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Esta relatoría se refiere a dos artículos, el primero Camilo Torres Restrepo. Cristianismo y
violencia, escrito por Darío Martínez y publicado por la Revista Theologica Xaveriana en el
año 2011 y el segundo, Los orígenes de la teología de la liberación en Colombia: Richard
Shaull, Camilo Torres, Rafael Ávila, Golconda, Sacerdotes para América Latina, Cristianos
por el Socialismo y Comunidades Eclesiales de Base, escrito por Victorino Pérez Prieto y
publicado en la revista Cuestiones Teológicas, en el año 2016.
Para Pérez Prieto la teología de la liberación en Colombia tiene cinco momentos: Shaull,
Camilo Torres, Rafael Ávila, La conferencia de Medellín y el movimiento Golconda, y
Sacerdotes para América Latina, Cristianos por el socialismo y CEB. Veamos, a grandes
rasgos, cada uno de estos momentos:
Sobre su teología de la revolución, tomo una cita que nos puede dar una idea de su carácter:
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siendo levantados, los hambrientos están siendo saciados de cosas buenas y los ricos
son despedidos sin nada (Lc 1,52-53) (p.85)
Rubén Álvez, alumno suyo, repito, ve en su teología de la revolución un antecedente
inmediato de la teología de la liberación y señala sus tres aspectos más relevantes, que
conducen a la liberación: “el contexto en que surge, la responsabilidad cristiana hacia ella y
el desafío que comporta para la teología y para la misión de la iglesia en el mundo”. (p.87)
2. Camilo Torres
El contenido de este segundo momento se toma de los dos artículos objeto de estudio, es
decir, tanto del artículo de Pérez Prieto (PP) como del de Martínez Morales (MM).
Pérez Prieto presenta a Camilo Torres Restrepo (1929-1966) como otro sacerdote pionero de
la Teología de la Liberación. Torres Restrepo sacerdote colombiano, nacido en el seno de
una familia bogotana, educado en Teología y Sociología en Europa, co-fundador de la
primera facultad de sociología en América Latina en la Universidad Nacional de Colombia,
participó en su calidad de sociólogo en entidades públicas tanto en Colombia como en Perú,
dejó la sotana para unirse al grupo guerrillero ELN y falleció en su primera experiencia en
combate en San Vicente de Chucurí- Santander, a sus 37 años. Sobre sus años de estudio, en
Europa, dice Pérez Prieto:
Respecto a la teología del evangelio del “amor eficaz” de Camilo Torres, Pérez Prieto
comparte con Mario Peresson que la teología de Camilo Torres es el fundamento y la
motivación de su testimonio cristiano que se caracteriza por ser una teología encarnada en la
realidad histórica y social; por ser palabra de Dios, inspiración y guía de su praxis; por tratarse
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de una mediación interpretativa y práxica de las ciencias sociales y finalmente, por ser una
praxis política y revolucionaria, por cuanto el amor se vuelve históricamente eficaz mediante
la praxis política revolucionaria (PP p.90).
Por su parte Martínez Morales plantea el itinerario del pensamiento de Camilo Torres,
identifica distintas etapas en el proceso de su implicación social, de su militancia política y
revolucionaria en el país:
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renovación completa, un cambio del sistema. En términos teológicos, Camilo explica
que de lo que se trata es de hacer apostolado para implantar el Reino de Dios en la
tierra. Posteriormente, se referirá de forma más concreta a la revolución como el
cambio de la estructura del poder de manos de la oligarquía a manos de la clase
popular. (MM p. 142 y s.s.)
• Presión popular y participación de los cristianos en la toma del poder político.
Torres apela a la clase popular para lograr el cambio de las estructuras sociales,
políticas y económicas. La revolución aspira a romper el orden establecido y a
instaurar uno nuevo, en todos los órdenes. Se hace necesaria la toma del poder
político. Apela a los cristianos a tomarse el poder político o al menos, a colaborar con
ese propósito. (MM p.143 y s.s.) En 1965 escribirá que “los cristianos podemos y
debemos luchar contra la tiranía. El gobierno actual es tiránico porque no lo respalda
sino el 20% de los electores y porque sus decisiones salen de las minorías
privilegiadas” (MM p. 159-160)
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así como la injusticia social. El episcopado colombiano no acogió con complacencia las
conclusiones de Medellín. La postura de Medellín, de considerar el contexto histórico
latinoamericano, el espíritu de renovación y el compromiso con los pobres y marginados
abrió un horizonte de esperanza que propició el nacimiento de la Teología de la Liberación
en el continente. Con Medellín nace un nuevo compromiso evangélico y social, una nueva
manera de hacer pastoral. Es en este contexto particular, que nace un movimiento colombiano
que constituye el mayor referente de la Teología de la Liberación en el país y que toma su
nombre de la finca en Viotá Cundinamarca en la que se hizo la primera reunión en el año
1968, en vísperas de la visita de Paulo VI y la conferencia de Medellín. En este movimiento
convergen tres expresiones continuadoras del legado de Camilo Torres: los curas camilistas
de la Arquidiócesis de Bogotá encabezados por René García, las religiosas y profesoras del
colegio Marymount encabezadas por Leonor Esguerra y un grupo de estudiantes encabezado
por el matemático marxista Germán Zabala, movimiento que en términos de Restrepo,
compilado por Torres Millán, “es la articulación de estas tres prácticas en los barrios
populares de la ciudad como locus theologicus privilegiado y base social urbana donde
consolidar el sueño revolucionario de Camilo: la unidad política, pedagógica y espiritual de
la clase popular” (PP p. 93). Desafortunadamente no hay espacio en esta relatoría para hablar
de todos y cada uno, para narrar lo que fue su suerte, baste decir que Golconda inicialmente
contaba con aproximadamente 60 personas, entre sacerdotes y laicos y que llegó a tener tres
reuniones: una primera para analizar la encíclica Populorum Progressio para lo cual se utilizó
la metodología pastoral militante ver-juzgar-actuar. Esta metodología había sido creada por
el sacerdote belga Joseph Cardijn y del cual se hizo una conceptualización teológica trinitaria.
El grupo se reunió por segunda vez, para estudiar las conclusiones de la Asamblea de
Medellín en Buenaventura y fruto de su discusión salió un documento con orientaciones para
la acción política y pastoral. Este documento denunció los intereses de la clase dirigente, el
maridaje entre la Iglesia y el Estado y la carrera armamentista del ejército colombiano, señaló
la miseria del pueblo, reclamó una reforma agraria y urbana, pidió solidaridad sin
discriminación e hizo un llamamiento a un compromiso continuo de transformación social
para la construcción de una nueva sociedad con justicia para todos (PP p.96). Se reunión una
tercera vez, en 1970, con la mitad de sus miembros.
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4. Rafael Ávila (1941-) y su texto pionero La liberación
El gran aporte de Rafael Ávila filósofo y teólogo Javeriano es su libro pionero Liberación
publicado en 1970, cuya característica principal consiste, en términos de Pérez Prieto “en la
aplicación de la metodología ver-juzgar-actuar, una visión de la vida desde el Evangelio y la
acción que asume las opciones de catequesis liberadora de Medellín, con el trasfondo del
pobre, las discusiones sobre la teoría de la dependencia y una concepción integral de la
liberación” (p.97). Esta obra empieza con una relación de todas las formas modernas de
esclavitud, con las que ningún cristiano debería estar de acuerdo. En términos generales, la
producción bibliográfica en teología, respecto a la Teología de la Liberación, no ha sido muy
significativa en el país, según lo expone Pérez Prieto.
Este último momento es un acopio de todos los movimientos que han surgido a partir de la
segunda mitad del siglo XIX en el país, muchos de ellos conformados por mujeres laicas,
campesinos, sacerdotes y jóvenes, que constituyen experiencias en las bases de una Teología
de la Liberación. El autor centra su atención en el grupo de Sacerdotes para América Latina-
SAL (1972-1988), que convoca encuentros para reflexionar sobre la praxis pastoral en medio
de un contexto de injusticia e inequidad, cuya acción es difundida en dos publicaciones:
Alternativa y Solidaridad. Su objetivo principal es concientizar, organizar y apoyar
organizaciones populares. Los sacerdotes de SAL llevan una vida real de pobreza y luchan
para que el resto del clero también lo haga. Cristianos por el Socialismo Colombia – CPS
Colombia es el capítulo de una organización internacional creada en el año 1974,
fundamentalmente, como su nombre lo indica, busca romper el estigma de socialista en lo
político y cristiano por religión. Se oponen al socialismo burgués. Trabajan en reelaborar la
fe desde una perspectiva socialista y marxista, trabajando por una iglesia solidaria con los
intereses de los oprimidos. Respecto a las CEBs, que nacen en el país en el año 1981 y se
trata, tal y como lo presenta Victorino Pérez, de una “expresión de la Iglesia de los pobres;
no un movimiento aparte de la Iglesia, sino una manera distinta de ser Iglesia, enraizada en
la base popular” (PP p.102). No contaron con el apoyo del episcopado colombiano y sus
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miembros fueron víctimas de la violencia que produjo muchos mártires entre sus catequistas,
sacerdotes y laicos.
Conclusiones