Está en la página 1de 6

1

Shiva & Sati

Los mitos pueden servir de metáforas en nuestra práctica de Hatha Yoga. La mitología nos
permite hacer una analogía con nuestras vidas, nos ayuda a ahondar en capas profundas de
nuestra psiquis a través de un relato que hable sobre la experiencia humana. La relación de Shiva
y Sati, retrata los distintos momentos por los que atravesamos, y la relación entre nuestro
femenino y nuestro masculino. Hatha Yoga trabaja con la relación entre cuerpo (Sati) y
consciencia (Shiva).

******

Shiva se mantiene en perfecto silencio y sin movimiento, sin abrir los ojos o exhalar una gota de
aire por milenios. Está sentado completamente inmerso en sí mismo, en el tope de una montaña,
sin nada ni nadie más a su alrededor, meditando. Él, Shiva, es la consciencia pura, el vacío del
cual el mundo nació, la primera y última palabra. Shiva, es El Ser, es el principio masculino.

Cuando Shiva pasa tan metido en su meditación, los Ashuras (los semidioses con las cualidades
más bajas) y los Devas (semidioses benevolentes) empiezan a tener guerras y conflictos
luchando por dominar el mundo, llenándolo de caos y confusión.

Devi o Shakti, la Diosa suprema, es el principio creativo, es el


principio femenino. Todo poder, incluso el de Shiva, nace de
ella, por lo que ella es la única que lo puede sacar de su
estupor. Shakti es el poder de accionar, es la energía en
movimiento. Ella representa el poder de la naturaleza y todos
los sentimientos que vienen con esta. Y así como la naturaleza
misma, ella está en constante cambio.

Los Dioses Brahma y Vishnu después de ver el caos en el que


el mundo está cayendo debido a los conflictos de Ashuras y
Devas, recurren con mucho respeto a Devi y le piden su ayuda.
Cuando la ven, rendidos a sus pies, la voz se les apaga y ella
con su infinita compasión y sabiendo porque están ahí, les roza
la garganta con su mano y les devuelve su voz. Ella accede a
despertar a Shiva de su meditación, solo si Brahma y Vishnu
prometen que tanto Dioses como hombres rindan culto a la
gran feminidad, que se honre a lo femenino como abundante,
sublime y creativo, ella les dice que solo cuando hombres
entiendan que el gran principio creativo de la feminidad es vida
pura, estos van a ser libres, solo si se mantiene ese respeto
por la gran madre, ella cumplirá con despertar a Shiva. Los
dioses Brahma y Vishnu aceptan.

Así, Devi, nace como Sati, hija del gran sacerdote Daksha. Sati,
es una de las tantas personificaciones de Devi o Shakti en el
mundo terrenal. Daksha es un sacerdote completamente ortodoxo, cerrado y no permite que
nada exista fuera de su supuesta verdad, categorizando y racionalización el mundo. Daksha
representa a la creencia de que existe una verdad absoluta y que esa verdad es él .

Sati, desde pequeña sueña con la imagen de un ser, lleno de rastas, con la piel maquillada con
cenizas de muerto, mendigando, amigo de demonios y ángeles, de seres oscuros y seres de luz.
Lo empieza a dibujar, todo lo que dibujo es este hombre. Su padre ve estos dibujo horrorizado y
entiende quién es. Sati, vive con esta imagen en su cabeza, y es a lo único a lo que le puede
prestar atención. Una noche su nombre viene en un sueño: Shiva, y lo empieza a repetir, a pesar
de su padre, día y noche como un mantra.

En su adolescencia Sati, huye de su hogar y se interna en el bosque para empezar su Tapas (su
sacrificio en honor a Shiva, dejando de comer, meditando día y noche bajo un calor y un frio
2
extremos), medita sobre su imagen, prepara altares con las flores del bosque, se sienta por días,
repitiendo su nombre, le canta mantras, le dedica poemas. Poco a poco su cuerpo físico va
decayendo, pero desde el interior empieza a brillar más, Rishis y devotos llegan a admirar su
entrega y devoción, sin embargo ella no los mira, en su interior solo brilla la palabra Shiva.

Caminando un día por el bosque, llega a un totem, el Shiva Lingum. Se sienta frente a él, y
empieza a meditar. Cierra, los ojos y dirige toda su concentración y energía al piso pélvico, siente
una conexión con el tótem al frente suyo. Siente que su cuerpo flota en el vacío, en el ether del
bosque, siente por primera vez que el vacío a su alrededor es Shiva, que siempre ha estado ahí
presente, pero que gracias al trabajo interno que Sati ha hecho, él por fin puede presentarse. Sati
después de un tiempo de meditar en su imagen, abre sus ojos, y él esta ahí, presente frente a
ella, en silencio, mirándola profundamente y agradeciendo por sus sacrificios.

Sati toma el camino y va con Shiva al tope de la montaña. Él reconoce en los ojos de Sati su
eterno amor, Devi, son amantes cósmicos estuvieron y siempre estarán juntos. Al llegar a la
montaña, Sati se auto proclama esposa y mujer de Shiva y pasan años en intimidad, haciendo el
amor sin parar y sin ningún fin egoísta, o sea el orgasmo, crean balance en el universo y las
fuerzas oscuras, los ashuras, empiezan a perder su fuerza. El mundo se restablece en su orden.
Ellos junto forman el Ser y el poder de el alma interna.

Cosmos y mente siguen los mismos patrones, así como arriba, abajo. Lo que sucede en el
cosmos cuando Shiva se ensimisma en su meditación, cuando solo mira hacia adentro es lo
mismo que pasa en nosotros cuando solo logramos vernos a nosotros, nos contemplamos, sin
contemplar el mundo, nos quedamos inactivos. Nuestra mente se vuelve deprimida y oscura
cuando nos alejamos del mundo, empezamos a caer en patrones de ansiedad e impulsos
violentos. Nuestro ego y lo que pensamos de nosotros empieza a luchar por tener un lugar en el
mundo, la lucha entre ashuras y devas, tienen relación con las distintas partes de nuestro ego.
Los ashuras, las tendencias negativas, como por ejemplo la vanidad, la mentira, el miedo, tienen
un Tapas (disciplina muy potente, el fuego interno que nos activa, la abnegación ) muy fuerte: a
veces vivir bajo estas tendencias negativas nos da cierta satisfacción que nos nos dan las
tendencias positivas, su poder de convencimiento es muy poderoso. Estos Ashuras, nos vuelven
difíciles para nosotros y para los que nos rodean.

Los Devas, por su lado, son más justos, empáticos, llenos de virtuosidad, pero también vienen
cargados de ego: sus tendencias aunque positivas, pueden salirse de sus límites y empiezan a
ser manejadas desde el interés propio, el egoísmo y ya no el amor autentico.

Ambos quieren poder sobre nuestra mente, esa es su lucha. Y cuando uno de los dos tiene poder
sobre nuestra mente, piensa que es el justo, el que tiene la razón. Ambos, en algún punto,
quieren categorizarnos, encasillarnos. Sin darnos las libertad de ser quienes somos realmente.

Shiva, en su gran compasión, no quiere que ninguno de esto dos tenga el poder sobre el otro.
Que ninguno sea el tirano de nuestra mente, y que el pensamiento amoroso y espontáneo sea el
que nos gobierne. Shiva, representa la compasión y la libertad: el amor a todos y cada uno de los
seres y cosas del cosmos: sea como sea que vengamos, con nuestras virtudes y nuestras
falencias. Con nuestras sombras y nuestros virtuosismos.

Esta compasión vive dentro nuestro, es nuestra consciencia profunda y absoluta que conecta con
la consciencia superior. Shiva, nuestra consciencia absoluta, permite que quien actúe desde el,
actúe desde la compasión, no desde la tiranía de nuestras pasiones, impulsos, miedos o ego.

Sati (Devi, Shakti) es la fuerza que saca a Shiva de su meditación, para que él se relacioné con el
mundo. Esta unión de la fuerza creativa, potente, femenina que vive dormida en la basa de
nuestra columna como Shakti Kundalini, es el impulso, que necesita la consciencia superior,
Shiva, que vive en nuestra entrecejo, para despertar y que así se pueda relacionar con el mundo.
Al conectar esta energía femenina con la fuerza masculina, se encuentra el balance tan preciado
que buscamos en nuestra practica de Yoga. Así, el poder femenino, nuestras pasiones y deseos
alcanzan la consciencia y pueden ser, sin ninguna agenda egoísta, sin aferrarnos, porque nacen
desde el amor espontáneo.

La intimidad de la relación sexual, es pura rebeldía ,amor puro e incondicional. En estos


momentos de pura intimidad, nos permitimos ser bañados por esta abundancia y exceso de las
pasiones femeninas, creando un vacío de conceptos e imaginarios auto impuestos. Este vacío es
3
el que nos permite ver que somos todo y nada a la vez, que somos consciencia pura. En Hatha
Yoga, cultivar esta experiencia de unión y equilibrio, de consciencia (masculino) y cuerpo
(femenino), nos permite expandirnos más allá, disolviendo el ego y conectándonos con el otro.

Este equilibrio se lo cultiva a través de la meditación, anulando los mecanismos de supresión


auto impuestos, controlando nuestros sentidos (pratyahara) y permitiendo que el poder creativo
nos inunde y limpie el exceso de pensamiento. Al relacionarnos desde la vulnerabilidad, al
aceptar la otredad en nosotros mismos, en este espacio de meditación, podemos vaciarnos y al
vaciarnos con el poder creativo de nuestro Shakti, podemos (re) conocernos.

Esta sensación es la del enamoramiento, con nosotras y por lo tanto con el mundo.

*******

Daksha, se encuentra triste y enojado por la pérdida de su hija ante Shiva, que para él representa
el caos, la amistad con los instintos bajos, con el deseo. Daksha pretende que el mundo y la
naturaleza se rija bajo el orden del ser humano, sin darle espacio para que se desenvuelva a su
ritmo.

Daksha planifica un gran ritual, en honor a su versión de la consciencia absoluta, del gran
creador. Invita a dioses, rishis, monjes, seres humanos. Sati, lejos, en su montaña escucha acerca
de este gran ritual y se emociona, pensando que su padre por fin ha entendido de su unión y la
ha perdonado, creando este ritual para Shiva. Ella espera la invitación, por días, semanas pero
esta nunca llega. Sati siente ira desde lo más profundo de su ser, y se dirige a Shiva diciendo que
va a asistir al ritual. Shiva desde lo más profundo de su compasión siente que es un error, pero
sabe que no hay nada que pueda decirle a Sati para que cambie de opinión, y viéndola sabe que
es la última vez que vera a su amada en esa personificación, Shiva le prepara un séquito para que
vaya con ella, y al retirarse Sati, Shiva se sienta a meditar.

Desde el templo donde esta tomando lugar el ritual, se siente el temblor de la tierra al bajar Sati
de la montaña con toda su ira, al llegar a la puerta del templo todos los invitados bajan la mirada
honrando a Sati y sintiendo cual va a ser el desenlace de ese encuentro. Al centro del templo se
encuentra el fuego ritual y Daksha esta junto a él entonando sus mejores mantras y cantos, los
cuales se detienen en seco al ver a su hija llegar. Sati, regresa a ver a todos los invitados y
encuentra dos puestos vacíos, a propósito, simbolizando el vacío de Shiva y Sati, haciendolo más
obvio. Con la voz más dulce y compasiva y mientras se acerca a su padre, le dice que este rito,
que está dedicado al Ser Supremo, a la gran Consciencia, le hace falta justamente Shiva. Daksha,
al escuchar esto, ríe y le dice que Shiva, aquel que representa al caos, a la muerte, al cambio, no
puede representar al Ser supremo.

Sati, sin quitar la mirada sobre su padre, camina lentamente al pozo ritual y se lanza a su fuego,

en ese mismo momento, Shiva, desde lo alto de su montaña, abre su tercer ojo y observa toda la
escena. Todo este tiempo estuvo rezando para que el paso de Sati sea en paz. La ira nace desde
la base de su columna hasta invadir su corazón, y se convierte en el guerrero Viravadra. Sale en
estampida, con todos los seres que conforman su séquito hasta llegar al templo, destruyendo
todo a su paso, empieza a devorar a los invitados, en medio del caos y la conmoción mira a
Daksha y sin dudarlo lo mata de un solo golpe. Con la muerte de Daksha y su sangre sobre la
tierra, pierde su momentun y así su impulso de matar.

Shiva, en su absoluta compasión se amiga con todos los seres del mundo, porque cada criatura y
cada ser que habita esta tierra, tiene dentro de sí al Ser supremo. Sabe que no hay absoluta
bondad o maldad, y que todos los seres tenemos el mismo poder para trascender nuestras
sombras, hacia un espacio de luz.

Muchas veces, a nosotros mismos nos cuesta entender y ver estas sombras que nos atraviesan,
porque ofenden la idea que hemos creado de nosotros, suprimimos y preferimos ahorrarnos el
trabajo de alquimizarlos, de hacernos cargo. Muchas veces estas sombras se hacen presentes en
el otro, el que esta al frente nuestro, como un espejo, reflejándonos y otras veces estas sombras
se mantienen al margen, en nuestra mente, sin embargo siempre presentes empiezan a hacer
ruido, un ruido que no nos permitimos escuchar.

La práctica del yoga, nos permite ser, con lo bueno y lo malo, desde lo más profundo. Recorrer
nuestras formas internas físicas y mentales. Cuando en silencio, en un proceso de
autoconocimiento, nos permitimos ser, escuchar nuestra voz, la que habla desde lo más profundo
4
de nuestro corazón, nuestro ego se ve amenazado ( representado por Daksha en nuestro mito)
negando cualquier sensación desconocida que nos inunde.

El principio femenino, y su poder creativo, inunda todos los aspectos de nuestra consciencia, ser
y cuerpo. Sin permitirnos encapsularnos ni categorizarnos. El mundo natural, el que nos rodea,
no puede ser descifrado en toda su inmensidad. El mundo está tan lleno de significado, y por eso
nunca podrá ser categorizado, ni contenido en una sola interpretación. No existe una verdad
absoluta. Devi, Shakti, menciona que si este principio femenino no puede ser honrado
continuamente, en nuestra vida, ella retraerá su gracia, esto es: la posibilidad de vivir guiadas por
nuestro instinto, de perder el poder del asombro, el milagro de la vida que se desvela a nuestro
alrededor.

Si no aceptamos este principio femenino en nuestra vida, estamos yendo en contra de lo que
busca la práctica de Yoga, ya que no estamos dando espacio a todo lo que somos, con todo el
equipaje que venimos, desde lo más hermoso y sublime hasta nuestra sombra más obscura.
Darnos este espacio primero en nuestra práctica, en nuestro espacio meditativo, que surga lo que
deba surgir: ya sea contradictorio, feo, o que nos cause dolor. En Hatha Yoga esta práctica
empieza con lo más cercano que tenemos, nuestras sensaciones corporales, que contienen
todas nuestras experiencias; y lo que nos va a atravesando: nos va informando.

Darle ese espacio a nuestras emociones y experiencias vitales, es honrarnos en nuestra totalidad.
En este espacio de silente honestidad, podemos llegar al fondo de nuestro ser, probando nuestra
esencia verdadera. Mirándonos desde la compasión, el cuidado pero también la honesta palabra,
la honesta acción, el amor sin limites que solo nosotras podemos darnos.

Cuando nos permitimos esta compasión y amor con nosotras mismas, el límite que le pusimos al
principio femenino se borra, y nos abrimos a la experiencia. El divino femenino no rechaza, mira a
los ojos a todos y nos conecta con todos, es el principio de interconexión con el mundo.

Este mito nos recuerda que el principio femenino, necesita de la intimidad ( representada en el
acto sexual de Shiva y Sati) para poder existir, necesita el reconocimiento de la consciencia, sin la
mediación de las expectativas. Esto demanda la completa absorción de nuestros sentidos. Solo
cuando la consciencia y el cuerpo se juntan pueden sublimarse. Shiva necesita a Sati para salir
de sí mismo y Sati necesita a Shiva para que él la reconozca, sin su mirada, ella no puede ver su
propia naturaleza. La energía femenina necesita ser vista, reconocida y escuchada para obtener
su poder, la consciencia masculina necesita al femenino para despertarse y surgir. Estos dos
crean el balance perfecto, la union de HA Y THA, del sol y la luna. Por eso mente y cuerpo deben
estar haciendo el amor constantemente.

MULHA BANDHA EN LAS MUJERES

“Mientras se practica Mulha Bandha, el Yogui intenta alcanzar la fuente de la verdad absoluta o el
mula de la creación. Su gol es completar la restricción de Chitta, que incluye la mente (manas), el
intelecto (buddhi) y el ego (ahamkara).”

BKS. IYENGAR “LIGHT ON PRANAYAMA”

Mula en Sanskrito significa raíz y Bandha significa cierre. Este cerrar no solo es físico o muscular,
sino que al activar este cierre energético estas re dirigiendo la energía asociada a muladhara (el
primer chakra) . En este primer chakra se encuentra un nudo energético (Brahma Granthi) que es
el que causa resistencia al cambio. Al activar M.B estas activando tu Shakti, estas activando tu
poder de accionar.

Algunas cosas que pasan al activar M.B:

A nivel físico crea atención en la musculatura de la pelvis, la sangre es impulsada a todos los
órganos pélvicos, mejorando su salud y vitalidad.

Equilibra el sistema hormonal. El uso de estos músculos afecta el sistema hormonal y el sistema
nervioso, calmándolos y balanceándolos. Sin embargo cuando recién se empieza a practicar M.B
puede ser incómodo o traer sensaciones raras, porque nunca nos enseñaron a activar estos
músculos. Con el tiempo la sensación se va volviendo normal.

Equilibra estados emocionales. Con el tiempo la práctica de M.B puede ayudar inclusive con la
depresión. Fortalecer estos músculos ayuda no solo a nivel físico sino emocional, sobre todo para
las mujeres.

Mejora la vida sexual, aumentando la calidad del orgasmo. M.B estimula el mismo proceso que
crea el orgasmo. Al estimular estos músculos, se vuelven más fuertes, el sistema nerviosos se
estabiliza y las sensaciones se intensifican.

Crea consciencia con la respiración y el ritmo de la vida. Nuestra respiración empieza a


estabilizarse porque escuchamos el final de la exhalación. Creando más atención a la calidad de
la respiración que estamos teniendo.

En su lado metafísico, al llevar la atención a M.B, llevas la atención a la energía de Shakti


Kundalini, en la base de la columna. Y al activar constantemente M.B, vas despertando a tu
6
Shakti, permitiendo que esta energía femenina, suba a través de todos los centros energéticos o
Chakras hasta el entrecejo conectando con Ajna chakra.

*********

M.B se encuentra en dos lugares distintos en mujeres y


hombres. En las mujeres la activación nace de contraer
los músculos del piso pélvico, alrededor de la vagina y
llevando hacia arriba el cervix.

Con el tiempo M.B se vuelve más refinado, menos


muscular y más sutil, energético. Este movimiento de
adentro hacia afuera, de la inconsciencia a la
iluminación, es el patrón del despertar del yoga.

También podría gustarte