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Tabla 1.1
Página 1
Cobre 1931 Lipman
P. H. Brown et al.
Tabla 1.2
Micronutriente y ±
elemento Na, Si, Co
“beneficioso” ─
Página 2
I, V ±
Tabla 1.3
Página 3
Calcio Ca 125 ─ 0.5 125000
Página 4
02. Mecanismos de toma de iones de células
individuales y raíces: transporte a corta distancia
2.1 General
Tabla 2.1
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calcio. La concentración iónica en la savia radical exprimida es generalmente mayor
que en la solución nutritiva; esto es mas evidente en el caso del potasio, nitrato y
fosfato
Tabla 2.2
Estos resultados plantean muchas preguntas. Por ejemplo, cómo las células
individuales y las plantas superiores regulan la toma iónica? Es la toma iónica un
reflejo de la demanda ó son iones que no juegan un rol en el metabolismo vegetal ó es
tóxico incluso el tomarlos? Para discutir la regulación de la toma iónica a un nivel
celular es necesario seguir la vía de los solutos (iones, moléculas cargadas y no
cargadas) desde la solución externa a través de la pared celular y la membrana
plasmática hacia el citoplasma y la vacuola.
2.2 Vía de los solutos desde la solución externa hacia las células
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células individuales ó raíces (el espacio libre) es un proceso no metabólico, pasivo,
conducido por difusión ó flujo másico (Fig. 2.1). No obstante, las paredes celulares
pueden interactuar con los solutos y así pueden facilitar ó limitar el ulterior movimiento
a los centros de toma de la membrana plasmática de células individuales ó raíces.
Fig. 2.1 Sección transversal de dos células rizodérmicas en una raíz de maíz. V, vacuola; C, citoplasma;
W, pared celular; E, solución externa. (Cortesía de C. Hecht-Buchholz)
Diámetro
(nm)
Pared celular rizodérmica (maíz; 500-3000
Fig. 2.1)
100-200
Pared celular cortical (maíz)
<5.0
Poros en pared celular
1.0
Sacarosa
Iones hidratados
0.66
K+
0.82
2+
Ca
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y toxinas) ó virus y otros patógenos son cualquiera severamente limitados ó evitados
por el diámetro de los poros de entrar al espacio libre de la células radicales.
Fig. 2.2 Diagrama esquemático del sistema de poros del espacio libre aparente. DFS, espacio libre de
Donan; WFS, espacio libre acuoso.
Tabla 2.3
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Maíz 29
Fríjol 54
Tomate 62
a
En base a Keller & Deuel (1957).
tabla 2.4
Página 9
ZnSO4 4598 305
ZnEDTA 45 35
a
En base a Barber & Lee (1974).
b
Concentración de zinc en la solución nutritiva:
1 mg l-1
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Fig. 2.3 Curso de tiempo de influjo (I) y eflujo (E) de 45Ca y 42K en raíces aisladas de cebada. Después de
30 min. (flecha) algunas de las raíces se transfirieron a soluciones con Ca 2+ y K+ no marcado. Se calculo
la proporción de fracción intercambiable en el espacio libre aparente al extrapolar a tiempo cero (x).
Tabla 2.5
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Rafinosa 1.00 0.61
Las moléculas que son altamente solubles en solventes orgánicos, i.e., con
propiedades lipofílicas, penetran las membranas mucho mas rápido que lo que se
predice en base a su tamaño. Presumiblemente los principales factores responsables
de la rápida penetración son la solubilidad de estas moléculas en la membrana y su
habilidad para difundirse a través del corazón lipídico de las membranas.
Fig. 2.4 Modelo de biomembrana con lípidos polares y con proteínas integradas, cualquiera extrínseca ó
intrínseca. La última puede atravesar la membrana para formar “proteínas de canal”.
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Los lípidos polares (e.g., fosfolípidos) con cabezas cargadas hidrofílicas
(grupos fosfato, amino y carboxílicos) se orientan hacia la superficie membranal. Las
moléculas proteicas pueden estar adheridas (proteínas extrínsecas), por ejemplo, por
ligamiento electrostático a las superficies como enzimas de membrana. Otras
proteínas pueden estar integradas dentro de las membranas (proteínas intrínsecas), ó
cruzar las membranas para formar “proteínas de canal” (proteínas transportadoras)
que funcionan en el transporte membranal de solutos polares como los iones (Sección
2.4).
Otro grupo importante de lípidos de membrana consisten los esteroles, por ejemplo el
β-sitosterol:
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membrana varían en ambos en longitud y en grado de insaturación (i.e., numero de
enlaces dobles) que influyen el punto de fusión (Tabla 2.6).
Tabla 2.6
Otros ─ ─ 10 4
a
En base a Yoshida & Uemura (1986). Reimpreso con permiso de la American
Society of Plant Physiologists.
b
Numeral a la derecha de los dos puntos indica el número de enlaces dobles.
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ejemplo, que es una especie vegetal tolerante al frío, la proporción de ácidos grasos
poliinsaturados en las raíces disminuye en vez de incrementarse cuando las raíces
fueron refrigeradas.
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grasos poliinsaturados como el ácido linolénico. Es de considerable importancia
ecológica el efecto de los ácidos monocarboxílicos sobre la permeabilidad de la
membrana radical, ya que estos ácidos se acumulan en suelos inundados (Sección
16.4).
Fig. 2.5 Modelo de generación de, y peroxidación lipídica membrana por, radicales de oxígeno y peróxido
de hidrógeno, y sistemas de secuestro y detoxificación. (I. Cakmak, no publicado.)
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1. Como un componente de enzimas detoxificantes (e.g., zinc, cobre,
manganeso, ó hierro en las superóxido dismutasas; hierro en peroxidasas y
catalasas);
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Fig. 2.6 (A) Toma del ión potasio (influjo) y (B) actividad ATPasa (ATP → ADP + Pi) en raíces aisladas de
diferentes especies vegetales. Clave: ▲, cebada; ○, avena; ■, trigo; ●, maíz. (Después de Fisher et al.,
1970.)
Tabla 2.7
Crecimiento 39 43 38
Mantenimiento de biomasa 25 40 52
a
En base a Werf et al. (1988).
Estos cálculos al nivel de planta entera sobre la demanda de ATP para la toma
iónica radical tienen que interpretarse con cuidado respecto a la demanda energética
para el transporte membranal iónico en células radicales. En primer lugar, estos
cálculos incluyen la demanda energética para el transporte radial a través de las raíces
y la secreción hacia el xilema (Secciones 2.7 y 2.8). En segundo lugar, una proporción
relativamente grande de carbohidratos suministrada desde el vástago hacia las raíces
se oxida vía la cadena de transporte de electrones mitocondrial no fosforilante (“vía
alternativa”; Sección 5.3) desarrollando menos ATP sintetizado por molécula de
carbohidrato oxidado. Tomando en cuenta este cambio en la vía respiratoria, se ha
calculado un requerimiento de una molécula ATP por ión transportado a través de la
membrana plasmática. Tales cálculos se basan en la toma neta e incluyen el
requerimiento energético para la re-toma (“recuperación”) de iones desde el apoplasto
radical (“costos de eflujo”) que se asumen estar en el rango de 20% de los costos de
influjo. En tercer lugar, el acoplamiento directo del consumo de ATP y del transporte
iónico a través de la membrana es la excepción en vez de la regla. Como se discutió
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antes, las ATPasas de membrana plasmática y de tonoplasto también tiene otras
funciones aparte del transporte de nutrientes minerales y solutos orgánicos a través de
la membrana.
Fig. 2.7 A . Representación esquemática del sistema para medir electropotenciales en células vegetales.
B. Ejemplo del cálculo de la distribución iónica en equilibrio químico y electroquímico asumiendo un
potencial de -59 mV.
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Se puede calcular la concentración a cada lado de la membrana a la cual
cationes y aniones están en equilibrio electroquímico ó a la que los iones en la
solución externa están en equilibrio con aquellos en la vacuola de acuerdo a la
ecuación de Nernst:
Tabla 2.8
Sodio 8 74 3 27
En este ejemplo, el único catión que requeriría transporte activo para su toma
es el K+ en las raíces de avena. A baja concentración externa de K+, usualmente se
requiere del transporte activo. Para Na+ y Ca2+ en particular, la concentración en
equilibrio en la savia celular (i.e., la calculada) será mucho mayor que aquella
encontrada experimentalmente en el estado estable (Tabla 2.8). Una explicación
posible para esta discrepancia es que le membrana plasmática restringe fuertemente
la penetración de estos iones ó que los iones son bombeados (transportados) de
vuelta a la solución externa. Se ha establecido en varias especies vegetales una
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bomba de eflujo de Na+ en la membrana plasmática de células radicales. La expulsión
activa de Ca2+ (bomba de eflujo de Ca2+) de la membrana plasmática también existe
en células radicales. En la sección 8.6 se discute la importancia general de esta
bomba de eflujo de Ca2+ de ambos membrana plasmática y tonoplasto para el
funcionamiento celular. Ya que las concentraciones de Ca2+ en las soluciones de
suelos son usualmente mayores a 1mм, la bomba de eflujo de Ca2+ tendrá un
considerable requerimiento de energía para evitar el transporte de Ca2+ a lo largo del
gradiente químico (e.g., Tabla 2.8). Es probable, por lo tanto, que factores
fisicoquímicos adiciónales como el tamaño y la carga del Ca2+ limite fuertemente la
penetración a lo largo del gradiente del potencial electroquímico a través de la
membrana plasmática.
Fig. 2.8 Mecanismos principales de transporte iónico en membranas plasmáticas. (A) ATPasa
bombeadora de H+; (B) canal iónico; (C) carrier; (D) proteínas acopladoras para percepción y transducción
de señales. (Modificado de Hedritch et al., 1986; con permiso de Trends in Biochemical Sciences.)
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través del tonoplasto hacia la vacuola conduciendo a las típicas diferencias del pH
entre estos compartimentos. Por lo general, el pH del citoplasma (citosol) es de 7.3-
7.6, el de la vacuola 4.5-5.9 y el del apoplasto cerca de 5.5. De acuerdo con esto, en
células vegetales la extrusión de protones desde el citoplasma a través de la
membrana plasmática y el tonoplasto es el principal proceso energizado y proporciona
la fuerza motriz para los procesos de transporte energizados secundarios de cationes
a lo largo del gradiente electroquímico. El funcionamiento y localización de las bombas
de protones y del transporte catiónico y aniónico y aniones a través de la membrana
plasmática y el tonoplasto se resumen en un modelo en la Fig. 2.9. El transporte
membranal de aminoácidos y azucares sigue los mismos principios, i.e., es conducido
por bombas de protones de membrana (Sección 5.4.1).
Fig. 2.9 Modelo para el funcionamiento y localización de bombas electrogénicas de protones (ATPasa,
PPiasa-H+), bomba redox transmembranal (NAD(P) oxidasa), canales iónicos, y transporte catiónico y
aniónico a través de la membrana plasmática y tonoplasto.
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Los cationes son transportados “cuesta abajo” a lo largo del gradiente del
potencial eléctrico (alrededor de -120 a -180mV) a través de la membrana plasmática
hacia el citoplasma pon un uniporte, mediado por estructuras específicas (carriers,
permeasas) en la membrana (Fig. 2.9). Para el potasio (K+), sin embargo, a bajas
concentraciones externas (<1mм) opera la alta afinidad de toma del sistema contra la
diferencia del potencial electroquímico imperante (e.g., actividad exterior de 10 µm K+;
actividad citoplásmica de ~80 mм K+).De este modo, se requeriría un transporte
energizado de K+ cualquiera como antiporte K+-protón mediado por carriers
(contratransporte) ó, mas probablemente como un simporte ó cotransporte K+-protón
1:1.
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Tabla 2.9
Actividad afectada b
Mg2+, Cl- Mg2+, K+, NO
Estimulada por
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Mas recientemente, se ha establecido la existencia de canales iónicos también
en membranas de las células vegetales y de este modo, los canales se incluyen en los
modelos actuales de transporte iónico membranal (Fig. 2.8 y 2.9). Los canales iónicos
son únicos entre las proteínas transportadoras en su habilidad para regular ó “vigilar”
el flujo iónico sujeto al ambiente físico-químico de la proteína canal. Estos canales
permiten rápida penetración pasiva (uniporte) de iones a través de la membrana. Los
canales abiertos catalizan la penetración de 106 a 108 iones por segundo que es por lo
menos tres ó aún cinco veces mas rápido que el transporte iónico mediado por
carriers. Sin embargo, los canales de iones están cerrados la mayoría del tiempo, y su
número por célula parece ser bastante pequeño. Por ejemplo se asumen en la
membrana plasmática de células foliares cerca de 200 canales K+ por célula. Hasta
ahora, se han identificado canales específicos para K+, Ca2+, H+ y Cl-, y se ha
postulado un canal para NO en el tonoplasto.
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2.4.3 La cinética del transporte
Por lo general la toma iónica por células y raíces vegetales tiene características de
cinética de saturación. Esto concuerda con la suposición de control, como por ejemplo
por el número de centros de ligamiento iónico (carriers, permeasas), ó por la
capacidad de las bombas de eflujo de protones, en la membrana plasmática y
tonoplasto (Sección 2.4.2). El trabajo pionero de Emmanuel Epstein y su grupo a inicio
de 1950 contribuyo fundamentalmente al mejor entendimiento de la toma iónica y su
regulación en plantas con respecto a la cinética del transporte iónico a través de
membranas de células vegetales equivalente formalmente a la relación entre un
enzima y su substrato usando términos de enzimología (Fig. 2.10). Al comparar un
carrier con una molécula enzimática y el ión al sustrato para la enzima, la tasa de
transporte de un ión depende de los siguientes dos factores:
Fig. 2.10 Tasa de toma de K+ (v) en función de la concentración externa de KCl (○) ó K2SO4 (∆); Km =
0.023 mм). (Después de Epstein, 1972)
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ejemplos citados abajo, es muy limitada la aplicación formal de la cinética de
Michaelis-Menten por razones teóricas (Sección 2.4.2) y frecuentemente no concuerda
con los resultados experimentales.
Fig. 2.11 Presentación esquemática de las relaciones entre la tasa de toma (influjo neto = I) iónica y su
concentración externa; Cmin = toma neta cero (influjo = eflujo).
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solo se determina la toma neta iónica que es resultante del influjo y eflujo.
Particularmente a bajas concentraciones externas el eflujo puede volverse similar en
magnitud al influjo y de este modo ser un componente importante al determinar la
toma neta como se muestra en la Tabla 2.10 para fósforo. A una concentración
externa dada, el eflujo de fósforo así mismo es 5-8 veces mayor en raíces de plantas
suficientes en fósforo comparando con plantas deficientes en fósforo. De acuerdo con
esto, las concentraciones Cmin son de 0.34 μм en plantas suficientes en fósforo y 0.08
μ μм en plantas deficientes en fósforo.
Tabla 2.10
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concentraciones internas son altas. En raíces de cebada con crecientes
concentraciones internas de nitrato disminuyen ambos Imax y Km por un factor de 4–5,
indicando una retroregulación efectiva del componente influjo.
Tabla 2.11
Antes de alcanzar la membrana plasmática de las células radicales los iones tienen
que pasar a través de las paredes celulares. En general, el movimiento de iones y
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otros solutos de bajo peso molecular por difusión ó flujo másico no se limita a la
superficie externa de las raíces, esto es las células rizodérmicas (Fig. 2.1). Las
paredes celulares y los espacios intercelulares acuosos del cortex radical son también,
por lo menos en cierto grado, accesibles a estos solutos de la solución externa.
Fig. 2.12 A . Sección transversal de una zona diferenciada de raíz en maíz. B. Representación
esquemática de la sección transversal.
El volumen de tejido radical accesible para el flujo pasivo de solutos –el espacio
libre– representa solo una pequeña fracción del total de volumen radical (~5% en
maíz). La presencia de este espacio libre permite a las células individuales del cortex
tomar los solutos directamente desde la solución externa. Para un volumen dado de
espacio libre la magnitud de flujo de solutos hacia el espacio libre depende de varios
factores como la tasa de transpiración, la concentración de solutos y la formación de
pelos radicales. Ha sido una tendencia sobrestimar la importancia del espacio libre
para la toma iónica radical. Como mostró hace más de 25 años Vakhmistrov (1967), a
bajas concentraciones externas se dilata la formación de pelos radicales y la toma, de
potasio y fósforo por ejemplo se limita principalmente a la capa de células
rizodérmicas. Esto es particularmente cierto en raíces cultivadas en suelo (ver Sección
2.10). Más recientemente, también se ha demostrado en cultivos en solución el rol
particular de las células rizodérmicas para la toma de nitrato y sulfato y también la
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predominante localización de ATPasas-H+ de membrana en células rizodérmicas
radicales. Se dan otros ejemplos para el rol clave de las células rizodérmicas en la
toma iónica en la sección 2.7.
A pesar de las interacciones de los iones con grupos cargados en las paredes
celulares del apoplasto, las características de la toma iónica se determinan
principalmente por el transporte a través de las membranas, en particular la membrana
plasmática (Sección 2.3). Hay algunas propiedades fisicoquímicas de iones y otros
solutos, e.g., diámetro iónico y valencia, que determinan en un grado considerable sus
tasas de transporte membranal, a pesar de las propiedades dinámicas de las
membranas.
Para iones con la misma valencia frecuentemente hay una correlación negativa entre
la tasa de toma y el radio iónico. Se da un ejemplo de esto para cationes
monovalentes en la Tabla 2.12. Se observa relación inversa entre el radio iónico y la
tasa de toma solo cuando son comparados el Li+, el Na+ y el K+. A pesar de su menor
diámetro, el Cs+ es tomado a mucha menor tasa que el K+. Obviamente, en la
regulación de la toma están involucrados otros factores aparte del diámetro iónico; uno
de estos es la afinidad de los carriers de membrana, ó de los canales, para iones de
una valencia dada.
Tabla 2.12
Sodio 0.36 15
Potasio 0.33 26
Cesio 0.31 12
a
Los cationes fueron suplidos a pH 6.0 como sales de
bromuro, 5 mм. En base a Jacobson et al. (1960).
b
Ión hidratado; datos a partir de Conway (1981).
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Los constituyentes de membrana, particularmente los fosfo- y sulfolípidos y proteínas,
contienen grupos cargados eléctricamente, y los iones interactúan con estos grupos.
Por lo general, la fuerza de está interacción aumenta en el siguiente orden:
Moléculas no cargadas < Cat+, An– < Cat2+, An2– < Cat3+, An3–
Como se muestra en la Fig. 2.13 la tasa de toma del boro cae dramáticamente
cuando se incrementa el pH externo. Este patrón de comportamiento está
estrechamente relacionado con el cambio en la relación de ácido bórico a anión
borato. Hay un consenso general con los resultados obtenidos con otros ácidos
débiles como el ácido acético. La relación de especies de ácidos disociados a no
disociados –y de este modo el pH de la solución– también determina la penetración
por la membrana de ciertas fitohormonas como al ácido abscísico (ABA); solo las
especies no disociadas penetran rápidamente las membranas celulares, un factor que
está estrechamente relacionado con la acción del ABA en las células.
Fig. 2.13 Toma relativa de boro por raíces de cebada en función del pH de la solución externa. Toma a pH
6 = 100 a cada concentración suministrada. Línea sólida: porcentaje de H 3BO3 no disociado. Clave para
las concentraciones de boro mg l–1: ∇, 1.0; .☐, 2.5; ○, 5.0; ▼, 7.5; ■, 10 (Reproducido a partir de Oertli &
Grguveric, 1975, con permiso de la American Society of Agronomy)
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En el caso del fósforo en el rango de pH de 5–8 se presentan simultáneamente
dos especies iónicas
–H+
H2PO ⇌ HPO
+H+
Fig. 2.14 Relación del pH de la solución, proporción de H2PO (---), y tasa de toma de fosfato (—) y
sulfato (·····) por plantas de fríjol; valores relativos. (Después de Hendrix, 1967.)
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influenciar la acumulación iónica. Los pocos ejemplos a continuación demuestran esta
conexión.
Oxigeno. Como la tensión de oxigeno disminuya, cae la toma de iones como el potasio
y fosfato, particularmente a muy bajas tensiones de oxigeno (Tabla 2.13).
Consecuentemente, la deficiencia de oxigeno es uno de los factores que puede limitar
el crecimiento vegetal en sustratos pobremente aireados (e.g., suelos inundados;
Sección 16.4).
Tabla 2.13
5 75 56
0.5 37 30
a
En base a Hopkins et al. (1950).
b
Datos representan valores relativos.
Tabla 2.14
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seco)
0 82 4.5 1.8 1.5
Fig. 2.15 Fluctuaciones diurnas en la toma de nitrato (—), actividad nitrato reductasa y contenido de
carbohidratos hidrosolubles en raíces de maíz. Toma de nitrato: valores relativos, toma al final del periodo
lumínico = 100. (En base a Keltjens & Nijenstein, 1987; por cortesía de Marcel Dekker Inc.)
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considerablemente mayores que 2. También, para la toma de iones como el potasio, el
Q10 es a menudo mayor que 2, por lo menos dentro del rango de temperatura
fisiológica (Fig. 2.16). Una comparación de los valores Q10 para la toma iónica y
respiración revelan que la toma iónica es mucho más dependiente de la temperatura,
especialmente debajo de 10ºC
Fig. 2.16 Efecto de la temperatura en las tasas de respiración (●) y toma de fósforo (○) y potasio (□)
(suministro de 0.25 mм fósforo) en segmentos radicales de maíz (Después de Bravo & Uribe, 1981.)
Página 36
Tabla 2.15
Página 37
2.5.3 Interacciones entre iones
2.5.3.1 Competencia
Tabla 2.16
Página 38
Interacción entre la toma de NH y K+ en raíces de maíz a,b
Contenido radical (µmol g-1 peso fresco)
Amonio (NH ) Potasio
(NH4) 2SO4 (mм) –K+ +K+ –K+ +K+
0 6.9 6.7 8.2 53.7
a
Duración del experimento: 8 h; +K indica la adición de 0.15
mм K+; concentración constante de calcio a 0.15 mм.
De los nutrientes minerales que son tomados como cationes, es más bien baja
la fuerza de ligamiento del Mg2+ altamente hidratado en los centros de intercambio de
la pared celular (Sección 2.2.1) y presumiblemente también en los centros de
ligamiento de la membrana plasmática. Por lo tanto otros cationes como el K+ y el Ca2+
compiten bastante efectivamente con el Mg2+ y deprimen fuertemente la tasa de toma
de Mg2+ (Tabla 2.17). Esta fuerte competencia concuerda con las observaciones de
deficiencia de magnesio inducida por la extensa aplicación de fertilizantes de potasio y
calcio en cultivos.
Tabla 2.17
Caulinar 88 25 6.5
a -1
Concentración de cada catión: 0.25 meq l .En base a
Schimansky (1981).
Página 39
Tabla 2.18
Página 40
Otro tipo notable de competencia de aniones se presenta entre el cloruro y
nitrato. El contenido de cloruro en plantas, particularmente en raíces, puede ser
fuertemente deprimido por crecientes concentraciones de nitrato (Tabla 2.19). Esta
depresión parece ser el resultado de ambos, los efectos de la retroalimentación
negativa del nitrato almacenado en las vacuolas de las células radicales así como del
influjo de cloruro en la membrana plasmática. Es todavía materia de controversia si el
nitrato y el cloruro son transportados por los mismos ó diferentes sistemas de carriers.
El influjo neto de nitrato es disminuido por el cloruro, y el cloruro ya acumulado en las
vacuolas parece ser particularmente efectivo al respecto.
Tabla 2.19
1 0.2 26 73
1 1.0 13 54
1 5.0 9 46
a
En base a Glass & Siddiqi (1985).
Página 41
también puede explicar el efecto inhibidor del amonio sobre la toma catiónica, por
ejemplo de potasio (Tabla 2.16).
Fig. 2.17 Toma neta de K+ desde 5 mм KBr por raíces de cebada en función del pH de la solución externa
y sin (–Ca2+) ó con (+ 5 mм Ca2+) suministro de calcio. (Modificado a partir de Jacobson et al.,1960.)
Los efectos del pH sobre la toma catiónica concuerdan con el rol clave de la bomba
de eflujo de protones de la membrana plasmática como la fuerza motriz para la toma
iónica (Sección 2.4.2; Fig. 2.9). A altas concentraciones de H+ en el sustrato disminuye
la eficiencia de la bomba de eflujo de H+ mientras que se realza el transporte cuesta
abajo de H+ desde el apoplasto al citoplasma. De acuerdo con el último supuesto
disminuyen los electropotenciales de las células radicales desde –150mV a pH 6 hasta
–100mV a pH 4. Por consiguiente, se inhibe la toma catiónica en general a bajo pH del
sustrato. El efecto aliviante del Ca2+ sobre la toma neta de cationes a bajo pH (e.g.,
,Fig. 2.17) está mas probablemente relacionado con su función en el mantenimiento de
la integridad de la membrana plasmática (Sección 8.6.5). El efecto realzante del Ca2+
sobre la actividad de la bomba de protones de la membrana plasmática puede ser un
factor contribuyente, que facilita la toma de potasio a bajo pH externo mediante la
operación de un cotransporte K+-H+ (Fig. 2.9).
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cercano a 10 y la de fosfato por un factor cercano a 3. Para fosfato este incremento a
bajo pH también se observo cuando se mantuvo constante la concentración de la
especie monovalente H2PO , indicando que un cambio en la proporción de H2PO - a
HPO (Sección 2.5.2.2) no es el principal factor responsable de la disminución en la
toma de fósforo a alto pH. Se espera una disminución en la toma aniónica con el
aumento del pH externo en vista de la importancia del cotransporte protón–anión
desde el apoplasto hacia el citoplasma (Fig. 2.9). A mayor pH del sustrato, el cambio
en el sistema buffer CO2/H2CO3/HCO a favor del HCO se vuelve un importante
factor adicional que deteriora la eficiencia del cotransporte protón–anión al consumir
protones en el apoplasto.
Fig. 2.18 Efecto del pH de la solución externa en el contenido caulinar de elementos minerales
(porcentaje de peso seco) en fríjol (Phaseolus vulgaris): pH 8.5, 5.5, 4.0 y 3.3, respectivamente, como se
indica en las columnas para potasio. Valores relativos, pH 8.5 = 100. (Datos recalculados a partir de Islam
et al., 1980.)
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plazo que involucran diferentes tasas de crecimiento, cuando juega un rol importante
la “concentración” ó “dilución” de nutrientes minerales en la materia seca, es bastante
difícil la interpretación de los efectos mutuales de los iones durante la toma y debe
abordarse con cuidado.
Tabla 2.20
Efecto del Ca2+ en las tasas de toma de K+ y Cl– en raíces de cebada. pH externo
de 5.0
Solución externa Tasa de toma (µeq g-1 peso fresco (2h) -1
(mм) Influjo de Toma neta de Influjo de Cl– Toma neta de
K +
K+
Cl–
0.1 KCl 116 ± 3 117 ± 6 35 ± 1 34 ± 4
Tabla 2.21
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haber ejercido esta influencia sobre la selectividad de K+/Na+ vía estimulación de la
bomba de eflujo de Na+, cualquiera como contratransporte (antiporte) de K+/Na+ ó de
H+/Na+, ó vía efectos generales en la integridad de la membrana plasmática, e.g.,
afectando los canales iónicos.
Debido a que la toma catiónica y aniónica están reguladas en forma distinta (Fig.
2.9), no necesariamente se presentan interacciones directas entre cationes y aniones.
Por ejemplo, a bajas concentraciones externas la tasa de toma de un catión no es
afectada por el anión acompañante y viceversa, como se muestra en la Tabla 2.22
para K+ y Cl–. A altas concentraciones externas, sin embargo, un ión que es tomado
relativamente despacio puede deprimir la toma de un ión más móvil cargado
opuestamente: por ejemplo, el SO deprime la toma de K+, el Ca2+ deprime la toma
de Cl–.
Tabla 2.22
Las diferentes tasas de toma catiónica y aniónica requieren ambos regulación del pH
celular y compensación de las cargas eléctricas. Obviamente, a altas concentraciones
externas esta regulación se vuelve un factor limitante para la toma de K+ cuando es
acompañado por SO y para el Cl– cuando es acompañado por Ca2+ (Tabla 2.22).
Bajo estas condiciones, puede también presentarse competición no específica entre
Página 45
iones de la misma carga. Por ejemplo, cationes como el K+ que son rápidamente
transportados a través de la membrana plasmática pueden deprimir la tasa de toma de
cationes con tasas menores de transporte como el Mg2+ y el Ca2+, no por competencia
por centros de ligamiento en la membrana plasmática, sino por competencia no
específica por aniones “nativos” en el citoplasma ó vacuola, si la tasa de síntesis de
estos aniones se vuelve limitante.
Página 46
Tabla 2.23
1 CaCl2 1 15 – 9.7 60
a
En base a Hiatt (1967a, b) y Hiatt & Hendricks (1967).
Página 47
Fig. 2.19 Modelo para la estabilización interna del pH y para la compensación de cargas en las diferentes
relaciones de toma catión-anión de la solución externa. A. Toma excesiva de cationes (Cat+) cuando, por
ejemplo, se suministra K2SO4. B. Toma excesiva de aniones (An–) cuando, por ejemplo, se suministra
Ca(NO3)2. (Para más detalles ver Fig. 2.9.)
Fig. 2.20 Modelo de las vías de fijación de CO2 (“fijación oscura”) y descarboxilación. Reacciones (1)-(4)
son explicadas en el texto.
Sin embargo, si los aniones son tomados en exceso y de este modo predomina el
cotransporte protón–anión (Fig. 2.19B), el pH del citoplasma disminuye y se activa la
enzima málica [reacción (4)], conduciendo a la descarboxilación del malato y
producción de CO2. Como resultado de estas reacciones, se estabiliza el pH
citoplásmico y se mantiene la relación catión–anión celular. Este pH stat bioquímico
responde rápidamente al suministro de K2SO4 y la actividad PEP carboxilasa aumenta
70% en 20 min.
Página 48
4H+) Ya que las plantas superiores tienen bastante limitada la capacidad caulinar de
eliminación de protones, la asimilación de NH tiene que suceder en las raíces y se
excretan los protones hacia la solución externa a una relación equimolar cercana a la
toma de NH ó al exceso de toma catiónica sobre la aniónica. De este modo, a pesar
de la alta toma catiónica total en plantas alimentadas con NH , disminuye el pH
citoplásmico durante la asimilación de NH y tiene que estabilizarse mediante ambos,
la realzada excreción de protones y la descarboxilación de ácidos orgánicos (Fig.
2.19B).
Tabla 2.24
a
Influencia de la forma de suministro de nitrógeno en el balance iónico en vástagos de plantas de ricino
Cationes Aniones
Forma de
NO H 2PO SO
suministro Ácidos
de N K+ Ca2+ Mg2+ Total Cl– orgánicos b Total
99 85 28 212 44 18 11 2 137 212
NO
NH
55 43 22 120 0 23 33 5 59 120
a
Van Beusichem et al. (1988); datos en meq (100g)-1 peso seco.
b
Calculado a partir de la diferencia de cationes – aniones.
Página 49
NO (Fig. 2.21). En plantas alimentadas con NO con reducción preferencial del NO
en raíces como el sorgo, el pH externo usualmente se incrementa considerablemente
con el tiempo, y con suministro mixto, después de la toma preferencial del NH y el
agotamiento del NH externo es pasajera la disminución del pH siguiendo un aumento
del pH como en plantas alimentadas típicamente con NO .
Fig. 2.21 Curso de tiempo del pH de la solución externa cuando plantas de sorgo fueron suplidas con solo
NO , solo NH , ó ambos a una relación de 8NO a 1NH . Concentración total de nitrógeno, 300 mg l-
1
. (Redibujado a partir de Clark, 1982b, por cortesía de Marcel Dekker.)
Página 50
vegetales es usualmente obtenido con un suministro mixto de NH y NO (Sección
8.2.4).
Fig. 2.22 Presentación esquemática de tasas de toma radical de potasio, sodio y boro en cebada con
creciente suministro de KCl + NaCl y boro. Tasas de toma de otros elementos minerales en paréntesis.
Página 51
poseen solo sistema de toma de baja capacidad (constitutivo) para nitrato. Después
del suministro de nitrato, sin embargo, se forma en 20 min un sistema de alta
capacidad por lo que se requiere la síntesis proteica. Se da un ejemplo mostrando esto
en la Tabla 2.25 para raíces de cebada. La capacidad de toma del sistema no inducido
es muy baja y con crecientes concentraciones externas de nitrato la isoterma de toma
semeja características similares a aquellas del Na+ (Fig. 2.22), i.e., un gran aporte de
una respuesta pasiva dependiente de la concentración con una baja sensibilidad a
inhibidores metabólicos. En contraste, en raíces inducidas (Tabla 2.25) son mucho
mayores la afinidad y capacidad de toma para nitrato y la isoterma de toma asemeja a
aquella mostrada en la Fig. 2.22 para potasio y fosfato. Interesantemente, después de
4 días de inducción la tasa de influjo de nitrato es mucho menor, indicando una
retroregulación de la concentración interna (Sección 2.5.6).
Tabla 2.25
(mм NO )
0.02 0.10 2.75 1.54
Tabla 2.26
Página 52
Suministro de boro (µм)
0 2.5 7.5 15
Contenido de boro (mg kg–1 peso
seco)
Shooner 5.6 10.0 22.1 46.4
Estos resultados indican una vez mas que bajo condiciones optimas en donde
el suministro de nutrientes se mantiene constante (e.g., en soluciones nutritivas), solo
se requieren muy bajas concentraciones de nutrientes minerales en la solución externa
para el óptimo crecimiento. A mayor suministro, las mayores tasas de toma reflejan lo
que se conoce como “toma de lujo”. Sin embargo, en plantas cultivadas en suelo en
general, y bajo condiciones de campo en particular, las condiciones en el ambiente
radical están lejos de ser óptimas, y es improbable que se presente el mantenimiento
de un suministro constante en la superficie radical por razones espaciales (Sección
13.2). Las grandes concentraciones externas y la “toma de lujo” en periodos
precedentes pueden por lo tanto ser importantes debido a que ellas proporcionan un
pool de reserva interna para periodos de alta demanda ó de interrumpido suministro a
la raíz. Esto es cierto para vegetación natural durante los abundantes lavados
transitorios de nutrientes bajo condiciones climáticas favorables.
Página 53
Para una concentración externa dada la tasa de toma de muchos nutrientes
minerales depende de la tasa de crecimiento vegetal, i.e., la demanda nutricional para
el crecimiento. En principio, como aumente la concentración interna de un nutriente
mineral particular (como un ión ó un metabolizado, e.g., N-amino), su tasa de toma
declina, y viceversa. Un ejemplo de esta retroregulación se muestra en la Tabla 2.27
para el influjo radical de potasio en cebada. Están bien documentadas relaciones
similares entre las concentraciones internas y la tasa de influjo para fósforo, y se ha
dado un ejemplo en la Tabla 2.11.
Tabla 2.27
32.1 2.72
47.9 2.16
57.8 1.61
a
A partir de Glass & Dunlop (1979).
Página 54
canales; (2) tasa de eflujo, concentración en el citosol, iones y sus metabolitos; actividad de canales; (3)
concentración vacuolar; (4) transformación, incorporación; (5) transporte por el xilema hacia el vástago;
(6) retroregulación desde el vástago; (7) excreción de solutos orgánicos realzada por deficiencia
nutricional (e.g., ácidos orgánicos, fitosideróforos).
Fig. 2.34 Curso de tiempo del influjo radical de sulfato (SO ) y fosfato (Pi) en plantas de cebada
privadas del suministro de sulfato por 5 días (A) y luego el resuministro de sulfato por un día (B).
(Redibujado a partir de Clarkson & Saber, 1989.)
Página 55
La tasa de toma del nitrógeno también está estrechamente relacionada al
estado nutricional del nitrógeno en las plantas. Por ejemplo, la tasa de toma de NH
está negativamente relacionada con las concentraciones radicales de NH y en
particular de los aminoácidos, glutamina y asparragina. Por consiguiente, la tasa de
toma de NH se eleva rápidamente en pocos días después de retirar el suministro de
nitrógeno. Una disminución en el eflujo de NH esta involucrado pero no es el principal
factor responsable del aumento en la toma de NH en plantas sin suministro de N. Es
más complejo en la toma de nitratos el mecanismo de retroregulación debido a los
efectos aparentemente opuestos del NO , es decir la inducción de un sistema de
toma de alta capacidad (Tabla 2.25) y la retroregulación negativa por las crecientes
concentraciones internas (Fig. 2.25). En plantas no inducidas, el suministro de NO
incrementa rápidamente ambos el influjo y el contenido radical de NO . Con el ulterior
aumento en el contenido radical, sin embargo, se deprime la tasa de influjo. Esta
retroregulación negativa puede ser causada por las altas concentraciones vacuolares
de NO [Fig. 2.23 (3)] y la expresión de un evento regulado por el turgor. Sin embargo,
es más probable la retroregulación negativa por los elevados niveles de nitrógeno
reducido en forma de los aminoácidos glutamina y asparragina ó de NH [Fig. 2.23
(4)] ya que se conocen los efectos inhibidores del suministro de NH sobre la toma de
NO , ó de compuestos de azufre reducido sobre la toma de azufre (ver arriba). Por
supuesto, la transformación de un nutriente mineral en las células radicales puede
también actuar como una señal de retroalimentación positiva, por ejemplo, si se
combina con la incorporación a estructuras macromoleculares (proteínas, ácidos
nucleicos) en células en crecimiento.
Fig. 2.25 Efecto del pretratamiento de NO sobre el contenido radical (●) e influjo (○) de nitrato en
plantas de cebada. (Siddiqi et al., 1989; reimpreso con permiso de la American Society of Plant
Physiologists.)
Página 56
(Pi), en células radicales probablemente su concentración vacuolar, más que la
citoplásmica, donde la concentración de Pi usualmente se mantiene bastante
constante. De acuerdo con esto, en plantas intactas la retroregulación de los elevados
niveles internos puede retrasarse varios días, debido a que la rápida translocación de
fósforo hacia el vástago [Fig. 2.23 (5)] evita un marcado aumento en el contenido
radical de fósforo (Tabla 2.28). El resuministro de fósforo después de un periodo de
deficiencia puede por lo tanto conducir a un muy aumentado contenido caulinar de
fósforo y también a toxicidad por fósforo. Tales rápidos cambios en el suministro de
fósforo son improbable que se presenten en plantas cultivadas en suelo. En cultivos en
solución nutritiva, no obstante, tiene que ser considerado este factor, especialmente
después de reemplazar soluciones.
Tabla 2.28
+ 1 día + P d + 3 días + P e
Vástago total 49 (20) 151 (61) 412 (176)
e
Siete días de cultivo sin fósforo y 3 días de cultivo con la adición de
fósforo (150 µм)
Página 57
plantas suficientes y deficientes en cobre: con el resuministro de cobre a plantas
deficientes la tasa de toma es mucho menor que en plantas suficientes en cobre.
Tabla 2.29
En plantas de tomate se ciclo cerca del 20% del flujo del K+ en el xilema, i.e.,
originado de los vástagos, y en plantas jóvenes de trigo y centeno la fracción
correspondiente del flujo del N-amino en el xilema estuvo sobre el 60%. Drew &Saker
(1984) propusieron un modelo para el ciclaje de nutrientes minerales en donde el
potasio ó fosfato liberados al vástago en exceso a su demanda son translocados de
vuelta a las raíces para llevar información concerniente al estado nutricional del
potasio ó fósforo en el vástago. A fin de actuar como señal finamente sincronizada,
esta fracción de nutrientes ciclados obviamente se intercambia solo a un muy limitado
grado con los nutrientes correspondientes (e.g., potasio, ó N-amino) en el tejido total
caulinar y radical (Fig. 2.26B).
Página 58
Fig. 2.26 Modelo para la circulación de nutrientes minerales entre vástagos y raíces como mecanismo
para regular la toma radical. (A) Los nutrientes son mezclados uniformemente con el pool en el tejido total.
(B) Solo intercambio limitado de nutrientes ciclados con el tejido total. (Modificado a partir de Cooper &
Clarkson, 1989.)
Por lo menos para potasio hay buena evidencia de que la tasa de transporte al
vástago conforme a la demanda del vástago es regulada principalmente al nivel de
carga del xilema en las raíces, y una mayor demanda del vástago se refleja en
menores concentraciones de K+ en los tubos cribosos y una precoz maduración del
metaxilema en el estele radical. De este modo, la demanda del vástago por un
nutriente particular parece ser regulado principalmente y finamente por la
concentración derivada del vástago de aquel nutriente en el complejo vascular floema–
xilema en el estele [Fig. 2.23 (6)], afectando por lo tanto el nivel radical en general.
Como se muestra en maíz cultivado en campo existen extensas conexiones
vasculares entre las ramas y raíces nodales. Estos centros de directa conexión
floema–xilema son sugeridos como centros de transferencia no solo de nutrientes
minerales (e.g., potasio, N-amino) sino también de azúcares del floema al xilema. Un
alterado nivel radical de un nutriente liberado desde el vástago puede actuar a su vez
como una señal gruesa de retroalimentación más en la membrana plasmática para las
crecientes ó decrecientes tasas de influjo ó eflujo de este nutriente [Fig. 2.23 (1), (2)].
Sin embargo, pueden también inducirse mecanismos adiciónales, a bajos contenidos
radicales [Fig. 2.23 (7)] como por ejemplo bajo deficiencia de fósforo un aumento en la
liberación de fosfatasas extracelulares, ó de ácidos orgánicos (ver Sección 15.4.2), ó
fitosideróforos bajo deficiencia de hierro. Con excepción de los fitosideróforos (ver
abajo), ni las fosfatasas extracelulares ni los ácidos orgánicos están directamente
acoplados con las realzadas tasas de toma de nutrientes minerales. El rol de estas
respuestas radicales inducidas por deficiencia para la adquisición de nutrientes
minerales es discutido en la Sección 15.4.
Página 59
apicales de raíces en crecimiento y son completamente reprimidas alrededor de un día
después de resuministrar el hierro.
Fig. 2.27 Modelo para las respuestas radicales a la deficiencia de hierro en dicotiledóneas y
monocotiledóneas no gramíneas; Estrategia I: (R) reductasa inducible; (TR) transportador ó canal para
Fe(II)?:; (1) bomba de eflujo de protones estimulada; (2) incrementada liberación de agentes
reductores/quelantes. (Modificado a partir de Marschner et al., 1986a; Römheld, 1987a, b.)
Página 60
del Fe(III). Por consiguiente, las altas concentraciones de HCO contrarrestan este
sistema de respuesta en plantas de Estrategia I (Sección 16.5.3).
Tabla 2.30
Página 61
Fig. 2.28 Liberación de fitosideróforos (PS) desde raíces de cebada cual afectado por el estado nutricional
(A), y el ritmo diurno en la liberación de fitosideróforos (PS). Plantas suficientes (●) y deficientes (○) en Fe.
(En base a Römheld, 1987a,b y Walter, comunicación personal.)
Fig. 2.29 Modelo para las respuestas radicales a la deficiencia en hierro en especies gramíneas;
Estrategia II: (E) realzada síntesis y liberación de fitosideróforos; (Tr) translocador para Fe(III)-
fitosideróforos en la membrana plasmática; estructura del ácido muginéico y su correspondiente quelato
Fe(III) (Modificado a partir de Nomoto et al. 1987; Römheld, 1987b.)
Página 62
ó potasio como mecanismo de liberación de fitosideróforos, y para la toma de Fe(III)-
fitosideróforos un cotransporte protón–anión a través de la membrana plasmática.
Tabla 2.31
Esta vía esta bajo estricto control genético y ya se han identificados los
cromosomas que son responsables para su regulación, por ejemplo, de la
transformación de ácido 2`-desoximuginéico en ácido muginéico.
Página 63
fitosideróforos bajo deficiencia de zinc. Aún no es claro si esto indica un mecanismo
común de control de la vía biosintética por ambos, hierro y zinc, ó un deterioro del
metabolismo del hierro a nivel celular inducido por deficiencia de zinc lo que conduce a
la expresión de las respuestas de deficiencia de hierro en plantas de Estrategia II.
Página 64
2.6 Toma de iones y agua a lo largo del eje radical
En general en la tasa de toma iónica por unidad de longitud radical hay una
tendencia a declinar como la distancia desde el ápice disminuya. Sin embargo, esta
tendencia depende mucho más de factores como del tipo de ión (nutriente mineral),
del estado nutricional y de la especie vegetal. En raíces seminales de maíz suplido con
cualquiera potasio ó calcio en diferentes zonas a largo del eje (Tabla 2.32) la tasa de
toma de potasio es aun ligeramente menor en la zona apical, a pesar de la alta
demanda de potasio para crecimiento por las zonas radicales apicales. La alta
concentración de potasio en las células meristemáticas radicales apicales cercana a
200 mм se mantiene obviamente no solo por su toma desde la solución externa sino
también por su liberación vía floema cualquiera desde las zonas radicales básales
(Tabla 2.32) ó desde el vástago (Sección 2.5.6). En especies vegetales perennes
como el picea de Noruega también las tasas de toma de potasio son menores en las
zonas apicales que en las básales en largas raíces no micorrizadas.
Tabla 2.32
Página 65
Translocado a la punta radical 6.5 3.8 2.8
Total
a
Datos expresados como µeq (24 h)–1 por 12 plantas. En base a Marschner &
Richter (1973).
Tabla 2.33
Página 66
contrario raíces de aspecto saludable (“muerte del cortex radical”, RCD). Esto sería
perjudicial para la toma de nutrientes y agua a través de la zonas radicales más viejas.
Sin embargo, Wenzel & McCully (1991) han cuestionado los métodos usados para
caracterizar la RCD.
Fig. 2.30 Representación esquemática de cambios anatómicos a lo largo del eje de una raíz nodal de
maíz. En las zonas básales hay degeneración de células corticales y formación de endodermis terciaria.
Los gradientes en la toma de agua a lo largo del eje radical pueden afectar los
gradientes en la toma iónica cualquiera indirectamente vía suministro de solutos a la
superficie radical (Sección 13.2) ó vía efectos directos sobre el transporte radial en el
cortex. Las tasas de toma de agua son usualmente mayores en las zonas apicales y
después declinan abruptamente. Esta declinación en las zonas básales es causada
principalmente por la formación de suberina en la rizodermis, de exodermis y
endodermis secundaria y terciaria como barreras eficientes contra el flujo apoplástico
de solutos. En especies perennes, en particular, la toma de agua puede aumentar otra
vez en zonas básales donde las raíces laterales penetren el cortex y desestabilicen
temporalmente estas barreras.
Hay dos vías paralelas de movimiento de iones (solutos) y agua a través del cortex
hacia el estele: una pasa a través del apoplasto (paredes celulares y espacios
Página 67
intercelulares, Sección 2.2.1) y la otra pasa de célula a célula en el simplasto a través
de los plasmodesmos. En la vía simplástica los iones, pero no el agua, bordean las
vacuolas (Fig. 2.31). Por lo general la vía apoplástica de iones está ceñida hasta la
banda de Caspari en las paredes de las células endodérmicas. Esta banda tiene
propiedades hidrofóbicas y circunda completamente cada célula. Adicionalmente en
zonas radicales básales las paredes celulares de la endodermis se vuelven más
gruesas y hasta lignificadas (endodermis terciaria). Se ha cuestionado recientemente,
el rol clave de la endodermis y la banda de Caspari como barreras efectivas
adicionalmente para el movimiento radial del agua. Por lo menos en raíces jóvenes, a
pesar de las propiedades hidrofóbicas de la banda de Caspari, el agua parece
penetrar esta banda fácilmente.
Fig. 2.31 Parte de un corte transversal de una raíz de maíz mostrando la vía simplástica (A) y apoplástica
(B) del transporte iónico a lo ancho de la raíz.
Página 68
La endodermis tampoco es una barrera perfecta contra la vía apoplástica de
iones del cortex hacia el estele (Fig. 2.31). Además de las “células de paso” en
algunas especies vegetales, por lo menos en dos sitios a lo largo del eje radical esta
barrera puede estar “resquebrajada”. En el ápice radical la banda de Caspari aún no
está completamente desarrollada y, es de este modo, es una zona que permite el
transporte apoplástico hacia el estele, muy probablemente también el calcio (Sección
2.6). Sin embargo, para ciertos solutos como los tintes apoplásticos y cationes
polivalentes como el aluminio, puede estar limitada la vía apoplástica en la zona
radical apical por el mucílago formado en la superficie externa de las células
rizodérmicas (Sección 15.4). La vía apoplástica hacia el estele es ciertamente, de
importancia general en las zonas radicales básales donde las raíces laterales emergen
desde el periciclo en el estele y donde se quiebra transitoriamente la continuidad
estructural de la endodermis durante la penetración de las raíces laterales a través del
cortex. En estos sitios la vía apoplástica hacia el estele puede ser importante, por
ejemplo, para calcio, aluminio y agua. Este “flujo auxiliar” se vuelve particularmente
importante para el suministro de agua al vástago en alta demanda transpiracional y
para la toma y transporte caulinar del sodio bajo condiciones salinas. Para un genotipo
dado los factores ambientales pueden influir fuertemente la vía apoplástica asimismo
vía cambios anatómicos. En sorgo bajo estrés por sequía se disminuye drásticamente
la conductividad hidráulica radical debido a ambos, la acelerada deposición de
suberina y lignina en exodermis y endodermis, y la persistencia de vasos de
metaxilema tardío no conductores.
Página 69
Fig. 2.32 Diagrama de un plasmodesmo incluyendo componentes subestructurales. ER = retículo
endoplasmático. (Modificado a partir de Beebe & Turgeon, 1991.)
Tabla 2.34
Página 70
El mecanismo de transporte simplástico de solutos parece ser principalmente
por difusión, facilitado por el flujo radial de agua. La inhibición de la corriente
citoplasmática puede no tener efecto sobre el transporte radial del potasio. Por otro
lado, en el transporte radial de fosfato, están involucrados varios pasos metabólicos
como la incorporación en compuestos orgánicos (ATP, azúcar fosfatos) antes de su
liberación como compuesto inorgánico en el xilema. Durante el transporte radial iónico
se presenta competencia entre la acumulación en las vacuolas y el transporte en el
simplasto. Esta competencia depende del nutriente mineral y su concentración en las
vacuolas de las células radicales a lo largo de la vía. En experimentos a corto plazo
esta competencia a bajas concentraciones internas (raíces “bajas en sal”), se refleja
en una típica alta tasa de acumulación en las raíces y un retraso en la translocación de
iones desde las raíces hacia los vástagos de plantas que originalmente tenían bajas
concentraciones internas del ión investigado (Fig. 2.33). Como resultado de esta
competencia, cuando el suministro de un nutriente mineral es subóptimo las raíces
usualmente tienen mayores contenidos del nutriente particular que el vástago
(“translocación restringida”). En estudios a largo plazo, este mecanismo de regulación
es en parte responsable del cambio frecuentemente observado en las tasas del
crecimiento relativo radical y caulinar a favor del radical (Sección 14.7).
Fig. 2.33 Acumulación y tasa de translocación de K+ (42K) a partir de 1 mм KCl (+0.5 mм CaSO4) en
plantas de cebada (A) después del precultivo con 1 mм KCl ó (B) sin KCl.
Página 71
Esta diferencia conduce directamente a altos contenidos de humedad en el suelo
rizosférico de las zonas sheathed y baja humedad en las zonas desnudas (Fig. 2.34).
Los vasos vivos LMX persisten hasta los 20- 30 cm . próximos a la punta radical en
maíz, y hasta los 17 cm . próximos a la punta radical en soya. Este retraso en la
maduración del LMX no solo afecta la conductividad hidráulica radical y las relaciones
planta agua sino también el mecanismo de liberación de iones en el xilema y su
transporte hacia el vástago.
Fig. 2.34 Modelo de conductividad hidráulica y formación de rhizosheaths en el sistema radical del maíz y
otros pastos C4. (Modificado a partir de Wenzel et al., 1989; reimpreso con permiso de la American
Society of Plant Physiologists.)
Página 72
Fig. 2.35 Modelo para la vía simplástica (1) y apoplástica del transporte iónico radical a través de la raíz
hacia el xilema. Clave: , transporte activo; ←, resorción. (Modificado a partir de Läuchli, 1976a.)
Página 73
genético del paso de carga del xilema. Comparando con el tipo silvestre el mutante de
Arabidopsis requiere un muy alto suministro externo de fosfato para su normal
crecimiento. A bajo suministro de fosfato el mutante se vuelve severamente deficiente
de fósforo debido al deteriorado transporte hacia el vástago de fósforo mientras que su
toma radical no es diferente a la del tipo silvestre (Tabla 2.35). En contraste al fosfato
el transporte del sulfato hacia el vástago es similar en el mutante y en el tipo silvestre.
Este defecto en el mutante es causado por un solo locus del gen recesivo que
obviamente regula la carga del fósforo en el xilema. A partir de los resultados
obtenidos por Sasaki et al (1987) uno puede especular sobre la regulación de la
enzima glucosa-6-fosfatasa. En maíz la actividad de esta enzima y la concentración de
su sustrato glucosa-6-fosfato son particularmente altos en las células parenquimáticas
del xilema. La inhibición de esta enzima por la glucosamina deprime severamente la
carga del fósforo en el xilema pero no su acumulación radical. La evidencia de una
particular regulación fina en la carga xilemática de fósforo es también la incapacidad
de las plantas de maíz de satisfacer la demanda caulinar de fósforo a bajas
temperaturas en la zona radical. (Sección 2.5.2)
Tabla 2.35
Página 74
La permeabilidad de las membranas vegetales al agua es mucho mayor que a los
iones. Las células vegetales radicales por la tanto se comportan como osmómetros. La
liberación iónica (secreción, Sección 2.8) en el apoplasto del estele disminuye ambos
el potencial osmótico y el potencial hídrico (se vuelven más negativos), y se induce un
correspondiente flujo neto de agua desde la solución externa. Como resultado de este
flujo de agua, aumenta la presión hidrostática. Ya que la endodermis con la banda de
Caspari “sella” el apoplasto del estele, la presión hidrostática en el estele induce un
caudal de agua y solutos (iones, moléculas) en los vasos no vivos del xilema hacía el
vástago. Debido a esta “presión radical” algunas veces se liberan gotas en las puntas
y márgenes foliares, un proceso conocido como gutación. Esto es particularmente
claro en plántulas y plantas jóvenes en la noche y en la madrugada (bajo condiciones
de alta humedad relativa y baja transpiración). La exudación de tocones en plantas
cortadas (e.g., pasto recién segado) también es el resultado de la presión radical.
Página 75
contraste a la acumulación en la raíz (función hiperbólica de la concentración externa,
ver e.g., Fig. 2.11), la tasa de transporte al vástago de nutrientes minerales conducido
por presión radical puede declinar a altas concentraciones externas.
Tabla 2.36
Tabla 2.37
Página 76
18 21.9 15.2 1.0 15.2
Tabla 2.38
Tabla 2.39
Página 77
Tasa del flujo de exudación (µl h–1 por 50 372 180
plantas)
Tabla 2.40
Página 78
Toma total de potasio (meq) 1.3 5.0
b
Horas de luz/horas de oscuridad. Este pretratamiento con diferentes
longitudes de día fue por un día (i.e., el día anterior a la decapitación).
c
Números en paréntesis denotan contenido de carbohidratos después de 8 h
(decapitación).
Página 79
caudal xilemático. Para evaluar el componente transpiracional los exudados tienen que
ser recolectados cualquiera bajo vacío en el tocón cortado, ó mediante creciente
presión externa en la zona radical (cámara de presión). Con ambos métodos se
aumenta el caudal xilemático y usualmente disminuye la concentración de nutrientes
minerales. Sin embargo, con estos métodos las calculadas tasas de transporte hacia el
vástago pueden ser bastante diferentes de los resultados hallados en plantas intactas.
Además, independiente del método de recolección, la savia xilemática también
contiene nutrientes derivados del vástago reciclados en el floema y recargados (ó
filtrados) en las raíces al xilema (Sección 2.5.6). Asimismo también tiene que
considerarse el reciclaje de agua en la interpretación del análisis de la savia xilemática
(Capítulo 3). Las fracciones de nutrientes reciclados pueden ser particularmente altas
en el caso del potasio, nitrógeno y azufre, y pueden conducir a mal interpretaciones,
por ejemplo, sobre la capacidad radical para reducir nitrato y sulfato. La proporción de
nutrientes reciclados en la savia del xilema depende de varios factores como de la
especie vegetal y el estado nutricional en general y de la demanda caulinar en
particular como se muestra para potasio en la Tabla 2.41.
Tabla 2.41
b
Demanda caulinar alterada mediante la temperatura en la base
del vástago, ver Tabla 2.15.
Página 80
03. Transporte a larga distancia en el xilema y
floema y su regulación
3.1 General
Fig. 3.1 Dirección del transporte radical a larga distancia de elementos minerales en vasos no vivos del
xilema y en el floema.
Página 81
En contraste al xilema, el transporte a larga distancia en el floema toma lugar en
células vivas del tubo criboso y es bidireccional. La dirección del transporte es
determinada principalmente por los requerimientos nutricionales de los varios órganos
ó tejidos vegetales y por lo tanto se presenta, desde la fuente hacia la demanda
(Capítulo 5). Además, el transporte floemático es un componente importante en el
ciclaje de elementos minerales entre vástagos y raíces (Sección 3.4) y para la
conductancia de señales sobre el estado nutricional caulinar (Sección 2.5.6). Los
elementos minerales pueden también entrar al floema en las raíces y de este modo ser
translocados bidireccionalmente. La translocación de diferentes elementos minerales
tomados por una zona radical en particular varía notablemente durante el transporte a
larga distancia desde la zona de suministro, como se muestra para plántulas de maíz
en la Tabla 3.1. Por las razones ya mencionadas, el transporte a larga distancia desde
la zona de suministro hacia la punta radical debe tener lugar en el floema. Mientras
que el 45Ca es rápidamente translocado hacia el vástago, se restringe severamente la
translocación del 22Na hacia el vástago. El abrupto gradiente en el contenido del 22Na
de las secciones radicales en dirección al vástago (basipétalo) refleja la resorción por
el tejido radical circundante y es una característica típica de las llamadas especies
vegetales natrofóbicas (Sección 10.2). Asimismo algo del 22Na se ha translocado vía
floema hacia la punta radical. En contraste, el 42K es bastante móvil en ambos xilema y
floema, y una proporción notablemente alta del potasio tomado en las zonas radicales
más básales es translocado vía floema hacia la punta radical, que actúa como
demanda para este nutriente mineral.
Tabla 3.1
Acumulación y transporte a larga distancia de 45Ca, 22Na y 42K en
plántulas de maíz a b
Contenido (µeq por 12 plantas (24
h)–1)
45 22 42
Parte vegetal Ca Na K
Vástago 2.20 0.01 9.07
Endospermo 0.18 0.04 2.38
24–27 cm raíz 0.01 0.06 0.35
21–24 cm raíz 0.01 0.09 0.85
18–21 cm raíz 0.01 0.18 1.30
15–18 cm raíz 0.01 0.46 1.58
12–15 cm zona del 0.40 1.28 1.93
suministro
9–12 cm raíz 0 0.03 0.40
6–9 cm raíz 0 0.02 0.38
3–6 cm raíz 0 0.02 0.45
0–3 cm raíz 0 0.01 0.75
Total 2.82 2.20 19.44
a
En base a Marschner & Richter (1973).
b
Cada plántula fue suplida con solución de 1 meq l–1 del
nutriente marcado en la zona radical 12- 15 cm de la punta
radical. El sistema radical restante fue suplido con la misma
solución en donde los nutrientes no estaban marcados.
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partes de los vástagos que tienen conexiones vasculares directas con la zona radical
en particular. Este patrón de distribución es especialmente importante para la nutrición
mineral de árboles que son suplidos con fertilizante en un área localizada del sistema
radical.
Tabla 3.2
Página 83
En especies anuales ambos el número y la distribución de estos complejos varían con
la edad vegetal.
Página 84
3.2.2 Interacciones a lo largo de la vía, descarga del xilema
A lo largo de la vía del transporte de solutos en los vasos no vivos del xilema (i.e., en
el apoplasto), desde las raíces hacia las hojas se presentan interacciones importantes
entre los solutos y ambos las paredes celulares de los vasos y las células
parenquimáticas que circundan el xilema. Las principales interacciones son la
adsorción de intercambio de cationes polivalentes en las paredes celulares, y la
resorción (toma) y liberación de elementos minerales y de solutos orgánicos por las
células vivas circundantes (parénquima del xilema y floema).
Las interacciones entre los cationes y grupos cargados negativamente en las paredes
celulares de los vasos del xilema (y traqueidas) son similares a aquellas en el AFS del
cortex radical (Fig. 2.2). El transporte a larga distancia de cationes en el xilema puede
compararse con el movimiento iónico en un intercambiador de cationes con un
correspondiente declive en la tasa de translocación de cationes como el Ca2+ y Cd2+,
en relación al agua, ó aniones como el fosfato. Esta adsorción de intercambio de
cationes no se limita a los vasos del xilemáticos, también las paredes celulares del
tejido circundante toman parte en estas reacciones de intercambio.
Página 85
Fig. 3.2 Distribución del sodio en fríjol (Phaseolus vulgaris L.) y remolacha azucarera (Beta vulgaris L.) 24
h después de que se suplió radicalmente 5 mм 22NaCl. Autoradiograma.
Tabla 3.3
Efecto de fertilizar con sodio sobre el contenido radical y caulinar de
sodio en plantas de pastoreo a
Contenido de Na (% peso seco)
Sin fertilizante de Na Con fertilizante de Na
Especie vegetal Radical Caulinar Radical Caulinar
Lolium perenne 0.03 0.26 0.06 1.16
Phleum pratense 0.10 0.04 0.28 0.38
Trifolium repens 0.27 0.22 0.77 1.96
Trifolium hybridum 0.45 0.03 0.77 0.22
a
En base a Saalbach & Aigner (1970).
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Tabla 3.4
Distribución del molibdeno en plantas de fríjol
y tomate suplidas con molibdeno en la
solución nutritiva a
Parte vegetal Contenido de molibdeno
(µg g–1 peso seco)
Fríjol Tomate
Hojas 85 325
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en el medio radical (e.g., sustratos salinos) y para elementos minerales como el boro y
silicio (Sección 3.2.4). A menos que no se remueva algo de esta excesiva acumulación
de solutos en los puntos terminales de la corriente transpiratoria, por ejemplo,
mediante su carga en el floema, por gutación, como se ha mostrado para boro ó en
glándulas epidérmicas en halófitas, se presentara necrosis en las puntas ó márgenes
foliares (Fig. 3.7). Esto refleja la insuficiente resorción de solutos a lo largo de la vía de
la corriente transpiratoria por la hoja.
Fig. 3.3 Cristales de oxalato de calcio en el apoplasto de acículas. (Izquierda) Micrografía del floema de
una acícula de Junipera chinensis; (derecha) micrografía de un poro estomatal de una acícula de Picea
abies (L.) Karst. (Cortesía de S. Fink, 1991a, c.)
Fig. 3.4 Modelo para el secuestro de solutos desde la savia xilemática (“descarga del xilema”) en células
foliares
Aunque no hay información disponible sobre los mecanismos por los que los
nutrientes minerales son secuestrados desde el apoplasto foliar, también es probable
un cotransporte protón–anión para aniones inorgánicos (e.g., NO ) (Fig. 3.4) como
está establecido para células radicales (Fig. 2.9). La toma de cationes nutrientes
minerales puede ser mediada por un mecanismo antiporte–protón como se ha
mostrado para la resorción de K+ del xilema en el tejido caulinar. En vista de las
frecuentes altas concentraciones de nutrientes minerales en la savia xilemática y en el
apoplasto foliar, por ejemplo entre 5 y 18 mм K+ los canales iónicos en la membrana
plasmática de células foliares (Fig. 3.4) pueden muy probablemente jugar un rol clave
en la “descarga del xilema” de lo que en la toma iónica por células rizodérmicas
(Sección 2.4.2). Se disponen de varios métodos para obtener el fluido apoplástico
foliar y la aplicación de estos métodos no solo para la determinación de
concentraciones de fitohormonas en el apoplasto foliar sino también de nutrientes
minerales mejoraran nuestro conocimiento del mecanismo de este paso final del
transporte a larga distancia en el xilema desde las raíces a las hojas.
La tasa del flujo hídrico a través de la raíz (transporte a corta distancia) y en los
vasos del xilema (transporte a larga distancia) es determinada por la presión radical y
la tasa de transpiración. Un aumento en la tasa de transpiración puede, ó no puede,
realzar la toma y translocación de elementos minerales en el xilema. Se puede
conseguir el realce de varias formas, como se muestra en la Fig. 3.5. El esquema A es
cierto para elementos minerales como boro y silicio, excepto en el caso del arroz de
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aniego (Sección 10.3.2). El esquema C puede ser importante para plantas cultivadas
en suelo (Sección 15.2), particularmente en sustratos salinos (Sección 16.6).
Independiente de la transpiración la toma y tasa de translocación de elementos
minerales depende predominantemente de los siguientes factores:
Fig. 3.5 Modelo de los posibles efectos realzantes de las altas tasas de transpiración sobre la toma y
translocación de elementos minerales en raíces. A. Transporte “pasivo” de elementos minerales a través
del apoplasto hacia el estele. B. Eliminación más rápida de los elementos minerales liberados en los
vasos xilemáticos. C. Incremento en el caudal de la solución externa hacia el rizoplano y eventualmente
en el espacio libre aparente cortical, favoreciendo la toma activa en el simplasto. E, endodermis; X,
xilema; flecha, flujo de agua (A y C ver texto)
1. Edad vegetal. En plántulas y plantas jóvenes con una pequeña área de superficie
foliar, los efectos realzantes de la transpiración usualmente son ausentes; la toma de
agua y transporte de solutos en el xilema hacia los vástagos son determinados
principalmente por la presión radical. Como la edad y el tamaño vegetal aumenten,
aumenta la importancia relativa de la tasa de transpiración, particularmente para la
translocación de elementos minerales.
2. Hora del día. En hojas hasta el 90% de la transpiración total es estomatal. Durante
el periodo de luz, las tasas de transpiración y de este modo el posible realce de la
toma y translocación de elementos minerales son mucho mayores que durante el
periodo de oscuridad. Las caídas transitorias a corto plazo en las tasas de
translocación de elementos minerales al comienzo del periodo oscuro reflejan el
cambio de caudal mediado por la transpiración a mediado por la presión radical. Un
consistente y sincronizado patrón diurno de la tasa de transpiración y la tasa de toma
de potasio y nitrato es probablemente causado por los cambios en la disponibilidad
radical de carbohidratos ó por el control por retroalimentación en la toma.
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3. Concentración externa. Es bien conocido que un aumento en la concentración de
elementos minerales en el medio nutritivo puede realzar el efecto de la tasa de
transpiración sobre la toma y translocación de elementos minerales. Esto es más
probable el resultado del transporte que se muestra en los esquemas A y C en la Fig.
3.5. Usualmente, las tasas de translocación son mas sensibles a las diferentes tasas
de transpiración que a las tasas de toma, como se muestra para sodio en la Tabla 3.5.
El efecto de la transpiración sobre el potasio es insignificante comparando con el
sodio. Esta diferencia corresponde a las diferencias en las isotermas de toma de estos
elementos a crecientes concentraciones externas (Fig. 2.22). A bajas concentraciones
externas el flujo xilemático de nitratos en plantas de maíz tampoco es afectado al
disminuir la tasa de transpiración a 50%, y se requiere una reducción en la tasa de
transpiración a 20% antes que se evidencie una mayor declinación en el flujo de
nitratos.
Tabla 3.5
Efecto de la tasa de transpiración en plantas de remolacha azucarera sobre la toma y
translocación de potasio y sodio desde soluciones nutritivas a, b
Potasio Sodio
Concentración Baja Alta Baja Alta
externa (mм) transpiración transpiración transpiración transpiración
Tasa de toma (μmol por planta (4h)–1
+ +
1K + 1Na 4.6 4.9 8.4 11.2
10 K+ + 10Na+ 10.3 11.0 12.0 19.1
Tasa de trasporte (μmol por planta (4h)–1
1K+ + 1Na+ 2.9 3.0 2.0 3.9
10 K+ + 10Na+ 6.5 7.0 3.4 8.1
a
En base a Marschner & Schafarczyk (1967) y W. Schafarczyk (no publicado).
b
Transpiración en valores relativos: baja transpiración = 100; alta transpiración = 650.
4. Tipo de elemento mineral. Bajo de otro modo condiciones comparables (e.g., edad
vegetal y concentración externa), el efecto de la tasa de transpiración sobre la toma y
transporte sigue una jerarquía de elementos minerales típicamente definida.
Usualmente ausente ó solo bajo para potasio, nitrato y fosfato pero puede ser
significante para sodio (Tabla 3.5) ó calcio. Por lo general, la transpiración realza la
toma y translocación de moléculas no cargadas a mayor grado que para los iones. Hay
una estrecha relación entre la tasa de transpiración y la tasa de toma de ciertos
herbicidas. La toma y translocación de elementos minerales en forma de moléculas es
de gran importancia en los casos de boro (ácido bórico; Fig. 2.13) y silicio (ácido
monosilícico; ver también Sección 10.3). Se muestra para plantas de avena una
estrecha correlación entre la transpiración y la toma de silicio en la Tabla 3.6.
Tabla 3.6
Toma medida y calculada de silicio en relación con la transpiración
(consumo de agua) en plantas de avena a
Días Transpiración Toma medida Toma calculada de
después de (ml por (mg por Si b
cosecha planta) planta) (mg por planta)
44 67 3.4 3.6
58 175 9.4 9.4
82 910 50.0 49.1
109 2785 156.0 150.0
a
A partir de Jones & Handrek (1965).
b
Concentración de silicio en la solución del suelo: 54 mg l1.
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Hay una perfecta concordancia entre el contenido de silicio medido en plantas y
aquel previsto a partir de los valores de transpiración (agua perdida por concentración
de silicio en la solución del suelo). Por lo tanto la acumulación de silicio en la materia
seca caulinar puede ser un parámetro adecuado para calcular la eficiencia de uso del
agua (WUE; kg materia seca producida/kg agua transpirada) en cereales cultivados en
campo bajo agua lluvia. Sin embargo, este parámetro no es adecuado, por ejemplo, en
plantas cultivadas bajo diferentes regímenes de irrigación así como en plantas
cultivadas en soluciones nutritivas, ó cuando se comparan diferentes genotipos dentro
de una especie como cebada.
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Fig. 3.6 Efecto de la creciente aplicación de boro al suelo en la distribución caulinar de boro en colza.
(Recalculado a partir de Perth et al., 1975.)
Fig. 3.7 Toxicidad por boro en hojas de lenteja. (Izquierda) control; (derecha) toxicidad por boro.
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Tabla 3.7
Efecto de las tasas de transpiración caulinar de pimiento rojo
durante el crecimiento del fruto sobre el contenido de elementos
minerales en los frutos a
Contenido de elementos Peso seco
Tasa de minerales fruto
–1
transpiración (mg g peso seco)
(relativa) K Mg Ca (g por fruto)
100 91.0 3.0 2.75 0.62
Fig. 3.8 Tasas de transpiración y distribución de nitrógeno marcado ( 15N) en diferentes hojas de fríjol
15NO
después de suplir radicalmente y 15NH . (Redibujado a partir de Martin, 1971.)
Página 94
3.3 Transporte floemático
El transporte floemático a larga distancia sucede en células vivas, los tubos cribosos
(Fig. 3.9). Los principios del mecanismo de transporte en el floema fueron propuestos
ya en 1930 por Münch en su hipótesis de flujo por presión (Druckstromtheorie) en base
al principio del osmometro. Este ha sido ya discutido en la sección 2.8 para la presión
radical. Münch sugirió que solutos como la sacarosa se concentran en el floema foliar
(i.e., carga del floema) y el agua es chupada hacia el interior del floema, creando una
presión interna positiva. Esta presión induce un flujo másico en el floema hacia los
centros de menor presión positiva causada por la eliminación de solutos desde el
floema. La tasa y dirección del flujo están por lo tanto estrechamente relacionados con
la liberación ó descarga en la demanda. Este tipo de flujo másico conducido por
presión en el floema difiere del xilema en tres importantes formas: (a) Los compuestos
orgánicos son los solutos dominantes en la savia floemática; (b) el transporte sucede
en célula vivas; y (c) la descarga de solutos en la demanda juega un rol importante.
Fig. 3.9 Área transversal de un haz vascular caulinar de maíz. Recuadro: tubo criboso con poros de la
placa cribosa y “proteínas P”. (A partir de Eschrich, 1976.)
Para nutrientes minerales los principales centros (fuentes) para la carga del floema
están localizados en el tallo (Sección 3.3.4) y en las hojas como componentes
cualquiera del suministro de nutrientes minerales a demandas en crecimiento (ápices
caulinares, frutos, raíces) ó del reciclaje de nutrientes (Sección 3.4.4). Un ejemplo del
transporte regulado principalmente por la relación fuente–demanda de un nutriente
mineral se muestra mostrado en la Fig. 3.10 para fósforo. Después de la aplicación a
una de las dos hojas primarias maduras, el fósforo marcado es transportado al ápice
caulinar y raíces mientras que el transporte a la otra hoja primaria es insignificante. En
contraste, el sodio (Fig. 3.10) no es transportado al ápice caulinar sino que se mueve
exclusivamente hacia abajo (basipetalmente) a las raíces donde es confinado a las
zonas básales. A partir de aquí se presenta un considerable eflujo neto de sodio. Este
ejemplo además refleja el rol del transporte floemático en el ciclaje de elementos
minerales y particularmente en la prevención de acumulación caulinar de sodio en
especies vegetales natrofóbicas. La capacidad del transporte bidireccional a larga
distancia de iones específicos está causalmente relacionada con la fisiología y
anatomía del floema y sus elementos.
Página 95
Fig. 3.10 Retranslocación del fósforo (32P) y sodio (22Na) marcados después de la aplicación de la punta
de una hoja primaria en fríjol. Autoradiograma, 24 h después de aplicación.
Dentro del floema los elementos del tubo criboso están asociados con células
acompañantes y células parenquimáticas (Fig. 3.9). Algunos de estos elementos
individuales del tubo criboso están alargados de punta a punta en largas series,
formando los tubos cribosos los cuales están conectados por poros conspicuos
(recuadro, Fig. 3.9) llamados poros de la placa cribosa. Los tubos cribosos son
sistemas vasculares altamente especializados para el transporte de solutos a larga
distancia. Las células del tubo criboso contienen una delgada capa de citoplasma,
formada de filamentos transcelulares (llamadas proteínas P) que pasan a través de los
poros de la placa cribosa. Las características anatómicas del transporte a larga
distancia en los tubos cribosos a través de los poros de la placa cribosa son similares
a aquellas del transporte a corta distancia en el simplasto a través de los
plasmodesmos.
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apoplásticas. Otro método es usar insectos chupadores como áfidos y saltones. En el
proceso de alimentación, estos insectos insertan su estilete en el tejido floemático y los
tubos cribosos. Si el estilete es cortado, por ejemplo con un rayo láser este permanece
en el tejido y la alta presión interna en los tubos cribosos forza a la savia floemática a
salir por la apertura del estilete. Esta técnica por supuesto, es muy difícil, y las
cantidades de exudados obtenidos son bastante pequeñas. Por estas razones es
bastante limitado nuestro conocimiento del transporte a larga distancia basado en el
análisis de la savia floemática, particularmente para elementos minerales.
Tabla 3.5
Comparación de los niveles de solutos orgánicos e inorgánicos en exudados floemáticos y
xilemáticos de Nicotiana glauca a
Exudado floemático Exudado xilemático
(incisión del tallo) (traqueal) Relación de
pH 7.8–8.0 pH 5.6–5.9 concentración
Sustancia (μg ml–1)b (μg ml–1)b floema/xilema
Materia seca 170–196c 1.1–1.2 c 155–169
Sacarosa 155-168 c ND –
Azucares Ausente NA –
reductores 10808.0 283.0 38.2
Compuestos amino ND NA –
Nitrato 45.3 9.7 4.7
Amonio 3673.0 204.3 18.0
Potasio 434.6 68.1 6.4
Fósforo 486.4 63.8 7.6
Cloruro 138.9 43.3 3.2
Azufre 83.3 189.2 0.44
Calcio 104.3 33.8 3.1
Magnesio 116.3 46.2 2.5
Sodio 9.4 0.60 15.7
Hierro 15.9 1.47 10.8
Zinc 0.87 0.23 3.8
Manganeso 1.20 0.11 10.9
Cobre
a
A partir de Hocking (1980b)
b
ND, no presente en cantidad detectable; NA, datos no disponibles
c
mg ml–1
Página 97
De los elementos minerales, el potasio usualmente presenta con mucho la mayor
concentración, seguido del fósforo, magnesio y azufre (Tabla 3.8). El azufre esta en
las formas reducidas (glutatión > metionina > cisteína ó cisteína > glutatión) y como
sulfato. Las concentraciones de sulfato en la savia floemática pueden ser tan altas
como del fosfato. El cloruro y el sodio pueden también presentarse a concentraciones
considerablemente altas (Tabla 3.8), pero esto depende fuertemente del suministro
externo y la especie vegetal. En contraste, la concentración de calcio en la savia
floemática es muy baja.
Todos los nutrientes minerales han sido hallados en la savia floemática, excepto
molibdeno y níquel donde hasta ahora no hay datos disponibles. Sin embargo surge la
cuestión, de si la savia floemática, particularmente los exudados recolectados por
incisión, reflejan completamente la movilidad en vivo de los elementos minerales en el
transporte floemático a larga distancia de la fuente a la demanda. Otra aproximación al
estudio de la movilidad floemática es el uso de elementos marcados (isótopos
radioactivos ó estables) para seguir el transporte a larga distancia después de su
aplicación, por ejemplo, a la punta de la lamina foliar (Fig. 3.10). Debido al gradiente
en el potencial hídrico del xilema, la retranslocación desde las puntas foliares y desde
fuera de la hoja tratada debe presentarse en el floema. En base a tales estudios y en
consideración de los datos sobre la composición de la savia floemática, los nutrientes
minerales pueden ser clasificados dependiendo de su movilidad en el floema (Tabla
3.9). El sodio ha sido incluido como nutriente mineral para algunas especies vegetales
y su movilidad en el floema es de particular importancia para plantas cultivadas en
sustratos salinos.
Tabla 3.9
Diferencias características en la movilidad de nutrientes
minerales en el floema
Alta movilidad Movilidad Baja movilidad
intermedia
Potasio Hierro Calcio
Magnesio Zinc Manganeso
Fósforo Cobre
Azufre Boro
Nitrógeno (N-amino) Molibdeno
Cloro (Sodio)
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Sección 3.4.3), la movilidad floemática es generalmente alta, y para los
micronutrientes es por lo menos intermedia con excepción del manganeso. Para el
molibdeno se ha establecido una movilidad floemática bastante alta a partir de ambas
mediciones directas e indirectas. Estudios sobre la movilidad floemática del boro se
han llevado a cabo mediante el seguimiento en el tiempo de la translocación del boro
en frutos en desarrollo como en maní y particularmente con la ayuda de isótopos de
boro. Tales investigaciones consideradas junto con las concentraciones bastante altas
de boro que se presentan en los exudados floemáticos (Sección 3.3.2) revelan
claramente la movilidad floemática del boro. Cantidades considerables de boro son
translocadas en el floema hacia las demandas en crecimiento, por ejemplo, yemas
florales, después de la aplicación foliar. De este modo el boro puede ser clasificado
por lo menos de movilidad intermedia en el floema.
En los haces vasculares, el floema y xilema están separados por solo unas pocas
células (Fig. 3.9). En la regulación del transporte a larga distancia, es muy importante
el intercambio de solutos entre los dos sistemas conductores. A partir de las
diferencias de concentración mostradas en la Tabla 3.8 es evidente que puede
presentarse transferencia del floema al xilema cuesta abajo, a través de la membrana
plasmática de los tubos cribosos, si existe un gradiente de concentración adecuado.
En contraste para la mayoría de solutos orgánicos e inorgánicos una transferencia del
xilema a floema es usualmente un transporte cuesta arriba en contra de un abrupto
gradiente de concentración entre el apoplasto (xilema) y el simplasto de las células
parenquimáticas circundantes al xilema y las células del floema (Fig. 3.9). La
transferencia del xilema a floema es de particular importancia para la nutrición mineral
vegetal, debido a que el transporte xilemático es dirigido principalmente a los centros
(órganos) de mayor transpiración, los cuales usualmente no son los centros de mayor
demanda para nutrientes minerales. Esta transferencia de solutos orgánicos e
inorgánicos puede presentarse a lo largo de toda la vía desde las raíces al vástago, y
el tallo juega un rol importante en este aspecto, más probablemente vía células de
transferencia (Fig. 3.11). En tallos, los centros de intensa transferencia xilema a floema
son los nudos, que funcionan en cereales, por ejemplo, para nutrientes minerales
como potasio y en soya para aminoácidos. En el transporte de aminoácidos en soya
desde las raíces al vástago, entre el 21 y 33% de la transferencia total del xilema al
floema se presento en el tallo y entre el 60 y 73% en las láminas foliares.
Página 99
Fig. 3.11 Transporte a larga distancia en el xilema (X) y floema (P) en un tallo con una hoja conectada y
transferencia xilema a floema mediada por una célula de transferencia (T).
3.4 Importancia relativa del floema y el xilema para el transporte a larga distancia
de los nutrientes minerales
3.4.1 General
Página 100
Transferencia de masa específica = velocidad x concentración
(g h–1 cm–2) (cm h–1) (mg ml–1)
Para nutrientes minerales con alta movilidad floemática como potasio, fósforo ó
nitrógeno como N–amino, la importancia relativa del transporte floemático y xilemático
a un órgano depende principalmente de la etapa de desarrollo del órgano como se
muestra en la Tabla 3.10 para el N–amino durante la vida de una hoja individual.
Tabla 3.10
Importación y exportación de nitrógeno durante la vida de una
hoja de plantas de ricino alimentadas con nitrato a
Días después Nitrógeno (nmol por hoja)
de emergencia Xilema (N– Floema Cambio
foliar NO3)b neto
1-12 + 2.7 (0.23) + 1.4 + 4.10
A lo largo de la vida de la hoja la planta de ricino alimentada con nitrato, fue alta
la importación de nitrógeno por la savia xilemática y continuó a una alta tasa y solo
declino al inicio de la senescencia. La adicional importación floemática de nitrógeno
durante la rápida expansión foliar fue seguida por un abrupto incremento en la
exportación floemática de tal manera que la exportación fue mayor que la importación.
La importación de nitrato represento solo una pequeña fracción del nitrógeno
importado. Las tasas de exportación floemática de nitrógeno coincidieron
estrechamente con las tasas netas de fijación de CO2 por la lámina.
Se han obtenido en principio, datos similares sobre el curso del tiempo para la
importación y exportación xilemática y floemática de potasio y fósforo durante la vida
de hojas individuales en cebada. Una falta de cambio en los contenidos netos de los
elementos minerales altamente móviles en el floema en hojas completamente
Página 101
expandidas es por lo tanto un reflejo de ó el cese de la importación ó, mas probable,
de un equilibrio entre la importación y exportación (retranslocación).
Tabla 3.11
Importación xilemática y floemática de potasio, magnesio y calcio
en la yema Terminal y hojas más jóvenes de ricino a
Yema Terminal Hojas más jóvenes
K Mg Ca K Mg Ca
Xilema 3.9 8.0 4.2 20.6 5.2 2.4
Página 102
Tabla 3.12
Efecto de los factores ambientales y tasa de crecimiento sobre el
contenido de calcio y potasio en frutos de ají a
Contenido en frutos
(μmol g–1 peso seco)
Tratamiento y tasa de crecimiento Ca K
Suministro radical de calcio
0.5 mм 26.9 1315
5.0 mм 33.2 1228
Humedad relativa en el ambiente del
fruto
90% 32.7 1892
40% 55.4 1918
Tasa de crecimiento de los frutos
(mg peso seco por día)
20.1 28.2 1772
29.9 20.7 1846
38.5 17.2 1813
a
A partir de Marschner (1983).
Página 103
interrupción de la aireación de la solución nutritiva durante la noche no tiene efecto
sobre la acumulación de calcio en raíces de tomate pero redujo el transporte hacia al
tallo en 42% y hacia las hojas en 82%. Está bien documentado un incremento en la
pudrición terminal de la inflorescencia en el tomate por una pobre aireación en el
medio de enraizado.
Tabla 3.13
Relación entre la presión radical (gutación) y el transporte de calcio hacia
hojas en expansión de fresa a
Concentración de la Gutación Necrosis Contenido
solución nutritiva b (relativa) apical (μg por hoja)
Día Noche (0–3) c (0–5) d Ca Mg
Concentrada Concentrada 0.3 3.0 7 57
Concentrada Diluida 2.4 0.3 25 77
Diluida Concentrada 0.8 1.3 16 74
Diluida Diluida 2.3 0.0 62 78
a
En base a Guttridge et al. (1981).
b
Presión radical varía según la concentración de la solución nutritiva:
concentrada = 6.5 atm; diluida = 1.6 atm.
c
0 = nada; 3 = alto
d
0 = nada; 5 = muy severo
Tabla 3.14
Efecto de IAA (auxina) y TIBA (ácido triyodobenzoico) sobre el
eflujo de calcio desde segmentos de hipocótilo de girasol a
Eflujo de calcio (nmol por 20 segmentos h–1)
Extremidad apical Extremidad basal
Control 22.4 15.4
IAA b 37.1 25.6
b
TIBA 25.4 17.2
a
De Guzman & De la Fuente (1984).
b
Aplicado a las extremidades respectivas de los
segmentos
Página 104
Esta relación causal entre el transporte de IAA y calcio en un tejido puede
también demostrarse en hojas jóvenes de lechuga, en diferentes órganos caulinares
de árboles de mango y en frutos jóvenes de tomate (Tabla 3.15). El pretratamiento con
TIBA inhibió el transporte basipétalo polar de IAA desde el fruto joven y
simultáneamente deprimió el transporte acropétalo polar de calcio hacia el fruto. En
contraste, las tasas de transporte acropétalo de 86Rb(K) y agua no fueron afectados
por el tratamiento con TIBA.
Tabla 3.15
Efecto del pretratamiento con TIBA (24 h) sobre el
transporte basipétalo de IAA y acropétalo de 45Ca, 86Rb(K)
y 3H2O en frutos de tomate con 10 días de edad a
IAA Transporte acropétalo
(pmol por (Bq por fruto)
45 86 3
Tratamiento fruto) Ca Rb H2O
Control 18 33 17 39
TIBA 12 18 15 38
a
En base a Banuelos et al. (1987).
La creciente importación de calcio hacia los frutos, sin embargo, no es ventajosa bajo
todas las circunstancias. En tomate, por ejemplo, los factores ambientales que realzan
la importación de calcio hacia los frutos incrementan la incidencia del “moteado
dorado” como un desorden fisiológico causado por un exceso en vez de una
deficiencia de calcio en el tejido. En el tejido con moteo dorado se encontraron altos
niveles de calcio junto con muchos cristales de oxalato de calcio. La abundante
formación de cristales de oxalato de calcio en el apoplasto de acículas en
gimnospermas (Fig. 3.3) es otro ejemplo de la excesiva importación de calcio a un
órgano, y es particularmente evidente en árboles cultivados en suelos calcáreos.
Página 105
vástagos y raíces de plantas alimentadas con nitrato (ver abajo). En término más
generales el ciclaje de los nutrientes puede ser un medio útil de limar fluctuaciones de
suministros externos para corresponder más consistentemente a una demanda. El
ciclaje de nutrientes minerales puede también ser importante para compensar, por lo
menos en parte, la heterogénea distribución de nutrientes minerales en la zona de
enraizado, por ejemplo en el caso del zinc, pero no en el caso del hierro. En general, el
ciclaje de nutrientes minerales no debe considerarse en todo caso como un
mecanismo regulador específico para un nutriente mineral particular. En muchos casos
el ciclaje puede bien ser la consecuencia del mecanismo y dirección del transporte
floemático gobernado por el transporte de azúcares desde las hojas como fuente hacia
las raíces como demanda.
Tabla 3.16
Particionamiento, translocación y ciclaje de elementos minerales en lupino blanco y ricino a
Proporción de la toma total (%)
Lupino blanco Ricino
Parámetro K Na Mg Ca K Na Mg Ca
Importación (lamina foliar) xilemática 96 45 33 29 138 11 51 39
Exportación (lamina foliar) floemática 72 33 25 12 93 9 13 2
Transporte floemático hacia raíces 59 33 20 9 85 9 15 1
Ciclaje a través de raíces 39 –b 10 –b 78 –b 7 –b
a
En base a Jeschke & Pate (1991b).
b
No pudo cuantificarse.
Página 106
a las raíces. Sin embargo, la situación es más complicada para especies vegetales
que reducen el nitrato en ambos raíces y vástagos. En ricino, por ejemplo, cerca de la
mitad de la reducción de nitrato se presenta en las raíces. La mayoría del nitrógeno
reducido en las raíces es translocado por el xilema hacia los vástagos, del cual una
porción considerable es retranslocada por el floema hacia las raíces y se cicla de
vuelta por el xilema hacia los vástagos. De este modo, a un momento dado de
muestreo de savia xilemática, una considerable proporción del nitrógeno reducido
habrá ya sido ciclado por lo menos una vez por toda la planta. Esto también puede
mantenerse para azufre reducido.
Fig. 3.12 Modelo para la circulación de potasio entre la raíz y el vástago en relación al transporte de
nitrato y malato (PEP, fosfoenolpiruvato). (En base a Ben-Zioni et al., 1971 y Kirkby & Knight, 1977.)
Página 107
3.5 Removilización de nutrientes minerales
3.5.1 General
Página 108
Sin embargo, el grado al que se presenta la removilización también difiere entre
nutrientes minerales y esto es razonablemente bien reflejado en la distribución de los
síntomas de deficiencia visibles en plantas. Los síntomas de deficiencia que se
presentan predominantemente en hojas jóvenes y meristemos apicales reflejan
insuficiente removilización. En el ultimo caso, cualquiera la movilidad floemática es
insuficiente (Sección 3.3.3) ó solo una fracción relativamente pequeña de nutrientes
minerales puede transformarse a una forma móvil en las hojas más viejas
completamente expandidas.
Página 109
El grado de removilización depende de varios factores, incluyendo (a) el
requerimiento específico de semillas y frutos para un nutriente mineral dado; (b) el
estado nutricional de las partes vegetativas; (c) la relación entre la masa vegetativa
(tamaño de la fuente) y el numero y tamaño de semillas y frutos (tamaño de la
demanda); y (d) la tasa de toma radical de nutrientes durante la etapa reproductiva.
Los granos en cereales, por ejemplo, se caracterizan por una alta concentración de
nitrógeno y fósforo, y una baja concentración de potasio, magnesio y calcio, mientras
que los frutos carnosos (e.g., tomates) ú órganos de almacenamiento (e.g., tubérculos
de papa) son altos en potasio pero relativamente bajos en nitrógeno y fósforo.
Tabla 3.17
Removilización de nutrientes minerales en un cultivo de arveja entre la floración y
la maduración a
Nutrientes minerales en hojas y tallos
(kg ha–1)
N P K Mg Ca
Momento de cosecha
Junio 8 (floración) 64 7 53 5 31
Junio 22 87 10 66 8 60
Julio 1 60 7 61 8 69
Julio 12 (maduración) 32 3 46 9 76
En cereales como el trigo hasta cerca del 90% del fósforo total en los granos
puede atribuirse a la removilización desde las partes vegetativas. Se encuentran
proporciones mucho menores solo cuando las raíces están continuamente bien
suplidas con fósforo en un cultivo en arena. Para nitrógeno una comparación de
removilización en diferentes cultivares de trigo bajo condiciones de campo dio un valor
promedio de removilización del 83%, pero los valores oscilaron desde 51 a 91%
dependiendo de la toma de nitrógeno total de los cultivares.
Página 110
removilización de nutrientes minerales como factor inductor de la senescencia. Sin
embargo, hay varios ejemplos (ver también Capítulos 5 y 6) que muestran este
fenómeno, por ejemplo, la removilización del fósforo y la senescencia de la hoja
bandera en trigo, la removilización del fósforo y la interrupción del metabolismo del
carbono en hojas fuente de soya deficiente en fósforo, ó la removilización del nitrógeno
y la senescencia de fríjol cultivado en campo (Fig. 3.14). A pesar del alto potencial
para la fijación de N2 de este genotipo, la realzada removilización (y exportación) de
nitrógeno desde las hojas hacia las vainas y semillas en desarrollo pronto después del
florecimiento (Fig. 3.14) limitó fuertemente la tasa de fotosíntesis foliar y, de este modo
también el rendimiento seminal del fríjol cultivado en el trópico.
Fig. 3.14 Particionamiento del nitrógeno en fríjol (Phaseolus vulgaris L., genotipo G 5059) cultivado en
campo durante el crecimiento reproductivo. (Lynch & White, 1992.)
Tabla 3.18
Contenido de potasio en pecíolos de dos cultivares de tomate en varias etapas de
crecimiento a
Tercera Primer pomo, Primer pomo, 50% frutos
inflorescencia, Verde maduro Fruto rosado maduros
Cultivar Flor abierta
VFN–8 5.30 6.83 3.48 0.97
VF–13L 5.24 5.86 1.80 0.40 b
a
Contenido de potasio expresado como porcentaje de peso seco. En base a
Lingle & Lorenz (1969).
b
Síntomas de deficiencia severa de potasio en hojas.
Página 111
La removilización es altamente selectiva para los nutrientes minerales. Esta
selectividad y la correspondiente discriminación contra elementos minerales que son
cualquiera no esenciales ó requeridos solo a muy bajos niveles es bastante
impresionante, como se muestra en la Tabla 3.19 para cebada cultivada en sustrato
salino. En los vástagos vegetativos el contenido de potasio es menor que el de sodio y
de cloruro. Durante la removilización, sin embargo, el potasio es altamente preferido y
se invierte la relación de los tres elementos minerales en las espigas. Se presenta un
paso adicional en la selección de nutrientes antes de su entrada en los granos.
Tabla 3.19
Contenido de elementos minerales en cebada (cv. Palladium)
cultivada en un sustrato salino a,b
Contenido (μmol g–1 peso seco)
Parte vegetal K Na Cl
Vástago vegetativo 0.22 2.27 1.52
Raquis, gluma, arista 0.56 0.42 0.43
Gano 0.13 0.04 0.04
a,
En base a Greenway (1962).
b
Sustrato contenía 6 mм K+ y 125 mм Na+ (como NaCl)
Tabla 3.20
Cambios en el contenido de micronutrientes en láminas foliares durante
el llenado de vaina en soya a
Parámetro Llenado de vaina Llenado de vaina
temprano-intermedio tardío
Peso fresco (g por 3 1.96 2.57
foliolos)
Elemento (μg g–1 peso
fresco)
Fe 48.9 30.2
Zn 45.1 21.6
Mn 36.3 56.2
Cu 1.01 0.87
B 17.4 24.2
Mo 0.45 0.09
En base a Wood et al. (1986).
Página 112
Esta relación inversa entre el contenido foliar y el grado de removilización de
micronutrientes es causada por la mayor proporción de micronutrientes firmemente
enlazados (constituyentes estructurales, e.g., en membranas celulares y pared celular)
en las hojas bajas en contenido nutricional. Se ha observado esta misma relación en
hojas de árboles frutales después de la aplicación foliar de boro ( 10B). Mientras que el
boro aplicado foliarmente fue casi cuantitativamente exportado dentro de las siguientes
semanas, el contenido del boro foliar originado del suelo (originalmente presente) no
cambio.
Fig. 3.15 Efectos del suministro de cobre (izquierda = bajo; derecha = alto) y sombreo sobre el contenido
de cobre y nitrógeno en la hoja más vieja de trigo. Clave: ○, no sombreado; ●, sombreado. (A partir de Hill
et al., 1979a.)
Página 113
en el simplasto hacia el floema; (c) carga floemática; y (d) transporte floemático. Las
discrepancias entre la alta ó intermedia movilidad floemática (Tabla 3.9) y las bajas
tasas de removilización, particularmente durante etapa de crecimiento vegetativo, son
muy probablemente causadas por la insuficiente movilización dentro de las células
foliares. Una gran proporción de micronutrientes está incorporada en las estructuras
celulares y compuestos orgánicos de alto peso molecular (e.g., enzimas). Durante el
crecimiento reproductivo la senescencia foliar inducida por el crecimiento de frutos y
semilla supera el paso mas limitante (paso a) de la removilización para la mayoría de
micronutrientes. Esto es muy probablemente la razón de que, a pesar de la alta a
moderada movilidad floemática de los micronutrientes hierro, zinc, cobre, molibdeno y
también boro, los síntomas de deficiencia de estos micronutrientes durante el
crecimiento reproductivo aparecen primero en las hojas jóvenes y el ápice caulinar.
Estos demandas del crecimiento vegetativo carecen de la capacidad de producir una
“señal” suficientemente fuerte para inducir la senescencia foliar y de este modo,
realzar la movilización de estos nutrientes minerales dentro de las células foliares.
En plantas terrestres los estomas (Fig. 4.1) son los centros de intercambio gaseoso
(principalmente CO2, O2) con la atmósfera. Su numero por mm2 de superficie foliar
varía entre cerca de 20 en especies suculentas (especies CAM), 100–200 en la
mayoría de especies anuales, y mas de 800 en ciertas especies arbóreas (e.g., Acer
montanum). Los estomas son usualmente mas abundantes (mayoría de especies
anuales) ó están confinados (muchas especies arbóreas, e.g., Fagus sylvatica) a la
Página 114
superficie foliar inferior (abaxial). Los nutrientes minerales en forma gaseosa, como el
SO2, NH3 y NO2, entran también por las hojas predominantemente a través de los
estomas y son rápidamente metabolizados en las hojas. En años recientes la toma
foliar de estos gases ha atraído mucho interés ya que son los principales componentes
de la polución del aire y su toma puede ser considerable. Además, dependiendo de la
concentración y especie vegetal, ellos pueden cualquiera deprimir ó realzar el
crecimiento vegetal. En áreas agrícolas la principal fuente de emisión de amoniaco
(NH3) es la cría animal, y pueden volatilizarse grandes cantidades de NH3 del estiércol
y pasturas apacentadas por el ganado. Ya que el NH3 es rápidamente tomado por las
hojas, las crecientes concentraciones de NH3 ambiental incrementan el crecimiento
vegetal, y se encontró que el contenido caulinar de nitrógeno esta linealmente
relacionado con las concentraciones de NH3 ambiental (Tabla 4.1). La proporción de
nitrógeno total (caulinar y radical) derivado del NH3 se incremento desde 4% en la más
baja a 77% en la más alta concentración.
Fig. 4.1 Micrografía electrónica de barrido de superficies foliares inferiores (abaxiales) de Fagus sylvatica
(izquierda) y Puccinellia peisonis (derecha). Flecha = estoma. (Cortesía de R. Stelzer.)
Tabla 4.1
Peso seco caulinar, contenido de nitrógeno en materia seca caulinar y toma de N–
NH3 atmosférico en ryegrass italiano cultivado en suelo con bajos niveles de nitrato
y expuesto a diferentes concentraciones de NH3 por 33 días a
Concentración de Peso seco Contenido caulinar N total vegetal
NH3 caulinar de N derivado de NH3
(μg m–3) (g por maceta) (% en materia seca) (mg por maceta)
14 6.4 0.89 8
Página 115
En áreas de cría animal intensiva las concentraciones de NH3 atmosférico
están en promedio entre 5 y 15 μg NH3 m–3, pero pueden elevarse dentro del dosel de
la pastura cerca de 85 μg NH3 m–3 y están sometidas a considerables fluctuaciones
diurnas. En la noche dentro del dosel puede presentarse un abrupto gradiente de
concentración de NH3 desde la base (superficie del suelo) hacia la atmósfera sobre el
dosel (la atmósfera libre encima de la vegetación); durante el día, sin embargo, la
concentración de NH3 dentro del dosel cae a un nivel muy bajo, indicando la
considerable toma de NH3 por los estomas. Se han calculado las tasas diarias de toma
foliar de NH3 en una pastura entre 100 y 450 g nitrógeno por hectárea, pero en ciertos
periodos tanto como el 10–20% del nitrógeno en pasturas puede originarse de NH3
gaseoso.
La toma foliar de sulfuro de hidrógeno (H2S) que sigue un patrón diurno, esta
estrechamente relacionada con la apertura estomatal. El sulfuro de hidrogeno es
tóxico a especies vegetales sensibles como la espinaca aún a concentraciones debajo
de 0.7 mg m–3.
No solo puede ser considerable la toma foliar de estos gases sino también sus
perdidas por emisión. Esto es cierto para NH3, H2S y otros compuestos volátiles de
azufre. En arroz, se han calculado que las perdidas de compuestos volátiles de
nitrógeno (principalmente NH3) a través de los estomas son tanto como 15 kg N ha–1
en un periodo de 100 días. Las plantas de trigo parecen perder NH3 a una tasa
bastante constante de 60-120 ng N–NH3 m–2 s–1 antes de la etapa de madurez
Página 116
lechosa, pero la tasa se incrementa a 100-200 ng N– NH3 m–2 s–1 durante la
senescencia, conduciendo a perdidas acumulativas de nitrógeno de entre 2.8 y 4.4 kg
ha–1. Para un cultivo de trigo las perdidas foliares de de NH3 durante la senescencia
pueden alcanzar cerca de 7 kg N ha–1, equivalente a 21% del fertilizante nitrogenado
aplicado al suelo. En plantas de arveja durante el llenado de la semilla las perdidas de
nitrógeno pueden alcanzar el 30% del nitrógeno total vegetal, y una gran proporción de
esta perdida puede atribuirse a la volatilización del NH3 desde las partes aéreas
vegetales.
Tabla 4.2
Relación entre el contenido de sulfato del suelo y el contenido de azufre
en las emisiones volátiles de azufre por acículas de pícea de Noruega a
Sulfato (mg SO4– kg–1 suelo)
Parámetro 97 129 181
S total (mg g–1 peso seco acícula) 1.0 0.9 1.2
Emisión H2S (nmol mol–1 H2O) 0.9 1.1 1.0
Emisión SO2 (nmol mol–1 (2h) –1) 4.1 8.8 10.3
a
En base a Rennenberg et al. (1990).
Mientras que en plantas acuáticas las hojas y no las raíces son los principales
centros de toma de nutrientes minerales, en plantas terrestres por la superficie foliar y
otras partes aéreas vegetales esta severamente limitada por la pared externa de las
células epidérmicas. La estructura principal de la pared epidérmica externa se muestra
esquemáticamente en la Fig. 4.2, y en la Fig. 4.3 se dan dos ejemplos de secciones
transversales a través de paredes celulares epidérmicas externas en hojas de trigo y
fríjol.
Página 117
Fig. 4.2 Dibujo esquemático de las diferentes capas de una típica pared epidérmica externa de células
foliares. ×, cera; ∆, cutina; ●, pectina; –, celulosa. (Lyshede, 1982.)
Fig. 4.3 Sección transversal (x 20 000) de la pared celular epidérmica externa de hojas de trigo (T.
aestivum; izquierda) y fríjol (P. vulgaris; derecha). (Cortesía de Ch. Hecht–Buchholz.)
Esta pared externa está cubierta por la cutícula (cutícula propiamente dicha) y
una capa de ceras epicuticulares que frecuentemente están bien y típicamente
estructuradas. Estas ceras son excretadas por las células epidérmicas y consisten de
alcoholes de cadena larga, cetonas, y esteres de ácidos grasos de cadena larga. Las
ceras también se presentan “intracuticularmente” entre la cutícula y la capa cutinizada
(Fig. 4.2). La cutícula consiste principalmente de cutina, una mezcla de ácidos grasos
de cadena larga. Las propiedades químicas y físicas de la cutícula difieren entre las
superficies internas y externas, presentándose en la capa cutinizada un notable
gradiente desde la superficie externa hidrofóbica (lipofílica) a una superficie interna
hidrofílica. La capa cutinizada es normalmente la parte más gruesa de la pared
epidérmica (Fig. 4.2) y consiste de un esqueleto de celulosa, incrustado con cutina,
cera y pectina.
Página 118
una barrera “a prueba de agua” para que actúe como frontera apoplástica jugando por
lo tanto un rol similar al de la banda de Caspari en la endodermis radical (Sección 2.7).
La relativa importancia de estas dos principales funciones de la cutícula depende de
las condiciones climáticas (zonas áridas versus trópicos húmedos). Además la cutícula
está involucrada en el control de la temperatura, propiedades ópticas de las hojas y
juega un rol en la defensa contra plagas y enfermedades (Capitulo 11).
Fig. 4.4 Presentación esquemática de la penetración de solutos a través de la capa cuticular de células
foliares epidérmicas (G, células guarda).
Página 119
Se ha supuesto que se presentan microcanales hidrofílicos (“ectodesmos”) a
través de la pared celular epidérmica externa como vías para el movimiento de vapor
de agua y solutos. Sin embargo, se carece de evidencia experimental para la
existencia de tales estructuras en vivo.
Las células foliares, similar a las células radicales, toman los elementos
minerales desde el apoplasto. De este modo la toma se afecta similarmente por
factores externos, como la concentración del nutriente mineral y la valencia del ión así
como por la temperatura, y factores internos, tales como la actividad metabólica. Sin
embargo, para una dada concentración externa de nutrientes minerales, las tasas de
toma por hojas intactas son, mucho menores que las correspondientes tasas de toma
radical, ya que los muy pequeños poros en la cutícula limitan severamente la difusión
desde la superficie externa foliar hacia el apoplasto foliar total y por lo tanto hacia la
membrana plasmática de las células foliares. El grosor de la cutícula difiere
ampliamente entre especies vegetales y también es afectado por factores ambientales;
i.e., particularmente evidente en comparaciones de plantas cultivadas bajo condiciones
de sombreo y de no sombreo.
La tasa a la que las hojas toman los nutrientes minerales suministrados a sus
superficies también depende del estado nutricional vegetal, como se muestra para
fósforo en la Tabla 4.3. La tasa de toma foliar en plantas deficientes de fósforo fue el
doble de alto de las plantas control bien suplidas radicalmente con fósforo. Además,
en las plantas deficientes, se transloco mucho más fósforo desde la hoja,
particularmente hacia las raíces.
Tabla 4.3
Absorción foliar y translocación de fosfato marcado en plantas de cebada a, b
Tasa de absorción y translocación
(μmol P g–1 peso seco foliar h–1)
Plantas control Plantas deficientes
en fósforo
Toma por la hoja tratada 5.29 ± 0.54 9.92 ± 2.17
Translocación desde la hoja tratada 2.00 ± 0.25 5.96 ± 1.08
Translocación hacia las raíces 0.63 ± 0.04 4.38 ± 0.42
a
A partir de Clarkson & Scattergood (1982).
b 32
[ P] fosfato fue suplido a la hoja madura. Duración del experimento: 3 días.
En contraste a la toma iónica por las células radicales, la toma por células
foliares fotosintetizantes es estimulada directamente por la luz. Esto puede
demostrarse cualquiera con hojas intactas después de la penetración de solutos al
vacío ó con segmentos foliares, donde se minimiza la resistencia a la penetración de
solutos por la cutícula (Tabla 4.4).
Página 120
Tabla 4.4
Efecto de la luz e inhibidor (2,4–DNA) en la toma de
potasio por segmentos foliares de maíz a
Toma de K (μmol g–1 h–1)
Oscuridad Iluminado
Tratamiento
4.3.1 General
Página 121
1. Bajas tasas de penetración, particularmente en hojas con cutículas
gruesas (e.g., cítricos y café).
2. Escurrimiento de superficies hidrofóbicas.
3. Lavado por la lluvia
4. Secado rápido de las soluciones asperjadas
5. Limitadas tasas de retranslocación de ciertos nutrientes minerales como
calcio desde los centros de toma (principalmente hojas maduras) hacia otras
partes vegetales.
6. Limitadas cantidades de macronutrientes que pueden ser suplidas
mediante una aspersión foliar (en promedio, 1% x 400 l ha–1, siendo una
excepción la urea, que puede comprender el 10% de una aspersión).
7. Daño foliar (necrosis ó “quemado”)
Tabla 4.5
Efecto del inhibidor de ureasa PPD a sobre la actividad ureasa, necrosis
apical foliar y contenido foliar de urea y amoniaco en soya después de la
aplicación foliar de 15 mg urea por hoja b
PPD Actividad Necrosis apical Contenido (% del peso
(μg por hoja) ureasa c foliar seco)
(% del peso seco) Urea Amoniaco
Página 122
En general, el daño foliar por aplicación foliar de nutrientes es mucho menos
severo cuando es bajo el pH de la solución asperjada. La adición de surfactantes con
base en silicio parece ser un medio de disminuir el daño foliar y simultáneamente
incrementar la eficiencia de las aspersiones, particularmente para hojas con cutículas
gruesas.
Tabla 4.6
Dosis de fertilizantes de manganeso (como MnSO4)
requerida para el rendimiento óptimo de soya cultivada en
suelos deficientes en manganeso a
Modo de aplicación del Requerimiento para el óptimo
fertilizante de manganeso rendimiento (kg Mn ha–1)
A voleo 14
En bandas 3
Aspersiones foliares (2x) 0.1
a
En base a Mascagni & Cox (1985).
Página 123
Tabla 4.7
Efectos de la aplicación al suelo y foliar de cobre /CuSO4·SH2O) sobre parámetros de
crecimiento y rendimiento de grano en trigo a
Tratamiento Espigas Granos Rendimiento de
–2
m por grano
espiga (g peso seco m–2)
Sin aplicación 37.0 0.14 0.03
Aplicación al suelo (kg sulfato de cobre ha–1)
2.5 28.8 2.3 1.0
10.0 58.5 2.9 2.3
–1
Aplicación foliar (2%; 2 kg sulfato de cobre ha )
Una vez en la extensión caulinar 63.8 17.1 14.0
Una vez en la extensión caulinar y una vez 127.4 52.7 79.7
en la etapa de embuchamiento
a
En base a Grundon (1980).
Tabla 4.8
Efecto de la aplicación foliar de urea en la floración y llenado de vaina sobre la
producción de materia seca y contenido de nitrógeno en soya nodulada a
Peso seco (g por Contenido de N (mg por planta)
planta)
Tratamiento Semillas Total Semillas Total (a partir de urea)
Control 4.6 21.4 234 342 (–)
Página 124
4.3.2.4 Aumento en el contenido proteico de granos de cereales
Tabla 4.9
Efectos del riego por aspersión y por goteo con agua salina sobre el contenido
foliar de elementos minerales en ají (Capsicum fructescens L.) a
Contenido Contenido foliar mineral
de sales (mmol (100g)–1 peso seco)
en el Cloruro Sodio Potasio
agua Aspersión Goteo Aspersión Goteo Aspersión Goteo
Bajo 110 20 20 1 101 118
Medio 121 51 26 1 97 121
Alto 165 76 48 1 86 113
a
En base a Bernstein & Francois (1975).
Página 125
cuando se usa agua salina para la aspersión, mientras que por ejemplo, el algodón y
el girasol son muy tolerantes.
Página 126
Aunque el lavado de cationes no representa usualmente mucho más que el 1%
del contenido foliar total, este puede alcanzar hasta el 10% de la incorporación anual
neta de cationes en biomasa aérea. El lavado específico de cationes desde partes
aéreas vegetales es compensado por mayores tasas de toma radical de estos
cationes. Como consecuencia de la mayor tasa de toma catiónica, puede disminuir el
pH rizosférico y de este modo, parte de la carga ácida del dosel puede ser
indirectamente llevada hacia la rizosfera.
En climas templados son mucho menores las perdidas por lavado de partes
aéreas vegetales, pero aún considerables (Tabla 4.10). Bajo estas condiciones de
mucha menor lluvia, es difícil la cuantificación de las perdidas por lavado debido a que
la “deposición seca” (partículas y gases) puede constituir una considerable parte de los
nutrientes minerales en la precipitación directa (Tabla 4.10).
Página 127
Tabla 4.10
Entrada de elementos minerales por precipitación total (deposición
húmeda) y deposición seca, precipitación directa y lavado en un
bosque de pino silvestre de 40 años de edad a
Precipitación Entrada de elementos minerales
(kg ha–1 año–1)
–1 Ca Mg K Mn Na
Parámetro (mm año )
Deposición 550 12.7 1.4 1.9 0.24 4.1
húmeda
Deposición – 10.2 1.1 1.5 0.19 3.7
seca
Precipitación 397 27.8 4.3 45.1 2.50 7.4
directa
Lavado del – 4.9 1.8 11.7 2.07 –
dosel
a
En base a B. Marschner et al. (1991).
5.1 General
Página 128
lo tanto el particionamiento de fotosintatos y la relación fuente–demanda y sus
mecanismos de control son de crucial importancia en la producción de cultivos.
Página 129
Fig. 5.1 Cadena fotosintética de transporte de electrones con fotosistemas II y I (PS II; PS I) y
fotofosforilación. Q, Quencher; X, compuesto desconocido; Cit, citocromo; XAN, ciclo de las xantofilas.
(Recuadro) Sección de la estructura porfirina de clorofila con el átomo central de magnesio.
Página 130
Ambos nitrito y sulfito compiten dentro de los cloroplastos por el NADP+ para su
reducción. En hojas las tasas de reducción del nitrito y sulfito son mucho mayores
durante el periodo lumínico (Capítulo 8). Este acoplamiento de la reducción del nitrito y
sulfito con la luz es también un ejemplo de un más general mecanismo regulador, ya
que la fotosíntesis supla las estructuras (esqueletos de carbono) requeridas para las
incorporación del nitrógeno reducido (–NH2) y azufre (-SH) en compuestos orgánicos
como aminoácidos.
Página 131
el polipéptido D1 de 32 kDa tiene una particularmente alta tasa de recambio que se
requiere para la continua reparación del sistema.
Fig. 5.2 Utilización alternativa de fotorreductores para la asimilación de CO 2 ó activación del oxígeno
molecular y sistema de detoxificación (secuestro). SOD, superóxido dismutasa; GR, glutatión; APO,
ascorbato peroxidasa.
Página 132
considerable evidencia de que las especies tóxicas de oxígeno están también
involucradas en la senescencia celular y de órganos como las hojas (Sección 5.5), y
que bastante frecuentemente la aparición de clorosis y necrosis foliar como síntomas
visuales de deficiencia de nutrientes minerales está causalmente relacionada con los
elevados niveles foliares de especies tóxicas de oxígeno. Se muestra un ejemplo de
esto en hojas de fríjol en la Fig. 5.3. Bajo deficiencia de zinc es alto el nivel de
especies tóxicas de oxigeno debido a ambos, la deprimida actividad SOD y las
menores tasas de exportación de carbohidratos como resultado de la baja actividad
demanda. Bajo deficiencia de magnesio la deteriorada carga floemática de
carbohidratos es el principal factor para el estrés oxidativo bajo alta intensidad
lumínica. En ambos casos la producción de fotooxidantes y, de este modo, la
fotooxidación de los pigmentos foliares, pueden evitarse casi totalmente mediante al
sombreo parcial de las laminas foliares (Fig. 5.3). De acuerdo con esto, la inhibida
carga floemática de sacarosa en plantas de tabaco y tomate manipulados
genéticamente también está correlacionada con la severa clorosis y necrosis de las
láminas foliares.
Fig. 5.3 Efecto del sombreo parcial de laminas foliares sobre la clorosis y necrosis en hojas primarias de
plantas de Phaseolus vulgaris deficientes en zinc (izquierda) y magnesio (derecha) expuestas a alta
intensidad lumínica (480 μE m–2 s–1). (A partir de Marschner & Cakmak, 1939.)
Página 133
refiere como vía C3. La enzima RuBP carboxilasa (Rubisco), que media la
incorporación del CO2, es fuertemente activada por el Mg2+. En una serie de pasos
adicionales el PGA es reducido a gliceraldehído-3-fosfato (GAP), una reacción que usa
al NADPH y el ATP suplidos por la reacción lumínica de la fotosíntesis.
Fig. 5.4 Esquema simplificado de la fijación de CO2 y síntesis de carbohidratos de acuerdo al ciclo de
Calvin–Benson en plantas C3. (Modificado a partir de Larcher, 1980).
Página 134
El fosfoenol piruvato (PEP) actúa como un aceptor de CO2, formando oxalacetato que
es reducido a malato. El producto de está incorporación de CO2 son compuestos C4,
cualquiera malato ó el aminoácido aspartato. Por lo tanto las especies vegetales con
esta vía C4 son clasificadas como plantas C4 (Fig. 5.5). Está vía de incorporación de
CO2, sin embargo, está confinada a los cloroplastos de las células del mesófilo desde
donde los compuestos C4 son transportados hacia las células de la vaina del haz. En
estas células los compuestos C4 son descarboxilados y el CO2 liberado es fijado por la
RuBP y canalizado en el ciclo de Calvin–Benson. De este modo en plantas C4 la
fijación y reducción final del CO2 es idéntica a aquella en plantas C3. En plantas C4, sin
embargo, hay una característica separación espacial de estas dos formas de fijación
de CO2.
Fig. 5.5 Esquema simplificado de la fijación de CO2 y compartimentación en plantas C4. CA,
anhidrasa carbónica.
Página 135
El tipo de fotosíntesis que sucede en plantas C4 usualmente se presenta en
especies vegetales de origen tropical que tienen altas tasas fotosintéticas y produce
grandes cantidades de materia seca (e.g., caña de azúcar, sorgo, maíz, y varias
Chenopodiaceae). El mecanismo C4 por varias razones permite a la planta utilizar más
eficientemente ambos CO2 y agua. Se consigue alta eficiencia de CO2 por varios
factores, como la alta afinidad de la PEP por CO2. Adicionalmente, en hojas de plantas
C4 se disminuye en la luz la sensibilidad de la PEP carboxilasa contra la
retroregulación negativa por elevadas concentraciones por malato. Además, en
plantas C4 la actividad de la anhidrasa carbónica (CA) es alta en las células del
mesófilo pero muy baja en las células de la vaina del haz. Esta enzima cambia el
equilibrio CO2 ⇌ HCO a favor del HCO , que es el sustrato de la PEP carboxilasa, y
simultáneamente mantiene una baja presión parcial de CO2 en el espacio intercelular
foliar. Por otro lado, en las células de la vaina del haz se consigue una alta
concentración de CO2, y el CO2 es el sustrato para la RuBP carboxilasa. La muy baja
permeabilidad de las células de la vaina del haz para el CO2 contribuye adicionalmente
al mantenimiento de la alta presión parcial localizada de CO2 dentro de estas células,
pero un bajo valor en el espacio intercelular. Esto también es cierto a altas
temperaturas (encimas de 25°C ), donde la producción endógena de CO2 respiratorio
es correspondientemente alta. También es mayor la temperatura óptima de la PEP
carboxilasa que para RuBP carboxilasa. Esto explica, por lo menos en parte, por que a
altas intensidades lumínicas y a altas temperaturas las plantas C4 tienen
considerablemente menores puntos de compensación de CO2, esto es, niveles de CO2
en los que el consumo y producción de CO2 (respiración) están en equilibrio, que para
plantas C3 (0-20 y 50-100 ppm CO2, respectivamente).
La mayor eficiencia del uso del agua por plantas C4 que para plantas C3 está
también relacionada con la menor presión parcial de CO2 endógeno y el
correspondientemente abrupto gradiente de CO2 desde la atmósfera envolvente a
través de los estomas abiertos hacia el interior del tejido foliar. En plantas C4
relativamente hay una mayor difusión de CO2 hacia el interior a través de los estomas
(expresado en términos de unidades de vapor de agua perdido), que puede ser usado
para la fotosíntesis y producción de materia seca. Además, cuando los estomas están
parcialmente cerrados en respuesta al déficit hídrico, la disminución en el influjo de
CO2 es menor en plantas C4 que en C3, debido a que el reciclaje interno de CO2
mantiene una menor concentración de CO2 en el tejido foliar de plantas C4.
Correspondientemente, la relativa eficiencia en el uso del agua (gramo de materia
seca producida por gramo de agua transpirada) es cerca de 200–300 en especies C4
comparando con usualmente más de 500 en especies C3.
En general, las plantas C4 tienen una mayor eficiencia en el uso del nitrógeno
fotosintético (NUE) que las plantas C3.Un ejemplo de esto se muestra en la Fig. 5.6,
donde en maíz (C4) no solo la tasa de fijación de CO2 (CER) es mucho mayor, sino
que estas mayores tasas se consiguen a un mucho menor contenido de nitrógeno
foliar. Esta mayor NUE se presenta debido a que en plantas C4 la RuBP carboxilasa ya
opera bajo saturación de CO2. En contraste en plantas C3 debido a la menor
concentración de CO2 en los cloroplastos la RuBP carboxilasa opera solo cerca del
25% de su capacidad y, de este modo, se pierde parte de su capacidad por
fotorrespiración (Sección 5.2.5). En plantas C3, 30-60% de la proteína soluble foliar
está constituida de RuBP carboxilasa. El valor comparativo es solo del 5-10% en
plantas C4, aunque adicionalmente se requiere algún 2–5% para las enzimas C4. La
mayor NUE permite a las plantas C4 producir más área foliar por unidad de nitrógeno
y, de este modo, se incrementa más rápido el uso de la luz durante la ontogénesis que
en plantas C3, a condición de que se satisfaga el mayor requerimiento de temperatura
para plantas C4. Si se cultivan bajo temperaturas subóptimas, a pesar de la mayor
Página 136
NUE, algunas especies C4 pueden sufrir más por deficiencia de nitrógeno que
especies C3.
Fig. 5.6 Tasa de intercambio foliar de CO2 (CER) a saturación lumínica para maíz, arroz, y soya dibujada
en función del contenido foliar de N por unidad de área. (Sinclair & Horie, 1989.)
Página 137
CAM como adaptación fisiológica a estrés por sequía ó salinidad, i.e., para
incrementar la conservación del agua. La rapidez de esta respuesta se incrementa con
la edad vegetal indicando la existencia de un programa del desarrollo que regula la
transcripción de la PEP carboxilasa y la estabilidad del mRNA.
5.2.5 Fotorrespiración
Fig. 5.7 Fotorrespiración, vía del glicolato, y síntesis de los aminoácidos glicina y serina.
Página 138
0.035% CO2) la evolución fotorrespiratoria del CO2 como proporción de la fotosíntesis
neta fue cerca del 6% comparando con 27% en trigo. La principal razón de la mucho
menor fotorrespiración en plantas C4 está causalmente relacionada con las mayores
concentraciones de CO2 en las células de la vaina del haz, i.e., en los centros de
carboxilación de la RuBP en plantas C4. Los mecanismos que conducen a estas
elevadas concentraciones de CO2 se han discutido en la Sección 5.2.4.
Página 139
Fig. 5.8 Esquema del ciclo de los ácidos tricarboxílicos (ciclo de Krebs) y la cadena de transporte de
electrones con fosforilación oxidativa y la “vía alternativa” (respiración insensible al cianuro).
Página 140
órgano vegetal, la proporción de esta vía alternativa puede variar entre 14-60% y 20-
80% de la respiración radical y foliar total, respectivamente. Además de la vía
alternativa puede mediarse una gran proporción de consumo del oxigeno y oxidación
del NADH por las peroxidasas, que pueden aún exceder a la vía alternativa, por
ejemplo en raíces de Brachypodium pinnatum. Este consumo de O2 mediado por
peroxidasas requiere de oxigeno activado (O ) formado en reacciones similares a
aquellas mostradas en la Fig. 5.2 para cloroplastos.
El primer paso para suministrar a las hojas jóvenes con asimilados desde las
hojas fuente es el transporte a corta distancia de asimilados desde las células foliares
individuales hacia los haces vasculares, seguido por su carga floemática. Por lo
general los azúcares representan hasta el 80-90% de los asimilados exportados por el
floema desde las hojas fuente. Se muestra una composición típica de la savia
floemática en la Tabla 3.8. En la mayoría de especies vegetales la sacarosa es el
Página 141
azúcar dominante en la savia floemática, pero en algunas especies vegetales se
presentan el trisacárido rafinosa (galactosa + fructosa + glucosa) y alcoholes de
azúcar como el manitol y sorbitol. Los centros preferenciales para la carga floemática
de azúcares son las venas menores de una hoja fuente como se muestra en la Fig.
5.9, donde se infiltro sacarosa marcada con 14C en la hoja.
Fig. 5.9 Autoradiograma de la carga floemática de [ 14C] sacarosa dentro del tejido de una hoja fuente de
fríjol. Concentración de sacarosa, 1 mм; periodo de acumulación, 30 min. Áreas blancas = venas menores
de 14C . (A partir de Giaquinta & Geigerm 1977.)
Página 142
Fig. 5.10 Modelo para la carga floemática de sacarosa mediada por el cotransporte protón–sacarosa, y
para el uniporte de potasio y aminoácidos. (En base a Baker, 1978; Giaquinta, 1980.)
Página 143
para la región del complejo tubo criboso–célula acompañante y su liberación en el
apoplasto para la carga floemática.
Tabla 5.1
Efecto del pH y del potasio ó sodio en el apoplasto sobre la
carga y trasporte floemático de [14C]alanina en pecíolos de
ricino a
14
Tratamiento [ C]alanina en el exudado floemático
Ión pH (recuentos de14C ml–1)
K+ 5 27840
8 8441
+
Na 5 13760
8 4090
En base a Baker et al. (1980).
Tabla 5.2
Concentración de sacarosa y aminoácidos en diferentes compartimentos
celulares de hojas de cebada a
Después de 8 h luz Después de 8 h oscuridad
Citosol Floema Citosol Floema
Sacarosa (mм) ~150 1030 ~43 930
Aminoácidos (mм) ~156 186 ~58 244
Relación ~1.04 0.18 ~1.35 0.26
aminoácidos/sacarosa
a
En base a Winter et al. (1992).
Página 144
La sacarosa fue preferentemente cargada en el floema comparando con los
aminoácidos, como se refleja por la relación aminoácidos/sacarosa citosólica cercana
a uno comparando con cerca de 0.2 en la savia floemática (Tabla 5.2). Aunque se ha
mostrado que en algunos casos la concentración de aminoácidos individuales es
notoriamente mayor en la savia floemática que en el citosol y puede presentarse
transferencia mediada por carriers hacia los tubos cribosos, en general el transporte
floemático de aminoácidos parece depender de la carga de sacarosa y del flujo másico
en el floema. De este modo, por lo menos en cebada, la carga floemática de
aminoácidos sigue presumiblemente el concepto de un uniporte, similar a lo que pasa
con potasio (Fig. 5.10).
Tabla 5.3
Efecto del suministro de potasio a plantas de ricino sobre la
composición de la savia floemática y la tasa de exudación de la savia
floemática a
Suministro de potasio al
medio de crecimiento
0.4 mм 1.0 mм
Concentración en la savia floemática (mм)
Potasio 47 66
Sacarosa 228 238
Potencial osmótico (MPa) 1.25 1.45
–1
Tasa de exudación (ml (3 h) ) 1.35 2.49
a
En base a Mengel & Haeder (1977).
Página 145
A lo largo de la vía entre la fuente y la demanda, puede cambiar
considerablemente por varías razones la concentración y composición de la savia
floemática. Los fotosintatos pueden filtrarse desde los tubos cribosos y su
recuperación se vuelve importante para conducir el flujo por presión y alimentar la
demanda. A lo largo de la vía la recuperación de sacarosa es mediada por el mismo
mecanismo (cotransporte sacarosa-protón) de la carga floemática en el tejido fuente.
La filtración (ó descarga) a lo largo de la vía también puede cumplir varías funciones
como el suministro de sacarosa como fuente de energía para los tejidos circundantes,
almacenamiento transitorio de almidón ó fructanos en tejidos caulinares de pastos
(Sección 5.7.1) y la regulación de la composición de solutos en los tubos cribosos de
acuerdo a la demanda. En soya, por ejemplo, se encontró que la concentración de
sacarosa disminuye desde 336 mм en hojas hasta 155 mм en raíces como demanda
en crecimiento (de uso), y con una correspondiente disminución en el potencial de
presión desde 0.60 hasta 0.18 mPa, .i.e., no hay compensación de solutos
osmóticamente activos en el floema. En contraste, en plantas de arroz la
concentración de solutos en la savia floemática se incrementa desde las hojas fuente
hacia la espiga como una demanda de almacenamiento (Tabla 5.4). Este incremento
se debe a la sacarosa mientras que disminuye marcadamente la concentración de
potasio. A pesar de una similar concentración total de aminoácidos (Tabla 5.4), la
composición difirió y hacia la demanda la proporción de glutamina y arginina se
incrementó a expensas de la de glutamato y asparragina.
Tabla 5.4
Concentración (mм) de varios solutos en la savia floemática
de plantas de arroz a
Centro de recolección b
Vaina foliar Entrenudo más alto
(etapa 7–8 (una semana después de
Solutos hojas) antesis)
Sacarosa 206 574
Aminoácidos 103 125
Potasio 147 40
ATP 1.63 1.76
a
Hayashi & Chino (1990).
b
Técnica de laser en insecto
Página 146
Tal rol del potasio es muy probablemente una función específica en la
conducción del flujo acoplado metabólicamente de solutos a través de los poros de las
placas cribosas. Como se describió arriba, los efectos inhibidores de temperaturas de
heladas ó anoxia aplicados a lo largo de la vía (e.g., tallos, pecíolos) sobre los
caudales floemáticos son muy probablemente una indicación de componentes
adicionales en la regulación del turgor en tubos cribosos a lo largo de la vía de un en
general transporte de solutos conducido por presión.
Las demandas de uso como hojas y raíces jóvenes se caracterizan por altas
actividades apoplásticas de invertasa ácida. Esta enzima hidroliza la sacarosa para
formar hexosas, y mantiene por lo tanto una baja concentración apoplástica de
sacarosa (ver también Sección 5.4.1). Por lo tanto se ha considerado a la hidrólisis de
sacarosa mediada por invertasa ácida como un importante factor en la realzada
descarga floemática en estos tipos de demandas, una perspectiva que recientemente
Página 147
se ha cuestionado. La evidencia sólida para una predominante descarga simplástica
del floema en demandas de uso, y también en varias demandas de almacenamiento,
proviene de estudios con microscopio electrónico sobre la abundancia de
plasmodesmos que conectan elementos cribosos con la mayoría de tipo celulares en
tejidos demanda como hojas en crecimiento ó tubérculos de papa. La descarga
simplástica del floema puede no requerir energía.
Fig. 5.11 Efecto de la concentración de potasio sobre las tasas de toma de sacarosa por rodajas de raíces
de almacenamiento de remolacha azucarera. Concentración de sacarosa, 40 mм. (A partir de Saftner &
Wyse, 1980.)
Página 148
la membrana también interviene causalmente en el transporte de sacarosa hacia las
vacuolas de células de almacenamiento. Es un fenómeno bien conocido la activación
de Mg•ATPasas por el potasio en el transporte iónico en la membrana plasmática de
células radicales (Sección 2.4). Sin embargo, en el tonoplasto, el potasio solo estimula
la Mg •PPiasa, y no la Mg •ATPasa (Tabla 2.9), indicando la intervención de una
bomba de protones energizada por el PPi.
Tabla 5.5
Efecto del magnesio y potasio sobre el transporte de
sacarosa hacia vacuolas aisladas de tejido de
remolacha roja a
2+
Mg K+ Tasa de toma de sacarosa
(nmol por unidad β-cianina
h–1
– – 4.9
+ – 42.3
+ + 55.3
a
En base a Doll et al. (1979).
Durante su ciclo de vida cada hoja sufre un cambio en donde su función como
demanda cambia a fuente para ambos nutrientes minerales y fotosintatos. Para
nutrientes minerales, este cambio está correlacionado con un cambio en el
predominante transporte floemático y xilemático a larga distancia (Sección 3.4). Sin
embargo, el transporte de azúcares a larga distancia como la sacarosa, está limitado
al floema, y el cambio de cada hoja desde demanda a fuente tiene que estar
correlacionado con el correspondiente cambio desde descarga floemática
(importación) a carga floemática (exportación). Como se muestra en la Fig. 5.12, en
remolacha azucarera está transición se presenta al 40-50% de la expansión foliar,
cuando se ha alcanzada cerca de la mitad de la capacidad fotosintética neta. Esta
transición también se presenta en hojas de otras especies dicotiledóneas cuando ellas
están 30-60% completamente expandidas. Sin embargo, hay un largo periodo de
transición cuando se presenta transporte floemático bidireccional en una hoja
individual, con algunas haces vasculares importando y otros exportando fotosintatos.
En especies gramíneas como la caña de azúcar, se presenta importación floemática
hasta el 90% de la longitud final de la hoja, muy probablemente debido a que en estas
especies las hojas jóvenes están envainadas y, de este modo, sombreadas por mucho
mayor tiempo por las hojas más viejas.
Página 149
Fig. 5.12 Relación entre la importación de asimilados, fotosíntesis neta, tasa de síntesis de azúcares (▼,
sacarosa; , glucosa + fructosa), y actividades enzimáticas durante la maduración de hojas de remolacha
azucarera. (En base a Giaquinta, 1978.)
Página 150
y, de este modo, con el marcado aislamiento simplástico del floema. Por lo tanto el
cese de importación floemática puede también ser causado por la interrupción de la
descarga simplástica del floema. La capacidad fotosintética per se de una hoja en
desarrollo no es un factor regulador en la transición demanda–fuente. En hojas en
crecimiento de remolacha azucarera cultivada en luz ú oscuridad, se deprimió
marcadamente la importación de fotosintatos ( 14C ) en menos de una semana y se
detuvo cerca de 8 días después de su emergencia igualmente en las hojas más
pequeñas cultivadas bajo oscuridad, indicando que la transición es regulada por el
desarrollo, y puede intervenir el rompimiento de las conexiones citoplásmicas entre las
venas y la lamina.
Fig. 5.13 Representación esquemática del cambio desde importación hacia exportación de asimilados y
nutrientes minerales durante la maduración foliar y la transición demanda–fuente.
Página 151
floemático desde la hoja. Esto significa, por supuesto, que también puede
incrementarse la exportación floemática de otros solutos como nutrientes minerales y
compuestos amino. Como se discutió previamente (Capitulo 3, 4) para nutrientes
minerales altamente móviles en el floema como el potasio y el fósforo, en hojas
maduras pueden estar en equilibrio la importación vía xilemática y la exportación vía
floemática. El grado al que las hojas maduras también actúan como fuente de
nutrientes minerales depende, sin embargo, no solo de la tasa de exportación de
fotosintatos sino también del contenido de nutrientes en la hoja fuente y su demanda.
Tabla 5.6
Efecto inhibidor de la cinetina sobre la senescencia de hojas aisladas de Tropaelum
majus en la oscuridad a,b
Contenido en Contenido en pecíolos (base)
laminas foliares
Tratamiento de Clorofila N proteico N Carbohidratos K P
laminas foliares total
Tiempo cero 100 100 100 100 100 100
Después de 6 días
+ agua destilada 53 57 323 90 135 217
+ cinetina 98 87 95 47 107 117
En base a Allinger et al. (1969)
Página 152
fotosintatos hacia semillas y frutos en desarrollo, declina el crecimiento radical
(competencia entre demandas) y, de este modo también la exportación de CYT como
se muestra en la Tabla 5.7 para plantas de soya. El desarrollo de la vaina induce
senescencia foliar principalmente vía disminución de la importación de CYT hacia las
hojas fuente. Consecuentemente, el desvaine incrementa la exportación radical de
CYT (Tabla 5.7) y también retrasa la senescencia foliar, como similarmente lo hace un
suministro directo de CYT a explantes no enraizados de soya. Este patrón general de
producción unidireccional de CYT en las raíces, transporte xilemático hacia el vástago
y su declinación después del inicio de la fase reproductiva que es típico para soya por
ejemplo, no es válido para todas las especies vegetales. En lupino blanco, por ejemplo
después de la floración se incrementa considerablemente la exportación radical de
CYT, y también una gran cantidad de CYT es transportada desde las hojas vía floema
hacia las inflorescencias y semillas en desarrollo. De este modo, en algunas especies
vegetales la senescencia foliar puede ser inducida no por una declinación en
importación sino por un incremento en la exportación de CYT.
Tabla 5.7
Cambios en la concentración en la savia xilemática de la citoquinina
ribósido dihidrozeatina durante el desarrollo de la vaina y efecto del
desvaine en soya a
Concentración de CYT (mм)
Etapa de desarrollo Control Desvaine
Vainas de 12 cm longitud 75 75
Extensión completa de la vaina 13 13
Llenado tardío de la vaina 12 50
Amarillamiento foliar 19 93
a
Recalculado a partir de Noodén et al. (1990a)
Página 153
5.6 Rol de las fitohormonas en la regulación de las relaciones fuente–demanda
5.6.1 General
Las fitohormonas son mensajeros químicos, ó sustancias “señal”, para las que
los centros de síntesis y los centros de acción están separados en la mayoría de los
casos. Es por lo tanto necesario su transporte cualquiera de célula a célula ó de
órgano a órgano. Con excepción del etileno, las fitohormonas son translocadas en
ambos el floema y el xilema. La dirección predominante del transporte depende del
tipo de fitohormona (e.g., si ellas son sintetizadas principalmente en las raíces ó en los
vástagos) y de la etapa de desarrollo vegetal. Cada fitohormona tiene un amplio
espectro de acción: esto es, la misma fitohormona puede afectar ó regular varios
procesos dependiendo de su concentración y de las condiciones en el centro de
acción – centro receptor.
Página 154
Fig. 9.14 Estructura molecular de fitohormonas.
Tabla 5.8
Vía y principales centros de biosíntesis y algunos efectos principales de las
fitohormonas
Citoquininas (CYT)
Biosíntesis, precursores
Derivados de purina (adenina)
Principales centros de biosíntesis
Meristemos radicales; en algún grado los meristemos caulinares y
embriones seminales: predominando el transporte a larga distancia vía
xilemática desde las raíces hacia el vástago.
Efectos
División y expansión celular, estimulación de la síntesis de RNA y
proteica, inducción de enzimas, retraso en la degradación proteica y
senescencia, dominancia apical.
Giberelinas (GA)
Biosíntesis, precursores
A partir del ácido mevalónico para el esqueleto carbonado de gibano;
se han encontrado más de 80 giberelinas con está estructura básica.
Principales centros de biosíntesis
Hojas en expansión y ápices caulinares; también otras partes de los
vástagos, incluyendo frutos y semillas y, presumiblemente, raíces.
Efectos
Expansión celular, rompimiento de la dormancia de yemas y semillas,
inducción de floración y síntesis enzimática (especialmente de
hidrolasas).
Inhibidores de biosíntesis
Cloruro de clorocolina (CCC). Ancimidol, Triazoles
Página 155
Auxinas (AUX; e.g., IAA)
Biosíntesis, precursores
Derivados del indol del aminoácido triptófano, siendo el IAA (“auxina”)
el más prominente.
Principales centros de biosíntesis
Meristemos ó tejidos jóvenes en expansión; dicotiledóneas
principalmente los meristemos apicales y las hojas jóvenes;
predominando la dirección del transporte basipétalo: polar de célula a
célula, y algo a larga distancia en la vecindad del floema.
Efectos
Expansión celular y división (en tejidos cambiales), dominancia apical,
inducción y activación enzimática (e.g., H+-ATPasa)
Antagonistas/Inhibidores
ABA, Cumarinas, TIBA, 2,4-D, NAA y otras auxinas sintéticas
Etileno (ET)
Biosíntesis, precursores
Metionina → ácido 1-aminociclopropano-1-carboxílico (ACC)
Principales centros de biosíntesis
Varias partes y órganos vegetales
Efectos
Realce de la germinación, modificación del crecimiento radical,
formación de aerénquima, curvatura epinástica foliar, realce de la
floración, maduración y senescencia
Antagonistas/Inhibidores
(Co, Ag)
Página 156
Las citoquininas son fácilmente móviles en las plantas. Aunque los principales
centros de biosíntesis son las raíces, y en la transferencia desde la raíz hacia el
vástago predomina el transporte xilemático (Sección 5.6.4), por lo menos en Lupinus
albus las citoquininas son también móviles en el floema y transportadas desde las
hojas fuente hacia las inflorescencias y semillas en desarrollo. Uno de los efectos más
notables de las CYT, el retraso de la senescencia foliar, es principalmente atribuido a
la reducción en la degradación proteica más que por un incremento en la síntesis
proteica.
Página 157
en combinación con deficiencia de potasio. Las funciones protectoras de las
poliaminas contra factores de estrés ambientales, incluyendo el daño foliar inducido
por ozono pueden ser atribuidas a su rol en la detoxificación de radicales de oxigeno.
Tabla 5.9
Patrones del contenido de auxina (IAA), ácido abscísico (ABA)
y zeatina y ribosidozeatina (CYT) durante el crecimiento de
hojas trifoliadas en fríjol (Phaseolus vulgaris L.)a
Área de la hoja Contenido de fitohormona (ng g–1 peso
trifoliada seco)
(cm2) IAA ABA CYT
1.3 419 568 23
6.8 336 245 19
23.4 297 146 14
57.6 217 57 11
11.0 153 106 10
b
191.0 166 156 10
a
A partir de Cakmak et al. (1989).
b
Hoja completamente expandida
Página 158
del ABA (Tabla 5.9) puede reflejar el cambio de demanda a fuente durante el
desarrollo foliar.
Para la CYT los niveles cambian mucho menos, los altos niveles en hojas muy
jóvenes pueden ser una combinación de ambos, biosíntesis in situ e importación
floemática, y en las ultimas etapas presumiblemente importación xilemática.
Fig. 5.15 Patrones tentativos de niveles fitohormonales en granos de cereales durante el desarrollo del
grano. CYT, citoquininas; GA, giberelinas; IAA, auxinas; TKW, peso de mil granos; ABA, ácido abscísico.
Valores relativos = 100. (Datos compilados a partir de Rademacher, 1978; Radley, 1978; Michael &
Beringer, 1980; Mounla et al., 1980; y Jameson et al., 1982.)
Hay una bien establecida correlación positiva entre el peso final del grano y el
número de células del endospermo así como la longitud del periodo de llenado del
grano (los días entre la antesis y la madurez). De acuerdo con esto, el solo peso del
grano puede incrementarse mediante la aplicación radical de CYT poco antes de la
antesis y disminuirse por elevados niveles de ABA, inducidos, por ejemplo, por altas
Página 159
temperaturas foliares durante el periodo de llenado del grano. En maíz, los elevados
niveles de ABA durante el desarrollo inicial del grano disminuyen la tasa de división
celular en el endospermo y, de este modo, la capacidad de almacenamiento de los
granos.
Durante los últimos pocos años los brasinólidos han atraído mucha atención
como biorreguladores. Los brasinólidos son esteroides que se presentan naturalmente
(“brasinoesteroides”) con la misma estructura básica de esteroides como el ergosterol
de la membrana plasmática y tonoplasto (Sección 2.3). Los brasinólidos fueron
primeros aislados a partir del polen de colza, pero más recientemente se han obtenido
de otras especies vegetales incluyendo las especies arroz, fríjol Phaseolus, Picea, y
Pinus. Los brasinólidos tienen impactantes efectos sobre el crecimiento y desarrollo
vegetal, al incrementar la elongación y división celular y al actuar sinergísticamente
con el IAA y GA. Sus efectos son particularmente potentes. Por ejemplo, aún a
concentraciones tan bajas como 10–10 м, los brasinólidos estimulan el crecimiento por
elongación. Ellos son altamente lipofílicos y sus efectos sobre la excreción de protones
y el potencial membranal indican que ellos pueden ser capaces de modificar la
estructura y función de las membranas. Se han conseguido impresionantes efectos
positivos sobre especies hortícolas mediante la aplicación de brasinólidos. Sin
embargo, aún falta información, con respecto a si los brasinólidos juegan un rol en las
plantas como mensajeros químicos en el sistema conductor de señales. Su
clasificación como biorreguladores es hasta este momento por lo tanto la más
apropiada.
Página 160
del cultivo, principalmente debido a la incertidumbre frecuentemente asociada con su
uso. Se discuten las razones para estas dificultades en la siguiente sección.
Fig. 5.16 Posibles relaciones entre los niveles y actividades de fitohormonas, receptores, y la acción de
las fitohormonas.
Página 161
epidérmica externa. Esto significa que de todo el tejido de la zona de elongación solo
es sensible a la auxina una capa celular que, después de adherirse, induce la
acidificación de la pared celular y la acelerada depolimerización de la matriz de
hemicelulosa. En órganos en crecimiento como coleóptilos y hojas hay una fuerte
tensión tisular producida por la fuerza de extensión del tejido interno, contrarrestada
por la fuerza de contracción de la epidermis con su gruesa, relativamente inextensible
pared celular externa que está bajo fuerte tensión. La auxina realza el crecimiento por
elongación al incrementar la extensibilidad de la pared celular epidérmica externa, y el
ABA inhibe esta elongación inducida por IAA.
Fig. 5.17 Fitohormonas como componente del sistema conductor de señales en plantas.
Página 162
acción del IAA en la elongación celular, mas probablemente por modulación
enzimática y no activación génica.
Página 163
de meristemos radicales (los centros de síntesis de CYT), y la producción radical de
CYT en particular. De los nutrientes minerales, el nitrógeno tiene la influencia más
notoria en ambos el crecimiento radical y la producción y exportación de CYT hacia los
vástagos. Debido a que la CYT es exportada principalmente por el xilema, la
recolección de exudado xilemático es un método sencillo de obtener información sobre
este efecto del nitrógeno, como se muestra en la Tabla 5.10 para plantas de papa.
Cuando es continuo el suministro de nitrógeno, se incrementa la exportación de CYT
con la edad vegetal, mientras cuando se interrumpe el suministro de nitrógeno, las
raíces responden rápidamente mediante una drástica disminución en la exportación de
CYT. Después de que se restaura el suministro de nitrógeno, se realza rápidamente la
exportación de CYT.
Tabla 5.10
Efecto del suministro radical de nitrógeno sobre la
exportación radical de CYT en plantas de papa a
CYT exportada
Edad vegetal en el (ng por planta(24h)–1) c
momento cero b +N –N
0 196 196
3 420 26
6 561 17
9d – 132
a
En base a Sattelmacher & Marschner (1978a).
b
30 días después de brotación.
c
La cantidad exportada de CYT (por un periodo de 24 h)
se determinó por los niveles en el exudado xilemático.
+N, suministro continuo de N; –N suministro interrumpido
de N.
d
Restauración del suministro de nitrógeno después de 6
días sin nitrógeno.
Tabla 5.11
Suministro de nutrientes y contenido radical y foliar de
CYT en plantas de girasol cultivadas en solución
nutritiva con niveles deficientes de nutrientes a
Contenido de CYT
Tratamiento (equivalentes de cinetina μg kg–1
peso fresco)
(15 días) Radical Foliar
Control 2.38 3.36
1/10 N b 0.94 1.06
1/10 P 1.06 1.28
1/10 K 1.06 2.02
a
A partir de Salama & Wareing (1979).
b
Indica la proporción del nutriente en relación con la
solución control completamente concentrada.
Página 164
(ver arriba). La estrecha correlación positiva entre el número de primordios radicales y
el área foliar en plantas de tomate está presumiblemente relacionado con la
producción de CYT.
Tabla 5.12
Tasa de crecimiento relativo de Plantago major L. conforme es afectado por el
suministro de nutrientes minerales y benciladenina (BA, 10–8 м) a
Tratamiento b BA Tasa de crecimiento Contenido de CYT
(concentración relativo (pmol Z + ZR g–1 peso
de nutrientes) (mg peso seco g–1 día– fresco)
1
)
Caulinar Radical Caulinar Radical
100% – 208 159 78 105
2% – 49 76 21 39
100% → 2% – 73 183 34 50
100% → 2% + 220 163 81 110
a
Datos compilados a partir de Kuiper (1988) y Kuiper et al.(1988).
b
Solución nutritiva completamente concentrada (100%) ó diluida a 2%;
tratamientos 100% → 2% por solo dos días.
Página 165
(estrés por sequía) ó a una súbita disminución en las temperaturas de la zona radical.
Se muestra un ejemplo del efecto del nitrógeno en la Tabla 5.13. En plantas bien
suplidas con nitrógeno, el contenido de ABA en las hojas jóvenes es algo superior que
el de las hojas viejas ó completamente expandidas, reflejando el transporte floemática
de ABA desde las hojas mas viejas (fuente) hacia las jóvenes (demanda). Bajo
condiciones de deficiencia de nitrógeno, se incrementa abruptamente el contenido de
ABA en todas las partes de los vástagos. En plantas de papa puede observarse esta
respuesta en 3 días, y es mucho más notoria en raíces y exudado xilemático que en
los vástagos.
Tabla 5.13
Relación entre el suministro de nitrógeno y el contenido de
ABA en plantas de girasol a
Planta cultivada en solución
nutritiva
Con nitrógeno Sin nitrógeno
Parte vegetal (7 días)
Hoja
Vieja 8.1 29.8
Completamente 6.8 21.0
expandida 13.5 24.0
Joven 2.5 4.9
Tallo
a
Contenido de ABA expresado como μg/g peso fresco. En
base a Goldbach et al. (1975).
Página 166
Son de importancia para el balance hídrico vegetal los efectos del suministro de
nitrógeno sobre los niveles de ABA. Bajo condiciones de déficit hídrico (e.g., en suelos
secos ó suelos con alto contenido de sales) los elevados niveles foliares de ABA
favorece el cierre estomatal y de este modo evitan la excesiva perdida de agua (Fig.
5.18). Como se espera, cuando las plantas son deficientes en nitrógeno ó son suplidas
con cantidades subóptimas de nitrógeno, ellas responden a un agotamiento del agua
disponible en el sustrato (i.e., un incremento en el potencial hídrico del sustrato)
mediante un más rápido cierre estomatal (indicado por un incremento en la resistencia
foliar a la difusión del vapor de agua) que cuando las plantas están bien suplidas con
nitrógeno (Fig. 5.18). Esta más rápida respuesta estomatal no la causa exclusivamente
los mayores niveles de ABA liberados por la savia xilemática en las hojas sino por la
distinta sensibilidad foliar a los elevados niveles de ABA (Fig. 5.19). La sensibilidad de
los estomas a las crecientes concentraciones de ABA xilemático es mayor en hojas
más viejas que en las más jóvenes, y para una edad foliar dada, mayor en hojas de
plantas limitadas en nitrógeno que para plantas suficientes en nitrógeno.
Fig. 5.18 Relación entre el suministro de nitrógeno (nitrógeno nitrato mм), resistencia foliar a la difusión
del vapor de agua, y potencial hídrico del sustrato en plantas de algodón. (En base a Radin & Ackerson,
1981.)
Fig. 5.19 Efecto del ABA y la conductancia estomatal de hojas expandidas (○) y viejas (●) escindidas de
plantas de algodón suficientes (—) y limitadas (---) en nitrógeno. (A partir de Radin & Hendrix, 1988.)
Página 167
La mayor sensibilidad estomatal al ABA en plantas limitadas en nitrógeno
también está causalmente relacionada con menores niveles de CYT. Está bien
documentado que las CYT y ABA tienen efectos opuestos en la apertura estomatal. De
acuerdo con esto, la mayor sensibilidad estomatal al ABA en hojas más viejas
limitadas en nitrógeno (Fig. 5.19) puede revertirse por lo menos parcialmente mediante
un suministro simultáneo de CYT. Por lo tanto la mayor resistencia a la sequía en
plantas bajas en nitrógeno es resultado no solo de cambios morfológicos radicales
(Capitulo 14) ó de la anatomía foliar (e.g, laminas foliares más pequeñas), sino
también de cambios fisiológicos como un incremento en la relación ABA/CYT. Pueden
observarse para el fósforo relaciones algo similares a aquellas descritas para el
nitrógeno y la respuesta estomatal. En plantas de algodón deficientes en fósforo, se
acumula más ABA foliar en respuesta al estrés por sequía que en plantas suficientes
de fósforo: en plantas deficientes, los estomas se cierran con potenciales hídricos
foliares cercanos a –1.2 MPa, comparando con –1.6 MPa en plantas suficientes. Como
para plantas deficientes en nitrógeno (Fig. 5.19) se incrementa la sensibilidad de los
estomas al ABA y puede revertirse por CYT bajo deficiencia de fósforo.
Una de las más sensibles y notables respuestas vegetales al estrés por sequía
también es un incremento en el ABA radical y caulinar. Por lo general, las raíces
continúan creciendo mientras que disminuye el crecimiento caulinar, conduciendo a los
típicos incrementos en la relación longitud ó peso seco raíz/vástago. Estas diferencias
del crecimiento respuesta entre raíces y vástagos al estrés por sequía no se causan
por diferencias de los niveles endógenos de ABA (Tabla 5.14). Los niveles radicales se
incrementan en un grado incluso mucho mayor que los caulinares en respuesta al
estrés por sequía. La sensibilidad al ABA difiere entre vástagos y raíces, como se
verifica por los efectos del ABA exógeno sobre la tasa de elongación radical y caulinar
(hipocótilo) en plantas bien suplidas con agua (Tabla 5.14).
Tabla 5.14
Efecto del estrés por sequía sobre el crecimiento por elongación y el
contenido de ABA en hipocótilos y raíces de plántulas de soya a
Tratamiento ± Agua Longitud ABA (μg g–1 peso
(mm) seco)
Hipocótilo + 40.0 0.87
Hipocótilo – 4.4 3.60
Hipocótilo + +ABA b 29.2 3.30
Raíz + 52.5 2.66
Raíz – 44.7 27.56
Raíz + +ABA b 61.5 44.35
a
En base a Creelman et al. (1990).
b
5 x 10–6 м ABA.
La restricción del crecimiento radical por poco volumen del suelo (e.g.,
contenedor) reduce fuertemente el crecimiento caulinar no debido a una limitación en
Página 168
el suministro de agua ó nutrientes minerales. Ambos la expansión foliar y la formación
de tallos laterales son en particular deteriorados. Simultáneamente, se acumulan
foliarmente carbohidratos (almidón en particular) y se disminuye la eficiencia de la
carboxilación de la fotosíntesis. Estos cambios indican que bajo condiciones de
restricción del crecimiento radical por volumen del suelo las hormonas radicales
pueden actuar como señal de estrés para el vástago similar a lo descrito para factores
de estrés por sequía ó deficiencia de nitrógeno.
Las hojas en expansión actúan como una fuerte demanda por fotosintatos, y la
aplicación de ABA no solo reduce inmediatamente la expansión foliar –similarmente al
efecto del estrés por sequía– sino que simultáneamente realza la tasa de exportación
de fotosintatos. Esto lo señala la resultante menor ganancia de peso seco de por lo
contrario una inalterada tasa de fotosíntesis (Tabla 5.15). Este rápido cambio de
demanda a fuente inducido por el ABA está más probablemente causado por una
disminución en la actividad IAA que conduce a una disminución en la extensión de la
pared celular (Sección 5.6.3) y en la fuerza demanda foliar (ver abajo). Se ha mostrado
en flores de melón, que un incremento en el contenido de ABA altera el metabolismo
Página 169
del IAA y disminuye en gran parte el contenido y proporción del IAA libre que se
considera como un principal componente hormonal responsable de la fuerza demanda
de un órgano.
Tabla 5.15
Efecto del ABA aplicado (1 nmol por foliolo), estrés por sequía, y baja intensidad
lumínica sobre la tasa de fotosíntesis, expansión del área foliar y cambio en la materia
seca en soya durante un periodo lumínico de 8 h a
Tratamientos
Control ABA Sequía Baja
Parámetro luminosidad
Fotosíntesis (μmol CO2 m–2 s–1) 14.8 14.0 14.6 2.4
Expansión del área (cm2) 4.5 3.2 2.7 4.2
Ganancia de masa seca (mg por 33 26 27 7
foliolo)
a
De acuerdo a Bunce (1990).
Tabla 5.16
Efecto de la extracción de semillas ó fruto y aplicación
hormonal sobre la acumulación de 32P aplicado foliarmente en
pedúnculos de fríjol a
32
Tratamiento P (cpm)
Control (frutos intactos) 373
Semillas extraídas 189
Fruto extraído 34
Fruto extraído y extremo cortado tratado con
Lanolina 6 (320) b
Cinetina 20
IAA 235 (5520) b
IAA + cinetina 471
a
En base a Seth & Wareing (1967).
b
Números en paréntesis indican conteos por minuto (cpm) de
14
C a partir de 14CO2 aplicado a una hoja madura.
Página 170
son particularmente comunes en demandas reproductivas entre frutos (e.g., frutos
individuales de tomate en el mismo racimo) semillas (e.g., granos en posición medial,
proximal y acrópeta dentro de una espiga) y en demandas de uso (vegetativo) (e.g,
yemas terminales versus laterales). La competencia por fotosintatos puede ofrecer una
explicación de este fenómeno. Sin embargo, la dominancia se presenta
frecuentemente muy temprano en la ontogenia de demandas reproductivas y de uso
cuando es menos probable competencia por limitada cantidad de fotosintatos
disponibles y hasta puede descartarse. Se este modo una señal de dominancia
correlativa puede explicar este efecto. Se muestra un ejemplo de esto en la Fig. 5.20.
Los frutos desarrollados previamente dominan sobre los que se desarrollan
posteriormente, y se consigue la dominancia mediante un mayor transporte polar
basipétalo de IAA como “señal” de mayor actividad demanda. La mayor exportación de
IAA desde demandas dominantes parece tener efectos represores adicionales
(“autoinhibición”) sobre los frutos dominados. También se observa el mismo fenómeno
en la dominancia de yemas apicales versus laterales en un tallo.
Fig. 5.20 Racimos de tomate con la secuencia natural del desarrollo del fruto (racimo superior) y
desarrollo del fruto “sincronizado” por polinización en el mismo día (racimo inferior). Números en los frutos
representan el peso final del fruto en g (frutos superiores) y la exportación polar de IAA (ng por fruto por
día) en frutos de 10 días de edad (frutos inferiores). (Bangerthm 1989.)
Página 171
bien conocidas por la alta proporción de flores que abortan y la aplicación de GA
disminuye estos abortos.
Tabla 5.17
Efecto de aspersiones foliares sobre el crecimiento de plantas
de zanahoria a
Peso (g peso seco por planta) Relación
Aspersión Caulinar Radical Total vástago/raíz
H2O 3.2 10.9 14.1 0.29
Cinetina 7.3 8.8 16.1 0.83
GA 9.9 5.7 15.6 1.74
CCC 2.8 10.8 13.6 0.26
a
Las aspersiones fueron aplicadas una vez por semana por 7
semanas. A partir de Linser et al. (1974).
Página 172
descarga floemática ó de división celular, un bajo número de células de
almacenamiento, baja tasa de conversión de los fotosintatos (e.g., azúcares a
almidón), ó un bajo número de demandas (e.g., granos/espiga). Las limitaciones por
demanda–fuente se caracterizan por fuertes interacciones genotipo/ambiente y la
relación tamaño de fuente (e.g., área foliar) a tamaño de demanda (e.g., número de
frutos/planta). Por ejemplo, en cultivos los genotipos con un alto índice de cosecha
(e.g., alta relación peso del fruto/biomasa total) tienden más frecuentemente a limitarse
por fuente que los genotipos con bajo índice de cosecha. Dentro de un genotipo y
ambiente dado, es bastante típico durante la ontogénesis un cambio de limitación por
demanda a limitación por fuente. Factores de estrés ambientales como sequía,
temperaturas extremas y deficiencia de nutrientes son particularmente importantes en
la fase de transición desde el crecimiento vegetativo a reproductivo ó en la inducción
de órganos de almacenamiento y, de este modo, para las limitaciones por fuente ó por
demanda en el rendimiento del cultivo. En los siguientes ejemplos, se consideran
ambos tipos de limitación con énfasis particular en la ontogénesis y factores
ambientales, excepto para nutrientes minerales que son discutidos en detalle en el
Capitulo 6.
Tabla 5.18
Efecto de la eliminación de hojas fuente sobre la fotosíntesis y exportación
de asimilados de una hoja fuente remanente (2ª) en mostaza blanca a
Tratamiento Tasa Exportación de 14C
fotosintética de desde la hoja no. 2
la hoja no. 2 (%) (%)
Control 100 36
Hojas fuentes eliminadas 187 62
(num. 3–6)
a
En base a Römer (1971).
Página 173
abiertos. Las altas tasas de transpiración de las hojas fuente a su vez realzan el
caudal xilemático hacia las hojas no solo de agua sino también de CYT sintetizadas en
las raíces, un mecanismo que también es importante para retrasar la senescencia
foliar. Persiste una pregunta de si interviene una señal hormonal adicional desde los
frutos en desarrollo hacia las hojas fuente como retroseñal que intervendría en la
senescencia de hojas fuente realzada por frutos ó semillas.
Tabla 5.19
Producción y utilización de fotosintatos en vástagos y raíces de zanahoria
a,b
Página 174
También en plantas de papa después de la tuberización es bastante típico un
cambio de limitación por demanda a limitación por fuente (Fig. 5.21). A altas tasas de
crecimiento del tubérculo una disminución en la capacidad de la fuente al podar la
mitad de las hojas también reduce a la mitad la tasa de crecimiento del tubérculo. Por
lo contrario, el incremento en la relación fuente–demanda mediante la eliminación de
algunos tubérculos incrementa la tasa de crecimiento de los tubérculos restantes en 2-
4 días a un nivel comparable a aquel anterior a la poda (Fig. 5.21).
Fig. 5.21 Tasa de crecimiento de tubérculos de papa por planta al afectarse por la reducción del 50% del
área foliar (poda de hojas) y el número de tubérculos (poda de tubérculos; eliminación de los tubérculos 2
y 3). (Engels & Marschner, 1987.)
Para una especie vegetal dada, las diferencias genotípicas en las relaciones y
limitaciones demanda–fuente están frecuentemente relacionadas con las diferencias
en la relación del tamaño de la fuente (área foliar) al tamaño de la demanda (e.g.,
número de granos ó tubérculos por planta). Esto se demostró para tres genotipos de
maíz, que fueron sometidos a tratamiento de defoliación (reducción del 25% del área
foliar) 2 semanas después del 50% de floración femenina. La defoliación afecta
fuertemente el peso del grano en el genotipo con un tamaño de fuente relativamente
grande y una alta relación fuente/demanda. En contraste, la defoliación de los otros
dos genotipos con una menor relación fuente/demanda redujo el rendimiento del
grano. En todos los tres genotipos, la defoliación redujo el peso de la caña como
consecuencia de la movilización de carbohidratos no estructurales almacenados en la
caña. Esto refleja el rol del tallo en especies gramíneas como un pool de
almacenamiento transitorio de fotosintatos durante el crecimiento vegetativo. En
especies gramíneas de clima frío y templado (e.g., especies Agrostis, ó trigo), los
principales carbohidratos de almacenamiento transitorio en el tallo son los fructanos
(fructosa polimerizada con longitud de cadena principalmente entre 3 y 8 unidades),
acumulados antes y también durante las primeras semanas después de la antesis, y
utilizados por lo tanto para el llenado del grano. En maíz, se almacenan grandes
cantidades de nitrógeno en el tallo, y casi la mitad del nitrógeno de los granos puede
derivarse de esta fuente. De este modo, las especies gramíneas tienen un notable
buffer interno para compensar a corto plazo las fluctuaciones en la capacidad fuente
durante el crecimiento reproductivo inicial. En colza de invierno después de la antesis
disminuye abruptamente el índice de área foliar y las semillas en desarrollo son
principalmente suplidas con el carbono fijado por las vainas ó por fotosintatos del
almacenamiento transitorio caulinar. En trigo bajo estrés por sequía después de la
Página 175
floración es de crucial importancia para el crecimiento del grano la removilización de
fotosintatos desde el tallo.
La capacidad fuente no es solo determinada por el área foliar sino también por
la duración del área foliar, siendo la última de crucial importancia para la duración del
almacenamiento y también frecuentemente para el rendimiento final. En plantas de
papa cultivadas a diferentes altitudes y regimenes de temperatura, a altas
temperaturas, a pesar de un mucho mayor índice de área foliar (tamaño de fuente) en
el momento de inducción de la tuberización, fue bajo el rendimiento final de tubérculos
debido a la temprana senescencia foliar. En contraste, a bajas temperaturas (alta
altitud) el área foliar fue solo un cuarto de aquel a altas temperaturas, pero fue mucho
mayor la duración del área foliar y, de este modo, también el rendimiento de
tubérculos. En principio, se consigue diferencias similares con temperaturas como con
diferentes niveles de suministro de nitrógeno (Capitulo 6).
Tabla 5.20
Efecto de la temperatura diurna/nocturna sobre la asignación
de materia seca en plantas de algodón a
Materia seca Régimen de temperatura (°C día/noche)
(kg m–2) 20/10 25/15 30/20 35/25
Total 2.26 2.84 3.11 2.68
Tallos y hojas 1.68 2.16 1.62 2.27
Cápsulas 0.18 0.33 1.31 0.05
Raíces 0.29 0.27 0.17 0.29
a
En base a Reddy et al. (1991).
Son fenómenos bien conocidos el fallo para inducir la floración ó para cuajar las
semillas y frutos a temperaturas supraóptimas ó bajo estrés por sequía durante la
antesis. Está fallo puede atribuirse a los elevados niveles de ABA en los órganos
reproductivos. En trigo, por ejemplo, el estrés por sequía durante la meiosis de las
células madre del polen disminuyó la proporción de espiguillas desde 68% (bien
hidratado) a 44%, y simultáneamente se incremento el contenido de ABA en las
espigas desde 35 a 111 μg g–1 peso fresco. La aplicación de ABA a las espigas de
plantas bien hidratas también disminuyó la fertilidad de las espiguillas desde 68% a
37%. El efecto inhibidor del ABA sobre la fertilización se limita a un corto periodo antes
de la antesis.
Sin embargo, tienen que esbozarse con cuidado las conclusiones acerca del rol
del ABA como “señal” decisiva del estrés por sequía y también para la deprimida
fertilización. En maíz, la interrupción a corto plazo del suministro de carbohidratos
hacia las flores durante la antesis puede afectar fuertemente el cuajado de las semillas
Página 176
(Tabla 5.21). La inyección al tallo de un medio líquido a partir de un cultivo de tejidos
con altas concentraciones de sacarosa ( 150 g l–1) durante un periodo de déficit hídrico
de 5 ó 7.5 días evito el fallo de la reproducción, independientemente de si el medio
liquido contenía fitohormonas (IAA, CYT) ó no.
Tabla 5.21
Efecto del bajo potencial hídrico foliar (MPa) durante la antesis y de inyecciones al tallo
de cualquiera un medio de cultivo (CM) solo, ú hormonas(HO), sobre el cuajado de
semilla y rendimiento de grano en maíz a
Hoja Semillas Tamaño de Peso total de
(MPa) (no. por semilla semillas
Tratamiento espiga) (mg por semilla) (g por planta)
Control –0.63 431 176 75
Bajo –1.81 0 0 0
Bajo + HO b
–1.71 19 225 4
Bajo + CM c –1.62 302 203 60
a
En base a Boyle et al. (1991).
b
CYT + 2,4–D
c
Medio de cultivo (Murashige); 150 g sacarosa l–1, pero sin hormonas.
Página 177
Tabla 5.22
Efecto de la carga de frutos sobre la producción y distribución de
materia seca y sobre el consumo de agua en Citrus madurensis Lour a
Número de frutos por planta
0 50 100
Peso seco
Frutos 0 134 175
Vástagos vegetativos y flores 457 305 118
Raíces 68 49 17
Peso seco total 525 488 310
Agua transpirada
l por planta 91 90 59
l kg–1 peso seco foliar 370 520 1030
a
En base a Lenz & Döring (1975).
Tabla 5.23
Efecto de la defoliación y eliminación de flores y vainas en desarrollo
sobre el peso nodular y el contenido de nitrógeno en plantas de soya a
Peso seco de nódulos Nitrógeno
radicales (mg por
Tratamiento (mg por planta) planta)
Control 298 475
Defoliación 176 266
Eliminación de flores y vainas 430 548
a
Los datos son para plantas cosechadas después de 60 días de
crecimiento. En base a Bethlenfalvay et al. (1978).
Página 178
Fig.5.22 Abscisión de láminas foliares en explantes y plantas intactas de soya que sostienen vainas. Las
soluciones tratamiento fueron suplidas por la base caulinar de los explantes. (Mauk et al., 1990).
Página 179
06. Nutrición mineral y rendimiento respuesta
6.1 General
Página 180
menos severas las depresiones del rendimiento causadas por el excesivo suministro
de nutrientes.
Fig. 6.2 Efecto del creciente suministro de nitrógeno a tres niveles de potasio (mм) sobre el rendimiento
de grano y paja en cebada cultivada en hidropónico. (Reproducido a partir de MacLeod, 1969, con
permiso de la American Society of Agronomy.)
Página 181
en el contenido de ciertos elementos minerales con creciente suministro del nutriente
mineral, por ejemplo, el magnesio y sodio en planta forrajeras, ó el zinc y el hierro en
granos de cereales para el consumo humano. Los ejemplos de la curva (3) son
comunes bajo condiciones donde con el incremento en el suministro de nutrientes
minerales sea incrementa el número de cualquiera demandas reproductivas (e.g.,
granos) ó demandas vegetativas de almacenamiento (e.g., tubérculos).
Fig. 6.3 Representación esquemática de curvas rendimiento respuesta de productos cosechados. Clave:
―, rendimiento cuantitativo (e.g., materia seca por hectárea); ---, rendimiento cualitativo (e.g., contenido
de azucares, proteínas, elementos minerales; para ejemplos (1) a (3) ver texto).
Página 182
día. Está diferencia en la respuesta está relacionada con diferencias morfológicas
entre las especies y correspondientes diferencias en la competición por el agua
disponible para la transpiración y expansión celular. En dicotiledóneas, la expansión
celular se presenta en láminas foliares que están expuestas a la atmósfera y por lo
tanto experimenten una alta tasa de transpiración durante el día. En
monocotiledóneas, sin embargo, la expansión celular se presenta en la base de la
lámina foliar. Esta zona está protegida de la atmósfera por la vaina de la hoja
precedente, de tal forma que se presenta poca transpiración de esta zona de
elongación. En contraste a la expansión foliar, la fotosíntesis neta por unidad de área
foliar se deprime a un grado similar en ambos grupos de plantas por la deficiencia de
nitrógeno.
Tabla 6.1
Inhibición del crecimiento foliar por deficiencia de nitrógeno en diferentes
especies vegetales a
Promedio inhibición del
crecimiento (%)
Día Noche
Especie vegetal
Cereales (trigo, cebada, maíz, sorgo) 16 18
Dicotiledóneas (girasol, algodón, soya, 53 8
rábano)
a
En base a Radin (1983).
Página 183
directamente en la síntesis de proteínas ó pigmentos del cloroplasto ó en la
transferencia de electrones resulta por lo tanto en la formación de cloroplastos con
menor eficiencia fotosintética, y también en un cambio en una modo más ó menos
específico en la fina estructura de los cloroplastos. En hojas de espinaca cerca del
24% del nitrógeno total es asignado a las membranas tilacoidales; por lo tanto la
nutrición del nitrógeno también afecta la cantidad de tilacoides por unidad de área
foliar. Una deficiencia de nutrientes minerales puede también deprimir la fotosíntesis
neta al influenciar la reacción de fijación de CO2 y la entrada estomatal de CO2.
Finalmente, la síntesis de almidón en los cloroplastos y el transporte de azúcares a
través de la envoltura del cloroplasto hacía el citoplasma están directamente
controlados por la concentración de fosfato inorgánico. Estas funciones de los
nutrientes minerales en la fotosíntesis se discuten en mayor detalle en los Capítulos 8
y 9.
Fig. 6.4 Curvas respuesta de luz fotosintética de una hoja madura de remolacha azucarera 1, 4, 7, 9 y 12
días después de que la planta se transfirió a una solución nutritiva sin nitrógeno. (Reproducido a partir de
Nevins & Loomis, 1970, con permiso de la Crop Science Society of America.)
Página 184
frecuentemente ser resultado de la retroregulación inducida por una menor demanda
de fotosintatos en los centros demanda. Se muestra un ejemplo de esto para
deficiencia por zinc en la Tabla 6.2.
Tabla 6.2
Efecto de la deficiencia de zinc e intensidad lumínica sobre el crecimiento caulinar y
contenido de clorofila y carbohidratos en hojas primarias de fríjol (Phaseolus
vulgaris) a
Intensidad Peso seco Clorofila Carbohidratos
lumínica caulinar (mg g–1 peso (mg equivalentes de glucosa g–1
(μE m–2 s– (g por planta) seco) peso seco)
1
) Sacarosa Total b
+Zn – Zn +Zn – Zn +Zn – Zn +Zn – Zn
80 1.24 1.13 19.2 17.3 10 11 40 42
230 2.38 1.13 16.6 7.8 11 54 42 124
490 3.80 1.16 11.2 4.5 17 82 77 138
a
En base a Marschner & Cakmak (1989).
b
Sacarosa, azúcares reductores, almidón
6.3.1 General
Página 185
más que por el nivel de nitrógeno suplido. Comparando con un continuo suministro de
nitrato, se encontró a un suministro radical a corto plazo de amonio más del doble de
ambos el porcentaje de yemas que desarrollaran inflorescencia y el contenido caulinar
de arginina (Tabla 6.3). La arginina es un precursor de poliaminas que también se
acumulan particularmente en hojas de plantas suplidas con altos niveles de amonio.
Tabla 6.3
Efecto del N–amonio ó poliaminas sobre la iniciación de floración y
contenido de arginina en árboles de manzano a
Tratamiento Porcentaje de Contenido caulinar de
floración arginina
(μg g–1 peso seco)
Control, continuo nitrato 15 1120
NH4–N por 24h b
37 2570
NH4–N por 1 semana 40 2330
Putrescina c 51 –
Espermina c 47 –
NH4–N por 24 h b 50 –
a
En base a Rohozinski et al. (1986).
b
8 mм NH en la solución nutritiva.
c
8 mм infiltración en el pecíolo.
Tabla 6.4
Crecimiento caulinar, inducción de floración y CYT en exudado xilemático en patrón
de manzano M7 al afectarse por la forma del suministro de nitrógeno a
No. de CYT
Forma Longitud vástagos Yemas florales (nmol ( 100 g )–1
de N caulinar laterales (% de la peso fresco
suplido (cm) (espolones) emergidas) caulinar)
N–NO3 326 6.4 7.4 0.002
NH4NO3 268 6.0 8.2 0.373
N–NH4 209 8.9 20.7 0.830
a
En base a Gao et al. (1992).
Página 186
La formación de flores en árboles de manzano, tomate, y trigo también esta
positivamente correlacionada con el suministro de fósforo. Las correlaciones positivas
entre el número de flores y el nivel de CYT en tomate por un lado, y entre el suministro
de fósforo y el nivel de CYT por el otro, proporcionan evidencia adicional de que la
CYT también contribuye al efecto realzante del fósforo sobre la formación de flores.
Conclusiones básicamente similares fueron esbozadas a partir de los efectos del
potasio sobre la formación de flores en Solanum sisymbrifolium. Los bajos niveles de
potasio están correlacionados con una alta proporción de flores femeninas estériles.
Esta esterilidad no se presentó en plantas de estados cualquiera altos ó bajos de
potasio cuando las plantas se asperjaron con CYT.
Tabla 6.5
Efecto del creciente suministro de cobre en trigo (cv. Chatilerma) cultivado
en suelo deficiente en cobre a
Suministro de cobre (mg por maceta)
0 0.1 0.4 2.0
Número de macollas 22 15 13 10
Rendimiento de paja (g) 7.7 9.0 10.3 10.9
Rendimiento de grano (g) 0.0 0.5 3.5 11.8
a
Número total de plantas por maceta: 4. En base a Cambiar (1976c)
Página 187
Las principales causas del fallo en el cuajado de semilla son la inhibición de
formación de antera, la producción de un mucho menor número de granos de polen
por antera, y particularmente la no viabilidad del polen, en parte debido a la falta del
suministro de carbohidratos hacia los granos de polen en desarrollo.
Tabla 6.6
Efecto de la deficiencia de manganeso sobre el crecimiento, fertilización y rendimiento de
grano en maíz a
Suministro de Peso seco Peso Peso grano Polen Germinación
Mn caulinar grano individual (no. por de polen (%)
(μg l–1) (g por planta) (g por (mg) antera)
planta)
550 82.5 69.3 302 2770 85.6
5.5 57.8 11.8 358 1060 9.4
a
Sharma et al. (1991). Reimpreso con permiso de Kluwer Academia Publishers.
Página 188
Fig. 6.5 Efecto del suministro de boro sobre la producción y distribución de materia seca en
plantas de maíz. (En base a Vaughan, 1977.)
Página 189
bien suministradas con potasio. Correspondientemente, es mucho más corto el
periodo de llenado de grano en plantas deficientes de potasio y el peso en la madurez
de un grano individual es menor que aquel en plantas control. Como se ha mostrado
antes (Sección 5.6.5), los altos niveles de ABA en granos coinciden con una abrupta
declinación en la actividad demanda del grano. Es bastante probable que los elevados
niveles de ABA en las hojas bandera de plantas de trigo deficientes en potasio, y una
correspondientemente mayor importación de ABA hacia los granos en desarrollo, sean
responsables de la prematura maduración y no la limitación por fuente de un nutriente
mineral en si (Sección 6.4).
Tabla 6.7
Efecto del suministro de potasio sobre el contenido de ABA y peso del grano en trigo a
Contenido de ABA (ng por Días después de Peso de un
grano) la antesis hasta la grano
días después de la antesis completa individual
28 35 38 44 maduración
Suministro de K (mg)
Bajo (deficiente) 7.7 13.4 16.5 2.2 46 16.0
b
Alto 3.7 4.4 ND 9.4 75
34.4
a
En base a Haeder & Beringer (1981).
b
ND. no determinado
Página 190
Tabla 6.8
Suministro de – 3.89
nitrógeno retenido
por 6 días
a
A partir de Krauss & Marschner (1971).
Fig. 6.6 Crecimiento secundario y malformación de tubérculos de papa inducido por el alternante alto y
bajo suministro radical de nitrógeno. (Krauss, 1980.)
Página 191
Los efectos del suministro de nitrógeno sobre la tasa de crecimiento y “rebrote”
son provocados por los cambios inducidos por el nitrógeno en el equilibrio fitohormonal
ambos en vástagos vegetativos y en tubérculos. Como ya se mostró (Sección 5.6.4),
una interrupción del suministro de nitrógeno resulta en una disminución tanto en la
exportación radical de CYT hacia los vástagos como en la fuerza de demanda y tasa
de crecimiento del vástago vegetativo. Un correspondiente incremento en la relación
ABA/GA caulinar parece disparar la tuberización. De acuerdo con esto, la tuberización
también puede inducirse mediante la aplicación bien de ABA ó del antagonista del GA
el CCC ó mediante la eliminación de los ápices caulinares, los principales centros de
síntesis del GA. Por otro lado, después del cese del crecimiento el rebrote de los
tubérculos inducido por un súbito incremento en el suministro de nitrógeno está
correlacionado con una disminución en la relación ABA/GA no solo en los vástagos
vegetativos sino también en los tubérculos, donde el nivel de GA se incrementa por un
factor de 2 aunque el nivel de ABA caiga a menos del 5% de aquel en tubérculos con
crecimiento normal.
Fig. 6.7 Curso de tiempo del índice de área foliar y peso fresco de tubérculos a dos niveles de suministro
de nitrógeno. (En base a Ivins & Bremner, 1964., Kleinkopf et al., 1981.)
Página 192
La temprana declinación en el LAI cuando es bajo el suministro de nitrógeno
(FIg. 6.7) indica que el rendimiento final de tubérculo está limitado por fuente. Surge la
cuestión acerca de las razones de esta limitación por fuente. En plantas de papa en
madurez, entre el 60% y 80% del nitrógeno total está localizado en los tubérculos. Por
lo tanto, cuando es bajo el suministro de nitrógeno, el agotamiento del nitrógeno en las
hojas fuente presumiblemente juega un rol clave en la senescencia foliar y en el cese
de crecimiento del tubérculo.
La competencia por nitrógeno más que por carbohidratos suplidos desde las
hojas fuente puede también ser el principal factor limitante para el rendimiento de
semilla en plantas de mostaza y colza. En plantas de mostaza las semillas y hojas en
desarrollo compiten por nitrógeno, y el cuajado, crecimiento y rendimiento final de
semilla son determinados principalmente por el tamaño del pool de nitrógeno en las
partes vegetativas. En crucíferas, la diferenciación floral en los tallos laterales se
presenta después del inicio de la floración del tallo principal y depende fuertemente de
la disponibilidad de nitrógeno durante este periodo. La aplicación adicional de
nitrógeno al inicio de la floración conduce por lo tanto a un incremento en el número y
rendimiento de semilla (Fig. 6.8).
Fig. 6.8 Efecto de la adición de 0.9 y 1.9 g nitrógeno al inició de la floración sobre el peso seco total y la
distribución del peso seco en vástagos y plantas de mostaza blanca. (En base a Trobisch & Schilling,
1970.)
Página 193
El ejemplo con plantas de mostaza en la Fig. 6.8 demuestra que puede
imponerse limitación por fuente en nitrógeno más que por carbohidratos. También
tiene que considerarse este aspecto en las manipulaciones fuente–demanda. La
eliminación de las hojas fuente de una planta es un procedimiento común para evaluar
la limitación por fuente en fotosíntesis (Sección 5.7). Por supuesto, cuando las hojas
fuente son eliminadas, también se eliminan el nitrógeno y otros nutrientes minerales.
Por lo tanto, el sombreo de las hojas fuente puede tener un efecto diferente sobre la
reducción del rendimiento de semilla de aquel por eliminación de las hojas. El sombreo
de las hojas fuente de plantas mostaza redujo solo 20% el rendimiento de semilla,
mientras que la eliminación de estas mismas hojas redujeron 50% el rendimiento de
semilla. En especies vegetales como mostaza y colza, el sombreo mutuo de las hojas
fuente es usualmente mucho menos perjudicial sobre el rendimiento que, por ejemplo,
en cultivos cereales y tubérculos, como cuando en crucíferas después del inicio de la
floración los tallos y vainas proporcionan una alta proporción de los fotosintatos
requeridos por las semillas en desarrollo (Sección 5.7.1). as much as
Página 194
Fig. 6.9 Curso de tiempo del contenido de clorofila en hoja bandera y acumulación de peso seco en
granos de espiguilla en plantas de trigo suficientes (●, ▲) y deficientes (○, ∆) en fósforo. (Modificados a
partir de Batten & Wardlaw, 1987a.)
Los resultados mostrados en la Fig. 6.9 reflejan la limitación por fuente bien por
fósforo ó fotosintatos. Se ha presentado evidencia contra la limitación por fotosintatos
por experimentos adicionales donde el sombreo de espigas incremento varias veces la
tasa de fotosíntesis neta en la hoja bandera y también retrasó considerablemente su
senescencia. En contraste, en plantas suficientes en fósforo el sombreo de la espiga
no tuvo efectos significantes sobre la fotosíntesis neta de la hoja bandera. De este
modo, la realzada senescencia foliar en plantas deficientes de fósforo es muy
probablemente causada por la acumulación de fotosintatos en la hoja bandera y una
subsiguiente fotooxidación de los pigmentos del cloroplasto y la destrucción de
membranas (Sección 5.2.2) lo que, a su vez, realza la removilización y retranslocación
del fósforo desde la fuente a la demanda.
Estos ejemplos ilustran el rol de los nutrientes minerales como factores que
limitan el rendimiento cuando frutos, semillas, ú otros órganos son los centros
demanda dominantes y está declinando la toma radical de nutrientes minerales. Puede
limitarse severamente el progreso en la selección y mejoramiento de genotipos con un
alto índice de cosecha (relación de rendimiento económico a materia seca total) y
cortos periodos de crecimiento ó maduración de fruto (e.g., el periodo de llenado en
cereales), no debido a la limitada capacidad fuente para suministrar carbohidratos,
sino más bien debido a la limitada cantidad disponible de nutrientes minerales como
potasio, nitrógeno, fósforo, y magnesio para la retranslocación desde la fuente hacia la
demanda.
Página 195
07. Fijación de nitrógeno
7.1 General
Página 196
Fig. 7.1 Tipo, fuente de energía, y capacidades de los sistemas de fijación biológica de N 2 en
suelo. (Cortesía de K. Isermann; modificado.)
Página 197
aproximadamente 240 kDa, consiste de cuatro subunidades y contiene 30 átomos de
Fe y 2 de Mo. Además de la forma “clásica” de nitrogenasa hay en algunas bacterias
diazotróficas una nitrogenasa funcional que contiene vanadio (V) en lugar de
molibdeno. Otras formas de la nitrogenasa no parecen contener ninguno de los dos
elementos.
Fig. 7.2 Esquema que ilustra el suministro energético y las principales reacciones del sistema
nitrogenasa. (En base a Evans & Barber, 1977.)
Página 198
Fig. 7.3 Mecanismo de protonación y reducción del dinitrógeno para nitrogenasa de molibdeno.
(Modificado a partir de Richards, 1991.)
Aún bajo óptimas condiciones para la fijación del N2, en promedio 25% del flujo total
de electrones que atraviesa la nitrogenasa se asigna para la formación de H2. La
hidrogenasa de captación, rompe el H2 en 2H+ y 2e–, reciclando algunos de los
electrones para su subsiguiente uso en la reducción del N2. Por lo tanto en
leguminosas, la selección de cepas de Rhizobium con alta actividad hup se ha
considerado como factor importante para incrementar la fijación de N2. Posiblemente
es baja la ganancia de energía al reciclar H2, pareciendo ser la protección de la
nitrogenasa tanto del oxígeno libre (O2) como de la inhibición por H2 las principales
funciones de la hidrogenasa de captación.
3. Vivir en colonias cubiertas por capas de baba, que eviten la difusión de O2.
Página 199
La alta demanda energética (ATP), que solo puede proporcionarse en grandes
cantidades únicamente mediante respiración aeróbica, acoplada con la necesidad de
proteger a la nitrogenasa del O2 requiere un delicado sistema de regulación de la
presión de oxígeno a nivel celular. Esta regulación se realiza mejor en sistemas
simbióticos y es un factor principal para su mayor efectividad en la fijación de N 2
comparando con otros sistemas.
7.4.1 General
Página 200
La base inicial de nuestro entendimiento de la relación simbiótica entre las
leguminosas y las especies Rhizobium fue proporcionada por Hellriegel & Wilfarth en
1888, aunque en la agricultura antigua se aprecio y hasta se explotó los efectos
beneficiosos de las leguminosas sobre el crecimiento de los subsiguientes cultivos
para cultivos en rotación.
Tabla 7.1
Página 201
preferentemente en lugares donde el primordio de raíz lateral puede perforar la
epidermis, para que se presente la nodulación en algunas especies se requiera de
inundación temporal. Los nódulos caulinares son formados básicamente por las
mismas bacterias como en el caso de los nódulos radicales, y, por general, los nódulos
radicales y caulinares se presentan en la misma planta. Comparando con los nódulos
radicales, se deprimen menos tanto la formación como la actividad de los nódulos
caulinares por altos niveles de nitrógeno mineral.
Fig. 7.4 Modelo de los eventos iniciales de la infección de la planta huésped por Rhizobium para un
periodo de 96 h. (A partir de Djordjevic & Weinman, 1991.)
Página 202
La actividad inductora de los genes nod sobre los exudados radicales y la
adsorción de los rizobios en la superficie radical se afecta fuertemente por la
concentración de calcio y el pH. En el rango de concentración de 0–1.5 mм la
adsorción del R. meliloti sobre Medicago sativa está linealmente relacionada con las
concentraciones de calcio y magnesio, y se requieren mayores concentraciones de
calcio para compensar el efecto negativo del bajo pH (i.e., altas concentraciones de
H+) sobre la adsorción de los rizobios. De este modo, los conocidos efectos negativos
del bajo pH y baja concentración de calcio sobre la nodulación de alfalfa (M. sativa) se
reflejan ya en el primer paso de la nodulación. Además, en Trifolium subterraneum
también es mayor la actividad inductora del gen nod sobre los exudados radicales en
plantas cultivadas a mayores concentraciones de calcio.
Fig. 7.5 Secciones de una raíz nodulada de soya (Glycine max) con nódulos determinados (izquierda) y
de Mimosa pudica L. con nódulos indeterminados alongados (derecha). (Cortesía de A. P. Hansen.)
Página 203
de arranque”) a fin de establecer un área foliar fuente lo suficientemente grande a fin
de suministrar los fotosintatos y otros solutos a los nódulos en crecimiento.
Fig. 7.6 Modelo de las relaciones entre la nitrogenasa y reacciones relacionadas en bacteroides y citosol
del huésped en nódulos de leguminosas.
Página 204
parte de un mecanismo de defensa (Fig. 5.2) que responde rápidamente a cambios en
las concentraciones nodulares de O2. En soya y alfalfa los nódulos efectivos contiene
un capacidad considerablemente mayor para detoxificar peróxido que los nódulos
inefectivos.
Fig. 7.7 Modelo del posible mecanismo de inhibición de la tasa de fijación de N 2 por limitación de O2 para
la actividad nitrogenasa. (Modificado a partir de Vessey & Waterer, 1992.)
Página 205
En nódulos radicales de la simbiosis Frankia la nitrogenasa está protegida del
O2 libre principalmente por paredes celulares que circundan al microsimbionte
(vesículas); estas paredes celulares se adaptan a la presión ambiental del O2 mediante
la variación en grosor e incorporación de múltiples capas lipídicas.
Aunque son bastante altos los costos de carbono para la fijación de N2, esos
costos tienen que compararse con los costos de asimilación del nitrógeno enlazado,
por ejemplo, nitrato. En especies vegetales como lupino en donde el nitrato es
reducido preferentemente en las raíces, se han calculado los costos del carbono en un
rango similar a aquellos para la fijación del N2. En fríjol caupí se requieren cerca de 2.3
g C por g N–NO3 reducido, excluyendo los costos de toma de nitrato, síntesis y
mantenimiento del sistema reductor, y asimilación y exportación del nitrógeno
reducido. Sin embargo, en especies vegetales con reducción preferencial de nitrógeno
en las hojas, son considerablemente menores estos costos (Sección 8.2.1).
Página 206
El nitrógeno fijado en los bacteroides de los nódulos radicales se libera como
NH3 al citosol huésped (Fig. 7.6), únicamente por simple difusión a través de las
membranas peribacteroides. En el citosol huésped el NH3 es asimilado mediante la vía
glutamina sintetasa (GS)/glutamato sintasa (GOGAT), como también es el caso para la
asimilación radical y caulinar de NH3 en el huésped (Sección 8.2.1). Las altas
concentraciones de NH3 así como los productos finales de su asimilación, la glutamina,
también reprimen la actividad nitrogenasa. Esto tiene importantes implicaciones para
las aplicaciones de fertilizantes nitrogenados a leguminosas y otros sistemas fijadores
de N2 (Sección 7.4.6).
Fig. 7.8 Incorporación de amoniaco en los solutos nitrogenados translocados en leguminosas con nódulos
determinados e indeterminados. (Modificado a partir de Atkins, 1987; reimpreso con permiso de Kluwer
Academia Publishers.)
Página 207
genotípicas en las tasas de fijación de N2 bajo condiciones de campo fueron
principalmente causadas por diferencias en la intercepción lumínica, i.e.,
características del dosel. Por lo tanto, en poblaciones mixtas de leguminosas y no
leguminosas, la competitividad de la leguminosa esta, estrechamente relacionada con
la intercepción lumínica e intensidad lumínica. Sin embargo, las especies leguminosas
difieren en el tipo de respuesta a un suministro caulinar decreciente de fotosintatos,
e.g., después del sombreo ó defoliación. Las plantas de maní, a diferencia de otras
leguminosas, bajo estas condiciones puede mantener por tiempo más prolongado su
fijación de N2, lo que es probablemente atribuible a la presencia de fotosintatos
almacenados (como cuerpos lipídicos) en los nódulos.
Página 208
La eliminación de las flores y vainas en desarrollo puede evitar está declinación
en la tasas de fijación de N2 (Tabla 5.23), si la declinación es causada por la
competición de demanda por fotosintatos. Sin embargo, la presencia de frutos no
deprime necesariamente y hasta puede realzar la fijación de N2, probablemente al
eliminar la retroinhibición asociada con la excesiva disponibilidad de nitrógeno fijado
recientemente. Bajo condiciones de campo tales retroregulaciones frecuentemente
pueden limitar las tasas de fijación de N2 más que el suministro limitado de
fotosintatos. Este tipo de retroregulación merece más atención en las actuales
revisiones sobre los mecanismos de regulación de la fijación de N2 en leguminosas.
Página 209
la planta huésped, e incluso que para el crecimiento de los rizobios. Experimentos
adicionales han demostrado que después de la iniciación del nódulo el ulterior
crecimiento adicional del nódulo no se afecta por una disminución en la concentración
de calcio, indicando que solo el primer paso de la infección es altamente sensible al
suministro de calcio. Como se discutió en la Sección 7.4.2, a bajas concentraciones de
calcio, particularmente en combinación con altas concentraciones de protones, se
deteriora la adsorción de los rizobios en la superficie radical huésped. Sin embargo, en
Medicago hay también remarcables diferencias entre especies tolerantes y sensibles a
condiciones ácidas con respecto a la actividad inductora de los exudados radicales de
genes nod. En contraste a las especies sensibles a lo ácido, en especies tolerantes los
exudados radicales liberados a bajo pH y bajas concentraciones de calcio son
asimismo efectivos en inducir la actividad de genes nod, indicando un muy delicado
mecanismo en la tolerancia a la acidez en especies leguminosas.
Fig. 7.10 Efecto de las concentraciones de calcio en la solución nutritiva (pH 5.0)
sobre el peso fresco (●) y número de nódulos (○) en trébol subterráneo. (En base a
Lowther & Loneragan, 1968.)
Página 210
neutralizar la acidez formada en la producción de una tonelada de materia seca para
varias especies leguminosas, se requeriría un equivalente de 80- 96 kg de cal
(CaCO3).
Tabla 7.2
(μg l–1)
Radical Nodular Caulinar
0.5 0.60 0.07 1.21
Página 211
ser responsable de las dudas surgidas sobre las recomendaciones de altos
requerimientos específicos de fósforo para la nodulación.
Tabla 7.3
b
16 kg P ha–1 como superfosfato simple.
Página 212
El hierro es requerido para varias enzimas clave del complejo nitrogenasa así
como para el carrier de electrones la ferredoxina (Fig. 7.2) y para algunas
hidrogenasas. Existe un particular alto requerimiento de hierro en leguminosas para el
componente hemo de la hemoglobina. Por lo tanto, en leguminosas el hierro es
requerido en mayor cantidad para la formación del nódulo que para el crecimiento de
la planta huésped, por ejemplo en lupino y maní (Tabla 7.4). Aunque la deficiencia de
hierro no afecta significativamente el crecimiento caulinar si deprime severamente la
masa nodular y particularmente el contenido de leghemoglobina, el número de
bacteroides y la actividad nitrogenasa, comparando con plantas cinco días después de
su aspersión foliar de hierro. En contraste al maní, en lupino (Lupinus angustifolius) el
hierro no es retranslocado hacia los nódulos después de una aspersión foliar, y se
requiere el suministro directo de hierro en los centros radicales de infección para la
efectiva nodulación.
Tabla 7.4
Desarrollo nodular limitado por deficiencia de hierro en maní (Arachis hypogaea cv. Tainau 9) cultivado en
suelos calcáreos a
Tratamiento Follaje Nódulos Hierro Leghemoglobina Contenido de ARA c
bacteroides
(aspersión (g peso (mg peso (μg g–1 (nmol g–1 peso (pmol
6 –1
foliar fresco por fresco por peso seco fresco nodular) (10 g peso min–1 por
FeSO4) planta) planta) nodular) fresco= planta)
– Fe 3.2 15 800 6 170 3
b
En el día 10; todas las mediciones (±Fe) en el día 15.
c
pmol acetileno reducido (C2H2 → C2H4)
Página 213
simbióticamente, el cobalto es un nutriente mineral esencial (Sección 10.4). La
deficiencia de cobalto afecta el desarrollo y función del nódulo a diferentes niveles y
grados (Tabla 7.5). En lupinos que dependen de la fijación simbiótica de N2 la
deficiencia de cobalto deprime el crecimiento de la planta huésped, pero no la masa
nodular, que hasta se incrementa en plantas deficientes. El parámetro más sensible
para la limitación por cobalto es el contenido nodular de bacteroides. Mientras que la
síntesis de leghemoglobina también responde marcadamente al suministro de cobalto,
fue relativamente pequeño el incremento en la actividad nitrogenasa por unidad de
hemoglobina.
Tabla 7.5
Contenido de bacteroides (no. 109 por 6.0 12.0 12.5 20.5 22.5
nódulo)
– 1 11 20 120
Contenido de leghemoglobina (nmol g–1 peso
fresco raíz lateral)
nmol C2H2 reducido (g–1 peso fresco 1.1 2.5 3.7 3.8 3.2
nodular min–1)
Página 214
Fig. 7.11 Esquema simplificado de la relación entre la fijación de N2 y la toma de
nitrógeno del suelo y fertilizante en leguminosas noduladas.
Tabla 7.6
Página 215
50 0.60 0.10 1.67 3.65 0.13
Página 216
1. Competición por fotosintatos. Este tipo de inhibición se espera que sea
particularmente importante en aquellas especies vegetales donde la reducción del
nitrato se presenta principalmente en las raíces más que en los vástagos.
Página 217
que la proporción de nitrógeno fijado sea mayor en especies arbóreas (Leucaena y
Sesbania). Sin embargo, varían en gran medida los estimados de la fijación de N2,
particularmente en árboles, debido a serias dificultadas metodológicas. Algunas
especies arbóreas como Leucaena leucocephala tienen definitivamente un mucho
mayor potencial de fijación de N2 que otras como por ejemplo especies Acacia.
Tabla 7.7
Las leguminosas como cultivos aislados usualmente tienen una menor y más
variable proporción de nitrógeno fijado que cuando se cultivan en combinación con no
leguminosas, con tal que en la combinación domine la parte de leguminosa. Un factor
responsable de la mayor eficiencia en las poblaciones mixtas es presumiblemente el
menor nivel de nitrógeno mineralizado mantenido en el suelo. En genotipos de
Phaseolus vulgaris el nitrógeno derivado a partir de la fijación de N2 puede variar entre
5.6 y 21.1% en monocultivos, y 18.2 y 56.6% cuando se cultiva con maíz.
Página 218
contribuye hasta 52 kg N ha–1 por año. En poblaciones mixtas de Trifolium ssp. y
Festuca arundinacea, las cantidades total de nitrógeno fijado están entre 300 y 390 kg
N ha–1 por año, representando del 50-70% del nitrógeno total en la leguminosa. En
este estudio la proporción del nitrógeno en el pasto proporcionado por la fijación de N2
en la leguminosa se incrementó desde 20% en el año del establecimiento del césped a
60% en el segundo año. En césped pastoreado de Trifolium repens y Lolium perenne
del nitrógeno fijado ( 269 kg ha–1 por año), además de la transferencia subterránea de
60 kg N ha–1, se proporciono al pasto una cantidad adicional de 70 kg N ha–1 por año
vía transferencia superficial vía excremento animal.
Las bacterias diazotróficas son ubicuas en los suelos. Ellas son bien anaeróbicas
(e.g., Clostridium pasteurianum), anaeróbicas facultativas (e.g., Klebsiella) ó aeróbicas
(e.g., Azotobacter y Azospirillum). Debido a la limitación por carbono (Sección 7.1), se
considera muy pequeña la real contribución para la entrada de nitrógeno por estas
bacterias heterótrofas de carbono, y en promedio son menos de 1 kg N ha–1 por año.
Puede incrementarse su competitividad contra otros microorganismos heterótrofos de
carbono al suplir fuentes de carbono con una alta relación C/N. Por ejemplo, la
incorporación de paja de trigo realza fuertemente no solo la liberación de CO 2 sino
también la actividad nitrogenasa en el suelo. Las diazotrofas anaeróbicas que viven en
las cavidades gastrointestinales de animales del suelo sobre materia orgánica en
descomposición pueden contribuir a este incremento en la actividad nitrogenasa.
Página 219
rendimiento de grano, y el contenido de nitrógeno en las plantas. En arroz de aniego, y
también en trigo, esto puede ahorrarse el suministrar hasta 50 kg N ha–1 como
fertilizante mineral. Sin embargo, ya que la actividad nitrogenasa se deprime
fuertemente por el nitrógeno conjugado (Sección 7.4.6), solo puede esperarse en
cultivos una gran contribución de este tipo de fijación de N2 en la filosfera cuando las
plantas están severamente deficientes en nitrógeno.
Tabla 7.8
Página 220
Suministro de Actividad nitrogenasa Peso seco
NH4NO3 caulinar
(nmol C2H4 por planta
(g l–1) h–1) (g por planta)
0 200 0.49
0.08 10 1.84
0.16 0 2.93
a
A partir de Cohen et al.(1980).
Página 221
desde la bacteria hacia la planta huésped. Toma varios días antes de que el nitrógeno
fijado en las raíces pueda detectarse en los vástagos. Para la cuantificación en plantas
del nitrógeno derivado de la fijación asociativa de N2 es apropiada la técnica de
dilución isotópica 15N, hasta el momento en que se disponga de una adecuada planta
referencia no asociativa (no fijadora).
Tabla 7.9
Página 222
Pastos forrajeros 30–40
Leptochloa fusca
a
Datos compilados a partir de Chalk (1991).
b
Boddey et al. (1991).
Tabla 7.10
T 110 29.7
T 29 23.2
K 190 B 15.9
KK 16 0
a
Datos seleccionados a partir de Miranda et
al. (1990).
Página 223
comporta como endófita, pareciendo requerir para la infección bien tejido dañado ó
micorrizas VA como “carrier biológico”.
Página 224
Fig. 7.12 Esquema tentativo de la importancia relativa de efectos hormonales y fijación
de N2 en asociaciones entre bacterias diazotrofas y raíces vegetales.
7.7 Perspectiva
Página 225
08. Funciones de los nutrientes minerales: los
macronutrientes
Página 226
Ha atraído gran interés en años recientes la fosforilación de proteínas
enzimáticas (apoenzimas) en la regulación de su actividad. Un gran numero de
enzimas, por ejemplo la PEP carboxilasa y la ATPasa-H +, sufren fosforilación
reversible (Sección 8.4), y la fosforilación proteica es un mecanismo general para
regular el metabolismo y desarrollo celular. Las enzimas que catalizan la fosforilación
de una proteína son referidas como proteínquinasas. Los efectores que regulan las
proteínquinasas son, por ejemplo, las poliaminas, la calmodulina y, en particular el
Ca2+ libre. En plantas se han identificado más de 30 proteínquinasas y 10 de estas son
dependientes de Ca2+. Este mecanismo ofrece, por lo menos para algunos nutrientes
minerales, la posibilidad de funcionar como un componente de una cadena de señales.
Son dados en las secciones relevantes los ejemplos de la participación de nutrientes
minerales en este tipo de regulación de las actividades enzimáticas.
Los nutrientes minerales también pueden por otros medios tener un rol
dominante en las reacciones enzimáticas. El potasio es un ejemplo típico de un
nutriente mineral que ejerce su función reguladora al cambiar la conformación del
componente proteico de la enzima. Las proteínas son macromoléculas cargadas que
están altamente hidratadas en células vivas y metabólicamente activas (Fig. 8.1).
Debido a la formación de enlaces intermoleculares de hidrógeno, las moléculas de
agua forman asociaciones parciales pero no permanentes (“estructuras” ó “clusters”) y
de este modo tienen un efecto estabilizador sobre la conformación proteica. Los
solutos, incluyendo los nutrientes minerales, alteran las propiedades físicas del
solvente agua a través de la formación de escudos de hidratación alrededor de los
iones, así como las propiedades de la molécula proteica a través de las interacciones,
particularmente con los grupos cargados de la macromolécula (interacción
electrostática). La hidratación, estabilidad, y conformación de las enzimas ú otros
biopolímeros (e.g., membranas) son por lo tanto afectados no solo por la temperatura
y el pH sino también por el tipo (catión o anión, y sus valencias) y concentración del
nutriente mineral. La conformación (orientación espacial) de una enzima es de nuevo
un factor crucial para ambas la afinidad entre el centro activo de la enzima y el sustrato
(valor Km) y la tasa de recambio de la enzima (Vmax; ver Fig. 2.10). El potasio, como el
principal catión citoplasmático (Sección 8.7), tiene un efecto prominente sobre la
conformación de las enzimas y de este modo regula la actividad de un gran número de
enzimas. Para detalles sobre las interacciones entre iones inorgánicos y enzimas, ver
Wyn Jones & Pollard (1983).
Página 227
La distribución de los nutrientes minerales entre los diferentes tipos de células
dentro de un tejido dado (e.g., células epidérmicas, células guarda, células del
mesófilo de una hoja) también proporciona información importante acerca de la función
de los nutrientes minerales. Esto es particularmente cierto para la distribución de los
iones en diferentes compartimentos celulares. En la última década se ha hecho mucho
progreso a este respecto al aplicar técnicas tales como el microanálisis por rayos X, la
NMR (resonancia magnética nuclear), los microelectrodos selectivos de iones, ó los
tintes fluorescentes, en estudios sobre la distribución de iones en el citoplasma y en
los organelos contenidos dentro de el (e.g., cloroplastos) y en la vacuola. Los nuevos
avances en cuanto a las funciones de nutrientes minerales como por ejemplo del
calcio como un segundo mensajero, están basados en estos estudios de
compartimentación celular.
En este capitulo son dados ejemplos típicos de las varias funciones de los
macronutrientes mientras que los micronutrientes son tratados en el Capitulo 9. Los
elementos minerales cualquiera que reemplacen ciertos nutrientes minerales en
algunas de sus funciones (e.g., el sodio que reemplaza al potasio) ó que estimulen el
crecimiento por otros medios son discutidos en el Capitulo 10.
8.2 Nitrógeno
El nitrato y el amonio son las principales fuentes de nitrógeno inorgánico tomados por
las raíces de las plantas superiores. La mayoría del amonio tiene que ser incorporado
en compuestos orgánicos en las raíces (ver Sección 8.2.1.2), mientras que el nitrato es
rápidamente movilizado en el xilema y puede también ser almacenado en las vacuolas
de las raíces, vástagos, y órganos de almacenamiento. La acumulación de nitrato en
las vacuolas puede ser de considerable importancia para el balance catión-anión
(Sección 2.5.3), para la osmorregulación, particularmente en las llamadas especies
“nitrofílicas” como Chenopodium album y Urtica dioica y para la calidad de verduras y
plantas forrajeras. Sin embargo, a fin de ser incorporado en estructuras orgánicas y
cumplir sus funciones esenciales como nutriente vegetal, el nitrato tiene que ser
reducido a amoníaco. La importancia de la reducción y asimilación del nitrato para la
vida de la planta es similar a aquella de la reducción y asimilación del CO 2 en la
fotosíntesis.
Página 228
NO + 8H+ + 8e- → NH3 + 2H2O + OH-
Página 229
excepciones a este control en la sincronización de la actividad de ambas enzimas
(Sección 7.4.6). Ciertos herbicidas como el diuron inhiben fuerte y selectivamente la
nitrito reductasa en las hojas y correspondientemente incrementan el contenido de
nitritos en el tejido.
En plantas C4, las células del mesófilo y de la vaina del haz difieren en sus
funciones no solo en la asimilación de CO2 (Sección 5.2.4) sino también en la
asimilación de nitrato. Ambas, la nitrato reductasa y la nitrito reductasa están
localizadas en las células del mesófilo y están ausentes en las células de la vaina del
haz. Esta “división de labor” en plantas C4, en que las células del mesófilo utilizan la
energía de la luz para la reducción y asimilación del nitrato y las células de la vaina del
haz para la reducción del CO2, es mas probablemente la causa de la mayor eficiencia
en el uso del nitrógeno fotosintético (NUE) en las C4 comparando con las plantas C3.
Debido al particular mecanismo de concentración de CO2 en las células de la vaina del
haz, se requiere menos concentración de RuBP carboxilasa (Rubisco) en las plantas
C4 que en las plantas C3. En plantas C3 el nitrógeno en la Rubisco explica el 20-30%
del nitrógeno total foliar comparando con el menos del 10% en plantas C4, más el 2-
5% nitrógeno por la PEP carboxilasa en plantas C4.
Tabla 8.1
5.0 0 - 8.0
Página 230
a
A partir de Randall (1969).
Página 231
Fig. 8.3 Modelo del NO y luz como “señales” para la fosforilación proteica y
desactivación de sacarosa-P sintasa y activación de PEP carboxilasa. (Modificado de
Champigny & Foyer, 1992; reimpreso con permiso de la American Society of Plant
Physiologists.)
Página 232
Fig. 8.4 Representación esquemática del efecto del nivel de nitrato suplido en el medio
de enraizado sobre compuestos nitrogenados en savia xilemática de plantas
decapitadas de guisante forrajero no inoculado (Pisum arvensis L.) (Datos
recalculados a partir de Wallace & Pate, 1965).
Página 233
en las hojas puede no solo usar las reservas de energía sino también aliviar el estrés
por alta iluminación.
Edad Foliar. Durante la ontogénesis de una hoja individual, se observa un patrón típico
en la actividad nitrato reductasa (Fig. 8.5). La máxima actividad se presenta cuando la
tasa de expansión foliar es máxima. Después de esto, la actividad declina
rápidamente. De este modo, en hojas completamente expandidas, la actividad nitrato
reductasa es usualmente muy baja, y a menudo los niveles de nitrato son
correspondientemente altos. Este patrón dependiente de la edad en la actividad nitrato
reductasa es también típico en cultivos celulares, y las razones para esto han sido
discutidas arriba. En raíces, la actividad nitrato reductasa es alta en las células en
expansión de las zonas apicales y declina rápidamente hacia las zonas radicales
básales.
Fig. 8.5 Curso de tiempo de la actividad nitrato reductasa y desarrollo del área foliar
durante la ontogenia de la primera hoja trifoliada de soya. (Modificado a partir de
Santoro & Magalhaes, 1983).
Página 234
desde la vacuola en el citoplasma puede ser un paso que limite la tasa de reducción
del nitrato, y de este modo la utilización del nitrógeno nitrato almacenado en los
procesos de crecimiento. La interrupción del suministro de nitrato a las raíces puede
por lo tanto conducir a una caída en ambas la actividad nitrato reductasa en las hojas y
en la tasa de crecimiento del vástago, a pesar de un todavía alto contenido de nitrato
en el vástago. Estos resultados tienen importantes consecuencias en la sincronización
del suministro de fertilizantes de nitrato.
Iluminación. En las hojas verdes existe una estrecha correlación entre la intensidad
lumínica y la reducción del nitrato. Por ejemplo, hay un notable patrón diurno de
reducción caulinar pero no radical (Fig. 8.6). La proporción diurna de reducción
caulinar y radical del nitrato raíces por lo tanto difiere de aquella proporción nocturna.
Fig. 8.6 Acumulación del 15N reducido soluble en maíz durante un periodo de 24 h de
suministro radical de 15NO3. (En base a Pearson et al., 1981.)
La tasa de reducción foliar del nitrato es afectada por la luz en varias formas. El
ritmo diurno en la reducción del nitrato (e.g., Fig. 8.6) puede reflejar las fluctuaciones
en el nivel de carbohidratos y en el correspondiente suministro de equivalentes
reductores y esqueletos de carbono. Sin embargo, adicionalmente a estas gruesas
regulaciones existen varios mecanismos de regulación fina, al nivel de modulación
enzimática mediante el particionamiento del carbono (Fig. 8.3), ó en la modulación
directa de la nitrato reductasa mediante la fosforilación enzimática. En la transición luz-
Página 235
oscuridad esta inactivación de la nitrato reductasa se presenta en pocos minutos y, de
este modo, se evita la acumulación de nitritos.
En plantas con una reducción preferencial del nitrato en las hojas, las
fluctuaciones diurnas en la actividad nitrato reductasa pueden conducir a una notable
disminución en el contenido de nitratos durante el periodo lumínico (Tabla 8.2).
Independiente de este efecto de la luz el contenido de nitratos en los pecíolos de la
espinaca como en aquellas otras especies vegetales acumuladoras de nitrato, es
mayor que aquel en las láminas foliares. Las plantas cultivadas permanentemente bajo
condiciones de poca iluminación (e.g., en invernaderos durante el invierno) pueden
contener concentraciones de nitrato que son varias veces mayores que las de aquellas
plantas cultivadas bajo condiciones de alta iluminación (e.g., en campo abierto durante
el verano). Son factores adicionales el almacenamiento de equivalentes reductores y
esqueletos de carbono, así como la retroregulación a partir de los aminoácidos
acumulados como resultado de la baja demanda para el crecimiento. Esto es
particularmente evidente en ciertas hortalizas como la espinaca y otros miembros de
las Chenopodiaceae que tienen una alta preferencia para la acumulación caulinar del
nitrato y que obviamente usan el nitrato en las vacuolas para la osmorregulación. En
estas especies, bajo condiciones de poca iluminación, las concentraciones de nitrato
en las hojas pueden alcanzar mas de 6000 mg kg-1 peso fresco, esto es, ~100 mм.
Bajo estas condiciones de poca iluminación el nitrato puede reemplazar
completamente a los azucares en su función osmótica, y lo mismo es cierto para la
compensación del nitrato por el cloruro.
Tabla 8.2
Página 236
de concluir la expansión celular foliar. Sin embargo, existen varios mecanismos para la
eliminación del exceso de solutos osmóticos del tejido caulinar
Mientras que el nitrato puede ser almacenado en las vacuolas sin efectos
perjudiciales, el amonio y en particular su equilibrio junto con el amoniaco
Página 237
son tóxicos a concentraciones bastante bajas. La formación de aminoácidos, amidas y
compuestos relacionados es la principal vía de detoxificación de cualquiera de los
iones amonio tomados por las raíces ó del amoniaco derivado de la reducción del
nitrato ó de la fijación del N2. Mientras que las concentraciones de amonio (NH ) en el
citoplasma están usualmente debajo de 15 µм hay evidencia de que cantidades
considerables de amonio pueden ser almacenadas en las vacuolas donde el bajo pH
evita la formación de amoniaco.
Página 238
La asimilación radical del amonio también tiene un gran requerimiento de
esqueletos de carbono para la síntesis de aminoácidos. Estos esqueletos de carbono
son proporcionados por el ciclo de los ácido tricarboxílicos (TCA), y los intermediarios
removidos tienen que ser reabastecidos por la incrementada actividad PEP
carboxilasa (Fig. 8.8). Con el suministro de N-NH4 comparando con N-NO3 la fijación
neta de carbono en las raíces es hasta tres veces mayor en arroz y tomate y cerca de
cinco veces mayor en maíz. Los principios de esta “fijación oscura” de CO2 se han
discutido en conexión con la toma excesiva de cationes (Fig. 2.20), con la fijación de
N2 en leguminosas noduladas (Fig. 7.6) y con la asimilación del nitrato (Fig. 8.7).
Tabla 8.3
Glutamina Ranunculaceae
Asparragina Fagaceae
Betaína Chenopodiaceae
Página 239
A pesar de los diferentes sitios de asimilación del amoniaco (raíces, nódulos
radicales, y hojas) las enzimas clave involucradas son en cada caso la glutamina
sintetasa y la glutamato sintasa (Fig. 8.9). Ambas enzimas se han encontrado en
raíces, en cloroplastos, y en microorganismos fijadores de N2, y la asimilación de la
mayoría si no todo el amoniaco derivado de la toma de amonio, de la fijación de N 2, de
la reducción del nitrato, y de la fotorrespiración (Capitulo 5) es mediada por la vía de la
glutamina sintetasa-glutamato sintasa.
Fig. 8.9 Modelo de vía de asimilación del amoniaco (1,2) vía de la glutamina sintetasa-
glutamato sintasa, con bajo suministro de NH3 (1) y con alto suministro de NH3 (2). (3)
vía de la glutamato deshidrogenasa. GOGAT, glutamina-oxoglutarato
aminotransferasa.
Página 240
amoniaco puede estar relacionada con la rápida infiltración del amoniaco a través de
las biomembranas. Por ejemplo, el amoniaco, pero no el amonio (NH ), se difunde
rápidamente a través de las membranas exteriores de los cloroplastos.
Otra enzima, la glutamina deshidrogenasa (Fig. 8.9) que tiene una baja afinidad
por el amoniaco (alto valor Km), solo se vuelve importante en la asimilación del
amoniaco a un muy alto suministro de amonio en combinación con el bajo pH de la
solución nutritiva, relacionado con los altos contenidos de amoniaco libre en el tejido
radical.
Página 241
Fig. 8.10 Biosíntesis de aminoácidos a partir de varios intermediarios del ciclo de
Calvin, glucólisis y ciclo de los ácidos tricarboxílicos (TCA).
Página 242
los nutrientes minerales individuales son discutidos en mayor detalle en las secciones
posteriores.
Página 243
Fig. 8.12 Principales clases de compuestos nitrogenados en plantas.
Página 244
Fig. 8.13 Vía de degradación caulinar de los ureidos alantoína y alantoato en soya
nodulada. (Modificado a partir de Winkler et al., 1988; reimpreso con permiso de
Trends in Biochemical Sciences.)
Fig. 8.14 Vía de la síntesis de poliaminas. (Modificado de Evans & Malmberg, 1989).
Página 245
Otra clase importante de compuestos orgánicos nitrogenados de bajo peso
molecular son las aminas y poliaminas, siendo su biosíntesis mediada por la
descarboxilación de aminoácidos. Las aminas son componentes de la fracción lipídica
de las biomembranas (Sección 2.3), el componente amino etanolamina, por ejemplo,
es sintetizado mediante la descarboxilación del aminoácido serina. Más recientemente
las poliaminas han atraído la atención como mensajeros secundarios (Sección 5.6.3) y
en la protección de membranas. En plantas el aminoácido arginina es el principal
precursor de la síntesis de poliaminas (Fig. 8.14). La putrescina que es usualmente la
poliamina dominante en las plantas, puede constituir mas del 1.2% de la materia seca
vegetal. El contenido de poliaminas es particularmente alto en tejidos meristemáticos,
en plantas suplidas con altos niveles de amonio, y bajo deficiencia de potasio (Sección
8.7).
Página 246
estabilidad fisiológicamente beneficiosa del nivel del hierro celular y en el transporte en
el floema del hierro y otros metales pesados. Además, la nicotianamina es un
precursor de un grupo de otros aminoácidos no proteinogénicos, los llamados
fitosideróforos, que son de particular importancia para la adquisición de hierro en
especies vegetales gramíneas.
En una especie vegetal dada la idoneidad del amonio para alcanzar altas tasas
de crecimiento y rendimiento depende por lo tanto de la temperatura de la zona radical
y de otros factores que determinan el suministro de carbohidratos a las raíces tal
como, por ejemplo, la intensidad lumínica. En plantas alimentadas con amonio no solo
el bajo sino también el alto pH del sustrato mayor que 7 puede volverse crítico debido
Página 247
al incremento en las concentraciones de amoniaco libre en el sustrato que conducen a
la toxicidad por amoniaco (Tabla 8.4).
Tabla 8.4
Comparando con el amonio, el nitrato tiene la ventaja de ser también una forma
de almacenamiento en las plantas sin la necesidad de ser asimilado en las raíces.
Además, la nutrición con nitrato induce un aumento en vez de una disminución en el
pH de la rizosfera (Sección 2.5.4), y no hay riesgo de toxicidad a pH alcalino. La
ventaja de la menor demanda de esqueletos de carbono en las raíces sin embargo es
perdida en especies vegetales que reducen y asimilan el nitrato exclusivamente en las
raíces. Además, un incremento en el pH de la rizosfera resultado de la nutrición con
nitrato puede tener efectos colaterales negativos sobre la adquisición de nutrientes
minerales en suelos alcalinos (Sección 16.5) y también sobre su disponibilidad dentro
de las plantas, por ejemplo, de hierro.
Página 248
Fig. 8.15 Efecto de la forma y concentración del nitrógeno suplido en el peso seco de
plantas de maíz de 30 días de edad. (Basado en Xu et al., 1992.)
Con pocas excepciones, las mayores tasas de crecimiento son alcanzadas con
el suministro mixto de ambas formas de nitrógeno, las proporciones óptimas dependen
fuertemente de las concentraciones totales suministradas (Fig. 8.15). Esto es cierto en
principio también para cultivos de tejidos. Cuando ambas formas de nitrógeno son
suministradas, es más fácil para la planta regular el pH intracelular y almacenar algo
del nitrógeno a bajos costos energéticos. En plantas superiores unos de los principales
factores que contribuyen a las mayores tasas de crecimiento vegetativo y
particularmente de crecimiento reproductivo está ciertamente relacionado con los
efectos del amonio en el balance fitohormonal en las plantas (Sección 6.3). En plantas
cultivadas en campo este efecto particular del amonio sobre el crecimiento
reproductivo puede ser logrado al menos en algún grado mediante la inyección
repetida de fertilizantes de amonio, ó más fácilmente mediante la aplicación de
fertilizantes de amonio junto con inhibidores de nitrificación. Los inhibidores de
nitrificación pueden incluir compuestos que se presentan naturalmente como en la
torta de neem, obtenida de Pougamia glabra, ó sintéticos, como el N-serve ó la
diciandiamida.
Página 249
los vástagos (e.g., en maíz). En los suelos la hidrólisis de la urea usualmente toma
lugar antes de su toma por la raíz.
Página 250
Fig. 8.16 Representación esquemática del efecto de crecientes niveles de suministro
radical de nitrógeno durante las etapas iniciales de crecimiento sobre el crecimiento
radical y caulinar en plantas cereales.
Tabla 8.5
Tabla 8.6
Página 251
(kg ha-1)
0 2.4 1.0 3.97 4.18
b
1 = no volcamiento, 9 = total volcamiento
Tabla 8.7
Composición (% materia
seca) 2.0 2.8 3.6 4.2
Celulosa
a
A partir de Hehl & Mengel (1972).
Página 252
Si estos cambios en la composición vegetal representan un incremento ó una
disminución en la calidad depende del uso posterior del material vegetal. El incremento
en el contenido total de nitrógeno tiene que ser interpretado con cuidado. El nitrógeno
total y “proteína cruda” (contenido total de nitrógeno multiplicado por un factor entre
5.7 y 6.25, dependiendo de la especie vegetal y la fuente de proteína cruda) son la
suma de ambos nitrógeno proteína y soluble, incluyendo en el último, por ejemplo,
aminoácidos y amidas así como nitrato. En general, la proporción del nitrógeno soluble
se incrementa con niveles elevados de suministro de nitrógeno y es mayor en hojas y
órganos de almacenamiento con alto contenido de agua, pero es baja en granos y
semillas.
Página 253
incrementa por lo tanto la síntesis y exportación a las vástagos de ambas citoquininas
y nicotina.
Fig. 8.17 Modelo de los efectos del suministro de nitrógeno sobre el crecimiento foliar
y varios constituyentes vegetales. Clave: ―›, suministro subóptimo a óptimo de
nitrógeno; ---› suministro alto a excesivo de nitrógeno.
Página 254
sombreo mutuo y volcamiento. Estas complicaciones pueden ser superadas mediante
la aplicación tardía de nitrógeno hasta la antesis, cualquiera como aplicación foliar ó al
suelo. También después de la aplicación al suelo la mayoría de este nitrógeno se
desvía de las hojas y es directamente translocado como amidas y aminoácidos desde
las raíces a los granos en desarrollo. En trigo ó cebada, sin embargo, el
correspondiente incremento en el contenido proteico en los granos está correlacionado
con una disminución en el contenido del aminoácido esencial lisina en la proteína del
grano, esto es, con una disminución en la calidad nutricional de la proteína. Como se
muestra en la Tabla 8.8 la disminución en el contenido de lisina en la proteína del
grano causada por la aplicación tardía de nitrógeno resultó a partir de un cambio en
las proporciones de las varias fracciones proteicas del grano, principalmente a favor de
la proteína del endospermo prolamina, que tiene un muy bajo contenido de lisina. De
acuerdo con la regulación de la síntesis de proteínas individuales (albúmina,
prolamina, etc.) según el código genético (Fig. 8.11), la proporción de lisina en las
varias fracciones proteicas no es alterada por el suministro de nitrógeno.
Tabla 8.8
Efecto del suministro adicional de nitrógeno como NH4NO3 en la antesis en los granos
de trigo a
Porcentaje de N lisina Cantidad de las fracciones
proteicas
del N proteína total
(mg proteína (10g)-1 peso seco
Fracción grano)
b c
proteica 9.5 19.1 9.5 b 19.1 c
Albúmina 4.05 4.00 13.6 13.3
b
Porcentaje de proteína cruda en el peso seco (control).
c
Porcentaje de proteína cruda en el peso seco (suministro adicional de nitrógeno).
8.3 Azufre
8.3.1 General
Página 255
Aunque el SO2 atmosférico es tomado y utilizado por las partes aéreas de plantas
superiores (Capitulo 4), la fuente más importante de azufre es el sulfato tomado por las
raíces. En el rango de pH fisiológico, el anión divalente SO es tomado por las raíces
a tasas relativamente bajas, y el transporte a larga distancia del sulfato ocurre
principalmente por el xilema (Capitulo 3). En varios aspectos, la asimilación del azufre
tiene varias características comunes con la asimilación del nitrato. Por ejemplo, es
necesaria la reducción para la incorporación del azufre a aminoácidos, proteínas y
coenzimas, y en las hojas verdes la ferredoxina es la reductora del sulfato. Contrario al
nitrógeno nitrato, sin embargo, el sulfato puede también ser utilizado sin reducción e
incorporado a estructuras orgánicas esenciales como los sulfolípidos en las
membranas ó los polisacáridos como el agar. Además en contraste al nitrógeno, el
azufre reducido puede ser reoxidado en las plantas. En esta reacción de oxidación el
azufre reducido de la cisteína es convertido en sulfato, que es la forma de
almacenamiento “más segura” de azufre en las plantas. La oxidación de compuestos
reducidos de azufre también parece jugar un rol importante como señal de
retroalimentación negativa para la reducción del sulfato.
Página 256
Fig. 8.18. Vías de asimilación del azufre en plantas superiores y algas verdes. (1)
Síntesis de ésteres de sulfato; (2) reducción del sulfato de acuerdo a la vía APS. (En
base a Schiff, 1983 y Schmidt & Jäger, 1992.)
Para la reducción del sulfato (vía (2)) el sulfato activado del APS (Fig. 8.18) así
como aquel del PAPS, es transferido por APS ó PAPS sulfotransferasas a un grupo
tiólico (R-SH) de un carrier correspondiente. No es claro si el glutatión (Fig. 8.19) actúa
in vivo como un carrier. Esta transferencia del sulfato a grupos tiólicos, mediada por
sulfotransferasas, está asociada con una reducción de sulfato a sulfito (SO ). La
subsiguiente reducción del sulfito enlazado al carrier a sulfuro (S2-) puede involucrar la
sulfito reductasa ó la tiosulfato orgánico reductasa. Para ambos tipos de reductasas en
los cloroplastos la ferredoxina reducida es la donadora de electrones (Fig. 8.18).
Página 257
El recién formado grupo -SH es transferido a la acetilserina, la cual es
fraccionada en acetato y el aminoácido cisteína. La cisteína, el primer producto
estable de la reducción asimilatoria de sulfato, actúa como un precursor para la
síntesis de todos los otros compuestos orgánicos que contienen azufre reducido, así
como para otras vías biosintéticas, como la formación del etileno.
En general, la reducción del sulfato es varias veces mayor en hojas verdes que
en raíces, y en las hojas la reacción es fuertemente estimulada por la luz. Es esperado
este realce por la luz debido al requerimiento de ferredoxina como un reductor para el
sulfito enlazado al carrier. El realce de la reducción de sulfato por la luz puede estar
además relacionado con los mayores niveles de serina (acetilserina; Fig. 8.18)
sintetizada durante la fotorrespiración (Fig. 5.7). La reducción del sulfato en las hojas
conduce a la exportación al floema de compuestos reducidos de azufre, principalmente
como glutatión, a sitios de demanda para la síntesis de proteínas (e.g., en el ápice
caulinar, frutos, pero también raíces) y probablemente también a la regulación de la
toma de sulfato por la raíces (Sección 3.4). Durante el desarrollo foliar, el patrón de
reducción del sulfato es similar a aquel de reducción del nitrato; esto es, es máximo
Página 258
durante la expansión foliar pero declina rápidamente después de la maduración foliar.
Comparando con la reducción del nitrato, la reducción del sulfato parece estar bajo un
más estricto control por retroalimentación negativa, ya que la acumulación de
compuestos reducidos de nitrógeno como los aminoácidos es una característica
común, pero no lo es los altos contenidos de compuestos reducidos de azufre. Los
productos vegetales secundarios son una excepción (Sección 8.3.4).
Página 259
“metalotioneínas”. En plantas, contrario a los mamíferos, estos polipéptidos tienen
mucho menos peso molecular y pueden ser denominados como “metalotioneínas
clase III” o fitoquelatinas.
Tabla 8.9
Página 260
tiamina (Vitamina B1). En muchas enzimas y coenzimas como la ureasa, las
sulfotransferasas (Fig. 8.18) y la coenzima A, los grupos –SH actúan como grupos
funcionales en la reacción enzimática. En la vía glucolítica, por ejemplo, la
descarboxilación del piruvato y la formación del acetil coenzima A son catalizadas por
un complejo multienzimático que involucra tres coenzimas que contienen azufre: la
tiamina pirofosfato (TPP), el sistema redox sulfhidrilo-disulfuro del ácido lipoico y el
grupo sulfhidrilo de la coenzima A:
Página 261
Mas del 80% del azufre total en especies Allium puede estar enlazado a tales
compuestos, en cebolla (Allium cepa) por ejemplo como sulfóxido de S-propilcisteína
(R = -CH2-CH2CH3). El clivaje enzimático de los alliins es mediado por la alliinasa. La
perdida de la compartimentación celular por daños mecánicos de los tejidos realza en
gran parte su actividad enzimática al incrementar la disponibilidad de sustrato y
conduce a la formación de allicins como precursores de un gran número de sustancias
volátiles como los mono- y disulfuros con un olor característico.
Página 262
Los sulfolípidos son particularmente abundantes en las membranas tilacoidales
de los cloroplastos, alrededor del 5% de los lípidos de los cloroplastos son sulfolípidos.
Los sulfolípidos pueden además estar involucrados en la regulación del transporte
iónico a través de las biomembranas. Se ha mostrado que los niveles de sulfolípidos
en las raíces están correlacionados positivamente con la tolerancia vegetal a lo salino,
a mayor nivel mayor la tolerancia.
Los requerimientos de azufre para el crecimiento óptimo varían entre 0.1 y 0.5% del
peso seco vegetal. Para las familias de plantas de cultivo, los requerimientos se
incrementan en el orden Gramineae < Leguminosae < Cruciferae y esto también se
refleja en las correspondientes diferencias en el contenido de azufre (porcentaje de
peso seco) de sus semillas: 0.18–0.19, 0.25–0.3, y 1.1–1.7, respectivamente. El
contenido de azufre en proteína también varía considerablemente ambos entre las
fracciones proteicas de las células individuales (Tabla 8.10) y entre especies
vegetales. En promedio, las proteínas de las leguminosas contienen menos azufre que
las proteínas de los cereales, siendo las proporciones N/S de 40:1 y 30:1,
respectivamente.
Tabla 8.10
Página 263
en azufre a 2.0 en plantas deficientes en azufre. La interrupción del suministro de
azufre en pocos días disminuye la conductividad hidráulica radical, la apertura
estomatal y la fotosíntesis neta. La reducida área foliar en plantas deficientes en azufre
es el resultado de ambos menor tamaño y particularmente menor numero de células
foliares. El numero de cloroplastos por célula del mesófilo puede ó no ser afectado, por
ejemplo, en trigo ó claramente disminuido, por ejemplo en espinaca.
Tabla 8.11
Página 264
Efecto de la concentración de sulfato en la solución nutritiva sobre el peso fresco foliar y
contenido foliar de azufre y nitrógeno en algodón a
Peso seco Azufre ó nitrógeno (% de peso seco)
Suministro
foliar S S N N N proteíco
orgánico
(mg SO l-1) (g por planta) Sulfato Orgánico Nitrato soluble
0.1 1.1 0.003 0.11 1.39 2.23 0.96
Página 265
deficiencia de azufre que los cultivares tradicionales con alto contenido de
glucosinolato. Esta mayor sensibilidad a la deficiencia de azufre puede por lo menos
en parte ser explicada por el rol de los glucosinolatos como compuestos de
almacenamiento transitorio del azufre (Sección 8.3.3).
Tabla 8.12
Cisteína 21 7
Arginina 27 34
Aspartato 33 93
a
En base a Wrigley et al. (1980)
n
0.25% S total en peso seco.
x
0.10% S total en peso seco.
Tabla 8.13
Página 266
En áreas altamente industrializadas el requerimiento de azufre vegetal es a
menudo satisfecho completamente ó a un grado considerable por la polución
atmosférica de SO2. En Europa del Norte, sin embargo las emisiones industriales de
SO2 han disminuido drásticamente en la última década. De este modo, la deficiencia
de azufre se está volviendo mas extendida en las áreas agrícolas de Europa del Norte
con altos niveles de producción de semilla de colza en particular. Mundialmente, la
deficiencia de azufre en la producción agrícola es bastante común en áreas rurales,
particularmente en áreas altamente lluviosas, por ejemplo en los trópicos húmedos, y
también en los climas templados y en suelos altamente lixiviados. Bajo estas
condiciones, la aplicación de fertilizantes nitrogenados en forma de urea es inefectiva
a menos que el azufre sea aplicado simultáneamente.
8.4 Fósforo
8.4.1 General
Página 267
fósforo total enlazado orgánicamente difiere entre los tejidos y células; es alta en
meristemos y baja en tejidos de almacenamiento.
Las funciones de los fosfolípidos (y también de los sulfolípidos; ver Sección 8.3)
están relacionadas a su estructura molecular. Hay una región lipofílica (que consiste
de dos mitades de ácidos grasos de cadena larga) y una región hidrofilica en una
molécula; en una interfase lípido-agua, las moléculas están orientadas de tal forma
que se estabiliza la capa límite (Fig. 2.4). Las cargas eléctricas de la región hidrofilica
juegan un rol importante en las interacciones entre las superficies de las
biomembranas y los iones en el medio circundante.
Página 268
La energía liberada durante la glucólisis, la respiración (Sección 5.3), ó la fotosíntesis
(Sección 5.2) es utilizada para la síntesis de enlaces pirofosfatos ricos en energía, y en
la hidrólisis de este enlace son liberados ~30 kJ por mol ATP. Esta energía puede ser
transmitida con el grupo fosforilo a otro compuesto en una reacción de fosforilación,
que resulta en la activación (reacción de priming) de este compuesto:
El ATP es el principal fosfato rico en energía requerido para la síntesis de almidón. Los
enlaces pirofosfato ricos en energía del ATP pueden también ser transmitidos a otras
coenzimas que difieren del ATP solo en la base nitrogenada, por ejemplo, la uridina
trifosfato (UTP) y la guanosina trifosfato (GTP), que son requeridas para la síntesis de
sacarosa y celulosa, respectivamente. La actividad de las ATPasas, interviene la
hidrólisis y, de este modo, la transferencia de energía es afectada por muchos factores
que incluyen nutrientes minerales como el magnesio (Sección 8.5), calcio (Sección
8.6), y potasio (Sección 8.7; Capitulo 2). En algunas reacciones de fosforilación es
liberado pirofosfato inorgánico rico en energía (PPi) y la otra mitad adenosina (ó
uridina) permanece adherida al sustrato:
La liberación de PPi toma lugar en todas las principales vías biosintéticas, por
ejemplo, en la acilación de la CoA en la síntesis de ácidos grasos, en la formación de
la APS en la activación del sulfato (Fig. 8.18), ó en la formación de almidón en los
cloroplastos ó de sacarosa en el citosol (Fig. 8.20). Varias enzimas pueden hacer uso
del PPi, por ejemplo la UDP-glucosa fosforilasa (Fig. 8.20) y la pirofosfastasa
inorgánica bombeadora de protones en el tonoplasto (Sección 2.4.2; Fig. 2.9). Las
concentraciones celulares del PPi, están en el rango de 100-200 nmol g-1 peso fresco
y, de este modo, en un rango similar al del ATP. En hojas, las concentraciones de PPi
son similares en el citosol y estroma de los cloroplastos y permanecen bastante
estables durante el ciclo luz-oscuridad.
Página 269
compuestos de fósforo (Tabla 8.14). Impresiona que solo una pequeña cantidad de
ATP pueda satisfacer el requerimiento energético de las células vegetales. Se ha
calculado, por ejemplo, que 1g de puntas radicales metabolicamente activas de maíz
sintetizan cerca de 5g ATP por día. La cantidad de fosfolípidos y RNA es mucho mayor
comparando con el ATP, pero ellos son unos compuestos mucho más estables y
tienen una relativamente baja tasa de síntesis (Tabla 8.14).
Tabla 8.14
Glucosa-6- 670 7 95
fosfato
2700 130 20
Página 270
Fosfolípidos 4900 2800 2
DNA
a
En base a Bieleski & Ferguson (1983).
Página 271
Fig. 8.20 Implicación y rol regulador del fosfato en la síntesis de almidón y transporte de carbohidratos en
una célula foliar. (1) ADP-glucosa pirofosforilasa: regula la tasa de síntesis de almidón; inhibida por P i y
estimulada por PGA. (2) Translocador de fosfato: regula la liberación de fotosintatos desde los
cloroplastos; realzado por Pi. TP, triosas fosfato (gliceraldehido-3-fosfato, GAP; dihidroxiacetona fosfato,
DHAP); F6P, fructosa 6-fosfato; G6P, glucosa 6-fosfato. (En base a Walter, 1980).
Página 272
Esté mecanismo permite a las células guarda sintetizar almidón aunque ellas carezcan
de fructosa-1,6-bifosfato sintasa, la enzima requerida para la biosíntesis de C3 → C6.
Página 273
Cuando el suministro de fósforo se incrementa desde el rango de deficiencia al de
suficiencia, las principales fracciones de fósforo en los órganos vegetativos
usualmente también se incrementan como se muestra en un ejemplo típico en hojas
en la Tabla 8.15. Con incrementos adicionales en el suministro únicamente el Pi es la
principal forma de almacenamiento de fósforo en tejidos altamente vacuolados. Sin
embargo, en plantas superiores e inferiores puede también almacenarse fósforo en
otras dos principales formas, es decir el polifosfato y el fitato.
Tabla 8.15
6 1.08 83 134 91 83
Página 274
La escasamente soluble sal cálcico-magnésica del ácido fítico es denominada
fitina. El ácido fítico también tiene alta afinidad por el zinc y el hierro. En semillas de
leguminosas y granos de cereales los principales fitatos son las sales de potasio-
magnesio. La proporción de potasio, magnesio, y también de calcio asociado con el
ácido fítico puede variar considerablemente entre especies vegetales y aún entre
diferentes tejidos de una semilla. El fósforo fitato explica hasta el ~50% del fósforo
total en semillas de leguminosas, 60-70% en granos de cereales, y cerca del 86% en
salvado de trigo. En cereales y leguminosas los fitatos son depositados en cristales
globoides densos en electrones encontrados dentro de cuerpos proteicos
intracelulares enlazados a la membrana, en cereales de grano principalmente en la
capa de aleurona, y en leguminosas en las semillas y en los ejes embrionarios. En
granos y semillas, los fitatos son también los principales centros de almacenamiento
de potasio y magnesio, y en algunos casos de calcio y zinc.
Página 275
Fig. 8.21 Curso de tiempo del contenido de fósforo inorgánico (Pi) y fósforo fitato en
granos de arroz durante el desarrollo del grano. (En base a Ogawa et al., 1979b)
Página 276
Tabla 8.16
Los fitatos han atraído considerable atención entre los nutricionistas. Estos
compuestos interfieren con la resorción intestinal de los elementos minerales,
especialmente del zinc así como del hierro y calcio. Ellos por lo tanto causan
deficiencias nutricionales en ambos animales monogástricos y humanos,
especialmente en niños. Para un suministro dado, la cantidad de zinc resorbida por el
intestino es determinada por la relación zinc/fitato en la dieta. En humanos, bajo dieta
de cereales, la deficiencia de zinc resulta por ambos el bajo contenido de zinc en los
granos y el consumo de pan de trigo entero sin levadura rico en fitatos. Este problema
puede ser aliviado mediante el suministro de zinc en la dieta, mediante un incremento
en la relación zinc/fitato en las semillas y granos mediante la aplicación de fertilizantes
de zinc. El mejoramiento para un bajo contenido de ácido fítico puede ser otra
alternativa. Tal aproximación es posible, en principio, pero por lo menos en trigo el
bajo contenido de ácido fítico no está solo correlacionado con una disminución en el
fósforo total sino también una disminución en el contenido proteico del grano.
Página 277
El requerimiento de fósforo para el óptimo crecimiento está en el rango de 0.3-0.5% de
materia seca vegetal durante la etapa vegetativa de crecimiento. La probabilidad de
toxicidad por fósforo se incrementa a contenidos superiores a 1% en la materia seca.
Sin embargo, muchas leguminosas tropicales son bastante sensibles y puede
presentarse toxicidad con contenidos de fósforo en la materia seca caulinar ya a 0.3-
0.4% en guandul (Cajanus cajan) y del 0.6-0-7% en fríjol mungo (Vigna mungo). Los
efectos más impactantes en plantas que sufren deficiencia de fósforo son la reducción
en la expansión y área foliar, y también en el número de hojas (Tabla 8.17). La
expansión foliar está fuertemente relacionada con la extensión de las células
epidérmicas (Sección 5.6), y este proceso puede ser particularmente deteriorado en
plantas deficientes en fósforo por varias razones, por ejemplo el bajo contenido de
fósforo en las células epidérmicas y la disminución en la conductividad hidráulica. En
contraste a la inhibición severa en la expansión foliar no son muy afectados los
contenidos de proteínas y de clorofila por unidad de área foliar (Tabla 8.17).
Frecuentemente, bajo deficiencia de fósforo hasta se incrementa el contenido de
clorofila, y las hojas tienen un color verde más oscuro ya que la expansión celular y
foliar se retardan mas que la formación de cloroplastos y de clorofila. Sin embargo, la
eficiencia fotosintética por unidad de clorofila es muy inferior en hojas deficientes en
fósforo.
Tabla 8.17
Carbohidratos
Página 278
(g m-2 hoja) Sacarosa 0.7 0.2
8.5 Magnesio
8.5.1 General
Página 279
H+, es decir, por bajo pH (Capitulo 2). De este modo es bien generalizada la
deficiencia de magnesio inducida por la competencia de cationes (Sección 8.5.6).
Tabla 8.18
Página 280
En células de tejido foliar maduro, ~15% del volumen celular total es ocupado
por los cloroplastos, el citoplasma y la pared celular (~5% cada uno), y el 85%
remanente por la vacuola. Similarmente al fósforo inorgánico (Pi, Sección 8.4.4), la
concentración de magnesio que no está firmemente enlazado en estructuras orgánicas
sino que está localizado en el “pool metabólico” también tiene que ser estrictamente
regulada. La concentración de magnesio en el pool metabólico de las células foliares
(i.e., en el citoplasma y cloroplastos) se asume que esta en el rango de 2–10 mм.
Como al Pi, para el magnesio la vacuola también es el principal pool de
almacenamiento requerido para el mantenimiento de la homeostasis del magnesio en
el “pool metabólico”. En acículas suficientes en magnesio del pícea de Noruega las
concentraciones de magnesio en las vacuolas están en el rango de 13–17 mм en las
células del mesófilo y de 16–120 mм en las células de la endodermis. Estas altas
concentraciones en las células de endodermis obviamente funcionan como un buffer
en el mantenimiento de la homeostasis del magnesio en otras células a lo largo de la
estación. Además, el magnesio vacuolar es también importante para el balance
catión–anión y la regulación del turgor celular.
Además en el “pool metabólico” tiene que ser bien regulada la distribución del
magnesio entre el citosol y el cloroplasto. En cloroplastos aislados, la fotosíntesis es
fuertemente inhibida aun por magnesio 5 mм en la solución externa (i.e., lado
citosólico). Esta inhibición es causada por una disminución en el influjo de potasio y la
correspondiente acidificación del estroma bajo iluminación (Sección 8.7.7). La
inhibición de la fotosíntesis por las altas concentraciones de magnesio en el “pool
metabólico” puede presentarse en plantas intactas bajo estrés hídrico (Sección 8.5.6).
La síntesis de clorofila y hemo comparten una vía común al nivel de protoclorofila (Fig.
9.1). La inserción del magnesio en la estructura de porfirina como el primer paso de
biosíntesis de la clorofila es catalizada por la magnesio-quelatasa. Para la activación,
esta enzima también requiere ATP y, de este modo, más magnesio (Sección 8.5.4). El
rompimiento de la clorofila requiere de dos enzimas: una magnesio–dequelatasa que
conduce a la feofitina, y una clorofilasa para defitolización de la porfirina.
Página 281
concentración de por lo menos 0.25–0.40 mм Mg2+ en el lado citosólico para prevenir
el eflujo neto de Mg2+ desde el cloroplasto y, de este modo, mantener la síntesis
proteica.
Fig. 8.22 Efecto del suministro de magnesio sobre la síntesis de (A) RNA y (B)
proteica en cultivo en suspensión de Chlorella pyrenoidosa. (En base a Gallin, 1963.)
Tabla 8.19
Página 282
magnesio (Tabla 8.20). La deteriorada exportación de fotosintatos es otro efecto
causal que conduce al realce en la degradación de la clorofila en hojas fuente
deficientes en magnesio (Sección 8.5.5).
Tabla 8.20
Hay una larga lista de enzimas y reacciones enzimáticas que requieren ó son
fuertemente promovidas por el magnesio, por ejemplo, la glutatión sintetasa (Sección
8.3.3) ó la PEP carboxilasa. Para esta ultima enzima en presencia del magnesio, el
sustrato fosfoenolpiruvato (PEP) es enlazado en mayores cantidades y más
fuertemente. La mayoría de reacciones dependientes de magnesio pueden ser
clasificadas por el tipo general de reacción que ellas conforman, como la transferencia
de fosfatos (e.g., fosfatasas y ATPasas) ó de grupos carboxilo (e.g., carboxilasas). En
estas reacciones el magnesio es preferentemente enlazado al nitrógeno y a grupos
fosforilo y este es también, por ejemplo, el caso con ATP:
Página 283
magnesio cerca del 90% del ATP citoplásmico es complejado al magnesio y la
concentración de Mg2+ libre es solo 0.4 mм comparando con las concentraciones de
magnesio total de 3.9 mм en el tejido.
Fig. 8.23 Efecto del pH, magnesio (3mм), y potasio (50 mм) en la actividad ATPasa de la membrana plasmática de
raíces de maíz. (En base a Leonard & Hotchkiss, 1976).
Tabla 8.21
5 mм Mg2+ 34.3
5 mм Ca2+ 4.3
a
En base a Lin & Nobel (1971).
b
Medio de incubación contenía ADP, Pi, y el catión
Página 284
como se indicó.
Fig. 8.24 A. Activación por magnesio de la ribulosa-1,5-bifosfato (Rubí) carboxilasa en hojas de espinaca
(Modificado a partir de Sugiyama et al., 1969). B. Modelo para el transporte de magnesio inducido por la
luz desde el espacio intratilacoidal al estroma de los cloroplastos con la subsiguiente activación de la
RuBP carboxilasa/oxigenasa.
Una de las enzimas clave que tiene un alto requerimiento de magnesio y alto
pH óptimo es la fructosa-1,6-bifosfatasa que, en los cloroplastos, regula el
particionamiento de los asimilados entre la síntesis de almidón y la exportación de
triosas fosfatos. Otra enzima clave con requerimiento similar de magnesio es la
glutamina sintetasa. Un incremento inducido por la luz en la reducción de nitrito y de
este modo en la producción de NH3 requiere un incremento simultáneo en la actividad
de enzimas como la glutamina sintetasa que regula la asimilación del amonio en los
cloroplastos. De este modo, el modelo de regulación para la fijación y reducción del
CO2 (Fig. 8.24B) se mantiene cierto, en principio, para la reducción del nitrito y
asimilación del amoniaco.
Página 285
La acumulación de carbohidratos no estructurales (almidón, azucares) es una
característica típica en hojas fuente en plantas deficientes en magnesio (Tabla 8.22) y
es responsable principalmente del superior contenido de materia seca en estas hojas
(Tabla 8.20), indicando que la fotosíntesis per se es menos deteriorada que la
degradación del almidón en los cloroplastos, que el metabolismo de los azucares en
las células y/ó la carga de sacarosa en el floema. La acumulación de almidón también
es encontrada en hojas deficientes de fósforo pero está asociada con el alto contenido
de clorofila de las hojas (Tablas 8.17 y 8.22). La acumulación de carbohidratos en
hojas fuente en plantas deficientes en magnesio, por ejemplo, en Phaseolus vulgaris,
esta correlacionada con una notable disminución en el contenido de carbohidratos en
las demandas como las vainas y raíces (Tabla 8.22). La limitación por suministro de
carbohidratos a las raíces deteriora fuertemente el crecimiento radical e incrementa la
relación peso seco vástago–raíz, esto es justo lo opuesto de lo que se observa bajo
deficiencia de fósforo (Tabla 8.22).
Tabla 8.22
b
equivalentes mg glucosa.
Página 286
la activación del O2 (Sección 5.2). Por consiguiente, en hojas deficientes en magnesio
se realza la formación de radicales superóxido (O ) y peróxido de hidrogeno (H2O2) y,
en respuesta a esto, el contenido de antioxidantes como ascorbato, y la actividad de
enzimas detoxificantes de radicales superóxido y H2O2 (Tabla 8.23). Las hojas y
acículas deficientes en magnesio son por lo tanto altamente fotosensibles, y los
síntomas de clorosis y necrosis se incrementan fuertemente con la intensidad lumínica
a la cual las hojas sean expuestas (Fig. 5.3).
Tabla 8.23
b
Superóxido dismutasa
c
Ascorbato peroxidasa
d
Glutatión reductasa
Página 287
En la ultima década se ha presentado evidencia creciente de que la deficiencia
de magnesio esta generalizada en ecosistemas forestales de Europa Central,
acentuada por otros factores de estrés, en particular la polución del aire y la
acidificación del suelo. El deterioro del crecimiento radical que es además típico en
poblaciones decaídas de picea bajo deficiencia de magnesio tiene un impacto
considerable sobre la adquisición no solo de magnesio sino además de otros
nutrientes y de agua y, de este modo, en la resistencia a la sequía y en la adaptación a
sitios pobres en nutrientes.
El creciente suministro de magnesio mas allá del nivel que limita el crecimiento
resulta en un magnesio adicional que es almacenado principalmente en las vacuolas,
actuando como buffer en la homeostasis del magnesio en el “pool metabólico” y como
un contraión en la compensación de cargas y osmorregulación en la vacuola. Sin
embargo, los altos contenidos foliares de magnesio (e.g., 1.5% de la materia seca
foliar) pueden volverse críticos bajo estrés hídrico. Como el potencial hídrico foliar
caiga, las concentraciones de magnesio en el “pool metabólico” se incrementan desde
cerca de 3-5 mм a 8-13 mм en girasol. Tales altas concentraciones, por ejemplo, en el
estroma de los cloroplastos, inhiben la fotofosforilación y la fotosíntesis. Se ha
reportado en arveja bajo estrés hídrico que las concentraciones de magnesio en los
cloroplastos se incrementan a una concentración tan alta como 24 mм.
8.6 Calcio
8.6.1 General
Página 288
calcio en el simplasto de célula a célula. La mayoría de las funciones del calcio como
componente estructural de macromoléculas están relacionadas con su capacidad para
la coordinación, por lo cual proporciona ligamientos intermoleculares estables pero
reversibles, predominantemente en las paredes celulares y en las membranas
plasmáticas. El calcio puede suplirse a altas concentraciones y puede alcanzar más
del 10% del peso seco, por ejemplo en hojas maduras, sin síntomas de toxicidad ó
inhibición seria del crecimiento vegetal, por lo menos en especies vegetales calcícolas.
Se han revisado comprensivamente las funciones del calcio en plantas por Hanson
(1984) y Kirkby & Pilbeam (1984). En años recientes el calcio ha atraído mucho
interés en la fisiología vegetal y biología molecular debido a su función como
mensajero secundario en la conducción de señales entre los factores ambientales y
las respuestas vegetales en términos de crecimiento y desarrollo. Esta función del
calcio está causalmente relacionada con su estricta compartimentación a nivel celular
(Sección 8.6.7).
En contraste a otros macronutrientes, una alta proporción del calcio total en el tejido
vegetal frecuentemente está localizada en las paredes celulares (apoplasto). Esta
distribución única es principalmente el resultado de una abundancia de centros de
ligamiento para calcio en paredes celulares (Tabla 8.24) así como del limitado
transporte del calcio en el citoplasma. En la lamela media este es enlazado a grupos
R-COO– de los ácidos poligalacturónicos (pectinas) en una forma más o menos
fácilmente intercambiable (Sección 2.2). En dicotiledóneas como remolacha azucarera,
que tienen gran capacidad de intercambio catiónico, y particularmente cuando es bajo
el nivel del suministro de calcio, hasta el 50% del calcio total puede enlazarse como
pectatos (Tabla 8.24). En tejidos de almacenamiento de frutos de manzano, la fracción
de calcio enlazado a la pared celular puede constituir hasta el 90% del total.
Tabla 8.24
Pectato 51 31
Fosfato 17 19
Oxalato 4 25
Residuos 1 6
a
En base a Mostaza & Ulrico (1976).
Página 289
Con el incremento en el suministro de calcio, en muchas especies vegetales se
incrementa la proporción de oxalato de calcio (Tabla 8.24). En muchos casos el calcio
enlazado al oxalato puede representar la dominante forma de ligamiento del calcio, por
ejemplo, en hojas maduras de remolacha azucarera ó acículas de pícea de Noruega
(Tabla 8.25). Aunque en acículas en promedio es extremadamente bajo el calcio
enlazado al pectato, los altos contenidos locales de pectato de calcio son típicos para
ciertas fracciones del tejido acicular, particularmente en las gruesas paredes de las
células floemáticas del tubo criboso.
Tabla 8.25
Se muestra en la Fig. 8.25 una distribución típica del calcio en células de tejido
completamente expandido con alta capacidad de intercambio catiónico en paredes
celulares. Hay notorias áreas y compartimentos con altas ó muy bajas concentraciones
de calcio. Se encuentran altas concentraciones de calcio en la lamela media de la
pared celular, en la superficie exterior de la membrana plasmática, en el retículo
endoplasmático (ER), y en la vacuola. La mayoría del calcio hidrosoluble en el tejido
vegetal está localizado en las vacuolas, acompañado de aniones orgánicos (e.g.,
malato) ó de aniones inorgánicos (e.g., nitrato, cloruro). No es clara la forma de
ligamiento del calcio en el ER. En contraste a la pared celular, ER y vacuola, es
extremadamente baja la concentración citosólica de calcio y se mantiene en el rango
de 0.1-0.2 µм de Ca2+ libre. Son esenciales por varias razones tales bajas
concentraciones, como para evitar de la precipitación del Pi, la competencia con Mg2+
por centros de ligamiento y, la última pero no la menor, es un prerrequisito para la
función del calcio como mensajero secundario (Sección 8.6.7).
Página 290
Fig. 8.25 Representación esquemática de dos células adyacentes con la típica distribución del calcio (●).
Página 291
Se muestra en la Tabla 8.26 un ejemplo de la importancia de la baja
concentración citosólica de Ca2+ libre para el funcionamiento de ciertas enzimas
claves. La fructosa-1,6-bifosfatasa citosólica regula la síntesis de sacarosa a partir de
las triosas fosfato liberadas por los cloroplastos (Fig. 8.20). Una concentración de Ca2+
tan baja como 1 µм inhibe severamente la actividad de esta enzima, aún con la
presencia de concentraciones de magnesio 1000 veces mayores (1mм). El efecto
inhibidor del Ca2+ sobre el Mg2+ es competitivo, y la concentración citosólica in vivo del
Mg2+ libre es muy probablemente menor a 4 mм (Sección 8.5).
Tabla 8.26
Tabla 8.27
Página 292
pectato de sodio por poligalacturonasa a
Concentración de Cantidad liberada de
Ca2+ ácido galacturónico
(μmol (4h)–1)
(mg l–1)
0 3.5
40 2.5
200 0.6
400 0.2
a
En base a Corden (1965).
Página 293
evento. Las auxinas también activan canales de calcio en la membrana plasmática y
por lo tanto conducen a un transitorio incremento en las concentraciones citosólicas de
Ca2+ libre que, a su vez, estimula la síntesis citosólica de precursores de la pared
celular y su secreción hacia el apoplasto. De acuerdo con esto, el crecimiento del tubo
polínico también es dependiente de la presencia de calcio en el sustrato, y la dirección
de su crecimiento es controlada quimiotropicamente por el gradiente extracelular de
calcio. El crecimiento del tubo polínico se caracteriza por la secreción de material de
pared celular desde el citosol hacia el apoplasto en el ápice del tubo polínico.
Página 294
zona de extensión radical en la parte inferior de la raíz. En principio, la redistribución
de calcio también interviene en las respuestas gravitrópicas de los coleóptilos.
Página 295
Fig. 8.28 Estado nutricional del calcio y estructura fina de células de brotes de papa.
(Arriba) suficiente en calcio. (Abajo) deficiente en calcio; perdida de la
compartimentación. (Cortesía de Ch. Hecht-Buchholz.)
Página 296
eflujo de solutos de bajo peso molecular, particularmente de iones potasio. Durante
este eflujo, también es reemplazado el calcio enlazado a la membrana plasmática
conduciendo a un ulterior aumento en la permeabilidad membranal y eflujo de solutos.
Por consiguiente, un incremento en la concentración externa de calcio reduce
drásticamente el eflujo de solutos y el daño por congelamiento. El efecto aliviante del
suministro externo de calcio sobre el estrés por bajas temperaturas ó anaerobiosis
(Tabla 8.28) está muy probablemente basado en un mecanismo similar al caso de
estrés por congelamiento.
Tabla 8.28
N2 31 10–5 м Ca2+ 89
N2 31 Agua 7
destilada
10–5 м Ca2+|
a
En base a Christiansen et al. (1970).
Tabla 8.29
Página 297
Influencia del calcio y la benciladenina (BA) sobre el contenido de clorofila a
de discos foliares de caupí incubados en la oscuridad b
Tiempo de incubación (h) Actividad
lipooxigenasa
después de
Tratamiento 0 24 48 72 72 h c
Control (H2O 2.50 1.84 1.59 1.01 2.5
destilada)
– 2.05 2.00 1.95 1.5
15 mм CaCl2
– 1.92 1.85 1.62 1.5
15 μм BA
– 2.67 2.52 2.31 0.9
15 μм BA + 15 mм
CaCl2
a
Medida como mg clorofila g–1 peso fresco.
b
En base a Swamy & Suguna (1992).
c
μmol O2 consumido mg–1 proteína min–1.
En células vacuoladas foliares en particular, una gran proporción del calcio esta
localizado en las vacuolas, donde puede contribuir al balance catión–anión al actuar
como contraión para aniones inorgánicos y orgánicos. En especies vegetales que
sintetizan preferentemente oxalato en respuesta a la reducción de nitrato, es
importante la formación vacuolar de oxalato de calcio para el mantenimiento de una
Página 298
baja concentración citosólica de Ca2+ libre. Lo mismo es cierto para especies vegetales
con formación preferencial de oxalato de calcio en el apoplasto (Sección 8.6.3).
La función del calcio como mensajero secundario se basa en las muy bajas
concentraciones citosólicas de Ca2+ libre dentro del rango de 0.1–0.2 μм y en las altas
concentraciones en varios compartimentos adyacentes (Fig. 8.26). Las señales
ambientales pueden activar los canales de calcio en las membranas de estos pools de
calcio y por lo tanto incrementar el influjo de calcio y las concentraciones citosólicas de
Ca2+ libre (Fig. 8.29). Se induce tal incremento en el Ca 2+ libre citosólico, por ejemplo,
por ABA, IAA, luz, una infección patogénica, y estrés ó daño mecánico. Un aumento
en la concentración de Ca2+ libre citosólico también interviene en la tigmorfogénesis,
que es una respuesta a largo plazo a la estimulación mecánica (e.g., viento),
expresado como un patrón de crecimiento alterado, por ejemplo, acortando la longitud
del tallo.
Calmodulina
Página 299
Fig. 8.29 Modelo del rol del calcio como mensajero secundario en la transducción de
señales en células vegetales. R = centros receptores, e.g., fitocromo, ó centros de
ligamiento hormonal, e.g., ABA, IAA.
En el citosol los principales blancos de las señales de calcio son las proteínas
ligantes de calcio conocidas como proteínas moduladas por calcio, de las más
conocidas son las calmodulinas (CaM), y las proteínquinasas dependientes de calcio
pero independientes de CaM. Las proteínquinasas dependientes de calcio son
estimuladas directamente por calcio, y estas enzimas fosforilan a otras enzimas
(Sección 8.4.4.). Tales enzimas son localizadas, por ejemplo, en la membrana
plasmática. La ATPasa bombeadora de protones es un enzima que es fosforilada por
la acción de la proteínquinasa dependiente de calcio. En otros casos el calcio es
enlazado con alta selectividad, pero en forma reversible, a la CaM, un polipéptido con
cuatro centros de ligamiento para calcio (Fig. 8.29). El ligamiento del calcio cambia la
conformación y actividad CaM. Se conocen un numero relativamente grande de
enzimas dependientes de CaM, incluyendo la NAD quinasa que cataliza la conversión
de NAD+ a NADP, aceptor final de electrones en los cloroplastos (Fig. 5.1). También
es estimulada por la CaM la ATPasa translocadora de calcio, que es un componente
importante en la homeostasis citosólica del calcio (Fig. 8.26).
Página 300
membrana plasmática y el tonoplasto y pueden intervenir bien la CaM ó el ER. La
función reguladora del Ca2+ libre citosólico también implica que tienen que regularse
estrictamente las concentraciones apoplásticas de Ca2+ libre en tejidos en crecimiento
(e.g., zonas apicales caulinares y radicales), y explica por que el crecimiento radical es
tan sensible a factores ambientales que disminuyan la concentración apoplástica de
calcio.
El contenido vegetal de calcio varía entre 0.1 y > 5.0% peso seco dependiendo de las
condiciones de crecimiento, especie vegetal, y órgano vegetal. El requerimiento de
calcio para el óptimo crecimiento es mucho menor en monocotiledóneas que en
dicotiledóneas, como se muestra en la Tabla 8.30. En soluciones nutritivas fluidas bien
balanceadas con pH controlado, se obtuvieron máximas tasas de crecimiento a niveles
de suministro de calcio de 2.5μм (ryegrass) y 100μм (tomate), i.e., difiriendo por un
factor de 40. Esta diferencia principalmente es un reflejo de la demanda de calcio a
nivel tisular, que en ryegrass (0.7 mg) es menor que en tomate (12.9 mg). Las
diferencias genotípicas en el requerimiento de calcio están estrechamente
relacionadas con los centros de ligamiento en paredes celulares, esto es, la capacidad
de intercambio catiónico. Esto también explica porque el requerimiento de calcio en
algunas especies de algas está en el rango de micronutriente ó es aún difícil de
demostrar en absoluto.
Tabla 8.30
Ryegrass 42 100 94 94 93
Tomate 3 19 52 100 80
Página 301
para un gran numero de especies vegetales. Sin embargo, el Lupinus angustifolius
tiene un requerimiento de calcio tanto en el suministro como en el contenido tisular,
que se comparable a monocotiledóneas, y el crecimiento de esta especie se deprime
severamente a mayores contenidos tisulares de calcio. Tal típico comportamiento
calcífugo puede relacionarse con la insuficiente capacidad para la compartimentación
y/ó inactivación fisiológica del calcio (e.g., precipitación como oxalato de calcio).
Tabla 8.31
Página 302
integridad membranal, y quizá también para su funcionamiento como mensajero
secundario. En tejidos y órganos de rápido crecimiento son extensos los llamados
desordenes relacionados con deficiencia de calcio, como quemadura apical en
lechuga, corazón negro en apio, podredumbre del final de floración en tomate ó
sandia, y mancha amarga en manzano.
Tabla 8.31
Desordenes de almacenamiento
10.4 0
Lentical blotch pit
10.9 0
Rompimiento por senescencia
30.0 3.4
Mancha amarga interna
9.1 4.7
Pudriciones por Gloesporium
a
A partir de Sharpless & Jonson (1997).
b
Aspersiones contienen 1% nitrato de calcio aplicadas cuatro veces
durante el periodo de crecimiento. Las manzanas se almacenaron por
3 meses a 3.5°C.
8.7 Potasio
8.7.1 General
Página 303
relaciones agua planta. El potasio no es metabolizado y este solo forma complejos
débiles donde es fácilmente intercambiable. Por lo tanto, el K+ no compite fuertemente
por centros de ligamiento que requieren cationes divalentes (e.g., Mg 2+). Por otro lado,
debido a sus altas concentraciones en el citosol y cloroplasto este neutraliza aniones
macromoleculares solubles (e.g., aniones ácidos orgánicos y aniones inorgánicos) é
insolubles y estabiliza el pH entre 7 y 8 en estos compartimentos, el óptimo para la
mayoría de reacciones enzimáticas. Por ejemplo, una disminución en el pH de 7.7 a
6.5 inhibe casi completamente la actividad nitrato reductasa. Se han revisado varias
funciones vegetales del potasio por Läuchli & Pflüger (1978).
Página 304
hidratación proteica. Este rango de concentración concuerda con las concentraciones
de K+ en el citosol y estroma de plantas bien suplidas con K+. En general, los cambios
conformacionales inducidos por K+ en enzimas incrementan la tasa de reacciones
catalíticas, Vmax, y en algunos casos la afinidad por el sustrato, Km.
Página 305
Fig. 8.30 Efecto de cationes univalentes (como cloruros) sobre la actividad ADP–
glucosa almidón sintasa en maíz. (Nitros & Evans, 1969.)
Página 306
deficientes de potasio realza el crecimiento y evito síntomas visuales de deficiencia de
potasio.
Tabla 8.33
0.01 167
0.10 220
1.00 274
10.00 526
Página 307
El rol del K+ en la síntesis proteica no solo se refleja en la acumulación de
compuestos nitrogenados solubles (e.g., aminoácidos, amidas y nitrato) en plantas
deficientes de potasio, sino también puede demostrarse directamente después de la
incorporación de nitrógeno inorgánico marcado 15N en la fracción proteica. Por
ejemplo, en 5 h en plantas de tabaco suficientes y deficientes de potasio, el 32% y
11% respectivamente, del 15N total tomado había sido incorporado en nitrógeno
proteico. A partir de estudios de Pflüger & Wiedemann (1977) parece altamente
probable que el K+ no solo activa la nitrato reductasa sino también se requiere para su
síntesis. Por otro lado, bajo deficiencia de potasio también se incrementa la expresión
de varios polipéptidos, especialmente polipéptidos de 45 kDa de membrana. No es
claro en que grado esta realzada síntesis es una respuesta a la disminución del pH
citosólico.
8.7.5 Fotosíntesis
El rol del potasio en la fijación del CO2 puede demostrarse muy claramente con
cloroplastos aislados (Tabla 8.34). Un incremento en la concentración externa de K+
hasta 100 mм, esto es, aproximada a la concentración citosólica de K+ de células
intactas, estimula más del triple la fijación de CO2. Por otro lado, el ionóforo
valinomicina, que hace a las biomembranas “permeables” al flujo pasivo de K+,
disminuye severamente la fijación de CO2. El efecto de la valinomicina puede
compensarse por las altas concentraciones externas de K+.
Tabla 8.34
1 μм valinomicina 11.0 47
Página 308
Para el mantenimiento del alto pH en el estroma, bajo iluminación se requiere
un influjo adicional de K+ desde el citosol y es mediado por el contraflujo H+/K+ a través
de la envoltura del cloroplasto. Este contraflujo se deteriora bajo estrés por sequía.
Durante la deshidratación cloroplastos aislados pierden grandes cantidades de K+, y la
disminuye fotosíntesis; esta disminución puede superarse por las altas
concentraciones de K+ extracloroplástico, similarmente como el caso de la
valinomicina (Tabla 8.34). También en plantas intactas es mucho menos severa la
disminución de fotosíntesis bajo estrés por sequía a alto suministro de K+ (Fig. 8.31).
El suministro de 2 mм K+ sostiene la máxima fotosíntesis en plantas bien hidratadas
pero no bajo estrés por sequía. Sin embargo, la depresión de fotosíntesis bajo estrés
por sequía es, mucho menos severa en plantas suplidas con 6 mм K+ (Fig. 8.31). Este
efecto aliviante del potasio fue asociado con contenidos foliares de potasio
notoriamente mayores. El mayor requerimiento foliar de potasio en plantas expuestas
a estrés por sequía ó salinidad es principalmente causado por la necesidad de
mantener altas concentraciones de K+ en el estroma bajo estas condiciones.
Fig. 8.31 Efecto del suministro de K+ (mм) sobre la fotosíntesis foliar a declinantes
potenciales hídricos foliares en plantas de trigo. (En base a Sen Gupta et al., 1989.)
Página 309
En ausencia de estrés por sequía ó salinidad, con suministro inadecuado de K+
y correspondientemente menores contenidos foliares, es menor la tasa de fotosíntesis
(Fig. 8.31) y está estrechamente relacionado con los contenidos foliares de potasio
(Tabla 8.35). En plantas deficientes se afectan varios parámetros del intercambio de
CO2. Un incremento en el contenido foliar de potasio incrementa la tasa de fotosíntesis
y la actividad RuBP carboxilasa, así como, la fotorrespiración, debido probablemente
al más fuente agotamiento de CO2 en los centros catalíticas de la enzima (Sección
5.2). Con el incremento en el contenido de potasio disminuye la respiración oscura
(Tabla 8.35). Las mayores tasas de respiración son una típica característica de la
deficiencia de potasio. Es evidente a partir de la Tabla 8.35 que el estado nutricional
del potasio puede también afectar la fotosíntesis foliar vía su función en la regulación
estomatal.
Tabla 8.31
Relación entre el contenido foliar de potasio, intercambio de dióxido de carbono, y actividad RuBP
carboxilasa en alfalfa a
Actividad RuBP Respiración
Potasio foliar Resistencia Fotosíntesis carboxilasa oscura
estomatal Fotorrespiración
(mg g–1 peso (mg CO2 dm–2 (μmol CO2 mg–1 (mg CO2 dm–2
–1 –1 –1 –2
seco) (s cm ) h ) proteína h ) (dpm dm ) h–1)
12.8 9.3 11.9 1.8 4.0 7.6
8.7.6 Osmorregulación
La extensión celular involucra la formación de una gran vacuola central que ocupa del
80-90% del volumen celular. Hay dos grandes requerimientos para la extensión
celular: un incremento en la extensibilidad de la pared celular, y la acumulación de
Página 310
solutos para crear un potencial osmótico interno (Fig. 8.32). En la mayoría de casos la
extensión celular es consecuencia de la acumulación celular de K+, que se requiere
tanto para la estabilización del pH citoplásmico como para incrementar el potencial
osmótico vacuolar. En coleóptilos de Avena, el eflujo de H+ estimulado por IAA es
balanceado electroquímicamente por un influjo estequiométrico de K+; en ausencia de
K+ externo, declina la elongación inducida por IAA y cesa después de unas pocas
horas. En cotiledones de pepino el suministro de K+ realza la extensión por un factor
~4 en respuesta a la aplicación de citoquininas. Similarmente, la expansión celular
foliar está estrechamente relacionada con su contenido de potasio. En hojas en
expansión de plantas de fríjol que sufren deficiencia de potasio, fueron
significativamente menores el turgor, tamaño celular, y áreas foliares que en hojas en
expansión bien suplidas con potasio. Esta inversa relación entre el estado nutricional
del potasio vegetal y el tamaño celular también es cierto para tejidos de
almacenamiento como zanahorias.
Fig. 8.32 Modelo del rol del potasio y otros solutos en la extensión y osmorregulación
celular. Clave: ●, K+; □, azúcares reductores, sacarosa, Na+; ▲, aniones ácidos
orgánicos.
Tabla 8.36
Efectos del potasio y ácido giberélico (GA) sobre la altura de la planta y las
concentraciones caulinares de azúcares y potasio en plantas de girasol a
Tratamiento Altura de la Concentración (μmol g–1 peso fresco)
Página 311
planta
GA (mg Azúcares
KCl (mм) l–1) (cm) reductores Sacarosa Potasio
0.5 0 7.0 19.1 5.0 10.2
Página 312
Tabla 8.37
Página 313
La acumulación de K+ inducida por luz en células guarda es conducida por una
ATPasa bombeadora de protones de membrana plasmática (Fig. 8.34) como se
conoce para la toma de K+ en células radicales (Sección 2.4). Por consiguiente, la
apertura estomatal es precedida por una disminución en el pH apoplástico de las
células guarda. La acumulación vacuolar de K+ tiene que balancearse por un
contraión, principalmente Cl– ó malato2–, dependiendo de la especie vegetal y de las
concentraciones de Cl– en la vecindad de las células guarda. En células epidérmicas
foliares de trigo, son frecuentemente mucho mayores concentraciones de Cl– que en
células del mesófilo. El transporte de Cl– hacia dentro de las células guarda es
mediado por un simporte Cl–/H+ en la membrana plasmática (Fig. 8.34A). A fin de
conseguir las altas tasas de transporte membranal iónico, los canales son las
principales vías.
Una baja disponibilidad de Cl–, ó en especies vegetales que no usan Cl– como
anión acompañante del K+ en células guarda (Fig. 8.34B), el influjo de K+ conducido
por H+ activa la PEP carboxilasa, similarmente como, por ejemplo, en células radicales
en respuesta a la toma de cat+>an– (Sección 2.5.4). El malato recién formado en las
células guarda sirve como anión acompañante del K+ vacuolar, y como fuente de
energía para la síntesis mitocondrial de ATP (Fig. 8.34B). El compuesto C3
fosfoenolpiruvato (PEP) requerido para la síntesis de malato es suministrado por
degradación del almidón en los cloroplastos de las células guarda. En especies
vegetales, como cebolla, que carecen de almidón en los cloroplastos de las células
Página 314
guarda, es de fundamental importancia la acción del Cl– como contraión para el influjo
de K+, por lo menos para la regulación estomatal, un aspecto que se discute en la
Sección 9.8.
Página 315
osmorregulación y cambio del volumen y, de este modo, en el movimiento de la hoja ó
foliolo. Los principios del mecanismo responsable del movimiento estomatal se
mantienen ciertos para el movimiento de hojas y foliolos, solo que las escalas son
diferentes, células individuales versus tejidos especializados.
Página 316
Tabla 8.38
Efecto del estado nutricional del potasio sobre la translocación de fotosintatos marcados 14C
después de proporcionar 14CO2 a una lamina foliar en plantas de caña de azúcar a
Distribución del 14C (%)
90 min 4h
Parte vegetal +K –K +K –K
Lamina foliar alimentada 54.3 95.4 46.7 73.9
Unión de lamina foliar y hojas y Unión encima de hoja 11.6 0.7 17.0 13.6
alimentada
20.1 <0.1 29.5 14.6
Caña debajo de hoja alimentada
a
Total marcado = 100. En base a Hartt (1969).
Página 317
Después del nitrógeno, el potasio es el nutriente mineral requerido en mayor cantidad
por las plantas. El requerimiento del potasio para el óptimo crecimiento vegetal está en
el rango de 2-5% del peso seco vegetal de partes vegetativas, frutos carnosos, y
tubérculos. Sin embargo, en especies natrofílicas puede ser mucho menor el
requerimiento de K+ (Sección 10.2). Cuando el K+ es deficiente, se retarda el
crecimiento, y se realza la retranslocación neta del K+ desde hojas y tallos maduros, y
bajo deficiencia severa estos órganos se vuelven cloróticos y necróticos, dependiendo
de la intensidad lumínica a la que se exponen las hojas. También se deteriora la
lignificación de los haces vasculares, un factor que puede contribuir a la mayor
susceptibilidad de plantas deficientes de potasio al volcamiento.
Tabla 8.39
42 2.72 27.6 16
84 2.87 30.0 7
a
Valores promedio para 14 ubicaciones. En base a Grewal & Singh (1980).
Página 318
(procesamiento) de los productos cosechados. Esto es mas obvio en frutos carnosos y
tubérculos con alto requerimiento de potasio. En frutos de tomate, por ejemplo, la
incidencia de los llamados desordenes de maduración (“hombros verdes”) se
incrementan con el inadecuado suministro de potasio y en tubérculos de papa se
afecta todo un rango de criterio de calidad por el contenido tisular de potasio en el
tubérculo (Tabla 8.40).
Tabla 8.40
Almidón Diminuye ? 1, 2, 3
En varios casos son bastante obvias las relaciones entre las concentraciones
de potasio y los cambios gruesos en el tejido del tubérculo (e.g., osmorregulación y
balance catión–anión). En otros casos, los desordenes de calidad están relacionados
directamente con el contenido de ácido cítrico y de este modo solo indirectamente con
el potasio. Aunque las diferencias entre cultivares puede modificar las relaciones, ellas
no las erradican.
Página 319
9.1 Hierro
9.1.1 General
+e-
Fe3+ ⇌ Fe2+
-e-
O2 + Fe2+ → O + Fe3+
ó en la reacción de Fenton
Página 320
Estos radicales son responsables principalmente de la peroxidación de los
ácidos grasos poliinsaturados de los lípidos de membrana (Sección 2.3). Para evitar el
daño oxidativo el hierro tiene cualquiera que ser fuertemente enlazado ó incorporado
en estructuras (e.g., proteínas hemo y no hemo) lo cual permite reacciones reversibles
controladas de oxidación–reducción.
-e-
Fe(II) ⇌ Fe(III)
+e-
Las proteínas hemo mejor conocidas son los citocromos, que contienen un complejo
de hierro hemo-porfirina (Fig. 9.1) como un grupo prostético. Los citocromos son
constituyentes de los sistemas redox en cloroplastos (Fig. 5.1) en mitocondrias, y
también un componente en la cadena redox de la nitrato reductasa (Fig. 8.2). Se ha
discutido en el Capitulo 7 el rol particular del hierro en la leghemoglobina y
nitrogenasa. Hay alguna evidencia de que pequeñas cantidades de leghemoglobina
están también presentes en las raíces de plantas que no son capaces de formar
nódulos radicales. Esta leghemoglobina puede actuar como una molécula señal que
indica deficiencia de O2 y da comienzo a un cambio metabólico hacia la fermentación.
Página 321
Fig. 9.1 Rol del hierro en la biosíntesis de coenzimas hemo y clorofila.
Tabla 9.1
H2O2 → H2O + ½ O2
Página 322
La enzima juega un rol importante en asociación con la superóxido dismutasa (Sección
9.2.3), así como en la fotorrespiración y en la vía del glicolato (Fig. 5.4).
Se ha dado en la Fig. 5.2 un ejemplo del primer tipo de reacción, que muestra
el rol de la ascorbato peroxidasa en la detoxificación del H2O2 en los cloroplastos. En
el segundo tipo de reacción, las peroxidasas de la pared celular catalizan la
polimerización de los fenoles a lignina. Las peroxidasas son abundantes
particularmente en las paredes celulares epidérmicas y rizodérmicas y se requieren
para la biosíntesis de lignina y suberina. Ambas vías sintéticas requieren de
compuestos fenólicos y H2O2 como sustratos. La formación de H2O2 se cataliza
mediante la oxidación del NADH en la interfase membrana plasmática/pared celular.
Los principios de estas reacciones son como sigue:
Página 323
En estas proteínas no hemo el hierro está coordinado como clusters al grupo tiol de la
cisteína ó al azufre inorgánico, ó a ambos. La mejor conocida es la ferredoxina, que
actúa como trasmisora de electrones en un número de procesos metabólicos básicos
de acuerdo al principio:
Tabla 9.2
47 → 81 b ― 0.63 943
a
En base a Alcaraz et al., (1986).
b
40h después de la infiltración de hojas intactas deficientes en hierro con 0.2% FeSO4.
Página 324
superóxido (O ) mediante la formación de H2O2 (Fig. 5.1) y pueden contener Cu, Zn,
Mn ó Fe como componentes metálicos (Sección 9.2.2). En los cloroplastos la FeSOD
es la isoenzima típica de la SOD, pero puede también encontrarse en la mitocondria y
los peroxisomas en el citoplasma.
Tabla 9.3
-Fe 12 93 67 78 237
a
En base a Landsberg (1981).
Página 325
Hay un numero de enzimas menos caracterizadas en que el hierro actúa como
cualquiera un componente metálico en las reacciones redox ó como elemento puente
entre la enzima y el sustrato. En plantas deficientes de hierro, se deterioran las
actividades de algunas de estas enzimas (quizás debido a la menor afinidad por el
hierro) y pueden frecuentemente ser responsables de los cambios gruesos en los
procesos metabólicos.
Por lo regular, la deficiencia de hierro tiene mucho menos efecto sobre el crecimiento
foliar, el numero de células por unidad de área, ó el número de cloroplastos por célula
que sobre el tamaño de los cloroplastos y el contenido proteico por cloroplasto (Tabla
9.4). Solo con deficiencia severa de hierro también se inhibe la división celular y, de
este modo, se reduce el crecimiento foliar. El hierro es requerido para la síntesis
proteica, y el número de ribosomas –los sitios de síntesis proteica- disminuye en
células deficientes en hierro. Sin embargo, bajo deficiencia de hierro, es mucho mas
deteriorada la síntesis proteica en los cloroplastos que en el citoplasma. En hojas de
maíz deficientes en hierro, por ejemplo, el contenido proteico total disminuye en un
Página 326
25% pero aquel de los cloroplastos lo hace en un 82%, mas probablemente debido al
particularmente alto requerimiento de hierro del mRNA y rRNA cloroplásticos.
Tabla 9.4
Página 327
Fig. 9.2 Estructura fina de los cloroplastos a partir de plantas de soya (Glycine max L)
(x24 000) suficientes en hierro (superior) y deficientes en hierro (inferior). (Cortesía de
Ch. Hecht-Buchholz.)
Tabla 9.5
Efecto del estado nutricional de las hojas de tabaco en los contenidos de clorofila y en los componentes del
fotosistema I (PS I) y en la capacidad del transporte fotosintético de electrones del PS II al PS I a
Capacidad de tranporte
Fe Componentes del PS I de e- b
Clorofila Citocromos Proteína
Tratamiento (μg cm-2
con Fe hoja) (μg cm-2 hoja) P700 (pmol cm-2) (μg cm-2) PS II PS I
Página 328
+Fe 1.44 89 545 599 108 56 840
b
μeq cm-1 hoja h-1.
c
10 días después de la aplicación foliar de hierro.
Cuando las plantas son cultivadas bajo condiciones controladas, cerca del 80% del
hierro se localiza en los cloroplastos en hojas en rápido crecimiento, independiente del
estado nutricional del hierro (Fig. 9.3). Bajo deficiencia de hierro se presenta un
cambio en la distribución del hierro solo dentro de los cloroplastos, en el cual se
incrementa el contenido de hierro lamelar a expensas del contenido de hierro
estromático.
Página 329
Fig. 9.3 Distribución intracelular del hierro en laminas foliares de plantas de remolacha
azucarera suficientes y deficientes en hierro. Barras sólidas, hierro lamelar; barras
punteadas, hierro estromático; barras limpias; hierro extracloroplástico. (Redibujado a
partir de Ferry & Low, 1982, por cortesía de Marcel Dekker, Inc.)
Página 330
contenido de hierro en las hojas cloróticas puede ser similar ó aún mayor que el de las
hojas verdes. Estas discrepancias están relacionadas en parte a la localización y al
estado de ligamiento del hierro en las hojas. Una proporción del hierro puede ser
precipitado en el apoplasto de las hojas y no ser fisiológicamente disponible. Como se
mostró por la espectrometría de Mössbauer, la mayoría del hierro en las plantas está
en la forma férrica (FeIII) y de particular importancia fisiológica es la fracción que
experimenta la oxidorreducción reversible Fe(II)/Fe(III). La extracción desde las hojas
con ácidos diluidos ó quelantes para caracterizar el llamado “hierro activo” a menudo
mejora las correlaciones entre el contenido de hierro y clorofila en hojas de plantas
cultivadas en campo. No se conoce sin embargo, ni la composición ni la localización
de este “hierro activo” extraído.
Página 331
Fig. 9.4 Secciones de células rizodérmicas de girasol. (Arriba) Suficiente en hierro.
(Abajo) Deficiente en hierro. (Cortesía de D. Kramer.)
Página 332
Fig. 9.5 Modelo de biosíntesis de fitosideróforos y algunos otros factores relacionados
con el hierro en raíces. (En base a Shojima et al., 1989 y Scholz et al., 1992)
Página 333
La deficiencia de hierro es un problema mundial en la producción de cultivos
sobre suelos calcáreos. Este es el principal factor para la llamada clorosis inducida por
cal (Sección 16.5). La deficiencia de hierro puede también limitar la fijación de CO 2 del
fitoplancton en océanos como el Pacifico.
9.2 Manganeso
9.2.1 General
El manganeso puede existir en los estados de oxidación 0, II, III, IV, VI y VII.. En
sistemas biológicos, sin embargo, se presenta principalmente en los estados de
oxidación II, III y IV siendo bastante estable como Mn(II) y Mn(IV) e inestable como
Mn(III). En las plantas, el Mn(II) es con creces la forma dominante, pero puede ser
rápidamente oxidado a Mn(III) y Mn(IV). El manganeso juega por lo tanto un papel
importante en los procesos redox. El manganeso(II) forma solo enlaces relativamente
débiles con ligandos orgánicos. El radio iónico del Mn2+ (0.075 nm) cae entre el del
Mg2+ (0.065 nm) y el del Ca2+ (0.099 nm) y puede por lo tanto sustituir ó competir, en
varias reacciones que involucren cualquiera de estos dos iones. Las fuerzas de
ligamiento de todos los tres iones con ligandos en base a donadores de oxigeno son
aproximadamente las mismas ó superior para el Mn2+, como por ejemplo, por un factor
cercano a cuatro en el caso del ATP Esto tiene importantes consecuencias en la
compartimentación del Mn2+ en las células e interacciones entre la nutrición del
manganeso y el magnesio.
Página 334
radicales libres de oxígeno O . formados en varias reacciones enzimáticas en donde
Página 335
El funcionamiento de los átomos de manganeso en ambos en el
almacenamiento transitorio de electrones y en la transmisión de electrones esta
acoplado con las fluctuaciones en el estado de oxidación del manganeso entre Mn(II) y
Mn(IV). En células fotosintetizadoras este rol en el PSII es la función más sensible del
manganeso a ser deteriorada por la deficiencia de manganeso (Sección 9.2.4).
Página 336
Fig. 9.6 Efecto del Mn2+ y Mg2+ sobre la actividad PEP carboxiquinasa de Urochloa
panicoides. La concentración de ATP se mantuvo constante a 0.25 mм. (Burnell, 1986)
Página 337
energía las concentraciones de Mn2+ en el citosol y en el estroma de los cloroplastos
tienen por lo tanto que ser mantenidas a un bajo nivel. De acuerdo con esto, la
mayoría del Mn2+ es secuestrado en las vacuolas ó en otros compartimentos celulares
como las vesículas de Golgi. La depresión de la fotosíntesis neta en hojas altas en
manganeso es causada por la inhibición de la reacción RuBP carboxilasa, mas
probablemente debido al reemplazo del Mg2+ por el Mn2+ y, de este modo, es un reflejo
de la inadecuada compartimentación del Mn2+.
Página 338
Fig. 9.7 Efecto del retiro y resuministro de manganeso sobre el contenido de
manganeso y clorofila y evolución del O2 fotosintético en hojas jóvenes de Trifolium
subterraneum. (Recalculado a partir de Nable et al., 1984)
Tabla 9.6
Nitrógeno proteico (mg g-1 peso 52.7 51.2 13.0 14.4 27.0 25.6
seco)
6.8 11.9 10.0 16.2 17.2 21.7
Nitrógeno soluble (mg g-1 peso
seco) 17.5 4.0 35.6 14.5 7.6 0.9
Página 339
Es más complejo el rol del manganeso en el metabolismo de los lípidos. En
hojas deficientes de manganeso no solo el contenido de la clorofila es menor sino que
aún mucho mas, el contenido de constituyentes típicos de la membrana tilacoidal
como los glicolípidos y los ácidos grasos poliinsaturados. Ellos son deprimidos en su
contenido hasta un 50%. Esta depresión en el contenido de lípidos en los cloroplastos
puede ser atribuida al rol del Mn2+ en la biosíntesis de ácidos grasos (acoplamiento de
las unidades C2; Sección 8.3) y de carotenoides y de compuestos relacionados
(Sección 9.2.4).
Tabla 9.7
Página 340
lignina en plantas jóvenes de trigo a
Contenido de Mn (mg kg-1 peso seco)
4.2 7.8 12.1 18.9
Lignina (% de peso seco)
Página 341
9.2.7 Deficiencia y toxicidad por manganeso
Tabla 9.8
Página 342
toxicidad por manganeso en varias
especies vegetales a.b
Contenido de
manganeso
Soya 600
Algodón 750
Batata 1380
Girasol 5300
a
En base a Edwards & Asher (1982).
b
Los contenidos críticos de toxicidad
están asociados con una reducción en el
10% en la producción de materia seca.
Página 343
En muchos casos los síntomas de toxicidad por manganeso se presentan como
clorosis y necrosis intervenal. Particularmente en dicotiledóneas como el fríjol y
algodón estos síntomas se combinan con deformaciones de las hojas jóvenes (“hoja
torcida”), que es un síntoma típico de la deficiencia de calcio. En estos casos, dominan
las deficiencias inducidas de otros nutrientes minerales como el hierro, magnesio, y
calcio, ó por lo menos están involucradas. La deficiencia inducida de hierro y magnesio
es causada por ambas la inhibida toma y competencia (ó desbalance) a nivel celular.
Se han dado en la Sección 2.5.3 ejemplos del efecto inhibidor del Mn2+ sobre la toma
del Mg2+ , y es discutida arriba la competencia a nivel celular. Por consiguiente, la
toxicidad por manganeso puede frecuentemente ser contrarrestada con un alto
suministro de magnesio.
9.3 Cobre
9.3.1 General
+e-
Cu2+ ⇌ Cu+
-e-
El cobre tiene una alta afinidad por péptidos y grupos sulfhidrilo, y de este
modo, por proteínas ricas en cisteína en particular, así como por grupos carboxílicos y
Página 344
fenólicos. Por lo tanto, en la solución del suelo así como en las raíces (savia
exprimida) y en la savia del xilema, más del 98-99% del cobre está presente en forma
complejada. Es más probablemente también el caso en el citoplasma y sus organelos
donde la concentración de Cu2+ y Cu+ es extremadamente baja.
De acuerdo a Sandmann & Böger (1983) existen tres diferentes formas de proteínas
en que el cobre es el componente metálico (proteínas de Cu): (a) proteínas azules sin
actividad oxidasa (e.g., plastocianina), que funcionan en la transferencia de un
electrón; (b) proteínas no azules, que representan a las peroxidasas y oxidan
monofenoles a difenoles; y (c) proteínas multicobre que contienen por lo menos cuatro
átomos de cobre por molécula, que actúan como oxidasas (e.g., ascorbato oxidasa y
difenol oxidasa) y catalizan la reacción:
2AH2 + O2 → 2A + 2H2O
9.3.2.1 Plastocianina
En general, más del 50% del cobre localizado en los cloroplastos está enlazado a la
plastocianina. Esta proteína de Cu tiene un peso molécula de ~10 kDa y contiene un
átomo de cobre por molécula. La plastocianina es un componente de la cadena de
transporte de electrones del fotosistema I (Fig. 5.1). Parece ser generalmente una
proporción de 3 a 4 moléculas de plastocianina por 1000 moléculas de clorofila.
Bajo deficiencia de cobre hay una estrecha relación entre el contenido foliar de
cobre y el contenido de plastocianina y, de este modo, con la actividad del PS I
mientras que solo se afecta ligeramente el contenido de clorofila (Tabla 9.9).
Tabla 9.9
Relación entre el contenido de cobre y algunos constituyentes del cloroplasto y las actividades de enzimas
que contienen cobre en hojas de arveja a
Página 345
Cu Clorofila Plastocianina Transporte Actividades enzimáticas
fotosintético de Diamina Ascorbato CuZnSOD (EU
(μg g-1 peso (μmol g-1 (nmol μmol-1 e- en el PS I oxidasa oxidasa mg-1 proteína)
seco) peso seco) clorofila) (relativo) (μmol g proteína h )
-1 -1 b
b
EU = unidad enzima
Tabla 9.10
Página 346
histidina común. El átomo de cobre en la CuZnSOD está directamente involucrado en
el mecanismo de detoxificación del O generado en la fotosíntesis.
Página 347
La enzima contiene por lo menor cuatro átomos de carbono por molécula que operan
una reducción de cuatro electrones del O2 a agua. Esta enzima se presenta en las
paredes celulares y el citoplasma, y puede actuar como una oxidasa terminal
respiratoria, como se mostró arriba, ó en combinación con polifenol oxidasas (Sección
9.3.2.6). La actividad de la ascorbato oxidasa se disminuye en plantas deficientes de
cobre (Tabla 9.9) y es una indicadora sensible del estado nutricional del cobre en la
planta (Fig. 9.10). Aunque en este caso no se encontró relación directa entre una
disminución en la actividad enzimática y el crecimiento vegetal, hay una estrecha
correlación positiva en el rango de concentración subóptimo entre el contenido de
cobre en el tejido foliar y su actividad ascorbato oxidasa (Fig. 9.10).
Fig. 9.10 Relación entre el suministro de cobre, peso seco caulinar, actividad
ascorbato oxidasa, y contenido de cobre en trébol subterráneo. (Modificado a partir de
Loneragan et al., 1982a)
Página 348
(Tabla 9.11), sugiriendo que la bioenzima activa solo puede ser sintetizada en las
laminas foliares durante su desarrollo muy inicial. Esto contrasta plastocianina cuya
actividad puede también ser restaurada en hojas maduras con el resuministro de
cobre.
Tabla 9.11
Efecto del estado nutricional del cobre en la actividad ascorbato oxidasa (AOA) y en el
contenido proteico en hojas muy jóvenes y maduras en trébol subterráneo a
Estado nutricional del Cu (suministro
de Cu)
Edad de la hoja Parámetro -Cu -Cu + Cu b +Cu
Muy joven μg Cu g peso seco
-1
<0.5 17.9 13.4
Página 349
La diamina oxidasa está principalmente localizada en el apoplasto de la
epidermis y el xilema de tejidos maduros donde está funciona presumiblemente como
un sistema de entrega de H2O2 a la actividad peroxidasa en el proceso de lignificación
y suberización. De acuerdo con esto, la actividad diamina oxidasa se incrementa en
respuesta a lesiones y está estrechamente correlacionada con la lignificación del área
lesionada.
Estas enzimas catalizan las reacciones de oxigenación de los fenoles vegetales. Las
fenol oxidasas son abundantes en las paredes celulares pero también están
localizadas en las membranas tilacoidales de los cloroplastos, donde ellas son
presumiblemente requeridas para la síntesis de plastocianina, un constituyente de la
cadena fotosintética de transporte de e- (Sección 5.2.1). Estas enzimas tienen dos
notables funciones: (a) ellas hidroxilan monofenoles a difenoles, semejándose a, por
ejemplo, la actividad tirosinasa, y (b) ellas oxidan difenoles a o-quinonas, por ejemplo,
semejándose a la actividad dihidroxifenilalanina (DOPA) oxidasa:
Tabla 9.12
Página 350
Tratamiento Contenido de cobre No. de No. de flores Actividad enzimática en hojas (relativo)
vástagos abiertas por Polifenol IAA Peroxidasa
(μg g-1 peso seco floridos por planta oxidasa oxidasa
foliar) planta
Suficiente en 7.9 14.2 13.1 100 100 100
Cu
2.4 8.3 0.5 26 52 41
Deficiente en
Cu
a
En base a Davies et al. (1978).
Página 351
Fig. 9.11 Concentraciones de carbohidratos solubles en hojas bandera (A) y raíces (B)
en plantas de trigo cultivadas a dos niveles de cobre en función de la edad vegetal.
Clave: ●, +Cu; ○, -Cu. (Modificado a partir de Graham., 1980a)
Página 352
hojas mas viejas a áreas de nuevo crecimiento. La retranslocación del cobre está
estrechamente relacionada a la senescencia foliar (Sección 3.5). Debido a que el alto
suministro de nitrógeno retrasa la senescencia, este también retrasa la retranslocación
del cobre. La deteriorada retranslocación del cobre hacia los nuevos crecimientos está
también involucrada en la deficiencia de cobre (deformaciones caulinares) en
poblaciones de Pinus radiata establecidas sobre praderas fértiles. De acuerdo con
esto, los niveles críticos de deficiencia del cobre en la materia seca del vástago entero
requeridos para el máximo crecimiento se incrementan con el creciente suministro de
nitrógeno.
9.3.4 Lignificación
Tabla 9.13
Efecto del estado nutricional del cobre en la composición de la pared celular de las hojas más jóvenes
completamente emergidas en trigo a
Contenido de Porcentaje de la pared celular Porcentaje del peso seco
Cu Contenido de pared α- Hemicelulosa Lignina Total Ácido
celular celulosa fenólicos ferúlico
(μg g-1 peso
Tratamiento seco) (% materia seca)
+Cu 7.1 46.2 46.8 46.7 6.5 0.73 0.50
Página 353
La lignificación responde rápidamente al suministro de cobre; los periodos
transitorios de deficiencia de cobre durante el periodo de crecimiento pueden ser
rápidamente identificados por las variaciones en el grado de lignificación en secciones
del tallo.
Página 354
La deficiencia de cobre afecta mucho mas la formación del grano, semilla, y fruto que
el crecimiento vegetativo (ver también Sección 6.3.3). Se muestra un ejemplo típico en
la Tabla 9.14. El suministro de 0.5 μg cobre produjo el máximo rendimiento materia
seca radical y caulinar pero se deterioro la formación de flores, y no se formaron
frutos. Para la formación del fruto se requirió un mucho mayor suministro de cobre. La
declinación en los pesos secos radical, foliar y caulinar con un suministro de 1.0 y 5.0
μg cobre refleja la competición entre demandas (Sección 5.7). Con un suministro de 10
μg se presento toxicidad.
Tabla 9.14
Página 355
cobre es de cinco a seis veces mayor que en plantas deficientes. Este resultado
enfatiza adicionalmente la importancia del suministro adecuado de cobre durante la
fertilización para el rendimiento final de semilla y fruto.
Página 356
9.3.6.2 Toxicidad por cobre
Para la mayoría de especies de cultivo, el nivel critico de toxicidad por cobre en las
hojas está encima de los 20-30 μg g-1 peso seco. Hay, sin embargo, marcadas
diferencias en la tolerancia al cobre, entre especies vegetales (e.g., el fríjol es mucho
mas tolerante que el maíz); estas diferencias están directamente relacionadas con el
contenido caulinar de cobre. En ciertas especies tolerantes al cobre (“metalófitas”) de
la vegetación natural el contenido de cobre en las hojas puede ser tan alto como 1000
μg g-1 peso seco. La toxicidad por cobre puede inducir deficiencia de hierro,
dependiendo de la fuente del suministro del hierro. La clorosis puede ser también un
resultado directo de la acción de las altas concentraciones de cobre sobre la
peroxidación lipídica y de este modo de la destrucción de las membranas.
Tabla 9.15
Página 357
En plantas no tolerantes, la inhibición de la elongación radical y el daño de la
membrana plasmática de las células radicales, que se refleja en el realzado eflujo de
potasio, son respuestas inmediatas a un alto suministro de cobre. Ciertos cambios en
la morfología radical como la inhibida elongación y la realzada formación de raíces
laterales, pueden estar relacionados con la abrupta disminución en la actividad IAA
oxidasa en raíces expuestas a altas concentraciones de cobre.
Por varías razones hay un creciente interés acerca de la toxicidad por cobre en
la agricultura. Esto incluye los altos contenidos de cobre en los suelos causados por el
uso a largo plazo de fungicidas que contienen cobre (e.g., en viñedos), por las
actividades industriales y urbanas (polución del aíre, desperdicios de ciudad, y aguas
negras), y la aplicación de lechadas de cerdos y aves de corral altas en cobre. Los
mecanismos de tolerancia al cobre en las plantas son por lo tanto de interés para la
producción de cultivos en suelos contaminados con cobre.
Página 358
isoleucina, i.e.,, ellas representan un diferente tipo de fitoquelatina. En hojas de fríjol,
el alto suministro de cobre realza la síntesis de proteínas que son casi idénticas a la
plastocianina.
9.4 Zinc
9.4.1 General
Página 359
El zinc es tomado predominantemente como un catión divalente (Zn2+); a alto pH, es
presumiblemente también tomado como un catión monovalente (ZnOH+). En el
transporte a larga distancia en el xilema, el zinc es cualquiera enlazado a ácidos
orgánicos ó se presenta como catión divalente libre (Sección 3.2.1). En la savia del
floema las concentraciones de zinc son bastante altas (Sección 3.3.2) con el zinc
probablemente complejado con solutos orgánicos de bajo peso molecular. En plantas
como en otros sistemas biológicos, el zinc solo existe como Zn(II), y no toma parte en
las reacciones de oxidorreducción. Las funciones metabólicas del zinc están basadas
en su fuerte tendencia a formar complejos tetraédricos con ligandos de N-, O-, y
particularmente de S- y por lo tanto juega ambos un rol funcional (catalítico) y
estructural en las reacciones enzimáticas. En la última década ha atraído mucho
interés el rol del zinc en las moléculas proteicas involucradas en la replicación del DNA
y en la regulación de la expresión génica. Son bastante complejos los cambios en el
metabolismo llevados a cabo por la deficiencia de zinc. No obstante, algunos de estos
cambios son típicos y pueden ser explicados bastante bien por las funciones del zinc
en reacciones enzimáticas específicas ó en los pasos de vías metabólicas particulares.
Página 360
9.4.2.1 Alcohol deshidrogenasa
Esta enzima contiene dos átomos de zinc por molécula, uno con función catalítica y
el otro con función estructural. La enzima cataliza la reducción del acetaldehído a
etanol:
Esta enzima contiene un solo átomo de zinc la cual cataliza la hidratación del CO2:
Página 361
Fig. 9.14 Funcionamiento de la anhidrasa carbónica (CA) en células foliares de plantas
C3 y C4. BS = cloroplastos de la vaina del haz; MS = cloroplastos del mesófilo. (En
base a Edwars & Walter, 1983 y Hatch & Burnell, 1990)
Página 362
Fig. 9.15 Relación entre el contenido de zinc de las laminas foliares, fotosíntesis neta y
actividad anhidrasa carbónica en algodón. EU, unidades enzima. (Modificado a partir
de Ohki, 1976)
Página 363
En esta isoenzima el zinc está asociado con el cobre (CuZnSOD). Se ha discutido la
localización y el rol de la CuZnSOD en la Sección 9.3. Más probablemente el átomo de
cobre representa al componente metálico catalítico y el de zinc el estructural. Con la
deficiencia de zinc la actividad SOD es mucho menor pero puede ser restaurada in
vitro al resuministrar zinc en el medio de ensayo, indicando que el átomo de zinc es un
componente estructural esencial para el normal funcionamiento de la CuZnSOD.
Tabla 9.16
1. Fosfatasa alcalina.
Página 364
El estado nutricional ha sido estudiado extensivamente en bacterias, animales y
el hombre. Hay poca información, sin embargo, acerca de su relación en las plantas
superiores.
Se ha documentado por muchos años el rol del zinc en el metabolismo del DNA
y RNA, en la división celular, y en la síntesis proteica, pero solo se ha identificado
recientemente un nueva clase de moléculas proteicas dependientes de zinc
(metaloproteínas de zinc) que están involucradas en la replicación del DNA,
transcripción y, de este modo, en la regulación de la expresión génica. Para la
transcripción, se requiere zinc en estas proteínas para su ligamiento a genes
específicos mediante la formación de complejos tetraédricos con los residuos
aminoácidos de la cadena polipeptídica (Fig. 9.16).
Página 365
Fig. 9.16 Presentación esquemática del rol del zinc en la estructura terciaria de la
cadena peptídica en proteínas de replicación (“dedo de zinc”). (En base a Coleman,
1992 y Vallee & Falchuk, 1993)
Página 366
ribosomas se desintegran, pero después de reanudar el suministro de zinc sucede su
reconstrucción.
Tabla 9.17
Efecto del suministro de zinc en el peso seco caulinar y en la composición de las partes caulinares apicales (hojas jóvenes
y ápice caulinar) en plantas de fríjol a
Contenido en hojas jóvenes y ápice caulinar
Peso seco Aminoácidos
caulinar Zn libres Proteína Triptófano IAA
Suministro (g por 3 (μg g-1 peso (μmol g-1 peso (mg g-1 peso (μmol g-1 peso (ng g-1 peso
de Zn plantas) seco) seco) fresco) seco) fresco)
+Zn (1
μм) 8.24 52 82 28 0.37 239
Página 367
Fig. 9.17 Relación entre el contenido de zinc, de ribosomas 80S y proteico en la
fracción soluble del tejido meristemático caulinar de arroz. (A partir Kitagishi et al.,
1987.)
Página 368
Tabla 9.18
Tabla 9.19
b
% hidrólisis del sustrato RNA
Página 369
Ambas enzimas están localizadas en los cloroplastos así como en el
citoplasma. La fructosa-1,6-bifosfatasa es un enzima clave en el particionamiento de
los azucares C6 en los cloroplastos y el citoplasma. La aldolasa regula la transferencia
de fotosintatos C3 desde los cloroplastos hacia el citoplasma, y dentro del citoplasma
el flujo de metabolitos vía la vía glucolítica. Bajo deficiencia de zinc se reduce drástica
y bastante específicamente la actividad aldolasa así que la actividad de esta enzima
puede servir como un indicador del estado nutricional del zinc en las plantas.
Tabla 9.20
Anhidrasa carbónica 84 76 84
RuBP carboxilasa 9 41 38
Página 370
carbohidratos en hojas deficientes de zinc se incrementa con la intensidad lumínica y
es una expresión del deteriorado nuevo crecimiento, particularmente de los ápices
caulinares, i.e., de la menor actividad demanda.
Tabla 9.21
Página 371
Hay reportes contradictorios acerca del requerimiento de zinc para la síntesis
del triptófano. El incremento en el contenido de triptófano en la materia seca de granos
de arroz mediante la fertilización con zinc en plantas cultivadas en un suelo calcáreo
puede apoyar una suposición tal. Sin embargo, un incremento tal puede ser una
expresión de un incremento general en el contenido proteico en los granos y, de este
modo, el resultado es inconcluso en términos del requerimiento del zinc para la
síntesis del triptófano.
Página 372
la regulación de la actividad enzimática, ó el resultado indirecto por alteraciones en la
estructura y composición de las membranas (Tabla 9.22).
Tabla 9.22
Efecto del estado nutricional del zinc en la fuga de solutos de bajo peso molecular (exudados radicales) y
en la composición radical lipídica en plantas de algodón a
Contenido Exudados radicales (g-1 peso seco (6h)-1) Contenido lípidos
radical de Zn Fosfolípidos
Aminoácidos Azucares Fenólicos Potasio Ácidos
(μg g-1 peso (μg g-1 peso grasos
Tratamiento seco) (μg) (μg) (μg) (mg) fresco) sat/insat
+Zn 258 48 375 117 1.68 2230 0.79
Tabla 9.23
Página 373
Fig. 9.18 Participación del zinc en la generación y detoxificación de radicales
superóxido, y efectos de loa radicales libres de oxígeno sobre el funcionamiento
membranal y metabolismo del IAA. (Compilado a partir de Cakmak & Marschner, 1988
a,b, y Cakmak et al., 1989.)
Página 374
cantidad excepcional alta de fósforo y síntomas de toxicidad por fósforo en las hojas
maduras, que pueden ocasionalmente ser confundidos con una evidencia de realce de
la deficiencia de zinc debido a la gran proporción P/Zn. Como se muestra en la Tabla
9.24, la toma de zinc no se afecta al incrementar las concentraciones de fósforo en la
solución externa. En ausencia de zinc, ó con bajas concentraciones externas, sin
embargo, es muy alto el contenido de fósforo en la materia seca caulinar, conduciendo
a síntomas de toxicidad. En general, un contenido de fósforo mayor del ~2% en peso
seco foliar puede ser considerado como tóxico.
Tabla 9.24
(μм) P1 P2 P1 P2 P1 P2
0 8.3 9.5 15 15 11.0 24.1
Tabla 9.25
Página 375
-Zn 0.13 0.70 1.15 2.65
Tabla 9.26
Distribución del 32P, 86Rb y 36Cl entre vástagos y raíces en plantas de algodón
deficientes y suficientes en zinc, 19 h después de su aplicación caulinar,
valores relativos a
32 86 36
Estado P Rb Cl
nutricional del
zinc Caulinar Radical Caulinar Radical Caulinar Radical
+Zn 66 34 62 38 29 71
-Zn 92 8 66 34 32 68
a
Marschner & Cakmak (1986).
Página 376
Sin embargo, esto no significa necesariamente una importancia in vivo de esta fracción
ya que puede presentarse redistribución del zinc durante la extracción.
Tabla 9.27
Página 377
9.4.10.1 Deficiencia de zinc
Página 378
Fig. 9.19 Deficiencia de zinc en manzano con la típica inhibición en la elongación de
los entrenudos (“arrosetamiento”) y reducción del tamaño foliar (“hojas pequeñas”).
En las hojas, los niveles críticos de deficiencia están debajo de los 15-20 μg Zn
g-1 peso seco (ver Sección 9.4.4). Por la deficiencia de zinc se deprime a un
relativamente mayor grado el rendimiento de grano y semilla más que la producción
total de materia seca, probablemente debido por lo menos en parte a la deteriorada
fertilidad del polen en plantas deficientes (Sección 6.4). Las especies vegetales
difieren en su sensibilidad a la deficiencia de zinc, el maíz, el algodón, y el manzano
son mucho mas sensibles que, por ejemplo, el trigo, la avena, o la arveja.
Los niveles críticos de toxicidad en las hojas de plantas de cultivo son tan bajos
como 100 μg Zn g-1 peso seco hasta a mas de 300 μg Zn g-1 peso seco, siendo más
típico el último valor. El incrementar el pH del suelo mediante el encalado es el
procedimiento más efectivo para disminuir ambos el contenido de zinc y la toxicidad
por zinc en las plantas. En comparación con las diferencias genotípicas entre las
plantas de vegetación natural, son pequeñas las diferencias genotípicas en la
tolerancia al zinc entre plantas de cultivo, pero no obstante son marcadas, aún dentro
Página 379
de la misma especie. En genotipos de soya la tolerancia al zinc está positivamente
correlacionada con el contenido foliar de zinc. En otras palabras, en este ejemplo el
mecanismo de tolerancia no es el de exclusión desde la toma sino el de tolerancia del
tejido a los altos contenidos de zinc.
Como con la tolerancia al cobre, han sido bastante tiempo una tópico principal de
interés en la ecofisiología los mecanismos responsables de la tolerancia al zinc. La
tolerancia al zinc también se ha vuelto un tópico de interés en la agricultura y la
fisiología de cultivos, ya que el zinc es el metal pesado que se encuentra presente en
las mayores concentraciones en la mayoría de desperdicios que surgen de las
comunidades modernas industrializadas.
Tabla 9.28
Efecto del suministro de zinc en las concentraciones de zinc en el citoplasma y vacuolas de raíces de
clones de Deschampsia caespitosa tolerantes y no tolerantes al zinc a
Concentración Zinc enlazado en el citoplasma (mм) Zinc soluble en las vacuolas (mм)
externa
Página 380
Hay un acuerdo general de que las fitoquelatinas no juegan un rol en la
tolerancia al zinc. Esto ocasiona la cuestión en cuanto a los mecanismos de tolerancia
al zinc en tejidos meristemáticos no vacuolados como los ápices radicales. Aquí,
existen otros mecanismos como el secuestro del zinc mediante el ligamiento al fitato
como ocurre en un ecotipo tolerante al zinc de Deschampsia caespitosa. Además,
puede ser de importancia la complejación del zinc con aminoácidos en el citoplasma.
La tolerancia al zinc en Deschampsia caespitosa se incrementa en plantas suplidas
con amonio comparando con las nutridas con nitrato. Esto probablemente resulta por
la mayor acumulación de asparragina en el citoplasma de plantas alimentadas con
amonio y que forma complejos bastante estables con el zinc.
9.5 Níquel
9.5.1 General
Página 381
El níquel no se requiere para la síntesis de proteínas enzimáticas pero, como
componente metálico, es esencial para estructura y función catalítica de las enzimas.
Tabla 9.29
Efecto del suministro de níquel en la solución nutritiva y de la aplicación foliar de urea en la necrosis de
la punto foliar, y en la actividad ureasa en plantas de soya a
Suministro de Aplicación foliar Necrosis de puntas Contenido de Actividad ureasa
Ni foliares urea
(mg urea por (μmol NH3 h-1 g-1 peso
(μg l )
-1
hoja) (% de peso seco) (μg g peso
-1
seco)
seco)
Página 382
0 <0.1 64 2.2
0 0 0 11.8
Tabla 9.30
Base 0.11 0 ND ND Nd ND
lamina
0.56 18.1 3.6 4.5 3.73 0.11
Punta
lamina 2.16 238.4 ND ND ND ND
a
En base a Walter et al. (1985) ; ND = no determinado.
Página 383
Cuando fueron usadas semillas a partir de plantas cultivadas bajo condiciones
bajas en níquel también se encontraron grandes acumulaciones de urea y necrosis
severa de la punta foliar en plantas de trigo, cebada, y avena sin suministro de níquel.
El crecimiento radical y caulinar fue significativamente menor en las plantas privadas
de níquel, que fueron menos verdes, desarrollaron necrosis y clorosis intervenal, y los
2 cm terminales de las hojas fallaron en su despliegue.
Página 384
resultar a partir de los eventos secundarios de las perturbaciones en el metabolismo
del nitrógeno en plantas deficientes en níquel. No es claro hasta que punto varios de
estos efectos de la deficiencia de níquel están directamente relacionados con la
función del níquel en la ureasa. En cualquier caso estos estudios demuestran que en
el metabolismo del nitrógeno la urea es un metabolito normal cuya concentración tiene
que ser mantenida a un nivel bajo a fin de evitar su toxicidad. Se conocen en las
plantas varías vías de biosíntesis de la urea (Fig. 9.21). El ciclo de la ornitina para la
biosíntesis de urea probablemente es de importancia general, así como la mayor tasa
de formación de urea durante la degradación proteica, por ejemplo, en hojas maduras,
al principio del crecimiento reproductivo y en la germinación de semillas de
leguminosas.
Fig. 9.21 Vías de biosíntesis de urea en plantas. (Modificado a partir de Walter et al.,
1985.)
Tabla 9.31
Página 385
Contenido de níquel y otros micronutrientes en las partes caulinares vegetativas y en
las semillas de lupino (Lupinus polyphyllus) y centeno (Secale cereale) a
Contenido (μg g-1 peso seco)
Especie Ni Mo Cu Zn Mn Fe
Lupino Caulinar 0.81 0.08 3.6 28 298 178
9.6 Molibdeno
Página 386
9.6.1 General
El requerimiento vegetal por molibdeno es inferior que aquel para cualquier otro
nutriente mineral, excepto del níquel. Las funciones del molibdeno como nutriente
vegetal están relacionadas con los cambios en la valencia que experimenta como
componente metálico de las enzimas. En su estado oxidado existe como Mo(VI); este
es reducido a Mo (V) y Mo(IV).
9.6.2 Nitrogenasa
Página 387
nódulos radicales puede conducir a un contenido considerablemente menor de
molibdeno en los vástagos y semillas de las leguminosas noduladas. Sin embargo, la
relativa asignación de molibdeno a los varios órganos vegetales varia
considerablemente no solo entre especies vegetales, sino también entre genotipos
dentro de un especie, por ejemplo en Phaseolus vulgaris.
Tabla 9.32
Tabla 9.33
Página 388
Nitrógeno 0 3.1 4.6 5.3 5.6 4.3 5.1 5.4 5.6
(% peso seco 34 3.6 4.7 5.3 5.6 5.7 5.5 5.6 5.6
foliar)
(t ha-1)
a
Las plantas fueron cultivadas en un suelo de pH 5.6. En base a Parker & Harris (1977).
La nitrato reductasa es una enzima dimerica con grupos prostéticos que transfieren
tres electrones por subunidad: flavín (FAD), hemo, y molibdeno. Durante la reducción
del nitrato, los electrones son transferidos directamente desde el molibdeno al nitrato.
Los detalles de este proceso de reducción han sido descritos en la Sección 8.2.
Página 389
Fig. 9.22 Actividad nitrato reductasa (NRA) en hojas de espinaca a partir de plantas
cultivadas con diferentes niveles de molibdeno. Los segmentos foliares fueron
incubados con (NRA + Mo) ó sin (NRA – Mo) molibdeno por 2 h. El área punteada
represente al “NRA inducible”. (Redibujado a partir de Witt & Jungk, 1977.)
Tabla 9.34
Página 390
a
En base a Hewin & McCready (1956)
b
pH del sustrato (arena cuarcítica) tamponado con CaCO3.
Página 391
La enzima se presenta bien como xantina oxidasa con O2 como aceptor
terminal de electrones, ó xantina deshidrogenasa donde los electrones son
transferidos al NAD+. Se han encontrado ambas formas de la enzima en plantas
superiores, en las hojas predomina la forma deshidrogenasa. La enzima está
involucrada en el catabolismo de las purinas y, de este modo, en la vía biosintética de
ureidos que son productos de la oxidación de las purinas (Sección 8.5). En
leguminosas como la soya y caupí, en que los ureidos son los compuestos más
predominantes de nitrógeno formados en los nódulos radicales (Sección 7.4.3), la
xantina oxidasa/deshidrogenasa juega un rol clave en el metabolismo del nitrógeno.
En el citosol de los nódulos las purinas (e.g., xantina) son oxidadas a ácido úrico, el
precursor de los ureidos. En leguminosas noduladas del tipo ureido, bajo deficiencia
de molibdeno puede resultar por lo tanto la inhibición del crecimiento y las bajas tasas
de fijación de N2 debido a la baja actividad nitrogenasa ó del deteriorado catabolismo
de las purinas en los nódulos, ó de ambas causas.
Página 392
transferasa es baja, como los contenidos foliares de RNA y DNA. Las plantas
deficientes de molibdeno parecen ser más sensibles al estrés por bajas temperaturas y
a la inundación. En muchos estudios la deficiencia de molibdeno ha sido tan severa y
el crecimiento tan fuertemente deprimido, que es difícil identificar las funciones
metabólicas primarias del molibdeno.
Tabla 9.35
Efecto del suministro de molibdeno en la producción y viabilidad del polen en plantas de maíz a
Suministro Concentración de Capacidad de producir Diámetro Viabilidad del
de molibdeno en granos de polen (no. de granos del polen polen
molibdeno polen de polen por antera)
(μm) (%
(mg kg-1) (μg g-1 peso seco) germinación)
20 92 2437 94 86
0.1 61 1937 85 51
0.01 17 1300 68 27
a
A partir de Agarwala et al. (1979).
Página 393
Fig. 9.23 Relación entre el contenido de molibdeno en los granos de maíz, momento
de fertilización superficial con nitrógeno, y porcentaje de mazorcas brotadas en maíz.
La fertilización superficial con nitrógeno a (▼) 30 días; (□) 40-55 días; (●) 70-85 días.
(En base a Tanner, 1978.)
Página 394
Fig. 9.24 Representación esquemática de los cambios en la morfología foliar en coliflor
deficiente en molibdeno (síntoma de “cola de látigo”).
Página 395
cuando se incrementa el pH del suelo de 5.0 a 7.0 al encalar. El efecto del tratamiento
del solo encalado en el peso seco planta es similar al de la aplicación de molibdeno al
suelo sin encalar. De este modo, bastante frecuentemente el encalado y la aplicación
de molibdeno pueden ser alternativas para estimular el crecimiento de leguminosas en
suelos minerales ácidos. El crecimiento respuesta de las leguminosas al encalado por
lo tanto también depende fuertemente del estado del molibdeno en el suelo. Una
combinación de ambos, encalado y suministro de molibdeno frecuentemente
conducirán a un notorio consumo de lujo y a un muy alto contenido de molibdeno en
las partes vegetativas de los vástagos y en las semillas.
Tabla 9.36
Tabla 9.37
Página 396
19.0 2332
48.4 2755
a
En base a Gurley & Giddens (1969).
Tabla 9.38
Página 397
Comparando con la aplicación al suelo, la aplicación foliar al cacahuate no solo
incrementa el rendimiento sino también la toma de nitrógeno y el contenido caulinar,
seminal y nodular de molibdeno.
Tabla 9.40
Efecto de los fertilizantes fosfato (13 kg P ha-1) en la producción de materia seca, toma
de nitrógeno y contenido de molibdeno en cacahuete cultivado en un suelo arenoso
ácido, bajo en molibdeno (Luvic Arenosol) a
Materia Contenido de Mo (μg g-1 peso seco)
seca Toma de N Caulinar c Nodular Seminal
Fertilizante
de fósforo b (kg ha-1) (kg ha-1)
- P 2000 52 0.22 4.0 1.0
c
En floración
Página 398
molibdeno, se presenta malformación de las hojas y decoloración amarillo dorado del
tejido caulinar, más probablemente debido a la formación de complejos de
molibdocatecol en las vacuolas. Las diferencias genotípicas en la toxicidad por
molibdeno están estrechamente relacionadas a las diferencias en la translocación del
molibdeno desde las raíces a los vástagos (Capitulo 3).
Los altos pero no tóxicos niveles de molibdeno en las plantas son ventajosos
para la producción seminal, pero tales niveles en plantas forrajeras son peligrosos
para animales, y para rumiantes en particular, que son muy sensibles a excesivas
concentraciones de molibdeno. Los contenidos de molibdeno por encima de 5-10 mg
kg-1 peso seco de forraje son lo suficientemente altos para inducir la toxicidad
conocida como molibdenosis (o “teart”). Esta se presenta, por ejemplo, en partes del
oeste de los Estados Unidos, en Australia, y en Nueva Zelanda, frecuentemente en
suelos con pobre drenaje y altos en materia orgánica, ó en pasturas establecidas en
pilas de desecho de esquisto bituminoso calentado en retortas. La molibdenosis es en
realidad causada por un desequilibrio del molibdeno y cobre en la dieta del rumiante,
i.e., una deficiencia inducida de cobre. El fuerte efecto depresivo del sulfato sobre la
toma de molibdato (Tabla 9.40) puede ser usado efectivamente al disminuir los
contenidos de molibdeno en las plantas a niveles que no son tóxicos cualquiera para
las plantas mismas ó para los rumiantes.
9.7 Boro
9.7.1 General
El boro es un miembro del grupo metaloide de los elementos que también incluye al
silicio y al germanio. Estos elementos son intermediarios en sus propiedades entre
metálicos y no metálicos, y también comparten muchas características en las plantas.
El átomo de boro es pequeño y tiene solo tres valencias. El ácido bórico es un ácido
muy débil y en solución acuosa a pH < 7, se presenta principalmente como ácido
bórico no disociado; a mayor pH el ácido bórico acepta iones hidroxilo del agua
formando así un anión borato tetraédrico
Página 399
Su distribución en las plantas está principalmente gobernada por la corriente de
transpiración (Sección 3.2.4) aunque también es móvil en el floema y puede ser
retranslocado en cantidades considerables (Sección 3.3).
El rol del boro en la nutrición vegetal es añun el menos entendido de todos los
nutrientes minerales y lo que es conocido del requerimiento del boro surge
principalmente a partir de estudios de lo que sucede cuando el boro es retenido ó
resuministrado después de su deficiencia. Este pobre conocimiento es sorprendente,
debido a que basándose molarmente el requerimiento de boro, por lo menos para
dicotiledóneas, es mayor que el de cualquier otro micronutriente. Es bastante fácil en
ciertas especies vegetales (e.g., girasol) inducir muy rápidamente un rango de
notables cambios metabólicos y síntomas visibles de deficiencia al retener el boro. El
boro no es ninguno un constituyente enzimático ni hay evidencia convincente que este
afecte directamente las actividades enzimáticas. Hay una larga lista de roles
postulados para el boro: (a) transporte del azúcar; (b) síntesis de la pared celular; (c)
lignificación; (d) estructura de la pared celular; (e) metabolismo de los carbohidratos;
(f) metabolismo del RNA; (g) respiración; (h) metabolismo del ácido indolacético (IAA);
(i) metabolismo de los fenoles; (j) membranas. Esta larga lista puede indicar que (a) el
boro está involucrado en un número de vías metabólicas, ó (b) un “efecto cascada”,
como se conoce en fitohormonas, por ejemplo. Hay creciente evidencia para la última
alternativa, y de un rol primario del boro en la biosíntesis y estructura de la pared
celular, y en la integridad de la membrana plasmática. Para un revisión conceptual del
rol del boro en las paredes celulares ver Loomis & Durst (1992) y para una revisión
mas general ver Shelp (1992).
El ácido bórico tiene una capacidad sobresaliente para formar complejos con dioles,
polioles, particularmente con cis-dioles, bien como la Ec (1), ó la Ec (2):
Página 400
manano, y ácido polimanurónico. Estos compuestos sirven, por ejemplo, como
constituyentes de la fracción hemicelulosa de las paredes celulares. En contraste, la
glucosa, fructosa, galactosa y sus derivados (e.g., sacarosa) no tienen esta
configuración cis-diol y de este modo no forman complejos estables de borato.
Algunos o-difenólicos, como el ácido cafeico y el ácido hidroxiferúlico, que son
importantes precursores para la biosíntesis de lignina en dicotiledóneas, poseen la
configuración cis-diol y por lo tanto forman complejos estables de borato.
Las complejos de boratos mas estables son formados con los cis-dioles en un
anillo furanoide, es decir las pentosas ribosa y apiosa, siendo la última un componente
universal de la pared celular de plantas vasculares. El alto requerimiento de boro en
plantas productoras de goma está mas probablemente relacionado a la función del
boro en formar entrecruzamientos con los varios polímeros polihidroxi como el
galatomanano. El boro no solo forma complejos estables con ribosa, el principal
componente azúcar del RNA, sino también con NAD+. De este modo, la inhibida
actividad deshidrogenasa bajo toxicidad por boro es probable que este asociada con
las mayores concentraciones citosólicas de boro (Sección 9.7.9.2).
Página 401
Fig. 9.25 Efecto de la deficiencia de boro sobre la elongación radical (A) y actividad
IAA oxidasa (B) en secciones radicales apicales de 5 mm de calabaza. Reanudación
del suministro de boro después de 12 h (flecha) de deficiencia de boro. Clave: ●—●,
+B; ○- -○, B. (Redibujado a partir de Bohnsack & Albert, 1977.)
Página 402
del RNA esto puede reflejar menores tasas de síntesis ó mayores tasas de
degradación, por ejemplo, como resultado de la mayor actividad RNAasa en tejidos
deficientes en boro. El trabajo de Birnbaum et al (1977) apoya la participación del boro
en el metabolismo del RNA mostrando que el suministro de ciertos nucleótidos como
el uracilo pueden retrasar los síntomas de la deficiencia de boro. Estos y otros
correspondientes resultados en la literatura han sido críticamente revisados
recientemente por Shelp (1993). En principio es difícil de reconciliar un rol primario del
boro en el metabolismo del DNA y RNA con la muy lenta respuesta de la inhibición de
la elongación radical que sucede en especies gramíneas cuando se retiene el boro.
Similarmente un rol principal del boro en el metabolismo de los nucleótidos no se
sustenta con la falta de demanda de boro en las plantas inferiores, bacterias y hongos.
Fig. 9.26 Efecto del suministro de boro sobre el peso seco y desarrollo de fibra en
óvulos no fertilizados de algodón cultivados en presencia de IAA, ácido giberélico, y
citoquinina. Las unidades fibra total representan la relación longitud fibra a gramo de
peso seco. (Redibujado a partir de Birnbaum et al., 1974.)
Página 403
de la glucosa en β-1,3-glucano, el principal componente de la calosa (Sección 8.6),
que también se acumula en los tubos cribosos en plantas deficientes en boro y, de
este modo, deteriora el transporte en el floema.
Página 404
enlazado menos firmemente a la matriz de la pared celular, y presumiblemente existen
sitios de ligamiento separados para el boro y el calcio.
Página 405
caulinar la realzada división celular en dirección radial con una notable proliferación
de células cambiales y la deteriorada diferenciación del xilema.
Fig. 9.28 Corte transversal de una haz vascular de un entrenudo superior en una
planta de girasol suficiente en boro (izquierda) y deficiente en boro (derecha). X,
xilema; Ph, floema. (A partir de Pissarek, 1980.)
Página 406
desenredar el rol del boro en el metabolismo del IAA. Se ha proporcionado información
más específica por Tang & de la Fuente (1986) que muestran que en segmentos de
hipocótilo deficientes en boro se inhibe el transporte basipétalo de IAA. Esto es similar
a lo que se presenta bajo deficiencia de calcio y es un indicativo de la deteriorada
integridad de la membrana bajo la deficiencia de boro. Un efecto similar en el
transporte basipétalo de IAA es conseguido por ciertos flavonoides como la quercetina.
Puede ser que las interacciones entre el boro y el IAA y la diferenciación tisular son
eventos secundarios causados por los efectos primarios del boro en el metabolismo de
los fenoles. Ciertos fenólicos no son solo efectivos inhibidores de la elongación radical
sino también simultáneamente realzan la división celular radial, esto es, ellos inducen
cambios anatómicos que son similares a aquellos causados por el IAA.
Tabla 9.41
Efecto del suministro en boro (10-5 м = suficiente; 10-7 м = deficiente) en plantas de girasol cultivadas bajo
diferentes intensidades lumínicas en el contenido de fenoles, actividad polifenol oxidasa y eflujo de potasio
de los segmentos foliares a
Intensidad Contenido de fenoles Actividad polifenol oxidasa Eflujo de K+
lumínica (relativo)
(μg ácido cafeico equiv. por 6 (μg K por 6 segmentos) (2
(μE m-2 s) segmentos) h-1)
10-5 м 10-7 м 10-5 м 10-7 м 10-5 м 10-7 м
100 30 35 1.0 1.4 10 23
Página 407
incrementa la actividad polifenol oxidasa (Tabla 9.41). Una alta proporción de fenoles
junto con los correspondientes sistemas enzimáticos están localizados en las paredes
celulares, de la epidermis en particular.
Fig. 9.29 Rol del boro en el metabolismo de los fenoles y biosíntesis de la lignina.
Página 408
9.7.6 Función en la membrana
Las tasas de toma de fósforo son mucho menores en las puntas radicales de
plantas de haba y maíz deficientes en boro comparando con las suficientes (Tabla
9.42). Sin embargo, el pretratamiento con boro en las puntas radicales por solo 1 h
realzo marcadamente la toma de fósforo en ambas raíces suficientes y deficientes en
boro y casi restaura la tasa de toma de la raíz de maíz originalmente deficiente en boro
y algo menos efectivamente en raíces de haba deficientes en boro. Como se muestra
en el mismo estudio, el efecto del pretratamiento con boro en las tasas de toma de
cloruro y rubidio fue similar a aquel sobre las tasas de toma de fosfato. Además, la
actividad ATPasa de membrana, que fue baja en raíces de maíz deficientes en boro,
se restaura en 1 h al mismo nivel como en raíces suficientes en boro.
Tabla 9.42
Es ahora bastante claro que estos efectos del boro sobre la toma de iones y
también de glucosa, son mediados por los efectos directos ó indirectos del boro en la
ATPasa bombeadora de H+ de la membrana plasmática (Sección 2.4.2). En células y
raíces deficientes en boro esta actividad es mucho menor y puede ser restaurada en
20-120 min. después del resuministro del boro. Esta restauración se indica por ambos
los cambios a corto plazo en la excreción neta de protones y en la hiperpolarización
del potencial de membrana (que se hace más negativo). De manera interesante, en
células de tabaco cultivadas en suspensión este efecto del boro en la ATPasa-H+
requiere de la presencia de IAA, y viceversa, el boro es requerido para la realzada
excreción neta de H+ inducida por IAA. El rol particular del boro en la integridad de la
membrana plasmática y en la actividad bombeadora de H+ puede también ser
Página 409
demostrado in vitro con vesículas membranales de raíces de girasol suficientes y
deficientes en boro.
Página 410
10-3 м) de boro ó germanio (Ge) en tiempo cero (tratamientos-B +B; -B +Ge). (Cakmak
& Kurz, no publicado.)
Fig. 9.31 Rol propuesto del boro en el metabolismo de la pared celular y efectos
primarios y secundarios relacionados con la deficiencia de boro. (Modificado a partir de
Römheld & Marschner, 1991).
Página 411
remoción del boro externo conduce al anormal hinchamiento ó aún el reventado de la
parte terminal en 2-3 min. de la remoción.
Fig. 9.32 Efecto de las concentraciones de boro sobre la germinación del polen,
crecimiento del tubo, y filtración de azúcares al medio en lirio (Lilium longiflorum L.).
(Redibujado a partir de Dickinson, 1978.)
En flores la demanda de boro para el crecimiento del tubo polínico tiene que ser
proporcionada por el estigma ó la seda. En maíz se requiere un contenido mínimo de
boro de 3 μg g-1 peso seco seda para la germinación del polen y fertilización Los
niveles críticos de deficiencia en el estigma pueden, sin embargo, variar
considerablemente entre cultivares y especies. En uva (Vitis vinifera), que es conocida
por su alto requerimiento de boro, con suficiente suministro de boro el contenido de
boro en el estigma es de 50-60 μg g-1 peso seco y aún a contenidos de 8-20 μg g-1
peso seco se deteriora la fertilización. De acuerdo a Lewis (1980b) los altos niveles de
boro en el estigma y estilo se requieren para la inactivación fisiológica de la calosa en
las paredes celulares del tubo polínico mediante la formación de complejos borato-
calosa. Cuando los contenidos de boro son bajos, se incrementa la síntesis de calosa
e induce la síntesis de fitoalexinas (incluyendo fenoles) en el estigma y estilo, como un
mecanismo de defensa similar a aquel en respuesta a la infección microbiana.
El rol particular del boro en el crecimiento del tubo polínico es un principal factor
responsable de la usualmente mayor demanda de suministro de boro para la
producción de semilla y grano que la necesitada para el solo crecimiento vegetativo.
Se ha mostrado esto para el caso, por ejemplo, del maíz (Capitulo 6) ó del trébol
blanco. En mango, el cuajado irregular y periódico del fruto causado por temperaturas
subóptimas durante la polinización puede por lo menos en parte ser compensado al
elevar el contenido de boro en el pistilo y en los granos de polen. El boro también
afecta la fertilización al incrementar la capacidad de producir polen de las anteras y la
viabilidad del grano de polen. Los efectos indirectos pueden también ser importantes
como el incremento en la cantidad y composición de los azucares en el néctar, por
medio del cual las flores de las especies que se basan en insectos polinizadores se
vuelven más atractivas para los insectos.
Página 412
9.7.8 Metabolismo de los carbohidratos y proteínas
Se ha propuesto que el boro juega un rol clave en las plantas superiores al facilitar el
transporte de azúcares a corta y larga distancia vía la formación de complejos borato-
azúcar. Sin embargo, una propuesta tal es inaceptable debido a que la sacarosa, el
predominante azúcar transportado en el floema forma solo complejos débiles con el
boro, y en los mecanismos de carga de sacarosa en el floema el boro no está
involucrado (Sección 5.4.1). Mientras que el boro facilita la toma de azúcar por las
hojas, la exportación de fotosintatos desde las hojas cualquiera no se afecta ó se
deteriora por la formación de calosa en los tubos cribosos ó por la falta de actividad
demanda en los ápices radicales y caulinares en plantas que sufren de deficiencia
severa de boro. Se ha mostrado también que en plantas deficientes de boro disminuye
la tasa de elongación radical independiente del contenido de azúcar en las puntas
radicales. De este modo, los efectos del boro en el metabolismo de los azucares son
solamente efectos secundarios, excepto en el de los intermediarios que influencien el
particionamiento del flujo de carbohidratos entre la glicólisis y el ciclo de las pentosas
fosfato.
Página 413
La deficiencia de boro es un difundido desorden nutricional. Bajo condiciones de alta
pluviosidad el boro es rápidamente percolado de los suelos como B(OH)3. Para las
plantas disminuye La disponibilidad de boro con el creciente pH del suelo,
particularmente en suelos calcáreos y suelos con una alto contenido de arcilla,
presumiblemente como resultado de la formación de B(OH) y adsorción de aniónica.
La disponibilidad también disminuye abruptamente bajo condiciones de sequía,
probablemente debido a ambos por una disminución en la movilidad del boro por flujo
másico a las raíces y por la polimerización del ácido bórico.
Tabla 9.43
Maíz 8.7
Fleo 14.8
Tabaco 29.4
Alfalfa 37.0
Zanahoria 75.4
Página 414
Las notables diferencias entre la demanda de boro particularmente entre
especies gramíneas y dicotiledóneas más probablemente están causalmente
relacionadas con las diferencias en la composición de su pared celular. En especies
gramíneas las paredes celulares primarias contienen muy poco material péctico y
tienen también un mucho menor requerimiento de calcio (Sección 8.6).
Interesantemente, estos dos grupos de plantas también difieren típicamente en su
capacidad de toma de silito la cual está usualmente inversamente relacionada con su
requerimiento de boro y calcio Todos los tres elementos están localizados
principalmente en las paredes celulares. Aunque los reportes sobre la interacción
calcio/boro son frecuentemente inconclusos, estas interacciones probablemente
tengan una base fisiológica. Los ejemplos incluyen funciones estructurales similares
en las paredes celulares y en la interfase pared celular-membrana plasmática,
interacciones en la toma y en el transporte en el vástago (Sección 9.7.4) y en el
transporte del IAA (Sección 9.7.6). Estas características comunes también explican
ciertas semejanzas en los síntomas de deficiencias de calcio y boro, por ejemplo, en
semillas de maní y lechuga.
Página 415
Fig. 9.33 La deficiencia de boro en remolacha azucarera. (Izquierda) Deficiencia
severa de boro (podredumbre del corazón y de corona), (Medio) Deficiencia suave de
boro (podredumbre del corazón), (Derecha) Suficiente en boro. (Cortesía de W.
Bussler.)
Tabla 9.44
+B 5.1 7.4 92 6 2
a
En base a Bell et al. (1989).
Página 416
relacionados con el uso de aguas de irrigación altas en boro. La toxicidad por boro
puede también presentarse cuando son aplicadas grandes cantidades de compost
municipal. Las especies vegetales, y en algún grado también los cultivares dentro de
un especie, difieren mucho en su forma de tolerancia. Por ejemplo, los contenidos
críticos de toxicidad en las hojas están en el rango de (mg kg -1 peso seco): maíz, 100;
pepino, 400; calabaza 1000; y 100-270 en genotipos de trigo, y cerca de 100 en judía y
encima de 330 en caupí.
Los síntomas típicos de toxicidad por boro en las hojas maduras son la clorosis
marginal ó en la punta ó ambas y necrosis. Ellos reflejan la distribución del boro en los
vástagos, que sigue a la corriente de transpiración (Sección 3.2.4). Los síntomas
visuales de toxicidad en las hojas pueden presentarse a contenidos muchos menores
de los requeridos para la depresión del rendimiento de grano, por ejemplo, en trigo. El
contenido de boro en granos de trigo puede también elevarse más de veinte veces sin
efectos negativos en la germinación de las semillas y en el crecimiento de las
plántulas.
Por varias razones los contenidos críticos foliares de toxicidad por boro tienen
que ser interpretados con reserva. Como se ha mostrado (Sección 3.2.4) dentro de la
lamina foliar hay un abrupto gradiente en el contenido de boro. En cebada esta
gradiente desde la base a la punta de la lamina foliar es de cerca de 80 a 2500 μg B g -
1
peso seco, pero el promedio para la hoja es de 208 μg g -1. Además, los contenidos
críticos de toxicidad son frecuentemente inferiores en plantas cultivadas en campo
comparando con las cultivadas en invernadero. Esta diferencia está parcialmente
relacionada con el lavado de boro de las hojas por la lluvia.
Página 417
Ya están bien definidas genéticamente en cebada las diferencias en la
capacidad para reducir la toma de boro, y obviamente se basan en la restringida
penetración pasiva del boro a través de la membrana plasmática de las células
radicales, y no en las diferencias en la anatomía radical ó en las tasas de
transpiración. No es claro el mecanismo que causa la restricción y no es regulado por
la demanda. En cebada está restricción en la toma se mantiene cierta para todo el
rango de concentraciones aplicadas de boro.
9.8 Cloro
9.8.1 General
En 1946 Warbug & Lüttgens mostraron que el sistema de rompimiento del agua del
fotosistema II (PS II) requiere de cloro, y a partir de ese momento se ha confirmado la
participación del cloro en el rompimiento del agua en el centro oxidante del PS II, i.e.,
para la evolución del O2 (Sección 5.2) en un gran número de estudios con fragmentos
de cloroplasto. Se muestra un ejemplo de esto en la Fig. 9.34. En partículas de PS II
de cloroplastos de espinaca agotados en cloruro hay un abrupto incremento en la
evolución del O2 fotosintético al incrementar el suministro externo de cloruro. Sin
embargo, otros aniones como el sulfato disminuyen la eficiencia del cloruro (Fig. 9.34)
indicando una baja selectividad de los centros de ligamiento por el cloruro en el PS II.
Página 418
Fig. 9.34 Evolución del O2 en partículas de PSII de cloroplastos de espinaca agotados
en cloruro al afectarse por varias concentraciones de NaCl y MgSO4. (A partir de Itoh &
Uwano, 1986)
Página 419
cloroplastos provenientes de plantas deficientes de cloro. En base a sus estudios con
especies vegetales halófitas y no halófitas, que incluyen espinaca, suplida con
diferentes concentraciones de cloruro, Robinson & Downton (1985, 1986) concluyeron
que los cloroplastos mantiene una concentración bastante alta de cloruro (80-90 mм)
independientemente de la especie vegetal y del suministro externo. Esto contrasta con
los resultados para remolacha azucarera y espinaca. Al usar microanálisis por rayos X
se mostró que las concentraciones de cloruro en los cloroplastos de espinaca estaban
estrechamente relacionadas con la concentración externa y caían tan bajo como 1.4
mм a bajo suministro externo. Esto puede implicar que en cloroplastos intactos el
requerimiento de cloruro del PS II para la evolución del O 2 está en el rango de 1 mм ó
menos, a menos que este sea estrictamente compartimentado.
Página 420
Tabla 9.45
NaCl 102
NaBr 87
KNO3 21
K2SO4 3
a
En base a Mettler et al. (1982)
Página 421
El cloro puede jugar un rol esencial en la regulación estomatal. La apertura y cierre de
los estomas es mediada por los flujos de potasio y aniones acompañantes como el
malato y el cloruro (Sección 8.7.6.2). En especies vegetales como Allium cepa que
carece en las células guarda de cloroplastos funcionales para la síntesis de malato, el
cloruro es esencial para el funcionamiento estomatal, y se inhibe la apertura estomatal
en ausencia de cloruro. Los miembros de la Palmaceae como el coco (Cocus nucifera
L.) y la palma de aceite (Elaeis guineensis Jacq.) que pueden poseer cloroplastos que
contienen almidón en sus células guarda también requieren del cloruro para el
funcionamiento estomatal. En coco se presenta una estrecha correlación entre los
flujos de potasio y cloruro durante la apertura estomatal desde las células subsidiarias
a las células guarda y, viceversa, durante el cierre estomatal; en plantas deficientes en
cloro se retrasa la apertura estomatal por cerca de 3 h. El deterioro de la regulación
estomatal en palmas se considera un factor principal responsable de la depresión del
crecimiento y síntomas de marchitamiento en plantas deficientes en cloro.
Fig. 9.36 Efecto de la deficiencia de cloro sobre el crecimiento (A) y fotosíntesis (B) en
remolacha azucarera. (A partir de Ferry, 1977.)
Página 422
controladas. Al retener el suministro de cloro, el crecimiento no fue alterado en
calabaza, pero lo redujo drásticamente en lechuga. El resuministro de cloro a las
plantas deficientes restauro el crecimiento en unos pocos días.
Fig. 9.37 Peso seco caulinar relativo y contenido de cloro en plantas deficientes en
cloro. (Redibujado a partir de Jonson et al., 1957.)
La reducción del crecimiento y los síntomas de deficiencia del cloro pueden ser
restaurados al 90% del nivel de plantas adecuadamente suplidas con cloruro al
suplirlas con bromuro. El cloruro y el bromuro tienen propiedades fisicoquímicas
similares; por ejemplo, sus radios iónicos hidratados son casi los mismos: 0.332 nm
(Cl-) y 0.330 nm (Br-). Sin embargo, la sustitución del cloruro por el bromuro no tiene
significado práctico, debido a las diferencias en sus abundancias naturales. En la
corteza terrestre, el mar, y el aíre, así como en las plantas, el cloro es ~1000 veces
mas abundante que el bromo.
Tabla 9.46
Página 423
crecimiento en kiwi (Actinidia deliciosa) a
Suministro de Contenido en la hoja más Peso seco Área foliar
cloruro joven total principal
(µм) (mg g-1 peso seco) (g. por planta) (m2 por hoja)
0 0.7 8 0.17
Página 424
importancia general en la osmorregulación del tejido vegetal total a menos que el cloro
sea acumulado preferentemente en ciertos tejidos (e.g., zonas de extensión) ó células
(e.g., células guarda). Por lo general, sin embargo, las concentraciones de cloro en las
plantas exceden este nivel crítico de deficiencia por dos órdenes de magnitud y se
vuelve importante en el ajuste osmótico y en las relaciones planta agua incluyendo un
rol en el caudal del xilema y en la presión radical (Sección 3.2). En este rango de
concentración el cloruro representa el anión inorgánico dominante en la vacuola. En la
savia del floema las concentraciones de cloruro pueden estar en el orden de 120 mм y
parecen jugar un rol en la carga y descarga de azúcares en el floema. Este es el caso
por ejemplo, en hojas de cebada, y en la descarga del floema en los pulvinulos de
Mimosa pudica durante los movimientos foliares seismonásticos; en el último proceso
la descarga del cloruro está acompañada por potasio y azúcares.
Tabla 9.47
Página 425
Relación entre el contenido foliar de cloro y desordenes en el crecimiento en árboles
de coco (Cocos nucifera L.) a
Contenido foliar Desordenes en el crecimiento (%)
Página 426
(~10 mм Cl- en el agua foliar) son toxicas para especies sensibles, como la mayoría de
árboles frutales, y para el fríjol y algodón. En contraste, 20-30 mg Cl g-1 peso seco
foliar (~60-90 mм Cl- en el agua foliar) no son dañinas para especies tolerantes como
la cebada, espinaca, lechuga, y remolacha azucarera. Las diferencias genotípicas en
la tolerancia al cloro están estrechamente relacionadas con los mecanismos de
tolerancia a las sales, que son discutidos en la Sección 16.6.
10.1 Definición
10.2 Sodio
10.2.1 General
Para el rol del sodio en la nutrición mineral vegetal, se han considerado tres
aspectos: su esencialidad para ciertas especies vegetales, el grado al que este puede
Página 427
reemplazar las funciones del potasio en plantas, y su adicional efecto de promotor del
crecimiento.
Se estableció en 1965 por Brownell que el sodio es un elemento mineral esencial, i.e.,
un nutriente mineral, para la halófita Atriplex vesicaria. Cuando la contaminación con
sodio en la solución nutritiva básica se mantuvo mínima (debajo de 0.1 μм Na+), las
plantas se volvieron cloróticas y necróticas y no sucedio nuevo crecimiento, a pesar
del alto contenido de potasio en las plantas (Tabla 10.1). El crecimiento respuesta al
sodio en el rango de baja concentración (0.02 mм) fue muy dramático, aunque el
contenido de sodio (~0.1% en peso seco) estaba en el rango más típico para un
micronutriente. A un suministro mayor, sin embargo, el contenido de sodio estuvo en
un nivel más típico para un macronutriente, estando el crecimiento respuesta en este
último caso, por lo tanto más presumiblemente relacionado a las funciones del potasio
tal como en la osmorregulación.
Tabla 10. 1
Página 428
visuales. De acuerdo con estos estudios y su posterior confirmación, el sodio puede
ser clasificado como un nutriente mineral para por lo menos algunas de las especies
C4 en las familias Amarantáceas, Quenopodiáceas y Ciperáceas, las cantidades de
sodio requeridas para estas especies vegetales son más típicas de un micronutriente
que de un macronutriente. Sin embargo, no está justificada la conclusión de Brownell y
Cossland (1972) y Brownell (1979) de que el sodio es esencial para las especies
vegetales superiores en las cuales la vía C4 opera. En todos estos estudios no se han
incluido especies C4 como el maíz ó la caña de azúcar, i.e., las especies que son
típicamente natrofóbicas y tienen tasas de crecimiento similar en ausencia y presencia
del suministro de sodio. Según el conocimiento presente el sodio es esencial para
muchas, pero no todas las especies C4, y no es esencial para especies C3.
Página 429
Fig. 10.1 Crecimientos respuesta de plantas C4 y C3 frente al suministro de sodio y a
crecientes concentraciones ambientales de CO2. (En base a Johnston et al., 1984)
Tabla 10.2
1 NADPH/CO2 Digitaria
sanguinalis
NAD+ ME Producción Aspartato Alanina/piruvato
Atriplex
1 NADH/CO2 spongiosa
Página 430
1 ATP/CO2 oleracea
Panicum
maximum
Sporobolus
poiretti
a
A partir de Ray & Black (1979).
b
MC = cloroplastos del mesófilo; BSC = clorplastos de la vaina del haz.
c
ME = enzima málica
Tabla 10.3
Efecto de la nutrición del sodio (-Na = 0; +Na = 0.1 mм Na+) en algunos metabolitos en
los vástagos de Amaranthus tricolor (C4) y Lycopersicon esculentum (C3) a
Contenido (μmol g-1 peso fresco)
Alanina Piruvato PEPiruvato Malato Aspartato
Especie -Na +Na -Na +Na -Na +Na -Na +Na -Na +Na
A. tricolor 13.1 6.0 1.7 0.9 0.9 2.3 2.7 4.8 1.6 3.7
L. 2.5 2.6 0.1 0.1 0.2 0.2 11.3 11.3 1.9 1.9
esculentum
a
En base a Johnston et al. (1988).
Página 431
sodio y puede restaurarse en menos de dos días después del resuministro de sodio. El
sodio realza específicamente la toma de nitratos por las raíces y la asimilación de
nitrato en las hojas. Interesantemente, la estimulación de la actividad nitrato reductasa
y el realce del crecimiento fueron ausentes cuando se proporciono N-NH4 ó cuando el
suministro de nitrato fue combinado con la adición de tungsteno, un inhibidor de la
nitrato reductasa. De este modo, en especies C4 deficientes en sodio, particularmente
las del tipo aspartato, la deficiencia de nitrógeno puede ser un factor adicional
involucrado en el deterioro del funcionamiento de la vía C4 (ver también Sección 5.2).
Fig. 10.2 Efecto del sodio (1 mм NaCl) sobre la toma de piruvato por cloroplastos del
mesófilo de Panicum miliaceum (tipo enzima málica dependiente de NAD+) y Zea
mays (tipo enzima málica dependiente de NADP+), y propuesto cotransporte
Na+/piruvato en P. miliaceum. (En base a Ohnishi et al., 1990)
Son bien conocidos en la agricultura y horticultura los efectos beneficiosos del sodio
sobre el crecimiento de no halófitas (glicófitas). En general, las especies vegetales
pueden ser clasificadas dentro de cuatro grupos de acuerdo a las diferencias en su
crecimiento respuesta al sodio (Fig. 10.3).
Página 432
Fig. 10.3 Esquema tentativo para la clasificación de plantas cultivadas de acuerdo
tanto al grado al que el sodio puede reemplazar el potasio en las plantas, como a la
estimulación adicional en el crecimiento por el sodio. Grupo A: principalmente
miembros de las Quenopodiáceas (e.g., remolacha azucarera, remolacha de mesa,
nabo, acelga suiza) y muchos pastos C4 (e.g., pasto de Rodas). Grupo B: col, rábano,
algodón, arveja, lino, trigo, y espinaca. Grupo C: cebada, millo, arroz, avena, tomate,
papa, y ryegrass. Grupo D: maíz, centeno, soya, fríjol Phaseolus, y fleo.
Página 433
potasio por el sodio es por lo tanto muy limitado ó ausente en el grupo de especies D
como el fríjol.
Fig. 10.4 Peso seco y contenido de potasio y sodio en remolacha azucarera (cv.
Zarpes Klein E type) y fríjol (cv. Windsor Long Pod) cultivados en soluciones nutritivas
con diferentes concentraciones de potasio y sodio. Las concentraciones en mм son
indicadas en las columnas. (En base a Hawker et al., 1974)
Página 434
el sodio toma lugar principalmente en los pecíolos de las hojas expandidas. En la
remolacha azucarera la sustitución puede ser muy alta en hojas maduras, pero es
mucho menor en hojas en expansión, conduciendo a un gradiente abrupto e inverso
en las relaciones potasio/sodio en hojas de diferentes edades (Tabla 10.4)
Tabla 10.4
Efecto del reemplazo del potasio por el sodio en la solución nutritiva en el contenido de
potasio y sodio en remolacha azucarera (cv. Fia) a
Suministro de K+ y Na+ (mм)
+
5.0 K 0.25 K+ + 4.75 0.10 K+ + 4.90
+
Na Na+
Edad y posición de las hojas K Na K Na K Na
Vástago entero 3.0 <0.03 0.24 2.72 0.10 3.29
Hojas viejas (nos. 1-7) 3.43 <0.03 0.18 3.05 0.05 4.20
Hojas intermedio (nos. 8-15) 2.36 <0.03 0.34 2.01 0.14 2.97
Hojas jóvenes (nos. 16-22) 1.87 <0.03 0.52 1.75 0.48 1.82
a
Contenidos de sodio y potasio expresados como mmol g-1 peso seco. A partir de
Marschner et al., (1981b).
En las hojas viejas casi todo el potasio puede ser reemplazado por el sodio y
hacerse disponible para funciones específicas en tejidos meristemáticos y en
expansión. En contraste, en hojas jóvenes en expansión hay un nivel umbral de
sustitución de ~0.5 mmol potasio por gramo de peso seco (Tabla 10.4), que
corresponde a una concentración de ~50 mм K+ kg-1 peso fresco, y aproximadamente
con los 100-150 mм K+ requeridos en el citoplasma (Sección 8.7.2).
Página 435
Además de la substitución del potasio (efecto ahorrador del sodio), la estimulación de
crecimiento por sodio es de gran interés practico y científico. De esto surge la
posibilidad de aplicar fertilizantes económicos con bajo grado de potasa con una
mayor proporción de sodio, y esto incrementa el potencial de la seleccionar y mejorar
exitosamente para la adaptación de cultivos vegetales a suelos salinos.
Las respuestas al sodio difieren no solo entre especies vegetales sino también
entre genotipos de una especie, como se muestra en la Tabla 10.5. Comparado con
los efectos del suministro con solo potasio, la sustitución de la mitad del potasio en el
substrato por el sodio condujo a un incremento del peso seco en las plantas y del
contenido de sacarosa en la raíz de almacenamiento en todos los tres genotipos.
Cuando el 95% del potasio en el substrato (y ~90% dentro de las plantas) fue
reemplazado por el sodio, el peso seco vegetal no fue afectado ulteriormente, en su
lugar, se redujo severamente la producción de sacarosa por planta en los dos
genotipos Monohill y Ada. La disminución en Monohill resulto a partir de una menor
concentración de sacarosa (Tabla 10.5) y en Ada a partir de un cambio en el
crecimiento caulinar a expensas del crecimiento en la raíz de almacenamiento, un
efecto que es típico en la remolacha azucarera con altos niveles de suministro de
sodio pero bajos de potasio. En Fia, sin embargo, se realzo la concentración y
producción de sacarosa cuanto más potasio fuera reemplazado por el sodio. La
tolerancia a las sales difirió entre los tres genotipos, de acuerdo con el patrón general
de clasificación (Fig. 10.3). El genotipo Fia tolero hasta 150 mм NaCl en el medio
externo sin una significante reducción del crecimiento, mientras que el crecimiento fue
severamente deprimido a esta concentración en los otros dos genotipos.
Tabla 10.5
Página 436
2.5 2.5 65 10.4 20.3
Tabla 10.6
Efecto del reemplazo de potasio por sodio en la solución nutritiva en las hojas de remolacha azucarera
(cv. Monohill) a
Contenido en laminas
Peso seco foliares Área foliar Grosor Suculencia
Suministro remolacha foliar
(mmol g-1 peso seco) (cm2 por (g H2O dm-
(mм) (g. por planta) K Na hoja) (μm) 2
)
+
5K 7.6 2.67 0.03 233 274 3.07
Página 437
Tabla 10.7
Efecto del reemplazo del potasio por sodio en la solución nutritiva sobre las propiedades de las hojas de la
remolacha azucarera y sobre el consumo de agua a diferentes potenciales osmóticos (± manitol) de la
solución nutritiva a
Fotosíntesis Consumo de agua
Estomas en la Clorofila neta
Suministro superficie inferior (g H2O g-1 peso fresco
-1 -2 -
(mg g peso (mg CO2 cm h incrementado)
(mм) (no. cm-2) seco) 1
) -0.02 MPa b -0.4 MPa b
+
5.0 K 11 807 12.1 15.2 17.7 28.2
Página 438
Fig. 10.5 Efecto de un estrés por sequía transitorio (disminución en el potencial hídrico
de la solución a -0.75 MPa mediante la aplicación de manitol) sobre la resistencia
estomatal al intercambio de vapor de agua en hojas de remolacha azucarera (cv.
Monohill). Las plantas fueron cultivadas en soluciones nutritivas bien con 5 mм K+
(●▬●) ó 0.25 mм K+ + 4.75 mм Na+ (○---○). (En base a Hampe & Marschner, 1982).
El reemplazo a nivel celular de una alta proporción de potasio por sodio puede
también afectar la actividad de enzimas, que responden particularmente al potasio
(Sección 8.7). Por ejemplo, el potasio es cuatro veces más efectivo que el sodio en
activar la almidón sintasa que cataliza la reacción de la ADP-glucosa a almidón. De
este modo, en hojas de plantas en que una alta proporción de potasio es reemplazada
por sodio, es mucho menor el contenido de almidón pero es mucho mayor el contenido
de carbohidratos solubles, particularmente sacarosa. Este cambio puede favorecer la
expansión celular en el tejido foliar. Además, el sodio es más efectivo que el potasio
en estimular la acumulación de sacarosa en el tejido de almacenamiento de la
remolacha azucarera (Sección 5.4). Este efecto del sodio sobre el almacenamiento de
la sacarosa parece estar relacionado con la estimulación de la actividad de la ATPasa
en el tonoplasto de las células de almacenamiento de la remolacha. Está bien
Página 439
documentada la existencia de ATPasas que requieren las presencia de ambos potasio
y sodio para su máxima actividad en raíces de especies natrofílicas.
El reemplazo potencial del potasio por sodio debe ser tomado en cuenta
cuando este siendo considerada la aplicación de fertilizantes a especies natrofílicas.
Cuando el contenido de sodio en las hojas es alto, el contenido de potasio requerido
para el optimo crecimiento disminuye desde 3.5 a 0.8% del peso seco foliar en
ryegrass italiano y desde 2.7 a 0.5% en pasto de Rodas, ó desde 4.3 a 1.0 en lechuga.
Hay también correspondientes diferencias en los niveles óptimos en hojas de tomate y
de remolacha azucarera.
10.3 Silicio
10.3.1 General
Página 440
El ácido silícico, Si(OH)4, tiene un número de semejanzas con el ácido bórico,
B(OH)3, ambos son ácidos muy débiles en soluciones acuosas, interactúan con
pectinas y polifenoles en la pared celular, y están principalmente localizados en las
paredes celulares. En contrate al boro, la esencialidad del silicio ha sido demostrada
hasta ahora solo en unas pocas especies vegetales, pero es beneficioso para muchas
especies y, bajo ciertas circunstancias, para la mayoría de plantas superiores. Ha sido
recientemente declarado que la omisión del silicio en soluciones nutritivas significa la
imposición de un estrés ambiental atípico.
Tabla 10.8
Página 441
Trigo 0.75 295 1.2 0.22 5.5
Página 442
importante en evitar la compresión de los vasos cuando las tasas de transpiración son
altas. La distribución del silicio dentro del vástago y los órganos del vástago está
determinada por la tasa de respiración del órgano y, para un órgano dado, como una
hoja, esta depende de la edad de la hoja. La mayoría del silicio permanece en el
apoplasto y es depositado después de la evaporación del agua en el punto final del
flujo de transpiración, principalmente en las paredes externas de las células
epidérmicas en ambas superficies de las hojas así como en las brácteas de las
inflorescencias de especies gramíneas. El silicio es depositado cualquiera como sílice
amorfo (SiO2•nH2O, “ópalo”) ó también como los llamados fitolitos de ópalo con tres
formas dimensionales distinguibles. La deposición preferencial de silicio en el
apoplasto de las células epidérmicas y tricomas se refleja en las semejanzas entre las
características superficiales de una hoja y la estructura de los depósitos de silicio. Las
paredes celulares epidérmicas son impregnadas con una firme capa de silicio y se
vuelve una barrera efectiva contra ambas, perdida de agua por transpiración cuticular
e infecciones fungosas (Capitulo 11). En pastos una porción considerable de silicio en
la epidermis de ambas superficies foliares está también localizado intracelularmente
en las llamadas células silíceas ó células “buliformes”.
Página 443
síntomas de deficiencia, como la necrosis de hojas maduras y el marchitamiento
vegetal, sugiriendo, pero no comprobando, que el silicio es esencial para el
crecimiento del arroz. Sin embargo, todavía no se ha demostrado el fallo para
completar su ciclo de vida. El requerimiento actual de silicio para el crecimiento
vegetativo parece ser extremadamente bajo aún para arroz, en donde el mayor
requerimiento de silicio parece estar confinado a la etapa reproductiva (Tabla 10.9).
Durante la etapa reproductiva el silicio es transportado preferentemente a las hojas
bandera, y la interrupción del suministro de silicio en esta etapa deteriora la fertilidad
de las espiguillas. No son conocidos ni los sitios de acción (fuente ó demanda) ni el
mecanismo de acción por los cuales el silicio afecta la fertilidad de las espiguillas.
Tabla 10.9
Página 444
rendimiento de fruto sino que también causo malformación en las hojas recién
desarrolladas, marchitamiento, senescencia prematura, deteriorada viabilidad del
polen y en casos severos el fallo en el cuajado del fruto. Ha sido particularmente
dañina la falta de suministro de silicio bajo condiciones de abundante iluminación. En
la reexaminación de estos resultados del silicio como un nutriente mineral para
especies dicotiledóneas no acumuladoras se ha demostrado que estos efectos del
silicio están confinados a las plantas suplidas con altas concentraciones de fósforo e
insuficientes de zinc, y bajo estas condiciones el silicio contrarresto la deficiencia de
zinc inducida por la toxicidad por fósforo, un desorden que fue discutido en la sección
9.4.8. El suministro de silicio incrementó la disponibilidad fisiológica de zinc a las
plantas por un mecanismo desconocido. Este efecto beneficioso del silicio sobre la
disponibilidad del zinc también merece atención en la caña de azúcar.
Ha habido solo pocos estudios profundos sobre los cambios metabólicos en las
plantas superiores cuando se omite el silicio en la solución externa ó cuando es
suplido un inhibidor específico del metabolismo del silicio, el ácido germánico. En
ausencia de silicio se ha observado en caña de azúcar una considerable disminución
en la incorporación del fosfato inorgánico a ATP, a ADP, y a fosfatos de azúcar; en
raíces de trigo declina la proporción de lignina en las paredes celulares y aumenta la
de los compuestos fenólicos. Este último aspecto merece una atención particular por
varias razones. Algo del silicio enlazado a la pared celular está presumiblemente
presente como un éster derivado del ácido silícico (R1–O-Si-O-R2) que actúa como
puente en la organización estructural de los poliuronidos. Además, el silicio parece
influenciar el contenido y el metabolismo de los polifenoles en las paredes celulares
xilemáticas. Como lo mostró Weiss & Herzog (1978) el ácido silícico, como el ácido
bórico, tiene una alta afinidad por los o-difenoles como el ácido cafeico y los
correspondientes esteres, formando complejos de silicio mono-, di- y poliméricos de
alta estabilidad y baja solubilidad:
Página 445
Más recientemente, se ha proporcionado evidencia de que el silicio no solo
contribuye a la rigidez y fortaleza de la pared celular sino que también puede
incrementar la elasticidad de la pared celular durante el crecimiento por extensión. En
las paredes celulares primarias el silicio interactúa con constituyentes de la pared
celular como las pectinas y polifenoles, y estos entrecruzamientos obviamente
incrementan la elasticidad de la pared celular durante el crecimiento por extensión, un
efecto que es particularmente evidente en Pinus taeda L. bajo estrés por sequía. Este
tiene un paralelo interesante al rol del silicio sobre el crecimiento de las fibras del
algodón. Durante la fase inicial del crecimiento por elongación el contenido de silicio
en la fibra de algodón es bastante alto (0.5% Si en la materia seca) y disminuye con el
engrosamiento de la pared secundaria, esto es., deposición de celulosa. El mayor
contenido de silicio se ha encontrado en variedades de algodón con largas fibras finas.
Este efecto del silicio en las paredes celulares primarias es opuesto a aquel
usualmente observado, por ejemplo, en las hojas cuando grandes cantidades de silicio
son incorporadas en las paredes celulares secundarias, pero tiene notables
semejanzas con la función del boro en las paredes celulares (Sección 9.7.4). La
importancia relativa del boro y silicio en las paredes celulares primarias puede
depender de la especie vegetal. Las especies gramíneas y dicotiledóneas difieren
mucho mas en su composición de la pared celular y en su requerimiento de boro el
cual es opuesto a su capacidad de toma de silicio y a los crecimientos respuesta frente
al suministro de silicio.
Tabla 10.10
Página 446
(mg l-1)
5 23º 16º 11º
c
En base a Yoshida et al., (1969).
Este efecto del silicio sobre la erección foliar está principalmente en función de
las deposiciones de silicio en las capas epidérmicas de las hojas y, de este modo, en
un amplio rango estrechamente relacionado a la concentración suministrada de silicio
(Tabla 10.10). También en especies dicotiledóneas, como el pepino, el silicio
incrementa la rigidez de las hojas maduras, que se sostienen más horizontalmente,
incrementa su contenido de clorofila y retrasa su senescencia.
.Los altos contenidos de silicio en las capas epidérmicas de las hojas son
particularmente efectivos en incrementar la resistencia de los tejidos contra los
ataques por hongos como el mildeo polvoso, la infección del tizón en el arroz y de
insectos plaga. Estos aspectos son discutidos en mayor detalle en el Capitulo 11.
La estimulación del crecimiento por el silicio puede ser también causada por la
prevención ó depresión de la toxicidad por manganeso y hierro. Como se muestra en
la Fig. 10.6, el silicio no tiene efecto sobre el crecimiento de plantas de fríjol a bajas
concentraciones de manganeso. A altas concentraciones, sin embargo, ó previene (5.0
μм Mn) ó por lo menos reduce (10.0 μм Mn) la severa depresión en el crecimiento
inducida por la toxicidad por manganeso. Aunque el silicio puede estimular
considerablemente el crecimiento a altas concentraciones de manganeso, este no
obstante tiene que ser clasificado como un efecto beneficioso típico ya que esto está
restringido a condiciones de excesivo suministro de manganeso.
Página 447
Fig. 10.6 Efecto del manganeso sobre el peso seco del fríjol en ausencia y presencia
de silicio (1.55 mg SiO2 l-1). Las líneas verticales representan la desviación estándar.
(Modificado a partir de Horst & Marschner, 1978a)
Página 448
Fig. 10. 7 Autoradiografía que muestra el efecto del silicio (0.75 mg SiO2 l-1) en la
distribución de 54Mn en hojas de fríjol suplidas con 0.1 mм 54Mn por 6 días. El
contenido de manganeso en las hojas primarias: 22.0 μg g-1 peso seco en –Si y 16.7
μg g-1 peso seco en +Si- (Horst & Marschner, 1978a)
Página 449
incrementan los contenidos radicales de manganeso (así como las cantidades por
planta), demostrando que en arroz y otras especies de aniego el silicio aumenta el
“poder oxidante” de las raíces. Este efecto del silicio es llevado a cabo al incrementar
el volumen y rigidez del aerénquima (espacios llenos de aire en vástagos y raíces),
realzando por lo tanto el transporte de O2 desde los vástagos hacia el sistema radical
sumergido expuesto a concentraciones tóxicas de hierro y manganeso reducidos
(Sección 16.4.3). Independiente del contenido de manganeso, el silicio disminuyo
consistentemente las tasas de transpiración en plantas de arroz (Tabla 10.11)
mediante la disminución del componente de transpiración no estomatal (cuticular). En
plantas de arroz, el realce del crecimiento por el suministro de silicio no esta asociado
solo con las menores tasas de transpiración sino también con la menor toma de calcio
reflejada en ambos el menor contenido de calcio en la materia seca caulinar y en su
cantidad por planta.
Tabla 10.11
Efecto del suministro de silicio (50 mg SiO2 l-1) en el peso seco caulinar, contenido de manganeso en
raíces y vástagos y tasas de transpiración del arroz (Oryza sativa L.) a
Contenidos (mg Mn g-1 peso Tasa de transpiración
Peso seco caulinar seco)
Suministro de Mn Radical Caulinar (mg H2O g-1 peso seco
(g. por planta) por día)
(mg l-1)º -Si +Si -Si +Si -Si +Si -Si +Si
0.32 4.4 4.5 0.03 0.13 0.25 0.21 11.8 10.9
Página 450
El silicio es un elemento mineral esencial para los animales, donde este es un
constituyente de ciertos mucopolisacáridos en tejidos conectivos. Por otro lado, en
animales rumiantes la toma de grandes cantidades de fitolitos puede conducir a la
abrasión excesiva de la pared del rumen, y el silicio disuelto puede formar
deposiciones secundarias en el riñón, causando por lo tanto serias perdidas
económicas.
10.4 Cobalto
El rol del cobalto como un elemento mineral esencial para rumiantes fue descubierto
en 1935 en investigaciones en campo para la producción de ganado en Australia. Se
estableció 25 años después el requerimiento del cobalto para la fijación del N2 en
leguminosas y en nódulos radicales de no leguminosas (e.g., aliso). Cuando se cultivó
Medicago sativa bajo condiciones ambientales controladas con un mínimo de
contaminación de cobalto, las plantas dependientes de la fijación del N2 crecieron
pobremente, pero su crecimiento se realzo fuertemente mediante el suministro de
cobalto; en contraste, las plantas alimentadas con nitrato crecieron igualmente bien
con ó sin suministro de cobalto. Kliewer & Evans (1963a) aislaron la coenzima
cobalamina B12 a partir de nódulos radicales de leguminosas y no leguminosas, y
demostraron la interdependencia del suministro de cobalto, del contenido de la
coenzima B12 del Rhizobium, de la formación de leghemoglobina, y de la fijación de N2.
En base a estos estudios y a reportes posteriores por otros autores, se ha establecido
que el Rhizobium y otros microorganismos fijadores de N2 tienen un requerimiento
absoluto de cobalto ya sea ó no que estén creciendo dentro de los nódulos e
independiente de si son dependientes de un suministro de nitrógeno a partir de la
fijación de N2 ó a partir de nitrógeno mineral. Sin embargo, para estos
microorganismos la demanda del cobalto es mucho mayor cuando la nutrición es por
fijación de N2 que por nutrición por amonio.
Página 451
condiciones de deficiencia de cobalto la síntesis de leghemoglobina es directamente
deteriorada, un ejemplo de esto ha sido mostrado en la Sección 7.4.5.
Tabla 10.12
Tabla 10.13
Página 452
- 0.1 45 15 5.9 0.71
b
Se suplió como sal de sulfato 0.19 mg cobalto por maceta. Cosecha después de 6 semanas.
Página 453
Fig. 10.8 Efecto del cobalto e inoculación con Rhizobium sobre la acumulación de
nitrógeno en el tiempo en Lupinus angustifolius L. cultivado en un suelo deficiente en
cobalto (ocho plantas por maceta). (Dilworth et al., 1979)
Página 454
En lupino de semillas grandes cerca de 100 ng Co g-1 peso seco seminal es
suficiente para evitar la deficiencia de cobalto en plantas cultivadas en suelos
deficientes de cobalto. El tratamiento de semillas con cobalto es por lo tanto un
procedimiento efectivo para sustentar la fijación de N2 y el crecimiento de leguminosas
en suelos deficientes en cobalto.
Tabla 10.14
Página 455
Requieren confirmación los reportes sobre la presencia de una enzima dependiente de
cobalamina, la leucina-2,3-aminomutasa en papa. En contraste a las plantas
superiores, en plantas inferiores fotosintéticas como la Euglena gracilis, la cobalamina
es esencial para el crecimiento y está localizada en varias fracciones subcelulares y en
los tilacoides de los cloroplastos.
10.5 Selenio
La química del selenio (Se) tiene características en común con la del azufre. El
selenio, como el azufre, puede existir en los estados de oxidación –II (seleniuro Se2-),
0, -IV (selenita SeO ) y –VI (selenato SeO ). A partir de ambos suelos y soluciones
nutritivas las plantas toman el selenato en fuerte preferencia a la selenita. El sulfato y
el selenato compiten por sitios de toma común en las raíces y, de esta forma, la toma
de selenato puede ser fuertemente disminuida por el alto suministro de sulfato. Los
suelos también contienen seleno-aminoácidos como la selenometionina que es
rápidamente tomada por las plántulas de trigo.
Página 456
diferencias entre especies y ecotipos en su capacidad para acumular selenio, siendo
el contenido de selenio en tipos acumuladores 100-200 veces mayor que en tipos no
acumuladores.
Tabla 10.15
Los reportes iniciales sobre un requerimiento de selenio para las altas tasas de
crecimiento en especies acumuladoras de Astragalus no pudieron ser confirmados por
Broyer et a.,l (1972). Estos autores demostraron que en plantas cultivadas en cultivo
en solución sin selenio, se acumularon niveles tóxicos de fosfato en las hojas. La
Página 457
adición de selenio evito esta toma excesiva de fosfato y estimulo por lo tanto el
crecimiento. A niveles no tóxicos de fósforo, el selenio no tuvo efectos beneficiosos en
el crecimiento en plantas acumuladoras de selenio del genero Astragalus. Este es otro
ejemplo instructivo sobre la necesidad de evaluar críticamente los llamados elementos
minerales beneficiosos. No obstante, en estas especies acumuladoras los altos
contenidos de selenio son presumiblemente beneficiosos para las plantas en términos
de disminuir la susceptibilidad al ataque de un rango de insectos.
Página 458
dentro de las plantas, raíces ó vástagos, parecen diferir entre el suministro de selenita
y selenato; con el suministro de selenita se asimila una proporción mucho mayor en
las raíces, lo cual puede explicar por lo menos en parte la mayor fitotoxicidad de la
selenita, a pesar de su menor tasa de toma comparada con la del selenato.
10.6 Aluminio
Página 459
menor que la aplicada. El suministro de bajas concentraciones de aluminio, sin
embargo, también ha conducido a la notable estimulación del crecimiento radical como
se observo en genotipos tolerantes al aluminio, por ejemplo, de Zea mays, un efecto
que puede estar causalmente relacionado con la estimulación del tamaño de la caliptra
y por lo tanto la realzada actividad del meristemo apical (ver también Sección 14.3).
Página 460
sin embargo, requieren de documentación más cuidadosa y reproducción bajo
condiciones controladas. Para más información ver Asher (1991).
11.1 General
Los efectos de los nutrientes minerales sobre el crecimiento vegetal son usualmente
explicados en términos de las funciones de estos elementos en el metabolismo
vegetal. Sin embargo, la nutrición puede también ejercer influencias secundarias,
frecuentemente impredecibles en el crecimiento y rendimiento de los cultivos; al
efectuar cambios en el patrón de crecimiento, morfología y anatomía vegetal, y
particularmente en la composición química, los nutrientes minerales pueden cualquiera
incrementar ó disminuir la resistencia ó tolerancia vegetal a patógenos y plagas.
Mientras que las resistencia es determinada principalmente por la habilidad del
hospedero en limitar la penetración, desarrollo y/ó reproducción del patógeno invasor,
ó limitar la alimentación vegetal, la tolerancia es caracterizada por la habilidad de la
planta hospedera en mantener su propio crecimiento a pesar de la infección ó ataque
de la plaga. Dependiendo del nutriente mineral (ó elemento mineral benéfico), del
estado nutricional de la planta, de la especie vegetal hospedera y del tipo de patógeno
y plaga, la nutrición mineral puede afectar la resistencia ó tolerancia. En esta sección
son dados ejemplos representativos de los efectos de la nutrición mineral en ambos
resistencia y tolerancia.
Página 461
ejemplo, el encalado de suelos ó aplicación de fertilizantes minerales en diferentes
cantidades y formas puede no solo afectar el crecimiento y composición vegetal
directamente sino que también tiene indirectamente profundos efectos en la actividad
microbiana del suelo y rizosfera y en la resistencia y tolerancia vegetal a patógenos y
plagas radicales y caulinares. Por otro lado, los síntomas de deficiencia de nutrientes
minerales en las plantas son frecuentemente inducidos por enfermedades y plagas
radicales del suelo, que deterioran el crecimiento y actividad radical.
Tabla 11.1
Página 462
una mayor capacidad de compensar, por ejemplo, las pérdidas de fotosíntesis ó del
área superficial foliar y radical debida a la infección ó alimentación.
Son complejas las interacciones entre las plantas superiores y los parásitos y
plagas, y para dar un pequeño esbozo sobre el rol de los nutrientes minerales en estas
interacciones se requiere de una considerable simplificación. No obstante, hay algunas
áreas principales de las interacciones hospedero-parasito donde los roles de los
nutrientes minerales y de los elementos minerales beneficiosos no solo están bien
establecidos, sino que son predecibles y pueden ser demostrados. Es la intención de
esta capitulo resaltar estas interacciones con unos pocos ejemplos representativos a
fin de demostrar ambos las posibilidades potenciales y las limitaciones del control de
enfermedades y plagas mediante la nutrición mineral y la aplicación de fertilizantes. Se
han presentado revisiones comprensivas de este tema, cualquiera al nivel general, con
micronutrientes, y para nutrientes minerales particulares como el nitrógeno, potasio y
manganeso.
Página 463
Por lo general, la germinación de las esporas en las superficies laminares y radicales
es estimulada por la presencia de exudados vegetales. El flujo de exudados contribuye
al éxito ó fracaso de la infección en la mayoría de enfermedades fungosas debidas a
patógenos del aire y del suelo. La tasa del flujo y composición de los exudados
depende de la concentración celular y del correspondiente gradiente de difusión (Fig.
11.2). Las concentraciones de azúcares y aminoácidos son altas en hojas, por
ejemplo, cuando el potasio es deficiente. Las concentraciones de fotosintatos en el
apoplasto y en la superficie foliar –y también en la superficie radical- dependen de la
permeabilidad de la membrana plasmática. En promedio, las concentraciones de
aminoácidos y azúcares en el apoplasto de ambos tejidos foliar y caulinar están en el
rangote 1-8 mм pero pueden elevarse considerable con la deficiencia de calcio ó boro
(lo que causa la incrementada permeabilidad de la membrana) y la deficiencia de
potasio (que deteriora la síntesis de polímeros).
Página 464
también están caracterizadas por contenidos muchos mayores de compuestos
fenólicos y flavonoides (i.e., sustancias con notables propiedades fungistáticas). Está
bien documentado el rol de los nutrientes minerales en el metabolismo de los fenoles,
y los ejemplos de la acumulación de fenoles han sido discutidos en relación a la
deficiencia de boro y cobre (Capitulo 9).
Página 465
En tejidos (particularmente hojas) maduros, la lignificación ó la acumulación y
deposición del silicio en la capa celular epidérmica ó ambos procesos, pueden formar
una efectiva barrera física contra la penetración hifal (Fig. 11.2). Ambos la lignificación
y la deposición de silicio son afectados por la nutrición mineral en varias formas. Estos
procesos proporcionan la principal resistencia estructural vegetal contra enfermedades
(y plagas), especialmente en las hojas de pastos, y en la endodermis de las raíces
(Sección 10.3.2).
Fig. 11.3 Contenido de silicio y susceptibilidad al hongo del tizón (Pyricularia oryzae
Cav.) en hojas de arroz completamente expandidas. (Modificado a partir de Völk et al.,
1958.)
Son también evidentes las limitaciones del silicio para el control de enfermedades
fungosas en la Fig. 11.3. El silicio es translocado en el xilema preferentemente a las
hojas maduras (Sección 3.2.4). La infección del tizón del arroz, sin embargo, sucede
principalmente en las hojas jóvenes. Como se muestra el la Fig. 11.4, con la
maduración (expansión completa cerca del día 8) y el envejecimiento de las hojas, se
incrementa rápidamente la resistencia y se vuelve virtualmente completa
Página 466
independiente de si el suministro de silicio es alto ó bajo. No obstante, es sustancial el
efecto del silicio en la resistencia de las hojas jóvenes y su aplicación debe casi
eliminar los efectos de la realzada susceptibilidad al hongo del tizón del arroz cuando
son suplidos altos niveles de nitrógeno. Este profundo efecto inhibidor del silicio en las
enfermedades fungosas no está confinado a especies gramíneas que son típicas
acumuladoras de silicio sino también está bien documentado en otras especies en la
protección contra el mildeo polvoso, como por ejemplo en pepino, ó en vid.
Fig. 11.4 Declinación en el número de lesiones mancha de ojo (lo que indica
incrementada resistencia al hongo del tizón) con la edad de las hojas de arroz y
concentración de silicio en la solución nutritiva de 3 mg Si l-1 y 59 mg Si l-1. (Modificado
de Volk et al., 1958).
A pesar de las estrechas relaciones entre la acumulación del silicio en los sitios
de penetración y la inhibición del crecimiento hifal y de la formación de haustorios, no
es que el silicio por si mismo tenga un efecto perjudicial sino obviamente los fenólicos
que se acumulan en los sitios de infección (Fig. 11.5). No es clara la conexión causal
entre el suministro de silicio y la acumulación de fenólicos en los sitios de infección; el
Página 467
silicio puede formar complejos débiles con los fenólicos (Sección 10.3) y por lo tanto
realzar la síntesis y movilidad de los fenólicos en el apoplasto. La rápida deposición de
los fenólicos ó lignina en los sitios de infección es un mecanismo de defensa general al
ataque del patógeno y la presencia del silicio soluble obviamente facilita este
mecanismo de resistencia.
Fig. 11.5 Efecto del suministro de silicio a segmentos foliares de pepino (Cucumis
sativus) en la infección con Sphaerotheca fuliginea. (En base a Menzies et al., 1991)
Página 468
Tabla 11.2
Resumen tentativo sobre los efectos de los niveles de nitrógeno y potasio en la severidad de las
enfermedades (+ → + + +) causadas por parásitos a
Patógeno y Enfermedad Nivel de nitrógeno Nivel de potasio
Bajo Alto Bajo Alto
Parásitos obligados
Parásitos facultativos
Fig. 11.6 Número de pústulas de roya del tallo (Puccinia graminis ssp. tritici) en trigo
(A) y número de lesiones necróticas causadas por el manchado bacteriano
(Xanthomonas vesicatoria) en tomate (B) cultivados en soluciones nutritivas con
creciente concentración de nitrógeno. D, deficiente; O, óptimo; L, lujo; E, excesivo. (En
base a Kiraly, 1976)
Página 469
Estas diferencias en la respuesta están basadas en los requerimientos
nutricionales de los dos tipos de parásitos. Los parásitos obligados dependen de los
asimilados suplidos por células vivas. Por el otro lado, los parásitos facultativos son
semisaprofitos que prefieren tejido senescente ó que liberan toxinas a fin de dañar ó
matar las células de la planta hospedera. Por lo general, todos los factores que apoyen
las actividades metabólicas de las células hospedera y que retrasen la senescencia de
la planta hospedera también incrementan la resistencia ó tolerancia a los parásitos
facultativos.
Página 470
Fig. 11.7 Efecto del suministro de potasio sobre el rendimiento de grano y sobre la
incidencia de pudrición del tallo (Helminthosporium sigmoideum) en arroz de aniego.
Fertilización basal de nitrógeno y fósforo constante a 120 y 60 kg ha-1,
respectivamente. (Basado en Ismunadji, 1976)
Página 471
Resultados similares a aquellos mostrados en la Fig. 11.8 se han obtenido con
palma de aceite infectada con Fusarium y en trigo infectado con roya amarilla. En
ambos casos, el incremento en la resistencia estuvo confinado al rango de deficiencia.
Fig. 11.9 Esquema tentativo del crecimiento respuesta y principales cambios sobre
composición vegetal con creciente suministro de potasio.
Página 472
11.2.4 Rol del calcio y otros nutrientes minerales
Tabla. 11.3
Página 473
son la necrosis del meristemo apical y la perdida de dominancia apical) y que la
infección fungosa es un evento secundario.
Los tejidos vegetales bajos en calcio también son mucho más susceptibles que
los tejidos con niveles normales en calcio a las enfermedades parásitas durante el
almacenamiento. Esto es de particular interés en el caso de frutos frescos con su
contenido de calcio típicamente bajo. Durante el almacenamiento los frutos son más
susceptibles no solo a los llamados desordenes fisiológicos (Sección 8.6) sino también
a las enfermedades fungosas que causan la pudrición del fruto (Fig. 11.10). El
tratamiento con calcio a los frutos antes del almacenamiento es por lo tanto un
procedimiento efectivo para evitar perdidas ambos a partir de desordenes fisiológicos y
a partir de la pudrición del fruto.
Fig. 11.10 Relación entre el contenido de calcio en manzanas (cv. Cox orange) é
incidencia de pudrición debida a la infección por Gloesporium perennans después de
que las manzanas fueron almacenadas por 3 meses a 3ºC . (Modificado de Sharpless
& Jonson, 1977)
Página 474
Hay extensa literatura sobre los efectos de los micronutrientes en las
enfermedades parásitas. De los varios mecanismos de defensa disponibles para las
plantas los fenólicos y la lignina son los mejor entendidos, y de los micronutrientes, por
lo menos el boro, manganeso y cobre juegan un rol clave en el metabolismo de
fenoles y biosíntesis de lignina (Capitulo 9). Los micronutrientes también pueden
afectar indirectamente la resistencia. En plantas deficientes no solo puede deteriorarse
el mecanismo de defensa sino que frecuentemente las plantas también se hacen un
sustrato más adecuado para la alimentación. Con la deficiencia de zinc, una fuga de
azúcares hacia la superficie foliar de Hevea brasiliensis incrementa la severidad de la
infección con Oidium. En plantas de trigo deficientes en boro la tasa de infección con
mildeo polvoso es varias veces superior que en plantas suficientes en boro, y el hongo
también se difunde más rápidamente en toda la planta.
Tabla 11.4
Fertilizante de Rendimiento de
Cu Porcentaje grano
de
Tratamiento (kg Cu ha-1) enfermedad (kg ha-1)
Nil (control) - 92 294
CuSO4, 10 34 2016
incorporado
10 6 2116
CuSO4, aspersión
foliar 2 7 2505
CuChel, aspersión
foliar
a
En base a Mahli et al. (1989).
Página 475
11.3 Enfermedades bacterianas y virales
Las enfermedades bacterianas, que son causadas por varios parásitos facultativos,
pueden ser divididas en tres principales tipos: enfermedad de manchas foliares,
pudriciones blandas, y enfermedades vasculares. En las enfermedades de manchas
foliares (e.g., tizón bacteriano foliar, Xanthomonas oryzae), los patógenos usualmente
entran a la planta hospedera a través de los estomas. De este modo la capa
epidérmica es una barrera bastante inefectiva a la infección. Habiendo entrado a la
planta, la bacteria se difunde y multiplica en los espacios intercelulares. El efecto del
estado nutricional mineral de la planta hospedera en la difusión y multiplicación es
similar a su efecto en los parásitos fungosos facultativos: por ejemplo, la multiplicación
y severidad de la enfermedad es realzada cuando los contenidos de potasio y calcio
están deficientes y frecuentemente, pero no siempre, cuando el nitrógeno es
deficiente.
Tabla 11.5
16 0 48 0 4.5 4
34 0 21 0 0 0
a
De Platero & Tejerina (1976)
b
+, inoculación bacteriana; -, sin inoculación
c
4 = Pudrición completa de las plantas en 6 días; 0 = sin síntomas
Página 476
Las enfermedades vasculares bacterianas se difunden dentro de las plantas a
través del xilema; ello conduce a la formación de “babaza” y finalmente al
taponamiento de los vasos (“marchitamiento bacteriano”). La severidad de una
enfermedad tal, como el cáncer bacteriano en el tomate está inversamente
correlacionada con el contenido de calcio en el tejido caulinar siempre y cuando el
calcio este dentro del rango de deficiencia en la nutrición de la planta hospedera
(Tabla 11.6). El calcio es efectivo en ambos cultivares susceptibles y resistentes,
indicando que la resistencia de un cultivar es dependiente del adecuado suministro de
calcio. A cada nivel de suministro de calcio el cultivar resistente tiene mayores
contenidos de calcio y magnesio, pero menores contenidos de potasio que el cultivar
susceptible. La selección de cultivares para mayor eficiencia en la toma de potasio
puede por lo tanto conllevar un cierto riesgo de efectos negativos en la resistencia
vegetal a ciertas enfermedades bacterianas y fungosas.
Tabla 11.6
Página 477
La multiplicación de los virus está confinada a las células vivas, y sus requerimientos
nutricionales están restringidos a aminoácidos y nucleótidos. Comparando con
enfermedades fungosas, enfermedades bacterianas y plagas, hay relativamente pocos
datos en la literatura sobre los efectos de la nutrición mineral en las enfermedades
virales. Por lo general, los factores nutricionales que favorecen el crecimiento de la
planta hospedera también favorecen la multiplicación viral. Esto es cierto
particularmente para el nitrógeno y fósforo. Las relaciones entre la nutrición mineral y
las enfermedades virales frecuentemente no son claras por varias razones. En plantas
deficientes la estimulación del crecimiento por el suministro de nutrientes minerales
puede conducir a la eliminación de los síntomas de enfermedades virales debido a que
las plantas “crecen más que” la enfermedad, ó los síntomas son escondidos. Los
síntomas del virus amarillo de la remolacha azucarera ó del enrollado de la hoja en
papa pueden desaparecer cuando el suministro de nitrógeno es grande aún cuando
las plantas sean severamente infectadas. Además, en remolacha azucarera los
síntomas visuales del virus del amarillamiento suave de la remolacha (BMYV) son muy
similares a los síntomas de deficiencia de manganeso. Cuando se cultivan en suelos
deficientes en manganeso el porcentaje de plantas con BMYV fue alto, y con la
aplicación foliar de manganeso, desaparecieron los síntomas visuales de deficiencia
de manganeso y BMYV aunque el porcentaje de plantas infectadas solo disminuyó
desde 75% a 40%.
Página 478
incidencia de la infección de tubérculos de papa en crecimiento con Streptomyces
scabies, que da origen a la roña común de la papa, es reducida cualquiera al disminuir
el pH del suelo ó al aplicar manganeso. El manganeso ejerce su influencia no al
incrementar la resistencia del tejido del tubérculo al hongo sino al inhibir directamente
el crecimiento vegetativo de S. scabies antes del comienzo de la infección.
En las relaciones entre la nutrición mineral de las plantas y los patógenos del
suelo, la enfermedad de pudrición radical en trigo y cebada (take-all) causada por
Gaeumannomyces graminis atrae particular atención principalmente por dos razones:
limita seriamente la producción del grano en muchas regiones del mundo, y la
severidad de la enfermedad puede ser controlada efectivamente mediante la nutrición
mineral de la planta hospedera. El hongo tiene un crecimiento óptimo a pH 7 y es muy
sensible al bajo pH. Se observa una disminución en la severidad del take-all aún a pH
debajo de 6.8. El encalado de suelos ácidos incrementa por lo tanto el riesgo de
infecciones radicales y pérdidas de rendimiento por take-all. La Fig. 11.1 muestra que,
en un suelo de pH 3.8, la inoculación con G. graminis no tuvo efecto significante sobre
el crecimiento ó rendimiento. El encalado realzo el crecimiento e incrementó el
rendimiento en plantas no infectadas pero tuvo un severo efecto depresor en plantas
infectadas. La incidencia de take-all se hizo más severa como se incrementara el pH.
El take-all es por lo tanto un problema particular en la producción de trigo y cebada en
suelos calcáreos.
Fig. 11.11 Efecto del encalado é inoculación con Gaeumannomyces graminis var. tritici
(take-all) sobre (A) el rendimiento de paja y (B) el rendimiento de grano en trigo de
primavera (Triticum sativum). Barras abiertas, no inoculado; barras rayadas, inoculado.
(Modificado de Trolldenier, 1981).
Página 479
La disponibilidad de manganeso en la rizosfera y el contenido de manganeso
en las raíces juegan un rol clave en la infección radical y severidad del take-all, pero
también en otras enfermedades fungosas del suelo. Todos los factores que
disminuyen la disponibilidad del manganeso incrementan la severidad del take-all
(e.g., incremento en el pH del suelo mediante el encalado, fertilizantes de nitrato
versus amonio), y viceversa. La capacidad de las raíces para restringir la penetración
de las hifas fungosas hacia el tejido radical mediante la realzada lignificación en los
sitios de infección se deteriora en plantas deficientes en manganeso, ya que el
manganeso, así como el cobre, es requerido para la biosíntesis de la lignina (Capitulo
9). Además, G. graminis, como muchos otros hongos patogénicos del suelo, es un
poderoso oxidante del manganeso, aunque existen considerables diferencias entre
aislados en su poder oxidante y, de este modo en su capacidad para disminuir la
disponibilidad del manganeso.
Página 480
tolerancia debido a un crecimiento más vigoroso en vez de por un incremento en la
resistencia. En contraste, en plantas deficientes de cobre la biosíntesis deteriorada de
lignina es uno de los más obvios cambios metabólicos y el suministro de fertilizantes
de cobre supera este deterioro y por lo tanto incrementa la resistencia. Las
aplicaciones al suelo y foliares de cobre tienen efectos bastante diferentes (Tabla
11.7). La aplicación foliar incrementó el rendimiento pero no deprimió la infección
radical con take-all indicando que a pesar de su movilidad floemática las
concentraciones de cobre en la interfase raíz-suelo y en los sitios de infección no
alcanzaron los niveles requeridos para la supresión del patógeno. Se consiguió el
efecto más espectacular mediante la combinación del suministro de cobre y calcio
(yeso) en el suelo, probablemente al realzar la desorción y movilidad del cobre en el
suelo.
Tabla 11.7
11.5 Plagas
Las plagas son animales como los insectos, ácaros y nemátodos que son dañinos
para las plantas cultivadas. En contraste a los patógenos fungosos y bacterianos, ellos
tienen sistemas digestivos y excretores y sus requerimientos dietéticos son
frecuentemente menos específicos. Además, los factores visuales como el color de las
hojas son importantes para el “reconocimiento” ú “orientación”. Por ejemplo, muchas
especies de áfidos tienden a instalarse en superficies que reflejen el amarillo. Los
principales tipos de resistencia de las plantas hospederas son (a) físicas (e.g., color,
propiedades de la superficie, pelos); (b) mecánicas (e.g., fibras, silicio); (c)
químicas/bioquímicas (e.g., contenido de estimulantes, toxinas, repelentes). La
nutrición mineral puede afectar todos estos tres factores en grados variantes.
Página 481
tanto, hay frecuentemente una correlación positiva entre la aplicación de nitrógeno y el
ataque por plagas como se ha mostrado, por ejemplo, con el saltamontes de lomo
blanco Sogatella furcifera (Horwáth) en arroz; en contraste, las plantas deficientes en
potasio sufrieron un ataque mucho mayor que las plantas suficientes en potasio.
Aunque los azúcares pueden actuar como estimulantes a la alimentación, la mayoría
de insectos chupadores como el saltador pardo del arroz dependen mucho más de los
aminoácidos. Esto se ilustra en la Tabla 11.8 para chinches de la calabaza. Las
plantas deficientes en nitrógeno mostraron menor respuesta de alimentación. El
número de chinches de la calabaza por planta estuvo claramente relacionado con el
contenido de nitrógeno soluble total en las hojas pero no parece estar asociado con la
preferencia de alimentación.
Tabla 11.8
-N 0.66 4.5
-P 2.11 93.7
-K 2.45 98.9
-S 3.42 143.7
a
A partir de Benepal & Hall (1967).
Página 482
Tabla 11.9
Tabla 11.10
Relación entre el suministro de boro y la intensidad del ataque del ácaro arañita roja
(Tetranychus pieroei) en la palma de aceite (Elaeis guieensis) a
Correlación entre los huecos de
alimentación y el contenido foliar de
cianidina
Suministro de Ácaros Huecos de Huecos de Cianidina
B alimentación alimentación
(no. m-2) (µg g-1)
-1 -2 -2
(mg l ) (no. cm ) (no. cm )
Página 483
0 1.8 67 60-65 2-5
5.0 1.2 30
500 0.9 17
1000 0.9 12
a
En base a Rajaratnam & Hock (1975).
Las paredes de las células epidérmicas que contienen silicio actúan como una
barrera mecánica al estilete y particularmente a las mandíbulas de los insectos
chupadores y masticadores. Se ha demostrado que las mandíbulas de las larvas del
barrenador del tallo del arroz son dañadas cuando el contenido de silicio de plantas de
arroz es alto. Las propiedades físicas de las superficies foliares son también de gran
importancia al regular la severidad del ataque por los insectos chupadores. Se lleva a
cabo una exploración labial de la superficie antes de insertar el estilete en el tejido. Los
cambios en las propiedades de la superficie de las hojas son presumiblemente la
principal razón de la marcada disminución en el ataque a las plantas de trigo por
áfidos cuando son aplicadas varias aspersiones foliares que contienen silicato de
sodio (Fig. 11.12). Como el suministro de nitrógeno se incremente, también lo hace el
número de áfidos de la especie Sitobion avenae. Sin embargo, las aspersiones foliares
con silicio redujeron ese número a por debajo de plantas deficientes de nitrógeno (-N).
Los resultados de este experimento también ilustran las dificultadas de hacer
generalizaciones acerca de la relación entre el creciente suministro de nitrógeno y el
ataque por insectos chupadores. En contraste a S. avenae, que es un típico
alimentador de la espiga, la otra especie del áfido Metopolophium dirhodum, no
respondió al creciente suministro de nitrógeno. Las diferencias en los hábitats
alimenticios y en las preferencias por órganos vegetales (M. dirhodum prefiere las
laminas foliares) son las posibles razones de las diferencias en la respuesta al
nitrógeno.
Página 484
Fig. 11.12 Efecto del suministro de nitrógeno y aspersiones foliares que contienen
silicio (1% Na2SiO2) sobre la densidad poblacional de dos especies de áfidos en trigo
de invierno. Barras rayadas, Metopolophium dirhodum; barras abiertas, Sitobion
avenae; -N denota planta control deficiente en nitrógeno. (En base a Hanish, 1980)
Página 485
suministro de potasio. Este es un ejemplo típico de un incremento en la tolerancia a
plagas y enfermedades que resultan del suministro de nutrientes minerales. Tal
ejemplo puede también ser demostrado para micronutrientes (Fig. 11.13). En plantas
de cebada cultivadas en un suelo deficiente en manganeso con y sin suministro de
manganeso, a pesar del similar número de infecciones (hembras inmaduras) en
ambos tratamientos, fue severamente deprimido el crecimiento de las plantas que no
fueron suplidas con fertilizante de manganeso, pero no afecto a las plantas fertilizadas
con manganeso. En este caso la aplicación de manganeso posiblemente contrarresto
la deteriorada capacidad de toma del manganeso causada por la infección de
nemátodos.
Página 486
take-all que en el estado nutricional per se. El nitrógeno amonio aplicado en otoño es
rápidamente nitrificado y actúa como una fuente de nitrógeno nitrato y por lo tanto
intensifica el take-all en suelos no supresivos. El uso de la aplicación sincronizada del
fertilizante amonio es por lo tanto una aproximación práctica para suprimir el take-all, y
las variaciones en la supresión entre años y localidades están probablemente
relacionadas con la severidad de la incidencia y de la tasa de nitrificación prior a la
toma por el cultivo.
Tabla 11.11
Tabla 11.12
Página 487
Contenido de silicio Incidencia de la
enfermedad
(% SiO2 materia seca
foliar) (% área foliar afectada)
CaCO3 BFL CaCO3 BFL
Ca(NO3)2 1.2 2.3 27.5 11.5
Fig. 11.14 Relación entre el nivel y sincronización del nitrógeno suplido al trigo de
invierno y la infección de roya amarrilla (Puccinia striiformis Westend) y el rendimiento
de grano con ó sin control químico de la enfermedad. N 1.0, 160 kg N ha-1 como
fertilización temprana; N 0.5 + 0.5, aplicación fraccionada: 80 kg N temprana y 80 kg
en la antesis; N0, sin fertilización nitrogenada. (En base a Darwinkel, 1980a.)
Página 488
Son notables los efectos tanto del nivel como de la sincronización del
suministro de nitrógeno en la infección por roya, presentándose la infección más
severa con la gran fertilización individual temprana (N 1.0). La aplicación fraccionada
del nitrógeno disminuyó la infección a un alto grado en las primeras etapas de
crecimiento, pero después de la segunda aplicación (en la antesis) se incrementó
rápidamente el crecimiento fungoso. No obstante, se consideró aplazada la epidemia
gracias a la aplicación fraccionada. En las plantas que no recibieron nitrógeno (N0)
permaneció baja la infección. Se han obtenidos resultados similares en trigo infectado
con mildeo polvoso.
Página 489
En la producción del cultivo, el suministro óptimo de nutrientes usualmente se
consigue mediante la aplicación de fertilizantes. La aplicación racional de fertilizantes
requiere de información sobre los nutrientes que están disponibles en el suelo, por un
lado, y del estado nutricional vegetal, por el otro. Son discutidas en este capitulo las
posibilidades y limitaciones de usar un diagnóstico visual y análisis vegetal como
bases para recomendar si ó no usar fertilizante, y de que tipo y cantidad.
Página 490
Tabla 12. 1
Página 491
inmediatamente en base al diagnóstico visual. Esto es cierto para las aspersiones
foliares que contienen micronutrientes (hierro, zinc, ó manganeso) ó magnesio. En
otros casos (e.g., clorosis por deficiencia de hierro), sin embargo, el diagnóstico visual
es una base inadecuada para hacer recomendaciones de fertilizantes. No obstante,
ofrece la posibilidad de enfocar ulteriormente la atención en el análisis químico y
bioquímico de los nutrientes minerales seleccionados en las hojas y otras partes
vegetales (análisis vegetal). Esto es de particular importancia para cultivos anuales,
debido a que los resultados son requeridos inmediatamente y las fluctuaciones
temporales en el contenido de nutrientes en las plantas frecuentemente no justifican el
alto costo de ejecutar un análisis completo de nutrientes minerales.
12.3.1 General
El uso del análisis químico del material vegetal para propósitos de diagnóstico está
basado en la suposición de que existen relaciones causales entre la tasa de
crecimiento vegetal y el contenido de nutrientes en la materia seca ó fresca caulinar, ó
con la concentración de nutrientes en la savia tisular exprimida. La composición de
elementos minerales en los tejidos vegetal es usualmente expresada como contenido
por unidad de peso seco ó fresco (e.g., mg g-1 peso seco). Aunque el término
concentración que es usado frecuentemente de manera sinónima, se refiere en
sentido estricto a un volumen (e.g., mg l-1). Dependiendo del nutriente mineral, especie
y edad vegetal, difiere la parte ú órgano vegetal más conveniente para este propósito,
así como si sí ó no debe determinarse el contenido total ó solo una cierta fracción del
nutriente mineral (e.g., extractable con agua). En general el estado nutricional de una
planta se refleja mejor en el contenido de elementos minerales de las hojas que en
otros órganos vegetales. De este modo las hojas son usualmente usadas para el
análisis vegetal. Para algunas especies y para ciertos nutrientes minerales, los
contenidos de nutrientes en la materia seca pueden diferir considerablemente entre las
laminas foliares y los pecíolos, y algunas veces los pecíolos son un indicador más
adecuado del estado nutricional. En árboles frutales el análisis de los mismos frutos es
el mejor indicador, especialmente para calcio y boro en relación a la calidad del fruto y
propiedades de almacenamiento. Bajo ciertas condiciones climáticas, en particular
estrés por sequía durante el llenado de la semilla, el contenido de zinc en las semillas
de leguminosas parece ser un parámetro más sensible al suministro de fertilizante de
zinc que, por ejemplo, el análisis foliar.
Página 492
de fósforo tienden a ser mayores por razones que no son claras. Son de crucial
importancia por lo tanto la estricta estandarización del procedimiento de muestreo y la
disponibilidad de datos referencia adecuados para el análisis foliar. El uso de
relaciones de nutrientes en vez de contenidos es otra aproximación para tratar esta
dificultad (Sección 12.3.4). Para revisiones más recientes sobre el análisis vegetal
para propósitos de diagnóstico el lector es referido a Reuter & Robinson (1986);
Martin-Prével et al. (1987); Bergmann (1988, 1992); Walworth & Summer (1988);
Jones (1991) y Heinze & Fiedler (1992).
Usualmente, se toma como un punto de referencia una cifra del 90% del
máximo rendimiento materia seca a fin de definir el CDC de un nutriente mineral. En
un sistema de baja entrada el punto de referencia es solo el 80% del máximo
rendimiento materia seca, los CDCs son correspondientemente inferiores en la materia
Página 493
seca caulinar, por ejemplo para fósforo en maíz y caupí. En las comparaciones de
datos en literatura sobre el CDC, son frecuentemente pasadas por alto las diferencias
en el punto de referencia
Página 494
Fig. 12.3 Relación entre el contenido de nutrientes (e.g., mg g-1 materia seca) y el
crecimiento ó rendimiento (arriba) y ejemplos del contenido de nutrientes en materia
seca foliar de soya para varios rangos de nutrientes suplidos (abajo).
Central para el uso del análisis vegetal para propósitos de diagnóstico son los
contenidos críticos de deficiencia y toxicidad (Fig. 12.3). El crecimiento es máximo
entre los contenidos críticos de deficiencia y toxicidad, pero por razones prácticas se
elige como punto de referencia el 90-95% del valor de crecimiento máximo en vez del
mismo valor máximo. Los contenidos de nutrientes minerales pueden ser agrupados
en rangos, como se muestra en la porción inferior de la Fig. 12.3 para soya. Si los
contenidos de nutrientes están en el rango adecuado hay una alta probabilidad
estadística de que estos nutrientes no sean factores limitantes del crecimiento.
Ciertamente, los contenidos en el rango de lujo ulteriormente disminuyen el riesgo de
que estos nutrientes se vuelvan deficientes bajo condiciones desfavorables para la
toma radical (e.g., suelo superficial seco) ó cuando la demanda sea muy alta (e.g.,
retranslocación a los frutos). Sin embargo, hay un mayor riesgo de reducción del
crecimiento por la toxicidad directa por estos nutrientes ó por su efecto al inducir
deficiencia en otros nutrientes, i.e., desbalance de nutrientes (Sección 12.3.5). Al
definir los contenidos críticos de toxicidad tiene que considerarse la heterogénea
distribución de un nutriente dentro de un órgano vegetal, por ejemplo, del boro en las
laminas foliares (Sección 9.7.9).
Después del suministro del nutriente mineral, la edad fisiológica vegetal ó de sus
partes es el factor más importante que afecta el contenido de nutrientes minerales en
la materia seca vegetal. Con excepción del calcio y algunas veces del hierro y del boro
(Sección 9.7) hay usualmente una declinación bastante clara en el contenido de
Página 495
nutrientes minerales en la materia seca como envejezca la planta y el órgano. Esta
declinación es causada principalmente por un incremento relativo en la proporción del
material estructural (paredes celulares y lignina) y de compuestos de almacenamiento
(e.g., almidón) en la materia seca. Los contenidos de nutrientes minerales que
corresponden al rango adecuado ó critico de deficiencia son por lo tanto menores en
plantas viejas que en jóvenes. Por ejemplo, en grano de sorgo el CDC del fósforo en la
materia seca foliar ha mostrado disminuirse desde cerca de 0.4% a 0.2% a lo largo del
periodo de crecimiento. En cebada cultivada en campo el contenido de potasio en la
materia seca caulinar disminuyó desde 5-6% en plantas jóvenes a cerca del 1%
llegando a la maduración, aunque las plantas estuvieron bien suplidas con potasio. En
este caso la declinación en el contenido fue exclusivamente un “efecto dilución” ya que
la concentración de potasio en el agua tisular (representativa principalmente de la
savia vacuolar) permaneció bastante constante a ~100 mм a lo largo del periodo.
Tabla 12.2
b
Floración temprana
El uso de las hojas más jóvenes, sin embargo, solo es adecuado para aquellos
nutrientes minerales que cualquiera no son retranslocados ó son retranslocados solo a
un muy limitado grado desde las hojas maduras a las nuevas áreas de crecimiento,
esto es, cuando se presenta primero la deficiencia en las hojas jóvenes y en el ápice
caulinar (Tabla 12.1). La situación es diferente para potasio, nitrógeno, y magnesio; ya
que los contenidos de estos nutrientes minerales se mantienen bastante constantes en
las hojas expandidas más jóvenes, las hojas maduras son mucho mejores indicadores
del estado nutricional vegetal, como se muestra para potasio en la Fig. 12.4. Aquí, la
hoja más joven no es un indicador adecuado debido a que los niveles de potasio que
indican deficiencia y toxicidad varían solo entre 3.0 y 3.5%, respectivamente,
comparando con 1.5 y 5.5% en hojas maduras. Esto ilustra la necesidad de usar hojas
Página 496
maduras para evaluar el estado nutricional de los nutrientes minerales que son
rápidamente retranslocados en las plantas.
Fig. 12.4 Relación entre el peso seco caulinar y el contenido de potasio en hojas
maduras y más jóvenes de plantas de tomate cultivadas en soluciones nutritivas con
varias concentraciones de potasio. Recuadro: contenidos críticos calculados.
Página 497
Puede suceder por varias razones esta declinación del CDC con la edad para
un órgano dado. Por ejemplo, como la planta se haga más vieja hay una disminución
en la demanda por nutrientes para el nuevo crecimiento. También el suministro de
nutrientes desde las raíces puede incrementarse pero es menos probable en la
mayoría de condiciones de campo en vista de la declinante actividad radical. La
declinación en el CDC parece ser la consecuencia del incremento en la biomasa total
caulinar y, de este modo, de la capacidad de almacenamiento de los nutrientes
minerales en los vástagos, como se ilustró en un ejemplo para el maíz en la Tabla
12.3. Entre la etapa 4-5 hoja y la emisión de la panícula declinan durante el desarrollo
vegetal ambas las concentraciones críticas de deficiencia del N-nitrato en la savia
exprimida y las concentraciones consideradas como adecuadas (Fig. 12.3). Sin
embargo, como el incremento de la biomasa aérea total es más que lineal, una
concentración dada de N-nitrato por litro de savia exprimida (ó por unidad materia
seca) representa una creciente cantidad de nitrógeno almacenado que puede actuar
como buffer interno y mantener tasas similares de crecimiento por varios días cuando
declina el suministro desde el suelo. Puede identificarse en col de bruselas al usar un
modelo que tenga en cuenta los cambios en las tasas de crecimiento y la biomasa
como parámetros para la demanda interna, una sola concentración crítica de savia
foliar de 380 mg N-NO3 l-1 para todas las etapas de crecimiento y también para varios
periodos de crecimiento.
Tabla 12.3
Página 498
creciente edad de las acículas, disminuye el contenido de de todos los
macronutrientes, excepto el del calcio (Tabla 12.4). En pícea de Noruega, el contenido
de silicio también se incrementa con la edad de la acícula. La disminución con la edad
de nitrógeno, fósforo, potasio y magnesio (Tabla 12.4) puede en parte indicar
retranslocación, pero es presumiblemente causada por un efecto dilución, que resulta
de la incrementada lignificación de las acículas viejas. Solo con calcio (y silicio) la
dilución es compensada excesivamente por su continuo influjo hacia las acículas
viejas. Con excepción del magnesio, los datos de la Tabla 12.4 son indicativos de
árboles bien suplidos con estos macronutrientes.
Tabla 12.4
Los contenidos críticos de deficiencia difieren entre la especie vegetal aún cuando se
hacen comparaciones para los mismos órganos en la misma edad fisiológica. También
es cierto para el rango adecuado. Estas variaciones están principalmente basadas en
las diferencias en el metabolismo vegetal y en la constitución vegetal, como por
ejemplo, las diferencias en la demanda genotípica de calcio y boro en las paredes
celulares. Cuando se cultivan bajo las mismas condiciones el CDC del boro en la
materia seca de la hoja más joven completamente expendida es de 3 µg g -1 en trigo, 5
µg g-1 en arroz, pero tan alto como 35 µg g-1 en soya y 34 µg g-1 en girasol. Las
especies vegetales nativas de hábitats ricos en nutrientes parecen tener superiores
concentraciones críticas de deficiencia del potasio en los vástagos (~100 mм) que las
especies de hábitats pobres en nutrientes (~50 mм). Son dados en la Tabla 12.5 datos
representativos de los rangos adecuados de nutrientes en especies seleccionadas.
Puede encontrarse datos más extensivos y detallados, incluyendo contenidos de
deficiencia y toxicidad en Chapman (1966); Jones (1967; 1991), Bergmann & Neubert
(1976) y Drechsel & Zech (1991).
Página 499
Como se muestra en la Tabla 12.5 los contenidos de macronutrientes en el
rango adecuado son de ordenes similares de magnitud para las varias especies
vegetales; una excepción es el calcio, el contenido del cual es sustancialmente inferior
en monocotiledóneas. En todas las especies el rango adecuado es relativamente
estrecho para el nitrógeno, debido a que los contenidos de lujo del nitrógeno tienen
efectos desfavorables sobre el crecimiento y composición vegetal (Sección 8.2.5). En
hojas de manzano, por ejemplo, un contenido de nitrógeno de más del 2.4%
frecuentemente afecta desfavorablemente al color y almacenamiento del fruto. Por otro
lado, el rango adecuado para el magnesio es usualmente más amplio, pero
principalmente por los efectos de competencia con el potasio; con altos contenidos de
potasio, también se requieren altos contenidos de magnesio para asegurar un
adecuado estado nutricional del magnesio.
Tabla 12.5
Contenidos de nutrientes minerales en el rango adecuado de algunas especies representativas anuales y perennes a
Contenidos (% peso seco) Contenidos (mg kg-1 peso seco)
Especie (órgano) N P K Ca Mg B Mo Mn Zn
o de invierno 3.0-4.5 0.3-0.5 2.9-3.8 0.4-1.0 0.15- 5-10 0.1-0.3 30- 20-70 5
0.3 100
stago entero, etapa de
uchamiento)
3.0-4.2 0.35-0.5 2.5-3.5 0.6-1.2 6-12 0.15- 20-50 6
grass 0.2-0.5 0..5 40-
100
stago entero)
4.0-6.0 0.35-0.6 3.5-6.0 0.7-2.0 40- 20-80 7
b
molacha azucarera 0.3-0.7 100 0.25-1.0
35-
ja madura) 100
3.6-4.7 0.3-0.5 0.6-1.5 25-80 8
dón 1.7-3.5 0.35- 20- 0.6-2.0
0.8 80
ja madura) 35-
4.0-5.5 0.4-0.65 3.0-4.0 100 30-80 6
ate 3.0-6.0 0.3-1.0
0.35- 40-
ja madura) 0.8 80
3.5-5.0 0.3-0.6 1.0-2.5 40- 25-70 6
fa 2.5-3.8 0.5-2.0 100
Página 500
a de Noruega 1.7 0.13-0.25 0.5-1.2 0.8 0.7 30- 0.04-0.2 15-60 4
70
cículas de 1-2 años de edad) 25-
125
le, haya 1.9-3.0 0.15-0.30 1.0-1.5 0.3-0.5 0.1- 0.05-0.2 15-50 6
0.25 15-
jas maduras) 50
50-
500
0.15-
0.30 15-
40
35-
100
base a Bergmann (1988, 1992).
Los datos dados en la Tabla 12.5 son valores promedio y no ofrecen más que
una guía en lo que se refiere a si un nutriente mineral está en el rango deficiente,
adecuado ó tóxico. Esto debe tenerse en mente cuando solo han sido analizados unos
pocos nutrientes minerales y la información sobre las posibles interacciones de
nutrientes sean por lo tanto insuficientes.
Los contenidos críticos de toxicidad del sodio y del cloruro están en general
estrechamente relacionados a las diferencias genotípicas en la tolerancia a la sal. La
interpretación de estos contenidos es complicada debido a que en sustratos salinos
una declinación en el crecimiento es frecuentemente causada en primera instancia por
los efectos sobre el balance hídrico vegetal y no necesariamente por la toxicidad
directa del sodio ó cloruro ó ambos de estos iones en el tejido foliar (Sección 16.6).
Hay todo un rango de interacciones no específicas así como específicas entre los
nutrientes minerales en las plantas lo cual afecta los contenidos críticos. Un ejemplo
típico de una interacción no específica es mostrado en la Tabla 12.6 para nitrógeno y
fósforo. El CDC del nitrógeno se incrementa como el contenido de fósforo se
incremente y viceversa. Similarmente en maíz, a bajo contenido de fósforo un
incremento en el contenido de nitrógeno de la hoja de la mazorca desde 2.1 a 2.9%
Página 501
tiene poco efecto sobre el rendimiento, pero a alto contenido de fósforo el rendimiento
continuara incrementándose como el contenido de nitrógeno en la hoja de la mazorca
se eleve del 3%.
Tabla 12.6
Página 502
materia seca en ausencia del silicio a ~1000 mg, i.e., por un factor de 10, en presencia
del silicio en fríjol y por un factor de 3-4 en diferentes genotipos de caupí.
En vista de los problemas que surgen a partir de los diferentes CDC durante el
desarrollo vegetal, y de la importancia de la relaciones de los nutrientes en el análisis
vegetal para propósitos de diagnóstico, se ha introducido un nuevo concepto con el
Diagnóstico Beaufils y el Sistema Integrado de Recomendación (DRIS). Este sistema
está basado en la colección de tantos datos como sea posible y los contenidos de
nutrientes minerales en la planta (hasta ahora principalmente macronutrientes) y el uso
de estos datos para el cálculo de relaciones óptimas de nutrientes –índice de
nutrientes (dato estándar)- por ejemplo las relaciones de N/P, N/K etc. Los índice de
nutrientes calculados a través del DRIS son menos sensibles a los cambios que se
llevan a cabo durante la maduración foliar y la ontogénesis, pero dependen en algún
grado de la localidad. Por ejemplo, para la hoja de la mazorca del maíz las relaciones
tisulares estándar N/P son en promedio 10.13, pero son de 8.91 para Sudáfrica y
11.13 para el Sureste de EU. Este sistema requiere de un gran número de datos en
ambos los contenidos de diferentes nutrientes minerales en las plantas de un campo
dado, y los de diferentes localidades y años. Los estándares calculados para las
relaciones son de este modo valores promedios obtenidos a partir de varios miles de
experimentos en campo. Para ciertos cultivos y bajo ciertas condiciones (centros de
alto rendimiento, agricultura a gran escala) la mayor entrada analítica puede
amortizarse al permitir un refinamiento en la interpretación de datos en términos de
recomendaciones de fertilizantes, como se ha demostrado para la caña de azúcar,
maíz y árboles frutales. Sin embargo, bajo otras condiciones ambientales menos
favorables también se han obtenidos resultados con el DRIS, y no es ciertamente el
método de elección en sistemas de cultivo con diversidad de especies anuales ó
sistemas agrícolas de baja entrada y pequeña escala.
Página 503
12.3.7 Eficiencia en nutrientes
Tabla 12.7
67 20 35 2.63 1.18
b
Pastos C3: Lolium perenne y Phalaris tuberosa; pastos C4:
Digitaria macroglossa y Paspalum dilatatum.
Página 504
con el transporte desde las raíces a los vástagos. Solo relativamente pocos datos
indican una superior eficiencia en nutrientes en términos de su utilización dentro de los
vástagos, por ejemplo, la utilización del fósforo en genotipos de fríjol y maíz, del
potasio en fríjol y tomate, y del calcio en tomate.
2. Superior actividad nitrato reductasa en las hojas y de este modo una más
eficiente utilización del nitrógeno para proteínas de almacenamiento (e.g., en granos
de trigo y en tubérculos de papa).
Página 505
estado nutricional del nitrógeno que el contenido total del nitrógeno, y es la única
aproximación realista para un método sencillo y rápido de análisis vegetal no solo
como un indicador confiable del estrado nutricional del nitrógeno vegetal sino también
como una base para las recomendaciones de fertilización superficial de fertilizantes
nitrogenados. Este método ha sido usado exitosamente, más recientemente, por
ejemplo, en cereales de invierno, trigo irrigado, papa, col y otros cultivos hortenses.
Solo hay unos pocos casos donde este método ha probado no ser un satisfactorio
pronosticador de la respuesta de un cultivo a la fertilización nitrogenada. Las
principales limitaciones de este método son determinadas por la especie vegetal que
preferentemente reduzcan el nitrato en las raíces (e.g., miembros de la Rosaceae), ó
cuando el nitrógeno amonio es suplido y tomado antes de su nitrificación en el suelo.
Esta situación puede ser cierta para suelos altos en nitrógeno orgánico con altas tasas
de mineralización durante las etapas de alta demanda de nitrógeno del cultivo.
Página 506
bastante precisamente y refinadas para una localidad específica, especie vegetal, y
aún cultivar. Por lo tanto, en especies perennes el análisis foliar es en la mayoría de
casos el método de elección. En este ejemplo, sin embargo, el análisis químico del
suelo, ejecutado por lo menos una vez para un sitio dado, es necesario para
caracterizar el nivel general de los nutrientes potencialmente disponibles.
Tabla 12.8
Contenido de calcio y ácido oxálico en dos cultivares de tabaco fino que difieren en la susceptibilidad a la
deficiencia de calcio a
Contenido de las yemas Contenido de las hojas superiores
Plantas con
síntomas de (meq g-1 materia seca) (meq g-1 materia seca)
deficiencia de Ca Ca menos ácido Ca menos ácido
Ácido oxálico (Ca Ácido oxálico (Ca
Cultivar (% del total) Ca oxálico soluble) Ca oxálico soluble)
Ky 10 0 0.25 0.08 0.17 0.28 0.11 0.17
Página 507
La manera más directa de determinar la disponibilidad de nutrientes en los suelos es
medir los crecimientos respuesta vegetales por medio de pruebas de fertilizantes en
parcelas de campo. Sin embargo, este es un procedimiento que consume tiempo, y los
resultados no son fácilmente extrapolados de una localidad a otra. En contraste, el
análisis químico del suelo –ensayo del suelo- es un procedimiento comparativamente
rápido y barato para obtener información sobre la disponibilidad de nutrientes en el
suelo como base para recomendar la aplicación de fertilizantes. Se han practicado
ensayos del suelo en la agricultura y horticultura por muchos años con relativo éxito.
La efectividad del procedimiento está estrechamente relacionada ambos con el grado
en que los datos pueden calibrarse con las pruebas de fertilizantes en campo, y con la
interpretación del análisis. Para una reciente revisión comprensiva sobre métodos de
ensayo del suelo para micronutrientes ver Sims & Johnson (1991). Bastante
frecuentemente se espera más del ensayo del suelo que lo que el método permite.
Son discutidas en este capítulo las razones de esta discrepancia, con especial
referencia al fósforo y al potasio.
Tabla 13.1
Página 508
a
En base a Williams & Knight (1963).
Página 509
volumen total del suelo ocupado por poros, en promedio 50%, pero dependiendo
mucho de la densidad aparente del suelo (Sección 13.5). En general, solo una
pequeña parte del requerimiento total de nutrientes puede ser satisfecho mediante la
intercepción radical (Tabla 13.2).
Tabla 13.2
Fósforo 40 1 2 37
Magnesio 45 15 100 0
Página 510
a
A partir de Barber (1984)
El término intercepción radical ha sido criticado por Brewster & Tinker (1970) ya
que contiene un componente de difusión. Los conceptos actuales sobre los
movimientos de solutos en los sistemas suelo-raíz consideran solamente el flujo
másico y la difusión, e incluyen la intercepción radical en el componente difusión.
Como se muestra en el Capitulo 15, sin embargo, las condiciones en la interfase
suelo-raíz son algunas veces considerablemente diferentes en un número de aspectos
de aquellas a una distancia de las raíces. Estas condiciones son descritas
insuficientemente por un modelo mecanicista que trata a las raíces principalmente
como una demanda de nutrientes minerales suplida por el flujo másico ó la difusión ó
ambos de estos procesos. También en vista del rol de la estructura del suelo para la
toma de nutrientes la zona de contacto raíz-suelo requiere de un tratamiento separado,
particularmente en suelos de baja disponibilidad de nutrientes y en plantas
ectomicorrizadas (Capitulo 15).
Página 511
actividad microbiana, periodo del año, y aplicación de fertilizantes. Las
concentraciones de los nutrientes minerales en la solución del suelo, particularmente
del nitrógeno, son usualmente muy bajas en muchos ecosistemas naturales, por
ejemplo, en la tundra comparando con los suelos arables. Es mostrado en la Tabla
13.3 un ejemplo de las concentraciones promedio anuales de nutrientes minerales en
la solución del suelo de un suelo arable. Por lo general en suelos aeróbicos de pH
neutro las concentraciones de calcio, magnesio, y sulfato son bastante altas, como las
concentraciones de nitrato, mientras que aquellas de amonio y particularmente de
fosfato son muy bajas. Las concentraciones de potasio son principalmente una función
del contenido en las arcillas y de la composición mineral de las arcillas.
Tabla 13.3
Página 512
Tabla 13.4
P-PO4 14 14 10
K 91 202 133
Mg 34 84 52
a
Barraclough (1989). Reimpreso con permiso de
Kluwer Acedemic Publishers.
b
Aplicación fraccionada de 265 kg N ha-1 como nitrato
amonio de calcio el 25 de febrero y el 25 marzo.
Página 513
positivamente) y en el tamaño. En general, la tasa de toma de cationes metálicos a
partir de los complejos órgano-metálicos es inferior que la de los cationes libres
(Sección 2.5) y disminuye con el tamaño del ligando orgánico, como se ha demostrado
para cobre. En contraste a tales hallazgos a partir de experimentos en soluciones
nutritivas, sin embargo, la quelatación en el suelo de los micronutrientes catiónicos
como el cobre y el níquel no origina una disminución sino que usualmente incrementa
sus contenidos en las plantas. Esto resulta a partir de un incremento en la
concentración de estos nutrientes en la solución del suelo y de este modo en la
movilidad y transporte hacia la superficie radical (Tabla 13.5).
Tabla 13.5
Cultivo en suelo
Página 514
13.2.3 Rol del flujo másico
Tabla 13.6
Toma vegetal y estimados del suministro a las raíces mediante flujo másico
del potasio, magnesio y calcio en trigo de invierno y remolacha azucarera
cultivados en un suelo franco limoso (Luvisol derivado de Loes) a
Cantidad (kg ha-1)
Trigo de invierno Remolacha azucarera
K Mg Ca K Mg Ca
Toma vegetal 215 13 35 326 44 104
Página 515
ser calculado cercano a 0.45 kg . Este valor corresponde a cerca del 2-3% de la
demanda total de un cultivo y se concuerda bien con el 1-4% encontrado en
experimentos en campo con trigo de invierno y remolacha.
Página 516
De = D1 θ f · dC1/dCs
Tabla 13.7
Página 517
incremento en la cantidad del potasio intercambiable por unidad de peso de suelo. La
aplicación de NaCl ó MgCl2 también incrementa la prolongación de la zona de
agotamiento y de este modo la entrega del potasio hacia la superficie radical.
Página 518
Fig. 13.3 Gradiente de concentración del potasio en la solución del suelo alrededor de
raíces de maíz cultivado en suelos con diferentes contenidos de arcilla. Concentración
de potasio en la superficie radical, 2-3 µм. (Modificado a partir de Claassen & Jungk,
1982)
Página 519
Fig. 13.4 Agotamiento del potasio en la rizosfera de plántulas de colza (Brassica
napus) cultivadas por 7 días en una suelo franco limoso. (A partir de Jungk & Claasen,
1986)
El contenido de agua del suelo es otro factor importante que afecta el De. Como
se muestra para potasio en la Tabla 13.8, para un suelo dado, el creciente contenido
de agua volumétrica del suelo incrementa el área de la sección transversal disponible
para la difusión de los iones y correspondientemente eleva el valor del factor
impedancia f (Sección 13.2.4) y el poder buffer del suelo. Como consecuencia el De
para potasio más que se dobla. Para fósforo es aún más pronunciado este efecto del
contenido del agua del suelo en el De. El incrementar el contenido de agua volumétrica
del suelo en un Luvisol desde 0.12 a 0.33 g cm-3 incrementó el De desde 0.10 x 10- 13 a
4.45 x 10 -13 m2s-1, mientras que los cambios en la densidad aparente del suelo solo
tuvieron un efecto relativamente pequeño en el De.
Tabla 13.8
Influencia del contenido de agua volumétrica del suelo (θ) en el factor impedancia
(f), poder buffer (b) y el coeficiente de difusión efectiva (De) del potasio a
Contenido de Factor Poder buffer Coeficiente de difusión
agua impedancia efectiva
(b)
(θ, cm3 cm-1) (f) (De, cm2 s-1)
0.19 0.20 2.68 2.55 x 10-7
Página 520
0.26 0.30 3.09 4.91 x 10-7
Página 521
da un ejemplo en la Fig. 13.5 para maíz. Para potasio esta estrecha relación entre la
longitud de los pelos radicales y la zona de agotamiento puede también ser cierta en
suelos agotados (Fig. 13.2) ó suelos con un alto poder buffer para potasio (Fig. 13.3).
Fig. 13.5 Autorradiografía de raíces de maíz en un suelo marcado con 32P que
muestra las zonas de agotamiento del fósforo alrededor de las raíces (la extracción del
32
P es indicada por las zonas oscuras).
Cuando se comparan las tasas de toma del fósforo ó del potasio por unidad de
longitud radical de las diferentes especies vegetales, puede demostrarse una estrecha
correlación positiva entre la tasa de toma por unidad de longitud radical y el volumen
cilindro del pelo radical. Esto se muestra para potasio en la Fig. 13.6. En cebolla,
virtualmente no hay pelos radicales, mientras que de las especies ensayadas la colza
tiene los pelos radicales más largos. Por unidad de longitud radical de cebolla, solo fue
disponible el potasio de los 2-3 mm3 suelo, comparando con ~60 mm3 para colza.
Resultados similares a aquellos mostrados en la Fig. 13.6 fueron obtenidos para
fósforo en estudios comparativos con especies vegetales de diferentes longitudes de
pelos radicales. De acuerdo con esto, aún dentro de una especie vegetal dada (trébol
Página 522
blanco) la selección de los genotipos para la toma más eficiente del fósforo resultara
en aquellos con largos pelos radicales que en aquellos con pelos radicales cortos.
Fig. 13.6 Tasa de toma del potasio por unidad de longitud radical en relación al
volumen cilindro de pelo radical. Las especies vegetales fueron cultivadas en un franco
limoso con 21% arcilla. (Modificado a partir de Jungk et al., 1982)
Página 523
confino principalmente al cilindro del pelo radical en colza la cual posee pelos radicales
largos (>0.5 mm.), pero excedió considerablemente el cilindro del pelo radical en
especies con pelos radicales cortos (~0.2 mm.), por ejemplo en algodón. La extensión
de la zona de agotamiento que va notablemente más allá del cilindro del pelo radical
en plantas no micorrizadas puede también indicar cambios inducidos por la raíz en la
rizosfera (e.g., liberación de exudados radicales, cambios en el pH; Capitulo 15) ó
mayor eficiencia en otros parámetros (Km, Imax; Sección 2.4.1) ajustados por la
demanda vegetal por unidad de longitud radical. En plantas micorrizadas la zona de
agotamiento del fósforo excede por mucho el cilindro del pelo radical y en trébol
blanco, por ejemplo, puede alcanzar un valor de hasta 11 cm.
Tabla 13.9
Página 524
>>2 cm cm-3 20 50
< 2 cm cm-3 5 12
a
Fusseder & Krauss (1986).
Tabla 13.10
Relación entre el área superficial de los pelos radicales (SAH) por área superficial
del cilindro radical (SAC), y la demanda de suministro de fósforo en el suelo para
obtener 80% del máximo crecimiento en diferentes especies vegetales a
Especie vegetal SAH/SAC Demanda de fósforo
mg P (100 g)-1 µм P en la solución del
2 -2 suelo suelo
(cm cm )
Trigo (Tr. aestivum) 1.2 4 1.2
Página 525
a
En base a Föhse et al. (1988, 1991).
Aunque una alta densidad radical y largos pelos radicales son factores importantes en
la toma de los nutrientes suplidos por difusión, como se muestra en la Fig. 13.7 la
relación entre la densidad radical y la tasa de toma es no lineal. Cuando la densidad
radical es alta, los niveles de la tasa de toma se caen. Esto es causado por el traslape
de las zonas de agotamiento de raíces individuales y refleja la competencia inter-
radical por nutrientes (Fig. 13.8). Para una distancia inter-radical dada el grado de
competencia depende principalmente del De y es por lo tanto usualmente mucha
mayor para el nitrato que para el potasio y es de menor importancia para el fósforo,
por lo menos bajo condiciones de campo en maíz. Sin embargo, en suelos
pobremente estructurados son abundantes las agregaciones radicales y en estas
zonas puede volverse importante la competencia inter-radical por nutrientes minerales
aún para fósforo a densidades de longitud radical que en promedio son aún
relativamente bajas. Esto es cierto para las agregaciones radicales inducidas por la
distribución localizada de fertilizantes. En principio se puede esperar la misma relación
curvilíneal como se muestra en la Fig. 13.7 entre la tasa de toma del fósforo y la
densidad de pelos radicales, debido a la competencia entre pelos radicales
individuales. Esta competencia tiene que mantenerse en mente cuando se hacen
ensayos para correlacionar la densidad radical, por ejemplo, a diferentes capas del
suelo ú horizontes, en relación a su contribución al suministro de nutrientes.
Página 526
Fig. 13. 7 Relación entre la densidad radical y la tasa de toma de nutrientes suplida
por difusión.
Página 527
Fig. 13.8 Perfil del fósforo extraíble alrededor de dos raíces individuales de maíz con
zonas de agotamiento traslapadas. (Fusseder & Kraus, 1986). A = cilindro radical; B=
cilindro de pelo radical; C = zona de máximo agotamiento.
Tabla 13.11
Página 528
Fig. 13.9 Densidades de longitud radical para cultivos cereales en emisión de panícula
en diferentes suelos en función de la profundidad del suelo. (Gäth et al., 1989)
Página 529
(1963) bajo estas condiciones ~3% de la masa radical total de alfalfa toma del
subsuelo más del 60% de la toma total de nutrientes. El bajo contenido de agua en el
suelo en el suelo superficial también deteriora la elongación y, de este modo,
disminuye adicionalmente la toma de nutrientes, aunque parte de estos efectos
negativos en la De y en la elongación radical pueden ser compensados mediante el
realce del desarrollo de pelos radicales en los suelos secos (Sección 14.6). Se ha
demostrado en dos años sucesivos, el efecto del suministro de agua en la distribución
radical, por ejemplo, de la cebada de primavera. En el primer año, con una alta lluvia
(82 mm) sucediendo un mes después de la siembra, en 2 meses después de la
siembra más del 70% de la masa total radical se encontró en el suelo superficial (2.5-
12.5 cm.) y solo ~10% de las raíces habían penetrado más profundo que 22.5 cm; en
contraste, en el siguiente año, con una inadecuada lluvia (24 mm.) durante el primer
mes después de la siembra, los valores correspondientes de la distribución de la masa
radical fueron cerca del 40% y 30%, respectivamente. Este tipo de cambio en la
distribución radical tiene importantes consecuencias para la toma de nutrientes a partir
de los varios horizontes del suelo. En trigo de primavera cultivado en Luvisols, en
promedio ~50% del potasio total tomado tardíamente en el periodo de crecimiento es
derivado a partir del subsuelo, pero dependiendo de la lluvia durante el periodo de
crecimiento el porcentaje puede variar entre el ~60% en un año seco y ~30% en un
año húmedo. Dentro de un año dado (húmedo ó seco) la importancia relativa de la
toma de potasio desde el subsuelo también depende mucho de la densidad de
longitud radical en el suelo superficial (Fig. 13.10). A partir de pruebas a gran escala
sobre la distribución de la longitud radical en varios cultivos de cereales (Fig. 13.9),
combinado con las medidas de potasio intercambiable y con la consideración del
balance hídrico climático en una localidad dada, se han establecido modelos que
predicen adecuadamente la entrega del potasio a las raíces de cultivos cereales.
Página 530
Fig 13.10 Toma estimada de potasio en trigo de primavera en floración a partir de un
Luvisol (derivado de loes) a diferentes densidades de enraizado en el suelo superficial,
y en años con diferentes contenidos de humedad en el suelo. (Wessolek & Gáth,
1989)
Tabla 13. 12
Toma de fósforo por el trigo de primavera y entrega del fósforo en función de la profundidad
del suelo y del tiempo a
Toma de fósforo (kg ha-1 d-1)
Etapa de emisión de Antesis Etapa lechosa
panícula
0.265 0.145
P b disponible Profundidad del 0.345
suelo Entrega de P a partir de diferentes profundidades del
(mg (100g) -1 suelo (%)
suelo) (cm.)
11.5 0-30 83.3 58.3 67.4
b
Determinado mediante extracción con lactato de calcio amonio.
Página 531
En trigo de primavera el cambio en la concentración de nitrato en la solución del suelo
está correlacionado con una declinación en la cantidad del nitrato suplido por flujo
másico y un incremento en el suministro vía difusión, la cual entonces suministra más
del 50% del nitrato total.
Fig. 13.11 Tasa de toma del nitrato y entrega por difusión a plantas de remolacha
azucarera en función de la profundidad del suelo (cm.) y del tiempo. Suelo: Luvisol
derivado de loes. (En base a Strebel et al., 1983.)
Por varias razones, la estructura del suelo juega un importante rol en determinar las
cantidades de nutrientes minerales que son disponibles para la toma por las raíces. En
suelos estructurados no todas las raíces tiene un contacto completo con la matriz del
suelo, y en plantas no micorrizadas el grado de contacto raíz-suelo varia entre los
segmentos radicales (i.e., a lo largo del eje radical) desde 0 a 100%. En suelos con
mayor densidad aparente el contacto es mayor pero se deteriora simultáneamente el
crecimiento por elongación (Tabla 13.13). Este deterioro es en parte compensado por
las mayores tasas de toma por unidad de longitud radical, por lo menos del nitrato y
del agua (Tabla 13.13), así como del fosfato, particularmente en suelos altos en
Página 532
fósforo disponible. Sin embargo, en experimentos en que se incrementó la densidad
aparente del suelo y se elevó el contacto suelo-raíz desde 25 a 75%, se observó
agregación radical en ciertas zonas y también se incrementó la demanda local de O 2.
Para el mantenimiento de la respiración radical en tales sitios de agregación las
concentraciones externas requeridas de O2 son más del triple. El grado óptimo de
contacto suelo-raíz y densidad aparente del suelo para la toma de nutrientes y
crecimiento vegetal de este modo depende de la aireación y fertilidad del suelo.
Tabla 13.13
Página 533
química de la solución del suelo., además de la heterogeneidad espacial relacionada
con la distancia al tallo (Sección 13.2.1).
Tabla 13.14
En principio los métodos rutinarios de ensayo del suelo (Sección 13.1, Tabla 13.1)
determinan la fracción de nutrientes “químicamente disponibles”. En términos de un
concepto intensidad/cantidad, dependiendo del método de extracción, este caracteriza
principalmente intensidad (e.g., extracción con agua) ó una cantidad variable de la
cantidad, representado por el pool lábil (Fig. 13.12). El ensayo del suelo para fósforo
en extractos de agua (1 cm2 suelo (60 ml)-1 H2O (22h)-1) se considera una término
medio razonable entre una medición de la intensidad y la capacidad de suministro de
fósforo del suelo. Los extractantes suaves como el bicarbonato de sodio (método
Olsen) caracterizan principalmente la fracción fosfato adsorbida al aluminio en las
superficies arcillosas. Puede obtener información más detallada concerniente a las
fuerzas de ligamiento, tasa de reabastecimiento, y las relaciones intensidad/cantidad
Página 534
para los diferentes nutrientes minerales con el método de electro-ultrafiltración (EUF),
que involucra el uso de diferentes fuerzas de campos eléctricos y temperaturas en una
suspensión acuosa del suelo. Sin embargo, no es posible caracterizar el adecuado
poder buffer del suelo para el fosfato en términos de predecir la toma de fósforo por la
planta. También, para rutinarios ensayos del suelo el método EUF no es
necesariamente superior ó técnicamente más simple que los métodos convencionales
de extracción (e.g., con CaCl2) para la predicción del requerimiento de fertilizantes.
Página 535
poder buffer de los suelos, como por ejemplo para potasio, ó simultáneamente para
varios cationes y aniones. En experimentos con fríjol y maíz bajo condiciones de
campo la predicción de la toma de zinc fue más precisa con resinas de intercambio
iónico que con la rutinaria extracción con DTPA.
La principal limitación de los métodos de ensayo del suelo es que ellos solo
caracterizan algunos de los factores que determinan el suministro a las raíces de
plantas cultivadas en campo. El mejorar la confiabilidad de las recomendaciones de
fertilizantes basadas en el análisis químico del suelo no depende principalmente del
método de extracción usado, sin más bien de la consideración sistemática de las
raíces y factores ambientales como el contenido de agua en el suelo. Los actuales
modelos para predecir la disponibilidad de nutrientes y la toma de nutrientes bajo
condiciones de campo están por lo tanto basados en ambos factores del suelo y
vegetales (Fig. 13.12) en donde los parámetros de la raíz son los elementos clave.
Estos modelos han sido muy refinados en años recientes y las predicciones sobre la
toma de nutrientes minerales, y la toma real por los cultivos, por ejemplo del fósforo
(Fig. 13.13) ó potasio frecuentemente, aunque no siempre, concuerdan bien. Como se
muestra en la Fig. 13.13 la toma pronosticada y medida del fósforo estuvieron
estrechamente relacionadas en el suelo con alto contenido de fósforo. Sin embargo,
en el suelo con bajo contenido de fósforo la toma pronosticada fue mucho menor que
la toma medida, indicando que las plantas de trigo en el suelo bajo en fósforo tienen
acceso a fuentes de fósforo del suelo que no fueron consideradas en el modelo.
Ofrece una posible explicación la adquisición de cantidades relativamente grandes de
fósforo mediante micorrizas VA en plantas de trigo, y los cambios inducidos por la raíz
en la rizosfera ofrecen otra. El rol de las micorrizas y de los cambios inducidos por la
raíz en la rizosfera para la “biodisponibilidad” de los nutrientes (Fig. 13.12) es discutido
en detalle en el Capitulo 15.
Página 536
Fig. 13.13 Toma de fósforo del trigo de invierno en un experimento en campo después
bien de una aplicación a largo plazo 100 kg P ha-1 (suelo alto en P) ó sin aplicación de
fertilizante P (suelo bajo en P). Comparación entre la toma de P medida y
pronosticada por el modelo Claassen-Barber. (Jungk & Claassen, 1989)
Página 537
14. Efecto de los factores internos y externos
sobre el crecimiento y desarrollo radical
14.1 General
Los sistemas radicales vegetales varían ampliamente, ambos dentro y entre especies
vegetales. El dimorfismo radical en especies C4 es un ejemplo de esta variación
(Sección 2.7). Los sistemas radicales se caracterizan por su muy alta adaptabilidad, y
su crecimiento y desarrollo involucran complejas interacciones ambos entre el
ambiente del suelo y los vástagos. Ya que el ambiente en que se desarrollan las raíces
es altamente heterogéneo, ambos en espacio y tiempo, el sistema radical tiene que
tener la habilidad de reaccionar a la heterogeneidad y, de este modo, debe poseer alta
plasticidad fenotípica. Las respuestas más conocidas de raíces que muestran
plasticidad fenotípica son a los suministros localizados de nutrientes, ó a otros
cambios localizados que involucran factores químicos, físicos y microbiológicos en el
ambiente radical. Los cambios en los niveles endógenos de fitohormonas juegan un rol
importante como trasmisores de señales ambientales que son cualquiera trasformados
en las raíces en alteraciones del crecimiento y de procesos de desarrollo ó son
transmitidos como señales radicales al vástago. En este capitulo se dan algunos
ejemplos de estos aspectos del crecimiento y desarrollo radical que están
estrechamente relacionados con, ó son importantes para, la nutrición mineral vegetal.
Página 538
Fig. 14.1 Producción de nuevas raíces en transplantes de plántulas de pícea de
Douglas de 2 años de edad después de 24 días de crecimiento a diferentes
intensidades lumínicas. (Van den Driessche, 1987)
Tabla 14.1
Crecimiento caulinar y radical de plantas de arveja (Pisum sativum L.) cultivadas por 35 días a
diferentes intensidades lumínicas y sin ó con Rhizobium y micorrizas VAM (Glomus mosseae)
bajo un no limitado suministro de fósforo a
Tratamiento con Intensidad Peso seco mg por Relación Longitud
simbionte lumínica planta) raíz/vástago radical
Rh. VAM Caulinar Radical
(µE m-2 s-1) (m por planta)
- - 390 506 306 0.60 31.7
Página 539
En plantas micorrizadas el hongo simbionte compite efectivamente por
carbohidratos con la raíz hospedera, puede ser usado por el hongo entre el 15 y el
30% de los carbohidratos asignados a las raíces. Es usada una proporción similar de
carbohidratos en leguminosas noduladas para el establecimiento y funcionamiento de
la asociación simbiótica. Por consiguiente, hay una marcada competencia entre el
simbionte y las raíces por los carbohidratos. Generalmente los simbiontes son muy
efectivos en la competencia por carbohidratos y hay una correspondiente abrupta
declinación en el crecimiento radical y en la relación peso seco raíz/vástago,
particularmente bajo condiciones de baja intensidad lumínica (Tabla 14.1). Bajo estas
condiciones parte de las funciones radicales pueden ser compensadas por el
simbionte (adquisición del nitrógeno y fósforo) pero no todas (e.g., toma de agua).
Fig. 14.2 Efecto del pretratamiento con alta iluminación (270 µE m-2 s-1) y baja
iluminación (30µE m-2 s-1) en plántulas de pícea de Noruega sobre el contenido de
CYT en los hipocótilos y subsiguiente porcentaje de enraizado de los esquejes.
(Bollmark & Eliasson, 1990.)
Página 540
14.3 Morfología radical, interacciones hormonales
Página 541
unos pocos días. Sin embargo, dependiendo de la especie vegetal y de factores
ambientales, la longitud y longevidad de los pelos radicales varía en un grado
considerable. En maní hay dos tipos de pelos radicales en uno de los cuales pueden
ser tan largos como 4 mm. En ciertas cepas de tomate con “raíces algodonosas” la
densidad de pelos radicales es excepcionalmente alta y ellos son hasta 3.1 mm.
longitud. Hay mucha evidencia circunstancial de que el etileno juega un rol clave en la
formación de pelos radicales.
Las raíces laterales (Fig. 14.3) surgen a partir del periciclo radical,
frecuentemente adyacente a las fibras maduras del protoxilema. El desarrollo de las
raíces laterales está fuertemente influenciado por factores ambientales (e.g.,
suministro de nutrientes, microorganismos rizosféricos, fuerza del suelo) y bajo un
notable control hormonal, particularmente por IAA y CYT.
Tabla 14.2
+ Cinetina 0 12.2
a
En base a MacIsaac et al. (1989).
Las zonas apicales radicales son los principales sitios de síntesis de CYT en
las plantas (Sección 5.6.2) y ellas son exportadas por el xilema hacia el vástago. En
contraste a las auxinas, una alta concentración de CYT no solo inhibe la elongación
del eje principal sino también la formación de raíces laterales (Tabla 14.2). De acuerdo
con esto, la iniciación de las raíces laterales puede incrementarse drásticamente
mediante la extracción (decapitación) del ápice del eje principal. De este modo las
auxinas y las CYT juegan un importante rol en la regulación en ambos elongación del
eje principal y formación de raíces laterales, en el último caso las fitohormonas tienen
más ó menos un efecto opuesto.
Página 542
Es menos claro el rol del ABA en regular el crecimiento y desarrollo radical (Fig.
14.3). La zona apical (0-2 mm.) contiene altas concentraciones de ABA que declinan
basipetalmente. Las concentraciones de ABA en las zonas apicales están
inversamente relacionadas con las tasas de crecimiento de las raíces, pero esto no
implica necesariamente un efecto inhibidor directo del ABA en la tasa de elongación
radical. Tampoco es claro si los efectos realzantes del ABA en la iniciación de raíces
laterales y formación de pelos radicales resultan directamente a partir de los efectos
inhibidores en la extensión de la zona radical apical. Aunque la síntesis de ABA es alta
en la caliptra, el ABA por si mismo probablemente no es la señal que modifica el
crecimiento que se mueve basipetalmente desde la caliptra hacia la zona de
elongación y que modifica la curvatura radical en respuesta a la impedancia mecánica,
aluminio, ó gravedad. Recientemente el calcio ha sido sugerido como el factor
responsable no solo en la señal de percepción del aluminio y de la gravedad sino
también en la transducción de estas señales y su conversión en crecimientos
respuesta en la zona de elongación. Están bien establecidos los roles del calcio y la
calmodulina en la transducción de señales a nivel celular (Sección 8.6.7). No es claro,
sin embargo, como tal rol del calcio en los crecimientos respuesta radicales, que
requieren el transporte del calcio desde la caliptra hacia la zona de extensión pueden
ser desempeñado sin la participación de hormonas (e.g., contraflujo IAA/Ca2+, Sección
3.4.3).
Página 543
relación peso seco raíz/vástago, son menos afectados la relación demanda-fuente,
peso caulinar (demanda) y superficie radical (fuente, oferta) para la adquisición de
nutrientes y agua. En plantas cultivadas en suelo este efecto del nitrógeno en
incrementar el área de la superficie radical es usualmente más notable con el
suministro de amonio como fuente de nitrógeno comparando con nitrato.
Tabla 14.3
Las razones para los diferentes efectos de las formas de nitrógeno sobre la
morfogénesis radical son desconocidas; está probablemente involucradas las
diferencias en ambas vías de asimilación en las raíces y en el balance hormonal
vegetal (Capítulo 6). Los efectos hormonales son probablemente también
responsables del incremento en la formación de aerénquima en el cortex de raíces de
maíz en soluciones bien aireadas cuando el suministro de nitrógeno es bajo. Un
incremento en la formación de aerénquima es una típica respuesta radical a los
elevados niveles de etileno (Sección 16.4).
Tabla 14.4
Página 544
cultivado en campo de 15 semanas de edad a
Suministro Peso seco Raíces por planta Relación peso
de N seco raíz/vástago
(g. por planta)
Vástago Grano Longitud Peso seco
(m) (g)
0 186 54 2189 42 0.23
Página 545
Fig. 14.4 Efecto de la aplicación del fertilizante de nitrógeno a diferentes
profundidades del suelo sobre la distribución radical de cebada cultivada en suelo
arenoso. (A partir de Gliemeroth, 1953.)
Página 546
efectos similares si el fósforo es suplido a solo una zona radical y el remanente del
sistema radical se mantiene en una solución sin fósforo (Tabla 14.5). En un periodo de
21 días la longitud total de las raíces laterales se incrementó 15 veces más que la
longitud de los controles. El correspondiente incremento en el peso seco (por un factor
de 10) se llevo a cabo parcialmente a expensas de las remanentes zonas radicales, A
y C.
Tabla 14.5
El efecto del fósforo sobre la formación de pelos radicales es similar a aquel del
nitrato. En colza, espinaca y tomate cultivados a altas concentraciones de fósforo
Página 547
(>100µм), los pelos radicales son ausentes ó rudimentarios, mientras que a bajas
concentraciones (<10µм) son abundantes los largos pelos radicales. En plantas de
maíz cultivadas en suelo una caída en la disponibilidad de fósforo no tiene efecto
sobre la longitud de los pelos radicales pero incrementa notablemente la densidad de
pelos radicales por unidad de longitud radical (Fig. 14.6). Sin embargo, comparando
con la respuesta de formación de pelos radicales a una disminución en el contenido de
agua en el suelo, este efecto es relativamente pequeño. Este incremento en el
crecimiento de los pelos radicales a bajos contenidos de agua en el suelo puede en
parte contrarrestar los efectos depresivos sobre la elongación radical que se presenta
en suelos secos (Sección 14.6.3).
Página 548
en el área de superficie radical en plantas deficientes puede considerarse como una
estrategia para realzar la adquisición del fósforo desde los suelos (Sección 13.3).
Tabla 14.6
Página 549
Fig. 14.7 Sistema radical de plantas de lupino blanco (Lupinus albus L.) cultivadas en
suelo deficiente en fósforo (izquierda) y suficiente en fósforo (derecha) (Marschner et
al., 1987). Número de raíces proteoid por planta: deficiente en P: 53; suficiente en P
(aplicación foliar de P): 15.
Página 550
Fig. 14.8 Elongación celular de Lupinus angustifolius y Pisum sativum cultivados en soluciones nutritivas
de diferente pH por 60 horas. (Tang et al., 1992b)
Página 551
Fig. 14.9 Efecto de la relación actividad molar calcio/cationes totales de soluciones del suelo sobre el
crecimiento de raíces seminales de plántulas de algodón. (Reproducido a partir de Adams, 1966. con
permiso de la Soil Science Society of America)
Tabla 14.7
10 4.5 38
Página 552
20 4.0 57
40 3.0 57
60 2.0 70
100 - 100
a
En base a Pearson et al. (1973)
b
Aplicación de la misma dosis, pero distribuida de
manera diferente.
14.4.3 Aireación
Debido a sus altas tasas de respiración (Sección 14.1) las raíces tienen una alta
demanda de oxígeno que en especies que no están para condiciones de aniego tiene
que ser proporcionado externamente, i.e., en plantas cultivadas en suelo mediante el
intercambio gaseoso entre la atmósfera y el suelo. Adicionalmente, la aireación es
esencial para satisfacer los requerimientos respiratorios de los microorganismos del
suelo. En una población densa, el consumo de oxígeno y la evolución del CO2 pueden
Página 553
ser tan altas como 17 l m-2 d-1. La transferencia de gases entre el suelo y la atmósfera
sucede principalmente en los poros aireados ya que la difusión de gases en el aíre es
cerca de 104 veces más rápida que en el agua. Aunque en muchas especies
adaptadas a la inundación (e.g., arroz de aniego) toma lugar en el aerénquima la
suficiente difusión interna de O2 desde las hojas a las raíces (Sección 16.4), en
especies mesofíticas (no aniego) esta transferencia interna es cualquiera insignificante
ó por lo menos es insuficiente para satisfacer el requerimiento de los grandes sistemas
radicales.
Página 554
disminuirse la extensibilidad de la pared celular, Están presumiblemente involucradas
en esta transducción de señales fitohormonas como el ABA y el etileno, ó precursores
del etileno (Sección 16.4.3).
Tabla 14.8
Página 555
Influencia de los ácidos fenólicos en el peso fresco
radical de plantas de arveja cultivadas bajo
condiciones axénicas por 10 días en solución nutritiva
con alto (15 mм) y bajo (1.5 mм) N-nitrato a
Ácidos fenólicos Peso fresco radical (g. por planta)
Alto nitrógeno Bajo nitrógeno
(1 μм)
Ninguno (control) 0.32 0.39
p- 0.54 0.33
hidroxibenzoico
a
A partir de Vaughan & Ord (1990).
Tabla 14.9
Página 556
Butírico (C4) 0.90 2.99
14.5.1 General
Página 557
diferentes cultivos puros de bacterias a partir del complejo de microflora tienen
cualquiera un fuerte efecto inhibidor ó una fuerte efecto estimulante en el crecimiento
radical indicando, que la inoculación con un complejo de microflora rizosférica puede
inducir una variedad de efectos en el crecimiento radical, dependiendo de las
proporciones de las poblaciones perjudiciales ó benéficas en la mezcla.
Tabla 14.10
Influencia de un inóculo en el suelo con microflora rizosférica y con cultivos puros de bacterias
rizosféricas en la morfología radical de plántulas de maíz a
Tratamiento Peso seco (mg. por Longitud de la raíz Raíces Raíces
planta) primaria (mm.) laterales adventicias
Caulinar Radical
(no. por (no. por planta)
planta)
Estéril 33.4 28.2 122 31 1.0
b
Colonias bacterianas aisladas a partir de microflora rizosférica
De acuerdo a Bowen & Rovira (1991), los microorganismos del suelo pueden
ser clasificados en dos categorías en relación al crecimiento vegetal:
Sin embargo, en muchos casos no son claras las distinciones dentro de una
categoría, por ejemplo, entre rizobacterias perjudiciales ó productores de cianuro, ó
entre productores de hormonas y PGPB.
Página 558
nemátodos quiste (Sección 11.5) ó en patógenos que deterioren específicas funciones
radicales como la producción de citoquininas. Sin embargo, en la última década se ha
incrementado mucho el interés en los “patógenos menores” que inhiben el crecimiento
radical mediante la producción de toxinas y cianuro, y en microorganismos benéficos
que pueden, por ejemplo, suprimir estos patógenos.
Tabla 14.11
Página 559
bacterias rizosféricas diazotrofas en particular (Sección 7.6), y se da en la Fig. 14.11
un ejemplo que muestra este efecto. La inoculación de plantas de trigo cultivadas en
suelo con A. brasilense Cd estimuló el crecimiento radical en general y la formación de
raíces y pelos radicales en particular. Pueden obtenerse similares efectos estimulantes
en el crecimiento radical mediante la aplicación de IAA a las plantas de trigo cultivadas
en suelo. Estos efectos de A. brasilense y otras bacterias rizosféricas diazotrofas al
realzar el crecimiento y desarrollo radical mejoraran la adquisición de nutrientes. Este
efecto es especialmente importante para el fósforo, y está presumiblemente
involucrado en la mejora del crecimiento del millo causada por la incorporación de paja
en el suelo.
Tabla 14.12
Página 560
Efecto de la L-metionina (L-MET) aplicada al suelo en el
crecimiento y nodulación de Albizia lebbeck L. 32 semanas
después del tratamiento en promedio a
Tratamiento Peso seco (g. por planta) Nodulos
Caulinar Radical
(g L-MET kg-1 (no. por
suelo) planta)
Control 64.5 42.5 19.2
La estimulación del crecimiento radical por las PGPB puede por lo tanto ser
muy dependiente de la disponibilidad de sustancias específicas como precursores de
fitohormonas (e.g., L-metionina para etileno; L-triptófano para IAA, y adenina para
CYT). Estos sustratos pueden ser proporcionados por los exudados radicales
vegetales (Sección 15.5.3), materia orgánica del suelo, e incorporación de fertilizantes
orgánicos.
Página 561
Fig. 14.12 Tasas de elongación radical de maní y algodón en función de la fuerza del
suelo (resistencia a la penetración radical). (En base a Taylor & Ratliff, 1969).
Página 562
varios factores Scout-Russell & Goss (1974) simularon una alta fuerza del suelo al
aplicar presión radial a las raíces cultivadas en un sustrato sólido (glass ballotini) con
un suministro ilimitado de nutrientes minerales, agua y oxígeno. En estos
experimentos puede demostrarse que a una presión de solo 0.5 bar (50 kPa),
requerida para agrandar los poros del sustrato, fue suficiente para inhibir la extensión
radical en cebada en un 80%. A pesar de la presencia de aireación, la acumulación de
etileno en los poros llenos de agua del sustrato fue más probablemente la causa de
esta extremadamente alta sensibilidad de las raíces a la impedancia mecánica.
Las respuestas típicas de las raíces a la incrementada fuerza del suelo incluyen
la inhibición de la tasa de elongación del eje principal, la realzada formación de raíces
laterales que inician cerca al ápice con una mayor densidad por unidad de longitud
radical (Fig. 14.13). Cuando hay solo una capa compactada en el suelo (e.g., debido a
operaciones de labranza) la reducción en el crecimiento radical en la zona de alta
fuerza del suelo se compensa frecuentemente por las mayores tasas de crecimiento
en el suelo suelto de encima ó debajo de la zona compactada. Esto sucede a menos
que el intercambio gaseoso (O2/CO2) se vuelva una factor limitante para el crecimiento
y actividad radical debido a una alta densidad de enraizado en el zona del suelo
suelto. Raíces de un número de especies vegetales pueden también penetrar
fácilmente horizontes calcicos (>15 cm. grosor) a profundidades de 50-100 cm. En
vista de la fuerza del suelo en tales horizontes no se esperaría esto pero puede estar
relacionada con la penetración a través de los “bioporos” continuos, i.e., canales
radicales de cultivos precedentes ó canales de lombrices de tierra..
Página 563
La inhibición de la elongación radical no está necesariamente correlacionada
con la inhibida toma de nutrientes minerales. En suelos compactados se incrementa el
contacto entre las raíces y el suelo (Sección 13.5) y por lo tanto también la tasa de
entrega de nutrientes minerales, como se indicó, por ejemplo, por las mayores tasas
de toma de nitrato y fósforo por unidad de longitud radical. Puede suceder por varias
razones un incremento en la toma de fósforo por unidad de longitud radical, no
solamente por el mayor poder buffer de los suelos. Puede ser, por ejemplo, la
expresión de una mayor demanda planteada por el vástago a un sistema radical más
pequeño ó llevado a cabo por cambios inducidos por la raíz en la rizosfera. Un
incremento en la densidad aparente del suelo disminuyó muy considerable la longitud
radical total del maíz pero no altero el porcentaje de fotosintatos asignados a las
raíces, conduciendo de este modo a una doble incremento en el consumo de
fotosintatos por unidad de longitud radical.
La restricción del volumen de enraizado, por ejemplo, por macetas de poco tamaño,
tiene efectos inhibidores sobre el crecimiento caulinar similares a aquellos por la
compactación del suelo. En plantas cultivadas en suelo el inhibido crecimiento caulinar
debido al “estrés por restricción radical” (efecto bonsái) puede causarse por lo menos
en parte por el limitado suministro de nutrientes y agua hacía los vástagos. Sin
embargo, sucede el mismo efecto en cultivos en arena percolados con soluciones
nutritivas ó en contenedores con un sistema de cultivo hidropónico con flujo continuo
(Fig. 14.14). La actividad radical, expresada como consumo de oxígeno por unidad de
peso radical es notablemente menor bajo estrés por restricción radical, y sucede algún
incremento en la formación de etileno, pero esto es probablemente un evento
secundario.
Página 564
Fig. 14.14 Efecto del “estrés por restricción radical” sobre el desarrollo de área foliar
en plantas de tomate cultivadas en un sistema de cultivo hidropónico de flujo continuo.
Volumen del contenedor: control = 1500 cm3; limitado = 25 cm3. (En base a Peterson
et al., 1991a)
Bajo estrés por restricción radical hay una declinación relativamente similar en
el peso seco radical y caulinar con la disminución en el tamaño de la maceta. Una
reducción en las tasas de elongación foliar es la respuesta más notable al estrés por
restricción radical, y esta reducción es principalmente el resultado de la reducida
división celular y no tanto del tamaño celular. De este modo, el inhibido crecimiento
caulinar bajo el estrés por restricción radical es más probablemente un proceso
regulado por señales hormonales derivadas de la raíz en que los factores nutricionales
ó las relaciones planta agua pueden, ó no pueden, jugar un rol secundario. El estrés
por restricción radical tiene implicaciones prácticas para plantas cultivadas en maceta
en la horticultura, pero también merece más atención para los experimentos en
macetas.
14.6.3 Humedad
El efecto del contenido hídrico del suelo (ó del potencial hídrico del suelo) en el
crecimiento radical es expresado en la forma de una típica curva óptima en la que los
factores químicos y físicos en el suelos son los parámetros responsables. En suelos
secos la impedancia mecánica y el bajo potencial hídrico del suelo son los factores de
estrés dominantes. En suelos salinos la acumulación de sales en general y en la
superficie radical en particular (Sección 15.2) más la disminución del potencial hídrico
Página 565
del suelo y, en combinación con el desbalance iónico en la rizosfera, imponen un
factor de estrés adicional en el crecimiento y funcionamiento radical. Los crecientes
contenidos de agua en el suelo alivian estos factores de estrés y hay un mucho menor
deterioro del crecimiento por extensión causado por la impedancia mecánica. Sin
embargo, con un ulterior incremento en el contenido de agua del suelo la aireación se
vuelve un factor limitante para el crecimiento y actividad radical (Sección 14.4.3) a
menos que se contrarreste por la adaptación morfológica y fisiológica de las raíces
(Sección 16.4.3).
Tabla 14.13
21 d.
44 28 0.64
Estrés por sequía
34 d. 48 45 0.94
Página 566
Como se discutió en la Sección 5.6 el ABA, ó compuestos relacionados, juegan
un rol central en el cambio en el crecimiento raíz/vástago bajo estrés por sequía. En
las zonas radicales apicales se realza la síntesis de ABA bajo estrés hídrico y es
trasmitido como señal no hidráulica al vástago el cual tiene una mucho mayor
sensibilidad al ABA que las raíces en términos de inhibición del crecimiento por
extensión. Esto puede considerarse un mecanismo efectivo de adaptación para
conservar agua como el suelo se seque, antes de que suceda un déficit hídrico en el
vástago.
14.6.4 Temperatura
Fig. 14.15 Influencia de la temperatura en la zona radical sobre la morfología radical y el crecimiento
caulinar de plántulas de papa. (Sattelmacher et al., 1990c)
Página 567
Aunque en muchas partes de los terrenos bajos en el trópico son comunes
temperaturas del suelo de 40ºC y arriba a 15 cm. profundidad, hay relativamente poca
información disponible sobre el crecimiento y fraccionamiento radical a temperaturas
supraóptimas. Dentro de una especie dada existen considerables diferencias
genotípicas en la tolerancia a temperaturas supraóptimas en la zona radical, por
ejemplo en papa. La inhibición del crecimiento radical a temperaturas supraóptimas en
la zona radicales también es dependiente de otros factores ambientales, por ejemplo,
altas intensidades lumínicas y alto suministro de nitrógeno nitrato incrementan la
sensibilidad de las raíces a las temperaturas supraóptimas. Aunque puede estar
involucrado un insuficiente suministro de carbohidratos no es la principal razón del
deteriorado crecimiento radical a temperaturas supraóptimas. En papa las primeras
respuestas a temperaturas supraóptimas en la zona radical son la inhibición de la
división celular en el meristemo apical radical y menor respuesta geotrópica, y en
sorgo es una disminución en la longitud de las células epidérmicas sugiriendo una
acelerada maduración de las células epidérmicas. Como retrorespuesta, se realza la
senescencia de los vástagos a temperaturas supraóptimas en la zona radical.
Tabla 14.14
Crecimiento y desarrollo radical de trigo de invierno cultivado por 20 días a diferentes temperaturas a
Temp. Longitud de las raíces Raíces laterales primarias por Longitud radical Relación peso
seminales planta específica seco
(ºC) Número Longitud (m) raíz/vástago
(m. por planta) (m. g-1 peso seco)
10 77 56 63 45 2.22
Página 568
Una caída en las tasas de elongación de las raíces a bajas temperaturas es
causada por una disminución en la extensibilidad de la pared celular de las células en
la zona de extensión, no por una pérdida de turgor. En maíz, la disminución de la
temperatura desde 30º a 15ºC causa que la extensibilidad de pared celular en la zona
de extensión disminuya un 25% de su valor original. Las células radicales detenidas en
su crecimiento por el tratamiento en frío no reanudaron su crecimiento al elevar la
temperatura, aunque el crecimiento radical se recupero del efecto de la temperatura en
base a la extensión de la células recién formadas. Las bajas temperaturas también
alteran notablemente la anatomía radical. En trigo la lignificación de los vasos del
metaxilema tardío se retraso y la conductividad hidráulica axial fue mucho mayor en
raíces cultivadas a temperaturas bajas comparando con raíces cultivadas a
temperaturas mayores. Sin embargo este efecto realzante en la conductividad
hidráulica axial puede ser contrarrestado en muchas especies vegetales donde a bajas
temperaturas la suberización de las raíces sucede mucho más cerca al ápice en
crecimiento.
El enfriamiento de las raíces inhibe las tasas de elongación caulinar y foliar sin
afectar el potencial hídrico foliar y está asociado con un incremento en la
concentración de ABA en las hojas. En maíz una disminución en la temperatura de la
zona radical desde 28ºC a 8ºC incrementó cerca de dos veces la concentración de
ABA en el exudado xilemático. Este es otro ejemplo de la comunicación raíz a vástago
bajo estrés en el ambiente radical. Esta señal bajo estrés por bajas temperaturas
parece ser muy dependiente del estado nutricional vegetal, particularmente efectiva en
plantas deficientes en nitrógeno ó fósforo.
Página 569
hay algo de controversia acerca de si esto refleja un “equilibrio funcional” entre raíces
y vástagos.
Tabla 14.15
Página 570
a
En base a Buwalda & Lenz (1992).
Página 571
15. La interfase raíz-suelo (rizosfera) en relación
a la nutrición mineral
15.1 General
Página 572
15.2 Concentración de iones en la rizosfera
Por otro lado, una mayor toma de agua que de iones conduce a la acumulación
de iones en la rizosfera. Esto puede predecirse a partir de cálculos en base a modelos
de transporte de solutos por difusión y flujo másico hacia la superficie radical para
aquellos iones que están presentes en altas concentraciones en la solución del suelo
(Sección 13.2). Esta acumulación puede también demostrarse al separar
cuidadosamente las raíces del suelo adherido flojamente (suelo rizosférico) y del suelo
estrechamente adherido (suelo del rizoplano). De un modo más elegante, los
compartimientos de la raíz y del suelo no rizosférico pueden separarse por mallas,
permitiendo el análisis del suelo en distancias definidas desde la superficie radical. Se
han dado ejemplos de estos para el agotamiento del potasio y del fósforo en el
Capitulo 13. Usando una técnica similar, la acumulación de iones en la rizosfera puede
también ser medida como se muestra en la Fig. 15.2 para calcio y magnesio. Después
del crecimiento por dos meses en un suelo franco arenoso las concentraciones de
calcio y magnesio en la rizosfera se incrementaron 2-3 veces comparando con el suelo
no rizosférico. Si ó no los iones como el calcio se acumulan en la rizosfera depende de
ambos del transporte por flujo másico (transpiración) hacia las raíces (Sección 13.2) y
de la tasa de toma por las raíces. Las especies vegetales difieren en ambos aspectos.
Por ejemplo, en ryegrass y lupino cultivados en el mismo suelo, el suministro de calcio
por flujo másico fue de 2.8 y 8 mg Ca, respectivamente, pero la toma de calcio fue de
0.8 mg en ryegrass y 9.0 en lupino. De este modo, a pesar del suministro mucho
mayor, el calcio se agoto en la rizosfera de lupino pero se acumuló en el caso del
ryegrass.
Página 573
Fig. 15.2 Acumulación del calcio y magnesio en el suelo rizosférico de plantas de
cebada de dos meses de edad (Redibujado a partir de Youssef & Chino, 1987).
Página 574
Tabla 15.1
Relación entre la toma de agua por unidad de longitud radical y acumulación de sodio y cloruro alrededor de raíces de
maíz a
Toma de agua Cloruro (mg(100g)-1 suelo) Sodio (mg(100g)-1 suelo) Conductividad
(transpiración 100 ml No Flojo b
Cercano No Flojo Cercano d eléctrica, cercano d
cm-1) rizosférico a d
rizosférico a b
(mmho cm-1)
0.38 31 41 58 22 34 41 1.38
0.46 36 43 65 28 33 45 2.28
0.82 43 66 97 36 49 68 3.79
b
Suelo no rizosférico
c
Suelo flojamente adherido (suelo rizosférico)
d
Suelo estrechamente adherido (suelo rizoplano)
Las valores promedios para la rizosfera comparando con el suelo total tampoco
proporcionan una verdadera imagen de las relaciones de nutrientes en la rizosfera ya
que ignoran loas gradientes a lo largo del eje radical, por ejemplo, en las tasas de
toma de elementos minerales y agua (Fig. 15.1). Las tasas de toma de nutrientes
minerales pueden diferir mucho a lo largo del eje radical (Sección 2.6). Lo mismo es
cierto para las tasas de toma de agua que son, por ejemplo, mucho mayores en raíces
desnudas que en raíces sheathed del maíz y otras plantas C4 (Sección 2.7), ó en
especies perennes donde se presentan tasas mucho mayores en las zonas radicales
apicales donde está incompleta la formación de endodermis y exodermis.
Página 575
Los gradientes en las tasas de toma de iones a lo largo del eje radical son
también importantes para la competencia y selectividad en la toma (Fig. 15.3). La
fuerte depresión en la toma de magnesio por el potasio puede ser rápidamente
demostrada en cultivos en solución nutritiva (Sección 2.5.3) sucediendo en plantas
cultivadas en suelo siempre y cuando el potasio este alto en la rizosfera. El
agotamiento del potasio en la solución del suelo de la rizosfera por debajo de 20 μм
dobló la tasa de toma de magnesio en el ryegrass (Fig. 15.3). La prolongación radial
de la zona de agotamiento del potasio desde las zonas apicales hacia las básales
permite superiores tasas de toma de magnesio en las zonas basales. De este modo, la
separación espacial de los iones en la rizosfera a lo largo del eje radical de plantas
cultivadas puede separar las limitaciones en la nutrición mineral vegetal causadas por
la competencia por los sitios de toma. Sin embargo, en suelos salinos con altas
concentraciones de sodio, la toma preferencial del potasio en las zonas radicales
apicales también incrementa la probabilidad de superiores tasas de toma de sodio en
las zonas basales y de este modo, de disminuir la selectividad global en la toma
K+/Ca2+.
15.3.1 General
El pH de la rizosfera puede diferir del pH del suelo no rizosférico por más de dos
unidades, dependiendo de los factores planta y suelo. Las factores más importantes
en los cambios inducidos por la raíz en el pH rizosférico son el deterioro en la relación
toma catión/anión y las correspondientes diferencias en la liberación neta de H+ y HCO
(ú OH-), y en la excreción de ácidos orgánicos. Los ácidos orgánicos pueden también
Página 576
ser producidos por la actividad microbiana estimulada por la liberación de carbono
orgánico desde las raíces, y por la producción de CO2 por las raíces y
microorganismos rizosféricos. En suelos aireados, el CO2 por si mismo es de menor
importancia en el pH rizosférico ya que este se difunde rápidamente desde las raíces a
través de los poros llenos de aire. Es principalmente el CO2 disuelto en la solución del
suelo (H+, HCO ) el que afecta el pH rizosférico ya que la movilidad de los H+ y HCO
es relativamente baja en la solución del suelo.
La capacidad buffer del suelo y el pH inicial del suelo (suelo no rizosférico) son
los principales factores que determinan el grado en que las raíces vegetales pueden
cambiar el pH rizosférico. La capacidad buffer del pH de los suelos no depende tanto
del contenido de arcillas sino principalmente del pH y contenido de materia orgánica
inicial; la capacidad buffer del pH es inferior a pH cercano a 6, y se incrementa a
ambos valores de pH inferiores y superiores.
Tabla 15.2
Página 577
Contenidos en materia seca
Suministro caulinar
de pH (mg g -1
) (μg g-1)
nitrógeno rizosférico K P Fe Mn Zn
NO3-N 7.3 13.6 1.5 130 60 34
Fig. 15.4 Influencia de la forma de nitrógeno incorporado a la solución del suelo sobre
el pH del rizoplano a lo largo de raíces del pícea de Noruega de 4 años cultivado en un
Luvisol a pH 4.5 (H2O). (Leisen et al., 1990)
Página 578
Existen fuertes diferencias en el pH rizosférico entre las especies vegetales
cultivadas en el mismo suelo y las suplidas con nitrógeno nitrato. El trigo negro y el
garbanzo tienen un muy bajo pH rizosférico comparando, por ejemplo, con aquel del
trigo ó del maíz. Estas diferencias genotípicas reflejan las diferencias en las relaciones
toma catión/anión.
Tabla 15.3
Efectos de las fuentes de nitrógeno en la acidez y alcalinidad generada por las raíces de alfalfa, en el pH del
suelo, y en la utilización de la roca fosfatada a
Tratamiento
Fuente Roca
nitrógeno fosfatada Acidez Alcalinidad pH Toma de Rendimiento
suelo fósforo (mg
(meq g-1 peso (meq g-1 peso (H2O) por maceta) (g peso seco por
seco) seco) maceta)
Nitrato - - 1.1 6.8 1 2.5
Página 579
alfalfa. Los modelos de simulación para la predicción de la toma de fosfato por
leguminosas cultivadas simbióticamente, particularmente cuando son suplidas con
roca fosfatada, ó cultivadas en suelos con pH alcalino, tienen por lo tanto que
considerar esta movilización del fósforo por la acidificación rizosférica, de lo contrario
la toma real excederá por mucho la toma pronosticada.
Con el paso del tiempo, la fijación simbiótica del nitrógeno también afectara la
acidificación del suelo no rizosférico y de este modo los requerimientos de cal (Sección
7.4). Un cultivo de alfalfa que fije N2 y que de una producción anual de materia seca
caulinar de 10 t por hectárea producirá una acidez en el suelo equivalente a 600 kg
CaCO3 por hectárea. En pasturas leguminosas que no son encaladas hay una notable
correlación negativa entre la edad de la pastura y el pH del suelo. En suelos en que las
leguminosas son cultivadas continuamente puede de este modo ser liberado el
manganeso intercambiable del suelo hacia la solución del suelo incrementando el
riesgo de toxicidad por manganeso en las plantas. En climas húmedos bajo pasturas
leguminosas la pérdida del nitrógeno fijado simbióticamente en el sistema a través del
lavado del nitrato y de una cantidad equivalente de cationes como magnesio y calcio
contribuyen a la acidificación del suelo. Un impacto similar a largo plazo en la
acidificación del suelo por la fijación de N2 puede observarse en ecosistemas
forestales cuando el pH debajo del aliso rojo es comparado con el del abeto de
Douglas, y en rotaciones de cultivos con una alta proporción de leguminosas.
Los cambios inducidos por la raíz en el pH rizosférico también están relacionados con
el estado nutricional vegetal. Los ejemplos son la acidificación de la rizosfera en
algodón y otras dicotiledóneas bajo deficiencia de zinc, y en especies no gramíneas
bajo deficiencia de hierro (Sección 2.5.6). En ambos casos el incremento en la
liberación neta de H+ está estrechamente relacionado a un incremento en la relación
toma catión/anión. Bajo la deficiencia de hierro esta acidificación también sucede en
plantas alimentadas con nitrato (Fig. 15.5), y en base al sistema radical como un todo,
las tasas de liberación neta de H+ por unidad de peso radical están en un orden de
magnitud similar a las plantas alimentadas con amonio suficientes en hierro. De nuevo,
sin embargo, los valores promedio son engañosos ya que bajo deficiencia de hierro la
realzada liberación neta de H+ está confinada a las zonas radicales apicales donde las
tasas reales son casi ocho veces superiores que en las plantas alimentadas con
amonio (Fig. 15.5). Esta acidificación altamente localizada puede permitir a las raíces
disminuir el pH rizosférico en las zonas apicales aún en suelos calcáreos realzando la
movilización del hierro (Sección 16.5.3).
Página 580
Fig. 15.5 Acidificación de la rizosfera (indicado por el agar con púrpura de
bromocresol, arriba) y tasas de liberación radical neta de H+ enplantas intactas de
girasol. (Modificado de Römheld et al., 1984).
Página 581
Tabla 15.4
b
Nitrógeno suplido como Ca(NO3)2.
Página 582
La distancia en que la zona de oxidación se extiende desde el rizoplano hacia
el suelo no rizosférico (Fig. 15.6) varia entre 1 y 4 mm , dependiendo del suministro de
O2 y consumo de O2, y de la capacidad buffer redox del suelo. La distancia también
varia a lo largo del eje de las raíces individuales. En arroz inundado, el potencial redox
se incrementa abruptamente detrás del ápice radical, por ejemplo, desde -250 mV a
cerca de +100mV, cayendo otra vez en las zonas más basales, y elevándose de
nuevo en los sitios donde las raíces laterales penetran el cortex. Este patrón en el
potencial redox a lo largo del eje radical puede estar relacionado con el patrón en la
densidad poblacional de microorganismos rizosféricos (como los principales
consumidores de O2) que es baja en el ápice y se incrementa abruptamente en las
zonas básales antes de la emergencia de las raíces laterales.
Fig. 15.7 Efecto de la porosidad llena de aíre y el crecimiento de trigo (plantado) sobre la desnitrificación
en un suelo chernozem (Corg:1.8%). (De acuerdo a Prade & Trolldenier, 1989).
Página 583
15.4 Rizodeposición y exudados radicales
15.4.1 Rizodeposición
En promedio, 30-60% del carbono fotosintético neto es destinado a las raíces (Tabla
15.5) y de este carbono una proporción apreciable es liberada como carbono orgánico
en la rizosfera. Esta liberación de carbono, también llamada rizodeposición, es
altamente variable, para especies anuales es tanto como el 40% y para árboles
forestales como el abeto de Douglas, son bastante comunes los valores mayores al
70%.
Tabla 15.5
Página 584
efectivos en la movilidad de nutrientes minerales como metabolitos de la actividad
microbiana. Ciertos constituyentes de los exudados radicales LMW pueden también
ser transformados por los microorganismos rizosféricos a compuestos fisiológicamente
altamente activos (e.g., fitohormonas).
Fig. 15.8 Modelo del flujo del carbono en la rizosfera. LMW= bajo peso molecular.
(Modificado de Warembourg & Billes, 1979)
15.4.2.1 General
Los exudados radicales comprenden solutos ambos de alto y bajo peso molecular
liberados ó secretados por las raíces. Los componentes más importantes de los
solutos de alto peso molecular son el mucílago y las ectoenzimas (Sección 15.4.2.4) y
en la fracción de bajo peso molecular están los ácidos orgánicos, azúcares, fenólicos,
y aminoácidos (incluyendo fitosideróforos). Los lisatos a partir de la autolisis de las
células epidérmicas y corticales son incluidos en la categoría de exudados radicales.
La exudación radical es afectada por varios factores endógenos y exógenos, y por las
dinámicas de los nutrientes en la rizosfera y por la adquisición de nutrientes,
pareciendo ser de particular importancia el estado nutricional vegetal y la impedancia
mecánica del sustrato (Fig. 15.9).
Página 585
Fig. 15.9 Representación esquemática de la exudación radical al afectarse por deficiencia de nutrientes
minerales y por impedancia mecánica. Sustrato sólido o mucílago
Página 586
Tabla 15.6
Cultivo en arena
Las superficies radicales, particularmente las zonas apicales, están cubiertas por
materiales gelatinosos de alto peso molecular (mucílago), que consiste principalmente
de polisacáridos que incluyen cerca de 20-50% de ácidos poliurónicos, dependiendo
de la especie vegetal. Este material es secretado por las células de la caliptra y son
también liberados por las células epidérmicas. La producción del mucílago está
positivamente correlacionada con la tasa de crecimiento radical. En medio no estéril
este también incluye las sustancias producidas por la degradación bacteriana de las
paredes celulares. En plantas cultivadas en suelo el mucílago está usualmente
invadido por microorganismos, y están embebidas en ambas partículas del suelo
orgánicas e inorgánicas. Esta mezcla de material gelatinoso, microorganismos, y
partículas del suelo es llamado mucigel.
Bajo ciertas condiciones el estrecho contacto entre las partículas del suelo y la
superficie radical vía mucílago (Fig. 15.9) puede ser de considerable importancia para
la toma de nutrientes minerales. Esto aplica particularmente para los micronutrientes y
el fósforo y también para metales pesados tóxicos y el aluminio. En esta zona de
transición mal definida en la interfase suelo-raíz se llevan a cabo efectos que son
Página 587
diferentes de aquellos que suceden en la solución libre (“efecto bifásico”).
Trabajadores han demostrado que en suelo deficiente de fósforo, las plantas toman el
fósforo que no está en equilibrio con la solución del suelo pero que es movilizado hacia
la interfase raíz-suelo presumiblemente vía desorción de fosfatos desde las superficies
arcillosas mediante el componente ácido poligalacturónico del mucílago. La bifase
afecta el suministro de solo una menor fracción del total de demanda de
macronutrientes como el fósforo, pero no es el caso con micronutrientes como hierro.
Como se muestra en la Tabla 15.7 las plantas de maíz cultivadas en arena cuarcítica
con FeOOH toman suficiente hierro para el normal crecimiento y formación de clorofila.
Este hierro fue movilizado en la interfase arena-raíz y no estuvo en equilibrio en la
solución libre. Esto se indica por el contenido extremadamente bajo de hierro en las
plantas cultivadas en una solución nutritiva en que el hierro fue suplido solo a la
concentración en equilibrio que tenía la arena cuarcítica. Mas probablemente, en la
arena cuarcítica el hierro fue movilizado en la capa mucigel de la interfase arena-raíz
mediante las altas concentraciones localizadas de fitosideróforos en los exudados
radicales de plantas de maíz deficientes en hierro.
Tabla 15.7
c
Clorosis severa
Página 588
El mucílago tiene una alta capacidad de complejación con metales pesados
catiónicos (Pb > Cu > Cd) principalmente intercambiándolo con Ca2+. El ligamiento
preferencial del plomo (Pb) puede ser un factor importante en su restringida toma por
las raíces. Puede demostrarse para el aluminio una restricción en su toma debida al
mucílago (Tabla 15.8). En las zonas apicales de raíces en crecimiento, el mucílago es
producido continuamente y puede representar más del 10% del peso seco en los 5
mm . apicales de las raíces de caupí. En raíces expuestas al aluminio una alta
proporción del aluminio es enlazado específicamente al mucílago. En base al peso
seco el mucílago contiene cerca de ocho veces más aluminio que el tejido radical
(Tabla 15.8). Por consiguiente, la eliminación del mucílago conduce a un incremento
en el contenido de aluminio en el tejido radical y a una severa inhibición de la
extensión radical. El realce de la producción de mucílago por la impedancia mecánica
es por lo tanto un principal factor que contribuye a la mucha mayor tolerancia al
aluminio por las raíces cultivadas en sustratos sólidos comparando con soluciones
nutritivas (Tabla 15.6).
Tabla 15.8
-b 5.9 - - - -
b
Mucílago removido mecánicamente tres veces por día.
c
+ 5mg Al l-1
Los principales constituyentes de los exudados radicales LMW (Fig. 15.8) son los
azúcares, ácidos orgánicos, aminoácidos, y fenólicos. Por lo general los azúcares y
azúcares son los compuestos predominantes. Sin embargo, no solo varían las
cantidades totales sino también las proporciones de estos compuestos entre especies
vegetales y el estado nutricional vegetal. Es difícil de obtener datos precisos sobre los
exudados radicales LMW ya que bajo condiciones no estériles, especialmente en
soluciones nutritivas, los microorganismos pueden utilizar una gran parte de estos
como fuente de carbono, y bajo condiciones estériles las cantidades liberadas son
considerablemente inferiores.
Página 589
En general, la exudación radical de compuestos LMW es superior en las zonas
radicales apicales que en las basales. En el caso de azúcares y aminoácidos esto
puede reflejarse en parte por su liberación por difusión desde las células y tejidos con
altas concentraciones internas. En las zonas radicales apicales, los aminoácidos
derivados del floema conducen a concentraciones elevadas de aminoácidos en el
apoplasto y, a pesar de un efectivo mecanismo de recuperación por reabsorción
mediante sistemas de toma enlazados a la membrana, no puede evitarse la liberación
de aminoácidos en la solución externa. Los mismo probablemente es cierto para
azúcares, mientras que para ácidos orgánicos, a altas tasas de exudación (e.g., bajo
deficiencia de fósforo) la excreción está más probablemente acoplada con un
cotransporte acoplado de H+ (Sección 2.4).
Los ácidos orgánicos, así como los fenólicos, en los exudados radicales son
también importantes al traer fosfatos inorgánicos escasamente solubles a la solución.
Los medios por los que los ácidos orgánicos movilizan el fosfato no están confinados a
disminuir el pH rizosférico. El citrato, por ejemplo, desorbe los fosfatos a partir de
superficies de sesquióxidos mediante intercambio aniónico (ligandos). Por lo general,
Página 590
una combinación de ambos desorción y quelación del aluminio y hierro es responsable
de la movilización de fosfatos a partir de fosfatos de hierro y/ó aluminio. Los ácidos
cítrico y málico y los fenólicos, forman quelatos relativamente estables con el Fe (III) y
aluminio, incrementando por lo tanto la solubilidad y la tasa de toma del fósforo. Como
un efecto colateral de la quelación del aluminio se alivian los efectos dañinos en el
crecimiento radical ejercidos por las altas concentraciones de aluminio monomérico.
Página 591
Tabla 15.9
b
Incluyendo otros ácidos orgánicos.
El ácido piscídico es un fuerte quelante del Fe(III) y, de este modo, moviliza los
fosfatos de hierro escasamente solubles, pero no es muy efectivo en traer a solución a
los fosfatos de calcio escasamente solubles. El fríjol gandul es por lo tanto altamente
eficiente en fósforo cuando es cultivado en Alfisols pero no en Vertisols (alto pH,
dominando el Ca-P).
Página 592
también con la realzada excreción neta de ácidos orgánicos (Tabla 15.10). Este
realzada excreción esta principalmente confinada a las zonas radicales apicales y
coincidió con los superiores contenidos de malato y citrato en las zonas radicales
apicales de plantas deficientes en fósforo. No son claras las razones para los
diferentes mecanismos de acidificación de la rizosfera en colza (Tablas 15.4 y 15.10).
Tabla 15.10
Tiene ventajas ecológicas una alta tasa de exudación local de ácidos orgánicos
y otros solutos (e.g., fitosideróforos), así como de protones (Fig. 15.5). En suelos bien
tamponados una declinación en el pH solo puede conseguirse mediante altas
densidades de flujos de protones y ácidos orgánicos. Es más, los sitios de bajo pH
localizado en la rizosfera pueden inhibir el crecimiento de microorganismos y por lo
tanto evitar ó por lo menos restringir la degradación microbiana de los exudados. Este
principio es casi realizado perfectamente en plantas enraizadas en cluster como varias
especies arbóreas (e.g., Banksia spp.) y también en especies leguminosas anuales
como Lupinus albus (Sección 14.4). Dentro de los cluster radicales (raíces proteoid) se
hace posible una intensa extracción en un volumen limitado del suelo mediante los
exudados radicales que de otra manera se difundirían en un mayor volumen de suelo
con la correspondiente dilución. Este efecto espacial de los exudados radicales dentro
de las zonas radicales proteoid es lo opuesto a lo descrito para la adquisición de
fósforo, ó potasio, en plantas sin formación de raíces en cluster donde a altas
densidades de enraizado el traslape de las zonas de agotamiento disminuye su
eficacia (Sección 13.3).
Página 593
Tabla 15. 11
Hierro 34 251
Manganeso 44 222
Página 594
fósforo. Sin embargo, en vista de los beneficios (movilización no solo del fósforo sino
también de otros nutrientes minerales), y el costo de las alternativas (asignación del
10-20% de la fotosíntesis neta a hongos en asociaciones micorrícicas VA, Sección
15.6.3); ó el incremento en el áreas radical superficial (Sección 14.4), esta estrategia
de plantas con raíz proteoid parece ser bastante eficiente.
Tabla 15.12
Peso seco y toma de fósforo del trigo (T. aestivum) y lupino blanco (L. albus)
cultivados en cultivo mixto en un suelo deficiente en fósforo (pH 6.5) suplido con roca
fosfatada y nitrógeno nitrato a
Peso seco Toma de fósforo
Sistemas
radicales de (g. por maceta) (mg. por maceta)
ambas especies Trigo Lupino Trigo Lupino
Separados b 23.5 27.3 23.6 36.6
Página 595
como un efecto colateral se incrementa la solubilidad y movilidad de otros
micronutrientes en la rizosfera.
Fig. 15.12 Movilización de micronutrientes a partir de un suelo calcáreo (Luvisol, 7% CaCO3) por
exudados radicales de plantas de cebada suficientes (+Fe) y deficientes (-Fe) de hierro. (Treeby et al.
1989.)
15.4.2.5 Ectoenzimas
En la mayoría de suelos agrícolas entre el 30 y 70% del fósforo total del suelo está
presente en la materia orgánica del suelo (fósforo orgánico, Porg). En suelos forestales
la proporción de Porg puede elevarse al 95%. En la rizosfera, parte de este Porg es
movilizado desde, ó incorporado en, esta fracción por los microorganismos
rizosféricos. La hidrólisis del Porg es mediada por la fosfatasa ácida radical, fosfatasa
alcalina ó ácida fungosa, y la fosfatasa alcalina bacteriana. Existe por lo tanto un
notable gradiente en la actividad fosfatasa desde el suelo no rizosférico hacia la
superficie radical como se muestra en la Fig. 15.13 para fosfatasa ácida.
Fig. 15.13 Actividad fosfatasa ácida en la rizosfera de diferentes especies vegetales cultivadas en un
suelo franco limoso. (Tarafdar & Jungk, 1987).
Página 596
Las fosfatasas son enzimas adaptativas y por consiguiente la actividad fosfatasa
ácida radical se incrementa en respuesta a la deficiencia de fósforo. La fosfatasa ácida
radical determinada in vivo es una ectoenzima secretada, ó liberada por las raíces,
particularmente en las zonas apicales. Las diferencias en actividad fosfatasa ácida
entre las tres especies mostrada en la Fig. 15.13 son por lo tanto no necesariamente
típicas para las tres especies sino que probablemente relacionan las diferencias en el
estado nutricional del fósforo en las plantas. En vista de la alta proporción de Porg en la
solución del suelo no rizosférico (Sección 13.5) y el alto recambio del Porg en los
microorganismos rizosféricos, es evidente la importancia de la alta actividad fosfatasa
ácida radical para la adquisición del fósforo, particularmente cuando se cultivan en
suelos bajos en fósforo. De acuerdo con este sugerido rol, del agotamiento total de
fósforo en la rizosfera (reflejando la toma por las raíces) la proporción explicada por la
fracción Porg fue cerca del 50% ó aún mayor. En la rizosfera del pícea de Noruega (Fig.
15.14) el agotamiento del fósforo estuvo aún confinado a la fracción Porg y
estrechamente correlacionado con la actividad fosfatasa ácida que, en estos sistemas
radicales micorrícicos puede derivar de ambos raíces y hongo. En Pinus rigida la
actividad es mucho superior en raíces no micorrizadas que en raíces colonizadas con
el hongo ECM Pisolithus tinctorius.
Fig. 15.14 Actividad fosfatasa ácida y contenido de fósforo inorgánico (Pi) y orgánico (Porg) en la fracción
extraíble con agua del suelo del rizoplano (RPS), suelo rizosférico (RS), y del suelo no rizosférico (BS) en
una población de pícea de Noruega de 80 años de edad. (Häussling & Marschner, 1989).
Ya que las raíces actúan como una fuente de carbono orgánico, la densidad
poblacional de microorganismos, especialmente bacterias, es considerablemente
mayor en la rizosfera que en el suelo no rizosférico. El relativo incremento en el
número de microorganismos es expresado como una relación R/S, siendo R el número
por gramo de suelo rizosférico y S en el suelo no rizosférico. Las relaciones varían
enormemente, entre 5 y 50, dependiendo por ejemplo de la edad vegetal, especie
Página 597
vegetal, y del estado nutricional vegetal. En general, todos los factores endógenos y
exógenos que afectan la rizodeposición y de este modo el abastecimiento de carbono
orgánico tienen un impacto similar en la densidad poblacional en el rizoplano y en la
rizosfera. La colonización radical por microorganismos no infecciosos no está
confinada al rizoplano sino que toma lugar en una variable proporción también en el
apoplasto del cortex (e.g., de A. brasilense, Sección 7.6). Para tales casos algunas
veces se usa el termino “endorizosfera”, pero se considera más apropiado el termino
“endófito bacteriano”.
Por lo general, en plantas cultivadas en suelo entre el 75% y más del 85% del
suministro total de carbono orgánico para la actividad microbiana en la rizosfera está
representado por células y tejidos de muda (Fig. 15.8). A pesar del alto suministro de
compuestos carbono orgánico los microorganismos rizosféricos pueden estar limitados
en nutrientes, particularmente de nitrógeno. Por lo tanto, en no leguminosas
generalmente el número de bacterias rizosféricas se incremento con la fertilización
nitrogenada, como también su actividad y tasa de recambio. La limitación en nitrógeno
es probablemente también una razón principal de la drástica disminución en las tasas
de recambio bacteriano en la rizosfera de colza desde 9.3 h en plantas de 6 días de
edad hasta 160 h en plantas de 26 días de edad.
Página 598
Fig. 15.15 Presentación esquemática de la separación espacial de exudados radicales LMW (e.g.,
fitosideróforos, ácidos orgánicos) y actividad microbiana en la rizosfera de plantas cultivadas en suelo.
Página 599
conclusiones firmes sobre los efectos netos en la toma del nitrógeno (e.g., superior
mineralización versus superior desnitrificación). Pueden esperarse efectos benéficos
en la adquisición del fósforo y varios micronutrientes por las plantas a partir de
microorganismos rizosféricos que, por ejemplo, usen los azúcares de los exudados
radicales LMW ó usen las células y tejidos mudados como una fuente de carbono para
la producción de quelantes ú ácidos orgánicos que pueden actuar similar a los
exudados radicales.
Página 600
Fig. 15.16 Representación esquemática de varios mecanismos para la movilización e inmovilización del
manganeso en la rizosfera. MO = microorganismos; MnOx = óxidos de Mn(III) + Mn(IV). (Marschner,
1988). Reimpreso con permiso de Kluwer Academic Publishers.
Página 601
Fig. 15.17 Posible rol de ciertos exudados radicales de bajo peso molecular como “señales” ó como
fuentes (precursores) en la producción de fitohormonas por microorganismos (MO) en la rizosfera.
Los exudados radicales específicos, sin embargo, no solo actúan como una señal
para el establecimiento de las interacciones simbióticas sino también para el de
plantas parasitas de flor (Fig. 15.17). En los exudados radicales de Sorghum bicolor
una hidroquinona (sorgolactona) estimula fuertemente la germinación de Striga
asiatica, y de este modo la formación de la interacción parasita.
Página 602
En vista de estos efectos específicos de ciertos compuestos en los exudados
radicales es evidente que la evaluación de la importancia de los exudados radicales en
términos de cantidad, ó proporción de fotosintatos netos, es totalmente inadecuada
particularmente con respecto a su impacto general en la nutrición mineral vegetal.
15.6 Micorrizas
15.6.1 General
Las micorrizas son las asociaciones más difundidas entre microorganismos y plantas
superiores. Las raíces de la mayoría de plantas cultivadas en el suelo son usualmente
micorrizadas En una base global las micorrizas se presentan en un 83% en
dicotiledóneas y 79% en monocotiledóneas, y todas las gimnospermas son
micorrizadas. Las plantas no micorrizadas se presentan en hábitats donde los suelos
son cualquiera muy secos ó salinos, ó inundados (sumergidos), severamente
perturbados (e.g., actividades de minado), ó donde la fertilidad del suelo es
extremadamente alta ó extremadamente baja. Las micorrizas están ausentes bajo
todas las condiciones ambientales en las Crucíferas y Quenopodiáceas, y también son
bastante raras ó ausentes en muchos miembros de las Proteáceas ú otras típicas
especies vegetales que formen raíces en cluster.
Página 603
Fig. 15.18 Presentación esquemática de las principales características estructurales
de las micorrizas vesiculo-arbusculares (VA) (izquierda) y de ectomicorrizas (EC)
(derecha). RM, rizomorfos.
Las VAM son por mucho las más abundantes de las endo- y ectomicorrizas. La
VAM está caracterizada por la formación de estructuras de haustorios ramificados
(arbúsculos) dentro de las células corticales y por un micelio que bien se extiende en
el suelo circundante (hifas externas, micelio extraradical; Fig. 15.19). Los arbúsculos
tiene corta vida, cerca de 10-12 días, y son los principales sitios de intercambio de
solutos dentro del hospedero. Los hongos VAM pertenecen principalmente a cuatro
géneros, Acaulaspora, Gigaspora, Glomus, y Sclerocystis. Se cree que Glomus es el
género más abundante de los hongos del suelo. Muchos, pero no todos los hongos
endomicorrícicos forman vesículas como órganos de almacenamiento ricos en lípidos
(Fig. 15.18). Por lo tanto, en la literatura reciente en vez del término VAM también es
usado el término AM (micorriza arbuscular) para las endomicorrizas.
Fig. 15.19 Sistemas radicales micorrizados. Superior: Raíz de papa cultivada en suelo
con hifas extramatriciales del hongo VAM Glomus mosseae. Inferior: Pequeñas raíces
ectomicorrizadas del pícea de Noruega cultivado en suelo. (Cortesía de G. Hahn)
Página 604
Las micorrizas ericoides se presentan en Ericales, cualquiera como el tipo
endomicorrícico, ó como el tipo ectendomicorrícico. El tipo endomicorrícico está
caracterizado por espirales de hifas dentro de las células rizodérmicas (epidérmicas)
infectadas. Cada célula es infectada solamente a través de la pared celular exterior, y
las hifas individuales se extienden hacia el suelo como en el caso de las VAM. En el
tipo ectendomicorrícico una delgada capa de hifas externas puede también rodear a la
raíz.
Página 605
15.6.3 Infección radical, demanda de fotosintatos, y crecimiento de la planta
hospedera
Los exudados radicales de las plantas hospederas tienen una fuerte acción
quimotáctica en los hongos ECM y VAM, y la efectividad de los flavonoides
responsables en estos exudados radicales (Sección 15.5.3) es muy realzada por las
elevadas concentraciones de CO2. Las bacterias rizosféricas no infecciosas pueden
realzar ó suprimir la infección micorrícica. Se ha obtenido notable estimulación de la
infección por VAM mediante la inoculación con Azospirillum y en el caso del hongo
ECM Laccaria laccata con las llamadas “bacterias ayudantes de la micorrización”.
Página 606
El alto suministro de nitrógeno también deprime la infección VAM y ECM,
particularmente en combinación con altos niveles de fósforo y cuando el nitrógeno es
suplido como amonio. En ECM particularmente la masa del micelio disminuye a alto
suministro de nitrógeno. La disminución en el porcentaje de raíz infectada (VAM) ó en
la proporción de puntas radicales ECM a alto suministro de fósforo ó nitrógeno es, sin
embargo, no necesariamente una expresión de un mecanismo de regulación
específico sino es frecuentemente el resultado de un realzado crecimiento radical
mientras que el del hongo asociado se rezaga. La longitud total de raíz infectada con
VAM ó el número de puntas radicales con ECM son frecuentemente un parámetro
apropiado, pero para la evaluación de su efectividad en la adquisición de nutrientes, la
cuantificación del micelio extraradical sería el parámetro más importante (ver abajo).
Página 607
Fig. 15.20 Presentación esquemática de los efectos de la colonización micorrícica en la morfología radical
y en la distribución de los microorganismos rizosféricos no infecciosos.
Página 608
crecimiento radical y también caulinar. Pero no es solo la colonización micorrícica por
si misma lo que es importante sino también la especie micorrícica que altera
diferentemente la microflora rizosférica (Tabla 15.13). Dependiendo de la especie VAM
serán afectados a un diferente grado el número total de bacterias, bacterias
diazotrofas, y actinomicetos. Los bajos números de bacterias rizosféricas en las
plantas no micorrizadas son causados por la limitación en fósforo y el
correspondientemente pobre crecimiento vegetal.
Tabla 15.13
Acaulospora
laevis
a
En base a Cecilia & Bagyaraj (1987)
b
cfu. unidades formadoras de colonia.
Página 609
y están ausentes otros efectos benéficos de las micorrizas (Sección 15.10)- la
micorrización deprime el crecimiento radical principalmente por la competición en
demanda. Las condiciones ambientales desfavorables como el sombreo y la
defoliación también deprimen el crecimiento micorrícico, pero a un menor grado que el
de la raíz hospedera y, en leguminosas noduladas, que el peso del nódulo. El hongo
micorrícico permanece como una fuerte demanda de fotosintatos independiente de su
contribución al crecimiento de la planta hospedera. En la mayoría de casos hay por lo
tanto un nivel óptimo de colonización radical micorrícica encima del cual las plantas no
reciben beneficio por el hongo y pueden aún ser considerablemente deprimidas en el
crecimiento por ambos VAM y ECM. Estas relaciones entre el crecimiento radical y
caulinar al afectarse por la micorrización y el suministro de fósforo son resumidas
esquemáticamente en la Fig. 15.21. En principio, la depresión del crecimiento puede
predecirse cuando la colonización radical permanece alta a alto suministro de fósforo y
hay una limitada capacidad fotosintética fuente para compensar los costos extra de la
micorrización.
Fig. 15.21 Presentación esquemática de los efectos del nivel de fósforo en el suelo y de la colonización
radical con hongos VAM en el crecimiento radical y caulinar.
Página 610
y actividad de los meristemos apicales, se esperan efectos de la colonización VAM en
el equilibrio de las fitohormonas (Sección 15.10.1).
El más notorio efecto de realce del crecimiento por VAM se presenta por el mejorado
suministro de nutrientes minerales de baja movilidad en la solución del suelo,
predominantemente fósforo. Las hifas externas pueden absorber y translocar el fósforo
hacia el huésped desde el suelo exterior hacia la zona de agotamiento radical de
raíces no micorrizadas. En vista de la importancia clave, por ejemplo de la longitud de
los pelos radicales en la zona de agotamiento de fósforo y en la adquisición del fósforo
(Sección 13.2) se espera tal efecto realzante por la VAM. Por lo general en plantas
micorrizadas la tasa de toma de fósforo por unidad de longitud radical es 2-3 mayor
que en plantas no micorrizadas.
Fig. 15.22 Perfil de agotamiento del fósforo extractable con agua en el compartimiento radical (R), hifal
(H), y del suelo no rizosférico en plantas de trébol blanco no micorrizadas (-VAM) y micorrizadas (Glomus
mosseae, +VAM) cultivadas en un Luvisol (Li et al., 1991c.)
Página 611
En plantas VAM la toma del fósforo es normalmente a partir del mismo pool lábil del
cual las raíces y de este modo, también las plantas no micorrizadas toman el fósforo, y
el mayor beneficio para la planta hospedera se consigue con el suministro de fuentes
de fósforo poco solubles, por ejemplo, el fosfato de hierro cristalino ó fuentes de
fosfato orgánico escasamente solubles como el RNA ó el fitato. En suelos calcáreos
las mayores tasas de respiración (producción de CO2) de las raíces micorrizadas
comparando con las no micorrizadas incrementan la solubilidad de fosfatos de calcio
escasamente solubles y pueden por lo tanto también incrementar la efectividad en la
adquisición del fósforo.
La alta efectividad de las hifas VAM en la toma del fósforo no solo es causada
por su pequeño diámetro y gran área superficial, sino también por la acumulación de
polifosfatos (poli-P) en sus vacuolas donde prestan funciones de almacenamiento y en
términos de energía como un alternativo al ATP. Los polifosfatos también están
presumiblemente involucrados en el transporte de fosfatos por las hifas hacia la raíz
infectada donde son hidrolizados en los arbúsculos y más probablemente
transportados como fosfato inorgánico (Pi) a través de la membrana plasmática de la
célula radical hospedera. El transporte de solutos en las hifas es bidireccional,
carbohidratos versus fosfatos y otros elementos minerales, y la corriente plasmática es
probablemente la fuerza conductora para este transporte, aunque en ectomicorrizas
pueden también estar involucrados otros mecanismos (Sección 15.7.2).
Tabla 15.14
Efectos de las diferentes especies VAM (Glomus sp.) en la colonización radical, peso seco y toma
del fósforo en Sorghum bicolor cultivado por 48 días a 25ºC a
Colonización radical Peso seco (g. por planta)
Longitud
Contenido
(m. por de P (mg
Especie VAM Porcentaje planta) Caulinar Radical por planta)
Control (-VAM)
0 0 0.46 0.25 0.29
Gl.
macrocarpum 58 189.5 5.27 5.77 5.86
Página 612
El diámetro externo de las hifas externas VAM está en el rango de 1-12 µm, y
existen grandes diferencias entre las especies VAM. También la longitud total de las
hifas externas, que puede estar en el rango de 1- 10 m cm-1 longitud raíz infectada,
difiere mucho entre especie VAM así como la distribución de las hifas en el suelo y su
tasa de toma del fósforo por unidad de longitud hifal. Solo es activa una proporción de
las hifas externas, y esta proporción frecuentemente se declina con la distancia desde
la superficie radical.
Similarmente a las raíces hospederas las hifas externas de los hongos VAM
también poseen actividad fosfatasa ácida (Fig. 15.23) y, de este modo, también tienen
acceso al fósforo enlazado orgánicamente en su “hifosfera”.
Fig. 15.23 Actividad fosfatasa ácida en rizosfera de plantas de trigo micorrizadas y no micorrizadas.
(Tarafdar & Marschner, 1994.)
Página 613
Fig. 15.24 Contribución de hifas extraradicales (Glomus mosseae) a la toma de fósforo, zinc y cobre en
plantas de trébol blanco y maíz cultivadas en un Luvisol en cajas dividas en compartimientos. (Datos
compilados de Kothart et al., 1991b y Li et al., 1991b).
Tabla 15.15
Página 614
En contraste al zinc y al cobre los contenidos caulinares de manganeso son
frecuentemente mucho menores en plantas VAM (Tabla 15.15). En trébol rojo hay una
notable correlación negativa entre el porcentaje de colonización radical con VAM y el
contenido radical y caulinar de manganeso.
Página 615
Comparando con el fósforo, hay poca información acerca del rol de la VAM en
la adquisición del nitrógeno –por lo menos en no leguminosas- aunque ambos
ecosistemas naturales y agrícolas están frecuentemente limitados en nitrógeno, más
que por fósforo. En apio cerca del 20% de la toma de nitrógeno total fue atribuible a la
toma y entrega hifal a la planta hospedera, y en Agropyron repens esta proporción fue
de cerca del 31%. Son muy probables altas tasas de transporte de nitrógeno reducido
en las hifas en la forma de arginina y glutamina junto con los polifosfatos. Pero aún a
una capacidad similar de toma y entrega –en una base molar- del fósforo, nitrógeno y
potasio por las hifas, debido a la mucha mayor demanda total por la planta hospedera,
la proporción del potasio y nitrógeno contribuidos por las hifas externas debe
permanecer relativamente baja comparando con el fósforo.
Tabla 15.16
Peso seco, relaciones hídricas y contenidos de nutrientes en maíz (Zea mays) no micorrizado y
micorrizado (Gl. mosseae) cultivado en un suelo calcáreo con compartimientos para raíces e hifas a
Crecimiento y relaciones hídricas
Peso seco Toma de agua
Longitud
(g. por planta) radical Pelos radicales ((ml cm-1 raíz s-1) x
Caulinar Radical No. Transpiración 107)
Longitud
(m. por (por (l. por planta (42
planta) mm) (µm) d)-1)
-VAM 20.0 4.8 619 35 347 3.40 0.61
(105 g-1
K P Mg Ca Zn Cu Mn Fe B suelo)
-VAM 17 2.1 4.0 9.0 10 5.6 139 88 46 44.1
Página 616
+VAM 12 3.7 4.1 5.3 36 7.1 95 58 35 1.7
a
Datos compilados de Kothari et al. (1990ª.b, 1991a).
Tabla 15.17
Página 617
fijado desde la soya al maíz vía hifas VAM. Los ligeros contenidos superiores de
nitrógeno en el maíz micorrizado se presumen están relacionados con bajas
actividades microbianas en la rizosfera y de este modo menos nitrógeno es
secuestrado comparando con plantas no micorrizadas.
Fig. 15.26 Peso seco y toma de nitrógeno por plantas de maíz y soya cultivadas en suelo
micorrizadas con VA (Glomus mosseae) bien sin nitrógeno (-N), con NH4NO3, ó nodulada (N2
fijado). (Basado en Bethlenfalvay et al., 1991)
Página 618
Tabla 15.18
(g. por planta) (mg P por (g. por planta) (g. por planta) (%)
Tratamiento planta)
Baja infección VAM
15.7.2 Ectomicorrizas
También la extensión del micelio extraradical varía mucho entre especies ECM,
se ha encontrado un promedio de 1- 3 m cm-1 longitud raíz infectada en plántulas de
Salix. Sin embargo, en contraste con la VAM , en muchas especies fungosas ECM se
forman rizomorfos (Fig. 15.25) y actúan como las principales rutas para el transporte
bidireccional de solutos. Su gran diámetro (~100 µm) y secciones “huecas” en el
centro pueden también permitir el rápido transporte apoplástico de solutos en algunas
distancias, aunque también es común el transporte de solutos en los rizomorfos vía
corriente plasmática y gradientes de concentración. Similarmente a la VAM , en hifas
ECM se forman cantidades bastante grandes de polifosfatos, aún a limitado suministro
externo de fósforo. En hifas ECM los polifosfatos están presentes en las vacuolas
Página 619
principalmente en forma soluble. En Pisolithus tinctorius las vacuolas son móviles y
están interconectadas con elementos tubulares, y el transporte de solutos (incluyendo
polifosfatos y cationes asociados) parece suceder mediante el movimiento peristáltico
de célula a célula a lo largo de las hifas e independiente de la corriente plasmática.
Tabla 15.19
(mg P kg-1 +/- (g. por planta) (mg. por planta) (mg g-1 raíz fina) (m. por planta)
suelo)
0 - 0.09 0.02 0.38 -
Página 620
y en la superficie de las raíces con manto. Ya que los hongos VAM también poseen
fosfatasa ácida como ectoenzima (Fig. 15.23), la capacidad de uso del P org no es por
lo tanto única para ECM sino que es una propiedad común de los sistemas radicales
de plantas micorrizadas así como de no micorrizadas. Algunos hongos ericoides como
Hymenoscyphus ericae producen sideróforos y por lo tanto incrementa la adquisición
de hierro y el contenido caulinar de hierro de la planta hospedera (Calluna vulgaris)
cuando se cultiva en sustratos con bajos contenidos de hierro incluyendo suelos
calcáreos. Por lo tanto se incrementa la tolerancia de este especie vegetal calcífuga a
la “clorosis inducida por cal”. La producción de sideróforos está probablemente
también involucrada en la realzada alteración de la goetita por el hongo ECM Suillus
granulus.
En contraste a los hongos VAM, varios hongos ECM tienen una considerable
capacidad de producir y excretar ácidos orgánicos, Estos ácidos, y quizás los
sideróforos, son factores que presumiblemente contribuyen en la realzada alteración
de las micas en el sustrato de plantas de pino ECM comparando con no micorrizadas.
Algunos hongos ECM como Paxillus involutus liberan grandes cantidades de ácido
oxálico, particularmente cuando es suplido con nitrógeno nitrato. El ácido oxálico
disuelve fosfatos de calcio escasamente solubles, y por ejemplo cuando las plántulas
de Eucalyptus son cultivadas en suelos calcáreos, grandes cantidades de cristales de
oxalato de calcio cubren el micelio extramatricial y el manto fungoso de las raíces
micorrizadas. Se sugieren la producción de sideróforos para la adquisición de hierro y
de ácido oxálico para traer los fosfatos de calcio a solución, y precipitar el oxalato de
calcio para restringir la toma de calcio como mecanismos coordinados mediante los
que ciertos hongos ECM juegan un rol clave en la adaptación de su planta hospedera
a los suelos calcáreos. Sin embargo, las raíces no micorrizadas, por ejemplo del pícea
de Noruega, también forman cantidades considerables de oxalato de calcio en el
apoplasto del cortex (Sección 2.2.1).
Después de la toma del amonio, ó reducción del nitrato, en las células del
micelio extramatricial y del manto fungoso, el amonio es incorporado en glutamato y
glutamina por la acción de la glutamato deshidrogenasa (GDH) y de la glutamina
sintasa (GS), respectivamente (Fig. 15.27). Este rol clave de la GDH en los hongos
ECM contrasta con las plantas superiores donde la asimilación del amonio sucede vía
el ciclo de la glutamato sintasa involucrando la acción de la GS y la glutamato sintasa
(GOGAT; Fig. 8.9) y donde la GDH juega un rol menor, excepto a muy altas
concentraciones de amoniaco (Sección 8.2). En la hifa extramatricial de la ECM ,
después de la incorporación del amoniaco en la glutamina, toma lugar su transporte al
manto (Fig. 15.27). En el manto y en la red de Hartig la GOGAT puede también
volverse importante en la asimilación del amonio en algunas ECM.
Página 621
Fig. 15.27 Esquema propuesto para la asimilación del nitrógeno en ectomicorriza de
pícea de Noruega y para la localización de enzimas asimiladoras del nitrógeno en
células fungosas y del huésped. GCH, glutamato deshidrogenasa; GS, glutamina
sintetasa; GOGAT, glutamato sintasa. (Chalet et al., 1991).
Tabla 15.20
Página 622
No micorrizada 3.66 1.14
Como se muestra en la Tabla 15.21, Paxillus involutus tiene una alta capacidad
de retención de zinc en su micelio y por lo tanto disminuyo efectivamente el contenido
de zinc en la planta hospedera, comparando con plantas no micorrizadas. En
contraste, a pesar de una similar biomasa fungosa, Thelephora terrestris retuvo
Página 623
difícilmente el zinc en sus estructuras, y aún ulteriormente incrementó el contenido de
zinc en la planta hospedera. Este y muchos otros ejemplos en la literatura demuestran
que no es posible generalizar lo concerniente a incrementos en la tolerancia a metales
pesados en plantas ECM. En hongos ECM con alta capacidad de retención de zinc
esta propiedad es también retenida en el rango de baja concentración, i.e., no es un
mecanismo específico según la demanda de la planta hospedera por zinc. En
contraste, en algunos hongos micorrícicos ericoides la transferencia del hierro a la
planta hospedera parece tener alguna concordancia con la demanda de la planta
hospedera por hierro.
Tabla 15.21
En contraste a la ECM hay solo unos pocos reportes sobre el efecto de la VAM
en la tolerancia a los metales pesados en la planta hospedera. En vista de las
principales diferencias en el tamaño y arreglo estructural del micelio extraradical de los
dos tipos de micorrizas (Fig. 15.25), y del mecanismo principal de la ECM en la
tolerancia a metales pesados, son excepciones los correspondientes efectos directos
mejoradores por la VAM. Sin embargo, pueden suceder efectos indirectos, por
ejemplo, al mejorar el estado nutricional del fósforo y el crecimiento de la planta
hospedera en un suelo con deficiencia en fósforo y alto en metales pesados ó
aluminio, i.e., por un efecto de dilución. Un efecto más específico es el alivio de la
toxicidad por manganeso mediante la depresión de la toma de manganeso (ver arriba).
Página 624
Pueden también jugar un papel los efectos adicionales de la VAM en incrementar la
tolerancia de los tejidos contra las altas concentraciones de manganeso.
Por otro lado, la VAM puede realzar la toxicidad por zinc en la planta
hospedera. La alta efectividad de la VAM en la adquisición y entrega del zinc a la
planta hospedera es también retenida cuando las plantas son cultivadas a alto
suministro externo de zinc. Sin embargo, se retuvo más cadmio en las raíces de
plantas VAM conduciendo a un incremento en la relación de selectividad Zn/Cd en la
transferencia al vástago, comparando con plantas no micorrizadas. El incremento en la
tolerancia al cobre en plantas infectadas con VAM está probablemente relacionada
con una alta retención del cobre en el micelio fungoso intraradical en las raíces
hospederas.
Tabla 15.22
Página 625
Tratamiento al suelo b
Especie No fumigado Fumigado Fumigado –
vegetal Reinoculado
Zanahoria 8.5 (61) 0.4 (0) 7.4 (60)
b
Los valores en paréntesis indican la colonización radical (porcentaje
de raíz total) con el hongo VAM.
Los resultados en la Tabla 15.22 también sugieren que uno no debe esperar
una gran estimulación en el crecimiento mediante la inoculación en plantas cultivadas
en campo a menos que se hayan dañado los hongos VAM nativos, por ejemplo, por
fungicidas. Sin embargo, en Oxisols severamente deficientes en fósforo en los
trópicos, se puede conseguir un realce en el crecimiento de varios cultivos mediante la
inoculación con VAM aún sin la esterilización del suelo.
Página 626
Fig. 15.28 Relación entre el peso seco de cogollos en yuca inoculada (con VAM ●―●)
y no inoculada (○---○) y el nivel de fósforo extraíble (método de análisis de suelo, Bray
II) en suelo esterilizado. Las flechas indican los niveles críticos de fósforo que
corresponden al 95% del máximo rendimiento. (Redibujado de Howeler et al., 1982a)
Página 627
Fig. 15.29 Relación entre la morfología radical y los beneficios de la micorrización
(Glomus sp.) sobre la adquisición de fósforo para dos especies de pastos. (Basado en
Schweiger, 1994)
Parece que también hay una diferencia típica en la respuesta a VAM entre
pastos C3 y C4. Pastos C3 de estación fría tiene sistemas radicales altamente fibrosos
mientras que los pastos C4 de estación calida tienen sistemas radicales más gruesos.
En pastos C4, pero no en pastos C3, hay un fuerte crecimiento respuesta positivo
cualquiera a la fertilización fosforada ó a la inoculación con VAM. Sin embargo, en
pastos C4 también existen grandes diferencias entre especies en la respuesta a la
VAM.
Hay una tendencia de que los ancestros silvestres de una especie vegetal dado
son menos sensibles a la VAM que los cultivares, por ejemplo, en avena y tomate,
parcialmente debido a las diferencias en la morfología radical y en la relación peso
seco raíz/vástago, pero también en la tasa de crecimiento y crecimiento potencial. Las
diferencias inherentes en los últimos parámetros son frecuentemente descuidadas en
las comparaciones entre especies en la respuesta a la VAM. El tamaño de la semilla, y
de este modo las reservas seminales en fósforo, así como en otros nutrientes, es otro
factor importante para la respuesta a la VAM. En una comparación de 15 especies
silvestres cultivadas en un suelo deficiente en fósforo se ha encontrado una clara
correlación negativa entre la respuesta a la VAM y el tamaño de la semilla.
Página 628
Hay algunas indicaciones de que la dependencia a la VAM en una especie
dada difiere de si es cultivada en poblaciones puras ó mixtas con otras especies
vegetales. Las leguminosas como Medicago sativa y Phaseolus vulgaris parecen ser
más competitivas en poblaciones mixtas cuando son inoculadas con VAM. Esto puede
atribuirse al mejorado estado nutricional del fósforo de las leguminosas ó, como se
observo en poblaciones mixtas de no leguminosas, a la expresión de un incremento
general en “fitness” en VAM.
Página 629
plantas hospederas. Ya que el estado nutricional del fósforo también afecta los
contenidos de fitohormonas en plantas no micorrizadas (Sección 5.6.4), es más
probable que la inoculación con VAM afecta indirectamente los contenidos de
fitohormonas.
Página 630
Fig. 15.30 Efecto de retener el suministro de agua sobre la conductancia estomatal
foliar y sobre el contenido de agua de suelo en el compartimiento hifal en una maceta
con Agropyron repens micorrizado (Glomus mosseae). (E. George et al., 1992)
Tabla 15.23
Página 631
+VAM 6.2 12.5 39 3.7 0.16
RPD
Tabla 15.24
Página 632
plántulas (%) Caulinar Radical
Control 0 3.0 2.3
En ECM los mecanismos para la protección de las plantas hospederas son más
diversos que en VAM. Además de mejorar el estado de la nutrición mineral, los
cambios en la exudación radical y en la microflora rizosférica no infecciosa, en ECM el
manto fungoso puede también actuar como una barrera mecánica, ó el hongo puede
producir compuestos fenólicos con fuertes efectos inhibidores en varios hongos
patogénicos.
Página 633
inóculo libre de patógenos en suficientes cantidades; el pobre conocimiento de las
interacciones específicas planta hospedara (especie, cultivar) / hongo VAM (especie,
cepa); competencia con hongos VAM nativos; esterilización del suelo a gran escala ni
es posible ni es recomendada por obvias razones.
Hasta ahora, son escasos los resultados que muestran uno claro rendimiento
respuesta a la inoculación con hongos VAM en suelos no esterilizados. Para hacer uso
de los efectos benéficos de la VAM en los cultivos parece ser más prometedor bajo la
mayoría de circunstancias manipular el potencial de infección del VAM nativo
indirectamente mediante el manejo del suelo y la rotación de cultivos. Estos esfuerzos
merecen más atención por razones económicas en sistemas de producción de baja
entrada, y por razones ecológicas en ambos sistemas de producción de baja y alta
entrada. Para una revisión comprensiva de las posibilidades y limitaciones de usar las
VAM en agrosistemas tropicales el lector es dirigido a Sieverding (1991).
Página 634
16. Adaptación vegetal a condiciones químicas
adversas del suelo
Las especies de cultivo que son usualmente seleccionadas para alta fertilidad
del suelo y por sus características nutricionales pueden ser bastante diferentes de
aquellas de la vegetación natural que crecen en suelos de baja fertilidad, i.e., terrenos
pobres en nutrientes. Pero también dentro de la vegetación natural hay especies
adaptadas a suelos con alta fertilidad (especies ruderales) y con sus correspondientes
similaridades en sus características nutriciones a las especies de cultivo (Tabla 16.1).
Tabla 16.1
Alta relación
raíz/vástago
Altas concentraciones
de nutrientes en el tejido
Alta Bajo crecimiento Altas tasas de toma de
respuesta radical y nutrientes
(terrenos ricos en caulinar
nutrientes) Alta tasa de crecimiento
Alto almacenamiento de
nutrientes (consumo de
Página 635
lujo) Alta eficiencia en el uso de
nutrientes
Baja eficiencia en el uso
de nutrientes Disminución en la relación
raíz/vástago
a
En base a Chapin (1980, 1988)
Tabla 16.2
Página 636
nitrógeno en cultivo en solución nutritiva a
Producción de Biomasa (mg. por planta)
Forma de Eriophorum Hordeum
Nitrógeno
–N 310 80
16.2.1 General
Página 637
condiciones ecológicas dadas, así como programas de selección y mejoramiento para
alta eficiencia de nutrientes y alta tolerancia a limitantes como la toxicidad por aluminio
y manganeso, inundación y salinidad.
Esta aproximación de baja entrada que usa genotipos adaptados con un uso
más eficiente de los nutrientes de las reservas del suelo y de los fertilizantes conduce
a rendimientos que son solo 80-90% del máximo. Por ambas razones económicas y
ecológicas esta aproximación se dirige en si misma no solo a condiciones químicas
extremas del suelo (e.g., salinidad) sino también a la selección y mejoramiento de
genotipos que son altamente eficientes en el uso de los nutrientes de los fertilizantes y
del suelo. En el pasado se alcanzo progreso a un alto grado en la selección y
mejoramiento para altos rendimientos al incrementar el índice de cosecha, i.e., la
proporción de biomasa asignada para semillas y órganos de almacenamiento en vez
de incrementar la biomasa total. En años recientes se le ha dado mayor énfasis a
combinar altos rendimientos de cultivo con alta eficiencia en la adquisición y utilización
de los nutrientes minerales. Los cultivares modernos, por ejemplo del trigo ó papa,
tienden a tener menores relaciones raíz/vástago peso seco que los viejos cultivares
tradicionales, pero la eficiencias en la adquisición de nutrientes es frecuentemente
similar, ó aún mayor. Esto se debe presumiblemente a un sistema radical más fino y
más activo en los cultivares modernos, frecuentemente en combinación con una
utilización interna más eficiente (retranslocación) como ha sido mostrado para fósforo
en cultivares de trigo.
La nutrición mineral vegetal está bajo control genético. En las plantas de cultivo esto
es indicado por los numerosos ejemplos de las diferencias nutricionales entre
cultivares ó cepas. Las evidencias más específicas vienen a partir de estudios de
herencia que involucran cultivares y cepas que difieren en requerimientos
nutricionales. Desde inicios de 1960 ha habido un enorme incremento en el interés e
investigación en la nutrición mineral vegetal basada genéticamente. Por ejemplo, por
Brown y su grupo y Foy y su grupo en el Laboratorio de Estrés Vegetal en Beltsville,
Maryland, y por Epstein & Läuchli en la Universidad de California, Davis.
Mundialmente ha habido un progreso impresionante en ambos en programas de
mejoramiento para mejorar la adaptación de las especies de cultivo a los problemas de
los suelos y en investigaciones sobres los mecanismos fisiológicos que son
responsables de ó por lo menos están involucrados en, la adaptación. Las reuniones
internacionales sobre los aspectos genéticos de la nutrición mineral reflejan este
desarrollo. En algunos casos las principales características nutricionales están bajo
control de un solo par de genes; en la mayoría de casos están involucrados sistemas
más complejos en la adquisición y utilización de los nutrientes minerales ó en el control
de la tolerancia a las sales (Sección 16.6.4). En la tolerancia del trigo al aluminio hay
diferentes perspectivas de si es un carácter dominante controlado por varios genes, ó
por un solo gen con dominancia incompleta.
Página 638
16.3). También existen diferencias importantes en la eficiencia del cobre entre
cultivares de trigo. Cuando el suministro es subóptimo, la cv. Gabo cualquiera falla
totalmente ó solo tiene un muy bajo rendimiento de grano comparando con la cv.
Chinese-spring relativamente eficiente para el cobre. El triticale, un híbrido de trigo y
centeno, también tiene una alta eficiencia para el cobre similar a su pariente centeno,
indicando que el mecanismo específico para la toma de cobre en centeno está
controlado genéticamente y es transferible al triticale.
Tabla 16.3
Centeno
Triticale
b
Los datos representan rendimientos de grano expresados
como valores relativos. Las plantas fueron cultivadas en un
suelo deficiente en cobre y suplidas con diferentes niveles de
cobre.
Los genes que controlan la deficiencia del cobre son transportados en el brazo
largo (L) del cromosoma 5R del arroz. El trigo Chinese Spring transporta el
cromosoma 5RL del arroz y tiene por lo tanto una alta eficiencia para el cobre. Bajo
condiciones de campo la presencia de este cromosoma en los cultivares de trigo
incrementa el rendimiento de grano en trigo en suelos deficientes de cobre por más del
100%. La toma de cobre de las líneas 5RL bajo deficiencia de cobre es 50-100%
mayor que sus parientes recurrentes.
Página 639
partir del ácido desoximuginéico (DMA), y del ácido hidroximuginéico (HMA) a partir
del MA. En cebada el gen que codifica la síntesis del MA a partir del DMA es
transportado por el cromosoma No. 4, y la introducción de este cromosoma en el trigo
conduce a la síntesis del MA en el trigo. La identificación de los genes que codifican
ciertas reacciones bioquímicas en un genotipo dado, y la transferencia de estos genes
a otros genotipos, también abren nuevas estrategias para la mejor adaptación de
cultivos a propiedades químicas adversas del suelo, y baja disponibilidad de nutrientes
en particular.
Página 640
Fig. 16.1 Respuesta crecimiento de tres especies de pastos a fertilizante de fósforo
aplicado a un suelo deficiente en fósforo. (A) Trifolium cherleri; (B) Trifolium
subterraneum; (C) Lolium rigidum (•, total planta; ▼; raíces).
Página 641
Fig. 16.2 Posibles mecanismos de las diferencias genotípicas en la eficiencia de
nutrientes.
Página 642
está relación a la deficiencia de fósforo (Tabla 16.4). El crecimiento de la cepa 6 fue en
gran parte reducida, pero la relación raíz-vástago fue aproximadamente la misma. En
contraste, el crecimiento radical y la relación raíz/vástago de la cepa 11 casi se doblo.
La capacidad de distribuir una mayor proporción de fotosintatos a las raíces está
obviamente bajo control genético y es un aspecto importante en la eficiencia del
fósforo para plantas cultivadas en suelos deficientes.
Tabla 16.4
Crecimiento radical y caulinar de dos cepas de fríjol que recibieron suministros adecuados e
inadecuados de fósforo a
Suministro adecuado de P Suministro inadecuado de P
Peso seco Peso seco Peso seco Peso seco
radical caulinar radical caulinar
Cepa (mg. por (mg por Relación (mg. por (mg por Relación
No. planta) planta) raíz/vástago planta) planta) raíz/vástago
6 242 1465 0.17 124 777 0.16
Página 643
Tabla 16.5
Tabla 16.6
Página 644
Rendimiento de grano promedio (tons ha-1)
Condiciones del suelo No. de Cultivares de Cultivares Ventaja
cultivares agricultores seleccionados
ensayados
Deficiencia de fósforo 336 2.2 4.9 2.7
La toxicidad por boro es otro factor que limita el crecimiento en ciertas áreas de
secano. En trigo y cebada el mecanismo de tolerancia al boro está basado en la
reducida toma y transporte de boro al vástago lo que está bajo control de varis genes
mayores aditivos, uno de los cuales está localizado en el cromosoma 4A en trigo. Sin
embargo, los genotipos tolerantes al boro tienen el riesgo de volverse deficientes de
boro cuando se cultivan en suelos bajos en boro.
La acidez del suelo limita el crecimiento vegetal en muchas partes del mundo. La
inhibición del crecimiento vegetal resulta a partir de una variedad de factores químicos
e interacciones entre estos factores. En los suelos minerales ácidos las principales
limitantes son las siguientes:
Página 645
La importancia relativa de estas limitantes depende de la especie y genotipo
vegetal, tipo y horizonte del suelo, material parental, valor de pH del suelo,
concentración y especies de aluminio, estructura y aireación del suelo, y el clima. Los
niveles de nitrógeno en los suelos minerales ácidos son generalmente bajos a menos
que hayan altas entradas atmosféricas por contaminación del aíre, La toxicidad por
aluminio y la deficiencia de calcio y magnesio se presenta en más del 70% de los
suelos ácidos de la América Tropical, y casi todos estos suelos son deficientes en
fósforo ó tienen una alta capacidad fijadora de fósforo. La acidez del subsuelo es un
potencial factor limitante del crecimiento a lo largo de muchas áreas de USA y de los
trópicos.
Los suelos forestales en muchas regiones del mundo son típicamente ácidos.
Ha crecido en los años recientes el interés acerca de la creciente acidificación de los
suelos forestales por las emisiones atmosféricas de SO2 y óxidos de nitrógeno (“lluvia
ácida”) como factores causativos de los daños forestales (decadencia forestal)
particularmente en Europa y Norteamérica. Es un gran asunto de controversia ya que
es la principal causa de la declinación de bosques por la acidificación del suelo. Se ha
pensado que el incremento en la solubilidad del aluminio y de este modo la toxicidad
por aluminio, la disminución en la concentración y toma de nutrientes, en particular de
magnesio, y de este modo la deficiencia de magnesio, y un incremento en la
deficiencia de magnesio y calcio son debidos a la alta entrada de nitrógeno
atmosférico en particular.
En vista de las diferentes formas en que la acidez del suelo puede limitar el
crecimiento vegetal, las plantas adaptadas a suelos minerales ácidos requieren una
variedad de mecanismos para hacerle frente a los factores químicos adversos del
suelo involucrados. Se acepta generalmente que, por lo general y a escala mundial,
que las altas concentraciones de aluminio, y en algunos casos también de
manganeso, son los factores claves del estrés por acidez del suelo, y
correspondientemente se requiere de alta tolerancia a estos dos factores
particularmente para la adaptación de cultivos a suelos con pH <5.
Página 646
En suelos minerales ácidos con pH debajo de 5.5 una creciente proporción de los
sitios de intercambio catiónico de los minerales de arcilla está ocupada por el aluminio
donde este reemplaza especialmente otros cationes polivalentes (Mg2+, Ca2+) y
simultáneamente actúa como un fuerte adsorbente de fosfatos y molibdatos. El
porcentaje de aluminio intercambiable en los suelos está de este modo correlacionado
con el pH del suelo (ver Tabla 16.9), y con la inhibición del crecimiento radical de la
mayoría de especies vegetales. Sin embargo, estas correlaciones no son
frecuentemente muy estrechas ya que no solo las concentraciones sino
particularmente la especie de aluminio en la solución del suelo (Sección 16.3.4) es la
que determina la fitotoxicidad por aluminio a las raíces. Los factores cruciales para la
especie de aluminio en la solución del suelo incluyen al pH (Sección 16.6) y las
concentraciones de compuestos orgánicos e inorgánicos que acomplejan al aluminio.
Tabla 16.7
Página 647
a
En base Bromfield et al. (1983a)
Tabla 16.8
3 - 100 82 ND ND 77 37 ND ND
3 1.5 mм 70 25 35 ND 67 16 25 ND
Mn
a
En base a Stienen & Bauch (1988)
b
ND = no determinado
Página 648
en los vástagos. Esto incrementa no solo el riesgo de deficiencia de calcio ó magnesio
ó de ambos sino también el riesgo potencial de tetania por pastos en rumiantes que
usen el pasto como forraje.
Página 649
Hay una creciente conciencia sobre la importancia de la deficiencia de
magnesio como un efecto secundario de la toxicidad por aluminio y su mejora
mediante el creciente suministro de magnesio en poblaciones forestales en suelos
ácidos, para genotipos de sorgo cultivados en suelos ácidos ó en soluciones nutritivas.
La mejora de los suelos ácidos mediante el encalado disminuye el riesgo de la
deficiencia de calcio y magnesio inducida por aluminio y la toxicidad directa por
aluminio en el crecimiento radical. Sin embargo, en suelos ú otros sustratos bajos de
magnesio las crecientes concentraciones de calcio combinadas con un realzado
crecimiento pueden de nuevo incrementar el riesgo de deficiencia de magnesio
inducida.
Tabla 16.9
Efecto del encalado en un suelo altamente saturado con aluminio en el crecimiento y nodulación en
soya a
Peso seco (g por
Saturación de planta) Nodulación Contenido de N
Al b Peso seco
pH del No. por (mg por
suelo (%) Caulinar Radical planta (mg por nódulo) vástago)
4.55 81 2.4 1.07 21 79 65
b
Porcentaje de la capacidad de intercambio catiónica (CEC) saturada por aluminio
Las acciones tóxicas del aluminio están principalmente relacionadas a las raíces. El
sistema radical se vuelve regordete como un resultado de la inhibición en la
Página 650
elongación del eje principal y de las raíces laterales. La severidad de la inhibición del
crecimiento radical es un indicador adecuado de las diferencias genotípicas en la
toxicidad por aluminio (Fig. 16.4). Se confirmo que la toxicidad por aluminio era la
causa del daño por suelos ácidos en el sistema radical del cultivar Kearney mediante
experimentos con soluciones nutritivas.
Página 651
reflejadas en el grado de recuperación a partir del estrés primario por aluminio.
Aunque el aluminio puede enlazarse al DNA, de las células de la caliptra en particular,
la inhibición de la división celular es presumiblemente un efecto indirecto del aluminio
(ver abajo). Además, la inhibición en la elongación radical (principalmente expansión
celular) es una rápida respuesta uniforme al aluminio. En trigo, la elongación radical se
reanuda rápidamente tan pronto 30 min. después del tratamiento con citrato para
quelatar al aluminio, indicando que, por lo menos en presencia de altas
concentraciones de calcio (400 μм.), el aluminio permanece en un compartimiento
(apoplasto?) donde puede ser fácilmente eliminado. De acuerdo con estas
observaciones, en plantas de trigo el crecimiento radical en genotipos sensibles fue
inhibido claramente por el aluminio en 4 h, aunque el aluminio pudo ser detectado solo
en la capa rizodérmica y en la capa cortical debajo de la rizodermis. En plantas de
avena aún después del tratamiento a largo plazo con aluminio y la inhibición severa de
la elongación radical, el aluminio estuvo confinado al apoplasto, principalmente de las
células periféricas de la raíz.
Fig. 16.5 Efecto del aluminio (5mg l-1) sobre la tasa de división celular en cofias de dos
genotipos de caupí. Valores relativos: control (sin aluminio) = 100 (En base a Horst et
al., 1982)
Página 652
sustancias señal. En este modelo el Ca2+ funciona como un intermediario en la cadena
conductora de señales (Sección 8.6.7), y la secreción del mucílago en las células
periféricas de la caliptra está causalmente involucrada. El Ca2+ apoplástico es
requerido para las funciones secretoras de las células de la caliptra, y el aluminio
cambia la homeostasis del Ca2+ y reduce por lo tanto la secreción del mucílago.
Después de la transferencia a la solución sin aluminio la reanudación del crecimiento
por elongación es precedida por una incrementada actividad secretora de los aparatos
de Golgi en las células de la caliptra. Por consiguiente, la inhibición de la elongación
radical no será un efecto directo del aluminio en la zona de elongación sino en la
caliptra. Los argumentos en contra de un rol clave tal de la caliptra en la toxicidad por
aluminio ha sido proporcionados por Ryan et al. (1993) quien mostró que en presencia
del suministro externo de calcio la eliminación de la caliptra no tiene efecto en la
inhibición de la elongación radical inducida por aluminio en maíz. El rol particular del
calcio en la toxicidad por aluminio ha sido revisado recientemente por Rengel (1992a).
Página 653
Fig. 16.6 Actividades relativas de especies mononucleares de aluminio y la
concentración total (Alt) de aluminio soluble en función del pH (Kinraide, 1991).
Reimpreso con permiso de Kluwer Acedemic Publishers.
Página 654
Algunas de las especies mononucleares de aluminio asociadas con ligandos
inorgánicos como AlF2+, AlF ó AlSO son no fitotóxicas. La no fitotoxicidad del AlSO
es de particular importancia práctica ya que, por ejemplo, la aplicación de yeso
(CaSO4) a los suelos ácidos puede aliviar la fitotoxicidad por aluminio (Fig. 16.7).
Debido al componente sulfato y a la alta solubilidad en agua del yeso comparando con
la cal (CaCO3), el yeso, fertilizantes fosfato que contengan yeso (e.g., superfosfato
simple comparando con el triple fosfato) son más adecuados para el alivio de la acidez
del subsuelo que la cal. La toxicidad por aluminio en el crecimiento vegetal puede
también ser disminuida mediante el suministro de silicio en las soluciones nutritivas, un
aspecto que merece atención en la selección para tolerancia al aluminio.
Fig. 16.7 Longitud radical del trigo (Triticum aestivum L.) en función de la
concentración de aluminio en soluciones del suelo a partir de suelos tratados con
CaSO4 ó CaCl2 (Modificado a partir de Wright et al., 1989b).
Página 655
5 a 6 enlaces con el aluminio. Un ejemplo de la detoxificación del aluminio por el ácido
cítrico es mostrado en la Tabla 16.10. Entre el pH 3.5 y 6 los complejos de citrato (L)
predominantes son AlLo y el AlLH-1. Igual que con los extractos de materia orgánica del
suelo, el ácido cítrico protegió completamente las raíces de los efectos dañinos del
aluminio libre. Con el citrato de aluminio, la acumulación de aluminio en las raíces fue
mucho menor que con el aluminio inorgánico, y hay solo una reducción menor en los
contenidos de fósforo y calcio en las raíces y vástagos. Los resultados también
demuestran claramente el transporte limitado del aluminio hacia los vástagos cuando
fue suministrado el aluminio inorgánico.
Tabla 16.10
Raíces
1.14 0.2 96 103
Control (-Al)
0.51 276.0 91 37
Al(OH)2Cl
1.17 62.0 99 89
Al Citrato
1.03 14.0 77 71
Extracto de Al-materia orgánica
del suelo
a
A partir de Bartlett & Riego (1972)
b
La concentración del aluminio en los tratamientos que contienen aluminio fue
de 0.33 mм.
Página 656
En contraste al aluminio, el manganeso es rápidamente transportado desde las raíces
a los vástagos y por lo tanto, por lo general, los síntomas de toxicidad por manganeso
se presentan principalmente en los vástagos. Los efectos de un suministro excesivo de
manganeso en la toma de otros nutrientes minerales, en el metabolismo, y en el
equilibrio hormonal han sido resumidos por Horst (1988) y fueron discutidos en la
Sección 9.2. De importancia particular para el crecimiento vegetal en suelos minerales
ácidos es la inhibición de la toma de calcio y magnesio debido a las altas
concentraciones de manganeso. Son síntomas bien conocidos la hoja torcida en hojas
jóvenes y el manchado clorótico en hojas maduras en especies dicotiledóneas
cultivadas en suelos ácidos y son probablemente expresiones, respectivamente, de la
deficiencia inducida de calcio y quizás de magnesio. Bajo estas condiciones Se
observan los síntomas visibles de toxicidad por manganeso aún a niveles en que
pueden disminuir el crecimiento solo ligeramente, en contraste a la toxicidad por
aluminio, la cual inhibe severamente el crecimiento sin producir síntomas fácilmente
identificables en el vástago. Por lo tanto en suelos minerales ácidos con altos niveles
intercambiables de ambos aluminio y manganeso la observada depresión del
crecimiento puede ser erróneamente atribuida a la toxicidad por manganeso cuando
de hecho la toxicidad por aluminio es el más importante de los dos factores. Por otro
lado, en muchos casos la toxicidad por manganeso de hecho es deficiencia inducida
de magnesio. El manganeso deprime la toma de magnesio al bloquear los sitios de
ligamiento del magnesio a las raíces (Sección 2.5.3). Por lo tanto, las altas
concentraciones de manganeso en el medio radical pueden inhibir el crecimiento
radical y caulinar mediante la deficiencia inducida de magnesio. En suelos tóxicos por
manganeso la inhibición del crecimiento puede por lo tanto ser superada mediante
mayores suministros de magnesio.
Página 657
16.3.6 Mecanismos de adaptación a los suelos minerales ácidos
16.3.6.1 General
Las plantas adaptadas a los suelos minerales ácidos utilizan una variedad de
mecanismos para hacer frente a los factores químicos adversos del suelo. Estos
mecanismos son regulados separadamente (e.g., aquellos para la tolerancia al
aluminio y al manganeso) ó están interrelacionados (e.g., aquellos para la tolerancia al
aluminio y la eficiencia en la adquisición del fósforo). A partir de un punto de vista
agronómico, para las plantas cultivadas es de importancia la suma de los mecanismos
individuales debido a que esto determina el requerimiento de entradas para el alivio de
los suelos ácidos (fertilizantes y cal en particular). En grandes áreas de los trópicos y
subtrópicos, la deficiencia de fósforo es el factor más importante que limita el
crecimiento en cultivos.
Página 658
Fig. 16.8 Relación entre el aluminio intercambiable (porcentaje de la capacidad de
intercambio catiónica total), pH del suelo y rendimiento de cuatro cultivos tropicales de
raíz (Redibujado a partir de Abruna-Rodriguez et al. 1982, con permiso de la Soil
Science Society of America).
Página 659
aluminio en la solución nutritiva variaron entre 1.8 μм en cebada a 150 μм en centeno
y lupino amarillo. También existen grandes diferencias en la tolerancia al aluminio
dentro una especie dada (e.g., Fig. 16.4), y en las plantas de cultivo algo de está
variabilidad genética parece haber sido introducida involuntariamente mediante el
mejoramiento de algunas especies en diferentes regiones con alto ó bajo pH del suelo,
como en el caso del trigo ó de la soya.
Página 660
La tolerancia al aluminio conseguida por la acumulación (includer, Fig. 16.9) parece
ser especialmente común en aquellas familias vegetales que estaban presentes al
principio de la historia fósil. La Proteaceae pertenece a este grupo. En los bosques
lluviosos tropicales las includer y excluder que coexisten en los mismos lugares varían
en las concentraciones de aluminio en su savia foliar exprimida entre menos de 10 mg
l-1 y 4780 mg l-1. Solo unas pocas especies cultivadas son includers de aluminio, como
la planta de te, las hojas viejas de la cual pueden contener hasta 30 mg aluminio por
gramo peso seco. La planta de te no solo tolera altos contenidos de aluminio sino
también su crecimiento es fuertemente realzado por el suministro de aluminio. Se ha
observado estimulación del crecimiento por el suministro de aluminio (hasta 100 μм Al)
en especies calcífugas como Deschampsia flexuosa y Arnica montana L., pero falta
información sobre si estas especies también pertenecen a los tipos includer. También
se han observado varios reportes sobre los efectos estimuladores de las bajas
concentraciones de aluminio en el crecimiento de especies de cultivo y cultivares
tolerantes, pero los mecanismos de este estimulo no es claro (Sección 10.6). En nabo
(Brassica campestris L.) el cual es altamente sensible a pH bajo, la estimulación de la
elongación radical por las bajas concentraciones de aluminio (0.6-1.2 μм) en la
solución nutritiva estuvo confinada a un bajo pH (4.6), sugiriendo el alivio de la
toxicidad por protones gracias al aluminio.
Exclusión desde los sitios sensibles . En términos de toxicidad por aluminio los sitios
sensibles son el citoplasma (e.g., interfiere con la calmodulina), la interfase membrana
plasmática-apoplasto, el apoplasto, y las células periféricas de la caliptra (Sección
16.3.3.2). En trigo, las diferencias genotípicas en la tolerancia al aluminio no se
reflejaron en las diferencias en la distribución del aluminio entre el apoplasto y el
simplasto. Merecen más atención las especulaciones concernientes a la inducción de
la tolerancia al aluminio en el trigo mediante la formación de proteínas particulares que
inactivan el aluminio en el simplasto, ya que en los cultivares de trigo, el tratamiento
con aluminio induce ó incrementa el nivel de varias proteínas, y tres de las proteínas
citoplásmicas fueron exclusivas al cultivar tolerante. También se han sugerido a las
diferencias en el potencial superficial de la membrana plasmática y en el ligamiento del
aluminio en la membrana plasmática como los posibles factores causativos de las
diferencias en la tolerancia al aluminio, pero la evidencia hasta ahora es débil. Para
una revisión de estos aspectos ver Haug & Shi (1991).
Por muchos años han sido discutidas las diferencias entre las especies y
cultivares en la capacidad de intercambio catiónico (CEC) del apoplasto radical en
relación a las respectivas diferencias en la tolerancia al aluminio. Como la capacidad
de intercambio catiónico (CEC) del tejido radical se incremente, hay una mayor
adsorción de intercambio de los cationes polivalentes en el apoplasto. En los suelos
ácidos esto puede conducir a una mayor acumulación de aluminio como se indico, por
Página 661
ejemplo, por una estrecha correlación positiva entre la CEC de diferentes especies
vegetales y el contenido de aluminio en sus raíces. Hay algo de evidencia para una
correlación negativa entre la CEC y la tolerancia al aluminio en cultivares de trigo y
cebada, dos especies de Lotus y en poblaciones de ciertas especies de plantas
silvestres. En este sentido es improbable un rol general de la CEC, sin embargo, por
ejemplo en dicotiledóneas, que tienen una CEC alta, no son generalmente menos
tolerantes que las monocotiledóneas, que tienen una CEC baja. En un estudio de 12
monocotiledóneas y dicotiledóneas que diferían en la CEC por un factor de 17, la
tolerancia al aluminio en estas especies no estaba estrechamente correlacionada con
la CEC radical. Sin embargo, para caracterizar un posible rol causal del ligamiento del
aluminio en el apoplasto respecto a la tolerancia al aluminio estos métodos
cuantitativos para la CEC son inadecuados y tienen que ser complementados por
métodos cualitativos que proporcionen información sobre la fuerza del ligamiento y las
afinidades de las especies de aluminio y otros cationes, H+, Ca2+ y Mg2+ en particular.
Página 662
Fig. 16.10 Patrón del pH en suelo no rizosférico, suelo rizosférico y rizoplano a lo largo
de raíces no micorrizadas de pícea de Noruega de 80 años de edad. (Marschner,
1991b; cortesía de M. Häussling)
Para la adaptación vegetal a suelos minerales ácidos (Fig. 16.9) los cambios
inducidos por la raíz en el pH de la rizosfera no pueden solo ser evaluados en términos
de las concentraciones y especies de aluminio. Con creciente pH de la rizosfera, la
toxicidad por H+ puede ser eliminada y ser incrementado el ligamiento del Ca2+ y Mg2+
en el apoplasto radical. También la función del calcio en la secreción del material de la
pared celular en tejidos en expansión está presumiblemente apoyada por un
incremento en el pH de la rizosfera.
Exudados radicales . Los exudados radicales como el mucílago y los ácidos orgánicos
juegan un rol clave en la estrategia de evasión. Para un genotipo dado un incremento
en la exudación radical mediante la impedancia mecánica incrementa la tolerancia al
aluminio en más de 10 veces (Sección 15.4.2). El mucílago es secretado
principalmente en la caliptra y en las zonas apicales de la raíz y tiene una alta
capacidad de enlazar (Sección 15.4.2.2) y complejar el aluminio (Fig. 16.11). Se ha
mostrado el rol del mucílago en las diferencias genotípicas en la tolerancia al aluminio
en trigo. En ausencia de aluminio la producción de mucílago era tres veces mayor en
el cultivar tolerante (Atlas) que en el sensible (Victor), y la producción de mucílago
ceso a un suministro de 20 μм aluminio en el cultivar sensible y a 400 μм en el cultivar
tolerante. En pasturas naturales en suelos ácidos la dominancia del incomible pasto
Página 663
Aristida juniformis está más probablemente relacionada con su alta tolerancia al
aluminio llevada a cabo por una inusualmente alta producción de mucílago en la
caliptra.
Página 664
fue excretado desde los 3-4 mm apicales. Cuando se expusieron a 50 μм Al la tasa de
excreción del ácido málico por plántula (nmol h-1) se incremento desde 0.08 a 0.33 en
genotipos sensibles y desde 0.08 a 3.57 en genotipos tolerantes. En fríjol también uno
de los mecanismos de tolerancia al aluminio es más probablemente también la
liberación realzada de ácidos orgánicos, del ácido cítrico en particular (Tabla 16.11).
La liberación del ácido cítrico en el cultivar tolerante pudo haber sido inducida
cualquiera por los efectos tóxicos del aluminio, ó por la menor disponibilidad de
fósforo, i.e., como una respuesta radical a la deficiencia de fósforo. En este
experimento solamente fueron probadas las altas concentraciones de aluminio que
inhibieron severamente el crecimiento radical del cultivar sensible, y es posible que el
cultivar sensible pueda también tener la capacidad de liberar ácidos orgánicos, pero
solo a bajos niveles de aluminio.
Tabla 16.11
Efecto del aluminio en el peso seco y exudación radical del ácido cítrico
(concentración en el medio) en cultivo axénico de dos cultivares de fríjol
(Phaseolus vulgaris l.) que difieren en la tolerancia al aluminio a
Peso seco (g por
planta)
Cultivar Al (μм) Caulinar Radicl Conc. del ácido pH
cítrico (μм) Final
Dade 0 0.58 0.20 0.52 6.48
Página 665
disponibilidad en fósforo y altas concentraciones en aluminio. El rol de la micorriza VA
es particularmente evidente para especies vegetales con sistemas radicales gruesos
como la yuca. Es también importante en especies vegetales ó genotipos donde por
toxicidad por aluminio se deterioran las respuestas radicales inducidas por la
deficiencia de fósforo como el alargamiento del sistema radical (tolerancia baja ó
moderada al aluminio), ó donde no se presenta una realzada liberación de ácidos
orgánicos. Se ha mostrado la dependencia a las micorrizas VA para el crecimiento
vegetal en suelos tropicales tóxicos en aluminio para muchas especies arables de
cultivos tropicales y puede también ser cierto para especies de pasturas tropicales
como Stylosanthes guianensis.
Página 666
ejemplo, con arroz de secano, ó los resultados difieren entre los varios suelos ácidos,
por ejemplo con trigo y triticale. Estas discrepancias no son sorprendentes en vista de
los factores de estrés, además de las varias estrategias que han desarrollado las
plantas para adaptarse a las condiciones de estos suelos (Fig. 16.9). Las técnicas de
bioensayos a corto plazo mediante el uso de la elongación radical de plántulas en
suelos minerales ácidos pueden ejercer como una practica orientada con compromiso
para superar por lo menos algunos de estos problemas.
Página 667
tolerancia al manganeso. Tales mecanismos pueden jugar un rol en la alta tolerancia
al manganeso en las acículas de árboles coníferos como el pícea de Noruega.
Tabla 16.12
Página 668
16.3.6.5 Eficiencia de nutrientes
Tabla 16.13
50 Solojo 2.10 37 58 62
Página 669
En suelos minerales ácidos la disponibilidad de molibdeno es muy baja
(Sección 9.5). De este modo la eficiencia en molibdeno puede estar algunas veces
involucrada en la adaptación a suelos minerales ácidos. Esto fue demostrados por
Brown & Clark (1974) en una comparación de dos líneas consanguíneas de maíz, Pa
36 y WH, cultivadas en un suelo ácido (pH 4.3). El pobre crecimiento de Pa 36
comparando con aquel de WH fue causado por la insuficiente toma de molibdeno. De
este modo, la baja eficiencia de molibdeno puede limitar la adaptación general de la
Pa 36 a ciertos suelos minerales ácidos, a pesar de la alta eficiencia de esta línea
consanguínea para tomar fósforo a partir de suelos bajos en fósforo, aún en presencia
del aluminio.
En los suelos inundados* (*los términos inundado y anegado son, por lo general,
usados como sinónimos para describir suelos con niveles excesivos de agua), el aire
es desplazado desde los espacios porosos cualquiera a diferentes profundidades del
subsuelo (lo que resulta en una alta capa freática) ó en el suelo superficial. Esto se
presenta frecuentemente en los climas templados durante el invierno y primavera y
también, temporalmente, durante el verano después de fuertes lluvias ó riegos
excesivos en suelos de lento drenaje ó pobremente estructurados. Los suelos
anegados ó sumergidos están permanentemente debajo del nivel freático, ó están
inundados por lo menos varios meses cada año. Los suelos cultivados con arroz de
aniego son el ejemplo agrícola mejor conocido de tales suelos. Ya que el oxígeno (y
otros gases) se difunden cerca de 103-104 veces más rápidamente en el aíre que en el
agua ó en suelos saturados con agua, el oxígeno se agota más ó menos rápidamente
debido a la respiración de los microorganismos del suelo y de las raíces vegetales en
los suelos inundados. Se presentan varios grados de agotamiento del oxígeno
(hipoxia) y anoxia (ausencia del oxígeno molecular). Una vez que se ha consumido el
oxígeno molecular en la respiración, varias poblaciones de microorganismos utilizan
otros aceptores finales de electrones para la respiración. Las secuencias de reducción
toman lugar a potenciales redox específicos y se muestran en la Tabla 16.14. Ya que
los suelos son extremadamente heterogéneos y se caracterizan por que difieren en
micrositios en cuanto a tamaño de poros, contenido hídrico y actividad microbiana, los
potenciales redox varían ampliamente a cortas distancias. El cambio desde suficiencia
de oxígeno a deficiencia de oxígeno puede presentarse dentro de unos pocos
milímetros, y aun en suelos aeróbicos el interior de los agregados del suelo pueden
ser anaeróbicos.
Tabla 16.14
Página 670
Ausencia de O2 330
Tan pronto como el oxígeno libre se ha agotado el nitrato es usado por los
microorganismos del suelo como un aceptor alternativo de electrones en la
respiración. El nitrato es reducido a nitrito (NO ), varios óxidos nitrosos (e.g., N2O,
NO), y a nitrógeno molecular (N2) en el proceso de desnitrificación. El nitrito puede
acumularse temporalmente durante este proceso, especialmente en suelos que son
alternativamente humedecidos y secados. Particularmente en suelos ácidos sometidos
a la nitrificación heterotrófica, también se forman nitritos y varios óxidos nitrosos
durante la nitrificación (NH → NO ). La desnitrificación puede ser realzada en la
rizosfera, por ejemplo en trigo, cuando los contenidos de agua en el suelo son altos,
sugiriendo potenciales redox menores a través del consumo del oxígeno por las raíces
y por los microorganismos del suelo. Los óxidos de manganeso [principalmente
Mn(VI)] son los siguientes aceptores de electrones. En suelos ácidos altos en óxidos
de manganeso y materia orgánica pero bajos en nitrato, pueden concentrarse muy
altos niveles de Mn2+ intercambiable y soluble en agua dentro de unos pocos días.
Después de una prolongada inundación se presenta la reducción del Fe(III). La
reducción del hierro esta asociada con un marcado incremento en el pH del suelo.
Para especies vegetales adaptadas a suelos inundados (especies de aniego, e.g.,
arroz) la realzada reducción del hierro incrementa la disponibilidad del hierro, y
bastante frecuentemente las plantas pueden sufrir de niveles excesivos de hierro. La
reducción del hierro incrementa la solubilidad y disponibilidad de fosfatos para las
especies de aniego si el Fe(III)PO4 se presenta en el suelo en cantidades suficientes.
La reducción del sulfato a H2S en los suelos sumergidos puede disminuir la solubilidad
del hierro, zinc, cobre, y cadmio mediante la formación de sulfuros escasamente
solubles. La deficiencia de zinc es difundida en el arroz, no a través de la formación de
sulfuro de zinc sino debido a la formación de compuestos de zinc escasamente
solubles en la rizosfera oxidada.
Página 671
rizosfera y la porosidad radical del arroz realza su transporte en el aerénquima hacia
los vástagos y la subsiguiente liberación en la atmósfera.
Si la principal causa del daño por inundación a los vástagos está relacionada
directamente a la deficiencia de oxígeno a las raíces ó más indirectamente a la
producción de sustancias tóxicas en el suelo depende de las circunstancias. Estas
causas del daño son discutidas en la siguiente sección, con énfasis en el metabolismo
y nutrición mineral vegetal. Revisiones comprensivas del tema son aquellas de Cannell
(1977) y Drew (1988, 1990).
Página 672
Las respuestas vegetales a corto plazo a las condiciones anaeróbicas del suelo
pueden ser rápidamente evidenciadas al inundar un suelo previamente bien aireado.
El crecimiento de las raíces existentes cesa inmediatamente (Fig. 16.12), y ellas
pueden morir dentro de unos pocos días. En contraste, el crecimiento caulinar en
términos de peso seco continua incrementándose por varios días a una tasa similar ó
aun algo superior, aunque se observen dentro de unos pocos días síntomas visibles
de daño por inundación (marchitamiento transitorio, inhibición de la extensión foliar, y
clorosis).
Fig. 16.12 Efecto de la inundación sobre el peso seco de raíces seminales y vástagos
de plántulas de trigo de invierno (▼, control; , inundado). (En base a Trought & Drew,
1980a.)
Página 673
ambos la compensación de las perdidas por la desnitrificación y de la toma deteriorada
desde los suelos pobremente aireados.
Tabla 16.15
Contenido caulinar
Página 674
Tabla 16.16
Página 675
Tabla 16.17
b
μmol malonilaldehído oxidado mg-1 proteína
Tabla 16.18
Página 676
Contenido foliar de sodio y cloruro en plantas de tomate cultivadas a diferentes
temperaturas en el suelo y tratadas por 15 días con solución salina (90 mм NaCl) a
Página 677
del etanol (ver arriba) y es altamente tóxico. Es cuestionable, sin embargo, si hay una
causa universal de daño por anoxia en todas las especies y tejidos vegetales. La
difusión del daño por anoxia varía en gran parte entre especies, tejidos y condiciones
experimentales, y el tiempo que toman los tejidos ó plantas para morir puede tomar
desde unas pocas horas a meses. Cuando una muerte es rápida las malfunciones
celulares pueden deberse a una declinación en el nivel de ATP lo que conduce al
deterioro en la bomba de eflujo de H+ y en la acidificación del citoplasma. En tejidos y
plantas donde el daño es menos rápido y se mantienen los niveles de ATP, el
carbohidrato almacenado puede limitar la sobrevivencia bajo anaerobiosis. De acuerdo
con esto bajo condiciones anaeróbicas un suministro exógeno de glucosa prolongaría
la viabilidad de la punta radical y retrasaría la perdida del potencial de elongación de
las raíces.
Página 678
posibilidad de un incremento en la exportación radical de ABA bajo condiciones de
inundación por Jackson et al. (1988) y Jackson (1991a).
Página 679
La realzada formación de aerénquima en las raíces no está confinada a la
inundación ó anaerobiosis sino que también se presenta en la respuesta a la
deficiencia de nutrientes, y la deficiencia de nitrógeno en particular, a pesar de las
bajas tasas de formación de etileno (Tabla 16.19). El incremento en la formación de
aerénquima bajo la deficiencia de nutrientes puede ser llevado a cabo por una mayor
sensibilidad del tejido al etileno.
Tabla 16.19
-N ~165 34
+N ~120 10
a
Datos compilados y recalculados a partir de Drew et al (1989).
Página 680
La importancia relativa de los dos componentes de tolerancia versus la evasión
depende de varios factores, de la duración del déficit del oxígeno en particular. Para
un déficit de oxígeno a corto plazo (e.g., después de fuertes lluvias) se requiere de
tolerancia al estrés, mientras que para un déficit a largo plazo también se necesita de
la evasión del estrés del suelo. La evasión del estrés se vuelve el factor clave en la
adaptación vegetal a suelos permanentemente inundados. A fin de hacer frente a las
altas concentraciones de Fe+2 en los suelos sumergidos, las especies de aniego
requieren de mecanismos particulares para detoxificar al hierro cualquiera por la
exclusión desde la toma (rizosfera oxigenada) ó su toma (includer) y detoxificación
mediante altas actividades de SOD y peroxidasa y catalasa:
Tabla 16.20
Efecto de la hipoxia en los cambios metabólicos en las raíces de cebada (Hordeum vulgare) y Arroz
(Oryza sativa L.) a
Citocromo oxidasa Alcohol Malato Etanol
deshidrogenasa
(nmol min-1 mg-1 (nmol min-1 mg-1 (μmol g-1 peso (μmol g-1 peso
Especie proteína) proteína) fresco) fresco)
vegetal +O2 -O2 +O2 -O2 +O2 -O2 +O2 -O2
H. 193 47 125 1290 1.56 0.60 2.81 20.27
vulgare
131 129 32 167 1.45 1.45 1.29 3.68
O. sativa
a
Basado en Pearson & Havill (1988)
Página 681
Hay alguna evidencia de que en especies tolerantes a la inundación, la
incrementada actividad de la SOD bajo anoxia es un mecanismo importante de
protección para prevenir el daño oxidativo durante la recuperación del estrés por
anoxia, e.g., después de una inundación transitoria.
Tabla 16.21
Página 682
a
Datos recalculados a partir de Vlamis & Williams (1964)
Tabla 16.22
Girasol 5 11 33 15
Trigo
Página 683
Por lo general las especies tolerantes a la inundación desarrollan una extenso
aerénquima no solo en las raíces sino también en los rizomas, y en la mayoría de
casos se presentan estrechas correlaciones entre la alta tolerancia y el tamaño del
aerénquima. En especies de Rumex la porosidad radical fue 10% en especies
intolerantes, 35% en intermedias, y 50% en altamente tolerantes a la inundación. Los
tejidos con aerénquima son formados cualquiera mediante la separación y colapso de
la pared celular (lysigeny) ó mediante la separación sin el colapso (shizogeny). Aunque
en especies de aniego como el arroz ó la juncia Scirpus americanus Pers. la formación
del aerénquima es constitucional, realzando la inundación la formación de aerénquima
y también está involucrado el etileno en este efecto promotor. El transporte a larga
distancia del oxígeno en el aerénquima a las zonas apicales de la raíz cultivadas en
suelos inundados requiere de la restricción de las perdidas de oxígeno por la difusión
en la rizosfera desde las zonas básales. Es presumiblemente drásticamente
disminuida la permeabilidad de la pared celular mediante la formación de la exodermis
(Fig. 16.14).
Fig. 16.14 Sección transversal de una raíz seminal de arroz 20 mm. detrás del ápice.
E = epidermis (rizodermis); X = exodermis; L = vacío = aerénquima (Prade &
Trolidenier, 1990a).
Página 684
súbita inundación (anaerobiosis) y se hayan formado las nuevas raíces (adaptadas) ó
si el desarrollo del aerénquima es realzado en las raíces existentes, depende
principalmente de la especie vegetal y de la tolerancia a la inundación de la especie.
Las principales diferencias entre especies son mostradas esquemáticamente en la Fig.
16.15.
Fig. 16.15 Relación sugerida entre las respuestas radicales de especies de aniego y
secano a un periodo limitado de inundación del suelo. Áreas negras, tejido muerto;
áreas punteadas, tejido que ha sobrevivido; áreas blancas, rebrote (Basado en
Armstrong, 1979)
Página 685
inundación como Alnus, sin embargo tal efecto está ausente en especies intolerantes a
la inundación como el haya (Tabla 16.23) ó Acer pseudoplatanus.
Tabla 16.23
Página 686
Tabla 16.24
b
Incremento en la saturación de O2 en 10 ml H2O (5 min)-1; estudios
en laboratorio.
Los suelos alcalinos (pH >7) son muy comunes en los climas semiáridos y áridos. Los
suelos calcáreos cubren más del 30% de la superficie terrestre. Su contenido de
CaCO3 en el horizonte superior varía desde un poco por ciento hasta el 95%. Las
unidades de suelo predominantes son las Rendzinas, que son suelos superficiales con
alto contenido de materia orgánica que yacen encima de material calcáreo. Menos
comunes son los Chernozems y Xerosols. El pH de los suelos calcáreos esta
determinado por la presencia de CaCO3, el cual amortigua el suelo en el rango de pH
7.5-8.5 (Tabla 16.25). A pH > 8, los Solonetz son la unidad de suelo predominante.
Los solonetz ó suelos sódicos (álcali) se caracterizan por una relación de adsorción de
sodio [SAR – la relación de adsorción de sodio ó SAR describe una relación entre el
sodio soluble y los cationes divalentes solubles que puede usarse para predecir el
porcentaje del sodio intercambiable del suelo equilibrado con una solución dada:
sodio/(calcio + magnesio)1/2] de la matriz suelo mayor que 15, y ellos contienen
frecuentemente carbonato de sodio. Los suelos sódicos usualmente se presentan en
Página 687
asociación con los suelos salinos (Solonchaks), y los suelos salino-sódicos son más
abundantes que los suelos puramente sódicos. En el contexto de las limitaciones en el
crecimiento vegetal es necesario, sin embargo, hacer una clara distinción entre la
salinidad y la sodicidad. Los suelos salinos no son necesariamente alcalinos, y el
crecimiento vegetal en los suelos salinos es afectado principalmente por los altos
niveles de cloruro de sodio (toxicidad por iones, desequilibrio iónico) y por el deterioro
del balance hídrico (Sección 16.6). Los suelos sódicos, por otro lado, son alcalinos y el
crecimiento vegetal es deteriorado principalmente por el alto pH, altos bicarbonatos, y
frecuentemente por la pobre aireación.
Tabla 16.25 Abundancia relativa de suelos alcalinos y las principales limitantes sobre el
crecimiento vegetal en estos suelos.
pH del suelo
7 8 9
Asociaciones Rendzinas (suelos Solonetz (suelos sódicos)
de suelo calcáreos)
dominantes Solonchaks (suelos salinos)
(Chernozems, Xerosols
Abundancia
relativa
Impedancia mecánica
Exceso de HCO
Déficit hídrico
Impedancia mecánica
a
Paréntesis indica menos frecuente, ó solo en ciertas situaciones.
Página 688
disponible a las plantas después de su mineralización por los microorganismos del
suelo. Ambos la cantidad total de nitrógeno del suelo y su disponibilidad a las plantas
están por lo tanto estrechamente relacionadas con el contenido de materia orgánica
del suelo y las condiciones para la mineralización (humedad del suelo, temperatura,
aireación). El pH del suelo es solo de menor importancia para el nivel de recambio del
nitrógeno en los suelos alcalinos.
16.5.1.1 Hierro
Página 689
En suelos aireados la solubilidad del hierro es en gran parte controlada por los
óxidos de Fe(III) (nombre del grupo), especialmente la ferrihidrita (5Fe2O3•9H2O) y el
hidróxido férrico amorfo (Fe(OH)3)2, y la formación de quelatos de hierro a partir de la
materia orgánica del suelo ó por la producción microbiana de sideróforos. Por ejemplo,
para un suelo de pH 7.9 se encontró más de 35000 veces la concentración predicha
de hierro soluble a partir de las constantes de equilibrio inorgánico. En suelos alcalinos
con un alto contenido en materia orgánica la concentración de los quelatos orgánicos
de hierro puede alcanzar valores de 10-4 a 10-3 М. La aplicación de abono de corral a
suelos bajos en materia orgánica puede por lo tanto ser un procedimiento efectivo para
incrementar la solubilidad del hierro, y la toma de hierro en especies de cultivo
ineficientes en hierro como el sorgo.
16.5.1.2 Zinc
La solubilidad del zinc inorgánico, como aquella del hierro inorgánico, disminuye con el
creciente pH. En el rango de pH 5.5-7.0 la concentración en equilibrio del zinc puede
disminuir 30 a 45 veces por cada unidad que se incremente en la solución del pH. Los
coeficientes de difusión para el zinc en suelos calcáreos son por lo tanto cerca de 50
veces inferiores a aquellos en suelos ácidos. Ya que la concentración del zinc en la
solución del suelo está también determinada por los procesos de adsorción y
desorción que se presentan en la matriz del suelo, la concentración del zinc a un pH
dado del suelo puede también depender de otros componentes solutos (e.g., Ca2+), y
de la materia orgánica del suelo y de la actividad microbiana. La aplicación de abono
Página 690
de corral a suelos alcalinos bajos en materia orgánica puede por lo tanto incrementar
la solubilidad y la toma vegetal del zinc. El hacer más alcalinos a los suelos mediante
el incremento en la concentración de NaHCO3, sin embargo, realza el riesgo de
deficiencia de zinc en las plantas debido, a una disminución en la extractabilidad del
zinc en el suelo y al directo deterioro del crecimiento radical (ver abajo).
16.5.1.3 Manganeso
La química del manganeso en los suelos y soluciones del suelo está gobernada por el
pH y el redox (Sección 16.4.1). Aunque el manganeso puede formar complejos
inorgánicos, en las soluciones del suelo el Mn2+ es la principal especie. En suelos
calcáreos bien aireados (Rendzinas), la solubilidad del manganeso disminuye con los
niveles crecientes de ambos CaCO3 y MnO2 debido a la adsorción del manganeso al
CaCO3 y su oxidación en las superficies del MnO2 y probablemente por la precipitación
de la calcita de manganeso. El efecto del pH del suelo y del CaCO3 en la disponibilidad
de manganeso es bien conocido en las zonas templadas como el resultado de la
deficiencia de manganeso inducida por el sobreencalado de los suelos ácidos bajos en
manganeso. En suelos calcáreos la disponibilidad del manganeso para las plantas
esta determinada principalmente por la estructura y aireación del suelo (micrositios
anaeróbicos) y los cambios inducidos por la raíz en la rizosfera (Sección 15.3, 15.4 y
15.5).
Página 691
16.5.2 Principales limitantes en el crecimiento vegetal
El desorden nutricional más prominente de cultivos en suelos con más del 20% CaCO3
es la deficiencia de hierro ó la llamada “clorosis inducida por cal”. Las especies
vegetales que son principalmente afectadas incluyen el manzano, durazno, cítricos,
uva, maní, soya, sorgo y arroz de secano. Es el principal problema en la producción de
sorgo y soya en Great Planis en los Estados Unidos. Para revisiones de este tema el
lector es enviado a Chen & Barak (1982) y Vose (1982).
La Fig. 16.17 resume algo de los principales medios por los que la alta
concentración de HCO puede afectar la toma, translocación, y utilización del hierro
en las plantas. Una alta concentración de HCO en la solución del suelo ambos eleva
y amortigua el pH y de este modo minimiza más la concentración del hierro inorgánico
Página 692
soluble [mecanismo (1)]. Simultáneamente en plantas de Estrategia I, las respuestas
radicales a la deficiencia son inhibidas severamente por el alto pH; estas respuestas
incluyen el deterioro de la efectividad de la bomba de eflujo de H+ mediante la
neutralización de los H+ [mecanismo (2)], disminuyendo la liberación de los fenólicos
[mecanismo (3)] y la reducción del Fe(III) en la membrana plasmática [mecanismo (4)]
(ver también Sección 2.5.6). De acuerdo con esto las altas concentraciones de HCO
conducen a una abrupta disminución en la toma y transporte del hierro hacia el
vástago. Por lo menos en estudios a corto plazo este efecto inhibidor de las altas
concentraciones de HCO puede ser simulado mediante un buffer orgánico del pH
(HEPES) lo cual demuestra la importancia de la acidificación por lo menos del
rizoplano y el apoplasto de las células rizodérmicas para la adquisición del hierro en
plantas Estrategia I (Tabla 16.26).
Tabla 16.26
Tasa de reducción del Fe(III) y de toma del 59Fe (suministro de 59Fe EDDHA) en
plantas de maní deficientes en hierro (Arachis hypogaea L.) afectadas por la
capacidad buffer del pH de la solución nutritiva a pH 8.5 a
Tratamiento Reducción del Fe(III) Toma de 59Fe
(nmol g peso seco radical h-1)
-1
(solución nutritiva)
No amortiguada 4208 658
Página 693
1592 95
+ 10 mм HCO
+ 10 mм HEPES 1513 72
a
Marschner et al (1989)
El rol del fósforo en la clorosis inducida por la cal es complejo. Puede deteriorar
la nutrición del hierro a varios niveles, por ejemplo disminuyendo la tasa de disolución
del hierro a partir de óxidos de hierro del suelo no rizosférico y rizosférico (exudados
radicales). En muchos casos, el incremento en el suministro de fósforo suprime la
exudación radical de ácidos orgánicos inducida por la deficiencia de fósforo (Sección
15.4) y, de este modo a un mecanismo que realza la solubilidad del hierro en la
rizosfera. Un ejemplo tal ha sido reportado para Banksia ericifolia (Proteaceae) donde
un incremento en el suministro de fósforo suprimió la formación de raíces proteoid y
simultáneamente indujo clorosis por deficiencia de hierro. Puede presentarse la
inactivación del hierro en las plantas por los altos contenidos de fósforo, pero es
improbable que juegue un rol ecológico. Los elevados niveles de fósforo en las hojas
cloróticas son probablemente el resultado y no la causa de la clorosis por hierro.
Aunque la deficiencia de hierro puede ser inducida en plantas de cultivo cultivadas en
suelos calcáreos suplidos con muy altos niveles de fertilizante de fósforo, hay
considerables dudas acerca de que el fósforo sea de importancia mayor en la clorosis
inducida por cal en condiciones de campo. Se han conducido muchos estudios en
laboratorio y en invernadero sobre las interacciones del hierro-fósforo con
Página 694
concentraciones de fósforo en órdenes de magnitud superiores que aquellas típicas de
las soluciones del suelo en suelos calcáreos.
Tabla 16.27
Página 695
radical con micorrizas VA. De los factores vegetales, la acidificación de la rizosfera
llevada a cabo cualquiera por la realza excreción neta de protones ó de ácidos
orgánicos (Fig. 16.18) son de particular importancia para la adquisición de zinc y
manganeso en suelos calcáreos (Secciones 15.3 y 15.4).
Página 696
concentraciones de HCO no solo inhiben el transporte del zinc hacia los vástagos
sino también la toma hacia las raíces y parecen dañar directamente las raíces del
arroz. Esta respuesta del arroz inundado a las altas concentraciones de HCO se
parece a aquella típica de muchas especies calcífugas, pero hay marcadas diferencias
entre cultivares de arroz en este aspecto (Sección 16.5.3.3).
Tabla 16.28
1.9 7212 17
7.3 0 5265 9
1.9 6171 18
7.7 0 2788 10
1.9 6637 14
a
Basado en Sedberry et al (1988).
Página 697
Las especies vegetales y poblaciones dentro de especies (ecotipos) de la vegetación
natural que crecen preferentemente en suelos calcáreos (calcícolas) poseen
mecanismos adaptables para hacer frente a las limitantes del crecimiento y de la
nutrición mineral como la baja disponibilidad de hierro y zinc y frecuentemente las altas
concentraciones de calcio y bicarbonatos en la solución del suelo. Por ejemplo, las
calcícolas tienen una mayor capacidad de adquisición de hierro que las calcífugas, i.e.,
especies y ecotipos que se han adaptado a suelos ácidos. Las calcícolas son
frecuentemente altamente eficientes en la toma de fósforo, por lo menos en algunos
casos debido a que las raíces son altamente infectadas con micorrizas VA. De
acuerdo con esto, la inhabilidad para movilizar fósforo en los suelos calcáreos se
considera un factor clave en el comportamiento calcífuga de muchas especies
vegetales como Rumex acetosella y Silene rupestris. Además, en contraste a las
calcífugas, en las calcícolas las altas concentraciones de HCO tienen solo
insignificantes efectos inhibidores en el crecimiento extensión radical.
Página 698
diferencias entre cepas: aquellas a partir de suelos calcáreos acumulan mucho menos
calcio en sus hifas que aquellas a partir de suelos ácidos.
Página 699
Fig. 16.19 Relación entre la resistencia contra la “clorosis inducida por la cal” bajo
condiciones de campo y la capacidad reductora de raíces de cultivares de soya
(superior) y la liberación de fitosideróforos por especies gramíneas (inferior) bajo
condiciones controladas (Compilado a partir de Römheld, 1987a.b y Römheld &
Marschner, 1990).
Página 700
Tabla 16.29
+ 2583 210
Shulamit - 3305 -
+ 4749 44
71-328 - 4388 -
+ 4777 9
a
Basado en Hartzook et al. (1974)
b
10 kg Fe ha-1 (como Fe-EDDHA).
Página 701
recuperación de fitosideróforos en maíz y sorgo plantean la pregunta acerca de la
clasificación de estas especies como plantas Estrategia II.
Tabla 16.30
Movilización de hierro desde un suelo calcáreo (Luvisol) por quelantes Fe(III) y toma
de hierro suplido como quelatos 59Fe(III) por plantas de cebada deficientes en hierro.
a
(nmol Fe g-1 suelo (12h) -1) (nmol Fe g-1 peso seco raíz
(4h) -1)
Fitosideroforo (HMA) 23.6 3456.0
Página 702
Están bien documentadas las diferencias en la eficiencia al zinc en especies
cultivadas. Cuando se cultivan en suelos alcalinos, la sensibilidad a la deficiencia de
zinc es alta en fríjol, maíz, algodón y manzano comparando, por ejemplo, con el trigo,
avena ó arveja. Estas diferencias entre especies en la adquisición del zinc desde los
suelos están probablemente relacionadas a las diferencias inherentes en el pH de la
rizosfera, exudación radical, ó colonización radical con micorrizas VA. También dentro
de una especie dada hay notables diferencias entre cultivares a la eficiencia en zinc, y
estas diferencias están estrechamente relacionadas a las superiores tasas de toma de
zinc por los cultivares eficientes cuando se cultivan en suelos alcalinos deficientes en
zinc. Han sido presentados ejemplos de estos para el maíz, trigo, cebada, y soya y se
muestran para fríjol gandul en la Tabla 16.31. El contenido de zinc en las hojas del
cultivar eficiente fue notablemente superior, y solo fueron necesarias pequeñas
cantidades de fertilizantes de zinc para obtener los máximos rendimientos de grano.
Tabla 16.31
Página 703
Tabla 16.32
Página 704
lino el contenido de manganeso en la materia seca caulinar estuvo pobremente
relacionado con la cantidad de manganeso extraído desde el suelo, pero estuvo
inversamente relacionado con la cantidad de hierro extractable. De acuerdo con esto,
la toxicidad de manganeso puede eliminarse mediante la aplicación de Fe-EDDHA, lo
que disminuyo drásticamente el contenido de manganeso vegetal (Tabla 16.33). La
alta eficiencia en hierro puede en muchos casos por lo tanto prevenir la deficiencia en
manganeso en plantas Estrategia I cultivadas en suelos calcáreos; esta puede aún
incrementar el riesgo de toxicidad por manganeso, como se mostró para lino (Tabla
16.33) y para un genotipo de soya eficiente en hierro.
Tabla 16.33
En especies que forman raíces proteoid como el lupino blanco (Lupinus albus)
la adquisición y los contenidos caulinares de manganeso están principalmente
relacionados a la formación de raíces proteoid y no al estado nutricional del hierro. La
deficiencia de fósforo incrementa a formación de raíces proteoid, y eleva los
contenidos caulinares de manganeso y aún puede conducir a toxicidad por
manganeso cuando se cultivan en suelos calcáreos. En contraste, los contenidos
caulinares de hierro son generalmente bajos en lupino blanco. La sensibilidad del
lupino blanco a la deficiencia de hierro cuando se cultiva en suelos calcáreos
probablemente refleja en esta especie un transporte de hierro inherentemente
restringido desde las raíces al vástago a fin de evitar toxicidad por hierro, a pesar de
los muy altos contenidos de hierro en las raíces proteoid.
16.6.1 General
Página 705
regadío. La salinidad ha sido un importante factor histórico y ha influenciado la
duración de los sistemas agrícolas. Esta frecuentemente destruyó antiguas sociedad
agrarias, y más recientemente grandes áreas del subcontinente Indio se han vuelto
improductivas debido a la acumulación de sales y el mal manejo del agua. En
Pakistán, por ejemplo, cerca de 10 millones de las 15 millones de hectáreas de tierra
de riego por canal están afectadas por la salinidad, y presumiblemente va a salir más
tierra del regadío debido a la salinidad que la que va a entrar en el regadío. La
salinidad es la principal limitante nutricional en el crecimiento del arroz de aniego.
Aún el agua de buena calidad puede contener 100-1000 g sal m-3. Con una
aplicación anual de 10000 m-3 ha-1, se añadirían entre 1 y 10 t de sal al suelo. Como
resultado de la transpiración y evaporación del agua, las sales solubles se acumularan
en el suelo y deben ser removidas periódicamente mediante el lavado y el drenaje.
Pero aún cuando se aplique la tecnología apropiada a estos suelos, ellos contendrán
concentraciones de sales que frecuentemente deterioran el crecimiento de las
especies de cultivo con baja tolerancia a las sales.
Los suelos son considerados salinos si ellos contienen sales solubles en cantidades
suficientes para interferir con el crecimiento de la mayoría de especies de cultivo. Esto,
sin embargo, no da una cantidad fija de sales sino que depende de la especie vegetal,
la textura y la capacidad hídrica del suelo, y de la composición de las sales. De este
modo es arbitrario el criterio para distinguir entre suelos salinos y no salinos. De
acuerdo con la definición del Laboratorio de Salinidad US, el extracto de saturación (la
solución extraída a partir de un suelo en su contenido de agua a saturación) de un
suelo salino tiene una conductividad eléctrica (EC) mayor que 4 mmho cm -1 ó de 4
deciSiemens m-1 (equivalente a ~40 mм NaCl l-1) y un porcentaje de sodio
intercambiable (ESP) de menos de 15. Aunque el pH de los suelos salinos puede
variar en un amplio rango, está usualmente cerca de la neutralidad, con una tendencia
hacia una ligera alcalinidad. La asociación de suelo dominante consiste de los
Solonchaks (Tabla 16.25). Los suelos salinos con una ESP mayor que 15 son
llamados suelos salino-alcalinos (ó suelos salino-sódicos), tienen valores altos de pH,
y tienden a volverse bastantes impermeables a ambos el agua y a la aireación cuando
las sales solubles son removidas mediante el lavado. Estas distinciones entre los
suelos salinos y alcalinos (sódicos) son frecuentemente insuficientemente apreciadas
en los estudios en soluciones nutritivas al añadir altas concentraciones de sales
simples (principalmente NaCl) pero manteniendo bajas las concentraciones de calcio.
Página 706
Tales amplias relaciones Na+/Ca2+ en el sustrato son típicas en los suelos sódicos pero
no en los suelos agrícolas salinos.
Fig. 16.20 Relación entre el contenido de sal del suelo y la conductividad eléctrica (dS
= deciSiemens) del extracto de saturación a 25ºC. Agua en la pasta (%); valores
relativos; extracto de saturación = 100; 50 y 25 = cambios calculados en la EC y el
potencial osmótico en la solución del suelo cuando el contenido de agua cae a 50 y
25% respectivamente de aquel en saturación (50% es aproximadamente la capacidad
de campo del suelo). (En base a US Salinity Laboratory Staff, 1954).
Página 707
sales, no su composición. Aunque el NaCl es usualmente la sal dominante, pueden ser
abundantes otras en varias combinaciones, dependiendo del origen del agua salina y
de la solubilidad de las sales (Tabla 16.34).
Tabla 16.34
Página 708
ligeramente por niveles bajos de salinidad (grupo II). La mayoría de no halófitas
(glicófitas), cualquiera su tolerancia a las sales es relativamente baja (grupo III) ó su
crecimiento es severamente inhibido aún a niveles bajos de salinidad en el sustrato
(grupo IV).
Tabla 16.35
Página 709
Cebada (H. vulgare) 8.0 5.0
Tabla 16.36
Efecto de la salinidad sobre la depresión del crecimiento en cultivares dentro de especies de cultivo a
Tratamiento Depresión del
Parámetro de crecimiento del
Especie (mм NaCl) crecimiento cultivar Referencia
Cebada 125 Rendimiento de 45 a <5 Greenway (1962)
grano
Trigo ~50 90-50 Bernal et al. (1974)
Rendimiento de
Remolacha 150 grano 93-49 Marschner et al. (1981a)
azucarera
50 Peso seco total 75-44 Läuchli & Wienecke
Soya (1979)
500 Peso seco total 100-15
Tabaco Nabors et al. (1980)
Suelo salino- Plantas que 79-1
Fríjol sódico Ayoub (1974)
Página 710
sobreviven
Plantas que
sobreviven
a
Las diferencias en la tolerancia a las sales son indicadas por el rango de valores relativos; control (sin
saesl) = 100.
Hay tres principales limitantes para el crecimiento vegetal en sustratos salinos (Fig.
16.22): (1) déficit hídrico (“estrés por sequía”) surgiendo debido al bajo (más negativo)
potencial hídrico del medio de enraizado; (2) toxicidad iónica asociada con la toma
excesiva principalmente de Cl- y Na+; (3) desequilibrio nutricional por la depresión en la
toma y/ó transporte al vástago y la deteriorada distribución interna de los nutrientes
minerales, del calcio en particular. Frecuentemente no es posible evaluar la
contribución relativa de estas tres principales limitantes a la inhibición del crecimiento
en un sustrato con alta salinidad, ya que muchos factores están involucrados. Estos
incluyen las concentraciones y relaciones iónicas en el sustrato, duración de la
exposición, especie vegetal, cultivar y raíz patrón (excluder, includer, Fig. 16.22), etapa
de desarrollo vegetal, órgano vegetal, y condiciones ambientales. La exposición a
largo plazo de una planta a la salinidad puede por ejemplo resultar principalmente en
toxicidad iónica en las hojas más viejas y déficit hídrico y agotamiento de
carbohidratos en las hojas más jóvenes. Los siguientes ejemplos ilustran el posible rol
de las tres principales limitantes, y también las dificultares de generalizar acerca de los
efectos de la salinidad.
Página 711
Fig. 16.22 Efectos adversos de la salinidad y los posibles mecanismos de adaptación.
(Reproducido a partir de Greenway & Muñiz, 1980, con permiso de la Annual Review
of Plant Physiology. Copyright 1980 por Annual Review Inc.)
Página 712
Fig. 16.23 Curso de tiempo en la extensión foliar de remolacha azucarera (Beta
vulgaris L.) cultivada bajo un fotoperíodo de 12 h con ó sin salinización (100 mм NaCl).
(Modificado de Waldron et al., 1985)
Página 713
16.6.3.4 Toxicidad por iones y desequilibrio iónico
En sustratos salinos el Na+ y el Cl- son usualmente los iones dominantes. A pesar de la
esencialidad del cloruro como un micronutriente para todas las plantas superiores
(Sección 9.8) y del sodio como nutriente mineral para muchas halófitas y algunas
especies C4 (Sección 10.2), las concentraciones de ambos iones en los sustratos
salinos exceden por mucho esta demanda y conducen a la toxicidad en plantas no
tolerantes a las sales. En muchas especies de cultivo herbáceo, la uva, y en muchos
árboles frutales se presenta inhibición del crecimiento y daño del follaje (clorosis
marginal y necrosis en las hojas maduras) aún a bajos niveles de salinización por
NaCl. Bajo tales condiciones el déficit hídrico no es una limitante y, por lo menos en
especies Citrus, la alta sensibilidad al cloruro y de este modo la toxicidad por cloruro
es la principal limitante. Árboles de crecimiento caducifolio como Tilia y Aesculus, así
como árboles coníferos como Picea omorika también sufren de toxicidad por cloruro
en el follaje cuando se cultivan en sustratos altos en NaCl.
Muchas especies leguminosas son también muy sensibles a los altos niveles
de cloruro. Las concentraciones isoosmóticas de Cl- comparadas con la salinidad por
SO son por lo tanto mucho más tóxicas para el crecimiento, por ejemplo del maní, ó
causan severas clorosis foliares y depresión en los fotosintatos como se muestra para
fríjol en la Tabla 16.37. Ciertos cultivares de soya proporcionan ejemplos
sobresalientes de la alta sensibilidad al cloruro. En suelos costeros mal drenados la
aplicación de fertilizante de potasa que contenga KCl puede aumentar los contenidos
de cloruro en algunos cultivares a 1% del peso seco foliar, causando el escaldado
foliar y la reducción severa en el rendimiento de grano. Aunque la toxicidad por
cloruros es muy común en muchas especies vegetales cultivadas en sustratos salinos,
en algunas especies vegetales como el Sorghum, comparando con la salinización con
cloruro (NaCl), la salinización con sulfatos (Na2SO4) puede disminuir el crecimiento de
manera similar al NaCl a salinidad baja y moderada y aún más en sustratos con alta
salinidad. Esta disminución particular en el crecimiento es en parte debida a la
depresión en los contenidos caulinares de potasio y magnesio a alta salinización por
sulfatos.
Tabla 16.37
NaCl +
CaCl2
1.88 172
Página 714
2.5 1.53 159
10.0
10.0
a
Basado en Bhivare et al. (1988).
b
Suministrado por una hora
Página 715
por la toma inhibida de manganeso y la deficiencia inducida de manganeso. Aunque
las altas concentraciones de Cl- pueden inhibir la toma de NO (Sección 2.5.3), la
deficiencia inducida de nitrógeno no es probablemente un factor importante en la
depresión del crecimiento causada por la salinidad del suelo.
Está bien documentado el particular rol del calcio en incrementar la tolerancia a las
sales, tal como la inducción de la deficiencia de calcio en plantas cultivadas en
sustratos salinos. La aplicación de yeso es una práctica común en recuperación de
suelos salino-sódicos y sódicos. Bajo estas condiciones la aplicación de yeso puede
incrementar considerablemente la tolerancia a las sales. En papa, por ejemplo, la
adición de yeso incrementó marcadamente el rendimiento de tubérculo (Tabla 16.38).
Aún a altos niveles de salinidad, el rendimiento es solo ligeramente inferior que aquel
del control, aunque el 1.2% sal correspondía a una EC de ~20 dS m-1 y el umbral de
EC promedio para la papa es de ~2 dS m-1. Como ha sido mostrado en soya cultivada
en suelos salino-sódicos, la adición de yeso tuvo un efecto doble: (a) mejoró la
estructura del suelo y de este modo la aireación del suelo y (b) incremento la
proporción Ca2+/Na+ y de este modo apoya a la capacidad de las raíces para restringir
el influjo de Na+.
Tabla 16.38
Página 716
1.2 % sal
a
La salinización se consiguió con una mezcla de sales de sodio,
magnesio, y calcio (Cl- > SO > HCO ). Basado en Abdullah &
Ahmad (1982).
Tabla 16.39
Página 717
En suelos salinos de praderas de Canadá se encuentran frecuentemente altas
cantidades de sulfatos de sodio y magnesio. En estos suelos puede causarse pobre
crecimiento en trigo y cebada debido a la deficiencia de calcio como se indica por el
mucho mejorado crecimiento resultante de las enmiendas con calcio. La alta humedad
nocturna mejora dramáticamente el crecimiento del trigo bajo condiciones salinas, y el
creciente suministro de calcio no tuvo efecto en el crecimiento a alta humedad. Tales
resultados concuerdan con el rol de la presión radical en el transporte del calcio hacia
el ápice caulinar (Sección 3.4.3), apoyando la suposición de la deficiencia de calcio
como un factor dominante en la depresión del crecimiento del trigo y cebada en suelos
salinos.
Tabla 16.40
Página 718
agua; las señales hormonales desde las raíces se consideran de naturaleza
secundaria.
El nivel de salinidad y el área foliar están inversamente relacionados. Por esta razón
puede por lo tanto disminuir con creciente salinidad el agua perdida por la planta
mediante la transpiración. No solo el área foliar total, sin embargo, sino también puede
disminuir la fijación neta de CO2 por unidad de área foliar, mientras que la respiración
(respiración oscura) se incrementa, conduciendo a una drástica reducción en la
asimilación neta de CO2 por unidad de área foliar por día (Tabla 16.41). Las menores
tasas de fijación de CO2 durante el periodo lumínico pueden ser causadas por el déficit
hídrico y el parcial cierre estomatal, la pérdida de turgor de las células del mesofilo a
través de la acumulación de sales en el apoplasto, ó los efectos tóxicos directos de los
iones.
Tabla 16.41
-0.64 24 44 16 29
-1.24 18 41 19 23
a
Basado en Hoffman & Phene (1971)
Página 719
La salinidad puede también incrementar la tasa de respiración de las raíces, lo
cual da un mayor requerimiento de carbohidratos para el mantenimiento de la
respiración en los sustratos salinos. Este mayor requerimiento presumiblemente
resulta a partir de la compartimentación de iones, la secreción de iones (e.g., bomba
de eflujo de Na+), ó la reparación del daño celular. Las crecientes concentraciones
atmosféricas de CO2 encima del nivel normal pueden incrementar la tasa de
fotosíntesis y de este modo jugar un rol importante bajo condiciones salinas. Para
plantas cultivadas en sustratos salinos esto puede compensar la disminuida apertura
estomatal, área foliar y mayores tasas de respiración y por lo tanto incrementar
marcadamente la tolerancia a las sales, por ejemplo en tomate. Similarmente, la alta
irradiación puede también incrementar la tolerancia a las sales, por ejemplo en haba y
melón. Bajo condiciones de campo, sin embargo, no es factible incrementar las
concentraciones del CO2 atmosférico, y los efectos benéficos de la alta irradiación
pueden ser contrarrestados por los efectos negativos de la baja humedad relativa y las
correspondientemente altas tasas de transpiración, conduciendo a la acumulación de
sales en la superficie radical (Sección 15.2) y en las hojas.
Tabla 16.42
Página 720
Control 371 126 14 44 3
16.6.3.8 Fitohormonas
Los cambios en los niveles de fitohormonas están asociados con una respuesta
vegetal a la salinidad. Típicamente los niveles de CYT disminuyen mientras que los de
ABA se incrementan en respuesta a la salinidad, en una manera similar como en el
estrés por sequía (Sección 5.6). Los elevados niveles de ABA son importantes para el
rápido ajuste osmótico a la salinidad, ambos en células individuales ó en plantas
intactas. La aplicación de ABA puede por lo tanto incrementar la tolerancia a las sales
mediante el realce de los mecanismos que son importantes para la rápida adaptación
a la salinidad (Tabla 16.43), por ejemplo al incrementar la actividad de la PEP
carboxilasa lo cual puede realzar la tasa de fijación de CO2 a pesar de la reducida
apertura estomatal. Hay varios reportes de aplicaciones de CYT que contrarrestan la
senescencia foliar inducida por la salinidad, y lo mismo es cierto de poliaminas como la
putrescina. En Sorghum el crecimiento a alta salinidad por NaCl puede ser muy
mejorado mediante el suministro de CYT, particularmente combinado con el GA. Se
puede conseguir una mejora similar del crecimiento en el sustrato salino mediante el
doblaje de la concentración nutritiva en la solución. Se sugiere por lo tanto que por lo
menos parte de la depresión del crecimiento por la alta salinidad se causo por la
inadecuada producción de fitohormonas debida a la deteriorada toma ó utilización de
nutrientes, ó ambos.
Tabla 16.43
El efecto de las aspersiones foliares de ABA (40 μм) en el peso seco caulinar
de plantas de sorgo (S. bicolor (L.) Moench) cultivadas en salinidad de 150
mм NaCl a
Días después de Peso seco caulinar (mg por planta)
la salinización 150 mм NaCl 150 mм NaCl + ABA
3 76 127
8 156 297
15 502 1135
25 2240 3340
a
Basado en Amzallag et al.(1990).
Página 721
Las poliaminas como la putrescina se acumulan en las plantas bajo estrés por
salinidad. Ellas son conocidas por su efecto estabilizador en las membranas de células
vegetales y su efecto de realce en la síntesis de proteínas (Sección 5.6). La aplicación
de poliaminas puede incrementar el crecimiento vegetal bajo salinidad. Por ejemplo,
en arroz la aplicación foliar de putrescina no fue efectiva en las plantas control (no
salinizadas) pero alivio la depresión en tasa de crecimiento inducida por las sales, el
contenido de clorofila, RNA y DNA.
Página 722
como excluders es solo un término relativo, esto es, significa una mucha menor toma
de sales en comparación con las includers. Este usualmente se aplica solo al
transporte de sales desde las raíces a las hojas en general, y a las hojas en expansión
y el ápice caulinar en particular.
Tabla 16.44
Página 723
Fríjol 25 64 0.04 1.0 2.2 3.7
Página 724
funcionamiento de tal antiporte parece no estar relacionado con la tolerancia a las
sales de las diferentes especies vegetales. En especies de trigo (T. aestivum, T.
turgidum) también no hay evidencia de que los mecanismos de tolerancia, ó de
sensibilidad a las sales, están basados en las diferencias de un canal de cationes en la
selectividad K+/Na+ en la membrana plasmática. En cultivares de maíz las diferencias
en el grado de exclusión de Na+ parecen estar correlacionadas a las diferencias en la
permeabilidad pasiva del Na+ en las membranas de las células radicales, y los
cultivares con alta tolerancia a las sales tienen una mayor capacidad de mantener
concentraciones bajas de Na+ en el citoplasma. En respuesta a la alta salinidad por
NaCl se puede observar un realce en la actividad ATPasa-H+ de la membrana
plasmática y del tonoplasto en raíces de cebada, y este realce también es también
mucho más notable en Sorghum como un excluder de Na+ que en Spartina como un
includer de Na+.
En los tipos includer es de principal importancia el particionamiento del Na+ y Cl- hacia
los varios órganos y tejidos caulinares. Esto también es cierto para el particionamiento
entre las hojas viejas y jóvenes, vainas foliares y laminas foliares, tipos de células
dentro de las laminas foliares, y los órganos vegetativos y reproductivos. La restringida
importación de Na+ y Cl- hacia las hojas jóvenes es característica de las especies
tolerantes a las sales. En Kosteletzkya virginica, una dicotiledónea halófita, a
concentraciones del sustrato de 85 mм NaCl, que es la concentración óptima para el
crecimiento, desde la hoja más vieja a la hoja más joven la concentración de Na+ en el
agua foliar disminuyo desde 230 a 25 mм mientras que la concentración de K+ se
incremento desde 100 a 320 mм. Fue también típica una restricción mucho más
efectiva en la importación de Na+ y Cl- hacia las hojas más jóvenes en un clon de
Agrostis stolonifera de saladares comparando con un clon de tierra adentro.
Página 725
inflorescencias y semillas como se ha mostrado para trigo y maíz. En remolacha
azucarera como una especie de cultivo tolerante a las sales son mantenidos similares
gradiente abruptos inversos de Na+/K+ entre las hojas viejas y jóvenes (Sección 10.2.4)
como es típico de las halófitas. Las altas concentraciones de K+ pero bajas de Na+ en
las hojas jóvenes y en los órganos reproductivos son alcanzadas mediante una
general baja importación del xilema de ambos K+ y Na+, para alta importación del
floema de K+ desde las hojas maduras. Un ejemplo de esto se ha dado en la Sección
3.5 para cebada cultivada en sustrato con alta salinidad.
Tabla 16.45
Clipper Epidermis 58 44
1ª
mesofilo
a
Huang & van Steveninck (1989c). Reimpreso con permiso de American
Society of Physiologists.
Página 726
16.6.4.3 Ajuste osmótico
Página 727
16.6.4.4 Compartimentación y solutos compatibles
Ciertas enzimas, como la ATPasa de la membrana plasmática, en las raíces son bien
activadas ó inhibidas in vitro por las altas concentraciones de sales, dependiendo de la
tolerancia a las sales de las plantas intactas; esto es, las ATPasas de la membrana de
las halófitas puede ser menos sensibles a las sales que aquellas de las glicófitas. Sin
embargo, in vitro en muchos casos enzimas como la malato deshidrogenasa y la
aspartato aminotransferasa de halófitas como Atriplex spongiosa y de glicófitas como
Phaseolus vulgaris son igualmente sensibles a las altas concentraciones de NaCl. De
este modo, por lo general, las especies includer que acumulan grandes cantidades de
Na+ y Cl- ú otros iones inorgánicos en sus hojas, para el ajuste osmótico deben
proteger sus enzimas en el citoplasma y en los cloroplastos de las altas
concentraciones de Na+ y Cl-. Se ha demostrado tal estricta compartimentación del Na+
y Cl- en las vacuolas, por ejemplo, en espinaca cultivada en sustratos salinos y que
contiene altos niveles de NaCl en el tejido foliar.
Tabla 16.46
Na+ 7 3 22 405
Mg2+ 18 32 13 39
Cl- 1 21 25 335
Página 728
30 31 16 51
HPO
mmol l-1
57 21 181 47
QACsb
a
Basado en Schröppel-Meier & Kaiser (1988)
b
Compuestos de amonio cuaternario(e.g., glicina
betaína)
Fig. 16.24 Efectos comparativos del NaCl (●) y de la glicina betaína (○) sobre enzimas
solubles de cebada. A, malato deshidrogenasa; B piruvato quinasa. (Basado en
Pollard & Wyn Jones, 1979)
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encuentra en el citosol y cloroplastos, mientras que en Viscum album también puede
contribuir al potencial osmótico en las vacuolas. Es bien conocida la acumulación de
prolina en respuesta al déficit hídrico y al estrés por sales y tiene un efecto protector
en la germinación de las semillas en sustratos salinos.
Tabla 16.47
Soluto Distribución
D-sorbitol Rosaceae, Plantaginaceae
Requerimiento energético
Acumulación de azúcares C6 54
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salino. El ajuste osmótico en las hojas está mediado por el Na+ y el Cl-, mientras que
en las flores está mediado por el K+, glicina betaína, y azucares. Pero aún dentro de
una hoja dada el rol de los solutos puede variar; en hojas jóvenes de sorgo, la glicina
betaína es importante para el ajuste osmótico solo en laminas foliares, no en vainas
foliares. En cebada cultivada en sustratos salinos, los azucares juegan un rol
insignificante, comparando con el Na+ y el Cl- en el ajuste osmótico en hojas maduras,
mientras que ellos contribuyen en más del 20% en el ajuste osmótico en hojas en
expansión.
Tabla 16.48
Cloruro 320 51
Potasio 72 133
Glicina betaína 18 82
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es considerada ser un mecanismo secundario en la tolerancia a sales, siendo el
principal mecanismo la exclusión en las raíces (i.e., evasión).
16.6.5 Perspectiva
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