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Calavera
Dr. Ingeniero de Caminos
MUROS DE CONTENCION
Y A Eduardo Torroja Juan Batanero
Carlos Fernández Casado (t), Alfredo Páez
edición
D. Fernando Rodríguez López, colaboradores en mi Cátedra de Edificación y
de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid, por su revisión general
del texto.
Gracias también a las Srtas. María José Giménez y Carmen que
nografiaron el original, a D. Antonio Machado y D. Fernando Marcos, que delinea-
ron las figuras, gráficos y tablas, así como a INTEMAC por su ayuda en la edición
de este libro.
Los muros, como algunas otras estructuras como las cimentaciones y los
depósitos para líquidos, presentan la particularidad de que son elementos que impli-
can dos especialidades diferentes de la Ciencia de la Construcción. Quizá por eso la
normalización sobre ellos es escasa y la dispersión de los criterios aplicados en la
práctica profesional resulta mayor de la habitual. Por otro lado los muros, como los
depósitos para líquidos, presentan aspectos muy particulares desde el punto de vista
de la consideración de la seguridad en los cálculos.
El presente libro intenta desarrollar en forma completa el proyecto tanto de los
diversos tipos de muros de contención como de los muros de sótano. En el caso parti-
cular de los muros pantalla, por la extensión del tema resulta imposible hacerlo en
el espacio disponible. De todas formas el Capítulo ll proporciona una visión general
de su campo de aplicación, métodos de cálculo y proceso constructivo.
Estando la geotecnia fuera del campo de mi práctica profesional, me he concen-
trado fundamentalmente en los problemas del cálculo estructural, aunque he dedica-
do el Capítulo 3 a realizar un resumen de los métodos habituales de cálculo de empu-
jes, con una atención específica a la exposición de los casos de sobrecargas y cargas
sobre el relleno que con más frecuencia se presentan en la práctica, así como a las
acciones del oleaje y a las derivadas del sismo.
El Capítulo 13 se ha dedicado al tema de los detalles constructivos, siempre im-
portante, pero que en los muros resulta verdaderamente fundamental.
Se han incluido como Anejos siete colecciones de muros ménsula hasta 10 m.
de altura y de muros para uno y dos sótanos, que proporcionan soluciones comple-
tas, incluso medición de hormigón y armaduras, para los casos más frecuentes.
Debo expresar mi agradecimiento a los Ingenieros de Caminos, D. Enrique
González Valle, Subdirector General de INTEMAC, y D. José Tapia Menéndez, Jefe
del Departamento de Geotecnia y Cimentaciones de dicho Instituto, por sus críticas
y sugerencias sobre el manuscrito y al Ingeniero Técnico de 0. P. D. Fernando Blan-
co García, Director de la División de Asistencia de INTEMAC por su colabo-
ración en la redacción de las Tablas de Muros. También al Ingeniero de Caminos
D. Javier Rodríguez Besné, Jefe del Servicio de Proyectos y Obras de la Dirección
General de Puertos del M.O.P.U., por su información y revisión de la parte de empu-
jes producidos por el oleaje, y a los Ingenieros de Caminos D. Jorge Ley Urzaiz y
7
PROLOGO A LA EDICION NOTACIONES DE REFERENCIAS
Agotada en un plazo muy breve la primera edición de este libro, al preparar esta 1. Las referencias a otros apartados del libro se realizan por su número.
segunda, he mantenido su plantearnieto general, si bien introduciendo algunas modifi- P. ej.: «Véase
caciones y ampliaciones.
2. La notación entre corchetes indica fórmulas.
En particular, toda la documentación, incluso los gráficos y tablas de cálculo y
las siete colecciones de muros ya calculados, ha sido revisada de acuerdo con la Ins-
trucción EH-88. 3. La notación entre paréntesis indica referencias bibliográficas.
(10.2)
En el apartado 6.3.2, correspondiente al dimensionamiento de la puntera, he tra-
tado el tema de la diferencia entre mayorar los esfuerzos o los empujes, tema impor- es la segunda referencia bibliográfica del Capítulo 10.
tante que he tratado con más amplitud en otro trabajo que allí cito.
Las referencias bibliográficas de cada Capítulo figuran al del mismo.
El el Capítulo ll se han añadido dos ejemplos, que clarifican el cálculo de esfuer- 4. La notación GT- indica gráficos o tablas situados al final del libro.
zos en pantallas en voladizo y con apoyos, respectivamente.
También el Capítulo 12 ha experimentado algunas adiciones correspondientes a
nuevas soluciones de muros prefabricados.
Madrid, diciembre de
J. C A L A V E R A
9 10
Sin embargo, en ocasiones el muro desempeña una segunda misión que es la de
transmitir cargas verticales al terreno, en una función de cimiento. La carga vertical
puede venir de una cubierta situada sensiblemente a nivel del terreno (Fig. 1-lb), o
puede ser producida también por uno o varios forjados apoyados sobre el muro y
por pilares que apoyen en su coronación transmitiéndole las cargas de las plantas
superiores. (Fig. 1 1 c).
Las formas de funcionamiento del muro de contención (Fig. 1 a), y del de sóta-
no (Fig. 1-lb y c), son considerablemente diferentes. En el primer caso el muro se
comporta como en voladizo empotrado en el cimiento, mientras que en el segundo
el muro se apoya o ancla en él o los forjados, mientras que a nivel de cimentación
el rozamiento entre cimiento y suelo hace innecesaria casi siempre la disposición de
ningún otro apoyo. El cuerpo del muro funciona en este segundo caso como una losa
de uno o varios vanos.
1.2 DESIGNACIONES
1.1 INTRODUCCION
PUNTERA
Figura l-2
(*) En lo que sigue utilizo información de mi libro «Proyecto y Cálculo de Estructuras de Hormigón
Armado para Edificios» (1.1).
No se incluyen en lo que sigue los muros anclados con tirantes, que constituyen una técnica específi-
Figura ca que se sale del alcance de este libro.
ll 12
1.3.1 MUROS DE GRAVEDAD puede en primera aproximación pensarse que constituyen la solución económica has-
ta alturas de 10 ó 12 m.
Son muros de hormigón en masa (Fig. l-3) en los que la resistencia se consigue
por su propio peso. Normalmente carecen de cimiento diferenciado (Fig.
aunque pueden tenerlo. (Fig. l-3b). 1.3.3 MUROS DE CONTRAFUERTES
Figura 1-3
Son los de empleo más corriente (Fig. l-4) y aunque su campo de aplicación de-
pende, lógicamente, de los costes relativos de excavación, hormigón, acero, encofra- 1.3.4 MUROS DE BANDEJAS
dos y relleno,
Su concepto es muy diferente del que origina el muro de contrafuertes. Aquí no
se trata de resistir el mismo momento aumentando el canto y aligerando la
sección, sino de reducir los momentos debidos al relleno mediante los produ-
cidos por la carga del propio relleno sobre las bandejas. (Fig. l-6).
Su inconveniente fundamental radica en la complejidad de su construcción. Pue-
de resultar una alternativa al muro de contrafuertes para grandes alturas.
13 14
Figura l-8
Dentro de la tipología general, el caso más frecuente es que sobre el muro apo-
yen pilares que transmiten cargas de las plantas superiores y que existan además va-
rios sótanos, tal como se indica en la Fig. l-9.
Figura l-b
Figura l-9
Figura l-7
Dependiendo de que el terreno contenido sea o no de propiedad ajena y de la
Existen además varios sistemas de muros prefabricados que general correspon- relación entre empujes y cargas verticales, el cimiento va o no centrado respecto al
den a los sistemas de muros ménsula o muros de contrafuertes, y que se analizan en muro.
el Capítulo 12. La ejecución de este tipo de muros puede ser con encofrados (Capítulo 10) o
el de muros pantalla (Capítulo ll).
CAPITULO 2
INTRODUCCION DE LA SEGURIDAD
Figura 2-3
2.1 FORMAS DE AGOTAMIENTO
En general el muro puede alcanzar los siguientes estados límites, de servicio o d) Deformación excesiva del alzado. (Fig. 2-4). Es una situación rara salvo en
últimos. muros muy esbeltos, lo cual es un caso poco frecuente.
a) Giro excesivo del muro considerado como un cuerpo rígido (Fig. 2-l).
b) Deslizamiento del muro. (Fig. 2-2).
Figura 2-4
17 18
h) Rotura por esfuerzo rasante. La sección peligrosa suele ser la de arranque del
alzado, AB (Fig. que es una junta de hormigonado obligada, en zona
de máximo momento y máximo esfuerzo cortante.
Figura 2-5
Figura 2-6
Figura
19 20
2.2.1. SEGURIDAD DEL MURO COMO ESTRUCTURA DE TABLA T-2.2
EN MASA COEFICIENTES DE SEGURIDAD
De acuerdo con la Instrucción EH-88 rigen los valores siguientes para los
de seguridad. Valor del coeficiente de seguridad
Control reducido =
Resistencia del hormigón a compresión
Restantes casos =
Control reducido =
Resistencia del hormigón a tracción Restantes casos =
TABLA T-2.1
VALORES DEL COEFICIENTE
Acción favorable
Nivel de Daños Acción de carácter
Control de previsibles
Ejecución vorable Permanente Variable
A
(3)
Reducido B
A
Acciones
Normal B 0 Intenso
A
(1) No se adoptará en el cálculo una resistencia de proyecto mayor de 150
Intenso B (2) Hormigón para elementos prefabricados en instalación industrial permanente con control in-
tenso.
C (3) Se podrá reducir el valor un 5 por 100 cuando la hipótesis y el cálculo sean muy rigurosos,
se consideren todas las combinaciones de acciones posibles y se estudien con el mayor detalle
los anclajes, nudos, apoyos, enlaces, etc.
(1) Daños previsibles: (4) Daños previsibles:
A) Muros cuyo fallo sólo puede ocasionar daños mínimos y exclusivamente materiales.
A) Muros cuyo fallo sólo puede ocasionar daños minimos y exclusivamente materiales. B) Muros cuyo fallo puede ocasionar daños de tipo medio.
B) Muros cuyo fallo puede ocasionar daños de tipo medio. C) Muros cuyo fallo puede ocasionar daños muy importantes.
C) Muros cuyo fallo puede ocasionar daños muy importantes.
21
Conviene hacer algunas matizaciones en relación con la aplicación de la tabla Consideremos el muro de la figura 2-10 sometido a un empuje E, siendo N la
T-2.1, establecida en EH-88 con carácter general, al caso de los muros de hormigón de todas las cargas verticales.
en masa.
En primer lugar, como ya se ha dicho, esta solución, por razones fundamental-
mente económicas, sólo suele aplicarse a muros de pequeña altura, por lo que en ge-
neral y desde el punto de vista de los daños previsibles, se estará en caso A o B y
muy raramente en el caso C, aunque ello queda a criterio del proyectista.
En segundo lugar, al comprobar las tensiones de tracción, el peso propio será
en general una acción permanente de carácter favorable, por lo que le corresponderá
el valor = (*)
Para comprobación a sismo, de acuerdo con P.D.S.-1 (1974) (2.4) se toma-
rá 1.
No existe una normativa española concreta. Es práctica usual aceptar una segu-
ridad de para las acciones frecuentes y reducir este valor a para combinaciones
es decir
que incluyan acciones infrecuentes 0 excepcionales.
En el caso particular de comprobación a sismo, el valor suele reducirse a
(*) En sentido estricto, esto debería hacerse Como los errores en densidad y dimensionales son pe-
queños en el caso de los muros, no lo haremos pues complicaría innecesariamente el cálculo.
23
24
En ambos casos por tanto los coeficientes de seguridad se han reducido en la
misma proporción que han aumentado los empujes.
Si consideramos en cambio la presión máxima bajo la puntera, al mayorarse E
hasta E* = E la presión resultante no es, ni mucho menos, sino que puede
exceder grandemente este valor.
Resulta de ello que, dependiendo de la configuración del conjunto muro-suelo,
a incrementos dados, incluso moderados del empuje, pueden corresponderles muy
desiguales incrementos de la presión bajo la puntera y por tanto muy diferentes segu-
ridades del muro.
Esta sensibilidad al incremento de empuje es, a nuestro juicio, esencial en el pro-
yecto de muros, y será estudiada en detalle en los Capítulos siguientes. (2.5).
BIBLIOGRAFIA
25 27
donde es el valor de la adhesión, la presión normal del terreno sobre el muro
en el punto considerado y el ángulo de rozamiento entre terreno y muro, que de
nuevo a falta de ensayos directos se tomará como para el caso de muros de hormi-
gón. Para la adhesión no deben considerarse valores superiores a 5
R E L A C I O N
Figura 3-2
Figura 3-3
29
28
TABLA T-3.1
Grava arenosa
Arena compacta
Arena suelta
Pedraplen
=
donde
0.31
3
2 1P
= (a 6) 0.63
3
siendo la densidad seca del suelo
La presión total viene dada por
(*) La presencia de agua en el relleno será considerada más adelante, así como las correspondientes varia-
ciones en el valor dey.
30 31
TABLA T-3.2 TABLA T-3.3
COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO (continuación) COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO (continuación)
AI
Coeficiente de empuje horizontal de empuje vertical de empuje activo horizontal de empuje activo vertical
de roza-
del siendo inclinación del muro: siendo del muro. del siendo la inclinación del muro: siendo la inclinación del muro:
alud = cota = talud cota = cota =
temo de de
del del
del del
0.8 0.6 0.4 0 0.8 0.6 0.4 0 0.2 0 0
6
TABLA T-3.3
COEFICIENTES DE EMPUJE ACTIVO (continuación) 2
0”
0.12 0.01
3 0.54 0.01
0.74 0.01
45” 1.28 0.98 0.50 2.20 0.73 0.02
0.22 0.09
3
1.15 0.34 0.16
45” 1.62 1.28 0.98 0.72 0.50 0.32 4.15 1.25 0.29
= 2
El punto de aplicación del empuje total E = + está situado a una pro-
fundidad desde la coronación del muro, dada por la expresión
y actúa a profundidad formando ángulo con la normal al trasdós.
Para el caso particular, pero muy frecuente, de superficie de terreno horizontal 3.2.3 DE RANKINE PARA SUELOS GRANULARES
= 0), ángulo = y trasdós del muro vertical = las expresiones y
se transforman en La teoría de RANKINE para el cálculo de empujes (3.6) se basa en las hipótesis
1 sen de que el terreno presenta superficie libre plana y está en el llamado estado Rankine,
+ sen
35
siendo naturalmente =
34
en el cual presenta dos series de superficies planas de rotura, formando ángulos de Obsérvese que si además de = se supone = 6, las expresiones y
se transforman en las y Si = = se tiene
45 con la horizontal
Sin embargo, si el muro en lugar de carecer de talón, como ocurre en los casos
indicados en las figuras 3-3, 3-4 y 3-5, lo tiene como se indica en la figura 3-7, que
es caso frecuente en muros ménsula y muros de contrafuertes, la es distinta
H
ya que la masa de tierra ABCD descansa sobre el talón y de hecho si el muro gira
o desliza, lo hace con él.
Figura 3.6
siendo
= sen
+
El empuje varía linealmente con la profundidad y sus valores vienen dados por Figura 7
=
El cálculo del empuje en este caso no está resuelto satisfactoriamente (*) y lo nor-
mal es calcularlo de acuerdo con lo expuesto en 3.2.1 ó 3.2.2. Sin embargo el
OF PRACTICE RETAINING de la Institution of
Engineers británica recomienda un método interesante que resumi-
mos a continuación.
estando su resultante a profundidad H.
(*) JIMENEZ SALAS, SERRANO y ALPAÑES, en la referencia tomo II, recogen esta dispersión
de criterios y señalan como frecuente el por la teoría de RANKINE, aunque con algunas
Para una exposición del tema puede verse JIMENEZ SALAS (3.7).
reservas.
36
37
Para el cálculo del muro como cuerpo rígido, a vuelco y deslizamiento, el empuje El peso de la cuña a profundidad incluida la sobrecarga correspon-
se calcula también según 3.2.1 pero actuando sobre un trasdós virtual AB, pasando diente, es
por el extremo del talón, pero en este caso la presión se calcula para un valor =
(Fig. = sen + +
El método puede suponer un ahorro importante en aquellos casos en que las
condiciones de vuelco o deslizamiento sean críticas en el proyecto, pero como vere- El peso P, se iguala al de una cuña de un terreno virtual de densidad
mos más adelante, esto precisamente no es frecuente en los muros con talón. cia de donde
Un método más riguroso de cálculo de empujes en muros con talón es el que H
sen
exponemos en 9.2. sen a
y por tanto
3.2.5 SUELOS COHESIVOS sen a
H sen +
No existe un método satisfactorio de cálculo de los empujes en este caso. Una dis-
cusión detallada puede verse en la referencia (3.7). La Norma (3.5) reco- y como en ambos casos el empuje ha de ser el mismo
mienda que si no se realizan determinaciones directas de las características del terreno
se suponga, conservadoramente, que la cohesión es nula, y se utilicen por tanto las E =
tablas T-3.2 y T-3.3. La publicación (3.2) contiene recomendaciones prácticas, que
no se recogen aquí por su extensión, pero que distinguen los casos de arcillas no donde
radas, limos y arcillas parcialmente saturadas y arcillas rígidas fisuradas.
sustituyendo se tiene
3.3 CASO DE EXISTENCIA DE CARGAS SOBRE EL TERRENO
Tanto en Edificación como en Obras Públicas son frecuentes los casos de sobre-
cargas de tipos muy variados, que a continuación se estudian. o bien
sen a
3.3.1 CARGA UNIFORMEMENTE REPARTIDA sen (a +
La fórmula indica que el empuje producido por una sobrecarga q por uni-
Se supone indefinida en el sentido del muro y de valor por unidad de longitud dad de longitud de talud es el mismo que el producido por una altura adicional de
de talud tal como se indica en la figura 3-8. Considerando la cuña de la figura, tierras tal que
aplicamos el método de COULOMB.
sen a
sen +
de donde
Si = 0, =
(*) Debe prestarse atención a que la Norma (3.5) da = la sobrecarga por uni-
dad de proyección horizontal), lo cual como hemos visto sólo es cierto para superficie de terreno
horizontal, o para muro con trasdós vertical, como puede verse haciendo = = o
,
siendo la carga por unidad de proyección horizontal), en (La nor-
Figura 3-8
ma es una reedición literal de la MV-101 publicada en 1962).
38
39
La distribución de presiones varía de acuerdo con lo que se indica esquemática-
De acuerdo con la presión adicional debida a la sobrecarga es
mente en la figura 3
sen a
=
sen (a +
sen a
=
sen (a +
sen a
P sen (a +
siendo =
y su diagrama es rectangular tal como se indica en la figura 3-8. El diagrama total
de presiones es por tanto trapecial.
La profundidad del punto de aplicación del empuje total es de deducción inme-
diata, resultando
sen a
sen (a +
= H 3.3.3 CARGA EN LINEA PARALELA A LA CORONACION
sen a
sen (a + a) Método basado en la teoría de la elasticidad
Si = 0, A partir de 3.3.2, puede resolverse este caso haciendo tender a cero el ángulo
(Fig. 3-10). Llamando a la profundidad del punto considerado y a la carga
lineal por unidad de longitud, para sen 0, se tiene
De acuerdo con TENG y según la figura 3-9, para el caso de trasdós verti-
cal y superficie de terreno horizontal, llamemos:
presión horizontal en el punto
q carga en la banda, por unidad de superficie
La presión real contra un muro rígido es doble de la por la aplicación
de la teoría de la elasticidad.
(*) De nuevo adopta como expresión general, cuando sólo es válida para = o
bien para = si es la sobrecarga por unidad de proyección horizontal.
(**) Este caso puede ser resuelto también dividiendo la carga en banda en varias cargas lineales parale-
las y aplicando el método simplificado que se expone en
(***) Para muros no rígidos, como es lo frecuente, el valor 2q puede sustituirse por Figura 3-10
40
Deberá cumplirse corte al trasdós del muro. Si el corte se produce en el trasdós por debajo de la base
del muro, el efecto de la carga N, puede ser despreciado.
El método tiene la ventaja de su sencillez pero presenta el inconveniente de que
de donde al sustituir la distribución continua de presiones a lo largo de la altura, por una carga
lineal única, N, no permite calcular los esfuerzos a que está sometido el muro más
N que en su arranque.
=
z
Para sen 0, toma la forma 3.3.4 CARGAS PUNTUALES 0 CONCENTRADAS EN REDUCI-
DAS (ZAPATAS)
= =
a) Método basado en la teoría de la elasticidad
y sustituyendo y En este caso la distribución de presiones no sólo es variable con la altura sino
también a lo largo del muro.
,
b) Método simplificado de TERZAGHI
El CIVIL ENGINEERING OF PRACTICE (3.2) a la vista de las incer-
tidumbres en la aplicación de la teoría de elasticidad a los suelos, adopta un método
simplificado, debido a TERZAGHI, que resumimos a continuación.
Figura 3-11 Si m =
+
N
El empuje producido por la carga en línea, N, puede considerarse equivalente Si m
3-14
t
es trazamos por una paralela que cortará a AB en el punto F. Hasta la profundi-
dad en el caso de un solo muro el diagrama de empujes puede ser calculado y será
b como el indicado A’F’ en la figura 3-14b).
‘ A
Tanteamos ahora para distintos planos el valor del empuje, considerando
la existencia de ambos muros, lo cual se realiza mediante el polígono vectorial indica-
do en la figura en el que son conocidos el peso p, del relleno BGDA más la
sobrecarga correspondiente, la reacción en dirección y magnitud del muro DC contra
el relleno, igual y contraria al empuje deducido de la ley A’F’ hasta la profundidad
G, la dirección de F que ha de formar con BG el ángulo de rozamiento interno
y la del empuje buscado que ha de formar con AB el ángulo de rozamiento entre
suelo y muro.
Figura 3-13
Tanteando varias profundidades del punto G, se determina el valor máximo de
Restando a dicho valor máximo el empuje correspondiente hasta el nivel F’, la
diferencia se distribuye linealmente entre F’ y B’.
El empuje equivalente es, como vimos, siendo la resultante de la carga
En lo anterior se ha supuesto que el punto G correspondiente al valor máximo
sobre el terreno y dicho empuje equivalente se reparte en un ancho b + x, según se
resulta por encima de la profundidad F. Si no es así, debido a la distancia entre los
indica en la figura 13 b).
muros se produce un efecto silo.
El método tiene los inconvenientes ya señalados en respecto a la ignoran-
cia del reparto de esfuerzos sobre el muro por encima de su arranque. De acuerdo con las presiones sobre un plano vertical y otro hori-
zontal, respectivamente, vienen dadas por las fórmulas.
45
siendo: 3.5 EMPUJE AL REPOSO
Sección horizontal, igual a la separación entre muros multiplicada por la lon- Como ya hemos dicho este valor del empuje puede producirse cuando la
gitud de la pareja de muros. mabilidad del muro es extremadamente pequeña.
Doble de la suma de la separación entre muros más la longitud de la pareja El valor de en la fórmula es diticil de evaluar, pero en arenas suele variar
de muros. entre y Frecuentemente en terrenos granulares se estima por la fórmula
Tienen los significados vistos anteriormente. = sen En terrenos cohesivos alcanza valores de a
Si la longitud de la pareja de muros es muy grande respecto a su separación d, Un método aproximado de uso frecuente es el indicado en la figura 15. Para
d el caso en que no hay carga sobre el relleno el diagrama triangular de presiones 3-
15a) se sustituye por uno rectangular de valor dos tercios de la presión máxima de
empuje activo pero calculado con = sen Para el caso en que existe carga so-
Si el trasdós del muro forma con la horizontal un ángulo se está en el mismo bre el relleno (fig. se opera análogamente.
caso que en las tolvas de los silos y la presión normal vale
= a a
La tabla T-3.4, tomada de (3.5) proporciona los valores de 1 .
TABLA T-3.4
DE PRESION EN SILOS
l-sen
0,393 0,777 0,918 En la práctica, incluso en muchos casos de muros de gran rigidez, no se produce
0,423 0,788 0,922 la situación de empuje al reposo, sino simplemente la de empuje activo, o una muy
1 0,798 0,926 próxima a ella. Ello es debido a que en la mayoría de los casos el relleno del trasdós
0,478 0,808 0,929 se compacta sólo moderadamente.
0,503 0,817 0,933
0,528 0,826 0,936
0,551 0,835 0,939
0,573 0,843 0,942 3.6 DE AGUA EN EL RELLENO
0,593 0,850 0,945
0,613 0,858 3,00 0,950 En todo lo anterior hemos supuesto el terreno seco y manejado en las fórmulas
su densidad seca Esta es una situación poco frecuente en la práctica.
La presencia de agua en el relleno, bien por la acción de la lluvia, bien por
subterráneas, afecta de manera importante a todo lo anterior.
47
46
a) Si el material del relleno es muy permeable como es el caso de las gravas y d) En cualquier caso, la presión hidrostática debe ser considerada siempre para
de las arenas gruesas e incluso medias, la aportación de agua será evacuada por el niveles inferiores al más bajo del sistema de drenaje. Este es un caso particular del
sistema de drenaje(*) mediante el establecimiento de una red de filtración de direc- más general indicado en el apartado siguiente.
ción predominantemente vertical. Mientras el sistema de drenaje sea capaz de eva-
cuar el agua filtrante, el nivel de agua no rebasará la cota inferior del sistema de
drenaje y las fórmulas vistas hasta ahora para calcular las presiones y empujes siguen
siendo válidas sin más que reemplazar en ellas la densidad seca por la densidad 3.7 RELLENO INUNDADO HASTA UNA CIERTA COTA
aparente Esta última densidad varía naturalmente con el grado de humedad del
suelo y la falta de ensayos directos puede ser estimada a partir de los datos de la tabla En el caso general indicado en la figura 16, con relleno de ángulo y una so-
T-3.5. brecarga por unidad de longitud de talud, las presiones a profundidad resultan:
sen a
TABLA T-3.5 = + + + (z sen a
sen (a + 1
DENSIDADES APROXIMADAS DE DISTINTOS SUELOS GRANULARES (3.2)
MATERIAL
DENSIDAD
APARENTE
DENSIDAD
SUMERGIDA
= + +
sen a
sen (a + 1 + (z a
filtrante hacia el drenaje y éste sea capaz de desaguar el caudal correspondiente, se NIVEL FREATICO
produce un aumento de las presiones y empujes respecto al caso anterior.
Las presiones en este caso pueden ser estimadas sustituyendo en las fórmulas
la densidad seca por la densidad sumergida y añadiendo una presión que a pro-
fundidad viene estimada por
=
donde es la densidad del agua y p’ actúa perpendicularmente al trasdós. El empuje Figura
correspondiente es de cálculo inmediato.
c) Si la aportación de agua excede a la capacidad de desagüe de la red de drenaje,
el nivel del agua puede alcanzar la cota de la coronación del muro, en el caso limite
y en ese caso la presión p’ se duplica alcanzando el valor de la presión hidrostática. 3.8 RETRASO DE MAREA
=
En rellenos muy permeables y bien drenados, el retraso de marea produce efectos
despreciables. En arenas, dependiendo de la proporción de finos y por tanto de la
(*) Para los sistemas y detalles de drenaje. véase el Capítulo permeabilidad, el efecto puede ser importante siendo esperable una presión hidrostá-
(**) Se supone que la infiltración afecta a toda la altura del trasdós. En otro caso la teoría es inmediata- tica apreciable, incluso en rellenos bien drenados. En terrenos arcillosos o limo-
mente generalizable. sos puede ser necesario considerar como valor de h el de la carrera de marea entero.
48 49
F
Figura 3-17
El problema no existe con gravas y arenas gruesas o medias, pero puede presen-
tarse cuando el terreno está formado por arenas finas, limos o arcillas.
La solución más simple es sustituir el terreno hasta la profundidad de helada
PRESION
por material fácilmente permeable y drenarlo adecuadamente.
Un caso particular de empuje puede producirse en situaciones como la indicada = Densidad del agua
en la figura en la que la dilatación de otra parte de la construcción (en este
caso y a título de ejemplo, un pavimento de hormigón, está coartada por el muro. =
Es económicamente muy costoso y técnicamente perjudicial para el muro y para el
pavimento intentar resistir la fuerza F y lo adecuado es evitar que se produzca dispo- H
niendo una junta de dilatación. (Fig. = + + +
0
50 Figura 3-1 Y
51
Es esencial distinguir el caso de olas que se reflejan contra el muro, de aquel en
Como área dentro del diagrama de presiones dinámicas toma
que las olas rompen contra el propio muro, en cuyo caso la estructura ha de absorber
un empuje mucho mayor. La presencia de uno otro caso, depende, como es sabido
de la relación de la profundidad junto al muro a la altura de ola. 2
a) Ola en el muro. La teoría clásica para ondas estacionarias es debida que da por tanto la fuerza dinámica total actuando a cota
a SAINFLOU (3.8) y se resume en la figura 3-19, que corresponde al diagrama de
c) Método de GODA válido simultáneamente para ondas estacionarias y en rotu-
presiones debido al paso de la cresta. (Valor máximo). Téngase en cuenta la carrera
ra. El método, más moderno que los anteriores y basado en investigaciones experi-
de marea para el nivel del agua en reposo. En la figura no se indica la subpresión.
mentales evita la discontinuidad que presentan los mismos según la ola rompa o no.
El método puede seguirse en detalle en la obra de SUAREZ BORES (3.1 en la
El método de SAINFLOU, se ha revelado como aceptable para valores de
de DEL MORAL y BERENGUER (3.12) y en la referencia (3.13).
entre y Para valores inferiores a infravalora el empuje y lo contrario
ocurre para valores superiores a
Un tratamiento más completo del tema puede seguirse en el SHORE
TION MANUAL (3.9) que contiene un amplio conjunto de gráficos para el cálculo EN REPOSO
de empujes en casos muy diversos.
b) Ola rompiendo contra el muro. Se dispone para el caso de ondas en rotura
solamente de algunas relaciones empíricas. MINIKIN (3.10) propone un diagrama
como el indicado en la figura 3-20. (No se indica en la figura la subpresión.)
Figura 3-21
L
donde
Figura = Densidad del agua
L = Longitud de ola de cálculo
= Altura de ola de cálculo
Para la estimación de la presión máxima propone la fórmula
= 100 + = +
.
donde:
= Altura de la ola rompiente = El menor de los valores
= Longitud de ola
= Profundidad a la distancia del muro
= Profundidad junto al muro
= Densidad del agua 2d
en pies y fuerzas en libras)
52 53
d = Profundidad de coronación de la berma
= Profundidad en el pie de la escollera
= Profundidad a una distancia del pie igual a cinco veces la altura de ola
significante junto al muro,
Como valor de se toma el menor de los valores:
= si el muro está situado en zona donde no rompen las olas
= siendo la altura de ola correspondiente a la profundidad si el
muro está situado en zona donde rompen las olas.
A la ley de presiones dinámicas indicada hay que sumar la hidrostática 3-21).
El método de GODA considera además una subpresión variando de a 0, (ver
figura donde 3-22
=
donde
Para el grado de intensidad, véase el mapa de la figura 3-23.
TABLA T-3.6
COEFICIENTE SISMICO BASICO,
V
VI
VII El método adolece del defecto, entre otros, de considerar que la acción sísmica
VIII mantiene el ‘punto de aplicación del empuje, aparte de infravalorar considerablemen-
IX te el propio valor de la acción.
54 55
3.13.2 DE SEED Llamando al coeficiente sísmico horizontal y v al vertical (seguimos la notación
de P.D.S.-1), se define el ángulo (fig. de la resultante de las fuerzas aplicadas
Este método desarrollado por SEED (3.19, es una simplificación del de a una masa m.
NONOBE-OKABE que exponemos más adelante.
Es siempre útil como de anteproyecto y para terrenos granulares ordina-
rios, puede emplearse en lugar del de MONONOBE-OKABE, ya que las diferencias
en los resultados son despreciables y en cambio el cálculo es extraordinariamente sim-
ple.
Figura 3-25
El empuje total incluido el debido a la acción sísmica, viene dado por la fór-
mula 3-26).
donde
Figura 3-24
+ a)
3.13.3 DE MONONOBE-OKABE
= v)
Figura 3-28
58 59
Figura 3-30
BIBLIOGRAFIA
62
La seguridad a vuelco.
La seguridad a deslizamiento.
-Las tensiones sobre el terreno de cimentación en condiciones de servicio.
Las tensiones sobre el terreno de cimentación bajo el empuje mayorado.
Las comprobaciones resistentes del muro como estructura de hormigón.
Si alguna de las comprobaciones consignadas en c), no resulta satisfactoria, el
muro debe ser redimensionado y en definitiva las etapas a), b) y c) deben ser repetidas
hasta conseguir un diseño que sea a la vez económico y suficientemente seguro.
Esto puede exigir la repetición de los cálculos varias veces y de el interés de
los métodos de predimensionamiento que eviten repeticiones o las reduzcan a un
nimo.
En el Capitulo anterior hemos visto lo referente a la etapa b) correspondiente
al cálculo del empuje del terreno. En el apartado siguiente, para mayor claridad en
la exposición, veremos primeramente los métodos de comprobación, correspondien-
tes a la etapa c), y posteriormente desarrollaremos un método de
to para resolver la etapa a). Por supuesto en el proyecto real las etapas deben abor-
CAPITULO 4 darse en el orden a), b) y
65 66
4.2.1 SEGURIDAD A DESLIZAMIENTO El valor de puede ser estimado conservadoramente mediante la fórmula de
RANKINE
La fuerza que puede producir el deslizamiento es la componente horizontal de
E, Las fuerzas que se oponen al deslizamiento son el rozamiento + sen
de base muro con el suelo de cimentación y el eventual pasivo, frente al muro. =
sen
La fuerza que resiste al deslizamiento viene dada por la expresión
y su resultante es horizontal y situada a profundidad por debajo del nivel del te-
R= + (**)
rreno frente al muro.
donde Sin embargo, la inclusión en del valor de requiere consideración deteni-
da. Por un lado, dicha inclusión nunca debe adoptarse sin un estudio cuidadoso del
= Resultante de los pesos de muro y de las zonas de terreno situadas verti-
suelo. Independientemente de lo anterior, la movilización del empuje pasivo requiere
calmente sobre la puntera y el talón (zonas 2 y 3 de la figura 4-l)
corrimientos apreciables del muro, que pueden ser incompatibles con sus condiciones
= Coeficiente de rozamiento entre suelo y hormigón. En general será el re- de servicio Finalmente, si se decide tenerlo en cuenta, no debería considerarse
sultado del correspondiente estudio geotécnico. Para terrenos granulares el empuje pasivo correspondiente a los primeros 50 cm de profundidad en los que
puede tomarse = siendo el ángulo de rozamiento interno, la posibilidad de movilizar el empuje pasivo es siempre dudosa De acuerdo con
aunque ello puede resultar conservador. La tabla T-4.1 contiene datos al ello, el valor de dado por se reduciría a
respecto.
1
= Empuje pasivo frente al muro. =
sen
donde h, se expresa en m y en
TABLA T-4.1 Por otra parte debe comprobarse que el terreno existe frente al muro en distancia
COEFICIENTES DE ROZAMIENTO suficiente, que suele estimarse en y que esta existencia queda asegurada durante
(Tomada de la Ref. (4.1)) la vida del muro.
Tipo de suelo Coeficiente En definitiva, el coeficiente de seguridad a deslizamiento viene dado por
67 68
si bien con alguna mayor complejidad de ejecución de la excavación de cimien- Como ‘en el caso de la seguridad a deslizamiento, y por las mismas razones allí
tos, y en el caso de muros de hormigón armado con complicación también de la expuestas, lo usual es despreciar el empuje pasivo:
Convencionalmente se supone que el giro del muro se produce alrededor del si incluye cargas infrecuentes 0 excepcionales.
Punto correspondiente a la arista exterior del cimiento
Para el caso de sismo suele adoptarse
El único momento volcador es el producido por el empuje E, y son momentos
establizadores los debidos a N y eventualmente al empuje pasivo Descomponien-
do E en y y considerando las excentricidades de las fuerzas respecto al punto
medio de la base positivas hacia la puntera se tiene, de acuerdo con la figura 1:
4.2.3 TENSIONES SOBRE EL TERRENO DE CIMENTACION EN
Momento volcador:
DE SERVICIO
69 70
y se obtiene es de deducción inmediata 4-2) ya que la condición de equilibrio conduce
a que si
+ +
=
N
= 3AD
Las tensiones en los bordes extremos se obtienen por tanto para e = siendo AD =
N y también
B
N N
2
B
de donde
debiendo comprobarse que la mayor no rebasa la tensión admisible, de acuerdo
con la información geotécnica.
N 6Ne Debe verificarse en ambos casos que si bien en general la tensión admi-
B sible en los casos de distribución tanto trapecial como triangular de presiones suele
incrementarse del 25 al 33 respecto al valor admisible en el caso de distribución
constante. En España la Norma (4.2) permite un incremento del 25% siempre
que la presión en el c.d.g. de la superficie de apoyo no exceda la admisible.
es decir que para que toda la base esté comprimida, la resultante de empujes y pesos
Suele imponerse a veces algún límite a la excentricidad e,. En España no existe
debe pasar por el tercio central de la normalización alguna referente a muros, pero es frecuente adoptar la limitación
Si la resultante pasa fuera del tercio central, la fórmula de NAVIER y por tanto
que es lo mismo que exigir que el punto de paso de la resultante no diste
y no son aplicables, pero el de la tensión máxima 3’
menos de del borde del muro. La intención de una limitación de este tipo es evitar
6
el hecho, realmente peligroso, de que si la resultante está muy cerca del borde del
cimiento, un ligero aumento de empuje, y por tanto de la excentricidad, provoque
un fuerte incremento de la tensión en el borde. Sin embargo, como veremos más ade-
lante, el riesgo indicado se controla de manera más lógica mediante la comprobación
que se expone en el apartado siguiente.
+ +
73 74
Despreciando el empuje pasivo frente al muro y aplicando con =
H
b) Seguridad a vuelco. Despreciando el empuje pasivo frente al muro y aplican-
do con = = 0, se tiene:
T I P O - A T I P O - B
y operando
BH +
=
BH
y operando
Figura 4-4
(Se desprecia la pequeña cuña de terreno que reposa frente al muro sobre el pro-
pio muro. Ver figura que es la condición para que la distribución de tensiones sea trapecial, ello puede sig-
nificar
Empuje del terreno. De acuerdo con
-Que se cumpla, siendo 0
sen
+ sen B 0,087
+
75 76
0,087 y operando
0 que se cumple siempre para todo valor de
0,600
Que se cumpla, siendo 0 =
1678
H 6 H Si se tiene distribución triangular y de acuerdo con teniendo
en cuenta que es positivo en este caso
0 lo que es lo mismo
2 BH
=
El valor frontera que separa los valores positivos de de los negativos se obtiene 2 B
al hacer = en de donde resulta
y operando
B
=
y en definitiva se obtiene:
H
c-l) Si la resultante tiene excentricidad negativa o nula, es decir está
situada a la derecha o en el punto medio de la base y la distribución es siempre trape-
cial. El valor de se obtiene aplicando y sustituyendo en ella d) Tensiones bajo el empuje mayorado. Operando en forma completamente aná-
loga a la expuesta en c), pero para
BH
B + se tiene
y operando
BH
H
y operando
c-2) Si la resultante tiene excentricidad positiva, pudiendo la distribu-
ción de tensiones ser trapecial o triangular. De acuerdo con = +
Si se tiene distribución trapecial y aplicando y y en forma adimensional
BH B 0,087 H H
= B Si o lo que es lo mismo que es la condición para que la
distribución de tensiones sea trapecial, ello puede significar
77 78
-Que se cumpla, siendo 0
-Si se tiene distribución trapecial y aplicando y
H 6 H
BH BH 0,167 B
o lo que es lo mismo, operando = B
y operando
que se cumple siempre para todo valor de . 0,897
H
-Que se cumpla, siendo 0
Si se tiene distribución triangular y de acuerdo con teniendo
en cuenta que es negativo en este caso
y operando
2 BH
=
0.62
3 +
El valor frontera que separa los valores positivos de de los negativos se obtiene
al hacer = 0 en de donde resulta y operando
B B
=
=
y en definitiva se obtiene: 0.870
d-2) Si la resultante tiene excentricidad positiva, pudiendo la distribu- (*) La lectura de este apartado no es necesaria para la aplicación del método. El lector interesado única-
mente en su aplicación puede pasar directamente al apartado 4.4.
ción de tensiones ser trapecial o triangular. De acuerdo con (**) Se considera el conjunto del muro y las tierras que descansan sobre él con densidad 2.3
79 80
y operando
Despreciando el empuje pasivo frente al muro y aplicando con = N’
= H+
b) Seguridad Despreciando el empuje pasivo frente al muro y aplican-
do con = = se tiene y en forma adimensional
H = +
Si distribución triangular.
y operando
2 BH
=
3
c) Tensiones en servicio. Aplicando con = 0
+ y operando
=
BH BH
=
0,326 B 0,029
operando
B y en forma adimensional
y en forma adimensional
0,044 H B 0,029
=
es decir que la excentricidad es siempre positiva.
Para que la distribución sea trapecial d) Tensiones bajo el empuje mayorado. Operando en forma completamente aná-
loga a la expuesta en c), pero para
0,044
= E=
y operando se tiene
6 BH 0,044 y operando
BH +
= B
=
81 82
y en forma adimensional y en forma adimensional
0,065
0,065 IB
4.4. ABACOS DE PREDIMENSIONAMIENTO
y operando Con las fórmulas obtenidas en 4.3.1 y 4.3.2 se han realizado los ábacos de
mensionamiento GT-1 y GT-2 que resuelven directamente el problema. El ejemplo
4.1 aclara su manejo.
y sustituyendo E 0.3
y operando =
=
forma adimensional
= 0.3
=
y operando
BH
=
326B
(*) Se elige el caso pésimo. que es el muro tipo A, a estos efectos.
83 84
y teniendo en cuenta y expresando la fórmula en unidades y m, excepto y para =
que viene en
< 49.5
Teniendo en cuenta
de donde B
Aun suponiendo el hormigón de resistencia más baja que podría emplearse en y sustituyendo
la práctica, = 125 ello conduce a que adopte el valor
con H en m, requisito que resulta mucho menos exigente que otras condiciones ante- Para =
riormente expuestas, por lo que la comprobación a flexión nunca es crítica en muros
de gravedad, salvo que los vuelos de la puntera o el talón sean importantes.
b) Comprobación a esfuerzo cortante. De acuerdo con EH-88
de donde
(*) En sentido estricto deberia considerarse el esfuerzo de compresión debido al peso propio del muro
y eventualmente de las zonas de terreno situadas verticalmente sobre la base, y estudiar el problema
como un caso de flexión compuesta. Como la influencia del esfuerzo de compresión es siempre des- (unidades en m y excepto que debe expresarse en
preciable, no será tenida en cuenta. Por otra parte, y de acuerdo con la tabla T-2.1 debería venir
afectado de = 0.9 en vez ya que es favorable, lo que reduce aún más su influencia. Aun = 12.5 se tiene
85 86
como en ejecución. Daños previsibles en caso de fallo, exclusivamente materiales.
Tensión admisible en el terreno (ya tenido en cuenta el incremento del 25 2
Tensión admisible bajo empujes mayorados Seguridad a deslizamiento
Seguridad a vuelco Despréciese el empuje pasivo frente al muro.
3 0,015 H
Predimensionar el muro.
Comprobarlo calculando el empuje por la teoría de COULOM B.
que es siempre menos exigente que otras condiciones anteriormente expuestas.
De acuerdo con los datos, el perfil del muro tiene como condicionantes fijos los
d) En resumen, y de acuerdo con lo expuesto, las comprobaciones estructurales indicados en la figura 4-6, siendo por tanto necesario seleccionar la dimensión B de
son siempre superfluas en los de gravedad y la resistencia mínima del hormigón la base.
deberá fijarse, fundamentalmente, por razones de durabilidad.
Figura 4-6
3 0.35 B 3 1.75 m
B
EJEMPLO 4.1 B
87 88
d) Tensiones bajo el empuje mayorado. Para = 40 y H = 5 m,
* + 3 =
= y entrando en el GT-2, se obtiene 2
H
B N= + =
3 B m
y aplicando
En definitiva la condición crítica en este caso es la de tensiones en servicio, que
conduce a B = 3,00 m con lo que el predimensionamiento conduce al muro de la
. 0,577 =
ra 4-7. 0,577
Seguridad a vuelco.
0.50 El momento volcador vale
= 8.33 =
La resultante del empuje pasa a la derecha del punto y no produce por tanto
momento volcador.
Figuru 7
0.28 0.83
=
20.13 +
= 0.37 =
+
= =
3
89 90
luego estamos en caso de distribución triangular y de acuerdo con siendo
= =
se tiene
BIBLIOGRAFIA
5.1 INTRODUCCION
En 1.2 y 1.3.2 vimos las designaciones y los aspectos generales de los muros mén-
sula.
Las características del muro son unas tijas y otras seleccionables por el proyectis-
ta, tal como se expuso ya en 4.1.
Por las mismas razones expuestas allí y para los muros de gravedad, el proyecto
de los muros ménsula comprende las etapas siguientes:
91 93
5.2 ASPECTOS GENERALES DE LOS
E . C
Sustituyendo en los valores de E y P dados por y se obtiene:
3 ED
2
2
y sustituyendo
2 2
H
K
+ 0.5
B
H H que puede expresarse en la forma
2 o bien:
3
2
1.24 = +
H
H K
- -
3 ED
1.24
H H
B
98
99
e* La fórmula anterior, fijado el valor para un muro y dado también el valor
b-2) Si
de nos proporciona el valor F de la fuerza a transmitir directamente a otra estruc-
tura o por empuje pasivo sobre el frente de la puntera.
y en forma adimensional
(*) Se recuerda que de acuerdo con MV-101 la tensión máxima en el borde puede superar
= en un 25 la tensión admisible con carácter general, siempre que la tensión en el c.d.g.
de la superficie de apoyo no supere la admisible.
100
101
ni suficiente y la comprobación de la tensión bajo el empuje mayorado
es mucho más segura y real. Por otra parte, y de acuerdo con si
para = resulta C es decir que la comprobación bajo
empuje mayorado conduce, desde el punto de vista de la seguridad a vuelco
a una condición límite, hasta la cual no se produce el vuelco. Análogamente
y de acuerdo con ocurre con la seguridad a deslizamiento.
102
caso y = obteniéndose = que de acuerdo con la pues soluciones, si no se estudian adecuadamente, pueden corresponder
por de tensiones conduce punto D como solución a muros en los que los valores de son extraordinariamente altos.
Esta zona corresponde, prácticamente a los muros sin talón, que como pue-
m) seguridad a iento garantizada sin contar con de verse en la figura 5-2, son muy tranquilizadores respecto a las tensiones
B sobre el terreno en condiciones de servicio, pero pueden ser enormemente
completa en la elección de los valores sensibles a la mayoración del empuje.
, por condiciones de tensiones y La o) En cada uno de los gráficos GT está superpuesta una serie auxiliar de curvas
se atiende al del muro en sí, es la
que proporciona los . Conocido y , la figura 5-4 proporcio-
de de . de la figura S-7). Sin embargo si se atiende
H
es del conjunto muro-excavaciones-relleno, es claro na el valor de si 0,167, ó de 0,167 que corresponde a distri-
resulta posible que otro muro con de B, pero con menor bución triangular.
y en el trasdós, resulte más
Co puede asegurarse es la solución más económi- Estos datos son necesarios para el cálculo posterior de los esfuerzos en pun-
ca está inferior izquierda de sombreada. Averiguar tera y talón.
esa curva, cual al muro de coste
, , sólo el coste del pr muro. (que es mínimo para 5.3.4 RECOMENDACIONES PARA LA APLICACION DEL
de excavación del trasdós (si es necesario), coste
publicación (5.1) un método para la solución En la figura 5-5 se representa esquemáticamente uno de los gráficos GT-3 a GT-5.
1.0
0.9
0.8
0.7
0.6
0.5
max TIPO-
0.4
0.3
0.2
Figura S-5
0.1
En esencia, existen cuatro tipos de muros posibles, que se identifican en la figura
y que son los siguientes:
TIPO A:
Muros con pequeña dimensión de puntera.
Figura
Relación alta.
104 105
-Relación alta. En el manejo de los gráficos GT-3 a debe tenerse en cuenta que están cons-
-Excentricidad pequeña. truidos para muros con puntera Si las dimensiones de la puntera o el talón son
Resultante poco inclinada respecto a la vertical. despreciables, es mejor utilizar los procedimientos expuestos en 5.4 ó 5.5.
-Presiones relativas en servicio, , de medias a altas. En cualquier caso el método es aplicable también al caso en que exista sobrecar-
ga sobre el terreno, sin más que considerar la altura H incrementada en la altura de
-Presiones relativas mayoradas, , medias. tierras equivalente a la sobrecarga.
-Seguridad a deslizamiento alta. En el Capítulo 6 se incluyen ejemplos de aplicación del método.
-Seguridad a vuelco alta.
TIPO B:
5.4 DE PREDIMENSIONAMIENTO PARA MUROS SIN PUNTERA
-Muros con dimensiones de puntera y talón comparables.
Relación media. 5.4.1 BASES DEL
Relación media.
-Excentricidad grande. En este caso se han realizado cuatro gráficos, GT-6 a GT-9 que resuelven com-
Resultante de inclinación media respecto a la vertical. pletamente el problema de predimensionamiento del muro. Los cuatro gráficos difie-
ren únicamente en el ancho en coronación, siendo H la altura. Los cuatro valo-
-Presiones relativas en servicio, , altas.
res considerados son = 0,025, = = 0,075 y = con lo que se barre
todo el campo utilizado en la práctica.
-Presiones relativas mayoradas, , altas o muy altas.
-Seguridad a deslizamiento aceptable. Las bases del método son las mismas expuestas en 5.3.1.
Seguridad a vuelco aceptable.
-Presiones relativas mayoradas, bajas. En estos muros no suele haber problema de vuelco o deslizamiento y la condi-
ción crítica de proyecto suele ser la presión máxima en condiciones de servicio.
-Seguridad a deslizamiento alta.
-Seguridad a vuelco alta. En cualquier caso, los gráficos permiten plena libertad en el proyecto. Seleccio-
nado el valor de y por lo tanto el gráfico GT correspondiente, se calculan los valo-
TIPO D: res y Entrando con estos valores en el gráfico se obtienen los valores de
Muros con pequeña dimensión de talón. El mayor valor es el que rige para la selección de la base B, salvo que sean más estric-
-Relación alta. tas las condiciones de vuelco o deslizamiento. En los gráficos se indica el punto
-Relación muy baja. correspondiente a = y el C que corresponde a = Como puede apre-
-Presión relativa en servicio, , baja. ciarse en este tipo de muros la seguridad a vuelco condiciona más que la seguridad
a deslizamiento, que es alta debido al gran peso estabilizador del relleno. La condi-
-Excentricidad y presión relativa mayorada, , que varían fuertemente con ción equivale a imponer prácticamente con independencia del va-
pequeños cambios del valor de lor adoptado para K.
Seguridad a deslizamiento, baja.
Seguridad a vuelco media a baja. En el Capítulo 6 se incluyen ejemplos de aplicación del método.
106 107
5.5 DE PREDIMENSIONAMIENTO PARA MUROS SIN
PARA EL PREDIMENSIONAMIENTO DE MUROS SIN PUNTERA
5.5.1 BASES DEL
DE ROZAMIENTO
INTERNO DEL SUELO DE En este caso se han realizado dos gráficos, GT-10 y GT-ll, que resuelven com-
RELLENO:
pletamente el problema del predimensionamiento del muro. Dado que estos muros
no tienen relleno sobre ellos, la estabilidad ha de conseguirse con su propio peso, por
COEFICIENTE ROZAMIENTO lo que se ha partido de un canto de cimiento de H en lugar de H que maneja-
ENTRE TERRENO V CIMIENTO:
mos en los muros anteriormente estudiados. Los dos gráficos se diferencian en las
profundidades de cimentación que son, respectivamente, Hy H.
Las bases del método son las mismas expuestas en 5.3.1.
dos valores de . El mayor valor es el que rige para la selección de la base B, salvo
que sea más estricta la condición de seguridad a vuelco.
En estos muros la seguridad a deslizamiento requiere casi siempre la considera-
ción del empuje pasivo frente a la puntera, y para alturas apreciables esto no suele
ser suficiente y es necesario recurrir al empleo de tacones. Los gráficos, en función
de proporcionan el valor de del que se deduce el de fuerza que ha de oponerse
al deslizamiento para tener = Si el rozamiento no es suficiente para propor-
cionar esta fuerza, debe al empuje pasivo y si hace falta al tacón. Por supues-
to el apoyo del cimiento en otra estructura puede ser una solución alternativa.
108 109
PARA EL PREDIMENSIONAMIENTO DE MUROS SIN
DE ROZAMIENTO
INTERNO DEL SUELO DE
RELLENO:
COEFICIENTE DE ROZAMIENTO
ENTRE TERRENO V CIMIENTO:
CAPITULO 6
MUROS MENSULA (*)
6.1 INTRODUCCION
6.2 COMPROBACION
De acuerdo con las notaciones de la figura 6-1, la fuerza que puede producir
el deslizamiento es la componente horizontal del empuje
(*) Parte del desarrollo que aqui se hace para la comprobación de los muros es idéntica a
la realizada en el Capitulo 4 para muros de gravedad. Se ha preferido la repetición de algunos con-
ceptos, con objeto de permitir al lector la lectura independiente de ambos Capitulos.
LOS VALORES ACOTADOS SOBRE LAS CURVAS INDICAN EXCENTRICIDADES RELATIVAS (**) En lo que sigue se supone horizontal el plano de contacto entre cimiento y suelo, como es usual.
Si no ocurre así las fórmulas son inmediatamente generalizables, trabajando con los componentes
perpendiculares y paralelas al plano de contacto. (Téngase en cuenta que aparece en ese caso una
componente vertical del empuje pasivo frente a la puntera).
Figura 7 Obsérvese que como es concomitante con colabora siempre en impedir el deslizamiento
110 111
La resultante N (positiva en sentido descendente) es de cálculo inmediato en su
magnitud y su posición, definida por la distancia excentricidad respecto al punto
medio de la base, considerada positiva hacia la puntera.
El valor de puede ser estimado conservadoramente, como ya dijimos en el
Capítulo 4, mediante la fórmula de RANKINE
1+
=
1
Figura
El cualquier caso, no se debe considerar el empuje pasivo a nivel superior a la
puntera, ya que ese terreno ha sido excavado para la ejecución de la misma. De acuer-
do con ello el valor de dado por se reduce a
Las fuerzas que se oponen al deslizamiento son el rozamiento de la base del
muro con el suelo de cimentación y el eventual empuje pasivo, frente al muro.
La fuerza que resiste al deslizamiento viene dada por la expresión
Figura 6-2
(*) En terrenos cohesivos debe considerarse además la adherencia.
(**) El efecto de la cuña de terreno situada verticalmente sobre el trasdós ya incluido en el cálculo
del empuje y no entra por tanto en el cómputo del valor de N’. (*) En adelante y mientras no se indique otra cosa se manejan unidades m y
112 113
Si el empuje pasivo frente a la puntera no es suficiente, junto con el rozamiento, Para el caso de sismo suele adoptarse
para garantizar el muro contra el deslizamiento, puede recurrirse al empleo de un
tacón 6-2) lo que conduce a aumentar el valor de introducir en En cuan-
to a la consideración del empuje pasivo sobre el tacón, véase lo dicho en 5.2.
+ (h; h’) donde Ne, es el momento aplicado y e la excentricidad del punto considerado, positi-
va hacia la puntera.
siendo la excentricidad de (positiva hacia la puntera), de donde
Tomando momentos respecto al punto medio de la base y llamando
= + se obtiene
. + + .
= =
N
Las tensiones en los bordes resultan
N
donde h’, despreciando el espesor superior al suelo, viene dado por B
N+
3 =
Como en el caso de la seguridad a deslizamiento, es frecuente despreciar el em-
puje pasivo y si se considera valen las advertencias allí hechas. debiendo comprobarse que la mayor no rebasa la tensión admisible de acuerdo
con la información geotécnica.
Usualmente se pide La validez de queda por tanto condicionada a que en la hipótesis
de 0, lo que equivale, a partir de a
3
N
si N representa las cargas frecuentes y B
114 115
(fig. 6-3) es de deducción inmediata ya que la condición de equilibrio conduce a que
si del borde del cimiento. La intención de una limitación de este tipo es evitar el hecho,
realmente peligroso, de que si la resultante pasa muy cerca del borde del cimiento,
= 3AD un ligero aumento del empuje y por tanto de la excentricidad, provoque un fuerte
incremento de la tensión en el borde. Sin embargo, como vimos en el Capitulo 5, este
siendo riesgo se controla de manera más lógica mediante la comprobación de la tensión bajo
el empuje mayorado.
+ +
B
6-3
y también N *
de donde
es lo mismo que exigir que el punto de paso de la resultante no diste menos de 6.3.1 DIMENSIONAMIENTO DEL ALZADO
6
El alzado del muro constituye una losa, en general de canto variable, sometida
116 a la ley de presiones del terreno. La directriz AB de la losa, no es en general vertical,
117
pero su inclinación, respecto a ella es tan pequeña en la práctica en los muros
que puede suponerse vertical y considerar que la flexión del alzado esta producida armadura tipo hasta la coronación. Para alturas mayores es frecuente cortar el
sólo por la componente horizontal de las presiones del terreno. Para relleno incluso de dicha armadura, a altura en que resulte posible. A partir del punto en que
con sobrecarga uniforme, la ley de momentos es una parábola de tercer gra- dicho 50 % deja de ser necesario, la armadura debe prolongarse una longitud
do y la de esfuerzos cortantes es de segundo grado (fíg. 6.4)
Figura 6-4
121
las unidades son kp y cm, es la cuantía de la armadura de tracción, el lí-
mite elástico de cálculo del acero y El tema lo he estudiado en colaboración con J. LEY en la referencia’(6.4) de la
el ángulo del eje de la armadura con el plano
de junta. En muros usualmente que se ha tomado la figura 6-8. En ella se expresa la relación R =
función de las relaciones adimensionales. Como puede verse la diferencia entre ambos
d) Comprobación a
métodos puede estar considerablemente del lado de la inseguridad para valores
Al ser el muro una estructura superficial es en ella la inferiores a
ración de acuerdo con EH-88. Debe considerarse con aspecto
pues cualquier problema de corrosión de armaduras en es siempre grave, ya que
el daño no es observable y podría conducir a sin
Los gráficos GT-17 y 18 contienen el de las comprobaciones de
establecidas por EH-88 para el caso de en casos de M
CURVAS DE R =
o con impermeabilización no garantizada del y e
meabilización no garantizada del trasdós Los gráficos y contienen informa-
1.0
ción análoga para aceros En cualquier caso, debe prestarse a no
emplear recubrimientos inferiores al ni a 25 pues ello podría
0.9
a una reducción del ancho de fisuras, pero también a posible corrosión directa de las
armaduras.(*)
0.8
Comprobación de adherencia
0.7
Sólo es necesaria cuando se emplean diámetros iguales superiores a 32 mm y
esta comprobación no reviste ningún particular
6.3.2 DIMENSIONAMIENTO DE LA
La puntera se encuentra sometida a las indicadas en la
peso propio. En la cara superior actúa el peso del
y en la inferior la reacción del suelo, lo cua! en la cara
valor del momento flector es de cálculo per, resulta inferior siempre del
alzado. Como en la mayoría de los casos del es que
et del alzado en su arranque, la armadura del tipo 1 es c mayor que la necesaria
para armar la puntera y su prolongación para fin facilita anclaje de armadura
del alzado y la organización de la ferralla.
La práctica habitual es calcular el momento îiector sobre la puntera, teniendo 0
en cuenta las tensiones debidas a la reacción del suelo con su valor de servicio, corres- 0.4 0.5 0.6 0.7 0.0 0.9 1.0
pondientes por tanto a los valores característicos de las acciones, y posteriormente ob-
tener el momento del cálculo =
Sin embargo, estrictamente de acuerdo con EH-88, y en con métodos
semiprobalísticos de cálculo hoy en uso, no debería hacerse así, sino que el valor del Figura 6-8
momento flector en la puntera debería obtenerse a partir de los valores de
de las tensiones debidas a las reacción del sueìo. a su vez deberían obtenerse mul-
tiplicando el empuje por = ó el y las cargas verticales, si son fa-
vorables como es usual, por y en otro caso por ó respectivamente. Es evi- Como la experiencia de aplicación del método tradicional es satisfactoria y no hay
dente que el valor de E) que se obtinene en este caso es diferente, información de problemas patológicos debidos a roturas de puntera, hemos manteni-
do el método, aun dejando constancia de su no concordancia con EH-88. Debe pen-
(*) Si el muro, en lugar de encofrarse, fuera hormigonado contra el terreno, un mínimo sarse que este caso particular requeriría especiales consideraciones de los valores de
recubrimiento es 50 mm. a adoptar si se desea mantener en su integridad las especificaciones de EH-88.
122
123
6.3.3 DIMENSIONAMIENTO DEL origina tracciones en la cara superior. El dimensionamiento se hace de acuerdo con
lo expuesto en 6.3.1 y la armadura debe anclarse en una longitud Además y de
De acuerdo con la figura 6-9 el talón se encuentra sometido a varias fuerzas en acuerdo con la figura la longitud de armadura en el talón no debe ser inferior
sentido descendente a En el caso de talones cortos esto puede obligar a emplear diámetros
finos o a completar la longitud de anclaje doblando la armadura y disponiendo un
tramo vertical
Vale lo dicho en 6.3.1. respecto al no cumplimiento estricto de EH-88.
En la figura 6-11 se representan los esquemas de armado de los tres tipos de mu-
ros mensula.
Se ha representado también la armadura de retracción y temperatura en la cara
expuesta. Esta armadura basta con que arranque desde el nivel de cara superior de
cimiento, anclándose en éste su longitud correspondiente, para lo cual debe dispo-
nerse la armadura de espera adecuada. Frecuentemente y por razones de apoyo du-
rante el hormigonado, se arranca desde el fondo del cimiento
Figura 6-9
En caso de que se necesite este elemento su cálculo se realiza como el de las res-
tantes piezas, teniendo en cuenta que está sometido a una fuerza de resultante (fig.
6-12a):
+ sen
11 sen
situada a una profundidad
+
Figura
(*) Debido a la junta de hormigonado entre cimiento y alzado, al anclaje le corresponde posición 11
124
125
de donde =
= 10 = m.
B = 10 = m que s e
e = =
= 3.8 10 = 38
Figura 6-12
El esquema de armado, dadas las pequeñas dimensiones de los tacones usuales de donde = 25 = correspondiendo diagrama trapecial.
puede organizarse tal como se indica en la figura
6.3.6. TABLAS.
Las tablas de los anejos y 3 contienen muros ya proyectados para alturas hasta
10 m.
EJEMPLO 6.1
Proyectar un muro mensula de 10 m de altura, para contener un relleno horizon-
tal granular, de = 30”. Coeficiente de rozamiento entre cimiento y suelo = 0,577.
Densidad del relleno Rozamiento nulo entre relleno y muro. Relleno seco.
Presiones admisibles sobre el suelo = 2 = 4 Hormigón
175. = = = Acero 400 F. = = =
Trasdós vertical. Ancho de coronación 25 cm. Canto de cimiento y arranque de alza-
do
a) Predimensionamiento
La presión en punta puede llegar a
= 1.25 =
50
= = 5 = -- = 5
H 10
= = = 30 t
126
127
Resultante a m por encima de la base Momento estabilizador + =
Empuje pasivo frente a la puntera
=
100
= = t
Tensiones en servicio. Llamando a la distancia de a la resultante P de las
cargas verticales
B
DISTANCIA = = -0.57
VOLUMEN DENSIDAD PESO del MOMENTO 2
ZONA al PUNTO
y de acuerdo con
ZAPATA l,oo 2.75
30
LOSA FRONTAL 9,00 2,175 12.25
LOSA FRONTAL 9,00 15.21