 383
según la dirección del cable, de la fibra de
magnitud liiperestática. Los cor:in1icnto~
siempre: uu esfuerzo normal, igual a la componente N, de la fuerza de pretensado, O!·
togonal a la sección, y otros esfuerzos normales debidos a Ias cargas exteriores
i horn1igón situada a la altura de este, son.

o a las reaccio·nes;
1 o1,, debido a Z = 1
'
Ubq debido a la carga q
generalmente: momentos flectores debidos al pretensado M,, peso propio Mg y sobre-
carga Mv; y el del acero:
·'
u" debido a Z = l.
generalmente: esfuerzos cortantes Q,, Q,, Qp;
en ocasiones: momentos torsores M Tv, M Tg, M Tv· A partir de estos tres corrin1ientos podenios l1allar la incógnita en la forn1a usual:

El cálculo de los esfnerzos debidos a las cargas g y p, P lo daremos por sabido. Estudia-
remos, sin embargo, con detalle el pretensado como- "caso de carga'\ que da lugar a los z - ----·--
ali¡+ Úz1·-
q -
-Obq 11.(9)
esfuerzos Nv, Mv y Qv, qu.e son. mayores e'n el instante O, antes de pérdidas, que en el ins 0

tante oo, de,spués de pérdidas. A veces se plantea la retracción y la fluencia como caso los corrin1ientos serán:
¡ Suponiendo para simplificar: Z = Z Y l z = l '
H
de carga, pero puesto que an11Jas acciones 'no son propiamente unas cargas es mejor conm
siderar dos casos de carga de pretensa do, correspondientes a las fuerzas V 0 y V oo· Cuando ''
. y, 1
2 l,
sea necesario tener en cuenta el rozamiento, se hará por medio de la reducción de la
fuerza de pretensado, según eI capítulo 7. Por simple adición se superponen los esfuer- º" =.f Eb · J¡, . dX + ~E~b-.-c;F~b II.(lOa)

zos debidos a las diversas causas, para hallar los valores mínimos y máximos, pues para
las cargas de servicio podemos admitir con suficiente exactitud la ley de superposición
l, 11.(IOb)
lineal (tensiones en el dominio elástico) . o.=---
~1 Ez • Fz
&
En el pretensado sin adherencia no podemos considerar aisladamente el pretensado como ¡
caso de carga, pues varía co'n Ias cargas aplicadas a la estructura, por e_jemplo con el peso "Mº q • Yz -dx ll.(11)
propio. Estudiaremos primero este caso excepcional. Es aplicado muy raras veces, prác-
ticamente sólo cuando, al tesar los cables, el peso propio no entra en acción por la
obq = - . J--¡;;;:-1"
deformación de la estructura, o si no se le hace efectivo descendiendo la cimbra, y
Con ellos y con la ecuación 11.(9) podemos calcular Zq, o bien Zg en el caso del peso
cuando se utiliza a la vez un acero de resistencia media, en el que la variación de V
debida a g equivale a Una parte considerable de la tensión admisible, por lo que es propio.
preciso dejar, al tesar, u.na reserva de tensión. En todos los demás casos suponemos la . se bace efectivo hasta después de tesar con la fuerza V, el esfuer-
existencia de unión entre el hormigón de la pieza y la armadura de pretensar, y en el Si el peso propio no
caso de adherencia indirecta (armadura postcsada) tendremos e'n cuenta Ia falta inicial zo del cahle será entonces:
de dicha adherencia introduciendo en el cálculo los valores netos de la sección, en tanto 11.(12)
que éstos difieran apreciablemente de los Fb, ]¡,.
de tensión en el cable
Al realizar el tesado será preciso, por tanto, dejar u'na reserva
para Ozg, y en ocasiones también para que se debe cun1plir que:
Ozp, puesto
11.41 Esfuerzos en una estructura lsostáti.ca pretensada sin adherencia (a aplicar sólo
cuando no se vaya a establecer posteriormente la adherencia indirecta) Ozv + + Ozg Ozp ~ Oz adm.

En una estructura sin adherencia supo- d de la retracción y la. finen·


Ozp suele ser despreciada, pues la d.isn1inu.ción e Oz ª. causa
nernos que el cable no sufre rozamientos cia alcanza en corto tienipo un valor absoluto superior a Ozp·
contra el hormigón de la pieza, al cual
está unido únicamente en los extremos Con10 consecuencia de Z actúa en Ia viga e l momento
M, = Zy" que se superpondrá al
anclados. La viga con cable recto equi-
Mº, ó al M"q.
vale, pues, a un pórtico atira'ntado; la
viga con cable para]Jó]ico, a una viga La tensión del hormigón en la fibra a la distancia y de Ia directriz será:
atirantada con contacto continuo entre
hormigón y tirante (fig. ll.9). Una car- 'I 11.(13)
ga q hace variar la tensión del cable ~{ Üb(v+q) ==
yr~~j[/.1g uniformemente en toda su longitud. A rr11 •
la ·te'nsión Ozv alcanzada al tesar, se su- \ H. RüscH [SlI] da para Z, una fórmula aproximada:
ma, pues, la tensión Ozq~ '
¡,
1------- l . __,;:¡ F,
Fig. 11.9 Esquemas de vigas simplemente apoyadas, con pre·
tensado sin adherencia.
El esfuerzo Z del cable en una sección
debe ser considerado como si fuese una
Z,= -- n
2
M,
]~-.
ll.(9a)

385
384 25
en 1a que 1i
E,
== -Eh, ..
Mg ==momento max1mo en l/2 ( p. e. Mg ce= -g .-
8
l') ..
, e y,=== excentricidad Si el cable es parabólico de flecha /, supongamos, com~ dijimos en el apartado 11.22,
del cable en l/2. i V. 8/
Y¡¡"" V y u = l' = constante, en toda la longitud del cable, siempre que sea f l/12. <
La simplificación consis_t~ en despreciar el acortamiento del hormigón debido a y en ª"" De acuerdo con la figura 11.12 obtendremos facilmente los esfuerzos. Los momentos en
el caso de cables parabohcos conduce a valores que se corresponden bien con los más los. extremos MA, v y Mn, v se anulan cuando el cable está anclado a la altura de la di-
exactos obtenidos según hemos indicado.

En el caso de existir adherencia se deduce Zg de la condición

Mg
Gzg == n • Oh
rectriz.

v-1 .. - .. ,L._.___
---~1.. _.. _.. _ .. _,,_ .. _. ___ .. t- V

A B
en = Íb · y,, con lo cual Zg = n
Nv=V~llllllllllllllllllllllHllllllllllllllllllllll~
es decir, el doble qne sin adherencia.
Fig. 11.10 Esfuerzos y nota-
Vari?s cálcu]os comparativos n1ostraron, sin einhar~o, que en el caso de aplicación ins.. ción.
tant~nea de Vo::::: Fz · Oz. adn1. al tesar, entonces, incluso aunque al principio sólo actúe Mv ~ 1111111111111111111111 ~11111111111111111 ll lll[!f
parc1aln1ente g, las tensiones una vez que la estructura trabaja lihrem.ente (g actúa enM
tonces por con1pleto) son práctica1nellte iguales, lo misn10 si se realizan los cálculos sin
~dhe~·encia qne ;on adherencia según el apartado 11.42. El apartado presente ha sido
Fig. 11.11 Esfuerzos en la viga simplemente apoya- (!v=O"-------------¡..
da, pretensada con un cable recto.
rncl_u1do, pues, solo com.o complen1ento. En realidad es una complicació11 innecesaria esw
tRJd1ar los casos de carga de pretcnsado y peso· propio sobre u.n sistema interiormente
hiperestático. En consecuencia, renuncian1os también al estudio de las estructuras sin ad~ Si el cable es poligonal, tenemos, por ejemplo, los esfuerzos de la fignra 11.13, en la
herencia exteriormente hiperestáticas. qne se ha supuesto de nuevo VH "" V, lo cual es válido si la inclinación no es muy gran-
de. Al hallar Qv tenemos en cuenta, sin embargo, la inclinación exacta de V.

La acción de los cables anclados en puntos intermedios se manifiesta, naturalmente,


U.42 Esfuerzos debidos al preteusado V en las estructuras ísostátieas, existiendo sólo entre los anclajes, en los que se aplica la fuerza de pretensado V. En la fignra 11.14
adherencia
se muestra un ejemplo. Remitimos al lector también a la figura 10.12. En cada anclaje
En las estructuras isostáticas, la d.eterminación de los esfuerzos debidos al prctensado es intermedio sufren los esfuerzos variacio_nes bruscas. En la sección x, en la que se ancla
particularmente sencilla. el cable, no actúan por supuesto directamente los Nx, Mx ó Qx con su valor total. Antes
bien, se requiere una zona de introducción, de longitud aproximada d, hasta qne los es-
Con I.a notación. de I~ figura 11.10, y suponiendo que la fuerza V de pretensado (tomada fuerzos corresponden a los obtenidos según la teoría clásica de la flexión. En la zona de
con Engno negativo s1 pro-duce con1-presiones en el horn1io-ón) actúa inclinada un ángulo introducción se pueden redondear las curvas de los N, Q ó M, tal como se ha hecho
. tenemos los sigu.ientes esfuerzos:
cp respecto a l e1e~ " en la figura. Las perturbaciones en el estado tensional normal producidas por la in-

l." El esfuerzo llor111al N == V . cos cp = Vu


11

EI momento flector Mv = y, · v. ¡
V
~.
~-p:,._,_, ___"f"_. _..- V
_L,_,_,_¿~ $ =tj_
1·---·-·-·L·-·-·-·:f
2.º cos rp == y 2 Vu 11.(14)
! - .. - .. !
3." El esfuerzo cortante Qv = V . sen fJ! == Vv
~;1·- .. _~ .. ..T..
~
.. _.. _..í .. -··
Si actúan varios cables con Vi, V2, V 3 , ••• , habrá que sun1ar sus efectos, a no ser que se
sustituyan todas las fuerzas por su suma 1:V aplicada en el centro de gravedad de las V
con la inclinación correspondiente. En general es co'nveniente seguir este último camino,
a no ser que parte de los cables estén anclados en puntos intermedios.
A 8
A
'
¡ exactamente VH
'P2
B

(no se ha'tenido en cuenta el rozamiento)

J,a fuerza de pretensado se elige de forma que siendo positivos los Mg y Mv, el momen·
to Mv sea negativo y, en general, mayor que Jfg.

l,as cc11aciones de los esf11erzos debidos al pretensado-N v' Mv y Qv-son igualmente


f
""11lillliffi 111 llllJlIJrnim,. ~
válidas en cualquier sección. Si el cable es paralelo a la directriz de la viga, tendremos f2v] 1111 &111 11fftV·sen rp,
de acuerdo con la figura 11.11: " ::::::mmm 1ffil11111111}
-v ·sen rp3

ll.{15) Fig. 11.12 Esfuerzos en la viga simplemente apoyada, Fig. 11.13 Esfuerzos en la viga simplemente apoyada,
pretensada con un cable parabólico (Y, nega- pre tensada con un cable poligonal (y, nega-
tiva por encima de la directriz). tiva por encima de la directriz).

386
337
troduccióu local de la fuerza, deben ser estudiadas por separado, de acuerdo con cl ca- Por tanto, un pretcnsado que produzca inon1entos en tina estructura exteriorniente hi~
pítulo 9, pues no pueden ser abarcadas por las teorías de la Resistencia de Materiales. p·erestática, hace variar, por regla general, todas las reacciones de apoyo, originando
unas reacciones l1iperestáticas que designaren1os por Av, Bv, Cv, ...
Las figuras 11.15 y 11.16 muestran otros dos ejemplos de vigas simplemente apoyadas,
con cables anclados en puntos intermedios. La variación de las reacciones exteriores infi.1:ye, natural1nente, sohre los lllOillentos y
los ~sfuerzos cort_a~t.es. En1plear~n1os la notac1on ~ v para designar los nionientos de pre-
V tensado que se or1g1nan en el sistenia base exteriormente isostático (en este caso, por
~~-·:~_Y2v-1 J'i- ~/-..:-~ ~
V1 ,&-- ··-··-.::.:::-::·-Í:.t:::"~·-··-·· +¡ ejemplo, la viga AC) :

M0v = VH · Yz '°"' V· Yz •
A X 8 A S
.~-crm-mTn-C::-n-rm-r';:;º:;.°':;.:-d_e Introducción'

011Illl1Hll lif,t illlilll1lTINJ~


1
~ \\l -\-,(''"----'- s~ va]or es sin~plemente ig·~al a la fuerza de preteinsado multiplicada po-r su excelltri-
Nv µJ.ill.lll.llLll.LUl.Ul..il;;.l.lilJ.ilJ.iJ.LLLW.lll.llL.Lj_:~ c;dad. Las ordenadas del diagrama de. M"v ;o~, pues,. proporcionales y de signo contra-
rio a las del cable con respecto a la directriz , supomendo Vu "" V lo que es admisible
en vigas esbeltas. '

Mv I~as reacciones promovidas por el exceso de. coacciones de apoyo son las reacciones hi-
p-erestáticas; los esfuerzos a que dan lugar .los esfuerzos l1iperestáticos; por ejenlplo, los
n101nentos hiperestático-s de pretensado, que rep-resentamos p-or M'v·

Los n1on1entos definitivos de pretensa do serán:

Mv = Mº, + M'v 11.(16)

Fig. 11.14 (Arriba.) Esfuerzos en una viga simplemente


Igualn1ente ocurrirá con los esfuerzos cortantes:
apoyada, pretensada con un cable parabólico
anclado en puntos intermedios (Y, negativa J +---v·- -- ~ --- 'v =t Q, = Q", + Q'v
por encima de la directriz). ¡ k --··-••=t=··-··-- -L ll.(16a)
A B La magnitud de los esfuerzos hiperestáticos debidos a V varía con el trazado del cahle.
Fig. 11.15 <Arriba der.) Esfuerzos en una viga simple·
mente apoyada, pretensada con varios cables,
por ejemplo del tipo de los de las figuras 11.12
0ITllHlll~llllW~
Nv~~-_---LL.LLLLJ.Llill4l.W.u::¡J.LL~Ud~~----~~
A
Son 1)a~ticularn1entc grandes .cuando el· _cable i11antiene llna gran excentricidad siernpre
en el n11sn10 sentido, con10 ocurre en la figura 11.17, es decir cuando los Mº 0 a n-
, d . p d 1 d ' v s n ora
y 11.14 (Y, negativa por encima de la di- d. es y no varian e sig:10. · ue en ser n11 os cuan o el trazado del cahle es, por ejenlplo,
l!f
~--Lihlf.llll.-11ilWH111"=1~¡-;ilWI1111.llil lJJ'Nu._T~ tal que. la ley de M v ti,e?e y~ la forma de la ley de v. teniendo para ello que ser las
rectriz). 0

Mv superficies Mv/E · ] positivas iguales a lo largo de la viga a las neaativas es decir que el
E ~ cable debe cortar a ]a directriz. b ' '
Fig. 11.16 (Derecha.) Esfuerzos en una viga simplement,e
apoyada, pretensada con un cable recto an-
clado en puntos intermedios (Y,_ negativa por
encima de la directriz).
Un trazado tal de los cables da lugar a lo que se llama "preten , sa d o sin · coacc11oncs
· ",
pues. el pretensa.,d o no da lugar en los apoyos a que actúen las e · · · t t
l · C . .- •oacc1ones n1, po-r ·an O·,
a nmguna reacc10n. sup ementana.
. omo veremos
. al fiual del apart a d O· 11 •433
'
1 t
, e pre enª
U.43 Esfuerzos en estrnclura hiperestáticas s.a d o sin coacciones no ofrece ning·una ventaJa.

1L431 .El efecto del pretensado sobre las magnitudes hipercstáticas Al pretensado sin" coacciones se le llama ta1nhién, seuún . b re f rancesa, " pret ena
la cos·t Ull1
N ' . b
sad o concord ante . ' aturalmente, existen muchos trazados de 1
I.,a actuación de las fuerzas de pretensado trae con10 consecuencia la deforn1ación de · h" , . , os ca¡J ¡ es que no d an l ugar
la estr11ctura. En el caso de sustentación isostáti.ca es posible la libre deformación, es de-
a reacciones · iperestaticas,
b pero
¡ , .todos cstan comprendidos dent ro d e una d e ¡ gad a f·ranJa,
·
que no permite aprovec ar a maxm10 el canto de la viga Y GUYON ¡ d b
cir, ésta 'no se ve in1pedida p-o-r las condiciones de apoyo, i10 variando tampoco por tanto · ., d ¡ d" . · · ' se ia ocnpa o mue o
en 1a· d eterminacion
E · b e as con ic1o:nes . que
,, se deben cuniplir para q·ue exista · co.ncor~
las reacciones. d ancia. sta, sin em argo, ~,
carece de 1nteres
, práctico· Además , as reacc1ones ¡i1p,erestat1ª
l · · , ·
.Por el contrario, en el caso de sustentación hiporestática la estructura deformada, imagi~ cas se conservan d espues do . los fonomenos de retracción y finenc1· a (ver apa rt a d o 12 .4) ,
nada ingrávida, no se adapta ya, en genera], a las condicion.es iniciales de apoyo. Po-ndre~ es d ecir, pue d en ser d e utilidad permanente.
1110-s esto e:n claro- en la viga de dos tran1os: Sí pretensamos ésta con un cable recto
situado por debajo de la directriz, se curva hac~a arriba y se levanta del apoyo inter~ Las reacciones hiperesf:áticas debidas al pretensado deben equilibrarse niutuaniente, ya
medio (fig. II.17). Para que se satisfagan las condiciones de apoyo debe actuar en el que carecen de fuerza exterior a la que co111p·ensar, puesto que las fuerzas de pretensado
a11oyo central una reacción 'negativa - Bv, cuyo valor será tal qu.e l1aga que se anule están entre s.í en equilibrio.
la contraflecha - vn. Se producen, en consecuencia, unas reaccion.es positivas A y C, igua·
Ies cada una a + =
Bv/2 (si 11 L2 ; y J const.). = 1
Positivas cuando el cable está situado por debajo de Ja directriz. (N. del T.)

389
11.432 Métodos de la Resistencia de Materiales de qne disponemos para la obtención Con esta hiperestática se obtienen los esfuerzos debidos al prntensado en la forma:
de los esfuerzos hiperestáticos

Para el cálculo de los esfuerzos hiperestáticos debidos al pretensado disponemos, fun-


M,=M"v+M, ·X,
damentalmente, de }os mismos procedimientos que para la obtención de los esfuerzos N,=N',+N,. X,
hiperestáticos en otros casos de carga (como carga permanente o sobrecarga). +
Qv = Qºv Q; · X; .

l. Método general: en la viga de dos tramos, por ejemplo, se introduce Bv como in~ 2. Método de los giros de las tangentes extremas a la elástica: en las vigas de varios
cógnita. La col1traflecha en B debida tran1os resulta n1uy conveniente adoptar como siste1na base. isostático, el conjunto de
a V, y la flecha debida a B,, calcu- vigas simplemente apoyadas que creamos cortando sobre los apoyos la viga continua. La
--}:.™_·· ·~·~.::::.:::::.:::.::::. .:.:r:::;:~i-'.: : ..-.:. .-.-~i
:___-¿;-
.. ladas en la viga AC, deberán ser igua- incógnita es M' Bv' el momento en el apoyo, el cual se obtiene exp·resando la condició'n
les (fig. 11.17). de que aplicado en los extremos de las vigas simplemente apoyadas, invierta los giros
A l 8 z---_.., debidos a V, de las tangentes a la elástica sobre el apoyo, de fonna que las secciones
Con mayor generalidad se aplica este extremas en B sean de nuevo paralelas, es decir, vuelvan a coincidir (fig. 11.18). El es-
b procedimiento en la forma siguiente: fuerzo normal debido a V no influye sobre T.

y Pnesto que son conocidos los diagramas de momentos M"v y M' v = 1, se puede calcular
En el sistema base isostático, las fuer-
zas V de pretensado dan lugar a los con gran facilidad los giros de las tangentes extremas en B, aplicando el teorema de
e esfuerzos Mºv, Nºv y Qºv· Mohr, es decir, calcnlando la reacc10n en
..--··-··-··--··-.. .. _.,_..,. ...,,,-··-··-··--.. el apoyo B de una carga cuyo diagrama
de repartición sobre la viga AB o la BC
Sean X; las hiperestáticas. Sean M;, //
N; y Q; los esfuerzos a que da lngar . . 1 1 M
s1gmese a ey E . J.
en el sistema base el influjo X;, pero
NSl[iilllllllll\lll!l!lllfi:~)\llllll\llllllllllllll~i[lllii[iiiiliiilllilllllllll!llllllllillllilllilli con valor unidad. l,os movimientos
eficaces (corrimientos o giros) de los Co1no .hace falta cortar la estructura para
puntos del sistema base donde se apli- <'1-ear el sistema base isostático, se corta
11.'~~~~~~~~~~~~~~~~~~-

u ~ can las hiperestáticas buscadas, según


la dirección de éstas, son:
también el cable, y se toman las fuerzas
de pretensado en an1bas secciones sobre B, Fig. 11.18 Cortando en B se forman dos vigas simple-
co1110 fuerzas de compresión actuando en mente apoyadas, que constituyen el sistema

HuWJ'~~ ~~¿y, debido a V ..... Ov;


la dirección correspondiente del cable. base isostático.

debido a X, =1 ..... o;;. 3. Método de las defor1nacio1tes angulares: utilizado corrienten1ente en el estudio de
· 1\ ,_ ¡m1111111111111111ffi111rlfl11111111111111111111111 entramados, puede ser aplicado tarnhién para el }Jretensado, au.nqu.e no es i11uy corriente.
Qu lllllllilllllilllllfilll~llllllllllllllllllllllll En la obtención de estos movimien-J.····. r
tos se desprecia corrientemente la 4. Métodos de co1n1Jensacióri de nio1n.entos, de CROSS, KANI y otros: e·n este caso se de-
Fig. 11.17 La aparición de reMciones hiperestáticas a consecuencia termina M' v en la viga perfectamente en1potra<la en sus extren1os, para en.da tran10 por
del pretensado, en una viga continua de dos tramos con influencia de N y Q. Ahora bien,
cable recto (yz negativa por encima de la directriz). con10 en las estructuras de hormigón separado, y se con1pensan los mon1entos de e111potran1icnto perfecto en función de las
pretensado el esfuerzo ·normal N sue- rigideces de los tramos. Estos métodos son aconsejables en el caso de tramos de luces
le ser grande, no se puede en algunas de ellas (por ejemplo, en los entramados) des·, desiguales o de muchos tran1os, y, en general, en sisten1as con Un elevado grado de
preciar las deformaciones debidas a él. Entonces tenemos: hiperestatismo.

5_ Líneas de inffuencia del sistema hiperestático: las cuales incluyen ya la influencia del
Ov; = IM"v •M; · E~~ J + I JVºv · N; ds
biperestatismo externo
ción. Si se necesita de
de la estructura, y que son aplicadas para las fuerzas de desvia-
todos modos construir las líneas de influencia para las cargas JnÓ-

f. ¡· ds viles, o si pueden ser utilizadas tablas apropiadas, por ejemplo las de ANGER, resulta
ds
2
O;;=. Mi . Eb . F +. N'; . entonces este método particularmente sencillo.

Este último procedimiento hace posible también el tratamiento estático de placas preten-
Se debe cumplir:
sadas, incluso las de planta oblicua o cualquier otro tipo anormal, para las que exis-
tan superficies de influencia tabuladas o mediciones en modelo reducido. Estas superfi-
cies de influencia son aplicadas para las fnerzas de desviación de los cables, y dan en·
de donde se deduce: tonces directamente los Mv ó Q,, si las fuerzas de pretensado actúan centradas en eJ
borde. No se debe olvidar, al calcular las tensiones, el esfuerzo normal N,. Además de
-Óvi los métodos indicados puede ser utilizado cualquier otro, siempre que se le aplique co-
X;=
J¡; rrectamente.

390 391
11.433 La viga continua de dos tramos con cable parabólico. Datos acerca del trazado _Los g1ros de las tangentes en B a las elásticas vendrán definidos por:
del cable
V. l,
La fuerza de pretensado actúa en el extremo de la viga a la altura de la directriz E.J. TOBli = ;- ' : · l¡ · /1 · v+-32 e· V=- ~(e+fi)
3
( excentricidadpula)
'\ V · l,
Al objeto de simplificar las deducciones generales, supongamos 1 =
const. y V H ""' V=
= - .--(e+f,)
. 3
= const. Al calcular los Mº,, si la inclinación del cahle es superior a 1 : 8 habrá natu-
ralmente que sustituir en lugar de V, el valor exacto VH· Además, supondremos en pri- La hiperestática M'Bv da lugar en el sisterr1a has.e a leyes· triangulares de mon1entos, de
mer lugar que el cable corta a la directriz en las secciones extremas de la viga. acuerdo con la figura ll.20d. Los giros debidos a M' Bv serán:

Las parábolas de segundo grado correspondientes al eje del cable vienen definidas por
las flechas / 1 y f, en l/2, y por la excentricidad e del punto de intersección de las pará-
bolas (no redondeado) sobre el apoyo intermedio B (fig. 11.19). En la realidad, las pa-
E· 1 · r'nu= +f l,
2 •
M' B v--+ l
3' · M'nv
rábolas. se unen a través de una contracurva de e1npalme. Sin en1hargo, en la n1ayoría
de los casos se puede despreciar la influencia de ésta, porque la variación del M"v a que
E ·1· r'nre::::::::: = + !:i:__
3 ' M' Bv •

da lugar, actúa con un brazo de palanca pequeño, influyendo poco en el valor de M'v·
~~o obstante, es fácil el estudio exacto con los n1étodos indicados, solamente que req·uie- I.a continuidad. de la elástica ohliga a que la su111a de los giros de las tangéntes, a un
re un n1ayor tra.hajo. En adelante se ton.lará f con signo positivo o negativo, según que lado y a otro de la sección, sea nula. Debe ser, por tanto:
la f11erza de desviación esté dirigida hacia arriba o hacia abajo, respectiva1nente.
~

Para la determinación del M'v adoptaremos el método de los giros de las tangentes ex- 1
M Bv l
tremas a la elástica (ver apartado 11.432, núm. 2), cortando la viga en B, y tomando -3- ( 1 + l,) = o .
entonces como sistema hase isostático las dos vigas simplemente apoyadas AB y BC (figu-
ra 11.19). Debido a la fuerza V de pretcusado, flectan ambas vigas; en la sección B las
De donde se deduce el valor de la hiperestáttca M'v en B:
tangentes a las elásticas tomará'n los gi~
ros r. En la viga continua, sin embargo~ la
elástica debe mantener su continuidad en
B, es decir, deben actuar unos iuomentos
M' v que restablezcan dicha continuidad. El
inomento M'v en B-M'nv--es la hiperes-
11.(18)
tática, y se le supone actuandO por sepa-
rado sobre el extremo B de cada viga.
En el caso de iguales luces, l, = l,, y además/¡ = f, = f, se obtiene la sencilla expresión:
Los giros r pueden ser calculados aplican-

~~ "HY -¡y;,_
do el teorema de Mohr ~ co.mo reacciones
en B de las vigas AB y BC cargadas según
Mºv
11.(19)

Fig. 11.19 La viga continua de dos tramos, pretensada la ley E . ]"


con cable parabólico.

Los momentos M"v son los provocados en el sistema base por V (tomada ésta con signo
negativo, puesto que es una fuerza de co1npresión) :

M"v =V· y, 11.(17)


b~,f;~lllllílJJJJJJnnn,,b. .6.~L:.. }
.6.
Son proporcionales, aunque con signo contrario, a la superficie rayada en la figura ll.20a. M'
Para poder representarlos en una forn1a n1ás general, los descompondremos en las dos .z. ii!ilii+lliiiliil!!~YLftUlilllilliil!!-11 ,I h. V

superficies parciales de Mº de las figuras ll.20b y c. E-n la figura ll.20b, las leyes son pará-
bolas de flecha ft · V o bien fz · V; en la figura ll.20c, triángulos de altura M"Bv =e · V. d

Para n1antener el convenio norn1al de signos de los n1on1entos, es preciso tomar y posi.. Fig. 11.20 Areas de momentos para calcular los giros de las Fig. 11.21 Momentos definitivos Mv debidos al
tiva por debajo del eje, pues V, con10 fuerza de compresió-n, es negativa. Por la rnism~ tangentes extremas a la elástica. pre tensado.
razón, e tiene signo negativo, pero f es positiva, p·ues la fuerza de desviación actúa ham
cia arriba. V
<.J/
e·· sobre la directriz; V siempre negativa.

'.,,'
í (1
'
392 393
Los momentos definitivos debidos al pretensado serán, de acuerdo con la ecuación 11.(16) : Esta condición se cumple sólo si las flechas de las parábolas son pequeñas, lo cual es
M, = Mº, +
M', (fig. 11.21). contraproducente a efectos de la acción del pretensado. Se deduce de esto que el pre·
tensado concordante no es una solución a la cual haya que aspirar, ya que, a efectos de
El momento en el apoyo B será, por tanto: obtener una elevada seguridad al agotamiento, lo que se intenta siempre es colocar el
cahle lo más hajo posible en el centro del vano, y lo más alto posible sohre el apoyo
11.(20) i'ntei-n1edio.
El valor absoluto de e snele ser claramente menor que /, como se deduce, de la figu·
ra 11.23 para la viga de sección rectangular. Supongamos el mismo recubrimiento ü del
Paral1=l2 y fi=/2: 'MBv=V·e-V(f+e)=-V·fl' 11.(21) cahle, en el centro del vano y sohre el apoyo. El mayor valor absoluto de e será:

'
¡e 1 d ..
=·z--u
Con M' Bv se puede determinar ya la ley de momentos:

·~
1

11.(22)
y la flecha: fr d - 2ü - 1; 1
IMxv= V· Yx.z+i
2 Fig. 11.23
,-,s decir: 1e Ir 3· · f.
También en el caso de luces y flechas desiguales se elimina e. Vcm os, pues, que en
las vigas continuas con cables parabólicos, los momentos debidos al pretensado son En las vigas en T, que tienen el centro de gravedad muy alto, !e J es aún menor en
independientes de la excentricidad del cahle sohrc el apoyo intermedio, siendo fun- co111paración a f.
ª ción solamente de la flecha /. Esto mismo se puede probar para las vigas de varios Solan1ente ein el caso de tener alternativan1ente grandes MP positivos y negativos tiene
tra1nos~ algún sentido el reducir la flecha f del cahle de forma que sea 1 e 1 f, para dar lugar =
a llll pretensado concordante.
Se puede comprobar también que los cables de trazado poligonal pueden ser desplaza-
dos a voluntad entre sus extre111os centrados, sie1npre que, análogan1ente a la flecha en Una vez obtenidos los r11on1entos hipercstáticos M'v, se pueden expresar tan1bién los es~
la parábola, no varíen los ángulos y por tanto las fuerzas de desviación. fuerzos cortantes.
l?or ejen1plo, en la viga de dos tra1nos tc'ndren1os:
Los esfuerzos Mv y Qv dependen, pues, sola-
a mente de la magnitud de las fuerzas de des-
viación entre los apoyos extremos-. En cam-
bio, sí varían las reacciones de apoyo, pues
4
so·n función de M v·
1
'
Q Bliv ==
+li
M•Bv '
Q Brev :::::::: -
M'uv
- -- B'v == Q'suv-Q 1Brev •
12
h Esta comprobación es importante desde el
punto de vista constructivo. Con respecto· a Los esfuerzos cortantes en el sistema hase son:
los momentos y los esfuerzos cortantes debi-
Fig. 11.22 Estas dos diferentes posiciones del cable dos a V, es indiferente el que e sea grande Qºv = V · sen a """ V · tg a (para a pequeños) .
dan lugar a los mismos M.,.
o pequeña. Los trazados de los cables de las
figuras ll.22a y ll.22b llevan al mismo re- En la parábola se cumple que:
sultado. En la figura ll.22b son grandes los M'v, y por tanto, las Av (+), Bv (-) y 8/ · X
Cv (+), para compensar los M", siempre negativos. En la figura l l.22a M' v es pequeño,
dy
tga=--=--
dx
4/
l l' +-el
pues existen áreas de momentos Mº positivas y negativas.
por tanto:
De la ecuación 11.(18) se deduce la condición para que M'fü =O (pretensado concordan-
te), que es: QoXV -_ V ( 4f l e _+ 8/ · x
l2
)

l, . fi +
l, + l, . ¡,
+e=O
1

(entonces TBli = --- r 8 ,.)


Qxv = Qºxv + Q'xv •
12
1 Si 11 = l, será (ver fig. 11.24):

y si l 1 = z,, y f¡ = f, = f: _ V(
Qxv- 4/ + e
l
_ 8/ ·_."_ _ f +
l' l
e)
f+ e= O.
1 e y Yz sobre la directriz; V siempre negativa.
Qxv=v(1-~Y-) 1 11.(23)

394 395
Por ejemplo, en el apoyo A, para x = O, Se pnede observar que una parábola presenta un ángulo de desviación doble que' el tri-
tendren1os: ángulo de igual /, aunque el cambio de dirección en el vértice del triángulo parece
3/ muy grande. E:n el caso de una línea de influ.encia pro·nunciada, correspondiente, p·crr
- =-Qcv ejem.plo, a los n101nentos so.bre el a.poyo~ la parábola es pues más efectiva que el trián~
1
gulo, n1ientras que en el caso de las líneas de influencia de los momentos en el centro
y en B, para x = l: del 'vano, más o menos triangulares, haciendo coincidir el vértice (qniebro) del triángulo
del cable con el punto de máxima ordenada de la línea de influencia, se puede alcanzar
Qsv," = v( 3
{ -
8
{) =
a veces más momento de pretcnsado, si bien se reduce el momento en el apoyo (fig. 11.26).
De esta forma se puede variar, por medio del trazado del cable, la relación de los mo-
mentos Mv en el centro del vano y en el apoyo.
=-V·

.Los Qv definitivos son, pues, al igual que


los Mv, independientes de e.
reacciones de apoyo

Sin embargo, como Aºv = O y Bºv =O, las


reacciones definitivas Av y Bv son iguales
a las reaccio.nes de apoyo hiperestáticas A'v
Fig. 11.24 Momentos, esfuerzos cortantes y reacciones debi· y B'v. y por tanto dependientes de e. En la
dos al pretensado, en una viga simétrica de dos
tramos con cable parabólico. (Subindices: re =
figura 11.24 se dan los resultados en la
= derecha; li = izquierda). viga de dos vanos con l 1 = l 2• :ínea de
. influencia de
!19
v·an1os a seguir tan1hién en este caso el n1étod.o de las fuerzas de desviación y las líneas
Fl-J
de inflnencia del sistema hiprn:estático (apartado 11.432, núm. 5). Estas líneas de influen- linea de influencia del Nx '
cia abarcan ya el efecto hiperestático, y nos proporcio'nan, pues, directamente los. Mv, sin '71 + '72
necesidad de hallar ninguna incógnita. No ohstante, en el caso de que haya que calcular 1
el nion1ento 11iperestático 1ll'v' lo cual es necesario, por ejen1plo para la co·ntprohación Mxv=Ur 7J1+0 iJ¿ +uF
de la seguridad al agotamiento (cap. 13), se le deduce simplemente de M', = M,. - M'v· M;v "'11xu-M;v = Mxu - JI. Yxz
Los momentos Mv se obtienen directan1ente aplicando las líneas de influencia de los n10~
Fig. 11.25 La determinación de M,, por medio de las líneas de Fig. 11.26 Comparación de los efectos sobre los mo-
111entos flectores, con las fuerzas U, u con10 cargas. influencia aplicadas para las componentes verticales mentos en el centro del vano y en el
de las fuerzas de desviación. apoyo B, de un cable parabólico y un
Como ya dijimos en el apartado 11.222, suponemos en el cable parabólico una fuerza cable con un solo quiebro en l/2.

. "
d e d·esv1ac1o·n un1'f·ormemente repart1'd a . u::::: --·····p.,.-.
8/ . V. -....

U,4,34 La viga continua de dos tramos con cable parabólico


Si 11 = l2 y fi = f,, la aplicación de la línea de influencia de Mn nos da (según ANGER): I,a fuerza de pretensado no actúa en el extremo de la viga a la altura de la
directriz
Mnv = - 0,125 · u · l' -- _ -1:_
8
Sea eA la excentricidad en el extremo A (fig. 11.27), El área de momentos Mº represen-
tada en la figura ll.27b, siendo Mº =Va ·Ye. se puede descomponer en las superficies
el mismo valor, o sea, que en la ecuac10n 11.(21). En el caso de luces y flechas desigua-
parciales de las figuras ll.27c y d, tomando nuevamente como negativas la fuerza V y
les habrá que introducir los correspondientes valores.
las ordenadas por encima de la directriz, Al caso ya tratado de la figura ll.27c, que
Con este método se puede estudiar también el caso de cables de trazado no parabólico, corresponde a las figuras 11.19 y 11.21, se añade pues un triángulo de momentos con:
si bien sólo es sencillo cuando el cable tiene solamente pocos cambios de dirección, o
se con1pone de cortos tramos parabólicos o de tran1os parabólicos y tramos rectos. ~~n Nf-OA.v == Í 7
H • eA (negativo s1 eA es positivo, y viceversa).
la figura 11.25 podemos ver cómo se halla en este caso el M,,v• Como fuerzas de desvia-
ción U se to111an, con10 aproximació.n, las con1ponentes verticales de las verdaderas fuer~ Los momentos de pretensado a que dan lugar los momentos Mº de la figura ll.27c, nos
zas inclinadas. son ya conocidos (fig. ll.27c).

I... as líneas d.e influencia, aplicadas para las fuerzas de desviación, dan ante todo una ima~ El triángulo de Mº adicional pro·d·uce los giros suplen1entarios de las tangentes extremas:
gen clara del efecto de un cable doblado sobre un cierto esfuerzo en una sección, y con
esta imagen se puede ver fácilmente la forma adecuada de modificar el eje de un cable, o 1 V · eA • 1 V · eA • l,
T Bli == -·-- --------1 ------
para, por ejemplo, aumentar o reducir ur1 n1on1ento Mv sobre un a.poyo-. 3 2 6

396 397
esfuerzos n
°t'V
sin momento en
el extremo, para
z z'Z; f, = f,
1= 1 3
trarrestan n1ás, por tanto, a los inomentos Mg o MP, cuyos signos son precisamente los
para e Ye contrarios.

N'o ohsta'nte, si O se obtienen n101nentos más favorables en el apoyo, pues se pue~


eA :::::::
de ado;ptar una f mayor.

Consideremos ahora los esfuerzos cortantes que produce el momento aplicado en el ex-
tre1no, que, al ser una recta la ley de momentos a que da lugar éste, deberán ser cons-
tantes dentro de cada tramo.
n debido sólo af momento
'+'V en el extremo, para
para d y f Ly~ Tenemos:
lf l\
í .QSiill!!íilil!il1i•liii+l!,illiii!!illiliiij4 5
- b.
-f-Y'f

~
fJv total, para l 1,,,,z3
&~Q y f¡-fg
-M'
Qsc= -¡;;"-=+V·eA
para d l¡ f l¡
k
frsr·~ 2l, (l¡ + l,)
En el caso de igua.les luces y flechas (ver fig. ll.27i) :
-fr-1-l'A)
-f(sr-~) -5V · eA +V· eA
Qnc=--- - .
4l 4

Fig. 11.27 Obtención de Mv y Qv en el caso de cable parabólico anclado excéntricamente en uno de los extremos, Los esfuerzos cortantes definitivos se obtienen sun1ando a éstos los Qv ya conocidos de
la figura ll.27h, hallando entonces los valores de la figura ll.27k, que corresponden
al caso de iguales luces y flechas.
J_,os giros debidos a M' Bv son de n11evo:
M'sv · l1 , M'Bv • Z2 A partir del caso de la figura 11.27 se pueden representar, si'n más, los valores corres-
1
i Bli == ---··-. . -- ?: Bre pondientes al caso de aplicación excéntrica del cable en a:mbos extremos de la viga. Se
3 3
ha hecho esto en la figura 11.28, para 1:1 = l 2 y fi = f2, pero eA =!= ec.
La condición de continuidad de la elástica .:Er = O conduce a:
En ll.28a se han representado por separado los momentos. En ll.28b, su suma. El mo-
V . "'A . l, M' s,
-6--+-3-(l' + l,) =0. mento positivo en el apoyo ha aumentado aún más.

De donde se deduce para el apoyo B:


..--~~~~~~~~~~~~~~~~~~--.,

V · eA · l, · 3 V · eA · l1
6 (l, + l,) 2(f;+ l,)
M'Bv==- 11.(24)
-

y si l 1 =l2 y / 1 =/,:
V· eA
M'Bv==- 11.(25)
4

En la figura ll.27f se ha representado la ley de M, debidos al momento originado por


la excentricidad. El punto de corte de la línea de momentos con el eje debe correspon-
der al "punto fijo de propagación de momentos"; si es conocido éste de antemano, se
puede dibujar directamente el diagrama de propagación de U:n momento introducido en
el e,xtremo (método de los puntos fijos). Juntamente con la figura ll.27e se obtienen los
momentos Mv definitivos de la figura ll.27g. Podemos ver que para una cierta /, una
excentricidad positiva hace aun1entar favorable111ente los n1omentos; se incren1cintan tanto Fig, 1L28 Obtención de los momentos en el caso de cable Fig. 12 .29 Los cables rectos centrados en los extremos
el momento negativo en el centro del vano con10 el mo.n1ento positivo en el apo.yo~ y con~ parabólico anclado excéntricamente en ambos ex- de la viga no producen momentos ni esfuer·
tremos. Se han representado solamente los mo- zas cortantes de pre tensado, aunque sí reac·
mentos adicionales provocados por las excentri- ciones de apoyo,
1 e sobre Ja directriz; V siempre negativa. cidades.

398
11.435 El caso particular de vigas continuas de dos tramos con cables rectos dentro ficiente con que den1os aquí el resultado, que en 1nuchós casos p·uede facilitar un pri-
de cada tramo mer cálculo previo.

En alguna ocasión l1an sido utilizado.s cahles rectos, con un un1co quiebro sobre el apoyo El n101nento l1iperestático sobre el apoyo es:
central. Veremos aquí que tal tipo de pretensado no resulta conveniente.

Suponga111os prin1era111ente el cable anclado en los extre1nos sin excentricidad (eA ::::::: l,(f¡ +e) + li (tz + :- · e)
= ec =O). Podemos ver entonces que el triángulo de momentos M'', es anulado por el M'Bv == M cv == -
1
V•
3
triángulo de M' v' sin1étrico del anterior, por lo que Mv == O, lo cual se deduce ta1I1bién P, +2. l2
de la ecuación 11.(20) si se sustituye f =O (fig. 11.29) .

.Las reacciones hiperestáticas se obtienen ten·iendo en cuenta que M' Bv == --V · es~ en la
for1na:

-V· es ' _ 2V ·en -V· es


A'v= · l B V - l C'v == l

De la inclinación del cable se deduce fácilmente que estas fuerzas sou iguales y opues-
tas en A y C a la componente vertical de la fuerza de pretensa do, y en B, a la fuerza
de desviación y, por tanto, Qv ==O. Aunque el esfuerzo cortante sea nulo, A 1 n B'v y C'v 11.437 Casos generales
actúan, sin embargo, como reacciones de apoyo efectivas.
~ Se podrían estudiar de una forma general otros casos más; algún día habrá fórmulas
Una viga tal está, pues, pretensada centradamente a pesar del trazado excéntrico del para ello. en los J11anuales téc·nicos.
1 cable.
El método de los 0rríros de las tangentes extremas es adecuado todavía en el caso de cua-
Según esto, cuando el cable está anclado e1xcéntrican1ente nos quedan sólo los ,mo·mentos tro 0 cinco vanos. Para un nr'tn1ero n1ayor de vanos se puede, o bien desl?reciar la Ínw
de pretensado deducidos de la figura 11.27f (fig. 11.30), lo cual significa que con los fluencia de los tra:t:nos restantes, o lttilizar un niétodo de compensaciÓ·n de n1omentos
cables rectos dentro de cada tramo no se obtienen m.omentos de pre.tensado que contram
(ver apartado 11.449).
rresten eficazmente a los M g o M v· 1

*-rf~~-,~·---· -·· ·---· . i~


-··-··¡·-··-··-·· B -··-
ft~I estudio con cables que se aparten de la for111a parabólica no presenta ninguna difi-
cultad. En el caso de c11rvas no e.xp-resables n1atcn1ática111ente, o de cables poligonales,
se divide el á1·ea de n101nentos en fajas, y se obtienen gráfican1ente, por n1edio, de polí-
gonos funiculares, los giros de las ta'ngentes extremas.
A 8 7
1 1
Co 111 pensa utilizar el n1étodo de las ft1erzas de desvia~ión e~ .los casos anorn1ales, sólo
a cuando existen líneas de influencia de la estructura h1pe:rcstat1ca, o l1ay que construirlas
de todas forn1as por alg11na otra razón.
!y.~
• l
Se puede decir con carácter general, que la excentricidad de un cable sobre un
f~1, --+--· Is -·---+-"(rl1 - apoyo intern1edio de una viga contin11a, o en el extremo perfectan1ente empotrado
e8 .. ec .. e de una viga, no influye sohre los Mv y Qv, y repercute solamente sobre los valores
h
de M' v y Q'v, y por tanto sobre las reacciones de apoyo.
Fig. 11.30 Los cables rectos anclados excéntricamente dan lugar Fig. 11.31 La viga continua simétrica de tres
sólo a los momentos derivados de dicha excentri- tramos.
cidad. Los A1v y Qv resultantes vienen detern1inados solamente .ror la pos1c1on y magni"
tud de las fuerzas de desviación, y por las excentricidades de los cables en los
extren1os con libertad de giros o scmien1potrados, p·ero no por la inclinación inicial
11.436 La viga simétrica ele tres tramos con cable parabólico del cable respecto a la directriz en un extremo libre o junto a un apoyo intermedio.

Siguiendo el camino recorrido en el apartado 11.433, se pueden deducir también los mo- Esto es válido no só]o para cah'les parabólicos, si110 para cualquier otra curva. o polí-
mentos M, de la viga simétrica de tres tramos con cable parabólico (fig. 11.31). Es su- go·no q11e forme el cable.

l En la revista "Travaux" informaba Y. GuYON, en 1953 [188], sobre diversos ensayos en vigas de dos No es válido lo dicho, sin e1nba:rgo, aplicado a vigas isostáticas, pues Ja compensaciún
tramos, pretensadas con cables rectos o casi rectos dentro de cada tramo. De tales ensayos no se pue·.
den extraer, naturalmente, conclusiones sobre las ventajas o desventajas del pretensado de vigas co'n- interna se logra só]o a través de las coacciones provocadas en los apoyos por el hiper~
tinuas. estatismo externo de la pieza, y por tan.to a través de los M-' v y Q'v·

400 26 401
11.438 Influencia del. momento de inercia variable En el caso de cartelas rectas o parabólicas se pueden to¡nar los giros de las tablas cons-
truidas por eje111p1o por DISCI-IJNGER (ver "Taschenbuch für Bauingenieure", Massivhau
Como es sabido, los momentos de inercia ejercen una influencia considerable en la dis· Cap. IIr, edición 1949), GuLDAN (ver "Rahmen!~ª?werken und J?ureblauftrager", _Sprin-
trihución de momentos en las estructuras hiperestáticas, y en el caso del pretensado esta ger-Verlag, 6.ª edición, Viena, 1959) y otros. lH1hzaremos las primeras para estudiar los
influencia puede llegar a ser aún mayor. casos de carga siguientes (fig. 11.33).

Al hallar Mºv = V · Yz hay que tomar para Yz la distancia del eje del cable a la directriz Puesto que el eje del cable referido a la directriz ideal. recta, es una parábola ~e fle-
real, curvada, quebrada o discontinua. Es conveniente referir el cable a la directriz, in1a~ cha ¡, el pretensado da lugar aproximadamente en el sistema base a la carga umforme
ginando ésta como si fuese recta. Si el cable es en la realidad una parábola continua, el
cable referido a la directriz ideal presentará quiebros coincidiendo con los quiebros de negativa u = SV · f . Además actúa en B el momento exterior de magnitud V · en.
la directriz real. Es más conveniente realizar el quiebro correspondiente en el trazado l2
real del cable, para que se contrarresten en dicho punto las fuerzas de desviación del
cable y las fuerzas de desviación de las resultantes de las compresiones del hormigón.
Por tanto, es conveniente qne sea continuo el trazado del cable referido a la directriz
ideal recta (trazado ideal del cable).

Vamos a poner esto en claro por medio de .un ejemplo:

Supongamos una viga continua con cartelas rectas (fig. 11.32) pretensada con un cable
cuya acción equivalga a la de uno parabólico. Por tanto, el eje del cable referido a la

----·! "'' ~·
gíro.s de !as tangentes extrema~ giros de las tangente extremas
debidos a una cargas 1!
deh1dos a un momento unit::i.rrn
M¡¡ = 1 aplicado en el extremo unif. repartida
a
Fig. 11.33 Notación para designar los giros de las tangentes extremas,
tomada del «Taschenbuch fú.r Bauingenieure)).

··-...... _..
eje ideal del cable referido a la directriz dibujada recta
··--~---··
Por la simetría de la pieza, el giro total T de la tangente en B debe ser nulo; luego la
condición que nos proporciona el momento hiperestático M'Bv es sencillamente:

+ es · V · el' + M' Bv · a" + u • cp" = Tnli = O.


Fig. 11.32 Viga continua de dos tramos acartelada en el apoyo central.
Coincidiendo con el comienzo de la cartela, hay que disponer De aquí se deduce:
un quiebro en el cable, si se quiere conseguir el efecto de un
U m"--eB·V·a"
trazado parabólico. M' Bv -- -----~"'~--c-----
a"

directriz ideal recta (fig. ll.32b) es una parábola de flecha /, y el cable real presenta
o bien:
al comienzo de la cartela un quiebro, que corresponde al quiebro de la directriz (fign·
ra ll.32a). I ~-U•q:l'
M Bv- 11 en· V.
a
La flec!ia de la parábola en l/2 es
2
f =1en1
- - + em,
y supera en el valor 2 a la corres-
.de
Los valores cp" y a" obtenidos con las tablas de D1scH1NGER para !. = 0,3 Y n = 0,2, son:
pondiente a la viga de canto constante, ya que la cartela hace que la directriz se des-
place hacia ahajo sobre el apoyo la distancia .de. u . l3 sv. f. l
. 0,0351
u . <p" == . 0,0351 """ E. J,
E. J,
.Para los cálculos posteriores supongamos que la longitud de la cartela es A. • l = 0,3l,
y la relación de mon1entos de inercia: l
a" --- - - - . 0,2066 .
- E. J,
_ .fFdd _
n- .fB -
02
' (ds = VS · d = I,7ld) . Con ello se obtiene el momento hiperestático:

Los giros de las tangentes extren1as nccesaríos para hallar la hiperestática M'Bv, pueden 0,0351
ser obtenidos nuevamente como reacciones de apoyo del sistema base isostático (formado M'Bv = -8V · f · Oz06¡;-es .v
'
Mº M'
cortando en B), cargado según la ley 7¡;-:-7 o bien E-:]. M'Bv = - V (1,36/ + eB) .

403
402
El momento total sobre el apoyo será por tanto: I~os giros Je las tangentes a la elástica en los extremos .d.eben ser nulos. De ello se deriD
va la ecuación que nos da M',, tomando como siempre Vi.;~ V (fig. 1I.34c):
MBv = Mºsv + M'sv = + V · en-· V (l,36/ +es)
2
1 Msv = - l,36V · f E .J . TA= E . J . rn=- ·
3
f ·V· -2l + e · V · -2l + M' v · -2l = 0

Si J fuese constante sería MBv= V · f', con una menor f' = f- ¿je/2. De aquí se deduce que
el incremento del momento de pretensado sobre el apoyo intermedio, a que da lugar la 11.(26)
cartela, es superior proporcionalme11te al incrc111ento del mon1ento debido a las cargas,
ya que el inomento V · en aparece aquí co11 la en incren1e·ntada, puesto que influye no
sólo el efecto de la cartela, sino el de la f incrementada. Por tanto, el n1omento en la viga en la sección de em11otramiento * es:

== O.,ld,
La relación para el pretensa do, con un recubri1niento de horn1igón ii es:
M Av = -MBv == M oAv + M" - e •V-
V - (·~-3 • f 1' e) V ·--
--- - --~--
3 •f •V 11.(27)

Msv_con~cartel¡¡_ == l, 76 .
MBv sin cartela ·

La relación para la carga g es: a

Por ello, en una viga acartelada se obtienen en gen.eral con el pretensado,, en el caso de
aprovechamiento completo de la flecha posible, momentos positivos demasiado grandeB y #.!u
mon1entos negativos den1asiad.o pequeños en con1paración con los correspondientes mo~
mcntos debidos a ·(g +p).
e
De ello se deduce que en las vigas pretensadas Ias cartelas no tienen un efecto tan favo·
hle con10 en las vigas de horn1ig<)n annado ordinario, sobre to<lo si la sección de cables
es constante.
d
#u •lfg•ff,;
actúa en ia viga
entre los empotramientos

11.44 La viga empotrada, como base de los métodos de compensación de momentos Fig. 11.34 La viga empotrada en ambos extremos, con cable de trazado pa·
rabólico.

J_,a viga e111potrada es estudiada principaln1ente con10 base de los n1étodos de compensaM
ción de: rr1on1entos. Suponen1os un extrerno rígidamente en1potrado e indesp-Iazvble, y el El Mº es producido por el cable en el extremo de la viga; el empotramiento debe resis-
otro igualmente sin posibilidad de giros, pero con movilidad longitudinal. La movilidad tir pnes el M'; Mv es la suma de ambos.
longitudinal debe estar garantizada en las estructuras pretensadas, para pern1itir el acor-
tamiento del hormigón debido a Vu. El momento en l/2 será (ver fig. ll.34d):

11.441 Viga biempotrada, cable parabólico con la misma excentricidad en las secciones
extremas
Mo,sl, v= + (f +e) V - ( +· f +e) V=+ ·~- · f · V I' 11.(28)

Por tanto los momentos Mv de la viga empotrada pretcnsada con cahle parabólico son
Estudiaremos primeramente el caso de un cable de trazado parabólico según la figu. independi~ntes de la excentricidad del cahle en los extremos, siendo función sólo de la
ra 11.34, q11e se aplica en amhos extremos con la excentricidad e. I.,os Mºv resultan de flecha f de la parábola.
la composición de un rectángulo y una snperficie limitada por una parábola (fig. ll.34b).
1 e sobre la directriz; V siempre negativa.
Suponga111,os con10 siste111a base isostático la viga sin1plen1ente apoyada en. sus e,xtren1os, * Es imprescindible que el lector comprenda perfectamente la difer~ncia exis~~nte entre .el mo1nento (en
y con10 11iperestáticas los n1on1entos de c1npotran1iento M'Av y M·'Bv, en este caso iguales; la viga) en la sección de e1npotra1niento y el 1noniento de e1npotrannento. (acc1on de Ja vi.ga 60hre el em·
y que designaren1os por M 1v potramiento o reacción de éste sobre aquélla). ,.Ambos n1omentos son iguales en magnitud en el caso
de la acción de las cargas exteriores, pero no asi en el caso del prete-nsado. (N. del T.J

404
405
A efectos de la distribución de momentos es indiferente pues que el cable esté situa- ll.442 Viga biempotrada, cable parabólico con diferente excentricidad en las secciones
do alto o bajo sobre los apoyos. Los ca~os de las figuras ll.35a, b, e, dan lugar 'al extremas
1 mismo diagrama de Mv.
La desigualdad de las excentricidades del cable en los extremos da lugar a una ley de
rnon1entos Mºv disimétrica, según figura 11.36. Para deten11inar los giros de las tangen-
tes extremas se descomponen los diagramas de Mº y M" en parábolas y triángulos.
a
El giro de la tangente en A es:
los 3 casos dan
los mismos Nv,
fYf l 2 l 1 l 2 l 2
-·-+eB ·V·
2 3 2
-······+f.
3
V·- 3
2 + M'Av . 2. 3 j-
b + lVf
J
1
pero diferentes momentos
+ M'B .-2- . 2=o
3
~e empotramiento V

e Mv.~:.--· . -;Á,.o H'- -v(jf•ej O= + V (2 · eA + eB) + 2/ • V+ 2M"Av + M"Bv.


~¡..-----··---·~·_J==f=·--·-·---~-;;I: Igual1nentc se tiene para el giro en B:
Fig. 11.35 Independientemente de la altura a que está colocado el cable, se obtienen
siempre l?s mismos 111v, si bien varían los momentos hiperestáticos de
E. J. TE=o:
empotranuento M 1v' O=+ V (2eB + eA) + 2/ · V+ 2M'nv + M'Av.
Los ·'í:uomentos hiperestáticos de empotramiento M",, obtenidos según la ecnac10n 11.(26), De a1nbas ecuaciones se deduce:
son en ca1nbio función de e, lo cual es ohvio, ya que tienen q11e con1pensar los giros
que porducirían los diferentes Mº. 0
M Av = - V ( ~ · f + eA)
M' v se anula si se adopta una excentricidad:
M' Bv = - V ( +· + f eB)
11.(29)

Segú:n esto, los r11on1entos de pretensa do en las secciones de en1potran1iento serán:


Se croa en -este caso 11n ¡Jretensado concordante, ya que entonces los giros r de las tan-
gentes extremas en el sisten1a hase son nulos, no siendo pues necesario. el M' v para que
se satisfagan las condiciones del e111potran1iento.
MAv =: M'Av + M'Av = + eA • V- V ( ~ . f + eA) = -- +. V .f
11.(30)
Los 111on1e'ntos M·' v son de gran importancia en los métodos de compe·nsación de momen- Mnv = MºBv + M"nv =+en V - V(+ · f +en)= - ~ · V· f
tos que trataremos en el apartado 11.449.

Al mismo resultado se puede llegar de nnevo, más rápidamente, considerando las fuer- y· aden1ás será:
zas de desviación del cable como caso de carga: 1
8V · f Mo.5/,v = + 3
V· f 11.(31)
El cable parabólico con la fnerza de pretensado V da lugar a u = -· l' (V negativa,

f positiva). Es decir, los momentos de pre-tensado en una viga empotrada son también indepen-
dientes de la desigualdad de las excentricidades del cable en los extremos, y son
Co1no· e,s sabido, el momento en la sección de en1potramicnlo de la viga uniforn1emente 1 función solamente de la flecha f de la parábola (fig. 11.36).
cargada, es:
Se podía haber llegado directamente a esta misma conclusión considerando las fuerzas
u. l' 8V · f · l' 2 de desviación del cahle.
MAv = MBv = - ·12 = - 2 ---·f·V
3
121

y el momento en el centro del vano: 11.443 Viga empotrada en ambos extremos, cable recto

u . l2 l Si el cahle es recto, entonces f =O, y de las ecuaciones 11.(28) y 11.(31) se deduce lo


Mos1
• 'V ' 3 · f ·V.
= -24- = -l--- siguiente:

Pode111os deterrninar entonces los M'v ==- Mv -Mºv· 1 e sobre la directriz; V siempre negativa.

406 ~07
En las vigas empotradas, los cables rectos no producen momento de prcteusado .al-
guno, indepe·ndiente1nente de su posición. e inclinación, sino solan1entc n10.n1en.tos hiª
l-(l --¡-- íZ --j v.e.;2 +
2
3
1
• M'Av+- - · M'nv=O
3
perestáticos de empotramiento M'v (fig. 11.37). Tales vigas están, pues, pretensadas v- ··-··----2_t~
centradamente, y no sufren ningnna deformación por flexión (el pretensado no hace -·-T-- --¡.:.
variar la forma de la viga, pero no es concordante) .
E ·J · TB = V ·e ·
A B l

-~
1

ft:··--=·-·=·--...:.JE-.._;..-· + M'Av · ~- · ~ + M'Bv · -~- · -} = 0,


11111111IKI1111111--:I~
1 1 "'

A 8
L. l-1/Z{l -
1
11:az 1-- V . e (2 . ¿: - ¿:2 ) +_l.:_. M' Av +-2-.. M' Bv =
3 3
o.
I De aquí se deduce:
~MBv M'Av = - V · e (3¿:2 - 2(')
1 11.(32)
M'Bv=-V · e(4('-3e)
1
..,- , 1 11 ! G]iJ±JJlllD='"' ~ M11
Que sumados a los Mº dan:

Fig. 11.38 La viga biempotrada, con cable recto an- M,1,, = - V . e (3e - 2-7)
clado en un punto intermedio, 11.(33)
Msv=-V · e(4~-3e-IJ

En el punto a ~l tiene lugar el salto brusco de los momentos representado en la fign·


ra 11.38.
Fig. 11.36 El estudio de la viga biempotrada, en la que las Fig. 11.37 En la viga biernpotrada, un cable recto no
excentricidades del ca:nle en los extremos son di- engendl'a nunca mo1nentos de pretensa-
ferentes, conduce a los mismos momentos de pre- do (M,, = 0), independientemente de su
tensado M,, de las figuras 11.34 y 11.35. posición. El pretensado no deforn1a, pues,
11.446 Viga empotrada en un solo extremo, cable parabólico con una excentricidad
transversalmente la viga. Sin embargo, cualquiera en la sección de em.potramie:nto
los momentos de ernpotramient.o M 1v son
diferentes en cada caso. De la condición '"=O se deduce el momento hipcrcstático M'Bv (fig. ll.:l9):

11.(34)
11.444 Viga empotrada en ambos extremos, cable de trazado cualquiera

Según las consideraciones hecl1as, cuando el cahlc sigue una curva cualquiera tarnpoco Por tanto, el 11101nenlo en la secció·n d.e e1npotran1iento B de la viga será:
tiene in1portancia ¡)ara l(}s Mv la posición del. cahle en los extre111os, sino que depen~
den sólo de las fuerzas de desviación. Por medio de éstas se obtiene de la forma más
rápida Ios M,, aplicando las líneas de influencia de la viga empotrada, que se encuen- 11.(35)
tran en cualquier manuaL
En la sección central se obtiene:
De la posición del cable se deducen los M"v = V · y,, determinándose por tanto fácilmen·
te los M' v = Mv - M" ,,. Además, hasta conocer los Jl!/" v en los empotramientos, para po-
der dibujar la posición exacta de la línea de cierre del diagrama de los M"v. Mo.sz.v=+V(~ ·f+-1-·eA)·

El vafor del momento en el centro del tramo es, pues, precisamente, la mitad del mo·
11.44,5 Cable recto anclado en un punto intermedio
n1ento en la sección de e11-ipotramiento, pero de signo contrario. La exce:ntricidad es del
cable en el empotramiento, no tiene de nuevo ninguna influencia so·bre los n101nentos de
Sucede a veces que parte de los cables son anclados en un punto intermedio de un vano. la viga, sino solan1ente sobre el i11omento hiperestático de emp-otramien.to M'nv·
Por ello estudiaremos el caso de la figura 11.38:

El giro de la tangente a la elástica en A será:


Si eA = O, tenemos: Mn,=-V · f y Mo,sz,v=++ ·V· f I' 11.(36)

l;l . ~l l l 11.(37)
E · J · TA= V · e ·
2l
+ M'Av 2 2 l e sobre la directriz; V siempre negativa.

408 409
Para f = O se anulan de nuevo todos los momentos de la viga, quedando sólo el momen- 11.4148 (~uadro sinóptico de momentos en la sección de en1polramie11to -Mv~ y momentos
to hiperestático de ernpotramiento M Bv ==- - V · en.
1
de e1npotramiento-M'v-, en vigas empotradas en uno o an1bos extremos

En el extremo A de la viga actúan (fig. 11.4-1) :


11.447 Viga empotrada en un solo extremo, cable poligonal con una excentricidad
cualquiera en la sección de empotramiento ~Av == MºAv + M'Av
MºA, =V· e
Como com.paración con la parábola, estudiaremos los momentos en una viga empotrada M Av == n10111ento de en1potramiento, que hace que se cun1plan las condiciones de co·n~
1

en u11 extren10, para el caso sencillo d·e un polígono con un sólo vértice en un punto tinuidad de la viga pretensada.
cualquiera x = ~ · l (fig. 11.40).

f= (positiva)

V negativa
por ser compres1on

~J
Fig. 11.42 Aplicación de la tabla 11.I:
Fig. 11.41 Momentos y signos en el extremo

-·-
Arriba: superposición de los casos 3, 8 y 9.
de la viga empotrado rígidamente. Abajo: superposición de los casos 4 y 6.
B
A~x,\ +-- l -11-sJ l .~--1 Al aplicar las fórn1ulas h_ay que tene.I' en cuenta los siguientes sigr1os:
1 V, con.10 fuerza de con1prcsÍÓ·n actuando sobre el horr11igón, es sien1pre negativa.
1 Las excentricidades son positivas por debajo de la directriz.
Las flechas de las parábolas o polígonos son po-
sitivas cuando la fuerza de desviación se dirige
hacia arriba.
Fig. 11.39 La viga empotrada en un solo extremo, Fig. 11.40 La viga empotrada en un solo extremo, La tabla 11.I contiene bajo los números 1 a 10,
con cable parabólico. con cable poligonal de un solo quiebro.
los casos sencillos. Por sup·erposició'n se obtienen
los momentos para los trazados corrientes en la
Por n1edio de los giros de las tangentes extremas obtenemos: práctica. Ver, por ejemplo, figura 11.42.

En los números 11 a 13 de dicha tabla se dan las


Pig. 11.43 Notación para los casos 11, 12 y 13
11.(38) fórmulas para los trazados más corrientes de de la tabla 11.I, para cables compues·
los cables, a hase de parábolas. Para aplicar las tos de dos parábolas.
fórn1ulas es necesario conocer la posición de los
El momento de la viga eu B será por tanto: puntos de inflexión y los vértices de las parábolas. Las siguientes relac!ones deducidas de
las propiedades de la parábola facilitarán el cálculo de los correspondientes valores (figu-
MBv=-V 11.(39) ra 11.43).
El punto de inflexión W está en la línea que une los vértices H y T. Por tanto, tendremos:
y en la sección x:
W por encima de la directriz: /3 = 1_ Ltl (1 _ ,i) 2
11.(40) 1e,1
Si sustituimos x = l/2, es decir, si suponemos el vértice del polígono en l/2, será en- W por debajo de la directriz: /3 = LLI_,. ,¡2
1 e,!
tonces:
3 ¡, = 1 f 1 (1- /3)
MBv = - 4 · V •f· /2 = 1f1 . /3
1 e sobre la directriz; V siempre negativa. x=a·f3.

410 411
.
Tabla H.I Momentos hiperestático y total en la sección de empotramicntO, para diferentes trazados del cable, .en vigas de rigidez E J constante

MÁv ~A B MAv ~A B
M~v ~A B~ Máv c. ' M~v ~A B~ Máv c. '
N.• Trazado del cable MAv A B ~ Msv
N.º Trazado del cable MAv A B ~ Mev
MAv 'MBv ti MAv .; Ha.u ti
'Mev
'MBv

M~v =-e· V MA,, = - ~e· V M'.1v =} MÁ =} - _]_fil +111, V


'~~
-f,f!, V
_,___ ___ ,,_._, _1 MAv = - ·-~·-·e. 11· MAv MA: 2
-~ ;;:¡:
::.-=
MAv = Ü
l ~ 8 _.L
! M'Bv --e· V Msv
'
= -2e· V
3
',..¡¡,¡, Mnv =} -fll--íil, V
M8,, ~} 1
fl2-¡l)·V
l - - l ------1
-
2
l MBv = Mnv =
Mnv =0 Msv=--·zc·V

¡ MÁ, =} (3 if' _, 2 s), V MÁv =} 3-e.Bt2 .v --j1/Zfl e- MÁ, =} - -l Jl3 s' - 2 si, MÁv =} 3 , i:.2 , V
- en 2 , 2 v -- -f',
2
- - · - - - ..-
IT
.'!' MAv =

Msv ,,, - eB (4 if - 3 ~ 2 ), V
M;, V

MÍ:¡11
=

= -
3
eB (2 ii - s
2) , V
9 -·-·-·-v -, '-
..l
MAv =

Mí,,,=} - -1-fl4s-3s'),
MAv=

Mn,~}
4

-15,z ,..... 2
1- H _,., V - ~Jr2s-s21, v
i - - - l ----; MBv = - eB (4 if-3 s' --1), V Mnv= -~en(2'-''-~),v
2 ' , :;
--- l ·~---j MB11- Mnv ~""'

¡
J.
¿;>
M~v =

=0
-eA ·V MAv --·- - -2l 12eA+eB), V
1
-'(Jfl-
MÁv
MAv -
=} -f,s[s11+m-1J,v MÁ, =} -
MAv=
~ f $' ll + ¡1) , V
.;} ... -------· MAv MAv = -- ¿-en· V -J
3 T T JO --~

Msv ~}
Mflv =-en· V ..l.
M8v = - } le A+ 2 en) ,V Mnv =} -f,s[2- sll+µ¡j, V - 21 Js [3-sll+illl,v
' •
~---l---
1
1-- ~ l ----,
Mnv= Mnv ,-=
Mnv =0 Mav = - 2CA ·V --- l -------...j

¡
¡ MÁ,,
MAv
=}= -[e,12if'-if)+en(ii'-if!,,V
, I MA " ·~} - ---
l 12 e +en) ii',
1 V ¡ MÁv ~ - + (2f + 3 eA), V
1
MÁv= - y 12f + 2 eA+ eB) , V
<!';' ¿;> MAt1 °"""'
l
2 '
~L
~·r ~:-~-{ / ¿;>
MAv
2
3-f, V
l
MAv ~ - -,¡- 12f+eB), V
'
-~--f-··-···- = -
4
--1 ¡¡,¡ ~
T Msv =[2e,lif'-iil+•n!S'-2ii)],v JVJ8 11 = - 2[•113h2if')
l
-Hn 13 s-1i2 )], V

1-- l/i- MÉv =
1
- T 12f + 3 en), V
1

MÍi, = -- + l2f +eA+ 2 •n) ,V


¡..---- l _ ___, Mn,, =[2e,lf-iil
+en(s'-2s+l)],v
Mnv = - z[ e,(3 ii -- 2 s'I f.o"-----· l ------------l
Mnv~-3-f'V
2
Mnv = -
1
2 l2f +CA). V
-1-enl3if-f-2)]Y

M;.~)
' l [2J(l --r.) + 3 e], V ;-[2fl1-x) + 3e],v

5 -"'--rt.Y-
parábola
M;.
MA,, = "l 2 M~v °'"'"
-f, V
,¡ -Puntos d e - .
T :--.,, / inflexión. 1(S'_ ""'
'- ~! . _,ecáboTal ' ... f
.l MAv
MA1,= -
= - - -
3
2
3·f(l-x),V
MÁv= -

MAv = -
1 ' 1
2 t2f(l - x) + e1, V

l
MÍ,,=

Mnv =
-3f,V MBv =

Mnv =
121 .L
-)(.¿--
i---l-
. ../
>:Jtll----
MÉv = -
¡- r
3 L2fll - x) +3 e], V
2
MÍ,,,= - + [2fll - r.) + 3 e]· V
Mn,, = - 3fll-x), V MBv = -+[2J(l -x)+ e]· V

parábol~ MÁ V =} 2-fl3(;'-2if)· MÁv =} ii', A


-
3
V -f, V ¡ ti B~M'
, Bv
-·-· . -·- MAv = MAv= lPuntos de./
~ inflexión ~
6

~z
-1 ~ ,z - M8 V =}
Mnv =
-
2
-fl4
3
5-- 3 ii'I. V M8v
Mnv-
=} - f, 12 ii -- ii'I , V
¡31 ·!:\~I ---.:.:--'!
"
7 -1
..,,_.
MÉv= -+ {!'[5-<><(2-x)-r.14-x)] + en[s+, 12-,¡I}, V

~--o:l~-: Mnv = €B' V+ .llf~v

7 -~ -:[,
_;_
M;.~
11I:v =
l 1
- --f, V
2
M;.~l
MAv =
__3_¡,v
4
13a
l ------

Aproximación para
o < " < 0,15
M8,
-·Mnv =
= - +[f'
eB · V+ M~v
f' = eu - en;

11 -1,92 x) + { en+
(eu = tnáx.é)

¡lf'-:<.], V
MBv = MÉv=
L----f-~ Mnv = Msv =
. 1 Según [510 l 1 e negativa por encima de la directriz, V siempre negativa 1

412 413
-----

U.449 Indicaciones para la aplicaci<ín cle los métodos cle compensación de momentos, Los signos de los momentos que actúan sobre los nudos o sobre las barras, se deducen de
ele CRoss, KAN! (y otros), en el cálculo de estructuras pretensaclas con un elevado la figura 11.46.
grado de hiperestatismo
[,a expresión anterior de M' 2v corres.ponde a la ..I:Mv en. el nudo· 2 según la ecuación
Para el cálculo de estructuras co·n un elevado grado de hiperestatisn10 se l1a generalizado 11.(30), pnes e2 es igual para ambas paráholas, y por tanto, L'Mºv =O.
el empleo ele métodos por aproximaciones sucesivas (iterativos), como los de CRoss,
DEHNEDDE o KAN! [559], [151] y [280] y otros, y sn aplicación se ve facilitada por nume- Luego en el caso de cables continuos sobre los apoyos (que es el caso normal, pnes son
rosas tablas auxiliares. Dichos ·n1étodos pueden ser utilizados también en el est11dio de raros los anclajes de cables sobre los snportes intermedios), se pueden tomar directa·
estructuras pretensadas. mente los Mv para obtener los momentos desequilihrados en los nudos.
Como es sabido, se supo·nen primerame'nte todos los nudos rígidos, es decir, sin .Posibilidad Sin embargo, si la e 21 , de la parábola en el vano 1, no fuese igual a la e,,, del cable en
de girar, y se calculan los i110111entos d.e e1npotra111iento perfecto de cada una de las ba- el vano 2, no se elin1inaría e. 1
rras, debidos a las cargas exteriores. I . . a suma de los n1omentos de las barras q11e coinci-
den en un nudo da el "momento desequilibrado del nudo". Este caso se presenta en los pórticos p·reteinsados, pues en los nudos B y C (fig. 11.4 7)
pueden ser diferentes no sólo las excentricidades, sino también las magnitudes de la
Si se suelta al1ora un n.u.do, el momento fuerza de pretensado según ambas direc-
desequilihrado se reparte entre todas las ciones (dintel-soporte) . + +
harras proporcionalmente a sus rigideces.
A los nudos adyacentes llegan unos mo- Los momentos debidos al pretensado que
mentos que se obtienen por medio de los actúan sohre el nudo B, supuesto fijo, se-
coeficientes de transn1isión. rán éntonces:
Utilicemos como aclaración el caso de la
figura 11.44, en la que se han supuesto sólo
cargas exteriores sencillas. El momento
M'Bv=-Vst. esu+ vR(+. f+es,_). Fig. 11.46 Signos de los momentos en las barras y en
el nudo.

Fig. 11.44 Momentos de empotramiento perfecto, a uti·


lizar en el método de compensación de mo· desequilibrado del nudo 2 es: Al mismo resultado se llega si se <:onsidera por separado el nudo B (fig. 11.48). Sobre el
mentos. - p.¡ pl' nudo actúan como fuerzas exteriores las dos fuerzas de pretensado VR (dintel) y Vs, (so-
M,=--3~· 12 porte). Como esfuerzos ejercidos sohre el nudo por el soporte tenemos:
f, f, r,
Y en el nudo 3:
- p. l' y por el dintel:
2 z, J z, M3=-12·
El convenio de signos se establece de forma Según lo visto anteriormente, el momento del soporte rígidamente empotrado en B, es
que un 1nomento es posítivo cuando hace en el caso de cahle meto Mst = O. Por el contrario, el momento del dintel rígidamente
girar nl nudo en el sentido de las agujas empotrado en B y C es:
del reloj.
momentos de empotramiento perfecto en las barras
Respecto a los mo,me1itos de preterisad'o,
·' ! e Mu ""11;+M; =f1~
tenemos que tener en cuenta solamente que
_ ~ ·- porque.4/1~-0
v~p=~v los empotran1ientos, es decir, los nudos, es~
tán solicitados nada más que por los mo-
M-,_,0 =O; MJ"' -Z/J V(f¡-FzJ =momento desequilibrado mentos hiperestáticos de empotramiento
M'1,, co1no ya p11simos en claro en el apar~
Pig. 11.45 La viga continua de tres tramos con cables tado 11.441. Esto equivale a suponer qne V,
parabólicos, y los correspondientes momentos
desequilibrados en los nudos.
y por tanto también ll1°v, actúa só]o sobre
la barra, no sohre el nudo que la fija.
Para la viga continua de tres tramos de la figura 11.4.5, con cable parabólico continuo y
extremos empotrados, deducimos los mom<•ntos de empotramiento de la ecuación 11.(29).
Los momentos desequilibrados que tendremos que compensar serán: A o
Fig. 11.47 Pórtico pretensado, con los cables
por ejemplo en el nudo 2: del dintel y del soporte cruzándo- Fig. 11.48 La esquina del pórtico.

~ + e,)
se en la esquina.
M',v = + (M'2li, v + M'2n. ,) = - V ( : · f1 +e,) + V ( · /,
1 Los subíndices li y re son abreviaturas de "links" (a la izquierda) y "rechts" (a la derecha). Aquí no
- 2 se refieren al vano, sino al nudo:- e2u =excentricidad del cable a la izquierda del nudo 2, etc ... (Nota
M'2v=-3 · V(/1-/,) · de~ traductor.)

414 415
Puesto qu.e la su111a de todos los n1on1entos que actlÍan sohre el nudo B debe ser nula, U.52 Tensiones tangenciales rxy
se obtiene, teniendo en cuenta el sentido de los giros ( +
= sentido de las agnjas' del
reloj) : -I,as tensiones tangenciales no son tensiones reales, sino con1ponentcs ideales de las ten·
siones principales, o sea, valores anxiliares de cálculo. Se las puede interpretar t~!ll·
hién como indicadores de dirección, pues indican que las tensiones principales se. e~·
vían 'de las direcciones de los ejes coordenados elegidos x e y, es decir~ que son. oblicua.,.
o bien: Las tensiones tangenciales T son necesarias para oh tener las tensio·nes principales en r

111agnitud y dirección. Dependen. de la forn1a de la sección, y de la variación de esta.

De donde se deduce el momento hipercstático desequilihrado en el nudo:

La compensa.c1on de los n101nentos l1iperestáticos d.e empotramiento perfectG conduce fi~


na]n1ente en cada barra a u.n diagrama de morn.entos hiperestáticos M' v, que habrá que Si el canto de la pieza es constante, se
superponer al correspondiente diagrama de n1orn.entos en la barra simplemente apoyada Fig. 11.49 Las tensiones longitudinales ºt
puede calcular la tensión tangencial por el
(sistema base isostático) . procedimiento ya conocido, partiendo úni-
can1ente clel esfuerzo cortante, siempre que
se pueda considerar N = constante. El
efecto favorable de la inclinación del ca-
n.5 Obtención de las tensiones ble es tenido en cuenta al hallar Q. En la
fibra l - l (fig. 11.51) se tiene:
Una vez conocidos los esfuerzos, de'ben1os comprobar el dimensiona1niento- calculando las
tensiones, sun1ándolas en su_ n1ás desfavorable co1nbinación y comparándolas. con las ten- Q. s, 11.(43)
sio-nes ad111isihles, y, dado el caso, habrá que realizar de nuevo el din1ensionan1ie.nto·, Para T = j. b1 'd positivos.
Fig. 11.50 Esfuerzos y tensiones, y sus sentl os
ello tendre1nos en cttenta las tensiones n.ormales longitudinales ax, tensiones o sus con1po~ siendo:
nentes en la dirección del eje longituPinal o eje x, las tensiones norn1ales transversales 1 r,
ay y Oz, y las tensiones tangencia]<-~ Txy' y ded11cire1nos de ellas, si es necesario, las tensio- Q ::::::: esfuerzo cortante en Ia sección con~ ~=;:¡
nes .Principales. siderada; .. J 8 1,_L,,;;
S,·F, 'Yst
S1 = momento estático de la superficie F 1
(la parte de la sección situada por de-
11.51 Tensiones normales longitudinales ax bajo de la línea l - 1) respecto al
. de canto
Las tensiones longitudinales ax son calculadas con10 tensiones en las fibras extremas de~ eje que pasa por el centro de grave· Fig. 11.51 Tensiones tangenciales tn en vigas
bidas al esfuerzo normal y al momento flector (fig. 11.49) : dad, es decir: constante.

Y,,

S =fb,
1 y· dy=F1 · y, 1 •
En el pretensado con adherencia directa (ar·
n1ad·uras pretesas) 11.( 41) Y,

1 Los conductos o secciones de acero situados en F1 son en general despreciad.os-.

J : : : : : mon1ento de inercia de la sección total respecto a su eje horizontal, general:men~


.En el pretensado con adherencia indirecta
te 1b·
11.(42)
(annaduras postesas) b1 = ancho de la sección en 1 - l.
El\ las vigas en T se obtiene la tensión tangencial en la unión del ala, aplicando la
Para ohtener los valores n1ax1mos de las tensiones en los hordes hay que tener en cuenta misma fórmula, de acuerdo con la figura 11.51 (der.).
si la situación más desfavorable se presenta antes o después de que hayan tenido lugar andes,
la retracción y la fluencia. Las pérdidas de pretensado debidas a estas dos causas serán tra- Hay que tener en cuenta el debilitamiento del alma en el caso de con d netos gr
tadas en el capítulo 12. bastando en general con tomar un b1 n1e:nor.

417
416 27
11.522 Tensiones tangenciales en vigas de canto variable Si el borde está inclinado cayendo hacia la derecha, los ángulos a y fJ son entonces n&
Cuando varía el canto de la viga, la tensión tangencial depende no sólo de Q, sino tam- gativos.
bién de M y N y de la variación de F y ], como se puede intuir sin más que pensar
Según [ 545] se pueden obtener también las tensiones tangenciales en secciones no planas
en la con1po.nente vertical de la resultante de las tensiones en una cabeza inclinada.
sino cilíndricas, con lo cual podremos en algu.nos casos forn1arnos una idea mejo·r del
Situe1nos el eje x p~ralelo a u·no de los bordes, s·eccionando la viga ortogonaln1ente a di~ estado tensional de la viga.
cho eje. Consideremos primeramente el caso de que esté inclinado el borde superior (fi-
gura ll.52a). Los esfuerzos y ángulos han sido dibujados con sus sentidos pooitivos. Se Para el caso de vigas que carezcan de un ala de espesor constante a en el borde incli-
supone N constante. nado, ha hallado P. BoNATZ [92] los cocientes diferenciales d F /d x y d] /d x y la ex-
presión tg /J, en función del ángulo a que forma el borde inclínado con el eje x. Se tiene
a b entonces:
¡;- b, -y
b,
1 --·----r a: M+dM -y~
· · M+d/1 b 1 • r = JS
1 ( _
Q H·) y, · b, · a, · tg a )H·)
- F1
F · b , · a, · tg a 11.(45)
M(- f_ __ j}__1¡ +_..~ "' 11
IÍ--1~~
N~ 1 1Q+dQ +x t. ( 7lr
ª~
'
.\,
t
. a:
f
le•dQ •x
~
i +f
siendo: y,
b, =
= distancia del borde inclinado al centro de gravedad;
ancho de la sección en el borde inclinado;
i +1 l.
Xi+t Xi :Ci+1
Os :::::::: tensión ax en el borde inclinado.
ft+1 f¿ Ft,+1
St+1 Si S¡, +t
dx- i---d:r:-1 F~stos valores serán introducidos con sus correspondientes signos. Los signos entre paré11~
+Y +y tesis corresponden a la viga de la figura ll.52b.
Fig. 11.52 Ejes y ángulos para el cálculo de las tensiones tangenciales en vigas de canto variable.
En la s-ecció·n rectangular: b 1 :::::: bs:::::::: b, y por tanto:

En el planteamiento del problema F1 será siempre el área de la superficie comprendida


entre el borde paralelo al eje x y la fibra 1 - l. S 1 es el momento estático de esta super- 11.(46)
ficie F 1 con respecto al eje hnrizontal que pasa por el centro de gravedad S.

Para una sección de abscisa x podemos escribir en el caso de la figura ll.52a (borde supe- Para tg a= O, se transforma esta expresión en la ecuación 11.(43), como tenía que
rior inclinado) o en el caso de la figura ll.52b (borde inferior inclinado), respectiva- ocurrir.
1nente:
Para el caso de secc1on con ala d.e espesor constante a en
Y. el borde inclínado (fig. ll..53), y el resto de la sección de
F¡ =Ib.
Y,
dy ó forma cualquiera, y por tanto tamhién para el caso de alas
en ambos bordes, ha dado W. Wmss una solución en [512].
Se deduce, al igual que la de BoNATZ, snstituyendo en Ia ecua·
ción 11.( 44·) las siguientes expresiones:

r
y" Y,

S1 =Ib.
Y,
y. dy ó S1 =
Y,
b . y . dy• dF +
d X = (_) b, · tg a
dx
Los signos que afectan a F1 y S 1 se deducen de los signos de las y. a·c<+)b,.y,
Fig. 11.53 Notación para el estu-
dio de vigas de canto
tg fJ F . tga
Obtenemos entonces con carácter general para cualquier sección (ver E. Mo!!SCH en [70] variable con alas en el
y H. BAY en [167]).
borde inclinado. dJ
dx

11.(44) Se deduce entonces para la parte de la sección comprendida entre el ala del borde in-
clinado y el borde recto:
dF d]
dx
y ---
dx
pueden ser hallados con suficiente exactitud, como cocientes de
tos finitos, en la forma:
incremen~
b1 · r = -j ¡ Q (+) y, · ~' · a, · tg a+ a · e [ a, + ~ (y, a )] tg a!
(-J:-)

y
dJ 1
·d·-- = ~d (J, - 11+1) •
X X
li'i(+
--F (-) b,·o,·tga-J·a·C·tga
M )

418 419 . . ;¡.


:X
1
Los signos entre paréntesis se utilizan en el caso de que el borde inferior suba hacia la Si la carga está suspendida de la parte inferior de la viga, se p-rod.ucen unas tracciones
derecha y tenga un ala de espesor constante. transversales ay (positivas) que requieren estudio, y deben ser absorbidas, bien por un
pretensado vertical o por unos estribos ordinarios.
Si la sección no tiene alas se deduce de nuevo la fórmula 11.(45) de BoNATZ.
En las vigas de canto variable existe tan1hién una ay, aunque no haya pretensado vertiR
a rr [kq/cml i: [kgJcin'] Dos ejemplos nos mostrarán la fuerte in- cal, como ha demostrado P. BoNATZ [92]. Estas Oy son en general despreciables, pero
- 100 rrs. · a~1aoo flnencia del canto variable sobre la tensión en caso de fuertes variaciones de canto, o de luces grandes, pueden llegar a tener impor-
'\}(;* --s.Ji--- tangencial r (fig. ll.54a y b). La tensión tancia, por lo que es conveniente indicar aquí
a 7.77 ZJJ2 , 6,05
tangencial es máxima junto al horde incli- su obtención según BoNATZ. Además de la Vv estribos pretensados !f'P
'' nado porque en dicho lugar la tensión '/ '/
'1 notación de la figura ll.52a necesitamos:
·t' '
: ?JO
principal de compre-,sión está inclinada,
' precisamente paralela a este borde. Se q = carga total por unidad de longitud de
¡_,ri aprecia muy bien cómo la tensión tangen-
as. ¡,.s.g____ ./ viga, es decir, su1na de todas las cargas
/ 5,01 cial indica el grado de inclinación de las actuantes por encima +
cargas suspendi-
-zo
Q•Qt
tensiones principales. das por debajo +
fuerzas de desviación:
1
1 1 ! t u

b t¡ a•o,1 o-[kg/cmj l.-¡,-~


-700
raf!, Si las alas son anchas o si la sección es en q = ¿;g + ¿;q +u ; Los estribos verticales pretensados sirven
cajón., las tensiones tangenciales en el alma Fig. 11.55
para producir compresiones ªY incluso de-
se reducen mucho si uno de los bordes está q,, = parte de q actuante por debajo del cor- bajo del cable.
inclinado. De una forma aproximada se te 1 - l (ver fig. 11.52);
puede restar de Q = Qg+p- Qv la compo·
nente vertical de la resultante de compre- J1 = momento de inercia de la superficie F 1 respecto al centro de gravedad de la sección
sio·nes de la cabeza, obteniendo entonces total.
i: = Tensiones tangenciales, considerando la inclinación. con suficiente exactitud con la fórmula
i;* = Tensión tangencial según i;* = ~ .'.~~.. para vigas de 11.(43) las tensiones tangenciales de la sec- Llamando
caderas paralelas. ·b ción del alma sola, siempre qµe se tome M Q ( 1
Fig. 11.54 Tensiones tangenciales yx en vigas de canto una sección curvada de forma que corte K, = b,- y, . tg a [ ] · tg a - 2y,- --¡-a, ¡,-,- ' db,
dx
,
t-
variable: a) con alas en el borde inclinado,
y b) con ancho constante.
orto¡;onalmente a ambos bordes (ver Be·
ton-Kalender 1961, pág. 465). + tgla. d~1:,ª __ 3;,. tga- ~~'-jil_, tga)] 11.( 48)

11.53 Tensiones normales transversales a1 y a~


K1 = K 1 - q +b, · a, · tg' a

Por tensiones transversales entendemos las tensiones o co.mponentes de tensiones en pla~ la tensión vertical es:
nos ortogonales al eje x, correspondien.do ay a la dirección vertical y az a la horizontal. J,--y,. 11.(49)
.Estudiaren1os preferentemente las ay, pues al actuar en la dirección de la carga son n1ás a,= K, · J
:importantes y más frec11e·ntes que las Oz· No obstante, estas últimas pueden ser estudiadas
de igual n1anera. Las ay pueden ser debidas a las cargas, º' _provocadas artificialmente También en este caso es esencial tom.ar correctamente los signos:
por el prete'nsado, por ejemplo por un pretensado vertical del alma de la viga. Se pre·
sentan p-referenten1ente en las zonas de introducción de cargas o de f11erzas de preten.sad.o
(ver cap. 9). En la Teoría de la fl.exión son generalmente -despreciadas. En las estructu·
d b,,
dx
y ~._!~~
dx
son positivos cua11do crecen con + x.
ras de -.horn1igón pretensa do las ayn es decir, las producidas por el _pretensa do, juegan un
papel importante a efectos de anular las tracciones principales oblicuas en el alma, para Si la sección es rectangular, de canto d, se simplifica la expresión de Ki, que e.s en~

que el hormigón no esté tampoco solicitado a tracción en dicho lugar. tonces:


Si el alma está pretensad.a verticalm·e"nte, se tiene:
K,=b[:~F ·tg'a-
6Qj/ga -a, (~~·dl~(l--4·tg'a)J ll.(48a)
Vv pretensado vertical/m. l de viga
(J V := - =: . .. ··--........- - - •
1
F área del alma/m. 1 de viga
ll.54 Tensiones principales 1
Es importante el conseguir una suficiente uniformidad de V v colocando los cables a pe-
queñas distancias. · Para hallar las tensiones principales consideremos un elemento diferencial d x d y de la
viga, y las tensiones que actúan sobre él en su plano. La tensión, segl1n el tercer eje,
La carga situada sohre el alma (g y p) da lugar a una compreswn transversal ay (ne- suele ser despreciada en la práctica, o tenida en cuenta por separado (fig. 11.56).
gativa). Suele ser despreciada, pero en caso de necesidad puede ser tenida en cuenta su
presencia sobre los cables parabólicos con el valor Oy = u/b 0 (fig. 11.55), 1 Ver también apartado 13.6.

120 421
l

Las fónnulas que no-s dan las tensiones principales en este caso tan simple (cnya deduc- Las tensiones pri11cipales. y su dirección pueden ser obtenidas igualmente por n1edio del
ción puede verse en numerosos tratados [47], (89] y (98]), son: círculo de Mohr ((89], [271], [98] y fig. 11.57). Sobre un eje horizontal se lleva ax y en
su extremo derecl10 se lleva verticalmente i, 11acia arriba si es positiva. Se traza cnton~
ces un círculo con centro en 1/ 2 ax, y que pase por el extre1110 de r, círculo, cuyo punto de

Ox
----
+ Oy
V(~~~"~~-· corte con la l1orizontal nos define a la izquierda de ax la tensión principal de tracción or,
2 y por tanto también la a¡¡ = 2r - a¡.
11.(50)
ax+ ay
au::::::: - · - -
2
.V( ~~~y~~:
Ox
El ángulo a puede ser tomado de las figuras que muestran también cómo a¡ tiende hacia
la vertical según aumenta la tensión longitudinal ax.

(A a¡¡ le corresponde el radical con signo negativo porque en las vigas simplemente apo· Cuando el valor de la tensión principal de tracción st1pera la resistencia a tracc1on del
yadas a¡¡ representa la tensión principal de compresión, bahiéndose supuesto siempre la l1ornúgón, se fisura éste, y las tracciones deben ser soportadas por armaduras.
comprensión como negativa.)

G·eneralmente se puede despreciar la ay; haciendo entonces Oy ==O, ax== a, tendremos:

a

2 11.(51) a
1

1 1
1 1
1 1 1
1 1
1 o: 1
,....1...,.,_ o; ¡

1
1 "'"'--:
Estas tensiones principales representan los valores 1 1 '----.
~Oj'~----'=""==--Cí.X ~
máxin1os de las tensiones en el ele111ento diferen-
cial, y en general son:
1
,.,__"ií: 1
' 1

i ra í5fr -
zr~-~
1

la mayor tensión principal de tracción, de espe·


a¡ Fig _ 11.57 Obtención de las tensiones principales a partir de ox y T, por medio del círculo
ci.al importancia p·ues puede dar lugar a fisuras,
Fig. 11.56 Tensiones principales a1 y ºu en de Mohr. Para un mismo -r: disminuye o1 si aumenta º"'' por ejemplo debido a V.
en un elemento diferencial. dehiendo ser por ello obtenida cuidadosamente y
cubierta por armaduras o anulada por un preten-
sado Oyv, a no ser que se haga una comprobación especial de la seguridad a_I agotamiento
(cap. 13). H.55 Observaciones acerca de las tensiones admisibles
Si existe con1presión transversal ay, puede ocurrir que o1 sea también negativa, es decir, Las tensiones admisibles vienen fijadas e'n ]os rcglan1entos o normas oficiales. En Ale~
que a111bas tensiones principales sean de con1presió'n. mania están estahlecidos en la norma DIN 4 227, con valores diversos según el caso de
carga y la localización de la tensión.
on la·' n1ayor tensión principal de con1presión.
La tensión admisible en el acero de pretensar-az adm.-está fijada en Alemania en
J_,a incl_inación de au respecto a la directriz, o de ar respecto al eje y, viene dada por: 0,55¡)2 , o bien 0,75¡)0 •2• Estos valores son bajos en comparación con los permitidos en
otros países.; no obstante, el límite adoptado debe ser cnnsiderad.o com.o justificado y
2,
tg 2a = -------- conveniente, habida cuenta de la seguridad al agotamiento exigida (cap. 13) y del lími-
ax - ay 1 11.(52)
te de relajamiento de los aceros de prctensar (cap. 2) 1• El bajo valor de la tensión ad-
misible pern1ite tan1bién el estar l101gado, a efectos de sohrep-asar ten1poraln1entc las
2,
para ay= O: tg2a:::::::---
a, ) tensiones admisihJes para ve11cer rozamientos (cap. 7) o a efectos d.e las. tensiones Ozp,
que puedan presentarse antes de haber te:r1ido lugar la retracción y la flue·ncia, y pern1ite
asimis1110 resnunf'jar a la co1nprobación de algunos incren1entos de tensión. E·n el aparta~
En la dirección a, la tensión tangencial es nula, y las tensiones normales alcanzan sus do 11.221 se l1izo refere11cia ya al valor Jnáxi1no adn1isible a que se p·od.ía ¡Jretesar las
valores n1áxin10 y n1ínimo, respectiva111e'nte, al coincidir con las tensiones principales. armaduras.
Estos ángnlos son modificados por el pretensado; por ejemplo, la dirección de a¡ se acerca
más a Ia vertical en las vigas pretensadas que en las no pretensadas (ver fig. 10.11). R.especto al l1ormigón, hac:en1os distinción pri111era111ente entre Cíb adn1. en las fibras
extremas (tensiones longitudinales), y :!::.ar adm. (a veces también , adm.) para las ten-
Para cada elemento diferencial de nna viga se pueden calcular de esta forma las tensio· siones principales oblicuas.
nes princip·ales y sus direcciones. Las curvas tangentes en cada punto a dichas direcCio~
1 'Ver apartado 2.131 y figura 2.26a.
nes son las isostáticas (ver fig. 10.11).

122 423
l
Además, hacemos distinción entre (-) a& adm. en puntos en los que (+) ap da lugar a Se expondrán con toda ge:neralidad las relaciones entre las n1agnitudes que cundício:nan
una disn1i11ución de la tensión (zona preco-mp·rin1ida de tracción), y en puntos en {iue el din1ensiolla111iento, para el caso de secció-n rectangular y m.on1entos positivos. P·ara otros
( - ) Op hace aumentar la tensión de compresión (zona de compresión). Cuando ap reduce tipos de sección son aplicables las relaciones equivalentes.
la tensión inicial av+g, se puede adn1itir una tensión más- alta que o:n el caso contrario.
La hase del di1nensionan1iento es el cumplin1iento de las siguientes condiciones:
Las tracciones admis-i]Jles en las fibras extre1n.ás son tan bajas, que se n1antienen por de~
bajo de la resistencia a tracción del horn1igón, para que, incluso en presencia de ten~ l. Bajo el momento máximo (max. M = Mg+vl y con la fuerza de pretensado nnmma
sior1es secundarias, no se produzcan fisuras apreciables, lo cual es el ohjeto principal V~' no se debe sobrepasar en el borde superior la tensión de compresión admisihle
del pretensado. a0 D adm. Al n1isn10 tiempo, en el caso de pretensado completo no deben aparece.r
en el horde inferior au positivas (tracciones), y en el caso de pretensado li1nitado no
J..,as tracciones principales ohlicl1as ad1nisibles bajo la carga de scrv1c10 son aún n1iis ba- deben sobrepasar el valor de Ouz adn1.
jas, lo cual está justificado por el hecho de que no se trata ya de puntas de tensión en
una fibra extren1a~ sino de tensiones que son casi constantes a lo largo de grandes. s11per~ +
2. Bajo el momento minuno (Mg ó M, min. Mp = mín. MJ y con la fuerza de preten-
ficies. sado 1náxima V 0 , no· se debe sobrepasar en el borde inferior la tensión de compresión
adn1isihle auo ad1n. Al nrismo tien1po, en el caso de prctensad.o con1pleto no deben
Tan1bién se encuentran en la norn1a DIN 4, 227 las r adn1. y 01 adn1. para la carga teor1ca aparecer en el borde superior a0 positivas~ y en el caso de pretensado limitado, no
de agotan1iento, lo cual co-nstituye llna solución de con1prorniso en tanto no existan co·n1~ deben sobrepasar el valor de Ooz adm. 1
p·robaciones reco:nocidas de la seguridad al agotan1iento· por esfuerzo. cortante. En el ca~
pítulo 13 se intenta un estudio de este tipo que l1ace in:necesaria la con1prohació11 de las De estas condiciones se deducen las cuatro relaciones siguientes [las compresiones deben
te11sio11es en la situación de agotan1iento. s,er introducidas con signo negativo ( < O), las tracciones con signo positivo (> O)]:

N<f existen l1asta el n101nento valores lín1ites acln1isiblcs para las con11)resinnes princi-
pales oblicuas an, que debe11 ser más ha.jos que para las tensior1es en las fibras extreM
mas. Se recomienda tomar en este caso /3 ~-1' [561], es decir,
l.

2.
Oo, max. M

Ou, max. M
+
+
Oo, voo

Ou, voo
~

~
OoD


adm.
~ Ouzadm.
¡
~
11.(53)
3. Oo, min. M + Oo, Vü ~o o ~a 0zadm.
/3 . p
on adm. = --··- .
4 4. Ou, min. M -~ Ou, v 0 ~ OuDadm.

Tcnicr1do en cuenta la flue.ncia del horn1igón, se reco1nienda no apurar innecesarian1en~ Si tomamos para la distancia del eje del cable al eje de la viga y,= ,¡ · d, y para la
te las tensiones de co111presión adn1isihles para el caso de carga g +
v~ pu.es, de lo con~ fuerza de pretensado después de pérdidas
trario, l1ahrá que contar con gra·ndes deforn1aciones J}Or fluencia.
Voo = W Vo

s.e ded11cen de las cuatro relaciones anteriores, con Ja notación de la figura 11.58, las
ecuaciones 2:

H.6 Dimensionamiento
r- b _ _,

r
El dimensiox1an1iento de estructuras de horn1igón preten.sado no es tan sin1ple co·m.o el 6 , Vo . w .
de estructuras no-rn1ales forrnadas por un Inaterial homGgéneo, en las que se puede ex~
l. -¡;-:-,ji máx. M +-b--:d (l -61.) ~ a0 n adm.
presar, por ejemplo, el momento resistente necesario, en la forma W = M/a adm.

Ello es d.ebido a las siguientes razones:


2. +
6
máx. M+ Vo . w (1
b.d
+ 6,l) ~ oó 2 Ouz adm.
b . d'

J.D Las tensiones admisibles en las fibras inferior y superior son, en general, diferentes. 6
3. n1ín. M +, b:-;[
Vo (1 - 6A ) ~ oó 2 Ooz adn1.
b. d2
2.º Para unas tensiones ad111isihles dadas, se desco.nocen no sólo las dimensiones del
cable, sino tan1bién su posición en la sección. 6 Vo
4. + --~if
b. u- mín. M + /;---:-;:[ (l + 6,l) ~ ª"º adm.
Fig. 11.58 Notación empleada
en las fórmulas y
I.,a fuerza de pretensado en u11a sección no es constante (retracción y fluencia). en los ábacos.
3."

4. 0 Para un cálc·ulo exacto· hay que tener er1 cue11ta que los. valores característicos de 1Los subíndices que aparecen en estos dos párrafos ::;e derivan de las siguientes 1}alabr1as alemanas:
o= "oben" (arriba); u= "unten" (abajo); D::::::: "Druck" (compresión); Z::::::: "Zug" (tracción). (N. del T.)
la sección so11 diferentes según· que el estado de carga tenga h1gar antes o después
de establecer la adherencia (la mayor parte de las veces no se considera esta dife· 2 V, como fuerza de compresión, es siempre negativa; y, es positiva como ordenada por debajo del eje
rencia, a no ser que so trate de aln1as delgadas, rnuy apuradas). horizontal.

424 425
1
En el dimensionamiento intervienen pues 10 variables, para las cuales se dispo·
ne de 4 ecuaciones.
Abaeo 11.H
Por tanto, se requiere siempre para un dimensionamiento perfecto que estén
dadas 6 magnitudes, para poder deducir las 4 restantes de las 4 ecuaciones an· Para el d.i.mensionamiento de secciones rectangulares
teriores. "

En la práctica lo que se hace es determinar aproximadamente la secc1on necesaria, po·r


medio de fórmulas empíricas, tal como se indica en el apartado 11.62, obteniendo en-
tonces a partir de ¡¡quéllas el m<>mento dehid<> al peso propio. Para ello habrá que
tener en cuenta los cantos recomendables e indicaciones dadas en el capítulo 10. Junto
con el momento debido a la sobrecarga se calcula entonces:

máx. M=Mg+máx. Mp y mín. M=Mg

ó mín. M == Mg + 1nín. MP, si n1ín. MP es negativo.

Para comprobar -entonces las dimensio:nes supuestas de la sección y obtener las tensiones
y la fuerza de pretensado en magnitud y posición, se han estahlecido unos ábacos para
secciones rectangulares en T, I y en cajón, cuya aplicación estu.diare1nos seguidan1en.te.

11.61 Abacos de dimensionamiento para seec10nes rectangulares

Para la excentricidad. del cable Yz::::::: 2 • d, se ha supuesto uno de los siguie11tes valores
de}.:

X= 0,45
,¡ = 0,40
). = 0,30
J.= 0,20.

En los ábacos 11.II a 11.V se hace referencia a la distancia h., del eje del cable al bor-
de superior. La correspondencia de valores es:

,¡ = 0,45 ... h, = 0,95d


,{ = 0,40 ... h, = 0,90d en e1 ca.so de valores- intermedios se
,¡ = 0,30 ... h, = 0,80d puede interpolar entre 2 ábacos.
,¡ = 0,20 ... h, = 0,70d

Sup·uestos unos ciertos hz y oJ, es p-reciso, p·ues, conocer 4, 111agnitudes más, para poder de~
terminar por medio de los ábacos las 4 restantes.

En los ábacos 11.II a 11.V se han llevado en el eje de abscisas las tensiones V 0 /b · den t/m2 ,
y sobre el eje de ordenadas las tensiones +
M/b · d 2 ó - M/b . d2 también en tjm'.

Las rectas oblicuas n1enos inclinadas dan las tensiones del horn1igón er1 el borde superior;
las de n1ayor pendiente, en el inferior; tension.es debidas al máxirno o 1níni1110· momento o -200 -400 -t!OO -8tl0 -7000 -1,?00 -1400
lli, respectivamente. _}j;_ent/m2~
b·d
En las líneas bajando hacia la derecha, situadas por debajo de la ordenada - 200 t/m2 ,
se pncden leer las fuerzas de pretensado una vez tenidas en cuenta las pérdidas por re-
tracción y fluencia (ver más detalles en el ejemplo).

-1.26
.1.21
Ahaco U.IH Ahaco U.IV
Para el. dimensionamiento de secciones rectangulares Para el dh.nensionai-niento de secciones rectangulares

'_,,.-,,,,; t:
~~J,.?'f4-::J""17Llz:¡,..ptf-~~

tD

v.,
w=--
Vo

o~-L-L-L_.;¡-;!w;;;-1-l.-l-;ti~=-"~~tW~//,,wLJ_~&'/O~.L.lLl._L!1761?!1_LlLJ_L=C:Lj_::L_J._L,l'tlil7..J..::,J_.,L_~:oJw;;- .tfl o -/JOO --k!D - 6'00 //,, -800 -1000 -7/JOO


f!¡ent/ml--.. -f¡¡ent/m2 ~

428 429
Por medio de los ábacos es posible resolver cuatquier problema de dimensionamiento o
comprobación de una sección rectangular.
Abaco 11.V Presenta.remos a co'ntinuación diferentes casos que se pueden dar, en forma de ejen1plos
nu.méricos.
Para el dimensionam.iento de secciones rectangulares

11.611 Casos de dimensionamie11to u obtención de tensiones en secciones rectangulares

Caso 1
.~ná":-_Jl! =
2
mt/m UaDadm. = - llO kg/cm = - l 100 t/m'
Datos: 250
b Uuz adm. = = ± O (pretensado completo)
mín. M
b · · = 115 mt/m.
1 /i1¡'.L2;ro
1;;;.1::2;;; Incógnitas:
I/ / ,, '/
, / /l'!:=:-?nnn
canto d
., ' 1/ fuerza de pretensado V 0/b
/ /
tensiones en los bordes superior-00 - e inferior-au--, bajo mín. M.
+JOO / / 1/

¡; / / Supuestos:
V , /
pérdida de pretensado por retracción y fluencia, o lo que es lo mismo, el valor w:
/ /
/ V~ = Vo · w w = 0,9
,
/
/
7
/
distancia del eje del cable al borde inferior O,ld y, por tanto, h, = 0,9d.
Para hallar las incógnitas utilizaremos el ábaco 11.III correspondiente a h, = 0,9d. La in-
tersección de la línea a0 v adm. = - l 100 t/m', con la línea Uuz adm. = O nos define el
pnnto (1).

A la izquierda de (1) sobre el eje de ordenadas se lee entonces:

ináx. M
b . d'-
+ 311 t/m',

y puesto que
máx.
··-·· .,-·M-· = + 250 mt/m, se ue
·' duce:

250
d'=--=0,802 m 2
311
y d = y0,802 = 0,895 m.

La vertical del punto (1) corta a la horizontal de !!J = 0,9 en el punto (2).
La línea que une el punto (A) (en el ángulo superior izquierdo del ábaco) con el pun-
to (2), prolongada hacia abajo corta al eje de abscisas en el punto (3), que corresponde
al valor Vc/b · d =-616 t/m2.
V
Por tanto será: ~º = - 616 X 0,895 = - 550 t/m.
b
Además tenemos: mín. M _ 115 _
--¡,··:a2- - -0,802 - + 144 t/m
2
.

431
De la interpolación entre las líneas de a,,, para el punto (4), se obtiene:
La horizontal por esta ordenada c<>rta a la vertical por (3) en el punto (4·). Para éste
leemos los siguientes valores: 00 =- 1 250 t/m2 =- 125 kg/cm
2

Oo =+O t/m 2

Ou = - 1 250 t/m = -
2
125 kg/cm2• Caso 3

Caso 2 máx. M
b = 250 mt/m
Datos: máx. M d = 0,9
= 250 mt/m máx.ªº= - no kg/cm 2 =- 1100 t/m2 m

pretehsado completo al igual que en el caso 2.


pretensado con1pleto, e>S decir: para el n1áx. M: 0 == O
0

para el mín. M: 00 = O. l ncógnitas:


. . máx. M
l ncógnita.s: tensión en borde superior, baJO- ¡;·-
canto d fuerza de pretensado V 0/b
fuerza de pretensado V0/b
mín. M/b mín. M
Ou bajo mín. M. b

Supuestos: "' en e l h ord e inf er1or,


tens1on · b a30- mín. .M
· --¡,-· ~
$
h, = 0,9d y w = 0,9 .
Supuesto9:
En el ábaco lLIH, en el punto <le corte, (1) d e Jas .¡·ineas correspondientes a h, = 0,9d w=0,9.
ºº =
au ==
-1100
o'
¡ t/m2 Tenemos: máx. M_ = ~() = + 311 t/m2 (para simplificar; el valor exacto es
b . d2 0,92
se lee a su izquierda en el eje de ordenadas: + 309 t/m 2
).

máx. M
-¡;-:-;¡:-· = + 311 t/m2 ,
En el ábaco 11.Ill, correspondiente a h, = 0,9d, la horizontal por la ordenada + 311 kilo-
gramos/m2 corta a la línea de 0 0 =O en el punto (1), para el cual:
de donde se deduce: 00 =-1100 t/m2 = - llO kg/cm
2

máx. M 250
3llb = ~~11 - = 0,802 m' La vertical por (1) corta a la horizontal w = 0,9 en el punto (2). La línea qne une (A)
y (2) corta al eje de abscisas en el punto (3) al que corresponde el valor:
d = vo,so2 = o,895 m .
¡,~º d = - 616 t/m', y por tanto:
La vertical del punto (1) corta a la horizo·ntal ''·'. = 0,9 en
· e l pnnt o (2) . L a ¡·mea que
pasa por (A) Y (2) corta al eje de abscisas en el punto (3), al que corresponde el valor
Vo/b · d =616 t/m2 •
V
_o =- 616 X 0,9 =- 550 t/m.
b
De ello se dednce nuevamente: Er punto de corte de la vertical por (3) con la línea ªº=O da el punto (4), que corres-
Vo ponde a:
¡; = - 616 X 0,895 - - 550 t/m.
.Il1ín. M = + 144 t/m 2
,

La vertical por el pnnto (3) corta a la línea a0 =O en el punto (4.). A partir del pun- b. d2
to (4) se lee a la izquierda:
con lo cual:
mín. M
--¡,:JJ- = + 144 t/m 2
, mí~. M = 144 X 0,92 = + 115 mt/m.
o lo que es lo mismo: De las líneas de ª" se obtiene para el punto (4) :
mín. M
···-b-- = 144X0,805=+115 mt/m. 00 = -1 250 t/m2 = -125 kg/cm2 •

433
28
432
Caso 4
11.612 Casos de comprobación de secciones rectangulares
Datos: máx. M
--¡;- = 203 mt/m Caso 5 (Obtención de los momentos a partir de las tensiones en los bordes)
d= 0,9 m
Datos: tensiones en los bordes:
pretensado li111itado, con las tracciones adn1isihles:
para máx. M: ª"
para mín. M: = ªº
=+
20 kg/cm2
+
20 kg/cm =2
=+
200 t/m2
+
200 t/m2 •
bajo !"á:. M a0 = - llO kg/cm2 = -1100 t/m2

y au=O
l ncógnitas:
a0 bajo máx. M mín. M
bajo ~b" ___ : ªº = O
fuerza de pretensado V 0/b
rnín.M y ª" = - 115 kg/m2 = - 1 150 t/m2
--b-
canto de la viga d = 0,90 m, h, = 0,90d; w = 0,90.
ª" bajo el mín. M
Incógnitas:
Supuestos:
h, = 0,9d y ())= 0,85 . máx. M mín. M
b b
20~ _ +
Tenemos:
máx. M = 2
b . á' O,<P - 250 t/m . En el ábaco 11.III, correspondiente a h, = 0,9d, encontramos los puntos (l) y (4) con10
M
intersecciones de las líneas de a0 y au correspondientes a las tensiones y
En el ábaco 11.III, la horizontal por la ordenada +
250 t/m2 corta a la línea de ª" = mín.M .
=+ 2
200 t/m en el pnnto (l'), que corresponde a la tensión: "--b--, respectivamente. El punto de corte de la vertical por (4) con
a0 = - 970 t/m2 = - 97 kg/cm2 • nos da:

La vertical por (l') corta a la horizontal de oJ = 0,85 en el punto (2'). La prolongación


de la línea que une (A) y (2') corta al eje de abscisas en el punto (3') al que corres-
_!'o__ = - 616 t/m2, y por tanto:
b·d
ponde el valor:
Vo
Vo = - ¡; = - 616 X 0,9 = - 550 t/m.
¡;--:a 450 t/m2 ,

y por tanto:
El punto de corte de la vertical por (I) con la horizontal de w =
0,9 es el punto (2). La
prolongación de la línea qne une (3) y (2) debe pasar por (A), si las tensiones son co-
Vo
"/;- =- 450 X 0,9 =- 405 t/m . rrectas.

Las horizontales por (1) y (4) cortan al eje de ordenadas en:


El punto de corte de la vertical por (3') con la línea de a0 = + 200 t/m 2 es el punto (4').
máx. M máx. M
La ordenada de este punto nos da: -b--: á'""" = + 311 t/m 2
; por tanto: --b-- = 311 X 0,9 2 = + 250 mt/m
mín. M -+ 68 / 2
b---:aft- - mín M rnín. M
t m ,
-r;7 = + 144 t/m 2
; por tanto: b = 144 X 0,9 2
= + 117 mt/m.
de donde se deduce:
mín.M
b = 68· X O,9z = + 55 rnt/m . 11.62 Fórmulas aproximadas para secciones rectangulares, y comparación entre el pre-
tensado completo y el limitado
De la interpolación para el punto (4') entre las líneas de ª" obtenemos:
Tanto para el caso de p·retensado completo como para el caso de pretensado limitado se
Cfu = - l 100 t/m2 =- llO kg/cm2 , p·uedein dar fórn1ulas muy sencillas, fáciles de recordar, qu-e prestan un buen servicio. para
el cálculo apToxi111ado de u·na sección rectangular.

434
Partiendo del caso de carga máx. M y V oo• y sustituyendo como datos el momento máx. M, Los coeficientes de las ecuac10nes 11.(54) a 11.(57) serán, pues:
el ancho b y las tensiones Oon == 0 0 D ad1n. y Ouz ==
Ouz a.dn1., en las ecuaciones de las ten~
siones en las fibras extremas, se puede ballar el cauto necesario d buscado, por medio
de la fórmula:

-máx. M
d nec. = k 1
Vb ·
··-·· · · - · - -
OoD
11.(54)
pretensado completo
1
11.(58)

Partiendo de este canto d se obtiene para el mismo en caso de carga la correspondiente


k,= ,\-
6
fuerza de pretcnsado, por medio de: k, = 2

1 V oo nec. = k, · b · d · 00v 1 11.( 55) En la figura 11.59 se han representado los coeficientes k, y k, para los valores A = 0,45 a

Suponiendo además un cierto valor aproximado de la relación entre V 00 y V0,


0,20, o bien ~' = 0,95 a 0,70, que son los más frecuentes en la práctica.

WJ
l J,lf6
Vo=- • Voo, f',,..
w J,D
&

se puede considerar conocida entonces la V 0 , y el caso de carga mín. M y V0 nos da con


~Z,O
'3,07 . . . ~ 2,71/-
Z,65 ~ 2,37
z,n --....... 2,16 199
á
prete11sad{I limitado

las tensior.tes admisibles conocidas Ooz y Ouv el mínimo momento admisible mín. M: 3,07 ' -- - 1
1,88 / 1
pretensado completo
1 mín. M = - k 3 • V0 • d j 11.(56) 1,0

-O,ZB
Como- comprübación podemos determinar la 111áxin1a compresión que se p-roduce enton.
ces en el borde inferior, por medio de la fórmula: 0,6 0,7 D,8 D,9 1,0 o,s 0,7 D.8 0,9 1,0
hz/d h,/d
o 0,1 0,2 0,5 o 0,1 0,2 0,3 0,5
ll.(57)
Fig. 11.59 Vartación de los coeficientes k 1 (izq.) y k 3 (der.) con la relación h/d, para pretensado
completo o limitado (se ha supuesto w = 0,9).
Los coeficientes k¡, k,, k, y k, son función de la posición del cable referida al canto de
l.a viga:
Dad.o que en los casos corrientes se coloca el eje del ca.ble lo más bajo posihle, se pue-
de ton1ar la n1ayoría de las veces:
(ver fig. 11.58)
y k,""' 0,25.
y de, las relaciones entre las tensiones en las fibras extremas. Por ello se obtienen dife-
rentes coeficientes para el prctensad.o completo y para el limitado. Los valores que se obtienen entnnces para el canto necesario d y el m1n1mo ·momento
posible son algo excesivos, quedándonos por tanto del lado de la seguridad.. Si tomamos
Las tensiones y la fuerza de prctensado deberán ser introducid.as en estas fórmulas con como base además V ~/V0 = 0,9., y OoD ""' 100 kg/cm2 = 1 000 t/m', que corresponde al
~us signos correspondie'ntes. Los momentos flectores en una sección en el centro de la luz hormigón B 300 (que es el emplead.o normalmente) obtenemos las siguientes fórmulas, de
deben ser ton1ados con signo positivo. fácil recordación, para el din1ensionamiento de seccio·nes rectang-Ulaies en el caso de preN
tensado completo:

11.621 Pretensado completo


d nec. ""' 0,06 V·máb_.M ·
En el caso de pretensad.o completo se tienen que cumplir las condiciones siguientes: 11.(59)
V oo ""' - 500b · d
mín. M ""' 140b · d 2 para un hormigón B 300;
Ouz ~O para el máx. M y V oo
Ouv ~ 1,1 Oov todas las dimensiones en t y m.
Ooz ~O para el mín. M y Vo •

437
H.622 Pretensaclo limitado
Comparando estas fórmulas con las correspondientes al pretensado completo, podemos
Según la norma DIN 4 227, edición de 1953, las tracciones admisibles en el borde infe- v·er que el canto necesario d es p·rácticamente igual en ambos casos. Sin embargo, con el
'.ior-o,,z--bajo ~I. máx. ff! y V oo, y en e'I borde superior-00 ,.-bajo el mín. M y V 0 , son pretensado lin1itado se requiere una fuerza de ¡>retensado coris.iderablemente menor, y el
iguales (no es vahdo, sm embargo, para puentes). La relación de estas tracciones a las momento mínimo posihle-mín M-haja hasta aproximadamente 1/i del que se requiere
c??1presiones ad.n1isihl'es. en el borde de CO·m presión a0 n, es igual, con suficiente aproxima- con pretensado completo.
mon: ¡nra todas las cah.dade.s de hormigón B 300 a B 600, y es de 3/ 11 • Las compresiones
adn11s1bles en el borde 1nfer1or so.n mayores que a0 n, aunque en general no son decisivas La relación entre las fuerzas V requeridas con pretensado completo y con pretensado limi-
p-ara el din1ens.ionan1iento, por lo q11e no so,n tenidas en cuenta en la deducción de los tado, para u·n inis1no momento ináx. M e igual s.ección b · d, y teniendo en cuenta que las
coeficientes. tensinnes reales a0 v dependen de k 1 y son, por tanto, diferentes, es:

Con las condiciones pretensado limitado V' k'2 . k'21


V == -·----"- 7~, . k 21-.
pretensado completo V
3
Ouz =- ll · Oon adm. para el máx. M y V~
Con le entre 0,45 y 0,35, es decir, con h,/d entre 0,95 y 0,85, y w = 0,9, se obtiene v = 0,835
a 0,808. Por tanto, la econo111ía de acero que se logra con el pretensado lin1itado está en~
3
"º' = - ll · OoD adm. para el mín. M y V0 tre el 16 y el 20 % (de promedio un 18 % aproximadamente).

Basta pues con utilizar las fórmulas aproximadas dadas para el caso de pretensado com-
se obtienen los siguientes coeficientcs-k1 a k 4"-para las ecuaciones 11.(54) a ll.(57): pleto, no olvidando que bajo· u·nas mismas condiciones el pretensado' li1n.itado requiere
sólo un 82 % de la fuerza de pretensado. Esto es válido también con hormigones B 450

k¡ = l/
/ 1,27
12
+ 4,36í.
y B 600.

Se deduce de tocio ello la gran importancia económica dd pretensado limitado, sobre


4 todo cuando Oz, v adm. es baja, no requiriéndose una armadura suplen1entaria para alcanM
k,=- zar la seguridad al agotan1iellto prescrita.
11
¡>retensado limitado 11.(60)

11.63 Ahacos de dimensionamiento para secc10nes en T, I y en cajón

A continuación se incluyen los ábacos ll.VI a 11.XII para secciones en T, I y en cajón


(fig. 11.60). Se han supuesto dos variantes de la posición del cable:

Los coeficientes k1 y ki se han llevado de nuevo en la figura 11.59 en función de h,/d, ha- h, = 0,9d
y
biéndose supuesto para w el valor 0,9.

De las curvas se deduce que para el caso de que el cable esté lo más bajo posible, se Sea de nuevo:
pnede tomar:
V oo =u; · V0 •
y k3 "" 0,12 .
El valor de úJ suele estar comprendido entre 0,95 y 0,70 y se calcula según el capí"
Tomando de nuevo como hase un hormigón B 3-00, Oon '°" 100 y suponiendo V kg/m2, 00 = tnlo 12.
= 0,9Vo ( w "" 0,9) se obtienen las siguientes expresio"nes aproximadas para el dimen·
sionamiento de seccio:nes rectangulares en el caso de pretensado limitado:
:~- b
1->--'!'·b
-"----1•1
'
l/máx.M 1
d nec. "" 0,06 ~ ---b-- "' l. b
"'"" i"z
V oo "" - 365b . d 11.(61) 1

mín. M '°" 50b . d 2 para un hormigón B 300;


'1uD ~ I,laoD todas las din1ensiones en t y m ..
Fig. 11.60 Notación para las secciones a que se refieren los ábacos 11.VI a 11.XII (ht = d(l - 1.1)].

438
439
ABACO II.VI
1
f-- ·-- ___l_=H_ · - · r···· ~--·- · - ----- - · - ·····- -·--·· ···-
1
r----
+---/-- ~2
·- ... --- --~·
-· ·¡ El canto necesario d nec. para un cierto ancl10 ·b de la zon.a de compresión, se obtiene
,
/
1,0 con los ábacos 11.VI y 11.X, para el tipo de sección considerada, por medio de la expre-
- -·-- hz~ (j!J·d dnec.•1<1 "jl-máx.M / -
1 b· o7' !/ sión:
-¡ -· --
!8
b
't
. ' .
-máx.M
V 'tj
,.
~J.,

. .,[,
z
t
¡.-...... .. - . "

st 1
/ .. 18
,
1- datos: móx.11
d nec. = k¡
V
·· ·
b . ªº
·-- 11.(62)

,-~±¡/
~
1
/ J9 '"' incógnitas: d y r:c, 1
siendo a0 == tensión adoptada o ad111isihle e'n la zona de comw
lt~ ~ ~-
'tj \ /
/ supuestos: máx.o;
fz J_
'"d
presión. Gen.eralmente, si se adopta una 0 0 inferior a la

·~-L
... <::::i'-¡- .. / / OoD adrn. se obtienen cantos más económicos qtie cuando se
L+:bl ' V 1 ~ JZ agota la tensión admisible.
J~
J
c-?Pj ""i"'pj ./ /
11 o¡j=O
.J,IJ
- - ~ / 1
/
V "".... Fig. 1L61 Diagrama de tensio-
nes tomado como
El coeficiente k 1 ba sido obtenido con la condición de que
ª" = O después de pérdidas, es decir, para el caso de preten-
1
J
s;, ·. 1 1
'tj
S.'tjl - /
1 ,/
V
V 1

/
/
e¡¡;. o~ ,
,V
Z,8 .
base para los ába-
cos lLVI y 11.X. sado completo (fig. 11.61). Con ¡>retensado limitado, V puede
'tj '}'' 1r¿fz -z&" .,
!:>. /
/
f-·
/ /
ªv
ser de un 10 a un 20 % menor. La cantidad exacta es función
" ~If'.bf.._
41 p.b
1f . / ,/ /,
" ___ ....
/ rp, ,~
"8"::: .;7""'-
1
Z,8 del valor de en comparación con la tensió11 de tracción adrnisible en el hormigón.

!>"' / V L.--,/ 1
~ La fuerza de pretensado correspondiente al d nec. hallado, se deduce de los ábacos 11.VU

--
;----..f-,.. .
49

-- --
c...--.
~-........v.
/ V ...... k:::::
V-
u 11.XI:
" / ...... ........ ...... ";;?'" ...... ........ ro, U.J
/
:,?
....c...-- .... Z,2
- ... >n

'!J V:::
........ .... - - 1

, <f"·09 Z,IJ
11.(63)

~;iW j (&ll
'eJ{] ¡:> ~ í.'IJ "1/-l Con este valor se p11ede din1cns.ionar ya el cable y comprobar los hz y w supuestos.

Si el d nec. o la posición del cable difieren mucho de las primeras hipóte&is, habrá que
dar unas nuevas din1e'nsiones a la sección y repetir el cálculo con el nuevo peso pro-
pio g.

Mu no debe bajar de un cierto valor n11n1mo, si se quieren evitar las tracciones en la


cabeza de con1_presión. Es decisivo entonces el valor de Vo. En vigas en_ voladizo o en
estructuras hiperestáticas o cuando existen cargas negativas, 0 0 y Ou son afectadas tam-
bién por -MP, es decir., p·or r11ín. Mg+p· La tensión en la fibra superior so anula (0 :=:O, 0

fig. 11.62) cuando:

1 Mgómín.MH 0 = - k3 - Vo·d 1 11.(64)

De este modo, con el k 3 de los ábacos 11.VIII u 11.XII se

.oe
11
"
""""'
detern1ina el valor límite de] n101nento n1ínin10 que debe ac-
tuar para que no s-c produzcan traccio·11es en la cabeza de
-l!! ~¡,..,,
co111presión. Si se adn1iten unas ciertas tracciones en la fibra
53 superior, se puede red11cir a'Ón n1ás el rnomento.
u
..;:::
......1
11
<ll Fig, 11.62 Diagrama de tensio-
~ nes tomado como
Igualmente, la compresión de la fibra inferior bajo el rnín. M
8 base para los ába- y V 0 no debe sobrepasar el valor de la tensión admisible; en
cos 11.VIII y 11.XIL
,
secciones recta'ngul ares es s1n1p
. l emente inax.
. au == --
máx.
. __ 0 0 ,
(J)

pues para V""' máx. a0 y au =:::: O, y para una inisn1a posición del cahle, la tensión máx. au
correspondiente a w, 00 = O y V 0 , sólo puede diferir de máx. a0 lo que corresponde a
1/ w = Vo/V oo •

430 441
Para las vigas en T se ha establecido la siguiente expresión simplificada:
Ahaco 11.vn
.p.I {/
b~°d 1
{/5{/
11.(65) <p-'ll2
1 máx. Ou = k, ·
(j?.f
tomando k, del ábaco 11.IX. 9"·

La tensión máx. Ou no debe sobrepasar los valores admisibles en la zona precomprimida 5ql i]?{}
~

de tracción. Si el mín. M es de hecho menor qne el valor que proporciona k 3, y si por


tanto <Ju es mayor que la tensión admisible, es preciso colocar más alto el cable, elevar - ., [/Jó
la fuerza de preteusado, y, si se había agotado la a0 para el máx. M, rnrá preciso incluso
aumentar d. -- ,__

Los ábacos p·ermiten así un prin1er dimensionamiento mu.y simple y suficientemente exacM
to, con el que, en los casos sencillos, se puede dar por terminado el cálculo para las cargas
de servicio, o al cual sigue la comprobación exacta de las tensiones.

11.631 Ejemplos de dimensionamiento previo con los ábacos 11. VI a 11.XH


" l. Sección en T (fig. 11.63)
Ejemplo

tJ !Jó 1,t? 7f'


<Tu• -1330 t/m 2
Fig. 11.63 Sección en T para el ejemplo l.
.5. Tensión en el borde superior: a0 =- 80 kg/cm2 = - 800 t/m 2

a) Datos: máx. Mg+v = + 200 mt. 6. Fuerza de pretensado después de pérdidas: V~= w · Vo
b) Supuestos:
w = 0,9.
l. Distancia del e Je del cable al borde superior de la sección: h, =0,9d. e) l ricógnítas:

2. Ancho del ala: b = 1,20 m. -máx.M


3. Ancho del alma: b 0 = 1P' · b = 0,30 m
l. d nec. = k,
1/-¡;-:--¡;;-
1¡;' = 0,25 Del ábaco 11.VI, parte superior, correspondiente a h, = 0,9d, obtenemos para cp =
V'= 1-11/ = 0,75. = =
= 0,90 y ·4J 0,75: k 1 2,76, y por tanto:
4. Espesor del ala: d' = cp' . d = O,lOd d nec = 2 761/•......
2
ºº
= 2,76 X 0,456 = 1,26 m.
cp' = 0,10 . ' · 1,2 X 800

r ce= l - cp' = 0,90. 2. V oo = k 2 • "º · b · d nec.


.En las vigas en T no se puede apurar al n1áxin10, en general, la con1pres1on 0 0 admisible Del ábaco 11.VII tomamos: k, = 0,196,
en el horde superior, si no se quiere so·hrep.asar en el inferior la tensión de co·mpresión luego: V = - 0,196 X 800 X 1,2 X 1,26 = - 236 t.
00
0 11 admisible.

443
442
Abaco 11.VIH
3
.
/llJ '
IJ,75
~
'
1
'
1
1
'
1 1
·- -- ~-·

·- '--· ==1 .
. Abaco 11.IX
OJQ
1 1
b-- IJ,70 k~
c-~L. ' - !J 1---1--4---l-+·-· '

IJ,8,f
~

~-
~
~
~ '1::l 1- '1::l
.
-- ·-
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.•
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~~-
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" p:b p b
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' ¡v.b , ,
IJ5f
- r--2-;<1-+2~ -bl Mg o m111.Hp.p--k3 ·Ya·d --- .
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1

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_ 1----+-----_J-----+
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'l::lt
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IJ,55 ::--

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r1'¡pp+~b¡
1

¿
\L!b~ --+·
-¡+ 2 -
.
""
...
"" 3. n1ín. Mg+P == - k3 · V0 • d (en ]as vigas sin1p.Jcrr1cnte apoyadas es el n1íni1110 Mg ad111i-
' ·---- 1 ... -- sible).

Vo=~-. --~~: =-263 t.

Del ábaco lLVIII, parte superior, se deduce: k 3 = 0,25, y por tanto: mín. Mg+v =
= 0,25 X 263 X 1,26 = 83,0 rnt. +
4. máx.º"= k, · b~od,
Del ábaco 11.IX obtenemos: k 4 = 7,76
.
y por tanto: max. º" = - l,20
7,76X X(U
263 -- - 1 330 t / m ' -- ~
133 1<g! cm' ,

(jJ IJ,8
445
Ahaco 11.X

"k1. 1 1 1 Ahaco 11.XI

,,.._.,,,,.r..::::-:Y v
,/r/r__. ~ __. _i..---
,;;o ~~Y- ~- 'P= '?

~~
9"· ,,,

' (}

o f/2 IJ,ll IJ,8 to 'f'

Ejemplo 2. Sección en cajón (fig. 11.64)

Fig. 11.64 Sección en cajón para el ejemplo 2.

a) Datos: máx. MHP = + 200 mt


h) Supuestos:
l. h, = 0,9d
2. b = 1,20 lll
3. 1¡; = 0,75
4. 'P ,._, o,80
5. aa = - 1 300 t/m2 (B 450) (en este caso se puede agotar la a adm.)
6. w = 0,9.

447
Abaco n.xn

e) Incógnitas:

l. d nec. - k 1- 1// /
-
-:-mín.
--b -
. ªº
M_ - .

Del ábaco 11.X, parte superior, correspondiente a h, = 0,9d, obtenemos para cp <-' 0,80,
/lf51--+-+
'P = 0,75: k, = 2,76,
luego d nec. = 2,76 v;.~~~º13~~ = 0,985 m.
--
2. V oo = k2 - 00 • b · d nec.
"<:)
1 1 Del ábaco 11.XI se deduce: k 2 = 0,200,
l:}.
¡
/-¡F, -¡fZ 1
(/ffl--+--+ .L
,"<:)
luego V = - 0,200 X 1 300 X 1,2 X 0,985 = - 307 t.
~--¡-- ! 00

¡...._____ b
-1 1
3. mín.M,+r=---k3 ·Va· d.
1
!12 _..ffe Del áhaco 11.XH, parte superior, se deduce: k 3 = 0,142

V oo 307
Va = --. = ------- =-~ - 341 t,
w 0,9

luego mín. MHP = 0,14,2 X 341 X 0,985 = + 48 mt.


1
.p.l.oo ªº
4. máx. Ou = -w = -1
-------
300 =-1444 t/m2 = --144 kg/cm2 (au adm. = -170 kg/m 2
).
1
1
= 0,9
·- 111

1 Si comparamos amb(}s ejemplos, vemos que en las vigas en I o en cajón es resistido


K/J..,I el mismo mo.mento con menos canto que en las vigas en T, si bien es cierto que a.qué~
Has requieren una mayor fuerza de pretensado. Se ve claramente tamhién la influen·
cía del tamaño del núcleo central sobre el mín. Mg+P' n1enor en la sección en cajón.
--- hz·fltNlr , Además podemos ver cómo se alejan de los valores admisihles la tensión en el borde
-+--+--+--f..- s·uperior en las vigas en T'~ y la tensión en el borde inferior en las secciones en ca.~
[/05 jón, cuando se adopta en cada caso para la tensión en el lado opuesto el límite admi·
sihle (fig. 11.63).

H.64 Obtención de la fuerza de pretensado en el caso general

Los ábacos 11.H a 11.V, 11.VII y 11.XI, permiten la obtención rápida de la fuerza de
pretensado en todos los casos sencillos con las secciones consideradas.. Si tenemos un.a
sección no normal, y están fijadas las cargas, se puede ohtener la magnitud definitiva de
la fuerza de pretensado por el sencillo prooodimiento siguiente:

Se supone una cierta posición del cable.


Se calculan en las secciones determinantes los momentos debidos a Vi= 1 t ó V1 = 10 ó
100 t, y las tensiones correspondientes. Con los restantes datos se han calculado las ten·
siones máximas debidas a las cargas de servicio, por ejemplo máx. Og+p· Sea por ejemplo
au( +) según la figura 11.65, la máxima tensión de tracción en la sección determinante,
dehida a dichas cargas. Sea av 1 la tensión calculada en la misma sección, dehida a Vi l. =

449
29
En el caso de pretensado co1npleto, con au == O, deberá ser: del preten.sado, equivaliendo dicha disn1inución aproxin1adan1cnte al a11m.ento nor111al de
tensión-n · ah-debido a g +p.
n1áx. Og-J··P +V oo • ~1
1 == Ou ==O
Si los aceros son de menor resistencia, puede ocurrir que el n1argen absoluto entre Oz adm.
y el lí¡:nite elástico sea bastante pequeño, por lo que pue~e resultar avent_urado el des-
V¡ preciar sin más ]as tensiones debidas a las cargas que se introducen d~~~ues de .cre~1r ~a
es decir: Voo=- _:riáx. Og+p • Vo = V 00 •

(Ú adl1erencia. Hasta el n101nento, se deja al ingeniero responsable la dec1s1on de d1sm1nu1r


en tales casos el valor de az adn1. para el din1ensio11an1iento de la arn1adura de pretensar.
Análogamente, en el caso de pretensado limitado: Se recomienda dicha reducción en los aceros de calidad por debajo de St 120. Ver tam-
bién apartado 11.41.
Fig. 11.65
[zquierda: tensiones debidas a g + p
nláx. Og+p + V "" . ~ == == Ov,
Ou ObZ

sin pretensado.
Derecha: tensiones debidas sólo a 11.65 Dimensionamiento de la armadura ordinaria necesaria para la seguridad
V1 =L es decir: Vo = V
(})
00 •
a la fisnración

Con esta armadura ordinaria se pretende conseguir que no aparezcan fisuras apreciables
Con las Vo y V oo así calculadas habrá que comprobar las restantes tensiones, y asegurarse
en el hormigón, bien antes de pretensar o durante ciertas etapas de construcción (po·r
especialmente de que para el caso de carga g +
v 0 no aparecen tracciones inadmisibles
ejemplo cuando se pretensa actuando sólo p~rte del peso prop.io!, o bie': más tard'.''. bajo
en la cabeza de compresión. Si no se cnmpie esto, será preciso snbir el cable y calcn- la carga de servicio, en las zonas en q11e actuan sobre el l1orn11gon tracciones adn11s1hl.es.
lar de nuevo la fuerza de pretensado para la nueva posición.
Esta a~11adura ordinaria no in1pide, pues, la forn1ación de fisuras, sino que influ.ye favo"
rablemente sobre su separación y an.ch_ura. El im1)cdir las fisuras es tarea del prete:nsado.
Sien1p,re se podrán deducir otros métodos n1enos primitivos; es dudoso, sin embargo, que
resulten más convenientes, es decir, más concisos y n1ás claros en su aplicación práctica.
La armadura contra la :fis11ración suele estar co-1ocada principalmente en la dirección del
preten~ado. En una cierta dire.-eción en la que no se pretense, se p·recisa de todos i110~
.Aqu.í nos contentaremos con este sencillo procedimiento. dos, la mayoría de las veces, una armadura Euficiente1nente fuerte.

Existen muy diferentes o-pin.iones acerca deJ dimensionamiento adecuado de esta arn1aD
U.641 Dimensionamiento del acero de pretensar dura contra la fi_:_.uración. En la norn1a DIN 4 227 se exige t1na cuantía 111ínin1a del 0,3 %
del área de la sección de la pieza. Sin embargo, en el caso de pretensado completo no
Una vez ca.lcnlada Ia fuerza V0 de pretensado en la sección determinante para el dimen· es necesaria si se prete'nsa prematura1nente con una pequeña parte de la fuerza definiti~
sionamiento, habrá que estudiar si la sohretensión temporal admisible en el punto de te· va, evitando así las fisuras debidas a las tensiones térn1icas o sin1ilares. Tan1poco es ne-
sado, que es de un 10 a 17 % , es s11ficiente para vencer los rozamientos entre< el punto cesaria en el caso de armad11ras pretesadas, pues los alan1bres suele11 estar bien repar-
de tesado y la sección din1ensionada, de forn1a que llegue a ésta el V 0 necesario. tidos sobre la zona precomprin1ida de la sección, y la adl1erencia con1ienza a actuar j11s~
tam.ente con el endurecimiento del hormigón.
Si no sucede esto, habrá que calcular cuánto hay que aumentar la fuerza en el punto
de tesado, para alcanzar V 0 en la sección determinante. Entonces habrá que dimensionar En el caso d.e pretensado comp_leto, el dimc'nsionan1iento de dicl1a armadu.ra es, pues, una
el calJie para esta fuerza superior, previa deducción del "importe de Ia sohretensión", cuestión de criterio, dependier1do entre otros factores de las diversas m.edidas que se adop~
pero siempre como mínimo para V 0 • ten -en la ejecución de la obra. Para el n1ontaje d.e la arn1adura transversal se precisa
de entrada una cierta armadura mínima. Cuando :no es posible aplicar un i1retensado .pre~
La sección. de acero necesaria se deduce sencillanre·nte de: n1aturo moderado, y en especial cuando una pieza grande va a estar expuesta .Por con1~
pleto, antes de pretensar, a los can1bios de temperatura y otras infl11encias clin1atológi~
cas, se roco1nienda entonces el disponer el porcentaje citado co1110 arn1ad.ura mínima (ver
F -~ -~º-·
z - -Ozv adm.
también [ 474]).

En el caso de pretensado lin1itado existen tan1hién zonas en las que se admiten traccio11es
ª"' adm.se toma de las normas que proceda. Según la norma DIN 4 227, edición de octu· en el hormigón. Incluso aunque dichas tensiones se mantengan por debajo de la resis-
bre de 1953, hay que tomar en Alemania aw adm. =
0,55¡'lz, o bien :ccc 0,75/lo.2 (para la ten· tencia a tracción del hormig6·n, es preciso contar en dichas zonas con la ap·arición de
sión de pretesado: a~J adm. =
0,880 ,2 ), valor por tanto más bajo que en otros paíse•. fisuras, porque, co1no es sabido, pueden sobrevenir otras tracciones suplen1entarias por di~
versas causas imprevisibles en el cálculo. También en estas zonas l1abrá que cuidar de
En los aceros de alta resistencia, de calidad superior al St 120, se desprecia en general que se presenten tales fisuras a separaciones pequeñas, y que ·no sean por tanto· aprecia-
el aumento de tensión debido a las cargas que entran en acción después de pretensar bles a simple vista. Se logra la pequeña separación entre fisuras s:n necesidad de arma~
y de establecer la adherencia. Se justifica esto por el hecho de qne la tensión a, del acero dura suplementaria, si la arn1adura de pretensar está repartida por la zona de tracción
pretesado disminuye ya de valor por el acortamiento elástico del hormigón, y en el acero en forn1a de cahJes pequeños, y n1ejor aún., en forn1a de alambres sueltos pretesados.
postesado, por el acortamiento plástico del l1ormigón d11rante los p·rimeros días des_pués En cambio, si se col~can cables de cierto tamaño, püir ejemplo de más de 40 t, se reco-

450 451
mienda entonces disponer, a lo largo de las caras exteriores de dicl1as zonas, una armaª Para obtener las tensiones en la secc1on compuesta, debidits a ]a sobrecarga, es preciso te-
dura ordinaria adicio,nal a base de harras no ni-uy gruesas, a pequeñas separaciones. ner en c11enta las dife1·entes características de los. hormigones utilizados. Consideremos
la sección de la figura 11.67, en la cual la sección prefabricada, cnyos datos son Fi, ]¡, Wi,
Para el din1ensionamiento de esta armadura se parte de la fuerza de tracción -en el horc etcétera, se compone de un hormigón cuyo módnlo de elasticidad E 1 es mayor que el
migón en el estado. I (fig. 11.66) : n1ód.ulo E 2 del hormigón in sit11, a cuya sección correspo11den los valores F 2, ] 2, W 2,
etcétera. Si se asegura la unión resistente al esfuerzo de cizallamiento, en toda la sup·er·
1 ficie de contacto entre amhas
Z¡,=-·- Obz(d-x) bo. partes de la sección, debe ser tensiones en e! ele-
2 mento prefabricado, tensiones en la sección tensiones
válida también para ésta la hi- debidas a compuesta, debidas totales
V+9r·• 92 sólo a p
La sección de acero necesaria es: pótesis de consei'vación de las
secciones planas, de modo que
Fe nec. ==
zb
------·-·~-------­
las deformaciones del hormigón
Oe adm. en una fibra sitnada a la dis·
ta:ncia y del centro de gravedad
Fig. 11.66 Diagramas de ten.<>iones para el estudio de siendo Oe adm. la te·nsión admisible correspon~ ideal de la sección conjunta ~~- F1,E1 +
la seguridad a la fisuración. diente al acero 'normal de armar~ deben satisfacer la condición
e = = =
s1 e2 /(y) independien- Fig. 11.67 Sección compuesta de un elemento prefabricado y una losa de
hormigón in situ. Superposición de tensiones.
Si la armadura de pretensar está constituida por pequeños cables o alambres, se puede temente de la parte de la sec-
considerar su colaboración. ción en que se produzcan.
C¡¡ando se dimensiona en el estado I, se obtiene en general una fnerza de traccwn algo
mayor que si se realizan los cálculos en el estado H, ya que si se supone fisurada la P·uesto que e == ·E·a , tenernos:
zona de tracción, el brazo mecánico es mayor que en el estado I (fig. 11.66). Según la
norma DIN 4 227, al calcular en el estado H, la tensión del acero de los cables de pre.ten-
sar, cuya colaboración sea tenida en cuenta en este estudio, no dehe aum·entar e:n más
ª'
de 2 000 kg/cm2• En el caso de prctcnsado limitado, puede suceder que la comprobación
de la seguridad al agotamiento, según el capítulo 13, obligue a una mayor armadura ordi- . Ei
y haciendo m = -
naria adicional que la seguri(lad a la fisuración. E,

I_.as posibles tracciones en la zona de con1 presión deben ser cubiertas c11idadosarnente
por u·na ar1nadura ordinaria, inclu.so aunque sólo se presenten temporaln1ente, por ejem~ 11.(66)
plo para el caso de carga pretensada +
peso propio parcial.

Las fuerzas d N 1 en el elemento de superficie d F 1 = b, · d y de la parte prefabricada,


pueden ser expresadas pues en función de las tensiones o2 :
11. 7 Comprobación de secciones compuestas
. (Elementos prefabricados y hormigón in situ) d N1. = a1 • d F 1 =a 1 • b, · d y = m · o2 • b1. · d y .
Al objeto de economizar peso de transporte, las piezas pretensadas prefabricadas son di-
mensionadas en general de forma que estén en condiciones de soportar s11 peso propio duq Esta ecuación significa que la seiec1on co-rn,p·u.esta puede ser consid.erada com.o una secri
rante el transporte, y además el peso del hormigón fresco que completa la sección después ción homogénea, a efectos de l1allar el centro de gravedad y las ten.siones, si se to,ma
del montaje .. Una vez endurecido el horn1:i gón. vertido in situ, entra en acción la sección para las fibras con un ancho b 1 en la parte Fi, el ancho ficticio:
total compuesta, que soporta las demás cargas (carga permanente restante y sobrecarga)
con un .mayor mon1ento resistente.

Al realizar el d.im.ensionamiento, se comprobará p-or tanto que se satisfacen las tensiones


adn1isibles en la pieza prefabricada sola, bajo su. p·eso propio y el hormigón fresco·, y que La determinació,n de la fibra neutra de la sección compuesta es muy sencilla, si se co~
la sección comp·uesta p11ede resistir las cargas debidas al revesti1niento, capa de termiH nocen los centros de gravedad de las superficies parciales F1. y F 2• Con la notación de
Ilación o similares, y las sobTecargas. En la parte prefabricada de la sección, -las tensioH la figura 11.67 se cumple:
11es debidas a estas n11evas cargas se s11perpo'ndrán a las ya existentes antes de empezar
a actuar la sección compuesta. Debido a la retracción y la flnencia tienen lugar en la
F, ==
m. F 1
· e == e -
sección conip-uesta reajustes de las fuerzas inte.r:nas, para cuyo estudio se dan indicaciones e'>
en el apartado 12.4. Sin embargo, el único requisito exigido suele ser que se satisfagan
-~~·e
m. F 1 +F2 - +
-----~----~
m. F 1 F2
e1
11.(67)
las tensiones e'n la pieza prefabricada al con1ienzo de la carga, y que la sección com~
]' = m (11. + F1. · e\) J2 + F, · .f, W' = _]'_
puesta posea la seguridad al agotamiento prescrita (ver apartad.o 13.1). y

452 453
Co1no W' está referido al h.ormigón in situ, las tensiones debidas a un n10111ento MP que
actúe sobre la s-ección comp11esta, serán:
Mp \
en el hormigón in situ a2 == -w-
1 11.(68)
en la parte prefabricada O¡:==
Mv
W'
·m
\
CAPITULO 12
1
12. Tratamiento analítico de los efectos de la retracción 1
En la parte prefabricada se superpondrán estas tensi.ones a las ya existentes debidas al y la fluencia del hormigón
pretensado, peso propio suyo y peiw del hormigón in situ. Si se colocan unos puntales
para apeo de la pieza prefabricada al cargarla con el hormigón fresco, habrá que con-
siderar co·n10· caso de carga para la sección con1puesta la desaparición de las reacciones
de los puntales al retirar el apeo una vez endurecido el hormigón in situ. 12.1 Pérdidas de fuerza de pretensado por retracción y fluencia
Los esfuerzos de cizallamiento que aparecen en la junta entre la pieza prefabricada y el
hormigón in situ, deben ser resistidos bien por el hormigón o por estribos en horquilla, 12.11 Introducción
siendo válidas para ello las n1is1nas consideraciones que en el hormigó:n armado.
La retracción y la fluencia del hormigón (trabajando a compresión) dan lugar a un acor-
tamiento de éste, disn1inuyendo, por consiguiente, la tensión en el acero o, lo que es lo
n1isn10, la fuerza de pretensado. Esta pérdida trae co1no co·nsecuencia una variación de las
tensiones del hormigón debidas al preteusado. Cuando la pérdida de fuerza de preten·
sado es n1áxima, la precon1presión en la zona de tracción alcanza su valor iníni1110. Este
caso es el que tiene n1ayor in1portancia para nosotros, p11es 11ecesitan1os asegurarnos de. que
la zona de tracción tendrá aún una precomprcsión. suficiente, una vez concluidos los fe-
nón1enos de retracción y fluencia.

Ya en 1937 demostró D1scn1NGER [28] y [36] que los trazad.os de las curvas que relacio-
nan la retracción y la fluencia con el tie1npo carecen de in1portancia a efectos del valor
final de la pérdida de fuerza de pretensa d. o (cuando han terminado la retracción y la

'f és
és t =---i
• 'f=

!f¡
1

l oo tiempo tiempci

Fig. 12.la Se supondrá que las curvas que rela- Fig. 12.lb El coeficiente de fluencia 'Pin, para una pieza
cionan la retracción y la fluencia con cargada desde el instante n 1 al n 2 , se deduce
el tiempo son afines. aproximadamente en función de los 'Pn 1 y
rp,, de:
2

fluencia), no siendo necesario, por tanto, conocer


dicl1os trazad.os, sino que interesan solamente [qoN = coeficiente final de fluencia para co-
los valores finales de la retracción-es-y de la mienzo de la carga en el instante normali-
zado (28 días).
fluencia--rk = cpN · Cb-(fig. 12.la). En el trata-
miento analítico de estos fe'nón1enos poden1os (P ,,, , rp n,, = coeficientes finales de fluencia para
comienzo de la carga en los instantes n 1 o n 2•
suponer, pues, para la retracción, la n1isma
(afín) curva de variación con el tiempo que para t = duración de la carga = n2 - n 1].
la fluencia.

Los posibles valores finales de la retracción y la fluencia pueden ser tomados de los apar-
tados 2.233 y 2.246. respectivamente.
En las fórmulas dadas en este capítulo se sustituir.in los valores finales cp ==
rp solament,e, O<J con carácter pern1ane'nte 1• Para simplificar la notac1on representaremos, sin embargo, la
por supuesto, cuando no varíen ni la carga n1antenida n.i las condicio'nes cli1náticas l1asta carga mantenida por el subíndice g. Las tensiones o, no son afectadas por la pérdida de
que se alcancen dich.os valores, es decir, hasta los primeros 5 ó 10 años. Si sobrevienen pretensad.o, pero las Ov varían con la retracción y la fluencia. Ello hace q·ue las tensio'nes
cambios en el instante n,después del comienzo de la carga, habiendo actuado desde en el hormigón sean función del tiempo, y por tanto, también las del acero. La pérdida
el instante n1 la carga n1antenida gi, las variaciones d.c tensión en este prin1er período t de tensión en el acero-az, s+k-se deduce del acortamiento del horn1igón~es Sk-corres~ +
deberán ser calculadas.''con cp 1n1 , nlie'ntras que .para el tien1po posterior a n 2 , en el que ac~ pondi.ente a la fibra situada a la altura del acero de pretensar (fig. 12.2). En una estruc-
tuará la carga g1, 11abrá que hacer los cálculos con rp1n 2, en el S"upuesto de que este caso tura solicitada a flexión, esta pérdida de tensión en el acero es distinta en cada sección x,
de carga se prolongue hasta t = oo (fig. 12.lb). ya que Gb y Eb, y con ellas los acortamientos e1c, varían, por lo general, de sección en sec-
ción. Basta, sin embargo, con comprobar la pérdida de tensió·n en la sección en que tie~
Si se i11odifican las condiciones climáticas, habrá qlic ton1ar los l's y rp, con sus correspon- i1e l11gar la máxima con1presión en el hormigón, o sea, en la cabeza de tracción en el lugar
dientes valores parciales. Por ejemplo, si una jácena de cubierta pretensada en banco de la máxima tracción a,, pues en general es en dicho lugar donde la pérdida de tensión
de tesado es conservada en el taller de fabricación, en ambiente cálido y húmedo, dnran- es más desfavorable, estando, por tanto~ todas las den1ás secciones más favorablemente
te 3 n1eses antes de su inontaje, la viga son1ctida ·dura11te e;:;te tien1po a las tensiones solicitadas.
debidas a g, Vo fluirá un cierto valor, que corresponderá a un módulo final qJ 1• Según
la figura 2.66, al cabo de este pri111er trimestre habrá tenido lugar aproxin1adan1ente un Si hay varios cables situados a diferentes alturas, se podría calcular con la ecuacwn 12.(7)
60 % de la fluencia, es decir, habrá que tomar cp 1n, = 0,6cp¡. Suponiendo que después del la pérdida de tensión correspondiente a cada capa de cables. Los cables con mayor excen-
montaje se con.serve la jácena en un ambiente cálido y seco, regirá a partir del insta:i:1te n 2 tricidad sufren la mayor pérdida; los más próximos a la fibra neutra, la pérdida menor.
un coeficiente de fluencia rp 2 m.ás elevado, el cual condicionará los acortan1icntos perma~
nentes debidos a las tensiones ocasionadas por el peso propio total g y el pretensado Vi~n,· El efecto conjunto equivale, sin embargo, a una pérdida de tensión que corresponde al
Este módulo de fluencia será tenido en cuenta sólo con el 40 % restante, siendo, por tanto, acortamiento del hormigón a la altnra del centro de gravedad de los cables pertenecien-
<¡Jtn2 0,4tpz. Para la retracción se pueden hacer unas consideraciones análogas: ésn 1 == 0,6e 1 tes a una cabeza. Como sólo i11teresa dicho efecto conjunto, basta como aproximación
Y Esn 2 == 0,4ez, con calcular la pérdida de fuerza de pretensado para la fibra situada a la altura del cen-
tro de gravedad de los cables (fig. 12.3). Un cálculo más exacto carece de valor, habida
De cEta forn1a .Pueden ser tenidos en cuenta varios cambios sucesivos de clima. No obstan~ cuenta de la inexactitud de los valores de E, y cp.
te, antes de aplicar estas consideraciones teóricas e11 ·una forn1a dcn1asi.ado refinada, se
debe pensar si merece la pena el trabajo suplementado de cálculo que ello supone,
habida cuenta de la grosera aproximación de los valores de cp y e utilizados.

Si varía el sisten1a estático, l1abrá que tener en cuenta para los períodos d.e tien1po en
cuestión, los correspondientes valores .rarcia]es d.e Es y (p j"unta111cnte con los correspon~
dientes Og, av, etc.

Los valores de (p han sido determinados como si el módulo de elasticidad E 1,, existente al
co111enzar la carga, pern1aneciese constante. IIacemos los cálc·ulos, pues, con Eh consª == Fig. 12.3 Elemento diferencial al nivel del centro de gravedad de los cables.

ta:nte ==Eh,'""'º"

En el caso de los acorta111ientos de retracció11~ se trata de valores fs que son independientes Con el "Método de las fibras conjugadas" desarrollado por BusE~lANN (apartado 12.22)
de la ca1·ga. Los acorta111ientos de :fluen.cia Ek provienen, por el contrario, de las te-nsiones [121], podel'IlOS ]levar a caho un e~tudio teÓrÍca111entc exacto de las variaciones de ten-
pern1anentes o n1antenidas largo tiempo: Og+vi cuando actúan pern1anenten1ente sólo el peso sión debidas a la retracción y la fluencia, incluyendo el efecto de Jas ar1naduras. l\1o obs~
propio g·y el pretensado, o Og+v+ l\p, cuando una parte Ap d.e la sobrecarga actú.a también ta:nte, sólo se hace uso de esta posibilidad en casos de excepción.

La nieta p-rincipal de nuestro estudio es l1allar la n1áxima pérdida de tens1on en el cen-


e adiciona! hasta
instante i "'O el instante t "' 00 tro de gravedad de la armadura de pretensar, en la sección determinante de un elemento
g+Vo retracción tluencia estructural, pues queren1os pretensar hasta un grado tal que, u·11a vez concluidos los fenó-
ég+uo Es sk
1nenos de retracció11 y fluencia, la zona de tracción de dicha sección esté aún su:ficientemenM
te precomprimida. A efectos del cálculo práctico se ha generalizado el siguiente plantea-
miento del problema:

TYz (-)
A la pérdida de tensión Oz, s+k corresponde una pérdida o d.is111inución de fuerza de pre»
tensado en el acero de pretensar de Zz, s+k == 0 1., s+k • Fz. Adoptamos aquí e1 sín1bolo Z~
l_~;¡¡¡;cr.fz por tratarse del esfuerzo en la sección del acero de pretensar.

evo fg+uo

€zv0 independiente de ebv 0 1 Dentro del peso propio g se incluyen las cargas muertas (en rigor habría que hablar de las CARGAS PERMA·
NENTES g= PESO PROPIO-i- CARGAS MUERTAS). Llp es la parte de la sobrecarga (CARGAS VIVAS) que se supone
Fig. 12.2 Deformaciones e en una sección pret.ensada. actuará con carácter permanente. [g +
Llp] es la CARGA MANTENIDA. (N. del T.)

456 457
------

Compensamos la pérdida de fuerza de pretensado aplicando una mayor fuerza inicial, .qlie 3.0 Se establecen soluciones aproximadas, que son suficientes con fines prácticos, sobre
designan1os por Vo. A causa de los rozamientos, la fuerza V 0 a aplicar con el gato será, todo teniendo en cuenta que debido a la inexactitud de los e, y rp no tiene mucho
probab.lemente, aü_n rnayor; no obstante, en nuestra notación no se ha tenido en cuenta sentido el seguir un método exacto de cálculo. En tanto que los valores finales del
tal diferencia. En la sección estudiada, el esfuerzo de tracción en el acero después de acortan1iento por retracción y fluencia pueden oscilar en un 20 a un 40 % ,. es sufí~
pérdidas será entonces: ciente llegar a resnltados con un 5 ó 10 % de aproximación.

En los tres casos se pueden utilizar en el planteamiento de las ecuaciones, bien los esfuer#
zos N, M, o las tensiones a, o bien las deforn1aciones c. Por regla ge11eral es con estas úl-
Ii:sta notación es un poco engorrosa. Para simplificarla es n1ejor en1plear las fuerzas de timas con las que se obtienen las expresiones más sencillas.
compresión actuando sobre el hormigón: V 0 +A =V~; por razones de equilibrio debe
ser 1 ---·Zs+k == . +·A, aunque no se trate de fu.erzas exteriores, sino de fuerzas internas en
12.12 Obtención de la pérdida de fuerza de pretensado por retraeci<Ín
una sec?ión. La pérdida A, y por tanto también la fuerza V~' pueden variar de sección
e11 sección, con10 dependientes que son de Og+vo (ver apartado 12.18). rl><e11en1os que calen~ y fluencia, en incrementos de q;
lar A en la sección de máximo momento fiector para que la fuerza de pretensado V w haga
(Cálculo por diferencias finitas)
que s~ satisfagan en dicho lugar las condiciones de la comprobación de tensiones y de la
segundad al agotamiento. Utilizamos la notación V w análogamente a Vo para poder carac·
terizar ahreviadan1e11te el caso d.e carga "pretensado después de pérdjdas" co·n el subín~ Con el cálcnlo por diferencias finitas se puede seguir de una forma clara la evolnción de
dice v,,.,. los fenómenos, en especial el efecto de la pérdida de fuerza de pretensado, creciente con
el tiempo, sobre las tensiones en el l1ormigón y, por tanto, sobre la fluencia de éste. Por
~01110 vin1os en el ca1Jítulo 11, para obtener V 0 necesitaren1os, en primer lugar, tener una esta razón, lo explicaremos aquí detalladamente.
idea aproximada del valor de la disminución de fuerza de pretensado, y por tanto del va-
loi~ de la fuerza de pretensado V 0, calculando entonces con las O& obtenidas para V0 la Sea A = - V 0 +
V~ (todas, fuerzas actuando sobre el hormigón) la pérdida de pretensa-
pérdida real (no obstante, ver apartado 12.15). do. Consideremos n etapas en su evolución A, A, A 3 ••• Am ... A"= A (V es negativa, A po·
'itiva).
Las arrnaduras ordiriarias Fe entorpecen la fluer1cia del hor:anigón. :En los casos normales retracción
no se tiene en cuenta este efecto; en el apartado 12.22 veren1os cón10 se le puede consi~
derar, en caso de necesidad.

Si hay cables en ambas cabezas de la viga se interfieren n1utu.an1ente en los fenómenos


de fluencia. G. KNITTEL [237] fue el primero en tratar este caso, resol.viendo la ecuación
diferencial lineal conjunta, si bien en la práctica resulta demasiado prolijo. Con el método
de BusEMANN·HABEL se puede resolver fácilmente este problema (ver apartado 12.22). Sin
en1hargo, la mayor parte de las veces pode111os renunciar a tales sutilezas. ·

Los problemas planteados en este capítulo pueden ser estudiados fundamentalmente por
tres n1étodos: Fig, 12.4 Deformaciones 8 en una sección pretensada, sin considerar la fluencia.

1.0 Se establecen las condiciones para intervalos de tiempo, es decir, se considera, por Conocemos los siguientes valores (fig. 12.4) :
· 1o, dZ en ¡·. ·. d. e -d--.
d<p E ste p:roce d imiento fue presentado por DisCI-IINGEU
CJen1p unc1on Übg
= alargamiento del hormigón al nivel del cable, debido a la Obg provocada
t t Ebg = Eb
por M, y eventualmente por N, (cuando exista), es decir, por la carga man·
en sus trascendentales trabajos [28] y [36], en los que este problema fue tratado
tenida sin pretensado. Es independiente de la retracción y la fluencia, pues g
analítica111entc por vez primera, profundizando en una serie d.c conocimientos que
alcanzaron ·una gran importancia, en especial ¡Jara el horrnigón pretensado. Se llega es constante;
a u·na ecuación diferencial lineal, qu.e adn1itc solución si se desprecia la colaboración
del acero. Bbv, = Obv, = acortamiento del hormigón a la altura del cable, debido al prctensado Vo
Eb solo; este acortamiento varía luego con la retracción y la fluencia, ya que
2.º Se establecen las condiciones para fracciones ig·uale." del valor de la retracción o la la fuerza de pretensado V varía con respecto a V,. Cuando se emplea el sis·
fluencia, es decir, se estudian los fenó1nenos por incrementos sucesivos. Con este cálcu~ tema d.e armaduras pretesas, se to111a también para el acortamiento inicial el
lo por diferencias se llega, evidentemente, al mismo resultado. Se le pnede aplicar debido a V 0, no a vcoi;
tan1bién en el caso de que el primer n1étodo desen1boque en una ecuación diferencial
irresoluble. DisCHINGER y MoRSCH [ 69 J fueron los iniciadores de este procedimiento. Es == acortamiento de retracción (se supone constante en toda la altura de la sec~
ción) ;
1 Zs+k, como pérdida de esfuerzo de tracción, es negativa. inicial del acero de prctensar debido a la fuerza de pretensa·
A, como pérdida de fuerza de compresión, es positiva.
caso de armadura pretesa tomar también V 0 , no la VCºl).

458
A¡ n---¡-·T
Am ' 1
El acortamiento del acero dentro del mismo intervalo será:

-----
/IZ<+k • Ezvo •
Vo
'-f--"';....._ "'-Zs+k

--r
1

1
1::.d~
Igualando ambos valores se deduce la ecuación:

pretensad: v7 -1':_ + 8.bg • 'P + 8bv 0 •Cp + .~m ' Bbvo ' 12.(l)
n n n Vo · n

n l .
9'/n Multiplicándola por - - se convierte en:
'P Ebv 0

12.(la)
9'/n
\¡-·
• 1 ' 1 1

¡t ,1 \. ~7 v··-·,..!!!!-··
L-------------
. inlervalos desiguales
T 1 , de donde se deriva:
de tiempo

curva de flue11cia 9't


lnter.ialos iguales
de fluencia

,
Sustituyen do -'fJ ( -·· Sbv,, ) = "''
"'' y
n ebv 0 - Ezvo
Pig. 12.5 División de la variación de la
pérdida de pretensado, en eta- nos queda: <P · Vo 12.(lb)
pas correspondientes' a iguales
Íoo •~-------
intervalos de fluencia.
Con toda generalidad podemos escribir entonces para un cierto intervalo 1n:

Supongan1os ahora dividido en intervalos iguales e.l acorta1nicnto total de un eiernento +


Am+l = Am AAm = Am-Am. <P1 +<P. Vo
12.(2)
a la altura del cahle (fig. 12.5). En cada intervalo, un elemento de longitud d x = I se Am+l = - Vo · <P Am(l - <P¡) +
acorta en:
Introduciendo y = 1 - <Pi, las pérdidas de pre.tensado en las sucesivas etapas serán:

A 1 = - V 0 • w+O· r
A, = - Vo · <P A1 · / +
I~a fuerza de pretensado al comienzo del intervalo 1n~ésimo es:
Am = - Vo · <P + Am-1 · r
A"= - Vo · <P + An-1 · r.
A lo largo de dicho intervalo m-es1mo, la pérdida Am de prctensado se incrementa en
AAm, por lo que al final de él, o lo que es lo mismo, al comienzo del (m 1) -ésirno, el + Sustituyendo cada valor en el siguiente:
valor de la fuerza de pretensado será:
A1=-<P·Vo
Vm+l = Vo + Am+l = Vo Am + AAm. A 2 =-(<P+<P · y)Vo
+ +
A 3 = - (<P <P · r <P · y') Vo, etc.
Considerando sólo la recuperación elástica del hormigón debida a la pérdida de p1·eten· An = ·-- (<P + <P · y+ <P · r' ... +<P · r"- 1) Vo 12.(3)
sado AAm (último término de la ecuación siguiente), y despreciando la recuperación
plástica debida a AAm, lo cual es admisible si los intervalos son pequeños, el acortamien- Multiplicando la ecuación 12.(3) por (1-y) se obtiene:
to del hor111igón dentro del intervalo mmésimo ser~ entonces:
A,,-y · An=-(<P-<P ·y") Vo
<P (1- y") 12.(4)
o bien: (l-y)

%0 4.61
~
il

Deshaciendo las simplificaciones utilizadas, tenemos 1 - y= + <Jj 1


: La tensión final en el hormigón será, pues:

Ob, "" == Obg + Ob, v 0 + Ob, s+k •


1
La variación de tensión en el acero no es n · Ob, s+k? pues el acortamiento de retracción y
y para el resto del numerador de 12.(4): fluencia d.el h.ormigón por sí solo, considerado en el elemento aislado, no modifica la
tensión del horn1igón, mientras que la tensión del acero debe variar, a causa de la adh.e~
rencia, proporcionalmente a estos acortan1ientos.
(I -y") [l - (1 - 1'1) "]
ébvo
Sbv 0
_=:. Czv 0
)"]
__ •
Deducimos la pérd.ida de tensión en el acero a partir de la pérdida de fuerza de preten-
sado:
Haciendo a::::::::
=:::: Ob, s+k ' 12.(7h)

nos queda: (1-y") Todas las tensiones corre,sponden a un elemento diferencial situado a la altura, del
centro de gravedad del cable en la sección estndiada. No se debe tomar, pues, como

ya que, siendo e la base de los logaritmos naturales, se puede escribir en general:


1 Ob la tensión en la fibra extrema.

ex=(1+-:r y e-x::::::::
(1 ~ X)" .
n 12.13 Obtención de la pérdida de fuerza de prctensado por retracción y fimmcia,
por medio de la ecuación diferencial de DiscHINGER
f_,a [Jérdida de pretensado An ==A == -Zs+·k será entonces:
Va1nos a partir en este caso de las fuerzas y a considerar un prisma pretensado comprim
mido axilmente.

{Jn esfu_erzo axil N constante actúa permanentcn1ente y con valor constante junto a la fuerm
za decreciente de pretensado V, sobre un prisma (p. e. una péndola de hormigón preten-
l2.(5)
a= sado) de sección neta de hormigón Fn. Los valores característicos del cable son F, y
E, (fig. 12.6). El esfuerzo axil N ocupa aquí el lugar de la carga mantenida en el apar·
tado anterior. Para deducir la ecuación diferencial de DISCHINGER seguire1nos la sencilla
E. exposición de M. BIRKENMAIER [175].
F~n lugar de las deformaciones se pueden introducir las tensiones. Con n = -·~ (en rigor de-
heríamos escribir n,.), obtenemos: E,,
Para cada unidad de tiempo, el acorta111iento del acero deberá ser ig·ual al acortamiento
del hormigón. En el intervalo d t se reduce la fuer-
A=-Z,.1 ,=-Vo(~ za de pretensado en d A. J"a expresión que iguala
arnbos acorta1nientos es (primer 1niemhro, el del
12.(6) acero; 1iltimo mien1bro, e1 del hor1nigón):
a == n ·
~------- ~ .
Obvo

n ' Übvo - Ozvo

Generalmente A es positiva, p-ues la fuerza de con1presión V 0, negativa, se reduce en


el valor de A · Z-'+, deberá ser negativa, para que haga disminuir el esfuerzo de tracción
, d Z,+k
¡·-····-·---=---·
dt E, · F,
l
d t E, . F,
=--
'P ~ · d t
d. A l
-+
es · d rp
Fz i Ez
en el acero·, Zv0 , que es positivo.
Wo+N +A) ilrp dA l
Para los valores (1- e--n·•r) se dan tablas en el apéndice.
+ -~it+<lT Eb · Fn
12.(8a)

La variación de las tensiones en el l1ormigón c;b, s+k, es proporcional a la pérd.ida de fuerza


de pretensa do, y por tanto:
El primer término del acortamiento del hormigón
corresponde a la retracción en el intervalo d t refe~
rida a la curva rp (fig. 12.1); el siguiente corres-
ponde a la fluencia, y el último, al igual que en

o bien:
t N (positivo o negativo) la ecuación 12.(1), a la recuperación elástica del
12.(7a) hormigón debida a d A; se ha despreciado de nne-
Fig. 12.6 Prisma pretensado axilmente. vo la correspondie'nte recuperación plástica.

462
463
[,a ecuación
l2,(8a) se puede poner en la forma:

_dA_(
dt
E F) (
1 y/_'F" = Vo-t-N-t-A-t-~-E ·F)ª'P
12.14 Determinación aproximada de la pérdida de pretensado por retracción y fluencia

Z Z '1' b n dt • Se llega a una fórmula sencilla con buena aproximación si se supone que la fuerza de
00
pretensado decrece linealmente con cp/n desde Vo a V~· es decir, que la pérdida de pre·
Haciendo n == Ez_ y µ
Eb
= F,
·-- tensado A (actuando sobre el hormigón como positiva) tiene un valor medio A/2. Se puede
F'n el paréntesis del primer miembro se convierte en: expresar entonces inn1ediata1nente el efecto de la d.isn1inución de fuerza de pretensado
sobre la fluencia.

El acortamiento de fluencia de la fibra de hormigón al nivel del eje del cable, debido sólo
al pretensado, es:
Poniendo al1ora a== e,
<p • Eh ' F"' la ecuación diferencia! Bbv, k = + (ebv + Ebvv
0 • - t )cr +
2 0
Bbvo

toma la forma: ¡r~-'""'.!;----:~-~::---(K_-t-_:_A_)-~-.~-


.. siendo Ebvo el acorta111iento elástico del horn1igón dehido a Vo:
12,(llb)
Übv 0
I.a so_lución de esta ecuación es: Ebv 0 :::::; ~E -.
b

ln (K +A) =_a , cp +C. El último término es la recuperación elástica de la fibra de hormigón, debida a la dismi-
La constante C se deduce de la condición de que nución de la fuerza de pretensado en el valor A.
ces C =
ln K para t =O sea
'
m =o y A
= 0 ; enton- Como consecuencia de la carga mantenida y la retracción, la longitud del elemento dife.
Por tanto: rencial d x =
l varía de acuerdo con:

ln(K-t-A) =-a, cr+ln [(, Cb, g, s+lc == Cb, g ' <p +Es,
o, lo que es lo mismo~
La variación total de longitud del elemento diferencial de hormigón será, pues:

Siendo e la base de los 1 ,


ogar1tmos naturales~ se cumple: La variación de alargarniento del acero es proporcional a la variación de fuerza de preten~
sado:
K ·1-A = K. ,,_,,.,,
A =-K(l-e-a·r)--Zs+k ~ •

Sustituyendo la expresión d [( ¡ · d
mente sera·.· e ' a per ida de pretensado en el pr1'sma comprim1
. 'do axil- Puesto que an1hos valores deben ser iguales~ obtenemos para A la siguiente ec11ación:

12.(9) o bien:
e, + cp ( + ébg Ebv,)

l + ~ )-
Este es el mismo resultado de· 1
as ecuaciones 12.(5) ó 12.(6) puesto ébv 0 ( Ewv
en otra forma.
Por ejemplo, en el prisn1a pretensado centradap1e11te se tiene:
Poniendo tensiones en vez de <le.forn1aciones, y con Ez:::::: n · Eb, tenemos:
/.l :::::: .!.:._ == - Vo/ Ozvo ~ Übvo
Fn + Vo/ab -- -=:-··~, luego: a==
n-µ
Vo Ozv 0 n . /1+l A= -ZHk = - Vo . .!'.__· E,I_"_"_ <p (ab,j-_a¡,v,l_

+ ~ )- ª'"º
o sea, el misn10 valor de a d.e la ecuación 12.(6). 12.(10)
n , Obv, ( l

30 465
En esta expresión hay que introducir las a correspondientes a la fibra a la altura del eje· Ejemplo 2:
del cable, con sus verdaderos signos, y el es con signo negativo por ser un acortamlento·.
Sean las tensiones en el hormigón a la altu"a del eje del cable:
A es positiva, como si fuese una fuerza de tracción, puesto que reduce el valor de la com· debido sólo a ]a carga inantenida Obg = + 1 224 t/m2
presión Vo actuante," sobre el hormigón. =-1314 t/m2
debido sólo al pretensado Vo Obv 0

Esta fórmula da resultados que apenas difieren de los de 12.(6) ó 12.(9), por lo que satis· debido a la carga mantenida+ pretensado Übg + Übvo == ~ 90 t/1112
face en la práctica las más elevadas exigencias en cuanto a exactitud de cálculo, si se
piensa en la poca aproximación de los valores de s, y rp. La distribución de tensiones debidas a g +v 0 es la de la figura 12.8. Los demás valores,
como en el ejemplo l.
Comprobaremos el grado de aproximación de dicha fórmula por medio de los siguientes
ejemplos, que reflejan situaciones extremas: La pérdida de pretensado debida sólo a la fluencia será:

A,= - Vo . - 6X 3 X~O____ =- 0,0147Vo =


Ejemplo 1:
-6 X (1 +~-)-90000
1314
Sean las tensiones en el hormigón a la altura del eje del cable: 1,47 % de Va.
debido sólo a la carga mantenida Übg =+ 504 t/m2 El cálculo exacto da igualmente: A,= 1,47 % de Vo.
debido sólo al pretensado V 0 Obv 0 l 314 t/m2
" debido a la carga n1antenida + pretensado + == - 810 t/m
Obg Obv\l
2 Ejemplo 3:
Pérdida de pretensado debida a la retracción sola. Suponernos, al igua] que en loa eJen1·
La distribución de tensiones debidas a la carga mantenida + pretensado es la que mues· plos 1 y 2, una tensión a la altura del eje del cahle debida al pretenrndo Vo:
tra la figura 12. 7.
(Jbvo = -1 314 t/m2 •
Tensión en el acero debida a V 0 : ª"º = + 90 000 t/m2 ; rp = 3; n = 6; Eb = 3 000 000 t/m'.
Con ello se obtiene la pérdida de pretensado debida a la fluencia (para la retracción, ver Con10 valor de la retracción to1na111os Es== - - 20 X io-s.
el ejemplo 3) según la expresión 12.(10) :
Siendo E, = n . E., la pérdida de pretcnsado debida a la retracción será:

Ak =- Vo •
n • rp (obg
----'e-'-'"'-'--='---
+ Obv,) =- V0 •
- 6X 3
-----..;-.:·--C'-'--c-----
810
A,= - Vo ·
8s •
---~~---.,.---
Eb · n

n • Obv 0 ( 1+ ~ )- Ozvo 6 X 1 314 1+ ; -90 000 " • (Jbv, ( 1 + ~ )- Ow,

A, = - 0,1327 . V0 13,27 % de V 0 • - 20 X 10-s X 3 000 000 X 6


=·--Vo · = - 0,0328Vo =
-6 X l 314 ( l + ; ) -90 000
El cálculo exacto según 12.(6) da: A,= 13,23 % de V0 •
= 3,28 % de Vo .
El cálculo exacto da A, = 3,27 % de Vo. Como muestran claramente los ejemplos, los
¡---9ºº t/m.'I errores caen dentro de la aproximación que se pueda requerir en el cálculo.
Fig. 12.7 Distribución de tensiones
en el ejemplo 1.
12.15 Fórmnla simplificada para obtener la pérdida de pretensado por retracción

,-
0,4h
_J_
nlvel del cable
--r~
º'h,
l _ ·-
-~-

nivel del cabl~


y fluencia, partiendo de V oo
Las expresiones exactas 12.(6) y 12.(9), así como la 12.(10), parten todas de las tensiones
debidas a V 0 , es decir, antes del comienzo de los fenón1enos de fluencia y retracción.

Ahora bien, en la práctica del cálculo se obtiene generalmente en primer lugar la fuer~a
de pretensado V después de pérdidas, pues la primera condición que hay que cumplir
_..j\L-
00

es que en la zona de tracción preco1npximida sean Obz ::::= O o bien Obz :::::: Obz adm. Cono-
Fig. 12 .8 Distribución de tensio- (fbg+v."'-9º tfri'i. 2 cemos, pues, las tcnsio·nes en el hormigón Obv y Obg- La tensión en el acero, por el con-
' o 00

nes en el ejemplo 2, trario, es conocida inicialmente sólo para la situación antes de pérdidas, si queremos

466 467
aprovechar al max1mo la Oz adm. Para aplicar las fórn1ulas era preciso por ello evaluar 12.16 Resumen del cálculo práctico de la pérdida de ¡)retensado, en el caso de cuantías
pri1neramente Vo, para detern1inar Obv 0 , averiguando entonces por tanteos que el valor de normales de armadura (armadura ordinaria reducida)
V0 nos llevaba al valor final V oo ya hallado.
De los apartados 12.12 a 12.15 se deduce que, incluso aunque se cx1¡a una gran exactitud
Cabe, sin embargo,. la posibilidad de proceder a la inversa y deducir V0 a partir de V oo' en los cálculos, es suficiente en cualquier caso con calcular la pérdida de fuerza de pr"°
introduciendo los valores Ubv~ y aw dependientes de la fuerza de pretensado V w
00 tensado por medio de las ecnaciones 12.(10) y 12.(11).

Haciendo el mismo planteamiento que en el apartado 12.14, se obtiene para la pérdida Partiendo de V 0:
de pretensado una expresión similar a la 12.(10):

s, · E,+ n · cp (abg + <IbvJ A=-Z<+k=-Vo·


0, • E,+ n • cp (Obg + Obv 0)

+ ~ )-
12.(10)
n · CTbv)I ___:._ cp/2) - ª"~ n • Obvo ( l ª'"º
Por lo general cp oscila alrededor del valor cp =
2. El primer término del denominador
es, por tanto, n1uy pequeño, y para cp == 2 se a1111la. Se puede, pues, prescindir de él sin
Partiendo de V :
gran error, con lo que se simplifica la expresión, que queda en la forma 1 : 00

A=-Z,+k=-Voo
-A=+Z->+k=Voo · --''::__·'_·_E-", + n · cp (a +: o¡,v ool
bg
12.(11)
Ozv 00 donde: 12.(11)
- Oz, <+k = s, · E,+ n • cp (abg + Obv~
'fene1nos tarnbién que: Üzv 00 == O;;v 0 - Oz, s+k

Da lo i11ismo que se trate de un soporte pretensado o de t1na viga solicitada a flexión,


- A = + ZH-k = - V oo •
Oz, s+k
12.(lla) siempre que se refieran las tensiones a la fibra al nivel del centro de gravedad del ca-
ble Yz, o, en casos especiales, a los niveles de los cables individuales Yz 1 , Yzz· No se deben
IguaJando an1bas expresiones se obtienen las sencillas relaciones: ton1ar, p-ues, en ningún caso, las tensiones en las fibras extremas.

Los sín1holos que aparecen en las fórn1ulas anteriores representan:


12.(llb)
= valor final de la retracción, según apartado 2.233 (siempre con signo ne-
gativo) ;
aw 00 = adm. ª"" - a,. <+k 12.(llc)
E, = módulo de elasticidad del cable en el dominio de las a,,0 adm.;
Comparando con los resultados de los ejemplos del apartado 12.14, podemos hacernos
una idea del grado de exactitud de este procedin1iento: <» n !!__~_ , si bien el símbolo exacto debería ser nz;
Eb
Resultado exacto según 12.(6) :
=coeficiente final de fluencia (con signo positivo), según el apartado 2.246;
- A = Z,+k = 13,23 % + 3,27 % = 16,50 % de Vo, en el caso de d.uració11 limitada de la carga, se to1nará el coeficiente par-
cial de fluencia; :
resultado aproximado según 12.(10) : Obg =tensión en el hormigón al nivel del cable (positiva si es de tracción) debi-
da a la carga n1antenida, lo cual significa que habrá que considerar tam-
- A = Z,+k = 13,27 % + 3,28 % = 16,55 % de V 0 , bién la sobrecarga Lip que pueda actuar permanenten1ente; en rigor, ha-
bría que escrihir: ab, g+Llp;
resultado aproximado según 12.(11) :
::::: tensión en el acero de pretensar (positiva si es tracción) debida a V 0 en
- A z.= Z.,+k = 12,75 % + 4,00 % == 16,7.5 % de V 0 • el instante t = O, después de deducir el rozamiento o cualquier otra dis-
minución de fuerza entre el punto de tesado y la sección estudiada. Cuan-
En los ejemplos se tomó cp =
3. Para cp = 2 coinciden los resultados según 12.(10) do las arn1aduras son _pretesadas: Ozvo == aiºJ0 n • Obv 0 ; +
y 12.(11), y para cp = 1 se obtiene aproximadamente el mismo error qne para cp = 3.
==tensión en el horn1igón al nivel del cable (negativa si es co111presión), de-
1 Z .. -1-k es positiva, pues rep·resenta un aumento de esfuerzo de tracción. bida sólo a Vo;
A es negativa, pues representa un aumento de fue·rza de compresión.
Subíndice v 00 ==tensiones correspondientes al instante t == co, después de pérdidas.

468
469
Se calcula la pérdida de pretensado en la secc10n en que es mayor, es decir, en la sección siendo fJ nn factor de rigidez:
de máx.in1as compresiones en el hormigón 1. Se detern1inan entonces .las tensiones después
de pérdidas, con la fuerza de pretensado disminuida en A, es decir:
Jn+y2,·Fn
/J --)
=[(~-l-+-------=-l E--b,-'-Jn_+_y2--o;,],---F-n 12.(13)
_ E, . F, Eb, · F" _

Elegido cp y determinado (J, se toma el valor de 1p de la siguiente tabla:


y se las superpone a las tensiones invariables ag y ªv ó Ot, H etc.
Tabla de 'P
Si las compresiones calculadas, ab, después de pérdidas, eu la cabeza de tracción de una
sección dada, resultan demasiado .pequ.e1las, y ·no es en dicl1a sección donde se p roducen 1 {J • 'P 'P {J • 'P 1
'fJ

las n1áximas con1presiones ag+v' nada se opone a calcular el A correspondientemente me~


0,00 1,000 0,40 1,229
nor en dicl1a sección, obteniendo con ello unas Obv"" algo i11ayores.
0,05 1,025 0,45 1,263
1
Las expresiones 12.(10) y 12.(11) son tan simples que no merece la pena el hacer tablas 0,10 1,052 0,50 1,297
para determinar los valores de A. 0,15 1,079 0,60 1,370
0,20 1.107 0,70 1,448
En el caso de varias capas de cables situadas en una n1is111a cabeza de la viga, es sufi- 0,25
1
1,136 0,80 1,532
ciente obtener la pérdida de pretensado para el centro de gravedad de todos los cables. 0,30 1,166 0,90 1,622
Para el caso de cables en an1has cabezas, o de n1ayor cuantía de armadura ordinaria, ver 0,35 1,197 1,00 1,718
1
el ,,apartado 12.2.
La carga mantenida g origina en la secc10n estudiada el momento M,. Se supone de nue-
vo que se pretensó actuando ya g al acabar de tesar, es decir, que no se varía más .la Vo.
12.17 Cálculo de la pérdida de pretensado por retracción y fluencia en vigas isostáticas, Entonces, la pérdida de pretensado debida a Mg y Vo, ocasionada sólo por la fluencia, es:
por medio del módulo ficticio de elásticidad Eb (método de B. FRITZ)

En el cálculo de vigas rnixtas de acero y horn1igón, se obtienen de una for1na aproxin1ada Ak = - Z '
_ V
- - º · --e,
B, +B 2 • y2, + B, · e,y, · M, 12.(14)
las tensiones des.pués de la retracción y la fluencia, por 1nedio de un n1ódulo Eh dis111i~
nuido. B. F'RITZ desarrolló esta idea en 1950 para las vigas mixtas y en 1954 para las
pretensadas, crcand.o un ·n1étodo riguroso, que en ocasiones puede ser más sencillo que siendo:
el cálculo según los a¡.>artados precedentes. En rigor, sólo es válido para las vigas isos~
táticas. 'P . 'P
B,-------
- Eb, . F.

12.171 Efecto de la fluencia sobre el estado de carga "pretensado y carga mantenida" 1P . rp


B,=-El -
b\) • n
Sea Ebn el rnódulo de elasticidad del horn1igón en la situación inicial, es decir, inrnedia~
lamente después de haber pretensado a V 0 y haber establecido la adherencia.

El módulo ficticio de elasticidad, que adoptamos para el estudio de la fluencia, viene


dado por:

12.(12) 12.172 Efecto de la retracción después de crear la adherencia

Al igual que para la fluencia, tenemos:


La deducción exacta dio por resultado:
e+-f3. 1r - I
/J . cp
1 Esto es cierto en todos los casos de trazado ';lógico" del cable, es decir, cuando la secc1on con mayores
precompresiones en la cabeza de tracción bajo g +V¡¡• es precisamente la SECCIÓN DETERMINANTE para el siendo ahora:
dimensionamiento. Sin embargo, en el caso de armadura pretesa recta, Ja sección determinante (y en la
que 1nás nos interesa conocer la pérdida de pretensado) no suele ser la sección con mayores comptesio- efi·P }
nes en el hormigón a la altura del c.d.g. de la armadura, bajo el pretensado y la carga mantenida. (N.
12.(15)
del T.)
'P-' = eP·P-1 - /J • cp

471
470
El factor de rigidez fJ se deduce de nuevo de la expresión 12.(13). Elegido cp, se toma el [,a pérdida de pretensado de13ida a la retracción es entonces:
valor de 1¡;, de la siguiente tabla: E,
A.,=-Z,=c 12.(16)
Tabla de 'I'• '
siendo:
/1 . 'P V'• 1 /1 . 'P 'I'•

0,00 0,500 0,40 0,533


0,05 0,504 0,45 0,537 Con las pérdidas de pretensado así obtenidas podemos calcular las tensiones después de
0,10 0,506 0,50 0,541 pérdidas al igual que en el apartado 12.16.
0,15 0,513 1 0,60 0,550
0,20 0,517 0,70 0,558
0,25 0,521 0,80 : 0,566 12.18 Variación de la pérdida de pretensado a lo largo de la estructura
0,30 0,525 0,90 0,574
0,35 0,529 1,00 0,582 Al objeto de demostrar la fuerte variación de la pérdida de pretensado, que depende
1 principalmente de Cib, ""v°' se muestra en la figura 12.9a el caso de una viga simplemente
apoyada, pretensada con un cable parabólico. La viga está cargada de forma que en el
caso (j) la tensión ax en l/2 es uniforme, en el caso @ presenta una distribución triangu-
lar con máxima ax en el borde inferior, y en el caso ®'" con n1áxima tensión en el borde
superior. Vemos que la pérdida Ak en l/2, debida sólo a la fluencia bajo g + v, oscila
parábola entre 1,6 y 13,2 %, y que en el caso @ es máxima en las secciones de apoyo. Sin
:.-:::r:::_· ----- . f·Q4;,,, . • . .--'-·· 1 embargo, la pérdida decisiva es la que tiene lugar en l/2, donde las tracciones en el
-----·· -~--- borde inferior y las compresiones en el superior deben i11antenerse dentro de- los lími~
tes admisibles.
e----------~ L-20 m. - - - - - ·
El valor de Ak varía mucho, incluso en el caso de cable recto, como puede verse en la
74~-~-~--~~.
figura 12.9h. En este caso, Ak es ináxima siempre sobre el apoyo.
%
72 La pérdida A, de pretensad.o debida a la retracción, varia muy poco cnand.o el cable es
parabólico, y es constante en toda la longitud. de la viga cuando el cable es recto.
'
1
_-!.--- _.. 'f'"J
8
--- és"" -20 10-s 12.2 Efecto de las armaduras sobre la variación de tensiones a causa de la
retracción y la fluencia
"
o 6
N

i~
0
;i ::::;;;
A
i
J. J El cálculo con las fibras conjugadas o fibras de BusEMANN.

.;g~
A 5 debida as Las armaduras, tanto pretensadas con10 ordinarias, influyen en la variación de las tensio~
2
•º
~ <::
ncs y, con ello, en la pérdida de pretensado por retracción y fluencia, sienipre que estén
in> o dispuestas de n1ancra que su 111omento de in.ercia lt respecto a su centro de gravedad
1/Bl 1/1;l 3/sl 1/zl conjunto sea apreciable:

tensiones O'f¡+u en V2 l:
2
En esta expres1on, Ye e Yz son las distancias de las armaduras al centro de gravedad conM
+
-~­ junto S¡ de la suma de secciones F¡ = F, F, (fig. 12.lOa). Este momento de inercia con·
junto se produce debido a la adl1erencia entre armaduras y horn1igón, cuya existencia se

B
-90kg/cm!
supone en todo este estudio.

Las arn1aduras ordinarias entorpecen los acortarnientos de retracción y fluencia, y admi~


ten tensiones de compresión al trasladarse a Fe una parte de la con1presión [)b que actúa
tensiones O'f¡+u en el apoyo: sobre el hormigón. Los cables pierden parte de s11 esfuerzo de tracción, lo que conduce

J
. de nuevo a una disn1inución de la compresión Db.
.
Fig. 12.9a Pérdidas de fuerza de pretensado
debidas a la retracción y la fluen- Debernos a A. BusEMANN [121] y [247] y su 1nétodo de las fibras conjugadas el que po-
- cia, A. y Ak' a lo largo de una viga
con cable parabólico y para dife- dan1os calcular estas redistribuciones de tensiones, basándonos en prin.cipios geométricos
~

-0 kg/cmi' rentes distribuciones de tensiones. de fácil intuición. Este método, creado en principio para las estructuras n1ixtas, fue adap-
tado al hormigón pretensado por A. HABEL [236) y W. ZACHER [246), para lo cual utili- Los símbolos que aparecen en esta expresión representan (fig. 12.lOb):
zaron las expresiones desarrolladas por K. SATTLER [ 445).
F n ==sección neta de hormigón;
Además, K. SATTLER [303) y K. KuNERT [279] han establecido un límite de influencia 2Fe =:sección de la armadura ordinaria;
para la cuant~a d'.' ~rmadura, que indica a partir de qué valor del momento de inercia ¡ .l'fz ·== secció'n de acero de pre.tensar;
(armadu~a ordmari.a +
a~e~o de pretensar) la influencia de la armadura sobre las tensiones
1
+
F,, = F" n . .:EF,;
alcanza importancia practica. El factor de influencia que define dicho límite es:
In :::::.:n101nento de ine·rcia de la sección neta Fn respecto al CJe Sb;
ln + Fn • a' 2,
a, le== n1on1ento de inercia de la sección de arn1adura ordinaria Fe respecto al eje Se;
n. ]¡ 1-a, 12.(17) lz:.::::: inomento de inercia de la sección de acero de pretensar Fz respecto al eje Sz;
donde: }¡ = ], + ], + +
e2, · 2-'F, e2, • .:EF,, momento de inercia de todas las armaduras, res-
az ==
n · F, (Jn + F n · a' 2
,) pecto al eje S¡ que pasa por su eentro de gravedad conjunto;
];z =]" + ], + 2
a b • F" + 2
n · a , • .:EF" momento de inercia de la sección ideal F;z
respecto al eje S,,;

¡ ___ _L____ e='l'Jm. ----·


¡}' a' z == distancia Sz - Sb
llz == distancia Sz - S1z
··---7..-··-··-·--·· ee == distancia Se - Sr e 2 == distancia Sz - S¡ .
L=20m, -~~-----,_j

74
% ' '
Akdebida a g+v+k
72

70
'\,""-
'-, r--....1 11 / ~1
8
'
\ ,L "-._ _...-
2 //
/ tp=J
Es=-20· 70-s
\ ', \,.. /
.'
'\:

:
--- --- ,

/
I/
/

(,
A; debida a '-....
- .-
S :
:J
-·~r
Fig. 12.lOa. Fig. 12.!0b.

Y8l 114¿ 3/al 1/zl Los errores que se cometen al despreciar 11 alcanzan, aproxin1adan1ente:

-50k,g/cml para k > 30 hasta un 5% para k r 20 aprox. 20 %


tensiones Of-+ v en 1/2 l:
J 2
J~ _,_ 30 > k > 25 hasta un 10 % k < 20 hasta un 100 %

Por ta'nto, si k ~ 30, no i11erece la pena estudiar el efecto de las armaduras sobre las ten~
siones debidas a la :fluencia y la retracción. Sin embargo, si k ~ 25, es ahsoluta1nente neB
cesario contar con la armadura en la forma indicada en el apartado 12.222.

El método de las fibras conjugadas desemboca en el estudio del prisma solicitado axil-
mente, que trataremos en primer lugar.
tensiones O§+v en et apoyo:
-JO k,g/cmf

:~
12.21 Redistribución de tensiones debida a la retracción y la fluencia, en un prisma
armado comprimido axilmente

12.211 Armadura ordinaria solamente. N constante. Advertencia previa respecto a la


Oe adm.
-BO lcg/cm.'

Fig. 12.9b Pérdidas de fuerza de pretensado debidas a la retracción y a la fluencia A y A a lo largo de A causa de la redistribución de tensiones debida a la retracción y la fluencia, aumen-
una viga con cable recto y para diferentes distribuciones de tensiones'. s k' tan mucho las tensiones ª" dependiendo de la cuantía de armadura, la calidad de hormi-

474
gón y de 01;, t=o, alcanzando a veces el límite de fluencia en compres1on. Estas eleva,das se puede escribir la ecuación diferencial en la sencilla forma (ver F. D1sCHINGER [36] y
tensiones Oe se producen tan1bién en las arn1aduras de los soportes de l1ormigón arn1ado E. Mi:iRSCH [69]):
ordinario, si bien en este caso no son con1probadas, lo q·ue se justifica por el hecho de que
se conserva la capacidad resistente del acero, es decir, la carga de rotura del soporte no - a . d<)' -
d t
se ve influenciada por esta redistribución de tensiones, ya que después de sobrepasar el
lín1ite de fluencia o de aplastan1iento, o, con n1ayor generalidad, cuando el acero entra en cuya ·solución es:
el dominio plástico, las tensiones son devneltas al hormigón, sin que disminuya el F, · (J,s. C- a · <P = ln (ab +y)
Se deduce C de la condición: para t =O, <P =O:
Por este hecho~ en las estructuras de hormigón pretensado carece también de importan-
cia, desde el punto de vista de la seguridad, el valor que alcanzan las compresiones a, e =.ln (ah,+ rl ,
en el acero ordinario después de la retracción y la fluencia, por lo que no es preciso res~
petar ninguna tensiQ11; lí1nite Oe adn1. quedando entonces: In
Ob +( =-a·<P·
Ob 0 + )'
Supongamos el pris1na sin1étrican1ente armado con F0 de acuerdo con la figura 12.11. I.a En el caso de armadura ordinaria sola introducimos el símbolo a, en lugar de a. L~ t_en·
sección ideal F, Fb = +
(n - l)F, = +
Fn n · F, está solicitada centradamente por el es· sión en el hormigón ab en el instante t = co, al alcanzar <P el valor <)? (aunque escnbire·
00
00

fuerzo axil constante N. mos para abreviar <P), será, después de sustituir la expresión de y:
Para simplificar la escritura pongamos:
N
01; 0 ó, más breveme·nte, Ob == -- , d Ob, s+k == d Ob 12.(19)
F,
d Ge, s+k ::= d Oe
siendo: ae ==
I . . a su111a de las fuerzas resu.ltantes de los incren1entos de tensiones
d Ob y d a, en el intervalo de tiempo d t debe ser nula:
[,a variación de tensión del hormigón Ob, s+k == Ob 00 - Ob 0 será entonces:

d Oe =- Fn d Ob 12.(20)
-1
da,=--· dab
Fig. 12.11. /le
La variación de tensión en el acero:

12.(21)
d Eb se compone de:

Üb
l.º Fluencia dEbk =--- · La tensión en el acero, que en el instante t == O era <Ie 0 ::::::: n · 01; 0 , será ahora:
E,,
n . µ., + 1 ::-- "ª"" + 12.(22)
2.º Retracción · dd<P (variaciones afines de la retracción y la fluencia). n .- /'-e
t

3,'º .. e.¡ ast1ca


Rec·uperae1on · . por 1a entrega d e tensiones
. d e1 h orn11gon
. . a1 acero -dEb-.
Üb La primera parte de esta expresión corresponde al efecto de la fluencia, Y la segunda, al
de la retracción.
De nuevo se desprecia la recuperación plástica. De la condición d Eh = - d s, se deduce:
A veces necesitamos también las fuerzas después de la retracción y la fluencia; se obtie~
d nen a partir de las tensiones modificadas en la forma:
== 1

!~""""~
Oe
E,
Pérdida de fuerza actua.ndo sobre el hormigón:
Haciendo

n ·µe
12.(18)
I+n·µe
12.(23)

Y r=

477
476
La segunda expresión de 12.(23) se deriva de la primera sustituyendo F, = (1 + n. ft,)F .. En el caso de armaduras postesas {con adherencia indirecta), bajo el supuesto de que V
Aumento de fuerza en el acero: y el peso propio N, entran en acción al mismo tiempo que se tesa (de forma que V no
es afectada por g), y de que se establece la adherencia inmediatamente después de pre-
La fuerza resistida por el hormigón en el instante t = oo sera:
• tensar (de forma que la retracción y la fluencia tienen lugar existiendo ya la unión hor-
migón-acero) :

N
ObN == Fn
si no existe Fe ;
12.212 Armadura ordinaria y acero de pretensar, estando el prisma sometido
al pretensado V y a un esfuerzo axil N constante SI existe Fe .

Este c~so, correspondiente a la figura 12.12, es una combinación


del prisma preteusado del apartado 12.13 y del caso tratado en Para las cargas mante'nidas, que comiencen a actuar después de crear la adherencia, se
el 12.211, por lo que podemos escribir directamente el resultado. debe tomar F;¡.
Para ello agruparemos la armadura F, y el acero de pretensar
F, en F¡ . F, +
F,, pues en los casos normales E,= F:,. En el La tensión en el hormigón en el instante t == oo es ahora:
caso de que E, < E, (p. e., en cables trenzados), se puede tener
12.(25)
en cuenta esta diferencia haciendo F¡ = F, F ,·-E
E, ,etc.
~,

& Fig, 12.12.


La sección ideal es: F,¡ = Fn + n. F1 La variación de tensión en el hormigón Ob, s+k::::::: Ob 00 - Ob0 :

o bien~ si solamente se considera F.• o F ,: F,, = F + n . F,


n y E, • Eb
== - <p
12.(26)
F" + n . F,
Ob, s+k (
F" =
. F¡
Ad emas, µ¡ == -.
Fn La variación de tensión en el acero:

En lugar de a · cp el exponente es ahora a¡ . cp, siendo: l


Oz, s+k == Oe, s+k == - -·- ' Ob, s+k
12.(27)
µ¡
n. µ¡
12.(24)
La pérdida de pretensado:

Aná.logan1ente, si sólo se considera Fz:


A=-Z,+k=-(~
'P
· Eb · Fn+ I~+N )(1-e-ªr"')
n . µ¡ 12.(28)
o bien:
12.(24a)
A ::::::: - Zs+k == - Fz · Oz, s+k

y si sólo se considera Fe: La tensión en el acero en el instante t == oo será:

Oe"" -
_
Oe 0 , vN •
n. µ 1 + 1-<r"r"' + E,· E, (l
-
-a.)
e f rp
12.(24b) n•µ¡ U•/lt•'fJ
12.(29)

Además:
,,0 = ~,0 'vN ( Ss • E, + Obv + ObN) (l -
0 e-o, r)
n·µ.¡·cp µ¡

En el caso de armaduras pretesas: Ob -


V(º' V0
vo--¡¡:--F'
O - Con respecto a la o, adm., ver nota previa en 12.211.
,¡ a

Advertencia para el caso de armaduras pretesas:


siendo Vo = fuerza de pretensado despnés de la transmisión, es decir,
En la mayoría de los tratados se dan fórmulas especiales para la redistribución de ten-
T7 V'º'o Fz • n • Obvo N siones en el caso de armaduras pretesas. Tales fórmulas so'n innecesarias, sin embargo,
Y O -- - ObN=F-.
f if si partimos no de v(g\ sino de J''(g) :::= Vo - n . Obvo • Fz, es decir, de la fuerza de pretensado

478
479
después de la transmisión al hormigón. La tensión 11hv en las fibras extremas es, como es procedimiento gráfico de la figura 12.13. Para ello, en el "Centro de, gravedad f en dir~c­
sabido: ción normal al eje de la sección, se lleva a la misma escala que esta el rad10 de giro

,. = v /}
F'"- ; el semicírculo que con centro en el eje pasa por K 2 y el extremo de i, corta al
· e!1 e l o t ro punto K 1 (ver también [175]). Por tanto, tenemos:
e¡e
La tension al nivel del cable, o. en el centro de gravedad de la fuerza de pretensado, que
i2 lb
es la que hay que tomar como Obvo' puede ser determinada con el diagrama de tensio·nes. y,=-=" .
Y2 Fn • Y2
\V. ZACHER [246] ha comprobado que este procedimiento, más sencillo, conduce a los
mismos resultados que si se parte de vrg>, La distancia de K, a K, es e = Yt + Y2·
La for 111 a de proceder a]iora es repartir los c13f11crzos que a~t.1ían en u~a sección, entre
12.22 El método de A. BusEMANN o ele las fibras conjugadas los puntos K, y K 2, siguiendo las leyes elementales de la estatica, y sustituyendo los mo·
M
12.221 Un solo grupo de cables (pretensado en una sola cabeza) mentos por un par de fuerzas actuantes en K, y K,: - N, = + N, =-;; •
Sea la sección de la figura 12.13 con un sólo cable o con varios cables juntos en una sola l,os esfuerzos cortantes no son tenidos en cuenta.
de las cabezas, y con 11na ar1nad.ura ordinaria longitudjnal despreciable, por lo que sólo
consideramos las Fn y F,. (Es de advertir que en el caso de armaduras pretesas hay que Nos lin1itare1nos aquí primeramente a V y el n1on1ento Mg debido a la carga mantenida~
considerar la F, y, por tanto, también el S,). Sobre F, actúa la fuerza de pretensado Nv r-' V q11e es sustit11ido por:
ff: la distancia Yz de sb (Sb es el c. d. g. de En)' la cual da lugar a las tensiones Obv, qne son Mg
nulas en la fibra l. Esta fibra 1, a la distancia y 1 de S"' es una de las fibras conjugadas -N1g= + N,g=-.
e
de BusEMANN [121]; la otra está al nivel del centro de gravedad del cable, y es llamada
fibra 2. Los puntos sobre el eje de la sección correspondientes a estas fibras son K 1 y K 2 ;
Corno V actúa en K 2, no le corresponde ninguna N, al punto K,.
las tensiones~ 01 y 02. Ento'nces, cuando actúe en K 1 un.a fuerza norn1al Ni, l.a tensión ON1
en la fibra 2 será nula, en virtud del principio de reciprocidad. En la fibra 1 actúa, pues, sólo N 1 ::::::::. -N1g, d.ando lugar a Otg·

sólo J/ sólo N 1 fvlg +V


En la fibra 2 actúa IV,= V+ N,g, dando lugar a ª'" + ª2g·
Con las relaciones geoniétricas de la figura 12.13, se deducen las tensiones en la forma:
O"bu
l
6'1"'º --
K¡ K¡ N¡ antes ~1V 1 ·c N, si F1 =Fn ·
Y2
Fn · y--;== F~
Si !J, T
1
de la retracción
y la
Su.K
fluenci¡i
JV,.c ZV2
e
y,
l2.(30)
e fvlg) después == si F, = Fn ·
Y, de la retracción
02
Fn · Y1 F, e
y ia

-
1 +Ng fluencia
I _"Kz
Kz V Cí2"'º
2
V
Las superficies equivalentes F 1 Y. F, constituye':'" una i":portante ay~da; con ellas se pue~
den expresar las te'nsiones como s1 estas superficies estuvieran cargada~ centradam~nte. I.a,.
utilizaremos, por tanto, con1 o simplificación. Rep~esent~n la su.perfic1e F n repartida entre
Jos puntos K 1 y K 2 en proporción inversa a sus drntancias al centro de gravedad.
Fig. 12.13 Fibras conjugadas o fibras de. Busemann, y tensiones correspondientes a1 y ºr
Obtenemos la tensión 01 en la fibra 1, distribuyendo los esfuerzos entre los puntos K,
y K 2 y repartiendo uniformemente sobre F, el N, así obtenido.
La particularidad de esta pareja de fibras es, pues, que una fuerza normal N, aplicada
en una cualquiera de ellas, no da lugar a tensiones en la otra fibra.
" Análogamente obtenemos la tensión 02 en la fibra 2.
Esto sig11ifica q·ue estas fibras no se influyen mutuan1ente. Esta propiedad se conserva Puesto que las fibras 1 y 2 no son afectadas por las fue:~as actuando et;' 2 y 1, res-
aur1que varíe Eh o aunqu.e el 11or1nigón fluya y retraiga, en tanto que el diagrama de e pectivanlente, podeinos estudiar el efecto de la retr.accion y la . fluencia sobre las
sea recto. Por tanto, pode1nos estudiar por separado, para cada una de estas dos ·fibras, fibras 1 y 2, independientemente una de otra, y precisamente aphcando el caso del
los efectos de la retracción y la fluencia, y ohtener resultados correctos de las variaciones
prisma compri111ido centradamente.
de las tensiones 01 y 02, y por tanto el diagran1a co111pleto de tensiones, ya que bajo las
cargas de servicio poden1os s·uponer una distribución lineal de tensiones. Vanios a estudiar las variaciones de tensiones para el sencillo caso de, l~ figur~ 12.13.
Debido a Ja retracción y la fluencia varía sólo el Vo, pero no los M, o N," o bien N,,.
La posición de la fibra l se deduce del diagrama de tensiones av, o siguiendo el conocido Según esto, necesitamos ballar sólo la pérdida de tensión ¿Ja2 en la fibra 2, y con la uue-

480 481
31
.,,,.--- --

va tens1on 02 -·- Ao 2 y la ai, podernos obtener la variac1on de tensiones en la viga ·debida Las tensiones correspondientes a la fibra 1 no varían eón la retracción y la fluencia. EJ
a la retracción y la fluencia (fig. 12.13, derecha). diagrama de tensiones despnés de pérdidas es conocido, pues, una vez hallado 1fo2• El alar·

.Expresando, al igual qne en el apartado 12.13, la igualdad de acortamientos en el acero gamiento en la fibra 1 es .'!_h, · 9' = ¡; • 1
y en el hormigón en la fibra 2, tenemos (acero a la izquierda, hormigón a la derecha):
Eh

dA l ,_ ~<1:P + Wo + A + N,,J_ dcp dA


--······+--· l
12.(31) 12.222 El método de las fibras conjugadas, en el caso de dos grupos de cables (pretensado
dt E, · F, cp · d t Eh · F 2 dt dt en dos cabezas) y fuerte armadura ordinaria (método de BusEMANN-HABEL}

ya que el acortamiento de la fibra 2 debido a una fuerza actuando en 2, es simplemente: Nota: El criterio a seguir para saber a partir de qué c11antía tienen importancia prác~
tica las armaduras, ha sido dado en la introducción del apartado 12.2. El método falla
N, cuando es sin1étrica la sección y son si1nétricas las armaduras.
c2--·. .- - -
- E•· F2 •
Tenen1os que detern1inar de nllevo para la seccjón n1ixta las fibras 1 y 2 de BusEMANN,
La ecuación 12.(31) tiene la misma estructura qne la 12.(8a), correspondiente al prisma de forma que:
comprimido axilmente, sólo que en lugar de Fb aparece la F 2 y en lugar de N la fuerza
1.0 Una fuerza normal aplicada en el punto K 1 dé lugar en la fibra 2 a la ten-
N,, = M, . = M., . sión a2 ==O;
Y1 +y, e
2. 0 Una fuer¡<a normal aplicada en el punto K 2 dé lugar en la fibra l a la ten-
La solución para A= -Z>+k corresponde, por tanto, a la ecuación 12.(9) con los nuevos sión a1 ==O,
v~lores que sustituyen a F n y N.

La pérdida de pretensado en la viga simplemente apoyada trabajando a flexión es, por


tanto:


8
A= -Z,+k = - ( ~ • Eb · F 2 + V0 + N2g) (1- e-n,·P)
donde:

F, = F,, . _Y_i_
e Relativos al hor:rnigón solo:
12.(32)

a2v ::=:
Vo
02g = ·-
N,, (para Mg positivo, la tensión
Fn ==sección neta;
F, F, 02g es positiva) Sb == centro de gravedad de Fn;
n · µ2 F, .1 == n1or:ncnto de inercia de F'n;
donde: ¡;2=-
1-+ n--:-µ-; ' F,
11

. .111 ! n
Lb::.:::::: / ¡;·~-==
_,.
rau10 d e r.;1ro
• ue -' l a
Fig. 12.14 Obtención de las fibras conjugadas, en el caso de armadura
1~o<los los valores se refieren a la superficie equivaJente .F'2 ; téngase en cuenta esto, sobre sección ·F11 en las dos cabezas.
todo con respecto a a y ¡1.
== Fb; por tanto~ en la secc1on rectan~
(en rnuch.os casos cabe la simplificación de tornar Fn
La pérdida de tensión en la fibra 2 del hormigón será: guiar Fnr-"Fb=b. d). Para las armaduras F, y F, suponemos que sus módulos de elas-
E E
12.(33)
ticidad son iguales Ee ;;e::; E 4, siendo suficiente, f)Ues, con tornar n == Ee ;::;:; Ez . Si se em-
' b b
pican para F, cables trenzados para los que E, <'( E 0 habrá que hacer distinción entre n,
y lie•
y e·n el acero:
Por sección ideal entendernos en este caso: f'¡ == Fn + nFz.
Aaz == z]/t_!:_ == az, s+k (negativa).
[,a sección total de acero es:
'
Ahora bien, éstos son los mismos valores de los apartados 12.12 a 12.14, si se sustituyen F 1 = F, + F,;
las tensiones correspondientes a la fibra 2. S¡ = centro de gravedad de las armaduras F¡ solas;

482 483
¡ .l.
]¡=momento de inercia de las armadnras F¡ respecto del centro de gravedad S1, 0
Necesitamos además las sumas de las superficies equivalentes, para lo cual habrá que to~
es decir, }¡ = F¡ · y 2¡, pues para cada barra F¡ 1 • y', (y 1 = distancia de la b arra
mar las superficies de acero multiplicadas por n (o bien multiplicadas por [n - 1], si se
a S¡) representa la contribución a ]¡;
calcula con Fb en lugar de F n) •
i¡ =Vi!:-= radio de giro de las armaduras F¡.
J:~n el caso de armaduras pretesas: En el caso de armaduras postesas:
La posición de las fibras conjugadas puede ser hallada gráficamente, llevando en los pnn-
tos sb y sf, ortogonalmente al eje, los radios de giro ib e it, respectivamente, y a la n1isma
escala de la sección. El círculo que pasa por los extren1os de ib e it y que tiene su ce·ntro
F; =Fb, +n. F¡,
1, F1e == Fb
1 1 + n · Fe 1

en el eje, corta a éste en los puntos K 1 y K 2 buscados.


F;¡, = F b, + n · F¡, Fie == Fb
2 2 +~n • Fe 2 •

La construcción del círculo hace que se cumpla11 las condiciones que ya conocíamos por Estas superficies equivalentes están cargadas centrada1nente con unas fuerzas equivalen~
el apartado 12.221: tes, cuyo efecto es idéntico al de los esfuerzos Nv, Ng y Mv, Mg, pero que actúan sólo
como fuerzas norn1ales en los puntos K, y [(2•
i' J
Y1 · Y2 == i 2
, o bien y1=-=
Y2 F · Y2 ' Fuerzas equivalen.tes en el instante t == O:
tanto para el hormigón F" como para el acero F1• Con ello, las condiciones: a 1 O para N = Los esfuerzos normales son repartidos entre los puntos K, y K 2 siguiendo las leyes de la
actuando en f(z, etc., etc., exigidas a las fibras conjugadas, se satisfacen en la sección
mixta.
estática. Los momentos son sustituidos por un par de fuerzas - N 1 N 2, iguales a M/c. =+
" En la figura 12,15 se indican las fuerzas equivalentes resultantes.
La posición de los puntos K, y K, puede ser obtenida también analíticamente, según las
expresiones de SATTLER:

Yf, -
+V ., + ( .~¡-y2,-i2b)'
_ i2¡-y2, - i b
--2y, - - ___
2
't -- 2y,
Debido al pretensado:

J_b,_ _ M,
·2
en el punto K,: N lv =V O·
e e
y¡,= -' f Yb, =y¡,+ y, Jb, =y¡, -y, 12.(37)
y¡,
en el punto K 2 : N 2v = VO· Yh+- M,
y, = distancia entre los centros de gravedad Sb y S1 . e e
0

Para hallar las tensiones equivalentes tenernos que obtener, al igual que en el aparta·
do 12.221, las superficies equivalentes F 1 y F 2 :
Debido a la carga mantenida g:

Superficies equivalentes: Jb, Mg


en el punto K,: N¡g=Ng · -
e e
12.(38)
Para el pu"nto l: Jb, . M,
en el punto K 2 : Nz,=N, · "--¡--
c e
F bl = F n . Yb2 F¡, = F 1 • y¡, F,, = F, . y¡_, 12.(34)
e e e

Para el punto 2:

Jb, F 1, = F¡ . y¡, F,, = F,. y¡, 12.(35)


c e e

De aquí se deducen las cuantías equivalentes de armadura:

F¡,
µ¡,= Fb, 12.(36)

(dado el caso, se considerarían por separado F, y F,). Fig. 12.15 Transformación de los esfuerzos en fuerzas equivalentes actuando en las fibras de
fluencia K 1 y K 2 •

484
485
Pu.esto que estas fuerzas actúan centradamente sobre las secciones n1ixtas F y F
i1 ¡ 2 , l as n1as. Las tensiones en el acero, que c11ando so11 pron1ovidas por la retracción y la fluen~
tensiones en el hormigón en el instante t == O serán: cia son proporcionales a las deforn1aciones del hor111igó'n y 110 a las tensiones del n1isn10,
deben ser calculadas considerando las fuerzas de redistribución, o bien con ayuda de
la cuantía ,u, según el apartado 12.212.
en la fibra 1:
12.(39) MÉTODO DE LAS FIBRAS CONJUGADAS, EN EL CASO DE ESTRUCTURAS HIPERESTÁTICAS
en la fibra 2:
El método de las fibras conjugadas puede ser aplicado también en las estructuras hiper·
estáticas, para lo cual habrá que te11er tan1bién en cuenta, en la sección considerada, los
l,cts tensiones equivalentes del acero en las fibras 1 y 2 son entonces para Ja armadura
ordinaria Fe: esfuerzos debidos a las coacciones, es decir, las co111ponentes l1iperestáticas f-l'v y M!v· La
arn1adura ordi11aria, con su efecto entorpecedor de la fluencia, puede dar lugar a esfuer-
Oe 1 = 1t (üb 1v + Ob 1g) zos adicionales N, y Mb de cuya obtención se trata en el apartado 12.5.
Oe 2 == n (Üb 2v + Üb 2 g) 12.(40)

12.23 Resumen tabulado de los efectos de la retracción y la fluencia sobre las tensiones
Las tc11siones Oe reales rn1ede11 ser tomadas del diagran1a de tensiones, al nivel a que se y las deformaciones
encuentren las barras (fig. 12.16).
En la tabla 12.I se dan las tensiones y deformaciones en un prisma cargado centrada.
mente, para la carga mantenida N, el pretensado V y la retracción, cada uno por separa·
do, para mayor claridad. Las secciones representan las superficies equivalentes del método
de las fibras conjugadas. Los coeficientes C y L que aparecen en las fórmulas para carga
inantenida, facilitan la detern1inación de los términos en los que entre a formar parte la
función e-ª· rr.

Su significación es:
ch== e~a. rp'

tensión calculada
en la cual a será~ segú'n los casos, a.e, ªz ó ªf·
para el borde
C,=
n · p, + 1 --- e-'~
Fig. 12.16 Tensiones en las fibras conjugadas, en el caso de armadura en las dos cabezas. n • /fe

Cz, C¡ análogos a Ce, pero co11 /fz Ó /lf y ªz Ó a¡, rcspcctivan1cnte.


Por lo que respecta a la tensión en el acero de r>retensnri en el in.stantc t =--= O tenemos: 1~ e--a.-rp
¡_,b == --· __,. ,..__
Vo a·rp
arn1ad11ras pretesas: Oz == ---
F, + n · Obg (en la fibra z)
en Ja cual a será,
o bien:

VW) n
a,= -- -
F,
0
- +n · Ob, g+v (en la fibra z) n • /le n · µe

Vo Lz, L¡ análogos a l,e, pero con F'z ó /ft y ªz ó n¡, respectiva111e11te.


arn1 adutas postesas: Oz::::::::: - - - , s1 g entra por con1plcto en acción al pretensar.
F, Los coeficientes C y L pueden ser tomados de los ábacos de la figura 12.21. En la tabla
S~ no es este ?l caso, l1abrá que aplicar a la sección i11ixta la parte de la carga se han supuesto iguales los módulos de elasticidad de la armadura ordinaria y del acero
nid.a que comienza a actuar después de crear .la adherencia v sun1ar 0 dc<lucir de pretensar. La columna "esfuerzo normal inducido" será tratada en el apartado 12.5.
la correspondiente tensió'n n • Obgz en la fibra z. ' ~
Para u.na n1ás fácil con1prensiór1 de la tabla, explicaremos una vez más los sín1bolos n1ás
Tensiones en el instan.te t == oo. ilnportantes:
)

"&~ ( _ Tensión final (en el instante t = co) = a0 (instante t =O) +a, (debida a la re·
Se las <~btiene .considerando las fuerzas equivale:qtes actuando centradas en los prisn1a 8 de ª'~ 1- tracción), o bien +<n (debida a la fluencia).
superfic1~s eqmvalentes F, y F,. La solución de este problema se ha dado en el apartado Oz"" }

12.212. El resumen tabulado del apartado 12.2.'l facilitará la solución. L1()z 0 ==Tensión perdida en e.l banco de tesado== a~-0 - Ozvo

~ ~ ~ n·~
Una vez conocidos 01, "'° ~ _02, "° o h ien
· " A
L101 e L102, se
d i 1)Uja el diagra111a de te·nsiones con1o
en la figura 12.16, obtemendose con ello las tensiones del hormigón en las fibras extre- ,Lle == F~~ ; /lz == F n ; ,Uf ::::::: F n- ; ae == l +n. µe ; ªz == 1-+n·~
n . /lz a¡=
n . /lf

486 487
Tabla 12.1 Tensiones y deformaciones de prismas con carga centrada o fibras conjugadas, debidas a:

Carga mantenida N Pretensado V 1

Pretensa do V ¡ Esfuerzo normal inducido N*


1
Retracción
t =: 00 t= o 1

!
t = 00 ' (creciendo
1 linealmente desde 'P =o hasta <poo) 1

l. Sección de hor· N' !


= i N*
migón 0¡, 0 ! Ob= ::.::: Ob 0 )
= ·-- !
ªb"' =o
__F_,__~'- - · · · - - - - --···--···----· ___ !
Üb"'

~~;.;.;.,
§~
'f/,;'j,; '-Fb '" = - N*- ( 1 + _'!'.)
Eb -
· F¡, 2
F,
---1 ----- ------

Sbs =
,_.., ________

Ss
--------

1
i
2. Sección de hor· )

+
)
N* I-e-ªOP N*
-
- - = - e~.JE.". Ü- e -a,. T)
)
migón arma· )
=-----¡¡;' L,
dura ordinaria
) <J¡,,.
a,. 'P F, <Jboo

<Je0 = n · 0b 0
1 n•µe+l-e-ªe·'P
Oe,,., :::::: O~ • -~---------···· :::::: 0 00 C N* l+n·¡«- _ _ _ rJ-e·a, T] e, .
'P
E, (1-e-*,·o/)
-- n·N*
' ! n· ae·t:p <Je.,, ::::
! n _·_µ,_________• ¡ 1
0e"":::::-F-;-· n µ.
---·
F,
L, 'P . n· µ,
L-----·---------~--
) ··------
Oe 0 (Ce - }) 1
n . N* e,
E. F;. E. L, s.,= - - - - · Ü-e-a,· r)
1
Eek::::
'P n µ,
1

3. Sección de hor·
pretesado:
1 pretesado: en general: '
migón + acero 1-e --a,. rp - (1 -e - .. '·.r)
N N* N* L,
de preten~r Obo:::::: Ti Ob,,,, = O¡,º • e -a¡;. rp = Obo ' C1,
-- [!_:___ _ Übv00 :::::: <Ibvo
e ~a,.g;
= Übv() e, Üb 00 =-p-;- ---- -----·~ = Ti (J¡,,.,,:::: - - -,,.
- E,
a, qJ 'P
l+n · µ,
Oz,,,::::: Oi; 0 +..?ho (1-e-ªz''P)
µ.
1

V'"'"+
)j - --:¡¡; -
Ozv00
-
- Ozvo +· ª')Vº( 1 -
¡;, e ,-.ªz •'P'J --
n·N* l+n·µ,- a,· rp _n·N*
[l·e-a, r] s, . E,
?'f0; Fz postesado: - 1
Ozvn - n' Obvo - Ozvo
(0) ---"''
.--"·--------··-- - - - - • Lz ª"""=
Ü--e-a,·r)
ª'º=~
-
:~, en el caso de pretesado queda: l+ n · µ,
= e-a,.rp n · ,u, F; 'P n· µ,
~0%.f/ N n·µ::+l-e-a~·'P
<Izvo

<Yzw ::::;: Oto ' _ _ _ . . ______ ..,,, _ _ _ = 0,


Fi-Fn+n· fz n · µz 0 . Ct Llai;o =: 0~ 0 - Ozv 0 ::::: 01~ 0 • az:::: - n · Obv0
válidas para pretesado
en el caso de postesado queda: postesado: y postesado,
a,00=~ (1-0-ª··•) O¡,,,º -
- v~. -
F,, - -- a,v . .
/{~
siendo entonces en el caso
'- ' - de pretesado: 1

e -a~ · rp)
= --.. . .?!'.Q_____ ( 1 - -- Vº aiºJo -
- µ,.E::
C;,k
ª'"º---¡¡;- LJa, 00 ::::: Ow,,,,
··--··· - - - - - - - - - - - - - - '1 .. . 1
en el caso de pretesado queda:
a, (C, -1)
e,k == -- 0-..-·E-;-- - -. . .
(l - e ~-a' ·'l-') n N* s,
en el caso de postesado queda: E~k = -E-;_ ... __Übvo
-- (.1 - e
-a
:: ·
ºP) = -- - --
ÜzvG
e,_k = F; · Ez L, ézs = (1-e-a,.r)
'e.µ, E, - 1 'P n· f'·
- N
Ezk-~E (·.l-e -az ·'')
' ,,
1

pretesa<lo: 1
4. Sección de hor· N* 1-e~ªr·'I'
N N'' L¡, =-- Ss • Eb (.1-e-ut•'P)
migón +·arma· Ob 0 = -F Üboo = Obo. e~a,.tp = Obo. C¡, <Ib 00 - ---
F; 1
• -----=--
a 1 • rp F, 1
0¡,00
'P
dura ordinaria ; if -
e~ª1·r
+acero de n . «¡ -+- I - e -a¡. q, <J¡,,,"" ::::: Obvo
- ' -..... ----- ........ _, _________ ,, ...... =
Oe 0 =n· 0¡, 0 1
Oe,,,, =::: 0,,
0
' Oe
pretensar n. µ¡ 0
~. .:f-_=::::_e__
l -a rp
1·_= [J - e -*(T]
O::o
(ne= nz
= Üe 0

= n)
Oevoo = Oev 0
n µ¡ a"= =
ª'""
i ~~"'.. fi_*_
F;1
l +n • µ¡ -
n
~-u.¡--;--cp-
/,/..¡
1!.:!i'~ . Lr
F;1
a,. 1= ------------
0, 00
,,. E, ( 1 -·e
ffJ · n · ,Uf
-a
!" 7 )

= ª""º C¡
- Lfa,0 = 0~ 0 - O:v 0 =::: - n · O¡,v 0
¡
en el caso de pretesado queda:
Frfe+Fz postesado:
N n • µ¡+ 1-e-ªt·'P _ 1 postesado: Ozv 00
_ Ozvo + ª'"•( 1 - e -af -r) -_
fte"'Fn+n-Fe Oz.,., =::: 0;; 0 • ------------.,·-·--- ----- - ª""' -

µ¡
Fit"Fn+n-Fr
Übo = F;e n. µ¡
,u,
Oe 0 = n • Ob 0 en el caso de postesado queda: ::::: Ozvo e-ª,·'P
Oi: 0 =0 a,~ = ___ _J'i__ __ (¡ - e -al°•)
_ F 1(! +n · µ.)
- Oev 0 = n • 0bv 0
v,
Üzv 0 =- p""'"
'
1
--------------·---...- - - - - -··
a, 0 (C1 - l)
Eek:::::
E, n N*
fek=--¡¡;
Oev 0 (C¡--1 ) fzk= ~.'.'_Q_·-( I-e-ª1·T) s~1c ::::: Szk ::::: ¡¡---¡; . L, fes = - - 8,- · - ( 1 - e -aT)
,.
t.tr · E, if • z 'P. n. µ¡
Ezk= ~(1-e-ªt·(P)
.u,· Ez
'

438 489
12.24 Imlicación acerca de la redistrilmción de tensiones de retracción y fluencia, en· Los apoyos móviles son colocados en posición inclinada, de forn1a que después de pro-
estructuras compuestas de hormigones de diferentes edades ducirse aproximadamente de 0,7 a 0,9Lll (según qne se haya .adoptado yara rp el valor
máximo posible o un valor medio) , y co'n una temperatura media, los rodillos queden ver-
En la construcción prefabricada se da con frecuencia el caso de utilización de piezas pre~ ticales o el apoyo deslizante quede cargado centradamente. Para Eb se debe tomar, a ser
fabricadas en conq.xión con hor1n.igón in situ colocado posteriormente. En este caso, los posible, un valor medido que corresponda al tipo de hormigón previsto. .
dos diferentes hormigones están sujetos a diferentes efectos de retracción y fluencia, y al
ser éstos niayores en el hormigón in situ, se produce una migración de tensiones del Para el cálculo exacto del acortamiento de una viga se puede utilizar el método de las
hormigón in situ a la pieza prefabricada [ 56] y [ 85]. El tratamiento de estos fenóme- fibras conjugadas de BusEMANN, según apartado 12.22, el cual da el acortamiento e de
nos pnede ser hecho igualmente con el método de BuSEMANN. H. RüHLE y W. KrnscH la directriz, a partir de los acortamientos '' y e2 de las fibras conjugadas, en la forma:
estudiaron en [464] y [525] la aplicación práctica.
e
- .

12.3 La deformación de vigas isostátieas a causa del pretensado y la retracción


y la fluencia

12.31 El acortamiento de la viga (aproximado)

Si prescindimos de la arn1adura ordinaria, una viga de 11orn1igón ¡}retensado se acorta


con10 resultado de:

.
El pretensa d o: acortam1e11to . : : : ;: : E Vo. F
e 1·ast1co l; si la viga es de arn1aduras pretesam Fig. 12.17 Acortamiento de una viga pretensada; a la derecha, posición inicial adecuada
v(o1 b n del rodillo de un apoyo móvil.
das= E ºF ·l.
b • i

2." La retracción: s, · l (uniforme) . 12.32 La elástica de una viga pretensada isostática, originada por la retracción y la
fluencia
3.-0 . en su d'1rectr1z:
L a fl uenc1a . rp . Eh Vo · l; si V 0 per1naneciese constante.
. Fn 12.321 La solución general
Sin embargo, Vo decrece en el valor de A, por ejemplo según 12.(10). Se obtiene nn
valor suficientemente aproximado del acortamiento, si se supone que actúa por término Corno es sabido la elástica de un elemento estructural isostático se obtiene, según el
teorema de Mo~R, como la curva de momentos flectores en la pieza cargada según la
medio V 0 + 2A . ley _J!!_ , y los giros de las secciones extren1as son las reacciones a que daría lugar esta
E. J
Según esto, el acortamiento total debido al pretensado, la retracción y la fluencia, es carga (fig. 12.18). Además tenemos:
aproximadamente:
--- 1f == rotac1on
M == -~- --¡ e erne.nta1 en d. x .
E· J dx

referido a la directriz. Por tanto, si conocen1os la rotación ifs+k a lo largo de la pieza, podemos utilizar. ésta como
carga para la determinación de la elástica.

Dado que los cab:tes suelen estar descentrados, la viga flecta elásticamente y, con10 con~ Ahora bien con el método de BusEMANN se puede determinar fácilmente la rotación íf.
secuencia de la fluencia (fig. 12.17). A efectos de los apoyos de una viga habría que Conocemos' los acortamientos ''· >+k de la fibra 1 y s2, >+k de la fibra 2, a partir de t =
ballar, por tanto, el acortamiento del borde inferior. De la suma de los giros de las sec- = ob/Eb (fig. 12.19). Permaneciendo las secciones planas y siendo e la distancia entre
ciones extren1as, TA rn, se deduce dicho acortan1iento adicional del borde inferior en fibras, tenemos:
la forma: L1ls = (TA +
TB) y,,. Los giros deben ser calculados según el apartado 12.32. El
acortan1icnto por flexió·n es, en general, muy .pequeño en con1paración con el acortamien~ 1fs+k E2, s+k - E1, s+k
12.(41)
to del eje, pues la flecha de las vigas pretensadas suele ser muy reducida. Por ello, es sufi- dx e
ciente la n1ayoría de las veces considerar sólo .el aco1:tamiento de la directriz, a efectos
de colocación de los apoyos o la junta del tablero. Es conveniente no adoptar un rp de- (positiva, si el centro de curvatura está arriba, es decir, s1 la elástica es cóncava hacia
masiado bajo. arriba).
En el caso de vigas prefabricadas, habrá que deducir de !lli, a efectos del apoyo, el Coino rara vez se logra establecer la ecuac1on de la elástica originada por la retracción
acortamiento que tenga lugar a'ntes del n1ontaje. y la fluencia, ]o que hacen1os es dividir la viga en un núrnero suficiente de intervaloR

490 491
~11
1 • 1
1

1 .• 1· ~
..:,¡I&
ds, y calculamos los {} para cada uno de ellos. Dibujamos entonces las cargas ds · fri a o
1
11
ds · ,9,"' de acuerdo con la figura 12.20, y hallamos los momentos debidos a estas car- 1

gas, que representan entonces las flechas en los diversos intervalos.


tS ! ~ 1
,;;[o
1 1
Este método nos permite abarcar también el efecto de la armadura ordinaria y del pre·

-----~··------ ___
11
tensado a diversas alturas, pero resulta, por otra parte, muy trabajoso. o;;
i I

~
"' * •
--111, ---- · - · "±"! : :
"""'"
f
f 1
~"" ~

o2 &le->
/E¡
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""$"
V
~
1

"1 ~
1

1
M debido a{).
" 1

"
~ ~
"O
·~ 11
{!Fig. 12,18 Al cargar una viga según la ley de los ,.Q
M
¿--~---¡ se obtienen los giros de las
+
"O" 1

-----'----------------~·----------'---------~----------''-------
1

~·'1·-"
1' Fig. 12.19.
! !
tangentes extremas a la directriz, como ""''"
- " -1-
reacciones en los apoyos, y la elástica,
como curva de momentos fiectores. =
"
1 1 -;--

11
"'"! ·¡¡ l
IN
..." 1
,..;
..
- -"
~
" "
E-<
00 1

" "ti
~
!-Js ~--Js -
l._
1
Js -..J..- Js -t·· Js
! 1 1\
_j -"" o
:¡;

-"
' 1 1
momentos debidos a ds ,'), " --~.,------·-----·-·-----··----- -·--""'I" ___ ·-·-·----·--""i---i----·-·-

&I :h
Fig. 12.20 La elástica de una viga, como curva de "~ o +
...·e.s"""'"
momentos debidos a la carga ideal ~. p

~.¡ ~
V 1 "
,,,,I~
~- ""
o E ~1 ~
-a>!
·~
p o
"'
(..) u

" s"
V
~ & 1!
-"s..
o
00
s """o ~ 11
!~
" ~
~..
12.322 Fórmulas para hallar la rotación {} debida a la retracción y la fluencia, en casos ¡:;J
. "'
sencillos
·o ""'• ·1 ··

Para algunos casos sencillos han dado K. SATTLER [ 445] y HAHN y HOLZ [ 482] expre·
¡;¡;. "" - o
11
siones directas de {}s+k, con las que puede evitarse la n1olcstia q11e supone el 1nétodo de cS
las fibras neutras de fluencia. En la tabla 12.II se dan estas fórmulas, por separado, para
la fluencia .bajo carga n1an.tenida y pretensado y para la retracción, siendo la sección ~

• =·e
+i=1~
rectangular con cables en un solo lado o armadura ordinaria en un solo lado. Los fac- ~

..""""
-11
'º •o.S
tores Cb y Ce, así corno los Lb y L" se toman de las figuras 12.21 (ver también el apar. ""
tado 12.23). Al aplicar la tabla hay que tener cuidado con el valor de µ, pues unas veces ·~
o
~
a"º
o
"'• ~
~

debe referirse a la sección total, y otras a la sección equivalente F 2 = F n •


y,
-- ; a, C y J_, "'o.,,,"
~
-"!
se refieren siempre a F 2• e ""• ""~
~~
•E
'º i:e ,;: ~
~
u
u
·~
u •
'<•... V,
><'
O)
cf} J5 8 0

492
~Or--rl~-,--..,.--,--,---,--,,--,,.--.,
Por definición de la fibra de BusEMANN: Obv =
O en la fibra l. Por ello en dicha fihra el
h or111igón está sometido sólo a la tensión Og· Por tanto:
1 '
--·-.. . H-+----+-~-~-~~-~-, a M,
== ~ ~ ·---- · se obtiene:
1n
1 1 -ay:;= e1 := ---5_ • rp ; con Gg Y1
Í i n rp= Eb
1 1 7+n·u.-(1-e-ar")
i l .., r- ct.ífw siendo:
4,0r---+--ir---+--i x:-l n·¡¡, ---
Y1=
i'
-- 1:'11
Y2
,...-..- ¡ii !i, 1.'¡l!I X*
,,.,.. l'¡h
.· 1i1,; ;11111: sJ. deformaciones
,,/4'f, 11rl¡,¡,.X*''''l
/ / .. ,'I
1 1
::ii1lJIL1.L.Lu11.··-I'
'~'I
i 11 +· 11'.'1
111! i ¡11
1. !:;, 1 1
tensiones
1
- --+·- ~==3-,
!
a: \
'Jj__. - - - - - , -
1 Y1
--t
-Vx

Fig. 12 .22 Tensiones y deformaciones en las fibras conjugadas, para la obtención de la rotación {f.

Según la figura 12.22, la rotación 1J es:


0,2 0,4 0,6 0,8
a=~- d8 · d. X
7+ n .¡¡, {}x== - '
e
Fig. 12.21 Coeficientes C y L para el cálculo rápido de las tensiones y deformaciones en las fibras conjugadas,
según la tabla 12.I, y de las rotaciones {! según la tabla 12.II.
siendo:
12.323 Solución simplificada para la fluencia, el caso de pretensado en una sola cabeza,
despreciando F,
Para llegar a esta solución simplificada vamos a partir de los esfuerzos M, y de la Haciendo Ak . y 2 == M A, tenemos:
pérdida de pretensado A, valores que habrá que determinar de todos modos para hacer
el dimensionamiento, con lo cual nos evitan1os el cálculo de las rotaciones {}, Nos limiQ
1?x ___1___ (- ____MA _ + Mg_·Y.1_'.'E_) .
d x -- e · Eb n · F, · Yz Ín
tare111os primeran1ente a ]a flue11cia, pues la retracción no provoca casi flexión (ver aparw
tad.o 12.324). M*
P ara obtener la elástica: Y -~ -- ----·
Eb · ln d. X
A partir del apartad.o 12.221 (fibras de BusEMANN en el caso de pretcnsado en una sola Eb ·ln·19'x
cabeza) ohtenemos, de acuerdo con la figura 12.22, el acortamiento en el eje del cable debemos suponer cargad.a la viga con el momento ideal M* = d. X
(fihra 2) en la sección de abscisa x:
Este M* es:
M* = +-
·
.!...-(- __111A__y, + Mg .
e n · F, · Ín
y, . cp) =--=
n. µz
a2==--~--

l +n · µ2 l Ín • MA + .2'e..1 . M, . cp •
,11 2 = F,/F2 tiene que ser referid.a a la superficie equivalente F 2 en la sección x. e. Yz -;;::-F,

495
494
..,,

Ahora bien:
1 l n1anecen en el do1ninio de las compresiones. rfamhién en la viga con cable recto, según
e· Y2 ·2 ....L yf2 y la figura 12.9b, las curvas de momentos M~ son parábolas; en los apoyos q11edan momen-
'
• '
tos Mio, a causa de la excentricidad del cable en ellos. En la figura 12.23 se ha repre-
y por tanto: sentado la variación del momento M~ para ambos trazados del cable, y en los dos casos
extremos de carga ® y @ .
. ~) Podernos entonces expresar en una forma muy sencilla la flecha en l/2 dehida a la fluen-
cia bajo pretensado y carga mantenida g~ en la viga si11i¡1lemente apoyada:
Introduciendo

e Y2 =y,
v 112
'
k
1
= - -- ·
43
--~---
Eb · .In
(5 M*112 + M*o k)
.
k
.
1 12.(43)

en la cual M* o. k y M* 1/2. k son los momentos ideales en el apoyo y en el centro de la viga,


obtenidos según la ecuación 12.(42). Si desaparece la excentricidad del cable en la sec-
ción de apoyo, se anulará M* o. k, simplificándose la expresión anterior, que quedará en
llegamos a:
12.( 42) la forma:
donde:
5 17-
V//2, k:::::: - - - • M*112,k 12.(43a)
43 Eb · ln

@ tf---~.::-.: ---.-:-. ~.:-_:...~.--'il ---=·-:.~=#


-T=-tf=:.=-=--::·=--:=.:.:·=..:..:.
Para la viga con cable recto, se puede deducir la ecuación di.recta de la elástica. Los
cálculos comparativos muestran que la expresión 12.(43) conduce al mismo resultado.

A modo de ejemplo, calcularemos para la viga con cable parabólico (fig. 12.9a) la fle-
cha en el centro debida a la fluencia.
! -737
Tenemos como datos:
b=d=I,O m; 1=20,0 m;
-736 -727
]¡, = 0,0833 m 4 ; F, = 50 cm 2 ; µ, = 0,5 % ;
y,= 0,40 m; i 2 =~ 0,0833 m 2 ; Vo = - 450 t;
1/8l 1f4l 3/Bl 1/zl
d\,,0 =90000 t/m2 ; Eb=3000000 t/m2 ; n=6;
/¡ rr=3; c,=-20XJ0- 5•
j

" ¡,
¡,
3/sl 1121
Para el caso de carga@ con g = 5,1 t/rn, tenemos: Mg = + 255 t/m.
1 + 17;\ /,
.Tn -
""
+ 782 :,..
/,
(pacab:~/, , ('ce parábola)
Calculamos entonces (tomando

Y1 = ,~ i' = 0,083 = 0.203


]¡,) :

m
+ 728
1
' 3 Y2 y, 0,4 .
!' "220 ,, 7S4
11;1\J +2J3 M*i+'
x '+ e= Y1 + y, = 0,603 m
Fig. 12.23
~yes de momentos ideales M* fr ct:bid?s a la fluencia, en la viga con cable parabólico 0 recto (se
fi~~:~ 12,9a Y b), para las d1stnbuc1ones de tensiones @ y @; comparadas con la parábola de i:i Y1. = 1,0
e
º·208
0,608
= 0,342 m 2 = 3 420 cm2

F,
/A-2== - 50 ~= o.0146
F, 3 420 .
Aplicando el principio de MoHR al momento M'x. tenemos la
elástica: siguiente ecuación de la
n • Jlz 6 X 0,0146
a2== ~-~~-
l + 6 X 0,0146 = 0,0805
Yx= ¡·¡·
. . E · .lx
M~ • dx. 02 • ~
I+n · µ,
= 0,2415; (l - e-a'·~) = 0,2147.
Vimos en la primera edición alemana de este libro (pág. 329 y sigs.) que en la vi a sim- Pérdida de pretensado en l/2 según 12.(42):
r::~me!'1te. apoya_da (fig. 12.9a de esta edición) con cable parabólico, la curva de mo1:nentos
1c co1nc1de casi con una parábola, c11mpliéndose esto en todos los casos de carga que per~
~') (l - e-a·~) = -(-450 +¡¡~*~S) 0,2147 = + 6,6 t

496
32 497
y por tanto: En ella, M* 0 . , y M*112., son de nuevo los mo-
mentos ideales calculados según la ecuación tf~--
.. .____ -- ---~;tt
---··

MZ = -,,-'~ - 2 ( - Ak ·_yz 3
_ _o,~~~ -(- ~O,~ + 3 X 255) = + 233 12.(44) para el apoyo y la sección central de la
' + Yz n · µ,
+ cp . Mg) = 0,0833 + 0,16
66
'
6 X 0,005
tm. viga. Se simplifica esta expresión si el cable 11al 1/4l 3/el 1/zl
parabólico está anclado a la altura de la direc-
parábola
Da flecha calculada según la expresión 12.(43 a) es entonces: triz, con lo cual M 0 ., = O, quedando: _'>----
+74,4 +74,6
5 l'- M* 5 20' 5 +
Vz/2, k == 4.S E~f,, . i12. k = 48 .
------------ X 233 = 0,039 m = Vz¡2.' = 48 12.(45 a) M/1+1
3 X 106 X 0,0833
= 39,0 mm. En el caso de cable recto anclado excéntrica-
n1ente, tellen1os M*o, s == M*11 2 , s == M~, y la exR
-t··-.
1 --- - - - - ---
··-- .. --··---·-- .. --··
-- - -- . ~í
---+-·

presión de la flecha nos queda en la forma:

12.324, Solución simplificada para la retracción l

Siguiendo un razonamiento análogo al del apartado 12.323 podemos escribir:


VZ/2, s == 8 · 12.(45 b)
1Ms* 1
¡+)
1 +9,2

La flecha debida a la retracción es muy peque- Fig. 12.24 Momentos ideales M.i. s debidos a la retrae·
E ff
ción, en la viga de las figuras 12.9a y b.
para la fibra 2: s2 = - -=_A
__'=- con A,= - -'- . Eb . F2 ( - e-e,·r) ña en comparación con la de la fluencia, y en
<p general puede ser despreciada.
&

para la fibra 1: s 1 = s, Para la viga del ejemplo del apartado 12.232, la pérdida A, de pretensado en l/2 debida a
la retracción, será según 12.(44):
Rotación elemental:
= - =- 20 >< lo_-s X _3,0 X 10
6
X 0,342 X 0,2147 = + 14,7 t
ffx
dx e e
l (---A_,
E, · F,
-e,)=- 1
e · Eh · Fn
(~-+e,·Eb.Fn)·
n · µ,
3

y el i11on1ento ideal:
Por tanto~ el momento a considerar como carga será:

Mi=- c o

y con las mismas transformaciones de 12.323: = -


0,0833 X 0,4 (
o,os33-+o56 6
14,7
x 0,005 20 X 10-s X 3,0 X 106 X l,o) = + 15,1 tm.
De acuerdo con 12.(45 a) la flecha será:

con As:::= -
<p
12.(44)
v112., = ]¡¡ · Ez, ~}7, · M*112., = /a X3X 10:~ O,OSSS X 15,1 = 0,0025 m = 2,5 mm.
En las vigas en T se producen deformaciones por flexión algo mayores, a causa de la
Habrá que suponer la viga cargada según la Iey de momentos así obtenida, para obtener diferente retracción del alma y el ala. En las vigas en I tiene a veces importancia el
la elástica como curva de momea.tos resultantes. entorpecimiento de la fluencia de la zona de tracción por la armadura ordinaria, fenóme·
no que puede ser tenido en cuenta de una forma aproximada según el apartado 12.31.
Para la viga simplemente apoyada de la figura 12.9a, o bien 12.Yl:i, las leyes de momen·
tos Mi son las de la figura 12.24. Al cable parabólico corresponde una ley parabólica de
momentos, y al cable recto, un mon1ento constante. De acuerdo con esto, la flecha en el
centro de la viga debida a la retracción puede ~1er expresada en la forma:
12.325 Fórmulas aproximadas para la viga simplemente apoyada

~ 1
- .--··· . __P:__ (sM*112 , +~I 12.(45) En la viga simplemente apoyada, con carga mantenida uniformemente repartida, y mo-
'-~~ 48 Eb·ln , ~ n1ento de inercia J constante, se puede determinar con suficiente exactitud la flecha o

498 499
El electo de la fluencia sobre los N,, M, y Q, debidos a la retracción (se habla también
contraflecha en el centro de la viga, debida a la retracción y la fluencia, por medio· de
la expresión: de fluencia por retracción), será estudiado en el apartado 12A~.

2. Fluencia.
''Vl/2, .+k = l l2
48 . Eb . J :.
(" M* 1/2, Hk + M* º· .+k) 12.( 46)
·La fluencia no provoca ni modifica ninguna reaccion 1ii esfuerzo hiperestático pro-
calculando el MZ para la fluencia, a partir de: ducidos por el pretensado o las cargas exteriores, en tanto no varíen las condiciones
de apoyo o· el sistema estático, y permanezca constante la fuerza de pretensado-ni
MZ = ·2 ;2 ' (-- ~k • _Y• + 'P . Mg) 12.(42)
siquiera en los pórticos o arcos, ya que las i11agnitudes hipcrestáticas, por ejemplo
las reacciones 11.iperestáticas, son independientes del n1ódu.lo de elasticidad, que se elimi~
' +y' n . I'•
na al hallarlas (supuesto un mismo módulo de elasticidad en toda la estructura, es de-
y el M, para la retracción, a partir de: cir, un n1atcrial l1on1ogéneo). Esto significa que las hiperestáticas, y por tanto las distri~
huciones de n1on1entos fiectores y esfuerzos cortantes, son igu.ales para unas mismas di~
12.( 44) n1ensiones de la estructura, ta·nto si ésta es de acero, gon1a u l1orn1igón o de un hormigón
que fluya "de forma regular", si se prescinde de la teoría de segundo orden. "De forma
(M*¡¡, en el centro de la viga, M*o en el apoyo). La pérdida de pretensado A,, o bien A,, regular" significa que la fluencia se rige por la inisn1a ley en toda la estructura y es pro-
puede ser determinada por cualquiera de los caminos indicados en los apartados 12.1 y porcional a la deformación elástica, de inodo que las secciones se n1antienen planas. La
12.2. variación de los esfuerzos debidos a V, a causa de la pérdida de fuerza de pretensado, ha
sido estudiada ya en el apartada 12.1, y es válida igualmente para las viga.s hiperes-
La,§ expresiones aproximadas para detern1inar los M* (ver tan1hién la prime1·a edición táticas.
alemana de este libro, pág. 329 y sigs.)
Sin e111bargo, si se modifica el sistema estático o las co11diciones de apoyo, por ejem~
+
MZ .-''P [M, (Vo Akly,] + 12.(47)
plo si se produce un asiento de un apoyo o si se en1paln1an vigas de un. solo tramo
para formar una viga continua, entonces la magnitud de los N, M y Q producidos
M; ,...., 0,85'1' · A, · y,
dependen del módulo de elasticidad del hormigón, y por tanto también de la fluen-
cia, es decir, tales esfuerzos son, reducidos por la fluencia. Esta reducción será ma~
se recon1iendan sólo para un primer cálculo aproximado~ ya que las expresiones 12.(42) y
yor cuando se trate de desplazamientos de los apoyos que se produzcan rápidamente
12.(44), más exactas, no requieren tampoco un trabajo de cálculo excesivo.
y de una sola vez., y r11enor cuando lo hagan despacio o en varias etapas separadas por
intervalos de tiempo (como, p. e. la retracción, o los asentamientos en s11elos co·he~
rentes).
12.4 Efecto de la retracción y la fluencia sobre los esfuerzos y reacciones hi-
perestáticos, cuando no se tiene en cuenta el entorpecimiento ocasionado DrsCHINGER llegó a esta conclusión en 1937 [28] e indicó también su tratamiento ana-
por las armadnras lítico [36]. Es necesario comprenderla bien, pues es frecuente el que existan ideas no
n1uy claras, sobre todo acerca del efecto de los asientos de los apoyos sobre piezas de
l1orn1igón o sobre vigas mixtas de horn1igón y acero. Basta pensar en el '~pretensado" de
12.41 Generalidades los puentes de vigas mixtas, por descensos de los apoyos, cuyo efecto termina por des-
aparecer casi por co1npleto.
l. Retracción.

Es sa.hido que la retracción provoca unos esfuerzos hiperestáticos (N,, M, y Q,) y unas
reacciones de apoyo adicionales, si se ve impedido o entorpecido el acortan1iC:r1to por
las condiciones de sustentación. 12.42 Reducción por la fluencia ele los esfuerzos que se originan en uua estructura
hiperestática al producirse nn único desplazamiento rápido de un apoyo
l~n las vigas continuas pretensadas, la variación de los esfuerzos por la retracción es des-
preciable, en tanto que se dispongan los necesarios apoyos móviles, que permitan que
tenga lugar sin impcdime·ntos el acortamiento por retracción. Co1no eje111plo elegiren1os el caso de una viga cn1potrada en un extrern.o y apoyada en
el otro. Este último sufre un descenso Vs (fig. 12.25).
Sin embargo, se originan esfuerzos Ns, Ms y Qs en los pórticos, arcos y otras estructuras
con apoyos indesplazables. La obtención de estos esfuerzos es similar a la de los produ- El n10111cnto de en1potra111iento e11gendrado ME 0 se deduce de:
cidos por variaciones térmicas, y fue estudiada muy detenidamente por MoRSCH [69].
_ Me,· P
Los N.,, M, y Q, van apareciendo lentamente y son reducidos continuamente por la fluen- VE-- 3E. J
cia del hormigón. Sin emhargo, dado que la aparición de la retracción es muy lenta
3E · J ·VE
y progresiva, la reducción por la: fluencia' no es tan grand.e como si t11viese lu.gar el acor~ ME = -
0 /} (VB positivo si es nn descenso) .
tan1iento rápidan1ente- y de una sola vez.

.t\llO 501
~'

La fuerza necesaria para el descenso del apoyo, que actú.a como reacción negativa en .el En la segunda etapa de fluencia se producirá un corrimiento B1 · V1 · .!!!_ que será
n
con1~
instante de prodneirse aqnél, es: pensado por la fuerza AB,. Tenemos, pnes, análogamente:

B B ME, 3E . J . VE
~cp -AB, · v1=0
=--·¡- =- B1 •
n
"' Bajo la accwn del triángulo de momentos, que
da lugar en la viga a tensiones de tracción y de
AB, = Bo (1 _'En .. ) _'E_.
n
compresión, entra en fluencia el l1ormigón, dism
minuyen las tensiones. y se reduce·, en consecuen .. Al final de la segunda etapa la fuerza en el eJ<tremo de
(positiva si el apoyo desciende)
cia, la reacción B, y por tanto tarnhién el mom Fig. 12.26. la i11énsula será:
L n1ento.

Para tratar analítica111ente este fenón1eno de


fluencia, consideraremos prin1eran1ente la viga
empotrad.a en su extrcn10 izquierdo y cargada
cu el otro con una fuerza B 0 • Si no hubiera Análogan1ente, la fuerza al terminar la n-ésin1a etapa de fluencia será:
apoyo en B, la flecha que se produciría en este
extremo debida a la fluencia, sería:

"
Fig. 12.25 Asiento de un apoyo, en una barra em·
potrada en el otro extremo.
v Bk = Bo · V¡ • cp
Cuando el número n de etapas tiende a infi11ito podemos escribir:
v1 = flecha elástica en B debida a B = l.
o bien
Esta flecha por fluencia debe ser anulada por unas fuerzas de retroceso que mantengan
el descenso VE· 'Luego el mon1ento de e1npotra1niento será:

Dividamos ahora el proceso de fluencia en n etapas iguales, e imaginemos la flecha VEk/n


a que da lugar la fluencia en cada etapa, compensada de nuevo por una fuerza de retro- 12.(48)
ceso LIB, la cnal actúa súbitamente al final de cada etapa, de forma que no provoca a
su vez fluencia. Si se adopta otra hipótesis, que incluya la fluencia debida a LIB, se Esto significa que los esfuerzos o reaccio11es artificialmente producidos por descenso
llega al mismo resultado. , de los apoyos o cualquier otro movimiento, se reducen por la fluencia del hormigón
a la eo/-ésima parte del valor inicial. Si consideramos los valores de e-':P para los
La sun1a de las fuerzas L1B en las n etapas, corresponderá entonces a la fuerza Án, en la coeficientes finales de fluencia más normales
cual disminuye a lo largo del tiempo la reacción negativa B 0 provocada por el descenso
del apoyo:
n
cp _¡ __ I,5 2 3
--1
4 5
AB = ZLIB. ; 0,223 0,135 0,050 0,018 0,007
l

Por tanto, la reacción una vez acabada la fluencia, será: B"" == B 0 -An. vemos que del efecto pretendido con el descenso del apoyo no queda al final nada más
que el 13 % cuando cp =
2, y sólo el 2 % si cp 4. =
Entonces, al final de la primera etapa de fluencia tenemos (fig. 12.26) :
Si existe una fuerte armadura con un momento de inercia propio l¡ grande~ se niantiene
V¡ • un mayor porcentaje de los esfuerzos engendrados (ver apartado 12.5).
Bo · -L1B 1 • v,=0
n
Por tanto, en las estructuras de l1ormigón, los asientos de los ap.oyos u otros movi-
AB1 =Bo · cp mientos destinados a variar los momentos o las tensiones son prácticamente inútiles si
n se producen sólo una vez.

Luego al final de dicha primera etapa quedará una fuerza en el extremo de la ménsula: Recíprocamente, los asentamientos desig11ales de los soportes de una viga continua
carecen de importancia si se producen una sola vez y durante corto tiempo, y si dan
Jugar en el estado inicial a tensiones que no produzcan fisuras en las zonas de trac-
ción~ ni compresiones que sobrepasen mucho los valores ad1nisibles.

502 503
Si los descensos se producen varios años después de la ter111inaci/)n de una ohra, por tan- Por tanto, al final de la primera etapa actúa la fuerza:
to con llll horn1igón ya viejo, la reducción por la fluencia de las fuerzas a que dé lugar
Z0 = O.
13
será mucho J11enor. Habrá que tomar en las fórn1ulas un rp correspondientemente i11enor. Z1 = - '- • Eb · Fb Zo, cuando
n

Análoga111cnte, al final de la segunda etapa te:ne1nos:


12.43 Reducción po~ la fluencia de los esfuerzos que se origman en una estructura ;JZ,
Z1 cp_
hiperestática a causa: de movi1ni.entos lentos de larga duración, o si.milares; o és
---- - o
también: Reducción por la fluencia de las tensiones debidas a la retracción n Eh Fh n Eb ]lb

o bien:
l." ejemplo: E,
11Z2=-- · Eb
n
Consideremos la barra rígidamente empotrada en sns extremos (fig. 12.27). Si uno de ellos
pudiese desplazarse lihren1e·nte en sentido longitudinal, la barra sufrirá un acortamiento Por tanto, la fuerza al final de esta segunda etapa será:
por retracción ssl. D·ebido a que la retracción está in1pedida se origina un esfuerzo de
tracción Z, si no se tiene en cuenta el efecto d.e la fluencia, cuya n1agnitud se deduce cp
igualando deforn1aciones: n

es f.tlecir: Análogan1ente, al tern1inar la tercera etapa:

Z, 0 = - "' · Eb · Fb.
Este esfuerzo Z, es absorbido parcialmente por la llnencia del hormigón:
o bien:
Para obtener esta disminución d.e Zs dividiren1os todo el proceso de retracción y fluenª
cia en n etapas iguales, y nos irr1agina~
i - - - - - - l -------..;
ren1os el acorta111ie'nto por retracción
q11c se produce en cada etapa, con1pen- luego:
sado por una fuerza de retroceso AZ
que produce la defor111ación inversa, y
que actúa instantánea111ente al final
de cada etapa, por lo que no provoca
fluencia. Haciendo para simplificar y
n
La suma de las fuerzas de retroceso AZ te'ndreu1os:
en las n etapas, correspo'nd.e entonces al
valor Az, en el que se redttce Zs a causa Z1 =a+ Zo · fJ Zo=O
de la fluencia: Z, =a+ Z1 · /3
Z3 =a +z fJ 2 •
Az = 2:LIZ
=a+ Zn-I • fJ.
~~-1-.º-et_ª_Pª---------!
Zn
Zoo =Z,-Az.
~ 1J--z1 Sustituyendo cada una en la siguiente:
-j f-- Dado que al final de la primera etapa
no debe l1aherse producido acortan1ien· Zn = a ( l + fJ + /32 + ..... p-1)
6s·L
to alg11no, poden1os escribir: (1-jJ")
2.ª etapa n.11 Zn =a· l-(J .
~
~----------~:+- Z •4Z2 ·Z, 1
Con las expresiones de a y fJ:
o bien:
Fig. 12.27 En una barra rígidamente empotrada en ambos e, a
extremos, la retracción da lugar a una fuerza 11Z1 = - -- · Eb · Fb. 1-(J
de tracción z. n

504 505
Cuando los soportes estén fuertemente armados en ambos iados de s11 sección, H se verá
y cuando n -+ oo:
afectada adicionalmente por el entorpecimiento de la fluencia en los soportes. Habrá que
hacer los cálcnlos entonces según el apartado 12.5.
Con ello se llega fmalmente a:

' 11 . --r
1
Js 1 1 1
1 Js 1 h
o., lo qne es lo mismo: 12.(49)

j_
1
1
1
A B A
Esto significa que el esfuerzo de tracción prowocado por la retracción alcanza sólo
(1 -
--·-
e-w) -L~ Hs Hs

~
del esfuerzo que se originaría si no existiese la fluencia del hormigón.

Para diferentes valores de tp este factor es:


F'ig. 12.28 Retracción del dintel de un pórtico y momentos a que da lugar.

'P = i 1,5 2
- - - - - - · · 1---------..-1------·-i·
1 3 __ I _ _

(l - e-") . 1 j
-- -- i 0.518 0,432 ' 0,316 0,246 0,199
'P
1 1

1 , •
12.5 Efecto de la retracción y la fluencia sobre las magnitudes hiperestáticas
en estructuras hiperestáticas con fuerte armadura; esfuerzos inducidos
Por tanto, los esfuerzos provocados por fenón1enos de larga duración, como por ejem~ por la retracción y la fluencia
plo, ase11tamientos de los apoyos, o la retrac<'iÓn, no se reducen tanto co1110 en el caso
de un único proceso rápido. No obstante, la disn1inución es tan grande que, debe ser Si en una estructura hiperestática se ven entorpecidas las <leforn1aciones por fluencia, por
tCnida en cuenta. armaduras ordinarias o cables de pretensado que n1antengan dista·ncias mutuas y apre~
ciables (ver factor límite de influencia, apartado 12.2, introdncción), se engendran enton·
Al1ora bien, en el caso de estar impedida la retraec1on,. sólo se tendrá en cuenta la ces, a causa de esta coacción interna (entorpeci111iento de la. defor1nación) y la sustent~m
fi11encia por retracción, cuando se tome el verda(lero valor final de la retracción, y ción hiperestática, unas n1agnitudes 11iperestáticas adicionales (esfuerzos y reacciones him
no uno ya rednci<.lo, como, por ejemplo e,= 0,15 mm/m correspondiente a T = - 15°C perestáticos). También la retracción origina, a causa de la diferente pérdida de preten·
de la norma DIN 1 045, valor que ya ha sido reducido pensando en la fluencia por sado, unas deforn1aciones de flexión, que pueden dar lugar a esfu,erzos adicionales, por
retracción (ver apartado 2.233). · ejemplo en vigas continuas. En pórticos cuyos soportes están fuertemente armados, Y en
n1ucl1os otros casos, alcanzan estos esfuerzos X;+k valores considerables que no pueden
ser despreciados sin i11ás.
2.-0 ejemplo: Retracción en un pórtico biarticulado.
K. SATTLER da en [ 445] expresiones directas de carácter general, y en [303] particulari·
Con10 es sabido, la retracción da lugar en el pórtico biarliculado a una reacción horizon~ zadas para el horn1igón pretensado, que se basan en las ecuaciones 'normales de deform
tal adicfonal que, sin considerar la fluencia, es (fig. 12.28): maciones por los M y N.

e, · l · Eh H. K. BANDEL [ 4.71] y W. W AGNITZ [314] han creado procedimientos iterativos con las
2 h 3 rotaciones, partiendo de los principios de SATTLER. El ca1nino nlás claro a seguir en la
práctica es el mostrado por V. HAHN y R. HOLZ [ 482], aplicando el método iterativo de
3 ls KANI a los giros de Ias tangentes extremas a la elástica de barras simplemente apoyadas.
siendo k un factor que depende de la forma y la sección del pórtico. Expondremos aquí esta idea.

Hs, da lugar a los momentos M, 0 representados en la figura 12.28. Estos momentos y la Se supone la estructura descompnesta en una serie de barras simplemente apoyadas (figu·
fuerza H, 0 tomada como esfuerzo normal en el dintel, dan lugar a tensiones sujetas ra 12.29), a las que aplicamos los esfuerzos M&+v y Ng+v de la estructura biperestática,
desde un principio a la fluencia, por lo que ni H,., ni M, 0 alcanzan en Ia realidad el valor en el instante t == O. Determinamos entonces las defo.rmaciones provocadas por la retrac-
indicado. Fácilmente se pnede ver qne el efecto de la fluencia es análogo al del ejemplo ción y la fluencia bajo estos Mg+v y Ng+v' a saber: el acortamiento de la barra Lfs~+k'
anterior. El empuje horizontal real será, por tanto: las rotaciones {}~+k, juntamente con los giros de las secciones extremas -r~+k, y el giro
'P~+k de toda la barra (fig. 12.30). Estas deformaciones deben ser anuladas por los "es·
fuerzos indncidos" buscados, de forma que se restablezca la continnidad del entramado.
12.(50) Para la con1pensación de los mon1entos de en1p·otramiento perfecto M* utilizaremos el
tnétodo iterativo de KANI [280].

506 507
l
Hay que tener en c11enta que las dcíorn1aciones y los "esfuerzos inducidos'~ se origi?-an El giro rº es, según Mmrn, la reacción de apoyo de la barra cargada según la ley ff,+k · ds,
lentamente, por lo que están sujetos ellos mismos al efecto de la fluencia. para lo cual hay que calcular las rotaciones {} por medio de las fihras de BusEMANN según
los apartados 12.22 y 12.32, ecuación 12.(41), o, en casos sencillos, tomándolas de la ta-
Para un determinado estado de carga, la causa de las defor111aciones es la retracción y
la fluencia bajo los M y N producidos por las cargas en cuestión. No ohstante, con el bla 12.II.
fin de simplificar la. escritura suprimiremos el subíndice s k y escrihiremos sólo el + l '
---·-·- f X • {}s+k, gv • t1 S 12.(52)
caso de carga de que se trate, es decir, en lugar, por ejemplo, de T(g+v)(s+k) escribiren1os s (}
sólo Tgv y si se hace n1e11ción del lugar Ta, gv•
~---·--·-··- s
Para ,hallar el n1on1c·nto de e111potramiento perfecto AJ* indu.cido, necesitamos los giros
de las tangentes extren1as de las barras, debidos a M* == l. Este i11on1ento, como "mo~
n1ento inducido" que es, está sujeto también a los efectos del tien1po, es decir, se origina
lentamente y la deformación que provoca debe ser calculada teniendo en cnenta también
los efectos de la retracción y la fluencia.

Utilizaremos el siguiente convenio de signos (fig. 12.30): a)

Mo111entos M en los extren1os de las barras, giros r y giro 1.p de la barra:


girando en el sentido de las agujas del reloj - positivos
x*
Corrin1iento As:
b)
Si la línea que une los extremos de la barra gira en el sentido de las agujas del
reloj - positivo (/Is es la variación de longitud de la barra conectada).
ero
x' di
ª~=-~';;,,-~,-~----;!f-¡
e)
L1ºSz(+)
¡
2 b'
~·{}
Ji 1 ds
--¡¡-.o.- (+) Fíg. 12.32 Giros para la determinación del mo-
¡ Fig. 12.31 El esfuerzo inducido X*, en función
B---·y·~A:::>'"~-..... i~ &~--->0
1
.... ____ ,_ del coeficiente de fluencia 'Pi: mento de empotramiento M* inducido :
2' a) Solución exacta de Dischinger. a) 1'\+., (carga mantenida).
b) Aproximación de Sattler. b) debido a Mª = 1.
Fig. 12.29 Descomposición de la estructura hiperestática, en ba· Fig. 12.30 Giros de las tangentes extremas y giro
rras simplemente apoyadas, con libertad para acor- de la barra, con sus signos correspon- c) Aproximación de HabeI para casos c) debldo a Mb = l.
tarse. dientes. especiales. d) corrimiento ds.

Proceso de cálculo:
1.0 Obtención de los esfuerzos M y N en el instante t = O y de las tensiones que de ellos 3.º Obtención de los esfnerzos inducidos x;+k en la barra empotrada rígidamente en
se deducen, separadamente para: uuo o ambos lados.
g ==·.carga mantenida== constante; El esfuerzo .X*, que es nulo e:n el instante t :...._O, crece con el tiempo hasta X;_1_,0
siguiendo, según D1scHINGER (fig. 12.3la), la ley (hormigón sin armar) :
v -·-fuerza variable de pretensado, función del tiempo, aproxin1adan1entc V== cons~
A Xi= x:+dl - e-') .
tante = Vo- --- .
2
En la mayoría de los casos prácticos se puede emplear la hipótesis simplificatoria de
2.-0 0 0
Obtención de las deformaciones Js r y v;º en las barras simplemente apoyadas, de-
, SATTLER [303]:
bidas a la retracción y fluencia hajo los esfuerzos producidos por g v en el sistema +
l1iperestático; en ocasiones se considerará por separado g y v.
<p 00

Acortamiento de la barra:
(creciendo X* linealmente con q;) (fig. 12.3lb). En algún caso determinado (por
·' ejemplo, pórticos con soportes cortos) resulta inexacta esta hipótesis. Para tales casos
/IS~v = fc>+k, gv · d S 12.(51)
o toma RABEL [278] una variación lineal discontinua (fig. 12.3lc). Aquí nos basaremos
tomando B>+k de la tabla 12.I. en la hipótesis normal de SATTLER; para los casos excepcionales, ver [278] y [482].

503 509
Para determinar los momentos de empotramiento perfecto M;+k calcnlamos las defor111a·· c) Momento M* debido a una variación de longitud Lls, en la barra adyacente 2:
ciones en la barra simplemente apoyada, según el párrafo 2.0 , y obligamos a que los M* LJs, en la barra adyacente (simplemente apoyada) da lugar a un giro de la barra 1
anulen los giros T2v de las tangentes extremas. Para ello necesitamos los giros T7 debi- __ Lls2
dos a la retracción y la fluencia bajo el momento inducido M* = 1 aplicado en cada nno de valor y;0 i -- -

de los extren1os a ó b de,~la barra, es decir, bajo la acción de una ley triangular de momen-
0
tos, giros q11e calcularemos nuevamente por el n1étodo BtJSEMANN por i11edio de las {}, Los Este ángulo debe ser compensado junto con el T • Poniendo
designaren1os en la siguiente for111a:

T~a, = giro en el extremo a debido a la retracción y la fluencia bajo la acción de


rº="º+v'°
M~ === 1, etc. (fig. 12.32). obtenemos las ecuaciones ampliadas de los M*, sustituyendo en 12.(53) -(56) el va-
lor y~, gv en lugar de. r~, gv•
a) Deducimos M* en la viga empotrada en ambos extremos por medio de las expre-
siones: Si la sección mixta es constante, un corrimiento Llsgv (fig. 12.33) da lugar a:

T~, gv -1- M~ T~a 1 -t Mb • T~b 1 0 ::...-:::::


Ambos extremos empotrados:
12.(53)
T~, gv + M~ rba Mh · rhb == O
1 1
12.(57)

En el caso de vigas simétricas y carga simétrica: siendo {} 1 la rotación de la rebanada d s debida a la retracción y la fluencia bajo
la acción del momento M* = l.
12.(54)
Un solo extremo empotrado:
Si además es constante Ia sección mixta: 3Lfsgv
M*= 12.(58)
If*1 . s2
__ . * _ 2r~, gv _ M----"'
Mª - - -3r:a h
12.(55)
1
- - -

4.º Compensación de los momentas M* por el método de KANI.


b) Momento M* en la viga empotrada sólo en A: [,os momentos M* 11 allados suponiendo los nudos rígidos, se~á.n su1nados ahora en
o cada nudo~ y repartidos entre las barras de acuerdo con las r1g1deces, y compensados
M,¡, -- - .::..~'..,. ?.:: a - * 12.(56)
~
'faa1 por iteración.
Como rigidez K se define el valor inverso del giro de la sección extrema debi?o a la
retracción y la fluencia bajo la acción de M* = l (fig. l~.~4a). Como es sabido, en
la barra empotrada rígidan1ente en aml1os extremos, la r1g1dez es:

l 1
Ka 1 b == '
T aa * - 'tab* 'tba*
12.(59a)
taa -··-.--~·-
7:/1b

y en la barra empotrada en nn solo extremo:


1
K, b=~,­ 12.(59b)
~ªº

El coeficiente de reparto es:

12.(60)
-~~~'!lll:rmrnr:rm:rm:rm:rmrnr:rm:rm:rm:rm,i'ii~---r
1 )t; siendo:
_ _¡
ZK = suma de las rigideces de las barras en el nudo; y
Fig. 12.33 Momentos debidos al corrimiento Lis en Fig. 12.34 Para la definición de la rigidez de la *
fab == _:z-=::::::: factor de trans1nisión en caso de empotramiento perfecto 12.(61)
vigas empotradas en ambos extremos o barra empotrada en ambos extremos
en uno sólo. o en uno sólo. 'íl¡b

511
510
, ve impedid-0 el acortamiento por :fluencia,
Si después de pretfie;isar d~na. estruc~ur;u::za de pretensado Vo inicialmente introdu·
(Hay que tomar siempre los ángulos producidos por la retracción y la fluencia l:iajo la por llllOS apoyos JOS, lSI111IlUYC a
acción de M = l.) cida a:

Cuando la sección mixta es sin1étrica y constante, será f == 0,5.


· t · ón) los apoyos tendrán que
La co111pensac1on de los mo111entos inducidos M*, siguiendo el n1étodo de l(ANI, se Si el pretensado fue elástico (con. una arma d ura en ens1 '
encuentra en la literatura técnica. "f
resistir, anclándola, l a d i erenc1a de fuerzas Vo (1- e-r) ·
de la de-
5.º Obtención, de las tensiones en el instante t:::::: oo. Cualquier deforrr1ación de los apoyos, por peq11eña q·uc sea, e:i la dirección
., d Jluenciºa , nlodi:fica fuertemente los valores anteriores.
f orn1ac1on e
Es conveniente proceder calculando por separado: . d· · d a 0 0 (o el sistema estático) , correspondien-
l. a, debidas a la carga mantenida g (constante). 5.º Si varían lentamente las¡ con .1c1??-esd ela preiracció-n con el tien1po, los esfuerzos, reac~
· da1nente a a var1ac1on e
d o aproxima. - ~ . . .
, ' , l ·l . . nto definitivo del apoyo, s1 no ex1st1e·
2. debidas a la fuerza de pretensado dis1ninuida, con10 carga 1nantcnida de-
Ov""
ciones y tensiones a que dar1a ugar e mov1m1e _
1-e T •
pendiente del tiempo. , re-'ucidos por la fluencia a de dichos va-
sen fenón1 enos plásticos, se veran u cp
3. o* dehidas a los esfuerzos hiperestáticos inducidos. lores.
fectos de asientos desiguales de
I_,a su111a de estas tres tensiones se superpondrá a la ap inás desfavorable. Esto es válido también por lo que respecta a 1os e
larga duración, por ejemplo, en suelos coherentes.

I2.6 Resumen ele los efectos de la retracción y la fluencia, en estructuras 12.62 Armadura fuerte
pretensadas hiperestáticas
. · · ·d ia de las armaduras, obtenido segiín la expresión 12.(1 '.),
Si el factor k de la r1g 1 ez prop . l . f . habrá que calcular las tensIO·
12.61 Armaduras con rigidez propia pequeña (J, ""'O) está muy por bajo del valor, 30, por e¡emp o m erwr a 25 '
nes · 'to d o de BusEMANN
' con ayu d a d e ]. 1ne .. ' serriín
e el apartado 12.2.
1.0 Si rio va-rían las condiciones de a¡1oyo ni el siste1na estatzco, no se or1g1nan esfuerzos
adicionales debidos a la fl1¡,encia, en tanto V pern1anezca constan.te. ·do el acorta111iento de las barras por retrac-
Eu las estructuras en las que s~rtv.ea enhtobrprea· c1 "C cal~ular según el apartado 12.5, las mag-
Al1ora bien, con10 V d..isn1i11uyé con la retracción y la fluencia, varían todas las magni~
.• JI ·
ClOil y uenc1a, 0 r r·.
ei"emplo po ·1cos
. • ]
a
' d d
nitudes hipcrestat1cas ad1c1ona .es engen ra as. P.
q~ · ' .
or la retracción y la fluencia, a llO ser que
tudes debidos a V (p. e. Mv y Qv). La disminución de V es distinta en cada sección, se redu.zcan suficienteinc·nte las tensiones adm1s1bles.
resultando la obtención exacta de la variación de Mv y Qv larga y penosa, sobre todo
porque con V varían también las magnitudes hipercstáticas qne dependen de ella.

En la práctica, lo que se hace és hallar las pérdidas de prctensado en Ia sección de-


terminante (sin tener en cuenta las diferencias de Ax, por lo que respecta a las mag~
nitudcs hiperestáticas) y modificar los Mw y Qxv proporcionalmente a la pérdida de
pretensado A,.

2. 0 I.a retrncció·n da l11gar a esfuerzos o tensiones cuando las condiciones de apoyo impiM
den los acortan1ientos. Estos esfuerzos o tensiones son reducidos por la fluencia a

(-1:--'P"-'P) del valor que se originaría si no existiese ésta (ver 12.42). Hay que tomar
el e, totd, segiín el apartado 2.233.
l
3. 0 Si se prod:uce una linica variación rápida d.e las condiciones de apoyo (o del sistema
estático), los esfuerzos, reacciones o tensiones debidos a esta causa se ven disn1inuim
dos por la fluencia a e-, del valor que tendrían si no existiese ésta (ver 12.41).

A. este tipo de variación ünica rápida pertenecen ta1nhién los asentamientos bruscos
desig·ualcs de u·na viga continua, sien1pre qt1e las tensiones no den lugar a fisuras.
f_,a fluencia hace desaparecer casi por co111plcto su efecto inicial.
¡
513
33
CAPITULO 13

13. La comprobación de la seguridad al agotamiento

13.1 Generalidades

En el apartado 1.11 indicamos ya la necesidad de nna comprobación especial de la segu-


ridad al agotamiento en las estructltras de hormigón p,retensado, pues ni en el acero ni
en el horn1igón existe una dependencia lineal entre cargas y tensiones. Al pasar del es-
tado I al estado II, es decir, al fisurarse la zona de tracción, el diagran1a de cargas-tensio-
·nes presenta un aun1ento hrusco de las tensiones, que en adelante crecen n1ás de .rrisa
que en la primera parte del diagrama. Al estudiar la seguridad, es preciso contar, en ge-
neral, con esta transición del estado I al II, pues la seg11ridad significa en parte que la
estructura debe poder resistir en alguna ocasión una carga superior a la de servicio., para
la cual no baste la precompresión introducida.
I.,a seguridad esti111ada 11ccesaria obliga a qu.e la capacidad resistente T de nucEtra eEtruc~
tura sea v veces superior a la carga de servicio 1, siendo v el llan1ado ~•coeficiente de se~
guridad":

li:l coeficiente de seguridad de.he cubrir, por tanto, diversos errores o desviaciones de las
Ias hipótesis establecidas, por ejemplo:

l .-0 Inexactitudes y erro-res de la construcción.


2.° Falta de resistencia de los materiales.
3. 0 Posición inexacta de los cables o armad·uras.
4. 0 Inexactitudes en las hipótesis de cargas, o cargas excesivas ocasionales.
5. 0 Errores en el cálculo estático y en el dimensiona111iento, ta'nto en la teoría como
en su aplicación.
6. 0 Diferencias entre el sistema estático adoptado y el real.
7. 0
Limitación a estados de tensiones planas~ cuando en realidad se trata de estados
de tensiones triaxiles.
8. 0 Desestimación de algunas causas de tensiones, como, por ejemplo, las tem.peraturas
o la retracción, etc., etc.

Estos numerosos errores pueden superponerse según las leyes de las prohahilidades. El
coeficiente de seguridad debe cubrir la suma probable de errores. Hasta ahora se estable-
cía el coeficiente de seguridad como un simple n1ultiplicador de la carga de servicio. Ul-
timan:icntc se pretende descon1p·onerlo en un p-rimer grupo de factores, mayores que la
unidad) que deben cubrir las incertidum.bres relativas a las cargas, al cá1cu.lo, y si1nilares;

1 A las cargas o esfuerzos multiplicados por el coeficiente de seguridad, los llamaremos a veces car8as o
esfuerzos mayorados. Cuando estamos "comprobando" deberán ser menores que las cargas o e·sfuerzos de
agotamiento. Cuando estamos '1 dimensionando 11 los tomaremos como cargas o esfuerzos de agotamiento, por
lo que el autor los designa también en ocasiones con el subíndice u. (N. del T.)

515
y en un segundo grupo de factores, menores que la unidad, que tienen en cuenta los posi*
seguridad frente aJ agotamierito por rotura determinando la. carga teórica de rotura Pu,
bles defectos de los materiales, y que son llamados "coeficientes de minoración". Habla- y en el segundo caso, la seguridad frente al agotamiento por déformación inadniisible, de-
n1os entonces de resistencias minoradas.
tern1inando la carga teórica que produce dicha deforn1ación crítica, Pkro Bajo el concepto
La descomposición del coeficiente de seguridad ha sido implantada hace ya muchos años ca,rga de agotamiento comprenden1os a111bas cargas lín1ites Pu y Pkro
en varios países, particularmente en la U.R.S.S. [ 427]. Han realizado estudios detenidos I.a ·dcfor111ación crítica, para la Cl.1al se pierde la capacidad de utilización~ se define en
acerca de la seguridad: H. RüscH en [223], K. KoRDINA en [ 446], y E. BASTER en [516] general por inedio de la deformación que se produce e·n el acero a partir del comienzo
en una tesis doctoral en el ET'H de Z ürich.
del estado H. Se alcanza entonces, por ejemplo, la deformación crítica cuando dicho alar-
Los coeficientes de seguridad obligatorios r:n cada caso, vienen fijados por ]as norrr1as de gamiento Eq del acero llega al 5 %o [ 112].
constn1cción.
l .. os tipos esenciales de agota1nierito son:
En las nuevas norn1as DIN se ha previsto: 1.-o Agotan1iento por flexión, debido a un n10111cnto flector Mu den1asiado grande.
v --- 1, 75 cuando el agotamiento avisa su llegada, por ejemplo por el fallo de las ar- 2.{) Agota1niento por cortadura, del que hoy en día sabemos que es pro-d1tcido, en
maduras; general, por la acció·n conj11nta de u11 inon1ento flector y un esf11erzo cortante, al
1 == 2,1
1
cuando el agota1niento Ee presenta sin previo aviso, por ejemplo cuando se prin1ero de los cuales lla111aren1os '"n1on1ento Msu de agotan1iento por cortadura".
produce un fallo brusco del l1orn1igón en con:ipresión. 3. 0 Agotan1iento por con1p·resión o p·or tracción, debido a un esfuerzo a:xil predon1i-
nante N u' y que, si es por co111presión, puede estar asociado a fenón1enos de pan-
Para el hormigón hay que to111ar entonces las siguientes resistenc1'.ns minoradas: deo o abolladura. .
(JR = 0,85 X 0,85/Jp = 0,7/Jp Las dcforn1acior1es inadn1isibles surgen casi exclusivamente en el caso de agotan1iento por
13.(la) flexión.
/311 = 0,70 X 0,85/Jw = 0,6/Jw
con lo c11al se tienen en cuenta las siguientes influencias: El agota111iento tiene lugar en la sección ,más desfavorahlen1ente solicitada, la secció1i de
agota.miento. La carga do agotan1icnto está asociada en ésta a los esf11erzos Mu, Qu Y N u
d.is.persión en la resistencia del l1orn1igón; factor 0,85 (e·n la ca111pan.a de Gauss de en la c01nhinación in.ás desfavorable a considerar. Co'n estos esfuerzos expresamos tan1-
las resiste.ncias cúbicas, el área correspondiente a los valores inferiores a 0,85f1w hién la capacidad resistente de la estructura. Dependiendo del tipo de agotan1iento de
debe ser inferior al 5 % del total) ; que se trate tenemos que con1probar entonces que los esfuerzos i11áximos M, Q, N que
teórican1cnte puede llegar a aceptar Ja estructura, son n1ayores que los p-roducidos por l1na
resistencia prisn1ática /ip : : : : : 0,85 de la resistencia cúbica fJw;
carga v veces n1ayor que la de servicio.
resistencia llajo carga inantenida ::::::::: 0,8.5 de la resistencia bajo carga rápida.
Al }1allar los esfuerzos máxin1os soportables debe1nos pretender acercarnos lo n1ás posible
La dis111inución qu.e prevé la influencia del tien1po (resistencia bajo carga ina11te·nida) se a la realidad, no idealizando los diagramas de tensio~es~defor1uacio'nes, sino teniendo en
compensa en general con el aun1ento de resistencia después de los 28 días, por lo que esta cuenta la parte curva en el del honnigón, y el dominio plástico en el del acero.
disminución no está totalmente justificada cuando la estructura no va a soportar desde el
principio toda la carga actuando permanentemente. Haremos uso, pues, de las teorías de la plasticidad o del llamado método de la carga de
agotamiento.
En las estructuras con una carga pern1anente n1oderada y sobrecargas que actúan sólo d.u~
Nucvarrtentc debemos 11acer distinción entre estructuras isostáticas y estructuras hiperes~
r ante corto tiempo, por e je1111l-lo los puentes de carretera, está justificado el calcular con
táticas.
una resistencia minorada que no prevea la influencia de la duración de las cargas, es
decir, con: ~~n las prin1cras se or1g1nan esfuerzos sola1ne11te a causa de las cargas g y p, si pres~
13.(lb) ci11dimos de las difere·ncias de ten1peratura y otras acciones análogas que engendran
tensiones propias qu.c desaparecen, en general, al for1narse las fisuras en el eStado II,
Para el acero se to-mará la resistencia del verdadero diagra111a de te'nsiones-defor111aciones por lo cual 111odifican muy poco la carga de agotan1icnto.
(p. e. del certificado oficial de recepción, o del certificado de ensayos, que acompañan al
Tenemos, pues, q11e con1probar en este caso:
suministro) .
en el caso de agotamiento por
Como simplificación, se prescinde frecuentemente de la parte del diagrama por encima flexión 13.(2)
del límite elástico o del límite convencional 0,2 % ((Js ; (30 ,2 ), refiriendo la seguridad a
estos valores.
Msu ~ V (Msg + Msv) en el caso de agotan1iento por 13.(3)
Y Qu ~ y (Qg + Qp) cortadura 13.(4)
La capacidad de carga o la capacidad de utilización, pueden quedar agotadas entonces,
en el caso de agotan1iento por
bien por la rotura de la estr11ctura, o como resultado de u·na deforniaciári i1iad1nisible. 13.(5)
con1presión
Nos encontramos pues con dos criterios diferentes, que dependen del tipo de agotan1iento
y de su causa. Veren1os que existen formas de rotura, en los que ésta se .presenta sin o bien Mu ~ v (M, + Mv) + v' · e (N, + Np) en el caso de agotamiento por
13.(6)
aviso previo por medio de fisuras o deforn1aciones claras, y otras~ en los que la rot11ra ·va flexión con esfuerzo axil
precedida de grandes deformaciones. En el primero de los casos dehemos comprohar la pudiendo ser v' diferente de v si N actúa favorablemente (e = excentricidad de N).

516 517
El pretensado, que no p,roduce reacciones de apoyo (estado de tensiones propias), efova teniendo en cuenta el reajuste de fuerzas internas provocado por la retrae . ~
o determina la capacidad resistente de cada sección, no teniendo nada que ver con las cia, se han dado algunas indicaciones en el apartado 12.24. cion Y la fluen-
cargas soportables. Por ello no aparecen los M,, Qv y Nv en el segundo miembro de las
expresiones anteriores; e·n realidad, se incluyen en el primer miembro, al hallar los es- Para la coniprohación de la seg11ridad al agotamiento no es necesario u·
. 1 l . n trata 11..
fuerzos que puede soportar la estructura. Para ello, y según el tipo de rotura, habrá que pec1al de las estructuras con1puestas, pues e comp eJO estado de tension n :nto es-
. · · · · · f d 1 f
de servicio ti.ene poca i111portanc1a a e ectos e os es uerzos en la situ ·es, en d la s1tuac1on
.,
to111ar co1no esfuerzo,,actuante en el cable Zv 0 o bien Zv 00 , sin multiplicarlo por ningún .f . . .. 1 d . d ac1on e aYot .
coeficiente de seguridad adicional, aunque estaría seguramente indicado el ton1ar un coefi- to pues l as d i ercnc1as in1c1a es e tensiones se ven con1pensa as por l d f o am1en-
' d' d . a e or111 1. . ¡·
ciente de 0,9 a 1,1, según que sea desfavorable nn error por defecto o por exceso en el tica. Por tanto, las secciones con1puestas se estu 1an e igual forma q l ac on P· as-
'bl d'f · d ·
si bien teniendo en cuenta la pos1 e 1 erenc1a e resistencias de los ue as hon ·
iogeneas,
valor de Z,. .. , component d l
zona de con1pres1on. es e a
En las estructuras exterior1nente hiperestáticas, el pretensado v, la retracción, la fluencia
y la temperatura t, dan lugar a unos esfuerzos hipere•táticos (M', Q' y N'), que dehen
ser evaluados, a efectos de la seguridad, de muy distinta forma que los esfuerzos hi.per- 13.21 Tipos de agotamiento por flexión, existiendo adherencia
cstáticos dehidos a g y p, ya que las acciones v, t, retracción y fluencia, no pueden llegar
a ser n1ucho n1ayores que lo supuesto en la situación de servicio. Sucede ade111ás que los En este caso, el tipo de agotan1iento es fu·nción ante todo de la cuantí d
esfuerzos hiperestáticos son parcial1nente absorbidos en algunas zonas de la estructura, al ein la cual se incluye tanto el acero de prete11sar Fz como la arn1 adu ª ed~r 1 11 adu.ra µ,
pasar del estado I al U, teniendo lugar una redistribución de momentos que repercute ·
la arn1adura es escasa, f~ali a en pr1n1er ra or inari ª F1 e• Si'
l ugar e_l acero; en caso contrar'
favorahlen1ente en la carga de agotan1iento. Podemos por tanto introducir dos nuevos co~ · ·
agotarr1iento por ap 1astan11ento ed 1 h · ' ·
orm1go11 en con1pres1on.· io, se prod
· · t1ce e j
eficientes de seguridad, quedando las expresiones por ejemplo en la forma:
Distinguin1os entonces;
v',(M'v + M'Hd + v'1 · M'r 13.(7)
&
Tipo la: Al aparecer Ia primera fisura se produce la rotura simnltáne d l
Tan1hién en este caso el n1on1ento de pretensado en el sisten1a base isostático Mºv, de va~ la tracción que soportaba el horn1igón era inayor que la re a e acero, pues
. 1 . . serva de
lor Zzv · Yz ó V · Yz, no aparece en el segundo m.ien1hro de las expresiones, sino que es las armaduras. La rotura tiene ugar instantanea1:nente, sin av· · . carga en
tenido en cuenta en el valor de Mu. ser por ello evitada, exigiendo la colocació:n de una cuantía ~~ f:lreivio, Y debe
in1111a de acero.
La seguridad al agotamiento en las estructuras hiperestáticas será estudiada deteIÍidamen~ Tipo lb: Las armaduras alcanzan y sobrepasan el límite elástico hasta ll ,
te eu el apartado 13.4. n1iento crítico éq == 5 %0, antes de que falle la cabeza de com · e~~r al alarga-
cia el ~~otarnie1:1-tº. i:or unas fisuras n1uy clar~~ en el I1 orniigú~res~n: Se anun-
formac1on. Es dec1s1va entonces la deforrnac1on crítica que Y na gran de-
que se alcance la rotura rea l . ' aparece antes d e
13.2 Tipos de agotamiento

Para la comprobación de la seguridad es preciso ver primeramente a qué tipo de agota- Tipo 2a: La zona de compresión falla antes de que alcauce el acero el l .
111iento es propensa nuestra estructura. En el caso del l1ormigón pretensado, se trata por tico. E::n general, el agotan1iento se anu11cia por unas finas fi ª argam1cnto crí-
lo general de estructuras que cubren grandes luces, de una esbeltez bastante considerable, de tracció.n. No obstante, tjerte lugar una rotura brusca en sura~ en la zona
p·or lo que predomina el agotamiento por flexión. Sin e111bargo, si falta arn1adura, o si las m.igón es bueno 1• ' espee1al
, s1· e1 horD
cargas son muy fuertes en comparación a la luz, puede ocurrir q·ue sea un agotaniierito
por cortadu.ra el que conduzca al fallo de la pieza. Las vigas muy esbeltas están ex- Tipo 2b: La zona de compresión falla ya en el est.ado
. I, es decir ' no es t an d
0 , fi
puestas a los fenómenos de inestabilidad, pudiendo pandear lateralmente (ver cap. 15). la zona de tracción. Sucede esto por eiemplo en las vigas en T aun Isurada
Por últi.n10, los elementos en co·mp-resión pueden fallar por con1presión uniforme o con1w queda en la zona de compresión. Se produce la rotura sin a · cuan~o el alma
., 1 VISO prev¡ '
puesta, o pandear. dio de fisuras o d eformac1on c ara. o por ine~

Mientras que en el l1ormigón arn1ado predon1ina el tipo de agotamiento 1, en


El tipo de agotamiento depende tamhién, y en gran escala, de la umon entre cable y el hormi-
estructura. Si no existe adherencia, la carga de agota1niento -es considerahlen1ente meno-r
gón pretensado es n1ás frecuente el tipo 2.
que cuando hay adherencia [ 447] y [ 474•]. Dado que hoy en día es norma general el esta-
Podenios representar los don1i11ios de estos tip-os de agotan1iento por nied··10 .
hle,cer la unión entre hormigón y acero, presupondremos Ia existencia de ésta en todo lo de deformaciones de la figura 13.l, imaginándonos la cuantía f' de ac d'."l diagrama
que sigue, y haremos sólo unas breves consideraciones en el apartado 13.5 acerca de la hasta 2b. ero creciendo de la
seguridad al agotamiento en el caso de que falte la adherencia.
Las figuras 13.2 y 13.3 caracterizan los tipos de agotan1iento. En la 13.2 se han
En todas las consideraciones e indicaciones relativas al cálculo de la seguridad al agota~
sentado las tensiones en el acero hasta la rotura. La variación brusca de l . _repre-
miento, presupondremos siempre la homogeneidad de la sección de hormigón, es decir, que a tens1on, ya
todas las partes de Ia sección son de un hormigón del mismo tipo y de la misma edad. 1 Existen formas de agotamiento tipo 2a que limitan con el tipo lb, y viceversa ,
En la bibliografía se incluyen, por el contrario, frecuentes referencias a ensayos en sec~ · ·
las figuras 13.l y 13.4. L as- de fi n1c1ones , ·
y caracter1shcas <l e ¡ os tipos
· <l e agotamiento
, COlllo
lb pod elllos ver en
ciones co1npuestas, como por ejemplo las forn1adas por la combinación de una pieza pré- da el autor en este apartado, y las representa en la figura 13.3, se refieren naturallll Y la, tal cotno las
f abricada y una losa de hor1nigón "in sit11". Para obtener las te·nsiones en tales secciones, tamiento más peculiar, dentro de cada tipo. (N. del T.) enteª la for:ma de· ago·

518
mostrada en la figura 1.12, al pasar la sección del estado I al II, depende de la cna11- El agotamiento por cortadura tiene lugar en la zona de los M/Qh pequeños, fuera, sin
tía 1a. embargo, de la zona de introducción de la reacción de apoyo. El pretensado disminuye
el peligro de que se p·roduzca este tipo de agota111iento, en especial euando los esf11er·
La figura 13.3 n1uestra los diagramas de cargas~flechas, correspondientes a los diversos zos cortantes son reducidos por el trazado del cable, es decir, J)Or :las fuerzas de des-
tipos de agotamiento. Las flechas n1ínin1as se producen en el la, las máximas en el lb. viación.
Finalmente, la figura 13.4 nos hace ver cómo la flecha que es de esperar en el momento Esta111os todavía en los comienzos del tratan1iento analítico del agotan1iento por corta-
del agotamiento depende de la cuantía p. Se ha indicado la posición conveniente del lí- dura. Nada inás que con10 u·n rectirso delJen ser consideradas las actuales reglas de la
mite inferior de ¡;. Se comprende que la obtención de la seguridad al agotamiento sea norma DIN 4 227, las cuales prevén la obtención en el estado I de las tensiones princi-
función del tipo de éste.
pales oblicuas a1 debidas a v +
v (g +
p), no exigiendo hasta un primer límite de a1 com-
probación alguna de la arn1adura d.e esfuerzo cortante (entenden1os por tal la arn1adura

.,1
carga
///r __ _--ez
tJ'i del aln1a), n1ientras que para ar mayores exige que sea·n cubiertas estas tensiones por una
arn1adura, ton1ando /is con10 tensión de din1ensionan1iento. Se llega entonces, o bien a
/ i aln1as den1asiado poco arn1adas, o hicn a arn1aduras de esfuerzo cortante cxccsivus. Indi-
aumento brusco de la tensión ~
caren1os un 111étodo algo J11ás conveniente, si hi.en no está a-ú11 a punto, por faltar la nece-
al aparecer la 1.ª fisura W saria experiencia de años de durac]ón.
móx.é¡,-2%o bis -J,SX.,
\ _________ ¡
primera
fisura
//--.si el hormigón no
resiste tracciones
T .f~l agotamiento por cortadura es causado por las tensiones principales oblicuas (tracción o
co1npresión) en el al1na de la estructura, y por las dcfor111acio:nes influenciadas por las
1
j
fisuras, que n1odifican fuerte111entc el estad.o tensional. N aturaln1e·nte, las aln1ns delgadas
';;; / .._.JI LloZ"mn·o; 1 1

están n1ás e-...xpuestas que las de inayor espesor, aunque en general no es el horn1igón, sino
~ //~:rmigón 1 la ar1r1adura, la qt1e juega el papel n1ás i111portante. El prctcnsado hace que las traccio-

-+r~---~-::~'-'_m_ª'_º~-+~~~~~~~~-~
nes principales oblicuas- sean n1enorcs, y que su dirección se acerque n1ás a la vertica]
1 (ver fig. 10.11). Por ello, el peligro de formación de füuras en el alma es generalmente
"'L,

tensión, o alargamiento
pequeño. No obstante, se debería arn1ar sien1pre el aln1a por n1edio de estribos. Los tipos
del acero de agotamiento por cortadura son función cnto11ces del grado y tipo de la arn1adura del
a:In1a, o bien del pretensado vertical de la n1isn1a.
Fig. 13.1 Tipos de agotamiento la a 2b, re- Fig. 13.2 Variación de las tensiones en el acero hasta la rotura.
presentadbs por diagramas de de- Distingui1nos los siguientes ti¡1os de agota1nierito por cortadura:
fonnaciones.

flecha en Rotura junto al anclaje


zona de compresión constante
¡b ,, T"'º ------- ------
_ .2.deformación
A las roturas por cortadura pertenece la rotura c11 el anclaje, que tiene lugar sobre todo
critica eri las vigas con ala111bres rectos prctcsados colocados en la calJcza inferior, si la zona de
1
anclaje no está suficientcn1entc ar1nada en sentido transversal (ver cap. 9). El alma se
separa entonces prematuran1entc del ala (fig. 13.5). Tales roturas deben ser evitadas
diJ11ensio"nando correctan1ente la arn1adura de la zo11a de introducción, y también, si es
posible, aumentando el espesor del alma en los extre1nos de la v1ga.

estado 1
p p
7a H - - - - 7 b - - - . . 1 - - - Za - - -
__,_ m/n.µ _,,__......

I
flechas para zona de compresión constantes tipo de rotura

Fig. 13.'3 Diagramas de cargas-flechas, para los tipos Fig. 13.4 La flecha que se puede esperar en la rotura, en estribos
de agotamiento la a 2b. /
función de la cuantía de acero.

fisuras de flexión
13.22 Tipos de agotamiento por cortadura, existiendo adherencia p
Fig. 13.5 Rotura por cortadura al fallar la zona
Según las investigaciones realizadas en la década 1950/1960, este tipo de agotamiento de- del anclaje.
pende no sólo del esfuerzo cortante, sino también del momento fiector que actúe en la estribos
deformados
sección de agotamiento [232], [293], [294] y [383], al cual llamaremos "momento de ago- Fig. 13.6 Agotamiento por cortadura (tipo lal,
tamiento por cortadura". Este existe siempre, a no ser en los casos de rotura_ en el anclaje. en el caso de alma poco armada.

520 521
Tipo la: 13.3 El. cálculo del agotamiento por llexión. Momento crítico y momento cle
rotura (momento de agotamiento)
Aparecen en el aln1a fisuras oblicuas debidas a 01, antes de que aparezcan en esta zona,
en el borde inferior, fisuras debidas a la flexión. En general las fisnras se prolongan jun·
I~stos cálculos están basados en el n1étodo de la carga de agotan1iento, tal con10 se expone
il
to a la cabeza de tracción hasta llegar al apoyo (fig. 13.6). En la fisura, las armaduras de
en [11.0], [112] y [153].
la cabeza de tracción .son dobladas hacia ahajo. La rotura surge bruscamente. No se llega
a alca11zar la capacidad resistente a flexió11. Se evita este tipo de agotamiento disponiendo
una cierta arn1adura n1ínin1a en el aln1a.
13.31 La capacidad resistente Z de la zona de tracción

Tipo lb: 13.311 Armadura mínima para evitar el tipo de agotamiento la


Las fisuras oblicuas aparecen de nuevo en .la zona de los grandes esfuerzos cortantes, an- Las ar1naduras deher1 ser dimensionadas al n1enos de forn1a que S'U capacidad resistente
tes de que aparezcan allí fisuras de flexió·n. Sin en1hargo, los estribos resisten las traccio- por enci111a del pretensado sea algo mayor q11e ]a resultante Zh que actúa_ e':n el estado, I
nes l1asta que surgen en dicha zona fi~ en la zona de tracción del l1on:nigón, inn1ediatan1ente antes de que se alcance en éste,
fallo de la zona de compresión f P su.ras de flexión que se unen a las fisu~ 1
en la fibra extrcn1a, la resistencia a tracción en flexión •
~ ras de cortadura (fig. 13.7). El alarga·
fisuras de n1iento de la zona de tracción da lugar
cortadura El tan1año de la zona de tracción
/ a una "rotación de cortadura" 1, hasta o
que se produce el fallo de la zona de depende del grado de pretensado
co111presión. Las roturas de este tipo se de la sección. Cuando existe el pe·
anuncian por n1cdio de fisuras y defor~ ligro del tipo de agotamiento la,
n1aciones. Se puede dim.ensionar la ar~ es que la sección está débilmente
Fig. 13~ Agotamiento por cortadura (tipos lb y le) en el caso
pretensada~ por lo que no será una
de alma suficientemente armada, agotándose al mis- madura del alma de forma que al pro-
mo tiempo la capacidad resistente a flexión.
ducirse el agotan1iento por cortadura,, se hipótesis demasiado favorable el
haya agotado también por completo, o suponer la fibra neutra pasando
casi por completo, la capacidad resistente a flexión, lo cual constituye la meta de la ar~ por el centro de gravedad de
Fig. 13.9 Resultantes de las tracciones en el hormigón y "en la. arma-
n1adura de esfuerzo cortante. aquélla (fig. 13.9). dura de tracción, en los estados I y II.

1 1
Suponiendo para el hormigón u'na resistencia a tracción /hz = /10 /3v = /12 /3w2s, la resul·
Tipo le:
tante de las tracciones en una zona rectangular F1iz, con distribución lineal de tensiones,
En lo esencial corresponde al tipo lb. Sin embargo, las fisuras de cortadura no aparecen se.rá:
en pri111er lugar, sino que se desarrollan a partir de las fisuras de fl.exión. Este tipo de
agotamiento representa la transición al agotan1iento p.o-r .flexión.
zb == • /3w~S 13.(8)
12
Tipo 2a:
Si se piensa que, al aparecer la pri111cra fisura, no llega l1asta la fibra neutra~ y que ésta
l.a armadura o pretensado del alrr1a es fuerte. rfa111bién es grande la capacidad resistente está aún por debajo del centro de gravedad, además de que la fuerza Z, en el acero actúa
a flexión, por lo que, hajo unas cargas elevad.as, au1nenta tanto la co111prcsió'n principal con un mayor brazo que Zb, podemos renunciar a u11 1nayor n1argen de segurid.'ad, es de-
oblicua au, que el alJna termina por fallar en con1p-res·ión. Se acusan ento·nces en el aln1a cir, deberá ser:
varias fisuras capilares inclinadas, que
p 110 se ahren apenas. Finalmente se pro-
duce la rotura brusca (rotura por aplas· La tracción LIZz. dispo'nible en el acero por encima del esfuerzo de pretensa do Zz, v' será:
tamiento del alma) (fig. 13.8). Se alean·
za la seguridad frente a este tipo de 13.(9)
agota1niento limitando las comp.resio'nes
debidas a v v (g p) . + + F.
en la que: Ubz==~Fº •
Fig. 13.8 Agotamiento por aplastamiento del alma (tipo 2a). , 'h7.
Cuando la armadura o pretensado del alma son fuer-
tes, falla bruscamente ésta bajo las altas compre· Tipo 2b:
siones principales oblicuas. Para 0 1vu .hay que ton1ar la tens1on del acero de pretensar en el instante de fisurarse el
Causado, al igual que el 2a, por las com· horn1igón, tensión que puede ser reducida po-r la retracción y la fluencia, dependiendo
, . . presiones oblicuas. Sin en1hargo, el p-re~ de ]a edad del l1ormigón. Es suficie'nte aquí con ton1ar a' v0 == Ov0 adn1.
tensado segun dos direcciones es tan fuerte, que no aparecen fisuras inclinadas. La rotura
se J)roduce bruscamente, sin aviso previo. Este caso extren10 no tiene lugar casi nunca. 1 "Resistencia a tracción en flexión" y "resistencia a compresión en flexión" son los términos con que de-
signaren1os a las tensiones de rotura determinadas en los ensayos de flexotracción y flexocompresión, res·
1 Ver 13.623. pectivamente. (N. del T.)

522 523
Igualando 13.(8) y 13.(9) se deduce: 13.312 La capacidad resistente Z de las armaduras, en el tipo de agotamiento lb

mín. µbz = 0,04 -"~/Jw2S_ 13.(10) Cuando las ar1naduras so·n la causa primaria de la rotura, _pero no fallan pren1aturan1en-
/iz- Ov 0 te, la capacidad resistente aprovechable Z está limitada por la deformación crítica para
la cual el alargan1iento- Eq del acero, contado a partir del n1omento en que se inician
La norma DIN 4 227 especifica para los aceros de pretcnsar (prescindiendo de loo aceros
las tracciones en el h.orn1igón, no dehe sobrepasar el 5 roo., lo cual equivale a unas 5 fisu-
en Ios que es determinante .el 0,75(J0 ,2) :
ras de 1 n1m de ancl10, por IT1etro.

I,a li111itación del alargan1iento éq es válida para las arn1ad11ras situadas junto al borde.
Por tanto, te'ndremos: Si una parte de las armaduras ocupa una pos1c1on bastante n1ás alta, habrá que tomar el
correspondiente a]arga1niento del diagran1a lineal de deformaciones al alcanzar el estado
crítico.
m1n.
, µbz =.:
O, 09 /Jw28
- - "" O 10 }v 13.(11)
(Jz ' /3z En las armaduras pretensadas, este alargan1iento se super.pone al alargan1iento de tesado
Ev, el cual es modificado por una parte por la retracción y la flue:ncia, y por otra parte
I~a sección n1íni111a de acero de pretensar será pues: por el alargan1ientn debido a las cargas, hasta el comienzo de las tracciones en el hor~
n1igón en ]a fibra a la altura del cahle, es decir, hasta q11e Ob ==O. A este "alarga111ie11to
Jnín. Fz == n1ín. /lbz · F'bz == n1in. /lbz · b (d - x) . p·relin1inar'~ ]o designaren1os abreviadan1ente por r(e>.

En la tabla 13.I se dan las mín. /lbZ calculadas según la ecuación 13.(H) para algunas
En el caso del tipo de agotan1iento J.b es indiferente que se elija la situac1on anterior o
calidades de acero y hormigón:
posterior a la retracción y la fiue·ncia, pues para Ez == e(~) Eq == eC~l 5 %o todos los tipos + +
Tabla 13.1 de acero han alcanzado el límite fi0 ,2 , es decir, Z es prácticamente la n-1isn1a (fig11~
ra 13.10). En el caso del tipo 2, por el contrario, es preciso partir de la situación des-
1nín. ,llhz en % del área de la zona de tracción Fbz

calidad de hormigón 1 B 300


1

B 4.50 1
B 600 78000
kg/cm'
-------
//
""t::_-=:_-__==-¡------¡f~'°¡ecida) SI 760/780
!
-- -------- 1

1 77000 -----
para St 60/90 pretens.
_________________ ____
.,, _ ,,,,_
0,27 0,40 0,54
75000 1
1 tp:
2 -76000
f------f-----·~ 7 -
1 cordones ?rlJJ
SI 750/78ii""
'
para St 145/160 pretens. 0,17
1

0.25 o.34 75000


11 --
!
----- --- -·-- --- 74000 1

para St 160/180 pretens. 0,15 ' 0,23 0,29 7JOOO


1
1

~
1

72000
Según los ensayos dados a conocer en [.523] por el autor, en el caso de alambres o barras 71000
lisas, o cualquier otro caso de adherencia deficiente, se pueden dis111inuir los ,Ubz en un _¡___!
70000
1 /¡-- acero de pretensar
30 a 40 % . Según estos ensayos, está justificada tan1hién una reducción en el caso de 9000
l1orn1igón B 600. Por el contrario, en el caso de adherencia directa por cizallamicnto l1a- 8000
i- , SI eo1105
brá q11_e ton1ar los /ibz con todo su valor. 1 I P,,·BOOD /
1000
o;1•1_
,•.Y.E"--
5700-V /L
¡
"

i
6000 r-----1!--~-------------
~~n las secciones en T con el ala en ]a zona de tracc1on, l1ahrá que incluir en Fbz la su- /1 /
5000 ¡-f---1
perficie de dicl1a ala. I,.,a arn1ad11ra ordinaria puede ser tenida en cuenta con s·u capa- 1 / SIJJ!b
4000
cidad í~csistente total. / 1 /Jaíl acero ordinario
JOOD
I
Con los límites prescritos en Alemania (ov" adm. = 0,55¡3 2 ) lo frecuente es que los cables 2000
I ~·---
Sil
/ / /1_;
sean suficientes a este respecto, no así en los países en que se admiten lí111ites tan sor- 7000
/ /
prendentemente altos como 0,70 ó 0,75/]z.
- (
ES';/, .,,z,g%,,...,,__mÓx.EqA5%o __,,, 1- EJ;,;"" 11,7%0_.+- mÚX.Eq-5%o
En los ensayos de Schinznachcr [67] tuvo lugar el tipo de agotamiento la en una viga
F'i.g. 13.10 La deformación crítica cq = 5 %0, llevada en los diagramas o-e de diferentes tipos de
cargada a flexión, de lln l1orn1igón B 600, y con. /lbz == 0,18 %. La tensión inicial de los aceros, sin y con alargamiento preliminar.
alambres, de acero St 180/193, era de 16 000 kg/cm2•. El ensayo tuvo lugar después de
130 días de carga permanente, por lo que la pérdida de tensión en el acero por retrac-
ción y fluencia debió ser al menos de 1 500 kg/em'. Según las indicaciones dadas, habría pués de pérdidas, pues entonces las Oz y Z son n1enores, y p-or tanto, el n1omento de
sido necesario: agotamiento después de la retracción y la fluencia es n1cnor que el insta'nte t == O. Es
pues conve11icnte to111ar siempre el alargan1íento prelin1inar corresp(}ndiente a la situa-
mín • Ubz
¡" ~
= o 04 /3•"·•"" Pwl'_ -
' - (0)
0,04 X 600
19 300-14 sóo- Cé' o,so % . ción después de .Pérdidas., es decir en el instante t == oo, considerando el estado de carga
z-Ovo en el que Ob es nula e:n la fibra al nivel del cable.

524 525
En el caso de arn1aduras pretesas, c{~l en el insta11te t == oo corxesponde a tensión de pre- compres1on. En las vigas en T es frecue·nte el que se alcance este gran alarga1nier1to
tesado a(~J oo· Por tanto: antes de que falle la zona de compresión.

En los aceros cuya resistencia esté clara111ente por encima del límite elástico 0,2 % , por
13.(12) ejemplo en los cordones, está justificado según lo dicho tomar con10 capacidad resis-
tente:·

E·n el caso de arn1aduras postesas, se deduce é~¡"" de: 13.(16)

13.(13) correspondiendo ;3o,4 a la tensión que da lugar a un alarga1niento re111anente del 0,4 %0.
El más favorable efecto del pretensado sobre el momento de agotamiento se deduce del
Si una parte g1 de g no entra en acció·n hasta después de establecer la adl1erencia, tene~
alargamiento prelin1inar, y, por tanto, del elevado esfuerzo de tracción Zv antes de que
1nos entonces:
con1ience a fisurarse el l1or1n.ig·ón. En el l1orn1igón arm.ado ordinario el esfuerzo de trac-
ció'n por cm2 de Fe es aproxi1nadan1ente sólo 1/ 3 del correspondiente a la sección preten-
(0) -
Cv '"" - E1 (Ozvoo -- n . Ob(g+v) 13.(14) sada, dependiendo de las calidades de acero. El concepto extendido en un principio, de
' que el pretensado no introduce ventajas a efectos de la situación de agotan1iento, no es
en modo alguno exacto. Adem.ás, se pueden aprovechar al n1áxin10 las grandes resisten-
En los cálculos exactos, por ejemplo en la interpretación de los ensayos de rotura, se
cias de los hormigones, lo cual no ocurre en el horn1igón armado ordinario, ya que en
11alla _d~l con ma!,?r exacti~·ud, y se tienen en cuenta las pérdidas de alarga111iento por
éste predomina el tipo de rotura l, llegándose raras veces al 2.
fl11enc1a y retracc1on en el instante t, y tan1hién por el roza111iento.
~
En general, se suponen concentradas todas las armaduras en su centro de gravedad co'n-
Si conside:amos estos alargamientos en los diagramas de a-s de la figura 13.10, parn dife-
junto-. No obstante, si están n1uy distanciadas unas de otras~ es decir, si las barras o
rentes vanedades de aceros, vemos que en el. acero St 80/105 se supera el límite elástico
cables superiores e inferiores de la zona de tracción distan 111ás de ,__, h/7~ l1ahría que
0,2 %, p~ra é~ 1 + Eq· Lo mismo sucede con el acero estirado St 160/180. Para Ia capa-
tomar entonces del diagran1a Je C el alargamiento Bn correspondiente a cada capa de arª
zt
c.1d~d ~~s1stellte de las armad.u.ras prctensadas es decisiva, por tanto, a C3lISa de Ia 111adu.ras, y la tensión On de la curva aªc, halla'ndo así el esfuerzo. Z co1110 sun1a total, y
l1n11tac1on de la d.eforn1ación, la tensión (30 ,2 , aunque por enc:h11a de ella quCde todavía
su punto de aplicación como centro de gravedad de las fuerzas. parciales.
una reserva de resistencia.
A la capacidad resistente de la zona de tracción colabora en general, junto al acero de
Según esto, la capacidad resistente del acero, para el tipo de agotamiento lb vendrá pretensar F2 , una arn1adura ordinaria Fe. En ésta se alcanza sie1npre, con el alargamiento
expresada por:
5 roo,
el limite elástico (Js o bien {Jo.zz por lo que se puede tomar para el cálculo de la
Z,, h -- Fz ' {Jo,2 13.(15) capacidad resistente de estas ar1nad11ras; este límite de las tensio·nes.

En los aceros sin llll límite elástico n1arcado, con resistencias por e11cin1a de los 160 J.cilo- rrenen1os por consiguiente:
gramos/mm': el Eq = 5 %? da lugar a un alargamiento remanente poco mayor del 2 %o, B.(17)
sobre todo s1 el alargan11ento de tesado Ev se ha visto disminuidG a cau.sa de la retracción
y la fluencia. y

Al descargar se. cierran de nuevo las fisuras, pues sv es superior (con un valor aproxi1na~
do de_ 4.,5 %o). La fuerz~ de pretensa do con que queda suprimida la fisura es, por tanto, para Jo cual habrá que tener en cuenta los diferentes niveles de las armaduras, que pueª
aproximadamente, la mitad de la primitiva. Una viga tal podría incluso ser utilizad.a de den traer co1110 resultado el que en ocasiones no se alcance el n1áx. Eq, y co·n ello el
n11evo, p~~¿ no hahría alca'nzad.o su "situ.ación. última", si se entiende por tal cuando la {Js ó {Jo,2·
deformac1on remanente de la viga es tan grJ.nde que i1n.pide su reutilización.

El poste mostrado en la figura 16.84., por ejemplo, fue montado de nuevo después del en- 12.313 La capacidad resistente Z de las armaduras, en el tipo de agotamiento 2
sayo, a pesar de las nun1erosas fisuras y la fuerte defor1nación, cun1pliendo satisfactoria~
n1ente su misión. En el tipo de agotamiento 2, el diagrama de deformacio-n·es, que podemos suponer lineal
hasta el final, está limitado por el fallo de la zona de compresión con el máx. Eb en la
En tales tip_os de aceros se puede fijar el n1áx. Cq de forro.a que se obtenga i1n alargan1icnto fibra extrema (fig. 13.11). La posición de la fibra neutra se deduce de la cuantía de ar-
re111anente igual al év de tesad.~·· Las fis11ras no se cerrarían ya por con1pleto al descargar madura (ver apartado 13.33). En el momento del fallo del hormigón tendrá el acero un
1? estructura, pues la destrucc1on local de la adl1erencia no pern1ite la recuperación elás~ alargan1iento detern1inado Eq, que será inferior al 5 %o en u·n valor que clcpe·nderá de /!.
tw_a compie~a del acero. En los cordones envejecidos 0 3 mm, St 160/180, se obtiene así: Para este Eq, y después de sumarle el erei, tenemos que to1nar de las curvas a-e, las Oz, u y
m~x .. cq = 7 %0, ~una tensión máx. a . ,..., 17 500 kg/cn1 2 que está por encirr1a del lín1ite ae, u correspondientes, obteniendo entonces:
elast1co con~enciona'. 0,2 % = 16. 000 kg/cm', lo cual permite un mejor aprovechamiento
de la capac1dad resistente efectiva, cuando no se alcanza antes la n1áx. Eb en la cabeza de Zu == .Ft • Oz, u + J?e · Oe, u 13,(18)

527
526
~as tensiones del acero Uz. y ae, al entrar el hormigó11 en rotura, pueden, dependiendo del
1
t
1i:o. de ~ce~~o Y el t:q, alcanzar al lín1ite elástico {J , ó el {Js, o bien permanecer en eÍ do- alcance el l1or1nigón en la fibra extren1a el acortamiento crítico n1áx. Sb o la tensión de
02
1111n10 elast1co, tal co1110 se puede ver en la figura 13.12. rotura máx. CTbu "' fJv- No se agota p<>r tanto la resistencia del hormigón. En el tipo de
rotura 2 se agota por el contrario la capacidad resistente D de la zona de con1presión,
01
Po~ lo de~.á;, es vá~ido también en cetc ?~so todo lo dicho en el apartado 13.312 respecto es decir, el acortan1icnto Eb alcanza el valor límite n1áx. Sb, y la tensión el valor de la re-
a s v, pos1c1on de las armaduras, retracc1on y fluencia, etc., etc. sistencja, que en principio supondre1nos igual a la resistencia prien1ática fJv·

servicio agotamiento
tipo 2
acortamiento

d tensiones

__, ___ _
..._ F, Zu.=lkr Zu<Zkr

af comienzo del estado JI en rotura Eb<Ebu, máx_Eb mé¡,u,

Fig. 13.11 Se supone que el diagrama de deformaciones es recto hasta rotu-


ra; al alcanzar la tensión de rotura en el hormigón se obtiene el
? q en el acero.
"!"
r
Xu

deformaciones

---
Pa(;st 740/Jóo
(!'
740001/------t-----,.d...4::....:.:.:.:.:.:::....:.____ +
érr"' 5%o
k.g/cm.'
cuantías µ, µ,
12000¡-------+--'121---+-------
Pig. 13.13 Dimensiones y tensiones de la zona de compresión en la situación
de servicio y en la de agotamiento, en función de la cuantía de
armadura.

e Debemos poder hallar, por tanto, la capacidad resistente D para diferentes grados de
~ aooo¡------- carga (}==ar/ /Jv (ar== tensió·n en la fibra extre111a). En el acero resolvin1os el mismo pro-
u"
e
·o
blema por medio d.el alargan1iento Eq, para el c11al tomábamos de la curva a~s las Oz ó Ge·
J {J, St 60/90
-~ sooo¡------"I'---+ Al princípio se supuso que se podría proceder en igual forma con el hormigón. Sin cn1-
hargo~ los ensayos _probaron que la zona de co111presión cargada excéntrican1ente no pre-
senta el mismo co1n.portamiento o-s que el prisma con1prin1ido ccntrada111e·nte [ 496]. Va-
mos a indicar en primer lugar un cálculo lo más fiel posible a la realidad, basado en
rf~t1ltados de ensayos, estuiHando luego solt1ciones ap·roximadas.

13.321 La obtención ele D, en el caso ele carga rápida (según los ensayos de H. Rüscn)

La resistencia de la zona de compresión, bajo carga rápida y para las calidades normales
,,, de hormigón, ha sido investigada cuidadosamente por H. RüscH, el cual expuso deta-
Fig. 13.12 Curvas de tensiones-deformaciones para el acero de pretensar y llad.amente sus resultados en el cuaderno 120 del Comité Alemán del Hormigón Arma-
P?ra. la ar:madura ordinaria, con los cuatro casos posibles de soli- do [295]. G. ScHOLZ amplió la interpretación de dichos resultados en el cuaderno
c1~ac1ón simultánea de ambos aceros, en la situación de agota,
miento. 139 [ 496]. En ambos trabajos se basa la siguiente exposición.

En la fignra 13.14 vemos primeramente los diagramas o-e para los hormigones B 225 a
13.32 La capacidad resistente D de la zona de compresión del hormigón B 600, determinados en prismas comp·rimidos ccntradamente con proceso de carga rápi~
do. El 111áximo acortan1iento Eb se aproxima, en todas las calidades de hormigón, al 2 roo.
Consid~r~n1os en la figura 13.13 la zona de co111presión del horn1 igóri, al superar Ja carga J_.,a curvat11ra de las líneas decrece según aun1cnta la calidad del hormigón; la tensión
de serv1c10 Y llegar .'."- la. carga de agotan1iento. Ven1os que varía pri111crame'nte su altura más alta corresponde aproximadamente a fJv = 0,88(Jw y coincide con el máx. cb. En la
ªfpasa~ del esta.do I .ªl II, en función de la cuantía.!' de armadura y de su alargamiento'. figura 13.15 se muestra11 las misn1as curvas, referidas ahora a /Jw, y siendo las abscisas las
En el tipo de agotanuento lb se alcanza el alargamiento crítico del acero antes de que CT/(Jw, al objeto de verlas en la forma acostumbrada en nuestros diagramas de compre-
siones.

528
34 529
600>1---------~-- eo/oo
. 2,0l----·~---~---------

500 B 450

} 400>f---+---+-./'--'-+-c~-I
t;~

.;'; JDOif-·····-·~--.J'. ...¡_,c___¡_

0,5'------ 1

~i
0,5 7,0 7,5 -7,92,0 1
1
acortamiento éen1<>(1
fJplfJro•0.88 ~ • 1
1
1
.tj <>l: 1
Fig. 13.14 Diagramas o-r de los hormigones B 225 1 ¡¡zs 475 O'/flr,, ¡o
o-/firo
a B 600, obtenidos en ensayos rápidos
en prismas comprimidos centradamen- 0,25 0,50 0,75
dl/lro
/,O
OJO 0,75 7,0 0,25
º"º
te (cuaderno 120 DAfSt). Figs. 13.18 y 13.19 Diagramas de tensiones (referidas a frw) para los hormigones B 450 Y E 600, deducida~ de ensayos en
Fig. 13.15 Diagramas o-e de la figura 13.14 referidos a la re- prismas comprimidos excéntricamente (en uno de los bordes, tensión =O, correspondiendo a la zona
sistencia cúbica flw· de compresión en una viga armada) (cuaderno 139 DAfSt, RüscH, ScHOLz).

Como comparación se muestra cu las figuras 13.16 a 13.19 las tensiones obtenidas en El acortamiento del borde depende además de la forma de la zona de compres10n, sien-
en.sayos en .Prismas solicitados excéntrican1ellte (la tensión en uno de los bordes == O), do- en el caso de forma triangular mayor del 3 %o, pues en este caso las fibras extremas no
referidas a /Jw y para diferentes grados de carga. Se deduce de ellas que en la situación están coaccionadas transversalmente (fig. 13.20).
de agotan1iento el diagrama de tensiones de la zo·na de compresión tiene una curvat11ra
111ás fuerte que el diagrama d.e tensiones~-deforn1aciones en caso de compresión centrada, Para una aplicación sencilla de los resultados de los ensayos, introdu.cire1nos dos coefi~
y que e.n los hormigones B 225 a B 450 la tensión máxima no tiene lugar en el borde, y cientes o factores auxiliares (fig. 13.21):
rebasa 1ncl11so ]a resístencia pris111ática. Par últin10, se l1a visto ta1nhién que el acorta~
miento de la fibra extren1a es mayor, en flexión, que el 2 %o obtenido en p-ris111as co11 Un pri1ncr coeficiente a elegido de tal forma qu_e:
carga concéntrica, siendo dich.o acortamiento en el caso de carga rápida:

máx. o¡, =1 2,5 a 3,0 %0, para B 600 a B 300. 1D = a · /JR · x · b1 13.(19)

esto es, de forma que el rectángulo a · /3R • x tenga jgual área que e1 diagrama de tensio~
8 225
T'º nes, incluso aunque la tensión en la fibra extrema sea o·r < {JR (a está referido~ por tanto,
BJOO a la resistencia minorada del hormigón).

w
u

~
"
"'
Oj
""
t. c.

"
li li" armadura: "";kx~1
armad,ura: O;kx"O
X

L
1
1
1
1
1
o
025 o;;o 0,25 0,50
1,0 Z,O J.O 4J] 50

Fig. 13.20 Diagramas a·z para secciones comprimidas centrada


y excéntricamente, para velocidad de deformación
6,0 [%.] 7,0 t."1¡

--:;,=i 1

Figs. 13.16 y 13.17 Diagramas de tensiones (referidas a fiw) para los hormigones E 225 y B 300, deducidos de ensayos en de la fibra extrema= constarite (Hormigón B 225) Fig-. 13.21 Significado de los coeficien·
prismas comprimidos excéntricamente; ver figuras 13.18 y 13,19. <según H. RüscH). tesa ya'.

530 531
Un segundo coeficiente a' que fija la distancia a' · x de la resultante de las compresiones
D aI borde comprimido, de forma que:

1,0 1 z=h-a' · x 13.(20)

0.9
Con ayuda de estos dos coeficientes podemos fijar D en magnitud y posición.
0,8
En las figuras 13.22 y 13.23 se dan los coeficientes a y a', determinados a partir de en-
0,7 sayos y referidos a la resistencia prismática f3v, en función de Eb y para las calidades de
h.orn1igón ·usuales. Entonces, p·ara cada éb obtenido del diagra1na de deformaciones en ro-
0,6
tura, podemos determinar el valor y la posición de D (ver también las figs. 13.25 y 13.26).
o,5 Dichos coeficientes pueden ser introducidos sin n1odificación alguna en las fórmulas
13.(19) y 13.(20), afectando a /3R· En los cálculos de preparación o comprobación de en-
M sayos hay que tener en cuenta, sin embargo, la diferencia en la resistencia (/3R ó f3vl de
referencia.
0,3

O,Z En el caso de l1ormigoncs de baja re.sistencia, el coeficiente a se aproxima en la situa-


ción de rotura al valor 1,0, es decir, el diagran1a de tensiones se acerca al rectángulo;
0.7 en el caso de hormigones de alta resistencia (B 600), se aproxima más al valor 0,5, acer-
@
cándose el diagran1a de tensiones al triángulo.

700 zoo 300 400 500 600 En el caso de hor:n1igones de alta resistencia, o de l1ormigones de baja resistencia si los e
Fig. 13.22 Valor del coeficiente a, referido a la resistencia prismática (JP, obtenido en ensayo
son pequeños, es decir, para tensiones ]lajas, el coeficiente a' se aproxin1a al valor 0,33 ==
rápido; D = a . //p. X. b {Cuaderno 120 del DAfSt, H. RUSCH). == 1/3, corres-pondiente al triángulo; en horn1igones n1alos, y para tensiones altas, se acera
ca al valor 0,5, que correspondería al rectángulo.

En el apartado 13.332 se dan cnrvas de dimensionamiento basadas en estos resultados de


ensayos.

""
0,50
13.322 Obtención simplificada de D, considerando la influencia de la carga mantenida
(Según recomendación del Comité Europeo del Hormigón (CEB) a propuesta
de RüscH)

En ensayos cuyos resnltados son aún inéditos, ha investigado H. RüscH la influencia de


0,45 la duración de la carga sobre la distribución de tensiones en la zona de compresión. Se-
gún dicl1os ensayos, desaparecen las diferencias entre los diversos tipos de l1orn1igón, sien-
e, [%o] do suficiente con tomar una parábola empalmada con
una recta, según la figura 13.24, como aproximación
para hallar la capacidad resistente de la zona de com-
presión. Esta curva no puede ser co·nsid·erada ya, sin
en1bargo, con10 diagrama de tensiones-deformaciones
del hormigón; representa más bien un elemento au-
xiliar de cálculo que aharca los efectos de la defor-
mación plástica y la pérdida de resistencia por la
duración de la carga. Dado que en muchas estructuras 2 J
actúan las cargas durante largo tiempo, se puede te'ner
13 24 Diagrama de valores de las tensio-
en cuenta estas influencias en la comprobación de la Fig. ' nes y deformaciones propuesto por
0,35
seguridad al agotamiento. La hipótesis de un acorta- el CEB y por RüscH, para hallar
la capacidad resistente de la zona
miento del 3,5 %o da por resultado el descenso de la de compresión, teniendo en cuenta
fibra neutra observado en los ensayos. Por otra parte, la duración de la carga.
200 JOO 400 500 600 flwza [lq¡/cm'] el valor máximo de la tensión-0,6/Jw-en la situación
Fig. 13.23 Valor del coeficiente ª' obtenido en ensayo rápido (Cuaderno 120 DAfSt, de agota1niento, tiene en cu·enta la disminución de la tensión de rotura hasta el valor
H. RtiSCH). de la resistencia bajo carga mantenida (ver resistencias minoradas en el apartado 13.1).

532 533
Con máx. lb =
3,5 %~ tenemos entonces, para todas las calidades de hormigón, los mismos ~•30r-c~~~-.~~~r~,~-.~~·~~~~~~~~·~~~~
1
H+++-H++-H+++-1-++11 i1
valores a= 0,81 Y a =
0,416, de tal forma qne podemos escribir con carácter general;
o,410 H-+++-H++-H+-t1-+++-t4+-HH++-H+++-t4+i--4'-H
D,, = a · /JR · X • b = 0,81 X 0,6/Jw · X • b = 0,486/Jw . x . b 13.(21) 0,1,iooH·-l-++-H++-H+++-!
!

Si no .se ºalcanza el ~cortamiento en la fibra extrema máx. Eb = 3,5 %n, se hallarán a y a'
a partir de la figura 13.24, o má~ _sencillamente, tomándolos de las figuras 13.25 y 13.26, en
las cuales se han llevado tamb1en los valores correspondientes al ensayo de carga rápida
del apartado 13.321. '

Las curvas "CEB-RüscH" para el diagrama de la figura 13 .24 corresponden a las signien-
tes fórmulas:

1
a= -12 Eb(6-eb)
para t:b ;;i 2 %o Fig. 13.26 Comparación del coefi-
8-t:b
a' == -,-~--"-- ciente v.' obtenido en
ensayo rápido de hor-
4 (6 - sb) migones B 300 a B 600,
con el de la norma
DIN 4 227 según la fi-
3t:b ·-2 gura 13.27 y el de la
a=----- propuesta CEB-RüscH
3t:b para carga mantenida,
según figura 13.24 [496].

a'==
eb (3tb - 4) 2 +
2cb (3sb-2)
13.323 Obtención aproximada de D, según DIN 4 227 (edición de octubre de 1953)
o,8 ,_ --
- -
1
1
En Alema!lia, la norma DIN 4 227 prescribe actualmente el adoptar, para la comproba-
ción de la seguridad al agotamiento, la curva de tensiones-deforn1acioncs de la figura
a7 ~/ /
, ·- 13.27, en la cual el máx. cb está limitado al 2 %0. Como resistencia minorada del hormi-
_,, / ,, -ti gón hay que tomar un valor más alto que en el apartado 13.222, y que es: (Jn = 2/3/Jw·
' "· '- '
-+-- Con esta curva de distribución de tensiones, para máx. l'b = 2 %n es a= 0,75 y a' = 0,40.
o.6 1 En este caso teínen1os por tanto:
t
¡ :\ L_j_

fif ~~';·~~'
hl
1,
D =a · /JR • X • b = 0,75 X 0,67b · /Jw • X • b = 0,5/Jw • X • b 13.(22)

+ +'-
~"- <t;,_,%q..v, ' i
0; 1,"'
;' L'J\~
.,:;;.y,~
1 Si no se alcanza el máximo aco1·tamicnto en la fibra
' ' 1
extrema, habrá que hallar D tomando por base la cur- - - . . - - - - . . Z/Jfiw
>o"' va a·e representada en la figura 13.27, obteniendo en
' ,_ 1
función de Eb los coeficie'ntes a y a1 en la forn1a:
- ' 1
+ +H~
'
i---.1.--.-¡

L_r-1-+-
/
• 1
I/¡ 1
'
-
"
/" , + !
-
~,
·!-1---

a' == --- 6-Eb


·-··~------- ----
para eb ;;i 1,5 %n •

", 1
/ ,
!
1
i
1 - - L L-- 2 (9-2eb) Fig. 13.27 Distribución de tensiones en la
zona de co1upresión, en la que

a ¡ 1'
-
.lt:ll' '
t.-..;~
Fig. 13.25 Comparación del coeficiente
a obtenido en ensayo rápi-
do de hormigones B 300 a
Estos coeficientes pueden ser tomados también de los
gráficos de las figuras 13.25 y 13.26.
se basa el cálculo según la nor-
ma DIN 4 227.

~
'i ' B 600, con el de la norma

o
" ''
as
1 1
'

w
1
1
+ i
LL

2.0 J,S
DIN 4 227 según la figu-
ra 13.27, y el de la pro-
puesta CEB-RüsCH para car··
Con esta simplificación se suponen unas condiciones d.cn1asiado favorables en la zona de
con1presiÓ·n. Sin embargo, con10 el brazo n1ecánico juega un p,apeJ igualmente importante
ga n1antenida, según figu-
acortamiento del hormigón E%"--~ ra 13.24 f496J. en la magnitud del momento de agotamiento, Jos diferentes planteamientos de los apar-

534 535
tados 13.321 a 13.323 no conducen a d.ifercncias importantes, en tanto las secciones no En una propuesta en [538] para mejorar las hipótesis del ACJ-Building Code (ACJ 318-
estén excesivamente armadas. Más adelante tendren1os ocasión de co1nprohar esto. 56), se supone un valor de 0,85x para la altura e del rectángulo de tensiones, para hor-
migones hasta el B 300 incluido, disminuyéndola para hormigones de mejor calidad (por
ejemplo para el B 450, e= - 0,77x; para el B 600, e= ~ 0,69x). En general, de acuerdo
13.324 Otras fórmulas aproximadas para D con la figura 13.29, tenemos: Du =
0,85fip · b · e, y z =
h - 1/ 2 c. Para las tres calidades
de hOrn1igón citadas se deducen entonces, en el caso de aprovecl1an1iento co·mpleto d.e la
l. ÁPROXIMACIÓN DE LA ÜENORM B 4 200, PARTE 4.• resistencia del 11or111igón, los siguientes límites de los coeficientes:
(Normas austríacas)

La norma austríaca adopta para el diagrama a-s del hormigón la siguiente parábola de
2. 0 grado (218]: !
~ B300 B 450 B 600
_¡ ___
1

-------
1

--------------"

JJP ( 2 - -, · - -·.···-
ax =R Sx )· Bx
13.(23) i
~
max. Eb max. Eh Coeficiente a 0,72 0,65
_J_ 0,58

-1-
1
1 i

ax == tensión en el l1or111igón a la distancia y de la fibra neutra. -----------


··--¡-·- ------------

1
Coeficiente a' 0,43 0,39 0,34
La norma limita el valor de máx. º"
al 1,5 %0, para el B 160, y al 2 %0, para las restantes i

1 1 1
calidades de hormigón (fig. 13.28).

Se puede calcular entonces D en la forma:


~

Yo
Se ohtiencn pues, para la capacidad resistente de la zo11a de co1npresión, valores que co-
rresponden más o menos a los resultados de ensayos pm·a máx. "" = 2 %o (fig. 13.22).
D = Ibx · Ox · d y y 0 == altura de la zona de con1presión,
o Se prescinde de la comprobación de D si la armadura es débil, no agotándose la zona de
siendo: con1presión. C1-1. MASSONET ha con1parado detenidamente el diagran1a rectangular con
otras hipótesis ( 4·60], no encontrando grandes diferencias en los resultados finales.
a,=fip · -
Yo _ Yo"[
2 y - - . y2 " J En la U.R.S.S. se utiliza un rectángulo de tensiones, con - 0,52fiw = - 0,59fi,. La altura
cb del rectángnlo se supone igual a la distancia x de la fibra neutra al borde superior, limi-
" - ---- - índice de deformación.
- máx. Eb - tándola en 0,55h .. Los coeficientes eq11ivalentes serán por tanto: a== 0,59 y a'== 0,5.
o¡,
8 'ºº
kg/crrl
300 ¡-----,-----:;;;.....,------ 11,, ..300 kg/úri.2

13.325 Caso de que exista armadura de compresión


__ fl.!f!L_ 225 k;¡/cm}
200 Si existe en la zona de co111presión una ar111ad·ura de con1pres1on F' e, habrá que añadir
__ t~-L- 770 k;¡/cm' a Db la co·mpresión De que corresponde a dicha arn1adura.

-----
8 760
720 k¡¡/Gm.2
Tcnen1os: 13.(24)
700

con ae' :::::: -~--=- ~:. máx. fb · Ee 3 (Js, si se presenta el tipo de agotamiento 2.
X
Fig. 13.29 Bases para la obtención de la
seguridad al agotamiento de Esta D, actúa en el centro de gravedad de F'" deduciéndose de ello el brazo mecánico z'
secciones de honni.gón armado, para la parte del momento que le corresponda. En la situación de agotamiento se despre-
Fig. 13.28 Diagramas o·e del hormigón, para según [538], como ampliación
el cálculo según la norma austríaca a la norma ACJ (318-56) de los cia, en general, la influencia de F', sobre a&. Tampoco influyen sobre la carga de agota-
Oenonn B 4200/4. EE.UU. 1n.iento las redistribuciones de tensiones que }1ayan podido ser causadas con anterioridad
por la retracción y la fluencia.
2. APROXIMACIÓN CON UN DIAGRAMA RECTANGULAR DE TENSIONES
La arn1adura de co1npresión debe ser tenida en cuenta en. el cálculo solamente si está
En diversos países (U.S.A., U.R.S.S. y otros) se supone que el di.agrama de Ob en la situa- asegurada contra el Pandeo por un recubri1niento suficiente o por una sujeción trans-
ción de agotamiento es sencillamente un rectángulo (rectangular stress hlock). En U.S,A. versal. Se puede considerar suficiente un recuhrin1Íento de l1or1nigón de 2 {25, cuando la
se establece para la tensión el valor límite de 0,85fiv (con fip ~ fiel (fig. 13.29). = ar111adura transversal queda por fuera.

536 537
13.33 La obtención del momento de rotura Mu o del momento crítico de deformación Dominio @ : Con esfueirzos axiles crecientes y excentricidades cada vez menores se
M,, de una sección de una viga (momento de agotamiento) 1 origina el dominio @, cuyo caso límite (esfuerzo axil centrado) está representado por
la lfnea "e". Puesto que el acortamiento de rot11ra es n1enor con carga centrada que en
El 1non1ento de agotamiento de ·una sección es: flexión (p. e. 2 %o en lugar de 3 %o) , se ha tomado para la línea límite "e" un valor
Eb <'. n1áx. Eb •
Mu 1
{ == Zu • Z =: Du • Z ,
Mk, ) Los don1inios @ y @ carecen de i1nporta.ncia en el h.orn1igón pretensado, por lo que no
nos detendremos en su estudio. La norma DIN 4 227 indica tamhién que en los elemen·
en la que Z y D han de ser determinados cou ayuda de los apartados 13.31 y 13.32, sien-
tos pretensados so1nctidos a con1presión, en los cuales en la: situación de agotamiento
do decisivo el menor valor, según que se presente el tipo de agotamiento 1 ó el 2. La po-
sólo existen compresiones, se puede prescindir de la comprobación de la seguridad al
sición x de la fihra neutra (y por tanto la z = h - a' · x) se deduce analítica o gráfica-
agotamiento si se satisfacen las tensiones admisibles.
mente de las condiciones de cquilihrio interno y de las ecuaciones de compatihilidad de
deforn1aciones de la sección.
Para los dominios CD y ® se pueden establecer las siguientes fórmulas de di1nensiona~
miento para la situación de agotamiento· (por rotura o por deformació'n crítica) :
13.331 Detern1inación del momento de agota1niento en el caso de flexión simple o co1n ..
puesta, por medio del ábaco unificado de H. Rüscn para zona de compresión de Eb
Posición de la fibra neutra: x:::::::::---- · h = kx · h 13.(25)
sección rectangu.lar Eb + Eq

II. RüscH ha n1ostrado u·na for1na para expresar sus resultados dei ensayos e11 un único
Compresión resultante: Du =a · {!R · x · b =ce a · kx · /IR · b · h 13.(26)
ábaco para el dimensionan1iento a flexión., con y sin esfuerzo axil, para todas las cali~
dades de hormigón y de acero. Para ello, los posihles estados de deformación, represen-
tados en diagran1as según figura 13.30, son clasificados en cuatro dor11inios: Com.presión resultante relativa: 13.(27)
Dominio (j) : Flexión con armadura moderada
El alarga111iento nláx. c1 está lin1itado para la deforn1ación crítica. Con Fz crecientes au~ Brazo mecánico: z =h- a' · x = (1 - a' · kx) h = k, · h l3.(28)
n1enta el Cb, hasta que se alcanza si1nultánean1cnte el máx. Eb en el borde con1primido y
el máx. Eq en el acero (línea "b").
Momento exterior referido al e.d.g. de F,: M, = M --N · e, 13.(29)

lJominio Flexión, con a,rniadura fuerte


C:V :
e, = distancia de N al e.d.g. de la armadura.
Una Fz mayor conduce a t1n au111ento del i11on1ento interno o
hien de la compresión del hormigón, si desciende la fihra neutra, Para M habrá que ton1ar el n1on1ento n1ayorado exigido, es decir, por ejemplo v · Mg+p·
es decir, si el alargan1]cnto Eq es menor que n1áx. Eq al alcanzarse I..o misn10 poden1os decir respecto de N si su efecto disn1inuye el mo1nento de agotamiento.
el i11áx. Eb· El lí1nite teórico de este don1inio es, pues, la línea e, Si N actúa favorahlemente será tomada sin coeficiente de seguridad (fig. 13.31).
que correspondería a una F z infinita.

Los dominios Gl y @ son válidos tamhién en el caso de flexión y Mo111cnto inter'no, referido al c.d.g. de F2 :
esfuerzo axil (flexión compuesta) si se toma en lngar de M el
momento en la situación de agotan1iento referido al acero de M, = IJ,, ·z = Z,, · z =a · kx (1- a' · kx) b · h 2 · {iR 13.(30)
Fig. 13.30 Los cuatro domi-
nios de deformación
pretensar, o el nJome'n.to crítico ,Mz : : : : : M - N · e, y si al dimenm M<+)
en el diagrama de sionar las armad.uras para la tracción debida a la flexión, s.e Mon1ento interno relativo:
deformaciones. añade o deduce el esfuerzo axiI +
N ó - N. Para ello, la fihra
neutra deherá estar entre el horde comprimido y las arma- 13.(31)
duras de la zona de tracción. Puesto qne M, está referido al centro de gravedad. del ace. fz bzw fz+ fe
ro de pretcnsar, la fuerza de pretensado actúa con brazo nulo, y N representa sólo el
esfuerzo axil que p,roducen las restantes fuerzas exteriores. si N es tracción(+) y el Esfuerzo de tracción:
/1z"' 1'M l1g+¡; -N·ez.
agotamiento s~.rá segun H;io?.
Dominio @ : Le corresponde la pequeña zona que se orrgma por la inclusión del canto Hz"' VM Mg+p-vN·N·ez si Nes compresión(-} o r!
si Ne~ tracción y el
Zu = Z, + z, = Du + N 13.(32)
total d er1 lugar de Ji. Al alcanzar la línea ••d·" la sección recibe sólo tc·nsiones de con1~ agotamiento seré. según tipo 1
presión. Sección de acero necesaria:
Fig. 13 .31 Aplicación de los coeficientes de se-
guridad, para la obtención de mo·
l Al unificar el momento de rotura ~i" y el momento critH'O de deformación Mkr hajÚ el concepto "~o­
mento de agotamiento", se utiliza para éste el símbolo del primero -M,,- dándole carácter gen'eral.
mento mayorado M ,, referido al e.
d. g. de las armaduras pretensadas, F, = --'-
z z, 13.(33)
!N. del T.) en el caso de flexión compuesta. a,

538 539
"

siendo a~ la tensió'n correspondiente al alargan1iento preliminar ere), y aq la correspon~ En los ábacos, todos 108
diente aI alargamiento cq producido por las cargas. La a,= a'~) +
aq correspondiente a del momento relativo.
valores d l· .
+
e.,,== é~l Eq se toma de los diagran1as a~c de los aceros. Cuan.do Oz ~ ¡30,2 nos contenw
e as formulas de din1ensionamiento aparecen en función l;¡
tamos, por lo general, con ton1ar para Oz simplemente el lín1ite elástico {J0,2, quedándonos
del lado de la seguridad. I,
m z -- M, --
·-------·-
Si hay además una Fe, tendremos entonces en el dominio CD para Sq ~ Ce, 0 ,2 : Oe ==/les, y siendo Mz el momento ' b · h 2 • /3R
multiplicado o . .
en el dominio @ si Bq < e,,º"' a,= cq • E,, y por tanto Z, = ,,. ·
F,, que habrá que de· referido al centro de gravedad de I P r el coeficiente de segundad (momento mayorado)
ducir, según 13.(32), de Zu, para hallar la Z, del acero de pretensar. as armaduras:

Las fórmulas 13.(26) a 13.(33) han sido utilizadas para construir unos ábacos. o bien: M,"""M· Mg+p-JJN• N •e

M, = "M • M P+p- N •e
(N = esfuerzo axil, excluida l
13.332 Abaeos de dimensionamiento para el momento de agotamiento con proceso de ª fuerz ª de pretensado) .
carga rápido, basados en resultados de ensayos
Como ordenadas aparecen las k
Las fórmulas del apartado 13.331 para los dominios (j) y @ , han sido utilizadas para tra,. con kz. el brazo mecánico ;' kz, éq Y Y· Co·n kx se conoce la posición x de la fibra nen~
construir los ábacos 13.II y 13.IU, haciendo uso de los resultados de ensayos expuestos tam1ento se puede escribir por ~;,, con Y la compresión resultante D. El momento de ago-
por H. RüscH en el cuaderno 120 del Comité Alemán del Hormigón Armado, para la to en la forma:

[~::-""D · z=k,. y. b
determinación de los coeficientes a y a', así con10 .para fijar el acortan1íento máx. fb (ver
figs. J3.22 y 13.23). El ábaco 13.H parte para ello de los acortamientos máximos ohser-
13.(34)
vados-máx. Eb-( entre 2,6 %o y 3,0 %o), con los siguientes valores límites de a y a': Si el coeficiente de seguridad
acero~ se tomará la · con el
resistencia iu· que se ha calculado M, es el v = 1,75 referido al
Calidad 1 el apartado 13.1. lllorada del hormigón /3R. de acuerdo con lo indicado en
de hormigón 1 B 300 B 450 B 600
(J, (kg/cm') 260 400 520 J_,as tensio'nes del acero a y
z Ge, se
deducen a part1".r d e I os d e l os d'iagramas o-e:
máx. '' (%0) ¡---3-,-o--_/l,---.~~~-_-:_-,-75---i----2-,6-- Eq y E(O)
v
Para el ábaco J 3 JI
a, "'= f (é~l + cq)
-·----·---,--·--0-,8-0-
_ ª ___¡
11.--·- 0,75_ -/- _ _ _
-- -
º·_1_1
a, "'= f (tq) •
Sou utilizadas para comprobar
a' 1 0,41 [ 0,39 I 0,36 C[oeF F e d an lugar con estas tensiones a Z == D.
z Y
Del diagrama se puede
deducir taiub ..
gún la figura 13.30. len el tipo de agota111iento, es decir, el do1ninio seu
El ábaco 13.III, apoyándose en la norma DIN 4 227, supone como límite superior del
acortamiento del l1orn1igón, y para todas las calidades, 111áx. Eb == 2 %o, con lo c11al los va~ El dominio Gl comienza a l ·
lores lín1ites de a y a' son los siguientes: El d · · ª
•zquierd
crecer. . . omm:o @ teriuina dond a con m, = O y llega hasta donde eq comienza a de-
bos do'!'1m1os varia en función del JU;
se hacen kx = 1,0 y Eq =
O. La frontera entre am-
Calidad / de los abacos 13.II Y 13.III. En el d ax:'? presupuesto, como se deduce de la comparación
de hormigón B 300 1
B 450 B 600 valores de kx, k, Y Y· La diferenc· oiuinio Gl proporcionan ambos ábacos casi los mismos
_;J,_(k_g_fc_m_'J__ 260 [_ _ _ _40_0__ ,_ _ _ _s_20_ _ ch.o? Y p~r. tanto, al se~. la arniad~r~e _hace patente, sin embargo, cuando Bq se reduce mu-
1 ª. ~cr decisiva. ~a gra': mflueucia ne fuerte, la zona de compresión del hormigón pasa
Para el ábaco 13.IIJ máx. '' (900) _ _ _2,_o_ _ ¡____:ii_ ______2_,o c1~n de la segundad, '.'e_ne el valor ~e s?bre el dimensionamiento, o sobre la comproba-
cmdado en este domm10, limitando ma~. Eb, hac;· que s~a aconsejable el proceder con
a 0,68 / 0,64 0,60 ~e liace en ~lgunas no~n1as extran 'e ,º bien el nnn. Sq o bien el máx. kx o la n1áx. ¡;, co1no
-------¡--·--- tanto no existan suficientes ensavJ rads. Natu.raln1e'nte, esta medida es necesaria sólo en
0,38 0,36 0,35
. os e rotu ra correspon d'ientes a este caso I'1m1te.
.
a' i

13.333 Abacos de dimension . ·


1

mantenida amiento para ¡ d .


Puesto que en Alemania la norma DIN 4 227 limita todavía el máx. Eb al valor 2 %0, no e momento e agota1n1ento, en el caso de carga
se pueden sobrepasar por el 1nomcnto los valores de a y el que cnrres_ponden a este acor-
Si se toma como hase para ¡ f.
tamiento (ábaco 13.III), en tanto que la edición de octubre de 1953, de dicha norma, ·· d
b uc10n · . as ormul d
constituya la base oficial del dimensionamiento. ~ tens10r:es snnplificada de ts e dimensionamiento 13.(25) a 13.(33) la distri-
deformacwnes baJO carga iuantenida (: figura 13.24, en la que se tuvieron en cuenta las
er apartado 13.322), obtenemos entonces el ába-
co 13.IV. A causa de la unificación de la distribución de tensiones para todas las calida-
Análogamente, del ábaco 13.IV, para la misma (JR = 0,7(Jw:
des de hormigón, dicho ábaco es más simple que los 13.II y 13.IU, pero, por lo demás,
completamente similar a éstos. Todas las indicaciones hechas en el apartado 13.332 son
aplicables en este caso.
kx = 0,27 y = 0,166 Eq = 5 %o k, = 0,905.
obteniéndose tan1bién en este caso el mismo resultado.
Indiquemos además que en los comentarios de H. RüscH y H. KuPFER a la norma DIN
4 227 en el Betonkalender [564], se inclnyen las cnrvas correspondientes al diagrama
de tensiones según DIN 4 227, siendo de observar, sin embargo, que en ellas se parte no Ahaco 13.II
del m, según la ecuación 13.(31), sino en la forma:
Ahaco de dirnensionarni.ellto para
m,= b h' . fJw ·
1 máx. Eb = 2,6 %o a 3,0 %o 1
13.334 Ejemplos de aplicación de los ábacos:
Basado en los resultados de los ensayos sobre los que se informan en el cuaderno 120
l.º Do,minio CD • Sección rectangular del DAFSt.

b = 0,55 m d= 1,10 m h =e 1,00 m;


M4 == VA:f • Mg+p- VN • Ng-i-p · ez o bien Mz == JJM • Mg··f-P -1Vg+p · ·ez,

Hormigón B 450. Acero de pretcnsar mejorado St 145/160; /iR =resistencia minorada del hormigón, obtenida según 13.(la) o 13.(lb).

Mg:p =·: ....¡-150 tn1; seguridad referida al acero Ys > 1,75; c(~l ==....., 4 %o.
7,k.x ,kz
Con ,,, = 1,75 tenemos M, = 1,75 X 150 = 262 tm. 1 1 1 1 ! 1 1 I !
! /1 1
8Jo0r 8450
La resistencia n1inorada de] l1orn1igón ha jo carga rápida es:
8600
J¡ ,:1 1 1
. 1
!
PR = 0,7 /iw = 0,7 X 4 500 = 3 150 t/m 2•
Dft
1 1
k !
1
1 1 1 i
. i
El n1on1ento relativo: Para carga de breve duración
"
8 600
seg(ln los ensavos con 8JOO+Btr50 i
262 X 100 máx. 6b =J,O %" 8 JOO
-·-·---- ·--- --- -- 15 o "'
0,55 X l,O' X 3 150 - ' . máx. sh "'2.75'Y- 8 400
máx. Eb ª2,6 %,, 8 600 ¡--~
1
~
1 8450;11
. ,
1/1/ 11
El ábaco 13.UI (máx. = 2 %o) nos da: OJ _lj¡,_ BJD0+860{J
,,'"
lb V
mz=b hªftR
8600 !

= 0,27 kx·f ; kz"'-f


,, ·-
y= 0,165 kx l!q = 5 %o k, = 0,900. r i:-BJOO
.¡¡, "
El alargamiento total del acero es pnes:
a6 !

kx 1' '
7"¡; h /!,
1 1 1/ !

s, = E,1 + f/~l = 5 %J + 4 %J = 9 %o ,
a5
1
1 1
1 /
al que corresponde en la curva a~e del acero una tensión Oz == 15,0 t/cm2. Eq"5%o " ! , 1/
-
l:>ara, tener la eeguridad exigida debe ser: 1

~
"
'
M.
F > ---'-- - -
262
···············--- - 19 4 cm'. ,, ,, I'
'= k, . h . a, -- 0,900 X 1,0 X 15,0 - ' ~~ e·
,3 ;....¡_ kx i ,,
-~
Como comprobación se puede calcular: ~~
!
- 8JOO
~~
V/
! ,
, &

Db =z y · b · h · (JR = 0,165 X 0,55 X 1,0 X 3 150 = 286 t,


a
f- e• "
,g =l 1---t- ª.~º~ kC\
!
"O 1
1
2~
-~,~ 8JOO "r 8600
Z1 = F, . u, - 19,4 X 15,0 = 290 t .
~

~
:;¡: 1\ !.' ,, 8300 1
"
éq
~
8600 1
V
Si utilizamos el ábaco 13.II (B 450: máx. Eb = 2,75 %0) tenemos: o,7
,, ~ " I'
Í !
"
y= 0,165 k, = 0,90. ~
1 r-."
con lo cual se llega al n1isn10 resultado. ~
- 1 1
!
I"
o 10 15 20 25 JO 35
'º "' 50
'oom,

542
543
Abaco 13.III Abaco 13.IV

Abaco de din1ensionamiento para


A.baco de dimensionan1iento para

1 máx. Sb = 2 %o 1 1 máx. Cb = 3,5 %0. 1

Basado en los resultados de los ensayos sobre los que se informa en el cuaderno 120 Co11 el reparto de te'r:1.sioncs según propuesta CEB~RC-scH
del DAFSt.
Mz == VM • Mg+p-VN · Ng+p • ez o bien Mz == YM • Mg+p-Ng+p • ez,

/Jn =resistencia minorada del hormigón, obtenida según 13.(la) o 13.(lb).


/JR = resistencia· minorada del hormigón, obtenida según 13.(la) o 13.(lb).

'J'. kx. kz .<q (%J


Eef::b y, kx, kz 1

'·º~i:;t.t=R=tt=R=t+R=r+n=r+t=i=++ni=+++=r:+++=i=+++=i=+-¡+.+Ar;i++=1:++n::::i
1 1 1 ! 1
1 1 1 1 1 11
z
8J00+81f50

091-+-l-++-t-+++B soo as
' '
1
'
1
"
'
1 1
1
"
I
O,Be.-1- Para carga de breve dura_ción según , 0/3 ¡.,.

H++-:los mz '·' _Jjz,_


ensayos con
b hz f:JR
mGx.6b"2"/.,,,~ía:~íadí~8$'B~s~l~~~1l'~J!EJIEJ~
1 .,,,.
IT "

--
1 Í
Ol
WH+-H kx"'f ; ki~f
lf
i i i :: ! '
r . b_!}_¡___
h./!, 2'1oo J,5"/,,,, eb
0,6 ,
1 1 1
1 1 1 1 1
-
' Eq=5%o
1
~ "
-;-- - '
'
4

~
kx
,.. - - -
~
'
r -
BJDOl-+-l-+-l-l-+-l-+-t-t-+-1-1-4-1-~e-!

1
e,1-++-+-t-++-+-1-+++-t-t-l
1
1
-
1

1 5 70 75 zo 25 JO J5 50 700 flti
o 5 70 15 20 25 JO J5 50 700mi

35 545
544
No obstante, es más lógico emplear el ábaco 13.IV sólo cuando se considera la in· Es decir, en el dominio @ la diferencia es·más marcáda:
fluencia de la carga mantenida, para Io cnal hay que tomar:
Db = 0,30 X 0,55 X 3 150 520 = t ,
,BR = 0,6/Jw = 2 700 t/111 2. Z, =
34,6 X 15,0 519 t. =
Según el ábaco 13.IV tendríamos con /JR = 0,6/Jw y
2.,62 X 100
Tenemos entonces: l.00 m, = -0,55 X 1,02 X 2700 = 17•65 438 X 100
para el cual: y= 0,198 kx = 0,29 Cq == 5 %o y k2 == 0,890 .
m, = 0,55 X 1,22 X 2 700 = 29 •5
kx = 0,447 ; Bq = 4,33 %o y= 0,362 ; k, = 0,814'

Entonces: F, nec. =
262
~~- = 19,6 cm2 , e, = 4,33 + 4,0 = 8,33 %o a, = 15,0 t/cm 2
,
0,89 X 1,0 X 15,0
con Db = 0,198 X 0,55 X 1,0 X 2 700 = 294 t Fz nec. -- 438
O - 2
- 36,0 cm ,
o,814 X 1 , X 15 •0
Z, = 19,6 X 15 = 294 t. con Db = 0,362 X 0,55 X 1,0 X 2 700 = 537 t Z, = 36,0 X 15,0 = 540 t.
2.0 Dominio @ • Sección rectangular
13.335 Cálculo del momento de agotamiento y de la armadura crítica, en el caso de
b=0,55 m d= l,10 m h = 1,0 m; sección rectangular
Hormigón B 450. Acero de pretensar mejorado St 145/160;
&
M,+p =+ 250 tm; seguridad referida al acero v, > 1,75; e'~' ~ 4 %o.
Tenemos que calcular la posición de la fibra neutra a partir de las ecuaciones de equi-
librio interno y de deformación (fig. 13.32).
Mm= 1,75 X 250 = 438 tm.
La resistencia minorada del hormigón bajo carga rápida es:
Del diagrama recto de deformaciones se deduce:
h-x X
/JR = 0,7/Jw = 3 150 t/m2 • tq == Eb · ---
X
o con kx=h:
, ' / ' ,' ,' , ' '
1

T "
i
438 X 100
El momento relativo: 25 3 13.(35) -"
0,55 X 1,02 X 3 150 = • .
~
"
N

Del ábaco 13.HI: El alargamiento total del cable será: "


= 2,2 %o y= 0,305 kx = 0,476 k, = 0,83. J.!, • z
·-=="'·"-'...-
Eq

La tensión del acero en el cable es: :;c•¿c· '4


Por tanto:
e, = 2,2 %o + 4,0 %o = 6,2 %-0 , Gz == Cz • Es, siendo Es== módulo secante correspondiente al punto

a,= 12,5 t/m 2


, de la curva a·E de abscisa e, (en el dominio elástico es Fig. 13.32
Uz = Sz • E,).
M, 438
F, 2': - - · · · · · - - = --~····--····-- == 42,3 cm 2 •
- k, . h . u, 0,83 X I,O X 12,5 El esfuerzo de tracción en el acero es:

Control: Db = 0,305 X 0,55 X 1,0 X 3 150 = 528


e'~' +
t ,
Z, = 42,3 X 12,5 = 529 t. Z, = F, · a,= F, · E, [ Bb ( l ---;:, kx)].

Por el contrario, con el ábaco 13.H (máx. Sb(450J= 2,75 %o) tenemos: Y la fuerza de compresión en el hormigón:
¡• = 0,300 cq = 4,13 % kx = 0,40 k, = 0,844. D =a · /JR • x · b =a · /JR · kx · b · h.
Ez --:- 4,13 + 4,0 = 8,13 %o ,
De Z = D se deduce:
a,= ~ 15,0 t/cm 2 ,
438 F, • E, [ e'Z' + Eb ( l---;:, kx)] = a · /JR • k, · b · h .
F, = 0,844 X 1,0 X 15,0 = 34•6 cm' .

547
546
Sustituyendo para abreviar
Para poder dar valores aproximados de la arinadura crítica, es preciso hacer algunas l1i~
a • /JR • b · h pótesis referentes a Ozu· Es lógico suponer o(~)"': ,...,,. av adm. para armaduras postesa?as c~n
C= ··~F~­ 13.(36a)
, adherencia indirecta. Obtenemos con ello la s1gmente tabla de a,,, para algunos tipos de
obtenemos la ecuación con que se determina kx: acero de p·retensar:

E, [(O)+
¡;; _ev eb
(I-kx)]-c
kx - . Acero de
a,,adm.
~--------
E, e(Z)
---- '· ª'"
pretensar 2 2
%o
t/cm t/cm %o t/cm2
Además, haciendo
1
St 60/90 4,5 2100 2,14 7,14 6,5
y 13.(36b) St 80/105 5,7 2100 2,75 1
7,75 8,7
St 135/150' 8,25 2 050 4,02 1 9,02 14,15
la ecuación de segundo grado se escribe y resuelve en la forma: 1
St 145/160' 8,8 2 050 4,30 9,30 15;0
St 150/170' 9,35 2100 4,45 1 9,45 16,7
e . k2 x - (a'{];, - a¡) k, - =o,
(J¡
St 160/1803 9,9
2 ººº 1
4,95 1

1
9,95 16,4

kx = 2~ [(a'{];,-ªª +V (a'{]\- ad'+ 4a, . e J 13.(37)


1
laminado, mejorado. 2
estirado, envejecido.

Con la distribución de tensiones y el acortan1iento del horn1igón 111áx. Eb en que se base


3
cordones 7 0 3 mm

la coniprohación de la seguridad al agotamiento, se deduce ahora fácilmente de la cxpre·


El oolculo práctico parte de que, o bien se produce el tipo de agotamiento lb con un
síón 13.(39) el límite entre los tipos de agotamiento lb y 2 que corresponda a la com·
máx. eq dado, o el tipo 2 con un máx. n dado. Se simplifica el resto del cálculo si se
binación existente de calidades de acero y horn1igón, lín1ite e:xp-resado en cuantía de ar-
averigua primeramente el tipo de agotamiento decisivo. I~a forma n1ás sencilla de conseM
n1adura.
guir esto es con1parar la armadura existente con la armadura crítica correspondiente al
limite entre ambos tipos de agotamiento. Las cuantías críticas llcr en % son, por ejen1plo, para los coeficientes a según figura 13.22
con máx. e¡, = 2 %o (ensayo rápido) :
Armadura crítica:
Tabla 13.V .

Con p = bF.' h se deduce de D =Z = a · /JR · kx ·b h= p · a, · b · h, Cuantía crítica µcr en %


para máx. Sb = 2 %o
··----- --~-"-

p =a· kx · /JR 13.(38) Tipo de acero B 300 B450 B 600


a,
St 60/90 0,63 0,89 1,11
La trans1c10n del tipo lb al 2 se caracteriza por el agotamiento simultáneo de ambos St 30/105 0,47 0,66 0,33
materiales, l1ormigón y acero, es decir, porq11e alcanzan al misn10 tien1po sus n1áxi1nas Stl35/145 0,29 0,41 0,51
deformaciones admisibles. La posición de la fibra neutra en el caso límite de armadura Stl45/160 0,27 0,38 0,48
crítica vendrá dada por:
Stl50/170 0,24 0,35 0,43
Stl60/!80 0,25 0,35 0,44
.. máx.eb
k x, cr == k x cr1t1ca == ..
-~- ~ . ·-:;;:--
max. tb + max. tq
Y para los a obtenidos de la distribución de tensiones según figura 13.24 (propuesta CEB.
Como el alargamiento total es e, = e~ oo +
máx. Eq, en la ecuac10n 13.(38) habrá que susti· RüscH) con máx. Eb = 3,5 %o:
tuir como tensión Oz la tensión Ozu correspondiente a esta Cz (ton1ada del diagrama a-e del Tabla 13.VI
acero). Para a se tomará el valor máx. a correspnnd.iente a máx. Sb.
Cuantía crítica µcr en %
La armadura crítica es, pues: para máx. Cb = 3,5 %o

Tipo de acero B 300 B 450 B600


máx. a · f:JR máx. Cb

Ozu máx. Bb + máx. tq


13.(39) St 60/90 0,92 1,38 1,35
St 30/105 0,69 1,03 1,38
St 135/145 0,42 0,64 0,85
En esta expresión, ª'" depende, a través de la parte ,C~) ~ del acortamiento total e., de la 0,40 0,60
St 145/160 0,80
tensión admisible en el acero, de las características de la sección y de las pérdidas de pre·
St 150/170 0,36 0,54 0,72
tensado por retracción y fluencia.
St!60/180 0,37 0,55 0,73

543
549
Si la adherencia no es perfecta, con10 ocurre todavía en todos los procedin1ientos de cón.s-
La cuantía existente es ,a= b~zh = 55 ~0100 XlOO = 0,36 %, por tantoµ<µ"" es
trucción con adherencia indirecta, la armadura crítica es nienor entoncf's que lo que in- decir, tiene lugar el tipo de agotamiento lb.
dican los valores teóricos.
Supongamos: cb = 1,5 %0. De las figuras 13.22 y 13.23 deducimos:
PROCESO DE CÁLCULO'PARA LA COMPROBACIÓN DEL MOMENTO DE ACOTAMIENTO CUANDO µ < µe, a= 0,525 a'= 0,348.

Se presenta el tipo de agotamiento lb, con Eq = máx. Eq (por regla general = 5 %o). Con
ello están dados el s, = +
= =
=
e'e' Eq y la correspondiente ª'" f (e,) tomada del diagrama
F, · ª'"' Se supone ahora un cb <
Además: kx
.
= l ,51•5 5 O = 0,231, y por tanto:
a-e del acero. Son conocidas pues las fuerzas Z D Mu, z = 20,0 X 150 000 (1 - 0,348 X 0,231) 100 276 tm =
< máx. Eb y se toman de las figuras 13.22 y 13.23, o bien de las fórmulas correspondien- Mu, b = 0,525 X 0,231 (1 - 0,348 X 0,231) 55 X 100' X 315 = 193 tm,
tes a las figuras 13.24 ó 13.27, los coeficientes a y a'.
Con.lo Mu, b < Mu, z, tenen1os que ton1ar un t:b i11ayor.
Con kx = -+-
Eb
Bb
Eq
podemos escribir:
Para éb == 1,90 %o se obtiene de la nIÍs1na forma:
Mu,, = F, · ª'" (1 - a' · kx) h a = 0,618 a' = 0,359 kx = 0,276
y Mu,,= 20,0 X 15 000 (1 - 0,359 X 0,276) 100 tm = 270
Mu, b =a · kx (1-, a' • kx) b • h 2 • {JR. M,, b == 0,618 X 0,276 (1 - 0,359 X 0,276) 55 X 1002 X 315 = 266 tm .

Si son diferentes ambos valores de Mu habrá que repetir el proceso de cálculo, tomando Para el valor medio el coeficiente de seguridad será:
otro Eb hasta que coincidan. Como orientación diremos que si por ejemplo Mu, b > Mu,,
hatrá que elegir un Eb menor. 268
y= 150 = 1,79.

PROCESO DE CÁLCULO PARA LA COMPROBACIÓN DEL MOMENTO DE ACOTAMIENTO CUANDO µ > µe, 2.º Si F, es mayor, como en el segundo ejemplo del apartado 13.334, por ejemplo F, =
En este caso se presenta el tipo de agotamiento 2, siendo conocido el Eb = máx. por lo º"' = 44,0 cm2 , entonces µ > µm pues:
que podemos hallar a y a' y además a(e'1, a, y C, de las ecuaciones 13.(36a-h). Con la 44
13.(37) se calcula k,, y se determina el momento de agotamiento por medio de: ,u== X 100 = 0,80 % > 0,38 % .
55 X 100
Mu, b = a · kx (1 - a' • kx) b • h2 • {JR • Se alcanza pues el máx. cb =
2 <Voo y tenemos que introducir los valores a = 0,641 Y
a'= 0,362;
Como comprobación, se calcula con la expresión 13.(35) el alargamiento del acero Eq y
se toma del diagrama a-s la a, correspondiente e, = e<~> +
Bq· El momento de agotamiento
·-
a . fJR . b . h
e- ~ -
0,641 X 315 X 55 X 100 _ , 200 k ¡
44
- 2 gcm.
2
"
Mu, , = F, · a, (1 - a' · kx) h
Sea E,,= E,= 2 050 000 kg/cm2 (acero Sigma), y por tanto:
debe ser igual al Mu, b hallad.o anteriormente. a\?\= 0,004, X 2 050 000 = 8 200 kg/em2
Ejemplos: ª' = 0,002 X 2 050 000 = 4 100 kg/cm2 •
1.0 Para el ejemplo 1.0 estudiado en el apartad.o 13.334 hay que comprobar analíticamen- De la ecuación 13.(37) deducimos:
te la seguridad al agotamiento con F, 20 cm2• =
k = 1
r.(8 2-41)103 + V(8,2-4,1) 2 106 + 4 X 4,1X25,2X106.] = 493
Con máx. eb = 2 %o y máx. cq = 5 %o tenemos: X 2 X 25,,2 X 103 ' ,

2
Mu, b = 0,641 X 0,493 (1 - 0,362 X 0,493) 55 X 100' X 315 = 450 tm
kx," = 2 + S = 0,286 . 1 - 0,493 ,_ 2 06 %
cq = 2 X o,493 -- , oo
Para el hormigón B 450 ({JR = 315 kg/cm se deduce
2
) de la figura 13.22: a= 0,64; = 4 <Voo + 2,06 %o ~ 6,1 %o .
suponemos como antes para el acero St 145/160: e<~>= 4 %o, es decir, e,= 4 %o + Ez

12~2 t/cn12, con lo cual:


+ 5 %o= 9 <Voo, aw = 15,0 t/cm2• Para este Cz ohte'ncn1os del diagran1a O"C la tensión Oz :::=:.

Mu,'= 44,0 X 122 000 (1 - 0,362 X 0,493) 100 = 442 tm,


Con ello obtenemos según la expresión 13.(39):
que conc11erda satisfactoriamente con el Mu, b· Entonces:
315
µe,= 0,64 X 0,286 X X 100 = 0,38 %~ 44,6
15 000 V - = 1,78.
250
(compárese con tabla 13. V).

551
550
13.336 Obtención gráfica del momento de agotamiento, según .E. MonscH Estos valores de Z son llevados de nuevo, al igual que los D, horizontalmente hacia la
derecha, a partir de la vertical del corte~ y a sus alturas correspondientes. Los extren1os
El método creado por E. MoRSCH [llO] para ohtcner gráficamente el momento de agota- dan lugar a la curva Z. El punto de corte de la línea D y la línea Z corresponde a Z, = D,,,
1nicnto de una sección pretensada, tiene la ventaja de ser aplicable en general con cual- y nos da por ta'nto la verdadera posición de Ja fibra neutra. Una vez que tenernos xu, co-
quier forn1a de sección, y para las resp·ectivas curvas a-e de los materiales usados, siendo nocen1os el brazo n1ecánico:
además inuy claro Y:, gráfico. Por estas razones es utilizado con frecuencia.
Z == h - U.
1
• Xu ,
El momento de agotamiento es:
Mu =D ·z=Z . z, tomando el coeficiente a' de las figuras 13.23 ó 13.26. Tenemos por tanto:

pues el cquilihrio interno obliga a que D ~= Z (z = h, - a' · x,, = hrazo mecánico de las Mu=Zu(h-a' · Xu)
fuerzas resultantes internas).

Según que sea D,, > Z,, ó Z" > D"' se produce el tipo de agotamiento 1 ó el 2, respec- Si suponemos que se sobrepasa en el acero el límite elástico o el Ií111ite convencional
1
tiva111ente, ton1ando la fibra neutra una posición xu, que en pri11cipio ce. desconocida. 0,2 % , entonces la obtenció·n de la carga de agota111icnto es particularmente sencilla .
P11esto que prescindirnos del aun1ento de tensión por encima de dicl10 lín1ite, Z será cons*
Esta xu será obtenida gráficamente. ta11te a partir de un cierto l/~l +
cq correspondiente al límite elástico. La línea Z será
por tanto una recta vertical a la distancia
FALLO DE LA ZONA DE COMPRESIÓN, D¡l < Zu
Si falla la zona de compresión, la línea de las e arrancará en eI borde comprimido del
Z = F, /30.z
pu~to que corresponda al valor establecido de n1áx. Ern po·r ejen1plo =:: 2 %0. Ton1e111os del horde de la sección (fig. 13.34). limite 2%
a}1ora varias profundidad.es de la fibra neutra xi, x2, x3, ... para las cuales deter1ninamos: Puesto que el fallo definitivo tiene
lugar en la zona de compresión,
D, =a /JR X¡ b
la línea D es una recta, por lo que
1
1

D2 == a /JR x, b sólo hay que hallar un valor de D. -f -(;r-"'i


\ 1 ~,
~!nt~I ~"°'-
El punto de corte de amhas rectas 1
supuesto ago!am·1ento
da la Xu. Hay que comprohar en- tipo la, Tb j
(se tomará a de la figura 13.22 ó 13.24, o hien de la 13.27, para el máx. t:¡, adoptado). tonces si el correspondiente Eq,
móx.E.b 2%" A partir del hordc, y a las correspon· llevado a continuación de s(~) en i
_j__.~----~-~-­
límite IJ,2°/ 0 dientes profundidades X¡, xz, ... , lle- el diagrama a·s del acero, conduce com;>robación: Cq >m1h.Cq C':'

van1os horizontahnente los valores a una tensión máx. a ~ /Jo,2, que


Fig. 13.34 Obtención simplificada de la posición de la fibra neutra Y
Di, D 2 , •• ·~ y uniendo los extre1nos era la hipótesis hecha. de la fuerza de compresión D, alcanzándose en el acero de
pretensar el límite convencional 0,2 º/o (según E. Mi:iRSCHl.
dihujamos la línea D, la cnal es una
recta, en tanto q·ue poda111os consi~ FALLO DE LAS ARMADURAS, Zu < D,,
derar como constantes los a, /JR y b
(válido cuando falla la zona de com- Si Zu < Du, conocemos entonces
presión) (fig. 13.33). +
Zu = Fz · /30.2 F, · (J, 1• Nueva·
rnente tenemos que determinar la
A las diferentes x corresponderán di- fibra neutra, es decir, la Xu. Puesto
f ere·ntes rectas de e, las cuales corta~ que hemos fijado para el estado
rán al eje de la ar111adura en p·untos crítico de deformación el máximo
correspondientes a los alargarnientos alargamiento del acero en el esta·
Fig. 13.33 Obtención gráfica de la posición de la fibra neutra, y
de la 'fuerza de compresión D, en el caso de que falle
Cq 1 , Eq 2 , Eq3, ••• , etc. do n, con el valor máx. eq, tene-
el hormigón (Según E. MORSCH). mos que llevar sobre el eje del ea-
liminar e'~ 1 , correspondiente al insta'nte t =
Una vez hallado el alargamiento pre-
oo para Ob = O en la fibra a la altura del eje del
hle hacia la izquierda cq =
5 a ~ •. ->.',º'--1 --rr,, -- 1
8 roo (según el tipo de acero, ver ___J - - - <T¡, ----1
cahle, lo llevamos al diagrama a-t del acero de pretensar, de acuerdo con la figura 13.10. apartado 13.312) (fig. 13.35).
:t~zz¿-¿z:;~¡z-D~Z· uhz -- --·--
A partir de c(el llevamos los Bq 1 , Eq 2 , ••• , y Ieen1os las tensiones 021 , 022 , . . . correspondientes Fig. 13.35 obtención gráfica de la posición de la fibra neutra, y de
a los sr~J -+- Eq,,
la fuerza de compresión D, en el caso de que fallen las
Bq 2 , ••• Con ellas se calcu1.an entonces los esfuerzos de tracción del las armaduras, y suponiendo max. E1 = 5 %o (también pue-
Desde el punto así ohtenido se tra·
acero correspondie11te.s a las diferentes fibras neutras: zan dos o tres rectas de e que corG de ser mayor) (según E. MORscH).

· · se puede calcular tamh1ºe'n con tensiones que superen el fJª0,2; ver apar-
1 En los aceros d e a1ta res1stenc1a
Si exjstc tan1bié-n arn1adura ordinaria, se tiene en. cuenta en la i11is111a forn1a el Fe . ae. lado 13.312. (N. del A.)

553 ,•'' ,¿,{¡


552
tarán el borde superior en puntos correspondientes a t::bl, 8b 2, etc., de forma que estas >dem
formaciones sean menores del 2 %0, por ejemplo 1,0 %o y 1,8 %0. Para estos cb se toman de En cada caso particular, dibujando el probable diagrama de Ob, se puede tomar para D
las fignras 13.22, 13.24 ó 13.27 los valores ª"
a2, ••• , correspondientes. un factor de reducción comprendido entre 0,90 y 1,0, que mejore la aproximación. Si
la seguridad así obtenida es escasa, se debe realizar un estudio n1ás exacto.
Entonces calculamos:
R. W,1NDELS [ 494] ha establecido unos nomogramas para vigas en T y secciones con zona
de compresión triangular y trapezoidal, que parten del supuesto de que se alcanza en
D1 = a1 fh X¡ b el borde comprimido un máx. Eb = 2 %0. Son aplicables, por tanto, cuando se produzca
D, = a2 /3n X2 b, etc. con seguridad el tipo de agotamiento 2.

Estas compresiones resultantes son llevadas ortogonales al corte, a los niveles xi, x 2, •••
obtc'niendo así la línea D, que corta a la profundidad xu a la recta vertical correspondien-
te a Zu. Ahora no tenemos más que hallar el éb que corresponde a esta Xro y ton1ar e]
coeficiente a' de la figura 13.23 ó 13.26. El brazo mecánico es entonces:

z::::: h-a' · Xu

y el 111on1ento de agotan1iento:

Si I} no alcanza dentro de los Bb ~ 2 %o el valor de z"' entonces es que falla primero la Fig. 13.36 Hipótesis simplificatoria para Fig. 13.37 Obtención del momento de agotamiento en una sección
la comprobación de la seguri · cualquiera con cables en ambas cabezas.
zo·na de con1presión, y hay que proceder según el apartado anterioi- 1• dad al agotamiento en las sec·
ciones en T.

lil.337 Secciones no rectangulares

rl~an~hién en el c~so de b variable en la zona de con1presión, poden1os suponer que las 13.338 Momento de agotamiento en el caso' ele armadura de pretensado
secciones se 1nant1enen planas, es decir, que el diagrama de d.cforn1aciones es lineal. Pues~ en a1nhas cabezas
t~ ~que d~sconocemos para tales s:cciones la función a::::: f (e), utilizamos com.o aproxima~
c1on el d1agran1a ab~Eb correspond1ente al prisn1a co111prin1id.o centrad.amente, según la fi~ En las vigas co11 armaduras pretesas o en los tableros d·e puentes existen en ocasiones
gura 13.14, o bien 13.24 ó 13.27, y de acuerdo con ello dibujamos el diagrama de Ob· cables en la zona de compresión, que influyen en el momento de agotamiento (fig. 13.37).
D no puede ser calcnlado ya por medio del coeficiente a de los apartados 13.321 a 13.323, Tomemos un diagrama probable de deformaciones qne corresponda a pi= F,jFb. despre-
sino que dehen1os dividir en fajas la zona de co111presión, y tener en cuenta la variación ciando la arn1adura Fz 2 de la cabeza de compresión, y detern1inen1os las Z1 y D siguiendo
de b de una a otra. Por medio de nn polígono funicular de las LID de cada faja se halla los apartados precedentes (fig. 13.37). Queda aún por ohtener Z 2• Podemos calcular igual·
el centro de gravedad de las compresiones, el cual nos determina el brazo mecánico. mente para Fz 2 el e(e\, como alarga111iento del acero existente cuando Ob ==O en la fibra 2.
De esta forma se puede obte'ner gráficamente, con una buena exactitud, el momento de Del diagrama de e tomamos cq, (negativa), y como acortamiento que es, habrá qne dedu-
agotan1iento de una sección de forma cualquiera. cirla de c(e) 2 • Para este Ez 2 == crel 2 +
éq 2 pode1nos tomar la Ez 2 del diagrama a~c del acero
d.e pretensar (o Oz 2 == Ez 2 • Ez). Entonces:
En las vigas en T de ala delgada en comparación con el canto d' < d/6, y en las que
bo < b/4, se pnede obtener fácilmente en una forma aproximada la fuerza de compre-
sión que puede resistir la sección de acnerdo con Ia expresión (fig. 13.36) :
La fibra neutra supuesta es correcta si se cumple la ecuación de equilibrio interno:

M,,,u ~-D. z-Z 2 (h-h') =Z1 · z-Z,(h--z-h')


(seguridad referida al acero!), que se deriva de tornar en el ala una distribución rectan-
gular de tensiones, despreciando la colaboración del alma. siendo Mz,, u el 111omento i11ayorado de las cargas exteriores. D, como co111presión que es,
será introducida con signo negativo.
Entonces: d'
a'. x::::::--,
Si no se ha elegido aún la }~z 1 ., se obtiene para la x 11 que satisface los dos n101nentos <le la
2
izquierda:
1
Conviene recordar que muchas de las cifras y valores citados en este texto no se derivan de las carac·
terísticas reales de· los materiales, sino que han sido tomados de normas o especificaciones alemanas. EI
aut~r, al escrihi; un libro de carácter práctico dirigido particularn1ente al lector alemán, puede tomarse
la libertad de citar en algunos casos, con carácter general, valores específicos vigentes sólo en Alema.tiía.
rN. del T.)
en .la que G.::: 1 corresponde al alargamiento c(e) 1 + Eq 1 para la Xu definitiva.

554,
555
La distribución de los momentos hiperes-
13.4 Seguridad al agotamiento por flexión en las estructuras exteriormente táticos a lo largo de la estructura, varía f()'
hiperestáticas cuando se modifica el E · JI (estado I) en
13.4,1 Advertencia preliminar
alguna zona de ella. Sucede esto cuando ~~J' ~alores Ice en función
se alcanza el estado n en algunas partes :-..'\ "" de Ei y µ.
de la estructura. Al desaparecer entonces \ ~
En el apartado 13.l se sentó ya la base de que al comprobar la seguridad al agotamien·
to en las estructuras l1ipe.restáticas, era preciso hacer distinción entre los 1no1nentos de-
la zona del hormigón en tracción, varía el
momento de inercia J", disminuyendo. El
\ ·'''" '-.., P:::
...._
::::::-.
...... ,-....
bidos a las cargas exteriores~Mg+p-y los mon1e'ntos l1iperestáticos M'v, M s+k, M'I· Los
1

módulo de elasticidad E b se reduce al ere· 12


""--- r:::::...._--- -!6. y,17
oooA; 'IÍ~,,,,

mon1entos hiperestáticos son calculados, al igual que los n1on1entos d,ebido-s a las cargas
exteriores, siguiendo las teorías del cálc·ulo elástico, pero están afectados por otros coefi~
cientes de seguridad.
cer la compresión. El producto E · JII pue-
de bajar hasta 0,25 a 0,4E · JI, dependiente
\

\
\

i'\.
"' ¡..., !'-.

...._
........ -.....
...... ~ r--_,_
,.__ ,__
d.e la cuantía de armadnra. ........ ~o
En general se puede escribir: Se puede obtener E · JII con una aproxi-
1nación grosera, si se conoce la posición
8
\
'
"
ro...
......
-.... -- ~
-
'" ........ ,_

13.( 6) de la fibra neutra con x = kx · h, en la


forma:
6


-..
........ ----
........
'" 1?._
_..:§ •2§000«, --
lcmL
Para los momentos de las cargas se toma v = 1,75 (seguridad referida al acero), mientras
~
2
que para los n10111entos l1iperestáticos, M v s·e S"Uelc to1nar v\, == l. Sería n1ás correcto to~
1 E· JII = E, · F,+, · h (1- kx) k, 2
0,6 1,0
,,, 2,2
µ[%]

mar v' = 0,9 en las secciones en que M', actúe favorablemente (p. e. sobre los apoyos de o bien: 13.(40)
las vigas continuas) y v' = 1,1 en las que actúe desfavorablemente (por ejemplo en el E. JII = !". b. h • k, = F,+,. h'. k,
3 Fig. 13.38 Coeficiente k para la obtención de la rigidez a
flexión en el "estado II: E. JII = /1 . b · h 3 • k 0 •
c.!ntro del vano). Los momentos hiperestáticos M'r debidos a T deben ser afe;,tados por
un coeficiente v' T =1,1 a 1,3, según la probabilidad d.e que se sobrepase la tempera· tomando k, de la figura 13.38 [ 448].
tura T supuesta.
Si la adherencia es buena se debe tomar un E · JI1 de un 10 a un 20 % mayor, a causa de
la colaboración del hormigón.
·Las con1ponentes isostáticas Mr~l y Q(~l debidas a v, y el iVv, son tenidas en cuenta de
n11evo, al hallar la capacidad resistente Mu, a través del alargan1iento preliminar, con el
que se abarca sin1ultáneamente M¡~) y N(~l.

Los momentos hipercstáticos debidos al pretensado-M'v-decrecen con la fuecrza de pre- Nota: Los apartados 13.42 a 13.45 han sido incluidos pensando en los lectores interesados especialmente
tensado a causa de la retracción y la fluencia. El que haya que tomar M'v, ó M'v depende
00
en este capítulo-. Las ideas en ellos expuestas no son aún coinpletamente satisfactorias.
de cuál de los dos valores sea más desfavorable en la sección estudiad.a . .Lo mismo es
válido para los momentos inducidos por la retracción y la fluencia.
13.42 La dcformacióu de una pieza trabajando a fl.exión
El momento Mh de la expresión mencionada 13.(6) será hallado para cada secc10n crí- Representamos la variación de E · J por incdio de la rotación d {} = d s/r, 1 que se expresa en función del
tica, siguiendo nno de los caminos indicados en los apartados 13.3, teniendo en cuenta que acortamiento del hormigón s0 ó Sb, o bien del alargamiento del acero s, ó s,, (fig. 13.39), en la forma:
en la utilización de los ábacos 13.H a 13.IV habrá que tomar el momento relativo:
Eo·ds E~·ds ds
<l~=---=--=-.
X y, r

Puesto que el inverso del radio de curvatura es:


1 M M · ds d8
- = --. tenemos d {} = ó E ·l=M:
ds
r E·I E·J
La dependencia entre la rotación d {} y el momento es la característica de deformación determinante.
siendo: El diagrama de momentos~rotaciones (curva M-{}) da la variación de la deformación p-or flexión, bajo
e= distancia de las armaduras al eje de referencia d.el momento Ms. 1nomento creciente, aplicando la integral {} =.!·E~ J d s a una cierta longitud de referencia. Esta curva

presenta en las vigas de hormigón tres dominios (fi~. 13.40):


Si se realiza esta sencilla con1probación para cada secc1on crítica de la estructura, po-
demos estar seguros de que en n1uchos casos nos l1en1os quedado exageradan1ente del lado I Queremos llamar la atención al lector acerca del cambio de notación introducido, aunque se conserve la
de la seguridad, p·ues de esta for111a se desprecia el hecho de que, bajo ciertos supuestos, denominat'jón. En Jos apartados 12.321 y siguientes D representaba la rotación de una rebanada de espesor
pueden producirse redistribuciones de n1on1entos, cediendo momento las secciones más d x (ó d s) es decir, el giro de la sección (x + d x) con respecto a la sección (x). En estos apartados, por e]
comprom.etidas a las n1enos con1pron1etidas, con lo cual aurr1cnta la carga crítica, o sea, contrario, 'se representa dicho giro por d {}, y entonces {} es la rotación integrada a lo l.a.rgo de una cierta
la seguridad. de la estructura. De estos fen'ómenos nos ocuparemos en lo que sigue.
longitud de referencia As, es decir, el giro de la sección (s +
Lis) con respecto a la secc1on (s). (N. del T.)

557
S56
Dominio (j): To-da la secc1on de hormigón trabaja en el dominio de las tensiones de serv1c10 en el es· medidos sobre una longitud de 50 cm. La figura 13.41 muestra que la rotación llegó hasta aproxi*
ta do L En este dominio, la curva M~,(}, correspondiente a E · JI, es aproximadamente uri·a rec· madamente 3,5 X 10· 3 (espesor de la lOsa de compresión: 20 cm) con Eb ...., 1,6 %o debida a un alar-
ta. E · } 1 = const. = Ebo · ];. gamiento excesivo del acero, Ei = 9 %0, al alcanzar el límite 0,2 %. Al continuar elevando }a carga
aumentó considerablemente la rotación hasta la rotura definitiva.
Dominio @ : La zona de tracción se· fisura, E · ¡n disminuye, e inicialmente es variable, a causa del lento
ascenso d<;: la fibra neutra debido al p·retensado V. Si D < Z, es decir, si la rotura se p:roduce !.º b) Viga D, sección en T, b = 180 cm, h::::::: 87 cm, pre·

l
Mlifkc
por compi-esión, la curva termina en este dominio. 1)-"----,---· _, -~11,TI
tensada con ,..,, 45 cm2 de alambre de acero mejora-
'·° --·-1 __ _¡_____,, +----- --,-----1 do St 145/165, µ =
0,31 %, fJ, =
410 kg/cm', M,, =
Dominio @: En la zona de tracción se sobrep·asa en el acero el dominio elástico. El alargamiento Ez au- 1 M! viga de ensayo A = 556 tm, 19 cables 12 ~ 5 mm de 22 t cada uno.
1

rre----
º :; . -
La figura 13.42 muestra que la rotación llegó hasta
kc ·
menta, y con él Ja rotación., pero el momento permanece aproximadamente constante. E · JIIl 0,8 >.-----¡-·--- ¡----b·IBO-----:-¡J_-l\
4,6 X io·\ poco antes de la rotura de los cables a la
se anula prácticamente, lo cual significa que se ha formado en dicho lugar de la viga una 1 ,1 ln-·sc9 , / 120_J
o,a -__ acero_,.--s_n3s1mo-·+- .h·L '' vez que Eb """ 1,6 %o.
rótula plástica con un momento plástico M constante. La rotación puede proseguir hasta que, )1 700
-.120 ;; 1

o bien falle la zona de compresión poco después de iniciarse el dominio @ debido a la e-Je-
vación de la fibra neutra~ o rompa más adelante el acero. .f
Off

o,2

..EQ.Le$,Z._2&nm __ i------
rmigóoo/1-p~450kgl~m
1
j
2i
·-·-·1---------r---·--1µ-Fz+Fe"aJJ% 1
_ ',
-~ ¡_
i
'/ _t_J

_¡ _ _ _
-· 151
l." c) Viga C, sección en T, b = 180 cm, h= 86 cm, pre·
tensada con 85 cm2 de barras 95 26 mm de acero
i i b-h 1 i t1 St 60/90, µ = 0,57 %, fJ, ~ 420 kg/cm', M" = 461 tm.
0
0 no·J z.10-J J-10-1 *10-3 5.70-
3
16 barras de 22 t cada una. La figura 13.43 muestr~
que la rotación llegó a 3,6 X IO·\ poco antes de la
EJ" Pig. 13.41 Rotaciones {} de la viga A del en- rotura debida a la fluencia del acero de pretensar
_rotura por sayo de Kornwestheim (228], en
"'~--'-,:;;:-- tracción
...... a la vez que cv ...., 1,7 %o (espesor del ala: 25 cm).
función de M/Mkr' obtenidas a par-
EJ'
1
f3z, s,, se alcanza 1el limite elastico tir de los acortamientos del hor-
1 1
migón en una longitud de 50 cm,
1 1 y referidas a .1, = h/2.
1 rotación de la rótula 1 EJ· 4.~
i - - - q - - -....
ds ~
2 MIMkr
,---- --f___
!O'f---+-=rl~-~-~---- .
lf, no
medido
1
viga de ensayo O Mkr 1 viga ae e~sayo e 1
aoi-----t-,-L+-- t--b·"º ---u 0.81~--/-=--l---~:--- r---b-180--j_d
+-
•.cefo: St111s/]55
rr!:r",
l~·B7
. ,.,. ,,
',;,' t acero: stwgot-- 1[~.;_ 1-~1
0

,i.j-/j ds ª' ".__("~-5ll11f-2~ ; o.• • !111111Lj--:-- 7L -:.= ·> -· .


Fig. 13.40 Los tres dominios de las rotaciones i'f y hormigón:pp .. 410kg!cm 1-65--l hormiqón:,6'pu420kq/cm 2 -l 40 ~ 1
las correspondientes rigideces, en función a µ .. F, +Fe.,_a-J-1~%--r a2 µmfz+fe~057%
Fig. 13.39
del momento fiector M y de las cuantías
.u¡ > µ2 > µ3" 00'---1~-<r-,---,~
b·h
..,..-,--J-·Lm~~--,-.w~-~,--,J.w""·'
#
¡.¡0-1 t10-J
b·h .
4.70-J
1
*
Fig. 13.42 Rotaciones -{) de la viga D del ensa- Fig. 13.43 Rotaciones fJ de la viga C del ensa.
Se puede hallar esta curva por :iteración, si se conocen los diagramas de o~c de los materiales. M.. BIR· yo de Kornwestheim [228), en fun- yo de Kornwestheim [228], en fun-
ción de M/Mkr' obtenidas a P1:"1'tir ción de M/Mh, obtenidas a partir de
KENMAIER y W. JACOBSOHN [426] han desarrollado un método apropiado y han cons-eguido una buena con· los acortamientos en el hormigón en
de los acortamientos en el hormigón
cordancia con los resultados d·e ensayos. en una longitud de 50 cm, y referí· una longitud de 50 cm, y referidas
das a Ll8 = h/2. a Ll., = h/2.
La longitud As a la que se refiere el ángulo {} es conveniente que sea aproximadamente h/2. Los va·
lores del ángulo {} dependen mucho de la longitud Lis en que se mide el acortamiento e · Lis. Por ello, al
establ_~cer comparaciones se debería referir siempre /Is a la misma prop·orción de h.

La exte.nsión de esta curva M-{} depende de la cuantía µ de armadura, de la calidad de la adherencia\


del máx. Ez del acero y de la deformabilidad del hormigón, es decir, de máx. Eb·

Cuanto más acero haya en una sección, y, pür tanto, cuanto más pretensada esté, tanto menos deformable
será la viga, y tanto menor será la rotación posible. Por eso decimos entonces que la viga es frágil. Por
el contrario, cuanto menor sea ,u y cuanto mayor sea máx. Ez (alargamiento de rotura antes de que apa·
rezca la estricción), tanto más se podrá deformar la viga en el estado II, y, si la zona de comp.resión está
sobrada, se formará una rótula. De-cimos entonces que la viga es dúctil o deformable. Fig. 13.44 Rotaciones l} de una viga de ensayo de G. Macchi (534], en función de M/M,,,
obtenidas a partir de los acortamientos del hormigón en una longitud de
A continuación veremos algunos ejemplos de curvas M-{f tomadas de ensayos. La longitud de referencia 25 cm, y referidas a .1, = h/2.
era As= h/2. En los ejemplos 1 y 3 se estudió. uria zona de momentos constantes, con Q =O.
2." Ensayo de G. MACCHI [534] en una viga de 2,8 m de luz, con una carga puntual en l/2; b = 15
l.º Viga pretensada de 20 m, del llamado "ensayo de Kornwestheim" de los Ferrocarriles Federales centímetros, h = 19 cm, pretensada con F,_ = 3,94 cm2, un cable de 20 ó 5 mm de acero St 140/170,
Ale·manes, según el Cuaderno 115 del Comité Alen1án del hormigón armado, 1954 [228]. ,u= ],37 %, fJP,..., 420 kg/cm2 (valor exacto desconocido). La figura 13.44 muestra las rotaciones me-
didas en una longitud de 25 cm y referidas a h/2 = 9~5 cm, que alcanzaron el valor de 10 X 10- 3 •
l." a) Viga A, sección en cajón, b = 180 cm, h = 90 cm~ pretensada con ,.., 50 cm2 de cordones de acero
St 135/180 (no envejecidos), ,u= 0,33 %, fJP = 4.SO kg/cm2, Mkr = 598 tm, 2 cables concentradoS. de 3.° Ensayo del Laboratorio de Ensayo de Materiales de Zürich (EMPA) sobre el que informan M. BIR·
235 t cada uno. Se halló B, a partir de los acortamientos del hormigón en la zona de compresión KENMAIER y W. JAKOBSOHN en [426]. Viga en 1', l = 7,50 m, b = 70 cm, h = 68 cm. Dos cargas pun,

558 559
tuales en l/3. Pretensada con un cable de 42 g'.i 6 milíme-
tros= 11,9 cm2, acero St 140/160, V0 = 122 t, µ :::2 0,27 %,
jJP,..., 480 kg/cm2• La figura 13.45 muestra las rotaciones me-
didas entre las cargas en la cabeza de compresión (longitud
de medida, 50,8 cm) referidas a h/2 = 34, cm. Valor máximo:
3,4 X I0·3 • Causa de la rotura: alargamiento del acero por
encima del límite 0,2 %, seguido del fallo de la zona de
compresión.

'En el resumen de los resultados incluimos la cuantía límite


Fig. 13 .45 Rotaciones í> de una viga de ensa- ,.rlcr para máx. Eb = 2 900, según la expresión 13.(39), aparta-
yo de Birkenmaier-Jacobsohn (426]
en función de MfMu, obtenidas a do 13.335:
partir de los acortamientos del
hormigón en una longitud de 50,8
centímetros, y referidas a J~ = h/2. La formación de una rótula presupone que la viga
se puede deformar en la medida necesaria, no rom·
piéndose antes en el punto considerado. Para po·

~::i:~dd;;-·ace~o-¡-St 1::/180
0
1-__·-:_~_6o_;_:_____
1
o ~·_ ___1_4_0_~1_1_0 ¡__1_.4_0~_1_6_0
1 der ahora averiguar hasta qué punto puede au-
_ _1_4_:_:1_6_5_ _ __ __ mentar el momento en la zona central del vano,

f'_(_'fó)_ _ _ __ ._ _ o,: 3_ _ _
1
0,31 1 0,57
1
I,37 1 0.27* y con él el ángulo f-- ·
a2

ds
d t9-
d s = 1jlc,

es preciso cono·
!''.'_(_%_)__ 0,., 3 0,48 1 1,17 ¡· 0,47 0,5_9_ _ cer la máxima rotación (! de la rótula (ver defini·
1 ción en fig. 13.40) en los empotramientos. Dicha
1? • JO' 1 M,, ' 1,9 28 1,9 - 6,0 ¡--.:::-21
·~~e!"~J; :n . ;w:-1 3,5 - - 4 : 6 - - - ¡ - --3-,6---¡--_-J-0,-0--¡-·-¡4-
rotación es función de máx. et, máx. Eb y de x...
Tampoco estos valores son todavía suficientemente
conocidos.
* Ovn = 0,65/lz
El acortamiento del hormigón-eh total-en el lado
No se puede deducir aún ninguna ley de estos resultados. La calidad de la adherencia tiene seguramente comprimido, supera ampliamente los valores de
una gran importancia. Por desgracia, no conocemos hien aún las curvas M4f de vigas pretensadas. Por ello, que hablamos en los apartados precedentes, cuan-
nos debemos limitar a cálculos groseramente aproximados, o bien a hallar dicha curva por medio de do Ja zona de compresión está armada transversal-
ensayos. mente por medio de cercos. A. L. BAKER [499] da Fig. 13.46 Rigideces a flexión E . JI y E . JTI, m?mentos de·
el valor 10 a 12 %0. G. MACCI-IJ [534], el valor 11 bidos a la carga mayorada, giros relativos 1¡; Y ro-
taciones e de las rótulas, en una viga biempotrada
a 19 %o. Estos valores tan altos son dudosos, si sometida a una o dos cargas puntuales
14.43 La influencia del E· J variable, sobre la distribución de n1omentos hien dicho aumento se basa en el hecho de que,
a pesar de destruirse la fibra extrema, el ho~migó_n . 1 om resión De estos elevados valores tenemos
Consideremos una viga empotrada sometida a la acción de una o varias cargas puntuales (fig. 13.46). encerrado entre las armaduras puede seguir resisuendo ª c p . · d r por ahora con precaución
• ( ¡ ' %) C te asunto e" conveniente pro ce e , '
Sean 1Jtr los momentos para los cuales queda agotada la capacidad resistente en el estado I. Al aumen· que deducir el Sb e l ast. ""' ,;:i_ 0 • om~ en es .,
(prescindiendo del coeficiente de seguridad!), no esta1a e mas no su
d ,
poner para el cálculo de la rotación
tar las cargas, pasan algunas zonas a de la viga al estado II, zonas en las cuales disminuye la rigidez
a E · JII. La distribución de momentos no se ajusta, por tanto, ya a las teorías del cálculo elástico, pues de la rótula un Eb plást. = Eb tot. -- E1, elást. mayor de 5 %o:
E · ¡r~ difiere :fuertemente de E · } 1 en algunas partes de la viga. Eb plást. ,;;; 5 %o •
·
1/4 del alargamiento de rotura, es decir, según e] tipo
Vemos que las zonas a pueden tener diferentes longitudes, según la inclinación que tenga la línea de-,- Para al acero podemos tomar aproximadamente
momentos. lJna zona a larga significa un gran ángulo en la elástica, y viceversa. La continuidad de la de acero:
elástica, que debe subsistir aún en el dominio ®, re quiere que con los ángulos E, plást. = 10 a 20 %o.
d ] l "tud de vi a en la que se produce esta gran plas·
La rotac1on de la rótula-g-depende ahora ~· a ongi. gt 1 momento se puede tomar para
<pA =:::: ¡. _._ ·
ª'd lf
• ds
dS y ª¡'-.d.--
1.pc
. ds
19· · d s se cumpla:
==
tificación de los materiales. Según las observaciones ~eahzadas has a e
·
el hormigón en un empotramiento, una ong1 u
I
l ;o en el caso de buena
·1 d máxima de x - y 0 ; y para e ace ,
- d 1 .. ón de la fibra neutra
adherenciai ia longitud Oi6 y, (fig. 13.47). Depende, entre otros factores, e a p.o-s1c1
¡,. M
y de Ja pendiente del diagrama de M, es decir, de· Q.
-21p,.j- ipc+2 / - - · ds= O.
. E. J' .ar laS máxilnas roiaciones de la rótula en el empotramiento .
Con estas hipótesis po d emos a h ora fil
Podemos despreciar la deformación elástica de los tramos b en el estado I, en el caso de M pequeños. Del lado del hormigón:
Entonces se cumple que: 21.¡'JA ::::::::: 1pc.
!3.(4la)
máx. (}A ;_,0::: x • plást. r:v = plást. Eb :::::::::: 0,005
En el caso A de la figura 13.46 (izq.), a2 es pequeña y 2a1 ~a 2 • Junto a los empotramientos se deberá X

incrementar el momento en la misma medida ap.roxim.adamente que en la zona central del vano, para que y del lado del acero:
se satisfaga la condición de continuidad, suponiendo en ambas secciones críticas la misma relación ·eritre
máx. QA
;:::::; 0,6 . y,·-:~.~~-~-~~-:Ez = 0,6 plást. e,= 0,006 a 0,012 13.(4lh)
M y d -8/d s. Sin embargo, si la lcngitud a2 de la zona de E· ¡n en el centro del vano es comparativamente y,

\
1.l 561
560 36
Es decir, la pósibilidad de rotación es, en general, mayor del lado del acero que del lado de,l hormigón. En los port1cos o entramados pretensados, u otros sistemas. estáticos cuyo acortamiento está entorpecido,
Po~ otra parte, en el caso de ,u bajas se alcanza la rotura del acero, lo cual significa que máx. el no se es preciso tener en cuenta el efecto del esfuerzo axil, particularmente el debido al pretensado, sobre las
extiende a una longitud tan grande como Cb, cuando µ es pequeña. deformaciones. Por su mayor simplicidad nos limitaremos aquí a los momentos flectores.

En el centro del vano, y sobre los apoyos de las vigas continuas, 'los giros de laS rótulas serán aproxi· Al obtener los esfuerzos dehidos a las cargas mayoradas para la comprobación de la seguridad al ago-
madamente dobles, ya qu~"" la e~tens1"o'n
..,. de la zona p 1ast"fi
1 ca d a es d ohl e. T enemos, pues: tamiento, el E · 1 no es ya independiente del valor de la carga. Tan pronto aplicamos a las fuerzas exte·
riores eJ coeficiente de seguridad, se alcanza el dominio @ de la curva de la figura 13.40, que en el
hormigón pretensado no puede ser en general considerada ya una recta E · Jn, es, pues, función del valor
máx. Qc = 0,010 (hormigón)' 13.(42a) absoluto del momento en un instarite dado. Por otra parte, algunas zonas de la viga permanecen en el
estado l. El1o hace que no sea posible hallar una solución explícita de las ecuaciones hiperestáticas, y
máx. (!e= 0,018 (valor medio para el acero) 13.(42b) es preciso seguir un método de aproximaciones sucesivas.

Son de esperar valores menores en los casos de µ altas o µ muy p·equeñas. Suponemos, por ejemplo, que la ley de momentos flectores debidos a la carga mayorada exigida, es afín a
También tiene influencia el tipo de carga en el vano. G. MACCHI encon· la de momentos debidos a la carga nominal. Los momentos son entonces:
tró que el tipo de carga, es decir, si era concentrada o repartida, daba
diferencias de sólo hasta el 30 %. V· Mg+p+v' · M'v,
En ensayos han sido medidas rotaciones (!e= 0,01 a 0,08, dependiendo en la que el coeficiente v' que afecta a los momentos M'v dehido's al pretensado, debe ser tomado con
de la cuantía de armadura y la fragilidad del hormigón. M. YAMADA un valor de 0,9 ó 1,1 según que M' v se oponga o superponga a los momentos debidos a Ja carga.
informa en (373] sobre ensayos en vigas de hormigón armado, en las
cuales, para una misma cuantía de armadura (0,2 %) se obtuvieron Dividimos entonces la estructura y el área de· momentos en fajas, y tomamos de al curva M-E, hallada
Fig 13.47 Zona x de plastifica- diferencias extraordinarias, por ejemplo entre 0,01 y 0,07. La cuantía re· teórica o experimentalmente, el E · J correspondiente al centro de cada faja de momentos. Con los E · J así
ción, en un extremo percute en la altura de la fibra neutra poco antes de la rotura, de forma
* empotrado de una
que se puede establecer por medio de k= un límite a partir del cual se
hallados se calculan las deformaciones. Si Ja elástica satisface las condiciones de apoyo quiere decir
viga. que Ja distribución supuesta para M era correcta; en caso contrario es preciso tomar otra ley de mo-
alcanza el dominio @, y por tanto se forma la rótula; por ejemplo mentos hasta que se consiga la compatibilidad con las condiciones de apoyo. Todo esto resulta trabajoso
k,, ~ 0,40.
y es realizado sólo en casos excepcionales.
En las secciones extremas hay que tener en cuenta que actúan esfuerzos cortantes y que, por tanto, Ja
resultante D de la zona de compresión se aplica inclinada, por lo que k,. es menor que en el caso de
13.45 La redistribución de momentos por formación de rótulas plásticas en el dotninio@
flexión pura, así como que no se alcanzará {JP como tensión en el borde. Debemos tomar, pues, en dichos
lugares, un Cb plást. menor que en el caso de flexión pura.
En el comienzo de este apartado es preciso insistir una vez más en que la posibilidad de formación de
Para la limitación de la rotación de la rótula, es casi siempre decisivo en el hormigón pretensado el E¡,. una rótula depende de las características de la sección y ante todo de /t y del ancho de la zona de con1·
Las vigas en T, con el ala e'n la cabeza de· compresión, podrían presentar un mayor giro de Ja rótula presión. Solamente cuando ,u está por debajo de los valores de la tabla 13.VI, y la zona de compresión
que las secciones rectangulares. La viga en T solicitada negativamente (ala en la cabeza de tracción) es es de poca profundidad, se llega a alcanzar el dominio ·:ID de la curva M-/} según Ja figura 13.40.
menos deformable, si la zona de compresión es sólo un alma delgada.
Las rrótulas se forman en las secciones de máximos momentos, es decir, preferentemente· en los emp-o-
Si pensamos ahora en la gran variabilidad de la rigidez E · } en el estado II, y que en un sistema n veces tramientos- y en los puntos del vano de máximo momento positivo. En un sistema con n grados de hi·
hiperestático exteriormente pueden aparecer n +
l rótulas, vemos que la distribución -de momentos en las perestatismo pueden producirse (n + 1) rótulas, es decir, que en el caso de una viga continua se pue·
vigas hiperestáticas puede diferir fuertemente de los resultados de las teorías de la resistencia de ma- den formar rótulas en un vano y sobre cada ap-0yo intermedio. Tenemos que estudiar cada tramo con las
teriale~. Se origina u~~ migración de momentos desde las zonas sobresoliC'Jtadas a otras aún :no agotadas, posiciones más desfavorables de las cargas. El sistema se hace isostático con n rótulas; la rótula (n + 1)
es decir, una adaptacion de los momento·s a la capacidad resistente, lo cual se traduce en una elevación conduce al agotamiento. Bien es cierto que no siempre tienen que producirse todas las rótulas posibles.
de la capacidad de carga, si la estructura no es frágil, sino deformable. Por ejemplo, en los pórticos de- soportes empotrados puede romper el dintel sin haberse formado ró-
tulas en los soportes, es decir, son suficientes tres rótulas para eI agotamiento de la estructura. Lo mismo
K. JAGER ha estudiado teóricamente estos fenómenos (346]. G. MACCHI (519] afirma que el 60 a 80 % de podemos decir de las vigas continuas con más de dos vanos, en las cuales bastan dos rótulas para el
la posible. redistribución de momentos se produce ya con la formación de fisuras de sólo 0,2 mm de fallo de un vano extremo y tres para el fallo de uno intermedio, aunque la viga completa tenga l·.res o
ancho. Según eso, la fonnación de la rótula no sería tan de:cisiva para la redistribución de momentos cinco grados de hiperestatismo. En la rótula actúa el momento crítico M1r.r, que permanece aproximadamen-
como se pensó en un principio. te constante. Este valor es calculado por medio del apartado 13.33. La continuidad de las deformaciones
determina la distribución de la rotación de la rótula sobre rótulas adyacentes.

13.44 Obtención analítica de la redistribución de momentos en el estado II- Por diferentes caminos se ha intentado eI tratamiento analítico de la redistribución de momentos por
Ja aparición de rótulas plásticas. Así, por ejemplo, A. L. L. BAI(ER [ 499] supone· n rótulas y expresa para
Para obtener los esfuerzos en estructuras hiperestáticas nos servimos frecuentemente del principio de cada rótula las conocidas ecuaciones 13.(43) de MÜLLER·BRESLAU, completadas por los ángulos de las
los esfuerzos virtuales, y de las ecuaciones que de él se deducen en la forma: rotaciones· de las rótulas. Parte entonces de unas curvas M-{} simp·Hficadas, consistentes en dos rectas, lo
cual concuerda poco con lo que ocurre en eI hormigón pretensado. Tamp·oco es seguro que se puedan
·M, · Mo . {M' · M, ""
· - - - · ds+X, - - - · ds+ ..;;;,;¡X,
j"M, . M,
---· ds=O
formar las· rótulas en todos los puntos supuestos, antes de que se produzca la rotura en uno de ellos.
./ E·J
!S.(43) El procedimiento requiere la aceptación de muchas hipótesis inciertas y, a pesar de eso, mucho trabajo
. E·J E-J
de cálculo.

Estos sistemas de ecuaciones satisfacen al mismo tiempo las condiciones de equilibrio y las de oompa· (;. MACCHI [286] y (519] soluciona el problema por aproximaciones sucesivas, por medio de "giros im·
tibilidad. Son de fácil aplicación, cuando es conocida la rigidez E · J y no varía <:on las cargas 0 con los puestos". En lugar de los momentos unidad que toma BAKEn, se sup·onen unos giros unidad en las ró-
momentos. tulas y en las secciones críticas.

562 563
!i
Estos giros dan lugar a momentos que pueden ser determinados por el método de Cross, 0 con la ecl!:a·
ción de los tres momentos.

\-=-- '/
En primer lugar tenemos que hallar ahora los momentos que produciría la carga mayorada exigida,

~~w
Msr'"VMg+p+v'Mv

~11~
sin formación de rótulas, deduciéndolos de las ecuaciones hiperestáticas, suponiendo E · J constante (figu.
ra 13.48a). E.stos momentos harán que se supere en una o
:k --- -1. 1
~,....-
/ -

varias secciones críticas el dominio elástico.


----r--
1
C'
- - - - ·- ' -- 1 ..........

Mu, !.¡
--- ' r---
a 1
En estas secciones, por ejemplo en A y C, tomamos ahora la Mk.kr Br cierre desplazada t,Br
rotación {!A= 1, que da lugar a los MA y la (!e= 1, que· da
Fig. 13.49 Obtención de los momentos correspondientes a Fig. 13.50 Obtención de la línea de cierre correspondien-
lugar a Me (figs. 13.48h y e) :
Mi.kr en los apoyos y vanos adyacentes, si te a Mi.kr' si se parte de los momentos exigi-
Mi.Br = Mi.kr + AM, dos 111 ~h considerados en el sistema isostático.
Del diagrama Mw{} calculado a partir de ]as características
de la sección, o determinado experimentalmente-p. e., se·
gún figura 13.41.l'd-, tomamos los ángulos QA, y {/en corres-
rótula en A pondientes a MA elást. y Me elást., y determinamos los MA 1
rnentos er1 las adyacentes (en general existe tal reserva, pues din1ensionan1os la estructura
flA"-1 y Me 1 correspondientes a dichas rotaciones:
_ da para las envolventes de los diagran1as de mon1entos correspondientes a diferentes casos
MAdebido ªCJA"' desfavorables de carga), suponemos entonces: en la sección agotada la forn1ació·n de una
MA, = MA. QA, rótula i, y supcrpone111os el n1omento ill ei originado por una rotación de la rótula i, tal
= q1Le l1aga que el 1nomento en i sea Mkr- La corrección del monrento en el punto i es
~f:=====±Ác'.::·=·'===i¿
Me 1 Me · !;?e 1 •

rótula en e MB, - M,, = !IM,. A este !IM, corresponde una rotación de la rótula que se deduce de los
fJC" +1 Este procedimiento se hasa en la hipótesis de que las ba- momentos M 0 con los datos de la tabla 13.VII, en la que se incluyen diversos sistemas
_ da
M'cdebiaoa9c w 1 rras son rígidas entre rótula y rótula, concentrándose las estáticos. Por ejen1plo, para la viga de dos tra1nos con una rótula en el centro de cada
deformaciones en éstas, es decir, que· se reúnen en las rótulas vano:
Jas deformaciones elásticas y las plásticas. Nuevamente tiene
importancia la longitud Lis, en la que se integra la rota· 4¡
ción {}, pudiéndose tornar desde h/2 a h, según la forma de -·-·---·- 13.(44)
la curva de momentos. 3E · J
d
Lo-s momentos elásticos deben ser corregidos entonces en en la cual se puede introducir, en general, el E · JII.
Este Qi debe ser inenor que el n1áx. Qi correspondie.nte a esta sección, hallado según las
expresiones 13.(41) ó 13.(.42), para qne sea posible la necesaria migración de momentos.
como se ha indicado en 13.4,8 a con línea de trazos. Si [Ji > máx. Qi se produce en dicl10 p-unto la rotura, a no ser que venga en su ayuda otra
Fig. 13.48 Obtención de los momentos debi·
dos a las cargas mayoradas en una
rótula que se forme en una sección próxi111a, que esté ya fuerte111ente solicitada, por ejem-
viga empotrada en un solo extre- Con el nuevo diagrama de momentos M elás~. + LIM 1 de· plo en el apoyo B. El que esto suceda depende de que la continufdad de la defor-
mo sometida a una carga puntual terminamos unos nuevos QA 2 y (}e 2 con el gráfico de la figu· mación en B fuerce en dicho punto la entrada en el dominio de fluencia @ antes de
(según G. MACCHI), ra 13.48d, y con ello un nuevo LIM2 y repetimos este proceso
que se alcance el tnáx. Qi·
hasta que AM~ =O, lo cual significa que los momentos corre·
gidos M elást. + L1.M1 + L1M 2 ••• satisfacen también las condiciones de continuidad.
Tenen1os, pues, que comprohar que la redistribución de momentos necesaria para nlan~
Este método tan claro presupone que se conoce la curva l~.1-í/, cuya deterniinación analítica no está aún tener el Mkr en todas las secciones decisivas, no provoca giros inadn1isibles de las rótulas.
bien resuelta.
Se p·uede sin1plificar el estudio en la forma sigulente:
Por elloi ambos métodos resultan aplicables en ia practica sólo en casos especiales, y con ayuda de
ensayos. Nosotros deberemos contentarnos por ahora con aprox:in1aciones más simples. l.levan1os los 1nomentos n1ayorados exigidos para ]a seguridad

Ms, =Y · Mg+p + v' · Mv (a veces con M,+k y Mr)

con10 1non1entos Mº de un siste1na isostático formado por vigas sin1ple1n·ente apoyadas en


13.46 Obtención práctica de la carga de agotamiento posible por la redistribución de cada tramo (fig. 13.50), y dibujamos la línea de cierre, supuesto un comportamiento elás-
n101nentos tico (E · ] = constante). Supongamos que en el punto i el momento M, es mayor que M,. "º
Dcsplazan1os ahora la línea de cierre de forn1a que se obtenga el Mi, kn y se corn*
Primeramente determinamos la distribución de momentos debida a la carga de agota-
prueba prin1eran1·ente en C, si Me < Me, kn etc. En lugar de con1prohar la rotación de
miento exigida, obtenida según las teorías de la resistencia d.e materiales. "Este diagra-
la rótula i, el objeto del estudio debería ser ahora averiguar simple111ente, en función
ma de Ms, es comparado ahora con los M,, que la viga puede resistir 1 (fig. 13.49). Si Ms,
de ,u y del tipo de acero y de hormigón, en qué porcentaje del MºBo· del vano con-
sobrepasa el valor de Mkr en alguna sección crítica, existiendo aún una reserva de mo~
siderado se puede des.plazar la línea de cierre en un tramo extre1no o en uno intern1edio.
1 De esta forn1a se l1ace n1uy se'ncilla la comprobación de la carga lín1itc con redistribu-
El mome!1to "congelado" en una rótula Mk'ro al que aquí se denomina n1omento crítico, recibe en los u;a·
tados espanoles el nombre de momento plástico. Mantenemos la denominación alemana p-or la correspon- ción de n1on1entos. El desp.Jazan1_iento adn1isible de la línea de cierre puede ser evaluado
dencia con los subíndices. (N. del T.) prudentemente con los datos de la tabla 13.VIII.

564 565
Tabla 13.VIH

Calidad de acero St 80/105 Stl30/150 St 160/130


------
Calidad de hormigón B 300 B450 B 300 B 450 B 300 B 450

¡<(%) 0,75 1,1 0,35 0,50 0,30 0,44


-
"' 1
"' Desplazamiento admisi-
ble en % de MºBr 5% 5% 5% 5% 5% ''' 5%
''
µ (%) 0,30 0,45 0,20 0,23 0,17 0,25
----- -·--·-- ---·----" - 1

Desplazamiento admisi-
ble en % de MºBr 30% 30 % 30% 30 % 30% 30 %

-""' 4-!N
1
'f
".¡:' .....,I~
'..,, Cli- '
~

...:00 ~ -t "
-IN
Los valores intermedios pueden ser obtenidos por interpolación lineal.

=
o
-IN

" -t

it~~
-1"' 13,1,7 Condiciones simples de equilibrio para la carga de agotamiento de vigas continuas

~-i"
11
~ -t :;: :;:
& -1"'
_¡_ """ """ j-~~ ~ G3[~
13.471 Tramos extremos de vigas continuas
'"11"' :;¡¡-
"'~~
__¡ 1- Consideremos los momentos M" en el sistema hase isostático (libertad de giros en los ex-
Q; 8 !,_, -1"' ~"'"I""'' ~Mr~
- .."=
;;..;
M
•o
·¡¡
o
' "''°'" ' '" '
tremos de la viga AB), en los cuales vamos a incluir, sin embargo, los momentos hiper-
estáticos M'v, M's+k y M'r. Para que exista la seguridad al agotamiento, la estructura debe
poder resistir el máximo de este diagrama de momentos M", afectado de los correspon-
dientes coeficientes de seguridad, es decir, en general:

-"""' -""
,...; ~

'
V· Al°g+p + 1l
1
v (M'v + M's+k) + VT • M'r.
~
~
o
.-•
"""
;.;¡

""
I~
..=
l ""
1
- 1
- ' 1-
"'"
1- Según DIN 4 227 los valores que tomamos preferentemente son ''
acero) y v' v == v' T == 1,0.
= 1,75 (con respecto al

J
o
+\]_j
J -l
Supongamos prin1eramente que al aumentar la carga por encin1a de la correspondiente

"= .-
"
.-" '

a la situación de servicio sigue habiendo proporcionalidad con los momentos, siendo de
observar que sólo aumentan los Mg+p, mientras que los M' no varían, pues v'v == 1 y
"" "' <>
~" ' ~~ ' '
1
P r ==l.

~¡.....,
Desp·ués de aun1entar 11 veces la carga, tendren1os en el punto a:
'
MDa, n == n · Mºa, g+v + M'av,
'
:;:
"
""
n
iJ
:;:
"
<>
-n
i-
H
-
y en el apoyo B:

MºB, n == n . MB, g+p

Supongamos que Ma alcance en la etapa de carga 1, con P 1 G1 n 1 (P


+ M'Bv.
G), su valor
crítico lila, kr antes que MB. El n1omento ,que se alcanza en B en esta etapa de carga lo
+ = +
__¡ ¡... representaremos abreviadamente por Mn, (lig. 13.5la). La suma de momentos en el sis-
"' ~1-
' --1 ¡...
[CJ- tema base isostático es ahora:
=- '

== Ma, kr + ni . MB, g+p •


X
l .

566 567
Al seguir aumentar1~0 la carga 11asta la etapa 2, au.n1enta Mºa 1 l1asta 1l1º112 , si11 que varíe Si dibujamos, conocidos los MB,h y Ma,k" las leyes de momentos de l~ figu:a 13.5lh, po·
demos hallar dMB por medio del punto S de momentos nulos, cuyas drstancras a los apo·
el n1on1ent~ _que ac?tu~ en a-1!'1a, kr-si .se cun1ple la h.ipótesis de que para M 11 , kr se for111a
en a una r~tula pla~t1ca. La 11nea de cierre no detern1ina ya en la vertical de B seg 111en~ yos son constantes en el estado elástico para todas las líneas de cierre, por lo que puede
tos proporcionales, sino que aun1e·nta 1nás de prisa su .incli:nación, pues debe conservar en a ser tomado también de las leyes de momentos hajo la carga nominal. dMn no dehe ex·
la distancia Ma, ,.. al valor máximo Mºa,• En el apoyo B da lugar al momento Mn,, que ceder de los porcentajes de il'fla, dados en la talJla 13.VIII, y puede ser '.'!ilizado ad~más
puede crecer hasta el valor crítico MB, = MB,,, (fig. 13.Slb). para calcnlar y comprobar según el apartado 13.45 el ángulo de rotacwn de la rotula
en a.
Puesto que la linea de cierre permanece recta, se deduce de la figura 13.5lh:
Si al au1nentar la carga por enci1na del valor de la carga de serv1c10, se alcanza ~B: kr an-
M0a, = Ma. + ( h 1 Mn. h f + M nv) ···~ . tes que M,, k" se llega a la misma relación expresada en 13.( 45). como se deduce facilmen·
te de las figuras 13.Slc y d. El momento de corrección dM" que indica nue;amente el
La condición estahlecida al principio exige que sea ti2 ~ 1,75, de for111a que con au111ento de Ma, kr sobre la "distribución elástica", puede ser hallado por 1ned10 del pun-
to S'~ con10 se indica en Ja figura. Tampoco en este caso debe sobrepasar L1Ma los porcen-
Mºa~ ~ 1,75 Mºa, g+p + ]J1' 11 ,
tajes de la tabla 13.VIII.
y

1.3.472 Tramos interiores de vigas


obtenemos la sencilla condición: continuas

13.(45) En los tran1os interiores de vigas continuas


Ma, kr -4·- l Jiln, kr ! · X S 1,75 Af.ºa, g í-P pretensadas, hay que tener en cuenta los mo-
l
111e11tos .hiperestáticos lkl'' en ambos apoyos,
y superponerlos a los M<+v' ignal qne se
hizo en el apartado 13.471 para los vanos ex· caso de carga T: Mí alcanza su máximo, Mi,'kr
tremos. Tarnbién aquí suponen1os v ::::::: 1, 75 b! , ---· nzlG·P>
M¡,
para los momentos dehidos a la carga, y
v':::::: 1,0 para los n1on1entos l1iperestáticos.
Consideremos un tramo interior L - R (figu·
ra 13.52):
Al principio, los mon1entos Mºi,g+P en el inte-
rior del vano (en el sistema hase isostático)
y ML, g+p ó MR, g+p en 108 apoyos, crecen pro~
porciona1n1ente a las cargas, de acuerdo con
las bases del cálculo elástico. Si se alcanza
en el punto i, para el caso de carga 1, el mo·
n1e'ntoMi k,, es decir, si se o·rigina en dicho
punto un;t rótula (fig. 13.52a), entonces, al
seguir creciendo la carga, sólo pueden aun1cn-
caso de, carga 2 caso de carg~_? tar ya los momentos en los apoyos ML y Mn.
Ma "Ma,,kr invariable Ms "MBfr invariable Por tanto, la pendiente de la línea de cierre L..-"---"''-'
Mi.kr
Mg a!canza su máximo, MB,kr M0 alc~_nza su má~1ni:J, Ma.fr está indeterminada hasta que uno de estos caso d~;Mi y Ml no varían,= Mi).r y Ml,kr
n1on1entos alcance tamhié"r1 su valor crítico Mn alcanza su máximo, MH,J:.r
r:'ig. 13.51 Area do momentos f!ectores al alcanzarse la carga de agotaviiento en los vanos extremos de
Fig . .13.52 Area de momentos fiectores al alcanzarse
una viga continua.
(p. e. ML = ML.h) con la simultánea forma· la carga de agotamiento en un vano inte-
ción de una rótula (fig. 13.52 h, caso de rior de una viga continua.
1~.an .pro~~o se ha producido una cierta rotac1on en las rótulas y l1a tenido lugar una re~ carga 2).
d1stribuc1on de 11101nentos, podernos considerar el valor absoluto del 111on1ento Mkr en lu~
gar de 1náx. M"°Bn co·n lo cual los 111on1entos hiperestáticos, por ejen1plo M' v, desaparee-en Ahora, puede descender todavía la línea de cierre eh el lado R hasta que MR = MR, k"
de la suma, de momentos .que hay qne formar para la comprobación de la seguridad a habiendo permanecido constantes los M;,>c y ML,h (fig. 13,52c, caso de carga 3). Entonces:
la rotura. El que sea suficiente para ello la rotación producida, depende del tipo de
rotura, y por tanto·, ante todo, de la cuan tía de arn1adura.
Mº;i = 1,75 M\ g+p + Nl',,,
x'
l · M'1.v
La .magnitud de la ~igración de momentos (en el ejemplo de la figura 13.5lh, de M,
hacia Ms) la deducimos del momento de corrección dMn, que da el aumento del momen- x'
to en B sobre el que se originaría en una distribución del 1non1e.nto Mº 11 q·ue correspondiese· l'
a las teorías del cálculo elástico. ' ·

569
568
de donde se deduce la condición: Consideren105 ahora los esfuerzos en una sección rectangÜlar b · d bajo la carg.a de serví~
cio q, en la sección de 111 áximos n1omentos flectores y para e~ cas~ de pretensado con1ple~
to con tensiones 00 en el borde superior y ª" = O en el borde mfenor (fig. 13.53). Se cum·
13.(46) ple entonces:

Zv+q == Dv+q
b. d.
== ---2- -
ºº 13.(49)
Se supone que las rótulas en L, i y R tienen la suficiente capacidad de rotación.
Supongamos que sea h, = 0,9d la distancia del cable al borde
Habríamos llegado a la misma distribución de momentos si M" ó ML, o bien ambos mo· superior; el brazo n1ecánico es entonces:
mentos, hubiesen alcanzado antes que M t su valor crítico correspondiente.

En el caso de cargas móviles es decisiva la posición de la carga que produce los máxi·
z = h, - ; = d (0,9 - 0,333) = 0,567d'
Fig. 13.53
mos momentos Mº.
y el inomento en la situación de servicio:
Los momentos de corrección se determinan dibujando la línea de cierre supuesto el com·
portamiento elástico de la viga, tal como se representa para el ejemplo de la fignra 13.52c. Mv+q == Dv+q · Z •
Nuevamente no deben sobrepasar los porcentajes de la tabla 13.VIU.
Al aumentar la carga crece la compresión en el borde superior hasta que se alcanza el p

En las vigas continuas con grandes cartelas puede formarse la rótula en el extremo de máx. ªh· La compresión resultante, por ejemplo, para el B 300 con max. Sb = 3 %o Y
una cartela. fJ R = 0,55 es entonces:
~
D,, = (1 • /!R • b . X = 0,8 X 0,85 . fJ,, . b . X = 0,68fJ,, . b . X •

13.48 Comprobación de la seguridad al agotamiento en estructuras laminares y en placas


De la igualdad Du = I; · Dv+q se deduce:
No existe aún un procedin1iento reconocido para realizar la con1probación de la seguri-
dad en una placa o una estructura laminar pretensada. X = 0,73/; d . ªº
fJ p
En las placas y láminas se forman, en general, unas líneas de rotura, que pueden ser com~
Con a'= 941, el brazo mecánico será (ver apartado 13.331) :
paradas a las rótulas. Remitimos al lector al estudio de la teoría de las líneas de rotura,
para placas de hormigón armado, elaborada por JOHANSEN y LUNDGREN (53], [90)], [150] Zu = h, - 0,4lx
y [140], y a los nuevos trabajos de H. HAASE (560] y R. SCHELLENBERGER (384.].
= h, - 0,301; . d. ªº
En las láminas, la seguridad a la abolladura aumenta, por lo general, con el pretensado. fJ,,
El mon1cnto de agotamiento será entonces:
13.5 Seguridad al agotamiento por flexión, en el caso de cables sin adherencia Mu == !; • ·D v+ q • Z¡; '

Los cables sin adherencia se alargan libremente en toda su longitud al aparecer la pri- y la seguridad al agotamiento:
mera fisura. A causa de esto, se abren rápidamente las fisuras; y se eleva de prisa la i; ' Zu
fibra neutra sin que aumente n1ucho la tensión E:z en el acero. AI d~scargar, se cierran Y ce - - -
Mu
== !; · Dv+q • Zu _
-- -----
Mv+ q Dv+q · Z Z
de nuevo por completo las fisuras, siempre que no se haya deteriorado la zona de com-
presión. Como las fisuras aparecen muy distanciadas (aprox. 1,2 d), su ancho sobrepasa
rápidamente el valor de 1 mm/m que habíamos considerado crítico. Dependiendo del 13.(50)
canto de la viga, pueden aparecer anchos de 3 a 5 mrn/m, siu que ésta quede dañada. El
agotamiento tiene lugar siempre por fallo de la zona de compresión.

Como veremos más tarde, el aumento del esfuerzo del cable permanece pequeño, por la siendo 00 la tensió·n en el bord.e con1 prin1ido para la carga que da lugar a Ou == O en el
libertad de alargamiento del acero en toda su longitud. Depende de flbz y del trazado de borde de tracción.
la ley de momentos flectores, y puede ser estimado --con suficiente exactitud en uu 15 a
30 % de V en el estado I, correspondiendo el valor más bajo a las armaduras a hase de Con h, = 0,9 d, /; = 1,15 y 00 = 100 kg/cm 2
, fJ,, = 260 kg/cm', tenemos, por ejemplo:
cordones St 180 y el más alto a las de barras St 105. Este aumento del esfuerzo de trae·
ción del cable hasta la rotura puede ser expresado en la siguiente forma: IOO)
(0,9 - 0,3 X 1,15 X
2 ¿0 . 1,15 - 1,55 .
Z,, u= I; · Z,. g+p con I; = 1,15 a 1,30 13.(48) 0,9-0,333

570 571
Ven1os, p·ues, que cuando no existe adh.erencia no se puede aprovech.ar al n1áximo, b·ajo En el caso de cables sin adherencia no se obtiene una seguridad suficiente al agotamiento
la carga nominal~ la tensión admisible 0 0 en la zona de con1presión, ni incluso con un
cua11do se aprovechan al i11áximo las tension·es admisibles en la situación de servicio. Por
canto útil grande, por lo que es preciso tomar grandes p·recauciones en lo que respecta esta razón, se debe evitar a ser posible este siste111a de construcción.
a la seguridad al agotamiento.
Se pu~de mejorar la seguridad añadiendo armadura ordinaria [ 474] como prescribe la
Para poder estimar ·e1
aumento de tensión por la fisuración, van1os a hallar el ancho
·norn1a DIN 4 227, pero se requieren grandes cantidades, que en la situación de servicio
posible de las fisuras antes de la rotura. El alargamiento ideal del hormigón a la altura
del cable es: son total1nente innecesarias. I.a armadura ordinaria con adherencia es tenida en cuenta
siguiendo el apartado 13.242.
h,-x
Las estructuras con adherencia indirecta carecen de ésta desde el n10111ento de tesar
X
}1asta q11c endurece el i11ortero de inyección, y por esta razón en ningún caso podrán
Con h, = 0,9d y x = 0,73( · d · ~~- , que para ( = 1,15 es x = 0,32d, tenemos:
1 ser cargadas durante este tien1po con la carga admisible posterior.

0,58
. 0,32 = l,S máx. Eb.
13.6 Seguridad al agotamiento por cortadura

Suponiendo tres fisuras y tomando la longitud de hormigón deformado plásticamente en la 13.61 Generalidades
zona de las fisuras, aproximadamente igual a la longitud de una fisura d - x = 0,68d,
la elevación de la tensión del acero, en un eable de longitud l, será: Advertencia previa:

Aún no se ha estudiado muy a fondo la seguridad al agotamiento por cortadura en vigas


lla, = l X 3 X 1,8 máx. cb • Ez · 0,68d = 3.,7 máx. Eb • E, · -1- de hormigón pretensado, por lo que sólo pueden ser dadas reglas provisionales. Desde la
aparición de ]a prin1era edición de este libro se l1an obtenido nuevos conocin1ientos que
:En esta expres1on no está con1prendido el alargamiento entre las fisaras, q11e para una serán tenidos en cuenta en ]o que sigue.
separación entre ellas de 1,0 a 1,2 d, puede suponer un 40 % más.
1 13.611 El problema
Con d/l = /20 y E,= 2 100 000 kg/cm', y con el máx. e¡,= 3 %o observado en flexión,
tendren1os:
Las roturas por cortadura se or1g.1nan en el d.on1inio de las. tensiones i:-rincipal~~ ohliM
1 cuas, en general a una distancia de h a 3h del apoyo, y precrnamente lrnJO la acc10n con-
,da,= 3,7 X 3 %o X 2 100 000 X --- X 1,4 ~ 1 600 kg./cm 2 ,
junta de M y Q. I,a idea antigua de que h~bría que tomar sólo el esfuerzo Q para el
20
din1ensionamiento a cortadura se debe considerar, pues, como superada.
es decir, en el caso d.e av 0 adn1. ==
9 000 kg/c1u 2 significa esto un au111ento de esfuerzo de
pretensado de aprox. el 18 %, y en el caso de º"" adm. = 5 500 kg/cm', del 29 %. Natural- Las tensiones principales resultan de las tensiones normales longitudinales-ax--debidas. a
n1ente, esto es sólo una evaluación grosera. v, g y p, y de las te'nsiones tangenciales Txy debidas a v, g y P,' proviniendo. Tv de Qv, es ·d~ec1r,
de la inclinación del cable. Aden1ás, pueden aparecer tensiones tangenciales de tors1on Tr
Los ensayos de H. RüscH y otros [ 447] mostraron aumentos del esfuerzo del: cable de debidas en general a p. En las proximidades de los apoyos, y bajo las cargas, tienen impor-
aprox. '"25 a 38 % , para diversas µhz· Cierto es q11e se oht11vieron también n1on1entos re- tancia las ay, las tensio'nes nor111ales verticales; en general actúan favorablemente:, red u~
.
¡at1vos d Mu
e rotura mu ==
b d' n1uy diferentes.
. • fJp
ciendo la tensión principal de tracción, por lo que en la zona del apoyo no suele. haber
pe]igro de agotamiento por cortadura, si la reacción actll.a directamente bajo la ~1ga.

H. HüscH y otros [ 44 7] desarrollaron, a partir de sus ensayos, un procedimiento para el Existe también una rotura por cortadura, provocada por el fallo del hormigón del alma
cálculo del momento de agotamiento, en el que se usan tablas gráficas para deducir las a compresión debido a la tensión principal de compresión, cuando las armaduras resis-
deformaciones del hormigón bajo diferentes p;rados de solicitación, por medio de los re- ten todas las fuerzas principal1es de tracción, sin sobrepasar el límite elástico.
sultados del cuaderno 120 del D. A. Stb. Se recomienda este procedimiento cuando sea
necesaria una comprobación más exacta. En el apartado 11.54 hemos indicado la obtención de las tensiones principaleAi. Sin em-
bargo, éstas son válidas s.ola1nente en el don1inio elástico, s.iendo el material ho~?géneo·:
F~n la práctica es suficiente saber que la seguridad al ago·tamiento alcanzu sin adlierencia es decir, en nuestro hormigón pretensado, en el estado I ba10 las. cargas de serv1c10, para
sólo un 7.5 a 80 % de la seguridad con adherencia, lo que fue comprobado ya por las cuales podemos suponer también en el caso de pretensado limitado que se mantiene
G. MAGNEL en sus ensayos, y se deduce también de los resultados del ensayo de Korn- el estado I. Tan pronto se sobrepasa la carga nominal, apareciendo en el hormigón fisu-
westhein de los Ferrocarriles Federales Alemanes [228]. ras de flexión o de cortadura, dejan de corresponder a la realidad las tensiones principales,
obtenidas teóricamente. Deben1os utilizar por ello una teoría de agotan1iento por cortaM
Si hacemos los cálculos según la expresión 13.(50), nos quedaremos del lado de la segu-
dura, que tenga en cuenta las deforn1aciones y redistribuciones de esfuerzos en el esta·
ridad. En las secciones en rf e I se obtienen condiciones n1ás favorables, aunque se origi-
do H. A esto se añade el hecho de que al estudiar la seguridad se multiplican las car-
nan fisuras de ancho considerable (ver también [ 474]).
gas g +p por el coeficiente de seguridad, mientras que el pretensado permanece prácti-

572
573
camentc constante, por lo que las tensiones principales de tracción aumentan al acercar~ -M,u-· Comprende también la gran participación de los cables lo,ngitudinales Y de _la
nos a la situación de agotamiento en mayor propo-rción que las cargas, incluso· aunque cabeza de compresión en la capacidad resistente a cortadn;a. Ademas, r;';'ede ser amplia·
se mantuviese el estado I. da dando lugar a una teoría general del agotamiento, que mcl'uya tambien el caso de la
flexión, cuando Q = O.
Afortunadamente, el agotamiento por cortadura no es tan peligroso en las vigas preten·
sadas como parece en un principio a la vista de las tensiones principales, siempre que se La te~ría de W ALTHER debe ser todavía completada por la experimentación para los ~ife­
coloque una cantidad razonable de armadura de esfuerzo cortante. Vamos a indicar dos rcntes tipos de pretellsado, aunque ya en su estado actual n1uestra en los casos sencillos
procedimientos para calc11lar esta armadura. una concordancia satisfactoria con los ensayos.

13.61.2 Dimensionamiento a cortadura, según la norma DIN 4 227


13.622 El coeficiente de seguridad en el agotamiento por cortadura
La norma DIN 4 227 exige la comprobación de las tracciones principales tanto bajo la
carga de servicio como bajo la carga límite que se exige para la seguridad. Se supone en El n1omento de agotan1iento por cortadura está de~erminado en parte. P?T la resistencia
ambos casos el estado I. Son decisivas las tracciones principales en la zona de compre· del hormigón y en parte por Ja del acero y la cahdad de la adbe~encia. Nuevamen~e
sión, en general a la altura de la fihra neutra; en l'a zo'na de tracción se supone que consideraremos la resistencia minorada del hormigón f!R = 0,?fip o bien f!R = 0,85fip (s.m
la armadura de flexión, o bien el cable de pretensado, cubren suficientemente las trac- la influencia de la duración de la carga, para cubrir los posibles defectos d~l mater~al
ciones principales. (ver apartado 13.1), pudiendo entonces calcular con el coeficiente de segnndad nmfi·
cado v == 1,75, correspondiente al acero como causa de rotura.
Los valores admisibles de las tensiones principales de tracción bajo la carga de servicio,
son en general el doble de altas en el caso de pretensado limitado que en el caso de
pretensado completo, lo cual carece de justificación objetiva. Estos valores no pueden ser
sobrepasados. Si o1 es mayor, es preciso aum.entar la sección de hor1nigón, o bien pre- 13.623 Condiciones de deformación
tensar en la dirección de la carga, o aumentar el pretensado Iongitndinal o modificar su
dirección. El agotamiento por cortadura se caracteriza por la formación de una fisura oblicu_a (fi,
gura J 3.54) cuya inclinación respecto al eje varía con el grado de. pretens.ado, pudiendo
Para los valores admisibles de las tensiones principales de tracción bajo la carga mayo·
estar entre 20º y 45º. Se ha visto que los resultados se ven poco mflu,enc1~dos p~r este
rada, fija la norma DIN 4 227 dos límites: uno inferior OI(ul y otro superior CTI(oJ· Hasta
ángulo a, por ¡0 . que podenios partir de a== 4~-0, aunque la fisura este mas tendida en
el límite inferior ar(ul no se requiere comprobación especial de la armadura; el límite la realidad. La fisura se abre, originando el giro de un lado de ella con respecto al otro,
S"uperior Or(o) no puede s-er sobrepasado. Si a 1 está comprendido entre OI(u) y Or(oh entonM
ces las tensiones principales que sobrepasen el valor 0,75a 1(ul debe'n ser cubiertas por con1~ alrededor de la fibra neutra, acompañado del aplas· -- --- ·-- - -- - - -lis~ -- - - -----
pleto por nna armadura, para lo cual se tomará a, adm. =~ /k tamiento de la zona de compresión. A dicho giro
lo llamaremos rotación de cortadura, y representa- I

Esta prescripción es incompleta, pues añade que se debe permanecer, a ser posible, por remos el ángulo por 12· La posición del centro de
h
debajo de 01(u), dejando a la elección del ingeniero la cantidad de armadura transversal rotación O en el vértice de la fisura, será hallada
que se debe disponer. En unos casos se coloca demasiada armadura, en otros demasiado como posición x de la fibra neutra.
poca, según el recelo o la ignorancia de! proyectista. Tan pronto se sobrepasa la ai(u), se
El recorrido Lis,, de un punto en la fibra corres-
obtiene una cantidad absurda de armadura. Tampoco se indica en qué dirección hay qne
colocarla; las tracciones principales se acercan más a la vertical bajo la carga nominal pondiente al nivel del cable, es función ?el aumen- Fig. 13 54 Representación ideal de la deforma-
to de tensión en el acero y de la calidad de la ción (rotación de cortadura) al pro-
(en general a 70" u 80° con el eje de la estructnra) que bajo la carga de agotamiento con ducirse el agotamiento.
adherencia. Para tener en. cuenta esta última uti~
la que pueden aproximarse a los 45°. Es de esperar que sea modificada esta norma.
lizaren1os el "coeficiente de adherencia" kb. Se con~ .
sidcra, pues, el deslizamiento de la armadura en la . grieta. El recorrido de la fibra ex-
trema superior se deduce del aplasta~iento de la zona de co1npresión en una cierta lonR
13.62 Comprobación del agotamiento por cortadura según R. W ALTHER
gitud, y lo designaremos por Liso.
(para los tipos de agotamiento lb y le)
Mientras que en ·el caso de ag.otamiento por flexión p·artíamos d~. las ~.~formaciones e, es
13.621 Advertencia preliminar decir, suponíamos adherencia perfecta, sin tener en cu~nta el de~hzam1ento de los cab.l?s
en la fisura, en este caso conside~aremos las deformaciones de, ciertas zonas en la secc1on
Entre las propuestas existentes hasta el mon1ento para una teoría de agotamiento por crítica incluyendo el deslizamiento mencionado. A pesar de todo, su¡;JOnemos, que las
cortadura, la de R. W ALTHER [383] y [396], posee nna base teórica y resulta convincente. deforn'i.acio·nes son proporcio·na1'es a la distancia a la fihra neutra, obteniendo as1 la con ..
Al igual que la teoría de agotamiento por flexión y todos los métodos de la resistencia
dición de deformación:
de materiales, parte de las condiciones de equilibrio y de deformación, mientras que
hasta ahora no era tenida en cuenta en la comprobación de la cortadnra, la compatihi-
X 13.(51)
1idad de las deformaciones. La teoría tiene en cuenta además el hecho de la colabora- ·sen a
cióll de M y Q, en tanto que se calcula el "1nomento de agotamiento por cortadura" h-x

574 575
Según [561] podemos escribir:
Tabla 13.IX
A
nSo

== max E:b •
vr:-; 13.(52) Coeficiente
2,5 Tipo de acero ·superficie
de rugosidad x
h-x
/JSu = kb • -·-··~ 13.(53) Barras y alambres lisos 1,5
sen a
pudiendo tomar máx Eb = 3 %0. Alambres corrugados i 1,25
Alambres muy corrugados, cordones 1 1,0 a 0,75
¡a deforma?ión Cz9 está provocada solamente por la rotación de cortadura· es el aumento '
t el a~arlga~1el.n)to Ddellaccro re~pecto del alargamiento preliminar éº' v (par~ Eb nula a la al-
ura e ca Je . e as ecuacwnes 13.(51) a 13.(63) se deduce: z.
En el caso d.e ad.11erencia indirecta, se supone que los tubos envolventes son corrugados
__ máx. Eb
ez - -~·-. . - . .~ y que han sido inyectados con u.n buen mortero y de act1erdo. con las normas pertinentes.
13.(54)
" 2,skbVk; Se tiene en cuenta la inflnencia del diámetro del alambre por medio de 1/
\Zl/0o; respecto
Coeficiente de adherencia kb a ~' que tie·ne que responder -a las condicion.es reales, se observará lo siguiente:

De la ecuación 13.(53) se deduce que el coeficiente de adherencia indica en cierto modo Para las vigas armadas y las pretensadas con adherencia directa (armaduras pretesas) to-
maremos el diámetro nominal de las banas, alambres sueltos o cordones. En los alambres
l'll longitud k, -.ih-x) a lo largo l 1 1 · d l ovales se puede tomar el diámetro del círcnlo de igual sección.
1 - sen a . ( e a cua se p1er e a adherencia, de modo que e o
aparece en ella sin disminuir; en la que !:._=."'... es la Ion aitud d l fi C . ¡ . z,
. . sen a o· e .. a sura. on o~ pro~ Para las vigas pretensadas con armaduras en el interior de tubos, con adherencia indi·
~:~1J:~t:t:s 1:º~::~~cti;ios .de. hoy en día se destruye .lª .. adherencia sólo en cortas longitu~ recta; (armaduras postesas) , se tomará igualmente el diámetro nominal en el caso de que
valor 2 ó 3. p nc1pal, por lo que podemos limitar superiormente el kh con el dentro de cada tnbo haya nna sola barra o cordón. En el caso de cables de alambres o
de cordon.es, es preciso, sin en1bargo, introducir un diámetro ideal:
M~·diante la inte.rpretación de n1u.chos ensayos en vigas
· d h
e onnigón ar1nado se enco'n*
t ropara e.l coefi ciente de adherencia:

kb = (1 + 0,21' . : )(l
º.
+·fJp3 ~) " lV/ 000 siendo :i el número de alambres o cordones en el tubo, ~ == dián1etro non1inal de cada
alambre o cordón. Se sustituye entonces 0; en la expresión 13.(55), como si fuese el diá-
-----~·
metro u.na barra suelta.
En las vigas en las qne los cables no sean 13.(55)
rodeados por cercos, se elevará los kb en11n
50%.

13.624 Condiciones de equHibrio


en esta expresión es:
Para establecer las condiciones de equilibrio n.ecesitan1os hacer algunas hipótesis acerca
x ::::= c~~ficiente de rugosidad superficial de las armaduras; d.e la distribución de tensio:nes en. la sección d.e agotamiento.
00 = d1ametro de referencia = 26 mm:
0 = diámetro real' de la barra. en m~ · En la figura 13.55 se han representado idealizadas las fuerzas internas en la secc10n crí-
/Jv :.= resistencia prismática, en kg/cm2. ' tica. La zona de compresión toma una parte Q0 del esfnerzo cortante Q; la otra parte
la toman los estribos. Por tanto: Q0 QBu +
Q. 1 =
~~~:~'::a q~: :;.:~~1,'.'n ~e la. cali~adhde I~ ~dherencia sobre la carga de agotamiento por
n
b~=~o:~ ~?:ri:
d
l "
::::: , as vigas e o·rm1gon armado, en las de hormigón pretensado es
~: ha.¡odid~·. dddue~r de los ensayos realizados hasta el mom~nto, si
n SI 0 rea iza os. a mayor parte dei las veces sobre vigas con_ a
I .. a resultante D de la zona de con1presión está dirigida oblicua111ente a consecuencia de
Q0 • Se la descompone según DH y D,,.
'?ras pretesas .. Par~ ;:I caso d:
los cables en e~ interior de tubos envolventes no ex~:
La distribución real de tensiones en la zona de cornpresión, cuando actúa una D inclina~
~u~ ensfiaJ:'os s1sdt.emadtb1cos . d?stmados a determinar la influencia de] diámetro y con ello
e coe ciente e a erenc1a Por el n10 t I ' · d ' ' da, está aún por investigar. Debido a la gran deformación plástica de dicha zona en la
con cnidado con las reglas i'n.d' d • mend º¡' º. umco qne po emos hacer es proceder situación de rotura, está justificado por el i11omento el tomar lina distribución rectangular,
ica as mas a e ante.
tanto para las Obx como para las t.
El valor de " se toma de la tabla 13.IX, obtenida empíricamente.
1 El subíndice Bü se- deriva de la palabra Bügel::::: estribos. (N. del T.)

576
37 577
-- -·----- - - -

La tensión Obx de rotura no alcanza ya el valor de F, es Ia suma de las áreas de las secciones de todas las barras longitudinales situadas por
r

r
fes a debajo del punto O, y Z, actúa en el centro de gravedad de dichas barras o algo más bajo.
la resistencia prismática f3v, que podíamos admitir
a a
§] en flexión pura, sino que es menor, debido a la
lt acción simultánea de r. Por ello tenemos que in- l_,as condiciones de equilibrio se expresan entonces e'n la forma:

-z,hx~X
troducir la "resistencia a compresión bajo tensión
L F, ¡
&su
1 )l'su tangencial", que designaremos por f3pr• Naturalmen~
te, debe estar referida a (Ja, para conservar el coefi- 2,'I-I =o: DH = Z,H + z,H = f!p - . b . kx . h
ciente de seguridad unificado. =F,(e~J+ s,9)E,+FvH · {Js 13.(61)
Fig. 13.55 Hipótesis simplificatorias para el
planteamiento de las condiciones de La componente horizontal de la fuerza de compre- Qg+p + Qv = Qo + QBü = Dv + ZBu
equilibrio.
sión inclinada, será:
zv =o:

DH = fJvc · b · X = flv• · b · kx • h 13.(56) No se ha incluido aquí la participación de barras inclinadas, 1'a cual debe ser añadida por
separado.
y la componente vertical:
Determinació·n de la re,,sistencia a c-onipresión bajo tensión tangencial flvr
Dv=r·b·x 13.(57)
La resistencia f3pr es menor que la resistencia prismática f3v debido a la acc1on simultáª
La componente vertical se deduce de la capacidad resistente de los estribos situados en nea de r. Podemos determinar el valor de f3v• a partir de la hipótesis de rotura de MoHR
Ia zona de la fisura. En la situación de agotamiento podemos supone.- que alcanzan todos
y de los ensayos de Ros [108] y [561]:
el límite elástico. Si es F,Bu la sección de. estribos situados a separaciones a (fig. 13.56), se
deduce:
h-x
QBu = ZBu = F,Bu • {Js • - - - - 13.(53) 13.(62)
a

Para los estribos pretensados es válida la misma expres10n, sólo que poniendo en el lugar
de {Js el {Jo,2 correspondiente. En el caso de estribos inclinados o barras levantadas, toma-
mos la capacidad resistente Z como fuerza de tracción que actúa en la dirección de la
Por tanto, la resistencia de ]a znna de co1npresión será tanto menor cuanto mayor sea Q
barra. en comparación a M. Con ello, la relación (-Q~ hLes un índice importante de la capa-

El esfnerzo de tracción del cable será: cidad resistente a cortadura. Para hallar este valor de Q podemos deducir del esfuerzo
Q " promovido por las fuerzas exteriores, la componente vertical Qv = Z,v del esfuerzo
13.(59) d;l rcahle, y también el esfuerzo de los estribos ZBu según la ecuación 13.(53). Dado que
en las vigas pretensadas suelen se.- pequeños los estribos, se desprecia en general el ZBu
En esta expres1on e~ es nuevamente el alarga1niento prelin1inar d.el cable cuando la Ob al ballar la fJ,,,.
en la fibra a la altura de éste es nula, Depende, por tanto, del tiempo, y es más desfavo-
rablé después de la retracción y la fluencia, por lo que te-nemos que escribir: Ahora bien, el esfuerzo del cable aumenta a~ subir las cargas hasta el agotamiento. Como
M
p,recaución y simplificación tomamos no obstante la relación Q . h' para la situación de
13.(60)
agotamiento, con el coeficiente de seguridad 1,75, según la fórmula siguiente:
Dependiendo de la inclinación del cable se descompondrá también Z, en:

y
una componente horizontal:
( ~--)- -~-l,75Mg~~­
Q . h .--: (l,75Qg+p + Q,,) h
13.(63)

una componente vertical:

~sta última será restada más tarde de Q. La armadura horizontal ordinaria contribuye El efecto favorable de Q,, sobre la resistencia de la zona de compresión, se deduce del
1g'.'almente eu una cantidad que se puede determinar a partir de F, y E, con el alarga- aumento del valor de este índice. En caso de necesidad se puede utilizar naturalmente
nuento que se deduce de la proporcionalidad de los alargamientos al recorrido Asu, con el valor mayor Qv, u dehido a Z,, u• Los Mv y Nv son tenidos en cuenta al igual que en la
el fa.ctor de adherencia de las armaduras ordinarias. En general podemos suponer con flexión, del lado de los esfuerzos mayorados exigidos, tomando Zz, u en su verdadera mag~
suficiente aproximación que se al\:anza el línúte elástico. Por tanto, para la armadura nitud.
longitudinal ordinaria se puede escribir también:
La figura 13.56 muestra la relación entre y
13.(59a)

578 579
13.625 La posición de la fibra neutra .En las vigas en T l1abrá que ton1ar la zona efectiva de con1pres1on, teniendo. en cuenta
que no se puede adoptar sin n1ás un b tan grande como en el caso de la flexión. En
La posición de la fibra neutra, o sea, el coeficiente k,, se determina en la forma conocida tanto no se conozca con exactitud el ancho que colabora en la situación de agota111iento,
a partir de las condiciones de deformació'n 13.(51) a 13.(53), o bien de la 13.(54), y la
condición de equilibrio 13.(61), en la forma:
recomendamos reducir en un 20 a 30 % el ancho b válido en flexión si b > bo 6d'. +

13.(64) 13.627 EJecció.n de Ja sección crítica y dimensiona1niento de la arn1adura de esfuerzo


cortante

Se evita el tener qne resolver esta función implícita en k,, por medio de ábacos (por ejem· Detenn.inació·1t de la sección crítica
plo, el ábaco 13.X). Para máx. Bb hay que tomar el valor 3 %0, como se indicó ya para
las expresiones 13.(51) a 13.(53). El agotamiento por esfuerzo cortante tendrá lngar en un punto en qne coincidan gran-
des inomentos :flectores y esfuerzos cortantes, no actuando simultánea1nente tensiones ay
favorables. En general se produce el momento flector máximo en el centro del vano, y
13.626 El momento de agotamiento por cortadura el m.áximo ·esfuerzo cortante junto al apoyo. I ..a sección crítica estará situada entre estos
dos puntos, y precisamente donde el esfnerzo cortante sea suficientemente grande, y exista
Una vez conocidas todas las magnitndes tomamos momentos respecto al punto O, y te·
ne1nos: todavía una solicitación crítica a flexión. Sncede esto cuando la relación (Q~ h Lsegún
13.(63), está comprendida entre 3 y 4. SiempI"c que no esté predeterminada la sección
En prin1er lugar, la parte correspondiente a las compo1ientes lio-rizontales:
crítica por una carga puntual elevada, podemos realizar por tanto la comprobación de la

Msu, o= D · z =D(h- ·; ) = /Jv, · b · h' · kx ( I - ~x) 13.(65) seguridad en el lugar en que ( Q ~h L


= 3 a 4.

En las vigas continuas coinciden en todos los apnyos intermedios los max1mos mo111en.tos
La parte correspondiente a los estribos será:
negativos. y los máximos esfuerzos cortantes. En la zona del apoyo actúan, sin eniliargo,
favorablemente las ay, por lo que habrá que comprobar el agotamiento aproximadamente
13.(66) a 0,5h de I1a sección de apoyo, que además suele ser donde el cable alcanza s11 máxi111a
inclinación, por lo qu·e se podrá tomar Qv, u, co'n su efecto de aligera1niento.
con:
,.,. flR
1,0

a9 +- +1 ! 1
. f ,.... ·-
-""
µBü ::=
FeBü
-b- .. ,
o•a
Dimensionwniento con ayuda del ábaco 13.X

Deter1nina111os, en prin1er lugar, el mon1ento relativo de agotan1iento por cortadura msu, 0


0,8 sin la participación de la arn1adura de esfuerzo cortante. Para ello necesitan1os deter111i-
siendo a la separación horizontal entre estri·
i.-'! · - -~ bos, bo el ancho del alma, y F,Bu la sección nar la resistencia /Jv, a la que falla la zona de compresión, con la figura 13.56 o la ex-
,, M ,
U h):egún la
V
i de un estribo que conste de 2 a n barras, se·
0,6 -r
presión 13.(62). Con este fin calcularemos
( Q. ecuación 13.63, teniendo en
as . 1
i-'-· .···~ gún el tipo de estribo (de dos secciones, de

a'
.
y
·fttit-
. i
1/
. ln1+1
1 .•
cuatro secciones, etc.). El brazo se supuso
h-x
2
(fig. 13.55). Si hay estribos inclinados
cuenta la inclinación del cable por medio de Qv ó Qv, u•

Entonces se pnede tomar el valor de msu, 0 directamente del ábaco 13.X. Es de observar

1~1 --~ tt -~-!+~


0,3
o harras levantadas o armadura horizontal que el alargamiento é~' ó la a~, no aparece solo, sino multiplicado por d coeficiente de
a2 adherencia kb (kb · éV en la expresión 13.(64), o bien kb • a~~ en el ábaco 13.X). Es po-
i -.tltt (a~)u
del alma, habrá que tomar el momento con
a1 1 1

o ·/ li i _i. i su correspondiente brazo. sible que el acero de pretensar sea solicitado por encima del límite de proporcionalidad,
lo cual puede ser comprobado fácilmente por medio de la condición de cqnilibrio 13.(61):
O ~ W U zo V ~ ~ W ~5 W M M
Para construir unos ábacos vamos a referir
Fig. 13.56 Determinación según 13.(63) de la resistencia el n1on1ento de rotura por cortadura, a kx • (Jp,
az, u== - - - - - 13.(68)
b • h 2 · /JR,
a compresión bajo tensión tangencial. Si el
cable es curvo hay que tener en cuenta los Q v µ

Momento refe.rido a b · h' · /JR: En este caso hay qne repetir la operac10n de cálculo (ver ejemplo i.-0 en apartado 13.63),
pero tomando una cuantía disminuida:

:~ (1 - kx)
2
··~ 13.( 67)
*
!' = µ · - ·
E,
E*z 13.(69)

. nisu ::::: msu, o+ msu, BU


(E*, = módnlo secante correspondiente a la tensión a,. u alcanzada) .

580
Armadura de esfuerzo cortante:
Abaco 13.X
Postensado Pretensa o La armadura de esfuerzo cortante necesaria (= armadura del alma a base de estribos
'1 1 pretensados u ordinarios, verticales o inclinados y en ocasiones horizontales) se deter~
'1\ 1\
.
1 " .
mina entonces en funció·n de la parte del msu necesario, no cubierta por el msu, º' tenien~
do en cuenta el grado de seguridad requerido;
" 11

, msu nec. == msu, o+ msu, Bu == l,75mg+p.


1\ J 7
\ , Según la ecuación 13.(67), si sólo hay estribos verticales, podemos escribir;
'
_ _ 1 /ls bo
msu, Bü - l,75mg+p- msu, o - -2- µBu · 7J7i. (1- kx) 2 b •

En ellas es mg+P == b .Mg+v


h2 • /JR en l a secc1on
" estu d'ia d a. D espues
. d e a l gunas trans f ormac1om
.

nes nos queda la siguiente expresión de la cuantía necesaria de ar1nadura:

3,5mg+P - 21nsu, o
µsu 'nec. == (1- kx) 2
13.(70)

kx es tomada del ábaco 13.X. Con µBu nec. se obtiene la sección F,Bu de nn estribo, por
medio de F'esu nec. == /A,,Bli nec. · b0 • a, siendo b0 :::::: ancho del alma, a == separación entre
estribos.
Respecto a la cuantía mmima de estribos, hay que tener en cuenta el apartado 13.65 y
la tabla 13.XI, en el caso de que se obtenga por medio de 13.(70) un /!Bu menor. Los estri-
bos inclinados o barras longitudinales pueden ser incluidos, con su contribución corres~
pondiente, en eJ momento respecto al punto O.
El msu, Bu para di1nensionar la ar1nadura del aln1a, es obtenido co1no diferencia de d(}s
momentos bastante iguales, por lo que los errores pueden tener importancia. Hay que
tener e·n cuenta esto en el dimensio.namiento, en especial si se p·resenta con cierta fre~
cuencia la carga total. Si resulta msu, Bu= O, y por tanto en la ecuación 13.(70) /)Bu O, =
o si resulta incluso negativo, significa esto entonces·que los cables solos garantizan la segu·
,, ,,
11
H-+-1-M-+->' H--+-t-~f-+-t-+-f-+-+-+-W.:-..
f-+-l-+-i¡-'--l-+-~*,-+-l-l-4-+,+-~¡-i.-
ll-J-J_j_l-J~O,~W~
t-+ ridad al agotamiento por cortadura. No obstante, hay que disponer una armadura rníni-
1na, teniendo en cuenta las tensiones motivadas por causas que se escapan de nuestro
Q2
, iJ
' {7
- 1 i cálculo.
Puede ocurrir, por el contrario, que la diferencia de a1nhos n1omentos .sea tan grande
11 !O,. que apenas pueda ser cubierta por medio de estribos. En este caso es preciso reforzar
6
J ! en las secciones críticas el alma, y sobre todo el ala de compresión, y también en oca-
sion·es la sección de acero de pretensar.
Con carácter general debemos decir que el método de cálculo indicado es más adecuado
para la comprobación de la seguridad al agotamiento por cortadura, que para er dimen-
sionamiento de la armadura de esfuerzo cortante, cuya función principal es en todo caso
el limitar el ancho de las fisuras y el impedir las roturas bruscas.

13.63 Ejemplos de comprobación de la seguridad al agotamiento por cortadura, según el


método de R. W AL'fHER
o. ' 0,35 '
' O>
~
Ejemplo 1.0 Viga pretensa da sin armadura de esfuerzo cortante.
F'fti-1-:vt''+tf-f-i11-+fHv++J-H-t-+-i--l-J-t-+-i-+.-~++-t-lf-f-++-1-I-+-++ -~~-1-1-+-!,-l-l-+-l>.W
.t-tlrt~,,-r7f-t-f+,-1r,-t-tft11-++-1-J-+-1-+-1-+-1-+-c1f--+..++--+..+¡:¡::¡::¡¡:¡::¡::¡_
11
ij::J:j,-V : ~ ¡ Como primer ejemplo elegiremos la viga 450/4b del ensayo descrito por RüscH y V1GE·
1/ . RUS'f en el cuaderno 137 del Comité Alemán del Hormigón Armado (1960) "Seguridad
Resistencia a com res'1on oa¡o tens1on tangenc1a1 /Jprfkglcm2)

583
582
al agotamiento por cortadura cu el hormigón pretensado sin armadura de esfuerzo cor- correspondiente PP• = - 350 kg/cm2 , en el punto @ • En la vertical de C2l hallamos el
tante". punto @sobre la línea kb para kb =
1,21. Calcularnos entonces el producto de kb y a;;;;:
En la figura 13.57 se dan las características de la secc10u y de los materiales. La viga kb · a;;;;= 1,16 X 9 990 = 11 500 kg/cm2 •
fue pretensada con arn1adura pretesa constitui~
p p da por 9 alambres Sigma-Oval-20, corrugados, Ahora hallamos el punto @l de corte de Jia horizontal de @ con la línea del tercer cuadran·
St 145/160, y carecía por completo de estribos, te correspondiente a dicho valor de kb. La abscisa de @ es kx 0,175 (Punto ®). A esta =
excepto en las zonas de anclaje. 1
abscisa corresponde en el diagrama inferior derecho la ordenada - · msu, o cuyo valor
'ljJ
M
Relación leemos en la horizontal por @ sobre el borde derecho en el punto (f), siendo tal valor
/Jro ,.492kg/cmZ(-84SO)
dlJv ~ -!Slkglcm 2
o:k' 0,162. El momento de agotamiento por cortadura será entonces:
/Joz .. 153ookglcm 2fStl451T601
dz,vco" 9TOOkglcm 2 M
h = 22,6 cm =a=90 cm Msu, o = (JR • b · h 2 • J_ ·
msu, o • 1¡;
Eb .. -350000kg/cm 2
} ti
9 Q 'tp
Ez "'-2060000 kg!cm 2 nz" ·

M a
= 418 X 20 X 22,6' X 0,162 X 0,834 = 574 ooo cm kg.
~ 4,0.
Fig. 13 .57 Viga del ejemplo 1.0 Q·h h Comprobación de la tensión del acero:
Con la expresión 13.(68) y la kx = 0,175 leída en el punto®, tenemos:
Resistencia a compresión bajo tensión tangencial f3v
A f>artir de la resistencia cúbica medid.a (Jw = 492 kg/ cm', la resistencia minorada que a = ~x_"_ PP• = O,l 7 5 X
348 = 14 300 kg/cm 2
tendremos que tomar será (JR = flv = 0,85(Jw, es decir: zu µ 0,00425 '

(JR -- 0,85 X 492 = 4,13 kg/cm2 • que como era de esperar supera el límite de proporcionalidad,

La expresión 13,( 62) , o la figura 13.56, nos proporciona : En el diagrama a~c del acero leemos.:

E:zu =::: ,....,, 7,1 %o,


't¡J = (J;~ = 0,834, es decir, (Jp, = 0,834 X 418 = ~ 348 kg/cm'.
con lo cual el n1ód·ulo secante E* será:
Coeficiente de adherencia kb:
* 14 30() "
b= 20 cm bo=S cm F, = 1,92 cm 2 E =o,oo7l = 2,0h X 106 kg/cm2 •
J 92
~i = 5,2 mm (Diámetro del círculo de área F = - - = 21,3 mm2 ). La cuantía corregida µ* es, por tanto, según 13.(69):
9
Según la tabla 13.IX, " = E'' 2 015
1,25. ,u*=µ · E= 0,425 X ;,
06
= o,415 %
F, . 100
Conµ= b , h = 0,425 %, la expresión 13.(55) nos proporciona, después de aumen- para la que kb = 1,20 .
tarlo en un 50 % (por no haber armadnra del alma), el valor kb = 1,21.
Repitiendo la lectura en la tabla 13.X obtenemos el valor definitivo:

Pretensado:
kx = 0,170
1
A partir del dato de que Obv (al nivel del cable) = --151 kg/cm', se deduce con a,v = · msu, o ::::: 0,155 .,
= 9 100 kg/cm2 y n = 5,9:
a¡?J = 9 100 + 5,9 X 151 = 9 990 kg/cm2• con lo cual:

Msu, o= 418 X 20 X 22,6' X 0,155 X 0,834 = 551 ooo .:m kg.


Determinación de msu, 0 por medio del ábaco 13.X:
En el ensayo se obtuvo 537 000 cm kg, lo qne equivale a un error del 2,6 % .
Comenzamos en el gráfico inferior izquierdo, señalando en el borde izquierdo el punto GJ
correspondiente a la cuantía /' = 0,425 % . La horizontal de este punto corta a la linea Ejemplo 2.0 Armadura de esfuerzo cortante de un puente pretensado de dos tramos,

584 585
En la figura 13.58 se dan las características de la seccwn y de los materiales. Estudiare- Las resistencias del hormigón son:
mos la sección a 0,50 m del apoyo intermedio (coincidente con el borde de la viga trans-
versal). Además: /3w = 450 kg/cm2 f3v = 0,85 X 4'50 = 382 kg/ crn 2

º"· =oo 9 300 kg/cm


2
Obv, oo =- 81 kg/cm 2 • {JR =.0,6 X 450 = 270 kg/cm2 (ignalmente podríamos haber tomado 0,7/Jv)
Los esfuerzos debidos a la carga non1inal son:
/3v1 = 1p · /3R = 0,84 X 270 = 227 kg/cm 2 •
Mg=-1597 mt Qg = ·- 271,7 t
mín. Mp =- 729 mt Qv=-141,8 t Con ello podemos escribir:
Mg+v=-2326 mt Qg+p = - 413,5 t. .
kb = ( l + 0,2,, . bo-b
)( 1 + - ) 30
u
f;115
11 --'-

fin, · 0o
Los esfuerzos debidos al pretensa do después de pérdidas:
M,00 = 1 740 mt, siendo M' voo = 1 200 mt
= (1 + 0,2 X 0,325 X 4,6) ( 1 + 270
30) 0,7;,"l/29,2
/ --z¡¡
Qvoo = 155,0 t, 40,0 t.
= 1,15.
Con un coeficiente de seguridad 1, 75 frente al agotamiento tenemos:
Ms,, ncc. = l,75MHP + M'v La tensión preliminar se obtiene en la forma:

JO,Om--...¡..--30,om--..i
= 1,75 X 2 326 - I 200 = 2 870 mt , a~';;= 9 300 + 5,7 X 81 = 9 760 kg/cm 2
,

y el correspondiente: y el valor auxiliar para utilización del ábaco es:


Q ='·= l,75Qg+p + Q,,
'l,E[:~:::::f~t~w
kb · a:g; = 1,15 X 9 760 = 11 200 kg/em2 •
uu.1'
= 1,75 X 413,5 -155,0 = 569 t,
Procediendo en d ábaco 1.3.X al igual que en el primer ejemplo llegamos a:
4,60
materiales: 8450,Stl601!80 (cordones 7 0 3 mm)
y según la expresión 13.( 63) hallamos:
f2 .,2ooooookgkrn~ fo,,JSOoook{//cm~ n."'5,7 1
kx = 0,210 - · msu, o = 0,190 msu, o= 0,19 X 0,84 = 0,160.
, M ) 2 870 ·1p
Pig. 13.58 Viga del ejemplo 2.o ( -~¡;- "= 569 X 1,20 = 4' 22 .
La comprobación de la tensión del acero nos da con kx = 0,2Hl:
Con 13.(62), o la figura 13.56, tenemos:
_ 0,21 X 227 _ k / 2
O,00325 - 14 700 g cm
'P = 7:- = 0,84.
ª'" -
Sr.u :::::::: 7 ,8 %o , según el diagrama a-e~
Para calcnlar el coeficiente de adherencia necesitamos:
con lo cual:
b = 4,6 m h = I,2 m F,= 180 cm2 bo = 2 X 0,5 = 1,0 m 14 700
E*== 0,007S = 1,88 X 106 kg/cm2 ,
- _ _!_ll_O_ 100 - O325 º"70 b
µ -- 460 X 120 X - ' bo =4,6. y

Según la tabla 13.IX, " =


0,75. Para el diámetro 0 podemos aplicar las indicaciones es- µ* - o,325 X 21,•88
00
- o,305 º"70 ,
peciales para cables con tubos envolventes:
' al que corresponde kb = 1,13, pudiéndose repetir el cálculo. El ábaco 13.X nos da:
0; = v;;:. 0.
1
En este caso cada cable está éompuesto de 182 cordones de 7 alambres 0 3 mm cada kx = 0,205 -- · msu, o = 0,185 msu, o = 0,185 X 0,84 = 0,1555 .
nno. El diámetro del círculo de igual seec10n que un cordón (F1 = 0,495 cm2 ) es 7,95 'P
milímetros. Por tanto, el diámetro ideal es: El n101nento de agotan1iento por cortadura resistid O. por el horn1igón solo es:

\Zl;= Vl82 X 7,95 = 29,2 mm. Ms,,, o = msu, o • b · h 2 • /JR = 0,1555 X 460 X 1202 X 270 = 2 780 m t .

586 587
Por tanto, la armadura de esfuerzo co-rtante debe resistir al n1enos: Con esto no se cubren las traccio·nes principales teor1cas bajo la carga de agotamiento,
pero tampoco aparecen de hecho, pues todos los ensayos muestran que las fisuras dan lu-
Msu, Bo ~ Msu - Msu, o= 2 870 -- 2 780 = 90 m t
gar a otros efectos resistentes, para los cuales aumentan en general las tensiones. obli-
cuas de comp·resión, mientras que se reducen las tracciones, por lo que incluso una arn1a-
(ver advertencia al)inal del apartado 13.627). dura reducida proporciona ltna buena colaboración a la capacidad resistente a cortadura.

Mediante la expresión 13.( 66) encontramos para estribos verticales de acero St HI (/Js = Si se utilizan estribos pretensados, se calcula la fuerza V su conveniente a partir de las
= 1'0.2 4 200 kg/cm2): tracciones principales bajo la carga nominal completa, de forma que para una longitud
de alma s:
2Msu, Bu b
µBu 'nec. = b
h' · /Js (1 - k,) 2 ¡;; V su nec. :::::::: 01 • bo · s .

2 X 90 Con esta V Bu pueden ser anuladas -entonces las tracciones. Es posi]3le también combinar
- 4,6 X üfü2 X 4,2 {l . 0,205) 2 X 4 •6 = o,47 % estribos pretensados y ord.inarios, dimensionándo]os a partir de las reglas dichas.

(> mín. µBu = 0,25 % en Tabla 13.XI),


13.65 Armadura mínima de esfuerzo cortante
Si elegimos estribos de cnatro secciones, \Zí 14 St III, la distancia a entre estribos deberá
ser: En las vigas prete'nsadas, las tracciones p-rincipales en la situac1on de servicio son a ve. .
c~s muy pequeñas, no o·bteniéndose en el cálculo prácticamente armadura alguna~ o en
f?eBU 4, X 1,54 todo caso, muy pequeña. También la comprobación del agotamiento por cortadura nos
anee.:::::::: ·· = 13,1 cm
flBu nec. · b0 047 lleva frecuenten1ente a la conclusión de que no sería necesaria, en realidad, ninguna ar-
{oo x 2 x so madura. No obstante, a las tensiones debidas a las cargas se añaden siempre tensiones
propias de la estructura, por lo que, en general, se recomienda disponer de una arma~
{se adoptan definitivamente 8 estribos de cuatro secciones, por metro). dura ligera. Sin embargo, una armadura demasiado débil está expuesta al peligro de
romperse en cuanto se produzca una fisura (tipo de agotamiento la). Por ello, está indi-
cado siempre disponer una armadura mínima que puede ser evaluada por medio de
13.64 Recomendación general para el dimensionamiento de la armadura de esfuerzo los ensayos de que se informa en [533]. Según dichos ensayos, se puede determinar di-
cortante, cuando no sea posible la comprobación del agotamiento según el apar- cha armadura mínima, a base de estribos de acero St III corrugado o St I liso, por medio
tado 13.62 de las cuantías referidas al área de la sección del alma, indicadas en la tabla 13.XI.
En general se obtiene una suficiente segmidad al agotamiento por cortadura, si se cu-
bren las tracciones principales que aparecen en el estado I bajo la carga nominal com-
pleta, tomando para la armadura a, adm. 1
=
/ , fJ,s < 2 000 kg/ cm'. Cuando la sobrecarga
Tabla 13.XI
es fuerte comparada con las demás solicitaciones, es mejor adoptar una tensión adn1i~ Sección mínima de estribos en el alma, en % de b0 • a
sible algo más baja. La dirección de la armadura de esfuerzo cortante no debe desviarse
más de 200 de la dirección de las a1 a la altura del eje de la viga ni más de 300 de la ver-
tical. Utilizaremos, pues, cercos verticales o con una inclinació~ de hasta 60°. En el caso Calidad de hormigón 1 B 300 B 450 B 600
de pretensado limitado consideraremos para ello sólo las a1 de la zona de compresión ····--·--¡
hasta la fibra neutra, pues las tracciones calculadas de la zona de tracción, que partiendo mín. /lBu en % ' 0,20 0,25 0,25
de una inclinación de 45° discurren cada vez más tendidas hasta la fibra extrema, son re·
sistidas por los cables de pretensar y por la armadnra longítudinal colocada para la se-
guridad a la fisuración.
Esta regla sólo puede ser válida en almas de espesor menor de d/3 ~ 40 cm, es decir, no
Este tipo de dimensionamiento es válido en especial para las tensiones debidas a la tor- sirve para vigas de gran espesor o para losas, en las cuales son improbables las fisuras
sión, para las que no existe aún una comprobación: en agotamiento. Por medio de esta corridas. Tampoco es válida en las zonas de los apoyos en las que actúa ay, o cuando
senciHa regla se cubren de una forma lógica, al menos para la situación de servicio las el alma está pretensada verticalmente.
posibles tracciones, puesto que, como ya se justificó en el capítulo 1, nunca nos debc,mos
abando'nar en una estructura a la resistencia a tracción del ho·rmigón. Si el espesor del alma sobrepasa los 40 cm, se recomienda calcular la armadura a partir
de la tabla 13.XI, para unas zonas de 15 a 20 cm de espesor junto a las caras del alma,
Esta regla conduce además a n:n favorable estado de fisuración, pues de todos los ensa- pues so:n dichas zonas las que sufren las máximas tensiones propias~ que juntamente con
yos recientes sobre el esfuerzo cortante se deduce que el ancho de las fisuras permanece las tensiones debidas a las cargas hacen que las fisuras se originen desde las caras hacia
tanto menor cuanto mejor se adapte la armadura a las isostáticas de tracción en .el el interior. Cuando una armadura fuerte junto al borde cubre la tracción que da lugar
estado I. Además, la armadura debe consistir en barras delgadas situadas a pequeñas se- a la fisura, no puede progresar ésta hacia el interior del alma. Las fisuras, además, ha·
paraciones~ cen que desaparezcan las tensiones propias.

588 589
~n las. vi~as muy p~queñas d.e hormigón de gran resistencia, en las cuales. carecen de
n po:ta~c1a las. te~s1ones propias debidas a la retracción, la temperat11ra, etc., se puede
1 1

prescmdir, d~pendiendo del valor de ar, de la armadura mínima del alma. En almas del-
gadas con n1as de 30 cn1 de canto se requiere, sin en1bargo, una an11adura n1íniina inclu~
s? aunqne las tracciones principales sean muy pequeñas. Una prueba de ello es la ex~erien­
cia del _Puente sobreºIa bahía de Tampa, en USA, en el que las vigas prefabricadas carecían
de estribos en el alma, Y a pesar del pretensado favorable y de los resultados positivos de
los. ensayos. de rotura, apareciero'n con el tiempo fisuras n1uy tendidas que hicieron nece9 CAPITULO 14
sario un pretensado vertical adicional [349].

con cuantias
. de estri"bos µB¡; = FeBLl
-b~ > 2 % hay que comprobar además si no peligra el
14. Seguridad a la fatiga bajo solicitación oscilante
alma por la compresión oblicua, según el apartado 13.66.

14.1 Generalidades
13.66 Comprobación de la compresión oblicua en el alma
Las estructuras de hormigón pretensado presentan bajo carga oscilante una seguridad
La compresión oblicua puede conducir al aplastamiento del alma cuando la fuerza de relativamente alta frente al agotamiento por fatiga, sobre todo si se ha adoptado el pre;
pretensado cr;a ya, de_ por sí, una gran te,nsión longitudinal en ella, a la que se añaden tensado co,mpleto, co:n lo cual las tensiones del acero no varían apenas, permaneeiendo
l':'cgo las tens10nes oblicuas O¡¡ debidas a las cargas g +
p, y cuando se tiene una serru- también el hormigón en el dominio de los incrementos lineales de tensión. Entonces
ridad abundante por lo que respecta a las tracciones o incluso se pretensan los estrib~. el hormigón trabaja siempre e·n compresión, si se p·rescinde de las p-equeñas tracciones
principales oblicuas. Las compresiones permanecen por debajo de 0,4(Jp, mientras que la
Hasta el mom~nto sólo pode;mos '.'ªl?ular las compresiones oblicuas en el estado I y su- carga intermitente de rotura es 0,7(Jp (para 2 X 166 ciclos, ó 0,6fJv para 10 X 106 ciclos
puesto homogeneo el material, siguiendo el capítulo ll. Sabemos que dichas, compresio- de carga), de tal forma que del lado del hormigón se tiene una seguridad mínima
nes pueden elevarse, al aparecer las fisuras, por encima de los valores teóricos 0 porque de 1,7.
los elementos a tracció;i se deforman más que los de compresión. Podemos 'im~ginar la
estructu~~ co·n10 una viga de celosía mú.Itiple, interiormente hiperestática, cuyas- barras En el acero las circun.stancias son parecidas con10 se deduce de la co:nsideración de los
de tracc1?n ~u:sen más defo;mahl.es c¡ue las diagonales de compresión, las cuales, como cambios de tensión bajo la carga de servicio en el caso de pretensado completo. Como
harr~~ mas _r1g1das, se cargar1an mas. F.,n los ensayos se ha podido ohservar que Ia com~ es sabido, Ozv ::::::: n • abp· No se puede aprovechar al máxin10 para las cargas la Ob adm.,
pres10"; oblicua es mayor en el caso de estribos verticales que en el caso de estribos obli- pues una parte se destina a las pérdidas por retracción y fluencia. Por ello, en el caso
cuos, sit':'ados a la aJitur~ del eje de la viga en la dirección de a1 al aparecer las fisuras. de hormigón B 450, podemos contar con máx. Ozv = =
6 X 140 840 kg/cm'. En los ace·
Ahora hrnn, las compresm'.'es son superio_res sólo en un 30 a 60 % a los valores teóricos, ros de calidad Ia amplitud de oscilación sobre av0 adm. alcanza, según el apartado 2.17,
por l? qu~ con ~na se1";'ridad 2 es suficiente con que las a¡¡ bajo la carga de servicio un mínimo de unos 2 500 kg/cm 2; por lo que el coeficiente de seguridad es apro!<imada-
se~n .mfenor .ª. Is f3v· Si los estribos están situados en la dirección de las tracciones mente 3. Incluso en los empalmes de barras por medio de manguitos, la seguridad apro-
prrnc1pales teoricas en el estado I, se puede admitir para an,u hasta '/4 f3v· ximada es 1 200/840 = 1,4 (véase apartado 3.4).

Se debe estudiar ~a parte del ahna situada directamente bajo el ala de compresión, junto Siempre que no se formen fisuras (pretensa do completo) se mantienen muy ha.i as las
al extremo superior de una posible lisura. Respecto a la sección crítica, es válido Jo dicho tensiones de adherencia, por lo que no pueden influir e'n la fatiga. En consecuencia, no
e;i ~l apartado 13.627. También hay qu~ estudiar, sin ~;nh~rgo, las secciones en las pro- existe tampoco efocto alguno de la adherencia sobre la resistencia a la fatiga de los
xn_m~ades de !?"' apoyos, pues las ay debidas a la rcaccwn tncrementan las compresiones aceros de pretensar, como comprobó G. REHM [462] con armaduras corrugadas.
prmcipales ohheuas.
El hormigón pretensado es, pues, en el caso de pretensado completo, especialmente ade-
Por el momento no podemos hablar con mayor exactitud sobre la seguridad contra este cuado para las solicitacion_es oscilantes~ y presenta un elevado grado de seguridad, si se
tipo de agotan1iento. prescinde de las cargas superiores a las de servicio. Bajo so1 icitación oscilante es posi-
1

ble también aprovechar al máximo, sin limitación alguna, las tensiones admisibles fijadas
pm la norma DIN 4 227.

En el caso de pretensado limitado, entramos con las tensiones del hormigón y del acero
en el dominio de los incren1ei:ntos discontinuos de tensión, tan pronto cnmienzan a apa-
recer las :fisu.ras. A pesar de todo, la seguridad es casi sien1pre suficiente, pues la am-
plitud de oscilación de las tensiones se mantiene nor debajo de la de rotura por fatiga.
En las fisuras hay que contar, 'no obstante, al igual que en el hormigón armado, con
una menor resistencia del acero a la fatiga, debido al efecto desfavorable del rozamiento
contra el mortero de inyección o contra el hormigón. También la adherencia sufre con
el tiempo, a causa del elevado número de cambios de carga en el estado n.

590
591
· termina prá~ticamente después de pocos
Cuando la solicitación oscilante es muy marcada, por ejemplo en los puentes de ferro- Mientras c¡ne la destrucción d ~ l,ª a dh erencia l d
carril, se d.ehería dar preferencia por tanto al prctensado com.pleto, si aparece con cier_. ·entos de ciclos. de carga, cont1nuan al1mentando lentam_e:nte las flechas como resu ta o
Cl
, las deformaciones de fluencia de la zona d e compres1on, las cuales no influyen ya
ta frecuencia la carga máxin1a. En cambio, si actúa normalmente sólo una parte de la de
carga máxima, resnlta ignaimente adecuado el pretensado limitado. Este presenta nna mucho en el brazo n1ecánico.
seguridad suficie:nte1nente grande en el caso de una carga máxima ocasional, mientras
2 t!cm
11
t!cm '
que el pretensado completo proporciona nna seguridad aún mayor. Tamhié;, en las vigas fabricadas con arma-
du.ras pretesas, co'n buena adherencia, au~ 10 9,73 3
"
En estas notas previas acerca de la seguridad hemos comparado fas tensiones bajo la menta apreciablemente la flecha durante ?¡ I
I ..,.
-- 8,64" -r- 9,02
ensayo de fatiga, y, según [ 369 J, despues 9 • 2"
carga de servicio con las resistencias a la fatiga, lo cual está justificado si se supone que lf nea teór'lca de fuer-
zas cie pretensado
8,4J _/ Ad debido a
no es corriente el caso de exceso de carga in1previsto, sino que sólo se presenta co'n ca~ de 2 X 106 ciclos de carga en el estado II,
8 7,97 7·70 6 c'1clos de carga
dicho aumento es de un 30 a 40 % respecto
e_1:Z
1
rácter excepcional, siendo válida entonces fa seguridad correspondiente al caso de carga 7,07 -lf nea de fuerzas de
a la flecha inicial bajo carga estática. =-'""' reten sacio
estática. A pesar de todo, en el caso de carga oscilante, tenem.os que introducir un coefi~ 7
""'.'-. ·- .Z.O.!Z._ __ ·- ·- o psegún el ensayo
ciente de seguridad qne cubra los posibles defectos o errores (ver cap. 13), si bien es 7,62
cierto que en este caso puede ser menor, siendo suficiente, por ejemplo, con tomar Yp == En casi todos los ensayos de fatiga falló el 6
o 12 18 21 {t)

= 1,2 a 1,3. La elevación de la carga en esta proporción, significa en general e} paso acero, con la típica aparición de la ~otura carga 2P

del estado I al estado II, con los consiguientes mayores incrementos de tensión, aunqne frágil por fatiga en una parte de la viga .~n Fig. 14.l variación de la tensión superior a en una viga 0

que se había fisurado la zona de tracc10n pretensada corta, que sufrió 1 X 106 ciclos. ~e
no se presenten éstos e'n la situación de servicio ni co·n millo·nes de ciclos de carga. Por carga con 2P = 18 t (2P = 1,5 t). La tens1on
tanto, en el caso de pretensado completo, el estudio del problema con una carga YF veces del hor1nigó'n, aunque, a Jnenudo, en el e~~ bajó de 8,47 ~ 7,97 t¡crnz (según WITTFOTH).
11

sayo estático co111parativo, fuese el l1orn11-


mayor, resulta demasiado desfavorable por lo r¡ue respecta a la seguridad a la fatiga.
gÓn el que fallase primcrame?te. A pesar ~e - n las am litudes de oscilación sobre la ten-
todo, en los alambres ~mhehidos en hornugo ron hasta~te altas por ejemplo en el alambre
sión inferior de aproximadamente 0,5f:i.z, fue
, ¡ ] d 2 k a ¡ cm2, f'ren ·t 2 800 krr/cm 2 del
Sigma ~orrugado fue, segun 370 , e unos 500 o
e a "
14.2 Consecuencias de los resultados de ensayos alambre libre.
· d d ·¡ · ' d l rozamiento del alambre contra el
Las vigas de hormigón pretensado han sido ensayadas frecuentemente sometiéndol'as a La influencia sobre la ampbtu e ose1 ac1ond ;I) 'l h odido ser valorada hasta
solicitaciones oscilantes [364], [369] y [65]. Los Ferrocarriles Federales Alemanes han mortero de inyección en la zona ~surada (esta ºd .. ::i:º1:s e:s~ os BBRV realizados en
ensayado numerosas vigas cortas, pretensadas según diversos procedimientos [310] y [370]. el momento en una forma aproximada, por me 10 Y M B )
El procedimiento utilizado no suele tener influe11cia, pues en .los anc.lajes, que es práctí~
'1 EMPA,
e. , . d e z. · h (I_ n f orn1e E'~PA
.)ur1c 1n.:.. No. 35 301) (informe inédito de " . IRKENMAIER •
can1ente en lo único en que difieren unos de otros, no se producen can1bios de tensión. l d 42 j h \25 6 mm de acero St 143/166, <C,stirados
La carga de fatiga depende esencialmente de la tensión inicial del acero a,, vo y de la am- Según dichos ensayos, nn cah e e a am res . d h . , n B 500 presentó bajo
plitud de oscilación de las tensiones en el estado n. en frío y provistos de huellas estampadas, en una v1gak e/ or~(1go 95 'll8, krr/mmÍ)
"' ·¡ l"t d de oscilación de 23 g mm entre Y b '
solicitac10n osc1 ante una amp 1 u , • d d ·¡ ·, de 28 krr/mm' sobre
mie-ntras ue el alambre sólo llego a una am.p 1itu e osci acion · º'
Hasta el momento no se ha conseguido nunca una rotura por fatiga en el estado I. Des- ·· · · ' · '.l" 'h , d 100 kg/mm' La disminución de la amplitud fue, pues, en este caso,
pués de aparecer las fisuras, es decir, después de subir el límite superior de la carga por ~na t.ens1.on d ase te l 18. º"o Es~e valor se pudo haher visto elevado, sin embargo, por
encima de Ia carga de fisuración, se acusa durante los doscientos primeros ciclos de ue aproxima an1en, e e - 7l · ·' ,l · l· - cargas del ensayo. p ara e l mismo· ensayo
carga un notable aument<> de las flechas, el cual debe ser atribuido, ante todo, a la un exceso momentaneo de carga, a a1us~ar. as . , d M d 'lo el l O % frente al valor
se obt 11 vo~ según el apartado 14.3, una d1srn1nuc1on e - u e so · ·
destrucción de la adherencia en las proximidades de las fisuras, con lo cual aumenta
visihleménte el ancho de éstas. La longitud en que se pierde la adherencia es diferente ohtenido gráficamente.
de nn caso a otro, dependiendo de la calidad de la unión hormigón-acero. En todo caso, hay c¡ne contar con üna disminuc1on " d e l 10 . al 20 %n
de la amplitud de
oscilación, debida a la destrucción parcial <le la adherencia .
.Los cables con adherencia in.directa, en especial las barras gruesas lisas, se con1porw
tan a e..:Ste respecto más desfavorablemente que los alambres corrugados o los cordones adherencia indirecta y
El limite sunerior de la carga de fatiga se s1tua, en el cas? _de
directamente embebidos en el hormigón. En cI ensayo sobre el que se informa en [370], de rotura, dependiendo
carga inferioi· bastante baja, entre 0,55 y 0,65 ~e ~a carga estat1ca
realizado con cables de alambres ovales nervados (12 alambres de 40 mm2 cada uno) en fundamentalmente de la calidad de la adherencia.
tubos. envolventes corrugados, la longitud en que se perdió la adherencia fue fijada en O,S
a 0,7d; en ocasiones l1abrá que contar con longitudes aún 111ayores. A.hora bien, en Ja zona · G KANI [497] comprobó también la influencia de la calidad de la unión
P or 1.. o d emas,
de los máximos momentos la distancia entre fisuras es peq.ueña, es decir, la adherencia
· " · · 1· d '
hor111 io-ón~acero, sobre la resistencia a la fatiga. En un ensayo rea .rza] o se?u?- P~~c,e~ :i1.
se pierde más o menos totalmente en toda la longitud de la parte fisurada de la estruc- dinlie~to especial de constr11cción, con cordones de acero St 180 Y con .1~.rn1~on I e. union
B 4.50, obtuvo la rotura por fatiga con una carga 3 veces .1~ de servi~w. · n e . ~ns~yo
tura. El1 acero se alarga enton.ces Jnás q11e en el caso de ensayo estático, Ia :fihra neutra
se eleva, la zo·na de compresión se reduce, aun1entando en camhio el brazo mecánico. estático de rot11ra se alcanzó una carga 4 veces Ja de serv1c10, es decir, a re1ac1on .ue 1
La tensión real del acero es, pues, menor que el valor teórico calculado. ta figura 14.l de 3
/ 4 = 0,75.
m,uestra cóm_o en una viga tal las tensio,nes del acero se mantienen ya durante los pri~
meros cicios de carga por debajo del valor teórico, por no ser perfecta la adherencia; Vemos auc Ja calidad de la· adherencia es de gran importancia en la resistencia a la
después de l X 106 ciclos de carga, descendió de 8,47 a 7,27 t/cm2• fatiga e,; el estado II. El mejor comportamiento lo observan las vigas pretensadas con

593
592 38
a.Jambres corrugados o cordones. En el caso de adherencia indirecta es preciso conceder te ton1aren1os para a'p el valo-r n1edio entre el a' para carga rápida y a== 0,333 corresH
importancia al uso de tubos envolventes corrugados, alambres finos o corrugados, y al pondiente al triángulo de o.
logro de un buen mortero de inyección. Se deberá tener en cnenta la deformación por
destrucción de la adherencia (compárese con la teoría de WALTHER del agotamiento por Amhos valores pueden ser tomados de la figura 14.3. La compresión resnltante, a la dis-
cortadura, apartado 13.6). tanc,ia a'p · x del borde superior, será:

Finalmente, llegamos siempre a la conclusión de que en caso de carga oscilante se de- D= f1F • b x · fJv SI X 2 d' 14.(1)
bería evitar la aparición del estado U, dimensionando la estructura con pretensado COlll·
pleto. Si la fibra neutra cae dentro del alma, es decir, si es x > d', tendremos:

D=D 1 -D2 = [ap 1 • b · x-ap2(b-bo) (x-d')]{Jp 14.(2)


14.. 3 Cálculo analítico de la resistencia a la fatiga en el caso de solicitación
oscilante a flexión y la distancia a de la fuerza D al borde snperior:

C. E. EKBERG jr., R. W ALTHER y R. G. Sr.UTTER han sido los primeros en exponer un 14.(3)
procedimiento para ohtener la seguridad frente a un agotamiento por fatiga, para vigas
de hormigón pretensado [3M]. M. BIRKENMAIER y W. ]ACOBSOHN [ 426] han creado ade-
más un procedimiento práctico para o·htener la variación de las tensiones al pasar del e·n la que api, ap2 y a'Fh a'p2 han de ser tomadas de la figura 14.3, para las correspon-
estado I al II. Seguiremos aquí, con ciertas variaciones, estos dos. trabajos. dientes deformaciones del hormigón, Fb en el borde superior y cu eu el horde inferior del
ala, de acuerdo con la figura 14.2.
P.,ra poder analizar la resistencia a la fatiga, dehemos conocer la exacta variación de
las tensio'nes en el acero y en la fibra extrema de la zona de compresión, en función de
la carga o del momento flector. Estudiaremos una viga en T según la figura 14.2; si
la sección es rectangular basta con tomar b = ba.
-;;,-
-z~ a6
Snpongamos que son conocidos los diagramas de tensiones-deformaciones d~ amhos ma-
1 11 111 ¡ 11! ¡ t 1 1
j
teriales. Para una carga oscilante de hasta aproximadamente 0,8p2 , no necesitamos supow ~
-~

m
0,400 -

0,300
-1 --- --r-r-_,_1-",":'.:~-:~~~++1'-1-'"""_1'"~~"=:-i--+'-1'++
l 1,
i!
_ __
- H"- tn +-t
+
1'+'.
1 i'-+i'++
i''-1-1 1
- _j= ~1- +- ~+- -r-l I .
]e":", 1
0,5
ner, por lo que se refiere al acero, ningun.a variación impnrtante de los diagramas a-s
correspo.n.dientes al ensayo norm.al de carga, tenie·ndo en cuenta, naturalm.ente, qu.e termi- [~ 0380 H i-1 - '- , 1' J~ ,
nan entre 0,8 y 0,9{Jz. En el resnitado final hay que considerar, por eI momento, una
reducción dehid a al rozamiento en las fisuras.
0370,
036
Ir+~rr11 -,+"-' -1 , 1 -,tJ:
: +-J~J!-9
i

,ch" -
- --H-1;-
"··f- _ Li k;12'{B ~ R0
1--l--- -
+ ri1·jf·1
f- _ J
0,3

0.350 -I ,¡., ~só
En el hormigón, el diagrama a-e bajo carga oscilante es más tendido que bajo carga CAJ· i ' 3 o ' 1 1_J,... 360 1 11 i
o, 1¡ i • _¡H-i 1 '1 ,33T
tática rápida, es decir, los coeficientes a s·erán m.e'nores, pero los brazos mecánicos serán 1 -¡ -.:¡:._t '
0,33o -h -
mayores al disminuir el coeficiente a' que nos determinaba la distancia al borde de la
resultante de las compresiones. Este hecho puede ser tenido en cuenta de uua forma
aproximada, tomando para aF el valor medio entre el a para carga rápida (aparta-
-t "
1 0.32o

0,31o
i
' i

1
' 'f :+1-- -
-1· ".w.+'
! '
_L
+'+++-+-'W-"l-il-·, - µ -ll-H-W-W--1-H

-~r:"!+ l-++++H-
1 ++W-1-l-;"H-CW-W++
+1"'-
1 "!
1-1-1-1-++++l+-H-H-I++-
1
1
+
' ¡J_
' 1 1 1'
do 13.321) y el a= 0,50 correspondiente a la distrihucíón triangnlar de a: análogamen- 0,30o
'1¡ 1 11 11 1
ºo o w
1,5 2.0 2.5 3,0 J!5
acortamiento del hormigón Eb ~ ª·' J,5 2,0 2.5 J.O 3,5
acortamiento del hormiqün €/¡%o

Fig. 14.3 Coeficientes iiF y a:'p en el caso de carga dinámica (ver texto).

De Jias deformaciones deducimos la pos1c10n de la fibra neutra (sin tener en cuenta aún
la deformación por la pérdida de adherencia junto a las fisuras):

X= Fb , h, 14.(4)
fb + Sq

caracteríslicas
de la sección prefonsado Al igual que en el capítulo 13, podemos tomar para el alargamiento total del acero la
debido al pPUCCPCCO
suma del alargamiento preliminar y el alargamiento debido a la carga:
morr.ento

Fig. 14.2 Deformaciones, tensiones y esfuerzos en una sección de una viga-pretensada. 14.(5)

594 595
tlcm2 dz
16,0 1 altura del cable. La tensión debida al pretensado-a,v-se tomará, en general, para la
situación después de pérdidas (con V ool, como situación más desfavorable:
f ' L1EL
' ,,..., ,_... ©,;áx.dzJ"'lS,2
14,0
l
/ ! ª"' = 1 - n . F, (·-1:_ _ y',, ) 14.(8)
,.._ E~"j"5,70%o
00

y }·
12,0
~

/Í ®mli'x.dzf"' 13.0 a (Ol


ZVoo l t
/ c., 1 1
'd{°i/=10,63
' 4 1@max.dz7=12,0 /
/ I Con ello se hallan las a;g; y e;g; (se snprime para abreviar, el snbíndice co). Debido sólo
10,0 al pretensa do tenemos las siguientes tensiones en el hormigón:
/1 ! @'dffj .10,0 / lineas de descarga
I I @ufo) '
dzv =9,0 @máx,dz7 =72,0tlcm 2 _!_;_
0,8
en el borde superior: Obv,o==-a~ Fz W o--
,,
/, / ! @máx,dz7 °13,0t/cm 2
©máx.dz1·15,2ttcm 2

Yio 14.(9)
0,6
I :
k ,r¡J 'f
I
en el borde inferior: abv, u==+ d.i2 ·
F ( 1
z F¡
y,,)
+ Wu Wu_Ji:_
-
Yiu
1/ f

I

I I
Debido al momento exterior Mq:
1/ I Mq
2,0
I
I ,I I en el borde superior: Obq, o:::::::: w-: 14.(10)
!/ I ,_-© tlzv~O ,(0
e, Mq
~ o 1
en el borde inferior:
o 2,0 4,0 6,0 8,0 10,0 12,0 76,0 18,0 22,0 abq, u== Wu

Fig. 14.4 Diagrama a·E del acero St 140/160, con 3 ejemplos de rectas de descarga para tres casos A,
B y e de carga en exceso. La tensión del acero debida al momento M q será:

n . Mq . Yzi
Oz:::::: ----y;- -- 14,(11)
Se debería partir de la simacwn después de la retracción y la fluencia, pues los rápidos
aumentos de tensión correspondientes al estado II, comienzan entonces más pronto. Del
diagrama a-s del acero de pretensar, por ejemplo el de la fignra 14.4, hay que tomar El momento para el que Obu = O, será:
entonces la a, que corresponde a este alargamiento total t,. La armadura o~dinaria pue-
de ser tenida en cuenta en la forma conocida, por medio de la a, debido sólo a eq· Con Mo =ah,, u · Wu =a;~ · F, ( Yzt + ~;) 14,(12)
ello, el esfuerzo de tracción será:

Tan pronto sea Mq > M0 es preciso calcular con la zona de tracción fisurada, es decir,
14.(6) en el estado n.

Para cada diagrama de deformaciones supuesto podemos calcular ahora el momento co-
rrespondiente. Con el brazo mecánico: TENSIONES EN EL ESTADO Il
z== h-a'p · x ó z=h-a 14.(7) Como no es posible dar en este caso una solución explicita, si se quieren tener en cuen-
ta los diagramas a-s reales del acero y del hormigón, procederemos por tanteos, tomando
será: un diagrama de deformaciones para una cierta posición aproximada de la fibra neutra,
determinando D según las expresiones 14.(l) ó 14,(2) y Z según la 14,(6), y variando x
hasta que Z = D.
El diagrama de deformaciones de la figura 14,2 habrá sido correctamente elegido, si se
cumple: Para el inomento corres.pondiente M:::::: D . z == Z · z podemos cono-cer entonces la Ob, º'
leyendo esta tensión en el diagrama a-e, para el eb elegido. Asimismo bailamos la a, co-
rrespondiente a e;g;+Fq·

Lo que perseguimos es situar las tensiones en función del momento, Podemos obtener De esta forma se obtienen las tensiones decisivas del hormigón y del acero, bajo un mo-
con suficiente exactitud las tension,es en el estado I, con la teoría clásica de la resis~ mento exterior Mq creciente, hasta que se alcanza el MuF• lo cual sucede cuando se llega
tencia de materiales, que supone un diagrama lineal de tensiones. Primeramente nece~ en el hormigón a la tensión /JR = 0,7/J"' o bien se alcanza en el acero la tensión 0,9/Jz,
sitamos conocer la tensión preliminar dd acero, es decir, cuando ah = O en la fihra a la que puede ser considerada como el límite de fatiga.

597
596
ÜBTllNCIÓN Dll LA CARGA DE FATIGA (AMPLrfUD DE OSCILACIÓN DE LA CARGA) ral es éste el caso, pues casi sien1pre es el acero el que determina la carga de fatiga,
a no ser que exista una elevada cuantía de arn1adura o un alto grado de pretensado.
Ahora llevamos, de acuerdo con la fignra 14.5, las tensiones en el acero y en el hormigón, En la figura 14.5 se obtiene la tensión superior del hormigón como punto de corte de
en función de Mq/Mu, y referidas a las resistencias normalizadas fip y fiz. En ambas tensiones los contornos poligonales (j) - a - b - e y @ - d - e.
se acusa la discontinuidad al pasar del estado I al II. A la derecha se han llevado
los diagramas de resistencias a la fatiga del acero y del hormigón (ver apartados 2.17 y De la 'misma forma se puede comprobar si la armadura ordinaria soporta la amplitud de
2.264). No obstante, aún no se ha comprobado si el diagrama de resistencias a la fatiga oscilació·n de la carga.
del hormigón (apartado 2.264), obtenido en prismas comprimidos centradamente, sigue
teniendo validez cuando la solicitación es de flexión. El diagrama llevado en la figu- Aunque la tensión del acero se mantiene por debajo de los valores teóricos, debido a
ra 14.5, tomado de [ 426], difiere sin duda por esta razón del de la figura 2.32. la destrucción de la adherencia, es preciso reducir el máx. M así hallado, cuando tiene
lugar con frecuencia el estado de cargas que lleva al estado n, pues la amplitud de
Ahora podemos averiguar qué amplitudes de oscilación de la carga, entre un límite infe- oscilación del acero se ve disminuida en las fisuras, de acuerdo con lo dicho en el apar·
rior correspondiente a n1ín. M y uno superior correspondiente ·a máx. M, p·u.eden ser so- tado 14.2. Según los resultados de ensayos citados en [426] y [369], es suficiente nna
portadas dos millones de veces (ciclos) . En el diagrama a-M buscamos la tensión del ace- disminución del momento en un 10 % aproximadamente.
=
1·0 mín. a, r%J correspondiente al mín. M =
GJ. Partiendo de al en horizontal, llegamos en
el diagrama de fatiga del acero hasta la línea a 45° que corresponde a la tensión infe. La amplitud de oscilación que se alcanza con seguridad es, por tanto:
rior ®· Subiendo desde aquí en vertical encontramos la tensión superior @. Volviendo
entonces en horizontal al diagrama a-M llegamos a ®, cuya abscisa @ es el máx. M, ex- L1MF = 0,9 máx. M - min. M (estado II)
presado por la relación máx. M/Mu. Tenemos ahora que comprobar si la tensión supe· L1MF = máx. M - mín. M (estado I).
rio-r del l1orn1igón co·rrespondiente a e.ste niáx. AI cae dentro de la zo11a rayada. En geneª
Finalmente, BIRKENMAIER ha obtenido las tensiones al descargar después de cargar en
exceso una única vez. Basta para ello proceder de la misma forma sin más que dibujar

-+---+--+-t:;<fHtH. ¡¡'¡¡IITitHII¡llTI 1 11:':_


1 i i i i ! 1r¡¡:r
' ¡, .\· lY

. 0,2
1
'h •
O, •• 1 .r
l1 ' '
O, 6

''

Fig. 14.5 Obtención del momento de fatiga M F para una determinada sección pretensada con acero Fig. 14.6 Obtención del momento de fatiga MF para la misma sección que en la figura 14.5, pero
St 140/160 (según BIHKENMAIER [426]), con acero St 60/90 (según [426]).

598
599
en el diagrama a·e la línea de descarga, y utilizar ésta al hallar las tensiones correspon-
dientes a las E supuestas (ver líneas de puntos para los tres ejemplos de carga en exce-
so, A, B y C, elegidos en las figuras 14.4 y 14.5) .

De esta forma se puede comprobar cómo varía la carga de fatiga o la posible amplitud
de oscilación d.e la carga, cuando la estructura es solicitada una única vez por encima CAPITULO 15
del dominio elástico.
15. Prohleinas de estabilidad de piezas pretensadas
También hay que tener en cnenta las tensiones en la línea de descarga, cuando la a,
correspondiente a máx. M está situada por encima del límite de proporcionalidad, per-
diéndose fuerza de pretensado a consecuencia del alargamiento re1nanente del acero~
cou lo cual desciende la tensión inferior y se reduce la amplitud posible de oscilación. 15.l El pandeo de una barra pretensada
Las líneas de trazos de las figuras 14.4 y 14. 5 representan tales descargas.
Como es sabido, la carga de pandeo de una barra articulada en ambos extremos some·
Es interesante la comparación entre la variación de tensión en los aceros de pretellsar sin tida a una compresión centrada, es según EuLER:
límite elástico definido (fig. 14.5) y la del acero St 60/90, que sí lo tiene. La figura 14.6
muestra cómo la tensión del hormigón aumenta fuertemente, debido al alargamiento del
St 60/90 desde el 3 al 6 9fo. Con tales aceros la resistencia a la fatiga del hormigón es
n1ucho más decisiva que con los aceros con diagran1a a~c continuo.

Este método puede ser utilizado, naturalmente, para hallar la carga estática de agotamien- Si se ejerce la compres10n por medio de cables dispuestos por eI exterior de la secc10n
to~ pero resultaría demasiado engorroso. Sin ernhargo, resulta perfectamente adecuado de la barra, o en el interior de un tubo bastante ancho, no inyectado, es aplicable la
para estudiar las cargas dinámicas u oscilantes o bien las an1plitudes admisibles de osci~ fóru1ula anterior, y son válidas en este caso las con1probaciones analíticas normales.
!ación de los momentos. Además, este método es fiel a la realidad, por lo qne respecta
a las propiedades de los materiales. Lo mismo se puede decir de las piezas pretcnsadas sin cables contra nnos estribos rígi-
dos, por ejemplo, contra una roca.
La destrucción de la adherencia podrá ser tenida e11 cuenta en forma análGga a co1no se
hace al establecer la condición de deformación en el método de WALTHER (apartado 13.6), Si11 embargo, si los cables están unidos fijan1c11tc a la barra comprimida~ entonces, al
tan pronto se deduzca de los ensayos un coeficiente dinámico de adherencia. estar fuertemente tesados, contienen lateralmente la barra de hormigón eliminándose la
posibilidad de pandeo. El enlace debe ser resistente a Uacción y a compresión.
En [369] podemos ver la aplicación de este método en ensayos de placas pretensadas
para puentes de ferrocarril; en [ 426] en una viga pretensada con un cable BBRV. Si la barra está nnida al cable sólo en su centro, la longitud de pandeo quedará redu-
cida a la mitad, multiplicándose por cuatro, de acuerdo con la fórmula de EULER, ~a car-
ga de pandeo. MAGNEL ha comprobado, por medio de ensayos, que se cumple realmente
este resultado derivado de la expresión de EULER [62].

Si se une la barra al cable en (n - 1) puntos intermedios, a distancias iguales, se mul-


tiplica por n.2 la carga de pandeo, en tanto no se supere antes la resistencia a compresión
del hormigón.
a
Por tanto, si se embebe el cable en la barra de hormigón (armadura
f'
pretesada), o si se le coloca en el interior de tubos estrechos, creando
posteriormente la adherencia indirecta, no podrá entonces pandear la ji
barra, al transmitir al hormigón la fuerza de pretensado, por larga y
esbelta que sea, siempre que no actúe una compresión externa adicional.
Se cumple esto incluso cuando la directriz de la pieza e' curva, cuando
el cable coincide con ella. Por esta razón, no es necesario preocuparse
del peligro de pandeo bajo el pretensado, en el caso de un tirante preten-
sado suficientemente apoyado, o de la cabeza estrecha de una viga fuer-
temente prec~mprimida. Si se aumenta el pretensado termina p·or romp·er
la barra al alcanzarse la resistencia prismática, produciéndose los mismos
fenómenos que en un prisma comprimido.

Fig. 15.la No existe peligro de pandeo por el pretensado solo, cuando el cable está unido a la JI r
barra de hormigón.
!'
Fig. 15.lb El peligro de pandeo es mayor, debido a las compresiones producidas previamente por V.

600 601
Puede suceder, sin embargo, que una pieza pretensada, por rar. no tanto la inestabilidad lateral de la viga, o la falta de seguridad . de la cabez_a
/ ejemplo una barra de una celosía o un cordón de una .;,iga, de ,con1presión frente al pandeo, debido a las altas co~1~1presiones, sino rnás bien .u~a sol1M
// esté solicitada a compresión por cargas exteriores (fig. 15.l). citación adicional de flexión de la eahcza de. tracc1on, fuerton1entc preco1np~r1n11da, al
Es obvio que esta barra no puede resistir ya la carga nor- toniar la viga una pequeña inclinación. Es ohvjo que esta cabeza de tra?c1on es. 11~uy
Áarte de sensible a los inon1entos flectores transversales al eje de Ja. viga, cuando esta con1:pnn11da
, la curva tf-t: mal de pandeo de EULER, al estar previamente comprimida
por ~ncima del valor calculado, por ejemplo por actuar sólo parte del peso pro¡no.
1+ válida,,para la
carga de pandeo
por el pretensado. Sin embargo, como el pretensado no pue-
de aumentar ya más, se puede tomar en todo caso para
~V ¡ Obv una seguridad menor que para las tensiones Ob, (g+p) de-
bidas a las cargas.

j 1---·--- -'i
~1''

El pretensado con adherencia no provoca pandeo, pero mo-


difica en cierto modo el material, desde el momento en que
Pig. 15.2 Para hallar la carga de pan-
deo de una barra pretensa- suprime, por lo que respecta al estudio de la carga del
da es como si la curva a·e pandeo, la parte inferior del diagrama a·s del hormigón,
del material comenzase en 01 •
siendo decisiva para el pandeo sólo la parte por encima de
Obv (punto Oi, fig. 15.2). En dicha zona superior, E es menor
que en el origen, y disminuye rápidamente a lo largo de la curva, es decir, se alcanza
la zona de peligro mucho antes que en las barras no pretensadas sometidas a compre-
sión. Habría que establecer nuevos valores del coeficiente de pandeo w para la rama
superior de la curva a·E. Esta consideración muestra la necesidad de proceder con pre•
canción, y de realizar un estudio especial en cada caso particular, cuando no dé una
se¡¡;uridad suficiente la siguiente fórmul'a aproximada (valores de w a tomar de la norma
DIN l 045):

l l,1abv + 2,5w · üg+p < /Jv 1 15.(1)

15.2 El pandeo de placas pretensadas y estructuras laminares


En las losas pretensadas para firmes de carreteras o aeropuertos (ver apartado 16.3),
no existe tampoco peligro alguno de pandeo por causa de la compresión del pretensado,
si, como se ha dicho en 15.l, los cables están unidos al hormigón. Ni siquiera es ne· Fíg. 15.3 Montaje de vigas muy esbeltas de hormígón pr~~ensado, para los acces~s de'.
puente de Tancarville, sobre el Sena (Construcc1on: Campenon Bernard), luz.
cesario que los cables estén centrados, pues los Mv a que daría lugar una excentricidad 50 m; peso: 120 toneladas.
en su posición, se verían compensados por los Mg así provocados, quedando en definitiva
una compresión nniforme. Tampoco conduce al pandeo una excentricidad variable de
signo. Además de la comprobación analítica de la seguridad al pande~ lateral d~ la viga, cui:a
cabeza superior puede ser rigidizada lateraln1ente, en algunas c1rcn:n-st~nc1as, por medio
Sin embargo, si se pretensa sin cables incorporados a la masa de hormigón habrá que de una viga auxiliar (fig. 15.4), es preciso observar ante todo las s1gmentes reglas prác-
estudiar la seguridad frente al pandeo. Se posee en general dicha seguridad en losas de
suficiente espesor, si se evita las causas que puedan dar origen a una excentricidad de ticas:
la fuerza de compresión.
l." Al elevar una viga pretensada, se la debe coger solamente por sus extremos, P?;ª
En el caso de láminas o de estructuras plegadas, se puede mejorar mncho por medio que actúe por completo el peso propio de la viga (~g. 15.3): El ~unto de suspen.s10n
del pretensado la seguridad frente al pandeo, pues con un trazado apropiado de füs deberá estar situado exactamente en el plano vertical de s1metr1a, y, a ser posible,
cables se descargan las zonas comprimidas de la estructura por la aplicación de una sobre la cabeza de compresión, y debe ser regnlahle de forma que la viga pneda
compresión en las zonas de tracción, reducié11dose entonces las deformaciones, incluso ser llevada en su exacta posición vertical.
las plásticas. La comprobación de la seguridad al pandeo de tales estructuras preten-
sadas presenta ciertas dificultades y se sale del alcance de este libro. Tampoco se han 2.-0 En el caso de qne sea mny elevada la precom_presión de _la zona de tra'.'m?n, por
realizado apenas ensayos sobre esta materia, los cuales son necesarios para completar eJ faltar aún parte del peso propio (p. e. el foqado de cubierta), se deberia rntrodu-
estudio teórico de estos prohlemas de estabilidad. cir primeramente sólo una parte del pretensado, aplicando el resto una vez que la
viga estuviese en su posición definitiva, y cargada con el peso restante.

15.3 El pandeo lateral de vigas pretensaclas 3. 0 Hay que evitar cualquier desviación de la viga de sn plano vertical.
En las vigas prefabricadas pretensadas hay que prBstar atención a la necesaria rigidez
transversal, sobre todo durante el montaje. Con relativa frecuencia se han dado casos de Para las vigas de gran peso se dispondrá un dispositivo de elevación en cada. ext~e'."o
pandear lateralmente la viga al elevarla [239]. Como causa principal hay que conside- (fig. 15.3). Se puede también elevar la viga desde su centro, con un solo d1sposit1vo

603
602
de elevación, por medio de una eslinga (fig. 15.4), pero es preciso tener en cuenta entou· 15.31 Comprobación de la seguridad al pandeo lateral
ces, al estudiar la seguridad al' pandeo lateral, el esfuerzo axil N que se introduce en
la viga como consecnencia de la inclinación de los cables. En la figura 15.5 se muestra El valor de la carga crítica Pk, que provoca el pandeo de una viga, se define en la forma
una disposición adecuada de los cables en este procedimiento de elevación. siguiente:
En [ 497] se indican numerosos aparatos y dispositivos de elevación para placas, sopor- Para cargas P < Ph, una fuerza transversal H da lugar a una flecha horizontal que des-
tes, paredes y pórticos. aparece cuando deja de actuar H. Para una carga P >
Ph se mantiene la deformación
transversal y puede anmentar incluso hasta la rotura de la viga.

La teoría de la estabilidad se ocupa desde hace más de 60 años en la determinación de


la carga de pandeo Pk, para diferentes tipos de vigas y de cargas. Estos estndios encon·
traron su expresión en la norma DIN 4114, número 15, para los esbeltos perfiles ntili-
zados en construcción metálica.

Al comenzar a construir piezas de gran esbeltez con hormigón pre.tensado, fue preciso
empezar a tener en cuenta el problema del pa'ndeó lateral. En América se han ocupado
de él W. HANSELL y G. WINTER [ 452], y en Te! Aviv A. Smv [ 483], mientras que en
Francia P. LEBELLE [ 449] recopiló los resultados existentes y los amplió con ensayos y
trabajos teóricos propios. De sus estudios se ha tomado lo expuesto a continuación.

Las fórmulas han sido deducidas tomando por base las teorías del cálculo elástico, y ad-
mitiendo sus hipótesis, en especial la le.y de HooKE. Al igual que en casi tocios ~os
estudios sobre el pandeo lateral, se desprecian las deformaciones en el estado inicial de
la viga. Se supone, además, que las vigas son de sección constante y tienen un plano de
simetría, en el que están solicitadas a flexión. A pesar de estas hipótesis simplificatorias,
Fig. 15.4
solamente es posible una solución explícita de la ecuación diferencial, para ciertos tipos
Montaje de vigas pretensa- de carga y determinadas condiciones de borde. Por ello, las fórmulas han sido obtenidas
das de gran esbeltez, por
medio de una viga metálica en general con auxilio de procedimientos aproximados.
de celosía que rigidiza la
cabeza superior, como pre-
caución contra el pandeo Teniendo en cuenta el imperfecto comportamiento elástico del hormigón, y el efecto del
lateral (hangar en el aero· pretensado, sería de desear una ratificació'n de los valores teóricos, por inedio de ensa~
puerto ?e Londres).
yos, pero no existe nada, hasta el momento, en este sentido. Por ello, el coeficiente de
seguridad adoptado debe ser grande, por ejemplo: v = 3, para cubrir las deficiencias de
las hipótesis del cálculo.

La relación P /Ph ó M/M,, no es igual al coeficiente de seguridad, pues en el cálculo de


gancho de la grúa
las rigideces se supone una seceión ·no fisurada y un módulo de elasticidad eonstante.
alzado sección a-a Cuando el peso propio de la viga es menor que 1/ 4 Ph, se puede realizar el montaje sin
te.mor alguno. En caso contrario, es necesario un estudio más exacto.

En los cálcnlos b ay que tener especial cuidado en que las hipótesis hechas sobre el
em.potramie'nto a la torsión coincidan con lo que va a oeurrir durante todo el montaje.
bloques con ranuras No se debe enjuiciar en una forma demasiado optimista las inexactitudes que se produ-
laterales
cirán inevitablemente.

RECOMENDACIONES PARA LAS HIPÓTESIS DE CÁ.LCULO

L...a Según P. LEBELLE, se dehe tomar el módulo de eJasticidad correspondiente al lugar de


bucles horizontales y verticales mayor solicitación. En el caso de cargas de hasta 4 horas de duración, se puede deducir
Fig. 15.5 de la expresión:

planta
Disposición conveniente de
los cables, para el niontaje
con una sola grúa (según
P. LEBELLE),
E (en kg/cm2 ) = 18 000 ( 1 - ;J V/1v 15.(2a)

604 605
tomando la fip que corresponda, de acuerdo con la edad del honnigón. Si la duración
de la carga es de t horas, siendo 4 < t < 100, hay que multiplicar este valor de E p-0r SECCIÓN RECTANGULAR, VIGA SIMPLEMENTE APOYADA, APOYOS DE HORQUILLA

t-4. El caso más simple es el de una viga de sección rectangular, simplemente apoyada sobre
l- 200· horquillas (DIN 4 114) en ambos extremos, solicitada por un momento flector constan-
te (fig. 15.6). El momento crítico es:
En caso de solicitación mantenida se puede calcular con:
M,, =-"-V
l
E . ]y . e;-:¡-;, 15.(3)
15.(2h)
Si actúa además un esfuerzo axil centrado N (no de preten-
En todos los casos se ton1ará para el módulo de rigid.ez: sado), se reduce el mo1nento crítico a:

G = 0,4E.
M"' = ~ \1 E. Jy • G · lv ti(-;= 1~ )\;-~-~ ) 15.(3a)
Las áreas, Jíos mon1entos de inercia y el centro de gravedad, pueden ser determinados sin
deducción de la parte correspondiente a los cond11ctos, pero contando la sección de las Si actúa una carga uniformemente repartida en el eje de la
armaduras longitudinales ordinarias multiplicada por n. viga, se obtiene su valor crítico en la for1na

El módulo de torsión será calculado sin tener en cuenta la armadura ordinaria longi- 15.(4)
tudinal, sumando eu la forma usual los valores de las seccfoues aislad as.

Si la carga actúa a uua distancia e por encima del centro de


CÁLCULO llE LA CARCA CRÍTICA gravedad, habrá que multiplicar el valor de Ph de 15.(4) por:

N ota:ción, especial

e
Fig. 15.6 Reacciones en la viga de
sección rectangular con
apoyos de horquilla.
l _ 1,44 +V~-:--5; 15.(5)

distancia del punto de aplicación de la carga al centro de torsión,


e distancia del eje de giro al eje de la viga, cuando ésta cuelga de cahles, !J\o¡"FLUENCIA DEL EMP0Tll.Al\1IENTO DEL EXTREMO
z distancia entre los centros de gravedad de las alas~
Si ] a viga está enipotrada, no sólo contra la tors1on, sino también contra la flexión en
a distancia entre los pu.ntos de suspensión, su plano de 8 ¡111etría 0 en el plano horizontal, o en arnbos, se eleva. entonces la carg~
]p
mo·mento polar de in·ercia de la sección total, con respecto al centro de torsión, crítica. Si está articulada fil! el plano de simetría y empotrada rígidamente en el hori-
zontal, te'nen10-s:
ÍyF! 1
JyF2 ! momentos de inercia de las áreas de las alas 1 y 2, respecto del eje vertical y -- y.
497- v-E . J
2JyF! • JyF2 p .kr ----
~- - 'l3 ;,J Y · G · In 15.(6)
]yp
JyF! -+- }yF2 '
ln módulo de torsión (p. e. en u·na sección rectangular == ip . b3 • d), En el caso de empotramiento rígido en el plano de simetría y articulación en el hori-
zon.tal, la carga crítica es:
H magnitud auxiliar, H = 2 · lx · e --- .fFf (x 2 + y') y · d x · d y,
R rigidez del empotramiento a la torsión, 98.4 'E . J y.- G JD
Ph'----=Z,V • 15.(7)
NE valor crítico seg'Ú_n EuLER de u.n esfuerzo axil 1V centrado, para el pandeo en el
plano horizontal,
2 y en el caso de empotramiento rígido en amb05 planos:
;;r • E · Jy
N. E
- - - -l2- - - - ,
137,3 ¡--·-
Nr valor crítico de N para el pandeo por torsión de la viga, [Jh = -p-\ E· Jy · G · lv 15.(8)
. F · G · lv
}Vr ==-· Jp ·-,
INFLUENCIA DE UN APO.YO DE HORQUILLA IMPERFECTO
ángulo de inclinación de la viga respecto a la vertical,
a Durante el mon.taje de u.na viga no se cumple en gene~a~ la _?ond.ición de en:ipo-tramiento
¡· rígido a la torsión. Para valorar la influencia de la elast1c1?~d del empotramiento, se .dan
¡>ara algu·nos casos ecuaciones para vigas rectangulares solicitadas po-r una carga unrfor~

606
607
-~---·----··

memente repartida actuante en el eje de Jia viga. Se deduce la carga crítica de la


ecuación: Para o=
O se obtiene el factor que da la elevación del valor crítico de nna carga p ac·
tuante en el eje de una viga de sección I de doble simetría, en comparación con el valor
correspo'ndiente a la sección rectangular-ver 15.(4)-, en la forma:
15.(9)
l= JIB 119 251.5 2941¡,4

donde ª"
"
es la menor raíz de una ecuación que depende del tipo de empotramiento.
10o
ff(<X1
-"-·
"--.+ !- V1 +2,47/J 15.(13)

Supongamos e'n un empotramiento elástico a la torsión que un giro de ángulo rp provoca


10 -
.
- ·-
1 1

Para la viga solicitada por u·n mo-mento fiec~


el mo1nento reacción - R · cp. El valor de a1cr válido en este caso, es:
5" -1'=- tor constante-ver 15.(3)-dicho factor es:

4
' l

ll,5A + 16,8
l +_16,8 )' _ 62,BÁ-
3 -
2.5
--
/ cr?
CTkr =:
A t- 2,15
/(_!t,5A
1 A + 2,15 A + 2,15
15.(10)
2
~
;:?,.
..." :g
l

-- --
"""',•

'9.
,•
l ¡1+4·/J 15.(14)

l. R - '" . -
A---·--- 7,5 ~ - __ Debido a la diferencia tan pequeña, reco-
i
,,

- 2G · JD ""-- ~ -
- ~
1
~-- mienda P. LEBELLE tomar este último valor
- --
~--
--r· ~
1.
f-
15.(14), como factor de corrección a aplicar
Si la viga está suspendida de cables en sus extremos, puede girar alrededor de un eje situa- 1,0 ··~ ~ a las expresiones 15.(3) a 15.(9), siempre que
do entre el punto de suspensión y el eje de la viga, y a ~a distancia e de éste. Un giro OJ - e = O. Si es e "" O, se puede tomar como
de ángulo rp produce el momento reacción - 1/z p · e · rp y, en el caso de sección recta'n- 118 factor de corrección la expresión entre pa-
gular, se deduce el valor de ª"
como la menor raíz de la función: o,? ~. l1
1
réntesis de la ecuación 15.(12).
O,5
1 ..
8 .- 356a\i a / 1
1

~eVt~·f:- _115 ~~a+~~~~. =


O,5

/(a) 15.(JI) O, 4 . / SECCIÓN I CON SIMETRÍA SENCILLA, APOYOS OE

30 415 800
/ / HORQUILLA
1
! J / En el caso de carga uníforn1e1nente reparti-
Para !} = 1,0, f (a) corresponde a la fnnción g (a) de la ecuación 15.(17). Los valores de
ah buscados pueden ser leídos entonces en la figura 15.7 sobre la curva !} = 1,0.
z1
O, 1
·~
l./
/

¡...- ~
v [/
1 1
da, es aplicable la misma ecuación 15.(12)
corrcspo'ndicnte al caso de doble simetría.
I/
SECCIÓN J CON SIMETRÍA DOBLE, APOYOS DE HORQUILLA O a2 0,5 1.0 2 5 70 20
,i,
50 700 200 jOO 7000 2500
1
-" Cuando la solicitación consiste e'n un m .01nen-
to flector constante M y t1n esfuerzo axil cen-
Fig. 15.7 Función g (a) para calcular la carga critica P1<r
Si la viga tie'ne una sección en I con dos ejes de simetría, Ja carga crítica aumenta con en una viga suspendida, de sección en I (según trado N, se calcula la carga crítica ~"!Vkr para
respecto a la sección rectangular de iguales rigideces. LEBELLE). un M dado, por medio de la expresión:

[G·Jn(1+: ·/J)-N·1;-M·~]-(N·c+M)'=O
2
Para el caso de una carga p uniformemente repartida, actuando a una distancia e por (NE-N) 15.(15)
encima del centro de torsión (que en este caso coincide con el de gravedad de la sección),
se obtiene, e'n el caso de apoyo de horquilla en ambos extremos, el valor crítico:
Si la viga, con carga uniformemente repartida, está su~l?endida" ~e d~s puntos simétricos
Pk' =
2
~..'l (V l + 2,47ji ---- )
0,52112- 0,7211 v E· Jy · G · lv
;---·-
15.(12)
en el interior de la luz, no es posible hallar una soluc10n explicita sm un gran trabajo.
LEBELLE da el factor auxiliar: · 'd

siendo en ella: k =Vi+ 2,47/J + o,s20 -o.no 2
15.(16)

fJ =un coeficiente para tener en cuenta la rigidez propia de las alas y el aro, de la función representada en la figura 15.7:

E · lyF
fJ -- -·--
G. JD
2z
. ---
p
2
g (a)
4e
= -l-- /e-:¡-;
l /E. Jy 15.(17)

Ó = un coeficiente para tener en cuenta la posición del punto de aplicación de la con los cuales pode111os cal1cular la carga crítica por medio de:
carga

o- _2c 11 E . J,___
Ph = k ·
16 -
-¡,,- Vah V·----~~-
E· Jy · G · JD 15.(18)
- l 1 G. JD.
Esta aproxin1ación es suficiente1nente exacta e·n tanto q11e fJ y O sean n1enores de 0;05.

608
39 609
CAsos ESPECIALES

Además de los casos de carga citados, se· encuentran en el trabajo de P. LEBELLE [ 449]
estudios sobre la influencia de deform3.ciones, solicitaciones transversales, sujeción late~
ral por medio de vientos, así como sobre la influencia de las cargas puntuales cuando
actúan simultáneamente co·n carga uniformemente repartida. CAPITULO 16

16. Campo especial de aplicación del pretensado

Acl.verteneia previa

En la primera edición alemana de este libro fueron tratadas detalladamente en este capí-
tulo divere;as aplieacionf's espeeia-le.s del pretensaflo, mostrando la forrna conveniente de
utilizar éste, en las diversas es.trueturas o piezas. _En los años transcurridos desd·e e'ntonces
ha sido tan grande el desarrollo y tan nun1erOFUR las realizaciones. dm1tro de este camp-o eBm
pecial de la comtrucción, que no remita posihlc describir con detalle, dentro de la limita-
ción de este libro, todos estos progresos. Por ello, dare111os aquí ú.n.ican1cnte unas indicacio-
nes más o menos concisas acerca de los prol1len1as que plantea la aplicación del pretensado.
La bibliografía citada posibilitará al ingeniero el conocer el estado de la técnica y consi-
derar Ja experiencia acun1ulada 11asta el momento.

16.1 El pretensaclo de depósitos de revolución

16.H Depósitos cilíndricos de planta circular

16.111 Generalidades

Los depósitos circulares cilí11dricos son especialrr1e'nte aptos p-ara aln1acenar agua, aceite,
gasolina y otros líquidos. Debido a su forma, el estado tensional predominante que se
crea en sus paredes es del tipo in.emhrana (tensiones de me111brana), con lo cual la p-re-
sión del líquido es resistida con esp·esores re1ativarnente pequeños. Las tracciones anula-
res en el hormigón de la pared del depósito pueden ser compensadas por un pretensado
anular, de forma que no se produzcan fisuras en el hormigó·n, por lo qne, si é:ste es de
constitución compacta, se le puede considerar i1npermeahle~ sin necesidad de protección
especial alguna, con alturas de agua de hasta 30 m.

El que no se fisurn la pared del depósito es de especial importancia cuando el líquido


ataca al hormigón, teniendo q11e recibir la superficie interior una capa protectora. Estas
capas protectoras suelen ser de un n1aterial poco elástico, qu_e no puede acom.pañar fán
cilmente, sin agrietarse a su_ vez, la :fisuración de Ja pared de-l depósito. Son necesarias
ante· todo cuando se al1nacenan líquidos potah1es p,ero que contcnga·n ácidos, o hien
aceites ligeros o petróleo. Para tales depósitos, se dispone también de rccu.bri1nientos
protectores, resistentes y duraderos, a base de plásticos [546] .

.Es importante aden1ás la no fisuración del J1ormigón en el caso de aln1acenam.iento d.c


productos sensibles a I1a hu.medad, co1110 por eje1nplo, azúcar, sal, cereales y si111ilares,
habié11dose utilizado en estos casos con gran éxito los silos de hormigón pretensado.

Las dimensiones de los depósitos cilíndricos circ11lares han alcanzado valores in1portan-
tes. En USA, por ejemplo, la casa Preload Company lnc., de Nueva York, ha construido
ya depósitos de hasta 89 m de diámetro con 12 a 14 m de altura de líquido ((101] y

610
6ll
y= peso especifico de! liquido

f'ig. 16.3 Esfuerzos anulares de tracción en un depósito circular.

Si el iuaterial contenido es rm pro~


dueto pulverizado habrá que hallar
los esfuerzos anulares téniendo en momentos cuando el
depósito está vacfo
cuenta la experiencia re11nida en silos
de cemento [475]. Estos esfuerzos
son contrarrestados por medio del
pretensado, din1ensionado en general
Fig. 16.1 Diferentes depósitos pretensados, en una gran estación depuradora, en USA {Preload Comp.).
de forma que al estar lleno el depó-
sito se n1antenga al n1enos una com~ Fig. 16.4 Momentos de pretensado, cuando la pared está
presión de 5 kg/cm2• El pretensado empotrada en su base y el depósito vacío.
V R suele variar con la altura en for-
-11 +M
figura 16.l). BBRV, de Zurich, y Beton- und Monierbau AG, de DüsseMorf, han reali- 1na distinta a lo que corresp·ondería l [mj
zado depósitos de hasta 80 m de diámetro. Un depósito de la Berliner Gaswerke alcanza al diagrama de esfuerzos anulares. [tm} [tm}
QS
con 75 m de diámetro y ll,5 m de altura de llenado, una capacidad de uno8' 50.000 m 3• Más adelante volveremos a insistir
También se ha llegado a grandes dimensiones en altura (ver fig. 16.2). Preload construyó sobre esto. 9,0
en 1954, en .Ford Hood, Texas, un depósito
de agua de 21 m de diámetro y una altu.ra Las co111presiones producidas por el IJjJ'I. M2
de 42 rn. pretensado traen consigo, natural~
n1cnte~ un acortamiento del h.ormi~
Este procedimiento de construcción de depó- gón, tendiendo a disminuir el diáme~
sitos ha dado buenos resultados siempre que tro de Ia pared. Al llenar el depósito
han sido correctamente calcnlados y dimen- se dilata de nuevo. Aún se pueden
sionados, y cuidadosan1ente ejecutados. Se producir otros movimientos adicio~
sahe ciertamente de algunos casos de :fracaR nalcs de la pared, por causa de la r~Z~15m

sos, debidos indudablemente a errores en el retracción y la fluencia del hormi- d ~ 0,JOm


5,0~~~-,-~~~~~~~~~·-~~--

dimensionamiento o de ejecució'n.. En un de~ gón. Estos n1ovimientos se ven n1ás


pósito en Richmo·nd, California, rompieron o menos entorpecidos en la solera y
alan1bres por corrosió'n bajo tensión, porque la cubierta del depósito, según la dis-
los ca1Jles no habían sido aún protegidos posición constructiva adoptada. Este
con mortero 11 J11escs después de preten- entorpecimiento da lugar en la pared
sar [275 J. Un depósito de cienos, en USA, a esfuerzos cortantes y mom,en.tos ver..
Fig. 16.2 Silos de gran altura. El de la derecha, durante
el pretensado con la máquina devanadora
ro1npió desp·ués de varios años de servicio, tü:ales (según la generatriz), que va-
BBRV (Suspa, Ausburg). porque el revestin1iento de n1ortero de .pro-
1
rían aproxi1nadamente según la fiR
tección de los alambres era defectuoso [547]. gura 16.4.
Sien1pre que la ejecución sea cuidadosa dehen1os se·ñalar con10 ventajas especiales de
los depósitos pretensados su duración e inalterabilidad, así como su pe<!_11eño· gasto de El valor de estos momentos depende
conservación. esencialmente del grado de empotra·
miento de la pared, pero también del
diámetro del depósito y del espesor
16.112 Las fuerzas a tener en cuenta de pared o las tensiones del hormi- Fig. 16.5 Momentos verticales de la pared debidos a la presión
gón adoptadas. También se originan interior, en un depósito de 40 m de diámetro:
a pared perfectamente empotrada en su base;
El líquido almacenado da lugar en la pared a un esfuerza anular de tracción que crece n1on1entos verticales en el caso de b pared apoyada en u11-a tira de goma, con H = 1,5
linealmente con la profundidad y el diámetro del depósito: Z = 1/¿ d · y · h (fig. 16.3). llenado parcial, o también, de pre- toneladas métricas. \

613
612
tensado parcial, si por ejen1plo se introduce éste progresivarnente de abajo a arriba. Si · La armadura debe ser dimeusiouada y repartida eu tal forma que la retracción y la tem-
se procede sín conocin1iento de causa, puede ocurrir que se cizalle h.orizontalmente Iii Pªª peratura sólo puedan dar lugar a fisuras capilares. Por lo demás, tales fisuras pueden
red del depósito, si no estaba suficiente1ne'nte arn1ad a o p·retensada en dirección verti- ser evitadas casi por completo protegiendo durante el tiempo suficiente del sol y del se-
cal [114]. cado la superficie dd bonuigón, o rociándola pocas horas después del hormigonado con
u:na, película que impida la evaporación [513]. Se recomienda con .i':1sistencia un _rr;>-
Se pueden reducir fuertemente los momentos de borde por medio de juntas móviles (figu· longado curado húmedo del hormigón, en todas las partes del deposito, pues contmua
ra 16.5). Los momentos verticales de la pared, en el caso de llenado parcial, se modifi- entonces largo tien1po la hidratación del ce1nento, n1ejorand.o con ello la resistencia y
can en mucho menor grado. Los correspondientes momentos debidos al pretensado se la compacidad y disminuyendo también fuertemente la retracción y la fluencia.
pueden mantener pequeños pretensando el depósito por etapas. Todos estos momentos,
así com.o los esfuerzos corta'ntes en dirección radial, deben ser l1allados. cuidadosa1nente. El peligro de la fisuración de la solera del depósito puede ser evitado también por me-
Se utilizan para ello los métodos creados por TrMOSCHENKO [39], BEYER [33], FLÜG· dio del pretensado, estando entonces indicado el pretensado anular de la solera junta-
GE [324], GIRKMANN [457], BonN [477] y otros. Se determina entonces nna armadura o mente con la cimentación de la pared, 'no haciendo falta entonces disponer juntas (figu-
pretensado vertical, que evita las fisuras horizontales. ra 16.6). Se recomienda este
pretensado anular de la so·
Las tensiones debidas al pretensad.o progresivo de cilindros de hormigón, han sido estu- lera cuando deben ser reali-
diadas analíticamente con todo detalle por E. HAMPE, tanto para tnbos como para depó- zados sin jnntas diámetros
sitos [276] y [302]. F. LEVI ha estudiado detenidamente en [215] la disminución de los de más de 20 m.
momentos de empotramiento de las paredes, con las deformaciones plásticas. En general goma, p. e. 12ox11omm
es suficiente hacer un estudio aproximado de estos efectos, o evaluarlos a partir de otros Las soleras de grandes di-
casos s-e1nejantes. mensiones pueden ser subdi-
vididas por medio de juntas,
Ef.I algunos casos se introduce el m.ateríal a aln1acenar, fJOr ejemplo ceme'nto· o acejte cerradas con chapas (figu·
pesado, a altas temperaturas. Se crean entonces 11nas diferencias tér1n.i.cas en la pared~ ra 16. 7). La losa deberá te· /> ·;;;/' / ,,-.,/-· ';_ ;;,,, /
tanto e11 el sentido radial con10 en el sentido de las generatrices, que engendran tanto ner en la junta un espesor - · " '" · - " "' ~ "~ePin-tura para faVorecer el deslizamiento -
' capa bituminosa o de hormigón, perfectamente
1r1on1entos íiectores con10 esfuerzos anulares~ Para las diferencias térn1icas según las gene~ de al menos 20 cm, para suelo compactado, a ser posible, capa de arena terminada
ratrices da E. MELAN en [244] un método de cálculo, que conduce desde luego a tensio- poder disponer una doble Fig. 16.6 Cimentación de la pared y junta de goma, que es estanca y ad-
nes muy elevadas, probablemente superiores a las existentes en la realidad. Para las dife- armadura encima y debajo mite movimientos horizontales y giros.
rencias térmicas en la pared en el sentido del radio indica E. MonscH en [125] n'n pro· del tapajuntas.
cedimiento de cálculo. Por último, G. WoncH [366] y J. BonN [548] han planteado
¡seliado con Thiokol o similar
también el problema del cálculo de las tensiones ténnicas.
l.6.114 La unión de la sole-
Dcsgraciad.an1ente, no existen hasta el n1omento suficientes observaciones sobre las ten- ra y la pared
siones térn1icas reales que se producen en tales depósitos. E·n el caso de aceites pesados
junta en la solera tapajuntas
recalentados, por ejempl'o, se observó que se forma jnnto a la pared una capa aislante En primer lugar hay que
de aceite, que permanece adherida a ella al vaciar el depósito, de fonna que, al volver tener en cuenta que la pa·
a llenarlo,. el aceite caliente no entra en co·n tacto directo con el hormigón. En estos de~ red transmite al terreno más
pósitos, sólo es preciso proceder con precaución durante el primer llenado, realizándolo carga que el líquido, sobre
lentaff!,ente para evitar unas diferencias térn1icas peligrosas. Los depósitos construidos todo en depósitos cubiertos
hasta el momento en Escandinavia para aceite pesado reca~entado, sin pretensado verti- o enterrados. Por ello, hay
cal y sin juntas en la pared, 'no sufrieron daño alguno [301] y [546], lo que demuestra que disponer debajo de la
una vez más que los resultados teóricos deben ser siempre comprobados y corregidos pared una zapata corrida de
Fig. 16.7 Junta en la solera.
por medio de las experiencias prácticas. reparto, la cnal suele ser
hecha hoy en día con la
misma rasante de terreno que la solera, al objeto de poder trabajar sobre una gran su-
perficie horizontal con la n1aquinaria normal de construcción de carreteras.
16.U3 La solera del depósito
Naturalmente, lo más sencillo es la unión directa, sin juntas, de la solera con la pared, a
Para la solera del depósito la solución más conveniente es, sin duda, una losa relativa- través de esta cimentación, lo cnal es realizable en diámetros de hasta nnos 30 m, siempre
mente delgada de hormigón vibrado de gran calidad, armada con una malla tnpida. Es que se puedan resistir los momentos de empotramiento de la pared con tensiones y cuan-
suficientemente flexible para acompañar las pequeñas deformaciones del terreno precom- tías de annadura dentro de lo admisible (fig. 16.8).
pactado, las cuales, debido a la elevada presión del líquido, son inevitables. Lo más ade-
cuado es hacer la solera sobre una cap·a hitun1inosa o de hor1nigón, completar11ente pla- En depósitos mayores, y en especial en el caso de material almacenado a altas tempe-
na, interponiendo un cartón aceitad.o o una película deslizante, por ejen1p1o de sebo, lo raturas, es preferible disponer una junta móvil entre la solera y la pared. Se pueden reali-
cual permite que ~a solera pneda moverse respecto a su base de apoyo. Debe tener nna zar tales juntas a modo de juntas deslizantes sobre una capa plástica, tal como se mues-
pendiente suficiente hacia un sumidero, para la limpieza del depósito. tra en la figura 16.9. Este procedimiento fue utilizado por la empresa Molders & Cie, de

(¡].j
615
Hildesheim, en 1954, en la constrnccwn de un depósito de 15 000 m 3 en Petze hei Hil- se obtuvo, según los ensayos de la fábrica Metzeler, un desplazamiento de 17 mm con
desheim para la Harz-Wasserwerke, hahiendo dado buenos resultados (ver l.ª edición ale- 4 300 kg/m de fuerza horizontal. Dentro de ciertos límites se puede elegir el valor de
mana, pág. 384). No ohstante, hay que contar con un gran rozamiento (µ = 0,3 a 0,5) que esta fuerza l1orizontal, pues es tanto 111enor cuanto 1r1ayor sea el espesor de gon1a y 111e-
se opone al movimiento horizontal del pie de la pared, dando lngar a momentos en ésta. nor, por tanto, el ángulo de deslizamiento. Por otra parte, la capacidad resistente dis-
n1inuye con el espesor, aunque puede ser reforzada interponiendo cl1apas de plomo, sin
Seguramente, el procedimiento que mejor satisface todas las exigencias es la articulación modificar el deslizamiento [441], [476] y [565].
de goma adoptada por la casa Preload, de Nueva York, basándose en U:na larga expe-
riencia (fig. 16.10). Según la opinión del antor de este libro, la chapa vertical que se
suele disponer entre dos tiras de goma, es necesaria solamente cuando son de esperar depósito lleno y
asentamientos desiguales de la cimentación, bastando si 'no una única tira, de suficiente máxima temperatura depósito vaclo
después de pretensar
"T
tapa¡untas de 22 cm / /r/
placas de Neopreno / }' /
interior
3 de fi'lxzsmm / /
/
m~fuc"
/

/Á..,..,,.,_.....
/ /
/ '/IX
/

Fig. 16.10 Detalle de la junta /, / /.


de goma en el pie
capa de desiizamlento ángulo l!mite r:,iJOº
de la pared del de-
depósi to (sistema
Fig. 16.11 Deformación de la junta de goma.
Fig. 16.8 Unión directa de la pared con la solera. Preload).

·espesor de I¡¡ p a r e d - - - - - - - - ; La fuerza horizontal se debe suponer aplicada eu el borde inferior de la pared, pero da
cable vertical
lugar a momentos verticales muy pequeños (fig. 16.5). Es innecesario cualquier disposi-
tivo de seguridad entre la pared y la cimentación, pues al alcanzar la goma el desliza-
1niento citado opone una gran resistencia a continuar defor111ándose.
revestimiento
de gunita armadura en la zona En el caso de que el líqnido almacenado ataque a la clase de goma adoptada, será nece-
del ancia¡e, dos estribos
sario protegerla, recubriéndola por eje111plo con algún n1aterial sintético.
,,
,,
cruzados en planta

''' Finalmente, es posible también empotrar elásticamente la pared en la solera. La solu-


-----f~~t'::':r~;;;;;;~~~~~~ft;:~~~~~~Ví~
'
ción teórica y constrnctiva ha sido expuesta por K. BuYER ( [240], [323] y fig. 16.12).
V-'
J'~'·~~~~~n
e
La pared carga, a través de un anillo de apoyo, sobre la ci111entación, la cual está sepa-
tubodeacerod.1.~amml':~~? '' rada de la losa de fondo, de muy poco espesor y muy armada, por una capa intermedia
al acabar de inyeclai-··· deformable (junta plana). El nudo entre pared y solera puede girar alrededor del anillo
se le estrangula ~~:.' de apoyo, reduciéndose el grado de empotramiento de la pared gracias a la pequeña rigi-
listón trialigular J/Jcm dez de la sofora.

BUYER ha indicado también nna forma favorable para distribuir el pretensado. Se varía
/ /,,/,, / ' //
/ / / placa de fibrocemento' ,.. /, la fuerza de pretensado de acuerdo con la superficie rayad.a en la figura 16.13, obtenida
/ / / / /, / /

//,.. / ''capabituminosade8mm/// como suma de dos sinusoides. Los valores n1áxi111os decisivos para el dimensionamiento
2 +
--MvR ó MvR Mw-son menores entonces que en el caso de distribución triangular del
Fig. 16.9 Disposición constructiva de la junta deslizante entre la pared y su cimentación, que en este caso no sobresale pretensado (fig. 16.14).
de la pared para que pueda trabajar la devanadora BBRV.
E. RAMPE ha tratado el mismo problema [522]. Propone para la variac10n de la fuerza
de pretensado una combinación de funciones exponenciales con parán1etros libres, 110 cual
espesor y altnra, de nna goma resistente al envejecimiento, por ejemplo N e-0preuo (fi- hace posible una buena adaptación a los esfuerzos. anulares de tracción -existentes.
gnra 16.6). La carga de la pared hace que estas tiras estén siempre sometidas a presio-
nes mucho mayores que el líquido, por lo que la impe:rmeahilización es perfecta. La
movilidad horizontal surge del hecho de que la goma se deja deformar, sin oponer casi 16.115 La pared del dep6sito
resistencia, hasta un ángnlo de deslizamiento de 30° (fig. 16.11). Al mismo tiempo, la
capa de goma permite el giro del pie de la pared respecto a la hase. Para que se pro- Se suele adoptar un espesor de ¡tared lo menor posible, pues con ello se reducen .de en-
duzca el deslizamiento es necesaria nna cierta fuerza horizontal. Así, por ejemplo, en trada los momentos que toma. Por otra parte, debe ser posible un fácil hormigonado y
una tira de goma de 4,6 cm de espesor y 12 cm de ancho, de 60 grados de dureza Shore, alojamiento de los cables. Por ello, el espesor mínimo oscila alrededor de ~os! 15 cm,

616 617
n1e'ritos .fl.ectores en el plano horizontal, que hahrá que resistir alt111entando el espesor de
t.00 m de relleno de . ierras_ la pared y disponiendo un pretensado o arn1adura adicionales. La causa n1ás corriente
de dichos momentos flectores snelc ser el empuje desigual de las tierras. Por ello, para
rodear y cubrir un depósito enterrado, se debería utilizar un n1aterial lo n1ás hn1nogéneo
posible, por ejemplo arena, para que la presión que ejerza sea unifor1ne.
anillo de borde
dos capas de devanado Para el pretensa.do anular de la pared se dispo·nc de varios procedi111jentos. La gran n1;:~­
yoría de los depósitos, y en especial todos los de la Preload Company, de Nueva York,
1
fuero11 pretensados devanando a su alrededor un ala111bre en tensjón, por n1.edio de una
• de las máquinas descritas eu el apartado 4.35. En la parte inferior del depósito suele ser
~
~ 1
necesaria tal cantidad de alambre, que no siempre es posible alojarlo en una sola capa.
Surge siempre la pregunta de si se dehen dejar en contacto las sucesivas vueltas de
16 cm \ alambre, o si se debe dejar entre ellas una separación de al menos 5 a 10 mm, al ob-

,placa en corona circular, -r,--~ jeto de que no queden huecos entre los alambres y detrás de ellos. El autor ha exigido
siempre la separación citada, pues además se facilita la aplicación del pretensado por eta·
·tiexible ,
J1 ' } o -
pas. rran pronto se 11a devanado la primera capa de alambres, se la reviste con gunita.
apoyo anular Se puede entonces enrollar encima la siguiente capa de alambre (figs. 16.15 y 16.16).
hormigón pobre De esta forma se han llegado a superponer hasta cuatro capas de alambre.
junta plana
Fig. 16.12 Unión elástica de la pared por medio de una losa de muy poco espesor
sobre una base cedente (según K. BUYER).

~ ~ ~

~ ~ ~
-,·~~~~·~~~~-~ ~e>:tremo superior
de la pa1'd

cara interior

I
I
I
I
!1w'""-71
I
I
I Fig. 16.16 Devanado protegido por un
I
f revestimiento de gunita.
\
',,

Fig. 16.13 Distribución según Bu· Fig, 16.14 Momentos en la pared debidos
YER de la fuerza de al pretensado, al empuje hi-
pretensado en la pared drostático, y a ambos conjun-
del depósito, que co- tamente (sin empuje de tie-
rresponde a la suma de rras), en el depósito de la figu-
las curvas sinusoidales ra 16.12. Fig. 16.15 Proyectando gunita desde un andamio
ª1 Y ªr móvil (Preload Company, Nueva York).

cuando el depósito está pretensado por fuera, y de los 20 cm, cuando los cables están
embehidos en el hormigón. Normalmente se mantiene constante el espesor en toda la al-
tura, para simplificar el encofrado y la utilización de encofrados deslizantes. Ahora hien, La protecc1on de los alambres cOntra la corros1on se realiza p-or n1edio de un recubri~
sólo se puede adoptar un espesor de pared mínimo, cuando la presión interirrr sea uni- miento de gunita de al menos 2 cm. Es preciso recalcar la necesidad de utilizar el pro-
forme, por ejemp~o en el caso de líquidos. Cuando se vaya a almacenar otro tipo de ma- cedimiento de la gunita, proyecta'ndo el mortero de cemento con una relación ag.ua-ce-
teriales, y en especial en el éaso de depósitos enterrados, se pueden producir también mo- mento muy baja (W /Z = 0,28 a 0,35). Esta relación W /Z tan baja es esencial para que

618
619
110 se produzcan n1ás adelante fisuras de retracc1on en. el revesti111iento. Si se realizase cales un acero no demasiado su.ave, con lo cual el rozan1iento será pequeño. Se ha mos-
éste a 111ano,. la relación agua-cen1ento estaría entre 0,4 y 0,5, lo cual traería consigo una trado conve'niente la utilización del redondo norn1al de ar1nar, <25 7 a 8 inn1, pasado en
gran diferencia de resistencia y de retracción entre el horn1i.gón de la pared y el revcsti.- frío por un cilindro de laminación que da a la sección una forn1a oval, con lo cual des~
n1iento. Es conveniente tan1bién llenar el depósito antes de extender la capa exterior de aparece la pclícnla de laminación volviéndose la superficie lisa y algo más dura.
gunita, para que la dilatación de la pared durante el llenado, no dé lugar a tensiones
de tracción en el revCstin1icnto. I..a se~aración entre barras verticales está deternúnada por la P.resión transversal so~re
el alambre de pretensar, que no debe ser demasiado elevada. D1cl~as barras d.e. desliza-
Una cuidadosa ejecución es condición indispensable para una larga vida de la estructura. miento no deben ser tan1poco demasiado duras, pues de lo contrario se prodl1c1r1an estaM
lladuras en los alambres, al deslizar.
Para el devanado del depósito hay que establecer un programa que fije, por una parte,
la separación entre vueltas de alambre en el devanado definitivo, e indique, por otra Si está cubierto el depósito con una cúpula, es preciso levantar en el borde de la lámina
parte,. si se deberá ejecutar el devanado en una o en varias etapas, y de arriba a abajo un antepecho para poder colocar los alambres por encima de su posición definitiva. La
o de abajo a arriba. Este programa está determinado por los esfuerzos cortantes radiales fignra 16.19 mnestra dicha elevación del borde.
y los momentos máximos admisibles en la transición de la parte ya pretensada a la aún
no devanada. J-1:1 deva·nado definitivo es protegido contra la corrosión por n1edio de un revestimiento
de gunita.
---~-relleno de tierras sobre El procedimiento es apropiado para depósitos de hasta 20 m de diámetro, y ha sido
antepecho de hormigón, 'r-S, la cúpula; máximo l m
retirar una vez terminada
A empleado con éxito en más de cien depósitos. Su ventaja consiste en c¡ue· si el depósito
la operación de pretensar
está situado en un lugar apartado, no requiere el transporte ele i11aquinaria costosa para
3
L o"Cfo=-·-- .-~ ~ " colocar una cantidad de acero relativamente pequeña. Un depósito de unos 1 000 m de
-'~--'- 1 j! capacidad puede ser pretensado en 150 a 180 horas de trabajo.

J
.En nú.mero creciente se pretensan los depósitos con cables en el interior de tubos e:nvolM
ventes embehidos en hormigón. Los tnhos son fijados a unas barras de montaje o a la
~:

i ,,,_ _ _ _ _ _ _ ----·-·-_____l§§g_ ~-l


1 ·I ~/
arn1adura vertical externa, para que sus f11erzas radiales de desviación actúen sobre la
pared lo más hacia el exterior posible (fig. 16.20).
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a

.L
i"·--
,
'l:'º' "' 7QQ..¡_
I
capa de cartón enarenado
como superficie de deslizamiento
1
j I ---7--· %_. _
~I /
1
2
--
-~-
Teniendo en cnenta el rozamiento del cable, se disponen l'os puntos de tesado al menos
cada 1¡, de circnnferencia, equivalente a un ángulo de desviación de 12()<>, solapando los
:"·._7;f arqueta para conducciones
y limpieza
j ,cm de hormigón pobre cables (fig. 16.21). Para no debilitar la pared se disponen dichos puntos de tesado en
1

Fig. 16.17 Depósito troncocónico para ser pretensado según el principio de los aros de tonel (Procedimiento W. BAUR).

Un método manual muy sencillo es el pretensado según el principio de los aros de tonel,
c1·eado por W. BAUR [221]. Se da a la pared del depósito una inclinación de l : 12 a ¡I
1: 15 (fig. 16.7). Sobre la pared, y en sn cara exteirior, se fijan nnas barras de acero ver-
ticales, á distancias de 30 a 50 cm. Sobre estas barras de deslizamiento se devana a mano,
poniéndolo tirante, el alambre de pretensar-preferentemente en forma de cordones de
3 a 7 alambres-colocando el devanado en una posición previamente señalada sobre la
pared. Los cmdoues son andados en sus dos extremos introduciéndolos en tubos embuti-
dos en el hormigón e inyectándolos con mortero de cemento. Los anclajes intermedios no sufridera

son posibles.

El pretensado se realiza golpeando hacia abajo en varias fases las vueltas del alambre,
hasta que, debido a la inclinación de la pared, se alcanza el alargamiento deseado, y
con él, la fnerza de pretensado requerida. El recorrido en vertical puede ser calculado
::11 cordóo
' 1
fácilmente, a partir de la inclinación de la pared y del alargamiento del acero. La for- ' ' ~~ barrn de
>~· deslizamien!o
ma de proceder es la siguiente: empezando por la parte inferior, varios hombres golpean
hacia abajo 3 ó 4 vueltas de alambre, nna tras otra, a lo largo de 1/ 5 de la circunferen-
cia del depósito, hasta alcanzar 1/ 5 del recorrido de tesado. Para ello, no se g.olpea di-
,J
., ..
''..
,~

'...,j
-........
l""d de hocmigóo
inclinación f: 15
@ _sección de Ja barra
rectamente sobre el alambre, sino sohre nna sufridera hecha de nn metal más blando que · de deslizamiento
aquél (por ejemplo acero St 37) y provista de una ranura (fig. 16.18). El equipo de hom- .
bres se va desplazando alrededor del depósito, avanzando de abajo hacia arriba sobre la Fig. 16.18 Pretensado según el Fig. 16.19 Depósito según la figura 16.17, antes de pretensar. En
principio de los aros de la parte superior se puede ver el antepecho auxiliar de
hélice. La operación d.e tesado es relativamente fácil, si se adopta para las barras verti- tonel (W. BAUR). hormigón, que se retira una vez acabado el tesado.

620 621
unos salientes o nervios verticales, por fuera de la pared. real. Según el tamaño del de- E·n general, suele ser suficiente disponer
pósito se disponen 4, 6 u 8 de tales nervios (fig. 16.21). Al objeto de conseguir un pre- una armadura ordinaria vertical para ab-
tensad.o uniforme, a _pesar de la variación del ·esfuerzo del cable con el rozamiento, se sorber los mo111entos. La arn1adura ordi-
colocan los cables solapándolos en la mitad de su longitud, con lo cual se compensan naria horizontal debe estar sien1pre por
mutuamente las pérdidas. El rozamiento del cahle es hoy en día suficientemente uniforme dentro de las barras. verticales y debe ser
y hien conocido, pudiéndose crear con este procedimiento nn pretensado de total ga· muy débil, para que al ser solicitada a
rantía. tracción junto a la cara interior, o a comn
presión en la exterior, no haga saltar .el
El tamaño del cable se elegirá de forma que no hormigón debido a sns fuerzas de desvia·
se originen fuerzas de desviación demasiado ción. El pretensad.o annlar dehe ser lo
grandes, y que la distancia entre cables no sea bastante fuerte para que la armadura hori-
exterior superior a 3 veces el espesor de la pared. zontal no llegue a entrar en tracción, sino
Fig. 16.22 Acoplamiento de cables, cuando se construye
qne sólo sirva para el montaje de la arma· el depósito por segmentos.
cable vertical La empresa Dyckerboff & Widmann KG, realiza dura vertical. Siempre que los n1omentos
sus depósitos por segmentos sucesivos acoplando lo permitan, se debería prescindir de l.a r
los cables de cada segmento al anterior, ya pre· armadura interior de la pared, para faci- sección pared del depós'ito
tensad.o (fig. 16.22). litar el hormigonado.

En depósitos no muy altos se prefiere hoy en Cnando la pared tiene que resistir grandes
día la ejecución de la pared por segmentos, rno111cntos de e111potramiento o debidos a
cable horizontal pues se ha visto que las juntas horizontales de las ten1peraturas., se recomienda el preten~
l1orn1igonado pierden fáci]mente su estanquidad. sado vertical de la misma, colocando los
Las juntas verticales son estancas, si se limpian cables por dentro de los horizontales. Eu
hien las caras de las mismas, se labra su superR los anclajes se .precisa una ligera armadura
ficie y se las humedece ligeramente, antes de transversal (fig. 16.9).
Fig. 16.20 Posición de los cables ~n la pared de
hormigonar el hloque Contiguo, enlazando hien ' I
' 1
depósito. entonces el hormigón vibrad.o con el antiguo. En los depósitos es preciso disponer los planta 1 '
/ !
Habrá que vibrar con especial cuidado la zona empaln1es de las co'nducciones, que en i;!C'-

L=======·=r~==·~='J,=-D>
de la junta. Se debe mantener dentro de unos neral atraviesan la pared. Sin embargo, las
lín1ites reducidos la velocidad de asce'nso al hor111igonar, y c11idar de que exista una 111ism conducciones mayores o los agujeros de
n1a temperatura entre el hormigón nuevo y el viejo, para evitar fisuras en la unión. hombre, perturban la disposición de los
Gracias al .rretensado, la junta entra e'n compresión, haciéndose estanca. cables. Eñ los depósitos pretensad.os es mu-
1
1
1 1
cho más conveniente por ello !Ievar las 1 1
E:n ocasio'nes se han prefabricad.o las paredes en segmentos, pegándolos e impermeabi~ conducciones por debajo de la pared, d.is·
!izándolas en las juntas con nn plástico. poniendo al ~isn10 tie1npo u.n cómodo re- Fig. 16.23 Pequeña galería de acceso y para conexión de las
conducciones.
gistro de acceso (fig. 16.23).

16.116 La cubierta del depósito

La mayoría de los depósitos son cubiertos. Con diámetros de _hasta 40 ~ predomi~~f l~s
cúpulas de honnigón armado de 6 a 10 cm de espesor. La cupula. :equ1ere ~fi am o . fic
borde que se pretensa en igual forma que la pared. Para la secc10n del ªf1. o, es sut.
cie'nte en, general con la parte superior de la pared con su espesor norma , JU~t.amen e
con un ensanchamiento del borde de la lámina (fig. 16.24). En el caso de :ep¡sitos. ~e­
/ vanados, es co-nveniente añadir una pequeña cornisa que remateF el. enfosca .. o e gun1ta
,. , /
(fiaura 16.25). Si el depósito es enterrado no se debe hacer la lamma excesivamente del·
gada.' pues ni al colocar el relleno ni durante llel servicio de la estru.ctura se puede garan-
tizar que sean constantes ni el espesor del re eno e tierras n1. su pes o ·
d .

Para el cálculo de láminas esféricas pretensadas [74].

También la lámina produce momentos de borde en la pared del depósito.'. los ~nales
Fig. 16.21 Pretensado anular por medio de cables solapados. pueden ser evitados en ciertas circunstancias interponiendo una art1culac1on d1rectam

623
622
-
sección

apeo
sección A-A

' .
'''
'
'' ' '
~
sección B-8
Fig. 16.24 La cúpula como cubier- Fig. 16 .25 En los ctepósitos deva- Fig. 16.26 Apoyo de la lámina de
ta del depósito. La par- nados la lámina termi- cubiertá sobre la pared, ·A 1
te superior de la pareQ na en una cornisa que con una junta de goma.
hace a su vez de anillo remata el revestimiento. Posición de la junta de
\ 1
de borde. seguridad.
sin junta anular 1

1
---- __________ j
7 cubierta a base de piezas pre· armadura en horquilla
Fig. 16.2 fabricadas con nervios de borde.
mente debajo del anillo de borde (fig. 16.26). En los depósitos de combustibles se exige
disponer una junta de seguridad entre la lámina y la pared, para que ésta sufra el me•
Í'lor daño posible en caso de explosión. Es conveniente disponer esta junta directamen-
te sobre el anillo de borde (fig. 16.26), y dimensionarla de forma que se abra con una
presión interior de 500 kg/m2•

No es fácil de construir el encofrado de la lámina, y sólo compensa cnan'do se van a


hacer varios depósitos iguales. Cabe la posibilidad de hacer la lámina a hase de piezas
en sector prefabricadas (fig. 16.27), dejando sin armadura las jnntas según los meridia-
nos, mientras que en las juntas según los paralelos se requiere el solapar unas armadum B
ras en horquilla. La verdadera lámina puede tener entonces un espesor mínimo (3 a 4 cen- A
tímetros), si se refuerzan con nervios los bordes de las piezas prefabricadas.

Si es muy grande el diámetro del depósito, se puede subdividir la cubierta en una cú-
pula relativamente pequeña y una lámina tórica que la rodea. El nervio circular de unión solera de hormigón armado
base de hormigón terreno
entre ambas láminas apoya en una serie de soportes ( [301] y fig. 16.28). En esta solu-
suelo de grava compactado
ción, las fuerzas radiales de borde son mny pequeñas en con1pilración con las de la
lámina sin apoyos intermedios, siendo suficiente nu pequeño pretensado del borde para
absorber dichas fuerzas.

En la primera edición alemana de este libro se recomendó ya una cubierta colgante. apo-
yada en el centro del depósito en un. soporte circular hueco·, en cuya parte inferior se p11e~
den empalmar las conducciones (fig. 16.29). Los cables portantes cuelgan entre un anillo ex-
terior de compresión y otro interior de tracción. Sobre ellos son colocadas y rejnntadas
D
unas placas prefabricadas de 3 a 5 cm de espesor. En esta forma se puede hacer una cu-
bierta ligera sin encofrado ni andamiaje, y que en caso de explosión (depósitos de com- e
hustihles) saltaría en pequeños pedazos. No obstante, aún no se ha utilizado este tipo de
cuhierta en depósitos, aunque sí se l1a construido por este p·roced.imiento un palacio de
deportes (ver apartado 16.6).

Si se prevé un soporte central, se puede co·nstruir tan1hién la cuhierta a lJasc de ,oiezas


prefabricadas en sector, trabajando como viga ('fig. 16.30). En depósitos muy grandes se
prefiere una cu.bierta a base de elen1entos en for111a de hongo sobre varios apoyos inte- Depósito de petróleo en Egipto,
riores, como se puede ver en la figura ] 6.31 en un depósito en construcción en USA. _Naw f'ig. 16.28 para 5 000 m3 (Proyecto de Qs-
turalmente, Ja cubierta p11ecle des~~nsar también sol)re jácenas, tal' como se hizo en el TENFELD),

depósito de Petze hei Hildcsbeim (fig. 16.13 de la V edición alemana).

625

40
624
16.117 Dimensiones más económicas

La relación del diámetro a la altura tiene una cierta importancia en el coste de los
depósitos cilíndricos circulares pretensados. En la tabla 16.I, dada a conocer por la
empresa Preload Engineers, de Nueva York, basándose en largos años de experiencias
se dan las proporciones más favorables de las dimensiones. Los espesores de pared po-
Figfi 16.29 Cubierta colgante a base drían resultar demasiado pequeños e:n circunstancias normales.; es de observar el au~
de cables y placas prefa- mento de espesor de arriba a abajo. El espesor de la solera as siempre 5 cm, pues en
bricadas.
USA se suele hacer a base de una capa de gunita armada con una malla estrecha.

Tabla 16.I

-soporte tuOular

Dimensiones en m
eapac1.d3ad'-----··---
' -¡- ------·- ----·-·
en m 1

seccióri A-A ' A B e [_ _I) 1 E F G H J


-- -
1----- - ------- -- '
1 - ---- --------- - - - - --------- ----- -- - - ···--- - - --- ----

j t-zB. o,osm 378 i 12,50 3,15 1,56 0,12 0,12 0,05 0,05 0,20 0,15
~= 945 16,90 4,30 2,11 0,12 0,12 0,05 0,05 0,22 0,15
c¡,,~t__¡
1 1
1890 ! 21,35 5,35 2,67 0,12 0,12 0,05 0,05 0,30 0,17
\ 1 2 835 24,40 6,10 3,05 0,12 1
0,15 0,05 0,05
' 0,36 0,19

\, ____________ j
zB. z,oom
Fig. 16.30 Cubierta a base de vigas· 3 780 26,95 6,70 3,36 0,12 0~18 '' 0,05 0,05 0,38 0,22
sector sobre un apoyo cen- 5 670 30,80 1 7,80 3,86 0,12 0,23 0,05 0,05 0,43 0,25
tral. 7 570 33,85 8,55 4,23 0,12 1
0,24 1 0,05 0,06 0,48 0,27
:'
1

9 450 36,40 9,15 4,55 Oi22 0,26 0,05 0,06 0,51 0,30
i
: 1
18900 46,00 11,45 5,75 0,22 1
0,44
1
º~º5 0,10 0,69 0,38
37 800 1 57,90 14,50 7,24 0,22 0,74 0,05 0,11 0,89 0,49
1 1 ¡ 1 1 1

Proporción más económica en USA B : A = 1 : 4.

16.12 Formas especiales de depósitos de hormigón pretensado

Para muchos fines no es el cilindro circular la forma más apropiada para el depósito.
Por ejemplo, e:n los depósitos ·de fermenta{']Ón de fang-os se tiende a la forma .esférica
que se sustituye por razones puramente prácticaR, J)Or llll cono sl1perior y otro inferior
invertido, unidos por un cilindro ([325], [442] y fig. 16.321. El cono inferior suel'e asen-
tar en el terreno, y forma en cierto modo la ci111c'ntación. Por f'.llo, suele tener bastante
espesor de p·ared y está armado con acero O·rdinario. En el cono superior no· se puede t1tiw
lizar un .rretensado por devanado. Por esta razón~. estos depósito~ !'uclen ser pretenRa~
dos con cables individuales. Puesto que el depósito se llena hasta el vértice del cono
superior, estará éste sometido a una presión interior que l1ará ·necesario el disponer
también cables según las. generatrices, si se q11icre evitar las tracciones en el hor:µiigón.

El paso del cilindro al cono constituye pnr muchos conceptos una discontinuidad muy
molesta. Se producen considerables mome11tos verticales, que pu.-ede'n ser evitados si se
Fig. 16.31 le da también forma curva al depósito en sección vertical. U. FINSTERWALDER fue el pri-
Construcción de un depósi· mero en dar este paeo en los grandes depósitos de fermentación de fangos de las esta-
to de 50 000 m3 de ·ca'paci-
dad. Diámetro, 89 m (Pre· ciones depuradoras de Berlín y Frankfurt ( [387], [523] y figs. 16.33 y 16.34). Estos
load Company), depósitos fueron realizados con un encofrado giratorio de sector, y pretensados también

<:il

626 627
t,Qcm de hormigón armado
12 cm de hormigón de verm_iculita
1 cm de aislante
/ S cm de recubi'imiento de hormigón
45 itO
;:-1 1
.
i:t:; ~

--<25

55 5 55 5
--lllfl---·--·----------1-- 17,00m---

30 cm de hormigón pretensado
.?,5cm de gunita, recubriendo
2 capas de alambre
70 cm de vermiculita
72 cm de ladrillo ciinker-~~"

sección

Fig. 16.32 Sección de un depósito de fermentación de fangos.


Fig. 16.36 Sección del depósito de la figura 16.35. El
fuste está empotrado en la roca.
Fig. 16.35 Depósito de agua en drebro, Suecia.

por sectores, empalmándose los cables de acuerdo con la figura 16.22. Con esta forma
de depósito, los mon1entos y esfuerzos verticales son tan pequeños que es suficjente, con
g

M
disponer -en esta dirección una arn1adura ordinaria dobl1e.

En depósitos de agna elevados se ha utilizado frecuentell}ente la lámina comca. El ejem·


plo más expresivo lo constituye el depósito elevado en Orebro, Suecia, de unos 58 m de
altura ( [367]., [368] y figs. 16.35 y 16.36), cuya lámina cónica descansa sobre un fuste; y
con un diámetro exterior de 46 m tiene una capacidad de 9 000 m 3• Sobre el depósito, y a
una altura de 4,9 m, se encuentra una plataforn1a de visita piotegida por una 'lámina cónica
en sombrilla. La lámina del depósito tieue en su parte inferior ,45 cm de espesor y en la
superficie 30 cm. Fue pretensada con 206 cables Freyssinet, 12 !2l 7 de 37 t de esfuerzo
de pretensado útil definitivo. En la figura 16.37 se muestra la distribución de cables. La
zona de doble curvatura de transición al fuste no· requirió .pretensado alguno, pues tra-
bajaba siempre a compresión.

Para el anclaje de los cables hubiesen bastado, de acuerdo éon la figura 16.21, cuatro o
seis nervios verticales, pues la longitud de los .cables. era de ·media circunferencia. ·Por
razones arquitectónicas se adoptaron sin embargo 16 nervios .. Es de tener en cuenta ade-
más que el depósito fue hormigonado en el suelo; y despúés izado hidráUlicamente has·
ta su posición definitiva, al mismo tiempo que se iba construyendo el fuste.

Una forma de líneas bellas presenta también el depósito de Corgenon, en Francia, que
Fig. 16.33 Depósito de fermentación de· fangos en Berlín-Ruhleben, se abre hacia arriba con doble curvatura en forma de cáliz. Debido a la doble curva-
1953 (Dyckerhoff & Widmann KG). Fig. 16.34 Sección del depósito de la figura 16.33 tura, las cargas tienden a crear un estado de compresiones en los anillos de la parte baja

628 629
dos por una sohresolicitación pasajera. Por n1edio de ensayos se ha comprobado repeti-
das veces que ]!os tubos, bajo una presión excesiva, se fi.suran y abren, actuando a n1odo
\ de válvula automática de seguridad, pues el agua que escapa por las fisuras evita el que
aumente la presión. Tan pronto desaparece la sohrepresión, vuelve el tu.bo a ser her111.é~
tico, pues las fisuras se cierran, quedando comprimidas de nuevo casi con la n1isma fuer~
za de pretensado, Esta propiedad de recuperación de la estructura es en este caso de
gran valor, Desde luego, este efecto se produce sólo cuando la relación de la sección
de acero a la sección de hormigón no es demasiado pequeña; en un tubo pretensa do
sólo débilmente se perdería la compresión, También en construcción de galerías forza-
das y sifones está avanzando la utilización del pretensado. E, RAMPE en [ 443] y D. LENZ
y H, MOLLER en el manual Betonkalender, edición de 1960 [ 480], han dado una expo-
lilminil de doble sición muy clara sobre el tema, con numerosos datos de bibliografía ([18], [30], [ 44],
curvatura
[50], [77], [78], [126], [216], [217], [245], [276], [290], [304], [315], [326], [327],
[328], [345], [371], [372], [397], [450] y [451]).
~ sección A-A ~
·,~~~020
cercos ,
hélice cónica 16.22 Fabricación de tubos
Fig. 16.3'7 Distribución de los cables 12 0 7 milímetros Se distinguen dos procedimientos fundamentales diferentes:
St 125/150, en la lámina cónica del depósito
de drebro.
a) :Fabricación en una sola fase de trabajo en la cua~ se tesa el devanado de alambre
estando el hormigón aún fresco, por e>:pansión hidráulica del encofrado interior,
controlando al misma tiempo la expansión del encofrado exterior. El tubo es cu-
rado al vapor mientras se mantiene la presión de tesado.
b) Fabricación en tres fases, Sobre un tubo de hormigón centrifugado se devana un
Fig. 16.38 Depósito de agua de Corgenon, Francia (pro- alambre en tensió·n, y después se le protege contra la corrosión revistiéndole con una
cedimiento FREYSS1NET),
capa de hormigón de alta resistencia.

El procedimiento a) fue creado por E, FREYSSINET, y fue descrito detalladamente en el


apartado 16.22 de la primera edición alemana de este libro, .Las instalaciones son compli-
del depósito, pudiéndose reducir en ella el pretensado respecto al que exigiría la forma cadas. No se alcanza con seguridad el pretensado deseado, por lo que es preciso hallar para
cónica (fig. 16.38), cada tubo, por medio de un ensayo, la presión interior admisible. El procedimiento fue
Para los depósitos enterrados se obtiene nna forma favorable contraponiendo dos l'ámi- perfeccionado por la "Scntah Pressure Pipe C,oncern'', de Suecia. Los tuhos pretensados
nas esféricas unidas en el borde por un anillo pretensado (fig, 16.39). Teóricamente, en "Sentab" [180] son fabricados en Alemania por la empresa Dyckcrhoff & Widmann KG.
ambas láminas sólo existen compresiones, pudiéndose limitar el pretensado al anillo,
En ambos procedimientos se realiza el pretensado longitudinal tesando los alambres
l'ongitudinalcs antes de hormigonar, contra los moldes rígidos de encofrado, El preten-
sado longitudinal es sie1npre co·nveniente para que no se produzcan fisuras transversales
16.2 . Tubos y galerías pretensados en los tubos, tanto durante el transporte y su colocación, como más tarde por diferen-
cias en la resistencia del terreno. De ser posible, el pretensado longitudinal debería lle-
16.21 Advertencia previa gar hasta el final del manguito de empalme.
En el· apartado 16.21 de la primera edición alemana se describió abreviadamente la his- R. ScH0DT indicó en 1956 un procedimiento para aplicar también a la armadura anular
toria de los comienzos de los tubos de hormigón pretensado. Desde entonces han encontra- el principio del pretesado ( [ 444] y fig. 16.40). El alambre es devanado sobre un enco-
do una amplia difusión. Se fabrican en diversos tamañ.os, hasta 2,85 m de diámetro y 8 m frado interior de chapa bastante delgada, en forma decagonal u octogonal. Para ello, apo-
de longitud, para presiones de servicio de hasta 50 kg/cm2• Frente a otros tipos de tubos ya contra una armadura longitudinal colocada sobre un listón de hormigón, En el interior
para conducciones a presión, los tubos pretensados tienen la ventaja de no ser destruí- del encofrado se encuentran unos gatos hidráulicos dispuestos radiahnente (fig, 16.41),
que introducen en el devanado de alambre la tensión desead a, Se dispone además otra
placa d,e protección armadura longitudinal exterior que es tesada contra el encofrado, Por último, se coloca
el encofrado exterior. Se vierte entonces el hormigón y se le vibra intensamente. J_,a
presión interior del agua prodnce momentos flectores en el hormigón entre los ocho
vértices. La sección de hormigón está curvada respecto al octógono de alambre de tal
forma que el pretensado da lugar a momentos contrarios a los de la presión interior,
En la sitnación de servicio se compensan ambos momentos, La figura 16.42 muestra un
Fig. 16.39 Depósito de combustibles para 2 5.00·rn.3
con anillo de borde pretensado (idea tubo de prueba. Los eJ<tremos de los tubos reciben unos manguitos circulares prefabri-
de FREYSSINET), cados y pretensados, para que se puedan utilizar las juntas de empalme normales,

630 631
se le enrolla el alambre bajo tensión. Para esto existen diversos procedimientos, dos de
los cuales se han representado esquemáticamente en las figuras 16.43 y 16.44. El preten-
sado deseado puede ser obtenido con garantía, por medio de pesos. El tubo debe ser
accionado con un par motor que corresponda al esfuerzo de tesado multip~icado por el
radio del tubo. El paso del devanado es regulado por un husillo accionado indepen-
dientemente del tnbo. En la figura 16.45 se puede ver una de tales devanadoras, de la
casa Eduard Züblin AG, Robrwerk KehI¡Rhein.

Fig. 16.40 Sección por un tubo Schj(,lldt de sección po- Fig. 16.41 Dispositivo de tesado para los tubos poligo-
ligonal. nales Schji,lldt.

Fig. 16:45 Devanadora de la casa Ed. Ztiblin, Kehl, para el pre· Fig. 16.46 Revestimiento del tubo (Züblinl.
tensado de tubos de .hormigón centrifugado.

F~_l revestimiento protector se hacía antes con gunita. Hoy en día se le suele proyectar por
centrifugación, prensándolo después con un rodillo ('Züb1in) (fig. 16.46), o vibrándolo
por fajas (HAGEWE GmbH., Otigheim/Rastatt). Los últimos métodos tienen la ventaja
de que se puede utilizar un grano mayor, n1antener una relación agua~cemento baja y
! peso de tesado C ~V recoger el material derramado y volverlo a utilizar directamente. En estos hormigones
Fig. 16.43 Devanado de tubos de hormigón. La ten- de revestimiento es in1portante un contenido de mortero y ·una relación agua:~ce111ento ha~
sión del alambre es conseguida por medio
de un peso (según ZÜBLIN). jos para evitar las fisuras por retracción. ·

En los procedimientos citados se hace girar el tubo alrededor de un eje horizontal.


BBRV, de Zürich, ha creado un¡i máquina en la que se devana el alambre estando el
tubo en posición vertical. El tubo base puede ser fabricado entonces en posición verti-
cal, con el procedimiento del hormigón al vacío. Los diámetros grandes no ofrecen de
esta forma dificultad alguna. BBRV ha utilizado ya tubos de 4 m de diámetro como
tubos autoportantes sobre 6 vanos de 24 m de luz (fig. 16.47).
freno
Fig. 16.44 Esquema de un dispositivo devanador. Se redu- Acerca de otros tipos de tubos pretensados, por ejemplo con un forro de chapa :fina em-
cen así los momentos fiectores en el tubo de-
bidos a la fuerza del alambre (según Wijnstra, bebido en el hormigón, tal como se fabrican preferentemente en USA, por la Lock Joint
Fig. 16.42 Tubo poligonal pretensado (Schj0dt, Oslo). Holanda [138)). Pipe Co. y la American Pipe and Construction Co., remitimos al lector a la bibliogra-
fía [480].

En el procedimiento b}, utilizado por varias fábricas con pequeñas modificaciones, se Existen también procedimientos de fabricación en los que el tubo base carece de arma-
pretensa longitudinalmente el "tubo base" o "tubo núcleo", por medio de alambres te- dura transversal y la seguridad frente a los momentos flectores longitudinales queda con-
sados contra el encofrado, colocando además una ligera armadura ordinaria en la direc- fiada a unas barras de hormigón pretensadas embebidas en el tubo (Procedimiento ITB
ción transversal. Después de endurecer el hormigón, pasa a Ia devanadora, en la cual de E. RAMPE [ 443]). El pretensado longitudinal directo del tnbo da ciertamente una
mejor seguridad a la fisuración.

632
an·111os de remate de fundición
revestimiento de hormigón rellenar con mortero
tubo ba~e empaque después de terminar
centrifu-;Jado devanado
pretensado ta dura el montaje
1 de goma forro de chapa
li!

____
---
-·---~
1
,,___.

Fig. 16.50 Empalme de tubos Soco- Fig. 16.51 Empalme de tubos preten- Fig. 16.52 Codo de horm1gon pre-
man (HAGEWE GmbH. & sados Bonna-Dywidag, con tensado, procedimiento
Co.). forro de chapa. Ztiblin, para ángulos de
hasta 30°.

remata además el revestimiento de hormigón. Finalmente, en la figura 16.51 se muestra


la forma de impermeabilizar nn empalme de un tubo con forro de chapa (tubo Bonna-
Dywidag). Muy parecidos a estos son los empalmes de tubos de la American Pipe and
Construction Co.

La mayoría de estas juntas permiten pequeños cambios de dirección. Sin embargo, su-
$
cede a veces que el trazado de la conducción presenta un quiebro mayor. Para estos
Fig. 16.47 Tubos pretensados autoportantes (BBRV), en Volturno (Italia>. casos ha creado Zü.blin unos codos de
hormigón pretensado (fig. 16.52), en los sección en dirección C
cuales la pieza que forma el codo está
embebida en un tubo cilíndrico pre-
16.23 Empalme de tubos tensado.

Los empalmes de tubos se han perfeccionado mucho durante los últimos años. Se utili-
zan casi sin excepción los empalmes de manguito, en los cuales se confía la estanquidad
a un anillo de goma (empaquetadura) resistente al envejecimiento, que es apretado 16.24 Galerías y sifones de hormigón
transversalmente al juntarse los tubos y qne tiene una forma y una posición tal que la pretensado
presión del agua eleva la presión transversal impermeabilizante.
Las galerías forzadas de los aprovecha- Af""_: (> ..::=¡§ -·- --- - r - . ---· --
Como ejemplo se muestra en la figura 16.48 el empalme de los tubos Dywidag-Sentab, y mientos hidroeléctricos son construidas
en la 16.49 el de los tubos Zü.blin. Se realiza lentamente la transición al manguito, al en número creciente en hormigón preM
objeto de poder llevar los alambres longitudinales de pretensar hasta el extremo del tensado, para lo cual se han desarrolla- ©!.
1

tubo. do diversos procedimientos estudiados


\. 1
con todo detalle en el libro de A. Krn-
En algunos sistemas se evita el ensanchamiento en el empalme, recurriendo a piezas de SER [ 481], estando de más entrar aquí
acero. El tubo Socoman (fig. 16.50) va provisto de nn anillo terminal de fundición, con en su descripción.
una ranura para la empaquetadura de goma. La armadura longitudinal de pretensado
es anclada en el frente del anillo, con lo cual éste es apretado contra el tubo. El anillo Un consorcio de empresas alemanas ha
empleado con éxito segmentos de hor-
migón pretensado en la construcción de
un gran sifón bajo el Rin, en 1959 [478]
y [ 4 79]. El revestimiento consiste en
anillos prefabricados de hormigón pre-
tensado, de 69 cm de ancho, compues- Fig. 16.53 Sección por un anillo de hormigón pretensado, de
un sifón bajo el Rin, en DUsseldorf.
tos de 4 segmentos standard y una pieza
l-= 5-:::-::-:-=:=:-~=--===±',
armadura long. y transv. ordinaria
-==--'i
empaquetadura
de cierre (figs. 16.53 y 16.54). La unión
de los segmentos es machihembrada y la junta es sellada por medio de tiras de amian-
ranurada de goma
to pegadas a la ranura. La impermeabilización adicional de los puntos de cruce se reali-
za por medio de tapones especiales de goma. Este procedimiento podría ser empleado
Fig. 16.48 Empalme de tubos Dywidag- Fig. 16.49 Empalme de tubos pretensados de
Sentab. hormigón centrifugado. Procedimien-
también para abrir pozos, aunque con este fin se están creando otras soluciones p·reM
to Züblin. tensadas.

634 635
reparac1on trae consigo la interrupción del tráfico. E·n dos tramos experimentales se ori-
ginaron daños debidos a zonas rdativamente pequeñas de hormigón deficiente, lo que
subrayó la necesidad expuesta.

Se han creado métodos para el tratamiento analítico bastante exacto de las solicitacio-
nes "máximas~ tomando para ello los coeficientes necesarios de acuerdo con el compor-
tamiento real, de forma que hoy en día se pnede realizar sobre una base segura el di-
mensionamiento de firmes pretensados. También por métodos de cálculo se .deducen la
longitud y .espesor de las losas. La correspondiente bibliografía se ha hecho muy nume-
rosa. Por ello daren1os en lo que sigue un corto resumen de las principales ideas, ha-
ciendo referencia en cada caso :a las publicaciones en las·- q-ue se pu.eden encontrar deta-
lles n1ás precisos; con ello el ingeniero proyectista podrá tener a mano rápidamente los
datos necesarios.
Fig. 16.54 Segmento normal, pieza de cierre y barras de pretensado, utilizados en el sifón bajo
el Rin, en DtisseldorL

16.32 Las solicitaciones de los firmes de hormigón


16.25 Canales elevados
16.321 Variaciones de longitud y su entorpecimiento por el rozamiento
Ultiman1en-te se usan cada vez más frecuentcn1ente los ca-
nales elevados formados por lán1inas de horn1igón, los l_,as losas de 11ormigón están sometidas a variaciones de lo'ngitud debidas a difeiencias

~
aprox. l,§m,
cuales substituyen pa1·a el riego e·n la agricultura a las ace~
quias norn1ales, y en la industria a los tubos de conducción
de agua de refrigeración o aguas residuales. En general
ténnicas, retracción, pretensad.O, y otros factores, las cuales se ven entorpecida~s por el
rozamiento de la losa contra su hase de apoyo y en d borde, lo que da lugar a tensiones.
Estas tensiones de tracció·n aumentan, a partir de la junta, con. la longitud <le la losa.
soporte se sustentan sobre apoyos en horquilla. Se suelen hacer Por esta razón se intenta mantener un :fozamicnto pequeño, para poder hacer losas de
estas conducciones a base de elementos prefabricados ([524] gran longitud. Por otra parte, en una placa de longitud indefinida se mueve en la junta
zapata y fig. 16.55). sólo un cierto tramo final, cuya longitud depende de las tensiones existentes y de las re-
sistencias de rozamiento. G. WEIL [ 472] observó, µor ejernµlo, en una losa de 400 m,
' ' r¡ue para una variación de temperatura de 11,0ºC, dicha longitud era de unos 100 a
'---·- --4-..1.--- - --/

F'ig. 16.55 Canal elevado de hor·


16.3 Firmes de carreteras y pistas de aeropnertos de 120 n1. De estas consideracio·nes se deduce ta1nhién para las losas de hormigón preten-
migón pretensado, para hormigón pretensado ¡;,ado una cierta longitud máxima de unos 180 n1, cuando se admiten i11ovimientos.
riegos.
16.31 Generalidades Para disn1inuir el rozamiento se ha colocado frecuentemente un.a fina capa de arena,
perfectamente enrasada y cuhierta con paµel o láminas de polictileno. El coeficiente de
Desde e~ princ1p10 se vio que el horntlgó·n pretensado alcanzaría una gran in1portan·cia rozamiento su.ele ser entonces aproxi1nada111ente /l == 0,6. Las i11edicio·nes en obra acu-
en la construcción de carreteras y pistas de aeropuertos. Con el aumento de las cargas saron a veces resistencias iniciales que correspondían a u.n coeficiente de rozan1iento, re-
de tráfico las juntas y fisuras transversales de los firmes de hormigón se habían mos- ferido a la superficie de la base, de 1,0 a 1,5, condicionado p-0r el rozamiento de los bor-
trado como elementos perturbadores del conjunto. Mediante el pretensado se logra man- des y otras resistencias adicionales. Al repetir el movimiento decrecen dichos valores.
tener las losas libres de fisuras a lo largo de grandes longitudes, y reducir o incluso G. WEIL recomienda en el caso de base de arena tomar al menos I' = 1,0.
eliminar por completo las juntas de dilatación con aristas vivas de hormigón. En las
pistas de aeropuertos, la llegada del tráfico a reacción ha aumentado la necesidad de Si se van a colocar cables de prete'nsado, se recon1icnda disponer una base firme perfec~
evitar las juntas, pues los materiales de sellado no resisten las elevadas temperaturas tamente enrasada, por ejen1plo una capa de inortero de cem·ento o una capa bit.un1inosa
de los gases de escape de las turbinas. Además, el elevado impacto de aterrizaje de los anisonada. La superficie de esta capa puede ser pintada entonces con sebo, parafina o
modernos aviones, requiere una gran capacidad resistente del pavimento de la pista. Por algún producto similar (el betún se pega, siendo por tanto inadecuado), o bien se pue-
ello se han construido desde 1945 en muchos países, tramos de ensayo con losas preten- de extender sohre ella un cartón doble con pintura luhricante. De esta forma se puede
sadas para carreteras y pistas de aeropuertos. reducir el coeficiente de rozamiento hasta ,u = 0,25 a 0,5.

Los primeros ensayos fueron descritos detenidamente en el apartado 16.3 de l:a primera Al principio se hacían los cálculos con un coeficiente µ y una resistencia al deslizamien~
edición alemana de este lihro [80], [197] y [222]. Desde entonces se han construido nume- to t = a · J' · h, independientes del desplazamiento y constantes en toda la longitud de la
rosos tramos de ensayo (ver [528] e índice de bibliografía en [471]). Con todos estos ensa- loea. Ultimamcnte se tiene en cuenta la influencia del desplazamiento (fig. 16.56). Con
yos se ha reunido una serie da valiosas experiencias que no bastan, sin embargo, para una huena base de deslizamiento, por ejemplo arena fina, t crece casi linealmente y al-
resumir todo el avance logrado en un procedimiento constructivo que satisfaga todos los r-anza para el desplazamiento u;n un valor con~.tante ta. Con grava compactada u otra
requisitos. hase rugosa, el valor de t Fuhc inicialmente por encima de la resistencia final desp11és
de un desplazamiento grande.
Para los firmes prntensados se dehen proponer con respecto a la uniformidad de la ca-
lidad del hormigón, los mismos requisitos que se satisfacen hoy en día regularmente r
Tanto R. PELTIER 4731 como w.KoEPCKE f529] han. expuesto el estudio teórico del
en los puentes. Cada punto de hormigón deficiente puede ser causa de desperfectos cuya rozamie'nto con la correspondiente ecuación diferencial. Por el momento hay qu.e co1nen-

636 637
zar por determinar experimentalmente la función rozamiento/ desplazamiento correspon-
diente a las condiciones previstas en obra. 16.322 Diferencias de temperatura o de retracción

Mientras que las variaciones de temperatura o de retracción que son uniformes sobre !a
Tomando un rozamiento constante t(w) =ta= d . y . µ, se calcula el desplazamiento del sección transversal dan lugar a tensiones debidas sólo a la resistencia al deslizamiento,
extrem'.' de ~a losa ?'.'hido a una fuerza de pretensado V 0 = 0 , 0 • d . b que actúa en él las diferencias de temperatura LJT o de retracción en el espesor de la losa, producen
produc1en(lo la tens1on avo•
tensiónes de flexión. La placa intenta combarse, oponiéndose a ello el peso propio, de-
bido a lo cual se originen tensiones longitudinales y transversales.

11
// --- ,
(resistencia al destlzamiento)
......
.............
Entonces:
Las diferencias de temperatura y de tracción dependen del clima y dd espesor de la
losa. En las autopistas alemanas se llegaron a medir en losas de 22 cm, diferencias tér-
;ÍbJ ;:-_:......•.::··==··~-=-~-,;;;·-==- d • 2
0 v0
wo=2E • micas de hasta 18"C, y en losas de 25 cm de hasta l 7°C (temperatnra de la snperficie
/ ;/ b • ta + 54PC !) [ 3.~], lo que corresponde a tensiones de 30 a 35 kg/ cm'. En [ 42] se dan algu-
I /
/ laJ,// nos resultados de mediciones americanas. Frente a estos valores las diferencias de retracm
I / ¡
l,,as ten.siones se red11cen según la ley: ción son pequeñas, pudiendo ser despreciadas.

f;ti
·¡
ta • X Por término medio se puede tomar un gradie'nte térmico de LJT /d = 0,7"C/cm de espesor,
si la losa se calienta desde arriba, y de - 0,4°C/cm, si se enfría desde arriba. Según
WESTERGAARD las tensiones producidas en el centro de una losa ancha indefinida vienen
/ Suponiendo por el contrario que de acuerdo con dadas por:
'----~.L.__.·~-------~
1Da. (desplazamlento) w la línea (e) de la figura 16.56, el rozamiento crece
prin1ero linealmente, y a partir de un cierto Wa se ar = coeficiente de dilatación térmica
Pig~ 16.56 Variación de la resistencia al des- donde:
lizamiento t = µ • r · d, en función hace constante (con arena fina es Wa "" O 6 mm) se
. ' •
µ = coeficiente de Poisson "" 0,2 .
del desplazamiento: oh tiene para el desplazamiento del extremo de la
(a) sobre arena (según los ensa- losa el valor: En el borde de la losa las tensiones en la dirección transversal son nulas, y en el sen-
yos de Weil [472]; tido longitudinal muy poco mayores. En las losas delgadas las tensiones térmicas son me-
(b) sobre gravilla muy compacta-
da; nores que en las de mayor espesor.
(e) hipótesis de cálculo. Wo==
En el caso de pavime'ntos expuestos a la llu.via, la retracc1on se compe'nsa siem.pre de
nuevo con un entun1ecimiento. Tanto las tensiones térn1icas como las debidas a la retrac-
A ~a distancia Xa de la junta, el deslizamiento alcanza el valor "'ª' Haciendo para abre- ción, cambian, por tanto, de signo frecuente y regularmente.
viar:

/
1
a=--= ta _ _
i ........ _ _ 16.323 Cargas móviles
! Eb • d · Wa
Las cargas móviles dan lugar a unas tensiones de flexión que dependen de la carga P
se deduce Xa de de la rueda, de la superficie de contacto y, por tanto, de la presión sobre el pavimen-
to p, del módulo de reacción e=
p/s (s =
asentamiento medio de una placa circular de
76 cm ¡zj), del espesor d de la losa y de la posición de la carga con respecto al borde. Es-
tas tensiones pueden ser calculadas hoy en día con· bastante exactitud por medio de la
teoría del módulo de reacción, de WESTERCAARn, [12], [14], [21], [43], [79] y [531],
Para la zona de la losa O < x < Xa se cumple: que ha sido comprobad.a y perfeccionada repetidas veces por me.dio de ehsayos [57].
Según dicha teoría, la tensión bajo el centro de una carga P aplicada sobre u.n círculo
de contacto de radio a es:


3P(l+¡;.)r. Jog, bl
= ·-2;i":"(J2- ·+ (.0,205 - b)(b)''
1
0,078 log, ~~ - + 1
. 0,12J~1 ,
ta · X
Ox , v :::= Ov 0 - -d-·
en la que l es el llamado "radio elástico":
y para x > Xa:
Wx =.:: Wa. e- a(X-X)
Ox IV:::= Eh . a . Wa • e- a(X-- XQ_).
y b es el radio ficticio de la superficie de contacto, función de a y d:
~as
rf te;is.iones. debidas a una variación de temperatura se calculan análogamente. Su va-
maximo tiene lugar en l(2, si se supone p simétricame'nte repartido en la losa. Por
e o, el pretensado dehe ser dimensionado para l/2 (fig. 16.57).
b= y l,6;r + d' - 0,675d para a< l,7d
b=a para a> l,7d.

638
639
Si la carga se aplica en el borde de la losa la máxima tensión es según [57]: El pretensado inicial avo en ·el extremo, es al}sorbido por u.n rozamiento co·nstante ta, en
una longitud:
+ Eh · d'
_ 0,529P (1
ªbº'ª' - - - -d;
0,54µ) (
· log 10 C . b 4- + Iog 10 1 _ b/,' - , )
1,079

Para que quede aún en el centro un pretensado suficiente, la longitud de una losa prc-
y si se aplica ell una' esquina, Ja Ináxima tracción arriba es:
tensada desde ambos extremos no debería ser n1ayor de lo.

<Je_~quina
3p [ (. l,4la )
== -"'d,T 1 ~ - l -
12
' ]

Mientras que la fuerza de pretensado dis- .E..=-==""='
111inuye h;cia el centro de la losa, el es~ 1
!
-
V,

rozamiento 1
loni;¡itud de I~ losa l - - - - -
=- =w=---i•-
descenso de la_temperatura 11! Va

fuerzo de tracción debido a un retroceso ' l/2

1
r~il l l~ffiJJ 11!-~.:uiillJID~l'l 1¡i
La tcns10n en el borde de la losa alcanza aproximadamente el doble del valor de la ten· de la ten1peratura aumenta del extremo a 1

1 11
sión cuando la carga está en el centro. la sección cent1:al. Por tanto, en esta sec- dRJ,! \', \l1i \l 1l1\ 1 1 1

ción. debe quedar el suficiente pretensado 1 11·1¡1 : 1 ' iUW_i; ll !!'iil l 1


Para la obtención de las tensiones de flexión provocadas por cargas no circulares o por después de la retracción y la fluencia .rara
[ .
L dv ex¡sfente al descender
la temperatura
'·' '

varias cargas próximas remitimos al lector al estudio de las superficies de influencia de cubrir con suficiente seguridad las tensiones Fig. 16.57 Tensiones debidas al pretensado Vn disminuidas
por el rozamiento, y tensiones debidas a un des-
los momentos, realizado por PICKETT y RAY [128]. dehidas a los descensos de te1nperaturas~ censo de temperatura constante en todo el espe-
las diferencias de temperatura dentro de sor de la losa, las cuales crecen con el roza-
La carga estática es la que produce la máxima tensión. Estando los vehículos en marcha la sección y las cargas móviles (fig. 16.57). miento.
se midieron tensiones de só~o un 40 a 60 % de las estáticas [ 470]. Incluso pasando las
ruedas por resaltos de 3,5 cm de altura, no se obtuvieron tensiones apreciablemente ma· La disminución de fuerza de pretensado por la retracc10n y la fluencia es por lo general
yo~es, por lo qne se puede prescindir del coeficiente de impacto en el cálculo de firmes :rclativarncnte pequeña, ya que la retracción se ve regularn1ente con1pensada por el hu-
de carreteras. medecimiento que produce l'a lluvia, y los acorta1nientos de fluencia son muy reducidos,
pues la compresión media debida al pretensado no sobrepasa normalmente los 20 ~ 3?
Se ha podido ver Ia fuerte influencia de la resistencia del terreno sobre las tensiones en kilogran1os/cm 2• Si se utiliza, por ejemplo, acero St 150, se suele contar con t1nas perd1~
la losa debidas a las cargas móviles, y por ello se procura hoy en día realizar una hue· das de pretensa do por retracción y fluencia del 6 a 8 % .
na compactación del terreno antes de colocar el firme, y sohre todo que tenga una com-
pacidad uniforme. También se elimiua hoy en día la influencia nociva del levantamiento * mÓx.d
del firme con las heladas, interponiendo una capa de arena o grava de espesor suficiente. ! lkq/Cm 2J 16.331 El grado conveniente de prctensado

l
Esta capa debería ser compactada hasta que el módulo de reacción estuviese compren- Al calcular el pretensado adecuado hay que hacer distinción
dido entre 8 y 12 kg/cm2• '' entre la dirección longit11clinal y la transversa], ya que la
\ ""-<'2_Ó~.~~~~'!:_·~.+du,dT+dR
tensión debida a la variación de ten1perat11ra y al rozamiento,
En [ 470] Y [181] se dan tablas para el cálculo de las tensiones de flexión bajo las car-
i ~~+du.AT la cual depende de la longitud de fa losa, tiene una impor-
gas móviles. 50\- tancia decisiva. rra1nhién las te"nsiones debidas a la carga móK
1
vil alcanzan en la dirección longitudinal junto al borde, va·
Para la rueda dohle de IO t del tren de cargas de carreteras tipo 60 (ver norma DIN l10f- lores much.o mayores que en la dirección transversal. En una
l 072). las tensiones de flexión en nna losa de 20 cm, cargada en el centro, son aproxi-
madamente de 30 kp:/cm', dependiendo el valor exacto del módulo de reacción. Vemos 3.C~ m~ losa de 120 m de longitud, con coeficiente de rozamiento
fl = 0,6, módulo de reacción e=
8 kg/cm3, carga de rueda
que las tensiones debidas a las cargas no son tan altas como la suma de las tensiones de-
bidas a la temperatura, rozamíent~, etc., c11ya influencia deberá ser estudiada por tanto
wl~ de 10 t con una presión sobre el firme de Po= 7 kg/crn , nn
2

gradiente térmico de 0,7-0C por cm de espesor de losa (calen·


1
con espf~cial cuidado~ al' proyectar un :firme de horn1igón. 10\'·· tándose desde arriba), y - 0,35'"C por cm de espesor (enfrián·
O!···--'~.
iO JI¡
;_.--1 _ _ _
78 22
, -·-
25 d {cm)
dose desde arriba), se ohtiene11 las sun1as de tensiones repre-
sentadas en la figura 16.58, en las caras superior-ao-e infe-
rior-au-de la losa, en fu'nción dc-1 espesor d.
Pig. 16.58 Cui-vas de máximas
tracciones en las caras
16.33 El pretensado Vemos que la losa sufre en eu cara inferior unas tracciones
superior e inferior (rr0 ,
o) de la losa, para di-
n1ucl10 n1ayores que en su cara superior. Utilizaremos .rre-
versos espesores de la
En general, el pretensado es introducido en el extremo de la losa, y va decreciendo a Io tensado limitado, asignando al l1orn1igón tracciones de 20 a
largo de ella, principalmente por el rozamiento de la losa sobre su base. Eu el carn de 1 misma y con los su-
30 kg/cm 2, que correspouden aproximadamente a la mitad
puestos indicados en el
cables colocados en tubos envolventes, se añade además la pérdida de prctensado a causa ! texto. de la resistencia a tracción determinada: en el e'nsayo de :fl.e-
de los cambios de dirección involüntarios (ondulación involuntaria del cable). 1 xión. Por últi1no, podcn1os suponer q:ue no coincidirán los
valores i11ás desfavorables. Así, por ejemplo~ las tracciones en la cara inferior debidas a
El rozamiento sobre la hase puede ser tenido en cuenta de acuerdo con las expresiones un gradiente térmico sólo aparecen en el caso de una irradiación solar. súbita e intensa,
dadas en e.! apartado 16.321. lo cual obliga si1nultán.ean1ente a un aum.ento de la temperatura n1ed1a de la sección,

640 641
41
con el resultado de que al intentar dilatarse la losa, el rozamiento da lugar a tensiones Se puede asegurar la posic10n correcta
de compresión. de los alambres de pretensar pasando
una herramienta especial por el hormi-
De esta forma se obtiene que para una losa de 20 cm de espesor, el pretensado necesa- gón que acaba de colocar la distribui-
rio en sentido lo'ngitudinal es de 20 a 30 kg/c1112, con l'o cual se elin1inan las tracciones dora, inmediatamente antes de empezar
, ,
en la cara superior. a compactar, siempre que se hayan dis-
puesto las arn1aduras o cables transverm sección longitudinal sección transvetsai

Según la experiencia de las autopistas, se puede prescindir del pretensado transversal si sales por encima de los longitudinales.
Fig. 16.59 Posición de las armaduras, pretesadas en la direc-
la losa tiene nn espesor mínimo de 20 cm y está dividida por jnntas longitudinales en Estos últimos pueden ser dispuestos ción longitudinal, postesadas en la transversal.
fa.jas de 3,75 m. En este caso es suficiente con disponer una ligera arm.adura transver- tan1hién en dos capas, situando e'ntre-
sal. La snpresión del pretensado transversal simplifica mucho, naturalmente, la ejecu- medias el pretensado transversal (fig. 16.59). La compactación y el enrasado del hormigón
ción de la ohra. Se pueden hacer las juntas longitudinales a modo de juntas ciegas con no ofrecen ninguna dificultad con las máquinas corrientes. Seguida1nente co1nienza, sin
pasador, de forma que admitan giros pero no púedan abrirse. c1nbargo, la difícil tarea de mantener el hormigón dl1rantc su endureci1uiento libre de
fisuras, hasta que se le pueda trans111itir el pretensado, y en particular, l1asta que haya
En las autopistas de tres circulaciones, y en las pistas de aeropuertos de hasta 60 m de endurecido lo suficiente para admitir el anclaje por adherencia.
ancho, en las cuales se deben suprimir a ser posible las juntas longitudinales, resulta ló-
gico un pretensado transversal, y en el caso de las pistas incluso necesario. El favorable En la nneva pista del aeropuerto de Schwechat, en Viena, la empresa Universale, de
efecto del pretensado transversal en las pistas de aeropuertos fue comprobado en ensa- Viena [ 526], utilizó el procedimiento de transmitir prematuramente a la losa, con un
yos llevados a cabo en U.S.A., en los que el pretensado transversal era generalmente O, 7 encofrado frontal metálico y por medio de husillos, una parte de la fuerza de preten-
veces el longitudinal [530]. El grado de pretensado transversal se deduce para cada caso sad.o. Esta pequeña fuerza se pierde, sin embargo, a causa del rozamiento, en t1na longi~
p'lírticular segiín las indicaciones dadas para el longitudinal. No debería bajar, sin em· tud relativamente corta. El procedimiento de mayor garantía es probablemente proteger
hargo, de 12 kg/cm'. de un modo eficaz la losa recién hormi¡>;onada contra l'as pérdidas de humedad y contra
el enfria1nie'nto, de forn1a q·ue no se originen tracciones en el h_orm.i gón.

Se consigue la protección contra la evaporación extendiendo una película in1permeah·1Jjm


16.332 La tensión admisible en el acero de pretensar
zante 1 ó 2 horas después de la terminación de la superficie f513]. Para evitar el enfria-
miento frente a la temperatura de ejecu.ción, se pueden utilizar toldos o cubiertas 1nó-
Los firmes pretensados deben ser estudiados, con respecto a la seguridad, de muy distinta
viles, aislantes, bajo los cua]'es se puede insuflar aire caliente en caso de que descienda
forma que las estructuras normales, pnes en ellos la rotura de la armadura no da lugar a
la temperatura, y en particular durante la noche. Se acelera así, al n1is1no tiempo, e]
h·undimientos 'ni. derrumban1i.entos, y el tráfico mismo no queda an1enazado directamen-
endurecimiento del hormigón.
te. Por esta razón, podem.os cargar más el acero de 11retensar que en otras estructuras.
Se llega, en general, con las tensiones admisibles hasta av,, adm.=0,9/Jo.2 o bien O, 75/Jz.
Es conveniente fijar los alambres en un encofrado frontal metálico, de forma que al
transmitir al l1or1nigón el .rretensado no se recurre inicialmente al efecto de Ja ad.he~
Se aprovecha, pues, el acero mejor qu.e de ordinario.
rcncia para el anclaje de los alambres. Más tarde se retira dicho encofrado y se ntilizan
los extremos sobresalientes de los alambres para u.nión con la faja de conTnlemento has-
En los firmes no se comprueba la seguridad al agotamiento. Hay que tener en cuenta el
ta la junta. Inmediatamente detrás de] encofrado es neceRario di~poner una ligera arma-
hecho de que los momentos debidos al gradiente térmico, o el esfuerzo axil debido a
dura de cercos que resista las tracciones transversales del anclaje.
1as v.ariaciones térn1icas y el rozamiento, desaparecen en mayor o menor grado e'n el mo~
mento en qu.e se produ.ce una fisura en el hormigón, por lo que sólo se puede realizar
una verdadera comprobación de la seguridad para l•as cargas móviles.
16.342 Armaduras postesas

La experiencia en este procedin1iento con.structivo nos enseña que no se p11eden utilizar


16.34' Posibilidades constructivas
cables de1nasiado grandes en comparació'n con el espesor de la losa, pues de Jo contrario
16.341 Armaduras pretesas aparecen fácil1nente fisuras a lo largo de loR tuhos envolventes. El recubrimiento de éstos
no debería bajar, a ser posible, de 4 ó 5 cm. Por esta razón se ha ido derivando al ns<>
Con espesores de losa relativamente pequeños (de 14 a 20 cm en carreteras, o de 16 de cables relativamente pequeños, colocados a separaciones reducidas.
a 24 cn1 en pistas de despegue) tiene razón de ser la utilización de armaduras pretesas,
pues resulta especial111ente favorable la adh.erencia djrecta con armaduras no n'luy grue.. Así, por ejemplo, en el aeropuerto de Wohn fueron utilizados alambres individuales
sas. La ejecución del pretesado ofrece, sin embargo, algunas dificultades. Sólo resulta 0 1O mm de acero St 150, encerrados en tubos envolventes de 0 12 mm, con separacio-
adecuado en la direcc·ión longitudinal, para c.11yo fin es preciso crear unos estribos a nes de 30 cm.
distancias de l ó 2 largos de losa, para el anclaje de la fuerza de pretesado. Estos es-
tr·ihos pueden ser constituidos al mismo tiempo como durmientes de las juntas de dila- Los cables dehen ser fijados y apoyados a distancias cortas, si se quiere evitar que se pro-
tación. Cahe también la posibilidad de repartir escalonadamente la fuerza de anclaje. en- duzca una ondulación involl1ntaria excesiva al col'ocar el hormigón co'n la n1áquina d.is~
tre varios de dichos dunnientes, si en e] con1ienzo y en el' final de cada tramo se cons- tribu.idora y al con1pactarlo por vibración. En ocasiones se midieron ondulaciones rela-
truye el anclaje para la fuerza de tesado total. tivas muy grandes, de 1,5° a 2°/n1. Por ello se recomienda también en este caso ende~

642 643
rezar de nuevo los cables por medio de un dispositivo que deslice por el hormigón ya
vertido, poco antes de compactar, evitando así la _penosa colocación de tacos de apoyo. al eje de forn1a que se obtuviese una relación conveniente entre el pretensado longi-
tudinal y el transversal. Resnlta desventajoso el tener que dejar dispuestos los anclajes
En Ia Biggs Air Force Base, de Texas, se disminuyó la ondulación involuntaria tesan- en los bordes longitudinales, dificultando el empleo de máquinas que se desplacen sobre
do ligeramente los cables longitudinales entre los durmientes de las juntas transversales, banquetas.
previamente hormigonados, obteniéndose buen resultado en losas de 150 m [530].
Hoy en día se colocan los cables, casi sin excepc1on, paralela y ortogonalni-cnte al eje de
Tan1híén con este procedimiento de pretensado es preciso introducir pren1aturan1ente un la pista (fig. 16.61). Los cables longitudinales suelen ser situados ligeramente por de.
prin1er pretensad.o reducido, para evitar las fisuras d.e temperatura, o ad.optar las medidas bajo de d/2, colocando sobre ellos los transversales, aunque cabe también la posibilidad
indicadas en el apartado 16.341.

DISPOSICIÓN DE LOS CABLES

Al principio se disponían los cables cruzándose en diagonal (fig. 16.60), al oh jeto de


utilizar cables de longitud reducida. Se elegía entonces el ángulo de inclinación respecto

- - ~72 --;~-1,72 -768x1,7.? m = 116,96 m

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Fig. 16.61 Cables colocados en malla ortogonal para una pista del aeropuerto de Wahn
(Construido en 1960, Dyckerhoff & Widmann KG).

de que estos últimos vayan por debajo de aquéllos. En los bordes de la losa y en la
zo'na de los anclajes se debe disponer una ligera ar111ad·ura ordinaria.

La inyección Je unos tubos tan largos ofrece un cierto peligro de atascan1ie11to, po·r lo q11e
= es conveniente instalar unos tubos de inyección cada 50 n1 aproximadamente.

representación: planta [,as pistas anchas son ejecutadas con máq11inas ter111inadoras en fajas de 7,5 m de a11cho,
·siendo preciso entonces colocar ya los cables transversales en todo el ancho de la pista~
-mi!- anclaje de tesado a 110 ser que se los enhebre posteriormente en los tubos envolventes, en cuyo caso halJrá
(u.)--B-} que sujetar éstos convenienten1ente para que no se 111uevan durante el vertido del l1orw
(b) ~ anclaje fijo
migón. Se realiza entonces el hormigonado alternativo de los tra1nos, pretcnsando lo:ngi~
tudinaln1ente sólo lo necesario para evitar las fisuras de temperatura. Los tramos intcr-
111edi.os son hormigonados lo antes posible, entra11do en con.tacto directan1cnte el hor1ni~
gón fresco con las losas ya existentes. Al pretensar dichos tramos intern:1edios es preciso
pretensar e11 igual grado las losas adyacentes, por e'11cin1a de la preco1npresión ya in-
troducida en ellas. Iíay que aceptar, l)Ues~ el que exista una cierta diferencia de com~
Fig. 16.60 Disposición de los cables en la losa de ensayo de MERGELSTETTEN, de 120 n1 de longitud, construida en 19.53 presiones en las losas de diferentes edades. El hacer móviles las juntas longitudinales
(Wayss & F'reitag AG). entre fajas sería más desventajoso que la diferencia de compresiones longitudinales. Fiw
nalmente, se realiza el prete:nsado transversal de la losa completa.

644
645
En las carreteras en las que no es necesario un pretensado transversal (separación entre Una vez endurecido el hormigón de la
juntas longitudinales 3,75 m), puede resultar ventajoso para la colocación de los cables junta se cortaro·n con soplete los torni-
el que éstos sean sunú:nistrados en hobinas. Se coloca entonces primeramente, con una llos de unión de las chapas. Por regla
máquina distribuidora, una capa inferior de hornligón, y sobre ella una malla ligera de general es suficiente empaln1ar dicl1as zo~
acero ordinario, preferentemente como armadura transversal. A continuación, desde un nas a la losa pretensada por medio de
vehículo que transporta la bobina del cable, se va extendiendo éste hundiéndolo ligera- armaduras ordinarias. El perfil metálico
mente en la capa de hormigón, al objeto de que no se desplace más al verter el hormi- que remata las caras de la junta debe
gón restante (fig. 16.62). De esta forma se reduce mucho la ondulación. Sobre los cables qnedar bien anclado en el hormigón.
se coloca otra malla ligera de acero ordinario, preferentemente como armadura trans-
Otras veces se han colocado, al igual que
versal. Con este procedimiento se podría mecanizar el terminado de carreteras de hormi-
en .los puentes, chapas metálicas o peines
gón pretensado, y se evitaría el pisar la base para colocar los cables.
entrecruzados que salvan la grieta de la
junta, la cual en losas de 100 m debe
hrlninadora
cable de pretensar ·distribuidora
ser de nnos 30 mm. Se debería intentar
con viga vibradora distribuidora
I reducir al máximo la superficie metálica
de la junta, y contentarse con la existen-
cia de una grieta de junta. Sin ningún
inconveniente se puede adoptar un ancl10
de grieta muy pequeño, pues no daña
cable en su posición correcta- eriderezador--del cable. arena subbase carril de la terininadora. nada una compresión adicional de la
placa al sobrevenir la dilatación térmica.
Gt Fig. 16.62 Mecanización de los trabajos de extensión del firme (Propuesta del autor). Co1110 precaución contra una presión lo~
cal excesiva se puede interponer una Fig. 16.64 Ejecución de la junta con el empleo de una pieza
placa de goma. l,a figura 16.64 muestra de fundición (según Dyckerhoff & Widmann KG).
16.343 Juntas de dilatación una nueva solución, utilizando una pie~
za fundida (559]. En este caso se puede colocar y terminar con máquina el hormigón
En los extremos de las losas queda una faja sin bormigonar, para poder tesar los cables, hasta la misma junta.
la cual puede ser hormigonada nna vez realizado el pretensado definitivo. Se recomienda
ayudar a la losa en su deslizamiento por medio de gatos hidráulicos, para que llegue al r--~36.8 ___ =R~l

centro de la misma el máximo posible de compresión, y para que al construir Ia junta r-


se haya producido ya el máximo acortamiento de pretensado posible. 1
15
Bajo toda la zona de Ia junta hay que construir previamente una viga o durmiente de
hormigón armado, al objeto de qne no puedan flectar libremente los bordes de las losas. 1
i_ sección de ios
Este durmiente deberá estar provisto, en el caso de que no se selle la junta, de una tacos de Neopreno
sección de ia guarnición
ranura de desagüe de sección suficiente. Es importante que la capa de deslizamiento
esté ejecutada con especial cuidado en la zona de la junta, sobre el durmiente, para que
no se vea entorpecido el movimiento de la losa sobre este elemento rígido.

Para la construcción de estas juntas han sido probad.os diversos procedin1ientos. Existen
juntas abiertas con fuertes chapas de terminación, con10 se l1izo en el tra1no de ensayo de
Memmingen. Se proiongaro'n las barras de pretensado, uniendo las chapas con tornillos, y ~­

se puso en tensión por medio de tensores la prolongación de las barras ((331] y fig. 16.63). pintura deslizante losa cl!! hormigón
pretensado

r quatnic1ón una vez colocada

Fig. 16.65 Relleno de junta en el tramo de ensayo de Díetersheim/Bingen (Sistema


IIeld & Franke).

En el tramo de ensayo de Dietersheim/Bingen se colocó entre las losas rematadas por


20cm
unos perfiles [ un relleno de junta compuesto de varias capas de chapas de acero y pie-
_L~:~~~~~~~~ zas huecas de goma (sistema Held & Fra'nke)([ 469] y fig. 16.65). Este relleno es compri-
740cm
mido fuertemente antes de su colocación. Al acortarse las losas se expanden las piezas de
durmiente goma, permaneciendo siempre la junta cerrada. Este tipo de junta ha dado hasta el mo-
Fig. 16.63 Junta del tramo de ensayo de Memmingen.
mento buen resultado, pero es caro.

647
646
16.344· Pretensado longitudinal sin cables (pretensado externo) Igualn1ente, las heladas vie'nen precedidas por un a111hiente húmedo, entun1eciéndose la
losa y suavizándose con ello el descenso de la tensión por la temperatnra. Las medicio-
Y a en los primeros tiempos construyeron los ingenieros franceses pavi1nentos pretensand.o nes de tensiones realizadas por el antor en el tramo de ensayo de la autopista de Salz.
Ias losas en dirección longitudinal contra estribos fijos, para reducir el coste en acero hurg [ 468], mostraron que desde junio a enero, con te1nperaturas at111osféricas desde
de pretensar (ver l." edición alemana, y [80] y [222]), Si bien la primera pista de dcspe·
gue de este tipo, en .el aeropnerto de Orly en París, presentó, después de 11 años de servicio,
+ 300 hasta - 20°, la variación de tensión fne menor de llO kg/cm2 (fig. 16.67). Por
otra parte, esta diferencia de tensiones irá aun1entando con el tíen1po, pues se van amor-
daños importantes debidos a la corrosión de los alambres de pretensar 1 [532], las cons· tiguando los fenón1enos de flue.ncia, retracción y entumecimiento.
trncciones posteriores de este tipo se comportaron bien, por ejemplo la pista del aeropuerto
de Algier-Maison-Blanche [330], al haber sido ejecutada con sufi:ciente pretensado lon·
gitudinal y un espesor no excesivamente pequeño.

A distancias qne varían entre 120 y 300 m, dependiendo del rozamiento, se disponen
juntas de pretensado (fig. 16.66), desde las que se pone en compresión la losa. En el
comienzo y en el final de la pista, y a nna distancia entre ellos de 2 a 3 km, se encnen·
tran los estribos fijos, que transmiten al terreno la fuerza de pretensado. Después de
pretensar, queda la losa sin posibilidad de movimientos longitudinales, desapareciendo
por tanto el rozamiento como causa indirecta de tensiones.

¡ . . . .- -..-~JJOm - - - · - ¡ cables transversa!es


r- 1
/ ¡ I ¡ ¡ I ¡ ¡ TT¡t t ¡'¡ /;1¡' i /
t ¡ 1 f / 1 1/ I 1 1 /_/,/ ¡ / I / I I I / I I I I I I t / ·

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--/-.-1~ry
/ 1 / 1 I•

1 ~~ _ ----__juntas de pretensado
:f------SSm ~ cables para el estribo eli:sf1co
estribo
a) dt>lalle de! extremo de la pista

bJ esquema general
Fig. 16.67 Compresiones longitudinales observadas en la junta de medición y temperatu·
Fig. 16.66 Esquema de la pista del aeropuerto de Algier-Maison-Blanche (Campenon Bernprd}. ras medias atmosféricas (no del hormigón).

A una temperatura media de +


IOOC se debería adoptar una tens10n inicial entre 80 y
TENSIONES 90 kg/cm 2, intencionadamente alta, al objeto de que tenga lugar durante el primer año
la n1ayor parte del acorta:rníento de fluencia.
En lugar de las variacion.es de longitud se producen variaciones de tens1on, a causa d.e
la te111peratura, la retracción y la fluencía. Si au1ne"nta la temperatura aun1enta la comR La retracción y la fluencia del hormigón reducen el pretensado, siendo por ello preciso
presión, y viceversa. La intensidad de pretensado elegida dehe ser tal que, con la tempe· volver a pretensa:r en el otofí.o, durante los dos o tres prin1eroe, años, a no ser que se
ratura máxima, la tensión Iongitndinal no sobrepase el valor de 140 a 150 kg/cm2 , y dispongan juntas de pre.tensado que permitan el control permanente de la tensión y,
que por otra parte, con Ia temperatura mínima, se mantenga aún una co1npres1on de por ta·nto, n1a:ntener una compresión mínin1a.
nnos 20 kg/cm2, para compensar las tensiones dehidas a las cargas móviles.

Si se cuenta con una ten1peratura n1cdia máxi1na de la losa, durante el verano, de 40°C + LA SEGUR!lJAD AL PANDEO

(temperatura de la superficie 50"C) y una media mínima durante el invierno de + Al no existir cables longitudinales en el }1orrn.igó11, es preciso te11er en cuenta la scguriR
--10°C, se ohtiene, con un módulo de elasticidad del hormigón de 300,000 kg/cm', va· dad al pandeo de las losas de gran longitud. Al pandeo se opone el peso propio de losa.
riaciones de tensión de alrededor de los 150 kg/cm2 , las cuales no se producen, sin em· R. PELTIER [ 473] ha estudiado detenidamente el problema del pandeo de estas losas, y
bargo, en su totalidad, pues las temperaturas altas en el verano vien.en acon1pañadas de ha co·n1probado que en el caso de grandes longitudes no existe pe1ígro alguno de pandeo
ambiente seco, por lo cual la retracción y la fluencia producen un efecto contrario. si el espesor es mayor de 16 cm. Al1ora bien, las losas pretensadas en esta forn1a no sue~
len ser tan delgadas co1no las que llevan cables en su interior. ReconTendaremos un es#
I El autor se debe referir a Ja pista del aeropuerto de Orly construida en 1946 por E. FnEYSSINET, div.i· .Pesor n1ínimo d.e 20 cm, aunque sólo sea para poder resistír con un.a ligera armadura los
dida en una serie de losas triangulares que podían deslizar cada una de ellas con :respecto a las dos
adyacentes. El pretensado se conseguía por medio de cables transversales, al estar impedida la e.xpan~Jón n1o:rnentos en la dirección transversal producidos por las cargas n1óviles. Con un espesor
longitudinal de la losa por un estribo en cada extremo. No había, pues, cables longitudinales, y la fuerz? de 20 cm Ia tensión crítica de pandeo se sitúa en unos 180 a 260 kg/cm2 • Tampoco existe
de pretensado según esta dirección era anclada en el terreno. El principio de _pretensado es, en definitiva, peligro de pandeo en una curva vertical de culrninación, con los radios que se usan en
el mismo de la figura 16.71. (N. del T.) ellas hoy en día.

648 649
Cuando la losa es curva en planta, es preciso resistir la fuerza de desviación dirigida
hacia el exterior de la curva, por medio de pilotes hincados junto al borde de la losa,
y a distancias regulares. Esto no ofrece ninguna dificultad constructiva ni snpone un : :
coste muy elevado. Para el dimensionamiento de los pilotes habrá que deducir de la i ' '
' '
fuerza total de desviación, la componente que resista co'n seguridad el' rozamiento. ' '
1 ,,.:1
'~'
-·W~L.L-·--·
1
~ -· '
_,__)___
-~-
O! : :.9.: : '
: ! ~:
ÜISPOSICIÓN CONSTRUCTIVA DEL ESTRIBO
i '': '': '':
En las figuras 16.37 y 16.38 de la primera edición alemana se mostraron algunos de los pro- ' '
cedimientos primitivos de construcción de los estribos. Los franceses han utilizado prefe-
rentemente placas ancladas en el terreno solicitadas a tracción, que en el caso del aeropuer-
L planta
bordillo

4,00 4,00
to de Algier-Maison-Blanche poseían incluso una cierta elasticidad, al haber inyectado grava
los cables con betún blando (fig. 16.68). Estos estribos funcionando en tracción son ca-
ros. Su posibilidad de ceder no resulta de gran valor, pnes a 150 ó 200 m del estribo, terreno nat\!ral
la placa no se entera ya, a cansa del rozamiento, de que aquél ba cedido, y dejan de re-
ducirse las tensiones longitudinales. sección longitudinal

Fig. 16.69 Estribo fijo constituido por una losa en bóveda trabajando a compresión, en
el tramo de ensayo de Salzburg.
- - - - - - - - - - l o n g i t u d de la pista 2430m - · · - - - - · · -
18

i ""f"""' FORMACIÓN DE LAS JUNTAS DE PRETENSADO

~·'~·.~,,~~.,~~.~~
!() Los franceses utilizan como juntas de prctensado unas piezas prefabricadas de hormigón,
<:)! ' del mismo espesor que la losa, en las que se dejan embutidos tres o cuatro gatos-saco (fi-
- - - -------16,40--- gura 16.70). La primera fila de gatos es utilizada para el pretensado pa:cial prematuro,
- ----- - --~ ---- - ,ong1tud del estribo 5 7 m - - - · - - - · - - - - - · · - - - - - - l la segunda y tercera para el pretensado completo de la losa, y la última para repre-
conducto de Neopreno fieltro astal!ico cable freyssinet 721J7 tensar. El líquido a presión es sustituido inmediatamente por mortero de cemento. Una
/ / / / ,," / / / / / / / 18 / fila adicional de gatos llenos de un líquido anticongelante puede servir para el control
/ /
/ /
de la compresión.

cable Freyssinet 72d7 Una cierta desventaja de estas juntas es el hecho de q':'e el hormigón se fisure encin~a
de los gatos y que haya que rellenar con mortero la grieta que ap~r_ece. Por esta ra~on
F'ig. 16.68 Estribo cedente de la pista de aterrizaje de Algier-Maison-Blanche. la zona de Ja jnnta está expuesta siempre a desperfectos, que qmza puedan ser evita-
dos con mortero de Araldita. Este procedi-
pieza prefabricada
miento constructivo es por otra parte sencillo gatos, aun no ·inyectados gato ya inyectadado
y econón1ico.
La los.a abovedada trabajando a compres10n (fig. 16.69) es considerablemente más eco-
losa
nómica. Fue utilizada en el tramo de ensayo de Salzburg [ 468). El pretensado por medio de cuñas [203) que
entran a formar parte del firme {ver primera
En el comienzo se dispone un nervio transversal cuyo peso permite que se pneda dar edición alemana, figs. 16.44 y 16.45) fue uti-
una inclinación inicial a la bóveda. El trazado de ésta es tal que las fuerzas de desvia- lizado en el tramo de ensayo de Müriken-
ción debidas a la fuerza de pretensado son siempre menores que el peso del relleno si- Brünegg, Suiza [329], y en el de Salzburg
tuado encima. La losa abovedada está entonces solicitada siempre a compresión, y puede [ 468]. Las experiencias reunidas en ellos dan
ser ejecutada sin armadura alguna. Basta con nna profundidad de 4 a 5 m, si el relleno motivo para recomendar las cuñas que cru-
es .de grava o arena. La inclinación es tan pequeña hasta una corta zona en el extremo, zan de lado a lado el firme (fig. 16.71). La Fig. 16.70 Junta· de pretensado con gatos-saco Freyssi-
que se puede realizar la excavación necesaria por n1edio de una traílla. pequeña inclinación de la cuña 1 : 20, hace net, utilizada repetidas veces en pistas fran-
que se consiga nna gran fuerza longitudinal cesas.
Por lo demás, el estribo puede consistir también simplemente en nna losa normal de hor- de prete·nsado con una moderada fuerza transM
migón, sobre cimiento de gravilla, de nna longitud total de 200 a 300 m, construida por versal ejercida por medio de gatos hidráulicos. La cuña está formada por unas chapas
ejemplo sólo con juntas de contracción, pues esta longitud es suficiente para transmitir nietálicas muy gruesas esmeriladas en su cara externa, contra las que apoyan otras cha~
al cimiento la fuerza de pretensado por rozamiento solo. pas muy finas, con preferencia de fleje laminado en frío. En la cha~a gruesa Y en un
corto tramo junto a cada borde de la losa, existe una ranura de gura en la que entra
Tan1bién pueden servir como estribos pilotes hincados o varios nervios transversaJci;~ una espiga anclada en el hormigón, que tie'ne por objeto no pern1itir que se levante la
unidos por grandes losas. cuña.

650 651
planta Como ]ubrica:r1te entre arribas cl1apas se reco~
~feflon cuida de dis111inuir el rozan1ie:nto entre la gon1a· y la chapa, con lo que no se
daifa el tubo. Sólo existe el problema de hacer tales juntas a un precio asequible. El
n1ienda utilizar parafina o Tcflon; con este
1 tuho dehe ser reemplazable desde el borde del firme.
1 último es suficiente un espesor de 0,5 mm y
1
1 asegura un coeficiente de rozan1icnto inferior
~chaveta al 3 %. La cuña es fijada contra la Josa en su
16.345 Revestimientos pretensados para canal.es
1
1
posición final por medio de vástagos que
§ : 1 atraviesan su punta. Para prete'nsar es pre~ lJna interesante aplicación de los revestimientos de horn1igón pretensado es el canal de
- · - ; . ; : : : -.. ~-·-·~...l ....J.~
1
1
Ldurmiente ciso disponer tres o cuatro cabezas de tesado Pontecorvo, en Italia. El revestimiento del canal, que es de sección parabólica, fue pre~
1
1 atornilladas a la punta de la cuña. fabricado en un banco de tesado, en fajas de sólo 3 cm de espesor y 25 a 30 m de fon·
" f:'
1
1
1
1 ""l. ·chaveta Si la incli11ación de la cuña es inayor que sección
1
el coeficiente de roza1niento en la ju'nta, se i
------+----
puede entonces ajustar la cuña a una cierta
fuerza de pretensado, por medio de resortes
de plato, evitando con ello los valores extre-
dispositivo de tesado sección por I?. cuña n1os de la te11sión longitudi11al y n1antenienR barras de pret&nsar 0 18 . -
l PE 400 do un cierto valor n1íni1no de la fuerza de Sf 60190
pretensado.

Para estar seguros de q11e las s11perficies de


deslizamiento son real:rnente planas, deben
ser horn1igonadas las C11ñas en una instala-
goma gato de 100 t detalJe.,A" ción adecuada, con10 piezas prefahricadas de
ara Id i t a ¡
la ohra.
canal d2 desagüe
fleje laminado = 200120
IJas cuñas pern1ite·n un prin1er ·pretensa do
parafina
o Teflon
n1oderad.o. Estando la cuña entre dos losas
Fig. 16.71 Cuñe. de pretensar que atraviesa de lado l1orn1igonadas el primero y segundo días res~
a lado la losa.
pectivanJente, se introduce ya en Ia tarde del
segundo. día un ligero prctensad.o, creando planta
---- -r ·-- - i·
una fuerza aproximada de V /6. Dependiendo de la temperatura, se puede e1evar el prctcn-
sado a V /3 en el cuarto día, y a V /2 en el séptimo. La fuerza completa de prctcnsado
se introduce lo 111ás tarde posible~ poco antes de la puesta en servicio del tran10.

A pesar de estas posibilidades de pretensado prematuro es necesario impedir el desecado


y el enfrian1iento de la losa durante los prin1eros dos días, por n1edio de cubiertas inóvi~
les o incluso .por calentamiento artificial, ya qtae de la contrario, pueden producirse fisuras __ J L

tra:nsversales ya du.rante el primer día.


Fig. 16.72 Propuesta de junta de pretensar con tubo de goma. La presión es regulable en todo tiempo.

Ventajas importantes de las cuñas de pretensado son el que no queden juntas abiertas
en la superficie del firme, ni aristas de hormigón desprotegidas, así como la posibilidad feflon entre ei tubo de garllél
y ia chapa
de una fácil reparación. Si se deteriorase la losa en algún punto, se destensan las cuñas
adyacentes, se realiza la reparación y se tensan de nuevo. No tiene ningu·na in1portancia
que se reduzca pasajeramente la tensión longitudinal en los vanos próximos.
"
clla!la de 2 mrn.
Pretensado con tubos de goma. Se puede conseguir una bnena solución para la junta en dos piezas
de pretensado, por medio de un tubo de goma (figs. 16.72 y 16.73) situado en el interior
de una coraza n1etálica que pern1ite 111ovirnientos longitudinales de 40 a 60 n1n1 .Para el
pretensado y la regulación de la presión. La presión se logra mediante un líquido anti-
congelante. Con el tien1po se crearán Juntas de este tipo con las cuales se conseg·uirá
inantener tan1hién en el invierno la co111presión necesaria, y evitar tensiones excesivas
d·urante el verano, por n1edio de una válvula.

Se salva la junta con ayuda de dos peines entrecruzados de acuerdo con la figura 16.72.
Fig. 16.73 Detalle de 1a figura 16.72.
Los agujeros se tapan por medio de chapas que se solapan suficientemente. Una capa de

653
652
gitnd. Sobre la base de hormigón del canal se extendía una capa de asiento de mortero
sobre Ia que se colocaban las fajas pretensadas con ayuda de un pórtico móvil (fig. 16:74). n1archa n1ás agradable d.e los trenes, sino dimensiones
Despnés eran vibradas y rejuntadas (Construido en 1958, por la empresa Farsura, de que beneficia a los vehículos y a los carri- r- A -L
., l. -¡--'
, sección AA
$??).
Milán) [ 453]. les. Basándose en sus numerosos ensayos ¡.::¿ 11"' I -- 7ii '°º5 a
y la experiencia recogida durante n1uchos
años, los Ferrocarriles Federales Alemanes
L~ A ~5~~=-:~-=-·--~-l~~ºg;../..-- /050 -=~.===! T
han redactado u·nas "Normas para el di- ¡- B sección BB
.
lt~==~=±''±;li1±i1=15=º=~;;::=J==i 58 ~
. .
n1ens1onam1ento, . y recepc1on "
construcc1on ~ ~

de traviesas pretensadas. Según ellas, la Le carga?"


traviesa tipo B 58 debe resistir con la se- 15~t
!Yuridad n.ecesaria un momento negativo
n •
en la sección central y u·n mon1ento posi- carga J'
tivo ha.jo el apoyo del carril, de 1,2 tm 15~t
cada uno, sin que la compresión del hor- carga2
migón sobrepase los 120 kg/cm2, y la trac-
13~

m·tt.
tensiones t!n el hormigón debidas a V. e! M admisible . ',,,,,,··:' 7t i;
ción los 30. kg/cm 2• El hormigón deberá 2 yelMreal
tener una resistencia n1inin1a a co1npresión M adm mttkg/cm : t}'~075t para
de 600 kg/cm 2, una resistencia a flexotrac-
ción 1 de 65 kg/cm2 y u·na resistencia a "F 1'1'f.:t,J
carga!/~- ¡
i """~'
la fatiga en flexotracción de 30 kg/cm'. 1
1 ¡ '
--,-1~, 1-
"' / ¡/ / '
Para cun1plir estos requisitos el pretensa- ~ 53 Mdbz~30kg/cm2
adrn calcuiado para
do inicial debe ser de unas 32 t y el final
M reai 1 Y,
,,_ } 1 ,
_,.l. carg.a7 62-60 Tss 55
1 ' - i __i--- 0,91 dbu
de 27 t. e.orno tensión inicial en el acero
se admite 0,70/Jz. ' 3~2773\7.0.J
· · M adm
mt kgkm 2

Fig. 16.75 Traviesa pretensada tipo B 58 de los Ferrocarriles


Federales Alemanes; momentos bajo la carga de
El acero de pretensar debe se.r colocado servicio y tensiones en el hormigón debidas al
en forn1a de un mínimo de 4 y un máu pretensado.
xirr10 de 8 harras rectas, junto a los hor~
des de la secció·n, con adherencia en el hormigón, y a ser p~~ible con anclajes finales.
Fig. 16.74 Colocación de fajas pretensadas de 30 m de longitud, para revestir un canal en Ponte- Es imprescindible que el anclaje sea bueno, porque !~ s.eparacwn entre el _extremo de la
corvo, Italia.
traviesa y ]a sección bajo el carril con el mon1ento in?x1mo es 111uy ~equena, por lo que
no se dispone .Práctican1e'nte de espacio para el anclaje por adherencia.
16.4 Traviesas de ferrocarril de hormigón pretensado
Er pretensado sin adherencia, que era todavía corriente en 1955, ha caído totalmente
Las primeras traviesas prctensadas fueron fabricadas por los franceses, hacia 1940 (45]. en desuso, pues se ba observado que la adherencia es altamente. ~avorable ~ efectos los ??
En la primera edición alemana de este libro, en el apartado 16.4, se daban algunas formas impactos ·que recibe la traviesa en los descarrilamient~s .. Tambien se ha vrnto la ut1hdad
inicia]es de las traviesas. de la adherencia por cizallamiento entre acero y horn11gon.

Hasta el comienzo del año 1961 han sido colocadas por los Ferrocarriles Federales Ale- Para su adnllsión, son so1netidas las traviesas a llll ensayo dinámico, en el cual sufren
manes más de 14,5 millones de traviesas pretensadas, la mayoría en vías de primer orden. 2 X 106 ciclos de carga entre 3,2 t (por carril) y J4. t (momentos entre 0,4 y l,_75 tm),, a
Podemos decir pnes que la traviesa pretensada se ha acreditado e impuesto. H. MErnR, al una frecuencia aproximada de 8 ciclos por segundo. Las fisu~as que hayan podido apare-
que se debe en gran parte la introducción de estas traviesas, informa en [348] sobre cer no .Podrán te11er, después d.e descargar, un ancho superior a 0,05 mm.
diversos resultados de ensayos, experiencias y las correspondientes conclusiones. A. DOLL
describe en [550] la evolución desde 1955 y su estado actual (1961). Para la fi,jación del carril se dejan embebidas en el hormigón u·na clavijas de madera
tratada químicamente.
Mientras que en los primeros años se preferían las traviesas con su parte central de men
nor sección y flexible, entre otras razones para reducir su peso, se ha derivado más tarde Hespecto al hormigón es de observar que los áridos de doble machaqueo con ?~ano
a traviesas más pesadas. El desarrollo de las máquinas extendedoras de vía ha progresado hasto de forn1a cúbica, p-resen.tan una inayor resistei:cia a lo~ in1pactos ~ue. los ar1d.os
en tal forma que el peso de las traviesas ha dejado de tener importancia. La viga rígida rodados o de machaqueo simple. Hoy en día se realiza en casi todas l.as fa?ncas !~ com-
a la flexión en toda su longitud, que constituye el nnevo tipo de traviesa B 58 (fig. 16.75), pactació'n del hormigón, prhneramente en la n1esa vibratoria, y despues ha.Jo pres1on con
presenta además la ventaja de aumentar la rigidez torsional de la vía, cuando se usan un vibrador de superficie..A contin11ación ·se ~-ealiza el_ curado al vapor d.ur~nte ~ a l~
carriles atornillados sin posibilidad de giros. Esta rigidez torsional asegura la vía contra horas, y a 60 hasta 80°C de temperatura. H. HrscH trata en [347] las particularidades
el pandeo y permite así los empalmes soldados de carriles. La traviesa pesada ha faci: del hormigón para traviesas.
litado de esta forma el empleo de carril sin juntas, lo cnal no sólo trae consigo una
1 :Resistencia a tracción determinada en el ensayo de flexión.

654
655
I,a fabricación de .las traviesas se hace con puede ohservar que las traviesas sólo
~r~1aduras postesadas o pretesadas. En: este están bateadas y rodeadas de balasto en
ult1n10 caso los alan1hres so'n tesados contra un ancho de unos 80 cm debajo de cada
los moldes metálicos [550] y [551]. carril, mientras q·ue en el centro d.eben
La figura 16. 76 muestra las }Jarras utilizadas quedar al aire, para evitar el peligroso
en_ el procedimiento de la Dyckerhoff & feuólneno de que al aflojarse el balasto
W1dmann KG (creado jlor. KAR1~)
·- l
\y' .as cuaa
bajo los carriles quede la traviesa con10
les. son introducidas. en la traviesa ya endu:b apoyad.a en su centro~ lo cual conduciría
.rec1da, pretensadas desde u:n extre 1110 contra a un estado anorrn.aJ de flexiones .
la~ <;ampanas de anclaje embutidas en eJ hor-
~111gon, e inyectadas desde el extren10 op.ues~
to con mortero de alta resistencia. Las cuaM 16.5 Postes, pilotes y tablestacados
tro barras son de acero Sigma St 13.5/150. de hormigón pretensado
Fig. 16.76 Armaduras del procedimiento Karig·DywidaO"
4 barras 0 9,7 mm de acero St 135/150. "'
de ~ 9 ~ 7 n1111, y están provistas en los extre: 16.51 Postes de hormigón pretensado
n1os de roscas laminadas. Para el ;;:u1 clajc 8 ~
en1plea una t11erca de cono, co1no Ja de la El uso de este tipo de postes se ha difun-
figura. !l.51. Los huecos para los hueles de dido hoy en día ampliamente, en sustitu-
ancl~Je y las tuercas, son cerrados, una vez ción. de los de rr1adera o metálicos. Pre-
t;rm:rn?da la inyección, con Jnortero de conn ferenten1en.te se hacen con armaduras
s1stenc1a seca. pretesadas aunq·ue tan1bién se utiliza la
técnjca del postcsado con adherencia in- Fig. 16.79 Armaduras del procedimiento Thosti-BBRV, en un
La armadura que se 111llestra e:n la :fi.gura ]6.77 molde metálico para 3 traviesas, contra el que
directa. Como banco de tesado puede ser- se tensan los alambres.
con1puesta de cuatro barras 0 14,,5, n 1n1 , co~ vir el n1ismo rr1olde metálico, sobre todo
rrugadas, de acero St 60/90, son utilizadas si se utiliza la centrifugación para compactar el l1orn1igón. :En otros procedimientos el hoxp
por la Beton- u. Monierbau AG, como arma- n1igón es vjbrado.
~ura pretesa. Las barras son tesadas hidráu~
hcamcnte
. conti·a el molde metálico
. d e ¡ as La forma del:. poste es función del fin a que esté destinado, o sea, del tipo de solicita-
traviesas, y fijadas por medio de tuercas. J_,a ción. .Así, por ejemplo, los postes para electrificación de líneas de ferrocarril suelen te-
fuerza ~e prcte:nsado _puede ser transmitida ner sección rectangular o e·n I, incluso pueden estar constituidos por dos cordones uni-
a] ho~1n~gón i:nn1ediatamente después del eno
~l.urec1n11ento al vapor del n1is1no, quedando
hhrc de nuevo el molde. Los . huÚos deja-
Fig. 16.77 Armaduras del procedimiento Beton- und dos en. las cahezas de la traviesa son cerrados
Monierbau AG. 4 barras tzJ 14,5 mm, corru· poster1orrne:nte con n1.orte:ro de ce1nento. I~n
gadas, para adherencia directa. Son prete-
sadas contra el molde. este caso se confía el anclaje a la adherencia
de los :fuertes nervios de la barra.

()t:ro procedimiento con arn1aduras p:retesas


es el de la figura 16.78. La armadura -,e com-
pone ~e 8 alambres 0 6,9 mm de acero esti-
rado w! 140/160 en las que se recalcan en los
cxtrcrnos unas cabezas, segü:n el procediinie·n~
to B~RV, _Y con ayuda de nna placa de
ancla.Je for3ada que recihe e11tre cada dos
alan1bres l1n perno de teAado prov1·,..,.,, d e rosM
· · ,,t,

ca, :º1: pretensadas contra el -;_,.ncofrado (Pro~


Fig. 16.80 Vía de los Ferrocarriles Federales Alemanes tendida- sobre traviesas de hormigón
ce_d,nnento Thosti-BBRV, Thormann und pre tensado.
Stwfel AG, de Aushurgo).

La :fig-ura ] 6.79 111nestra u.n n101de n1etálico dos por una triangulación, pues esencialmente están solicitados en una sola dirección (fi-
Para. trc:; traviesas con los alan1hres tesados, gura 16.81). Los postes de alumbrado o los de líneas eléctricas, no atirantados, suelen
~os pernos~ las placas de anclaic y Jas cl.avin ser de sección circular u oetogonal, llena o hueca (figs. 16.82 y 16.83). En la situación
Jas .rara fijació·n de los carri]e;. · normal los postes soportan unas solicitaciones rnínimas. Sin en1bargo, tienen que ser
Fig. 16.78 Armaduras del procedimiento Thosti-BBRV dimensionados para situaciones anormales, co1no la formación d.el manguito de hielo, la
8 ala~bre~ :L'i 6,9 mm St 140/160, para ad~ En la figura 16.80 se muestra u:na via tendida rotura de un alan1bre, o· los vientos huracanados. Frecuentemente estas cargas excepciona~
herencia directa.
sobre traviesas de hornTigó11 pretensado. Se les puede'n causar solicitaciones en el poste según cualquier dirección, y en el caso de

656
42 657
---- --""!--
Fig. 16.81 Sección de un poste con sobrecarga permanente des- ferrocarril, de líneas telegráficas de larga distancia y de mástiles de antenas, que contieM
centrada, tal como se utilizan, por ejemplo, en' tendi- nen en esencia lo siguiente [381]:
dos eléctricos para ferrocarril.

-r líneas eléctricas incluso de torsión. Por tanto,


l." Se llevará a cabo una comprobación analítica de la seguridad requerida al agotamiento (en gene-
ral 1,75 veces). En el caso de hormigón de calidad B 700 se podrá calcular con un acortamiento de
. rotura del 3,0 %:i, o bien con un valor determinado especialmente por medio de ensayos. Se supon-
debemos disponer en cada dirección, de la sufi· drá una distribución rectangular de la tensión en la zona de compresión.
ciente reserva de compresiones para las inoti~
2.º La armadura adicional ordinaria que pueda p·recisarse. para conseguir la seguridad requerida, deberá
vadas por dichas cargas excepcionales. Esto sig· ser, si es posible, corrugada, y con un límite elástico tal que se alcancen más o menos a un mismo
n.ifica q·uei no se puede exagerar en tales postes tiempo los límites elásticos de la armadura de pretensar y de la ordinaria, al fallar el poste.
el grado de pretensado. Se utiliza entonces el
pretensado moderado, hasta el momento no 3.º Es conveniente adoptar el grado de pretensado de forma que bajo las cargas mantenidas, las traccio-
nes del hormigón B 700 no sobrepasen el valor teórico de 50 kg/ cm2 calculado en el e·stado I. En
comprendido en Ia norma DIN 4 227.
los casos de carga mantenida muy baja se supondrá actuando permanentemente alrededor de un
30 % de· la máxima sobrecarga, dependiendo de los requisitos establecidos respecto a la flecha. Si se
Por esta razón se han cread.o unas normas es~ exige una elevada rigidez torsional, o si las solicitaciones durante el transporte y manejo pueden ser
peciales p·ara el dh11enslonamiento y ejecución grandes, se podrá ado-ptar un grado de pretensado adecuadamente mayor.
de postes pretensados (Proyecto de norma DIN
4 228) , según las cuales es preciso respetar las 4.º Cuando el poste pretensado esté solicitado a torsión, se podrá contar, en el caso de hormigón B 700,
con unas tracciones principales admisibles de 45 kg/ cm2 (Comprobación de la se·guridad a la fisura-
tensiones admisibles en el prctensado limitado,
ción). Al contrario que en el caso de solicitación a flexión, parece suficiente· para la torsión un coefi·
s;.gún DIN 4 227, pero no para la carga máxima, ciente de seguridad de 1,5. Por otra parte, en el caso de solicitación a torsión la carga de fisuración
sino para la llan:1ada "carga media", definida deberá ser algo superior a la sobrecarga, pues las fisuras de torsión no se cierran de nuevo al des-
como la carga que se presenta con mayor freª aparecer la so·licitación.
cuen.cia, para la que por ejemplo no hay que
considerar más que un 25 % del viento máxi1no. E1 pretensado red11cido trae como co'nsecuencia el que sea preciso frecuentemente reforN
En una segunda etapa de carga, llamada "carga zar el poste con armadura ordinaria, para alcanzar la seguridad requerida al agotn1niento.
·normal'\ se calcula ya en el estado, II, es decir, En los postes tro·ncocónicos es frecuente el escalonar los anclajes de los alambres, pues la
con la zona de tracción íisurada. El alargamien- fuerza de preten.sado necesaria en la sección inferior del poste sería excesiva en la secN
Pig. 16.82 Secciones de postes de alum- to teórico de la fibra extrema de la zona de trac- ción superior, mucho más pequeña.
brado y de lineas eléctricas. ción no sobrepasará el l %-0. Esto significa que
en el s11puesto de lina separación media entre
fisuras de 11nos l O cm, ef ancho de éstas s-erá Este escalonamiento no ofrece dificultades c11ando se utilizan an11aduras postcsas, pues
inferior a 0,1 m.m. Se exige esta co111nrohación cabe entonces la posibilidad de disponer anclajes intermedios. En el "procedimiento del
sólo cuando aparecc·n trac~-!ones Cn el estado I tubo extraído", creado por L. FoRKERT [ 454], se colocan los alambres en tubos que
para la carga media. terminan 0,5 m antes del anclaje. Estos tubos lisos son extraídos inmediatamente des-
pués de compactar el hormigón, de alta consistencia, crea'ndo de esta forma unos conduc~
tos. El poste sufre un primer pretensado ligero, para que pueda ser retirado del banco
En el caso_ de cargas excepcionales~ q11e pro-vo~
y apilado en posición horizontal hasta el completo endurecimiento del hormigón. Final·
quen estados de torsión, deberán ma:nten.erse
mente, cuando se l1an tesado por con1pleto las barras, se ínyecta pasta de cen1ento en los
las tracciones principales oblicuas por debajo de
condnctos al mismo tiempo qne se vibra el paste.
un cierto límite. Se comprobará la seguridad al
agotamie11to con una carga 1,75 vece~ la carga"'-
norn1al, y con el pretensado correspo'nd..iente a Si se tesan los alambres contra el molde se pueden disponer anclajes intermedios en
la situación despnés de pérdidas, con cnyo fin forma de bncles, alrededor de tnhos que atraviesan transversalmente el encofrado, y que
son extraídos una vez endurecido el hormigón.
se puede to1nar un diagran1a rectangular de tenM
siones en la zon.a de compresión cÜn una resis~
tencía del hormigón de 0,65¡),.,. Los postes que tengan que soportar tina solicitación excéntrica constante pueden ser do-
blados previamente por medio de nn pretensado descentrado, de forma que con el tiro
Se fija el límite inferior del grado de preten- normal del cable queden en posición vertical.
sado de forma que no estando el poste sometido
a ninguna carga exterior, te:nga en la sección La figura 16.84 mnestra un ejemplo excelente de la gran deformabilidad de los postes
más desfavorable, después de pérdidas, una com- pretensados, antes de que queden daños permanentes. En nn ensayo, nn poste de JO m
presión media de 20 kg/crn 2 • de longitud fue empotrado en su base 1,8 m, quedándole pues 8,2 m para flectar libre-
mente. Había sido dimensionado para un tiro en la punta de 200 kg, y en el ensayo ee
Los Ferrocarriles Federales Alemanes han re- lleg<Í a H = 1 000 kg, tomando una flecha de 1,48 m. Aparecieron unas pequeñas fisuras
Fig. 16 .83 Poste de hormigón pretensado de la dactado unas nor1nas generales para el dimen- en la zona de tracción, permaneciendo intacta la zona de compresión. DespU.és del en.sayo
empresa Max Giese, de Kiel. sionamiento de postes de tendidos eléctricos de volvió el poste a su posición recta y pudo ser reutilizado.

658 659
se utiliza con10 secc1on norn1al un cuadrado
de 34 cm de arista, en longitudes de hasta 20 m.
Para el dimensionamiento de la armadura y la
fuerza de pretensado es decisiva la longitud del
pilote, pues, en general, la solicitación pésin1a
del mismo tiene lugar al levantarlo para pre·
sentarlo en el martinete. Se elige en general el
pretensado de forma que, no actuando cargas
exteriores, la con1presión media sea de 40 a
60 kg/cm2 • Queda entonces un gran margen
para las con1presiones adicionales. No se debe
adoptar un pretensado demasiado alto pues pue-
de suceder que no quede el pilote en condicio·
nes de soportar el golpe de la maza. Si deben
resistir mon1entos _para los- c11ales 'no hasta con
Fig. 16.86 Secciones corrientes en pilotes pre·
los cables de pretensar, se añade una armadura tensados.
ordinaria en la zona de tracción correspondiente.

La caheza del pilote se hormigona en ocasiones ----------·,...


después de retirar el pilote del banco de tesado,
Fig. 16.84 Ensayo de flexión en un poste pretensado de la em·
\\f presa Max Giese, de Kiel. A pesar de esta gran flecha, y, si la naturaleza del terreno lo requiere, se
no quedó deformación remanente. puede ap~icar también una cabeza metálica.

Si se realiza la l1inca co·n agua a presión, se pue~


de dejar en el interior del pilote el conducto
Una prueba de las posibilidades del hormigón de paso del agua por medio de Ductubes 1•
pretensado en la construcción de postes prefa-
bricados, la constituye el ejemplo de la antena Los pilotes de gran longitud se ejecutan em-
para la emisora FLM, en München-Pasing (figu- palmando elementos prefabricados (fig. 16.87).
ra 16.85). El mástil, de 37 m de longitud, fue Pueden ser cosidos por medio de cables intro-
fabricado en dos partes. La inferior, de 31,0 m, ducidos con posterioridad, creando la adheren-
se estrecha desde 0 70 cm a 0 22 cm. La superior, cia después de tesar, n1ediante la inyección de
de 6,0 m, tiene sección constante 0 22 cm. Ambas n1ortero de ce1nento. Un extraordinario ejen1plo
partes estaban provistas de una ligera armadura de pilotes huecos de gran longitud son los eje-
ordinaria, para el transporte. En fábrica se ha- cutados por la Raymond Concrete Pile Com-
hían colocado ya 4 cables de 8 t cada uno y una pany, primero en la construcción del puente
longitud de 24 m. Para alo.iar 4 cables más, de sobre el lago Pontchartrain junto a New Or-
Fig. 16.85 Mástil pretensado de 37 m de
16 t cada uno, se habían dejado corridos unos longitud para una antena, en leans, Louisiana, USA, y más tarde en plata- Fig. 16.87 Empalme en un pilote pretensado, uti-
lizando resinas Epoxy [552].
tubos envolventes. Por medio de cables enhebra- Mtinchen-Pasing (Leonhard Moll formas para perforaciones pctroliferas en el
dos en éstos se uniC.ron las dos partes, formando KG, Mtinchen).
mar (lago exterior de Maracaiho) y en otras
el mástil pretensado definitivo. ohras [344]. Los pilotes huecos del puente de Pontchartrain son de sección circular de
1,37 m de diámetro exterior y sólo 10 cm de espesor de pared (fig. 16.88). Están hechos
con hormigón de gran resistencia y compacidad, B 700, conseguido con. una relación agua/
16.52 Pilotes y tablestacas de hormigón pretensado cemento W /Z = 0,30 y por centrifugación, vibración y presión. Lo& pilotes llegan a longi-
tudes de 40 m, a hase de elementos de 5 m pretensados conjuntamente con 12 cables de
En USA. Y. otros países se ha difundido ya ampliamente el nso de pilotes y tahlestacados 12 0 5 mm. La carga admisible es de 140 t. Los empalmes se hicieron pegando las pie-
de horrrugon pretensado. En ambos casos la ausencia de fisuras es de gran importancia zas con resina sintética.
por lo que respecta a la duración de la pieza. Además, el pretensado permite longitudes Las tahlestacas de l1orn1igón pretensado son construidas por lo general con armaduras
mucho mayores con secciones relativamente pequeñas, habiéndose llevado a caho reali- pretesas. La figura 16.89 muestra una sección urnal en Alemania. En la figura 16.90 se
zaciones que antes se tenían por, imposibles. T. Y. L!N y W. J. TALBOT dan en [552] han representado las tahlestacas utilizadas en Floóda, USA [514]. El espesor es función
nna idea de conjunto de la evolnción hasta el año 1961. de Ia altura libre sohre el terreno en que se hincan. También en este caso se puede aña-
dir COillO refuerzo Ulla ar1nadura ordinaria, SÍ fuera preciso, f_,as tabJestacaS están bisela~
Los pilotes de dimensiones normales suelen ser realizados con armaduras pretesas. En. Ia das en su parte inferior, de forma que al l1incarlas se aprietan sien1pre contra la ta~
figura 16.86 podemos ver algunas secciones usuales. En la costa norte de Alemania
1 Ver apartado 7.14.

660
blestaca adyacente ya empotrada. En uno de sus lados llevan una ranura continua, en W. E. DEAN [514] informa sobre rF~=;;-~·=---·~~--- ,~~~r-~-·--::·-----------------;~=J
el otro (sólo en su parte inferior) una lengüeta que ajusta en la ranura de la tablestaca el proyecto de un gran muro de
contigua, y que termina a 1 m por debajo del nivel del terreno, lo cual es suficiente muelle en la bahía de Pensacola, ---- -----~-=--=-=-=-===-=-7t- -----------4-----
-------------1
para guiar la parte inferior. En la parte superior la tablestaca es guiada entre vigas me·
tálicas sujetas a la parte ya construida. Por último, se inyecta la ranura con mortero de
que será construido a base de ta-
blestacas huecas según la figu-
L _________ ,c __
¡-----------,F--
______________.] ====
--- --·--- ---- - - - - - ¡
!

cemento. En la parte de la ranura situada por debajo del agua se incorpora primera-
mente una manguera fina resistente al envejecimiento, de polietileno o de neopreno, la
ra 16.93. Estas tahlestacas tienen
la apreciable sección de 71/122
j
'',7------ _1=_;_-----~-==---=-=_:;:: ---·-
---~-----~
f--------c~--;e)__ _
~---------------
-
centímetros y deben resistir el L.,_ A
cual impide que el agua se lleve el mortero fresco inyectado. Se prescinde, pues, de la
pianta
adherencia, pero se consigne una estanquidad duradera. Las piezas especiales de esquina empuje de las tierras con 10,5 m
de altura de agua. Su longitud es r---1,22-
se hacen en hormigón armado normal (fig. 16.91), lo cual no presenta ningún inconve- e eordone'.' )'Jll
niente, ya qne no snfren casi solicitaciones de flexión. El tablestacado se remata en su de 18 m y pesan alrededor de las -¡-··-~--~-Jl
parte superior con una caperuza hormigonada in sitn unida a una placa de anclaje o a 30 t. Este ejemplo muestra que ¡
0.77
-mortero
nn caballete de pilotes (fig. 16.92). utilizando tablestacas preteusadas 'nyectado

se pueden construir también mue 0


j_ ·~ /,.
lles de dimensiones considerables. armadura long.

r---.. ---1,37~--¡

16.6 Estructuras plegadas y Fig. 16.93 Tablestacas pretensadas para el muelle de la bahía de Pen-
sacola (Florida).
láminas pretensadas
1 ,

16.61 Generalidades

aiambres de pretensar cerco En las láminas correctamente estructuradas la acc10n de las cargas se traduce principal-
;2 cables 120smm St770 4,2 rf9mm St745/760 mente en esfuerzos normales de tracción y de compresión, que actúan en el plano de la
lámina. Puede suceder entonces que aparezcan en todo el espesor de la lámina ahun-
Fig. 16.38 Sección de los pilotes de hasta 40 m Fig. 16.89 Sección de una tablestaca dantes fisuras de tracción~ que afectan al co1nportamiento resistente de la estructura.
de longitud, utilizados en el puente de pretensada, usada en Ale- Parece lógica, por tanto, la idea de anular las tracciones por medio de un pretensado,
Pontchartrain, en New Orleans. mania.
suprimiendo o reduciendo simultáneamente las deformaciones debidas al peso propio, y
con ello, el peligro de pandeo. Una vez vencidas las dificultades iniciales del pretensado,
aparecieron inmediata111ente las primeras láminas pretensadas (con el procedimiento
Freyssinet) en Pakistán (láminas cilíndricas con luces de 40 y 43 m en un garaje en
76--··~-¡ Meerut y en un hangar en Karachi) y en Francia; después de la guerra se empezaron

////
// ,,/ // // //// // ,/',..,.' ,.,_, /,, -r
,.,,,,.,.,.,.,,. 75
a construir también en Inglaterra, y a partir de 1952 en Alemania, nación en la que
tuvo su origen la construcción de láminas (Bauersfeld-Zeiss, Dischinger, Finsterwalder,
l:L'-"L-'¿¿'¿,¿'éL_L'¿'¿¿'~''.¿L'¿/¿¿,'~'¿'ZCJ-1 Dyckerhoff & Widmann KG) [75], [99], [146], [177], [178] y [238].
'! cordories íP 11

16 cordones fJ 71 Los depósitos descritos en el apartado 16.l, [51], [64], [74], [100], [101], [323],
[325], [387], [ 442], [ 475] y [546], con sus delgadas paredes y cúpulas, deben ser inclui-
Fig. 16.90 Sección de las tablestacas usadas en Florida (USA).
dos en el grupo de las láminas pretensadas.

Es inexplicable el que sólo mucho más tarde se haya empezado a construir estructuras
plegadas, a pesar de que su cálculo y su ejecución sean más simples que los de las lá-
minas pretensadas. Las lajas que forman las láminas plegadas tienen que resistir en ge-
neral momentos ti;ansversales apreciables, por lo que deben tener también mayor espesor
que las láminas. Corriente1nente están armadas en ambas caras, siendo por ta'nto más
sencilla la colocación de los cahles.

En las láminas cilíndricas en diente de sierr.a es conveniente realizar el cálculo como


si fuese nna estructura plegada, pues se puede abarcar entonces perfectamente el efecto
del pretensado. Se pueden colocar hoy en día las aristas de los pliegues tan próximas,
que no exista casi diferencia frente. a la lámina de curvatura constante, pues ,9_on ___las
calculadoras electrónicas se supera el problema que supone el correspondiente-::Jhayoi"riií;'>,
armadura long. ib79 mero de ~ncógnitas. /j;· · ·'.,
Fig.' 16.91 Tablestaca de esqui- Fig. 16.92 Anclaje de un tablestacado pretensado. ! ' -,\ .- '"
na, de hormigón ar- Para conocer el trazado co'nvenien.te de los cables es necesario hallar la~' J~ostáticas f:e
mado ordinario. tracción y el valor de las tracciones corresp<mdientes. En las láminas 1,cilíndticas ·ias
\'\.,

662
zonas de tracc1on se li111itan a los bordes, los cuales resisten en cierto modo, con10 vigas En el caso de lá1ninas constituid.as por un paraboloide l1ip-erhólico, con generatrices rec-
pared, el empuje de la bóveda. La figura 16.94 nos muestra un trazado adecuado de los tas, se intenta naturalmente colocar los cables coincidiendo con dichas generatrices, en
cables junto a los bordes de la lámina. Junto a los cables inferiores, rectos, se han dis- tanto que éstas correspondan al trazado de las isostáticas de tracción.
puesto algunos cahles levantados según parábolas, con el ohjeto de que sus fuerzas de
desviación, contrarresten el empuje de la hóveda. Sin embargo, la misma lámina puede En las láminas-cúpulas suele ser suficiente un fuerte pretensado anular del borde de la
ser pretensada por medio de un sistema ortogonal de cahles de trazado recto en la lámina lán1ina.

Con10 las lán1inas tienen en general espesores muy reducidos, será necesario adoptar
también cables pequeños. Cuando no se puede construir la lámina con armaduras pre-
tesas, se suelen utilizar alambres o barras individuales con diámetros de 8 a 12 mm
encerrados en tuhos envolventes de pequeña secció11, o bien en conductos d·ejados en el
hormigón. No obstante, en las estructuras plegadas, o en los bordes reforzados de las
láminas, se pneden disponer también cables normales de 20 a 40 t.

En las zonas de los anclajes sólo se puede mantener el reducido espesor de la lámina
cuando se utilizan arn1aduras pretesas, a base de alan1hres muy finos. Según la experien-
cia que se posee actualmente, se pueden a·nclar por adl1erencia alambres ovales corru-
gados, de 20 mm2 de sección y acero St 160, en hormigón B 450, con sólo 3 cm de espe-
sor. En el caso de cordones de 7 alambres de 9 mm de diámetro, no se debería bajar
en la zona del anclaje, de los 6 a 7 cm de espesor. Cuando se utilicen armaduras pos-
Fig. 16.94 Disposición adecuada de los cables Fig. 16.95 Sistema ortogonal de cables, rec.
en tma lámina cilíndrica de gran tos en la lámina desarrollada. tesas, es aconsejable dar a las zonas de los anclajes un espesor entre 10 y 20 cm, a no
luz. ser que se disponga de un nervio de borde para introducción de la fuerza de preten-
sado y alojar la armadura transversal (zunchos).

16.62 Ejemplos de láminas cilíndricas

Muy pronto se comenzó a pretensar las láminas cilíndricas de gran luz. Las figuras 16.97
y 16.98 muestran una vista interior y la sección de las cocheras de 50 m de luz, en
Bournemouth (año 1951), [146]. En este caso se colocaron los cables en las vigas de
borde de 1,68 m de canto, y la lámina propiamente dicha, funcionando como cabeza
de con1presión., llevaba só.lo armadura ordinaria.

Fig. 16 .96 Disposición de los cables en tma lámi·


na cilíndrica continua de dos tramos.

desarrollada (fig. 16.95), bastando en general con disponer cables normales a las genera-
trices sólo en las zonas próximas a los hordes extremos. En láminas de poca longitud
pueden bastar unos cables rectos situados junto a los bordes longitudinales.

En el caso de láminas cilíndricas continuas de dos vanos, es más difícil el adaptar los
cables a las isostáticas de tracción, p'11es las fuertes curvaturas necesarias para ello, uni-
das a la curvatura de la lán1ina, reducen en .exceso la fuerza de pretensado, siendo por
otra P'\rte casi imposible el disponer anclajes intermedios a causa del reducido espesor
de la lámina. Se puede recurrir a cables cruzados sobre el apoyo intermedio, tal como
se indica en la figura 16.96.

En el caso de estructuras plegadas será preciso hallar en cada caso el trazado adecuado
de los cable.•, con un estudio detenido de la forma eu que trabaja la estructura, y el Fig. 16.97 Lámina cilíndrica pretensada de '50 m de luz, en unas cocheras para autobuses en Bourne·
cálculo de las tracciones en magnitud y dirección. mouth, Inglaterra.

664 665
En el caso de las láminas cilíndricas prctensadas de una nave de exposiciones en Düssel-
dorf, cuya luz era de 30 m (fig. 16.99) (Proyecto y construcción Dyckerhoff & Wid-
mann KG [223]), se dispuso sólo un nervio de poco canto, por lo que parte de la lámina
estaba sometida aún a tracciones oblicuas, que fueron anuladas con ayuda de cables
oblicuos dispuestos en las esquinas. No obstante, los cables principales están también en
este caso en el nerviO.

Si se prescinde del nervio de horde hajo la lámina, el trazado de los cables es igual-
mente sencillo. M. CRETU, de Bucarest, ha construido varias láminas de este tipo ([434]
y fig. 16.100). Los cables llevados por el horde de la lámina van adqniriendo curvatnra
creciente hacia los apoyos.

Un ejemplo de una lámina cilíndri- 6,5


ca de poca curvatura (r = 75 m)
es el de la figura 16.101, que mues-
·-··-·-·-·-·-·~·"··-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-
tra la estructura de la nave de
exposiciones 5, en Mnnich (Pro-
yecto y construcción Dycke:rhoff
& Widmann KG, 1953 (233]). La
lámina salva luces de casi 10 m,
apo¡ada en las jácenas pre.tensa- \uz long. 50m -70,06m ·----·----J
das, y tuvo que ser rigidizada con Fig. 16.98 Sección de la lámina cilíndrica de la figura 16.97.
3 nervios contra el pandeo. Debido 8 cables Freyss1net 12 r/5

EE:::;~·1
te~-~--:;,_==:}~~~~I~~~~ª~~s~{'Jj
a la pequeña curvatura, se obtiene
un esfuerzo norn1al en dirección seccióri
ortogonal a las generatrices, rela~
tivamentc grande, el cual hace
necesario un fuerte pre.tensado de =c"'~'~"''"''º'ºcc"~=""''""' ,c;'°J"'C).\' ~
borde. Una parte de los esfuerzos ...ho1<------------- ------·- 73,76-- ------ - -----Í
de horde es llevada, por medio de Fig. 16.100 Sección central de una lámina cilíndrica pretensada, de nna nave industrial de Bucarest.

F-·..
barras oblicuas pretensadas, a la 11 nervio de borde Posición de Ja armadura (Proyecto de MrRCEA CRETU).
jácena (ver planta); en la zona de
n1enores tracciones oblicuas, es
suficiente una arn1adura ordinaria
=--=-==--===" .-=-=----
¡-.. --..------- ---- .. - - -~- J0,00/2 --. . - -----~-···--·-·--1
siguiendo las isostáticas. La más frecuente aplicación de las láminas cilíndricas pretensadas la co~stituyen las cuhi?r·
piant?. con cables oblicuos
tas laminares en diente. de sierra, cubriendo grandes luces, que son part1cularn1ente ap-rec1a~
La figura 16.102 muestra la cu- das en construcción de naves industriales a causa de su tranquila ordenación del espacio
bierta de andén proyectada por Ia y la buena iluminación que proporcionan. En Inglaterra encontramos la pdmera reali-
Dyckerhoff & Widmann KG en zación pretensada [177] (ver l.ª edición alemana, pág. 418)_- Las figuras 16.1?4 y .16.1?5
colaboración con los Ferrocarriles muestran la primera nave de este tipo construida en Alemama (Wolldeckenfabrik Zoeppntz
Federales Alemanes, constituida AG, Mergelstette'n, 1953, proyectada por el arquitecto KoPPENHoFER, de Stuttgart, en co-
en ala de gaviota a hase de lámi- laboración con el autor como ingeniero; construcción: K. KüBLER, de Stuttgart). El gran
nas cilíndricas .de 12 m de luz espacio interior de 48/96 m fue cubierto casi sin apoyos intermedios a hase de una viga
(con 6 m de voladizo hacia los pretensada en cajón, en cuyo interior se alojó la instalación de acondicionamiento de
lados) suspendida de una serie de Fig. 16.99 Lámina cilíndrica pretensada de una nave de exposiciones aire, a la que se unían a ambos lados las láminas cilíndricas (b = 7,5 m). Como de cos-
en Düsseldorf, con barras oblicuas en las esquinas de la
vigas transversales en voladizo, lámina (Dyckerhoff & Widmann KG, 1953}. tumbre, la viga canalón estaba unida a la lámina a modo de estructura plegada. Una
también pretensadas. Se adoptó gran parte de los cables pudo ser alojada en la viga canalón, otros fueron doblados ha-
en este caso una distribución orto~ cia arriba en forma de parábola en el interior de la lámina. También fue pretensado,
gonal de los cables. Para alojar los cables transversa:Ies se agregaron unos nervios en la con eahles ligeramente curvos, el horde lihre de la lámina en la parte superior del
cara superior de la lámina. lucernario (ver fig. 16.106).

Las láminas en ala de gaviota han sido utilizadas también en naves industriales (fign- Desde entonces se han llegado ya a alcanzar con tales cubiertas en diente de sierra, lu-
ra 16.103). En una nave de Stuttgart (Proyecto OPD en colaboración cou el autor) las ces de 40 m [351].
láminas pretensadas salvan tres vanos de 12 m de luz en estructura continna. El pre-
tcnsado se realizó a hase de cables rectos. A. HAAS y otros han realizado detalladas mediciones en este tipo de láminas [235] y [563].

666 667
16.63 E.jemplos de láminas en paraboloide hiperbólico
cables de la jácena

Los paraboloides hiperbólicos son especialmente apropiados para el pretensado, si se los


da una forma que permita el colocar los cables siguiendo las generatrices rectas. H. SJL-
BERKUHL ha creado una lámina de este tipo muy adecuada para cubrir naves ([554] y

- figurá 16.109). La sección transversal es una parábola, y la curvatura longitudinal es tal

~- sección longitudinal

n..
L

lli-++ ~-º---~----__-__-------U.l..-----1
l¡ L6c pretensado longitudinal
~ -----30,00 -----------~..,__ _ _ 10,00 ----1 16,00
12.00 ~

Aj sección A-A - --"


- -

-- 11
.1
'1
1
1
1
1
1

) \ 1
1
1
1
4

posición de los cables en la viga pretensado transversal

Fig. 16.102 Cubierta de andén (Proyecto: Dyckerhoff & Widmann KG en colaboración con los Ferrocarriles Federales
Alemanes}.

2 cables
2 cables 6 cab!es Leoba

A ¡__
desarroiio del intradós de la lámina: J0,225m--------
- - - - barras de pretensa;
- - - - - - armadura ordinaria
l --¡-

Fig. 16.101 Nave de exposiciones 5, en Munich; jácena y planta (desarrollada) de la lámina, y trazados de cables
en una y otra CDyckerhoff & Widmann KG). distancia entre soportes 12 m

En la figura 16.107 se pueden ver los cables ya colocados, junto con la correspondiente
malia ortogonal de arn1adura ordinaria, en una. lámina cilíndrica.

Por último, en la figura 16.108 se puede ver la seccwn de una cubierta laminar en diente
de sierra, para la Oficina de Correos en IDm (Proyecto OPD, Stuttgart, en colaboración Fig. 16.103 Sección de una nave industrial en .stuttgart, con láminas pretensadas en forma de ala de gaviota, salvando
con el autor; construcción: Dyckerhoff & Widmann KG). Las láminas salvan una luz tres tramos de 12 m de luz (Proyecto del áutor).
de 32 m.

669
668
Fig. 16.104 Vista interior de una nave cubierta por una lámina pre- Fig. 16.105 Vista transversal de la nave de la fi-
tensada en diente de sierra. Wolldeckenfabrik Zoeppritz, gura 16.104.
Mergelstetten. Dimensiones: 4B x 96 m 2 '(Proyecto: Ar-
quitecto Koppenhofer, en colaboración con el autor).

que se crean dos haces de generatrices rectas qne se cruzan. Se pueden disponer, por
tanto, dos haces de cables rectos, entrecruzándose, cuya posición es muy favorable por
lo que respecta al trabajo de la lámi'na, y que permiten utilizar el sistema del prete-
sado. La figura 16.109 muestra una fase de la fabricación de tales láminas, y la figu-
ra 16.110 su montaje. Pig. 16.107 Armadura de una cubierta en diente de sierra pretensada (Procedimiento Dywidag).

Las juntas longitudinales son cerradas con hormigón in situ (fig. 16.111). No es necesa-
ria una impemieabilización especial, pues la forma de la lámina trae consigo un desagiie
perfecto de la cubierta. cables ~25,SIB0/705

24
Naturalmente, las láminas en paraboloide hiperbólico se prestan también al pretensado
con otra planta cualquiera. Así, por ejemplo, A. TEDESCO ha construido en Denver pa-
raboloides hiperbólicos sobre una planta cnadrada logrando una forma de gran be-
lleza [ 485].

viga en calón

--·-10A5m--·---
cables en el centro
de la lámina

Fig. 16.108 Sección central de una lámina en diente de sierra de una oficina de correos en Ulm (Proyecto OPD,
Fig. 16.106 Posición de los cables en las láminas de las figuras 16.104 y 16.105. Stuttgart, con el autor; construcción Dyckerhoff & Widmann KG).

670 671
sección

Fig. 16.112 Subdivisión de una lámina


ondulada en elementos de
fácil prefabricación.
planta
rB.Ocm-¡ a) torma ondulada. curvatura simp'e bJ forma ondulada. dobie curvatura
1 1 cables curvos canies rectos
1
96, e~25cm

juntas entre piezas prefabricadas

1 1
1 1

cada ¡unta
7~8, e~l5)5rn
1 1
1 1
11
1 1
1 1
11
,,
1 1
11
1 1
11
'1
11 11 '1
1 1 I¡
11 1 1 / 1 !1
1 1 1 1 1 1
1 1 1 1 1 1 1 1
1 1 1 1 1 1 I 1
L. L__l

Fig. 16.111 Junta entre dos láminas de la figura 16.109. Fig. 16.113 Disposición de los cables para el pretensado
conjunto de las piezas individuales.

Fig. 16.109
Cordones pretensados Y armadura ordinaria en una lámina en paraboloide hiperbólico
para cubierta de
una nave (almacén de la SSW en Essen; construcción Siemens Bauunion GmbH). '
16.6<1· Ejemplos de láminas formadas por pretensado conjunto de piezas prefabricadas
La construcción de láminas a hase de piezas prefabricadas ha sido promovida entre otros
por I. DoGANOFF [231] y [352]. En la URSS se comenzó muy pronto la construcción
de grandes láminas de traslación a base de elementos prefabricados, disponiendo gene-
ralmente en las juntas unas horquillas que se solapaban. Parecía lógico emplear el prc-
tensado en este tipo de construcción, y conseguir la continuidad en las juntas principal-
mente por la presión de una parte contra otra obtenida con ayuda del pretensado. ZEL-
CER y RüscH han estudiado la capacidad resistente de las juntas realizadas a hase de
mortero de cemento y resinas Epoxy, en el caso de que Ia dirección de la jnnta no es
ortogonal a la tensión principal de compresión [555],

R BüHRER (Ferrocarriles Federales Alemanes) prctensó en 1956 láminas formadas a hase


de elementos prefabricados, para cubiertas de andenes [378]. El grupo formado por H.
RüHLE, C. HOFFMANN e I. DocANOFF, de Dresrlen, ha realizado varias estructuras a hase
de las llamadas "láminas onduladas", compuestas de piezas independientes [316] y [ 422].
La figura 16.112 muestra diversas posibilidades de subdivisión de tales láminas, p,ara la
prefahricación de las piezas; la figura 16.113, la disposición de los cahles. También en este
caso se pueden utilizar cables rectos, si se da a la lán1ina una curvatura longitudinal
semejante a los paraboloides hiperbólicos de la figura 16.109.

Las piezas de la !~mina son fabricadas en capas superpuestas (fig. 16.114). Las armadu-
ras que sobresalen en las juntas son empalmadas por solape en horquilla, en el caso de
espesores de 6 a 7 cn1, y por soldadura directa, si los espesores son de 3 a 4 cm. En mu-
chos casos hasta la presió~ del pretcnsado, o el efecto adherente de las resinas Epoxy,
Fig. 16.110 Montaje de una de las láminas de la figura 16.109. para crear la continuidad en la junta (fig. 16.115), En una de tales cuhiertas laminares,
en Dresden-Coswig, la onda inferior por la que discurrían los cables tenía un espesor

672 ¡ 43 673
~
__-___-__ ,___ ,------i~_ --

1
---- -¡p DO--------------- ·---·- - -- --1

{7

Fig. 16.114
Fabricación de las piezas on-
duladas, en capas superpuestas
(Polonia, según [352]).

Fig. 16.116 Lámina ondulada de cubierta de una nave en Coswig, distrito de Dresden.
entre 6 y 8,5 cm, mientras que la onda superior
fJ-=- 2+5 cm con mortero de cemento
era sólo de 3,5 cm (fig. 16.116). Con espesores tan e ... q2+0,Scm con resina epoxy
pequeños es preciso cuidar naturalmente de los
condnetos en qne se enhebrarán los cables, estén Y 1e1 V _l
situadós exactamente en la superficie media. Se
pueden hacer estos conductos con tubos envolven-
tes embebidos en el hormigón, o por medio de
- ------=-=~==---- - ! ?TOcm
Ductubes; en ambos casos se los rigidiza con ba- ~6cm

rras de acero que sou extraídas después de bor-


migonar. BÜHRER ha formado conductos de 12 mm
==='ci=ir= 1"""·=5=
===-=-=-=-=-=-"-';:,,,®J,,,,,_"'-==== _J
j
•6 + 7cm
de diámetro utilizando barras lisas que eran ex-
traídas antes de que fraguase el hormigón. Deben :::::70cm
ser fijadas en su posición exacta, aproximadan1ente
L M ,•s. , ;nervios a..... 2,0m
cada 50 cm.
_=_=_=-~-=_°""_~:¡:~71,.~.µ~=::':'"==~
.,,,70cm ~ T
•J+4cm
T
En [ 486] se informa sobre un ensayo de rotura
en una lámina ondulada.

Z. A. ZIEL!NSKI, de Varsovia [566], ha construido r - - - - - - - - - - m · - - - - - - - - - - - . l 30 ¡.____1•2·--.i-- 707


f------256-----1
una cubierta en diente de sierra, de 31,5 rn de f.---------------750---------------,.<
luz, con unos elementos increíblemente delgados Fig. 16.115 Formas de hacer la junta entre pie- Fig. 16.117 Sección de una cubierta laminar en diente de sierra, construida en Polonia, pretensando
rigidizados en los bordes. Sobre ellos se colocaron zas prefribricadas. conjuntamente piezas prefabricadas de 2 m de longitud (Proyecto de Z. A. ZIELlNSKI).

674 675
41,T6---------< ,._----23,70----...;

Fig. 16.118 Piezas apiladas para la cubierta de la figura 16.117.

placas de hormigón celular, interponiendo una manta de lana de vidrio, para el aisla-
miento térmico. La fignra 16.117 muestra la sección de la lámina. Después de pretensar
las piezas unas junto a otras sobre un apeo, Fig. 16.120 Estructura plegada construida pretensando conjuntamente piezas prefabricadas (Institut für
FOrdertechnik de la Escuela Técnica Superior de Dresden).
fueron enhebrad.os los alambres de preten-
sar a través de nnos 20 agnjeros. Dichos agu-
jeros son claramente visibles en la fotografía placas de sólo 5,5 cn1 para un ancho de unos 3 111. J_,a figura 16.121 n1uestra có1no
ú
ú
de la figura 16.118. los elementos, prefabricados en capas, son llevad.os suspendidos de 6 pU:utos y montad.os
sobre un ligero andamiaje móvil para su pretensado conjunto.

16.65 Ejemplos de estructuras plegad.as

El pretensad.o de estructuras plegad as no


ofrece ninguna d.ificnltad.. Su sección suele
ser una línea e:n zigzag triangular o trape~
cía! (fig. 16.119). Cuando se cubre con una
estructura de este tipo lina nave, hay que
disponer los cables en los pliegues doblad.os
según parábolas. Con la forma trapecial ee
tiene la ventaja de poder alojar varios cables
rectos, uno junto a otro, en la cara inferior
h.orizontal, n1ielltras que con el .Plegado c,n
zigzag puro los cables deben ser colocados
unos encin1a de otros.
Fig. 16.121
C. HoFFMANN y H. RtHLE han cubierto el
Colocación de los ele-
edificio de la figura 16.120 con una lámina mentos prefabricados de
Fig. 16.119 Formas más usuales de estructuras ple- plegada, compuesta de elementos prefabrica- 3,68 X 5,25 m para for-
mar la estructura ple-
gadas. d.os. Es interesante el pequeño espesor de las gada de la figura 16.120.

676
677
Otro ejer11plo es la estructura plegada del Ayuntamiento de Marlen, Westfalia (Hoch-
tief AG), que cubre una superficie de 1 800 m 2 con 7 pliegues. Estos están inclinados 600
respecto a la horizontal, y con 3 m de canto llegan a nna luz de casi 60 m. El pre.ten-
sado limitado se logró a base de cables con trazado parabólico. En la arista inferior del
pliegne se dispnsieron otros cables que no llegan hasta los apoyos, sino que terminan
en anclajes intermedios. La estructura fue hormigonada in sitn. El espesor es de 20 cm,
para garantizar una perfecta puesta en obra y compactación del hormigón, así como nna
buena terminación de las caras vistas.

En el caso presente, la estrnetura plegada resulta muy favorable a causa de su pequeña


rigidez torsional alrededor de un eje longitudinal, pues dado que Marl está situada so-
sección sección longiludinal
bre Una zona de explotaciones mineras había que contar con asientos de importancia.
Por estas .razones, la estructura fue además apoyada en dos jácenas isostáticas., una de ¡._____
!' ------- 6.So __ 51, 772
ellas móvil en el sentido longitudinal de la estructura y provista de un dispositivo hi-
dráulico para poder recalzar el edificio. En un ensayo en modelo reducido realizado en ~:::~·~15.75,¡s.57
- - -1·1,i:,,v,-_-,.~sl'ª~J--=--=---~-~--- -----~:__2 -=886- ·---------~l
la Escuela Superior Técnica de Karlsruhe se estudió para qué asi=tos y torsiones de- ~ ~' ~' las cota;; de n'1v~I se ref.'1eren a la car~ inferior §¡8
IJ
T

de la cubierta, sin cons:derar los nervws transv. "'. _,,.-


bían ser ntilizados los gatos. tabiques 1 '
13567
~.~
cada JBOm 1 1 +IJOGJ ,+72,63
27
' ' 1 1 : +/2. i•Jl,981
1 1 i +!7,7GS ¡+11621 +11,549 +/l,54
1 1 i 1 1
¡,.._..._.._.__ 6 364 ~ - ~1oof.i 7186_...__Joo-_..¡..._. 100 ........¡...--3,00___¡___100-..J.--1,00---l---J.oo_.....¡...-300 ·-...J 1.so f..-
sección por la cubierta colgante
l~.66 Ejemplos de cubiertas colgantes pretensadas

Con las cubiertas colgantes se intenta conseguir un peso inínimo, por lo que la adopción
de un material pesado como es el hormigón pretensado no está siempre jnstificada. No
obstante, hay casos en los que resulta adecuada una fina lámina de hormigón preten-
sado. La primera cubierta colgante de este tipo, el Schwarzwaldhalle de Karlsruhe (Dyc-
kerhoff & Widmann KG), fue descrita en la primera edición alemana de este libro. Esta
cubierta está constituida en silla de montar, con _doble curvatura. Inicialmente no se pro~
yectaron cubiertas colgantes con curvatura s.in1ple porque se te111ía que el viento las hiciese
entrar e:n oscilación, o que en -el caso de ac11n1ularse la nieve en un solo lado, sufrirían armadura de la laja de borde
grandes deformaciones. Pero precisamente la aplicación del hormigón pretensado per-
mite el curvar en un solo sentido la cubierta, sin peligro alguno, lo qne simplifica mu- Fig. 16.122 Cubierta colgante de la piscina de Wuppertal, construida sobre encofrado y cimbra (Proyecto del autor;
cho la construcció·n. Gracias a la rigidez de la fina lámina pretensada, junto· con unos construcción: Dyckerhoff & Widmann KG).
elementos de borde rígidos, se consigue un fuerte efecto lámina, por el cual se redncen
grandemente las deformaciones en compa1·ación con las de la membrana suspendida de
bordes libres.
Por un sistema parecido, la sociedad Preload Engineers Inc., de Nueva York, ha cons-
Un ejemplo de ello es la cubierta colgante, de 65 m de luz, de la piscina de Wuppertal truido una cnbicrta colgante de planta circular de 94 m de diámetro para nn palacio
( [354] y fig. 16.122). La lámina, de 6 cm de espesor medio, fue pretensa da en ambas de deportes en Montevideo, colocando también sobre cables tinas placas prefabricadas
direcciones por medio de barras 0 26 y 0 11,7 mm, y está anclada en los bordes resis- · de hormigón ([401], [402] y fig. 16.124). Se consignió un pequeño pretensado colocando
tentes sobre pórticos a distancias de 3,80 m. Una parte del tiro de los cables es resistida lastre antes de rejuntar las placas. Los cables radiales están anclados por el exterior
por estos pórticos. El resto del tiro de la cubierta, cuya anchnra es de 40 m, se trans- en un anillo circnlar de hormigón sobre una delgada pared cilíndrica.
mite a través de una laja de borde, pretensada lo'ngitudinalmente, a los robustos nervios
de borde, comprimiéndolos. Como los nervios de borde siguen la forma de la cubierta Un ejemplo interesante de cubierta colgante de simple curvatura es el palacio de de-
colgante, tnvieron que ser apoyados, lo cual se hizo en una de, las fachadas a través del portes de Dortmund, proyectado por la Hochtief AG, de Essen (Dipl. Ing. VAESSEN) ([421]
esbelto entramado de la ventana, y en la opuesta por medio de una viga pared. La y fig. 16.125). La cubierta, de 80 m de luz, transmite su tiro a través de lajas de borde
lámina fne construida sobre cimbra y encofrado. a nnos caballetes triangulares cuyos tirantes están anclados en nna galería subterránea.
Los elementos portantes de la cubierta son en este caso unos nervios de hormigón pre-
En la fignra 16.123 podemos ver otra cnbierta colgante para una piscina en Goppingen. tensado de sección 12 X 22 cm', de hormigón B 600, prefabricados en piezas de 2 m de
En este caso, las barras portantes de acero St 52 en tubos ondulados cnbiertos con PVC, longitnd que eran colocadas sobre una ligera cimbra móvil (fig. 16.126). Los cables de
fueron suspendidas de una laja de borde apoyada sobre pórticos. La cubierta estaba for- pretensar, de 12 0 8 mm St 140/150, fueron enhebrados con ayuda de un cabrestante a
mada por placas de hormigón pretcnsado de 50 cm de ancho y 4,5 a 6 m de longitud, través de los conductos de las piezas prefabricadas, anclados en las lajas de borde, y
las cuales fueron colocadas sobre las barras suspendidas y rejuntadas. Después se te.sa· pretensados, después de haber colocado sobre los nervios, y de haberlas rejuntado, unas
ron las barras hasta compensar el alargamiento qne se preveía para la carga de nieve. placas de hormigón de piedra pómez. Desde el punto de vista constructivo esta solución
Por último, fueron inyectados los tubos con mortero de cemento. resultó muy favorable. En la fignra 16.127 podemos ver el edificio terminado.

678 679
anillo de acero desagüe

sección

junta de mortéro
cable placas prefabricadas de hormigón §ff?idt/40? 2'*-%1
cable

enill~ t& ++ ggt& meM


planta deial!e de placas prefab.

Fig. 16.124 Cubierta colgante de un palacio de deportes de planta circular, en Montevideo (Preload Co.).

Otro ejemplo notable de cubierta colgante pretensada es el Kongresshalle de Berlín [355].


La superficie de la cubierta, eu forma de silla de montar, está limitada por dos arcos
planos inclinados, que ni tienen apoyo continuo ni están sujetos por vientos. Debido a
que la sobrecarga era grande en comparación con el peso propio, fue subdividida la
bilrra rec2icada, rosca MJ6 cubierta por nn anillo en el del muro de cerramiento del auditorio. La zona interior
arandela de acero de la cubierta es de 7 cm de espesor, y fue pretensada por medio de cables de 25 t
y arandela de goma
i'.oqu1!1a · re'.;pirade10 situados a distancias de 35 cm.
p:acas prelah '
bMras podantes l;irnin3 de
norrn. 1n silu El lector puede ver otros ejemplos de cubiertas colgante prctensadas en las referencias
bibliográficas [353], [4·20] y [453].

16.7 Estructuras triangnlaclas pretensaclas


anclaje de las barras porlantes Las estructuras trianguladas pretensadas suelen estar formadas casi siempre por elemen-
en la la¡a de borde pretensada
tos prefabricados, ya que la complicación del encofrado hace difícil y cara la fabrica-
ción in situ. Si la viga es pequeña, el co•rdón de tracción puede ser fabricado en una
fi¡aciün de !as placas prefabri- sola pieza, en un banco de tesado, dejando libre nna armadura ordinaria para el em·
sección e-e sección d-d armadura sección d-d ¡un!a en honn. cadas a 1as bMras portanh!s
1ámina de horm_ in situ en soporte arm._de pretensilr ordinaria . hólice in situ hél;ce
palme de las diagonales o los montantes. También se puede componer una viga triangu-
lada a base de barras independientes prefabricadas, pretensándolas posteriormente por
. e~:;~:~:;:b.~~~;.
1

:~;~:~~j~
~·~~-.----C""".enfoscado-,. -.-·-~~.t.J.~·.·-.-::::-.~or-.enfoscado·---·.
. .¡-_·:: _· _-. :- :·- .· -_ _.1 ,.....,
medio de cables introducidos en tubos. Para ello hasta también con qne las barras de
' L~ !--"-'-~-: Jtj¡/if(~·-----1 ;~-....._,___-•~~~~-<
barra portanie¡;128Stma ( '\u\Jo Hydra con funda de PVC la triangulación se anclen con armadura ordinaria en el hormigón de los nndos.
secciGn e-e lechada de cemento
-f1-- mallo de acero. como arm. ordinaria -¡1
5
¡--- Una obra maestra entre las estructuras trianguladas pretensadas es el hangar de la
~j?t~§§~~~~~-~~~~ ]~ Trans-Air Ltd. en el aeropuerto de Gatwick (Londres) ([455] y figs. 16.128 y 16.129). En
esta estrnctnra triangulada espacial, de 33,5 m de luz, existen por cada cordón inferior
mortero de cemento hélice q13S11en ambos extremos acero de 11relen~ar mortero de cemento
de 12.s p!acas prefabr'1cadas Sigma SI /161160,Jl.limm, nervMIO 6 cordones superiores enlazados en sn plano por nnas diagonales, y sobre los qne apo-
yan directamente las placas de cubierta. Las vigas triangnladas fueron construidas en el
F'ig. 16.123 Cubierta colgante de las piscina de GOppingen, con placas de hormigón pretensado prefabricadas de suelo, con piezas prefabricadas; el cordón inferior fne pretensado con cables colocados
3 cm de espesor (Proyecto del autor; construcción: K. Kübler AG). en el interior de dos acanaladnras; después fueron elevadas las diferentes unidades, y
sección trarisv.

sección long.

esquema de fuerzas
''\
'

sección long.
de la cubierta

Fig. 16.126 Colocación de las piezas prefabricadas de la


cubierta colgante de la figura 16.125.
sección transv.
de la cubierta

Fig. 16.127 Vista del edificio terminado de la figura 16.125.

distancia entre e¡es 6,!0


barras del cordón supuipr 70/15 r---------~------~--- . . ----
dia_gonales 10/75 ¡...51-i----86---------t--86-..¡
.~-m.6,
1 LJ!'h.,~ ~
~l!r:::4'::Ji;;;¡¡q(~~
'f -
barras transv 8120 unión con ciavijas junta de hormigón
! in situ

articulación de los nervios pretensados a la laja de borde ··12,5/12,5

ranuras para los cables freyssinet


canalón de desagüe en la pared frontal
Fig. 16.129 Sección de la estructura de la figura 16.128.

Fig. 16.125 Palacio de deportes de la Westfalenhalle AG, en Dortmund (Proyecto y construcción


de la Hochtief AG).
Fig. 16.128 Hangar de la Transair Ltd., en el aeropuerto
de Gatwick (Londres). Estructura triangulada
espacial, a base de piezas prefabricadas.

682 683
sección A-A

Fig. 16.130 Cercha triangulada polaca,


para cubiertas de naves
industriales, con luces de
30 a 42 m y separación
de 6 m.

C·C

apoyadas en sus extremos sobre andamiajes. Con pocas barras 1nás en las caras extremas
se formaron los dinteles triangulados de las puertas, de 42,75 m de luz. Una vez reali·
zado el montaje de toda la estructura y hormigonadas las restantes juntas, fueron cosi·
das las barras transversales del plano de cubierta por un pretensado con cables enhe-
bra~os.

J-1~n Polonía se fabrican unas cerchas trianguladas dimensionadas con gran acierto~ utiliR
zadas en naves industriales con luces desde 30 hasta 42 m {[377] y fig. 16.130). El cor·
dón superior consiste en una U ahierta hacia ahajo que deriva en los nudos, a la sec·
ción rectangular llena. Las diagonales son de sección rectangular muy plana, y son hor·
n1igonadas con.Juntamente con la cabeza inferior. Una vez co1npuesta la cercha y cerra.das
las juntas, son enhehrados unos cahles en los tuhos de la caheza inferior, y tesados.
Fig. 16.131 Cercha triangulada polaca, para cubiertas de naves industriales, con luces de 30 a 42 m Y separación
Los quiehros del canto superior de Ja caheza de compresión permiten colocar de cercha
de 7,5 m.
a cercha unas placas prefahricadas, de 1,5 ó 3 m de ancho. El gasto de material es muy
ha jo; para una separación de cerchas de por ejemplo 6 m, es sólo de 0,023 m 3/m2 de
hormigón, y 4,42 kg/m2 de acero.
gas disimétricas. Tanto el cordón superior C01110 el jnferior son de secc1on en rr (figu~
Para simplificar en lo posihle la fabricación, se intenta resolver el prohlema con el nÚ· ra 16.134). Al pretensar conjuntamente las diversas piezas, se asegura el cordón supe·
mero mínimo de harras. La figura 16.131 muestra una cercha de 30 m con una suhdi· rior por medio de rma ]Jrida soldada a unos angulares.
visión a 7,5 n1, bastando p-ues con tres piezas igu_ales para forn1ar la cabeza de con1pre-
sión, constituidas por una sección en U invertida, de cierto canto, al o-bjeto de que Estructuras similares han sido creadas para la construcción industrial en todos los países
resista los momentos fiectores debidos a la carga de la cnhierta. del este de Europa. En la figura 16.135 podemos ver una cercha de 36 m de la VEB-
Industrieprojektierung, Halle/Saaie [553], que tiene un canto bastante mayor que la
En las figuras 16.132 y 16.133 se puede ver dos soluciones diferentes de cubiertas en las
que se aprovecha la forma en diente de sierra para formar la viga triangulada.

En el primer caso la cuhierta estaha formada a hase de planos. Las diagonales son pues
rectas. Las vigas, de 35 m de luz, fueron construidas con piezas prefabricadas y hormigón
in situ (Weherei Rüger, Wuppcrtal, Proyecto y construcción: Beton & Monierhan AG).
La separació'n entre vigas era de 5 m. cordón inferior pretensado, hormigón 1n si tu
48116cm, J!c, .. JSOt
En el segundo ejemplo muestra H. RÜHLE cómo las láminas en diente de sierra pueden
ser apoyadas a grandes separaciones (18 a 30 m) en vigas trian¡p:iladas formadas a hase
de piezas prcfahricadas (Vacnum-Werke, Dresden). Las vigas trianguladas, parte de cu-
yas barras S-O·n curvas, dehen ser estudiadas cui.dadosa1nente a flexión; no obsta'nte el
pretensado pern1ite resistir los momentos :ficctores sin un gasto excesivo. ~--------·
·-----35,Zu--------

En Polonia se fahrican unas jácenas de cubierta provistas sólo de harras verticales en- Fig. 16.132 Viga tríangulada para una cubierta en diente de sierra (Weberei Rüger, WuppertaD (Proyecto Y cons-
tre los cordones superior e inferior, por lo cual resultan algo sensibles frente a las car- trucción Deton & l\ff.onierbau AG).

685
634
@
o / \
Fig. 16.135 Cercha triangulada de la VEB-Industrieprojektierung Halle/Saale.

0~
IA

35+35aiambres /
/
/'. 80·25
/'.
Fig. 16.133 Viga triangulada a base d
Werke, en Dresden. e piezas prefabrica.las para una nave en diente de sierra de la Vacuum- ~-=

- J.5+35-1]5+75 alambres (/J 5 jA


l.' -
- ' - - - - - -------------1450-------~ ----·~
1

sección A-A

Fig. 16.136 Viga carril y de soporte de cubierta, constituida en


viga triangulada. Nave de laminación en Avilés, Es-
paña (Proyecto C. Fz. Casado; construcción: Huarte
y Cía., de Madrid).

detalle D

sección 8-8
deta!le e polaca, bastando por ello con una menor secc10n en las cabezas. También en este caso
se prefabrican por separado las diversas piezas; después se las mo'nta y se pretensa la
viga en posición vertical.

En España se construyeron in situ uuas vigas trianguladas de hormigón pretensado, de


gran peso, para los puentes·grúa de una nueva nave de laminación de 800 m de longitud
de la factoría de Ensidesa, en Avilés ([400] y fig. 16.136). Las grúas ruedan sobre el cor-
dón inferior, las cerchas de cubierta de la nave apoyan sobre el cordón superior. Una
parte de los cables del cordón inferior fueron levantados hasta el cordón superior, a
través de las diagonales extremas.

La mayor estructura de celosía, hasta el momento, fue construida por la Dyckerhoff &
Fig. 16.134 Jácena de cubierta polaca, sin barras d'
iago::i.ales, para luces entre 18 y 24 m. Widmann KG, utilizando el procedimiento de voladizos sucesivos, en las obras de recons-
trucción del puente MangfaU de la autopista München-Salzburg (fig. 16.137). Las luces

686
687
'1,

cable instalado y zona de anclaje inyectada

cable tesado e inyectado

Fig. 16.137 Puente de M~ngfall d~ la autopista München-Salzburg. Vigas de celosía de hormigón pretensado, construi-
das en voladizos sucesivos (Proyecto y construcción: Dyckerhoff & Widmann KG).
- ,

anclaje fijo
,

1
guarnición de sellado ''''"''''
''''"''''
'''''"''"'
['.''''"''''''
Fig. 16.138 Anclaje BBRV en taladro (BBRV, Zurich).
nr.claje terminado

+ +
s~n de 90 100 90 m. La disposición constrnctiva fue relativamente complicada, ha- Los cables de pretensar son anclados en el extremo del taladro de diferentes maneras.
l;¡ida cue':tª. del gran número de barras de pretensar. Por tratarse de un caso excepcio- La figura 16.138 muestra un anclaje de taladro BBRV con una pieza fija de ancl~je en
nal nos hm1taremos a hacer una referencia bibliográfica [ 432]. el extremo de los alambres. A una distancia de 2 a 3 m del fondo del taladro se dispone
un tapón o cierre, por ejemplo de PVC, a través del cual pasa el tubo de inyección
hasta el extremo del anclaje. Se inyecta entonces el mortero de cemento que llena el
16.3 Anclajes pretensados de cimentaciones taladro hasta el tapón. U na vez que haya endurecido esta primera inyección, se tesa el
cable, que aprieta la cime'ntación contra el terreno. Fina'.lmente se inyecta con mortero
Los a~dajes gretensados son especialmente adecuados cuando se quiere anclar al terreno de cemento el resto del taladro.
una c1mentac1on o cualquier otra parte de la estructura, pues anticipan la de.formación
del terreno y de las zonas de anclaje. Mediante e~ pretei;isado, la cimentación es presio- Otro procedimiento es el de los anclajes en roca VSL, de la empresa Losinger AG,
nada de t~l forma. contra el terreno que no se or1g1na ninguna deformación molesta ni de Berna ([ 423] y fig. 16.139). En este caso los alambres son juntados y separados al-
t~:r1poco ninguna JU?ta ahierta entre la cimentació11 y el terreno, cuando< actúa la t~ac~ ternativamente, por medio de anillos, en la zona de anclaje. En el resto del taladro el
cwn que debe resistir el anclaje. M. BIRKENMAIER ha estudiado detenidamente este efecto cable va en el interior de un tubo ondulado normal sellado en su extremo inferior.
favorable [196]. Por el eje del condncto discurre una manguera de inyección hasta el fondo del t~ladro,
a través de la cual se inyecta el mortero de cemento, que llena la zona de an~la¡e Y. _el
espacio hueco entre el tuho envolvente y el taladro, de forma que en esta myecc10n
En _Ja primera edición alemana de este libro se informó sobre algunas de las primeras apli-
primaria se crea ya la adherencia con la roca en toda la longitud del taladro. Los alam·
cac~ones, tales. como el anclaje de la presa de Cheurfas, en Francia, en 1935 [22], 0 el an-
claje· dd estribo ?el ¡men~e colgante ~obre el Mosela, en Wehlen, en 1948 [116]. M. bres son anclados, pues, por adherencia pura y por rozamiento.
Bm~EN~AIER ha sido el. primero en ~t1lizar .cables normales para los llamados "anclajes
en roca [196.J. Desde entonces han sido aphcados los anclajes pretensados en gran nú- En luaar de juntar y separar los alambres varias veces cabe, naturalmente, la posibili-
1nero y con d1ferentes proc-edimientos. dad d: ondular sus extremos (véase fig. 3.13). R. WALTHER recomienda realizar después
de la primera inyección u·na o dos reinyecciones n1ás, antes de ql1ei end11rezca el mor~
La ejecución del anclaje es particularmente fácil, cuando el terreno de cimentación 0 , tero, p-~ra compensar las posibles pérdidas por filtraciones en la roca.
roca. Se perfora entonces con barrenas de percusión o de broca, y de forma que lo;
taladros se separen nnos de otros según se va profundizando, al objeto de ahar.:ar una Después de e'ndurecer la inyección primaria, se puede tesar los cables en la forma co-
zona d~ roca lo mayor posible. La profundidad de los taladros depende del peso de roca rriente~ e inyectar a continuación los 11uecos en los tubos envolventes. Para realizar esta
necesar~o para el anclaje; y por tanto también de qne la roca sea compacta 0 fisurada. segunda inyección se ha dejado una manguera hasta el extremo del tuho. La salida del
Dependiendo de la magmtud de la fuerza de cahle, hahrá que prolongar el taladro de aire tiene lugar a través de un taladro en la pieza de anclaje.
1,5 a 3 m, para la zona de anclaje.
Para los a·nclajes de 100 t se utilizan 18 alambres \25 8 mm en tubos envolventes \25 50 mm
Una vez perforado ~l taladro se le inyecta agua a presión, para comprobar si se ha en taladros \25 85 mm. Para fuerzas de pretensado de 150 t se necesitan 27 alambres
atra~~sado. alguna. grieta muy permeable, por la que podría escaparse el mortero de iu- \25 8 mm, tubos envolventes \25 60 mm y taladros \25 100 mm.
yeccwn. S1 ocurriese esto, se puede introducir un tubo ondulado rígido en el taladro. e
inyect~r con n1ortero el espacio e·ntre él y la roca, con lo cual se cierran lo sufic:ie~te Cualquier otro tipo de cable puede ser usado, naturalmente, para hacer anclajes de esta
las gr1etas.
clase.

638
44 689
~~cW.-2""\
1 nivel freálico
~¿~-¡------"------·---·---·--

zona de andaje ~-'

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - z o n a de anclaje--------·-·-.. - - - -....
2
------~

r-- --- -----------27,43 -- ---·----

lllMllWDSMiflilrirml~
c:J inyección secundaria EZ'Z3 inyección prlmaria

Fig. 16.139 Anclaje en roca VSL (Losinger & Cie. AG, Berna).
Sellado del taladro (cemento de fraguado rápido) 4 Tubo de plástico para la inyección secundaria (salida de
2 Tubo de plástico para la inyección primaria aire a través de los taladros de la pieza de anclaje VSL)
5 Tubo envolvente del cable
3 Boquillas de salida de aire para la inyección primaria 6 Sellado del tubo en el comienzo de la zona de anclaje.

1-<-···--01"'1 ma~1mo --32,00---- Si en vez de en roca hay qne ci-


admisib!e del ,. +aw
1nentar en arena o grava, se hin~
can por percusión o con agua a
presión u·nos tubos de acero, en Fig. 16.141 Anclaje de la solera de un dique seco en Karachi (Pakistán) con 242 anclajes BBRV de 100 t
los cuales se introducen los cables. cada uno.
Dependiendo de la compacidad
del terreno y su finura de grano, debajo de la solera del dique, para que el pretensado no actúe sobre el pilote sino so-
se forma en el extremo un bulbo bre el terreno, comprimiendo éste (fig. 16.141).
de anclaje, o hien un bloque de
2,30 4,20 -· 5,35 - 4)0 -15,00
~
anclaje, inyectando n1ortero de Otro ejemplo es el de la figura 16.142. En la central hidroeléctrica de Schaffhausen los
~ 36,00
___¡ cemento al tiernpo que se retira contrafuertes y la placa de asiento de una presa de compuertas fueron provistos de an-
tablestacado un poco el tuho de acero. clajes en roca, algnnos de los cnales estaban inclinados, para contrarrestar el empuje del
agua.
Para la construcción del diqnc
\ / Las montañas de roca firme ofrecen muchas posibilidades de ntilización de estos ancla-
seco de la Nordseewerke en Em-
piezas de aricla1e de hormigón
cable de anclaje Ji'f46mm St!40 armado, hincadas por v1brac1ón jes. Así, por ejemplo, en la construcción de la presa de Luzzone se fijaron los cables del
con 7.capas protectoras den (1955), se hincaron en la are-
na unos bloques de anclaje de) blondín utilizado por medio de un pequeño bloque de hormigón y unos anclajes de 100 t
tipo Lackner., de planta en cruz ( [ 423 J y fig. 16.143). De forma parecida se puede realizar el anclaje del castillete del
de 1,35 m de lado, hasta una pro- extremo móvil del hlondín.
fundidad de 11 a 14 m, realizando
la l1inca por agua a p·resión y viM En la central eléctrica del Grande Dixence, en Wallis, Suiza, fueron asegurados los mu-
bración, consiguiendo así un anM ros de hormigón de la sala subterránea de máquinas, por medio de anclajes en roca (fi-
planta alzado gura 16.144). En el ferrocarril de Arlherg se han asegurado mediante pretensado algu-
claje seguro de los cables de 105 t
Fig. 16.140 Dique seco de la Nordseewerke en Emden. Bloques de de fijación de la solera ( [282] y nas zonas fisnradas de la roca como prevención contra posibles desprendimientos poste-
anclaje Lackner en forma de cruz, para 105 t.
fig. 16.140). En otra obra se han riores (fig. 16.145).
hincado por vibración en arena
fina y hasta 9 m de profundidad, marcos cuadrados de 1,0 m de lado, que anclaban 4 ca· CONTENCIÓN DEL TERRENO EN EXCAVACIONES PROFUNDAS
hles tesados a 120 t. Por medio de ensayos se. comprobó la seguridad.
Los anclajes en taladro han encontrado nn nuevo y extenso campo de aplicación en la
En un dique seco en Karachi, Pakistán, se excavó el anclaje en cienos compactos bajo contención del terreno en zanjas de excavación profundas. Así, por ejen1.plo, en una ex~
una potente capa de arena fina, partiendo de un taladro de 55 cm de diámetro. El espa- cavación de 18 m de profundidad para los estudios de televisión de la WDR, en Colo-
cio entre el taladro y el tuho envolvente de.! cable fue rellenado con hormigón Colcrete, nia, fue fijada la entibación, por medio de cables dirigidos hacia abajo [556]. También
formando una especie de pilote. Estos pilotes deben terminar dos o tres metros por resulta ventajoso en estos casos el que la pared de la zanja sea presionada contra el te-

690 691
r-6,oo---¡1.ao 1 6,oo- --¡J.aor----- 500 ,..,

rreno, pues así no fYUede éste entrar en n1ovi111ie'nto. Es· fundan1ental el que quede en
la zanja espacio libre para los trabajos (fig. 16.146). El dimensionamiento de tales an-
clajes se realiza según las "Recomendaciones del Comité de Trabajo de Fijación de Már-
genes" (ver Bautechnik 1958, pág. 482; 1959, pág. 468, y 1960, pág. 472).

2 anclajes en roca de 137t anclaje en roca BBRV


de 80 t
2 anclajes en roca de 737t
1 anclaje en roca de lOOt
anclaje
prete¡¡sado

Fig. 16.142 Presa de compuertas de la central de Schaffhausen. Anclaje del contrafuerte y la solera con
anclajes BBRV.

'' .~ ,.
IPJO

Fig. 16.145 Pretensado y anclaje de zonas frágiles Fig. 16.146 Utilización de anclajes pretensados
de rocas en el ferrocarril del Arlberg, en la entibación de zanjas de cimen-
con anclajes BBRV de 80 t (según B1R- tación.
KENMAIER).

Se realiza ta1nbién este tipo de anclajes inclinados en obras pern1anentes~ como prueba
el eje1nplo de un muro de contención, sobre pilotes, construido en la estación de ferro-
carril de Berna (fig. 16.147). Como la capa de margas llegaba a veces a espesores de 40
nietros, se realizaron algunos anclajes con cables de 50 m de .longitud, sin -encontrar difi-
cultad alguna. Posiblemente se habría podido anclar también en las margas.

PRETENSADO Y AN·
CLAJE DE PRESAS
Fig. 16.143 Ancla.ie del blondin utilizado en la construcción de la presa de Luzzone, con anclaje VSL
de 100 t. Al primer caso de
aplicación del pre·
margas
tensado al anclaje
de una presa de
grandes dimensio·
nes, realizado por
Coyne [22], han se· &nc1a· #'
Je en roe
guido otros ejem-
537,50 i!
.
VSL
'

plos de gran interés.


La presa de Allt-Na-
Lairige, en Escocia,
de 22 m de altura pilote in s1tu tf; 40
y 415 m de longitud armado
de coronació·n, fue
pretensada anclando
los cables en la base
rocosa (fig. 16.148).
Para ello se utiliza-
ron cables de 470 t
Fig. 16.147 Anclaje de un muro de contención en la es-
formados por 28 ba- tación de Berna. Longitud máxima de los
rras !Z) 28,6 mm (Sis- cables, 50 m (según [423)).

692 693
tema Lee-McCall). I,a fuerza total de pretensado apli-
cada en esta obra alcanzó aproximadamente las 22 000 t.
Un estudio con1parativo de precios realizado previamen-
te demostró que la aplicación del pretensado resultaba
económica, frente al perfil de gravedad, a partir de los
10 m altura de embalse. · CAPITULO 17
1
~a_ble y anclaje en roc·a También cabe la posibilidad de pretensar las presas de
1
(sistema Lee Me Cafl)
bóvedas múltiples de pequeño espesor. 17. Resistencia al fuego del hormigón pretensado
~-22m 28d28,6mm,*70t

Mencionaremos además el caso de la presa bóveda de


Turtmann, en Wallis, Suiza, de 28,5 m de altura, pre-
tensada en dos direcciones para qne no se produzcan 17.l Generalidades
nunca fisuras, incluso ni en el invierno a embalse va-
cío [461]. En este caso no se emplearon anclajes en Se dice que una estructura es resistente al fuego cuando, bajo la acc10n de la carga de
1 servicio, p·uede resistir durante 90 minutos un incendio cuya variación de temperaturas
roca.
junto a las caras de los elementos estructurales siga la ley representada en la figura 17.l.
Los anclajes de cimentaciones pueden resultar ventajo- En varios países se torna como índice de la resistencia al fuego la duración del incendio
sos en muchos otros casos, por ejen1plo, en ci1nentacio- soportada por la estrnctura, y se exige uua resistencia por encima de 30, 60 ó 90 minu-
nes en roca de torre.."! de gran altura, o en cin1entaciones tos, dependiendo del uso a que se destine la construcción. En el caso de fuerte peligro
de arcos rebajados y también para el anclaje de puentes de incendio se exige una resistencia de 3 horas. En lo que sigue designaremos los di~
colgantes. versos valores de la resistencia al
fuego ("duración de la resistencia al
Fig. 16.148 Presa de Allt-Na-Lairige (Escocia) con anclajes pretensados sis- fuego", según DIN E 18 230), simple- ºC
tema LEE McCALL. i i .:.~.
mente por F 30, F 60, etc. 1200 -·¡OJN.
1
1000-----+-
1<102 : ·-- __
_-;.::p--r=j----;- 1
..,¡..--r
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1
1

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- - .

i Gran Bretaña
--¡
Según la definición dada se exige so- ~--!¡. 1 1 j 1 ; 1 1

lamente que no se derrumbe la estruc- l. ! 1 ¡

tura durante la duración del incen-


400 _l_~_ 1J-1-,--11-_.~_-j-+--+----+--t--+---l
dio indicada. Se producen, natural-
me·nte, daños, sobre cuya cuantía ad-
misible no se especifica nada. El pro-
200
i
-+ .
. 1 1 1 •

,_.L_-+---+---+--+---+--;
' i

pietario puede desear tal vez que la


estructura conserve su total capaci-
dad resistente después de un incendio Fig. 17.l Ley de crecimiento de la temperatura para los ensayos
de 90 minutos, lo cual se puede con- de resistencia al fuego, según la norma DIN 4 102 y las
seguir con t1na adecuada protección normas inglesas.
del acero.

La capacidad resistente de una estructura de hormigón pretensado solicitada a flexión, se


pierde bajo la acción de un fuego, debido ante todo a que la resistencia del acero dis-
minuye progresivamente al snbir las temperaturas por encima de. los 2000 ó 300ºC (ver
apartado 2.14). Generalmente, al sobrepasar los 4000C ha disminuido tanto su resistencia
que la estructura se derrumba bajo la acción de la carga de servicio.

l:>uesto que en las estructuras pretensadas el acero está sometido continuamente a una
tensión 1nuy grande, co·rren dichas estructuras n1ayor peligro en caso de incendio que
las de hormigón armado normal. Además, algunos tipos de acero de pretensar sufren uua
mayor pérdida de resistencia que los aceros naturales duros (ver. fig. 2.39) . Por ello, si
es necesario, es preciso co·nceder más atención a las medidas constructivas a adoptar para
conseguir la resistencia al fuego en el caso de hormigón pretensado, que en el de sim-
plemente armado, aunque las elevadas tensiones que se llegan a admitir hoy en este últi-
mo haga necesario también el correspondiente estudio.

El aumento de temperatura en el acero a causa del fuego depende del tipo y espesor
del recubrimiento protector de las armaduras. También es de importancia el que se

694 695
trate, por ejemplo, de una placa o bien del alma estrecha de una viga, es decir, de que Fueron probadas vigas de 6 y 8 m de luz., con secciones ¡--Blcm---¡
'el acero reciba el calor del fuego desde nno o desde tres lados. según la figura 17 .2. Las vigas primeras fueron ensayadas .... L
,2 ,/ // /',, /.,, ,. / ,., ,. T--,·r
con el peso propio más 1,5 veces la sobrecarga; las pos- r 1
/ / /
/~,/ / ! h ~37,{<cm
1
También el recnbrimiento de hormigón está en peligro en el caso de fuego, debido a que teriores, con el peso propio más la sobrecarga, o el peso Fz=2t¡ÍJ5mm : /,/,.,
1
_j
2 cm '19c¡'m
al alcanzar nna temperatura de unos lOOOC puede reventar o sufrir desconchones, debido propio solo. El hormigón estaba hecho con arena de río 1
y grava, con cemento- portland normal, y dio una resis~ 8,6 r ,/ 2cm
a la vaporización .del agua libre y la presión interior a que esto da lugar, pero también
\T._ --'~¡
por la diferencia de dilatación térmica entre las caras y el interior de la pieza. Estas tencia a los 28 días, en probeta cúbica, de 420 kg/cm2 • --b 1k.- [ revestimiento de
Las armaduras, postesadas y con adherencia indirecta, ~ placas de vermiculita
destrucciones tienen lngar preferentemente a lo largo de las armaduras, quedando enton-
-21cm
ces éstas expuestas por completo al fuego, con lo cual alcanzan rápidamente temperatu- estaban compuestas por cables 12 0 5 mm de acero esti-
{ipo A (dimensiones para escala 4/5)
ras demasiado altas. El peligro de desconchones es tanto mayor cuanto más joven sea y rado en frío, cuya resistencia era de 160 a 180 kg/mm',
más húmedo esté el hormigón, y cuanto mayor sea la tensión de compresión. KRISTEN tesados a una tensión inicial de 0,6/]z. Mortero de inyec-
habla, a propósito de esto, de "explosiones de vapor de agua". No obstante, se puede ción de cemento portland de alta resistencia, con factor
evitar el desconchado del recubrimiento mediante una ligera armadura de borde, tal agua-cemento 0,4. El recubrimiento de los alambres por
corno se indica en el apartado 17.4. el hormigón era lateralmente de 8,5 cm y por debajo 4,7
u 8,5 crn. La mayoría de las vigas tenían una armadura
La resistencia al fuego puede ser mejorada por medio de revestimientos protectores ais- de estribos a distancias de 30 cm y las dos barras longi-
lantes, o un cielo raso incombustible snspcndido. Ahora bien, estas medidas suponen una tudinales corrientes. El recubrimiento de los estribos fipo e (dimensiones para escala 112)
ayuda sólo en el caso de que las capas protectoras se adhieran bien y no se desprendan era de 2,0 cm. Otra parte de las vigas tenía una armadura
antes de lo previsto. de borde constituida por una malla cuadrada de 15 cm
de lado, de alambre de 2 mm. Otras vigas carecían por
completo de armadura de estribos. Cuando se utilizó
T;¡mhién el hormigón pierde con las temperaturas altas parte de sus resistencias (ver apar-
algún aislante térmico consistió en planchas de hormigón
tado 2.28), pudiendo peligrar la zona precomprimida de tracción, en el caso de que esté
con vermiculita (una parte en volumen de cemento por
son1etida a tensiones i11uy altas. Si en una estruct11ra se prod·ucen esas elevadas con1pre-
cada cuatro de vermiculita), de 25' mm de espesor, ar-
siones bajo la acción del peso propio, pnede ocurrir que el estado de carga de peso pro-
madas con tela metálica de gallinero. Estas planchas
pio solo, sin sobrecarga, sea más Crítico, por lo que resp.ecta a Ja resisten.cía al fuego, que
fueron colocadas en los encofrados, entrando en contacto
el de carga de servicio con1pleta. Por esta razón, no Ee debería adoptar unas compresio~
directo con el hor111igón. tipo O (dimensiones para rscala 4/5)
ncs demasiado altas bajo el peso propio en elementos delgados desprotegidos, cuando la
zona de borde del área de hormigón comprimido sea esencial para la capacidad resistente
Las vigas tenían una edad de 6 a 12 meses y además Fig. 17.2 Secciones de las vigas de Jos
estructural en una profnndidad de l,5ii (ü =espesor dd recubrimiento de las armadu- ensayos ingleses.
ras). En el caso de vigas continuas pueden resultar peligrosas para la resistencia al fue- fueron secadas durante unas 8 se111a11as a 200C de tern~
peratura y 55 % de humedad relativa. Las vigas que no
go las elevadas con1presiones en las zonas de los apoyos.
tenían armadura de estribos fallaron poco después de desconcharse el l1orn1igón, después
de 60 a 150 minutos de exposición al fuego. Las que tenían armadura de alma resistieron
En los últimos 10 años se han realizado numerosas pruebas de incendio en estructuras pre- de 150 a 260 minutos incluso con 1 1/ , veces la sobrecarga. Las vigas con placas de ver-
tensadas. El Building Research Station of the Ministry of W orks, de Londres, ha reali- micnlita de 25 mm de espesor alcanzaron resistencias al fuego de 4 a 5 horas, incluso las
zado valiosos servicios en este campo [321). Algunos de dichos ensayos fueron tratados en que ·no tenían estribos y estaban cargadas con 1 y 1 1/2 veces la sobrecarga. Por térn1ino
la primera edición alemana de este libro [148], [187), [174], [141] y [230]. Desde en- rnedio se puede afirmar que las placas de vermiculita de 25 mm de espesor prolongan la
tonces se han llevado a cabo numerosos ensayos, dados a conocer en [521). También en i·esistcncia al fuego al menos en 2 horas. En ningún ensayo se desprendieron las placas
Holanda [383], Japón [394] y en USA se ha investigado la resistencia al fuego del hor- de la viga. Sin ernbargo, en algunos casos se produjeron violentamente desconchones en
migón pretensado. En Alemania se ha estudiado principalmente el comportamiento de el hormigón que arrastraron consigo partes de la placa de verrnicnlita. Se achacó esto a
los aceros de pretensar a altas temperaturas [335]. TH. KRISTEN y H. J. WIERIG ha·n tra- que el hormigón no había podido desecarse suficientemente debido a estar recubierto
tado de nna forma general el problema del fuego en el hormigón pretensado [ 493 J. En por dicha placa.
lo que sigue baremos nn resumen de lo más importante de los resultados de ensayos, sin
detenernos en ningún ensayo particular. La figura 17.3 muestra la variación de la temperatura en el acero de pretensar, en una
viga tipo A de la figura 17.2. La parte tendida de la curva, que corresponde aproximada-
mente a unos l 00°C, es debida al hecho de que la evaporación del agua consume rnn-
cba energía. La viga falló cuando la temperatura del acero alcanzó unos 4400C.
17.2 Algunos resultados de ensayos en vigas y forjados de hormigón pretensado
La flecha inicial debida a la dilatación térmica del alma de la viga permanece largo tiem·
El siguiente estudio se basa, principalmente, en los ensayos ingleses de L. A. AsHTON y po casi constante, aumenta después cuando se sobrepasan los 200"C en el acero, y crece
colaboradores [521). Entre otros ternas se trató la posibilidad de realizar ensayos de in- más de prisa cnando se llega a los 4,oooc.
cendios a escala reducida, llegándose a la conclusión de que las leyes de semejanza no
tienen en este caso una validez general, debido sobre todo a que el fenómeno del des- Es de destacar el hecho de que en ningún caso se produjo nn fallo repentino de la viga.
concbarniento del recubrimiento del hormigón, entre otros, no es rcproducihre a escala. La flecha aumenta lentamente. Un bombero habría sido suficientemente advertido por la
AsHTON recomienda por ello el realizar a escala natural los futuros ensayos de incendio. deformación [174) y [141].

696 697
Una viga con b0 = 12,5 cm y d = 20 cm, sin estri- formación de hun10 denso, el incendio sección longitudiílal 1
1200 -~-----~

bos, sin sobrecarga, con 115 kg/cm 2 de compresión duró 5 h.oras. En tres pequeñas zonas~ Lir===n====1J====li 8,90m
4,o rr n rr -1
--
en el borde inferior, y un recubrin1iento de unos que uo representaban ni el 10 % de la 'F¡~--·------ ~67,Dm - · · - - - - - - - <
7000 --~
5 cm, falló después de 62 minutos, por aplasta- superficie total, se ron1pió la estructura

800 _/ k' • ¡
miento del hormigón del alma. de la cubierta. Se sospecha que colabo-
ró a ello la explosión de depósitos de
~ Una viga idéntica, pero cargada de tal manera que
1

1
gas de calefacción y de tanques de tre-
la compresión en el borde inferior era sólo de
r-~-
f' 600 mentina. Sin embargo, la mayor parte
"" 25 80 kg/cm2, falló después de 120 minutos. Se deduce de la cubierta quedó en condiciones de
..~ 400 -~·

/'//
~t
........... ¡,..·
ª>/ ,,<b
e
20
75
de todo ello que para tener una buena resistencia
al fuego, no se debe adoptar una compresión en
el borde inferior demasiado alta, bajo la acción
ser utilizada de nu.evo, aunque las vigas
y las placas nervadas presentaban nu-
merosos desconchones (fig. 17.5). Los
200 70
del peso propio sólo. ingenieros comprobaron con ensayos de

o ~·
. ,;~:::
. ,,..,=:L.-.~·-
~· 5

Respecto a la cuest10n de si se puede volver a uti-


carga y otros métodos, que la estructura
o 11!2 2 3 3'12
conservaba aún una su:ficie'nte capaci-
Fig. 17 .5 Sección del mercado de Horsham, Pennsylvania;
t (horas) lizar de nuevo una estructura pretensada que haya dad resistente, aun cuando en las jáce~ sección de las placas nervadas de cubierta de 15 m
sufrido un incendio, es decisiva la temperatura que nas algunos cordones situados junto a de luz, y de las jácenas de 9 m de luz.
Fig. 17.3 Resultados de ensayos ingleses realiza· alcanzó de promedio el acero. AsHTON y BATE [521] los bordes habían perdido su te'nsión.
dos por ASH'l'ON, correspondientes a las muestran en la figura 17.4 la comparación entre el
vigas tipo A de la fig. 17.2:
diagrama de cargas-flechas de nna viga no afectada
a temperatura máxima en el acero de por el fuego, sin estribos, y de otra viga idéntica,
pretensar; l.7.4 Recomendaciones para asegurar la resistencia al fuego de estructuras de
b temperatura media en el acero du-
pero que fue e;xpuesta al fuego bajo la acción de
rante el incendio; la sobrecarga nominal hasta que el acero alcanzó hormigón pretensado
e flechas de la viga cargada con los 300°C. El diagrama muestra claramente que se
(g + p) durante el incendio; Para obtener l'a resisten.cía al fuego es preciso conseguir que el acero de pretensar no
perdió por completo el pretensado, de tal forma
d variación de la temperatura.
que la viga falló por cortadura con un, 80 % apro· sobrepase la temperatura de 4000C durante toda la duración del incendio. Para mante~
ximadamente de la carga normal de rotura. Es de ncr una suficiente cap-acidad resistente después de un incendio, el acero· ·no ¡)uede calen~
destacar el hecho de que el alambre estirado en frío utilizado en el ensayo, acusó ya fuer- tarse por encima de los 200"C.
tes .Pérdidas de resistencia a ten1peraturas inferiores a los 200°C.
I,a i11áxin1a co111presión en el hor111igón en el lado expuesto al fuego, no debe sobrepasar
~""ueronen1.prendidos ensayos se111ejantes para tratar de l1allar l1asta qué terr1peratura se un cierto valor.
podía calentar el acero sin que se redujese apreciablemente la fuerza de pretensado. Se
vio que una tcn1peratura de 2000C podría ser co11siderada aún con10 inofensiVa, si bien las D·ebería ser posible con1probar analítican1ente el cumplin1icnto de estas condiciones, pero
propiedades de los alambres de distinta procedencia son muy diferentes a este respecto. faltan aún las bases para ello. Las siguientes recomendaciones se basan por ello en los re-
sultados de ensayos, con ciertas tolerancias de apreciación.
El diagrama de cargas-flechas después del incendio, muestra en cada caso claramente has-
ta qué punto se mantiene el pretensado de la viga.
17.41 Estructuras desprotegidas

17.3 Experiencias recogidas en un inceucio de grandes proporciones En las estructuras pretensadas desprotegidas, el recubrimiento de hormigón debe evitar
él sólo una subida excesiva de la temperatura del acero. En las vigas o placas con arma-
Un gran incendio declarado en un mercado y al- duras p·retesas, en las cuales los alambres suelen estar próxin1os a la superficie, las con..
macén en Horsbam, Penusylvania, de 225 m de diciones son menos favorables que en las estructuras e·n las que el acero está agrupado
longitud por 60 m de ancho, cubierto casi por en cables que están situados lo más lejos posible de los bordes.
completo con un forjado plano a 4,2 m de altura,
formado por vigas pretensadas desprotegidas, dio Los recubrimientos de hormigón que sean superiores a 25 mm deben ser asegurados, al
ocasión para reunir un valioso número de experien~ objeto de impedir los desconchones del hormigón, con una ligera armadura ordinaria
cías acerca del comportamiento del hormigón pre- que debe quedar anclada en la zona superior, menos expuesta al calor. En la tabla 17.I
tensado en caso de incendio. C. C. ZoLLMANN y otros se dan los recuhrimiéntos de hormigón necesarios para los diversos grados de resistencia
informan al respecto en [ 487]. Debido a que por la al fuego (ver apartado 17.1). Para las placas que sólo reciben el fuego por untado, se dan
proximidad de la Navidad se encontraba la nave unos valores menores en un 20 % a los obtenidos para vigas en los ensayos ingleses.
llena casi por completo de mercancías inflamables Fig. 17.4 Diagramas de cargas.flechas de una
o de fácil combustión, como pinturas, aceites, mue~ viga tipo A (dimensiones para esca- Si se pretende que se mantenga después del incendio la capacidad resistente de la estruc-
la 1/2) antes y después del incendio, tura, habría que tomar unos recubrimientos aproximadamente 1,8 veces los dados en la
hles, alfombras, etc., y a que los bomberos vieron habiendo actuado el fuego hasta al·
entorpecido su trabajo por la falta de agua y la canzar los 300°C en el acero. tabla 17.I, en el caso de que no se prevea ninguna protección especial.

698 699
Tabla 17.I
Estructuras de hormigón pretensado desprotegidas. Recubrimiento míni1no del acero en mn1
1

Resistencia al fuego Fuego atacando Fuego atacando i Máxima compresión en el


(duración por un solo lado por tres lados ~lado expuesto al fu.ego en CAPITULO 18
de la resistencia) j(p. e. forjados de cubierta) 1 (p. e. vigas) j hormigón B 300 l
minutos ¡
-¡--
mm !
¡-
mm
1-- kg/cm' 18. Ensayos de rotura dignos de mención
F 30 ' 20 25 ' 120
F 60 30 38 100 Durante el desarrollo del hormigón pretensado y su posterior investigación durante los
F 90 40 50 90 últimos años se realizaron nun1erosos ensayos de rotura. La mayoría de las veces tenían
F 180 75 90 70 por objeto esclarecer el comportamiento de una estructura determinada y su seguridad
a la fisuración y a la rotura. La diversidad de propiedades de las vigas investigadas, ape-
1 Para otras calidades de hormigón, aproximadamente proporcional a la resistencia. nas hace posible establecer nna comparación de resultados. Estos ensayos servían, en ge-
neral, como comprobación de nuestras hipótesis de cálculo y mostraron una concordancia
satisfactoria en el caso de solicitación a flexión .. En for1na abreviada daremos noticia de
algunos ensayos de rotura importantes, para que el ingeniero ocupado e'n actividades
17.42 Aumento de la resistencia al fuego por medio de revestimientos protectores
prácticas pueda encontrar rápidamente en caso de necesidad la j11stificació.n o causas de
determinados fenómenos. En el l'ibro "Puentes de Hormigón Armado Pretensado", de
Los revestimientos protectores destinados a elevar la resistencia al fuego, o a que se con-
C. FERNÁNDFZ CASADO [557], se encuentra un rp,.sumeu casi completo de todos los ensayos
s¡¡¡rve después del incendio la capacidad resistente, deben actuar como aislantes térmicos,
de rotura realizados hasta 1960.
para retardar la subida de la temperatura en el hormigón y en el acero. No deben des·
concharse antes de tiempo. Cuando se loo aplica posteriormente a modo de enfoscados, la
superficie del hormigón debe ser rugosa y limpia. Para algunos tipos de enfoscado es
preciso humedecerla primero, dejándola luego secarse ligeramente. Es conveniente asegu· 18.1 Ensayos individuales en vigas simplemente apoyadas
rar los revestimientos de cierto espesor por medio de un tejido o malla de alamhres Los primeros ensayos de rotura alemanes fueron real.izados en los años 1935 a 1938 por
fijado a la viga. la empresa W ayss und Freytag AG en unas vigas de cubierta pretensadas, de 55,5 m de
luz [ 40]. Las dos vigas, construidas en Frankfurt y en Dresdcn, a escala l : 3, tenían una
Enfoscados de protección más 20 mm mortero bastardo longitud de 18,50 m y un canto de 1,18 m, con sección en I de alma delgada. Se utilizó
apropiados: 20 mm yeso, preferentemente yeso Para F 90 y 25 como armadura alambres !Z) 5,4 mm, de acero St 100, pretesados según el procedimiento
poroso milímetros de re· Freyssinet. También fueron pretensados los estribos. La resistencia cúbica del hormigón
15 mm enfoscado de asbesto cubrimiento de fue /Jw= 503 y 412 kg/cm2 , respectivamente. Amhas vigas fueron sometidas a la carga de
15 mm enfoscado de vermiculita hormigón. servicio durante largo tiempo (en Frankfurt, 3 3/ 4 años; en Dresden, 4 meses), y por últi-
15 mm enfoscado de perl'ita mo cargadas hasta la rotura, que en Frankfurt se produjo por fallo de los alambres, y
en Dresden por fallo del hormigón en compresión.
Estos espesores son aplicables para F 90 y un recubrimiento de hormigón de 25 mm.
Con inotivo de Ia co·nstrucción del primer puente de ferrocarril de l1orn1igón prete'11sado
Las planchas aislantes resistentes al fuego hechas con vermiculita o perlita conglomeradas en Alemania, en 1950/51, los Ferrocarriles Federales Alemanes realizaron en colabora-
con cemento, o las placas finas de hormigón celular, que son colocadas en el encofrado, ción con el FMPA de la Escuela Superior Técnica de Stuttgart (Otto-Graf-Imtitut), ensa-
proporcionan una excelente protección, de forma que ya en espesore;s de 20 a 25 mm yos en 4 vigas de hormigón pretensado (ensayos de Kornwestheim), ya tratados en el
mantienen con un fuego de 90 minutos de duración toda la capacidad resistente de la apartado 13.42, y sohre los que informan detalladamente GmHRACH y SATTELE en í228l.
estructura. Las 4 vigas eran de 20 m de luz, con 1 m de canto y 1,80 m de ancho de la cabeza
de coinp-resión. Dos de las vigas eran de sección en cajón y fueron µ-retensad:ls con caw
Los ciclos rasos deben ser suspendidos de tal forma que para lograr la F 90 se mantengan bles concentrados, una con y otra sin adheren.cia. Las otras dos vi¡r.as eran de sección
al menos durante 30 minutos, impidiendo que el fuego actúe directamente sobre la cs- en T y fueron pretensadas por los procedimientos Dywida?; y Freyssinet. El proceso de
ti:uctura. Está en marcha la creación de sistemas de suspensión resistentes al fuego, por car¡;;a hasta la rotura fue realizado con dos cargas puntuales sin1étricas separadas entre
e3emplo para placas acústicas de yeso y otros modernos cielos rasos similares. El cielo raso sí 6 m. Las cargas de rotura fuernn algo superiores a los valores ca 1culados Fe,g:Ún la nor~
cerrado suspendido, con malla de alambre (Rabitzdecke), da una protección suficiente para ma DIN 4 227. Los ensayos mostraron las diferencias, a efectos de la fisuración, entre fos
F 90 sin necesidad de comprobación especial del sistema de suspensión. secciones en ca.ión y en T~ así como entre los cables concentrados y los renartidos. Es
de destacar el hecho de que las fisuras aparecidas para una carga dohle de la de servi-
cio, se cerraron por completo aI descargar. En el apartado 6.22 se hizo ya 1nención de
la diferencia existente entre las roturas con o sin u·nión horn1igó.n~acero.

Con motivo de la construcción del primer puente prctcnsado en los EE. UU. (W alnut·
Lane-Bridge, Philadelpbia) se ensayó hasta la rotura una viga con l = 4.7 m [130] y [131].

700 701
Tenía secc10n I disimétrica (canto 2 m, ancho del ala snpenor 1,31 m, ancho del ala Al objeto de obtener la tensión actuante en el acero cu la situación de rotura, ha reali-
inferior 0,76 m, espesor del alma 17,7 cm), y fue pretensada según el sistema Magnel zado A. PÁEZ ensayos en 11 vigas rectangulares 21/40 cm y 12,80 m de luz ([374], pá-
con 4 cables de 64 125 7 mm, de acero St 153/172. El hormigón había alcanzado el día del ginas 26/37). Se varió la fuerza de pretensado, la cuantía de armadura ordinaria y la dis-
ensayo una resistencia en probeta cilíndrica, de 360 kg/cm2• Por medio de 8 cargas ais- pos1c10n de la carga. Dos de las vigas carecían de adherencia. En todas las vigas se
ladas repartidas a lo''largo de la viga se alcanzó un momento de rotura de 2.260 tonela- produjo la rotura por fallo de la zona de compresión, tal como estaba previsto.
das métricas para el cual falló la zona de compresión.
H. RüscH investigó sistemáticamente en 6 vigas el pretensado sin adherencia, al objeto
P. B. MORICE [249] y [250] informa sobre una viga de ensayo con l = 16,7 m realizada de comprobar la validez de la fórmula empírica dada en DIN 4 227 para el cálculo del
pretensando conjuntamente 3 piezas sueltas, para cubrir el canal de Leyton 'Marshes (In- momento de agotamiento [ 44 7]. Las vigas eran de sección rectangular 12/33 cm y una luz
glaterra). El pretensado fue realizado con 3 barras 125 28 mm de acero St llO (Lee Me de 5 i11. Se varió la resistencia del hormigón, la resistencia del acero y el tipo de carga.
Call). La viga era de sección I simétrica de 76 cm de canto y un ancho de ala de Una viga estaba provista de una armadura ordinaria adicional. Como resultado del en-
60 cm. Fue ensayada hasta rotura con dos cargas puntuales próximas al centro de la sayo se propone seguir utilizando para cálculos aproximados la fórmula empírica de la
viga. DIN 4, 227. Para estudios más exactos se creó, con ayuda de los resultados de los ensa-
yos, un p·rocedimiento que exige naturaln1ente mayor trabajo.
Y. GuYON ( [148], págs. 450/455 y 485/496) informa sobre el ensayo de nna viga preten-
sada con l = 7,75 m, en la que el ala superior de ra sección I seguía en alzado una
línea parabólica. El canto en el centro era de 42,5 cm y en los apoyos 13,5 cm, y fue
pretensad.a sin adherencia por medio de 2 cablee~ 10 125 5 mm St 143 situados en el ala 13.3 Ensayos de cortadura en vigas simplemente apoyadas
inferior. Se dispuso además una armadura ordinaria adicional. La resistencia cúbica del
hQifmigón fue fJw = 490 kg/cm2 • La carga, distribuida en 8 puntos, condujo a la rotura Varios investigadores han estudiado el con1portan1iento de las vigas de hornllgón preten-
por fallo de la zona de compresión en la sección a 1/4 de la luz. sado en el caso de fuerte solicitación a esfuerzo cortante. Existen resultados de ensayos de
vigas sin y con armadura d_e esfuerzo cortante.

13.2 Ensayos en serie de rotura por flexión M. A. SozEN, E. M. ZwoYER y C. P. Smss informan sobre ensayos en 43 vigas de sección
rectangular y 56 vigas de sección I, sin armadura de esfuerzo cortante [4,24]. El ancho de
Además de los ensayos individuales realizados para una estructura determinada, han sido las vigas era de 15 cm, el canto de 30 cm, y la luz de 2,10 m en el caso de sección rec-
e.n1prendidas series de ensayos sisten1áticos destinados a poner en claro cuestiones f11nda~ tangular y 2,70 m en el caso de sección I. Se varió la fuerza de pretensado, la cuantía de
mentales que se· plantean en el hormigó'n pretensado. armadura, la resistencia del hormigón y la relación M/Q · h. De las 99 vigas fallaron 90
por cortadura destruyéndose la zona de compresión en el extremo de la fisura inclinada.
M. Ros informa de los ensayos realizados entre los años 1940 y 1943 en Lausanne, Schinz- En las vigas con sección I se produjo ta1nhié'n el aplastamiento del alma.
nach y Z urich, por encargo de la Asociación Suiza de Ingeniecros y Arquitectos [ 65] y
[ 67]. Las vigas de Schinznaeh eran todas de sección rectangular 12/20 cm y, una longitud También H. RüsCH y G. VtGERUST han ensayado vigas pretensadas sin armadura de es-
de 6 m. Se utilizaron en ellas armaduras pretesas variando el diámetro y la superficie del fuerzo cortante [ 490]. Las 22 vigas tenían sección I, 20 cm de ancho y 25 cm de canto.
alan1bre, así como su tensión inicia]. La resistencia del hor1nigón fue mantenida lo más Las resistencias del hormigón fueron f!w = 300, 450 y 600 kg/cm'. Se estudió especialmen-
constante posible (de promedio fJr = 550 kg/cm 2). Las vigas fueron sometidas a la acció'n te la· influencia del grado de pretensa do sohre la carga de rotura por cortadura. En una
de dos cargas puntuales situadas a los cuartos de la luz, primero durante un largo es- serie de ensayos se varió la relación M/Q · h. La rotura se produjo en general por aplasta-
pacio' de tiempo, y por último hasta la rotura, la cual tnvo lugar, según los casos, por miento del alma o del ala en el extremo de una fisura de cortadura.
fallo del acero, del hormigón o de la adherencia. En Zurich fueron sometidas las vigas de
sección I a un ensayo dinán1ico y otro estático. J. F. Me GREGOR, M. A. SoZEN y C. P. Smss estudiaron la influencia que puede tener la
indínación del cable sobre la carga de rotura por cortadura [491]. Veintiuna vigas de
G. MAGNEL informa sobre el ensayo de una viga de 20 m de luz entre apoyos, formada sección I y una viga de sección rectangular 30/15 cm fueron ensayadas sobre una luz de
pretensando conjuntamente, por medio de nn cable recto, 41 piezas prefabricadas ([312], 2,70 m. La conclusión de que la inclinación del cable en el extremo de la viga no tiene
págs. 179/186 y [72]). El eje de la viga estaba quebrado, siguiendo la forma de la cu- influencia alguna sobre la capacidad resistente a esfuerzo cortante, debe ser segura1nente
bierta. La sección en cajón tenía un ancho de 35 cm y un canto de 100 cm. El hormigón puesta en duda [558].
dio una resistencia de 550 kg/cm2 medida en probeta cúbica de 10 cm de lado. La viga
fue cargada en el centro con cuatro cargas pu·ntuales juntas, y ron1.pió para· una carga A. B. HrcKs ha llevado a cabo ensayos para establecer los límites de los diverso~ tipos de
total de 17 t por aplastamiento brusco del ala superior. rotura en u·na viga pretensada tÍp·ica de sección I, y da los sig·uientes límites de la rela-
ción llf/Q · h: rotura por eizalla1niento: O a 1,5; rotura en co1nprcsión por cortadura: 1,5 a
D. F. BILLET y J. H. APPLETON informan sobre ensayos de rotura en 26 vigas pretensa- 4,5; rotura en tracción por cortadura: 4,5 a 9; rotura por flexión: por encima de 9 [395].
das de 2.,. 70 m de luz, con ar111aduras postesadas co,n adherencia indirecta, sección recD
tangnlar 15/30 cm [261]. Las vigas fueron cargadas a los tercios de la lnz. Se varió la M. GUYON informa sobre un ensayo de cortadura realizado en una corta parte de una
resistencia del hormigón, la cuantía de armadura y la fuerza de pretensado. En 21 vigas viga (h/l = 1,4/5,5 111) de sección I disimétrica, utilizada en la construcción del puente
se p~odujo la rotura por fallo del hormigón. El acero sufrió algunas veces grandes defor- de Djedeida ( [148], págs. 612/619). Bajo una carga puntual centrada rompió la vi¡¡;a
n1ac1ones.,. otras sólo fue solicitado en el <lomínio elástico. Tres vigas .rompieron por cor~ por for1nación de fisuras de cortadura en el aln1a, debido a la escasez de armadura de
tadura, y en dos vigas falló la adherencia. estribos.

70?. 703
18.4 Ensayos de vigas pretensadas prefabricadas trabajando en colaboración con produjo la rotura por fallo de la zona de compres10n. No se pudo comprobar ninguna
hormigón in sitn variación con el tien1po del comportamiento resistente. Como en Berlín habían sido ensaw
yadas unas vigas de la misma serie a la edad de 3 meses, fue posible establecer una com-
El trabajo conjunto de vigas prefabricadas y hormigón in situ {vigas compuestas), ha paración perfecta.
sido estudiado exp~rimentaln1ente en diversas ocasiones.
Así, .R. H. EvANS y A. S. PARKER han investigado en 13 de tales vigas compuestas, con
diferentes secciones, la colaboración entre una y otra parte, la carga de rotnra y la fisu- 18.6 Ensayos en vigas hiperestáticas
ración [291]. Según sus resultados, en el caso de una unión de confianza entre hormigón
in situ y viga prefabricada, se puede hallar el momento de agotamiento igual que si se
Y. GuYON ensayó 4 vigas de dos tramos de sección rectangular ( [399], págs. 455/504 y
[188]). Las vigas se diferenciaban en el trazado de los cables, que en algún caso era inten-
trat~se de una sección ho111ogénea.
cionadamente inadecuado. Fueron sometidas a la acción de 2 cargas puntuales juntas en
En Colorado Springs (USA), F. R. KAHN y A. J. BRoWN ensayaron una viga de puente el centro de cada vano. Antes de producirse la rotura fue observada la aparición de rótn·
de 36 m de luz, compuesta de una parte prefahricada de 1,80 m de canto y una losa in las plásticas.
situ de 16/220 cm [398]. Primeramente se e:nsayó la viga prefahricada sola, por medio
de 10 cargas puntuales reg11larn1ente repartidas, hasta a1.canzar la carga de fisuración, des~ G. MACCHI ha i'nvestigado en los años 1953/54 tres vigas pretensadas continuas, de tres
cargando entonces ]n viga. Después se l1orn:1igonó la losa in situ y se cargó la viga com~ tramos, de sección rectangular 10/25 cm ([284], págs. 501/543). Las vigas se diferencia-
puesta hasta agotar la capacidad resisten!<> por el excesivo alargamiento del acero. ban en la relación de luces y en el trazado de cables, que en una viga eran rectos Y en
las otras estaban dohlados de acuerdo con la distribución de mome'ntos. Como compara-
Con mótivo de la construcción del puente de Manda!, en Noruega, I. LYSE [385] realizó ción se ensayó una viga de un tramo simpleme11te apoyada. I..as vigas fueron son1etidas
ensayos de rotura en 2 vigas de unos 15 m de luz, compuestas de uua viga I prefabricada a la acción de una carga puntual en el vano central. En todos los casos tnvo lugar una
Cj¡tn armaduras pretesas, de 1,40 m de cauto, y una losa de hormigón in situ de 20/180 cm. cierta redistribución de momentos.
Ambas vigas fueron sometidas a la acción de dos cargas puntuales aproximadamente a
los tercios de la luz, y rompieron al fallar el acero. Para estudiar la rotación plástica de una seccwn de rotura, G. MACCHI realizó en 1958
ensayos en 18 vigas pretensadas simplemente apoyadas [380]. Todas eran de sección rec-
G. D. BASE y R. E. RowE [ 4,95] llevaron a caho un ensayo de rotura en una vi~a I de tangular I.5/28 cm, 12 vigas tenían 2.,80 m de luz, las 6 restantes 1,40 m. Para aharcar
36,40 m de luz, construid a pretensando conjuntamente tres dovelas prefahricadas, por la influencia de la forma de la ley de momentos sohre la rotación plástica, se diferen-
medio de 18 cables Freyssinet 12 l2S 7 mm St 145/163, y reforzada en la zona de compre- ciaban cada 2 vigas sólo por el tipo de carga, que consistía en una carga puntual en el
sión con hormi~ón in. si tu. Tenía u.n canto total de ] ,82 m, un ancl10 del al.a superio,r centro de la viga o en 4 cargas (o bien 2 en las luces menores) regularmente repartidas.
de 1,22 m y del ala inferior de 1,16 m, y fue cargada en dos puntos. La rotura se pro- Además, se varió la cuantía de armadura de flexión y de estribos, y el trazado de Ios
dujo aI fallar la zona de compresión después de un gran alargamiento del acero. cables.
S. REVESZ [2191 ha estudiado la colaboración entre unas pequeñas viguetas pretensadas T. Y. LIN ha estudiado en d laboratorio de MAGNEL 4 rigas de dos tramos, en ensayos
y una losa de hormigón in si tu, para forjados de' edificación. Se vio que <e1 pretensa do estáticos y dinámicos ([399], págs. 534/546 y [283]). Comprobó que la carga de fisuración
no tiene práctican1ente influencia :\lgu'na en el 1no1nento de rotura, cuando el acero de podía ser calculada por el método elástico, y que no tiene lugar ninguna redistribución
la zona de tracción falla n111cho antes de que la zon.a de co1npresión esté comprometida. completa de momentos.
K. W. NASSER [535] cargó hasta la rotura una viga de puente prefabricada con losa de G. MAGNEL ([312], págs. 199/214) informa sohre otro ensayo de una viga continua que fue
hormigón in situ. La viga te'nía un canto total de 90 cm y una luz de 9,20 m. Después cargada y descargada sucesivamente durante un año y medio, al ohjeto de observar la
de grandes deformaciones en el acero, falló la zona de compresión. forn1ación de fisuras, au1n-entando luego la carga hasta la rotura de la viga.
P. W. ARELES [260] informa sohre cmayos en las losas ("wafHe slahs") utilizadas en cons· En Inglaterra se han ocupado P. B. MoRICE y H. E. LEWIS con el prohlema de la redis-
trucción de puentes por Ios F·errocarri1es Ingleses. Estas losas consie:te'n en vigas pretensa- trihución de momentos ( [284], págs. 561/584). Ensayaron 28 vigas de sección rectangu-
das de sección I colocadas a tope unas junto a otras, y rellenas y unidas con I1orn1igón lar 10/15 cm de dos vanos de 2,27 m de luz. Las vigas se diferenciahan principalmente e'n
in situ arn1ado con acero ordinario.
el trazado de los cahles. Se comprobó que tuvo lugar hasta el momento de la rotura
O. V. MIKHAn,ov (f374], págs. 51/6.5) ha llevado a caho ensayos en secciones rectongula· una compensación de mon1entos casi perfecta.
res 36/80 cn1 fon11adas por cuatro vif;as pretensadas unidas e·ntre sí por hon11igón in situ.
Sólo después de fallar las piezas pretensa das ;ir,11:-aron grandeR defor1nacioncP. En el in~
forme se -est11dia además la cuestión de cuál debe ser l<!, relación de e:,e~~inncs del l1orn11,- 18.7 Ensayos en placas
gón pretensado al l1ormigón in s.itu, .para obtener la n1áxin-ia rer-Íste-ncia y. cconon1ia.
También han sido llevados a caho ensayos de rotura en placas pretensadas, generalmen-
te para comprobar la validez de las teorías del cálculo elástico. Los ensayos demostra-
18.5 Ensayos en vigas con armaduras pretesas, de cierta edad ron que la carga de fisuración podía ser calculada con suficiente exactitud de acuerdo
con dichas teorías..
De un refugio para sn.bmarinos se to1nó u.na viga pretensada que tenía u11os 6 años de
edad Y fue ensayada en Lieja [129]. En el. Lehoratorio de Encavo de Materialee de Ber- En Gante fue cargada hasta rotura, con dos cargas puntuales, una placa cuadrada libre-
lín-Dahlem Fe ensayaron 3 vigas Hoyer de 13 1/2 años de edad [356]. En ambos casos se mente apoyada en sus cuatro hordes, de 3,20 m de luz y 7 cm de espesor ([312], pági-

704 45 70!1
--._.,-

nas 227/231). Estaba preteusada en las dos direcciones. La rotura se produjo por fallo· 56 cm de canto y 3,60 m de ancho, estaba pretensada con 24 cables Freyssinet 1.2 l2l 5 mm.
de la zona de compresión, debido a la :flexión. El vano extremo de 23 m de luz fue cargado hasta la rotura, que se produjo antes de
tiempo al fallar la sección sobre el apoyo, y casi si~mltáneamente la sección central del
En [319] se informa sobre los ensayos realizados en California por A. C. ScoRDELIS, K. S. tramo cargado. Se puede explicar la reducida segundad a la rotura por defectos ~e la
PISTER y T. Y. LIN, en una placa cuadrada de 4,25 m de luz cutre apoyos y 12,7 m de adherencia, originados al inyectar los cables. Además, los ca~~es ocupaban en el dmtel
espesor, libremente apoyada en sus cuatro bordes. La placa estaba pretensada unifor- una posición demasiado alta debido a que los Ductubes utihzad?s para ere.ar. los con·
memente en ambas direcciones mediante cables situados en el plano medio, y fne carga- duetos no habían sido suficientemente asegurados contra el empu¡e del horm1gon duran·
da con aynda de nn colchón neumático, basta Ia rotura por fallo del hormigón después te la colocación de éste.
de grandes deformaciones en el acero.
El puente Glatt, en Opfikon, junto a Zurich, tuvo que ser d~molido. 5 añ~s después de, su
También se ensayó allí una placa cuadrada de 7,6 cm de espesor, apoyada en 9 soportes construcción con el fin de dejar espacio para la nueva autopista Zurich-Wmterhur [ 488] Y
a distancias de 2,12 m [425]. La placa estaba uniformemente pretensada en dos direccio- [ 489]. El puente estaba constituido en pórtico con un soporte resuelto. en jabalcón y. ti-
nes, sin adherencia. La excentricidad de los cables se adaptaba a la variación de momen- rante. Tenía una longitud total de 39 m y un ancho de 8,90 m. En primer lugar se hizo
tos. Cada nno de los cuatro vanos podía ser cargado por separado, con ayuda de un colchón un ensayo vibratorio con la sobrecarga, y a continuación con una carga mayor, que fue
neumático. Se agotó la capacidad resistente cuando al cargar todos los vanos el soporte elevada hasta llegar a 2,54 veces la sobrecarga nominal. _Después de. unos 6,6 millones de
central perforó la placa. ciclos de carga se produjo finalmente l~ . rotura por fatiga de un tir~?te. Est~ fue repa·
rado y se sometió el puente a carga estat1ca has~a _su. rotura, pro.duc1en.dose esta por eI
Y. GUYON informa sobre ensayos en una placa de 8 cm de espesor pretensada en dos fallo simultáneo de la losa tablero en las prox1m1dades de los ¡abalcones y de uno de
direcciones, unida a un emparrillado de vigas ([399], págs. 561/613 y [262]). Cada rec-
tángulo del emparrillado era de 1,25 m de ancho y 3 m de largo, y fneron cargados éstos.
con una carga puntual en el centro. La rotura se produjo en el punto de aplicación de
la. carga, cuyo valor superó ampliamente el que era de esperar debido sólo a la flexión,
pues se crea un efecto bóveda actuando los vanos adyacentes a modo de estribos que
resisten el empuje.

P. LERELLE ensayó el modelo a escala l : 4 de una placa pretensada que descansaba sobre
apoyos puntuales ([399], págs. 627/642 y [292]). La placa a estudiar era de'3,25/3,40 m
y 6 cm de espesor. Descansaba sobre dos filas de tres apoyos distanciados 2 m y fue pre-
tensada sin adherencia, longitudinal y transversalmente. Sobre los apoyos se dispuso una
ar111adura ordinaria adicional. T.. . 1.a placa fue son1etida pri1nera1nente a la accióll de una
carga unifor111e111ente repartida, y a contin11ación a la de cuatro cargas puntuales por vano.
Una vez que fallaron los ap-0yos fne reparado el modelo y ensayad.o de nuevo, esta vez
con las dos cargas en el centro de los vanos. Esta carga condu,io a la destrucción de la
placa, formándose una línea de rotura en su centro paralela a las filas de apoyos.

Hl.8 Ensayos de fatiga con carga oscilante


Puestp que ya informamos detalladamente en el apartado 14,.2 sobre resultados de ensayos
de fatiga nos limitaren1os aquí a la reseña bih liográfica. Han realizado y dado a con.ocer
ensayos dinámicos: P. A. ABELES [259], [2601 y r465]; w. EASTWOOD [357]; c. E. EK-
RERG [318]; K. F. KNUDSEN y W. J. ENEY [358); T. Y. LIN ([399], págs. 534/546 y [283]);
G. MAGNEL ([312], págs. 216/227); K. W. NASSER [535]; C. M. NoRDBY y W. J. VENU-
TI [350]; A. M. ÜZELL y E. ARDAMAN [317]; H. WITTFOTH ([374], págs. 38/50 y [370]).

En el apartado 16.4 se hizo referencia ya a los ensayos en traviesas pretensadas Ileva·


des a cabo por los Ferrocarriles Federal.es Alemanes [550]. Por falta de espacio tene-
n1os que renunciar a infor1nar sobre ensayos de rotura en postes, pilotes, tubos y otros
ele1nentos especiales.

18.9 Ensayos de rotura en estructuras cons.truidas


La pasarela de hormigón pretensado construid.a en el recinto del Festival of Britain fue
cargada hasta la rotura con n1otivo de su demolición aJ clausurarse la exposición en 1952
([399], págs. 4.23/453 y [163]). Constaba de cuatro vanos de 23, 17,7, 23 y 17 m
de luz entre apoyos, formando al último vano ángulo en planta. La sección en T, de

706 707
CAPITULO 19

19. Indicaciones acerca de la ejecución de la obra,


cimbras y similares

Todo el reciente desarrollo de la ingeniería de la construcción exige fundamentalmente


un mayor esmero y exactitud que antes. Se puede aplicar esto especialmente al hormigón
pretensado.

19.l Armadura de pretensar


El acero de pre:tensar es suministrado protegido de la oxidación y debe ser almacenado
y manejado bajo techo y abrigado de la intemperie, de forma que no exista posibilidad
de que se oxide antes de su colocación en obra. Durante el montaje y tendido de los
cables debe ser protegido el acero de cualquier posible daño, en especial contra las en-
talladuras o contra recalentamientos locales producidos por sopletes de soldadura, et-
cétera. etc., al objeto de que no sufra desperfectos que puedan ocasionar daños graves.

El montaje de un cable con varios alambres se suele realizar colocando los alambres en
un banco largo y pasando sobre ellos el tubo envolvente, bien a mano o con ayuda de
un cabrestante, con cuyo objeto el co"
mienzo del tubo suele ir montado en un
pequeño carrito que eleva un poco los
alambres (fig. 19.1).

Las barras gruesas deben ser dobladas


previamente en frío en las zonas corres~
pondientes a los quiebros o curvas, lo
cual se realiza con ayuda de una herra-
mienta con tres rodillos.

La posición de los cables debe ser fijada


exactamente de acuerdo con los planos,
tomando las precauciones necesarias para
que no se muevan al poner en obra el
hormigón. Lo mismo se puede decir res-
pecto a la posición de los elementos que Fig. 19.1 Dispositivo para envainar un cable de gran longi·
tud (según BBRV).
vayan a dar lugar a los conductos, por
ejemplo: mangueras de goma, tubos en-
volventes vacíos, etc., etc. La altura de los apoyos de los cables debe ser ajustada al
milímetro, pues según lo dicho en el capítnlo 10 es preciso respetar cuidadosamente la
posición en alzado de las armaduras de pretensar.

Cuando los cables están próximos al fondo del encofrado se utilizan listones de hormi-
gón provistos, a ser posible, de muescas o resaltos para fijación lateral de los cables (figu-
ra 19.2). Los listones de hormigón deben tener la misma resistencia que el resto de la
estructura y sus costados deberían presentar una sup·erficie cortada, rugosa.

709
Cuando los cables están situados a mayor altura, En los extremos de los cables es
o en varias capas, se suele'n emplear hoy en día preciso asegurar perfectan1ente la
estribos verticales apoyados en pequeños tacos de ortogonalidad de las placas de
hormigón, a los cuales se fijan unas barras trans· ancla.je o de los encofrados, para
versales por medio de grapas de sujeción (figu· la ulterior aplicación de los gatos,
ra 19.3). De esta forma es posible ajustar exacta· de forn1a qt1e no se produzcan
n1ente la altura, y colocar las sucesivas capas una desplazamientos de las piezas al
tras otra~ poner en obra y compactar el hor·
migón. Hay que tener en cuenta

lilra~
Si están situados los cables en el alma se los pue· también que los cables disminu·
de apoyar sobre redondos que atraviesen trans- yen y aumentan de longitnd al
~ " entalladuras versalmente el encofrado (fig. 19.4), y que son descender o subir la temperatura.
extraídos después de n'na primera compactación Por ello es preciso dejar en los
F'ig. 19.2 Apoyo de los cables sobre listones de
hormigón. del hormigón. Si se realiza después una segunda extre1nos el máxi1no de n1ovilidad
compactación se cierran los huecos dejados por longitudinal; en los bloques de
ellos. En almas de hasta 30 cm de espesor hasta tesado, por ejemplo, se pueden
para ello con desechos del acero de pretensar dejar entre los cables y el hormi·
Fig. 19.6 Apoyo de un cable en cajón de chapa, sobre puntales de
de 0 5 a 6 mm, y de 8 mm con espesores de gón unos tablones, que son retira~ hormigón.
40 a 50 cm. dos antes de que baje la tempera·
tura, por ejemplo por la tarde. Las
Si hay que colocar muchas capas superpuestas, dimensiones de dichos tablones, o sea, la posibilidad de contracción que hay que dejar a los
se deben utilizar soportes metálicos hechos con cables, es función de la diferencia de temperatura que se puede esperar. En el verano, por
hierros planos o angulares metálicos, en los cua·
les se fijan en su posición correcta las barras
transversales en resaltos o taladros previamente
Fig. 19.3 Apoyo de los cables por medio de estri- dispuestos, y una vez colocados todos los cables
bos verticales y barras transversales. situados por debajo (fig. 19.5).

Para el apoyo de los cables concentrados en cajones de chapa han sido usados ya peque·
ños puntales de hormigón (fig. 19.6). En vigas de cierto canto se apoyan los cajones en
ménsulas de hormigón (fig. 19.7) o en ménsulas hechas con redondos, sujetas con rosca
y tuerca al encofrado para cuyo fin se emplean unas tuercas cónicas Lncon que pueden
ser retiradas después de hormigonar (fig. 19.8). El cajón de chapa es fijado lateralmente
por medio de espigas.

Fig. 19.7 Apoyo de un cable en cajón de chapa, sobre ménsulas de hormigón fijadas al encofrado.

desecho:> de alambre
de prden~;ar 0 5 mm
-cajón del cab!e

!
!'¡...______ Jr

Fig. 19.4 Cables apoyados en alambres o barras


que atraviesan el encofrado, que son
extrafdos después de un primer vibrado
del hormigón, cerrándose los agujeros
.,
que dejan, al continuar vibrando. Fig. 19.8
1
Apoyo de un cable en
cajón de chapa, sobre
unas ménsulas hechas
con redondo fijadas al
F'ig. 19.5 Si hay muchas capas de alambres su- encofrado del alma. Las
perpuestas, es conveniente apoyarlas so- tuercas cónicas son re·
bre soportes metálicos. tiradas posteriormente. ·j
costero

710 7ll
ejemplo, puede ocurrir que durante la colocación de los cahlcs el sol eleve la temperatura
de los alambres hasta unos 60°C, frente a unos 15'"C a que puede descender durante la no·
che; f".-S decir, en ocasiunes habrá que contar con diferencias de ten1peraturas de hasta 45°C.

En el caso de vigas continuas con cahles curvos, la variación de longitud del cahle dehida
a la ,temperatura trae como consecuencia nna variación de la flecha del cahle. Puede suce·
dcr entonces, en el caso de descenso de la temperatura, que se levante el cahle de sus
apoyos en el inte<rior del vano, quedando suspendido más o menos libremente entre los
apoyos sohre pilas. Estos tienen que resistir entonces el peso del cahle en todo vano, y de-
herán Jener la resistencia adecuada (fig. 19.9).

Cuando se utilicen cahles con vainas de chapa fina, es preciso comprohar la hermeticidad Fig. 19.10 a Entrada del paquete de
alambres en uno de los
de la vaina. En los puntos en que falle, por ejemplo empalmes, se la protege con cinta elementos suspendidos de
aislante. Los cajones de chapa suelen ser hoy en día soldados, disponiendo la costura sol- la cubierta del Westfalen-
halle de Dortmund (Hoch-
dada de la tapa de tal forma que el ace;ro de pretensar no sea dañado por el calor o las tief A.G.) (ver fig. 16.126).
chispas. Los puntos difíciles son sellados con mástique.

Se recomienda qne antes de proceder al hormigcmado los técnicos encargados de la ins- cahles curvos de gran longitnd formados por alambres ovales [ 562]. Es conveniente co-
pección . de obra comprueben el número y posición de los cahles. rrer el cahle en su extremo con una campana de agarre (fig. 19.11). Sohre la harra de
~racción, provista de Un ojal, se coloca una can1pana de acero en la que se introduce el
J;~n las estructuras de cierta longitud, construidas por seccio·nes, es cada vez más utiliza~
paquete de alamhres. En el interior de éste y rodeando la harra de tracción, se encuentra
d"' el procedimiento de hormigonar solamente los tubos envolventes vacíos, y enhebrar pos- un manguito cónico que es apretado hacia el interior de la campana por medio de la
terio-rmente los cables en sus conductos con ayuda de un cabrestante. Este procedin1iento
es utilizado también en el pretensado conjunto de piezas prefabricadas (fig. 19.10). Si se
utiliza para ello los tubos envolventes norn1ales, será pre,ciso rigidizarlos con un tubo de
acero o similar para qne no se deformen al poner en ohra d hormigón. Este procedi- cable I2 of3
miento de enhebrado posterior de los eahles ha sido utilizado, por ejemplo, por F. VAES·
SENS, de la Hochtief AG, en la construcción de la cubierta colgante del WestfalenhaHe, de /'176
Dortmund, con cables de 90 m de longitud ( [ 421] y fig. 19.10 a), y por K. WITTFOTH, de la --"--1- ---- ' --
Polensky und Zollner KG, en la construcción del puente de Bettingen sobre el Main, con
- \.J , . -=-=-=-=---=-= !~

/
Fig. 19.11 Campana de agarre para enhe- tuerca de apriete
brar los paquetes de alambres
en los conductos (según Hoch- --b i.-Jo- "'
tuerca de anclaje

tief A.G., Essen). ¡_45-j

tuerca de apriete que actúa contra aquélla, quedando de esta forma agarrados los cahles.
Tamhién se puede utilizar un manguito de tracción hecho con tejido romhoidal de alam-
hre, tal como se utiliza en los eahles de conducciones. El cable utilizado para tirar es
lanzado a través del conducto por medio de un proyectil impulsado con aire comprimido.

Si al utilizar este procedimiento se tiran directamente los alambres de los rollos de fá·
hrica podemos ahorrarnos el trabajo de montaje del cahle. Por otra parte, los anclajes
dehen estar resneltos de tal forma qne permitan este método de trahajo. De esta forma
se consigue reducir el tiempo de trabajo con alamhres (25 8 mm a 12 ó 16 horas por to-
nelada.

19.2 Cimbras
En el montaje de una cimhra para una estructura pretensada es preciso tener en cuenta lo
siguiente:

l.º El acortamiento del hormigón al pretensar no debe ser entorpecido excesivamente, es


Fig. 19.9 Soporte reforzado para un cable de gran- Fig. 19.10 Enhebrado del paquete de alarh-
des dimensiones, sobre un apoyo interme- bres en los tubos envolventes de- decir, hay que cuidar de que la cimbra pueda acompañar los movimientos longi·
dio de una viga continua. jados en la pieza. tudinales dehidos a dicho acortamiento, que en las estructuras largas llegan a tener

712 713
--,-

cierta importancia. Las partes de los encofrados de madera que no puedan ser reti-
radas antes de pretensar, entorpecen sólo ligera:n1ente el acortmniento y no ti.ene por
secuencia el que se descargue
la viga inetá1ica, recuperando
t·· -··--·-··--·--··-3 '
antes de pretensar

ello importancia el dejarlas. flecha y presionando hacia arri-


ba la viga pretensada. Las fuer-
2.º Es preciso dar a la cin1bra una primera contraflecha, para con1pensar su propio acor~ zas f de recuperación de la !J carga undormemente
sobre la base
tamiento y asentamiento. La contraflecha adicional dependerá de si la estructura se viga metálica dan lugar a un llllllll!ll!!ll!'ll !l'!lill!ll,11!1l'•ii•l:11111 111111!!lit!llllllil
1 1

deformará hacia arriba o hacia abajo bajo la acción del pes(} propio. Generalmente, momento M¡ que hace aumen- N ·O
la zona preco.mprimida de tracción está sometida a tensiones mayores que la zona tar la con1p.resió:n en la zona
durante ei tesado
de compresión, es decir, que la estructura toma contraflecha bajo la carga perma- de tracción, promoviendo ade.. hasta f;
nente levantándose aún más por la fluencia del hormigón, y no es necesario, por tanto, más el peligro de que aparez- u,<g
por lo que respecta a la estructura misma, el peraltar la cimbra. En el caso de que can tracciones en la zona de
la viga flecte hacia abajo actuando el peso propio, se peraltará la cimbra en la forma compresión. !i
usual, para compensar dicha flecha, para lo cnal hay que tener en cuenta también
el efecto de la fluencia. El efecto elástico de la cimbra
es muy similar, y es tanto ma ..
f

/t_E- ··--·-··-··-··---
.. : t acon
l tesac hosta /;
Ug= g la viga
sigue recta
3.º Bajo el peso del hormigón las cimbras "asientan". Este asentamiento es en parte elás- yor cuanto más alta sea ésta y
tico, y en parte remanente, y proviene del cierre de las juntas, del acortamiento cuanto más cargados estén los Ji !!L
f + if
ji;_ .2-
3 8
Jj-
elástico de los puntales y de la deformación del terreno. Las vigas entre puntales
flectan y se recuperan de nuevo al descargar. Para disminuir el asiento en las jnn-
tas se recomienda cubrir la supedicie de la junta antes de colocar el elemento siguien-
puntales.

En las estructuras de cierto ta-


/-(, E
·-··-··-··-··-··-··
-""'Comienza la viga
a levantarse
=t ~ só!o ct1ar1do U¡> f)

te, con 5 a 10 mm de mortero de cemento, que compense las desigualdades de la su- maño, la migración del peso
perficie de apoyo. propio hacia los apoyos que Fig. 19.12 Migración del peso propio al pretensar, en una viga des-
tiene lugar al pretensar, puede cansando sobre base rígida.
En el cálcnlo elástico se ha snpuesto que el peso propio se hace efectivo al pretensar. acarrear aún más consecuen~
Sin embargo, no puede entrar en acción hasta que se descargue por completo la cimbra. cias. Si los apoyos de la estructura descans~n, por ejem¡;lo, s?br~ uf terr¡n~ p~col re-
Una pequeña elevación de la estructura durante la operación de pretensado no es sufi- sistente tiene luuar en ellos un asiento qlie incrementa aun mas e e ecto e ª. c1m Jra,
ciente e11 general para provocar Ia descarga de la cin1bra, p:ues ésta se recup·era sólo en ' sobre' todo pon~ en peligro los soportes extren1os d.e ésta,, en el. caso de que ce~~n menos
la parte correspo·ndiente al asentamiento elástico. Por tanto, .para que pueda entrar e'n yque l os apoyos d e fi m't"ivos. E st o puede dar lugar a un seno peligro de . fisurae10n
d l en la
acción el peso propio sin adoptar medidas especiales durante el pretensado de la estruc- estructura. Durante él pretensado es preciso, p,ues, vigilar el comportan11ento e os apoyos.
tura, es preciso que el levantamiento d.e ésta sea n1ayor que el asentamiento elástico de · tambi"e'n e.l que la cimbra esté provista de dispositivos
la cimbra. La mayor parte de las veces no suele ser éste el caso. Existe entonces el peli- Estos fenón1enos hacen necesario
gro de que se alcancen tensio'nes demasiado altas en la zona p-reco-mprin1id? de tracción, de descenso que puedan ser n1aniobrados con garantía.
y demasiado bajas, o incluso tracciones, en la zona de co111presión. Para evitar esto es . ho se deduce el que se deha preferir las cimbras a base de puntales rela. •
preciso con frecuencia bajar la cimbra antes de introducir toda la fuerza de pretensado, D e to d o l o d ic . ¡ d' · ·· d t l
¡ivaniente próximos y· vigas metálicas de poca luz, frente a a 1spos1c1on e pun a es en
para que pueda entrar en acción el peso propio a su debido tiempo. Esto repercute en la
construcción de la cimbra, pnes hay que dejar incorporados unos dispositivos de descenso.

Para poner en claro lo dicho se ha representado en la figura 19.12 la forma en que el


peso propio va entrando en acción en una viga de un solo tramo; primeramente se su..
pone la viga descansando sobre nna base rígida. Después de hormigonar, el peso propio
se reparte uniformemente. Al comenzar a pretensar se inicia una migración del peso
propio hacia los extremos de la pieza, debido a las fuerzas de desviación o a los mo-
mentos de pretensado. Con ello, inicialmente sólo aparece en la viga una tensión normal
r =~
viga de acero
-_::;:::. ,,: ?
mileno para compensar
la flecha de la viga de acero
O:h:i'lib::"
uniforme, pues el momento de pretensado se ve inmediatamente compensado por una
parte del momento de peso propio. Se comprende también la uniformidad de la tensión
en todo el canto de la viga, si se piensa qne ésta permanece al principio completamente
recta. Sin embargo, tan pronto las fuerzas de desviación superan el peso propio (o el
momento de pretensado al momento de peso propio) se despega la viga de su base de
apoyo, el peso propio se ha concentrado totalmente en los extremos, y en el centro de
la viga la compresión es mayor en la zona precomprimida de tracción que en la zona de
compresión.
tracciones
-=¡ con el V !olal

Ahora bien, si la base no es rígida, sino, por ejemplo, una viga metálica apoyada ignal- Fig. 19.13 ~ .. ,-r'-i=:r·~¡=-';;··,--··-.-·-..--·::-~··)
~ t / f ---¡--¡ 1 zs-
./'sigue actuando

mente eu dos puntos, flectará esta viga al cargarse con el peso del hormigón (fig. 19.13). ...:ú L-!.
, adm. ¡...
Recuperación de una viga
La migración del peso propio mostrada cu la figura 19.12 trae naturalmente como con- de cimbra. -1> a;dm. -

715
71.4
las se solapan
planta
abanico (fig. 19.14). Los puntales verti- En las cimbras para estructuras de hormigón pretensado habría que tener más cuidado
cales admiten los desplazamientos hori- que nunca en que la madera no reciba cargas excesivas en s·entido transversal a las fi~
zontales actuando como bielas, si no se hras. Los puntales deben ser colocados unos sob:e otros. sin interposición de t~~vesaños,
han colocado unos arriostramientos de.. simplemente con un asiento de mortero. Ademas, las Juntas deben ser tambien relle-
n1asiado rígidos, o si éstos son retirad.os nadas de mortero, para reducir en lo posible el asentamiento de la ci",'hra. Nada hay que
antes de pretensar. Una cimbra en aba- objetar al empleo de cimbras tubulares. Si son de gran altura y estan expuestas a una
nico opondría una mayor resistencia al desigual irradiación solar, se recomienda hacer estancos los em!'almes de tubos y llenar-
Fig. 19.14 Con el hormigón pretensado se prefiere la cimbra movimiento horizontal y los puntales los de agua para igualar en lo posible las ~~mperaturas de los diversos.puntales tubulares.
a base de puntales y vigas (libremente apoyadas inclinados contra el sentido del movi- Para ello son más adecuados los tubos de diametro grande en. corto nun1ero, que muchos
sobre aquéllas).
miento pueden recibir cargas excesivas. pequeños.
Como vigas de palizada a palizada se
d~hería dar preferencia a las vigas .. de acero con canto relativamente grande, frente a las
vigas esbeltas de ala ancha, pues estas toman mayores flechas.

Se prefiere el disponer las vigas metálicas entre dos puntales apoyadas en sus extremos, 19.3 El programa de hormigonado
pues entonces se puede calcular perfectamente la sohreelevación que hay que dar a cada
una, para compensar la flecha que toman debido al peso del hormigón fresco. Se evita
Para las estructuras pretensadas co'nstruidas in situ es preciso estahlecer un plan de. hor-
1~. disposici~n en viga continua, porque, al horn1igonar, la carga de un tramo p-rovocaría migonado y concretarlo gráficamente. Dicho plan debe prever ante todo. l~s deformac.10nes
el levantamiento del tramo adyacente, lo cual podría dañar al hormigón que esté endu-
de la cimbra. La subdivisión debe ser realizada de forma que el horimgon que este fra-
reciendo en él. Por esta razÓ·n, se independiza un tramo de otro solapando las vigas en
guado no se vea solicitado a flexión a causa de la deformación de la. cimbra. P~r esta
los apoyos sobre cada puntal. Hay que tener en cuenta entonces que los extremos sohre·
razón es convenie'nte comenzar el l1ormigonado en el centro de las vigas de la cimbra,
sa'fientes de las vigas se levantan al cargarse éstas, razón por la cual no se debe apoyar el
encofrado sobre dichos extremos. avanzando hacia los puntales. Si las cantidades de hormigón son tan grandes compara-
d.as con el rendimiento de hori11igonado, que ·no se pueda contar con unir los h.ormigones
frescos de un tramo y el siguiente, será preciso disponer juntas de hormigonado sobre los
~or raz?nes prácticas es frecuente el lltilizar como cimbra pocas p·alizadas y vigas n1etá- puntales de la cimbra. Estas juntas
hcas mas largas (fig. 19.14). La fuerza de recuperación es entonces mayor. Por ello es serán ortogo'nales a las compresiones,
precis~ _estudiarprevi~n~ente hasta qué grado se puede pretensar sin que exista peligro de y es conveniente encofrarlas con ttn
fisurac10n en el hornugon. Tan pronto la suma del momento de pretensad.o y el momento tejido de alambre o con metal des-
debido a la recuperación elástica de la cimbra sobrepasen en una cifra inadmisible al plegado, que puede quedar eu la es-
momento de peso propio, es preciso comenzar a descargar la cimbra. Si la fuerza de pre- tructura.
tensad.o es aún insuficiente para soportar el peso propio, habrá que descarrrar la cimbra
sólo en una cierta medida, hasta que la fuerza de pretensado haya alcanzad~ el valor pre-
En las vigas continuas se dejan sobre
ciso para resistir el peso propio sin deformaciones inadmisibles en la estructura. Por esta
los apoyos i11terrnedios unas juntas
razón la operación de tesar las armaduras viene condicionada frecuentemente por el tipo
de cimbra. abiertas de hormigonado, las cuales
no son cerradas l1asta hah·er tern1ina~
do de hormigonar todos los tramos y
La elección del tipo de dispositivo de descenso de la cimbra depende de que se pueda haberse deformado por completo la
introducir o no el pretensado para el peso propio, a pesar de la recuperación elástica cimbra (fig. 19.16). Se evita así el
de la cimbra. En el primer caso son suficientes las cuñas de madera dura o las cajas de que el asentamiento de ésta pueda
arena. En caso contrario, si hay que bajar la cimbra por partes, pueden ser utilizados hu- ocasionar daños en el hormigón en
sillo~. o bien las cuñas de acero mostradas en la figura 19.15, con superficie lubricad.a y las secciones sobre las pilas. Al mis·
tormllo de apriete (p. e. de acero St 90), las cuales pueden Fig. 19.16 Juntas abiertas de hormigonado, sobre las 4 pilas de
n10 tiempo se subdivide la obra en un puente ferroviario, para evitar las fisuras antes de
ser utilizadas tamhién para levantar grandes pesos, en varias partes, disminuyendo· así el pretensar.
combinación con un gato Leoba. Cuando la presión es ''! i peligro de fisuras debidas a la retrae- . . .
muy alta se recomienda utilizar como lubricante Teflo:n ción. En las vigas continuas de varios tramos se recomienda cer~ar a la :rez todas ~as JUDm
o parafina. También son adecuados los gatos hidráulicos tas despnés de haber acahado el hormigonado de los tramos, e mtroducir poco mas tarde
con anillo de retención, con los cuales se puede llevar a la primera parte del pretensado.
cabo con suficiente exactitud la operación de descenso, si-
guiendo un programa previamente establecido. En las vieras en T suele ser frecuente hormigonar el aln1a antes de colocar la armadura
del ala, al objeto de poder poner en obra y vibrar el hormigón .c~n mayor facili_'.1ad.
El descenso de la cimbra debería comenzar siempre por Hay que tener en cue'nta entonces que el alm~ es ya :in e:le_mento r1gido .cuando se anade
el centro del vano, y continuar hacia los extremos, sim el peso del hormigón del ala. Dado que ademas es mas ri~1da que l~s vigas normal~s de
Fig. 19 .15 Doble cuña con superfic_ie
guiendo una ley parabólica o triangular de descenso, lubricada (Tefion, parafina
cimbras, se originan en ella n1omentos flectores que deberan ser c~h1ertos por medio ~e
siempre que el sistema estático no exija otra distribución. o similar), para descender una armadura ordinaria suficiente. En algunos casos lo que se hizo fue pretensar con
la cimbra.
unos cables provisionales.

716
717
19.4 La puesta en obra clel hormigón 6.º Comprobación de la libertad de la estructura para· acortarse, sobre la cimbra, en
las juntas móviles y sin1ilares.
Además de las reglas normales para la puesta en obra del hormigón hay que tener en
cuenta, ar1te todo, lo siguiente: 7.º Vigilancia del proceso de tesado, y de los datos tomados acerca de las fuerzas y
recorridos de tesado alcanzados.
No se debe verter directamente el hormigón sobre los cables, para no modificar la posi- 8.º Vigilancia de la inyección de los cables.
ción de estos con impactos· bruscos. Por esta razón debe ser colocado con pala, o intro-
ducido entre los cables con ayuda de un embudo de vertido, o de tubos, dejando que
vaya subiendo entre los cables con ayuda de vibración. El vibrador no debe tocar en lo
19.7 Prevención de accidentes
posible los tubos envolventes de los cables. Se deben evitar pür completo las grandes
alturas de vertido, con taludes, siendo conveniente la puesta en obra en tongadas de 20 Habida cuenta de las elevadas fuerzas y las altas presiones en las conducciones, que se
a 30 cm de espesor, según la intensidad del vibrador. nianeja·11 , la dirección de obra tomará todas las medidas adecuadas para la prevención de
accidentes. Más de una vez ha sucedido el que un hombre haya resultado herido por
Hay que evitar con todo rigor las desviaciones desfavorables respecto a la mezcla pres- un chorro de líquido escapado de _una condn~ción a ~resión. También en alguna oca-
crita (resultando de un ensayo previo), pues una resistencia deficiente puede ocasionar ya sión ha saltado por el aire una cuna de anclaje, ~ algun extremo .de alamb:e al produ-
daños al pretensar la estructura. cirse u·na rotura. Por ello es preciso resguardar cuidadosamente las co.nducc1ones a prem
sión y las válvulas, y prohihi.r tern1.in~~teme~tc qu~ permanez~a cualquier persona detr~s
En caso de helada o peligro de helada se debe evitar el hormigonado de estructuras pre- de los dispositivos de anclaje. Ta".'bien existe i;e.l~gro de. accidentes durante el montaje
tensadas, a no ser que se tomen medidas adecuadas y efectivas que garanticen que el hor- de vigas prefabricadas. Si no son izadas en posic10n vertical pueden flectar lateralmente
migón será puesto en obra a más de +
IOOC y que se mantendrá en esa t{lmperatura du-
y ro1n.perse l1ruscan1ente.
rante los primeros 10 días.
Durante la inyección de los cables, todas las personas que trabajen en las proximidades
de tuberías o mangueras a presión deberán llevar siempre unas gafas protectoras, pues la
19.5 La operación de pretensar lechada de cemento, si salta a los ojos, puede producir graves inflamaciones y daños.

La dirección de obra tendrá que preocuparse de que antes de comenzar a pretensar exis-
ta un programa de tesado. Además, hay que comprobar cuidadosamente todos los apara-
tos, tarar los manómetros y asegurar la libertad de Ia estructura para comprimirse. A este
respecto se recomienda retirar antes de p-retensar los costeros de los encofrados, sobre
todo si éstos son metálicos.

No siendo controlable con posterioridad el grado de pretensado alcanzado, se debería


realizar el tesado de las armaduras en presencia de la inspección de obra competente. El
ingeniero responsable de la empresa constructora dirigirá la operación y llevará un re-
gistro de cada cable por separado. Cuando se pretensa con gatos hidráulicos es de especial
importancia el vigilar permanentemente los n1anón1etros, para que en el e-aso de surgir
cualquier obstáculo imprevisto no se sobrepase la tensión admisible de los cables al con-
tinuar trabajando la bomba.

19.6 Vigilancia de obra

Además de las medidas normalmente adoptadas hay que tener en cuenta las siguientes
indicaciones:
Lº Comprobar que la recepción del alambre en fábrica se ha realizado de acuerdo con
las normas, que no se han producido daños durante el transporte, y que el alambre
es almacenado protegido de la oxidación.
2.-0 Comprobar la posición de los cables, y además, que han sido fijados al encofrado de
fonna que no puedan desplazarse al poner en obra el horu1igón.
3.-0 Comprobar la estanquidad de los conductos.
4.º Fijar a su debido tiempo el programa de hormigonado y su vigilancia.
5.º Fijar a su debido tiempo el programa de pretensado, teniendo en cuenta la cimbra.

718 719
CAPITULO 20

20. Datos históricos

El estado actual de desarrollo de la técnica del hormigón pretensado es el fruto de las


ideas, trabajos y experiencias de muchos ingenieros y científicos, durante los últimos 70
años. A continuación vamos a intentar exponer objetivamente, ton1ando por base testi-
n1onios existentes, los n1éritos de estos hombres, independientemente del prestigio nacio-
nal o de las leyendas, dando así un compendio del desarrollo histórico de las construc-
ciones pretensadas.

Debemos comenzar diciendo que la idea del pretensado es antiquísima. Basta pensar en
la ejecución manual de toneles, en la cual el to'nelero, al calar los arcos, produce una
precon1presión radial en las duelas que l1ace que éstas se aprieten u·nas contra otras. Tan1~
bién la rueda de madera, con su aro comprin1iendo los ra.dios, es una construcción pre-
tensada.

Investigadores suizos han indicado recientemente que los egipcios pretensaban ya longi-
tudinalmente sus barcos de navegación de altura, con10 se deduce de las representaciones
funerarias de la V dinastía [157] y [193].

La primera propuesta de pretensar el hormigón se remonta a:

1886, en que P. H. JACKSON, de San Francisco, registra la patente US 375 999 para "Cons-
tructions of artificial stone and co'ncrete pavements", proponiendo en ella el empleo de
tirantes pretensados provistos de anclajes de rosca o de cuña.

1888, W. DoHRING, de Berlín, registra la patente DRP 53 548, en la que propone la cons-
trucción de placas y viguetas para edificación, dejando embebidos en el hormigón alam-
bres tesados, para disminuir la formación de fisuras. Fue la primera propuesta de dotar
a las piezas prefabricadas de una armadura en tensión.

1896, J. MANDL, de Viena, expone en la revista de Ia Asociación Austríaca de Ingenieros


y Arquitectos, 1896, pág. 593, la idea de contrarrestar por medio del pretensado las ten-
siones debidas a las cargas.

1905 a 1907, J. G. E. LUND, de Noruega, estudia la posibilidad de dejar embebidas en


el hormigón en el borde de una placa de forjado unas barras de acero en tensión, con
anclaje de rosca, para evitar las fisuras, e incluso asegurar un efecto bóveda en la placa
(tirante pretensado) (Patente US l 020 578) [3] y [ 4]. En 1911, en la publicación Tek-
nisk Ukeblad, propuso además LUND el pretensar conjuntamente unos bloques prefabri-
cados, por medio de una barra dispuesta entre ellos. Despnés de tesar, la barra quedaría
envuelta en mortero (fig. 20.l).

1906, M. KOENEN, de Berlín, realiza, a propuesta de LABES, ensayos con una armadura
hormigonada en tensión. Informa sobre el procedimiento en Zentralblatt der Bauverwal-
tung, 27 (1907), pág. 520, y lo aclara con un ejemplo. Las armaduras fneron pretensadas
a una tensión de tan sólo 600 kg/cm 2 • KoENEN reconocía en la descripción de su patente

46 721
alzado A -A 1 sección 8-8 1922, W. H. HEWETT, de Minneápolis, Min., USA, elimina las tracciones en depósitos de
planta circular, por medio de alambres en tensión [8].

viga long. pieza


prefab.
1923, F. v. EMPERGER, de Viena, describe su invento para fabricar tubos de hormigón
de puente junta
0
armado devanando sobre ellos un alambre a una tensión de l 600 a 8 000 kg/cm2 [ 7].
1 "'
1
@ 1923 a 1925, R. H. D1LL, de Alexandria, Nebr., USA, es el primero en intentar la cons·
Fig, 20.1 Figura de una publicación de
LuNn en Teknisk Ukeblad, 1911, trucción de vigas de hormigón en las que se elin1inan las tracciones tesando ala111bres
que muestra las barras de pre" de alta resistencia una vez endurecido el hormigón, para lo cual se impide la adherencia
tensado con roscas, placas de
anclaje y tuercas. por medio de una capa de pintura. DILL menciona con toda claridad las ventajas de un
acero con alto límite elástico y elevada resistencia, frente al acero normal de armar [ll].

DRP 249 007 del 18-1-1912, que la compres10u inicial del hormigón desaparecía con la 1927, R. FiiRBER, de Breslau, obtiene la patente DRP 557 331, que trata acerca del des-
retracción y renunció a nuevos ensayos, debido a que las prescripciones oficiales deja- lizamiento de las armaduras dentro del hormigón, cuando se las tesa después del endu-
ron entretanto de exigir la lin1itación de la fisuración del hormigón armado. recimiento de éste. Se propo'ne impedir la adherencia, por ejemplo, por medio de una
capa de parafina o bien con la ayuda de vainas de chapa fina o cartón. Esta idea es hoy
1908, C. R. STEINER, de Gridley, Cal., USA, propone en la US-Patent 903 909 impedir, en día muy utilizada.
mediante un ligero tesado, la adherencia entre las armaduras y el hormigón recién fra-
guado, al objeto de poderlas tesar con mayor 1927, O. GLoSER, de Checoslovaquia, registra la patente alemana DRP 577 829, en la qne
barra de fuerza después de endurecido suficientemente propone pretesar las barras de armadura hasta casi el límite elástico. Sin embargo, no se
pretensar
éste. Con STEINER aparecen por primera vez hace mención aún de los aceros de alta resistencia.
los cables doblados (fig. 20.2).
1928, en este año se menciona en varios trabajos, por ejemplo en [165], la patente de
F. DrscmNGER DRP 535 440 (en vigor a partir del 22-2-1928), que, sin embargo, se refiere
' ' '' 1910, Z1ssELER, de Alemania, pretensa tubos
devanando sobre ellos un alambre ligeramen- al tesado del tirante de un arco para modificar los momentos de éste, por lo que, eviden-
'' ' te tesado [ 41]. ten1ente, no debería servir para obtener l1orn1igó·n pretensado. Añadiren1os que el tesado
"'' de tales tirantes en forma parecida era conocido ya en 1924 corno procedimiento Freys-
sinet, y fue utilizado e1n 1925 en el hangar de Palyvestre, en Toulon [15]. En este caso
'
' '' 1910, S!EGWART, de Suiza, pretensa tubos de
se dispusieron también barras de celosía entre la cabeza del arco y el tirante, revestidas
hormigón devanando sobre ellos un alambre
''' a una tensión de 6 250 kg/cm', y comprueba
de hormigón después de realizar el tesado; sin embargo, este procedimiento tampoco
tiene ¡wr objeto el pretensado del hormigón.
que son estancos l1asta una presión interior
de 55 atm [30] y [41].
Independientemente del americano DILL, en 1928, E. FREYSSINET y JEAN SÉAILLES, de
Fig. 20.2 Figura de una descripción de patente de Neuilly (París), registran diversas patentes (DRP 622 746, Patente francesa 680 547 y Pa-
STEINER, con cables de pretensado dobla· 1910, C. BACH y O. GRAF infonnan sobre en-
dos (1908). tente adicional 36 703), en las cuales se propone el pretensado con acero de alta resis-
sayos con armadura pretensada (a,,= 600 ki-
tencia y e1evado límite elástico, con barras rectas tesadas antes de l1or1nig:onar por enci-
logramos/cm2) [5]. 2
111a de los 4, 000 kg/cn1 • Se propone -esta elevada tensión co1rto condición ·necesaria para

1916, W. WILSON, de Dunfermline, Inglaterra, propone en su patente inglesa 103 681 el conseguir u·n .Pretensado duradero del hormigón.
uso de cables poligonales que son hormigonados en tensión (fig. 20.3). Es evidente, sin
embargo, que \VILSON no veía aún claro el efecto estático de estos cables. WETTSTEIN había utilizado ya antes que FREYSSINET esta elevada tensión. FREYSSINET fue,
sin embargo, el prin1ero que tuvo ideas claras sobre las diferentes misiones del acero
1919, K. WETTSTEIN, de Most, Bohemia, comienza la fabricación de las "viguetas Wett- y del hormigón en el prctensado, sobre la necesidad de altas resistencias en el hormÍ@:Ón
stein", en las cuales se deja en1bebido en el horn1igón, por vez primera, alan1bre de cuer~ y en el acero, con tensiones en éste de 8 000 a 10 000 kg/ cm', así como sobre las pérdi-
da de piano fuertemente pretcsado, dispuesto a veces en dos direcciones. Al principio, das de pretensado debidas a Ia retracción y la fluencia.
los alambres eran puestos en tensión al oh jeto de fijar su posición, sin tener en cuenta
Aden1ás descubrió que las armad11ras ordinarias colocadas tra'nsversaln1ente a la dirección.
el efecto de esta tensión sobre el hormigón. En 1921 obtiene WETTSTEIN la patente
del pretensado dan lugar a un pretcnsado transversal debido al impedimento de la dilata·
DRP 384 009, clase 80 a, grupo 48 (W 57 537 VI, 80 a), en la que se hace constar ya la
ción en esta dirección.
aptitud de los alambres muy finos (0,3 a 1,2 mm) de alta resistencia, para el anclaje por
adherencia pura [84] y [118].
El: mérito principal de FREYSSINET reside en el hecho de que se dedicó tenazmente desde
1911 a observar los fenómenos de la fluencia, llegó a comprender la naturaleza de ésta,
cable
y fue el primero e'n extraer consecuencias del efecto de la fluencia sobre el hormigón

11-~~ll pretensa do.

Con motivo de la construcción del gran puente en arco de Plougastel, .iunto a Brest
Fig. 20.3 Figura de una descripción de patente de W1tsON, con cable poligonal en el interior de la viga (1916). (3 vanos de 172,6 rn), midió la fluencia del hormigón al objeto de convencer también

722 123
Figura !
Es de gran interés la lectura de la descripción realizada por el propio FREYSSINET de
)P 1?. sus descubrin1ielltos, en la conferencia que dio con n1otivo del 50 aniversario de la fun-
dación de la "Chambre Syndicale des Constrncteurs en Ciment Armé" (241].

1929, E. FREYSSINET construye prensas hidránlicas para forja, de 2 000 y 10 000 t, de hor·
migón pretensado, En 1932 a 1934 construye postes y pilotes pretensados, así como otras
e e aplicaciones.
Figura 3
Figura 2 1930, VlANINI, de Roma, y ZÜBLIN, de Stuttgart-Kebl, comienzan casi simultáneamente la
_p e l fabricación de tubos de hormigón centrifugado con devanado en tensión.

1932, la casa Lanna, de Praga, construye según el procedimiento y con la asistencia de


t l la casa Vianini, de Roma, la prirnera gran conducción de hor1nigón pretensado, con tu~
bos de !2) 80 cm y para 15 kg/cm2 de presión de servicio.
Figura 4
Figura 5 Figura 6_p 1934, F. D1scHINCER, de Berlín, registra la patente DRP 727 429 (Patente france·
JJ ...P .P sa 798 928), proponiendo disponer los cables por fuera de la sección de hornúgón, aun-
qne dentro del canto de la pieza (fig. 20.4). En ellas se hace mención del retesado, de
los cables para compensar los acortamientos dehidos a la retracción y la fluencia. Los
l cables poligonales fueron ya propuestos por el inglés WILSON (1916). DrsCHINGER fne con
-~z
·2 ello el primero en proponer el hormigón pretensado sin adherencia, y en reconocer el fa.
vorahle efecto de los cables poligonales, efecto qne WILsoN sólo captó de una forma in-
vi' tuitiya.
Figura 7
1936 a 1937, siguiendo esta patente de DrscHINGER se construye el puente de Aue, Sa-
« ti, 'd? d, e. jonia, de tres vanos de lnces 25,2 69,0 + +
23,4 m (tramo central suspendido de 31,5 m),
rL- -::;¡:c_-:;c--~'--r· _·_t~Jr.~----;;:p con barras !25 70 mm de acero St 52 (37], que sigue siendo el único ejemplo digno de
n1ención de aplicaciÓ·n de este sisten1a constructivo. IIasta 194·9 no co111enzó DISCHINGER
a tratar en registros de patentes y publicaciones la importancia de la adherencia.
Figura 8 1935, E. FREYSSINET logra un procedimiento para fabricación de tnbos pretensados lon-
a ll1ráe dr'd¿ e e,, e rfr'd,e gitudinal y transversalmente para elevadas presiones interiores, que es utilizado por di-
versas empresas (en Alemania por la W ayss & Freytag AG, en una fábrica levantada en
Frankfurt) (fig. 16.29 y apartado 16.22 de la l.ª edición alemana de este libro) [26].

1937, U. FINSTERWAUJER, de Berlín y Munich, registra la patente francesa Sl6 180, la in-
Figura 9 glesa 495 474 y la USA-Patcnt 2 155 121, proponiendo atirantar las vigas con un cable
inferior pretensado, por medio de una jnn ta de rótula dispuesta en el medio de la
a a Fig. 20.4
luz (fig. 20.5). Los tirantes, dispuestos por fuera del alma, son puestos en tensión ha-
~=·.;J:::;:::==~R:::j- Figura de una descripción de
patente de DISCHINGER, en la
ciendo descender las dos mitades de la viga, construidas en posición inclinada, giran~
do alrededor de la rótula situada en la cabeza de compresión.
que propone el uso de cables
poligonales, a modo de tiran-
tes, dispuestos fuera de la
sección de hormigón.
sección transversal

junta con articulación


después del descenso de piorno

a. los dem~s. y fijar el .orden de magnitnd. de e~te fenómeno [13]. Insistió en la importan-
cia de 11t1l1zar hormigones de alta res1stenc1a, pobres en n1ortero; solicitó varias paten~
r-·;__·--J_. ·._._ r.. --·JT-----·1
1 biela
tes sobre esta materia y promovió enérgicamente la compactación por medio del vibra- ; . - - - - - - - - - - - - - - - - - .N,Sllm --------....;
do, que constituye uno de los snpuestos esenciales en la construcción del hormigón pre-
tensado actual. Fig. 20.5 Sistema de FrNSTERWALDER, para atirantamiento de una viga por su propio peso, con junta articulada en la
sección central.

724
725
19?8, sig~~endo este procedimiento se construye el paso superior sobre la autopista, en 1935, la empresa W ayss & Freytag AG, Frankfurt am Main, introduce en la litera-
Wiedenbruck, de 34,5 m de lnz (fig. 20.6). Los tirantes fueron envueltos posteriormente tura técnica alemana la denominación "Spannheton" (hormigón pretensado) [27], adquie-
en hormigón, al objeto de protegerlos contra la corrosión [32]. re la licencia de los procedimientos Freyssinet, y comienza construyendo dos vigas de
ensayo de 18,5 m de longitud (en 1935, en Frankfurt, y en 1937, en Dresden), cuyos fa.
En ?ste caso no se puede hablar, sin embargo, de un pretensado del hormigón, pues vorahles resultados [40] empiezan a crear en Alemania la confianza en el nuevo proce-
precisamente .e.n la Sección n1ás in1portante, la sección central, se ve interrumpida la ca~ dimiento de construcción. Más tarde, en 1938, se construye el paso superior sobre la
he.za de tracc1?n, y no forn1~ parte de la sección resiste11te. Se trata n1ás bien de una viga autopista en Oelde, en Westphalia, de 33 m de luz ([38] y fig. 20.8). Las cuatro vigas prin-
atirantada articulada. Este sistema no ha encontrado difusión alguna. cipales fueron prefabricadas en un encofrado metálico utilizado como banco de tesado,

Fig. 20.6 Puente de FINSTERWALDER, en viga con tirante pretensado, sobre una autopista en Wiedenbrück; luz 34,5 m
(1938).
Fig. 20.8 Paso superior sobre una autopista en Oel.de/W., construido por Wayss & Freytag AG; primer puente alemán
completamente pretensado, con adherencia. Armaduras pretesas.

1937, U. FINSTERWALDER, de Berlín y Munich, propone en la patente francesa 819 068


Y la USA-Patent 2 151 267, hormigonar las barras de tracción de las virras triánITuladas
después de descin1brar y colocar el peso propio, al objeto de evitar las ~ensione; secun~ y curadas al vapor. Se utilizó--a diferencia de FREYSSINET-alambre 0 10 mm de acero
darías en los nudos y que se fisure natural duro Krupp St 105, con cabezas de anclaje recalcadas. Para cubrir las tracciones
el hormigón en dichas barras de principales oblicuas fueron pretensados los cercos; la losa tablero fue hormigonada pos-
tracción (fig. 20. 7) . teriormente. Después del éxito de este primer puente pretensado con adherencia en Alee
mania, construyó Wayss & Freytag AG, en 1941, el puente de autopista sobre el Neisse
Se menciona además la posibilidad en Lowen, con 14 vigas prefabricadas de 42,3 m de luz y 2,6 m de canto y un· peso por
de aun1entar, por n1edio de lastre, el viga de 90 t, sig·uiendo el mismo sistema constructivo. Entretanto tuviero·n lugar nue~
alargan1iento del acero de dichas ba- vas aplicaciones de vigas fahricadas en banco de tesado.
rras por enci111a del valor correspon-
diente al peso propio, hormigonando W ayss & Freytag AG, bajo la dirección de K. LENK y M. LÜTZE, realizó en Alemania
entonces, con lo cual, al retirar el un valioso trahajo de precursora en la introducción en Alemania del hormigón pretensa-
lastre, quedará comprimido el hor· do con adherencia.
n1igón en un grado que al menos
con1pense la retracción posterior. Es- 1936, F. O. ANDEREGG, de Newark, Ohio, pretensa conjuntamente piezas cerámicas huecas,
te últi1no procedin1iento constru.ctivo por medio de barras de acero introducidas a través de agujeros.
trae consigo, por tanto, un ligero
pretensado del hormigón, aunque no 1938, E. HoYER, de Hamhurgo, introduce el empleo de largos bancos de tesado utilizan-
con la finalid.ad de hacer que el hor- do alambre de cuerda de piano ( {25 0,5 a 2,0 mm, resistencia 160 a 280 kg/mm2) (Pa-
n1igón precon1primido resista fuer- tentes: DRP 711 506 y 744 483). Sus vigas (Stahlsaitenbalken) eran prefabricadas en
zas de tracción, como correspo·nde a longitudes de unos 100 m y cortadas en las longitudes deseadas una vez endurecido
la idea hase del pretensado. De dicha el hormigón. El procedimiento constructivo de HoYER promovió la investigación de los
Fig. 20.7 Viga triangulada de hormigón, cuyas diagonales de trac-
ción son hormigonadas después de colocar la carga forma se han construido vigas de ce· anclajes de alamhres por adherencia, y hoy en día es aún utilizado con frecuencia, si
(F!NSTERWALDER). losía de hasta 82 m de luz [32]. bien han caído en desuso los alambres de cuerda de piano lisos.

726 121
...,.,....---

1938 a 1940, T. LINDBLAD y J. HAGGBOM, de Estocolmo, construyen, basándose en el pro-


cedimiento Dischinger, el puente de Klockestrand, en viga continua de, tres tramos de
luces 40,50+ +
71,50 40,50 m, pretensándolo con barras rectas continuas l25 30 mm de
acero St 52 [102].

1939, F. D1scHINGJ¡R, de Berlín, da a conocer su fundamental y meritorio trabajo sobre --i.D secc!ón longitudinal
el tratamiento matemático de los efectos de la retracción y la fluencia, en especial sobre . == '07

las estructuras biperestáticas [36].

1939 a 1940, E. FREYSSINET introduce su cable de alambres paralelos con anclaje de ~ --- --- - - 6'¡70
cuña (ver fig. 3.57) para ser utilizado como armadura postesa (Patente francesa 870 070
y 926 505, Patente austríaca 168 420, Patente suiza 226 657), dando con ello un paso sección A-/J
de gran importancia práctica, habida cuenta de la gran difusión que ha encontrado este ¡....-----------·- J.SO
' '
procedimiento.

1939, F. v. EMPERGER, de Viena [34], propone dejar embebidas en el hormigón unas ar-
maduras pretesas junto a las armaduras ordinarias, adoptando para aqnéllas cordones
de 2 alambres de acero de alta resistencia. Por medio de este pretensado parcial inten· --35 cables, cada uno: 48 0 7 mrri
ta EMPERGER elevar la tensión admisible en el acero, y comprueba que la formación de
fisuras disminuye, sin embargo, en comparación con el hormigón armado normal. - lf;'/11

1940, H. SCHORER, de Valhalla, USA ([225], pág. 148), propone pretesar los alambres Fig. 20.9 Puente de Sclayn, sobre el Mosa, construido en 1918 por G. MAGNEL. Primera gran viga continua, con luces de
c6ntra un núcleo de acero antes de hormigonar, retirando de 'nuC.vo dicl10 núcleo una 62 + 62 m (sin adherencia).
vez endurecido el hormigón (ver apartado 4.66, fig. 4.71).

1941, R. E. DILL, USA, registra el 2 de septiembre una patente (USA-Patent 2 329 189, efecto del canto variable según ley parabólica sobre los esfuerzos cortantes. Al acabar
otorgada el 14 de septiembre de 1943), en la que se menciona, en relación con la cons- la guerra sobraron cientos de aquellas vigas, que prestaron un buen servicio en la recons-
trucción de firmes de hormigón pretensado, el uso de barras con roscas laminadas en trucción de numerosos puentes [81].
frío, sin que esta p·ropuesta fuese considera da con10 invento.
1941, R. H. DILL hace referencia en la patente USA 2 329 189 a las ventajas de las ros-
1940 a 1942, G. MAGNEL, de Gante, Bélgica, es el primero en utilizar cables de un cas .laminadas en frío para el anclaje de barras de pretensar.
elevado número de alambres paralelos, colocando los alambres a separaciones mutuas re·
gulares en el interior de cajones de chapa. MAGNEL desconfía del anclaje simultáneo de
12 alambres, como hace FREYSSINET, y por ello tesa sus alambres por parejas, anclán-
dolos en placas de acero (fig. 3.56), que más tarde recibirán el nombre de "placas
sandwich". MAeNEL hace alusión a la gran diferencia de la carga de rotura con adherencia
frente al caso de que uo exista ésta, y a la flnencia lenta de los aceros. Proyecta vigas
continuas con cables continuos curvos y pone en claro la infinencia especial del preten-
sado sobre los sistemas hiperestáticos [82]. A pesar de ello, construye en 1948 el puente
de Sclayn, sobre el Mosa, con dos vanos de 62 m, utilizando cables rectos dispuestos por
fuera de la sección de hormigón para evitar el rozamiento (fig. 20.9). MAGNEL es también
el primero en estudiar el pandeo de piezas pretensadas, cuando existe adherencia entre
el cable y el hormigón [ 62].

En colaboración con la empresa constructora Blaton-Aubert, de Bruselas, fue desarrollado


y difundido el procedimiento Magnel-Biaton.

1940, en Merut, junto a Karachi, Pakistán, se pretensa la primera lámina cilíndrica.

1941, dnrante la guerra comienza en varios países la fabricación de traviesas de ferro-


carril de hormigón pretensado.

1941 a 1944, tanto HoYER como Wayss & Freytag AG, construyen nnmerosas vigas pre•
fabricadas pretensadas, para su utilización en la guerra. Son dignas de mención las vigas
prefabricadas con armaduras pretesas de la Wayss & Freytag, con cordón superior de
alzado parabólico, según figura 20.10, de hasta 30 m de longitud, a veces de alma llena,
Fig. 20.10 Vigas prefabricadas pretensadas de canto variable, construidas por la Wayss & Freytag AG.
a veces en viga vierendel. Por las vigas metálicas reticuladas se conocía ya el favorable

729
728
l
tensar fueron alojados en ranuras abiertas en la cabeza inferior, y parte enhebrados en
tubos dispuestos al objeto. Los cercos fueron tesados contra el encofrado antes de colocar
el hormigón. En la dirección transversal fueron pretensadas conjuntamente las cabezas de
las vigas, con cables enhebrados posteriormente. Es éste el primer puente pretensado se-
gún ~as tres direcciones.

Siguiendo el mismo sistema se construyeron en los años 1946 a 1950 cinco puentes igua-
les sobre el Marne, de 74,0 m de luz, cuyas dovelas fueron prefabricadas en un taller
en Esbly [91].

1942 a 1943, P. W. AnELES, de Londres, propone colocar los alambres de pretensar en ra-
nuras abiertas en piezas prefabricadas, hormigonándolos después del tesado (ver fig. 7.16).

1942, K. B. BILLNER, de Filadelfia, USA, pinta los alambres de pretensar con un producto
rico en azufre, hormigona los alainbres sin tensión, y los calienta eléctricamente, con
lo cual se ablanda la capa de azufre, aprovechándose entonces la dilatación térmica de
los alambres para crear el pretensado (ver apartado 4.67).

1943, E. MoRSCH, de Stuttgart, escribe el primer libro alemán sobre hormigón pretensado:
Der Spannbetontrüger [52], basándose en las construcciones de la Wayss & Freitag AG, y
estudia en él las vigas prefalJricadas y las estructuras compuestas con losas de l1ormigón,
Fig. 20.11
no pretensadas, l1ormigonadas posteriorme'n te.
Puente de Luzancy sobre
el Marne (FREYSS!NET). 1944, G. MAGNEL, de Gante, Bélgica, comienza con la empresa Blaton-Aubert, de Bruse-
las, la construcción de un puente para ferrocarril de 20 in de luz, el Pont Miroir, en la
estación central de Bruselas (figu-
ra 20.13), que no pudo ser terminado
hasta 1948, a causa de la guerra. La
viga de ensayo realizad.a entonces
suministró valiosas aclaraciones acer~
ca de la inyección, la adherencia y
la seguridad a la rotura.

1944, H. RüscH, de Munich, pretensa


por medio de cables trenzados el
cordón inferior de una viga de celo~
sía de hormigón, din1ensionada para
cargas extraordinariamente eleva~
das [58]
Fig. 20.12
Puente de Luzancy sobre el
Marne. Montaje por medio de RüscH dirige desde 1943 el Comité
cables del elemento central, de de Trabajo del Hormigón Pretensa-
40 m de longitud.
do, dentro del Comité Ale1nán del Fig. 20.13 El primer puente de ferrocarril en hormigón pretensado,
Hormigón Armado, y contribuye en Pont Miroir, en Bruselas, luz 20,07 m (MAGNEL).
él al establecimiento de las prime-
ras "Normas para el din1ensio'namiento y constru.cción de obras dé horn1igón preten~
sado" (DIN 4 227), qne comenta detalladamente [227]. Estas normas comienzan a cons-
1941, E. FREYSSINET, de París, proyecta el puente de Luzancy sobre el Marne, de gran tituir después de la guerra la base para el dimensionamiento y cálculo de numerosas
atrevimiento, constituido en pórtico biarticulado de 55 m de luz, canto en el centro del estructuras pretensadas alen1anas, y fomentan la aplicación de este siste111a constructivo.
vano 1,27 m= 1/ 43 l ([66] y fig. 20.11). Los apoyos articulados son reajustables, para
compensar los acortamientos de retracción y fluencia. El puente no pndo ser construido 1946, se construye la primera pista de aeropuerto pretensada, en el aeropuerto de Orly,
hasta después del fin de la guerra, por la empresa Campenon Bernard, de París. Las vigas en París, según un proyecto de FREYSSINET.
se componían de dovelas prefabricadas de 2,44 m de longitud. Los extremos fueron cons-
truidos en voladizos. El elemento central, de 40 m de longitud, fue construido en uno 1946, M. R. Ros, de Ziirich, publica en el Informe Nr. 155 del EMPA [65] extensos
de los accesos y lanzado con aynda de cahles (fig. 20.12). Parte de los cables de pre- artículos cuyo objeto es la creación de unas bases su.izas para el dime'nsionan1iento de

730 731
Fig. 20.14 Puente de Heilbronn sobre el puerto del canal del Neckar. Viga en arco-tímpano triarticulado; construido
por Wayss & Preytag AG.

~
Fig. 20.15 Puente de Emmendingen sobre el Elz, luces de 15 + 30 + 15 m. Primera viga continua pretensada con ca-
piezas pretensadas. En 1950 publica Ros el Informe EMPA Nr. 162 [JOS], que abarca bles continuos y adherencia indirecta. Procedimiento Baur-Leonhardt.
el campo completo del hormigón armado. Ambos informes representan nna valiosa con·
tribución al establecimiento de las bases de cálculo del hormigón pretensado, y han sido
citados frecuentemente en este libro.

1947, los cables de p."entcs colgantes destruidos durante la guerra son utilizados repetí· siguientes triunfa esta n1áquina en todo el n1undo. Con ella son construidos cientos de
das vec.es er1 A1eman1a para p_retensar puentes de hormigón. Mencionaremos el puente depósitos con diámetros de basta 70 m o con alturas de agua de hasta 20 m (ver aparta·
de Ble1bach sobre el Elz [94] y la reconstrucción del puente de Hcilbronn sobre el do 4.35 y fig. 4.42).
canal del Neckar, construido por MouscH, realizada por la W ayss & Freytag AG en
viga en arco-tímpano triarticulado, de 103 m de luz ([120] y fig. 20.14). En este ~aso, 1949, los ingenieros M. BIRKENMEIER, A. BnANDESTINl, M. R. Ros y K. VoGT desarrollan
los cables fueron llevados en el interior de rannras y tubos, y fueron embebidos en hor· en Suiza el procedimiento BBRV, con cabezas de anclaje recalcadas (ver apartado 3.26).
n1igón una vez tesados. Este procedimiento es el pri111ero que permite tesar y anclar sin1ultáneamente, en una
única pieza de anclaje de acero, llll gran nún1ero de alan1brcs paralelos.
1946 a 194,IJ, el hormigón pretensado se va introduciendo cada vez más en la edificación.
En Francia y en Inglaterra se pretensan varias estructuras laminares, incluyendo láminas 1949, F. LEONHARDT crea, en colaboración con W. BAUR, el procedimiento Baur-Leon·
c!lí~dricas de. hasta 50 .m de luz pretensadas con cables Magnel ([177] y fig. 16.97) y las l1ardt, caracterizado por la co·ncentración de los cables en pocos conductos, con 111uchas
lammas en diente de sierra pretensadas con cables Freyssinet de trazado curvo. MAGNEL capas l1orizontales de alambres o cordones, y por el pretensado simultáneo de todos los
construye en Bélgica fábricas textiles con piezas prefabricadas pretensadas de gran luz. cables de una estructura. Construyen las primeras vi'gas continuas pretensadas co:n cables
continuos y adherencia ( [113] y fig. 20.15). Por vez primera anclan cables individuales
1943, aparece el libro de G. MAGNEL Le béton précontraint, publicado por Editions Fe· en el mortero de inyección endurecido (Procedimiento Leoba) [183].
cheyr, de Gante, Bélgica [ 82].
F. LEONHARDT realiza a continuación detenidos ensayos sobre el rozan1iento de los cables,
1943, E. FREYSSINET construye en Orleáns Lm depósito de aguas elevado, de 33 X 45 X
X 5 = 7 000 m 3 de capacidad, en hormigón pretensado. y desarrolla medidas especiales destinadas a disminuir dicho rozamiento en los cables
grandes (ver cap. 7) [159]. Con estas medidas se hace posible pretensar con cable con·
tinuo vigas de 5 y n1ás tramos.
1943, E. FnEYSSINET construye e.l primer gran puente pretensado de Sudamérica, el puen·
te Galion, en Río de Janeiro, de 14 vanos, utilizando vigas prefabricadas de hasta 37,5
metros de longitud. 1949, la empresa Dyckerhoff & Widmann KG, de Munich, introduce bajo la dirección
U. FINSTERWAI,DER el pretensado con barras St 90 con rosca laminada en frío (procedi·
1948, MoRANDI, de Italia, crea el primer procedimiento italiano con anclajes de cuña por miento Dywidag) y da preferencia por razones económicas al pretensado limitado.
parejas de alambres, que son tesados en grupos de cuatro [123].
1950, los Ferrocarriles Fe-derales Aleinanes encargan el pri1ner puente ferroviario pre~
1948, la empresa Preload Company, de Nueva York, construye una máquina para deva· tensado de Alemania, que es construido según el procedimiento Baur-Leonbardt ( [154]
nar depósitos circr1lares con alambre en tensión (n1erry go round n1ach.ine). En los años y fig. 20.16).

732 733
·-------
l
-------

Fig. 20.16 Puente de ferrocarril sobre el canal del Neckar en Heilbronn. Primer encargo de puente pretensado hecho
por los Ferrocarriles Federales Alemanes. Procedimiento Baur·Leonhardt.

1950, según proyecto de F. LEONHARDT, y utilizando el procedimiento Banr·Leonhardt, se


construye el puente de Heilbronn wbre el canal del Neckar (Obere Badstrasse), de tres Fig. 20.18 Puente de ferrocarril sobre el río Eder, en Grifte. Procedimiento Dywidag.

tramos de luces 19 96 + +19 m ([144] y fig. 20.17). '


1950, el ingeniero suizo K. V OGT inventa la máqnina devanadora de depósitos BBRV,
1950, Dyckerhoff & Widman:n KG recibe el encargo del segundo puente ferroviario pre- más ligera y simple que las existentes entonces (ver apartado 4.35 y f1gs. 4.43 y 4.44).
tensado importante, en Grifte, con 6 vanos de 20,0 a 25,1 m de luz ([158] y fig. 20.18).
1950, U. FINSTERWALDER construye el puente de Ganstor sobre el Danubio en Ulm, de
82,4 m de luz, utilizando barras de acero St 90, y constituido en pórtico sin articula·
ciones, sobre soportes en triángulo de barras desplazahles horizontalmente ( [134] y fi-
gura 20.19).

Fig·. 20.17 Puente sobre el canal del Neckar (Obere Badstrasse) en Heilbronn (Puente de BOckinger). Procedimiento Fig. 20.19 Puente de Ganstor en Ulm. Pórtico con soportes en triángulo de barras. Luz 82,40 m. Procedimiento
Baur-Leonhardt. Luz 96 m. Dywidag.

734 735
Fig. 20.io Puente Balduinstein sobre el Lahn. Primera obra construida en voladizos sucesivos con el procedimiento
Dywidag. Luz 62,IO m.

Fig. 20.21 Construcción por voladizos sucesivos del puente sobre el Rin, en Worms. Procedimiento Dywidag. Proyecto
de U. FINSTERW ALDER.

1952 a 1953, esta estructura es superada por el puente de Untermarchtal sobre el valle
1950, U. FrNSTERWALDER construye un puente pretensado sobre el Labn utilizando el sis- del Danubio (fig. 20.23), con una longitud total, sin juntas, de 375 m, pretensado según
tema de voladizos sucesivos (fig. 20.20). Este sistema había sido empleado ya en el puen-
el procedimiento Baur-Lconhardt [190] y [202].
te de hormigón armado de 60 m de luz sobre el río Peixe, en Río de Janeiro, construi-
do en 1930 según un proyecto de Baumgart (ver Beton und Eisenbau 1931, pág. 204, y
Der Bnuingenieur, 1932, pág. 158), así como en nn puente de tres tramos', de 50 m de
luz, construido en Inglaterra en 1937 (ver ]ournal ACl, mayo 1953, vol. 49, Nr. 9, pá-
ginas 861-862).

1952, U. FINSTERWALDER construye el primer puente pretensado sobre el Rin, en Worms,


utilizando el sistema de voladizos sucesivos, con luces de 101,65 +
114,20 104,20 m, que +
causó_, gran sensación con10 una de las más impresionantes o·bras de ingeniería dentro
del campo del hormigón pretensado ( [162], [186] y fig. 20.21).

1950, según un proyecto de MAGNEL, la Preload Company, de Nueva York, construye el


primer puente de hormigón pretensado de los EE. UU., el Walnut Lane Bridge, en Fi-
ladelfia.

1950, DoNOVAN H. LEE, de Londres, introduce las barras de acero de alta aleación, de,
fo1'madas en frío, con rosca especial (Procedimiento Lee-McCall, ver fig. 3.31 en la l.ª
edición alemana de este libro) [136] y [137].

1950, I Congreso Internacional del Hormigón Pretensado, en París. Fundación de la


'~_Association
Scientifique de la Précontrainte".

1951, se construye el que entonces fue el p11ente más largo en viga continua, e'n Necka.r~
gartacb, sobre el Ncckar, siguiendo el procedimiento Baur-Leonhardt; 5 vanos de hasta Fig. 20.22 Puente Neckargartach sobre el Neckar. Viga continua de 5 vanos de hasta 43 m de luz. Procedimiento Baur-
43 m, longitud total 225 m (fig. 20.22). Leonhardt.

737
736
l

Bibliografía
Las abreviaturas en1 pleadas en las notas bibliográficas indican los Institutos o Asocia~
ciones siguientes:

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ASCE American Society of Civil Engineers
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CCA Cement and Concrete Association, London
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Pig. 20.23 Puente Untennarchtal sobre el valle del Danubio. Procedimiento Baur·Leonhardt. 375 m de longitud sin DAfSt Deutscher Ausschuss für Stahlbeton
juntas.
EMPA EidgenOssische Materialprüfungsanstalt
ETH EidgenOssische Technische Hochschule
FIP Fédération Internationale de la Précontrainte
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Hacia 1952 comienza en los EE. UU. la aplicación masiva del hormigón pretensado, en
especial por la fabricación de vigas en banco de tesado, utilizando cordones (promovida (8) He w et t, W. H.: US Patent l 818 254 (10. 9.
por J. A. Roebling's Sons Corp). En pocos años aparecen más de 200 fábricas de hormi- Antes de 1939
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de pretensado qne se diferencian principalmente en la forma de anclar los cables. 1834 s. 304-307
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atrav.esaha una época de intenso desarrollo, que sólo ha podido ser insin11ado· aquí con [3] L un d, J. G. E.: Beschreihung der J(onstruk- s. 156.161
las citas referentes a los últin1os años. Una mirada hacia atrás nos hará ver cuántos ingeM tion und Verwendung von Eisenbetonhohl-
blückcn, ariniert nach System Lund. Beton [11) Di 11, R. H., US Patent 1684 663 (7. 2. 1925
nieros han investigado, penRa(lo y trabajado duran1ente d·urante decenios, hasta cr~ar fi~,, u. 18. 9. 1923)
nalmcnte lo que hoy entendemos hajo el co'ncepto de hormigón pretensado. Muchos de ellos u. Eisen 4 (1905) H. 6, S. 143-145 u. H. 7,
n.o han sido citado~~ no porque se n1enosprecien sus aportaciones, sino porque de hacerlo s. 169.173 (12) W e s t e r g a a r d, H. M.: Stressea in con-
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sería necesario dedicar todo un libro a la historia del desarrollo del pretensado.
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Beton- u. Stahlbetonhau 47 (1952) H. 2, S. 42 scl1nittsgestaltnng heim vorgespanntcu Be-
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753
Tabla numérica de la función e-x Tabla numérica de las funciones 1-- e-x
para x entre 0,0 y 4,0 para x entre 0,0 y 4,0

X o 1
1 2 3 ¡. ;:; 6 7 8 9 X 11
1
l 2
1
i 3 ,¡ 1 5 1
6 7 8 9
1
1 1 1 1 1 '1 1 1 1 1

0,0 1,000 0,990 0,980 0,970 0,961 0,951 0,942 0,9:12 0,92:1 o, 9JI. 11,0 0,000 0,010 0,020 0,030 0,039 0,049 0,058 1 0,068 0,077 0,086
1 0,905 0,896 0,887 0,878 0,869 0,861 0,852 0,814 0,[J:l5 O, 827 1 0,095 0,10,t 0,11.3 0,122 0,131 0,139 0,148
1
0,156 0,165 1 0,17.3
2 0,819 0,811 0,803 0,795 0,787 o, 779 0,771 O, 763 0,756 o, 748 2 0,181 0,189 0,197 0,205 0,213 0,221 0,229 0,237 0,244. 0,252
3 0,741 0,733 0,726 o, 719 0,712 0,705 0,698 0,691 0,681 O, 677 3 0,259 0,267 0,274 0,281 0,283 0,295 o,:io2 0,309 0,316 0,323
4. 0,670 0,6M 0,657 0,650 0,614 0,638 0,631 0,625 0,6l9 o, 6J:l <J, 0,330 0,336 0,34.3 0,350 0,356 0,362 0,.369 0,375 0,381 0,387
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