Está en la página 1de 3

Examen parcial final – Cuerpo Joaneo – 7 de julio de 2020

Nombre: Pedro Romero Irula - 00303916

1. Describa y fundamente las distintas acepciones que tienen estos vocablos: el Logos
(ho Logos), hacerse carne (sarx egéneto) y habitar (eskenosen) en el prólogo de Jn
1, 1-18. Cada una de las acepciones de estos vocablos debe tener su fundamento
textual, sacado del mismo prólogo. Igualmente diga y explique la cristología que
subyace en esos vocablos.

El Logos se entiende como la Sabiduría divina (hokmah) y la Palabra divina (dabar, rema)
en ligazón estrecha y filial con Dios (1-2) y que lleva a cabo una misión creadora (v. 3) y
vivificadora (v. 4). Tiene además una tarea reveladora (v. 7. 9-11. 18). La expresión “sarx
egéneto” implica que el Logos se compenetra profundamente con la condición humana
débil, vulnerable (v. 14). En la carne de Jesús otorga un rostro histórico y concreto al Dios
trascendente (v. 15. 17). Es acontecimiento que sucedió y que sigue sucediendo. En esta
línea se entiende además el “eskenosen”: es la presencia actuante de Dios, a la manera de
las tiendas en el desierto, dentro de la historia (v. 14). Esto se articula alrededor de la
cristología del enviado: el Logos ejerce una labor mediadora entre la humanidad y Dios, a
quien representa distinguiéndose de él, a la vez que lo revela para iluminar al mundo que
creó.

2. Una vez se han expuesto las acepciones de estos vocablos y su cristología


subyacente, elabore una concreción histórica de lo expuesto anteriormente, en el
contexto de la situación actual. (20 líneas máx.)

Si tenemos que mediante el Logos encarnado Dios ofreció la plenitud de su revelación para
la humanidad a la manera de un enviado o mensajero, si el Logos se compenetró
inextricablemente con la carne humana para entregar esta revelación, que fue rechazada y
por su causa Jesús murió en la cruz, y si esta compenetración del Logos encarnado con la
historia humana sucedió y sigue sucediendo (eskenosen), podemos comprender la crisis
actual que nos agobia como una denuncia del rechazo de esa revelación vivificadora. O, en
términos joánicos, de la persistencia del mundo en las tinieblas y el rechazo de la luz (v.
11). La crisis del coronavirus estalló y se complejizó precisamente a causa de un sistema
sociopolítico demoníaco que funciona a costa de la vida humana que el Logos vino a dar en
plenitud. Queda claro que el Logos, su revelación, ya fue dada y la conocemos bien, pero la
realización del “eskenosen”, esa cohabitación de Dios con la humanidad, y las
consecuencias del “sarx egéneto”, la encarnación del Hijo en Jesús, dependen enteramente
de los creyentes y del grado de compromiso que asumamos con éstas. La tarea de la
vivificación del mundo mediante la revelación es inseparable de la tarea del
desmantelamiento de todas las estructuras enemistadas con el plan de Dios para el mundo.
En otras palabras, corresponde a la comunidad de creyentes, a la Iglesia en tanto genuino
pueblo de Dios, continuar el envío originario del Logos para garantizar que éste siga
actuando en el mundo.

3. Describa y explique las imágenes que usa el centro del libro del Apocalipsis: Ap 12,
1-15,4 para referirse a la comunidad del texto (fundamente textualmente cada
imagen). Asimismo diga la cita que constituye el centro del centro del libro. Y por
último diga a quién se refiere este centro y cuál es la imagen que emplea para ello.
Esta imagen la debe decir bien completa. (15 líneas máx.)

La principal imagen que se usa para referirse a la comunidad es la de la mujer encinta


vestida con el sol (12, 1-2), perseguida por la Bestia junto a su hijo pero protegida por Dios
en el desierto (v. 12, 5-6. 13-17). Es un símbolo polisémico, cargado de implicaciones
mesiánicas, que subraya, entre otras cosas, la vulnerabilidad de la vida de la comunidad en
el imperio y la esperanza que ésta alberga. También los 144,000 seguidores del Cordero
(14, 1-5) representan a la comunidad que resistió los embates del imperio, cuyos mártires
derrotaron a Satanás en la batalla celestial (12, 10-11): es el pueblo de Dios victorioso. El
centro del centro del libro se ubica precisamente en 14, 1-5. Esos 144,000 (número
simbólico, que indica totalidad) se refieren a la comunidad apocalíptica que rechazan la
adoración maligna (es decir, la asimilación al imperio que los oprime) y permanecen de pie,
fieles al Cordero en la tribulación. La imagen precisa es de 144,000 que llevaban escrito en
la frente el nombre del Cordero y de su Padre (14, 1); son vírgenes, siguen al Cordero
dondequiera que vaya, son primicias de los rescatados para Dios y para el Cordero y no
tienen mentira en la boca (14, 4-5).
4. Haga una relación entre las imágenes de la comunidad expuestas anteriormente y la
mujer en la Iglesia actual. (20 líneas)

La mujer encinta vestida con el sol que resiste el asedio del Dragón y es auxiliada por Dios
durante la tribulación ofrece muchos caminos de lectura eclesiológica. En primer lugar, de
manera casi paradójica, sirve como una denuncia de la hipocresía eclesiástica. El edificio
jerárquico eclesiástico de la Iglesia se asimila más a la Gran Prostituta que se acostó con el
Imperio, que se asimiló con el Imperio de tal manera que después de que éste cayera,
aquella continuó existiendo con las mismas costumbres imperiales hasta nuestros días. Pero
la Iglesia comprendida como las comunidades creyentes, muy semejantes a las
comunidades joánicas apocalípticas, ha sobrevivido de manera paralela en gran medida por
la existencia de lideresas y mujeres creyentes que sin duda ejercen un genuino sacerdocio
profético, aunque formalmente no se les reconozca su labor como tal. Y muchas más se han
unido a la comunidad de mártires y santas que esperan la derrota de Satanás: catequistas,
celebradoras de la Palabra, rezadoras y creyentes asesinadas con saña por la Bestia durante
la guerra civil, o durante la guerra del Estado con las pandillas, o por el coronavirus y las
medidas asesinas del gobierno. Actualmente se discute con mayor o menor grado de
apertura la naturaleza del ministerio de la mujer dentro de la Iglesia. Esos debates se
desarrollan de espaldas a la realidad profética y apocalíptica del trabajo eclesial y
comunitario de las mujeres, que le ha insuflado nueva vida a la religión que declina. Ellas
ya ponen en práctica el trabajo de Dios, y por sus frutos parece que su situación es paralela
a de la mujer que recibió las alas de águila para salvar su vida en el desierto.

También podría gustarte