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En el ámbito escolar, la motivación juega un papel importante para el desarrollo del educando,
pues influye ampliamente en su aprendizaje y desarrollo; bajo esta idea, no resulta extraño que cada
vez más sean los docentes preocupados por mantener una motivación alta en sus sesiones, esto
con la mira de favorecer ambientes de aprendizaje.
Se entiende por motivación aquel proceso interno que en respuesta a un estímulo (intrínseco
o extrínseco) impulsa al individuo a realizar una determinada acción, con la finalidad de satisfacer
un deseo o necesidad. Child (1997, citado en Capel & Leah, 2002) menciona: “La motivación
consiste en procesos internos e incentivos externos que nos impulsan a satisfacer alguna
necesidad”; Locke y Latham (2004) mencionan al respecto: “…la motivación se refiere a los
factores internos que impulsan la acción y los factores externos que pueden actuar como estímulo
para la misma…” y este mismo constructo se puede ver reflejado en el entorno escolar.
Si bien los docentes pueden evocar la motivación bajo diferentes estrategias, la más común
(por no mencionar tradicional) es un sistema de recompensa ante determinada tarea.
Sin embargo, este tipo de sistema posee (como otras estrategias) sus ventajas y desventajas, dado
que puede aumentar la motivación para algunos y desmotivar a otros por la “competencia” indirecta
que se presenta. Por otra parte, puede que la recompensa no empate con los intereses o las
expectativas del educando reduciendo sus posibilidades de éxito en la tarea asignada.
Si bien esta “competencia” puede funcionar en algunas situaciones, habría que plantear que,
en el entorno escolar, a edades tempranas podría ser recomendable primeramente establecer en
los educandos una “competencia contra sí mismo”, esto con la finalidad de que conozca e identifique
gradualmente sus posibilidades y limitaciones en lugar de compararse inmediatamente con sus
pares; esto podría favorecer el establecimiento de una base que sustente primordialmente la
autoestima del educando con respecto a su autoconcepto, y su percepción hacia los demás.
La motivación no aparece por arte de magia, de acuerdo con Vroom (1964) funciona bajo 3
factores o fuerzas básicas que actúan dentro de cada invidivuo:
Por su parte, Locke y Latham (2004) mencionan al respecto: “…la motivación puede verse
afectada por tres aspectos: la dirección (elección), intensidad (esfuerzo) y la duración
(permanencia)”.
Referencias.
Locke, E.A. & Latham, G. (2004). “What Should We Do About Motivation Theory? Six
Recommendations For The Twenty-first Century”. Academy of Management Review, 29, (3),
pp. 388-403.
Vroom, V.H. (1964),”Work and Motivation”, John Wiley and Sons, New York. Pp. 91-106.