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PARKER, OTRA LÓGICA EN A.L.

CAP. 5 FE POPULAR Y SENTIDO DE LA VIDA.-

Religión popular latinoamericana vigente. Bautizos, mes de María, novenas…


(1993).

EXPRESIONES RELIGIOSAS SORPRENDENTES.-


MURAL EMILIANO ZAPATA – JESUCRISTO – GUADALUPE – CHE
GUEVARA – CAMILO TORRES – QUETZALCÓATL.
Comunidades eclesiales de base > nueva forma de ser iglesia en medios
populares. Periferias urbanas. Compromiso cristiano con las luchas del pueblo.
Ruptura con el catolicismo oficial y con las expresiones tradicionales de fe
popular.
Caso de los hermanos Vergara Toledo: sed justicia inspirada en una profunda
espiritualidad cristiana en una organización de izquierda. Para la religión
oficial > incómodo. Para el pueblo, la muerte de los Vergara fue un
acontecimiento martirial con sentido místico – político – religioso.
Las críticas a la fe tradicional desde el pueblo movilizado deben matizarse.
Muchas las habían vivido desde pequeños (rezar a las animitas, por ej.).
muchas veces la renovación liberadora de la fe, no tiene la afectividad, el
ritualismo expresivo, la exteriorización icónica y la profundidad devocional de
lo tradicional. Mirar el propio pasado sin abandonar la nueva experiencia de
fe.
Los VT se convirtieron en animitas. La creencia popular en ellas traspasa
barreras institucionales, políticas, sociales. Hasta los propios pacos la
respetaron.
Al significado original de la animita se le agrega un elemento sociopolítico: un
mártir de la represión, agradable a Dios y que se convierte en símbolo de
devoción. A través de la mediación, Dios se pone de parte de los que sufren
opresión y rechaza la represión, derribando la distinción reprimidos /
represores.

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Animita de los “volaos”: mezcla de creencia religiosa cristiana con valores de
la cultura marginal juvenil delictiva y drogadicta.
CENTRALIDAD Y DIVERSIDAD DE LA FE.-
Variedad de manifestaciones: mineros aymaras o quechuas / congregaciones
pestecostales / santería afrocubana / vudú haitiano / Oscar Romero como
“santo popular” > contracultura popular respecto de la cultura oficial
dominante, expresiones más menos originales o apropiadas por una religión
que forma parte de la cultura popular latinoamericano.
Capacidad del pueblo, desde el sentido común, de recrear su sentido religioso.
No podemos hablar de una visión popular ni tampoco de una religión popular
> diferencias reales que constituyen y tejen las religiones y culturas reales. Sí
hay una gramática cultural – religiosa común.
Bagaje cultural popular: tradición oral, raíces ancestrales, estilos de clase,
memoria histórica, creatividad popular debe sumarse las influencias de la
sociedad oficial > labor de las Iglesias, escuelas, medios de masas,
popularización de la ciencia, técnica y filosofía. Todo esto se concretiza en un
proceso dinámico – mediatizado por el actor popular – configurando una
visión y práctica popular original, extraña para la cultura oficial y elites.
Visión de mundo sumergida, flotante, desigual, que no deja ver muchas veces
sus propias raíces pero que presenta una vitalidad sin par.
Hondo sentido religioso popular latinoamericano, diferencial y complejo. Es
parte del sentido común popular pero de manera dinámica, atravesado por las
circunstancias históricas. La religiosidad popular no es sólo tradición ni
ruralidad campesina.
La religiosidad, aparentemente confinada a lo privado, necesita muchas veces
de un evento histórico puntual para manifestarse pública y masivamente.
Secreta esperanza en las fuerzas sobrenaturales > posibilidad de
sobrevivencia, resistencia, seguridad y sentido que no encuentran en referentes
seculares, sean ideológicos, artísticos, políticos y, menos, oficiales.
Cantora popular: “La fe es lo más sublime…es lo más importante…está
presente en todos los seres humanos.”
RELIGIÓN Y SENTIDO COMÚN POPULAR.-

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Presencia consistente y multiforme de la figura de Dios en la religión popular
latinoamericana: Dios; Jesucristo; Espíritu Santo; Virgen María. Dios Padre –
Virgen Madre – Hijo Jesús. Santos.
Dios Padre Creador, poderoso, benevolente, cuidante. La fe en Dios es una
experiencia vital. Fuerza que sustenta la vida. Fe como vivencia de la
providencia divina. La creencia en Dios no es mera costumbre tradicional ni la
adhesión a las iglesias o instituciones religiosas.
Creyentes sin religión: creen en Dios y a la vez son reacios a la
institucionalización de esta. Creen además en Jesucristo y la Virgen María.
Catolicismo secularizado.
Dentro de nuestra cultura latinoamericana cristiana, el componente indígena es
parte de ella, de manera subterránea o evidente. Donde hubo gran presencia
afro, su sentido animista, alimentó estas raíces y se integra como elemento a
esta complejidad mestiza.
Base hispanolusitana – indígena – afro > base sociocultural de las mayorías
populares. Se contrapone a la clase media, minorías privilegiadas y a la
“cultura nacional” (ilustrada, burguesa, europea, masiva, mercantil e influida
por EEUU).
Fe: dictado incuestionable del sentido común.
Campesinado: vida cíclica y marcada por la producción agrícola con
relaciones y valores tradicionales >religión es un medio simbólico.
Religión articula sentido. Agnosticismo y ateísmo > clases medias y
burguesas, no populares.
Catolicismos: tradicional, folclórico, rural, urbano, renovados, pastorales.
RELIGIÓN POPULAR URBANA.-
Religión popular de las barriadas pobres de las grandes urbes latinoamericanas
> importante tradicionalismo. Tinte mágico – religioso.
Religión popular urbana / religión rural campesina. Una puede transformarse
en la otra, sin desaparecer del todo.
La urbanización, muchas veces, no implica un proceso de secularización de
las creencias; es más, puede reanimar creencias y supersticiones. Magia,
simbolismo y fervor religioso pueden incrementarse.
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Catolicismo popular > más generalizado y extendido. Manifestado en las
peregrinaciones masivas (Virgen o santos), ritos católicos clásicos mas no en
la práctica dominical semanal. Es no practicante > devociones y creencias
independientes de lo pastoral y de prácticas institucionales. Post Concilio Vat.
II, Medellín y Puebla > nuevo panorama en las parroquias populares.
Participación laical + CEBs.
El urbano es menos folclórico, devocional y multitudinario. La religión urbana
se privatiza y otras instancias reemplazan al encuentro masivo (reuniones
políticas, el estadio, fiestas populares, etc.). Mas en la vida cotidiana lo
religioso aparece en el Mes de María, Domingo de Ramos, Semana Santa,
vida parroquial y en las nuevas devociones y rituales populares urbanos
(santuarios, promesas, procesiones, creencias folclórico – urbanas). Por
ejemplo la bendición de los ramos para el Domingo de Ramos y su colocación
detrás de las puertas para espantar las malas vibras.
Pérdida del contacto con la tierra y los ciclos naturales. Predominan factores
socioculturales. La religiosidad no viene a resolver las necesidades más
urgentes y cotidianas. Es, de alguna forma, una religiosidad que se ejerce “con
ocasión de” > bautismo, nacimiento, enfermedad, tragedia, matrimonio,
muerte…acompaña el devenir de la vida y aporta sentido.
Religión popular > función simbólica > manejo de eventos amenazantes –
energías de sobrevivencia – resistencia cultural – sentido común de un
“nosotros” “cristianos”.
ORIGEN Y CRECIMIENTO DE LA VIDA: LA VIRGEN – MADRE.-
Centralidad de la figura de la Virgen María (VM) como rasgo característico de
la religión popular latinoamericana. Fe efusivamente cantada, rezada,
peregrinada, festejada.
Para la fe popular, los seres sagrados lo son por su poder. Su capacidad de
intervenir en el mundo, a manera de milagro. El santo lo es, no tanto por su
vida, sino por su cualidad de intercesor entre Dios y los seres humanos. El
santo participa de algún modo del poder divino.
La VM es uno de estos poderosos mediadores. Madre de todos los hombres y
los cuida. Figura mariana como mediadora privilegiada es patrimonio de la
religión popular latinoamericana.

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Muchas veces, incluso, está por sobre Jesús.
Culturas precolombinas de México y Perú: divinidades femeninas ligadas a la
fertilidad, culturas agrarias. La Tonantzin azteca fue sincretizada en la
Guadalupe, Virgen India, así como la Pachamama de quechuas y aymaras es
sincretizada como María.
El significado católico oficial de la VM se fue imponiendo, a medida que la
cultura agraria va perdiendo fuerza. Así, la VM pasa a ser refugio de los
desamparados > consuelo de los pobres, escudo de los débiles, amparo de los
oprimidos > madre de los huérfanos.
La religión oficial la ha coronado como “reina” y “patrona” de las naciones
latinoamericanas. Mas, para la percepción popular, la VM sigue siendo la
mamá de Jesús, muy cercana a los pobres, y desde el cielo no pierde su
sencillez y cercanía. “Mi Virgencita”, “mi chinita”, “la más santa”, “la más
bella”, “madre milagrosa”.
Ligada al origen de la vida del Dios – hombre y al origen de la vida humana.
Protectora, diligente, maternal, especialmente con los humildes y oprimidos
(Magnificat).
Escucha nuestros gemidos / nuestras peticiones / no lo dejes morir.
VM como defensora de la vida de los pobres.
La fe popular en María no contradice una conciencia social que se sabe
oprimida. La VM es consuelo de una situación objetiva y además alguien a
quien elevar la protesta.
La fe da sentido a la vida y, por lo mismo, a la muerte. El velorio como el
ritual religioso popular más significativo.
PROTECCIÓN DE LA VIDA: MALES, RITUALES DE CRISIS Y
SANACIÓN.-
Devoción > solución simbólica de problemas relevantes para las culturas
sublaternas: trabajo, salud, relaciones afectivas y familiares, estudios…
Rituales impetratorios: santiguarse, tocar las imágenes, colocar a los niños
ante las imágenes de los santuarios. Se reza en momentos de angustia y
necesidad, se manda a “celebrar misa” por grandes ocasiones (fiestas,
funerales, enfermedad).

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Pueblo que confía en la buena voluntad de Dios, el que por medio de sus
intermediarios, concederá los favores.
La religión de los sectores marginales está orientada a la satisfacción
inmediata de necesidades sentidas por la gente. También relacionada con
satisfactores de orden superior: relaciones interpersonales, buena suerte,
afectividad, condición moral, sanación del alma. Se solicita a los poderes
divinos la protección de la vida: salud, buena suerte, liberación de males.
La fe popular acompaña los momentos críticos de la vida. El suplicante realiza
su promesa a cambio de un milagro. Ante una muerte trágica > animitas. Ante
una enfermedad grave > oraciones, misa, rituales de sanación; se protege al
lactante con amuletos, santiguamiento o bautizo; situación de apremio y
angustia material o moral provocan promesas, peregrinaciones, ex – votos;
situación de peligro o riesgo se conjura mediante el rezo, persignarse, solicitar
protección…
Se subsana la crisis mediante la intervención divina vía intercesores: la
Virgen, los Santos, algunos ángeles, ánimas.
Prevalece en la cultura popular un sentido de protección contra el mal
(rituales, bendiciones, bautismos, ceremonias. El mal asociado a la salud del
neonato.
Medicina tradicional, prácticas curativas naturales, prácticas devocionales y
promesas, prácticas rogativas de sanación religiosa y rituales con intervención
de agentes religiosos como brujos, chamanes, médiums, adivinos,
curanderos…
Ensalmos y conjuros son usados a manera de contrahechicería, para “sacar el
mal” y que pueda “entrar el bien”. Muchas veces enfermedades son atribuidas
a hechicería y se debe adivinar quién es la persona causante del mal. Si la
enfermedad es atribuida a espíritus malignos, se recurre al exorcismo.
Muchas veces coexiste una racionalidad correspondiente a la medicina
moderna y la ciencia, y otra más cercana a los aportes tradicionales mágicos.
Por ejemplo, la creencia en el ojeo de los bebés. En este caso, muchas veces la
acción de la santiguadora se complementa con la bendición de un sacerdote.
Cualquiera sea el origen de la enfermedad, es una alteración al equilibrio vital
que amenaza con interrumpirla y desorganizarla. Frente a esta amenaza se

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erige, como muralla de protección que viene a restituir el nomos (orden
simbólico y armónico de la vida) la intervención divina mediante sus
mediadores milagrosos. El milagro es una respuesta a una solicitud del sujeto
popular. Solicitud que debe seguir las reglas rituales: promesa, manda, rezo,
bendición, santiguar, imposición de manos, etc.
Muchas de las prácticas populares son perseguidas por la religión y cultura
oficiales, tachándolas de brujería o paganismo, por lo que hace que éstas
operen en el silencio y misterio, por lo que son menos visibles mas no menos
efectivas ni presentes.
CELEBRACIÓN DE LA VIDA: LA FIESTA.-
El carácter festivo es otro rasgo de nuestra religión popular, aun cuando el tipo
de festividad varíe de una región o de un país a otro.
Fiesta patronal > ruralidad > calendario agrícola. Celebración colectiva del
santo patrono del lugar > localismo y particularismos rurales. La fiesta es un
acontecimiento comunitario. Afirmación de la comunidad frente al
clericalismo oficial > organización religiosa de cofradías y mayordomías. Se
refuerzan lazos de identidad mediante el derroche y la efusión del canto, la
comida, la bebida y el baile. La fiesta cumple una función integradora, que no
ocurre en la ciudad.
La fiesta urbana muchas veces sirve para romper la monotonía y la angustia de
la rutina de la urbe. Mas, también es ocasión para reconstruir el tejido
simbólico de identidades anteriores que se objetivan mediante una devoción
particular, conformando un emblema de identificación colectiva que vuelve a
religar a la comunidad inicial.
Cada etapa de la vida es motivo de alegría y fiesta. El ritual religioso popular
es siempre jubiloso, agradeciendo al dador de la existencia y celebrando a la
vida. La fiesta una condensación de rituales no cotidianos que transforman el
diario vivir e introducen simbólicamente un nuevo mundo. Suspensión del
tiempo – espacio ordinarios y la introducción a un tiempo – espacio
extraordinario > por ello el exceso en la expansión y el consumo.
Regeneramiento desde la subversión de lo ordinario. Momento de
reconstitución del sentido, revitalizando la afectividad negada por la
cotidianeirdad.

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Momento de efervescencia colectiva en que tiene su origen lo religioso como
realidad colectiva (Durkheim).
Revuelta hacia el simbolismo, la corporeidad expresiva, el sentimiento y la
imaginación.
Reglas propias, donde se introduce una moral, sociabilidad, economía y lógica
propias, distintas a las de todos los días.
Revuelta que impugna la cultura, inmersión en lo informe, en lo más vital y
profundo, en la vida misma.
Vía fiesta nos liberamos de normas y opresiones: de los dioses, los principios
y las leyes.
Además de liberar anticipa lo no – vivido, provoca, invita al cambio. Los
tiempos de cambios sociales y revoluciones sintonizan con el sentido festivo.
Toda revolución tiene algo de fiesta y toda fiesta es de alguna manera una
revolución.
La fiesta religiosa es fantasear con la fiesta del cielo, donde no hay ricos ni
pobres, lágrimas ni llantos. La fiesta popular es contracultura de la
modernidad, espacio de resistencia a la lógica racionalista e instrumental,
ámbito simbólico libre, regenerador y liberador.
La fiesta religiosa latinoamericana es medieval, precolombina y africana.
Predomina así la imagen, los gestos y los rituales teatralizados. “inversión del
mundo” > los negros se pintan de blanco, los diablos son ensalzados y los
españoles ridiculizados.
Primera evangelización: liturgia, fiestas, celebraciones religiosas, rituales de
pasaje, autosacramentales, teatro popular. Cultura carnavalesca y pícara
medieval española, sensible religiosamente se funde con el sentido ritual
religioso precolombino, la danza ceremonial, los instrumentos musicales, las
oraciones.
Urbe: romerías y peregrinaciones > ocasión de encontrarse con el sentido
festivo original.
CRISTIANISMO COMO NÚCLEO DEL PAHTOS CULTURAL DEL
PUEBLO LATINOAMERICANO.-

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Religión de la vida. Religión del rito, del mito, los sueños y la estética, del
cuerpo y de la búsqueda del bienestar intramundano. Mas, se afirma en la
trascendencia.
Manera de sentir y expresar. La religión es el núcleo del pathos popular. Es
otra manera de sentir, pensar y obrar, alternativa a la racionalidad ilustrada y a
la fe racionalizada.
Es una forma de palabra religiosa sobre la vida y la historia, pero no expresada
como “logos”. Teodicea popular que sustenta a un Dios de la Vida. Es una
creencia en la posibilidad de vivir una vida más plena. La religión popular
urbana, en un contexto moderno capitalista, pretende liberarnos del
sufrimiento. Religión vitalista y liberadora por medio de un Dios bondadoso
que ayuda, consuele, protege y exige vía mediaciones concretas y próximas a
la vida colectiva popular.
La fe popular no es mera alienación, pues el sujeto debe actuar y no sólo
pedir. La acción ritual va acompañada de acción social (buscando pega, yendo
al médico) confiando en la intervención trascendente pues sabe que el
fundamento vital está allá. No es una conciencia ilustrada, tampoco una mera
mentalidad supersticiosa.
Lo que le falta a esta fe popular es un sentido histórico, capacidad analítica
acerca de las causas naturales y sociales de los males que le aquejan y una
comprensión más autorreflexiva de sus propias posibilidades y limitaciones.
Su potencial regenerador – liberador se ve limitado a situaciones más bien
contingentes, pero no dentro de un proyecto histórico, a no ser que aparezca
bajo la forma de cierto milenarismo o movimientos religiosos concretos.
Tal potencial regenerador – liberador opera a manera de protección simbólica
frente a condiciones sociales adversas vividas por los sectores populares
marginalizados.
RELIGIÓN POPULAR COMO CONTRACULTURA.-
Religión popular: ámbito de condensación simbólica – semiológica que
manifiesta, en el ámbito de la relación humana con lo trascendente, una
mentalidad que caracteriza a las culturas populares. Es una contracultura
respecto a la mentalidad moderna de la cultura dominante capitalista
transnacional. Esto se manifiesta en:

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1.- afirmación de la vida en un contexto de muerte y violencia amenazador. Si
bien la cultura popular puede mostrar rasgos violentos, en su dimensión
religiosa, se oriente hacia una vida distinta, ligada a lo trascendente,
expresando sus anhelos más profundos. Proyecto vital de protección,
sobrevivencia, afirmación y crecimiento de la vida, hasta culminar en la otra
vida, la vida plena, la Gloria del Cielo, superando las penurias terrenales.
Juicio de Dios contra los ricos y la riqueza.
2.- afirmación de la mujer y lo femenino, a través de la VM. Figura ligada a la
gestación, crecimiento y protección de la vida. Visión popular de la madre, tan
importante en la red de relaciones familiares y sociales de la cultura popular.
Los agentes mediadores vinculados a la salud también son mujeres:
curanderas, bendecidoras, santiguadoras, parteras, rezadoras, lloronas…se
opone así a la cultura dominante, patriarcal y gestora del poder y la
dominación. La centralidad de lo materno y lo femenino en la religión popular
es un contrapoder, el rostro materno de Dios, reivindicando la igualdad y
derechos de la mujer pisoteados por la cultura dominante y las pautas
machistas de la propia cultura popular.
3.- afirmación de los sentimientos, el pathos, frente a una cultura racionalista
– instrumental. Son formas de encarnación de la pasión del hombre popular,
no siempre coherentes a lo racional. La importancia de los santos es un
ejemplo de esto último. Valor del ícono, lo policromado y el recargo visual >
realidad mediadora hacia lo trascendente, símbolo sobre el cual es posible
cargar los sentimientos de una mística popular. No importa la vida del santo,
menos su “biografía ejemplar”. Importa la imagen y su capacidad catalizadora
de sentimientos y deseos en un tiempo – espacio determinados, su capacidad
mediadora y su eficacia milagrosa.
4.- afirmación de lo vitalista en un mundo más bien intelectual. La vida se
afirma en fuentes que están más allá de la racionalidad humana. Dios Padre
Creador como el primero del mundo trascendente. Las fuerzas del bien
muchas veces se enfrentan a las fuerzas del mal, espíritus, males, diablos,
fuerzas malignas…la confianza popular en un Dios bueno, superior y
trascendente permite restituir el orden simbólico, donde triunfan el bien y la
vida.
5.- afirmación de lo expresivo, festivo y carnavalesco, frente al formalismo y
racionalismo dominante. Esto desde el punto de vista de su contenido como de

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su forma ritual, la cual vuelve palpable la experiencia religiosa,
intensificándola y potenciándola.
6.- afirmación de lo trascendente en un contexto dominante cientificista –
cartesiano – positivista, que niega lo simbólico y no se hace cargo del
misterio.
Cultura popular religiosa > contracultura de la modernidad. No es
postmoderna ni tampoco pre – moderna. Es y, a la vez, no es moderna.
Coexiste y ocupa lo moderno, por un lado, y por otra parte lo rechaza y critica.
Es hemiderna (hemi moderna). No es tradicional en sí misma, como tampoco
es del todo liberadora. Hay diversas formas y modelos religiosos hemidernos,
dependiendo de los contextos socioculturales e históricos.

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