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ÉTICA

Once tesis contra habermas


paolo flores d’arcais

1. Desde hace algunos años las religiones, no basta con otor- 2. ¿En qué sentido, sin embar- tico, pagano, ateo– desde el na-
Habermas propone la cuadratu- gar “a las comunidades religiosas go, soportaría el creyente la ve- turalismo depredador de la tie-
ra del círculo: mantener fijos los reconocimiento público por la jación de una pretensión asimé- rra y la sangre a la radical no
principios de la democracia li- contribución funcional que trica por parte de Estado, cuya violencia pacifista, desde una
beral siguiendo una exigente aportan a la reproducción de tradicional neutralidad laica no moral de hedonismo universal a
versión republicana (rigurosa motivaciones y actitudes desea- sería por tanto en absoluto im- la ética de una solidaridad que
neutralidad del Estado respecto bles”. La modernidad ha de ser parcial? En primer lugar porque llega hasta el sacrificio. Todos
a creencias, ideologías y visiones vivida normativamente por los se cuestionaría injustamente “a tienen que renunciar a sus pre-
del mundo; soberanía efectiva laicos como “un proceso comple- los ciudadanos creyentes su de- supuestos de valor, creyentes y
–delegada/participada– de to- mentario de aprendizaje” donde recho a contribuir a las discu- no creyentes.
dos y cada uno; deliberación “para el ciudadano insensible a siones públicas en lenguaje reli- De hecho, “la asunción de
mediante argumentos racionales la religión” es taxativa “la invita- gioso”. La cláusula “etsi Deus una razón humana común es el
universalmente accesibles; nece- ción a definir autocríticamente la non daretur”, en otros términos, fundamento epistémico” del Es-
sidad de un ethos constitucional relación entre fe y ciencia”, sería persecutoria, puesto que tado constitucional democráti-
generalizado, mejor dicho, casi abandonando por tanto el ateís- impone al creyente una renun- co, que sigue estando amenaza-
omnipresente), y al mismo mo tradicional. En el ámbito de cia al argumento-Dios, renuncia do por el “potencial de conflicto
tiempo reconocer no sólo como un genérico “ejercicio de una onerosísima que obviamente al (...) aún hoy inalterado (...) en-
legítimas las “razones” religiosas frecuentación autorreflexiva de laico no le cuesta nada. tre las convicciones existencial-
en cuanto tales –es decir, las ar- los límites de la Ilustración” que En realidad, el carácter deli- mente relevantes de los creyen-
gumentaciones y las motivacio- desemboque en la “superación berante de la democracia liberal, tes, de los no creyentes, de los
nes políticas que recurren a autorreflexiva de la conciencia es decir la condición de una ar- seguidores de otras religiones”,
Dios–, sino considerarlas inclu- de sí mismo de la modernidad, gumentación pública que alegue si no se salvaguarda el espacio
so útiles, y en última instancia laicamente endurecida y exclusi- razones “igualmente accesibles a público como horizonte argu-
imprescindibles en el cuadro de va”. todos”, compromiso que Ha- mentativo común, precisamente
la convivencia de la democracia La aparición del patriotismo bermas señala como básico e excluyendo de él los diferentes
liberal. constitucional, donde la convi- irrenunciable (estaría en peligro, presupuestos de valor. A excep-
Según Habermas, semejante vencia está regulada “autónoma en caso contrario, la democracia ción, por supuesto, de ese “ethos
reconocimiento conlleva nada y racionalmente mediante los misma), exige por parte de todos cívico igualitario” que constitu-
menos que el deber, para los instrumentos del derecho posi- los ciudadanos, creyentes o no ye el fundamento mismo del
ciudadanos no creyentes, de tra- tivo”, etsi Deus non daretur1, creyentes, la misma autolimita- Estado constitucional democrá-
ducir en términos laicos las “in- queda por lo tanto inevitable- ción: suspender cualquier prin- tico y del que, de hecho, forma
tuiciones” y las “razones” que el mente convertida por Haber- cipio perentorio de autoridad. parte indisoluble . Un ethos que
ciudadano religioso sabe expre- mas en el cuaresmal ascetismo Ante la irrecusable demanda de no se da en absoluto por des-
sar sólo en términos comprensi- autocrítico al que quedan su- argumentación –¿por qué?– no contado, que es más bien pro-
vos de su experiencia de la fe. bordinadas la cultura, la prácti- es admisible responder con el blemático y sobre el que tendre-
Sin esa actitud cooperativa, el ca política y la experiencia exis- absolutismo de un “¡porque sí!” mos que volver.
ciudadano creyente soportaría tencial del laicismo ilustrado, (Why? Because! Pourquoi? Parce
de forma asimétrica –respecto al como expiación de la presunta que! Dla czego? Dla tego!, etc.) 3. Habermas articula su “repu-
ciudadano laico– la carga de la aflicción asimétrica con la que, Precisamente por eso “el Estado blicanismo kantiano” con una
tolerancia hacia las demás visio- desde hace algunos siglos, su- constitucional democrático (...) contradicción: pese a que “toda
nes alternativas del mundo: su- puestamente se habría oprimido constituye una forma exigente religión es en origen una com-
friría una discriminación. a los creyentes. de gobierno”. prehensive doctrine”, que “rei-
Y más. Se insta al ciudadano Es bastante comprensible No es cierto, pues, que sólo vindica la autoridad para estruc-
carente de fe religiosa a conceder que otro alemán de reconocido el creyente tenga que renunciar turar totalmente una forma de
un “potencial de verdad también prestigio, Joseph Ratzinger, vaya a su “porque sí”. El uso público vida”, los creyentes “han de po-
a las imágenes religiosas del de la mano con esa “razón post- de la razón excluye el dogmáti- der expresar y motivar sus con-
mundo”. Es más, se le insta a secular” habermasiana. co “Dios lo quiere” (que siem- vicciones en un lenguaje religio-
abrirse a dicha posible verdad. pre es el Dios propio) exacta- so aun cuando no encuentren
En la escalada habermasiana de mente como cualquier otro «traducciones» laicas para ellas”.
encomio cívico-democrático de 1 Aunque Dios no existiera. presupuesto ideológico –agnós- Pero el lenguaje religioso “ca-

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rente de traducciones laicas” se la opinión pública. Sólo en el
caracteriza en esencia por el ca- primero de ellos debería ser vá-
rácter dirimente del recurso lido de forma rigurosa y sin ex-
“Dios lo quiere”. Y por lo tanto cepciones el imperativo del lai-
por la pretensión, permanente- cismo, del “etsi Deus non dare-
mente acechante, de “estructu- tur”. “El principio de la separa-
rar totalmente una forma de ción entre Estado e Iglesia obliga
vida” adecuando las leyes del a los políticos y a los funciona-
Estado a su propio dogma. rios en el ámbito de las institu-
Contradizion che nol consen- ciones estatales a formular y a
te2 [contradicción que lo hace im- justificar las leyes, las decisiones
posible] tan lampante que Ha- judiciales, las ordenanzas y dis-
Habermas
bermas tiene que asegurar tam- posiciones exclusivamente en un
bién lo contrario: “la inserción tes desde un lenguaje religioso a la imposibilidad de traducir en lenguaje accesible en igual me-
de justificaciones religiosas en el un lenguaje públicamente acce- términos laico-racionales las dida a todos los ciudadanos”
proceso legislativo lesiona el sible”, ejercicio del que “las ra- pretensiones religiosas cruciales. [cursivas mías].
principio mismo [de la separa- zones religiosas puedan emerger Hasta el cardenal Tettamanzi, En cambio, de tal obligación
ción entre Estado e Iglesia]”. Y en la forma metamorfoseada de hoy arzobispo de Milán y, al Habermas exime a los ciudada-
deducir lógicamente de ello que argumentaciones universalmen- igual que su predecesor Marti- nos en cuanto tales y a sus orga-
“los ciudadanos religiosos pue- te accesibles”. ni, mucho más abierto a las ra- nizaciones políticas (además de
den expresarse en su lenguaje ¿Y si, a pesar de toda la “bue- zones laicas que los dos últimos las de la sociedad civil), porque
solamente con la reserva de la na voluntad” laica, dicha tra- pontífices romanos, tuvo que “extender ese principio desde el
traducción”. ducción resultara imposible? En reconocer en un diálogo conmi- plano institucional a las opcio-
El argumento religioso, en nombre de Dios se pueden im- go que “sólo partiendo de una nes de las organizaciones y de
suma, es legitimado por Haber- poner normas que ninguna ar- concepción antropológica que los ciudadanos en la esfera pú-
mas sólo si es traducible en tér- gumentación racional consegui- contemple la realidad de Dios blica política” constituiría “un
minos no religiosos. Prescin- ría hacer compatible con los –del Dios cristiano– se puede exceso laicista de generaliza-
diendo del argumento Dios, valores que Habermas considera decir un «no» absoluto a la eu- ción”. Así se postulan, sin em-
para entendernos. Y por ello, en –con razón– esenciales en un tanasia” (MicroMega, 1/2001). bargo, dos universos de comu-
el horizonte común y vinculan- Estado constitucional democrá- nicación separados, regidos por
te del “etsi Deus non daretur”. tico (y por tanto irrenuncia- 4. Queda pues establecido reglas opuestas e incompatibles.
Lo que significa, entonces, que bles). Son tantísimas estas nor- –también para Habermas– que Paradójicamente, Hillary Clin-
el argumento religioso es válido mas antidemocráticas que su “las convicciones existenciales ton (senadora), cuando pide el
si y sólo si resulta superfluo. Ha- nombre es “legión”. Y se trata radicadas en la religión, gracias voto, no podría sacar a colación
bermas pretende enmendar su de pretensiones no precisamen- a su referencia –acaso defendida a Dios, mientras que su marido
primera contradicción con una te trasnochadas. Mejor dicho, racionalmente– a la autoridad Bill, que igualmente pide el
ulterior contradicción. están cada vez más presentes. dogmática de un núcleo invio- voto para ella, sí.
Por lo demás, el creyente El diktat de las “operaciones lable de infalibles verdades reve- No obstante, Habermas re-
puede incluso sustraerse a la cooperativas de traducción” que ladas, se sustraen a ese tipo de calca taxativamente que “el ca-
carga de la “traducción”. Para Habermas quiere descargar en discusión discursiva sin reservas rácter discursivo” de las consul-
Habermas, la tarea corresponde los no creyentes oculta por tan- a la que están expuestas otras tas que preceden a una decisión
a los no creyentes (¡asimétrica- to la circunstancia decisiva: que orientaciones vitales”. Dicho sin legislativa es válido como com-
mente!) : es preciso “esperar de la prevista traducción –en tér- perífrasis: el creyente, en cuanto ponente esencial e inviolable del
los ciudadanos laicos que parti- minos laico-democráticos– es a creyente, no sabe dialogar racio- procedimiento constitucional
cipen en iniciativas dirigidas a menudo imposible. Dicha pre- nalmente. democrático. Por ello, ¿cómo es
traducir contribuciones relevan- visión expresa sólo un wishful Habermas intenta salir de la posible respetar celosamente esa
thinking. Por lo demás, todas las espiral de contradicciones en limitación para los que desem-
polémicas actuales, que han lle- la que se ha enroscado, distin- peñan un cargo electivo, y eli-
2 Dante Alighieri, canto XXVII del vado a hablar incluso de cho- guiendo entre el ámbito estric- minarlo para los candidatos, los
Infierno. ques de civilizaciones, nacen de tamente político-estatal y el de creadores de opinión y para los

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ciudadanos? Ni siquiera la más gente, hasta para los peores cri- “peso mental y psicológico” de danos, el constitucionalismo li-
rígida institucionalización de la minales!). la renuncia a esa religiosísima beral debe imponer un “peso
duplicidad sería suficiente para En suma, y una vez más: la pulsión suya. Si exige la mutila- mental y psicológico” asimétrico
la tarea. En la democracia repre- presunta “asimetría” laica deja ción genital de las niñas, el Es- sobre cada uno de ellos: que eso
sentativa, el proceso electivo/le- libertad a los ciudadanos cre- tado no sólo puede, sino que suponga o no una carga (y una
gislativo es en realidad un conti- yentes de utilizar o no un dere- debe, castigar (con severa impie- carga más o menos pesada) para
nuum circular de opinión pú- cho. La imposición del punto dad). quien vive una determinada
blica-asociacionismo político- de vista creyente mediante la ley Efectivamente, sin duda lo convicción religiosa o filosófica
poderes institucionales-opinión obliga en cambio al no creyente, trágicamente cierto es que para mide sólo la distancia, la con-
pública. que tiene vetado hacer todo muchos ciudadanos creyentes flictividad y eventualmente la
Habermas intenta escapar de aquello que el Papa considera “su concepto de justicia basado incompatibilidad entre dichas
sus propias antinomias teóricas “pecado” so pena de ir a la cár- en la religión les dice lo que es o convicciones y el Estado libe-
con una “solución” pragmática cel. no es políticamente justo, de ral.
impracticable. Esconde un non ¿Qué significa entonces que modo que son incapaces de per- Ese “esfuerzo de aprendizaje
sequitur mediante un espejismo. “un Estado no puede imponer a cibir la atracción ejercida por y de adaptación exigido a los
La realidad, por lo demás, (y lo los ciudadanos a quienes garan- ninguna razón laica”. Pero Ha- ciudadanos religiosos”, que que-
dramático del problema) es que tiza libertad religiosa ninguna bermas no se da cuenta de que de claro, no es algo que se “aho-
en la esfera pública todos (o por obligación irreconciliable con al recoger toto corde esa “obje- rran los ciudadanos laicos”. Es
lo menos demasiados, y son cada su vida de creyentes” porque ción” de Weithmann conside- irrenunciable para la democra-
vez más) invocan el nombre de ello significaría “pedirles lo im- rándola “a mi juicio decisiva”, cia, y por tanto se le exigiría
Dios. posible”? ¿Que no puede pedir- acaba legitimando potencial- también a un ateo que conside-
les que practiquen obligatoria- mente cualquier intolerancia rase “ley de la Naturaleza” un
5. Y sin embargo, Habermas mente el aborto (la eutanasia, la religiosa. vitalismo depredador con con-
insiste en la presunta persecu- anticoncepción, etc.), o que no De hecho, el creyente ka- notaciones racistas, o que afir-
ción de los creyentes: “la carga puede pedirles que renuncien a mikaze es precisamente quien mara que la homosexualidad es
de la tolerancia no está reparti- imponer a los demás (de distin- siente menos que nadie “la una enfermedad, o que predica-
da simétricamente entre creyen- tas creencias o ateos), mediante atracción de una razón laica”. Y ra la eliminación de los dismi-
tes y no creyentes, como de- la fuerza del brazo secular, su lo mismo vale para el creyente nuidos. En realidad nunca se
muestran las normas más o me- particular estilo de vida, aunque que exige la hoguera para la pá- puede eximir de ese esfuerzo a
nos liberales sobre el aborto”. fueran mayoría aplastante? gina “ofensiva”, o secuestra en quien está contra los valores de-
Pero la realidad es al contrario. Lo primero es algo que nin- casa a su hija tentada por el “es- mocráticos, a menos que la de-
Todas las leyes de Occidente so- gún laico ha pedido nunca; la tilo occidental”, o le pega una mocracia renuncie a sí misma.
bre el aborto, incluso las que se segunda pretensión es irrenun- paliza (hasta matarla, tal vez) si
inspiran en la más abominable ciable para una democracia li- no se aviene al matrimonio que 7. La esfera pública será por lo
(para un creyente) permisivi- beral, y es de hecho parte indi- le imponen, o para quien, como tanto pública, un espacio simé-
dad, no obligan a ninguna mu- soluble de la definición de pa- buen Testigo de Jehová, deja tricamente abierto a todos los
jer. Nunca. Le dejan libertad de triotismo constitucional. morir a su hijo cuando éste ne- ciudadanos, sólo si se mantiene
elección. En cambio, es Ratzin- En cambio, Habermas quiere cesita una transfusión. ¿Y por libre de cualquier argumento-
ger quien quiere imponer a la decir lo contrario cuando insiste qué no la poligamia, el caniba- Dios.
mujer no creyente, o de otra re- en que “el Estado liberal no lismo, la pedofilia, el abandono De hecho, es absolutamente
ligión, una prohibición sancio- puede transformar la necesaria de los recién nacidos y acaso los falso que “sólo se pueden for-
nada penalmente. separación institucional entre sacrificios humanos rituales, en mular normas ecuánimes si los
Resulta aún más evidente la religión y política en un peso vista de que religiones milena- interesados aprenden a asumir
asimetría –de signo contrario a mental y psicológico que es im- rias y grandiosas los han conver- gradualmente también los pun-
la que lamenta Habermas– si posible imponer a sus ciudada- tido en deber y en pietas? tos de vista de los demás”. ¿Por
pasamos del aborto a la eutana- nos creyentes”. “El Estado liberal que prote- qué tendríamos que aprender a
sia. En este caso ni siquiera exis- ge igualmente todas las formas asumir –y así hacer nuestros–
te la coartada de una segunda 6. Pero cuidado: no imponer de vida religiosa” es por lo tanto puntos de vista exquisitamente
“persona” (el feto), cuyos dere- “pesos mentales y psicológicos”, liberal sólo en la idiosincrasia antidemocráticos? ¿Y ponernos
chos habría que tutelar. En el y menos aún “ninguna obliga- anti-laica en la que se ha sumer- en el punto de vista de un nazi,
suicidio asistido (eso es la euta- ción irreconciliable con su vida gido Habermas. El Estado libe- de un racista, de un fundamen-
nasia, y no la eutanasia nazi, de creyentes”, parece justo y ra- ral no puede ni debe tutelar to- talista? Al contrario: se trata de
homicidio SIN consentimiento, zonable, pero puede abrir una das “las formas de vida”, sino exiliar toda pretensión de cual-
sacada a colación por la Iglesia caja de Pandora de intolerancias exclusivamente las libertades quier “porque sí”, expresiones
como indecente falsificación encarnizadas. Efectivamente, constitucionales de todos los de simple y totalitaria “voluntad
polémica) sólo existe el derecho todo depende de lo que les exija ciudadanos. Y por lo tanto, tu- de poder”, incompatibles con la
de un condenado a muerte ter- su “vida de creyentes”. Si exige telar las “formas de vida” (reli- democracia (incluso en su acep-
minal (e inocente) a abreviar su la hoguera para los herejes (o giosas o no) sólo si son compa- ción más minimalista). Y el ar-
tortura (¡y el derecho a una eje- incluso para el autor de una tibles con la democracia repu- gumento-Dios es un “porque
cución no precedida de tortura simple “viñeta satánica”), el Es- blicana. sí” particularmente ominoso,
está reconocido, en los países tado no sólo puede, sino que Por ello, y para salvaguardar que arrastra tras de sí como una
donde la pena capital sigue vi- debe, imponer al creyente el de forma simétrica a los ciuda- sombra la tentación del “Dios

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está con nosotros”(hace relativa- vano. Porque utilizarlo en la es- Que el desarrollo (capitalis- ralismo radical” sería la “reduc-
mente poco: Gott mit uns). cena pública significa arrastrar ta) y la tecnología traigan la de- ción de nuestro saber a la mul-
Es obvio que la renuncia al el conflicto de las opiniones y la mocracia es una ilusión difun- titud de enunciados que repre-
argumento-Dios no puede im- dialéctica democrática hacia el dida por las ideologías del esta- sentan sucesivamente el «estado
ponerse por ley. No obstante peligro de una interminable or- blishment. El valor democracia de las ciencias»”. Un vicio ético-
podemos hacer que resulte so- dalía. presupone optar-por-la-demo- político sería la conclusión sus-
cialmente indecente y psicológi- cracia. Del hecho de la comuni- tancialmente nihilista de una
camente impracticable sacar a 8. En el plano cognitivo, dicha cación no se puede obtener el “naturalización de la mente que
colación a Dios frente a la ley, obligación igual para todos – valor comunicación (la ética de pone en cuestión nuestra visión
exactamente igual que resulta sensibles o no a una fe religio- las comunicaciones); es decir, práctica de nosotros mismos
tabú toda referencia a superiori- sa– significa la renuncia omnila- que de la comunicación como como personas que actúan res-
dades raciales, inferioridades (o teral a cualquier pretensión de necesidad técnico-social no se ponsablemente, e induce a peti-
preferencias) sexuales, y demás Verdad ética. Las “determinadas puede deducir la comunicación ciones de revisión del derecho
“diversidades”, alusión hoy im- premisas congnitivas” que Ha- como simetría de derechos-li- penal”.
presentable como argumento, bermas acertadamente exige bertades-poder, exactamente Esta caricatura del naturalis-
pero hasta ayer utilizada a ma- como conditio sine qua non para igual que de las afirmaciones mo constituye una cómoda ca-
nos llenas y eficazmente. que pueda “cumplirse la obliga- científicas del darwinismo no beza de turco, polemizando con
¿Por qué tiene que haber cu- ción del «uso público de la ra- pueden derivarse las prescrip- la cual Habermas restaura su
ras y rabinos, pastores e imams, zón»” se remontan a la aplica- ciones del vitalismo depredador propia versión de cognitivismo
en las ceremonias civiles? ¿Y por ción rigurosa del principio de (“darwinismo” social). ético y escamotea la democracia
qué su obligada presencia en te- Hume: nunca se puede obtener Por lo que se refiere a la esfe- y el laicismo de las “premisas”
levisión cuando se discute de un valor de un hecho, una pres- ra pública, en resumen, en ma- cognitivas del principio de
moral, como si la religión impli- cripción de una descripción, un teria de valores debemos limi- Hume.
cara una ética privilegiada con deber ser del ser, una ley moral tarnos al mínimo denominador La ciencia nos dice “sólo”
más quilates? Y si la ayuda espi- de una ley científica. común democrático del patrio- que el neocórtex desliga al simio
ritual es necesaria en el ejército o Por lo demás, Habermas su- tismo constitucional (que habrá evolucionado que somos cada
en las cárceles, que con el mis- braya que “la competencia entre que precisar). Todas las demás uno de nosotros de la premura
mo título estén previstos “conse- las imágenes del mundo y las Verdades ético-políticas tienen de los instintos y lo obliga a su-
jeros espirituales” agnósticos y doctrinas religiosas, que preten- pleno derecho de ser profesadas, brogar dichos instintos con una
ateos de todas las “escuelas”. den explicar la posición del y a motivar las existencias y las norma. No nos dice (ni preten-
Pero sobre todo: que se ense- hombre en el mundo, no puede conductas, pero no pueden va- de decirnos, mientras sea cien-
ñe el darwinismo en los colegios resolverse a nivel cognitivo”. En ler como argumento. cia) qué norma. Mejor dicho,
desde el primer día de clase (con otros términos, familiares para nos dice que una norma cual-
los instrumentos didácticos ade- la filosofía pero hoy “anticua- 9. Ni siquiera la verdad “cien- quiera, con tal de que funcione.
cuados para la edad de los alum- dos”, los valores no son decidi- tifista”, naturalmente. Que para Por lo tanto nos declara dueños
nos, ça va sans dire), y que se bles racionalmente. Para afirmar Habermas constituye la auténti- y señores de la norma, absoluta-
presente a los niños la plurali- un valor es necesario recurrir a ca bestia negra. El “crudo natu- mente responsables ante ella. Ni
dad de las creencias (o del re- otro valor. Y el valor “primero” ralismo”, que debe “entenderse reducción “científicamente ob-
chazo ateo de las religiones) –es (o “último”) sobre el que se basa como una consecuencia de las jetivada de las personas” ni mu-
decir, la relatividad de las cultu- toda la cadena de nuestra argu- premisas cientifistas de la Ilus- cho menos.
ras familiares de origen– como mentación sobre el deber ser tración”, según Habermas “tam- Sino más bien: la “Razón” de
un rico patrimonio de la aven- seguirá siendo definitivamente bién traiciona una secreta com- Hegel ante la que Habermas
tura humana. Y leyes que no infundable. plicidad” con los “asertores de la quema incienso no es razón, es
permitan la objeción/prevarica- Por lo tanto no es cierto que ortodoxia religiosas”, de modo teología. Y más. Es restauración
ción respecto a un derecho aje- sea suficiente con “presupuestos que “las mentalidades funda- omnipresente de la teología en
no. Un Estado democrático no débiles sobre el contenido nor- mentalistas y laicas”, auténticos contra de las conquistas de la
puede tolerar (a diferencia de lo mativo de la constitución co- extremismos de signo opuesto, escepsis crítico-empírica. Tanto
que ocurre en el Reino Unido) municativa de formas socio-cul- “ponen en riesgo la estabilidad es así que las fantasías, más me-
que en nombre de su Dios un turales de vida” para desembara- de la comunidad política con su tafísicas que nunca, del diseño
farmacéutico le niegue a una jo- zarnos de la realidad “derrotista” polarización de visiones del inteligente son puro Hegel: las
ven la píldora del día siguiente, o de Kelsen. Las formas socio-cul- mundo”. ¿Jomeini y Dawkins vicisitudes empíricas y contin-
que un médico se niegue a reco- turales de vida altamente dife- unidos en la lucha? ¡Por fa- gentes del cosmos, de la Tierra y
nocer a un paciente del sexo renciadas y complejas desde el vor...! de la historia del hombre, na-
opuesto. Por ese camino, un punto de vista comunicativo, y El presupuesto cognitivo que rradas como res gestae del Espí-
futbolista podría negarse a jugar en suma tecnológicamente mo- puede salvar a la democracia de ritu, dirigidas a una finalidad.
contra un equipo de “negros” o dernísimas, son perfectamente la deriva “cientifista” sería para Por eso, la eventual “elabora-
de “infieles”, o sencillamente, compatibles con prácticas y Habermas la “razón multidi- ción especulativa de informa-
de israelíes. De hecho, eso es ya constituciones políticas radical- mensional, no fijada únicamen- ciones científicas”, es decir, la
moneda corriente. mente anticomunicativas y an- te en la relación con el mundo ideologización abusiva de la
En el fondo, se trata sólo del tiliberales. China docet, actual- objetivo”. Kant y Hegel serían ciencia en la visión del mundo
primer mandamiento: no pro- mente, como ayer lo hizo el sus dioses protectores . (rara avis, en realidad), que pre-
nunciarás el nombre de Dios en Führerprinzip. Un vicio filosófico del “natu- tende que se puede obtener el

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“deber” del hombre a partir del des. En manos de incontables cuando la falta de instrumentos lucha por la democracia dentro
mapa de sus conexiones neuro- otras –y más difundidas– cons- críticos y de informaciones pre- de la democracia, contra las
nales, se combate sólo con una telaciones hermenéuticas, es juzga su elección. O si la dispa- fuerzas del privilegio y del con-
rigurosa aplicación de la separa- tentación segura y permanente ridad de recursos entre los can- formismo que la reducen a un
ción entre hecho y norma. Pre- de prevaricación confesional didatos pre-juzga los resultados flatus vocis.
cisamente la regla que Haber- contra la democracia. Y el apoyo (un dólar, un voto), o si se sus- El secreto del riesgo de “tie-
mas se niega a aplicar. de las comunidades religiosas, tituye el debate argumentativo rra baldía” no es el desencanto,
una vez invocado, ya no puede con la publicidad (un anuncio, ni el relativismo de los valores
10. El desencanto es sin em- gobernarse a placer. un voto). ni la presunta aridez laica de la
bargo para Habermas también Por otra parte no hay necesi- Políticas sustanciales de bien- democracia, sino la democracia
(y acaso hoy muy a menudo y dad de esa amenazadora ayuda, estar radical (independencia de inacabada –legal, social, cultural
regularmente) tierra baldía (was- en vista de que Habermas re- la necesidad), imparcialidad y y políticamente. Efectivamente
teland). cuerda que no es cierto que “el pluralismo televisivo, enseñanza no hay religión que pueda sal-
“Los progresos de la raciona- Estado liberal sea incapaz de re- republicana y educación perma- varla si la democracia no se nu-
lización cultural y social” han producir sus promesas motiva- nente son, por lo tanto, pre-con- tre cotidianamente de políticas
contribuido a producir “des- cionales gracias a sus propios diciones del voto libre e igual. de igualdad-para-la-libertad y
trucciones inmensas” y un «des- recursos laicos”. Tiene razón: las Como tales tendrían que estar de libertad-para-la -igualdad.
carrilamiento» secularizador de “virtudes políticas (...) esencia- garantizadas en la constitución, Por todo ello no es con una
la sociedad en su conjunto” que les para la subsistencia de una sustraerse al azar de las mayo- autocrítica de la Ilustración sino
seca los manantiales de la soli- democracia” pueden ser custo- rías. Exactamente igual de irre- más bien con su cumplimiento;
daridad entre los ciudadanos. diadas e incentivadas iuxta pro- nunciables para la democracia no es con el temor al desencan-
Solidaridad de la que “el Estado pria principia, sin tener que son: unas políticas sustanciales to –es decir al autos-nomos del
democrático debe depender to- “aprender” nada de las creencias que fomenten la participación, hombre, al que Ratzinger con
talmente aun sin poder impo- religiosas. los movimientos cívicos, las coherencia anti-ilustrada impu-
nerla por ley”. Para que “los principios de desburocratización de los parti- ta los totalitarismos del siglo
He ahí por qué, en auxilio de justicia” penetren en el tejido dos, la efectividad en el trato pasado y los males del actual–
la democracia, es necesario tri- más denso de las orientaciones igual frente al aparato judicial, y sino con su radicalización en
butar “a las comunidades reli- culturales de valor” sin que para más generalmente, el ethos del democracia radical, como pue-
giosas el reconocimiento públi- Habermas –precisamente– se disidente frente a la homologa- de afrontar la modernidad las
co por la contribución funcio- ponga en peligro la democracia ción, el conformismo y el pen- contradicciones, las injusticias y
nal que aportan a la reproduc- , será suficiente con que el Esta- samiento único. los peligros que genera, funda-
ción de motivaciones y actitudes do constitucional democrático, La lista sería demasiado lar- mentalismos y nihilismos in-
deseables”. Pilares imprescindi- en sus políticas sustanciales, ga. Medidas permanentes de cluidos. n
bles del ethos republicanos, en permanezca fiel al denominador tipo hiper-libertario e hiper-pro-
pocas palabras. Además, sólo las común de valores, que puede gresista son en suma lo trascen- Traducción de Alejandro Pradera.
religiones, con sus “posibilida- obtenerse lógicamente del prin- dental de una constitución libe-
Las citas son del libro: J. Habermas,
des expresivas”, pueden salvar cipio procedimental mínimo: ral, porque esa “multitud” de Zwischen Naturalismus und Religion,
de “quiebra existencial, patolo- “un voto por cabeza”, que ya no políticas sustanciales extrema- Suhrkamp Verlag, 2005. [Entre natura-
gías sociales, naufragio de pro- discute ni el más acérrimo con- damente exigentes y radicales lismo y religión, Ediciones Paidós Ibéri-
yectos individuales de vida, de- servador. Y que no es tan míni- en el plano social y cultural ca, 2006].
formación de contextos vitales mo, si lo examinamos a fondo. constituyen las condiciones de
falseados”. Veamos. posibilidad del mínimo procedi-
Ratzinger ya ha traducido el mental “un voto por cabeza”.
laicismo de Habermas a un len- 11. La democracia liberal es Sin condiciones socio-culturales
guaje católico: para que la de- autos-nomos, soberanía de los de autonomía, el voto como
mocracia no se precipite en el ciudadanos para darse una ley instrumento de democracia se
nihilismo, todos –creyentes y por sí mismos. De los ciudada- destiñe, se extingue (como bien
ateos– tienen que comportarse nos existentes concretamente, saben todos los populismos y
“sicuti Deus daretur3”. La com- de todos y cada uno, no de una los plebiscitarismos).
pleta inversión de la moderni- “voluntad general” abstracta, Habermas, en vez de afrontar
dad. imprecisable y con riesgo totali- el problema de las democracias
Pero la aportación de la reli- tario. Un voto libre e igual pre- actuales, es decir, el déficit de
gión es inextricablemente bi- supone, sin embargo, condicio- democracia producido por polí-
fronte. En manos de Dietrich nes materiales y culturales de ticas anti-libertarias y/o antii-
Bonhoeffer (o de los muchos autonomía para todos y cada gualitarias y/o de conformismo
curas “de calle” que colaboran uno. El voto no es libre (un voto cultural y social, es decir, anti-
con MicroMega) es sin duda un por cabeza) en un clima de inti- democráticas aunque sean ma-
importante patrimonio que está midación mafiosa (una bala, un yoritarias, pide auxilio a las reli-
disponible a favor de las liberta- voto), o de corrupción (una giones para que aporten un su-
mordida, un voto), pero tampo- plemento de alma, de sentido Paolo Flores D’Arcais coeditor de la
co si la necesidad domina la común y de solidaridad. Pero de revista Micromega. Autor de El desafío
3 Como si Dios existiera. existencia de un ciudadano, o esa forma elude la cuestión: la oscurantista.

60 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 179



LA VOZ PÚBLICA DE LA RELIGIÓN Una respuesta a las tesis de Paolo Flores d’Arcais

Jürgen Habermas

En enero de 2004 Jürgen Habermas y Joseph Ratzinger se encontraron en Munich el papel de las religiones en las sociedades democráticas no significan una traición
para debatir. El diálogo entre el filósofo crítico y el posterior Papa sorprendió a a la modernidad ilustrada o, por el contrario, supone una forma de fomentar el
laicos y creyentes, aunque, en realidad, tan sólo fue la expresión más visible de los esclarecimiento de los límites de la razón. En países con fuerte tradición católica,
múltiples intentos realizados por Habermas desde hacía tiempo con el objeto de como Italia o España, donde la Iglesia dispone de un considerable poder terrenal,
tender puentes entre la teoría discursiva y la religión en un sentido amplio. El libro resulta comprensible que las aproximaciones habermasianas se aprecien con una
de Habermas titulado Entre naturalismo y religión (Paidós, Barcelona, 2006), en cierta dosis de desconfianza y se consideren como concesiones inadmisibles para
donde se recoge el texto que sirvió de base para debatir con Ratzinger una conciencia laica. Una buena muestra de esta actitud crítica es el artículo del
(“¿Fundamentos prepolíticos del Estado democrático de derecho?”, págs. 107-119) filósofo italiano Paolo Flores d’Arcais, publicado en diciembre de 2007 en la re-
y otros escritos de temática conexa, es la mejor referencia bibliográfica, aunque no vista MicroMega y en el influyente semanario alemán Die Zeit (Nr. 48/2007) En
la primera, para documentar lo que algunos consideran una quiebra en la castellano se editó en el número anterior de esta misma revista (Claves de Razón
trayectoria laica del filósofo alemán. Sin embargo, la atención al fenómeno Práctica, Nº. 179, págs. 56-60). Habermas, que no elude la confrontación con
religioso se podía vislumbrar ya en trabajos suyos muy anteriores, aunque sus críticos, respondió a la semana siguiente en dicho semanario alemán con una
ciertamente la valoración que hacía de dicho fenómeno variase considerablemente breve nota (Die Zeit, Nr. 49/2007), en la que se remitía a un artículo más extenso
de un escrito a otro. Diversos estudiosos ya habían advertido aproximaciones sobre esta materia que estaba a punto de aparecer. Este último escrito, publicado
comprensivas que permitían el diálogo entra las posiciones teóricas del que oficiaba en el número de diciembre de la revista Blätter für deutsche und internationale Po-
como máximo representante actual de la Teoría Crítica con el mundo de la litik (Nº. 12/2007), era a su vez el texto de la intervención del autor en el Foro
teología cristiana. En castellano, los trabajos de José María Mardones (El discurso “Reset Dialogues on Civilizations” (www.resetdoc.org) celebrado en el Teatro Eli-
religioso de la modernidad. Habermas y la religión, Anthropos, Barcelona, 1998) y seo de Roma el 14 de septiembre de 2007. Además de Habermas, en el debate
de Juan Antonio Estrada (Por una ética sin teología. Habermas como filósofo de la intervinieron el politólogo Gian Enrico Rusconi y el filósofo Alessandro Ferrara,
religión, Trotta, Madrid, 2004) son magníficas muestras de la fecundidad con la así como el obispo de Terni-Narni-Amelia, Vincenzo Paglia. Esta es la refundi-
que las ideas habermasianas habían prendido en ámbitos religiosos. ción de la nota con el artículo.
Con todo, cabe preguntarse si los últimos posicionamientos de Habermas sobre Juan Carlos Velasco

C
omprendo claramente que Die Zeit El tema “Estado secular y pluralismo re- garantizar a todas las personas iguales derechos
quiera avivar las apacibles escaramuzas ligioso” nos evoca una de las raíces históricas de libertad religiosa. Para los ciudadanos cre-
que tienen lugar en la República de del Estado moderno. La secularización del yentes no era suficiente con acogerse a la be-
Berlín y, la verdad, yo no tengo nada en con- poder estatal representaba la respuesta ade- nevolencia de un poder estatal secularizado
tra de las polémicas. Sin embargo, las once cuada a las guerras de religión y los conflic- que se digna a transigir con las minorías. Úni-
tesis de mi admirado colega de Milán Paolo tos confesionales de la modernidad tempra- camente un Estado liberal protege la libertad
Flores d’Arcais no son ciertamente las tesis de na. Su creciente independencia de las autori- religiosa como un derecho humano.
Marx sobre Feuerbach (aunque me gustaría dades eclesiásticas habilita al Estado para pa- Una aplicación no partidista del principio
poder compararme con este menospreciado cificar una sociedad dividida en términos de tolerancia exigiría algo más. Si el principio
Joven Hegeliano). En lugar de entretenerme confesionales y establecer seguridad en su debe estar situado por encima de cualquier
con extensas puntualizaciones y de aseverar seno. Paso a paso el gobierno atribuyó dere- sospecha, no basta con la subordinación del
una vez más que me he hecho mayor, pero chos a las minorías religiosas: primero, la li- poder estatal secular al imperio del derecho
no piadoso, los lectores de Die Zeit deben sa- bertad en general de adherirse a una corrien- (esto es, al Estado de derecho). Elementos inelu-
ber qué es lo que realmente he afirmado. Re- te religiosa diferente a la iglesia establecida dibles para la definición de dicho principio,
cientemente he discutido en el Teatro Eliseo (esto es, la libertad de creencia); después, la como es lo que debe ser tolerado en un caso
de Roma con dos colegas italianos y un obis- libertad de confesar públicamente su fe (la particular o con lo que no se debe transigir,
po sobre el papel de la religión en la esfera libertad de confesión); y, finalmente, también únicamente pueden ser determinados median-
pública. Mi intervención en ese marco, pu- el derecho a practicar sus discordantes con- te un proceso democrático, esto es, razones que
blicada en el número de diciembre de la re- vicciones religiosas en todas las formas (el li- todas las partes pueden aceptar de igual modo.
vista Blätter für deutsche und internationale bre ejercicio de la religión). Las partes mismas del conflicto tienen que al-
Politik debería aclarar mi posición1. El carácter secular del Estado era una canzar un acuerdo entre sí, por ejemplo, sobre
condición necesaria, pero no suficiente, para las siempre controvertidas líneas divisorias en-
tre la libertad religiosa positiva, esto es, el dere-
1 Una exposición mucho más pormenorizada de
cho a profesar la propia fe, y el derecho de li-
la postura del autor sobre este mismo tema se encuen- dadanos religiosos y seculares”, en Jürgen Habermas,
tra en: “La religión en la esfera pública. Los presupues- Entre naturalismo y religión, Paidós, Barcelona, 2006, bertad negativa a quedar exento de las prácti-
tos cognitivos para el ‘uso público de la razón’ de los págs. 121-155 (N. del T.). cas religiosas de los que tienen una fe distinta.

 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 180



bién en la Modernidad temprana, los enun-
ciados teóricos de la metafísica griega y de la
ciencia natural moderna habían planteado la
cuestión de la compatibilidad de “razón y fe”.
Pero desde la Ilustración, las tradiciones reli-
giosas se han visto desafiadas por las preten-
siones prácticas del humanismo moderno. Por
primera vez tuvieron que entender que la po-
lítica y la sociedad se basan en representacio-
nes seculares fundamentadas de manera autó-
noma.

La secularización de la sociedad
Hasta ahora solamente he explicado el signifi-
cado jurídico de eso que nosotros, de manera
abreviada, designamos como “la separación
Iglesia-Estado”. Pero no deberíamos confun-
dir en ningún caso la secularización del poder
estatal con la secularización de la sociedad. La
(Experimentamos ahora un conflicto de este asociaciones religiosas con una expectativa corriente principal de la sociología parte con
tipo en Colonia y en Francfort, donde se dis- sumamente exigente. En un Estado constitu- razón del supuesto de que las iglesias y las co-
cute sobre la erección de grandes mezquitas). cional no se espera únicamente de las comu- munidades religiosas se han circunscrito de
nidades religiosas que se adapten y se embar- manera creciente a la función básica de la
Estado secular, liberalismo y democracia quen en un frágil modus vivendi. Más bien, praxis pastoral y han desistido de sus amplias
De las dos revoluciones de finales del siglo deben hacer propia la legitimación de tipo competencias en otros ámbitos sociales. Al
xviii procede el Estado constitucional plena- secular de la comunidad política bajo las pre- mismo tiempo el ejercicio de la religión y la
mente configurado, que vincula el poder esta- misas de la propia fe (!). (En esto insiste, so- praxis confesional se han replegado a ámbitos
tal secularizado con el liberalismo y la bre todo, John Rawls en su Political Libera- protegidos e íntimos. La especificación fun-
democracia. En realidad, la democracia no só- lism). La Iglesia Católica, como es sabido, só- cional del sistema religioso corresponde a una
lo requiere que sus ciudadanos estén dispues- lo comenzó a reconocer el liberalismo y la individualización de la praxis religiosa.
tos a seguir las leyes. El exigente tipo de la au- democracia durante el Concilio Vaticano II Sin embargo, la pérdida de función y la
tolegislación democrática espera de los ciuda- (1965); y en los países de lengua alemana las privatización no tienen que comportar como
danos, más allá de la obediencia a la ley, el re- iglesias protestantes tampoco se han compor- consecuencia ninguna pérdida de significado
conocimiento de la constitución, esto es, una tado de manera distinta. de la religión, ni en la esfera pública política y
identificación que no puede ser exigida legal- Para poder comprender mejor el carácter en la cultura de una sociedad, ni tampoco en
mente, sino que tiene que estar basada en doloroso de este proceso de aprendizaje, debe- los modos de vida personales. La conciencia
buenas razones y convicciones. Un ordena- mos traer a la memoria que la legitimación pública en los países europeos puede descri-
miento semejante no puede ser impuesto a los del Estado constitucional se ha ido desarro- birse hoy en día con la categoría de una “so-
ciudadanos y ciudadanas, sino tiene que echar llando a lo largo de la tradición del derecho ciedad post-secular”, que por de pronto tiene
raíces en sus conciencias. (Por eso entre noso- natural (que, partiendo de Locke y pasando que adaptarse a la pervivencia de las comuni-
tros no existe una obligación de votar. Si se por Rousseau, llega hasta Kant). Esta corrien- dades religiosas en un entorno cada vez más
participa en las elecciones políticas, tiene que te de la Ilustración contaba exclusivamente fuertemente secularizado.
ser una decisión que debe dejarse a cada cual). con la razón “natural” o secular; o dicho de Independientemente de su peso cuantita-
Hago hincapié en este rasgo de un ethos otro modo: única y exclusivamente con argu- tivo, las comunidades religiosas pueden pre-
cívico-democrático porque confronta parti- mentos que son accesibles en igual medida a tender tener un “lugar” en la vida de las socie-
cularmente a las personas creyentes y a las todos. Durante toda la Edad Media y tam- dades modernas. Pueden influir en la forma-

Nº 180 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA




L A VOZ PÚBLICA DE L A RELIGIÓN

ción de la opinión y la voluntad pública con las expresiones de fe, ya sean ocultas o repri- morales tanto de los propios seguidores co-
contribuciones relevantes, ya sean convincen- midas? Debemos diferenciar, por supuesto, de mo de los no creyentes o de los creyentes en
tes o chocantes, en los correspondientes temas manera clara los procesos institucionalizados otras religiones.
en cuestión. Nuestras sociedades pluralistas en de deliberación y toma de decisiones en el ni- Cuando las iglesias se dirigen expresa-
lo que concierne a las visiones del mundo con- vel de los parlamentos, tribunales, ministerios mente sólo a sus propios creyentes deben con-
forman una caja de resonancia sensible para y autoridades administrativas del compromiso siderarlos como ciudadanos orientados religio-
tales intervenciones, porque se encuentran ca- informal de los ciudadanos en la sociedad civil samente, esto es, como miembros orientados
da vez más a menudo escindidas por conflictos y en la esfera pública. La “separación Iglesia- religiosamente de una comunidad política.
de valores que requieren de regulaciones polí- Estado” requiere una suerte de filtro entre Por el contrario, las iglesias sobrepasarían las
ticas. Las comunidades religiosas pueden afir- ambas esferas. Esta exigencia de filtro sólo fronteras de una cultura política liberal si pre-
marse en la vida política de las sociedades se- permite pasar las contribuciones seculares des- tendieran alcanzar sus objetivos políticos de
culares como comunidades de interpretación. de la confusión babilónica de lenguas propia manera estratégica, esto es, apelando de ma-
En las polémicas sobre la legalización del abor- de la comunicación pública. Así, por ejemplo, nera directa a la conciencia religiosa. Pues en-
to o de la eutanasia, sobre las cuestiones bioé- debe ser una regla en el parlamento que el tonces querrían influir en sus miembros en
ticas de la medicina reproductiva, sobre las presidente en funciones excluya las declaracio- cuanto que creyentes y no como ciudadanos.
cuestiones de la protección de los animales y nes religiosas del reglamento de sesiones. Intentarían ejercer una coacción sobre las
del cambio climático, en todas estas cuestiones Posibles contenidos de verdad de las con- conciencias e imponer su autoridad espiritual
y en similares el estado de la argumentación es tribuciones religiosas pueden fluir de modo en lugar de aquel tipo de fundamentaciones
tan intrincado que en absoluto puede vislum- efectivo mediante decisiones vinculantes de la que en el proceso democrático sólo pueden
brarse de antemano qué parte puede invocar política si alguien los captura y los traduce en llegar a ser eficaces porque superan el umbral
las intuiciones morales correctas. una argumentación accesible para todos. Si el de la traducción en un lenguaje comprensible
dominio del Estado, que dispone de los me- para todos. Recuerdo el mal ejemplo de la
Reservas de fundación dios de violencia legítima, se abre a la discu- carta pastoral con la que desde el púlpito se
de sentido e identidad sión entre las diversas comunidades religiosas, pidió el voto para Adenauer.
Quien somete a debate la “voz pública de la el gobierno podría llegar a ser el órgano ejecu- Para mí es claro que esta forma de ver las
religión” está suscitando la cuestión relativa al tivo de una mayoría religiosa que impone su cosas a ciertas personas le resultará ingenua o
lugar adecuado de la religión en la esfera pú- voluntad a la oposición. En el Estado consti- ajena al mundo. Pero los principios requieren
blica política. A primera vista, el carácter secu- tucional es una exigencia de legitimación que siempre de la aplicación e implementación
lar del Estado constitucional rechaza la parti- las decisiones políticas aplicables por el Estado adecuada al contexto. En las sociedades occi-
cipación de los ciudadanos religiosos o de las se formulen en un lenguaje que todos los ciu- dentales encontramos una gran diversidad de
comunidades religiosas que toman la palabra dadanos puedan comprender. Además tienen regulaciones jurídicas que deben poner en
en cuanto que creyentes o como organizacio- que poder ser justificadas de una manera práctica un único principio: mantener al Esta-
nes religiosas. Por esta razón, liberales como igualmente comprensible para todos los ciu- do y a la Iglesia separados uno del otro. Por lo
John Rawls o Robert Audi proclaman el de- dadanos. El poder democrático de la mayoría demás, las iglesias y las comunidades religiosas
ber cívico (civic duty) de “no defender o apo- se convierte en tiranía religiosa si una mayoría están insertas en culturas políticas muy dife-
yar leyes o políticas […] a menos que se dis- en el proceso de elaboración de leyes y en el rentes. Como consecuencia de esta diversidad,
ponga de adecuadas fundamentaciones secu- de su aplicación se empeña en usar argumen- esto que propongo aquí puede desencadenar
lares y se esté dispuesto a aportarlas”. Yo mis- tos religiosos y se niega a proporcionar cual- reacciones completamente diferentes: por
mo tiendo a mantener abierta la comunica- quier tipo de fundamentación públicamente ejemplo, en los Estados Unidos, donde el pre-
ción política en el espacio público para cual- accesible, que la minoría sometida, ya sea sidente reza en su despacho oficial porque allí
quier contribución, sea cual fuere el lenguaje ahora secular o de una creencia diferente, muchas comunidades religiosas descentraliza-
en que se presente. La admisibilidad en la es- pueda juzgar a la luz de criterios válidos uni- das coinciden en un vago patriotismo religio-
fera pública de expresiones religiosas no tra- versalmente. so; o en Francia, donde la laicité es un firme
ducidas no puede fundamentarse tan sólo con componente de una religión civil secular; o en
respecto a personas que ni están dispuestas ni La separación entre Italia, donde la monocultura católica de una
son capaces de desdoblar sus convicciones y ciudadanos y creyentes única iglesia sigue disfrutando de una influen-
su vocabulario en una parte profana y en otra Equipados con esta comprensión básica de la cia abrumadora.
sacra. Existe también una razón funcional pa- relación Iglesia-Estado volvamos ahora la mi- Admito que mi modelo se adecua mejor
ra ello, a saber: que no deberíamos reducir rada hacia las comunidades religiosas que a la cultura política de Alemania que hoy en
precipitadamente la complejidad de la diversi- quieren seguir una agenda propia en la esfera día está impregnada de la benevolencia del
dad de voces públicas. El Estado democrático pública política y quieren impedir políticas Estado hacia las comunidades religiosas de los
no debería disuadir ni a los individuos ni a las que niegan sus propias creencias: ¿socavan protestantes, los católicos y los judíos (mien-
comunidades a la hora de expresarse espontá- con ello la separación Iglesia-Estado? Depen- tras que la posición del Islam aún resulta con-
neamente porque no puede saber si de lo con- de de cómo estos actores religiosos compren- flictiva). Pero de estas reacciones disonantes
trario a la sociedad se le privan de posibles re- dan y practiquen su papel. Si actúan como podría concluirse también que tal propuesta
servas de fundación de sentido e identidad. una suerte de “comunidad de interpretación” no es tan abstracta, sino que, por el contrario,
Especialmente en referencia a ámbitos en el interior del marco constitucional, se li- precisa una generalización más amplia. n
vulnerables de la convivencia social, las tradi- mitarán a la propagación de argumentos
ciones religiosas disponen de la fuerza para ar- comprensibles y plausibles universalmente, Traducción de Juan Carlos Velasco
ticular intuiciones morales. ¿Por qué los ciu- en vez de emplear argumentos de tipo dog- Jürgen Habermas es filósofo alemán. Entre las obras
dadanos seculares no pueden reconocer intui- mático. Preferirán, pues, invocar argumentos traducidas al castellano: Facticidad y validez, La inclusión
ciones propias en el contenido de verdad de tales que apelen igualmente a las intuiciones del otro, La constelación postnacional e Israel o Atenas.

 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 180 ■


LA RELIGIÓN EN UNA SOCIEDAD
POSTSECULAR El debate entre Habermas y Flores d’Arcais

reyes mate

“Al concepto de sociedad sin clases hay que giosas es un potencial del que no puede Constitución. Si la vida religiosa manda o
devolverle su verdadero rostro mesiánico y eso en privarse la democracia deliberativa. La aconseja la ablación del clítoris, por ejem-
provecho de la política...”, Revolución Francesa no inventó los con- plo, no hay por qué respetarlo. En resu-
Walter Benjamin ceptos de igualdad y fraternidad. Era va- men: no cree Flores d’Arcais que la reli-
lores que venían de tradiciones monoteís- gión sea de mucha ayuda a la democracia
El lugar político de la religión, a examen tas y que ella eleva a principios políticos. deliberativa. La Ilustración en que se sus-
Habermas ha reflexionado mucho última- Lo mismo puede ocurrir hoy o mañana tenta tiene capacidad crítica y autocrítica
mente sobre el lugar de la religión en una con el perdón como virtud política. suficiente para mantener “el denominador
democracia deliberativa. Paolo Flores Si la religión es una de las voces que común de los valores”, y hasta el principio
d’Arcais ha cuestionado con encendido tienen derecho a expresarse en el espacio procedimental para corregir sus excesos.
brío no pocos de sus planteamientos1. Me público que conforman los integrantes de La medicina contra las insuficiencias o
permito terciar en la polémica incorpo- la sociedad, “el Estado”, dice Habermas, perversiones es más Ilustración.
rando algunos aspectos no tenidos en “no puede gravar a sus ciudadanos, a Si hubiera que juzgar este debate te-
consideración. quienes garantiza la libertad religiosa, con niendo presente los pronunciamientos
Habermas defiende con convicción deberes que son incompatibles con su for- morales–políticos de la Iglesia católica es-
que la religión tiene el derecho a hacerse ma de existencia como creyentes; el pañola, por ejemplo, pocas dudas habría
oír y la democracia debe escuchar esa voz, Estado no puede exigirles algo imposible” sobre quien tiene razón. Si ante unas elec-
en beneficio de la política. Fiel a estos (Habermas, 2006, 133). Parece que está ciones generales la voz de la Iglesia se
principios, critica la situación actual ca- pensando en leyes sobre el aborto (tam- substancia en beligerancia partidista, pri-
racterizada por una vieja laicidad que re- bién podría colocarse ahí la ley sobre ma- mando aspectos relacionados con el sexo
duce la religión a “asunto privado”, reduc- trimonio entre homosexuales). o la familia y descuidando otros de signo
ción que atenta al ethos igualitario, a la si- social, razón habría para mandar a la
metría con que deben ser tratadas todas Los creyentes son primero ciudadanos Iglesia a la sacristía, es decir, restringir el
las opiniones, pues así se la niega el dere- ¿La reacción de Flores d’Arcais? reivindica campo de la religión a la mera privacidad
cho a ser una voz en la plaza pública. Ese el lenguaje laico, accesible a todos los se- y pedir que se abstuviera de juicios políti-
silenciamiento es un mal negocio para la res racionales, en democracia. Y ese len- cos
democracia porque se priva de impulsos guaje debe regir no sólo en el ámbito del Hay que reconocer que Habermas,
motivacionales, imprescindibles para que Estado, cosa que Habermas reconoce, en la respuesta que da al propio Flores
madure la racionalidad que se presupone sino también en la plaza pública de la so- d’Arcais2, se ve obligado a precisar el sen-
en una democracia deliberativa. La demo- ciedad, aspecto éste que el alemán cues- tido de alguna afirmaciones anteriores
cracia liberal acusa un desgaste en el im- tiona, en nombre de la generosidad argu- que habían provocado la justa crítica del
pulso moral para defender e imponer va- mental de la que debe hacer gala una de- pensador italiano. La primera se refiere a
lores políticos “laicos”, por ejemplo, la so- mocracia deliberativa. Para Flores la posible situación de inferioridad argu-
lidaridad o la justicia. Las comunidades d’Arcais, el púlpito no forma parte del mental en que se encuentran los creyentes
religiosas son una reserva de motivaciones foro público. También critica el italiano la a propósito de leyes como la del aborto
morales que vendrían muy bien a la vida afirmación habermasiana de que “un (“inferioridad”, en el sentido de que esas
democrática. Nada mejor para impulsar la Estado no puede gravar a sus ciudadanos leyes emanan con toda naturalidad de un
solidaridad que la experiencia de la frater- con deberes, incompatibles con su forma cultura profana y , sin embargo, van en
nidad. Y, también, porque pierde nuevos de existencia como creyentes”. Replica, contra de la cultura católica). Habermas
contenidos políticos. A la hora de confor- con razón, que el aborto no se impone a precisa entonces que lo que no se puede
mar nuevos valores políticos, la reserva de nadie, únicamente que no se castiga a es impedir que la Iglesia actúe “como co-
sentido que suponen las tradiciones reli- quien lo practique dentro de las condicio- munidad de interpretación”, es decir que
nes que explicita la ley. Sobre si el Estado
debe respetar las formas de vida y costum-
1 J Habermas, 2006, Entre naturalismo y religión, 2 J. Habermas “La voz pública de la religión. Una
bres de los creyentes, responde que tam-
Paidós, Barcelona. La respuesta de Flores d’Arcais, respuesta a la tesis de Paolo Flores d’Arcais”, en Claves de
“Once tesis contra Habermas”, en Claves de la razón bién la de los creyentes y no creyentes, la Razón Práctica nº 180, traducido e introducido por
práctica, nº 179, enero/febrero 2008, 56.51 siempre y cuando sean compatibles con la J.C. Velasco.

28 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 181 ■


giones pertenecen a la historia de la razón
misma” (Habermas, 2006, 14).
Esta conciencia filosófica viene de le-
jos. Ya en sus primeros escritos encontra-
mos la referencia a un topos místico para
explicar principios filosóficos básicos. Me
refiero al tema cabalístico del “Zimzum”,
desarrollado por el místico Isaac Luria, se-
gún el cual, Dios, para crear al hombre en
libertad, se contrae para dejarle sitio 4.
Dios se autolimita, se oculta o ausenta
para posibilitar la libertad humana. Esa
ausencia se hará sentir, sin embargo, en la
historia del hombre y es la que explica “el
anhelo de lo totalmente otro”. Habermas
hará una traducción racional de este lugar
místico en los siguientes términos: no hay
libertad sin autonomía, como indica Dios
con su retirada; si Dios está ausente, la
responsabilidad por las injusticias de este
mundo, que Dios aborrece, es cosa del
hombre; no hay manera de conciliar la li-
bertad del hombre con la presencia activa
de Dios.
exprese su punto de vista en la fase delibe- responsable”3. No es difícil estar de acuer- La apropiación racional del topos reli-
rativa, a sabiendas de que el éxito de su do con estas precisiones. gioso no es un recurso retórico, sino una
empresa depende de que sepan traducir forma de pensar la racionalidad. Lo ve-
sus opiniones religiosas en “argumentos La ética habermasiana, heredera mos en el momento de madurez de
comprensibles y plausibles universalmen- de las posibilidades éticas de la religión Habermas, en Teoría de la Acción
te”. Lo que no es de recibo es que llamen Pero si nos quedamos en el nivel de la po- Comunicativa, obra en la que expone de-
a los católicos al boicot de leyes, como lítica eclesiástica no entenderíamos la pro- tenidamente su teoría de la racionalidad.
han hecho con Educación para la puesta de Habermas porque su idea de la Habermas relaciona sus ideas sobre el
Ciudadanía, porque no les gusta. La se- democracia deliberativa no coincide con proceso de racionalización de Occidente
gunda se refiere a las orientaciones pasto- lo que habitualmente entendemos por con la teoría de Max Weber quien coloca
rales sobre asuntos políticos. Los obispos “democracia liberal”. Hay un transfondo a la base de los distintos modos de racio-
tienen que considerar a sus feligreses filosófico que debemos tener en cuenta nalidad conocidos una matriz religiosa.
como ciudadanos que son creyentes. No para entender este interés religioso del úl-
pueden condicionar el voto apelando ex- timo Habermas. Ese trasfondo tiene que 4 Habermas lo entiende así: “Dios desciende a sus
clusivamente a su conciencia religiosa, ver con la genealogía de la racionalidad propias profundidades para hacerse a sí mismo a partir
sino que tienen que asumir el riesgo de occidental y que el autor desvela en el de ellas, explicando así la creación a partir de la nada
dar razones que alcancen al ciudadano; es prólogo al libro en el que recoge sus escri- según la imagen dialéctica de un Dios que se contrae
y engendra en si mismo un abismo al que desciende,
decir, tienen que traducir la motivación tos sobre estos asuntos: “yo defiendo la te- sobre el que se repliega, librando así el espacio que han
religiosa en argumentos comprensibles sis de Hegel según la cual las grandes reli- de ocupar las criaturas”, en J. Habermas, 1984, Perfi-
por todos. Traduciendo la barroca expre- les filosófico-políticos, Taurus, Madrid, 341. Sobre este
sión de Habermas, diríamos que los obis- punto véase el ponderado estudio de R. Díaz-Salazar,
3 Así corrige el obispo de San Sebastián la tenden- Democracia laica y religión pública, Taurus, Madrid,
pos deberían proponer “criterios éticos ciosa Nota Episcopal sobre las elecciones. publicada el 2007, 91-161 y también JM Mardones ,Síntomas de un
que ayuden a emitir un voto ponderado y día 30 de enero del 2008. retorno, Sal Terrae, Santander, 1999, 92-112.

Nº 181 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



29
L a re l igión en una sociedad postsec u l a r

La que subyace a la racionalidad occiden- de entender al otro y de darnos a enten- Walser o P. Sloterdijk9. Estos autores in-
tal es el protestantismo ascético. der. Eso significa que si queremos univer- cluyen, entre la herencia religiosa de la ra-
Habermas sigue a Weber en esta ex- salizar el entendimiento que el lenguaje zón comunicativa, a los derechos huma-
plicación... hasta cierto punto. Porque si simbólico limitaba a los creyentes, la co- nos. Claro que éstos, a diferencia de
Weber celebra el éxito de esta racionali- munidad de fe debe convertirse en una Habermas, no valoran positiva la opera-
dad en campos como la ciencia o la técni- comunidad de comunicación y la ética re- ción pues opinan que el resultado de tanto
ca, acaba certificando con pesadumbre ligiosa, en una ética comunicativa. Lo compromiso es la infelicidad propia por el
que el proceso en su conjunto ha sido un dice con todas las letras: “no son ni la exceso de responsabilidades. Más vale, di-
fracaso porque el desarrollo de esa racio- ciencia, ni el arte los que recogen la he- cen, renunciar a la herencia y vivir con
nalidad en la política y en la moral no ha rencia de la religión; sólo la moral conver- menos pretensiones morales. Comparando
supuesto la realización mundana de los tida en ética del discurso, fluidificada co- a Habermas con estos “postmodernos a la
ideales religiosos, como pretendía, sino la municativamente, puede en este aspecto germana” aparece bien la ambición de la
producción de un mundo “de especialistas sustituir a la autoridad de lo santo”7. racionalidad comunicativa.
sin escrúpulos y de hedonistas sin cora- ¿Significa esto que Habermas, al de- Ahora bien, desde estos supuestos que
zón”5. En el campo de los valores, “vale” clararse heredero legítimo del contenido vienen de muy atrás, no se entiende el
lo que cada cual quiere que valga. Persiste racional de la religión, despide definiti- vivo interés que ahora tiene Habermas
la vieja irracionalidad religiosa o, peor vamente a la religión de la política y de por la religión. La religión ha dejado de
aún, ahí se ha puesto de manifiesto la in- la ética?. Habermas sabe que ha abierto ser un resto marginal, que es lo que el au-
capacidad de la razón moderna por llevar un nuevo camino al desarrollo de una tor de la Teoría de la Acción Comunicativa
la racionalidad al campo de la ética. Es racionalidad moderna estancada, pero es le reconoce, para ser tratada ahora como
como si los viejos dioses hubieran salido consciente de que el proceso no se ha un interlocutor casi del mismo rango que
de sus tumbas y hubieran vuelto con más consumado. Hay espacios de la religión la razón. La prueba es esta confesión en el
poder que antes. En lugar del previsto que el lenguaje racional no sabe aún ver- debate con Ratzinger, a propósito de la
desencantamiento se ha producido un balizar. Por eso dice y repite que “mien- vieja y latente polémica entre razón y fe:
reencantamiento del mundo. Habermas, tras que el habla no encuentre mejores “sólo merece el calificativo de racional”,
sin embargo, es más benigno con el jui- palabras”, la religión tendrá su sitio en la dice el filósofo”10, “ si, a su vez, a las con-
cio. Lo que en realidad ha tenido lugar ha democracia deliberativa. Lo que se espera vicciones religiosas también se les concede
sido un desarrollo unilateral de la raciona- entonces de la religión es que verbalice desde el punto de vista del saber secular,
lidad instrumental, colosal en el campo aquellas experiencias que escapan de mo- un estado epistémico no totalmente irra-
de la ciencia, e impotente en el de los va- mento al lenguaje racional. ¿A qué nos cional”.
lores. De ahí no se sigue ningún derrotis- estamos refiriendo exactamente?. ¿Qué ha pasado para llegar a tanto re-
mo, sino la tarea de construir “una forma Habermas habla de dar “sentido a aque- conocimiento? Que la racionalidad comu-
secularizada de la ética religiosa de la fra- llo que ha sido malogrado u objeto de nicativa ha encontrado en su desarrollo
ternidad, capaz de codearse con la ciencia desposesión”. Está apuntando a expe- más dificultades de las previstas, de ahí la
moderna y el arte autónomo, es decir, de riencias frente a las cuales la filosofía no necesidad de replantearla sin la seguridad
una ética comunicativa desconectada del sabe qué pensar, por ejemplo, aplicar el un tanto arrogante de los años ochenta.
fundamento que, a no dudarlo, tuvo en noble y universal concepto de justicia a En la ponencia que sostiene ante el
las religiones de la redención”6. Ahí se las víctimas. Para casos así “la tradición cardenal Joseph Ratzinger se ve obligado,
anuncia la novedad habermasiana: hacer monoteísta... tiene a su disposición un por primera vez, a tomarse en serio la ob-
de la ética comunicativa la heredera de las lenguaje que posee un potencial semán- jección del jurista E. W. Böckenförde,
virtualidades éticas de la religión que la tico todavía no agotado, que se muestra formulada en 1967, que se pregunta
racionalidad moderna no ha sabido hasta superior en su poder de abrir al mundo, cómo “el Estado liberal podrá sostenerse
ahora hacer suya. de formar la identidad...”8. Mientras ese si vive de presupuestos heredados que él
El yunque en el que el filósofo alemán capital semántico no sea gestionado por mismo es incapaz de garantizar”11. No se
transforma el mito en logos es la filosofía la razón, bueno es que lo haga valer la trata sólo de reconocer a la religión como
del lenguaje. Está convencido de que la religión. fuente de la ética comunicativa, sino de
construcción de una racionalidad más ra- interrogarse por el destino de esos valores,
zonable consiste hoy como ayer en “la Deficit motivacional ya secularizados: ¿cómo podrá mantener-
linguistización de lo sacro”. Las funciones de la democracia deliberativa los vivos y defenderlos en el caso de que
de integración y de explicación del mun- Hay que reconocer a Habermas que arries-
do que en tiempos arcaicos desempeñó la ga mucho al colocar sobre los hombros de
religión mediante símbolos, deben ser la razón comunicativa la herencia de la re- 9 “A la idea de derechos humanos se asocia una

ejercidas ahora por el lenguaje. Hablamos ligión, pues así la política se obliga a gran- obligación que en principio no tiene límites. Ahí se
muestra un núcleo teológico que ha sobrevivido a toda
para darnos a entender y para entender- des exigencias, como se han encargado de secularización...Ha llegado el momento de liberarse de
nos; es decir, el lenguaje es comunicación, recordárselo H.M. Enzensberger, M. todas las fantasías morales omnipotentes”, en H.M.
supone una comunidad de comunicación Enzensberger, Aussichten auf den Bürgerkrieg, Suhrkamp,
Frankfurt, 1994, 36 y 86.
basada en la racionalidad, en la capacidad 10 J. Habermas, Entre naturalismo y religión, Paidós,
7 J. Habermas,,Teoría de la acción comunicativa, II,
Barcelona, 2006, 118.
Taurus Madrid, 1987, 132. 11 E,W, Böckenförde formula su teoría en “Die
5 M. Weber, Sociología de la religión I, Taurus, 8 J. Habermas, “Transcendence from Within, Trans-
Entstehung des Staates als Vorgang der Säkularisation”,
1981, Madrid, 166. cendence in this World”, en D.S. Browning y F Schüsler en Ebracher Studien, Säkularisation und Utopie, 1967,
6 J. Habermas,Teoría de la acción comunicativa, I, Firenza (eds) , Habermas, Modernity and Public Theology, 77-94, particularmente pag 93. Kohlhammer, Stuttgart.
Taurus Madrid, 1987, 315-316. Crossroad, NY, 1992, 229. Habermas se refiere a él en Habermas, 2006, 107.

30 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 181 ■


Reyes Mate

fueran atacados por una dictadura, por sin papeles. El que se interpreten de una cional lo que la razón ya ha conquistado.
ejemplo, sin romper con las fuentes que manera cerrada o abierta depende de las Nótese que ya no hablamos de unas fun-
los alumbraron?12. Habermas se apresura convicciones morales o religiosas de los ciu- ciones marginales que la razón no ha teni-
a responder que con la cultura del libera- dadanos. Para que la solidaridad impregne do tiempo de gestionar, sino de nuevos
lismo político –entendido como él lo en- las leyes y éstas sean efectivas, es fundamen- contenidos que desbordan lo que en este
tiende, a saber, como “un republicanismo tal que “los principios abstractos (como la momento la razón considera razonable.
kantiano”– la democracia se basta no sólo justicia) encuentren acomodo en el entra- Si Habermas osa dar este salto cuali-
para fundamentar esos valores, sino tam- mado, más denso, de orientaciones axioló- tativo es porque estamos ante un nuevo
bién para mantenerlos y defenderlos. gicas de carácter cultural” (Habermas, tiempo que él llama “sociedad postsecu-
Reconoce que esos valores, que podemos 2006, 112), es decir, sólo habrá solidaridad lar” y eso significa lo siguiente: si la socie-
resumir en los derechos humanos, tienen real si la justicia es cultivada por los ciuda- dad secular estaba caracterizada por la te-
de alguna forma origen en la teología cris- danos en su vida cotidiana; la justicia será sis de la emancipación, el desprendimien-
tiana (y cita expresamente a la escolástica algo más que castigo al culpable si se vive to o alejamiento respecto a la religión, la
española tardía), pero sus fuentes son pro- en la sociedad como virtud cardinal; el per- sociedad postsecular tiene que completar
fanas, a saber, la filosofía de los siglos xvii dón podrá llegar a ser una virtud política, si esa tesis con esta otra, a saber, que esa
y xviii. La democracia deliberativa tiene, en la sociedad no desaparece el sentido de misma sociedad secularizada es una secu-
por tanto, recursos propios para garanti- la culpa. Este es el trasfondo desde el que larización del cristianismo y del judaísmo.
zar la base del sistema, a saber, que las de- lanza una potente llamada de atención que No es un juego de palabra pues si la pri-
cisiones que se tomen para organizar la suena a nueva por lo mucho que se espera mera tesis pone el acento en librarse de la
convivencia y resolver los conflictos deben de ella. La llamada es ésta: “la razón que re- religión, la segunda reconoce que esa mis-
ser el resultado de un proceso discursivo. flexiona sobre su más profundo fundamen- ma religión es como el palimsesto que
¿Cual es entonces el problema? ¿Por to descubre que tiene su origen en otra subyace a la secularizad. La conciencia
qué habría que tomarse en serio el dilema cosa; el poder debe entonces reconocer esa postsecular debe reconocer que la con-
del jurista católico? Porque la ciencia políti- otra cosa si no quiere perder su orientación ciencia pública está compuesta de tradi-
ca profana garantiza la base común, que es racional en el callejón sin salida de un hí- ciones laicas y religiosas que se fecundan y
como un programa de mínimos, pero el re- brido autoapoderamiento” (Habermas, transforman mutuamente.
publicanismo kantiano es bastante más exi- 2006, 114). Y como esa otra cosa es la reli- Para estar a la altura de los nuevos tiem-
gente. Al ciudadano de esa república no le gión, la razón no puede perder el vínculo, pos la religión y la razón ilustrada tienen que
puede bastar someterse pasivamente a las so pena de agostarse. hacer un aprendizaje. Las religiones han
leyes, sino que tiene que participar activa- La razón no va a salir defraudada de aprendido que no tienen el monopolio de la
mente en las cosas de la ciudad, promocio- esta operación porque, en relación a deter- Weltanschaung; es decir, han tenido que re-
nar el bien común, hacerse cargo de “ciuda- minados asuntos sobre los que la razón vi- conocer la secularización del saber, la neu-
danos desconocidos y anónimos” (los emi- gente enmudece, va a recibir destellos ra- tralidad del Estado y la generalización de la
grantes, por ejemplo) y, llegado el caso, ha- cionales que ella podrá trasformar en sóli- libertad religiosa. El creyente de un Estado
cer sacrificios en nombre del interés gene- dos argumentos: “en los textos sagrados y democrático sabe que las exigencias que tie-
ral, etc., etc.. Todo esto es algo, apostilla en las tradiciones religiosas”, confiesa ne como miembro de una comunidad reli-
Habermas, que “a los ciudadanos de una (Habermas, 2006, 116) “se encuentran ar- giosa no coinciden exactamente con las que
comunidad liberal sólo se les puede, como ticuladas intuiciones de pecado y reden- tiene como ciudadano. También el ciudada-
mucho, sugerir”. Es decir, el Estado liberal, ción, de salida redentora de una vida expe- no laico tiene que hacer su aprendizaje y re-
ante tareas que superan lo cotidiano, no rimentada como irrecuperable, intuiciones conocer que valores tan suyos como la igual-
puede exigir las correspondientes virtudes que se han ido verbalizando sutilmente dad o la justicia, aunque estén basados en
políticas, sino sólo sugerir que sería bueno. durante milenios y mantenidas vivas gra- principios racionales, “deben poder insertar-
Echa en falta el “élan vital” que impulse la cias a medios hermenéuticos. Por eso en la se en los respectivos contextos de fundamen-
acción política y cívica en esa dirección; por vida de las comunidades religiosas, en la tación ortodoxos”; es decir, la justicia será
eso habla de un “deficit motivacional”. Lo medida en que logren evitar el dogmatis- políticamente más exigente si hay ciudada-
que observa es que, en el Estado liberal, lo mo y la coerción sobre las conciencia, per- nos que la viven como virtud cardinal. Esa
que motiva a los ciudadanos no son las vir- manece intacto algo que en otros lugares es la manera de cubrir el “deficit motivacio-
tudes políticas sino los vicios privados. Por se ha perdido y que tampoco puede ser re- nal” que ha detectado en el Estado liberal,
eso el privatismo y la despolitización de los producido en el solo saber profesional de motivación que no se reduce al campo de las
ciudadanos está a la orden del día. los expertos: me refiero aquí a las posibili- emociones sino que alcanza el cognitivo; por
dades de expresión y a sensibilidades sufi- eso “los ciudadanos secularizados no deben
Laicidad y religión cientemente diferenciadas para hablar de negarles a las imágenes religiosas del mundo
en una sociedad postsecular la vida malograda, de las patologías socia- un potencial de verdad, ni deben cuestionar-
La democracia deliberativa se mueve en les, de los fracasos de los proyectos vitales les a los conciudadanos creyentes el derecho
una horquilla interpretativa que le permite individuales y de la deformación de los a hacer aportaciones en el lenguaje religioso
entender el estado de bienestar, por ejem- contextos de vida desfigurados”. En las re- a las aportaciones públicas”(Habermas,
plo, en plan casero o extenderle hasta los ligiones vivas se ha llevado a cabo una re- 2006, 119). Si el laicista quiere que el cre-
flexión milenaria sobre el perdón de lo im- yente valore racionalmente sus puntos de
perdonable, sobre el sentido de la vida sin- vista, deberá reconocer al interlocutor que
12 Estas mismas preguntas guían el debate francés
sentido o sobre la memoria salvadora de lo “no es totalmente irracional” en los suyos.
entre Gauchet y Ferry, cf Luc Ferry y Marcel Gauchet
Lo religioso después de la religión, Anthropos, Barcelona, fracasado, que escapa a las posibilidades de Habermas se toma, pues, muy en serio el di-
2007. los expertos que sólo reconocen como ra- lema de Böckenförde.

Nº 181 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA



31
L a re l igión en una sociedad postsec u l a r

Las posibilidades políticas y morales mesianismo, que es como el palimpsesto de ésta ”coloca la capacidad del reconocimien-
de una razón que viene de Jerusalén la sociedad sin clases, para que esta política to del otro bajo la reserva de la contempo-
Si ahora volvemos al debate de Flores tenga alguna posibilidad. raneidad”16; es decir, la racionalidad comu-
d’Arcais con Habermas, parece que las pre- La referencia a Benjamin, nada ausente nicativa sólo funciona entre sujetos presen-
ocupaciones no son las mismas. Al italiano en el discurso habermasiano, nos remite al tes capaces de argumentar, capaces de dar
le preocupa la política de la Iglesia y el lugar judaísmo. Cuando Habermas apunta en la razones y dejarse convencer por mejores ra-
honorífico en política que Habermas otorga dirección de un capital semántico, propio zones, en vista a un acuerdo racional. Pero
a la religión; al alemán, la posible contribu- de las religiones, que aún no ha sido meta- ¿qué pasa con los que no saben argumentar
ción de la religión a una construcción racio- bolizado por la filosofía, está pensando en o no están presentes?. Con las víctimas no
nal de la ética y de la política. Aquel juzga el que viene de Jerusalén. Pero Habermas se dialoga: se las escucha. Frente a la inter-
los movimientos actuales de la Iglesia desde no puede gestionar ese capital porque los pelación de las víctimas que han sufrido
el punto de vista laicista; éste, lo subsume en supuestos de su racionalidad comunicativa una violencia injusta, de poco vale el con-
una reflexión sobre las debilidades de la ra- se lo impiden. senso o la comunicación horizontal; lo que
zón laica. No son perspectivas necesaria- Conviene recordar que el dilema de importa es responder de su sufrimiento o
mente opuestas, pero sí diversas. Se puede Böckenförde aparece en el horizonte haber- de su injusticia.
velar por la autonomía de la política, recha- masiano como objeción que le hace J.B. Habermas no pasó de largo ante este
zando el revival nacionalcatólico de la jerar- Metz en los años noventa con un alcance tipo de reflexiones. Se fajó con ellas en la
quía católica española, y se puede compartir mucho mayor que el que ahora reconoce Lectio titulada “¿A quien pertenece la razón
las preocupaciones filosóficas de Habermas. Habermas. Aquel comparte la preocupa- anamnética”, que impartió ante el propio
Una vez dicho esto, caben dos caminos ción que subyace al “deficit motivacional”, Metz en el momento de su jubilación. No
para resolver los conflictos entre religión y radicalizándola si cabe. Caracteriza al hom- se apeó entonces de su filosofía: “la idea de
política o entre razón y fe en una democra- bre postmoderno de “analfabeto feliz” por- una Alianza [su forma de llamar a la razón
cia deliberativa: o profundizar en la primera que vive en una inmadurez más grave que anamnética] que remite la libertad y la soli-
tesis, la de le emancipación respecto a la re- la que provocó la primera Ilustración; a sa- daridad a una intersubjetividad no distor-
ligión, depurando la laicidad de toda refe- ber, pérdida de sentido de la realidad (a sionada se encarna en una razón comunica-
rencia religiosa, que parece preferir Flores manos del mundo simulado o virtual), em- tiva que se hace cargo de las experiencias
d’Arcais; o repensar la relación entre razón pobrecimiento del lenguaje, despolitización que amenazan a la identidad de una exis-
y religión, en nombre de las exigencias de de la política, ausencia de la conciencia de tencia histórica”17. Entiende que en la es-
una sociedad postsecular. culpa y alergia al concepto de responsabili- tructura misma del lenguaje se encuentran
El primer camino es prácticamente in- dad universal. Este “analfabeto feliz” adole- las condiciones necesarias para hacerse car-
transitable. Plantea, en efecto, no sólo una ce de un mal que comparten el creyente y go de las injusticias pasadas, es decir, está
reducción de la religión a asunto privado, el no creyente, la teología y la ilustración, y convencido de que creyentes inspirados en
sino un discurso sin símbolos, un lenguaje que consiste en la ignorancia o desconside- el monoteísmo judío pueden poner a dis-
reducido al esperanto13. Ahora bien, eso es ración de un tipo de racionalidad que no posición del debate público, por ejemplo,
lo que no ha tenido lugar ni parece teórica- viene de Atenas sino de Jerusalén. Es la lla- el sentido de los que yacen en las cunetas
mente posible. Creo que la segunda postura mada racionalidad anamnética que se em- de la historia, habiendo luchado por causas
es no sólo más fecunda, sino también inevi- parenta con la recordación (“Eingedenken”) que han sido derrotadas. Habermas espera
table. Es Walter Benjamin, a quien no le benjaminiana. Esa memoria no es la anám- que ese sentido, inicialmente expresado en
faltaba olfato para captar las necesidades de nesis platónica –que sólo recuerda lo que términos teológicos, pueda ser traducido a
su tiempo, quien la inaugura cuando en la está grabado en el lenguaje dominante– un lenguaje racional y de esa suerte, com-
primera de sus Tesis sobre el concepto de his- sino una que recuerda lo que ese logos olvi- partido por todos. La filosofía podría tradu-
toria14, que es programática, plantea una da. Toda memoria mira al pasado pero hay cir la esperanza de la resurrección por justi-
reformulación de la crítica ilustrada y mar- dos tipos de pasado: uno que ha llegado a cia terrenal a las víctimas. Pero eso no fun-
xista de la religión. Después de reconocer hacerse presente (es el pasado de los vence- ciona porque la razón comunicativa sólo
que el concepto de sociedad sin clases es dores) y otro que está ausente del presente puede aceptar lo que sea metabolizable en
una secularización del mesianismo, añade: (el de las víctimas, el de los fracasados de la razón compartible. Ahora bien, la razón de
“al concepto de sociedad sin clases hay que historia). Está refiriéndose al sufrimiento de los vencidos es un grito, una denuncia, una
devolverle su verdadero rostro mesiánico y tantos inocentes que nos resulta insignifi- exigencia de justicia. Su fuerza no le viene
eso en provecho de la política revoluciona- cante porque lo descontamos como el pre- de la comunicación, del poder persuasivo o
ria del proletariado”15. Hay que remitirse al cio de la historia o del progreso. Para la ra- de la capacidad argumental, sino de la ex-
zón anamnética, sin embargo, ese pasado periencia de la injusticia. Esta razón no se
está lleno de significación ya que es recono- substancia en argumentos, sino en memo-
13 El diario Le Monde informaba del debate en
cido como una injusticia que sigue vigente ria. La flecha que sale de ese arco no busca
un Liceo parisino desencadenado por la presencia de
un árbol de Navidad. Si no había nacimientos, tam- y que interpela, por tanto, al presente. La el entendimiento, sino la respuesta. La ra-
poco tenía que haber símbolos precristianos pero con memoria declara vigente la injusticia pasada zón comunicativa es experta en palabras; la
connotaciones religiosas. En Braga leí una noticia que y convoca la responsabilidad de la genera-
hablaba de que se vendían “belenes laicos”, esto es, sin
Niño Jesús.... ción presente sobre la pasada. Surge así la
14 Una exposición detallada de estas Tesis en Reyes universalidad de la responsabilidad que es 16 J.B. Metz, “la razón anamnética” (escrito en el
Mate, Medianoche en la historia. Comentario a las tesis de el gran activo del monoteísmo. libro homenaje a Habermas , en su 60 aniversario), en
Benjamin sobre el concepto de historia, Trotta, Madrid, J.B. Metz, Por una cultura de la memoria, Anthropos,
2006.
Ahora bien, esa racionalidad anamnéti-
Barcelona, 1999, 75-76.
15 W. Benjamin Gesammelte Schriften, Suhrkamp, ca en modo alguno se deja traducir por ra- 17 J. Habermas “¿A quien pertenece la razón anam-
Frankfurt I/3, 1232. zón comunicativa o ética discursiva porque nética?”, en Isegoria, nº 10, octubre 1994, 110.

32 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 181


15 W. Benjamin Gesammelte Schriften, Suhrkamp,

Frankfurt I/3, 1232.


Reyes Mate

memoria, en silencios. Es la memoria la tomar o dejar. Lo que no se puede, como Como demuestra el estudio de Díaz–
que hace presente lo ausente, de ahí la pro- quiere Habermas, es acostar “el potencial Salazar la diferencia entre germanos y lati-
puesta provocadora de Metz: fundamentar semántico” de esta tradición en el lecho de nos es que los primeros han tenido la osa-
la razón comunicativa en la anamnética. Procusto del pensamiento políticamente día intelectual de pensar la relación con-
Ese es el proyecto de Walter Benjamin que correcto. A corto plazo estas exigencias son flictiva, mientras que los segundos hemos
Haberma domestica convirtiendo la me- desmesuradas. Pero cuando ante la gravedad hecho del conflicto un campo de batalla19.
moria en combustible de su razón comuni- de los desafíos actuales – lo que ya En tercer lugar, que la capacidad tra-
cativa. Heidegger llamaba “el dominio planetario ductora de la razón comunicativa es limita-
de la técnica– pasamos lista a los balbuceos da. Funciona bien cuando se trata de tradu-
Las víctimas de la historia o mutismos políticos, tenemos la sensación cir al cristianismo helenizado por la sencilla
no piden consenso sino justicia de que se quiere combatir el cáncer con razón de que entre “Jena” y “Jonia”, es de-
Se podría sintetizar polémicamente la apor- aspirinas. Y eso no basta. cir, entre el inicio de la filosofía griega y su
tación de la razón anamnética, en términos culmen en la filosofía hegeliana, hay un
de primacía del relato sobre el discurso, de Conclusiones hilo conductor. La razón occidental y el
las narraciones sobre las ideas, de la memo- La primera es recordar que la laicidad pro- cristianismo dominante se deben a Atenas.
ria sobre el logos. Lo que se quiere decir pia de una sociedad posteculares es una se- Más complicado lo tiene Habermas con las
con ello es que, habida cuenta de que la cularización o emancipación respecto a la posibilidades semánticas que vienen de
memoria en cuestión es memoria de lo ol- religión y, también, una forma secularizada Jerusalén. Los significados ahí latentes se
vidado o de lo perdido, el recuerdo siempre de la religión. Tan verdad como que la au- traducen en términos de interpelación, de
tiene que ver no con cualquier pasado sino tonomía de lo político es irreversible es la pregunta, de otredad y no de consenso.
con el pasado ausente, ese mismo que el afirmación de que el capital semántico de la Demanda una filosofía del otro y no del
presente ha declarado in–significante. La religión no está aún agotado. nosotros. El rawlsiano “deber de civilidad”
razón comunicativa da importancia a la ló- En segundo lugar, hay que reconocer que Habermas invoca no es de mucha ayu-
gica de las ideas, a la argumentación de los que el sujeto político contemporáneo se da ya que éste se refiere al deber que tene-
que hablan, mientras que la razón anamné- encuentra ante lo que Habermas llama mos unos para con otros de darnos razones,
tica da significación a lo que esas ideas des- “deficit motivacional”. Se siente más clien- de explicar al otro nuestras razones y de ha-
precian por in–significante. Este punto es te que ciudadano, más consumidor de bie- cer el esfuerzo máximo por entenderlas.
fundamental porque los grandes “valores” nes que protagonista de proyectos políti- Pero ya hemos dicho que las víctimas no
de la razón comunicativa (discurso, consen- cos, de ahí la duda sobre si encuentra en la argumentan, sino que exponen su indigen-
so, procedimentalismo) o de la ética comu- cultura política que le habita razones para cia y se exponen en su desnudez.
nicativa (los Derechos Humanos) son fruto defender valores que trascienden su propio A la vista de la política que se trae entre
de un raciocinio para el que lo importante interés. El dilema de Böckenförde busca manos de la Iglesia católica, está justificada
es la lógica de las ideas y no la perplejidad una respuesta en la relación de la política la pregunta de si tienen sentido discursos
ante la realidad. Tomo de Walter Benjamin con la religión. Habermas, que reconoce como éstos que buscan un sentido político
un ejemplo que ilustra bien el aprecio por haber “envejecido pero no hecho piadoso”, de la religión al margen de la Realpolitik
las ideas y el desprecio por lo real. Dice, a recorre ese camino, movido por las dificul- eclesiástica. ¿Qué pintan Habermas o Metz
propósito de los Derechos Humanos, que tades que encuentra en su desarrollo la ra- al lado de obispos mosqueteros, como
primero creamos un tipo de hombre del cionalidad comunicativa. Es como si le hu- Rouco, Cañizares o García–Gascó, listos
que colgamos los “derechos” de igualdad, biera golpeado la admonición de Adorno para disparar sobre cualquier movimiento
libertad etc. Poco importa que el hombre cuando decía, a propósito de las tradicio- que vaya en esa dirección?. Siempre se pue-
real viva en la esclavitud y en la injusticia. nes religiosas que “ninguna está ya a la al- de responder con lo que decía Alfonso
Eso es desde luego lamentable, criticable y tura de los tiempos que corren, pero tan Comín, comunista y cristiano, de sí mismo:
denunciable, pero no tiene significación pronto como se apaga una, se da un paso “pertenezco a una Iglesia que ha quemado a
teórica. Poco importa teóricamente que el decidido hacia la inhumanidad”. Justo en santos, y a un Partido que ha fusilado a
hombre sea esclavo si teóricamente hemos ese punto se separan los destinos de héroes”. Grandes instituciones, como el
decidido que el hombre es libre. Lo que Habermas y Flores d’Arcais. No hay más cristianismo o el marxismo, están surca-
propone la razón anamnética es todo lo que comparar la displicencia con la que das por una pluralidad de tradiciones. Las
contrario: hay que empezar por reconocer éste se sacude de encima la razón hegelia- que dominan políticamente no son nece-
que en la mayoría de los sitios el hombre na, a la que desacredita por teológica, sariamente las que más razón tienen. Lo
no es igual, ni libre. Ahora bien, si hay mientras que Habermas se alinea en la teo- que importa es de dónde, en situaciones
hombres que no son libres e iguales, quien ría de Hegel “según la cual las grandes reli- críticas, salen recursos para sacar adelante
viva en libertad e igualdad, si quiere ser giones pertenecen a la historia de la razón una razón, una política o una ética a la al-
sujeto moral, tendrá que hacer suyas las misma”. No basta decir que ahí se ponen tura de los problemas que tenemos. n
causas de la libertad de ese otro que vive sin de manifiesto los acentos divergentes de la
ella. Para esta cultura la “felicidad ajena” no cultura germana y de la cultura latina18.
es sólo un deber de justicia, como decía
Kant en La fundamentación de la metafísica
de las costumbres, sino el precio de la “propia 18 Lo que no impide que se subraye, como hace J.
perfección”. Podemos intuir que de esta C. Velasco en la presentación del texto de Habermas, el
carácter tan alemán de esta polémica, que se inserta en la Reyes Mate es Profesor de Investigación del
memoria mesiánica deriva un tipo de tradición alemana ilustrada. CSIC. Autor de Medianoche en la historia. Comen-
política excesivamente exigente. Es una 19 R. Díaz-Salazar, España laica. Ciudadanía plural tario a las tesis de Walter Benjamin sobre el concepto
política con inspiración ética y se la puede y convivencia nacional, Espasa, Madrid, 2008. de historia.

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