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Lugar de la tragedia[editar]

4°43′58.23″N 74°4′30.41″O La Avenida Suba estaba siendo adecuada como parte de la fase


II del sistema de transporte masivo de Bogotá, TransMilenio. En el cruce con la Calle 138,
existe una curva peligrosa que contaba con un alto historial de accidentes, en el sector
conocido como Vidrio Murán. Esto se debe a que el carril norte-sur presenta una elevación
aproximada de 10 metros sobre el sentido contrario porque la vía se encuentra al borde de
la montaña del Alto de la Virgen en los Cerros de Suba. El 2 de abril de 2004 una
retroexcavadora se movilizaba en un vehículo camabaja, también hacía parte de la
Construcción de la fase II de Transmilenio, cuando este último chocó contra un puente
peatonal en la Avenida Suba con Calle 127 dejando una persona muerta y dos heridas

Sitio del accidente, Avenida Suba con Calle 138.

Accidente[editar]
A las 15:15 (hora local) del 28 de abril de 2004, la ruta 12 del Colegio Agustiniano Norte
transitaba en el sentido sur-norte de la Avenida Suba, con destino al corazón de la localidad
de Suba. En el sentido contrario transitaba una máquina recicladora de asfalto. El conductor
perdió el control del aparato de 40 toneladas cayendo en la curva de Vidrio Murán justo sobre
el bus escolar.53
De inmediato los testigos procedentes del Colegio San Juan de Ávila y Vidrios Murán
acudieron a ayudar a las víctimas atrapadas (en su mayoría niños), pero los esfuerzos fueron
inútiles para evitar la tragedia.6
Los angustiados padres de familia acudieron a diversos hospitales en búsqueda de sus hijos,
y sobre las 17:00 llegaron a la sede del colegio (Avenida Suba con Calle 116) para conocer la
suerte de estos. Ya conociendo el fallecimiento de 21 estudiantes, sobre las 19:00 Yesid
Romero, directivo de la Asociación de Padres de Familia, declaró que el colegio suspendía las
clases por tres días en señal de duelo.7
"Sentí un fuerte impacto. Al momento pensé que habíamos chocado contra una pared, pero después me
levanté y volteé a mirar y vi el techo del bus pegado al suelo". 8
César Cáceres, niño sobreviviente.
Tótem de la estación de TransMilenio 21 Ángeles inaugurada 2 años y 1 día después de la Tragedia.

Responsables[editar]
En un principio, el entonces Alcalde Mayor de Bogotá Eduardo Garzón responsabilizó por los
hechos al Consorcio Alianza Suba Tramo II. Ello debido a que se habían violado varias
normas pertinentes a la movilización de maquinaria pesada. Dicha medida causó la
suspensión indefinida de la obra.9 Entre las causas del accidente se destaca que la máquina
se encontraba rodando por sí sola a lo largo de una vía pública de tránsito difícil. Además, no
estaba siendo transportada en un camión llamado "camabaja", el cual está destinado para el
traslado de maquinaria pesada. Para más, no se dio aviso del traslado de la máquina a los
funcionarios encargados.9 En consecuencia, pocos días después del accidente, el alcalde
Garzón encabezó la coordinación de las medidas de seguridad necesarias para que la
construcción de la troncal fuera reanudada el 17 de mayo de 2004.10
Para agosto de 2004, las familias de las víctimas ya habían recibido cerca de 5.500 millones
de pesos por concepto de indemnización de daños morales, después de la celebración de las
correspondientes audiencias de conciliación.11
En 2006 dos años y un día después de la Tragedia de los 21 Ángeles del Colegio Agustiniano
Norte se inaugura la Troncal de la Avenida Suba del Sistema TransMilenio y la Estación
cercana al lugar de la Tragedia se le puso el Nombre de 21 Ángeles, rindiendo homenaje a los
21 niños del Agustiniano Norte que perdieron la vida.
En 2007, la Procuraduría General de la Nación destituyó a los Subsecretarios Técnicos de
Tránsito de Bogotá: Ricardo Salamanca Correa y Heriberto Triana Alvis. Igualmente, al
entonces Secretario de Tránsito y Transporte Carlos Eduardo Mendoza Leal, y al
Subsecretario operativo de la obra Mauricio Cortés Niño. Además de la destitución de sus
cargos, los mencionados funcionarios fueron sancionados con varios años de inhabilidad para
ejercer cargos públicos. Por otra parte, fue multada Luz Marina Ortega Ochoa, la entonces
representante legal del consorcio interventor de la obra.1213
En 2008, la Fiscalía General de la Nación profirió resolución de acusación contra Martín
Rendón, director del proyecto, Julián García, despachador de maquinaria y Reinaldo Blanco,
conductor de la máquina. En ese sentido, actualmente se están adelantando los procesos
penales por los delitos de homicidio culposo y lesiones personales.14
En 2009, el Consejo de Estado encontró culpable al Distrito por la tragedia; la Procuraduría
destituyó e inhabilitó por doce años para ejercer cargos públicos a Ricardo Salamanca Correa
y Heriberto Triana Alvis, en sus condiciones de Subsecretarios Técnicos de Tránsito de
Bogotá para la época, y sancionó a los exfuncionarios Carlos Eduardo Mendoza Leal
(Secretario de Tránsito y Transporte) y Mauricio Cortés Niño (Subsecretario Operativo),
quienes fueron destituidos e inhabilitados por diez años para ejercer cargos públicos.15
Posteriormente al conductor de la máquina, Reinaldo Blanco, así como a Julián García y a
Martín Rendón, se les imputó una condena de 30 meses de cárcel.16

Funeral[editar]
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en
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Este aviso fue puesto el 18 de febrero de 2009.

El 30 de abril de 2004 se llevó a cabo el funeral de los niños fallecidos en el accidente. En


primer lugar, debe decirse que el velorio ocurrió el día anterior. El acto comenzó en la Iglesia
del Colegio Agustiniano Norte, pero en la medida en que iban llegando los cuerpos de los
niños junto a sus familias, el lleno del templo fue total. De esa forma, el rector decidió trasladar
todo al coliseo. Durante el velorio, el Presidente de la República, así como otras autoridades,
hicieron acto de presencia con el fin de expresar sus condolencias a toda la comunidad
educativa, en especial a los padres de familia de los estudiantes muertos en el accidente. Por
otro lado, varios sacerdotes asistieron con el fin de celebrar una misa cada hora y así se hizo
hasta las doce del día del viernes 30.
A la 1:20 de la tarde comenzaron las exequias, debido a un retraso sufrido por parte del
entonces presidente Álvaro Uribe Vélez. La multitud de gente era tal, que el colegio tuvo que
instalar pantallas de transmisión en la iglesia y en el restaurante del colegio. Se calcula que
cerca de 30.000 personas asistieron. La misa fue presidida por el Arzobispo de Bogotá Pedro
Rubiano Sáenz y concelebrada por varias decenas de sacerdotes, dentro de los que se
encontraban el rector Juan José Gómez Gómez, el vicerrector Ramón Ignacio Franco Salcedo
y los obispos agustinos recoletos Olavio López Duque y Agustín Otero Largacha. Debe
decirse que Agustín Otero se encargó de leer el mensaje de condolencia suscrito por
la Secretaría de Estado de la Santa Sede. En ese momento se notó claramente el malestar
físico y emocional que el mencionado obispo estaba experimentando. Desafortunadamente, el
8 de mayo, una semana después del funeral, falleció debido a un infarto cardiaco producto de
una enfermedad del corazón que lo aquejaba desde hacía varios años atrás.
El funeral fue colectivo, las únicas familias que llevaron a cabo las exequias por separado,
fueron las de Juan Manuel y Juan Felipe Marroquín Huertas, Juan Manuel Rueda Rodríguez,
Segio Andrés Blanco López y un día antes, Cristhian Felipe Tobón Granados. Asistió la banda
de la policía, la cual rindió los homenajes correspondientes a la salida de los ataúdes.
Igualmente, se dice que asistió por lo menos un egresado por cada promoción, desde 1974
hasta 2003, la cual era la última promoción de bachilleres graduada hasta ese momento.
A la salida de la misa, los buses pertenecientes al colegio permitieron que muchas de las
personas que se encontraban dentro y en sus alrededores los tomaran con el fin de hacer
parte del cortejo fúnebre, el cual se encontraba escoltado por la policía en todo su recorrido,
abriendo paso entre el tráfico de esa tarde. Durante el recorrido se hizo evidente el dolor de
los bogotanos, pues se podía ver como las personas rendían homenaje a los niños ondeando
pañuelos blancos a los largo de la calle 127 y la autopista norte, ruta por la cual se dirigió el
cortejo fúnebre, hasta el cementerio Jardines de Paz donde fueron sepultados la mayoría de
los niños.
Todo terminó en la tarde cuando los niños fueron sepultados en los cementerios Jardines de
Paz, Jardines del Recuerdo y Jardines del Apogeo.

Consecuencias y recordatorios[editar]
 El Presidente de Colombia en ese entonces, Álvaro Uribe, mediante decreto, declaró
el 29 de abril de 2004 como día de duelo nacional.17
 La estación de TransMilenio más cercana se iba a llamar Los Pinos, pero debido a la
tragedia su nombre fue cambiado a 21 Ángeles.
 El Concejo de Bogotá, mediante el Acuerdo 101 de 2004, institucionalizó el día de la
Prevención de Accidentes de Tránsito en la ciudad.18
 El Alcalde Mayor Luis Eduardo Garzón decretó como obligatoria la cátedra de
prevención vial en todos los colegios distritales.19
 Se erigió en el lugar del accidente un monumento de bronce llamado "Ángeles
Agustinianos", el cual fue elaborado por el escultor Julio Páez Ferro, en recuerdo de los
21 estudiantes fallecidos.1920
 El 24 de noviembre de 2006, en el barrio Tuna Alta de Suba, fue inaugurado el Colegio
Distrital 21 Ángeles.21
 En el 2008 se inauguró un bosque conmemorativo en el Colegio Agustiniano Norte. De
igual manera, en la zona aledaña al Jardín Botánico José Celestino Mutis se creó la
plazoleta 21 Ángeles, con un total de 21 árboles.22

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